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Full text of "Enciclopedia moderna: diccionario universal de literatura ..., Volume 3"

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ENCICLOPEDIA  MODEMA. 


TOMOmCEIO, 


f(lilHLI0TECÁ5 


IS7    WM.ionu  vonruii. 


T.   ui.    4 

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ENCICIOPEDU    "^^f 

MODERNA. 

DIGdOKABIO.UNIVERSAL 

DB  LITERiTDRl,  CIENGUS,  iRTES, 

AGBIGDLTUEA.  mDUSTBU  Y  GOIIEIIGIO, 


roiucm 


POR  FBANCISCO  DE  P.  MELLADO. 


'<      >> 


TOMO  TERCERO. 


{'   '  iJíL'OTKCaIí) 


'* 


MADRm: 
t:STABLECIMIEMO  TIPOGRAFICO  ÜEMELLADO. 

CALLB  DB  SANTA  TCRE8A,  NOMEHO  8. 
tMtnuiiun,  nsa»  ts. 


mi. 

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ENCICLOPEDIA  MODERNA: 


DJCGONAWO  ÜNIVERSAL 


DELITERATÜIIA,  CIENCIAS,  ARTES.  INDÜSTRIA  Y  COMERCIO. 


iEABU.  (Fihiofia.)  k  lo8  ntigaof  Mm, 
üu  de  iM  ntciones  mts  bérbtrts  dd  Aiia,  se 
let  ht  querido  soponer  dedicados  á  las  espe- 
enlaeloiiei  fllosóOcas.  Su  Tida  erraate  y  Taga- 
bQBda  no  les  deja  ociiparse  eo  los  trabajos 
dfleslodio.  Todo  cnanlo  se  dlgasobreeatepar- 
llíeiiltr  carece  de  fiindameBto,  y  no  se  apoya 
BMs  qoe  en  conjelnras  7  razones  de  poca  Tatia. 

lo  la  edad  raedia,  poco  despues  de)  esta* 
blecüniento  del  mahoroelismo  fué  cuando  sa- 
lieroQ  de  su  estado  de  barbárie,  y  se  dedicaroo 
á  la  literatura  y  álas  cieocias,  inirodQCiendo 
su  gnslo  literario  eu  Africa  y  ^n  Kuropa,  y  sobre 
todo  en  Sspaña,  por  doode  ya  habian  esleodi- 
do  sus  eoaquisias. 

Desde  el  priocipio  del  siglo  IX  hasta 
e1  Xni,  fondaron  mny  buenas  escuelas,  de- 
biendo  mencionarse  como  las  prineipales  de 
eHis  los  dc  Bagdad,  Btsora  y  fiocbtra  en 
Orftente;  lan  de  Alejandria  j  del  Gairo  en  Egip- 
to;  las  de  Marruecos  y  Fes  ea  Borberia;  y 
oiras  mocbas  en  Tsrias  ciodades  de  Espaáa. 
Enseiábaseen  cllaslos  idiomas,  las  malemáti- 
c»s»  laaslronomia,  lamedicioa  y  la  fllosofla.  Es 
drcnnstancia  digna  de  lliimar  lu  atencioulade 
que  los  ámbes  abraxa^en  i  la  vex  todo  lo  con* 
ceniiente  á  las  letras  y  á  las  clencias,  Sn  prí- 
Bero  y  único  fundador  fiié  Aristóteles  á  qiiien 
eatndiaron,  no  cn  sus  origína'es,  slno  en  Ira- 
duccíoncs  beclias  en  su  mayor  parte  del  sirio; 
se  dedlcaron  parlicularmente  á  su  metafiáica 
y  su  lógica,  ocupandose  menos  de  las  obras 
de  mordl  y  de  los  fenómcnos  de  la  naturalesa. 

Enlre  sus  ronchos  filósofos,  solo  habtarc- 
mos  d<»  loí  que  m*»recen  nlenna  atennion  co- 
100  AlKindi,  Al-Far^,  Ávieena,  it-aa^si. 


Averrkom  y  TofkaiL  Bablendo  sido  la  metafí- 
sica  el  objeto  priocipal  de  sns  especnlaeionef 
los  oonsideraremos  particplamente  bajo  este 
coBcepto. 

La  fltosofía  hisooir  sn  tos  por  primera  tsi 
cn  Bagdad.  El  primero  entre  los  mas  célebres 
filósofos  fué  Al-Kindi,  que  dió  leccienes  ea 
esta  ciudad  en  el  síglo  IX.  Gompuso  mucbot 
tratados  de  lógica,  geometria,  aritmética,  md» 
sica  y  aslrenomia,  con  comentarlos  sobre  los 
escritos  de  Aristóleles;  tarabien  se  oeupó  de  la 
medicina.  El  celo  que  mostró  por  ilnstrar  los 
entendiraientos  y  conciliar  la  doctrina  del  is- 
lamismo  con  los  principios  de  laratoo,  leacar- 
reó  la  enemistad  de  uno  de  los  inlérpretes  del 
Alcorau»  que  sin  duda  temió  que  e1  progreso 
de  las  loces  descerriese  ei  toIo  del  absnrdo 
qoe  llevaban  coasigo  las  sopersticiones  toI^ 
garcs.  Aauel  sacerdole  manlfesló  públicamen- 
te  su  vioienta  indigBaciou  conlra  Al  Kindi,  á 
quien  acusé  de  herege  é  implo,  llegando  al 
eslremo  de  qoerer  aíentar  contra  su  Tida.  Bq 
Ingar  de  tralar  de  tomar  Teogansa  de  so  ft- 
náiíco  perseguidor,  como  bubiera  podido  ba- 
cerlo,  empleando  el  favor  de  que  gosaba  con 
el  califa  de  Bagdad,  el  filósüfomusalman,  proce- 
diendo  con  generosidad,  se  contentó  con  lli» 
marcon  diilsura  i  su  coemigo  y  le  dijot  «Tu 
religion  te  manda  qne  me  quites  la  Tida,  y  la 
mia  me  impone  la  obligacion  de  mejorarte,  si 
es  posible;  Ten  i  mi,  yote  inslruiré  primero, 
y  despues  me  raalaris.»  El  sacerdote  se  80« 
metíó  i  los  consejos  del  sábio,  estudió  la  fllo* 
sofíü,  que  desTsneció  sus  errore^  y  aplacó  su 
furor  hasia  tal  punto,  que  do  persegoldor  ao 
convirtió  en  tolerante. 


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44 


ARABIA 


4t 


Uoo  dó  los  fllósofos  mas  célebres  de  la  es- 
caela  de  Bagdad  fué  Al-Fartbl,  qoe  floreció  en 
el  slglo  X:  peáetró,  dlce  Al-burara]e,  los  se- 
cretos  mas  profuados  de  la  lógica;  pero  al  es- 
forsarse  en  reyelarlos  los  hízo  de  dificil  com- 
prensiOD,  con  sus  pensamientos  tan  ingeniosos 
en  el  fondo  como  sutiles  en  las  formas:  com- 
pletó  las  investigaciones  de  Al-Klndi  sobre  el 
arte  analitico  y  losmétodos.  . 

Una  de  sus  obras  contiene  nna  especie  de 
dasiflcacion  metódica  de  los  conocimientos 
humanos,  en  la  que  las  condiciones  funda- 
menlales  de  cada  una  de  las  ciencias»  sus  de* 
flniciones»  sus  princlpios,  sus  relaciones  re- 
ciprocas  se  determinán  con  arreglo  al  método 
de  Aristóleles,  á  qnien  estudió  constantemente, 
habiéndole  ieido  doscientas  veces,  scgun  se 
asegura.  Sobrelatiencianaturai  coloca  la  di- 
Tina,  asignándola  tres  divisiones,  compren- 
diendo  laúUima  las  sustancias  inmateriales. 
«Esta  ciencia,  dice,  establece  que  aquellas  sus- 
tancias,  en  sn  muititud,  se  elevan  gradual- 
mente  basta  [el  mas  alto  grado  de  perfeccion. 
La  escala  ascendente  termina  en  ei  primer 
principio  anterior  ¿  todas  las  c^sas,  á  saber: 
la  unidad  primordial  que  confiere  existenícla 
y  unidad  ¿  todo  io  qne  existe,  existiendo  en 
él  la  verdad  como  en  su  origen  (4).w 

AI'Farabi  encontrabaun  manantial  de  pla- 
ceres  verdaderos  é  inagotabies  en  las  obras 
de  Aristóteles,  que  no  cesaba  de  meditar,  y 
que  formaron  la  materia  de  sesenta  trutados 
especiales  compuestos  para  la  instniccion  de 
sns  compatriotas:  su  moral  erá  austera»  y 
acostnmbraba  á  decir:  ünpan  de  cebada,  una 
fitenU,  unacapa  delana,  sonpreferiblen  álos 
pheeres  que  terminancon  el  arrepeniimiénto, 
Avicena  que  nació  ¿  fines  dcl  síglo  X,  es 
considerado  entre  los  árabes  como  el  primer 
filósofo  despues  de  Al-Farabi.  Stguiendo  ias 
reglas  y  principios  de  Aristóteles,  Irata  de  1a 
lógica,  qne  considera  como  el  comun  prelimi- 
nar  de  las  divcrsas  ramíflcaciones  de  los  cono- 
cimientos  humanos. 

DistinguiQndo  con  filósofo  griego  el  al- 
roa  vegetativa,  sensitiva  y  recionai,  se  propo- 
ne  demostrar  qoe  esta  dlstincion  iudica  tres 
modificacione"  de  accion  mas  bicn  qne  tres 
sustancias  difereutes.  «El  9\tneLvegetativa,  di- 
ce,  tiene  tres  facultades:  la  nuiríiiva,  la  au- 
mentativa  y  la  generailva:  la  sensUiva  dos, 
la  motriz  y  la  de  aprension:  )a  primera,  que 
consJste  en  los  apetitos,  prescribe  ó  produce  el 
raovimiento;  la  segunda  lc  presta  su  auxilio  y 
pone  en  juego  los  múscutos  por-iina  fuerza  di« 
fundida  en  los  nervios.  I^  faciiltad  de  apren- 
sloiies  dobles,  pues,  se  ejercc  inlerior  y  este- 
riormente.  Se  cuentan  ordinanaroeute  cinco 
sentidos  esteriores,  pero  pueden  estenderse 
liasta  ocbo,  porquo  el  tacto  se  subdivide  cn 
otros  cuatro;  el  primero  distingue  lo  frio  y 

(I)   De  Geraodo:  nittoHa  CQmparada  de  lo$  ii$U* 


callente,  el  segundo  lo  seco  y  húmedo»  el  ter- 
cero  lo  duro  y  blando  el  cuarto  las  asperezas 
y  lo  liso  de  las  superficies  (4).b 

En  cnanto  al  alma  racional,  divide  sns  fa- 
cnlladesen  facultades  de  conocimiento  y  en  fa- 
cultadesdeaccion.  «La  segunda,  dice,  preside 
¿  1a  facultad  actívadcl  almascnsaüva,  arreglay 
dlríge  sus  movimientos;  la  guia  y  mueve  la  facnl- 
tad  contemplativa;  presenta,  en  ciertos  modos 
dos  fases:  una  h¿cia  el  cuerpo,  que  no  recibe 
siuembargo,  percepcion  de  oua  naturaleza  cor- 
poral;  otra  hácia  sus  príncipios  clevados  que 
le  sirven  de  antorcha.  La  facultad  do  conoci- 
miento  se  diríge  ¿  las  inteligencias  de  príme- 
ro  y  segundo  órdeii.  Yéase,  pues,  como  se 
forma  y  se  desarrolla  e1  entendimiento.  Lo 
prímero  que  e1  entendimiento  humano  pcrcibe 
en  las  formas  es  lo  qne  le  es  esencial  y  accl- 
dental,  en  que  se  diferiencia  ó  se  asemejan. 
Pero  las  cualidades  por  las  que  se  &semej'dn 
no  componen  en  el  entendimiento  mas  que 
una  misma  y  sola  idea;  al  contrarío,  la  per- 
cepcion  de  las  cualidades  por  las  que  se  dife- 
rencian,  crea  en  el  entendimiento  otras  taotas 
ideas  diversas.  El  entendimiento,  pues,  puede 
multiplicar  lo  que  es  uno  y  viceversa  (2).» 

El  fllósofo  de  que  nos  varaos  ¿  ocnpar,  Al- 
Gaze),  poseia  raros  conocímientos:   era  teó- 
logo,  Jurisconsnlto  y  poeta,  sin  tcner  rivales 
en  el  iocreible  námero  de  s¿bios  reunidos  en 
Bagdad  para  dar  lecciones  sobre  todas  las 
partes  de  las^iencias.  Han  Ilegado  hasta  nos- 
otros  muchos  tratados  de  filosoria,  esponiendo 
uno  de  ellos  una  clasiRcacion  de  los  conoci- 
mientos  humanos.  ^Uay,  dice,  tres  cspecies  de 
ciencias  prácticas:  la  prímera  tiene  por  objelo 
cl  arte  de  discurrir;  la  segunda  la  economia 
doméstica,  la  tercera  la  moral:  del  mismo  mo- 
do  hay  tres  clases  de  ciencias  cspecuiaiivas: 
la  teología,  ias  raatemáticas  y  1a  historia  na- 
lura),  porque  la  ciencia  se  ocupa  ó  de  las  co- 
sas  qne  se  hallan  colocadas  enteramenle  fne- 
ra  de  la  raatería,  ó  de  las  qne  pueden  conce- 
birse,  pero  iio  exislir  realmente  fuera  de  la  ma- 
tería.  La  prímera  trata  de  la  causa  de  la  uni- 
versalidíid  delosséres;  porqueeslos  se  difiden 
cn  causas  y  efectos.  Bista  ciencia  esl¿  por  lo 
lanlo  aneja  ¿  la  unidad  del  ser,  dcuiiiesta  sa 
necesidad,  hace  ver  como  de  esta  unidud  pri- 
mordial  depende  todo  lo  deroas  qiie  exiáte  y 
como  est¿  eiicadcnado,  cuya  ciencia  es  ta  dl- 
vina,  1a  ciencia  del  poder.  Las  ciencias  mate- 
m¿licas  e8t¿n  menós  espuestas¿  duda;  las  na- 
lurates  dislan  mus  de  la  certeza  por  razon  de 
1a  continua  moviUdad  de  los  objetos  que  abra» 
zan.  (3).» 

Ai-Gazel  adopta,  ¿  ejemplo  de  Arístótelos 
y  de  Avicena,  las  distinciones  de  las  Ires  al- 
mas.  «El  alma  humana,  dicc,  liene  dos  as- 
pectos:  uno  por  el  que  dirige  sus  miradas 


(t)   De  Gcraodo!  Obra  eitada^ 
(i)    Idem,  idcm. 


14em,idcm. 


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43 


ÁftABÍA 


U 


hicia  1a  regioii  ininensa  dc  las  cosas  superio- 1 
res»  que  le  sumínistran  la  luz  de  la  cíencia,  y  ' 
ciiyo  carácler  propia  es  rccibir  las  emanacio- 
nes  de  aquelia  liiz;  otro  por  el  que  se  diiige 
hácia  la  parte  inrerior  y  gobierua  sus  propios 
6re:ino9.  La  seiisibilidad  y  la  imaginacion  no 
poedea  ejercerse  mas  que  sobre  objetos  ma- 
teriates,  iii  piieüeii  influir  mas  que  subrc  los 
indifiduos  que  perciben  y  conciben  sometidos 
i  ciertos  accideutes  de  líempo,  lugar  y  fl- 
gnra.» 

Al-Gjzel  traza .  de  una  mancra  clara  y 
exacta,  la¿  condictoncs  por  las  que,  en  su  opi- 
nioo,  las  operaciones  de  las  raculludes  sensi- 
blcs  é  imaginativas  se  distingucn  de  la  del  en- 
tcndimiento.  Véase  como  se  espresa  sobre  es- 
tepuoto:  «El  entendimiento  se  percibe  asi- 
mismo;  percíbe  auu  su  propia  percepcion  y  lo 
que  produce;  bacc  una  transicíon  del  valor  ú 
la  debilidsd,  de  la  oscuridad  á  la  luz,  sin  su- 
frir  alteracion ;  se  forliflca  muchas  Tcces  con 
]os  años  en  lugar  de  debiüturse.  La  debilidad 
de  los  órganos  corporales  puede,  no  hay  du- 
da,  ejercer  influjo  de  dos  maneras  sobre  las 
^cultades  intelectualcs:  a1  priucipio  causando 
una  distraccion  al  espiritu,  que  es  acompaña- 
da  de  dolor;  despues  privando  al  mismo  espí- 
ritu  de  los  socorros  quc  le  pueden  suministrar 
los  órganos  para  la  invest'igacion  de  las  cosas 
esteríores;  mas  la  potencia  intelectual  puedc, 
por  sn  propia  eoergia,  quedar  libre  de  esta  do- 
ble  depeodcncia  (4).» 

Áverrboes,  lionra  de  Córdoba,  donde  nació 
en  el  síglo  XII,  fué  simulláneamente  médico 
y  fllósofo.  Le  dominaba  ima  admiracion  servil 
y  respetuosa  hácia  Aristóteles,  quien,  en  su 
conccpto,  elevó  las  ciencias  al  grado  mas  alto 
posíble  de  perfeccion.  En  vista  de  semejante 
•sercion  parecia  verosimil  que  hubiese  segui- 
do  flelmente  la  doctrina  del  fllósofo  griego, 
pero  fné  lo  conlrario;  la  modiflcó  muclio,  con- 
citiando  el  nuevo  platonismo  con  la  doctrina 
de  Aristótcles  ,  cximo  lo  prueba ,  eñlro  otros 
ejemplos ,  el  siguicnle  testo  de  una  de  sus 
reiaciones:  «El  movimienlo,  dice,  no  imede 
imprimÍTse  mas  que  por  la  inteligencia;  supo- 
nicodo  todo  movimicnto  un  rooiivo  perte- 
oedente al  órden  espiritual,  las  esferascelestes 
tienen  sus  lotelígencias  propias  derivadas  del 
sopremo  niolor  ,  del  primer  prlncipio :  esle 
movímiento  sc  comunica  sucesivamente  á  to- 
das  las  regioocs  basla  al  menor  sublunar,  di- 
rigido  y  trasmitido  por  una  sucesion  de  almas 
inleligentes.»  Véase  claramente  la  hipótesis 
^  las  intelígeDCias  y  emanaciones  univer- 
saks. 

Averrhoes  ftié  considerado  por  los  emdltos 
cooK)  nn  prodigio  de  sabíduria:  el  catilogo  de 
m  obras,  desde  ei  Arte  de  radocinar  has- 
te  el  de  la  Música  cs  mny  estenso. 

Tamos  á  ocuparnos  de  otro  fllósofo,  con- 
temporineo  Boyo,  Topbail,  nacido  en  Sevilia, 

(t)  DiOertndo.O*rac<(a<fa. 


antor  de  nna  ohra  rara,  en  1a  qne  por  nn  coo» 
cepto  ingeuioso,  hace  ver  como  on  bombre  no 
liabiendo  tenido  Jamás  comunicacioo  con  sot 
seuiejantes,  pudo  gradualmente»  por  solo  el 
medio  de  la  razon,  conocer  todos  los  objetos 
de  la  naturaleza,  elevándose  de  este  modo  á 
las  regiones  mas  subllmes  de  la  mctansica,  cn 
una  palabra,  llcgar  al  conoclmiento  de  su  al- 
ma  y  al  de  un  Ser  Suptemo.  Bajo  el  emblema 
ingenioso  de  una  estátiia  animada  graduat- 
mente,  Condillac  y  Bennct  procuraron ,  en  el 
siglo  XVIII.  esplicarnos  como  podia  el  hombre 
teuer  el  seniimiento  de  su  propia  existencia, 
cou  que  órden  podian  nacer  en  él  ias  diferen- 
tes  sensaciones  y  como  podia  adquírir  los  co« 
nocimíentos  de  sus  relaciones  con  los  objetos 
eslcriores.  Pero  dista  mucho,  no  tememos  ase- 
gurarlo,  la  idea  de  estos  dos  metafisicos  de  la 
que  oourrió  cn  cl  sigio  Xli  ¿  Tophail.  Sio  em- 
bargo,  los  descubrimientos  modernos  y  los 
progresos  de  muchas  ciencias  hacen  dcspre- 
ciables  cn  este  fllósofo  algunas  opiniones  pro- 
pias  del  siglo  en  que  floreció,  masbíen  quede 
su  taleolo.  Es  pues,  Justo  constituirnos  en 
aquel  mismo  siglo ,  si  se  qoiere  comparar  la 
manera  de  discurrir  de  un  pueblo  y  de  un  si* 
glo  tan  remoto  con  nuestro  método  actual  y 
con  las  verdades  que  hemos  descnbierto  en 
nuestros  dias,  ó  que  al  menos  consideramos 
como  tales. 

Tophail  en  una  obra  titulada  El  Pilósofo 
instruido  por  $i  mismo  (^4);  supone  un  niño  (¿ 
quien  llama  Yokdhan)  arrojado  al  ver  la  luz  ¿ 
una  isla  desierta,  en  la  que  le  lactó  una  cabra. 
A  la  edad  de  dos  años  la  segnia  por  todas  partes, 
como  igualmente  ¿  las  demas,  cuyos  diferentcs 
balidps  imiló  tanto,  que  sabia  distinguir  coando 
se  llamaban  unas  ¿  otras.  No  tardó  en  formar- 
se  de  ciertos  objetos  algunas  ideas  qiio  se 
grababan  en  su  memoria  y  en  sn  imaginacion, 
de  manera  que  en  la  ausencia  de  eslos  objetos 
deseaba  unos  y  aborrecia  otros.  Llegó  ¿  la 
cdad  de  siete  años. 

Huerta  la  cabra  que  le  habia  alimentado^ 
estuvo  en  peligro  de  muerte  por  sentimiento: 
la  llamaba,  pero  en  vano;  no  veia  en  ella  n^- 
vimiento  alguno;  observó  sus  ojos  y  orejas 
sin  encontrar  herida^  cooio  asimismo  en  nia- 
guna  otra  parte  de  su  cuerpo.  Buscó  la  causa 
del  roal  sin  poder  encontrarla.  Habia  obser- 
vado  que  cuando  cerraba  los  ojos  ó  los  cu- 
brla  con  nlgiina  cosa  ya  no  veia,  y  que  cuan- 
do  sc  removia  este  obstáculo  veia  de  nuevo; 
que  colocando  siis  dedos  en  sns  oidos  cesalM 
de  oir  hasta  que  los  separaba,  de  donde  iofe- 
ria  que  el  uso  de  cada  uuo  de  nuestros  senti- 
dos  puede  suspendersc  por  obst¿cuíos  y  res- 
tablecerse  aleJ¿ndolos.  No  encontrando  la  cau« 
sa  del  mal  en  los  miembros  esleriores  de  la 
cabra  ni  viendo  que  fuese  posible  alribuirlo  á 

(I)  Eduardo  Pococlte  publicó  un«  Iraduccloa  la- 
liM  de  esu  obra,  cou  el  iHulo  de  Phtloiophuiauto* 
didacíuijeic,  Oxford,  W7I,  cn  4.v,  laterealida  ^\ 
(esto  ¿rabc« 


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<5 


A»ABIA 


46 


tm  sentido  mas  bien  que  i  otro  se  persnadió 
qiie  la  eDfémiedad  podia  existír  en  to  interior 
del  cuerpo,  sospechando  la  existencia  de  ona 
parte  sin  la  eual  los  miembros  esterlores  no 
podian  ejercer  fuflclon  alguna,  y  que  sn  do- 
lencla  debérla  comunlcarse  á  todo  el  cuerpo. 
Al  fin  se  resolvló  á  buscar  esta  parte  y  alejar 
este  obstáculo,  persnadHJo  de  que  si  lo  cnn- 
seguia ,  todo  él  citerpo  recobraria  sus  funcio- 
nes.  Antes  de  emprender  cosa  alguna  temió 
que  Bus  tentatlvas  de  rcmcdio  fnesen  peores 
que  la  enfermedad,  pues  recordaba  qne  jumás 
habia  Tisto  i  un  animal  Tolver  del  estado  de 
insensibilldad  al  de  sensibiliüad.  Gon  todo,  el 
deseo  dex^urar  i  su  nodriza,  le  bizo  superior 
i  toda  conslderaclon.  Por  medio  de  piedras 
afiladas  y  de  fragmetitos  punliagudos  de  ca- 
ñas  bizo  una  abertura  entre  las  costillas  de  U 
cabra  y  observó  el  corazon  compuesto  de  dos 
eavidades:  nna  i  la<  derecha  llena  de  sangre 
cuajada;  otra  i  la  izquierda  y  vacia.  Juzgó  que 
se  babia  engañado,  mucho  mas  al  recor- 
dar  que  combatiendo  con  los  animales  ha* 
bia  perdido  sangre  sin  perder  el  uso  de  las 
demas  partes  del  cuerpo.  Fíualmente ,  no  en- 
contrando  Ío  que  buscaba,  se  persuadíó  sola- 
mente  que  el  ouerpo  era  perecedero  y  vil 
comparado  con  1a  sustancia  que  queria  descn- 
brir:  creyó  que  habia  abandonado  al  cuerpo  y 
hecbo  cesar  de  este  modo  todas  sus  funciones. 
Pues  ¿cnál  era  esta  sustancia?  ¿salió  del  cuer- 
po  Yoluntariamente  ó  i  la  fuerza?  esto  es  lo 
que  queria  saber.  En  su  opinion,  en  elta  pro- 
piamente  consistia  la  cabra  que  tanto  afeclo 
le  habia  profesado ;  aquella  sustancia  habia 
sido  el  móvil  de  todaa  las  accioncs  de  la  ca- 
bra  no  habiendo  sido  su  cuerpo  mas  qoe  un 
simple  instrumento.  Véase  como  Tokdhan  con- 
siguió  pasar  dcl  conocimiento  del  cuerpo  i  la 
investigacioD  de  lo  que  le  hace  mover.  Insis- 
tló  siempre  en  querer  conocer  qné  es  esta  cosa 
que  dirige  y  anima  el  cnerpo.  Un  dia  las  ramas 
de  los  irboles  se  agitaron  de  tal  modo  que  se 
inflamaron:  al  ver  el  fuego  se  atemorizó  en  un 
principio;  aproximándose  qucdó  asombrado  al 
obsenrar  su  oalor  y  su  luz ;  quiso  tocarlo  y 
sintiendo  quemarse  su  mano  la  retiró.  Tomó 
despues  on  pedazo  dc  leño  que  no  estaba  rouy 
encendldo  y  lo  llevó  i  su  cabaña.  Reílexionan- 
do  sobre  el  fenómeno  del  fuego,  sospechó  que 
este  elemento  podia  muy  bien  ser  lo  que  habia 
buscado  en  la  cabra;  1o  que  acabó  de  persna- 
dirle  era  cl  calor  que  habia  observado  en  los 
tnimales  vivos ,  y  que  era  mas  intenso  en  el 
sitio  en  que  habia  abierto  la  cabra:  quiso 
convencerse  y  al  cfecto  hizo  una  abertura  has- 
ta  el  corazoQ  en  on  animal  vivo  ,  é  introdn- 
etendo  sa  dedo  observo  tan  Intenso  calor  que 
creyó  quemarse.  Notó  que  el  animal  moria  tan 
hiego  que  el  coraion  estaba  herido;  y  el  vapor 
cilido  y  blanquecino  que  exhalaba  le  pareció 
aer  el  principio  de  la  vida  y  del  movimieato 
ea  loaanimales.  Retteraado  el  mismo  esptri- 
meato  D0t6  que  cada  animal;  aunque  compues- 


to  de  muchas  partes,  era  uno  relativamenle  á 
este  principio  vital  que  atiimaba  sus  mierobroa 
y  era  su  móvll;  qiie  asimisroo  este  prínclpio 
producla  la  accion  dc  cada  uoo  de  íos  dos  sea- 
tldos;  flnalmente,  quc  si  un  miembro  del  cuer- 
po  de  cualquier  maoera  que  pudiese  aueeder 
quedaba  privado  de  este  principio  cesaba  su 
accion,  y  quc  se  convertla  en  un  instrumeDto 
ioútil;  que  sl  cste  roismo  principio  se  deatruia 
6  sepaniba  del  cnerpo,  este  qiiedaha  privado 
de  moviroiento  y  reducido  al  estado  de  muer- 
le.  Tutes  eniii  las  rcaexiones  de  Yokdhao  ao* 
tes  de  tener  veinte  y  un  años. 

Eotonces  exarolnó  todos  lus  cuerpos  de  la 
naturateza,  las  especies  de  animales,  las  plau« 
tas,  los  minorales,  las  piedras,  la  tíerra  y  el 
agua»  etc.  Yió  en  todo  relaciones  generalcs  y 
cnormes  difcrencias.  Encontró  una  unidad  en- 
tre  los  cuerpos  que  tiencn  mucbas  relacionea 
eolre  sí,  y  una  especie  de  pluralidad  entre  k)i 
que  tienen  diferencias.  Yió  que  las  cualidadaa 
de  tos  diferentcs  cuerpos  no  tcnía  número  j 
qne  ta  naturatezaeratan  fecunda,  que  eradiu- 
cil  conocer  todas  sus  partes. 

Cuaodo  se  consideraba  i  si  mísmo  y  su.s 
difercDtcs  roiembros  con  su  accion  distiuta  y 
su  proplcdad,  creiaque  era  algo  compuesto  co'- 
roo  lo  habla  pensado  de  los  animales.  Yiendo 
despues,  que  todos  sus  mierobros  teuian  entra 
si  tal  correspoDdencÍa,  qoe  la  variedad  de  sua 
roovimientos  se  derivaba  de  un  misjno  prin- 
cipio;  cs  decir ,  de  aquel  espfritu  vUal  cuya 
naturalcza  y  unidad  habia  descubierto,  y  ca- 
yos  miembros  no  eran  roas  que  tnstrumentos, 
(^oropren'.tió  que  csta  naturaleza»  y  por  decirlo 
asi  su  esencia,  era  sirople  y  iina.  Lo  rolsmoob- 
scrvó  en  los  aniroales:  todos  los  de  la  miai^a 
especie  eran  scroejantcs  en  lo  esterior;  pero 
interiorroentc  sus  acciones  y  costumbres  erao 
las  mismas  con  algunas  pequeñas  diferenciaa, 
de  todo  lo  cual  dedujo  que  el  espiritu  vitai  en 
cada  especie  era  uno. 

Por  la  couterophicion  se  aproxiroó  insensi- 
bleroente  al  conociroiento  de  las  cosas  intelec- 
tualcs:  tiivo  desde  luego  una  ídea  genefal  y 
poco  distinta  de  la  nociou  de  un  productor  o 
agente.  Yokdhan  llegó  i  la  edad  de  veinte  j 
ocho  años. 

A1  cabo  de  roochas  observacionea  se  per- 
suadió  de  que  el  globo  celesle  y  todo  lo  qua 
conlicne  era  uuo,  uunque  coropuesto  de  mii- 
chas  partcs  y  que  encerraba  i  los  roismos 
cuerpos  terrcstrcs;  qiie  este  grande  todo  po- 
dia  considcrarse  ccmo  un  animal  en  que  laa 
cslrellas  brillantes  rcpresentaban  los  sentidoa 
de  los  animales,  las  diferentes  esferas  repre- 
sentaban  los  difercntes  miembros  del  coerpo 
animal,  clc.  Gumo  parecía  evídente  quo  esta 
iomenso  cuerpo  necesitaba  de  un  agente  ó  mo* 
lor  distinto  de  si  roismo,  hizo  con  respecto  i 
este  vasto  cucrpo  del  roundo,  lo  que  habia  eje- 
cutado  con  respeclo  á  cada  uno  en  particular. 
En  un  príncipio  procuró  invcstigar  si  csta 
cuerpo  colosal  tuvo  ó  no  prínciplo  de  exisaen* 


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A&AKÁ 


48 


da,  69  decir»  si  existió  síempre  ó  hubo  algun 
UeiDpo  en  que  do  ezisiieBe.  Miicho  liempo  in- 
Tiriió  para  decidirsc  y  peaar  las  raxones  e«- 
puestas  en  proy  oo  contra.  AdmiUendolaeter- 
sidui  se  le  preseataban  muebas  objeciones 
por  la  imposibilidad  de  una  exisiencia  inflnitn 
qoe  1e  parecia  iguai  á  la  imposibilidad  dc  la 
existencia  de  uo  cuerpo  inünüo.  Veia  iambieo 
que  lo  que  encierra  cosas  producidas  de  nue- 
vo,  es  tambien  producido  del  mismo  roodo, 
porque  bo  podia  decirse  que  ezisliese  anies 
de  estas  cosas;  lo  mismo,  piies,  que  no  puede 
decirse  exlsUr  aotet»  de  los  accidentes  produ- 
etdos  denoeTO  no  deja  de  serio  como  aquellos. 
Si  adoptaba  ei  partido-de  admitir  una  nue* 
n  prodoccioD,  y  pordecirloasi,  uaa  especiede 
nada,  se  le  presentaban  otras  dificultades.  Le 
parecia  incomprensible  la  idea  de  una  nueva 
prodttccioa  despues  de  un  tiempo  en  quc  no 
habia  ezistido,  ó  debia  suponer  un  tiempo  an- 
terlor:  ¿el  mismo  Ueropo  no  está  coroprendido 
en  la  existeocia  de  ias  f¡ww  de  este  mundo  y 
Do  es  inseparable  de  ella?  No  puede  por  lo  lan- 
to  sopoiierse  el  mundo  posterior  al  liempo: 
ademas/si  el  mundo  fué  producido  de  nuevo 
neceaitó  un  produclor;  ¿por  qné  este  produc- 
tor  que  lo  biso  nacer  lo  produce  boy  y  oo  an* 
tes?  ¿le  obligó  á  obrar  asi  aiguna  cauaa  nueTa  ó 
estraña? 

Eita  espinoaa  caeatíon  le  ocnpó  por espacio 
de  mucbos  años;  ooaDprendia  que  muchas  ra- 
lonea  tn  pro.y  en  contra  eran  de  un  peso 
igoal  y  quedó  perpleio.  Para  deddirse  creyó 
deber  examinar  lo  qoe  se  seguiría  de  esias  dos 
opioiones;  quisás  sucederia  que  la  coosecu^n* 
eia  faese  ia  mlsffla. 

Supooiendo  que  el  mundo  coroenxó  á  exis- 
Ur  y  que  hobo  un  tiempo  en  que  no  exlfelia  se 
íoferiria  que  Uito  una  rason  de  existencia  y 
quc  00  pudieodo  dárselaá  si  mismo  la  recibió 
de  00  produclor  inroaterial,  porquesiendo  cuer- 
po  debia  comprenderse  en  el  mundo,  recil>ir  la 
exiateocia  en  tíempo  y  oecesllar  de  algun  ser 
qoe  se  ia  hubiese  dado.  Si  cste  segnudo  pro- 
ductor  era  tambien  un  cuerpo  hubiera  necesi- 
tado  de  no  tercero,  este  de  un  cuarto,  y  asi 
hasla  io  inOaito,  io  que  es  absurdo.  El  mondo, 
poes,  debió  tener  on  productor  iomaterial  é  in* 
oaece&ible  ¿  nuestrossentidos  porque  cstos  no 
pcrciben  mas  que  los  cuerposy  loqueesiáUga- 
do  con  ellos.  Si  es  ínaccesible  á  nuestros  sen- 
tidos  y  00  puede  eutrar  en  la  Imaginacion, 
qoe  00  es  mas  que  la  representacion  de  losob- 
Jelos  sensibles  que  reeuerdan  en  su  ansencia; 
en  uoa  paiabra,  si  no  es  cuerpo  no  se  le  puc-> 
4en  atriboir  las  propiedades  de  los  euerpos; 
SQs  tres  dimensiones  no  se  le  adaptan,  coroo 
asiiBisaio  ninguna  de  las  cnaüdades  corpora- 
ies  ittseparables  de  ias  tres  dimensiones.  En 
segnsdo  lugar,  sapoesto  que  es  la  causa  ell- 
doite  del  moodo,  debe  conocerlo  y  teoer  po- 
der  sobre  él.  ¿Bl  QQC  ^^^^  no  conocer¿?  es  so- 
beraao  por  el  conociroiento  y  lo  sabe  todo. 
Amayor  aboadainieatopareciadtflcil¿  Yok- 

t38     SrBUOTKCA  IH>l»UlAtt. 


dban  adroHlr  la  etemidad  del  roundo.  Dc  ad« 
míUr  nue^l  muodo  hubiese  esiado  siempre  sin 
privacioii  de  existencia  se  srguiria  quesu  mo- 
vimiento  es  elernOp  sin  térmiuo  eii  cnanto  á  su 
principio,  sopuesto  que  njtigiin  reposo  prece- 
dió  para  que  pudiese  lener  un  priiicipio¿  Todo 
movimienU)  cKige  un  mot>r  6  una  potencia  io* 
herente  ¿  algun  cuerpo,  ó  al  que  es  puesto  en 
movtmiento  ó  ¿  otro  d  una  polencia  que  no 
perteoezea  ¿  un  cuerpo.  Toda  poteucía  tn- 
herente  ¿  un  cuerpo»  y  difuodida  eo  61,  es  sus* 
cepUble  de  disminucion  y  aunienlo,  dedivisioo 
y  mulliplicacion.  Gonsidérese,  porejemplo,  la 
gravedad  inherente  ¿  la  piedra  y  que  la  hace 
descender:  si  se  divide  la  piedra  endos,  su  gra- 
vedad  tambien  se  d¡vidir¿;  al  conlrario  si  se 
la  aiiade  unapiedraigijai,  íagrávedad  serádo- 
ble  porque  se  la  añadir¿  otro  igual;  y  si  fdcse 
posible  que  la  piedra  creciese  hasta  lo  inOnl* 
lo,  su  graved^d  recibiria  el  va'ismo  aumento, 
Si  la  piedra  no  aumentasc  mas  que  hasla  cier- 
ta  caotidad.  esta  eerviria  dc  Jfmítes  ¿  su  gra- 
vedad.  8i,  pues,  se  ha  demostrado  qiie  todo 
ooerpo  era  limitado  debe  ioferirse  que  lo  ea 
igualmenle  todu  polencia  inherente  ¿  él.  Si 
una  poteocia  produjese  un  efecto  inflnito,  no 
perteoeceria  ya  ¿  un  cuerpo;  el  cieto,  pues,  se 
halla  ea  un  movimienlo  perpéluo  sin  limiies 
oi  lla.Si  decisaoeque  el  flrroamento  es  elerno 
y  sin  principio,  se  inferir¿  que  su  potencla  mo- 
trls  00  sehalla  en  él  oi  en  otro  cuerpo,  que  es 
uo  ser  distinto  de  los  cuerpos  y  que  oo  podria 
perteneceríes.  ' 

Por  la  comparacíoo  del  niiindo  perccedero 
Tokdhao  descubrió  qua  la  vcrdadera  rason  de 
la  exietencia  de  cada  cuerpo  es  relaUva  ¿  au 
fonna,  que  no  es  mas  que  la  dispostcion  para 
diferentes  movíoiientos;  pero  que  relaUvamen- 
tc  ¿  su  malería,  es  tan  débil  que  no  se  puede 
compreoder;  que  del  misroo  roodo  la  razon  de 
la  exi^tencla  de  todo  eJ  mundo  es  relatíva  ¿  sa 
disposicion,  al  movlmlento  corounicado  por  uo 
rootor  difereote  de  los  cuerpos  y  de  todo  lo  que 
les  pertenece  y  qoe  no  puede  enlrar  en  iaima- 
ginacion.  Gomo  ese  productor  de  los  niovi- 
roieutos  del  ctelo,  por  varíados  que  sean,  nni- 
formes  sin  embargo  y  continuos,  se  inflere 
que  los  conoce  y  que  ejerce  poder  sobre  elios. 
Discurriendo  de  estc  modo  Yokdhan  se  eu- 
contraba  trasladado  al  mismo  punto  en  que  se 
encontraba' ciiando  hizo  el  primer  racioclnio; 
le  era  indiferenteque  cl  muudo  fuese  eterno  ó 
creado,  porque  de  ambos  sistemas  concliila 
igualmenle  la  existeneia  de  un  productor  dis- 
tinto  de  los  cuerpos  y  que  ¿  ninguoo  era  lo- 
lierente. 

Guando  Yokdhan  adquiríó  el  conocimlento 
del  Ser  Supremo  ¿  la  edad  de  treinla  y  cínco 
años,  qiiiso  8al>erpor  qué  medio  habia  podido 
llegar¿este  conoeimiento.  De^pues  de  hñbet 
fxaminadosuce&iviimente  todos  su&  sciitldos 
vió  que  00  podiaii  huceríe  conocer  mas  que  los 
cuerpoá  y  lu  dependieutede  ellos.  No  teniendo, 
pues,  rpíariou  alguna  el  ser  ní'ccsario  con  io 
1.     111.     t 


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49 


ARABIA 


10 


qne  es  cuerpo,  no  (^udclé  pérdbii^e  é\  espresa- 
do  ser  por  nada  que  sea  corporbl.  Qucdó,  pue>, 
convcncido  de  que  liabía  adquirido  el  conocl- 
Biiento  de  aquel  ser  por  alguna  cosa  incorpo- 
raJ  que  tenia  en  8i,  y  que  por  su  esencia  nada 
comuo  lenia  con  el  cuerpo  y  dobia  ser  incor- 
mptible,  por  cuyocaminollegóal  cónocimlen- 
to  de  la  Inmortalidad  del  alroa. 

Por  esta  reseña  se  yo  como  Tophail  por  nn 
concepto  ingenioso,  sopone  que  un  bombre 
aislado  paede  sio  necesidad  de  instruccion  cs- 
traña  elevarse  gradualmente,  coo  solo  el  auxi- 
lio  de  la  rason,  al  conoclmiento  de  las  cosas 
naturales  y  sobrenaturale»,  á  la  de  su  alma  y 
del  Ser  Supremo. 

Auoque  pudiéramos  citar  un  graü  m'imero 
de  fllósofos,  bástanos  haber  indicadoi  los  que 
acabamos  de  nombrar  parahacer  ver  con  cuan- 
to  cclo  cultivabaa  los  árabes  la  metarí3ica,  in- 
dependientemente  de  las  demas  cleucias  á  las 
que  se  consagrában  con  ardor.  Pero  no  obs- 
tante  este  ejercicio  desus  facullades  intelec- 
tuales,  no  comunicaroo  luz  alguna  al  tratar 
las  materias  que  mas  necesitabao  dilucidarsc. 
Satisfechos  al  ocoparse  de  las  cuestiones  mas 
abstractas,  no  consultaban  la  naturaleza  ui  es- 
periencia.  No  obslante  debemos  confesarlo  con 
gloria  suya,  mientras  la  fllosofia  eslaba  aban- 
donada  por  los  lalinos  y  poco  cultivada  por  los 
griegos  fué  favorabíemente  acogida  por  los 
¿rabes,  liasta  quc  el  Occidente  despcrtó  dc  su 
vergopzoso  adormecimiento  y  la  acogió  á  su 
vez,  engalanada  coo  los  adornos  molestos  con 
que  la  revisiieron  los  comentadores  griegos, 
slriacos  y  árabes.  Presentándose  bajo  esla  for- 
ma  dió  á  luz  al  escolasticismo  de  ia  ed^d  me- 
dia.  Debemos  asombrarnos,  dice  Denia,  cuan- 
do  observamos  que  nuestros  autepasados  adop- 
taron  de  los  mahometanos,  á  qnienes  inju- 
riaban  sin  cesar,  la  mayor  parte  de  las  doo- 
trinas  que  se  enseñaron  por  espaciode  muchos 
siglos  cn  las  escueias  cristianas:  tal  fué  ladoc- 
Irina  sobre  el  Ser  Supremo  y  sus  atríbutos,  la 
gracia  yel  librealbedrlo,  lasaccioneshuniana?, 
la  virlud  y  el  vicio,  el  castigo  eterno  y  el  cielo. 
Los  titulos  mismos  de  ias  obras  coropuestas 
sobre  estas  materias  por  los  árabes  y  por  los 
discipulos  de  ias  escuelas  cristianas,  tienen  ta- 
lcs  rasgos  de  semejanza  que  parecen  liaberse 
copiado  mútuamente.  Rn  cuanto  á  la  fllosoria 
moral,  lasnumcrosas  obrasquelosárdbescom- 
pusieron  sobre  esta  materia,  están  llenas  de 
subiimes  preceplos,  de  los  que  citaremos  so- 
.lamenteel  de  EbU'Abilnur,  nacido  cn  España, 
que  trata  de  lo3  deberes  de  los  príncipes,  y 
prescribe  la  regla  de  su  cooducia:  el  autor 
despues  de  recümendarles  ta  agricuUura,  ias 
arl€$  y  la  diicijMna  m.lUar,  presenta  los  pc- 
ligrosque  ameiiazao  á  Espaúa  si  sc  condenun  al 
olvido  estos  objetos,  si  no  prodigao  el  apre- 
cio  y  cstimulo  al  saber  y  prooidad,  ei  las  pro- 
vincias  segobiernan  por  agentes  ineptos  y  ve- 
nales,  si  no  se  cuitivan  los  campos^si  se'de&- 
precian  lasartes,  si  se  relaja  la  disciplina  del 


soldado,  sl  dus  armas  están  cnbiertaS  de  polvo; 
Hnalroente,  si  existe  una  consteruacion  univeiw 
sal  cuando  el  enemigo  amenaza. 

Sebmieidm:  Etuayo  iohre  lat  etcuelat  /UotófUüt 
entn  /o«  árabet;  I8ÍS,  on  8.* 

Oe  Gcr«ii(lo:  Oitlorii  comparada  do  lot  tÍtUiñaa 
/ÍloióHfOt;  S.«  edle..  1823, 4  l.  eD  8.* 

D  C'Aonario  d§  iat  eieneiatñlotóñeia;  art.  AMáM 
{fitotofia}. 

ARABIA.  (Biitoria.)  La  historia  de  1a  Ara* 
bla  como  la  de  otras  oaciones,  y  aun  puede  ser 
que  mas  que  todas  ellas,  tieoe  sus  mitos;  razoa 
por  la  cual,  la  noticia  de  su  orígen  ha  liegado 
á  nosotros  envuelta  en  un  prodigioso  número 
de  tradiciones  fabulosas.  Mucbos  cronistas 
oríentales  han  dividido  ai  pueblo  érabe  en  tres 
razas  príncipales.  La  primera,  ó  sea  la  de  los 
árabesartóa^,  so.coroponia  de  tríbus  estingui- 
das  en  una  época  lejana,  y  acerca  de  las  cua- 
lcs  solo  se  han  consen'ado  algunas  relaciooes 
tradicionales  recogidas  por  el  Alcoran.  De  las 
dos  restantes,  la  una  liaroada  de  árabes  mn- 
taárríbos,  pretende  rembntar  su  orfg^n  hasta 
Kabtan,  á  quien  ordinariamente  sc  le  Identifl- 
cacon  el  Jectan  del  Génesis,  y  la  otra  conoclda 
con  él  nombre  de  árabes  mustárribds,  se  erope- 
ña  en  que  desciende  del  matrímonio  de  fs- 
macl,  hijo  de  Abraham,  con  urta  Jóven  de  la  ra- 
za  de  los  Jcctanidas.  Los  descendientes  de 
Kahtan,  establecidosen  lascampiñas  de  la  Ara- 
bia  Feliz.  fuudaron  enellasciudadesy  se  dedi- 
cabau  á  \h  agrícultura.  Los  ismaeiitas,  por  el 
contrarío,  desparramados  por  los  pedregosos 
campos  del  Hedjaz  y  las  estériles  ilanuras  de 
Thamah,  vivian  cn  liendas,  apacenlatMin  8U8 
gan«dos,  y  sc  entregaban  al  coroercio.  Lai 
gucrras  ó  las  alianzas  de  estas  dos  razas  ha- 
cen  un  gran  papel  en  la  historia  antigua  de 
la  Arabia,  una  de  tas  mas  difíciles  de  recons- 
truirpor  la  escasczde  documentos  contempo- 
ráneos;  puesto  que  los  analiftas  oríentates  no 
comenzaron  á  rcdactar  sus  crónicas,  sino  mu- 
cho  despues  de  establecido  el  islamismu.  Hay, 
porconsiguiente,  que  teneren  ellas  muypoca 
couflanza,  si  se  atiende,  sobretudo,  á  las  alte- 
raciones  á  quc  se  hailan  espueslas  las  tradi- 
ciones  oraie?,  que  airaviesen  una  serie  dilata- 
dadesigios.  Pero  ladiflculladno  estisolocn  la 
escasez  dc  docuraentos,  sino  en  el  dosacucrdo 
queexiste  eiitreellos:  a.«íes,  que  Djcnnabi  da 
á  la  monarqula  de  los  reyes  dcl  Yeroen,  des- 
cendientes  del  Jectan,  una  duraclon  de  3,000 
años,  mientras  que  Abulfeda  solo  les  concede 
2,020.  Mas  aun  cuando  admitaroos cste  úllimo 
cálculo,^e8  con  todo  eso  imposible  suponer 
quc  losveinte  yseis  reyes.cuyos  combresliaa 
liegado  hasta  nosotros,  hayan  podido,  con  Bua 
reinados,  llenar  este  periodo.  Los  cronistas 
árabescortanla  dificultad,  concediendoá  algu- 
nos  de  estos  príncipes  3  ó  400  años  de  reinado; 
pero  no  siendo  posible  aun  á  la  crítica  histórí- 
ca  mas  acomodaticid,  hacer  semejantes  conce- 
sioues,  es  preciso  admiiir,  ó  qtie  el  orígen  del 


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14 


AHABIA 


|K)der  monárqoiooy  regolir  en  et  Tcmen  es  de 
iDDcbos  siglos  posterior  á  Jectan,  6  que  los 
princlpes  cuyos  nombresnos  bao  sido  trasroi- 
tidos,  soo  solamente  aquellos  que  se  hicieron 
Dolabtes  por  su  poder  y  sus  conquistas.  Nus- 
otros,  qoe  en  otra  parte  liemos  dedicado  al  exá- 
men  de>esta  coestioo  un  trabajo  especial,  va- 
D06  á  consignar  aqui  el  resullado  dt;  noestras 
ioTesligaciones. 

Segunellas,  Himiar.descendientedeKabtan 
ó  Jectan  y  de  Saba,  su  bízoleto,  por  una  larga 
socesíonde  anlepasados,  debió  reinar  enel  Ye- 
men  i  Ones  del  slglo  lY  antes  de  la  era  cristia- 
oa  (384  ant.  de  J.  G.)  Sns  sucesores  fuerou  los 
síipiientes:  Oiialbil  (348  ant.  de  J.);  Sacsac 
(345i;Tafdr  (2821;  Dliou  Riasch  (2G6);  Ei-No 
maobeo-Djafar(849);  AsmaUbeo-Nomau  (3i6); 
8elieddad-beo-ad  (483);  Lokroaiwbco-ad(47)); 
Dhoo-sedad-ben-ad  (464);  Ilarith-el  Uatácb 
(150);  Dhoo-el-Karoam  (490  ;  Dhou-el-Menar 
(90);  Afríkis  (60);  Dhon-et-Azhar  (30);  Scher- 
hMI  (I  desp.  de  J.  C);  Belkis  (30  desp  de 
J.  C);  Naséliir-el  Niaro  (40);  Schamar-Yarasch 
(60);  Aboo-Malek  (75);  Akran  (95). 

Delengámonos  un  momenlo  en  el  reiuado 
de  Akrao,  señalado  por  un  acootecimieoto  im- 
portaole,  y  noleroos  dé  paso  qiio  algunosde  los 
prncipes,  coyos  oorobres  acabaroos  de  citar, 
bao  lleTado,  segno  las  tradiciones,  sns  fabuio- 
aaseonqoislas  á  las  regiones  roasapartadas  de 
la  tierra,  y  aooMítido  i  su  yugo  pueblos  cuyos 
moradores  erao  de  ooa  estatura  gigaotesca,  ó 
tomado  ciudades  coo  murallas  de  bronce  y  de 
Dobrillo  tal,  qiie  sos  habitantes  4le?aban  ca- 
retas  para  no  qnedar  ciegos.  Sin  embargo,  con 
el  Dombre  de  Dhou-el-Azhar,  hay  onido  un  he- 
eho  bistórico  de  mas  importancia  qiie  esas  ma- 
nTiUosa8>e8pediciones:queremos  hablar  de  la 
espedidoo  de  E  io  Galo,  en?iado  por  Augusto  ¿ 
espiorar  la  Arabia  Feliz,  eon  el  objeto  de  atraer- 
se  la  amistad  de  los  puebtos  que  la  habitaban, 
ó  de  someterlos  ¿  so  poder.  Eo  esta  liipótesis, 
Dhoo-ei  Aihar  ó  Dhi  el-Azhar  seria  el  príncipe 
qoe  lo8  bistoriadores  rom&nos  han  conocido 
coo  el  nombre  de  Hasaro.  Eo  cuanto  al  reinado 
de  Akran,  est¿  señalado,  como  lo  acabamos  de 
decir,  por  on  calaclisrop,  cuyo  oi  ígeii  es  cemo 
sigue:  el  pais  de  Mareb,  en  el  Yemen,  habia 
sido  por  mucbo  tiempo  iohabitable  por  las  fre- 
coentes  inundacioues  ¿  que  estaba  espuesto. 
Ooo  de  los  reyes  dei  pais,  Lokman-ben-ad,  se 
propuso  oponer  nn  obstáculo  ¿  los  torrenles, 
que  todos  los  ioTiernos  se  precipilabao  de  la 
eima  de  las  mootañas.  Para  esto  conslruyó  una 
inmensa  pre^a  ¿  la  eutrada  de  dos  altas  roon- 
taiias,  qne  formaban  ona  profiinda  garganta, 
por  donde  las  afiuassederramaban  cn  la  llanu- 
n,  y  de  este  moüo  couTirtió  un  gran  valle  en 
lago,  el  cual  se  sangraba  en  tiempooportimo, 
para  el  riego  de  las  lierras  sitiiadas  roas  abajo. 
Desde  este  mumenlo  cambió  de  aspccto  el  pais 
de  Mareb,  y  llegó  á  ser  uno  de  los  mas  ricos 
¿d  Temen;  pero  tu  riqnesa  depeodia  de  la 
cooserf  «;ioo  de  loft  diques,  que  se  rompieroo 


en  el  reinado  de  Akrao.  Los  detattes  maa  f¡i« 
bulosos  acoropañan,  en  los  autores  ¿rabes»  á 
la  relacion  de  esta  catástrofe,  qiie  Tolviendo  ¿ 
hacer  inhabitables  comarcasmucho  tiempo  an* 
tes  cultívadas,  produjo  en  \^s  tribui  dei  Ye- 
men  iina  emigracion  considerable. 

No  obslantc,  los  reyes  himaritas  continna- 
ron  reinando  en  los  dístrítos  de  la  Arabia  Fe« 
liz,  quc  la  inundacíon  liabia  dejado  libres.  El 
sucesor  de  Aki%n  fiié  Dhou  Habschan  iaíío  de 
J.  G.  445^;  ¿  este  siguió  Tubba,  su  hermano 
(de  J.  G.  460);  luejTO  GolaYcarb,  hijo  de  Tubba 
(490);  Asab-Abou-Carib,  que  si  heroos  de  dar 
crédiio  á  la  tradicion,  penetró  como  conquista- 
dor  liasta  la  China  (220);  Hacan,  h'jo  de  Asab 
(238);  Amru,  apetliüado  Dho'u-el-Awad  (250); 
A^bd  Keial  que,  segun  la  crónica  de  Hanza» 
abrazó  el  cristianisroo  (273);  Tobba,  hijo  de 
Hacan,  al  cual  se  atribuyeHa  introdiiccion  dp{ 
juduismo  en  el  Yemeu  (297);  Morthed  (345); 
Abruha,  bijo  de  Sabbah  (370);  Sahban  .399); 
Sabbah,  hijo  de  Abralia  i440);  Hacan-ben-Aro* 
ru  (455);  Dhou-Schenatir  (478),  Dhou-  Nowas 
(480).  Esle  últiroo  príncipe,  no  babiendo  podi- 
do  converíiral  juda'i¿roo  ¿  los  habitanfes  de 
Nedjran,  que  eran  católicos,  los  hizo  echar  en 
número  de  20.000  en  fosos  profundos,  donde 
estaban  encendidas  enorroes  hogueias,queIos 
qiiemaron  vivos.  Qtieriendo  el  einperador  de 
Abisinia  veugar  la  rouerledc  sus  correligiona- 
rios,  hizo  pasaral  Yemeu  30»000  soidados,  que 
se  apoderaron  del  pais,  y  pusieron  fln  al  iro* 
període  los  himarítas.  El  Yemen  quedó  eoton- 
ces  sometido  ¿  los  abisinios,  y  no  lo  sollaroo 
slno  en  mauo  de  los  persas.  que  todavia  con- 
servaban  su  domioiOt  cuaudo  los  ¿rabes  abra- 
zaron  el  islamismo. 

Rey^s  de  Hira  Entre  las  tríbos  emigradas 
del  Yeroen,  ¿  consecuencla  de  la  rotora  del  di- 
qne,  hubo  algunas  que  Uegaron  hasta  la  Me-* 
sopotaroia,  pasado  un  clerto  tiempo.  Malek-beo 
Fahm,  su  caudillo,  que  babia  fljado  au  residencia 
en  Anbar,  sltnado  en  la  orílla  isquierda  del  ^ú- 
fniles,  trabajaba  pára  organizar  el  noevo  Impe- 
rio»  dcl  que  pretcndia  ser  gefc,  cuando  fué  ca« 
sualmente  muerío  de  un  flechazo,  mientras  que 
se  paseaba  disfrazado  para  asegurarse  si  el  ór* 
den  reinaba  en  la  ciudad.  Sucedióle  so  hljo  • 
Djodhalmak,  que  acabó  de  someter  la  vasta  co* 
marca  que  ríegan  el  Eúfrates  y  el  Tigris,  y  so* 
cumbió  en  una  espedicion  que  inteotó  cootra  :« 
las  tierras  del  imperío  gríego,  dejando  el  po- 
der  ¿  su  sobríiio  Amru  qoe  fljó  so  resideocia 
eo  Hira,  siluada  eo  la.parte  occidental  de  la 
aniigua  Babilonia,  sobre  un  brazodel  Eúfrates, 
actnalmente  seco,  que  se  desviaba  del  cAuce 
principal  dei  río  para  avanzar  directamente  al 
Sur,  hácia  las  niarísmas  donde  mas  t^rdeeslo- 
vo  fundada  Gufa.  Amruel  Cals,  hijo  de  Amrn; 
Amrii  II  hijode  Araru-elGulií;  Aus,  hijo  de  Ka- 
;  llam;  Amrii-ol-Cdls  U,  hijo  de  Amru  II  no  se 
¡  ocuparon  de  otra  cosa  qiie  en  la  caza  6  en  la 
guerra.  Su  vlda  la  pasabun  eo  bacer  rópidas  es* 
pedÍcioQ^  por  las  fronteras  4e  1»  Siría  6  del 


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ts 


ARAIIA 


U 


cion  entre  1o8  gefes  eoyo  refna^d  fné  afiteríof 
á  la  llegada  de  lacolonla  salida  del  Tenen» 
ciiando  la  rotnra  del  diqae,  y  os  que  reinarot 
despnes  del  arribo  de  las  famlUas  emlgradit. 
Solamente  estos  últimne,  segonAbolfeda  llera* 
ronelnombrede'ghasanidas.  tlosreyesdeOha- 
san,  dice  este  cronista,  traen  so  origen  del  Te« 
men.  Antes  de  su  tlegada,  babitaban  en  la  8i- 
ria  lOB  árabes  üamados  dhadjalma,  de  la  raia 
de  Salih:  aqnelles  los  echaron  á  olra  parle  y 
oeoparon  su  lugar.«  Estas  tribns,  ^n  contaeto 
diarlo  con  los  griegosqoe  babitaban  en  la  Slria, 
se  convirtieron  al  crísüanísroo.  Desde  entoncet 
se  hicieron  Taaallos  de  loa  emperadores  4e 
Constantkiopla,  que  los  empleabán  eomo  tro* 
pas  lijeras  en  sus  guerras  con  la  Persia  ó  don 
las  otras  tribos  árabes.  De  consiguieale,  la  hia- 
toria  de  les  reyes  de  Oluwan  Tieoe  á  ser,  poco 
mas  ó  menos,  el  reTerso  de  la  de  los  reyee  ét 
Hita.  La  ocopacion  hablioat  de  estos  gefea  de 
tríbu  debió  conaistlr  en  bacer  raisias  en  el  ter* 
ríioriodePersia,  en  servir  deetploradorteá  los 
ejércitos  romanos  mieotras  la  gaerra,  y  t^* 

Stiear  por  su  propia  cuenta,  las  llanorasde  Imk 
orante  la  paz,  y  si  los  romanos  nos  ban  habla- 
do  menos  de  dichus  gefes  qoo  de  los  reyet  do 
Hira.  es  por  la  sencilla  raxon  de  qoe  se  encnto* 
tra  mas  satisfaccion  en  oelebrar  el  Talor  del 
enemigo  tencido,  qoe  no  el  del  aliado  que  not 
ba  ayudado  á  Tonceríe.  A  continuacion  anota* 
mos^  siguiendo  á  Mr.  Ganssln  de  PerceTal,  los 
nombres  de  los  reyes  de  Qbasao,  y  la  époct 
probable  desn  snbidaal  trono:  Thalaba  (»Aode 
0.  47;)  porqiie  estába  slempre  perfeclamente  I  JesucríBto.  300);  Iharith  1  (803);  Djabala  1(330); 
Informado  de  sus  moTiroientos,  y  él  hacia  los  >  Harílbll(360);  llawia.muger  deflaríthll  (373); 
tnyos  con  tanta  prontltud,  que  antes  que  de  i  Mondhir  1,  Noman  I,  DJabala  11.  Ayharo  I,  Am- 
ellos  se  tuTiese  sospecha,  ya  se  retiraba  carga- !  rn  I.  (de  380  é  420);  Dejofna  II  (410);  Noman  II, 
do  de  botin.  Si  alguna  vez  tropesaba  con  las  •  (450);  Noman  III  (454);  Noman  IV,  Haríth  in  (de 


Imperío  griego;  en  TolTer  4  sn  capital  con  e1  bo- 
Ün  que  bablan  cogido,  y  en  ssltr  ntieTamente 
para  defenderse  i  su  tcs  de  las  agresiooes  de 
tn  Tecinos;  y  1a  prneba  mas  clara  de  la  agita- 
da  ezistencia  de  estos  reyes,  es  qne  ninguno 
de  ellos  murió  en  sus  eslados.  Noman  el  Tuer- 
to,  qne  ocupó  el  irouo  por  los  años  8110  de  Je- 
sncríMo.  estendló  rouy  lejos  sus  conqnistas  y 
desplegóensu  capital  un  lujoqae  ríTalisa  conel 
de  los'  monarcas  de  Persla.  Desfhies  de  haberse 
heclio  cristiano,  abdicó  la  corona.  en  44  tt.  y  to  vo 
porsucesori  su  hiJoMondhirl  queayndó  áBah- 
ram.  hijode  Teaded-Jerd.  á  recuperar  la  coro- 
na  de  Persia  de  que  habia  sido  despojado  por 
00  usurpador.  Rsie  eminentc  servlclo  le  fué  re- 
compensado  con  numeros  beneOclos  y  brt* 
llaules  promesas;  pero  el  trono  de  los  Sasani- 
das  quedó'  desde  entonces  en  roanos  de  nna 
raza  valiente,  y  lospríncipes  de  Hira.conTer- 
tidos.  por  decirlo  asl,  en  Tasallos  de  los  reyes 
de  Persla,  corobatieron  desde  aquella  hora  á  sn 
lado  cn  todas  las  (ruf  rras  quc  contra  los  roma- 
008  Posluvieron.  Mdndhir  I,  despues  de  haber 
Teinadomuchotieropo,rouríóen46t,  ytoTopor 
tucesorá  Noroan1I,su  hijo.qne  reinósleteados, 
en  seguida  á  Aswdd,'8ohiio  segnndo,  que  reioó 
diez.yúltiraamenteáMondhirlI.herroanodeAs- 
irard.Nomanlll,  Aroru  el-Gals  III,  y  Mondhirlll, 
eontinuaron  la  tarea  de  sns  antecesores.  Rn  par • 
ticular  cste  último  fu6.  duranteun  medio  siglo 
de  reinado  (de  505  á  554),  el  asote  del  imperío 
gríego.  «Sus  enemigos  no  nodian  Jamás  daríe 
aleance,  dice  Procopío  (de  BeUoPersieo,  lib.  4 


tropas  enviadas  en  su  bosca,  caia  sobreellas  y 
)as  derrotaba  antes  de  qne  hubieran  podldo  re 
eonoceríe.  Rn  On,  fué  et  enemlgomastemible 
qoe  tuvieron  los  romanos:  aprovechándose  de 
laautoridad  sobcrana  que  e]ercia  sóhre  lossar- 
racenos,  vasallos  de  la  Persia,  Invadia  por  to 
dos  laJos  nuestras  fron'cras,  y  ninguno  podia 
resistiríe,  bien  fuera  de  nuestros  generales 
grlegos,  bien  de  los  que  acudiPaban  á  los  ira- 
be^.  aliados  dcl  Impetlo.»  Habiendo  sido  rouer- 
to  Mondbír  en  una  espedlcion  conlra  los  gha- 
kanidas,  de  los  cnales  hablaremos  ¿  snllempo, 
tUTO  por  sucesor  á  su  hijo  Amrn,  bjijo  cuyo  rel- 
liado,  Mahoma  nació  en  la  Meca.  Itabns  (afio  de 
lesncrísio  574\  Mondhir  IV  (5í«0>,  Noman  V 
($83).  lyas  ^605)  ocuparon  sncesivamente  el 
poder  hasta  el  dl»  en  que  la  gran  fámllia  árabe 
te  rennió  en  nombre  dei  islamismo  para  fundar 
on  noderoso  imperio. 

ñeye»  de  Ghasan  Mnchos  hlfstoríadores  han 
eomprendido  bajo  el  nombre  generat  de  gha- 
tanidasó  reyesde  Ghasan,  &  los  soberanos  éra 
bes  estab  ecidos  al  Sudcste  de  Damascoy  que 
bajo  la  autorídai  delos  emperadores  romanos, 
goDernaban  las  tribns  asentadas  en  esta  parte 
4e  la  Sirla.  No  obstante,  bay  que  baoer  disiin- 


466  ¿  47«);  Noman  V  (47«H  Mondfalr  II,  Am^ 
ru  III.  Hodjr  I  (de  490  ¿  530);  Abuschamir-Ha-- 
ríth  IV,  Ei-Acbar-I))abala  111  (de  405  ¿  5t0);  Ha* 
ríth  V;  El  ATTsat.  y  RI-AradJ  (de  5«9  ¿  579);  Dja- 
bala  IV,  Harith  VI  (de  57t  ¿  587);  Amrn  IV  (de 
587  ¿  597);  Noroan  VI  (de  597  ¿  600);  Hodjr  II, 
Amni  V  (de  590  ¿  645,;  Harílh  VII,  Schurahblt, 
Ayham  II.  Mondhlr  III  (de  600  ¿  630^  Amm  VI, 
njabala  V  (de  630  ¿  633);  DJabala  VI  (de  633  á 
636).  Gomo  se  ve  por  este  cuadro,  algunos  de 
egtos  príncipes  han  sldo  probableroeote  detig* 
nadoscon  movhos  nombret  diferentes:  el  reluo 
de  Ohasan,  ignalmente  que  el  de  Hira,  foé  de»> 
tmido  desde  las  prímeras  conqolslas  del  isla- 
mismo. 

Aderoas  de  los  tres  esfados  prínelpales  del 
Temen,  de  Hira  y  de  Ghasan,  habia  un  gran 
número  de  tríbus  gobemadas  por  gefes  inde* 
pendienles,  formando  otras  lantas  pequefttt 
potencias  que  no  reconoclan  dependencia  feo- 
«hil.  Lns  tríbus  de  Kenda,  Maad,  y  Kelab,  fbe- 
mn  muchas  Teces  goberoadas  por  príncipes, 
cuyo  Talor  y  hasañás  reflejaban  por  algun  cor- 
to  tlempo  oft  gran  bríllosobre  la  tríbu,  porque 
meaolados  siempre  estos  ¿rabes  nómadas  en 
tat  qoeronat  de  sut  Teoioot,  ao  virian  mae 


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ts 


AaABiA 


u 


f06  de  li  gaeiTa  ódel  pilUige.  Atl  es  qae  des- 
de  la  era  de  lofi  Seleocidis  basta  la  criBtiana, 
loa  Dabatetift  que  demioabaa  toda  la  Arabía 
Mrea,  tomaroB  parlido  lan  pronto  por  los  si- 
rlos,  como  por  los  egipcios,  en  las  guerraa 
fue  despedaxaron  á  eatoa  paises.  Mas  tarde, 
proToearon  mas  de  poa  ves  la  oólera  de  los  ro- 
naDOs,  con  soa  frccueotes  iocursiooes  en  Si-> 
ria:  Lóealo,  Pompef  o,  Scauro,  Gabinio  y  Mar- 
eelino,  qoe  fueron  suoesivamente  procóosules 
de  esta  proviocia,  empreodieron  espedicioaes 
CDDtra  ios  babiUDtes  de  la  Arabia  Petrea,  go- 
beroados  á  la  sasoo  por  caodillos  qoe  los  ro- 
■laDOs  llamao  aretas  ibariih),  melchos  (malek), 
ebodas  (abd-waab);  pero  esios  hábiles  geoera- 
les  DO  pQdieroD  coosegoir  otras  YeDtaJas  que 
d  pago  momeotáoeo  de  oo  triboto,  ó  la  cesa- 
éion  de  hostilidades  duraote  algooos  meses. 
SotamoDte  ?ompeyo  alcaosó  trioofos  mas  po- 
sllWos;  y  ya  aYaosaba  bicia  Petrea,  despoes  de 
kaberlos  derrotado  mucbas  Yeces,  CMndo  la 
moerte  de  Mitridates  le  obligó  á  eocamiDarse 
•I  PODto.  Id  la  espedicion  de  Elio  Galo,  bajo 
Aogost^,  los  oabateos  oo  se  uoieron  á  los  ro- 
aMDossino  para  bacerles  traicioo.  Uo  siglodes- 
poes,  coaodo  fuó  Tito  i  sitiar  i  Jerosaleo  sir- 
▼ió  de  foogoardia  de  so  ejército  oo  coerpo  de 
amlliares  irabes.  Solo  ñié  eo  tiempo  de  Traja- 
wm,  Y  eso  ■lomeDtiDeameote,  cuaodo  la  Ara- 
bia  Petrea  se  sometió  al  poder  romaoo. 

hmüelUú$óárabe»muHarrám,  Ai  lado 
de  lo8  irabes  dei  Yemeo  ó  JectaDÍdas,  coyas 
ODkmias  se  habian  diseminado  por  Bahreln, 
MJd,  Yemaoa,  Yathreb,  la  Siria  y  el  Irak.  tI* 
vlao  eo  el  Hedjas  ó  Tehami,  estos  moslarribos, 
•Dtroncados  coo  los  irabes  por  el  matrioiODio 
de  Idoiael  su  padre,  eoa  ooa  bija  del  Temeo, 
éeeolre  los  euales  debia  nacer  Mahoma.  Se» 
gon  la  tradicioo  irabe,  Agar  é  lemael  ediados 
de  casD  por  Abraham,  hicieroo  alto  desfalleci- 
dos  en  el  sltío  doode  eo  laactnalidad  se  ele- 
ta  la  Meca:  uo  iogel  hiso  brotar  del  soelo  la 
Ibeote  eo  la  coal  Ismael  podo  apagar  so  sed, 
y  en  reeoDocimiento  Abraham  ediflcó  eo  esle 
ÍDgar  el  templo,  al  qoe  desde  eotooces  van  en 
peregriDacióo  todas  las  tribos  irabes.  Ismael 
M  el  primer  pootiOce  de  este  templo  llamado 
h  Kabaa,  quedaodo  despqes  de  so  rooerte,  yíd- 
CDladalaadmtoiatracioo  ea  lafamiiiade  losBe- 
BD  Bforhom,  eoD  loscoales  habia  eootraidoaliao- 
aa  por  la  eleccioD  qoe  hiso  de  uoa  de  sus  mo- 
geres.  Mas  tarde  los  BeDu*Khosaa,  Teoidos  det 
Temtn  despoes  de  la  rotura  del  diqne,  se  apo^ 
ésraron  de  taa  Importantes  fhocioncs,  qoe  con- 
ssrrarMi  hasta  principios  del  slglo  Y  de  noes- 
tra  era,  en  cuya  época  recoperó  el  poder  la 
faaiíllD  de  los  koreischitss»  desceDdieotcs  de 
toHNel.  Cosal,  el  afortnoado  autor  de  esta  re- 
toIdcíod,  llaroa  eo  toroo  soyo  i  todos  lo»  ko« 
reisebitas  desparraraados  eo  las  cercanlas; 
hiso  edífiear  uoa  ciodad  que  dividió  eo  coatro 
eoartelcs,  y  foé  de  este  modo  el  fbodador  de 
la  Moea,  qoe  basta  eotooces,  mas  bleo  ha- 
Mssido  DM  oampaiiento de  irabes  bedoiDosi 


qoo  ODD  'gran  eiodad.  La  aolorliaé  de  Ko- 
sal  sobre  los  koreiscbllas,  en  taoto  qoe  tívíó. 
y  la  de  sus  bijos  despues  de  so  muerte,  llegó 
i  ser,  por  deeirlo  asi,  un  articnlo  de  so  reli- 
gioo,  y  oadie  hasta  el  establecimleolo  del  isla- 
mismo,  toTO  el  peosamiento  de  dispotarles  el 
podor.  Kosal  tUTO  por  sucesor  i  so  hijo  primo- 
góoito  Abdmeoaf,  quei  su  tcs  dejó  el  cetro 
eo  maoos  de  Heschao;  este  último  fué  el  padre 
y  el  predecoAor  de  Abd-el-Mottalib,  célebre  por 
mas  de  uo  Utolo,  eo  los  aoales  del  islamismo, 
pero»  sobre  todo,  por  haber  sido  abuelo  de  Ma- 
homa,  y  el  proteetor  de  aus  años  JuTcniles. 
Desde  estaépoca  la  historia  del  Hed}as,  óme- 
jor  dicho,  lade  la  Arabia  eotera,  se  eoofüode 
coo  ladel  Profeta,  qoebisodesapareceranteel 
islamisrao  todas  las  diTislooes  adoptadas  hasta 
alli  (Véa$e  la  pMbra  iSLaatsiio). 

Bl  rasgo  nus  marcado  del  carider  irabe, 
y  qoe  alterDatiTaoieDte  preseota  en  relieTe 
las  cualidades  mas  opuestas,  es  síd  doda  algu* 
oa,  esa  mescla  iotima  de  ardor  por  el  pillago 
y  de  hospitalidad,  de  fleresa  cruel  y  de  geoero- 
sidad  caballeresca.  Para  poderse  esplicar  estas 
aoomalias  perp6tuas,es  necesario  cotocarse  ba- 
jo  el  punto  de  Tista  escepcional  de  ooa  oacion 
aislada  por  su  posicion  geogriflca,  de  todo 
cootacto  con  los  otros  poeblos,  y  preclsada  i 
bastarse  i  si  mlsma  en  oo  soelo  samameote 
iograto.  La  pobresa  de  so  territorto  les  serTla 
de  escosa  para  et  robo:  desheredados  de  las 
abondanteB  micses  y  sustanciosos  pastos  que 
eoríqoeciso  tantos  otros  paises,  reparaban  i 
TÍTa  ftoeraa  la  injustlcia  de  Ip  suerte,  y  crelan 
recobrar  de  cada  caraTsna  atacada  por  ellos, 
la  porcion  de  bienes  que  debiera  habertes  to- 
cado  en  el  rcparto  de  la  tlerra.  Asl  como  no 
bacian  dlfereocia  alguoaeotre  la  goerrayel 
asesinato  alevoso,  del  mismo  modo  pareciales 
igoalmente  meritorio  despojar  i  uo  Tiagero, 
que  sojetar  ona  proTiocia,  ó  tomar  ona  ciudad 
porasalto.  Pesdelostiempos  mas  rerootos,  e! 
comercio  de  la  lodia  con  lafeoicia»  ofrecia  i 
su  sed  de  rapiña  uo  alimento  siempre  oueTo, 
y  losirabesfueron  los  prindpales  agontesde 
laa  relaciones  qne  Tiro  habia  organisado  con 
los  pneblos  dei  antigoo  moodo.  Bl  hibito  de 
ona  Tida  oómada,  so  coostaote  braTora  y  sa 
sobriedad»  emo  otras  tantas  cualidades  eseocia- 
le^  para  Teoeer  los  obsticalos  del  desierto. 
Recorriao  iDmeosas  dlstancias,  y  encargados 
de  ias  mas  ricas  producciones,  fwoiao  eo  co- 
muoicadon  las  costas  de  la  lodiaconlu  dol 
Mediterrioeo;  pero  el  cebo  de  la  gaoaocia,  la 
miseria  y  la  riTalidad  de  tríbo  i  tribu,  dejabao 
rara  tcs  i  la  caraTaoa  llegar  al  térmioo  de  so 
Tiage,  sio  haber  teoido  qoe  OTitar  mochas  eoH 
boscadas  ó  sosteoer  ataqoes.  Bl  robo  i  msDo 
armada  era  i  sos  ojos  uo  dcrecbo  de  cooqois- 
ta,  y  en  Tordad  qoe  olngaoa  simpatfa  raere- 
derao  iocllnaciooes  semejaotés,  sioo  hubiesen 
estado  cooipensadas  por  oobles  Tirtudee.  Bste 
mismo  guerrero  i  qoieo  la  sed  de  pillage,  ln 
Teogaosa  y  el  aoM>r  propio  oféodido»  arnitliT 


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17 


ÁRABIA 


«S 


b«aácoaeter  accionesde  croeldad  iDiudita, 
80  coDvertia  eo  so  tienda  en  un  liuésped  lil>e- 
ral  y  lleno  de  cortesia.  El  oprímido  quc  busca- 
ba  su  proteccion,  y  se  encomendaba  á  su  honor, 
erarecibido,  R03olamentecomo  unamigo,  sino 
Gomoonmiembrodelafamilia.  Ynosecontenta- 
ban  los antiguosárabes  con  acoger  con  solicitud 
al  viageroquela  casualidadconducia  ásu  tienda, 
sino  que  mucbas  veces  encendian  bogueras 
durante  la  noche,  en  las  aKuras  que  servian  de 
feros,  para  guiarlos  bácia  ellugar  donde  les 
agoardaban  proteccion  y  reposo.  La  genero- 
sidad  ha  sido  en  todo  tiempo  la  virtud  que  los 
árabes  baiÉ  eatimado  mas  que  nioguna  olra,  y 
la  que  miraban,  por  decirlo  asi,  como  la  he- 
rencia  paiticulur  de  su  nacion:  el  árabc  del 
desierto  no  tenia  ningun  cscrúpuio  en  quitar  á 
la  f uerza  ó  con  la  astucia  algona  res  del  gana- 
do  de  su  vecino  para  ofrecer  á  su  huésped 
noa  bospitalidad  mas  generosa.  Asi  las  anti- 
guaspoesias  árabes  estaban  particularmente 
eonsagradas  á  los  elogios  de  la  libfiralidad  du- 
rante  la  paz,  y  del  valor  mieotras  la  guerra. 
Entre  las  causas  que  escitaban  todas  las  pasio- 
nes  belicosas  del  bcduino,  es  preciso  coiocar 
en  primer  lugar  la  venganza. 

La  muerte  de  un  árabs  colocaba  á  la  tribu 
á  que  pertenecia,  en  estado  de  vendelta,  fren- 
te  por  frente  de  la  del  matador,  y  organizán- 
doseen  seguida  el  sistema  de  represalias,  se 
oontiuuaba  poruna  yotra  parte  basla  tanto 
qne  el  precio  de  sangre  se  hubiese  satisfecho. 
Iste  precio  de  sangre,  esta  larifa  de  la  vlda 
bumana  variaba  segun  la  importancia  del  guer- 
rero  que  habia  sncurobido  á  los  golpes  de  su 
eoemigo.  Entre  los  korcischitas,  el  número  de 
camellos  exigidos  como  compensacion  de  la 
Tida  de  un  hombre  era  de  diez  á  ciento  poco 
tiempo  antes  del  nacimiento  de  Mahoma.  La 
existencia  de  un  principe  ó  de  un  gefe  no  po- 
dia  pagarse  sino  con  mil  camelios,  y  aun  al- 
gnnas  veces  esta  recompensa  era  rechazada 
con  altaneria.  Seguianse  entonces  largas  quer 
rellas,  guerras  interminables  que  bubieran 
destruido  al  fin  tribus  enteras,  si  una  institu- 
cioo  fundada  en  la  prevision  de  los  cscesos  á 
quo  podian  ser  arrastrados  por  sus  instintos 
beiicosos  en  demasia,  no  se  bubiera  opuesto 
todos  ios  aúos  al  furor  de  los  partidos.  Por  un 
comnn  acuerdo,  se  suspendian  las  bostilida()es 
dorante  cuatro  meses  al  año»  pacto  que  prue- 
ba  al  mismo  tiempo  que  estas  tribus  nómadas, 
qoe  por  lo  demas  no  reconocian  gobierno 
central  ni  poder  legislativo»  estaban  unidas, 
hasta  cierto  punto,  por.una  especie  de  laso 
léderal.  Uno  de  estos  motivos  de  tregua  estaba 
coosagrado  á  la  feria  de  Okadb,  gran  mercado 
abierto  á  las  tribus  dcl  desierto»  y  concurso 
de  poesia,  dc  gloria  y  de  virtudes,  donde  se 
estrecbaba  cada  año  el  lazo  que  unia  á  todas 
Its  familias  descendieutes  de  Ismael.  Aqui  era 
donde  cada  guerrero  venia  ¿  hacer  pruebas  de 
docuencia,  como  las  babia  hecbo  de  bravora 
ea  los  campos  de  balalla.  T  no  le  bastaba  el 


Bentimienfo  intimo  dela  victoria,  slno  que 
necesitaba  las  eraocionee  de  la  mucbedumbre» 
y  por  decirlo  asi,  la  embriagoes  de  la  tribuoa. 
El  ser  citado  entre  sus  iguales  como  un  guer- 
rero  bravo  y  liberal,  tal  era  la  esperanza  cons- 
tante  de  los  gefes  árabes,  el  móvil  de  sus  mas 
uobles  acciones.  Ninguna  palanca  habiaentre 
ellos  mas  poderosa  que  la  poesia;  porque  los 
árabcs,  como  todos  los  pucblos  merídionales, 
y  acaso  mas  que  todos  ellos,  dan  el  mayor  mé- 
ríto  á  la  armonia  de  las  palabras,  y  al  brillo 
de  las  imágenes.  Grucias  á  ios  poemas  recita- 
dos  cada  año  en  Okadh,  delaute  del  pueblo  rcu- 
nido,  se  limaron  Ips  díalectos  de  la  Arabia,  y 
formóSH  con  su  fusion  ese  idioma  rico  y  nervip- 
so,  cuyos  acentos  varoniles  debian,  en  boca 
de  Ifahoma,  Ilamar  á  su  pueblo  para  la  con* 
quis(a  del  mundo. 

Y  no  era  solamente  la  fería  de  Okádbla  que 
reuDia  todos  los  años  las  tríbus  de  la  Arabia, 
si  es  que  tambien  iban  en  peregrinacion  ¿  la 
Ueca,  en  lo  que  probablemente  inúuia  el  oo- 
mercio  lanto  como  la  reiígion,  quepoco¿  poco 
habia  vonido  á  parar  entre  ellos  en  u^  com- 
pleta  idolatria.  De  las  tradicioues  de  4os  anli- 
guos  ¿rabes,    se  viene  ¿  sacar  en  consecuen* 
cia,  que  habian  abandouado  el  cullo  del  ver- 
dadero  Dios  que  les  enseñaron  los  patríarcas, 
para  entrcgarse  ¿  todos  ios  estravios  de  uoa 
supersticion  grosera.  Pero,  ¿podra  saberse  has- 
ta  qué  puutó  penetraron  en  la  península  ar¿- 
biga,  el  sabeismo  ó  culto  de  los  aslros,  y  el  de 
los  magos  ó  del  fuego?  Cuestion  es  esta  que  nos 
pareceimposible  resotverdeuna  manera  ab- 
soluta.  Los  himaritas  se  dirígian  mas  particular- 
men  al  §ol,  y  bajo  el  cielo  siempre  puro  de 
la  Arabia  Feliz,  observaban  los  astros  mas  bien 
por  motivos  de  religion  y  supersticion,   qoo 
por  conocer  sos  movimienioH.  Lo  qne  pare- 
ce  incontestable,  es,  que  las  relaciones  comer- 
ciaies  de  los  ¿rabes,  qoe  los  enlasaban  ¿  tan- 
tos  pueblos,  babian  introducido  enlre  ellog 
una  mezcla  de  todos  los  errores  cald¿icos,  Ju- 
dios,  egipcios  y  persianos.  Como  un  punto  de 
reunion  general  de  este  polileismo  ridiculo»  la 
Kabaa  contenía  trescientos  sesenta  idolos.  Ei 
dios,  Hobal,  ¿quien  algunas  veccs  se  haqueri- 
do  confundir  con  Saturno;  dos  csthtuas  de  pie- 
dra,  Acaf  y  Nallah;   Lot,  bajo  la  forma  de  una 
roca;  Ozza,  bajo  la  dc  una  palmera;  Woudd, 
adorado  bajo  forma  bumana  por  la  Iríbu  de 
Kelb;    Sawaa  por  la  de  Hmadan;  Yauk,  re- 
present^do  bajo  la  eflgie  de  uo  caballo;  Nasr, 
bajo  la  de  un  ¿guila;  Yaghount,  bajo  la  de 
un  leon,  y  Menat,  trozo  informe  de  una  pie- 
dra  negruzca,  eran  venerados  porlas  tribos 
en  cl  templo  de  la  Kabaa,  dei  cual  babian  be- 
cho  el  pauteou  de  todas  sus  creencias.  Igual« 
mente  habian  penetrado  en  la  Arabia  las  doc- 
trinas  del  Judaismo  y  las  verdadesdel  Bvaoge- 
lio.  Es  ona  creencia  general  de  la  iglesia  de 
Oriente,  que  el  apóstol  Santo  Tom¿s,  predioó 
en  la  Arabia  Feliz,  al  tiempo  de  eocaminarse 
¡¿lalndi^,  en  dondefaé  martiñaadoporlafé^ 


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VI 


AftAfitÁ 


u 


Saii  Pabb  residió  en  1a  parte  de  1a  ^iria,  que 

Ibnnó  mas  Isrde  el  reino  de  los  ghasanidas,  y 

Susebio  nosdice  qne  habiendo  partido  Orígeoes 

de  Aiejandria  para  trasladarse  á  la  penlnsula,  á 

inTilacioti  de  ud  priocipe  árabe,  convirtió  ¿  ia 

rerdddera  fé  ona  tríbu  del  desierto.  Sin  em- 

bargo,  ni  en  cl  Yemen,  donde  Teofllo,  en?iado 

á  los  htmarítas  por  órden  de  Constancio,  liabia 

obieoido  el  permiso  de  levantar  mochas  igle- 

tias,  ni  en  la  Siría ,  casi  toda  cristiana,  pudo 

abolir  la  reforma  relifriosa  los  absurdos  del 

pollteismo.  Tué  para  esto  preciso  que  eu  la  Me- 

ca,  donde  ei  csceso  del  mat  hicia  necesarío  el 

remedio,  se  presentase  un  novador,  profeta  y 

legiftlador  ¿  la  vez,  ei  cual  recmplazó  las  vie- 

Jas  supersticiones  por  el  dogma  de  la  ooidad 

de  Dios.  Dotado  Mahoroa  de  uo  esplritu  vasto  y 

poderoso,  de  una  voluntad  iomutable,  y  de  un 

caráeter  cuya  flrmeza  sostenia  e1  peso  de  su 

genio,  iraposo  en  atgunos  años  ¿  ias  tribus  de 

k  Arabla  esta  religion  noeva ,  de  la  cuat  se 

babía  becho  apóstol.  Obligado  ¿  escondersc  en 

ios  prímeros  dias  de  su  mision,  para  evítar  los 

odios  sublevados  contra  él,  notardóen  reunir 

¿  80  liandeni  las  hordas  errantes  de  ia  penín- 

sula.  A  pesar  de  toda  suerte  de  ob3t¿cuio8,  su- 

po  engrandecer  so  territorio  con  las  armas,  y 

su  poder  con  la  palabra ,  llamando  ¿  él  ¿  to- 

das  ias  naciones  semiticas,  y  arrebatando,  tan- 

to  á  los  emperadores  de  Coustanlinopla,  como 

á  lo8  reyes  de  Persia ,  su  influencia  sobre  el 

poeblo  ¿rabe,  qiie  babía  preparado  para  altos 

destiDOs.  Muerto  Mahoma ,  su  vasta  hereocia 

foé  sucesivamente  recogida  por  cuatro  de  sns 

disdpulos,  qoe  consolidaron  el  cdiQcío  social 

levantado   por  el  pretendído  profcta.  Predi- 

candoal  pucblo  desde  lac¿tedra  de  Medina,  y 

condnciéndole  en  seguida  al  cnemigo,  esten- 

dieron  co  pocos  afios  el  islamismo  desde  ia 

gran  mesa  del  Asia  Central  hasta  las  costas  oc- 

cidentales  del  Africa.  Vioieron  luego  los  Om 

miadas  y  los  Abbasidas  qoe  añadieron  nuevas 

cooqulstas  ¿  las  antiguas:  la  liistoria  de  los  ¿ra 

bes  lomó  eutonces  colpsales  proporciones ;  ya 

no  se  trata  de  luchas  de  tríbu  ¿  tríbo  entre  los 

hatriiantes  de  un  desierto,  sino  d3  on  puebloor- 

gaoízado  por  on  genio  potente,  qoe  se  lanza  ¿ 

.  ia  voz  de  sus  gefes  y  marcha  de  victoría  en 

victoría.  Kl  Imperío  de  los  califas  es  la  época 

mas  bríllante  de  este  periodo  de  gloria.  Las 

cteneias ,  la  literatura  y  la  geografía  vinieron 

á  ser  tríbntarías  de  la  Arabia,  entonces  que  ia 

eivilizaelOD  ¿rabe  era  la  sola  qoe  reemplazaba 

¿  la  romana  ahogada  por  los  b¿rbaro8.  Pero 

Men  pronto  los  vicios  de  un  estado  social 

faodado  en  la  conqnista,  y  qoe  solo  por  ella 

era  sosteoido,  las  preteosiones  rivales  de  fami- 

lias  poderosas  y  la  impaciencik  de  tantas  ra- 

zasdíversas  enclayadas  en  ona  religion  esta- 

dootfhi  qae  se  oegaba  á  toda  innovacion,  di- 

rídíeron  el  imperio  de  los  ¿rabes.  Entonces 

SQs  namerosas  proviucias  formaron  otros  tan- 

los  estados  diferentes ;  de  modo  que  hoy  dia 

Jas  tríbas  de  la  Arabia  aon,  con  cofta  dife-* 


rencla,  las  mlsmas  qne  en  el  nacimiento  del 
islamismo.  Yéanse  para  los  detalles  de  lu  hi8<* 
toría  de  los  árabes  dcspoes  de  Mahoroa,  las  pa« 
iabrus:  islamismo,  calipas,  ommiadas,  y  aB'^ 

BASIDAS. 

Biatoria  imperii  9eÍu$Ui*imi  iétitmidarum^  ab 
Alberto  Schalieos.  Harderoviii  GelroniiD.  t78a,eiiA.* 

Jlfoi»«m«iito  9eiutíiora  Árübie;  ededit  Schutteoí. 
Lngd'ini  BataYorum,  4740, 00  4." 

ÁdUamenla  ad  Bitt,  arak.  ex  Ekn  Nabaiak,  Wo^ 
wairi  atque  Eb»  Kotaibak:  edidit  Masmussen,  eo  4.o 

Bamxm  imha%e%»it\  Analium  tibri  X,  edidit. 
GoltW4ildtLipsi«,  4844,  fo  8.* 

Memoria  tobre  tahittoria  deloiórabet  antet  do 
Makoma^  escríta  en  francés  por  Mr.  Sil? estre  de  8a* 
cv;  coleccion  dv  memorias  de  1a  Aeademia  de  Inserip- 
ciooes  y  bellas  leiras,  t.  XLYUI. 

Speeimen  Bittorict  Árabum,  por  Pocock.  Osford. 
1805,  In  8* 

Bi*toria  anteitlémiea  de  Abutfeda ,  publicada 
por  Mr.  Pieischer.  Leipsick,  4831.  en  4.* 

Nuevo  Diario  atiátieo,  artículos  de  los  seAores 
EsiéhanQnairemére.Gaussio  dePereeYal,  Fulgen- 
cio  Frcsnel,  ete. 

El  Vnivert,  Arabie,  París,  4845,  en  8.0 

ARABIA.  (Arquüeetura,)  Hácia  el  año  631, 
bajo  Abou-Bekr,  suegro  y  sucesor  del  Profela, 
los  árabes  peuetraron  en  la  Siria;  bajo  el  caii- 
fa  Omar  se  apoderaron  de  Jerusaleo,  de  Antio- 
quia;  y  entretanto  dabao  á  las  Uamas  la  bU 
blioteca  de  Alejándría,  acibaban  i  un  mismu 
tiempo  la  vasta  empresa  empezada  bajo  loi 
Tolomeos  y  segroida  por  Trajano,  de  onif  el 
mar  Rojó  al  Mediterráneo  por  medio  de  un  ca- 
nal  navegable,  legaodo  asi  álos  siglos  si^uieo* 
tes  ei  dolor  por  un  acto  de  Karbarie  y  la  ad- 
miracion  por  uu  monumento  digno  de  los 
tiempos  mas  esclarecidos. 

Algonos  años  despues,  Akbé,  teniente  de 
Omar,  peoetra  basta  los  bordes  del  Océ&no, 
mientras  que  otro  gefe  del  califo  somete  It 
Persia  al  yugo  de  su  maestro.  Los  morbs,  asom- 
brados  de  la  rapidez  de  las  conquistas  de  los 
vencedores,  sedocidos  por  los  recuerdos  dc  nn 
mismo  orígen  y  por  la  conformidad  do  ias  cos- 
tumbres  y  del  lenguaje,  abrazan  su  reiigion,  y 
00  forman  bieu  pronto  sino  ona  sola  y  misma 
nacioo,  tan  entuaiasta  del  islamismo  como  del 
amor  i  ia  gloria.  Bsjo  el  califato  de  Naldil  I, 
Moussa'ben'Nazir  se  apodera  de  Tanger,  en- 
tonces  posesion  de  los  españoles.  Este  gefe 
alentado  por  su  victoria  pasa  el^nar  en  el 
año  744,  derrola  al  réy  Rodrígo,  y  la  Bspaña 
queda  en  poco  tiempo  sometida  é  la  domina- 
cionde  losárabes. 

Etzemagh,  que  le  sucede,  trata  de  graogear- 
se  ei  aprecio  de  su  pueblo,  embeilece  Córdoba, 
la  hace  su  capital,  y  amigo  de  las  artes,  com- 
pone  una  obra  qae  eocierra  la  descrípcion  de 
las  provincias,  de  las  viiias,  de  los  ríos,  de  los 
puertos  de  Bspaña  y  de  los  metales.y  mirmo- 
les  que  en  ella  se  encoentran. 

Abdalraroan  y  Abderramen,  híjos  del  callfa 

Accham  ó  Escham,  sobyugan  la  Gastilla,  la  Na- 

varra,  el  Portogal,  el  Aragon ,  y  llcgan  basta 

Francia,  donde  son  vencidos  por  Girlos  Martel. 

*      Dlgno  Imitador  de  Eliemagb,  Abderrameo  se 


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u 


ÁftAfilA 


^ 


esUblece  en  Górdoba  y  ñiDda  dos  escuelas, 
construye  un  palacio,  acaedactos ,  y  eleva  la 
famosa  mesquita  que  se  copserTa  hoy  dia ;  en 
nna  palabra,  su  capital  viene  ea  poco  tiempo  ¿ 
ser  el  centro  de  las  ciencias  y  de  las  artes. 

No  describiremos  punto  por  punto  estos 
monumenUw;  pero  para  atender  al  oJbjelo  que 
Dos  hemos  propneeto,  ee  iDdiepensable  recor- 
dar  las  conquistas  de  los  irabes  y  la  aliaoza 
con  los  moros,  i  fia  4e  indieaf  el  origeo  de  las 
fórmas  y  del  g«^to  de  to  arquitectura,  la  in- 
flnencia  que  ella  ef)erce  soture  1a  nuestra,  y  po- 
der  de  esle  modo  motlvar  ei  lojo  que  oUos 
prodigaron  en  todas  aas  cosas.  x 

Po^eedores  de  una  parte  del  Asia,  el  mas 
grande  íoterée  ile  los  emperadores  de  Oriente 
fué  fljarse  lejos  del  pueblo  que  les  habia  hecbo 
temblar;  despues  vemos  que  en  942  Gonstan- 
<  Uno  IX  envi^  una  emb^aaa  al  califa  Abderra- 
men  111;  y  seguo  loe  historíadores  Gardona  y 
Swinburn,  el  califa,  para  recibir  á  los  embaja- 
dores,  hizo  cubrir  los  patios  de  su  palacio  de 
Io6  mas  bellos  y  hermosos  tapices  de  Persia,  y 
del  Egipto ,  y  decorar  bs  murallas  con  telas 
deseda  y  oro  de  un  valor  considerable.  Bn  esta 
misma  épocaAbderrameo  bizo  TenirdcCondtao- 
tioopla  losarquitectos  mas  bibiies,  y  recibiódel 
emperador  un  obsequio  de  cuareota  columoas 
de  graoito  que  empleó  eo  la  coostruccioo  de  la 
villa  llamada  Zehra,  oombre  tomado  de  su  fa- 
Toríto.  Si  coosíderamos  las  formas  y  la  dispo- 
siciooasiástica  de  ta  arquitectura  de  losirabes, 
asl  como  el  lujo  que  ellos  desplegaroD,  creere- 
mos  coo  fuodaraeoto  quc  la  trasportaroD  de  la 
Síria  y  de  1a  Persia.  £ste  gusto  les  foé  mocho 
mas  trafimitido  por  los  artesaoos  eoTiados  de 
CoostaotiDopla,  coo  la  mpdiflcacioDy  sio  embar- 
go,  que  traeo  coosigo  la  religioo  y  las  leyes  de 
Mahoma,  que  prohibian  toda  represeotacioo  de 
aoimalcs.  Esta  graode  restríccioo  fué  sin 
dudt  la  causa  de  la  ooilormidad  de  carieler 
que  se  eocueotra  eo  las  decoraciooes,  doode  al 
aspecto  00  se  presenta  mas  que  arabescos  pro* 
piamente  dichos,  ó  bordados  i  imUacion  de  los 
tapices  y  de  Uis  telas  de  seda  quc  empieaban 
oon  profusion. 

Toda  la  severidad  de  fofmas  esteriorei  ea 
esla  clase  de  monumeotos ,  se  opooe  i  la  lige- 
reza  y  al  eocaoto  de  las  disposicioDes  ioterío- 
res,  lo  que  ee  esplíca  ficílmeote  coosideraD- 
do  los  irabes  como  cooquístadores  fljados  eo 
medio  Ce  un  pueblo  que  acaban  de  aometer,  y 
mirando  sus  mas  beilas  babitacioues  como  for- 
talezas  doode  se  retirabao  por  la  uecesidad  'de 
defeoderse  coDUra  los  cspañoles  ó  cootra  algu- 
nas  de  las  Uibus  qoe  coDStaniemeote  los  po- 
nian  eo  confusio&. 

El  carácler  de  los  irabes,  y  qoiai  mas  auo, 
la  ioflueocia  del  aisiamieDto,  coDsorvaroo  eo  la 
arquitectora  mo  iij^  que  le  es  pro|>io  y  qoe  es 
ficil  de  reconocer  en  todos  los  edifleios  que 
eiios  babUaron  y  en  ios  que  habitan  hoy  di^. 
Bien  se  núre  eata  arquitectura  como  cüsica, 
bien  qoe  se  ia  oonsidere  al  coDtrario  como  el 


delirio  de  ooa  imagioacioa  ardieote  qoc  sopo* 
ne  ver  realizados  sus  sueños,  es  fuersa  admirar 
sus  mooumeotos  como  las  produccíones  que  el 
genio  de  un  pueblo  esencialmeote  poeta  pudo 
solaroente  crear. 

En  efecto,  i  los  dibujos  publicados  sobre  ios 
monumentoá  irabes  de  toda  Bspaña  por  Mr.  de 
Laborde,  oos  seria  muy  posible  adadir  i  la  Tes 
las  relaoiooes  maraviUosas  de  los  historiadores 
Colmeoares  y  Swirburo,  eo  las  que  se  lee  la 
descripcioo  de  estos  pórticos  atrevidos,  aoste- 
oidos  por  delgadüs  columoas  de  mirmol  blaD- 
co;  los  salooes  iomeosos  revesUdos  de  mir- 
moles  preciosos  y  cubieríos  de  ioscripcioiies 
poéticas,  los  ricos  mosücos  lleoos  de  festones 
y  arabesoos»  dorados  y  esmalUdos  coo  colores 
hrillaotisíouis.  Aquí  estio  los  Juegos  de  aguas 
que  se  aizao  cn  ias  bóvedas  de  las  habitacU)- 
oes,  los  vasos  magníflcos  doode  se  cultivao  las 
plautas  odoríferaotes,  ó  que  sirvoD  para  que- 
mar  perfumes;  mas  lejos,  co  flo,  eo  los  Jardi«- 
oes  deUciosos  se  eocuentra  el  mirto  y  el  naraa* 
Jo  que,  i  pesar  de  la  vejez,  Uenan  deencanto  y 
embellecen  esios  lugares. 

En  cuanto  á  los  gastos  escesÍTOS  que  habia 
que  hacer  para  elevar  los  soios  mouumeutos 
rooriscos  que  nosotros  Tcmos  ahora  en  Espa- 
ña,  es  suUciente  considerar  qoe  colocado  eotre 
el  Africa»  la  ItaUa  y  ia  Fraocia,  este  puebloha- 
cia  00  comercio  iomeoso  de  sedas,  de  laoas, 
de  ooral»  de  perlas  cogidas  eo  lai*  costas  de 
Andalucía  y  Cataluña,  y  que  esplotaban  Us 
minas  de  plata  y  oro,  de  graoates,  de  amatis- 
tas  y  de  robies  deseobiertas  cerca  de  Milaga. 
Eo  recordaodo  que  la  arquitectura  tudesco* 
siidooa  fué  la  que  se  usaba  eo  Fraocia  hasta 
el  sigio  VIU,  es  eTideote  qoe  i  las  reiaciooas 
coo  los  irabes ,  poseedores  de  la  España,  de- 
bemos  las  nodaozas  que  se  hicieroo  eo  esta 
época ,  eo  U  que  oo  solameote  se  empezó  i 
coastruir  arcos  qJiTales,  sioo  que  se  adopi6  ei 
géoero  de  oroameotacioa  que  ellos  empleaban 
eo  sus  decoractooes.  Aqui  está  ia  rcuoioo  de 
estas  dos  arquiteciuras,  que  ihimioan  las  bi- 
zarrías  groseras  que  ooíotros  eocootramoa 
eo  los  mooumeotos  del  siglo  XI,  eo  ias  cualcs 
los  emblemas  de  ouestra  reiigioo  soo,  por  dC'» 
cirlo  asi,  Iraducidos  en  leoguije  irabe,  por 
el  gusU)  de  Um  adoroos  cou  que  ios  vemos 
embelleculos. 

Uoa  seguoda  época,  mas  coosiderat>)e  ano 
eo  la  hisloria  de  Boestra  arquitectura,  fué  la 
que  iotrodujo  el  góüco  esbelto  dcl  siglo  Xil  y 
Xlli.  Esta  data  de  nucstras  escursiooes  i  la 
PaUiStioa»  de  doode  Philiberto  Augusto,  y  San 
Luis  trajeroo  artisias  de  todo  géocro. 

Eo  los  moouflkentos  irabes  6  moriscos  de 
la  Siria  y  de  Bspaña,  qoe  hemos  descrUo ,  es 
doode  se  eocuentra  la  arquitectora  impropia- 
meuic  lUmada  eótica.  Lo  que  disUogue  parti- 
cularmeote  U  arquitectura  irabe  primitiTa 
de  esU,  es  el  esH^l^o  del  arco  aobcecargaao 
perpeodicularmeote  i  su  diimetro,  por  uoas 
espectes  de  repisas,  y  el  arco  circular  proU^o- 


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AMHA— AIUGACBA 


di 


g«do  en  SQ  parte  iDferíor  por  medio  de  imas 
meiiSBtaB,  qoe  forman  canecillos  salientes  so-^ 
brelos  pi^  dereehos  ó  colomnas  qoelcso- 
portaa  en  ei  arco  ojíral.  Los  calados  qne 
adonmn  frecuentemente  estos  arcos  están  for- 
madOBpor  mia  série  do  otros  peqnefios  alter- 
nados  en  tamaño,  y  termlnados  en  nnos  reroa- 
tesinfeiiorevde  lámpara,  tonperpendicolares, 
tanto  qne  el  ralsmo  adomo  en  el  arco  forma 
m  trébol,  qoeliende  i  nn  centro  comm). 

En  ei  árabe  moderno  se  ébcuentra  otra  es- 
peciedearcos  en  las  snperflcies  Inferioros  del 
aroo  dobie,  ofreeiendo  cl  desarrollo  de  dos 
eartelas  nnidas  por  el  Tértice. 

Sea  que  k»  árabes  se  sirvieron  d^  las  co- 
himiMS  que  encontraron  en  los  poeblos  que 
conqnistaron,  sea  qoe  ellos  las  bicieran  ta* 
llar  á  8u  gusto,  no  parece  qne  bayan  tratado 
de  establecer  una  relaoion  entre  el  diámelro  y 
la  altura.  BIIob  emplearon  á  su  capricbo  las 
btsas  aotigoas,  y  las  suplieron  porun  gran  ca- 
?eto  reverso  y  coronado  por  un  fllete. 

Coando  hicieron  usode  los  capitales  de  los 
romanos,  les  cambiaron  algunts  partes  de  sus 
adomos  en  las  Tolotas  y  foilages  con  objeto 
de  introdocir  el  gosto  que  tes  era  propio.  Las 
moldQras,  qoe  son  bion  raras,  no  se  compo- 
nian  gcneralmente  mas  que  de  cintas  6  cavetos 
ealados  en  ojiva,  y  íbrraando  cartelas.  (Yéase 
1a  MmiDa  T,  Arqoitectnra) 

ARAGACHA  ó  ARAKATSCHA.  Género  de  plan- 
tas  de  la  ftimllia  de  tas  umbeliferas  6  urobela- 
das,  que  segonlos  sefiores  Rooker  y  Decando 
le,  botinicos  célebres,  comprende  dq?  espe- 
cies,  la  aracacha  mo9eata  y  la  araeacha  stjcu- 
knta^  las  qoe  se  diferenoian  tan  poco,  qoe 
otros  raucbos  botinicos,  no  menos  recomen- 
dabtes,  y  señaladafflente  Mr.  Guiliemin,  creen 
qoe  la  sueulenta  no  es  mas  que  una  rariedad 
de  la  raoscala.  Bscribimos  para  todos,  pero 
prindpalmente  para  un  órden  de  personas 
tpie  desean  hecbos  positivos,  y  no  largas  se- 
ries  de  obserraciones  y  de  demostraciones 
técnioas  de  botinica.  Sin  entrar,  pues,  en  el 
exiBien  de  una  cuestion  qoe  carecerfa  de  in- 
terés  para  el  mayor  número,  nos  limHaremos 
i  referir  al  género  aracacha  lo  que  se  ha  oh- 
senrado  y  escrito  aeerca  de  las  dos  plantas  de 
que,  por  ahora,  se  c^mpone  este  géncro,  por- 
qoe  estas  dos  plantas  viven  bajo  ias  mismas 
eondieiones,  y  son  igualmente  alimenticias;  y 
qoe  por  otra  parte,  las  noticias  que  se  nos  han 
trasmitido  sobre  la  aracacha  por  cultivadores 
ybotintcos  de  Francia,  yde  diversas  partes 
de  ia  fiuropa,  nos  confirman  mas  y  mas  en  la 
opinion  qnetttvimos  desdeeiprincipio,  de  que 
Bo  existe  800  mas  que  una  especie  de  araca- 
cha,  qne  es  la  moscata  ó  silvestre;  que  la 
plaiMa  indicada  bajó  el  nombre  de  aracacha 
SDCttlema,  no  es  mas  que  la  especie  primitiva, 
é  la  aracacha  moscata,  perféccionada  por  el 
cultivo,  qoe  es  solo  una  variedad  (^oosegoida 
porel  arte  agrieola,  ila  qne  pueden  referirse 
éMe  ahora  oomo  aoNvariacHones,  uoa  aracii 

139    VmiiytVGA  H)VVUR. 


cha  con  las  raices  blancaft,  otra  qtie  las  teuga 
rojas,  otramoradas,  y  otra  amarillas;  y  de  es- 
ta  suerte  la  nionagranadelgónero  aracacha  se 
compondria,  segan  uosotros,  de  una  espec  ie, 
una  variedad,  y  cuatro  subvariedades. 

La  aracacha  es  originaria  de  la  América 
Meríéienal,  donáe  se  oultiva  con  abundancia 
como  plantaalimentieiapor  sns  raices,  las  que, 
scgun  refleren  los  viageros,  Yienen  la  forma 
y  volúmen  de  un  cuemo  de  vaca,  pero  que 
creceo  y  llegan  i  tcner  un  volúmen  mocho 
mas  considerable,  segon  relaciones  de  losqoe 
han  escrílo;  sos  tal'os  suben  hasta  una  altura 
de  dos  pies,  poco  mas  ó  menos;  sus  ho|0s  son 
penatifiolas,  esto  es,  partidas  en  forma  dc  alas 
y  dentedas  como  sierra;  sos  flores  son  umbe- 
las,  esto  es,  muchas  reunidas  al  taito,  y  esten- 
diéndose  arriba  para  afuera  en  forma  de  pura- 
sol,  y  sus  frutos  en  forma  de  uma.  Por  sus 
ílores  tiene  alguna  semejanza  con  la  zanaho- 
ria,  por  su  follage  se  asemeja  al  apio,  y  por  sn 
aspecto  i  ia  angélica,  aunque  mucho  meoos 
elevada  qiie  esta  última,  que  tiene  cuatro  ó 
cinco  pie.«,  mientras  que  la  aracacba  no  tíeue 
masque  veinte  y  cuatro  ó  treinta  pulgadas. 

En  la  época,  aun  reciente,  de  la  introduc- 
cion  de  la  aracacha  en  Europa,  todas  las  obras 
periódicas  de  agrícultura  y  de  horticultura  ha- 
blaron  de  ella  con  eíogios,  como  deuna  planta 
susceptible  de  próbar  bien  en  Eufopa  y  de  en- 
trar  en  concurrencia  ccn  la  patata,  qncse«abe 
es  orí^inaria  dei  mismo  pais;  el  ardor  fué  tal, 
que  habiéndose  rcpetido  estos  clogios  por  los 
períódicos  que  se  leen  en  todo  el  mundo,  se 
habló  con  doseo  y  solicita  curiosidad  de  una 
planta  que  se  presentaba  i  los  európeos  en 
coocürrencia  con  la  patata,  como  para  reiidír 
homenage  á  esta  tSiltima,  y  vengurla  de  los 
dcsprecios  que  sufrió  i  su  iotroducciou  cn  Eu^ 
ropa  y  de  la  iugratitud  con  que  se  recompen- 
saron'sus  prímeros  beneficios;  ingratílud  se- 
ñalada  con  fuerza  por  Parmentier,  que  la  des^ 
lució  y  batió  por  todas  -paríes,  haciendo  asi 
triunfar  i  la  patala,  que  por  la  perseverancia 
de  este  fllántropo,   llegó  á  ser  un  objeto  de 
cuUivo  general  cn  la  Eoropa  entera,  y  tal  vez 
cn  breve  en  todos  los  continentes;  pero  es 
I  preciso  repetirlo,  no  creemos  que  la  aracacha 
l  pneda  Justiücar  todas  las  promesas,  qiie  se 
han  hecho  en  su  nombre;  y  es  necesarío  sin 
embargo,  acogerla,   con  tanta  mas  sulioitud, 
cuanto  las  raices  alimenticias  de  la  familia  de 
las  umbeliferas  no  son  bastanfe  abuudantes, 
consideradas  eii  ia  preemiuencia   de  clertas 
cualidades  secundarias  en  verdad,  que  les  son 
propias,  sobre  las  raices  alimenticias  dc  las 
otras  íamilias.  Es  cierto  que  niiiguna  planta 
de  la  familia  de  las  umbeliferas,  sea  hi  zana- 
horia,  el  nabo,  el  ribano,  peregil  de  raices 
gruesas  y  otras  de  ^sta  familia,  ni  la  planta 
de  que  tratamos  que  tambien  es  una  umbellfe- 
ra,  no  siendo  tan  abundantes  en  fécula,  y  otros 
principios  alimenticios  para  el  horabre  y  los 
animales,  ni  de  una  aplicaclon  luo  estensa  eo 
T.    m.    3 


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35 


'AllACACHA--AfiACNOIDÉS 


U 


las  artes  como  la  palata,  esta  sicmpre  domina- 
rá  á  1a  aracacha. 

La  aracacba,  segun  reflere  uoo  de  sas 
historiadores,  ha  sido  de  tan  estenso  cul- 
tivo  y  de  un  uso  tan  frecucnte  en  la  Go- 
lombia,  como  la  patata  lo  es  entre  nosotros. 
La  aracacba  es  un  alimento  muy  suludable  pa- 
ra  todos  los  temperamentos  y  para  todas  las 
edades;  esta  raiz  se  cuece  fácilmente  y  se  co 
cina  como  la  patata.  De  sabor  agradable  y  í¿ 
cil  digestion,  se  preparacon  ella  un  manjar  de- 
licado  y  ligero  al  mismo  tíempo  que  alimenli 
cio  y  sano,  que  prueba  muy  bien  á  los  con?a- 
lescientesy  cuyosbuenos  efectos  sepatentizan 
especialmente  en  laspersonas  débiles  y  enfer* 
mas  del  pecho  y  en  las  de  una  complexion  de- 
licada,  como  )o  atestigua  el  doctor  Yeugas, 
médieo  muy  distinguido.  La  aracacha  se  multi- 
plica  por  sus  raices,  que  se  cortan  en  pedazos 
de  manera  que  caaa  uno  de  estos  tenga  un 
ojo,  boton  ó  yeraa;  estos  pedazos  se  plantan 
corao  los  de  las  patatas,  en  la  misma  época,  y 
oxigen  los  raismos  cuidados  y  la  mlsma  ticr< 
ra;  pero  cuantó  mas  profunda  y  generosa  sea 
esta,  mas  crecidas  serán  las  raices  de  la  ara- 
cacha,  sln  que  por  esto  pierda  nada  de  su  sa* 
bor.  Rara  vez  se  multíplica  la  aracacha  ni  aun 
en  su  misma  pairia  por  semilla,  de  la  que  eslu 
planta  produce  pocos  granos,  estando  habilua- 
da  ¿  reprodCicirse  por  raices.  Sin  embargo,  co- 
noK)  QO  ha  perdido  enteramente  la  facultad  de 
dar  semillas,  podriao  buscarse  y  traerse  de 
.América,  y  sembrándolas  en  Europa,  seria  el 
procedimiento  mas  seguro  para  naturalizar 
aqui  csta  planta,  y  oblener  nuevas  variedades 
4ee!la.* 

La  Inglaterraes  la  parte  de  Europa  don- 
de  se  han  hecho  mas  ensayos  con  la  ara- 
•cacha,  tal  vez  el  único  pais  eu  que  ks  circuns- 
lancias  hayan  permltido  hacer  esperimentos 
^obre  cierto  número  de  individuos,  y  parece 
qne  todas  las  tentativas  de  naturalizacion  han 
<luedado  frustradas  hasta  ahora.  Peroesta  plau- 
la  parece  mas  propia  de  las  partes  meridiona- 
les  de  laEuropa  y  de  laFrancia  que  del  clíma 
de  Inglaterra,  y  por  otra  partc  babria  poca  ge- 
nerosidad  y  prudencia  en  aOrmar  quc  una 
plantacultivada  en  una  maceta,  en  estufa  ó  in- 
vernadero»  ó tambien momentáneamenle alai- 
re  en  un  jardin,  no  haya  correspondido  desde 
luego  ¿  las  esperanzas  que  se  (enian;  porque 
Fi  en  este  momenlo  nos  trajesen  la  patata  y 
la  |udía  y  nos  advirtiesen  qtie  uua  y  otra  eran 
estremadamente  sensibles  al  frio,  como  real- 
mente  lo  son,  no  bay  un  cuUivador  que  no  se 
apresurase  á  ponerlas  en  estufa,  donde  segu  • 
ramente  no  obtendria  un  resuUado  quc  lo  pu- 
aiese  en  la  senda  de  ias  iumensas  veutajas  qua 
estas  plautas  nos  proporcionan»  ahora  quelas 

.  cultivamos  al  aire  iibre,  enlre  las  heladas  que 
cesaron  y  vuelven  á  comenzar.  Pudiera  hacer 
^lras  citas,  tomadas  no  solo  de  las  piautas 
herbáceag  sino  tambíeú  de  los  árboles  mas  al 

,  ío°.  ¿Qui^n  no  ?9be  qiie  el  iophoMajaponica, 


(cuyas  primeras  semlllas  trijo  ¿  Francia  ea 
4734  el  padreDircauville),  sembrado,  criado  y 
couservado  en  estufa  caliente,  durante  veinte 
años.  porqne  viniendo  de  un  pais  calieute  no 
se  atrevian  á  ponorlo  al  aire  iibre,  habiéndose 
determinado  al  fln  ¿  sacarlo,  ha  permanecido, 
no  se  ha  helado  jamáSp  y  es  hoy,  asi  como  sns 
numerosos  descendientes,  uno  de  log  mas  ro- 
bustos  y  mayores  árboles  dealioeacion  y  hasta 
de  los  ¿rboles  forasterps  exóticos,  naturalizt- 
dos  en  nuestro94)osques? 

EI  cuitivo  de  la  aracacha  debe  comensar 
por  España,  Italia^  Argel  y  el  Mediodla  de 
la  Francia,  y  aproximarla  despnes  húcia  el 
Norte,  como  se  hizo  c^n  la  arachida  ó  caca- 
hnate,  que  no  debe  confundirse  oon  la  araca- 
cha,  como  han  hecho  muchos,  ¿  pesar  de  lo 
desemejan4e  que  son  estas  dos  plantas  bajo 
todos  conceptoe. 

Mucbo  se  han  ocupado  loá  bot¿nico8  de  la 
aracacba:  Mr.  Kunth  la  ha  descrito  y  flgurado 
bajo  elnombre  de  cotiíum  moschata  y  la  des- 
crípcion  queda  declla  este  autorparece  refe* 
rirse  ¿  la  aracacha  silvestre»  que  al  princípio 
de  este  artículo  hemos  considerado  como  el 
tipo  de  todas  laa  demas  aracacbas,  y  á  la 
que  nos  parece  Justo  referir  la  aracácha  des- 
crita  por  Mr.  Baocrost,  cultivada  y  observada 
por  él  mismo  en  el  Jardin  botáuico  de.la  Ja- 
m¿iea,  asi  como  tambien  el  eoniufn-aracaoha 
descrito  por  Mr.  fiooken'.  Sin  embargo,  Mr.  De- 
candole,  á  quien  nonosopondremos,  eucuen* 
tra  motivos  suflcientes  para  hacer  dos  especies 
de  esta  planta,  la  aracacha  moschata  y  la  ara- 
cacha  suculenta.  El  primer  autor  que  ha  habla* 
do  de  esta  plauta  ha  sido  Alcedo,  que  la-  meo- 
cionó  eu  su  Diccionario  histórico-geogr¿flco  de 
lasJndias  Occidentalcs.  Mr.  Guilleroin  insertó 
una  nota  detallada  y  muy  sabía  sobre  la  ara- 
cacha  en  los  Anaks  deFromonL  Es  mencster 
referir  ¿  la  aracacha  la  sacaracha  de  Mrs.  Hum- 
boldt  y  Bondpland,  el  apio  de  los  colonos  es- 
pañoles,  la  anikat&cha  dc  los  americanos  y  la 
arakactsha-xanlborriza.  Es  evideute  que  el 
nombre  mas  antiguo  de  la  planta  de  qoe  tra- 
iamos,  es  urakütscha,  del  cual  sacaraclia  ea  un 
diminulivo.  Fué  una  idea  feliz  la  de  Mr.  IIoo- 
kei'  el  rcemplazafr  estos  nombres  de  tan  des- 
agradable  consonancia  con  el  algo  menos  ¿s- 
pero  de  caraoacha,  adoptado  por  los  señores 
Úancrost  y  Decandole;  pero  todavia  hubicra  si- 
'do  mas  fcliz  la  idea  de  Mr.  Hooker  si  endulzan- 
do  del  todo  la  palabra  hubieüe  adoptado  el 
uombre  mas  eufónico  de  aracacia  que  yo  creia 
baber  sidb  admitido  por  Mr.  Decandole  basta 
este  momento,  en  que  he  visto  lo  contrario  con 
molivo  del  gén^ro  aracacba  insliluido  por  este 
ilustre  botáoico. 

ARADO.  (Yéase  LNSTauMENTOS  db  labob.) 

ARAGNDIDES.  {Analomia)  'A(>ajyoxByi^,fino 
eomounatelade  araña,  Asise  Uama  la  mem- 
brana  serosa  que,  formando,  como  todas  las 
de  esta  clase,  un  saco  sin  abertura,  libre  y  lisa 
por  su  oara  interna,  y  adherente  por  la  ester- 


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37 


AaAGNOIDE&-ARAGON 


38 


na,  enTDehe  ó  reriste  el  centro  nerrioso  céfBi- 
loH*aquid'mDO.  Gelso  y  Galeoo  babian  designa- 
do  ba]o  eate  nombre  la  membrana  bialoides 
qoe  contiene  el  cuerpo  yítreo.  {Véase  ojo.) 
Boyscb,  por  medio  de  ia  insnflacíon,  y  Varotio 
demostraron  la  aracnoides.  Bicbut  ba  dcjado 
tambien  curiosos  trabajos  acerca  de  osta  mem- 
brana.  La  aracnoides  tapiza  la  cara  intemá  de 
la  dura-madre,  se  corre  por  la  base  del  cerebro 
entre  los  lóbulos  anteriores  de  esta  masa,  bien 
qoe  solo  hácia  sn  parte  anterior;  reunc  los  ló- 
bnlos  anteiiores  con  los  posteriorcs  sin  entrar 
en  laescfsuni  de  Silyl8,  y  pasa  como  un  puen- 
te  por  encima  de  hs  aafractnosidades  que  se- 
paran  las  circonyoluciones  cerebrales.  Entraeu 
fai  esdsora  mediana,  y  se  refleja  de  nn  hemis- 
ferio  á  otro  por  debajo  del  borde  libre  de  \sA 
can  del  cerebro. 

La  aracDoides  no  penetra  en  los  TentrlcD- 
los  del  cerebro,  como  babia  creido  Bichat ;  en 
oiucbQ^  pontos  de  sn  estension  deja  espacios 
racios  entre  ella  y  el  cerebro ;  pasa  de  la  ca- 
Tídad  del  cráneo  á  la  del  ráqnis,  y  envuelve  la 
nédola,  de  la  cual  está  separada  por  un  espa- 
eio  lleoo  de  tlquidp  snb>aracnoideo  ó  céralo- 
raqoidiano.  Este  iíquido  de  la  porcion  raquidio- 
oa  esti  eu  comnnicaclon  con  el  de  los  ventrí- 
colos  oerebrales  por  nna  abertura  que  Maprendie 
ha  hecho  notar  en  la  estremidad  dct  eaiamus 
ienplariu$, 

Cniveilhier:  ÁnAtomiedeteripiiM. 

ARAGON.  (reino  db)  Una  de  las  provincias 
en  qoeantes  de  la  division  territorial  de  4833 
se  hallaba  dividida  la  monarquia  española: 
eomprende  las  provincias  de,  Zaragoza,  Huesca 
y  Teroel,  y  conflna  por  N.  con  el  reino  de 
Trancía;  ppr  E.  con  el  principado  de  Gataluna; 
por  S.  con  los  reinos  de  Valencia  y  Gastíila  la 
Noeva,  y  por  0.  con  tas  capitanias  generales 
de  Burgos  y  Navarra.  En  estas  provincias  se 
encucntran  las  plazas  de  Zaragoza  y  Jaca  con 
808  respectivos  gofoernadores  y  sargentos  ma- 
yores.  Tambien  se  encuentran  los  castiilos  de 
la  Aljaferia,  Benasque,  Monzon,  Alcañiz  y  Me- 
qoinenza;  los  dos  priroeros  á  cargo  de  un  co- 
mandaDte  militar,  y  los  tresúltimos  al  de  otros 
tanlos  gobemadores.  El  capitan  general  de  este 
rñno  reside  en  Zaragoza. 

Aragon  pnede  considerarse  como  nna  c<Tn- 
ea  rodeada  de  los  Pirineos:  las  montañas  qoe 
le  divideo  de  Navarra  y  Gataluña  y  de  las  sier^ 
las  de  Soria,  Molioa,  Guenca  y  Morella  rinden 
iQs  vertientcs  por  los  parages  que  lc  circnn- 
dan,  hácia  la  gran  caja  del  Ebro,  que  16  cruza 
easi  por  medio  de  N.  0.  á  S.  E. 

¿te  pals  goza  de  disiintas  temperatoras 
mas  6  meoos  benigoas,  segun  la  varia  eleva- 
don  y  asiento  dc  los  pueblos;  pero  todas  ap- 
las  para  el  coltivo  de  los  mas  precíosos  frutos 
delászonas  templadas.  Los  vientos  que  gene- 
rHhoenle  reiDan  son  los  llamados  o»erzo  y  bo- 
áamo(M.  0.  y  5.  £.)«  los  cuale^  son  taofrecueo* 


tes,  con  especialidad  en  la  eapital»  qoe  poede 
asegurarse  que  unos  ú  otros  soplan  los  nuere 
meses  del  año,  y  tan  vlolentos  los  primeros, 
que  arrancan  hasta  los  árboles  mas  oorpn- 
lentos. 

El  Aragon  es  de  los  territorios  mas  monta- 
ñosos  de  Españar  Las  encumbradas  y  ásperas 
cordilleras  del  Pirinco,  son  las  sierras  mas  al- 
lasy  continoadas,  y  la  frontera  de  Francia  por 
esta  parle  la  que  ofrece  mayores  derrumbade- 
ros:  la  mas  alta  y  de  peores  entradas  de  cuan- 
tas  separan  á  Espaúa  de  aqnel  reino,  ó  sea  el 
punto  mas  culminante,  cs  sin  duda  alguna  el 
monte  Perdido,  cuya  elevacion  sobre  el  nivel 
dcl  mar  se  calcula  ¿  4,745  toesas.  De  esta 
inmensa  mole  nacen  muIUtnd  de  estribos  qne 
se  introducen  en  el  territorio  formando  dife- 
rentes  valles  por  los  cuales  se  precipitan  infi- 
nidad  de  rios,  arroyos  y  torrentes. 

El  terreno  de  Aragon  es  moy  fértil:  por  po- 
co  que  se  le  ayude  basta  para  producir  prodi- 
giosamente.  Las  márgenes  de  los  rios  desple- 
gan  la  mas  activa  vegctacion:  las  riberas  del 
Ebro  y  dcl  Jalon  principaimente  son  de  lo  mas 
rico  que  se  conoce.  Multitud  de  valles  rcga.doa 
por  diferentes  riachuelos  producen  todo  lo  que 
el  labrador  apetece:  el  Ilano  que  se  encnentra 
al  salir  de  Fraga,  y  el  del  Fresno  son  una  série 
continnada  de  jardines;  ios  de  Daroca  y  dc  la 
Almunia  son  todavia  mas  hermosos ,  mas  fér- 
tiles  y  mas  variados  eu  sus  productos.  Otros 
semejantcs  se  encuentran  en  diferentes  pun- 
tos,  pero  hay  pocos  qoe  igualen  en  íeraci- 
dad  y  riqueza  á  los  huertos  de  Galatayud  y  de 
Ateca.  Las  fértilcs  campiñas  que  rodean  á  la 
capital  superan  en  hermosura  á  ias  de  los  de- 
mas  parages  que  hemos  mencionado:  tres  rios 
y  un  canal  magníOco  leT  rinde  su  tributo  para 
fertilizarlas,  y  el  snelo  seCnnda  admirablemen- 
to  la  diligencia  del  agricultor,  producieado  ¿ 
competencia  los  frutos  de  toda  especie  y  los 
granos  de  todo  género.  üoa  estensa  llanura 
rodeada  de  montañas  cn  los  confines  de  Gata- 
luña  y  de  Valencia,.es  tambien  hermosa  y  rica, 
y  deunafertilidad  poco  comun  engranos,  acei- 
te,  lino,  c¿ñamo,  moreras  y  frutas  de  todas 
clases.  Desgraciadamente  la  agrlcoltura  no  so 
halla  en  este  pais  al  nivel  de  Yalencia  y  Gata- 
Iuña;siasi  fuese,  este  terrena  liegaria  ¿  ser 
otra  tierra  de  promision. 

Todos  los  rios  de  Aragon  abundan  en  pcsca: 
las  truchas  del  GAIIego  y  del  Huccha  son  ri- 
quisimas:  fos  anguilas  del  estanque  de  Alcañiz 
admiran  por  su  grandor  y  su  deli'cado  gusto; 
y  las  sabogas  dei  Ebro  forman  el  plato  mas 
regalado  de  las  mesas  de  los  pudientes  que 
moran  á  sus  orillas. 

Caráeter  y  eostumbres  de  los  aragone^ 
se»,  Los  aragoneses  reunen  todas  las  circonsr 
tancias  necesarias  para  progresar  en  las  cieu- 
cias:  vivacidad  natural,  imaginacion  pene- 
Irantc  y  juicio  sólido  Es  el  aragonés  orgulloso, 
habla  poco  y  deflende  so  ppinion  con  flrmeza: 
ensaUa  si^  pais  hasta  la  hipérbole;  le  eoardece^ 


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.19 


ARAGON 


M 


la  meQor  eosttradtocioD;  de8ooiioce<  mis^  propios 
defectos  y  rara  vez  conOesaB  los  de  sm  oom- 
patriotas ,  sin  embargo  de  scr  naturalmeDte 
envídiosoa  caando  hablan  con  eBtrangeros.  Su 
altaneria  natural,  su  acogimíento  seco  comun- 
mente,  su  aire  serio,  bqs  maneras  frias»  sta  to- 
Do  algunas  veces  brosoo ,  repugna  á  ios  que 
no  les  conoceo:  estos  son  los  úuicos  defectos 
que  Ics  ponen,  pero  defectos  que  se  hallan 
bien  recompensados  por  otras  mil  coalidades 
estiroables.  Si  el  aragonés  es  frio  y  seeo.  tam- 
bien  es  á  la  ves  pradente  y  reflexivo,  provisto 
deao  juicio  sólido  y  de  un  juicio  el  mas  recto: 
si  son  altaneros,  son  al  propio  üempo  atentos 
7  comedidos;  su  acogimíento,  aunque  sério  y 
frio,  es  mas  verdadero  y  de  coraason  ,  que  ei 
afectuoso  y  urbano  de  otras  provincias.  Son 
hábilcs  coilesanos,  sin  fálsía;  valientes  sin 
funfarronada;  arrojades  hasta  la  temeridad; 
emprendedores  como  nadie;  y  andaces  y  am- 
biciosos  como  ninguno.  Sn  caráoter  decidido» 
firm^  é  inalterable  les  hace  aparecer  las  roas 
veces  indóciles.  Los  aragonesed  Jamás  ccdie- 
ron  cuando  fué  menester  combatir  en  defensa 
de  las  leyes,  de  la  independencia  nacional,  de 
la  libertad  y  del  trono  de  sos  reyes. 

Canal  de  Aragon.  Esta  obra  es  una  de  las 
mas  impoftantes  á  que  todos^los  gobiernos 
debieran  OJar  su  atencion  cfm  el  On  de  lograr 
su  pronta  termioacion  pare  que  la  riqueza 
agricola  de  este  pais  se  aaineotase  constdera* 
blemente.  ín  tiempo  del  emperodor  don  Gár- 
los  Y,  primero  de  España,  setHeron  priiictpio  á 
estas  obras,  y  aun  cuando  tos  reyes  suecaores 
han  venido  prestando  sn  poderoso  apoyo  ¿  an 
objeto  tan  útil  y  privilegiado,  es  el  caso  que 
aun  uo  se  halla  terminado.  La  circunstanciade 
haberse  tropezado  con  algnnos  graves  incon- 
Tenientes,  tanio  en  la  parte  topográfica  como 
en  la  material  de  la  empresa,  es  la  causa  de 
no  haberse  aun  terminado  este  importantisimo 
canal.  Hoy  dia  es  uno  de  los'punlosea  que  mas 
flja  60  atencion  el  gobiemo,  dispensando  cuan- 
fa  proteccion  necesita  la  empresa;  y  es  de  pre- 
samir  que  tcndremos  la  satisfiiccion  de  ver 
eoncluidamuy  pronto  esta  importaote  mejora 
de  la  agricultura. 

Hisloriaoivil  de  Áragan.  Betenida  y  Olo- 
sóflcamente  observado  este  pais ,  su  mismo 
exámen  va  remontando  la  imaginacion  de  si- 
glo  en  siglo,  hasta  que  perdida  en  la  perpetui- 
dad  de  los  tieropos  viene  ¿  colocarse  cn  la  cum- 
bre  de  los  Pirineos,  que  geológicameote  recor- 
re.  Descendieudo  ¿  edad  mas  conocida  enoon- 
tramos  á  estos  habitantes  divididos  en  tantus 
repúblicas,  cuantaseran  las  ciudadesque  com- 
ponian  su  (erritorio,  aunque  incorporadás  to- 
das  en  caatro  regiooes,  estendldas  mas  a(l¿de 
los  Hmites  que  despues  con  la  pakbra  Araqm 
bablan  de  signiflcarse. 

Dueño  el  poderoso  Islam  de  toda  España. 
oomo  antes  estuvo  este  terrítorío  sojeto  al  Im 
perio  de  los  G6sares ,  quedó  de  los  califas  de 
pamasco.  Fué  adjudioado  áios  beret^eres»  par- 


tioQlarmenle  sus  nontañas,  poü  Sficdo-oons^ 
vacioQ  mas  trabajosa,  conocida  la  ioJaatiQia, 
con  que  trató  Mosa  en  los  reparlimieDtoa  ¿iloi 
primeros  y  mas  valientes  oonquistadores  de 
España.  No  hubieron  de  ocopar ,  sin  cmlMurfe, 
todas  sos  fragosidades ,  y  mientras  la,  tini&la 
estraogera  campeaba  libre  mas  que  nunca  por 
las  liaoures,  huyendo  el  hijo  dei  pais  ai  salva- 
ge  nacimiento  áfi  lo6  rios ,  encontró  en  lo  mas- 
'enriscado  de  los  Pirineos  It  antigua  Ubertad 
'celtíbera  doude  por  largos  añoa  permaoeciere 
,retireda.  Afirmase  que  huyendo  do  los  con« 
quistadores  musulmanei  se  retmleron  hasla 
trescientes  cristia&os  en  el  monte  üruel,  pró- 
ximo  ¿  Jaca,  y  no  lejos  de  aiii  poblaron  en  udi 
lugar  que  se  deoia  Pano,  fortiflc¿ndoae  eon 
irarios  castillos  y  resueltos  ¿  defendofso  de  los 
mahometanos;  pero  que  antes  do  haberae  bieo 
prevenido  fueroo  ataoados,  cauti^roa  y  mueftos 
sin  qiie  quedase  en  aqoelia  region  mas  gonto 
que  alguu  erraitaño. 

La,  aotigüedad  do  estc  reino  se  romoDla  ¿ 
príncipios  del  slglo  VIU.  Respetablea  hislo* 
ríadores  encabeaabao  alli  el  cat¿logo  de  sus  se» 
ñorcs  con  don  Garcia  Gimenea  con  el  titolo  de 
conde,  erigido  entre  los  bijos-daigo  de  la  mis- 
ma  provincia.  Olrosquieren  que  la  proviociado 
Aregon  estuviese  sujeta  al  reiuo  do  Sobrarke, 
mas  aoliguo  que  el  de  Navarra,  y  fundan  el  oat¿- 
logode  sus  reycs  en  Iñigo  Arista,  poff-loo  aioa 
de  839.  Entretanto  otros  cronistas  de  aquellos 
tiempos,  como  Biotar»  Isidoro  Paoouse ,  M» 
maticeQse,  San  Eulogio  de  Górdoba,  etc,  etc, 
nioguno  de  ellos  hace  meooioo  de  tales  reyes. 
Acudiendo  «si  al  fundamento  de  eatos  reinos,  ta- 
les  como  se  les  quiere  presentar,  aparecooom- 
pletamente  en  el  aire ,  sin  que  •scrítor  6  do* 
oumento  alguQO  de  las  épocas  ¿  quosu  príoci- 
pio  se  reflere,  ó  inmediato  á  ellas;  aqtorieo  loa 
conceplosque,  ¿  escrilores  muy  posteriores,  ha 
inspirado  sin  duda  el  iaudable  amor  de  sq 
pais^ 

El  prímer  rey  propio  de  Aragoo,  lo  foédon 
Ramiro ,  que  cou  solo  los  eslados  de  Aragon, 
se  titoló  rey.  Muríó  en  4063  oeroa  del  Gre- 
do.  en  batolla  con  sa  sobrino  doa  Sooeho  de 
Gastilla. 

Sobre  el  año  4  076,  fué  muerio  en  Roda  don 
Saocbo  rey  de  Navarra ,  por  sa  btsrman j  don 
Ramon,  y  el  único  hijo  que  tenia  huyó  Ileno  dle 
miedo,  por  lo  que  loa  navarros,  viéndose  sin 
rey ,  eligieroo  al  de  Aragon  don  Sanclio  Ra« 
mirca,  uniendo  de  este  modo  las  dos  coroaas. 

Por  el  enlace  de  doúa  Urraca ,  uoió  doo 
Alonso  ¿  su  reiQO  el  de  Gastilla.  Fué  tomada 
por  este  emperador  la  ciuded  de  Zaragoiá ,  y 
su  reiQO  qoe  teoian  los  moros.  Zaragosa  foe 
cabeza  de  los  reinos  de  Aragon ,  Sobrarbe  y 
Ribagorza.  Este  rey  murié  en  ia  batoUa  de  Era* 
ga,  año  4434. 

En  las  oórtee  do  Moozoo ,  dooidioroo  loo 
aregoboses  elegir  por  su  rey  ¿  don  Ramiro, 
quo  cra  ¿  la  sason  obispo  de  Roda,  y  fué  pfo- 
oimmé9  rey  00  Sueaoa,  a|bdBj435.  CDiaÉoon 


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44 


ARAGON-^AftANCEL 


la 


Inés,  befMBft  M  ooide  de  PoiUers, 
de&pats  de  rehjado  ei  voto  por  el  sumo  poo- 
tüoe.  Muríó  eo  4i47.  Kale  Ky»  dió  sn  hij<^  por 
fliposa  ádoD^leinon  Berenguer,  coiido  de  B«r- 
o^Mt,  con  lodoe  sua  eatadod,  teDieuda  lugac 
JaolofgeeioB  del  inetruiDento  en  Bafbaslro  el 
año  448^,  en  el  nes  de  aeosto;  y  en  noviam* 
bre  del  miamo  afio  biso  total  cesion  del  reino> 
y  80  rellfó  del  fobiemo  elrey  don  Kamíro. 
BesoHa  qoe  ea  tree  anos  fué  don  Ramiro  doo)- 
brado  rey,  easóse,  tuvo  ona  hija,  h^  deapoeó 
7  se  relir6  al  cU|Btro  baciendo^reDoncia. 

Fdt  el  eniall  de  doúa  Petroniia  co»  don 
liBon  Bereoftter,  coode  da  Barcelona»  oam 
bióae  la  dioastla  no  intermmpida  desde  Ra- 
nire  I.  Don  Aioneo  ee  el  primtco  qoe  ocopó  ei 
tioBO  de  Aragon,  fliendo  do  la  dinastia  de  los 
oondta  de  Baveeiona,  cuyas  armas  trajo  al  es- 
Ottd»  de  iragOD  don  Kmbod,  y  son  las  que  se 
ban  cooserrado.  Murió  don  Alonso  aña447i. 
Ma  Saacba  mnfid  ea  4$0S. 

Jbi  flempo  del  ley  don  Pedro-sDcedió  la  k^ 
aosa  bttaiia  de  la»  Na?aa  dt  Tolosa^  tonida 
contra  los  moros,  en  el  año  4%42.  Fué  el  prir 
Btro  de  loft  reyea  de  Aragon-  que  meieció  el 


cutteo  byoi  qne  noriecoa  anlti  qut  él;  al  me- 

noF.  que  fuó  Uartiu,  ie  Ucieaon  rey  de  Sicilia. 
por  baberse  casado  con  la  reioa  de  aqoel  pais» 
Taropoco  dejó  hijoa  tegiUroos.  El  rey  mii- 
rió  eo  4440.  Despues  de  su  mucrte  estu- 
vJeroD  loa  estadoa  de  Aragon  en  grau  au- 
aiedad,  por  no  a^ecer  claro  el  derecUo  del 
que  habia  de  suoeder.  Decian  tenerle  lá  cei- 
qa  de  Ná|K>les  con  su-  bijo  pcimooénitQ  el 
infante  de  Gastilla  don  Fernando;  E  iofaote 
doA  AlODSO»  doque  do  Gaodia;  don  Fadrique, 
cotde  de  Luna,  y  dot  Jaime,  coode  de  Urgel. 
Traacurridos  dos  aóos  de  revuellas,  se  decidió 
qükü  tenia  maa  derecbo  por  los  nueve  baro- 
nea  que  repvesentabaa  todos  los  estados,  y 
fué  en  Caspe,rt0i4F0Ddo  ea  don  Eemando,  in- 
fante  de  GaadUa. 

Sttcedidte  6D  el.  trono  doa  Alonso  Y,  qoe 
casó  coo  dooa  Mw ia,  infaata  de  Castüla.  En 
tiempo  do  eate  rey  se  nni6  el  reino  de  Sicilia 
al  do^  ArafOD.  A  la  muerto  dt  ésta  entró  á  rei- 
nar  don  Juao  11. 

En  4470>eDUró  á  reinar  don  Femondo  H.  Ha- 
mado  el  GaláUee,  qoe  oasó  coo  doña  Isabel  de 
Gasiilla.  Porestcenlact  seunieron  las  dos  co- 
ronat,  babiondo  aucedido  oata  reina  á  don  En- 


rcaaihre  de  Católico.  Beaputs  reinó  don  Jai-  ,      _  , 

mellaiDadoel  Conq«istadtr,  el  cuai  gand.laa  riqae.lAi^ekajíe  4474«  sieodo  procbimados  en 
ialaB  Balearet  en  4  23t.  PosterMMr  ¿  su  muerte .  Se^avia.  Al  iiguienle  a&t,  tn  esta  misma  ciu- 

m  1976  entró  á  reiuar  doa  Pedro,  llamado  el  dtí.  deepoetdt  Jando  doalemapjo,  estando 

fiptDde.paradiíereooitrlede  losdemasqueda  pceeentes  varloft  pdnoipta  aobles  deCastiUa, 

SB  BOfBbre  babian  reinado  en  Aragon.  Eroprtn-  se  dtcidió.  W^qut»  se  babia  do  bacec  cpn  loa 

áiélat  Mt  érdoaft  empnioa  y  aocionta  con-  gtbitrtoi  dt  Aragon  y  GasUlIa,  y-  fu¿  qne  am- 

Irafeyea  podereaot,  eacontrándose  eo  <S1  Jjua-  boB  fobamaeeBi  eii  eata  si  st  baUabao  cu  ens; 

laneiMo  ti  valor,  la  pvidtncia  y  la  diaoreoioo,  ptrosi  don  FemaAdo  eatuvieae  en  Aragoo,  di&- 

ptr  lo  qae  sO  bíao  atreedor  al  título  de  Gran-  pasiena  en  él  solo,  y  dona  laabcl  eu  Castilla. 
éa»  Btspaes  de  esle  leiBd  doa  Alonao  UI,  qua        Subió  aj  troaade  GasiiU^  doa VeUpe  I,  por 

■orió  A  la  edad  de  ^7  añoa,  y  ouaado  se  sa  esposa  dcma  Jaana,  y  bubo  de  reiirarse  i 
ibAácaaar  con  Atenoi,  hija  delrey  dtliii 


flBltrra.  BeJÓ  por  soeesor  4  su  beroiaua  Jai* 
ne,  rey  de  Sidlia.  Bste  rey  concertó  su  bo- 
ét  cto  Isabel,  bija  del  rey  deCastiUa,  que  solo  i 
lenia  nueve  años;  mas  se  desliixó  e&te  enlace  y 
iaaé  con  doña  BitBea,  btfa  del  rey  de  SiciUa. 
Brta  mori^  ea  4  294 ,  habiendo  teuido  diea  hijoa. 
Caaé  don  Jaine  en  terceras  nupcias  con  Maria, 
bli*  dei  rey  de  Ghipre.  Poi^  renuncia  del  pri- 


Acagta  doo  ieraiiDdo;  maa  por  la  teroprana 
mueile  dt  aquelrey,  y  no  Juagandp  capax  de 
deseropenar  el  gobtemn  4  doña  Juana,  fué  Uar 
laadodon  Fernaado  por  los  caatellanoa.  Enton- 
cea  ae  perptta6  U  unioa  de  ambas  coronas. 

MisUma  etiiaiAtricw  El  leúH»  de  Aragoa 
rtcibi6  lafé  de  bota  del  apd«tol  Sanliago,  y 
segununa  antlguay  piadosa  tradicion,  tanto 
mas  Orme  cuanio  mas  dispiUada  ba  sido,  fiié 

■agéoilo  dOD  Jalroe  en  el  aóo  4349,  pttsó  Ja ,  privilegiado  del  ciela  coa  un  favor  particular. 

ooataa  á  don  Alonio,  hijo  seguodo.  Kstecey  ed-  Bste  reino  foé  tl  mai  foiMindo  dt  mirüres  en  la 

sá  sieiido  todavía  infante,  condoúa  Iere£a  En- '  primitiva  iglesia,  y  prodi^o  doa  héroes  como 

tPBBB,  OByaa  bodas  se  ctiebraron  eo  Lórida.  '  San  Lorenso  y  San  Vicente,  los  levitas  mas  fa- 

Tnvo  siete  hijos  de  esla  mugeK,  y  despues  ca-  i  roosoa  de  la  iglesia  hitioa.   Autiguamente  se 

só^en  aegttndas  nupeias  con  doúa  lieonor,  her-  *  contabau  en  este  reino,  un  arzobispado,  6  obis- 

mana  del  rey  de  GaatUla,  de  la  cual  tuvo  otros 

dtt  bijos.  Buraate  el  reinado  de  doa  Alonso 

st  tDW|uist6  el  reino  de  Nápoles. 

Bon  Pedro  IV  sucedid  á  don  Alooso,  el 

eBftl  se   enlasó  coa  d<ma  Maria,  bija  del  rey 

de  fiavarra.  Muertajesta  oasó  con  Leonor,  ber- 

■aaa  del  rey  de  SiciUa.  Despoes  reind  doo 

loao  I,  que  cas6  con  dona  Maiha,  hermanadel 

tOBde  de  Armeñaqoe,  de  la  oual  tuvo  uaa  háití 

BBB  se  Ilam6  Joana.  Lnego  se  desptiá  cob 

Ma  Violante  hija  del  duqoe  de  Bar. 


pos,  8  cupitulos  colegiales,  ^deocomiendas  dt 
drdenes  oiiUltres,  4 ,306  parroquias,  %iS  con- 
«eotos,  %i  hospitales,  2  hospicios,  %  universi* 
dades  y  5  eolegios. 

ARANCBL.  Se  eDtiendt  por  araDcelDna  tabU 
6  lari/aeD  laqoe  se enumerany  aprecian  muW 
UUid  de  objetos  que  debea  saüsfacer  de  uoa 
oMnera  proporclonal  4  sa  número  y  pe8o>  4  su, 
valor  iBlckiaeot  6  aa  volúmen.  0  bien  Uenta 
pos  tbjtloapreiiar  trabi^s  materialea  q^e^ 
iuna  pcttaraoloa,  esUidio  6  proféaioaaBteriái 
PoB  Mtrüa  \k  qut  mn^  ea  i6guidi«  (««o  |  putden  ojoealtime  en  o«  detomHnado  em¿|f 


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4S 


AHAMCSL 


U 


detiempo.  Bijo  este  concepto  so  hallan  com- 
prendidaa  las  tarifas  de)  tiinsito  de  puentes, 
losportaxi^os,  peazgos,  barcages;  losderecbos 
quc  se  pagan  en  las  adnanas  al  entrar  ó  salir 
los  géneros  qoe  e^tán  gravados  oon  estas  im- 
posicioncs;  y  por  último,  los  derecbos  que  de- 
reogan  los  coríales  en  el  despacbo  de  causas 
ó'pleitos^ue  se  ven  en  todos  los  tríbDnales. 

A  esqbcion  de  los  de  adcanas  que  tienen 
por  objelo  fomentar  la  industría  nacional  y 
«umentar  los  fondos  del  erarip  público,  los  de- 
mastienen  un  fin  mortal,  tratándo  de  cvitarar- 
bitraríedadesy  demusías,ydetermiDar  con  cla- ' 
rídad  yprecision  el  servicioóderecbo  y  evitar 
el  abuso  en  su  exaccion  ó  pago.  Nuestra  legis- 1 
lacion  ha  reencargado  constantementd  su  ob- 
servancia  siu  conseguir  un  éxlto  tan  comple^ 
to  como  convendria,  i  pesar  de  las  mucbas 
rcales  disposiciones  que  itobre  el  asnnto  se  han  i 
acordado.  De  nnos  y  otros  vamosá  ocuparnos.  I 

Los  géneros  de  lícito  comercio  al  introdu*  | 
chrse  en  la  Pcninsula  satisfacon  ciertos  dere-  > 
chos  con  el  fln  deque  no  puedan  competir  con  I 
los  elaborados  de  su  clase  dentró  de  España,  I 
y  estos  son  ios  qoe  Uaman  aranceles  de  adua- 1 
nas.  Como  unas  iadustrias  están  mas  adelanta- 
üas  que  otras  cn  nuestro  pais»  de  aqui  procede 
que  para  evitar  sean  destroidas  por  la  compe- 
tenciade  las  estrangeras  se  hayan  establecido 
imposicidnes  varíadas  sobre  cada  uno  de  los 
efectoa  qne  adeodan.  La  nomenclatura  de  es- 
tos  efectos  con  la  indicacion  del  tanto  qoe  ca- 
da  ono  de  ellos  paga,  es  lo  que  se  denomina 
«raoceles  de  aduanas  por  satisfecersc  en  ellas 
el  derecbo  establecido.  Uoos  son  de  importa- 
Gion  por  gravarse  en  ellos  las  mercadcrías  qtie 
80  introducen,  y  otros  de  esportacion  por  re- 
caer  sobre  determiuados  arítc4ilos  que  salen  al 
estrangero.  La  última  reforma  introducida  en  • 
dlos  en  sentido  liberai  por  la  ley  de  47  de  ju-  ¡ 
)io  de  1849,  autorísa  al  gobiemo  i  reformar  | 
los  antiguos  aranceles  de  importacion  con  ar- 
regloji  lasbases  de  quesocintamente  nos  ocu- 
paremos,  declarando  asimismo  admitidas  i  co- 
mercio  las  manufacturas  de  algodon  que  se 
espresan  con  arreglo  i  determinadas  bases  de 
qoe  no3  harcmos  cargo  tambien. 

Las  bases  para  la  reforma  de  los  aranceles  j 
de  imporíacionde  ios  géneros,  fmlos  y  efectos  { 
estrangeros,  y  de  nuestras  provincias  de  uitra-  { 
mar,  se  reducen:  4.*  ipagar  de4  á  44  por  400 
sobre  su  valor;  las  miquinas  é  Instrumentos 
que  se  iutroduzcan  con  destino  álas  industrías 
agrícolas,  minera  y  fabríi;  lasmaterias  prime- 
ras  que'  no  se  produican  abundantemente  en 
Kspaúa  y  que  sirvanpara  el  trabajo  delaindus- 
trianacional,  seacualquiera  laformaóelaumen- 
to  de  vaior  que  adquieran,  entendiéndose  com- 
prendida  en  este  articulo  la  madera  de  arbola- 
doradebuques.  Lasmateriasprimeras  slmilares 
i  las  que  se  produzcan  abundantcmente  en  Es- 
piAa,  lod  agentes  de  prodoccion  que  se  hallen 
éD  el  migmo  caso,  como  el  carbon  de  piedra  y 
él  co|k,  y  ip^  ttrticulos  4o  maaníactara$  e&tran- 


geras  que  pnedan  haeer  coooQrrencla  iotros 
iguales  de  actuat  fábrícacion  nacional  pagan 
de  t5  i  50  por  400.  Los  arííoulos  estrangeros 
que  el  consumo  exige  y  la  tndnstria  nacional  no 
proporciona,  basta  45  por  400.  Solo  eacaso 
muy  escepcional  podriaumentarseeste  mixi- 
room  basta  el  tO.  Se  alsan  convenienteniente 
los  derecbos  establecidos  en  el  dia  i  los  géne- 
ros  coloniales  que  sean  productos  de  paiaes 
estrangeros.  Los  de  posesiones  españolas  pa- 
gan  el  azúcar  de  Cnba  y  Puerto  Rico  8  rs.  en 
arroba:  el  de  Asia  2:  el  café  ^  Cuba  y  Paerto 
Rico  8  rs.  Al  azúcar  de  reflno  y  medio  reflno, 
elaborado  en  la  Peninsula  que  se  esporte  para 
el  esti:^ngero,  seboniflcaricon  8  rs.  por  arroba 
de  azúcar  reflnado.  Los  demas  efectos  produ- 
centes  de  las  poseslones  españolas  de  Asia 
adeudan  por  regla  gcneral  solo  ona  qointa 
parte  de  los  derecbos  señaladosi  lossimilares 
cstrangeroB. 

El  derecbo  diferendal  debandera  es  de  20 
por  4  00.  Esta  propordoo  seri  mayor  eo  los  ar- 
tículos  que  contríboyen  eflcaimente  i  aoste&er 
nuestra  navegacion. 

Gontinña  prohibida  en  el  reino  la  entrada 
de  armas  de  guerra,  proyectlíes  y  municiones, 
inclusa  toda  clase  de  pólyora;  el  asogue,  las 
cartas  bidrogriflcas  poblicadas  por  el  depósito 
de  marína  y  reprodocidas  en  el  estrangero;  los 
mapas  y  planos  de  autores  cspañoles  cuyo  de* 
recho  de  propiedad  no  haya  caducado;  el  cina- 
brío;  las  embarcaciones  de  madera  que  midan 
menos  de  cuatrocientas  toneladas  de  veinte 
quintales  cada  una;  losgranos,  harínas,  galle- 
ta,  pan  y  pasta  para4a  sopa,  siempre  qoe  no  es- 
té  permitida  sti  entrada  por  la  ley  dc  cereales; 
los  libros  é  impresioues  en  castellano  de  aoto- 
res  espatioles,  i  no  ser  que  se  introdoscan  por 
los  mismos  autores  que  tengan  el  derecho  de 
propiedad;  los  misales,  breviarios,  diumos  y 
demas  libros  litürgicos,  no  entendiéndose  in- 
cluidos  en  la  prohibicion  los  diccionaríos  y  vo- 
cabularíos  que  no  per)ttdicasen  losderechos  de 
propiedad  disfrotados  por  autores  eepañoles 
con  arreglo  i  la  legislacion  vigente;  las  insig- 
nias,  divisas  y  prendas  militares;  las  pintorag 
y  flgoras,  y  cualquiera  otros  objelos  que  ofen- 
dan  i  la  moral  ó  ridiculicen  ia  religion  católi- 
ca;  la  sal  comun;  el  caizado  y  ropas  hechas, 
esceptuindose  las  quetraígim  los  v^ageros  para 
sn  uso  partlcuiar;  y  flnalmente,  las  preparaclo- 
nes  farmacéuticas  que  estuviesen  prohibidas 
por  los  reglamentos  sanitaríos. 

Ademas  de  estas  prohibiciones  de  importa- 
cion  de  algunos  articnlos,  se  grava  i  sn  espor- 
tacion  algunas  materías,  aunque  con  dereclios 
módicos.  Tales  son  el  alcohol  ó  galeno  argen* 
tífero,  el  cobre  negro,  en  estado  de  prímera 
fundidon;  el  Utargirio  de  menos  de  una  onsa 
de  plata  por  quintal;  el  piomo  en  galipagos;  la 
seda  en  capnllo,  y  las  maderas  para  la  cons- 
truccion  de  buques,  quedando  el  gobierao  au«- 
torízado  para  adoptar  todas  las  dlsposiciones 
oecesaria»  i  fio  de  qoe  no  sttfirt  pcijuicfo  la 


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fó 


coDfltTiiccion  de  la  marioa  de  goerra  mercan- 
te,  ni  lo8  intereses  de  los  propieterios  de 
montes. 

Se  prohíbe  tambien  la  estraccion  de  algu- 
Dos  prododos,  á  saber:  corcho  en  tabtas,  pa- 
nas  ó  panes  de  la  proYincia  de  Gerona;  iitargi- 
río  qoe  oontenga  ana  onza  ó  mas  de  ptata  por 
qointal;  gidenaargeDtírera;  plomoque  conten- 
ga  Teinte  j  coatro  adarmes  ó  mus  de  pláta  por 
qointai,  ▼  por  últímo,  los  trapos  de  algodon, 
cáñamo  j  lino,  y  los  efectos  osados  de  estas 
materias. 

Lofgéneros  estrangeros  j  de  nuestras  pro- 
Tiocias  de  Cltraroar,  despnes  de  haber  pagado 
los  dereclios  de  introdoccion  con  arregto  al 
arancel,  se  declaran  por  la  base  tercera  nacio- 
nalizados  j  sujetos  al  pago  de  los  mismos  de- 
rechos  de  estraccion,  consomo,  arbiirios  ú 
otroB  qne  con  cualqoier  denomiDacion  se  co* 
bren  á  sus  similares  del  reino. 

Por  la  base  coarta  se  acoerda  et  eslableci- 
miento  de  aduaoas  y  depósitos  en  los  puntos 
dc  Jas  costas  j  frdnteras  que  se  estimen  con- 
Teoientes  para  satísfacer  las  necesidades  de  la 
agrícallum,  indastríaycomercio,  coDCiUáodo- 
las  con  los  intereses  del  tesoro  público,  y  se- 
ñalando  ¿  cada  una  la  habilitacion  qoe  le  cer- 
rcspoDda.  Se  podrin  establecer  tíguno  ó  al 
guDOs  depósitos  generales  dpnde  se  admita  to- 
da  clase  de  productos,  généros  y  efectos.  No 
scf  concede  escepcion  ni  rel)^a  dc  derechos  ¿ 
fayor  de  industria,  eslablecimiento  público, 
sociedad  ni  persona,  de  cualqoiera  clase  qoe 
sean. 

Los  génaps  de  algodon  se  rigen  por  dís- 
tíDta  tarífe  qSe  íntegra  ponomos  ¿  coDtinua- 

CÍOD. 

ALGODOIf  HILADO. 

Dildad.  Yalor.  Típo. 


ARÁNCEL  40 

tJiiéid.  V«I«r.  Ti^ 

Id.  listados,  labrados  al 
telar  ó  estampados.  •  .       Id.       S4     39 

Segunda  daie^ 


Oei  oámero  60  ai  80. 
Del  80  ea  adelaote.  . 


Libra. 
Id. 


40 
43 


40 
35 


ALGODON  TOECIOO. 


Muselinas  y  batistas  de 
Sscocia,  lisas,  blancas, 
listadas  y  estampadas 
de45¿  tí5  hilos  coota- 
dos  on  el  urdimbre  cn 
cuarto  de  pnlgada  es- 
pañola Id. 

Id.,  id.  de  25  hilos  en 
adelantc Id. 

Tereera  cUue. 

Huselinas  caladas  y  labra» 
das  al  telar  hasta  45hi- 
los  conlados  en  el  nr- 
dimhrc  en  cuarto  dc 
pulgada  española.    .  .        Id. 

De45¿  «5 Id. 

De  %6  eu  adelanle.  ...       Id. 

Cuatia  elase. 

Muselinas  bordadas  ¿  ma- 
no  hasta  4  5  hilos  con- 
tados  en  el  urdimbre  en 
cuarto  de  pulgada  es- 
pañola Id. 

Id.,  id.  de46¿S5.  .  .  .       Id. 

Id.,  id.  de  25  cn  adehtnte.       Id. 

Quinta  clase. 

Tejidos  claros  como  llno- 
nes,  organdís,  museii- 
nas,  cbaconadas,  cla- 
rínes,  lisos  ó  labrados, 
blaocos  hasla  4i5hilos 
contados  en  el  urdim- 
bre  en  coarto  de  pnlga- 


40      35 
60      35 


28  35 
38  35 
50       35 


60  35 
400  35 
460       35 


da  espauola Id. 

50 

35 

Algodon  torcido  ¿  dos  ca- 

Id.,  id.  de  4j6  ¿  25.  .  .  .       Id. 

70 

35 

bos  para  coser  y  bor- 

Id.,id.  de26enadelante.       Id. 

80 

35 

dar,  desde  el  núm.  60 

Los  mismos  bordados  pagar¿n 

com<i 

las 

en  adelante 

Id. 

44 

40 

mnselinas  bordadas. 

Id.  de  tres  cabos,  desde 

eÍDÚm.  60. 

Id. 

20 

40 

Sesta  óUue. 

T^JIDOS  DB    ALGODON. 

Acolchados  y  piqués  blan- 

cos  y  de  colores  de  to- 

PrkneraóUue. 

das  clases Id. 

50 

35 

. 

Dichosbordados Id. 

400 

35 

Gndos  ó  blaneos  de  26 

hitos  en  adelante  con- 
ladosen  ei  nrdimbre  en 

SéHma  da$e. 

cnarto  de  pnigada  es* 

ptDola 

Id. 

46 

35 

Panas  lisas  j  labradaa.  .       Id. 

20 

40 

Id.  id.,ldM  id.,teñidos. 

W. 

48 

35 

VelodiUos Id. 

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32 

40 

[e 

« 


AMKC£L 


48 


Oelava  cla$€, 

Coidad.  Valor.  Hpo. 


Gasa  lisa Libra.      <iO 

Id.  labrada Id.     *  80 

NavBna  ela»e. 


Tules  Vms,  tístampados, 
calados  y  labrados  ó  flo- 
reados  al  telar  ea  píe- 
sas,  cortes,  pañuelos, 

.  esclavinas,  tiras,  cne- 
lloB  ó  cualquiera  otra 
forma Id. 

Dicbo?  bordados  á  mano.       Id. 


35 
55 


400      33 
Avaluo.  55 


Décima  dase, 

Encages,  entredoses,  puii- 
lillas,  lisos  y  labrados* 
al  telar,  bordados,  etc.       Id. 

Dichos  bórdados  á  mano.       Id. 

ündédma  elasn. 


Percalinas,  Instrines,  crls- 
talinas  y  demas  tclas 
que  se  usan  para  la  fa- 
bricacion  de  flores  arti* 
flcíales  de  20  hilos  ar- 
riba 

Dichas  cortadas  y  prepa* 
radas  cn  bojas,  semillas 
y  otras  formas  para  ha- 
cer  flores 


4t5 
S50 


35 
55 


Id.         70      35 


Duodécima  elase. 


Pañuelos  blancoa  pintados 
6  estampados  de  120  hi« 
los  eu  adelante 

1d.  blancos  bordados.  .  . 


Los  derechos  establecidos  en  este  arancel 
se  cobrarin  á  los  tejidos  comprendidos  en  sus 
respectivas  clases,  ya  vengan  en  piezas,  coc- 
tes,  tiras,  cuellos,  esclavinas  Ó  cualquiera  otra 
forma. 

Las  telas  dobles  destlnadas  g^neralmente 
para  pantalones,  chaquetas  y  demas  ropas  dc 
nombre  ó  para  otros  usos,  lisas,  asargadas, 
rayadas  á  cuadros,  ó  con  otras  labores,  de  bo- 
lo  algodon,  quedan  prohibidas. 

Los  tejidos  de  seda,  lana,  hilo  y  ciñamo 
qne  contenga  tnescla  de  algodon  en  mas  can- 
tidad  de  Ta  tel*cera  parte,  continuarán  probi  • 
Udos  8i  no  cuenta  ÍO  hilos  en  ouarto  de  pul- 
gada  española.  kw  que  Uoguen  ó  escedan  de 
este  número,  se  admitirán  pagando  en  su  res- 
pectiva  clase  losiguiente: 

Tejidos  tisos,  asargadOBi  á  coadros,  ócon 
Dtrae  labores  coq  uescla  de  oeda  0  de  íaoa,  ó 


Id.       440       35 


Id.         30       35 
Id.    Avaluo.  35 


con  ambas  materlas,  destioadas  generalmeaté 
para  chalecos,  llamados  casímires,  pelos  de 
cabra  ó  de  otro  modo. 

Sí  visibiemente  doinina  la  sedo  ó  la  lana 
pagarén  el  derecho  señalado  ¿  las  telas  de  «e- 
tas  roaterias  respeotivamente. 

Si  dominare  el  aigodon  conteniendo  viai- 
blemente  niia  parte  minima  de  «eda  ó  de  laoa, 
"vara  euadroda,  44  reales,  35  por  400. 

Tejidos  lisos,  asargados,  rayados  y  labra- 
do6 ,  con  roezcla  de  hilo  ó  de  ¿¿Samo,  d«s(i- 
nados  generalmente  para  pantalones  y  otras 
prendas  de  verano,  llaraados  dril#s,  oúUesó  de 
otro  modo,  líbra  46  reales«  35  por  400. 

'  Dichos  oon  inezcla  de  lana  ilamados^aai* 
mires,   patencnres,  ete.,  vara  cuadrada  43 

Ireales,  35  por  400. 

j       Tajfdos  sencilloe,  lises  ^  aiargados,  pifi- 

1  tados,  Ilamados  maselinas  de  lana  ó  de  otio 

I  modo. 

I  Si  dominase  hi  lana,  pagarén  oomo  los  te* 
]id08  de  eata  materia,  y  si  el  algodoa ,  vapa 
coadrada  8  reales,  35  por  400. 

8i  se  presentase  algun  tejido  de  nueva  ifw 
Tencion  qne  no  pueda  (pticarae  por  analogiai 
las  partida^  precedentes,  pagará  Bobre  su  ava- 
luo40  por  400. 

Por  real  decreto  de  4643  se  aprobaron  Um 
aranceles  reformados  con  arreglo  á  las  baaea 
de  la  ley  anteriormente  citada  do  47  de  Julio 
del  mismo  año ,  en  los  que  se  comprende  «1 
de  las  manufAOturas  de  algodon  establecidas 
en  el  t.*  articulo.  Por  este  deoreto,^  declt- 
ra  que  las  raanufacturas  de  algodon  se  admi-  * 
ten  en  la  Peninsula  é  Islas  BalMres  por  las 
aduanas  marílimas  de  San  Sebfttian,  fiiibao, 
Santander,  Goruña,  Cádiz,  Málaga,  Almerla, 
Gartagena,  AUcante,  Valencia,  Barcelona,  Pal- 
ma  de  Mallorca  y  Mahoo,  continuando  los  de- 
pósítos  de  aduanas  ó  de  géneros  de  licito  co- 
mercio  en  los  puntos  que  actualmente  existen, 
escepluando  los  que  por  su  poca  importancia 
no  produzcan  lo  hecesaríopara  cubrir  los  gas- 
tos.  El  derecho  de  depósito  ser¿  el  mismo  que 
Fe  satísfacia  en  la  fecha  d^l  decreto.  Gonforme 
¿  lo  dispuesto  en  la  5.*  de  las  bases  aproba- 
das  por  la  referida  ley  de  Julio,  se  establecen 
en  los  puertos  de  ta  Goruüa,  G¿dis  y  Mahon, 
depósítüs  generales  de  toda  clase  de  produe- 
tos,  géneros  y  efectos. 

Para  la  observancia  del  arancel  se  ha  es- 
tablecido  que  los  articulos  de  nueva  invencion 
se  despachen  imponiéodoles  los  dere<^os  se- 
ñalados  á  sus  similares  ó  análogos   por  la 

I  prímera  vez,  rcmttieudo  muestras  de  etlos  ¿ 
ia  direccion  general  de  Aduanas,  para  que  el 
gobierno  acuerde  los  derechos  que  deban  sa- 
tisfacer  por  regla  general.  Sino  tuvieran  ana- 
logia  ó  semejanza  con  ningun  articulo  del  araa- 
cel,  8atisfar¿n  por  ia  prímera  ves  el  45  por 
400  sobre  avaluo  en  bandera  nacionai,  y  48 
por  400  en  estrangera.  Que  torlos  iot  artlcu- 
los  que  se  presentan  en  certas  cantidades  y  de 
pequeño  valor  no  comprendido»  eapreaam^ 


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tó 


Amim 


«0 


leea  el  araacel,  utisfaráa  et  45  por  400  bo- 
bre  avaluo  cn  bandera  Dacional,  ;I8  por  400  eo 
estraogera,  dando  coeota  eo  cada  caso  á  la  su- 
períoridad.  Que  para  el  despacbodegéueros  por 
aTaloo  deberán  presentar  ios  iuleresados  á  ios 
administradores  de  aduttoas  las  facturas  origi- 
nales  de  precios.'  Quelos  artículoii  que  seanpro- 
ducto  y  procedau  de  ias  posesioncs  españolas 
de  isia,  y  que  no  teugan  como  tales  señalados 
en  el  arancel  los  derecbos  que  bayan  de  sa- 
tisfacer,  solo  adeudarán  la  quinta  parte  de  los 
eBtablccidos  á  sus  similares  estraogeros,  si 
TÍDieseQ  en  bandera  española.  £n  caso  oou- 
trario,  se  exigirán  los  derecbos  ímpueatos  á 
la  bandera  estraogera  procedenie  de  pais  es- 
tcaño. 

Qoe  las  incidencias  que  ocurran  cn  las  ope- 

ladoncs  de  aduaoas  sobre  puntos  compreodi- 

dos  en  la  instruccioo  para  el  buen  régimen  de 

las  mismas  y   cxapcion  de  los  derecbos  de 

arancel^  se  resolverán  en  todos  los  casos  gu'- 

benialjramente  sín  causar  costas  ni  peijuicios 

á  los  ínteresados.  Que  los  cóusules  espaüoles 

eo  ei  estrangero  espedirán  desde  luego  á  los 

capitaoea  y  patrones  de  buques  cerliflcados  ó 

regístros  de  todos  los  articulos  admítidos  ¿ 

comercio  por  el  precedenlc  arancel,  eii  los  (ér- 

m'mos  que  dispooe  la  instruccion  dc  aduanas. 

Qoe  k>8  intenjientes  de  las  posesiooes  espióO' 

ks  de  América  dispondrán  que  por  las  aduanas 

de  ias  misroas    no   se  espidan  registros  en 

cuanto  ¿  tabaco    en  rama  y  deinas  efecios  dc 

prohibidaentrada  en  laPenínsula  é  islas  fialea- 

resy  siao  para  los  punlos  donde  existan  depó- 

ailos  geoerales.  Que  los  géueros  coloniales  y 

loda  cUac  de  inercaderias  de  producciou  es- 

tran^ra  que  proccüan  de  los  depósilos  de  la 

Habaoa  y  Puerto  Rico  en  buques  espaúoles, 

8atis£ar¿Q  á  su  iotroduccion  en  la  Pcniusula  é 

islas  Baleares  ei  derecho  qiie  esté  señalado  en 

ei  arancei  ¿  la  bandera  nacional,  y  aderoas  ia 

milad  del  recargo  impue¿to  á  la  estrangera, 

cualqoiera  que  sea  el  pabellon  en  que  ios  efec- 

(os  se  ha>an  conducido  á  dichos  depositos;  pc- 

ro  si  viniesen  eo  bandera  estrangera,  adeudu- 

rin  el  derecho  señalado  á  la  misma  procedien- 

do  dd  punto  productor;  y  flnalmente,  que  no 

ae  har¿  alteracion  en  lo  dispuesto  en  el  arti- 

cnlo  44  de  ia  ley  dc  9  dejulio  de  4844,  acerca 

de  la  exaccioQ  de  0  por  4  00  de  arbitrios  sobre 

el  importe  de  U&  dcrecbos  de  arancel. 

Yamos  abora  á  ocuparnos  de  los  aranceles 
iudiciales,  quc  no  son  otros  que  los  que  de- 
termioan  K>s  derecbos  que  ban  de  percibir  loi 
juecea,  promotores,  escribanos,  y  resto  de 
personas  Decesarlas  en  los  juicios. 

▲tendida  la  iodole  de  los  aranceles  y  lo 
dÜÍcU  qoe  es  marcbar  de  acuerdo  cuando  de  in 
lerés  se  trata,  determinaron  la  leyes  su  publi- 
cidad  desde  los  tiempos  mas  remotos,  y  auo 
mas  termiaaatemenle  eo  4480  los  reyes  Cab^- 
Ücos.  Kn  4  500  los  mismos  reyes  voivieron  ¿ 
jQaodar  qoe  asi  que  un  gobornador  6  asistente 
se  posesionara  de  su  cargo  se  informase  si  se 

440      BIBUOTECA  POPlTLAa. 


hallaba  ya  establectdo  el  oportuno  araocel  qne 
determinase  los  dereobos  qoe  cada  cual  debie- 
ra  percibir,  y  no  babiéndole  se  procediese  ¿  sa 
formacion  sín  demora  pararemiiirlo  a  la  apro- 
baciou  del  consejo,  iraponiendo  graves  penai 
al  que  ¿  él  no  se  atuviese.  £o  4835  se  nombró 
unaeomision  para  que  revisara  los  Irabajoa 
bechos  en  la  anteríor  época  consiitucioiial, 
mandándose  eotretaoto  en  diciembre  del  mis* 
lao  que  no  se  percibieran  derechosduplicadoi, 
y  en  4837aulorízaronla8córte8  algobíemopa- 
ra  poner  en  práctica  ei  trabajo  de  la  cttatJa  eo- 
misiou  empezando  en  su  virtud  ¿  regir  los  nue- 
vos  araucelea  eo  4  *»  de  febrero  de  4838.  Des- 
pues  de  olras  varias  disposlciones  apareció  por 
ün  el  real  decreto  de  t%  de  roayo  de  4846  y 
con  él  el  vigente  arancel  generai  que  empes^ 
¿  regir  desde  el  4  .*»  de  agosto.  Este  arancel 
comprende  las  siguieutes  clases:  tríbnual  sa- 
premo  de  justtcia  con  todos  siis  subalternps; 
audiencias  lerriloriales  con  los  suyos,  jua^ 
dos  de  primera  instancia,  Iríbunales  cclesi¿str- 
cos,  y  los  de  coniercio;  promoloreá  flscales,  aí- 
caldes  cootituciooales,  abogados,  fleles  de  fe- 
chos,  secretarios  de  ayuntamiento,  contadores 
y  partidores,  cootadores  de  hipotecas,  reviso- 
res,  médicus,  cirujanos  y  profesores  de  far- 
macia.  tasadores  dc  joyas  y  otros  electos, 
arlesanos  y  meoestrales. 

Es  de  notar  qiie  la  caria  de  los  tribnnales 
militares  haya  aceptaéo  et  arancel  de  4^45,  y 
no  sus  reformas  en  4846qne  nulablemeuie  re- 
bajan  los  dcrechos.  [Yéaie  co9TA9,  DBascHOS, 

TARIFA.) 

En  ultramar  porreal  órdcn  dc  4835  y  -1836, 
se  ordenó  qiie  la  audienciadc  Pacrio  Príiicipe, 
única  á  la  sazon  de  la  islu,  f  rmase  un  arauccl 
para  todos  los  tribiinales  comiines,  eclcsiásii- 
cos  y  prívilegiados  de  loda  ella.  el  que  se  pu- 
bllcó  en  8  de  marzo  de  1838  pero  suspen- 
dióse  su  ejecuciou  en  viriud  de  reciamaciones 
elevadas  áS.  M.;  perohabiéndosecreadü  eutre- 
tanto  4a  prelorialde  la  Habana,  scaulorizó  ¿  stt 
príiner  rcgente  para  que  formulase  un  araucel 
interíno  quc  aprobó  el  capitan  general  basta 
tantoquese  formalizase  el  dinniúvo,  lo  que  se 
ejeculó  por  la  real  órden  de  14  de  seiiembre 
de  4848,  en  la  que  eulre  otrascosas  se  preve- 
nia  se  pusiera  en  práclica  desde  luego  con  la 
rebaja  de  una  quinla  parle  en  la  ciudad  dcMa- 
tanzas  y  de  una  cuarta  cn  los  dcmas  puntos  del 
territorio  de  la  misma  audiencia,  recordandoal 
propio  tiempo  que  losdcrechosno  escedandel 
5  tanto  de  los  que  en  eslos  reinos  se  puedaa 
Ilcvar. 

£on  igual  fecbade  24  de  setienbrede  4843 
se  rcmitió  ¿  la  audieiicia-chancilleriadePuerto 
Principe  un  ejemplar  de  los  araoceles  judicia- 
les  de  la  Peoinsula,  y  una  copia  de  los  refor- 
mados  por  el  tribunai  suprcmo  de  justicia  para 
el  territorio  de  la  pretoríai,  á  fin  dequeensa 
visla  procediese  á  pooerlos  eu  j)rác(ica  con  las 
mismas  prevenciones  refcridas  al  traiar  de  ios 

T.     III.      4 


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S1 


ARANC£L-AftANJüEZ 


88 


de  la  Habanai  con  la  rebaja  ademas  de  una 
•qaiota  parle  para  las  ciudades  de  Cul>a  y  Poer- 
4o  Principe  y  de  una  cuarta  para  los  demas 
pueblos  del  territorio,  encargando  á  la  vez  la 
reduccion  de  las  partidas  escesivas  que  contie- 
ne  el  arancel  de  la  pretorial. 

ARANJUEZ.  Sitio  real,  y  villa  con  aynnta- 
miento,  en  la  proviocia  y  audiencia  terrilorial 
•de  Madrid:  corresponde  al  partido  judicial  de 
Chincbon,  á  la  diócesis  de  Toledo,  escepto  en 
to  [lerteneciente  á  las  reales  dependeocias  que 
corresponde  á  la  Jurisdiccion  de  ia  patriarcal; 
pertenece  ¿  la  órden  miHtar  de  Santiago,  y  ¿  la 
capitaoia  general  de  Castilla  la  Nueva. 

Süuacion  y  clima.  Se  halla  sUuado  ¿  los 
40*  V  46^  latitud,  0«  4'  44 "  longitnd  E.  del 
iQeridiano  de  Madrid;  ¿  la  ínárgen  izquíerda 
del  rio  Tajo,  sobre  la  carretera  general  de  Va- 
lencía  y  Andalucía,  al  S.  de  la  villa  de  Madrid 
en  un  estenso  valle  rodcado  de  coiinas,  que 
<lev¿ndose  dcspues  poco  ¿  poco,  van  ¿  formar 
las  sierras  que  se  acercan  ¿  la  ciudad  de  Tole- 
do.  Goza  de  cielo  despejado  y  claro,  de  clima 
templado  y  alegre,  apacible  y  delicioso  en  la 
primavera,  y  saludablc  aun  en  los  meses  del 
estio:  esto  último  cs  hoy  una  novedad,  debida  ¿ 
Jas  progresivas  mejoras  de  la  poblacion,  que 
jrodeada  antiguamente  de  bosques  y  roatorra- 
les,  con  casas  pobres  y  mezquinas,  sufria  la§ 
«xbalacionés  de  la  marcha  leuta  del  Tajo,  'y  de 
•^os  pudrlderos  de  basura  para  beneflciar  los 
Jardines. 

Iníeriordelapoblacionysus  afaeras,  Reu- 
ne  Aranjuez  cuanto  puede  ser  nccesario,  útil  y 
agradable¿  la  vida;  palacios,,  santuarios  y  cdi- 
ficios  dc  todas  clases,  calles  esptfciosas,  her- 
mosas  plazas,  buenas  fondas  y  hosterias,  mu- 
'chas  posadas,  cafés,  biilares,  ticndas,  f¿brí- 
cas,  etc.  elc. 

Pará    mayor    claridad  é    icteligencia  de 
jiuestros  leclores,  decribiremos  separadamen- 
le  todos  aqucllos  ediflcios  ú  objetos  que  me 
^ezcan  su  utcncion. 

£n  primcr  lugar,  el  Palacio  real:  obra  mag- 
ñffica  y  suntuosa.  tanto  cn  el  interíor  como  en 
el  eaterior.  Tuvo  su  origen  en  4  387  con  desli- 
1»  i  ios  grandes  maestres  de  la  órden  de.San- 
tiago^  que  se  hallabañ  eslablecidos  en  Ocaña, 
7  que  por  razon  de  las  delicias  y  buenas  dis- 
posiciones  de  Aranjuez,  coroo  tambien  de  la 
«bundunte  caza  y  pesca  que  en  él  exíslian  frc- 
«uentementc  se  hallabau  en  este  punto.  Ei 
vnaestre  don  Lorenzo  Suarez  de  Figucroa,  hizo 
Jevantar  en  el  citado  año  un  palacio  de  esce- 
lente  f¿brica,  en  el  misroo  sitio  doiide  hoy 
«xiste  el  Palacio  real:  su  forma  era  de  arqui- 
tectura  antigua,  con  cuatro  fachadas;  en  el  in- 
lerior  un  espacioso  patio  adornado  de  colum- 
cas  de  piedra  blanca,  que  sostenian  las  gale- 
Tias  del  piso  principal.  Tenia  dosentradas,  al 
C.  y  0.,  y  uu  puente  de  madera  y  ramage  que 
^gpues  se  bizo  de  picdra,  para  dar  paso  por 
encima  delcnnal  de  las  Aceñas,  ¿  la  isla  donde 
eMán  'Ofi  jardirtes  y  Lueita.  Adquirida  por  los 


reyes  Gatólicos  la  administraclon  perpétoay 
el  cargo  de  maestres  de  las  órden^s,  ^  aloja- 
ron  muchas  fcces  en  este  palacio,  y  lo  mismo 
hicieron  los  demas  reyes.  Felipe  11  qutso  hacer 
un  cuarto  real  para  sl,  y  al  efecto  eligió  el  si- 
tio  al  S  del  palacio  antiguo,  dejando  una  calie 
pormedio:  loprimcro  qne  mandóiiacer,  foé 
una  capili»  pública,  y  unido  ¿  ella  el  cuartel 
real.  Enestasdos  obras  se  invirtió  baslante 
tiempo.  Eo  el  año  4  599  se  hicieron  dos  pasa- 
dizos  desde  ei  piso  aito  para  dar  comunicacion 
al  palacio  viejo  de  los  maestres,  que  atravesa- 
ban  la  calle  que  quedó  formada  entre  este  y  la 
parlemandada  construir  por  Fe1i|)e  II.  Tambien 
seconcluyó  en  4599  ei  jardin  quesirvió  para 
estas  habitacioues  del  rey  (que  es  cl  de  lus 
Est¿tuas)  cerc¿ndole  con  tapias,  y  poniéndole 
unafuenteenel  centro.  Delante  delacapilla  se 
formó  una  plaza  de  ¿rboles  cercada  de  paleu- 
ques  y  puertas  para  correr  toros  y  hacer  los 
herraderos  a1  frente  de  los  balcones  de  pala- 
cio.  Ei  fiejo  palacio  se  destinó  para  alojar  los 
gefes  y  cabalieros  de  la  córte,  y  el  nuevo  sir- 
vió  para  habitacion  de  los  reyes.  En  el  patio 
del  antiguo  estuvo  colocada  la  est^tua  pedes- 
tre  ce  bronce,  que  representa  el  emperador 
C¿rlos  Y  con  ei  Furor  encadeoado  ¿  Iqs  pies, 
cuya  estátua  se  mudó  a1  Buen  Retiro  en  el  afio 
4634,  coloc¿ndola  en  el  j^rdin  de  San  Pablo,  y 
hoy  se  halla  en  el  real  Musco  de  escultura  de 
esta  córte.  £n  4660  se  prendió  fuego  al  pala- 
cio  de  los  maestrcs,  causando  bastante  cstra- 
go  en  los  adornos  y  muebles  interiores,  pero 
muy  poco  en  la  fábrica.  En  4665  volfió  ¿su- 
frir  igual  desgracia,  quem¿ndose  un  coarto  so- 
lamente,  el  cual  se  compuso  luego.  En  tal  es- 
tado  permanecíó  hasta  el  año  4727  que  se 
mandó  derribar  para  conctuir  la  obra  del  qoe 
hoy  cxisle,  halI¿ndose  en  sus  cimientos  VHrías 
monedas  del  tiempd  de  su  constrnccion.  En  el 
reinado  de  Felipe  V  se  raandó  concluir  el  pala- 
cio  nuevo,  completándoHe  un  cuadro  con  cua- 
tro  lineas  de  f¿brica  y  un  pntio  en  el  centro. 
En  4735  ?e  sigiiió  ia  muralla  de  Billeríaen  el 
canal  del  rior  para  poder  formar  la  plazuela 
delantede  la  fachada  principal  del  palacio.  y 
se  trabajó  en  el,  resto  de  esta  magniflpa  obra, 
en  el  teatro  y  gabinete  pa*a  ia  reina.  Ademas 
de  las  pinturas  y  dorados  que  se  trabajaron 
para  este  gabinete,  sc  puso  euél  una  fuente  y 
juegosde  agua  en  ua  peñasco  grandecon  cua- 
tro  cabezas  de  vienlos,  y  otros  peqaeños  con 
conchas  y  tazas  jie  mármoles,  y  varias  flguras 
de  bronce.  En  4740se  arregló  el  coliseo. 

Kste  palacio  esperimcntó  ia  fatul  desgra- 
cia  de  verse  envuelto  en  un  fucgo  voraz  la  no- 
chedel  46dc  Junio  de  474<^  estando  en  él 
SS.  MM.  Aun  cuando  se  acudió  prontamcnte  ¿ 
(In  de  estinguir  ci  incendio,  uo  se  pudo  evi- 
tar  el  destrozo  de  paredes  inleríores  y  nr'- 
maduras:  las  pinturas  y  adomos  fueron  las 
que  menos  estragos  sufrieron.  Con  este  mo* 
tivo  se  emprendieron  de  nuevo  las  obras  qne 
duraron  algunos  afios;  pint¿ndose  por  aqu«l 


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^3 


AaANJUEZ 


fti 


tDtoDces  al  hesco,  Uitlade  la  Gonrersacion, 
el  leatro  y  otras  piexas  quc  ann  se  coosenran. 
ConclQida  esta  reparaclon  y  la  escalera  princl* 
pal,  pórlico  y  rrontispicio  de  la  parte  de  Oeste, 
se  colocaroDtres  estitaas  de  piedra  que  repre- 
sentan  al  señor  don  Fernando  VI  cn  el  centro, 
al  señor  don  Felipe  Y  á  la  derecha,  y  al  señor 
doD  Felipe  II  á  la  izquierda. 

Gárlos  III,  nno  de  los  reyes  que  mas  ban 
iDÍluido  parala  construccion  de  tantos  monu-^ 
mentos  magniQcos  quoeternizarán  su  mémoria, ' 
perfecclonó  lasobrasdeeste  palacio,  y  constru- 
yó  el  suntuoso  gabinete  para  su  despacho,  que 
DoUeneríval:  está  Testidoporsuscuatro  pare- 
des  y  bóveda,  con  piezas  de  cbina  de  inQnitas 
flgnras  de  gran  tamaño;  bello  dibujo  y  mucba 
propiedad,  pucstas  cou  toroillos  que  f^ilmeu- 
tepoeden  desarmarse.  Esta  obra  fuéejecuta- 
da  con  primor  en  la  fábrica  de  porcelana  de  la 
Gbina  qoe  el  mismo  rey  babia  cstablecido  en 
el  Boen-Rctiro,  y  de  que  nos  ba  privado  la  en- 
Tidia  de  los  estrangeros.  Este  roismo  monarca 
inandd  en  4  774 ,  se  anadiesen  dos  alas  prolon- 
gadas,  unidas  á  los  estremos  de  la  fachada 
príncipal,  guardando  la  arquitectura  que  lenia 
)a  obra  antigua,  y  mudaudoá  la  izquierda  la  ca- 
pilla  pública:  al  frente  de  los  dos  estremos  de 
las  obrasadicionadas,  se  hizo  una  plazuela  en 
medio  del  circulo,  y  en  ella  doce  baocos  de 
piedra  con  respaldos  fabricados  con  un  gusto 
cspecial.  Lo  grandioso  de  estas  obras  con  el  in- 
menso  número  de  árboles  que  las  acompañan, 
fonnan  el  mas  delicioso  y  agradable  objeto  que 
puede  concebir  la  imagiuacion. 

Estos  fneron  los  principios,  variaciones  y 
adidones  quc  ha  tenido  el  real  palacio  de 
iranjaez,  basta  el  estado  de  perfeccion  en  que 
boy  se  encuentra:  en  su  interiorson  de  admirar 
losbelloscuadros  de  Jordanque  hay  enuoabes- 
mosa  píeza,  representando  á  Josef  el  Gahto. 
Tambien  llama  la  atencioo  el  tecbo  de  esta  sala 
pintado  por  Santiago  Amiconi,  alegórico  y 
muy  t>aeno.  No  socede  menos  con  otras  belll- 
simas  pinturas  y  retratos  que  sc  encuentran  en 
esta  y  otras  salas,  pintadas  por  los  mas  acre- 
dilados  y  famosos  pintores. 

Casade  Oficiosyde  Cabaüeros.  Para  el 
servicio  de  este  mismo  palacio  §e  mandó  cons- 
truircerca  de  él,  á  la  parte  del  Medéodia,  una 
casa  paralos  oflcios  de  boca  y  para  el  alojamien- 
to  de  los  caballeros,  gefes  y  genlileshom- 
bres.  Se  empezó  esta  obra  en  4  584  bajo  h  di* 
reccion  del  célebre  arquitecto  Juan  de  Herrera, 
y  se  concluyó  en  4  76í . 

Meal  capiUa  púHica.  La  asistencia  de  los 
dependieotes  de  la  real  casa  á  los  divinos  ofl* 
dos,  reclamó  desde  muy  tempraoQ  la  atencton 
de  los  reycs;  y  al  efecio  el  señor  don  Felipe  II, 
maodó  conslruir  la  capilla,  de  que  ya  hemos 
becbo  mérito  al  tratar  del  palacio  real.  A  esta 
obra  no  se  dióotra  formaen  su  parteesterior  que 
e)  órden  qoe  goardaba  el  cuarto  real,  y  una 
eápala  óm^ia  naranjaque  cerraba  su  cnadro, 
iattasdo  ob  pequefio  la  del  gran  templo  del 


Yaücano,  y  en  sa  remate  se  oolooó  el  reloj:  en 
lo  interior  no  tenla  mas  adorno  que  la  fábrica 
seguida  con  pilastra  y  cornison  en  sus  cüatro 
lienzos»  y  guarnicion  de  estuco  en  las  venta- 
nas;  con  lo  que  aumentaba  iu  magestuosidad 
esta  misma  sencillez:  otras  varias  obras  se  bt- 
cleron  á  esta  capilla  para  darle  mayor  eograo- 
decimiento,  especialmente  la  tribuna  destinada 
á  las  personas  reales.  Esta  capilla  se  desbiso  maa 
adelante  en  lo  interior,  reduciéndola  á  meras 
habitacibues>  y  dejando  la  fachada  esterior  y 
cúpula  como  aotes  se  hallaba,  construyéndose 
otra  Tjuevacapilla  encl  ala  isquierdaque  soau- 
mentó  en  el  palacio:  estaes  masespaciosa  y  apa- 
recc  en  Qgura  de  cuz  latina  de  órden  dórieo» 
cortados  los  iogulos  de  los  cuatro  principales 
pilares  que  sostienen  la  media  naranja;  sobre 
la  entrada  se  hizo  la  tribuna  para  los  reyes,  y 
otras  menores  eo  los  planod  del  corte  de  Iob 
ángulos:  la  puerta  principal  está  al  Este  en  un 
patio  interior:  la  media  naranja  con  mocbos 
estucos  y  dorados  la  pintó  al  fresco  don  Fran- 
cisco  Bayeu. 

Teatro  y  plaza  de  toroa,  El  primero  se 
roandó  construir  por  el  rey  don  Gárlos  III,  en 
el  año  4767,  y  la  segunda  en  4796;  reediflca- 
da  cn  4829  conforme  al  plan  creado  por  el 
arquitecto  don  José  de  Rivas.  fista  última  es 
magniflca,  toda  de  ladrillo  y  bóveda  con  i40 
pies  de  diimetro  en  el  circnlo  interior  de  las 
barreras,  y  con  99  balcones;  toda  ella  piotada 
de  bucn  gusto,  especialmente  el  balcon  prin- 
cipal  y  frontispicio  en  que  están  las  armas 
reales  sostenldas  por  dos  famas:  esta  plaza 
se  estrenó  el  4  4  de  mayo  de  4  797. 

Casas  particvdares.  Gomponiase  Aranjuez 
únicamente  de  alguuas  insigniflcantes  casu- 
chas  de  tierra,  y  una  iglesiaque  se  titulabade 
Nuestra  Señora  de  la  Estrella:  en  csta  era  don- 
dc  se  hospedaba  la  servidumbre  de  los  re- 
yes,  cuandoestos  iban  de Jornada:  snffian,  co- 
mo  era  coosiguiente,  inflnitas  inconK)dida- 
des  y  fastidios  por  la  estrechez  de  dicbas 
vivieodas,  y  á  pesar  do  ello  estaba  mandado 
termioantemeute  que  solo  pudiesen  estable- 
cerse  en  su  término  los  que  dependian  de  la 
casa  reul;  hasta  que  el  rey  don  Femando  VI, 
revocó  esta  antigua  prohibicion,  determinao- 
do  en  su  contra,  que  pudieran  vivir  y  fabricar 
casas  todos  cuaotos  quisieren,  á  sn  libre  vo- 
luntad,  dáodoles  el  solar  gratuitamente,  soje- 
láodose  tan  solo  al  plano  y  alineacion  de  ca- 
sas  y  calles  formado  por  el  maestro  don  San- 
tiago  Bonavit.  Desde  esta  época  ha  ido  pro- 
gresando  rápidamenle  esta  poblacion  basta  el 
punto  de  ser  una  de  lasque  mas  eocaDtaD  por 
su  dísposicion  y  topografia.  Guenta  hoy  diain- 
numerables  ediflcios  grandes  y  espaciosost 
hermosas  y  cómodas  plazas  públicas,  amenoa 
y  deliciosos  jardines  que  cootienen  inflnidad 
üe  fueotesdel  mejor  gusto,  y  árboles  y  plan* 
las  las  mas  raras  y  descooocidas.  Sus  paseos 
son  deliciosos;  sea  cnal  iuere  el  que  se  esco- 
gilaae  para  diatraer  la  Imaginacion,  es  seguio 


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S8 


ARANJÜEZ 


M 


qne  se  ocn^^frta,  no  tanto  por  ta  vaHedad 
de  objetos  que  ánuestra  tista  se  presentarian, 
aino  tambien  por  cl  alcgre  cielo  con  que  se 
etibre  este  delic'oslsimo  pais. 

Seria  mny  prolijo  detenémos  á  hacer  uoa 
minuciosa  relacion  de  cuantas  prectosidades  y 
bellczas  se  encuentran  en  Aranjuez,  y  que 
Qontribnyen  á  su  mayor  atracilvo,  poes  basta 
dccir  quc  es  el  sltio  mas  privileglado  que  han 
lenido  y  tienen  los  reyes  para  deseunsar  en 
las  primaverasde  las  agitaciones  y  molestia  de 
1a  córte,  y  con  lo  eoal  puedc  snponerse  desde 
luego,  que  no  escaaeará  nadade  cuanto  pueda 
apetrccr  el  deseo  insaciable  del  iiombre. 

Tirmino.  Cooflna  por  N.  con  el  de  Cienpo- 
fuelos;  pero  E.  con  el  fle  Oreja;  por  S.  con  cl 
de  Ocai^a,  y  por  0.  con  el  arroyo  de  Algodor. 
Comprpnfle  S  legnas  de  largo  y  40  de  circnn- 
férencia.  Las  riquez^s  qtie  este  suelo  encierra 
•on  grnndiisimas,  especialmente  el  ramo  de 
arbolado,  pnes  ademas  de  que  hermosea  y  da 
un  realce  estraordinario  á  la  poblaciOD,  prodn- 
ce  mucha  utilidad  para  el  pais,  tanto  por  el 
cdrte  de  madera  para  constrncciOQ,  cuanto  por 
la  qne  se  «losiina  ¿  combustíble. 

Rios  y  canalei,  EI  rio  mas  principa?  de  Es* 
paña,  qne  es  el  Tajo,  es  el  qne  llega  al  término 
dé  Aranjnez  por  la  espaclosa  vega  del  Colme- 
nar  al  C.,  df  jando  aqni  su  rápido  cnrso  para 
cntrar  con  mansednrobre  en  eltérmino,  y  pre- 
elpitarse  despues  cn  los  Jardines:  sus  aguas 
fbirman  la  princlpal  parie  de  las  deltcias  j 
jiarticularíJades  que  se  notan  en  esta  dilafada 
te^a,  sangrándose  en  repetldos  cances  y  ace- 
qnias  para  e1  ríegode  lasinmensas  po^esioues 
qne  cuntiene  su  suelo.  Hay  establecidas  dos 
presas  fttuladas  la  de  Soto-Mayor,  y  la  del  Em- 
bocador,  con  las  cuales  se  faciüta  el  rlego.  Este 
tIo  cuenia  variospnenles.  raereciendo  singular 
mencion  el  colganle  de  hierro,  con  grandes  y 
TÍstosos  machones  de  piedra  de  Colmenar,  e1 
cnal  consia de  un  tramo  de  ^tOples  deesien- 
fion:  por  él  se  dirige  la  carrelera  de  Madrld  á 
Valencia  y  Andalucia.  Tamblen  e.xisten  olros 
diferentespnentes  de  no  escasa  consideracion, 
)es  cua'.es  facililan  el  paso  á  las  posesiones 
réales. 

Camino  de  hierro,  Si  hubiésétnos  de  enu- 
merar  las  inmensas  ventajas  qne  rcporta  ¿ 
Aranjuez  e1  camino  de  hierro,  cra  necesarío 
prolongar  este  articnlo  hasta  lo  inflniio,  y  no 
qoedariamosjamássatlsfechosdehaberllenado 
nuestro  objeto:  qnisiéramos  ser  muy  felices 
para  que  couociendo  estas  yentajas  los  prime- 
ros  capilalistas  de  nuestra  nacion,  seaonasen  ¿ 
ñn  de  emprender  otros  c«iminos  aun  de  mayor 
estension,  y  que  llegasen  ¿algono  de  nueslros 
puerlos  marilimos  del  Mediterr¿neo.  Gontenta- 
rémonbs,  ya  qne  no  con  otra  eosa,  con  hacer 
QDtt  breve  reseña  del  citado  camino  de  hierro. 
fiste  tiene  supríncipio  jnnto  a1  puente  colgante 
dé  bierro,  y  frente  a1  Palacio  reai  que  hcmos 
oitado  anteríormente,  y  despnes  de  atravesar 
|0l  (érminos  de  tos  poebloa  de  GieDpoaaelos, 


Yaldemoro,  Pinto  é  imaediacionéS  áé  Oetafe  j 
Víllaverde,  viene  ¿  parar  cn  las  bnertás  de  16^ 
pnerta  de  Atocha  en  esta  córíe,  en  cuyo  pont 
hay  establecidauna  estacion. 

Este  camino  se  hubiera  terminado  alguOdá 
ados  aiites,  sino  hubiesen  roediado  algnnas  cir- 
cunstancias  parlicularea  en  la  empresa  qnc  le 
tlene  á  su  cargo,por  efecto  de  la  crisis  mone- 
taria  en  4847,  y  aígui;as  otras  particularidade« 
Involuntarias,  y  á  las  cuales  ocurriÓ  con  sa 
constante  celo  el  señor  Salamanca,  proporcio- 
nando  fondosy  otros  servicios.  Hoy  dta  se  hatta 
concluidala  viade  comunicacion  y  en  e1  mejor 
estado  y  perffecta  regularizacion  en  los  traspor- 
tes.  En  cl  mes  de  febrero  del  año  4  854  se  ce- 
lebró  lainauguracion  de  'estecamino  de  hierro» 
con  la  mi^'or  soiemnidad  y  pompa,  contribu- 
yendo  ¿  ella  la  presencia  de  83.  MM.,  y  \os 
Incansables  afanes  y  desvelos  del  director  re- 
presríutante  don  José  de  Salamanca  (hoy  conde 

■  de  Aranjnez),  y  del  direclor  facultativo  don 
PcJro  Miranda. 

Salen  al  dia  para  Madríd  dos  convnyes,  y 
Itegan  otros  dos  de  este  mismo  pnnto:  los  de 
Ma^lrid  saleo  por  lamañana  y  los  deAranJuéz 
por  la  tarde:  evitándose  dc  este  modo  el  en- 
cuenlro  dc  los  trenes  que  sieroprc  ofrecen  a1- 
guna  interrupcion.  En  la  actualidad  se  trabaja 
para  abrir  olra  nueva  via.  y  cuando  se  halle 
concluida,  correr¿n  de  nno  ¿  otro  punto  loá 
convoyes  con  mas  frecuoncia  y  comodidad  pa- 
ra  cl  páblico.  Et  preclo  de  los  asientos,  es  algo 
escesivo,  mas  eslo  desaparecer¿  loego  que  se 
pase  el  prímer  efecto  de  la  novedad;  pues  en- 
tonces  los  empresaríos,  comprendiendo  mejor 
sns  intereses,nivelarán  el  precio  de  trasportes 
y  asientos  con  el  v erdadero  punto  (Je  ventajas 
qne  encnentre  el  púbtico  en  hacer  e1  comercio 
por  medio  del  camino  de  hierro  ó  por  los  me- 
dios  hasta  aqni  emplcados. 

Pasando  ¿  tratar  de  las  ventajas  qne  reporta 

I  hoy  dia  Aranjuez  con  este  nuevo  pasodenaes- 

llracivilizacion,  encontraremos,  que  ademas  de 
lo  qut^  hermosea  la  poblacion  por  los  nuevos 
editicios  que  se  esl¿n  alzaudo,  gana  tambien 
por  que  ser¿  sin  duda  con  el  tiempo  un  gran 
depósito  comercial  y  raercantil,  y  porque  ser- 

'  vir¿  de  solaz  y  recreo  para  todos  los  habitantea 
de  Madríd? 

Feriasymercados,  Ceíebrannaferíaestraor- 
dinariamcnte  concnrrída  ydegrandeimportan- 
cia  en  los  dias  4,  5  y  6  de  setiembre  de  cada 
año,  no  teniendo  necesidad  de  mercado  en  dia 
fljo,  porcuanto  se  ven  muy  surtidas  todas  las 
plazas  y  ticndas  de  cuantos  géncros  y  efcctos 
pneden  hacerse  necesarios  ¿  la  poblacion,  y 
hasia  para  satisfaccr  et  deseo  de  los  magnates 
que  gustan  de  an  trato  especial  y  rega- 
lado. 

Bistoria,  El  orígen  de  Aranjaez  se  picrde 
en  la  oscurídad  de  los  tíempos.  .\1gunoá  pre- 
tenden  buscar  en  el  vascuence  ia  etimotogía 
0e  Aranjuez,  y  otros  con  mas  fundametifo  su- 

t  ^úen  existtff  en  tiempo  dc  la  ini^OQ  eaita- 


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87 


ARANJÜtZ-ARAÑA 


M 


^oen.  Lo  cterío  m,  qoe  AraB}ttes  faé  teatro 
de  Hi  saDgríenta  y  memorable  batalla  eo  qne 
tí  Tttlor  de  l09  carpetaoos  uoidos  á  los  vac- 
oe<is  eo  nútnero  de  cien  mlf,  cedh5  á  mna  ea 
trategema^  dc  AnibaY,  y  preparó  )a  rukm  de 
a^Quto,  ocurrida  al  signfeMe  año,  2f 9  an^e- 
rfor  á  hi  era  erfstlaBa.  De  elfo  e»  teslígo  infl- 
nfdad  de  caacoa  y  armas  qoe  ae  han  encontra- 
do  en  las  diferentes  obras  de  palacio,  y  sobre 
todcf ,  la  espada  qae  se  tc  en  la  Armerla  con  su 
Taioa  petriflcada,  y  que  ae  halló  dentro  del 
rlo  Tajo. 

Mff  poblacion  estaba  en  poder  de  )08 
irabea  ea  tiempo  de  Alfonso  Tl.  á  cuyo  poder 
pasó  con  otros  Tarios  pueblos,  por  su  casa- 
mlento  con  Zaida,  b^a  del  rey  moro  de  SerilÜB 
BeiHbabet. 

AraD]ues  ba  perfenecido  á  los  frandes 
aaealr^  de  fh  órdeo  de  Santiago  basta  tanto 
que  pasd  ála  oorona  de  resRttas  de  la  medidia 
mmeQte  polHica  de  hacer  ta  refna  nmbel  la 
CMdlica  Totar  por  ^an  maestre  de  ki  érden  á 
8B  espoeo  doQ  Feraando,  cortandodeestemo- 
do  los  peligrosos  dtsturblos  que  ocasionaba  la 
eleccion  de  tan  iBfluyente  digntdad. 

In  marzo  de  4808  se  alborotó  en  Aranjoez 
el  poebh)  y  la  tropa  pidiendo  la  caida  del  fa- 
Torite  don  Hanuel  Godoy,  et  cnal  tüTo  qoeocuf- 
tarse  en  nn  desTan  del  palaoio  retfl,  eTitando 
ast  hsconsecuencias  det  prímer  furor  del  pue- 
blo,  qne  pudocalmar  el  rey  den  rernando  TIT, 
entonces  principe  de  Asturtas.  Este  mlsmo 
notin  se  repitió  en  h  eórte;  Hegando  hasta  ei 
ponto  de  hacer  una  hoguera  con  los  mnebles 
diei  gran  Talido,  que  fuTO  que  emigrar  con  to- 
da  8u  familia,  decidfendio  e9(e  aeooteeimieBto 
la  abdicacion  de  Cárlos  IT. 

Bn  agosto  de  l8tH>  quislefOB  peoetrar  los 
Hrancesesen  Aranjnez,  dtrigiéndose  porel  puen- 
te  Ltifgo  sobreei  Jarama,  mas  Hegados  al  puen- 
te  de  la  Reina  y  hallándole  cortado  y  defendi- 
do  por  tres  diTÍsiones  al  mando  del  general 
Oiron,  toTieron  que  retirarse  los  enemígos  sin 
lograrsuintento.DonFeniandoyil  concedié  en 
4846  ¿  las  tropas  quepelearon  con  Taloren 
deféDsa  de  Aranjues,  mia  cruz  de  distinclon 
cOn  este  nombre,  que  tiene  la  flgura  de  una 
estrefhi  con  cinco  braaos  ó  rayos  triangulafes 
é  tguales,  esmaltados  de  color  celeste^  con  fl- 
leteís  de  oro  y  globitos  detmisrao  metal  en  sus 
Tértices:  en  el  centro  un  circulo  de  oro  en 
campo  blanco,  en  el  quc  se  tc  de  relieve  una 
eorooa  eon  una  F  y  un  Yll  debajo  de  ella,  y  en 
oita  blanca  con  íetras  de  rojo  en  relieTe:  Ao- 
cim  de  4809.  La  cinta  es  celeste  con  cantos 
anarillos. 

fühlaeian,  Consta  de  4 ,045  Tectoosy  4, 54  0 
habitanies,  pudiendo  alojarse  en  el  casco  desu 
poMacion  hasta  90,000  personas. 

ARAAA,  aranea,  palabra  derívada,  8cgun 
imos,  de  a«re  natus,  nacida  del  aire,  y  segun 
otros  de  la  toz  bebrea  arag,  que  significt  hi<^ 
1«;  género  de  animales  que  pertenecen  á  h 
dasede  los  araeitidoa;  y  qotf ,  aegun  109  aéüo^ 


res  latreille  (iMioMimaJ)  y  bmtatt^Cimeiée^ 
racion€B$o^9ho9im^UM)  carBcterisanoa  dd 
modo  sigulente:  ocho  pies;  la  cabeaa  oooAm* 
dida  con  el  türax;  abdómen  pedlcotedo,  re^ 
iloodeado  por  1«  estremidad;  mandlbttlll  de 
presa,  que  tieDe*cerca  do  sn  base  palpos  fbr- 
mados  de  cinco  articataciOtteB.  hor  araAa»tie- 
nen  seis  ú  ocbo  ojoa  colocados  nnospare  ade- 
lante  y  otros  en  l06  cosiwla»  del-  pecho;  lo§ 
palpos  son  íHifbrmes  en  las  hembras;  pero  Oit 
los  machos  son  hioohadoo,  y  tieaenen  su  es* 
tremidad  el  órgiMi»  copalaltTo,  qoe  caal  stem- 
pre  está  encerrado  en  ona  pequeña  escaTa- 
cion;  los  órgnnos  setoilee  do  his  bem^lrafl  ae 
abren  por  deba}o  det  medlo  del  Ttentre;  h» 
patasy  queestánmitdaB  al  pecho,  sonnNslarga» 
en  los  macfaoir,  y  se  torminan  et  los  dos  aexo» 
con  nñas  encorrate;  et  tbddmen  esCÉ  onido 
al'toras  por  v»  filamento  certo;  tennHit  con 
sels  pefones,  cuatro  ealeriomnias  grtndoé  f 
otros  dos  intennediarioB  mas  pequeAos,  qne 
caei  nnnca  se  hacen  Ti^lbles  slao  por  medio 
de  una  compresion  foerte.  Istos  petones  dan 
saHda  á  nn  lieor,  qne,  con  el  contacto  det  alre, 
se  concretff,  de  suerte  qne  poed^forraar  esos 
bilos  sedosos,  estraordintrtameate  téoues  qoe 
t(^  el  mnndo  conoce,  f  de  que  se  Birren  lae 
araflaft,  ya  part  entolTef  aot  btnrfos,  ya  ptrt 
tapiztp  m  meradav  yt  ptra  soependerse  do 
ellos,  ó  ya,  en  tin,  para  urdir  soe  telas,  ó  mtt 
bien  IM  redes  dc  oomfnu»  tendMit  al  aiii»,  y 
con  eayo  aoxflto  se  apoderan  de  lot  ioeeoloo 
qne  les  sirTett  de  anmento.  Tod^  lostQimtiMl^ 
de  este  género  son,  en  efecto,  eminentemenlO' 
carníToros;  se  afímeufan  de  insectos,  á  los  que 
en  generat  no  bacen  mat  que  eHuper;  tl  ma- 
yof  námero  se  apod^  de  elfe»  deteniéndo- 
los  en  st^  toVas  ;  pero  tanhíeo  hay  mo* 
chot  que  no  bHan  teh»  y  se  apoderan  de  sn 
pvesa  á  TiTa  fuerza  preoipiténdost  sobre>ellt 
de  improTieo. 

Entre  estos  úhimos,  el  mayor  número  tntet 
de  lanzarse  tiene  It  precteclon  de  Qar  nn  hilo 
en  algun  cuerpo  séíVldo,  que  en  casodtDeeesi- 
dad  loB  sostiene  y  les  permMe  poder  Tolter  oon 
prontitnd  á  su  albergue.  Sbob'  copot  fefancos  y 
sedosos  que  se  Tcn  Toltear  por  el  aire,  y  que 
se  Heman  vulgaraieAte  hiloB  de  ki  Vtrgen,  son 
produchios  por  arañas  de  diTersas  eepecies.  Et 
tai  la  Toracidad  deestos  aniHMles  qoe  los  de  It 
miBma  especie  se  attcan  muchas  Teoes  unos  á 
otros,  y  el  mas  ñierte  doTora  al  mas  débN.  Al 
temor  de  una  suerte  sem^ante  es  á  lo  qoe  ae 
atríbuye  la  singolar  drcunspeccioncoDqoe  to 
aproxima  el  macho  á  la  hembraen  el  BHHnenlo 
desusamores;  glramncho  tiempoAsn  tlrededo» 
para  asegnrarse  de  sns  disposicieoeB,  ae  td»^ 
Íanta  oon  desconflania,  mlentrat  no  astá  stg»» 
ro  de  que  ella  qulera  preBtarBoá  sos  etridtt,  y 
despues,  en  fln,  ceando  le  ptrcoe  que  eHtetti 
determinada  áreelblrhia,  liega  broacBmotiu  é 
su  inmedlacioo,  y  lo  apBca  allemtllTtWit» 
por  debajo  del  Tientrolt  e^renádtd  de  etét- 
000  éa  0tfs  p^pOB,  qoe  i«li»  c00pronttui(»pti#' 


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araSa 


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volrer  i  comeDMr  de^pues  de  alganos  InfttoDtes 
de  repoco.  Es  suQcieDte  ana  cópala  para  fecan- 
disar  mucha  posturaa,  hasta  de  un  año  á  otro; 
pero  ordiaariameDto  no  hay  mas  que  una  cada 
apo,  que  tiene  lugar  en  nuestros  climashácia  el 
fin  del  eatio:  los  huevos  germinan  ó  hácia  el  fln 
dei  otofio  óen  la  primavera  siguiente.  Todas  las 
arafias  en  el  momeoto  qne  hacen  la  postura  la 
eovnelYeu  eji  una  ca[ia  de  seda  blanca  en  for* 
rat  de  cáscara.  Las  unas  los  abandonan  en  se- 
gnida,  otrascontinúancnidándolos,  yenelmo- 
mento  que  saleo  á  lus  se  ocupan  dc  la  cduca- 
cion  de  losnacidos;  hay  otrasqoe  llevan  conti- 
Duamente  sus  huevos  eovueltos  cn  un  casca- 
roD  redODdo,  y  se  las  ve  muchas  veces  arras- 
trar  eu  pos  de  si  este  cascaron  por  medio  de 
nn  híio  coD  el  que  lo  tieueu  uoido  á  su  parte 
postepior.  Las  Jovenes  arafias  viven  al  princi- 
pio  en  sociedad»  á^u  salida  del  hueyo;  pero  no 
tardao  en  separarse  para  no  volverse  á  reco- 
nocer  mas.  Sn  su  Juventnd  sufren  muchas  mu- 
das  y  su  vida  es  mas  ó  menos  larga  segun  las 
especies.  Hay  un  grau  número  que  solo  viven 
un  año;  pero  tambien  hay  otras  que  viven  mu- 
chos  años.  La  mayor  parte  de  estas  últimas  pa- 
san  el  invierno  eu  uoa  especle  de  adormeci- 
mionlo,  metidas  en  agqjeros  ú  ocullas  bajo  de 
piedras;  tambien  luiy  algunas  que  para  esta  es- 
tacion  se  forman  una  cáscara  de  seda  que  les 
sirve  de  retiro. 

SoDÍas  arañasmuy  susceptibles  de  domes-, 
tlcarse.  Uo  fabricaote  de  sederias  que  habia 
eraprendido  hacer  medias  con  la  seda  de  estos 
aolmales  (ysegon  dicen  lo  consiguió),  ali- 
raentaba  un  grun  uúmeco  de  ellas  que  ke  le 
acercaban  cuando  entraba  en  la  habitacíod 
dondeestaban.  Pellison,  encerrado  cn  la  Basti- 
lU,  habia  familiarízado  de  tal  suerte  á  una  ara- 
na  cstablecida  en  el  borde  de  la  lumbrera  de 
su  pcision,  que  acudia  al  sonido  de  1a  música  y 
que  á  cierta  sefial  abandooaba  lambien  su  tela 
.  para  vcuir  ¿  coger  una  mosca.  Otra  particulari- 
dad  curíosa  que  presentan  estos  animales  es  la 
fuersa  reproductif  a,  en  vinud  de  la  cual  repo- 
nen,  como  se  ha  asegurado  por  esperiencías 
bieo  coDtiouas»  los  miembros  qaehaaperdido. 

Este  género,  estremádameote  numeroso  en 
especies,  se  Iia  subdividido  por  los  naturalis- 
tas  modernos  eo  un  gran  número  de  seccioncs 
distinguidas  por  caractéres  especiales.  No  per- 
mitiéndonos  la  naturalesa  de  esta  obra  eutrar 
aqui  en  todos  los  pormenores,  nos  limitare-' 
mos  ¿  dar  á  conocer  algunas  de  las  especies 
mas  iuteresuntes.  Tales  son: 

La  arana  diadenut,  que  se  hallacomunmente 
eu  oucstros  jardines;  tienen  cuatro  lineas  de 
largo;  se  conoce  por  su  abdómen  óvalo,  alar- 
gado,  rojiso,  p4rduaco  ó  negrusco  con  una 
Ifoea  longitudinal  de  puntos  amarillos  ó  blan- 
eos,  oortado  en  su  longitud  por  tres  lineas 
trasversales  semejantes.  Su  tela  es  muy  gran* 
de  7  presenta  on  plan  orbicular  y  vertical  for- 
QMdo  por  un  hilo  que  da  vueltas  eu  espiral,  y 
ecQjq4ppor  otros  bllos  qoe  parten  en  rayos 


del  centro  comon.  Para  fabrícar  esta  tela  co* 
miensa  la  arafia  por  hacer  salir  de  sus  pesones 
una  gota  de  lícor  que  aplica  sobreun  árbol, 
coQtiDÚa  despues  hitando  a1  mismo  tiempo  qoe 
se  aleja  y  formade  esta  suerte  un  hilo  largo,  ¿ 
cuya  punta  sc  suspende;  no  tarda  el  viento  eo 
tlevarla  h¿cia  otro  ¿rbol  inmediato,  en  donde 
aplica.  el  otro  cabo  de  su  hilo;  hccho  esto,  se 
vuelve  a1  medio  de  este  hilo  y  añade  alli  un 
segundo  hilo  dcl  cual  pega  1a  otra  estremidad 
¿  algunas  ramas  de  la  inmediacion  del  príme-  ' 
ro,  y  continúa  por  el  mismo  estilo.  Acabada  la 
tela,  forma  en  una  de  las  estremidades  supe- 
riores  entre  hojas  que  estén  juntas  un  peque- 
fio  alojamiento,  dofide  e8t¿  habitualmente  y  de 
donde  no  sale  sino  a1  amaoecer  y  anochecer , 
ó  bien  para  apoderarse  de  los  iusectos  qne  han 
caido  en  sus  redes.  Se  acopla  en  estio  y  pone 
8U8  huevos  en  los  últimos  dias  del  otofio,  los 
qne  germinan  en  la  prímavera  siguiente. 

La  araña  düméstica.  Bs  la  araña  comon  de 
lascasas,  que  todos  conocea,  y  que  se  distin- 
gue  por  su  abdómen  óvalo,  negrusco,  coodos 
lioeas  longitudinales  de  manchas  leonadas  eu 
medio  del  lomo.  En  lo  interior  de  nucstras  ha- 
bitaciones,  en  los  ¿ngulos  de  las  paredes,  en 
los  vallados  y  en  las  orillas  de  los  caminos, 
construye  nna  tela  muy  grandc«  casi  horison- 
tal,  en  la  parte  superior  de  la  cual  hay  unaes- 
pecie  de  tubo,  donde  ella  permanece  sin  mo- 
vei:se.  Para  fabrícar  esta  tela  aplica  una  gota  de 
su  licor  en  un  punto,  se  aleja  hilando  y  va  ¿  pe- 
gar  en  otro  punto  el  cabo  de  su  hilo,  Tuelve 
despues  por  este  prímer  hilo  para  pegar  otro 
al  lado  del  sitio  de  donde  ha  partido,  vuetve  al 
otro  cabo  y  continúa  esUi  maniobra  hasta  ha- 
ber  puesto  muchos  en  la  misma  dircccion, 
despues  de  1o  cual  coloca  otrosque  crucen  ¿  los 
primeros,  y  como  todos  estos  hilos  son  visco- 
sos  ó  pegajosos,  se  pegan  los  onos¿  los  otros 
y  forman  una  tela  de  bastante  resistencia. 

La  araña  acuátiea  es  de  cerca  de  cinco  U- 
neás  de  largo,  el  macho  es  mas  grueso  que  la 
bembra.  Todo  su  cuerpo  es  oscuro  y  con  una 
mancha  oblongada,  mas  oscura  en  la  parte  su- 
perior  del  lomo,  y  cuatro  puntos  hundidos  eo 
medio  de  esta  mancha;  este  animal  raro,  vive 
en  el  agua,  aunque  respira  aire;  nadabocaar- 
ríba  ó  de  espaldas,  y  su  abdómen  est¿  enton- 
ces  envuelto  eo  una  aropolla  de  aire  que  le  da 
la  apariencia  de  un  globulito  argentino  muy 
brillante.  Muchas  veces  se  la  ve  ¿  esta  arafia 
venir  ¿  la  superflcie  dei  agua  y  mantenerse 
alli  como  suspendida,  elevando  sobre  ia  su- 
perflcie  la  estremidad  posteríor  de  su  cuerpo. 
No  se  duda  de  que  esto  sea  para  respirar  y  pa- 
raformarse  esta  ampolla  de  úre  con  que  rodea 
su  abdómen,  sobre  e1  cual  se  hallan,  como  en 
todas  las  arafias,  los  orifldoá  de  los  órganos 
respiratorios.  SolofalU  saber  porcual  procedi- 
micnto  hace  que  sc  adbiera  esta  pequefia  masa 
de  aire  ¿  la  superflcie  de  su  cuerpo.  Otra  sin- 
golarídad  de  este  aoiroal  es  la  facoltad  qoetie- 
ne  de  coostruirse  oo  el  foDdo  del  agua  un  al« 


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A&AÑÁ-.ARBlTPfeARffiDAÍ) 


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tergne  aéreo,  cn  donde  respira  libreinente, 
Tite  eu  segnridad,  y  cria  á  su  jóven  familia. 
Este  alvergue  es  Bcmejante  por  la  forma  y  el 
tamaño  á  la  mitad  de  la  cáscara  de  un  huevo 
de  píchon  cortado  al  través.  Esta  morada  está 
enlcrameote  Ílena  de  aire  y  perfectamente 
cerrada,  escepio  por  sn  parte  inferiur,  en  don- 
de  bay  ona  abertura  bastante  grande  que  da  en- 
trada  y  salida  al  animal.  Las  paredes  de  esta 
espeeie  de  nicho  son  del^adas  y  de  un  tejido 
de  seda  blanca,  fuerte  y  tupida.  Un  gran  uú- 
mero  de  bilos  irregulares  la  fljau  á  los  tallos 
de  las  plantas  ú  á  otroit  cuerpos.  Algonas  veces 
está  foera  del  agua  la  parle  superior,  pero  lo 
regular  es  que  se  baile  siempre  sumergida.  La 
araña  permanece  allí  tranquila,  generalmente 
con  la  cabeza  hácia  abajo,  sitoaoion  que  le  per- 
mite  ver  lo  que  pasa,  acechar  su  presa  y  es- 
capar  al  menor  peligro.  Es  fácil  conccbircómo 
nena  de  aire  su  campana  la  araña  acuática. 
Al  priDcipio  llena  el  agua  toda  la  capacidad  de 
elfa,  para  sustituir  aire  en  vez  de  agua,  va  el 
anímal  muchas  veces  sucesívameiite  á  la  su- 
perílcie  del  agua,  se  carga  en  cada  viage  de 
una  ampolla  de  aire,  la  trasporta  ¿  su  habita- 
doo,  y  abandonándolo  alU,  desaloja  una  eo- 
loDma  Igual  de  agua,  que  sale  por  la  abertu- 
ra  inferior,  y  de  esta  suerte  consigue  desalo- 
]ar  toda  el  agna  de  su  cclda.  Esta  cspecic  se 
halla  en  Europa,  y  parUcnlarmente  en  las  cer- 
eanias  de  Paris  en  las  charcas  dc  Gentilli. 

La  taránlula,  Ilamada  asi  por  la  ciudad  de 
Tarento  en  Italia,  encuyo^alrededoresesmuy 
comnn,  tiene  ccrca  de  una  pulgada  de  largo, 
es  negra  y  por  dcbajo  del  abdómen  roja,  atra- 
vesada  en  el  medio  por  una  banda  negra.  Esta 
especie  es  del  núraero  de  las  que  no  tienden 
tela,  habita  en  la  tierra,  y  en  ou  terreno  seco 
se  bace  nn  agnjcro  vertical  de  algunas  pulga- 
das  de  profondidad  y  de  cnatro  ¿  ocbo  lineas  de 
diámetro,  cuyas  paredes  consolida  guamecién- 
dolas  con  ona  tela  sedosa.  Desde  alli  se  lanza 
sobre  los  insectos  que  se  aproximan  ¿  su  mo- 
rada,  los  arrastra  ¿  su  agujero  y  los  devora 
casi  enteramente.  Lleva  siempre  en  pos  de  si 
sas  bocTos,  y  cuando  la  cria  sale ,  trepan  to- 
dos  sobre  el  lomo  de  au  madre,  lo  que  ia  hace 
aparecer  deforme  y  desconocida  ¿  primera  vis- 
fa.  En  inviemo  se  retira  ¿  su  goarida»  cuya  en- 
trada  tiene  la  precancion  de  tapar.  AIIi  se 
moere  ó  se  adormece  y  no  sale  hasta  los  pri- 
meros  dias  buenos  de  la  primavera.  l4>  que  ba 
dado  gran  celebridad  ¿  esta  arafia,  es  su  pre- 
tendido  veoeno,  que  scgun  iii^a  creencia  popu» 
tar,  prodoce  nna  enfermedad  llamada  taranlu- 
hsmo,  coyos  slntomas  consisten  en  una  nece- 
sidad  instinüva  de  cantar,  reir  ó  llorar  inmo* 
deradamente  y  sin  rootivos,  y  dna  soñolencia 
leiArgica.  Añ^deae  qne  esta  afeccion  no  puede 
enrane  baata  tanto  que  la  persona  mordida 
por  la  tar¿ntuJa»  excitada  por  los  sonidos  de  la 
Biásica,  salte  y  brinque  basta  caer  agotada  de 
eioaaocio  y  bañadfi  en  sudor.  Se  ha  llegado 


esta  <;¡rconslanoia.  Nin|;t]h  crédito  merece  to-« 
da  la  historia  de  esta  enfermedad^qne  debe  ar- 
rinconarse  con  esos  errorcs  qoe  la  ignoi^cia 
alimenla,  y  que  cxplota  el  cbarlatantsmo  en 
los  pueblos  quc  tienen  la  imaginacion  viva  y 
el  eotendimiento  poco  ilusbrado.  ' 

La  tar¿ntula  del  Mediodia  de  la  Francia»  qoe 
no  es  mas  venenosa  que  la  precedente,  y  cn* 
ya  manera  de  vivir  es  la  roisma,  se  distingoe 
de  aqnella  por  su  menor  talla,  so  abdómen  to- 
donegro  por^ebajo,  y  rojo  8oloh¿cia  los  bordes. 

Los  aoimales  designados  en  otro  tiempo 
con  ios  nombres  de  araña  masona  y  araña  lía- 
bicular,  no  hacen  ya  parte  del  género  arada, 
tal  como  acabamos  de  caracterizarlos.  Tratare- 
mos  de  él  en  la  palabra  migal. 

ARB1TRA6E.  {UgistaoUm.)  La  sentencia 
pronunciada  por  los  ¿rbítros  en  virtud  de  on 
compromiso.  {Viase  juicio  de  AnBiriios.) 

ARBITRARIEDAD.  (Polttica. ),Asi  se  denoroi- 
na  á  la  voluntad  individoal  sustitolda  ¿  la  iey, 
la  coal  es  ó  dcbe  ser  la  espresion  de  la  volnn* 
tad  general.  Se  comete  arbitraríedad,  coutravi- 
niendo  ¿  la  ley »  «ó  interpret¿ndola  segun  el 
capricho  y  las  pasiones.  Los  empleadoá  aubaU 
ternos  y  los  fuocionaríos  públicos  obran  arbi- 
trariamcDte  cnando  haccn  mas  de  lo  que  su.^ 
respectivo&  re^Iamentos  prcscriben,  caosand'o 
vejacioncs  innecesariasú  losciudadanos,  cuando 
1a  conscrvacion  dcl  órden  público  no  lo  exige 
imperíosamente.  Estaespeciedearbltraríedad  ee 
esperímenta  mas  especialmente  en  las  pobla* 
ciones  de  los  grandes  imperios,  cuya  division 
gubernativa  es  de  desmesurada  estension.  La 
arbitrariédad  roínisterial  tiene  logar  cuando 
los  depositarios  del  poder  ejecotivo  deciden 
por  si  mismos  lo  qoe  solo  1a  ley  puedc  deci- 
dlr»  y  se  sostraen  ¿  la  intervencion  de  los  po* 
deres  intermedios  establecidos  por  la  consti- 
tucion  del  Estado. 

La  arbitraríedad  de  los  8ol)eranos  se  ase- 
meja  mucho  al  despotismo,  y  solo  se  diferen- 
cia  uno  de  otra  en  qoe  aqoclla  conslítuye  una 
infraccion  momeotánea  de  la  ley;  una  ligereza» 
pasagera  tal  vez,  de  sustitnir  so  volnntad  ¿  la 
volootad  pública,  cuyos  órganos  deben  ser  las 
leyes,  cuando  el  despotismo  es  una  cootinua- 
cion  de  esfuerzos  de  este  génera,  y  ann  una 
forma  de  gobíerno  ya  existente  ó  que  se  desca 
establecer.  Por  otra  partc,  uo  principc  benig- 
no  y  homauo  puede  obrar  arbitraríamente.en 
algunas  ocasiones;  pero  ia  benignidad  se  avie- 
nc  uiuy  mal  con  el  despotismo.  Gon  mocha  ra- 
zon  puede  aplicarse  estd  ol)6ervacion  ¿  1a  thn- 
nia,  que  en  el  sentido  qoe  los  moderoos  dau  ¿ 
esta  palabra,  no  es  otra  cosa  que  la  perseve- 
rancia  de  los  detentadores  del  poder  en  obrar 
con  rigor  y  doreza,  y  en  hacer  de  nn  sistema  de 
opresion  un  príncipio  de  gobierao.  Es  nece- 
sarío  00  confundir  estas  palabras  que  no  son 
siDóoimas ;  porqne  la  ley  misom  poede  ser  li- 
f¿nica,  y  sin  embargo  ínoorrir  en  arbitrarie- 
dad  traspas¿ndola,  aonone  se  haga  por  fllan<» 


teta  mtrcar  los  aires  qoe  debian  tocarBc  en   tropia  y  bondad  de  oarácter.  la  trMtrtriediKl 


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(» 


ARBim&ffiDAfi—ARBimtO 


legal  exist^  en  donde  la  ley  se  presta  dema- 
írfado  ¿  la  iQlerpretaoiOD,  ó  »as  maodatos  son 
iragos  y  QO  precisos :  este  cs  el  nombre  quo 
debe  darse  y  que  jnas  conviene  á  las  dísposi- 
ciones  legales  que  en  ciertos  c^&os  peraútcn 
cubrir  con  un  velo  la  estátua  de  ia  ley ,  para 
valeniQ84e  una  espresion  que  lia  llegado  ser 
famosa.  Asi  la  leyde  los  estadosde  sitio,  que 
suspende  el  dereclio  coniun ,  para  sustituirle 
una  ieglslaclon  escepcionat,  merece  la  califl- 
cacion  de  arbltraria»  oualquiera  que  sea  la  uti- 
lidad  que  pueda  producir  en  tircnnstancias 
dadas.  Lajurisdiccionprebostal.delos  primeros 
años  de  la  Testauracion  en  la  vecina  Francia» 
no  era  otra  cosaque  una  jurisdiccion  arbi- 
traría. 

JLa  arbitrariedad  lelna  en  todos  los  paises 
en  que  se  carece  de  una  legislaciod  clara,  Üju, 
racional,  cQmpleta;  en  nii^una  parte  es  mas  vi- 
tuperable  que  en^a^ministraciondejusticia, 
en  que  la  imparcialidad  es  la  condicion  mas  pre- 
cUa  é  indispensable,  porque  el  Juez  debe  ser  tan 
ínílexiblccomo  la  ley  en  cuyonombre  ejerce  su 
elevado  ministerio.  £n  log  eslados  blen  cons- 
tituidos  la  arbilraríedad  en  poülica  es  ta  es- 
cepcioB ,  en  los  dcmas  la  regla,  y  reducida  á 
sistema  toma  los  nombres  de  autocrada,  des- 
pctümo  6  tirania  segun  las  formas  de  que  se 
reviste«  En  Roma  biso  indispensablc  unacolec- 
dOD  de  leycs  que  fue  redactada  cou  el  nom- 
bre  de  leyes  de  las  Doce  tablaM;  los  códigos 
franceses  que  constituyen  nna  regla  inmuta- 
l>le  de  derecbo  y  de  justicia,  la  ban  hecho  des- 
aparecer  de  los  tribunales;  pero  en  la  mayor 
parte  de  los  demas  paisesi  se  halla  desgra- 
ciadamente  favorecida  por  una  legislacion  con- 
fusa,  contradíctoria»  y  cuyos  elementos  se  des- 
conocen  muchas  veces.  La  dictadura  y  el 
vidéout  oón8ule3,  constituian  en  politíca  una 
arbitraríedadlegal;  y  esta  arbítrarledad  fué 
coofesada  con  la  mayor  osadia  por  Luis  XIV 
en  aquella  palabra:  «El  estado  soy  yo»  y  nun- 
ca  se  llevó  á  tal  estremo  como  en  tiempo  de  la 
Gonvencion  nacional.  El  poder  arbitrario  es 
una  cosa  muy  distinta  dc  la  arbitrariedad: 
aquel  poder  es  una  especie  de  despotismo ,  ó 
m^t  dicho  el  despotismo  puro.  El  famoso  ar 
ticuk)  4  4  de  la  antigua  c^rta  francesa,  susti- 
tuida  al  poder  constitucional  de  los  reyes,  otro 
poder  arbitrario ,  cuyo  ejercicio  en  un  pais  en 
que  la  ley  no  reconoce  uada  superior  á  elia, 
llegó  á  ser  funeslo  al  primcro  qne  tuvo  el 
Mrevimieuto  üe  ensuyarlo. 

Kn  derecho ,  y  :^übre  todo  en  el  derocho 
.admiuistrativo ,  so  ^ace  una  disUucion  muy 
imporíante  entre  las  dos  palabras,  poder  arbi- 
trario  y  poder  discrecionai.  Cuanuo  tratemos 
de  este  úttimo  daremos  la  conveniente  espli- 
cacíon. 

AliBlTRIO  JUDlGIiL.  {Ugülacian.)  Bajo  dos 
aspectos  se  adtuitc  en  la  práctica  el  arbitrio 
del  Juea*  6  hien  conaiderándole  la  facultad  quc 
en  él  ceside  de  determtoar  sobre  puntos  de  los 
que  nada  ban  decidido  las  leyes,  ó  bien  como 


otra  facnltad  discrecional  que  tambien  tiene  de 

decidir  dentro  de  ciertos  'Umites  acordados  por 

las  leycs.  Hay,  por  lo  tunto»  uo  arbUrio  del  jues 

estralegal,  por  decirlo  asi,  pero  queno  seopo- 

ne  á  las  leyes ,  y  otro  arbitrío  que  solo  pucde 

I  usarse  contando  con  cicrtas  reglas  ó  prescríp- 

I  ciones  de  las  mismas.  De  estos  úlümos,  adouias 

j  de  otros  casos  civiles,  puede  contarse  la  liber- 

tad  que  hasta  un  cierto  punto  se  deja  ¿  los  ^i- 

I  bunales  por  el  código  críminal  para*agr^var  ó 

I  atenuar  las  penas,  y  con  especialidad  la  regla 

,  45  de  la  lcy  provisional  refornaada  prescribiea- 

do  reglas  para  la  aplicacion  del  mismo  oi^- 

digo. 

El  arbitrío  estralegal  solo  cabe  en  asuntos 

civileSy  pues  que  en  lo  criminal  no  puede  ad- 

mitirse  como  peligroso,  y  por  ser  de  asuntos 

mas  complejos;  hay  ademas  de  estas  conside- 

I  raciones  Úlosóflcas  una  prescripciou  espreaa 

j  del  código  penal  vigente  eu  que  se  dispone, 

quc  si  lüs  tribunales  tuvicren  noticia  de  a^gua 

necho  quo  á  su  juicio  fuera  punible,  peroque  jdo 

se  halle  penado  por  el  código,  se  abstengan  de 

todo  procediaiieuto  coutra  él,  dando  en  su  caso 

parle  al  gobieruo.  Bacon,  movido  sin  duda  de 

esle  seotimiento  juridi^o,  establcció  aquel  afo- 

rismo:  Durume$t  torquere  legesaifhociuiar' 

queans  homines.  £n  lo  civil  los  negocios  a^a 

mas  variados,  la  sociedad  no  se  halla  casi 

nunca  intercsada  directamente ,  son  capaces 

de  transigirse,  y  pueden  los  interesados  some- 

lcrse  á  una  decision  equitativa»  aun  cuando  no 

soa  pronunciada  stno  con  arreglo  i  la  moral  y 

á  la  justicia  metafísica,  que  en  muchos  casos 

es  la  úuica  rcgla  del  juzgador.  De  aqui  la  ne- 

cesidad  de  estos  juicios.  En  este  particular  de- 

be  aspirarse  en  lo  posible  á  debilitar,  no  empe- 

ro  ádestruirabsolutamente,  el  arbitrio  pru- 

dente  del  juez.  Asi  lo  reconocen  los  mayons 

fílósofos.  Aristóleles  cstableció  el  principio: 

Leges  ÍÜCB  optimce  quos  arbitrio  judicis  pama 

relinquunt.  Y  Baconle  reprodujo  mas  tardecoQ 

I  estas  palabras:  Optimam  emlegemqucBmini' 

:  mum  relinquit  arbitrio  judieis. 

I    .  Pero  esle  arbitrio  ludicial,  no  debe  enteo- 

I  derse  quc  deja  en  libertad  completa  al  juet , 

I  antes  bien  se  halla  muy  sujeto,  y  ademas  de 

seguir  las  prescrípciunes  de  la  justicia  univer- 

sal  y  delderecho  natural,  tiene  que  atenersei 

reglas;  asi  que  debe  tener  presentes  los  casos 

ó  ejemplares  que  bayan  acaecido  con  anterio- 

!  ridad;  couvendrá  tambien  que  proceda  por  una- 

,  logiu,  es  dccir,  ya  que  cl  caso  uo  exista  es- 

prcsaniente  eu  las  leyes  pueden  estas  liaber 

previsto  otros  análogos,  y  debeu  aplicarse  al 

que  se  ba  de  decidir  las  disposiciones  legisla^ 

tivas  de  induccion.  Y  solo  cuando  no  haya  es- 

tas  circunstancias  es  cuando  el  Juex  debe  acu- 

dir  únicamcnte  á  sus  luces,  á  la  rectitud  de 

su  ciencia,  á  las.máximas  eternas  de  la.equi- 

,dad,  acomodando  por  ellas  su  falio  ¿  la  legis- 

lacion  del  pais.  £1  juez  no  debe  ser  un  aut6-> 

mata,  ni  tampoco  un  legislador,  sino  unregu* 

I  lador  prudeote  é  ilustrudo  que  respete  la  ley, 


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tó 


ARBmiO—ABBITUOg 


M 


y  que  la  espliqoe  y  apliqne  á  los  casos  pricti- 
cas  qoe  se  ofrezcai. 

Una  coestioh  se  sqbcíU  sobre  e1  modo  práe- 
tíco  de  ejercer  el  arbitrio  judicial:  á  saber. 
iCoaado  el  caso  está  previsto  por  1a  tey  y  e?ta 
se  balle  aBticoada,  como  debe  fallar  ei  Jües? 
Is  wAido  qae  unade  las  leyes  de  nuestros  có- 
digos  diapoiÉeque  no  paeda  alegarse  contra  su 
ol»erTanoia,  ei  qne  han  caido  en  desoso,  pero 
esta  misiDa  iey  tia  qaedado  anticoada,  y  ade- 
mas  de  eato  cuando  la  opinion  geúeral  se  ha 
proBondado  eapllcitameQte  contra  una  ley,  y 
es  recbasada  por  la  época,  Tanos  son  ios  es- 
faenoe  qae  se  Iiacen  para  qae  se  observe,  y  el 
}Qes  qoeda  iibre  para  pronuociar  segon  su  ar- 
Utrio,  8in  esperar  ia  decision  del  leglslador, 
porqoe  no  pnede  abstenerse  de  foilfir,  siendo  su 
deber  adaíoistrar  Justica.  Pero  debe  examinar- 
se  eon  detencion  ante  todo,  si  en  efecto  la  ley 
de  qoe  se  trata  ha  caido  eñ  desuso,  loque  po- 
drá  cooocerse  por  las  decisiones  de  ios  triba- 
aaias  ó  por  la  costumbre  coutra  ley;  porqae 
mieotras  no  hay  oumifestaeioDes  esteriorcs  de 
foe  ooa  ley  ba  quedado  anticaada  tiene  el  Jaes 
qoe  faiiar  sajetindose  á  sus  disposiciooes. 

Olra  caestion  se  suscitatambien,  qae  nues- 
tras  leyes  patrias  tieneu  sin  embargodecidida. 
gkbe  ei  Joes  semeoeiar  por  lo  qae  conste  en 
tl  proceso,  ó  por  saspropiasconTiccionesT  Es- 
ta  eoestion  es  opinabie,  y  aon  haata  cierto  pun 
to  admiaible  eo  su  seguoda  parte,  cuando  el 
^ez  es  on  Jorado;  entonces  los  qne  le  compo- 
.  oen  soo  personas  iegas,  sin  conoclmientos  Ju- 
ridicos,  y  por  lo  tanto,  cuando  se  ies  llama  á 
decidir,  debe  contarse  con  sa  iostroccion,  que 
solo  les  permite  qoe  sentencieo  por  sus  con- 
Ticeionoe  morales.  Otra  cosa  será  cuando  el 
Joes  sea  y  obre  corao  letrado,  eotonces  no  tie- 
ne  otras  pruebas  qne  las  que  ezisten  en  autos. 
Lo  que  no  está  en  el  proceso  no  está  para  él  en 
el  muudo,  y  tiene  que  someterse  única  y  es- 
dosiTamente  á  lo  qoe  «determinen  las  leyes, 
hadendo  callar  sospropiosseatimientos  estra- 
legaies  y  que  posea  como  parUcular.  Obrar  de 
otro  modo,  seria  concnlcar  las  leyes,  y  abrir  la 
poerla  á  maltitud  de  abusos  en  la  admintstra- 
eion  de  jnsticia. 

ABBITRiOS.  (Administracümyhaoitnda.) 
Ksta  palabra,  ademas  de  la  acepcion  Juridica 
qoe  la  da  el  sentido  de  sentencia  arbitral,  y  de 
el  080  morai  qne  entiende  por  arbitrio  la  to'- 
kmtad  iudependiente  del  horobre,  tlene  otras 
dos,  ooa  deotro  dei  dominiode  la  admlniatra- 
eioQ,  otraen  el  terreno  de  la  bacienda  pública. 
Trataremos  de  ambos  en  an  solo  articulo,  por 
■er  materiasqoe  las  dostienen  aigOQa  aoalogia 
oklre  si,  y  porqoe  de  este  reodo,  bajo  uu  solo 
pono  de  Tlsta  puede  comprenderse  todo  lo 
itlaiiTo  á  estos  importaotes  asantos. 

Bajo  el  aspecto  administratiTO  cooooemos 
los  orftttrios  fntimetpa/es,  qae  soa  aqoellas 
prestaciooes  qoe  se  exigen,  ora  de  los  Tecinos 
Mde  lostraoaeuDtes,  eon  el  objeto  de  conse- 
S&irooaomealo  eo  iosingresos  decadaayuo- 1 

444      WBLIOTECA  POPUUU. 


tamieoto,  para  snbTeoir  á  los  gastos^bien  seaa 
estos  ordinarios  ó  estraordlnarios. 

El  marqués  de  VaHesaotos  en  una  ef  celente 
obraque  dióá  luz  con  el  nombrede:  ««Elenien-' 
to6  de  economia  politica  cen  aplicacion  á  Espa- 
ña,»  consideralosarbitriosmunicipales,  como 
la  carga  mas  ruinosa  que  sefre  el  puebio  es- 
pañol,  ora  se  atieoda  ¿  su  cantidad,  ora  al 
roodo  de  sn  imposicion,  la  qoe  le  proporciona 
roeuos  otilidades,  ai  misroo  tiempo  qoe  des- 
U\íY4  su  riqueza,  ahoga  su  ezisteDCia,  y  no  le 
deja  medio  de  pagar  ias  Justas  y  necesarias 
contribacioDes  que  deben  alimentar  el  real  era- 
río.  Tales  son  los  peijuiclos  que  causan. 

Los  principales  de  estos  derecbos  soo  los 
impuestos:  4.®  en  barcas  y  pueutes:  2.^  sobre 
los  comestibles  que  se  prodocen  ó  pasan  por 
los  puebfoé:  3.*  sobre  los  demas  géperos  co- 
roeroiales  en  tiempo  de  feria  ó  fuera  de  elta: 
4.**  sobre  ias  tiendas  ó  Tendertas:  ft.^sobre  las 
cames:  6.''  el  estanoo  de  k)s  objetos  de  prime- 
ra  necesidad:  7.^  el  derecho  de  marca  sobre 
los  carmagee  y  otros  mucbos.  Los  eslaucos  de 
losgéneros  de  primora  necesidad,  son  la  ruina 
de  la  agrioultura,  de  la  iodustria  agraria,  dei 
trifico  maa  esenc.ial  de  las  familías  pobres  y 
trabajadoras,  del  espfrita  de  industría  y  de  ac- 
tiTidad  en  el  pueblo,  y  opuestos,  en  fin,  á  las 
sanas  costumbres  y  al  derecho  natural.  Todos 
los  arbilríOB  municipales  debieran  ^eTisurse 
para  anular  tos  que  sean  directamente  opues- 
tos  al  fomenlo  de  la  riqueza,  y  los  que  no  re- 
caigan  sobre  los  Tecinos  del  mismo  pueblo. 

Las  contríbuciones  sobre  los  objetos  de 
oofisttmo,  ademas  de  proporcionar  considera- 
bles  iogresos  á  la  bacienda  nacional,  son  tam- 
bien  UQO  de  los  arbitríos  municípalefi  roas  im- 
portantes:  piiedt-n  ezlgirse,  bien  en  cl  monien- 
to  de  la  prodaccion,  bien  ¿  su  tr¿o8ito  ó  circu- 
lacion,  6  bion  en  el  momento  de  su  consumo 
deOnitiTo:  en  el  prímer  caso  el  producior  paga 
el  Impuesto  de  todo  lo  que  prodnce  sin  saber 
lo  que  podr¿  Tender;  no  sun  muy  gencrales 
esta  clase  de  arbilrios,  porquese  sufrcn  en  ei 
momento  perjuicios  de  que  no  se  sabe  si  po-- 
dr¿n  resarcirse.  Tambien  se  pagan  al  iransilo, 
es  decir,  al  pasar  las  personas  ó  cosas  por  los 
portazgos  eslablecidos  en  los  caminos,  y  al 
entrar  por  las  puertas  de  las  ciudades.  Si  cs- 
tos  impuestos  soo  arbitrioa  locales  para  la 
construccioo  de  uo  camino  ú  otra  eropresa 
púbiica,  no  parecen  tan  odiosos;  pero  liay  que 
tener  mucbo  cuidado  con  el  abnso  en  la  impo- 
sicion  deestos  arbitríos.  (Véase  consumos.) 

Gon  el  nombre  de  arbilrios  nílraordina* 
riúB  de  kmrienda  se  conocieroo  y  aun  se  co- 
noéen  las  contríbuciones,  préátamos  y  toda 
clase  de  recursos  de  que  se  han  Taíido  los  go- 
biemoa  para  cubrír  el  déflcit  dc  los  presupues- 
tos  páblicos  desde  los  antiguos  tiempos.  Su 
orígen  puede  tomarse  casi  desde  la  restaura- 
cion  de  la  mooarqaia  goda  en  las  mootañas  de 
GoTadouga  y  de  Sobrarbe^  pues  Jesde  aqueila 
époea  cooieozaroo  los  aporos  del  erarío,  apu- 
T.  .iir.    5 


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(fí 


ARBIHUOS-^AftBITROd 


M 


ros  qae  hicieron  qdé  nofie  Consoltase  siempre 
Jos  recarsoB  menos  lesivos  de  la  riqaesa  pú* 
büca,  que  se  tíó  may  á  meDudo  aiotada  por 
exacciones  terribles. 

El  ilustrado  autor  del  Dicciooario  de  ba- 
cienda  con  aplicacion  á  España,  <ton  José  Gan- 
ga  Argttelles;  enamera  y'clasifica  todos  los  ar- 
bitríos  estraordinarios  dc  qne  la  perícia  de  ios 
bacendistas  espafioles  se  ba  Talido,  desde  el 
siglo  XV  al  XIX,  para  suplir  las  escaseces  del 
tesoro.  Puedenreductrse  áonceclases:  4/  los 
que  ban  recaido  directameote  sobre  la  riqoesa 
y  la  poblaclon:  2.*  sobrc  el  comercio  interíor 
y  ceteríor  de  la  Peniosula:  3.*  sobre  la  ley  de 
la  moneda,  los  pesos  y  las  medidas:  4/  sobre 
el  crédito  público:  5.*  sobre  la  enagenacion  de 
flncas  y  de  los.  atríbutos  de  la  sobeiania:  6.* 
sobre  el  empeño  de  las  rcntas:'  7.*  sobre  la 
ecopomia  en  los  gastos:  8.*  sobre  la  suspen- 
sion  de  pagos:  9/  sobre  adjudicacion  de  dere- 
chos  al  erarío:  40:*  sobre  Toluntarías  presta- 
ciones  de  dinero:  y  '4  4  .*  sobre  el  beneflcio  de 
las  flncas  de  la  nacion,  y  otros  mochos  aríi- 
culos  que  seria  largo  enumerar. 

Pero  á  roedida  que  la  ciencia  de  la  bacien- 
da  se  faa  ido  perfeccionando,  y  con  e.speciali* 
dad  desde  el  reinado  del  señor  don  Cárlos  III, 
estas  prestaciones  se  han  ido  sustituyendo  con 
impnestos  regulares  y  medltados,  ¿  punto  que 
en  el  úlfimo  slstema  de  presopuestos  de23  de 
•mayo  de  4845  se  hace  ya  muy  poco  uso  de 
la  fOK  arhiirios, 

El  monumento  mas  modemo  y  al  roismo 
tieropo  mas  notablc  que  tenemos  de  estos  ar- 
bitríos  es  1a  instruccion  provUional  de  9  de 
mayo  de  4835,  que  trata  de  los  arbitríos  apli- 
cndos  á  1a  amortisacion  por  los  realcs  decre- 
tos  de  4  defebrcro  de  4824,  y  34  de  dicierobre 
dc  4  829,  estos  arbitríos  son  hasta  el  Dúroero 
de  cincuenta  y  cuatro,  siendo  de  observar  que 
siempre  ban  flgurado  entre  ellos  las  flncas  del 
Estado,  pingt&e  ingreso,  y  tal  m  la  mas  impor 
tante  de  todas  las  rentas  que  componian  estos 
arhitri09.  Pero  coroo  ya  se  ha  dicho,  son  pocos 
ios  que  quedan  tigentes,  despues  del  sistcroa 
dc  4845,  que  forroando  un  acervo  comun  dc 
todas  las  contríbuciones  é  impuestos,  no  abs- 
crlbe  con  paríicularldad  ninguna  renta  al  pago 
dc  deterroinado  servicio  pábllco.  Sin  erobargo, 
hoy  pueden  considerarse  coroo  vigeDtes  nue- 
ve  aiticulos  de  los  cincuonta  y  cuatro  antes  ci- 
tiiüos;  los  deroas  directa  6  indirectarotmte  han 
sido  aboUdos.  He  aqui  los  que  res;ao:  4 .«  anua- 
Íitdades  y  vacantes:  tj^  cinco  por  ciento  de  ar- 
bitríos  municipalei  y  particulares:  3.**  cioco 
por  ciento  de  rentas  y  arbitrios  enagenados: 
4.^gracias  a1  sacarydispensas  deley:  5.''roe- 
dia  anata  de  mercedes  y  sus  quindenios: 
tf  .*  gracias  de  crnces  españolas  y  estrangeras: 
7.*  oficios  de  hipotecas  con  los  derechos  de 
Inscripcion:  8.*  quince  y  veinte  y  ciDCO  por 
Giento  de  adquisicion  de  roanos  muertas: 
9.*  valimlenio  de  oficios  enagenados  y  pro- 
ducio  de  arripndo  de  eitcríbanias  y  notarias. 


De  todo  lo  diclfó  se  inflere,  oontrayéndo- 
nos  á  la  hacienda,  quelapalabra  arbitríos  se 
ba  aplicado  con  especialidad  ¿  ios  que  ae  des- 
tinan  ¿  la  amortisacion  de  la  deuda  púbiica, 
con  el  fin  de  inspirar  confiansa  ¿  los  acre^^o- 
res  del  Estado,  pues  que  siempre  se  ha  estado 
pensando  on  nuevos  recursos  para  sostener  d 
cjrédito  y  estinguir  ó  disminuir  los  fondos  pú- 
bljcos.  Hoy  se  usa  todavia  de  la  misma  espre- 
sion  en  el  proyecto  de  arre^o  de  la  deoda,  y 
se  siguen  denominando  arbitrios  todos  ios  me« 
dios  que  se  escogitan  para  sumínistrar  fondos 
para  su  amortlsacion. 

ARfilTROS,  ARBITRADORES.  (¿e^'alaoton.) 
Gon  esla  palabra  se  designa  ¿  los  Jueces  amf  • 
gables  que  nombran  las  partes  para  transiglr 
sus  diferencias.  Rigorosamente  hablando,  los 
¿rbitros  no  son  jueces,  porque  les  falta  la  aa- 
torisacioo  pública  para  resolver  en  un  litigio; 
pero  la  reciben  de  las  partes,  que  los  revisten 
de  poder  baslante  para  llenar  el  ob]eto;  dere- 
cho  precioso  qne  no  puede  negarse  ¿  ningon 
español.  La  ctimologia  de  su  titulo  procede  de 
que  las  partes  son  árhitras  de  elegirlos;  11¿- 
roanse  tarobíen  coropromisarios  y  avenidores, 
por  ei  compromiso  que  contraen  y  avenencla 
con  que  se  nombran.  Poderoos  dar  ¿  los  ¿rbi- 
tros  la  deflnicion  dc  fer$ana$  de  la  oonfianta 
delosUtigantea  nambrados  por  etlospara  f«* 
solverBusdifereneias.  Estosjuecespaedenser 
de  derecho  ó  de  hecbo.  Los  prímeros  enleri- 
dos  del  pleito,  lo  deciden  con  arreglo  ¿  las 
fórmulas  y  testo  de  la  ley:  los  segundos,  lia- 
roados  tambien  arbilradores  ó  amigables  coa- 
ponedores,  fallan  con  arreglo  ¿  su  concienda 
y  sin  sujecion  ¿  fórmulas  ni  leyes. 

Todo  el  qoe  cst¿  en  aptitud  para  compa- 
recer  en  juicio  tiene  derecbo  para  nombrar 
¿rbitros;  peroel  que  rue?e]iiez  ordinario  en  la 
misma  cansa  podrá  ser  arbítador,  y  no  ¿rbl- 
tro  de  derechou  Los  árbitros  podr¿n  ser  nno  6 
mas,  y  si  discordasea  cn  algun  punto,  m^  de- 
cidir¿  esle  por  el  mayor  núroero  de  votos,  ¿ 
mcuos  que  el  desacuerdo  sea  con  rcspeclo  ¿ 
lacantidadenquealguno  fuesecondcnado;  paei 
en  esle  caso  es  prereríbie  y  v¿iido  el  fallo  del 
que  lo  hiciese  por  la  cantidad  menor.  Si  el 
desacuerdo  fuese  en  todas  las  circunstancias 
dcl  litigio,  y  no  hubíese  mayorla,  podr¿n  ioa 
interesados  nombrer  un  tercero  que  decida;  en 
su  defecto  lo  nombrar¿n  los  ¿rbilros  y  si  no 
io  hiciesen  y  una  de  las  partes  lo  exigiera, 
podr¿  el  Jnea  apremiarles  pare  que  lo  verí* 
flquen.    , 

filencargo  dc¿rbitro  es  volnntario,  peroona 
vei  admitido,  ileva  Iras  si  la  obligacion  de  des- 
empeñaríd  hasta  la  comiasion  del  litigio.  Sin 
embargo,  bay  casos  en  que  puede  dejarse; 
por  ejeroplo,  cuando  el  pleito  se  llevare  al  tri- 
bunal  ordinarío,  cuando  las  partes  se  habie- 
ran  coroprometidó  en  manoa  de  otro,  ó  algaoa 
de  ellas  le  denostare;  si  fúese  cobartado  con 
amenaaas,  y  por  úitimo,  ai  hubiere  Jasta  caofui 
por  la  cual  no  deba  entender  en  el  asunto.  Ea 


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AHBITaOS--ARBOL 


7« 


el  easo  de  que  los  árbUroa  no  CQmpliosen  cod 
M  cometido,  y  uno  de  los  litlgantee  lo  solici* 
tc,  deberá  el  Joex  apremlarles  para  qoe  lo  ha- 
gan  aefialéndoles  plaio,  y  aan  eocerrarlosjen 
ona  casa  basta  tanto  qne  lo  terifiqnen,  al  ei 
ipremio  no  bastase. 

Pnede  ocorrir  tannbien  el  caso  de  qoe  algu- 
ao  de  lo6  liiigantes  lo^  recuse,  bien  por  cau- 
m  posteriores  á  su  nombramiento»  ó  porque 
liendo  anleríores  á  él,  no  bayan  sido  conoci- 
dos  basta  despues  de  nombrados. 

Ki  eneargo  de  árbitros  cesa  en  el  momen- 
toqoe  muera  ono  de  los  nombrados  ó  de  los 
qoe  sostienen  el  liligio,  i  no  ser  qne  se  bu- 
biere  becbo  esla  salredad  al  tiempo  de  elegir- 
lo:  eesa  igoalmente  cuando  algnno  de  los  ár- 
bitros  se  incapadtase  legalmente  ó  si  la  cosa 

nprodojo  el  liligio  perecidse  ó  fuera  oedida 
na  de  las  partes  por  su  cootendiente. 
Todas  las  difercncias  poeden  couflarse  á  1« 
dedsioode  los  ¿rbifros  porregla  general.  La 
vo/oiifad  de  los  litigantes  es  laquedetermina 
en  todo  easo  la  duracion  de  su  cometido.  Pero 
de  este  principio  se  esceptuan  las  causas  cri- 
ninales  en  lo  qne  se  reOere  á  la  imposidon 
de  las  penas,  los  negocios  en  que  se  trata  de 
los  intereMs  de  ios  pueblos  y  los  que  median 
enlre  el  eeposo  y  la  esposa  en  lo  reiatiuo  i  los 
lasos  qoe  les  unen. 

Al  tiempo  de  failarseel  litigio  es  indispen- 
sable  y  precisa  la  asistencia  de  todos  los  ir- 
büros,  cooio  no  sea  que  ai  conlraer  el  com- 
promiso  se  boblera  contenido  lo  contrario;  no 
siendo  asino  poedeescosarse  la  asistencía 
de  todos,  sBDque  alguno  de  ellos  conviniese 
eo  qne  se  dé  el  fallo  sin  estar  él  presente. 

Deberá  pronunciarsela  seotenciadentrodel 
tiempo  señalado  en  el  compromiso;  pero  podri 
düerirse,  slempre  qne  se  faculte  i  los  irbltros 
al  eCecto,  porque  baya  causa  que  lo  impida, 
siendo  indlspensable  en  esle  caso  que  concur- 
ra  la  Tolootad  de  las  partes,  y  si  aiguna  de 
eHasno  qoiere  consentir,  ó  losirbitosseopu- 
siesen  á  la  próroga  de  la  sentencia,  se  tendri 
por  termíDado  el  poder,  annque  en  el  primer 
caso»  lucorrirá  el  que  fuerc  caosa  de  ello,  en 
h  pena  qoe  se  baya  acordado  en  el  compro* 
miso.  Los  árbitros  deben  procurar  la  termina- 
cion  del  negócio  en  el  mas  brere  plaso  posible, 
coando  no  se  bubiere  señalado  ésle;  pero  si 
pasados  tres  adosno  sehobieraconcluido,  ca- 
docan  siis  fonciones. 

La  sentencia  qoe  los  irbitros  prononcian 
üene  la  foerza  necesaria  y  baslante  para  qne 
sia  otro  reqolsito  se  proceda  i  ponerse  en  eje- 
CQcion.  Podrán,  no  obstanle,  apelar  de  ella  las 
partes,  si  de  anSemaao  se  bobieren  resenrado 
este  derecho.  K3ta  doctrina  admitida  de  poco 
Itanpo  i  esta  parte,  deroga  algunas  disposi- 
dones  de  las  leyes  de  Partida. 

TodaTia  entraremos  en  algunas  cpnsidera- 
dones  masestensas  sobre  esta  materia,  cuan- 
do  al  ocopamoa  de  1a  de  juicios  consagremos 
marticolo  espeeial  al  luicao  de  aibitbos. 


ARBOL.  (¿aaMaoéofi.)  Bajo  muy  distintos 
aspectosson  y  nan  sidosiempre  los  irboles  ob* 
Jeto  constanle  deios  fallosdel  legislador.  Ofre- 
cidos  por  la  naturaleza  al  liombre,  no  solo  pa- 
ra  placer  sino  para  so  vdirecta  utilidad,  llegan 
i  considerarse  como  de  parlicular  propiedad^ 
y  en  tal  conceptola  ley  señala  reglas  y  demar* 
ca  sus  limites.  La  codicia  ó  la  mala  fé  pueden 
atacar  esta  propicdad  y  de  ahi  las  difereutes 
medidas  y  sanciones  coo  que  tau  pienamente 
nuostra  legisiacion  la  proteje  asien  su  partc 
ciYil  como  eola  penal  y  administralira. 

Tanto  por  su  nacimiento  como  por  su  mo« 
do  de  nutrirse  y  desarroiiarse,  no  puede  me- 
nos  de  considerarse  i  los  irbolescomo  acceso* 
rios  de  la  tierrai  Pierden,  sacados  del  te^no» 
todas  las  condiciones  de  sn  existeocia,  y  de 
aqui  se  díce  son  sns  accesorios.  Pero  para  con- 
siderarse  como  tales  de  determinado  lerreno, 
00  basta  hailarse  eo  éi  introducido,  es  absolu* 
lamente  indispensable  que  el  irbol  haya  ecba« 
do  en  él  sós  raices,  siendo  estas,  como  lo  son. 
el  órgano  esencial  de  su  vida»  por  decirto  asi, 
trasmisoras  del  Jugo  y  sustancia  de  la  tierra. 
Solo  desde  entonces  es  cuando  el  irbol  se  uoe 
é  identiflca  con  ella,  hasUt  ese  caso  tanto  poe- 
de  estar  en  uno  como  en  otro  terreno,  no  su- 
friendo  detrimeoto  algono  sacindole  de  aquel 
en  que  se  encuentra.  Los  irboles»  pues,  son 
accesorios  de  la  tierra  en  que  echaron  raices, 
regla  general  en  todos  los  casos.  No  pudiendo, 
darse  cou  propiedad  el  nombrede  irboles  i  los 
ya  cortados,  sino  el  de  madera  ó  leña,  los  ir- 
boles  en  pie  se  consideran  como  inmoebles. 
Los  firos  pueden  ser  IleTsdos  de  on  terreno  i 
otro,  pero  esto  mismo  demoestrason  cosas  des* 
iioadas  i  encontrarse  fljas  en  tal  ó  cual  punto. 
El  órden  natnral  exige  que  siendo  ei  suelo  co- 
sa  inmueblo  lo  que  no  poede  existlr  sino  ad- 
herido  i  él  lo  sea  tambien.  Moestras.  leyes  no 
declaran  especialmente  el  punto  qoe  dilncida- 
mos,  pero  declarindose  por  eilas  como  inmoe- 
bles  los  alfolles  de  madera,  las  tinajas  empo- 
tradas  en  tierra  y  otras  cosas  semejantes  deben 
serlo  tambien  los  irboles.  Para  que  estos  se 
coosideren  como  tales,  es  necesario  que  ten- 
gan  un  tronco  del  coal  pueda  sacarse  madera, 
y  ramas  que  formen  lo  que  se  designa  con  el 
nombre  de  copa.  Las  leyes  romanas  declara- 
ban  se  considerasen  igualmente  como  irbo- 
les  lasyedras>  sauces,  cañas  y  Tides,  ül.  7,11« 
bro  47  del  Digesto;  las  españolas  no  lo  oon« 
flrmau  asi. 

El  irbol,  sea  quien  fuere  el  plantador,  per* 
teneceri  siempre  al  doeño  del  terreno  en  qne 
se  baya  TeriQcado  ei  arraigo.  Goando  los  plan- 
te  agenos,  eo  soelo  propio,  debe  pagar  su  ts' 
lor  al  dueno  de  ellos  dn  distlndon  de  planta- 
dor  de  buena  ó  mala  fé.  Ley  43  del  tit.  t8  da 
la  parle  3.*Si  io  plantase  propioen  lerreño  age- 
00,  segon  el  Fuero  Real,  perderi  el  dominio  del 
irbol.  Ko  la  ley  4  .*  del  Ut.  4.*  del  libro  3.*  dei 
Gódigo  se  fljan  las  indemnisaciones  para  el  caso 
de  plantar  en  beredad  comun  ó  en  la  que  nno 


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ARBOL 


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dé  buena  fé  ¡MMMe,  reclbtili  áe^tre^iae  no  era 
dueño.  áoerca  de)  plantador  de  árbofea  agenoa 
en  terreuo  de  otro,  nada  dieen  nuestras  leyee. 
Esto  no  obstante,  at  dueño  de  los  árboles  dc- 
berá  negarsé  su  reWfndtcaoiOB,  puesto  que  per- 
dió  8U  dominto  por  ser  ya  acceeorioa  del  nne- 
Tü  terreno,  pero  oomo  lampoco  es  Joato  enrl» 
quecerse  con  perjuicio  de  otro,  se  ie  concede- 
rá  1a  estimacion  contra  cl  doeño  de  aquel: 
del  plantador  de  boena  fé  nada  pt»ede  exiglr- 
se,  pero  si  daños  y  perjuicios  del  que  )a  tenga 
mala^  El  plantHdor  de  buena  fé  á  su  vez  debe- 
rá  ser  rcintegrado  por  el  terdadero  doeño. 
Segun  la  ley  43  del  tit.  fS  de  la  Partida  3.* 
cuando  tenga  un  árbol  sos  raices  printipalcs 
en  una  heredaü,  será  del  dueño  de  ella,  aon 
cnando  hiibiese  sido  plantado  por  el  de  la  co« 
lindante  y  sobre  esta  cayeren  las  ramas,  pe- 
ro  si  las  principalesraices  qoe  lo  nutren  seha- 
llaren  parte  en  cl  suelo  de  uno  heredad  y  par^ 
te  en  el  de  otra,  será  comun  de  m  duefios. 

Siendo  dueño  del  árbol  el  qne  lo  sea  del 
terreno  donde  se  hubiese  arraigado,  es  otí- 
dentc  que  solo  á  é1  perteneberán  los  fTutOS  que 
produzca,  aun  cuando  sus  ramas  cuelguen  so- 
bre  el  campo  vecino.  Pero  no  siéndole  á  rtadle 
permitida  la  entrada  en  la  agena  heredad  siu 
▼enia  de  su  duefio,  ha  sido  indispensable  que 
lás  leyes  den  a1  propietario  algnn  recurso  para 
recoger  su  frnto  caido  sobre  1a  collndante,  aun 
cnando  dicho  duefio  qnisiera  impedírselo.  De 
Mo  tuvo  orígen  entre  los  mfflantos  el  Inter- 
dlcto  concedido  por  el  pretor  bajo  el  nombre 
de  glatidB  legenda,  e1  cual  fbrma  en  el  Di^esto 
éi  tlt.  tl  del  libro  (5.  Remedio  rgoal  hállase 
tiimbien  consignado  en  ta  ley  48  del  tit.  %S  de 
]a Partida  3.*  y  enumerado  como  uno  de  los  oa- 
Cbs  en  que  puede  entrarse  en  heredad  agena, 
pero  en  ires  dias  y  no  mas,  dice  la  ley,  pres- 
erípcion  brevisfma  que  tambien  Ojaba  1a  del 
Digesto.  No  debe  omitfrse,  sin  ombargo,  que 
ésta  disposicion  de  las  Partldas  no  se  obser- 
vaba  generalmente  cn  todo  el  tcrrltorio  espa- 
íol.  Donde  estéen  nso  el  Puero  Real  deberá  re- 
gir  la  qne  este  código  espresa  en  su  ley  45 1(- 
tulo  4.*  libro  9.**  la  cual  dlce  «que  si  cayere  el 
fmlo  de  árbol  proplo  en  terreno  ageno  el  se- 
íior  del  árbol  pneda  cogerlo  en  aquel  dia  que 
cayere.  sin  otro  dafio  que  ñiga  al  seflor  de  ia 
tterra,  é  s)  cayere  ante  cl  fmto,  cójato  al  otro 
tfla,  é  si  éi  no  lo  cogiere,  como  sobre  dicho  es, 
tfea  de  aque)  cuya  es  la  tierra  do  cayere.» 

En  algunas  otras  partcs^  por  cosiumbro  6 
fbero,  los  fmtos  que  caen  en  un  campo  perte- 
niecen  a1  dueño  de  éste:  asl  los  fueros  de  Ar»- 
gon  disponen  que  el  que  tenga  es  su  heredad 
nn  árbol  con  ramas  que  hagan  sombra  en  el 
fhndo  ageno  debe  permitir  al  propietarto  de  él 
tomela  mitad  de  los  frntos  de  aquella  rama  ó 
que  en  otro  caso  las  corte,  como  tratando  por 
tal  disposicion  de  cómpensar  los  peijniclos  qoe 
pueden  resnitar  á  un  propietario  con  alginia 
I^artcdeutilidad. 

Segun  la  icy  7.»  del  titulo  S8  de  ta  Pttrti* 


da  8,  los  árbolM  plantiidós  ea  la  libértt  áé 

los  rios  pertenecen  á  los  duefios  de  loe  pre* 
dies  inmediatoa,  poeato  qoe  étn  snyas  lai 
mismas  ríberas.  Los  qoe  oon  qd  troto  de  tier- 
ra  trae  á  oueatro  predio  una  avenida,  isi  qne 
en  él  arraiguen  serán  nuestros,  pero  debiendo 
abonar  ai  dueño  el  menoieabo  qae  Boft ió,  fa*- 
sado  por  peritos  agricultores. 

Gierto  es  que  cada  coal  en  so  propiedad 
|uede  hacer  )o  qae  le  convenga,  pero  á  pesar 
do  esto,  la  misma  ley  que  le  protege  le  hase- 
áalido  loi  limitei  qoe  aeonsejaa  la  libcrtad  6 
interés,  tanto  de  la  utilidad  piltblica»  eemo  It 
de  los  demM  propietaríos.l  Porestoel  énedo 
de  nn  predlo  lo  es  para  piaatar,  BiaDteoer  6 
destruir  árboles  ei^  eo  terreno,  pero  oOii  oier- 
tas  restdccionei  nacidai  de  io  qoe  digttmft 
espuesto.  Goando  sa  vecino  ae  vea  attMusado 
de  peiigro  á  caosa  de  árboies  graadea  ttei  tr- 
raigados,  los  coales  producirian  dafio  á  éi  ó  á 
sns  casas  cayendo,  puede  reclaraar  aeiie  el 
Jues  á  fln  do  qne  hagaeesar  el  pellgro,  recnr- 
80  qne  los  práetieos  ooloean  entre  laa  dennit- 
cias  deo6ra  vit^a,  Antesdedareljtiemla* 
)io,  oirá  i  los  peritos  para  eerciorarse  de  Ü 
'efectivanDente  hay  tal  peligro,  si  es  iamiaeoto 
y  que  daños  podria  eaosar  7  sí  ea  tedas  ios 
partes  el  peligro  existe,  d  Joea  miBdará 
echarlo  á  tierra,  como  se  hal&a  dispiitsto  ea  )a 
ley  4  3  del  titulo  M  de  U  partida  3.* 

El  árbol  plantadoen  terreno  veoine  fuedi 
muy  bien  n^oft^erpeligro  algono  iftiniaeiiM 
y  visible,  pero  teniendo  en  nuestro  sueio  in- 
troduotdas  sus  raices,  puede  ooartar  el  Ifbre 
ejereieio  de  nneelro  derectio  de  propiedad  ó 
hacer  qüe  peligre  una  oonatraoeioa  naestra. 
En  este  caso,  y  oonoiderando  qne  aadie  tiene 
derecho  á  que  su  Arbol  se  alimente  oon  ei 
Jugo  de  un  terreno  que  es  nueetro,  pr^via  atf* 
toirzacion  del  Jues,  podrán  cortarse  sus  raícei 
sin  pararse  en  la  consideraeion  de  qne  pore- 
corá  el  árbol,  puescomoya  hemos  vislo  el  do- 
minio  de  él  períenece  á  qoientiene  en  su  eam- 
po  ias  príncipaies  raices  que  le  ontren.  Gon 
objeto  de  evitar  los  relerídos  perjuicios,  teoian 
los  romanos  determinada  otería  distftncia  dea- 
tro  de  la  cnal  absolutamente  se  prohibia  la 
plantacion  de  árboles,  ya  desde  el  tiempo  d« 
las  Doce  Tablas;  algunos  códtgos  nHMiernos  \m 
dcsignan  igtialmente:  solo  ias  leyes  espaftolas 
se  llmitan  á  decir,  que  cuando  aigono  ediflcaro 
Junto  al  camino  público,  gnarde  la  distancia 
acofttumbrada,  por  lo  que  es  preeiso  que  ea 
lales  casos  sirvao  únicamente  de  iey  las  orde- 
nanaas  y  costambi«s  de  loa  pnebloi.  Uoica- 
mente  puede  añadirio,  que  planlado  nn  irboi 
dentro  de  la  distancia  que  00  le  correapoada, 
trene  derecho  el  vecino  perjudicado,  bo  ya  i 
que  se  corten  las  ramas  ó  raices  que  le  eator- 
ben,  sino  i  que  sea  arrancado  por  completo; 
lo  que  tambiea  dtaponen  noestras  leyee,  pero 
cn  el  solo  easo  de  que  las  ramas  de  aa  irbol 
coetgnen  sobre  rq  e^iflcio  ó  heredad,  siewlo 
de  Qoiar  f»  no  «bedfOoienUú  e^  é»m  \é  attt^ 


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ARBOL 


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fencladel  )titi,  k  pnaée  «lemitar  por  ti  el  dei 
predio  eoUadnite.  beytt  del  tttttio  45  áh  h 
PtorUda^.*  Par«  no  turl)tr  el  dereeho  de  bu 
Toeloo,  ttmpoco  poede  ei  dueño  de  ub  predto 
plMtar  árboles,  oiedteBdo  la  serTldambre  le* 
gfttaamente  estabiecida  á  fofor  de  af|iiel,  con 
oftjetede  eoMenraretpedHaa  iaa  Ttstas.  R^sta- 
nos  esponer  breYemente  las  reBtriceioties  io- 
trodncidbs  por  otílidad  póblica. 

Anteriormeote  liemos  dtclio  que  ios  irbolea 
nacidoa  eo  las  orillas  de  los  ríos  perienecen  á 
kM  daeéoa  de  los  predioe  inmediatos,  pero  se- 
gun  ta  iey  7.*  dd  tttulo  náth  Partida  3.*, 
86  laaprolHbeeortarlos  reiéridos  áiMes  cuan* 
do  algoB  bareo  esturfeae  atado  á  ellesd  con 
tal  ol^eto  Tiniera  por  el  rio.  Lot  irboles  que 
se  Mim  j«a«o  á  los  eaminos  piU>iicoa  no  poe* 
deii  lampeeo  obttroirlos  con  aos  ramas.  La 
laTMtitttlo45  delaParlida  l.\  autorist  á 
coalqoier  traaaeante  para  qoe  impnnemente 
la»  corte. 

Siesdo  los  árboles  uoa  propieéiri  particn- 
]ar,  todo  aquelio  qne  tienda  á  perjodicarios  ó 
destrairios,  debe  ser  objeto  de  represion  por 
parte  de  ia  ley  penal.  Por  las  de  las  Doce  Ta- 
blas  se  imponia  pecnniaria  por  todo  árbol  agO' 
no  que  se  cortase  sin  derecho.  Nuestras  anti- 
goas  leyes  dislinguieron  eotre  frotales  y  no 
fírotales,  castigando  con  mas  seYerídad  al  que 
atentat»  á  ios  primeros.  Ei  Fuego  Juzgo  y  ei 
IM  Smpeniao  igualniente  penas  péconiariaf , 
pero  Jas  Parlidas  eon  sii  h^ítoai  dnren  auto» 
riiabM  las  corporales,  liegando  á  fnlmlnar 
hastB  la  de  muerte  por  el  daño  causade  á  las 
parras.  lo  el  dia  <50n  mejor  aTiso  se  han  arbi* 
tradopeBaamas  suaTes  y  ar^giadas,  hailán» 
dose  prvTistos  los  mentecabos  que  puedan 
causarse  á  los  árbolet  en  el  noeTO  céd^^  pe- 
HBi.  Los  que  soslraifttn  ó  utiliceB  ias  ramas  ó 
irbolet  coriados  en  heredtd  agena,  eoalqoiera 
qoeaea  so  importancia,  son  considerados  y 
castlgadoa  como  reos  de  hurto.  Los  que  caosa- 
reo  igtuü  daño,  sin  aqoeila  circnnstancia,  son 
ttaidoa  eome  reos  de  falta  y  castigados  i 
mMos  graTemente  sefun  eu  entidad. 

El  ifoe  toTiere  una  heredad  en  BsnfrucK) 
debe  refolar  su  derecho  tanto  por  la  natorale- 
aa  d«  eUa  coroo  de  la  Tohmtad  presonta  del 
qae  oooslHuye  en  so  fiiTor  la  áerridBrabre.  Sin 
TeeaaplaMrlos  coo  otros,  no  podrá  corlar  ios 
árboiee,  y  segon  la  \efVi,  dei  tit.  34  de  la  par^ 
tida  3.*  deberá  Incer  lo  propio  con  los  qtie  se 
secaren.  Si  la  heredad  estuTiese  destioada  i  ta 
labor  BO  podrá  conTertirla  en  hoerta  6  YÍTero, 
povque  his  piaolaciones  cambiarian  el  nso  na- 
tBfal  de  le  cosa.  Tratiodose  de  un  bosqoe  ó 
mofllte  puede  aproTecharse  de  sos  prodoctos  y 
hacer  las  cortas,  si  tal  es  so  destino.  Por  lo 
qoorespeta  al  marido  qoe  recibió  en  dole  ubb 
heredad  hay  que  disüoguir  la  ettimada  de  la 
iBestfflMda.  Bn  iaprímeraescoosideradooemo 
Teréodero  propietarío/  en  la  segonda  dispene 
lalef  dePartlda  17,  tit.  4  4 .  ParUda  4.*qae  cuan- 
do  loeérbolesDaaeaiideiotqtieteacOsHiffl- 


bran  á  certar  y  sin  etibargo,  los  eortare,  sean 
dela  moger  pcnV)oe  no  pueden  ser  considerados 
como  frutos  sioo  como  parte  inlegrante  de  1a 
dotc.  Ignal  declaracion  hace  la  lcy  acerca  de 
los  que  cortarc  on  torcero  0  arrancare  el 
Yíento. 

Bebe  por  último  snjetarse  el  arrendatarío  á 
las  condicioaes  ba)o  las  coales  seefeetuó  el 
contrato,  y  i  Mta  de  ellas  se  seguiri  la  regla 
de  quc  debe  mas  bien  mfjorar  qoe  peijudícar 
laberedad.  Por  tantosi  causare  algnn  menos- 
cat>e  en  los  irboles  que  i  su  coidado  tiene,  ya 
por  stt  negligeBcla,  ó  porla  de  otros  i  quienes 
bobiere  sn  costodia  y  coUIto  encomondado,  e1 
joes,  oyendo  perítot,  debe  condenarle  al  re- 
sarcimiento, 

ARB0L6BllEáL0GI€0.  F^asePAKEsrTBSco. 

ARBOL.  {Mecámcñ.)  Bs  nna  picza  qoe  tie- 
nen  en  laa  miqofnas  de  rotacion  his  ruedas  del 
eogranageylaspoleas,  de  hi  que  redben  el 
mOYimiento  del  motor,  o  i  qoien  te  trasmiten, 
para  dar  acdon  i  otrts  roedas  de  engranaje  ó 
iotras  poléas.  Tai  es  la  pieca  qne  sosticne 
ona  roeda  hidrinllca,  la  que  insiste  Tertical- 
mente  en  on  molino  de  agna  y  trasmUe  i  lus 
mnelas  el  morimlento  de  la  medat  y  última- 
meBte  c1  qae  acompaña  i  la  roeda  ó  poleas  de 
un  terao  y  qne  bace  moTer  el  objeto  sobre  que 
obra. 

Asi  se  dtce,  el  árbof  de  nna  roeda  hidrioK- 
ca,  el  árbol  de  una  poléa,  el  irbol  de  una  tur- 
blBB.Mas  coando  te  emplea  esta  palabra  pera 
bablar  de  irboles  horízontales,  se  la  hace  se- 
guh'de  la  palabni  tieamado.  Asi  los  érboUs  aca- 
maáo$  de  nna  hilaodería,  son  esa  séríe  de  ir- 
boles  sitoados  horísontalmente  i  corta  distan- 
da  dd  tedio  de  cada  sala,  qoe  sostienen  las 
pdeas  qne  trasmiten  i  todaa  las  miquinas  el 
moYimiento  del  motor 

Con  el  nombre  de  eJB  se  deslgoan  especial- 
mente  las  piesas  fljas  en  que  estin  montadas 
otras  pieiag  tnoYibles  y  qne  glrun  sobre  ellas 
como  las  claTÍJas  ó  claYOs  trabaderos  de  las 
peieas,  lotejesenque  hisiflten  las  medas  de 
los  carmages  comnnes,  ete. 

Los  árboles  se  mocYcn  siempre  sobre  dos 
apoyot:  algonts  Ycces  tlefíen  tres,  pero  nun- 
ca  menos.  Bslos  apoyos  ee  establecen  de  Ires 
maneras:  entre  gargantas,  sobre  ejes  y  entre 
dot  puntas.  Machas  Ycces  so  combinan  entre 
Bi  estos  medios  de  suspeBsion  para  on  mtsmo 
árbol.  Las  gargantas  es  el  únlco  afiarato  qoe 
conTienei  las  miqoinas  de  mocho  Yigor,y  so- 
iamente  en  )os  irboies  hortiontaies,  porqoe 
p««  ios  Ycrticales  es  fndispensaMe  recnrrir  i 
nno  de  ios  otros  dos  medios.  Aquellas  son  ge- 
neralmente  dos  ciliüdros  del  mismo  diimetro 
que  tienen  exactamente  el  mismo  eje  y  qne 
descaosan  en  dos  cojin$U$  de  cobre.  Bstes  út* 
timos  son  dlindros  hoecos  coyo  diimetro  tn- 
teríor  es  exatamente  iguai  al  de  la  gaiginta 
parrqoe  no  tenga  esta  moYimlento  algmio 
eoaíBdo  la  crfta,  y  se  fljan  i  nna  pieza  de  fto* 
¡  didon  mas  tolomiawia  <pie  ae  INtma  ftoo4«ro  y 


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ABBOL 


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qoe  tamblen  ie  halU  ÍovariablemeDte  enlatada 
á  io8  muros  6  fAbrica  qae  Bustenta  todo  el 
aiatema. 

Las  gargant^as,  y  de  aqui  toman  este  Dom- 
bre,  tieoen  síempre  menor  diámetro  que  el  ár- 
bo),  el  cual  embasa  á  derechaé  izquierda,  á  flo 
deealorl)ar  coalqoier  mofimieoto  trasrersa), 
Biempre  que  esián  situadas  á  ias  estremiüades 
de  un  árbo),  sin  tener  sallda  mas  que  por  un 
lado  y  reciben  e)  nombro  de  muñanes, 

Los  árboles  que  se  establecen  sobre  ejes, 
son  )08  árbo)e8  verticales;  estos  se  halian  ter- 
miuados  en  cono  obtuso  y  descansan  en  nn 

Sorron  ó  f^uelo,  Gompónese  cstede  una  piesa 
e  fundicion  suñcientemenle  ancha,  para  que 
Do  se  aplasten  con  e)  peso  del  árbol  los  mate* 
riaies  sobre  que  iosiste;  tiene  una  especie  de 
cubDete,  y  en  e)  fondo  de  este  hay  on  dis- 
co  de  acero  templado  como  lo  está  e)  que 
guamece  e)  estremo  de)  Arbol  que  descansa 
sobre  é).  E)  cubiiete  sé  tiene  siempre  )leno  de 
aceite.  £1  terminar  el  ¿rl>o)  en  forma  de  cono, 
tiene  por  objeto  disminuir  e)  rozamiento,  por- 
que  estando  representado  ei  de  doa  cuerpos  en 
coDtacto  y  en  movimiento  uno  sobre  otro,  por 
e)  producto  de  )a  presion  y«  del  camino  recor- 
rido  por  )os  puntos  que  se  rosan,  ser¿  nnlo  es- 
te  resuttado  cuando  )o  sea  e)  último  factor,  y 
á  ello  se  aproxima  con  la  disposicion  citada. 
£n  efecto,  aunqoc  existen  puntos  del  Arboi  en 
conctaclo  con  ia  rodsja  de  acero,  como  están 
muy  próximos  al  eje  del  cono,  recorren  muy 
pooo  camino. 

Se  ba  imaglnado  hace  pooo  tiempo  otra 
disposicion  muy  iogeniosa,  cuyo  modelo  se  ha 
presentado  en  ia  última  esposicion  de  la  in* 
dnstria,  y  que  és  quizás  preférible  a)  método 
de  qoe  hemos  hecho  mérito.  Consisté  en  ajuB- 
tar  exactamente  el  estremodel  árho)  en  un 
cilindro,  de  manera  que  pueda  interceptar  por 
)a  Juntura  el  paso  dcl  agua,  cualquiera  quesea 
)a  presion  que  esperimeote,  y  eo  cargarla  en  e) 
ci)íudro  por  medio  de  una  bomba  impeleole. 
£1  ¿ibo)  seha))a  como  suspeDdido  por  el  liqui- 
doy  daYuellas,  puede  decirse»  sin  resistencia, 
porque  e)  rosamiento  de  los  cuerpos  sólidos 
con  líquidos  condensados  al  grado  que  )o  e&- 
tá  e)  agua  bajo  el  cje  del  ¿rbol,  es  nulo. 

Los  ¿rboles  estoblecidos  sobre  dos  pontos 
e&t¿n  dispuestos  de  dos  maneras:  ó  bien  sus 
cstremos  son  de  forma  cónica  y  eutran  en  hue* 
cos  ó  agujeros  practicados  eu  las  estremida- 
des  de  roscas  que  insisten  sobre  apoyos,  ó 
bien  e8l¿n  las  rocaB  terminadas  por  conos  y 
cóncavos  los  dos  estremos  del  ¿rbo).  Ninguno 
de  estos  métodos  cs  mejor,  porqne  ambos  tíe» 
nen  )as  mismas  venlaias  é  incooTenientes,  y 
asi  se  emplaa  siempre,  sobre  todo  en  )as  m¿- 
qninas  ligeras  y  que  dan  vueltas  coD  gran  ve- 
Íocldad,  comoporejemplo,  en  los  ventiladores, 
el  modo  de  suspension  entre  ejes,  quc  pierde 
meDOB  por  la  acciün  retardatriz  de)  rosamien- 
to.  No  conviene  tampoco  ¿  los  ¿rl)o)e8  pesadOB, 
porque  la  preaion  que  cjeroeria  en  las  puntas,  I 


nentralitaria  bub  vent^Jaa,  y  ademaa  )o  coubU' 
derable  del  peso  las  gastaria  pronto.  Bn  este 
sistema  debeadvertirse  que  es  esencial  qne  laa 
roscas  cstén  menos  tempiadas  que  Iob  estre^ 
mos  dei  ¿rbo),  ¿  fln  de  que  sean  aquellaa  las 
que  se  gasten,  porqoe  siempre  es  mncho  mas 
f¿cii  y  mas  económico  reemplazar  las  roscas 
que  el  ¿rbol. 

Las  dimensiones  de  los  arbo)e8  dependon 
de  la  inteO|Sidad  de  los  esfuerzos  que  eBperi- 
mentan.  Por  una  parle  es  menester  qoe  tengan 
un  espesor  tai  qoe  resistan  á  la  flexion,  con 
objeto  de  no  acumular  los  medios  de  soBteni- 
miento,  y  por  otra  que  resista  ¿  la  torsion.  Se 
anmenta  su  resistencia  ¿  la  flexion,  d¿ndole8 
un  pooo  mas  espescM*  por  ei-  medio,  ó  refor- 
z¿ndole8  con  dnchos  ó  con  cualquier  otro  re- 
curso  que  seJozgueA  propósito,  pero  esme- 
nester  que  por  sus  estremOB  cerca  de  los  puntoi 
de  apoyo,  tenga  nn  di¿metro  convenienie.  Eb« 
te  puede  determinarse  por  )a  fórmu)a  siguien- 
te  que  tomamos  del  ayuda  memorla  de  Mr. 
Morio: 


'+^ 


en  )a  que  d  representa  el  di¿metro  si  se  trata 
de  un  ¿rbol  cilindrioo,  y  el  lado  si  de  un  ¿rfool 
cuadrado;  P  la  carga  ó  sea  el  peso  de  ruedas  de 
engranage,  poleaB  ó  voiantes;  c,  la  semidls* 
tancia  entre  los  apoyos  y  iC  un  coeflciente  cn* 
yo  valor  es  de  4 .250,000  si  el  ¿rbol  es  de  hier« 
ro  calado;  4 .000,000  si  foijado  y  400,000  ai 
de  madera  de  encina  ó  pino. 

La  resistencia  ¿  la  torsion  depende,  como 
la  resistencia  ¿  la  flexion,  de  ia  tenacidad  de  la 
matcria  que  se  emplea  y  varia  tambien  oon  la 
forma  de  los  ¿rboles,  pues  la  esperiencia  ha  » 
demostrado  que  ofrecen  mas  resistencia  los  ¿r- 
boles  cilindricos  que  los  cnadrados.  Lasúnicas 
iuvestigaciones  practicadas  sobre  este  partieo- 
lar,  son  las  de  Dunlop  de  Glascow,  de  Rennie 
y  de  Bramah,  y  de  Iob  resnltados  que  iian  ob- 
tenido  se  ha  dedocido  la  reslstencia  especifica 
media  del  hlerro,  de  la  fondlcion  y  de  la  made- 
ra.  Distlngnense  dos  clases  de  ¿rboles  espoes- 
tos  ¿  la  rotora  por  torslon,  ¿  saber:  los  ¿rbo- 
los  primcrps  motores,  y  los  ¿rboles  segundos 
motorcs. 

Los  primeros  son  aqoellos  eu  que  estriban 
las  ruedashidr¿u)lca8,  los  volantcs  de  tas  m¿- 
qolnas  de  vapor,  y  últimamente,  )ps  primeros 
¿rboies  acamados.  Los  segundos  son  ios  ¿rbo- 
)es  apartados  de)  motor  y  qne  no  trasmitenei 
movimienlo  ^ino  ¿  ona  parte  de  las  m¿qoina8 
8obre  qoe  obran. 

NosotroB  tomaremos  de  Mr.  Morin  tamblen 
laa  fórmulas  que  siguen  ¿  continnaclon,  con 
cuyo  auxillo  se  poeden  detcrminar  las  dimen- 
siones  de  los  ¿rboies  primero8  y  segnndos  mo- 


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rt 


ARm-ABB0LE9 


19 


^oret,  pmqoeresistan  á  la  flexion  cod  eaten 
>egiiridad. 

Arbol  primer    Arbol  segnn 


^Bierroco- 
lido.... 


6»= 


LMadert...    ^•— 


'Hierro  co- 
lido 


d*- 


motor 
PR 

467,500 

PR 

«6,460 

PR 


6'— 


do  motor. 
P  R 

345,000 
PR 


SlMadcra....    <r=¡ 


434,000 

PR 
24,846 


¿•« 


54,333 
PR 


362,000 

PR 
43,633 


tn  estas  fórmolas  representan  P  e1  esfuerzo 
de  torsion,  R  el  l>raio  de  palanca  de  este  es- 
Iberao,  b  el  lado  del  euadro,  si  elirlM)!  es  de 
seedon  coadrada,  y  d  el  di^metro  del  círculo 
8i  es  de  aeccion  circular. 

Goando  se  trata  de  determinar  laa  dlmen- 
siones  de  un  árbol  de  trasmisíon  de  movimlen- 
to,  se  empieza  por  calcularlos  por  la  fórmula 
relatiTa  á  la  reslstencla,  A  la  rotora,  y  despues 
por  la  qoe  coneierne  á  la  lorsion,  tomando 
por  dimensíon  deflnltiTa  cl  resultado  mas  con- 
slderable. 

ARBOLADURA.  El  coijunto  de  palos,  rergas 
y  masteleros  deun  buqoe.  Alespresarlos  ma- 
rioos  con  esa  palabra  ese  imponente  aparato 
que  se  deya  sobre  on  bQ(|ue,  destinado  á  re- 
eibir  ooD  sos  Telas  la  accíon  ó  Iropulso  dc  los 
Tientos,  comprenden,  por  lo  comon,  ademas 
de  los  palos  principales  qoe  iosisten  perpen- 
dicolarmente  sobre  la  qnllla,  del  Uamado  bau* 
prés,  qoe  sale  inclinado  por  la  proa  (que  son 
como  la  base)  y  de  los  mas  ó  meoos  gruesos 
y  resistentes,  arriba  indicados,  los  tambore- 
tes,  tmos»  cofás  y  crucetas  que  sirTon  para  la 
onion  de  estos  palos  y  para  cooperar  i  so  flr- 
meza  ysegQrídadeo  so  elcTada  posioion. 

fl  arte  de  la  arboládura,  qoe  constitoye 
ono  de  los  ramos  mas  iogeniosos  de  la  arqoi- 
tectora  naTal,  es  el  resultado  de  estodios  teó- 
ríeos  moy  profundos,  sobre  cl  moTimienlo  de 
los  eoerpos  por  la  fuerza  de  la  palaoca,  y  de 
.  prolijas  obserraciooes  y  esperíencias.  Para  la 
elaboracion  de  estos  palos  y  4e  coanto  con  - 
cieme  A  la  arboladora,  soelen  destioarse  car- 
pinteros  de  ríbera,  de  mocba  perlcia  eo  este 
ramo  de  la  constroccion.  I^  de  los  paloa  prín- 
dpales  ezige,|sobre  todo,  on  arte  especial,  por 
eomponerse  de  nna  combinacion  de  grandes 
madres  ó  piesas  reotas  de  pino,  endentadas  y 
Irabadas  ingeniosamente  entre  si  y  asegoradas 
por  80  parte  esterior  por  la  presion  de  mocbos 
aros  de  hierro,  obteniendo  por  este  medio 
palos  mas  fiiertes  qoe  los  qoe  se  hiciesen  de 
sn  solo  árbol. 

ABBOIAR.  Rlefar  angolarmente  enalqolera 


piesaift  objeto  qoe  apoya  en  flrme  por  ono  de 
sos  estremos,  hasta  poncrse  Tertlcal  6  casi 
Tcrtical;  por  ejemplo,  un  palo,  nna  cabria,  etc. 

LcTantar ó  poner  en  alto  alguna  cosa,  como 
la  bandera,  la  insignla,  etc. 

Golocar  en  el  boqoe  los  palos  príocipales. 

ARB0L8S.  {AgricuUura.)Se  acosa  frecuen- 
temeote  á  los  agrícoltores  de  descoldar  el  cul* 
tiTo  de  los  árboles,  ó  de  no  practicarlo  con  las 
precaociones  y  conocimieotos  qoe  cxige:  este 
cargo  es  muy  fundado  y  ya  cn  otra  paríe  he- 
mos  dado  á  eoteoder  por  qué  este  género  de 
cultiTo  solo  dificilmeote  encueotra,  auu  entre 
los  graodes  propietarios,  los  medios  dc  buen 
éxito  y  de  prosperidad.que  oo  gobierno  puede 
ímprímlríe.  No  estudiaremos  aqqi  los  irboles 
en  esas  numerosas  aglomeraciones  que  cons- 
tituyen  los  bosqoes  y  selTss,  pues  solo  los  es* 
tudiamos  en  sus  rclaciones  con  ia  agrícultura 
propiaroente  dicha. 

El  hombre  natoralmente  se  apresora  á  dis- 
frotar  del  fruto  de  sus  trabajos,  y  solo  de  una 
manera  muy  secundaría  puede  enfrar  en  su 
espfritu  la  idsa  de  sembrar  su  Qaropo  para  el 
lucro  de  sns  biznietos:  tal  es  la  suerte  que  ba 
cabido  i  la  cosecha  de  plantas  lefiosas,  y  tal 
la  causa  qoe  tan  poco  derecho  les  concede  al 
anliclpo  de  tral)a)o  "pOT  parte  de  los  agrícuU 
tores.  Las  cosechas  anuales  tienen  ademas, 
coosideradas  como  especolacioo  ona  superío- 
rídad  que  la  produccion  dc  la  roadera  nunca 
podri  disputarle:  es  una  rotacion  de  creaciones 
y  destrucciones,  ciiyo  moTimiento  ripido  en- 
ríquece  a1  propietarío  llostrado  aumentando  la 
propiedad  bien  administrada  y  la  natomleza 
misma  parece  presentarse  con  mayor  compla- 
cencia  ixeste  juego  del  aríe  que  dcTiielve  cada 
año  i  la  tierra  una  cantidad  de  elementos 
equiTaleote  i  la  somioistrada  eo  el  año  ante  •* 
ríor.  Notemos,  en  efecto,  la  inmensa  cantidad 
de  materíales  que  un  irbol  toma  de  la  natnra- 
leza,  apoderindose  de  ellos  d'orante  ona  larga 
série  de  años,  y  sio  qoe  Ioa  deToelva  lias- 
ta  dcspues  de  haber  trascnrrído  muchps  81« 
glos. 

Uoa  obserTacion  importante  se  preseota 
ahora  i  uuestras  meditaciones,  por  cuanto  he- 
mos  de  estudiar  el  coltiTo  de  los  irboies  en  su 
relacion  con  la  agricultora.  La  tierra  Tirgen  to- 
daTia  i  los  coidados  del  agrícultor  solo  ofrcce 
i  su  Tista  irboles  y  plantas  TiTaces  que  rege* 
tan  sin  cullivo.  Esta  tierra  es  frecoentada  poc 
el  «i^tYvn^e  y  el  cazador  qne  disputa  á  los  ani« 
males  su  madríguerai  su  pasto  y  sn  Tida.  Pero 
semejante  estado  de  cosas  ¿nos  esti  reserTado 
eleroamente,  y  el  geniodel  hombre,  surazon 
y  so  Indoslria  le  destinan  i  pacer  la  yerba  de 
los  montes,  y  i  cosechas  sin  eoltiTo?  La  solii- 
eion  de  estupregoota  se  halla  totalmente  ea 
los  bechos,  y  donde  qoiera  heoios  Tisto  c|ier 
el  arbolado  de  los  bosqoes  bajo  la  segor  del 
hombre  ciTilizado.  La  tierra  esti  conqoistada 
para  las  cos^has  anoales  al  mlsmo  tiempo. 
qoe  el  bombre  se  halla  conqoistado  para  la  mh 


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79 


AaBOLEií 


«0 


ciedad:  tal  ef  at  menOs  ta  tnuon  ÍDtima  que  U 
csperiencU  y  U  obserYacion  nos  maniOestaD 
por  io  que  respecla  al  terreno  y  ¿  la  marcba 
del  espiritu  liu^ano.  Si  tendemos  lu  visla  sobre 
la  superflcie  del  globo  y  comparamos  atenU* 
mente  los  pueblos  que  habitan  en  las  diferen* 
tcs  secciones  terrestreft»  observaremos  que  en 
todas  partes  la  pobiacion  se  haiU,  al  parecer, 
en  razon  ioversa  de  los  terrenos  cubiertos  d^ 
arbolado:  ningua  pais  tiene  mas  poblacion  ni 
meuos  bosque^  que  la  Ghina;  ningun  pais  se 
haila  tan^poblado  de  árboles  como  las  regioaes 
desiertas  del  continente  americano. 

En  Dueístro  entender  estas  consideraciones 
pneden  oponerse  con  bastante  éxito  ¿  los  apo- 
logistas  escluslvos  de  las  plantaciones  leñosas, 
los  cuales  se  quejan  amargamente  de  los  nu* 
merosQS  cortes  del  arbolado  que  se  ban  suce- 
dido  en  España  de  alguuos  siglos  ¿  esU  parte, 
y  hasta  nos  amenazan  cou  males  de  la  mayor 
trascendenoia  por  el  poco  respeto  que  nos  me- 
recenestos  reyesdela  TegeUcion.Segun  ellos, 
nuestra  seccion  teirestre  se  enfria  inaensible- 
mente  ¿  consecuencia  de  cstas  Ulas,  los  ma- 
Dantiaies  de  agua  ¿  sn  yez  comienzan  ¿  ser 
mas  escasos  y  se  nos  amenaza  con  una  pró- 
xima  escasea  por  un  becho  que  en  si  mismo 
Bolo  tiende  ¿  multiplicar  nuestros  medios  de 
existencia. 

Pero  admitamos  únicamente  raionables  que- 
]as  por  lo  que  hace  ¿  U  reducciou  del  coltivo 
de  pUntas  leñosas;  quejémonos  de  la  desnu- 
dez  de  nuestras  carretcras,  cuyas  m¿rgenes  ú 
oríilas  debiau  de  estar  agradable  y  útilmeote 
decoradas  de  abrigos  ooBtra  la  lluYia,  de  cor- 
tinages  para  contraresUr  ei  ardor  dei  sol;  que- 
jémonos  de  U  desnudez  de  una  multitud  de 
montes,  monUúas  y  ilanuras  inculUs  en  que 
los  ¿rl>oleé  podriaD  prosperar  y  estender  el 
gérmen  de  U  fccundidad,  haciéndoso  de  esle 
modo  mas  accesibles;  quejémonos  Umbien  de 
U  indiferencU  con  que  ei  agricultor  deja  de 
utiiizar  para  pUutacioues  de  ¿rboles  algunas 
porciones  de  terreno  aisUdaÍ  y  perdidas;  pero 
aqui  deben  concluir  nuestras  que]as  sin  que 
debamos  ilcvar  mas  adeUnte  nuestro  senti 
miento,  y  si  aplaudir  que  el  interés  deU  agri- 
cuitura,  acorde  con  el  nuestro  y  con  el  deseo 
de  los  pueblos,  le  ioduzca  ¿  sembrar  esclusi- 
vamcnte  su  oampo  de  viñae,  cereales  y  otras 
plantas  que  Us  necesidades  del  horobre  recla- 
mau  del  arte  agrícoU. 

Pero  bien  sea  quc  un  árbol  se  lialle  solo  ó 
Juntamente  con  otros,  cxige  los  mismos  cui- 
dados  para  &u  plaulaciou,  cultivo  y  cosecha. 
Kn  toda&circunstaneias  es  preciso  apropiar  su 
eseocU  al  terreuo  y  al  clima,  en  tudas  partcs 
antes  de  derribariof  es  forzoso  tener  en  cuen- 
ta  toilas  las  circunsUndaA  que  pueden  iufluir 
sobre  su  máximum  de  madures,  y  seguir  eiac- 
tamente  en  este  conceplo  Us  bueoaa  reglas  que 
prescríbe  su  cultivo. 

lx)6  ¿rbolesen  U  agricaátura,  ai  ae  bace, 
abstraceiMi  4e  alguaos  terrenos  ininitos  y  po-  í 


co  fértiles  que  con  e¿oecÍattdad  paedea  ooq- 
sagntrseles,  solo  se  emplean  para  cercar  ios 
vergeles,  huertas  y  jardines,  y  para  circundar 
las  avenidas,  los  caminos  vecinalesy  las  gran- 
des  carreteras.  Aun  alli  sus  funciones  pueden 
ser  diversamentc  útiles:  en  torno  de  losverge- 
les  y  Jardines,  sirven  Juntamentc  con  las  va- 
IIcis  rústicas  de  ccrcas  sólidas,  y  fljan  los  Uvi- 
tcs  de  las  propiedades,  al  mismo  tiempo  quese 
oponen  al  acceso  de  la  malevolencia. 

PUntados  delante  de  las  babitaciones  y  h¿- 
cia  el  lado  del  Norte,  las  preservan  de  los  vio- 
leutos  golpes  de  viento  sin  intercepUr  U  l^ 
del  sol  que  es  necesarla  para  sanear  «quellas. 
PlanUdos  en  linea  recta  en  las  m¿rgenes  dc 
los  caminos  y  carreteras  guian  al  viagerp  en 
la  lobreguezde  U  noche,  y  particularmente  en 
el  invierno  cuando  ia  tierra  se  halla  cubicrU  de 
nieve;  entonces  es  cuando  los  ¿rboles  sirven 
de  guias  útiles  y  protectoras  en  loscaminos  ¿ 
cuyo  iado  se  hallan  preciplciOB. 

Podriamosrenovar  aqui  el  deseo,  tantas  ve- 
ces  reproducidOi  dequetodos  nuestroscaminos 
se  hallen  adornados  y  enriqnecidos  con  tan 
i^iles  vegetales.  Ei  gdbicruo  sobre  todo,  que 
es  al  que  raas  intercsa  semi^ante  medida,  en* 
cootraria  en  su  adopcion  ei  manantial  de  an 
producto  iucalcnlable.  Gon  tanta  mayor  segu- 
ridad  podemos  emitir  este  voto  cuanto  que  sa- 
bemos  por  esperiencU  que  su  objeto  es  muy 
practicable.  En  efecto,  por  do  quiera  vemos  d- 
gunos  caminos  públicos  cubiertos  de  ¿rboles; 
en  el  Norte  y  en  los  tehrenos  biandos  encon- 
tramos  ia  encina,  el  olmo,  el  fresno,  el  tilo  y 
el  ¿lamo:  en  las  tierras  mas  secu  del  Modio- 
dia  encontramos  el  morai  y  ei  castaAo  de  In- 
dias;  en  las  orillas  del  agua,  crecen  maraTiUo- 
samente  el  sauce,  el  tilo,  ,el  ¿iamo  y  otrof , 
mientras  que  en  otras  partes  ei  nogal,  el  maa- 
zano  y.el  peral  brindan  con  sus  frutos  ¿los  mo- 
radores  de  aqoelU  comarca  que,  como  sucede 
en  varias  proviucias  de  España,  encuentran 
en  los  bordes  de  sos  caminos  una  vegetacioa 
útil  y  productiva. 

lA  iDÚuencia  que  U  Inz  ejorce  sobre  la  ra- 
getacion  proscribe  U  intercalacion  de  árboles 
en  las  tierras  do  Ubrantio.  Ix»  agrónomos  que 
han  recomendado  estas  intercaUciones  lo  haa 
efectoado  como  medio  de  abrigar  las  cosechas 
contra  U  accion  del  vicnto;  pero  en  este  caso 
el  remedio  es  peor  que  U  enfermedad,  siendo 
f¿cll  concebir  que  semejante  pUntacion  al  Nor-  * 
te  de  un  cultivo,  conflna  con  otro  por  U  parfe 
del  Mediodía  é  intercepta  para  este  en  una 
buena  porcion,  el  conUcto  fecundante  de  loa 
rayos  soUres.  Una  consideracion  de  mas  im« 
porUncia  se  eUva  ademas  contra  eate  méto- 
do.  que  coloca  en  medio  del  cultivo  vegetaka 
de  gran  dímension,  y  es  U  absorcion  coiistde- 
rable  de  roaterias  nutrilivas  que  arrebaUa  al 
terreno  el  dethmeoto  do  U  produccion  anuat; 
pues  en  efecto,  U  inmediacion  de  k»  árb  1« 
peiiudica  siempre  de  un  modo  notorío  al  Tiger 
de  los  cerealet  y  otras  plantas  de  graode  in* 


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II 


A1160LES 


81 


teréfl,  enyo  feDÓmeno  encuentrá  nna  esplica- 
oíOD  saÜBÍactorim  ea  las  leyesde  la  caiillariclad, 
(foe  deterBiinaD  la  ascensiou  de  la  sária  en  los 
Tegeteles. 

Yéase  en  la  palabra  fbctai.  toJo  lo  perfe 
Deciente  at  ouUíto  de  los  árboles  fruiales,  qoe 
soD  nodio  nras  del  resorte  do  la  agricottura. 
Téase  igu^nmite  en  la  palabra  pmk  todo  lo 
fie  iDlereta  i  esta  especie  de  arboMi). 

La  talla  de  los  árbolcg,  esle  producto  anual 
qoe  proporcionao  al  propietario,  requiere  ser 
tratida  especiaüDente,  como  lo  baremos  en  el 

trtÍCtllo  PODA. 

JlRBOLBS  FRUTALES.  Corapréndense  bajo 
esla  denoiniBaeioa  genérica,  todos  aqaellosir- 
bdes  ooyo  froto  s'irve  at  raantenlmleDto  del 


erianse  oatos,  uDas  Teoes  en  sitfos  destina- 
dos  al  miano  tiempo  al  cuIHto  de  hortalizae, 
cn  CD70  caso  se  llaman  huerta9 ;  otras  en  un 
parage  especial  llamado  huerlo  ó  vergel;  otros 
en  uo  parage  defendido  por  setos  y  por  tapias 
y  deslinado  al  mismo  tiempo  á  paslo,  en  cuyo 
caso  se  le  da  el  nombre  de  eérmda;  olra&  eo 
ÍId,  eit  QD  terreno  abierto,  consagrado  al  culti 
re  dé  cereales  ú  of ras  plantas ,  en  cuyo  caso 
OBte  CB  la  categorla  geoér'ica  de  los  plan- 

Las-  littertas  iropiamenlo  dicUaa  preeontan 
rara  vea  Tentajas  al  cultÍTo  de  los  frutales  por 
coanlo  COD  su  sembra  peijudican  á  las  hortali- 
ia8>  al  paso  qoe  estas,  por  I0  coiñun,  dañan  ¿ 
los  príaieros,  ya  esquilnaudo  la  tlerra,  ya  mu- 
tilando  8U3  raices  cod  las  frecuentes  labores 
que  exige  el  cultivo  de  aquellas  plantas. 

Hay  árbolesfrutales  qae,  para  madurar  com- 
pletameote  y  dar  frutos  de  superior  calidad,  so- 
bre  todo  ea  los  paises  algun  lanto  frios,  deben 
hallarse  colocados  contra  las  tapias  en  forraa 
de  espaldar  ó  de  abanico,  al  abrigo  de  tapias 
construidas  al  etéclo.  iVéase  bspaldera.)      « 

Cottstroidas  estas,  se  proccderá  i  üistribuir 
el  terreno  en  la  forma  siguiente:  al  pie  y  de- 
linte  de  cada  tapia  se  reservará  una  tabla  de 
tlerra  de  nnas  des  Taras  de  ancho  y  paralela- 
oiente  á  ella  un  camiao  de  tres.  En  seguida  el 
eipado  compreodido  entre  tapia  y  tapia  se  di- 
Tidirá  en  cuadrilongos  de  una  vara  mas.  Hacía 
el  centro  de  este  terreno  babrá  una  alherca  dcs- 
tinada  para  los  riegos.  El  terrcDo  de  ias  tablas 
destloado  i  recibir  los  árboles  se  traspalará 
pérféctaaente  y  se^  abonará  lo  mejor  posible 
hasta  una  Tara  de  profondidad.  [Véase  BUEa< 
Toa.) 

A  la  plantacion  puede  procederse ,  ya  por 
medto  de  árboles  Jóvenes  criados  en  viveros  é 
ingertos  de  antemaoo,  ya  por  medio  de  plaa- 
tooea  destloados  mas  tardc  al  ingerto. 

Paraobteaer  del  prímero  de  estos  dos  mé- 
todos,  eadecir^  del  planiío  de  árboles  ioger- 
tados,  todas  las  Tcntajas  deseables,  es  impor- 
tanle  llenar  los  requisltos  siguientes: 

4^  No  escoger  ios  árboles  en  vivero  sl- 
toado  en  terreoo  mas  fértil  que  aquel  ¿  que 

4W     BIBLIOTVCA   POPÜIAB. 


se  los  desttna,  So  pena  ie  verlos  dnrantc  mU'* 
cho  tiempo  raquíticos  y  desmcdrados. 

f .»  Cfue  el  árbol  que  se  trasplanta  no  Heve 
arriba  de  uno  6  dos  años  de  ingertado,  y  que 
en  el  Tivero  baya  recibido  una  dispostcion  ade- 
coada  ¿  la  forraa  que  raas  farde  se  le  baya  de 
dar. 

9.*  Que  al  desplantarlo ,  se  haga  con  las 
mayores  precanciones,  al  efecto  de  conscrvar- 
le  lodas  sus  raices  ó  la  mayor  parte  de  ellav. 

No  pudiéndoselleoarestas  tres  condiciones 
Taic  mas  recurrir  al  segundo  método,  ó  sea  ¿ 
la  plantactoo  de  arbolitos  para  ingertarlos  des- 
pues.  Pof  esto  lo  que  hay  que  hacer  es  propor- 
cionarse  plautones  de  un  año,  ponerlos  en  los 
sitios  en  que  se  quiere  que  erercan,  é  inger- 
tarloS)  ya  sea  en  el  mismo  Ȗo,  ya  al  signiea- 
te,  segan  se  Tca  que  se  desarrollan  con  mas  6 
meDOB  Tlgor. 

0e  toKlM  modos ,  escójanse  6  no  se  escojan 
irMes  ingerfidos,  débese  para  plantarlos, 
tener  presente  las  siguientes  indicaciones : 

4  .*  Por  lo  que  respecta  á  la  época  de  la 
plantacioB,  eaeeger  el otoño  ai  el  ioelaeaHge- 
ro  y  espueato  ¿  las  sequías  dc  priroavera,  ó  la 
prímavera,  ai  es  compacto  y  búraedo. 

2.*  Echar  en  cl  silío  destlnado  al  plantio. 
y  mezclar  ¿  favor  de  una  reja  con  la  tierra  de 
la  snporflciei,  ima  eanttdad  suOoiente  de  estiér- 
col,  raantillo,  tarquin  ú  otro  abono  equivalente. 

3/  Plantar  los  irboles  de  forma  que  el 
coello  de  la  raiz  se  halle  por  base  general  á 
unas  tres  palgadas  dentro  de  tierra,  y  bacer 
que  el  ingerío  esté  por  lo  menos  ¿  dos  por 
encima  de  su  superflcie. 

La  círcunstancia  de  poder  la  misma  especie 
de  ¿rbol  ingertarse  en  varias  especies  de  elloe 
y  de  poder  uno  ser^iral  ingerlo  de  varios,  hace 
que  00  sea  Indiferente  la  eleccion  de  las  qiie 
conviene  a(fc)ptar  coo  arreglo  i  la  calidad  del 
suelo  y  i  la  forma  que  se  quíere  dar  i  los  ir- 
boles. 

Las  épocas  propias  para  hacer  ingerlos  son 
dos:  la  primera  desde  príncipios  de  febrero 
hasta  mediados  de  abril,  en  cuyo  tienipo  pue- 
den  vei  iflcarec  los  de  todas  clases;  la  scguoda, 
que  es  la  mas  á  propóiíito  por  los  de  esciidete  y 
cañutiüo  a o|o  dormido,  empieza  en  Junio  y  du- 
ra  basta  seliembre. 

Poda.  Seis  soíi  los  príncipios  gcnerales  CB 
que  estríba  la  teoria  de  la  poda  de  los  irboles 
frutales. 

4 ."  El  vigor  de  un  irbol  que  se  poda  de- 
pende  en  gran  parto  do  la  igualdad  gqo  mm 
en  todus  sus  ramas  se  distríbuya  la  sávia. 

2.*  La  Bivia  desarroUa  boloues  mucho  mas 
vigoroaos  en  una  rama  podada  corta,  que  en 
una  podada  larga. 

3.**  La  sávia,  por  U  tendencia  que  nalural- 
mente  tiene  ¿  fluir  i  laa  estrcmidades^de  las 
ramas,  hace  que  se  desarrolle  ei  boton  termi* 
nal  con  mas  vigor  que  los  iatcrales. 

4.**  El  número  de  botones  de  flor  que  pro« 
duce  lasivia  es  tuuto  mayor  cuauto  uiayores  son 

T.     III.     6 


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M 


ktíióm 


m 


}03  obstieuloá  ^e  Éé  o^béD  á  su  libre  circola- 
cion.  t 

5.*  Las  1)0]  as  sltxcn  para  preparar  la  sÍYia 
de  ia¿  raices  para  la  Dutricíou  dcl  árbol  y  concur- 
ren  á  la  formacioo  de  loa  botones  en  las  ramas. 
todo  árbol  privado  de  ellas,  está  espuesto  á  pe- 
recer. 

6.*  Desde  el  momento  en  que  las  ramas 
tienen  dos  años,  sus  botonea  no  desarrollados 
aoD,  DO  lo  hacen  como  no  se  procedft  á  una  po- 
da  rauy  corta. 

Formas  dé  lo$  drboles,  Para  producir  los 
efcctos  que  de  la  poda  se  |)ropone  el  culti yador, 
faan  de  concurrir  en  la  forraa  que  á  los  arboles 
se  dé,  alguoan  clrcunstancías  digoas  de  ser  lo- 
niadas  en  considcracion. 

Si  es  en  e»pa\dera  ó  abanko,  deben  K .®  las 
diferentes  ramiílcaciooes  presentar  una  dispo- 
•'icion  perfectan)eote  simétrica,  sin  estar  mas 
faforecidas  unas  que  otras,  por  lo  que  respec- 
ta  i  la  circolaciOD  de  la  sivia,  y  i.**  ias  ramas 


ctibrir  con  la  mayor  rp^larídád  [josibtetodalá 
superflcie  de  ia  pared  ocupada  por  el  ¿rbol^ 
Biendocste  elmejor  mediode  n^antener  el  eqoi- 
librio  de  la  vegeiacion  en  toda  la  estension  de 
las  roroas,  y  de  obteoer  productos  mas  abon* 
dantes.  Si  se  trata  de  irboles  á  iodo  viento,  lu 
fúrmas  que  mas  conviene  darlos  son  las  dc  pi* 
rámide,  canattUlo»  rueca  j  jarron, 

Distancia  d  que  deben  jdantarse  los  árboUe 
unoe'de  otrou,  Haytiue  distin^uir  entre  los 
colocados  en  espaldera  y  los  plantados  á  todo 
vienlo.  En  los  priroeros  la  distancia  depende  de 
la  espccie  ¿  qiie  pcrteoecc,  de  la  edad  y  cir« 
cunstanclas  de  las  plantas  sobre  qiie  fuerao  in- 
gerlados,  de  la  calidad  del  terreno  en  que  estáit, 
y  por  último,  jle  la  elevacion  de  las  lapius  ao- 
bre  que  se  apoyan.  En  el  siguiente  cuadro  da« 
mos  todas  las  Indicaclooea  necesariaa  bajo  to- 
dos  estos  conceptos,  suponieodo  que  estos  ár^ 
boles  estin  plantados  en  un  suelo  de  medlaoa 
fertilidad. 


ESPECIES. 

PLANTONES. 

• 

Aliora 

dolau- 

pia. 

DifUn- 

cia  do 
árbolá 
árbol. 

áoporÉ- 
ciedeloi 
arboles 
00  varat 
eoadra-* 
dai. 

Perales 

Sobre  peral  franco 

Varu. 

4 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 
3 
4 

3% 

V»rM. 

42 

3 

8 

6 
4% 

9 

8 

6 

8 

6 

6 

r- 
r- 

3 
6 

7 

?■'• 

4 

Varu. 

36 

W 

—  peral  franco 

36 

!d 

—  membríllero 

U 

Id 

—  membrillero.    ........ 

24 

Manzanos .* 

—  manzano  franco.    .  .  •  .  .  . 

—  manzano  franco 

—  camücso -  . 

36 

Id 

36 

Id .... 

24 

Id ! 

—  camncso 

24 

Melocoloneros 

—  aimendro 

24 

Id 

—  almeodro 

24 

Id 

—  ciruelo 

48 

Id. .  • 

—  cinielo.  .*  .  .  . 

48 

Ciruelos 

—  alroendro 

—  almendro 

48 

Id 

48 

Id 

—  ciruelo.  •  ; 

42 

Id 

—  ciruelo 

42    ^ 

Gerezos 

—  ciruelo 

48 

Id 

*-  ciruelo 

48 

Albaricoqueros. 

—  almeudro 

24 

id.. .  .;. . .;::;; 

—  aimcndro.  .  . 

?4 

w 

— •  círuelo .'  . 

48 

Id 

—  cinielo 

48  • 

Yiñas 

Dispucstas  segun   el  método  de 
Thomery . 

3 

La  dlstaocia  que  entre  si  deben  goardar  los  ¡  iogertados,  y  de  ia  forma  que  sc  les  quiere  dar 
¿rt)oles  colocados  á  todo  vienlo,  depeode,  lo  j  Adjunto  es  oo  cuadro  qoe  contienc  estaaia- 
misffio  que  en  el  caso  anterior,  de  su  especle,  dicac'tooes,  suponiendo,  lo  mlsmoque  enel  ca- 
de  la  de  ios  plantones  sobre  los  catles  estin  i  8o  anterior,  on  saelo  de  mediana  calidad. 


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M 


BSPEGIES. 


W. .  .  . 


Id 

Vanzanos. 


Id. 
Id. 
Id. 


draelos. 
Id.  .  .  . 
Cerezos. 
Id.  .  .  . 


ilbarícoqaeros. 

M 

M 


M.  .  .  . 
NaraDjos. 
Id.  .  .  . 


LimoDeros 

M 

(MWos 

Graoado 

Groselleros  de  racimo. 

M.e9pinoso 

M 


AftBOLBS 


FORM.\  DBL  ARBOL. 


Rneca.  . 
Pirámide. 
Id.   .  .  . 


Raeca.  . 
Pirámide. 
Id.    .  .  . 


iarroQ.  • 
Canastillo. 
Rucca.  • 
Pirámlde. 
Rueca.  . 
Pirámide. 
Rucca.  . 
Id. 


Pii'ámide 
Id.  .  .  . 
Rueca.  . 
Xarron.  . 
Rueca.  . 
Jarron.  . 
Rueca.  . 
Id.    ... 


Jarron.  . 
Id.  .  .  . 
Pirámide. 


PLANTONES. 


Sobre  peral  flranco. .  . 

—  id 

—  membriUero.    .  . 
*-  manzano  franco.. 

—  id 


camueso 

id 

manzano  paraiso. 
ciraclo.  .  .  .  .  . 

id 


•  cerezo.   . 

•  ciruelo.  . 
almendro. 
ciruelo.  . 
almendro. 

'  ciruelo.  . 
naranjo.  . 
nara^Jo. . 
limooero. 
limonero. 
oUvo.  .  . 
granado.. 


80 

cia  de  ár 

boUir- 

bol. 


VarM. 

4Í 

4 

3 
4% 

4 

3 

3 

% 

& 

3 

8 

3 

8 

6 

3 

8 
6 
8 
6 
it 
8 

1 


ÁRBOLES.  (Historia  nattiral)  Gonsiderados 
en  et  sentldo  que  generalmente  se  da  á  esta 
palabra,  los  árboles  son  unos  grandes  vegeta- 
les  de  talle  leñoso ,  y  en  cootraposicion  á  la 
palabra  yerba,  los  colosos  de  la  vegetacion.  Su 
reooioD  CD  la  superflcie  del  terreno  forma  las 
selvas,  omatos  del  globo,  que  sirven  para  su- 
miDistrar  impe/ietrables  asUos  á  las  razas  de 
aoimales  á  que  el  hombre  ueclaró  noa  guerra 
cruel.  Eslas  selvas  pfolegen  ademas  al  globo 
eootra  la  dcsecacion  de  cfue  está  amenazado 
en  todas  laspartes  de  su  territorio  donde  quie- 
ra  que  la  segur  iroprevisora  estiende  la  devas- 
tacion.      ^ 

En  efecto,  la  presencta  de  los  bosqoes,  so- 
hre  todo  en  la  cumbre  de  las  montañas  y  en 
la  pendiente  de  las  colinas,  mantiene  en  las 
Uaooras  una  humedad  proVechosa  y  saludable, 
siD  la  C4ial  no  bay  fertíl¡<lad.  Las  cimas  de  las 
antiguas  selvas  utraen  las  nubes  y  las  nicblas, 
retieoeD  los  vapores,  no  permiten  que  sequen 
la  tjerra  los  rayos  de  oo  sol  ardiente,  y  ao- 
mentao,  al  despolarse  todos  los  años  de  su  fo- 
Uage,  la  c¿pa  de  bumus,  coyo  trasporte  á  las 
regiooes  iuferiores»  operado  por  las  agoas 
ploTiales,  enrtquece  los  campos  que  rotura- 
iDOs.  {Véiaue  bosques,  selvas.) 

Los  primeros  botánicos,  hasta  Toomefort, 
djvidian  los  y^etales,  segnn  que  eran  ó  no 
JeáosoB,  en  árboles  y  en.yerbas.  Lioeo  hizo 
desaparecer  esta  clasiflcaciOD  como  poco  na- 
taraJ,  pon|ue  liay  vegetales^  evideDtementode 


00  mismo  géoero,  de  los  coales  noos  son  ar« 
borescentes  roientras  que  los  otroa  son  bcrbá* 
ceos.  Asi  es  que  se  vcn  encinas  y  sauces  elc* 
var  su  frente  orgullosa  en  las  altas  regiones 
dcl  aire  como  para  desaflar  alli  la  furía  de  los 
huracanes,  y  sumiDistrar  á  los  usos  domésti- 
cos  su  madera,  mas  ó  meoos  tenaa,  mieotras 
que  existen  otras  encinas  y  otros  sauces  hu- 
mildemente  postrados  sobre  el  terreno ,  poes 
casi  no  se  elevan  mas  que  ciertas  plantas 
aouales. 

Tanto  las  islas  como  las  partes  del  cooti* 
oeote  coblertas  de  poblados  bosqoes,  aboodao 
eo  maoaDtiales  y  ricas  corrieotes  de  agoa  qoe 
surcan  el  terreoo.  Goando  los  bosqoes  desapa- 
recen  al  impolso  de  la  mauo  destroctora  del 
hombre,  la  sequedad  sucede  al  fresc^r,  y  por 
poco  que  se  proloogue  la  duracioo  de  este  es- 
tado  de  despojo,  los  árboles  ya  do  preDdeo,  ó 
al  meoos  se  necesitao  graodes  cuidados  para 
qoe  vegeten  con  lozania  en  el  terreno  que  ba- 
bian  protegido  y  del  coal  se  les  habia  como 
dcsterrado.  Asi  es  qoe  eo  la  Persia,  la  Siria  y  otras' 
regiooes  eo  qoela  barbariedel  hombre  parece 
complacerse  eo  cootrariar  los  esfoerzos  de  la 
oaturalesa,  nopresentaD  roas  qoe  abrasadores 
y  secos  desiertos  los  parages  doode  debierau 
existir  iomeDSos  bosqoes. 

Hay  árboles  qoe  se  elevao  cod  altivez  hácia 
loB  cielos,  mieotrasqoe  otros  se  ramiflcaD  so- 
bre  las  rocas.  Los  uoos  soo  divididos,  otros 
.  imitao  por  su  seDciIla  uDas  colomoas  ú  obeljs* 


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87 


ARB0LC8--A&GA 


8« 


CM  qoa  tieDen  por  coronamlento  m  chapitel 
de  follage.  Esto^  produoen  un  Jugo  resiDOso, 
aT|ticllos  un  jugo  balsámlco;  otros  gomas  ó  al- 
guo  Íiqutdo  bienbeebof  adeoiHiée  pwn  mtlig»r 
la  sed  del  viagero.  £a  U  palabra  bosque  es 
donde  nos  ocuparemos  de  la  estruclura  de  los 
érboles,  ^iondo  suQciénte  natar  aqui  quc  vul- 
garroente  se  han  distiuguido  estas  plantas  con 
difereutes  nombres,  segun  la  aitura  y  ia  cou- 
sistencia  dc  su  tronco.  Asi  es  que  se  han 
llamado: 

Arholes  verdes,  Aquellos  cuyo  follage  re- 
siste  á  los  frios  de  la  estacion  de  invierno,  ta- 
les  son  las  couiferas,  los  naranjos,  los  mirtos, 
los  laurelos,  el  acebo,  etc. 

ArboliUos.  Los  que  se  ramiQcan  desde  su 
base  y  nunca  llegan  á  oslentar  el  aspecto  ma- 
gestuoso  quc  caracteriea  á  la  encina«  elcasta- 
ño,  los  pinos,  cl  tilo  y  las  palmeras;  tales  son 
los  aveliauos  v  las  lüas. 

Süb  arbolUlos.  Aquellos  cuyas  hamildes 
ramas  solo  se  elevan  algunot  pies  tobre  el 
terreno  y  mueren  durante  el  invierno,  mien- 
tras  que  $olo  su  tronco  dcsafia  el  rígor  y  cru- 
deza  de  las  estacioues;  tal^s  soa  ios  jatmines, 
tomillos  y  otras  plantas. 

Arbustos,  Yogetalés  leñosos  mas  pequeños 
ann  que  los  sub-arboliUos  y  que  solo  difleren 
de  las  plantas  herbáceas  por  la  duresa  de  su 
tallo  leáoao,  lales  aoa  los  ÍMsaaM  f  laa  lau* 
reolas. 

El  nombre  de  árbol  acompañado  de  alDTun 
éplteto ,  sc  ha  dado  como  espectúco  á  varios 
vegetales,  pero  debe  proscrlbirse  del  lengnade 
de  la  ciencia.  Asl  es  quc  tü  las  relaciones  de 
los  viageros  poco  vcrsadoB  en  la  bo  ántca  y  eo 
]o8  catálogos  de  clertosjardineros,  queaunque 
desconocen  la  clencia  de  las  plantas,  no  por 
680  dejan  de  comerclar  con  eltás,  se  éncuen- 
tran  los  nombres  siguientes: 

Arbol  dcl  mt>T=^BrciB  siliquatífum. 

clavo»ik:aryop^üu«  aromaliúus. 

—  dcsmayo«s$a/ía?  h<ü>yionica, 
pantearíocarptis  tnci^a. 

—  papeI«6rofi«sontíta  papyriféra, 
~    parai80»m6/ía  acedsrah. 

—  de  la  seda»ase/^/)ia«  fructico$a, 
— — .    vlda=s(t/;o  occidenialis. 

—  delos  pistachos*9^is(aoeat?era. 

Bstoa  adomaa  da  otroa  lüidm,  taloa  eono 
los  siguientest 

Arbol  de  la  cem. 

—  delTÍsco. 

—  del  coral. 

—  de  los  tordos. 

—  de  Jodas. 

—  de  los  tulipanes. 

—  deMoisés. 

—  santo. 
— -  delsebo. 
^  del  bermellón. 

—  dcl  baruia. 


ARCA  DE  lA  AUAKZA.  (Ilett^.)  AslBOde- 
oominuba  á  la  que  Hoiséa  biao  oooatruir  por 
órden  de  Díos  al  pie  del  monte  Sinai  para  de- 
posttar  en  oiia  las  clos  taiHaS'ae  piodra  en  ^foo 
estaban  grabados  los  díex  mandamlentoa.  Sra 
do  escelente  madera,  de  forma  cuadrada,  de 
esquiáito  trabajo,  de  dos  codos  y  medio  da 
largo  y  uno  y  utdiode  alto  y  de  ancho,  y  cu* 
bierta  por  dentro  y  por  fuera  con  chapas  de 
oro.  La  tapa  llamada  propiciatorio  formaba  eo 
derredor  una  es^ie  de  corona  de  oro  puro,  y 
encima  teoia  dos  querubines  del  mismo  metal 
colocados  á  los  dos  eslrcmos  frente  uno  k  otro, 
con  losojosb^ios  y  cubríendo  el  propiciatorio 
con  sus  alas.  £i  aitio  del  propiciatorio  qoe  cu* 
brían  coq  sus  alas  los  querubines,  se  miraba 
bomo  el  asiento  de  Jehová  que  habia  promeü- 
do  á  Moisés  que  desde  aquei  lugar  santo  daría 
.sus  manJatos.  Aios  dos  lados  dei  arc4i  j  ensua 
ouatro  costados  babia  otros  tantos  anillos  de 
oro  deslinados  ¿  recibir  dos  varas  de  la  misma 
madera  del  arce,  cubiertas  tambien  de  oro, 

f>or  medio  dc  laa  cuales  era  condocida  de  un 
ugar  ¿  otro.  £sta  arca  era  para  los  israetltaa 
el  simbolo  de  la  presencia  de  Dios,  y  de  au 
union  intima  coo  eilos;  asi  qoe  daban  uoa  grao 
Importancia  i  ao  conservacion:  con  oilaao 
creian  invencibles  y  su  pérdida  era  para  elloa 
un  motivo  de  desaliento  y  desconsuelo.  fin  el 
doaioflo  loa  procodta  aiatiioffa  oo  aii  BWfoha?  oo 
los  campamcntos  y  hasta  qoe  Salomon  cona- 
truyó  el  templo,  estaba  colocadaen  el  taberná- 
culo,  especie  de  pabellon  ó  tienda  que  sfervia 
para  1$  celcbracion  dei  colto.  Guando  la  tribu 
de  íievi  tué  seoarada  del  resto  de  la  nacion  para 
encargárse  dei  8¿grado  ministerio,  le  fúé  en- 
comendada  esclusivamente  la  custodia  dei  ar- 
ca.  Despues  de  ia  entrada  de  los  Israelitas  eO 
el  pais  de  Canaam,  estuvo  depositada  en  Siloe, 
en  dond^  nerman(5Rió  cerca  de  330  años  hasta 
cl  tiempo  de  Samuel.  Desde  alli  füé  traslada- 
da  sucesivamente  ¿  diversos  lugares,  antes  de 
ilegar  ¿  Siou  en  la  ciudad  de  Davld,  de  donde 
Salomon  la  hizo  conducir  ai  santuario  del  tem- 
pio  que  acababa  de  dedicar  al  Ütemo. 

B^o  la  dominacion  de  los  úitimos  reye^  de 
Jud¿,  que  ofrecierun  sacríficioa  ¿  los  faisos 
dioses  y  colocaron  los  idolos  hasta  en  t\  mlá- 
mo  santuario,  el  arca  fué  retirada  de  ét,  sin 
duda  para  preservaria  de  la  profanacion.  Por 
último,  Jeremias,  dcseoso  de  impedir  que  ca- 
yese  en  manos  de  los  babilonios,  con  los  de- 
mas  objetos  sagrados  que  contenia  él  templo, 
la  hi2o  llevar  ¿  la  montaña  de  Nebo,  donde  mo- 
rló  Moísés,  y  la  ocultó  en  una  cavema,  de  la 
que  parece  no  haberse  vuelto  ¿  sacar;  6  por  lo 
menoa  se  ignora  que  fuese  colocada  otra  vei 
en  el  templo,  despuesde  iavuelta  de  losiarae* 
litas  de  la  ciudad  de  Babilonla. 

Aftt^A  DE  NOE.  (ñeligion,)  Gouóceso  coo  es- 
te  nombre  nna  especie  de  navio-6  dé  casa  00« 
tañte  quc  fúé  construida  por  Noé  ¿  fln  de  pre* 
sertar  del  dituvio  ¿  su  famllia  y  ¿  las  diféreo- 
tas  espectes  dd  aoimaies  (lue  mos  Mrta  (DaQ- 


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» 


AHGA 


M 


Mo  á  tm  pMmm  iolraria  mella.  (K(^ai# 

Lot  crUlcos  hM  b6(Ao  Us  mayoreft  invea- 
tigacioiios  é  kAaftnadodifereates&istcmas,  so 
biB  la  feniMi»  laiMño  y  eapacidad  dol  aroa  de 
loé»  aoteo  los  m«terialeB  empleadoa  ea  «u 
oonatnieclOD,  sobre  el  lieanpo  que  fué  Deoo^a- 
rio  para  conciuirla,  y  acerca  del  silio  60  que  se 
dalofo  ottaado  ae  retiraron  \'é&  aguas  del  dilu- 
vio.  Otroa*  ea  coyo  Dúinero  se  eacueatran  ios 
laioreé  4e  lo  JSnciciepediamoderna  franceaa 
hin  tratado  e^  aaanto  de  uoa  manera  indigna 
dila  «OBiideraotoo  y  dei  alto  aprecio  quo  ne- 
raeaii  laa  roapeUMea  tradicionea.  Procurare- 
BMi  en  eate  aFUciilo  segoir  un  léraiiDo  medio 
«M  lodoi  0U08,  oaponiendo  ooa  la  debida  ae- 
piMlQBOMMo  ao  toiero  é  «ada  uoo  de  estoa 
pontoa. 

riaiii|M  ^mftieado  m  ía  cmutruccion  del 
«roÉ^  te  eree  qoe  Noé  enpleé  cien  añoe  en 
(Mstniirta,  á  eaber  desde  ei  aoo  del  moado  4  ftt^5 
haila  d  do  i%é%,  en  cuyo  Uempo  iu|;ar  el 
düaTio.  Seta  ea  la  opinton  de  Origenea,  l&añ 
iguiiB  y  oCtfMi  inuolM>8  céielMrea  iiisloriadores. 
OINMialérpriiea  proloDgan  eate  térraino  hasta 
eiepio  Tüiité  aáoa.  Beroeo  asegura  que  Noé  no 
aa^ptsd  á  m»tniir  ol  area  aiao  setenla  y  ocdo 
añosantea  del  diluvio;  oarabino  nocuenta  maa 
qa$  eÍBiiieiiU  y  doa;  los  mabometaaos  110  dan 
á  aüe  pitf iaroa  naae  que  doa  añoa  para  cons» 
Mrla.  Por  ti  teato  del  iéoeeis  aparece^cierto 
per  uia  ptarfei  qoe  •!  dtluTlo  suoodtó  el  aoo  400 
ál  üoé,  j  por  olraque  erade  500  añosde  edad 
oaaado  Isto  i  8eiii«  €a»«  y  lafet;  de  donde  se 
Maeo  qae  lo  maa  probable  es  la  opiniOQ  de 
ÍHiao.  Ef  1  efedoaogiin  el  padre  Fouroier  en  su 
MngféiiM,  j  se^n  k  opioion  de  los  padres, 
Noé  fué  ayudado  en  su  trabajo  por  sostres  bl- 
jea:  estaa  euatro  personas  Aieron  suflcieotes 
pM  eoDclDlria»  poes  qae  ^rquias  de  Gorinto, 
M  ii  aoxiilo  de  IreeoiOBtos  obreros,  constru- 
fé  io  oa  ate  el  gran  oaTio  de  Hieron»  rey  de 


JMifMiloi  mmpleadoi  en  la  eonsiruecion. 
fta  madenqae  se  eoipleó  para  construir  elar- 
Ase  liaiiia  eo  1a  Eacrítura  hetü  gopher,  que 
los  Setenta  Iraducen  por  madera  cuadrada; 
OaMoi  j  losatam,  madera  de  eedro;  San  Ge- 
ittila>0,  madéra  UUladaópulimentada,  y  por 
etft  paite  mmdera  embreada  ó  untada  de  be- 
IM|  KlmooM  dke,  qoe  era  una  madera  ligera; 
füíbto  aaa  madera  qoe  permanece  en  el  agua 
4a  aorrompersi;  Juoio«  Tremello  y  Buxtorf. 
üiá  üpeiie  de  eedro  liamado  por  los  griegos 
MreMi*  Hr.  LePeUelierde  Rouon  piensu  del 
MM  Mdo,  porqoo  esta  madera  incorrupti- 
IH  €i  BUff  OQBMiii  ea  el  Asia.  Seguu  Herodoto 
TAffctdlasoa,  loa  riyei  del  Sgipto  y  de  Hiria 
empleaban  el  cedro  eo  lugar  del  abeto  para  la 
etaürae^oD  de  sus  iolaa;  maa  no  dobe  darse 
Mdü  aoODSO  á  la  Iradlcion  redbida  en  lodo 
•I  Orttote,  we  oplna  qoe-el  aroa  si  eoDierya 
llM  idiora  toda  tBtera  sebre  el  üOBle  Ararat. 
loefiard  iDillMt  911  fipiber  ei  eio^^  por- 


qoé  ea  la  imkeBla  y  eo  laiilHa,  eo  donde  se 
construyó  probablemente  el  arca,  no  existe 
mas  que  el  ciprés  que  sea  á  propósito  para 
coostruir  un  largo  navio  (al  como  el  arca.  Ar- 
riaoo  y  Rdtrabon,  cuenU  que  querlendo  Ale- 
Jundro  haccr  construir  una  flota  en  Babilonia, 
se  vió  obligado  ¿  haccr  traer  cfpreses  de  Asi- 
l-ia.  Luego  no  es  verosimil  que  Koé  ceD  sus  bi-> 
jos,  obIi|radod  á  construlr  tan  gran  navio  en 
lan  poco  tiempo,  tuvierao  tamblen  necesidad 
de  Iraspoi  tar  desdc  muy  lejos  las  roaderas  de 
construccion.  Aüadireiúos,  porúltimo,  en  acla- 
racion  de  este  puuto»  (^ue  segun  otros  cscrito- 
res,  el  hebreo  gofher  aigniQca  en  general  raa- 
dera  gruesa  y  resinosa,  como  el  pino,  el  abeto  y 
el  ierebinto.  No  debe  crecrse  en  las  fabulas  que 
los  mahometanos  han  foriado  con  este  moUvo. 
ramono  del  aree,  Segun  Moisés,  el  arca 
teuia  trescteutos  codos  de  targa,  cincuenta  de 
ancha,  treinta  dc  altura.  Muchos  criticos  dicen 

2ue  estas  medidas  no  dabau  una  capacldad  su- 
ciente  para  contener  todos  los  animales  y  las 
provisiones  que  dcbia  enccrrar  el  arca.  Celso 
se  mofaba  de  ella,  y  ha  denominado  á  esta  co- 
sa  el  aroa  del  ábsurdo,  Gon  el  fln  de  dar  solu- 
cion  ¿  esta  diflcultad,  los  padres  y  los  comen* 
tadores  han  tfaiado  de  averiguarla  longitud 
del  oodo  de  que  habla  Moisés.  Orígencs,  San 
Agustln  y  otros  escritores  eminentes  piensan 
que  se  Irataba  de  los  codos  geométricos  de  los 
egipctos,  que  contenian,  segun  ellos,  seia  co- 
dos  vulgares  ó  nuevc  ples*  Pero  no  se  ve  qoe 
hayao  estado  en  uso  estos  codos  eutre  los  h^ 
breos.  £n  esta  Suposicion,  el  arca  teudría 
3700  piee  de  longitud;  lo  que  unido  ¿  las  de- 
maa  dimensiones  le  bubiera  dudo  una  capaci- 
dadenorme  y  supérúua.  Algunos  handlcho  que 
los  bombres  de  aquella  época  eran  mayores 
que  I08  del  dia,  y  su  codo  era  tamblen  mas  lar- 
go;  pero  por  la  misma  razou,  loa  animales  de- 
biun  ser  tambien  mayores  y  ocupar  mas  lu- 
gar.  Suponen  otros  que  líoisés  habla  del  codo 
sagrado  que  teniu  una  cuarta  mas  de  longitud 
que  el  codo  ordinarlo,  pero  no  parece  qoe  esta 
medida  se  empleara  en  otra  parte  mas  que  eo 
los  edificios  sagrados  como  eran  el  lemplo  y 
el  tabern¿culo. 

Númerode  vivientes  que  contenia  elarca. 
Ademas  de  las  ocbo  personas  que  compooian 
la  familia  de  Noé,  el  arca  contenia  un  par  do 
cada  especle  de  animales  impuros,  y  siete  di 
animales  puro6,-con  su  provision  de  alimentos 
para  un  aiu).  A  prímera  vista,  esto  puede  pa- 
recer  imposible;  pero  cuando  se  calcula  se  ve 
que  el  número  de  animalcs  no  es  tan  grande 
como  se  imagina.  No  conocemos  mas  quecien- 
to  ó  ¿  lo  mas  ciento  treinta  especies  de  cua- 
drúpedos  prótimaOiente,  otras  tantas  de  avea» 
y  cuarenla  eapecies  de  los  qué  viven  eo  el 
agua.  Loa  uaturallstas  Cnentan  generalmeule 
c4oflto  aetenta  espccies  de  aves.  Wilkíns,  obio- 
po  do  Cheator,  dlce  que  no  exístian  maa  que 
setoola  y  doa  especies  de  cuadrúpedoa  ^m 
ealuTÍesen  oeceMriamente  en  «1  arca. 


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04 


ARCA-ARCABUCERO 


M 


Disposieion  y  eapaeidad  del  area.  Setpm 
b  (lescripcion  que  Moisés  hace  de  cstc  ediU- 
eio,  parece  qne  tenia  Ires  pisos,  teniendo  cada 
UDO  d\ez  codos  ó  quince  pies  de  altura.  Pro 
bableroente  el  píso  mas  bajo  estaria  ocupado 
por  los  cuadrúpedos  y  los  reptiles,  el  de  en- 
medio  por  las  protisiones,  y  el  de  arriba  por 
las  ates,  Noé  y  su  familia;  cadá  piso  debiaes- 
tar  dividido  en  Yarías  babitaciones.  Fílou,  Jo- 
sefo  y  otros  comentadores,  imaginan  tambien 
np  cuarto  piso  debajo  de  los  otros,  que  era  co- 
roo  la  sentina  del  navio,  que  contcnia  el  lastre 
y  los  escrcmentos  de  los  animales. 

Lugar  en  que  se  deluvo  el  area  despues 
del  diluvio. — Algunos  creen  qucfué  muy  pró- 
ximo  ¿  Apamea,  ciudad  de  Frigia  en  el  rio  Mar- 
syas,  porqne  esta  ciudad  tenia  por  sobrenom- 
bre  el  Arca,  y  sus  mcdallas  tenian  nn  arca. 
Pero  lo  mas  probable  es  quecsta  ciudad  se  lla- 
mase  Kibotos,  arca,  porque  estaba  situadi  en 
un  valle  muy  estrecho,  y  encerrada  como  en 
un  cofre;  parece  que  es  la  misma  la  8tgn1fica-> 
cion  del  nombre  propio  Apamea.  En  los  versos 
sibilinos  se  Icc  que  el  monte  Ararat,  en  donde 
se  detovo  e1  arca,  est¿  en  los  confines  de  la 
Frigia,  en  cl  origen  del  rio  Marsyas,  y  este  es 
nn  error.  Todo  el  mundo  sabe  que  este  roonte 
está  en  Armenia.  Josefo  el  historiador,  hablan- 
do  de  Ixates,  hijo  del  rcy  de  la  Abdiabcna,  di- 
ce  que  su  padre  le  dió  en  la  Arroenia  nn  can- 
ton  Ilamado  Kaeron,  en  donde  se  veian  reslos 
del  arca  de  Noé.  Cita  ¿  Beroso,  bistoriador  cal- 
deo,  que  díce  quc  en  su  tiempo  se  veian  restos 
del  arca  sobre  las  montañas  de  la  Armenla. 

Nicolás  de  Damasco,  Sán  TeoQIo  de  Antio* 
qoia,  Sau  Isidoro  de  Sevilla,  citan  ta  misma  tra- 
dicion;  Juan  Stuys,  en  sus  viages,  dice  que 
en  4  670  un  ermitaño  de  este  canton  le  ase- 
guró  tambien  este  hccho;  esto  es  una  f¿bula. 
Mr.  de  Touroefort  que  ha  estado  cn  estos  sitios, 
atestigua  qoe  la  montaña  Ararat  es  irtaccesi- 
blc,  que  desde  la  parte  media  hasta  la  cima, 
e¿t¿  cubierta  de  nieve,  que  no  se  deshace 
nunca,  y  al  través  de  la  cual  no  es  posible 
abrirse  paso.  Los  armenios  mismos  tienen  co- 
mo  tradicion  que,  en  razon  á  este  obstáculo, 
ninguno  desde  Noé  ha  podido  subir  á  esta 
montaña,  ni  dar  noticias  de  los  restos  del  ar- 
ca;  solo  sin  pruebas  y  por  simples  relaciones 
populares  es  por  lo  que  algunos  viagcros  dicen 
que  se  ven  todavia  rcstos. 

ARCABICERO.  {Tccnologict.)  Con  este  nom- 
bre,  y  mas  comunmcnte  con  el  de  armero,  es 
conocido  el  artesano  quc  fabrica  armas  de  fue- 
go  dc  corto  calibre,  como  fusilcs,  mosquctcB  y 
pistolas,  que  furja  sos  cañones,  constmye  las 
Ilavcs  y  las  monta  sobre  cajas,  que  ordinaría- 
roente  son  de  madera. 

Gonstituyendo  la  partemas  dificil  é  impor- 
tante  del  arte  del  arcabucero,  la  fabricacion  de 
los  canones  de  fusil,  nos  ocnparemos  tan  solo 
de  este  ramo  de  construccion  en  el  prescnte 
•Tffcnlo.  A  la  palabraFUSiL,  referimosallector 
tjat^  quiera  eateraf se  de  U  hifllorla  de  esta  ar- 


ma,  y  de  la  espoiicion  de  ctmtitos  inediofl  m 
han  ideado  para  llevar  basta  el  reflnamiento  su 
fabricacion,  desde  los  tieropos  en  que  eoraen- 
zaron  los  mosquetes  de  mecha  ¿  formar  parte 
del  armamento  del  soldado,  hasta  qae  los  mo- 
dernos  ínventos  de  Lefaucheux  y  Robert  han 
proporcionado  al  fusil  toda  la  seguridad  y  oon* 
veniencia  apetecibles. 

Siendo  la  pistola  un  fusll  en  peqaeño,  no 
trstaremos  de  ella  en  articulo  aparte,  y  st  in- 
tercalaremos,  en  el  dedicado  ¿  tratar  dei  fosil, 
cuanto  concierna  ¿  aquella  aniia. 

Conócense  tres  distintas  especies  de  cañon 
de  fusil,  designadas  por  denominacione:»  rela- 
tivas  al  método  de  fabricacion  que  se  emptea: 
la  4  .*  y  mas  antigua  es  la  del  eañon  ordina^ 
rio:  la  2.'  la  del  cañon  de  herradwra$:  ia  3.' 
la  del  cañon  torcido, 

Apenas  puedecreerse,  ai  examfnar  od  (asil, 
que  hayadificultades  que  veocer  en  Ufabika» 
cion  de  aquella  piesa  y  ¿  pesar  de  todo,  sa 
ojecucion  exige  habilidad,  precauciooes  y  es* 
periencia,  todo  con  el  fin  deque  aparexca  sólido 
y  segnro,  condiciones  que  indispensable^- 
mente  debe  reanir  todo  baen  fosil,  y  c«  6Sta 
arma  la  pieza  roas  importante  es  eicañoD,  qoe 

Ílebe  forroarse  dei  hierro  de  mas  temple,  y  ser 
orjado  con  el  roayor  esroero. 

Gomo  en  el  interior  de  esta  piexa  es  donde 
se  ía  de  efectaar  la  detohacion  de  la  pólvora, 
es  de  necesidad,  qae  la  culata  opooga  ona  re* 
sistencia  suflciente  para  oontrarestar  ei  es« 
fuerzo  de  aquella,  porque  ¿  poco  descuido  eo 
esta  parte  hay  un  peligro  grave  de  que  revlen- 
te  el  caiíon,  quedando  de  este  roodo  estropea- 
do  ó  sin  vida  el  tirador.  Ei  cañon  de  nn  fasil 
es  hn  tubo  de  bierro,  cayo  interior  debe  ser 
perfcctamente  cilindrico. 

Parallenartodasestas  condidones,  alga* 
nos  artiflces  ban  creido  venUJoso  foriar  uoa 
barra  de  hierro,  poco  mas  ó  roenos  del  mismo 
grueso  y  longitod  qne  el  canoo  que  baya  de 
fabricarse,  y  carenarla  enfrio,en  toda  su  loo- 
gitud.  Este  medio  se  ha  pnestaen  pr¿ctica,  y 
el  éxito  no  ha  coronado  las  esperansas  de  sos 
inventores,  pues  los  cañones  hao  saiido  do 
mala  calidad. 

El  procedimieoto  pnesto  en  uso  para  fabri- 
car  los  cafiones  ordinarios,  es  el  siguienle:  se 
elige  el  hicrro  de  mejor  calidad,  dulce  y  coo- 
sistente  y  sin  pajas,  se  tomaunabarra  de  cer- 
ca  de  seis  pies,  de  unas  veinte  y  dos  lioeafl 
de  estension  en  latitud  y  cuatro  de  espesor,  se 
dobla  eo  tres  partes  aplicando  la  noa  sobre  la 
otra,  y  en  esteestado  se  e&pooeo  ¿  noa  caida 
sadosa,  la  saeltan  y  la  bateo  ¿  foertes  golpea 
de  martillo  para  formar  la  l¿roioa  roet¿lica  del 
cañon,  esto  es,  el  troso  piaoo  de  hierro  destl- 
nado  ¿  ser  conservado  eo  direccioo  de  m  lati- 
tud  sobre  nna  larga  barra,  de  todo  lo  coal^  ba 
de  resultur  yala  forroacíon  del  tubodcl  caúoo. 

Todo  el  esroero  del  artesano  debe  fijarse  a| 
forjaresta  l¿roina,  eo  oo  aiterar  la  calidad  del 
hierro,  debieodo  ser  inqdiq  mssgruesapor  !§ 


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M 


áRCABÜCERO 


H 


eolata  qae  por  la  boca,  y  reservando  un  bisel 
de  cada  lado  de  lalámiua,  dc  la  estensíon  dc 
8u  loogitud,  pero  colocado  cn  sentido  hiverso, 
estos  dos  biseles  han  do  servir  pai  a  soidar  el 
canon  en  direccion  de  su  longitud. 

Cnando  la  lámina  es  l^astante  ancha  para 
poder  eavolver  la  barra  prcsentando  cl  sobran- 
te  necesario  para  la  soldadura,  se  dobla  en 
caliente  sobre  ia  barra  y  se  suelda  por  roedio 
del  ínarlíllo,  á  beneficio  de  una  calda  sudosa,  y 
efectuaodo  esta  operacion  de  dos  en  dos  pul- 
gadas  en  la  estension  de  toda  su  longitud.  Este 
ts  ei  trabajo  mas  deiicado  y  que  exige  mayor 
habiUdad ,  y  una  vex  termiuado^  el  artesano 
debe  examinar  aienlamente,  si  ban  quedado 
veoteaduraSj  heudiduras  ó  aberturas  trasver- 
sales»  entendiéndose  por  estas  últimas  ias  que 
pfOTienen  por  falta  de  material.  En  este  oaso 
se  encsiiaa  á  Ja  parte  defectuosa  láminas  de 
hierro  pegadas  á  cola  de  milauo,  y  en  vez  de 
csponerlo  teroera  ^  á  fuego.lenlo,  se  vuelve 
i  soldar  ei  cañon  m  uno  ¿  otro  estremo;  esta 
operadOD  es  de  muclia  Importancia,  pues  aca- 
bando  de  comprimir  los  poros  del  metal  hace 
al  cañoo  de  mejor  servicio,  veriQcado  lo  cual, 
ya  ^lá  forjado  ei  cañon,  y  dejándolo  eufriar 
leatamente,  se  lermina  por  ahuecarlo. 

Ya  liemos  advertido  que  la  boca  del  cañon 
es  nracho  mas  pequeúa  que  ^I  calibre  para  ei 
qoe  se  ba  fabricado ,  y  ademas  fácilmente  se 
concil)e  que  al  salir  de  hi  fragna,  aparezca  lle- 
Do  de  prominencias  por  dentro  y  fuera;  y  so- 
bre  todo  es  necesario  cuidar  de  quo  resulte 
algo  mas  denso  de  lo  necesario ,  á  fin  de  po* 
der  separar  inierior  y  esteriormeute,  la  parle 
de  hierro  alterada  por  el  fuego,  para  no  con- 
•  servar  al  cañon  mas  que  el  hierro  intermcdia- 
no.  que  no  ha  sufrido  alteracion  alguna. 

Perforacian,  Esta  operacíon  s6  hace  roecá- 
QicameDte.  Uo  motor  cualquiera  pone  en  mo- 
Timíento  el  eje  de  un  torno,  dispuesto  ya  con 
on  taladro,  y  delante  de  este  úitimo  se  coloca 
ae  aparalo,  que  gira  paralelameute  el  eje  del 
laladro:  eD  el  aparato  se  flja  con  toda  seguri- 
dad  el  cañOA,  de  modo  quo  ei  eje  de  este  últi- 
mo  y  ei  dei  taladro  se  confundan.  Si  obrero 
ijnprime  un  movimiento  progresivo  ai  aparato 
á  meéida  qoe  avanza  el  taladro,  aomentándose 
elcalibce.poco  ¿  poco  ú  beneflcio  de  veinte 
barreoas  distiutas,  cuandomeoos,  y  laopera- 
cion  termioa  por  pa^r  otras  dos  barrenas  que 
dejan  perfectamente  llso  el  interiordelcañon. 

Despoes  de  ia  perforadon  y  alisdmiento,  se 
pruebael  cañon  con  una  especle  de  dado,  que 
iatrodocido  en  él,  debe  pasar  por  toda  su  lon- 
gitod  libremenle  y.sin  rozamicnto.  £1  dado 
coosisteen  un  cilindro  de  acero  de  tres  puiga- 
dai  de  longitud,  torneado/  de  buen  temple, 
Itfimído,  y  dei  di¿metro  cdnveniente  al  ca- 
Üiire. 

.  Se  ijosta  inmediatamente  la  culata,  se  abre 
el  oldo  y  se  perfecciona  la  parte  esterior  del 
Gadon,  por  medio  de  la  lima  y  la  muela.  Por 
ser  moy  cooocidos,  no  entraremos  en  todos  los 


detalles  de  eslas  opcraciooes,  y  si  hcmos  in-« 
sistido  en  la  fabricacion  dci  cañon  del  fusil,  es 
porque  en  general  som  baslanto  poco  cono- 
cidas  las  díficultades ,  que  en  esle  arte  pre* 
senta,  y  el  cuidado  que  es  forzoso  tomar  para 
hucer  caüones  de  buena  calídad  y  de  un  ser- 
vicio  que  no  comprometa  la  existencia  de  loa 
que  hayan  de  hacer  uso  de  las  armas  de  foc- 
go.  Eslo  nos  empeñará  en  forraar  algunos  di3- 
talles  sobre  la  fabricacion  de  ios  cañones  de 
herraduras  y  lorcidos. 

Cañon  de  horradurus,  La  opinion  mas au » 
torizada  es  la  de  que  los  espaúoles  han  iuven* 
tado  eáta  especie  de  cañonea ,  y  lo  cierlo  es 
que  en  Espaúa  se  fabrican  muciios  de  esla  cla- 
se,  que  á  pesar  de  esto  son  muy  estimados,  y 
que  se  venden  á  un  precio  muy  alzado,  ponicL* 
do  su  ahinco  los  franceses  en  imitarlos  eo 
muchas  de  sus  fábricas.  Ei  procedimienlo  es  1 1 
siguiente. 

Se  funden  á  la  vez  clavos  y  herraduras  vic* 

jas  de  caballos,  juntaroeote  con  hojas  de  hoz 

ya  inservibles,  que  se  tendrá  buen  cuidado  de 

cubrir  con  olras  clases  dc  hierros  víejos  para 

;  preservarlos  de  la  accion  deroasiado  viva  é  in* 

;  mediata  del  fuego;  se  machaca  bien  esta  masa, 

I  se  dilata  el  roaterial  hasta  que  forme  una  plan-- 

cha  de  dos  fineas  de  espesor  al  menos  por  un 

GíStremo,  y  de  tres  lineas  por  el  otro,  con  ocho 

á  nueve  de  auchura.  Esta-  láraina  debe  tener 

de  seis  á  siete  pies  de  longifud,  segun  la  qu^ 

se  quiera  dar  ^l  cañon,  y  dispuesta  asi,  se  la 

llama  cirUa* 

I  En  tal  estado  se  la  arrolla  sobre  un  carUm 
ordinario,  forjado  y  soldado  de  ia  manera  que 
hemos  dicho,  pcro  de  mas  delgadez  y  ligere- 
za.  Este  cañon ,  bosqucjado  de  tal  suertc,  te 
llama  camisa,  y  sürvo  de  molde  para  arrancar 
las  cintas,  debiendo  scr  mas  corta  que  el  ca« 
ñon  en  ciernes,  á  fin  de  que  ai  ser  foijada  la 
cinta  pueda  estenderse ,  precaucion  interesan- 
te,  porque  de  ia  dilatacion  del  hierro  depende 
el  que  salga  bien  batido  y  compacto,  ademas 
de  que  habrá  mas  adhereucia  en  sus  particu* 
culas,  y  menos  peligro  de  que  se  abolle. 

Sesuelda  (4)  desde  luego  la  estremidad 
mas  ancha  y  gruesa  de  la  ciuta  á  la  mas  espe- 
sa  camísa,  cuya  estremidad  debe  forroar  la  rc* 
cámara;  se  prosiguc  la  operacion  de  arrollar  y 
soldar  la  ciuta  á  io  largo  de  la  camisa ,  y  soU 
dado  el  cabo  á  la  otra  estremidad,  que  ha  de 
foruar  la  booa,  se  estieode  y  remata  del  rois- 
mo  modo  ya  que  los  cañones  ordinarios.  Para 
esla  oi/eracion,  es  muy  importante  valerse  <n 
el  liston  de  buep  material,  y  de  un  hábil  é  in- 
teligenteobrero. 

Es  indiferento  la  caiidad  del  hierro,  que  ha 

(I )  Las  voces  toldur  j  toldadura  se  etDpleaa  eoni« 
técDicas,  y  no  envuelveD^  en  la  rabrícacion  de  los 
caAones  dé  fusil,  ia  idea  de  un  metal  estraflo,  coino 
el  laton  6  la  plata,  por  medio  de  los  cuales  se  Uüm 
ciertas  pieias.  Todas  eslas  soldaduras  se  bacen  i  gol- 

Ees  de  roarUlio,  y  sin  emplear  mas  moul  que  el 
ierro  despuesde  haberle  suminislrado  el  calor  no^ 
coMrio  para  adJierir  sus  par(es  coosola  U  percu^iaa. 


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AllCABUCEftO 


M 


de  servir  ée  molde  pa'ra  fsbricar  el  c&ñon.  He- 
inos  dicho  qiie  debe  ser  delgado,  y  de  consi- 
guienle  ea  la  operacion  de  )a  fragna  y  taladro 
se  depora,  y  ya  solo  quedti  el  maferial  de  la^ 
bojas  de  hoz ,  cubierlo  de  herrambre,  quc  la 
Hma  y  )a  muela  llevan  á  la  parte  esteríor. 

En  general,  los  cañones  de  herradura  re- 
sifiten  mucho  m^r  que  loa  otros  ¿  la  accion 
de  la  pólfora. 

Cañan  toroido.  Bs  un  eañon  ordinario,  mas 
aprctado,  en  todas  sus  pvirtes  quc  e!  que  aca- 
bamos  de  describir.  €it8iHK>  está  sotdado,  se 
Tuelve  á  poner  la  recámarti  al  fuego,  bast» 
que  esté  casi  blanca,  y  entonces  se  ia  asegu* 
ra  foertemente  eDtTe  h»  bocas  de  un  torno,  se 
introduce  en  la  boca  una  broea  forsada,  euya 
cabeaa  sea  piana,  y  enh^  en  la  abertura  de 
nu  tom#  de  tereer ,  con  el  CHal  se  tuerce  el 
cañon,  dándole  casi  á  (odo  é\  nna  media  vuel- 
ta;  se  retira  la  broca,  se  vuelvc  ¿  cateutar,  y 
se  repitela  misma  operacion  decalda  en  caMa 
bastaia  l)oca  del  caáon,  coosiguiendo,  mercetf 
¿  este  remedio,  aumentarle  la  iongitud  de  cua- 
tro  pulgadas. 

Goando  ei  cañoa  ha  auedado  ya  torcido, 
se  le  vuelve  ¿  esponer  ¿  la  aecion  del  füego, 
despues  de  imber  iatrodocido  una  J)roca  en  el 
interior,  como  se  hace  en  h»  eañones  ordina- 
rios;  pero  soio  se  Ye  dan  ealdas  fuertes  sf,  por 
ro  ¿  pequeños  goipes.  Esta  últlma  operacion 
es  necesaría  para  restablecer  el  hlerro  que  ha 
sido  quemado ,  poes  es  principio  reconocido, 
que  se  altera  notablemente  este  bierro  cuando 
uo  se  le  bate  despues  que  ba  sido  espucslo  ¿ 
Ja  accion  dei  calor;  para  toreer ,  pues ,  estos 
caáones,  se  les  dar¿  un  fücgo  bastante  vrvo, 
pero  sin  batirios :  es ,  pues,  moy  importante 
una  vez  terminada  esta  operacion,  esponertos 
otra  vez  aí  calor  igneo  y  darles  fyiertes  catda», 
CM  el  ob]eto  de  reparar,  batiéndotos  ¿  peque- 
ños  golpes,  la  aHeracion  que  ias  caidas  ante- 
riores  hubieran  podido  cwnar  ¿  la  materia. 

Los  cañones  torcidos  son  dtlatados,  ende- 
rei^dos  y  puiimeotados  por  dentro  y  fuera  del 
roismo  modo  que  los  deraas. 

Pavomr  lo$  caihnes,  Se  entiende  por  pa- 
vonar,  hacer  que  tome  el  cañon  de  on  íusil  un 
color  azulado,  conocido  entre  loa  arroeros  con 
ei  nombre  de  color  de  agua,  y  para  obtenerlo 
bermoso  y  duradero,  se  espone  el  cañon  ¿  la 
accion  del  fuego,  frot¿odolo  en  segutda  eon  cK>- 
mro  de  anttmonio,  conocido  vulgarmente  bajo 
el  non>bre  de  manieca  ée  antimonto. 

Gasline  y  mmette  lian  ideudo  un  nuevo 
Bistema  de  cañones  üe  herradura» ,  acerca  dcl 
cual  ba  preseotado  Mr.  Seguier  im  tnforme  muy 
farorable  eit  ia  Acaderaia  de  Gíencias  de  Paris. 
Eo  vez  de  componerse  de  una  lámina  plana,  ar- 
roltada  eit  ft^ufs  (IehéUco>  ó  espira,  y  solda- 
da  por  Um  Uordcft»  eüe  ta&m  nuanraiiente  ia* 
vemad»,  se  fbm»  por  jvxtv^pesteloB  do  d#s 
fa^as  ó  cintas  trtangEutares,  superpuestaff de  tat 
roanera^  q«ie  1«  eatrettidad  dol  uqq  coinoida 
000 1»  bü»  d«t  otre.  Bo  est»  svortei  )•  snpoi^ 


flcie  de  conlacto  de  las  soYdadaras  se  eneoe»* 
tra  aumentada,  y  se  remedia  de  un  modo  mify 
eficaz  et  Inconveniente  de  las  hendkiarM  tratf- 
versales  que  puedan  resuttar  de  ioB  vieios  de 
soidadura.  En  praebas  ensayadas  ood  caAom 
de  ocbocientas  setenta  y  cinco  granao  de  peso, 
setenta  y  dos  centimetros  de  fongftod  y  diei  y 
siete  de  di¿metro  interior,  eon  ctnco  raithBetres 
de  espesor  ¿  la  parte  de  la  calata  y  eieiit#  etA* 
cuenfa  en  la  boca,  uo  han  estallado  sino  é  be* 
neicio  de  coarenta  y  cuatro  granas  de  péhs- 
ra  y  doseietttas  cincuenta  de  plomo,  y  atmfti 
habido  qolefi  no  ha  eedldo  sino  ¿  ia  ear^  é$ 
cineueata  gramas  ée  pótvora  y  dOBoiemiW 
oebenta  de  ptomo,  carga  enorme  ai  M  MM 
en  cueota  que  k>s  cazadores  no  eoipleaft  tM 
que  cuatro  granras  de  póhrara  y  evareMf  éa 
ploraa. 

Vr.  Beraard  ha  obtenido  no  meno9Mi(fBfa#* 
tories  resultados  coa  eaAones  de  fat^,  twmm- 
áos  de  dos  bénees  arroihidp  Iff  ma  Mér^  li 
otra,  y  ta  segunda  votvien  A  ¿  cabrif  ÍM  JttoK 
turas  de  la  primera. 

Los  eaftones,  ¿  manera  de  lot  ée  la*  et» 
rabinas ,  rayados  por  dentro  coa  8araoe>  dl» 
flerea  de  tos  ordinarios,  eo  qae  ea  aquetios  ai 
pr¿ctica,  en  el  sentido  de  sa  longttud,  bd  elem 
número  de  muescaB  dispnestas  oen  anvglo 
¿  las  cdpiraB  6  héUces  flwy  proloafadlM  t 
paralclas,  lo  qoe  tiene  por  objeto  iroprkMr  i 
la  bala  un  movimieato  de  rotadoit  solM  il 
misma  que  hace  al  tiro  mas  certero. 

Et  prooedimiento  para  rayar  es  el  BtfOiea- 
te:  fijase  horizontahneDte  er  cadoa,  ^  ea  it 
direccioo  de  su  eje  se  coloca  ooa  tod»  OMOll' 
tud  otro  cañon  rayado:  cott  antelaeioa  se  ht- 
br¿  dejado  correr  sobre-  ona  barra  d^  htorf0i 
como  ^e,  00  émt>oK>  de  ploaio,  qoe  ajastet  il 
cañon  rayado;  esfs  bamr  llevari  ea  ta  olra 
estremidad  na  nModrH  de  madera,  sobre  emjm 
cireunléreneia  se  fi}an  dos  é  tres  eoeoplatf 
equidistantes,  en  forma  de  Kraas,  que  debe» 
operat  sobre  el  eaiton.  Se  tmprioie  ¿  i»  bariv 
de  hierro  oa  movimlento  de  voiven  borize»-' 
tal,  y  el  émbol^de  plomo,  slguiend^  las  maes* 
cas  dei  oañoa  qtie  le  sirve  (ía  guía ,  impriav 
ademas  ¿  los  úiiteB  nn  ligero  movimienio  de 
rotaciOB,  de  modo  qne  las  muescaB  del  se- 
gendo  cañoa  esléa  dispueBtas  como  I«b  del 
primero.  Goando  llegucn  ¿  ser  suficientemea- 
le  proteadas;  se  bace  girar  el  c&ñon  que  strve 
de  goia,  que  t4ene  un  circulo  graduado ,  haBta 
qoe  fbrme  et  ¿m^lo^  determinado,  teaicodo 
en  cuenta  el  número  de  muescaB  qoe  se  ape* 
leceo;  se  le  aOaaza  nuevamente ,  practicaad» 
una  nueva  série  de  dos  ó  tres  mueBcas,  y  aefr 
se  eootinna,  Kostaqne  todo  ei  ooatorno'Be  ha« 
lla  goaraecido  de  aroescaB  eqnidistanteB ,  Im 
qne  debea  goardM*  nn  emeto  paratetisno  on- 
tre  si ,  y  no  tener  sino  ia  profundidad  Deeoi» 
saria  para  impriffiip  á  ki  bala  ei  moflmieato 
de  rotaeioa  deBoedo. 

Puede  eoasttttarw  fobre  csfa  niiteria  la  obra'  ée 


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67 


ARCABUC&AO-ARCADÍÁ 


M 


Mauricio  lfey«r,  titnlAdt:  jr<f»tial  hUiérieo  de  la 
l$enoUfgia  de  lat  armas  de  fuego^  traducida  ^e\  ale* 
nan  al  francés  por  Riérfei,  t  impresa  en  París, 
4S87-S8.,Svol.  en8.« 

ARG4BUGER0.  {Hiiíoria,)  Naoca  ha  llegvdo 
4gciierttUsarse  en  España  cl  oflo  del  arcabuz, 
sinriendo  tan  solo  para  arma  de  ana  parte  de 
lOBCQerpos  de  iDfaQteria.  Dábaseles  este  nom- 
bre  en  coiitrapoaioioa  al  de  lanceros,  qae  re- 
eibian  los  qne  iban  armados  de  pica  ó  lanza. 
Coando  el  areabúz  se  babia  saatitoido  al  arco 
7  la  ballesta,  que  eran  armas  de  la  infante- 
lia  ligera,  eonclayóel  dictado  de  arcabaceros 
por  ser  slnónimo  de  tropas  li^ras.  Asi  es  que 
ei  Dombre  de  arcabuceros  eontinu6  sieado  no- 
ainal  enelejército  españolmaeho  tletnpo  des* 
pees  de  haberse  abolido  el  uso  del  arcabaa.  En 
el  reinado  de  Luis  XYeoFrancia,  afio  de  4746, 
existiabajo  ei  nombre  de  areabúeeros  ligerús, 
DD  coerpo  de  gnerrilleros  compaesto  de  iufaD- 
terla,  cabQUeria,  artilleria  y  una  compañia  de 
ektffos. 

iRGABDZ.  {Arte  militar.)  Tres  dases  de  ar- 
ciboces  han  estado  en  uso  en  oaestro  ejército, 
oreobtis  dm  garfio,  arcabuz  de  mecha,  y  ar» 
eébuzderueda. 

l\  primero  es  el  arma  eorta  de  fuego  mas 
iBtigaa  qoe  se  couoce,  y  para  prcparnrla  se 
nceeaitaba  dei  auxiiio  de  dos  hombres.  Gods- 
taba  de  uq  eañon  de  la  misma  forma  que  el 
de  k»  fusiles,  pero  mas  largo,  de  mayor  con- 
litteneia  y  de  mas  groeso  callbre.  Estaba  mon- 
tadosobre  od  aparato  de  madera,  y  sujeto  cod 
Dagarflo,  teniendo  tamblea  botafuegos  para 
Terlficarla  esplosioo.  La  longitod  delos  de  es- 
ta  especie  era  de  4^9  á  471  centimetros,  y  su 
peio  de  S4  á  98  quilógramos. 

KI  areabuz  de  mecba  constaba  de  un  fuste, 
im  eañou  y  una  llaYe:  esta  última  pieza  teiiia 
ea  sa  estrefflidad  iníeríor  un  gátillo,  que  por 
sn  forma  tomó  el  nombrc  de  serpenUn.  Opri- 
mieodo  con  la  raano  un  largo  fiador,  se  bacia 
obrar  una  Táscnla  interíor,  que  bajaba  el  ga- 
tillo,  cubierto  ya  con  la  meoha  enceudida,  y 
daado  wbre  la  oaaoleta,  i>readia  fuego  al  cebo. 
CoBo  era  arma  demasiado  pesada,  el  soldado 
<piela  osabatenia  un  palo  guarnecido  con  pun- 
ta  de  hierro  por  la  parte  inferior,  y  con  nna 
horqoiUa  en  la  superior,  y  cuando  iba  ádispa- 
rar,  plantaba  en  tíerra  el  palo  y  apoyaba  sobre 
ÍahorquíUa  el  cañon  de  su  arcabuz:  los  de  esta 
ieganda  especie,  cuando  se  hicieron  mas  ma- 
Boabies,  tomaron  el  nombre  de  mosquetes. 

11  arcabuz  de  rueda  distioguiase  del  ante- 
rier  en.  tener  menos  peso  y  un  mecanismo 
ony  diferenle  en  ia  Uate.  £1  gatilio,  en  vez 
de  eslar  envuelto  en  ona  mecha,  Ilevaba  eotre 
\mpmilhs  nna  piedra,  y  cuando  se  oprímia 
^flador,  rosaba  esta  en  una  rueda  de  acero 
scualada,  echando  chispas,  que  prendiau  fue- 
60  ea  el  cebo. 

Segimel  padré  Daniel  (4),  el  aso  de  los 

J^)  Hbtoria  de  la  milicia  francesa,  tomo  1,  pá- 
fiMÍfa. 

443    BTOUOTKCA   POVULAU. 


I  arcabuces  dc  garflo  en  lo«.  ^ércitos  franccsea 
se  rcmonta  tan  solo  al  reinado  de  Luis  XII,  y 
la  Invencion  de  los  de  rueda  es  todavia  mas  re- 
ciente.  pues  tuvo  lugar  á  fiues  del  siglo  XVI, 
Y  füé  muy  poco  anlerior  á  la  de  los  mosqueies. 
En  Bspaña,  el  uso  deitrcabuz,  duta  deuna  fe-  ^ 
cha  casi  igual  ¿  la  del  origen  de  esta  arma  de 
fuego  en  Francia. 

ARCAÜA.  {Anatotnia,)  Este  nombre  se  aA 
las  curvas  qae  describcn  varías  partes  óseasd 
blandas.  Asise  llaman  arcos  ó  arcadas  denta' 
rias  las  dos  lineas  casi  parabólicas  sobre  ias 
cuales  están  engastados  los  dientes  en  una  y 
otra  mandlbula. 

La  arcada  crural^  Ilamada  tambien  liga- 
mento  de  Falopio  ó  de  Pau|)art.  esfá  cerrada 
por  la  aponevrosis  del  grande  oblicuo ,  que  se 
refieja  sobre  sí  misma  al  nivel  dc  una  líuea 
estendida  desde  la  espina  iliaca  antcrlor  y  su- 
perior  hasta  la  espina  del  púbis.  Esta  arcada, 
ó  este  ligamento  perfectamcnte  rectiiiueo.  for- 
ma  la  base  de  un  gran  tríángulo  cuyo  vértice 
se  diríge  hácia  abajo  y  adentro.  Corresponde 
al  pliegue  de  la  ingle,  y  señala  los  limitcs  en* 
tre  el  abdómcn  y  el  muslo.  Continúase  cou  la 
aponevrosis  femoral,  coucurrcá  formar  con  su 
porcion  rcflpja  y  con  su  porcion  directa  el  ca- 
nal  ioguinal;  y  por  último,  las  fibras  de  su  por- 
cion  rcfleja  van  á  fijarse  en  la  espiua  y  cn  la 
cresta  del  pilbls,  formando  cl  ligamento  ó  rp- 
pHegue  falcifurme  (á  manera  de  hoz),  que  se 
ha  Ilaraado  Ugamentoie  Gimbernat;eB  bonor 
deeste  iluslrc  anatómico  y  cirujano  español. 
Este  ligamento  circunscribe  por  arríba  una 
abertura  (el  aniUo  crural)  que  corresponde  al 
vértice  del  tnángulo  de  que  hemos  hablado,  y 
por  la  cual  salcu  de  la  pelvis,  para  ir  al  muslo, 
ios  vasos,  ganglios  y  nervios  crurales. 

La  arcada  zigomática  está  formada  por  la 
uniou  de  la  apóUsis  zigométícu  del  tempordl, 
con  el  hueso  molar  ó  del  pómulo  Da  paso  i 
vasos,  á  nervios,  y  al  müsculo  temporal,  que 
va  á  insertarse  en  la  apófisis  coronoides  del 
maxilar  iufcrior. 

La  arcada  orbitaria  está  formada  por  la 
parte  superior  de  la  base  dc  la  órbita. 

Por  útUmo,  se  Ilaman  arcadas  las  curvas 
que  deecriben  los  vasos  para  comuoicar  entre 
sianastomosáudose.  Tules  hou  las  arcadas  me- 
seutéricas,  palmares  y  planlares. 

Tambien  se  ha  dado  el  uombre  dc  arcadaí 
á  ias  curvas  de  los  ramos  nerviosos  que  se  re- 
flejan  unos  sobre  otros. 

ARCADIA.  (Historia.)  La  Arcadia  eslá  situa- 
da  en  el  centro  dei  Peloponeso,  y  se  halia  cer- 
cada  de  montañas  por  todos  lados.  Ai  Norte, 
hácia  la  EUde  y  la  Acaya,  le  sirvcu  de  muralla 
los  roonfes  Gileno,  Erimanto  y  Foloe;  y  al  Sur 
está  protcgida  por  ei  lado  de  Espihta,  porl« 
cadena  dcl  Liceo.  De  Norte  á  Sur,  corren  otras 
dos  cadenas  laterMles,  casi  paHilelas,  que  se< 
paraü  la  Arcadia  al  Oesle  Ue  la  Trífllia;  y  jd 
fiste  de  la  Argóttda,  Eataa  cuatro  cadenas  soá' 

T.      III.      7 


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ARCADIA 


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tleneo  aoa  meseta  eleTada  que  cortan  Dumero- 
sos  ramales. 

La  Arcadia  se  diride  en  dos  regiones  moy 
distiDtas:  ai  OrieDte  de  Norte  á  Sur,  se  estien- 
de  el  largo  y  estenso  valle  de  Trípolitsa; 
aquel  era  el  pais  de  las  grandes  ciudades,  pues 
iloreciaa  en  él  Cáfia,  Tegea,  Mantinea  y  Orco- 
meno.  La  vertlente  de  las  montañas  por  el  ia- 
do  de  la  Argólida  es  ruda  y  escarpada;  su  ca- 
dena  es  tan  compacta  que  sobre  la  misma  me- 
seta  de  la  Arcadia,  á  pesar  de  su  elevacion, 
forman  todavia  uua  calzadacontinua.  Lasaguas 
conducidas  alli  por  la  pendieote  dc  los  valle«, 
Luscan  una  salida,  y  no  haUaodo  mas  que  un 
muro  impeoetrablese  sumergen  en  simas  sub- 
terráneas  ó  forman  lagos  y  paotanos.  Al  Oeste, 
por  el  contrario,  lindos  valles  interrumj)en  las 
mootañas,  cubiertas  de  cnciDas,  plátanos  y 
oastaños,  y  descieoden  por  una  pendieote  dul- 
ce  hácia  la  Trifllia. 

Esta  simple  ojeada  de  la  naturaleza  fisica 
de  la  Arcadia»  revela  el  secreto  de  su  historia, 
6  mas  bien  sirve  para  esplicar  por  qué  la  Arca-  i 
dia  no  tuvo  vida  esterlorni  bistoria. 

Los  árcades  erau  evidentcmente  nn  pueblo 
pelásgico,  pues  aun  cuando  sobre  este  puoto 
00  luviéramos  los  testimooios  formales  de  ia 
aotigüeda^,  oos  lo  demostrariao  suficieote-  ; 
meote  sus  cultos,  tradicionos  y  costombres. 

Ellos  mismos  se  llamabao  hljos  do  Pelas- ' 
go  y  authothooes.  «La  tierra,  dice  uo  aotiguo 
poeta,  echó  al  rouodo  al  divioo  Pelasgo  sobre 
ias  roootañas  froodosas  de  la  Arcadia,  á  flo  de 
que  la  especie  humaaa  comeozase  ¿  exis- ' 
tir(4).» 

¿Pero  de  dóode  procede  csta  palabra  de  dr- 
c/i<fes?  ¿Era  origioariameote  oaciooal  cotre  los' 
pelasgos  de  Arcadia,  ó  lcs  fué  impucsta  por  la 
cooquista?  Nos  ioclioamos  ¿  la  última  bipótesis  ! 
porser  la  queofrece  mas  verosimiUtud.  Segun  , 
¡03  indicios  que  proporciona  ia  misroa  tradi-  , 
cion  de  los  ¿rcades,  iodicios  corroborados  por ! 
el  testimonio  formal  de  Aristótcles,  Duris  y  Pau- 
sanias,  creemos  que  en  una  época  lejana  é  ig- 
norada,  se  establecii^  victoriosameute  uo  pue- 
blo  de  árcades  eo  el  territorlo  de  los  pelasgos 
y  le  dió  su  oombre.  Los  ¿rcades  deciao  que  su 
pais  se  llamaba  primitivameDte  Pelasgia;  pero 
que  habiendo  muerto  Nictimo,  último  desceo- 
dieotevaroD  dcPelasgo,  le  sucedió  Arcas,  hijo 
de  Eu  hija,  acou  ecimiento  que  en  sus  leyeo- 
das  coincide  cou  el  recnerdo  confuso  de  un 
cambio  en  la  civilizacion.  Resuita,  pues,  que 
este  Arpas,  en  quien  1a  tradicion,  segun  la  cos- 
tnmbrc  ba  individualizado  á  los  árcades,  na- 
da  tiene  que  ver  con  la  familia  de  Peiasgo,  pues 
Di  siquiera  flgura  su  nombre  en  la  lista  arca- 
dia  de  los  hijos  del  pelasgo  Licaon,  y  hasta 
despues  de  la  emigracion  simbólica  de  estos, 
DO  aparec^  el  mencionado  Arcas.  }m  ¿rcades, 
ie  llamaban  hljo  de  Júpiter,  hijo  desconoci- 
Ho,  y  para  hacerle  descender  de  Pelasgo,  le 


(4 )    Atlo:  9pu4  Pavianiam^  VIII,  1,4. 


daban  por  madre  ¿  Caiisto,  bija  de  NicUmo.  La 
iadigeoa  Calisto,  simbolo  de  fusioo,  represen- 
ta  aqui  el  mismo  papel  que  Lavinia  entre  los 
lafinos. 

De  todas  las  naciones  pel¿sgicas,  la  de  Ar« 
cadia  fué  sio  cootradiccioo  la  qoe  aufrió  menoa 
iovasiooes,  y  por  coosiguieote  ia  que  llegó  ¿ 
mezclarse  meoos.  Retirada  eo  sus  mootaoas, 
f¿ciles  de  defeDder,  vió  pasar  ¿  sus  pies  los 
graodes  torreotes  de  las  tribus  septeotriODdes 
qne  dos  veces  iouodaroD  la  peoiDsula.  La  coo- 
quista  eolia  do  hizo  mas  quedesflorarla,  y  mas 
adelaote,  eo  el  siglo  XII  aotet?  de  J.  C.  las  le- 
glooes  dóricas  atravesaroo  paciflcameote  sus 
mootañas.  Sio  que  sea  ouestro  ¿oimo  preteo- 
der  que  la  raza  iodigeDa  se  maotQvo  pura  ea 
Arcadia,  podemos  ¿  lo  menos  asegurar  que  el 
elemento  pel¿sgico  dominó  siempre  en  ella. 
Colocada  en  el  ccDtro  del  Peloponeao  y  hecba 
indudablemenle  con  el  tiempo  enteramente 
tielénica,  aqueila  raza  debió  helenizarse  por 
la  accion  lenta,  poro  infaiible,  de  sus  comuni- 
caciones  diarias  con  los  helenos;  sin  embargo, 
la  naloraleza  de  su  territorio  y  ia  vida  solitaria 
y  dispcrsa  que  hacia  alli ,  debian  debiUtar 
aquella  misma  accion^  como  sucedió  en  efeeto, 
segun  nos  io  demuestra  la  historia. 

Merced  ¿  este  aislamiento,  guardaron  los 
¿rcadcs»  mas  que  oioguD  otro  pueblo,  curio- 
sos  y  aboDdaotes  recuerdos  de  la  época  pel¿a* 
gica.  Pausaoias,  que  visitó  la  Arcadia  en  ei 
sigio  II  de  la  era  cristiaoa,  se  ioformó  cuida- 
dosameote  de  aquellas  tradiciooes,  y  recogió 
rouchas  de  ellas»  pero  los  iimites  rlgurosoa  en 
que  debemos  eocerrar  este  arliculo  oos  impi* 
de  hablar  de  ellas;  su  ex¿meD  haria  deaapa- 
recer  toda  ia  cuestioD  de  la  mitologia  pel¿8- 
gica. 

La  edad  bistórica  para  los  ¿rcades  se  re- 
moota  á  poco  mas  de  ías  guerras  de  Meseoia. 
Desde  eotooces  lodo  el  Peiopooeso  veia  aoie- 
nazada  su  libertad  por  los  dorios  de  Esparla. 
De  e&te  modo  hallamos  ¿  los  ¿rcaUes  aUados 
coD  los  meseoios.  £o  el  discurso  de  la  segunda 
guerra  de  Mescnia,  deede  ei  año  683  ai  668 
aotcs  <le  Jcsucristo,  Aristócrates,  roy  de  los 
¿rcadcs  y  gefe  de  la  tropa  auxiiiar  que  habian 
eoviado  iil  socorro  de  Aristómeoes  fué  acosa- 
do  de  haber  recibido  prcseoles  de  l^parla,  y 
de  haberle  proporciouado,  por  medio  de  uoa 
traicioD,  la  victoria  sobre  sus  aliados.  Ia)s  ¿r« 
cadesle  apedrearoo,  y  quedó  abolida  laroooar- 
quia. 

A  escepcion  doi  territorio  de  Esparta,  la 
Arcadia  formaba  ei  estado  mas  vasto  del  Peio* 
poneso*  Clinton  calcula  su  área  en  1,700  dií-t 
llas  ioglesas  cuadradas(4). 

La  Arcadia  aiimeotaba,  segun  la  relacioo 
de  los  aotiguos,  uoa  poblacion  robosta,  qne 
desde  sus  elevadas  combres,  como  dcade  Doa 
ciudadela  que  dominat)a  la  peninsula,  podia 
cada  noche  lanzarse  inesperadameote  sobre 


I     (4 )    Fa$ti  heUeniei,  pág.  4S7,  edicion  dc  Uipsíc li. 


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ARGADIA 


40^ 


li  Acayn,  la  Argólida,  la  Trlfllia  y  la  Laconia; 
pero  eocerrados  los  árcades  en  su  fortaleaa  de 
moBtaDas,  seguros  de  sa  indepcndencia  y  con* 
tentos  oon  la  fertilidad  de  sus  Talles,  qae 
aBnbaBcon  on  amor  de  montaúeses,  jamás 
fiieroo  un  pueblo  guerrero. 

Sin  embargo  llegó  una  época  en  que  por 
aaniento  de  la  poblacion  se  tiallaron  incóroo- 
d06  y  demasiado  estrecbos  en  tsus  montañas, 
y  fntODoes  salló  de  ellas,  coroo  sale  hoy  de 
íi  Soisa,  un  perpétuo  eujambre  de  hombres, 
qae  espulsados  por  la  miseria  iban  á  batirsé 
iodistiotamente  al  servicio  de  coalquiera  que 
101  pagase;  de  suerte  que  en  mas  de  una  oca* 
sioD  se  encontró  simultineamente  en  los  dos 
eampos.  Segun  reOere  Teofrasto,  los  árcades 
íberoa  solicitados  en  todos  los  ejércitos  por  su 
fuera  y  Talor,  y  apcnas  hubo  guerra  siu 
alk»  (4).  Eran,  pues,  soldados  robastos,  que 
ganaban  lealmente  su  salario.  No  se  puede  ne- 
girqne  babia  en  Arcadi^  hombres  de  iostinto 
goerrero,  que  á  faltadeguerra  nacionaU  y  por 
el  efecto  mismo  de  su  aislamienlo,  iban  á  alls- 
larse  foera  de  so  pais  como  mercenarios;  pero 
ni  en  el  colto,  ni  en  las  instituciones  de  la 
Arcadia,  ni  en  el  genio  nacional^Uabia  nada  de 
esecarácter  beróicoque  distinguió  tanemi- 
ne&temente  á  los  verdaderos  helenos. 

La  Arcadia  no  pensó  Jamás  en  conquistar. 
Lanaturalexalehabiadado  f ronteras  bien  mar- 
CMhsé  iDdisputables,y  se  considerósatisfecha. 
Sopapel  en  los  asuntos  del  Peloponeso  fuémez- 
qoioo,  jamás  tomó  la  iniciatlYa  y  siempre  se 
mostró  indirerente  á  la  cau.'^a  comun  de  los 
griegoB.  En  tiempo  de  la  iuvasion  persa  los 
áreades  no  pudieron  envíar  cootra  Gerges  mas 
qoe  dos  roil  hombres.  Ciento  cuarenta  y  cua- 
tro  años  despues  dejaron  que  la  cuestion 
dela  indepeodencia  helénica  fuese  decidida 
ea  Qoeronea  sin  tomar  parte  enella.  A  lamuer- 
te  de  Alejaodro,  cuaudo  las  cindades  griegas  se 
sobleTaron  contra  Antipater,  los  árcades  se 
abstOTieron  tainbien  depresentarse  en  elcampo 
de  batalla.  En  el  discurso  del  síglo  III  antes 
de  Jesocrísto,  cuando  los  galos  iban  á  pasar 
las  Termópilas,  los  árcades  se  resistieron  á 
marchar,  temiendo,  segun  decian,  que  los  la- 
eedemonios  se  aprovecharan  de  su  ausencia , 
para  hacer  una  irrupcion  en  la  Arcadia.  Tocí- 
dides  00  coenta  mas  quv*  tres  espediciones  cou 
el  consentiffliento  general  de  la  nacion,  el  si- 
üodeTroya,  la  guerra  deMesenia  y  la  guerra 
Bédica  en  tiempo  de  Gerges. 

Pero  á  lo  menos  ¿goardaron  bien  su  inde- 
peadenda?  No,  en  Tordad.  Guando  los  esparta- 
00«  k»  atacaron  ensusmontañas,  se  defendie- 
roaaparentemente,  sederendieron,  si  se  quiere, 
coBeaergía;  8inembargo,á  pesarde  iasventajas 
de  80  sitnacion  eo  una  guerra  defensiva,  fueron 
veactdos.  Sin  duda  hok>o  eo  las  gargaotas  de  sos 
noDtadas  mas  de  un  pacblo,  cuyo  camino  no 
sopieron  jamáslos  ejércitos  lacedemonios;  te- 

(1)   Tfofrafto:  apud  Átkenmm,  iV. 


nian  cumbres  ásperas  é  impracticables,  donde 
se  refugiaba  su  independencia,  cuaodo  la  do- 
roinacion  cstraogera  se  apoyal)a  en  la  llanu- 
ra;  pero  es  lo  cierto,  que  sufrieroo,  como  el 
resto  del  Peloponoso  el  ascendiente  de  Espar* 
ta»  y  que  una  parte  de  su  territorio,  el  valle 
donde  florecian  sus  ciudades  principales,  Te- 
gea,  Mantinea  y  Orcomcno,  fué  realmente  sub- 
yiigado.  Asi  duraote  la  guerra  del  Pelopone- 
so  marcharoD  bajo  las  banderas  de  Espartacon- 
tra  los  atenjenses,  mas  bien  por  necesidad 
qoe  por  gusto,  segon  díce  Pauíianias.  Agesi- 
lao  los  llevó  consígo  al  Asia,  y  hasfa  la  bata- 
lla  de  Leuctra  siguieroo  (i  los  espartanos  contra 
Tebas;  entonces,  estimulados  por  los  desas- 
tref  de  Esparta,  se  pasaron  al  ejército  de  Epa- 
minondas,  que  los  domioó  á  su  vez;  pero  es 
superíluo  acumular  mayor  número  de  hechos; 
corresponden  á  la  bistoria  de  Esparla  y  alli  tic- 
nen  su  verdadero  lugar.  Esparta  es  la  única 
nacion  del  Peloponeso  que  tiene  nna  historia 
relatíva  á  aquella  época . 

Con  todo,  para  ser  jusfos  debemos  decir, 
que  la  díseminacion  de  los  árcades  en  mulfítud 
de  pequeños  cantonés  y  pueblos  aisiados,  debi6 
eotorpecer  su  accion.  Aigunas  de  las  grandes 
ciudadesdelaArcadia,comoTegea,Mantinea,y 
posteriormente  Megaiópolls,  donde  se  hallaban 
concentradas  en  uu  punto  fuerzas  coosidera- 
bies,  sostovieron  individualmcnte  en  defensa 
de  su  independencia  combates  frecueutes  y 
gloriosos,  pero  tambien  debemos  deeir,  que 
esas  ciudades  donde  mas  briliaba  el  esplritu 
guerrero,  eran  las  que  tenian  mas  mezcla  de 
la  raza  helénica. 

¿Fué  de  una  de  es^as  ciudades  de  donde  sa- 
lió  aquel  cjército  de  árcades,  qne  durante  la 
guerra  tebana,  algun  tiempo  antes  de  la  bata- 
ila  de  Mantinea,  cayó  de  iroprovisto  sobre  la 
Elide,  donde  se  distinguió  con  intrépidas  ha- 
zañas,  que  preaidió  violentaroente  álosjue- 
gos  oIimpicos«  y  coronó  la  cspedicion  con  el 
saqueo  del  templo  de  Júpíter  Olimpico?  Este 
moviroiento  parcial  y  fortuito  de  aventureros, 
qoe  la  nacion  arcadia  desaprobó  por  temor  á 
sos  consecoencias,  es  laúoica  eropresa  atrevi- 
da  y  espontánea  que  presenta  la  historia  de  los 
árcades,  csceptuaodo  la  ridicnla  espedicion 
del  año  367  aotes  de  Jesucristo,  que  terminó 
con  lu  batalla  Ilamadastn  lágrimas. 

Las  costumbres,  las  iDStitucIones,  el  desar- 
rollo  iolerior  de  la  Arcadia,  ofrecerian,  sin  du- 
da,  un  vivo  interés,  si  desgraciadamente  no 
nos  viéramos  reducidos  sobre  este  punto  á 
datos  insufleientes,  á  mezquinos  pormeno- 
res  perdidos  en  los  monumentos  aotiguos, 
bechos  tomados  el  azar  y  en  largos  iotér- 
valos,  sln  que  las  mas  de  las  veces  se 
tome  en  coenta  la  diversidad  de  las  épocas. 
Ademas,  entre  estos  hechos,  hay  unos  que  se 
refleren  al  pueblo  de  las  cuida^es,  y  otros  i 
los  pastores  de  ias  montañas,  y  ya  sc  deja 
conocer  cuaota  serio  la  difereocia  que  debia 
existir  entre  estas  poblaciones,  de  qoe  ha  re- . 


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ARCAWA 


lOi 


SQltado,  qae  a^npanáó  (odot  estos  datos  sin 
distincion  de  tiempo  y  Ingar,  no  so  ha  hecho 
otra  cosa  que  cuadros  monstraosos  y  falsos. 

La  civilizaciOQ  pelisgica,  cnya  prosencia 
atcstiguan  las  construcciones  de  Ltcosura  y 
de  Maotinea,  se  estinguió  poco  á  poco  en  Arca- 
dia,  y  á  escepcion  de  ciertas  ciudades,  la  civi- 
lizacionhelénica  no  estuToalli  muyfloreciente, 
síguiéndose  de  estoqueen  un  tiempo  en  que  ei 
resto  del  Peioponcso.  sometido  á  los  dorios,  se 
hahia  hecho  bárbaro,  la  Arcadia  merced  á  la  cou- 
quista,  quedótalvezciTiIizada;  peroandandoel 
tiempo,  cuando  la  civilizacion  de  ios  helenos 
se  desarrolló  y  estendió  por  las  inmediaciones, 
la  Arcadia  aniquilada  se  encontró  en  una  bar- 
barie  relativa.  Los  helenos  civilizados  que*Ia 
vieroD  en  csteestado;  que  en  elsigloIV  anles  de 
Jesucristo,  ta  vieron  aiimentarse  de  bellolas,  y 
sacriQcar  victimas  humanas,  la  creyeron  ya  á 
salvo  de  la  vida  salvage.  lError  fundamentaU 
Si  en  Arcadia  se  sostuvo  por  mur.ho  .tiempo 
el  uso  de  los  sacrificios  huroanos,  consiste  en 
qoelos  profundos  misterios  de  la  religion  an- 
tlgua,  cediefOQ  alli  mas  taitde  á  los  misterios 
nuevos  de  los  helenos.  Los  pastores  de  la  Ar- 
cadia  se  mantenian  de  bellotascomoloscerdos, 
dice  Filostrato.  Si,  comian,  es  vcrdad,  la  be- 
Ilota  de  la  encina,  como  se  come  la  fruta  del 
castaño;  pero  tomar  esos  hechos  que  se  obser* 
vaban  aun  en  el  siglo  IV  antes  de  J.  C,  por  los 
rudimeutos  de  ana  sociedad  qae  nace,  es  nna 
ílusion  dc  los  antignos,  qoe  no  tolera  el  erá- 
men  de  la  cienciamoderna. 

Despues  de  la  muerte  de  Aristócrates,  y  de 
la  abolicion  de  la  monarquia  (año  668  de  Jesu- 
crislo),  no  se  encontró  jen  Arcadia  ninguna 
füerza  preponderante;  de  suerte  que  el  pais 
qnedó  naturalmente  dividido  en  tantos  peque- 
nos  estados,  cuantos  canton^'^s  habia.  Dos  ó  tres 
villorros  formaban  nna  cludad  distinta  é  inde- 
pendiente,  que  la  aristooracia  local  gobernabu. 
Estas  ciudades  viviau,  á  lo  que  parece,  eu  bue- 
na  inteligencia,  y  la  historia  no  dice  que 
ninguna  de  ella.s  trataso  de  establecer  su  su- 
premacia  por  medio  de  las  armas.  Eu  rigor  las 
montañas  que  erizaban  el  pais,  f^vorecian  el 
aislamiento  de  los  pueblos,y  oponian  en  cier 
tos  lugares  impeoetrables  barreras  i  la  inva- 
Bion.  Asi,  pues,  los  árcades  vivian  diséminados 
6in  otrovíQculo  que  el  sentimiento  de  lanacio 
Dalidad,  y  sin  gobierno  central,  y  solo  se 
reunian  en  las  ílestas  liceas,  establecidas,  se- 
gan  se  dice,  en  honor  de  Júpiter.  Esta  reunion 
constituia  nna  anfitionia,  don9e  se  trataban, 
scgun  todas  las  apariencias,  la»  cuestioncs  de 
interés  uacional,  y  las  disputos  de  pueblo  á 
pueblo.  Por  el  pasago  de  Pausanias  que  hemos 
citado  mas  arriba,  se  sabe  qne  el  aso  primor- 
dial  en  las  nestus  liceas  era  regar  el  altar  con 
sangre  hamana,  pero  á  medida  qne  sc  fueron 
dulcificando  las  costumbres,  y  se  reanimó  la 
fé,  y  penctró  en  Arcadia  la  cívilizacion  heléni- 
ca,  aquellos  sacrificios,  sostenidos  sínduda  por 
el  pueblo  iadigena  y  estaoiOQario  de  las  mon- 


tañas  del  Oeste  y  del  Korté,  qaedaron  redaci^ 
dos  á  envolverse  entre  tiniebka,  y  los  qne  vie- 
laban  el  secreto  Introdnciendose  en  el  terapHi, 
eran  castigadoseu  el  acto  con  la  muerte.  /ot>it 
LyikBitemplumq%u>et  quis  adeeessisHí,  mw 
pcena  erat  Arcadum  lege  (i),  Las  Aestas  iloeas 
fueron  cón  el  liempo  acompañadas  de  jaegos 
públicos,  Qso  que  los  árcades  tomaron  sin  do* 
da  de  los  helenos.  En  estos  jnegos  se  destiae* 
ba  para  el  premio  del  vencedor,  nna  ermtda- 
ra  de  bronce. 

Con  ttído,  es  preeiao  no  tomar  al  pie  de  la 
letra  lo  que  hemos  dicho  de  la  estFaordiaa- 
ria  diseminacion  de  la  poblaclon  en  Arcadia, 
pues  en  el  gran  valle  del  Este  (IlaDHra  de  Tri- 
politza),  las  aldeas  mas  espuestas  á  la  iQTa- 
sion  de  los  espartanos,  se  habian  esemado 
desde  muy  antiguo  dentro  de  una  muralla  co-> 
muD.  Asiesque  las  graades  ciudades  de  Te- 
gea  y  de  MantiQea»  constaban,  segon  BetraboD, 
la  una  de  nueve  aldees,  y  la  otra  de  cioco. 
Uiiavez  rodeada  demurallas,  Mantinea  llegó  á 
ser  bastante  poderosa  para  inqnietar  á  los  ia- 
cedemonios,  que  por  otra  parte,  dice  fliiote- 
Groix,  uo  le  perdonaban  sns  aatiguas  relacío- 
ues  de  amislad  con  Atenas.  Habiéodose  heebo 
dueños  de  Mantinea  pormedio  de  onaestratage- 
ma,  despues  de  la  paz  de  Antaloidas,  el  aAe 
368  antes  de  Jesucrísto,  derribaron  las  mura- 
llas,  y  obligaron  á  los  habitantes  á  diseffllnarse 
en  sns  paeblos  primítivos.  La  ciudad  no  faé 
restablecida  hasta  despues  de  la  batalla  de 
Leuetrd. 

En  esta  épooa,  el  año  374  antes  de  Jeso- 
cristo,  pensaron  los  árcades  por  primera  vex 
en  formar  una  confederacion,  ó  por  mejor  de- 
cir,  Ep^minondas  lessugirió  la  idoa.  Por  oonse- 
jo  suyofundaron  á  Megalópolis,  doadereanie- 
ron  á  los  habitantes  de  cuarenta  pueblos  es- 
parcidos  en  el  interior  del  pais.  Licoraedet  de 
Mantinea  trabajó  eflcasmente  en  estrechar  los 
víoculos  lodavía  muy  flojos  de  la  confedera- 
cion.  Uaa  oligarquia  de  dies  mil  ciudadanos 
principales,  fué  iuvestlda  del  gobierno  cen- 
tral,  que  aparentemente  ejercia  por  delegacion, 
y  del  derecho  de  paz  y  de  guerra.  Gelebraban 
sus  asambleas  en  Megalópolis,  enunvasto  re- 
cinto  lUmado  Thersilion.  Los  antiguos  dicen 
qne  ja  asamblea  de  tos  diez  mtl  ejercia  el  po- 
derejecutivo  y]udicial,y  este  hecbo  ha  pa- 
recido  impo^ble  hastaahora  si,  imposibleen 
cuaoto  á  la  asamblea,  pero  no  en  cuanto  á  los 
diez  mil  cindadanos  privíiegiados  6  prjMta^ 
tes  de  que  se  componia,  y  que  formaban  la 
aristocracia  de  las  ciudades  y  de  los  pueblos 
donde  estaban  repartidos.  No  soio  no  es  Impo- 
sibleesto,  sino  que  debia  deser.  Los  antígoos 
añaden  que  cl  poder  legislativo  pertenecia  al 
pueblo  entero.  yno  á  la  asamblea  sola,lo  cnal 
signiflca  scnclltamente,  qne  en  ciertas  ocasio- 
oes,  las  mas  raras  qtie  se  podia,  era  consulta- 
da  la  democraeia  de  las  ciudades.  loterpretan* 


(1)   ñíg'xnio:  PoétiCtÁitfúñ9m,  Jt^  M. 


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ARGADU— AAGANO 


406 


éo  de  este  modo  el  breTe  ttetfnesio  de  los  t»- 
tiguos,  sobre  la  oonttitiieion  de  U  Arcadia  en 
el  tif^o  lY  antos  do  lesucristo,  dos  parece  que 
He^  áliaoerfie  ioteiigible,  y  poede  ser  admi 
tido  stn  escrúpulo. 

¿GQioto  tiempo  duró  esta  constitucion?  No 
se  sabe;  sin  du^a  estaba  abolida  caando  ios 
árcades  entraron  en  la  oonfederaciOQ  aquea,  á 
la  eoal  accedieron  desde  luego.  Kii  adeiante  se 
eonftinde  sq  historia  basta  la  redueoioa  de  ia 
Greeia  en  província  romana.  Obsenremoe,  sin 
embargo,  qne  en  tiempo  de  Arato,  se  ballaba 
mia  parte  de  la  Aroadia  aomelida  á  la  domioa* 
cion  de  loe  espartaaofl)  y  que  en  Plutarco  y  en 
Mlbio  se  hace  meneiondeQna  Arcadía  iaoe*^ 
demonia  que  invadió  Arato,  enando  ei  rompi* 
mleQto  eon  Cleomenos  ei  S93  anles  deiesoerieto. 
Ihirante  estas  diférentes  reToiucionea  de  la 
Areadla,  contaado  desde  la  oaida  de  ia  monar* 
qnia  hasta  et  roomento  en  que  se  fundó  el  im- 
perio  romano,  cada  ciudad  tuto  sa  historia  par- 
íieulv  y  sos  revohielones  intemas.  Aili,  oomo 
en  fodas  partea,  las  graodes  eindades  pásaron 
de  la  aristocracia  á  la  libertad  democrática,  y 
ei  desórden  engendró  la  ttrania;  otras  veces  la 
tirania  resoltó  inmediatamente  de  una  oonja» 
radoa  popnlar  contra  la  oiigarquia.  Ssta  á  su 
rex  aprovechaba  la  prímera  ooasion  de  venoer 
i  la  deraocracia,  que  por  sa  parte  nose  descai- 
daba  en  ieTantarse  y  luchar  con  naa  perseTe** 
rancía  qne  sok>  podia  darie  ei  esceso  de  su  mi* 
seria.  Kste  cstado  de  lucha,  de  anarquia  y  de 
perpétuas  lluctaaciooes,  eontinuóbajoiaoons- 
tituelon  federatiTa  del  aio  370.  La  incorpora* 
doQ  de  las  ciadades  areadias  á  la  liga  de  los 
aqieos,  íbrtiflcó  laoiigarqaia,  perosabsistió  la 
iBoba;  macho  tiempo  antes  de  Arato,  pe  habia 
ya  planteado  la  coeetloa  en  an  terreno  despe- 
jado,  >  la  locha  intestina  se  llamaba  eoo  so 
Terdadero  nombre  la  guerra  dé  Iqs  ricoé  n  de 
le^pobres, 

De  las  costombres  é  inslitaciones  privadas 
de  los  áreades  poseemos  datos  muy  cariosos; 
pero  nonos  atroTemos  á  haoer  uso  de  eilos  por 
Bo  seber  á  qué  tiempo  ni  á  qué  parte  de  la  na^ 
dao  se  refleren,  y  por  lo  tanlo  preferinios  el 
sHencio  á  dar  noliciasfálsas.  Alganos  capítulos 
de  Poiihio  podrian  liaceraos  creer  quc  ea  su 
tiempo  por  los  años  4  50  antes  de  J.  G.  se  dls- 
tiB^nia  la  poblacion  de  la  Arcadia  en  tres  da- 
ses  principales. 

In  Megaiópolis  y  en  las  ciudades  dc  ia 
grao  llaftura  del  Este  se  habia  borrado  ei  ca- 
rieter  naeional  oon  el  cootacto  y  la  mexeia 
deios  heienos;  estas  ciodadeft  ao  teniao  ya 
naéadc  pctásgicas,  asemciándose  mas  bien  á 
lae  de  la  Acaya  ó  de  la  Klide. 

Fero  en  ias  combres  de  las  allas  montanas 
T  en  las  gargantas  de  io  interior  Tivia  un  poe- 
blo  de  paslores  y  caiadores,  pueblo  que  habia 
pemanecido  indigena»  á  el  que  ia  civllizaefeii 
pelásgica,  estingnida  en  tomo  sayo,  ao  envia- 
b»  ya  lai  níngnna.  y  qoe  rehasando  la  cirili- 
Mion  dei  estraogeiot  kabia  tocUo  á  caer  on  ia 


barbarie;  poeblo  Teatido  como  sus  antepasados, 
depieldejabuli;  rudo  y  aua  feroz.  Stn  doda 
fué  este  mismo  pneblo  el  que  acusó  Pollbio  de 
eaemigo  de  la  música,  y  el  que  Filostrato  nos 
representa  como  poco  superior  á  sus  rcbajios. 
Acaso  fué  tambien  este  pueblo,  donde  la  cor« 
rupcion  tardó  masenpene(rar,donde  reinaba  la 
hospilaiidad,  donde  las  doQcellas  y  los  manoe- 
bos  36  reuDÍau  en  las  fle&tas  con  toda  la  libier- 
tad  de  la  inoceaoia,  y  doode  ios  señores  y  es- 
clavos  continuabau  sentándose  á  la  misroa 
mesa. 

Al  pie  de  estas  montañas,  en  los  frescos  va- 
Iles  del  Ladon.  del  Erimanto  y  del  Alfeo,  y  en 
el  deiiciosd  de  lCegalópoIis  habitaba  un  pueblo 
paslor  y  agricola  á  nn  tiempo.  y  añciooado  á  la 
música.  rasa  de  costumbres  duiees,  que  oonser- 
Taba  algo  del  carácter  peláagico  qne  no  se  en* 
contraba  ya  en  las  cindades.  A  estc  pueblo  de- 
hemos  indadablemente  referir  las  tiemas  im¿- 
genes  de  ia  Tida  pastoril  que  los  poetas  anti* 
guos  lomaron  de  ia  Arcadia. 

Sea  deesto  lo  que  quiera,  iocierto  es  que 
aun  en  las  oiudades  fué  poco  fecuuda  en  Area* 
dia  ia  ciTilisacion  heléoica,  y  que  esceptuando 
soiamente  la  música,  no  creemos  que  se  dis« 
tinguiera  idngoM  ciudad  areadia  en  las  cien* 
^ias,  ea  las  artes»  ai  en  ia  filosofia. 

Flutareo:  Yida$  áa  Ártdé  f  ée  Piiop$wim, 

PausanMft:  Ubro  VIIL 

6.  A.  fireitenbaucb:  uiüoria  Íe  la  Árcadi^^  1701. 

Sante-Croix:  De  lo$  untigvM  gobtfmoi  fetteraü-' 
wiy  de  la  legitlaeion  de  Creta,  1791,  en  i.^ 

0.  MuUer:  Bitioria  de  lat  raun  y  de  lot  pmebhi 
griegot,  3.*edic.,j  toI.  enS.* 

ARGAlSlíO.  (Gramó^s.)  'Apr^^cK,  antt- 
guo;  6p)^o(l«póc,  antigua  manera  ae  habíar;  de 
^PX^  ]»rmet|)to,  origen,  Ei  arcaísmo  es  el  aso 
de  Toctíi  ó  frases  aBticiiadas  por  afeetacion, 
por  capricho  6  por  cáieulo.  Salustio  entre  los 
escritores  laiinos,  la  Fontaine  y  Giiateaubriand 
entre  ios  franceses  y  ei  ooude  de  Toreso  entre 
ios  españoles,  ímib  usado  mueho  y  de  una  ma* 
nera  félia  del  arcaismo. 

Kl  areatsmoes  locontrario  del  neologismo, 
Y  las  mas  de  laa  Teceu  llega  á  ser,  como  este 
QQ  defecto,  caando  se  emplea  sin  gusto  y  con 
afeetacion.  fiay,  sin  embari^o,  menos  ¡ncooTe- 
ciente  en  apelar  al  prioMro  que  al  segundo» 
pues  en  efecto  con  el  neologismo  es  difieil  no 
incurrir  en  barbarismo,  al  paso  quecon  el  ar- 
caismo  se  paede  obtener  un  estilo  que  no  estó 
desproTisto  de  gracia  y  naturalidad. 

ARGANO  6  ARGANUM.  Llámaseasi  toda  ope- 
taeion  místeriosa  de  la  alquimia,  todo  remedio 
«ecreto,  cuya  composicion  se  oculta,  atriba- 
Téndole.gran  eflcacia.  Por  lo  demas,  este  tér- 
siino  se  aplica  mas  especialmente  á  la  ciencia 
fntigua,  pueshoy  los  sabios  y  los  médlcos  son 
demasiaée  fiiósotos  para  que  pretendan  tener 
ecultes  trabajw  ó  descubrimíenlos  que  podit^ 
laa  ser  óHles  á  la  hamanidad.  Asi,  pues»  sol» 
ál  efaarlatanlspo^  á  iaignoraasia  jih codiei« 


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ARCANO-AaCEDIANO 


408 


debemos  atríbair  el  empleode  los  remedlos  se* 
cretos,  cuya  pcrsecacion  es  del  dominio  de  la 
polícía  médica,  y  de  las  atribuciones  de  las 
autorídades. 

ARGANSOX.  Brea  seca  6  resina,  sustancia 
resinosa,  sólida,  parduzca,  frágil,  que  es  un 
residuo  de  ia  tromeotina  comun,  y  que  sirve 
príncipalroeQte  para  frotar  los  arcos  de  los  ins- 
trumentos  de  cuerdas. 

ARGEDIÁNO.  {Derechü  eclesiástico,)  Díóse 
autiguamente  cste  nombre  al  diácono  raas  an- 
ciano,  ó  al  que  elegia  el  obispo  para  presi- 
diríos,  y  hoy  dia  á  un  eclesiástico  provisto  en 
unadigQidadque  leda  una  especiedejurisdic- 
cion.  De  csta  palabra  se  formó  IsTde  arce* 
dianato,  para  desígnar  el  oflcio  y  su  dignidad 
y  la  parte  del  territorio  que  esti  sujeta  á  la  vi- 
sita  dei  arcediano,  cuya  estension  ha  designa- 
do  el  oblspo.  £1  origen  deesta  dignidadsere- 
monta  el  tiempo  delos  apóstoles,  qacoligieron 
entre  los  prímeros  crístianos  los  que  eran  roas 
cülosos  y  vigilantes  para  conflaríescl  cuidado 
de  los  pobres  y  encargarles  la  distribucion  de 
las  oblaciones  de  los  fleles.  El  primero  que  se 
honró  con  este  tilulo  fué  San  Estéban,  á  quien 
llama  San  Lucas  el  prímero  de  los  diáconos. 
Sus  funciones  se  reducian  entonces  á  la  distri- 
bucion  de  las  limosnas;  peroel  manejo  del 
dinero  y  dc  las  riquezas  de  la  iglesia  hizo  que 
se  reputasen  muy  pronto  superiores  los  *arce- 
dianos  á  los  presbiteros,  que  limitados  pura- 
mente  á  las  funciones  espirituales,  como  la 
oraciou,  la  instruccion  y  administracion  de 
sacramentos,  tuvieron  menos  crédito  y  autori- 
dad:  esplicaremos  esto  con  mas  dctencíon. 

Los  diáconos  fueron  establecidos  priroera- 
mente  para  aliviar  á  los  obispos  y  presbiteros 
de  las  funcioues  esteríores  del  gobierno  de  la 
iglesia:  el  titnlo  de  arcediano  se  dió  al  que  el 
obispo  consideraba  por  mas  hábil  y  vigilante; 
despues,  al  tiempo  de  conferírle  este  titulo,  le 
encnrgaban  una  parte  de  su  jurisdiccion.  Asi  es 
que  los  arcedianos  eran  entonces  los  vicaríos 
generales  dcl  obispo,  y  ejercian  en  su  nombre 
la  jurísdiccion  episcopal  en  las  iglesias  de  su 
territorío;  los  consideraban  como  sus  ojos  y 
sus  manos;  en  la  iglesia  cuidaban  de  conser- 
var  el  órden  y  decencia  en  el  servicio  divino; 
eran  los  maestros  y  superiores  de  los  clérigos; 
señalábauies  sns  puestos  y  funcíones;  si  noha- 
bia  ecónomo,  rccibian  las  oblaciones?  y  rentas 
de  la  igle^ia,  y  cuidaban  de  la  subsistencia  de 
los  clérigos  y  de  los  pobres;  eran  los  censores 
do  las  coslumbres,  y  vigilaban  para  corregir- 
'  las:  advortian  á  los  obispos  todos  los  desórde- 
nes,  y  ejercian  casi  las  funcioues  de  los  pro- 
molores  actuales  para  repararlos. 

La  estension  de  su  poder  y  de  las  funcio- 
nes  que  ejercian  los  colocaba  en  la  gerarquia 
eclesiAstica  inmediatamente  despues  del  obis- 
po.En  el  Biglo  YI  les  concedieron  Jarísdic- 
cion  sobre  los  presbiteros,  y  en  el  XI  eran  ya 
cemo  unos  jueces  ordinaríos  que  tenian  de  ofl- 
cio  una  Jurísdiccion  propia  y  potestad  parade 


legaria:  ejerctan  i  nombre  suyo  el  mismo  de* 
recho  dé  que  gozaban  como  delegados  dek 
obispo.  Mucbos  Uivieron  tambien  pretensiones 
de  juzgar  en  primera  instancia  todos  los  nego- 
cios  eclesiisticoá  de  su  arcodianato,  y  de  poder 
uombrar  unjnez  quedecidiese^loperteneoiente 
i  la  Jurisdiccion  contencíosa.  Pero  iprínclpios 
del  siglo  XiII  trataron  los  obisi>08  de  reducir  i 
sus  justos  limites  estas  pretensiones  de  los  ar- 
cedianos,  qne  se  habidn  apoderado  de  casí  to- 
da  su  jurisdiccion;  quilironles  la  jurisdicciou, 
voluntaría,  estableciendo  los  vioarios  genera- 
les,  y  la  contenciosa,  nombrando  provisoreá,  y 
redujeron  ia  que  les  quedaba  multiplicando  íos 
arcediauatos.  Loscinones  dc  muchos  condlioft 
sostuvieron  i  los  obispos  en  su  derecho;  y 
siempre  que  recurrieron  i  los  tribonales  se- 
culares  quejindose  de  las  usurpacionea  de  los 
arcedianos,  los  paríamentos  las  declararon 
abnsivas,  y  redujeron  la  jurisdiccion  de  los  ar- 
cedianos  ó  sns  limites.  Ya  no  ies  ha  quedado 
mas  que  el  derechode  visitar  laa  iglesias  de  su 
arcedianato  formar  las  sumarías  del  estado  en 
que  se  hallan  las  parroqnias,  oirlas  quejasque 
dan  los  feligreses  contra  los  curas  pirrocos, 
examinar  las  cuentas  de  las  rentas  de  fibricas, 
y  establecer  ei  arreglo  en'  la  recaudadoa  y 
empleo  de  sus  productos. 

Los  arcedianos  que  estin  en  posesiOD  de 
hacer  reglamentos  en  el  tiempo  de  su  visita, 
pueden  establecer  lo  quc  les  parezca  conforme 
i  las  sinodales  y  costumbres  de  la  diócesis, 
relativaroente  i  los  vasos  sagrados,  los  bancos 
de  las  iglesias,  ei  servicio  divino  y  otras  ma- 
terias  de  semejante  naturaleza;  pueden  tam- 
bien  segun  la  jurispmdencia  de  los  decretos. 
decidir  en  las  cuestiones  que  mereoen  redu- 
oirse  i  proceso;  pcro  no  les  es  permítido  pro- 
nunciar  snjuicioenias  qne  pertenecen*i  un 
tríbunal  contencioso,  ni  sobreios  negocioa 
importautes  que  son  de  la  Jurísdiccion  volun* 
taria,  como  laAdispensas  de  proclamas  y  licen- 
cíasde  asistiral  matrimonio  en  el  tiempo  reco- 
nocido  inbibil  por  la  iglesta.  Aunque  en  ge- 
neral  perténece  i  los  juecesseculares  ladisci- 
plina  de  las  escuelas,  puede  el  arcediano  asi 
como  el  obispo,  preguntar  en  el  circnlo  de 
su  visUa  i  los  maestros  y  maestras  de  las  es- 
cuelas  de  las  aldeas  sobre  su  porte,  y  aundes- 
tUuírlos  cuando  no  esté  .«atisfecho  de  su  doctrí- 
na  y  de  sus  costumbre?.  Por  lo  comun  no  tie-. 
nen  los  arcedianos  derecho  de  visitar  los  mo- 
nasterios  y  colegiatas  de  su  arcedianato;  pero 
si  estnviesen  en  posesion  de  visitarlos  y  anre- 
glarlos,  deberían  conformarse  con  la  prictica. 

Es  permitido  i  los  arcedianos  visitar  en  per- 
sona,  siendo  i  su  costa,  las  parroquiasen  don- 
de  son  curas  losreligiosos,  aquellas  en  donde 
lós  cabildos  pretenden  tener  un  derecho  de  vi- 
sita,  y  aun  i  las  que  períenecen  i  ias  enco- 
miendas  de  la  órden  de  HalU.  Por  loque  hace 

I¿  lasiglesias  parroquialcs,  establecidas  en  los 
monasterios  que  sonexentosde  lajurísdiccioa 
de  Í08ordioarios,soloei  obispo  puede  visitar* 


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ARCfiDIANO-ARCflENA 


4Í0 


Its  en  persona.  Ifl  areedUno  solo  debe  Tisitar 

uoa  Tez  tl  año  las  igte&ias  parroquiales,  á  me- 

008  qae  ooarra  algoD  motiYo  poderpso  que  le 

obligiie  ¿  Tisitar  segunda  Tez'  dentro  del  mis- 

oo.  Debe  Tisitar  todas  1ü§  capiUas  domésticas, 

7  hacer  que  le  deo  cuenta  ias   cofradias  quc 

soele  haber  en  las  capiilas  de  los  palacios  de 

los  señorcs.  Las  apelaciooes  de  lo  diFpucsto 

eo  la  Tisita  por  los  arcedianos  se  debeo  presen- 

(ar  al  obispo  y  no  al  Ticario  general;  porque 

k»  arcedianos  son  considerados  como  Ticarios 

geomlea  del  obiapo,  y  poseea  por  ütuloei  ar- 

eedianato,  que  les  da  una  especie  de  Jurisdic- 

eion.  Toca  tambien  al  arcediano  el  derecbo  de 

presentar  al  obispo  los  que  deben  ser  ordena- 

dos,  asistir  al  exámen  de  los  que  deben  recibir 

las  órdeneSy  y  poner  6  mandar  poner  en  pose- 

sion  de  los  beneflcios  corddos  ¿  los  que  son 

iegiümimente  proTistos  eo  cllos.  Ei  que  ejer- 

cia  actes  las  funciones  de  arcediano  no  podia 

ordenarse  de  pretibitero  sin  perder  sn  digni- 

dad;  despues    que  los  arcediauos  se  bicieron 

ordioaríos  y  no  ejercieron  jurisdiccion  sobre 

iosp¿rrocos,  como  Ticarlos  del  obispo,  se  ies 

precisó  ¿  qoe  ascendiesen  al  presbiterado,  ¿ 

fln  de  qoe  los  p¿rrocos  no  estUTiesen  sujetos 

¿  ona  persona  inferior  á  ellos  por  la  ordena- 

cion:  los  arcedianos  «ieben  tambien  ser  licen* 

dados  en  teologia  y  derecbo  canónico,  aon 

cuando  no  tengan  que  ejercer  funcioues  de  ju- 

rísdiccion  y  de  Tisita,  'porqoe  son  dignidades 

de  las  iglesias  catedrales.  Aunaue  cn  lo  anti- 

goo  no  hubo    mas  que  un  arcediano  eu  cada 

igieaia  catedral,  la  estensioñ  de  las  diócesis 

hizoque  se  diTidiesen  en  muchos  arcediana- 

tos,  y  en  algunas  dióccsis  el  arcediano  de  la 

sUIa  episcopai  toma  el  titulo  de  arcediano  ma^ 

yor.  Coando  ei  arcediano  Ta  de  Tisita  le  deben 

recibir  con  muestras  de  distincion.  üna  de  las 

principales  es  qoe  salgan  á  recibirie  el  cura  ¿  la 

poerta  de  la  iglesia,  y  qné  ¿  presencia  de  este 

se  ponga  aquet  la  estola. 

Be  aqui  todo  io  que  cn  la  partc  de  discipli- 
oa  se  reíiere  á  la  persona  y  ¿  la  dignidad  del 
aroediano,  segun  io  espone  el  abate  Bergier 
en  so  escelente  Diccionarío  dc  teologla,  cuya 
Tcrsion  españoia  tenemos  ¿  la  Tista,  y  que  re- 
polamos  como  un  Toto  irrecusable  en  este  gé- 
nero  de  asuntos,  Bi  blen  sus  doctrínas  est¿n 
ealcadas  sobrc  ia  pr¿cticade]a  iglesia  francesa, 
coyo  defecto  do  se  Iia  corregido  en  el  arreglo 
y  tradnccion  española  recienlemente  hécba  de 
^  interesante  ol>ra. 

áRCÜ£NA.  (baños  db)  Siluados  ¿  modio 
eoarto  de  legua  de  la  Tilla  de  Archena,  ¿  la 
orílla  derecha  dei  Segura,  proTincia  de  Mur- 
cia.  El  estableeimiento  tiene  unas  440  habita- 
dones  para  los  ]>añistas.  Ki  ediflcio  dqnde  es- 
t¿n  encerrados  ios  baüos  tiene  ia  figura  de  un 
reetánguio,  caya  snperflcie,  de  unos  42,000 
píes,  comprende  ei  manantiai  ó  uacimiento. 
Hay  40  baños  ó  pilas  para  hombres  y  48  para 
nogeres,  ademas  de  un  grau  baño  general  pa- 
racadaséxo^  sudaderos,  piezas  de  descanso 


para  despnes  de  tomado  el  baño,  etc.  Hay  tam- 
bien  un  i)año  especial  para  la  tropa,  y  otro  pa- 
ra  los  pobres. 

Nacen  las  agoas  minerales  h¿cia  la  base  de 
ia  montañaconocidacon  el  nombre  de  Salío  del 
Ciervo.  El  caudal  de  ellas  es  constante  y  con- 
siderable,  áument¿ndose,  no  obstante,  en  tiem- 
po  de  llnvias  y  disminoyendo  con  la  sequía. 
Las  piezas  donde  brotan,  y  que  llaman  el  Na^ 
oimiento,  distau  pocos  pasos  del  silio  donde 
est¿n  los  l)año8,  poff  cuya.  causa  príncipal« 
mente,  aun cuandocorren  en canales  abiertos 
para  regislro  de  corto  en  corto  trecho,  sc  des- 
componen  tan  poco,  qoe  ni  auu  de  su  tempe- 
ratura  pierdcn  sensiblemente  al  Ilegar  ¿  las  úl- 
timas  pilas.  Dicha  temperatura  es  de  42^  Reau- 
mur  en  todas  las  boras  del  dia,  y  en  las  diver- 
sas  eslaciones  del  año.  Las  agoas  son  perfec- 
tamente  di¿fanas  en  ei  momenlo  que  se  toman 
del  manantial,  pero  pierden  su  Irasparencia  á 
medida  que  emiten  el  calóríco.  Desde  que  se 
produce  estc  áltimo  fenómeno  ofrecen  un  tíso 
aaulado,  que  fc  disipa  cuando  bajan  ¿  la  tem- 
peratura  atmosférica,  volviendo  ¿  rccobrar  en- 
tonces  80  diafáneidad.  Semcjante  propiedad 
engaña  ¿  muchos  bañistas  acerca  de  la  limpie'» 
sa  de  las  aguas;  'pues  Juzgan  que  sirTieron  pa- 
ra  otros  las  turbias  y  no  las  cristalinas.  Tieuen 
olor  fuerte  ¿  bueTos  podridos,  y  gosto  salobre 
distinlo,  siendo  este  último  mas  intenso  coan^ 
do  están  frías,  y  poco  perceptible  en  el  mismo 
caso,  el  prímero.  No  se  apaga  la  luz  de  una 
Tela  dentro  de  las  piezas  donde  nacen  las 
aguas;  pero  arde  con  escasa  llama:  igual  fe- 
nómeno  ocurre  en  las  de  baños,  especialmcnte 
cuando  se  usan  todas  las  pilas.  Tratadas  las 
uguas  con  la  tintura  de  flor  de  Tioietas,  toman 
un  Tiso  Tcrdoso;  con  la  de  lornasol  se  ponen 
de  un  color  rojo  aTinado.  La  calse  precipitaen 
disolucion,  mezcl¿ndola  con  el  agua  mincral. 
Las  disoluciones  de  bidroclorato  de  barita,  ni- 
trato  de  plata,  ¿cico  ox¿lico  y  sub-acetato  de 
plomo,  da  un  precipitado  abundante  en  ci 
momentoqoe  se  mezcian  con  el  agoa:  tambien 
le  da  la  disolucion  de  sulfato  de  cobre,  si  se 
aüade  ¿cido  bidroclóríco  antes  de  ia  mezcla. 
El  amoniaco  líquido  pone  lecbosa  el  agua  mi- 
neral.  Los  Jaliones  son  poco  solubles  en  et 
agua,  mientras  conserva  una  temperatura  sn- 
perior  ¿  la  de  la  atmósfera;  y  del  todo  iñsolu- 
bles,  cuaodo  pierden  las  aguas  su  esceso 
de  calórico.— Examinadas  qoimicamente  estas 
agoas,  presentan  ensu  composiclon  mudio  gas 
¿cidu  iiidrosulfúrico,  ¿cido  carbónico,  bidro* 
cloratos  de  sosa  y  de  magnesia,  carbonato.^  de 
cal  y  dc  sosa,  etc.  Son,  por  consigulente,  sul* 
fiirosas  termales. 

Administranse  en  baño  y  en  bebida,  ca- 
lientes  y  cnfriadas»  en  estufa,  en  chorro,  cn 
embrocaciones,  etc.  Tienen  fama  de  muy  enér- . 
gicas,  y  asi  es  raro  el  bañista  que  las  toma 
mas  de  nncTo  dias.  Su  eflcacia  es  reoonocida 
contra  la  sarna,  la  tiña,  el  berpes  y  demas  tí* 
cios  cul¿Qeos;  promueTen  bleobechofas  retK)« 


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AtlCfiBNA— AfiCHIPIELAGÓ 


Ui 


locioDes  en  Tarias  úlceraa,  herídas,  ederoaa, 
debilidadesconatitucionales,  etc.  Administradas 
fnas,  son  un  purgante  suave:  en  el  roismo  es- 
tadOp  y  mejor  calieotes,  son  carminativas  ó 
ayudan  i  espeler  los  llatos,  produciendo  á  ve- 
oes  particulares  efectos  contra  la  cardialgia  y 
otras  afecciones  gástrícas  rebeldes. 

Las  mejoresépocas  de  usar  estas  aguas  son 
la  prim  a^era  y  el  otoño;  debiendo  preferirse 
eu  estas  tcmporadas  los  periodos  mas  serenos 
y  templadoE.  El  fuerte  de  la  concurrencia  (qoe 
esdemasde  4,000  personas  detodas  clases  por 
quinqueoio)  empiesaá  flnesdeabril,  TerUloán<^ 
dose  el  Heno  de  ambas  temporadas  en  el  mes  de 
mayo  y  en  la  úUima  quinccna  de  setiembro. 
Los  baños  de  Archena  se  hallan  en  un  es- 
tado  tan  triste  y  abandonado  como  casi  todos 
los  establecimientos  de  esta  dase  en  España. 
El  concurrente  nohallamas  que  el  manaotial, 
pero  niBgunade  las  comodidades  y  distraccio- 
nes  qoe  tanto  cooperan  al  efecto  de  las  aguas. 
El  celoso  médlco  director  de  los  baños  ha  he- 
cho  repetidas  gestiones  para  remediar  tan 
inescusable  abandono;  y  en  4844  casi  pudo 
creer  que  iban  á  Terse  coronadas  por  el  mas 
feliz  éxito.  Sin  erobargo,  nada  se  haJiecho, 
quedándonos  solo  la  esperanza  de  que  tal  Tez 
pase  al  dominio  de  un  particular  el  estableci- 
miento  (que  es  de  uou  encomienda  vacante  de 
San  Juan,  y  se  halla  adninistrado  por  la  Amor- 
tisacion),  y  entonces  el  interés  particular  h'ará 
lo  que  en  vaoo  se  ha  reclamado  de  la  admi- 
nistracion  pública  en  su  proTccho  propio,  no 
menosque  en  beneflciode  la  provincia  y  oon- 
*  suelo  de  la  humanidad  doliente. 

Memoria  tobre  lat  agua%  mineralet  de  Arehena^ 
per  don  Mariano  José  Goniilei  Cre»po.  MaáTld,  1S4i. 

Memoria  sobro  las  mísmai  ag oas,  por  doBtNicelás 
Sanchez  de  las  Blatas,  médico-director  del  cslable- 
cimiento.  Madrid,  18i6. 

ARCHIDUQUE.  (Bistoria.)  Es  un  tltolo  que 
denoUi  una  calidad,  preeminencia  y  aotoridad, 
qnc  elcTa  al  que  lo  ha  adqoirído  sobre  todos 
los  duques.  En  España  se  ba  usado  tambien 
este  titulo  durante  ia  dominacion  de  la  casa  de 
Austria  y  en  Fraocia  se  remonta  al  reinado  de 
Dagoberto,  en  ei  que  ya  se  eonoció  un  archí- 
dnque  y  despues  los  de  Lorena  y  Brabante.  Mas 
tarde  ha  llegado  á  Tincularse  en  la  casa  de  Aus-  ' 
tria,  siendo  uno  de  los  titulos  qac  adoroan  á  todo 
prlncipe  ó  prínoesa  de  esta  familia.  En  su  ori* 
gen,  perteaecia  al  gefe  de  la  casa,  quien 
loposeia  solo^  ant«;B  de  Iialiarse  en  poeesion 
de  las  coronas  de  Hungría  y  Bokemia,  y  aiites 
de  sentarse  en  cl  trono  iroperíal  de  los  Cé6«- ' 
res.  Desde4  4  56,  ios  duques  de  Austria,  residen- 1 
tes  á  la  sazoo  en  el  castillo  de  Kahlen]»erg, ! 
adoptaron  ei  tltulo  de  archidoques,  pero  sin 
qne  pasara  i  ser  heredMarío  ea  sos  casas  hasta 
la  promulguoion  de  la  bnlt  de  Oro,  bo  siendo 
reconooido  por  \o%  eleetorcs  del  Santo  Imperio 
huta  4453,  eu  vu'tod  'de  eapreto  mandalo 
del  emperador  Federico  III. 

ARCHIPltUGO.  (ffirtona  nmrtA.)  El  que 


manda  enelmar;  de  arque  m2tnáo,j pelagag, 
mar.  Nombre  dado  á  la  reuuion  de  muchas  is* 
las  que  puede  considerarse  como  las  subni- 
dades  de  un  conlineote  futuro,  ó  como  un  con- 
tineute  sumergido,  que  solo.  presenta  en  la  so* 
perOcie  de  las  aguas  la  cima  de  sus  montañas, 
Asi,  en  la  época  en  qoe  las  grandescordilleras 
Iltmadas  prímiiiTas  han  surgido  del  seno  dei 
Océano,  formaron  archipiélagos;  y  el  Gjemple 
^e  las  catástrofes  que  han  trastornado  nuestro 
planeta  ofrece  al  esplrito  del  geólogo  la  posi- 
bilidad  de  uoa « reTolucion  que  presente  ua 
contineDte  donde  dhora  solo  Tcmos  un  archi'» 
piélago,  ó  quc  conTierta  en  islas  esoarpadaa 
las  cumbres  de  los  Alpes  y  de  los  Piríneoa. 

Sin  embargo,  uu  heoho  que  debemos  con- 
siderar  es,  que  casi  todos  los  archipiélagos  qoe 
losviageros  han  observado  ofrecen  pruebas 
iuequiTocas  de  su  formacion  ignca:  tales  son 
el  archiplélago  de  las  Filipinas,  el  de  las 
Sandwich,  todos  los  del  mar  dol  Sur,  las  islas 
de  la  Grecia,  las  AntUlas,  las  Asores  y  las  Caua- 
rías.  Tanto  al  Norte  comoal  Mediodla,  todas  las 
islas  presentan  indioios  incontestables  de  los 
fuegOB  subtcrráncos.  Pero  estáreconocide  que 
Ics  volcanes  solo  existen  á  la  inmediacion  dei 
mar;  tambien  está  aTeriguado  que  son  sub- 
marínos  y  que  part  abrir  nuevos  respiraderos 
pueden Jevantar  el  fondo  de  los  mares  y  formar 
cráteres  en  niedio  del  Océano.  Siguese  de 
aqiü  que  tales  archlpiélagosTolcánicos  han  de* 
bido  de  surgir  del  seno  de  ias  hondas  y  apa^ 
garse  enuno  época  ya  remota,  cuaodo  ias 
aguas  al  retirarse  han.  d^ado  dichos  Tolcanea 
eo  medio  de  ooniioentes  mas  ó  menos  tssIos  y 
lejos  del  Océano.  Pero  por  otra  parte  la  iuspec- 
cion  de  un  wapa-roondi  y  las  observucionei 
geológicas  parecep  probar  hasta  la  eTidencia 
que  una  irrupcion  de  los  marea  llegó  á  engo* 
Ilir  y  seocionar  ios  continentes;  asi  es  qoe  la 
loglaterra  lia  sido  'separada  de  la  Fraocia,  el 
Afríca  de  la  Eurcpa,  etc.  Preciso  es  por  tanto 
admitir  qu^  la  mayor  paríedelos  archipiélagoa 
qoe  conocemos,  salidos  en  un  principio  det 
foodo  de  las  aguas,  han  foitnado  en  seguida, 
al  retirarse  cl  Océano,  varias  cordiUeras  de 
montañas  en  medio  do  los  continentes,  y  que 
despues  de  cierto  trascurso  dc  tiempo,  Tarias 
catástrofes  han  sido  causa  de  que  se  hayaa 
suraido  dichos  continentes,  cuyos  picos  toIcA- 
nicos  forman  en  el  dia  archipiélagos.  Asi  es 
que  los  volcaoos  de  la  AuTernia  han  ardido  en 
medio  de  las  aguas  de  donde  lian  brotado,  for- 
mando  islas;  y  bien  se  deja  entender  que  una 
irrupcion  marílima  que  nueTamentc  cubrieta 
el  suelo  de  la  Francia  dejaria  en  descubierto 
lascimasToleánicasdela  AuTemiay  presentoria 
¿  íos  futuros  naTCgautes  Tarias  islas  de  un  ori- 
gen  ignee  análogo  al  de  algunos  archipiélagos. 
A  mayor  abundamiento  las  invasiones  f 
retiradas  delOeéanonada  Uenen  deinadmisible, 
puesto  que  nna  muUitnd  de  hechos  geoliigicoa 
acreditan  ia  permanenciaperíódica  de  los  ma- 
res  cn  dilérentcs  regioaes,  y  qoe  no  conoce* 


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AItClinBLA6Ó 


ÁH 


w»  las  causas  <|iie  pneAen  potier  en  «coIod  hs 
foerxasde  la naturaíeza. 

A1U9IP1KLAG0.  {Geogra/la.)  Parle  M  mar, 
Mediterráneo  contprendida  entre  la  Turqoia  dei' 
Asia  al  Este,  laTurqirta  de  Europa  al  Oeste,  v' 
)a  isla  ée  Gandia  al  Sar.  Se  eotnonica  al  Norte, 
por  el  estreeho  de  los  DardaBoios,  con  ol  mar 
deMirraara.  Su  longitud  de  Norte  ¿  Surea  de 
4  50  legnas  y  8U  latitnd  de  Bste  4  Oeste  de  4  00. 
Este  gran  braso  de  mar  perteneoe  tanto  ¿  Eu* 
TOpa  como  al  Asia,  y  sn  esteoslon,  form  el  li- 
mite  de  estas  dos  partes  del  mondo.  Bn  las  cos» 
las  del  Arcbipiélago  se  eneoentran  muchos 
golfos,  babias.  y  pnertos  segoros  y  cómodaf  c 
circunstaneias  qoe  fayoreoen  mucho  ¿  tos  oms 
rinoSp  porque  esta  partedemaresdemuy  dift- 
cil  naYegaelon  ¿  cansa  de  las  mochas  islas, 
islotes,  roeas  y  escollos  que  se  encoentran  con 
bastanle  frecoencia.  Es  muy  peligroao  aventÉ- 
rarseenélen  el  invierno  sinpiloto,  porque«ien- 
do  su  aficbora  de  poea  consideracion,  es  indis- 
pensable  coando  se  lcvantamia  tempestad,  cosa 
qoe  soeede  con  bastaale  frecoencia,  lomar 
precfpitadamente  on  poerto»  ó  poners^  al  abri-* 
go  de  nn  golp^  de  tiento  en  ona  ensenada, 
Setrés  de  algona  isla.  En  este  caso,  es  preci8í> 
qae  una  larga  esperiencia  tenga  conocMos  los 
pasaa  ^ue  poedeu  arrlesgarse,  los  peligros  que 
deben  eritarse,  y  eonocer  por  ia  sonda  tedos 
los  sorgideros  eu  <|o&scpaede  ecbar  el  an- 
eia  Bin  esponerse  ¿  ser  arr<4ado  y  estrellado 
aontra  las  rocas  de«na  costa. 

El  ArcbipléUgo  esel  Ác(pQCtoyicsX«Y^  de  los 
griegos,  el  JEgatxtm  mare  Je  los  romanos,  y 
¿gnnos  antiguos  lo  liau  liamado  EXXTivtxóv- 
•KÚbcYo^.  Iste  mar  Egeo,  que  bafiaba  en  Asia, 
las  fflárgeues  de  Jonia  ó  de  Tróade,  de  Misia, 
de  )a  Lldia,  de  Garia  y  de  Licia;  en  Eoropa  las 
deTracía,  Macedonia,  Tesalia,  Beotia,  la  Isla 
de  Bobea,  el  Atica  y  el  Pcloponeso,  fuéel  prin- 
cipal  teatro  de  la  navegacion  de  los  griegos  y 
de  sos  cspedidones  navales  mas  memorables. 
Cerca  de  Artemisio,  en  Eubea;  en  Salamina  vn 
el  golfo  Saronico;  cercadel  monte  Mycale,  so- 
bre  la  costa  de  Jonia;  en  todos  e^tos  puntos 
vencieron  ¿  los  persas.  Sl  paso  de  las  Termo- 
pUas  estaba  cerrado  por  los  costados  dei  mon- 
te  OEla  y  las  márgenes  del  golfo  Maliaco. 

Las  Islasdel  roar  Egeo  pertenecian,  unas  á 
Coropa  otras  ¿  Asia.  Entre  ias  primeras  sobre- 
salian  Esciros,  eélebre,  en  la  bistoria  beróica 
de  la  Grecfa  ,  por  haberia  Tisit¿do  Aquiles  y 
permanecido  en  ella  en  su  juvenlud.  Mas  tarde 
fué  dominada  por  ios  dotopes,  crueles  piratas 
lanndM  4e  ella  por  Gonon,  general  ateuiense. 

Eobea,  separada  de  la  costa  de  la  Beocía 
por  el  Eoripe,  estrecbo  de  oincuenta  pasos  de 
«ocho,  donde  se  bace  sentir  el  ílujo  y  reflujo 
del  Dar,  tenia  por  capital  ¿  Ghalces,  ona  de  las 
llafesde  la  Grecia,  y  en  la  qoemurió  Arístóte- 
les.  La  isla  y  ia  ciiidad  se  Maman  hoy  el  Negro- 
ponto. 

Ai  Modiodla  ée  la  Eabea  se  hallan  nume 
rau  lalas ,  aproximadas  entre  si ,  formando 
U4    UUnJOTVCA  mut.Aii, 


una  especie  de  borrera  ¿  la  cntrada  meridio* 
nal  del  Arcbipiélago  y  llamedas  en  otra  época 
Giclades  porque  estaban  dispuefctns  en  furma 
clrcular  ai  rededor  de  Deles.  Las  príncipales 
erau  Audros,  eélcbre  por  el  templo  y  Tucnte  de 
Baeo;  Mos,  mirada  con  reverencia  porlos 
^riegos  qno  creían  haber  naoido  en  eüa  Apolo 
y  Diana,  el  templo  de  Apelo  era  uno  de  ios  mas 
SMtuosos  y  frecoentados  de  ia  Grecia,  el  te- 
soro  contenia  rlquesas  inmensas ,  ¿  nadie  se 
esterraba  ca  aquella  isla  sagrada,  los  cuerpos 
de  los  difuntos  eran  trasladados  ¿  Reoca,  pe- 
<|ueñá  isla  inmediata;  Paros,  eélebre  por  sus 
pceciosos  mirmoles;  Naxos,  que  producia.viooa 
esquisitos;  Tberas,  que  uació  dei  seiio  de  los 
mares  ¿  imputso  de  nna  empcion  voic¿Qica  y 
cnyo  terreoo  humea  aun. 

€yteraestaba  entre  ei  mar  Egeo  y  cl  Jóni^ 
oo;  Grata  confloaba  al  Mediodia  con  el  mar  Egeo 
y  daba  su  nombre  ¿  las  aguas  que-se  estendiau 
entre  sns  costas  y  las  ¿¿rgenes  de  las  Gi- 
clades. 

Las  islas  qoe  pisrtenecían  al  Asla  eran  Sa- 
motraela,  oélebre  por  los  mistcrios  instituidos 
en  boDonde  los  dioses  Cabires:  su  templo  ofre- 
cla  ¿  laidesgracia  un  ueIIo  inviolablemcnte  sa-t 
grado.  Lemnos,  frecaentemente  espuesta  ¿  los 
terremoM,  to  quc  did  litgar  á  la  creencia  tra- 
dicional  de  qoe  Vulcano  babilaba  en  ella  y  ha- 
bia  establecido  8U8  fraguas,  tenia  un  laberinto 
cétebre;  se  atribuian  'virtndes  asombrosos  ¿ 
una  especie  de  tierra  arcillosa  que  se  encontra- 
hñ  en  ella.  Tenedos,  floreciente  en  tlempo  de 
Priamo:  sus  vioos  son  aun  muy  celebrados. 
Lesbos  hizo  en  otro  tiempo  gran  papel  en  la 
Grecia:  su  capilal  MityleQefoé  patria  de  Safo; 
Eresa,  etra  de  sus  ciudades,  foé  célebre  por  el 
nacimientodeTeofrasto.  LasArguinusas,  en  cu- 
ya  proximldad  se  dió,  el  año  404  antes  dc  Je- 
sucristo»  uncombate  navai  entre  losalenien- 
ses  y  lacedemonios ,  se  liaUan  al  Oriente  de 
Lesbos.  Ghio  foé  m  todo  tiempo  célcbre  por  sos 
vlnos;  Gliío,  sn  capital,  fué  uoa  de  las  ciudades 
qoe  se  gloriaban  de  baber  sido  cuna  de  Ho- 
mero.  Samosfué  pormucho  tiempo  un  raotivo 
dedisidencia  entre  los  griegos  y  persas;  foé  co- 
na  de  Pit¿gora8,  y  Juno  tenia  en  ella  nn  lemplo 
soberbio.  A  corta  di&tancia  se  balla  Icaria,  pe- 
queña  isla  que  debia  su  nombre  á  la  funesta 
aventura  del  hijo  de  Dédalo.  Las  playas  limi- 
trofes  se  desigoaban  con  la  denominacion  de 
raar  lcario. 

Al  Medíodia  se  cfitendian  las  Sporadas,  cu- 
yas  islas  conflnan  por  Poniente  con  las  Gida- 
des  y  por  Orienle  con  la  costadel  Asia:  so  pro-^ 
pia  denominacion  indica  qne  muy  lejos  de  estor 
cerca  unas  deotrasse  hallan  dispersas.  En  e^- 
te  grupo  es  notable  Pathmos,  pequeña  isla  lle- 
na  de  grutas,  en  la  qoe  se  cnseña  aun  U  que 
se  cree  faabitó  San  Juao  Evangelista  cuando 
escribióei  Apocalipsis.  Cos,  en  otro  tiempo 
Merope,  se  gioriaba  haber  sido  cuna  dc  Hipó« 
crate«.  Rodas,  on  tiempos  anliguos  Ophuisa, 
fúé  oua  rep6blica  poderosa,  quo  conservd  po? 
T.    iii*    H 


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415 


Aft<2HlPlELAG0 


ua 


hrgo  tiempo  su  independcncla,  faé  célebre  por 
ta  sabiduria  de  sus  leyes.  Carpatos  dió  su  Dom- 
bre  al  mar  quc  ia  rodea. 

La  liistoria  nos  preáenla  lus  islas  del  Ar 
cbípiélago  Independientes  en  ios  licmpos  pri  - 
mitivos  y  pobladas  de  heleuos;  con  el  trascurso 
de  los  sígloa  unas  pertenecicron  á  los  persas, 
otras  á  los  griegos;  estas  con  et  goce  de  su  li 
bertad,  suministrando  á  la  confodcracion  he- 
Jénica  cicrto  número  de  embarcaciones.  Siendo 
Atenas  la  república  mas  podcrosa  en  ios  ma- 
res,  teoia  cou  ellas  las  relacioncs  mas  direc 
tas.  Háciaei  año  461  antes  de  Jbiucristo,  Ate- 
nas  sustituyó  ct  subsidio  dc.aqtiellas  cmbarca- 
ciones  con  una  contribucion  en  metúlico.  M  ts 
tarde  la  exigió  eomo  un  tributo,  y  urrebató  á 
Dclos  cl  arca  destinuda  á  los  armamentos  ma- 
rilimos.  Los  isleños  sesublevaron  el  año  415, 
pero  al  íln  los  redujo  Pericles.  Posteriormeute 
tuvieron  lugar  insurrecciones  parciales,  y  al- 
gunas  se  emanciparon  Je  la  suprcmaciA  de 
Atcnas,  produciendo  con  esta  conducta  un  es- 
tado  do  turbaciones  ca^i  contínuas.  En  el  año 
392,  Conon  los  obligó  vlvamente  á  someterie 
á  la  proteccion  de  Atenus.  Firmada  la  paz  el 
año  387;  entre  los  persas  y  lacedemonios ,  no 
dejó  ¿  los  ateuienses  mas  que  Lemnos,  Esciros 
é  Irabros.  La  pérdida  de  sus  poscsiones  en  el 
mar  Egeo,  produjo  la  destruccion  de  la  marina 
griega. 

Las  islas  del  mar  Egeo  participaron  de  la 
fluerte  de  la  Grecia»  y  llegaron  ¿  sometersc  á 
los  romanos.  Con  ladccadcncia  del  imperiodel 
Oriente  cambiaron  muchas  veccs  dc  duefios. 
Cuando  los  cruzados  se  apodararon  de  Cons- 
tantinopla  en  4204,  muchos  scñores  griegos, 
iiprovcchándose  dc  lacoofusion  en  que  se  en- 
contraba  el  imperio,  so  erigieron  en  sobcranos 
sobre  el  continente,  y  alguuas  de  las  islas  ca- 
yeron  en  poder  de  los  venecíanos.  Na.xia  llegó 
¿  ser  la  capitai  de  un  ducado  dd  Archipiélago 
qoe  subsístió  hasla  4  556 ;  todas  pertenecieron 
enlonces  ¿  los  turcos,  y  forman  con  el  sand- 
jalc  de  Galipoli  en  el  contínente ,  un  gobierno 
particubr,  bajo  las  órdenes  del  capitan  bajá. 
Metelim,  Scio  y  Malcronisi,  tiene  otros  duenos. 

El  nombre  de  Archipiélago  no  era  conocido 
de  los  antiguos ;  algunos  escritores  han  pre- 
tendido  cquivocadamenle  que  proveniu  de 
que  los  gricgos  concrctando  generalmentc  su 
Davegacion  ¿  estc  mar,  le  uplicaron  la  denomi- 
flacioti  de  Apy(ouiziXoi^oQ  para  indicarsu  pree 
miueficia,  lo  cual  es  uu  error:  archipiélago  es 
una  corrupcion  de  ApcY<xtouic¿XaYo<-  La  mayor 
parte  de  los  islas  que  comprendc,  conservaron 
sus  anliguas  denominaciones ,  desflguradas 
casi  de  la  misma  manera:  desnaturalizado  al  - 
guna  vez  el  nombrc  de  la  capital,  se  ha  dado  á 
la  isla;  el  número  menor  loha  cambiado  ente* 
i*amente.  Tambien  se  lia  escrito  archipelaQÍo 
6  arehiptélago,  Finalmeute,  se  lia  pretendido 
que  su  nombre  sc  derivaba  de  agiu  pelagé, 
(marSanto).  Los  turcos  liaman  al  Archipiólago 
Ak'degniz  (mar  Blanco),  por  oposicioa  ¿  Ca-  \ 


radegnizimir  Negro.  Los  rOmanosdistingDiin 
en  el  mar  Cgeo  la  parte  septentríonal ,  mare 
Macedonium,úeh  meridional,  mareGrcecum, 

oriccieiido  los  numerosos  puefios  de  este 
mar,  un  refugio  seguro  á  las  embarcaciones 
r»equcñas,  en  lauutigüodad  lo  mismo  que  eu  ías 
épocas  modernas,  se  ha  visto  frecuentemeulein- 
ftíslado  de  piratas.  dand  )  lugar  ¿  quese  le  lla- 
me  et  bosque  de  ladronee, 

Las  po  eocias  marilimas  de  la  Europa,  con- 
scrvan  generalmente  una  estacion  de  buques 
de  guerra  en  el  Archipiélago,  para  proteger 
la  navegacion  de  sus  súbditos.  El  capitan-baj¿ 
hace  cii  él  lodos  los  años  un  viage  de  circun- 
valacion,  para'  exigír  et  |ributo  y  limpiar  csle 
mar  dc  corsarios.  La  renta  qtie  estas  islas  pro- 
duccu  se  hulia  afecta  ¿  ia  coiiservaciou  de  la 
marinaotomana;desdeque§e  disminuyerou  por 
las  ví'jacioncsconüuuas  dc  uua  udministracion 
tirénica,  cl  produclo  dc  sus  contriliuciones  no 
basta  ya  para  el  objeto  ¿  que  eslaban  dcstinadas. 

La  poblacion  del  Archipiélago  se  compone 
priocipalmeute  de  griegos.  Algunas  de  sus 
islas ,  y  'sobre  todo  las  mas  |)equeñas,  no 
cuentan  un  solo  turco  entro  ^ps  habilantes;  y 
están  goberoadas  por  funcionarios  salidos  de 
su  seoo. 

Todas  estas  islas  son  montuosas  ;  *en  las 
mayores  hay  estensos  valles  y  llanuras  muy 
regadas  y  fértiles,  consiituycndo  sus  princi- 
pales  producciones  el  trigo,  el  vino,  el  aceite, 
los  higos,  el  algodon,  la  seda,  la  miel  y  la  ce« 
ra.  La  belieza  de  sus  jardines  es  iiicompara* 
ble.  La  tempcratura  permitiria  ei  ciiltivo  de  los 
vegetales  de  la  zona  tórrida ,  que  «umenta- 
ria  su  riqueza.  El  leolisco,  del  que  se  estrae 
resina  muy  buscada  por  su  agradable  sabor, 
crece  en  todas  las  islas,  y  priocipalmente  en 
Scio;  Onalmente,  sc  sacan  de  estas  islas  muy 
preciosos  mármoles.  Los  bosques,  quo  en  otro 
tiumpo  poblaban  las  cumbrss  de  los  montes, 
fueron  devastados  hace  muchoticmpo,  que- 
dando  aquelias  enleramenie  desnudas :  en  las 
islas  mas  pequeñas  los  babitantes  cultivan  con 
trabajo  las  luderas  de  las  monlañas;  gracias  at 
clima  sus  afanes  no  son  infructuosos.  La  ma- 
yor  parte  de  las  aldeas  y  ciudades,  se  hallan 
hacinadas,  por  dccirlo  asi,  en  las  alturas,  y 
ediQcadus  en  forma  de  anfíteatro  como  en  la 
autigUedad,  habitaciouos  intercaladas  con  edi- 
Ocios  sunlucsos;  la  lierra  está  cubierla  de  rui- 
nas;  las  casas  son  geueralmente  de  mezquioa 
apariencia. 

Todos  los  viagoros  cstán  acordcs  en  ensal- 
zar  la  bellcia  de  las  mugeres  del  Archipiéla- 
go,  qtie  muchas  veces  de^Oguran  con  sus  es- 
travaganles  y  caprichosos  tragcs  las  veotajas 
que  les  concedió  la  naturaleza. 

El  gobierno  de  los  turcos  ha  sido  quizás» 
mas  fatal  ¿  las  islas  del  Archipiélago  qiié  ¿ 
los  demas  paises  que  oprimc,  aunque  haya 
parecido  dejarles  una  sombra  de  indepen- 
dencia.  Principalmctitc  en  las  islas  mas  peque- 
úas,  'a  suerte  de  ios  habitantes  abandonados  ¿ 


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Ilí 


AECHUmAGO— ARCHiyO 


448 


li  mlf 0108,  era  deplorable:  •olamente  se  pro« 
caraba  atoriDeiitarlos  y  saquearlos:  asi  ea  qoe 
ía  Tista  de  un  barco  les  causaba  alacmas 
cnieles  y  se  refugiaban  en  sus  rocas.  Desgra- 
ciadamenle  teoiau  que  lemer  olros  eoemigos: 
los  corsarios  que  recornan  aquellos  mares 
Do  les  eran  roenos  funeBtos  que  los  lurcos. 
iM  menos  desgraciados  eran  ios  habilantes 
de  las  coslas  de  dificil  abordage  por  ru  as- 
perexa. 

Es  Terdaderamcnle  notable  que  en  tal  es- 
tádo  de  cosas  la  induslria  no  baya  heebo  pro- 
gresos;  en  algunas  islas,  sin  embargo,  se  fa- 
brícaban  lejidos  de  algodon,  cuya  eslremada 
flnora  rccordaba  las  beilezas  tan  encoroiadas 
de  ios  aotigaos.  No  secuidaban  de  esplotar  los 
melales  qoo  encierran  en  su  seno  las  laderas  ¡ 
de  las  monUñas,  y  las  porcelanas  abundantes 
en  lo3  lerrenos  volcánicos,  y  olros  produclos 
del  reioo  inioeral.  Solo  ei  mar  Ikmaba  la 
aleoeioa  de  los  isleños,  cnyas  coslas  abundau 
en  pesca,  y  en  ellas  aproTecban  lambíen  el 
coral  y  espon|as.  Nav^gantes  fmprendedores, 
despreeiaban  lo5  peligios  de  las  mas  largas 
Davefaciones  al  Nedilerráneo  y  adquíriau  uua 
esperiencia  que  fué  úlil  á  |os  turcos,  pues  ellos 
tripularon  despues  la  roayor  purte  dc  los  bu- 
qoes  de  la  roarina  otomana. 

En  ios  úitimos  veinle  años  del  ¿^iglo  XVIII, 
los  isleños  del  Arcbipiélago  adquirieron  por 
el  comercio  y  nna  estricla  economia,  riqueaas 
qae  los  han  constlluido  aun  en  estado  de  cui- 
tinir  su  entendimiento  y  de  ilustrarse.  Ilan 
tomado  una  gran  paite  en  los  e^fuerzos  ensa- 
yados  por  los  demas  gi  iegos  para  recobrar  su 
íitíenad;  baoproporcíonado  marinos  á  aqutllas 
flolas,  que  ya  mucbas  veces  difundieron  la 
derastaciOQ  en  la  de  sus  qpresofes,  quienes  se 
▼eogaroo  á  su  vez,  llevando  su  furor  hasla 
aqnellas  islas.  Indignada  la  Europa  liu  lcido 
coo  borror  el  rclato  üe  las  crueldades  que  co- 
inetieronen  Scio,  donde  lus  lurcos  degollaron 
eu  un  solo  dia  cuarepta  mil  griegos  iuofen- 

EÍTOS. 

La  Toz  Archipiéiago  ha  Ilegado  á  ser  en 
geografia  un  nombre  comun  por  el  qiie  se  de- 
siíTitan  grupos  de  is'as,  y  asi  se  dice  archi- 
piMago  de  la$  AnliUas,  de  la$  Azores,  de  la$ 
Canarias,  etc.  Uii  archipiétago  se  dividc  cou 
frecnencia  en  mucbos  gi  upps;  esta  última  pa- 
lalKa  se  emplea  para  indicar  las  islas  reuni- 
das  en  corlo  uúmero,  ó  ias  de  mas  importancia 
aproximadas  entre  sl. 

ARCHIVO.  Mucbo  se  ha  dispotado  sobre  la 
etimologiu  de  esla  palabra ,  ciiya  signiflcacion 
compreiide  á  la  vez  el  edifleio  ó  parage  euque 
se  conservan  documenlos  púbücos  ó  privados 
y  el  conjunlo  do  los  documentos  archivados. 
San  léidoro  derivaba  lapalabra  urcftivode  arca, 
Tox  lalina  española,  que,  como  lodos  fiabe- 
mos,  esprcsa  un  muebie  de&tinado  á  conservar 
papeles  ó  efeclos  de  ciialqtiícr  género,  y  esla 
áltiiaa  la  derivan  olros  á  sii  vez  del  verbo  ar- 
cire,  oercar  6  eocerrar.  Sin  eoomerar  otros 


machos  pareceres  qne  no  aot  pareceo  ma 
fundados  que  el  anterior,  diremos  que  las  leye 
del  Código  romano  designan  el  arcbivo  por  la 
palabra  archium,  vi$iblemente  derivada  de  la 
grlega  arclieicr^  con  lacualseespresaba  aquc- 
lla  idea,  y  cuya  radical  arche,  signiflca  lo  nri- 
mero,  io  piincipal,  y  en  este  conccpio,  archivo 
es  lo  mismo  qiie  matriz  ó  protocolo  de  docu- 
mentos  públicos  ó  privados.  En  la  antigüedad 
se  coQocian  tambien  los  archivos  con  los  nom- 
bres  de  chartarium,  graphiarium,  ^anctua* 
rium,  facrarium,  $crinium,  grammatophila' 
tium,  armarium,  La  Enciclopedia  de  derecho 
y  adminisiraciou  españotap  la  francesa  moder- 
na,  y  la  dei  siglo  XIX,  y  el  Diccionário  de  la 
Conversacion  traen  soÍ)re  este  asunto  nolicias 
curiosas  é  interetianles:  á  ellas  ha  añadido  el 
iluslrado  escritor  don  Cayetano  Roselt  olras 
muchas  de  sumo  prccio  en  un  trabajo  reciente- 
mente  publlcado  sobre  este  asunto,  de  las  que 
priucipalmente  nos  servimos  para  formor  esie 
articulo:  todo  eslo  nos  ha  movido  á  darle  al- 
gunaestension,  reputundoque  no  será  ocioso 
para  el  esludio  de  ia  hisloria  el  iiempo  cousa- 
grado  á  su  lectura. 

I       El  deseo  de  trasmitir  á  la  posteridad  su 

nombre  y  siis  hechos  es  naturai  en  el  hombre, 

cuya  limilada  existencia  no  se   aviene  con 

las  ideas  de  Inmortalidad  que  abriga  su  alnia. 

El  hombre  vive  para  el  porvenir;  desea  pro- 

,  longar  su  memoria  mas  allá  de  los  limiles  de 

su  vida,  y  este  deseo  es  fecundo  en  útiles  re- 

^  sultados.  La  inslilucion  de  los  archivos  no  cs, 

I  pues,  iina  creacion  de  las  sociedades  mtder- 

'  nas.  Examinando  el  objeto  de  estos  estableci- 

'  míenlos  se  comprende  desde  luego  que  debie- 

ron  exislir  desde  el  moroeuto  que  bubo   ne- 

!  gocios  arreglados  .ó  por  arreglar,  enlre  dea 

pueblos,  y  aun  cntre  dosparliculares.  La  nece- 

;  sidad  de  conservar  los  documenlos  rclativos  á 

estas  negociacioues,  y  los  tesfimonios  de  las 

'  transacciones  que  produ]eron,  nnido  al  deseo 

!  que  mas  arriba  dejamos  apunlado,  dió  origcn 

{  ú  estos  depósilospubticos  ó  privados,  quefor- 

man  en  el  dia  iosarchivos. 

Los  arcliivos  se  mencionan  en  los  anales  de 
todo5  los  puc^los  civilizados  de  la  anligOedad. 
Los  hebreos  Te  luvieron  en  un  principio  en  el 
arcu  y  cn  el  tubernóculo,  despues  en  el  templo 
de  Jerusaleii,  y  fucron  qoemados  duranteel 
sllio  de  aquetla  citidad  por  Vespaslano.  En  el 
libro  de  Esdras  se  balia  una  indicacion  de  los 
archivos  en  donde  se  conservaban  las  actas  de 
los  reyps  de  filedia  y  de  Babilonia.  Tertuliano 
hubla  tambien  de  los  archivos  de  los  fenicibs  j 
caldeos,  y  Josefo  de  ios  tirios.  Puede,  poes, 
decirse  qiie  lia  habido  archivos  en  donde  quie- 
ru  qiie  se  hayu  conocido  la  escrítura  ,  y  que 
gozaron  de  *mas  consideracion  y  fueron  mas 
imporlanleA,  é  médida  que  los  pueblos  se  hi- 
cieron  mas  cullos  é  instruidos.  La  escritura  es 
ci  grande  elemeulo  do  la  civilizacion  y  dei  ór- 
den  social,  y  el  agenle  princlpal  de  los  intere* 
ses  de  las  oaciones  y  de  los  indivíduos. 


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m 


AReWTO 


4» 


Lo8  egfpdos  tavlerott  archi'W  iwcionales 
desde  los  primeros  tiempos.  La  antigHedad  se 
balla  acorde  en  este  piinto;  pues  todos  los  es- 
critorcs  antiguos  que  se  han  ocapado  de  los 
anales  egipcios,  declaran  quc  para  sus  traba- 
jos  ban  tenido  á  la  vista  documentos  auténti- 
cos  conservados  en  los  arcbivos.  Bstos  se  ha- 
llaban  depositados  en  los  femplos  y  su  custodia 
se  haliaba  conflada  á  lu  clase  sacerdotal,  qae 
ei^realidad  era  la  mas  ilustrada  de  la  nacion  j 
no  una  corporacioodedlcadaúnica  y  esclusiva- 
meute  al  culto  de  los  dioses;  los  arcblvos  no 
podian  estar  abandonados  á  una  ÍnOuencia  ar- 
bitraria,  en  lo  coucerniente  á  la  hisloria  na- 
cional,  porque  aquella  historia  estaba  escrita 
en  los  monuraentos  públicos  que  adornaban 
las  principales  ciudades  dc  Egipto.  Los  bajos 
relieves  y  las  inscripciones  históricas  que  cu- 
brian  las  superflcies  interlores  y  esteriores  de 
aquellos  monnmenlos,  eran  en  efeclo  los  docu- 
inentos  jusliflcativos  de  los  anales  escritos  en 
jos  registros  sagrados  que  se  custodiaban  en 
los  lemplos.  y  por  eso  han  podído  llegarhas- 
ta  nosotros  ios  fastos  de  la  nacion  egipcia,  tan 
lotegros  y  autónticos,  al  mcoos  desde  una 
época  ya  muy  anligua  para  nosotros,  y  que  es- 
cede  eñ  mucbos  siglos  á  los  tiempbs  de  nues- 
tro  Occidente,  llaniados  beróicos. 

Si  se  qutsiera  una  prueba  de  la  ntilidadde 
los  archivos  públicos  deberia  buscarse  en  las 
Tentajas  que  han  asegurado  á  la  nacion  egip- 
cia  de  perpctuar  las  pruebas  anténticas  de  su 
ilustrücion,  sus  trabajos,  su  civilizacion  y  su 
genlo.  Los  escritores  griegos  pudieronconsul- 
tar  eslos  archivos  egipcios.  y  los  monumentos 
que  todavia  cxisten  corroboran  á  nuestro  modo 
de  ver  h  exactitud  de  sus  aserciones  y  narra- 
Cioncs  biálóricas,  y  hacen  que,  como  eílos, 
admiremos  tambien  á  un  pueblo  que  llegó  á 
ser  tan  sábio  y  poderoso.  Se  lian  hallado  en 
Egipto  documentos  blstóricos  originales ,  cuya 
fecha  se  remonta  al  siglo  XVIII  antes  de  Jesu- 
cristo:  monumentos  con  noticias  bistóricus  an- 
teriores  á  esle  mismo  siglo;  y  en  fin,  las  Tistas 
de  las  dinastias  egipcias  desde  el  principio  de 
la  monarquía  de  los  Faraones,  y  con  teslimo- 
nios  contemporáneos  de  los  reyei  de  estas  di- 
oastias,  dcsde  2,000  años  antes  de  la  cra  cris- 
tiana.  Sio  el  cspecial  y  no  interrumpido  cui- 
dado  que  los  egipcios  pusieron  en  la  conser- 
raclon  y  aumento  sucesivo  de  aquellos  archi- 
vos  públicos,  la  gran  celebridad  que  desdc  los 
mas  hermosos  tiempos  de  la  Grecia,  se  halla 
unida  al  nombre  egipclo,  cstarla  en  el  dia  su- 
Jela  al  Imperio  de  las  conjeturas,  y  cl  escepti- 
cismo  moderno,  en  el  que  no  podemos  meoos 
de  decirlo,  hay  tambien  alguna  parte  dc  vani- 
dad,  hubiera  podido  negársela .  mny  fácil- 
mente. 

Las  naciooes  asiátícas  qne  conocieron  al 
Bgipto,  lo  imitaron  sin  duda  en  esle  importan- 
tu  punio  de  sus  institucíones  politicas;  y  cfec- 
tivamente;  no  puede  comprenderse  la  civiliza- 
clon  asiria,  India,  etc,  sin  documentos  piíbli- 


cos  regnlar  y  legahDénle  reoirido»  en  aqiielto 
depósitos  coDsagrados  y  prolesldos  por  Ue 
leyes. 

Los  templos  fueron  entre  IM  griegos  el  hh 
gar  de  depósito  de  los  arohivoe  de  cad»  cio- 
dad,  custodiándose  tambien  en  ellos  el  teeore 
póblico,  porque  la  santidad  de  aquel  lugar  lo» 
ponia  á  cubierto  de  toda  vlolacion.  L»  Oreoi» 
entera  depositó  en  ellos,  no  solo  los  deeumefi- 
tos  dc  ínterés  general  ó  útiles  á  las  familiM  de 
los  ciodadaoos,  sino  tamblen  los  originales^de 
las  leyes  y  aati  las  obra»  do  los  poetae  qoe 
honraban  á  su  pais.  Pausanias  reíJere  que  Its 
poesías  de  Uesiodo  se  depositaron  en  el  tem- 
plo  de  las  musés  en  Beocia;  7  segun  Técito, 
en  tiempo  de  Tiberío  se  ballaroo  ea  alganos 
archivos  de  la  Grecia,  docamenios  oaya  feoba 
era  1,000  años  anteríor  ¿  aquclla' épooa. 

Entre  las  ideas  y  pensamíentos  de  eieocls 
y  de  gobierno  que  pasaron  de  Grecia  á  Rome, 
se  cticntan  los  archivos ,  que  tambien:  lo  fae- 
ron  en  esta  ciudad  los  templos,  donde  se  de- 
positaron  los  monumentos  escrítos  de  su  his- 
toria.  ó  las  actas  que  debian  consenrarse.  I40 
la  dominacion  de  los  reyes  es  opinion  eomun 
qne  su  palacio  encerraba  los  archivos  del  Is- 
tado;  y  que  despues  de  la  espulsion  de  T^ni- 
no,  Yalerío  Publicola  dispuso  su  traslacion  al 
templo  de  Saturno.  Los  de  Jápiter  eapileHno, 
de  Apolo,  de  Vesta  y  de  Juno  en  Roma,  sir* 
vieron  asimísmo  de  depósitos  histárlcos  y  )i^- 
diciales.  Su  uso  no  se  limitó  únicamente  á  li 
capital  del  imperio:  J.  Capilolino  reflere ,  que 
por  órden  de  Antonino  Pio  se  eftablecieron  tam- 
bien  en  las  provincias  romanas.  Bstaba  cen- 
flada*su  custodia  á  funcionarios  púMicos,  con 
anuencia  de  la  autorídad:  los  reyes  mlsmos  se 
habtan  reservado  el  honor  de  con.^rrar  los 
archivos;  y  durante  la  república  llegd  á  ser 
nna  de  las  atríbuciones  de  los  cónsules  que 
pasó  despues  á  los  emperadores,  y  por  dele- 
gacion  de  estos  á  los  preféclos  del  tesoro,  con  • 
oflciales  nombrados  esprofeso  para  el  eximen 
y  conservacion  de  los  documentos  púbUcos,  y 
su  arregto  y  colocacion  en  los  archivos.  Hécia 
flues  del  imperio,  un  conde  era  ci  inspectorde 
los  archivos;  los  emperadores,  los  reyes  go- 
dos  de  Ilalia,  los  primeros  reyes  de  Francla  y 
aun  de  los  demas  eslados,  dictaron  medldas 
oportunas  para  cl  establecimiento  y  consenra- 
cion  de  los  arcbivos,  quc  llegaron  á  ser  nn 
depósilo  de  documentos  de  interés  general,  á 
donde  podia  acudir  todo  lo  que  quisiese  con- 
sultaríos  ó  utilizar  copias  de  documentos  cns- 
todiados  en  ellos. 

El  órden  y  sabiduria  que  resplandece  en 
todas  las  disposiciones  económlcas  y  de  drden 
Interíor  adoptadas  cn  todas  épocas  por  el  go- 
bicroo  eclesiáslico,  nos  deja  conocer  qneJa 
autoridad  pootiflcia  no  podia  menos  de  baber 
seguidodesde  un  principlo  tan  acertado  siste- 
ma.  Y  en  efeclo,  establedéronse  por  ella  des- 
de  tieropos  muy  remotos,  con  cl  fln  de  custo- 
I  diar  los  libros  sagrados,  las  cartas  de  los  obt^* 


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4H 


AAiiñíMú 


4fC 


po8,  las  actasde  Ioa  coaciKos,  7  los  aoiDbra- 
iDieatos  y  títuloa  de  propiedad:  el  origen  de 
la  iDstituclondetadeadeaediadosdel  siglo  HI, 
jm  direccíoii  se  hallaba  ¿  eurgo  de  uo  can- 
eiller.  Lob  obispos»  los  monaslerÍOB  y  las  igle- 
siae  aigaieroa  aquei  ejemplo:  los  dooument06 
que  l^  pertenecian  se  eolocabao  ooa  gran 
CQidado  en  un  sitio  segnro  y  á  ciibier lo  de  loe 
aocideotes  ordtnarios.  Gomo  el  clero  tenia  en- 
tODces  el  priTilegio  de  la  iostmccion  pública, 
loe  arcblTOS  ecl¿iástícos  poseian  roaniiscrítos 
predoecs,  tanto  sobrs  k>5  ifttereses  ciTiies, 
cofflo  sobre  et  órden  Judicial,  por  lo  que  los 
menasteríos  ée  Alemama  eran  verdaderoe  ar* 
cblfos  de  la  historia,  y  lo  mismo  puede  decir- 
se  de  ios  de  casi  todos  los  demas  paises. 

Ea  Prancia  se  establecieron  los  arcbiTos 
reaieft  desde  el  prineiplo  de  la  segunda  raaa. 
H  ana\lsta  de  Metz,  dice  ea  843,  que  los  ori- 
giiiales  de  !os  reglamentos  qiio  se  babian  for- 
mado  en  los  concilios  eelebrados  poc  órden  de 
forlo-lfagno,  se  conserTaban  en  los  archiTos 
de  palacio.  ^sde  845,  Lois  el  Benigao  espió 
Tiríos  decretos  para  que  se  deposUasen  los 
orígtnales  en  los  archÍTos  de  palacio.  Un  can- 
cHier  era  el  eocargado  de  espedir  las  copias 
deórden  del  soberano.  Losreglamentos  de  k)s 
•rcbivos  realessubsistleronhastael  priocipio 
de  la  tercera  raza;  pero  desde  aqoeila  época 
en  qae  la  Francia  sufríó  graodes  turbuiencias 
y  eooiBoeiones  por  les  exigenoias  dc  los  prín- 
eipes  estrangeros  y  de  ios  señores  feudales, 
ft  paiaeto  del  rey  estaba  en  su  campo,  y  se 
iDtrodujo  la  oostumbre  de  lleTav  los  {^rchÍTos 
eon  los  eqnipages  de  la  córte:  desde  entonces 
estoTleron  cspoeslos  á  toda  elase  de  eventua- 
Mdades  y  á  la  destruc^ion.  Felipe  Auguslo  fué 
serpreDdido  en  4  4  94,  por  licardo,  rey  de  In- 
glaterra,  cerca  de  la  aldea  de  Bellcfoge,  don- 
de  perdió  con  todos  su$  efectos,  el  sello  real  y 
ffas  archlTos.  Se  componian  estos,  segun  el 
bistoriador  poeta  Guillermo  el  Bretoo,  de  las 
llstas  de  tos  impoestos,  eslados  de  las  réntas 
del  fisco,  de  los  tríbotos  de  los  Tasallos,  de 
priTiiegios  y  cargas  de  los  parítcolares  y  de 
10  padrdn  de  los  sierTOs  y  libertos  de  la  ca- 
sa  real.  El  monarea  se  ocupó  con  actiTidad  en 
reparar  aquella  desgraeia:  se  recogió  todo 
eiiaolo  pudo  hallarse  en  otros  depósitos;  pero 
•0  parece,  sin  '  embargo,  que  se  adelantase 
Bitebo,  atendida  la  rareza  de  loa  documeotos 
reales  anteríorea  á  4480:  no  obstante,  á  aque* 
Itas  resoloclones  de  Felípe  Augusto,  debe  re- 
farirse  el  Terdadero  orígen  del  Tesoro  dc  las 
•artas.  En  4930,  Garín,  obispo  de  Senlis  y  can- 
«Hier  de  FraBCia,  recog'ió  todas  las  carías^.es- 
t^tntos  ó  constituciones  emanadoa  del  rey' 
dfóde  4495,  las  dislribnyó  en  diferentes  titu- 
las  y  encargó  al  cJérígo  Esteban  de  Guál  qoe 
las  eopiase  y  abriese  un  registro  de  ellas  por 
órdea  de  roaterlas.  El  origiual  de  uno  de  estos 
reglsiros  exlste  en  la  Biblioteca  real,  que  po- 
aee  Umbien  otros  dosde  la  misraa  époea.  £1 
iBtiguo  Tesoro  é%  las  carlM  teshi  on  ¡tieraplar  \ 


'de  eatos  registros  de  copias.  Loi»  origlnales 
se  presume  qoe  fueron  d^osítados  eo  el  Tem- 
plo  (Teuiple),  de  üoode  iueron  trasladados  ü 
ia  Santa  Capilla  cuaado  Saa  Luis  la  maudó 
construir;  cl  Tesoro  de  las  cartus  peruiaoeci^^ 
alli  hasta  la  revolucion:  eu  on  principio  de- 
peodia  de  uo  tesorero  especial;  pero  despues 
en  4  582  fué  reuoido  aquel  titulo  al  empieo.de 
procurador  geoerak  dei  rey  ó  flscai  dei  tribu- 
ual  supreoK). 

Todos  los  grandea  eslablecimienlos  pi^Ii- 
cos  siftuiendo  entonces  al  ^empio  de  la  co- 
rona,  se  oouparoo.  eo  buscar,  cooserTar  y  po- 
ner  ea  órden  los  docameolos'maouscritos  que 
les  interesabaA:  cada  uoo  tuTO  su  arcbiTo,  y 
especialmente  los  monasleríos  y  catedrales; 
sucedia  Qon  bastante  frecuencia  qoe  los  parU- 
culares  depositaban  alli  sus  papeles,  6  los  ha- 
ciao  copiar  en  Los  r^istros  de  aquellos  estar 
bicciaieotost  para  recurrir  á  elioa  en  caso  de 
aecesidad;  por  último,  las  casas  de  los  grau- 
des  tenian  tambien  sus  archiTos:  la  importan- 
cia  de  sus  derecbos  lo  bacia  indispensable. 
Eo  478i  ua  trabajo  general  hecbo  en  todas  las 
proTincias  de  Francia,  produjo  una  lista  de  los 
arebivios  6  depósitos  de  titulos^  existeotes  eo 
cada  dependencia  geoeral,  sJíbdelegacion.  ciu* 
dad,  eoncejo,  corporacion  y  caáttllo:  ségun  el 
mii&ino  estado  el  núo^o  de  aqueljos  depósi- 
toa  ascendia  á  m\  doso^ntos  Teinle  y  cioco, 
de  los  que  la  mayor  parte  ba  aido  destruida 
despues  de  4789.  No  ab&taotc»  bay  una  cir- 
cuslaocia  que  puede  templi^  el  aeotunienlo 
deesta  pérdida:  en  1763  el  ,got>ieruo  habia 
maodado  examioar  todoa  estos  dep6sit08,  y 
este  cncargo  «e  cooHríé  á  ips  mooges  l>eue- 
dictínoa  y  otros  hombres  iostruldos:  debiaa 
reeooocer  delenidamenle  ca^a  uuo  de  los  do- 
cumoHtos,  y  siao  babia  sido  Impreso,  remitir 
á  París  uoa  copia  cerliOcada,  con  el  dibujo  de 
los  sellos,  st  ios  tuTiese,  y  on  fae  simile  de 
la  letra  cou  que  se  hallase  escrita  Este  traba- 
Jó  dió  por  resullado  la  copia  de  cerca  de  cin- 
cuenta  mil  documeniQS,  que  forman  eq  el  dia 
uua  de  las  mas  rjcas  colccciones  de  la  Biblio- 
teca  real,  en  donde  est'án  ciasificados  por  ór- 
den  cronológico.  Golbert,  un  siglo  antes,  ha* 
bía  mandado  bacer  este  mismo  trabajo  en  los 
archiTos  del  Mediodía  de  la  Francia  al  con- 
sejero  Doat,  que  le  dirígió  con  inteligencia  so- 
ma  y  mejor  éxito.  Esta  coleccion,  clasiQcada 
geográficameote,  esiste  tambien  en  la  Biblio* 
teca  real. 

Pocos  paises  de  Europi^  eran  tan  ricos  en 
arebÍTOs  como  la  Francia:  el  cuidado  especial 
qne  el  gobierno  y  las  cor|)oraciones  cientificaa 
ponian  en  so  conserracion,  y  los  cuantiosoa 
gastos  qtie  acarreaban  ¿  sus  poseedores,  baa 
sido  plenamente  justificados  por  las  Tent^as 
reiteradaa  qiie  deelios  se  ban  sacadopara  i|ua- 
trar  los  anales  de  aquella  nacion.  Las  inTestit 
gaciones  no  se  liraitaron  únicamente  á  I4  ^^9* 
c|a;  Breqaii»y.  biio  en  Lóndrea  trabajog  ciMbt 
siderabloa  qu#  ili|raroi  «uchoa  aüos.  y  Upo^ 


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ARcmvo 


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de  Thell  en  Roma,  f  de  ellos  resoUó  ona  colec- 
cioii  de  docnmentos  blstóricos  sacados  de  di- 
versos  archivos  de  loglaterra,  cncuaderuados 
eu  la  actualidad  en  ciento  veinte  volúmeues  en 
fblio,  y  olra  en  cincuenta,  que  conliene  las  le- 
tras  apostólicas  de  los  papas,  relativas  á  la 
bistoria  de  Francia.  Finalmente,  con  el  mismo 
objelo  se  mandó  examinar  los  archivos  de  los 
Paisps  Bajos,  y  una  terccra  colecclon  dc  doe- 
cientos  veinle  volúmenes  fué  su  precioso  fru- 
to:  aun  existcn  todas  estascolecciones. 

Tal  era  el  estado  de  las  cosas  en  4  789;  los 
sucesos  de  la  época  no  fueron  favorables  á  mi- 
ras  ú  objetos  de  sémejante  naturaleza;  las  gran- 
des  corporaciones  fueron  suprimidas;  pero  á 
pesar  de  las  vicisitudes  de  los  tiempos,los  ar- 
chivos  que  las  pertenecian  ó  que  estaban  á  su 
cargo,  sufrieron  menos  dafio  del  que  fundada- 
mente  debia  esperarse.  Hombres  sábios  fueron 
llamados  á  desempeñar  las  altas  funciones  del 
Estado  y  usaron  de  su  autoridad  transiloria  en 
beneflcio  de  lá  ciencia;  protegieron  los  depó- 
sitos  literarios,  y  variosdecretosregulariíaron 
su  existeneia.  Estableciéronse  en  un  principio 
archivos  particulares  para  los  diferentes  cuer- 
pos  del  Esiado,  sc  depositaron  cn  ellos  provi- 
sionalmente  documentos  qoenoteoianun  des- 
líno  especial,  y  por  un  decreto  de  la  Conven- 
cionde  U  de  julio  de  4794  seestablecieronlos 
archivosnacionales  como  depósilo  central  para 
loda  la  Francia.  Documentos  históricos  y  ar- 
chivoEenleros  arrebatados  á  los  paises  estran- 
geros  por  las  armas  francesas,  eran  remitidos 
4  aquel  depósito  establpcido  en  el  Hotel  Soubi- 
se,  coya  cuslodia  se  confló  al  docto  y  labo- 
rioso  Mr.  Daunow,  despues  de  la  muérle  de 
Mr.  Camus,  que  estaba  encargado  de  ella  des- 
de  un  principlo.  Viéronse  llegar  alll  sucesiva- 
mente  los  arcliivósdel  Piamonte,  los  divcrsos 
paises  del  Norte  y  los  archivos  pontiíícios.  Es- 
tos  úllimos  dicron  lügar  á  muclias  indagacio- 
nes,  porque  en  Roma  eran  'rcfervados;  la  parie 
relativa  á  las  mislones  de  Levante  compreudia 
una  mullitud  de  documentos  impresos  ó  ma- 
nnscritos  del  mayor  inlerós.  Con  todas  estas 
riquezas  los  archivos  nacionales,  y  sucesiva- 
menlc  imperialcs  y  reales,  se  dividicron  en  sec- 
ciones  aleir.ana,  itaHana  y  francesa.  Cuando 
por  la  inconstanci»  de  la  vlctoria,  la  Francia  se 
Yió  conipelidaá  la  restitucion,  todo  loque  pro- 
cediadel  estrangero  fué  devuelto,  y  los  archi- 
yos  quedaron  reducidos  á  lo  que  perlenecia 
únicaraenie  á  Ja  nacion  francesa.  Los  archivos 
reales,  segun  la  planta  qoc  se  les  dió  en  4  84  4 , 
cstán  divididos  cn  seis  sccciones:  Irgislali- 
va,  administraliva,  histórica,  lopogiáfica,  pa- 
trimonial,ódominical  yjudiciahesla  líltíma  ha 
sido  separada  en  4832  y  agregada  á  las  depen- 
dencias  del  guarda-«elIos.  Los  reglaroentos 
permlten  dar  copia  auléntica  de  los  doctJiúen- 
tos  que  existen  en  los  archivos,  pagando  por 
]a  espedicion  los  derechos  establecidos  eo  el 
arancel:  los  archivos  reales  dependen  del  m¡- 
nl^terio  de  Comercio  y  Obras  púbHcas. 


Lanacion  Ingleaa  ha  sido  tambien  unade 
ias  en  que  elgobiernc  y  los  sábiosscbaoocu* 
pado  con  ma^r  celo  y  esroero  en  la  conserva- 
cion  y  aumento  de  los  archivos  públicos.  Mu- 
chos  de  los  de  Lóndres  gozan  bajo  este  aspec- 
tode  unajustaceIebridad;eDaquella  capital  bay 
unacomisionrealde  archivos,  y  paratener  una 
idea  completa  de  sus  diversas  colecciones  y 
de  todo  cuanto  el  gobierno  ha  becho  en.  su  fa- 
vor,  debc  cousultarse  la  obra  publicada  por 
Mr.  Cooper,  comisario  real  de  eslos  archivos, 
CQn  el  titulo de  An  aceount  of  the  most  tmpor- 
tant  públic  records  ofGreal  Britani  and  ihe 
publxcations  of  íhe  record  commissionners: 
Lóndres4832,  dos  tomos  en  S.^Esta  obracon- 
tiene  tambicn  un  gran  número  de  dOcumenlos 
Iiistóricos  publicados  por  cl  autor.  Por  lo  de- 
mas,  la  atencion  que  todos  los  estados  pcnen 
en  la  conservacion  de  susarchivospúblicos,  no 
es  mas  que  el  cumpHmiento  de  un  deber  dé 
primer  órden,  y  el  intéres  de  los  particulares 
y  de  las  corporaciones  se  halla  en  este  punto 
de  acuerdo  cou  el  interés.  general.  Estos  es* 
fuerzosdebenaplaudirsey  honrarse,  con  tanta 
mas  razon,  cuaiíto  quc  el  espiritu  del  ^iglo  se 
balla  muy  inclinado  á  menospreciar  laa  idcas 
y  documentos  que  los  pasados  siglos  liao  le- 
gado  á  noesira  época. 

Despues  dc  esia  esposicion  histórica  re- 
clama  nuestra  patria  el  puesto  qne  le  corres- 
ponde  en  et  establecimiento  de  tan  necesaria 
y  útil  inBtilucion.  Estensas  son  y  detalladas 
las  noticias  que  sobre  este  punto  nos  da  la 
Euciclopedia  de  Derecho  y  Administracion;  pe- 
ro  á  un  trabajo  doctrinal  de  tan  profnndas  in- 
vestigaciones  nos  haparecido  masconveniente 
enesta  parte  lalnsercion  del  articulo  del  se- 
fior  Rosell,  que  mas  arriba  mencionamos.  Se- 
guimos,  pues,  hasta  et  flnal  de  este  arHculo  la 
esposicion  conlenida  en  dicho  trabajo. 

No  cs,  ciertamente,  España,ol  paisque  me- 
nos  riquezas  dobiera  poseer»  tratándosc  de  do- 
cuméntos  que  ilustran  las  páginas  de  sp  bisto* 
ria,  por  el  gran  número  de  fnndac'.oncs  mp- 
násticas  que  existían  en  ella.  y  que  como  todos 
saben  fueron  en  algun  ticmpo  cl  reffigio  dc  la 
verdadera  ilustracion  y  el  depósito  de  sus  le- 
soros  liierarios;  pcro  el  descuido  y  h  indolen- 
cia  por  una  parle,  por  otra  las  estranas  y  fre»^ 
cuentes  vicisitudes  de  sus  gobiernos,  y  hasta 
la  dcsmembracion  y  rivalidades  de  sus  anti- 
guas  provincias,  prescindiendo  de  las  intermi- 
nables  guerras  en  que  se  vcian  envueltas, 
ocasionai'on  en  todas  épocas  trastornos,  con- 
fusiones  y  pérdidas  que  no  siempre  bástó  á 
remediar  la  diligencia  de  los  hombres  mas  en* 
tcndidos  y  celosos. 

Diirante  la  dominacion  de  los  moros  se 
perdieron  todos  ó  la  mayor  f>artede  los-pape- 
les  antiguos,  y  lo  propio  succdió  con  mucbos 
de  los  modenws,  pues  como  el  principal  cui- 
dadode  los  reycs  era  contener  y  espulsar  ásus 
enemigos,  no  pudieron  designar  lugar.fijo  pa- 
ra  su  córte  hasta  ei  reinado  do  Félipe  11,   ni 


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AftCfllVO 


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los  papeles  tuvieron  mas  cDstodia  ó  archivo 
qoe  las  maoos  de  los  secretarios  ó  ministros 
¿  qaienes  eslab^conetido  el  deepuclio  de  los 
oegocios;  y  signiendo  aquellos  sicmpre  á  los 
reyes  eo  sus  espedicioncs  y  correrías  por  los 
puebloa,  00  cra  fácil  ateoder  á  la  conservacion 
de  dictios  papeles. 

DoD  Juao  II  y  doo  Enrlque  IV  mandaron  re- 
coger  algonos  en  el  caslillo  de  la  Mota  de  Me- 
dioa  y  co  el  alcázar  de  Segovia.  Los  reyes 
Calólicos  ordeoaroti  despues  qoc  se  recooocie- 
riD  los  papeles  existentes  en  ambcs  pnntos,  y 
en  Í6  de  febrero  de  U85,  espidieron  diCeren- 
tes  reales  cédulas,  firmadas  en  su  ausencia 
por  el  almiraote  dc  Castilla,  para  qne  los  he- 
rederos  del  doctor  Andrés  de  Yilla!on«  que 
viyiau  eo  Salaioaoca,  entregasen  los  regislros 
que  esiabao  en  su  poder;  ydieron  otras  pro- 
videncias  para  recoger  y  asegurar  los  papeles 
de  los  secretarios  y  miolstros  que  hubo  en  los 
reioados  aotecedeoies,  estendiéndose  el  celo 
y  vfgtlaocia  de  estos  reyes,  no  solo  á  pooer 
eo  custodla  los  de  sus  reales  oOcinas,  sino  á 
que  los  protoeolos  de  los  escribanos  públicos 
y  reales  se  conservasen  como  era  debido. 

El  empcrador  Gárlos  V  reiteró  las  mismas 
órdenes  para  que  se  adquirieseo  de  poder  de 
los  herederos  de  Feroan  Alvarez  de  Toledo, 
Fraocisco  de  Badajoz  y  los  demas  secretarios 
que  babian  sido  de  los  señores  reyes  Gatólicos, 
los  papeles  que  teuiao,  nombraodo  para  este 
fn  á  varios  sugetos  de  cooflanza ;  mas  como 
de  los  díclios  Iierederos,  unos  vivian  en  Custi- 
lla  la  Nueva ,  olros  en  la  Vieja,  Andalucia, 
Aragon  y  otras  partes,  no  pudo  lograrse  enle- 
nmeote  el  deseado  objeto.  Posteriormeote  to- 
do  el  furor  de  los  llamados  comuneros  parece 
que  se  redujo  á  quemar  los  papeles  de  la  co- 
rooa  que  pudieron  haber  á  las  maoos  ;  mas, 
apagada  aqoefla  rebelion/  dedicóse  nuevamen- 
le  el  emperador  á  salvar  los  restos  qoe  aun 
exisiian,  practicándose  por  todo  el  relno  las 
nas  vivas  diligencias,  y  obteniéndose  en  4534 
uoa  bula  dei  pontiflce  para  que  todos  cuantos 
taviesen  papeles  en  su  poder  los  eotregaseo 
iomediatamentc ,  y  los  que  sopiesen  de  su 
exlstencia  revelasen  su  paradero. 

Mucbos  se  recobraron  poreste  mediOp  pero 
se  echó  de  menos  gran  número  que  ni  aun 
despoes  pudo  encontmrse.  Entre  los  lugares 
que  se  señalaron  para  depositar  estos  papeleí>, 
faé  000  el  caslillo  de  Simaocas  ,  pues  coQSta 
queea  44  de  febrero  de  454i  se  espidió  noa 
real  cédula,  mandaodo  al  abad  y  prior  dol  reul 
coDveoto  de  Valladolid  que  eotregaseo  a1  fls- 
Cit  del  coosejo  do  Gastilla  los  privilegios  de 
hidilgnias  qoe  estabao  eo  aquei  mooaslerio,  y 
tl  alcaide  dei  castillo  de  Simancas  que  los  re- 
cHHese  eo  aqoel  archivo. 

El  sedor  don  Felípe  II,  qne  estableció  su 
córte  eo  Madrid ,  erigió  yo  formalmcnte  los 
dot  reales  arcbivos  de  Simancas  y  de  Roma, 
ocopáodose  con  tanta  actlvidad  eo  la  colec- 
cioD  de  documeotos ,  que  obtuvo  felicisimos 


resullados;  foas  aunque  dió  regias  muy  acer-> 
ladas  para  asegurar  *a  cooservacioo  dc  los 
papeles  recogidos  y  de  los  que  eo  lo  sucesivo 
se  recogiesen,  la  inobservaiHria  de  ellas  pro- 
dujo  una  confusion  imponderabie. 

La  mudanzu  de  la  córle  en  tiempo  de  Fe- 
lípe  III  ocasionó  tambien  rouchas  é  irrepara- 
bles  pórdidas,  pues  babiéndose  formado  varías 
Juntas  parlicuiaresy  cada  uuo,de  sus  individuns 
pcdia  y  se  ilevaba  los  papeles  de  que  tenia 
oecesidad,  y  larde  ó  temprano  se  estraviaL»an. 
En  casa  de  doo  Rodrigo  Calderoo,  sccrcturio 
del  primer  mioistro,  qiie  como  es  sabido  mu- 
rió  públicaoiente  ajusticiado,  se  hallaron  io- 
finitos  de  ellos ,  Io.<  cuale s  se  restiluyerou  el 
año  4622  á  sus  arHiivos  respectivos. 

Mayor  desórden,  si  cabe,  tuvo  ingar  eo  el 
reinado  de  Felfl)e  IV,  porque  el  valiiniento  del 
condc-duqiie  de  Olivares,  de  doo  Luis  de  Haro 
y  de  los  demas  secretarios  del  despacho,  loff 
aulorizaba  para  disponer  á  su  aotojo  de  los 
papeles  que  podian  ilustrar  cualquiera  de  las 
cucstiones  de  gobierpo,  y  uinguoo  se  cuidaba 
despues  de  devolverlos ;  llegó  el  abuso  hasta 
el  punlo  de  otorgar  dicho  monarca  al  n>f  ncio- 
nado  condc-duque  la  merced  de  que  conserva- 
se  en  los  archivos  de  so  casa  y  quedasen  vin- 
culados  en  ella  coantos  documeptos  de  aquel 
tiempo  y  de  lcs  anteriores  quisiese  retener  en 
su  poder;  eo  vista  de  lo  cual  oo  deberá  pare- 
cer  estraño  que  muchos  de  los  mismos  docu- 
mentosjos  de  mas  interés  quizá,  pasasen  á 
enriquecer  las  colecciones  de  los  archivos  es- 
trangeros. 

Inútil  es  añadir  qoe  la  época  de  Cárlos  II, 
bajo  todos  aspectos  lan  funcsta,  no  seria  mas 
favorable  á  la  conscrvacion  de  estos  monU' 
mentos;  y  aunque  en  42  de  marzo  de  4696  se 
mandó  crear  en  cada  consejo  un  ofício  de  ar- 
chivero,  fué  un  medio  mas  bien  para  dar  colo- 
cacion  á  ciertas  personas  favorecidas,  que  pa«- 
ra  poner  término  á  la  monstruosa  confusion 
que  se  advertla. 

Felipe  V ,  á  quien  es  preciso  conceder  al- 
gun  influjo  en  el  renacimiento  de  las  lelras, 
míró  con  cierta  predileccion  esle  importante 
asunto  del  órden  y  custodia  de  los  archívos. 
La  larga  guerra  de  sucesion  frustró  en  gran 
parte  sus  buenos  deseos,  pero  terminada  esla, 
buscó  noticias ,  se  sirvió  de  alguuas  persouas 
inteligentes,  y  si  no  hizo  cuanlo  seria  dc  ape- 
tecer  en  cosa  que  requiere  tanto  escníípulo, 
cicU\¡v]ú(]  y  vigilancia,  dió  porlo  m^nos  prue- 
bas  de  qucrer  remediar  los  eovejecidos  ma« 
les  de  las  épocas  pasadas.  En  28  de  enero  do 
4  726  mandó  á  don  Santiago  Agustin  Riol,  hom- 
bre  muy  práctico  en  esios  conocimienlos,  que 
prévias  las  díligencias  oportunas,  le  informa- 
se  detenidamente  acerca  de  las-vicisitudes,  es- 
lado  y  reforma  de  todos  los  archivos  de  la  na- 
cion .  y  dicho  Riol,  lo  ejeculó  cumplidamenle 
en  uu  eslenso  informe  que  obra  maouscrito  eu 
poder  de  uo  amii?o  ouestro.       .     ^      . 

la  paz  Interior  de  que  se  dlsírulo  en  lo  re|- 


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4aif 


AftCBlVO 


49^ 


lante  del  slglo  pcrmitió  atender  á  e^te  afuinto 
con  inayor  soiicitud,  y  no  tenemos  necesidad 
dc  ponderar  el  impulso  queá  este,  comó  é  otros 
rouclios  ramos  del  salier  y  def  gobierno  fauma- 
no,  se  díó  en  1a  ilustrada  época  del  ccloso 
CárlosIIl,  no  solo  por  él,  sino  por  los  hombres 
integros,  laboriosísHnos  y  enteodidos  que  re- 
glan  entonces  los  deslinos  de  la  nacion.  Dea- 
graciadamente  vino  en  seguida  la  guerra  de  la 
independencia,  y  con  ella  las  violencias  y  des- 
pojos  dc  un  invasor  aco^mnt)rado  á  la  victoria, 
que  apoderándose  de  todo  á  titulo  de  conquís- 
ta,  destruyó  los  monuioentos  mas  preciosos  de 
nuestras  artes  y  nuestra  historia.  Dé  sino  tes- 
tímonlo  de  esta  verdad  el  archivo  de  Simancas, 
cuyos  precio^os  tnstmmocitos  se  remitieron 
lodos  á  Franeia  de  órden  del  emperador,  hasta 
qoe  por  fln,  como  despues  dif^mos,  se  reco- 
braron  en  gran  parteen  4846.. 

De  épocas  mas  recientes  ¿qoé  poede  aña- 
dirse  que  no  seu  de  todos  conocido?¿Qué  de  los 
desórdenes  ocurridos  en  la  postrera  guerra  ci- 
vil,  de  la  destniccion  consumada  y  de  las 
pénlidas  en  tantos  ediflcios  no  menos  venera- 
bles  por  su  antigtkedad  que  por  su  objeto?  A 
pesar  de  tan  inntimerables  y  frccuentes  vicisi- 
ludes,  aun  se  congervnn  cn  Espaóa  preciosos 
mooumentos  y  riquísimos  dcpósitos  que  dia- 
riamente  son  estudiados  por  gran  número,  asi 
de  naturales  eomo  dc  estrangeros.  La  antigtte- 
dad  de  al^funos  dc  estos  estableoimientos,  ta 
Importancia  de  inOnitos  iostrumontos  que  en 
ellos  se  custodian,  y  el  deseo  dc  completar  en 
lo  posibie  este  arliculo  aun  á  ricsgo  de  pare- 
ccrhartodifusos,  nosobligan  á  baceruna  lige- 
ra  mencion  dc  los  dos  principales  que  en  tu 
actualidad  subsisteu :  el  famoso  de  Siman- 
cas  y  el  no  monos  célebre  ée  la  Corona  de 
Aragon. 

El  prímero  se  estableció,  como  dejamos 
dicho,  en  el  reinado  del  señor  don  Felipe  II  en 
el  año  4564,  en  qoe  se  recogieron  lascapitu* 
lacionesde  los  señorcs  reycs  Gatólicos,  las  de- 
marcaclones  dc  Indias,  las  bulas  del  real  pairo- 
oato  y  otros  documentos  oo  menos  importan- 
tes  que  estaban  á  riesgo  de  perderse  para 
síempre  en  casa  de  un  escribano  de  cámara 
resldente  en  Yalladolid.  El  sccretario  Diego  de 
Ayala,  oñcíal  mayor  de  la  secretaria  de  Estado, 
fué  el  primero  que  tovo  nombramiento  de  ar- 
cbifero  de  estc  real  archivo  con  amplisl- 
mas  fácoltades  para  la  conservacion  y  aumen 
to,  cargo  que  pormocho  tierapocstuvo  viucu 
lado  en  la  famiüa  de  otros  Ayalas ,  liusta  que 
modernamente ,  y  por  fatta  de  socesion,  segun 
parece,  pasó  este  de&tlno  á  otras  peráonaá. 
En  la  actoalidüd  lo  posee  don  Maauel  Garcia 
Oonzalcz. 

El  mifnno  Felipe  II  mandó  formar  otro  ar- 
chivo  en  Roma,  bajo  la  direccion  del  emdito 
luan  de  fireiosa,  ofidal  de  la  secretarta  de  Es- 
tado,  ¿<ioieB  mandó  recoger  y  remitir  ¿  Espa- 
paña  coantas  noticias  y  papeles  de  inlerés  pú- 
pUoo  0  {Hirtíciilftr  podieso  adqnirir  eo  aqoollos 


estados;  y  ¿  fuerza  de  enormes  dtspendios  y 
guiado  por  sos  raros  conocimientos,  pudo  Bre- 
zosa  reonir  ooa  preeiosisima  coleocioD  deins- 
triNnentos  y  notícias,  de  qoe  son  admirable 
teslimonio  los  24  volúmenes  relativos  ¿  las  oo- 
sas  de  Gastilla  ,  qoe  con  grande  estíoM- 
cion  se  deposltaron  y  deben  conservarBC 
todavia  en  el  menciomido  orchivo  de  Si- 
mancas.  ^ 

Eu  él  y  cn  ona  de  sus  salas  existen  los  eiis 
importautes  dc  la  corona,  como  soo  los  perte^ 
necientes  ¿  sus  derechos  y  regalias,  junroen- 
tos  y  pleitos  homonages,  conquistaa,  coiipno, 
cartas  ejecutorias ,  bulas  de  oiaestraBgos,  in- 
corporaciones  de  ciudades,  poderes  ¿  enbajs- 
dorcs  y  ministros,  bulas  y  conccsiones  apoe^ 
tólicas,  reformas  de  retigionet,  testaraentosy 
oodicilos  de  los  reyes,  díspenaaciones  matri^ 
moniales,  paces,  rompiraieotos  de  gaerras,  re- 
noncias  y  otros  muchos,  cuya  ciHimepacion  ae- 
ria  poco  menos  que  interminable.  Ko  él  se  de- 
positan  tambien  multitud  de  papeles  coriosos 
causados  en  el  antiguo  Goosejo  Real  de  Casti- 
lia,  enlos  de  Indias,  Uaciettda.Goerra,  Estado, 
y  todos  los  demas  que  oon  diferentes  tleaerol- 
naciones  han  existido  en  varias  épooas  cntrc 
nosotros.  l)c  los  de  la  suprema  Inquislcion,  par- 
te  obrau  en  aqnel  establecimiento,  y  parte  «o 
el  ministerio  de  Gobernaeion  de  la  Peninsola. 

La  oopia  y  variedad  de  docnmentoe,  aai  oo- 
mo  la  fatalidad  de  las  circonstancias ,  y  la  dia- 
posicion  de  nn  local  mas  preferible  por  la  so- 
lidez  y  fortaleza  de  su  oonstraccion  que  por- 
que  realmente  eea  acomodado  al  objelo  qee  ae 
le  destiaa,  han  hecho  qoe  el  arreglo  de  los 
papeles  noguarde  teda  la  claridad  y  exaetitod 
que  cn  semeiaDtes  depósitos  se  requiereo. 
Ademas  aqnet  punto  cs  sobrado  reducido  f«M 
el  inmenso  númcro  de  manuscritos  que  ctni- 
prende,  de  tal  manera,  que  ya'eo  tiempo  úe 
Gúrlos  111  se  trató  de  ampUarlo  convenientemen- 
te,  y  al  cabo  foé  preciso  desistir  de  estc  pro- 
pdstto  por  las  dificultades  dc  la  empresa.  El^ge- 
bicrno  debc  diapensar  ¿  este  asunto  la  predi- 
lcccion  quc  le  es  debida. 

Otro  que  nos  atrevemos  ¿  recomendar  ¿  so 
mucho  cclo  y  encrgia,  es  el  recobro  de  ímpor- 
tantisimos  dooumcntos  queperdimoseo  lagiier- 
ra  de  la  independencia.  En  aquella  época  arre- 
bató  de  ias  alaceoas  de  Simancas  nn  tal  Mr,  Oai- 
ter,  comisionado  al  efecto  por  el  gobiemo  im- 
perial  francés,  todos,  6  la  mayor  parte  de  los 
papeles  de  aquel  arcbivo.  A  consecnencia  de 
las  reclamacioiies  que  se  hicieron  por  Feman- 
do  Yll,  se  recuperaron  por  fln  en  4846  gnxk 
uúmero  de  ellosy  pero  hasta  el  presente  noa»- 
bcmos  que  haya  sncedido  lo  mismoeon  laeer- 
respondenoia  díptom¿tíca  integra  segnida  en* 
tre  nuestra  córte  y  la  de  Paris,  y  otros  íiistfQ- 
mentos  del  mayor  iaterés  que  repetídas  feccs 
se  ban  aolteítado. 

El  archiTo  de  lacorona  de  Aragon,  foramdo 
coo  lo8  papcles  que  se  recogieron  en  Zaragoaa, 
VaieQCÍa  y  otros  puotos  de  aqQoIlas  proTinoiti 


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l!0 


ARCHlVÓ— ARCÍLLA 


<30 


y  cnya  fundacloTi  perfencce  al  inismo  ticmpo 
quela  de  Simancas,  exlste  desde  ?us  prlncípioí 
en  la  ciodad  de  Barcelona.  El  órden  que  desdc 
Inego  presídió  en  su  colocacicn,  y  la  aclividad 
ysingulares  conocimientos  de  su  aclual  fii- 
chivero  don  Próspero  de  Bofarull  y  Mascaró,  lc 
han  colocado  en  el  nivel  de  loá  mejorcs  esta- 
Wecimieuíos  de  cste  género,  y  héclioTc  dieno 
de  la  elevada  repntaclon  que  ^oza.  Los  geuorc-; 
dieaquellos  aniiguos  reinosqueen  esía  úllima 
época  se  hac  visto  obligados  por  la  Icy  á  cx- 
hibir  los  titulos  prímordiales  de  sns  donacio- 
nes,  han  tenido  molivos  para  formar  el  julcio 
mas  ventajoso,  tanto  de  los  rcgistros  de  dicho 
esiableclmiento,  como  del  eucargado  de  su 
costodia. 

Loí  docnmentos  que  alll  se  conservan 
iraen  sn  atitigtiedad  desde  el  año  $48,  es  de- 
clr,  desde  la  fecha  anterior  á  fa  union  del  con- 
dado  de  Barcelona  con  la  corona  de  Aragou, 
y  pueden  considerarse  divldiítos  en  cuatro 
gmiks  spcciones.  En  la  primera  obran  los 
¡nstrumenlos  relativosal  principado  de  Catalu- 
ña  en  gencral,  y  en  particular  d  las  primeras 
poblaciones  de  toda  la  corona  de  Aragon;  las 
cóncordlas  éntrc  aqueUos  reyes  y  los  prínci- 
pés  estrangeros;  las  capitulaciones  matrimo' 
niale¿  de  sus  esposas;  los  tralados  de  paces  y 
alíanzas;  lo5  testamenfos  f  codicilos  de  los 
condes  rle  Barcelona  y  reyeé  de  Aragon,  y 
muchos  mas  no  menos  írtiles  á  la  corona  que 
á  los  intere?es  de  los  parlicnlares  y  al  escla- 
recimiento  de  la  historía:  en  la  scgund^i  scc- 
cron  están  los  registros  origlnales  de  todos 
aqnellos  rcyes  desde  cl  año  4327:  en  la  tercera 
losoriginales  de  los  despa'chos  y  decretos  cs- 
pedidos  desde  el  tiempo'  tié  don  Alon?o  II  en 
M62:  y  en  la  cuarta,  papelcs  varios,  peiga- 
mhios.  bnlas  pontifiCias  y  otros  muchos,  que 
alzanzan  hasta  la  remola  época  de  los  reyes 
dé  Sobrarbe. 

No  es  oportnno  prolongar  mas  este  artlculo 
coDla  mencion  de  los  dcmas  archivos,  asi  dc 
los  páblicos  que  cxisten  en  las  dependencias 
y  c  siablecimientos  lilerarios  de  la  rtacion  como 
de  los  particulares  que  se  conservan  en  algu- 
nas  casas  titulares,  entre  los  cualcs  haj^  mu- 
cho«  preciosisimos  y  dlgnos  del  esplendor  y 
famade  sus  ilustres  antepasados.  Y  pucs  np 
nos  es  dado  recobrar  todo  aquello  dc  qne  la  in- 
coria,  la  malicia,  y  las  vicisitndes  de  los  tiem- 
pos  nos  han  prlvado,  conlentémonos  con  evi-" 
tarestas  pérdtdas  én  lo  sucesivo,  y  trasmilir 
iotactos  á  la  postcridad  los  tesoros  que  pode- 
mo^  llamar  aun  nueslros  verdaderos  anales  dc 
liuestros  hechos,  y  vlvo  refléjo  de  la  gloria  dc 
naestros  mayores. 

ARCBIVOLTA.  [ArquUectura.)  Arco  adorna- 
do  con  mohhiras  quc  le  rodean  y  decoran  por 
íaparamento  esierior  vertiea!  y  termioan  so- 
i^  las  fropostas  del  mismo.  Algunas  veces  es- 
tán  hiterrumpidas  por  la  clave  quc  resalta  algo 
IMS  y  aumenia  so  dccorücion. 

La  mayor  parie  dc  los  srcos  ooñstniidos  en 

145     lllttLIOTIiCA  POPinLAIl. 


la  nnüpüedad  nos  ofrecen  buetios  nioJcIos  de" 
archivolta  \i).  , 

ARCILLA.  [MineraloQÍa.)  Suslancia  terro- 
sílícica,  untuosa  aí  taclo.  fácíl  de  pulímentar 
por  cl  frotamiento  de  la  uña,  pronta  á  impreg 
imrse  dc  aíruav  susceplible  cnloncesde  tomar 
bajo  los  dcdos  las  formas  mas  variables:  cuan- 
do  está  seca  se  adbiere  fuerlemente  á  la  len- 
gua,  y  esparce  un  olor  parlicular  por  cl  con- 
lacto  del  alicnto,  siéndole  esle  iiltimo  caráctef 
comun  con  los  esquistos  y  con  las  suslanciaa 
análogas  que  contienen  hierro. 

La  arcilla  afecta  colores  niuy  variados,  ta- 
les  como  el  rojo,  el  amarillo,  el  pardo,  el  gris 
y  el  azulado,  quc  debe  á  los  Oxidos  ferrugi- 
nosos:  algunas  veces  está  vetada  ó  salpicada 
de  pardo  sobre  un  fondo  gris.  Esta  última, 
que  comprcndc  algunos  centCsimos  de  cal,  y 
se  halla  abundantcmente  bajo  las  capas  de 
calsulfaiada  de  Montmartre,  se  vende  en  Pa- 
ri3  con  el  nombre  de  piedra  para  sacar  man- 
chas. 

Encuéntrase  la  arcilla  en  las  formaciones 
que  mas  d¡fierc:i  por  su  posicion  ó  su  anti- 
güedad.  EI  feldesj^ato,  CF.ta  sustancia  tan  dura 
y  tan*abundante  en  los  terrenos  primitivos, 
espueslo  á  la  accion  dcl  aire  y  dcl  agua  pro- 
duce  por  su  descomposicion  una  arcllla  pcr- 
fcctamcnlc  bldnca,  á  que  los  chinos  han  dado 
el  nombre  dc  taolin.  Encuéntrase  tambicn  en 
loslerrenosvoicáuicos,  asi  antiguoscomo  mo- 
dernos.  una  arcilla  blanca,  friable^  farinosa  y 
de  poca  Irabazou,  adcmas  de  otra  verdczca  y 
fácil  de  amasar:  estas  dos  cspecics  son  el  re- 
sultado  de  ladescomposicion  de  las  lavas  po- 
rosas  souicdítias  á  1a  accion  lentu,  pcru  conti- 
nua,  dc  la  almósfcra  y  de  las  agna?. 

Eu  algnuas  localidadcs  dcl  Vivarais,  se 
observa  ei  ti  áusito  de  las  lavas  basálticas  á 
esta  última  cspecie  dearcillu:  este  hecho,  ob- 
scrvado  por  el  sablo  geólugo  Faujas  de  Saint 
Fond,  está  consignado  en  su  prcciosa  obra 
acen  a  de  los  vokanes  estinguidos  del  Viva- 
rais  ydel  Velay:  ha  notado,  cerca  de  Poliguac. 
una  raontafia  que  á  pai  lir  dcsde  ¿u  cima  pre- 
senla  grandes  capas  de  bas;jIlo,  á  las  que  su- 
ceden  unas  lavas  porosas,  grises  á  amarillen- 
tas,  ademasde  una  lava  muy  bianca,  poiosay 
ligera,  privada  del  hicrro  que  contenia,  y  de 
la  cual  cierlas  parles  frlables  y  farinosas  se 
han  convertido  en  una  verdadcra  arcilla.  El 
hierro  quc  ha  perdido  se  halla  dcpositado  en 
las  capas  infcriorcs  en  cmalitcs  globulosas,  en 
íuina  de  hicrro  limosa  y  blanda,  ó  cn  gcodas, 
euyo  esterior  es  de  un  amarillo  ocricnto,  y 
cuyo  esterior  está  Ileno  de  una  sustaucia  tcr- 
íosa  colorada  por  el  hierro.  Debajo  de  estas 
feodas  se  encuentra  una  verdadera  arcilla 
bianca  y  sóüda,  y  nnalmentc  la  üllima  capa 
cstá  formaüa  por  una  arcilla  vcnluzca,  unluo- 
3a,  quc  se  pcga  á  la  leugua,  y  que  parece  haber 

*  (I)    Vóasa  láDJna  d.%Og.a.^lénilDa  3.*,  flc,  0.«  y 
lánaína  39,  flgura*  3.*  y  4.* 
T.     III.     J) 


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AftCILLA 


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Bido  colorado  por  el  hiérfo  que  las  agüas  han 
conducido  de  las  dos  capas  guperiores  á  esta 
úUima. 

De  ninguQ  modo  se  puede  poner  en  düda 
que  esta  arcillasea  el  resultado  de  lu  descom- 
posicion  de  roaterias  volcánicas,  pues  frecuen- 
iomente  se  encuentrau  fragmentos  delava  que 
CQ  parte  lian  sufrido  esta  metamórfosis.  Por 
otra  parte  recordamos  l\aber  visto  eo  la  pre- 
clusa  coleccion  de  Faujas.  cierlos  basaKos  que 
habian  conservado  su  forma  prismálica  por 
mas  que  se  hallasen  totalmente  convertidos  en 
arcilla. 

En  las  formaciones  calcáreas,  situadas  en- 
cima  de  la  ^reda,  la  arcilla  constituye  cl  prin- 
cipal  depósito  dc  los  terrcQOS  terciarios,  y  en 
dus  capas  superiores  cst4  mezciada  de  hierro 
snlfurado  piriloso,  de  maderas  fósiles  bitumi- 
nosas,  reconocidas  como  perlenecientes  al  ór- 
don  de  las  monocotiledoneas  y  dicotitedóneas; 
contíenen  á  veces  ámbar,  botun,  «lespojos  de 
animales,  osamentas  decocodrilos  y  vestigiosde 
mariscos  marUimos,  juntamente  con  otrus  de 
a^a^  dulee.  La  qne  seencuentraenMontmartre, 
debajodela  masa  dearena,solo  ha  coosenrado 
como  despojo  de  los  moluscos  maritimos  suhue  - 
lla.ó  impresion  revestida  de  una  pequeña  capa 
blanquecina,  cuya  presencia  se  debe  á  la  sus- 
tancia  calcárea  de  la  concha.  El  espesor  de  los 
bancos  de  arcilla  varia  desde  dos  decímetros 
hasta  diez  y  seis,  cuarenta  y  ochenta  metros. 

Lo  que  acabamos  de  decir  rcspecto  á  la  ar- 
eilla  de  los  terrenos  calcáreos  se  reOere  mas 
especialmente  á  la  Francia  é  Inglaterra,  pues 
en  Italia  no  descansa  sobre  la  greda  sino  so- 
bre  uu  calcáreo  tosco  y  félldo;  y  segun  mon- 
sieur  de  Humboldt,  el  terreno  de  la  América 
Heridional  que  no  leha  ofrecido  capas  de  gre- 
^a,  presenta  la  arcilla  descansando  sobre  un 
^res  calcáreo. 

Esta.^  observaciones  no  carecen  dc  impor- 
ta»cia  respecto  (t  la  geologia  y  prueban  cuan 
abundantemente  se  halla  la  arcilla  diseminada 
&obre  nuestro  globo;  y  ademas  acreditan  que  los 
depósitos  que  constituyen  su  superflcie  no  se 
han  efectuado  en  la  misma  época  en  el  mis- 
mo  órdeu  para  los  diferentes  puntos  de  la 
tierra. 

Eutre  las  numerosas  variedades  de  la  arcl- 
Ua,  muclias  son  úUImente  empleadas  en  las 
artes  y  el  comercio:  el  dibujante  se  sirvc  de 
una  arcilla  ocrienta  con  el  nombre  de  lápíz  ro- 
Jo,  el  pintor  halla  uu  precioso  color  pardo  en 
el  empleo  de  una  arcilla  ferruginosa  ilamada 
lierra  de  Sienna:  otros  colores  conocidos  con 
ios  nombr<ísde  pardorojo,  ocrede  rua,  tierra 
de  sombra,  tierrade  Cohnia  y  njode  Ingla' 
ierra,  son  otr.is  tanlas  arciUas  ferruglnosas. 

EI  escuUor  traza  su  trabajo  y  se  vale  de  la 
«rcilia  para  modelar  sus  fíguras.  La  porcelana 
4ebe  su  finura  y  su  Iiermoso  aspecto  á  la  ar 
ciila  btanca  Uamada  kaolin,  que  en  otro  tiem- 
po  sc  traia  de  la  Chioa,  pero  actualmente  se  ^ 
cncmMitra  en  difírentes  partes.  y  cone?pecia-] 


Itdad  cerca  áelimgéi  en  Francia.  La  vagilli 
t)rdinaria  se  fabrica  con  una  variedad  Uamada 
arcülq  plástiea  de  la  palabra  griega  pa$o,  yo 
/brmo,  porque  se  emplea  cn  todo  cl  ramo  de 
la  alfareria:  la  de  Montereau  slrve  para  U  fa- 
bricacion  de  loza  fina,  que  se  llama  tierra  in- 
glesa  ó  Ucrra  de  pipa. 

La  arciUa  comun.  vulgarmente  Uamada 
tierra  arcillosa,  se  emplea  para  fabricar  hor- 
nos.  tejas  y  ladriUos,  siendo  su  composiclon 
de  treinta  y  dos  partes  de  alúmina,  sesenta  y 
tres  de  silice  y  cuatro  ó  ciuco  de  hierro.  Hay 
ademas  una  arciUa  que  sirve  en  las  fábricas 
para  desengrasar  los  paños  y  darles  lustre, 
siendo  conoctda  con  el  nombre  de  arciUa  e$^ 
mectica  6  tierra  de  bataneros.  Lo  que  los  farma- 
céuticos  Ilttman  bol  de  Armenia  es  nna  arcilla 
ocrienta.  Por  último  el  almayre  tao  comun  ea 
España,  no  es  otra  cosa  que  una  arciUa  que 
sirve  para  pulimenlar  los  cfistales  y  que  en 
este  pais  mezclan  cou  el  tabaco  para  darle  el 
color  rojizo  que  le  distingue:  esta  misma  ^us* 
tancia  se  haila  aduiterando  el  pimieoto  que 
sirve  á  los  españoles  para  sazooar  la  mayor 
parte  de  sus  manjares.  Así  es  como  la  índua- 
tria  huraana  ha  sabido  variar  casi  hasta  el  in- 
flnito  el  empleo  de  una  sustancia  csparcida 
eon  tanta  profusion  sobre  la  tierra. 

AUCILLA.  {AgricuUura.)  Yéanse  los  articu- 

lOS  ABONOS  y  TEHRBNOS. 

ARGILLA.  (Ouimtoa.^Losdnrersoscompues- 
tos  que  se  han  designado  bajo  el  nombre  ge- 
nérico  de  arcillas,  constan  esencialmente  de 
sjiice,  de  alúmina  y  de  agua;  pero  constituyen 
varias  especies  distintas,  segun  las  proporcio- 
nes  de  estos  elementos,  f  segun  ia  naturalexa 
y  la  cantidad  de  las  ^ustaucias  estrañas  que 
en  su  estado  normal  se  le  asociancon  frecueo- 
cia.  Tienen,  por  otra  partC/  todas  las  espccies 
de  arcillas,  aunqne  en  diferentes  grados,  ua 
carácter  comun,  que  consiste  en  la  propiedad 
físicaquegeneialmenle  se  lea  reconoeede  for- 
mar  con  el  agua  una  pasta  dúctil  y  fácil  de  mo- 
delar:  esto  es  lo  que  sc  entíende  por  propie- 
áaáplástica  de  las  arcillas. 

Son  csfas,  cn  su  estado  de  pureza,  blan» 
cas,  gcanosas  y  untuosas  al  tacto  y  tienen  la 
cualidad  dc  pegarse  á  la  lengua.  La  pasta  que 
de  ellas  se  forma  mezcláodolas  con  agua,  es 
tan  suave  al  tacto  como  la  masa  de  harina.  Si 
en  cste  estado  se  les  dcja  al  aire  libre,  «ban- 
donan  poco  á  poco  el  agua  que  habian  ab- 
sorbido  ,  esperimentan  una  consideruble  re- 
tracciou  y  se  resquebrajan  en  todos  senUdos, 
salvo  el  ca.'^o  cn  que  ia  desecaciou  se  efectue 
con  estrema  lentitud- 

Lspuestas  á  la  accion  del  calor,  las  arciUas 
pierdcn  poco  á  poco  el  agua  cou  que  se  com* 
binaran  y  sc  contraen  progresivamente.  Puea- 
tas  en  contaclo  con  un  fuego  en  estremo  ncli^ 
vo,  se  vuelveo  completamente  anhidras,  y  de 
tal  maneru  se  endorecen,  que  de  eUas  saca 
chispas  al  acero.  Por  lo  demas,  cualquiera  que 
sea  ia  tennperatura  ^  que  se  las  ponga,  nnnca 


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433 


ARCILLA-ARCINIEGA 


m 


entran  en  (ttslop  y  si  solo  esperitDentatt  un 
prinoiplo  de  Titrificacion,  para  la  con  stroccion 
de  nn  instmmenfo  pirométrico,  Fe  ba  nlilizado 
H  propiedad  qae  ofrece  la  arciUa  de  contraer- 
se  gradualmente  por  laaccion  del  calor. 

II  ácidasulfúríco,  concentrado  é  hirviendo, 
es  ei  único  que  alaca  completamente  la  arci- 
Ua,  7  ann  para  ello  es  necesario  qne  esté  hú- 
meda  ó  simplemente  seca,  porque  e1  ácido  sul- 
fárico  Bo  tiene  accion  sobre  la  arcilla  bien 
e^cinada. 

Los  ilcalis  cáa8tico6  determinan  rápida- 
aente  por  la  Tia  seca,  la  trasformacion  del  si- 
llcato  de  alúaiina,  que  conslítuye  la  arcilla  en 
doble  silicato  de  alúmina  y  de  álcati. 

Otra  propiedad  tienen  laa  arcillas,  de  qne 
las  arte«  han  sacado  partido,  cnal  es  la  de  ab- 
sorber  ios  aceites  con  la  misma  facilidad  que 
el  agua,  y  de  aqui  el  nso  que  de  ellas  Iiacen 
lóe  fiü[>rieaDtes  de  paños,  elc. 

las  arcillas  deben,  pnes ,  considerarse  co- 
00  ooropoestos  quimicos  definidos,  siendo  en 
efeclo  Terdaderos  silicalos  hídratados  de  alú- 
mina.  Por  espacio  de  mucho  tiempo  ha  sido 
admitida  la  hipótesis  de  que  estos  elementos  de 
siliee,  aiúmina  y  agoa,  existian  en  las  arciilas 
eo  estádo  de  sirople  mezcla  y  no  en  combina- 
cíod;  pero  ya  se  ha  reconocido  lo  contrarío.  Si 
k  atúmina  eslnviese  libre,  la  arcilla  seria  ala- 
cable  por  las  disoloclones  alealinas;  y  sin  em- 
bargo,  se  ve  qoe  no  )a  descompone  la  potasa 
eáosticalíqaida.  Hiseobservado  ademas,  que  si 
se  somcte  i  la  accion  de  esta  base  nna  arcilla, 
traiada  aotes  por  nn  ácido,  y  qne  por  lo  tantó 
ba  perdido  una  parte  de  alúmlDa,  la  potasa 
disnelve  en  este  caso  uña  cantidad  de  silice 
proporctonada  i  la  de  aiúmina  qne  el  ácido  ha- 
bia  qnitado;  de  manera  que  el  residuo  de  estas 
dosoperaeiones  sucesivas,  es  idéntico,  por  su 
composiclon,  con  la  arcilla  primitiva.  Este  he- 
cbo  proeba  evídentemente  que  la  areiHa  es  un 
T^adero  silicato. 

Raro  es  qoe  las  arcillas  se  encuentren  na-* 
turalroeDte  en  el  estado  de  pureza:  por  1o  gé- 
neral  estin  mezcladas  con  sustancias  estra- 
ñas,  como  son  el  betun,  el  graflto,  el  coarzo, 
el  áxfdo  de  bierro.  el  carbonato  de  cal,  etc. 
La  presencia  de  estas  snstancias  modiflca  mas 
ó  meoos  60S  propiedades ;  de  donde  resultan 
importantes  difereneias  entre  ias  ospecies,  y 
particolarmeDte  coo  relacioo  al  uso  que  de 
ellas  baceo  ias  ailes. 

Lis  areillas  se  eDcueotran  en  todos  los 
terrenos,  desde  los  carboDiferos  hasta  los  de 
áloTion  d  formacioD  reciente»  y  suelen,  en  me- 
éio  de  las  rocas  calcáreas,  formar  bancos  de 
eoBBlderable  espesor. 

ARC1KIE6A.  Los  que  eonocen  la  historia  de 
lapasada  Incba  ciTii,  comprenden  lo  quesig- 
Bitoii  y  Taien  las  manifestaciooes  hechas  en 
ArciDiega,  y  la  importancla  que  han  dado  al 
Donbre  de  este  pneblode  la  provinciade  Alava. 

Abrigaba  e1  ejéreilodedon  Girlos  en  su  seno 
aBlasrÍTglidadesyémplos  como  cortesanós  le 


rodeaban,  y  en  continuada  pugoa  entre  si,  dié-' 
roula  treguas,  en  tantoquemarchandola  espe^ 
dicion  real  hácia  Madrid,  creia  cada  uno  llenar 
sns  ambicionesen  el  alcázar  de  Isabél.  Frustra- 
da  esta  esperanza,  se  desencadenaron  los  mú- 
tuos  resentimientos,  pusiéronse  en  juego  toda 
ciase  de  miserablesinlrigas,  ademas  de  ias  que 
eran  escitadas  por  la  actividad  de  un  coroisio-' 
nado  del  gobiemo  liberal,  que  tenia  tambien 
<Ios  agentes  en  el  campo  carlistu;  y  con  tales 
elementos  en  accion,  Ilegaron  á  comprometer 
de  tal  modo  idon  Gárlos,  que  obrando  con  mas 
precipllacion  que  prudencia,  adopló  las  medf- 
das  que  vamos  i  ver  á  continoacion,  donde 
claramente  se  maniflesta,  por  mas  que  se  pre- 
tenda  1o  contrario,  la  crisis  en  que  se  hallaba 
la  causa  carlista,  y  el  ejército  entonces  man- 
dado  por  cl  infantc  dón  Sebastian,  i  quien  im- 
pllcilamente  se  llegó  i  encausar,  como  vere- 
mos  despues. 

Tenemos  i  1a  vista  el  SujÁemento  a\  Mé- 
tin  de  Navarra  y  provincias  Vascongadas 
del  martes  34  de  octubre  de  4837,  y  de  é1  sa- 
camos  los  siguientes  notables  documentott. 

Alocucion  de  S.  M.  « Voluntaríos:  La  revolu- 
cion  vencida  y  hnmlilada,  próximai  sucumbir  i 
Yuestro  esfuerzosobrehumano,ha  librado  su  es- 
peranza  en  armas  dlgnas  de  su  perfidia  para  pro» 
iongar  algnnos  dias  su  funesta  existencia.  Mas 
por  fortuna  estáu  descubiertas  sus  tramas:  sa- 
bré  fnislrarlas.  Para  rcalizarlo,  para  dlctarpro- 
videncias  qne  poogan  cuanto  antes  término  i 
esta  lucha  de  desolacicn  y  de  muerte,  he  vuel- 
to  momentáneamente  á  eslas  fldellsimns  pro- 
vincias:  pronto  me  vereis  de  ouevoi  rtonde,  co- 
mo  hoy  aquí,  me  llaman  mis  deberes.  Yuestro 
heroismo  interesa  demasiado  mi  paterual  co- 
razon  para  que  rennncie  i  triunfar,  y  si  preci- 
so  fuera  i  morir  entre  vosotros.  % 

«Voluntaríos:  nobastabala  contlnoadaséríe 
dehazañas  y  dé|»rodigios  queforman  la  bistoría 
de  vuestras  campañns:  los  cinco  últimos  meses 
Ilevan  vnestro  méríto  todavia  mas  alli  de 
cuanto  se  habia  visto;  y  el  cuerpo  espedicio- 
narío  que  me  ha  acompañado  ófrece  un  ejem- 
plar  sin  modelo.  Gon  solo  la  tercera  parte  del 
ejércilo  que  opcra  en  Navarra  y  provlnclaf 
Vascongadas,  se  han  redooido  las  fuerzas  ene- 
mtgas  i  nn  número  ya  menor  de  las  que  hoy 
tengo  disponibies  en  todos  mis  dominios,  ba* 
beis  vencido  al  ejército  revólocionarío  en  los 
llanos  como  en  las  montañas,  sin  artiltería  eo- 
moconella:  Huesca,  Barbastro,  Villarde  loe 
Kavarros,  Retuerta,  serin  etemo  monumento 
de  Tuestras  glorías:  si  la  falta  de  muníciones  ó 
de  cooperacion  de  algun  cuerpo,  precisó  por 
el  momeoto  i  ceder  terreno,  dejisleis  harto 
^escarmentado  al  enemigohaciéndole  sufrir  pér- 
dida  tríplicada;  y  en  las  mismas  retiradas  on 
corto  número  ha  podido  marchar  seguido,  ne 
hostllizado,  por  mas  de  dobles  fuerzas  que  bo 
han  osado  alHcaros  cuando  les  babels  presen- 
tado  la  batalla,  que  ni  un  solo  tlrohau  dispa« 
rado  contra  vuestras  masas.  Sobre  todo  hatote 


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AftaNIEGA 


IM 


>echo  yar  i  la  Suropa  quoinls  enemig09 1o  son 
Í^  los  pueblos;  qu^  la  lealtad  y  decisioQ  de 
^stos  no  puede  scr  mayor;  que  $u  adlicüiona 
Qij  persooa  y  su  eutusiasmo  por  mi  justa  y  sa- 
grada  causa  ba  arrostrado  la  saogrieuta  vea- 
ganza  de  sus  opresorqs;  que  solo  esperao 
vueslra  proteccion  para  sacudir  el  yu^o  que 
]os  esplaviza,  lo  mismo  en  Ara^oo  que  en  Ca- 
taluüa,  en  Yalencia  como  en  Caslilla. 

aSi,  voluntarios:  ni  cn  vosolros,  ni  en  los 
pueblos  ha  cstado  dejái:  de  estermioar  la 
Qsurpacion  en  ese  pais  dssgracijido,  teatro  de 
8U8  borrendo$  crímenes  y  de  la  anarquía  que 
devora.á  sus  propios  hijos,  qoe  acabaria  por 
devorarla  á  ella  mlsma.  Causas  quc  os  spn  es- 
tr^ñas,  causas  conocidas,  causas  que  vaa  á 
desaparecer  para  siempre,  ban  dilataílo  por  po- 
co  tiempo  nias  los  malcs  de  la  patria.  Pero  el 
ensayo  está  hecho,  se  Im  visto  á  cuanto  piiede 
aspirarse,  y  las  medidas  que  voy  á  adoptar  lle- 
Qarán  vucstros  deseosy  la^  esperaD^os  do  to- 
dos  los  buenos  espaúoles. 

«Voluntarios:  testigo  devueslro  heróicode- 
nucdo  ,  compañero  de  vuestros  sacriñcio^  y 
fatlgas,  admirador  de  vuestra  resigoacix^n  y 
virtudes,  quiero  ante  todo  daros  la  muestra 
mayor  de  mi  rcal  aprecio.  Qesiie  hoy  me  pon- 
go  ávuestro  frentey  osconducir^  por  mi  mis- 
mo  á  la  victoria.  Preparaos  á  recoger  nuevos 
laureles:  sed  dignosde  vosoiros  roismoa,  y  coo- 
taodo  con  la  proteccion  dc  nuestra  Geaerali^i- 
xna,  confiad  en  que  vuesko  geueral  eg  vucs* 
tro  rey.— Cárlos.— Real  de  ArcÍDiegJ^  %^  (Jeoc- 
tubrede48a7.» 

«llioisterio  de  la  Guerra.  Ezcmo.  Si'.*-JD|e* 
g^ando  el  Rey  N.  S.  al  regresar  momentánear 
mente  á  estas  provincias  dar  á  la  heróica  loaln 
tad,  virtudes  y  sacrificios  del  coierpo  de  ej^r- 
cito  espedicionario  que  ha  tenido  el  honor  de 
^compañar  i  su  augosta  persona  uo  testimo- 
Qio  dc  aprecio,  digno  de  sa  ro^  v^unificeooia, 
se  ha  servido  concederle  las  reoompensas  si- 
goientes: 

«A  los  dos  primeros  coQiandaDtesmasaQtí- 
guos  de  cada  unade  Iüs  tres  divisiones  navar- 
fa,  alavesa  y  ejístellana,  pertenecienles  á  di- 
tho  cuerpo  de  ejjército,  elgrado  de  coronel,  y 
i|  lo  tieoen  ya,  el  empleo  de  leniente  coronel 
ipayoT.  Si  hubier^  algun  prioaer  c^anda&te 
•«tre  los  dos  mas  antiguos  que  fuese  tenien* 
l^  coronel  mayor  y  tuvi€)se  el  grado  de  cor 
TOQel,  obtendri  la  efeotividad  de  esle  em- 
fileo. 

cA  )os  dos  segundos  comandantes  o)as  aur 
tigooa  de  cada  una  de  las  tre»  divisioae^  re- 
faridas,  el  ascenso  á  primeros. 

(^  los  dos  capitanes  mas  anüguos  de  cada 
oiM)  de  los  batallones  de  aquel  cuerpo  de  ejér- 
eUo,  el  grado  de  tenientes  coroneleSi  y  si  k) 
tvriereo ,  el  empleo  de  segundo  ooomuh 
4tnte. 

«A  los  dos  teoientee  mas  antiguos  de  cada 
■bilAlioD,  8i  tieQen  el  grado  dei  ca^itaoee,  U 
;«fHitividad  de  lales,  y  no  ieuióodolOi  ol  gpado; 


y  i^r  ei  p^\mo  (Men  el  amiiM  i  grndo  dt 
tementes  á  todos  los  subtementea  m^a  tiit(- 
guos;  asi  c^mo  los  empleos  de  subtenieoteft  i 
los  dos  cadetes  de  cada  batallon  que  reaQa& 
la  mayor  anti^üedad. 

«Un  real  de  velloa  diario  vitalicio  i  todos 
los  individuos  deia  ola^e  de  tropa  de  ioAiaterift» 
cabaUcría  7  artiiWia  de  las  tres  dívisione» 
ciladas  q»e  hau  #eguido  cousUotemoote  li  e»- 
pedicíoQ  bast^  ej  diad^hoy,  coQtpreDdiéndofe 
en  esta  clase  á  los  que  estén  ausentes  por  be- 
rfda^,  eofermedfld,  comísioa  ú  otra  causn  le- 
gitima  de  úrdea  de  suf  gefe«;  de  modaque  so- 
lo  quedan  escluidoe  de  esta  pmI  gracia  Im 
desertores,  y  los  que  por  cualqutera  oftre  m- 
tivo  volunt^rio  e«léa  separadoe  d^  las  ñ\m. 

«Quincereales  deveUoA  meBeoaiei  á  todos 
lo^  individuos  de  )a  reCecida  oiaae  de  tfa^ 
que  se  incorporen  voluDtariameiite  i  diche 
cucrpo  de  ejército  desde  el  17  de  mayo  li^mo 
hasla  ei  8  de  setiembre  prdiúmo^  ya  prQcedan 
de  sus  casas,  de  las  ülaseiiemigat,  é  liaaimeii- 
te  de  los  prisioneros  bechoe  ea  ia  glortoaa  ba- 
U.IJa  de  Villar  de  ios  Navacroa;  á  todof  los 
que  oCrece  S.  M.,  el  real  de  veiloQ  diario»  ai 
contiuuaQ  sirvieado  con  buena  coQducta  iiaala 
la  coQclusioa  de  la  guerra,  ó  bastaqoe  por  al- 
gun  acto  deservicioquedareai  ioiUUiaadíts  f>jL- 
ra  hacerlo. 

«S.  M-  ofreceigualpremio  i  todosto^  iBdi- 
vidups  de  la  misma  clase  de  tropa  quc  haa  io« 
gresado  en  ei  referido  cuerpo  ea^^cionario 
voluntariameQte,  despues  del  8  de  setiembre 
úllirao  hasla  la  fecha,  si  permafieooa  eoastaQ* 
temente  en  \m  fiias  duraBie  la  eampa&a. 

« Las  preseates  graoiaa  son  eateostvas  ea  Xo* 
do  á  la  divisioa  de  cabeUeria  eomapOMtlaata 
á  la  espedicioa  referída.  Todaa  ae  eQteode- 
rán  ain  perjuicio  de  laa  reoompeoBai  que  por 
servicios  particulares  haa  correspoodldo  ó  cor* 
respondan  á  los  iadividuoa  de  las  espDeaadas 
divisiones ,  reservándose  la  sot»rana  bondad 
"dispeosar  olrás  especiale&á  los  gefoB,  olciDles 
y  voluntarios  que  teoga  á  biea  por  su  mérito 
y  circuQstanoias  particulaEea.  EstareaLreso- 
luQioa  Do  deber^  ejecutarse,  respeeto  á  ios  ge- 
fes  y  olkiales,  liafita  qae  se  haya  beobo  efocCi« 
vala  de  H  del  corriente,  qae  tiene  povobjeto 
reipu^erar  algunos  oflciales  atrasadoa  ea  la 
carrera  para  evitar  asi  toda  ladiftcullad  y  pertoi- 
ciQs.  Lo  digo  á  V.  B.  de  real  <Mea  para  qoe 
inmediatamcnte  lo  baga  Stiber  ea  ladel  fijérét- 
U>»  y  Qja  un  brevisimo  plazo»  para  qoe  sofor- 
mea  y  lleguea  por  su  oooducto  á  osta  secre- 
taria  ias  rclacioDe^  de  loa  eooiproQdidoa  en  la 
presenle  rcai  resoluoioa  y-ea  la  ya  eüada  del 
U. — Dios  guarde  á  Y.  E.  mochos  añoa. — Reaft 
deAjrointega  %9  de  octahre  de  4837.«-4osé 
Arias  TeiJeiro.^Sr.  gefe  del  B.  M.  6.i 

«jSecrelarlük  de  Estado  y  deldeapagbo de la 
Guerra.— No  salisíecha  todavia  k  augii8ta.m»> 
aiOcenci^  dol  rey.  Questroaeii^rv  j  el  eqnoial 
iuteréa  oon  (^e  mtm  loe  aaonilciQB  da  do  he- 
róicflk  ey^roíU»  Goo  laatraciaaquo  oomproDde 


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437 


ARaNlEGA— ARCO 


488 


1«  real  órdee  de  esfa  ^efas,  se  ht  serrldo  de-I^Mcenos  y  el  pHttldero  qtie  era  el  prinerode 


tfarart  qoe  »e  abone  tri|Hicado  tiempo  de  ser- 
tieio,  qoe  se  eoiitBri  esi  pera  lioeRcias,  pre- 
mios  y  tedos  los  demas  objetos  á  que  se  es- 
Üeede  el  tbono  de  campaña,  y  á  lodos  los  ge- 
fes,  oflclales  f  deoias  elases  de  iropa  pertene- 
elentes  A  ta  espedicion  que  ha  acoffipañado  á 
S.  M.  mlentrashnbiesen  formado  partede  ella, 
qoedaedo  eseeptoados  de  esta  gracia  los  de- 
aerlores,  aDmyue  se  faayan  presentado  á  las 
aoloridades  en  Navarra  y  Provlncias  Vascon- 
gadas. — De  real  órden  lo  digo  á  T.  £.  para  sq 
Isteiígencla^  pnblicaeton  en  el  ejército  y  eféc- 
ies  conslgttientes.'-^s  goarde  á  T.  K.  mn- 
chos  años.^Reai  de  irciniega,  29  de  octubre 
de  4837.— José  Arias  Teijelrü*— Al  gcfe  del 
E.M.6.  delejércüo.» 

liada  mas  que  lo  espoesto  es  n^cesario  pa- 

ra  damoster  la  iBBportaHdq  de  ios  sttcetot  de 

Arcioie^,  origen  de  otros  mas  grares.  Por  de 

pronto,  Jas  medidas  qoe  tan  solemnementc 

^reeiá  adbDptar  den  Gárlos,  te  reduJeroB  á  pa- 

0U-  eoo  ia  naytr  ingratilod  á  sus  ma«  fieles 

«ar?idtre»;  y  liio,  el  mat  tetimo  y  allegado  á 

doo  Seb&stiun,  fué  encauaado  y  preso,  y  Zara- 

ffe^i,  que  coa  t^fa  fbHci4ad  y  acierto  con- 

di^o  sn  espedicioo,  que  casi  aalrO  á  la  real, 

fué  á  dcFcansar  de  sus  servicios  á  los  calabo- 

10$  de  Arciniega,  de  ios  cuales  le  sacó  Maroto 

ea  4839.  Asi  acostnmbraba  proceder  dou  Cár- 

loscoo  SU9  me]ores  partidarioe;  asl  obr6  en 

esU  ocasloD,  coaodo  deUera  baber  empe^ado 

por  corregir,  sino  á  sl  propio,  á  sus  mas  inme- 

diatoi  comeleros  qneieeomliiciao  áua  abiamo. 

Creyé  sa1?arlo  don  Gários  pooiéndose  á  1a  ca- 

beea  éel  e}ército«  en  brete  sq  vleron  los  re- 

SoIHMOd* 

Despaes  de  los  deerctos  de  Arclniega  todos 
cveian  qoe  se  inaoguraria  noeta  época,  que  se 
apreadenan  las  leceiones  que  diera  la  espe- 
iteBeia,  y  se  corregirfan  las  faltas  cx)metidas; 
pero  nada  de  esto  se  vió:  sigoieron,  y  seau- 
aeiitvoa  las  Intiigas,  se  oMdaron  oostosas 
feociOBe»  y  se  ineorrió  en  roas  gr&ndes  erro< 
res.  Siempre  ha  sido  ei  mismo  don  Cárlos.  Se 
ftíislacim  tambien  que  temeroso  el  prlncípe  de 
que  el  funesto  resuitado  de  le  e^pedicion  dis- 
BilBuyese  sn  prestigio,  y  ia  confianza  que  ios- 
pÍTBbÉn  SBS  imlabras,  trató  de  atriboir  el  mal 
éxfto  á  sos  mas  leafes  servlftores  sacrificin- 
debs  en  las  aras  de  snegoismo. 

ARCIPRBSTG.  {Dereeho  ecle$iástico. )fAh^se 
este  nomt>re  en  hi  prtnHli?a  iglesia  al  mas  an- 
%oo  ó  gefe  de  los  presbiteros,  asl  corao  el  de 
iKediano  al  prlroero  de  ios  diáconos;  apUcase 
ea  ej  dia  á  un  eclesiástico  revastido  de  una 
dlj^ldad  qnegosa  devariosderechos.  Delmis- 
mo  QK>do  se  llaroa  arciprestazgo  eltilulo  y  dis- 
trHo  del  areipresre.  Eb  Ios  primeros  sigios  de 
h  igfesia  habia  tres  dignidadés  principefes 
qte  loeran  al  mismotiempo  de  la  iglesta  cate- 
dral  y  de  la  Igleeia;  á  saber:  el  arcipreste,,  que 
e^  et  prindpal  dé  tos  presbtfen»  y  de  lois  clé- 1 


los  clérigos,  que  mandaba  sobre  to(k)  ol  olero 
ioferior.  Se  hiEO  referenda  áe  t^stos  tres  dig- 
nidades  en  los  oánooes  aribigos  dei  coocilio 
de  Nícea;  y  el  de  Mérida.  colebrado  en  606, 
manda  qne  cada  ebiepo  tOBga  en  sa  catedral 
BB  aroipreslB,  m  arcediano  y  nn  prirokñcro; 
ouyas  fiineiOBes  no  dtstiBfue.  Gomo  el  nooriire 
de  presbilero  tiene  su  origeiide  la  edad  atan- 
zada  en  que  dobian  haltafse  aqveHos  qne  se 
honraban  cou  este  carácter,  el  arciprestc,  que 
era  el  primero  de  loe  preffblteros,  debla  ser  el 
de  mas  edad.  Con  todo,  los  obispos  dieron  al- 
gBoas  vecaa  wta  dígnkiafl  al  oiérito,  auBque 
regularmente  no^uese  debida  sino  á  los  ancia* 
nos.  A'emos  que  á  Proterio,  electo  obispo  dc 
Alejandria  deepnM  4e  U  éa¿0^icioil  deDiósco- 
ro  en  el  concilio  de  Calcedonia,  le  habian  he- 
cbo  arcipreete  de  la  laUm»  iglésia.  S^p  (ieró- 
Qimo  pareoe  darBOS  i  onteoder  qae  eo  k  igW* 
sía  l^üaa  todw  las  ae^^ales  tentan  un  aroi* 
pre&le  sin  que  hubi^  roas  quo  uno  en  eada 
wu  U>s  aroipreátes  babian  ooupado  en  otro 
lieii>po  un  rango  distinguido  en,  ía  iglesia;  eu 
su  prigen  ei  arcipreste  era  la  prímeia  dignidad 
despues  del  obispo,  y  ordinariamente  tenia  el 
car^  de  vioar  io  gOAoral,  ademas  del  goblerno 
de  ia  igiesia  cuando  el  obispo  eskiba  ausente. 
AMCO.  ^UmMéO^  A  ftoda  porcion  d« 
OBB  litM  OBtva  80  llaraa  afo».  Ootto  eii  cada 
uuo  de  los  articulos  de  las  dtiüatas  Mpaaits 
de  cutvas,  toctiraos  óe  las  propeedades  parti- 
eolares  de  aus  aroos.  {Véa$B  elipsb,  HiraaB0<9 

LA,    PARABOLA,    CICLOIDE,  LOCABlTnCA,  tto), 

nos  concrctareroos  ahora  especiaimente  á  los 
arcos  de  circulo  y  ^t\  ciiante  á  los  teoremas 
generales  que  pcrteiieccn  4  todas  las  curvas, 
nos  remitiroos  á  las  palabras  rectificacion, 

«jp^RVICfia  y  VOLLMIiN. 

Kstá  coRvenido  oousiderar  dividida  toda 
circuníereucia  de  cireulo  en  tfescieiitas  sesen- 
ta  partes  iguales  (|ue  se  llamaB  grado^;  cada 
uno  de  estos  divididos  en  sesenta  partes  lia- 
roadas  minutoá,  qimiedivklen  tambíen  en  otras 
sesenta  llamados  segundos,  etc.  Segun  el  sis- 
fema  raétrico  se  prefiere  dividlr  el  cuadrantc 
de  clrculo  cn  400^,ei  grado  entOO',  el  minuto 
en  400",  etc;  mas  nosotros  emplearemos  solo 
la  primera  subdivision,  porque  es  la  adoptada 
generalmeote,  y  segun  la  cual  se  hailan  es- 
tablccidas  la  mayor  parte  de  las  lablas  é  ins- 
trumenlos  de  geomelrla. 

En  el  articulo  angclo  qucda  espuesta  1$ 
docirina  de  que  se  deduce  la  medida  de  los 
ángulos  por  mediode  los  arcos  decirculo;  en 
la  palabra  cverda,  los  procedimientos  de  sub* 
divisiones  de  los  arcos  y  de  su  valuacion  en 
grados;  cnla  pálabracfRCüNFBRENciA,  laspro- 
piedades  generales  de  los  arcos  de  circulo; 
ahora  daremos  aqui  los  medios  de  medir  lat 
ipngitgde^  dQ  los  ^tco^  segun  su  uúmjm  d^ 
grados  7  hi  m^gnilud  de  su  radio, 

Se  dtcoque  son  iguaÍBs  do;  «rcos  coandf 


átoñ;  el  areedlano^^^ue  era  ei  principál  de  los  í  rectiflcados  ttenen  la  misma  longitad,  ^  seme< 


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m 


ARGO 


4tO 


JarUes,  cuando  Ueneo  un  mimo  númerodegra- 
üos,  no  obstanie  pertenecer  á  circulo¿  diferen- 
tes,  es  dccir  cuando  son  fracciones  iguales  de 
8US  respectivas  circonferencias. 

Se  sabe  que  uoa  circunferencia  contiene  á 
sn  diámetro  el  misnio  número  de  veces  que 
otra  contiene  al  suyo,  ó  bien  que  es  conslan- 
te  la  relBcion  de  toda  drcunferencia  á  su  diá- 
metro.  Esta  relacion  es  por  aproximacion. 
{Véase  la  palabra  gircunfbrbncia). 

n— y,  ó  — Jll  ó  =¿3,4445926536. 

Kste  númerotiene  por  logaritmo,  en  el  sis- 1 
tema  de  Briggs, 


%. 


,497U987Í7. 


Fádl  es  concebir  qne  si  r  designa  el  nú- 
roero  de  nnldades  llneales  contenidas  en  el  ra- 
dio  de  nn  circulo,  la  otreufi/'ermdaaSirr. 

Y  si  nn  arcoconsta  den  grados,  seenciien- 
tra  su  longitnd  por  esta  proposicion:  si  360* 

tienen  2icr  por  longitud,  n  grados  tendr¿«J!I2' 

480- 

oomo  — -  es  un  námero  constante  te  haremos 

-"A,  y  se  tendrá  A«o, 04  745329252,  log.  A 
»2,2448773676  de  donde  langüud  del  areo 
de  D  grado$=anr. 

ú  superflcie  dél  secUtr  drcular  limítada 
por  este  arco  es  ignal  al  producto  del  arco  por 
)a  mitad  dei  radio,  ó 


icr  n       ^  , 
360    * 


La  del  negmenío  comprendido  entfe  este 
arco  y  so  cnerda,  se  obtiene  quitando  de  la 
del  sector  1a  del  triingnlo  forroado  por  esta 
curva  y  los  dos  radios;  esta  área  es. 

«-ir'(iin— jan.n). 

Müchas  veces  ocurre  tener  que  valuar  el 
nÚQjero  n  de  grados  de  un  arco  por  su  longi- 
lud  ó  inversamente,  y  aunquelo  espuestohas- 
ta  aqui  basta  para  resolver  las  cuesliones  de 
esla  especie.  creemos  no  será  fuera  de  lugar 
roanifestar  el  medio  mas  frecucntemente  em- 
pleado.  Imagineraos  que  se  haya  encorvado  el 
raOio  ábbre  la  circunferencia  como  si  hubiera 
de  ajustarse  uno  ¿  otro  exactamente;  este  ra- 
dio  asi  encorvado,  co¡ncidir¿  con  un  arco  que 
interceplará  ó  abrazar¿  entre  sus  puntos  es- 
tremos,  y  del  que  puede  determinarse  el  nú- 
mero  R  de  grados,  R'  de  minutos  ó  ií"  dc  se- 
gundos,  ó  lo  que  viene  ¿  ser  lo  mismo:  este 
irco  igual  al  radio  es: 

R-«5r .29578  kg.  R— 4 .75842  26324  4 
R'«3437'.746  %.  R '=3, 5362 7  38827  9 
R"?=206264",?    /o^.R"-5,34442  54334    8 


Design^mcs  t)or  X  la  longttud  de  uo  arco 
de  drculo  cualquiera,  el  radio  por  r  y  por  (X«) 
(X')>  l^'O'  e(  número  de  grados,  6  de  minatos 
ó  de  segundos;  tendremos  que  se  podrá  esta- 
blecor  la  siguiente  proporcion:  si  un  arco  de 
R  grados  tiene  r  de  longitud,  (X*»)  ticnede  loo- 
gitud  X,  dedonde  r  (X'*)sRX.  Y  se  obtendráde 
la  misma  manera  para  (X')  y  (k'f),  etc,  pues 
quer(X»)=RX;  r(X')=:^'X;  r(Vl==R"X. 

Si  esconocida  la  longitud  )  de  un  arco,  es- 
tas  ecuaciones  determinar¿n  (X^),  (X'),  (X'Ó,  é 
inversamente,  etc...  £s  digno  de  observar  que 
sí),  es  el  arco  de  un  segundo  y  el  radio  del 
circulo  =4,  se  tiene  4s=sR''x  arc  de  4 ",  de 

donde  R"= ^;  asi  pnes 


arc. 


4 


4  4 

R= ,  R^—         .,.  r'sz 

arc.  4«  arc.p'         arc.4" 

Gomo  el  arcode4'  y  áñ  ^ii son  tan  peqae- 
ños  que  no  difierra  8ensi)>lemeDle  de  sns  se- 
nos,  se  pueden  trocar  laa  dos  últimaseciiaGio- 

nesenR'«= --R"«.-i_  limitando  lo 

sen,  4 ''        sen,  4 '' 
roenos  los  c¿lcnlos  á  8  deciroales. 

Asi  que,  coando  entre  eu  nna  ecoacioo 
sen.  L  tang.  L,  siendo  el  radio  igual  ¿  i  y  el 
arco  L  muy  pequeño,  poeden  reemplazarse  es- 
tas  lineas  por  L,  y  si  se  quiere  que  L  designe 
no  ya  la  loogitud  del  arco,  sino  sn  número  de 

L" 
segundos,  seria  menester  trasformar  L  eo«— =» 

R" 
U'  sen^  4  ^')  podria  tambien  esprcsaree  en  mi- 
nutos  cambian  L  en  L'  sen,  4  ^  Estas  trasfor- 
maciones  son  de  rouy  frecuente  uso. 

£n  lu  palabra  bbrie  y  desarroUadas  en  se- 
ries  infloitas,  espondremos  las  fórmulas  del 
arco  en  funcion  de  su  tangente  ó  de  su  seno 
é  inversamente. 

Lo  queconcieme  ¿  la  resoluciondelospro- 
blemas  sobre  valuacionde  lalongituddel  aroo 
de  una  curva  cnya  ecuaciony  estremos  se  oo* 
nocen  y  de  sus  reciprocos,  se  hallarán  eu  i* 
palabra  RBCTincAcioN. 

ARCO.  (Árquüectura,)  Se  Ilama  aai  ¿  una 
construccion  que  en  su  parte  inferior  presenti 
una  curvatura,  que  recibe  los  tres  nombres  si- 
guientes:  (irco  de  medio  punto  6  semicircuiar, 
arco  peraltado  y  arco  rebajado. 

EI  arco  de  medio  punto  es  el  que  est¿  for- 
mado  por  un  semicírculo;  el  arco  peraltado  e» 
el  que  stt  altura  verticai  es  mayor  que  la  mitad 
del  diAmetro;  y  el  arco  rebajado  es  el  qoe  la 
altura  vertical  es  menor  qoe  ia  mitad  del'diá- 
metro. 

El  arco  oblicuo  es  aquel  coyos  pies  dere- 
chos,  supuestos  iguales,  no  est¿n  en  on  mismo 
plano,  es  decir,  que  el  uno  8ul>e  mas  qae  cl 
otro. 

Árcos  botareles,  son  aquellos  qne  ordina- 
riamente  se  construyen  par^  cootrarestar  éí 


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AIICO 


U9 


eaipiite  de  laü  cotístriiecíoQes,  y  rb  (íbloe&n  ge- 
iieralmente  ea  el  álcrk>r  por  ser  hácladOQde 
sueleü  bacer  el  mayor  emppje  los  ediflcios. 

iireo  rampante  es  aqnel  cayos  arranqiies 
estin  á  desigoales  alturas. 

ARGODE  TRfó  GENTROS.  {Árquü$etura.)Sie 
llama  asi  á  la  CQnratura  de  una  bóYeda  rebajii- 
da,  cuya  altoraes  menorque  sQsemí-diiroetro 
horiKMitaU  forma  la  miiad  de  una  elipse,  y  por 
eonsigoieDte  se  traia  desde  muchos  puntos  del 
eentro. 

Los  areos  r$verso$  se  emplean  en  los  ci- 
mieotos  de  un  ediflcio  para  contrarestar  los  | 
pontoa  de  apoyoaislados,  y  repartir  los  esfuer- 1 
aoi  sobre  la  mayor  soperflcSe  qne  se  pueda  del  \ 
teneno.  j 

Los  Tomanos  hicieron  uso  de  estos  arcos 
en  la  ooostmecion  de  alguaos  de  sus  pucntes, 
de  tal  modo  qne  la  curvatura  que  I^  daban  ea 
el  <áraleBto,  nnida  á  la  del  arco » formaba  un 
circalo  completo. 

ARCO IRÍS.  (Fifioa.)  Se  Terifii»  este  feoó-  • 
meno  coando  uni  nube  opoesta  ai  sol  se  di- 1 
soelTe  en  UnTia,  y  para  verlo  es  preciso  colo-  ' 
carse  de  espaldsís  á  aquel  astro:  muchas  veoes  : 
Temos  dos  arcos,  el  uno  interior  con  colore.^ 
moy  viTOS  .y  el  otro  esterior  y  mas  pilido;  los 
dosse  presentan  con  la  niismasériedecolores 
que  el  espectro;  pero  en  el  prímero,  el  rojo  es 
el  mas  alto,  y  en  el  segundo  es  el  violado.  Uno 
de  los  caracléres  de  este  meteoro  es  qiic  el 
centro  de  loá  arcos  está  siempre  diametral* 
noente  opuesto  al  soi. 

Podemos  imitarlo  artlficialmente  arrojando 
agoa  ai  airé,  de  modo  qne  se  espartti;  de  cslu 
suerte  ios  sortidores,  las  cascadas  y  el  rocío 
<}ue  homedece  los  prados,  nos  ofrecen  CBte  fe- 
nómemo,  sicmpre  qae  noscoloqucmos  conve- 
nientemente  para  observario. 

Ei  arco  iris  resulta  de  la  refraccion  y  re- 
Oexion  de  los  rayos  solarea  combinados  én  las  j 
^otas  de  agoa  esféricas. 

Bn  efecto,  supongamos  qoe  un  rayo  de  Inz  \ 
dirigido  en  el  sentido  S I .  {Véa$e  el  Atlae,  Fisi- 
em,  lámiaa  4  .*,  flg.  4 .»),  cae  sobre  una  gota  de 
aflToa  esférica:  la  primera  refraccion  que  espe-. 
ricnefite,  lo  dirígirá  báda  i';  alii  se  refractará 
de  nnevouoa  porcion  ypasará  al  aire  siguien- 
á&  l'  r';  la  que  qaeda  se  reflejari  en  lo  interior 
de  la  erota  de  agua  bácíá  i".  Aqui  severiflcari 
1o  iBisiBo:  saldri  una  porciou,  en  tanto  quc  la 
rellexion  volverá  el  resto  hicia  l''',  donde 
se  prodnciri  tamÍHcn  un  efecto  semejante,  quc 
se  repetiri  de  nuevot  y  a$í  sucesivamente,  y  ' 
colocando  el  (jo  en  la  direccion  r"  I'''  de  los  | 
rsyos  emergentes,  se  perciblrá  la  série  delos  ; 
colores  del  espectro  solar,  i  caosa  de  su  dis-  > 
persioii  iVéase  Dispersian  eo  el  articulo  be-  . 
raaoGSon .)  Lo  que  hemos  dicho  para  esta  gota 
de  agoa  te  aplica  á  todas  las  que  estin  colo- 
eadas  i  sn  inmediacion,  con  la  diferencia  de 
qoe  los  rayos  solares  podrin  caer  sobre  algn- 
iias  de  ellas  de  modo  que  solo  haya  una  re- 
Oexioii  ioterior,  y  todos  los  rayos  emergeotc^ 


qoe  lleguen  al  ojo  del  éspéciador  le  ofrecerin 
multltud  de  espectros  solares,  cuya  superpo«i- 
ciou  coropoodri  el  arco  Iris,  Falta  demostrar 
comó  la  dispof  icion  de  estos  espectros  puede 
producir  un  arco  de  cicrta  latitud,  compuesto 
de  fa]a5  de  colores,  colocadas  en  el  mismo  6r- 
den  que  las  del  espectro. 

Para  obtenerlo,  consideremos  desde  luego 
con  Mr.  Biot»  un  solo  rayo  incidente  d^  color 
simple,  por  ejemplo,  ro]o;  si  acontece  qoe  es* 
te  rayo,  despues  de  haber  sido  refractado  cn 
el  glóbulo  de  agua,  se  reflejase  uoa  ó  muchas 
veces  en  su  segunda  snperflcie  y  saiiese  en 
seguida  al  aire,  se  ooncibe  que  hari  en  gene- 
ral,  despnes  de  su  emergenchi,  cierto  ángulo 
con  su  direccion  prímitiva.  Este  ingulo  seri 
constante  para  todos  los  rayos  de  ta  misma  na- 
turalexa  que  penetren  el  gióbaio  ba]o  la  mis- 
naa  iocidencia;  pero  cambiando  esta,  cambiari 
tambieo  aquel.  Para  teoer  una  idea  clara  dees- 
taá  variaciones,  considercmos  primero  el  ca* 
so  parliciilar  cn  que  el  rayo  no  snfre  nms  que 
una  reüexion  interíor,  despues  de  lo  cual  vuel- 
ve  á  salir  del  glóbiilo  al  aire  libre  {figura  A  .*  ; 
entoQces  si  se  calcula  numéricameQte  el  %'aior 
de  la  separacion  para  muchds  rayos  incidentes 
paralelos ,  repartidos  sobre  la  superflcie  dei 
gióbuiri  eo  pequenas  distancias,  se  ve  que  la 
séparacion  comienxa  á  ser  nala  ba]o  la  inci- 
dencia  perpendicular  eu  que  el  rayo  atravlesa 
el  glóbnlo  cn  su  centro;  enseguldaaumentala 
separacion  progresivamente  hasta  cierto  lími- 
te  de  incidencia,  que  es  de  uuos  59**  y  medlo 
para  los  rayos  ro]os,  dc  modo  queeQtrando  un 
pequeño  pinoel  de  estos  rayos  pararelamente 
en  el  glóbulo  en  A,  ba]o  esta  incideocia,  y  ha- 
biéndose  reflejado  una  vcz  en  su  fondu,  sale 
de  él  igualmente  paralelo  ou  A'',  aonque  la 
direccioQ  geoeral  del  pincel  se  divide  42*;  pero 
para  las  incidencias  de  mas  consideracion»  la 
desviacioQ  disminuye  como  habia  aumentado, 
y  esta  dismiOQCioo  coQtinúa  husta  los  úliimos 
rayos  tangentes  al  glóbulo;  mas  si  se  reciben 
todos  los  rayos  emergentes  á  gran  distancia 
c'el  glóbulo  para  que  cste  pueda  ser  considera- 
do  como  un  pnnto,  es  claro  que  todos  los  qae 
co'rrespondan  á  las  desviaciones  desiguales, 
irin  separindose  los  uuos  de  los  olros,  i  me- 
dida  que  se  ale]en  del  glóbulo.  de  suerte  que 
se  hanariu  al  fin  demasiado  dobijitados  para 
dar  la  seosacion  del  gtóbulo  al  ojo  colocado 
en  su  camino;  por  el  contrarlo  podri  aun  ser 
afectado  por  los  rayos  emcrgentcs  que  oorres- 
poíi  lea  ul  maxlmum  de  la  desviacion,  puesto 
que  sieudo  paralclos  cnlre  sí,  se  trasmiten  i 
eualquiera  dlstancia  sin  separarse,  y  su  cfecto 
seri^anto  mas  vivo  cuanto  que,  si  soi^Aie  uoa 
densidad  uniforme,  se  estrechan  y  cohdensan 
ctiando  salen  de  aquella  emcrgencia.  Figoré- 
monos  ahora  una  fila  de  glóbulos  iguales  dis- 
puestos  circularmente  al  lado  unos  de  otros, 
de  suerteque  los  rayos  refractados  que  de  ellOü 
emanen,  y  que  suponemos  del  mismo  color, 
poedan  llegar  asi  hasta  pI  o]o;  darún  la  sensa- 


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AIICO 


m 


cion  de  nna  Knea  liiminosa,  y  Aiochas  hile- 
ras  iguales  oolocadas  uoas.tras  otras  produci- 
rán,  á  caosa  de  la  abertura  sonsible  de  In  pn- 
pila,  una  faja  de  eolor  igunl  á  aquella  cn  )a- 
lítBd. 

Las  Bifsmas  eonsideraciones  se  aplican  á 
los  casos  en  que  las  refiexiones  ó  refracciones 
son  mas  Domerosas,  pues  siempre  hay  para 
cada  una  de  ellas  cierto  Hmile  de  ittcidencia, 
en  la  qne  tos  rayoa  emergenlesmoy  prózimos, 
procedentes  de  nfi  miamo  pineel,  salen  scnsi- 
blemeute  paraldos  y  poeden  trasmitirse  i  io 
lejos  sín  debilitarse» 

Sopongamos  ahora  qoe  nn  observador  co- 
loeadoen  0,  (fig.  i.*),niiraunagrannubecom* 
pueata  de  multitud  de  glóbuios  esféricos  óe 
agua;  tii^jemos  desde  sn  o}o  al  centro  del  sol  la 
linea  SOG,  para  designar  la  direccion  de  los  ra- 
yos  iDcidenter,  qoe  supondremos  desde  luego 
exactamentc  paralelos,  la  que  hace  conaiderar 
al  sol  oomo  un  pooto  iBfinitamente  lejano. 
Hecbo  esto  asi,  se  veriflcará  al  punlo  en  la 
prímera  snperficie  de  los  glóbulos  una  reüe- 
xion  paroial  de  todoS'los  colores  quecx>ropo- 
nen  la  laz  incidente,  lo  que  formará  una  tiota 
blanquecina  mas  6  menos  osoura,  esparcida 
sobre  toda  la  »uperUeie  de  la  oube;  pero  ade- 
raas  de  esto,  si  estásuficioatemente  estcndida, 
se  verán  en  ella  dns  arcos  concéntricos  teñtdos 
con  todoB  los  cotoref  del  espectro;  porque  si 
por  eloj^  )y  se  llcva  la  recta  OV,  formando  con 
OC  00  áoRulo  de  40»  47',  y  se  la  hace  volver 
alrodedor  de  OC,  describiendo  una  superúcie 
cóoica,  todos  los  glóbulos  de  agua  que  se  ha- 
Ileo  eo  la  piolongacion  deesla  soperficie,  ten- 
drio  precisamcnte  la  posicíon  requerida  para 
que  los  rayos  violados,  qoesonlos  mas  refran^ 
gibles,  despue»  dehaber  sufridodos  refraccio- 
neSy  y  aun  refiexioo  intermedia,  salgan  de  eila 
paralelo»,  y  lleguen  al  ojo  0,  lo  cual  uo  se  ve- 
riflcará  eo  oiugun  otro  ponto  de  la  nube,  dc 
suerte,  que  solo  en  vlrtud  de  estoa  rayos,  verá 
el  espectador  sobre  la  nobe  un  arco  violado, 
coyo  eje  será  OC  y  el  centro  C.  Pero  ademas 
deesto,  verá  en  ella  inflnidM  de  otros  areos 
coocéntricos  y  esteriores  al  precedente,  cada 
uno  de  tos  cuales  scrá  formado  por  una  sola 
eBpecie  de  rayos  simples,  y  ¿  medida  que  es- 
tos  rayos  seao  menos  refrangíbles,  mayor  se- 
rá  el  diámetro  de  sus  arcos;  de  modo  qüe  el 
mas  anoho  compuesto  de  rojo  sobido,  conten- 
drá  un  ánffiilo  ROC  de  4í*  l'.  Por  consiguiente, 
)a  latitud  total  de  la  fa^a  de  cólor  será  ÍS"  2' — 
40»  47'  ó  4**  45',  y  el  rojo  quedará  fuera  y  el 
violado  deritro. 

]<o  contrario  sucederá  despues  de  dos  re- 
fleiiones.  En  efecto,  si  Ilevamos  por  el  ojo  las 
llneas  011,  OV,  fonnaiido  coo  OG  los  ángiilos  de 
50*  50',  y  44**  9',  puesto  qoese  ias  hace  vol- 
ver  á  los  dos>'  bajo  estas  inclinaciones  alrcde- 
dor  de  OC  como  eje,  la  prioiera  encontrará  to- 
dos  los  glóbolos  qtid  despues  de  baber  heeho 
Bufrir  á  loff  rayos  rojos  estremos ,  dos  refrac- 
ciones  sepattidaB  por  mediodedos  reflexiooea 


inlermedias,  pucden  enviarlos  al  ojo,  parale- 
los  entre  si;  y  la  segunda  'dará  el  hmile  ani- 
logo  para  los  rayos  viohidosestremts.  Kntre  es^ 
fos  dos  arcos,  habrá  otros  de  todot  los  oolares 
intermedios  del  prisma,  y  sr  cobJuvIO  foroNh 
rá  una  segunda  laja  que  teodri  de  lállM  54** 
91— SO^"  50',  ó  3"*  40'.  Esta  faja  teodrá  sos  co* 
lores  cn  un  órden  inverso  de  la  prlmera,  eá 
decir.  que  el  rojo  estará  dentro,  el  violadofQe* 
ra,  V  ia  distaocia  de  los  dos  arooa  rojos  seri 
50o*59'^42^  r  ú  8^  57'. 

Tales,  puea,  deberian  aer  hs  diRKnsiobes 
y  las  distancij»  de  loa  dos  arcos  iris  qoe  9p9^ 
recen  en  las  nubes,  si  el  sol  oo  fiieBe  nat qM 
un  ponto;  pero  este  astro  tíeoe  un  Mnielf»' 
aparcnte  sensible,  cuyo  valor  medio  poedesa^ 
ponerse  de  unos  30'.  Segun  esto,  ti  oooside- 
ramos  los  arcoa  qoe  acabamos  de  determiiQr, 
como  prodñoidos  por  los  rayds  onaitadoB  éd 
ccniro  del  diseo,  los  myos  emaoaéia  detes 
lx>rdes  ó  del  intorior,  tendrio  oad>  ono  pot 
eje  la  linea  llevado  deade  el  oótervadbral  púii- 
to  del  disco  de  doode  habráo  eraaaado.  For 
coosecueocia,  si  deade  el  punto  G  sa  descrifoe 
uoa  circunferencia  de  circulo  C'  C"  C'",  igoat 
al  diámctro  apareote  del  sol,  viito  desded 
puoto  Q,  00  se  fbrmarásolameote  alrededor  de 
este  centro  unarco  violado  interior  á  la  úistnt' 
cia  de  40^  17^  sioo  que  habrá  taotos  arcos, 
como  puotos  bay  eo  el  círculo  C'  C"  C'",  qae 
puedeo  á  su  vez  llogar  i  ser  centros;  esdedr, 
que  se  formari  ooa  faja  círcolar  violada  de 
anchura  igual  al  díimclro  aparente  del  sol,  y 
cuyo  rid'io  interior  será  40^  4  7'^  5'  ó  40*  %\ 
cl  eslerior  40^*  4  7'+45^ó  40*  3Í'.  üel  misa» 
modo  elarco  rc^o  quo  se  hallaba  i  44®«'  de  OC, 
llegari  á  aer  uoa  fa^a  roj^i  cuyo  bordq^ioterior 
tendri  por  ridio44*  47',  y  el  eaterlor  4«^ 47', 
de  suerte,  que  la  aocfaura  total  del  hria  em»- 
prendido  entre  estos  esircmos.  seri  4í*  47'— 
40'>  2'  ó  3*  46',  mayor  de  30**  que  si  el  sol  flo 
fuesc  mas  que  uu  puulo.  Asttamblen  lalatKud 
del  iris  esterior  que  habiamos  hallado  de  3* 
tOMIegarói  serdeS^iO';  su  semidiimetro 
interior  que  cra  de  50®  59'  llegaré  i  teoer 
50**  44'  y  el  esterior,  quo  era  de  54**  9'  tenéri 
54^  24';  eo  fln,  la  distaocia  de  los  dos  irls, 
que  era  al  principio  de  8**  57',  quedari  redu* 
cida  i  80*  27^  pero  i  caosa  de  la  latitud  y  4e 
la  superposicion  de  los  arcos  parciales  que  los 
compooen,  serio  macbo  menos  marcados  qoe 
en  la  prlmera  auposicion. 

Hemos  demostradoque^encada  glóbuloso- 
friau  los  rayos  iin  uúmero  indefloido  de  refle- 
xiones,  es,  pues,  preciso  queá  cada  contaolo  te 
cscape  de  la  reflexion  una  parte  qoe  pasari  al 
aire,  lo  que  debüita  oias  y  mas  el  número  de  los 
que  quedaocn  lo  interior;  y  raiooaododei  modo 
que  io  hemos  hecho,  se  conoebiri  que  los  m- 
yos  cmergentes,  qoe  despoes  de  tres  reie- 
xíones  interiores,  llegañ  al  ojo  del  eppecladar, 
i)int«rán  uo  toroer  arco  iris  esterior  i  losdemaff, 
pero  con  colorcs  tau  dábiles,  que  oo  será  tí>\^ 
1)1«  sino  oimdo,  siendo  oniy  ossora  la  nube, 


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415 


ARCÓ=-ARCOS 


U6 


tengan  ana  loz  moy   füertd  íos  rayos  del  sol. 

E\  arco  ins  ^  componc  de  sielé  colorc^ 
UamadoB  priwUtívoi,  y  los  cuales  se  colovan 
porel  Meo  sigaiente:  rojo,  naranja,  amarillo» 
Terde,  indigro,  axol  y  yiolcla. 

Antonio  Domints,  araobispo  de  Spalatro,  fué 
el  primcro  qñe  denoostró  que  el  arco  iris  pro- 
eedia  de  It  accion  de  los  rayos  solareá  en  las 
fotasde  agnas;  perosobre  todo  áNewton,  so- 
mos  dendored  de  aüa  teoria  éiada  de  este  fe- 
nómeno. 

Bo  el  lengnaje  biblico,  el  arco  iris  es  pren- 
dadealianaa  entre  Dios  y  tod  hombt-es,  por 
mediodel  cnal,  brillando  en  la^  nubes  despues 
del  dÜQTio  protnetió  i  Noé  no  destruir  de  nue- 
TO  a1  género  bumano  abogindolo. 

En  la  mitologiaf^  mensagera  de  loá  dloses. 
Imio  la  ci^mi^onaba  frccuenteménte  comb  Jú* 
pltet  á  Mercurio.  Los  poetaa  la  representan 
eon  las  alaa  briUantes  de  toda  claáe  dé  cülorés, 
seotadaal  lado  del  trono  de  Juno,  cdtaio  dis- 
poesta  i  éjecutar  con  prontitud  las  drdenés 
•  de  )a  diosa. 

ARCONTE.  (Bist0tiá.)kpy.i6v,elqué  íñan- 
da,  Este  nombre  era  comun  i  nuevc  magistra- 
dos.  qbe  góbemaban  la  repüblica  de  Atenas,  si 
iHen  én  ^ealtdad  este  nombre  iba  esencialmen- 
te  Qoido  al  primero  de  edtos  magistrados,  inti- 
tnlado  tambieo  fepónymo  (iitiovupo^;  de  tm  y 
6vo|jitf,fiOm5re),  porque  su  nombre  senria  para 
el  det  a&o,  durante  el  cual  ejercia  su  ma- 
gistratora.  Estendia^e  su  JuriSdlcciOu  itodone- 
gpdo  cifil  y  religioso,  i  los  pleitos  entre  ma- 
rido  y  muger  y  i  todo  cuanlo  dijese  relacion 
tóQ  la  matería  de  succsiones,  viudas,  huérfa- 
nos  y  menores:  áo  tribuhal  estaba  éituadu  en 
ei  OdéoD,  7  tenia  ú  sn  cargo  la  ínspeccion  dé 
los  joe^os  públicos  y  dc  clértas  íicáias  c'omo 
las  Dionisias  y  Targelias.  Tenia  derecho  de 
íoipooer  penas  i  los  cindadanos  que  se  eutre- 
fabao  i  la  embriaguez,  comenzando  la  ejem- 
plaridad  por  si  mismo,  quien  sí  se  dejaba  do- 
miodr  por  este  vicio,  era  condenado  i  muertc, 
probado  que  fuese  su  desliz.  El  segundo  arcon- 
te  teoia  el  sobrenombre  de  BagcAeuc  rey,  y  su 
Boger  BaalXt97a,  reina.  Tenia  su  tribunal  en 
ei  Pórtico  régio,  y  sos  atríbuciones  se  esten- 
dian  &  todos  los  negocios  y  ceremonias  reli- 
giosas:  presidia  i  la  celebracion  de  los  miste- 
rios  y  sacrmcios  públicos,  y  aun  conocia  de 
algnnos  negoctos  civiles  y  criminales,  parti- 
cularmente  del  homtcidio,  que  trasferia  inmc- 
dialameDle  al  Areópago,  en  cuyo  tribunal  to- 
maba  asiento  y  votaba,  mas  no  sin  hdber  de- 
poesto  la  corona,  que  cra  una  de  ias  insignias 
del  arcontado. 

^  tl  tercer  arconte  se  llaroaba  poleinarca  (de 
ió%tp<K,  guerra  y  apxciv,  mandar),  por  ser 
priVaUvo  suyo  ei  conocimiento  y  cuidado  de 
todoá  los  D^^ocios  y  marcba  de  le  guerra,  te- 
ttlendo  tambien  bajo  so  Jurisdiccion  i  los  pe- 
regrinos  ó  cstraogeros  y  i  los  domicüiados  en 
Atenas. 

Los  seis  areoDtei  restanteg  eran  de^igna- 

446     WUOTKGA  POfULAII, 


dos  por  61  nombré  comun  do  Ihesmodietas» 
OeopooexSe,  legisíadores,  (de  Oeopú<;,  ley,  y 
Ttoi)(jLt,  poner),  tenian  i  su  cuidado  la  inspec- 
cion  de  los  tribuñales,  jueces  y  magistrados 
inferiores,  y  se  oponian  i  la  ratiQcacion  de  las 
Icyes  que  consideraban  peligrosas  para  eiEs- 
tado. 

Enunpríncipiolosarcontesfueronperpétoos 
en  itenas.  Despues  de  la  muerte  de  su  último 
rey  Codro,  abolieron  los  atenienses  este  titulo 
otorgando  i  su  bijo  Medon  el  de  arconle  (ano 
4095  ántes  de  J  C),  que  no  salió  dc  su  fami* 
lia  hasta  la  muorte  de  Alcmeon,  décimo  tercio 
arconte  perpetuo;  entonces  la  dignidad  de  ar- 
cottte  llegó  i  ser  clectiva,  y  su  duracion  se 
concretó  i  diez  años.  Charops  fué  ei  primer 
arconte  decenal,  clase  de  arcontado  que  duró 
desde  ei  año  754  basta  el  684antes  de  J.  d.  dés* 
de  cuya'época  se  alteró  la  duracíon  y  el 
número,  pues  se  establecieron  los  anuales  y 
se  crcaron  nueve  magistrados  de  esta  clase. 
Greon  fué  el  primer  arconte  anual,  y  la  dura- 
X^ion  no  variÓ  ya  hasta  la  destruccion  de  ia  an* 
tigua.\tenas;  esto  es,  hasta  la  toma  de  esta  ciu- 
dad  por  Demetrio  Poliorcetes,  año  296  antes 
de  J.  C. 

AHCOS  DE  TRa'NPO.  (Arquitectura.)  Los  ao- 
tiguos  consagrabau  estos  monumentos  histó- 
ricos  i  la  mcmoriá  de  un  vencedor,  de  uu  per- 
sonage  distinguido,  ó  lo  elevaban  en  ocasioa 
de  un  hccho  memorable. 

Los  romanos  tenian  en  nso  bacerlos  hono« 
res  del  triunfo  i  los  gefes  vcncedores,  elevan* 
do  sobre  el  puente  triunfal,  un  pórlico  de  ma<» 
dcra,  bajo  el  cual  pasaba  el  vencedor  con  toda 
su  córte.  La  parte  superior  de  este  eüiGcio  es- 
taba  coronaJa  por  uua  plataforma  ó  atribuaa, 
iobre  la  cual  se  colocaban  los  músicos  y  los 
que  llevaban  los  trofeos.  Las  caras  príncipales 
estaban  adornadas  de  imigcnes  ó  atributos  de 
las  ciudades  conquistadas,  de  las  naciones  ven- 
cidas,  de  los  despojos  del  enemigo  y  de  pintu- 
ras  representando  las  batallas.  Del  vérttce  de 
ta  bóvcda  descendia  una  victoría  alada  que  co- 
locaba  una  corona  sobre  la  cabeza  del  vencedor 
en  el  momento  de  su  paso  por  el  arcü. 

Estos  débiles  ediíicios  que  se  deslruyeu 
despucs  dei  triuhfo,  inspiraron  á  los  romanos 
estos  mouumenios  que  la  magniñcencia  elevó 
en  seguida,  tanto  en  piedra  como  en  itiármol 
y  quc  Piinio  Ilama  movilium  inventum. 

Los  primeros  arcos  que  fueron  conslruidos 
en  Boma,  parece   uo  haber  consistido  mas 
qoe  en  uua  arcada'semicircular,  apoyada  so- 
bre  dos  pies  derechos:  tal  fué  el  que  se  elevé 
i  la  entrada  de  la  via  Sacraal  censor  Fabio.  So- 
gün  Ciceron  este  raonumento  estaba  corouado 
con  la  estátua  del  triunfador  y  dos   trofeos, 
Mas  tarde  se  le  enriqueció  con  pilastras,  colnni- 
nas,  coronadas   por  un  cornisaraento,  y  algu- 
oas  veces  formabanun  cuerpo  mas  avansado 
coronado  por  un  fronton. 

Sobrcunamedatlade  Augusto  se  encuea- 
I  tra  Indicado  un  arco  dc  triunfo  compuesto  do 
T-    lu.    40 


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447 


Aacos 


4i8 


un  gran  arcoy  dos  puertas  cuadradas.  Algnoos 
pnrsentan  trea  arcos  del  roismo  tamaño,  pero 
íos  que  nos  pareccn  de  iiic]or  gusto,  y  que  son 
los  mas  generalniente  admirados  no  presenian 
mas  que  el  prioctpal  eo  el  centro,  acompaóa- 
do  de  dos  peqneñas  puertas,  disposicion  que 
nos  parece  mucho  mas  convcQieoleálaponipa 
tríuofal,  coDsagraodo  uoa  abertura  prlocipal 
al  tríoofador,  y  otras  dos  á  su  córte. 

Mochas  veces  se  confuudeu  los  arcos  de 
tríuofo  con  laspuertas  de  entrada  á  uua  ciu- 
dad,  y  esto  consiste  en  que  hay  uoa  infloidad 
de  poertas  de  esta  clase,  que  licoeo  impreso 
el  verdadero  carácter  de  los  arcosde  tiiuofo, 
por  las  ioscripciooes  y  bajo»  relieves  con  que 
estáo  decoradas  por  baber  sido  construidas  eo 
mcmoria  dc  algoo  hecho  glorioso. 

.  Estos  moouoieotos  son  por  la  mayor  parte 
cooocidos  hoy  dia,  asi  que  oosotros  Irataremos 
de  iodicar  Eolamente  su  ohgeo,  y  las  prioci- 
pales  dimeosiooes,  para  lo  cuat  poncmos  á  con- 
tinuacíon  la  descrípcion  de  los  mas  Importan- 
tcs  que  han  sido  coustruidos  en  la  aoligüedad. 

Arco  de  Constantino,  Este  mooumeoto  fué 
elevado  eo  booor  ¿  las  victorias  de  este  em- 
perador,  y  coostruido  en  parte  coo  los  frag- 
meotos  del  dc  Trajaoo:  ofrece  uu  cootraste 
sorpreodeote  de  la  perfeccion  del  aríe  bajo  es- 
te  último,  y  do  ladecadeocia  bajo  Cooslanlino. 
Estearco,  asi  como  el  de  Septimio  Severo, 
constade  una  arcada  prlncipal  y  dos  pequeñas. 
Sobre  cada  cara  hay  ocho  columnas  que  sos- 
tienen  un  grao  coruisamicnto,  y  descansan 
sobrc  pedestales;  todo  él  rodeado  de  un  átíco 
sobrc  e¡  cual  está  colocado  el  carro  eu  bronce 
del  tríuofador.  La  altura  total  del  arco  de  Coos- 
tantiQo,  compreodido  el  ático  es  de  66  pies  y 
40  pulgadas,  por  un  ancho  de13pies.  Tiene  24 
piesde  espesor:  snarcadapríocipal  es  de  36 
pies  bajo  la  clave,  por  20  y  6  putgadas  de  aber 
tura.  Los  otros  dos  tieoen  14  pics  de  eleva- 
cloo  por  4  4  de  ancho. 

Fué  restaurado  por  Clemente  YII.  Rl  papa 
PioYIIhizo  eo4804  quitar  ia  tierra  que  lo 
cubria  basta  1a  imposta  de  los  pequeños  arcos 
y  cooslruir  el  muro  de  ccrca  y  sosleoimieolo 
que  se  ve  hoy. 

Arcode  SeptimioSevnro.lsik  situado  al  pie 
del  Capilolio,  y  ticoe  la  misma  dísposicion  qne  el 
anterior.  Sobre  su  álico  descansa  el  carro  del 
tríuofador,  y  á  los  eslremos  de  esle  mismo 
bay  dos  estátuas  á  caballo  que  represeotao  dos 
abanderado». 

Areo  de  Galieno,  Fué  elevado  por  los  cni- 
dados  dc  Marco  Aurclio  Victor,  eo  el  aoo  260 
de  nuestra  era,  tieoe  poco  mas  6  menos  ia 
misma  disposicion  que  los  aoteriores»  cou  la 
diferencia  que  los  dos  pequeños  arcos  forman 
dos  nichos,  eo  los  cuales  se  hallau  las  figuras  y 
trofeos. 

Areo  de  Tito.  De  todos  los  arcos  de  uoa  so- 
la  arcada  que  los  romaoos  erígieroo  eo  Roma 
y  en  todos  lus  puotos  doode  rcioaroo  sus  ar- 
mas,  el  mas  célebre  es  el  que  elevaron  á  Ti- 


to,  en  merooría  de  las  vJctorias  adqniridas  en 
la  Judea.  Este  monumenlo  es  tanto  mas  precio- 
so  para  la  historia  del  arte,  por  la  belleza  de  sus 
proporciooes,  su  ejecucion  y  los  bellisimos 
bajos  relieves  que  le  decoran,  y  cn  los  que  se 
reconocen  los  despojos  sagrados  del  templo 
de  Jerusalen,  tales  como  un  grancandelabro  de 
siete  brazos,  las  lablas  de  la  ley,  etc.  La  altura 
de  este  monumcnto,  compreodido  ei  ático,  es 
de  48  pies,  por  43  de  ancho  y  45  de  espesor. 
Su  arcada  tieoe  26  pies  bajo  la  clave  por  47  de 
abertura. 

Arco  de  Benevento.  Fué  elevado  á  Trajaoo, 
y  tieoe  tanta  semejanza  hasla  eo  los  detalles 
coo  el  de  Tito,  que  se  cree  que  no  solamente 
es  una  copia,  fíoo  que  íué  coustruido^por  ei 
mismd  arquitecto. 

Arco  de  Ancona,  Dedicado  al  mismo  em' 
perador,  y  á  Marciaoa  y  Plaulioa,  fué  elevado 
eo  medío  del  muelle  del  puertó  de  esia  viila,  y 
conetruido  eo  mármol  biaoco;  ios  brooces  que 
ie.decorao,  asi  como  la  flgura  ecuestre  de 
Trajaoo,  que  se  elevan  sobre  su  ático,  es- 
táo  cdlocados  cn  memoria  de  las  guerras  qoe  * 
asolaron  á  sus  conli'arios. 

Arco  de  ñimini,  Consta  de  una  sola  arca- 
da  y  está  cousiderado  como  el  mas  antiguo  de 
los  arcos  elevados  por  los  romanos:  fue  dedi* 
cado  á  Augusto  eo  ocasion  del  resiabtecimiento 
de  la  via  Flaminia  desde  Rimiui  hasta  Roma. 
Está  adornado,  cn  la  parte  ocupada  ordioaría- 
mente  por  la  fama;  es  decir,  eotre  la  arcbi-' 
volta,  y  el  órden  que  so.stiene  el  fronten,  de 
medallas,  representando  los  bustos  en  semi* 
relieves  de  Jápiler,  Venus,  Keptuno  y  Minerva. 
Este  monumento  fué  coostruido  en  piedra  de 
Istria. 

iirco  de  Verona.  La  pnerta  de  Gavins,  que 
se  halia  en  los  monumentos  aotiguos  de  estt 
villa,  publicados  por  Caroto,  participa  del  ca- 
rácter  de  oo  arco  de  triuofo.  Consta  de  un 
grao  arcosobre  sus  caras  príocipales,  y  uno  pe- 
queño  sobre  las  luterales.  Iloa  ioscripcioo  que 
se  ve  sobre  los  pies  dereclios  ioteríores  indica 
que  fuó  coostruido  por  Lucio  Vitruvio  Cerdona. 
Los  fraj^mcutos  dc  este  arco  hallados,  nos 
mauine5tan  que  sc  ha  destruido. 

ilrco  de  Suze  al  pic  del  mon'e  Ccnis.  Fué 
dedicado  á  Auguslo.  Eslá  muy  bien  conserva- 
do  y  enteramente  dcscargado  de  I#^  conslruc- 
ciones  quele  cercaron  por  muclios  siglos.  No 
consisle  mas  que  en  una  sola  arcada,  cuya  ar- 
chivolta  cae  sobre  los  píes  derccho,  formaodo 
pilaslras.  Los  cuatro  áogulos  esteriores  del 
monomeoto  son  de  columnas  coriotias,  qne 
sostiencn  el  cronii^amento. 

La  Italia  moderna  tambien  ofrecc  ejemptoa 
dc  arcos  de  triunfo  muy  considerables,  eolre 
los  cuales  citaremos  el  del  rey  Alfonso  en  Ná- 
poIe«;  el  de  Paladio,  constroido  al  pie  de  la  es- 
caíera  que  conduce  ¿  la  iglesia  de  la  Dama  del 
Monte;  enBeríin  laentrailadelpalaciodeireydo 
Prusia,  etc,  elc.  En  cuanto  ¿  los  arcos  de  En- 
sioéú  Ántinoe  y  de  Aiejandro,  elevados  en 


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4i9 


ARCOS 


150 


tglpto  por  los  romanos,  ptiedc  vmé  1a  obra 
imbUcadapor  el  gobicrnofrancés.Sobre  losde 
nGrecia,  lalstria  y  la  Dalmacia,  se  podrá  con- 
snttar  k  Stoart  y  Gasas.  En  Espáda  tambíen  se  han 
consiraido  totantes  arcos  de  triunfo,  como 
podemos  ver  consultando  la  obra  titulada  Via- 
ge  á  España  por  Mr.  dc  Laborde,  en  la  que  se 
encoentra  la  descripcion  de  los  de  Mérida, 
Santiago,  Alcántam,  Caparra  en  Estremadura, 
losdel  reino  de  Valencia,  losdeMartorel,  Bara, 
Gabanes,  etc. 

Lo8  chinos  llaraan  paylean  á  los  arcos  de 
trinnfOv  qiie  leTantan  en  memorla  de  horabres 
célebres  6  de  algun  becho  memorable:  estos 
monnmentos  son  gcneralmente  dc  madera,  co- 
ino  ia  mayor  parte  de  las  construccíones  de 
la  Oiioa  y  estin  multiplicados  en  todo  el  im- 
pcrlo. 

Id  Trancia,  y  particnlarmente  bácia  el  Me- 
^odia,  bay  algunos  arcos  de  tríunfo  elevados 
por  k»  romanos,  y  que  no  son  de  menos  in- 
terés  qne  los  qne  heroos  referido.  Se  cucnian 
eatre  ellos  los  de  Carpentras,  de  Aix,  de  Arlés, 


defendia  el  puenfe  que  se  propuso  tomar  Lo« 
renzo;  y  ballándose  á  poco  frente  á  frente  a! 
enemigo,  se  hizo  general  el  choque.  En  breve 
se  dieron  los  carl'.slas  por  Tencidos,  retlrán- 
dose  y  abandonando  á  su  denodado  gefe,  que 
al  ver  dispérsion  tan  completa  se  laozó  cod 
mas  valor  que  prudencia  en  medio  de  las  tropas 
euemigas,  entre  las  que  quedó  prisiooero  con 
lo3  pocos  que  le  &iguieron. 

Los  liberales  avanzarou  sin  resistencía  en 
ningnn  punto,  disperi<ándose  ú  sus  casas  lodos 
los  voluntarios  realistas. 

AI  siguientediade  laaccion,  cH2.empren« 
dió  Lnrenzo  su  marcha  á  Pamplooa,  donde  fu6 
recibidocon  aclamacioncs,  entrando  los  prisio- 
neros  de  noche  para  evitarles  el  disgusto  de 
servir  de  espectáculo  á  la  curiosidad  pública. 
Llevados  á  la  ciudadela  formóse  un  consejo  de 
guerra,  y  al  dia  siguieute  foeron  sentenciados  á 
ser  pasados  por  las  armas  don  Santos  liadron 
y  el  tenlente  don  Luis  Iribarren,  y  diez  años 
de  presidio  con  retencion  los  sargentos.  EM4 
fueron  fusilados;  y  sus  amigo»  y  paisanos  ]u- 


de  Auton  y  de  Carvaillon.  Tarabien  hay,  aun-  raron  vengarlcs.  ínútil  habria  sido  este  jura 
qoe  mas  noodemos,  el  de  San  Remi,  el  deOran- 1  mento,  si  los  liberales  bubieran  sabido  apro- 
ge,  el  de  Reims,  el  dc  la  puerta  de  San  Anto-  vecharse  del  trionfo  obtenido  co  los  Arcos. 
Dio  en  Pails,  e)  do  )a  puerta  de  San  Bernardo,  I  Anoymediodespues,el2%defebrerode4835, 
el  de  1t  poerta  deSan  Dionisio,  el  d'i  la  puerta  se  presentó  Zumatacárregui  frente  á  los  Arcos, 
deSan  Martin,el  delCarrousel,el  de  laEstrdlay  ya  fortiflcados,  y  tomó  posicion  de  las  alturas 
otros  varios  no  menos  considerables-i  inmediatas,  en  dondc  colocó  la  poca  artilleria 

ARCOS.  (AoaoN  de  los).  Mas  importante  de  que  pudo  disponer:  un  mortero  de  á  42,  dos 
por  los  resultados  que  por  lo  que  en  si  faé  de  á  6,  dos  piezas  de  montaña  y  un  cañon  vie- 
esta  accion,  ha  dejado  nn  nombre  en  la  liistoria  ]o  de  hierro  de  á  8.  Mezquioo  era  este  tren  de 
escrito  con  saugre  para  muchos.  Teatro  los  batir;  pero  bastante  para  aquellas  débiles  for- 
Arcos  de  la  primera  pelea  qu^  cnro]eció  los  tiflcaciones  que  no  se  creyó  llegasen  á  ser  ba- 
eampos  navaitos,  lo  fué  posteriormente  de otras  tidas  con  artilleria  gruesa. 
mas  ó  menos  saogrientas.  Al  amanecer  del  23  comenzaron  los  car- 

Acababa  don  Santos  Ladron  de  alzarse  en  listas  su  ataque:  cruzáronse  los  fnegos  con 
LogroDO  el  6  de  diciembre  de  4833,  y  el  9  ya  buen  ánimo;  pero  eran  tan  certeros  los  dispa- 
estíba  en  los  Arcos  con  su  gente.  Sábelo  el  vi- '  ros  carlistas,  que  al  aproximarse  la  noche  cin- 
rey  do  Navarra,  pone  ¿  precio  la  cabeza  del  an-  co  de  las  casus  fortiücadas  eran  prcsa  'de  las 
tigoo  mílitar  qnerido  en  el  pais,  y  ordcna  al   tropas  de  Zumalacárregui.  De  uno  y  otro  edi 


brigadier  Lorenzoque  al  frente  de  nna  columua 
deloo  hombresde  todas  armas  .calga  ensu  per- 
secucion,  y  le  ataquedonde  le  balle.  No  asustó 
esto  A  don  Santos:  espera  á  su  enemigo,  y  ha- 
ce  roas,  leretaá  formal  batalla  por  medio  de  un 
pliego.  Herido  Lorenzo  en  su  valor  roititar,  y  ! 
deseando  acelerar  el  momento  de  castigar  al 
gefe  carlista,  mandó  sin  dar  lugar  á  que  la  tro- 
pa  comiese  el  rancho  ya  dispuesto,  romper  la 
marcha. 

Bsperábale  ya  don  Santos  en  posíclon  ven- 
tajosa:  dest^có  Lorenzo  alganas  guerrillas  so* 
breladerecha  del  eneroigo:  dispusoolros  ata- 
qiiea  por  diferenles  puotos,  pero  rompíendo  el 
carnsla  nn  viviálmo  fuego  detuvo  por  algunos 
momentos  ¿  las  tropas  de  la  reina.  Dejándose 
llevar  entooces  Lorenzo  de  su  arrojo,  se  pnso 
élmismoal  frente  de  algunas  compaiiías  del 
rpgimiento  deCórdobay  provinciales  deSi- 
gQeoza,  y  mandando  echar  arma  al  brazo,  di- 
rigióse  A  aqoel  pnnto  ¿  paso  dc  carga.  Esta  va- 


flcio  llegaron  ¿  refugiarse  tos  liberales  en  et 
hospital,  qoe  fué  atacado  con  arrojo  por  el  car- 
lisla  donJuan  0*Donne11,  seguido  de  unbata- 
lloii  navarro,  cuyos  gritos  de  victoria  reso- 
naron  en  brcve  dentro  delospatios  del  roismo 
hospital;  pero  cobrando  nuevo  brio  los  libera- 
les,  les  obligaron  ¿  ábandonar  el  terreno  con- 
quistado. ' 

Impaclente  Znmalacárregni  y  exasperado 
por  la  tardanza,  y  por  el  buracan  qne  acompa- 
nado  de  lluvia  se  desencadenó  para  bacer  roas 
dificilessus  intenlos,  mandóarrojar  al  foso  del 
fuerte  haces  dep'tijamezclada  con  guindiilaa, 
¿  cuyo  humo  es  preferible  la  moerte,  para 
prenderles  al'tamanccer. 

Persuadidos  en  tauto  lossitiados  de  la  inuti- 
lidad  de  sus  esfnerzos,  les  contenla  elcrecido 
número  de  beridosy  de  eofermos  que  encerrabt 
aqoelediflcio, y  cradnro abandonar;  masno ha*> 
bia  otro  remedio:Ia  indccisíoncomprometla  mn- 
cbas  vidas,  y  al  fln  se  decidió  el  saCriflcio  de 


lerosa  resoloeion  hlso  reple^ar  ai  carllsta  qoe  |  los  menos  para  salvar  ¿  los  mas.  Ayodados  por 


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4$1 


ARCOS^AftipNTES 


m 


la  nocbe  y  ^n  med(o  de  un  l^rrible  temporal, 
ñfi\\6  de  io$  Arco9  h  guarQicíon.  Hasta  des- 
pnes  dc  tres  boras  qo  lo  supo  Zumalacárregui, 
que  eovió  un  destacamento  de  caballería  que 
86lo  logró  bacer  al^unos  prisioaeros  cerca  ya 
de  Lerin. 

Equlpages.  pertrecbos,  municioues,  co,- 
mestibles,  de  todo  balló  gran  caQÜdad  ei  car- 
lista  en  ios  Arcos,  íqc1usqs450  bocE^res  CQÍre 
enfermos  y  beridos. 

Para  dar  mas  solemuidad  á  su  conquistai, 
marcbó  don  Gárlos  á  los  Arcos,  siendo  recibi- 
do  con  entera  ovacioa  por  los  carlistas. 

ARDALES.  (BAÑos  de)  Situados  á  500  va- 
rasdela  poblacióadeFuentc-AIamo,  partidode 
Alcalá  la  Real,  proviocia  de  Jaen.  Sus  águas 
soQ  sulfurosas,  cristalinas,  do  olor  de  buevos 
podridos,  trasparentes,  annquc  depositadas  cn 
la  balsa  parecen  de  color  azulado.  Su  tempe- 
ratura  constante  es  de  unos  i  4^*  dcl  termóme- 
tro  de  Reaumur.  Mineralizanlug  loQ  (^ases  lii- 
drógeno  sulfurado  y  ácido  carbónico:  las  sus- 
tanclas  fijas  son  sulfatos  de  magncsia  y  de  cal, 
.  bidroclorato  de  magaesia  7  silice.  Usaose  coa 
provecbo  en  las  afeccioQcs  cutáoúas,  en  ias 
úlceras  de  naturaleza  berpética,  en  los  flujos 
pasivos  ó  por  debilidad,  ea  las  tarciaQas  re- 
beldes,  etc. 

Hay  una  casa-bospedería,  edlílcadaen4934, 
en  la  cual  se  alojan  los  bañistas»  que  suelen 
coQCurrir  en  número  de  4lüO  á  !)00  duraote  U 
temporada ,  que  empiez^  el  25  de  iuoiq  y  ^9 
prolonga  basta  mediados  de  ^ticrobre.  ' 

Bajo  la  denominacioncomun  de  &a^<ff  4^^ 
ÍflleSf  sueleQ  comprenderge  lo^  manantiales 
de  Frailes,  la  Ribera  y  Fueate-AIamq.  Este  ql- 
timo  es  el  que  mas  particularmeote  ^  ll/ama 
de  Ardalei,  y  el  de  que  basta  abora  bemo^  W- 
blado  espcciQcando  sus  propiedadr;s  fiitc^s»  911, 
composicion  y  sus  virtudes.  Los  tres  maQao'- 
tiales  sc  ballan  enclavados  ea  el  partido  de  Al- 
calá  la  Real,  y  paralos  tre^ JuqIo^  tienen  el  go- 
bicrno  nombrado  un  solo  médico  diredor. 

Las  aguas  de  Fraües  están  á  um?  600  var 
ras  d^  la  poblacioa  de  est^  nombre.  Son  de 
la  misma  clas^,  y  tieuea  la^  mismas  fitroptieda 
des  y  virtudes  que  ias  de  iueote-^lamo .  iu- 
méntase  de  di,a  ea  dia  el  aúx^oero  de  coqciw- 

CBQteS. 

Las  aguas  de  la  Rivera  se  ballan  á  4  50  Ta- 
cas  al  Sur  de  la  poblacioa  ^el  mismo  oombre. 
Gozao  de  Las  mismas  virtudes  que  las  die  I03 
maQantiales  de  Frailes  y  Fiiente-Alamo.  Kl  es- 
tablecimieoto  data  de  4  840,  y  carece  t^^davW 
de  las  comodidade^  Qecesai:t93  para  aioÍAr  á 
lós  bañistas.  Estos  son  ea  corto  oúmero,  pues 
Bolo  se  cuentan  unos  40  ó  50  ^uranle  la  t^m- 
porada,  qiees  It  misma  para  lo^  tces  maqan- 
tiales,  6  sea  desde  el  ^5  dQ  Jai^.  b^a  igual 
dia  de  setiembre. 

ARDALSS  (BAÑos  DS.)  ?oUprovlncU(te  Itt- 
laga,  fi\%  distaacia  dc  aOO  varas  a)  l^de 
lavtUadeArdales,  piu-tidojudici^l  áeCm^i^Uh 
bay^Moa  ftieote  de  aguas  sulforow  <ítl|iP^lH 


ca3.  Estos  b^og  mq  f  nti^piislmi^s^  )^bl#ii4o  g%- 
zado  de  grao  fama  ep  tiemp^  de  U  ^omioacioQ 
sarraeeou;  pero  el  baber  á  (r«á  cuartos  de  1^| 
otro  maaaotial  de  íguale^  virtudes  y  de  mayor 
caudal,  coaoeido  por  el  pago  áQAguas  ÜeiS^' 
da$^  ea  el  dia  baQO»de  Garr^raca  (Yia^^  CAt- 
HATBAC^),  y  ^demas  la  oposicioú  de  lc^  babi- 
tautes  de  Ardalfs  k  i^ibir  ea  sus  casa^  i  ios 
eafermos,  bicieroQ  que  e^tos  se  traslada^n  al 
referido  pago  de  Asuas  Hedioodas,  vioieudo  % 
perder  Ardales  su  aotígua  aombradia.  ?>or  lo 
demas,  ia  eflcaci^  de  «us  aguss  es  ioi^Qtef ta- 
ble.  Si^  teoiperatura  Cif  de  48**  del  te^u<^a)e|rQ 
de  Reaumur;  su  oiof  es  bedioado,  parecida  al 
de  ios  buevQs  podrides;  soa  trasparentes  cuaa-r 
do  recien  sacadas,  pero  al  poco  rato  tom^a  uq 
color  oscuro;  su  sabor  fs  algo  esUptico,  y  su 
peso  es  at  del  agua  destilada  como  43,  25  Vv 
BüD^ralizalas  el  gas  bidrosulfi^co,  det  cu||l  se 
estrae  V«  del  volúmea  de  aqqeUas.  Ado^^ls- 
transe  coo  buenps  ro^ultados  e^  Ia<  gaslrodi- 
oea^»  eo  los  afectoa  nerviosos,  ea  la  opilaciOB, 
eu  Iqs  afectos  es^Tufulosos,  eu  ló^  vicla$  ^oti* 
aeos,  etc.  etc. 

AIUMeKTKS.  iMAL  d«  los)  (U^na\  fin- 
fermedad  que  apareció  repetidas  feces  bajo 
forma  epidéoMca  en  eterta&  pfovíaci^^  de  Espa.* 
ña,  Francia  y  Sícilia,  del  d¿eimo  ^l  duQdécima 
siglo.  Llamóla  Saoto  Tow^U  t^9¿<  inftr^fiiU, 
por  lo'terilbla  4  iocurable;  conocióseia  ignal- 
meqte  b^Jo  el  opmbre  df  $i4vr^flifí^.  "i^f^e- 
^  SQfirQ,  creyóndose  siu  dudi^  que  este  asfft» 
teiúa  ^lgo  de  divino;  otros  la  depomiQQroQ 
P^gofir^ica,  aiQ  que  nps  h«ys  sidodado  ea- 
ooQtrar  ei  fuQd^meQto  de  t^l  deno(Qin#cioQ,  j 
a)a^comuQiQaQte»PArfl«>4QU  Uw^/vtffl«^s 
^an  Anion^  por  cuanto  #e  cceia  que  ia  int£rct« 
^ion  da  e^te  santp  era  ei  líaico  remedia  que 
deteniasds  ^ju^stos  efectos.  Y  coq  este  iQotifo, 
00  podemos  meoos  de  msQCioa^r  el  origea  de 
los  hfitpiiaUs  de  Soh  Ántotk,  que  es  el  siggiea- 
te.  HalláQdose  Joseiln,  alemaa  oriuQdo  de  lof 
Qpndes  de  Poaiérea,  de  la  ilust^  casa  de  Ture- 
ua.  ea  Gonstaniínopla,  de  vuelta  deua  viefQ  de 
ta  Tiercfi  Saata,  pidió  y  Qbtuvo  b^i^  ^  año 
de  tQ70,  ias  celiquias  de  Saa  Antoo,  qije  bSr 
biao  sido  trasladadas  da  Alejaudiia  ¿  Coastao- 
Mnopif  diesde  el  siglo  YIII.  Def>ositario  d^  taa 
preciosos  reatos»  Itevábalos,  segan  costupbre 
de  k  época,  en  todos  sus  viages  y  espedicio- 
oea  miUtares.  El  papa  y  los  obispos  le  iotima- 
ron  luego  qne  espusiese  cuanto  aotes  aqueilas 
coliquias  4  ia  pública  veueracioQ  eo  un  lugar 
decoroso.  Obedecid  JoseliQ,  y  eügió  para  ta( 
objeto  le  peque^  ciudad  de  ia  Motbe  Saiot- 
Pidier  (Fraocia),  de  la  cual  era  seoor,  y  desdo 
luogo  comeazó  ¿  ecbar  alii  los  cimieoiosda  1« 
magniQca  iglesla  deSanAntoBio,  que  auA  SQbr 
s\j^  COQ  toda  iu  bermosuca.  Poc  tquiaUa  4po* 
ca  bacia  estragos  la  eQfermedftd  qoQ  m  oco* 
pa,  y  fuenoQ  i^ fi^iVas  las  go^tes  que  ibo»  4  If 
ciudad  de.  lA  Voit^»  m^  im»>Mw  ^  mimr 
ciQQ  vtai  sMtA;  m%  9I  QtAnmQ  de  ofdieciwQi  Uet- 
gáéM'lM^  c«iisi4frft)ri«,quaQatab(aiia 


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Qilfiiao^. 

Qdfiíoj^  f  su  by^  G4CQ94P»  rUM)s  c^balleros 
4#  miu  4^  1^9  primer^s  cas^s  del  PelQnado, 

4td,  tliQicroQ  Yoto  d9  disUibuii'  su$  bi^pes  4  Iq$ 
po|)r?s.  y  c^BLsa^rseal  aerviciQde  Sau  Aiuon. 
icQiqmQfdo  Qa&tovi  d^  su  bijo,  y  de  otrQs  ocUp 
qili^ra^i  4^  la  provincia,  hiciero^  l^brfir  e,i|  la 
fiiqQeDi^  CÍQdad  de  la  Molbe  un  Uospital  par^ 
l«<HbiF  é  los  eDÍermoa  de  uno  y  (;ilro  scxü,  io- 
(Mt^^Qs  del  fuego  de  ^ao  AqIoqíq.  i^  Qstos  lio^* 
piÍaUrios  debe  la  órdeQ  ÁQtoQiaQa  s^  C9|s(bl,e- 
tíffliento  CQ  el  aoQ  409^,  biga  el  o^QtiQcado  4q 
Drtaao  U,  sieudo  ^09  lo?  fuQdadore^  y  |qs 
pñoieras  inJFofesQS,  y  propag¿ndos/d  Iuq£[qi  au 
I^Dd^on  4  casi  toda  Europ^  y  parte  de  Asía  y 
41^^  ^  íB^Y  nator^l  que  cuapdo  ^^  el  900 
4|44  s^  ^6t»bleqió  ea  Esp^  ^^a  órdea  coq 
el  ñü  4^  que  ^u^  reiigiosoa  enferioo^  tvivieraQ 
«p  objda  en  que  «jercit^r  I9  bospiti^^ad.  fuQ- 
l^ya  de  mucbo  ao^s  CQOOCid^  4tcb^  <^l^nQi«^ 
Laa  fuQd^i/)pe^  español^s  sc  dividian  en 
do^  ^o«úei|4aft  myore? :  1«^  4e  la  Qastill^ 
^Qdaluci^,  Poriuff^l  é  lodias,  i^cqQOCian  {^ 
cypp^ndyVu'  n^yor  de  Q^lt^'Í^fiz;  las  49  íi^: 
varra,  Aragoo,  ValeQcia,  Cataluña  y  ^allorQ^^ 
i  ^B  pri^ptor  geooFai,  quf^  leni4  m  (esj^eo- 
49  en  Qlite :  t(^á  síq  depende^ci^  4el  grau 
áí^  4«  S^  i^tOkQiQ  4^  li^  diúceáis  4e  Vieo^ 

}¿  reje^  Q^rlos  Y  de  (Ispaña  y  Fr^Qqsjca  I  de 
fvaoc&a. 

Habia  en  la  encaip^ieiuta  m^yor  dc  Castro-r 
4in4  TeiQte  Y  ^s^  jiQ^pltaíe^^  cf^tpjrc^  ^i>  I4 
M^ceiiilariít  geoera)  4e  Oiite.  y  doce  e«  1a  Nuc-r 
1(1  fE^ó;^.  Bslos  ^ospitaieaduraroQ  eo  n^estro 
M^  1*73  ^Q^,  á  sea  4es4e  4244,  se^im  ilev^- 
^  dicho,  b4ft9  el  2^  de  i^gofttQ  4e  47^7,  09 
91^  ^  maQdaron  estiQG^ir  por  breve  4el  papa 
^g  Yl,  4  aolicitnd  d^  r^  Gários  111,  con  oioti- 
W  d9  Uaber  de(^i4o  la  devocion  de  los  flele^ 
IP  eitos  reinos,  y  de  la  falta  de  rentas  y  bos- 
lÍtaiVl^  cQnstiUitiva4ela4rdeQ.  En  %i  de  qii^ 
|o  dé  4794,  GárÍo#  IV  por  decreto  4e  su  real 
eámara,  hizo  saber  el  cit^do  breve  4e  su  s^^q- 
M^  al  ^ooKtndador  y  reÍigiQso«^  cog  \fh  cuat 
qpÍMcujBw^di^  su  vpluutad. 

|s|%  ¿Qfero^dad,  ilamad^  ain  4u4i  f^Qo 
^fgfpa4o  pvQjp  aQtifrasís,  ea  4ecir,  fuego  0)^9\ax' 
%  Udériiiüi  y  execrable,  ae  oebó  repelidus  ve- 
My  co(BÍ9  ^emos  dictio,  eu  Kspaña,  Fraaci^ 
MM  y  ot«^  regiones  de  Í4  Kjuropa  QccideAtai. 
w  sfiU4^s  erap  atcoces.  ReftriéQdose  un 
|^|^FÍ4dor  %  ia  exacerbacion  qua  4^  e^te  m\ 

a^^ñmeotlút  en  ei  ducado.  d^  IjQreo^  POIF 
pos  da  4480,  (j^ice  que  los  pobr^  Qp^sr- 
Wa  aodabaa  por  ^s  callea  y  pla\za$  y  %(i^jli^ 
4  ÍR^  poertas  de  I09  toaipiois  daodft  U^llai^c^f 
úiTfd^,  por(|oe  ei  mal  abrasáoor  les  devQr^i* 
mik§  9>e<ntm>  Y  Us  eiUrí^Q^  deliiQ(Í£^  tuu- 
mie6<«^  ^fi^ifit  U'iSí'  i^  9U%m^i4  i))M 


«  WMNto^4^%il«t| 


cirdena<^  avQr^to4a>  fl^g^  4  I09  boesos. 

I.0S  enferoio^  SiC  ^epliaA  atoriQieQf^das  de  do- 
lores  atroces,  y  algnu^  ve?  4e  convuIsioQes;  so 
tes  ca^u  4  pedazos  ias  carnes  gai>grcQadas  y 
negrz^s  como  UQ  carhoo.  Les  apestabuQ  borri- 
blemeQte  los  mioMibros,  y  ^br^sados  d^  uu 
fne^c^  v^ra?  iQvocab^Q  U  unuerte  (;qq)0  uq  ali- 
viQ  para  SQS  insufrihles  piaríirios.  U  supers- 
liciau  Qcypó  ppr  wucbo  Uewpo  el  lugar  4e  la 
me(Mcitui;  y  de  ^  el  Qcpdi^  por  todo  recurso 
á  Ift  Provid^ncia,  p¡4iéndple  curaclopes  miU- 
gros9s>  y  4  San  Jjr^iofk,  sollcit^iQdo  su  pode- 
rosí^  ipterpesiqq  para  COQ  Pios. 

Yari^  S014  i^s  d^scrlpciones  que  d^  ^sta  do- 
lencia  se  eocu^V^a  eu  tps  ^utores,  y  aunque 
4i8ereQ  euóriJÍeQ  4  ÍJíupa^  circuQ§tauci^,  en 
'el  foudo  §pn  oHif  pf^epiíÍaSi.  S^pval  ^  00« 
Antiquités  de  Pam,  4U^  4c  eU^:  íBuiCbíoiuja 
gente,  asi  4e  f^ris,  coqio  4«  Tas  cercaoias, 
mpri(J  do  \m  ?PÍer»^a4  Uqoiada  fuegq  sa- 
grado  ó  tml  4^  Iqs  ^rdleote^.  Est^  t^al  abra- 
s^ba  ieQiaipeQle,  y  coqsuq^í<^  síq  que  fuese 
d94(?  ^pUcarie  roine4io..M  Dep§4^  ^qrviaQ  tor 
4^  las  tp^diciui^....» 

La  Quifi^QU^ua  ^(M^iop  det  m^^l  de  lo$ 
^4iepte$  ^e  rex^apta  ^  ^o  HfSu  lleQCi(3Qat4 
FrpdOjatrílj?r\8^  Wmc^  %  Tíólm  que  «ííui^i  4e 
cercí^  á  U  iftvgisioa  do  U>*  poxíQandos.  Haaul 
Glaber  cueot^  (We  ^tt  992Hmbp  Qs^  Fc^wií  up» 
üxm  ipQrtan49.(í  ^u^  loaí  l\ombre^.  Sra,  4ice, 
UQ  fue|¡o  Q(^ltQ,  quo  ea  cuaplQ  s^  i^pod^raJtiüa 
d^  algun  ipiefljiVvíV  lo  4)^^J?€^ba  4el  cuerpa 
d^spue^  de  Kqberio  coosumiQQ.  Q^stab4Qiu(;Qas 
vec^:i  el  ^spajeii)  4*  uo»  ní?cU^  pftr:>  pcpducir 
este  efecto:  alguuos  enferoios  quedaron  priv^- 
^.  4e  pa^rte  d^  susi  ipi^m^/pís, 

^egu^i  h^Gvim  4c  Cbab^ai§,  cuyo  teat^ 
repr(^ucaMe?!JPra)',  g^ijia  epl4?í»ií^  4t  fue^ó  sat 
oró  ^rebató  e^  994,  c^  ipiiy  poca  Tiem'- 
po  4Q,0Oft  perspoa^  eu  k  Aquitaplaí  ej  Perl- 
gord  >'  el  LimosiiQ^  IJJ  n>al  ^q  decl^raba  de  im- 
proviso,  y  quemaJÍ^a  l«^%  ^ftUWW  4  otra  parie 
del  cuerpp,  csü'^ivlo  4  pe4^zo$.  4  yepes  ?1  CQ- 
ferou)  m  Pfic4ia  Dw  qui^  uo  br^^q  (i  uoa 
pvemn. 

Sigetiicxta  de  Gei»it(Iqars  íi?ílere  que  qn  4  089 
^  observó  el  fuei^o  4e  ^m  4utoQ  eo  la  Baja 
Lpreoa :  íueroQ  o^uplvoa  Ips  lpYadi4í>s ,  y  sus 
Wienpbros,  QegrP3  Qouio  ^l  carbon,  se  aesiiren- 
4ian  del  cuierpo.  Mi^zeray  ou.enta  pl  mismo  he- 
chó,  reflriéÍQ^olaat  9áo  iQOO,  y  dice  qye  ^nlji 
Loreun  ^e  veian  por  todas  píi^^s  personas  ago- 
Qizapt^^  (^  quQ  exhalaban  ayes  espautosos,  f 
o^ras  á  qui^Qeael  m\  habla  devorado  los  pi^ 
(í  íos  br^:;oJ9t  ^  uua  parte  de  la  cara.  £¡q  4498 
y  4430^  aeguQ  pl  prQpio  autor»  el  mal  atacat 
bü  las  vmm^  líw^^  preseQiÍQdose  coq  l^ 
siip^tam4$  fiiguleQtes:  estremecimi^eotos  segol- 
dos  de  calor,  4eliriO  ,  pastraGiQP  d^  fufirz^^^ 
violeotos  dolores  de  cabeza  y  de  riñooes,  io» 
(tara^iaft  j  a^seesea  de  laa  glMate»  *^^^^ 

estremidades. 


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Í55 


ARDIENTE— ARDILLA 


156 


este  mal  qaemaba  los  miembros  ó  el  cuerpo  con 
dolores  insufríbles,  volvia  la  piet  lívida,  y  con- 
sumia  las  carnes  separándolas  de  los  buesos. 
La  rouerte  no  sobrevenia  hasta  que,  despues  de 
haber  stdo  destrozadas  las  estremidades,  el 
mal  atucaba  los  órganos  esencialcs  de  la  vída. 
Gausaba  primero  iin  frio  glaciat  y  luego  un  ca- 
lor  ardiente.  Por  último,  los  autores  refleren 
tambien  que  en  epidemias  análogas,  observti- 
das  en  el  siglo  XII,  los  miembros  se  volvian 
negros  como  el  carbon,  se  consumian  y  se  gan- 
grenaban.  Algunos  que  babian  curado  del  mal, 
disfrotaban  Ue  perfecta  salnd,  aun  cnando  hn- 
bicsen  perdido  una  parte  de  sus  miembros, 
coyas  cicatrices  oran  sólidas  y  perfeclas. 

Declase  que  ios  enfermos  conducidos  á  la 
abadía  dc  San  Ántonio,  en  el  Delflnado,  cura- 
bao  del  séptlmo  al  noveno  diá. 

Cuando  la  cpidemia  de  4440,  en  Paris,  el 
fuego  sacro  atacaba  sobre  todas  las  partes  genita- 
les,  y  entonces  fué  cuando  seediflcó  la  iglesia 
de  Santa  Genoveva  de  ios  Ardientes.  En  nues- 
tra  España  reiuaba  entonccs  la  misma  enfer- 
medad,  prcsentando  como  sinloma  dominante 
las  convuTsiones.  En  4  230  se  cebó  en  Mollorca 
el  fuego  de  San  Anton  ai  mismo  tiempo  que  1a 
peste;  é  iguat  asote  sufrió  entonces  Paris.  Por 
último,  en  el  ^iglo  XV  se  obser?ó  una  epide- 
mia  aniloga  en  Trápani  y  en  Palermo. 

Gomparando  las  descrípdones  que  acaba- 
mos  de  citar  con  las  que  Gui  de  Gbauliac,  Am- 
brosio  Pareo  y  Fabricio  de  Hilden  oos  baa  de- 
]&do  de  las  enfermedades  por  ellos  designadas 
con  los  nombres  de  fuego  de  San  Anton  ó  fue* 
go  de  San  Mdrcelo,  y  comparando  con  el  fuego 
8acro  las  epidemias  observadas  desde  4630, 
hasta  nuestros  dias  en  Soloña ,  ei  Gatinais, 
Guyena,  Arlésy  Delflnado,  en  España,  Italia, 
Suiza,  etc. ,  no  se  /puede  mcnos  de  convenir 
en  que  ese  famoso  mal  era  la  afeccion  que  boy 
dia  desígaamos  con  el  norobre  de  ergotismo 
gangrenoso.  (Véase  brgotismo.)  A  veces  se 
agregaban  i  él  los  accidentes  nerviosos  del  er* 
gotismo  espasmódico,  y  la  gangrena  marcha- 
ba  por  otra  parte  mas  ó  menos  rápidamente.  Bn 
fin,  siu  dejar  de  pertenecer  á  un  mismo  tipo 
todas  esas  epidemias,  cada  una  presentaba  ne- 
cesariamentc  variedades  y  caractéres  diferen- 
ciales,  como  todos  los  fenómenos  y  todas  las 
obras  de  la  naturaleza.  Quizós  tambien  sea 
cierto  que  se  iian  comprendldo  bajo  el  nombre 
úemaídelosardienfes  muchas  afecciones  dis- 
tiotas  en  su  principio,  pero  queterminaban  por 
la  gangrena:  sabemos  cuanto  importa  et  oo  ser 
esclusivos  en  las  ciencias  de  observaclon,  y 
he  aqui  una  razon  mas  para  admitir  esa  opi- 
nion  del  profesor  Ozanam,  de  quieo  hemos  sa- 
cado  muclio,  como  sacan  por  precision  todos 
los  que  escriben  sobre  epidemias. 

Addinas  de  las  obras  de  los  aatores  cíudos  eo  es- 
le  articulo,  puedc  vers e  una  intereAantc  nemoria  del 
•bale  Tessler  InserU  eu  el  RKueil  de  t*  Acaéemia 
Jloyale  4e  wMdieine  de  Parit» 

AHDILLA.  {Historianatural,)Seiuru$.  ;QQi6n 


no  conocc  esle  elegante  animalillo,  cuyo  ins* 
tinto  se  utilizó  para  divertir  i  la  Infencía  en 
una  jaula  donde  el  cautivo  creyendo  ejercitar- 
se  en  cl  salto  y  la  carrera  no  hace  roas  qoe 
imprimir  un  movimiento  de  rotacion  al  citindro 
de  aiambre  en  donde  se  batla  cerrado?  Su  flso- 
nomia  espresiva,  su  vivacidad,  la  gracia  con 
que  endereza  y  despltga  so  magniOca  cola, 
los  pioceles  en  'que  terminan  sus  inqnietas 
orejas,  la  pnreza  de  las  dos  tintas  que  dominan 
en  su  piel,  la  fintira  de  su  pelo  bríllante,  las 
arqneadas  crínes  que  forman  á  modo  de  unos 
mostachos  hácia  uno  y  otro  iado  de  su  hocico 
puntiagudo,  su  escesiva  pulcritud,  la  graciosh 
postura  que  toma  cuando  cdme,  eí  uso  qae  ha- 
ce  de  sus  pies  delantcros  que  le  sirvcn  do  ver^ 
daderas  manos ,  la  destreza  con  qae  se  le  ve 
romper  los  frutos  de  que  se  aliroenU,  y  de  co- 
yo  contenido  jnzga  sin  equivocarse  nnnca  eo 
cuaoto  los  ha  sopesado,  en  flo,  hasta  el  débil 
gruñido  que  deia  oir  y  se  asemeja  i  ona  espc- 
cie  de  lengoaje,  todo  iX)ncurre  i  hacer  de  la 
ardilla  el  huéspcd  mas  amable  de  nuestrob  bos* 
qoes.  Ficilmente  se  domestlca  cuando  se  caia 
muy  jóven,  y  antes  qne  el  ejemplo  de  los  vie- 
jos  le  haya  inspirado  esa  p^tulancia  escesiva 
qoe  ningun  otro  animal  manlfiesta  eh  el  mis- 
mo  grado. 

Las  ardillas  viven  sobre  los  grandes  irbo- 
les;  los  bosques  de  pinos  de  las  Landás  aqqiti- 
nicas  estin  Ilenos  de  estos  animaiillos  que  oti- 
iizan  con  maraviUosa  destreza  los  conos  ó  pl- 
ñas  qoe  producen  los  irboles  resinosos;  y  so 
carne  blanca ,  baétante  agradable  cuando  solo 
han  comido  avellanas,  adquiere  un  olor  de  re- 
sína  muy  marcado  donde  quiera  qoe  se  alimen* 
tan  de  piñones.  Nacidos  sobre  los  irbotes  en- 
cuentran  aili  su  alimento  y  abrígo;  conforma- 
dos  para  brincar  de  rama  cn  rama,  su  prognrc- 
sion  no  podia  ser  otra  que  el  salto,  y  la  nece» 
sidad  de  trepar  por  la  corteza  escabrosa  nece- 
sariamente  viene  i  ser  en  ellos  un  hibito  do* 
minaute,  queexiírian  ademaslasarticulaciones 
y  Ia  proporcion  de  sus  mierabros,  asi  como  It 
forma  de  las  garras  cortas  y  aceradas  qne  son 
otros  tantos  pequeños  garnos  que  sirven  al 
animal  para  uferrarse. 

No  monos  se  ha  preteadido  qne  la  ardillt 
trepaba,  noporque  su  disposicion  f  uese  adecoa- 
daparaestasfuncioues,sinoporqtieloexigíaasi 
la  conformacion  de  su  cerebro.  Mncho  se  ht 
martirizado  i  tan  tindo¿  ani  mules  para  establecer 
esta  doctrina,  qoe  adopUremos  cuando  se  hayt 
demostrado  que  las  aves  no  vuelan  porquetienen 
alas,  sino  porqne  los  cuerpos  cstríados  estia 
conformados  de  tal  ó  cubl  sueríe.  Goando  se 
hayan  separado  limina  por  limina  las  diversts 
parícs  del  encéfalo  en  uno  de  los  mas  hibiles 
aeadémicos  de  París,  i  fln  de  saber  en  que  par- 
te  actua  la  fuerza  que  le  hace  dar  cabríoits  é 
ocho,  publicaremos  i  voz  en  grito  qoe  si  los 
émulos  de  Yestris  hnbiesen  tenido  sos  estre- 
midades  inferiores  conformadas  como  las  de 
unt  foct  é  uoa  tortogt  mtrltima,  oonet  hobie» 


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461} 


ARDlLLA— AREAS 


456 


seo  llegado  a1  puDto  de  hacer  UDa  plrueta.  Co 
iDoquieraque  sea,  la  arditla  es  paralos  zoolo< 
gUtas  el  tipo  de  uq  género  muy  natural,  que 
Suffoii  asegoró  ser  propio  de  las  regiones  sep- 
teotríonaics  del  anliguo  y  del  nuevo  conlinen 
te.  pero  cuyas  nuroerosas  especies  se  lialian 
por  el  contrario  principalmente  repartidas  por 
íos  paisea  mas  cálidos,  con  iuclusion  del  Afri- 
ca  y  de  la  PoIÍDesia.  Conácense  como  unas 
treinta,  queparafacilitar  su  estudio  se  ban  sub- 
diYidido  en  tres  sub-géneros:  el  de  las  ardillas 
propiamente  dichas,  eu  que  los  pelos  de  la  co 
la  estáo  dispuestos  en  dos  ñlas  y  ademas  ca- 
recen  de  abazoues:  el  de  los  guerliguetes  que 
tampoco  tienen  abazones  y  si  ia  cola  ciIinUri- 
ca;  por  último^  los  tamias  tienen  abazones. 

Nuestra  ardilla  cooiun  se  baHa  diseminada 
eo  todo  el  antiguo  mundo  boreal,  y  varia  no- 
tablemeDte  ea  cuanto  á  su  talla  y  pelage  segun 
.  los  diferentes  lugares.  £1  griEiHo,  cuyaspíeles» 
soD  tao  esUmadas,  no  es  otra  cosa  que  una  va- 
rícdad  de  esteanimal,  ó  tal  vez  udo  de  «us  es- 
fados  en  trage  de  iuvieroo  que  despues  de  re- 
cibir  cierta  preparacion  curliente,  pasa  ácons- 
tjluir  una  parte  del  nuestro  En  Siberia  la  ar- 
¿Ila  adqoiere  dimensiones  casi  duplas  de  las 
que  generalmeDte  le  conocemos.  Dícese  que 
este  animal  no  suspende  su  viage  aunque  en- 
eoentre  el  obstáculo  de  un  rio,  pues  improvísa 
00  hagel  haciendo  uso  de  un  pedazo  de  corte- 
za  y  entonces  su  misma  cola  le  sirve  de  veia. 
AREA.  {MaUmáticas,)  Nombre  que  se  da  á 
la  estensioo  superficialcompreDdidaeuciertos 
Umites,  ó  mas  bien  al  Dúmero  de  veces  que 
en  dicba  estension  cabe  la  unidad  de  medida; 
y  asi  es  como  decimos:  el  área  de  un  trliíngii- 
lo,  el  área  de  uo  circulo,  el  irea  de  un  co-^ 
no,  etc. 

Para  evaluar  el  número  deunidadessoper- 
ficiales  coDteoidas  en  una  área  convienc  desde 
laego  escoger  esta  nnidad,  i^  aunque  pudiera 
servir  una  figura  arbitraria,  se  preiiere  el  cua- 
drado  como  mas  seucillo  de  trazar  y  á  propó- 
sitopara  que  deél  se  baga  uso  eo  ios  cálculos: 
asi  es,  que  si  se  forma  ud  cuadrado  cuyo  lado 
sca  dc  un  meiro,  ó  un  pie  ó  una  ioesa,  este 
coadradc  será  Ja  unidaa  de  superficie,  Hedir 
ODa  área  dada  es  buscar  cuaDlas  veces  esta 
Qoidad  se  hatlacontenidaen  dicba  área.  Cuan- 
,  do  sc  dice  que  un  estadal  tieue  diez  y  seis  va- 
ns  cuadradas,  queremos  signiOcar  qnc,  cual- 
QQÍera  que  sea  el  contorno  ó  figura  de  la  es- 
teosion  de  on  estadal,  este  se  puede  desconi- 
poner  eo  díex  y  stis  cuadrados  iguales  al  que 
Be  ha  elegido  por  unidad,  que  es  la  vara  cua- 
drada  cn  cste  caso. 

La  geometria  es  la  que  dos  eDseña  qué  es- 
pecie  de  operacioDCs  se  debeo  cfectuar  para 
bacer  la  evaloacion  de  nna  área. 

i&KA.  (Medtdas,)  Cuaodose  eslablcció  el 
iistema  métrico,  se  adoptó  por  uoidad  de  me^ 
dida  agraria*  un  cuadrado  de  diez  metros  de 
Itfgoiqoe  se  dió  ei  Dombre  áearaóárea.  Es- 
fa  UAidad  eqoiTaJe  i  cien  metroscuadradoa  ó  ¿  i 


cieu  cuadrados  dc  an  metro  del  lado  cada  uno 
deeltos:  se  subdivide  endeciadasYcentiadas, 
6  sea  en  diceáreas  y  centiáreas,  es  decir,  en 
décimas  y  centésimas  de  la  unidad  principal. 

Entre  los  múltiplos  del  área,  solo  ^o  hace 
uso  de  la  hectárea,  medida  de  cieu  árcas.  Las 
superlicies  agrarias  sb  evaluan  generalmente 
en  heclárcas,  áreas  y  ceDtláreas. 

Por  mayor  desarrollo  de  este  articuló  pue« 
den  consulluise  los  de  agrimensura  y  &i£- 

DIDAS. 

AREAS.  (PRINCIPIO  DB  LA8)  (Mccánica. ) 
Cuando  sucede  que  las  fuerzas  accleratrices, 
qúe  soIicitaD  un  puoto  material,  tieoeo  roovi- 
mieotos  iguales  y  contrarios  con  relacion  i  un 
puntó  lljo,  tomado  por  origeo  de  las  coordina* 
das,  las  ecuuciones  del  movimiento  cooducen 
á  una  consecuencia  notable  que  constituye  lo 

3ue  se  üaoia  en  mecánica  el  principio  de  hs 
reas,  y  se  puede  enunciar  asi:  lasáreas  com- 
preudidas  entre  \on  radios  vectores  que  se  es- 
liendon  de¿de  cl  orígen  á  tres  puntos  de  una 
trayecloria,  si  sop  proyeclados  sobreunplano 
cualquiera  que  [lase  por  el  punto  de  parfidaf 
resullan  proporcioDales  á  los  tiempos  emplea- 
dos  ea  describir  los  arcos  interceptados,  cuan* 
do  el  móvilsolo  se  mueveen  virtud  de  una  Im- 
pulsiou,  ó  c.uando  las  fuerzas  aceleralrices 
que  lo  animan  Hon  constantemente  dirigidas 
bicia  el  mismo  punlo  ú  origen.  La  recfproca 
de  esta  proposicion  es  igualmente  cierta. 

NoDOs  detendremos  en  demostrar  este  teo« 
rcma  que  no  es  otra  cosa  que  una  cQnsecuen« 
cia  de  las  ecuacíones  de  movimiento. 

Otro  tanto  puede  decirse  del  príncipio  de'la 
conservacion  de  las  áreas,  cuyo  eounciado  ha- 
remos  únicamente:  en  ei  roovimientu  de  un 
sistema  de  puntos  materiales,  UDidosíijumeDte 
eotre  si  sometidos  i  su  alraccion  mútua,  y  do 
solicitados  por  Dioguoa  fuerza  accleratriz,  la 
sunia  de  las  áreas  descritas  alrededor  de  un 
puDto  cualquiera  sod  proporclooalcs  i  los  tiem* 
pos  empieadoseD  describirlas.  cuando  no  exis- 
le  DÍDguD  puDto  fijo  CD  cl  sistema. 

EI  principio  de  las  ireas,  recibe  eo  astro- 
nomia  una  aplicacion  de  grande  importancla. 
Como  cuda  piaoeta  se  roueve  en  una  órbita 
eliptica,  cuyo  centro  es  cl  sol  (al  menos  si  se 
hace  abstraccion  de  ias  perturbaciones),  y  co- 
mo  esta  revolucion  es  producida  pór  la  atrac- 
cion  mútua  que  estos  dos  ustros  cjercen  cotre 
sf,  tieoc  lugar  en  estc  caso  el  orfgen  de  ias 
áreas  tal  como  queda  espiicado. 

Si  se  imagina  una  recta  desde  el  sol  al 
piafleta.  recta  que  se  iiuroa  radio  vector,  y  si 
el  pianeta  arraslra  esta  linea  en  su  movimien- 
to,  formari  en  sus  posiclones  ftucesivas  secto- 
res  oblicuos  cuya  superficíe  seri  constaDte,  si 
se  coDsidera  eo  iotérvalos  de  tiempo  iguales 
cntre  sí.  Asi  cuando  el  planeta  estémaspró- 
xlmo  al  sol,  deberi  correr  cod  mayor  ranidez, 
para  que,  eo  el  tiempo  de  que  se  frata,  el  sec- 
lor  descrito  teoga  la  misma  superficie;  y  coino 
la  altura  de  este  sector  es  mas  pequena,  in* 


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(M 


areas-arena 


4«é 


dlspea¿ab1c  ff&  liaCfi  tpiú  Ééa  la  báse  más  lar- 
ga  para  qtle  élátea  permaneíca  la  misma.  Por 
et  contrario,  y  por  IdéDlica  razon,  cuanüo  e\ 
pláneta  se  hafla  6u  la  parte  mns  dtstantie  del 
m\r  debctó  caminarcoQ  maybr  leblitnd. 

En  csta  pfopoílclott  ée  fQtída  la  primtfa  de 
lasleyes  de  Keplero  que  sd  enuncia  ási:  el  ra- 
dio  vector  de  ttfi  planet^,  dest^ribn  sirededor 
del-sol,  áretis  proporctotiale^  álos  tiempos 
empleados  cn  recorterlas. 

^otetlon:  Trátéio  éé  métámtt,  1>  edfdoh,  t  to- 
lámooes  et  t.MSti. 

FraMoeur:  Ur»m§rafka»  4."  edlelo*,  I  volú- 
men  eiil.*.  litt,  pág.  tfl  y  «3. 

AftKCHAVALfitA.  (HAiQóft  i^B)  X  cortadistan- 
cta  de  la  Tllla  de  Ar^ctiávaleta  (provincia  de 
(Guipúícoa),  coti  diréctiion  4  íscoríáza,  yá  300 
pasoá  de  la  Cb^tetera  áh  lladrid  á  Francia,  S3 
encuentfa  títi  mananttál  que,  recogido  en  nnft 
ete^ante  fuente  de  pledra,  da  constantemente 
por  miuüto  33  cUáilillos  de  a^ua  cristalina  á 
la  temperíilura  d6  h  4*  del  termómelro  de  Reaü- 
mnr,  con  otor  y  Sabor  á  bueVos  [lOdrldos.  So- 
bre  este  mananiial  sé  con.nfuyd  en  4842  una 
boDita  casade  baflos  con  46  pilas  y  una  ancbú- 
rosa  hospederia  coti  8S  aposétitos  eteRante  > 
mente  decorados.  fis  unode  los  estableclmien- 
tas  minero-módiclnales  mcjor  montados. 

Kste  mai^antlat  sulftxtoso  está  mineralízadb 
porel  gasácldó  suIGIitdrico,  el  gas  ácidó  (iar* 
Dónióo,  varloá  stjlfatos,  carbonatos  y  clornros 
de  sosa,  cai,  magnesia,  etc.  Sus  aguas  sorten 
belUsimod  erectos  en  la  curacion  de  los  herpes, 
tiñas,  sarna  y  demas  enfermedadeá  cutáneas; 
en  la  de  las  escrdfulas,  gota,  reomatismog  aft- 
tignos  7  sus  consecnencias;  en  las  anorexias  y 
dispepsias,  y  en  varias  fle^asias  crónlcas  dct 
canal  digóétiv^,  del  ¿paratb  re^iratorio  y  del 
géDitoúrinarlo;  en  Ik  mw^  Inveterada  f  eb 
las  enfermedadés  proccdentes  del  abusó  del 
raercnrio,  no  menos  qtie  en  las  aféttiones  con- 
secntivas  á  los  envenenamientos  y  á  tod  cdli- 
cos,  como  temblores,  paratt.^ls,  éte.  Estáncon- 
traindtcadas  ert  los  :»u¿6tós  pletóricos,  y  en  los 
prediftpueátos  á  tás  hemorruglas  aetivas. 

La  temporada  dora  desdé  iunto  á  ñn^  de 
sétiembre.  La  eoncurrencTa  es  de  utios  300  á 
4Ó0  bañistaa,  aumentatido  cada  año.  pues  Ye- 
petimos  que  eti  nneBtró  páis  es  dificlf  txidoxi' 
trᥠ otro  estábledmiento  dé  aguas  miner&les 
donde  b\  Éfñfdrmo  reclbia  mejór  aslstenclá,  me- 
jor  trdto,  y  pueíia  dlventr$e  6ott  mas  próvecho 
pará  lá  sahid  que  dcsea.  An^élinvaTcta  cs,  por 
otra  p^Míf,  (ííik  ^nfa  dft  cliúía  téttiphdo  y  saoo, 
situadá  á  la  oriltadel  Aeva,  dtstabte  imas  9  le- 
gnas  de  TolOáa,  y  2  de  tergara. 

AfttiNA.  Sustandá  pedregosü,  dttidida  en 
granosmajr  pequeños,ysitt  cotitrremcia.  Si  los 
granos  ÍQeSén  dti  póéo  votumittosos,  ftonque 
mocho  ftiétiül^  qu^  uúft  pTedra  pequéfla,  tu 
«cumulacton  forma:ría  ifúgarrós.  u  arena  es 
maa  ó  mé6T)S  íloá,  f  los  goijarros  mas  ó 
iiie&o$  trt^ffM».  otra  dbttdtñoA  eseiu^den^i 


tre  ^stas  dos  renniones  de  párticn^ai  ineobe- 
rentes,  es  que  lo^  granos  dc  gtiijarros  soh 
redoodos,  ó  cUando  menos,  sus  átiguloseitéft 
despuntados,  y  su  groeso  y  sú  color  tarian  eñ 
pequefios  espacios,  at  paso  qne  los  gtanoá  dé 
arena  conservan  cn  todas  partes  »o  lortna  pH- 
mitiva,  y  pafecénála  vtsta  ignaMs,  ydelmis- 
mo  color  en  estensiones  inmensts.  todo  par^- 
ce  indicar  que  est(A  tienen  ua  origeo  éomuti, 
mientras  qoo  aqucllos  noson  mas  quefragmeá«' 
tos  de  rocas  de  difbrente  liatoraleta,  tenidM 
desde  luegt)  y  modiflcados  por  lod  Cboqoés  y 
ffoiaciones  que  han  sufrido  durante  su  trasla^. 
cioo.  8e  encuéntratt  areflas  en  la  superfide  dé 
la  tierra,  de  lá  qúe  cubren  una  parte  bástaMé 
considerabie,  y  en  el  Intcrior,  en  donde  fbhnitíl 
masas  espesas  y  de  graü  estetisiofl  ett  ios 
terrénos  de  atuvion;  las  hay  tarabién  eb  lol 
terrenos  de  antiguá  formacion.  Las  ñ^.  eitai 
•maáas  son  silíceas,  mezdadas  por  !o  cbmttH 
con  arciiia,  y  eñ  algnnos  lugares  con  cal,  eo 
estado  d«  eiátlrcmada  diviston,  de  manera  qmii 
lavaduras  reiteradasbastan  para  atalar  los  ^a* 
nos  diliceos,  que  presentan  entooCcs  swi  ror- 
raas  cristatinas.  En  algnnas  costas,  y  (rort  eih 
peciaiidad  en  tas  de  la  isla  de  la  Ascenáioti  té 
reduceil  á  arena  Cali2a  lás  conchas  de^cM 
por  las  olas;  pero  los  paises  areniscoi  disétbi* 
nados  sobre  los  continentes,  y  eo  cl  itatéHiiy? 
de  las  grandes  iálasno  pueden  atribuirse  i  ^ 
modo  de  produccion^  pOrque  son  cuaríosds^soé 
granoíspreaeiitan  una  forma  cristallna  regular, 
y  ningun  agente  conocido  pulverízaria  ast  ro- 
cas  de  cuarío.  Adem^  es  sabido  que  bancoA 
de  arena  de  esta  Ctase  han  précedido  á  lá  tot- 
mactoñ  del  asperon,  M  qne  han  formádo  eft 
cierto  modo  la  fábríca,  á  h  queno  faltába  OMit 
quc  el  cimiento.  Si  la  materia  adventicia  qtll! 
ha  unido  unos  granos  á  otros,  y  con^dado 
la  masa,  es  de  lá  misma  espécie  que  los  ttk^ 
nos,  el  asperoo  «s  muy  dtíro;  ftsiliay  terH^ 
prímitivos.  Coando  una  disolucion  abundantiS 
á(i  cal  ha  tlcnado  todos  los  huecos  énité  Iftl 
pártictitas  cuarzosas,  1a  crístalisacTon  calcfttet 
se  ha  manifbstado  algunas  Véc6s  domiuatidd» 
y  masás  bashnte  coDsídcrábles  de  este  aspé-- 
ron  han  tomatfo  las  formas  íjaracterísiicas  dfe 
MboHáto  de  cal,  fiste  aspieron  resiste  á  la  des- 
cOmposicion.mehosótiaiido  $u  cimiento  é&^« 
lícéo  l*n  cua^to  al  que  no  tiene  sus  granbs 
unidós  stno  con  an¿ilia,  cede  mucbo  antes  á  Ik 
accion  de  los  thcteóros,  y  restituye  la  arétíft 
quc  te  formó,  sin  emburgo,  se  hacen  coñ  él 
cdiflcios  de  larga duracion,  como se  pnede  ver 
en  lós  monnmentos  de  arquiteclura  gótica  l^- 
vantados  en  varías  ciudades  francesaa  á  laft 
orítlas  det  Hhifi. 

¿Ga  cieito  qoé  lna  atehas  condnbtdás  pflfr  el 
mar  á  las  coshis  del  ^olfo  de  Qa^éu^i  tfméfflft^ 
zan,  no  solo  á  ias  Landas  que  han  íovadtdO,  f 
cuyft  estertltdfiítt  bace  progresos  contihirns.  ú- 
no  tambhm  d  la  dodad  de  Burdeos,  que  fll» 
resistirá  ft  esté  temibte  enemigot  Como  no  sii« 
oederíft  ^m  h»t&  dtslitto  de  oím  temtetia  dft 


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AftENA-AHENGA 


,'f.a 


siglos  quela  capitalde  1a  GironJa  sería  ataca  \ 
da  por  este  azote,  haf  ticfmpo  para  pcnsar  en 
los  medios  de  preservarla;  pero  el  cultivo  úe 
ia  LaiKlas  exigc  cl  uso  contloao  y  conslante 
de  las  precanciones  indícadas  por  cl  bábil  in- 
geniero  Mr.  Brémontier.  EnFayos  satisf-ictorlos 
lian  probado  ya  qoe  las  arenas  de  esia  parte 
de  1a  Francia  no  esperan  nras  qne  cnidados 
oportnnos  para  recompensar  el  trabajo  del  cnl- 
tivador.  Hay  tambien  una  obra  bastante  buena  . 
de  Mr.  de  líorog:nes,  sofaire  el  cultivo  de  las  | 
irenas  de  la  9oIogne,  en  el  departameuto  fran- ', 
e¿8  del  Loire  y  Cher.  La  industria  alemana  ha 
trinnfado  hace  tiempo  de  la  esteríiidad  de  las 
tfena»  qne  ríidean  el  mar  Báltico.  Siseesta-' 
lileeieran  en  Africa  grandcs  colonias  eoropeas, 
oonsogliirían  tambien,  i  fuerza  de  trabajo,  de 
estodios  y  de  tiempo,  vencer  los  obstácoloa 
qne  se  baa  opuesto  haeta  ahora  á  toda  produc- 
don  Tcgetal  en  los  desiertos  areniscos  que 
esfán  al  Sur  del  Atlas.  Tal  vez  no  será  difícíl 
ñeeundar  las  arenas  det  Asia  entre  las  cadenas 
del  Tanro  y  del  Altai;  parcce  que  las  cBcasas 
pobtaciones  de  C:»tos  paíks  han  destruido  alli 
toda  la  Tegetacion  antigu'a,  y  qne  habria  qne 
reparar  boy  antes  qoe  todo,  las  pérdidascausa- 
dñ  por  tan  largti  série  de  sií^losdedevasfacioit. 
Ef  vMfríérb  hace'níuchó  n!ío  de  ta  tf  f  <mtf c«4if • 
wké,  {VéeÉiéYTtítim.)  fntk^ei  trabajo  de  moler, 
se  necestta  noa  arena  ffna;  y  qtié  contenga  ar- 
dHla  flÜn'  üitieÍÉ  dé  caf  cát^nlzkda.  Gonóccse 
■d^ta^  eí  iBo  déf  \É  aféná  en  otros  .varios  ofi- 
dWs.  [fÍmÁM,  ctó.y 

Eér  nloTilidad  de  lasi  arenas  ha'  dado  oca- 
d6n  á  mochas  comparácionés^  fácllmente  se 
eiitiende  lo  qne  qiiierén  slgniOcar  Cúracf^ret 
tlraMaÍ9$t9^é  la  arena,  y^qne^primervien' 
to  &of  fo,  ele. 

ARfillOfllLLO.  (btaños  db)  Situados  en  1a  pro- 
flocia  de  (^rdbba,  ¿  tres  cuartos  de  legua  de 
Mbntoro,  en  nna  de  las  principales  cafiadas  de 
Seita  Morena,  á  laí  falda  de  la  elevada  Inma 
dblCafiac9é1  y  mirgenesdel  arroyo  Arenosillo, 
qne  es  e1  qne  les  da  nombre.  EI  ediúcio,  algo 
dleiondo  en  4839,  tíenc  dos  grandes  baños  ó 
WAs,  nnó  para"  cada  sexo.  En  4839  sc  cons- 
tfóyd  una  casá  de  caridad,  en  cuya  fábrica 
i^se  han  reali^^o  todavia  los  proyectos  con- 
eéMos.  llD  lejoá"  de  esta  casa  ee  hatla  la  dc  la 
Séíwí,  costeada  por  la  señora  marquesa  de 
Meoamejí,  y  nné,  cuando  esté  conclnida,  con- 
lendri  fS'habitaciones.  En  el  radio  de  un  cuar- 
16  de  legnasé  cnCuentran  esparcidas  unas  Tcin- 
lé  cám.  pero  tíñ  comodidades  nl  espacio 
patwla  amteóclii'y  trato  qoe  piden  las  perso- 
nas  detidrifas.  No  hay ,  pnes,  qoe  boscar  ea  los 
tefioa  de  Arenosillo  salones  de  reunion,  ni 
JMiQes,  ni  galerías,  ni  paseos,  ni  amenidad 
tf  distfiecion  algnnÉ  de  his  quc  en  otros  pai- 
Ms  atraén  numerosa  y  lucida  concorrencia  EI 
qné  qtiieihr  tomar  aqoellas  aguas  debe  some- 
tme  a  iAoomodidades  y  prívacioncs  sin  cuen- 
to;  y  asi  es  qne  solo  acoden  ¿  ellas  los  enfer- 
Mf  pobres  de  la  prorincia, 

m  mwormAmvwi. 


El  desciibriinienlo  de  la  eflcacia  (Ií;  esías 
aguas  se  atribnyc  al  inslínto  do  nna  res  vacu- 
na,  que  en  tsn  curó  de  un  arecto  hcrpélico 
bebiendo  cn  cl  arroyo  Arenoslllo.  Roferido  el 
caso  por  nn  pastor,  y  habiéndose  repetido  con 
bnen  éxito  la  esperiencia  en  unos  perros  ata- 
cados  de  areslin,  el  ayuntamiento  dc  Montoro 
mandó  reconocer  las  aguas  por  peritos  fdcul- 
tativos,  y  en  vlsta  del  informe  se  conviitió  ei 
arroyo  cn  un  pequeño  establecimiento  minero- 
medicinal,  habiendo  empezado  la  obra  en  i  820. 
Estas  aguas  son  basiante  abundantcs  y 
tienen  dos  nacimieutos.  Soo  trasparentes  como 
cl  agua  destilada;  olor  y  sabor  á  huevos  po- 
dridos,  cualidades  que  picrden  cuando  han  es- 
tado  un  rato  cu  contacto  con  61  aire  atmosfé- 
ríco.  Su  tftmperatura  constante  es  de  24^  del 
termómetro  de  Reaumur.  Uasta  ahora  no  se 
han  aplicado  á  uso  ecooómico  algono. 

Sus  príncipios  mineralizadores  son  el  áci- 
do  hidrosulfúrico  y  el  carbónico,  bidrociora'- 
tos  de  sosn,  cal  y  ma'gnesia,  etc. 

Las  virtudes  de  estas  aguas,  como  las  de 
todos  los  manantialcs  bepáticos  ó  sulfurosos, 
se  revelan  en  el  tratamiento  dc  los  vicios  cu- 
táneos,  de  las  e^Crófulas,  de  las  afecciones  dcl 
tubo  lütestinal,  etc.  Usanse  cn  baño  y  en  bc- 
bida.  / 

Goncurrcn  al  establecímiento  uoos  doscien- 
tos  eufermos  cadíar  temporada.  Esta  dura  el 
Irimestre  de  julio  á  séiiembre. 

ARENGA.  De  todas  las  grandes  fórmulas 
oratorias,  la  arenga  ha  sido  sin  disputa  la  mas 
noble,  importante,  grave  y  solemne.  3c  la 
deflne:  «Discurso  que  un  orador  pronuncia  en 
púbiico,  ó  que  iin  escritor,  historiador  ó  poeta 
pone  en  boca  de  sus  personages.«  No  es  fácil 
designar  la  elimologia  de  esta  paiabra.  Mena- 
ge  la  deríva  de  la  italiaDa  aringa,  quc  liene 
la  misma  signiflcacion:  Ferrari  de  ardngo  (lid, 
Justa,  cátedra,  barra.)  Despues  de  las  arengas 
consignadas  en  los  libros  santos,  por  ejemplo, 
las  sublimes  profecíasdelsafas,  Jercmias,  etc, 
que  son  arengas  del  género  mas  clevado,  co^ 
mo  de  la  elocuencia  mas  verdadera  y  mqs  ins- 
piradora,  las  primeras  qnc  han  llcgado  hasta 
nosótros  son  las  du  Homcro,  poeta  igualmen- 
te  admirable  en  sus  descripciones  y  en  los 
discursos  quc  atribuye  á  sus  héroe^. 
!       Entre  los  historiadores  griegos,  el  roas 
notable  por  sus  arengas  es  Tucidides,  acusado 
por  lo  demasde  prolijidad  en  este  punto.  Pero 
la  arenga  que  no  es  prestada,  1a  arenga  posi- 
tiva  y  real,  debe  ser  boscada  en  los  oradorea 
g^egos.  Alli  vive  con  toda  su  vida  de  auima- 
cion;  alli  sc  prcsenta  con  toda  su  belleza,  con 
toda  su  fuerza,  con  todo  so  brillo.  Sooora,  ar- 
mooiosa  en  Esquines,   pero  al  mlsmo  tiempo 
incisiva  y  punzante;  vebemcnte,  terrible,  has« 
ta  alronadora  en  boca  de  Demóslenes,  sublcTa 
ó  calma  á  su  voluntad  las  olas  dc  las  teropes* 
¡  tadcs  popularcs,  y  lieíic  en  Jaque,  sobre  sa 
mifmo  troho,  al  astuto  déspota  de  Macedonia« 
I      lios  bébltos  catoriosde  los  romanos,  |qo« 


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AABN6A-ARRNQUE 


iU 


cuUd08,por  decirlo  tsi,  en  lad  costumbrefl  pú- 
blicas,  iütroduJeroD  la  arenga  en  losblstoriado- 
res  latiDOS,  lo  mismo  que  en  los  historlado- 
res  gricgos.  De  aqui  provienen  las  nnmerosas 
obras  maestras  de  diccion  oratoria  esparcidas 
en  las  obras  dc  Tito  Li?¡o,  de  Salustio,  de  Ta 
cito  y  del  mismo  Quinto  Curcio,  discursos  que 
prcsenlan  mas  ó  menos  ei  sello  dei  siglo,  pero 
que  scguramente  lleYan  el  sello  del  estiió  del 
tutor. 

En  Inglaterra,  la  arcnga  politica  llegó  ba- 
cc  tiempo  á  sn  apogeo.  Pero  hay  otra  especic 
de  arenga  que  aquel  pnis  de  franquicias  y  de 
Uberlad  posec  particularmente;  ia  arenga  del 
criminal  ante  el  suplick),  en  otros  términos, 
la  arenga  del  cadalso. 

En  Francia,  á  pesar  de  las  muclias  obras 
macstras  de  elocuencia  religiosa,  judicial  ó 
parlamcntaria,  y  aun  académica  qne  posee,  las 
úniras  arengasque  verdadcramente  estaban  en 
boga  antes  de  la  emancipacion  constitucional 
de  aqucl  pati>,  consistian  en  los  cumplidos  dc 
felicltacion  ó  de  pésame  qne  las  sociedades, 
las  compañSas,  corporacionefl  y  pueblos  diri- 
giao  i  80  soberano,  por  medio  de  sus  prela- 
dos,  magistndos,  abogados,  mayores  ó  alcal- 
des.  De  esta  manera,  desflorada,  pritada  de 
aqaella  sal  itica  que  estimula,  de  aqoella  sibia 
razon  que  ilumlna,  de  aquella  etocnencia  del 
corason  que  conmueve  y  arrastra,  lo  perdió 
todo,  hasta  su  perfume,  y  conclnyó  por  fali- 
gar  i  sus  diofies  mortales,  i  los  que  no  ofre* 
cia  mas  qne  grosero  incienso. 

Sin  duda  la  arenga  eropieza  i  recobrar  el 
caric'^r  qnc  le  pertenere;  pero  el  alglo,  aun 
ai  hacerse  orador,  no  d^a  de  ser  emínente- 
mcnte  positlvo.  Por  io  tantOt  el  espirltu  dc  to- 
da  arenga  debe  reasomirfe  en  esta  mixiraa. 
«Dabla  poco,  habla  bien,  y  sobre  todo  habla  á 
tiempo.»  . 

Las  improvisadones  de  los  generales  de 
«"Jércíto,  ó  de  los  gefes  de  una  tropa  que  va 
it  entrar  en  combate,  han  flido  en  todos  tiem- 
pos  uno  de  los  medios  de  esciiacion  que  hn 
podido  usar  el  arte  de  la  guerra,  y  cl  de  man- 
dar.  Los  himnos  de  los  cantores  gricgos,  las 
escilaciones^e  ios  hen\áo8eadueeadores  {ca^ 
dtíceaiores),  las  alocuciones  dc  los  dictadores 
y  de  los  cónsules,  parlicipaban  mas  ó  menos 
de  ese  género  de  areugas  quc  la  imaginacion 
de  los  historiadores  ha  puesto  en  boca  de  los 
grandes  hombres  de  la  antigücdad.  En  la  épo- 
ca  dc  los  cjércitos  de  mediana  fuerza,  en  la 
época  dei  órden  profundo,  en  la  época  en  qur- 
ia  elocuencia  dc  la  tribuna  cra  on  podcroso 
i.'loiúcnto  de  victoria>  cada  Jornada  dc  guerra 
tcnia  sn  aren^a;  pero  cueot  i  con  dar  entero 
créiiito  i\  esos  i)eríodos  limados  y  prolijos,  ¿ 
enMS  decUmacionesampulosas,  cou  que  llenan 
SU8  relacior.es  los  narradores  do  batallas.  fio- 
raero  y  Tucidides,  Qiiíoto  Curcio  y  Poiibio  no 
U^  cjicDScan;  las  areogas  del  mismo  Ticlto  son 
obras  mae^traH  poco  aprccladas  hoy»  y  Tito 
Livfo,  cuyo  rjemplo  piguieron  Pablo  Jove,  ) 


tantos  otros,  hubiera  debido  oo  ofrecer  i  sas 
lectores  tan  vanos  adornos .  El  cañon,  el  ór- 
den  minucioso,  la  inmensidad  de  los  ejércíios, 
no  permíten  ya  mas  ^ue  ei  uso  de  la  sencilla 
órden  d^t  dia;  y  los  dos  volAmenes  de  aren* 
gas  dc  Bellefóret  han  llegado  i  ser  unO  de  lofl 
libros  militares  menos  útile?.  Nuestro  Solls  ea 
su  Historia  de  la  Conquista  de  Méjieo,  dos 
ofiecel)uenos  modelos  dc  arengas  guerreraa. 

[VÍaU  ALOCUGION.) 

ARENQUE.  (Historia  natnral.)  El  arenqoc 
corresponde  al  géneroeíup?a,  yLíneoleapiicó 
el  nombre  de  etupea  arcsnhus,  qoe  ha  sido 
adoptado  por  todos  los  autores.  Este  pes,  de 
talla  mediana,  tiene  el  coerpo  comprimido,  Á 
dorso  redondeado,  el  vientre  cortaote,  y  haata 
por  la  dis(M)sicion  de  las  plezas  escamosas  ab« 
domioales  se  presenta  recortado  ó  dentellado, 
coaodo  el  abdómen  no  se  halla  estendido  por 
el  desarrollo  dc  los  órganos  genitales;  ao  ca« 
beza  es  como  una  quinta  parte  de  su  longitud 
total;  tieneelsub-opérculoredoudeado,  laaber- 
tura  de  la  boca  pequeña,  los  dieoles  muy  flnos, 
pero  ficiles  de  distinguir;  los  oidos  somamea- 
te  abierlos,  las  deotelladuras  de  las  braoquiai 
largas  y  floas.  La  alata  aoal  baslante  larga  pe- 
ro  baju,  y  con  diez  y  seis  radios;  la  caodal 
aborquillada,  las  aletas  ventrales  debajo  del 
centro  de  la  dorsal,  las  escamas  graodes,  del« 
gadaa  y  ficiles  de  deflpreoder. 

El  color  del  arraoqoe  es  de  uo  verde  glaocQ 
eo  el  dorso,  blaooo  los  costados  y  ei  vieit* 
tre,  halliodose  todo  el  cuerpocobiertode  au 
color  blaoco  de  plata^  perfeciameote  brílkmte 
y  métalico:  el  verde  dei  dorso  se  coovierte 
deflpuea  de  moerto  elaoimal  eo  on  azul  den* 
digo,  que  resulta  mas  ioteoso  i  medida  que 
hay  mas  tiempo  que  el  pez  ha  dejado  de  vivir. 
EI  esqueleto  cootiene  cincuenta  y  seis  vérte- 
bras,  veinte  y  una  costilla,  y  un  námero  coo* 
sider&ble  de  aristas  dispueslas  con  tal  regula- 
ridad,  que  mercce  iinu  escrupulosa  atencioo: 
el  CKtómago  cs  nn  saco  graude,  oblongo  y 
puntiagudo,  con  diez  y  seis  ó  diez  y  oclio  apéo* 
dices  en  el  piloro;  el  higado,  dividido  en  dos 
lóbulos,  C3  encarnado;  la  hiel  es  pequeña  y  se 
halla  i  la  iz'iuierda  dei  estómago;  la  vejigt 
natatorÍH  cs  muy  grande,  de  paredes  deigadafl 
y  brillantos,  y  comunica  con  ei  fondo  del  efl- 
tómajío  por  mcdio  de  un  canal  bastante  corto, 
tos  ríñones  son  crasos,  la  vcjiga  urinaria  ea 
pequeña;  en  el  tiempo  de  la  freza,  laa  lecheci- 
llas  6  cl  ovario,  seguo  los  sexos,  soo  muy 
crasos  y  ocupao  ta  mayor  parte  del  abdóoien. 

El  areoque  liabita  abuudaolemeote  en  todo 
el  Océauo  Boreal,  en  las  bahlas  de  la  Orocolan- 
dla  y  de  la  Islandia,  alredeüor  de  las  isias  dé 
ia  Laponia  y  de  las  Feroes,  y  en  todas  la^  cos- 
iáñ  dc  las  islas  Britinicas;  puebjd  los  golfos  de 
la  Noruega,  dc  la  Suecia,  de  Dinamarca  y  det 
mar  dcl  Norte;  existe  tambien  on  ei  Biltico: 
hállase  por  úitimo  en  oi  canal  de  la  Mancba  y 
á  lo  largo  dc  las  costas  de  Francia  basla  et 
Loira.  pcro  no  pareqe  desceoder  i  ma¿  coiU 


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46» 


ARENQUE 


(66 


lalitad  para  presentmé  en  e1  golfo  de  Gascaña, 
7  se  sabe  posltivamente  qae  nnaca  penetra  en 
el  MediterréDeo»  pues  ni  ann  ae  balla  en  ias 
ooataa  meridionales  de  España,  Portugal  y 
nrancia.  Aigniias  ▼eces  soelo  subír  por  el  Seoa, 
y  este  beclio,  may  raro  en  ei  diaoparece  que 
era  bastante  trecnente  en  otros  tiempos. 

Bste  pes  se  alimenta  de  pequeños  cnistá- 
0608,  de  peces  recien  nacidos,  y  basta  de  ia 
Iresa  de  sn  especie,  de  aneüdos  y  otras  mate- 
rias  animales  mas  6  menos  sem^antes,  y  al- 
giaas  Toees  hasta  en  ei  eslado  de  descomp  >8i- 
eiOQ.  La  feoQodidad  del  arenque  es  prodigiosa. 
Soa  mos  eomanes  las  hembras  que  los  machos, 
7  se  ha  calcolado  qoe  el  núcnero  de  aqueltas 
eslá  oon  ei  deestoe  en  raaon  de  7  á  3.  Eo  caau- 
to  al  número  de  liueYos  contenidus  en  el  oya* 
rio  de  cada  hembra,  se  lebace  yariar,  segun  la 
flMgnitcid  de  ios  individuos,  desde  yeiute  y  uno 
á  treiBta  y  seis  mil,  y  hasta  un  autor  recomen- 
dabJe,  Bloch.,  le  hace  subir  á  sescnta  y 
oeboaül. 

Cuando  un  banco  de  arenqaetf  se  aproxima 
á  ia  eosta  para  depositar  su  freaa,  se  ve  á  las 
bembraa  eatar.mny  agiladas;  pareeen  frotarse 
el  vientre  ó  ei  ano  sobre  ias  rocas ,  sobre  el 
jbodo  de  arena  ó  sobrc  las  ramas  de  las  plan- 
las  sabmarioaa,  y  abandooau  tat  eantídad  de 
hoevos  sol>rc  la  arena,  que  cuando  baja  la  ma- 
rea  se  ve  ei  fondo  de  .los  diques  cublertu  de  un 
le^deestos  bueyos,  que  tieno  con  frecuen- 
€ia  de  doB  á  cnatro  ceotímetrós  de  espesor.  No 
se  aabeá  pñntp  fljo  el  número  de  dias  que  los 
htieTOS  tardan  en  abrirse:  30  ó  40  ilias  des- 
poes  del  solsücio  de  inviernQ  se  ve  uua  prodi- 
fiosa  é  innomerable  cantidad  de  pececiltos 
caya  loogitnd  no  es  mayor  que  la  de  un  alfilcr, 
j  qoe  lo6  pescadores  dicen  ser  la  fresa  det 
arenqne:  tambien  á  veces  se  separan  en  gran 
aániero  de  muchos  mariscos,  y  particularrhen- 
te  (te  las  oslras.  Kl  arenque  crece  con  rapidea, 
puesto  que  hácia  el  mes  de  abrii  tieoeo  siis 
indiyidoos  de  diez  á  doce  centi'metros,  y  desde 
esta  edad  se  oomieozan  á  distínguir  las  leche- 
eiilas  ó  las  hoeyas.  Al  llegar  á  este  tamaño  co- 
mieasa  el  areoqne  á  alejarsc  de  las  costas;  pero 
eoando  hay  temporal  vuelven  nuevameote  á 
lasplayas. 

Istl^  pes  se  buscado  como  aliroento,  sobre 
lodoeo  virtod  de  su  abundancia  y  de  su  econó< 
Bieo  precio.  Loe  pueblos  del  Norte  lo  apctecen 
B^  qoe  los  dei  Mcdiodia,  y  eu  otros  tiempos 
era  mas  estimado  que  lo  es  eo  ia  aclualidad. 
Saministra  ademas  sn  aceite ,  que  si  bien  no 
«  de  noa  calidad  superior,  las  naciones  del 
iorle  lo  empleao  para  los  usos  domésticos. 

Principalmente  eo  ei  fondo  del  mar  es  don- 
de  viye  el  arenqoe,  que  se  pesca  ¿  treinta,  cua- 
renla  y  hasla  ciocneuta  brasas  de  profundidad, 
.  y  en  ei  tiempo  malo  descieode  mas  todavia.  Por 
el  eootrvio  en  los  risueños  dias  del  estio  se  ve 
•algonas  Tcces  el  areoqne  en  las  babias  de  Es- 
otwla  oadando  laa  ¿  üor  de  agua,  que  su  dorsaí 
7  M  caadai  sehallan  fueni  del  iiquido.  Pinnar 


refiere  que  es  uno  de  los  mas  bello^  especlácu* 
los  de  que  se  pocde  gozar,  el  ver,  en  una  no- 
ühe  tranqnila  coando  la  brilla  la  luna  sobre  el 
horizopte ,  las  columnas  de  arenques  de  5  ¿ 
6  miilus  de  longitnd  sobre  3  ó  4  dp  latltud, 
adelantarse  sobre  ia  superflcie  del  roar :  los 
bancos  diyididos  son  entooces  como  tapices 
argeotados  de  ios  mas  brillantes,  é  irisados  de 
manera,  qoe  refl^an  como  zafiros  y  esmeral* 
das,  hasta  tal  panto,  que  la  mar  parece  cubier- 
ta  depiedraspreciosas:  diríase  que  toda  el  agna 
se  hálla  eucendida,  y  las  ráfagas  fosforesccntes 
de  los  peces  contribuyen  ¿  acrecentar  la  bri- 
llantez  y  el  coloridj^  de  los  movientes  cua- 
dros. 

Las  bahias  eu  que  se  ve  algunas  veces  un 
considerable  número  de  arenques  por  la  roa-» 
ñana,  suelen  vaciarse  totalroen'e  en  aquella 
misma  noche.  En  alta  mar  las  tropas  de  estos 
peces  suelen  adelantarse  con  tai  imp.etuosidad 
que  parecen  bendir  las  aguas,  y  los  arenqiics 
saltan  entonces  ¿  bastante  altura  para  caer  cn 
las  barcas;  pero  en  iQvierno  pierden  los  aren- 
qoes  toda  esla  vivacidad.  y  parecen  haiíarso 
aletargados  cómo  todos  los  animales  dc  e.sta 
clase:  sin  embargo,  resisten  bien  el  frio ,  por 
cuanto  se  encuentrao  bajo  los  bancos  de  bie* 
lo  cn  las  costas  del  Océano  Artico,  y  tamhien 
se  ven  en  tropas,  despucs  del  deshieio,  sobre 
las  costas  de  Irlanda. 

Las  bandadas  ó  baucos  de  estos  peces,  se- 
gun  varios  autores,  viajan  de  nna  maoera  re* 
gular,  es  decir,  como  si  en  cierto  modo  tuvie- 
seu  trazado  el  itinerar^o;  pero  este  hecbo  no  es 
exacto;  y  no  se  sabe  con  certeza  ¿  que  atribuir 
las  emigraciones  de  los  arenques,  y  cómo  es« 
plicar  por  qué  han  abandonaóo  de  todo  puuto 
los  lugares  que  en  otros  tierapos  visitabao 
anualmente.  Gomo  quicra  que  sea,  está  averi- 
guado  de  nna  roaoera  positiva  la  existencia  de 
los  arenqnes  sedentarios  en  número  bastante 
considerable ,  y  esto  principalmente  en  las 
aguas  de  Europa  debajo  del  circolo  ¿rtico.  Si- 
guiendo,  pues  la  opioion  de  on  célebre  ictiolo- 
gista,  Mr.  Yaleociennes,  diremos  que  las  emi* 
graciones  de  lós  arenques  de  niugun  modo 
est¿n  demostradas,  y  quc  lo  que  tan  solo  pue* 
de  considerarse  como  cierto,  es  que  cuando  es- 
tos  peces  quieren  depositar  so  freza,  se  alejan 
de  los  altos  mares,  y  se  aproximau  por  el  ooa- 
trario  ¿  las  costas. 

EI  arenque  tiene  por  enemigos  los  nnmero- 
sos  habitantes  del  Océano,  sin  esceptuar  los 
individuos  de  su  especie:  el  hombre  destruye 
igualmeote  un  número  considerable.  ^ 

Empléanse  en  general  para  la  pesca  del 
arenque  iodos  los  barcos  dis^ooibles  en  la  cos- 
ta  durante  todo  el  ano;  no  obstánte,  ¿  medi*' 
da  que  el  pez  se  aleja,  se  hace  uso  de  bageles 
mas  grandes,  con  la  dotacion  habitual  de  diez 
y  seishombres.  Llcgado  el  bnqueal  sitio^do  ia 
pesca  se  Uead^  los  aparejos,  y  quedan  eu  ctí« 
ta  disposiclon  durante  toda  la  nuchc:  cuaodo 
I  se  Juzga  la  red  8uficit;ntemente  cargáda,  lo  cual 


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167 


AREiNQUE-^-UUEOMETRO 


44« 


se  verlílca  en  oo  espacio  de  tiempo  muy  ra- 
riable,  pcro  gencralmente  bastaatc  corto,  se 
retiraa  tas  rcdes,  y  salen  del  roar  los  areoques 
en  númcro  prodigioso,  pues  algunas  veces  pa- 
san  de  ciento  dies  mil.  Muchos  de  estos  peces 
se  emplean  /rescos;  pero  las  mas  se  preparan 
al  humo  ó  con  salmuera,  constitnycndo  de  es- 
te  modo  los  arenques  curados  y  salados;  sabi- 
do  eb  qnc  se  consume  anualmente  unainmensa 
cantidad  de  estos  pececlüos:  no  creemos  opor» 
tnno  estenüernos  mas  acerca  de  este  importan- 
te  ramo :  diremos  tan  solo  que  la  pesca  del 
aronque  era  masabundánte  en  otros  tiempos;  y 
que  cn  la  actualidad  se  dedtcan  fnenos  á  este 
género  de  industria,  lo  cual  debc  ser  notado  en 
la  economla  doméstica. 

Bloch:  Bistwria  de  lotpeeet. 

Lacepede:  Diteurto  aeerea  de  lat  pe$eat  en  tu 
historia  de  ht  peees, 

G.  Cuvícr  y  Valeneicnncs:  Historia  naturat,  ge- 
neral  y  partieuíar  de  lot  peeet,  ete, 

AREOLl^  ó  AÜREOLA.  Diminntive  de  aria, 
pequeño  ospaoio  ó  superflcle.  Comunmente  por 
esta  palabra  se  entiende  el  circulo  de  varios 
colores  que  rodea  la  luna ,  lo  mísmo  que  el 
que  circunda  los  pozones  y  los  ojos  en  la  es- 
pecic  humana.  Esta  califlcacion  se  ha  e^teodi- 
do  al  circulo  colorado  qne  brilla  al  rededor  de 
ciertos  graoosy  como  los  de  la  vacona,  por 
ejemplo;  pcro  en  csta  acepcion,  como  en  )as 
prímeras,  tal  vez  sería  mas  exacto  Tulerse  de 
Ía  palabra  aureola ;  tal  es,  al  meoos,  lu  opi- 
nion  de  Mr.  Chaussier^n  el  tkltimo  ea^o  de 
qoe  acabamos  de  hablar.  f  utoncés  se  reser- 
Taria  especíalmente  la  de  areola  para  desígnar 
esos  pequefios  intersticios  que  dejan  enlre  si 
las  anostomosas  frecuentes,  ó  llámcnse  reu- 
nÍonc$  de  unas  vcnas  con  otras,  las  numero- 
sas  ramincaciones  de  los  vasos  capilarcs,  y  por 
último  cl  crnzamientodc  las  ílbras  ó  vasos  que 
enfran  en  la  composicion  de  una  parte  deter- 
mtnuda.  La  disposicion  areolar  se  observa  en 
el  tcjiJo  inas  ocullo  de  todos  los  órgauos:  la 
flbra  ó  láminas  que  constitoye  so  trama  pri- 
mitiva  y  esencial,  forman  pequeños  núcleos,  á 
los  cuaics  se  asoc¡an,'sc  identiflcan  en  cierto 
modo  varíos  musculillos  nerviosos,  vasculares, 
y  las  arcolas  qoe  resoltan  de  esta  disposlcion, 
están  lienas  de  una  sustancia  mas  ó  menos 
ílnida,  cuya  secrecion  SBveriflca  por  medio  de 
]os  ya  citados  musculillos  vasculares,  y  aU- 
quiere  por  su  morada  en  ellos,  una  conslstcn 
cia  y  cualidades,  que  varian  segun  la  natura- 
leza  y  el  estado  del  órgano ;  asi  en  los  bue- 
Bos,  las  areolas  formadas  por  la  trama  iamino- 
sa,  sp  Ilenan  sucesivamente  de  una  sal  tér- 
rea  que  les  da  la  consistencia  que  tienen.  Tal 
es,  al  decir  de  Mr.  Gbaussier  ia  idea  que  ñehe- 
mos  formarnos  del  tejido  areolar  de  noestros 
órganos. 

AKEOMETRO.  (Fisica.)  Be  ápaioc,  It^ero,  y 
^uxooy^medida.  Instrumento  qoe  sirve  para 
meair  la  deosidad  relatiYa  de  los  Itquidos  en 


los  cuales  se  suinerge  é  iotroduce.  6e  le  daa 
los  nombres  de  péiaUeores^  pe$ajarabe$,  ftnth 
áoido,  etc.,  seguB  sus  diferentes  uscm.  La 
construccion  de  un  areómetro  descansa  iobce 
el  principio  liidrostático  siguiente:  un  cuerpo 
'sólido  sumergido  cn  nn  líquido  cualquiera, 
pierde  ana  parte  de  su  peso  igual  al  del  volti- 
mcn  de  diclio  liquido  dosalojado.  Un  mitoio 
cuerpo  sólido  se  swnerge  taoto  roas  profunda- 
mente  cuauto  omis  prqueña  es  la  deosidéd  M 
liqoido.  Poeden  compararse  las  densidadea  de 
dos  Uquídos,  segnn  lo¿  volúmeoes  que  deealo- 
ja  de  ellos  on  mismo  cuerpo  pan  ouuíilenjeiye 
Uolarte  sobre  ono  y  otro.  Sl  d^gWBeB  por 
D  y  il  las  deusidades  de  dos  caer^iDS,  cu|os 
volúmeoes  ostéo  represeatados  pdr  V  y  i^,  jr 
los  pesos  por  P  y  p»  tencoKís  la  reiaeion  si* 
goiente: 


•     ••   V    •    T 


Asi,  coando  los  pesos  ion  iguaies,  baoieiide 
P— p,  teneoM»  tambien  4*...  íi\é\\v\l;m 
dccir,  quc  las  densidades  están  en  rason  invenst 
de  los  volúmenes.  Gon  arreglo  á  esta  fonna  es 
preclso  constroir  la  prímera  clase  de  los  areé- 
metros;  pero  si  desclende  el  coerpo  i  Igoal 
profaodifad  en  los dilérenles  liqoidos,  lo  qoe 
se  puede  obteoer  hacieodo  variar  so  peso,  oo- 
touces  los  volúmenes  desalojados  soo  los  mii« 
mo.s  y  se  tcndrá  Vov ,  y  p  >r  Gonsecoeodft 

t' B;  eí;  ;P:  p;  esdecir,  qoe  las  densida- 

des  están  en  raion  directa  de  los  pesos.  Solwe 
esta  fórmula  se  funda  la  coostruccion  de  li 
scgnnda  clase  de  los  areómeCros.  Beaamé  ia- 
vontó  un  areómetro  que  llevo  su  oombre  y  qqe 
es  el  mas  usado  i  pesar  de  sus  deléctos.  Por 
punto  íljo  de  su  escala  tomó  aga%  pora  y  agoa 
salada  (hecba  coo  ooa  parte  de  sal  eooioo  seco 
y  noeve  partes  de  aguai.  Indlcó  por  4©*  y  6" 
los  puotos  dcl  instrumento  que  liabia  de  ea- 
mergir;  dividió  el  interTaloen  40  partes  igoa- 
les,  é  biso  40  partes  semejanles  en  el  resto 
de  U  escala:  de  este  modo  creyó  poder  lieter- 
minar  de  una  ves  el  grado  de  rectiflcadoo  de 
lo3  licores  espirítuosos  y  su  pcso  especiOco. 

J.  R.  Richter  fundó  U  oonstroccion  de  so 
areómeti'o  (aicoholóiúetro)  sobre  el  priocipfo 
de  qne  los  grados  iguales  entre  dos  pootoo 
hallados  para  el  peso  espedúoo  exactaoieoie 
determiuadt*,  ddu  iumediatamente  la  deusidad: 
Itts  escalas  diferían  segun  ei  estado  de  purea 
del  alcohol.  Designó  por  0**  el  pooto  basta 
donde  el  instrnmcnto  se  sumergia  eo  el  agóa 
pura,  y  para  la  determinaeioo  del  seguodo 
punto  normal  tomó  aicobol  de  0.8S4  pero  es- 
pecínco;  dlvldió  el  intervalo  en  400*  y  Mer- 
minó  los  últimos  se^uo  el  cuadrode  Xjawtti 
sobre  los  pesos  especiflcos  de  los  liquidos  es« 
plritoosos,  el  alcohol— 0,794  á  46«  R.;  det- 
pues,  se^n  stis  propias  determinaciooeSi  ea- 
tableció  el  alcobol  riwolato— 0,79t. 


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A&BOMETRO 


ild 


hre  el  oso  prictico  se  exige  geoeralroeute 
(pielbsescalas  areométiicas  deii  por  centci;i> 
ma  k»  partes  de  una  sostancla  cooteuica,  por 
ijenplo,  en  una  oieacta  de  alcoliol  eo  el  agnar- 
Heote,  de  la  sai  en  la  saimnera,  etc;  pero  no 
^eado  laa  deosidades  de  las  mezclas  por 
Boa  lef  geoeral,  es  preoiso  conocer  defde  lne- 
fooM  Telacion  dei  peso  especiflco  con  las  par- 
lei  coastitoyeoteB  de  ooa  mezoia.  Como  entre 
d06  paatoa  dadoa^e  puedeo  gradnar  slempre 
lii  escalaa  areométricas  para  lodo  peso  espe- 
filco,  no  bay  maa  qoe  besear  eatos  paotos 
qoe  perteBecen  á  las  oeiitéstmas  lodicadas, 
nrearloa  sobre  la  escala  y  escríblr  al  ladó 
kiB  lufOB  por  déoto.  Sea  por  ^emplo  el  peso 
espeeiflco  del  agua  eo  ooa  temperatora  deter- 
■iMila  ■■<;  eideooa  meielade  agua  y  de 
0,05  de  alcobol=:0,9949,  por  0,4  alcohol» 
0,MS7,  porO,45  aicobol«»0,960S,  etc ,  se 
detenBloará  eo  la  eseala  areométríca  los  gra» 
des  4;  0,9049;  0,9857;  0,980«...  y  se  escri* 
tín  al  lado  0;  5;  45....  espresaodo  por  estos 
DáBierDBlasceDtésíoias.  Halladas  de  esta  suer- 
te  las  ccntésloiaa  del  alcohol  eo  e1  aguardieo 
(e,  es  CbcíI  deade  eotonces  caicuiar  las  partes 
liiraotas  dei  cooteoido;  por  ejemplo,  los  litros 
eo  Doa  medida,  ó  ios  heclólitros  en  ooa  pipa  é 
iodicarlos  aobre  la  escala.  So  ftn,  oo  cs  diflcil, 
COD  arreglo  á  ooa  divisiou  ya  calculada,  dlvi- 
dr  coalquiera  oira  escaia  de  uoa  loogitud 


MeísMer  ba  traCado  la  areometrfa  con  ^oda 
«■leD^o.  Bste  ñsico  eocoeotra  las  diflcoita* 
des  qoe  se  opooen  á  la  coostruccioo  de  uo 
ireóaietro  exacto.  priocipalmente  en  la  forma 
tie  los  tubos  de  vidrio^qoe  oo  es  enteramente 
jBlModrlca,  y  qoe,  sin  embargo,  se  puedeobte- 
Der  de  oo  calfbre  exacto  por  raedio  de  uoa 
eleeclon  esoierada  y  seguo  lo  reclame  ei  fa* 
wio  de  la  escala.  81  los  toboe  qoe  se  bao  de 
eaplear  en  la  coostrocclun  del  areónoetro  no 
aoo  eiaotameDte  cilfndricos,  será  preciso  cor- 
regir  el  error  sobi^  la  escaia;  pero  Meissoer 
Bo  éa  f obre  este  particolar  iodicaciooes  espe- 
dalea. 

I*a  aegonda  fórmola  B:  d  «  P:  p,  sinre  de 
prÍDeiplo  i  la  coDStroccioo  del  areóroetro  coo 
peso.  Sales  areómetros  no  tieoeo  escaia  tíja:  ei 
pCM  eapecifico  de  los  Ifqaidos,  se  determtoa 
f^  losdir.'reoteg  pesos  de  oo  coerpo  qne  se 
80061^  de  igual  Yoiúmeo.  Hicholson  ba  pro- 
pMslo  bajo  el  nombre  de  kiérémetro  un  ins- 
IruBienlo  qoe  exige  para  un  Tolúroen  igual, 
pesos  variables; 

Coosiste  en  oo  ciiiodro  cerrado  por  arriba 
l  por  abajopor  mediade  rod^jas  de  boja  de  la^ 
la^eDlaestremidadsuperior  eoladireccioodel 
flie,  se  fija  ona  Taríta  de  laton  moy  delgada, 
•obre  la  coal  se  encoeotra  eo  oo  pooto  deter- 
BiiBado  00  aoillo  de  hQja  de  lata  r:  todo  es- 
la  e^  eorooado  de  una  copa  cbata  H;  on 
doBbre  soldado  eo  la  estremidad  ioferior  sos* 
tleoe  OB  estribo  y  esle  oo  cooo  Toelto  ó  on 
nalto  i  cuya  estieaidid  ioférlor  está  carga- 


da  de  00  peso.  81  debe  serrir  para  cncoutraf 
*el  peso  c5pecificode  losliquldos,  convicnede- 
terroiuar  su  pcfto  absoliito  y  aquel  de  que  está 
rec^jrgado   para  sumergiilo  hii&ta  el  anillo  r 
dei  cuello;  y  entonces  aconlecc  que  los  pe«os 
especiflcos  de  los  dos  liquido?  obran  como  los 
pcsos  absolutos  d^I  inslrumentu,  cuando  seeu- 
merge  en  uno  y  otro  hasta  un  ponto  marcado. 
EI   invcnfnr  no  quería  eoplearío  úoieaments 
para  ebte  ubjeto,  pnes  debia  servir  al  mismo 
liempo  para  delerminar  el  peso  espedn^ó  de 
los  coerpos  sólídos,  y  bajo  este  aspecio  le 
recomk'nda  principalmente  Haoy  para  detcF- 
niinar  el  peso  especifico  de  los  roinerales. 
Si  (lueremos  obtener  e1  peso  absoluto  dei 
coerpo,  00  ner^itamos  bacer  mas  que  bus- 
car  rl  pcs-o  afiadido  ^o  el  coal  se  sumerga 
ha¿ta  Id  marca  del  cuello,  echar  e1  mlDeral  en 
la  cópa  y  quitar  en  seguida  ei  pcso  suficiente 
para  que  cfl  InstrnmiíDto  se  sumerja  dc  onevo 
basta  el  punto  precedente.  Pooiendo  entonces 
este  coerpo  en  el  vasito  y  somergiéodole  en 
el  agna,  drsalojará  de  ella  uo  volúmeo  igual 
al  suyo.  El  peso  del  último  debe  pooerse  en  la 
copa  para  restablecer  el  punto  normal  hasta 
donde  sesumerge  clinstmrofnlo;  este  peso  A« 
vidido  por  el  peso  absoloto  da  ei  peso  esped* 
fico  del  cuerpo.  Asl,   pucs,  sl  se  aiimerge  cl 
areómctro  hasta  que  se  salga  dei  fiol,  afiadiéQ- 
dole  400  graoos  de  peso.  y  echando  uo  peda- 
10  de  espato  calcáreo  eo  la  copa,  se  restable* 
cerá  el  equlllbrio,  qullando  Í80  granog;  si  des- 
pues  se  echa  el  pedazo  de  eppHlo  calcireo  en 
el  cnbilete  ó  vaüito,  nñadiéndole  9S  ícraoos  pa- 
ra  hacer  suoiergir  de   niievo  el  instrumento 
hasta  qoe  se  salga  otra  vea  del  fieU  teodre- 
15008^^51=1,7173  pawel  peso  especitíco  del 
espaio  calcáreo,  con  relacioo  ai  água  tomada 
cofflo  UDidad  eo  latemperatura  qaetenia  duraa- 
te  ei  esperimeBto.  Giiando  se  coooce  el  vohl- 
meo  dei  aparato  y  ei  grueso  del  alambrc  se 
puede,  por  un  cilculo  semeiaote  al  de  Fabren- 
heit,  determinar  la  exaelitud  que  es  posible 
I  obteuer.  La  mayor  p  rte  de  estos  areémetras 
'  estio  coostroidos  deiimliiasde  latoo;  perose 
adhiere  fnoUo^ente  i  ellad  ooa  capa  grasieota 
que  impide  ia  adhesioo  dei  agoa  y  ios  haoe 
mocho  meoos  deUcados;  para  que  estos  ios- 
tromcutos  seao  degrao  exactitud,  es  preciso 
bacerlos  de  plata  ó  mas  bico  de  crí^tal.  Algo- 
oas  veces  «•  osa  por  ecooomia  uo  medio  moy 
iocierto  para  cooocer,  por  ejempio,  el  vaU)r  ^ 
ooa  agoa  salada,  recooceotraodo  esta  agua  en 
tí  punto  cn  qoe  oo  huevo  de  gallioa  00  toqoe 
eo  el  foodo;  el  resoltado  qoe  se  obtieoe  de  es- 
te  modo  es  muy  iocierto.  Mas  segoro  es  ei 
procedimieoto  que   se  osa  eo  Lóiidres  pata 
p^obar  las  salmueras  dcstioadasi  los  areoqo^: 
coosiste  eo  hacer  oadar  eo  esta  sahooera  1;»- 
litas  de  eristal  coyo  peso  sea  conocido. 

GroBuing  determioao  el  vator  del  aleobol  mx 

el  agoardiente por  la  teroperatora  del  licor.gl 

1  iostromenio  al  qoe  da  ei  oombre  de  slcoholé- 


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AR£0METAO~-AR£0Pa60 


m 


OKjtro,  86  funda  sobrc  lod  priDdpios  conocidos 
de  la  vaponzacion  y  ebullicion. 

Eq  Üüf  Mr.  Gay-Lussac  puso  término  ¿  to- 
dts  las  diflcuitades  que  cada  dia  se  suscitaban 
ptra  apreciar  exaciumente  ios  aguardientes 
del  comorcio;  be  aqui  el  principio  de  qne  par- 
tió  parahacer  el  alcohómetro  que  lleva  su  nom- 
bre.  La  fuerxa  de  un  liquido  espirüuoso,  es 
élnúmerode  cenUsimos  en  f)olúmen  de  íálcohol 
ptftfo  gue  este  liquido  contiene  en  la  temperatU' 
rad«45°  centtgradoi.  El  instrumento  que 
Mr.  Gay-Lussac  designa  con  el  nombre  de  aí- 
cohómelrooeniesimal  es,  en  ciianto  ¿la  forma, 
un  areómetro  ordiuario;  está  graduado  en  la 
temperatura  de  4  50*  ccntigcados.  Sn  escala  es 
t¿  dividida  en  400  partes  ógrados,  y  cada  uno 
át  eilos  rep^esenta  un  centésimo  de  aicohol: 
Ibm  divialOD  0*  corresponde  al  agna  pura  y  la 
d  vision400alalcohol.  Sumergido  enunlí- 
quido  espirituoso  ¿  la  tcmperatura  de  45*^  da  ¿ 
ooDOcer  su  fuersa  inmediatamente.  Acompa- 
ñan  ¿  estos  aicohómetros  unas  tablas  muy  bien 
calcuiadas  por  Mr.  Goliardeau;  y  las  cualesma- 
Diflostan  el  verdadero  grado  en  todas  las  tem^ 
peraturas  y  la  relacion  de  los  grados  corres- 
pondientesdo  la  escala  de  Gartier  y  dela  de 
Beaumé.  Yéase  aloohohbtrq. 

AREOPAGO.  [Historia.)  El  Areópágo  era  en- 
tre  todos  los  tribnnalcs  de  Atenas  el  mas  an- 
tiguo  y  el  mas  honorifico.  Las  sesiones  se  Yeri- 
flcabau  en  un  re<¿into  abierto  por  lodas  partes, 
tan  solo  abrigado  por  un  techp  rústico,  y  si- 
tuado  sobre  una  altnra  ^  cierta  distancia  de  la 
^odadela.  Del  nombre  de  esta  altura  areiospa^ 
tíos.  consagrada  al  dios  Marte,  se  formó  el  de 
Areópago.  seaporqueéste  iribunal  decidia  so- 
bre  las  acusaciones  de  asesinato,  sea  porque, 
segnn  la  tradicion,  M^rte  fn^  el  primer  acusa- 
do  que  compareció  delante  de  este  tribunal; 
sea  en  fin,  porqne  las  «masooas,  hl]as  de  Mar- 
te»  cuando  llegaron  ¿  sltiar  ¿  Atenas ,  habian 
estublecido  su  cafkipo  en  aquel  parage  ofre- 
cieiido  un  sacrificio  al  dios  de  los  combates. 

La  feoha  del  estabiecimiento  del  Areópago 
es  incierta:  encuéntranse  indicios  de  su  exis- 
tencia  en  el  sigio  de  Gecrops,  al  cual  prqba- 
blemcnte  débe  ser  alrlbuida  su  fundacion.  Ai- 
gtmos  autores  se  ballan  do  obstaote,  acordes 
e;n  conceder  este  bonor  ¿  Solon,  sl  bien  e8t¿ 
averiguado  que  esta  instilucion  es  anteriorá 
la  época  en  que  floreció  este  le^isiador;  aun- 
que  lambicn  es  cierto  que  por  raaones  desoo- 
nbcidas,  aomentó  Soion  notabiemante  el  cré- 
dito  y  el  poder  de  este  tribunal,  oonüriéndole 
sobro  el  gobierno  de  ia  república  nna  auto- 
ridad  que  liasla  enlonces  nu  liabia  poseido. 

I^órase  tambien  el  número  de  los  miem- 
bros  x\ne  componiau  esta  ilustre  asambiea: 
ooteren  algnnos  que  hayau  sido  nuoYe,  otros 
ékoen  treinta  y  uno,  y  no  falta  quien  pretenda 
•nmentar  este  námero  hasta  cincnenta  y  nno, 
aiDoeDtarios  arcontes.  Nofalla  qulen  afirmo 
que  esie  número  era  ilimitado,  ó  qne  solo  los 
.  tesmótetaa  eran  adinitidos;  de  todo  lo  cual  ae 


puede  coleglr  que  debíó  de  Tariar  su  constitn* 
cion  conforme  ¿  las  diferentes  épocas.' 

Los  arcontes  componlan  parte  del  Areópago 
despiies  de  espirar  sus  fbndoDes;  pero  solo 
despnes  de  hat^er  dado  coenta  de  sn  admioii* 
tracion.  Los  ciudadanos  recomendables  por 
eminentes  virtndes  y  nnaiX)ndocta  Irreiu'en- 
sible,  eran  ignalmente  llamados  ¿  esle  honor. 
El  candidato  qne,  mediante  alguna  diestra  in- 
tríga,  ó  por  la  inflnencia  de.su  fortona  babia 
podído  Eorprender  la  severíüad  de  los  censo- 
res,  una  vei  admitidu  era  obligado  ¿  arreglar 
su  conducta  por  la  de  sus  colegas,  y  si  oo  era 
Tirtuoso  se  veia  en  la  necesidad  de  pi»reoerlo. 
La  mas  miuima  sospecba  de  intemperanda  era 
nnobst¿culo8uficiente  parala  c^on  de  nn 
arconte  ep  el  Areópago.  Esta  dignidad  era  con- 
ferída  vítaliciamentei  lo  cual,  sin  end>argo,  no 
impedia  ¿  la  asamblea  de  poder  espulsar  de  sn 
seno  aqueilos  miembros  que  oomprometiaD 
con  algun  esceso  esta  honorabie  magialratora; 
les  estaba  prohíbido  cl  reir,  como  nn  iBdieio 
imperdonable  de  ligeresa;  ni  aon  les  era  dabie 
el  componer  comedias,  si  bien  en  los  úlHmoo 
tiempos  de  ia  república  se  relijó  la  rigoro- 
sa  observancia  de  estos  regiamentoa,  has« 
ta  el  punto  de  haberse  sentado  eo  tao  aogosto 
tríbuoai  varlos  bombres  deooa  condocta  re- 
preosible. 

La  alta  eoDsideraclon  qne  durante  mochos 
slglos  disfrutaroD  ios  miembros  del  Areópago 
era  Justiflcada  por  so  oonduota  en  todos  tlem« 
pos.  Sos  decisioneA  tenia  tal  car¿eter  de  Jos» 
ticia  é  imparcialidid  qne  ninguna  de  las  parles 
tuvo  jam¿s  motivo  de  qu€;|a.  Ei  inocente  qoe 
erailamado¿comparecerdelanle  de  eiiosae 
acercaba  tranquilo  ¿  y  sin  temor;  y  el  colpable« 
despoes  de  su  ooodeoa,  se  retlraba  sio  mor» 
murar  siquiera.  Este  tribunaltenia  tan  arralga- 
da  su  reputaciOD  deintegrídad  en  los  demai 
eitados  de  la  Grecia,  que  de  todas  partes  aco- 
dian  para  redamar  sojoido  eo  toda  aoerte  de 
caosas. 

El  Areópago  ejercla  la  mas  severa  iDspee- 
cion  sobre  )a  conducta  <de  cada  uno  de  aos 
miembros,  y  frecuentemeote  los  castigaba  por 
las  liiltas  mas  lijeras;  uno  de  ellos,  por  4001- 
plo,  fue  castigado  por  haber  ahog^o  ¿  on 
pi^aríiio  qne  se  habia  refuglado  eo  so  seDO* 
Se  creyóque  on  hombre  cuyo  coraaoD  era 
Inaocesible  ¿  la  piedad  no  se  podia  eligir  sin 
peiigro  para  deddir  sobre  Ja  vida  de  sos  se- 
mejautes:  labumanidadpresidia  susjoicios  ao 
menos  que  la  severa  rason. 

Este  tríbqpai  fué  el  prímero  qoe  en  Atenas 
^iercló  dereclio  de  aplícar  la  pcna  de  muerte,  y 
Solon  al  reorganizarlo  le'asignóeloonodmieDto 
de  loscrímenes  y  los  deUtos  de  toda  especte. 
Ei  asesinato,  el  envenenamiento,  el  robo,  el 
incendio,  elestopro,  los  «taques  dirígidos¿la 
religlOD  ó  la  forma  existente  de  goblerno,..eraa 
objelo  de  su  vigilancia.  Gasligaba  demuerte  ¿ 
los  Incendiarios,  traidores  y  prófugos:  el  bo* 
I  midda  iocorría  en  el  mtsoio  castígo;  pero  ae* 


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AA£Ot>A(;i() 


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gnn  otros,  fales  causas  eran  ('emitldas  al  tri- 
buoal  del  Paladio. 

Si  hemos  de  dar  fé  á  ciertos  autores  era 
lldto  apelar  al  poeblo  contra  las  decisíones 
del  Árebpago;  pero  esta  opiaion  cstá  contro- 
vertida:  parece,  sin  embargo,  fuera  de  duds 
qoe  los  mlembros  de  este  tribunal  eran  res- 
poBsables  an(e  ios  bgiostai,  siempre  qtie  en 
la  aplicaeiOD  de  las  penas  escedian  los  limites 
de  la  moderaciOD.  Mas  adelante,  por  el  cou- 
tnrio,  tnYieroa  la  facullad  de  hacer  nulo  el 
Joicio  de  las  asambleas,  cuando  el  acnsado, 
absoello  porei  pueblo,  les  parecia  culpable.  En 
algtmas  oeasiones  importantes  en  que  el  pue- 
Md,  cediendo  á  ia  elocuencia  de  pérfldos  ora- 
dores,  se  halUba  dispnesto  á  adoptar  medidus 
eoolrarlas  i  la  dignidad  del  estado,  se  \\6  al 
Areépago  presenlarse  en  cuerpo  i  la  asamblea, 
hácer  Qso  de  sus  ioces  y  dc  su  noloria  pro- 
deQcta  y  coQducirle  i  la  rason. 

II  ireó|MBgo  tenia  la  inspecoion  y  la  cos- 
todja  delas  leyes,  bien  asi  oomo  el  manejo  dc 
los  esodales  públieos;  todos  los  jóTenes  ciii- 
dada&os  se  lialiabaa  sometidosi  su  vigüancia; 
ooaibraba  imores  i  los  huérfanos,  recibiendo 
Mdauoo  la  educacion  conveniente  i  su  ran- 
go;  concedia  recoropensas  i  la  virtud,  reprl 
DíeQdo  la  impiedad  y  la  iamoralidad;'al  efec- 
(0  los  areopagitas  sc  hacian  acompañar  de  los 
pmmctmamio,  ffecticntalmn  las  asambieH:;, 
k»  bodas  y  loa  SHcriíÍcios  soleinnes,  p:ita 
nanieoer  a(  ptieblo  eu  ios  iimíles  de  la  de- 
cencia  y  U  moderacion;  castigaban  la  odo- 
lUad,  la  ragancia  y  el  hi^rto:  entendiyn 
igoaimeiite  en  ias  cootestaciones  religibsas. 
la  blasfefloia  cootra  los  dioses,  la  fálla  de  rcs- 
pelo  á  los  misleríos,  la  erecciou  de  templos  ó 
de  altares,  y  la  iotroduccion  de  algunas  cere* 
Booias  noevas  enel  culto  divino.  Rara  vcx  iu- 
terveniao  ea  los  oegoeios  públieos,  y  tan  solo 
lomaban  parte  canncio  el  peJigro  cra  inroinen  - 
le,y  para  poncrpronto  reroedío  se  hacianne- 
oesirias  sos  euerdas  decisiooes;  ionexibles  y 
severos  en  el  castigo  de  los  crimenes,  procu- 
raban  por  todos  los  medios  dismiuuirelnúme 
ro  de  l»s  falius  por  la  ^eforma  de  las  cos- 
tombres  y  liacisn  siempre  que  la  aplicacion 
de  las  penas  fuese  precedida  de  avlsos  beué- 
flcos  ú  oportunas  amenazas. 

Tan  bucna  instituciou  no  podia  ser  muy 
dondera:  celoso  Pericles  de  un  poder  que  tan- 
U  Fomfoni  hacia  al  suyo,  qada  omltió  para 
dsstmirla,  y  desgrHCiadamcnte  sus  esfuerzos 
Boqoedaroosin  fnilo:  desdeentoQcescl  Areó- 
Mo  00  foé  otra  cosa  que  no  tribnnal  encar- 
godo  de  enteader  en  )as  caúsas  de  asesiuaio, 
eavoieoaffiieato,  inccndio  y  olros  delitoi  que 
sctneaban  la  pena  de  muerte. 

Sossesioaes  ea  qo  principío  sc  veiiflca- 
wt  en  los  dias  tl,  28  y  i9  de  cada  mcs,  pcro 
<8^  se  bicieron  diárias.  Kn  circunslancias 
t^Qtes,  el  Are6pago  se  reunia  en  el  P6rtico 
'«'al,  y  como  todos  Tos  dcmas  trlbunales,  solo 
qn^aba  ¿eparado  de  1a  mncUedomlve  df  loi^ 


éspectadores  medlante  uns  cuerda  que  servia 
debarrera. 

Era  costumbre  celebtar  las  sesiones  al  ^aire 
llbre>  en  parte  para  no  reunir  btio  el  mismo 
techo  al  acusador  y  al  acusado,  y  para  presér- 
var  en  segoida  i  los  Juecés,  cnya  persona  era 
sagrada,  detodo  eontacto  con  un  hombre  pro- 
fano  y  vicioso.  La6  eansas  »e  resolvian  de  no« 
che  y  en  medio  de  la  oscuridad,  tanto  para  pre* 
venlr  el  Influjo  que  hobiera  podido  ejercf  r  la 
presencia  de  los  acusados,  cuanto  para  ocultar 
el  número  ó  el  coatlneole  de  los  Juecei. 

Las  cansas  de  asesinato  se  presentaban 

al  Areópago  por  ei  areonte  rey,  qne  deponien  - 

do  la  corona  de  m|rto,  señal  distiniiva  de  su 

dignidad,  tomaba  asiento  entre  los  Jueces  y 

'  aplicaba  con  ellos  las  penas  prescritas  por  las 

'  leyes,  que  se  ballaban  grabadas  eu  las  colum- 

j  nas  que  circuian  aquel  reclnto. 

j       He  aqui  el  procedimiento  nsado  por  esle 

j  (ribuoal:  rcnniase  el  Areópago en masa  y  hacia 

I  rciirar  al  pueblo.  Si  la  multilud  de  ios  ne^o- 

I  cios  no  permitia  dar  cuenta  da  ellos  anle  todo 

;  el  tribnnal.  dividiase  este  en  diferentes  sec- 

ciones  encargadas  de  décidir  sobre  clerto  nú* 

mero  de  causas.  Se  prooedia  por  eorteo  á  la 

formacion  de  estas  secciones  y  i  ladistríbu- 

cion  de  las  causas,  i  fln  de  poner  mejor  ioa 

Jueces  ai  abrigo  de  la  corrupcion,  y  de  privar- 

les  los  medios  de  resolver  anticipadamente  el 

asimlo  quc  ies  iba  i  ser  sometido.  I^os  Jueces 

entonces  se  colocaban  en  asieutos  de  piedra, 

cmpuñan'io  comoeignodesudignidad  unbas- 

tou  en  forma  de  cetro. 

Las  partes  estendian  ia  mano  sobre  los  ór« 
ganos  sexuale.^  de  un  momeco,  un  toro  ó  un 
machode  cat>rio,  proceüiendo  por  su  órden  una 
InvocacioD  i  las  Furias:  solo  los  paríentes  cfan^ 
admilldos  i  pedir  venganxa  contra  el  asesino; 
el  querellante  debia  Jurar  que  era  paríente  dei 
muerto,  y^qiie  se  haliaba  convcncido  de  ser  el 
prísionero  autor  del  crimen.  El  acusado  protes* 
tHba  de  su  inocencla  por  mediode  un  Jurameoio 
semejante,  y  ambos  ofrecian  su  persona  y  bie- 
nes  i  ia  saña  implacable  de  ias  Furias,  si  lo 
que  habtan  aflrmado  no  era  fleimeute  ia  ver^ 
dad.  Las  implacabies  divinidades,  qpe  eran  ve- 
neradas  cn  un  templo  inmcdlato,  parecian 
rccoger  por  si  mismas  tales  imprecaeionci*, 
y  preparsr  anticipadamente  el  supiiclo  del 
pcrjuro. 

Las  parles  se  acomodaban  eu  seguida  eo  dos 
asientos  dc  plata:  el  del  acusador  era  iiamado 
de  ia  Injuria,  y  el  del  acusado  de  la  Impudicia, 
ó  como  algunos  pretenden  de  la  Inoceneia. 
Estas  dos  diosas  tenian  altares  y  templos  cer- 
ca  det  Arcópago.  £1  acusador  dirigia  al  acusa- 
do.trcs  preguntas,  i  ca«ia  uoa  de  ias  cualcs 
debia  dar  este  últlmo  una  respuesla  prt  cisa. 
La  primera  era  la  siguiente:  iHas  matadol  Ih 
respuesla  debia  ser:  H&mataéo  ónohé  ma'a- 
do.  La  scijonda:  iPequémanerahasmatado'í 
Y  la  tcrcera:  iQuién  te  aconsejó  quemal'tf^rM'i 
En  la  primí^m  época  'i("l  ArrOpíiffO  !»•  PQ^- 


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AftEOPAGO-.A&GELlA 


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u  <  Fe  qoereHabaQ  pergonalincDtc:  dos  Tcces 
era  coocedida  ia  palabra  al  acuisado  para  de 
fendense,  j  podia  aun  despoes  de  la  priinera 
ftUFÍtaerse  al  castigo  por  medlo  dc  la  fuga  ó  un 
deftlierro  Yolaotario  cuando  temia  el  resnltado 
del  proceso.  Los  bteijes  de  los  qiie  se  apro- 
vecbabuu  de  esta  gracta  de  la  ley  eran  confis- 
cados  y  veBdldos  por  el  ministerío  de  lotf 
poktai.  Pero  eii  lo  sucesivo  las  partes  (ue- 
100  autorisadaé  &  eiegir  uü  jurisconsQho  ó 
oonsoltor:  estosfuncioniriosdependieotes  de) 
Areópago  eran  en  námero  de  dlei:  les  estaba 
prohíbido  ei  bacer  oso  deefcos  exordios,  pero- 
racioocs  y  digresiones  tan  familtares  á  losde- 
mas  oradores;  debian  desterrar  de  su  esfilo  toda 
pompa  iñúlií,  7  rentincUr  k  esos  movimientos 
apasionados  dc  elocoencia  ápropósito  para  bc* 
rir  TivBraente  la  imagioaciOD  y  á  estraviar  íá» 
cilmeute  los  cBpiritus  aceesibles  á  la  piedad. 

Suflcíenlemc  nte  discotido  el  asnoto,  prepa* 
rébonse  los  jiiecrs  á  dar  la  sentencia,  obser 
Tando  nn  órdni  y  un  silencio  tan  profundo 
qoe  sc  hizo  proréibial,  y  asi  se  decia:  mo« 
iUeticU  $n  y  maft  grave  que  \in  wien^o  del 
Areópago. 

Dos  urnas  de  bronce  lia  lábanse  colocadas 
á  1a  iomediacion  del  tríbunat:  la  nna  liaoiaiJa 
emproiten  (In  de  delantc),  ócuros,  porqoe  los 
votos  que  cooteoia  dcbino  hacerválidHÍaacu- 
sacion,  ó  bieii  tanñton,  porque  de  ella  debia 
salir  la  tentendaómuerte  del  acusado;  )a  otra 
que  encerraba  los  votos  de  absolucion  era  lla- 
mada  usteros  ú  <>p%$o  (la  de  delr¿?) .  ó  acuroe  y 
rieon,  urnade  ta  compasiou.  Si  iasbolas^T^por 
mejor  decir,  las  piedrecillasde  queseliacia  uso 
para  esiprfis^r  tos sufragios  ential)&n  en  nómo^ 
ro  igwtl  iii  cada  urna,  un  magistrado  inferior 
era  liamado  para  deposltar  una  en  la  uma  de 
abioltrcion;  esie  sufragio  se  llamaba  de  Miner 
va,  en  memoría  de  unsufi-agio  semejante  dado 
por  esta  diosa  que  se  hallaba  presenle  al  juicio 
de  Orestcs  delante  del  Areópago.  Este  secreto 
modo  devotarfué  abandonado  mastardc,  ylos 
votos  se  daban  púbrtcaniente,  depositando  las 
-golias  sobre  dosmesas,  la  unadeabsolocion  y 
la  otra  de  condena.  Eu  cuanto  se  proouoci&ba 
ia  sentencia  cl  apusado  era  puesto  en  libertud 
ó  coiiducido  al  suplicio. 

El  Areópago  era  Ihimado  ademas  á  pronuo- 
ciar  en  otrascausas,  pero  eutonces  e)  juicio  era 
susccptibie  de  apelacioo  ante  los  tribunaies  á 
que  correspoodia  el  conociniiento  de  cstos  di- 
ferentcs  nf  gocios. 

Nose  podia  otorgar  coronas  por  susscrvi- 
ciosá  los  míembros  dcl  Areópago,  puestoque 
no  lcs  era  permílido  llevarías;  pero  el  reco 
nocirtjfentu  público  les  concedia  un  gaje  tla- 
madó  rreaSf  y  adem^*  tenlan  dcreclío  á  tre? 
<ybolos  porcada  asunto  en  que  habian  dado  su 
snfragio. 

Aiinqoe  por  manejo  de  Perícles  luibíese  per- 
dido  este  tritMinat  la  mayor  parte  de  su  impor 
tanda,  ó  mas  bien  dc  su  poder»  00  por  eso  dis 
min^iyóla  c<ínsiderBf»ion  deque  (rosabo,  y  aur» 


cootliiuó  Justiflcándola  durmite  muclro  tlempo 
por  )a  noble  conducta  de  sus  raiCTibros  y  la 
imparcialidad  de  sus  decisiones. 

AEETDSA.  {AníigUedadet,)  Foente  de  Sid- 
lia,  en  la  pequeña  peoiosuia  de  Ortigia,  don« 
de  se  hallaba  sitoado  e)  palacio  de  los  reyes 
de  Siracnsa,  á  corta  distancia  de  la  eludad. 

Segun  )a  milotogia  griega,  referída  por 
Ovidio,  Aretosa,  hija  de  Nereo  y  de  Doris,  era 
uoa  de  )as  nioftis  de  Diana.  Bañibase  cierto 
dia  en  una  fuente  de  )a  Elida,  cuando  foé  des- 
cobiería  por  uo  cacador  llaroado  Alfeo,  que  at 
punto  se  sintió  inflamado  de  un  violento  amor. 
Asostada  la  olnfa  emprendió  la  fbga;^  pene* 
goiala  el  caiador,  y  ya  se  baHaba  á  ponto  éé 
alcansaria,  cuaodo  Aretnsa  imploró  el  soconv 
de  Diana.  AV  mmoento  se  ba)i6  ooñveitida  en 
foente  y  Alfeo  fÉé  metanorfoseado  en  rio.  Da- 
Jo  csta  noeva  forma  volvió  Alfeo  i  persegoir  M 
Aretusa  y  esta  prosiguió  so  fbga:  en  coantif 
Degó  á  orilhis  det  mar  se  taundló  bnscando  nn 
camioo  por  debajo  de  las  olas  y  foé-  á  reapa- 
recer  eo  )a  isla  de  Oriigla;  pero  alcanaóla  m 
amante  eo  c)  camioo  y  meicló  sns  ondas  con 
e)  cHstaiino  rauda)  de  )a  fuente  qoe  aroabs* 

De  aqui  nació  )a  fibuia  tan  acreditada  eii 
otro  ticnyM)  de  que  Alfeo,  pasando  por  debaja 
<le)  mar,  iba  á  meiciar  sos  agoas  á  las  de 
Arctosa.  Mocbos  escritores  dan  e)  bedho  cona 
positivo,  anadieodo  qoe  se  eocnentran  en  la 
foente  los  objetos  arrojados  al  rio.  Plinio  en- 
tre  otros,  aflrma  eon  gravedad,  qneen  iaépoca 
de  )a  celebracion  de  )os  Joe gos  o)impioos,  la 
Aretnsa  esf  arcia  un  olor  de  astiércol  pme- 
dente  de  que  )os  escreroentos  de  )os  aoittalga 
üestinados  i  tas  carreras  ó  i  los  sacriOctos  m 
arrojaban  en  e)  Alfeo. 

ARGAMASA.  {Arquiteetura.)  (Yéase  MO*- 

TBROS.) 

ARGBLIA.  (Geografia.)  I.  lÁmitei,  La  Af«- 
gella  ó  antigoa  regencia  de  Argel  conflna  al 
N.  con  e)  Mediterrideo,  a)  0.  eon  el  iroperio  ée 
Marruecos,  a)  E.  con  e)reinodeTQnes,  a)  S.ceti 
e)  de  Sahara.  De  6^30'  de  longitod  E.  i  4*  de 
iongitud  0.  en  aoa  estension  dei40)egQasco- 
munes  de  25  a)  grado.  SusJímitessontan  dei- 
conocidos  en  e)  dia  coroo  lo  eran  bajo  ei  go- 
biemo  de  los  turcos;  piérdenseen  terrenosin- 
determinados  babitados  por  tribus  casi  inde- 
pendientes;  por  )a  partede  Marroecos  las  roon* 
tañas  de  Trava  y  mas  al  S.  el  desierio  de  Au« 
gad  forman  una  especie  de  timite  naturat,  pe* 
ro  muy  ioexacto.  Aiguoos  rooros  colocan  k> 
misrao  ahora  como  eo  )oa  tiempoa  de  Sbair, 
ios  iimites  de  )a  Arge)ia  y  de  Marmecos  ea  ú 
cabo  Hone;  pcro  aun  en  el  roisroo  litoral  soft 
rooy  iocteriOB  Por  e)  )ador  de  Tones,  i  pefar 
(le  la  aniigüedad  de  los  establecimientos  fraa* 
ceses,  tampoco  se  sabe  nada  OJaoieote  y  todos 
I08  geógrafos  y.vlageros,  el  abate  Poiret,  Dés-» 
fontaines,  Marniol,  Pedro  Dan^Dappcr,  PeyjW* 
ncl,  Shaw,  Shaler,  opinan  de  distiota  maoera 
.  sobfe  este  punto.  Ei  capitan  Derard,  i  qiaco  se 
I  debo  una  curío««  deícrípcioo  de  lai  co«ta5  4o 


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«1 


AllCCLU 


m 


lo  Argelia.  ntarea  é&l6  ilmlté  éli  el  cuna)  úe\  la- 
go  dtí  ToriegDe,  ¿  legua  y  mediu  al  E.  de  la 
Galle.  Los  mapas  dirigidos  ul  depósilo  de  I4 
Goerra,  le  bao  fíjado  sacesivauicute  en  el  arro* 
jo  de  SaD  MarüD ,  cerca  de  la  Galle  y  od  et 
Ouedrel  2aioft,  42  ieguaa  mu  ai  I.  f  los  álti* 
loos  prakMigao  eate  Hinite  sigoiMdo  ÚDa  11 
DM  qo%  pasa  por  el  Kef,  Tibessak  y  Tuggiirt: 
por  úHimo,  Mr.  ^ode,  qoe  tnooa  doU  ioslrac- 
tifa  al  flool  del  tooia  príiDero  de  so  obra  sobre 
la  Argctia  (4)  lia  ruproducido  y  reasonúdo  to* 
das  estaa  ofMaiooca,  crae  qoe  debe  IJarse  su 
ténaiBo  «o  ei  oabo  Roiioá  tros  legoasde  laOa- 
Ue  y  de  la  iala  Tabarea  y  en  el  moote  Koomir, 
1070  eate  ea  ooa  proloogacioo  y  su  iaacoeai- 
Ua  arista  di? ide  el  terrltorio  ao  coestioo. 

Por  Buiobo  tleoipo  ba  sido  Imposibie  datar- 
itíaar  k  latítoi  de  la  irgelia  de  N.  ¿  S.  porque 
oiatooa  situacioo  ia  babia  dateriaioado  sobra 
ú  ttoúta  saptaRiriooal  de  Sabara ,  pero  desda 
la  adnioialraoioo  del  naríaaal  BuaeaHd  los  00- 
aaclmitatoa  geográÜGOs  a»  bao  esteodido  ¿ 
easi  teda  la  Argelia  y  se  hao  lltgado  ¿  dtsig^ 
aar  eo  Mehos  pootus  las  Uorites  de  Sahara. 
In  la  provtocia  cl«  Omo  se  ban  btcbo  espedi- 
dooeslUuda  el  S.  emptaADdo  por  Tiemoen, 
Masttra,  Tagademt,  sebapasaído  feUsoieDte 
BMsaMá  dt  las  froottrM  de  Marfotooa  f  f&' 
atlraáo  al  i.  da  Tieiaettt, 60  tl  deslerto ;  se 
ba  aatvado  la  impontate  masa  del  Oaanstrís, 
daiD  la  ▼oalta^  ta  qoa divide  ¿MtdeahdeTba^ 
u  f  MonDlnaéo  varíai  titaacioQas  del  attt 
Gbélif;  em  la  prtTincia  dt  GoottaoUaa,  ae  ba 
aoM|iaito  É  Msilah,  vigltado  las  ptodieotet  nerí» 
dltoalta  de  los  moolta  dt  Onanotugab,  onieo^ 
da  aatfaaétnte  ¿  Ttffecb  y  Ttbepaeh  cao  Onel- 
ma  Y  CoDstaotioa,  y  J^  áltimo,  stha  tfiplora* 
ét  vietoríesameote  el  M  dt  Bisicra.  For  esu 
parta»  alS.de  GoDstaDtioa .  aa  eaeoeatra  la 
amyor  aoebora.  da  la  Argelia. 

11.  CmuUhmUm  géoUgica.  (t)  Todas  les 
nootaáas  qoe  aaparao  ti  Sahara  del  Mediterr¿' 
oto,  forraan  U  aasa  del  Átlas,  y  la  divisíon  i)e 
eatt  tn  Atlas  graode  y  peqotfto,  es  aaa  flccion 
de  los  gtégfafoa  Bnoderbos  qoe  pareee  baber 
sidt  dcttchada  despoes,  oomotodatia  lo  repHe 
Mr.  Peonitl  eo  sva  6ltlmos  iDforoiesdirígidoii  al 
BMBiilre  ée  la  Ooerra  fraocéa  (3).  Forqoe  eo 
nioguDa  cordHlera  asléo  las  moutañas  tao  bien 
■aitadaa,  qot  potda  decirso  doade  et»piesii  )a 
■aa  y  doode  aeotluyt  la  otra.  Mr.  FonrDet  hace 
sebir  eaa  disttoolOD  ¿  los  tltokpot  de  Tolomeo  (4) 
y  adfltrtt  too  9uas%  (^ortoaidad  qiit  esteno  ht 
ipllQidMi  tiee  ¿  ta  parto  del  Ádaa  qúe  llega  at 
cea  raBDB,  p«aa>  Mr.  Bifivler,  oo  atrí- 


(tlSlbarun  Baude:  ta  Argelia,  1  tom.  en  8.*  Pa- 

<«  YflMaaaltn  fftfmf  inflfrrtff  rfrrrr*  'Tr^'f 
a.aÍQ,«l  «stMeto  de  an«  ■jwaaria  pPMeatada  á  U 
leatfcala  ée  Ciencias,  nor  Mr.  Elias  de  Beaumonl 
Mitre  la  geolo^  de  la  Argelia. 

(3)  Véase  el  efttraelo  de  este  iaforme,  ioserto  en 
la  rtlaoioii  <ae  m  ht^o  do  la  sesioa  de  h  Academia 
doOiWites  dol  a»  do  «aero  «e  4ai6. 

(4)  Téaae  «MfnMa.  e. «.« 
448     BfBLIOTKCA  mUUll. 


buycsolo  á  tói  aritlguoít  sino  á  los  niüdernos, 
los  orroresqae  denuncia  (t). 

Los  geógrafbs  uiodernos  no  cntíendtMt  por 
Atlas  pequeuo,  sino  esa  cordiilera  litoral  poco 
elerada  pero  cscarpada,  que  ofrece  tantas  cor- 
laduras,  y  qoe  se  estieode  desde  el  estredio  de 
Qibraltar  ¿  lo  largo  de  las  costas  de  Berberia, 
atravesaodo  el  imperío  de  Marruecos  y  la  Ai-ge- 
Ua  basta  llegar  á  Tuoes.  YoeWeD  ¿  eolazar  ea» 
ta  eerdíllera  al  0,  coo  el  elevado  Atlas  de  Mar- 
roecos  y  de  Fes  y  la  señalao  marcadamente, 
sigoiendo  al  E.  paralela  ¿  la  costa  básta  la  pro- 
TÍDCia  de  Titterí,  al  S.  E.  de  Argcl,  y  formando 
deapues  ona  corva  al  S.  B.  paríieiido  de  la  ca- 
dtna  de  Jor|ara,  desigodDdose  esta  cúrva  in- 
medtata  ¿  los  mootes  de  Ouaouoagah ,  á  tos 
ooales  se  sucedeo  ios  mtfotes  Mosteouab  y  Au- 
rés.  «91  se  sostlene  esta  division  de  Atlus  e& 
graode  y  pequeño  dice  Mr.  Fouroel,  el  prime- 
ro  daberia  estar  ya  determioado  por  la  conti' 
ooacioo  de  laa  crestas  que  fórman  la  lineu  de 
dltisioii  de  las  aguas  entre  el  Mediterr¿oeo  y 
el  Qran  Desierto.»  Pero,  seguo  ei  mismo  es- 
ciritor  la  cadeoa  de  Aurés,  pertenecería  en  cse 
caso  por  mas  de  uu  lírulo  al  Allas  grande.  La 
del  peqaefío  se  compone  de  varias  hileras  de 
ooHoas  que  se  elevao  ba)o  muy  distiotas  for- 
mat  hdcia  el  imeríor,  de  ooa  mediana  altura» 
pobladas  easii  tedas  de  ¿rbolcs  frutales  y  de 
bosques ,  eorttdos  en  algunos  puntos  por  cs- 
cttrpadas  rocas  y  liet&das  crestas.  Ei  intervalo 
qut  separa  ambas  cordilleras  casl  paralelas 
liaaiadas  Atlas  grande  y  pequeño ,  es  un  pals 
somameote  OKMituoso ,  entrecortado  de  nume* 
rosoB  valles ,  de  ríos  y  de  praderas :  algunos 
geógrafds,  Rttter  por  ejemplo,  que  ha  descríto 
exaotamente  el  aspecto  orogr¿flco  de  la  Arge- 
lia,  llama  ¿  esta  meseta  el  Atlas  tnediano,  y 
advieríe,  qoe  con  una  pequefía  variacion  h¿- 
da  la  parte  del  Sor,  por  lá  parte  de  Constan- 
lioa,  se  eleva  cada  vea  mas  y  mas  eo  esteo- 
808  terraplenes  por  la  parte  de  Oeste,  dirígién* 
dose  h¿cia  el  alto  Atlas.  Desfontaines  graUúa 
eo  t,4dO  meiroi  de  altura  absolota  las  prio- 
cipales  elevaclones  del  Atles  mediano,  al  Sur 
de  Argel  y  de  Oran;  eo  oioguna  de  ellas  per- 
manece  ht  oieve  todo  el  afio. 

Hasta  el  dia  podia  coosiderarse  la  enorme 
masa  de  Jnrjura,  eomo  el  punto  mas  alto  del 
Atlas,  ¿  lo  menos  en  el  Africa  francesa ;  pero 
segun  Mr.  Tournel ,  los  montes  Aurés  deben 
ser  todavia  mucho  mas  elevados:  Ritter  ^esig- 
na  como  el  car¿cter  pnrticular  de  este  moo- 
ttuoso  pais,  sus  paredes  casi  rcctas ,  formadas 
por  las  misDias  rocas  y  las  cartaduras  casi 
verticales  qAe  descleoden  en  picos  hasta  lo 
mas  prefaodo  de  los  valles,  dejando  ver  por 
ambos  lados  deesos  angostos  pasadiios,  de 
esos  beban,  como  llaman  los  ¿rabesi  csas  ve- 
tas  horizontales  que  forroan  U^  rocas  adbe- 
ridas. 

(I)    S0tuei(m  de  la  euettiom  ifi  Id  Argelia,  en  8.0 
Parls,4S3l. 


T.     lU.     42 


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479 


ARGEUA 


480 


Se  ha  obserTado  que  hay  ea  Berberia  ▼aríaa  I 
clases  de  terreno;  e\  terreno  de  transiclon,  el 
terrcno  secuodario,  el  terreno  terciario,  el  ter- 
renodiluTiano,  lai  composiciones  volcánicaa 
y  las  diferenies  formacionea  de  ia  época  ac- 
tual.  Una  esquita  trasparente,  quo  se  presenta 
en  bojaa  muy  ioclinadas  húcia  cl  horiionte 
mirando  á  la  parte  del  Sur,  bastante  reiucien- 
les  y  que  pasan  con  frecoencia  á  formar  ona 
micascbita  ó  roca  fósil  bien  caracterizada,  com- 
poneo  la  masa  priQCipal  de  ese  terreno  que 
bemos  llamadodetrausicion:  en  una  parte  de 
«quella  cscarpada  ríbera,  la  esquita  talcosa  ae, 
carga  poco  ¿  poco  de  f^ldespado»  el  talco  pasa 
á  la  mica  y  la  roca  viene  4  convertirse  eu  un 
gneiti  (4).  La  potencia  del  grupo  esquitosop^ 
.«a  de  500  varas,  la  estratiflcacton  es  muy  irre- 
$u!ar;  las  montafias  que  forma  presentan  cum- 
brcs  redondas  y  laderas  muy  pendientes,  y  es- 
táñ  scparadas  unas  de  otras  por  valles  profun- 
dos,  eu  los  cualea  corr^u  pequéños  arroyos 
que  80  ¿ecau  en  el  verano,  á  pesar  de  qite 
los  alimeutan  infloltos  maiiantiales.  La  estra- 
tiüCMCion  del  gneiss  es  tambien  muy  irregiilaK, 
no  presenta  ningnn  resto  orgánico  y  laa  mon- 
taña^  que  forma  sou  meuos  elevadas  que  las 
de  liis  eítquitas;  no  bay  tantos  manantiales  en 
esta  parte,  y  la  vegctacion  es  tambien  muy  po- 
co  activa.  La  musa  de  montañas  del  Atlas  pe  - 
queño,  particularmeiUe  al  S.  de  la  llanura  de 
Mitidja ,  se  compone  de  margas  (i)  esquito- 
ítas  eoteramentc  §eme)antes  á  las  de  uueslro 
íias  (3)  de  Earopa,  dUemando  con  capas  caliso* 
inar;ro8as.  Los  restos  orgánicos  son  muy  escd- 
aos  cii  cstas  rocas,  no  bay  en  eilas  una  impre* 
sion  vt'gütai  cnlre  lasliojas  de  la  esquita;  lus 
espccies  lulnerales  son  asimismo  pooo  abun  - 
dantes  rn  la  formacion  cali20  margosas  del 
Atlas,  sin  enibargo,  á  una  legiia  al  Surdc  lu 
garguntade  T«!uiali,  bay  mlnerales  de  cobre  en 
abuiiJüncia.  Ehtas  montanas  son  aitas,  poro 
po<*o  escarpadas ;  las  dos  vertientes  de  estas 
cordíllerasprescntan  vallea  profundos  y  angos» 
lus  y  t;urcos  producidos  por  las  aguas  que  bau 
ido  trayendo  la  marga. 

Kl  terreno  tercíario  siibatlántico  no  S3  ma- 
niflesta  siuo  en  algunas  regiones  liácia  el  Nor  - 
te,  pcro  toda  la  masa  del  Atlas  inediano  sc 
coiopoiie  de  este  terreno  terciario  ex;ictamente 
igual  alque  se  encuentra  en  Italía  ¿  los  dos 
lados  del  Apenino;  forina  dos  cuerpos;  el  pri- 
nicro  cumpuesto  de  marga  azul  cubierta  por 
una  capa  de  picaaa  arenisca,  calcárca,  uiternaii« 
dii  con  arenus  aroarillas  ó  encarnadas.  La  po 
tenciadel  priiper  cuerpo  escede  á  veces  de 
250  varas  y  la  dei  segundo,  que  no  contiene 
otros  miociales  sino  algunas  veias  poco  con- 

(Ij  Koca  prÍmiUva  compiKFSU  dc  cuarzo  feldespa- 
1«  y  de  uira,  á  qae  los  franceies  lUman  gnein. 

(31}  Marme  ea  francét  Ücrra  bUinquiica  y  gredota, 
quo  tlrvi}  |»ar«  bí*neilciiir  las  Uerra«  labrantlas. 

(3)  JLiai,  palabra  de  origen  Iniclés,  que  se  ha  ado'i* 
ladii  pa  ra  deiii«nar  un  slstema  4e  rocas  calcéreas,  ar- 
ciUoiias  y  cuanosas,  que  i«  prettfntau  frecuenlemeu- 
Itf  (fi  U  corteia  6  superficie  del  glvbo. 


slderablea  de  hierro  bidratado,  iaria  de  95  á. 
60  varas.  Estc  terreno  se  descubre  perfecta- 
mente  por  el  lado  de  Oran,  forma  la  gran  ila- 
nura  que  se  estiende  al  Este  de  esia  eiudad;  se 
eslieude  ¿obre  los  mon^es  Rammra,  á  onas  580 
varas  sobre  ei  nivel  del  niar,  y'  forma  la  peqne- 
ña  cordillera  inmediata  al  camino  dé  Tlemcem. 
Ei  segundo  coerpo  es  en  esta  region  algun  lan- 
to  dlferente  de  la  de  Argel,  se  coropooede  ca* 
pas  dc  marga  y  calcéreas,  alternando  en  una 
densidad  de  40  á  50  varas.  Las  calcs  blanque- 
cinas  y  arciltosas ,  amarillentas  y  toscas,  oco- 
pan  la  partc  inferior ;  despues  se  encueotran 
íechos  ¿  asientos  calcáreos ,  mezcladoa  con 
margas  amarillas ,  unas  veccs  esquilosas,  casi 
siempre  areniscas,  entre  las  que  se  ballan  ban- 
coá'de  ostras  y  muclios  mariscos;  la  parte  so* 
perior  de  este  segundo  cuerpo  esU  formada 
por  una  superflcie  calcárea.  Jste  terreno  pare« 
ce  poco  ¿  propósito  para  la  vcgetaeion  hicU  la 
parle  de  Argel,  y  por  cl  contrario,  b¿cia  la  de 
Oran  son  muy  fértiies  las  llanuras ;  pero  es 
nqtable  que  ei  terreno  terciario  de  las  colinu 
situadas  ¿  orilla&  del  mar,  favorece  mucho  mu 
¿  la  vegetacion  que  el  dcl  interior.  flasta  ahora 
son  muy  pocas  las  rocas  volcánica«  quc  se  ban 
descobierto  en  Argelia.  El  abaie  Poiret  ha  eo- 
contrado  señalea  positivas  de  antiguos  volca- 
nes  eu  las  inmediaciones  de  la  Galle.  Desde 
Oran  liasta  el  fuerte  de  Mers-el-Kebir  se  vea 
entre  las  esquitás  rocas  de  un  gris  asulado,  que 
deben  liabcr  sido  arrojadas  alli  por  algun  vol- 
can;  Desfontaines  es  el  primero  que  las  ba  des- 
crito»  y  Hr.  Roret  las  ha  estudiado  detenida* 
meute  bace  diea  6  dooe  años.  Fareccii  compac- 
tas,  pero  se  advierte  en  etlas  una  inflnidad  de 
pequeñas  iAminas  brillaiitef ;  algtinoi  pedasos 
de  estas  rocas  asuladas  esún  unidas  á  uiit 
roasa  amarillenta  compaota:  estas  rocas  asulfto 
das  y  amaiilias  son  dolomias  (4)»  que  contle- 
nen  uoa  parte  de  carb^natodo  magiieaia. 

El  terreno  diluviauo  se  catieiidc  por  to« 
da  la  llunura  Mitidja,  todo  él  está  formado  por 
aluviones  y  compuesto  de  capas  horizootalea 
de  iiua  marga  arcillosa  gris  y  de  gnijarios  re- 
dondos,  entre  los  que  no  se  cncuentran  nunca 
pedazüs  grandes.  El  eapesorNic  cslas  capas  de 
niarg4  varia  segun  loa  parages;  en  unos  domi- 
na  la  mart^H  y  en  olros  los  guijairos. 

iiablaiido  Saliw  de  las  cercanlas  de  Tug- 
gurt  habia  becbo  la  dcscripcion  de  Los  po- 
zos  arlesianos  abiertos  por  los  naturales ,  á 
100  y  á  veces  200  brasa^  de  profundidad.  que 
sitmiuislraban  un  caudalde  agua  considerabte. 
Mr.  Arago  loha  dicho  tambien  en  una  memoria 
c^pecialsobre  los  (lozos  artesinnos,  y  Mr.  Aour-* 
nel  en  ta  snya,  que  bemos  c\tado  varias  vece.^, 
insiste  muy  partlcularroente  eu  1a  posibiUdad 
de  estabtccer  una  línea  de  estos  posos  atr«ive- 
sando  el  dcsierto  desde  Blskra  y  Toggurt.  Ca 


(4 )  Dolomía,  fspeeie  de  mármol  primitívo  de  c«lor 
blanco  y  de  granos  muy  flnos  que  se  liaed  íoaforts-v 
rcnle  rosando  f oiitra  un  cuerpo  fosfdrico. 


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ARGEUA 


483 


iDdadáble.  eo  sa  concepto,  qoe  Tisia  la  íq- 
flexion  de.  las  capas  urciltosaá,  se  preseotaD 
oomo  verdaderoa  depósitos  artesianos,  por  nna 
parte  el  espacio  comprendido  entre  Conslaoti- 
Di  y  las  montañas  que  domioan  al  Norte  i 
Merd^ft-el-GoDzi,  y  por  otra  la  llauura  de 
£l-kantara.  La  incUuacioD  defiuitiva  de  aquelias 
ca(MS  del  terreno  bácia  el  Sur,  dice,  la  compa- 
ddad  calcárea  que  forman  los  bancos  superio- 
res,  la  porosidad  de  la  marga  intercalada  en  es- 
tQS  bancos,  todo  inducc  i  c^er  qiie  liacieado 
escavaciones  eo  el  deslerto ,  se  enconlraria 
igoa  eo  el  ponto  que  se  deseaso,  porqne  es  ín- 
dadable  qoepor  debajo  de  él  hay  uDa  corrien 
teqoe  tiene  su  origenenel  Atlas  y  quc  debe 
scguir  la  direccion  de  Norte  á  Sur. 

ni.  Hidrográfia,  La  hidrografía  de  la  Ar- 
gella  es  aan  mdy  poco  conocida;  el  curso  de 
los  aguas  eu  loa  mapas,  se  halla  internimpido 
coQ  frecuencia  por  esieosas  lagunas.  La  parte 
inferior,  que  es  la  única  navegable,  es  la  que 
se  ha  podido  estudiar  en  esta  parte  coo  mas 
aproTechamieolo  y  exactitud.  Gran  número  de 
rios  d^deDdeo  del  Atlas  pequeño,  y  despues 
de  habcr  corrido  por  el  foudo  de  un  valle  pri- 
mordUI  dc  esta  cordillera,  atraviesan  lallanu- 
ra  deS.  áN.;  despues.  ol  llegar  al  pie  de  las 
colloas  que  se  elevan  colrc  el  pequcñoAtlas  y 
la  costa  forman  un  recodo  mas  ó  menos  gran- 
de,  y  se  desUzan  por  entrc  una  cortadura  para 
vdver  i  eotrar  en  el  mar. 

Las  priDCipales  corrientes  de  las  aguas,  son 
del  E.  al  0.  la  Mafragg  (el  Muthut  de  Salus- 
tlo,  següD  Mr.  Dureau  deJa  Mklle),  quc  tiene 
su  embocadura  5  leguas  al  E.  de  Bona,  (4)  y 
atraviesa  la  llaoura  casi  paralelaqnente  con  la 
Scylnmse,  cstan  caudalosa  como  esta»  tan  pro- 
fonda,  y  su  parte  navegable  parece  quese  en- 
cuentra  mas  intcrnada  en  el  continente. 

La  Scybouse  [Rubrioaíus,  Pou6pixaxo<  de 
Tolomeu),  eo  sq  parte  supcrior  conre  desde  el 
Rord-este  al  Sud-estC:  su  ribera  ixquierda  se 
ve  rodeada  y  como  ceúida  por  las  últinias  emi- 
ncqcias  de  los  montes  Aouara  y  Taiaa.  A  su 
derecba  se  cDcucjitra  la  cstensa  llamira  de 
Guelma.  La  contiuuada  série  de  moiitañas  que 
forma  el  limite  de  esta»  va  dcscribieiido  uu 
arco  basta  unirse  otra  vez  bru  carneiiie  con  el 
Díebel  Talaa,  no  dejandu  sino  una  estrecba  y 
profunda  cortaduru  para  el  paso  del  rio:  alli 
se  incliHa  este  repentinamentc  al  ángulo  dere- 
cbo.  y  corricodo  de  Sur  á  Norte,  se  dirige  ¿ 
Booa,  á  cuyas  puertas  desagua  en  el  mar.  El 
depósito  de  los  aluvioocs  de  este  rio  impelido 
por  los  viCDtos  de  E.,  baformadouna  esplanar- 
da  en  el  espacio  comprendido  entre  la  aotigua 
mpooa  y  la  ciudad  moderna,  espacio  que  eo 
época  mas  remota  formaba  una  ensenada  del 
p>llbde  Booa;  muchos  pnntosde  esta  llanura, 
d'ice  Mr.  Baude,  apcoas  estáQ  al  Divel  del  mar; 
él  TicDto  ha  formado  «n  la  oriUa  una  barrera 


(I)  Mr.  Garuie  bá  l^do  al  lastiuito  en  48)8,  «mmi 
mmri^99^lamkoMdwra4$íaMiifra§9^ 


de  arena,  y  recibieDdo  cslas  bQndarts  á  ud 
roismo  tiempo  las  aguas  dulces  de  Edogolas  de) 
vallede  Kbarezas.  y  las  oleadas  del  mar,  qvífi 

00  los  temporales  salvan  la  barrers,  formtD 
una  mescla,  qiie  no  encoDtraado  oorrtenttt,  se 
cvapora  éa  miasmas  perniciosos,  bajo  la  Id- 
fluencia  de  ud  soI  abrasador.  EsU  cs  la  caosa 
de  que  lascercaaias  de  Booa,  tao  saludables  ea 
otros  tiempos,  hayau  llegado  á  ser  tan  Docivas 
y  pestílentes. 

El  BQUJimahf  pequeóo  rio  cuya  corriente 
es  may  lenta^  va  tambleD  i  verter  sus  aguas 
en  la  llannra,  y  entra  en  el  mar  á  roedia  miila 
de  Bona. 

El  Oued-elKehir  ó  Atiwme/ (antiguameote 
Ampiaga  6  Fluviui  Cirtensii),  que  baña  á 
Gonstantína,  deserobooa  cerca  del  cabo  Boiiga- 
roDi,  por  un  valle  prohindo  sitnado  ea  frente 
de  uoa  estensa  playa  que  formala  costa  en  es* 
te  punto,  y  sc  incoriiora  eu  el  mar  por  la  par-* 
te  del  Oriente  de  ia  roisma,  despues  de  haber 
corrido  cn  dire^ion  paralela  i  ella.  Algunos 
geógrafos  dan  el  Douibre  Oued  el  Kebir,  á  uq 
rio  cuy&embocadura  se  encoentra  uias  al  Nor- 
destc  enlababfaMersel-Zeituro  (puerto  dc  Iss 
OlivRS),  y  auc  Shaw  llama  Oued-Zoun. 

El  Bouherakf  uno  de  los  rios  mas  conside- 
rables  dc  la  Argelia,  tienesu  Dacimiento  entre 
los  Zououah;  se  ilama  en  .%q  origea  Nissali,  y 
separa  las  provincias  de  Argel  y  de  Gonstaati<» 
na;  reclbe  frente  i  BourJ  el  arroyo  Bugdoura; 
corre  por  espaciode  3  legnas  a1  Oeste,  y 
voivleDdo  luego  al  través  de  las  moatañas  de 
Abdelonairit,  en  direccioo  del  N6rte,  desembo- 
ca  eo  el  mar  por  medio  de  ud  valle  situado  al 
Eate  del  rooote  Booberak,  eotre  los  oioDtcs  de 
areoa  que  las  olas  le  opoDeo  coDtiDaamente: 
de  modo  qoe  solo  cd  las  graodes  Huvias  vierte 
sus  aguas  eo  el  mar,  despues  de  salir  de  oia- 
dre,  como  lo  hace  eo  los  tiempos  de  s^uia. 

Al  olro  lado  del  moote  Bouberak,  deseoi- 
bocael  I$$er,  cuyo  curso  terroiQa  atraTesaodo, 
tierras  baijas  y  pobladas  de  irboles. 

Ei  Bamise  lieoe  sa  nacimiento  en  las  moD- 
taúas  de  Beri-Yaite  á  8  lcguas  al  Sur;  y  pasaa* 
do  por  Itts  tierras  de  Megata  y  de  las  El-Hotbra, 
toma  el  oombre  de  Arba'iaaeh'el'Mukdak, 
es  decir,  de  los  catorceTados.  Se  ÍDlroaiice  ea 
la  bahia  de  Argel  cerca  del  cabo  Matiíoo,  4 ,000 
metros  al  Oeste  de  las  ruioas  Ruitionum;  es 
poco  coufeiderable,  do  se  seca'Jamis,  y  pueda' 
Tadearse  por  muchos  puotos.  Eotre  el  Hamiie, 
y  el  Harrakcb  es  paatanoso  todo  el  terreno  y 
sus  iDmediaciones  sod  todas  muy  mal  saoas. 
Este  últiroo  rio  sale  del  pequeño  Atlas  por  an 
valle  que.se  eocuentra  predsameDte  cd  la  di- 
reccioD  del  meridianode  Argel,  corre  de  S.  i 
N.  atravesaDdo  la  llanura  de  la  Mitidjah;  coan- 
4o  llega  al  pie  delas  coliDas  que  termÍDaD  es-  i 
ta  llanara  por  la  parte  del  Norte,  recibo  al 
Oued'kerma,  que  baja  del  moDle  BoD-Zaria,  y 
describe  un  semlcirculo  corrfendo  hicia  el 
S.  E.  Ed  esie  paolo  el  Uarach  forma  on  reoodo^ 

1  se  dirige  hicia  el  N.  E.,  recibe  im  segUDdo 


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ARGEUA 


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Hachuelo  que  sale  dc  las  oolinas.  üespiics  ntrn 
que  Tiene  de  la  llanura,  voelve  á  tomar  Ih  di- 
recciOD  del  merldiano,  y  pasaodo  poronacor- 
tadura  de  las  colinas,  ra  a  precipitarse  oasi  en 
medio  de  la  bahiade  Argel.  Obistruye  en  raa- 
cbos  puntoe  sn  camino  un  baDCo  üe  arena 
fünnado  por  Tas  olas  que  arraslra  coofigo  to- 
dos  los  afios  en  la  época  dc  las  llnvias. 

Kl  Maa'el'Zafran,  unode  losmayoresrios 
de  la  Argeiia,  se  forma  por  la  reonlon  de  la 
Chiffah  y  del  Oned-Djir  6  Af^oun;  reunion 
que  se  vcrifleaun  poco  al  0.  de  Roleab;  al  S.  de 
la  garganta  de  Teniah  hay  uoa  estrecha  len- 
gm  de  tierra  Damada  Bosque  de  las  Olivñs, 
que  sirve  de  arranque  á  la  Ghiffah,  que  corre 
bácia  el  E.,  y  á  los  desagUes  del  Afroun,  qne 
toitia  la  direccion  del  0.,  vinlendo  á  reunirse 
al  lado  opiie.Mo  de  las  Uiontañas  en  h  Mitidja. 
Las  riberus  do  la  CiulTah  son  sumamente  eleva 
das!,  sobre  todo  en  lu  tiarte  dei  E.,  donde  por 
alguriossilios  tiem;u  husta  40  metros  de  aitu- 
ra;  las  del  Oued^  por  el  eonirarfo,  no  son  tan 
altas,  y  están  mas  1nroediata:i.  Estos  do^s  rtos, 
una  veKreunidoscon  el  nombrcde  Mazafran, 
oonlinúan  su  curso  hAcia  el  E.  en  una  madre 
do  1a  ancbura  de  M  á  Í5  metros,  á  cuyas  ori- 
llas  hay  mochos  ribazos  escarpados;  á  ona  le- 
gna  de  este  punto  so  incorpora  al  Nazafi'an  el 
Íouffarik,  arroyo  de  alguna  eonslderacion,  que 
saledei  Atlas  por  la  garganta  á  cuyo  frente  et- 
t¿  Bituada  Biidah;  desde  alll  ae  dirige  rápida- 
mente  al  mar. 

Ei  rio  mas  constderable  de  la  Argelia  por 
el  roocho  terreno  que  oorre  y  la  cantidad  dc 
aguaque  ileva/  es  ei  CheHff,  su  naeimiento 
llamade  Sebaoun  Aioun  (Setenta  manantíales) 
se  encnenira  al  pie  de  Ouannaseris.  Rl  Ghelilf 
soperior  corre  ai  Iste  por  espaeio  de  4  3  legoas; 
despoes  en  una  eslension  de  olras  4  §  leguas 
al  Sur  hasta  las  inmedíaciones  de  la  ciudad  de 
Amura;  inelinándose  desde  este  punlo  hácia  el 
Oséano,  oorre  paralelo  á  este  otras  46  legnas 
y  reeibe  por  su  derecba  el  rio  Harhin»  y  íos 
arroyos  Tagia,  y  ñou  Cena;  y  de  la  fsqnierda 
el  Teddad^  el  iér^ou  y  el  Mina.  Porúltimo,  el 
Cbeliff  entra  eú  etl  Mediterráneo  A  una  mílla  de 
distancia  al  Snr  de  nn  pico  quc  se  ba  tomado 
machas  veces  por  el  cabo  Ibi,  y  que  Hr.  Berard 
propone  que  se  le  Ilame  Punta  de  Cheliff  ¿  55 
Íeguas  al  Oeste  d^  Argel.  El  Gheliff  no  eueoen- 
tra  obsticulos  de  arena  oomo  la  mayor  parte 
da  los  rios  de  la  Argelia;  corre  Ilbremente  has- 
ta  el  mar;  sobro  sus  dos  orillas  se  elevan  gr an- 
dés  monlafias  que  dejan  eBtre  sl  anchnrosos 
▼alles;  á  las  inmediactones  de  sa  embocadura, 
las  de  la  izqoierda  Yan  aiendo  mas  bajas  pro- 
gresWamente,  defórma  queileganáeonvertir- 
se  en  unas  tierras  bajas  6  de  muy  pequefta  al- 
tora,  rodeando  asi  toda  la  bahia  comprendida 
entre  el  Gheiiff  y  el  cabo  Berrat. 

GoncIiireiBOB  la  enameracion  de  los  prin- 
dpales  ribf  fl^Hl^tgelia  liaciendo  meocion  del 
Maigkt^m^áo  larabien  Habra  en  su  parto 
soperior,  del  üto  Sototo  ea  la  Inmediaclon 


del  cabó  Begalo,  y  por  últlmo  del  Tafna,  qxte  se 
cUiendc  por  una  pequeña  ensenada  ffbnte  AU 
isla  de  Are«chgoul  ó  llar(*.hgouo. 

La  vertiente  del  dcslerto  es  todavia  muy 
desconocid^  para  que  en  úñ  trabajo  de  taa 
breves  dimensiones,  pensemos  hacemn^de^- 
cripclon  metódicadel  nacimiento  de  tos  gfan- 
des  rios  que  póf  esta  parte  descienden  de  las 
pendientes  del  graode  Atlaa. 

Hay  en  la  Argclla  algunos^  lagos  rouy  eon- 
siderables:  en  los  coní!nes  de  la  provincia  de 
Argel  y  de  la  de  Gonstantina,  háóla  la  parté 
merídlonal  de  los  roismos.  seencuentra  el  1a- 
go  Scbottqne  seesllende  al  Üorte  cerca  de  1f 
ó  45  leguas  de  !a  ciudad  de  Msllah.  tste  lago^ 
euya  longítud  es  de  uuas  45  ieguas  por  una 
anotiura  menor  de  6,  ocupa  asa  esténsa  lla- 
nura  que  termlna  al  Sur  por  la  cadena  de 
fuoiitañas  ItamadaSaadah  y  tnarca  con  bastan- 
te  exactitud  el  puiito  en  que  principla  el  de- 
sierto  de  Sahara.  (Para  los  árabes,  el  desierto 
príncipia  en  Msilah;  pero  estando  coltivada  la 
mayor  parte  de  \t  llanura,  pare^e  mas  acérta* 
do  considerar  la  cadena  de  Saadah  como  el  H- 
mite  septeiitrional).  El  lago  Schott  recibe  fa» 
rias  corrtentes  de  agua  bastante  eonsiderabfes; 
desde  luügo  el  Oued  Sedjid,  ei  K^ab  (Rio  delos 
Arroyos)  formado  por  ia  reunion  del  Oued  Be- 
nia  y  d<>l  Ouéd  Sedfid,  el  Keab  mudade  nóm- 
bre  muchas  veces;  se  Ilama  DréM  (nombre  dd 
pueblo  eu  que  tiene  sn  nacimlento)  Selia  ai 
agroximafsc  4  tasmontañiisdel mismo hombre, 
y  Lohuran  h  4é,000  metroi'  de  M'^ilah;  alra- 
víesa  c.'^ta  ciMdad  en*  senttdo  de  sti  lon?ttiid 

Íse  dirige  al  Sud-Este  h&cla  el  la^i  Schm, 
I  Oued-Bou  Saadah  es  una  corrientc  de  agnas 
baslante  cohsiderable  qne  va  á  fcrmlúar,  asl 
eomo  el  Ksab,  en  el  lago  Schott. 

El  lago  Melghegh,  cuyas  aguas  son  saladas, 
eenpa  ei  fondo  de  un  inmenso  estanqoe  en  el 
pairf  de  Zab,  al  Este  de  Tuggurt,  y  reeibe  al 
Oued-el-DJiddi  (Rio  dei  Gabi  ito)  aumentado  con 
lodos  los  arrovos  que  corren  de  las  pendientes 
mertdionales  aei  grande  Atlas. 

Et  lago  de  Tilteri  entre  las  provinclas  «le 
Oran  y  Argel,  lo  cruza  el  Ghellff  cn  la  direccion 
de  S.  á  N. 

Bl  litoral  d^IMedlterráneo  presentatamblen 
varios  lagos  notablefl  por  mncbos  couceptos. 
ti  terrltorio  de  la  Galle,  esiá  eircunvalado  por 
Ires  lagos,  de  los  cuales,  dos,  el  de  Tonegti^  6 
fon^«(Ouera-Mtaoued-el'Hoat)yel  de  Bastion 
ó  lago  Salado  (el  Melah)  se  prccipítau  ea  el 
tnar,  el  tercero  Itamado  el  Estanque  de  BeaU' 
marchand  y  actualmente  lago  Superior  (et  Oo- 
beira)  cierra  casí  totalmeute  el  espacio  que 
dejan  entre  si  los  dos  primeros,  porqne  se 
encuentra  á  t  mlilas  del  lago  Salado  y  á  4 
del  Tonga.  Este  último  es  muy  profuodo  y  se 
comuuica  eon  el  mar  por  nn  hermoso  caoal» 
oonvirtiéndose  luego  en  un  peqaefio  poerto, 
donde  pueden  gnarecerse  ias  embarcaciones 
|do  esoaao  porie.  Bi  lago  dei  BaatioB  tieae  iifia 
'profuadi4ad  4e  tres  varas  eseasas:  se  intei^ 


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ARGfiUA 


48é 


U  t  legaas  co  las  tlerras  y  ciibrc  ona  esten- 
^u  de  t.500  hectireaft;  aa  estreinldad  me- 
rídíoiial  es  oo  taltar  paatanoa»  que  aolo 
prodiwe  ch6pos  y  lancea  elévadislmos,  ü  es- 
trettidad  seotentríonil  es  de  nn  acce«o  flctl,  j 
•I  terreoo  ofrece  mayof  aollder,  ilü  yti  sc  en 
eoentra  nn  bosqtie  bastante  espe^o,  fbrmado 
de  fresnos  aüemando  con  chopos,  mlrtos  y 
laareles  y  aun  al^oaa  Tiñas  áilvestrea.  Rl  ca- 
■al  de  ooAanleacioa  de  este  lago  con  el  mar, 
qoe  ae  asemeja  á  la  tntrada  de  an  río,  llene 
imi  Hm  gilod  de  mas  de  4 ,000  raras.  Pierde 
anicha  parte  de  sos  agaas  en  el  verano,  y  d^a 
foroiarse  ona  estiecie  de  barra  qoe  se  destru- 
ye  eo  el  Inviemo.  t\  lago  Soperior  es  tambiea 
de  oo  fácil  aecsso  eo  la  mayor  parte  de  sos 
orillas.  ilstas,  dice  Mr.  Kerrís  en  su  Notkia  ¡ 
mi^B  d  apr^veóhamienló  del  úireuitó  de  ta 
CftHe,  Botida  qoe  tendrcmos  ocasloo  de  citar  j 
oOQ  ft^eoencla,  generalmente  limpias  de  Jun* 
eos  y  malesas  tlencn  ona  pendiente  soive  hi* 
dá  ao  oentro,  y  tieoeo  ao  plso  de  pledras  qoe 
poreee  de  arena  y  se  proionga  hasta  el  fondoa 
dol  kgna.  La  elevacioo  deeste  iago  es  de  onas 
40  varas  sobre  el  lago  Salado  6  cl  nlvel  del 
Büf  y  80  distaocia  de  1,500  varas  del  lago 
flaMo  ha  hecho  coocebir  la  idea  de  od  canal 
de  eomunicacioo  entre  ambos,  con  ot^eto  de 
tntftoríar  por  ét  la  madera.  • 

A  eoatro  legoas  y  media  al  Sodeste  de  Bo» 
m,  d  l«go  Efaara  ecupa  iroa  sapcrflcle  de 
10  legoas  coadradas  al  pie  del  moote  tdoogh: 
SQ  ifÍNBt  6s  poco  mas  elevado  qoe  el  del  mar« 
Kl  vallc  de  Kharesas,  qoe  comieosa  en  liiiea 
iMa  de  Bona  al  lago,  entre  el  pfe  del  Kdoogh 
7  liB  eolinas  de  Belelida,  segan  Desfontaines, 
st  te  tnvadido  por  las  aguas  defEfkara  coaodo 
eüe  lago  se  aomenta  con  las  ünrías  del  in- 
vleroo,  y  de  est^  modo  es  como  sds  agoas  vao 
á  parar  al  mar. 

Los  romaoos  hablan  hecho  oo  caoal  para 
preeaverse  de  las  avenidas  del  valle  Kharesas, 
i  qoe  los  árabes  han  dado  el  oombre  de  Ke- 
BQ-fyel  y  coya  delineacion  esti  bien  marcada 
i  dos  legoas  at  Sor  de  Booa  frente  al  pneote 
de  ComtantÍDa.  Trataron  slo  doda,  dice  moo- 
slear  teide,  de  qoieo  tomamos  estos  datos,  de 
dlf  dlreceion  hicia  la  Seyboose  i  las  agoas  ; 
dd  Meboodjah  y  disminuirías  eo  la  mfsma  eao- 
Mtail  eoQ  qoe  las  procedeotes  del  vallt  de  i 
Cbaretas  looDdaban  K  s  muros  de  Hipoua. 

Cerea  de  dos  millas  al  Sur  de  la  bahta  de 
Mo,  se  eocaentra  un  lago,  easl  tra  braio  de 
Hlr,  qne  se  prolooga  bácia  ei  loteríor,  pero  ' 
qie  esiá  separado  de  la  bahla  por  no  terreoo ' 
aMoao  de  300  pies  próximamehte. 

Segoo  las  antiguas  tradiciooes  qoe  eon  se 
eooservao  eo  et  ^s,  este  lago  teoia  en  otro 
Itopo  comonicacioD  con  el  nur  y  formaba  oo 
gnode  y  bermoso  paerío  llamado  el  DjMa. 

mmameBte  en  los  alredederea  do  Orao 
exlsteD  doe  grandea  lagos  que  se  secan  eote- 
Meota  en  et  verane.  Bl  ooo»  silMdo  «s  la 
OaDara  i  3  legoas  al  Sur  dela  dodad,  tiene 


modias  legaas  de  estensioo  de  E^te  al  Oesfe; 
el  otro,  qiie  csl^^un  legna  y  oiedla  al  Stide«tt<*; 
es  eliptieo,  y  su  gran  cje,  colocadu  en  el  senli- 
do  del  merídiaoo.  podri  teoer  hnn»  9,500  va- 
ras  de  longitud.  B:stos  soii  el  Sebgka  6  Layo 
Salado  y  el  El  Meiay  6  Sakinae  ih  Arzeu. 

lY.  Vegetacion.  Las  mootaúas  del  litorúl 
estio  llcnas  de  espeaoa  y  frondosos  bosqaes. 
Alli  se  CDcueutran  pinos  de  Aiepo  de  ona  pro- 
dlgioea  etevadoH,  partioolarmente  en  el  monte 
BondJarOah,  oo  bosqoedllo  aislado  qoe  ocupé 
ona  áreadc  38,000  hectareas,  detaote  de  l'-i  lla* 
Dora  de  Mltldja.  Las  costombres  de  los  Siete  Cu- 
bos  (Sebba  Rouh)  entre  Jijelli  y  Gollo,  esián 
pobladas  de  arbolado;  desde  Booa  se  dlvísa 
sobre  la  ehoa  del  Bdoo^,  el  qne  se  prolonga 
hasta  el  lado  opocsto  y  va  i  parar  i  los  Talles 
de  Seyboose.  La  Argelia  posee  sobre  todo  en 
abundaOcia  dos  irboles  silvestres,  cuyo  pro- 
dodo  es  en  estremo  precioio;  la  enchiá  de  be- 
llotadolce,  y  d  alcorooqoc.  Desfootaines  (4) 
hahecho  una  descrípcion  detalhida  dd  prínie- 
ro  qucpiiebla  ininensos  bosqoes  en  his  mon- 
taAaa  de  Blidah,  de  Mascara  y  de  Tlemceui 
Pero  sobre  todo  el  clrcoiH)  dc  la  Galte  es  el 
qoe  produoe  las  ríqueaas  de  K»  mootes  de  la 
Argefia  ()).  A  f)Oca  dlstancia  de  hi  Calle,  ef 
terreno,  cubierto  hasta  aiii  de  matorrales  y 
nialexa,  se  ve  heraBoaeado  eon  alguuos  arbus- 
tos.  Lo8  frecueotes  incendios  qoe  alli  oüorreo 
hao  perjudicado  mocho  al  desarrollo  de  estos 
árboles.  £1  roble  alcomoquefío  es  el  ánieo  que 
ae  ha  librado  de  la  combustloo,  por  efecto  de 
sn  corteza  poco  inflamable.  Kn  los  terrenos 
hOmedos  y  co  las  orrillas  de  los  lagos  Tonga  y 
Soperíor,  se  veo  renacer  los  ihimoi  blaocoa» 
los  saoccs,  lo<  olmos,  lós  fresnos,  los  arcea, 
los  pobos  de  ItaUa,  porqne  las  agou  Hm  pre- 
servan  dd  contaghi  dd  rnego.  Slo  embargo, 
el  reble  es  el  qae  alH  campea  sobre  todos  loe 
demas.  Bo  alguoos  sKios  en  que  el  terreno  es 
eojoto,  se  eDcoeotrao  endnas  de  una  especie 
parHcnlar  llamadas  sofl  en  irabe,  alternando 
con  los  rohles.  Ooo  este  motivo,  advierte  mon- 
aieor  Berrís  qoe  la  nomendatora  de  los  loga- 
res  irabes  se  reststen  de  las  aglonieradoues 
de  los  san^  porqoe  hay  muthea  parages  dis- 
tintos  en  Africa  conoddos  eon  el  nombre  de 
Zanhi  (sitios  de  loa  san.) 

La  vegeiodoo  del  péqaefio  Atlas  es  moy 
parecida  i  la  del  Medlodia  de  Eoropa.  Los  cac- 
toa  y  los  osraolos  creceo  hasta  600  mdros  de 
attora  eo  la  vertiente  del  Neríe,  pero  soo  raros 
los  qne  se  crían  en  la  éel  Sor.  Sio  embargo,- 
por  esta  parte  las  higoeras  llegao  hasta  t  ,400 
knetros  de  devacioo.  Eo  las  colioas  al  Sor  del 
peqoefto  Atlas,  cuya  altora  por  on  térmloo 
mcKlio  es  de  4,fOO  varas  sobre  el  oiar,  rio  se 
eneuentran  ya  ni  cactns,  ni  oaraqjoi,  slno  al- 

Jf)    FtoreAilénHeaittewMk.*¥uii»,ilte. 
2)    Téaae  las  fMici^i  tokre  et  amrp^eekamient^ 
éiremto^  hCeÍl*w  éMerifcim  de oírot  beefme 
de  U  Areelia,  por  Mr.  Cerrb.  Amntet  wíoHiimoi^  oe. 
lat>rede4f4S.  I«(om.S4. 


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^87 


A&6ELIA 


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guuat  oliw  una  aci  yotra  allá.  La  fegeta' 
cion  en  este  pals  es  muy  actiTa;  las  dos  lerce- 
ras  partes  dcl  terreno  á  orillSs  del  mar  y  al 
pie  dei  pequeño  Atlas  estin  llenas  de  matorra- 
íes  de  una  altura  pródigiosa.  Los  lerrcnos  pan- 
tanosos,  las  orilias  de  los  rlos  y  ias  de  los 
arroyos,  estáu  pobladas  de  adclfas.  Al  Sur  del 
Atlas  pequeño,  la  vegelacion  no  tiene  tanta 
vida  como  en  el  Norte.  La  mayor  partc  del 
terreno  es  árido;  son  muy  pocas  las  palmeras 
que  se  encuentrun,  y  ias  enanas  formaa  gru- 
pos  muy  espesos  en  medio  de  las  malezas.  Los 
naranjos  aroargos  y  los  limonerós  son  síItcs* 
tres.  Se  crian  en  los  Talles  de  las  cercanias 
de  Argel.  El  granado  crecc  en  mucba  abun- 
dancia  en  toda  la  Berberia,  lo  mismo  que  el 
madroño.  Las  viñas  se  cultÍTan  mucho  en  la 
Argelia,  pero  ias  bay  tambien  silvestres  en  las 
bahias,  en  los  bosques,  y  aun  entre  los  ma- 
torraies.  Los  plantios  de  olivas  son  numerosos 
y  estensos,  sobre  todo  en  las  inmediaciones 
de  Bngia,  de  Tlemcen  y  al  pie  dei  Atlas,  a 
lo  largo  de  Uilidja.  Ya  no  se  encuentrun  en  el 
dia  sino  algunas  moreras  csparcidas  por  el 
campo,  débilcs  restos  de  los  numerosos  plan- 
tios  que  algunas  familias  refugiadas  de  Bspaña 
en  Argel,  pusieron  en  ia  costa  y  que  Gramaye 
en  cl  siglo  XYII  y  posteriormente  Peyssonei 
ban  admirado  tanto.  El  ^JenJo  se  cria  tambien 
cou  abundancia  entre  las  píantas  berbáoeas. 
Los  umbetiferos  crecen  basta  una  altura  con- 
siderable;  el  acanto  se  encuentra  en  todas  las 
bahias.  Los  criptógamos  son  muy  escasos; 
apenas  se  encuentra  el  musgo  y  muy  pocos 
'  liqiicns.  Por  último,  la  vegetacion  por  la  parte 
del  mar  esti  muy  lejos  de  tcner  el  vigor  que 
la  de  tierra  intemada  en  ei  continente. 

Todavia  no  se  conoce  en  Africa  sino  algu- 
nos  riegos  imperfectos  eu  las  cercanias  de  Bli- 
dah,  de  Tlemcem,  de  Bislcarab  y  en  la  emboca- 
dura  del  Cbeliff .  Los  qoe  hay  en  las  inmediacio- 
ncs  de  Argel  y  de  la  tribudcDJebalah,  notienen 
ningnna  importancia  en  concepto  de  Mr.  Bau- 
dc.  El  mismo  indica  los  trabajos  que  debe- 
rian  hacerse  para  aprovechar  las  aguas  de  la 
Scybouse  y  de  Mafragg  y  aun  quizá  tambien 
las  del  lago  Efxara.  Gonstantina,  dice,  está  si- 
tuüüa  en  la  roejor  disposicion  para  sacar  par- 
tido  de  la  pendíente  del  Rummel;  y  eu  la  prO- 
vincia  de  Bugia,  todas  las  6,000  hccláreas 
de  llanura,  puedeu  regarse  por  medio  de  dos 
dcrivacloncs  del  Souuiah.  Gon  respecto  ¿  la 
provincia  de  Aigel,  la  distríbucion  de  la  esten- 
sa  superflcie  dc  las  aguai  que  bajan  dei  Atlas 
al  Mitid]ab,  de  ias  que  brotan  naluralmente  en 
los  pantauosdc  la  llannra,  ó  dc  lasque  produ- 
jese  li  construccíon  de  unos  pozos  artesianos, 
seria  la  nu^or  base  que  pudiera  darse  al  esta- 
biecimicnto  de  la  iQduslria  agrícola  en  esta 

grovincia.  Ningun  rio  de  la  Argclia  es  navega- 
le  mas  quc  cn  su  embocadura  y  eso  en  muy 
pecos  parages:  por  cousiguientc  el  sistema  de 
riegos  110  se  op6ne  ¿  qne  la  agricultura  apro- 
Tcche  y  uUlice  ias  agu99  disponible^enlos  lar- 


gos  planos  inclinados,  cuya  estension  es  des- 
de  las  crestas  del  Atlas  hasta  cl  mar  y  el  de- 
sierto. 

Y .  DesQrtpcíon  de  la$  costas.  Nos  ha  pare- 
ddo  oportuno  hacer'en  este  lus^ar  uo  resúmeo 
de  la  Descripcibn  de»la¿  costas  de  la  Argelia 
queha  publicado  Mr.  Berard,  y  que  tan  exacUi- 
mente  mani0esta  la  imporlancia  maritimi  para 
los  franceses  de  sus  posesiones  en  Africa.  To- 
mando  Mr.  Berard  por  punto  de  partida  la  ba- 
hia  de  Argel,  describe  desde  lucgo  la  parte 
del  litoral  quc  llega  al  Este  de  esta  babia,  has 
ta  la  isla  de  la  Galite,  y;  despues  la  que  sees- 
tieúde  hácia  el  Oeste  énlre  Argel  y  las  islas 
Ghafarinas.  La  bahia  de  Argel  ocupa  un  espa- 
cio  de  ocbo  á  nueve  millas  del  Este  al  Oeste, 
y  su  profuodidad  es  de  unas  cuatro  millas:  no 
ofrece  fondeadero  alguno  seguro  contra  los 
temporales  del  invierno.  No  entraremos  aqMi 
en  los  pormenores  de  los  proyectos  que  sehao 
propuesto  sobre  el  ensanche  y  mejoras  del 
pnerlo  de  Argel,  sobre  las  discusiones  que  es- 

^  grave  cuestion  ha  suscitado,  ni  sobre  la 
oporlunidad  6  razones  que  hayan  podido  teoer- 
se  en  cuenta  para  la  eleccion  entre  estos  dis- 
tintos  proyectos:  nos  iimitaremos  á  trasladar 
un  artículo  deMr.  Bouflls  publicado  enlos 

I  Anales  tnariiimoi  (1).  A  distancia  casi  de  ooa 

{milla  de  este  puerto  est¿  el  puerto  de  Bab- 
Azouo  en  una  posicion  notable.  Lt  cosla  está 

¡  eo  su  prinóipio  llena  de  jocas;  despues  de  las 
cuales  se  encuentra  una  anchurosa  playa  que 
vuelve  al  Estc-sud-oeste  insensiblemente  y  que 
sube  otra  vez  en  direccion  ai  Nortc,  basta  el 
rio  Houniz  :  alll  ya  no  se  cncucutra  arena,  si- 
no  una  rlbera  escarpada  (jue,  elevAndose  por 
grados  basta  el  cabo  Matifou,  forma  la  parte 
de  Orientc  de  la  bahia  de  Argel.  Este  cabo  oco- 
pa  un  espacio  de  dos  millas,  y  no  ofrece  mas 
que  tierras  btjas.  Hasta  cl  de  Bengut«  no  hay 
resguardo  alguno  ni  fondeadero.  B^jo  este 
nombre  comprende  Mr.  Berard,  todas  las  tier- 
ras  allas  que  hay  ¿  24  y  .'iO  míllas  ai  Es- 
te-norde¿tc  del  cabo  Matifou  y  enlre  las  cua- 
les  sobresalen  el  moute  Bouberalc  (800  va- 
ras)  y  la  larga  y  estrecha  punta  de  Deilys,  que 
protege  ¿  manera  dc  un  muelle  el  buen  foodea- 
dero  de  este  nombre.  Al  salir  de  Dellys,  la 
costa  sigue  poco  roas  ú  menos  la  direccion  de 
Este  y  Oeste,  sin  ninguna  sinuosidad  notable 
hasta  el  cabo  Gorbelin,  bastante  elevado,  de 
un  color  rojizo  y  f¿cil  de  conocer,  porlas  bao* 
das  incUnadas  que  formun  los  diversos  aspec- 
tos  que  oírecen  las  rocasde  que  se  compone.  Al 
Sur  de  este  cabo,  esta  ia  monlaña  Azefoun  de 
4360  metros  de  altura.  Una  larga  playa,  que 
termiDaenunaorillabaJa  y  pedregosa.  formael 
cordon  de  la  costa  basta  el  caboSigli,  designado 
por  Sbaw,  bs^o  elnombre  de  Ash'Oune,  fnon- 

Argel,  p<fMret,Mon'Luitant,  Poiret,  GarelUM- 
(eneéu,  Bemerd, «  Báudt,  inemieroe,  «  por  Mret. 
Bermré^  Jtowf  f  Deketeanx  y  £«¿11^.  ofieiaUt  ée  im^ 
riifA.  (Art.  marii.  y  09lon.  Agotla.  ISiS,  b.*4S.) 


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AftGEUÁ 


490 


kcr  y  el  coal  se  ha  reconocido  por  el  Va- 1 

varáe  Tolomeo.  Del  caboSiglialcaboCarbon, 

Ja  costaslgue  easi  la  direccion  de  Kste-sudes- 

te,  Y  ofrece  &  1a  par  del  niar  ona  ronraila 

perpendlcolar  fomiada  de  grandes  rocaa.  81 

eabo  Carbon  está  fonnado  por  la  parte  Nordes- 

te,  por  un  mooton  de  rocaa  criiadas  j  euya 

cnnibreUamada  Qooreya,está  onas  4 ,000  varai 

elefada  sobre  ei  nivei  del  roar.  La  co8t>i  Yuel- 

?e  alli  háeia  el  Sur,  y  formando  varios  siiiuo- 

sÍdiMles  al  Oeste,  al  Sudeste  y  sl  ^or,  da  iugar 

i  nna  bahfa  en  ia  cuat  esli  ediílcada  la  cludad 

de  Bogia  y  en  donde  ofrece  un  abrigo  sego- 

roentodaa  las  estaciones.  Defcribeen  segoida 

ona  corTa  prononclada,  hasta  el  cabo  GabAlio, 

terreoo  baslante  elerado  que  adelanta  bicia  el 

Ilor-BOr-oeste,,y  ai  Rstc  dicho  cabo  hay  Ya- 

rias  Islas  pequeúas  llaroadas  Islas  deCabailo. 

Hasta  ei  puerto  de  lijeili  ia  costa  no  es  otra 

coBamasqoe  una  serie  de  rocas  Irajas  y  si- 

toadas  eoo  nnilórmidad:  este  pnerto  se  pareee 

al  de  TripoH  en  Berberla;  pero  es  mas  peqne- 

ño  y  oienosseguro.  Es  un  esoelente  fondeadero 

en  el  boen  tiempo,  abrigado  ai  Snr  y  al  B$te 

por  la  parte  de  tlerra,  esti  defendida  del  Yieii« 

to  por  ona  iloea  de  rocas  que  se  osliende  dei 

Bste  al  Oeste  á  unas  4 .000  Yaras  escasas  y  la 

coostroccion  de  un  rouelle  que  no  dejase  'pc- 

netrar  eo  el  puérto  sin  los  vientos  dei  Bste,  en 

general  poco  peiigrosos,  permitiria  i  ias  ciii- 

itarcacionesinvernar  con«eguridad  enJijelli. 

I^sde  a|li  hasta  el  cabo  Botigaroni,  sigue  ln 

co»ta  casi  en  linea  recta  al  Kste-Nordefito.  Al 

cabo  Bougaroni  le  lian  dado  este  nombre  to^ 

pescadores  de  cornl  genoYeses.  Los  moros  le 

Itamaron  Setba$  1Io«as(Io8  siete  cabos),e9  cl 

punto  mas  septeiilríonat  de  toda  la  cústa  Ue 

Argelia.  Bsti  ¿>rmadO  por  nna  porcion de  tirr- 

ras  qoe  abarcan  una  estonslon  de  mas  de  4  6 

aillasdel  Bste  al  Oesie;  so  cnmbre  mas  eievada 

tiene  4 ,090  metros^  su  superficie,  es  por  io 

general  muy  varíada  y  en  éi  se  enciientra  mu- 

choterreiio  dcsmonlado.  Las  inmediaciones  de 

'  la  babia  de  Collo  ofrecen  nn  coadro  muy  plnto- 

resco  y  varíado,  fsc^'pio  la  peninsnla  de  Ald- 

jerda,  qac  es  de  un  aspecto  bastante  triste,  y 

eu  sus  oríilas  hay  muchas  rocas  qte  forman 

tubos  coroo  de  basalto.  A  iababia  de  Collo  sn- 

ceden  et  Bas  Ribi  que  avansa  en  nna  ponta  ec- 

trecha  y  se  compone  de  varías  eininenciaf, 

despues  una  costa  sostenida  por  grandes  ro- 

cas,  una  bahia  abiertd*en  frente  de  un  valle 

lieBO  de  bosqnes  ílamado  Aknies.  nuevtts  y 

OMsescarpadaBrocas,  uii  grandecabo  sin  nom 

bre  qoe  se  estiende  frento  i  ia  isla  Srigina,  la 

pequeña  ensenada  de  Stora,  que  los  moros 

tieDen  por  ei  piierto  mus  segiiro  d^  la  regen- 

eia,  rodeada  de  sttios  deliciosos  é  Inmediata  i 

Iss  roifias  de  ñusicada:  el  cabo  Skiicida  (alle- 

raeioo  visible  de  Rusicada,  Rns  Sicada,  Ras 

Bkida,  como  io  ha  deroostrado  Mr.  Dureuu  de 

la  Malle),  noa  playa  uniforroe  de  cerca  de  6 

millas,  y  el  cabo  FHília,  que  por  la  parte  del 

mar  ofrece  oo  conjooto  de  rocas  escarpadas  y 


cortadas  i  pico.  La  grande  hondonada  coro- 
prendida  eiitre  este  cabo  y  el  de  Ter,  se  cono« 
ce  generalroente  co.i  el  norobre  de  golfo  de 
Stora.  El  cabo  de  Ter  esti  forroado  por  nna  ma- 
sa  estrecha  y  eievada  de  tierra  guamecida 
por  su  base  y  pot  su  ciirobre  de  rocas  de  nn 
color  gris  y  enteraroente  peladas.  La  corobre 
mas  alta  liene  mas  de  550  varas.  Bste  cabo  y 
el  de  Bougaroni  estin  cÍBi.^i  paraielos:  la  distan- 
cia  qne  los  separa  es  de  36  millas;  empe- 
zando  por  aqiii,  1a  costa  sigue  al  Nordeste 
liaMa  Ras  Axin,  y  en  seguida  al  Sud-Eálo  sin 
hacer  sinuosldadcs:  tres  millas  al  Sor  de  este 
úitiroo  cabo,  hay  un  ^>equefio  puerto  qne  cou'i 
flnu  con  ona  ram'bla  profunda:  en  este  puerto 
cs  donde  Mr.  Berard  coloca  el  SuUueu  de  1a 
tabla  de  Peulinger  6  el  CoUosparvus  de  Tolo- 
meo,  KocXXo^^tvxpoc  (toroo  4.*  cap.  III)  (es  aca- 
so  el  C0II0.S  Magnns  KoXXo^^ÍY^aii  KoXX(r{^ 
que  debe  aaeroejarse  al  Socuilu.)  La  oosta  se 
dirige  en  seguida  hicia  el  Nord-este  y  guariie« 
crida  |N)r  grundes  rocas  i  roanera  de  rouraila 
iiasta  Ve¡a  netjra,  peñas^  cónico  seroejaute  á 
una  vela  latina.  • 

Bl  cabo  de  Garde  ó  Ras  el  Hamrad  (el  cabo 
Ro|o)  esti  formado  por  ia  continnacion  de  una 
cresta  de  raontañas  que  parte  del  monte  Edou- 
gle;  en  el  interior,  las  tierras  de  este  cubo  ' 
soo  estremadaroente  iridas.  La  pláyaque  rodca 
i  ta  ciiiüad  de  Bona  Ynelve  al  Hur,  dcspues 
de  hal>er  pasado  roas  alli  dc  esta.  Partiendo 
de  la  cmbocaduda  de  Scybouse,  se  dlríge  la 
coftta  poco  i  poco  bácia  el  Sud-este,  en  segiil- 
da  hicia  el  Bste,  y  Yueive  isubirde.^piieshi* 
cia  el  EstC'Oord-este,  para  eoiiflnar  43  ml-- 
llas  mas  alli.  con  ci  cabo  Rosa,  formado  de 
tiorras  de  escasa  eleYacion.  Ln  emincnciu  del 
inlerior,qne  forma  la  roayor  paríe  de  cllas,tie- 
ne  400  varas  de  altnra;  pero  el  cabo  mismo, 
formado  de  rocas  cortadas  i  pico,  no  tiene  mas 
que  lOOvaras:  es  el  punto  de  la  costa  de  Afríra 
en  qnesc  pesca  un  hermosislmo  coral.  La  par- 
te  de  ia  costa  comprendida  eiitre  ios  cabus  de 
Garde  y  do  Rosa,  forma  el  golfo  de  Bona.  El 
cabo  Gros  ofrece  contornos  redondo^,  peroesti 
formado  de  tlerras  elcvadas.  A  2  millas  de 
distancia  esti  la  Calie  francesa,  estabtecimien* 
to  antiguo  do  ta  compañia  de  Afríca.  Entrc  el 
monte  Rotoodo  y  el  cabo  Rojo,  seBaU  Mr.  Be- 
rard  los  limites  de  ia  Argelia  y  de  Tunes.  co- 
mo  heroos  dicho  mas  arríba.  Desde  el  cabo 
Rosa  al  cabo  Rojo,  las  tierras  del  litoral  soii  de 
una  altura  mediana,  y  estin  cnbierías  por  tor 
das  partos  de  espesos  matorrales.  Vas  alli  deí 
cabo  Rojo,  ia  costa  se  presenta  ya  mas  alta  y 
escarpada.  EI  cabo  de  Tabarca  describe  nna 
curvatura  (\(>  la  cofta,  hicia  el  Sod-esle  que  for- 
ma  iina  bahia  nias  ancha  queprofunda,  i  cnya 
abertura  csti  la  isla  Tabarca,  roca  estéríl,  co- 
ronada  dc  foríiflcaciones.  Esta  isla  ha  perio* 
nectde  por  espacio  de  muchos  siglos  i  la  casa 
de  losSomellinÍs  de  Génova.  Bn  4738unatrai- 
cion  la  puso  en  roauo  dei  bey  de  Tunez. 

YolvieDdo  ahora  i  Argel,  y  sigoiendo  la 


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AfeGtíLlA 


kn 


tosia  dcl  Este  »1  Oesle,  éé  éneucntra  un  pro- 
tiionlorio  (1«  lierra  que  se  eftliende  al  Este  üe 
íá  bnhía  de  Argel,  de  la  cual  es  Aboud  Zar- 
yah,  ia  cima  mas  elevada,  y  la  punta  roüca 
cl  estremo  mas  aaliente  bácia  el  Norte:  este 
promonlorlo  de  tierraa  for;na  el  cabo  Caxim, 
mu8  allá  de  U  puota  bi^i  uc  Raz  Aquatblr, 
da  vuelta  á  la  coata  háeia  ei  Suf  y  forma  ona 
enseiMda  que  termina  en  la  peoiosuJa  de  Sy- 
dy-FerougJ;  esta  peninsula,  cuya  anchara  «e- 
rá  de  oo  tercio  de  miliai  se  estiende  cerca  de 
otrt  milla  al  Nord-este,  y  forma  de  ette  modo 
dos  bahias  muy  abiertas.  Desde  este  famto  ai- 
gue  la  costa  una  dírecci#Q  geDerat  al  Sud-es- 
le,  es  pooo  elevada  y  de  un  aspecto  roooótono 
hasta  kas-el-Amonsab,  compuesto  de  lierras 
altas,  que  ocupao  ona  supnrficie  de  Este  á  Oes- 
te,  y  cuya  cumbre  prioclpaj,  de  4,000  varasde 
elevacion,  se  llamaSchenonnacb  EI  puerlo  de 
Cbercbel,  siliiado  en  uim  pequeña  en&enada 
circular,  cuya  abi*rtara  está  inclinada  bácia  el 
Nord-et»te,  ni>  rs  en  la  actualidad  practicablc 
sino  para  embairariones  pequeñas.  ilasla  ei 
cabo  Tunez,  la  (-o«t4ll»igue  una  linea  caai  re- 
gular  hécia  el  Oeste,  sin  iotcrnarse  apenas  en 
el  continenle:  forman  este  cabo  una  gran  mole 
de  piedraSy  que  sc  esliende  del  Este  al  Oeste 
en  una  longitud  de  3  millaá,  frente  á  la  is- 
la  Colombi  ó  Palomas,  pequefia  roca  de  30  tb- 
ras  de  altura,  y  separada  de  la  cosia  por  me- 
nos  de  media  milla.  La  costa  forma  nna  curva 
bicia  el  Oeste,  con  una  entrada  poco  profuodi, 
l»ero  de  mucba  longilud;  Mr.  Bcrard  creequees 
la  misma  que  Sabw  llama  Magrowa.  Hasta  el 
rabo  Ibi  la  cosla  se  presenta  escarpada,  y  dc 
lierras  de  poeaaltura;  t>eroá  su  espalda,  y  po- 
co  diftantes,  eslán  las  monluñas  deCbeliff,  cu<- 
ya  elevacion  es  de  uoas  3S0  varas.  Desde  la 
escarpada  y  pedregosa  punla  á  quc  Mr.  Beriir4 
llama  la  piinia  del  Cheiiff,  basU  alguna»  mUlofi 
el  Sur  deMoslagaoem,  la  costa  sigue  uoa  dí* 
'reccioo  conslanle,  queeseISor-30*-0e8te,sio 
rouchos  rodeos.  Mas  all¿  oirece  ia  babia  de 
Arceo  uo  escelenle  foikleadero  en  lodos  tiem- 
pos  á  los  ÍHiques  mercanies.  Gonóeese  eon  el 
nombre  de  cabo  Ferrat  ei  grupo  de  mootañas 
inlerpuesto  entre  Us  bahías  de  Arcen  y  de 
Oran.  La  cumbre  mas  alta  tiene  700'Varas  de 
elevadon.  En  el  foodo  de  la  grande  eotrada 
que  forma  al  Oeste  el  cabo  f errat,  hay  dos 
playas  de  areim  entre  las  cuales  se  encuenu^ 
Oran.  ía  puiita  del  fuerte  lamouna  protege  el 
fondeadero  de  Orau  contra  lus  vientoít  Oeste  y 
tVord-esle.masaliádeesta  punta,  la  cosla  vueU 
veháciaei  Oeslc,  foHBaunacurvaháciael  Norle, 
y  conciuye  porunirsealfuerledellerB-el-kebiir, 
que  se  adeiaola  como  uo  muelle,  y  es  el  mejor 
abrigo  qucpuede  encootrarseen  lodo  el  litoral 
de  la  Argeiia.  La  bahia  de  Mers-eUKebir  est¿ 
rodeada  por  todus  partes  de  lierras  elevadas; 
las  del  Sur,  llamadas  mootes  Raomara  soo  muy 
nolables  y  fonnan  noa  cadeoa  eo  direo(^  del 
Oeste  al  Eske. 

Al  Este  del  cabo  Folcoo  eftlá  la  bahia  delas 


Agiiadas;  al  Oesle  del  mlsmocubo  hayotraman 
profuoda.  ácuyasorillasbay  lambien  mucbas 
playas  y  malesas  que  vao  sieodo  mas  altas  se* 
guo  008  aproximamoa  al  cabo  Lindiés,  forma- 
do  por  tierras  altas,  cuyas  aristas  se  dirigen 
bácia  el  iQlerior,  y  van  á  nnir  laoordiileraqne 
termína  eo  Mers-el-Kebir.  De  este  cabo  ai  do 
Tegaio,  ia  costase  dirige  geoeraUoente  al  Spr* 
este,  y  va  eiev¿ndose  poco  á  poco;  elcabo  Te« 
galo  es  uno  de  los  mas  salientes  ^e  la  cost^ 
rouy  escarpada,  casi  corlada  ¿  pico»  y  ai  ^e  d« 
él  le  encueotrao  baooales  de  Msalto  en  todo 
clase  de  formas  y  direcciooes.  Mas  all¿  ae  pr^ 
senla  ei  cabo  Noé,  forouulo  porun  terreoo  ai* 
toy  cortado¿  pico  por  la  parte  dei  mar,  eom^- 
dio  del  cual-sobresaie  4u  moolai^  de  Noé.  de 
uoas  4,000  varaa  de  altura.  Yieoeo  por  úiiiflM 
ei  cabo  Hooe  y  el  cabo  Miionia»  de  uo  iado  f 
otro  de  los  limites  de  Marroecoi. 

Vi.  OimmH  y  tapograjla.  B%¡q  ia  doiai* 
nacioo  de  los  deya,  estalHm  gobemadas  l^ 
provineias  por  beys  que  les  pagabao  qr  Irlbn- 
to  apual.  La  regeocia  de  Argei  estaba  dividido  • 
eo  cuatro  proviocias,  de  las  caales  aolo  trea 
tenian  beys;  erao  estas:  al  Sur,  la  provinda 
de  Tiiteri,  que  no  oomprendia  OMsqaedoscia- 
dades,  Medeab,  la  capttal,  y  Miliiaoah;  ai  Kste 
la  proviocia  de  CoosUiotina,  separada  de  In 
provinda  de  Tilteri  ai  Sur-este  por  ias  peque- 
ñas  ciudades  de  Sedi  Hadjeres  y  de  Sedi  flais- 
sa;  *y  al  Oeste  por  lacordiilera  de  losBibnnliai- 
ta  lus  aideas  Oule-Mansour  (la  ciudaa  de  Bogin 
y  el  valle  de  Ouid  Soamar  no  eatabán  com- 
preodidas  eo  eu  territorio);  al  Oeste  la  pro- 
vincia  de  Orao,  llamada  eo  uo  priocipio  rei- 
00  de  Tlemoera,  y  despnes  proviociade  Maaea- 
ra.  Ademas  el  bey  admioistraba  dlrectaoMiile 
ei  piis  iMMopreodido  eulre  eipequeño  Atias,  ü 
our,  los  oriilas  del  Chiffah,  y  laa  dei  ▲rtachi» 
que  cireuodabao  tres  ciudadee:  Argel,  Blidah  j 
Coloah. 

Provincia  de  Árgri.  La  ciudad  de  Ai«a 
está  siluada  por  3»*  47'  y  «5''  de  laütod  Nor- 
te  y  0*"  W  W  de  ioogitud  Este,  contados  por 
el  meridiano  de  Paris.  Se  eleva  eo  forma  de 
aofiteatro  wúire  k  peodieote  de  una  coUoa,  ou- 
ya  baae  se  ioteroa  oo  ei  mar,  y  sobre  la  cuai 
se  eleva  ia  cumbre  4  50  varas  mas  que  el  nivei 
de  sus  aguaa:  aféda  la  Qgura  de  nn  trüngtiio: 
su  base  se  apoya  en  la  costa  y  su  cúspide  sobre 
la  «uBai>re  misma  de  ia  eolina;  en  este  puo- 
to  estásltuada  ia  Kasba,  oiudadola  qoe  servia 
de  residenciaal  dey.  «Desde  loalto  deBoodja- 
reah,  dice  Mr.  Baude,  lasuperflcie  queaepre- 
senU  ¿  ia  visla  es  de  500  ¿  600  leguas  eaadra- 
das;  se  estlcnde  desde  el  roar  ¿  las  camtNres  M 
Ailas,  desd^  Deilys  á  Ghercbel,  y  se  divMe  eo 
Ires  partes  muydistintaii,  el  Sahel  6  proooule-  ^ 
rio  de  Argel;  lailanura  y  los-oostadoa  del  átlaa 
y  ausmalecones.  La  superflcie  del  proBOOterio 
es  de  25  leguascuadradas;  subaseeslá  bañada 
por  el  mar  al  Norle;  al  ^este  por  el  Arach;  al 
Oesle  por  la  Masafrao;  al  Siir  tiene  una  rapida 
pendieote  hAcia  la  llanura.  Sus  nunierosas  i  a- 


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ÁReELIA 


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fitdas  se  riegan  con  las  agnas  dcl  invierno  y  I 
sc  secan  en  el  Terano:  cl  desmontc  de  Id  enor- 
memotehadisminuido  cn  cslremo  los  manan- 
üales.»  La  yasta  llanm'adel  Mitidja  cstá  sltua- 
da  entre  dos  cordilléras,  cuya  dircccion  es 
próxímament'e  dc  Este  á  Oeste;  1a  det  Sur,  cl 
peqnefio  lllas,  es  mucho  nias  baja  que  la  del 
Kbrfe:  eti  esla  llanura  se  encuentran  toda  clase 
dkXemno» .  desde  el  mejor  hástaH  masrhaló, 
segnn  la  espresion  de  Ifr.  Bande. 

Ai  príocipio  del  siglo  XVI,  Argel  noeraotra 
cosaqaé  el  niercado  de  ta  MitiiQa;  Ithyreddin 
d1fiatrDaro]a  II  fué  sn  Tcrdadefo  fundador,  por 
qoe  el  puerto  qne  construyó,  aunque  muy  raa- 
lo,  bastá  para  darle  suma  imporlancia  (4).  Por 
liBS  demas  «su  posicion  Tnaritimay  militar  á  ne- 
diados  de  1a  regencia,  la  eonverg^ncia  hácia 
su  mnrosde  tas  depresiones  dei  Altas  á  las  Puer- 
tas  de  hierro  y  á  la  cortadura  de  Chifrah,  la  iD- 
mediaciofi  de  la  Mitldja,  la  del  Yalle  de  Chelirr, 
(peTÍenen  i  ser  una  prolongacion  de  ta  Mitid- 
ja,  oonétitayen  en  Argel  tas  principales  cir- 
cQDsranciasque  pueden  adornará  nnacapital.» 
ffl  camlno  reai  de  Argel  ¿  Blida^  se  dirige  hi- 
cta  la  Mitidja ;  muy  cerca  del  paráge  en  qne 
este  catnino  salc  á  la  llanura,  se  encuentra  ¿ 
Hi  tzqnierda,  sobre  una  pcqneña  eminencia, 
mui  gran  ca$a  cuaérada^  anti¿aa  qninta  del 
dét  de  Krgíi);  desdé  atU  é1  cimlno  luérce  re- 
pMtnaádieDle  i1  Oeste  v  tí  ¿  parar  el  OoeiMCec- 
itill,  sobrcnn  -pumtedepiedra;  k  pot^ae  en- 
cirtntra  el  Haoucli  del  bey  do  Oran,  ilamadQ 
a^  porqoe  dicho  Itoy  ^nociaba  alli  cqande 
IfeT«tNi  áArgel  lo:;  tributosdem  proTitacla;  mas 
állá  el  Oi)ed  Boufrarik,  y  despnes  el  Donffariií, 
aaé  es  el  primcr  pueülo  qne  los  francl»es  han 
eftbbtMdó  en  Mit4d)a,  y  que  eatá  Ae^iñado 
á  KT  algith  di*  éi  centro  dé  sns  esfablecimlcn- 
HH  en  tá  Ifanura:  cstc  pue^o  Dcnpa  el  solar 
dDnde  hiHH)  un  m'ércado  muy  céle^e.  Pona  m 
eoiDnDlcaclon  ios  apostaderos  de  Doueirli  y  Bli- 
dah  y  está  fortiBcádo.  Et  camloo  se  divide  cN 
etté  {MiDto  en  dos  ramales;  nno  en  dirieccíon  al 
Oeste  pará  irá  Oran  y  otro  hácia  el  Sudocste, 
que  conduce  á  Btfdáh. 

ftsta  clodad  estA  situada  al  ple  del  pequrfio 
AlliB  freilteá  la  entrada  de  on  Tatie  muy  pro- 
fondo,  Inmediato  ¿  la  montaña.  Sos  alrededurca 
esAiXí  bastante  ciiitlTados.  Las  montañas  vecl- 
nas  cstán  habiladas  por  las  trilnis  de  lU  iii- 
Mefisera,  ai  Este ;  ias  de  Beni-Sala  y  las  dc  Be- 
At-MeesoDS,  al  Ocste.  Ksla  última  tribn  llega 
Itestael  Tallede  la  Chiffah,  en cuyolado  opucs- 
roemptesaeltcrriforio  delatrtbude  Monzaia. 
Us  de  Menl-Sala  y  Beni  Messous  nollegan  lias* 
ift  et  llano  j  ooflcluten  pbr  esta  parte  en  el 
#oed-Xcbir. 

El  camino  de  Medeab  sale  de  Blidah  por  la 
paerta  de  Oeste,  signe  ia  mátgenes  del  Oued- 
K^blr,  püa  por  la  confluencia  de  este  rio  con 

(4)  Yéasa  la  dflseripoioo  de  la  fucrci  y  d«  It  ri' 
Jiiet?  49  Affel  i  prmelplos  del  sigioXVlI  én  J.  B. 
frÉBiaye,  Aflricw  illiftlra<0  Ubridicm^txe,,ím. 

4^9     BtULIOTKCA  PQPUUJl. 


el  de  Chiffttli,  forma  un  recodo  en  e1  corlija  de 
Monzala  y  se  dlrlge  perpendicnlarmente  ¿  la 
cordiilera  del  pequeño  Atlas,  atravesándola  de 
parte  ¿  parte.  Ea  las  montafias  que  alraviesa 
sobresalen  y  le  dominan  las  de  Monsaia,  cuya 
elevaciones  de  masde350  Taraseobre  el  tone- 
no  del  mismo.  Por  1a  derecba  linda  con  uu  pro- 
fando  valle  despues  de  haber  atravesado  rara- 
blas  éllcarpadBB  y  U^&  &  la  gargantadel  Tentab, 
cuyos  alrededores  est¿n  poblados  de  bosques. 
AI  pie  de  las  montaí^as  va  costeando  nna  llanu- 
ra  e^trecha,  en  medio  de  la  que  hay  un  espesQ  y 
hermosobosquedeolivas,  subedespoespor  una 
pehdientesuaTe¿  1a  meseta  del  Nador,  comple- 
tamente  árida;  entonces  ofrece  ¿  la  vlsta  del  Tia*> 
gero  un  gran  valle  y  en  su  centro  la  ciudadde  Me- 
deah,  coDStruidasobreuna  eminencia  eácarpada 
por  todas  partes  escepto  por  la  del  Sur,  baña- 
da  por  los  afluentes  del  GhelífT  ó  inmediato  al 
pantano  del  Oued-Djir.  Una  fortaieza  romana 
ocopaba  la  parte  sopertor  de  ia  eminenda,  y 
llegaba  ¿  la  mitad  de  la  pendiente  h¿cta  el  Sor; 
loB  restos  de  estas  mnrallas  BubsistOD  todavia. 
La  clttdad  actnal  ilega  por  esta  parte  basta  el 
pio  de  ia  eminencia,  y  se  dtvide  en  alta  y  baja; 
está  ¿4,400  metros sobre  el  niTel  del  mar;  en 
verano  se  siente  mucho  ealor  y  en  e1  Invierno 
hace  mucho  frio.  Los  olivos  y  naraujos  no  se 
crian  en  este  pnnto;  los  únicos  ¿rboles  qne  se 
encuentran  son  mereras,  pcrales  y  ¿lamoa  blan- 
cos.  Las  vlñas  son  el  objoto  principal  dei  cuU 
f|Tb.  Los  francc^es  8  establecieron  alli  en4840. 
Entonces  estaba  basi  desierta,  pero  e8t¿  de^í- 
nada  á  asegurar  la  comunicucion  y  el  comer- 
cüo  cotre  ei  Sahara,  los  l>cni  msab  y  Argel.  Una 
Tia  romana,  que  parte  de  Medeah  en  direcckm 
primero  al  Siir  y  en  seguida  al  Este,  llegaba 
haáta  Gonstantina  sinobstáeulo  aigiinode&puea 
de  habér  dado  vuetta  al  DJurdura;  otra  comuni- 
caba  ¿  Medcad  oon  Miliane^, 

Eiita  ültima  ciudad,  de  ta  cuai  tomaron  po« 
sesion  los  franceses  el  8  de  junío  dc  4840,  es- 
t¿  8itui|da  en  ias  montañas  ¿  4  ;000  varas  próii- 
mamcnte  sobre  el  nivel  del  mar,  y  ¿  5  milias  de 
la  Ilanura  del  Cheliff,  cdiDcada  en  la  cosla  de 
iina  roca;  la  ociilla  por  1a  parto  del  Norte  el 
monle  Zakkar,  nl  Este  un  leriapleii  al  cuul  doraí« 
na,  y  otro  at  Oeslc,  regado  por  aguas  vivas;  al 
Sur  se  cstíende  una  fértil  y  hcrmosa  vega,  cu< 
yo  limite  es  el  pcqucño  Gontas.  Ei  monteZak- 
kardcuna   elevacion  de  4,534  meMos  sobre 
elniveldel  mar,8e  prolonga  al  Esteyal  Oesle 
y  sus  estremidades  ilegan  hasta  ias  dos  tribus, 
ios  rigiia  y  los  beni-menasser.  La  poblacion  de 
Milianah  en  ia  época  de  la  ocupacion  por  lof 
franceses,  podia  ser  de  7  ¿  8,000  habitaotes 
¿rabes  de  tribus  cncmlgas,  los  rigba,  los  i)e- 
ni-menasser,  los   reyra,  los  lachem,  los  beni- 
xeng-zoD^,  etc,  y  de  morosó  koulouglis.   u 
terreno  de  esta  ciudad  es  sumamente  fértil,  Lag 
aguasqucloriegau  tienc.i  ¿u  procedencia  do 
cicrtonúmero  de  mananiiulcs  dd  Zalíkur  al  ítor- 
te  de  aquella.  Se  haquerido  suponer  que  eataa 
l  agiias  Bnyen  dedepósitos  de  las  alturasó  de  Im 
^.    III,    4a 


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AftGELIA 


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•MTemas,  ftmdindoBeetiiitteel  2a1ckar  Jatdáses- 
ti  cublertode  Dieve,  y  en  qoe  do  disminuyeii  sns 
Bguu  Di  8un  en  ^  rigor  del  yerano.  La  (em- 
pentura  es  moderida,  pero  variabte;  liace  rae- 
nos  calor  que  en  Argel,  Bona  y  Oran;  los  víen- 
toa  8on  tambien  muf  variablea:  en  un  miamo 
dia  cambia  varias  veces;  sin  emnargo,  ei  cli- 
manoesmal  sano.Ei  terreuoaobre  que  está 
edlficada  Miiiauah,  eBti  formado  príncipalmen- 
te  de  depósitos  calcáreos  cubiertos  con  una  ca* 
pa  de  lierra  vegetai  en  uoas  5  varas  de  os- 
pesor.  Gon  respeclo  á  minerales  sc  encuentran 
(^idosy  carbonalo  de  hicrro,  7  sobre  todo 
fMilfato  de  plomo  mexclados  de  auiimonio.  La 
ladera  do  la  roontaüa  á  que  la  ciiidad  se  halla 
adaptadu,  la  forma  on  carbonato  de  cal  de  una 
diirexa  regular  f  muy  f¿cil  de  tailar  con  el  cín* 
<el.  Al  Nord-este,  ?e  cncueotran  grandos  cante- 
tns  de  mármoles  dc  diferentes  colores  y  dc  un 
«jrano  muy  flno;  tambien  se  han  haliado  algu- 
uos  pednxos  deun  m¿pmol  enlerameuteblanco, 
que  parece  proceder  de  lo  alto  del  monte  Zalc- 
kar.  Todavfa  existen  señalesde  onavia  roma- 
iia,  cn  la  que  conduce  álatribudclos  righa,  al 
ilsie  de  la  ciudad.  Lo  que  da*  á  MUIanah  mucha 
importancia,  es  qiie  domina  la  partc  soperior 
del  Gbeliír,  y  Uis  ricas  iribus  de  ia  orillá  de  es- 
te  rio»  asi  como  (ambien  el  hallarse  situada  en 
ia  linea  de  comunlcaciou  entreÁrgely  laspHn- 
oipales  cindades  dc  la  provincia  de  Oran. 
•  Debemos  hacer  mencion  de  dos  ciudades 
maritlmas  en  la  provincia  de  Argel:  Cher<M 
y  DeUy$,  Chrrchel  siluada  A  48  leguas  ai  Es(e 
de  An?el,  no  ocupa  en  el  dla  mas  queunamuy 
pequ:  ña  parte  del  rcointo  que  ocupó  la  ciudad 
romanN  Julia  Csesarea:  ci  diimetro  de  la  actual 
es  de  100  varas:  ei  de  la  ciudad  romana  era  de 
(nucho  mas  de  2,000.  Está  situada  sobre  una 
pendi«*n(e  sep(entríonal  de  colinas  elevadas 
1^0  varas  sobre  el  mar,  en  un  pais  sano,  fér- 
U\,  ahrigado  dc  los  vientos  del  Sor  por  la  cor- 
dillera  dei  Zakkar.  En  ias  cercanias  hay  mu- 
chos  bosqiie^,  ciiltivados  con  esmero,  y  rega- 
dos  f  or  varias  corrienles  de  agtia,  particular- 
niPiite  porelOued  Bellaa  y  el  Oued-d-Haobero, 
á  ias  quejamá.slcs  falta.  Aiites  do  que  los 
franceges  tomasen  posesion  de  Chercbel  en 
1840. '8119  habitautes  hacianun  c^roeroio  de 
caboli^e  bastante  activo  con  Argei  qne  coosls- 
lia  cn  frutas,  leña  ymaderas  de  comUrnccion. 
Cherchei  tieiie  la  vontaja  de  dominar  la  parte 
ocrideotal  del  Mitidia,  de  la  qnc  solo  la  sepa- 
ran  colinas  poco  elevadas  y  un  intérvalo  de  5 
Á6  leguas,  conocido  con  el  nombredc  Sael  de  los 
'  Beni-Menad. 

El  puerto  de  Cherchel  está  aaotado  por  to« 
do.«  los  Yieutos,  escepto  por  los  de  Oeste,  de  los 
riiales  le  deflende  uiia  penlnsula  unida  al  con- 
«ifjenlc»  r^^r  uua  playa  do  arona. — DeUys,  en 
¿i%be  Ttdles,  esln  siluada  á  20  kguas  al  Esto 
>de  Arjrel.  Ciiando  los  dos  Barbarojas  se  repar- 
-tl^iou  Iti  Míronria  en  4547,  Khayroddln  fljó  su 
T«'í»i<lonpia  on  Dollyg.  Monl.^?  do  Nicolai  quola 
t'^flus  rn  4551 .  y  G'Bmíiye  poMorlorment^,  h  m 


ponderadomuclio  la  indu^íriay  ttrludesde  sof 
habitantes,  pero  la  opresion  de  los  lurcos,  ha- 
bía  reducido  esla  poblacloo  á  600  vecinos. 

Provinda  de  Oran,  Oran,  situada  á  35* 
44'  20''  de  iatitud  Norte  y  ¿  3»  2'  28"  de  lon- 
gítod  Oeste  y  por  consiguiente  ¿  76  leguas  de 
Argel,  ocupa  ¿  la  orilia  del  mar  dos  pequeñas 
llanuras  ó  mesetas  prolongadas,  separadts  por 
un  valle  escarpado  en  direccion  de  Este  ¿  Oes- 
te  y  por  el  cual  corre  un  caodaloso  arroyo.  b- 
te  arroyo  tiene  sn  origen  al  Sud-oeste  de  la 
ciudad  enlacontlnuacionde  las  montañtsde 
Rammra:  va  á  parar  al  valle  del  mismo  nom- 
bre  por  un  acueducto  sublerráneo;  al  sailr  del 
valle,  estearroyo,  siempre  porbajo  do  tiena, 
sigue  al  Norte  una  rambla  muy  escarpada  y  ua 
pocoanles  deentrarcnOran,  en  un  estrecho 
liamado  La  Fuente,  partede  sus  aguas  se  ea* 
capan  por  una  abertura  lateral  que  tiene  el 
conducto  y  sigoe  corriendo  por  el  fondo  del  va- 
lle,  ias  demas  se  reunen  al  costado  occfden* 
tal  de  la  ciudad,  en  un  depósito  desde  el  cual 
se  distríbuyen  en  segulda.  Por  mucho  tiempo 
poseyéron  los  españoles  ¿  Oran  y  foeron  loa 
que  la  fortiflcaron,  rccobrándoia  y  al)andoii¿B- 
dola  despues  varias  veces,  hasla  qne  por  úlü- 
mo  en  1794 ,  ¿  consecuencia  de  un  terremolo 
que  la  arruinó'casi  enteramente,  selaoedieron 
al  dey  de  Argel.  Desde  Oran  se  dlrlge  nn  caoii- 
no  al  Este,  que  conducc  ¿  Arsen  y  Moslaga- 
nem,  atravesaudo  la  aldea  de  KergueoCa:  nn 
poco  mas  h¿cia  el  Sur,  el  de  Mascara  y  Argel 
pasa  por  la  orílla  de  esta  misma  aldca  y  atra- 
viesa  el  terraplen  del  cementerlo  de  Oran.  Bl 
deTlemcem  pasapor  iaciudadde  Ras-el-Ain  y 
se  diríge  al  Sud-oeste  flanquecndo  los  montes 
Akebet'Aronu  conlinuaclon  del  Ramma.  Bü 
fuertede  iíersel-ira6írest¿  ¿  8,000  metros 
de  Oran;  ilroaji  ¿  8  leguaa  Nor-nord-esle;  Moe» 
taganem  ¿  25  leguas  E.slc  y  Mazafjran  1 4  3  le- 
guas  Nord-este.  Hace  cuarcnta  años,  dice  Mr« 
Baude,  los  terrítorios  de  Mostaganem,  Mata- 
more  y  Mazagran  coinprendlau  dcsde  la  embo- 
cadura  del  Cheliff  á  la  de  Magla  una  pobiadoo 
de  20  á  25,000  almas.  En  4830  eslaba  rcdoci- 
da  á  iinH  Uiitíid;  pero  Ías  inmediacioncs  de  M(h- 
tagaoem  preseutaban  todavla  cn  4833  et  mas 
feorpreniJente  y  agradabte  aspecto.  Todo  ha  va- 
riado  con  la  ocu|iac¡on  de  los  franceses;  en  d 
dia  haii  de.^iiparecido  los  plaiitios  y  los  ríegos. 
AImI  elKadcr  ha  hechoquese  traslade  á  Te« 
keüerapt  (oda  la  p  blacion  de  Mazagran,  qoe 
lia  ¿ido  reemplazada  por  los  refugiados  dclas 
tríbus  de  beliiowa,  de  mekalia,  de  chourfii  y 
sobrc  todo  de  la  de  borgia.  Esla  tríbo  que  ha- 
bitaba  cl  terrítorío  de  El-Borg  sobrc  el  camino 
de  Moíítaganem  ¿  Mascara,  en  4  836  faa  pasado 
¿  la  de  Musa  cerca  de  Akermas. 

La  ciudad  de  Mascara  sitiiada  eu  ia  verlien- 
te  mcridional  de  las  eolinas  que  limKan  por  el 
Norle  la  Uanura  de  Eghrés,  está  unida  ¿  dos 
eroiocncias  separadas  por  una  rambla,  por  la 
ctial  cori  e  cl  aguu  en  todo  tleropo:  sc  compone 
ile  rinco  phrtos  díforontes;  la  ciu<lail,  propla* 


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m 


A&OEUA 


1« 


mente^c^,  está  lobrela  émiMncfa  dd  Bste. 
BeniK>sa8  y  abandaDtes  agoas  ríeigao  todo  au 
ioelo.  rrocedeo  de  uo  fDaoaDtial  distaote  maa 
de  3,000  Taras  de  alii  y  qoe  oo  se  agots 
jiDiia. 

Tiemceoi  está  cdifleada  eo  ooa  peodieote 
al  pí<(  de  las  Diootañas;  se  díTide  eo  coafro 
eoarteles;  Jeidan,  Aio  Haood  (ftiente  veoeoosa) 
8idí,  Boohameda  y  Tlemcem.  Dotris  de  la  cio- 
dad,  baj  cuatro  órdeoes  de  mootañas  de  las 
cuales  cseo  Taríos  arroyos  formaodo  Tistosas 
easeadas.  Uo  hermoso  Talle,  situado  al  Sor,  eoo 
trasta  siRgolarmente  por  so  Terdor  y  fertllidad 
coo  la  arídei  de  las  mootañas  que  se  diTisao 
en  lontanaosa.  Desfootaloes  dice  qne  oo  ba 
▼isto  Jamás  on  pais  lan  bien  regado.  y  la  des- 
erípdon  que  bace  de  las  cercanias  de  Tlemcem 
es  eDcantadora  (4). 

Csta  ciodad  eslá  silaada  i  ooas  44  leguas 
M  mar;  ftié  célebre  eo  otro  tiempo  por  la  mag- 
nfflceoeia  de  sos  establecimieotos  páblicos, 
porla  ioteligeocia  y  ríqnesa  de  siis  comerciao- 
tes.  Los  geooTeses  y  veoeeianos  la  frecoenla- 
bon  en  la  época  en  qqe  Oran  cayó  en  poder  de 
lo«  españoles.  El  reino  de  Tlemcem  compren* 
dia  entonces  toda  la  ríbera  del  Cbeliff ;  y  en  el 
siglo  XIII ,  ann  la  misma  proTincia  de  Bugia 
dependia  de  aquel.  Dirígiéndose  dcsde  Tlem 
oem  i  los  eonflnes  de  llarroecos,  se  encuentra 
al  flD  de  la  bermosa  llanura  de  esta  ciudad  el 
Oued^Zeitoun  (Klo  de  los  OÜtos):  3  leguas  mas 
alli  se  pasa  el  Souf'Neurours;  y  por  último 
ona  legoa  despues  el  Oued  Tafna,  el  mas  cau  - 
daloso  de  estas  comarcas.  El  pais  comprendido 
deade  e1  Tafna  hasta  Marroecos,  es  arenoso, 
esléríl  é  inculto;  el  Oued-el-Melcbc,  que  dcs* 
agoa  en  este  río,  corre  al  pie  de  la  cordíllera 
de  ibontañas  de  TraTa.  que  se  estíende  del  Sur 
al  !9orle  en  nna  lougitud  de  45  i  46  le- 
goas. 

Provineia  de  Comiantina.  Esta  proTincia 
ba  sido  me]or  estudiada  y  descrítas  con  mas 
exacfltOfVqne  la  de  Oran  {%, 

El  inmenso  terrítorio  que  comprende  esta- 
l>a  dístríboido  en  cQdiro  grande^  üiTisioiies 
enteramente  geogriflcas  y  de  ningun  modo 
administrativas ;  al  Este  (Chark)  compreodla 

(I)  VéaM  la  relaciM  dol  riaKe  del  profesor  Des- 
féirtaiiie*  á  Arcel  y  TlemceiD.  (Nuevos  inales  de  ios 
▼togefl,  t.  XLVI  )  y  «iia  notlcia  del  abate  Bargé«  lobre 
TlMice»  eslracuda  del  Üi^rio  atiálico,  enS-o  Pa- 
risfail. 

(t)  Yé^H  Dureau  de  la  Halle.  SotídaM  mbre  la 
prommeia  deComtaiUina,tn%.\  Pari»  4S37.  Al  gene- 
ral  baroa  Joaclieffeau  deSaiot  Denis:  ContidTocio^ 
net  fodre  la  provitíoia  d$  ContUMíina  {Eiptclador 
mitÍfíMr,  enero  de  1838.)  Ilres.  Puillon  Bob!aTe  y 
Berl>r*gger  ban  preaenudo,  en  I89S  al  Inttlloto 
uoas  oMiiiorias  tituladas  las  del  primero,  Qitada  to^ 
hrt  ia  feografia  fitiea  de  la  proeineia  de  Conttanii' 
««« j  las  tfel  seguBdo  Deteripeion  de  laproffineia  de 
Comttanítna.  Por  úUimo,  se  encuentra  en  U  Detcrip- 
toan  de  la  titnaeion  de  lot  ittableeimientot  franeetet 
en  ia  Ar§elia  en  1810,  pubiícada  en  el  ministerio  dc 
ta  Gscrra  en  4841,  ana  larga  é  interesanCe  memoria 
sobre  la  organizaoion  y  «tuacion  de  esU  provinda 
en  la  época  de  la  ocupacíon  (pctubre  de  1817)  re- 
dacuda  por  Mres.  Urba|o  y  Yvamier. 


e1  terreiM)  entre  Constantina  y  la  froatara  d^ 
Tunes;  al  Oeste  [Ouarb),  d  qoe  hay  deade 
Constantina  i  la  cordillera  deios  Biban;  al  Sár 
[KtííUth,  esto  es,  la  parte  qoe  esti  de  frente 
mirando  en  direccioni  la  Meca);  ydespnes 
Gonstantina  hasta  el  gran  desierto.  1^8  dÍTision 
de  Sahara  era  la  slgolente:  al  Norle  (Dharah, 
es  decir,  el  qne  queda  i  la  eapalda,  TolTÍén- 
dose  bicia  ia  Meca),  comprendia  lodo  ei  MtiH 
ral.  Ilamado  Saiiei;  y  ioego  Bona  basta  Biigfa: 

La  poblacion  de  esta  proTincia  se  diTide 
en  tres  rasas  disiintas:  4.«  los  irabes  qoe  ba- 
bitanlas  regionesmeridionales;  2.*lo8duioiif9^ 
establecidos  en  la  sona  central;  3.*  los  kabaf- 
hs,  qne  se  ban  fljado  en  la  parle  septentrional, 
sobre  ci  liioral.  Los  inibes  TiTen  en  tiendas 
de  campaña:  andan  errantes  con  sns  ganados; 
ban  constmido  cludades  en  los  pmitos  qne 
poeden  utilisarse  coneste  objefo,  y  coltÍTan 
en  ellos  ias  paimeraa  y  irboles  fmtales;  des» 
precian  i  las  otras  dos  rasas. 

liOS  chaonia  son  agricolas  y  se  dcdic*ii  es» 
ciusíTamenle  al  cuIIíto  de  ceri*aleF ;  iiablaii 
una  iengna  distinta  do  la  de  los  irabes,  y  prae- 
tícan  mnj  mal  el  mahometismo.  Los  kabaylés 
son  muy  industriosos,  funden  y  forjan  liierre, 
fabrican  pólTora  y  son  naturalmente  sedenfa- 
rios  y  pacíficos.  Loa  cbaonla  representan  la 
rasa  roas  débil.  Los  kabayios  han  sabido  de- 
fender  me|or  su  indcpendencia.  Esfa  pobla* 
clon  se  hailaba  en  todas  partes  diTidida  oii 
tribos  (i);  las  mas  célebres  de  elias  son  tas  dc 
haueuohah,  de  orígen  irabe,  establecidas  en 
la  firontera  de  Tunes;  las  de  haraetah  ,  las  do 
nememohah,  sítoadas  al  Sur  de  la  ciudad  de 
Tibessah;  las  áe*emaul,  originarias  do  las 
inmediaciones  de  Msilab ,  tribo  enteramentc 
guerrera  que  se  habia  aproximado  mucbo  i 
Constaiitina;  los  baraniah  Tccino.^  da  Zemoal 
(este  titulo  haraniah  signiflca  estfangero  r 
da  i  entender  que  esta  tribu  se  habia  esta- 
blecido  úUimamente  en  cl  territorio);  los  aa- 
mer  eheragah,  que  pnebtan  la  hermosa  llamf- 
ra  de  Mehris  y  la  conocida  por  Sera  de  los 
aa-mer,  al  Este  de  Constantina  los  ouled-abd* 
el-noor,  gran  tribu  de  rasa  chaouia,  los  talag- 
mah,  tambien  de  raza  chaonia,  al  Sodeste  de 
Constantina.  Los  aa-mer  gherabab,  coyo  Taslo 
territorio  terroina  al  Norte  por  el  Diebel  Ué» 
gris  y  cl  Sáél  Babour,  los  oued  mokran ,  de 
or/gen  ámbe,  que  son  la  aristocracia  de  H 
ilanura  de  la  Medjanah.  Independientemenle 
dc  estas  graqdes  tribus,  habia  otras  pequeflas 
eu  distintus  punlos  dc  la  proTincia ,  qoe  esta- 
ban  administradas  por  kaids ,  y  que  sc  Jlama- 
ban  tribus  de  beylik ,  porque  »e  rel)elaron  di- 
rectamente  contra  el  baji.  ' 

£1  Sael,  comprendido  entre  Booa  y  Bugia, 
cuyo  nomlMre  en  irabe  signiOca  oriUa  4et 
mar,  esli  limitado  al  Sur  por  la  eordillera  de 

(I)  Yéanselas  baresdela  adniaimarion  de  lat 
Iribus  en  U  provincia  de  ConsUnUna.  cn  U  thterif 
eion  de  tot  ettablefiinientot  franertet  m  Ár§el  efi 
ISIO.  Página  3t4-3t|, 


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49« 


^GELIA 


-W 


nonlaDSs  qae  «e  estieodc  siq  ioierrupcion 
desde  '&az-el-Akabah  al  Iljebel  Magbris ,  al 
Norte  de  Setif,  y  cuyos  princípales  pontos  to- 
man  loe  nombres  de  DJebel  Metayad,  Djebsl 
Oubech,  Djebel  Segaou,  DJcbel  Khetab,  DJebel 
2ouagbah ,  DJebel  iras  y  monles  Baboiir:  sc 
dividian  en  variaa  partes  llamadas  Sahel  de 
Skiddah,  Sahel  de  CoUo,  Sahel  de  Djidjeli, 
^Sahel  Babour,  Sahel  de  Bugia  y  er4n  trcs 
los  líaidalos.  £1  Sbael  de  Sl^iddah  comprendía 
el  territorío  de  Slorah;  en  cuanto  al  pais  de 
Gollo,  el  abate  Poire.t  (4)  dd  (tit.  4."  pág.  A%Q) 
vna  memoria  bastante  detallada  sobre  los  aire- 
dedores  de  esta  ciudad  y  sobre  el  Sahel  de 
.  Gollo,  debida  ¿  Mr.  flugues,  agente  üe  lu  com- 
pañia  de  Africa.  Nos  limitauios  á  csta  iudica- 
cion  reniiiiendo  al  tector  al  origlnui. 

Djidjeli,  antigua  Igiigilis,  punto  interme- 

dio  de  la  costa  enlre  Bugia  y  Gollo,  lindanles 

con  un  terreno  montuoso  poblado  por  ios  küL- 

baylcsy  está  ocupada  por  los  franceses  dcsde 

el  43  de  roayo  de  4839.  Sus  cercanias  están 

.  muy  pobladas.  La  ciudad  ocupa  una  peninsula 

escarpada  unida  á  la  tierra  por  un  istmo  muy 

bajo  dominado  por  alturas  inmediatas ,  por  lo 

.  cual  -se  faa  establecido  en  el  interior  la  fortiíi- 

cacioo  de  la  plaza.  En  otro  tiempo  hacia  la 

Fraocía  nn  comercío  muy  considerubie  con 

66te  pnnto  de  la  regencia,  y  se  apodoró  de 

él  en  4664,  poro  Ic  evacuó  al  poco  tiempo;  cn 

esta  época  se  habian  ya  propuesto  muchos 

proyectos  para  hacer  del  mismo  un  puerto  nii- 

Jitar.  lats¡  ciudades  de  Collo  y  DJídjeli  y  las 

'tribus  qne  habitaban  esta  paile  det  Sabel  no 

reconooian  la  autoridad  dei  bajá  (2). 

Bugía  eslá  ediQcada  ^n  donde  estuvo  la 
antigua  SMa,  una  de  las  principales  ciudades 
de  la  Moreria  Cesarea  de  los  romanos  y  dcl  im- 
perio  de  ios  vándaloi.  Los  sarracenos  se  apo- 
deraron  de  ella  en  662  y  prosp^ró  ipuclio  ba- 
jo  el  rcinado  de  los  prinoipes  árabes  de  la  fa- 
milio  Beni-Hamah,  que  la  conservaron  dcsde 
el  año  994  hasta  cl  de  1454.  fntooees  fué 
coaudo  Addel  Moumen ,  suitan  de  Marruecos, 
.gefe  de  los  Almohadcs,  conquistó  el  cstado  de 
Bogia.  £n  4240,  pasú.esta  provincia  dei  rei- 
no  de  Tlemcem  al  de  Tunez.  (n  4  540  la  tomó 
Pedro  de  Ñuvarro  y  en  4555  pasóal  poder  dc 
Jo3  turcos.  Entonces  corrió  su  direccion  á  car- 
^  de  UB  goi^erüador,  que  tomó  el  lítulo  de 
kaid,  pura  qne  era  turco:  tenia  derecho  de  vida 
y  muerlo  sobre  sushabitantes  y  sobre  los  ka- 
bayles  fle  las  aftieras.  Las  monlaüas  que  cir- 
cundan  á  Bngía  eslán  muy  pobladas;  en  un 
radio  de  4  2  leguas,  se  cuenlan  30  tribus.  £1 
kaid  dc  Bugia  no  podia  imponer  tributos  fuera 
de  la  ciudad,  sino  á  la  tribu  muy  inmediata  de 

..(4)  yi(medBerbn-iaóe«nrt(up$eriia$deidetaan' 
Itett*  Namidia,  pw  ios  añoi  iW  y  «786.  iobrt  ia 
réUgion  y  coiiumbret  de  loi  moros  y  de  íos  árabes 
^uinoi:  ^  l.  en  8.o  Paris,  1769. 

Jll    Véasé  la  Detcripiioa  de  la  tiiuaeion  de  loi  es- 
lectmienlo$  franctui  en  Argelia  en  4838 ,  p4- 
jtilia  \ym. 


ipula ,  Iq^  bcDi-misMaoud,  los  oule4-at»d-|l* 
djebbaf,  los  tcnala,  lo$  senhadjab,  y  en  gea|- 
ral  todas  las  que  puebíau  la  estension  del  va- 
Ile  Oued-Bou-Messaoud,  estaban  lambiea  bajo 
su  dominio;  pero  las '  reslantes  vivián  en  coi^- 
pleta  independencia.(4). 

La  ciudad  d^  Bonat  Blaid-eUAneh,  eo  ára- 
be,  cstá  Riluada  por  los  36»  52'  de  latiuid  .\or- 
te  y  5^  50"  longilud  Este,  á  35  leguas  5or- 
deste  de  Constantina  y  á  95  al  Esle  de  Argel. 
Uemos  liablado  ya  eslensaroente  de  fo  fértil  de 
la  llanura  de  Bona,  cl  curso  de  la  ^eybouse  y 
Muíragg  y  del  golfo  dc  Boua:  no  volveremos, 
pues,  á  ocuparoos  de  lo  mismp  cn  esle  lugar. 
Bajo  la  protcccion  dc  los  franci^seá ,  habita  á 
los  pucrlas  dc  la  ciudad  y  entre^  los  dos  rio^, 
b  Iribu  de  los  beni-urdjin,  que  e&tableció  añi 
ei  geiieral  d'Uzer,  cuando  d'icha  tribú  iba  hu- 
vendü  de  las  porsecncioues  de  Ahmed-Bey :  'se 
ha  enriquecido  mucho  con  la  ventá  de  sus  gé- 
neros. 

La  pcqueüa  ciudad  do  la  Callc  siluada  á 
50  leguas  al  Este-nordeste  de  Const^ntina,  ba 
sido  iuccndiadu  en  4827.  Lo3  franceses  )a  rc- 
cuperuroii  e«i  4836.  Los  primeros  eslablcci- 
mientos  que  estos  han  fundado  cn  la  costa, 
datan  de  la  misma  fecha  quc  losde  los  lurcos. 
En  4520,  unos  negociaules  del  pais  bicieroo 
un  Iratado  con  las  tribus  de  Mazoule,  sobre  la 
pesqueria  del  coral,  desdeTabarca  hasla  Bona. 
Selim  II,  en  liempo  de  Cárlos  IX,  concedió  a  ja 
Iruncía  cl  cuinerclo  coii  liis  pjazus  de  líulfaca- 
rc>l,  «le  la  Culle.  de  Collo,  del  cabo  dc  Kos<i  y  de 
Bona;  y  en  ^560  acabó  dc  conslruir  ElBaluaT' 
te  dcFrancia;  esta  concesioo  se  coiitiriió  co 
4  624  por  Amurat.  lY.  Ei  baluarle  se  Mbandooó 
cLesde  4677.  . 

Boua,  Djidjeli  y  Bugia>  íorman,  pues,  el 
litoral  de  Conslantina.  Debemos  añadir  el  nue- 
vo  puerto  de  PhilippeviIIe  quc  esel  püerto  na- 
tuial  dc  Constantina:  t2  leguas  separan  i  <.stai 
dos  ciudades,  y  unnque  en  la  actualldad  se  ha- 
ccn  los  trasportcs  á  lomo,  sus  reJaciones  ñier- 
cantiles  son  c&da  dia  inas  frecuentes  y  adqnie- 
ren  mayor  importancia.  Desde  4830  hao  cej>a- 
do  enteramenle  las  comunicacioucs  por  tierra 
entre  Argel  y  Coustantina  estableciéndolas  por 
Bona  y  PhiIippevíUe  :  Collo  se  |^  puesto  tam- 
bien  en  relaciones  por  mar  con  cste  úitimo 
piíérto.  ' 

U  oiiidad  dc  Cou^tautioa  est^  sLimida  por 
ios  36»  24^  de  lalrtud  fíorle  y  3*  48'  de  longí. 
tud  Este:  h^Ilase  asculada  sobre  Ja  cuuibre  de 
una  colina  bañada  easi  por  todas  partes  por  el 
Oned-el-Kebir,  que  en  la  parte  aHa  de  la  ciu- 
dad  esía  á  600  ples  Sobre  et  nivei  de  la  llanu- 
ra  y  sale  de  m  subterráneo  formaodo  uoa  cas- 
cada  ^e  todofl  los  viageros  lian  deBcríto. 


(I)  Véase  8ol>re  K>8  kabayles  de  las  cercanias  de 
BoRia,  un  r^pfliilo  qae  bay  al  fin  de4a  Veseripcion 
de  ta  itituácujn  de  loi  eiíubiecimientoi  franeetn enfa 
Argelia  en  1840.  Véase  i»mhk*n  á  JoaniPbaraon:  Loi 
Cabitat  y  Bvrgia  en  -8.*  Argel  IMJ^BIr.  Carete  ba 
prüsentaüo  al  lR5ti(iito  una  meinorla  sc^re  la  ciudael 
de  Ougia  (Saldv). 


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AHQIUA 


CgiütaitfiQ^  eQ  vp  etptro  d^  moTiniieDtQ; 
ef  QÍ  mercndp  áe  to^os  (os  pfoc^uclos  agrfcolas: 
á  é\  yan  á  (lácer  sus  provrsiones  to()a0  |as  tii- 
Íns  por  ii\9S  retirad^s  mie  vivan,  mas  bien 
qoe  ¿  los  mercados  de  Telagmal),  de  OuIc<]- 
Abd*el-Noiir.  de  Berdjionah  y  deSetif  li). 

StUf,  auligua  Setifis  Cifiimla,  eslá  siluada 
en  ooaTasta  y  fertilisima  llanura,  regada  por 
el  Oued  Boa  Sellam;  éra  unO  dc  los  estabicci 
Biieiitos  pias  considerables  que  los  romanos 
ftuidaron  eo  Afríca.  De  ella  tomo  el  norobre  un^ 
4¡vlsiOD  de  la  Moreriu.  Los  hístoriadores  ára- 
l^  bablan  QiDcbo  de  su  pfosperidad  y  en  par- 
ticular  de  sus  pluntios  de  algQ()onero5V«£sla 
fecnndídad  del  suelo  se  djce  en  documentos 
poblicado^  eo  él  cuattel  general/y  k  sitoacion 
fjmtral  áa  la  dudad  llatparop  Ia*atencion  de 
to§  IrfDC^es,  que  'colocaron  desd'e  íuégo  nn 
|e^|C9ipento  ^e  500  á  6Q0  fioiiibrcs:  despue s 
ÍP  alpiácen  de  Yiveres  y  paunicion^s,  en  se- 
ipjd^  la  cabesa  d^  un  partído  (^  djstrito  con- 
Jládj  é  oñ  inarisc^l  decámpo.  por  úllimo,'  se 
cambió  esta  denominacion  de  díslrito  en  la  de 
aobdifisiop  y  se  instalóalli  uu  cuerpo  compucs- 
to  <|e  ?.60Ó  hombres.t  En  olra  paile  so  dice. 
•|4  comunicacioD  que  mas  impoiiaabrir  cuan- 
to  antes,  pqra  conyertir  á  Setircn  uua  posi- 
dpD  imponrnle  es  e1  de  fiugia.  Setif  dcbc 
abasfeccj^  de  Bugia  como  Coostautina  )o 
ÍMce  de  PliiiippeYille.«  ^s  tribus  veciuas  son 
Mr  lo  general  de  un  cafácter  paciQco  y  están 
«(fdicadas  ¿  la  labranzá.  Los  caminos  que  con- 
docen  desde  Sclif  á  Constantina  no  son  mas 
jue  sepdas  lrillada3  por  )as  recuas  üe  los  ára- 
s:  bay  Tarias  eutre  ellas:  una  pasa  por  Mi- 
k,  Miialah  y  DJimilah,  todo  puís  montuoso: 
topor  ^l  de  loá  telamagu,  de  los  ouled-abd- 
-QOur,  y  de  los  eulmah  de  bazr. 

EQeím^  está  situada  al  Sur,  y  muy  cerca 
i  orÍUa  derecha  de  la  ^eybouse Supei íor,  al 
p^  de  fa  alta  roontaña  de  Maouna.  Fué  cons- 

rida  eon  materiales  sacados  de  las  minas  de 
^tigoa  Calama,  de  que  bace  meucion  San 
4gost|n  y  tambieñ  San  PabloOrosio;  pero  el  ter- 
reno  qoe  ocupa  es  el  mismo  en  qiie  estinó  la 
^i|4ad  romana.  Ifuchas  vías  ronianas  tenían 
gt  pjinto  de  partida  én  Cfilaroa;  dos  de  ellas 


m 


La  ciudad  úeJtígilah,  situada  por  35^  4t' 
30"  de  blilud  Vle  y  tM%*  fóugitud  Esle. 
eslá  diyidida  eu  trcs  cuartelc.'t,  di-  los  cuules  el 
(nayor  bcupa  la  márgen  izquierda  y  los  dos 
reslontes  la  dcrecha  del  Ouedksah.  U  guper'- 
flcle  dc  los  jardínes  cs  Ircs  veces  niayor  quc 
la  que  ocupa  la  ciudad.  Esta  fu6  construida  con 
los  m9tcrialcs  de  una  ciydad  romana  dcrruida 
vsituada  5,000  varas  alfefe/ la  an|igna  Siur 
Ua  0  la  Beckilga  de  los  árabes.  L09  franf  r:*(.s 
ss  eslablf-cieron.en  Msilah  en  Junio  de  4S'it. 

Al  Sur-sudoeste  sc  clcva  el  Djeki  Salah,  f 
(il  pie  la  ciudad  de  Bou-Saadah,  r^n  nna  po- 
blaclon  de  cercá  de  2,000  almas,  y  rodeada  de 
iardinesmejorcs  y  mas  grandes  que  los  de  Msl- 
Idh.  En  1u  milad  dcl  camino  de  cstas  dos  ciu- 
dades,*dlstanles  una  de  otrá  de  16  á  18  legnas', 
se  encucntr^  una  eBlacion  romana  llamada  E¿- 
Benian. 

Recordaremos  aqui,  á  pcsar  de  haberlo  dt- 
cho  mas  arriba,  que  para  los  árabes  el  de^iert^ 
dc  Sa)iaíah  (  n'ipipza  en  Msilah,  y  que  compren^ 
qen  en  t\  la  iumensa  Ilanura  que  se  descubr< 
al  Sur  de  csla  ciudad,  terminada  á  una  distan' 
cia  de  20  leguas  por  la  cord¡!?cra  de  los  mon- 
tcs  Saadah.  Kl  gefe  dfc  Saharah  tenia  el  lltulo 
dc  cftfíH  elarah'y  sú  autoiMad  se  estendla^al 
Tíoite,  desde  lasraontanasde  Amé  y  de  Beleí- 
mah,  que  scparan  i  Sab^rab  del  Tell,  hasta  el 

{)ais  dc  Jlsilah  (cl  Sahara  proniamenle  dichoes 
a  llanuia  ippuUa;  ^(  T^|l  es  |a  region  d^  laf 
colinas);  a1  Siir  ha$la  et  paisdc  Sonf  de  Irteá 
Órsle,  í*f\«!de  Tii^giirt  qii^  marca  el  llmife'  del 
Bclcd-el  bjeiiii  dc  Í\.\a¿,  hatta  eltenitonodc 
h  cindad  de  iglionath.  Este  leiiitorio,  casi  tan 
^r|iut¡e  cqmo  la  nrovinciaentera,  tlenedoacla*- 
ses  de'  pubíücíoUs  'muyviftBÍIrilas;  los  árabei 
nómades,  qi:e  pasnn  ol  inv¡ernoen  Sabarah,y 
•íbs  bábítatffes  detas  pequcfias  eiudadesde  los 
oasis.  Z?iVifir<94  eru  ía  PU/Hal  dc  íodas  estas 
pequeñas  diidades,  onedecía'a  un  kaid,  y  el 
lerritprlo  á  que  se  esléndia  ia  ^utorldad  de  estc 
oílcial  llcvfib^  cÍnombrédeZab  (jmlsde  oasia, 
donde  se  crian  las  palmeros  con  dililcs):  at 
eneucntwo  en  eJ^IO  ciiftladeB  qne  fonnan  un 
ciiculo,  eu  Qtiyá  e'strémfdad  xiilental  estaba 
Bislíurah.  %\Zabde  Tuygurl  cootenia  14  ciu^ 


I 


n|B  i  Bipona,  si^uiendo  las  dos  márgeneá  de  dados  peqne^fre  meoosr  pobladas.  El  chaiqu9 
Ja '§lvpOD¿e;  otra  á  ConstautiDa,  pasaudo  alj  ^f(^^^f(^l^>'^ciisi{ni3e^n<^iente,  ácausa 
l^rie  del  o^nte  Maouna,  atraves»indó  el  Ooed- 
{b^rff,  y  sobíendo  hasta  Amouna  por  una  sua- 


.te  peodienle.  Olras  doa,  pbr  lo  menos,  se  dí- 

S'|en  báciael  Sur,  probablemente  áZama  y  Tíf- 
t^  y  desde  alli  se  ramiOcan  hastalo  tnOnilo 
"  r  todas  aquellas  hermosas  y  dilatad᧠ lla- 
jas  (2j. 

(1)  Hemos  sido  muy  sobrios  en  los  deuiles  lopo- 
paieos  de  Conslaiitfaa  pu^iendo  remKir  »1  leeior  A 
•  deseripcioB  exacta  7  completaque  Mr.Dureaud 
de  li  MaUe  ba  becbo  deesia  cludad  cou  referencla  á 
HW  aolores  ffriegos  y  latinos,  pero  sobre  todo  é  los 
jNbes  Bekriy  Edrisi  y  á  los  Tiagerus  modemosObaw, 


IJsiret.  Ilebeus^treil  v  Desrontaíues,  p.  40-57  de  su 
ibra  sobre  la  proTioeia  de  Coustantioa. 
(f)   Mr.  iucfas  preseoló  eo  1889  al  lostilato  ana 


de  lo  distaate  que  'estaba  de  laa  uemas.  £1  pat# 
de  Soufñc  diridia  en  7  gmndes  tribos.  Las 
ciodade^,  (ormadas  por  la  leuuion  de  algonas 
cabañas,  eran  en  su  mayor  parte  miserablei, 
péro  redeadas  de  hermosos  y  rícos  jardioes. 
Lasrelaciones  de  comercto  de  ConstaDtíoá  ooñ 


memoria  f  cerca  de  las  antigOedades  de  Guelma.  La 
obra  dcl  gencral  Duvivier  litulada,  A¡mnt9i  y  npim 
$obre  la  purie  de  Ut  Árgelia  «1  Sur  de  Ouetmm  aeede 
la  frpntera  de  Tunez  hatia  el  monie  Aurét  ineiuti^ 
te,  etc.cn  4.o  Paris,  1811,  no  se  baUa  de^cBta  y  es 
muy  dincil  eneontrarla.  Indicaremos  tambien  para 
que  pneda  formarso^oa  idea  deeste  imporUuitoira*» 
bi^.  la  relaciOB  beclia  por  M.  A.  C.  Cbarl|ar,  ««9 
publicó  el  BspeeUdor  miiiur  de  Fraocia.  '  ^ 

(1/    Qefe  da  ana  Iribu  cfitre  Ws  kabes. 


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bjGoogh 


m 


ARGBUA 


m 


el  «Jesierto  son  las  mas  aütig^uas  f  mejor  e^ta- 1 
bleoidas.  Eo  nÍDgun  liempo  se  lianinterrumpi- 
do.  poroue  los  habitantes  dcl  pais  dc  Tuggurt 
7  del  Zab  deBislcarah  (4 ),  necesitan  para  ellos  y 
para  sus  ganados  de  los  alimeDtos  de  la  pro  - 
TÍDcia  de  GoastantiQa,  sin  cuf  os  granos  no 
pueden  subsistir. 

Terminaremos  este  artlcuio  con  estas  pala* 
bras  de  Vr.  Baude:  «Si  se  consideran  cn  con- 
JuDto  las  base  principales  del  comercio  de  la  ^ 
regencia,  obscnraremos  que  ei  pais  está  divi-  ' 
dido  en  tres  zonas  casi  paralelas  á  la  costa,  y  ! 
que  cada  unu  de  elias  está  situada  de  mauera 
que  por  sus  recursos  y  sus  necesidades  tienen 
una  mútua  dcpendencia  de  las  otras  dos.  La 
primera,  bañada  por  el  mar,  abordable  pormu- 
chos  puntos,  recibe  directamente  los  productos 
de  la  industria  europea,  qne  con  el  tiempo  pe- , 
DetrarÍD  á  hacer  su&  cambloíi  Uasta  el  fondo  del 
Africa;  la  segunda  comprende  las  mesetas  del 
iátlas,  las  llanuras  del  interior,  tan  fértile.^  y 
abundantes  que  es  preciso  para  agotar  sus  fru- 
tos  Uevarlos  á  vender  muy  ie]os  de  alli;  la  ter- 
cera  es  aquella  region  seca,  arenisca,  abrasa- 
dora,  qae  se  estiende  hasta  las  mirgenes  del 
Niger,  rica  en  preciosos  prodnctos,  que  no 
puede  consumir  por  sl  misma,  y  desproTista 
de  los.articulos  de  primera  necesidad. • 

Adema»  de  las  obras  que  heroos  tenido  ocasion  de 
cllar  cn  este  articulo,  ctsi  lodas  posleriores  á  I8W, 
debomos  indicar  lodavía  las  síguientes: 

Abou-Obeid-Becoí : Zícücrtpcton  drl  Afriea,  rc'íLfia 
porMr.  Blienne  Quatremere,t.  XII  de  las  Noticiuiff 
ettr'tetog  de  Manuicritot,  ÍH'iU  en  i.n 

Edrisel:  Afriea,  ed.  J.  M.  Hartmman,  en  8."  Got- 
ting,  1796. 

Abuireda:  Descripeion  de  loi  paitei  de  Sfaghrt^b; 
leslo  irabc  con  una  iraducciin  fraucesa  y  notas  por 
Cb.  Soivci,  en  8."  Ar(fcl.  «3^. 

Hartroannu»:  Úncriptw  locorum inprima  expedi» 
lione  adtertui  tureat  algrri'*niet  obáervatorum  á 
maio  («09  ad  apritlem  t67K  en  li.**  Londini,  167! . 

Roqiieville:  Helacion  de  tat  eottumbrfi  y  gobierno 
de  loi  turco%  de  Argel,  en  8.°,  l67.'S. 

Oh.  Resleliiis:  liescripHon  hitlóriea  y  politieadel 
reino  y  la  eiudad  de  Argel,  deidelSIO  á  ilZi  Un 
8üvo)  3  part^s  cn  4.'' Stnckholm,  1737. 

Dureau  dc  la  Malle:  Viagetálairegioneide  Ar- 

fel  y  Tunez  en  172*  y  1725,  por  Peyttonnel,  y  de  1783 
17'iS  por  Dcítfontainei:  3  tomos  en  8."  Pari'i,  18S8. 

D'Avezac:  Éttudiot  de  ^eografia  eritica  tobrñ  una 
parte  dfl  Áfriea  SefHentrional^  itinerario  de  liadji, 
Üben-el'Dijn'el'ÁghoHtith,  in  8.",  1836 

W  J.insoii:  A  view  of  th^  pretent  condition  oftke 
ilníei  of  tíarharxj  etc.  iri  |i.^  London,  181 H. 

PaDanti:  yirraiive  ofá  retidence  in  Algier ^\nk* 
London,  18(S. 

Sbalcr:  S/tflc^  ofíAeüÍjff  o/'. 4  íffeVr.  Boslon,  1830, 
trad.  cn  fran. por  X.  Bianchi,  183)j. 

Grabcr  di  \hií\^Q'e:CenHÍ ttiHticié geoffrafvei deUa 
regensa  di  .\lgi<:rí,  in  8.'^'  MiUn,  18'JO. 

Arisliile  Giiilbert:  De  la  aúoniiatvtn  áu  nofd  de 
VAfrique,  1  lomo  in  8.",  1838.  Ksia  contienc  la  prl- 
mera  li<<ta  biblioifráfíca  compleia  de  cuantas  sc  haa 
pubUc^do  aiili¿uJ:>  3  modcrnas  sobre  el  Africa  Sep- 
lentrionaf. 

AIiGKLIA.  [Uistoria,]  Sl  liemos  de  creer  á 

(1)  y¿a.<e iutbn laSaharah  argelina  algonos «pon- 
tet  InU^esantes  en  el  Monitewr  «nteerMl  del  martes 
|t  de  fobrero  de  1845;  una  nota  inierta  en  el  número 
46  febr.>ri»  del  B^lriin  ie  ln  ^iedad  de  Gfografia 
{9fko  f|M). 


Salustio,  qaehabla  sido  gol)ernador  de  la  No- 
midía,  y  que  sc  apoyaba  eii  tradtctones  popa- 
lares  y  en  tos  libros  det  rey  namida  Hietnp- 
sal,  toda  la  rej^íon  cooociila  actoalmente  con 
el  nombre  general  de  Berbería,  y  por  consi- 
guiente,  la  Argelia.  tuvo  por  primeros  morado- 
rcs  los  getulos  y  libios,  pucblos  indómiios  qne 
YiTían  sin  leyes  y  sin  gobierno,  se  alimenta- 
ban  dc  la  caroe  íie  las  fleras  y  de  la  yerba  dc 
los  canipoi,  descansaodo  donde  quiera  qae  1a 
nochelos  sorprendia. 

A  la  muerte  de  Hércoles,  que  perecló  en 
España,  segnn  la  opini  )n  difundida  en  Afríca, 
su  ejército,  compuesto  de  hombros  de  todas  las 
naciones  se  encontró  sin  gefc;  asi  es  que  00 
tardaron  en  dispersarsc.  fintre  los  pueblos  qoe 
le  constituian,  tos  medos,  los  persas  y  los  ar- 
mcnlos,  pasaron  al  Africa  para  establecerse 
en  las  costas  del  Hedíterráneo.  Los  persas  ae 
acercaron  mas  al  Oc^no  y  ntllizando  sos  rals- 
mos  bagelcs  construyeron  cabañas,  contr^e* 
ron  uQion  con  los  getulos  casindose  con  mu- 
geres  de  esta  nacion,  y  como  en  sus  frecuen- 
tes  escursiones  habian  soiido  cambiar  de  tí- 
vienda,  se  dieron  á  sí  mismos  el  nombre  de 
numidas,  Aun  actualmente  los  edíficlos  dé  los 
paises  numidas,  llamados  mapalos^  se  parecen 
bastante  por  so  forma  oblonga  y  sas  tedios 
aboTcdados  á  tas  cárenas  de  los  baqoes. 

A  los  mcdos  y  los  armenlos  nniéronse  los 
libíos,  paeblo  mas  inmediato  al  mar  de  Afri-  • 
ca  q^}Q  los  getulos,  que  se  hallaban  mas  cerea 
(lel  sol  y  de  la  region  del  fnego.  No  tardaron 
en  edlflcar  ciudades,  porque  conio  solo  esta- 
ban  separados  de  España  por  un  cstrecho,  p^ 
dieron  cstablecer  con  este  pals  cambioe  y  de- 
mas  operaciones  comerciales.  Los  llblo»  ailtc- 
rat'on  in^cnsíblemente  el  nombrc  de  los  rae- 
dos  y  en  suidioma  bárbarotes  llaroaron  moroi. 
Los  persas  fueron  los  primeros  cuj'o  poder 
tomó  un  crecimiento  rápi'lo.  y  en  brctc 
el  esceso  dc  sii  poblacion  obligó  á  los  j6ve- 
nes  á  separarse  de  sus  padres  é  ir  á  ocnptr 
cerca  de  Gartago,  el  pais  qne  llcva  actualmen- 
te  el  nombre  de  Numidia. 

Mas  adelante  los  fenicios,  los  unos  para  H- 
brar  á  su  pais  de  iin  esceso  dc  poblacion,  los 
otros  con  ambiclosas  mtras,  iiidnjeron  que  se 
cspatríaden  alg'unos  hombrcs  ávidos  de  noYe- 
dades  y  una  multilud  indiereute:  fundaron  eo 
la  cosla  níarítima  llipona,  lladrumeta  y  Leptis, 
y  eslas  cludades,  muy  pronlo  florecientes,  vi- 
ñieron  á  ser  el  apoyo  y  el  orgtíllo  de  la  pt- 
tria.  Por  lo  que  respeta  á  Cartago  prefiero  no 
dccir  cosa  alguna  antes  quc  decir  muy  poco. 

Sin  discutir  la  mayor  ó  menor  verosimiU» 
tud  de  estas  tradlciones,  cuya  responsabilldad 
ni  aun  es  aceplada  por  sii  autof  Salustio,  refe- 
rlremos  otra  que  nos  \n  sido  conscrvada  por 
Procopio.  Segun  esle  historiador,  cn  1a  época 
de  la  invasion  de  la  Pdle.'^lina  fwr  Jcsus  (Jo- 
siié),  hijo  de  Navé.  lotloslos  fniebloi '|iic  lia- 
bitaban  en  la  i\(^ion  niarilima,  dcsJe  Sidon 
basta  las  frontcras  del  Egipto,  y  quc  obcde- 


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Googk 


Mi 


AftOÉLlA 


fOA 


oiiQ  4  ün  8ob  rey,  los  gcrgi  seoi,  íos  Jebu- 
seos  y  laa  demas  tribus  de  que  se  hace  mea- 
cioD  eo  los  llbros  de  los  hebreos,  abandooaron 
su  patria,  para  buir  anle  ia  aegur  estermina* 
Cora  de  loa  iaraeiitas»  atravesaron  ei  Egíplo, 
íueron  á  establecerae  en  Africa,  cuya  costa 
aeptentrional  ocnparon  hasta  las  columnas  de 
Bércules  y  fondaron  en  esla  rcgion  un  gran 
aúmero  de  ciudades  en  las  que  todaTia  era 
asada  la  lengua  fonicia  en  so  tiempo,  es  dc- 
eir,  en  ei  siglo  Yl  de  la  era  cristiana.  Cstos 
ODigrados,  añade,  liari  ediflcado  una  fortalesa 
en  el  parage  donde  sc  eleva  hoy  dia  la  ciudad 
de  Tigi$is:  alii,  ¿  la  inmediacion  de  un  maoan- 
tial  moy  abundanie„existen  dos  monoHtos  de 
mánnol  blanco,  con  una  inscripcion  eu  ca- 
nctéres  fenicios,  qi!#  signiQca:  Soms  lot 
queh^mo$  huido  la  ptrsecucion  dtl  infamt 
Jnu$,  hiío  de  Navé,  segun  reflere  la  mlsma 
tradic'ioa  y  roenciona  igualmente  tales  ins- 
cripciones. 

Islos  iestioMmíoi  tan  formales  no  han  dc 
]ado  de  teoer  impognadores,  poesto  que  Gibon 
admile  la  existencia  de  los  monolitos  aunque 
dnda  de  las  InscripcioneA;  Mannert  considera 
latradleioa  misma  como  absurda,  éintenta  re- 
fotar  el  pasage  entero  de  Procopio.  I^  eomísion 
Dombrada  por  laAcademia  de  las  Inscripciones 
7  Bellafi  iclras  dc  Paris  para  ocnparse  dc 
rennir  datos  acrrca  de  la  geografia  antigna 
del  Iforte  de  Africa,  piensa  de  un  modo  distiti- 
to.  «Cierto,  dice  en  sti  relacion  publicada  ru 
4^35,  la  esperauza  de  euoontrar  unos  monoli- 
tüs  tao  curiosos  para  la  historia  y  que  se  ha- 
llan  indicados  con  tauta  precisioii  |)or  uii 
aator  veridico,  por  un  testlgo  ocular,  inciecc 
qae  se  hagan  %scavaciooe8  y  esploracioncs 
entre  Lambasa  (Teiauta)  y  Tarougadis,  donde 
sehaliaba  situada  la  antigua  Tigisis. » 

Cjmo  cpiiera  qiie  sea,  cuando  los  emígra- 
des  de  Tiro  alzaron,  no  lejos  del  parage  que 
oeopa  actoalroente  Tunes,  los  muros  de  ia 
oiodad  que  debia  contrarestár  la  fortuna  de 
loma,  loda  la  region  que  lleva  actualmentc 
ei  nombre  de  Argelia,  se  hallaba  ocupada  por 
los  numidas  que  tenian  por  veciuos,  ai  Oesle 
ios  moros,  al  Esle  losübios  y  alSur  losgetulos. 

Cartago  vino  á  ser  rica  y  poderosa,  pero 
su  domioacion  en  Africa  no  ha  sido  |un  es- 
tensa  ni  tan  incontestablc  cr>mo  geueralmente 
ae  cree.  Verdad  cs  que  a1  comensar  la  segun- 
da  goerra  púnica.  es  decir,  en  el  ticmpo  de 
SA  raayor  csplendor,  ocupaba  todas  las  costas 
de  Aíríca  dcsde  la  pequeña  Sfrte  (golfo  de  Ca- 
bes)  hasta  ias  columua¿  de  Hércules  (cstrecho 
de  Gtbraltar)  peto  como  ainbicionaba  el  do- 
oiiJiio  de  los  mares  y  no  el  del  conlinente, 
IkDitibase  á  ia  posesíon  de  las  costas,  dejando 
i  ios  Dumidas  el  interior  de  las  lierras,  y  ci- 
oéndose  á  imponerles  tribotos  y  reclutar  en- 
tre  eilos  soldados,  qoe  mas  de  una  vez  lus  hi- 
cíeroo  goerra  coo  sus  propias  aroias. 

La  domioacion  de  los  cartagineses  contaba 
ya  uu  i>f  ríodo  de  bastantes  siglo«,  cuaiido  se  í 


encootraron  en  áicilía  coh  los  ronuinos  (264 
auos  antes  de  Jesucristo),  encendióse  al  ptiuto 
la  lucha  entre  los  dos  pueblos,  y  sabido  es  quo 
coucloyó  con  la  roina  dc  Cartago  (140  auos 
anles  de  Jcsucristo.) 

Despues  de  habcrsc  apoderado  de  Cartago, 
conquistaron  los  rumanos  todalaNumidia,  auo- 
que  sin  conservarla,  pues  cedieron  su  mejor 
parte  á  Boco,  rey  de  MauritaQía,  (jue  les  Im. 
bíaayudado  á  destruir  á  su  eneuúgo,  y  uban- 
dooaron  el  res:o  á  un  principe  iudi^eiia;  ar- 
rebataron  A  Juba  esta  nueva  Nuniidia,  rraccian 
de  la  antigua,  abandonándola  á  oiro  Juba, 
liasta  qo^  despues  de  heredar  los  estados  iílI 
rev  moro  se  los  dieron  ai  segimdo  Juba.  re- 
cobrando,  no  obsiante,  la  nueva  NumiJía.  Por 
último,  ochenta  años  despiies,  ú  su  lutno  fué 
rccobradu  la  Haiiritanla  para  formar  dos  nuevas 
provincias.  de  las  cuales  la  mas  oriental,  Ila- 
mada  Itauritania  Gesarianateraprecisamente  lu 
fraccion  occidental  desmembrada  no  ha  mu- 
cho  tiempo  de  la  antigua  Numidia.  La  Argelia 
aclual,  eutoucos  represeutada  por  la  Nuera 
Numidia  y  la  Mauritunia  Cesariana  reunidas, 
sc  hallaba  coQStituyendo  dos  provincias  su- 
bordinadas  á  un  pueblo  que  no  estaba  eo 
su  territorio:  cste  centro  era  Cartago,  reaUada 
por  los  Grusos,  embellecida  por  Augusto  y 
hccha  capital  de  una  provincia  gobernada  por 
nn  proconsul.  La  Numidia  y  la  Bisacena.  am- 
bas  liniitrofcs  de  la  provihcia  cartaginesa,  eran 
goberua(ias  por  consuiares;  y  para  completar 
la  simetria  las  Maiiritanias  Cc¿ariana  y  Sili- 
flana,  quesegulau  á  la  Numidia,  y  á  la  Tripolio 
tana  qiie  seguia  á  laBizacena,  teniancadauua 
ciertosgcfes  de  segundo  drdenque  sc  IlamaÍMiu 
presideutes.  Los  lerrilorios  mas  distantes  pcr- 
tcnecian  á  otros  ceotros;  la  Tingitana  estaba 
unida  á  los  destipos  de  España  como  ia  Cire- 
náica,  á  los  destinos  de  Egipto. 

La  provincia  de  Africa,  (qne  asi  se  llamaba 
el  conjunto  de  las  posesiones  romanasen  esta 
parte  del  munJo),  casi  porentero  en  el  poder 
de  los  romanos  (4),  era  en  liempo  dc  los  ernpe* 
radores  elgraneio  dc  Romay  de  Itiilia,  llpgao- 
do  A  cuuvertirse  porúltimo,  y  pordecirlo  asi, 
en  Jardin  de  Roma:  por  tanto,  tqdos  los  empe- 
radores  tuvieron  einpeño  en  asegurar  su  trun- 
qutlídad:  sin  embargo,  nosiemprelo  hau  con- 
seguido,  pues  las  eKacciones  de  los  gobernado* 
res  provocaron  fiecuentemente  la  rebelion,  y 
en  tiempo  dc  Tiberió,  el  levautamiento  de  Us 
poblaciones  indigcnas,  acandilladas  por  Tac- 
farinas,  ostuvo  A  punto  de  comprometcr  sérla- 
inenle  á  la  potencia  romana. 

No  obstante,  cuando  el  imperio  de  Occídeji« 
te  parecia  desplomarse  por  todas  partes,  cl 
Africa  era  mas  romana  que  la  Italia:  loa  oom- 


(I)  8e  1«e  ea  PUnlo  que  seii  prapieurios  poiM*Íifi 
por  si  Mloi  1«  BUUd  del  Afriea  eaaado  Neroa  los  lil* 
£0  luaur. « Bn  Uempo  de  Vefpatiaoo  ImI>U  en  í« 
MauriUnia  Cesarlana  (provincla  de  Argel),  lr«ct>  co- 
lonias  romanas,  y  doce  eo  'a  Hümidiaf  provinciu  d« 
Con^iaiitina. 


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207 


AllGELIA 


m 


bVrs  mas  esclarecidos  de  1a  litoratnra  latina 
c'n  los  últimostiempos,  le  pcrlenecen:  citcmos 
entre  otros  áApoléyo,Terluliano,Arnobio,  San 
Cipriano  y  San  Agustin.  Las  artes  no  estabao 
meiios  ciillivadas  que  las  lelras:  en  lodas  par- 
tes  cdilicaban  cludad^  y  monumenlos,  cuyas 
ruinasann  actualmente  aMmiran  á  loá  vlr.geio.'*. 

BfediTamente  se  puede  lcer,  en  upa  Bis- 
tbria  de  la  Árgelia,  por  el  doctor  Wagner, 
escrifor  aleman  qne  sigtitó  á  tas  tropas  fran- 
ce.^as  en  su  espcdiciou  de  Gonstantina,  cnal 
ptuio  ser  la  admiracion  del  éjército,  caaildo 
marcliando  por  lá  antigu^  ca|iltal  de  Tognrta, 
y  admirndo  dc  la  IristezH  y  uniformidad  de  la 
Ca1|e,  descubrió  de  repcnte  las  nifnasde  lá  an- 
tígua  Calama  (Gtielma).  «Kadib^  diceel  narrador^ 
esperaba  este  éncüentro:  áquellas  Inmensas  nii- 
nas  destaradas  enla  soledad  reahimaron  elCr^pt- 
rlla  delejérclto,  al  cual  advertfansólemnemcn- 
te,  qne  anlci!  dc  la  Francla  habia  existido  nn 
puebloque  hubia  conqulstadoy  cititizado  aque- 1 
Ihi  lierra,  y  que  no  se  enconffaba  un  rineon 
del  Afirica  Soptontiional,  po>  esléril  que  pa-¡ 
reciese  quc  no  prescntase  algim  monumcnto 
imprevisto  desdc  eí  cual  Koma  cn  su  dia,  ob- 
servüba  á  laPrancia.» 

Cuando  loá  bárbaros  desolaron  la  Ilalia,  al- 
gnnas  tentativas  hcchas  en  Africá  para  separar-  [ 
sede  la  meírópoli,  fiieron  fácilmente  repriml- 
das,  pero  en  4^8,  Boniraclo  que  maudaba  ch 
horabre  del  empoVador  Valentiniano,  se  rebe-  ¡ 
ló  abicrlamente  Ibmando  en  su  auxilio  á  ios 
vindalos,  ducfios  cntonces  de  la  España.  Gen- 
Ferlco,  tino  do  sns  gcfes,  hcbiendo  pasado  el 
raar  al  frcnte  de  una  poderosa  annHda,  apode- 
itSsc  de  todas  li3  plazas  qué  aiin  se  haraban 
devotas  al  emperador,  y  avanzó  hasta  los  mis- 
mos  miiros  de  Carlago,  que  Boiiifacio  ccupaba. ' 
Vtendo  este  quc  en  vez  de  amigos  se  habia 
captado  duminadoreit,  hlzo  inútites  tentalivas 
para  qoe  el  gefe  bárbaro  se  rclirafee,  f^ero  no 
padiéndolo  conseguir,  le  atacó  y  fué  ven  - 
Cido. 

*  Ducños  ya  dc  una  de  las  mas  bermosas 
provincias  dcl  impcrio,  ostablecléronse  en  ella 
UiS  vánd}ilos,  hicieron  de  Cartago  su  capitat, 
T  quedaron  tranquilos  poseedoies  del  pais  por 
éspaclo  de  mas  de  un  siglo.  L  evaron  sns  es- 
cursiones  hasta  la  misma  Italla:  Bonia  fué  fo- 
roada  y  saqueada  por  Genserico,  y  vengada 
Cartago,  se  enriqueció  con  los  despojos  roma- 
ilos.  a  upaba  Gelimer  el  tit>no  que  Ind)1a  usur- 
pado  á  su  sobrino,  cuando  Jiisl¡nl.nio,qiierei- 
naba  en  Constuntinop'u,  resolvió  nucvamente 
reanir  cl  Africa  al  Irtipcrio.  Belisario,  general 
de  los  ejércítos  imperiales,  tomó  ¿  Cartago, 
espulsó  á  los  vándalos,  y  rednjd  todo  cl  pais 
hasta  las  columrias  de  Rércules. 

Dácia  lines  del  sigio  Vll,  los  árabes,  ya 
poseedoies  del^  Egipto,  inv^dieron  el  Africa 
Septetitrioiral,  oblígaron  é  lós  crístianosá  abra- 
Jtar  la  réligioo  de  Mahoma,  y  no  tardaron  en 
eitableter  so^re  tóda  el  Afríca  roíDiiDa,  uua 
^ominaclon  que  i  princlpios  del  siglo  siguien* 


te  estendieron  eii  España  donde  fuerofi  llamA- 
dos  por  la  traicion  del  conde  Julian. 

la  invasion  arábiga  trastomó  coraplela- 
mente  el  estado  poHtico  del  pais,  duerar  de- 
nominacioncs  reemplataron  á  los  nombres  ro« 
manos,  y  los  conqnistadores  tíitteúUnaDes  bi- 
cíeron  desaparecer  hasta  los  úttfasoa  vesllgtDS 
de  las  doscieiitas  noventa  y  Ireá  igiéílas  eipis- 
copalés,  qiic  ya  ta  persecnción  de  loB  véndab» 
habia  herido  de  muerte  en  soio  lofe  tlmitefi  dei 
moderno  territorio  argeliano. 

Tarias  dinastias  árabes  sesooedierob  ea  el 
imperio  fundado  en  AfHca  por  loá  taaaaulfflaDes; 
la  de  los  Aghlavitas,  cuya  capital  faé  Kalruaii, 
y  mas  tarde  Tunez,  y  lá  4e  loa  KdriBitas  fue- 
ron  siisUtaldas  por  la  de  los  FatimHM,  qttéoea- 
pa(k)s  de  la  conquista  1^1  Egtpto,  dé|aroii  m 
seguida  usurpar  sus  poseáRmes  obetéwitktM 
por  les  Zelditas,  6  los  euales  áüccAieroÉ  t»  M 
provtncfas  de  Tnnei  y  deGonMaittiDa,  loa  lla- 
maditas,  y  en  hi  de  Tlemcera  los  Yabeditat. 
A  su  vez  ías  tres  éinaMiai  qee  «óablunds  de 
mencionar  fiieron  reemplatadaB  por  Iob  Almo- 
ravldes,  y  estos  i  sn  vez  deAtmidos  0off  lot 
Almohades.  La  doihinacion  pásagera  de  esldr, 
f  jé  brevcmcnte  reeraplaBada  por  la  de  los  Zll* 
nitas  de  Tlemcem,  y  los  Hafiiltas  de  Bogia,  at« 
tcrnativamente  dneños  de  Argel,  oonforme  at 
éxito  dc  ia  gtierra,  y  aii  se  conaerváron  h^to 
la  segunda  mitad  del  siglo  XVI. 

Con  1«  toma  de  Granada  ae  habia  4e^lo» 
mado  para  siempre  la  dominacion  mo&ulmani 
en  el  terrilorio  español:  los  últimos  desoeil- 
dientesde  los  oonquistadores  africanos»  sc^ie- 
ron  en  la  precision  de  escoger  entre  el  ostra- 
cismo  y  la  abjuracton  de  sus  crcenclas,  y  co« 
mo  en  su  mayor  núaaero  hayA  preférido  e( 
destierro,  se  refugiaron  al  Africa.  Fernando  per- 
si^uió  á  sus  enemigos  hasla  csta  tierra  estraña: 
en  i  504,  las  tropas  espafiolas  atacaroa  y  to* 
maron  el  fuerte  de  Mers-^l-Kebír  cerea  áe 
Oran,  y  coatro  años  deapués  el  célebre  carde* 
nal  Jimcne^t  de  Cirneros,  at  frente  de  ona  po-» 
derosa  armada,  seapoderó  porsí  misraod^es- 
ta  úliima  ciodad;  entró  en  Gartagena  cincodias 
después  de  iiaber  partido,  de|andoáPedro  Na- 
varro  et  cnidado  de  estender  una  conquista  á 
la  que  ya  habia  contribuido  con  sn  valor  y  su 
destreza.  Despues  de  Itiber  sometido  todM  laa 
plazas  próxtmasá  Oran,  Navarro  se  di6  á  la  Te- 
la  para  Bngia,  d«  la  cual  se  apoderó  sin  U 
ménor  violencia.  Uoa  victoria  tan  rápidia,  y  que 
nada  liabia  co^tido  A  los  cHstlanos,  difondlé 
el  cspauto  por  todo  el  pais;  las  cludades  tecl« 
uas  enviaron  á  porfía  sus  diputados  al  vence* 
dor  para  implorar  su  protec^lon  y  Bometerse  á 
la  obediencia  de  Fem&ndo:  Argel  fué  la  pti* 
mera  en  dar  ejemplo;  el  bey  dc  Tunes  no  lar* 
dó  ett  ma&ifestar  sú  samisioti;  y  todos  b»ia 
el  soberanade  Tlemcera,  y  los  moros  de  IMts* 
ganem,  enviaron  al  general  espa^ol  stts  em- 
bsOadores  para  demandar  la  paz,  7  para  olVe^ 
cersc  i  sertribuiartos  de  la  corona  de  Gaftiila: 
todpseitoi  aconteci  mlentos  sucedleron  en  4  5  «  o  • 


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ARGfiUA 


m 


Pero  eslas  coDqnfstas  tan  rápfdaraenteefcc- 
tnadas  por  !o8  españoles,  las  perdieron  cón  1« 
misrot  rapidez:  Argel  y  Toner  cayeron  nuevn- 
mente  en  poder  de  los  oiaros  auxiliados  por 
tos  toreos. 

Segun  ya  hemos  Jndicado,  los  espafioles  se 
fatbian  apoderado  de  Argel  en  4540:  para  de* 
feodersn  eonquistaMcfa  laparted«t  mar,  ahsa- 
ron  sobreuna  roca  aisIadadelantedeU  cindad, 
on  ftaerte  qne  dió  grande  imporlancia  al  puer« 
to,  y  asegoró  duranle  algnnos  afios  sn  doroi- 
nadon  en  estos  parages,  pero  trataron  la  cin- 
did  con  tan  escesito  rigor,  que  solo  esperaban 
los  babitantes  nna  favorable  coynntura  para  re- 
belarse  y  recobrar  su  llbertad. 

La  mnerte  de  Femando ,  qee  BOl>reTÍno  en 
r546,  foé  1a  sefial  de  la  rebeffon:  loo  argelia- 
Dos  lltmaron  en  sn  autilio  á  Salem-ebn-Temi,  I 
prlttdpe  áral>e,  de  gran  nonbradla  por  so  bra- ! 
Tora  y  talentos  milltares,  y  este,  para  asego-  j 
rar  m^r  la  empresa,  biso  cauM  comun  eon  un 
corsario,  d  primer  Barbaroja  (AraudJ);  estehom- 
bre,  bi)o  de  nn  renegado  siciHaflo  llamado  Ya- 
enb,  establecido  en  Metetina  (Lesbos)  y  tam- 
bien  pirata ,  se  habia  hecho  teroible  en  lodo  el 
Medlterráneo.  Habia  perdido  un  iMraso  delante 
de  Bngia,  qneriéndola  arrebatar  á  ios  espafio- 1 
let,  peit)  mas  afortunado  en  Gigel  acababa  de ! 
apoderarse  de  este  pnnto,  de  concierto  con  su  , 
benntoo  Khairedino ,  que  mas  tarde  adquirtó 
800  mtyor  celebridad 

Barbaroja  se  apresuró  en  acndir  é  la  esei- 
ttdon  del  gefe  ó  cheik  Salem-ebn-Temi;  y  att- 
e6por  mtr  A  Argel,  mientrts  que  el  ártbe  te 
teometio  por  tierra.  Los  dos  ataques  foeron 
corontdoB  por  el  me}or  éxlto:  cl  fiierte  y  la  do- 
dad  foeron  tomsdos,  ta  goamicion  espafiola  de- 
pOBO  Its  armas,  y  en  tos  de  qnedar  libre  Ar- 
gel  nohixo  otrt  cosa  qoe  modar  de  duefio. 

Sin  embargo,  los  dos  Tvneedores  no  estu- 
Tieroo  por  mncho  tlempo  en  uno  eordial  inte- 
Mgenéit.  Btrbtro]a  se  deshizo  coanto  antes  de 
SQ  rhráT,  y  quedó  únlco  poseedor  de  la  ciudad, 
Jonttmente  con  sus  tureos,  qoe  Tinieron  á  iser 
d  órigeQ  4e  It  íniHeit  trgelitna. 

n  hijo  de  Satem-ebn-Teml,  qne  á  la  muer- 
te  de  sn  padre  se  habia  refngiado  entre  los  es- 
p^es,  obtOTO  de  ellos  una  trmtda  y  unt 
Mett,  bfljo  la  conducta  de  Francisco  de  Vera. 
I^  estt  flott  no  tocó  A  las  playas  síno  para 
eitrelltrse  en  ellts,  y  Its  tropts  de  desembar- 
qoe,  tttctdts  por  Barbaroja  mientras  que  se 
cntregaban  tl  pillage,  fueron  casi  totalmente 
deatroidas.  RotrdeeiJo  por  este  noeTo  sueeso/ 
BaftMrolt  resolTié  espols&r  oomplettffiente  á 
les  esptñolea  de  Iss  costts  de  Africa,  y  proba- 
blenente  lo  hoblert  eoosegnfdo,  si  en  ona  es- 1 
peAielon  contrt  Tleroeem,  no  hobfese  sido 
jnoerto  tl  eombatir  con  los  espaftoles  de  Oran 

Antet  de  tbondontr  A  Argel,  Barbarc^a  ha- 
Bit  iltmtdo  á  Khtiredino  part  reempltxtrte 
dortBte  SQ  tntencit:  A  It  noticit  de  It  muerte 
át  10  hermtno,  Khtiredlno,  tarobien  denomi«* 

150     UlliLIOTEU  |K)PUUR. 


nado  Barbaroja,  no  menos  dibll  ni  menos  fe« 
mible,  le  sucedió  en  et  mabdo.  Apenas  en  po* 
sesion  del  poder,  se  tIó  esle  amenasado  pof 
ima  flota  de  Teiute  y  seis  bageles  espafiotes 
que  condaeian  sobre  seis  mil  bombres;  pero 
retardado  el  desenbarque,  se  leTantó  unt  tem- 
pesttd  que  hiso  perecer  la  mtyor  ptrte  de  los 
buques  y  con  ellos  nnos  cnstro  mil  hombres: 
cx)n  mucha  diflcultad,  el  resto  dc  la  espedicion 
pudo  Ilegar  i  Ibiza,  nna  de  las  Baleares,  y  los 
moros  quedarpn  duefids  de  Argel  y  de  todt  It 
costa. 

Sín  embargo,  Khalredino  obligado  por  el 
odfo  de  los  irabes  y  las  acometidas  de  los  es- 
pafioIe4,  Tiendo  por  otra  parte  que  disminoit 
SH  ejército  por  instantes,  recurrió  al  snlttil 
Selim  I,  y  obtuTo  (f  5t0)  en  ctmbio  de  un  tc- 
to  formal  de  sumision,  el  titulo  de  bey  de  Ar-^ 
gel,  ui  socorro  de  dos  mit  genfatros,  tdemtt 
de  tlgona  artílleria  y  dinero.  Gon  esios  re- 
füerzos  el  nueTo  hey  se  apoderó  def  fnerte  e»- 
pafiol'  qne  ocupaban  todaTia  sus  btbifantes,  é 
hiso  constroir  por  esclavos  cristlanos,  It  esoo- 
llera  que  une  i  ta  tierra  firme  el  islote  sobro 
el  oual  se  destaca. 

Bn  4593,  el  sultan  SoUman  Ilamó  cerct  de 
él  i  Kbairedino,  al  cual  conflrió  la  dignidad  áé 
capitanpacbi ;  i  su  partida,  el  bey  dejd  ét 
mando  de  Argel  i  un  eunuco,  renegado  sardo, 
ilamado  HaBsam'Aga  de  nna  braTurt  igotl  á 
80  cmeldad,  y  cuyos  talentos  militares  pare- 
cian  recordar  los  del  eunuco  Narses.  Hassam^ 
antiguo  pirata;  continuó,  durante  so  gobiemo, 
su  plllage  y  sús  tropelias  oon  tal  audacia,  qoe 
el  papa  f aulo  III  soiisitó  de  Cirlos  Y  el  reme* 
dio  de  estos  males. 

Tt  este  principe,  faabit  consegoido  derro- 
car,  algunos  afios  antes  el  poder  creado  por 
Barbaroja  en  Tunez.  MOley-Bassem,  refntbt 
cn  esta  eiudad,  siendo  feudatario  de  E^pafia, 
cuando  Khairedinollegói  Gonstantinopla  toon- 
sejd  al  sultan  qoe  reuniese  i  su  Tasta  domhit- 
cion  los  eslados  de  Muley,  y  habiendo  segnido 
e1  suHan  este  consejo,  confló  i  so  capilao-po-* 
chi  el  mando  de  nna  escoadra  por  coyo  media 
en  breve  se  apoderé  de  Tunez.  Dncfio  de  It 
ctttdad  y  del  fuerte  dela  Goleta,  coyas  fortifict* 
ciones  tument^,  Barbaroja  infestó  el  mar  con 
sus  piraterias,  y  amenaaó,  no  tan  solo  i  It  €er* 
deñt  y  la  SiclHa,  sino  tambien  i  la  Italia  y  It 
Espafit.  Pero  deseando  Girlot  V,  poner  eot» 
i  tales  escesós,  reunió  en  Gagtlari,  trcinta  mil 
hombres  de  tropts  esoogidas ,  i  Itt  órdtnet 
del  mtrqoés  del  Qoasto ,  disposo  qttínientot 
buqoes  para  It  espedidon ,  y  periooalmente 
se  dirlgió  con  so  trmtdt  el  46  de  Juiio  éñ 
4535.  Despoesde  unt  fsHz  ntTegtcioo,  tl  IVe« 
gtr  el  empertdor  frentt  i  Ttnez  hito  desem* 
btreor  sus  tropas,  qoe  ocoptron  las  misintB 
linets  que  Stq  L^s,  segon  ob'servtn  ios  htoto* 
ritdoros» 

UrtodMoadelfuertedelaGokta,  ím%^ 
do  por  tttHo,  bizo  duefio  tl  empertdor  dt  Imi 
fuerza»  ntTafes  y  del  arsena! ;  medlaiitt  '^ 

T.     lU,     1 1 


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M 


ÁÍiGISLlX 


M 


.Mpitolacioii:  le  foé  entregáda  la  ciodad,  y  ape- 
jnu  babia  traacorrido  on  mea  desde  la  partida 
4le  Cagliari,  coaQdoMoley-BaaseiD,  sobió  sobre 
ao  troDO,  recooociéodoBe  noevaroeote  feoda* 
Mrio  de  la  Espana.  Teiote  mil  eaclaYoa  criatia- 
nos  debieroo  so  libertad  ¿  tao  gloriosa  eape-^ 
dicion,  coyo  regreao  foé  ciertameote  menoa 
felia,  poes  ona  Tiolenta  tempestad  dispersó  la 
escoadra. 

Ki  éxito  de  esta  primera  espedicioo  era  de 
on  íélls  agüero  para  el  itorTenir:  el  emperador 
correspondló  por  tanto  á  la  escltacion  del  so- 
berano  pootiflce,  y  dió  órden  para  qiie  se  reo- 
óieaen  en  las  costas  de  Espaíia  é  Italia,  dos  ar  • 
madas  compoestas  de  sos  mejores  tropas,  á  ias 
coales  se  onió  lo  mas  escogido  de  la  noblexa 
íiallana  y  española.  Diütingoiase  entre  esta  úl- 
tima  HemanGortés,  conqoistadordeMéjico,  pre- 
aeotiodose  como  volontario  cou  sos  t^  bi- 
Jos.  El  gran  maestre  de  Malta  envió  qoioientos 
caballeros  acompañados  cada  ono  de  dos  com- 
batientes.  Las  dos  flotas  en  qoe  debian  embar- 
carse  ambas  armadas  foeron  poestaa  al  maudo 
del  célebre  Aodrés  Doria,  repotado  pojr  uno  de 
losmas  bábilesmarinos  deaqueila  época  (4  544 ). 
Noobstaote,  los  preparativos  se  habian  ve- 
riflcado  con  soma  leotltod,  taoto  qoe  oi  aon 
el  emperador  mismo  se  hallaba  á  flnes  de  agos- 
to  en  el  ponto  dc  reunion.  Por  fln  llegó  á  Ita- 
lia,  y  el  46  de  setiembre  tuvo  en  Luca  una  en- 
trevista  oon  el  papa,  el  coal,  aunque  la  guefra 
ae  bacia  ¿  iostaocía  suya»  ooi^oró  al  monarca 
¿  qoe  por  mas  tieropo  no  peosase  en  noa  espe- 
dlcioD  demasiado  tardía  para  quo  pudiera  tener 
bnen  éxito.  £1  marqués  del  Guaslo  y  Doria  le 
dirigíeron  tambien  la  mísma  súplica:  todo  fué 
inútil,  y  lasdos  escuadras  se  bicieron  á  la  ve- 
)a  lleguidoel  26  de  octubre  dclaote  de  Argel, 
i>o  sin  grandes  diflcnltadcs.  El  desembarco  se 
hixo  Gon  órden  y  celeridad  como  media  legtia 
alEstede  la  poblacion. 

Las  fúerias  reonidas  ascendian  entonces  á 
feinte  y  dos  mil  hombres  de  Iníanteria  y  ¿  mil 
y  clen  caballos;  pero  el  mal  tiempo  se  oposo 
al  completo  desembarqoe  de  los  biigajes,  vi- 
verei  y  municiones.  A  pesar  de  esta  enojosa 
Qcurrencia  laa  acometidas  del  cnemigo  fueron 
enérgicamente  reebazadas.  El  ataqoe  dado  ¿ 
la  píasa  era  vigoroso  y  casi  compieto;  el  mo- 
narca  se  babia  colocado  persooalmente  en  la 
altura  de  Sidi-Jacoub,  qoe  domioa  á  la  ciodad, 
y  donde  mas  tarde  se  ba  coostroido  el  foerte 
del  Smperador;  el  ataqoe  gencral  estaba  pre- 
meditado,  y  dlspn^to  para  la  mar^nasiguiente, 
y  todo  bacia  presagiar  el  éxito  mas  brillante, 
riiando  una  tempestad  acompanada  de  granixo 
y  de  torrentes  de  iluvias  se  dcsplomó  sobre  la 
arraada  sin  abrigo,  al  mismo  tiempo  que  una 
iwpetuosa  borrasea  dispersó  la  flota.  Aprove- 
cbindoac  fiassaái-Aga  de  loa  desastres  de  la 
armada  cristiana  para  acometerla,  hixo  vigo- 
resai  satidaa,  y  en  mia  de  ellaa  destruyó  casi 
radlealmente  el  ciierpo  de  loa  caballeros  de 
Malta. 


Habiéndose  calmado  oo  poco  el  temporal, 
ya  fué  posible  reconocer  en  el  dia  S9  la  pérdi» 
da  de  los  dos  anteriores,  y  se  vi6  qoe  habian 
perecido  clento  ciocoeota  boques  y  ocho  mil 
hombres.  Habieodo  ya  el  emperador  perdido 
toda  esperaosa  de  poderse  apoderar  de  la  ciu- 
dad,  y  ced¡eodo¿  los  cod^Jos  de  Doria,  que 
le  babia  escrito»  ie  decidió  ¿  la  retirada;  pero 
detenido  por  el  crecimiento  de  ias  agoas  del 
Haratch  y  del  Hammiz,  hasta  el  dia  34  no  po* 
00  llegar  al  cidx>  Matifú,  donde  le  esperaban 
los  restos  desordenados  de  su  flota.  Al  ver  nue- 
vamente  G¿rlOB  ¿  su  almirante  le  confesó  que 
habia  sido  castigado  por  no  haber  atendido  ¿ 
sus  amonestaciones.  Se  hizo  saber  ¿  la  arroa* 
da  eo  órden  general,  que  el  sitio  de  Argel  se 
habia  suspendido  haátael  año  siguienle»  he- 
cho  lo  cual  se  hizo  ¿  la  vela  para  Bogia.  Aili 
foé  donde  el  emperador,  despues  de  remune- 
rar  ¿  los  oflciales  qoe  le  habiao  acompañado  en 
tan  poco  afortunada  espedicíoii ,  abandonó  la 
armada  para  volverse  ¿  España  por  Gartagena. 
Libre  yadelos  españoles,  Hassam-Ag¿em- 
prendió  una  espedicion  contra  el  rey  de  Tlem- 
cem,  al  que  hizo  tributario ,  y  murió  poco 
tierapo  despues  de  haber  regresado  ¿  Argel 
(4  543).  La  milicia  torca  eligió  al  pooto  para 
reemplazarleonodesüsgefes  Ilamado  Haggft, 
qoe  cooservó  el  mando  basta  el  momento  de 
haber  llegado  el  noevo  pach¿  elegido  por  la 
Puerta:  era  este  El'H<u$am,  hijo  de  Khaire- 
dino<45U). 

Despoes  de  la  espedicion  dc  G¿rlos  V ,  los 
españoles,  no  tan  solo  no  ioquietaroo  por  roas 
liempo  ¿  los  argelianos,  siuo  que  aderoas 
perdieron  sucesivamente  lodas  las  posesionea 
deAfrica.  Bugia  les -foé  arrebatada  en  45t2; 
por  mucho  mas  tiempo  conscrvaroo  ¿  Oran  y 
Mers-el-Kebyr,  quelos  argeiianosnoconsigiiip- 
ron  rec^brar  Iiasta  4708. 

Envalentonados  por  ia  impunidad  lo?  plra- 
tas  de  Argel,  a¿i  como  los  deTunez  y  iri|N»- 
li,  aumentaron  en  número,  y  se  hicieion  c;ida 
vez  mas  audaces.  Duraote  mus  de  un  sigío.  iti. 
fundieron  el  terror  y  la  desolaciou  haAla  laa 
costas  de  España  y  de  Italia,  pues  deaembnr- 
caban  de  improviso,  devastaban  ias  pohiacio- 
nes,  reduciendo  sus  haMtantes  ¿  la  e^clavitud. 
Luis  XIV  su  ent^rgó  por  último  de  vengar  el 
hooor  de  ia  cristiandad:  nueve  espedicioues  se 
posieron  ¿  la  vela  bs^o  so  relnado,  desde  4663 
¿4668;  pero  solu  la  segonda  fué  aoompañada 
del  desembarco. 

£n  1663,  el  duque  de  Beaufort,  con  seia 
buques  mayores ,  y  otras  tantas  galeras,  dló 
caza  ¿  los  piratas  de  Argel,  les  echó  ¿  piqoe 
unos  veiote  bageles,  y  les  obiigó  ¿  permane- 
cerpor  algnnos  meses  encerrados  eo  siia  puer- 
tos,  Peroai  año  sigoiente  comenzaroo  de  nue- 
vo  sos  rapiñas,  y  el  mismo  diique  de  Beaufort 
fué  nnevamente  encargado  de  redocirlos  ¿  ra- 
zon.  Diez  y  seis  naves  foeron  ¿  desembarcar 
d^elante  de  Gigen,  como  onas  ciociienta  ieguas 
al  OMe  dc  Argel;  Feis  mil  hombre  qiie  se  apo« 


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ARGEUA 


SU 


dtfaroD  de  ia  dodad,  conatroyerofi  mi  ella  nu 
ftierte,  y  batlevoD  on  coerpo  eotísiderable  de 
■oroE:  8ÍQ  eatergo,  poeoliempodeapiies  todo 
MilModonado. 

Eü  4665,  el  duque  de  Beiulért  enooatrd  la 
ietaaiifeiioaá  la  altora  de  Tmies  y  la  iilao 
€ipeiiiDentar  taics  pénttdas,  qoe  durante  diei 
f  BÓB  ano8»  h»  conarios  de  Argel  no  pudieron 
acometer  empresa  alguna. 

In  4tf8l,  Doqueste  y  Toonrille,  que  serYia 
á  a»  órdenee,  deetniyeron  casi  compietamente 
li  iola  tripoUtaoa  delaote  de  Gliio:  ia  pai  foé 
eiiibiecida  de^Mies  pormediacioa  dei  gran 
stínr. 

Al  año  algoieiite  Duqoesne  y  Tourville  se 
lÜBaroB  delante  de  Argel  coo  fuersas  consi- 
darables:  inceQdiaron  (res  boques  argelianop 
y  bombardeanm  la  dodad;  pero  la  ni^la  esta- 
eion  íaé  cansa  de  que  YOlviese  la  flota  á  los 
paolosde  Franeia»  qoe  4  so  regreso  hiso  es* 
jeiisKDtar  noeras  pérdidu  á  la  marina  de 
Argel. 

fin  4683  fué  emprendido  nuevamente  el 
hmbardeo:  nnas  iwmbardas  denoeva  inven- 
dofi,  coQStrnidas  en  el  poerto  de  Toton,  ba- 
jila  direcdon  del  famoeo  Henaod,  prodojeron 
el  nayer  efecto.  Ya  babian  derribado  la  mitad 
de  iaa  babitaeiones,  coando  el  dey  ñié  moerto, 
JaslaBKiite  coandose  preparab^á  capitolar. 
II  anevo  dey  fiouaffn,  por  sobrenombre  Jfes- 
as-lforfo,  qne  babia  trastornado  las  negocia* 
GisMS  de  su  predecesor  baeiéBdolc  asesinar, 
Uao  atar  al  cóosnl  de  Francia  á  la  boca  de  un 
caéoo  y  sacriflcar  todos  los  caotivos  france- 
aes:  sok>  la  fuga  le  podo  sostraer  4  la  exaspera* 
cien  dei  popolachó.  8&  suoesor  Ibrakim,  para 
iPiCigoaráLols  XIV  solieitó  soleranemente 
el  mas  borailde  perdon  por  medio  de  DJafar 
Agi;  y  sin  embargo,  foé  preciso  qoe  Toorville 
ea4M7,  y  el  mariscalde  Eslrees  en  4688, 
•e  eocargasen  noevamente  de  castigar  á  estos 
iaoenegü>le8  piratas,  arrojando  mas  de  dies 
aiH  bombas  sobre  sos  bogares»  Solo  algonos 
añcidespoes,  es  decir,  en  4694,  es  coando  el 
gebiemo  de  Argel  recoiioció  los  derecbos  de 
propiedad  de  la  Franda  sobre  el  litoral  entre 
Boai  y  Tbabargah,  independlentemenle  de  la 
eoioesioii  eselosiva  de  la  pesca  dei  coral,  y  del 
coiBerdo  entre  Dona  y  Bugia. 
'  Ea  4685  ei  maríscal  de  Bstrc^  babla  im- 
poeslo  la  pas,  b^o  rigorosas  condidones, 
iloilrípoUlanos  y  al  dey  dc  Tonea. 

Todas  estas  espedidones  fueron  honorifl* 
cu  para  la  Franda,  y  gloríosas  para  su  mari- 
M*perono  dieroo  resohado  algnno  dedai- 
^paesto  que  los  argelianos  volvian  á  la 
m  en  eaaoto  babian  repneafo  sos  pérdi- 
das. 

Va  heBoe  viato  raas  srriba  qoe  Khairedi* 
*e  babia  aolidtado  la  proteedon  del  sultan: 
deide  entonces  la  Poerta  habia  continnado  re 
Q^eodo  ofldales  con  d  tilolo  de  pachá,  para 
Scberaar  á  ArgeK  coyoestadode  cosas  doró 
Msta  príocipkM  dcl  slglo  XVII.  Bo  esta  époea  I 


descoBteatalamilidadei  gobenador  torco,  qot 
la  pagaba  mal,  solidtó  y  obtovo  dd  gran  sefior 
facoltad  de  deghrse  on  dey  ó  gde,  qoe  red- 
diendo  continuamente  en  Argel,  toviese  laad- 
minlatrBdon  dd  estado,  pagase  ¿  la  miiicia  y. 
enviaae  tribotos  rcgolares  ¿  Gonstantinopla^ 
en  vea  de  oobrar  d  soeklo  de  los  genisaroe  ar« 
gdianos.  Bi  pich¿  nombrado  por  la  Poerta  de- 
bia  conservar  sos  liooores  y  su  trataoiiento^ 
pero  solo  tenia  voto  en  el  divan  ooando  se  le 
pedia,ócnando  versabala  ddiberacton  sobro 
00  asooto  inleresante  ¿  la  Puerta. 

Argd  poseia,  por  taoto,  un  padi¿  y  on  dey. 
hasta  el  instante  de  la  devadoo  de  ÁÜ  (4  74  0)« 
Este  hofflbre,  salido  de  los  úlUmos  rangos  de 
la  mllida  torca,  hallábase  dotado  de  nna  gran 
bravure,  y  de  on  carider  no  menos  tenaz,  así 
es  qoe  ningon  obstAculo  le  detenia.  Habiéndo- 
sc  orgaoisado  un  compk>t  en  contrasoya,  no 
vaciló  00  punto  en  apUcar  d  castigo,  pues  bi- 
zo  rodar  mas  de  mil<adecieotaa  cabezas  eii  el 
primer  mes  de  Bt)  advenimiento.  Un  rígorsc'* 
mejaate  prodojo  nuevoscomplots,  de  queelpa- 
ch¿  fué  d  factor  príncipat;  Ali  le  hizo  pren- 
der  y  embarcar  para  Goostantinopla,  y  ciiviá 
al  mismo  tiempo  al  sultan  Ahmed  III  vaiioa 
embajadores  cargados  de  rícos  presentes.  Cl 
divan  no  pudo  menoít  de  aprobar  la  conducta 
de  un  hombre  que  empleaba  tiles  ibedios  dc; 
JnstiflcackHi:  Ali  fiió  devado  ¿  la  dignidad  de 
pach¿,  y  recibió  la  inveslklura  de  estadignidad 
Jontamentecon-tres  colas:  desdc  entooces  los 
deyes  gobemaron  dn  dar  paritoipacion  ¿  otraa 
aokNridades  locaies. 

Al  coraenurse  el  siglo  XYilI,  ralenlras  qoe 
loi  espaáoles  estaban  ocopados  por  la  goerra  de 
SQcedon,  hdlAndose  debilitadas  sus  fuerzas, 
Oran,  conquista  del  cardenal  Jimenez,  babia 
cddo  en  poder  de  los  inoros.  GonsoUdado  el 
trono  de  Fellpe  V  pensó  eate  monarca  en  4  73t, 
recobrar  esta  importante  posesion:  encargó  de 
la  espedicion  al  conde  de  Mootemar,  que  la. 
desempefiócon  ona  felicidad  Jostiflcada  por 
sos  boenu  disposidones,  so  activklad,  su 
prodeneiayso  andada.  Orany  Mers-el  Kebyr 
foeron  recobrados  por  los  españoles  tres  dias 
d^pues  de  so  desemharoo.  El  dey  Ali  qne 
mandaba  la  aftnada  mosuhnana,  avergonsado 
de  soderrota,  y  temiendo  la  indignadon  de  los 
soyoi,  se  fogó  al  interíor  Jontameote  con  su 
famUia  y  sos  tesoros. 

Bnoomismo  dia,  en  473t,  presendó  Ar- 
gel  ladecdon  de  cinco  deyes,  qoe  fueroo 
asednadosunosdespoee  de  otros»  y  sos  tum- 
bu  se  vcn  todavia  fuera  del  barrío  de  Bab-eN 
Ooed. 

Bl  año  4775  fué  notable  por  ooa  espedi- 
don  de  los  espaóoles  contra  Argel:  aonquc 
bioB  preparada»  tovo  resoltados  desastrosos,  j 
eorao  foé  la  AUhna  tentativa  de  desembarco 
sobrela  iOf^a  afrícana  antes  de  U  comiuisU 
francesa,  hiaoAlas  cipcdiciones  un  di*'{avof 
exagerado.  Ei  general  Oregui  qnela  mandaba, 
fracai^ó  complctamrpte  cou  trclnta  inil  hom- 


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ARGEUA 


3M 


Bres  y  eieft  ^kem  de  «üllerit,  €oya  myor 
parte  quedó  en  poder  de  lot  enemífos. 

Esdeuotarque  el  dey  Mohammed,  qae 
''  mandaba  en  Argel  en  esta  époci,  se  Mlaba 
gobemando  deiide  4  766,  y  conservó  el  poder 
basta  4794,  por  mas  qne  bajo  eu  domioMioD 
se  hubiese  YeriOcado  on  bombardeo  de  la  eio- 
dad  por  los  daneses  (477e),  la  espedidon  de 
Oregul  (4  775)  y  oiras  doa  tentati?«8  de  bom- 
bardeo  (4783  y  4784)  por  el  atmirante  Baroe- 
ló.  Mohammedmurió  en  bu  lecbo,  eosa  raraen 
irgel»  ¿  la  edad  de  mas  de  80  aüos.  Haaam, 
6u  piimer  minlstro,  le  sncedló  sin  oposidon,  y 
en  cl  segundo  afio  de  sn  relnado,  los  españoles 
le  cedleroD  Mers-el-Kebyr  y  á  Oran,  cuya  rui- 
na  se  babia  Tcrlficado  mediante  un  fuertelem- 
Wor  de  lierra. 

Bn  4793,  habiendo  tenido  precision  la  Fren* 
eia  de  suplir  con  las  proyisiones  recogidas  por 
los  buqnes,  lo  insuficiente  de  la  cosecba  en 
hs  proTÍDCIas  meridionales,  el  deyHassaro  au- 
torizó  las  esportaciones  de  trigo  que  sumlnis- 
traron  las  casas  Judias  de  Bacrl  y  Bnsnach.  La 
liquidacion  y  el  pago  de  los  suroioístros  que 
eontiouaroD  dnraDte  muólioe  afios,  y  ascendie- 
ron  á  snmas  considerables,  fueron  la  causa 
primordlal  de  desaTenencia  de  la  nacion  fran* 
eesa  con  Argel,  y  por  consiguiente  de  su  con- 
qnista. 

En  la  época  de  la  espedidon  francesa  al 
Bglpto,  la  Puerta  indujo  al  dey  de  Argel  para 
que  declarase  la  guerra  á  la  Franda:  los  frm- 
^  eeses  fueron  por  tanto  espnlsados  de  sos  pose- 
siones  de  Booa  y  la  Calle,  y  el  eónaul  d« 
Fnmcia  qoédó  reducido  ¿  prision.  Pero  esta 
mala  inteHgencia  do  fué  moy  dorable,  por 
coaDto  UD  tratado  de  pax  cod  la  regeoda  qoe- 
dó  firmado  en  4804.  Napoleon  ezigió  qoc  no 
tan  solo  1a  Francla,  sino  tamblen  todos  los  es» 
tados  reunidos  bajo  la  dominacion  franccsa  ó 
fomprcndidos  en  sn  aliansa,  fueaen  respetados 
por  los  corsarios:  Argel  se  sometió  é  esta  con- 
didon. 

Sin  embargo,  como  los  dtstorbios  p«ilíticoB 
7  las  guerras  que  habian  desolado  ¿  la  Europa 
durante  Telnte  afios,  habian  sido  causa  de  qae 
se  hablesea  suspendldo  todos  los  ataques  con- 
traArgel,estap<Hendia  aproTechó*  tal  coynnto<» 
ra  para  ponerse  en  un  estado  dedefeosaformi- 
dable  y  para  llenar  su  tesoro  por  las  correrias 
de  Bus  corsarlos. 

'  Despoes  de  1a  pas  genend  de  4845,  algv- 
Desingleseshabian  sido  maltratados  en  Bona, 
y  por  lo  mismo  lord  Exmouth  fiié  encargado  por 
80  gobiemo  de  ponerse  al  frenie  denna  eseaa- 
dra  para  pedir  satisfacclon  al  dey  de  Argel.  En 
las  priroeras  negociackmes,  el  almlrante  in- 
glés  habia  oonsentido  en  «oeptar  ei  arbttrage 
de  1a  Puerta,  ó  por  m^or  dedr,  habit  eon«- 
goldo  hacerle  aoeptar  por  d  dey  Omtr-Ebn* 
Mohammed;  perocomo  elgabio^e^le  LdDdres 
no^aprobó  este  conTenlo»  otra  espedicion  eto 
maai  (brroidable  que  la  primera  fu6  dirlgidfrl 
coDtra  Argcl.  El  97  de  egoato;  la  escoadra  in*^ 


glesa,  coya  toem  asotndla  i  treinta  y  lielÉ 
velas,  en  seis  de  las  euales  ondtaba  el  ptte^' 
lloa  holtndés,  se  preséntó  delaato  dt  Afgel  ¿ 
hisosaberal  dey  qoe  la  loglaterra  exlgk: 
4  .^*  la  abolidoB  liimediata  dt  la  esdafitod  de 
los  europeoe:  i.^  pna  rtptiaeloa  oomirtida  éé 
los  insnltosy  peijoldoe  qne  lot  sábditts  te- 
gleses  acababan  de  espertmenlar  enlos  etta- 
dos  de  Argel. 

Pero  como  el  dey  rethtiart  edu  propo- 
sidones  con  menospredo,  el  bombafdeo  eo- 
raeosó  inmediatamente.  Muy  en  brefe  loa 
fnertes  y  los  baloartes  de  la  marlna,  asedla- 
dos  por  la  artilleria  inglesa,  qnedaroo  sin  de« 
fensores,  y  los  btqoes  andadoaend  pQtrlo, 
vinleron  ¿  ser  preaa  de  laa  Ilamat,  Pcro  tan 
briUante  suceso  se  pagó  bien  caro,  pnes 
chos  boqtes  iogleses  qoedaron  aln  fl 
y  dos  nll  euatrodentos  hombres  fotra  de  < 
bate.  Sin  embargo,  como  la  dndad  hablt  ts* 
frido  borriblemenle,  rebel¿ndote  el  pndAo  h^ 
zo  que  el  áej  pidiese  la  pas  ¿  lord  Exmoiitb, 
qoe  00  hall¿ndose  ya  en  eatado  de  ctmeiixar 
un  nuoTo  ataque,  estaba  ¿  pnnto  de  Td?erá 
Gíbraltar. 

£1  almirante  exigié  la  abolidon  abtoltta 
d^  ia  esclaTitod  cristtana,  la  manomtston  tln 
rcscate  de  los  caotÍTos  de  todas  las  nadones 
europeas,  la  restittdon  de  ona  cantidad  eonal- 
derable  pagada  redentemente  para  rescatar 
tresdentos  setenta.  esdaTos  napolitaoot;  por 
tiltimo,  la  franqntda  de  todo  triboto  pcectdta- 
temente  impueste  al  pabellon  hdandéi,  qte 
dcsde  entonces  debla  dlsfmtar  de  les  mismat 
Tentajas  que  d  de  laglaterra. 

El  8  de  tefieaibre  de 4847,  una de  esas se« 
vtlQdones  tan  frecoentes  en  Argd,  arrebató  ¿ 
Omar  el  trono  oon  la  Tida.  Gierto  et  {que  bt- 
jo  sn  reinado,  Argel  babia  sido  socedfamente 
horaillado  por  los  Estados  Unidos  y  por  la  In- 
giattrra,  pero  habit  sofrido  estos  reTesti  eon 
la  mayor  oonstandt,  babiéndose  repocíBto  eoo 
toda  energia:  las  lortlflcaoionee  de  la  marína 
eran  oada  tob  mas  rcumidables,  y  Iob  foocpies 
de  Afgel  soreaban  de  nttTo  d  mar. 

Sn  4845,  nna  dlTtsita  aBtericaaa  ae  babia 
presentado  ddante  de  Arg^U  y  w  BNHtidDres« 
aonque  tenian  todos  sos  buqoes  moQtadas  ea 
corsot  accedieron  easi  sin  réplica  ¿  las  prop»- 
sidontt  de  la  pai  que  le  faeron  dlctadas:  ¿es- 
to  haciamos  refereacia  al  indlcar  la  humllla. 
cion  dc  Argel  por  parte  de  los  Eatados  üal- 
dos 

áU  Codgia,  qne  babia  becho  morir  ¿Omar. 
le  suoedló  en  d  trono:  pesaba  por  letrado,  pero 
era  sangninario  y  de  padones  desopdenadu. 
Al  pooo  tiempo  estaUé  una  Oonspiradon  cootra 
él,  por  lo  cual  trasporló  de  noche,  basta  tl 
Easbah»  sn  residencia  y  sas  tesoros.  Detpoes, 
lodeAndose  de  una  gnardia  oorapoeata  de  ¿ra- 
bes  y  de  negros,  no  ocnltó  sa  dedghio  de 
ftjodar  nna  dinasUa  boreditaria  y  eaterminar* 
et  cuerpo  de  los  geuisaros:  ya  habia  beobope- 
recer  mat  demU  quinientos,  coande  la  p^ita 


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fl7 


▲RGELU 


m 


Heeó  á  ponar  t¿i»iiio  á  m  pv^HC^  7  m 

Hos8eim^chá-(el-Qo8ayu*ebo-el-Ua9iam) 
lc  soeedló.  Rioo  coo  It  herenoia  qae  le  habiaa 
legado  suo  inredocesores  (laa  fortiñcaciones  de 
la  sniiia  y  la  realdeocla  de  U  Kasbali),  re- 
cfaaaó  ooa  Tilipendio  la  DOtiflcacioo  que  aca- 
babao  de  bacerle  ea  4849  los  almiraotes  Ju- 
rien  y  Freemantie»  eo  nombre  del  coogreso 
de  Aqaisgran,  y  respondló  qoe  conliooaria 
aticando  los  bnqoes  de  las  poteocias  qae  cou 
éi  noesluYiesen  coligadas. 

Ko  4894,  ooa  flota  ioglesa  se  preseotó  de* 
laate  de  Argel  para  exiglrle  satisfaccion  de 
algonos  acloB  de  plraterla  empleados  cootra 
sábdltos  ingleses,  cuya  diferencia  se  terminó 
mediante  nna  negociacion.  Desde  esta  época  es' 
caaodo  las  relaciones  de  la  Francia  coo  Argel 
tomaron  no  carécter  de  acrltud  que  prouto  de- 
generó  en  ablerta  bostilÍdaJ. 

•5o  füéun  becbo  aislado,  decla  en  4899  el 
Diolstro  de  Negoclos  estrangeros  i  la  cámara 
4e  los  diputados,  lo  qoe  orlglnd  el  romplmieo- 
to  cntre  la  Francia  y  la  regencia  de  Argel. 

«Xucstros  agravios  asciendcn  A  la  época 
en  que  se  encargó  del  poder  el  dey  actual, 
fiosseim-Paché;  pero  sobretodo  desde  4895  es 
coando  liao  llegado  á  adqairir  mayor  gra* 
Yedad.» 

Ko  esla  época,  contra  el  espreso  tenor  de 
los  tratados,  se  hlcieroo  pesquisas  en  la  casa 
cooaolar  de  Booa,  b^o  el  capcioso  pretesto  de 
cootrabando;  Tarias  autorisaciooes  ilfeitas  de 
permanecer  y  comerciar  enestaciudad  j  en  las 
coslas  de  1a  provinda  de  Gonstantina,  fueron 
olorgadas  4  diferentes  negociantes  ingleses  y 
mahometanos;  un  derecbo  arbitrario  del  dies 
por  dento  foé  establecído  sobre  las  mercan- 
Giasintroducidas  por  cuenta  del  agente  de  las 
conceoiones  francesas. 

En  4896,  algunos  buques  pertenecientes  á 
le  Santa  Sede,  pero  en  los  cnales  ondeaba  el 
.  pabelloD  blanco,  tenlendo  la  proteccioo  de  1a 
fmiA%,  foeron  injusbunente  apresados  y  so 
resfltoeionrehnsada.Qaedaron  eooflscados  di- 
íiR-entes  artlcolos,  propledad  de  los  ftaneeoes, 
¿  bordo  de  nnboque  español.  Asi  se  Hegaroa 
á  Tlolar  dos  prioclpiosque  constanteiBQnte  baa 
•errldo  de  base  ¿  nuestraa  transaeciones  eon 
tas  rvgencfas  de  AfHca:  (pn  el  pabellon  fraa- 
c¿8  cubre  la  mercancia  cnalqulera  qoe  ses,  y 
qoe  1a  mercaneio  flraneesa  es  iOTiolable,  aon 
ba|o  el  pat>ellon  enemigo.  Algioiai  Tiaitas  ar- 
bftrsiias  y  dlferentes  gabelaá  se  ejecutaron 
¿bordode  k>9  imgelea  franceaes.  Kl  doMinio 
de  k  trancta  sobre  esa  por«jion  de  territorié 
qae  oe  faalla  comprendldo  entre  la  8eyl>oase  y 
dcaboRoox^y  delacuaIest¿enposesioades* 
deMfiadosdel  siglo  XV,  Aié  desoonocida. 
Daa  CBBtidad  de  dos  raillones  de  francos,  resto 
da  OB  efodHo  ya  reembolsado  ¿  clertos  Judioa 
argtiianos  por  el  abasteclmiento  de  graaos 

Sieaeblio  ea  loa  primeros  años  de  la  ropú- 
itt,  canUdad  deposlMa  enla  cajade  los  de- 


péaüos  y  oon^aeioooo  pai«  amortisar  loe 
créditos  franceses  de  los  senores  Busnach  y 
Bacry,  en  decucion  de  ooa  tran&acciou  pasa* 
da  el  98  de  octubre  de  4819,  cntre  los  comi- 
sarios  del  rey  7  los  apoderados  de  loa  súbdi- 
tesargelianos,  fué  violeQtameote  reclamada  eu 
lérminos  muy  inconvenientes,  asi  como  el 
reembolso  de  otra  cantidad  de  dos  millones  de 
francos  que  el  dey  de  Argel  acosaba  al  consul 
de  Fraucia  de  haher  recibido,  como  precio  de 
los  pretendidos  buenos  oficios  que  habia 
prestado  ¿  Bacry,  prÍTado  entonces  de  su 
iibertad  y  cargado  de  cadenas  por  su  sobe* 
rano. 

•Por  último,  dice  oo  escritor  francé^, 
mientras  qoe  el  gobierno  se  dispooia  ¿  dac 
¿  estaa  reclamaciones  una  respuesta  que  hn« 
biese  contenido  la  cnnmeracion  de  noestros 
agravioa  y  el  requcrimiento  dc  tales  exigen" 
cias,  en  el  dia  30  do  abrii  do  4897,  cuan- 
do  el  cónsul  general  de  Francia  acababa  dc 
presentarse  al  dey  en  una  ocasion  solemuíj 
para  cumplimentarle,  como  ea  usanza,  en  la 
Tispera  de  las  0estas  mosulmanas,  correspon- . 
dió  tan  solQ  al  acostambrado  homenagc,  con 
un  iosalto  grosero.» 

Kfedivamente ,  habiéndosc  presentado 
lír.  Delval,  cónsalde  Francia,  en  lac¿maradel 
dey  en  el  dia  de  la  flesta  del  Bairam,  Junta- 
meote  con  los  demas  residentes  europeo^, 
Husaeim,  ¿  consecoencia  de  una  discusion,  se 
eacolerisó  de  tal  manera,  que  haciendo  uso  de 
su  mosqnitero  birio  ¿  Mr.  Delval  en  el  rostro. 
Kn4830  tubieudo  ¿latribunael  minis- 
tro  de  Varina ,  se  espreEó  en  eslos  tér-^ 
minos. 

«Informado  el  gobierno  del  rcT  del  insulto 
hecho  ¿  nuestro  cónsul,  le  envió  la  órdeu  de 
abandonar  ¿  Argeli  y  la  &alida  de  este,  en  45 
de  Jonio,  al  instante  el  dey  dió  sus  disposicio- 
nes  para  destruir  los  estaDlecimientos  francc- 
ses  en  Africa,  y  con  especialidad  el  fuerte  de  la 
Galle,  qoe  fué  despojado  compietamente,  y  ar- 
ruinado  de  todo  punto,  caando  ou  94  de  Junio 
lo  eTacuaron  los  franceses. 

«80I0  entooces  comensóel  bloqueo  que 
desde  esla  época  nos  eoesta  anualmente  maa 
de  siete  millooes  sin  ningnn  resultado. 

•Kn  el  mes  deJoUode  4899,  reconociendo 
el  gobiemo  ia  ineflcacia  de  tal  sistema  de  re« 
presion  y  pensando  tpmar  medidas  mas  deci- 
sivas  para  termioar  la  guerra,  creyó  no  obs-* 
lante  que  antes  de  llevar  ¿  cabo  sus  proyectoi 
debia  bacer  al  dey  la  última  intimacion. 

«Mr.de  la  Bretonniere  fué  eaTiado  ¿  Argel, 
lloTando  al  dey  hasta  so  mismo  palacio  nues- 
tras  Justaa  reclamaciones.  81  dey  rebasó  los 

Í>acfos  que  se  le  proponian,  y  cuando  Mr.  de 
a  Bretonaiere  se  dispoaia  a  alejarse  del  poer- 
lo»  las  batertaa  mas  próximas  blcieroo  ftiego 
todaa  ¿  la  tox,  sobre  el  buque  parlamenlarto, 
á  una  aeñal  dada  desde  el  mismo  castillo  dei 
dey;  el  fuego  duró  media  hora  hasta  que  1« 
naTe  en  queMr.  dp  la  Bretonnierc  se  sle|ab^ 


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219 


ARGELIA 


])uüo  pooerse  ai  fln  fuera  del  aleauce  delas  ba- 
iHS  cnemigas. 

«Desde  eotooccs  todo  peosamienlo  de  con- 
ciliacioo  xiuedó  nulo,  y  el  rey  debió  buscar  en 
la  fUerza  de  sus  armas  uoa  veog^anza,  que 
coiisideraciones  de  nn  órden  mas  elevado  lé 
habian  inducido  á  suspeuder,» 

La  goerra  contra  Argel  quédó  por  tanto  de- 
cidida,  y  los  preparatlvos  de  una  espedicion 
formidable,  destinada  á  veogar  la  Fraocía  y 
dostruir  la  piraterla,  fueron  comenzados  en  el 
acto  y  llevados  á  término  con  la  mas  vigorosa 
actividad. 

£n  menos  de  tres  meses,  35,000  hombres 
de  tropasescogidas,  perfeotameote  armados  y 
equipados,  abundantemente  provistos  decuan- 
to  sc  necesita  en  un  pais  en  que  el  calor  del 
dia  y  el  frescor  de  las  noches  soo  enemigos 
temibles,  se  reuoieroo  eo  Toloo.  La  flola  quc 
debia  conduclr  al  Africa  esta  bien  nntrida  ar- 
mada  se  componia  de  cien  buques  de  guerra, 
eii  cnyo  número  contábanse  once  navlos, 
veiDte  y  cuatro  fragatas  y  cerca  de  cuatrocien- 
tas  naves  de  bajo  bordo. 

\^\  vice-alrairante  Duperrey,  coyo  nombre 
diafrutaba  eotre  los  marinos  de  una  brillante 
rcpuiaclon,  se  poso  al  freotede  este  armamen- 
to.  Kl  gencral  Bourmont,  ministro  de  la  Goer- 
f a,  tomó  por  sí  mismo  el  mando  de  las  tropas 
de  desembapque:  eotre  los  generalcs  que  se 
hallaban  á  sus  órdenes,  se  citan  los  tenlentes 
generaled  fiertbezenc,  Loverdo  y  Escars,  los 
marlsca'es  de  campo  Acfafard ,  Damremont, 
líiinck  d'üzer  y  Tliolozé;  Lahitte/  de  artilleria 
y  Valazé  de  ingenieros. 

ei  cmbarque  del  materíal  se  hizo  en  todo 
el  mesdeabríl  y  en  losprímeros  dias  de  mayo; 
en  44  de  cste  mismo  mes,  comenzaron  á 
nnbarcarse  las  tropa;*;  que  constituian  tres  dl- 
ví¿ioues,  pero  esta  operacion  fué  interrumpida 
por  cl  mal  tiempo  y  no  quedó  terminada  hasta 
el  18. 

Despues  de  haber  esperado  por  mas  do 
01  ho  dias  viento  favorable,  la  flota  se  hizo  á  la 
vela  en  25  de  mayo  y  salló  magestuosamente 
di>I  piicrto  dc  Tolon.  Las  alturas  vectnas  ha- 
llábuni-e  cubierías  de  nn*  nnmeroso  concorso 
qtic  acudió  de  todas  las  partes  del  reino 
para  asistir  á  este  magnfflco  espectácalo: 
en  efécto,  machos  años  había  que  la  marina 
francesa  no  habia  ofrecido  tal  desarrollo;  asi 
es  que  un  noble  sentimiento  de  orgullo  presi- 
dia  á  esta  fastuosa  ostentacion  del  poder 
naval. 

Separadas  por  un  golpe  de  vlento  las  tres 
dlvisiones  de  ta  flota  foeron  á  reuoirse  en  Pttl- 
ina  de  Mallorca,  sin  abandonar  este  punto  de 
descanso  liasta  cNo  dc  Junio. 

Dos  dias  dcspuüs  á  las cuatro  de la  maña* 
na  preseniáronse  á  1a  vista  de  las  costas  de 
Africa;  cl  43  hallábase  la  flota  fondeada  en  la 
doble  rada  quc  forma  cl  firomontorío  de  Sldl- 
Perucli,  á  rinco  legnas  al  Oeste  de  Argel,  y 
et  t  ^,  al  dcspiioUr  el  dia,  comcngó  el  desem- 


barqoe.  El  eoemigo  cometíó  en  esta  eircunatafr' 
cia  una  falta  grave  que  ocasionó  svt  roiDa  aise- 
guraodo  ei  éxito  de  la  eflpedicion:  eo  la  con- 
flanza  de  poder  batir  la  annada  fraDcesa  y  dc 
apoderarse  de  cuanto  en  ella  babia,  la  dcjd 
desembarcar  sin  inqnietaria;  hasta  deiarDiió 
algonas  baterías  de  la  costa,  coodaeieDdo  las 
piezas  i  su  campo,  situado  en  la  liaoura  de 
St.ioaeli,  enlre  Argel  y  Sidi»Fenich,  i  maa  de 
media  legoa  del  mar. 

EI 4  5  la  arroadn  liabia  desembarcado  com- 
pletameote;  el  campo  dc  Sidi-Feruch,  presen- 
taba  entonces  el  aspecto  de  ooa  ciudad;  iii*. 
mensos  almacenes  se  elevaban  por  fodas  par- 
tes;  las  distríbociones  eran  regolares;  el  agoa 
^e  hallaba  eo  abuodaocia,  no  faltaban  maderas 
para  los  fuegos  del  vivac;  ppr  últimó,  el  esta- 
do  sanltario  de  las  tropas  erá  satisfactorío  y  el 
calor  soporíable. 

U  intencion  del  general  en  gefe  era  la  de 
00  avansar  basta  que  el  campo  qaedase  esla- 
blecido  y  efectuado  el  material  del  desembar- 
qne;  tambien  era  preciso  construir  un  camloo: 
habiase  establecido  ya  hasta  la  posicion  ocu- 
pada  por  los  generales  Berthezena  y  LoverdOp 
debiendo  ser  continuado  á  medida  que  elcjér- 
citp  fuese  adelantando  hácia  Argel. 

Sin  embargo,  el  euemigo  que  diaríamenlc 
rocibia  refueraos,  atríboia  á  lemor  la  ioaccion 
aparenle  del  ejército  francés.  Lleno  de  con- 
flanza  se  puso  en  movimiento  el  49  á  los  prí* 
meros  albores  del  dia  y  vino  ¿  atacar  las  Uneas 
francesas.  Rechazado  por  todas  partes.  ¿  pesar. 
de  su  vigorosa  acometida,  f ué  perseguido  has- 
ta  su  mismo  campo,  que  abandonó  cayendo 
en  poder  de  los  vencedores.  Lus  tiendas  dc 
los  gefes  cran  de  una  magniflcencia  notable, 
Eobre  todo  la  de  Ibrahim,  yerno  de  Husseim- 
Pachá  que  mandaba  la  armada  con  el  título 
de  agá,  lenia  mas  de  veinte  roelros  de  largo  y 
se  hallaba  dividida  en  varias  cámaras  adorna* 
das  de  tapice&^  y  matizadaa  de  preciosos  co- 
lores. 

El.ejércUo  permaneció  basla  el  24  sin  ser 
inqoietado,  en  la  posicion  de  Staoueli,  de  I4 
coal  babia  lanzado  al  enemigo:  el  general 
hasta  llegó  ¿  recibir  de  los  ¿rabesalgunaa  pro- 
mesas  de  sumisíoo  que  cieríameote  distaron 
mocbo  de  ser  realizadas,  pnes  ¿  pesar  dc  todo 
se  dió  UD  nuevo  ataque  general  el  24;  pe- 
ro  los  acometedores  00  salieron  mc^  libra<i 
dos  qoe  la  prteá^a  vez;  ae  desbandaron,  y  aolo 
se  detavieroo  ¿  doa  leguas  delaote  de  Argel. 
Eo  este  combate,  qoe  recibió  el  ooaibre  de 
Sidi-Kalef  es  doode  fué  herldo  roortalmeote 
000  de  loa  hljos  de  Mr.  Boormonl,  miuistro  de 
iaQoerra. 

Los  argelianos  despnes  de  la  derrota 
del  24  se  retiraron  ¿  nna  líbsicion  venlajo- 
sa  donde  i^ermanecieron  dorante  ooatro  dias: 
atacados  durante  toda  la  nocho  del  qoÍDto, 
fueroo  arrollados,  perdieroo  toda  laartUle* 
ría,  y  solo  tuvleroo  tiempo  par^  |legar  Jiaa- 


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A&tiELÍA 


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M  kw  fluiros  del  cesUllo  del  Eaperador  (4), 
qoe  domliuiido  á  Argel  defleiule  tambiea  los 
pQHtofl  próximos;  pero  oomo  los  fugitWos  que- 
riiH  penetrar  eo  la  ciudad,  hizo  el  dey  cenrar 
laa  poertas  para  decidirles  asi  ¿  emprender 
nnero  combate, 

Eo  el  mismo  dia  el  ejército  francés  ae  si- 
toó  delante  de  Argel  y  comeoaó  el  ataque  de 
k  plaia:  de  noche  qnedó  abierta  la  trinchera 
delante  del  caatillo  del  Emperador;  y  los  tra- 
btios  del  siUo  ocoparon  clnco  dias:  en  el  cuar- 
to  ae  fljaron  las  baterias,  el  fuego  se  rompló  ¿ 
las  tres  de  la  mañana,  y  ú  las  diex  ya  no  se 
oia  el  deí  tnemigo,  los  muros  dei  fuorte  estS' 
bsn  eaai  demolidos  y  ya  coroenzaban,  pues,  ¿ 
ser  batldos  en  brecha,  cuando  una  cspanlosa 
esplosíoa  acompañada  de  una  densa  nube  de 
homo  y  do  polvo  y  seguida  de  una  borrible 
ilavia  de  cenisas,  piedras  y  despojos  humanos 
ananció  qae  ya  no  existia;  pues  desesperados 
loa  turcos  de  poderla  defender  por  mas  tiempo 
lebabían  apllcado  poniendo  fuego¿  la  pól- 
Tora. 

Las  tropas  franceses  se  apoderaron  inme- 
diatamente  de  las  ruinas,  foitificándose  en 
elliu,  Y  sc  ocoparon  de  la  construccion  de  dos 
baterias  desUnadas  una  y  otra  al  ataque  de  la 
Kasbah. 

Ho  obstante ,  la  ciudad  halUbase  llena  de 
congoja  y  eonfusion:  el  pueblo  qne  temia  el 
asalto  pedia  4  voz  en  grito  que  se  capilu- 
iase:  Uusseim-Pachá ,  envió,  paes,  un  plc- 
nipotenciario  para  ofrecer  con  ei  re^bolso 
de  ios  gastos  de  la  guerra,  nnas  escusas  que 
ya  00  eran  admisibles.  La  respaesta  del  geiie- 
ral  en  gefe  tovo  por  objeto  manifestar  que  la 
basc  de  toda  negociacion  debia  ser  la  ocupa- 
cioa  inmediata  de  la  cludad  por  los  franceses. 
Has8eim-Pach¿  viendo  que  se  desmoronaba  su 
reioado ,  consinlió  en  una  capUuIacion,  me- 
diaDte  1a  coal,  entregaba  ¿  la  armada  francesa 
el  Casbah  con  todos  los  demas  fuertes  qne 
dependfan  de  Argel,  y  la  ciudad  misma,  cou 
tal  qne  le  fuese  reservada  la  libre  posesíon  de 
sos  riqaesas  personales,  asi  como  la  facultad 
de  retirarse  con  su  familia  al  parage  qoe  le 
conviniera  fijar  focra  del  territorio  de  la  re- 
seocia. 

En  el  5  de  Jolio,  los  fitmceses  tomaron  po- 
aealon  de  Argel:  ¿  su  entrada  la  ciudad  distaba 
modio  de  olrecer  ei  aspecto  triste  v  desolado 
de  ooa  pot>lacion  veocida.  Las  tienoas  se  ba« 
Uabao  cerradas»  pero  senlados  los  mercaderes 
delaote  de  sus  pnertas  roreciau  aguardar  el 
ioataote  de  abrlrlas.  Yeianse  por  doquiera  aU 
gooos  gropoa  de  oioroa  y  de  turcos,  cuyas  mi- 
radas  distraidas  annnciaban  mas  indiferencia 
qoe  lemor.  Algonas  masolmanas  con  el  velo 
ediado  ae  deJat>ao  eotrever  ¿  fávor  de  las  ao- 

(4)  Ta  bMMfl  titto  qae  asle  teetie  fne  adiSoaad 
wte  la  aÍsaBa  poileioa  en  que  C¿rlos  Y  f  olocó  su 
e«artel  geafral  caando  sa  íaroHunada  espedicion 
(^aMn  Ircel:  en  rl  paif  rerlNa  ol  noaiibre  de  Snltan- 
talaaí. 


gosfaslumbrerasde  sus  hábilaciones:  roasosa. 
das  las  Judias  asom¿banse  á  las  azoteas  de  sus 
casas  sin  que  al  parecer  les  sorprendicsc  el 
nuevo  esp€Ct¿culo  quc  ¿  sua  ojos  se  ofrecia. 
Los  soldados  franceses  menos  iraposibles  len* 
dian  por  todas  partes  sus  miradas  ¿vidas  y  cu- 
riosas,  y  U>do  escitaba  au  admiracion  en  una 
ciudad  donde  su  presencia  ¿  nadie  admiraba 
al  parecer.  La  resignacion  antc  los  decrctos 
de  1a  ProTidcDcia,  tan  profundamcote  grabada 
en  el  espiritude  los  musulroanes,  cl  convon- 
ciroiento  del  poder  de  la  Fraucia  que  debía  lia- 
cer  creer  en  su  generosidad,  eran  otras  tantas 
causas  qne  escitabau  la  couflanza;  asi  es  (|ue 
no  tardó  en  cslablecersc ,  y  sl  despucs  se  lia 
debilitado,  la  falta  consistió  cn  los  que  han 
gobernado  con  tan  poco  tlno  una  poblacion  tan 
fácil  de  conducir. 

La  conquista  de  Argel ,  poniendo  fin  ¿  la 
vergoniosa  pirateria  que  la  Europa  habia  con* 
sentido  resignada  durante  trescientos  años,  va- 
lió¿  la  Francia  roil  quinientas  piezas  de  arti- 
Ueria,  con  maniciones  para  alíroentarla¿t  por 
espacio  de  tres  años,  un  tesoro  de  50.000.000 
de  francos  y  nna  inmensa  canUdad  de  merca- 
dcrias  do  toda  especie. 

Despucs  de  tomada  la  ciudad,  el  ejércilo  se 
concenlró  al  rededor,  levaotando  airinchera- 
mientos  sobre  las  poEiciones  mas  importantes 
para  ponerse  al  abrigo  del  aíaque  de  los  /ira- 
bes  y  de  los  kabayles  ¿  las  órdenes  dcl  bey 
de  Titcri  que  aun  hacian  coprerias  y  raero- 
deos  por  aquellas  inmediaciones. 

Al  apoderarse  de  Acgel,  la  Francia  sucedió 
de  hecho  al  poder  del  dey.  Ei  reponocíinient» 
de  sus  derechos  dió  Ingar  ¿  nn  grau  número  de 
espedlciones  que  estendicrou  progresivaroenl*» 
su  doroinacion  eo  la  Argelia  tal  como  sc  liHlía 
en  el  dia.  Pero  antes  de  trazar  la  historia  de 
los  años  que  han  trascurrido  despues  de  lu 
cooquista,  vamos  ¿  presenfar  algnnos  detalles 
sin  lo  cual  quedaría  incomprensible  la  relaciou 
de  los  sucesos. 

LUnUada  al  Oeste  por  cl  imperio  de  Mar- 
ruecos,  al  Sur  por  el  gran  desierto ,  al  Este 
por  la  regencia  de  Tuuez,  y  al  Nórte  por  el 
mar,  la  regencia  dc  Argel,  dividida  antigau- 
mente  en  varios  reinos  y  despues  en  numero- 
sas  proTincias^cuandolos  franceses  se  apode- 
raron  de  su  ciudad  capital,  no  ofrecia  mas  que 
tres  beylickt,  el  de  Tlemcem  al  Oeste;  el  dc  Ti- 
teri  al  Sur,  y  el  de  Gonstantina  ai  £ste.  Argel 
y  sus  inmediaciones  conslUuian  una  cuarU 
division  bajo  las  órdenes  inmediatas  dcl  dey,. 
cnya  autoridad  tan  solo  se  ejercia  mediata- 
mente  sobre  las  otras  tres. 

Argel,  Uamada  Al-Djezair,  (la  isla)  por  los 
habiUctes  dei  pais,  y  que  parece  ocnpar  el  si- 
tio  de  la  antlgua  Icosium,  se  eleva  por  escalo- 
nes  ó  gradualméhte  desde  la  orUla  del  niiu-, 
hasu  una  altura  de  ciento  diez  y  ocho  melros, 
medldos  ¿  la  paerU  de  la  Kasbach  que  dontina 
la  ciodad.  Sus  cusas  enjalbegadas  ó  cnluciilas 
de  cal  brillan  á  los  rayos  del  so\  y  la  auuiaiau 


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á  lo  lcjos.  Dosislotes,  reQnidos  panra  formar  no 
mas  que  uno,  llamado  Tulgarmente  la  Varina, 
que  á  su  vei  se  une  á  1a  ciudad  por  medio  de 
una  escoüera,  abrigan  al  Sur  on  puertccillo,  á 
contiüuacion  del  cual  está  la  rada;  un  faro  se 
eleva  á  la  estremidad  de  ia  esoollera;  algunas 
baterias  forman  un  recinto  no  interrumpido  en 
lorno  de  la  plasa,  y  algnnos  fuertes  poco  dis- 
tantes  presentan  un  frente  armado  áé  nume- 
rosas  piezas  de  artllleria. 

Argel  comprendealgunos  edificios  notables; 
el  mas  importante  es  el  Kasbah,  en  qne  habi- 
taba  cl  dey;  sns  altos  muros  blancos  erizados 
de  cañones  á  la  entrada  de  los  franceses,  en- 
eerraban  el  palacio  del  soberano,  nn  polrorin, 
nna  mezqnita,  nná  casa  de  fleras,  tartos  cnar- 
teies,  taslos  almacenes,  la  casa  de  mooeda  y 
dos  lindos  jardines. 

Dlez  grandes  mesqnltas  eleraban  sns  mi- 
náretes  en  los  diferentet  barrios  de  Argel :  ia 
mas  grande  y  la  mas  bella  ballábase  i  la  en- 
trada  de  la  calle  de  la  Marina:  algnnas  fueron 
demolidas  despoes  de  ocnpadas  por  los  fkvn< 
eeses»  y  otra  se  ha  consagrado  al  cnlto  cató 
iico.  Ademas  de  lu  grandes  mesqnltas  conti- 
banse  como  cincucnta  capillas  Uaroadas  mara- 
bús  en  el  pais.  los  cnarteles  de  los  genizaros, 
el  antiguo  putacio  del  dey  cn  la  parie  baja  de 
la  ciodad,  y  diferentes  casas  ocopadas  por  los 
gefes  de  la  milicia  y  por  algonos  ricos  Iiabi 
tantes,  roerecen  ann  una  distincion  especial. 

La  ciudad  en  masa  se  halla  no  obstante  inal 
construida:  se  ve  en  ella  un  gran  Dúmero 
de  cailejones  sin  salida:  las  calles  son  lan  an 
gostas  que  un  camcllo  cargado  toca  en  arobas 
partes  aun  en  las  roas  anchas,  pues  hay  algn- 
nas  en  que  apenas  dos  horabres  pueden  camí- 
narde  frente.  La  mas  linda  y  la  mas  espaciosa, 
annque  apenas  tiene  tres  metros  de  latitud,  es 
asimismo  la  roas  mercantil^  y  comuníca  ia 
poerta  Bab-Azoun  con  la  puerta  Bab-el-Oued. 
Las  casas  momuas,  cnadradas  y  sin  luces  i  la 
calle,  tienen  todas  un  patio  interior  provislo  en 
los  diferentes  pisos,  de  galerlas  i  que  corres- 
ponden  las  diferentes  dependencias.  Aunque 
bien  repartidas  en  general  presentan  nn  in- 
conveniente  qne  por  lo  demas  seria  ficil  de 
corregir,  pues  por  falla  de  aberturas  esterio- 
res,  el  aira  circula  mal,  pero  practicando  chi 
meneas  y  Yentanas  se  prodociria  una  ventila- 
cion  perfecta.  Estas  habltaciones  asi  restaura- 
du  pudieran  igualar  en  comodidad  i  las  habi* 
tacionee  europeas  quc  se  construyen  á  toda 
costa ,  y  i  las  cuales  superan  en  lo  piutoresco. 

Bajo  la  domioacion  turca,  ias  autorídades 
de  Argel  solo  toleraban  On  movtmiento  silen 
cioso;  y  algunos  rastrtllos  de  hierro  que  se 
dejaban  cacr  todas  las  noches ,  Interceptaban 
la  eomonicacion  entre  los  dif^rentes  cuartelcs. 
Pero  no  es  este  el  Argel  de  nucstros  d^as. 

Tomaremos  de  !a  redente  obra  de  Mr.  Ban* 
de,  el  cnadro  qne  hace  el  antordel  aspecto  de 
la  cindad  i  sn  arrtbo. 

KEn  la  fanldad,  en  la  aduana  y  en  la  policia  ^ 


se  creerta  coalqnlera  en  Enropa,  pero  fnera  de 
estos  lugares  cualquiera  pensariafaallarseenim 
nuevo  mundo:  una  mnttitud  de  indiTldtios ,  di- 
ferentes  en  trages,  flsonomias,  caractéres,  co» 
lor  y  lenguide,  zomba  alredeíor  de  nosotroi: 
negros,  malteses  y  líabaylos,  se  precipitan  so* 
bro  vnestros  efeclos  como  loa  palanquines  de 
Avlñon,  y  solo  se  esceptuan  en  qne  ofrecen  sos 
serrlcios  en  vez  de  imponertos.  Por  nnnr  dere** 
rencia  debida  i  ios  nuevos  compatriotas,  esco- 
geis  i  los  kabaylos ,  que  suspeoden  Tuestro 
eqoipage  i  unos  iargos  palos,  cuyas  eslrcmi- 
dades  posan  sobre  sus  espaldas  y  se  dlrigen 
acompasadamente  hicia  el  at(4amiento  indica- 
do.  Un  tnrco ,  que  al  ver  ei  modo  de  ceflir  y 
llevar  su  turbante  os  hace  recordar  las  escenas 
de  camaval,  corre  hicia  vosotros  y  os  hzMi 
eotre  los  brazos  de  nn  antiguo  camanda  de 
colegio:  al  pasar  tropiezais  con  nn  Judio  qne 
mediante  otra  asociacion  ó  martdi^e  entre  d 
Africa  y  la  Enropa,  ostenta  tína  grasienta  pehi- 
ca  y  un  sorobrero  redondo  sobre  nn  trage 
onental. 

«Fn  polvo  sofocanteoscnrece  lascallet  don- 
üe  hay  nuevas  constmcciones.  Mientras  qne 
atravcsais  por  entre  ona  turba  de  carretas  y  de 
soldados,  antes  igualmente  desconocidos  en  la 
ciudad ,  y  que  contemplais  el  eleganle  focado 
de  las  Judías,  nna  tropa  de  biskrts  provlsta  de 
odres  de  aceite,  penetra  como  ona  cnña  eotre 
rqoella  multitud.  En  breve  seguis  una  de  las 
calles  de  la  antigna  Argel:  apenas  las  casas 
dcsprovlstas  de  Tenlanas  dejan  dos  metrot  de 
latitud  para  el  trinsito,  ni  las  salientes  abOTC- 
dadas  de  los  pisoe  supertores,  permiten  Ter  el 
cielo  sino  es  por  cortos  Intersticios.  Esta  ÍUta 
de  amplitud  y  esta  oscuridad ,  chocan  desde 
luego  i  un  europeo,  pero  la  Tiviflcante  fireseo- 
ra  que  relna  eu  las  calles  le  reconcilia  muy 
pronto  con  nna  disposicion  tan  adecoada  u 
calor  del  cllroa.  Llegais  por  último  i  una  pner^ 
ta  completamente  arqueada  y  eseulpida;  subls 
por  una  esealera  provista  de  su  mosiico  de  lo« 
za  hasta  un  patio  cnadrado  enlosado  de  mir- 
mol:  el  harem  antes  impenetrable  i  todos  ha 
sido  trasformado  en  taberaa,  y  el  desttno  dado 
i  una  casa  refleja  toda  ona  revolucioo.v 

AI  salir  de  Argel  por  la  poerta  de  Bab-el- 
Oued,  sHuada  al  Norte,  se  encQentra  et  fuerte 
NncTO  y  mas  lejos  el  que  los  francteses  han  dts- 
tingnido  con  el  nombre  de  foerte  de  las  Veinte 
y  coatro  Horas:  hicla  el  lado  opoesto  oxlMe  el 
fnerte  de  Bab-Aaoum,  y  el  castiUodel  Empera- 
dor  se  eleva  al  Sodoeste. 

El  térmioo  de  Argel  ó  e1  Fhos  es  on  pais 
delicioso  que  la  natoralesa  se  ha  coroplacido  co 
adomar  con  sns  mas  rtsnefias  prodneciones: 
esti  cortado  por  barrancas  tapiiadas  por  ona 
vegetacion  almndaote  y  Tigorosa,  y  la  Tisia  se 
pasea  sobre  noa  multitnd  de  objetos  i  cnal 
mas  phitorefco.  El  Fhoa,  llnitado  por  <A  mar, 
por  el  Sahel ,  cordillera  de  colinas  one  le  se* 
para  de  la  MiUdja,  y  por  el  Oaet-eI-Bar«rth, 
comprcode,  comenzando  por  el  Ocst^^  loo 


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establedmteDtos  sigQiented,  como  solo  ^ls- 
toa  de  algaoos  anos  á  esta  partc;  y  soo,  e1 
eampo  y  el  poeblo  de  Delhi-lbrahim,  el  oampo 
de  Byr-Kadem,  el  dc  Mustafá-Pacüá,  y  e1  pue- 
blo  de  Kouba^-la  QcHDta-llodelo,  y  por  último 
laCasa  Gaadrada,  masallá  deHaraclh.  Peiie- 
traodoea  el  Sahel  y  en  el  c&mioo  de  Blidah  se 
mQeDtra  el  campo  de  Duerra,  y  despues, 
asDqoe  mas  tejos,  en  el  MitidUa  el  eampo  y  el 
poebleGillo  de  Bouffarlk. 

La  poblacion  de  la  Argelia  serepartló  en  dos 
graDdea  clases  completamente  distintas  en 
cnaDto  á  sus  costnmbres,  sus  hábitos,  su  con- 
didOD  Boclal  y  su  trage:  la  uoa  habita  en  las 
chidadesy  la  otra  está  diseminada  en  los  cam- 
pot.  Cooata  la  primera  de  cinoo  elementos 
prioeipales:  los  torcos,  los  kulubris,  los  mo- 
roa,  k»  ]adíos  y  los'negros;  ia  segunda  úni- 
camente  comprende  los  Arabes  y  los  berberís- 
coa  ó  kabayles,  como  actualmente  se  les 
llama. 

Los  kabayles  son  los  pueblos  autoctonos 
del  Africa3epteotrlonaI:  sustribus  independien- 
tes  represeDtaa  los  namidas,  prímeros  habi- 
tantes  del  pais.  Sia  embargo,  es  de  presumir 
qoe  cada  ona  de  laa  inYasiones  que  sé  siice- 
dieron  sobre  el  tcritorío  afrícauo,  vioo  á  au- 
meotar  el  número  de  las  poblaciones  berberis* 
cas  i  complicar  k)s  elementos  que  las  oonsti- 
totao;  porque  lo¿  antiguos  usurpadores  del 
p^  debieron  de  hacer  causa  comun  con  ellos 
para  oponerse  á  los  progresos  dc  los  nuevos 
eooqoistadores.  Por  taoto,  en  realidad  pueden 
oooBÍderarse  los  kabayles  cumo  uiia  mezcia  de 
todaslas  razas,  cuyo  carácter  indopendi^ute  ha 
reslstido  á  las  diversas  invasiones.~  Por  lo  de- 
mas,  segun  Mr.  Pelissier  (Anales  argelianos)  su 
orgaoixacioo  flsica  se  presta  á  esta  suposicion 
porqoe  no  tieuen  tipo  bicn  determinado:  los 
rasgoa  característicos  del  Mediodla  se  encuen- 
trao  á  la  par  de  los  de  las  razas  del  Norte,  y 
httta  eziste  ona  tribu  qne  por  tradioion  ba  coo- 
serrado  el  recuerdo  de  un  orígen  europeo. 

Lo8  kabayles  se  hallan  estendidos  por  todo 
el  territorío  de  la  regencia;  pero  roas  numero- 
80S  qoe  OD  cualquier  otra  parte  eo  las  inme- 
dlaciones  de  Bngia,  en  aquellas  montañas  don- 
de  las  prózimas  oordilleras  del  Atlas  hanbrin- 
dado  uo  asílo  mas  seguro  á  los  descendientes 
de  las  antiguas  poblaciones,  forman  un  cuerpo 
de  oacioD  que  oi  los  árabes  ni  loá  turcos  Iian 
podido  atacar.  Hábiles  y  laboriosos  se  dan  al 
caltivo  de  la  óliva,  á  la  cría  de  díferentes  gana- 
dos,  especialmeote  caballos  y  asuos,  y  i  la  re- 
ooleccion  de  miel  y  cera:  á  ellos  se  debo  el 
beoeflcio  del  corto  número  de  minas  explota- 
das  en  la  regencia;  ellos  son  los  que  fabrican 
Uia  armas  qoe  nos  importan  de  Europa  ó  de  Le- 
vaote;  ellos  son  por  último  los  que  fabrican 
easi  toda  la  póivora  qoe  se  consume  en  el  pais. 

Los  árabeseo  su  mayor  partedes?ieoden  de 
los  conqiiistadores  del  Afríca  eu  el  sétimo  siglo; 
ocopanlas  llanaras,  y  cuanto  masdlstantes  del 

'  los  para^  en  que  iiabitan  mejor  conscr* 

4  54     WBLiO  TJCCA  POHLX A  H  • 


van  la  pureia  de  su  tipo  origioal.  Bntre  laa 
'ríbus  árabes,  las  unas  se  dan  al  coltivo  de  la 
tierra  y  casi  son  sedentarías;  otras  se  entre- 
gao  á  la  cria  de  los  rebaños,  viven  bajo  lien- 
das  y  llevao  ona  vida  nómada:  estas  últimas 
reciben  mas  particolarmente  el  nombre  de  bO' 
duino$, 

Las  tríbus  que  habltao  eo  e1  Atlas  y  en  los 
cooOoes  del  desierío,  se  eoríqueceo  por  el  co* 
mercio  que  baceo  coo  el  ioteriordel  Africa,  por 
una  parte,  y  los  estados  dQ  Tunez  y  Marruecot 
por  la  otra:  habitan  generalmente  eo  tieodas 
cuyq  coojuoto  formao  los  aduare$, 

Estaa  ticndas  cubiertas  con  un  te}ido  de 
pelo  de  camello  oegro  y  pardo,  fsstán  dispues- 
tas  en  circulo,  y  de  tal  roanera,  ouc  dejan  en 
el  ceatro  un  grande  espacio  vaclo  donde  los 
ganados  se  acomodao  de  ooche.  Los  cabalios 
estén  sujetos  con  cuerdas  tendidas  al  pie  de 
las  tieudus;  las  armasy  las  silias.eFtáo  siem- 
pre  dispuestas  y  á  ia  mano,  de  sucríé  que  en 
caso  de  alerta,  todo  ei  aduar  pueda  hallarse  4 
cabalio  en  menos  de  cinco  minutos. 

Entre  los  árabes  cultivadores,  en  la  llanura 
dela  Miti4Ja,  por  ejemplo,  se  encuentran  pobla» 
ciones  bastante  lindas,  llamadas  djemaa:  al« 
gunas  de  las  casas  son  de  piedra,  %  las  otras 
Ilamadas  ^iir6tt  son de  argamasa.  \}nhauh  tie- 
nc  menos  estension  qoe  un  djemaa:  todas  es- 
tas  habitaclones,  geoeralmente  bien  situadas, 
estin  circuídaa  de  jardines  y  de  preciosos  ir* 
boles  que  bacen  grata  su  permanencia. 

La  distincion  dei  rango  ó  de  la  alcnmia,  es 
notuda  eotrc  los  árabes:  ios  guérreroB  y  ios 
marabutei  forman  en  cada  tríbu  ei  órden  de 
los  grandes,  pcro  aunque  un  nacimiento  ilus- 
tre  es  de  gran  peso,  ia  grandoza  se  halla  es- 
pedita  para  cualquiera  que  posea  un  cabaiio, 
buenas  armas  y  valor  para  servirse  de  ellas. 
.  Los  marabutes  son  unos  hombres  que  se 
consagran  enteramente  ¿  Dios,  distinguiéndo- 
se  por  la  práctica  de  las  vlrtudes  y  de  las  buo- 
nas  obras:  fuera  de  la  gerarqula  sacerdotal 
son  unos  santos  vivicntes  colocadoa  por  la 
opinion  entre  ios  áogelcs  y  los  hombres.  Los 
marabutes  muertos  en  opinion  de  santidad  son 
enterrados  con  gran  pompa:  crigense  sobre 
sus  sepultüras  pequeñascapillas  y  al^unas  ve- 
ces  basta  mezquitas,  á  dondc  los  creyentes  se 
encaminan  en  peregrinacioii. 

La  cualidad  de  marabut  es  inherente  ¿  las 
familias  y  se  trasmite  de  padres  ¿  hijos;  pero 
cada  generaciou  debc  couquistar  mediaote  las 
mismas  virtudes  y  la  misma  piedad,  la  in* 
fluenciu  religiosa  que  va  uoida  ¿  dicho  ti- 
tulo. 

Las  artes  y  las  ciencias  hao  desaparecido 
por  compieto  eutre  los  ¿rabes:  apeoas  se  en- 
cucntran  algunos  restos  de  instruccion  cinti- 
flca  entre  ios  marabules  de  primer  rango  y  en- 
irelos  hombres  de  la  ley;  pcro  la  Instruccioa 
elomental  est¿  difundida,  y  uo  Iny  atJuar  ó 
^  poblacion  que  no  posea  una  escuela  de  lcctu« 
í  ra  y  de  e^crltura.  Por  lo  demas  esle  pueblo 
T.    III.     45 


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tléoe  ooa  grzúáe  aptifnd  para  los  trabajos  in- 
telectoales,  y  á  ellos  se  entregaría  con  boen 
éxito  8i  80  carrera  se  hallase  espedita. 

Gada  una  de  las  tríbos  árabes,  coyo  nom- 
bre  consta  casl  siempre  de  la  toz  oiUad  óJben- 
dito  (bfjo  i^  niño)  y  de  nn  nombre  propio  (X^eni- 
Semilin,  Oulad'Maadi,  por  ej^emplo)  está  go- 
bernada  patriarcalmente  por  un  cheyk  6  gefe, 
recomendable  por  su  nacimiento  ó  por  sos  ta- 
lentos.  Completamente  independientes  las  unas 
de  las  otras,  frecuentemente  estas  tribus  se 
declaran  la  gnerra  por  los  motivos  mas  triria- 
les,  cuaudo  no  se  haftan  mantenidas  por  un  go 
biemo  fuerte,  ó  reunidas  contra  un  eoemigo 
comun;  pero  estas  guerras  son  poco  sangrien- 
tas  y  de  corta  duracion,  pues  se  reducen  á  lal- 
gunas  correrias  y  á  sorpresasllamadas  razzia, 
en  las  cuales  se  saquean  las  poblaciones  y 
aduares  y  arrebalan  losganados. 

Los  árabcs  combaten  cusi  siempre  á  caba- 
Ilo:  están  armados  de  un  fargo  fusil  del  cual 
hacen  uso  con  marayillosa  destreza,  de  una  6 
dos  pislolas  acomodadas  en  una  especie  de 
cinttiron,  y  de  un  yalagan,  sable  ó  alfange 
de  que  se  sirvcn  para  cortar  la  cabeza  de  sus 
enemigos.  Su  manera  de  combatir  se  ha  mo- 
dificado  desde  el  arribo  de  los  franceses,  y 
sobre  todo  desde  la  organizacion  de  los  cuer- 
pos  regnlares  de  Abd-el-Kader.  Sin  embar- 
go,  pocas  veces  esperan  el  choque  enemigo, 
púes  se  dispersan  al  acercarse  las  columuas 
contrarías,  panvolver  en  seguida  á  hostigarlas 
cn  sus  movlroientos  de  retirada.  Esta  táctíca, 
que  por  lo  demas  es  la  mejor  para  ellos,  les 
ha  salido  algunas  veces  perfectamente.  A  fin 
de  poder  tríbular  á  sus  'muertos  los  últiujos 
debercs,  ó  mas  bien  á  fin  de  prevenir  la  mu- 
tilacion,  y  al  mismo  tieoipo  para  ocuitar  .sus 
pérdidas  al  enemigo,  todos  los  caballeros  ára- 
bos  ostán  provistus  de  una  cuerda  de  pelo  de 
cámello,  medianle  la  cual  arrastran  los  cadá- 
vorcs  al  galope:  algunas  veces  eslas  cucrdas 
les  sirven  de  armas  ofensivas,  corao  los  lazos 
de  los  gauchos  de.Buenos  Aires. 

La  poblacioR  de  las  ciudades,  consta  cómo 
ya  Iiemos  dicho  dc  lurcos,  kuluglis,  moros, 
judtos  y  negros. 

Siempre  en  corta  número  desde  qoe  se  hi- 
cieron  dueños  del  pais  en  el  siglo  décimo  ses- 
to,  los  lorcos  se  componian  de  los  descendien- 
tes  de  los  compañeros  de  Barbaroja,  de  escla- 
yós  adquiridos  en  Turqufa  y  vucltos  ¿  ia  li- 
lierlad,  y  por  último,  de  renegados  crlstiauos 
(y  eslos  crau  los  ma^)  que  desde  que  habian 
nbrazadoel  islamismo,  disfrutaban  de  losmis- 
nios  privilegios  é  igual  consideracion  qwe  |os 
tnrcos. 

Todos  los  lurcos  cran  soldados,  y  cada  uno 
de  cllos  podia  aspirar  á  la  dignidad  de  dey, 
siendo  por  lo  mísmo  muy  laro  que  trascurríe- 
?en  algúuos  años  sin  que  el  gefe  del  Estado 
rue?e  htacado  violentamenle.  El  gobierno  era 
despólico,  el  dey  tenla  derecho  de  vida  y 
tíiu€!ii»  Bohrc  lodos  sus  vasallos,  pero  como| 


se  deja  Tcr,  este  poder  absoluto  hallábase  mo- 
dificado  por  la  revolocion  y  cl  asesinato.  Sin 
embargo,  al  principlo  un  conseju  soperior  ó 
divan  tenia  la  alla  direccíon  gubernamental  y 
el  poder  iegislativo,  períeneciendo  á  este  di- 
van  la  eléccion  de  los  deyes.  No  obstante  esti 
instilucion,  en  vez  de  ser  la  elcccion  el  resal- 
tado  de  nna  pacifica  deliberacíon  del  divao, 
convertiase  casi  siempre  en  un  tumulto  solda- 
dcsco.  En  tiempo  del  último  dey,  el  poder  del 
divan  solo  existia  eo  nombre. 

El  dey  tenia  cierío  número  de  miniatroa 

encargados  de  los  diferentes  ramos  de  la  ad- 

ministracion;  pero  como  la  accion  de  so  go- 

bierno  no  podia  estenderse  directamente  sobre 

los  puntos  lejanos,  varíos  gobemadores,  con 

el  titolo  de  deys,  ejercian  el  poder  en  sa  nom- 

bre  en  las  diferentes  provincias.  Los  beyes,  en 

I  número  de  tres  (los  deOran,  Titteri  y-Gonsttn- 

I  tina)  debian  acodir  cada  tres  años  ¿  Argel, 

<  para.  dar  cuenta  de  su  administracion.  Por  lo 

;  demas,  su  poder  era  tan  ilimitado  en  sos  res- 

I  pectivas  provincias  como  el  del  dey  en  Argel; 

i  con  tal  que  enviasen  cada  seis  meses  ¿  su 

'  soberano  la  miiad  del  tributo  con  qoe  annal- 

mente  tenían  obligacion  de  contribuir,  podian 

!  administrar  el  terrítoi  io  como  mejor  les  viniese 

I  en  cuenta;  establecian  los  impuestos  conforme 

|á  su  capricho,  y  pasaban  ¿  percibirlos  al 

I  frente  de  sus  tropas,  cuando  los  kaides  en- 

!  cargados  de  su  recolecion  no  lo  podian  con- 

'  seguir. 

I  En  caso  de  guerra  cada  bey  estaba  obliga- 
I  do  ¿  ponerse  ¿  las  órdenes  del  dey,  con  un 
númcro  fljo  de  tropas;  y  con  todas  ias  qoe  po- 
dia  reunir  cuando  se  trataba  de  ia  defeusa  del 
pais  contra  una  potencia  europea.  Guando  los 
i'ranceses  dcsembarcaron  en  Africa,  ias  fuer* 
zas  de  las  trcs  beylias,  reunidas  ¿  las  de  Ar- 
gel,  conslituyeron  un  ejércilo  de  25  ¿  30,000 
hombres. 

La  milicia  turoa  .^o  hallaba  dividida  en  odas 
6  compañías,  mandadas  por  oficiales  superío- 
res,  á  cuyas  órdenes  eslaban  otros  oficiales 
subalternos. 

El  dey  y  los  beycs  tenian  para  su  costodia 
cíerto  ni^mero  dc  soldados  turcos  que  cons- 
tituian  su  gnardia:  estos  genizaros,  porque 
asi  es  como  se  les  Ilamaba,  disfrutaban  ciertos 
prívilegios  y  una  gran  consideracion. 

Los  kuluglis  procedentes  del  matriroonio 
de  los  turcoscon  las  mugeres  moras,  eranad- 
miiidos  en  ia  roilicia,  pero  sio  poder  Ilegar  ¿ 
los  grados  superíores.  Hasta  comenzar  el  s¡- 
glo  XYIl  cran  tratados  del  mismo  modu  que 
los  tnrcos;  pero  habiendo  conspirado  para  es-> 
peler  úestos  últímos  del  pais,  descubíeríoque 
fué  su  complot,  fueron  escluidosde  todos  los 
empleos  de  alguna  ímportancía  y  sometidos  ¿ 
una  rígorosa  vigilancia.  Algunos,  sin  embar- 
go,  eleváronse  ¿  los.mas  altos  puestos:  eii 
efecto,  Aschmet,  elúltimo  bey  deGoiistantinQ, 
era  un  kningli. 

Los  fucrzas  militares  del  gobierno  argc- 


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ARGELIA 


436 


linono  se  Umittbeii  ii  la  milieUlorca,  poes 
eada  ona  de  las  tríboS  árabes  qoe  le  estaban 
scmietidaa,  tenia  cierto  número  de  cabaileros 
i  so  dlsposicion. 

La  maríoa  árgelina,  tan  temible  en  algon 
tiempo,  cnando  Argel  cayó  en  podcr  de  los 
franceses  baliabase  redocida  á  tres  fragatas, 
nna  de  ellas  en  carena,  ademas  de  algonos 
boqne»  ligeros. 

Lo8  moros  taabitan  en  las  ciodades  y  po- 
blacioncs  circonvecinas,  pcro  so  orígen  es 
mny  difícll  de  establecer.  Ta  bemos  visto  qoe 
se  llamaron  asi  los  prímeros  habitantes  cono- 
ddos  de  la  parte  occidental  de  la  Berbería, 
eoyo  norabre  consertaron  en  tiempo  de  los 
romanos,  tal  como  lo  iodica  ei  de  Maoritania 
dado  á  sn  pais.  Gonqaistada  el  Afríca  por  los 
árafcNBS»  se  establecieron  poco  en  las  cioda  tes, 
de  donde  los  alejaban  sos  costombres;  por  el 
eontraño,  los  moros  se  conc^ntraron  en  ellas 
por  lo  mismo  qoe  no  debian  encontrar  alli  á  sop 
Teneedorps.  pe  aqni  sindodanacela  costombre 
áe  darel  nombrede  moros  á  todos  los  habitab- 
tea  de  las  ciodadcs,  aooqiie  á  la  iarga  mocbas 
fomtlías  árabes  hayan  debído  mezclarse  con 
cilos.  Es  de  notar  qne  los  árabes,  despoes  de 
baber  conqoistado  la  España,  recibieron  de  los 
crirtiani>8  el  nombre  de  moros,  qoe  conserva- 
roo,  y  b^jo  este  nombre  ya  eapolsados  de  la 
peninsola,  volvieron  ¿  habitar  en  la  tierra  de- 
808  mayores. 

Traiados  con  desden  por  los  torcos,  los  mo- 
fOB  8on  mal  vistos  de  los  árabes,  que  los  con- 
sideran  como  poco  soperíores  á  los  Jodios:  de 
dieanse  con  especialidad  al  comercio. 

Los  Jodios,  tan  ntimerosos  como  ios  torcos 
y  kw  hdugliB,  hacen  ascender  so  arríbo  al 
Africa  álaópoca  dcla  destroccion  de  Jerosa 
len  por  rito;  pero  es  probable  que  ia  mayor 
pnrte  de  ellos  se  bayan  refugiado  en  este  pais 
áeade  sn  espolsion  de  Europa  en  el  siglo  XIII. 
Porlodemasnodebieron  estarmas  satisfechos 
de  la  hospitalidad  de  ios  deyes  que  de  la  toie- 
rmcia  de  Iojb  antiguos  reyes  cristianos:  des- 

Iireidados  por  los  torcos,  no  menos  qoe  por 
06  moros  y  los  árabes,  veianse  aon  obligados 
eo  estos  últimos  tiempos,  como  en  España 
dorante  la  edad  media.  á  distingoirse  de  las 
demas  rakas  por  ona  señal  esteríor:  solo  po- 
diaD  vestir  trages  negrós,  y  sos  menores  fal- 
tas  contra  el  gobiemo  eran  castlgadas  con  la 
úlOou  pena. 

En  Argel,  antes  do  la  conqoista,  ies  estaba 
dealgnado  on  barrío  de  la  cindad,  y  prohlbido 
como  ann  faoy  dia  en  Roma,  babitar  en  otro 
parage.Los  Jodios  forman  no  obstante  la  parte 
mas  Indostríosa  de  la  pobiadon  de  las  cindadcs: 
^rcian  oon  froto  las  artes  mecinicas,  pero 
eooio  en  todos  los  paises  preferían  el  oflcio  de 
dialanesyrevendedores,  sibien  aigouascasas 
jodias  despnes  de  entr^rse  al  comercio  por 
wa^jof  babian  Ilegado  á  adqnirtr  grandes  ri- 
4ioeaa8.  Parece  inútil  decir  qoe  la  revolocion 
4|^oe  sinió  para  derrocar  la  dootfúacion  turca, 


fué  acogida  conregocijo  por  la  poblacion  de 
los  Judios,  que  creyó  ver  en  este  acontecimien* 
to  la  señai  de  su  emancipacion. 

Los  ne^roa  son  unos  e6clavosane,babiendo 
recobrado  su  iibertad,  sehanfljadoen  e1  pais, 
para  desempeñar  generalmente  los  oflcios  de 
aibañiles,  palauqnines»  carniceros,  etc. 

Ademas  de  la  poblacian  flja  de  que  acaba- 
mos  de  hablar,  las  ciudades,  y  Argel  sobre  to- 
do,  encierran  una  poblaciou  flotante  ó  movi- 
bie  que  constituyen  ios  berberiscos  de  9eni- 
Ifosadb,  y  los  biskrís  del  Zabd,  entre  los  coa- 
les  se  reclutan  ios  criados,  mozes  de  cuer- 
da,  aguadores,  etc:  hay  ademas  ongran  ná- 
mero  de  kabayles  y  de  ¿rabes,  ilamados  me- 
deny  (plebeyos)  qoe  ejercen  ia  mayor  parte  de 
los  oflcios;  cada  ona  de  estas  razas  forma  ona 
corporacion  regida  por  estatotos  paríicolares. 

De8pue»de  la  conquista,  uoa  nueva  pobl»- 
cion  se  ha  unldo'  á  bs  eiementos  ya  tan  ra- 
riados  de  la  antigua.  En  30  de  setiembre 
de  4843,  el  número  de  los  europeos  estable- 
cidos  en  la  Argelia  ascendia  á  68,444,  y 
mas  tarde  aun  sc  hiso  mayor.  Pero  esta  nueva 
poblacion  presenta  á  su  vez  elementos  distin- 
tos:  asi  es  que  en  Argel  ios  franceses  son  los 
^nas  numerosos,  mientras  que  eu  Oran  abun- 
dan  mas  los  españoies,  f  en  Bona  ios  ingleses 
y  malteses:  ia  sitoacipn  de  estas  dos  últimaa 
locaiidades  es  soflciente  para  esplicar  este  do- 
ble  resoitado. 

La  reiigionmabometana^dominanteentoda 
la  estension  de  la  regencia,  está  dividida  en 
varias  sectas:  los  torcos  y  kologlis  son  aufi- 
nüat,  es  decir  ortodoxos;  ios  árabes  los  ber- 
beriscos  y  íos  moxabitas  se  alejan  mas  6  me* 
nos  de  esta  ortodoxia«  Por  mas  qne  los  árabés 
tengan  nna  féviva,  por  masqoeestensincera- 
mente  iigados  á  so  creencia,  no  ies  son  estra- 
ñas  las  idcas  de  tolerancla:  respetan  todo  ado 
religioso,  cualqniera  que  por  otra  parte  sea 
el  cullo  que  á  éi  se  consagra,  pero  no  com- 
prenden  la  carencia  de  toda  idea  religiosa. 

Mr.  Pelisaier  reflere  haberse  hallado  bi^ 
ias  tiendas  árabes  con  Judios  viageros  c(mioél: 
estos  hacian  sus  oraciones  delante  de  ans 
huéspedes,  acompañadas  de  mil  ceremonias 
estravagantes  sin  escitar  el  mas  llgero  indldo 
de  desaprobacion  ó  de  desden:  «ai  los  árabea 
parecian  admirados  de  algnna  coea,  añade  él 
narrador,  era  el  observar  que  yo  no  tavieae 
plegarías  para  dirigir  al  cielo,  como  ellos  f 
como  los  Judios;  y  confleso  qne  movido  por  la 
clr^nstancia  de  no  querer  que  aqoelloa  hom* 
bres  formasen  mal  concepto  de  mi,  y  arrastra* 
dopor  su  ejemplo,  les  di  á  conocer  mediante 
algnnos  sigoos  esteriores,  que  tambien  yo  te« 
nia  creencias  y  un  culto 

Ul  lengna  árabe  es  la  qne  mas  se  halla  a%» 
fundida;  la  lengua  berberísca  se  habia  entre 
los  kabayies,  ora  sola,  ora  Juntamente  con  el 
érabe;  la  lengua  turca  era  el  idioma  oficiai;  la 
iengua  franca,  paiois,  mesdado  de  itallano» 
proYen¿l  j  nn  poco  de  árabe  corrompido,^  l# 


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ARGEUA 


99S 


empleapara  las  eomonlcaelanes  de  los  in-] 
digenas  7  de  loa  eoropeos  eobre  todo  el  litoral 
irgeliano,  no  meooa  qne  en  las  dcmas  costas 
del  MediterrAneo  ociipadas  por  los  mosolma- 
nes.  DespoGS  de  la  conquista,  la  lengua  fran- 
eesa  se  ba  radicado  en  la  regencie. 

Sitoada  en  la  mitad  mas  cálida  de  la  lona 
templada,  pero  aon  lejosdel  trópico,  la  Argelía 
debe  á  esta  escelente  posiclou,  asi  como  á  la 
^lefacion  del  terreno  y  á  la  vecindad  dei  roar, 
un  ciima  benlgno  y  salodable,  sobre  todo  en 
ks  peodientes  boreales  del  Atlas^  Raro  es  que 
dorante  el  inviemo  descienda  el  termómetro  á 
jbenos  de  40**,  y  si  ilega  en  el  esiio  de  2G  á 
91,  los  tientoB  frescos  y  las  brisas  del  mar 
Tiencn  en  breve  á  moderar  esta  alta  tempera- 
tora.  Las  estaciones  se  suceden  regularmeote: 
desde  abril  basta  octobre  el  cielo  está  cons- 
tantemente  poro  y  despoes  vienen  las  iluvias 
qoc  doran  basta  el  mes  de  marzo.  Los  vientos 
mas  comones  son  los  del  Norte  y  el  Noroeáte, 
y  este  últimocaosa  durante  el  invierno  yiolen 
tas  tempestades.  El  viento  del  Sur,  $imoun  de 
los  árabes,  sopla  tres  ó  coatro  veces  cada  mes 
produdeodo  on  calor  sofbcante,  aunqoe  felis- 
mente  raro  es  qoe  dore  mas  de  %i  horas. 

No  obstante,  en  diferentes  paragcsdel  pais, 
wias  caosas  locales  de  insalubridad  contra 
reslan  de  una  manera  enojosa  las  veotajas 
áel  cllma:  las  cercanias  de  Booa,  y  entre  otras 
laparte  septentrional  de  la  Mltidja,  están  co- 
Mertas  de  lagonas  de  agoa  salada,  donde  se 
venoeva  sln  cesar  el  gérmen  de  esas  terribles 
y  pemlclosas  fiebres  Intermitentes  qoe  cada 
afto  luicen  numerosas  vlctimas,  determinando 
por  su  acomolacioD  en  los  bospltales,  esas 
•pldemias  de  tifos  y  de  disenteria,  cien  veces 
Bias  temibles  qoe  et  fusil  ó  el  yatagan  de  los 
érabes.  Preclso  es  añadir  qoe  los  soldedos  se 
Ven  ÍÍBtlgados  por  reiteradas  espediciones,  y 
floe  á  las  privaciones  que  esperimentan  cuan 
ioeslAn  en  eampaña,  hacen  suceder  todo  li- 
nage  de  escesos  coando  regresan  á  sos  aoan 
tonamientos. 

Sin  embargo,  es  de  presomir  que  se  podria 

foner  remedio  á  tantos  males:  la  espedicíon 

ftNineesa  A  la  Morea,  region  qoe  presenta  ona 

inalogía  completa  de  clima  con  la  Argetia  so- 

Bilnlstra  on  ejemplo  palpable  deloqoepoe- 

den  ona  bnena  administracion  y  oooscoida- 

é06  blglénicos  blen  entendidos.  Durante  los 

iels  primeros  meses  deía  ocopacion  laespedi» 

tión,  eoya  Aienaascendia  A  onos  4), 000  hom- 

bres  perdló  4  ,f  00  A  consecoencia  de  las  ñebres 

fntermitentes  prodocidas  por  los  pantanos  de 

Ravarino  y  dePatras,  como  qoe  algonos  regi- 

Blentoa  se  vleron  redocidos  A  la  mltad  de  ao 

«fectivo.  Bn  el  mes  de  abril  de  48S9,  onaimrte 

del  ^ército  entró  en  Francia  d^ando  en  el 

ptls  ona  brlgada  de  4,000  bombres  al  mando 

del  general  Schneider.  Las  prlmeras  diligen- 

dae  del  cumandante  en  gefe  foeron  el  dar  órw 

denes  para  acuartelar  las  tropM,  mejorar  su 

MgünenaUmenticiOi  modiQcar  su  servicio  con- 1 


forme  A  las  exigencias  del  cllma,  ete.  Taa  ee- 
DMrada  é  ilusirada  solidtod  prodnjo  los  mas 
felices  resoltados  poes  no  solamente  disntBn» 
yó  la  mortandad,  sino  qoe  rcsnlló  inferior  A  la 
qoe  se  advierte  en  las  regiones  mas  fAvored- 
das  de  noestro  pals:  hasta  el  número  de  eofér- 
mos  dlsminoyó  A  oúa  proporcion  tan  mlni- 
ma,  qoe  en  el  momento  de  embarcar  la  bri- 
gada  para  entrar  en  Francia  eu  4833,  solo  qoe- 
dó  on  enfbrmo  en  los  hospitales  y  sin  embargo, 
en  los  dos  óltimos  anos  de  la  ocopacioo  cl  tra* 
bajo  babik  aumentado  considerablemeate:  el 
pafs  estaba,  pordecirloasi,  enrevolueion,  y  )a 
espedlcion  reducida  A  3.000  bombres  necesitó 
ocupar  los  pnntos  masdistantes  del  Peloponeso, 
y  atravesar  por  ooosiguienle  la  penlnsula  en 
todos  ios  s^ntidos  y  en  todas  las  ostaeionei. 

Aunque  el  terreno  de  la  Argelia  es  bastan- 
to  vario,  las  tierras  dominantes  son  ligeras  y 
ferrugiDOsas,  como  se  deja  oonocer  i)or  su  tin- 
ta  rQ)iza.  Goaodo  noestAn  coltivadasse  cubren 
de  breso,  ientiscos,  mirtos  y  palmeras  enaoas, 
cuyos  detritus  forman  noa  capa  espesa  de  bo- 
mus  que  disfraza  la  natnraleza  del  fondo.  En 
las  llannras  las  tierras  son,oranegras  y  fner^ 
les,  ora  mas  ligeras,  perocasi  siemprefértiles. 

Las  rocas  qoe  constituyen  lasmontañas  so- 
io  se  han  estudiado  en  algunos  pnntos  pooo 
distanles  del#litoral,  siendo  pfoLable  que  el 
granito  forme  la  principal  saliente  del  grande 
Atlas.  Los  esquistos,  los  calcAreos  antiguos  y 
de  grano  tosco,  roargas  azules  y  blanquecioas 
y  arenas  masómenos  férruginosas  se  encuen- 
tran  en  las  díferentes  montañas  y  en  los^iver- 
sos  terrenos;  segun  la  época  de  su  formacion, 
algonas  rocas  volcánicas  se  bao  observado  eu 
varias  localidades.  La  sal,  coya  abundaneia 
acusan  los  nuroerosos  manantiales  que  la  tia- 
uen  en  disoluclon»  se  hallaenrocasdeon  gris 
azolado,  eo  Gebelel-Malechch  (Montaña  de 
sal)  A  tres  Jomadas  de  Bona  y  otros  diversos 
parages. 

Bncoéntranse  en  lasmontañas  algunas  ge- 
mas  y  hasta  diamantes:  este  hecho,  anunciado 
por  Plinio  y  poesto  en  doda,  ba  sido  conflrma- 
do  de  algooos  años  A  esta  parte,  puesto  qoe 
mochas  grandes  colecciones  mioeralógicas  en 
Paris,  poseen  actoalmeote  diamantes  recogi- 
dos  en  las  arenas  auriferas  dei  Oued-el-Ruoi- 
mel,  qoe  corre  por  Coostantina.  Otros  rlos  son 
igoalmente  anriferos,  y  basta  parece  qoe  el 
oro  afecta  el  estado  nativo  en  ciertos  puntos: 
últimamente,  ricas  minae  de  plomo,  híerro  y 
hasta  cobre,  prometen  fructuosas  esplotacio- 
nes  Alos  qne  de  ellasquieran  ocuparse. 

La  vegetacion  en  las  cercanias  de  ArgeL 
tiene  on  vigor  notable,  debido  A  la  Influencia 
de  ooa  beoigoa  temperatura  y  de  abundantes 
agnas.  Loa  terrenos  incoltos  están  cubicrtos  de 
malezas  en  medio  de  ias  coaies  se  elevan  pal- 
mcras,  mirtos  y  granados,  Jootamente  con  oli- 
vos  y  naranjos  sllvestres.  Las  ciodades  y  aon 
las  poblaciones  de  menos  importancia  se  ven 
cercadu  de  Jardines  donde  ae  osteotan   las 


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ARGELIA 


984 


mas  bellas  flores ,  y  sobre  todo  la  roea,  esta 
Teina  del  Oricnte,  asi  como  yergeles  en  que  los 
ftutos  de  Europa  madaraD  á  la  par  de  loa  del 
Africa*  Las  cercas,  formadas  de  agayes  (pita) 
7  de  Dopáies,  saministran  i  sus  moradores 
uoa  bebra  sólida  que  empiean  en  tejidos. 

Al  comensar  la  primavera,  la  Tertiente  de 
las  colinas  desproyista  de  malesas  se  cubre  de 
nsa  multltnd  de  gramíneas,  cuya  altura  se  ele- 
Ta  coD  frecoencia  á  mnctios  pies,  dando  un 
escelente  forrage.  La  yina,  cullivada  tan  solo 
para  el  fruto,  somlnistra  con  abundancia  esce- 
tente  oTa.  Los  olivos  adquieren  en  las  cerca- 
nfas  de  Argel,  enormes  dimensiones,  pero  co- 
mo  DO  están  ingertados,  soio  produc^n  olivas 
moy  peqpeñas  qoe  do  se  utilisan ;  y  única- 
menle  eo  los  valtes  del  Attas  es  donde  este  ár- 
bol  se  cultiva  y  da  abundante  cosecha  de  acei 
te.  Los  dátiles  madoran  mal  bajo  el  ctima  de 
Argel ,  Biendo  preciso  atravesar  el  Atlas  para 
obtener  este  fruto  en  un  estado  perfecto  de 
madurez.  El  moral  es  comun  anuque  no  se  uU 
liza  para  la  crianza  de  los  gusanos  de  seda. 

El  cnltivo  príncipal  eomo  en  tiempo  de  los 
romanos  es  el  trigo  y  la  cebada;  ademas  se 
eoceeha  maiz,  nua  especie  de  mijo,  el  tabaco 
y  algunas  legumbi*es:  entre  las  cucurbitáceas, 
tienen  h  preferencia,  los  melones,  sandias,  cala- 
bazas,  elc,  (ambien  va  estando  en  boga  la 
patata. 

El  kremes,  pequeño  insecto  análogo  ¿  la 
codiiDilla  es  comnn  eotodo  el  pais,  perosobre 
todo  hácia  la  parte  de  Oran ,  y  somioistra  un 
predoso  cotor  de  escarlata.  La  rubia  y  el 
henné,  planta  de  que  las  mugeres  se  sirven  pa- 
ra  teñir  sus  cabéllos  y  sus  uñas,  son  tambien  el 
oljelo  de  un  ctiltivo  de  bastante  estension.  El 
rigodon  y  la  caña  de  azúcar  que  no  ha  mucho 
tiODpo  se  CQltivaban  eu  la  regencia  se  hallan 
tt  el  mayor  abandono.  Los  habitantes  refleren 
^Srca  de  este  particülar  que  en  otro  tiempo  se 
habia  establecido  un  molino  de  azúcar  en  el 
barrio  de  Hamma,  cerca  de  Argel,  pero  que  la 
logtaterra  compró,  al  precio  de  300,000  fran- 
eoe,  del  dey  que  reinaba  en  aquella  época,  la 
destruccioD  de  esta  indostria,  pues  temia  la 
competencia  con  sus  colonias. 

Ed  las  montañas  del  Atlas  menor  y  sobre 
todo  eo  Bu  vertleote  boreal,  se  eDcueDtran  al- 
gODos  bosques,  el  pino  de  Alepo,  el  cíprés  y 
la  encina,  el  alcornoque,  etc,  son  los  árboles 
mas  comuDes. 

Los  leones,  las  paoteras  y  algouos  otros 
earniceros  del  género  felix  (gato)  son  comu- 
Bes  en  «I  Atlas.  La  hlena  y  el  chacal  reempla- 
zaD  al  lobo  quc  uo  se  eocoeDtra  en  Africa.  La 
zorra,  la  gineta  y  el  icneumon  se  encuentran 
tambien,  ademas  del  oso,  coya  existeoeia  oe- 
gaba  Covler,  aoDqne  por  otra  parte  es  bastante 
laro.  Entre  los  roedores,  se  distingue  el  ger- 
bo,  pequeño  anlmal  qne  en  su  forma  y  aspec- 
to  se  asemeja  ¿  los  sarigas  de  la  América  y  los 
cangpros  de  la  Ifoeva  Holaoda.  Algnuas  espe- 
0es  de  mooos,  la  gacela  y  el  Jabali ,  comple^ 


tao  la  fauoa  slWestre  de  la  Argelia.  Los  ani* 
males  domésticos  son  el  cabiillo,  el  asno,  la  mu> 
la,  el  camello,  el  dromedario,  el  buey,  el  car- 
nero  y  la  cabra.  El  gato  y  el  perro,  cncueDtran 
tambien  asilo  bujo  la  lieuda  ó  eu  el  kurbis. 
pero  este  último  animal,  flel  compañero  del 
bombre  eo  nuestras  regiooes,  es  desdeñado  del 
¿rabe  qoe  reconceotra  todas  las  afecciones  en 
su  caballo. 

Las  aves  son  ¿  corta  diferencia  las  mismas 
de  la  Europa  Meridionai,  si  se  esceptua  cl  aves- 
trúz  que  solo  se  encuentra,  no  obstante,  en  los 
conflnesdel  desierto,  y  lapintada,  que  oiiiinda 
de  Numidia,  se  balla  abundantemente,  sobro 
todo  en  las  inmediaciones  de  Constantioa. 

Los  reptiles  son  bastaote  comuoes,  particu- 
larmeote  alguoas  serpientes  temibles  por  sus 
mordedoras;  el  sapo  Ilega  alguoas  veces  ¿  una 
talla  monstruosa,  y  el  camaleon  se  cncuentra 
firecneutemente. 

Entre  los  insectos  nocivos,  citaremos:  las 
langostas,  cuyasemigracioues,  fclizmeute  bas- 
taute  raras,  son  un  azote  terríble;  losino.«qni- 
tos,  las  chinches  y  las  pulgas,  que  se  multiplí- 
can  por  millares  hasta  en  los  mismos  cawpos; 
el  escorpion,  cuya  picadura  suele  algunas  veces 
oríginar  la  mnerte;  la  tar¿ntula  que  causa  raas 
terror  que  daño  fisico.  Las  cbarcas  contienen 
una  multitud  de  pequeñas  saoguijuelas  casi 
imperceptibles,  que  con  frecuencia  ocasionan 
dolorosos  accidentes ,  asi  ¿  los  hombres  como 
¿  los  animales  qne  alH  acuden  para  mitigar 
su  sed. 

Terminaremos  esta  lar^^a  enumcracion  ana- 
tando  dos  zodfltos,  que  formau  un  ramo  de  co- 
mercio  baslsnte  imporlaute  y  son  el  coral  de 
Bona  y  la  espooja,  de  las  cercauias  de  Argel. 
Despues  de  estos  detallcs,  que  en  nuestro 
eotender  no  serán  considerados  como  super- 
fluos  por  el  lector,  voiveremos  ¿  la  bistoria  de 
los  acontecimieutos. 

El  geoeral  en  gefe.  despues  de  liaber  dírí- 
gido  sus  prímeros  cuidados  ¿  la  administracion 
de  la  conqiiista,  se  ocupó  de  estender  la  domi- 
nacion  francesa  ¿  las  provincias  de  Goostanlina 
y  de  Oran :  ¿  este  efecto  encargó  al  geñeral 
DamremoDt  el  ir¿  tomar  posesiou  de  Boua  con 
ona  brígada,  y  eovió  ¿  uuo  de  sos  hijos  ¿  re- 
cibir  la  sumisiOD  del  bey  de  Orao,  habieodo  di* 
rígido  persooalmeDtc  uoa  espedicioD  ¿  Blidach 
aunque  sin  producir  los  mejores  resultados.  A 
su  regreso  de  esta  espedicion  es  cuaodo  reci* 
bió  la  iuvestidnra  de  maríscal  de  Fraocia. 

SiD  embargo,  como  la  Doticia  de  los  acoo- 
tecimieotos  de  Jnlio  habia  llegado  ¿  Arge! 
eH  4  de  agosto,  M r.  de  Boormont  sintió  la  ne» 
cesidad  de  coDcentrar  todas  sus  fuerzas ;  so 
apresuró  por  tanto  ¿  decretar  el  rogreso  de  las 
fuerzas  de  qqe  se  habia  despreodido  coDfl¿n- 
dolas  al  maodo  de  su  hijo  y  dei  geueral  Damre- 
moDt,  como  ya  queda  iodicado.  Esta  evacua- 
ciOD,  y  la  ioaccioD  del  geoeral  dcsde  esta  épo- 
ca  hizo  aumentar  de  tal  modo  la  iosolencia  de 
los  ¿rabcS;  qae  el  ejército  fué  por  deelrío  aai 


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335 


ARGEUA 


n* 


bloqaeaéo  en  sus  lineas,  sio  atreyerse  á  sepa- 
rarse  de  ellas.  El  2  de  seüeaibre  el  general 
Glaosel,  nombrado  para  succsor  del  mariscai 
deBourmont,  llegóálarada  deArgel:  el  dia 
mismo  de  su  Ilegada  eotró  en  la  capital  de  la 
regcncia,  y  al  siguiente  Mr.  de  Bourmont  se 
embarcó  eii  un  poqueno  bric  austríaco,  con  dos 
de  sus  hijos:  cl  raayor  habia  pasado  á  Francta 
para  conducir  ias  banderas  tomadas  ai.  enemi- 
go,  Y  6l  menor  habia  muerto  en  campaúa. 

EI  general  Glausel  se  ocupó  desde  luego  de 
restablecer  la  disciplina  del  ejército  que  se 
había  relajado  desdc  los  últimos  acontecimieo- 
tos,  y  despues  se  dedicó  á  establecer  las  bases 
princlpales  para  el  gobíerno  de  la  conquista. 
Sin  embargo.  el  bey  de  Titteri  inquietaba  siu 
cesar  los  pnestos  avanzados  y  asesínaban  sus 
merodeadorcs  á  los  soldados  que  podian  pillar. 
Para  dar  tórmino  á  tales  sucesos,  el  general  re- 
solvió  atacar  al  enemlgo  hasta  en  sus  monta- 
ñas:  una  columna  de  8,000  hombres  con  dos 
baterías  montadas,  partió  de  Argel  el  49  de 
noTiembre  bajo  las  órdeues  personales  dei  ge- 
neral  en  gefe:  atravesó  el  MitiJJa,  se  apoderó 
deBIidach,  que^l  enemigo  defeodio  dóbilmen- 
te,  atravesó  eí  pequeño  Atlas,  despues  de  ud 
sangriento  combate  en  las  gargantas  de  Te* 
niah,  y  llegó  detante  de  Medeah,  cuyos  habl- 
tantes  abrieron  las  puertas  al  ejército  francés. 
£a  la  mañana  siguiente,  el  bey,  que  habia  hui- 
do  al  llegar  ias  columnas  francesas ,  abando- 
nado  de  los  suyos,  y  lemiendo  caer  en  manos 
de  los  ¿rabes  dei  desicrto,  quiso  m^or  entre- 
girse  ¿  los  europeos,  por  lo  cual  se  ríndió  pri- 
sionero  con  todos  sus  genízaros. 

Un  Dueyo  bey  fué  al  punto  instalado  por  la 
dilígencia  del  general  en  gefe,  que  dos  dias 
despues  por  falta  de  víveres  y  municiones  efec- 
tuó  su  retirada,  dejando  una  guarnicion  en  Me- 
deah;  aonquc  permaneció  muy  poco  ticmpo. 

El  general  Glausel  tenia  grandes  proyectos 
acerca  de  la  colonia  de  Argel:  mediante  un  re- 
conocimiento  de  vasallage  y  un  tributo  anual 
garantido  por  el  bey  de  Tunei,  pensaba  ceder 
]as  dos  beylias  de.Gonstautlna  y  de  Oran  ¿  dos 
principes  de  la  familia  de  este  soberano.  Ya 
se  Iiabia  flrmado  un  tratado  con  los  enviados 
de  Tunez,  habianse  designado  los  dos  beyes 
de  Oran  y  de  Gonstantína,  y  ya  el  general  Dam- 
remout  habia  tomado  poseston  de  Oran,  cuan- 
do  el  general  Glausel  fué  Itamado  ¿  Francia. 

La  corta  administracion  de  este  general 
80  díslinguió  por  la  organizacion  de  dife- 
rentes  sorvicios  públicos,  taies  como  la  justi- 
cia,  la  aduana,  el  esUiblecimiento  de  la  Quinta 
Modelo,  la  creacion  de  los  zuavos  y  cazadores 
argclianos,  la  instalacion  de  la  guardia  nacio- 
nal  argeliana,  conocida  con  el  nombre  de  mi* 
licia  africana,  etc. 

£1 20  dc  febrero  de  4831 ,  Mr.  Glausel  aban- 
donó  la  colonia  llevando  tras  de  si  el  senti- 
'mtcnto  del  ejércilo,  y  sobrc  todo  de  la  pobla- 
cion  europea  dc  Argel ,  que  ya  escedia  de 
Ires  mil  alrnas. 


El  general  BertheseDe,  sucéBor  del  gene-' 
ral  Glausel,  había  mandado  uoa  divisioii  doran* 
te  la  campaña  de  4830.  A  su  arríbo,  el  ^érd- 
to  de  Africa,  del  cual  yarios  regimientot  ha<^ 
biau  sido  liamados  sucesivamenie  ¿  Fraoda. 
tomó  cLnombre  de  division  de  ocupacion.  El 
mando  de  Mr.  Berthezenefué  desastroso  para  la 
colonia.  En  un  reconocimiento  que  inteotó  so- 
bre  Medeah,  se  tíó  rechazado  por  los  ¿rabes  y 
los  kabaylos  que  le  pusieron  300  hombres  foera 
de  combate. 

Algunos  dias  despues,  habiendo  inoorpora- 
do  el  enemigo  todas  sus  fuerzas  en  número  de 
40.000  hombres,  se  cucaminó  ¿  atacar  vigo- 
rosamente  las  avanzadas  francesas;  adelantáa- 
dose  hasta  una  legua  de  Argel,  y  comenzó  ona 
lucha  obstinada  que  no  sostuvo  siu  diOcultad 
la  division,  reducida  por  las  enfermedades  ¿ 
5,000  hombres  ¿  lo  sumo.  Felizmente  los  ¿ra- 
bes  por  falta  de  viveres  y  municiones  foeroa 
abandonando  el  campo,  hasta  que  oq  ataqae 
general  determinó  su  retirada. 

Una  espediciou  sobre  Booa  mal  coocebida. 
y  cuyos  resultados  fueron  deplorables,  acabó 
de  perder  al  general  en  el  espirítn  deleJércUo. 

Gasi  siempre  ocupado  en  rechazar  al  eoe- 
migo,  poco  tiempo  tuvo  Mr.  Beríheieoe  para 
dedícarse  ¿  la  administraciou  interíor  de  la  co- 
lonia:  débensele,  no  obstante,  algunos  eatable- 
cimtentos  útiles,  y  enlreotros  magniflcos  cnar- 
teles  sitnados  fuera  de  la  cindad  mas  all¿  del 
arrabal  de  Bab-Azoun,  un  matadero  en  la  paer- 
ta  del  mismo  nombre,  la  plata  del  gobiemo  de 
Argel,  la  reparaclon  de  la  escollera  que  fonna 
el  puerto,  reuoiendo  la  marlna  ¿  la  ciudad,  etc. 

Desdeel  mes  de  mayo  de  4834/Gasimiro 
Perier,  presidente  del  consejo  de  ministrot, 
querfendo  reservarse  una  ¿mplia  influeoda  tn 
la  direccion  de  los  negocios  de  Afríca,  bizo  to- 
mar  al  gobierno  la  resolucion  de  separar  jp 
Argel  la  autorídad  civil  de  la  militar,  mediaCe 
la  creacion  de  un  intendente  civil  independieD- 
te  del  general  en  gefe.  La  aplicacion  de  este 
nuevo  sistema  no  se  efectuó  sin  embargo,  hasta 
algunos  meses  despues.  Las  funciones  separa* 
-dasdelgobierno  miiitar  y  do  la  administractoa 
civil  se  confiaron  al  general  Savary»  duqoe 
de  Robigo,  ministro  de  Policia  en  tiempo  del 
imperío,  y  ¿  Mr.  Pichon,  consejero  de  istado, 
que  hkbia  desempefiado  ya  varias  é  importán- 
tes  misiones  diplom¿ticas. 

Esta  separacion  de  las  dos  autoridades  du- 
ró  muy  poco  tieropo,  porque  on  decreto  del  4 1 
de  mayo  de  4  832  abrogó  la  del  mes  de  didem- 
bre  anterior,  restableciendo  la  unidad  gal>er- 
namental  en  la  colonia. 
.  El  nuevo  general  llegó  ¿  Argel  con  la  reso- 
lucion  bien  formada  dc  no  dejar  mas  que  Doa 
paríe  de  las  tropas  en  la  ciodad  y  diseraioar  el 
resto  eo  los  puntos  príncipales  del  Josh  y  del 
Sahel;  dispuso  por  tanto  la  formacion  de  dlfe* 
rentes  campos;  se  ocupó  tambien  de  abrir  car- 
reteras  que  no  existian ,  uoiendo  ios  campos 
entresi  y  esteudiéndose  desde  Vgel  á  los  puu- 


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187 


ARG£LIA 


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toi  mas  SroporUBtes ;  en  Ronba  y  en  Delby- 
IbnhiiD,  fberon  constraidafi  dos  poblaciones 
para  recdbir  algunos  ccntenares  de  colonos  ale- 
mAnet. 

Sln  embargo,  noa  espedicion  sangríenta 
coatra  una  de  lastribos  de  la  Mllidja  volvió  á 
eatender  la  goerra:  bicia  flnes  de  setiembre, 
lat  hostllidades  tomaran  un  carácter  grave,  y 
lagoerra  santa  se  proclamó  en  Colea.  La  in- 
sorreccion,  aunque  parecla  muy  formidable  cn 
an  priocipio  qnedó  no  obslante  prontamente 
reprUnlda,  y  la  tranquilidad  se  restableció  en 
lasinmediaciones  de  Argel. 

Al  Kate  de  la  regencia,  el  emperador  de 
Karniecos,  obligado  á  renunciar  ¿  sus  preten- 
tionet  sobre  la  provincia  de  Oran ,  y  espocial- 
aente,  sobre  el  distríto  de  Tlemcem,  que  códi- 
elaba  particnlarmente,  qniso  al  menos  ejercer 
ona  ÍnfloeQCiaocnltaen  tos  asuntos  de  esta  por- 
don  de  la  Argelia :  se  puso  al  efecto  en  rela- 
don  eon  el  Jóven  Abd-el-Kader,  que  comensa- 
ba  i  darse  á  conocer  y  que  por  so  Juventod 
parece  que  debia  scr  mas  dócil  qoe  los  demas 
gefes:  existia  por  otra  partr  entce  el  monarca  y 
el  jóven  emir  una  especie  de  parentesco,  pues- 
to  que  ambos  se  decian  descendicnles  del  Pro- 
Uu.  Abd  el-Kader,  como  hombre  hábll,  acep- 
tó  cl  patronato  que  se  Ic  habia  ofrecido,  reser- 
váodose  emplcarlo  en  su  propio  engrandcci- 
mittito. 

Digamos  algunas  palabras  acerca  de  este 
horobre  quc  ha  sabído  erigirse  en  Afríca,  un 
poder  rlval  de  la  Francia. 

Abdel-Kader  (EIHadJi,  nombre  que  se  da  á 
los  mnsulmanes  que  hacen  su  peregríDacion  á 
la  Meca)  Oolid-Mahiddin  pertenece  á  una  anll- 
qnúima  familia  de  marabutes,  que  hace  ascen- 
der  su  origen  á  los  califas  Fatimitas;  nació  en 
ia  Gnedna  de  Sidi-Mahiddin ,  ¿  las  inmediacio- 
nes  de  Mascara,  sobre  ci  terrítorio  de  ios 
acbemjí.  Ksta  Guedna  era  nna  especie  de  se- 
minarío  en  qoo  los  marabntes  sus  antepasados 
rennian  ¿  los  jóvenes  para  instrairlos  en  las 
letras ,  la  teologia  y  la  Jurispradencia.  Abd- 
el^Kader  se  educd  tan  bieu  como  un  ¿rabe 
poede  serlo,  por  sii  padre,  que  reconoció  en  él 
ona  naluralexa  inteligente  y  vigorosa. 

Todavia  moy  jóven,  comprendia  todos  los 
pasages  del  eoran,  siendo  mas  iuminosas  sus 
eipllcaciones  qne  las  de  los  comentadores  maa 
li¿biles:  tambien  se  entregó  con  celo  al  estu- 
dio  de  la  elocuencla  y  de  la  historia,  siendo 
aetnalmente  el  bombre  mas  ilustrado  de  su  pais, 
ventaja  iomensa  entre  los  ¿rabes,  y  que  co- 
noce  perfectamente  la  hisiLría  de  su  nacion,  y 
loa  puntos  qoe  la  nuestra  tiene  de  comon  con 
la  foya.  Tampoco  descuidó  los  eiercicios  cor- 
pormles»  en  los  cuales  sobresale,  y  pasa  gene- 
rabneote  por  el  mas  b¿bil  caballero  de  Ber- 
beria. 

At>d-el-Kader  es  en  estremo  valienle ,  y 
sía  eoQbargo,  sn  talento  parece  mas  organixa- 
dor.qoemilitar. 

Kl  viejo  Mahlddin,  padre  de  Abd-el-Kader, 


era  snmamente  venerado  de  los  ¿rabes:  las  Irí- 
bus  pr|)ximas  ¿  Ma^ara  quisieron  en  4839 
reconocerle  por  gefe  sopremo;  pero  pre- 
testando  su  edad  avansada ,  rehusó  este  honor, 
ofreciendo  en  su  lugar  ¿  so  Jóven  hijo  que  con 
el  foé  agraciado,  auuque  apenas  tenia  veinle  y 
cinco  añoB.  Poco  tiempo  despues,  la  ciudad  de 
Moscara,  qne  desde  la  espulsion  de  los  lurcos 
se  gobernaba  en  república,  reconoció  por 
emlr¿Abd-eI-Kader,  que  desde  entonces  tn- 
vo  una  conocida  ventaja  sobre  sus  rívales . 

En  el  mes  de  mayo  del  mismo  año,  aign- 
nos  millares  de  ¿rabes,  acaudillados  por  el 
víejo  Mahiddiii  y  su  hijo  se  dirígleron  ¿  atocar 
¿  Oran.  Por  mas  que  éste  ataqiie  baya  quedado 
frastrado,  Abd  el-Kader  se  hixo  distlnguir  por 
su  sangre  fría.  y  aumenló  considerablemenle 
laconflanxa  de  los  suyos. 

Las  hostilidades  continuaron  sln  inferrup- 
cion  hasla  flnes  de  año,  época  en  que  el  gene- 
ral  Boyer  fué  sustiluido  en  el  mando  por  el  ge« 
neral  Desmlcliel8. 

Desde  la  desastrosa  espedicion  de  Dona, 
esta  ciudad  habia  quedado  en  poder  de  un  an- 
tiguo  bey  de  Gonslantina,  llamado  Ibrahim:  si- 
tiado  porBenAissa,  lugar-tenienle  de  Achmct, 
bey  actual  de  la  provincía,  y  reducido  al  úlll- 
mo  estreroo,  de  concierto-lbrabim  con  aquellos 
moradores,  pidió  «uxillo  ¿  los  franceses.  El  dn- 
qnedeRovigo  acogió  favorabiemente¿  losenvla- 
dos  de  Ibrahim  6  hizo  partif  con  ellos  ¿  su  rcgre- 
so,  para  informarse  del  vcrdadcro  estado  de  los 
negocios  al  capitan  José,  mas  conocido  con  el 
noDibre  de  Joossouf.  Esle  militar,  cuyo  origen 
es  incieito«  lo  mismo  que  su  liistoria,  parece 
ser  italiano  de  naciroiento.  Hallébase  en  1830 
al  servicio  del  bey  de  Tunex,  cuando  por  una 
intríga  amorosa  se  vió  precisado  ¿  fugarse  dc 
su  pais  de  adopcion,  arroJ¿ndo5e  en  braxos  de 
los  franceses,  ocupados  en  el  siiio  de  Argel: 
ha  sido  nombrado  mariscal  de  campo,  despuca 
de  la  batalla  de  Isly,  en  cuyo  buen  éxito  tuvo 
una  parte  no  escasa. 

Bujo  la  relacion,  pnes,  de  este  oflcial,  el 
general  en  gefe  dirígió  sobre  Bona  la  polcra 
llamada  la  Fortuna,  con  algunas  muoiciones, 
y  nombró  al  capitan  de  artillería  Armandy, 
para  auxiliar  ¿  los  habitantes  y  prolongar 
la  defensa  de  la.ciudad  basta  el  punto  cn 
que  fuesó  posible  enviar  socorros  mas  di- 
rectos. 

*  Mr.  Armandy  habia  apenas  llegado  ¿  Bona 
(29  de  fabrero  de  4833),  cuando  Ben-AIssa  se  . 
apoderó  de  la  ciudad,  cuyas  puertas  le  fberon 
abiertas  por  sus  paríidarios,  y  el  capitan  ftran* 
cés  solo  tuvo  tiempo  de  refugiarse  en  la  polcra. 
Aon  faltaba  tomar  la  cindadela  y  Ben-Aissaame- 
naxaba  dar  el  asalto  si  no  le  era  entregada:  en- 
tonces  fué  cúando  Mr.  Arroaody  auxiliado  por 
Joussoof  y  seguido  por  nn  corto  destacamento 
de  marhios,  que  le  habia  dado  el  comandañte 
de  la  goleta  la  Beamai$e,  se  introdujo  en  el 
fuerte,  no  obstante  la  oposicion  de  nna  paríe 
de  la  guarnicion,  éhixoflotar  sobresusmbros 


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ARGELIA 


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el  pdbellon  francés.  BenAissa,  habiendo  perdl- 
do  toda  esperatisa  de  un  nueyo  triunfo,  ae  retiró 
despuesde  baber  saqoeado  iaciodad,  y  obligado 
á  8US  habitaotes  á  segnirle.  Despues  de  este  ac- 
to  de  energia  y  de  sangre  fríaque  aseguró  á  la 
Francia  la  posesion  deBona,  el  capitan  Armandy 
fué  provisionalmente  uombrado  comandante 
snperíor  de  esta  ciiidad,  y  recibió  tropas  en 
los  primeros  dias  de  abríl.  Poco  tiempo  des- 
pues,  el  genei;al  Monck-d*User»  ya  conocido  cn 
ei  ejército  de  Africa ,  donde  habia  mandado 
una  brígada  en  4830,  pasó  ¿  tomar  el  mando 
de  la  provincia. 

Despues  de  estos  bechos  de  armas,  ataea- 
do  el  duqoe  do  Rovigo  por  una  enfermedad 
cruel,  obtuvo  iicencia  para  regresar  ¿  Fran- 
cia.  El  general  Avisard,  el  mas  antíguo  de  los 
mariscales  de  campo  del  ejército  de  Afríca,  to- 
mó  el  roando.  Durante  su  breve  administra- 
cion  fué  instiluido  el  Cansukuío  drabe,  útil 
creacion  que  debia  dar  ¿  los  enropeos,  con  res- 
pecto  ¿  sus  relaciones  con  las  tribus,  una  re- 
gularídad  y  una  estenslon  de  qoehasta  enton* 
ces  habian  éarecido.  EI  primer  gefe  desde  esta 
institocion  fué  el  capitan  de  Lamoriciere,  cu- 
yo  nombre  debia  unirse  mas  tarde  ¿  los  mas 
célebres  hechos  de  armas  del  ejército  francés. 

En  los  prímeros  dias  de  abríl,  el  general 
Voirol  llegó  ¿  Argel  como  comandante  inspeo- 
tor  de  las  tropas;  y  debia  ejercer  las  funciones 
de  gobemador  hasta  reemplasar  al  duque  de 
Rovigo ,  que  muríó  eu  París  en  los  prlmeros 
dias  de  Junio.  Teniendo  pocas  tropas  ¿  su  dts- 
posicion,ei  nuevo  general  solo  pensó  en  con- 
servar  lo  que  ya  se  poseia,  y  en  mantener 
aroistosas  relaciones  con  tos  árabes,  y  ios  ka- 
bayles,  y  puede  decirsc  que  bajo  su  gobierno 
es  cuando  estas  posesiones  afrícanasdisfro- 
taron  la  mayor  tranquiiidad,  habiendo  sido 
empleado  cste  tiempo  de  calma  en  perfeccio- 
nar  los  difereutes  estableciroientoa,  y  mejorar 
los  caminos. 

En  Bona,  el  geoeral  Honck  d*User»  siguien- 
do  las  fflismas  doctrinas  supo  hacerse  temer  y 
respelar  de  ios  ¿rabes,  haclendo  reinar  la  se- 
gurídad  en  su  provincia,  de  la  cual  un  nuevo 
punto,  Bugia,  fué  ocupado  por  los  firanceses, 
despues  de  una.resistencia  enérgíca  por  parte 
de  los  kabayles. 

En  Oran,  el  general  Desmichels,  luchando 
incesantemente  contra  Abd-el-Kader,  que  pa- 
recia  encontrar  noeva  fuersa  en  sus  derrotas, 
hacia  ocupar  ¿  Moslaganem  y  Arceu,  punios 
amenasados  por  el  emir.  Sin  embargo  ,  desr 
paes  de  un  combate  decisivo  que  tuvo  lugar  el 
6  de  enero  de  4834 ,  bajo  los  muros  de  Oran, 
los  dos  paríidos,  igualmente  abrumados  por  las 
fátigas  de  la  guerra,  preQríeron  transigir  y  se 
flrmó  un  tratado  muy  ventajoso  para  Abd-el- 
Kadér,  que  de  este  modo  consiguió  una  im- 
portancia  que  nonca  hubiera  conscgnido  por 
sos  armas. 

£n  el  mes  de  agosto  de  4833,  habia  pasa- 
do  al  Afríca  nna  comision  de  pares  y  dipnta- 


dos,  encargada  por  e1  gobiemo  de  examioar^ 
pais  y  de  ilostrar  la  Francia  acerca  de  las  ven* 
tajas  é  inconvenientes  de  sa  conquisla.  Des- 
pues  de  una  permanencia  de  mas  de  dos  mesto 
en  Afríca,  la  cpmision,  de  regreso  ¿  Paris,  lo- 
metió  80  trabajo  ¿  una  nueva  comision  pr«8i< 
dida  por  Mr.  Decases,  y  qne  en  no  largo  in« 
forme  decidió,  mediante  una  mayorit  de  dies 
y  siete  votos  oontra  dos,  qoo  ia  Argelia  debia 
ser  conservada. 

Despues  decste  informe  y  deesta  delibe- 
racion,  apareció  un  decreto  feebado  en  el  mes 
de  Julio  dcl  año  signíente,  mediante  el  caal  se 
instituia  sobre  nuevas  bases  la  alta  adminis- 
tracion  de  la  regencia  de  Argel,  ¿  la  qne  se 
dió  el  aombresigniflcativo  dePoMttoiMf  firtm' 
ce$ai  en  al  Norte  de  Afriea.  La  comaDdancia 
general  yla  administracion  ftieron  conflid«s¿ 
un  gobernador  general  qne  debia  ^ereer  sos 
funciones  bt^o  las  órdenes  del  miniatru  de  la 
Guerra,  siendo  auxiliado  por  nn  oflcial  geoeral 
para  el  mando  de  las  tropas,  otro  para  mandar 
la  marína,  ademas  de  un  procorador  general, 
un  intcndente  militar  y  un  director  de  hacieo- 
da.  Estos  diversos'  funcionaríos  íormaban  un 
consejo  bajo  la  presidencia  del  goberaador,  á 
que  debían  asistir  los  gefes  de  ios  servicios  es- 
peciales,  ci^iles  y  miiitares  cuando  fiiesen  ob- 
Jeto  de  discusíon. 

El  conde  de  Erlon,  con  investidura  de  gober- 
nador  general,  y  los  demas  foncionarioa  nom* 
brados  en  vlríud  del  decreto  de  organixacioa, 
ilegaron  ¿  Argel  h¿cia  flaes  de  Betiembre  de 
4834.  El  generalYoirol,  despues  de  baber  re- 
husado  el  mando  de  las  tropas  qoe  se  le  h^ 
ofrecido,  lo  entregó  al  general  Rafatel,  y  salió 
dc  Argel  en  el  mcs  de  diciembre.  Sn  partida 
fué  un  verdadero  tríunfo :  todos  loa  gefea  de 
las  tribus  se  reunleron  para  despedirie  y  ofre- 
cerle  en  nombre  de  sus  administrados,  armas 
del  pais:  la  pobladon  casi  entera  le  acompa- 
ñó  hasta  el  poerío  espresando  bien  ¿  laa  cla« 
ras  cuanto  sentia  sn  aosencla :  por  áltimo,  nna 
medalla  de  oro  le  füé  ofrecidapor  los  oolonoa, 
como  un  testimonio  del  reconocimiento  de  la 
colonia. 

Los  tres  actos  roas  notables  de  la  adminis- 
tracion  del  conde  de  Erlon  fueron  el  estable- 
cimiento  del  régimen  municipal  en  la  regen- 
cia,  la  divislon  del  término  de  Argel  en  con- 
cejos,  y  la  creacion  dc  un  colegio  en  esta 
ciudad. 

Los  aconteciroientos  politicos  foermi  poco 
ímporrantes  eu  la  provincia  de  Bona  y  en  la  de 
Argot,  por  masquefuesen  continnadaa  las  hos- 
tilidades  con  los  hadjntas:  no  sncedió  lo  mis- 
mo  en  la  beylía  de  Oran ,  donde  el  poéer  de 
AbdelKader  reoibia  diaríamente  nuero  incre- 
mento. 

Poco  salisfecho  del  tralado  concloido  por  d 

^eneral  Dosmichels ,   el  gobemador  le  babia 

llamado  ¿  Argel  d¿ndoIe  por  sncesor  al  ge- 

neral  Trezel,  que  debla  oponerse  ¿  todas  las 

I  pretensiones  del  emlr ;  pero  por  nna  contra* 


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ARGELIA 


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dicioD,  siogiilar  mieDtras  qne  daba  instraccio- 
069  enérgicas  respccto  á  la  provincia  de  Oran» 
sorpreadido  él  mismo  por  el  judk>  Durand, 
agente  de  Abd-el-Kader,  dejaba  ¿  este  úllimo 
pasar  impunemente  cl  Scbelyf  (para  el  árabe 
era  el  Rubícon)  é  iDstalar  en  Hilianab  un  bey 
ásQdevociOD. 

SJQ  embargo,  como  Qna  parte  de  los  doa- 
rei  y  ie  los  esmelas  se  babian  decidido  á  se- 
pirarse  del  emir,  acudieroo  ¿  ponerse  ba|o  la 
proteecioD  del  general  Trezel,  ^ue  escribió  ¿ 
ábd-elKader  que  debia  reounciar  ¿  todo  dere- 
efao  de  soberaoía  sobrc  estas  dos  tribus:  el 
ánd)e  respondló  con  altiyez  que  su  reUgioD  no 
le  permitia  dejar  ¿  losmusulmanes  bajo  la  do- 
mífiacíoo  francesa,  y  queno  cesaria  de  perse- 
gBir  á  las  tríbos  rebeldes,  aunque  estuviesen 
encerradas  dentro  de  los  muros  de  Oran.  ^si 
declarada  la  guerra  por  ona  y  otra  parte  ya  no 
se  peosó  mas  quo  en  combatir,  pero  por  esta 
?ei  la  fortuna  fué  contraria  ¿  las  armas  frauce- 
m:  la  joraada  dcsastrosa.de  la  Macta  (28  de 
JODioiIe  4835)  costó  al  ejército  300  bombres 
BUiertos,  200  beridos»  y  la  mayor  parte  de  su 
material.  La  coaducta  del  gcneral  Trezel,  en 
medio  de  estas  peuosas  circunstáncias,  fué 
Dot)le  y  dígna:  en  sus  partes  y  en  su  órdco  del 
dia,  00  íQtentó  encubrir  la  estension  del  mal 
Di  hacerlo  recaer  sobre  las  tropas;  aceptó  la 
respoosabilidad  y  se  mostró  resignado  ¿  accp- 
tartodas  las  consecuencias. 

A  la  noticia  de  la  derrota  de  la  Hacta,  el 
ooodc  de  Erlon  separó  al  general  Trezel,  d¿n- 
dole  órdcn  de  entrcgar  el  mando  al  general  Ar- 
iaoges. 

Completamentc  subyugado  por  el  astoto 
ageote  del  emir,  e!  gobernador  aun  tenia  la 
esperaoza  de  restabíecer  la  paz;  Abd-cl-Kader 
por  su  parle  casi  embarazado  con  su  victoria, 
se  moslraba  bastante  üisipucsto  ¿  negociar.  Pe- 
10  ea  breve  cambió  la  escena*.  el  condo  de  Er- 
loo  fuéllamado  ¿1a  metrópoli,  y  la  eleccion  de 
SQ  saeesor  hizo  saber  ¿  los  ¿rabes  que  la  Fran- 
cla  estaba  decidida  ¿  no  reconocer  en  la  regen- 
da  otra  soberanía  que  la  soya. 
.    El  maríscal  Glausel  Ilcgó  eMO  de  agosto  de 
4835  ¿  la  ciudad  de  Argel,  qne  el  conde  de 
Brlon  habia  abandonado  dos  dias  antes.  Una 
de  las  prímeras  diligencias  cíel  nnevo  gober 
oador  debia  ser  la  de  vengar  la  afrenta  de  la 
Macta,  pero  ¿  causadela  aparicion  del  cóle- 
ra,  sc  snspendiá  la  remesa  de  los  refuerzos 
qoe  esperaba,  por  lo  cual  la  proyectada  es- 
pedieion  se  dilató  basta  cl  mes  de  noviem- 
brc. 

£q  esta  época,  el  gobernador  se  volvia  ¿ 
Oran  con  el  duque  de  Orlcans,  que  quiso  com- 
partir  los  trabajos  del  ejército»  y  'alli  reunió 
lastropas  deslinadas  ¿  bacer  la  campaña. 

Et  26  de  noviembre,  el  cuerpo  espediciona 
rio,  cuya  fuerza  ascendia  á  44,000  hombres, 


poblacíoo  musuimaaa  habia  abandonado  com« 
pletamente. 

Dos  dias  despues,  quedó  decidído  que  la 
ciudad  seria  cvacnada  ¿  incendiada;  y  cn  efec- 
to,  en  la  mañana  del  0  despues  de  haber  pues- 
to  fuego  por  todas  partes,  el  ejército  volvió  á 
emprender  el  camino  de  Oran,  seguido  de  la 
poblacion  Judia,  que  dcsde  entonces  habia 
quedado  sin  asilo;  y  el  48  entraron  en  sus 
atrincheramientos. 

De  regreso  ¿  Oran,  habiendo  resuelto  el 
maríscal  una  nuevacspedicion  sobre  Tlemcem, 
se  ocupó  sin  levantar  mano  de  los  indispen- 
sables  preparativos,  que  no  se  intcrrumpieron 
¿  pesar  de  algunos  conatos  de  transaccion  con 
Abd-el-Kader,  y  entró  en  campaña  el  8  de 
enero  de  4836.  El  43  elejército  ocupó  la  cia- 
dad  queera  cl  objeto  de  la  espedicion.  Sorpren- 
dido  de  la  magniflca  po.<icion  dcl  Tlemcem,  el 
goberaador  se  decid¡ió¿dejaren  estc  punto 
una  guarnicion  compnesta  de  voluntarios,  ba- 
Jo  las  órdenes  del  capitan  de  ingenieros  Ga- 
yaígnac.  La  ocupacion  de  esta  plaza  impooia 
la  obligacion  de  asegurar  las  comunicaciones 
COD  Oran,  y  por  tanlo  el  general  en  gefe  creyó 
qne  debía  estableccrlaf}  por  la  embocadura 
del  Tafna  y  la  islcta  de  Rachgonm,  puesto  que 
solo  hay  4  0  leguas  de  camlno  por  tierra  pu- 
diendo  hacersc  el  resto  por  mar. 

Este  camino,  pues,  fué  elque  siguió  elejér* 
cito  ¿  su  regreso,  y  á  pesar  de  dos  brillantes 
ventajas  obtenidas  sobre  los  ¿rabes  debió  re- 
nuuciar  la  comunicacion  con  Rachgoum,  y  en- 
tró  en  Tlemcem,  si  biea  el  mariscul  no  habia 
conseguido  el  objeto  que  se  proponia,  y  que 
distó  mncho  de  hacer  qoe  se  reconociesc  /a 
autoridad  franccsa  cn  el  pais,  no  por  eso  per- 
sistió  menos  en  dejai'  una  guaruicion  en  el 
Mechouar  (ciududela  de  la  ciudad).  Despues  de 
haber  puesto  esta  plaza  en  estado  de  defensa, 
abundantemente  provista  y  conflada  al  denue- 
do  é  inteligcncia  del  capitan  Gavaignao,  el  ejér- 
cito  recobró  el  7  de  febrero  el  camino  de  Oran, 
adonde  Ilegó  cl  42,  despues  de  una  refriega 
bastante  reñida  con'los  arabcs  mandados  por 
.Vbdel-Kader  en  persona.  Durante  su  perma- 
nencia  en  Tlemcem,  el  mariscal  agració  al  co- 
mandante  Joussouf  con  el  titulo  de  bey  de 
Gonstantina,  cuyo  nombramiento  fué  el  origen 
de  los  acontecimientos  quc  terminaron  dc  una 
manera  tan  desastrosa  en  el  año  4836. 

AI  volver  ¿  Argel,  el  gobernador  empren- 
dió  ioias  all¿  del  Atlas  una  nucva  espedicion, 
dcspues  de  la  cual  partió  para  Francia  ¿  fln  do 
defender  los  intereses  de  la  colonia  en  la  c¿« 
mara  dc  los  diputados:  cl  gcnernl  Rapatel^  que- 
dó  encargado  interinamentc  del  mando.  'En  la 
misma  época  foé  separado  el  general  Lucer  y 
reemplazado  por  el  coronel  Duverger,  que 
acompañó  ¿  Joussouf-Bey.  EI  establecímiento 
del  campo  dcDrean,  via  recta  dcl  camino  de 


divididos  en  cuatro  brígadas,  se  puso.  en  mar- 1  Gonstantina,  tuvo  iugar  casi  inmcdiatamente. 
cba,  y  despues  de  varias  refricgas  con  el  ene- 1       Al  abandonar  ¿  Oran,  ei  mHrt.**caI  habladado 
i&igo  llegóel  5  de  dlciembre  ¿Mascaro,  quela  lórdenes  al  general  Arlaoges  para  ir  ¿  estable* 

15t      UlÜUüTKCA  W>VVLAH.  T.     Hl.     40 


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ARGELÍA 


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cer  no  campo'en  1a  embocadadura  del  Tafoa,  ¿ 
ñü  de  abrir  'comunícacioDes  coo  Tlemcem:  la 
espediciOD  tUTO  efecto,  pero  fué  desasirosa, 
y  el  ejército  estrecbameote  bloqueado  en  8U 
campo  seballó  fuertemeote  comprometido. 

Goaodo  fué  cooocida  eo  Paris  la  posicioo 
de  las  tropas  eu  el  Tafna,  se  espidieron  las 
órdenes  oportnnas  ¿  fln  de  que  la  division  de 
Oran  recibiese  sobre  ia  marcha  un  refuerzo  de 
tres  regimientos.  El  geoeral  Bugeaud,  desig* 
oado  para  tomar  el  maodo  de  estas  tropas,  des- 
embarcó  el  6  de  junio  en  el  Tafna,  y  entró  en 
campaña  despues  de  habcr  provisto  abundante- 
mente  el  campo  de  viveres  y  municiones.  La 
rehabilitacion  de  Tlcmcem,  y  una  victoriacom- 
pleta  obtenida  el  6  de  julio  á  las  márgenes  del 
Fis:,  sobre  Abd-el-Kader  y  los  suyos,  señalaron 
osta  ^loriosa  espedicion,  que  estuvo  á  punto  de 
derrocar  él  poder  del  emir.  EH8  y  el  49  del 
mismoraesentró  el  ejercito  en  Orau,  y  el  ge- 
oeral  Bugeaudsin  habertraslimitadosu  mísion, 
que  era  puramente  militar,  y  dcspues  de  ha- 
ber  dejado  cl  mando  de  la  proviocia  al  gene- 
ral  rEtang,  sc  embarcó  para  Argel  y  dc  alli 
para  Francia,  donde  le  ospcraba  el  grado  de 
leniente  general. 

Pasaremos  en  silcncio  los  acontecimientos, 
'por  otra  parte  de  corlo  interés,  que  sucedieron 
eo  los  demas  puntos  de  la  regencia,  hasta  el 
regresodel  mariscal,  cuya  presencia  imprimió 
nueva  actividad  á  las  operaclonesmilitares. 

Siendo  la  espedicíon  de  Constantina  una  con  - 
secuencia  dc  la  aprobacion  concedida,  aimque 
clerlamenle  con  repugnancia,  por  parle  del  mi- 
nistroal  nombramienlo  de  Joussouf,  el  gober- 
nador  sc  ocupó  de  los  preparalivos  necesnrios; 
perotodopareciaconspirarcoulra  eslc  proyccto, 
»'oncebido  con  demasiada  lijercza,  y  püpsto  cn 
cjecucion  durante  una  estacion  poco  adccus  í», 
i'cn  medios  incompletosy  bajo  la  fé dcun  tiom- 
hre  inlrépido  y  flel,  pero  quc  sin  embargo,  no 
mercria  tau  entera  conflanza.  No  reproducire- 
mos  los  Irisles  detalles  dc  esta  fatal  cspedi 
cion:  nos  conteularemos  con  recordar  ¿  nucs- 
tros  leclóres  que  en  su  retirada  tal  vez  debió  el 
«*jército  su  salvacion  ¿  la  bizarna  y  habilídad 
del  comandante  Changarnler  y  á  ta  intrcpidcz 
.  íle  los  bravos  del  2.**  ligero. 

En  el  4 ."  de  diciembre  las  coiumnas  espe- 
dicionarias  regresaron  ¿  Bona,  y  aunque  en 
campaña  su  pérdida  no  hubia  pasado  dc  qui 
oientos  hombres  cnlre  muertos  y  hcridos,  en 
breve  perecieron  en  tanto  númeio  en  los  hos- 
pitales,  que  la  pérdida  total  piicde  Hjarse  en 
2,000  hombres. 

EÍ  campo  de  Ghelma  quedó  ocupado  por  ei 
í  oroucl  Duvivier  con  dos  bataUones. 

Apcnas  cntió  en  Argel,  cl  mariscal  tíivo 
quc  ocupnrse  do  la  provinciade  Oran,  donde 
los  ncíTocios  distaban  murho  de  presentar  un 
cstado^alisfaclorio.  Algunas  negociaciones  cc- 
Irbradas  con  la  casa  de  Duran,  cicrlamentoj 
I.f  rmiticron  avitoallar  la  division;  pero  esto  I 
rra  cn  perjuicio  de  los  franceses,  porqiie   las 


provisiones  que  los  Duran  suministrabao  ¿  la^ 
Iropas  estrangci;as  eran  cedidas  pof  Abd-el- 
Rader,  que  se  proporcionfiba  asi,  mediante  el 
cambio,  las  municiones  de  guerru  que  necesí- 
taba.  EI  Mecbuar  fué  rehabiiitado  de  la  misma 
suerte. 

En  tal  estado  do  cosas,  el  general  Brosard 
reeroplazó  eo  Orao  al  geoeral  de  retaog,  é  hi- 
zo  ocupar  de  uoa  roauera  permaoeote  el  valle 
de  Misergioo  y,el  campo  de  la  Higoera;  estos 
dos  puntos  restablecieron  la  seguridad  en  las 
cercanias  de  Oran,  y  sobre  todo  fueron  útiles 
á  los  duares  y  los  esroelas.    ' 

El  mariscal  Clausel  habia  abandonado  ¿  Ar- 
gel  en  el  mas  de  enero  de  4837,  c^n  la  espe- 
ranza  de  regresar  muy  en  breve,  y  noobstaote 
fué  reemplazado  en  febrero  por  el  general 
Damremont,  que  solo  liegó  ¿  Argel  ¿  priocipios 
de  abril. 

Eu  tanto  que  el  nuevo  gobemador  tomaba 
posesion  de  su  deslino,  el  general  Bugeaod 
Ilegaba  ¿  Oran  con  una  autoridad  deflnida  bar- 
to  vagamcnte,  pero  de  hecho  con  independeo- 
cia  de  la  del  geueral  Damremont.  La  mision 
deMr.  Bugeaud  era  la  de  combalir  al  emir¿ 
todo  trance,  ó  bien  flrmar  con  él  nna  paz  de- 
flnitiva  y  conveniente:  se  estrenó  con  un  ma- 
niflesto  en  quc  dirigiéndose  ¿  los  ¿rabes  se 
proponia  atomorizarlos  juraudo  una  goerra  es- 
terminadora;  pcro  apenas  se  habia  estendido 
cuando  entabló  negociaciones  con  Abd-el  Ka- 
der  por  mediacion  del  inevitable  Duran,  y  el 
tratado  dcl  Tafna  fué  cl  resullado  de  tales  ne- 
gociacioncs.  Esle  tralado  fué  calamiloso:  el 
eslablcccr  una  autoridad  cn  torno  de  la  coai 
se  podiau  agrupar  los  ¿rabes,  vino  ¿  ser  para 
los  franceses  un  inananlial  de  embarazos  y  de 
desaslres,  y  amagó  comprometer  la  soberanía 
tle  la  FYancia  en  Africa.  He  aqui  los  principales 
artículos: 

Arlículo  4 .«  El  cmip  Abd-el-Kader  reconoce 
la  soberania  dc  la  Francia  cn  Africa  (el  emir 
rehusó  obslinadamente  la  cl¿usula  del  tribulo 
quc  porsi  sola  estahlocia  vasallage.} 

Arlíciilo.  2.**  La  Francia  se  reserva:  en  la 
provinciu  de  Oran,  Mosiaganem,  Mazagran  y 
sus  terrilorios;  Oran,  Arzeu,  raas  un  tcrriiorio 
limltndo  al  E*ie  por  el  Macta  y  la  laguna  de 
dondc  sale;  al  Sur  poruna  línea  que  parliendo 
de  esh  lagiinn,  pasa  por  la  márgen  meridional 
del  lago  Sebca  y  se  prolonga  hastael  rlo  Sala- 
do  ^Ouel-el-MalcIih),  cn  la  direccion  dcl  Sidi- 
Said,  y  de  esle  rio  al  mar,  por  manera  quetodo 
el  territorio  comprendido  en  este  perimetro  sca 
trri  ilorio  francós. 

En  la  provinciade  Argel:  Argel,  el  Sahel, 
elMiiidJa  limiladoal  Este  hastael  Ouet-Kadda- 
ra,  y  lo  reslante:  al  Sur  por  la  primera  salien- 
íe  dcl  Atlas  menor  hasla el  Chiffah,  (aflucnlo  del 
Mazbfran)  incIuyendoGlidah  ysu  lerrilorio;  al 
Ocsle  por  el  Chiffah,  hasla  el  recodo  de  Maza- 
fran,  y  desde  alli  medianle  una  línea  recla 
iiasta  el  mar,  incluyendo  Coleah  y  su  territo- 
rio,  por  manera  que  todo^l  terreno   compren- 


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ARGELIA 


2i0 


dido  en  este  perimetro  sea  (erritorio  francés. 
Arlic4ilo  3.**  El  emir  adminislrará  la  pro- 
Tincia  dcOran,  la  de  Tilteri,  que  no  esta  com- 
prendida  al  Oeste  en  el  limite  indicado  en  el  ar- 
ticulo  segundo.  ^*o  podrá  penetrar  en  ninguna 
otia  partc  de  la  regencia. 

Articuio  9.*  La  Francia  cede  al  emir*.  Rach  * 
goum,  Tlemcem,  el  Mecliouar  y  los  cañones 
que  antiguamcntc  estaban  eu  esta  ciuda- 
dela,  etc.  etc. 

El  general  dió  conocimiento  del  tratado  á 
los  oflciales  generalesy  gefes  dcl  ejércilo  quc 
parecierbn  aprobarlo,  y  el  1.**  de  junio  se 
aTistó  con  Abd-el-Kadcr.  Este  habia  tcnido 
la  babilidad  de  atracr  basta  el  medio  de  los 
suyos  al  general  francés,  seguido  de  una  dé- 
bil  escolta;  asi  parecia  á  los  ojos  de  los  árabes 
como  que  iba  á  implorar  la  sumision;  pero 
Hr.  Bugeaud,  por  su  contincnte  altivo  y  su 
coüducta  digna  y  enérgica  en  brcTC  cslable- 
ci6  e)  ceremooial  bajo  el  pie  de  igualdad. 

En  la  provincia  de  Bona,  como  las  negocia- 
ciones  con  el  bey  de  Conslautina  bubiescn  fra- 
casado,  quedó  resuelta  una  nneva  espedicion, 
y  el  gobierno  que  hubiera  querido  poder  evi- 
tar  esta  guerra  bonrosamente,  ya  dccidido  á 
prosesnirla  con  energia  nada  omitló  para 
afianzar  su  buen  resultado. 

Desde  los  primeros  dias  de  agosto,  el  ge- 
nerai  Damremont  se  estableció  en  Mecjed-Amar 
delante  de  Guelma,  con  intencion  de  hacer  de 
este  pnnto  su  basc  de  operaciones:  hácia  flnes 
de  setiembre  todo  el  personal  y  todo  el  mate- 
ríal  de  la  espedicion  hallábanse  alli  rcunidos. 
El  cuerpo  espedicionario  estaba  divídido  en 
coatro  brigadas  bajo  las  órdenes  del  dnque  de 
Kemours,  del  general  Trezel,  del  gcneral  Ru- 
llerey  delcoronel  Comves;  la  artilleria  estaba 
al  mando  del  general  Vallée  y  los  ingenieros 
al  del  geoeral  Fieury. 

El4.*'de  octubre  el  ejércilo  se  puso  en 
movimiento,  y  llegó  el  6  á  la  vista  de  Cons- 
tanlina.  De  la  misma  suerte  que  en  4836,  Ben- 
Aissa  defendia  la  ciudaJ,  y  Achmet-Bey  sos- 
teuia  la  campaña  con  su  caballería.  EI  mísmo 
dia  del  arritK)  qucdó  hccho  el  reconocimiento 
de  la  plaza  y  delerminada  la  situacion  de  las 
baferias,  y  el  42  se  abrió  la  brecha.  EI  gefe 
dcl  ejército,  deseoso  de  evitar  la  efusion  de 
saogre,  requirió  á  l;  s  sitiados  para  que  se  rin- 
diesen,  haciéndoles  vcr  cuan  peligrosa  era  sn 
situacion.  aLosfranceses,  respondieron,  no  se- 
ráu  doeños  de  Constantina  hasta  despues  de 
haber  muertq  el  úllimo  de  sus  defensores. »  A 
esta  respuesla,  el  general  en  gefe  esclamó: 
■Ciertamente  son  hombres  que  tienen  denuedo 
y  corazon:  pues  bien,  si  los  vencemos  mayor 
será  nuestra  gloria.  n  Pocos  momentos  despues, 
al  dirígirse  hácia  ia  baleria  de  Nemours,  una 
bala  de  cañon  despedida  desde  la  plaza  le  dejó 
sin  vida;  el  general  Perreganx,  al  inclinarse 
sobre  él  para  socorrerle,  recibió  una  bala  en 
la  frente  y  cayó  raortalmente  herido  sobre  el 
cuerpo  del  que  habia  sido  su  gefe  y  su  amigo. 


Habiendo  tomado  el  mando  e1  general  Ya- 
llée,  como  le  perlenecia  de  derecho,  por  sus 
buenas  disposiciones,  se  hizo  dueño  de  laciu- 
dad,  que  fué  tomada  porasallo  el  43.  EI  coro- 
nel  Comves,  aunque  herído  mortalmente  en  la 
brecha,  Invo  aun  bastante  valor  para  cerclo- 
rarse  del  buen  éxito  y  acudir  ¿  dar  cuenta  al 
duque  de  Nemours,  que  raandaba  las  columnas 
de  ataque.  Mas  aforlunado  el  coronel  Umori- 
ciere,  aunquc  sufrió  la  esplosion  de  una  mina, 
pudo  salvarse  de  la  muerte,  si  bien  por  algu- 
nos  instantes  sc  habia  llegado  á  temer  por  su 
vida. 

Achmet-Bey,  seguido  de  algunos  centena- 
res  de  caballeros,  huyó  hácia  el  deslerto;  y 
en  los  quince  dias  que  sucedieron  á  la  toma 
de  Constantina  m\ichas  tríbus  hicieron  su  so- 
mision  á  la  Francia. 

Despuesde  haber  atendido  é1a  adminislra- 
cion  y  á  la  defensa  d^  la  ciudad,  cuyo  mando 
confló  al  general  Bernelle,  el  general  eu  geí»^ 
se  puso  en  camino  el  Í9  dc  oclubre  cou  el 
reslo  delejército,  y  llegó  siu  obstáculo  a  Bo- 
na,  donde  recibió  su  nombramlento  para  des- 
empefiar  las  funciones  de  gobernador  de  Ar- 
golia.  Poco  tiempodespues,  el  baslon  de  ma 
ríscal  dc  campo  le  recompensó  dcl  glorioso 
hecho  de  armas  al  cual  habia  enlazado  ñu 
nombrc. 

ün  nuevo  método  de  oiganizacion  avimi- 
nistrativa  se  inlrodujo  en  la  provincia  de 
Constantina,  y  muchas  autoridades  subalterua» 
nombradas  por  los  franceses  se  difundieron 
por  todo  el  pais:  con  ayuda  de  estos  funcio- 
narios  elegidos  entro  las  nolabilidades  indige- 
nas,  los  franceses  tuvieron  á  su  disposiclon 
fuerzas  agresivas  y  represivas  para  subyugar 
sus  euemigós,  proleger  sus-aliados  y  aflanzar 
su  doniinacion,  que  sehizo  mas  fácil  medianle 
el  empleo  de  la  fuerza  suficiente  al  mando  de 
sus  gefcs  respectivos. 

Elañode  4838  trascuxríó  sin  otrosacou- 
lecijnienlos  imporiantes  que  la  ocupaciou  do 
Storah,  qne  ofrece  un  punto  de  desembarco 
mucho  mas  próximo  á  Conslanlina  que  lo  cstá 
Bona.  üna  ciudad  francesa  con  el  nombre  dc 
Philippeville  se  construyó  blen  pronto  á  las 
inme'diaciones  de  la  ciudad  mora.  Hácia  la  par* 
le  dc  Argel  y  de  Oran  surgieron  alguoas  difi- 
cultadcs  para  la  interpretacion  del  tratado  de 
Tafna:  pudiérase  esperar,  no  obstactc,  qnc 
fuesen  orílladas  por  la  convencion  soplemen' 
taria  del  4  de  jullo  do  4838,  flrmada  por  el 
agente  de  Abd-el-Kader  en  Argel,  aunque  estc 
último  rcbusó  raliflcarla.  Desde  cntonces  fué 
fácil  preveer  que  la  paz  no  era  mas  quc  una 
tregua,  y  man  de  un  sínloma  hacia  ya  presa- 
giar  una  ruptura  próxlma.  La  admlnlstracioii 
de  la  colonia  se  aprovechó  de  ella,  no  obslan- 
te,  para  ocuparse  de  hacer  progrcsar  sus  di- 
ferentes  eslablecimicntos. 

Una  parte  del  aúü%4839  se  fué  do.^lizando 
sin  rompimienlo  de  hoslilidadüs.  En  el  mes  de 
mayo,  la  ciudad  de  Gigenfué  ocupada:  la  for- 


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Í47 


ARGELIA 


nn 


macion  de  nn  esfablecimiento  deflnitivo  efi  es- 
ta  plaza  se  justlflcaba  tanto  por  la  necesidad 
dc  ocapar  los  franceses  ó  sus  aliados  todos  los 
puertos  importantes  en  la  estension  de  la  re- 
gencia,  y  ademas  sostener  ia  ocnpacion  de 
DJemilab  y  la  consolidacion  del  poder  en  el 
califatodeMe(]anab. 

Sin  erobargo,  Abd-el-Kader,  despucs  de  ba- 
ber  reducido  la  ciuiud  de  Ain-Madi,  y  baberse 
tercíorado  de  la  asistencia,  ó  al  menos  de  las 
simpatias  del  emperador  de  Marruccos,  envíó 
sus  emisarios  ¿  la  provincia  de  Constantina  á 
fin  de  suscitar  en  ella  enemigos  para  la  Fran- 
cia.  Las  intrlgas  de  los  agentes  del  cmir  en 
esta  parte  de  las  posesiones  francesas  hacian 
sentir  cada  vez  mas  la  precision  de  foriiflcarla 
contra  las  invasiones  que  la  ameuazaban:  el 
general  Galbois  se  dírigió  en  consecuencia  á 
Setif,  en  donde  estableció  un  puesto. 

En  el  mes  de  setiembre  se  veríflcó  la  cspe- 
dicion  del  Biban  ó  de  las  Puertas  de  Uierro;  te- 
nia  por  objeto  recooocer  toda  la  partc  de  la 
provincia  de  Constantina  que  sc  estiende  desde 
estacapital  al  Biban,  y  desde  cl  Blban  al  Oued- 
Raddara,  pasando  por  el  fuerte  de  Hamza.  El 
cuerpo  espedicionario,  separado  eu  dos  divi- 
siones  mandadas,  la  una  por  el  duque  de  Or- 
leans,  la  otra  por  el  general  Galbois,  y  ambas 
á  las  órdenes  del  mariscal  Yallée,  se  reunieron 
en  Milab,  de  cuyo  punto  salieron  cl  18,  diri 
giéndose  por  Demilab  ¿  Setif .  Despues  deha- 
ber  atravesado  esta  última  plaza,  separáronse 
las  dos  diYÍsiones:  la  primera,  ¿  las  órdenes 
del  general  Gulbois»  quedó  en  1a  provincia  de 
Gonstantina;  la  segunda,  de  3,000  bombres, 
mandada  por  el  gobernador  y  por  el  princípe 
real  ¿  sus  órdenessc  encaminó  hácia  el  Biban. 

El  28  al  medio  dia,  comenzó  el  paso  de 
aquellas  temibles  rocas  qfle  los  turcos  nunca 
habian  atravesado  sin  pagar  tributo,  y  adonde 
jamás  habian  llegado  las  legiones  romanas: 
cuatro  horas  bastaron  apcnas  para  e5ta  dífícil 
operaclou.  Despues  de  baber  dejado  en  los 
flancos  de  aquellas  inmensas  murallas  que 
elevó  la  naturaleza  ¿  mas  de  cien  pieá,  csta 
sencilla  inscrípcion:  \ejéreito  flrancés,  4839! 
la  columna  salió  al  valle  de  Hamza,  y  empre- 
Qiósu  marcba,  sin  servivamente  hosiigada  b¿- 
Cla  Argel,  adonde  Ilegó  el  2  de  novíembre, 
despues  de  baberse  reunido  en  el  dia  anterior 
con  las  tropas  que  la  esperaban  en  el  campo 
de  Fondouk. 

Abd-el-Kader  aun  na  habia  declarado  la 

{;aerra,  pero  claramente  se  dejaban  ver  sus  ma- 
as  disposiciones.  Ya  en  los  prlmeros  dlas  de 
octubre,  los  hadjutas  babian  ejercido  razzias 
en  las  tribus  aliadas  de  Francia  y  habian  su- 
cedido  varios,  encuentros.  Por  último,  des- 
puet  de  repetidos  actos  de  bostilidad,  dejando 
d  emir  ¿  un  lado  toda  simulaclon,  proclamó 
la  guerra  santa:  los  establecimientos  franceses 
íueron  atacados  en  toda  la  línea,  y  no  obstante, 
cl  denuedo  de  las  tropas,  obligados  los  colo- 
nos  ¿  evacuar  sus  posesiones,  se  dirigierou  ¿ 


Argel  para  buscar  asilo:  los  corredores  del  ene* 
gopenetraron  en  algunos  puntos  de  importan- 
cia  y  las  tribus  aliadas  se  refugiaron  al  campo. 

A  la  prímera  noticia  de  la  agresion  de  los 
árabes  y  de  los  acontecimientos  desgraciados 
que  ¿  ella  se  babian  seguido,  todas  las  medi- 
das  necesarías  se  tomaron  en  Francia,  para  po- 
ner  al  gobernador  general  eo  el  estado  de  em- 
prendcr  cuanto  antes  la  ofensiva.  Se  espidie- 
ron  órdenes  coii  la  mayor  rapidez  para  eqni- 
par  nn  uúmero  considcrable  de  tropas  y  acele- 
rar  su  marcha  y  embarque,  asi  es,  que  en  bre- 
ve,  pudo  el  ejércilo  rechazar  al  enemlgo  por 
todas  partes. 

Los  Ilmltes  de  cste  arílculo,  ya  escesiva- 
mente  largo,  no  nos  permiten  entrar  en  todos 
los  detaMes  de  esta  guerra,  durantc  ia  cnal  se 
han  añadldo  bríllaotcs  p¿ginas  ¿  la  historia 
militar  de  los  fianceses:  los  soldados  del  ejér- 
cito  de  Afríca,  ciiyas  fatigas  y  penalidades 
comparíicron  con  él  los  príncipesdelasangre, 
se  mostraron  dignos  de  sus  predecesores,  en 
Mazagram,  en  Teniah  y  cn  otros  veinte  luga- 
res.  Mcdeah,  Millanah,  Cherchel  fueron  ocupa- 
dos  sucesivamcntc,  no  obstante  la  resisteneia 
enérgica  del  emlr  y  de  sus  bíen  organizadas 
tropas.  Sin  erobargo,  aonque  la  guerra  quedó 
encendida  por  todas  partcs,  en  la  proviocia  de 
Argel,  de  Tilteri  y  dc  Oran,  la  de  Gonstantina 
continuó  disfrulando  de  una  tranquilidad  que 
uo  llcgaron  ¿  turbar  nl  los  emisarios  de  Abd- 
el-Kader  ni  el  mlsmo  eniir. 

El  general  Bugeaud  llcgó  á  principiosde 
4841,  para  reeroplazar  almariscal  Vallée:  des- 
de  su  llegada  ¿  Africa  se  apresuró  á  concen- 
trar  sus  tropasen  la  provlncia  de  Argel,  me- 
diante  la  evacuaciou  de  varíos  pnntos  poco  im- 
portantes.  Se  babia  contado  con  so  energia  y 
su  carácter  emprendedor  para  obtener  un  prós- 
pero  é  inmediato  resultado,  quiso  realizar  las 
esperanzas  que  eu  él  se  fundaban,  y  para  que 
sus  golpes  sobre  Abd-el-Kader  fuesen  mas  se- 
guros,  resolvió  arrebatarle  todo  lo  que  consti- 
tuia  su  defensa  y  reducirle  ¿  solo  sus-recur- 
sos,  arrninaudo  la  influencia  que  ejercia  en 
ciertas  tribus,  sobre  todo  en  la  provincia  de 
Oran,  de  donde  incesantemente  sacaba  nuevos 
recursos  para  contínuar  la  guerra. 

El  año  de  4  84 1  comenzó  fellzmente  por  nua 
victoría,  mediante  la  cual  se  apoderó  de  Ben- 
Thamy,  califato  de  Abd-el-Kader,  una  columna 
de  cuatro  mil  bombres,  sallda  de  Oran  ú  las 
órdenes  del  comandante  de  la  [daza  (noche  de 
42  aI43  de  enero )  Al  Ilegar  la  primavera, 
dcspues  de  habcr  avituallado  ¿  Medeah  y  Mí- 
lianah,  el  gobernador  genetal  se  puso  ¿  la  ca- 
beza  de  una  espedicion  que  partió  de  Mostaga- 
nem  dirígiéndose  ¿  Tekedempt,  de  cuya  pobla- 
cion  se  apoderó  despues  de  una  obstioada  In- 
cha,  aunquo  los  ¿rabes  la  prendieroQ  fuego 
antes  deabandonarla  plaza.  Estc  prímersuce! 
so  que  conmovió  el  poder  de  Abd-el-Kader  le 
siigirió  sentimientos  mas  apacibles  qiie  en 
otras  ocastones:  rescat¿ronse  machos  prisio- 


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ARGELIA 


850 


neros,  y  Mr.  DDpttcbnt,  obispo  de  Argel,  pudo 
coDsegalr  dd  caoge  que  devolvió  la  libertad  á 
438france8es. 

La  colDmna  espedicionaria,  sín  dejar  roas 
que  rninas  en  cl  lugar  donde  se  baliaba  la  for- 
taleza  de  Tekedempt  sc  dirigió  á  Mascara,  en- 
tró  en  !a  ciudad  sin  resistencla,  y  la  balló  com- 
pletamente  desierta.  Dejó  alli  nna  guamicion 
y  entróen  Mostaganem,  despuesde  baber  sos- 
fenido  nna  reñida  Incba  en  el  desflladero  de 
ÜLb-el-Kredda.  Al  mismo  tiempo  el  general 
Baragnay  d'Hilliers  enviado  al  bajo  Gheliff, 
obligaba  al  emir  á  quemar  sus  plazas  fuertes 
de  Boybar  y  Tbagas,  dando  on  severo  castigo 
i  la  tríbu  de  los  onjad-oaracb  que  era  bostil  al 
c^ército  francés.  Estos  sucesos  no  quedaron 
sin  fruto,  pues  al  cabo  de  algunos  roeses,  va- 
riastríbos  se  separaron  de  la  devocion  de  Abd- 
el-^ader,  pidiendo  á  los  aliados  de  Francia 
proteccion  contra  el  emlr. 

Habiéndose  becbo  en  Mascara  el  competen- 
te  número  de  provisiones,  á  fln  de  que  en  ella 
pudiera  pasar  el  invierno  una  division:  tenia 
.  esto  por  objeto  impcdir  á  loshacbemes  de  en- 
tregarse  al  cultivo  y  conseguir  de  csle  modo 
que  tan  poderosa  tríbu,  base  y  orígen  del  poder 
de  Abd  el-K^der  se  sometiese,  determinando 
asl la  sumisíon  de  todas  las  demas.  A  48  leguas 
al  Sor  de  Mascara  seelevaba  cl  fuerte  deSaida, 
qoe  por  sd  posicion  era  muy  iroportante  para 
Abd-el-Kader  y  le  servia  para  conteoer  el  pals 
de  la  Takoubia,  que  estaba  descontcnto  de  su 
yogo.  Este  fuerte  fné  tomado  y  arruinado;  el 
poeblodela  Guetna,  cunadelu  faroiliudel  eroir, 
sufrió  la  misma  suerte,  y  al  instanteseis  tribus 
acudieron  á  establecer  alianza  con  el  ejército 
francés,  al  cual  ban  servido  despues  de  cons- 
tantes  aDXiliares  en  los  ataqoes  dirigidos  con- 
tra  la  gran  tribu  de  los  hachemes. 

fiabiendo  becbo  cl  cnemígo  una  irrupcion 

contra  los  aliados  de  la  Yakoubia,  quela  guar- 

DicioD  de  Mascara  barto  insigniflcante  para  de- 

fenderlos  se  vió  obligada  á  abandonarlos  á  sus 

propias  fuerzas,  el  gobernador  general  slntió 

la  nccesidad  de  establecer  en  esta  pJaza  tropas 

soficientes  para  dominar  el  pais.  Por  consiguien- 

le,  el  general  Lamoríciere  recibió  órden  de  ir 

i  instalarse  con  sn  division,  y  lo  haconseguido 

despnes  de  .«lostener  un  encuentro,  en  la  gar* 

ganta  de  BodJ,   con  Ben-Thamy,  califato  de 

Abd-el-Kader.  Asi  colocado  en  el  centro  del 

pais  enemigo,  fácilmente  pudo  estenderse  en 

wdos  sentidos,  y  despues  de  muchas  espedi- 

ciones,  siempre  coronadas  de  buen  éxito,  con- 

siguió  paciflcar  la  comarca  y  atraer  bácla  si 

todas  las  poblaciones.  Las  tríbus  dcTafüa,  asi 

corao  claga  de  Gbózel,yano  contenidas  por  el 

temor,  levantaron  el  estandaríe  de  la  revolu- 

doD  coDtra  Abd-el  -Kader,  y  nombraron  por  su 

gefeal  marabú  Abdalla-Ould-Sidi-Gbigr,  quc  en 

DnaeotreYistasotemDecon  elgefe  de  la  colum- 

na  f^cesa  y  el  general  Mustafá,  proclamó 

cadücado  el  poder  del  emir. 

En  ela&o^eacababadetrascnrrír,  el  pais 


babia  dado  nn  gran  paso  bdcia  sn  paciflcacion, 
pero  mucho  faltaba  todavia  para  obtenerel  re- 
snltado  apetecido.  Aniroado  por  lasintenciüncé 
y  por  las  esperanzasmanifesladas  en  el  discur- 
so  que  habia  pronunciado  el  rey  en  laapertu- 
ra  de  las  cámara^  el  gobernador  general  con- 
tinuósuobra.  Desde prlnclpios  de  4842,  elge- 
neral  Lamoríciere  y  el  gobernador  misroo  dís- 
persaban  y  perseguian  á  los  árábes  en  todus 
lás  direcciones:  el  foerto  de  Sebdu,  única  pla- 
za  de  la  segunda  línea  que  todavia  quedaba  al 
emir,  cayó  en  poder  de  sus  contraríos  que  re«> 
cibieron  ademasla  snmision  de  quince  tribus. 
Al  mismo  tiempo  las  propiedades  de  los  ára- 
bes  eroigrados  se  ballaban  sometidas  ¿  una 
Dueva  orgaDizacion. 

Entretanto,  la  decision  tomada  por  la  cá- 
maru  de  los  diputados,  adoptando  por  último 
los  proyectos  del  gobierno  acerca  del  Africa, 
vino  á  prestar  nueva  aclividad  á  las  opcracio- 
nes.  Alllegar  la  prímavera,  el  general  Bugeaud 
casligó  á  los  beni-menacer,  tribu  kabayla  dc 
las  cercanias  de  Gbcrchel,  y  obtuvo  la  suroi- 
slon  de  roas  dc  vcintc  tribus.  Diriglóseen  se- 
guida  báciael  GbeIiír,yenvolTiendo  en  un  roo- 
vimiento  concéntricoias  montafias  que  servian 
de  rcfugio  á  las  tribusno  sometidas,  libró  á  la 
IlanuradeArgel  roedianteesta  inroensa  razzia, 
delasincursionesde  los  roontañeses,  aflanzan- 
do  las  corounicacioncs  entre  Medeah,  Milianah 
yGberchel.EI  gcneral  Lamoríclere  por  su  par- 
le  acababa  dehaccr  uná  brillanle  espedtcion, 
y  por  úhimo,  Abd  el-Keder  se  vió  obligado  y 
penelrar  nuevameDle  cn  el  desierto. 

Dc  vuelta  ya  las  coluronas  espedicionarías 
se  ban  ocupado  de  trabajos  mas  paciflcos.  Sc 
cmprendió  la  constraccion  del  caroino,  que 
media  enlrc  Bedeah  y  Blidah;  tarobien  se  em- 
prendió  la  escavacion  del  foso  de  Mltidja.  Al 
mismo  ticropo  sc  arre«;laban  los  contingenles 
que  habian  suministrado  ios  aliados. 

El  mes  de  selierobre  sc  inauguró  con  una 
grande  concentracioii  de  tropas  en  Mascara  y 
en  Mostaganem,  pues  se  trataba  de  dar  un  gol- 
pe  decisivo  ¿  Abd-el-Kader  que  babia  sufrido 
ademas  la  defeccion'de  algunas  tribus,  y  dcs- 
pues  de  haber  atacado  en  vano  las  columnas 
del  general  Lamoriciere,  combatió  durante  dos 
dias  las  del  general  Ghangarnier;  pero  habien- 
do  previsto  que  se  trataba  de  circuudaríe,  ar- 
roJ¿ndose  sobre  los  desflladeros  del  Atlas  me- 
nor,  se  dirígióbácia  el  desieríosobreTuggurt. 
El  inviemo  babia  llegado  ya,  pero  Abd-cl- 
Kader  se  babia  establecido  on  las  montañas 
del  Yagrenseris,  desde  donde  dominaba  todoel 
pais  comprendido  entre  el  Gbeliff  y  la  Mina,  y 
contenla  por  el  terror  ¿  las  tribus  de  las  inmc- 
diaciones  afectas  al  partido  de  los  franceses, 
era  de  temer  que  ODa  permaDeDCia  mas  dila- 
tada  en  el  pais,  ie  devolviese  su  anteríor  pres- 
tigio,  por  lo  cual  era  forzoso  alejarle  á  toda 
costa.  üna  campaña  de  Invierno  se  ba  organi- 
zado  antes  de  mucho:  el  resultado  de  las  ope- 
raciones  correspondió  perfectamente  ¿  las  mi- 


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^51 


ARGELIA 


35S 


ras  del  general  en  gefe,  y  en  yeinte  y  dos  dias 
casi  loda  la  cordillcra  del  Vagrengens  hasta  el 
Ved-Rilion,  el  valletodode  CheliíT,  muchastri- 
bus  en  niasa  y  la  mayor  parte  de  los  flitas  se 
hallaron  al  dominio  del  general  Ghangarnier, 
que  no  tardó  en  fomentar  una  espedicion  con- 
tra  laspoblaciones  inmediatas  á  Tenés,  queaun 
no  babiansido  hostigadas  porel  ejército. 

EI  año  de  4  843  pareció  comenzar  bajo  cno- 
josos  auspicios:  Abd-el-Kader,  penetró  en  el 
valle  del  Cheliff,  vió  correr  háciaél  las  poblacio- 
nes,  invadió  el  agalik  de  Braz  é  intentó  un 
ataque  sobrc  Cherchel:  por  todas  las  partes  del 
Oeste  recobraban  las  hostilidades  un  niievo  v¡- 
gor.  Pero  los  generales  de  Bar  y  Changarnicr 
se  airigferon  al  instaute  al  encuentro  del  emir, 
mi^ntras  que  el  duque  de  Aumale  por  nume- 
rosas  ventajas  obtenidas  sobre  sus  aliados,  in- 
deronizaba  á  los  franceses  de  las  pérdidas  que 
les  habian  ocasionado  las  razzias  de  Abd-el- 
Kader.  El  gobernador  se  pnso  personalmenfe 
á  la  persecucion  del  emir,  custigó  á  las  tribus 
culpable?  de  defeccion,  dispersó  A  los  kabay- 
les,  y  úllímamenlehizo  que  el  cmir  buscasesu 
refugio  cn  las  mootañas:  razzias  ínce¿antes 
vinieron  en  seguida  á  conñrmar  esle  suceso 
acarreando  la  defioittva  sumisioo  de  un  grau 
Dúmero  de  tribus.  Pcro  de  todas  estas  operacio- 
nes  ejecutadas  con  audacia  y  habiliJad,  nin- 
guna  tubo  on  resultado  tan  importante  como 
la  toma  de  la  Smalah  de  Abd-el>Kader. 

La  Smalaheraunapoblacion  nómade,com- 
puesta  de  la  familia  del  cmir  y  do  las  dc  los 
principales  personages  que  seguian  su  causa, 
constituyendo  un  conjunto  de  docc  á  quince 
mil  personas,  cuya  guardia  se  hallaba  confia- 
da  á  las  bizarras  tropas  del  emir.  Encargado 
por  el  general  en  gefe,  de  apoderarse  de  ella, 
el  duque  de  Aumale,  se  encaminó  hácia  Uessek- 
U^Rckai,  en  donde  acampaba.  La  encontró  en 
Taguin  (46  de  mayo)  y  al  punto  se  precipitó 
sobre  esta  poblacion  formada  de  tiendas,  sola- 
mente  con  quinientos  caballos  y  auxiliado  por 
Joussouf,  coronel  de  los  spahis,  y  el  teniente 
coroocl  Morris.  Al  c:ibo  de  dos  horas,  todo  lo 
que  podia  huir  se  puso  cn  fuga,  interuando 
)os  rebaños  eu  los  deslcrtos,  y  trcs  mil  seis- 
cicntos  prisíoneros  quedaron  en  poder  do  los 
francescs,  asi  como  las  ticndas  de  Abd-el  Ka- 
der,  su  correspondencia,  su  tesoro,  cuatro 
banderas,  un  cañon,  dos  cureñas  y  un  gran 
Dúmcro  de  objetos  preciosos.  El  gcneral  Lamo- 
riciere  corló  la  retirada  á  los  fugllivos,  é  hizo 
noevameute  numerosos  prisioneros  y  consiguió 
unbotin  considcrable.Unnuevoencuentro  con 
los  dospojos  de  la  Smalah  tuvo  lugar  el  22  de 
Jouio,  y  nucvamente  la  fortuna  fué  contraria 
á  los  árabes. 

Terminaremos  aqui  lanarracionde  las  ope- 
raciones  del  ejérCito  francés  on  la  Argelia: 
pues  ya  tendremos  ocasion  de  ocuparnos  de  la 
campaña  de  4844  en  el  articulo  marruecos. 

Despues  de  la  tqima  de  Argel,  por  varias 
veccs  sc  ha  suscila<lo  la  cueslíon  de  si  esta 


conquista  era  ó  no  para  la  Francia  nna  carga 
pcsada,  y  sí  la  metrópoli  podia,  en  un  tiempo 
mas  ó  menos  inmediato  obtener  algunas  ven- 
tajas:  preciso  es  añadirque  csta  cucstion  trata- 
da  eo  las  cámaras,  no  poco  ha  contríbuido  pa- 
ra  complicar  la  situacion  de  los  franceses  eo 
la  Argelia.  Se  ha  hecho  valer  contra  ia  conser- 
vacion  de  Argel,  el  gasto  de  hombres  y  dinero 
quc  esla  posesion  ha  costado  ya  á  la  Francia, 
se  ha  pretendido  que  en  caso  de  guerra  conli- 
nental,  tendria  necesidad  csla  potenciade  ex- 
plotar  lodos  sus  recursos,  viéndose  por  consi- 
guienle,  en  la  imprcicindible  necesidad  de 
abandonar  el  Africa;  seha  dicho  por  otra  parle 
quecn  caso  dc  guerra  con  la  grau  Bretaña  blo- 
queado  el  ejércilo  francés  de  la  parte  del  mar 
por  las  flotas  enemigas  y  asallado  de  la  parte 
de  tierra  porlos  árabes,  no  podria  menos  quc 
rendirse  á  discrecion. 

Pero  veamos  de  disipar  una  á  una  las  diversas 
diflcullades  que  se  suscitaron,  y  por  de  pronto 
resolveremos  la  primcra  apelando  á  la  histo- 
ria.LaprovinciadeAfrica  era  sin  contradiccion 
una  de  las  mas  ricas  y  mas  florecientes  del 
imperio  romano.  ¿Y  es  de  creer  que  Roma  ha- 
ya  cstablecido  su  dominacion  cn  solo  doce 
años?  no,  ciertamente.  Un  siglo  y  aun  mas, 
tesoros  y  armadas  enteras^  nada  se  omitió  pa- 
ra  realizar  esta  conquista,  que  fué  mas  tarde. 
y  por  espacio  de  cinco  siglos,  el  roas  bello 
floroo  de  la  corona.  imperial.  Lleguemos  á  los 
ticmpos  modernos,  y  preguntemos  á  los  in- 
glcses  cuanlo  les  han  coslado  sus  estableci- 
mientos  de  las  lodias.  Mus  los  romunos  de 
otros  tiempos  se  dirá,  ma¿  los  ingleses  de 
nuestros  dias  no  tuvieron  qne  luchar  con  po- 
blaciones  fanáticas  que  considcrasen  la  guer- 
ra  contra  sus  enemigos  como  un  acto  de  reli- 
gion,  y  pudieron  por  tanto  preveer  el  término 
dc  la  obstinada  pelea.  Adniitido  que  estos  dos 
pucblos  se  hallasc^j  bajo  este  conceplo  en  con- 
diciones  mas  favorables  que  la  Francia,  pero 
no  exageremos  el  fanatismo  nmsulman  cqmo 
lo  hacen  muchos.  Gracias  al  poco  conocimien- 
to  del  pais,  los  franceses  han  couseguido  le- 
vantar  en  contra  suya  razas  enleras,  que  por 
ser  diferentes  en  sus  costumbrcs,  lengaage, 
intereses.y  sectas,  se  hallaban  en  perpétua  lu- 
cha  bajo  la  dominacion  de  los  beyes.  En  ver- 
dad  que  no  conviene  á  la  Francia  emplear  co- 
mo  medlos  de  gobieruo  los  mismos  que  em- 
plean  los  turcos,  pcro  pudiera  grangearse  la 
voluntad  de  las  poblaciones  musulmanas,  por 
la  dulzura  y  los  buenos  procedimientos.  Re- 
cordemosantc  todoque  en  ellos  el  fanatismo  es 
el  fuudamentode  la  religion,  y  si  vieraa  lafor- 
taleza  á  la  par  de  la  Justicia  y  la  severidad,  para 
reprimir  los  discolos  y  turbulentos,  pronto  to* 
das  estas  poblaciones  aceptarian  la  domina- 
cion  deloseuropeoscomoimpuesta  por  la  vo- 
luntad  de  Dios.  Bonaparte,  con  25,000  bom- 
bres  á  lo  sumo,  cousiguió  la  conscrvacion 
del  Egiplo,  á  pesar  de  los  turcos  y  los  in- 
¡  gleses.  Al  Oe¿le  dc  la  regencia,  la  mala  po* 


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iií 


AÍIGELIA 


254 


Uüca  de  Francia  ha  despertado  una  nueva  am- 
bicionqueha  creido  poderse  dispular  el  impe- 
rio  de  esla  parte  del  Africa,  pero  en  la  provin- 
cia  de  Gonstantina  nada  de  esto  ha  sucedido: 
enefecto,  Achmet  cayó  en  desí^racia:  era  mu- 
snlman,  y  sín  embargo,  ni  un  solo  alfange  se 
dcsnadó  para  darle  apoyo,  y  en  toda  la  eslen- 
siondelpais,  laautoridad  delos  franceses,  sc 
vióeslablecida  y  respelada.  iQuerrán  lomarse 

60  coenta  como  consccuencia  del  fanatismo 
religioso  los  merodeos  dc  los  hadjutas  y  dc  at- 
gooas  otras  tribus?¿Y  por  ventura,  los  mismos 
hechos  no  se  presentan  en  la  Siria  y  en  Arabra, 
coando  las  caravanas  de  los  verdadtvos  ce- 
j/en/e«,  ai  dirigirse  á  la  Meca,  no  pueden  atra- 
vesar  aquellas  regiones  si  no  es  pagando  un 
Iributo,  ó  caminando  con  escolla  que  no  siem- 
pre  conliene  la  rapacidad  de  los  beduinos?  Se-^ 
gnrameote  se  lia  necesitado  todo  el  vigor  de 
ífehemet-AIi  para  poner  colo  á  estos  esccsos 
qoenuevamenle  han  comenzado  dcsde  quc  él 
ha  desaparecido  de  la  escena  polilica. 

Examinarenaos  abora  el  casode  guerra  con- 
tiDenlal.  Nadie  pnede  poner  en  duda  que  los 
combates  soslenidos  desde  hace  quincc  aíios 
en  Afrtca,  hayan  sido  una  buena  escuela  para 
el  ejércilo,  pues  no  en  la  vida  ociosa  do  las 
gnarniciones  se  liubiera  formado  esa  valieníe 
falange  dc  jóvencs  generales,  que  son  la  gloria 
y  la  esperanza  dcl  paií?,  y  aunque  la  Argelia  no 
ofreciese  otra  ventaja,  cierlamcnlc  no  es  csla 
de  escaso  interés;  pero  examinemos  la  cih?s- 
lion  bajo  ülro  punto  de  vlsta.  ¿Acaso  es  insig- 
nificauleel  soslenpr  en  Argelia  un  ejércil )  in- 
Irépido  y  agucrrido,  qiie  Irasporlado  en  algu- 
nos  dias  por  mar  liasla  et  punto  vulnerable  dcl 
enemigo  pueda  entretenerle  con  buen  éxüo? 
Pregúniesele  aí  Anstria  si  cl  ejército  de  Africa 

61  llegar  á  las  costas  de  la  Lombardía ,  no  le 
caosaria  mas  recelos  que  otro  ejércilo  de  igual 
fnena  á  las  márgene»  del  Khin,  ó  al  pie  de  los 
Alpes.  Pregántese  á  la  Rusia  si  veria  sin  in- 
qnieíud  que  el  ejército  de  Africa  descmbarcase 
á  oriilas  dcl  Bósforo.  La  ocopaciun  argeliana 
dismiDuye  los  recursos  de  la  metrópoli.  ¿Pero 
cnal  seria  la  fuerza  de  la  Francia  para  que  su 
salvacion  depcndiese  de  algunos  millares  de 
borotres  que  cuslodian  sus  posesiones  afri- 
canas? 

Dícese  generalmente  que  el  Medlterráneo 
debe  ser  un  lago  francés.  ¿Será  preciso  para 
jostiQcar  esta  palabra,  que  abandone  la  Fran- 
cia  200  leguas  de  costa,  que  por  un  lado  mi- 
ran  á  Gibraltar  y  España  por  Oran  y  sus  puer- 
'o^ »  7  por  otro  á  Malla  é  Itaiia  por  Bona? 
Admítamos  la  hipólesis  de  una  guerra  con  la 
higlaterra,  la  España  scria  en  tal  oaso  aliada 
de  Prancia  ó  su  encmiga,  en  cnalquiera  de  ellos, 
dueña  asi  de  toda^esta  porciou  de  mar  que  baña 
las  costas  de  Africa  y  do  £spaña,  tcndria  á  ra- 
ya  las  fuerzas  ioglesas.  Añadamos  adcmas  qiie 
el  abandono  dc  Argel,  suponiendo  que  debili- 
tase  dfreetamente  á  la  Francia  aumentaria  la 
fuerxa  de  sus  riTales. 


No  existe  nacion  ni  pucbío  en  Ar^'clia;  diez 
razas  diferentes  se  distribuyen  su  vaslo  ter- 
ritorio  endonde  ninguna  domina;  ei  Africa,  por 
otru  partc,tal  como  nos  lo  cnseña  la  historia, 
ha  estado  siempre  sometida  á  la  dominacion  de 
los  eslrangeros:  cartagineses,  romanos,  vánda- 
los,  gricgos.  árabes  y  turcos,  la  han  poseido  al- 
ternativamente.  Abaudonada  por  los  franceses, 
las  débiies  fuerzas  del  sultan  serán  insuQcien- 
tes  para  conservarla:  vendrá  por  lanto  á  ser- 
vir  de  presa  á  algun  nuevo  Barbaroja  que  res- 
tablecerá  la  piratería,  ó  lo  que  es  mas  proba- 
ble  y  peor  aun,  caferáen  poder  de  los  inglcsea. 

Argel  parece  que  ha  sido  otorgado  por 
la  Providencia  para  inderanizar  de  todas  sus 
pérdida?,  y  para  haccr  recobrar  á  los  france- 
scs  cl  rangii  que  habian  perdido ;  solo  Argel 
piiodfí  ponerlos  en  posicion  do  luchar  cou  la 
ínglalerra,  su  irreconciliable  cnemlga,  que  lo 
es,  ho  por  sistema,  no  por  pasion,  sino  por- 
que  cl  abalimienlo  francés,  es  una  condicion 
iodispeusable  desu  cxislenciíi.  Todos  ios  dias 
stí  oye  encomiar  la  importancia  de  las  colonias 
iras-atlánticas  para  la  mariua  francesa,  y  pa- 
rece  como  que  sc  mira  con  desden  la  co- 
ionia  dc  mas  eslimacion  que  en  tiempo  algu- 
no  ha  poseido,  porque  eslando  á  su  alcance, 
porqne  constiluyendo  parle  de  un  inmenso 
continenlo ,  le  ofrece  por  cl  dcsarrollo  de 
su  comercio  y  dc  su  poder  maril'.mo ,  todas 
las  vcntajas  de  los  demas  cstablecimicntos 
colonialos,  sin  tener  ninguno  de  sus  incon- 
venienles.  La  cstension  que  las  relaciones  co- 
merciales  han  tomado  en  los  puertos  franceses 
del  Mediterráneo ,  con  posterioridad  á  la  con- 
quisla  de  Argel  cs  un  hccho  sin  réplica:  aban- 
dóncse,  y  muy  pronto  Marsella,  Tolon  y  to- 
do  cl  Mediodía'dc  Francia,  sufrirán  las  con- 
secuencias  lamentables  de  esla  impcricia,  y  cl 
coniercio  quedará  reducido  á  la  nnlidad. 

¿Por  qué  mcdios  se  conseguirá  que  cuanto 
ant;ps  la  colonia  de  Argel  sea  realmenle  pro- 
ductiva  para  la  Francia,  ó  al  menos  de  qué 
modo  sc  podrá  veriúcar  que  sc  baste  á  sí  mis- 
ma?  Favoreciendo  simulláneamenle  los  progre- 
sos  del  comercio  y  de  la  agricullura  ,  porque 
en  un  pais  donde  aquel  solo  cstá  sostenido  por 
los  productos  de  eSla,  el  incremento  qnc  re- 
cibiria  el  cultivo  de  los  ccreules,  de  los  olivos, 
de  las  morcras,  del  algodon,  de  la  cria  dc  to- 
da  clase  de  ganados,  y  particularmente  el  ca- 
ballar,  pudieran  influir  poderosamcnte  en  la 
masa  de  las  transacciones  comerciales.  Tal  vez 
convendria  mejor  dejar  el  cuídado  de  semejan- 
tes  progresos  á  las  necesidades  y  á  las  ten- 
dencias  de  los  indigenas,  que  por  su  propio  in- 
terés  formarán  causa  comuU  con  los  franceses 
cuando  vean  que  su  dominio  en  Africa  es  un 
hecho  ya  consumado  que  deben  ac^ptar,  sino 
con  alegrla,  con  resignacion  al  roenos. 

La  naturaleza  de  este  articulo  no  consiente 

mas  ámplio  desarrollo:  el  lector  que  qiiicra 

conocer  mas  á  fondo  todo  lo  concernicnte  á  lu 

1  colonizacion  de  Argel,  poede  consultar  la  obra 


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ARGELIA-ARGONAÜTAS 


m 


ya  citada  de  Ifr.  Baode,  donde  este  admíQis* 
trador  la  ha  tratado  con  toda  U  superioridad 
de  UD  bombre  acostumbrado  á  los  negocios  y 
coQOcedor  del  pais.  Igualmente  pucde  consullar 
una  obra  mas  reciente  de  Mr.  Evaristo  BaYOUx, 
que  tiene  por  titulo  Viage  polUico  y  descrip- 
tivo  al  Nortedel  Aftica,  en  cuya  obra  eu  me- 
dio  de  ideas  atrevidas,  se  euoueDtrau  detallcs 
dci  mayor  interés  y  varias  consideraciOQOs 
que  deQOtan  grande  iQteligeQCia  y  esteusiOQ 
de  coQOCimieQtos.  El  lector  podrá  tambien  ver 
coQ  fruto  la  Belaoion  hecba  por  Mr.  Blaoqui  á 
la  Academia  de  las  Ciencias  morales  y  politi- 
Q^^^QVdsi&.eQbreeleeiadQaolualdelaArqelia. 
Eq  cuanto  á  los  documeQtos  de  estadística  se 
liallarán  reuoidos  ea  la  Noticia  [Tableaud), 
anual  que  hace  aparecer  el  ministro  de  ia 
Guerra  acerca  de  lasituacion  de  los  estableci-' 
mientos  franceses  en  la  Argelia. 

ARGENTINA.  {Botánica.)  PlaQta  pereone  de 
la  famiiia  dc  las  rosáceas:  es  astriugeute»  vui- 
neraria  y  detersiva.  Su  Jugo  es  IltoQlriptico  y 
sus  raices  ténues  y  á  veces  Qbrosas. 

Sus  vástagos  crecea  basta  mas  de  un  pie: 
tiene  sus  bojas  divididas  en  cinco  gs^os  en  fl- 
gara  de  cunas;  la  parte  superior  de  ellas  es 
verde  y  la  inferior  de  un  blanco  relucieute  y 
como  plateado,  qne  es  de  donde  toma  nombre 
la  planta,  cuyas  tlores  son  de  un  bermoso  co- 
lor  amarillo. 

ARGOUA.  Es  propiamcQte  bablando  un  co- 
llar  de  hierro  fljo  á  un  poste ,  con  el  cual.  se 
sojetan  ciertos  penados  para  esponerlos  á  la 
espectacion  pública  ó  sacarlos  ¿  ia  vergUenza. 

Eq  Francia  desde  4  74  9,  se  ha  incluido  ea 
el  número  dc  las  penas  aflictivas  y  corpora- 
les,  habiéndose  ordeaado  por  uua  declaracioo 
del  44  de  Julio  de  4749,  que  las  coadeaaspor 
contumacia  á  la  peaa  de  la  argoila  fucsea  iras- 
crltas  en  uua  tabliliu  que  el  Yerdugo  debia  su- 
jetar  á  uu  poste  en  la  plaza  pública.  En  Espa- 
fia  era  la  argolla  uno  de  los  principales  atri- 
bntos  de  ouestros  tiempos  iaquisitorialefi  y 
que  roas  afligiaa  á  los  aiormeotados;  pero  hoy» 
por  fortuoa  ha  desaparecido ,  asi  como  todo 
<;a8tlgo  iQbumaoo  y  bocborooso.  Hace  poco 
tíempo  que  auo  oo  estaba  derogado  eo  Frao- 
cia  el  articulo  penal  que  se  espresaba  del 
modo  siguiente:  «Gualquiera  que  haya  sído 
condenado  á  uoa  de  las  peaas  de  trabajos  for- 
zados  á  perpetuidad,  6  por  ticmpo  determioa- 
do,  ó  á  reclusioo,  antes  de  sufrir  su  coodeoa, 
será  snjetado  coo  la  argolla  eo  la  plaza  pú- 
blica;  permanecerá  e&puesto  á  la  vista  dei 
paeblo  por  espacio  de  una  hora;  eocima  de  su 
cabesa  se  coiocará  uo  rótulo  que  en  caracté- 
res  grandes  y  legibles  esprese  su  nombre, 
profesion  ,  domicílio ,  condena  y  la  causa  de 
su  senteocia.n 

ARGONAlTA.  [Hietoria  nqiural)  Género  de 
moluscos  cefalópodos  establécido  por  Llneo,  y 
que  antes  de  este  grao  naturaiista,  úq  coofundia 
con  los  nautitas,  bajo  el  nombredenautitas  ví- 
treos.  Lo0  argonautas  atn^eron  por  mucbo 


tiempo  la  curiosidad  de  loa  naturalistas,  y  ya 
Aristóteles,  Eliaoo  y  Opiano  los  babian  hecbo 
célcbres  describlendo  las  maraviilas  ó  singu- 
lartdadeis  de  su  navegacioa.  Tal  ves  de  elios 
aprcndió  el  hombre  el  arte  de  dirigir  la  nave 
con  ayuda  de  la  vela  y  del  Umon.  Por  mucho 
tiempo  se  ha  ignorado  si  el  argonauta  vive  su- 
jeto  á  su  concba,  y  este  punto  ni  aun  hoy  dia 
está  suQcientemente  aelarado.  Esta  concha 
tiene  la  forma  de  uoa  góndola  y  una  tinta 
lactea  que  le  hace  muy  notable;  su  ligereza 
es  estraordinaria,  y  la  cubierta  frigil,  traspa- 
rente  y  careuada.  £1  animal  tiene  la  mayor 
analogia  de  conformacion^con  las  especies  de 
sepias,  que  vulgarmente'se  ilaman  pulpos  ó 
pólipos.  Entre  dps  de  sus  largos  brdzos,  ó  maa 
bien  de  SQs  pies,  existe  una  membrana  que 
desplegan  para  recibir  el  empuje  del  viento; 
sus  dcmas  miembros  les  sirven  de  remos  y  de 
gobernalle:  con  auxilio  del  aparato  que  resul- 
ta  de  la  reunioo  de  estos  miembros,  es  como 
elevándose  el  argonauta  i  la  superflcie  del 
raar,  presenta  á  la  ooda  la  quiUa  df  su  frágii 
buque,  y  remootándose  por  encima  dc  ella 
atraviesa  los  mares.  Los  navegantes  lo  perci- 
'  ben  frecuentemente  viajando  como  ellos ,  pero 
,  nuda  es  mas  diricil  que  darie  aicaace,  pucs  al 
,  menor  pcligro  recogea  sus  Jarcias  y  se  huadea 
'  eu  las  profundidades  del  abismo.  En  el  Medi- 
I  terráneo  es  donde  mas  abunda,  y  Piinio,  que 
conocia  este  aoimal,  se  empeñó  eo  añadir  á  sa 
historia  las  fábulas  mas  absurdas:  dicc  que  et 
'  oautito  abaodooa  su  coocha  para  preseitarac 
eo  tierra ,  y  que  solo  se  acomoda  en  su  intc- 
rior  para  trasportarse  de  playa  á  playa. 

Gon6cense  varias  especies  de  cste  género 
eu  las  colecciones  conquiliológicas ,  puesen 
su  mayor  parte  no  son  raras :  en  el  Museo  de 
Historia  natural  de  Paris  se  encuentran  dos 
Juntamente  con  sus  habitantes.  Guatro  argo- 
nautas  se  han  ballado  fósiles  que  fueron  mo- 
radores  del  antiguo  continente. 

Despues  de  ia  redaccion  del  articulo  qae 
acabamos  de  insertar,  se  han  practicado  naevoa 
esludios  accrca  de  este  intcresantc  molusco. 
Mr.  Alcides  d'Orbigny,  entre  otros,  ha  demos- 
trad  j  por  observaciones  prolijas  y  minuciosas, 
que  el  argonauta  no  es  parásito,  que  la  concha 
en  que  se  aloja  le  pertenece  realmente,  sien* 
do  el  rosultado  de  uoa  secrecioo  parücular, 
cuyos  órgaoos  parcccQ  ser  los  brazos  palma- 
dos  de  que  está  provisto  el  aoimal. 

Alcides  d'Orbigny:  Mimografia  ifo  Un  «rfcM- 
podof. 

ARGONAUTAS.  {Sistoria,)  He  aqui  ano  de 
los  asuntos  que  mas  vivamentc  han  preocupa- 
do  la  atencion  dc  los  bistori^dores  antiguos . 
Lasversiones  semifabulosas,  seaii-histórtcafl 
de  que  ban  sido  objeto  los  argonantas,  varlaa 
basta  l6  inflnito,  si  tomamos  en  cuenta  las  tra- 
diciones  y  leyendas  de  ia  Grecía  antigua.  Nos- 
olros,  sin  embargo»  no  entraremos  al  babiar 


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Wl 


AtiaONAUTAS 


fiS^ 


4«  los  argooaiitas,  en  prolijas  iQYesligaciones 
Botrelos  mitos  y  aimbolos  de  la  Grecia.  Nos 
Uoiilareiios  á  aflrmar  aqoi,  como  demoslrare- 
mos  mas  adelaate,  qne  hay  en  la  fábala  mito- 
Idgica  on  fondo  histórico  y  real.  Desacertsdo 
■os  pareeeria  caliQcar  de  pura  flccion  óde  ale- 
goila  astionómica  la  tradiclon  de  los  argonau- 
tas  oomo  lo  hicieron  mnchos  sábios  ea  S  últi* 
no  siflo.  Bl  Yiage  de  los  argooantas  es  cono- 
dido  hasta  de  los  niños»  y  io  mismo  las  sTen- 
toras  de  Jason.  por  cuya  raxon  haremos  de 
allas  nna  brevisima  reseña. 

He  aqni,  pues,  el  fondo  histórieo  de  la  tra- 
dicion  referida.  Jason,  hijo  de  Eson,  rey  de 
Tokos,  en  la  Tesalia,  foé  despojado  de  ia  he- 
rencia  piterna  por  la  usurpacicm  de  Pelías, 
hermaao  del  mísmo  £son#  Para  rescalarsu  rei- 
BO,  ae  empeñé  cn  una  empresa  iarga,  difícil  y 


hijos  alados  de  Boréas,  (ieles  y  Calos,  le  tibra* 
ron,  ahuyeotaDdo  á  las  harpias  á  iravés  de  laa 
nubes.  El  profeta,  reeooocido  á  este  beDefioio, 
dió  ¿  los  estrangeros  ios  consejos  que  les  craO 
necesarios  para  llcvar  ¿  término  sn  empresa. 
Si  hemos  de  creer  ¿  los  poetas  de  aquel 
tiempo,  la  entrada  del  Ponto  Euxino  estaba  ia* 
terceptada  por  rocas  flotantes,  las  cuales  al  pa- 
sar  un  objelo  enUre  ellas,  se  acercaban  y  chor 
caban  con  una  velocidud  tan  prodigiosa,  quj^ 
ni  el  ave  mas  ligera  bubicra  podtdo  atravesar^ 
las  impunemente.  Sin  embargo,  el  buque  Ár- 
go,  por  un  favor  especial  de  Juno,  salió  libre 
del  riesgo,  y  eotró  eu  el  Faso,  en  Cólquide,  ^in 
haber  tenido  ningun  otro  accidente  digno  de 
atencion.  Entcrado  Eetes,  rey  de  Gólquide,  por 
el  mismo  Jason  dei  motivo  que  le  Ilevaba,  pro- 
metió  entregarle  el  Vellocinn  de  oro,  á  condi- 


Uena  depdigros.  Resolvió  ir  ¿  Gólqoide¿  ro-  cionde  que  unciria  dos  loros  que  tuviesen  las 
bar  el  VeÚocino  de  oro,  qne  habiadej^do  alli  patasde  bronce  y  vomitaseo  Ilamas,  y  harla 
eleolioFríxo.  AyudadodeMinerva,  irgoscoos- '  qoe  arasen  una  tierra. 


tmyó  en  Arminia  el  mayor  buque  que  se  ha- 
bia  conocido  hasta  entonces,  el  cual  del  nom- 
bre  de  so  autor,  fué  llamado  Argo,  Embarc¿- 
roose  en  él  los  héroes  mas  célebres  de  la  Gre- 
eia  en  número  de  cincuenta.  Su  lista  varia  se- 
gOB  las  diversas  tradiciones,  porque  cada  pue- 
blo  quiso  colocar  en  elia  su  héroe  nacional. 
flay,  sin  embargo,  nombres  como  los  de  Hér^ 


Despues  de  sufrir  esta  prueba,  1e  esperaba 
otra  aon  mas  terrible.  £n  el  campo  labrado, 
habia  de  sembrar  los  dientes  de  un  dragon 
muerto  en  otro  tiempo  por  Gadmo,  y  de  esta 
siembra  teniau  que  nacer  instant¿neamente  en 
ves  de  mieses,  gigaotes  armados  de  ponta  en 
blanco,  ¿  los  cuales  deberia  ademas  vencer. 
Jason  cousiguió  superar  aiDbas  dificuUadescon 


eulet,  Cástor  y  Polux  y  Teseo,  en  cuyo  apoyo  el  auxiiio  de  Medea,  hija  de  Eetes,  la  cual  se 
están  de  aeuerdo  todos  los  pareceres.  ,  habla  enamorado  de  él. 

Ealos  goerreros  Ilevarou  consigo  al  divino  !  Eotonces  Eetes  se  negó  ¿  complir  lo  pro* 
y  poeta  Orfeo.  Saliendo  de  Yolcos,  se  dirigie- '  melido.  Ei  Vellocino  estaba  en  un  bosqne  sa- 
ffon  primero  ¿  la  isla  de  Lemnos,  en  otro  tiem- '  grado,  colgado  de  un  ¿rbol  y  guardado  por  un 
po  habttada  por  piralas.  Las  mugeres  de  estos  dragon;  y  Jason  conslguió  robarlo  clandesti- 
piratas,  irtiladas  del  frecuenle  abandooo  en  mente,  por  medio  de  los  eocantos  de  Medea, 
qne  ae  las  dejaba,  y  de  los  enlaces  que  en  sus  que  huyó  con  su  amanle. 
largOB  viages  contraian  sus  esposos  con  mu-  i  EI  regreso  de  los  argonaotas  no  ofrece  olra 
geres  estrangeras,  coocibleron  uo  dia  el  plan   circunstancia  digna  de  atencion,   sino  la  estra- 


deasesinarlos,  como  lo  ejecutaron  ¿  la  vóelta 
desos  raaridos. 

Ssla  f¿bula,  referida  pór  Apolonio  de  Ro- 
daa,  viene  en  apoyo  de  un  hecho  que  suponen 
dlversas  tradiciooes,  ¿  saber:  ia  frecuencia  de 
la  piraterlaen  el  Mediterr¿neo  en  aquella  época 
de  eontinuas  emigraciones,  hecho  que  acaso 
BO  sea  estraño  ¿  la  espedicion  de  los  argonau* 
tas,  podiendo  muy  bien  haber  tenido  esta  por 
ol^o  la  destruccion  de  los  piratas. 

Sin  hacer  mérilo  especial  de  estas  opinio- 
nea,  es  io  cierto  que  desde  Leronos,  donde  lus 
mngeres  trataron  de  detenerlos^  remaron  h¿cia 
laMysia.PerdieronalliárHérooles,  quese  inter- 
oó  en  busca  de  Hylas,  ¿  quien  las  n¿yades  ha- 
bi4n  robado,  enamoradas  desu  bermosura.  To 


ña  ruta  que  siguieron.  La  tradicion  reflere  que 
no  fué  por  la  eotrada  ordioaria  del  Ponto  Eu* 
xiDO  por  donde  volvieron,  slno  qoe  el  navlo 
habia  hallado  otro  paso  mas  septentríooa!, 
que  comunicaba  con  el  Meditcrr¿neo  roas  atlá 
de  Italia.  Pero  ¿cu¿l  era  esta  salida,  este  paao 
septeotrional  de  un  mar  ¿  otro?  sin  doda  que 
hallaremos  tantos  ItiDerarios  coroo  hubo  en  ia 
antigüedad  poetas  ó  historiadores  que  habla- 
sen  de  los  argonautas.  Suponiase  que  salieroa 
det  Ponto  EuxiDO  por  uno  de  los  ríos  que  teniaa 
alli  30  embocadura;  y  como  las  corrientes  de 
estos  ríos  eran  desconocidas  para  los  gríegos^ 
cada  cual  las  dirigia  ¿  so  manera. 

Si  nos  empeñamos,  pues,  en  descebrir  el 
verdadcro,  camino,  tropezaremos  con  lantos 


earon  despues  en  Bebrícia,  donde  tuvieron  un  I  ilíneraríos  coroo  hubo  eo  la  aot  igfledad  poetu 


cofflJtiate  cn  que  quedaron  vencedores.  Amico, 
rey  de  la  comarca,  dice  ia  f¿bula,  fué  muerto 
por  Polox  en  el  combate  del  cesto.  Segun  Apo- 
Íonio,  bajaron  despues  ¿  la  costa  de  Bitgamia, 
donde  tiallaron  un  anciano,  el  profela  Fineo, 
horrlblemente  atormeotado  por  las  harpias,  ¿ 
las  coales  le  habia  eotregado  Júpiter  pa  a  cas- 
tigarle  dc  una  indiscreta  prediccion.  Los  dos 

453      MaUOTMGA  POHULAR. 


historíadores  ó  mitógrafos,  que  tralaron  de  los 
argonautas.  La  menos  invcroslmil  de  todas 
estas  hipótesis,  auuque  sea  falsa  eo  el  hecho, 
es  la  que  supooe  canalcs  de  comonicacion  cn* 
tre  uno  de  los  dos  grandes  rios  que  se  pier* 
den  en  el  Medi  terréneo,  y  otro  de  los  que  tie- 
nen  su  embocadura  en  el  Pomo  Euxino.  Tal  es 
la  tradicionde  Apoionio  de  RodaB,  la  cuai  re« 

T.     III.     4^ 


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i59 


ARGONAÜTAS-ARIA 


m 


flere  qoe  el  natfo  Átgó,  perfiegntdo  por  la  flo- 
ta  del  rey  de  Cólquiüe,  eutró  en  el  Ister.  y  de 
alli  por  un  braso  deagua  pasó  á  un  rio  (el  Ró- 
dano  8ln  duda)  que  desemboca  en  el  llediter- 
rineo  al  Oeste  de  Italia. 

Bn  oplnion  de  Timeo,  los  argonautas  su- 
bleron  por  ei  Tanais,  dcsde  donde  pasaron  á 
mn  rlo  qoe  no  nombra,  y  desagua  en  el  Océ^- 
BO.  Entraron  luego  en  el  M editerráneo  por  «l 
titrecbo  de  Gibraltar.  Pindaro  lea  lleva  al  mar 
lojo,  acaso  por  ei  Océano  Indio  y  cl  lago  Tri- 
ton.  tl  poeia  qne  tomó  el  numbre  de  Orfeo, 
dicequesubieron  porel  Tanaisal  marBáltico, 
5  foUicron  ¿  Grecia  por  el  estrecho  de  Gibral- 
lar.  Kstos  lliocrariosson  curíosos,  porque  de- 
fldoestran  las  nociones  que  tenlan  los  giiegos 
de  las  comarcas  cercanas  ¿  su  territorio. 

Hay  indudablemente  un  fondo  de  Ycrdad,  á 

l0  menos  un  fondo  histórico  que  sc  descubre 

bajo  la  f¿bula  antecedentc.  El  hísturiador  Clide- 

nio,  de  qnien  nos  iiabla  Plutarco,  crcia  que  el 

objeto  principal  de  la  e^pcdiciou  de  los  argo- 

nautaa  fi.é  la  destniccion   de  los  piratas  qiie 

infestaban  los  marcs.  Esta  opinion  se  conforma 

con  la  Idea  que  teuemos  del  heroismo  de  los 

gricgos.  Otroa  diccn,  por  d  contrario,  qne  los 

iDismaH  argonautas  no  eran  sino  una  banda  de 

pirataa;  y  no  andan  acertado^  en  aplicarles  la 

icaliacacion  injuiiosa  de  piratcrla.  Es  cierto  que 

toB  argonautas  no    dcsaprovccbaban  cuando 

le  let  prefl4'ntaba  la  ocasion  de  robar  los  bu- 

ques  estrangeros;  pero  la  piralcria  tal  como 

ta  conoceroos  boy,  no  exisiia  entre  los  grie- 

goa  en  tíempos  de  los  argonautas.  Todo  es- 

trangero  era  entonccs  un  cneinigo,  todo  ene- 

inigo  un  pirata,  cuando  sc  hallaba  dentro  dc 

im  bnque.  La  piretcria  no  cra  otra  co.«a  que  on 

aclo  natural  y  lcgitiroo  de  hostílidad.  Asi  es 

que  ácstruir  la  pirateria   era  robar  y  dcstniir 

coando  le  podia  el  buque  dcl   cstrangero;  de 

'CSta  roanera  se  entcndia  entonces  el  dcrccho 

Áe  gentes  y  las  lcyes  de  navcgacíoo. 

£I  roisroo  €lidemo  opina,  que  la  espedicion 
te  CMnponia  oo  4e  uo  solo  oavio  llamado  Argo 
«ioo  de  nna  ílota,  y  sc  permiiió  á  Jasoo  rcunir 
•en  clla  todos  los  bombrcs  que  sc  le prescntaran . 
•Caronte  atestigua  igualrocole  que  la  floia  de 
Jason  se  coroponia  de  gran  núrocro  de  buques. 
^uede  creerse  que  el  deseo  de  apodcrarse  dc 
los  tesoros  de  la  Cólquide  entró  por  mucho  eo 
^te  arroamcnto.  Nada  cn  efecto  est¿  tan  avcri- 
l^ado  coroo  la  riqucza  roelálica  dcl  suelo  dc 
«•qoeUa  coroarca.  Estraboo  habladc  lasabun- 
4anlea  míoas  deoro  y  plala  quc  alli  sc  encon- 
itraban:  Pliolo  hacc  de  ellas  la  descripcion  müs 
aoagniflca,  y  cita,  como  Arrio,  cl  rio  Chobxr 
<]ue  llevaba  orocn  sus  aguas.Custalhes  habla 
de  torreotes  dc  oro  que  corriaíi  por  el  país  de 
los  iomuei  y  fithirófagoi,  pucblos  veclnos¿ 
¿a  Cóiquide;  y  ia  mancra  quc  tenian  de  reco- 
«erlo  los  gfoseros  babitantcs  de  estas  comar- 
•f^as,  sugiri6  sln  du<U  &  los  poctas  la  fábula  dcl 
Vollocloo  de  oro. 


fiiodaclon  cn  diversos  puntos  de  grao  número 
lie  esthblecímtcntos  y  ciiidades.  Es  verosirail 
eo  cfecto,  quc  acompañasen  ó  stguieien  de 
cerca  de  los  navegantes  las  cmigracioncs  de 
algunos  pucbios,  y  qoc  todas  las  poblaciones 
qiie  fueron  su  consecueocia,  sc  atribuycsen 
mas  tarde,  como  succde  siempre,  ¿  nn   solo 
orígcn,  ¿  los  argonautas.  La  tradicion  refiere 
que  Jason  liizo  otro  víage  adcmas  dcl  rcferido. 
ARGUMENTO.  {Lógica,)  Dcsignanse  coo  es- 
tapalübra  todos  los  mcdios  ¿  propoáíto  part 
perstiadir  y  copvencer  por  medio  del  racioci- 
nio.  En  esih  scntido,  sc  llaman  arguroentos  las 
prucbas  que  presenta  el  orador  para  deroos- 
trar  las  proposiciones  que  sosiicnc.  En  lógics, 
cl  argiimcnto  solo  sc  difcrcncia  del  nuona- 
micnto,  cu  quc  cl  prfmero  sc  dirige  siempre  ¿ 
algiino  que  se  qiiiere  persuadir  ó  inslrulr, 
ciiando  cl  scgtindo  no  es  mas  quc  la  maoera  de 
couvcncerse  éilu£trar¿eábl  propio.  Hay  variu 
espccies  dc  arguinciilos,  pcro  lodos  ellos  nose 
difcrencian  mas  qiie  en  la  forma,  es  decireo  la 
maocra  de  prcscotarlos.  Talcs  soo  ei  bllogis- 
mo,  el  prosilogisoio,  ci  cutilema,  el  epiquere* 
ma,  la  gradacion,  el  dileroa,  U  indiiccion  y  la 
annlogfa.   Sigiiiendo  la  mísina  elimologia,   la 
argumentaci'on  es  la  accion  de  reunir  roucbos 
argumcntos  para  refiitar  un  error  que  se  com* 
batc,  ó  para  demostrar  una  vcrdad  qiie  se  ses- 
tiene.  En  oratorla,  sc  llama  asi  la  parte  del  dis- 
curso  cn  qtic  el  orador  sc  dedica  ¿  ia  demos- 
tracion  dc  sus  proposiciones  y  dc  sus  dociri- 
nas,  y  ¿  la  refutncion  de  las  objccioncs  que  se 
lc  hacen.  Esie  punto  es  el  mas  iinporíaute  y  d 
mas  cscncíal  dcl  discurso,  porqiie  si  eii  él  no 
sc  propusícra  demostrar  una  verdad  ó  comba* 
tir  un  crror,  oo  tcndria  ni  roiras  ni  objelo.  Sio 
erobargo,   no  cs  nccesario  cmplear  sieropro 
una  argunicntacion  lógica  y  cn  forma  escol^s- 
tica;  los  g^randes  macstros  ticnen  uua  argu- 
mcntacion  oratoria,  varidda  en  sus  gíros  y  ri- 
ca  cn  sus  formtis,  qiic  la  hacc  mas  agradablc 
y  armoniosa,  sin  quilarle  nada  de  sn  vigor  ni 
dc  su  fiicrza.  Mas  para  croplcarla  eon   buen 
éxito  cs  noccsario,  anlcsdi^  todo,  acomodar  su 
cspirilu  á  las  reglas  dc  argumentacioo  csco- 
lástica;  porquc  üu  sc  ptiedo  apieciar  bieo  cl 
roérilo  dic  la  argumeniacion  oratoria,  sino  eo 
tanto  que  pueden  sometcrsc  sus  difcreutes  ar- 
gumcnlos  á  las  pruebas  de  una  severa  lógica; 
lo  cual  suponc   un  couocin.icnto  profumlo  y 
práclico  del  artede  raciocinar  y  dc  sus  reglaS. 
ARIA  CATTIVA  ó  MALA  ARIA.  Literalmeote 
aire  malo,  Llát)ianse  osi  cn  italiano  las  cma* 
nacicnes  pautanosasqucproducea  flebres  in- 
terminai)tes  y  de  mat  carácter.  El  ariacattiva 
ejcrcc  sus  esiragos  en  tas  ccrcanias  dc  Salooa 
y  dc  las  lagtiuas  Pontinas,  cuyos  vapores   le- 
vantados  porcl  esccsivo  calor  del  cstío,  caen 
durante  la  noche  sobrc   la  supcrflcie  de  ia 
tierra;  asi  cs  que  los  viagcros  cvilan  cuanto 
pueden  pasar  dc  nochc  por  aqucilos  lugares. 
£n  las  inmcdiacioncs  dc  Roroa  tampoco  se  esl¿ 


JéS  tradlcion  jílríbula  ¿  bi  argonautas  la  t  coropletAroente  al  abrigo  de  esta  Influeoda 


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26t 


ARIA— ARIETE 


Ml 


qne  se  deja  sentir  en  1a  parte  baja  de  la  ciudad 
7  que  ba  hecho  trasladar  varías  veces  la  re- 
lidencia  del  Yatlrano  al  Monte  Gavallo. 

In  una  Iragedia  rouy  notable  de  Marenco 
Baceva.  el  aiilor,  apoyándose  para  producir  su 
eatistrofe  sobre  la  Tersion  del  Dante.  hHcemo- 
Tir  á  sn  beroina  viciima  dcl  ariaoaitiv^,  Pia- 
dá  Tolemmey,  vlctima  de  las  so.speclia8  de  su 
esposo,  es  enviada  á  las  lagunas  Poutinas,  y  la 
inOiicncia  previsla  realiza  los  designos  del 
celoso  marído.  Bl  aspecto  de  aquellos  lugares 
desolados  y  los  estragos  que  ejerce  la  cnfer- 
medad,  ban  suminislrado  al  autDr  asunto  para 
bermo«as  y  pnéticas  descrípciooes. 

ARIBTA.  {Música,)  Diminutivo  de  aire.  Una 
aríeta  es  un  aíre  dc  un  solo  caiácter:  se  dice 
con  bastante  frecuencia,  ariela  marcial;  á  no 
ser  en  este  caso,  muy  pocas  veces  se  hace  uso 
de  tal  espresion.  No  está  admilido  docir,  una 
arieta  de  espresion,  de  movimiento  agitado, 
paes  se  dice  un  aire  de  espresion  de  roovimien- 
toagitado,  yaun  mas  comunmente,  sediceun 
aire  que  una  arieta  marcial  ó  belicosa,  pues 
esia  cspreslon  casi  no  se  usa  en  ei  leoguaje 
musiral. 

ARIET8.  {Arte  militar.)  Máquina  de  guerra 

de  qoe  se  servian  los  antiguos  para  batir  uua 

muralla  ó  abrir  brecha,  trabajo  que  hoy  se 

bace  con  el  cañon.  La  palat^ra  aríeie  procéde 

de  la  latina  arie$,  carnero,   y  se  ilamaba  asi 

porqne  la  viga  que  constituye  esta  máquiua, 

tenía  en  la  punta  una  cabcza  de  carnero  jde 

bíerro.  Algunosatribuyen  la  inveucion  del  aríe- 

fe  i  Epeo,  roismo  que  fabricó  el  famoso  ca- 

ballo  de  Troya.  Vilrubio,  por  el  contrarío,  dice 

qaefuésu  inventor  un  iugeniero  strio,  em* 

pleado  por  los  cnrtagineses  en  el  sitio  de  la 

anligoa  Gadea,  600  años  antes  de  J.  C.  Se  cree 

qne  esta  ináquina  fué  perfeccionada  por  Po- 

lidoro  él  Tesallense,  duraute  elsitio  que  Füipo, 

rey  de  Macedonla,  pusoá  Bizancio  eu  338  an- 

les  de  J.   G.  Los  benedictinos,  por  su  parte, 

piensaQ  qnela  invenciou  del  aríete  es  mucho 

mas  aotigua  en  el  Oriente,  puesto  que  los  judfos 

del  tiempo  de  David,  4048  aniesdeJ.  C,  cono- 

dan  esta  máqulna  deguerra.  Habia  tres  clases 

de  ariete  qiic  se  nsaban  seguu  la  importancia 

de  los  casos:  unos  eran  simpleroente  llevados 

i  brazo,  olros  suspendidos,  y  los  lerceros  se 

eoloeaban  sobre  uoos  rodiilos.  Estos  fueron 

^pleados  en  el  silio  de  Jerusalen  por  Vespa- 

siaoo,   vténdose  uño  cuya  cabeza  equivalia  al 

gmeso  de  diez  soldados,  y  el  cnal  era  mane- 

jado  por  ona  fuerza  de  4500  borobres.  Eu  unos 

arietes  la  cabeza  era  redonda  para  roroper  las 

píedras,  y  en  otros  tenia  forma  de  barreno  pa- 

ra  taladrarlas  y  desunirlas. 

ARIBTe  HIDRAULIGO.  Esta  roáquina,  Inven- 
tada  por  Monlgoltter,  que  la  aplicó  á  su  fibrí- 
ca  de  papel  de  Annonay,  eleva  paríe  del  agua 
de  una  caida  coalquiera  por  roedio  del  impulso 
qoe  le  comuoica  el  resto  de  la  masa  puesta  en 
movimienlo  por  sn  mismo  peao. 

Sa  efecCo,  cua&do  cae  una  masa  de  agoa  ¡ 


en  untnbo,  su  vlveaa  ñé  icelera  yprodnce  ona 
cantidad  de  movimlento  qiífl  se  Irasmite  4  otra 
masa  de  Jlqiiido  que  lleva  me.noa  rapidc»;  esU 
masaadquiere  roayor  viveia  eC^nel  irópulso 
qiie  aquella  fuena  le  da  y  subo  ¿  *ina  «1^^* 
dependiente  de  las  circunslancias  que  acom- 
pañan  á  la  máqnlna,  tales  como  la  ligere':«a  do 
ia  corríente,  el  tamaño  de  los  tubos,  la  m^^ 
de  liquido  elevado,  elc. 

La  forroa  del  aríete  hidráulico  ba  varíado; 
al  príncipio  fué  constrnido  de  la  manera  al- 
guiente: 

Sea  el  tobo  a  (Véase  el  Atlas,  Hidroatálica 
é  Hidrodlnéroica,  pl.  Y,  flg.  9.^)  por elcual  »u- 
be  el  agua,  y  cerradu  en  su  eatremo  6,  y  otro 
tubo  ed  que  suba  verticalroenle.  Golóquense 
dos  válvulas,  la  una  e  en  la  onion  de  ios  do» 
lubos,  y  la  olra  fen  el  tubo  borixonlal.  La  prt- 
mera  e  se  abre  de  dentro  afuera,  y  cuando  el 
liquido  llega  con  rapidez  le  deja  enlrar  en  el 
tubo  vertical  cd.  Por  el  contrarío,  la  segunda  f 
se  halla  cerrada  por  esta  accion;  pero,  cuando 
esta  fúerza  no  llega  á  cierto  liroite,  queda 
abierta  por  medio  de  nn  resorte,  y  se  pierde 
eb  agua  saliendo  fuera. 

Conocidas  las  diferentes  piezas  de  la  mA- 
quiua,  hoaqui  el  efecto  que  produccn:  mien- 
tras  que  el  agua,  que  llena  el  c^nducto  a,  esXh 
en  reposo,  oprime  sus  parcdes  interlores  con 
toda  la  cargu  que  debe  á  su  aitura  en  el  re* 
ceptáculo  de  donde  viene;  pero  tan  pronto  co- 
mo  llega  al  tubo  otro  golpe  de  liquido  para 
reeroplazar  al  qiie  ha  salido  por  la  Tálvola 
abierta  e,  el  Uquido  anroenta  su  vivesa  por  el 
efecto  de  su  calda,  y  esta  viveza  lle^  instan- 
láneuroente  á  lal  grado  que  la  potencia  del 
resorle  no  basta  ya  para  roantener  la  ▼¿ItuIh  f 
abierla.  Gerrada  esta  válvula,  la  colurona  de 
agua  se  encuentradetenida'de  pronto  en  uo 
tubo  sin  salida,  dequc  resulta  unafuerza  que. 
obrando  en  todos  sentido.^,  obiiga  por  cbnsi- 
guiente  ú  la  vMvuIaa  á  abrírse  y  ¿  dejar  pe* 
netrar  el  agua  en  e1  tubo  ascendenle  ed;  pero 
desde  entonces  se  debilita  la  viveza  del  liquido 
y  no  tarda  en  hacerse  nula,  no  exiatiendo  ya 
la  presion  qiie  mantiene  abierta  la  vAlvuIa  f  y 
cerrada  la  válvula  e,  y  por  lo  tanto  las  cofas 
vuelven  al  estado  en  qiie  se  encontraban  al  em- 
pezar,  hastaque  un  nuevo  golpc  de  agoa  vuel* 
va  á  poner  todo  el  mecanismo  en  movimiento. 

De  este  roodo  snbe  el  agua  a1  tobo  ascen  • 
denle  por  una  siiceslon  alternativa  de  cboqoes 
que  cierran  y  abren  las  válvulas.  Aai  ae  oye 
cada  vez  un  ruído  semejante  a1  de  un  marli- 
llazo  y  se  pueden  conlar  fácilroente  lás  pulsa* 
ciones  de  la  roáquina.  Puede  bucerse  continiia 
la  corriente  del  conducto  vertical  con  el  auxi* 
lio  de  un  receptáculo  de  aire  g,  que  interrum« 
pe  el  tubo  vertical  cd,  y  cuya  accion  es  fócii 
de  concebir;  [>orque  desde  que  el  airecondeu<t 
sado  por  el  agua  que  ee  ha  íntroducido  en  <  i 
receplácuto,  ba  alcanzado  iin  resorle  suílcien* 
te,  ejerce  sobre  la  superflcie  de  esta  agu^  la 
necei»aria  fuerza  de  presion  para  obügarla  á 


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ÍC3 


ARIETE 


m 


tobo 


fanxarse ,  mf  sin  liiterrapeloD,  por  el 
de  ascensioD  if. 

Habiendo  demostrado  laesperieocla  qoe  la 
forma  que  acabamos  de  describir  no  era  la 
mas  conteoiente,  ae  adoptó  esta  otra. 

El  agua  de  la  fueote  lleffa  per  oo  tnbo  de 
condQCto  en  la  dlreccioo  ab  (h  miama  lémi- 
lia.  flg.  40)  COD  cierta  vivesa  dcblda  ¿  la  altu- 
ra  delreceptáculo.  El  tubode  ascensíoocrf,  se 
adbíere  á  la  parte  ioferior  del  receptáculo  de 
aire  a,  qoe  está  tambieo  herméücameote  ooi- 
do  al  tubo  de  conducto. 

En  el  centro  dc  la  base  del  receptácolo  de 
ilre,  bay  uo  orificio  circolar  f,  goaroecído  de 
00  pequeñociliodroporlaparte  iofcriory  ccr- 
rado  por  uoa  válvula.  Llámase cuerpo  del  ariete 
éi  tobo  que  cooduoe  el  agua,  y  cabcia  la  por- 
cioo  del  mismo  tobo  que  cootiene  las  válvn- 
las  y  el  receptácolo  de  aire;  g  es  la  válvola 
de  compresioo  ó  de  salida,  y  ^  la  de  asceo- 
^oo.  Estas  vilvolas  estáo  formadas  de  balas 
sujelas  por  medio  de  freoillos,  y  su  peso  no 
;  debe  pasar  de  uo  kilógramo  (poco  mas  de  dos 
libras.)  Los  oriflcios  sobre  los  cuales  se  apli- 
cao  tieoeo  el  borde  guaraecido  de  cuero  ó 
de  tela  embreada. 

Las  esplicaciooes  dadas  aoteriormeote  ha 
eeo  moy  fácH  la  ioteligcocia  de  es!a  últtma 
náquioa.  La  columoa  de  agua  levaota  la  bala 
que  cierra  el  brificio  g,  y  se  detieoe  el  dcs- 
agtie;  pero  al  mismo  tiempo  levaoU  la  bala  « 
7  peoeira  eo  el  recepticulo  de  aire  y  desde 
slH  al  tubo  de  asceosioo.  Dismlooyendo  srst- 
doalmeote  la  vivexa  del  agua  asceodeote  y  de 
la  qqe  afluyc  para  ecbarU,  vueTveo  á  eaer  las 
dos  balas;  la  uoa  g  sobre  el  freoillo,  y  la  otra 
•  sobre  el  orificio  de  asi^eosioo,  y  cesando 
de  eotrar  el  agua  eo  e,  busca  su  salida  este* 
Tior  eo  6;  pero  la  viveza  de  la  corrieote  no 
tarda  eo  leraotar  de  nuevo  las  balas  y  sc  re- 
produce  la  accioo.  El  recepticulo  de  aire  es- 
ti  destioado  al  mismo  oso  que  eo  la  miqui- 
na  precedeote. 

Anoque  se  compreode  muy  bien  el  joego 
del  arlcle  hidriulico,  son,  sio  embargo,  dema- 
siado  poco  coDocidas  las  circoostaocias  de  es- 
tejoego  para  proporciooar  lasbases  de  una 
leoría  matemitica,  pues  todos  los  eEperímeo- 
tot  qoe  se  han  hecho  oo  hao  servido  mas  qoe 
para  establecer  uoa  fórmola  aproximativa. 

Coaodo  se  bosca  el  efectivo  útll  dc  on  arlete, 
00  es  necesario  ocoparse  en  la  viveza  del  mo- 
Tlmieoto  y  en  referirlo  todo  ¿  la  ooidad  de 
fiempo:  basta  estlmar  el  peso  de  agoa  ascen- 
dida  i  cierU  altora  doraote  cierto  tiempo,  que 
•e  tietie  cuidado  de  iodícar;  si  p  es  este  peso 
y  *  la  altura,  el  efecto  seripX.  Sieodo  P  el 
peio  del  agua  dado  por  corríeote  durante  el 
mismo  tiempo,  y  siendo  H  la  aitora  de  la  caida, 
la  potencia  del  motor  seri  PH.  Asi,  poes,  \\ 
relacioo  eotre  el  efecto  átil  y  la  poteocia  ab- 

solota  seiá  w^  w  eonsidera  al  Tolúmen 


agoa  gastado  por  I»  eonieiité  y  M  a^ 
elevada  por  la  máqoloa,  se  téndri  lAalHeil 

larelacioo^-,  llamandof  al  Triimen  eltva- 
QH 

do  y  0  a1  qoe  gasta  U  corrieote,  poes  se  tieoe 

la  proporcloo  01  q!  l  K  P.  Se  coeota  ordina- 

riamente  la  altura  de  la  columna  motrí2  t  la 

de  la  columna  asccndente  partieodo  descíe  el 

medio  de  la  vitvula  de  asceusioo,  por  ser  el 

puoto  eo  que  la  poteocia  parece  obnr  contra 

la  resisteocia. 

Eo  Fraocia  ha  sido  doode  se  hao  hecho  los 

prímeros  esperímeotos  del  aríete  hidriullco. 

Los  dos  primeros  del  estado  siguieote  qoe  es- 

tractamos  det  estado  de  hidriulica  de  tr.  d' 

Aubiiissoo,  fueron  hechos  eo4798en  preaen* 

cia  de  una  comisioo  del  lostituto;  el  teroero 

se  cjecutó  eo  ta  Escuela  polilécoica,  y  e1  coar- 

to  lo  hizo  el  mismo  Mootgolfier  coo  oo  ariete 

que  había  estabtecído  eo  la  casa  qoe  habiUba 

en  Paris;  los  tres  siguieotes  se  hicieron  coo 

arietes  que  existeo  eo  las  cercaoias  de  Parw, 

y  finalmente,  el  últlmo  se  veriflcó  coo  uo  aríe- 

te,  el  mayor  qne  se  ha  coostruido  eo  Fraucia, 

establecido  por  Mootgolficr.  hijo,  en  Mello, 

cerca  de  Clermoot  del  Oise.  El  cuerpo,  qoe  es 

de  broDce,  no  tleoe  meoosde  0"i,4O8  de  dii- 

meíro  ioterior;  sn  loogitod  cs  de  33i*k,  y  pesa 

4 .450  kllógramos.* 


"ZS 

ALtüáAl — 

— AfeüÁfeWi*. — 



•«  1 1 

>9  O. 

•—^^^.    --,,a*^^— ■« 

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& 

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•     «. 

■. 

B.oab. 

m.  cúb. 

4 

0,49 

3,47 

0,285 

0,02t 

0.84 

2 

0.49 

9.6« 

0,239 

0,0056 

0.47 

3 

4,89 

44  66 

0,049 

0.00548 

0.672 

4 

2,60 

46,06 

0,068 

0,00624 

0.570 

5 

40,60 

34.40 

0,084 

0,047 

0.654 

6 

0.98 

4,56 

4,978 

0.269 

0,629 

7 

7,00 

60,00 

0,043 

0,00097 

0,674 

8 

44,37 

69.44 

M40 

0,0475 

0.653 

dej 


El  término  medio  de  eetos  esperimentos 
da  0,65  para  la  relacioo  estre  el  ete^  útii  y 
la  poteocia  absolttta  del  nNlor.  Ast,  pnee,  et 
efeeto  sería  las  dos  terceraa  parlei  de  It  po- 
tcocia,  resoltado  qoe  se  préseot*  raoy  poeas 
veces  eo  las  demas  miqwiaM. 

Eo  4804  el  célebre  hidriotieo  Eytelwein 
hizo  eo  Berlin  mocbos  «perimeotos  muy  eera« 
pletos  eoo  dos  arietes  dlimntes.  Yarfó  soce* 
sivameote  las  dimeosiones  de  sos  pirtee  Im- 
portaotes;  tovo  CBídado  de  averigoar  el  efeeto 
prododdo  en  cada  ono  de  los  casoa  y  podo 
deducir  reglas  que  dan  las  dlmensionee  mas 
convenieotes  i  estas  partes  part  oblener  el 
mayor  efeoto  átil. 

Estractamos  aderaas  de  la  obra  precüada 
e|  ooadro  slgoiente  quedadelos  resultadosde 


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z6B 


ARIETE-AftlSTOCñACIA 


9M 


ilgDDOsespeilmeiifMlieclios  cmi  él  myot  de 
atM  d08  irietes,  loefo  qiie  eada  tma  de  aus 
parteé  habia  reellildolad  difposidoneéqae  fé- 
reeieitm  mas  tefitajoaaa,  4  saber: 

LoDgitnddelCQerpo I3«33 

NiiDetro 0m0667 

Gapacidad  del  receptécQlo  de  alre.  0^0088 
irea  de  1a  abertora  de  la  tálvula 

de  detencioD 0«00Í4 

Ifela  irea  en  el  prioier  esperimeDto 

era  de 0n0040 


i. 

í! 

6S 


54 
50 
SS 
45 
« 
36 
t6 
34 
13 
47 
46 
14 
40 


ALTVRA 


3.066 


3,099 
3,057 
i,437 
2,664 
Í,í6i 
4.843 
4.386 
4,543 
4.S55 
0.945 
0,984 
0,758 
0,604 


8,017 


9,86 
44,78 

9.86 
44,78 
44,78 
44,78 

9.86 
44,76 
44,78 

9,84 
44,78 
04,78 
04,78 


AGUA  BN  4*. 


i^ 


0,0484 


0,0635 
0,0546 
0,0371 
0,0498 
0,0451 
0,0404 
0,0)38 
0,0366 
0,0505 
0,0491 
0,0561 
0,0548 
0,0446 


2L 
QB 


0,0154 


0,01743 
0,(M  m 
0,00767 
0,00952 
0,00682 
0.00478 
0,00225 
0,00320 
0.00295 
0,00218 
0,00165 
0,00100 
0.00141 


Mgan 

ü 

S  a 


0,900 


0,873 
0,850 
0,847 
0.845 
0,787 
0,754 
0.672 
0,667 
0,548 
0,473 
0,352 
0,284 
0,181 


0,97 


0.92 
0,87 
0,85 
0.84 
0,78 
0,71 
0,67 
0.6Í^ 
0,56 
0,51 
0,45 
0,42 
0.18 


Kytelwein  blxo  4 .423  esperimentos.  El  pri 
» de  ios  que  están  indtcados  en  la  úKima 
es  e1  qne  te  produjo  mas  efecto,  siendo 
las  0,90  de  la  poteDcia  absotota  del  motor.  No 
bay  m4qirina  que  dé  on  resnltado  tan  Tentajo- 
80,  y  el  ariete  ocoparia  indndablemente  el 
primer  rango  si  su  efeeto  útil  fuese  el  mismo 
en  fodea  ios  casos.  Desgraciadamente  no  sube 
teito,  siDO  cuando  es  poco  considerable  la  al- 
tora  4  qiie  debe  elevarse  el  agua.  Guando  au- 
MBta  esla  altara,  disminnyc  é1  rápldamcnte  y 
«•tluye  por  ser  menor  que  el  de  las  otras 
tíéqtims,  Para  tener  una  idea  de  la  rapidet 
M^qMdfsminQye,  basta  dirigir  la  TÍsCa  4  la 
paMtf  ikiÉ  ODlomna  de  ia  tabla,  donde  por  otra 
piHe  M  ban  colooad^  los  esperimentos  por  ei 
4rden  de  mifnitnd  de  las  eieTactones  compa- 
nivaoieDfe  con  las  de  las  caidas. 

lyteiwein  bascó  la  Veiacion  que  existe  en* 
tfo  1a  pToporeion  del  efecto  útfl  con  la  poten- 
efft  del  motor  y  ia  alfora  4  la  cual  debe  subir 
fll  agna,  y  soio  podo  obtener  esta  espresion 


l,U— 0,2- 


-,  que  tiene  el  méríto  de  la 


ieDellles,  pero  qoe  es  solamente  aproximativa. 
Slfi  ^Bbargo,  slmpllñcándola  todavla  un  poco 


y  d4odo1e  ona  exaemnd  atgo  mayor,  se  podrfa 
admitir  para  los  espcrimentos  dé  Berliu: 

CoD  esta  fórmula  se  ban  calculado  los  ná- 
meros  de  1a  últlma  columDa  de  1a  tabla  prece* 
deote;  los  de  la  peDÚltima  soo  debidos  al  e¿- 
perimcDto.  Gomo  puede  observarse,  bay  casi 
igualdad  eotre  cicrtos  limites;  pero  traspasán- 
dolos,  bien  sea  bócia  aba^  ó  bácia  arriba,  se- 
rán  siempre  muy  conslderables  ios  resuUados 
del  cáiculo. 

•  Eytelweín  publicó  una  memoria  donde  dis- 
cutió  las  diraensiones  mas  ventajosas  que  po* 
drian  darse  4  las  diferentes  parles  de  los  arie- 
tes  bidráuUeos:  be  aqui  sus  conclnsiones: 

4  .•  Una  grau  longilud  dcl  cuerpo  del  aric- 
te  es  Tentajosa  al  efeclo,  y  no  es  preciao  re- 
ducir  esta  longitud  4  meoos  de  las  Ires  cuartas 
partes  de  la  allura  ¿  que  debe  sobir  el  agua. 

2.»  El  diámetro  del  cuerpo  del  ariete  «e 
dar4  contenicntc  por  la  espresion  4,7l/Q. 
pues  Q  cs  el  vohümen  de  agua  suministrado 
para  la  corriente  del  motor  en  nn  segundo 

3."  El  del  tubo  de  asceusion  podr4  &er  la 
mitad  menor. 

4.*  Aanque  sea  Decesarío  al  buen  efecto 
del  ariete  ei  recept4culo  de  aire,  no  parcce 
que  su  capacidad  tenga  influencia  sobre  este 
efecto;  esta  capacidad  se  bar4  igual  á  la  del 
tubo  de  ascensiOD. 

5.«  Las  dos  vülvulas  dcben  cslar  muy  pró- 
ximas  la  nna  á  la  otra,  sin  que  importe  que  la 
dkcompresioo  este  b4cia  arriba  ó  bácia  abajo 
deTreceptaculo  de  aire. 

6.**  Es  csencial  que  la  aberlura  dc  esla 
v4lvula  00  sea  mas  pe(|ueña  quela  seccioo,  del 
cuerpo  de]  ariete;  pero  desde  el  momenlo  qoe 
ha  liegado  4  la  estension  de  esta  seccion,  ó  la 
haya  traspasado  un  poco,  su  aumento  no  acre- 
ceyaelefecto. 

J.  M.  ÜMtKMfler.  vartot  artícvlof  af  ©rca  del  «16- 
te  bidráalleo  en  el  Dimrio  4$  lof  Mimtt,  tomos  XIII 
-  XY,  4803,  tomo  XYIII,  fSOB,  Y  en  el  Diario  di  to 

D*Aubiiitso«de  Voistof.  TréM  óe  Bidréuliom 


WAUVaWSWUO     ▼OI9RM.    Mjm^m^     i»v   Mwr  w.v.ww 

para  el  utodeUu  inaemiorot;  i.*  edieiOD.  Parit,  ISia, 


ARmOGRAGIA.  [Pokiioa.)  Vos  grícga  com- 
puesla  de  mri$Um,  mejor,  y  cra^os,  mando. 
Como  la  sociedad  se  oompone  de  ciadadanot 
que  desempeñan  en  eHa  las  funciones  que  lea 
son  mai  propias,  segun  el  mirito  y  el  valer 
morai  de  eada  nno,  pndiera  decirse  con  arre- 
glo  4  ette  sistema,  qne  es  el  bello  ideal  de  k 
sociedad,  qae  todo  cindadano  perteneoe  4  la 
aristocracia  ai  le  eonsideramos  bajo  el  povlo 
de  viata  s^cial,  pnes  ai  bies  tienen  deberes, 
tienon  tambie&  dereebos  y  superioridadrespee- 
to  de  los  dcmas.  Maa  esCe  sistema  tiene  per 
fkmdamento  la  igoaldadrelaliva,  esto  es  el  e6* 


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267 


ARISTOGRACIA 


M8 


ttbleclmiento  de  e«da  cindadano  por  1o  que 
Tale.  sin  atender  á  su  clase;  y  coroo  su  reali- 
lacton  cn  el  órden  social  es  tan  dlfícil,  sino 
imposible,  rara  vez  se  da  i  esta  palabru  la  sig- 
nlflcacion  indicada.  La  aristocracia  se  funda  y 
establece  de  ordinario  por  los  derechos  del  na- 
cimitínto,  y  asi  vamos  nosotros  á  considerarla 
en  eéie  artículo,  cmpezando  por  ios  distintos 
dercchoá  qne  al  hombre  deben  concederse  pa- 
ra  que  la  sociedad  se  sostenga,  y  manifestan- 
do  despues  de  qué  manera  es  justificablc  la 
distribucíon  de  estosderecbospor  elprincipio 
hcreditario.  Probaremos  lo  falso  de  semejaote 
principió,  considerado  en  términos  nbsolulos 
y  procuraremos  inJicar  los  medios  que  la  so- 
ciedad  debe  emplear  para  anular  la  influencia 
de  aqnel  y  encaminarse  &  la  Iguaidad,  qne  es 
8U  fundamento  y  objeto  flnal. 

No  sicndo  todos  los  hombres  aptos  para  un 
mismo  fln  y  cstando  sujeta  la  sociedad  ¿  va- 
rias  clases  de  servicios,  los  mienbros  qne  la 
componen  se  ban  de  dedicar  necesariamente 
al  desempriño  de  distintas  funciones,  por  lo 
cual  las  reiaciones  que  eiitre  ellos  se  estaole- 
cen,  han  de  ser  tambien  de  indole  difereulc. 
Como  no  es  poéible  conocer  i  la  simple  vista 
la  aptitud  de  cada  cnal  para  las  fiincioncs  qoe 
está  llamado  i  deiíempeñar,  no  puede  bacerse 
una  clasiflcacion  exacta  basada  en  un  princ  pio 
sólído.  Es,  pues,  indispensuble  para  la  distri- 
bocion  de  estas  funciones,  establecer  una  ge- 
rarquía  que  determine  la  posicion  de  cada  in- 
dividuo.  El  principio  mas  anliguo  dé  la  gerar- 
auia  socíul,  esii  fundado  en  el  derecho  here- 
dltario,  aunque  casi  nunca  ha  sido  de   una 
aplicacionabsoluta,  principiode  cuyo  rigorismo 
80  ha  prescindido  en  la  sociedad  para  todas  Iffs 
funcionesindiferentes,  conservindolo  solo  para 
estublecer  las  que  el  derecho  sobre  los  demas 
bace  apefecibles.  Sin  embargo  dcbe  preferirse 
este  principioiqiie,  porfaltadeél,8C8u|e>ara  i 
1  a  apreciacion  de  la  gerarquía  dc  cada  cual,  el 
acaso  ó  la  arbitrariedad  6  ei  capricho  de  otro 
bombre.  Esindudabledei^e  luego  la  semejanza 
que  generalmente  existe  entre  padres  é  hijos, 
semejanza  que  forma  un  lazo  con  la  cual  se 
une,  por  decirlo  asi,  una  generapion  i  la  que 
le  succde:  en  lo  que,  y  auu  sin  eotrar  en  ave- 
guacion  de  la  causa  misteriosa  de  semejaiite 
fenómeno,  no  podemos  menos  de  reconocer  ia 
alta  sabidiiría  de  Dios,  qiie  se  propuso  conci- 
liar  la  uniJad  de  la  raza  humana  con  la  de  la 
familia.  El  primer  fundameoto  de  la  aristocra- 
eia  consiste,  pnes,  en  ese  lazo  escncial  i  la 
naturaleza;  pero  todavia  hay  otra  de  graode 
ioportancia  para  su  Jusllflcacioo,  que  es  el  de 
la  edncacion,  por  cuyo  medlo  se  trasmiten  tam- 
bieo  de  ona  en  otra  geoeracion  de  familia  los 
mismos  8entimientos  y  principios.  Siendo  lo 
general  qiie  los  bijos  se  eduquen  bajo  la  in- 
mediala  direccionde  los  padres,  naturalmente 
8e  desarrollan  en  aquellos  los  mismos  inslin- 
t08  é  linclindciones,  que  luego  ban  de  ^ercer 
sobrc  ellos  tanla  iufluencia  en  ta  edad  madu- 


ra:  por  otra  parte,  el  deseo  de  manlener  ileao 
el  honor  del  nombre  qoe  llevan,  los  aolma  i 
vencer  todos  los  obsticulos  qoe  en  su  Datura* 
leza  pueden  hallar,  y  i  igualarse  cnando  me- 
nos  con  el  autor  de  sus  dias.  Estas  8on  \u 
causas  que  i  faíta  de  otro  principio  mas  i  pro- 
pósito  para  establecer  la  verdadera  clasiflcacioo 
de  los  individuos.  han  hecho  adoptar  por  base 
el  hereditario:  adolece,  sin  embargo,  de  dos 
vicios  esenciales;  consiste  el  primero  en  la  fal- 
sedad  misma  del  principlo  roetafísico  de  qoe 
se  derivala  aristocracia,  y  el  segundo  en  qoe 
por  su  institucion  4jende  constanlemenle  i  la 
estabilidad,  es  nn  obsticolo  natural  y  directo 
contra  la  marcha  progresiva  de  la  sociedad 
hiciasuperfeccion. 

El  fuadamento  de  las  genealogias  aristo- 
criticas  esti  basado  en  la  supostcion  falsa  de 
que  la  vida  se  trasmite  solo  por  vja  masculina, 
y  en  otra  no  menos  falsa  tambien,  i  saber:  qoe 
la  rama  primogénita  es  mas  noble  qoe  la  ae- 
gunda.  Ambas  suposiciones  se  hallan  desmen- 
tiJas  por  la  fllosofia  y  por  la  esperiencla.  E«U 
nos  hace  ver  que  los  hijos  se  parecen  indift:- 
rentemente  a1  padrc  ó  i  la  madre,  y  por  con- 
siguiente  el  bombre  pertenece  i  la  familia  del 
uno  1o  mismo  que  i  la  de  la  otra.  «Si  viésemos 
establecido,  dice  on  iliistrado  escritor  hablao- 
do  de  este  asunto,  qne  los  liijos  estaban  liga- 
dos  i  su  madre  por  nn  conjunto  de  ralaciones 
tan  intimas  y  habituales  como  las  qoe  los  en- 
lazan  al  padre,  nrcesariamente  se  confesaria 
qiie  no  es  una  la  fuente  dei  nacimiento  en  la 
especiehumanasino  dos,  piiesto  qne,elrecleB 
nucido  se  asemeja  del  mismo  modo  i  uno  ú 
otro  de  los  dos  seres  qne  lo  procrearon:  cosa 
que  la  esperieocia  nos  demucstra  cada  dia  alta 
é  incontestablemente.  El  bombre,  poes,  perte- 
nece  del  miamo  modo  i  la  famiiia  de  la  ma- 
dre  qiie  i  la  del  pódre.  iPriocipio  capital,  cnyas 
consecuenciaa  son  inmensasl»  Asi,  pues,  8i  el 
primer  rango  de  pareolesco  tiene  dos  origenes, 
el  segundo  tendri  cuatro,  e\  tercero  ocbo,  y 
asi  sucesivamenle;  el  númefo,  pues,  de  los  as- 
cendientes  se  aumenta  en  proporcioo  qiie  van  . 
separindoso  de  1a  ramaprimitiva;  su  unidad  y 
suestrictaindividualidad  noexisten  sinocuan- 
do  se  coosideran  sns  miembros  iumedíatoa 
y  aunque  llevan  el  mismo  nombre  eo  las  ge- 
neractones  mas  distantes  del  tronco,  esto  es 
soio  por  uoa  convencion  bumana,  pnesto  qoe 
cruzándose  las  familias,  como  sucéde  coastaQ- 
temente,  ningunopuede  tener  preiensiooes  de 
proceder  dc  una  sola  sino  de  mucbas. 

Las  distlnciones  fundadas  en  la  aDteladoo 
dei  nacimiento,  notienen  princlpio  deequidad, 
piies  8u  valor  consiste  solo  eu  los  desigoioa 
particulares  de  ia  sociedad  que  los  autoriia;  a8i 
68  que  la  naturalesa  no  crea  en  e)  coraion  de 
los  padres  prefereucia  entre  sus  bijos.  La  aris- 
tocracia  esti  pues  fundada  en  un  principio  de- 
fectuoso  en  esta  parte.  La  institucion  dc  la 
aristocracia  es  contraria  al  objeto  de  la  polill- 
I  ca  social,  que  es  laigualdad.  Ademas  recibien- 


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AAtSTOCRACIA-AWSTOTELISMO 


aío 


do  lós  aristócralas  los  beneficios  de  su  posicioD 
por  solo  el  becho  del  nacimiento,  necesaria- 
mente  han  de  Jiizgar  Tentajosa  la  couslitucion 
qne  se  los  concede  y  se  hau  de  esforzar  cn 
maniencrla:  de  manera  que  aunqne  sus  sentí 
mientos  sean  olros,  el  interés  particular  les  ha- 
ce  resistir  cualqoiera  mcjora  en  su  pais,  si  se 
balla  en  conlradiccion  con  el  órden  de  cosas 
establecido.  Por  eso  la  institucion  aristocrá- 
tica  está  en  contradíccion  con  la  ley  de  rc- 
DOTacion  y  de  mof  imiento  contlnuo  á  que  toda 
sociedad  obedece,  puesto  que  en  ella  se  re- 
presenta  y  por  elia  se  soslíeoe  el  principio  de 
la  inmofibilidad. 

Puede  concebirse  á  pesar  de  lo  dicho,  nna 
ilta  idea  de  la  aristocroeia  s¡  la  consideramos 
oomo  un  conirapeso  para  rooderar  el  impetu 
de  la  dcmocracia,  hasta  que  lleguela  época  en 
que  esta  sepa  contenerse  á  si  misma.  .Su  in- 
fioencia,  pues,  debe  variar  conforme  se  vayan 
perfeccionando  laa  relaciones  que  los  hombrcs 
adquieran .  siendo  la  civilizacion  la  que  debe 
ioQuir  en  la  disminucion  dc  su  prepolencia  so- 
eia],  porqoe  ni  es  po&ible  disminnirla  repenti- 
Damente  ni  tampoco  que  la  sociedad  se  per- 
(eccione  de  la  misma  manera. 

Las  reformas  que  van  estrecbando  poco  á 
poco  las  reiaciones  humanas  y  esiableciendo 
comi)nicaciones  cómodas  y  seguras  son ;  ei 
perfeccionamiento  del  Icngnaje  y  de  la  escri- 
tura;  la  propagacion  de  la  enseñanza;  los  pto- 
gresos  de  la  imprenta;  la  distribucion  de  los 
productos,  y  por  último,  la  facilidad  en  los  mo- 
dios  de  trasporte,  haciéndolos  seguros,  r&pidos 
y  ecoDómicos.  Esta  época,  que  llegará  sin  du- 
da,  no  perleuece  á  nosotros  siuo  á  las  genera- 
tiones  futuras;  pero  debemos  contribuir  por 
nuestra  parte  á  adelanlarla  todo  lo  posible.  La 
estadistica  y  la  economia  polllica,  ciencias  to- 
davia  nacientes,  fljarán  ei  órden  que  convicne 
establecer  en  la  di¿lríbucion  de  los  trabajos; 
pero  uo  8on  ias  únicas  que  conducen  á  este  fln: 
el  conocimiento  de  todas  eias  cosas,  cuya 
ciencia  es  snperior  al  malería'ismo  de  los  tra- 
bajos  manofacturados,  la  investigacion  profun- 
da  del  espiríto  de  las  naciones,  de  su  gobier- 
no  y  de  so  posicion  en  el  mundo ,  esián  inti- 
maroenle  enlazados  con  el  desarroHo  de  las 
cieociaB.  El  sentimieuto  de  igualdad  dispone  á 
kw  bouibres  á  adoptar  ona  clastflcacion  que 
Bo  eslé  basada  en  el  nacimiento,  pero  ella  no 
basla  por  sí  misma  para  formar  una  regulacion 
nerfects 

ARISTOTELISMO.  {FUo9ofia.)  Aristóteles,  el 
geiiio  mas.vasto  y  mas  profundo  que  ba  ilus- 
trado  ta  Grécia,  despues  de  haber  estudiado  por 
espacio  de  veinte  años  las  lecciones  dePlaton, 
ereú  qeui  escucla  en  un  sitio  llamado  el  Liceo, 
doode  Ülósofaba  cod  sos  oyentes,  paseándose, 
y  de  aqni  tomó  sn  secta  el  nombre  de  peripa-' 
tétiea,  de  ia  voz  griega  itepma'ceev,  que  sigui- 
fica  paséQTte.  Siguiendo  et  usó  establecido,  en- 
sedaba  en  ella  ona  doctrina  púí>Kca  y  otra  se- 
ereta,  es  decir,  daba  dos  clases  de  leccionos; 


en  las  nnas  se  admitia  á  todo  el  mnndo  y  tenian 
por  objcto  los  conocimienlos  mas  usna'es  de  la 
vlda  comun;  las  otras  estaban  reservadas  es- 
clusívamenle  para  sus  dísclpulos  particulares. 

Abrazando  lodas  las  ciencias  conocidas  en 
sn  tiempo,  AristóteleK  las  habia  dividido  en  d¡- 
versas  clases;  dándoles  una  forma  sislemática: 
lógica,  melafísica,  moral,  política,  matemáti- 
cas,  flsica,  historia  natural,  retórica,  poélica, 
todo  fué  objelo  de  sus  investigaciones  y  de  sns 
meditaciones,  como  lo  demuestra  lo  que  ha 
llegado  basta  nuostros  dias  de  Ins  numerosas 
obras  que  compuso.  AI  entrar  en  la  carrera  fl- 
losóflca  comcnzó  por  destruir  la  obra  de  todos 
los  que  le  hablan  precedido  en  etla,  y  muy  par- 
ticularmente  la  de  Plalon,  cuya  doctrina  com- 
batió  eu  muchos  puntos. 

Creóse  un  método  mas  sencillo  y  al  mísmo 
tiempo  mas  seguro  que  el  de  su  maestro.  El 
prímero  de  sus  priocipios  es  que  bay  una  cicn- 
cia,  contra  la  opinion  de  Platon,  que  no  to  ad- 
mite,  no  estimando  nada  como  cierto  en  la  na- 
tnraleza ,  y  que  supone  que  el  entendiniicnto 
del  hombre  se  oscurece  en  el  cuerpo  al  eutrar' 
en  él;  que  el  conocimlento  que  licne  de  todas 
las  cosas,  por  la  graudeza  de  su  orígen  divino 
é  inmortal.  se  pierde  totalmonte  con  el  eontac- 
to  de  la  materia;  y  que  asi  la  cicncia  que  ad« 
quicre  por  el  uso  y  la  esperíencia  no  cs  mas 
que  una  reminiscencia  pura.  Aríslólelcs  es  de 
muy  distinta  opinion;  dice  que  el  alma  no  tie- 
ne  por  si  misma  ningun  principio  de  conoci- 
mientos  al  unirse  al  cuerpo;  que  los  adqiiie- 
re  por  los  sentidos,  que  la  comunican  lo  qlie 
pasa  por  fuera,  y  que  de  estos  conociralentos 
paríiculares,  trasmilidos  por  couduclo  dc  los 
seotidos,  se  forma  por  si  mísma  conocimienlos 
generales,  cieríos  y  evidentes,  que  son  los  que 
constituyeu  la  cicncia.  Asi,  el  método  de  Aris« 
tóteies  es  contrario  al  de  Platon,  que  supone 
que  para  adquirir  el  conocimienlo  de  las  co- 
sas,  es  preciso  empezar  por  las  gencralcs,  y 
descender  despoes  á  las  particulares.  Arístóte- 
lea  sosliene  que  del  conocimiento  de  las  cosas 
pariiculares  y  sensibles,  se  pasa  al  conocimíen- 
10  de  las  cosas  geiterales  y  materíales,  fuudado 
eu  el  príncipio  de  que  nada  puede  penetrar  has- 
ta  el  entendimienlo  slno  por  medio  de  los  seu- 
lidos.  El  órdeo  que  sigue  cs  el  mismo  con  que 
concibe  el  enlendimienlo,  que  no  va  á  la  cau^a 
sino  por  medio  del  efccto.  Pero  como  este  cono- 
cimientodelas  cosas  generales,  formado  porel 
de  las  cosas  paríiculares ,  tiene  en  si  mismo 
un  príncipio  sujcto  á  error  que  es  la  percep- 
cion  por  medio  de  los  seolidos,  prociira  Aris- 
tóteles  reciificar  este  príncipio  haciéndolo  in- 
falible  por  medio  de  su  Organon  universal,  en 
el  que  establece  e1  arte  de  lá  denoslracion  pcr 
el  del  silogismo.  Se  comprende  bajo  el  nom- 
brc  de  Organon,  todas  sus  obras  de  lógica,  qiie 
son  hs  Categorias,  el  TriUadodelainterpre- 
taoioñ^  los  AnaHtico$,  los  Trágicos  y  los  So- 
fismas:  todo  lo  cual  constituye  la  parte  instru* 
mental  de  la  filosoffa  de  Aríslóteles.  Sin  em*» 


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S74 


AlUSTOltUSMÓ 


M 


bargo,  68  preciso  coDTenÍr  en  que  el  objeto 
principal  de  ia  lógica  no  es  el  dc  enseñar  ¿ 
raciocinar,  porque  esto  lo  sabe  naturalmente  el 
hombre,  sino  ei  de  dur  reglas  para  distinguir 
los  raciocinios  verdaderos  de  I03  falsos.  Debe 
tenerse  presente,  que  en  tiempo  de  Aristóleles, 
los  soflstas  babian  puesto  en  boga  un  método 
fulso  de  raciocinar,  que  se  propuso  destruir 
dándole  ¿  conocer:  estc  fué  el  objeto  de  su  ló- 
gica.  No  entraremos  en  largos  detalles  sobre  la 
filosofiade  Aristóteles,  Umit¿ndonos¿  esponer 
sucintamente  sns  opiniones  sobre  la  DiTinidad, 
sobre  el  alma,  la  fisica,  la  moral  y  la  politica. 

Admitia  un  Dios  supremo,  una  inteligencia 
espiritual,  infinita,  invaríable,  dotada  de  todas 
las  perfecciones,  y  suponia  otros  muchos  dio- 
ses  emanados  de  él.  El  Dios  supremo  no  se 
mezciaba  en  lo  que  pasa  en  cl  universo ,  de- 
Jando  esc  cuidado  ¿  los  diosea  inferiores  des- 
prendldos  de  su  sustancia,  que  daban  movt- 
mlento  ¿  los  cuerpos  celestes,  y  gobernaban 
el  mundo,  bajo  la  dependencia  del  deslino,  ¿ 
quien  estaba»  sometidos.  Gomo  todo  sucedia 
por  efecto  de  una  necesidad  fatal,  Aristóteles 
miraba  el  mal  moral  como  un  trastorno  iodis- 
pensable  de  qae  no  respondian  los  hombres, 
y  el  mal  ñsico  como  una  consecuencia  de  los 
acontecimientos  y  vicisitudes  que  ocnrren  en 
el  universo.  Sin  embargo,  aunque  fatalista,  ad- 
mitia  una  providencia ,  pero  una  providencia 
geueral  que  no  se  estendia  hasta  ios  indivi- 
duos,  porque  si  se  estendiese  hasta  elios  decia, 
ó  laa  acciones  serian  forsadas,  ó  siendo  casua- 
les,  8US  efectos  trastornarian  los  desigQios  de 
esta  providencia.  Asi,  no  sabieudo  como  con- 
ciliar  la  presciencia  cou  el  libre  arbitrio  en 
las  accioncs  homanas,  nicga  que  la  provideu- 
cia  se  cstienda  ¿  los  indlviduos. 

AristiHeles  no  creia ,  como  otros  fllósofos, 
que  Dios  ó  los  dioses  bubiesen  sacado  la  ma- 
teria  de  la  nada  para  fórmar  con  ella  el  uuiver- 
80:  creia  que  el  mundo  era  etemo;  pero  no  se 
esplica  con  claridad  en  la  cuestion  de  la  exis* 
tcncia  eterua  de  los  dioscs  inferiores  y  del  hom- 
bre,  lo  que  da  logar  ¿  creer  que  en  su  concep- 
to  el  supremo  Dios  habia  gobernado  en  un 
principio  el  mundo  por  si  mismo,  y  que  luego 
para  qnitarse  este  cuidado,  habia  creado  de 
su  propia  sustancia  los  dioses  iníeriores»  for« 
mando  tambien  al  horobre,  en  cl  tiempo'mar- 
cado  por  sus  decretos ,  para  hábitar  sucesiva- 
mente  una  pequeña  parte  del  vasto  universo» 
que,  seguo  aquel  filósoro.  no  tuvo  principio,  ni 
ba  de  tener  fin  Jamás. 

Para  probar  la  eterni4ad  del  mundo ,  sos- 
tenia  Aristóteles  que  Dios  y  la  oaturaleza,  no 
serian  lo  mejor  que  hay  en  él  siño  íuese  in- 
mortal,  puesto  que  liabiendojuzgado  Dios  q'^e 
la  creaclon  del  mundo  era  un  bien,  babia  de- 
Jado  de  crearlo  durante  toda  la  eternidad  an- 
terior.  a  esle  argumento  a¿adia  el  siguieute: 
ni  el  mundo  ha  i^ido  creado,  puede  ser  destrui- 
do;  porque  todo  io  que  tiene  un  principio  debe 
teoer  sa  Oa;  el  mundo  ei  incorrnptible  é  inai« 


terable,  luego  ee  eiemo.  He  aqui  como  pmeba 
que  el  mundo  es  incormptible:  si  el  mundo 
puede  ser  destruido,  ha  de  ser  por  el  que  lo  ba 
creado,  que  no  tiene  poder  para  cUo.  Eaio  lo 
praeba  Aristóteles  de  este  modo:  si  se  supone 
que  Dios  tiene  poder  para  destroir  el  mundo, 
es  preciso  saber  antes  sl  el  mundo  es  perfec- 
to;  sino  lo  es,  no  puede  ser  obra  de  Dios»  pues- 
lo  que  una  causa  perfecta  no  poede  prodocír 
nada  imperfecto,  y  seria  preciso  entonces  que 
Dios  lo  fuese,  lo  que  es  absurdo.  Si  por  el  coo- 
trario,  el  mundo  es  perfecto,  Dios  no  lo  puede 
destruir,  porque  la  maldad  es  contraria  ¿  so 
esencia,  y  el  querer  destrnirlas.cosas  perfec^ 
tas  es  propio  de  un  ser  malvado. 

Para  apreciar  la  doctrina  de  Aristóteles  a^- 
bre  el  alma ,  es  preciso  tener  presente  desde 
luego,  que  en  su  sistema,  todo  cuerpo  natural 
comprende  dos  sustancias,  la  nuUeria  y  la 
forma;  que  la  forma  de  todos  los  euerpos  na- 
turales  es  un  ser  corruptible,  y  qne  perece  re- 
gularmenle  con  ias  partes  que  ie  componen; 
cs  decir,  por  ejemplo,  que  un  ¿rbol,  un  perro, 
un  p¿Jaro ,  se  convierten  en  otra  especie  de 
cuerpo  natural.  Gonsiguiente  ¿  esto ,  segun 
Aristóteles,  los  animales  tienen  nn  alma  sensi- 
tíva,  es  decir,  capaz  de  discerair,  de  desear,  y 
aun  de  pcnsar,  pero  sin  inteligencia  ni  ra- 
zon.  Esta  alma  es  material,  sin  ser  ni  cuerpo 
ni  espiritu;  los  perípatéticos  la  llaman  forma 
8ustancial,  que  se  produce  en  la  materia,  y  qoe 
es  moríal  y  corruptible;  de  manera  que  perece 
al  propio  tiempo  que  la  materia  ¿  que  va  nni- 
da,  y  de  la  cual  forma  sustancialmente  um 
parle,  se  convierte  en  otra  especie  de  cnerpo 
natural. 

Aristóteles  concede  al  hombre,  lobre  loi 
animales,  el  entendiroiento  ó  la  inteligeacia,  y 
la  razon.  Esta  inteligencia  racional,  uoOc,  afia- 
de,  ha  existido  siempre;  es  una  emanaclon,  aaa 
porcion  que  se  desprende  del  Dios  Aupremo; 
en  los  dioses  inferiores,  emanados  del  sobera« 
no  Dios ,  es  mucho  mas  perfecta  que  en  los 
bombres;  y  por  esta  razon  bace  el  filósofo  uoa 
segunda  distinclon  con  respecto  ¿  los  últimos. 
El  entendimiento  humano ,  es  activo  y  pasívo; 
y  de  estas  dos  clases  de  entendimiento,  ci  pri- 
mero  es  inmorlal  y  eiemo ,  y  el  segondo 
mortal  y  corruptibie.  Por  intelígeucia  pa&ivm 
entiende  las  sensaciones,  los  deseos ,  las  pa- 
siones  dei  alma,  que  cree  deben  cesar  con 
la  muerte.  En  su  opinion,  estas  pasiones  y  sea- 
saciones  emanan  de  nn  alma  materlal  y  muy 
sutU,  ^x^*  ""i^^  ^  espirílu  divino,  y  qa«  cor- 
responde  ¿  la  forma  sustancial  de  qne  ha  sl4o 
parle;  esto  es  ¿  lo  que  Uama  inleUgencia  pasi- 
va,  que  perece  con  eicuerpo;  ai  pasoque  la  por- 
cion  de  suslancia  divina  que  eonstituye  la  in- 
teligeneia  activa^  subsiste  Biempre  dospues  de 
la  muerte,  y  se  reune  ¿  su  príncipio»  es  decir. 
al  Dios  supremo,  de  donde  ba  salido.  Por  úáti* 
mo,  segun  el  sistema  de  Aristóteies,  á  la  ntuer- 
te  de  cada  bombre,  la  porcion  de  la  su&taiu^ia 
divina  ó  la  inteligenela  activa,  que  duraute  so 


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A18T0TSL1SM0 


m 


vidt  íMti  efttadott^e^  ¿  ^  if nontocia  y  é  ia 
itosion  de  ios  seolldos,  se  te  libre  de  etM  iin- 
perfeoeiofiieB  y  ee  Yeelfeá  oalr  á  eo  priiici(rto. 
Como  ime  fota  de  agoa,  qiait  sacada  del  mar 
M  cormnpe,  7  oneiada  otra  vei  á  él,  ▼oelve 
i  m  prfnlClta  pvresa.  Cn  ootnto  at  alma  ma- 
toriid  é  MeRgeoóla  paeiva  qoe  prodooe  les 
tmtáwaGB,  tOB  deaeos  ▼  lae  páeioDes,  ee 
eoneope,  perecey  se  efapora.  Cn  ftn,  el  ooer- 
pesedieivelvey  ee  reoae  á  1«  oaea  de  la  ma- 
iBna. 

Peeodiremosde  la  fiaiea  deárietéteies.  Se- 
g«i  M  «ÉoMfifia,  los  principioB  de  las  eoaas 
■ftaralco  MH  e^SBStos  entre  ei,  por  ooaMda 
desy  tjrivacieo.  LUma  priNoépíbt  á  oieilae 
em  ^e  00  son  reciprocmBente  oaas  de  olias 
aiBO  iiae  eoa^  existen  por  «i  mieeiu,  y  de 
1*  caales«nKma  todo.  Hay  tras  pHacipos  de 
las  ceoas  ortMraflest  dos  contrarias  fp&e  eea  la 
terma  y  la  fyriTBcton;  y  an  temro  ei^etalam- 
lileB  i  loB  oti-eB  d03,  ^e  es  la  mtdeHa;  la 
ftma  y  1a  mateña  ceostHayoa  la  oasa.  fja 
^fadoa  es  eolo  acddental,  y  «0  enlra  ea  ia 
mateña;  00  tíene  oiogtma  cooexloa  000  «^. 
le  qae  da  origen  á  las  cosbs  es  00  poder  qoe 
a  la  naleria  primera.  La  malería  oi  seeogea- 
Aavl'ee  deslraye;  porque  es  ia  primefa,  ila 
base  de  tedo.  Las  cosasee  forman  eo  eo  prlo- 
dpie  ao  por  sí  mlsauB,  sioo  por  oa  aoeiéeote. 
blas  reeelteróo  at  calK);  é  ee  «esoelveD  eo 
sqaeila. 

Lae  eaueas  «oo'Coatro:  la  naterial,  de  qoe 
procede  todo:  la  formal ,  per  la  qoe  esiete  todo, 
f^  ea  10130068  de  la  eeeoeia  de  oada  oesa: 
la  efioieate,  qoe  lo  prodoce  lodo,  y  la  §oal,  á  | 
qeieoTa'áparar  tedo  La  aetoflileaa  «•  olm 
oooca  9iñ  ^poaerse  algoa  fta.  | 

Tor  lo  tfoe  tooa  al  moviAieoto,  es,  dioe 
iristételee,  ffl  ooloqae  emaoa  de  todo  eqoeno 
que  tienc  ei  poder  de  obrar.  Eo  él  00  bay  va*  \ 
cáo:  ol  üBÉQpo  es  «i  oáicolo  ó  oáaere  del  mo- 1 
TlmiCTto  por  el  cual  se  distiogoe  el  movi- 
BBiaoto  que  preoedc  del  que  siirue.  Gomo  ^ 
nmriraienlo  tteDe  flo,  es  preciso  qoe  iiaya  on 
primer  motor  tnfintto  t  inmóvil:  este  es  Dtos. 

Ko  halilaremos  dc  otras  partes  de  la  fisica, 
eoe  ban  eido  el  aaooto  de  aiochos  trotadoe  de 
Añstúleles;  este  exéiBen  nos  ocuparía  dema- 
siadOf  áoicaa>eot(e  luuremos  meocion  de  su 
gtftorág wcaNimi  ée  ío$  mnknales,  obra  forma- 
da  b^o  uo  vasto  y  estenso  plan;  todos  los  se- 
res  animados,  hombrcs,  cuadrúpedos,  peces, 
aothioB,  afes,  iaaectos,  loe  preseola  et  fllóso- 
fi>  i  la  -^sta  det  lector.  Esta  hiatoría,  dice 
BofeMi,  es  tái  vez  la  mejor  que  tenemos  de  su 
géaero.  Por  lo  «espeotivo  á  ia  moral ,  Arbtóto- 
ies  kk  tratd  mas  blen  como  flhteofo  qoe  como 
dedamador.  El  último  fin  del  bombre,  dice, 
d^  Bor  so  verdadera  felicidad.  Deapoes  de 
estalblecer  qoe  hay  uoa  félicidad,  la  hace  con- 
siatir,  DO  en  los  placeres  de  los  scotidos,  ni 
eo  ias  riqoezas  ú  otros  bienes  eorporales,  ni 
en  loB  lionores, 'Blno  eo  la  práctlca  de  la  vir- 
titd.  La  veniadera  félícidad,  segun  t\,  es  no 

454      BIOUOTKCá  H)VULAK. 


biea  genaralaMote  codioiado  de  todo  eloiOB^ 
de,  qoe  se  deaea  por  éi  oiíame,  y  porel  coal 
se  deieao  todes  los  daaiai  b'ieoes.  Goaie  osta 
bieo  00  poode  obieoerse  siao  por  medio  de  la 
vlitad^  eapllea  io;|tte  «e  CQtiende  par  wtod: 
ea  uoa  ioeiiiiacioo  al  Ueo  qoe  eooBÍale  eu  ua 
JosteBWdio;  igualmeotedistaotedeloedQa  pua« 
tos  eslremos  y  opoestoseo  enode  los.coaieap^ 
ca  elfaembrepor  esoeao,  y  ea  ol  otro  por  deCeei' 
to.  f  iia  ciara  y  distiotamente  eate  medio,  pór 
ta  relaeioQ  de  las  príocipaleB  vfartades;  éi  mo^ 
dera  el  ^laoer  y  el  doler,  y  reduee  aao  y  otrp 
á  00  JoBte  teoiperameoto  que  coostiloye  la  vir- 
tud.  flay  eo  él  uaa  propeosioo  que  aos  iocdína 
á  deaear  el  plaeer,  y  otra  que  tambieo  oee  ha* 
oe  lemer  el  dolor.  La  teaiplania  oiodeiit  eataa 
dos  debilidades,  y  foraia  de  eilas  ooa  fiftad 
por  ei  leg^ierameoto  de  ooa  j  otra. 

ta  firtod  es  ooa  opefacioB  libre  de  la  vo- 
lomad  qae  ae  decide  6  determioa  por  el  biea» 
eligicfido  eatre  eüe  y  el  mal. 

SeapoM  de  haber  estaWeeido  la  eseacia  de 
la  virtod  prívada^  trala  Ajristdleles  de  la  virtud 
oivH.  Smpiesa  por  la  Juaiioia  coya  oatufoleBa 
espláca,  y  distiBigtte  sus  claBeB.  La  tuat^aia  ea 
geoerai  ó  partieular.  La  prímera  es  la  eb^erva- 
oion  deias  áeyes  eBlableoidas  per  la  conaer* 
vBcion  deiasocíedad  bomaoa;  la  sefooda,  ^ot 
daácada  aaoloqoe  lecerreapoode,  esó^B^ 
tríbotíva  d  Qaaaoaieativa;  distrUNitiva  c^aado 
concede  los  bQneres  y  les  recompensas  ea 
proporcioo  del  mérHo;  ie  luoda  eo  ooa  pixK» 
poreíoo  feométriot.  La  JoaUcia  es  ooaiuoicati* 
va,  euBode  00  los  caoibioe  tieoe  en  coeota 
ol  valor  de  lascosaa;  eBtáfuodada  00  onaprop 
poroion  «rítmética.  LaeqaidadaedifereociaAl 
la  jBBiicia;  ia  eqeidad  coiirí^  joe  deíeotos  4o 
la  ley:  el  bonMire  equitatiiie  00  la  ioskrprale 
oooca  eo  Bo  favor  de  uoa  manera  deoiasiade 
rígida. 

Aristdteiet  pasa  eo  secoida  á  ias  viríudea 
«dd  eutendioiieoto,  y  deapoes  A  las  de  la  vo* 
lluiHad.  Solre  iMvirtodes  dei  oateodimieolia 
pone  en  príflier  iv^r  la  prudenoia,  .porquo 
oila  cooelituye  la  recta  raaon,  sio  I»  ouai  op 
puede  baber  virtud.  Pariieodo  de  esta  baae,  e^- 
plica  ias  disposiQiones  y  Uis  obstóoulos  qiie  hay 
Quelindividoo  para  iapriciicade  la  viftud;ia 
roeiície  y  ia  iapacieocia  soo  ios  obiftáooloi^ 
tasi  eofflo  la  paeieociu  y  la  moderuoioa  spo  taií 
dispoeicíooes  tavorabies.  Añade  que  el  piaoar 
y  el  dolor  son  ia  matería  ordiuaria  de  estas  cos* 
tumbres;  porquc  lo  reduoe  todo  al  placer  y  al 
dolor,  que  soo  los  príooipales  resortes  de  Í09 
movimien^os  del  alma  y  ei  príucipio  maa  ge- 
oeral  de  las  pasiooes. 

Para  dar  ona  idea  de  la  felicidad,  qoe  es  «1 
príoolpio  y  el  flu  de  la  moral.  Árístóteies  des- 
cribe  laüaturaleiadelplaoerverdadero;  yauo- 
que  coi^aa  qut?  la  virtud  03  el  úuico  medio 
de  adquirír  la  felicidad,  dice  qjop  4a  prosperí* 
dad  y  ias  riqoeBas  puedeo  tambieii  contribuir 
para  cooseguiría  y  despu^  de:i>aber  demos- 
I  truilo  qoe  Va  felicidad  suprema  •coosiste  eo  U 
T,    ui^    48 


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f7B 


ABiSTOTELISIfO 


m 


wotíOD,  li  ditfdé  en  felieidad  précUc^  7  fetiel- 
did  especiittiYa.  lo  lo  relaiiTo  i  nuestra  coo- 
daela  ji  ooestras  aockinea oo  basta,  dice,  es- 
peeolar  7  cooocen  ea  preciso  practicar.  h» 
dlteorsot  poedeo  baeerimpresioo  eo  ias  geotes 
Meo  oaeidas,  7  eoceoder  eo  el  corazoo  de  los 
^óf  eoes  el  aoiorde  la  Tirtod;  pero  00  prodocirio 
jamás  este  efedo  eo  el'Yulgo,  qoe  oo  se  ríge 
por  el  recato  7  la  TergOeDaa,  sioo  por  el  teoior, 
7  qoe  00  se  abstteoe  de  cooieter  uo  crimeo 
por  ia  loCuoia,  sioo  por  el  casiigo.  Purameote 
paslf  0  7  esclato  eo  todo  de  sos  seniidoe,  solo 
bosea  el  placer^  losmedios  dc  procurárselo  7 
00  eTila  siDO  lo  qoe  le  afecta  desagradable- 
aeote;  00  coocibe  la  idea  oi  el  gusto  de  lo 
boeno.  ¿Cuil  será,  poes  el  medio  de  pooerio  en 
perfecta  armonia  con  los  hábitos  regolares  de 
la  Tida  ciTil?  Porqoe  00  es  posible  destruir  coo 
ezortaeiones  las  costumbres  iOTeteradas.Bas- 
taotehacer  esel  deciüimos  áser  Tirtuosos 
cuaodo  oonlamos  con  todos  los  recorsos  oece- 
sarios  para  ello:  eotre  ellos  podemos  eoume- 
rar  tres  prioclpalmente:  las  disposiciones  na- 
toraies,  la  costumbre  7  la  iostroccion.  Las 
disposielooes  oatorales  oo  depeodeo  de  oos- 
otros;  son  uo  don   del  cielo.  La  palabra 
7  la  instruccion  no   tiepen  la  misma   io- 
floenoia  sobre  todos;  es  preciso  preparar  de 
antemano  el  alma  del  o^ente,  como  se  trabaja 
la  tlerra  si  queremos  bacer  brotar  los  bueoos 
deseos  7  la  Justa  aTersioo  al  mal.  81  Tulgo  do- 
mioado  por  la  iropresioo  de  los  sentidos,  no 
oy e  ni  comprende  otro  lengoaje.  ¿Gómo  beroos 
de  disuadir  á  borobrestan  mal  dispuestos  para 
eacucbar  el  acento  de  la  razon  7  de  la  flloso- 
Ha?  La  paslon  no  escocha  al  racíocinio  7  so  o 
cede  á  ia  foerxa.  Si  se  quiere  que  nazca  la  Tir- 
tod  eo  el  corazon  del  bombre,  es  preciso  que 
le  preeeda  el  amor  á  lo  boeoo  7  el  borror  á  lo 
aalo,  sio  coya  preparacion  es  díficil  qoe  la 
boena  educadon  llegue  á  su  térmlno,  aun 
•coaodo  se  empiece  desde  mo^  tempraoo.  Ei 
Tolgo  00  eocoeotra  oinguo  atractiTO  en  ta  fuer- 
sa  de  alma  que  resiste  al  dolor,  7  mocbo  roe- 
iios  la  JoTeotad;  las  le^es  deben,  pues,  ante 
todo,  prescribir  cuat  ha  de  ser  la  educacion  de 
esfa  edad,  7  cuando  seha  de  poner  en  prictlca. 
AcasoDO  basten  loscnidados  de  la  infancia  7  la 
JOTentud;  es  preciso  seguir  al  horobre  en  una 
edad  mas  aTaozada.  7  no  abandonarle  en  nin- 
giina  época  de  la  Tida;  resta  saber  lo  que  las 
le^es  pueden  hacor.  La  mayor  parte  de  los 
hombres  cedeo  mas  bien  á  la  necesidad  que  ¿ 
1«  razon,  al  castigo  que  ¿  tos  sentimieotos. 
Asi,  algunos  creen  que  un  legislador  debe  ero- 
pezar  por  aconsejar  7  exorlar  ¿  la  Tirtud,  cu- 
yas  bellezas  harén  iropresíon  en  las  alroas  bien 
dispuestas,  pero^que  debe  tambien  añadir  pe- 
na8-7  castigos  para  los  rebeldes;  en  fin,  des- 
lerrar  para  sieropre  ¿  Ics  incorregibles.  Los 
hombres  pundonorosos  7  bonrados  obedecer¿n 
^ín  titubear;  pero  el  populacbo,  seroejanle  ¿ 
I0S  anlmales  de  carga,  lleTado  por  las  sensa- 
^ooes  agradablf  s,  no  se  repriroir¿  sino  por 


roedio  de  seosadones  coolrarias;  es  decir,  por 
las  peoas  opueslas  ¿  los  placeres  que  descaa 
coo  mas  afan.  Para  llegar  á  ser  hombre  de 
bien  es  preciso  liaber  sido  bien  educado,  bi- 
ber  contraido  tnieuas  costurobres»  abiazar  ua 
géñero  de  Tida  acoroodado  ¿  este  prímer  paso, 
7  no  hacer  ningona  l>ajeza  oi  por  Toluot&d,  ai 
cedieodo  ¿la  Tioleocía.  Esto  00  puede  tener  lu- 
gar  eo  el  estado  social  no  estando  gobernado 
por  unainteligencia  y  una  coostitucion  rectas, 
proTistas  de  una  fuerza  suflciente  qoe  fmpoa- 
gao  la  oecesidad  deobedecer;  esta  rueraa  coao- 
tiTa  solo^se  eocnentra  en  la  ley  qu§  e$  la  ei- 
prenofi  de  ¡a  inteligencia  yde  la  $abiduría 
general.  Coaodo  manda  onosolo,  no  ordenao- 
do  sino  lo  que  es  Justo,  se  le  aborrece  si  con* 
traha  las  pasiones;  por  el  contrario,  ae  tolera 
la  Ie7,  con  tal  queno  perjudtqoe  ¿  la  eqoídad. 

Gonsiderando  Aristóteles  la  politica  como 
el  compleoieoto  de  la  rooral,  preseota  en  ooa 
obra,  fhito  de  uoa  larga  lecturá  7  de  laa  aia« 
yores  meditaciooes,  los  Tordaderos  priod- 
pios  de  la  legislacioo  7  del  órden  soda!, 
como  tarobien  la  marcba  pura  de  la  auto* 
rídad  legitiroa;  el  gobierno  se  establece  eo 
elia  sobre  una  base  flrroe  7  sólida.  IsAi  des- 
arrollada  la  doctrina  del  autor  de  uoa  maoera 
tao  cooTÍDceote»  que  sus  conctusiones,  por  po» 
coque  se  cstudien,  bastan  para  bacer  reouo- 
ciar  ¿  esos  sisieroas  erróneos  que  sirreo  de 
apoyo  al  despoiisroo,  y  ¿  las  ro¿ximas  pcligro- 
sas  7  contrarías  ¿  libertad,  que  han  hecho 
roucbas  Teces  sublevarse  ¿  las  naciooes. 

Hubíéraroos  podido  estendemos  mat  sobre 
la  fllosofia  de  Arístóieles;  pero  por  no  dar  de- 
roasiada  estension  ¿  cste  trabajo,  solo  bemoa 
preseotado,  sobre  uo  asuoto  tao  Tasto,  algu* 
oas  ligeras  ideas,  cuyo  compleroeDto  se  en- 
coDlrar¿  en  el  articulo  peripatbticos. 

La  prímera  edldon  de  Ut  6br«$  de  Áriitóítíei,  9t 
dl6  rn  Veoecí«  en  1495. 1497  y  1498.  por  Alde  el  antí- 
guo.  cn  8  toroos  en  foiio.  Iji  mas  compleU  de  la» 

ftuhlicadas  de^pues  es  la  de  Sylburge,  Praacfort* 
897,  II  tomoft  eo  4.*  La  edicion  que  forma  parte  de 
la  cole.  cioB  de  Deux-PoaU  corregida  por  J.  Tli.  Bub- 
le  (ITUl  y  afios  sUuienles,  8  tomos  en  8.*)  no  esii 
oompleta;  la  qne  publira  la  Academia  de  Berlin.  <*e  Im 
rual  se  ban  dado  á  lui  4  tomon,  contieae  el  testo  y 
una  nueva  traduccion  latina,  pero  le  falia  un  conco  ' 
taríü. 

II.  B.  Saint-Hilaire  ha  empetado  una  traduceion 
francesa  de  las  obras  complelasde  Arislóteles;  ya  se 
ban  publivado  mucbos  lomos. 

En.re  los  trabajos  especiales  sobrelas  dífereoles 
obrae  de  Arislóteles.  se  pueden  citarr 

Bn  lógiea  la  traduceion  alemana  dc  Zelln  StuU- 

{^ard,  18^:  la  traduccion  francesa  de  M.  B.  Saint-Bí- 
aire:  la  nbra  deUr.  Frunrk,  titulada  Exámemde 
una  hiitoria  de  la  iógíea.  Patis,  18^  en  8.o,  t  1« 
memoría  de  91.  B.  Saint-Hilairo.  premiada  por  el  lo»- 
titiito.  1838,  S  tomos  eo  8.» 

En  fiiíca,  la  tradutcioii  alemana  y  las  notas  da 
Weisse.  I.eipsirk,  1829,  en  8.' 

En  éi  Tratado  del  cíbIo^  el  ooinenlaHo  de  Pacios. 

En  la  Meteorotogia,  ia  «dicion  de  Mr.  Ideler,  9  lo- 
mos  cn  8.*  Leip&irlt,  1834. 

£n  cl  Tratado  del  alma,  la  de  Mr.  Trendeleoborg. 
Jena,  1833,  en  8.*> 

En  la  Hiitoria  de  lot  animalet,  1a  edícioo  coo  tr««^ 
duccion  franccsa  dc  Gamus,  dos  tomos  cn  %.o,  f789.  j 
la  de  Sohneider,  1  tomo  en  8.«  Lefprig,  4811. 


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877 


ABISTOTEUSMO— ARITMETICA 


m 


Bo  Mttámiea^  1a  édieion  eon  tradnecion  j  notas 
te  J.  S.  de  Cappelle.  Amsierdam,  18ÍS,  en  8.*^ 

Bn  Mft^iitea,  la  ediclon  de  Nr.  Brandi^.  B>;rlin, 
108,  en  8.0;  y  doa  obras  nrtfniíada»  ror  la  Academia 
dt  Cleneias  mot ales  y  pontíca»:  el  Exéwun  erilico  de 
¡aMtíari$iea  tfe  AriitókUt,  por  Mr.  Miclielet  de  Ber- 
ÜB.  1836,  en  8.0,  v  el  EnMyo  tólnre  la  metafitica  de 
Ari  lóíelts,  por  Mr.  F4  Bavuisson,  8  tomos  en  8.*';  por 
AltíBo,  la  traduccion  francesa  de  la  obra  del  fllósofo 
df  SCagire,  por  Mres.  Pierron  y  Zevort.  Paris,  4840, 
8  toBBOs  en  8.* 

Bn  MhraL  la  traduccion  francesa  de  Thurot,  2  to- 
»os  en  8  °,  4833:  la  edicloo  de  Coray,  1  tomo  en  8.*, 
48ÍI.  y  la  de  Mr.  Micbelet  de  BerUn,  S  tomos  en  8.0, 
1tt».|88S. 

Bn  la  Politim,  1a  edicion  deGoUHnft,  18S4,  en  8.*, 
y  Us  dos  tradncriones  francesas  de  Tburot  (48Si,  en 
8.*    y  de  M.  B.  Salnt-Hilaire  (4837,  8  tomos  en  8.0) 

En  la  Bconómiea,  la  edicion  de  J.  G.  Sehueider, 
«845,  en  48* 

En  Paéíiea^  la  edicion  del  ilustre  Ood.  Hormann, 
4881,  en  8.* 

Bn  Rtíóriea^  1a  de  Imen.  Brkker,  4S45.  en  8.* 

Poráltimo,  para  la  Bitíoriadela  doetrina  aritto- 
lAtOB,  la  obra  de  J.  Launoy,  lito'ada,  Üe  avari  Arit- 
talttet  i»  acad^mia  P  rienti  ftprtuna,  edicion  de 
▼Vilteaherg,  473i,  en  8.*  y  los  Exámenet  critieof  to^ 
hre  la  eáad  y  tobre  el  origen  de  lat  (radueeionet  lati- 
natdaA  '^^ 


ad  y  toore  el  orxgen  de  tat  fradueeion 
rittóíetet,  por  iourdain,  4849,  en  8.* 


ABTTENOIDES.  {Anatomia) '  ApOTacva,  étn&u- 
io,  y  8(¿o<.  forma.  Asi  se  líaroaii  dos  pequeños 
earlilagos  situados  arrlba  y  delrús  de  la  larin* 
ge,  eneima  del  cartilago  crícoides.  Forroao 
parte  iiitegrante  de  las  paredes  del  larínx,  con- 
corren  á  formar  la  lengüeta  que  presenta  la 
glotia,  y  dan  iosercion  ¿  los  múscuíos  aríte- 
noideos,  tlro-arítenoideos  y  erícoaritenoideos 
poaieriores  y  lalerales,  y  á  los  ligamentos  de 
la  gloiis. 

ARITMANdA,  de¿pc6(xd<;.  número,  y  (xavxeca, 
éiifrinaeion.  Arte  de  adivioar  con  el  anxilio 
de  I06  números.  Entre  los  Judíos  roodernos  for- 
mala  segunda  parte  de  la  Cábala,  de  que  es  pri- 
Biera  la  teomancia.  Una  de  las  maneras  mas 
oooiQoes  de  usarla  es  bnscar  en  el  valor  nu- 
laeral  de  las  leiras  de  un  nombrc  la  revelacion 
*de  los  acontecimientos  futuros.  Delermina  es- 
te  T8lor  el  oso  babitoal  ó  bien  se  establece 
segon  el  órdeo  del  atfabeto.  Por  un  cálculo 
de  esle  género  se  calcola  lo  que  durará  la  Vi- 
dade  00  hombre;  se  predice,  comparando  las 
tamts  por  la  adiccioD  de  dos  nombres,  cual  de 
las  dos  personas  que  ios  Itevan  sobrevivirá  i 
la  otra  ó  tríunfará  de  ella.  Se  ba  qOerido  des- 
eitbrír  por  los  números  el  uorobre  de  la  bes- 
tia  dei  Apocalipsis  ,  qoe  San  Juan  designa 
eoD  el  ndmero  667.  Segun  las  siropatías  ó 
antípatias  diversas  se  ba  encontrado  este  nú- 
Biero  en  el  nombre  de  Napoleon,  en  el  nom- 
bre  aleman  del  rey  de  Roma  {KoBnig  voun 
toi),  y  en  el  dcl  papa  Romiseher  Papst. 

Kite  género  de  adivinacion  fué  inventado 
por  I08  caldeos.  Por  lo  deroas  las  diferentes 
cofflbioaciones  de  número  han  tenido  en  todas 
épocu  aplieaciones  misticas.  La  doctrína  de 
I0S  pí^rícos  es  nna  prueba  de  ello,  y  entre 
los  oríeotales  os  todavia  moy  comun  la  creen- 
cía  de  qne  ctertas  combioacioues  arilméticas 
poseen  virto<^e8  secretas  é  inflnencias  podero- 
«.Asl  lofloáineroa  492,  357  y  846,  dispoes- 


ito8  en  forma  de  coadrado,  HeiieQ  el  poder  4t 
obrar  encantos,  de  cncoolrar  las  cosas  ocoltaf 
alejar  e1  incendio  y  hacer  inútiles  las  tent»-^ 
livas  de  los  ladrones;  en  fln  80n  un  taH^roan 
casi  universat.  El  número  45  qne  se  encuentr» 
siempre  en  los  goarísmos  de  este  cuadrado,  eii 
cnalqnier  sentido  que  se  los  adiccione,  es  tamr 
bien  venerable  y  prc*:ioso  para  los  Judíos.  £■ 
efecto,  los  dos  guarísmos  de  45,  representao 
las  dos  prímeras  letras  de  la  palabra  Jehovah, 
norobre  inefable  del  Ser  Supremo,  nombre  cod 
cuyo  auxilio,  segun  su  creencia ,  seobraroD 
los  roilagros  contados  en  la  Biblia. 

ARITMBTICA.  Ramo  de  las  matemáücas  qoe 
tiene  por  objeto  combiiiar  los  números,  segun 
ciertas  reglas,  para  deducir  resultudos  propios 
¿  satisfacer  á  condiciones  dadas:  estas  reglaii 
espuestas  metódicamente  forman  on  cuerpo  de 
doctrína  ¿  que  se  d¿  el  norobre  de  aritmética. 
Ilo  se  espere  hallar  en  este  diccionario ,  sea 
ias  generalidades  respecto  ¿  esta  ciencia,  sea 
la  historía  de  los  descubrímientos  coo  qoe  su- 
cesivamente  se  ha  enriquecido:  nos  limitare- 
mos  por  tanto  ¿  espdner  aqui  las  principales 
subdivisiones  qoe  se  han  formado  eu  ella  para 
facililar  su  estudio,  siu  perjuicio  de  que  up. 
consulten  1  s  diferpntes  aríiculos  en  que  8C 
trata  de  cada  una  de  ellas  en  particular. 

En  la  palabra  nitmeragion  se  eucontraráu 
esplicados  los  procedimieutos  mediaute  tos 
cnales  se  consigue  enunciar  y  escribir  todos 
los  números  posibtes,  por  medio  de  uo  nú- 
mero  limitado  de  paiabras  y  de  caraclérea  ó 
cifras. 

La  adiccion,  1a  sostraccion,  1a  mnlHplicaciiW, 
la  division,  las  fracciones  comunes,  tas  decí- 
males  y  la  estraccion  de  raiccs  se  tratao,  eo 
aríicnlos  separados ;  las  aproximaciooes  son 
objeto  de  otro  articulo;  por  úllimo  las  propor- 
ciones,  progresiones,  reglas  de  inlerés,  Je 
descuento,  de  sociedad  ó  compañia,  de  aliga- 
cion  conjunta,  etc,  dan  tambien  asnnto  á  es- 
plicacioues  especiales,  clasiflcadas  en  cada 
unode  los  térmlnos  qoe  Jas  contienen. 

Se  han  publicado  un  gran  uúmero  de  tra- 
tados  de  ariimética»  apropiados  ¿  las  diferen- 
tes  clases  dc  la  sociedad  que  tieoen  precision 
de  estudiar  el  aríe  de  los  c¿Iculo8.  Los  unoa, 
tales  como  los  de  Lacroix,  Glairaut ,  Beaout, 
Maudooit,  e8t¿n  destinados  ¿  los  Jóveoes  qqe 
quíeran  dedicarse  ¿  la  ensenanxa  ó  tomar  par- 
te  en  los  diversos  ramos  de  ingenieros  civiles 
ó  mílilarcs;  olros  taiescomo  los  de  Mres.  Gro- 
dillet.  Guerrét„Longoetre,  Juwígny,  etc,  ea^ 
t¿n  mas  especialmente  consagrados  ai  comer- 
cio  y  las  artes. 

EI  célebre  Newtou;  considerando  que  el  ¿l- 
gebra  se  propone  y  resnelve  ias  mismas  cues* 
tiones  qne  ia  arítmélica  elemental,  pero  que  es 
snsceptiblede  mayor  desarroilo,  prestáutii-se  á 
la  solucion  de  los  problemasde  uu  órden  maa 
elevado ,  di6  al  ¿Igebra  el  non^bre  de  arit^ 
méiica  universal'.  este  es  el  tilulode  oua  de 
ias  mas  preciosas  obraa  quese  han  pubU- 


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tn 


AUTMETIGA-ABLABAN 


m 


mA»  Mnta  <•  Mti  dtMÍa  y  baMa  abra- 
n  eii«»tlooés  4«  fMOicirte  my  eompHQa- 

iRLáBAH.  Hé  hé  8fdo  to1«Mat»  tD  k  úHi- 
gHi  guerra  éifll  én  la  que  ba  «dfairído  oiui 
roidosa  oelébridad  eu  cordtUoni  de  •oato 

Íie  separa  laa  provliidas  do  Alara  j  Ouipuaooa. 
n  qne  soa  Auestro  iBiento  taacef  la  üoscríp- 
oioD  topográfica  de  aqoel  piDtoreaoo  temso, 
éHremoa  de  él  una  ligera  idea  para  qoa  poe- 
éan  cottpreoderse  mejor  laa  opericioDefl  qoe 
tamos  i  referír.  A  dos  legutt  escasaa  de  Vito 
Tia  comiensa  la  pendiente  de  aquelta  dilatada 
OOrdiltera,  coMéría  de  perenne  Yerdor  y  pobla- 
áa  de  fresDos»  secolarea  algunos.  El  lerreno 
08  deslgual  y  lleno  de  coríadoras,  por  lo  que 

rico  imposible  ooa  acelon  decisiva;  pero  muy 
propósiio  para  un  oontínuado  combale  de 
iombre  á  hombre ,  parapetindose  en  ias  ro- 
oas,  6  tras  de  un  árbol,  qoe  babrá  pocos  á  co- 
yo  pie  no  se  baya  abierto  la  boesa  de  algun 
español.  La  clroa,  ó  cresta  de  Ariaban ,  desde 
la  cuai  se  desclende  por  Saliaaa  de  Lenis  don- 
le  está  el  nacimlento  del  pintoreaco  río  Dera, 
08  de  grande  ailura,  y  penoio  so  ascenso.  Un 
Taliente  general  del  ejército  de  la  reina,  des- 
oribió  con  estu  poéticaa  fríises  les  montañas 
de  Aríaban  á  lu  cnales  se  reflere  en  sn  bríllan* 
le  alegoría. 

•Mfs  Boldados  bao  bollado  las  nieves  do 
Mjo,  y  Ylsto  Yolsr  las  igoilaa  á  aos  pies.» 

Siendo,  piies,  Aríabao  on  punto  sino  esco^ 
dilmente  estratéglco,  liTorabte  al  meoos  para 
oombate  de  guerríllas ,  fue  elegldo  primcra-* 
üente  por  Mina  en  la  giierra  de  la  indepeDdeu 
ela,  en  la  cnal  la  msAana  del  S6  de  mayo  do 
1844 ,   los  goerrílleros  i  su  mando  atacaron 
emboscados  al  maríscal  Maaaena»  que  camina^ 
ím  i  Francia  eon  un  creeido  convoy  mal  ad- 
quirído  y  4 .042  prisioneros  ingleaes  y  ospaño 
les«  rebultando,  despues  de  seis  horas  de  eonw 
bate,  apoderarse  de  todo,  rescatar  los  prísio 
iieros ,  y  iiscer  un  námero  considerable  de 
ellos»  perdiendo  los  franceoea  mas  de  800  bon- 
kies.  Herído  con  esta  derrota  so  pundonor,  é 
frrílsdo,  redoblaron  sos  esAienos  pcrsigoién- 
tfole  siD  descanso;  pero  soíHendo  nnevos  gol- 
BOs,  y  oonToncidos  de  sn  impotencia,  trataron 
00  gaoarío  al  paríido  del  emperador  coo  gran- 
iéa  pfomesas.  tnfrootooBO  este  roedlo,  apolaron 
al  deseapemdey  desbonroso  rooDrsa  de  pre- 
tonar  so  oabesa  en  6,000  dnros,  coroo  si  el 
Íatríotfsroo  espaftol  entoi«oa  toYiera  preoio. 
mro  hecho  igual  tíó  el  año  4843  en  el  mismo 
oltio.  Esta  Tos aseendian  loa  ft^oeoses  i  S,Ooa, 
T  eostodiaban  otro  eouyojóBgnñ  Talia,  at  eni- 
dado  de  Mr.  Deslaodes,  secretarío  do  José  Bo- 
naparle,  qoe  Ileraba  ona  oorreapondenoia  in* 
tmaoBie:  arlstanle  Uts  gaerríileroa  ospoñoloa, 
rsfn  mas  detencion  que  la  prímora  deaearga, 
lOB  acometen  i  la  bayoneta.  Mueren  700  fren- 
eeses,  caen  460  prísioneros,  y  pierden  el  rieo 
botin  y  dos  banderas,  y  los  oapafioloa  que  oon- 
dnciaQ.  Deslandes  quodó  ontro  loi  «uortü;  ao 


«aposa  yotraBseflomcf^ioroiri 


envio  i  Titoría  cioco  nifios,  coyos  padroa  so  i^ 
nerabaa,  y  on  so  pacte  al  gobiiraadaoia:  •wm 
angoHtos,  ▼lotfnua  Inocoatea  co  lca  prímcrea 
pasos  de  80  rída,  haa  merccido  de  nü  th\tí<m 
lodoa  loB  seotimioQios  de  epmpasioo  y  4eca- 
rlfto  qticdlelaDla  rdigíoa,  lahoMoiéad,  odad 
tan  liema,  saerto  tan  destenturada....  Li»  ol- 
ñOs  por  81  candor  tienen  sobro  mi  aloui  al  ma* 
yor  BseendieDte,  y  son  la  Ooica  fticrsa  qoe  m- 
príme  y  amoMa  e!  corazon  gnerrero  dc  Crueha- 
ga.»  Eatap  espreslones  del  segundo  dc  Mina, 
desmfenten  la  Oeresa  qoe  se  ha  sopQCslo  i  Iob 
goerrílferos  españoles. 

Los  gloríosos  recuerdosde  la  gaerracontia 
loc  fraDcoBes,  llamaron  i  los  earíialcs  hicia 
edte  punto,  en  coanto  se  fué  organiaando  ia 
Ittchaeo  la  proYlacia  dc  Qoipuacoa.  Ociih>1o  7* 
la  eapHaí  de  AlcTa  por  las  trcpcB  de  ia  leiaa, 
las  espesuras  y  l>Msques  de  Arlaban  faeilitaban 
▼eotiijofa  posicion  i  sus  coatraríos  para  ^ut- 
var  en  atalaya  las  tropas  cnemigaa.  A  ecie  fta 
acudió  Eguia,  cuando  desde  Ouemica  fué  i 
Alaf  a  para  estar  en  aeecho  de  loa  mortorientos 
-del  geueral  en  gefe  del  cjércMo  de  laahel. 

Yillareal  de  Alava»  cuya  fdrtiicaoioQ  era  el 
obieto  de  la  BMníobra  eonbiBada^qoe  Cérden 
iba  i  dirígir  sobre  Arlaban,  esti  siloada  ea  d 
camino  de  Vitoría  i  Durange,  y  so  poaicico 
podia  senrir  para  alejar  i  lo8caríiatas  qoe  por 
aquella  parte  aaediaban  i  Yiloría,  y  aaeforar 
el  paso  de  las  tropas  i  Bilbao.  Come  Egnla,  ai- 
luado  en  Arlaban,  podla  poseslonarsc  de  Villa- 
real  coaDdo  ocDociera  esle  peDsamtenlo  de 
Córdova ,  trató  este  de  alaoar  á  Sgoia  ea  aos 
posiciODes ,  y  evitar  por  esle  medio  todo  oha- 
táculo  i  las  tropas  que  bo  destioaBCD  i  laiorté> 
ficadoo  de  Yillareal.  Pcro  difidl  la  emppoaa, 
dispuso  el  gefe  liberal  qne  la  posieiMi  foe 
ocopabao  los  carlistas  fuese  fraDqtoeada  dmis- 
mo  tiempo  que  con  bísarría  le  atacaha  ét 
freote. 

Bl  46  de  enero  enprendió  la  aarBha  el 
ejército  de  la  reína,  dirídido  en  trce  oocrpoB: 
el  000  al  mando  del  general  inglés  Btaos,  qoe 
con  la  legioo  de  sn  nacioo  y  algunos  batailoMB 
españdes,  debia  flanqnear  por  ia  dercoha  d 
enemigo  abordando  la  aícrra  por  la  parle  de  la 
Borunda:  olro  por  la  isqoierda  i  ias  órdcMB 
del  geoerd  Bsparíero,  desünado  i  poseBloDaiv 
86  y  fortiflear  i  YiIIareel;  y  cl  lorccDC,  h^c  la 
direcdoD  de  CérdoYa  debia  ataoar  por  el  oeiilio 
dc  la  liDea.  Los  ataqnea  deblan  ser  sinnlli- 
oeoa,  y  i  este  fln  se  señaid  d dla  4?. 

Combfnadaa  las  tropas  eapaftolas  con  las 
legiones  francesa  é  íngleBa;  BModaodo  ona 
brigada  de  aqodiasdOH  Fdipe  Uvoro;  dcc  bcr 
talioncs  dd  regimieole  de  la  Príoecaa  don  ia- 
moD  María  Marvaes,  y  otra  brigada  d  coroad 
de  la  guardla,  oonde  de  GlecDard»  rómpeae  d 
Qorimteuto  oon  readodoo  y  eaporanaas.  Cooio 
al  llegar  i  ArroyaTe  no  se  hallase  auu  d  eoe- 
ffligc,  d  ardor  de  Córdova  hisolc  de}ar  en 
aqodpHQlo  dgmasc^aostfQpas  y  oAelan^ 


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AHLABAN 


m 


!  ú  MHibrt  é^  if1«t9ft  sf  «w^^iw  en  1%  c«r- 

k  iHM  ivneéia^ft  i  U  sierra.  T4  4€M4e  e$te 

9  panA»  ie  ^reto»  Us  mQs&d«s««rUst«a  para  «41 

lorpMtr  k  oareba;  y  Ucvado  Cdrdava  de  su 
ém^  de  oombaiir,  maiidó  adelaAtar  alguoas 
fiaipn,  dasdo  ál  oúamQ  tiempo  órdea  ^ara  qoe 
k  iiffoieseii  las  trefMS  que  habhm  quedado  i 
relBiQardia.  Smpráose  qotíto  (uego  entre  las 
iRi|MS  isibeliiias  qae  avaosabao  bácia  el  des- 
iliiicro  y  las  qoe  deíéDdian  taa  estrecbo  paso, 
veemo  loe  earlistas  mamfestabaD  pias  deseo^ 
éi  reeietirseqae  de  replegarse,  arrolóseá  ellos 
Ranraes,  7  cayó  herido  de  on  balaso  en  la 


leplégaiise  loscarlístaa  paso  ¿  paso  para 
mejer  soeteaerse  parapetándose  nuevamente 
m  la  espesura  y  en  las  eminencias,  lo  que 
iHMii  imliitllei  las  mejores  cDmbleaciones  de 
fl6idova«  Sa  la  altematiya  de  retirarse  sin  glo' 
rla  é  veseer.  ae  decidió  ¿  desaleéiM'  de  aquella 
etfáomtít^  formidable  al  carlisU  y  ordena  á 
iffere  lo  eiecole  4  toda  cesta,  como  sucedió, 
^eoeiindeBe  al  misno  tieropQ  otros  ipovimlea- 
lü  vidoriosos  para  las  armas  liberales. 

CoMide  esto  pasaba  á  la  isaoierda  de  la 
lÉM  teAasmeBle  defeodida  por  los  carlistaa, 
eüee  eombatian  foertemente  eq  su  derecba  á 
lü  iegiouarios  fraoceses  quesabian  morir  co- 
me  valieotes. 

FDne  fin  lanocfae  á  esta  lucha  que  00  es- 
lerabeB  ios  rebeldes;  y  tanto  las  tropas  qoe 
eelraroB  eo  aecioo,  como  las  que  iban  llegan- 
de  del  resto  del  ejército,  acamparon,,en  las 
looas,  en  las  posicioues  ganadas  por  la 
\  etrae,  y  las  restaotes  inmediatas  al  desfi- 
«paragoardarle. 

Geaocidoe  los  bechos  del  centro  de  1a  U- 
tea  áe  operaeiones  qoe  Ci^rdova  habia  trasado 
en  80  projecto,  filtanos  relerir  qoe  á  la  is- 
frierda  y  i  la  derecba  de  la  base,  tambieo  el 
iübidode  las balas  se  hacia  senlir  en  las  fllas 
ie  lis  tropas  de  la  reina. 

li  leBieBfe  geoeral  Lacy  Evans  habia  se- 
fiido  cea  sus  tropas  la  via  qne  cobduce  de 
Titoria  á  Salvatierra,  varlando  luego  de  direc- 
cíai  é  ii  iiqolerdi.  les  celadores  de  Alava 
üMiito  erroJabaB  de  Nendijur  ¿  Ips  carlip- 
Im  4oe  reforsadoe,  les  bubieran  batido,  ¿  no 
m  ssMrriáee  eslos  ¿  sn  vespor  los  iogleses  j 
'      il  mmido  de)  brigadier  geueral 


is  BBivo  iBteBtae  les  carlistas  posesio- 
^-nedeMeodyor,  trayeodo  para  su  logro  cio- 
m  bMalliBOi  y  de  300  ¿  400  caballos,  pero  al 
iüpmiilui  tan  arrcjado  ataque,  foeroo  secor- 
wslos  libeFales  por  losgranaderosde  Wesf- 
rtirter>  que  reclwsaroii  denodados  ¿  los  car- 
ilitaspor  segooda  res.  Retiranse  eatos  i  las 
iftnrasdeMalariOi,  ylos  Uberales  pernoctan 
ea  irboto  y  hoheam,  como  b  bdua  dlspu^io 
Cándova. 

UegaEsBeneroiViUareal  vencieodoalgu- 
iNobiticBkii:  le  lEecopoce,  y  biUaododUlGil 


allanar  sn  finrUQqiOiqo»  !a  Qomuoic^  lil  general 
en  gefe. 

Por  lo  Ugerdmente  espocstp^es  flcil  cqoo- 
cer  aue  e^  aeioasiado  ardor  de  C(^niova  preci- 
pUó  la  operacíon  del  ceotro,  y  se  frustró  el 
ataaoe  simultáneo  para  vcncer  i  los  carlistas 
eo  foa  altos  de  irlaban.  Menoscubóse  la  repu- 
tacioQ  del  gcneral  eo  gefe;  perq  se  aumentá  la 
del  militar  Taliente.  D^pues  de  uoa  ooche  fria, 
lluviosa.  y  ei^  la  ooe  el  ejercitp  de  Isabel  tii- 
vo  que  vivaquear  sin  lumbre,  ni  agua,  sufi-ien- 
do  penalidadeSi  amaoeció  el  dia  |7  para  tor- 
oar  i  Qutevos  combates  y  ^  nuevos  ríesgos. 

No  pudl^ndp  peroianecer  Esparterq  eo  Yl- 
llareal,  marcbó  por  la  misma  sierra  de  Arla- 
bao,  flaoqueaodo  las  posiciones  de  los  carlls- 
tas,  y  eoyolvléodolos  por  aquella  parte  de  su 
linea.  Rivero  y  los  demas  gefes  de  divisipn 
ocopabao  sus  aoteriores  puestos.  Todas'  la> 
fuersas'  esperaban  la  seftal  del  combate. 

Egoia,  porsQ  parte,  babia  estaciooado  sus 
Iropas  en  una  linea  paralela  i  la  ocupada  por 
jas  cootrarias,  como  indicaoqo  qoe  podia  diri- 
girse  i  cualqulera  de  los  puotos  de  ella,  si 
bieo  con  el  so|o  ofojeto  de  encubrír  su  iotenlo 
de  atacar  reciameote  y  epvolver  la  derecha 
(|e  Ifis  ppsiciooes;  intento  que  no  solo  se  diri- 
gia  i  la  conocida  maniobra  de  flanqoear  las 
alturas  ocopadas  por  pn  enemlgo  faerte,  sino 
coo  t\  flp  de  bacerse  dueño  de  no  puoto  des- 
de  donde  era  fácU  con  algun  arrojo  pasar  i 
cortar  la  Ifnea  de  reUrada  del  ejército  de  |sa- 
bel,  toda  ves  que  por  haber  Górdova  situado  el 
mayor  número  de  sus  tropas  bácia  la  derecha 
de  la  Unea,  ni  era  por  partede  Egnia  descabe> 
llado  el  proyecto,  ni  muy  fácil  aaiz¿  i  Córdo- 
ra  e1  frustrarlosi  el  general  carlfsta  conseguli 
avanzar  ai^unas  tropas  que  ínfnndiesen  entre 
las  de  la  reina  el  temor  de  ser  cortadas. 

Un  movimiento  poco  acertado  que  Górdova 
ordenó  ¿  Espartero,  fué  el  preladió  del  ataque 
general  qoe  empreodieron  los  carUstas  ¿  las 
dies  y  media  de  la  mañana  ba]o  una  dcnsisima 
niebla;  meiced  ¿  la  cual  intentó  Yiiiareal  por 
los  altos  de  Elgueta  envolver  la  posiciones, 
tlegandp  hasta  tiro  de  plstola  del  batallon 
frances,  qoe  por  aquella  p^rte  guardaba  el 
flanco,  siendQil  fln  recbazadpcuandopreten* 
dia  llevar  i  ca)x)  las  órdeqes  de  Eguia.  Com- 
batido  tambieo  coo  bravora  el  ceotro,  faeroo 
arrojados  coo  decision  y  valentia  déi  desflla- 
dero  los  carlistas  qoe  pretendieroo  pasarle. 

En  la  izqoierda  d¿  Ig  Unea  era  mas  vivo 
el  combale  y  borrible  la  mortandad.  Los  ve» 
yeotis  qoe  maodaba  Rivero,  tomaroo  i  coro- 
nar  la  alUira  aue  habian  ganado  y  perdido  el 
16  i  cosiade  sangre,  y  qoe  defeedian  oon  h^ 
roicidad  el  47  perdiendo  mil  vidas;  reforsapdo 
al  fln  G6rdova  aqoellas  fllas  diezmadas  por  (a 
bravora  y  tenacidad  de  ios  carUstas. 

Evans,  por  su  parte,  no  se  condoda  pod 
menos  biios^  avanzaodo  sn  flanoo  izqnierao^ 
poscsionindoÍBe  de  coatro  puentes  tdbrt  el  Zp- 
dorra  cerc»  de  AiW,  Y  ostendiendo  sos  oe- 


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283 


ARLABAN-ARMA 


m 


lumnas  hasta  Marleta,  dominando  asl  toda 
aquella  parte  dcl  valle  de  la  Borunda. 

£n  tal  estado,  la  respectiva  situacion  de 
los  gefes  liberal  y  carlista,  era  por  demas  cri- 
tica.  Agotadas  las  fuerzas  de  entraml>os,  te  • 
miansemútuameole:  lanoche,  comosiquisiera 
cubrir  con  sus  sombras,  en  el  un  campo  las 
iodecisiooes  del  jóven  candillo,  y  en  el  otro 
sos  temores,  Uegó  á  potier  fln  al  combate. 
Eguía  replegó  sus  tropas  á  las  posiciones  á  que 
fué  á  parar  el  4  6  despues  de  su  primera  em- 
bestida,  y  Górdova  previuo  la  retirada  de  sus 
batallones  á  favor  de  bi  oscoridad,  yocultándo- 
la  con  las  fogatas  que  dejó  encendidas. 

Ambos  combatientes  se  atrlbuyeron  ia  vic-* 
toria;  y  ambos  crearon  cnices  de  dístincion;  y 
en  verdad  que  nno  y  otro  la  gaoaron,  y  uno  y 
otro  la  perdieron. 

Los  resultados^  para  la  patria  fueron  es- 
tériles,  ó  mas  bieú  dicho,  funestos.  Quioien- 
tos  carlistas  y  seiscientos  isabelinos,  ó  lo  que 
es  lo  mismo,  mil  y  cien  españoles  quedaron 
fuera  de  combate.  El  campo  de  batalla  qnedó 
abandonado;  y  aquellas  montañas  enrojecidas 
con  la  sangre  derramada  en  dos  dias,  queda- 
roo  como  uoa  linea  divisoria  para  los  dos  ejér* 
'citos:  quedaron  como  puede  decirse  que  esta- 
ban  antes. 

Desde  entonces  continnaron  siendo  los 
moútes  de  Arlaban  teatro  de  encarnizados  en- 
cuentros,  como  puede  verse  detalladamente  en 
la  Mem  oria  del  general  Górdova,  en  la  Biogra- 
fiü  de  Eguia  y  en  lashistorias  de  Esparlero. 

ARLEQUIN,  ARLEQUINADA.  {Arte  dramáli' 
eo.)  El  papel  de  Arlequin  dali^  de  la  mas  re- 
mota  antigüedad,  pueslo'que  los  huboen  el 
teatro  griego  y  romano.  Entre  los  bufoncs 
griegos  habia  ademas  del  sátiro  barbudo,  el 
sátifo  iniberbe,  que  se  presentaba  veslido  con 
una  piel  de  lepn  ó  tigre  muy  ajustada  al  cuer- 
po,  con  una  varita  de  madera  blanca  en  la 
mano,  un  sombrerito  blanco  ó  negro  en  la 
cabeza  y  nn  antifaz,  cuyo  color  imitaba  la  tez 
morena  de  los  campesinos.  £n  Roma  repre- 
sentaba  este  papcl  el  esclavo,  y  el  bufoo,  Ila- 
mado  sannio,  se  preseotó  en  ia  escena  con  el 
roslro  embadurnado  de  hollin,  la  cabeza  rasu- 
rada,  cl  calzado  sin  talon  {planipes),  y  un 
vestido  compuesto  de  retazos  de  diferentes 
colores  (centuncuíus,)  Su  nombre  procedia  de 
sanna,  burla,  mofa  y  gesticulacion.  De  estos 
dos  tipos,  idénticos  eu  el  fondo,  destinados  á 
rídiculizar  los  mismos  vicios  y  defcctos,  la 
Italia  moderna  ha  hecho  su  Ariequin;  pues  le 
ba  dado  la  máscara,  el  sombrero  y  el  sable  de 
madera  del  primero,  y  los  zapatos,  el  vestido 
de  botarga  y  ei  nombre  del  segundo  (el  arle- 
qoin  italiano  se  Ilama  zanniíííy  y  la  malicia, 
la  astucia  y  ia  alegriade  los  dos.  En  cada  una 
de  808  individualidades  estaba  representada 
antiguamente  una  clase:  et  campesino  griego 
y  ei  esclavo  romano;  despues  llegó  ú  ser  uo 
tipo  de  otra  clase  y  fué  la  personiflcacion  de 
los  bergamascos,  como  Pantaion  lo  era  de  los 


veneciaoos  y  Scapln  de  lo9  oapoUtanos.  Todes 
estos  personages  pasaron  á  Francia.  y  Arle- 
qoin  no  fué  mal  recibido  por  lo5  franotses, 
con  cuyo  carácter  tanto  ee  conformaba  d  pa- 
pel  qoe  aquel  representaba;  jamás  bobo  en  It 
esccna  ningun  personage  qoeftiese  mejor  com- 
prendido  de  sus  oyentes  que  1o  foé  Arlaqolná 
su  aparicion'en  el  teatro  de  la  Foyre.  Esta 
buena  acogida  estimnló  á  las  demas  artlstaa  y 
Arlequin  fué  representado  por  cómicos  de  pri- 
mer  ói'deo,  entre  los  cuales  debemos  citar  é 
Dominico  Viancolelli'  (4676),  Vicentini  (17Í0), 
Tbomassin  y  el  célebreCarlln  (Garlo  Berlmasxl) 

lasarleqmnadas  ópiezas  en  que  Arleqnio 
desempeñaba  el  principal  papel,  erao  venia- 
derascomedias  6  simples  rcroedos  de  ellas  qoe 
el  actor  se  encargaba  de  ejecotar.  Lesagei 
Autreau,  Delisle  Maribaux  y  CaiIhaTa,  presta- 
ron  á  la  fantasia  de  Arlequin  el  socorro  de  so 
pluma.  Eo  4792  los  nuevos  teatros  se  dispota- 
ron  la  herencia  de  lacomedla  italiaoa  qoe 
acababa  de  morir.  En  los  teatros  de  Varieda^ 
de%  y  VaudevHle,  se  representaron  tambien 
arlcquinadas.  En  el  segundo  de  estos  teatros 
se  distinguió  uu  tal  Laporte,  qoe  segon  dicea. 
00  tuvo  otros  pmfesores  qoe  un  mono  y  gatos, 
con  los  cuales  le  encerraba  su  madre,  siendo 
tal  el  estudio  qoe  hiso  de  ellos  que  llegó  i 
adquirir  un  gran  talento  d^  iroitacioo.  Los  qoe 
le  conocieron  bablan  todavia  de  la  perfeccion 
con  que  parodiaba  á  Talma.  Gomo  se  Tela  ar- 
lequinada  se  convirtió  en  parodia,  y  por  espa- 
cio  de  veinte  y  cinco  años  fué  inmenso  el  con- 
sumo  quc  se  hizo  de  este  géoero  de  piesas  en 
todos  los  teatros  de  Paris.  Desde  ArUquin  i 
afficheur  hasta  la  piesa  titulada:  el  Nveeiario 
y  el  superfluo;  Laporle  creó  mas  de  cieuto  cin- 
cuenia  papeles  de  Arlequin.  La  abundanda 
produjo  la  saciedad  y  se  pasó  á  otra  cosa. 

El  ArlequiD,  propiameote  dicbo,  ha  des- 
aparecido  completamente,  por  mas  que  lleven 
estr"  nombre  los  que  vestidos  de  botarga  tomtn 
parte  en  las  escenas  roimicas  groseramente 
representadas  por  algunas  compañías  de  lite- 
reros. 

ARMA.  (Arte  mHüar,)  Todo  instmmenlo 
propio  para  ofender  á  otro  y  defenderse.  II 
desequilibrio  ó  desigoal  distribucion  delosin- 
tereses  y  de  los  elcmentos  para  adqolrírlos  en 
toda  esta  tierra,  qoe  Dios  formó  para  el  sos- 
tento  de  toda  la  humanidad,  constituye  i  esta 
en  general  yá  cada  humano  en  particular,  eo 
la  dura  necesidad  de  cpnservar  ó  conqnislar 
lo  quc  aquella  6  cada  nno  de  eslos  necesita.  Kl 
cariño  patemal,  e1  resto  fllial,  la  amistad»  el 
amor,  todos  coantos  instintos  nobles  pueo  Dios 
eo  el  corazon  del  hombre  para  que  le  sinrieran 
de  lazo  con  cada  nuo  de  sus  inmediatos  y  di- 
versos  semejantes,  consoclos  suyos  en  lavida, 
para  que  le  sirvieran  de  eslaÍK)»  indestructi- 
ble  con  la  sociedad  en  general,  han  scrrido  y 
sirven  aun  á  aqnel  para  emplearlos  en  el  cs- 
I  pollo  de  loa  otros  y  usar,  oomo  móvil  dd 


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AftMA 


286 


egoUoDO  eDtronizado  desde  e1  origen  del  mun- 
£,  en  coDtra  del  prójimo  y  en  provecho  pro- 
pio,  el  insliDto  y  los  seDümientos  que  Dios  1e 
did  parael  bien  propio  y  el  det  prójimo.  Un 
l»dre  para  sn  familia  es  el  traBunto  de  lo  qne 
nn  gobierno  ó  rey  debe  ser  para  sus  súbdí- 
toB,  asi  como  este  debe  serlo  de  lo  que  Dios 
es  para  los  crislianos.  Pero  si  no  siemprc  los 
bijos  de  nna  misma  familia  estáo  acordes,  en 
materias  de  intereses  principalmente,  tampoco 
los  coDSúbditos  suelen  estarlo  nnánimes  en 
este  6  aqoel.  roodo  de  ser  regidos,  en  esta  ó 
aqoella  opinion.  De  aqui  nace  la  guerra  civil 
de  las  naciones.  Si  dos  famüjas  cohabitantes 
de  nn  poeblo  suelen  ¿  veces,  por  estrechos 
que  liayan  sido  sos  lazos  6  intereses,  romper 
loB  Tinculos  de  su  aliansa,  tambien  dos  nacio- 
nes  de  nn  mismo  continente  quiebran  á  veces 
los  iaios  polílicos  que  antes  las  unian.  De 
aqui  nace  la  guerra  estrangcra. 

II  deseqoilibrio  c^nstante  de  intereses  y  de 
necesídades,  el  estado  violento  de  la  bumani- 
dad  qiie  aquel  produce,  la  inversa  aplicacion 
qne  por  consecuencia  hace  el  hombre  de  sus 
iostintos  y  sentimientos,  divide  la  opinion  y 
losdeseos,  establece  la  guerra  sordaque  efer- 
resce  etemamente  en  la  sociedad  entera.  Esta 
gnerra  al  fln  desembozada  se  bace  necesa- 
ría  algona  \e%,  y  de  aqui  nace  la  ocasion  en 
e1  hombre  de  ofender  á  los  demas.  Pero  al 
bombre,  en  su  insaciable  odio  contra  su  pró- 
jifflo,  no  han  parecido  bastantes  las  fuerzas  y 
eiemenlos  que  le  dió  la  naturaleza,  é  inventó 
o(r«8  medios  mas  mortiferos,  y  por  esto  las 
armas  del  bombre  admiten  dos  especies  gene- 
nles  de  division:  la  primera  especie  dedivi- 
sloo,  que  admiten  las  armas  del  hombre,  es 
en  naiurales  y  aríifieiaUs,  se  dividen  en  ofen- 
snws  y  defensivas,  cuya  divislon  comprende 
otras  snbdivisiones  que  tambien  diremos  y 
Ibniia  ia  segnnda  especie. 

Ármas  nalurale$  del  hombre.  Dios  ba  dado 
al  bony>re  en  el  talento,  que  le  sobrepone  ¿ 
los  demas  seres  que  le  lodean,  su  príncipal 
anna,  porquc,  materialmente  examinado,  po- 
eofl  ▼ivlentes  seres  irracionales  existen  iofe- 
riores  al  hombre.  Este  posee  en  sus  miembros 
nrmui  naímrales  moy  débiles  comparativamen- 
le.  Las  oñas  y  dientes  del  bombre  son  dc  in- 
feríor  forlaleza  á  las  del  ligre;  sus  pies,  pier- 
aas  y  brazos  luas  menudos,  fuertes  y  ligeros 
qae  los  del  leon,  y,  en  fin,  todas  sus  armas 
naíuraUs  son  insuficientes  para  contrarestar 
lasde  los  seres  irracionales  y  sostener  al  hom- 
bve  eii  superíoridad  ante  ellos.  Empero  el  hom- 
bie  pofiee  on  arma  negada  ¿  los  demas  seres, 
pooee  la  imaginacion,  el  talento.  Este  le  ba  ser- 
fido  eo  U  materíalidad  para  establecer  su  do- 
mioio,  j  el  bombre  invenló  las; 

Arma$  arii/iciales.    Imporíuno  fuera  enu 
aKrar  la  mulHtud  de  armas  qoe  desde  el  orí- 
geodel  mondo  inventarouy  aplicaron  los  hom- 
bres  para  el  esterminio  de  los  deroas.  Las 
aon  tan  antiguas  como  cl  mundo,  y  esto 


mismo  proeba  la  prímera  familla  de  los  hom- 
bres  Eobre  la  tierra,  cuando  Gain  mató  á  su 
hermano  Abel:  la  guerraenestaprimitiva  épo- 
ca  ya  existia  y  el  uso  de  las  armas  aríiflciá' 
les  era  conocido. 

Las  armas  artificiales  son  para  las  socieda- 
des,  como  para  los  individuos,  un  objeto  de 
prímera  necesidad.  La  vida  de  los  pueblos  es 
un  combate  continoo:  pueden  perder  su  iiberr 
tad;  pero  su  esclavitud  siempre  es  pasagera  si 
los  poeblos  conservan  armas. 

La  historia  de  todos  los  tiempos  y  de  todos 
los  pueblos  demuestran  esta  verdad.  61  poeblo 
romano  conquistó  el  mundo  conocido  en- 
tonces;  pero  se  vió  cn  la  necesidad  de  aliarse 
ásus  roismos  pueblos  conqnistados,  y  porcon- 
secuencia  de  no  quitarles  las  arroas,  los  pue- 
blos  vencidos,  los  esclavos  que  le  hdbian  da- 
do  sus  victorías,  destruyeron  despues  el  rois- 
roo  poder  roroano  que  los  sojuzgara.  Nunca  los 
pueblos  vencidos  pueden  perdonar  á  un  pue- 
blo  estraño,  por  dulce  que  sea  su  dominio,  la 
opresion  cn  que  los  puso. 

Todos  los  cuerpos  duros  son  mny  útiles 
para  la  fabricacion  de  las  armas»  cuya  cs  la 
razon  por  la  que  el  hierro,  el  acero  y  el  bron* 
ce  sou  tan  usados  para  ellas.  Empero  todos  los 
cuerpos  de  la  naturaleza  pueden  servir  de  ar- 
ma  artificial  al  hombre  de  genio  superior.  Ar- 
quimedes  en  el  sitio  de  Siracusa  iocendiaba  la 
fiota  romana  por  medio  de  la  reflejacion  del 
sol  producida  sobre  un  grande  espejo  cónca«' 
vo.  Toussaint-Louvcrture  en  la  isía  de  Santo 
Domingo  abandonó  á  los  efectos  de  aquel  cli- 
ma  ardiente  la  defensa  del  territoriocontralos 
franceses:  en  poco  roas  de  dos  meses  hlzo  pe- 
recer  sin  combatir  á  40,000  de  etlos.  La  Rusia 
venció  á  Napoleon,  no  con  las  batallas,  sino 
abandonando  su  ejército  á  la  cruda  aridez  y 
crispante  frialdad  del  clima  del  Norte. 

Las  armas  aríificiales  hemos  dicho  qoe  se 
dividen  en  ofenshas  y  defcnsivas. 

Armas  ofensivas.  Instrumeutos propios  pa- 
ra  ofender,  como  la  hnza,  el  fusil,  etc.  Muchas 
de  estas  armas  sirven  tambien  como  defcnsa, 
y  por  eso  las  armas  ofensivas  pucden  servír 
casi  todas,  segun  las  circunstancías,  dc  armas 
defensivas  á  un  mismo  tiempo.  Un  sable,  por 
ejemplo,  sirve  para  berir;  pero  puedé  al  mis- 
mo  tiempo  servir  para  parar  un  golpe  de  otro. 
Armas  defensivas.  Todos  los  objetos  dcs« 
tinados  ¿  preservarnos  de  ofensa.  Ya  bemos 
dicbaque  las  armas  ofensivas  pueden  servir  á 
la  vcz  como  defensivas. 

Las  armas  ofensivas  se  dividen  en: 

4.^  Arma  demano,  Toda  arma  quese  tie- 
ne  y  maneja  en  la  mano,  romo  el  sable,  pis- 
tola,  etc. 

Arma  arrojadÍM.    La  que  se  lanza  de  le- 
Jos  para  ofender,  como  el  dardo,  piedra,  etc, 

£1  arma  de  mano  se  divide  en  otras  do?: 

4.*  Arma  blanca.  Es  laqoe  nollene  astu  y 
ofende  sin  necesldad  de  fuego  ni  ser  arrojada, 
"l  Gomo  el  sable,  la  daga,  etc. 


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AftMA--AAMADÁ 


t.*  Árma  Íé  füéffb,  Lb  (rae  m  dispin  por 
medio  ñe  1a  pdtvora  coaio  el  hn^. 

Las  armaS  sedividen  táiMea  en: 
ArmáM  mooStHei.    Las  qne  el  hdtiibre  pae- 
de  iletar  coasigo,  como  el  sable,  c1  fo^tl. 
/  Árina»  inmtfvibles.   las  (tne  sirven  alhom- 

bre  siD  que  las  mueva,  eomo  el  cañon. 

Las  armas  defensivas  te  dividen  tsn  dos  es- 
pecies: 

Armai  deferiíi^  púfiátitei.  Ltt  qne  e! 
bombre  puede  tr&sporiaf  consigo  para  sn  de- 
fensa,  cemo  la  corasa,  etc.  tVéase  AHMAMmA.) 
Armas  defefmv<í$  nopSrtátihS.  Lasqve 
DO  pudiendo  ser  trasportadas,  deflenden  at 
bombre:  \al  es  loda  fonificacion. 

Se  vte,  pnes,  como  el  bombite,  poco  temi- 
ble  por  lodébU  de  sns  artnas  naturates,  se  ha 
becbo  iuvencible  á  lo^  demas  Bere^  por  medio 
desu  talento,  inventaüdo  los  anteriores  é  infl- 
nitos  insirumenios  qae  liemoB  clasíflcado  y 
qne  se  llamao  armas. 

AMA.  (AL)  [Artemilitar,)  Sirvecomogríto 
para  avisar  á  las  tropas  oontra  el  enemigo. 

ARMA  FALSA.(And  mtlitaf .)  Acometida  fin- 
gida  con  cualquicr  objeto  estratégico. 

ARMADA.  {MariHma.)  Entiéndese  por  el  to- 
tal  de  fuersas  marítiínasque  posee  nna  uacion, 
y  en  general  cualquier  reonion  de  baques  bas- 
tante  numtrosa. 

La  igual  aplicacion  y  composieion  de  eifta 
palabra  en  varias  lengoas  estrangeras  ba^laria 
áindlcar  pór  si  sola  el  predomioio  antiguo  de 
nucstra  marina  en  et  mondo  civitizado  ya  qne 
la  bistoria  onivcrsallio  lo  demostrase.  España, 
1a  nacion  marítima  por  escelencia,  sin  nras 
tíomuntcaciou  con  el  confmente  quelosinoo* 
(es  Pirineos,  ha  sido  en  tarias  épocas  el  empo- 
rio  de  la  fuerza  marititna  milttar  del  mondo, 
asi  comolo  fué  de  Ta  Ylqtmaa  mefáltca,  y  1o  es 
ann  de  la  mejor  y  mas,pr(jbada  Infuitcrta  ml- 
litar  del  nniverso. 

Desde  antiguos  ttempos,  MMdo  d  snelo 
espanol  ballábase  mahimetfte  reparttdo  niltad 
de  lo8  moros  y  mitad  tmtre  dii^tnttfó  reyesisris- 
tianos/la  marina  españota  ha  tmrcado  triun- 
thnte  los  mas  remotos  mares  y  sostenldo  eon 
énvidiada  gloria  en  toUas  partes  su  nnnca  do- 
mfnadopabelldn., 

Los  turcos  y  los  grtego^,  tas  costas  bet%fe- 
rlscas  y  argeiina,  la  ItaTia  y  la  Sidilla,  el  Asla, 
la  Oceniifa,  la  Europa  eorera  vieron  'COn  «som- 
bro  uaestras  autiguas  armadasynvvtoK  y  aín- 
te  ellashiálüesu  gr&itn.Tindieronhttmimesel 
isado  pabellon.  No  solo  do  las  osadas  galeras 
españolás  recrbieronleyes  tasescoadras  delas 
mas  Ibrmidtfbres  i)ótencttrs;  ^petb  tambien  á 
aquellas  debeb  sn  defimibrímierito  yedlturael 
mayor  número  de  las  islas  oceánicas,  188*?!- 
lipinas,  las  Canarias  y  e1  tnrnen^o  codtinente 
quehoy  Ileir1ieIuombred('<Ametiea,  el  ciial 
debe  á'los  ^paíñotes,  como  asimismo  ae  io 
deben  la  mayor  t)arte  de  las  Hl«s  hoy  cono- 
cidas. 

Apenas  le  leerli  cn  íh  bístorta  tma  pégina 


I  qne  reflera  sncesos  marítimt»  ain  qae  ea  e&a 
se  vean  trlunfantes  las  esonadras  arageaesas, 
catalanas  6  eastenanas.  Ta  ei  designri  oombafe 
que  en  tas  costas  de  la  Provensa  sMtuvteroi 
contra  45  navios  ingleses,  solos  it  espi&o* 
les;  ya  la  conquista  de  las  islcs  BatettreB  y  Sl- 
cifiana  por  tos  aragoneses,  6  hien  1a  espieáí^ 
efcm  de  estos  t  los  catalanes  eontra  torcos  y 
;  gtiego6;eocua1qnier  pigina,  eneualqoierrai- 
glonde  la  historiavnarftifflamflitarfaalfarenf» 
¿  tas  esenadras  y  galeras  españolas  caai  tíem- 
pre  Tencedoras,  y  si  algona  vez  venddas.sleii- 
do  la  narracion  del  ^cembate  en  qne  »ucn«ii>ia^ 
ron  mas  faonrosa  ^ae  1a  misma  ticlortÉ.  QMi- 
;  plo  y  nray  recieote  de  esto  últlmo  prcseÉte  la 
honrosa  batrila  naval  del  tdbo  de  Trmfdfygr, 
Los  buqoes  españoles,  unidos  ¿  los  TreBceses, 
ataearon  denodadamente  ¿  la  eseocdra  Ingfcaa, 
y  «bandonados  en  lo  reele  del  eomfaate  ^  la 
escuadra  francesa,  qne  bvyera  IndigtiaflAbcfle. 
sostnvleron  solos  eontra  tode  el  poder  maríti- 
mo  de  ta  soi^etliit  Albion  nn  horríble  comfaM, 
pereciendo  casi  todos  elios  y  caoaiDdo  en  lae 
ingleses  nna  iimiensa  pérdida,  y  la  nms  «enÉl- 
ble  de  su  famoso  almirante  fMson,  Empere, 
Hr.  Tblers,  autor  de  1a  obra  eontemfM»r¿oeafl^ 
tulada  dHístoriadel  oonsulado  f  del  imperto./ 
se  atrevió»  sin  dndapara  ocultarmejor  la  nm- 
gua  de  sns  compatriotas  en  esta  Jomada.  é  dn- 
dar  del  vaior  y^loría  de  la  escnadra  lespifiola 
Los  nnmerosos  docnmeatos  que  «ctoiliMÉie 
han  visíto  con  este  motivo  la  tos  púfatlca  en  vlB- 
dlcacion  y  desagravio  de  nnestra  iilln^}ada  i 
rina,  dicen  harto  bien  de  nnestra  glorla  en  i . 
dla  y  devuélven  ft  la  impvroial  y  Terdaflera  fci»* 
toria  de  aqu^  snoeBO  sa  Intnarcesifale  vei^fli. 
Ya  bemos  dtadola  importaocia  (te  fosvr- 
madas  y  gafleras  espiAOHts  'flesde  ttempoa  té- 
janos.  Durante  la  desaiEftrosa  gnBrra  de  (Hitt 
añosqueardid  ¿mediaAoB  del  sigh>  XIV,  etítt^ 
los  soberanos  de  Gastitla  y  Siragoo,  las  eMO^ 
das  de  ambosrehios  ^soMuñPieroii  eon  Tiéída 
porfla  iramei'osos'combates.  Vt  comereto  y  t6» 
raciom»  que  Anrajgtm  sostenia  oon  la  Siellia  7 
otros-psises,  como  asimismo  los  continooBn* 
faatos  de  tos  corsarios  berberiBcos  en  las  oan- 
las  de  'Gspaña,  'ObNgnron  ¿  Um  Boberanoa  «de 
,  Gasiilla  y  At^h¿  aostenefr  pmnaMiteHWK 
I  escuadras  bien  apereibldas.  Gon  In  nnloii  ea 
I  e1  sigto  XT  de  las'relnos  de  Amgon  y  Casiflto, 
oniéroose  ambas  escfiadras.  y  oonstituyarM 
nna  "armada  Yormidable.  Desoobierto  el  Numí 
1f undo  aamenfáse  por  ta  neceBldad  de  < 
'  cacioti  y  'conservaoion  de  aqBelloB  vastOB 
¡  mioios  la  armado  española,  hasta  el  reli 
,  de  Felipe  II,  dtiranle  ol'Ouat'eBta  InlhV]! 
í  ocasion  de  eodflmmr  sobre  Iob  tDares  ol  1 
¡  renombre  qnc  lograron  en  tietta  flrme  Im< 
t  íorzados  tercios  efq^afloles.  Durante  estse  f^ 
,  nado,  tma  escuadra<eSpafiola«podar¿B4M^M 
puerto  deOsthi,  deBembarcó«natalia7  *8<il»% 
j  Roma,  un  fiierte  isjémlto  qtie  dió  la'ley  «l  pan 
Paulo  lY.  Otra  escaadra  esoarmefl«6-¿ios  tnr- 
I  cos  qne  habian  embestido  la  Iski  de  lNilt«.  Um 


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m 


Armada 


m 


armada  de  dóscientas  Velas,  casi  todas  cspa* 
óolas,  bajo  cl  mandodel  insignc  don  Juan  dc 
Aiistria,  peleó  en  el  golfo  dc  Lepanlo  con  otra 
armada  turca,  fnerte  de  trescientas  vélas, 
echaDdo  ¿  pique  y  apresando  doscientas  de  es- 
tas,causando  mas  de  Teintey  cinco  mil  muer- 
los  ó  Frlsíoneros  á  los  lurcos,  y  rescalando 
veinte  mll  caulivos.  Olra  armada  española 
de  doscienlas  velas  se  apoderó  de  Tunez  en 
Berberia.  El  marqnés  de  Sunta  Cruz,  gene- 
rai  de  una  escuadra  española,  batió  por  los 
mismos  años,  y  apresó  casi  toda  nna  armada 
de  se^enta  veTas,  coq  que  el  prior  de  Ocrato 
peosaba,  fortiOcándose  en  la  isia  Tcrcera,  Iia- 
ccr  valer  sus  prelendidos  derechos  ¿  la  coro- 
aa  de  Portogat,  recientemente  incorporada  á 
h  corona  de  EspaSa.  El  mismo  raarqués  se 
apoderópoco  despues  de  dicha  isla  á  viva 
lneíza. 

Empero,  á  pesar  delos  muchosy  j)rlllante8 
(riaofosdc  nuestras  invictas  armadas  que  de- 
tamos  refcridos,  de  los  no  menos  glorlosos  de 
miestros  célebres  tcrcios  en  Flandes,  en  Fran- 
cia,  en  Italia  y  en  Africa,  y  de  los  inmensos 
recorsos  que  España  poseia  cntonces,  no  se 
hallaha  batitante  respelado  nuestro  pabellon 
porparte  de  la  Inglaterra.  Esto  decidíó  á  Fc- 
fípell,  ¿  mandar  equipar  ia  urmada  mas  po- 
derosa  qne  hasta  entonces  ostentaron  jamás  los 
mares.  Habiendo  dedicado  á  esta  aimadu  uu 
trficalo  especial,  á  ét  remitimos  á  los  que  | 
deseen  mas  pormenores  sobre  la  gigantesca 
¿aanto  desgraciada  empresa,  coocebida  por  | 
aqnel  orgulloso  monarca  para  castigar  los  re- ; 
petidos  uitrages  que  recibia  de  la  reina  de  In-  í 
S^aterra.  Besde  cl  aciago  dla  eo  qne  la  Inven'  ¡ 
tfhk  sinrió  de  presa  á  las  tempesiades  y  los 
iDares,  nuestra  armada  herida  de  muerte  con 
tan  terrible  golpe,  continuó  en  mas  ó  menos 
ctecadeocia  ai  mismo  paso  qne  la  monarquia. 
tmpero  una  época  de  prosperidad  y  preponde- 
nocia  la  estaba  reservada  todavia.  En  ei  si- 
^h  XTIU  darante  el  reinado  del  benéfico  rey 
Cirlos  III,  tomó  un  gran  acrecentamiento,  y  el 
sofde  It  ^ictorla  volvió  á  lucir  sobre  los  más- 
tiles  y  enteDas  de^nuestros  bageles.  Los  arse- 
oales  de  E«paáa  y  Américabotaron  á  las  aguas 
tan  prodigioso  Búmero  de  navios  y  otros  ba- 
geks  que  cn  poco  tiempo  la  armada  española»  i 
AO  aolo  cobró  todo  su  antigno  es[  lendor,  stno 
qae  por  su  námero  y  brillantes  aprestos  y 
eqnfpo,  subió  á  un  punlo  á  donde  nunca  babia 
«to  ttegBdo.  la  prímera  armada  española 
íoc  se  presentó  delante  de  Arge*  ciurante  esta 
^?OCa  constaba  de  cuatrocientas  velas  enire . 
Wrfos,  fragatas  y  buques  de  guérra  de  menor 
portc, 

La  batalta  de  Trafalgar  dió  en  esta  segnn- 
di  época  de  esplendor,  e)  segundogolpemor« 
tal  i  noettra  armada,  y  los  mares  del  procelo- 
so  cal>o  slrvieron  de  tumba  á  nnestros  mejores 
BaTÍos  y  almirantes.  Los  arsenales  y  departa- 
oientos  de  guerra  quedaron  desde  entonccs 
tbaDdonados,  y  los  pocos  vasos  qne  se  salva- 

4á5     miSLIOTKCA  IHiPULAh.  '^ 


ron,  yucen  hoy  en  nnestros  ars^nalep  eomo  gl- 
gantes  recuerdos  de  nuestra  antigiia  y  porleft* 
tosa  armada.  En  estos  áltimos  años  ha  recibi* 
do  la  marina  mliitar  un  nnevo  y  regenerador 
impulso,  capaz,  si  el  empcfio  de  los  gobernan* 
tes  Do  cejase,  de  devolverla  eo  poco  tiempo 
á  un  estado  respetable.  Losarsenaleshan  vuei- 
to  á  sentir  en  estos  afiíos  la  bulliciosa  anima- 
cion  de  los  antes  parados  operarios,  se  ^áa 
compuesto  diques,  se  acopian  buenas  maderas» 
se  construyen  ulgunos  vaporesy  navios,  y  tal 
es  el  aumento  que  se  va  haciendo  notar  en 
nuestra  armada,  que  de  unos  treíntd  ó  cuarentt 
buques  que  hace  ulgunos  años  componiao  el 
totul  de  ella,  cuenia  hoy  en  lotal  con  tos  buquét 
y  fuérzus  siguientes:  incluyeudo  los  destína- 
doa  al  tesguardo  de  las  costas: 


Navlos,   ....  3  j 

Vapores Si5 

Fragatas 5 

i  Corbetas 6  i 

iBergantines.  .  .  ;  HJ 

|Bérgantines-goIe- 

tas 3f 

fPailebots 4o[ 

Btilnndras i\   tÜB 

iMíslicos 5, 

Lugres 2/ 

IFaludios    de  1.* 

clasc. .....  461 

Idemdc2.*. .  .  .*  -lol 

Trincaduras,  fa-| 
lúasy  efcampa-}   US^ 
VÍÜS 


Buques 
destina- 
dos  al  ser 
vicio  de^ 
guerray 
resguardo 
delascod- 
tts.  .  . 


3 


Buques 'Fragutas 5 

para  tras-  J  Bergantines. ... 
porles. .  .  (ijergantin-goleta. 

2"^"V)Kavio8.' 4) 

íintones  )»«^^^""«-80Í«l«-      ^) 

Total..  ....  «40  bn- 

ques  de 
guerra. 

Inclúyense  en  estacelacion  algnnosbuques, 
qnc  hallándose  ann  en  astillcro,  csián  cusi  con- 
cluidos  y  próximos  para  ser  botados  á  lu  mar, 

Fuerz'tde  cañones,  guarniciony  tripuladon* 


Focrza  total  de  artilleria  en 

-todos  los  anleriores  bu 

qnes 

Id.  de  las  múquinas  dc  va- 

por.  .  .      6,602  cabaftos. 

Totaldo-í^«;:f^«^^5"^^-        35.    - 
í^"*^"»-^'-dividuosde 


^\     4,20tí 


canoaee. 
4pe4rer08* 


g 
Qion. 


iDfanieiiayar^ 
X     m.    49 

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AHMAiyA 


2M 


iUI  do-( 
cton  dei 
Qirnl^i 


ToUl 
tacton 

r 

ck>u. 


(ilterfa  de  ma- 

rioa 

Marioeros.  .  . 
ÍEmp^eados  de 
\     máquiua..  .  . 

Total  de  persooal.  .  . 


4.501 
9,028 

263 


il,34ihombre8. 


Eáte  es  el  vcrdadero  esta'lo  actaal  de  nues- 
tra  arroada,  tenieado  en  cuenta  qiie  casi  (odos 
los  buques  son  nuevos  ó  renovados,  y  que  su 
eonstruccion  españolaaventaja  ¿  todas  las  de- 
mas  en  galanura  y  propiedudcs  marineras.  Há- 
llanse  actualuiente  en  los  arsenales  varios  bu- 
ques  de  mayor  porle  en  ccnstruccion.  y  los 
departainentos  y  escuclus  marítimas  están  re- 
ribieudo  mejorasde  constderableimportancia, 
y  se  ha  instiluido  bbjohrillantesbaseseiciíer- 
pode  iní/€ni#ro?  h  dráulkos  y  el  deoonsíruc- 
tores  de  la  armada, 

Armada  mercante,  En  puntoá  nueslraar- 
mada  mercaole,  poco  ó  nada  lenemos  relaliva- 
menle  que  envidiar  á  las  mejores  de  Eunipa. 
I>lomero80s  astillenjs  existen  eo  iiuestras  costas, 
i)ueoa9  roaderas  en  nuestros  bosques,  fábricas 
dc  jarcias  y  olavazon,  y  aquellos  hállanife  d¡- 
rigidos  por  esperimentados  constructores.  Ni 
l0€  buquea  franceses  ni  ingleses,  pueden  en 
el  dla  competir  en  fíuura  y  galana  constrnc- 
clon  con  los  nuestros.  Un  número  consldera- 
ble  demiles  de  buques  españolesde  toda  ctase, 
crusa  en  el  dia  los  mares  mas  remotos,  y  si  el 
oomercio  éindustria  en  nuestro  suelo  llegan 
i  iomar  el  vuek»  que  necesitan,  es  de  esperar 
que  nueslra  armada  mercante.  hoy  en  tan  re- 
gular  cstado,  lU'goe  entoucés  á  aventii]ar  á  lo- 
das  las  armadas  mercantes  mas  nuuierosas. 
Existeo  varias  escuelas  de  náutica  y  pitotugc, 
asl  del  gobiemo  como  parliculares  para  la  íiis- 
Iruccion  del  pilolo  para  la  armada  mercaute. 
ARMADA  INYENCIBLE.  (historia  obla)  La 
tjeeucion  de  la  peuacapital  en  la  persuna  de  la 
<lesgraciada  y  calólica  reina  Muria  Estuardo, 
verlflcada  por  disposicion  de  la  protestaute 
Jbi.1^1  de  Inglaterra,  la  proteccion  que  esta 
concedia  en  los  Paises  Bajos  á  aquetlos  iiabi- 
lantes  sublevados  contra  la  dominacion  espa- 
líola,  y  en  Portugal  al  pretendienle  de  la  coro- 
na  don  Antonio;  y  íinalmente  las  correrlas  é  io- 
Yasiones  del  célebre  almirante  ingiés  sir  Fran- 
cisco  Drake,  </ue  habia  inceridiado  en  Gádiz 
parle  de  la  escuadra  española,  decidieron  á 
Fellpe  II  á  humillar  para  siempre  el  poder  de 
la  Inglaterra  y  poner  fin  á  sus  desmanes.  Pro- 
pusoesteasuntoal  Conse]o  de  Castilla  y  fucron 
«arioa  los  pareceres.  Idiazquez  uno  de  los  mi- 
inlstros  mas  hábiles  de  su  época»  opiuó  porque 
no  .sc  atacara  á  la  Inglaterra,  por  ser  casi  im- 
¡jMSÍble  lacooquistadeaquella  isla^aun  cuan- 
'doselograradesembarcar  ron  felicidad  en  elia 
un  e]ército  respetable,  cosa  ya  de  por  si  diñ'- 
cil.  Felipe^  qoehabia  ya  formado  su  resoluclon 
.  invariablede  atacar  á  su  enemigo,  pidió  dictá- 
^en  »1  ilustre  Alejandro  f  aroesio,  qoe  mania- 


ba  con  bnen  éxito  la  gnerra  de  los  Pai.^es  Bajos , 
y  de  quieu,  como  de  miiitar  bizarro  eradees- 
perar  que  %iese  con  buenoi  ojos  la  empresa 
graude  que  su  m'inarca  te  proponia,  y  en  la 
que  debÍM  hacer  el  principal  pa|)el,  pues  á  él, 
en  caso  de  Itevarse  á  cabo,  habia  de  perlene- 
cer  el  maudo  de  las  Iropas  espediciouarias.  Pe- 
ro  aquei  consumado  y  hábil  capitan  conoció  al 
momenlo  lo  dificil  y  arriesgado  dei  proyecto, 
y  aconsr-]óásu  rey  que  demorase  so  ejecucioa 
á  lo  meoos  hasta  que  éi  se  apoderara  de  un 
puerto  en  Hotanda  ó  en  Zelanda,  que  sirviera 
decentro  á  las  operaciones  de  la  armada  y  del 
ejército.  Felipe  II,  sio  embargo,  mandó  que 
desde  iuego  se  hiciesen  ios  preparalivos  para 
reunir  en  Lisboa  una  escuadratan  grande  y  po- 
derusa  como  Jamás  antes  de  enlonces  habia 
surcado  ninguna  otra  los  mares,  y  para  qoe 
Alojandro  Farnesio  dispusiera  lo  cooveniente  en 
los  Paises  BaJos  para  poder  embarcar¿e  con 
siis  tropas  eu  cualquier  puerto  del  Ganal  de  la 
Mancha  y  desembarcar  coo  ellas  eo  la  costa 
dc  Ingtaterra.  Obodeciéronse  sus  órdenes,  y  á 
piincipios d/  mayo  de  4588  estaba  pronta  para 
salir  de  las  aguas  de  Li¿boa  una  espedicion  ma- 
ritima,  ^rmada,  equipaüa  y  provista  coo  tal 
abundancia  y  riqueza,  que  los  bistoriadores 
contemporáncos  nosaben  con  quc  comparar  sa 
graodeza,  y  toda  la  Europa  hi  llamaba  con  el 
epiteto  de  la  Invencibí^. 

«Era,  enefecto,  dice  el  historíador  italiano 
Gregorio  Leti,  una  asombrosa  maravilia,  y  to- 
áoa  conveuiao  cn  que  en  inas  de  dos  sigios,  y 
aun  en  todo  lo  que  alcansa  la  mcmoria  de  los 
hombres,  la  mar  no  habia  suslentado  bageles 
de  un  tamano  lau  prodigioso,  provistos  de  taa 
gran  cantidad  de  aitilleria  y  de  municiones  de 
gucrra  y  de  una  fuersa  tan  enorme.  Bl  lama- 
ño  y  la  allura  de  tos  bagcles  era  cosa  desme- 
surada,  y  mas  parecian  castilios  (|ue  navcs. 
Los  mas  medianos  teuiau  60.000  tonela- 
das.  Yeianse  mas  de  60  gHleones  de  nna 
construcciou  lan  regutar  como  magníflca.  Las 
galeazas  eran  de  estraordinaria  bellet)a,  ador- 
nadas  de  cámaras,  de  capillas,  de  torres,  de 
púlpitos  pura  los  predicadores,  y  de  otras  írü^ 
chas  cosas  de  adoriio  y  com6didad.  Lacantidad 
de  municiooea  de  guerra  tenia  mucLo  de  ia- 
concebiblo;  habia  £0  los  almacenes  de  la  e¿- 
cuadra  400,000  balas  de  cañon,  de  las  que  iaa 
mas  pcqiu^ñas  pesaban  .30  libras,  y  eran  mu- 
chas  lasquo  ascendian  al  pesodó  400  llliras. 
En  cuanto  á  ias  provisiones  de  boca  las  habia 
de  lodus  clases  en  tanla  abondancia,  coiw 
apenas  se  puede  imaginar.  En  cspecial  se  coa- 
iaba  con  que  dar  á  cada  persona  $0  libras  áe 
pan  y  de  bizcocho  por  mes,  y  esto  por  espacio 
de  seis  meses,  io  cual  iiacia  en  todo  60.000 
quíutales.» 

La  reunioo  de  la  Ittvencible  no  causaria 
hoy  I&  admiracion  que  produjo  eo  el  rí- 
glo  XV,  pues  los  armamenlos  navalcs  liw 
crecido  muchisimo  en  importancia  desde  eo* 
tonces.   lo  mismo  que  los  de  los  ejercit05  ler* 


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f93 


ABHADA 


»i 


restres,  y  aqaellos  galeones  qae  tanto  llama- 
ron  la  atencion  por  su  grandeza  eran  poco  mas 
los  roayores  que  los  berg;antlnes  de  nuestros 
dias.  Como  quiera  que  sea,  aun  ahora  seria  ad- 
mirablelaprontitnd  con  que  aquellos  aprestos 
fueron  heclios.  Todos  los  reinos  y  provincias 
ée  España  acudíeron  á  la  empresa  con  su  con- 
tingente.  Portugal  dio  diez  galeones  de  los  nhas 
grandes,  y  t  palachps  con  4 .300  marineros, 
3,000  soldados  y  350  cañones.  Esta  division 
iba  mandada  por  duque  de  Medinasidcnia. 
Tizcaya  habia  enviado  á  sus  espensas  40  ga 
galeone?,  4  pataches,  700  niarincrof^,  2,000  sol- 
dados  y  950  piezns  de  artilleria.  Guipuzcoa  40 
galeones,  4  pataches,  700  marineros,  2.000. 
soldados,  y  950  cañones.  U  Andaluría  40  ga 
leones,  un  patache,  800  marineros,  2,400  sol- 
dados,  y  260  caiíoiies.  Italia  IC  (raleones, 
200  marineros.  2,000  soldados,  y  340  piezas 
de  artilleria.  Y  finalmente  Castllla  coutribnyó 
para  armar  y  mantener  43  galeone.'^,  4,700 
marineros,  2.400  soldados,  y  300  cañones. 
Msndikh^  la  diYision  dc  Vizcaya  don  Juan  Mar- 
tlDez  de  Ricaldo.  la  de  Guitiuzcoa  Miguel  de 
Oquendo.  la  deAndalucía  don  Pcdro  de  Valdés, 
la  de  Italia  Marlin  de  Ba  tendona,  y  ta  de  Cas- 
tilU  don  Diego  Flores  dc  Yal'Jés.  Ademas  de 
estas  dfTi^iones,  hnhia  luia  de  23  nrcas.  con 
700  marinems,  3.200  soldados,  y  400  caño  - 
nes.  la  cual  iba  á  las  órdencs  .de  don  Juan  Lo- 
pez  de  Medina;  otra  de  4  galeazas  de  Nápoles, 
remadas  por  4 ,300  condénados.  y  que  i  las  ór- 
di^nes  de  don  Diefro  de  Moncada.  conducian 
500  marineros,  800  soldadds  y  200  cañones: 
otra  de  4  galeras  pagudas  por  Portugal,  maa- 
dadas  por  don  Diego  de  Medrana,  y  qiie  lleva- 
ban  900  esclavos,  400  marineros,  y  420  caño 
aes;  y  flnatmente,  22  pataches  con  550  mari- 
neroe,  400  soldados  y  480  cañones,  qiie  reco- 
Docian  por  gefe  á  dnn  Aotonio  Biiccado  de  Men- 
doza.  Los  48,600  soldadosqiie  componen  las 
samas  anteriores  iban  distribiiidos  en  5  ter- 
dos,  mandados  por  los  maestres  de  campo 
don  Diego  Pimentel,  doaAgiistin  Mejia.  djn 
Alooso  Liizoii.  don  Nicolás  de  Lira,  y  don  Fran- 
eisco  dc  Toledo.  Euibarcáronse  ademas  mutti- 
tod  de  voluntarios,  eotre  los  que  hubia  gran- 
des  y  caballeros  de  las  primeras  casas  de  Es 
paña,  y  avenlureros  de  olros  paises,  y  los  sol- 
dados  qne  iban  al  servicio  de  eslos.  EI  total 
de  las  fqerzas  reunidas  de  la  csciiadra  ascen- 
diaá  nnos  430  buqiies  46,000  marincros  y 
48,000  soldados,  y  2,600  cañones.  El  m;iudo 
soperior  de  eslas  fuerzas  eslába  encomenda- 
do  at  fümoso  don  Alvaro  Bazan,  marqués  de 
Saota  Cruz. 

No  nos  detendremos  á  enumerar  las  canli- 
dañ^  de  muoiciones  de  giierra,  y  de  provisio- 
nes  y  riveres  que  se  encerraron  en  los  buqoes. 
Basfe  decir  que  el  oúmero  de  quinlales  de  pól- 
Tora  era  500,  el  de  qiiintales  de  baias  de  mos- 
qnete4,000.  el  de  quintales  de  merhas  4,200. 
quc  cl  almacen  de  reserva  lenia  7.000  mos- 
quetes  y  arcalmces,  40,000  partesauas  ó  ala- 


bardas,  y  gran  número  de  cnlebrinas*,  que  c^  : 
vino,  harinas.  vinagre,  habas,  arrus  y  denai^  ' 
viveres  estaban  en  bastante  abundaneía  panf 
proveer  á  la  armada  durante  seis  rocses;  y 
qne  los  ntensilios  de  recomposicion  de  \os 
buqnes  y  demas,  gaardaban  la  misma  pro* 
porcion. 

Entretanto,  Alcjandro  Farnesio  se  prepara- 
ba  por  su  parle  en  Fiaudes  paru  la  grande  es- 
pedicion.  Coii  narte  del  ejército  que  temaf  y 
que  reservó  bajo  su  órdenes  dcspues  de  poncir 
el  resto  bajo  las  dcl  conde  de  Mfinsfeld  par» 
qiie  quedaae  guarnecicndo  los  Puises-Bajos,  y 
con  uuevos  regimientos  alist&dos  en  Italía^ 
Alemanla  y  Siiiza,  reunió  un  eseogido  cuerpo 
do  30,000  iiombres  de  inrauteria,  y  4,000 
caballos,  los  cualcs  se  haltat':-)  ^n  !r;s  cor- 
canias  de  Nieuporl,  y  de  Dunqtierque,  paerto? 
en  qiie  pensuba  Alejandro  haccr  su  embarqne. 
Contaba  con  los  buqucs  de  la  Inveneible  para 
proteger  sn  traslaciou  y  la  de  sus  tropas  á  lo  * 
gluterra,  é  hizo  construir  gran  niimero  dte  bar- 
cas  chatas,  y  de  embarcacioues  de  meoor  por- 
te,  de  modoqiie  sirvieran  para  el  trasfiorte. 
pero  siu  artillarlas,  ni  armatlas  en  gnerra.  1^¿ 
íiándose  de  los  marineros  del  pais,  los  hizo  ve- 
nir  del  Báltico.  No  atreviéndo^e  á  que  fuesen 
por  el  mur  las  barcas.  quc  habian  sido  hecha.t 
en  Amberes,  dispuso  quedcáde  este  punto  fue- 
ran  con(lucida.<  haata  Gante  por  el  Bscaida; 
que  de  Gante  se  llevaran  á  Brujas  por  el  canal 
queuniaá  aquellas  dosciudades.  y  para  leri- 
Ocar  la  traslacion  desdeBiuJasáKieuportmao- 
dó  abrir  otro  canul  y  fosos,  obra  eo  la  qoe  tra- 
bajaron  miilaresde  trabajadores.  Tomó,  en  fln, 
Alejando  Farnesio  todas  las  medidas  conve- 
nientes  para  el  embarque,  empleaodo  en  todo 
la  actividad  y  la  habilidad  que  distinguieron 
siempre  todas  sus  empresas. 

La  Europa  loda  tenia  fljos  k)s  ojos  en  los  mo- 
vimientos  de  las  fuerzas  españolas,  y  á  pesar 
de  que  la  guerra  conlra  la  Inglaterra  no  cstaba 
abierlamente  declarada,  y  aun  se  estaba  nego- 
ciando  diplomáticamcnte,  para  nadio  era  un 
misleriu  el  objeto  contra  que  se  iba  ¿  dirlgir  cl 
rey  de  España.  Podia  este  estar  conflado  eii 
éxilo  de  su  proyecto.  La  cscuadrá  suita  en 
Lisboa  no  soloera  laprimera  de  Europa,  si  oo 
que  no  tenia  ni  habia  tcuido  ignai.  Los  tercio& 
que  mandaba  Farnesio  tenisu  acrcditada  su  su- 
perioridad  sobre  la  mayor  parte  de  las  milicin^ 
.desu  época.  Don  Alvaro  Bazan,  marqués  de 
Sattta  Cruz,  cra  tenido  por  el  iras  hábil  entre 
los  marinos,  asi  como  Alojandro  Farncsio,  du- 
qiie  de  Parraa,  qae  habia  ernpsado  en  Flandee 
las  administraciones  anlerinres  del  duque  áti 
Alva  ydedon  Juan  dc  Auslria,  era  el  rnas  gran- 
de  de  los  capitanes  dc  su  siglo.  Contaba  ade- 
mas|elipe  conlas  simpatias  de  la  católioa  Ir- 
landa.con  lasde  Jacobo.  rey  de  Escocííí.  oa« 
turalmente  irritado  coutra  IsíJbel  por  fa  umerte 

Ide  sumadreMariaEslaardo,  y  aun  con   !a   do 
loscatóUcos  de  Inglaterra,  opriirsidos  y  vejados 
I  por  el  proteslaüliómo.  Por  otra  parlc,  ^i  Isabcl 


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ARMADA 


Sdft 


tCDla  qne  desconfiar  de  sob  propios  gúbdilos, 
no  podia  en  cambio  contai-  con  el  auxillo  de  es- 
traQOS.  Ed  Francia  eruFelipe  II  mas  poderoso  é 
ibfluyente  que  el  misroo  rey  francés.  gracías  á 
sualianza  con  la  céiebre  Liga,  y  con  los  oiníii- 
poteotes  Guisas,  sobre  los  qno  ejercia  una  in- 
fliiencia  decisiva.  En  Aiemania  eraFeÜpe  res- 
petado,  y  los  prlncipes  luteranos  estaban  de- 
masiado  agobiados  para  que  pudieran  pensar 
en  enviar  socorros  á  Inglaterra.  En  Fiandes, 
la administiacion  de  Furnesiotenia  sujetos  á 
los  liereges.  Nuuca,  pues,  secoraenzó  espedi- 
cioD  coD  mayores  piobabilidades  de  buen  éxl- 
to;  Dunca  tampoco  los  resultados  correspon- 
dÍeroD  menus  á  la  esperanzas  conccbiiJas. 

Entrelanto,  las  negociacioiics  liübiun  se- 
güido  su  curso;  pero  ni  dieron  resultado  algu- 
nó,  Di  era  poslble  que  lo  dieran,  piies  de  una 
y  otra  parle  no  se  pensaba  mucbocnneaociar, 
y  toda  la  atencion  y  actividad  estabau  em- 
pleados  en  prepararse  para  la  lucha.  La  reina 
Isabel  de  Inglalerra  no  se  habia  descnidifdo  en 
vista  de  los  grandes  annameiitos  españoles,  y 
lás  medidas  que  tomó  para  derenderse  del  goU 
pe  qüe  laamenazaba  mueslran  hasla  que  punto 
iDspiraroD  temor  á  elta  y  á  sus  niioistros  los 
apreslos  Davales  y  mílilares  de  Felipe.  CoDvoeó 


no  omitiendo  nada  que  podiera  hacerlos  odio* 
sos  á  los  ingleses.  Eslos  se  pusierori  todób  cóli 
tíl  mayor  ardor  de  parie  de  su  reina:  lós  caló^ 
iicos,  de  los  cnales  tenia  que  lemer  mas  frial- 
dad  porque  á  oadie  se  ocultaba  que  noa  de  las 
priDcipuIes  causas  de  la  guerra  era  la  cueslion 
religiosa,  se  decidieron  tambicD  eo  su  favor,  á 
io  cual  coutribuyó  la  mayor  suavidad  con  que 
los  calólicos  fuoron  tratadospor  eDtooces.  EI 
mismo  Jacobo  de  Escocia,  ápesardel  atr  j^ 
llooomelido  c^ntra  su  infortunada  madre,  no 
olvidó  que  era  heredero  iumediato  y  Decesario 
de  I^abel,  y  qoe  por  lo  tanto  no  le  conveoia 
que  ias  pososiooes  de  esla  fuerao  iDvadldas  ni 
meníwjadas  por  un  podereslrangero. 

Preparados  de  este  modo  los  de  uoa  y  otra 
parte,  y  cuaudo  solo  fallaba  ya  qne  la  ¡nven- 
ci6/caYanz;iraporeIAilántico  para  llevará  las 
costas  iiiglesas  las  fuerzas  espedicionarias, 
erapezó  la  suerte  á  declararse  contra  loscspa- 
ñoles,  con  la  muerte  acaecida  cn  Lisb'oa  del 
marqués  de  Santa  Cruz,  caudillo  de  ia  armada, 
y  una  de  ias  raejores  garaDtias  de  ta  victorla 
por  sus  eniioentcs  cualidadeí.  No  paró  aqni  la 
desgracia,  si  noque  al  mismo  tiempo  faileció 
tambien  el  duque  de  Paliano,  su  vice-almiran- 
te,  y  persona  ia  mus  indicada  para  reempla- 


el  parlamenlo,  se  presenló  en  él  en  persona,  le  zarie.  La  pérdida  era  irroparable,  y  Felipe  II 
plotó  coD  vivoscolores  el  peiigroque  corria  el '  esluvo  perplejo  algiinos  dias  sobre  eí  oombra- 
réino,  y  pidió  lossocorros  Decesarios  de  gente  niiento  que  debia  hacer.  Maodaba,  como  qiieda 
y  diuero  para  resistirá  ia  cólera  deFelipe,  y  diclio,  la  primerá  division  de  la  escuadra  dou 
niasta  prometió  solemDemeDie  pelear  como  un  Alonso  de  Guzman  el  Bueno,  duque  de  Medina 
slmple  soldado  en  estas  notables  palabras  con  Sidonia,  quc  debia  este  mando  mas  á  su  glo» 
•]üe  terroinó  su  discurso:  «No  soy  mas  que  uua  rioso  nombre  y  á  Ib  principal  de  sii  casa,  qiie  á 
muger;  peró  siento  el  valor  y  la  forlaleza  de  su  capacidad  paraejercerle.  Es  verdadqueha- 
Qii  hombre:  iré  en  esta  ocasion,  con  tanto  ar-  bía  prubado  en  ocasiones  anteriores  ser  ud 
<|or  como  el  soldado  mas  valiente,  ¿  arrostrar ,  bravo  militar,  y  on  entendido  capiian.  y  que 
los  peligros  y  hasta  la  muerte;  no  temeré,  si  en  el  año  panado  habla  impedido  á  Drake  que 
63  preciso,  sacriflcar  rai  vida  por  la  defensa  de   desembarcando  en  Cádiz  se  apoderara  de  csla 


lanacion,"  Lascámaras  cnlusiasmadasen  vista 
de  laaclilud  de  ta  soberana  le  concedieron,  ea 
nombre  del  reino,  cu&nlo  les  pldió.  En  su  con- 
secuencÍH,  íiié  rcforzada  la  armada  y  el  ejér- 
cito.  Se  hizo   iin  ülistamienlo  de  80,000  hom- 


ciudad;  pero  estas  buenas  circunstancias  no 
impedian  que  fuera  poco  á  propóstto  para  su- 
ceder  al  marqués  de  Santa  Cruz,  baátaodo  para 
creerlo  asi,  el  .saber  que  era  esta  )a  prímera 
vpz  que  el  duque  tomaba  parte  eo  uoa  espedi- 


bres,  se  formó  un  cuerpo  de  tropas  respetable  cion  de  mar.  Y  ciertamenle  que  el  maodo  de 
para  la  defensa  espeeial  de  Lóndres,  se  esta-  la  ínvencible  no  era  cargo  de  lao  poca  im- 
blecíó  eo  cl  canal  de  la  Manclia  una  division  de  portancia  que  debiera  empezarse  cod  él  la 
treinta  naves  para  qiie  cnizyra  entre  Calais  y  ¡  carrera  de  marÍDO.  Felipe  11,  siD  embargo,  se 
Douvres,  y  se  leiinió  en  Plirnouth  una  escua-  j  dc(íidió,  despues  de  pensarlo  cod  madurcz,  á 
dra,  tan  considerable  como  sa   pudo,  mandada  !  nombrar  al  de  Medioasiuonia,  gefe  de  ia  espc 


por  Jord  Iloward  Effingliam,  que  tenia  bajosus 
qrdenes,  entre  olros  lenienles,  al  terrible  sir 
Francisco  Drake.  A  la  escuadra  inglesaque  de- 
hia  bioquear  los  puertos  de  Flandespara  impe«- 
dir  el  erabarque  de  Fai  nesío  y  sus  tropas,  se 
reuDió  una  divisioii  de  30  bageles,  que  bajo  la 
direccton  de  Juslino  de  Nassau  envlarOD  los 
holaDdeses.  AI  mi.smo  tiempo  que  aumeDtaba 
y  disponiu  asi  sus  fuerza^,  trató  Isabel  de  ase- 
gurarse  el  afecto  y  el  entusiasmo  de  sus  múb- 
dilos,  y  publicó  una  proclama  prodigando  in- 
sullos  á  los  españoles,    achacándoles  cruelda- 


dicioD,  ateDdieudo  á  sus  dislinguidas  circuDs- 
tancias  de  valor,  inteligencia  y  DacimieDlo,  y 
'á  la  alta'posicioD  social  de  muchos  de  los  que 
eo  la  escuadra  habiao  de  ser  sus  sulbalteruos. 
Para  su  coDseJero  y  scguDdo,  eligíó  á-^JuaD 
Marlinez  de  Ricaldo,  mariDO  cáperto  que  mao- 
daba  las  oaves  de  Vizcaya.  Salió,  pues  la  es- 
cuadra  de  Lisboa  coo  sus  auevos  gefes  ono  de 
los  úllimos  dia.'i  de  mayo,  ó  udo  de  los  prime- 
ros  de  juuio  de  dicho  año  de  4588,  que  en  es- 
to  no  están  conformes  los  históriadores,  y  na- 
vegóháciael  Notle  con  bueu  viento  hasia  Fi- 


déa  comelidas  en  América,  reflríendo  con  ne- 1  nisicri-a;  pero  al  llegará  esle  punto,  fuóccu- 
¿ros  co'ores  lcs  horrores  dc  su  loqulsíciOD,  y  I  metida  de  uoa  fuerie  borrasca,  qne  ladiaperío 


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ARMABA 


M8 


7  areHó  gmn  núinero  ée  enbarcicíoBef .  Po* 
co^  poco  fiieron  entrando  los  Luqoes,  legun 
cada  uno  piido,  en  el  puerio  de  1a  Coriina,  es- 
óeplo  nn  oúmero  no  despreciable  de  ellos,  que 
i  nieron  á  pique,  ó  se  estrellaron  en  las  cos- 
taade  Canlabria  y^Guipuzcoa.  Fuétan  conside- 
nible  esta  prímera  tempeslad  sufrida  por  la 
Jnvendble,  qoe  los  ingleses  se  persuadíeron 
de  que  la  espedicíon  no  se  haria  ya  en  aquel 
aoü,  y  bttsta  pasaron  á  desarmar  algunos  de 
SQs  buqnes  mas  graudes.  No  obstanto,  el  rey 
a^emió  coo  sus  órdei^  al  duque  de  Medina- 
sidooía  para  quo  la  taMfnza  fuera  lo  mas  bro» 
ve  posiblc,  y  despues  de  seis  semanas,  pudo  la 
escuadra  bacerse  nuevamenle  á  la  veia,  nave- 
gando  con  buen  vieoio  hácia  el  cstrccbo  de 
€alais.  El  inglés  salíó  tambien  de  Plimouth  con 
sus  naves,  y  el  30  de  julio  se  avistaron  las  dos 
escuadras;  pero  sin  Iratir  de  atacarse  una  á 
ótra,  la  española  siguió  avanzando,  y  la  in- 
glesa  se  colocó  detrás.  Entonces  el  duque  dc 
Jfedinasidonia  reunió  á  los  principales  gefca 
en  c-on9ejo,  para  decidir  lo  qiie  convendria  ha- 
cer.  El  consejo  se  dividió  en  dos  opiniones. 
Bon  Diego  de  Pimentel,  Flores  de  Yaldés,  don 
Pedro  de  Valdés,  Miguel  deOquendo,  don  Aloo- 
ao  de  Leina ,  don  Diego  Maldonado,  y  otrQs, 
focron  de  dictámen  de  no  continuar  adelante, 
^  arrojarse  sobre  Plimouth ,   y  desembarcar 
4esdc  luego  en  Inglaterra,  y  dejar  á  Alejandro 
Farnesio  el  cuidado  de  trasladarse  por  su  par- 
te  con  5US  tropas  á  las  islas  Británicas.   Esta 
<^iníon  era  sin  duda  la  mas  acertada,  porque 
i^aba  menos  en  los  a;^res  del  mar.  porque  Pli- 
mouth  era  el  puerto  maa  acccsible,  y  porque 
oo  dejaba  tíempo  para  la  defensa  á  los  iogle- 
ses;  pero  olros  micmbros  del  consejo»  á  cuyo 
<lictámen  se  adbirió  el  duque  dc  MedinasídOQia, 
aiinqüe  no  desconociao  las  ventajas  de  este  plan, 
creyeron  mas  convenieute  obedecer  en  todo 
tas  iodtriiccíones  recibidas  del  rey,  y  del  con- 
sejo  de  Eslado,  las  coales  dísponiao  que  la  es- 
caadra  se  posiera  de  acuerdo  con  el  duqtie  de 
Pirma,  auxilíara  el  embarque  de  su  ejército,  y 
)q  escolUira  á  luglaterra  para  que  desembaroan- 
do  en  el  Támesis  se  dirigiera  sobre  Lóodres. 
Siguió,  pues,  la  escuadra  hasta  penelrar  eo 
d  Caoal  de  la  Mancha,  y  detrás  de  elta  entró 
tambien  la  Inglesa.  Gsta  última  compreodió 
bleo  prooto  que  las  naves  españolas,  tan  supe- 
Aores  á  las  suyas  por  su  graudeza  y  fortaleza, 
ks  erau  muy  inferiores  eu  ligereza,  y  aunque 
■édecidióá  evitar  un  combate  geoeral,  formó 
el  |Uan  de  seguir.  de  cerca  á  su  enemigo  para 
ÍoqQietarlo  con  escaramuzas,  y  atacar  á  los 
boqiies  qoe  luviesen  la  desgracia  de  separarae 
d  qoedarse  atrás.  Los  españoles,  por  el  oon- 
trario  dese4|)an  empeúar  batalhi,  y  formaroo 
desde  luego  sns  naves  en  disposicion  conve- 
nieute.  Caminaban  coo  este  objelo  en  forma 
de  medja  luna,  de  manera,  que  lodos  los  bu- 
qoes  ae  veian  fácilmente  unos  á  otros.  Los  bis- 
toriadorcs  reOeren  coo  miouciosidad  el  mag- 
olico  aspecto  que  [ireseataba  una  escuadra  tm 


nnmerosa  y  de  en^baroaeíQaes  tan  graiides 
adelantiindüfie  de  frenie  msgeátuofaraente  por 
el  mar.  La  dcrecUa  iba  mandaba  por  doii  Pedio 
Valdés ,  la  izquierda  por  Miguel  de  Oquendo. 
el  centro  por  Flores  de  Valdés,  y  la  rela¿,uar- 
dia  por  Ricaldo.  El  duque  dc  Medinasidonia 
ocupuba  un  puesto  en  el  centro  sobre  el  navjo 
San  Martin,  célebre  ya  desde  antes  por  haber 
sido  el  que  montaba  el  mar(íu6s  de  Santa  Griu 
cuando  conquistó  las  islas  Terceras. 

A  pocodcmarcharde  este  modo,  el  vieuto 
que  soplaba  por  la  popa  á  ambas  e&cuadra¿,  y 
quc  ejercia  mas  su  poder  sobre  la  inglesa  por 
mas  ligera,  las  acercó,  y  á  pesar  de  la  repu^- 
nancia  de  los  ingleses  por  batirsc,  hubo  uu 
pequeño  encuentro,  en  que  sacaron  estos  loda 
la  ventaja.  Vióse  entonces  cuanta  llevaban  {)ara 
la  maniobra  naval  la  lii^ereza  de  los  buque» 
británicos  sobre  la  pesada  graodiosidad  de  loi 
españoles.  £1  navio  quc  mont  «ba  don  Pedro 
Valdés  perdiú  su  palo  mayor  en  un  choque 
que  tijvo  con  otro  navio,  y  fué  apresado  por 
sir  Francisco  Drake.  £n  manos  de  eAe  misnto 
cayó  despues  otro  galeon,  que  se  habia  incen- 
diado  casualmente.  Ambos  fueron  llevados  ¿ 
Plimouth.  JiOs  españoles  uo  hicieroo  presa 
oinguna. 

Pocos  dias  despues  volvieron  ¿  encontrarse 
las  dos  escuadras,  y  tambieu  de  las  oscaramu- 
zas  que  bubo  salieroo  mejor  los  iogleses.  Las 
büterias  de  e:>tos  no  desperdiciaban  bala  con- 
tra  la  mole  de  \oa  navios  espuáoles.  los  cnalea 
perdian  casi  todos  sus  liros  por  fcr  sus  bale- 
rias  deuiasiado  all'is  y  pasar  sobre  los  enemi* 
gos  sin  dañarlos.  Habíéndoi^e  quedado  atrás  cl 
buqíie  en  que  iba  don  Juan  Martinea  de  Rical- 
do,  todos  Io5  ingleses  le  cercaron;  pero  acu- 
dió  proutamente  el  duqiie  de  Medinasidonia 
con  so  San  Martin,  ysostuvo  victoriosaroente 
et  ataque  de  toda  ta  arroada  enemiga ,  á  pesai* 
de  qus  esla  redobló  sus  csfuerzos  por  apresar 
las  dos  embarcaciooes  mas  importantes  y  los 
dos  gefe  priocipales  de  los  españoles. 

EI  duque  de  Parma,  que  babia  sido  avisa» 
dp  por  et  de  Medinasidonia ,  conlestó  que 
lo  tenia  todo  dispuesto  para  embarcdrso  eu 
Nieuport  y  Donquerque ,  pero  que  no  podia 
saiir  á  la  mar  basta  que  se  hiciera  alejar.por 
fuerza  á  la  escuadra  holandesat  siluada  delau- 
te  de  aquellos  pnertos.  Las  embarcaciones  que 
él  tenia,  no  serviau  mas  que  para  el  trasporte, 
y  00  habian  'sido  construidas  para  combatir, 
por  lo  que  no  podia  atravesar  el  canal  de  la 
Mancba  sloo  bajo  la  proteccion  de  la  escut- 
dra  que  iba  desde  España.  Esta  se  adelantó, 
pues,  y  llegó  basta  la  vista  de  Donquerque, 
pero  una  calma  que  sobrevino  la  obligó  á  que- 
dar  estaciooaria,  y  entre  las  escuadras  inglesa. 
y  la  holande.sa.  Durante  la  noche,  preparó  lord 
Howard  ocho  buques  viejos  con  pez ,  azufre  y  otras 
raalerias  ioflamables,  y  el  viento,  que  coustan- 
(e  en  perseguir  á  ios  españoies  se  alzó  de  re* 
pente,  arrojó  entre  sus  embarcaciones  las  ocbo 
incendiadas.  Para  compreQdc?  el  efoclo  qwí 


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t99 


ARMADA-ARMADOR 


30« 


prodnjo  csta  estratAjfema,  cs  de  advertir  qiie 
poco  lirmpó  antes  liabia  prodncido  en  e1  sitio 
de  Amberes  rosulfados  horrib'es  y  espantosos 
el  uso  de  brulotes.  Creyendo  los  españoles  qne 
eran  de  la  mi^ma  i;lase  los  qiie  en  medio  del 
horror  dé  la  noche  y  favorecidoa  por  el  viento 
los  habian  invadido,  'trataron  de  salvarse  en 
la  mayor  confnsion,  \ú  ciial  ilegó  hasta  el  pun- 
to  de  abordarse  unos  á  olros.  Para  cohno  de 
desjrracia,  se  levantó  ona  fiiriosa  borrasca,  y 
muclios  bnques  se  perdieron  <)  eticallaron.  Los 
ingleses  alacarou  al  dia  sigulente,  8  de  agosto, 
ú  lo3  que  no  habian  podido  reunirse  al  cuerpo 
de  la  escnadra,  y  lograron  apresar  dos.  aunque 
no  sin  trabajo.  EI  uno  fué  el  San  Matco,  y  el 
otro  e1  San  Felipe.  El  duqiie  de  Medinasidonia 
acndió  á  socorrerlos  con  su  capitann,  prro  esta 
recibió  tantos  balazos,  que  luvo  qne  pensar  en 
SQ  propia  seguridad.  La  tripularion  del  San 
Mateo  sc  rindió  á  los  inglpses;  1a  del  San  Fe- 
lipe,  mandada  por  don  Francisco  de  Toledo, 
quiso  evitar  caer  en  sus  manos,  se  arrojó  en 
unu  lancha ,  y  murió  toda  ahogada.  Ahogddos 
murieron  lambien  los  tripulantcs  de  una  galea- 
2a  ilalíana,  qne  despues  de  encallar,  quisieron 


envió  á  don  Anfmifo  Wéiides  pñvn  qne  1e  1fe« 
vara  la  noticia  del  resnltado  de  1a  espedicion. 
Este  no  nos  es  bien  conocido.  Ray  historiador 
(fnehace snbir  las  pérdidas á  80  na?e8 y  45  OOd 
homl>res.  Olros  1a  hacen  consistir  cn  menos. 
De  todos  modos  fiié  tan  considerable,  qiie  ape- 
nas  hubo  en  España  familia  aisruna,  pjrticular* 
mente  entre  las  ctases  acomodadas ,  qne  no 
huhiera  perdido  á  alguno  de  los  suyos.  La 
des^acia  fué  tan  general ,  que  se  tnvo  qne 
prohibir  llevar  tuto.  Considérese.   pnes,  1a 
consternacion  qne  tr^  por  España  con  sns 
noticias'el  mensageroWn  Antonto  Mendex.  Cn 
Ingiaterra  y  Holanda,  por  el  conlrario,  la  ale- 
grfa  fiié  general,  se  cetebraron  fnncipnes, '  se 
dieron  gracias  á  Dios,  y  se  acoñaron  medallas 
que  perpetnasen  la  memoria  dei  regoci]o  de 
aquellos  paises.  Solo  Felipe  11  en  loda  Coropa 
supo  sin  conmoverse  la  suerté  de  su  esp^Nli- 
cion.  Deepnes  de  oir  1a  relacion  qne  Mendes 
le  hixo  llorando,  y  en  medio  de  la  consier*' 
nacion  de  los  palaciegos ,  Felipe  1e  c^ntestó 
sin  dejar  que  se  percibiese  en  él  1a  mueslra 
de  la  menor  alteracion ,  aqnellas  nofables  y 
famosas  palabras:  «Hahia  enviado  ml  escoadra 


Hegar  á  la  escuadra  á  nado.  En  nd  navio  que  para  castigar  ¿  los  ingleses,  pero  |amás  pensé 
se  fué  á  pique  luchando  con  ios  ingleses,  pro-  enviarla  á  combatir  contra  tos  vientos  y  la 
puso  un  oflcial  rendirse  cuando  ya  no  qiicdaba  |  mar.»  Despnes  escribió  a1  duqne  de  Medina- 
salvacion ,  y  no  solo-  no  fiié  cscnchado,  sino  '  sidonia  dándole  gracias  por  el  cclo  qne  habia 
que  su  consejo  fué  oido  con  indignacion,  y  hié  manifeslado  en  el  mando  de  1a  espedicion.  qne 
condenado  á  muertc  y  ejecutado  en  e1  acto  por  solohabia  fracasado  por  1a  constancia  con  que 
haberlo  dado.  Las  pérdidas  de  este  dia  y  de  la  las  lempestades  lahabiao  persegnido.  U  con- 
.noche  anlerior,  fuoron  muy  graves.  Entre  los  diicta  dcFeüpeen  esta  ocasion  es  snperiori 
Jbuqties  incendiados,  encaílados  y  apresados,  1  todo  elogio.  Sii  heróica  entereza  fiié  e1  mayor 
los  hahia  de  los  principales,  y  su  número  no  consuelo  qiie  la  nacion  eocontró  en  su  dolor.. 
cra  pequeño.  En  vista,  piies,^  de  tantos  desas- ;  Los  qiie  se  complacen  en  atribuir  1a  impasibi- 
tres,  y  de  la  desconflanza  que  inspir<iban  los .  lidád  con  que  snpo  la  victoria de  Lepanto  ¿  no 
azares  del  mar,  tan  constantemente  contrarios,  movimiento  de  celos  y  de  envidia  h¿cia  sn 
y  sabiéndose  aderaas  que  la  reina  Isabel  se  bermano  don  Juan  de  Ausfria,  no  podr¿n  me- 
habia  preparudo  de  un  modo  fdrmidable  y  se-  nos  de  confesar  que  solo  1a  grandeza  de  sq 
guro,  presentándose  ¿  caballo¿  sussoldados  y  ;  alma  basla  para  esp1iC4ir  la  serenidad  con  qae 


manteniendo  vivo  el  entiisiasmo  dc  sus  siibdi- 
tos,  se  dccidió  desistir  de  la  empresa  por  cn- 
tonccs,  y  regresar  ¿  las  puerlos  de  Espana  con 
los  resto.<«  de  la  escuadra.  No  pudiendo  volver- 
se  atrás'  por  ser  contrario  el  vlenlo,  y  no  pu- 
diendo  permanecer  quictos,  e1  duque  de  Medi- 
na.sidonia  deíerminó  -seguir  h¿cia  e1  Norte,  y 
Tolver  á  España  dando  la  vuelta  ¿  las  islas 
Bril¿nicas.  Peroapenas  habian  .indado  algunos 
dias  por  aqneilos  mares  para  eIlQ.<^  desconoci- 
dos.  cambió  repentinamenle  el  viento,  y  esta- 
lló  la  (empestad  roas  horrorosa  que  puedeiraa- 
^narsc.  La  dispersion  fiié  complcta :  las  pér- 
dldüs  y  las  averias  muchas;  los  horrores  por- 
que  pasaron  algnnos  buqnes  indccibles;  los 
apresados  pocos ,  pues  los  enemigos  no  su- 
pieron  aprovecharse  como  debiati  del  desastre. 
Por  Ou,  despues  de  mnchos  trabajos,  y  unos 
despues  de  olros  ,  pudo  el  duque  de  Medina- 
sidonia  desembarcar  en  S-intander,  Oquendo  en 
San  Sebastian  ,  y  Ricaldo  en  la  rioraña.  Este 
úllimo  miirió  pocos  dias  despues.  EI  duqne,  no 
atreviéudose  á  piesoDtarse  delante  de  Felipe, 


oyó  1a  pérdida  de  la  ¡nvendble. 

ARMADIA.  {Marina.)  Baisa  ó  conjnnto  de 
maderos  nnidos  ó  trabados  entre  si  qoe  se 
conducen  en  esta  forma  por  c1  rio  y  por  d 
mar  hasta  su  destino  eo  los  arsenales  ó  asti- 
iteros. 

ARMADOR.  {Marina.)  En  su  nafural  y  pro- 
pia  acepcion  se  da  este  nombrc  al  capltan  de 
nn  buque  particular,  armado  y  antorfzado  para 
hac^r  el  corso  contra  los  de  nna  poteneia  ene- 
miga.  Tambien  sc  llama  asi  a1  que  1o  arma  j 
babilita  para  e1  misnja  oso,  y  a  vecestoman 
esta  mlsma  denominácion  los  accionistas  en* 
ire  quicnes  se  divide  su  propiedad. 

Los  armadores  ó  propietarios  de  esta  clase 
de  buqnes  comercian  con  ellos  en  tiempo  de 
paá,  y  haren  el  corso  en  el  de  guerra:  en  nnes- 
tro  código  de  comercio  se  prescribcn  leyes  cs- 
peciales  y  condiciones  para  e1  régimen  de 
esta  clase  de  tr¿Qco  é  industría. 

En  las  costas  dc  Cantabría,  Golaluña  y 
otras  de  ia  Peninsula  se  llaman  armadores  ¿ 
Í06  que  fljustan  y  coDtratan  la  martaeria  psrs 


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3N 


ABMADO&-ARMADURA 


303 


la  pem  en  alU  mar,  como  la  de  la  balleoa  6 
del  bacallao. 

Armar  en  eoréo,  6  m  eorso  y  mercancia 
K  armar  no  buqae  en  pie  dc  guerra  pura  sei 
«npleado  solo  eo  el  corso,  ó  cargarle  de  gé 
Qeros  de  comercio  con  alguoa  artilleria  y  et 
Dúoiero  de  inariueros  conveuieaie  piu'a  su  ma 
nejoy  ladefensa. 

ARMADURA.  {AnD  {Árte  mUitar.)  Lo  mis- 
Doqacarfiia,  guarnig:  ei  coojuotode  arroas 
defenaiTas  que  vestian  los  cabalieros  antiguos 
euaiKlo  iban  á  pelear. 

•^  SoQ  inumerables  las  dislinUs  piezas  y 
adoroosdearma'iuraque,  en  los  últimos  tiem- 
pos  eo  qae  esta  se  osaba»  ilcgaron  a  c^nocer- 
se.  La  total  armadura  de  un  caballero  llcgó  á 
cooiponersede  ias  pieiassiguientes,  sioincluir 
ln  aceesorias.  Bl  escudo.  eo  cuya  cara  estc- 
rior  lletibanse  las  mnpresas,  motes  y  blaso- 
■it.  j  eo  la  de  adeolro  las  dos  asas  que  ser- 
Yiao  ¿  si^etarte  al  braso  iiquierdo  para  parar 
coo  él  los  golpes  del  armaenemiga.  Bl  onsco 
000  SQ  ctmera,  nusal  y  viseraf  el  cual  defen- 
dia  la  cabexa   y  el  rosiro.  Ei  gorjal  6  gola, 

rfura  ó  guardaeueHo,  que  defemlia  ei  cue- 
encajado  con  et  casco  y  la  coraza  6  cose- 
ku,  qne  guardaba  el  pecbo  y  se  eniazaba  con 
Ae6iMiat  espaidar,  qne  defendia  ias  eapaldus. 
Imguardabraxos,  que  defendian  el  antebra- 
m.  I^  eodaUs^'que  encajando  con  el  anterior, 
defendian  ei  codo  y  encajaban  ademas  con  lus 
hrasaks  ,  que  guardabun  los  braios.Las  ma- 
nspku,  que  deféndian  ias  manos,  y  eran  unos 
gaantetf  de  ante  fuerte,  por  la  parte  de  afuera 
Íe  ia  mano  guaruecídos  de  escaroas  de  acero. 
Ltt  eseareela$  qoe  defendian  el  vientre,  pcn« 
diaa  del  volaDte  det  pelo  por  medio  de  hcbi- 
^  f  era  OD  poe^  irias  corta  que  la  isqulerJa 
laderecha  para  qae  noimpidiese  al  caballero 
noatar  i  caballo:  tomaron  su  nombre  estas 
piesas  dt;  las  boisas  6  esearcelas  qoe  asimis- 
BO  pendientes  de  ta  cintura  lievaban  los  ca- 
btlieros:  esearoeUmes  llamábanse  ¿  las  es- 
orcelas  granáes.  Los  quifoles,  que  defendian 
los  muaios  ha^ta  Jas  rodilius  y  pendíeutes  dcl 
peto:  las  muelerae  defendian  igualmente  los 
BNtslos  bista  las  rodiilas;  pero  no  pendian  del 
peio  eomo  los  qoijotes.  Las  rodiUeras,  que  en- 
qtjabao  eon  el  quijote  ó  la  muslera,  defendi.'in 
la  rodifla  y  encajaban  ademas  con  los  grebo^ 
M  qiie  cu))r4aa  eoteramente  la  pierua:  las 
grebas  dejaban  sin  eobrír  la  parte  interior  de 
(i  |4emay  y  la  esquineÜa,  eaniUeraj  carriUe- 
fé  é  espíoiHar^  sojo  cubriau  la  espinilla.  Rt 
dreboA  «^a  ptfsar  éei  tolHilo  y  cubrír  el  talon 
del  pie,  y  entonces  se  fijabao  ias  espnelas  en 
eiti  Atoa  plesa.  Otras  vecds  ia  greba  ó  el 
greboi  Do  pasabao  del  tobiiio.  U  br^gueia 
detadia  las  partcs  Datorales  del  bombre;  pór 
tltímú,  eompletabaD  ia  armadura  entera  del 
cabaliero  los  esearp^'S,  borceguies  6  sapatos 
faradoi,  qvejoobrían,  encajaudo  con  la  grcba, 
UnU  U  iiarte  superíor  del  pie.  Los  escarpes 
leriidiiabaa  en  ponla  agtida  6  en  pnoU  roroa^ 


en  cnyo  segundo  caso  se  distingnian  con  el 
iiornbrc  do  eacarpes  depico  deánade,  escarpes 
de  pico  de  paío,  Estas  moilas  de  escarpes  de 
(úcu  y  cuudrados  tomaron  i^u  orígen,  ia  prirae- 
m  deí  calzado  de  ignal  foima.que  segun  so 
cree,  introdujo  Enrique  II  dc  luglalena  para 
ociiltur  mrjoria  escesiva  loogitud  de  sus  pies, 
y  la  cuai,  seguida,  como  era  consiguicnle, 
por  sus  cortesanos,  se  difunüió  ¿  las  demas 
ciases  y  se  generaiizó  cn  Europa.  Desde  una 
loogitud  de  musdedos  pies  que  eru  distiniivo 
del  rey,  hastala  de  medio  pie  qne  usaba  Ja 
llamada  plebe,  se  adoptuban  vaiius  otras  in- 
termedias  segun  Ja  calidad  dcl  que  llevaba  cl 
caizado.  A  csta  moda  sucedió  la  estrema  y 
opuesU  del  calzado  de  punta  cuadrada  y  largo* 
quc  es  la  segunda  quedejamos  apuntada  yque 
algunos  atftbuyerou  ¿  la  manía  del  cuquc^  de 
Lerroa  por  ocuitar  la  deformidad  de  los  juu- 
netes  de  sus  pies«  cuya  moda  seguida  por  siis 
favorílos,  avaros  dei  beuepl¿cito  dei  roinislro, 
pasó,  como  la  anterior,  áwer  uso  entre  Jas  de« 
mas  clases.  Esla  moda  sustituyó  ¿  la  dcl  caU 
zado  de  punta  en  el  siglo  XV,  y  duró  poco. 
Estefué,  pues,  ei  orísrendel  caizadoüe  punta 
aguda  y  del  áepicode  paioóánade.  Lu  pun- 
ta  dei  escarpe  se  trajo  aUlúda.  larga  y  poaliza 
alguna  vez.  para  en  el  moinento  de  embestir  el 
caí^li&CQCÍavarla  en  ei  vienlre  ó  pecbo  del  ca* 
ballo  enemlgo  y^dej^rseta  dentro.  Esto  fué  poco 
oomun  yaun  és  iuverosimil;  usáronse  tamblcu 
en  vez  deescarpes/una^  Uminas  quíntupjes 
de  piel,  que  encajaban  en  la  f)arte  iiiferior  de 
la  greba  y  defendia  el  empeine  det  pie. 

Todus  las  piezas  que  dejamos  t)^ritos 
componia  la  armadura  entera  y  simpleniento 
defensíva  del  caballero.  Todas  esla^  piQzas 
eran  bolgadas,  con  escamas  de  acero,  y  tenian 
ejes  para  que  fueran  giralorías  en  las  partes 
correspoodientes  ¿  las  coyunturas  del  ciicrpo. 

Ademas  de  ia  armadura  del  caballeiro,  se 
tenia  en  ia  edad  media  olra  paru  defensa  del 
cabalio,  y  llamábase  lábarda.  Esta  se  compo« 
niade  ias  piezas  siguientes:  icslera  6  itsluz. 
que  defendia  la  leHla  del  caballo,  y  lus  mas 
tenian'  unas  pietsas  tambien  de  aoero  y  salien* 
tes  que  ie  giiardaban  las  orejas,  lianudas  ore- 
jeras.  Cuando  la  testera  lenia  uoa  rejilta  eu  la 
paríe  correspondiente  ¿  los  ojos  del  aoimal,  se 
ilamaba  iesiera  eon  visera,  sci¡un  se  cree: 
tfis/ara  (ife  unicomio.  cuando  eu  el  centrotenia 
uoa  punU  agiida  salienle,  y  tesiera  mocha, 
ciiaiido  ¿  esU  faitaban  unaólas  dosorcJeras.La 
tentera  aolifi  ser  corta  y  no  cubrir  el  hocico  del 
cabalfOi  y  esu  es  ia  que  hpy  se  llama  propia- 
moQte  tesiui.  La  testera  6  iesiuz  se  unia  por 
I9  paríesup6rior¿  la  capisana,  pieza  compues- 
ta  de  un  escamddo  de  i¿mioa3  movibles,  la 
cual  defeaidia  la  parte  superíor  del  cuello  del 
cabailo.  lo  es  muy  segura  la  sigoiílcacion  que 
damos  de  esla  palabra.  El  peiralópeehera,  de* 
fendia  ei  pecbo  del  caballo  y  se  uiiia  al  cueUo 
ó  coílera,  que  le  deféndia  el  cuello,  y  á  Jas 
flanqueras,  que  defeodian  los  flancos  y  purle 


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m 


AaMADOM 


»1 


ílc  lo8  ijare»,  y  enlazábase  con  hebiUas  y  cor 
reas  tambien  á  la  gnipera.  Por  úllimo,  el 
guarda'muslo,  que  defendia  el  muslo  del  aiii- 
mal.  Todas  eslas  piezas  coostituian  la  barda 
dei  cabuUo. 

Ademas  estaba  armada  la  sllla  de  laminas 
dt3  acero,  y  dividiase  en  dos  cUses:  siUa  ar- 
mada,  bridona  ó  de  armas,  era  la  que  tenia 
loá  arzones  chapeados  dc  acero  y  se  empicaba 
en  batallas  y  lorneos.  La  otra  especie  era  la 
silla  á  la  gineta,  antlguaraente  siella  oocera, 
tcnla  el  fufcle  trasero  mas  bajo  que  el  delan- 
tero  y  senria  para  paseo. 

Todo  el  pesado  aparato  de  tanlas  pleias 
soportaban  á  mas  de  sus  ferradas  armas 
ofensivas,  los  cabHlleros  dc  la  edad  media. 
Ksta  forlaleza  de  aquellos,  comparada  á  ia  de 
las  acluales  generaciones,  sorpretide,  pero 
mas  aun  parece  fabuloso  el  poder  soponante 
de  los  caballos  de  aquellos  tiempos,  qiie  á  mas 
de  sus  pcsadas  bardas^  sostenian  la  acerada 
.<rilla  V  sobre  ella  al  «iballero  cubierto  de  lun- 
tas  piezas  de  armadura  y  arroado  á  mas  con 
su  malla,  sobrevesta,  garzotas  pesado  mon- 
tante  y  ferrado  lanzon.  En  los  tiempos  acluales 
bácese  inconcebible  tan  prodigiosa  fuerza. 

Ademasdelasanteriormenlede8critas,exis- 
tian  unsin  númerodcotrasarmas.quefuerade- 
masiado  prolijo  enumerar.  ho  mismo  sucedcen 
punlo  á  los  adornos  y  trofeos  que  cabaileros 
y  caballos  llevaban  á  goerras  y  torneos.  Al- 
gunos  caballeroB  Itevaban  sus  armaduras  tini- 
i:amentc  grabadas,  doradas  y  con  bordes  so- 
ffueados.  En  los  ca!KX)s  oMentaban  riquisimos 
plumages,  vuelos,  UoroneSj  garzotas,  pena- 
ehos  y  martinetes,  que  mecidos  por  el  aire, 
contraslaban  lujosamente  con  el  brlllo  de  sus 
firmaduras,  y  lo  misroo  üevaban  en  la  testera 
sus  caballos.  Suprimimos,  como  dejamos  di- 
cho,  la  prolija  enumeraclon  de  otras  piezas  de 
.nrmaduracomo  pnuzellas,  gocele,  oetvés,  tar- 
;on,  pezonera,  hombrera,  CQrrtllera  y  otras 
(leinnumerable  copia.  Solo  añadiremos  qiie 
ristre  era  uiia  pieza  fi]u  en  el  ludo  derecho  de 
)a  armadura  para  apoyar  en  ella  ia  lanza  al 
acometer,  á  lo  cual  declase  enrislrar  ó  poner 
en  ristreAsi  lanza,  y  volante  loda  piezadc  re- 
fuerzo  que  se  sobreponia  á  la  armadiira.  Va- 
mos  ahora  á  declr  algo  de  ia  parte  histórica 
concerniente  a  las  armaduras. 

Hácla  el  slglo  XI  fué  cuando  los  caballeros 
empezaron  á  usar  la  armadura  completa  que 
deiamos  dedcrita  y  á  bardar  sus  (^ballos.  Si 
bien  miichas  de  estas  pl^zas  fneron  usadas  y 
conocidas  antes,  no  se  llegó  á  reunir  y  com- 
blnar  unacompleta  armadnraliasta  dícho  siglo. 
Antlgnamente  los  espaóoles,  los  galos  y 
los  trancos,  se  sirvieron  de  la  adarga  de  ma» 
deracubierla  de  cuero;  pero  estt  sufrió  inu 
chas  modiflcaciones  durante  la  edad  media. 
U  caballeria  llcvaba  el  escudo  grande  cuu 
drado,  los  infantes  conaerraron  la  rodela,  quc 
era  un  oscudo  rcdondo,  hasta  mediados  del 
sigloXVlI, 


El  090  de  los  cascos  pertenece  á  la  naf 
osciira  aHtigttedad^  y  en  la  edad  raediase  dii^ 
tinguian  los  signientes: 

4  .^  El  yelmo,  que  guardaba  la  cabeza 
y  dejaba  descubierio  el  rostro.  (Desdc  el  si* 
glo  XV  se  usa  el  yelmo  de  fretite  en  los 
blasones..  El  yelmo  abierto  denota  antigOe- 
dad^  y  cerrado  modemo  linage.)  El  yelmo 
tenia:  4 ."  ta  eimera,  empresa  ó  divisa  qne  en 
la  cima  del  yelmo  llevaben  los  caballéroB,  co- 
ya  empresa  era  la  figura  de  un  reptil.  cuadrú- 
pedo  ú  otra  estravagante:  2.»  los  lambrequi^ 
nes,  airones,  penachera^  ópenackos,  garsolas, 
vuclos,  martineles,  etc,  qiie  stiian  de  la  cí- 
mera  y  adornabau  el  yelmo:  3.^  la  visera,  qm 
se  componla  de  Ires  partes;  nasat,  la  qiiedé- 
fendia  la  nariz;  visla,  abertura  horizontaí  éií* 
te  los  ojos  para  ver;  y  vcnfoUa,  parle  cercana 
á  labarbapor  dondeVntraba  el  aire  para  res- 
pirar.  La  ventalla  solia  ser  independiente  de 
la  visera,  y  olras  veces  no:  *.•*  la  cubre  nuea 
ó  guardanuea,  qne  gnardaba  la  noca  y  esti* 
ba  flja  al  yelmo.  El  yelmo  se  usaba  lleno  de 
ricascinccladuras. 

2.?  La  celadat  que  no  tenia  cresta  ni  ci- 
mera. 

3.^  El  morrion  que  llevaba  la  ínf¡(nteria. 
era  mas  abierto  que  la  celada  y  lenla  do$  car- 
rillerasquese  unianen  labarba.  Ei  morrion  cra 
muy  usado  entre  los  orientales  y  africanos,  y 
de  ellos  se  cree  tenga  suorigen.  Su  fornia  eia 
un  poco  cónica,  cou  una  cresta  casi  cortaoie, 
ala  ancha  y  levantada,  ahorquillada  y  en  pun- 
ta  por  delante  y  por  detrás:  en  la  cumbre  6 
cima,  casi  síempre  curva,  presentaba  ya  aiia 
especie  dc  gancho,  uña  ó  l)Oton,  ya  uoa  poa- 
ta  aguda.  Tambien^  aunque  muy  lujosos»  solíaB 
usar  morriones  los  caballeros  para  masdesabo- 
gar  el  rostro.  Hoy  se  uí^a  en  ei  ejército  españoi 
eUascoconctm^ra,  esprit,  nasal,  guarda-auca 
y  carrilleras,  por  los  regimienlos  4  .*  del  Rey  y 
2/^  Reina«  que  son  los  dos  regimientos  de  ca- 
balleria  de  linea  llamados  de  carabineros.  Loi 
gqardias  municipales  á  cabailo  de  la  córte^ 
usan  el  casco  forrado  de  piel  atigrada  eo  sü 
mitad  superior  y  con  cola  pendiente  de  la  ci- 
mera  y  csprit.  fil  regimiento  de  zapadores  lo^ 
usa  de  suela  con  una  punta  de  metai  blanco 
en  vez  de  cimeEa.  Los  nombres  de  yeímo,  of-> 
mete,  celada,  morriün,  boryoña,  capúceUjf 
S'mbrsro  ó  capel  de  ¡ierro,  eoquiUo  ó  eapeHb* 
na.  bacinete,  baneta  6  birrete  y  easqueU,  y 
ulgun  otro,  son  nombres  de  otras  armadura& 
de  c^be^a,  que  se  leen  á  cada  paso  ea  lai 
crónicas  antiguas, 

La  coraza  debe  traer  so  origen  de  loa  frss^ 
C03  bajo  el  reinado  de  Pepim  el  Brtbe.  áemé^ 
mente  la  llevaron  los  dós  regimientot  Rej  y 
Reina  menclonados:  lás  del  piimero  endi  de 
accro  y  de  sneia  las  del  segundo. 

Ya  liemos  diebo  que  hasta  ei  ai9)o  X.I  m  fte 
vieron  reunidaa  todas  ias  |úe9aa  de  aroiéduTat^ 
pero  desde  esta  ^poca  \o9  cabaHeros  iiiw  4 


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SM 


AlMAWmA-AftülAJfENTO 


8M 


pelea  lo^  Mf erlos  dearmas,  á  )o  cual  se 
deda  ir  Qirmado  de  pmta  en  blanco. 

Kii  la  tafterta  Mcional  y  eu  el  Iffueeo  de 
wMbíím  88  conBoran  amadnras  7  pieM  de 
íacalcnlaWe  valor,  asl  por  el  iatrinaeoo  de  al- 
fimae  oono  por  ao  nérlto  hiatórieo  y  arqneo- 
láfico.  Mre  ks  iwiiimerableB  preeioeidades 
i|ae  estDs  laQseoa  ooBtieoen  dtareflioe  en  h 
AimeHi  MelGBal  laa  annadttraa  enteraa  de  Fe- 
l^  H  7  Heraan  Gortés  7  laa  eapadas  de  don  Pe- 
layo,  el  Gid  (ia  Cetada^  la  de  Bemardo  del  Gar- 
pio,  de  Piittrro,  Heman  Gortéa,  el  Gran  Gapi* 
iaD,9emi  Dliadet  GaattMo,  Iob  6areilaBos, 
tatopiadelaqpiesetonióenPttTÍaal  prfeionero 
ity  de  franflla,  Francieeol,  poes  la  ferdadera 
foe  habla  faé  nna  de  las  presas  del  saqueo 
qvedunaCe  la  goerra  de  la  iMepeoáencla  hi- 
deionlM  franceses  en  nueetree  mMeos.  In  el 
ÍQseo  de  artilleria  cltaremos  el  peto  qne  faé 
M  cavdieiial  GisnerQS,  7  qnetiene  en  moestras 
de  SB  dopeia  wlas  aMladuras  de  balas;  ia 
espada  del  eélebre  Aliatar,  et  prisionero  en  la 
batalla  de  Lucena,  7  la  piea  del  Empeeinado 
(dOB  laan  VartiD)  célebre  partidario  español  en 
la  goerra  de  la  independencto  y  en  las  lucbas 
etriles. 

Varios  foéronlos  Ingares  de  Kuropa  en 
deade  se  construyeron  armadnras  y  oomo  mas 
Dotables  se  menciona  i  Espada,  Flandes,  ItaHa 
y  Alemamia,  y  el  emperador  Gárlds  V  estableció 
ao  Esp^,  de  donde  salian  las  me)orcs,  fábri 
las  en  Telosa,  Fasaplona,  Euqnf,  YaHadoKd  y 
Barcelona,  qoe  fabricaban  los  mejores  broque- 
lea.  En  Fea  se  eoB;streian  armadoras  y  arroas 
aMgoificas  y  escelentes.  como  lo  prueban  las 
aiéaieae»  y  la  del  rey  Ghico  Boabdilqueestáen 
la  Armería  nadonal. 

Oesde  el  siglo  XTI  en  adelante  caei  lodas 
las  pieias  de  armadura  estaben  formadas  dé 
tres  coeirpos:  uno  interior  de  bierro  doclil  y 
Bialeai>l«,  y  dos  esteriores  de  acero,  las  cua- 
les  dieren  sin  duda  ocasion,  si  no  a1  tnvento,  i 
la  aplieau^ion  de  la  póhora.  Aun  ast  las  arma- 
dnras  eran  infraspasables,  pnes  si  la  bala  pa- 
saba  las  capas  de  acero,  la  interior  de  hier- 
rednlee  se  dilataba  y  la  recbazaba.  Por  eso 
ftieron  tao  bnscadas  las  armaduras  á  pmeóa  de 
kaim  6  i  prueba  dej^ota,  como  entonces  se 
deeia. 

La  intTOdneeioQ  de  4a8  arreas  de  fuego  bi- 
10  abandonar  progresÍTameDtc  el  uso  de  las 
annadnrBs,  qne  despnesse  quiso  reetablecer  en 
nide.  Sl  in?ento  de  las  armas  de  fuego  es  tan- 1 
10  mas  impOTtante  para  la  causa  det  pobre, 
cnanto  qne  nna  bala  disparada  hiere  con  igual 
perigro  al  nMe  y  al  plebeyo  sobre  el  campo 
de  bataiia.  Las  armadoras  me}eres,  mas  com- 
plelasy  templadas,  que  antes  de  la  aplicacioD 
de  la  pdlvora  usaban  los  magnates,  les  dabao 
Btta  segnidad  cesi  complela  dc  la  ? ida,  mien- 
tras  qoe  el  Infelis  raesnadero  sln  mas  armas  de- 
fe»iTa8  qoe  sn  moftion  abierto,  y  á  lo  mas 
an  pelo  y  ana  greba,  llegaba  rendido  de  can- 
Siaíeio  áles  eampoB  de  bataiia  é  rendhr  por  el 

456      BIBLIOTHGA  PWmjJk. 


capricho  á  h>8  iuterfses  de  sii  seáur  ingrato^ 
qne  ni  aun  se  dignaba  mirarle,  e^  Iriffie  Iributo 
de  su  Tida.  TkTannes  en  sns  ¡k/UoDioñe^  Mobro 
lat  onlt^fiM  armaduraé  dlce  lo  sigviente: 

«Las  bardas  de  acero,  caparaaones  forrados 
ie  ftierfes  pleies,  mallas,  yelBMM,  ete.  aerriaa 
bien  en  las  antigaas  batallas,  que  solo  se  ea- 
tretenlan  coo  la  tansa  y  con  la  espadr.  el  poeo 
peHgro  de  les  caMleros  annados  las  hacla  de» 
nmsiado  largas.  Esto  se  hiBO  tan  senaible  et 
ItaHa  qne  de  tOO  combatientes  bien  oniiadoé 
y  lo  mismo  §us  caballos,  apenas  en  dos  bofai 
de  ooBAbate  Hegaban  á  morir  OMtro.  Las  amMl 
de  fbego  han  hecho  ínÉtiles  ias  armaduras  y  ias 
bnrdas,  y  en  el  pélígroso  cboqoe  del  caal  deset 
salir  cada  nno,  baciendo  mas  rápldos  y  Bsa- 
grleHtos  pero  bms  oortos  los  combates,  ei  pro- 
digioso  número  de  muertos  y  heridos  y  e(  es- 
panto  qne  ponen  á  los  demas  hace  mas  pron- 
tas  las  Tictorias.  Los  cabalios  bardados  serian 
boy  inátHesá  cansa  del  escesivo  peso  de  las 
piexas  §e  aquellas:  el  peso  del  gioete,  de  sus 
armas  y  de  la  silla  es  el  que  boy  prudencial- 
mente  poede  soportar  el  caballo  desUnado  á  la 
fatlga. 

«Lás  armas  de  mullas,  cuero  batido,  etc. 
serrian  á  los  antiguos  cuando  el  hierro  era  po- 
eojcoDocído  y  las  naciones  no  estaban  aun  01- 
Tilisadas.  Las  lanms  y  espadas  produ|eron  el 
uso  de  los  coseletes  y  celadas;  las  armas  de 
fbego  produjeronlas  corasas  y  cascos  á  prtulba 
de  pelola,  ■ 

Goncluimos  dicieBdo  que  los  eepañoles  tie- 
nen  la  gloria  de  haber  dado  al  mundo  el  dea- 
cubrimieoto  de  cooTeriir  el  bierro  en  acero,  y 
por  eso  sio  duda,  habiendo  empezado  i  oon- 
tftiifse  ia  armaduras  flnas  antiguas  ea  Efepi> 
fta  anles  que  en  otra  parte  algnna,  las  fibricaB 
cspañolas  de  armas,  como  ya  d  Jamos  apuDtade, 
goxaron  la  prímera  reputacion  dei  muodo.  Esto 
mismo  proetw  no  sote  una  muliitud  de  citas  de 
nuestras  c  rónicas  antiguas,  sino  tambien  loa 
mismos  autore&eslraogefos.  Véase  en  pnieba 
de  esto  los  signientee:  Jftneralopie  de  Brard, 
Lorignie  des  art$  por  Gogue  íkHnemme  y 
otros. 

ARMAMEino.  (MiHcia.)  Total  de  aprestoa 
de  materiales  y  de  armas,  que  se  guarda  para 
las  guerras  de  mar  y  las  de  tíerra. 

Si  el  armamento  maritímo  de  España  no  ea 
mny  considerable  oomo  en  iagiaterra  y  otras 
potencias,  lo  es  mas  que  suflcieBlementtf  el 
armamento  para  la  guerraen  tlerni  flrme.  Nu* 
merosos'aknacenes  y  depósitos  existen  en  Ba» 
I  paña,  qoe  guardan  un  numeroso  apreslo  de 
armas  para  iufanteria  y  arreos  para  la  caba- 
iteria.  Hay  fábricas  de  anoas  y  munioionea  eoQ 
profusion,  y  establecimientoa  de  remonta  no 
solo  para  la  atenclon  sioo  tambien  para  el  me- 
Joramiento  del  ganado  en  la  caballería. 

El  materlal  de  apresto  para  la  maríoa  de 
goerraexiste  en  los  arseoaétay  apostaderoa 
uacionaies,  y  ee  demasiado  reducldo,  al  menos 
por  abora. 

T.     Ifl.     SO 


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307 


ARMAMENTO-ABMAB 


308 


No  no8  ocaparemos  mas  de  esto»  porqae  eo 
lof  artíéolos  respectif ob  á  cada  clase  de  amia 
ae  tratarán  con  latltud  los  pormenores  de  todo 
el  mat^al  y  de  estas. 

La  palabra  armamento  en  particular  se  usa 
lioy  en  la  intoterta  del  ejército  español  para 
dlstingnlr  noo  de  los  tres  conjnntos  parciales 
ea  qne  se  diTide  el  total  equipage  del  soldado. 
j  son  los  tres  signientes:  veUuario  equipo  y 
armamenio.  Al  ?estnario  corresponden  las 
prendas  signientes:  el  capole,  casaca  de  paño 
y  morrion  complcto,  qne  son  las  prendas  Ila- 
madas  de  gránmasa,  y  la%  Uamadae  de  manta, 
qoe  son  pantaloues,  botines,  camisas»  corbuti- 
n«s,  zapatos,  gorra  de  cuartel,  tirantes,  cha- 
qneta  de  abrigo,  bolsa  de  aseo,  guantes  y  to- 
balla.  Alegtftpodel  soldado  corresponden:  la 
mochila  con  todos  sus  accesorios,  maletin  con 
la  funda,  fiambrera,  morral  (cuando  se  usa)  y 
dragonas.  Por  último,  al  armamento  pertene- 
cen:  el  fusil  ó  carabina  con  bayóueta  y  vaina, 
el  porta-fúsil,  las  piedras  decbispa  ó  los  pis- 
tones  (segon  la  clase  de  arma),  tahall,  escobi- 
llay  agujeta.  cartuchos,  cartuchera  con  cl 
correage,  sabte,  cinturon  con  su  chapa  las  ca- 
jas  de  guerra  y  las  cornetas. 

El  armamento  actual  del  ejército  español, 
es  en  parte  inglés,  y  lo  demas  cspañol  de  la 
fábrica  de  Oviedo.  Aquel  ha  qnedado  de  la  pa 
sada  guerra,  y  por  lo  tanto  se  halla  bastaute 
delerlorado;  pero  el  armamento  español  de 
Oviedo  se  halla  en  muy  buen  estado  y  ¿  todo  el 
ejército  se  es(¿  distribuyendo  armamento  de 
pistonenlugardel  dediispa,  que  usó  hasta 
ahora. 

La  rigurosa  polida  que  hoy  se  exige  en  los 
cnerpos  del  ejército  hace  que  su  armamento 
se  ostente  en  un  estado  brilianiisimo.  {Véaee 

FUSIL.) 

£i  armamento  de  toda  la  infanteria  espano* 
la  es  fosil  y  bayoneta»  habiendo  ya  recibido 
roucbos  cuerpos  el  fusil  dc  percusion  que  ^e 
adoptó  desde  el  año  4847.  El  regimiento^mco 
de  Granaderoi,  y  los  sargentos  de  todos  ios 
demas,  usan  el  sable  ademas;  cl  corrcage  es 
blanco  y  la  mochila  de  piel  de  temera. 

En  la  cabalieria  ^panola  usan  por  arma- 
mento  los  regimiéntos  Rey  y  Reina,  llamados 
de  carabineroe,  cspada  recta  y  carabina;  los 
regimientos  de  laneeros,  sable  semirecto  y 
lanxa,  Uevando  carabioa  en  iugar  de  lanxa  ias 
aecciones  de  tiradores  de  estos  cuerpos,  ios 
«scnadrones  de  eazadores  y  de  remota  y  el 
EeÍahUcimientocentralde  Instrueeián.  Todos 
)0s  coerpos  usan  las  pistolas;  el  correage  es 
blanco  en  (odos  los  institutos,  y  la  montura  con- 
slste  en  silla  de  las  llamadas  de  tejuelo,  man- 
tá,  caparaxon  blanco  y  rendaje  negro. 

El  armaroento  de  la  artllleria  consiste:  eo 
losrtf^ífliMiiilofy  6ft^as  fijoi  eü  carabina 
nyada  con  bayoneta,  y  machete;  el  de  las 
hrigadae  momtadae  y  de  montwia  en  mosque- 
(on  y  machete.  Kl  correage  entodoses  blanco. 

El  armamento  del  regimiento  único  de  /n« 


genieros,  consiste  en  fostlcon  bayoneta  y  ma- 
ohete. 

El  armamento  de  la  GuardiadtÁl,  consis- 
te  en  fusil  con  bayoneta  y  sable  para  inl^- 
tería,  y  en  carabina  larga  con  bayoneta  y  pis* 
tolas  y  en  espada  recta  para  la  caballeria.  El 
correage  en  todos  es  amaríilo.  La  moutura  qoe 
usa  la  caballeria  es  de  las  llamadas  ¿  la  dragona. 

El  armamento  de  los  earabineroe  consiste 
en  fusil  con  bayoneta  y  sable  para  la  infante- 
lía,  y  en  carabina,  pistolas  y  sable  para  la  ca- 
ballerla,  siendo  cl  correage  de  ambas  negro. 

La  infanteria  y  artiUeria  de  marina  u^n 
el  roismo  arroauieuto  que  la  de  ¿  ple,  UeYando 
ademas  los  buques  toda  clase  de  armas  para 
abordage,  etc. 

Para  el  armamento  de  la  infanterta  y  caba- 
llería  en  la  primera  y  segonda  era  véase  ai* 

TB  MILITAB. 

ARMAMENTO.  {Marina.)  Aunque  por esta  vos 
se  eniiende  en  rigor  la  accion  de  armar  uno  6 
rouchos  buqueSy  cnalquiera  que  sea  su  objeto^ 
en  su  acepcion  maaconiun,  espresa  los  prepa* 
ratívos  mililares  que  preceden  ¿algnn  proyec- 
to  de  guerra  ó  espedicion. 

Tambien  se  llaroa  armamento  el  co^junto 
de  efectos  que  slrven  para  poner  iosbuques  en 
pie  de  gucrra,  y  el  lotal  de  armas  que  lieva 
cualquiera  de  ellos. 

ARtf AR.  {Arte  mmtar.)  Antígoamente  ves- 
tir  ¿  otro  las  armas  ofcosivas  y  defensivas,  y 
hoy  sc  dice  por  ei  acto  de  proveer  de  armas  ¿ 
la  tropa. 

ARMAR  GABALLERO.  {Ántifjüedad.)  Dedarar 
¿  otro  dcl  órden  de  la  caballeria.  Eotre  lo«  ro- 
manos  el  misroo  principe  solia  ceñir  el  cinguio 
distintivo  ¿  algono  que  esa  proroovido  á  aita 
dignidad,  y  cuando  la  proroocioo  no  era  de  al- 
ta  categoria  se  daba  el  einguh  disliotivo  al- 
promovido  por  un  magistiado  de  \á  república. 
Adem¿s,  cmnáo]hsjunta8fiúbHea$  en  Roma 
dcclaraban  ¿  alguno  apto  pAra  el  servício  de 
las  armas  se  sabe  que  el  padre  ó  on  paríente 
del  recluta  le  adornabacon  el  escudo  y  le  en- 
tregaba  su  espada.  Este  era  ya  el  distintiro 
de  la  varouil  edad,  desu  aplitud  para  lasarmas. 
Luego  que  entraba  en  las  fllas  del  ejército  se 
lesurtiade  todas  las  armas,  ¿csto  se  dice  adop- 
tarse  in  mUUum,  de  donde  provino  la  fórmu* 
la  de  la  edad  media  adobare  müitum,  müét 
adobatus  (por  adoptatus)  cuya  fórmula  sigQl- 
flcal)a  armar  caoaUtro  con  todas  armas, 

Ademas,  entre  los  godos  se  daban  por  los 
señores  feudales  armas  ¿  sus  vasallos  para  que 
estoviesen  apercibidos  ¿  ia  gnerra,  lo  que  v«- 
lia  entrc  ellos  tanto  coroo  dedicarlos  ¿  la  gner- 
ra  y  haccríos  sus  soidados.  Los  godos,  como 
los  demas  pueblos  del  Norte»  tenian,  cuando 
aiguno  carecia  de  sucesion  ensu  famüia,  la 
costumbre  de  adoptar  ¿  huérfanos,  ¿  lo 
cnal  Ilamaban  adopcion  per  arma.  Los  Jóve- 
nes  deseaban,  pues,  ser  ¿loptados,  y  de  aqoi 
tomóorlgen  las  coBtumbre  de  armar  cabaUero, 
Los  cristiano?,  que  recibieron  eata  costumbre 


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ARMAR-^ABMAS 


340 


pigaDa  7  no  podieron  arrancarU  ñe  nüi,  eomo 
tampoco  otras  mudias,  no  tovieron  mas  re- 
eoreo  que  darle  cierta  Indole  religioaa  agre* 
gindole  ciertoa  ritos  qne  se  conservaron. 

Armébanse  los  caballeros  durante  ta  edad 
Dedia  ante  ei  allar,  y  esto  se  hacia  por  me- 
dio  de  noa  solemne  ceremonia  religioaa.  Aais- 
tian  al  acto  muchas  personas  de  mas  ó  menos 
distincion,  segun  la  calidad  del  caballero  qoe 
iba  i  armarse  é  del  padrino  que  le  armaba  tal. 
Tomábaae  al  profesante  sobie  los  Bvangoiios 
Jaramento  de  no  cometer  cobardia  ni  villanía 
algona,  de  amparar  i  los  débileá  y  de  todo  lo 
principol  que  manda  nuestra  iglesia.  Jurado 
qae  habia  el  caballero,  el  sacerdote  bendecia 
)as  armaa»  y  el  padrino  (qne  debia  ser  ya  ca- 
liillero),  se  ias  ceñia,  caliindole  tambten  la 
espuela  de  oro,  y  dindole  antes  con  la  misma 
espada  dn  golpe  en  el  pescnexo  y  otro  en  las 
espaldas,  i  lo  cual  llamaban  petoozada  y  espal- 
d<arazo.  Lo  primero  era  el  Jurameoto,  lo  se- 
goQ  'o  la  confirmacioo,  y  despues  que  el  pa- 
dríoo,  diciéndole  una  exhortacion  y  oracion 
qoe  babia  para  estos  casos,  le  cenia  las  arroas 
beodlfas  y  le  calzaba  la  espuela,  el  cabaliero 
qoedaba  armado  y  admitido  por  consiguientc 
Gi  la  vida  de  caballeria.  Para  ser  armado  ca» 
Inllero  necesitibase  antes  haber  acreditado 
Irien  8U  valor,  su  noblexa  ó  sus  virtudes»  y  ha- 
l)er  aervido  como  page  de  lanxa,  escudero  ó 
donceJ  i  otro  caballero.  Autes  de  la  ceremonia 
él  cabÉllero  sufria  sus  pruehas,  como  eran  la 
de  velar  9us  artnae,  y  otras  mucbas  penitencias 
aiortiflcantes.  Incorporados  por  Feruando  el 
Citélico  los  maestrazgos  de  las  cuatro  órdenes 
Dilitares  á  1a  corona,  y  estinguido  despues  el 
cspirítu  reltgioso-aventurero  de  la  edad  media, 
qoedaron  estas  costumbres  olvidadas,  y  ya  en 
el  dta  solo  se  usa  esta  cereroonia  con  los  qne 
secruzimde  algunas  de  diclias  órdenes,  6 
para  los  qoe  reciben  algona  grande  cruz,  de- 
biendo  ser  armados  por  otro  de  la  misma  ór- 
deo  en  qne  ingresan. 

Los  armados  caballeros  de  la  edad  media 
toroaban,  segun  las  circunstancias,  las  varías 
deDomlnacÍones  siguientes: 

CabalUro  de  espuela  dorada,  el  hidalgo 
qae  era  arroado  del  modo  que  queda  dicho. 

Ciéballeronovel,  el  que  ann  no  tenia  divi- 
a  por  DO  haberla  ganado  en  batalla. 

CñbaUero  pario,  el  que  no  siendo  noble 
gozaba  por  el  rey  el  ítaero  de  no  pagar  contrí- 
IneioD  (ffiofi  pechar)  j  otras  exenciones  de  los 
hidalgoo. 

CúbaUero  mesnadero,  el  caballero  que  des- 
cendia  de  gefes  de  mesnada  (qoe  era  el 
coBtingeDte  de  tropas  qne  daba  c&da  pue- 
bto.) 

CahaUero  de  premio,  el  que  debia  siempre 
teoer  armas  x  cabalio  para  la  guerra. 

C  abaUero  de  cuantla,  el  cabaliero  ríco  de 
las  cootas,  qne  debia  mantener  tropas  para  re- 
diaiar  á  los  moros  en  trance  de  rebato  ó  cor 


Caballero  de  akrde,  el  qne  aíempre  deM 
pasar  mnestra  ó  revista  á  calÑillo. 

Cúbaüero  en  piata,  el  qoe  salhi  con  gar* 
rochon  ó  rejonciilo  itorear  en  plaza. 

Estas  y  otras  denominaciones  tenian  los  oa- 
balloros  antignamente. 

CabaUero.  (PorHHcacion,)  Foerteqne  en  ona 
plaza  ótrínchera  se  constmye  dominando  la 
fortiflcacion  para  enfllaría  y  defenderla. 

ARIIAR  LA  BAY0N8TA.  (Arte  miHtar.)  81 
movimiento  ó  el  acto  de  colocar  el  soldado  la 
bayoneta  en  el  fosll. 

ARMAR10  DE  HIERRO.  (BisUma.)  Se  ha  ha- 
blado  mucho  dei  armarío  de  hieno  colocado  en 
uno  de  los  corredores  de  las  Tullerías,  y  he- 
cho  por  un  mecinico  liamado  Gamin ,  bajo  la 
direccion  de  Luis  XYI,  que  era  tambien  bibil 
cerragero.  Este  armarío  conslstia  en  nn  agu* 
Jero  hecho  en  el  espesor  de  la  pared  goanieci- 
do  por  una  puerta  sólida  de  hierro  y  oculto  por 
la  tapicería.  Guando  la  Asamblea  legisíativn 
mandó  hacer  una  visita  i  la  real  ciroara,  el 
obrero  que  habia  trabajado  con  Lnis  XVI ,  re- 
veló  la  existencia  de  aquel  armario,  donde  se 
encontró  multitud  de  piezas  que  no  se  im* 
primieron  basta  4793,  y  de  las  cuales  aignnaíí 
ofreeen  inteiés.  Estas  notas  secretas  prueban 
coropietamente  las  relaciones  de  Luis  XYI  con 
los  emigradoB  y  las  potencias  aliadas,  y  formau 
tres.Yolámenes  en  8.^  impresos  en  caractéres 
flnos  y  compactos. 

Ei  resúmen  mas  coropleto  de  todos  los  do* 
cumentos  hallados  en  ei  armarío  de  hierro  es 
el  qne  facílitói  la  Asamblea  nacional  el  dipu- 
tado  Gohier,  encargado  de  presentar  un  infor- 
roe  Bobre  este  asunto.  Flnalmente,  el  armarío 
de  bierro  no  contenia  tantas  piezas  curiosas 
como  se  dijo  en  algon  tiempo;  pero  si  las  sufl- 
cieotes  para  probar  que  Luis  XYl  no  se  adhirló 
Jamis  decorazon  iio»  príncipios  revohiciona* 
rios,  y  que  por  el  contrario,  favoreció,  aunque 
tímidaroentc,  con  la  intencion  y  de  hecho.  los 
proyectos  de  los  eroígrados»  y  protegió  i  los 
cneroigos  de  la  Francia. 

ARMAS.  (i4rte  milUar,)  Las  tropas  de  una 
nacion  en  general.  Dicese  ias  armas  de  Fspaña 
vencieron  i  las  ármas  de  Franoia  en  Pavia,  etc. 

>ARMAS.  (PASAR  pon  las)  (Arte  mUílrir.)  Fn* 
silar  á  alguno. 

ARMA6.  [Véase  blason.) 

ARMAS  BLANGAS  DE  TOLEDO.  (P4MUGA  db) 
(Véase  bspada). 

ARMAS.  {Historianatural.)  Si  algnnas  cría- 
turas  han  sido  abandonadas  en  la  natoraleza' 
sln  medios  de  ataque  ó  de  defensa,  hay  otrae 
qoe  por  el  contrario,  fueron  provJstas  dc  ar- 
mas  temibles.  Los  anímales  y  las  plantas  prc^ 
sentau  on  gran  número  de  ejeroplos  de  espe- 
cies  favorecidas  y  que  no  teniendo  qne  temer 
cosa  alguná  de  las  razas  que  amcnazan  sn 
existencia,  tienen  por  el  cdntrario  la  fainiltad 
de  atacarias  6  de  preservarse  de  sus  acome- 
tidas. 

Tal  vez  pareaca  eslraño,  al  primer  golpe  oe 


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8114 


de  destrnccioD  qae  empleea  eon  cicrto  diseer- 
nlnJeDto:  niida,  sio  embei^,  m  mm  «sacto. 
La  dionea  (dfansa  mitcie^h),  eiitre  otras,  aabe 
retener  las  moac^s  qoe  ae  poaaii  imprudeote- 
mente  sobre  sus  tiojas.  Bsla  plaate  está  pro- 
lista  en  sn  estremldad  de  dea  piaietas»  gMrae- 
ddaa  do  cerdas  paBUDtes  6  de  garfiea.  Des- 
graciado  el  insecto  que  Itega  i  paseK  ao^e 
]ft  plaata  traidora  y  cnyas  palelas  están  abicr- 
tas  7  como  en  emboscada,  poea  al  pnnto  se 
eierran  para  inmolar  ia  tietima.  lias  espinas 
mas  6  meoos  duras«  senciiias  ó  raaosas,  los 
atuijones,  que  son  espioas  no  adberentes  á  la 
madera,  loe  pelos  susceptibles  de  desprenüer- 
ae  de  la  superflcie  de  las  boiias  y  de  producir 
en  ia  pi«i  de  los  animales  una  sensaeioii  ar- 
dienle,  completao  cl  aparato  defensivo ,  4  les 
armas  de  los  Tegetaies. 

En  el  reino  animai  sobre  todo,  se  multipli- 

cao  los  aparatos.  Bo  el  rango  de  lo»  primero¿ 

citaremos,  entre  los  mamireros»  las  uñas  y  los 

díenles.  En  las  beetias  caruicevas,  estos  dos 

.  medios  estáo  siempre  eo  relacion,  es  dectr  qiie 

con  el  gusto  de  la  came ,  los  dientes  y  las 

ndas  se  bacen  cada'vex  mas  temibles,  en  pro- 

porciones  semojantes.  Las  oñas  retracliles  ó 

garras  son  inseparables  de  uo  sistema  dentarjo 

compieto  y  Tigoroso:  lales  uñas  resultau  inú- 

tlles  al  rumiante.  por  ejemplo,  que  no  ba  de 

bacer  uso  de  ellas  para  desgarrar  ¿  una  presa. 

laeeptúase  el  elefante  y  el  dugongo,  cuyos  in- 

ekivosse  convierten  en  armas,  s¡end4»  en  geoe- 

ral  los  oolmillos  6  caninos  los  que  constituyen 

la  Cneraa  principal  de  sus  mandlbulas.  Bl  auer- 

00  mísmo  del  narval»  vnlgarmente  Uamado 

onicornio  de  mar,  es  un  diente  cauioo,  cayo 

escesivo  desarrollo  se  verifica  eo  oo  seotido 

'vertical.  Los  dieotes  del  caroicero  no  estáii  in- 

4l9peQsablemcnte  subordinados  ¿  las  garraa^ 

pue:>to  que  los  animales  desdentados  tienen 

uóas  moy  grandes;  pero  eotonces  estas  uñas 

00  estio  dispuestas  para  coger  y  matar  otros 

poimales,  sioo  mas  bieo  destioadas  á  escavar 

latlerra  6  bieo  á  levaotar  la  oortexa.  De  todas 

laa  ooas,  las  mas  peligrosaa  aoo  los  espoloues 

del  oroitorlnce,  porcoyalonfótüdatraviesa  oo 

oanal  daatioadoioooducir  un  liquido  empoo» 

xodado:  este  estraño  carácter  hacer  qoe  se  pa- 

resca  á  la  vibora  oo  aoimal  qoe  tleoe  lo  cabeza 

Plvttcida'á.uBa  ave.  Las  vibona  tieoeo  por  ar- 

mas  dos  dieotes  particulares,  ó  mas  bien,  doa 

eolioilloa  aitoados  h^<áa  la  pórte  media  del  pa- 

Mar»  cootra  el  qoe  el  aoimal  los  tiene  gene* 

rafaoente  tendidos,  pero  que  moviblea  coo  el 

hoeso  maxUar,  poedeo  eoderezarae  para  iofii- 

trar  eo  laa  heridad  que  ocasiooao  uo  huou>r 

veaeooso.capaa  de  causar  lamuerte. 

'  iioa  eoeroos  soo  asimismo  anoas  ofeosivas» 

particolarmeote  para  el  toro  y  el  riooceronte. 

Uoa  austaocia  aoáloga  al  cueroo  y  coostituida 

por  consolidacion  del  pelo,  forma  las  armas  de  | 

los  erizos  y  pnerco-espines,  las  cuales  coosis- 1 

tea  eo  puas  mos  ó  meoos  f uertes.  %í  aoima(  que  i 


m 

laa  tíene,  poedeeBdeiaiaiteé  foionM,  pe» 
no  laoaarlaa  como  dardos  aegoo  el  virisa  pisii^ 
sa.  La  piel  eodorecida  de  los  amMdittas  tm* 
gada  de  algooas  aales  calcáreas,  íerma  ál  n- 
dedorde  aticoerpo  coraaaa  impeoetrablea^  pe- 
ro  eslaa  coraaas  aolo  Birven  de  defieoaa»  sieoée 
por  ol  Gootrario  ofoosivaa  eo  lea  paoge^oes,  y 
fatagines,  que  estáo  oobiertos  de  escamaa  oar^ 
taole&,  susceptiUes  de  herír  ooaiido  el  aoioal 
Jas  eodereza. 

Bi  pioo  y  las  garras  soo  laa  principalea  ar- 
mas  del  ave:  algiioas.  talea  como  cl  caoi-* 
cbi,  Giertoa  pluviales  y  el  eaaoar ,  éeiieo  a4r> 
mas  verdaderas  nñas  que  ■aeeo  eo  la  ealre* 
mitad  del  aloo.  Las  gallioéceaa  estáo  adeoMs 
provi»taa  de  espoiooes  qne  en  el  galio  todavia 
800  mas  temibles  que  el  pico. 

Eo  los  repiiles.  loa  dieotes  aeo  eoo  fipe- 
cuencia  muy  fuertes,  y  el  eeoodrüo  bajo  oüe 
concepto^  está  tao  bioo  armado  como  el  tigro. 
Ya  liemos  vialo  que  los  colmMloa  nnirrnfaíkM 
de  ciertai  serpieotes  vieoeo  á  aer  ao  iiaa  ter- 
ribW  medk)  de  ataque.  El  coerpo  eotera  de  las 
ospecies  no  veoenosas.  resolta  á  au  vea  ao 
medio  do  destruccioo:  por  owdio  de  ana  ro- 
pIiGgues  es  como  las  boas  y  laé  gfaodea  eolo- 
bras  eolazao  sus  víctimaa,  laa  aprleion.  laa 
abogao  y  les  quebraptao  loa  Imtaes. 

Tambieo  los  peces  estáo  provistos  de  dien- 
tes  mas  ó  menos  temiblea,  pero  en  ao  OMiyor 
parte  tieneu  ademas  otraa  armas.  El  pes  espoda 
y  el  pez  sieiTa  Ueoeo  GuebUlaa  agudaa  é  den- 
tadas  en  la  o^remidad  de  Ueabeaav  cuyoeoft- 
tervajíilares  se  proiongao  paro  foroar  ealas 
partes.  frecueotemeotje  tao  fuoesias  á  loa  gran- 
des  ceticeos.  Oiraa  muchas  espodes  estén  ar-* 
madas  de  espínas  eo  todo  el  aoefpio,  ó  de  eo- 
cudos  que  no  soo  otra  oosa  que  d¿BBtea  ünbí* 
dos  eo  la  superflcie  d»  la  piol.  Otroa  tieiieo  ra* 
dios  acerados  eo  las  aletaa,  y  el  aoioMl  loa 
tieode  ó  los  eodereaa  á  su  albedrk)  cooio  oi 
puerco-espin.  Estosradioa  pareceoserveoooo- 
sos  en  el  vivo  ó  peje  araña:  al  menoa  ka  pioo- 
duraade  eatepez  caoaaooo  dolor  inoepor- 
table. 

£n  los  siluros  y  eo  oiertas  baUestaa,  el  pri- 
mer  radio  de  laa  aietaapeetoniles  y  és  k  dor- 
sal  se  hoodeo  ó  ae  eodereaoo  mediaote  oo 
mecaoiaoK)  aoo  mas  siogular:  awrtoáes  de 
dientes  ¿  modo  de  los  do  aierfo»  estoo  rodioo 
se  mueveo  como  hqias  de  aothlllo  mijftm^  al 
maogo  por  medío  de  un  resorCe»  Uoo  familio 
de  laa  rayaa  tieno  un  agnijofr.oo  meneo  leoMWo 
en  sn  larga  cola,  que  nunca  hiere  impnoeaieo- 
te  su  presa.  Se  poede  eeoaidewir  ol  apaiiuo 
eléctrico  de  las  Ireoiielgas  y  de  loa  gibMile» 
como  armas  ofeosivas.  fta  variaa  espeoiea»  loe 
placas  ó  escudos  que  cubreo  el  cuerpo  eo  tode 
ó  eo  parte,  soo  armaa  defeosivaOi  Ba  loo  eoflres 
el  cndurecimiento  do  la  piel  ka  sirvo  do  cor»- 
za.  Algunoa  gieodes  higaFtoa  tienoo  eoife  los 
reptiles  los  mlsmoa  medioa  pasivoa,  per»  se- 
guroa  de  defeosa»  tal  Gomo  las  tortugaa. 
las  armas  die  los  iosectos  s<m  muy  vaii»' 


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Ml 


AIMAS 


M 


diKtMBMtB86ii6iiliMaliM  tmmméOm- 
lai  fMliDgidas  en  eoeraos  iudosos  eo  el 
átm  voliiCe,  mmj  cortaitM  ea  nucbofi  gé- 
MKM  dcitoiicteret.  Bl  lórei  é  eoreelete  ee  pro- 
)i0|i4iioéo<l6  caemoieD  algBBe,  iieroU- 
\m  proloBgiCtoMS  io&  eeno  el  doble  picode 
IM  f&Iüi  y  el  cueo  de  los  casoeres  fB  lae 
Mes,  nMB  ble&  ans  exiberiiicta  y  un  iocon- 
vMíeDte,  qoe  medioe  de  alaqtie  ódedefeDse. 
]M  aKoyoiies  slr? eo  barto  meior  fMra  aplacar 
kiaiade  los  ioseclos  qoede  ellos  estéo  pro- 
YiHoi:  estes  agiiiJODes,  geiierahBeBte  situados 
«laestreBiidad  del  abdóBieD,  puedeB  ser  tít' 
eHmeDte  estudiados  en  los  apiarios. 

fio  los  crustácepslas  piBsas  les  sirvea  par- 
tiMlanaeBte  deiarmas  ofeosivas»  mieDtras  que 
loa  isbierta  sólida  prolege  sn  coerpo  coolra 
tadeilaqae  de  aos  seme^aBtes,  iDas  do  eeatra 
Im  éiioles  de  Blguttos  peces  6  G|mtra  el  pico 
dilii  lepias  qoe  triuDfao  de  s»  doreza.  Bste 
pieeii  ifBalmente  an  arma  podero'sa:  sitoado 
m  ú  eeotro  de  lee  brasos  del  aBlmal,  qoe  se 
line  deellos  pora  abrasar  su  vietinM,  peoetra 
kmtg  lii  coDdias;  j  coibo  ai  la  aaturalesa  bu- 
biiK  qBerldo  proteger  las  sepias  y  otros  cefti- 
Upidoa,  cuyo  coerpo  es  blsodo,  cootra  sus 
awaeposos  enemigos,  did  á  Diucbos  de  eUos 
w  neroiBterior  lleno  de  bbb  austaBeia  negra 
y  eipeca,  qoe  esparcida  ea  el  iBStaBte  M  pe- 
li|to.fonDaák>  l^iosaBaoubeoscaray  eome- 
m  dd  la  cobI  sabe  sostraerse;  el  bedioiido 
laadi  00  medío  aoálogo:  caaodo  ies  aoieaa^ 
laaliBB  peligFO  despreaden  una  orína  de  lal 
BOdD  fétida  qoe  el  olor  aleja  al  eneiaigo. 

Mo  todoa  los  maríscos  tieoefl  aroue  delen- 
fint  y  cscadea  protectores,  puesto  qoe  mu- 
ém  da  ellos  están  coDteoidos  eo  el  interior 
dií  aaiBial;  ^ro  ob  el  interior  de  su  concba 
9  ibilgaB  estes  débiles  aoimalillos  que  sod 
iniapacaa  de  defeDdevse  volyieBdomal  pormal. 
BemasiBdo  IrágileB  cb  la  mayor  parte  de 
los  molQseeB  terrestrespam  pooerse  totalmeo- 
te  il  abrígo  de  sus  eoemigos,  preeervaBmeJor 
iloicoBchlferos;  la  mayor  partede  esto^  úl- 
tfm  eosi  Dada  UeiieB  que  temer  de  los  demas 
iBbifBBtes  de  las  agoas  coaiido  do  sob  sor- 
IKtBdidos^  6  coaodo  despoes  de  eatreabierta 
«flMBiMi  caloároB  Bo  se espoDeD' ¿  que  les 
viidadeeerniclaalgBQcaerpeduro  coloea<- 
dsiBlfefOB  vBlTas.  Refiéreseqne  depotíta&de 
"iMpieireoilM  emre  los  dos  bBtieates  de  la 
oitaif.aeooBao  los  moBOB  moy  aflcionBdoaásir 
MaBeia,  leeimpiden  cerrarse,  y  laa  oo- 
MsiB  temer  de  qoedm  preses*  DBdoso  eo 
Velos  monos  se  alimentan  de  ostras»  y  mas 
WiM  iBii  qae  teBga»  bastBDte  iastiBtepara 
fvpwcoDlra  eUaseBlosardldesqoeaDte^de 
<*ttveBQioa  dola  pdbrora  se  usabiB  eo  IobbI- 
wpvi  impedir  la  aooion  de  oicrtas  flaáfai*^ 
o^degaenB. 

CbopBdores,  garflos  y  pelos^  arma»  los  ga^ 

^  iBleBtioaleB  y  loa  eqoinodermos,  de  los 

algmioB  eatáB  oamertoB  de 


Bo  el  oéBiefe  de  esto%  el  eqBiBfiD  eomnn 
se  distiBgoe  por  sos  puas,  que  ebcan  h  la  ma- 
oerade  ks  do  los  peocB  y  pBerco-esplDes,  pero 
CBya  fragitídad  resnltatanto  mayor,  cuunto  q«e 
soB  mas  pontiagodis.  Las  cianeas  6  medttsai 
tieBeB  por  ariBas  ob  liomor  acre  y  ardiente 
que  lascireundaB,  y  qoe  pvoducieedo  eo  lapiel 
del  bombre  la  misma  seosaoioB  que  la  ortiga, 
les  ba  hecbo  llamar  TuAgarmente  ortigas  de  ' 
mar.  Las  ceMillas  pétreas  de  los  pequeftos  pé- 
lipos  quehabitan  entre  las  producdOBesmadre» 
p¿rieas  y  loe  corales,  lei  sirveB  oomo  astlos 
defensivos,  en  H  foBdo  de  los  coales  se  bunde 
el  aoiBial  iDquieilBde,  coroe  las  lortogas  en  su 
escodo  6  Cibierta  ealcirea. 

No  debeflMs  olvidar  iok  reptiles  al  eitar  les 

aoiflMles  Biejor  defendidoB,  poes  do  solamen- 

te  las  tortugaB  estáo  geoeralflBeDle  eonforma-' 

das  de  manera  qoe  poedan  despreciar  todos  los 

ataqees,  sine  que  el  bembre  toaró  de  ellas  el 

uso  de  las  araMS  dcfeBsivas,  pues  parece  que 

:  la  costni  calcérea  de  las  cspedes  msyores  han 

I  sido  loB  primeros  escados  de  que  se  sirvieron 

¡  Duestros  padres  eoaado  fodavia  efau  8alva<f 

gea. 

ARIIAS.  ^oiiBRBB  DB)  (IMorKi.)  Los  escri- 

tores  doB  generaloiente  este  aombre  i  todos 

los  soldadoB  regvlarmente  arraados  que  ser- 

vian  en  laa  guerrasde  la  edad  media.  8in  em- 

bargo,  la  palabra  Jbom^ras  dt  arma$  no  tleBO 

solaoMBteesa  acepcioB  general  é  indetermiBa- 

da,  siBO  que  .^e  apiica,  particQlarmente  m  lea 

siglosXH,  Xlll  y  XIV,  álos  hombres  de  noble 

raaa  que  los  docmnentos  contemporáneos  lla- 

man  ordinariaraeBle  mUiies,  chévali^r$  ea- 

franc^,  y  oabMertts  en  espaúol.   Queriendo 

Gárlos  vii  regtitariser  he  BHÍh^  en  Francia, 

mandó  al  priccípío  formur  quincegraBdeseom* 

pimias  de  caballeFla,  que  son  canocidas  eon  el 

Dombre  decompañiea  de  ordenaBsa.  Gada  com- 

pania  oonstaba  de  100  laosas  ó  cabaHeros,  y 

cada  cMlero  lletabe  consigo  chico  personas, 

tres  aniDeros,  im  contüUet  (I)  y  un  page.  Los 

1 00  boflibrea  que  formabafl  lo  mas  escogido  de 

la  compañia  eran  h>s  únioos  qoe  se  Itaroaban 

hoifibres  ée  amras.  Perteoeciao  k  la  nobleza. 

«Loa  gendarflses  ú  bombres  de  armas,  dice  el 

padreDanielen  sn  Bialerúi  de  ídi  Milicte  A*an- 

ee$0,  eran  gentiIeB-hombres  y  contlnuaron 

siéndolo  aon  en  el  reinado  de  Luls  XII.  Esto  fhé 

lo  qne  el  oabBllero  Bayardo  bixo  declarar  al 

eaq^radOT  Maaimlltaiio  eu  el  sitio  de  Pádaa 

que  este  prlncipe  kabia  poeato  cob  los  fraooe- 

See.  MaitmllhiBO^  propeso  k  los  comandanios 

franceaes  que  dieran  otro  asalto  á  la  plasa  por 

tmdiode  bbb  gendanwBy  laaqoenetes.  Bayar- 

do  B6  opoao»  ategandopor  rason  qne  no  habia 

en  las  compañias  de  ordenaasa  det  rey  perse* 

Bas  qae  do  fiéeram  gefMH-kambreM;  y  qoe  si 

ol  emperador  qaeria  que  ia  geDdarmeria  fran-' 

eesa86  6B0argBBedeeste  asrito,  eraprecis» 

que  fhese  acompañada  de  la  suya  y  no  de  sos 


(1)    Sokiado  que  oHba  del  eitoqac. 


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315 


ARMAS— ABMENIA 


346 


lasqDenetes  (4).«  EDtra  los  allegados  de  losj 
bom^res  de  arnias  babia  tambfeo  mnchos  sol- 
dados  que  perteneciaD  á  ilastres  familias.  Mon- 
thie  nos  diccque  bízo  su  primera  compaña  en 
1a  compañia  de  los  geiidarmes  del  maríscal  de 
Foix  en  calidad  de  arquero,  Por  lo  demas,  los 
arqueros,  el  page  y  (odos  los  qoe  servian  como 
subaUernos,  se  preparaban,  si  poderoos  espre- 
samosasi,  por  mediode  un  duro  noTiciado  en 
losgrados  inferiores,  ¿  ser  eilos  tambien  bom- 
bres  de  armas. 

Los  decretos  de  los  reyes  relativos  ¿  las 
compaüias  dc  ordenanza,  no  tienen  número, 
y  cada  edicto  hizo  en  la  organiiacion  primiti- 
yaalguoa  roodiQcncion  importante.  En  general 
los  reyes  restringian  ó  aumentaban  con  esi09, 
decretos  el  número  de  tos  que  acompañaban  ¿ 
Vjs  hombres  de  armas;  pero  llegó  un  dia  en 
que  fué  lan  escesivo  el  núroero  de  estos,  qne 
8i  hemos  de  creer  ¿  Fleuranges,  unacompañia 
de  4  00  hombres  de  armas  en  tiempo  de Luis  Xll 
coroprendia  algunas  veces  hasta  4,900  ca- 
ballos. 

Antes  de  Cários  VII  no  habia  milicias  ver- 
daderamente  regulares  y  permanentes;  empe- 
ro  no  sucedió  lo  mismo  cnando  este  rey  creó 
las  coropañias  de  ordenanza.  Los  hombres  de 
armas  debian  estar  siempre  bajo  pie  de  guer- 
ra  con  un  equipo  completo,  y  daban  guarni-^ 
cion  ¿  las  cíiidades  de  las  fronteras.  Guando  se 
trasladaban  en  cuerpo  de  un  punto  ¿  otro,  se 
arregUban  sus  roarchas  por  etapas,  deterroi- 
nándose  de  anteroanó  lo  que  debian  toroar  pa- 
ra  la  roanutencion  de  sus  horohres  yde  sus  ca- 
ballos.  Tenian,  hasta  cierto  ponto,  un  vestido 
uniforroe,  las  revistas  de  las  coropañias  de  or- 
denanza  se  hacian  cnatro  veces  al  ano,  había 
dos  generales,  ¿  las  que  acosturobraba  asislir 
nn  roariscal  de  Fraucia,  y  en  las  cuales  se  pre- 
sentaban  los  horobres  de  arroas  equipados  con 
su  arroadura  coropleta  como  si  fuesen  ¿  roar- 
char  ¿  la  guerra.  Las  otras  dos  rcvistas  eran 
particulares  para  cada  coropañia,  y  se  hacian 
en  presencia.de  un  coroisario.  La  compaBia  no 
se  presentaba  con  arroas,  sino  soiamente  con 
ia  librea  dcl  capitan.  Los  hombrcs  de  arroas 
baciun  ademas  frecuentes  ejercicios. 

Las  coropañías  de  ordenansa  adquirieron 
gran  cclebridad  en  tiempo  de  Carlos  YII, 
Luis  XII  V  Francisco  I,  y  en  las  guerras  de  Ita- 
lia  fué  priDcipalmente  donde  roas  sedistingnió 
la  gendarmeria  fr^ncesa;  pero  desde  el  reinado 
de  Fr&ncisco  11,  cayó  ep  una  completa  deca- 
dencia,  y  desde  flnes  del  siglo  XVi  cesó  de 
estar  en  uso  la  palabra  de  hombres  de  armas, 
Las  palabras  gendarmeria  y  gendarmes  se 
conservaron  mas  tieropo;  pero  acabaron  tam 
bien  por  perder  sn  priroera  significacion. 

ARMENIÁ.  (Geo<;ra/Ía.)  Esta  vasta  provincia 
del  Asia  Occidenlal»  ocupa  uua  estension  de 
S50  legoas  de  Norte  ¿  Sur,  desde  la  Georgia  y 

P¿S.M4.  ' 


el  pie  del  C¿Qeaso»  basta  las  Ilanoraa  de  la  Me- 
sopotamia;  y  300  del  Este  á  Oeste,  desde  la 
embocadura  del  Kour,  en  el  mar  Gaspio,  haata 
las  orillas  del  Eáfrates.  Bs  nn  pais  oortado  de 
altas  montañas,  algunas  de  las  coales,  tal  od- 
mo  el  Ararat  y  diversas  ramiflcaciones  dcl  Tan- 
ro,  esün  cubiertas  de  nieves  pérpétuas.  Rie- 
gan  esta  provincia  rouchos  rios  oélebrea,  eotre 
otros,  el  Tigris,  el  Eúfrates  y  d  Aras:  el  «ire 
e^  generalmente  frio,  y  el  clima  dnroen  elpais 
montañoso;  pero  mas  soave  en  los  valles  y  tla^ 
nos  donde  se  cogen  granos,  frntas  y  algoíiioD. 
Los  naturalistas  creen  que  el  albaricoqne  es 
oriuhdo  de  la  Armenla. 

Las  montañas  encierran.minas  de  oro,  co* 
bre,  plata  y  otros  metales,  y  ^  laboreo  forma 
uno  de  los  raroos  mas  Importantes  de  la  ín-> 
dustria.  Tarobien  se  encoentra  sal  gemma  y 
fuentes  de  na(ta.  Los  babitantes  se  dan  ¿  si 
roisroosel  qiurobre  de  haY  y¿  supalsel  deBais- 
dan;  pretenden  que  la  palabra  Armenla  proee- 
de  de  Aram,  uno  de  sus  antiguos  reyea  que  te 
hizo  céiebre  por  stis  grandes  conqnistas,  y  ¿ 
quien  los  escritores  gricgos  llamaron  ArroeQ. 
Los  armeDiosson  geoeralmeDte  berroofios:  tle- 
DCD  los  ojos  y  los  cabellos  oegros,  la  mirada 
viva,  la  Ddríz  aguiieña  y  la  tez  algo  morena. 
Las  mngeres  son  notables  por  la  regnlaridad  y 
delicadezade  sus  facciones.  El  armenioes  fra- 
gal,  econóroico,  bospitalario  y  agradecido; 
8U  corazon  no  abriga  el  ruinsentinliento  de  la 
venganza:  es  grave  y  probo;  demuestra  auma 
habilidad  en  las  especulaciones  coroerclales, 
y  se  distingne  sobre  todo  por  su  aroor  iofati- 
gable  al  trabaio:  su  deseo  de  ganancia  le  ba- 
ce  avaro;  es  pausado,  tranquilo  y  reflexiyo; 
no  brilla  por  el  valor,  y  tiene  mncho  opego  ¿ 
los  usos  de  8U8  antepasados;  es  amaote  de  so 
familia  y  sobre  todo  deaosbijos.  Las  mogerea 
no  salensino  cubiertas,  y  viven  muy  retiradas. 
Generalroente  se  tacha  ¿  los  arroenios  de  gas- 
trónoroos  y  de  rouy  aflclonados  al  vino,  y  es- 
pecialmentealdinero. 

Lqs  geógrafos  armenios,  asi  como  loa  grie- 
gos  y  latinos,  dividen  generalmente  la  Arme- 
Dia  en  dos  partes:  la  Gran  Arrocnia,  cnyos  li- 
roites  hemos  descrito  mas  arriba,  y  la  Peqoeña 
situada  al  Occidentede  la  grande,  y  laenalse 
subdivideen  primera,  segonday  tercera.  Agré- 
ganse¿  esta  tambien  1a  Cicilla  y  la  estremldad 
septentrional  de  1a  Siria.  La  Péqneda  ArmeDla 
estaba  limitadapor  el  Pontoy  porlaGoroageot; 
la  Grande  era  limitrofe  de  la  Mesopotamla,  de 
la  SirU,  de  la  Media,  de  la  Albania,  de  U  Ibe- 
ria  y  de  la  Gólqnlde. 

cLa  Armenla,  dice  Mr.  SaintMartin,  no  ba 
representado  Jam¿snnpapelnotable  en  lasre- 
volnciones  del  Asia:  colocada  casi  siebapre  en 
nn  rango  secDDdario,  participó  del  destino  de 
los  poderosos  imperios  que  se  sucedieron  en 
aqueUabermosaparte  delroundo.*  En  lostiem- 
po6  antiguos  la  Armenia  fué  gobemada  aigQ- 
nas  veces  por  reyesindependientes;  mas  porlo 
geoeral  fuerou  alterDaUvamente  vadallos  de 


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8W 


ARMENIA 


348 


]o6  ttirios,  de  los  medos,  de  los  persts  y.de 
losmacedomos.  Entre  los  primeros,  Tigranes, 
que  reiDó  bácia  el  afio  530  antes  de  Jesocris- 
to,  dió  i  conoc^r  los  armeDios  á  )as  uaciones 
estraogeras.  Genofontenos  hababladode  este 
priofipe. 

Despoes  de  la  muerte  de  Alejandro,  1a  Ar- 
meoia,  libre  por  nn  momento,  fné  sometida 
despoes  i  los  reyes  de  Siria,  y  i  la  caida  de 
Anüoco  el  Grande,  Artaxias,  ¿  quien  aqoel  mo- 
oarca  babia  nombrado  gobemador,  se  dcclaró 
sobmio  de  ella«  Jugoete  de  1a  poiitica  de  los 
reyes  partos,  que  eran  sos  parientes,  y  de  la  de 
Jos  romaoos,  los  reyes  de  ia  Armenia  ▼íeron 
805  estados  asolados  por  aqoelhis  dos  po- 
teocias.  Establecióse  entonses  la  division  de  la 
Anoenia  en  grande  y  pequena.  La  Indole  dcl 
gobieroo  ponia  á  los  reyes  de  Armenía  en  la 
imposibilidad  de  resistir  á  los  enemlgos  qoe  los 
atacabao,  poeslamayor  parte  de  ios  valles  quc 
eompooen  el  pais,  estaban  sometidosá  ona  es- 
pecie  de  grandes  vasallosqoe  no  reconocian 
la  autoridad  del  monarca  Sino  coando  la  obe- 
dieociacoovenia  á  sos  intereses  privados:  casi 
siempre  servian  ¿  los  proycctos  de  los  estran- 
geros  cootra  su  patria,  importindoles  poco  que 
surey  ocopase  un  trono  envilecido,  siempre 
qoe  ellos  podieran  coqservar  sos  privílegios. 
KiStoera  el  régimeu  feudal  en  toda  so  deformi- 
dad.  EI  nómero  de  estoa  peqoefios  prlncipes 
erataoconaiderable,  qoe  en  el  ^iglo  lY  de  noes- 
tra  era,  se  contaban  en  Armenia  mas  de  ciento 
seseota  familids  sob^nas,  atgonasde  las  cua- 
les  podian  rivalizar  en  poder  con  ios  reyes. 

Todos  los  acontecimientos  que  afligieron  ¿ 
la  Armenía,  son  suOcientemente  conocldos  por 
los  bistoriadores  gríegos  romanoa.  En  Táci- 
fo  poede  leerse  la  relacion  de  las  victorias  de 
Gorbulon;  ei  poder  de  Farasmano,  rey  de  Ibe- 
ria;  el  estabiecimiento  de  su  bermano  Mitrida- 
tes  sobre  éi  trooo  de  Armenia  y  su  desastroso 
^t  las  faaxañas  militares,  los  talentos,  ia 
crueldad  y  los  reveses  de  Radamisto,  bijo  de 
farismano,  y  por  á  timoel  adveninüento  de  Ti- 
ndiies,  beroaaoo  de  Yologesio,  rey  de  los  par^ 
tos,  qoe  pareció  poner  término  ¿  las  calamida- 
des  de  la  Armenia.  Pronto  volvieron  ¿  empeiar 
its  goerras;  Trajano  la  redojo  ¿  provincia  ro- 
iBooa  y  le  dió  sos  reyes.  Recobró  so  iudepen* 
^'eoeía  y  sopo  defenderla  contra  los  reyes  par- 
tot.  En  650  la  conqoistaron  los  ¿rabes  y  cam- 
^  aitemativamente  de  soberano,  entre  los 
cualea  se  tíó  flgorar  ¿  los  mogoles  y  ios  tor- 
oos,  sieiido  por  último  dividída  cn  mochos  pe- 
Qoeños  príneipados.  Poseyéronla  despoes  los 
V^nm  haftta  4552,  en  coya  época  Selim  II, 
^Aerador  otomano,  les  qoitó  la  mayor  parte 
deeUa. 

ia  Peqaeña  Armenia  tovo  sos  reyes  partico- 
^ttes,  eocoyonúmero  figoró  Deyótaro,cliente 
de  Ciceroo,  y  loa  eoales  eran  vasailos  de  los 
romanos.  Al  decaer  el  imperio  de  Oriente  pasó 
¿iotpersasv  y  despoes  ¿  ios  ¿rabes,  y  mas  ade- 
laote  participó  de  la  soerte  de  la  Oran  Arme- 


nia.  En  45ti,  Selim  II  la  couvirlió  en  provincia 
turca. 

Desdc  la  destniccion  total  de  los  rcinos  y 
de  los  priucipados  de  )a  Gran  Armenia  por 
los  emperadores  griegos  y  ios  soltanes  turcos, 
las  divisiones  territoriales  de  aquei  pais  ban 
esperimentado  cam|i)ios  oonsiderablos,  pues- 
to  que  no  queda  ya  ningon  vestigio  de  las 
denomioaciones  nacionales,  que  estaban  anti- 
goamente  en  uso,  y  que  se  eucuentran  en  los 
antiguos  libros  armenios.  Portodas  partes  los 
nombres  ¿rabes,  persas,  turcos  ó  georgianos 
han  becho  olvídar  los  quc  se  conocian  en  los 
tiempos  antiguos.  Actualmente  esta  dividído 
el  reino  entre  los  turcos,  persas,  rusos,  y  al« 
gunos  principes  kurdos  independientes. 

Adcmas  de  toda  la  Peqoeña  Armenia  y  de 
la  Gilicia,  donde*existieron  los  últimos  rcyes, 
poseen  los  turcos  la  parte  occidental  de  la 
Gran  Armeoia,  que  se  estiende  desde  ias  mon- 
tañas  de  la  Georgia  al  Nofte  hasta  lasde  la  lle- 
sopotamia  al  Sur,  y  desde  las  m^rgenes  dei 
Eúfrates  al  Oeste  hasta  roas  all¿  del  lago  de 
Yar  y  del  monte  Masis  ul  Este.  Este  ejpacio  de 
pais  cst¿  dividido  en  cinco  gobiernos  ó  bajala- 
tos  que  son  Akhal-Tzikhé,  Kars,  Arzroum, 
Amid  y  Yan. 

La  parte  de  la  Armenia  que  cst¿  en  poder 
delos  rusos  se  encuentra  al  Nord-este  y  com- 
prende  h)s  territorios  que  conquistaron  anti- 
guamentc  ¿  los  armenios  jos  reycs  de  Georgia 
ó  los  persas,  y  los  cuales  se  eslienden  ¿  iu  lar- 
gor  del  Kdur.  y  dei  Aras.  Hace  poco  tiempo  que 
existian  todavia  en  la  parte  moutañosa  de  la 
Armenia  situada  al  Oeste  y  al  Sur  del  Kour  mu- 
chos  pequeños  principes  armenios  tributarios 
de  los  persas,  que  tomaban  el  tltuiode  melik'b, 
derivado  del  árabe,  y  que  signiQca  rey.  Los 
persas  no  tienen  ya  en  la  Armenia  sino  la  par- 
te  del  Aran  al  Nortedel  Aras,  dondc  se  encuen* 
trdn  las  ciudades  de  Erivan  y  de  Nakkdjevam  y 
todo  lo  que  csl¿  al  Sur  hasta  el  lago  de  Our- 
miak  y  ias  montañas  de  los  kurdos. 

Los  cantones  de  ia  Armenia  situados  al  Sur 
dei  lago  de  Yan  en  direccion  del  Kurdislan  y 
del  Tigris,  est¿n  sometidos  ¿  diferentes  princi- 
pes  kurdos. 

Todos  los  paises  comprendidos  bajo  los 
nombres  dc  Grande  y  Pequeñu  Armenia,  la  Gi- 
licia  sobre  el  Mediterr¿neo  y  el  Chirvan  sobre 
las  orillas  del  mar  Gaspio  no  ticnen  mas  idio- 
ma  quela  iengua  armenia,  ¿escej>cion,s¡n  em- 
bargo,  de  la  de  los  torcos,  qoe  sq\o  usan  co- 
moumente  los  mosolmanes,  y  ann  mucbos  de 
estos  han  adoptado  el  armenio  volgar,  que  no 
es  otra  cosa  sino  una  mezcla  dei  armenio  llte- 
ral  algo  alterado  y  del  turco. 

La  lengua  armcnia  pertenece  ¿  la  clase  de 
ios  idiomas  indo-germ¿nicos.  Es  ruda  y  abun- 
da  en  coosonantes  para  formar  los  enlac^s  y 
trabazones;  aparte  de  una  cantidad  de  raicea 
qne  denotan  su  origon,  ofrece  muchos  puntos 
de  contacto  con  la  lengua  finesa  y  otras  que  se 
I  hablan  en  el  Norte  dei  Asia.  No  es,  poes,  8or« 


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tíMsm 


SM 


prcudente  ouaado  86  atíiade  «1  orígOD  de  q¡ae 
procede,  é1  hállar  eo  sus  formas  gramatictles 
y  en  su  siRtaxis  maa  semeiaDia  con  las  lenguas 
de  Europa  que  con  las  que  UaaaiQOs  orienta- 
les.  tLoé  armenios,  dioe  Mr.  Klaprotli,  leyeron 
y  tradideron  los  libros  griegos,  caldeos  y  per- 
sas,  Y  de  este  modo  conierraron  una  parte  de 
la  historia  del  Asia  Occidental;  su  propia  histo- 
ria  se  remonta  al  ano  S407  antes  de  la  era 
cristiaoa  y  concluye  en  iOSÚ  de  dicha  era; 
época  ea  que  cesaron  de  etistir  come  cuerpo 
de  nacion,  y  en  que  una  parte  se  esparció  por 
el  Asia  y  Europa.  Kosotros  conocemos  moy  po* 
co  su  litevatora,  7  puede  suponersn  con  algim 
fundnmettlo,  qoe  I06  conyentos  de  su  patria  en* 
cierran  nuehos  maunscrttos  absohilamente 
ignorados.» 

Al  dispersarselos  armeníbs  por  los  diferen* 
tes  paises  dc  la  Europa  Oriental  y  del  Asia,  lle* 
Yaron  á  ellos  su  lengoige.  Se  cree  que  su  ná- 
mero  en  Turqi^es  próximamentede  4 .000,000; 
cuéotanse  poco  mas  ómenos  160,000  en  Per- 
sia  y  acaso  otros  tantos  en  Rusia  y  ^tras  par- 
tes,  porque  en  muchas  provincias  de  estoe  di- 
ferentes  estados  se  encueutran  ármenios,  y 
principaimente  como  comerciaules  residen 
muUitud  de  elios  (^n  todos  los  paises  compren- 
didos  entre  la  frootera  del  imperio  chino  en 
Asia,  y  las  márgcnes  de)  Támésis  en  Europa; 
abundan  en  Egipto,  y 'eu  la  India.  Ban  adopta- 
do,  en  la  lengua  de  que  se  sirven  ordinaria* 
mente  para  sus  cartas  y  cn  algunos  de  sua  li* 
bros  modernos,  muchas  palabras  áitibes,  per* 
sas  y  turcas.  Donde  quiera  que  se  han  fljado 
en  gran  número  han  establecido  imprentas  pa^ 
ra  publicar  las  obras  de  k)s  escritores  de  su  ua- 
cion»  y  demuestran  el  maVor  celo  por  el  culti- 
vo  de  las  letras. 

^ajo  este  aspMo  aon  menos  conocidos  que 
como  comerciantes  de  una  actividad  increible. 
A  e¿ta  uaeion  laboriosa  debc  la  Turquto  parte 
de  sus  manufacturas,  y  los  turcos  le  conflan 
la  fabricacioa  de  la  monede  y  la  direccion  de 
sus  moliBOs  de  póNora.  Los  armenios  deben 
á  su  moderacion  y  á  su  probidad  haber  conse- 
guido  moBopoJiaar  los  empleos  de  losbaoqueros, 
de  los  ministros  y  de  ios  príncipales  persooages 
del  imperio,  y  supiantar  á  los  judioa  en  este 
ramo  de  comercio,  sí  bien  con  sus  conf ratioB^ 
pos  fiineatos,  porque  muchas  veces  el  banquero 
paga  con  su  cabeza  y  con  la  conlscacion  de  sus 
bienes,  la  fama  de  rico  que  le  atribuycn.  Loe 
armenioíi,  naturalmente  pftsiñcos  y  timidos, 
detcfitau  las  rcToluciones,  y  verian  con  dolor 
la  aúd<i  dei  impeno  otouMiBO*  No  inspiran  en- 
Tidia  á.  loa  toreos,  qiúenes  para^racteriiarloa 
de  una  manera  tan  exaxrta  como  espresiYa,  los 
comparan  á  los  eamellos,  animaies  de  suyo 
útUes  y  pacifioos. 

Las  caravanas.  qa^  Tienen  de  la  Indía  y 
atT«Tiesao  ia  Persia,  el  Aaia  MeMor  y  laa  dife- 
rentes  profiMiasdel  imperio  otoaaaDO»  se  com- 
ponen  en  gran  parte  46  comeioiaDtea  anne- 
nios:  Tieaen  tambien  maehos  en  laa  qne  de 


difer^tes  pnntoa  dél  Oriente  Uegni  á  loaia. 
Dnt  cartade  recomendadOB  de  un  eeMástlee 
armenio  dhrigida  ásni  oorrettgiOBarios,  es  díi 
mocha  ntüidad  al  viaseio  qiie  se  proree  ét 
ella  para  reoorrer  los  ptlses  mts  rsniotos  psr 
donde  se  hallan  dispeiBOS. 

In  efecto,  no  ane  menos  estredwwte  i 
los  armenios  eotre  si  el  Tincolo  de  nna  wüsm 
religion,  que  el  de  on  lengnsje  eomnn.  Sn  ios 
tiempofi  mas  antiguos  sigiüeroiysin  dndt  Itde 
los  partos,  es  dectr,  probabiemeate  ubb  mes^ 
ola  de  ias  opiniOnes  de  Zorotstro,  naoy  alte» 
radas  con  el  oolto  de  las  divinidades  griecu 
y  otras  suptrsticiones  hnporttdts  de  It  flirit. 
Veianse  en  sus  tempios  Hmltitud  de  iaaágeMB 
de  dÍTiaidades,  á  las  cnales  stciifletbtB  aaá^ 
males,  lo  onal  no  se  practieabt  cb  It  nHsiBB 
de  Zorotstro.  Et  ei  ado276,  baioel  reiBBdBdB 
Derstt  ó  Tiridates  II,  predicó  8ai|  Gre^orio  el 
Ilumhiador,  la  fé  cristitot  en  ArmeBit,  qa^ 
no  llegd  á  esttbiecerse  síbo  despBCs  de  unt 
resisteocia  obstinadt  por  porte  de  los  stcerd^ 
tes  idélatras. 

Los  armenlos  han  perseTertdo  en  Ib  re)i« 
gion  cristiana,  y  pertenecen,  oomo  los  JtooM* 
tas  y  los  coptos,  i  It  sectt  de  los  eotiqneesé 
monoflsitas;  desecban  el  colto  de  Its  ímáge- 
nes  y  celebran  pocas  fi^stas,  pero  eo  ctmM* 
tienen  muchos  dits  de  ayuno  rígorost,  y  se^ 
gun  dicen  algunos  esoritores,  obserTtn  boii 
tanta  eflcacia  esta  prictica,  qne  ai  oirlos  kt* 
blar,  cualquiert  dirit  que  todt  la  religioB  00»- 
sistia  en  ayuntr.  La  misa  se  oelebrt  en  tmi- 
guo  trmenio,  y  como  esta  lcngot  diflere  úelm 
oueTt  ó  Tulgar,  el  pueblo  no  eotienáe  íbcil- 
mente  la  litorgia.  Sn  trtdnocion  dett  MUb 
se  ha  heclu)  por  It  del  griego  dc  los  SetenlB. 
Estin  somctidos  i  dos  patriarcas  inriB^^ptlee: 
el  ono  toma  el  tUulo  de  eaiálieo  y  rtsíde  m 
el  couTento  de  Bdcfamiadsin,  en  la  Grtn  Arnie- 
nia,  y  el  otro  esol  de  Sis  ^  GHIcia,  capítti  M 
último  reino  de  la  Peqoeitt  Armeait:  lostia»* 
lares  residian  en  AJepo. 

El  clero  se  compoae  de  eslos  dos  pttriBF^ 
cts,  de  los  arzobispos,  obispos,  TerstbicdeB  6 
doctores,  stcerdotes,  seglares  ó  moiiges.  Jú* 
gunos  arsobispos  ban  tomado  el  tilBle  de  pa- 
triarcas;  muchos  olHspos  ctreoen  de  dióoetiB 
y.  habitan  en  los  montsteiios  de  qne  soo  tbe- 
des.  Ls  coalidtd  de  dector  es  ttn  grtnde  emre 
los  armenios,  qoe  Ui  dtn  oen  Its  misntts  ee- 
remonias  que  se  coofleren  Its  órdeoes  stgrB» 
das.  Bstos  Tersabiedes  dicen  oiss  moy  pooes 
veees,  pues  su  priociptl  destiao  es  It  predie^ 
cion,  y  jusgan  las  diférencias  fMse  Boteifwi 
entre  ios  particultres.  Los  stcerdotes  seglBKB 
se  casaa,  del  mismo  modo  qne  en  It  IgleBiB 
griega,  peco  no  puedeu  pasar  i  segOBdBB 
nupcits;  mnchos  ^eroeo  ont  profesioD  iitrB 
gtnar  so  vidt.  Los  moBges,  como  todÓB  loBael 
Orieute,  son  dei  órden  de  Stn  Btsilio,  y  bbl 
régimeneseslremtdtmette  aostero. 

El  cooTento  de  Edehmiadito  está  9  iegi«Qs 
de  ErivtB  en  Persit  y  lo  rodet  no  pne^Iu:  los 


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AEMEinÁ 


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\mm\b\\mBn  Oitch-kfifisé  (Iíb  Tres  1gle<>- 
sl9$.]  l\  eoQventa  es  es^ctoso  y  bien  eoM^ 
troMo,  7  TtD  eon  IrecQeiieift  ¿  él  aniclns  et- 
raruias  para  pmetiear  aos  devooieaes;  es 
dMir,  fMniMDftwme,  eoaoigar  y  recU)lr  la 
benAcÍMi  del  padriorca.  Si»)atdi0es  soo  raoy 
mtMáe^  f  éatáa  Uen  ooBsertadoe;  ie  igleaia 
pitriiMfll  sekallaedtllcadi  enmedio  de  nn 
iMMMO  nHo  t  dedicada  á  San  Orogorio  el 
llkmiiiaditf;  lo»  arneBios  ereen  qoe  oeope  el 
alsiBO  liigar  ei»  qoe  letacridtar  ae  apavectd  á 
^nei  apéáo^de  se  pais,  y  por  le  ttnto  Ja  tí- 
'ám  eeit  i^omcioa  proihnids. 

Todiii  Ws  ármenlos  qoe  reconocen  a!  pa> 
Mm  de  IdciiiiiiedziB,  le  |tegtn  un  frHniio, 
OHiy  eieaBe  é  la  Terdad;  pere  qoe  afesdid^  ai 
gtw  t»Me»o  de  aifiietlos,  prodnoe  una  smua 
oaasldembne.  h»  personae  acomodafdaa  )t  dao 
nm,  y  raeUto  JonaHvos  de  todoe  Kn  viageros 
q^e  ?Miao  el  oooTento;  pero  no  pCMr  eso  es 
110  rfice,  peirqoe  emplee  la  roayor  parle  de 
tmjeüiMS  m  so^ener  i  ios  pobres  áe  sv  eo- 


Bdchmiadzin  está  eii  im  campo  kermoso  y 
fértfl.  Ibofnefori,  quc  lo  ba  exsmiflado  coroo 
iMiirieo,  diec  que  entre  los  vegeiáies  ótiles, 
Mo  se  eebs  do  menos  ef  oIívd. 

la  protlcatdád  dei  monte  Araral,  anmenla 
iaveaerdcton  ée  los  ansenM  al  leTritoriede 
NebBÍadsiB.  Toumeflawt,  que  intentó  ioútíl- 
Bsste  subir  é  su  e«mbre,  bob  d»  uoa  Iroena 
deeeripeioúp  de  é1.  So  fennai  es  estraorünaHa, 
ysu  altara  giganteoca;  etéTase  sobre  ona  baso 
iBBemw,  pfimero  en  peodleáte  sBave,  y  des- 
poes  sé  separm  tm  dos  par^ee,  nne  de  tílas 
SMB  baji  qoe  laoira;  la  parte  siiperior  es  muy 
esearpeds ,  y  está  eaWrria  de  iHeves  pcr  pé- 
taas.  Al  pie  del  Ararel,  se  esüenden  pantonos 
f  arenates ;  despnes  presenta  on  oonton  de 
pefiascos,  algoBo  de  los  coeles  se  desprende 
de  ves  00  eoBwlo  eon  bonifaie  esirépHo.  H¿- 
cia  la  Bdtad  de  le  pendiente  se  abre  un  abit^ 
sui  iniDeBser,  eo  el  cuai  las  irieves  derretidas 
eBCBeniCB»  iM  reeepÜoBÍo  qne  generalroeote 
ertá  Hcno  de  htelo.  Los  pestores  cooducen  sos 
rsMoe  i  la  nayor  altnra  qne  poeden  para 
psBeHos  «l  abriffe  de  ios  ataques  de  ias  fieras 
qse  inteitBa  aqeelia  oomarca. 

iloB  pertó  de  los  armenios  estin  uiiidoS .  á 
laMesia  iÉHne,  y  sotneiidos  aUrsobtspo  de 
ISsutobivBtt  setare  el  don,  coionia  armenia  cn 


prano  para  It  posterid&d.  la  lenüMid  del  me* 
vimiento  inteleetaal  en  aquei  pais,  enida  i  la 
IndÉftfrencia  con  ^  lis  pdncipes  miraEuiB  los 
Joielos  del  porvonir,  han  dejado  mey  oecoroi 
loe  Beontectmieotos  que  precediero«  á  k  ere 
crütiana,  y  si  los  poebloii  cireuBveoinos,  ^ 
deoB,  siríos  é  griegos,  no  habiesen  provisio 
de  hiitoríadores  i  aquel  piieblo  alrasado,  le 
béstoria  armenia  hakiria  qtüedBdoeompletameiH 
te  desconipida  para  aosotros.  liaa  adeiaoie 
los  autores  nacionaies  trabsjaron  sobre  estü 
documentos;  pero  ningirao  precedtó  i  fa  eri 
crísttána.  Segun  ellos,  el  orígen  de  su  naoion 
se  remonta  i  la  época  qne  siguié  iom^b^iate* 
roeote  al  diluvio,  y  en  lo  cual  »e  senaia  lafor* 
maoloB  de  Ibs  principales  monarquioa  del 
Orieote.  De  eltos  tonnreroos  la  relaoion  de 
aigonos  de  los  acontecími^tos  que  marca- 
roo  los  primeros  tiempos  de  la  Itistorta  ar- 
menia. 

«El  tercer  palríarca  despues  de  Jafet  en* 
gendró  tres  hijos,  Asicaoas,  Riphad  y  Thor^om, 
y  como  poseia  eo  propiedad  y  personalmeDte 
el  pais  de  los  tracios ,  Jusgó  conveniente  divi* 
dir  en  tres  lotes  aquel  reino  y  sus  demas  poso* 
siones,  para  d.trlas  en  herencla  i  sos  tres  bi* 
Jos;  tesfaflBento  que  se  llevó  i  debido  cfeelo. 
I>e  este  modo  did  la  Sarmacia  á  Askanac,  que 
al  priocipio  babia  iaipnesto  sn  nombre  ¿  nues- 
tra  nucioo;  Ripiias  récibió  el  pais  de  los  sara- 
noades,  y  en  cuanto  iTborgom,  babiéndose 
aprofnado  despues  la  Armenia  ,  y  sieudo  por 
coosigniente  el  soberano  de  clla,  tomó  el 
neaM[)re  de  su  dinasila  aqnel  reino  que  hasü 
entonces  llevaba  ei  de  Aokttoaa. 

«Resoéta,  pues,  que  descendemos  i  la  vea 
de  Askanaz  y  de  la  casa  de  Tborgam^  úaioo 
medio  de  creer  en  la  autentloidad  de  las  tni(á- 
ciones  concérnientes  i  los  primeroa  geíes  de 
nuestra  nacioB ,  aunque  aligiinos  adopten  so-' 
bre  esle  punte  una  opinion  diférefite. 

«Las  sagradas  lelras  guardan  un  sileneia 
absoloto  hasta  los  tieropoa  anteriores  á  Thur- 
gom,  y  despues  no  han  Juagado  oonvenienle 
dar  á  conocer  cl  origen,  la  suoeáion  y  estatle 
de  sus  deáoendiemes ,  ni  enumerar  todos  los 
reyes  de  Armenta  0  decirnos  como  fud  reglda 
ulteríormente  por  los  s¿trapas ;  pero  uo  tal 
Mtrtbas  Gatina,  naturai  de  Siri»,  fúó  por  Orden 
de  nuestro  rey  Vagarschag  i  vi^i^ar  íos  arclu- 
V08  de  los  reyes  de  Poraia.  Bolado  de  aasaci- 


li  BeqoeÍB  Hoeia :  feneralroeBle  se  ooBfiero  I  dad  y  de  penetracíon  y  versado  ea  Us  ietraa 


erta  dtgniésil  iun  reügioso  domieico. 


J^t^  ieHowiieftort,  de  €hardi»»det»TcrtiiM 
jéfjSníer. 

mnm'iui  hiMtórieasu  geo§rá/iea$  tohr$  la  Arme' 
•w>p«  BaiDt>narUo.  París,  fStS,  S  vot. 

ii«<app|^lola,dc  J.  KlaproUi.Parí8,1Sa3,  i  vo- 


ealdeas  y  gríegas,  descubrió  en  eiías  despuea 
delargas  invesiigaciones  un  libro  auiéotico  qoe 
AlüJaodfohiJodoNectanébe,  habiaroaudado  tra- 
ducir  del  caldeo  al  griego.  Aun  cuiíndo  conte- 
nia  mechas  noticiás  sobre  la  historia  de  otros 
varítis  peebios,  Mar-Abbas  las  acspreció  como 
estrañas  ¿  su  trabajo,  y  recogieodo  iluicamen- 
te  io  qne  conoernia  ¿  nuestra  nacion  ,  vino  4 

Ípresentarlo  ¿  Vagarschag. 
«Gracias  ¿  él,  uuestra  hic^toria  ha  sido  co« 
nocida  y  ha  adquirido  una  adteHtioidad  inda* 
dabie.  Asl  sabenios  que  el  hermoso  y  valieatt 

457      aiSUOTItCA  r01»ULAIt.  T.     111.     2i 


sée  ¡é  4TetniUntf  emimmSk'ei  ée  Imim- 

««f«et  de  Letanle,  por  de  Moni.  (Richard-Siinoa.)  Pa- 
m^MBI,  4  vol.  en  M.* 


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ARMENÍA 


m 


<  héroe  Hiig»  de  entatnra  ^gantesca ,  era  hijo 
déThorgom,  quefué  e<  primer  gefe  f  Mre  de 
Dueslra  nacíOD.  La  liistoría  nos  enseña  tam- 
bien,  que,  de  acuerdo  con  la  raza  prímiiiva  de 
los  gigantes,  trabajó  en  la  construccion  de  la 
torre,  monumento  colosal  del  orgullo  quc  los 
hombres  en  sos  pensamientos  estravagantes 
imaginaban  poder  acabar ;  pero,  segun  la  re- 
ladon  delas  Sagradas  Escríturas,  permitió  Dios 
qoe  soplara  vn  viento  terríbie  8ob|^  aquella 
tonre  y  la  derribase ,  poniendo  asi  en  descu- 
bierto  la  impotencia  de  su  trabajo. 

•Poco  de^pnes  Nembrbd,  que  es  el  misroo 
peráonagequeBél,  hombre  orguilosoy  empren- 
dedor,  quiso,  levanláudose  de.<mesuradamen- 
te,  doininar,  sobre  toda  la  raza  de  los  glgantes. 
Pero  nuestro  robucto  Haigno  dobia  lu  cabeza, 
y  se  sostrse  á  su  obediencia,  marchando  rá- 
pidamentc  bicia  nuestro  pats.  con  su  liijo  Ar- 


inenag,  que  habia  tenido  cn  Beibilonia,  y  se-   gham  conslmyó  dcspues  un  edíOcio  raslo  y 


8u  nombre  llaroó  Masig;  todo  el  llanó  qoe  se 
estiende  alrededor  tomó  el  de  Masisodenu 
Despues  de  alguoos  años  engendró  ¿  Kegbam, 
y  al  poeo  tiempo  terminó  sus  dias. 

«Kegliam  vino  ¿  eslablecerse  sobre  el  lado 
Nord-esle  de  un  pequeño  lágo,  y  babieDdo  edi» 
Ocado  alli  pueblos  y  quiotas,  ilamo  coa  sn 
nombre  ¿  la  montnña  Kegbam ,  y  la  orílla  del 
lagu  donde  habia  liecho  aquelUs  couslrticcio- 
nes  tomó  el  nombre  de  Kcrarcuni.  Tuvo  dos 
liijos,  Harma  y  Sisag ;  señaló  al  prímero  por 
resideqcia  ia  ciudad  de  Armavir,  y  le  coníió  la 
administracion  del  reino.  En  cuanto  ¿  Sisag  tu« 
vo  el  pais  que  se  estiende  desde  la  orilla  del 
lago  al  Sud-este,  hasta  la  iianiira  qiie  atravie- 
sa  e)  Araxea,  cuyas  agnas  rápidas  se  precipi- 
tan  con  estniendo  por  la  aberlura  estrecha  de 
una  caverna,  de  doude  proviene  que  muchoa 
hayan  llamado  ¿  este  lugar  Karavagh.  Ke« 


hermoso,  qiie  se  llamó  al  príncípio  Kegham, 
y  despties  le  dió  el  príncipc  Oiiarnig  el  tiom- 
bre  de  Quariii.  MurióKegham,  y  su  hijo  KaAna 


gtiido  de  sus  híjas,  de.  sus  nielns,  de  siis  cría- 

dos,  y  de  otras  personas  esh-uñas  agregadas  ¿ 

SQ  persona;  y  como  Nembrod,  ó  por  olro  nom- 

bre  Bél,  le  segiiia  con  stis  soldados.  hombres  !  engendró  ¿  Ar¿m. 

h¿bile8  en  óibparar  flechas  y  en  manejlir  la  es- !       «Se  cuentan  de  Ar¿m  multitud  de  hechos 

pada  y  la  lanza,  se  encontraron  en  iin  valle  gloriosos.    Su    valor  gtierrero  ensancbó  lai 

como  dos  torrentes  furíosos  qiic  se  precipilan   frotiteras  dc  la  Armeiiia  en  todas  direcci  nes, 

con  estmendo.  Ilevando  ¿  todas  las  almas  el ,  y  ¿causa  de  las.acciones  ilustres  de  esle  hé- 

terror  mas  profundo;  pero  del  arco  dc  nueslro   roe  se  debe  que  las  naciones  vecínas  nos  iia- 


Hajg  sale  uua  flecho  de  hierro  Iriangular  que 
atraviesa  el  pecho  de  Nembrod,  y  va  ¿  clavarse 
despues  de  la  tierra.  afí,  pucs,  habiendo  ma- 
tadoBaig  ¿  Bél,  reinó  sobre  el  pais  que  le  lia- 
bian  legado  sus  padres,  y  de  su  noinbre  lo  lla- 


men  de  su  nombre  armeulos  Eate  phncipe  do 
se  apodcró  solamente  de  los  paises  que  era 
fácil  conquistar,  sliio  tambien  de  la  Gapadocia, 
que  sometio  ¿  viva  fiiensa  i4).i» 

Los  asiríos  no  habían  renunciado  ¿  aus  pre-> 


mé  Haig,  ocup¿ndose  en  arregiar  sus  estados,  { lensiones,  y  el  vencido  Belo  no  se  llevó  al  ae- 


y  de^pues  de  hbber  vivido  muchos  años,  mu- 
riójrasmitiendo  su  reino  ¿sii  iñjo  Armenag. 
'  «Unico  y  pacifleo  poseedor  de  la  Arme- 
nia,  ñ¡(}  Armenag  su  residencia  en  una  llanu- 
radeaspecto  agradable,  la  ctial  estaba  cer- 
eada  de  uua  muralla  de  altas  montañas,  de  ne- 
▼ada  eima ,  y  regada  de  ríos ,  ciiyas  agims 
bullícioaas  la  coitaban  inüllrándose  en  las 
tierras,  y  la  atravesaban  en  toda  sii  longilud. 
Habiéndose  despges  edlflcado  uua  ciiídail  cer- 
ca  de  la  montaiia  situada  ai  Norte,  la  Ih  mó  de 
sti  nombre  Arakadi,  y  el  llano  que  se  estíen 
<)e¿  su  pie  tomó  el  de  Arakodzoden.  Tuvo  un 
li^o  ¿  quien  llamó  Armais,  y  murió  despues  de 
haber  vivido  algunos  años  mas. 

«En  esia  misma  llanura,  dondo  se  encnen- 
tra  una  pequeña  colina  cerca  de  las  márgenes 
M  Araxes,  fué  donde  Armais  ediflcó  una  ciu- 
áMá  y  un  palacio,  obra  admirab'emente  ejecii  • 
tada  con  piedras  de  gran  sotidez.  Llamó  ¿  la 
ciodad  Armavir.  Los  demas  pntigiios  historía- 
dores  han  conlado  circunstanciadamenle  todas 
las  hazafías  debidas  ¿  su  valor.  Hall¿base 
ya  en  una  edad  muy  avahzada,  cuando  tuvo  ¿ 
au  hijo  Amasias,  y  despQesMvió  todavia  algt^ 
liempo  y  murió. 

«Amaslas  se  estableció  en  esia  misma  cíu 


pulcro  la  ambicion  de  sii  raza,  pues  Semira- 
mis  quiso  agregar  la  Arroeoia  ¿  sus  demas  coo- 
qiiistas,  y  he  aqiii  la  relacion  que  hace  el  his* 
toriador  Moisés  de  Klioreii  de  aqiiclla  espedi- 
cion,  de  sus  motivos  y  resultudos. 

«Pocos  años  antes*  de  la  roiierle  de  Nino, 
Ara  gobcrnó  como  soberano  su  patría,  habiea* 
do  obtenido  do  aqiicl  príucipe  el  mísmo  favor 
que  le  habia  dispensado  sii  padré  Arám;  pero  la 
impúdica  y  voluptiiosa  Semlramis,  que  bacia 
miichos  años  habia  oído  habiar  de  su  hermo- 
sura,  ardia  en  deseos  de  apoderarse  de  so  per- 
^oiia,  aimque  sin  atreverse  ¿  emprender  nada 
abiértamente ;  i)ero  despties  de  la  muerfe  6 
mas  btcn.de  la  fiiga  de  Nino  ¿  la  isla  de  Cre« 
la,  como  yo  creo  (2),  dando  Semíramis  rieoda 
suelta  ¿  su  pasion  envió  nnensageros  al  henno* 
se  Ara,  cargados  de  dones  y  présentes  ,  y  loa 
cuales  debian  cmplear  la  si^plica  y  la  anieDaaa 
paru  obHgarle  ¿  pasar  ¿  Nínive,  bieo  fuese  pa- 
ra  casarse  con  ella  y  reinar  en  todo  el  pais 
qtie  adroinisli'Hba  Nino,  ó  solamenle  para  sa- 

(I)  Jiian  VI:  Bittoria  de  Armmi*^  mMiMrrito 
armenio  de  la  Dibiioicea  real,  a.*  91,  pag.  If .  fS^ia, 
17  y  M. 

( ; }  El  hittoriador  habla  en  doa  ooasiones  dífcTeo» 
teii  de  ese  desii<  rro  voluotario  dc  Nioo  ¿  la  isU  d« 
Cn*ta,  para  no  ser  tesliitn  de  los  esce^os  de  la  mM 


dae  dpAnnavir  v  ediílCíS  murhas  caFas  al  t-»^".  P«r«  «o  scr  tesii««  oe  los  escc>os  oe  la  mwi 
aae  ae  Annavir .  y  eaiiico  rouj;»a8  CBFas  ai  ,„  espose.  No  dicw  en  uoe  auloridad  apoya  esia  opi- 
{Mp  de  la  montafta  slloada  al  Hediodia ,  que  de  1  qío*  ^ue  soio  eo  ^l  eneootraaios. 


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ARMENIA 


326 


kdHCf  ffii  amor  y  volverse  ptefOeimente  á 
809  e^tados  con  rícas  preseas. 

«Gomo  los  mensages  se  repetlsn  sin  qiie 
ire  diera  so  contentlmiento»  Semiramis  moató 
eo  eólera,  puso  lérmino  á  las  negoeiaclanes, 
y  i  la  cal>esa  de  fnersas  considerables  logró 
alcansar  con  marchas  forsadas  al  prínelpe  en 
Annenia.  A  Jozgar  por  las  aparienofas»  no  era 
80  inleocion  matar  ó  perseguir  n  Ara,  sino  so- 
■teterle  y  obligarle  á  la  fuersa  á  que  accediese 
á  SDS  ímpnros  deseos.  El  ardor  de  su  pasion 
era  tal,  que  cnaodo  se  hablaba  de  él  caia  en  uo 
eomplelo  delirío  como  si  le  vlese.  Llega,  pues, 
precíptladamente  ¿  la  llanura  denominada 
Aremf ,  det  nombre  de  Ara,  y  despnes  de  ba- 
ber  fomiado  sns  Iropas  en  batalla,  recoroiendu 
á  Kus  geiierales  que  tomen  las  medidas  posí- 
bles  para  conserrar  la  fida  al  principe;  pero 
coando  sc  tmbó  el  corobale,  e1  ejércilo  de  Ara 
fné  derrolado,  y  pereció  él  roismo  en  la  pelea 
á  manos  de  uno  de  los  hijos  de  Semiramís. 
Ssla,  sin  hacercaso  de  su  victoria,  eovia  al 
eampo  de  balalla  bombres  para  que  bosquen  en- 
tre  los  cadáveres  el  de  su  querido  amaote.  En- 
coolraron  á  Ara  entre  los  valieotes  que  ha- 
blan  sncumbido,  y  Semiramis  mandó  que  lo 
Itevaran  á  sn  patacio. 

•Ciiando  tas  iropas  de  los  armenios,  deseo- 
sasde  vengar  la  roueríe  de  Ara,  vinieron  á  ata 
ear  en  otro  combate  á  la  reina,  dijo  esta:  «Hc 
BModado  á  los  dioses  que  cierren  sus  herídas 
y  le  resncilen.»  Muchas  Veoes  en  el  esccso  de 
aa  pasioo,  recurrió  á  los  encantos  de  la  hecbi- 
cería  pard  volverle  á  la  viila.  Cu8odo  la  putre*- 
Ikccion  se  apodcró  del  cadáver,  mandó  arrojarlo 
7  ocultario  en  una  gran  huesa.  Despucs,  te- 
Bieiido  en  secreto  ¿  uno  de  sus  favorítos.  ador- 
nado  como  Ara,  esparció  este  rumor:  ul^s  dio- 
ses  han  curado  las  heridas  de  Ara,  le  ban  re- 
meitado,  y  han  colmado  *  mis  deseos.  He  aqui 
perqne  mcrecen  recíbir  mayores  honores, 
pufólo  que  se  han  mostrado  tan  propicios  ¿ 
Bueftrc»  voios. »  Erígióotra  cst¿tua  ¿  los  dioses, 
y  la  bonró  ofreciéndola  mucbas  victímas,  que- 
rieodo  liacer  creer  ¿  todes  que  tos  dioses  ha- 
biao  resucitado  ¿  Ara.  Propagando  este  rumor 
'  eo  ia  Anneoia  y  acreditándolo  entre  el  pueblo 
fiiécomo  apacigoó  lagiierra.  (4)» 

La  rasa  Haigaoa  reioó  eu  la  Armenia  cerca 
de  diea  y  oclio  siglos.  Hé  aqui  la  lista  ée  loa 
prtiictpes  pertenecienles  ¿  la  misma. 

AntesdeJesocristo. 

2407  Haíg. 

20i6  Arraenag,  sn  hljo. 

4980  Arroais,  sn  bijo. 

4940  Amasias,  sn  hijo. 

4908  Kegham,  su  híjo. 

4858  Rdrma,  su  hijo. 

48S7  ArArosubiJo. 

4769  Ara,  subijo. 

(I)    Xoiiés  de  Sboren,  Ubro.  I.,  eap.  XII. 


4743 

Gaatos,  sn  bijo.     ' 

1745 

Anouschavan,  su  hQo 

4664 

Bared. 

46lt 

Arpag. 

4568 

Zavan. 

4534 

Farnaces  1. 

4478 

§00«. 

4433 

Uavan«g. 

4403 

Va^chdag. 

4384 

Haigag  1. 

4363 

Ampag  I. 

4349 

Artraag. 

4334 

Schavarsch  I. 

1346 

Norair. 

4304 

Vesdain. 

4489 

Gar. 

4485 

Korhag. 

4467 

Oronles. 

44)4 

Biidsag. 

1447 

Kelag. 

4497 

Horsi. 

4494 

Zarmair. 

4484 

Interrcgno. 

4480 

Schavarsch  H. 

4437 

Berdj  1. 

4404 

Arpoun. 

4075 

Berdj  11. 

4035 

Paaoug. 

985 

Hoi. 

944 

Hoiisag. 

940 

Ampag  II. 

883 

Gaíbag. 

»38 

Farnabaces  I. 

805 

Farnaces  11. 

765 

Sgaioríi. 

748 

Biroir. 

700 

Hratchea,  sn  bijo. 

678 

Farnabaces  11. 

065 

BadJoideJ,  su  hijo. 

630 

Gornhag,  sii  hijo. 

644 

Favos,  sii  hijo. 

605 

Haigag  11,  su  liijo. 

569 

Evoranl  I,  su  hijo. 

565 

Tigranes  1,  su  hijo. 

540 

Vahakan,  sn  hijo. 

493 

Afhavan,  sn  hijo. 

475 

Nerseb,  su  hijo. 

440 

Zareh,suhtJo. 

394 

Armolí,  so  hijo. 

3S5 

Pailiam,  sn  hijo. 

374 

Van,  su  hljo. 

354 

Vahé,  su  hijo. 

D(!sde  1a  mnprícde  Ara  (4743  antesde  J.  (Ll, 
hai=ta  Baroir  v748  antes  deJ.  C),  todosestoi 
príncipes  permanecieron  tríbntarios  y  dtrpeD* 
dienles  de  los  asiríos;  pero  Barolr  repre^enlé 
un  gran  papel  en  la  conspiradon  de  Varbag, 
gobernador  de  Medla  (el  Arbaces  de  los  grie- 
gos)  contra  Sardanápalo;  el  imperio  de  AsiHa 
fiié  derrocado  y  ia  Armenla  qnedó  indepeQ- 
dlente.  Los  úUimos  soberan*  s  de  esta  famHia 
sufricron  ofra  dominac4on,  la  de  los  persas. 
Tigranes  1  babla  ayodado  á  consoUd*  iMe 


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3*7 


ARHBiiU 


nneTo  iroperío:  aliadode  OlvolMbiaeoiilfflNiido 
poderosamente  ása  vlctorla  «obre  Astlages, 
.  rey  do  ios  medos.  Digaroos  «na  palibm  de 
Vabakan,  hijo  dc  Tigranes  (W  mles  del.  €.), 
t8D  afaroado  por  sp  fuersa  y  por  sus  haKafias, 
qne  oqiipa  en  los  antiguoa  oaolM  nacion^ts  el 
lugar  dcl  Hércules  de  los  griegw  Despnos  del 
reinado  de  este  héroe  fué  cwiDdo  la  áraoteDia 
se  soroelió  á  la  dominacioD  persa. 

GiiandoAieJandrosustituyó  sapodor  yeni- 
do  del  Occidente  á  la  gran  mouarquia  BBiática, 
la  Armenia  fué  comprendida  tñ  la  oonitnisia,  y 
por  un  momento  tUTo  al  coftquistador  por  li- 
bertador;  pero  Alejaodro  no  admitla  rlvales  y 
laArmenia  fué  admiuistrada  por  un  fiimple 
gobemador.  En  la  particion  que  hicieroi  los 
Eocesores  dcl  béroc  macedonio,  fué  compren- 
dlda  la  Armenia  en  el  lote  del  que  obtvro  la 
Siria;  pero  Arschag  ó  Ar^acg  puao  (lu  á  la  do> 
mioacion  griega  cn  Asia,  y  reinó  á  ta  vea  sobre 
lo^  medos,  los  persas  y  los  babitonios,  ooio- 
cando  sobre  el  Irono  de  Armenia  áau  hermano 
Vagharschag, 

E^te  reirió  con  prudencia  y  babllidad;  lun- 
dó  ciudades,  promulgó  leyes,  e^abteció  el 
órden  en  las  dignidades  dei  estado,  en  la  ad- 
ninistracion  del  palaclo  y  en  las  relacioncs 
enlre  IdS  ciudadanos.  Se  atrajo  asi  los  bom* 
bresdistinguidosyy  civilizó  á  ias  hordas  sal- 
Tages,  llamándolas  ¿  parlicipar  de  las  iFenta- 
]as  que  concedia  ásus  súbdítoa.  En  fln  en  los 
Teinte  y  dos  años  que  pasó  sobre  el  trotto,  uo 
hubo  dia  en  que  no  labrase  gloria  paim  él  y 
prosperidad  para  su  pueblo. 

Los  desceudicnl'es  de  Vaghftrachag  recba- 
saron  á  los  griegos  hasta  mas  alla  M  Eú- 
fira^es.  Uno  de  los  índividuos  de  csta  casa, 
llamado  Vagharschag,  cooiasii  fuodador,  reci- 
bió  por  patrimonio  la  Armenla,  y  en  sn  perso* 
na  comienza  una  nueva  dinaaUia,  que  sttbsislió 
hasta  la  usurpaciou  del  trono  de  Persia  fior  los 
Sasanides. 

A  los  antiguos  enemigos  de  la  i^meoia 
habian  sncedido  otros.  El  ioiperio  del  mundo 
sofiado  por  Alejandrohabia  tocado  ¿  la  repú- 
blica  romana,  y  la  Armeaia  se  eoeoniraha  es^ 
puesta  ¿  peligros  cootinuos  por  sq  odka  á  los 
romauos»  dice  T¿cito,  y  por  sn  rivalidad  con 
los  partos.  TigranesU  adqoirtó  noabrectorio- 
80  enire  los  principes  de  esta  ftuniUa;  oonquis- 
tó  la  Siria»  vencló  ¿  los  partos  y  oquilihró  la 
fortuna  de  Roroa.  Fué  infimo  y  Ael  uliiidbo  de 
Mitrfdates,  el  mayor  eoemigo  que  tuvo  el  pue- 
Mo-tey.  áriamtde,  k\io  sneesor  4e  Tjgra* 
■es,  fiié  oorprendldo  por  M tiiQo  ioloulo  y  ll^ 
v^'captifo  ¿  Alejaodda,  donde  le  deeapiAma 
pnra  sstiafácer  on  oaprícho  de  Cleopatrs.  ta 
ArmeBia,  sobmIMs  ¿  los  roroanos,  oootinuó 
ricodo  sdroinistrsda  por  sos  prf ndpes  ooDtiar- 
Mdose»  gobemadores,  moy  semejantas  ¿  los 
preeitasoles  qaoRMMenTiaba  ¿ias  provincias 
soDqnistadiS. 

«n  ioiisrtuite  csmbio  üba  ¿  sebrevenir  pa- 
is  li  ámenis,  uB  esBbio  que  ort  sepfiesentiB 


en  Mo  el  iD«ido.  H  Sristlanisnid  ihi  i  i 
plazar  á  las  creeseiaB»  ó  mas  tím  ¿  I 
tioiones  pagBMs;  iKPO«olesisteMM'lle  Iss 
«SBsecoeocíaadeeBta  refosBut^idígBfliosKinié- 
nes  fneronloBpitee«pes><yBSoeBpsiBB*ltroBo 
de  Armeaia'tede  ártaBaeés  tesu  áiebB  éps- 
Ga,y  otiywnQflri)resosDBoeai 
te  por  loe  hiMoriedoies  griegos  jf 

AntOB  deJ.C.  ao    Artaxfs  ÍU 
¿  ks  IropasroiDBOM  qoeiisbia  df^ado  < 

dS.    Tifraoea  U,  flo  hcriBano. 

4  •«  Tigraoes  lil,  so  hljo,  deslroDBdo  f  vbs- 
isblec'ido  por  ioa  rooianos. 

<S.    árCavafide  U. 

2.  Srato»  Tiuda  de  Ttgranes  tti.fDespBBS  áe 
nn  reinado  de  osrta  ducBeioB  ae/«i6  BÉUgadBi 
Bbdioar. 

Despnes  de  J.  C  S.  AriobmBiBfB,  priMipe 
medo,  ¿  qBloB  los  fomanoa  áeoHnfei  lef , 

4.  Artavaade  lU  6  ártriiaoes»  aa  É^^*  ém- 
trooado  sl  pocoiieaipo. 

ft.  Krato  vMhrc  ¿  snbirBl  trsBO.  A  bb  nsMr- 
te  sigue  BB  ÍDterregBO. 

46.  Vaooaes,  rey  de  Iob  partos,  W|o  de 
f rabates  IV.  fopulsaiie  psr  ArtshaB  m,  füé  é 
buBoar  un  asUo  entre  los  armsBioB  i^  le  oo- 
locfíroD  en  el  trooo,  dooáe  bb  pads  fBnaflr 
varse. 

47.  loterregoo. 

49.  ZeaoD,  ht|o  de  Poiessoo,  roy  deitaslB. 
Fué  corooado  por  Germáaioo  y  iomó  Bi  Baai- 
bre  de  Artáxiss. 

23.  TigraoesiV,  hijo  de  Alejsnüm,  i|«B  4o 
ftíd  de  Herodes,  rey  de  Iob  jBdtoe.  bt  éieron 
moerte  por  órden  de  Tiberio.   ' 

35.  Arsaces  U,  hijo  de  ArtaÍMn  lil,  mf  #e 
líes  p«rt03. 

45.  Mitridates,  padte  de  MasoiBOOi,  Bsqr 
de  Iberia.  Fu¿  muehas  «eoes  doBtrooado  fiar 
loB  partos  y  restablcoido  por  Jss  nmiaiios,  hiaa- 
ts  que  le  aBesinó  su  sObrino  iUéafliisto. 

54 .    Radamisto,  bilB  de  FarasflisnD. 

WL  Tiridates  I,  padre  de  Yeii^eaio  1, 009^ 
de  ioa  portoB.  Faé  destraaads  BuiohBB  inBoes 
por  los  romanos. 

60.  Tigranes  Y,  bijs  de  Al^isndeo»  ée  U 
ftsa^eHerodes  y  sobrino  de  TigrBassÍY.  Los 
parlos  le  deatronaron. 

Olt.  Türidatea  es  restaUaoidB  ea  el  trooo 
porérdeo  de  Henen.  Pareee  qae  veíBó  MbbIb 
ouce  añoa.  Yéu8eftaint*MaitiB,  JfsmsrÍBBpftsü 
la  Ármenia,  1. 1,  pág.  440. 

Abgaro  esCBbseaei  ttraBBtusndo'el  eria- 
liaDismo  pcDetró  por  primera  ves  en  Armediia. 
A  su  muerte  fué  reparíido  el  cSiBO  BBitrB  aa 
hijo  Anané  y  Sanúérou^^  sb  sobffino.  te  «m- 
bicioD  de  este  último  eooeodió  te  ipism  eiH 
tre  los  dos  prímos.  Trianfó  la  sttia  caoaa. '  Sb* 
nadroog  se  apoderó  de  Sdeaa  y  desSsBydlB 
posterídad  de  Abgaro.  Boranta  so  reíBBéo  de 
30  aftos  se  manchó  con  toda  eiase  de  nrlaie- 
nes  y  fué  perseguidor  aeérrimo  4is  la  tBticioo 
naciente.  Por  último  muríó  on  una  cac^ia. 
BvtírmaU,  doiafanWs  (tkUos^sBSQideB. 


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am 

•ftr,f«ro  DecMtofH^iiibl^al  trMnimii^rítl  y  m 
«NNilró  ]n«i»üBf0i»l>lecoB  VoeAfmemos.  Pasói 
Pap  en  lugar  de  sv  fjAdoe  Arsobpg,  reem- 
f  Uzáudole  4es|»ies  oon  Varatditímtiábiésadpse 
negado  Yarazdat  ¿  recoAoeer  Ja.seiberaiila  ú^\ 
emperador,  le  dealrom^  Teodoaio,  le  envif^  al 
dosKarroy  reiwrlió  laAmDemafeDtre  l»e.do8 
ikilo04e  YttQaidiit.  AMOtoag  y  YagbafaokHig,^- 
^rando  coiao  báml  polüloD  ^  la  .riv^Mdikd  y 
)a  opo»0iiiD  de  iaiteiiemlendcíaofes^tif^- 
mentei  raya  ¿  los  dos  principes,  y  debilitafiiMi 
pv^rflkHi«Uoenle^1M>4or.  £o  On,  un  iratAdo 
concluido  eotre  el  imperio  y  la  Persla*  dió  á 
6i4«iiBa  ^^Ia3  dos^MHtenciaa  la  nitad  de  la 
▲f monia,  Mii  ^mtogo,  Sohahpour  y  Fr^ai- 
Schabauh  conserr aron  el  tttulo'de  rey;  pero  eV 
bijo  de  eete^ltiffM)  paraocacácter  J»iusco  y  sos 
actoa  de  ciiffesioo  dió  ¿  his  .venkideiios  dujBños 
del  juúa  uo  .preteato  ftwa  qnitiir  ¿  la  oacion  la 
«parienQia  4e  independenota  que  ie  fioedaba: 
en  vista  de  las  quejas  y  reclamaoiooes  de  sos 
{aAWHoa,  loé  oooerrido.por  el  rey  de  Persia  eo 
)a  lort«k«a  ^el  Olvido,  concluyendo  de  este 
Mi  -aéo  1 98  4e  auoiira  ena  sneedH)  Kk0$rm)  1 9iodo  ton  Ameola  1»  raxa  de  loe  Arsaoides.  He- 
4 ^n^mbíe  Vagliavach.  Duraiileflo  reinado  (Si^}  mos  nombrado  alguoos  pvlnclpes  de  esta  fami- 
ta S&aanidae reeinpla>s>ron  «n ¿Forsia  álaan-  ,iia  y  veltirido  «arios de  los  ,aoontecimieotos 
tigiia  dinstla  de  los  irBaeídea.  KhomDvf  eite«  í  400  eeo^ibttjrerQn  ¿  au  eloKaQion  y  decaden- 
aeciaá^siaúlttintlamllla;  uompreDdieodo^que  pcia.  üe  aqui^bora  la  Usta.dc  los  priocipcs  Ar- 
eHe  cambio  politieo  amenasaba  á  él  y  ¿«u  tei-  sacidea  por  ^l  iDrden  de  su  suoeaion. 
io,  dedaió  la  goerra  á  ArtBibW,  nnevo  vey  de  AntesdeJeaiicrl3lo..^.  Ajrscbam,bermaQO 
Itenía,  ie  venció  y  ie  obUgó  ¿  hnir  ¿  la  lodia.  de  Ttgranes  1  reinó  en  Edesa  por  ^eo  de 
Afflaibir  vengó  su  dcrrota  can  ooa  Iraiolon.  Uo  Qrodes  l,  ney  4e  .los  parlos.  Josefo  y  Mol^^  do 


li  neidié.  •Qoüi  ^eüialr  ii  mm  ^de 
droog;  pero  nn  niño  se  escapó  mHigiQsame»-| 
iü,  été  eendaoida  ¿  la  oMe  ^eitef  de FecBia, 
f  Jnbianéo  ^ioedBdo  liieoiDpleto  et  criiaan  de 
Irovant  de]o  nn  vengador  ¿  sus  tviolln». 

iAtidaiG^,  ^an^aamabaal  ni(o,  sc 
lüDO  iianbre,  *y  entonoei  maneM  leontna  iol 
Dsurpador,  ¿  qulen  sostenian  los  romaaoe  y  «1 
KQr.de  Georgia.  SraviMt  foéfrenúidoy  muarlo,  y 
ArdMchy,  piCÍQco  poseedordel  troio  i^ieMila 
jBcoiupiiaiado,  reioé  .OQmo  prlaoípe  aálilo  y 
lilieB^  €aDi«vo  las  loivaaiODei  de  ios  rolaooi 
f  át  olroa  jinebloa  del  C¿doüo  qpe  ameaiiihin 
¿  U  Armenia  é  hizo  despues  alianu  oon  dlofi; 
pero  fiié  vencido  per  los  ronMOB,  y  vlendo 
Ir^iDo  vaiver  viclQriam)  cd  «iáicito  qoe  contra 
él  habla  enviado,  ^odo  agregar  á  su  aabre- 
aanbre  de  Bdrttao  el  de  .dmMeo. 

rí^ftoiiei,  JHio  de  Ardase^,  M  nae  feKx 
al  fnaoipio  cootra  estoe  etomoe  «aemígos, 
fvea  veoeló  ¿  Seferiano,  gaberaadar  4e  li  Qa- 
fadoeia;  jdü  VierD,  envii4>  por  IfeffQoAaralio, 
jopiré  r  lengé  eatadercoii 


Ail  lAoig,  eoviido  por  éi,  vtno  ¿  pedir  asilo  ¿ 
AnnoDla  y  aaeaiDó  ¿  iíboarov.  El  afiesioo  lué 
■■arto  eon  an  familia,  efllvíndose  eolo  jid  ni- 
áo,ei  cDai  faéeonducido  ¿  (Ies¿aea  é  ioslrui- 
do  en  la  fé  crístiana,  en  taoto  que  Tirtdates, 
made^haarav  era  oondBcido  ¿  Roma,  m  edu- 
caba  segun  las  coitnmbros  ffomaDü^  obteDia 
aata  Jegionee  «IgODOs  «tvbNiCDS  milílares  y 
ocopaba  sa  trono  qoe  le  devoiivia  DioeleoiaiiD. 
€BDde  los  primeroi  aatoe  de  su  poder  fué 
«madar  arro^  eu  oDaoisterna  al  predicador 
fliegDno,  'h^  de  áoag«  Al  cabo  de  caloree 
añosTiridateoayóanfermo,  .y  deaaociado^a 
por  loi  aiédieos,  iaé  mllagroiamente  carado 
^iflregorío,  ¿  qoleB  habian  sacado  4e  la  ela- 
Ima.  tevifftfósa  «utooeaa  al  iCvisiJaiilsBap  y 
BHldwbielreinOíiigBióJaieioni^o.  Grogoria, 
ytelol  ya  de  la  Armenia,  fué  apeUMhdo  el 

La  nueva  religion  debia  paesfar  otffOB  aer- 
Maailos^eyes  deánnenii^^iiiiesKbmrov, 
«|»de  firídalas,  debid  «i  teono  al.pitciaroa 
:4íboirov  habiaaidodealaoQadOtpor 
g,  preiacto  de  ieldigaiao,  y  ifuérfosta-; 
ftpor  Bl  aaiparadar  íteBtaDeiOt¿irsBgos 
did  pitriaroi.  •  , 

ihVdB,  sD  sQoeior,  reQUDOió  ^  emAiaffgoi 
14  /¿  deCristo,  y  martirizó  al  patriarca  Houeig. 
^  itrüfcfl^  ie  soblevó  QODlre  YalentiDiaao,  yl 
^klivo,  graoiaB  ai  patriarca  Nersós,  qna.reeoD-| 
cillaeioD  qoe  no  duró  nroclió  tlaiBpoi.  Ya)a«tei 


Kboren  le  llaman  tambien  Monobraes  y  Mano- 
vaa.  En  )a  oréoica  airiaoa  de  Dionisio  de  Télr- 
Mahar  es  liamado  Maauu  Safelol. 

4  0.    Maanu ,  .bijo  de  Safelol . 
Despoe.s  de  J.  C.  I^.ibgiffo,  hi^  de.AiES- 
^ellidado  ipor  los  sirios  Oucbama  (ei 
negroj  ,y  ^Eioobaces  por  imtfii,  cQmo  l^s  de- 
mas  prlocipes  de  su.fafnllia. 

32.  émné  6  (¿óapouo^  hiio  de  Abgarq,  rei- 
nó  eo  Sde^a,  «y  &KMidrQDg,  jbijo  de  uoa  her- 
mana  de  Abgaro,  reinó  en  nna  parte  de  la  Ar- 
meoiaTde  la,A4iabene. 

36.  Sanadroug  mandó  dar  la  moerteal  bi- 
Jo.de  At>garo:y>ieiBó  so(o.  JoseCo  llama¿  este 
principe  Izato.  Los  desceo^eotes  de  Abgaro 
continuaron  reinando  en  EdesalMtfo  su  auto- 
cidad. 

58.  .Evoiwit,  .4eseeo4lente  por  su  madi^ 
de  la  pasa  de  \m  Araacidea,  «se  apoderó  des- 
jwes  de  SanadroDg,  de  la  porcioa  de  la  Arme- 
Dia^que.ie  perieaeoia.  J^ÍB  descendientes  de 
A^gPBirOty  i4e  Uato  dSaDadroogcQntinuaron  rei- 
nando  en  Edesa  y  en  la  Adiabene.  Evorant  ofir 
lendideD  imperioaobre  toda  la  Armenia  des- 
pvoes  4e  la  aiBierte  de  ^Eii^dates  I,  bermano4e 
Vologesio  I,  ffey,de  ioapartas. 

7a.  lAf^aachés  III,  Ih)o  de  Sanadroog,  ns 
rostablecidfi  «obre  el  trono  de  au  padre.^r 
Vok>gQSio<l.y.reiDa  sobre  toda  la  Armenia.i(^ 
cgcú^  teJiaman  Bxcedar^  ó  Axidaras.  fíié 

_, ^ .^  . .__  PMKta^  ;¥»c^  flütobloádo  y  destronado  ;pBr 

ValaBtiBiiiio,y  envld  tcopi8.¿¿raei|4ie  w^vm, ly tnvo^or ooaipeüdor.aun  prw 


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331 


ARNENIA 


cipe  parto  llamado  Parihamas'tris,  que  fué  mn* 
cbas  veees  colocado  en  el  trono  por  los  reyea 
parlos  Y  destiluiüo  por  Trajano. 

m.  Ardavazt  IV,  hijo  de  Ardasches  111, 
que  solo  reinó  algonos  dias. 

424.    Dirán  I,  su  bermano.  ' 

Uí.  Tigranes  IV,  su  herroano;  este  rey  foé 
destronado  por  Lucio  Vero,  que  piisoen  su  lu- 
gar,  por  los  añoa  164,  á  un  tal  Soheme,  des- 
cendiente  de  olra  rama  de  la  familia  de  los  Ar- 
sacides. 

4  78 .  Vagharsch  ó  Vologesio,  hijo  de  Tigra- 
nes  VI. 

493.  Gosroes  ó  Khosrov  I,  llamado  Meds  (el 
grandc).  su  hijo,  asesiuado  por  Anag,  princípe 
Arsacidd  de  Persia. 

232.  Ardeschir,  primer  rey  de  Persia,  de  la 
raza  de  los  Sasanidas,  se  iiacedueño  de  ta 
Armenia.  que  queda  sometida  á  los  persas  du- 
rante  27  años,  bi^o  su  reinado  y  el  de  su  hijo 
Scbahpour  I. 

259.  Dertad  ó  Tiridates  II,  apetlidado  Mf  dz 
(el  grande),  hijo  de  Cosroes,  fué  restablc^ido 
por  los  romanos  en  el  trono  de  su  padre.  Kl 
general  Ardavazt  Mantagoumi,  que  le  habia 
educado  y  sacado  de  las  manos  de  los  persas, 
fué  nombrado  sbarabied  y  tuvo  bajo  su  reinado 
Dua  partc  miiy  priiicípal  en  el  gobierno.  Sin 
duda  es  el  mismo  que  un  tal  Artabacdes,  qne 
Trebelio  Pollion  {in  Valer.)  llama  rey  de  los 
armenios. 

31  i.  Interregno  despues  delamuertede 
Tiridates.  Sanadroug,  principe  Arsacida,  usur- 
pó  enlonces  el  tíiulo  de  rey  en  cl  Norte  cíe  la 
Armenia,  y  Saguor,  de  larazadelos  Ardzrou- 
nios,  hizo  otro  tanto  en  el  Mediodia;  pero  su 
usupacion  fué  muy  breve.  ' 

364.  Cosroes  ó  Khosrov  II,  apelUdado 
P'hok'hr  ((^1  peqneño),  hijo  de  Ttridates* 

3?5.     Dirán  II,  su  hijo. 

344 .    Arsaces  ó  Archag  III,  sn  hijo. 

370.  I^ap,  su  hijo,  ilamado  Para  por  Amia- 
no  Marcelino. 

377.  Varaztad,  hijo  de  Anob,  hermano  de 
ArsHces  III. 

3S2.  Arsaces  IV  y  Valarsaces,  Vagars- 
chaí?  II,  hiJodePap. 

383.    Arsaces  IV,  solo. 

387.  Divídese  el  reino  de  Armenia  entrero- 
manos  y  persas.  Arsaces  continuó  gobernando 
la  porcion  occidental,  como  vasallo  dei  empe- 
rador  de  Gonstantinopla.  El  rey  de  Persia, 
Schapour  III,  dió  la  parte  quc  le  habia  tocado 
á  Khosrov  III,  descendiente  de  otra  rama  de  la 
raza  de  los  Arsacides. 

389.  Despuesdela  rouertede  Arsaces  IV, 
el  emperador  griego  dió  el  gobierno  de  la  Ar-, 
menia  griega  al  general  Kazavon,  hijo  de 
Sbantarad,  de  la  familiade  los  Samsaraganes, 
descendiente  de  la  raza  de  los  Arsacides  de 
Persia.  Este  general  ee  sometió  pronto  á  Kos 
rov  111,  que  se  reconoció  entonoes  tributario 
dcl  imperio;  pero  esta  conducta  desagrado  al 
rey  de  Persia,  Bahram  IV,  y  Khosrov  fué  des< 


tronadoyenceiTado^n  U  fortileia  d^  OItMo 
en  la  Susiána. 

392.  Vrham-Schabou  6  Baharan-SchapoQr. 
hermano  de  Khosrov  III,  colocado  en  el  trono 
por  Baharan  IV. 

414.  Khosrov  ni,  rettablecldo  despnes  de 
la  muerte  de  su  hermano  por  el  rey  de  Persia^ 
Jezdedjerd  1. 

445.  Schabouh  ó  Schapour,  hijo  del  rey 
Jezdedjerdl. 

429.  Interregno.  El  patríarca  Sahag  II  y  na 
^bríno  el  general  Vartan,de  la  rasa  de  los 
Maroigoneanos,  príncipede  Daron,  goberiuirea 
la  Armenia. 

422.  Ardasches  IV,  Ilamado  despnes  Ardas- 
chir,  hijo  de  Vríiam-Schabouh,  es  colocado  en 
el  trono  por  el  rey  de  Persla,  Bahran  V. 

428.  Es  deslronado  por  el  mlaino  prfncipe 
y  qiieda  destruido  el  relno  de  los  Arsacidas. 
Knlonces  se  veríOcó  la  reparíicion  deflui- 
va  entre  el  imperíu  y  la  Persia.  Esla  ob'avo 
la  parte  oríental,  que  era  la  mas  rica  y  ber- 
mosa.  El  rey  de  Persia  dió  su  adminislniclon  i 
nn  gobernador  á  quicn  nombró  fnariban  6 
iguarda  de  la  frontera.  Di^sde  428  ¿  632  se  fíO* 
cedieron  veinte  gobernadores  persas.  Hc  aqai 
sns  nombreit,  con  la  fecha  dcsuelevacion: 

428.  Veh  Mihir  Schahpour,  noml>rado  por 
Baliran  V.  El  príncipe  V&han,  de  la  rasa  de  los 
Amadunios,  fité  encargado  dc  la  administra- 
cion  int^ior  del  pais  y  Vartan  Mamigoneiinos, 
príncipe  de  Daroii,  apellldado  Medz  (el  gran- 
de),  desempefió  por  espacio  de  diez  y  niieTe 
añosel  cargo  de  sbarabied  ó  generaUsmo. 

442.  Vtfsag,  príncipe  de  ios  Sionnieses, 
nbmbrado  maraban  por  Jezdedjerd  11,  rey  de 
Persia. 

455.  Adrormist-Arschagaro,  persa,  nom- 
brado  tambien  por  Jezdedjerd  II. 

464.  Aderveschitasb-Iozmenteao ,  persa, 
nombradoporPyrouz. 

481.  Sahag,  asbied  ócaballero,  de  la  rasa 
de  los  Pagratides.  Se  rebeló  contra  los  persas 
y  muríó  peleando  contra  ellos,  despues  de  tia- 
ber  flrobernado  un  año  y  siete  meses. 

483 .  Schapour  Mihraneam ,  persa,  nombra- 
do  por  Fyrouz,  gobierna  dnrante  seis  meses. 
Nikhor^VeschpabS'Tad,  persa,  nombrado  lam- 
bien  por  Fyrouz,  gobiema  por  espacio  de  csa- 
tro  meses. 

484.  Antegan  persa,  nombrado  por  Ffrom, 
gobierna  siete  meses. 

485.  Vaham,  apellidado  Meds  (el  graode). 
de  la  raza  de  Ibs  Mamigoneamos,  princlpe  de 
Daron,  hljo  de  Hmaicag,  hermano  ee  Vartan  ^ 
Grande.  Habiase  snblevado  contralos  persas  y 
obligó  al  rey  Balasch  á  nombraríe  marsbaii. 
Fué  despues  confirmado  cn  flu  dignidad  por 
Kobad,  hermano  .de  Balasch  é  hijo  de  Ff- 
ronz. 

544.  Vart,  'hermano,  de  Vaham.  Se  rebeló 
contra  Kobad,  que  le  destituyó  y  llevó  prisio- 
nero  á  Ctesifonte. 

515.  Pourzan,  pcrsa,  nombrado  por  Kcdnd. 


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ARMENtA 


334 


518.  MeJeJ»  priocípe  do  la  raza  de  los  Ke- 
Doooios,  norobrado  por  Kobad  y  conflrmado 
por  sa  bijo  Chosroes  el  Qrande  ó  KosroT-Aoon- 
schreTan. 

548.  Tensctaaboub  6  Tenscbahpoar,  persa, 
cotocado  tambiea  por  el  mismo  rey. 

552.  Yesehiias Yahran ,  perta,  nombrado  por 
el  mismo  rey. 

558.  Yaraatd ,  persa,  nombrado  tambien  poi 
Gbo^roes. 

564.  Soaren-DjihrTeFcbnasboQben^  persa, 
9»beroador  nombrado  por  el  roisroo  rey.  Mu- 
ridi  inaaos  de  Yartao,  pr1nci(>e  de  los  marai- 
gooeaoos/  qne  se  habia  siibletado. 

574.  Yartán,  deuomloado  P'bok'hr  (el  pe* 
qieno),  priocipe  de  Darón  ,  de  la  raia  de  los 
Maoiigoneano5»  btjo  de  Yasag,  bijo  de  Yart, 
priacipe  independienle  sostenido  por  los  grle* 
gos:  pero  al  fln  fiié  destiluido  por  los  persas. 

578.  Míbrao-Djihrvegbon,  peraa.nombrado 
por  Chosroes  el  Grande. 

593.  Seropad ,  apellidado  Pasmaiagbth  (cl 
Tictüriofo).  de  ia  raaa  de  los  Pagratides,  matz- 
lao  de  ArmeDÍa  y  del  pais  de  Ycrgan  ,  nom- 
bndo  por  Chosroes  11  ó  Khosrou  Peiwis. 

604.  Daviü,  principed^  ia  raia  de  los  Sa- 
barhiioios.  norobrado  por  et  mismo  rey. 

6S5.  Yarazdírols,  de  la  raza  de  los  Pagra- 
íide.s  hijo  de  Semptid,  nombrado  tambien  por 
Kosror  Perwiz,  gobierna  por  espacio  de  t^iete 
aaos.  • 

Eotre  las  vicisUudes  qne  cambiaban  la 
sofrie  de  la  Aimeoia,  una  5ola  cosa  quedaba 
ooosiaote  y  uniforme,  ta  persecucion.  Molivá« 
bala  eu  hi  parte  sometida  al  imperio ,  uua  leve 
difergencia  de  doctrinas.  y  en  la  parte  some- 
tida  á  la  Persia ,  la  difcrencia  completa  de 
creencias.  Bn  el  año  442  Mihir  Nersch,  gene- 
ral  persa,  fué  enviado  con  muchos  Sdcerdotes 
T  so'dados  para  converlir  al  magisroo  á  los 
priocipes  del  pais.  Mucbos  se  roanluvieroq^flr- 
nes,  pero  otros  aposlataron.  S^ejante  debi- 
lidad  iodigna  al  pueblo  que  corre  á  las  armas, 
rechaza  á^  los  idótatras ,  derriba  los  templos  y 
^iestniye  las  fortalezas;  pero  como  el  enemigo 
era  tan  poderoso ,  no  esperaba  que  durascn 
sncho  808  tríunfos.  Yendidos  los  sublevados 
?or  el  emperador  Marcio,  á  quien  habtan  pe- 
dido  socorro  y  que  qoUo  mejor  Imtar  con  los 
persas  paganos  que  con  los  armenios  hereges, 
lúderon,  sin  embargo,  resistencia»  y  reunidos 
Itajo  las  órdeocs  de  Yartan ,  consiguieron  al 
priQcipio  ona  victoria  completa  sobre  el  após- 
tataYasag^  pero  el  t  de  junio  de  454 ,  abru- 
iBadoB  por  el  líúaero  fiieron  derrotados  ¿  su 
▼ez  ea  las  llauaras  de  Téflis.  De  66.Q00  bom- 
haes  leuttidos  aiii,  solo  escaparon  700 ,  pues 
Í08  demas  marieroB  en  el  momento  de  la  ac 
<^  6  perecleron  poeo  dcspues  ul  qiierer  ha- 
^n^  paso  por  el  ejército  eiiemigo  que  tenia 
hioqa¿Mlos  en  ma  íortaleia  ¿  los  restos  de 
«qoel  ejército. 

Kl  apóBtata  Yasag ,  íiié  investido  del  go- 
bieroo  dei  pals,  pero  »e  aumeataron  las  des*  T 


gracia»  de  Ú  Armenia,  y  Sabrg,  de  la  familit 
de  los  Pagratides,  que  obtuvo  la  dignidad  de 
marzban,  apenas  podo  alijerar  aquella  ptsada 
carga.  Por  lo  demas  los  padecimientos  de  aquel 
desgraciado  pais  debian  bacerse  mas  dificiles 
de  soporlar. 

«En  aqiiellos  dia^,  díce  Juan  el  Uistoriador, 
aparecióBIaboma,  audaz  inDOvador,  qiie  se  de- 
cia  enviado  de  Dios  para  predicur  las  verdades 
de  la  fé  de  Abrabam ,  y  de  la  ley  de  Moisés. 
Injosto  en  su  justicia ,  deshonrado  cn  siis  bo- 
nores,  perjuro  en  sus  juramenios,  siis  ofren- 
das  no  podian  ser  gralas  á  los  ojos  de  Dios,  y 
su  piedad  era  cruel.  No  podiiT  ser  de  otro  mo- 
do,  porque  Jamás  et  bijo  dol  ef^clavo  ha  podido 
ser  el  heredero  del  liijo  libre,  y  el  fiel  Jamás 
ha  podido  ceder  siis  derechos  al  incrédulo. 

«I>as  fuerzas  del  ismaelila  eran  gran  les,  y 
derroló  ¿  todas  las  tropas  del  emperddor  Herá- 
clio.  Pronto  fué  invadido  al  campo  del  Ararat, 
y  Toóm  fné  lomada  por  asalto,  perdiendo  la 
vida  iin  número  conslderable  de  habitanles,  y 
35,000  fueron  vendidos  y  condncidos  á  la  Siria. 

«Habiase  esiinguído  tottilmente  la  fiierza  de 
la  nacion,  cuando  fué  desgarrado  el  velo  som- 
brío  del  Sur.  y  se  levanló  conira  nosolros  un 
viento  mortal  y  abrasador,  que  secaudo  todas 
las  liernas  plantas  del  Jardin  de  nnestra  igle* 
^ia,  las  marchiió  con  su  aliento:  entouces  al 
cabo  de  pocos  años  se  apoderó  de  todo  cl  pais 
la  raza  de  los  iKmaelitas,  dei'pues  do  haber 
sembrado  eij  el  Norie  la  confusion  y  el  desór- 
den.  Anle  esle  espect¿culo ,  sobrecogidos  da 
éspanlo  Teodoro  y  olrosgrandrs ,  se  sometie- 
roü  ¿  aquellos  bandidos,  baciendo  pacio  con 
lamiierte,  y  alianza  con  el  inflerbo.  Habian 
abaodonado  ei  parlido  dei  eniperador,  que  des- 
pues  de  haber  reunido  un  ejérciio  numeroso, 
acudió  presutoso  ¿  Armenia  paia  soineierios; 
pero  solo  encontró  obediencia  en  los  georgia- 
nos,  lo  cual  redobló  la  cólerade  Conslan.iuo  dc 
talmodo,  que  pensóesierminar  nueslro  pais. 
Afortunadamentelassúplicas  del  palriarca  Ner- 
sés  cambiaron  la  resoluciou  del  rey,  que  vino 
entonces  con  sentimicntos  paciflcos  ¿  la  cíu- 
dad  de  Tovio ,  y  se  hospedó  en  ei  palacio  pa- 
triarcal  (4).» 

Los  ¿rabes  se  hicieron  dueños  de  la  Arme- 
niadespues  de  algunas  balalias,  y  volvieron 
de  eila  lleTando  con&igo  en  rebenes  ¿  las  mu- 
geres,  ¿  los  bijos  é  hyas  de  los  principes  del 
pais.  Apenas  habian  partido,  cuando  el  putriar* 
ca  Ncn:és  volvió  á  su  silla.  Los  armeiríos  se 
.^metieron  al  emperador,  qiie  permitió  que 
Hamazasb,  Mamigoneano,  priocipe  s¿bio,  Ii¿- 
bil  y  valiente,  tomase  el  titulo  de  curapalato, 
y  gobernaso  la  Armenia.  Enlonces  se  iulrodu- 
Jo  ladiscordia  entre  los  érabes;  el  emir  fiié 
muerto  reemplaz¿ndole  Mava,  que  hizo  reioar 
la  paz  en  su  imperio,  y  la  Armeoia  gozó  de  un 
instante  de  reposo ;  pero  esta  caHna  no  del)ia 
de  ser  dnradera.  Sempad  el  Pagratide  era  cu* 

(1)   Juaa,  patr.,  pig.  469, 174. 


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AAmsmñ 


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ropalWo,  cMiid»eteanfa  mM  ttpalf,  eoiiio  tanAicB  ioftrieada  on  aqaeHa»  cfioocaaMa 
prefecto  ú  oadigan  a1  emtr  lenraii,  qoe  empe-  tioe  ae  Teriflcabaii  eo  nooibro  áe  liiboiM.  AéI 

ad  de  nuevofHs  peraecttcionea.  tomdU Isla  de 


Setán,  siftia<hien  el  lago  de  Klieghao ,  y  ei*- 
tregó  á  la  muerte  6  ¿  la  esdaTiHid  á  gran  nú- 
néro  de  cristianos.  Las  persecuciones  oonti- 
nuaroo  durante  el  oatifkto  ée  Al)d-el-llelei  (85 
de  la  era  de  los  árabes),  ée  Velid  j  de  Omir. 
Bajo  la  administracion  de  eete  últlmo  se  íosd- 
taron  cneafiones  rengiosas  eft  la  Armenia,  y 
los  persegirtdos,  dignos  de  la  compaston  áe  1« 
bistoria,  mientras  sofrieron  ]nn(oa  contra  e) 
enemigo  cooHin,  parece  qfoe  se  propnstero» 
alejar  de  eUos  la  piedád,  f  mereeer  sit  di^ 
gracia,  llamando  nnoa  aobre  otroa  la  oólera  de 
sus  verdugo9. 

«Durante  el  patriaroado  áe  Elías,  nn  tai 
Nersés,  arzobii^  deAttwnia;  estraviadoporun 
orgulk)  ímpfo,  sedeclaró  paHidario  de  la  secta 
de  Galcedonia,  y  habiendo  gaoado  ¿  lapHiice* 
sa,  quc  estaba  entonces  eooargadB  del  gobicfr- 
no  do  aqnelía  proviocia,  trabajaron  de  comon 
acuerdo  en  precipifar  al  pais  en  la  escandalotfa 
heregia  de  Leon,  que  solo  veia  en  lesucrtsto 
un  bombre.  flabiendo  Hegado  eat^  becbo  ¿  no^ 
ttcia  de  los  grandes,  lo  particlparon  al  gmn 
patriarca  Hersés,  qne  á  pesar  del  ceto  qne  des- 
plegó,  y  delas  mfuchasoartas  qoe  les  eorióen  dos 
ocusiones  diterentes  para  esplicarles  la  verda'- 
dera  fé,  no  pudo  apattarlos  de  su  fbneato  emor. 
Bnlonces  el  patrlarca  poniendo  en  éjecucion 
lo8  eonsejo^  dc  su  prudencia  y  longanimldad, 
escríbió  uua  carta  aloallfi  Omar  ooncebida  en 
estos  términos:  «Tenemos  en  noestru  pais  un 
prelado  y  um  prínoesa  <fne  saHéadiose  d^  hra 
vias  de  la  sumlsion  qne  deben  ¿  ▼.  H.,  rdMi- 
san  tambien  obcdecernos  ¿  nosotroB,  que  cK 
tamos  siempre  tuestra  MMbre  e»  noeslraa 
plegarías,  en  tanto  qoeetlos  tratan  de'.^meter 
nueslro  pais  al  refdie  la  cludad'de  Kom»,  y  8i 
no  08  dais  príea  ¿  separarlos  de  aqa#,  se  ea- 
tender¿ncon  losromanoe^eR  loqoe'  coMieme 
á  los  tribntos  y  ¿  los  dem¿sr  reglamenios.» 

«Al  reoiblr  el  caKfa  esfa  eatta,  traté^  eoa  h 
mayor  distincion  al  en^lado  del  patríarca,  y 
érmismoledesrpaobé  aigefé'de  sttseQnocoa, 
con  la  órden  de  traerle  inmediatamente  ¿  los 
d08  cnlpaMes^.  Cnando  Ilegd  ¿  Armenta,  seapo- 
deró  de  sus  personas,  \ob  cargó  de  cadenaB,  y 
haciéndolos  monnnr  en  cameMoo,  se  volirté  al 
palaclo  del  califa.  Be  eata  snem  la  pmdoDcia 
del  patríarca,  ale|<yde  sn  rebeño  la  mnerte  ea^ 
pifitoar,  hacieRdo  oaetigvr  ¿^l^RféfTy  ¿'  la 
pitecesa.  En  seguida  oHMagnfr  ¿  otro  arsobls- 
pe,  y  )e  oolooéenHogwdelbefege  (t).* 

Vése,  fnieg,  asi  por  ei heehe,  coa» por  f a  ma 
nera  aprt)bativa'Conque  earefendo,  baata  dtonde 
poede  Itegar  eFAmütlsme  religioeo,  mas  ren- 
coroso  eii  general  oontra  lai  heregia  que  con* 
tra  el  ateismo^oM»docti!ina*oomplelmetile  á\h 
erente. 

La  codlciií'dle  loa  dMAte  ^irtpals  ettaba 

(I)   Juto,pttr. 


e8,  qtie  el  oadlgan  lebM^  ■■Mié  defoltar 
inas  de  cuarenta  frailes  del  convento  éa  ta 
GregoHa  en  la  provlnoia  de  Mtrevan.  paia 
apoderarse  de  laa  rlfvesas  ée  hi  figMaw  ifigiH 
nw  sobrevivieroa,  y  apeloddo  4  h  Ibga ,  ae 
ocaltaron  en  las  mpntañas. 

.Deeate  moéo'pasaroD  iMclioeat^os,  Hs 
armenios  luchando  parcialmente  contra  laepO' 
8ivm,  d  soMOitóodoee  ¿  eNa>  poraefirfdo»  plbr 
lo8  árabes  ó  pov  los  gríegos  si  lcs  [ 
corrow  El  oúmero  de  lea  mártlres  qiaa  i 
y  sigoió al  aflo  ^Ofide  la  em  Armiñila, 
de  ¿  deoiia  eincoenta  en  niMr  sola  provmoia,  y 
es  de  adftrtir  qne  sionffre  ealan  to  eiibiiaaa 
mas  príncipales.  Stn  embarge,  om  faaiilíav  Ü 
de  l08  Pagrflides,  se  levantaba  aobre  lea  ral* 
uas  de  ki  arisloeracla,  y  ecbaba  loa  clmieDliK 
do  nn  pe^r  qne  sirvid  para  deleiidtsr  los  úMr 
mos  restos  de  ia  nacion«tididw 

Bn  8119,  A€kod  ei  Pagratide,  reclb»6  eVM- 
lo  de  Principe  d$  hi  ptineipet.  Snpo  Mmla* 
neiBe  en  perfoeto  eqoilibrtó  eotre  el  evapcm 
dor  griego  y  el  calita  ¿rabe,  y  aeaijó  porqia 
le  reconoeieran  ono  y  otro  cemo  rey.  Sa  ci^- 
tal  era  Oars,  lars  ó  Garants,  siUiada  sebriel 
río  Alohourcan,  en  e1  pais  de  Vanaat. 
afbrtonaée  fué  Sempad,  hi}o  de  Aobud; 
tuvo  qoe  lochar  eotttra  la  eavMia  de  loa  grafr> 
^es,  loB  cuaf^s  acabaron  por  prestar  contra  él 
8us  socerros  al  geueral  ¿rabe  Yoessonf.  VeBdJo 
Sempadmiirióca  cautiverio.  QoeHendo  vengarle 
sn  hljo  Acbod,  llamado  Bra%o  áe  héirrú,  áfimh 
tó  ¿  Yoossoof,  teiaó  poeiflcamettte,  y  eataUOi- 
ció  de  plano  sa  preemineieta  sobre  les  fdi» 
clpes  8US  vmIIos,  por  lo  qoe  le  dleron  el  títnle 
pomposo  de  Beg  d»  Iwreym.  Bato  el  reinade 
de  Apea,  ao  bcnnaiio,  loe  emlrcB  ¿robea  y  ksb» 
d08  del  Dlarbekve  se  snMovaroA  y  oonqoifla- 
ronunc  iadependencla  qoe  algnioB  no  boi 
peitildo  desde  ai^ella  época»  Acbod  IU,  byo^ 
Apaa,  prepardei  fln  del  poder  deaii  ruK 
nombrindo  ¿  8u  hemnmo  rey  de  Kara,  y  ákt^ 
diendo  de  ei^  modo  su  poder,  cnya  unídiíi 
oasiabtt  ya  ia»to  trabajo  coofervorae.  Sbfl»» 
pad  If .  Irtio  de  Adiod  Ift,  tavo  tambieii  oñ  re** 
nado  bvniante»  pero  deade  el  Dooieirto  <e  m 
meerte  la  mooan}ttla  lestanrada  fiié  de  bmiI  á 
peor.  Bn  I70t  ftié  aBOainado  Kakig  li^  ^  Iw 
griegos  en  1«  (brtaSesa  de  Qlbistra,  qoedasdB 
cempietaaeine  esUngoida  la  mooarfnla  de  Um 
PagratMce  en  ArmentH. 


Despue6deJoBaoriato74a.  AclMidvl#»dar 
VaBBg,  aembradO'palrícki  y  gebemadordé  to 
Armenla  por  Merwan^H,  Mtiido  eMk  dels'a» 
sa  de  loB  OmmiadaB. 

708.  Senpad,  b^o  de A'iNd,fii&Mi4¿  |io- 
leando  contra  los  ¿rábes.  * 

7SI.  Aebed,at)emdadMe8a«er,ciiiiivM-o, 
«orbljoi. 


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331 


ABMENIA 


36» 


SSO.  Sempad,  deDominiido  el  Gonfesor,  sa 
bijo.  Sutnó  ^l  nurtirio  en  Bagdad. 

859.     Achod,  apelUdado  ei  Grande. 

890.    Sqmpad  1,  llamado  el  Mártir,  su  hijo. 

944.    Acbod  11,  Brazo  de  bierro,  su  hi)o. 

921 .  Acbod,  hermano  de  Sempad  1»  se  Ifó- 
oededvar  rey  en  Toria  con  el  i^poyo  de  los 
árabes. 

928.    ^>as  sncede  ¿  su  hermuno  Achod  U. 

952.    A'chod  III,  Ilamado  el  Misericor^ioso. 

977.    Sempad  n,  llamado  el  Dominador. 

989.  Kakid  I»  apeliidado  Eey  dc  los  reyes, 
hermano  de  Semofd  n. 

4020.  Juan,  Ilamado  tambien  Sempad,  hi- 
jo  dc  Kakíg  1. 

4040.    Inlerregoo. 

4042.  Kákig  U,  hUo  de  Achod  IV. 
El  terror  quc  los  turcos  Seldjucidas  le  ins- 
pir^an,  sugtnó  ai  rey  dcl  Vasbouragand  la 
idea  deccder  sus  eslados  al  emperador  Basilio, 
bajo  condicion  de  que  le  daria  en  cambio  la  ciu- 
dad  de  Setese.  Apenas  los  gri^gos  habian 
sentaiib  él  pift  sobre  esta  Uerra,  cuando  trata- 
ron  dc  anmentar  sns  posesiones  ü  sus  es- 
pensas.  1n  eíecto,  Con^dntiuo  ttonomaco  se 
enconfré  du^o  de  toda  la  Armenia;  pero  los 
griegos  se  ?ieron  pronto  obligados  á  cedcr  su 
conquista  á  los  turcos.  J^espncs  de  los  tqrcos, 
e«|iiilsail(^  por  David  U,  rey  de  la  Georgia,  tocó 
i  loB  mogoles,  mandados  por  I^lngulz-Khan, 
CDnqnfetürla  Airmenia.  Del  anliguo  poder  na- 
cioiial  Bo  quedaba  ya  mas  que  un  pequeño 
p^ncipa^o,  fundado  enlás  ^#¿ant«s  det  Tau- 
rú,  por  un  tal  Rhoupen,  cnaüdo  fiié  estinguida 
la  raxa  de  los  Pagratides.  Los  principes  do  es- 
ta  casa  se  aliaron  con  los  gefes  latfnos  que  la 
crozada  atrala  al  As'ia  y  los  áuxili^on  con  to- 
do  80  poder.  f«a  casa  de  k»  Rboupenios  sub 
siatió  cerca  de  cnatro  slglos,  y  dió  veinte  y 
cnalro  príncipes,  que  reinaron  por  el  órden  si- 


1222.     Interregno. 

4224.    Iletlioun  ó  naylbon  I,  Iiijo  de  Cong- 

Iaotino,  s^or  de  Pardserpert,  desceQdiente  de 
a  familia  real. 
4  267.    Leon  III,  sulújo. 

Haytüon  U,  su  hijo,  abdica. 

Teodoro  II,  su  hermaoo. 

Uaython  U,  restablecido,  vuclve  á 


4289. 
1293. 
12í»5. 
sdidicar. 
4296. 
4298. 
4300 


DespQ^  de  iesocristo  1080.  Rhoupen  1, 
apeOidado  Hédz,  é1  Grande,  parienle  de  Ka- 
kSg  n,  último  rey  Pagratide. 

4095.     Gosdantino  ó  Gonstantino  I,  su  hijo. 

4400.    Thoros  6  Teodoro  I,  su  hiju. 

4423.  Levon  ó  Leon  I,  so  hermano,  lleva- 
do  prisiooero  á  ConstantUiopla,  doode  muere 
en  su  cautíverio. 

1138.    Interregno. 

4444.     Thoros  ó  Teodoro  U,  Iiijo  de  Leon  I 

4468.  Tomás  principe  latino,  suegro  de 
Thoros  II,  gobierna  con  el  titulo  de  oaile  ó 
regente.' 

4 4 69.  Meleh,  hermano  de  Thoros  U. 
4474.    Khoupen  U,  hijo  dc  Esteban,  herma- 

nodcThorosU,  ydcMeleh.  . 

1485.  Lcon  U,  apúllidado  ci  Grande»  her- 
mano  de  Roupen  U. 

4 198.  Es  corouado  rey  por  Conrado,  arxo* 
bispo  de  Maguncia. 

4249.     Z^ibel  ólsabeU  su  hjja. 

4220.  Felipe,  sn  marido,  hijo  ^  Bohe- 
mondo  IV,  priucípe  de  Antlóquia. 

453     BIBUOTSCA  mÚLAII. 


Sempad,  su  hermano. 

Gonstanlino  II,  su  hermano. 

Haython  11,  restablecido  nuevamen- 
|e,  abdicapor  tercera  y  últiraa  vez. 
4  305.     Leon  IV,  hijo  de  Teodoro  I}I. 
1308.    Oschio,  hermano  deHaytbon  U. 
1320.    Leon  V,  su  hijo. 

4342.  Constaniino  III  de  Lusiüan,  llamado 
antcs  Juah,  (cn  armeuioDjivan,)  hijo  dc  Amau- 
ri  de  Lusiñan,  principe  de  Tiro,  bermano  de 
Enrique  II,  rey  de  Cbipre,  y  de  una  hijH  de 
Leon  lU,  rey  üc  Armenia. 

4343.  Guido,  (en  armcuiano  KoviJon  ó 
Gid),  su  hermano. 

4343.    Constantino  IV,  tambien  de  la  casa 
de  Lusiñan. 
4363.     Intcrrcgno. 

1365.  Lcon  VI,  paricnte  de  Conslanlino  IV. 
El  flu  dc  csta  razu  fiió  cl  mas  miserable  dei 
mnndo,  pues  desdc  I^on  IV,  llovieron  sobre 
ella  todas  laa  calamidades  y  principalmcnle 
en  el  rcinado  de  Lcon  VI,  úllimo  rey,  parece 
que  el  destino  se  iiubia  propucsto  acabar  con 
ella. 

tEI  relnado  dc  Leon  IV  fué  breve;  este  prín- 
cipe  pereció  en  130S  con  su  lio  Helboun,  por 
la  perfldia  de  un  gencral  mogol,  IJamudo  Bi- 
larghou,  que  mandó  ascsinarlos.  El  hermano 
de  Hethoun  Oscbin,  condestablo  y  principe  de 
Gaustchoy,  se  puso  inmcdiatamenteá  la  cabeza 
de  lastropasparrvengarla  mucrte  de  su  sobri- 
no,  venció  á  Bilarghou,  leespulsó  dela  Oilicta 
y  fué  proclamado  rey.  Miirió  eu  1320,  dcspues 
de  un  reinado  de  doce  aúos  y  alguuos  meses, 
no  dejando  mas  que  un  Iiijo  dc  dicz  anos  de 
edad,  liamado  Leóo,  que  habia  lcuido  de  una 
hija  del  rcy  de  Chipre,  de  la  ca.^a  de  Lusíñan. 
Las  diácordias  civiles,  las  invasiones  dc  los 
mamelucos,  de  los  tártaros  y  de  los  turcoma- 
nos,  acabaron  de  reducir  al  último  estremo  ()\ 
reino  de  Armenia,  ya  cousiderdblcmenie  dcbi- 
Íltado  á  fuerza  de  incesantes  devastaciones  y 
saqueos. 

«A  la  muerte  de  Leon  V,  los  graudes  de  Ar- 
meoia  ellgieron  por  rcy  á  Juau  dc  lusiñan,  so- 
brinodel  reydeChipre  y  aliado  dc  ia  raza  real, 
á  quien  uieron  cl  nombre  de  Cousiantino  lil,  y 
•Íe  coronaron  en  la  ciudad  de  Sis.  £stc  prlncipe 
no  reinó  mas  que  un  aúo;  sc  condujo  tan  mdl 
y  se  hizo  tan  despreciable  por  su  bajeza,  quc 
tos  noblesse  rebelaron  coulra  61,  le  maiaroo  y 
llamaron  al  tcono  á  su  hernuino  Guido,  célebre 
en  cl  imperio  por  su  valor.  Ku  4  345  eiigieron 
otro  prlncipc  dc  la  easa  dc  Liiísinau  que  reinó 
bajo  cl  nombre  dc  Coiistautino  lY. 
T.    in.    22 


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339 


AftMÉNlA 


3(0 


«Muerto  esfe,  fué  elegido  por  consejo  del 
p&pa  Urbano  V,  on  principe  de  la  casa  de  Lu- 
slñan,  que  llevó  el  nombre  de  Leon  YI  y  fué  el 
último  rey  de  1a  Armenla.  Apenas  se  sentó  en 
el  trono,  cuando  los  egípcios  entraron  en  Gili- 
cla,  y  para  oponerse  á  su  marcha  envió  contra 
ellos  á  sn  condestableLlbarid,  qne  fué  yencido 
y  mnerto,  despues  de  haber  becho  prodigios 
de  Talor.  Leon  entonces  pidió  humilde  la  paz 
al  snltan  de  los  mamelucos,  que  se  la  conce- 
díó,  exigiendo  de  él  gruesas  sumas  de  dinero. 
Pero  loformado  despues  de  que  el  rey  de  Arme- 
nia  babla  enviado  embajadores  á  Europa  para 
oscitar  á  los  priuclpes  crístíanos  contra  él,  re- 
soWió  anonadar  el  reino  de  Armenia,  y  al  cfec- 
to  dió  á  su  general  Schachar  Oghli,  la  órden 
de  entrar  en  la  Cilicia  con  numeroso  ejército, 
mandándole  ademas  que  persiguiese  al  rey  á 
todo  trance  y  sin  ningun  género  de  considera- 
cion.  Los  egipcios  penetraron  sin  diflcultad  en 
la  Cilicia,  tomaron  é  incendiaron  el  año  de  4  371 
la  cindad  de  Sis,  vencleron  al  rey  Leon  y  ¿  su 
general  Schahan,  principe  de  Gorigos,  que 
habian  acudido  á  atacarlos.  EI  rey  fné  herido 
y  obligado  á  refugiarse  en  montañas  inacce- 
sibies,  donde  permaneció  oculto  mucho  tiem- 
po,  hasta*el  punlo  de  que  se  llegó  á  creer  qua 
habia  muerto;  pero  cn  4373  volvió  á  laciudad 
de  Tarso,  precisament<>  en  los  momentos  en 
que  sn  muger  Maria  iba  á  casarse  con  Olhon, 
dnque  de  Brunswick,  que  debla  ser  coronado 
rey  de  Armenia.  Leon  tratd  de  entablar  nue* 
vamente  negociaciones  con  el  sultau,  que  se- 
guro  del  resultado  de  aquella  lucha,  no  qurso 
oir  ningona  proposicion.  Los  egipcios  empren- 
dieron  de  nuevo  la  guerra  con  mayor  furor 
en  1374,  desvastaron  ei  pais,  tomaron  todas 
las  cíudades  y  todos  los  castillos,  y  obligaron 
en  fln  al  rcy  á  enccrrarse  en  la  fortaleza  de 
Gaban,  con  su  esposa,  con  su  hija  y  el  princi- 
pe  Schahan  y  sostuvieron  un  sitio  de  nucve  mc- 
ses,  hasta  que  forzados  por  la  faltade  viveres, 
se  entregaron  á  discrecion.  Este  triste  aconte' 
cimiento  ocurrióel  año  1375.  Leon  Vlfué  con- 
ducido  con  su  familia  á  Jerusalen,  y  desde 
alli  al  Gairo,  donde  quedó  cautivo  por  espacio 
de  sels  años.  En  1384,  obtuvo  su  libertad  por 
la  mediaclOD  de  Juan  I,  rey  dc  Gastilia.  Pasó 
entonces  ¿  Europa,  dirigiéndose  primero  á  Ro- 
rou  y  despues  á  España,  ála  córte  de  su  liber- 
tador;  despues  se  encamiaó  á  Francia  y  fljó 
ulli  sn  residencia  (4}.» 

Destinada  la  Armenia  á  servir  de  victlma  á 
todos  los  perseguidores  y  de  prcsa  á  todos  los 
conquistadores,  no  podia  evadirse  de  caer  en 
poder  de  Timour  Leng  ó  Tamer!an,  quien  se 
lanzó  sobre  ella,  despues  dehaber  conquista- 
do  la  Persia  y  laSiria.  En  4&03  Shahabbas 
reuoYó  la  matanza  y  el  saqueo  en  Julfa,  que 
tomó  por  usalto,  Itevándose  consigo  á  toda  la 
poblacion,  concluyondo  cntonces  para  la  Ar- 


menia,  cuanto  pudfera  semejafsé  á  ofia  nacío* 
nalidad,  ó  á  un  gobierno  independieute.  Per- 
tenecia  á  la  Turquia  y  estaba  dividida  en  roa- 
chos  bajalatos,  á  cscepcion  de  las  partes 
orientales,  sometídas  á  la  Persia.  A  principlo 
de  éste  siglo,  la  Rosia,  dueña  de  la  Georgía, 
ha  penetrado  en  las  provincias  armenlas;  po« 
see  ya  una  parte  de  ella,  y  si  se  atiende  ilos 
frecuentes  castigos  que  iroponen  á  los  arme- 
nios,  á  1a  conformidad  de  religion  entre  estos 
y  los  rusos  y  á  la  ambicion  paciente  é  ince- 
sante  de  la  Rusia,  no  seria  dífícil  creer  qne 
antes  de  mucho  tiempo  se  haga  rusa  toda  ia 
Armenla.  Ya  se  han  veriflcado  importantes 
emigraciones  de  uno  á  otro  pais,  y  las  riqae- 
zas  llevadas  por  Io.h  emigrados  á  sa  patría 
adoptiva  en  cambio  de  su  hospitalldad,  hacen 
comprendcr  las  inmensas  ventajas  que  la  po* 
sesion  completa  de  la  Armenia  reserva  pan 
en  adelante  á  los  czares. 

Memoriai  hiilórieaty  geográficat  tobre  la  Armt-' 
nia^  seguidas  del  tesCo  armenio  de  la  Bittoriadtkt 
principet  orpelianot.  por  Bsteban  Orpelian,  y  deel 
de  las  Geogrufiat  atriDQidas  i  Ifoisés  de  KtioreD  y  al 


(4)   Saint-Msrtin,  Mtmorxat  tobre  la  Ármepia, 


.400. 


doctor  Vartan,  con  ona  traduceíon  francesa  j b 
por  Mr.  J.  Saint-Martín,  1818-20,  3  vol.  en  8.* 

Invetiigacionet  curiutat  tobre  la  hittoriaanti§u 
del  Atia^  sacadas  de  los  mauuscrítos  orientales,  por 
Chahan,  Cirbied  y  Saint-Hartin ,  1806  en  4.* 

Detcripcion  de  la  antigua  A  rmenia,  por  éi  P.  U€ 
Indiidjian  (en  armenio).  venecía,  1835, 8 roi.  ea t* 

MosisChorenensis:  Hittoria  ArmeniacaAib.  III. 
Lóndres,  4739,  «n  4." 

Hittoria  de  Ármenia:  por  Fausto  dc  BizanciO' 
Conütantinopla,  17^,  en  4.* 

Hitioria  de  Armenia:  por  el  patriarca  Juan  Tl: 
llamado  Juan  Katólrcos,  traducida  det  armenío,  por 
Mr.  J.  Sainl-Martin.  4841,  en  H," 

El  retlo  de  la  Hittoria  de  la  Armenia  ^i  de  la 
Georgia,  publicado  por  Schamir  (eu  armenio).  Ma- 
dráí,  4775,  en  ♦.• 

Hittoria  de  lotarmeniot*  porelP.  MiguelTchant- 
cbian  (en  armenio).  Venecia,  1784,  S.rol.  en  8.* 

Compendio  ttoHeo  topra  la  nasione  armene,  di 
G.  Serpos.  Venecia  1780. 

^  Vahram*tChronicln  ofthe  Armenian  kingdoaia 
Cilicia,  during  the  orig.  Armenianf  uith  noteteM 
iliuttraliont,  by  Fried.  Mewmann.  LóHdres,  4841, 
en  8.» 

The  Hittori  of  Varían  and  íhe  battie  oftke  Ar- 
menian,  by  Elissus.  L6ndres,  4830,  en  4.* 

ARMENIA.  [Lengua.)  Los  armenios,  que  se 
Ilaman  á  si  mismos  haiks,  deslgnan  su  idio- 
macon  el  nombre  de  Icngua  baicana  ó  liaicia- 
na,  y  pretonden  que  la  habló,  no  solamenle  su 
antepasado  Ilaig,  biznieto  de  Gomcr,  bijo  de Ja- 
phet,  sino  tambien  el  mismo  Adan,  y  que  por 
consiguienlc  no  es  un  idioma  de  composicion 
secundaría,  ni  de  los  que,  segun  la  tradicion 
bíblica,  se  formaron  simultáneamenle  enla 
época  de  la  confusion  dc  las  lenguas  y  de  la 
dispersion  de  los  constructores  de  Babel;  sino 
la  que  enseñó,  ó  porlo  jnenos  inspiró  el  Cria- 
dor  ú  nuestro  primer  padre.  Segun  ellos,  la 
lerigua  primitiva  debe,  á  pesar  de  las  revolu- 
ciones  del  globo,  baberse  conservado,  desde  el 
dia  de  la  creacion  delhombre,  en  aquel  palsde 
Ararat,  donde  se  deluvo  el  arca  despues  dd 
dlluvio,  y  donde,  antes  de  la  cuida  de  Adan, 
habia  existldo  el  jardin  de  Rden. 


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3i4 


ABMENIA 


342 


Los  partidaríos  de  ese  sislema  citan  en  apo- 
yo  de  su  opioioo  el  nombre  de  rouchos  lu 
gires  célebres  de  la  Armenia,  nombre  del  cual 
deducen  un  sentido  que  está  en  relacion  á  la 
lez  con  la  tradicion  local  y  con  la  relacion  sa 
grada.  Erivan  (aparicion),  es  segun  dicen,  la 
prímera  tierra  que  vió  Noé  elevarse  sobre  las 
aguas  al  retirarse  estas;  Nakbdchavan  (prime- 
ra  mansion),  cl  lugar  donde  se  ÚJó  aquel  al  salir 
delarea;  Agori  (el  vástago  del  sarmienlo), 
donde  plantó  la  \id;  Harant  (el  campo  de  1a  ma- 
dre)  el  lugar  de  la  sepultura  de  ia  muger  de  Noé, 
seganda  madre  del  género  humano;  y  Arnoio- 
dea  (el  pie  del  bombre),  el  lugar  de  la  sepul- 
lara  del  mismo  patriarca. 

Si  dejamo^  á  un  lado  el  testimonio  do  los  j 
irmenios»  no  hallamos  en  su  lengua  ni  en ' 
las  relaciones  delos  autores  de  la  antigüedad, , 
sino  noticias  muy  vagas 'cuando  no  evidente- 
mente  falsas.  Asi  Hcrodoto  en  el  libro  VII  de 
sa  historia,  nos  habla  de  los  armenios  como  dc 
uaacoIoDia  de  frigios»  y£strabon  e*D  cl  li- 
bro  I  de  so  Geografia  nos  dice  que  los  ar- 
menios,  los  sirios  y  los  árabes  tiencn  grands ' 
relacion  entre  si,  tanto  por  su  lengua  comopor , 
sos  costQmbres.  El  sábio  Yarron  admite,  sin 
embargo,  1a  existencia  dc  un  idioma  particular 
á  la  Armenia;  porque  en  ellibro  IV  de  su 
Tratado  de  la  lengua  iatina,  al  investigar  la  eti- 
mologia  del  nombre  del  rio  Tigris,  le  da  un 
origen  esclusivamente  armenio,  por  mas  que 
este  nombre  pueda  esplicarse  igualmente  por , 
el  persa.  1 

Eotre  los  modernos,  Andrés  Acolúth,  autor 
del  Obadias  armenus,  que  ha  sido  la  primera : 
pmebade  impresion  armenia  hecha  en  Alema-  < 
nia,  piensa  quc  el  armenio  debe  ser  idéntico  | 
al  antiguo  e^ipcio,  suposicion  que  desecba 
Leibi^tz  con  mucho  fundamento.  Calmet  en  su 
comentaríp  del  Génesís,  hace  derivar  ei  arme- 
nio  del  hebreo,  al  paso  que  el  jesuita  Besnier, 
en  on  discurso  sobre  la  ciencia  de  las  etimolo- 
gias,  que  ha  colocado  al  frente  del  díccionario 
de  Menage,  pretende  quc  los  armenios  se  va- 
naglorian  de  haber  comcnzado  la  antigua  len- 
goa  de  los  partos.  Veys^icrc  de  La  Croze  cree, 
poT  el  coDtrarío,  hallar  en  ellos  la  leqgua  de 
los  medos.  Verdad  es,  que,  segun  lo  han  veri- 
ficado  los  bermanos  Whiston,  se  consigue  es- 
piicar  por  el  armenio,  muchos  térmmos  que 
Herodoto,  Genofonte,  Estrabon,  Quinto  Curcio 
y  Plinio  daban  como  médicos  ó  persas. 

Diremos  de  paso,  que  por  el  armenio  se 
iusUQca  tambien  el  aserto  de  Saluslio,  cuaudo 
üice  cn  su  historiade  la  gucrra  contra  Yugurla, 
qne  el  nombre  de  los  moros  es  una  corrupcion 
del  de  los  mcdos.>Con  el  mismo  auxilio  sc  ha 
Ipgrado  poDer  de  acncrdo  de  un  modo  muy 
plausíble  las  dos  relaciones  de  Josefo  y  de  Syn- 
ceiie  cuaDdo  dicen:  cl  uno  que  Gomer  fué  pa- 
dre  de  los  celtas,  y  el  otro  que  lo  fué  de  los 
capadocios. 

A  pesar  dc  la  oscuridad  que  envuelve  su 
ori'gen,  6  tal  vez  á  causa  de  esla  misma  oscu* 


rídad,  no  se  puede  dudar  qne  el  armenio  os 
uno  de  los  idiomas  mas  antiguos  del  globo. 

Schrceder  hace  del  armenio  una  lengua  en- 
teramcnte  aparte,  y  Cirbied  lo  declara  «una 
lengua  aislada,  sin  fusion  y  sin  mezcla  con 
niuguna  otra  lengua. »  Pcio  volviendo  á  su  aser- 
cion  estos  dos  autores  nos  dicen  en  seguida, 
el  prímero  tque  se  pueden  sacar  del  armenio 
tantas  palubras  que  han  pasado  al  Iicbreo,  al 
caldeo,  al  siríaco,  al  porsa,  al  turco ,  al  gríe* 
go  y  al  latin,  t^mo  se  han  sacado  del  ^- 
breoif  y  el  scguodo  «que  las  lenguas  antiguas, 
con  ias  que  el  armenio  tiene  mas  conexion, 
son  los  diferentes  idiomasde  la^citia,  las  len- 
guas  persa,  sanscrita  y  griega.t  Adelung,  au* 
tor  del  Müridates,  al  mismo  tiempo  que  no 
ha  querído  rcconocer  en  el  arménio  rclaciou 
con  ningun  olro  idioma,  le  da  en  su  clasiQca- 
cion  el  lugar  que  ocupa  en  cl  n^ipa  el  pueblo 
que  lo  hablu,  y  sabido  es,  que  cslc  pueblo,  que 
linda  por  el  NÓrlecon  la  region  caucasiana,  por 
el  Sud-este  conQna  con  el  dominio  de  la  raza 
persa  y  por  el  Sud-oeste  con  el  de  la  raza  se- 
milica.  Pullas,  en  su  Vocabulario  comparado  de 
las  lenguai  del  gloho,  coloca  á  este  enlre  los 
dialcctos  lurcos  y  los  del  Cáucaso;  pero  cslc 
lugar  que  lc  designa  podria  convenir  á  lo  sumo 
á  alguno  de  los  dialectos  mixtos  de  los  ar- 
meuios  modernos.  W'hillian  ione&  {Asiatic  re- 
seharces,  t,  III,  pág.  42;  dice,  que  la  base  dcl 
armenio  es  el  antiguo  persaque  pertenecc  como 
ei  zendo  al  origen  indio. 

las  relaciones  que  presenta  con  el  zendo 
el  idioma  que  nos  ocupa,  se  esplicarán  fácil- 
mente,  si  como  pretende  Anquetil  Du  Perron, 
se  propagó  esta  lengoa  antes  de  la  era  cristia- 
na  por  la  Georgia  y  por  el  Aderbaidjan,  es  de- 
cir,  por  la  mayor  parte  de  la  frontera  oriental, 
y  septentrional  de  la  Armenia.  Por  lo  demas, 
es  cierto  qoe  existen  en  el  armenio  multitnd 
de  voces  de  orígeu  zendo,  las  cnales  no  pare- 
ce  que  las  haya  obtcnido  por  medio  de  la  lcn- 
gua  dc  la  Persia  moderna,  puesto  que  entre  es* 
tos  términos  no  hay  ninguno  que  se  pneda  re- 
ferir  al  pehlvi,  que  es  otró  de  los  elementos 
constitutivos  del  persa. 

Klaprolh,  en  su  Ásia  poliglota,  hace  del 
armenio  la  sesta  y  última  rama  asiática  de  la 
familia  indo-germánica,  y  encuentra  en  ella 
ademas  relacion  de  parcntesco  con  las  lengois 
íinesa  y  algunas  otras  septentriooales.  En  esta 
familia  indo-germánica  clasifican  tambien  los 
seoores  Pelermann  de  Berlin,  Neumann  Wbin* 
dischmann  de  Muuich  el  idioma  armenio,  re- 
conociéndose  asimismo  en  sus  raices  numero- 
sas  relaciones  con  las  lenguas  medo-persas. 

Basta  ^rigir  la  \ista  al  vocabulario  arme- 
nio  para  reconocer  en  él  mnltitud  de  radica» 
les  que  le  son  comunes  con  el  sanscríto  y  el 
persa;  y  no  se  encuentran  voces  lomadas  con 
posteriorídad  á  la  ópoca  en  quc  se  üjó  U  len- 
gua;  porque  eslas  radicales  se  rcQeren  ú  idcas, 
cuya  espresion  pertenece  al  fondo  de  todo 
I  idioma  y  formau  los  nombrcs  de  una  mulütud 


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943 


ARMENIA 


m 


de  objetos  que  corresponden  á  las  ^rimeras 
sensacioaes  6  á  las  primeras  necesidades  del 
hombre ,  y  en  gran  parte  tambíen  forman  los 
térmiDOS  que  espresao  las  primeras  relaciones 
sociales,  cuates  son  ias  de  la  famitia.  Los  nom- 
bres  numerales  prescntan  semejanzas  tan  va- 
rias  como  admirables.  . 

Por  otro  lado,  á  consecueucia  dc  la  domi- 
nacion  sucesiva,  tan  pronto  directa  como  iu- 
directa  de  los  aslrios,  macedoiiios,  romartos  y 
parlos  sobre  el  suelo  armeuio,  y  tambien  á  cau- 
sa  de  habersc  incorporado  á  la  nacion  miichas 
tribus  dc  raza  estrangera,  tales  como  las  de  los 
rzerounis,  qne  se  declan  descendientes  de 
Sennacherib,  la  de  los  kentounis  qne  descen 
diau  de  \os oananeos,  ia de  \ospacradonis  que 
cran hebreos,  !a  dc'los  anadounisquQ  oriundos 
de  la  Palestii\ii  hablan  emigrado  en  otro  tiem  - 
po  al  Asia,  dc  donde  á  La  sazon  Ilegaban  ;  la 
de  los  mamigonios  que  veniiin  de  las  fronteras 
de  la  China,  asi  como  en  toda  la  poblacion  de 
la  Pcqueña  Armenia,  donde  autes  de  Arau,  que 
hizo  su  conquísta,  se  hablaba  un  idioma  dife- 
reulc  det  de  los  hijos  dc  Haig,  debió  introdu- 
cirse  en  la  lengua  armenia  desde  una  época 
inuy  remota  cicrto  número  de  términos  caldeos, 
siriacos,  gricgos,  latinos,  persas,  tártaros,  etc. 
Bslas  voccs  tomadas  no  fueron,  sin  embargo, 
tan  uuTnerosas  que  alterasen  de  uua  mancra 
notable  la  nsonomia  de  la  lengua  naciQnat. 

Gualquiera  que  sea,  en  efecto,  el  número  de 
las  palabras  armeoias  en  las  que  podemos  ^n- 
contrar  vestigios  de  una  derivacioo  estrange- 
ra,  es  evidente  que,  foera  de  este  fondo  exóti- 
co,  queda  lodavla  á  esta  lengua  una  cantidad 
considerable  depalabras  que  la  pertciiecen  en 
propiedad  y  cuyo  foudo  indlgena  es  la  parte 
mas  imporlante  de  su  vocabulario.  Asi,  pues, 
la  lengua  armenia  es  en  último  resultado  una 
de  las  qne  preseutan  en  su  composicion  mas 
homogenidad ,  y  como  consecuencia  de  este 
hecbo  puedc  citarse  que  el  pueblo  que  la  ha- 
bla  ha  ocupado  slempre,  desde  el  principio  de 
los  tiempos  históricos,  el  mismo  suelo,  donde 
ha  conservado  hasta  el  dia,  á  falta  de  tiaciona- 
lidad  politica,  el  tipo  primitivo  de  su  raza. 
Nada  parece  corroborar  la  asercion  de  Herodo- 
to  respecto  á  esa  emigracion  de  ftrigios  qoe  su- 
pone  fueron  los  primeros  habitantes  del  pais 
de  Ararat. 

EI  armenio  coenta  cerca  de  cuatro  mil  rai- 
ces  qne,  en  Ja  composicion  de  las  palabras, 
se  combinan  entre  sí  segun  las  leyes  regulares 
semejantes  á  las  que  se  observan  en  el  sans- 
crlto,  griego,  aleman,  y  por  úllimo  en  todas  las 
leuguas  sintéticas.  La  nomeuclatora  qoe  resol- 
ta  de  las  combinaciones  mas  ordioari&s  de  es- 
tas  raices  es  bastante  rica  para  qne  pucda  el 
armen  io,  sln  necesidad  de  emplcar  elementos 
estraños,  tradocir  todas  las  espresiones  de  las 
lenguas  de  los  poeblos  sos  vecinos. 

Gicrto  es  que  hasta  en  los  mas  antfguos 
autores  que  han  llegado  á  nuestras  manos, 
encontramos  empleados  cierto  número  de  es- 


préslonetr  griegás;  ^ero  este  Üéclid  lió  pmebi 
pobreza  de  la  lengua,  siuo  f  ue,  debiendb  II 
Armenia  su  edncacion  literana  principalmenté 
á  Ifl  Grecia,  resutta  de  aqui'  en  Ibs  escrítores 
un  gusto  á  veces  desmedtdo  por  el  helenismo. 
Por  otra  porte,  üos  amiieilios  prefleren  tambicii 
con  ñ'ccuencia  reproducir  los  nombi^es  pro* 
pios  de  los  griegos  tí^ducietido  las  raices,  eñ 
lugar  de  pronunciarlos. 

Ss  Cvidente,  sln  embargo,  que  la  itdluendA 
gríega  se  deja  sentir  á  cada  paso,  cn  la  for- 
ma  con  que  conocemos  la  lengua  arUnetiüi.  Es- 
ta  innoen'cia  es  admirable  en  ia  limttadidn  dél 
scntido  de  las  palabras,  porqne  al'  lado  de  cada 
término  griego  se  puedé  colócat'  ÜH  término 
armenio  que  le  corresponde  exatitatiiente!  asi 
por  la  estenslon  como  por  la  comptiBnsion. 

Por  lo  demas  nos  faftan  monumentos  para 
scguir,  porolro  iliedio  que  per  conjetoras,  las 
dífercutcs  faces por que ha pÓLsadoel  idloma  dc 
ta  ArmeBia;  pues  lós  masantigudSqheposeemos 
son  postéríores  á  las  mas  importaiítds  de  las 
revoluciones  que  ha  podido  safirir,  y  no  eiiste 
ninguno  donde  podamos  observarlos  tal  coroo 
era  antcs  de  haber  esperímentado  la  accion 
griega. 

Si  las  fkmosas  inscrípcibnes  dtfnelfbrmes 
de  Van  deben  espHcarse  por  el  armenio;  comd 
pretendcn  algunos  sábios,  será  preciso  recons- 
truirío  en  ese  estado  primiHvo  para  intetitar, 
con  alguna  esperanza  de  éxfto,  la  acláradou 
de  sus  misteriosas  columnas. 

Las  ínscripciones  armenias  quc  basni'allo- 
ra  se  conocen,  no  of^eceH  mas  inrcré^  al'filé- 
logo  qne  al  anticnarío.  Eo  48Y8'  dfólvlaprbth  la 
traduccion  de  veiote  y  ocbo,  qbe  hablan  sldo 
recogidas  en  dfrerentes  puotos  de  la  Annéoia,. 
T  Saint-Maríin  en  4834  la  de  tres  qoe  acababan 
de  ser  descubiertas  en  las  ruinas  de  la  atftiguif 
cíudad  de  Botgharí,  en  Rusia.  Todas  eatas  ins- 
crípcfones  se  hallaban  en  las  iglesias  ó  sobre 
los  sepulcros  crístfanos ,  y  la  mas  antigaa 
data  del  siglo  X  de  nuestra  era. 

La  numismática  no  arroja  mas  luz  éobre  la 
coestion  qoe  la  epigrafia.  Las  monedas  anne- 
nias  mas  anUguas  qoe  sc  conoceo,  y  lás  cna- 
les  alcanzan  solamente  á  la  época  de  los  Arsa- 
cides,  conticnen  leyendas  gríegas.  Las  en  qoe 
se  lee  el  armenio  pertenecen  al  reino  de  la  Pe- 
qoeña  Armenia,  ó  Gilicia,  f  solo  datan  del  sl- 
gioXI. 

Girbied  pretende,  annqne  no  se  sabe  sobre 
que  datos  se  funda,  qne  en  noa  época^mas  re- 
mota,  pero  qoe  no  deiermina,  se  distingoiaa 
en  el  armenio  seis  dialectos  príndpales ,  qae 
eran  el  de  Ararat,  el  gordiano,  el  agovanio,  ei 
kukaríano,  el  dialecto  de  la  Pequeña  Armeoia 
y  el  persa-armenio.  El  segnndo  de  estos  so- 
puestos  dialectos  no  era  sio  doda  otra  cosa  qne 
€l  caldeo,  qoe  todavla  hablan  hoy  los  habi- 
tantes  de  la  antlgoa  provtncia  de  Oordjaik,  so- 
]gun  nos  dice  Mr.  Bogenio  Boré  en  sus  Metno^ 
tias  de  uñ  viagero  en  Oriente;  el  ttsrccro  era 
Ln  idioma  ignaimente  distinto  del  annenio,  j 


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315 


WtEíftA 


846 


$irticálar  áfos  aghuanos  6  afbanes^»  póeblo 
qoe  babitaba  al  Nord-este  de  la  AiineQia. 

KI  diaiecto  del  Ararat  ha  sobrevivido  á  los 
•Iros  tres,  perpetuándose  solo  en  el  armcQio 
literal,  tal  como  le  cooocemos  por  las  produc- 
cíoDes  lilerarias  de  laArmenia  cristlana.  Sin 
embargo,  parecía  en  un  principio  qué  la  nueva 
ícilgion  debia  serle  fatal;  porque  los  griegos  y 
lossiriosquehabiaQ  sido  instrumento  de  la 
conrersiOQ  de  los  hijos  de  Halg,  aplicaron  por 
lirgotiempo  y  á  porfia  sus  lengua^  fespecti- 
visálosritosdelcristlanismo,  con  esclusion 
de  la  lengua  nadoQaL  Esta  fué  reintegrada  eu 
rás  derechos  al  priQcipio  del  siglo  V,  merced 
alcelo  piadoáo  y  patriótico  de  dos  poQtiDces 
iriDeBios.  La  rersioQ  completa  que  hicieroQ 
4e  los  Iib{t)8  saQtos  ñ¡6  lá  leogua,  y  el  estilo 
tÍBestos  fieles  Iraductore^llegóá  sereí  único 
niodelo  quc  copiaron  en  sus  escHtos  los  Iltera- 
tOSqaélossigaieron. 

la  proonnciacion  del  armenio  ño  es'  muy 
agradable  á  los  oidos  de  lós  euicopéoá,  no  taillo 
por  la  moltitud  de  coQsonantes  que  se  sif^uen 
^o  la  intermision  áe  niogtíi^a  voCal  (porque 
^  acumolacion  no  tiene  en  la  boca  de  los  na- 
donales  la  nide^  qne  podria  esperarse),  sino 
mas  bieo  por  la  firecuencia  de  las  d^piradás, 

Leobre  todo  de  Tas  articdTtfcioney  silbantcs,  y 
i  soDido^nasales  qne  se  encucntran  eú  elláá. 
A  esto  se  agrega  un  acento  pronunciado,  que 
cargando  uoiformemente  sbbre  la  última  ^ilaba 
delas  palabras,  produce  por  sa  misma  ftrerza 
QDa  moQotonia  molesta  y  cansada. 

Sl  alfabeto  de  los  armenios,  tal  como  e:itis- 

(e,  data  de  principios  del  sfglo  V.  Antes  dé  es- 

la  época  se  servia  aquel  pueblo  para  escribir 

sü  idioma  de  los  caractéres  do  los  persas,  de 

J¡»  slrios  y  de  los  griegos.  Sín  embargo,   es- 

w^alfabetos  no  estában  bastantemente  gene- 

nNMospara  representar  todos  los  vaiores  de 

ur  pronunciacion  armenia.  Un  sacerdote  Ila- 

oado  Abel  trató  de  aplicar  á  la  lengua  haicana 

■08  earactéres  que  liabia  inventado  el  obispo 

j'iniel.  Parece  qne  este  alfabeto,  como  el  de 

iis  iengoas  semiticas,  qne  el  inv OQtor  habia 

foaado  sin  dada  por  modelo,  solo  se  compOQia 

oe  coosonaotes;  ast  es  que  no  pudo,  todavia 

siUsfacer  completameQte  en  este  estadoálos 

vmenios,  ¿  qoien  sedocia  lúucho  mas  el  sls- 

taoagráflco  de  losgriegos.  Mesrob  cómpletó  el 

ilfíibeto  nacionai  con  la  invencion  de  siete  le- 

fi^  voeales,  qae  segun  la  tradicion,  le  fueron 

reveladas  por  el  cielo.  Esta  adicion,  cnya  fe- 

cbaaeíljaen  eiaño  406,  hisosnbir  á  36  el 

^fteade  ios  caractéres  armeníos.  En  ei  si- 

gfr^Xttae  agregaron  otras  doa,  desCinadpe 

P^i^MÍiiieote  á  ia  traicripeion  de  laa  páia- 

bras  griegas,  donde  ee  encontraban  la  amffa 

j  ^pi.  k  escepcion  de  on  número  miiy  re- 

M<fo  de  caractéres,  qae  parecen  reoordar  las 

lelFBs  aendas,  y  aun  algonas  letraE  col>hta(S, 

hsfonDaa  de  este  alfabeto  no  parece  que  hayan 

Mdotomadas  de  ningon  otro  conocido. 

loavmeQiosbao  conservado  eo  sa  alfabe-  j 


to  el  órdcn  dcl  de  l'os  griegóá  (á  lo  menog  para 
las  lclras  quc  esprcsan  valores  análogos.)  De- 
bemos  con  todo  observar  quc  sc  íia  verilicado 
frccticntementc  una  susUtucion  dc  las  suaves 
y  las  fuertes  y  reciprocamenfe.  Dc  cste  modo 
los  armenios  de  Constanlinopla  y  del  Asia  Me- 
uor  pronuDCian  como  p,  ft,  /,  las  íetras  quc 
correspondcn  á  beta^  gammay  delta,  y  como 
6,  g,  c/,  las  que  correspondc  á  pi,  kappa, 
taü.  Eu  las  parles  orientales  de  la  Armcnia  se 
eiicuentra,  segun  dicen,  nna  pronuDciacÍon 
cónformc  a  la  de  los  griegos. 

Las  letras  armenias,  se  cscriben,  conio  las 
Questras,  dc  ízquierda  á  derecha,  y  prescnián 
hoy  dos  órdencs  da  caractéres  dislinlos,  Las 
mayúsculas  fcproducen  siempre  sobrc  poco 
mas  ó  menos  la  forma  de  las  de  Mesrob;  pcro 
las  miniisculas  cuya  inlroduccion  no  data  mas 
qne  del  siglo  XI,  se  sicparan  de  cl!a  considera- 
blemente.  La  escritura  cnrsiva  modcrna  diíic- 
ra  lambien  mucho  dc  la  de  los  anlignos  ma- 
liuscritos,  nne  han  servido  do  raodelo  para  los 
caractéres  ae  que  se  hace  uso  en  la  irapresion. 
La  ortügrafía  armenia  está  en  perfecta  armonla 
con  lapronunciacion. 

Los  armenios  empleabán  atítiguamente  pa- 
ra  escribir  multitud  de  abrcviaturas,  algunas 
de  las  cuales  perteneciali  al  gónero  geroíílífj- 
co.  Estas  abrcvialuras  hacen  muy  dificil  la  lec- 
tnra  dc  ciertos  manuscritos  antiguos.  Su  uso 
es  mucho  mcnos  frecncritc  hoy,  pues  se  linii- 
ta",  principalmentc  rn  los  impresós,  á  supri- 
mir  algunas  vocales  ó  íínales  que  ei  lector 
jf^uede  suplir  fáeilmente. 

Del  ibismo  modo  (|ue  los  áÍKos  ^  griegos, 
y  la  úiayor  parté  dé  Io§  (^ti^blos  oriéntales,  los 
armenios  se  sirvcn  de  los  caractéres  alfabéti- 
dóS  en  Vdz  de  tfúmeroá,  indicando  entonces, 
con  unarráyitá  boi'izonfal  colocada  encidaá,  ia 
nueva  funcTon  que  tiene  qniie  desenípeñar. 

Para  la  transcrípcion  del  turco  y  del  pérsa, 
en  lo]?ár  del  alfebeto  árabe  usado  por  los  ma- 
sulmanes  emplean  eT  snyo  propiá. 

Ito  es  fácil  conocér  si  el  sistema  gramati- 
cal  de  los  armenios,  se  aproxima  mas  al  de  los 
otros  pueblos  del  Oriente,  que  al  de  los  griegos 
y  latinos.  He  áqui  efn  pocas  palabras  los  ras- 
gos  principales  qne  lo  caracterizan.  La  distln- 
cion  de  los  géneros  no  existe  en  éi,  y  oo  tiene, 
asl  en  los  nombres  como  en  los  verbos,  mas 
de  dos  números.  La  declinaclon  ofirece  dies 
casos,  que  se  disüngucn  asl  por  las  tertnina- 
ciones  como  por  ios  p^efljos.  Tiene  ademas  de 
los  seis  de  los  griegos  y  latinos,  el  instramen- 
tal  del  sanscrito  y  del  rnso,  el  local  6  iocativo 
del  sanscrtto.  y  en  fln,  ei  narrativo  y  el  clr- 
cunferencial  qoe  le  son  particoiares.  Los  gra- 
máticos  admitensiete,  ocho,  dlea  y  hasta  vefo- 
te  decIinaciones«  y  ademas  de  los  prooombres 
que  son,  como  en  toüas  las  leogoas,  mny  ir- 
regnláres,  áé  encoentran  afljos  persooa/es  qoe 
afectan  sobre  todo  á  los  nombrea,  ordi^aria- 
mente  con  el  sentido  posesivo. 

En  arpaenio,  como  en  persa,  el  verbo  suir* 


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347 


AHMENIA 


348 


taotivo  forma  la  base  de  toda  coDjugacion,  y 
sc  encQCotra,  á  lo  menos  por  sas  consouantes, 
en  las  terroinaciones  de  todos  lus  tiempos.  Los 
verbos  tienen  tres  modos  personales,  el  indi- 
calivo,  el  subjunlivo  y  el  impcrativo.  Declínase 
el  infinitivo,  y  el  participio  esademas  suscepti- 
ble  de  los  tres  tien^pos.  Sc  cuentan  cuatro 
conjugaciones  regulares,  y  se  distingucn  ea- 
tre  si  por  la  vocal  de  la  terminacion  del  inflni- 
tiYO,  la  cual  sc  encuentra  tambien  eu  la  pri- 
mera  persona  del  presente  deindicativo.  Una 
de  estas  conjugaciones  forma,  propiamentc  ba- 
blando,  la  voz  paslva  y  media. 

EI  ícnia  ó  radical  de  las  palabras,  se  estrae 
en  los  nombres  del  caso  genitivo,  y  en  josver- 
bos,  del  tiempo  prclérito  ó  aorislo. 

La  gramálíca  armenia  presenta  ciertos  ras- 
gos  que  !e  son  parlicularcs.  y  que  no  se  en- 
cuentran  en  ninguua  otra.  Tal  es  el  empleo  de 
la  articalacion  k,  asi  en  los  verbos  como  en 
los  nombres,  para  indicar  el  pIuraL  ¿No  parece 
que  esto  demuestra  una  cspccie  de  lucba  entre 
dos  síslcmas  de  gramáticadiferentes,  la  una 
indígena  y  la  otra  eslrangera? 

Lo  que  mas  dificultad  presenta  en  el  estu- 
dio  de  la  lengua  armenia,  es  la  nataraleza  va- 
ga  de  su  siutaxis,  la  poca  fijeza  de  las  leyes  de 
concordancia  y  de  régimen,  y  la  liberlad  que 
se  toman  los  autores  de  someterse  ó  no  á  ellas 
segun  su  capricbo,  libertad  que  peijudica 
coustantemente  al  analisis. 

Por  ia  construccion,  el  armenio  literal  se 
aproxima  mucho  al  griego,  pues  la  frasc  ar- 
roenia  puede  imitar  la  frase  helénica  en  sus 
giros  con  tal  fidelidad,  que  se  puede  decir  con 
verdad  que  las  traducciones  armenias  son  an 
Irasunto  flel  de  los  originales. 

Las  reglaa  de  la  versificacion  armenia  son 
muy  sencillas.  Las  primeras  poesias  no  esta- 
ban  rimadas  y  aun  el  ritmo  estabQ  fundado  mas 
bien  sobre  el  número  de  las  silabas  que  sobre 
su  valor  prosódico.  Los  versostienen  de  cinco 
á  quince  sílabas  y  hoy  son  rimados. 

Este  cambio  en  la  poética  de  los  armenios, 
parece  que  se  debe  al  contacto  que  en  ia  edad 
media  tuvieron  con  los  árabes. 

EI  armenio,  tal  como  hoy  lo  habla  el  pue- 
blo,  es  muy  diferente  de  la  lengua  de  los  li- 
bros,  io  cual  se  concibe  fácilmente,  porquelas 
relaciones  frecuentes  que  la  nacion  tuvo  con 
lospersas,  árabes,  tártarosy  lurcos,  debieron 
dar  lugar  á  la  introduccionde  multitud  de  pala- 
bras  exóticas  en  la  lengua  usual,  concluyendo 
ppr  dividjrla  de  nuevo  en  muchos  dialectos. 

Cirbica  flja  cn  30  el  número  de  los  que  ya 
exiátian  eu  fin  del  siglo  XIY,  cada  uno  de  los 
cuales  era  designado  por  el  nombre  de  la  pro- 
vincia  donde  se  bablaba.  Schrscder  no  admite 
mas  que  cuatro  principales,  á  saber  :  los  del 
AsiaMenor,  de  Siounik,  deGoghtban  y  deJuIfa, 

En  la  obra  titulada  Mi$sionary  researches 
' iti  Armenia,  y  publicada  en  Lóndres  cn  4834, 
los  si'ñoresSmilh  y  Dwight  reducen  á  dos  el 
número  de  Ips  ilialcctos  de  la  Armeuia  moder- 


na.  El  uno,  el  de  GonstaDtiQjopla,  es  comun  á 
todos  los  armenios  que  habitan  el  Asia  Menor 
y  auD  la  Siria:  esle  dialeclo  es  el  mas  mixto  de 
los  dos  el  otro.  el  de  Ararat,  se  habla  en  las 
provincias  rusas,  antiguaroente  provincias  pcr- 
sas:  este  se  aparta  mucho  menos  de  la3  formas 
del  literal.Díccse  que  entre  las  dos  regiones,  eu 
las  partes  montañsosas  de  la  Armenia  Central  y 
en  ias  gargantas  del  Tauro,  lugares  ioaccesi- 
bles  á  los  estrangeros,  se  conserva  la  lengua 
haicana  cn  algunas  poblacioncs  en  ua  estado 
próximo  á  su  pureza  primitiva. 

£o  el  armenio  vulgar  ha  desaparecido  una 
parte  de  las  inflexiones  gramaticales,  supIiéQ' 
dolas  con  el  empleo  mas  frecuente  de  las  par- 
tículas.  Ademas,  cierlo  nümero  de  términos  de 
la  iengua  lileral  han  quedado  fuer^  dé  uso  y 
han  sido  reemplaza()ps  por  los  términos  corres- 
pondientes,  tomados  de  ía  lengua  de  los  nue- 
vos  poseedores  del  suelo.  La  sintaxis  del  dia- 
lecto  occidental  está  calcada  sobre  ia  sintaxis 
turca,  cuyas  construcciones  largas  ba  adop- 
tado. 

lA)s  armenios  instruidos  admilen  entre  la 
lengua  antigua  ó  literal,  y  la  lengua  vulgar  quc 
hoy  habla  el  pueblo,  un  idioma  intermedio,  al 
cual  Schraeder  da  el  nombre  de  lengua  eclesiás- 
tica  ó  civil.  En  el  foftdo  es  et  mismo  idioma  li- 
teral  con  alteraciones  hechas  solamente  en  la 
gramática,  ó  si  se  quiere,  en  el  idioma  vulgar, 
á  escepcion  de  los  términos  de  introduccion  es- 
trangera.  En  este  armenio  moderno  mas  casti- 
gado  están  escritos  los  periódicos  que  se  pu- 
blican  en  Esmirna,  en  Yenecia,  etc. 

Las  nnmerosas  colonias  armenias  estable- 
cidas  en  el  estrangero  han  adoptado  en  sus 
relacionea  con  los  pueblos  en  medio  de  los 
cuales  viven,  el  idioma  de  estos,  conservando 
entre  si  como  uo  lazo  comun  la  lengna  nacio- 
nal.  Asi  es  que  fuera  de  la  Armenia  hablan  to- 
davia  el  armenio  un  número  considerable  de 
íamilias  en  casi  todas  las  (áudades  comercian- 
les  del  Asia  rusa  y  del  Asia  otomana,  de  la 
Arabia,  de  la  Persia,  del  TifrlvestaD,  de  la  lodiá. 
principalmente  en  Madrás  y  Calcuta,  en  la  In- 
do-China  y  hasta  en  el  imperio  chino,  en 
Transilvania,  en  Gallitzia,  y  en  Crimea.  Puede 
citarse  alguna  de  estas  colonias  que  ha  con- 
servado  su  lengoa  eu  un  grado  de  pureza  ad  • 
mirable.  He  aqui  porque  los  armenios  de  Astra- 
cansejactaudehablar  con  mas  pefeccion  sa 
lengua  hereditaria  que  lo  hacen  lioy  los  habi- 
tantcs  de  las  ciudades  de  la  Armenla. 

Fr.  Rivola:  Grammalica  ofmena,  Milan  1634,  en  4.* 

Cl.  Galanus:  GrammaticcB  tl  logica ituUtucvmet 
lingucB  lititraUt  armeniaú^s.Roma,  164$,  en  4.*" 

j.  Ago:  Puriiat  Aaifoca.  teu  gramwuiiiea  añne^ 
nica,  Roma,  1673,  en  4.** 

J.  J.  Sctirosder:  Thcsaurus  lingneü  andqucB  arwu^ 
niccB  ei  hodiemm.  Amslcrdam,  47il.  en  4.* 

Mckhiur  de  Péiro:  Gramálica  armeuia,  oecriu  «« 
armcnio.  Venccia,  1770,  cn  8.* 

Belland:  Ensayo  tóbre  la  lengu4i  armenia,  Pa- 
ri8,l8«,  énS.* 

G.  Avédikian:  Gramáiicaar9ienia,£scritaenmr^ 
I  menio.  Vcnecia,  1815,  en  8.* 


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Uí) 


AtiMENlA 


3S0 


Grbicd:  Gramáitca  de  Íá  tfmñua  afmenia.  Parfs^ 
4ttS,eB8.o 

Michel  TchamtehiaD:  Gramática  armeniaf  eo  ar- 
Denio.  VeAeeia,  4831,  en  8.° 

J.  0.  Peterminii:  Grammatiea  linguw  ormeniaea. 
Beriin,  4837,  eu  8.o 

Id.  BrevU  tíngum  armeniea  grammaticat  lite-' 
ratura,  Ckresiomathia  eum  glotiario»  Borlin,  4844, 
eoH.» 

Fred.  Wiodisehmam:  Die  Grundtage  der  Arme^ 
•iiehtn  in  Árieehen  spraehttamme.  (fileiiiorias  de  la 
Academia  de  Municb;  4.*  clase,  A.*  vols.,  S.a  part.j 

Fr.  Rivola:  DirJionarivm  latino-armenum.  Mi- 
Ub.  1634,  en  follo  y  Paris,  1633.  en  4.o 

Kierze  Sóvicz;  Dietiontrium  latino-armenium. 
BooM,  4605,  en  4."* 

J.  YiWosU:  Dietíonarum  novum  latino^rmeni- 
ewm.  Roma,  4741,  en  foUo. 

.Mekhitan  Diecionario  de  la  lengua  armenia  anti' 
fi(«  y modenui  (todo  armcnio).  Veoecia,  4749,  i  vol. 
ea  4.* 

Pascai  Aocber.*  Dieeionario  franeét-armenio  y 
ermfio-franeée.  Veuecia,  1843, 4847, 3  yoL.  en  4." 

G.Avedikian:  Cascbiadour,  Sourmeílan  y  J.  B. 
Aaeben  IfueeoDieeionariode  ía  lengua  armeniaan» 
«^««(lodo armenio;.  Venecia,  4836,  4837, 3  vol.  en 4." 
„  P.  Aucber:  Diceionario  francét'ormenio^urco, 
Teoeda,  4840,  en  8.0 

iRMEKIA.  [Litepalura.)  Las  producciones 
del  género  Hterario  de  la  Armenia,  en  la  época 
|>agana,  se  han  perdido  indudablemente  para 
siempre,  y  todo  lo  que  Ci  noceremos  de  ellas 
serán  los  fra^eotos  insigoiQcanles  de  auti- 
gnos  cantos  populares  que  nos  hau  conservado 
SiIgQDos  de  sus  primeros  escritores  cristiauos. 
Estos  cantos  eran  cróoicas,  que  se  recitaban 
al  sonido  de  los  inslrumenlos  de  música,  y  Ira- 
zaban  la  hisloria  de  personages  poco  conocl- 
düá  (Je  Jos  historiadores  de  la  naciou,  pero  en 
los  cuales  se  puede  recouocer ,  como  observa 
Vr.  NeuQQasiii ,  algonos  de  los  hérocs  de  la 
f'popeya  persa  de  Chah-Nameh.  EI  canton  de 
Coghleu  era  célebre  por  sus  tradiciones ,  mas 
íibutosas  qoe  históricas.  Háblase  tambien  de 
pocsias  naciooales  que  por  mucho  tiemp^  re- 
pitieron  los  inontañeses  de  Daron;  pero  asi  los 
nnos  como  las  otras  han  caido  hoy  cn  un  com- 
plelo  olvido. 

Lo3  primeros  monomentos  escritos ,  cuyo 
hlolo  á  lo  menos  ha  llcgado  hasta  nosotros 
«w  el  nombre  de  aus  aulorcs,  son  posteriores 
á  la  eslincion  de  la  dinastia  nacional ,  la  de 
los  prÍQcipes  de  la  familiu  de  Haig ,  y  el  pri- 
mer  nombre  es  el  de  un  estrangero,  un  sirio, 
^•Apas-Cadina ,  ó  Mar-Ibas  de  Catina.  Uácia 
nedíados  del  siglo  II  antes  de  nuestra  era, 
^e  sirio,  Tersado  igualmente  en  las  letras 
griegas  y  caldeas ,  íué  por  órden  de  Vagars- 
chag  ó  Valarsace,  primer  rey  Arsácida  en  Ar- 
n»enia,  á  leconocer  en  los  archivos  de  Ninive 
todo  lo  que  se  referia  á  la  historia  de  ia  na- 
cion  anncnia.  A  las  nociones  que  sacó  de  ellos, 
prjncipalmente  de  una  antigna  historia,  tra- 
ducida,  segun  su  relaciony  del  caldeo  al  griego 
porórden  de  Alejandro  el  Grande,  añade  él, 
tomando  tos  datos  de  algunas  otras  fuentes  y 
aprorechando  ademas  los  que  1e  suminislra- 
ren  ras  propios  conocimientos  personales ,  la 
historía  de  tos  bechos  ocurridos  desde  el  tiem- 
po  de  Alejandro  hasta  el  en  qoe  él  escribió,  y 


compuso  un  volúraeli  que  im6  en  caractérea 
iirios  y  grsegos;  pues  la  Armenia,  como  ya 
hemos  visto,  no  tenia  todavía  en  aquella  épo- 
ca  alfabeto  particnlar.  Los  armenlos  ven  en 
este  Mar-Apas  al  padre  de  su  historia,  á  su 
Herodoto ,  y  sobre  los  datos  de  su  libro  han 
recoustruido  los  diez  y  ocho  primeros  siglos 
de  sus  anales.  Desgraciadamente  se  han  sus- 
citado  dudas  sobre  la  autenticidad  dc  este  mo- 
uumento,  dudas  á  las  que  da  gran  peso  la  au- 
toridad  de  Mr.  Esteban  Quatremere. 

EI  segundo  autor  es  Lerubna,  que  escribló 
la  hisloria  del  rey  Abgar  y  la  de  su  sobriuo  y 
sucesor  Saüadroug,  ambos,  como  él,  contem- 
poráneos  de  Criato.  Dícese  que  la  obra  de  Le- 
rubna  se  hu  conservado  en  los  archivos  reales 
dc  Edesa,  so  ciudad  natal,  por  espacio  de  mu- 
cbos  sigtos. 

En  cl  reinado  de  Ardaches  ó  Artajerjes  T, 
Olimpo,  sacerdote  pagano,  agregado  al  tem- 
plo  del  castillo  fuerte  de  Ani,  en  la  alta  Arme- 
nia,  escribló  un  libro  sobre  el  culto  de  los 
Idolos  fam()sos  adorados  en  Sinope,  y  por 
los  años  24  0 ,  Bardasano  de  Edesa,  de  quien 
hace  mencion  Eusebio  de  Cesareu  en  su  His* 
íoria  echsiáslica  (libroIV,  cap.  lll),  eslrajo 
dc  los  archiYOs  de  aquel  'mismo  templo  dife- 
rentes  documentos  relativos  al  colto  pagano 
que  en  él  se  practicaba.  Compuso  ademas  en 
siriaco  una  historia  de  los  acontecimientos  de 
su  época. 

Vicnc  en  seguida  Ardlte,  que  sacerdole  paga- 
no  al  principio  y  convertido  despues  y  consa- 
grado  oblspo  en  300,  por  San  Gregorioel  Ilumi- 
nador,  escribióla  vida  del  piadoso  patriarca,  asi 
como  la  de  sus  hijos.  En  íin,  podemos  nombrar 
á  Corobuto,  quc  persa  de  nacion  y  secretario 
de  Sapor,  compuso  en  griego  una  hístoría  de 
este  prfncipc ,  de  Juliano  el  Apóstata,  y  de 
Cosroes,  rey  dé  Armcnia,  y  tradojo  á  la  misma 
lengua  los  escrítos  de  'su  compatriota  Bar- 
suma. 

Aunque  los  armenios  reivindiquen  como 
perlenecientes  á  la  primera  edad  de  su  litera- 
tura  todas  las  obras  que  acabamo^e  citar ,  se 
vc  que  muchas ,  ó  son  debidas  á  estrangeros, 
ó  están  compuestas  en  una  lengua  estrangera. 
Sea  de  esto  lo  qne  quiera;  no  quedan  ya  de 
unas  y  otras,  sino  vagas  indicacioncs  en  ias 
de  la  época  siguiente. 

En  cuanto  á  los  archivos  dc  que  sc  trata, 
y  que  se  conservan,  segun  parece,  mas  comun- 
mente  en  los  templos ,  su  composicion  no  es 
mas  conocída  que  la  época  de  su  formacion,  y 
hace  mucho  ticmpo  qoe  están  destruidos ;  por 
que  en  efecto,  trabajo  hubiera  costado  salvarlos 
de  todas  las  causas  de  destruccion,  que  se  han 
sucedído  sobre  cl  suelo  armenio,  durante  tan-- 
tos  siglos. 

Vemos  en  primer  lugar  á  Nino ,  segun  re- 
fiere  Moisés  de  Khorene,  mandar  quemar  las 
colecciones  de  anales  compuestos  antes  de  su 
reinado;  y  despues ,  en  302,  á  los  oblspos  des- 
trulr  igualmente  por  medio  del  foegotodos  los 


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AfiKENfÁ 


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libros  que  trataban  del  (5uUo  de  los  idolos.  Los 

documenlos  hlslóricos  de  que  liasta  entonces 
liaOian  sido  únicos  depositarios  los  sacer- 
dotes  paganos,  se  cncontraron  cnvuültos  en  la 
proscripcion. 

Ochenta  aíios  despues,  el  apóstata  Merou- 
jan  obtiene  de  la  córte  de  Persia  y  liace  eje- 
cular  por  represnlias,  la  Órden  de  entregar ^las 
llamas  los  libros  que  contenian  la  doctrina  de 
los  cristianos,  Kl  rey  de  Persla,  Yesdegüerd  li, 
rcnueva  esle  edicto  en  439,  y  manda  incen- 
diar  muclias  ciudades,  en  cuyas  iglesías  liabia 
bibliotecas  considerablcs.  Ku  4064  Alp-Arflan, 
segundo  sultan  de  la  dinastia  de  los  Seljucir 
das,  saqueó  la  antigua  ciudad  reia]  de  Ani  en 
el  canton  de  Chirag,  provihcia  de  Arárat,  don- 
dehabia,  segun  dice,  mil  iglesias ,  píi  las 
cuales  «e  conservaban  multitud  de  manuscri- 
tos  rauy  anliguoa.  En  4  4  44,  los  preciosos  archi- 
vos  de  Edcsa  fueron  reducidos  á  cenizas  cuan- 
do  Omad-Eddin-Zeiighi,  prlncipe  de  Mossoul, 
se  apoderó  de  la  ciudad.  En  4292  al  demoler 
Kalil-Aschraf,  sultan  de  Egipto,  el  caslillo  de 
Romela,  dcslruyó  las  riquezas  literarias  que 
los  patriarcas  liabian  llevado  aljl  CO'n  su  silla 
desde  1447.  En  fin,  en  4402,  Tiii|our-Lcng(Ta- 
merlan)  hacc  pasar  h  Tartaria  cnantos  manus- 
crilos  armcnios  pudo  rcunir  para  encerrarlos 
en  la  ciudadela  Ue  Samarcanda. 

EI  abate  Garabed,  cu  una  nota  que  iione  ú 
continuacion  dc  su  Historiadeí  levantamiénto 
nadonalde  la  Armenia  cn  elsiglo  Vcontra  lá 
tey  de  Zoroastro,  traducida  dc  Ellseo,  nos  dice 
que  un  armenio ,  natural  dc  Ispahan ,  Rbatca- 
düurHovanisien,  liabia  logrado  en  4835  pene- 
Irar  en  ia  eucva  donde  hahian  sldo  arrojados 
eslos  libros.  Eutre  otros  títulos  leyó  en  ollos 
cl  de  una  Hislüria  de  los  antiguos  héroes 
de  todaa  las  nacionespor  ios  pontifióesdel  tem- 
plo  de  Diana  y  de  J&arte  ,  historia'  redacta- 
da  en  leugua  armenia,  y  transcrita  en  qaracté- 
res  griegos. 

A  tantas  causas  de  violenta  destruccion  es 
preciso  añadir  el  cuidado  quc  toraaban  frecuen- 
lemente  los  armenios  para  sustraer  ios  libros 
de  las  manos  de  los  infieles,  y  ocultarlos  en  las 
*  paredes  y  en  los  sepulcros,  donde  han  sido 
presa  de  los  gusanos  y  de  la  humedad,  y  en 
íin,  la  costumbre  que  todavía  existe  de  enter-; 
rar,  por  una  estravaganle  supersticion,  los  ma- 
nuscrilos  dificiles  de  descifrar. 

A  pesar  de  la  pérdida  de  tantos  volámenes, 
ucaso  liaya  algo  de  cxagcrado  cn  decir,  como 
lo  liace  cl  patriarca  Juan  en  nna  carta  escrita 
desde  Etichmiadüin,  en  4833,  á  CIüsísÍus,  pro- 
fesor  de  dereclio  de  la  univcrsidad  de  Dorpat,  é 
inscrla  en  el  Dorpaser  JahrbUcher  del  mismo 
afio ,  que  tiapenas  Iia  Ileí,^adD  á  nosotros  un 
librü  enlre  aú\.^ 

Lo  que  todavia  sutt^iate  dp  la  Uteratura  ar- 
menia  no  dáta  nias  qüé  del  siglolt,  y  segura- 
mente  es  bastante  para  bacernos  sentir  lo  que 
ae  ha  perdldo.  Esta  literatura  presenta,  sin  em- 
bargo,  un  caráótejr  siágularmcQte  uniforme  y 


esclnsiTO.  Todas  las  ohras  de  qne  se  compope 
.tienen  una  direccion  religiosa,  siendo  los  tn- 
tados  teológfcos  los  que  forman  en  eirala  clase 
de  escrifos  mas  nnmerosa.  'lia  historia,  que 
Ocupa  eu  etla  el  segundo  lugar,  es  tratada 
Biempre  bi^o  el  ponto  de  Tista  moral,  ó  por 
mejór  decir,  b^o  el  punto  de  Tistá  'eclesiis- 
tico. 

3i  la  literatnra  armenia  es  esencialmeDte 
cristiana  eñ  el  fbndo,  en  cuanto  i  la  forma  es 
frecuentemente ,  segon  ya  henibs' iDdicado» 
casí  griega.  8u  las  esciielas  de  Atenas ,  de 
Gonstantinopla  y  de  M^andria  faé  doDd^  ios 
escritores  de  los  primcros  Biglos  del  ciistianis- 
mo  perfeccáonaron  su  educacion  literarla.  Gnal- 
quiera  (tue'séá  la  falta  de  originalidad  qne  ha- 
ya  en  bus  prodacciones  intelectoales,  esta  na- 
cion  se  recomienda  al  filólogo  por  el  gran 
ntoero  de^autores  tán  aprectabies  por  la  é(e- 
vacion  del  pensamiento,  como  por  la  sencUIe^ 
del  estilo.  «La  Armenia  desde  el  siglo  T 
al  XY,  dice  el  abate  ViUofroy  en  nna  carta  pti- 
blicada  por  el  Diario  de  Trevoua,  en  4735, 
I  prodojo  mas  literatos  relativamente  qnetodala 
Europa  durante  este  tiempo.»  El  estilo  de  los 
I  armenios ,  sencillo  á  la  Tea  que  pintoresco, 
conserva  algo  de  las  dos  escnelas  del  Orienie 
7  del  Occidente.  Acaso  tenga  mas  calor  que 
pureza;  sin  embargo,  no  se  encnentra  en  él  ese 
abuso  de  la  metáfora,  y  esos  estravios  de  ima- 
ginacion  que  tan  comunes  son  en  los  escrito- 
res  de  las  demas  naclones  asiáticas.  Los  histo- 
riadoresno  sé  presentan  siempre  ilustrados  por 
una  criUca  muy  segura;  pero  tienen  an  caric- 
ter  de  rectítud  7  veracidad,  que  les  granjea  la 
estimacion  del  lector. 

El  académico  Saint-yartin,  á  quien  se  debe, 
'  segun  hadicho  Mr.  Neve  de  Lovaina,  tla  prime- 
I  raaplíoacion  de  las  ciqueza&deia  liistoriograíla 
armenia  á  la  ciencia  histórica»  reconoce  y  $e 
complace  en  proclamar  en  sus  Memorias  sobre 
ia  Armenia,  «queloshistoriadoresarmeniossa- 
ministran  grandes  Inccs  y  noticias  importaa- 
tes  para  la  historia  de  los  griegos  de  Gonstaa« 
linopla,  de  los  rcyes  dePersia  y  de  la  dimusUa 
de  Ibs  Sassanidas,  de  los  árabes  musuUnanes, 
de  los  turcos  Seldjucidas^  de  las  cruzadas,  de 
los  mogoles,  y  en  general  de  todo  el  Orienie, 
desde  el  principio  del  sigloIV.» 

EI  primer  eácritor  que  se  presenta  en  el  ór- 
den  cronológico,  es  San  Grégorio  el  Ilumina- 
dor,  quc  convirUó  al  rey  Tiridates,  annque  la 
autenticidad  de  los  sermones  que  se  le  atrtbu- 
yen,  pueda  suscitar  alguna  duda. 

Agatangcs,  secretario  del  rey  Tifidates,  ha 
referído  la  vida  de  este  príncipe  y  la  mision 
apostdlica  de  San  Gregorio.  Algunos  críUcos 
^uponen  qne  esta  obra  foé  escrita  oríginarla- 
menté  en  gricgo,  y  que  ei  testo  armeaio  iip  ^ 
mas  que  nna  traduccion. 

Taosto  dc  Bízáncio,  qne  cita  Procopio,  f^p^ 
|Unuó  la  relacion  dé  Agatangeshastael  año  390. 
Zenob  de  (jla^'"escril)ró  unáhistoria  dé  la  pro- 
Yincia  de  Darbn/y  S.antiago  dp  NLsibe,  su  cu(i- 


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AftMÉKfA 


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teiDiMiréiieo,  dej<^  onKibro  de  homílias  dogmá- 
ílcas  j  monües. 

Ei  patrtarca  Heraés  el  Orande,  que  éitare- 
nos  en  aegiilda,  oo  ea  aiitor  mue  que  de  algo- 
DOB  caeriloa  aseétieos;  perotQvo  por  discipulo 
i\»m4á  firaitde  y  á  Mesrdb,  y  eaie  es sn maá 
i)riiJaote  titalo  literario. 

Mtoa  do9  eserilores  aft^reo  el  síglo  T,  que 
seaaaafderaeci&Mr  ki  eááé  ée  orode  hi  litera- 
ton  armenia.  Con  el  auxilló  é¿  aaa  discípiiloH 
nüoettir  htm  ei  Antigao  Téstameato,  y  Hes- 
rafc  el  Hacnro^  7  aniboa  de  connm  acuerdo  ar- 
reglan  el  tnreviario,  la  Ktnrgia  j  el  catendaHo 
detíififitóéé.  Loa  traduotores  de  la  Biblia,  no 
habieMio  teiiidó  at  priocipio  á  au  disposición 
ei  lesior  griego,  pareoo  qae  empréndieron  sn 
tzáiDecioÉi  aobre  nna  Tersion  siriaca,  oomen- 
itedoia'  por  óo  ejemplar  aotéottco  queobtufie- 
roB  del  téree^  stnodo  generat  de  Efeso.  Pero 
coBK>  tanpdeo  eata  rez  quedó  el  trabajo  con- 
cfciido»  ftié  rdieeho  de  nnevo  cnando  los  dia* 
cípoles  de  los  doa  santes  doeiores  pasaron  ¿ 
Atajaodris  para  perfeceionarse  eu  et  conocl- 
miecto  de  la  lengaa  griego^;  ast  que  lafradac- 
dettdefliiltiva  no  pudo  concinirse  sino  por'los 

£sfa  Tersion  de  los  tibros  santos  tiene  la 
Taol^a  dd  halierse  heclio  antes  de  la  época  en 
qoe  la  igleaia  de  Occldente  ado^tó  la  Ynlgata, 
y  m  tf  aotfllo  de  testos  y  comeiitarioa  qoe  ya 
no  poaeefDoa.  Kn  et  Anttguo  Testamento  solo 
po^  su  medio  poede  restabiecerse  de  una  ma- 
nera  salisracioria  el  leeto  de  los  Setenta,  y  en 
ei  Mefo  se  nolan  diferentes  pasages  qne  no  se 
eocaentraa  ya  sino  en  la  version  sirioca.  Ha- 
btndo  liOcrcse,  en  unaf  carta  a1  padre  Leu- 
fant,  del  trabajo  de  Mesrob  y  de  sus  discipn- 
ios,  i6  ttama  la  réina  de  todas  las  versiones 
det  üfoevo  Testamento,  y  no  creemos  inú- 
(il  observar  aqni  que  la  version  de  esta  Bi- 
btia,  ioipn^  en  ei  siglo  XYII  en  Hotanda,  por 
Biandado  M  Uscan,  Obispo  de  Erivan,  habia  si- 
do  ^terada  por  varias  correcciones  hechas  cn 
lafolgaCa. 

Discípalo  y  colaborador  de  Isaac  y  de  Mes- 

rob,  Moisés  de  Khorene  es  el  mas  célebre  de 

tos  eacritofeir  de  Armenia.  Gon  la  historia  que 

^rlbió,  ha  erígido  un  monumento  eteruo  á  la 

gloriade  so  naclon.  Acaso  ha  admitido  con  dc- 

nastada  fatilidid  clertas  autorídades;  pero  se- 

gun  ei  tono  de  l^ena  fé  qoe  reina  eaioda  su 

relacton,  nO  podriamos,  del  mismo  modo  que 

te  hawr  sn  conctenaudo  tradoetor,  Mr.  le  Vai- 

ilam  de  rioríval,  admitir  con  SaintCroix,  au- 

tor  det  J^áimetí.  crittoo  de  los  historíadores  de 

At^auítrb,  qoe  Mofsés  de  Khorene  haya  su- 

poesHip  loa  docamentos  bistórícos  Los  tres  ii- 

bm  qne  poseetnos,  abrasan  la  historia  de  la 

oacíoo  deadc  su  orígen  hasta  ei   año  444   de 

nuearra  era.  81 IV  <|oe  contcnia  naevos  por- 

nienores  sobre  la  caida  de  ia  monarquía  de  los 

ircbalgoutil,  6  Arsacldafl  do  Afitíenia,  parece 

qoe  se  ha  perdido. 


Moiséa  de  Khoretie,  cto  taffrblctl  afUtor  dé  mS 

459     U4mMyritCA  HOKrLAa. 


tratado  de  retóríca,  asi  eomo  de  ons  vlda  áñ 
Sanla  Rhipsina  y  de  sos  compañeraa  vlrgeneif 
y  mári^res,  que  vetférán  ftíuchos  loaarmenloo. 
Se  le  afríbuye  adcmas  im  tratado  dtfgeogrsñ^, 
cofttra  cuya  autenticidad  iia  becho  Saiot-Mar«i 
trn  fnertes  objedones,  la  tradácrion  dé  uht 
vida  de  Alejandro  el  Graode,  coyo  dr!|fihir  gWo* 
gd  se  h^  perdido,  y  por  áHimo,  iad^ái  cróáf» 
cft  de  Snsebio. 

Mambié,  apellidado  Terzanogh  6  el  Lefctor, 
hermano  de  Moísés,  tradojo  diferentcs  autüréir 
clásicos  griegos,  y  dejó  algunos  escritó?  ré^ 
ligiosoá.  Yesnlg  ha  compuesto  una  reTutaeíoa 
de  las  príncipales  ctcencias  religiosas,  opueaíi; 
la^  al  cristianfsmo.  Hállause  en  su  libro  pro- 
fundas  notfcias  sobre  el  magismo.  Eliséo,  ed 
quien  los  armenios  venásu  Xeuofonte,  ba  es- 
críttf  con  tanta  pureza  como  elocuencia  la  áis- 
torhi  de  ia  guerra  qne  sus  corapatriotirs  sostu- 
vleron  por  la  defensa  de  su  fé  contra  los  per- 
sas,  ba|o  el  mando  del  principe  Manfgonío 
Vartan,  de  quien  aquel  escritor  efa  secre- 
tarío. 

Davld  de  Herken,  llamado  e1  Fílóá>(íy  6  él 
Invicto,  es  antor  de  un  tratado  dé  fllttMfta,  eü 
que  combate  las  opiniones  dc  los  i^irróóiánonfi^, 
y  de  una  tradnccion  dc  Arístóteies 

Lázaro  dc  Parbe  ó  Pharbe,  qoe  cótitiitu^ 
hasta  845  la  retacion  de  Fausto,  es  sobre'  todó 
apreciable  por  las  noticias  que daaoerea át ló# 
primeros  pogresos  de  laliterárura  arniénttf. 
En  fln,  la  mayor  parte  de  los  padriefi  dcfM 
iglesia  griega,  han  sido  tradacidos  por  Iba  atf- 
tores  de  aquel  siglo. 

Él  siguiente  es  casi  nulo  para  ?á  hÍstoria'H- 
teraría,  pues  dcsde  el  couciiio  dé  Calcedoblif, 
la  polémica  rcligiosa  se  apotferaba  cada  dm 
mas  del  espirítu  dc  los  armentos.  £a  caeaiioa 
de  la  unidad  ó  la  dualidad  de  la  nahirafeía  dé' 
Cristo,  dió  lugar  entonces  á  niultitnd  de  obtaü 
ilenas  de  vicíosas  sutilezas,  y  taO^medranas^  éü 
ei  estilo  como  en  la  concepcton'.  Se  puéde  d» 
tar  solamente  el  discurso  de  Juañ  de  OÍotin  cbol^' 
tra  los  monoflsitas. 

Despues  cn  la  formacion  det  ctslna',  segoitf 
observa  Mr.  Boréon  sus  Memoria^  dé  m  üM- 
gero  en  Oriente,  los  armenios  césarón  depár- 
ticipar  de  la  vida  intelectual  y  del^  móvimiéoM 
cieniíflco  dc  qne  cra  i'inicx)  foco  éi  Oocidená. 
El  solo  heoho  notable  de  esta  ^poca  es  cfl  ea^ 
tablecimiento  de  la  cra  armenia,  cuyo  princl» 
pio  fljó  cl  patriarca  Hoisés  de  ElíVatt  en  14  dé 
Julio  del  a$o  de  Cristo  de  55^. 

En  el  siglo  VII,  Ananiasi  de  Chira^  cbápkt* 
so  unaobra  sobre  los  diferentes  ramosdelaa 
materoáticas;  Juan  Mamigoni  ptosigtiid>  UtstÜ 
el  año  640  la  relacioií  de  Zenob  de  Glag,  ▼ 
reflríó  con  la  historia  de  ia.provincia  de  Dároov 
1a  lucha  que  dura  todaVia  ébtre  los  prínófodli 
armeoios  y  losperítas;  y  eufln,  Moiaéa  de-Oid^ 
gant  escribió  uoa  historia  de  loa  AguvaOOa. 

EI  silgló  Vlir.no  noS  piesenia  ningun  escrf- 
tor  digoo  do  nl&dciou;  en  él  IX,  despuOá  dél 


patríaria  Zábtírí'Ji^'  de  &ig.  autor  át  d08  éactaf 
T.     III.     %i 


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355 


A&MENIÁ 


386 


sobre  el  conctUo  de  Calcedonia,  asi  como  dé 
un  comeDíario  de  los  cualro  Evaogelios  y  del 
Cánlico  de  los  Cánticos,  y  Machdols  de  Elivar, 
á  quien  se  alniiuye  la  redaccion  del  rítual  ar- 
menío,  todavía  enusoentre  los  cismálicos,  ve- 
mos  apareccr  al  historiador  Jaan  YI,  llamado 
lodavía  Juan  Galhoticos,  csdeclr,  el  patriarca. 
La  historia  nacional,  que  se  del)e  á  este  últímo, 
V  que  termína  en  la  m-!a:-  rlr!  siglo  enqae  vi- 
vió,  ea  sobre  todo  preciosa  por  el  anímado 
cuadro  qoe  traza  de  los  acontecimientos  coq- 
temporáneos. 

Debemos  citar  despues  de  él,  á  Tumás  Ardz 
rounl,  autor  dc  una  historia  de  los  principes 
de  este  norobre,  la  cual  llcga  hasta  el  año  936 
de  Jesucristo,  y  está  enriquecida  con  muUitud 
do  hechos  de  un  iuterés  mas  general. 

£1  siglo  X,  nos  ofrcce  á  Leon  Yerets,  que 
escribió  uoa  historia  del  imperio  de  Mahoma  y 
de  los  califas;  á  Gregorio  de  Nareg  que  los  ar- 
menios  se  complacen  en  comparar  á  Pindaro 
y  Tibulo,y  cuyaselegiassagradasestán  llenas 
de  Eublimidad  y  de  gracia;  y  á  Esteban  Assolik, 
autur  de  una  historia  de  Armenia  que  concluyc 
cn  el  año4000,  y  es  muy  estimadapor  laesac- 
titud  dc  las  fechas. 

En  el  sigl )  XI  hallamos  á  Gregorío  Makis- 
droa,  erudito  gramático  y  poeta  á  uo  mismo 
tiempo,  autor  de  muchos  escrítos  de  teologia  y 
de  úlosofía,  y  de  diferentes  traducclones  del 
gríego  y  del  siriaco.  Dlcese  que  compuso  cn 
tres  dias  un  pocma  de  mil  versos  sobre  el 
Aniiguo  y  Nuevo  Testamento.  Eo  la  historía  que 
nos  ha  dejado  Arisdagues  de  La^diverd,  la  cual 
parte  desde  el  aúo  989  y  concluye  en  el  de 
4074,  el  autor  hace  una  pintura  muy  interc- 
saote  del  saqueo  de  la  ciudad  de  Ani. 

Llegamos  ahora  ¿  la  época  mas  fecunda  de 
la  literalura  armonia;  al  siglo  XII,  época  no 
meno.s^notable  por  el  móritoifue  por  cl  uúme- 
ro  dc  las  obras  que  produjo.  Los  convcntos  de 
laArmenia,  principalmentelos  de  Sanahiu,  de 
nalbat  y  de  Sevan,  fueron  cntoaces  un  plantel 
deescritores  vcrdaderaraenle  sublimes.  Nom- 
braremos  en  prímer  higar  á  Ncrsés  de  Cla, 
apellidado  Chenorhali  ó  el  (iracíoso,  que  fué 
á  un  tiempo  poeta  y  prosistadistinguido,  y  el 
primero,  segun  algunos,  que  empleo  la  rima 
en  poesia.  Se  le  debe,  eotre  otros  escrítos, 
vna  cronologia  en  verso  de  los  reyes  de  Ar- 
penia,  un  poema  sobre  la  toma  de  Edesa,  y 
una  magoiflca  plegaría  dividida  en  veinte  y 
cuatro  partes,  correspondientcs  á  cada  una  de 
laa  horas  del  dia.  Oti  o  autor  del  mismo  nom- 
bre,  Nersós  de  Lampron,  obispode  Tarso,  com- 
puso  muchos  escritos  de  teologia  y  devocion  y 
jneiece  un  lugar  honroso  como  orador  por  el 
iutereíantc  discurso  que  pronunció  en  el  con* 
'cilio  de  Ronclu  en  4 179  con  el  objeto  dc  con* 
'acguir  la  reunion  de  las  igle^ias  armenia  y 
griega. 

Kl  tratado  de  crooologia  de  Juan  el  Diácono 
mi  contemporáneo,  no  existe  boy. 

Matep  de  Urha,  Itam^do  Mateo  de  Ede^a,  es- 1 


cribióuna  historía  de  lo.'i  prídoipés  íacrasides, 
poco  elegante,  pcro  flel.  Esta  historia,  que  no 
compreode  mas  que  un  período  de  80  años, 
desde  952  hasta  1432,  está»  sin  embargo,  llena 
de  preciosos  pormeoores  sobre  ias  primcras 
cruzadas.  Gregorío  Yerets  la  continaó  despues 
basta44d6. 

Sarouei  Yerest  de  Ani  dejó  ona  eróniea  imi- 
versal  que  abraza  desde  el  príocipio  del  raoo* 
do  hasta  eIaño4479. 

Mekhitar,  ei  Médico,  compoao  tm  tratado 
sobre  las  fiebres,  estractado  deios  eacriios  de 
los  médicos  griegos,  árabes  y  persas. 

En  fln,  debemos  aL  fabulista  Mckhitar  Goss 
ó  Cocbe,  á  quien  sus  oampatríotas  CQmpaFui 
con|Esopo  óFedro,  una  coleccion  de  cleoto  oo- 
venta  apólogos,  Ilenos  de  gracia  y  originalidal 

Al  siglo  siguieote  pertenece  Mekbitar  de 
Ani..Su  obra  sobre  las  antigUedades  de  la  Ar- 
menia,  de  la  Persia  y  de  la  Georgia,  qne  por 
mucho  tiempo  se  creyó  perdida,  se  eocueotra 
en  la  biblioteca  de  la  residencia  patríarcai  de 
Edchmiadzin,  y  es  uno  de  los  manoscritos  mas 
preciosos  que  en  ellas  se  encuentran. 

Arisdaguesel  Gramático^  ha  dejadouo  beea 
tratado  del  arte  de  escríbir,  y  Juan  Yaoagaoó 
el  Genobita,  una  hisloría  de  la  invasion  de  los 
tártaros  en  el  Asia  OccidenUi  en  4236,  obra 
que  desgraciadamente  se  ha  perdido. 

Yarían  de  Partzrpert,  apellidadael  Graode, 
es  acaso  uno  de  ios  prímeros  historiadorea  de 
su  nacion  por  su  conocimiento  del  árabe,  dd 
persa,  del  mogol  y  de  otros  muchos  idiomas 
del  Asia,  asi  como  por  la  faeilidad  que  este  oo- 
nocimiento  le  da  para  sacar  de  las  fueotes  orí- 
ginales  los  hechos  relativos  ¿  las  naciones  es- 
trangera.s.^La  hístoria  oniversal  de  qoe  es 
aotor,  alcanza  hasta  el  año  4  267.  Es  probable 
que  la  coloccion  de  fábulas  medianas  que  lle- 
va  su  uombre  no  le  pertenezca. 

Gniragos  de  ICanlsag  dejó  una  historia,  que 
comprcnde  desde  ei  año  300  iiaata  4  260,  y  es- 
t¿  llena  de  noticias  iuteresantes  sobre  los  sar- 
racenos  y  t¿rtaros.  La  historla  de  la  irrupcion 
de  ios  t¿rtaros  por  Malaquias  el  Mooge  Ilega 
hasta4272. 

El  ^ocrelario  del  rey  Leon  III,  Yabram  de 
Edesa,  llamado  Rapoun,  ó  el  Maestro,  cooti- 
nuador  de  Nersés  de  Gl¿,  escribió  en  verso 
una  crónica  de  los  reyes  armenios  de  Cilicia, 
quealciuftza  hasta  el  aúo  1280. 

Juan  de  Erzinga,  ¿  quieo  los  armenios  Ila<- 
mau  el  úlümo  de  los  antiguos  doctores  de  so 
iglosia,  y  que  enseñaba  la  gr¿matica  y  la  eio- 
cuencia  en  la  escuela  dei  famoso  roooasterío 
Tzortzor,  ha  dejado  ademas  dc  ias  obras  aacé- 
ticas  muy  estimadus  por  sus  compatriotas,  ooa 
traduccion  de  la  gramática  de  Dionisio  de  Tra- 
cia,  y  un  tratado  de  astronomia. 

Esteban  Orpelian,  arzobispo  do  Sioooik,  es- 
cribif^  la  historia  de  aqnella  provincia;  pero  se- 
guo  Mr.  Sukias  Somal,  La  Grose  y  dc^poes  de 
él  Saint-Martin,  le  han  atríboido  infoodada* 
meote  ona  historía  de  los  orpeliaoos. 


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3S7 


AHMENU 


358 


U  el  títh  UV  ailfttíaMMi  á  iioa  niie?i  hi- 
flbi  de  las  optafoiies  leligtoMS,  y  á  um  se- 
goiida  deeadeiicU  de  la»  leUas.  La  dieideiicia 
qae  se  soselld  eii  aqaeila  época,  no  veraaba, 
liB  eabargo,  siiio  sobre  una  caestion  de  for^ 
■a.  Los  ÍMnnaaoa  onidoa,  nooibre  q«e  babian 
loaiado  alganos  mlaioneros  dominicoa  eatable- 
Mos  eo  Armenia  en  el  mooasleno  de  Giahug, 
j  ea  lapiofiDda  de  Sioonik,  qaerían  sueUtofar 
ll  Titonaeiona]  el  romano,  ó  á  io  menoa  baoor 
adoptar,  traducida  literalmente  del  latin,  la 
Htargia  de  los  cristianoe  de  Occidente.'  A  este 
déeto  eoaieasaron  por  poner  en  amkonia  mol» 
lilod  de  obias  medtanas  qoe  babian  aido  esori- 
tasen  el  latin'tárbaro  de  la  épooa,  y  coya  ma- 
yor  parte  eran  prodoeciones  de  la  escoela  es* 
eoláitica.  La  coUora  de  la  leogua  laüna,  que 
lÉbiiQ  ^brasado  ooa  fenr or  loa  partidarios  de 
los  henoanoa  oaidoa,  efercia  so  iofloeocia  so- 
kelosdemaa  estodioa,  y  latiaizaba,  por  deci^ 
lo  ifl,  ia  leogoa  armeoia. 

El  rito  nacional  tenia  por  defooaores  á  los 
dilefistaSf^asi  Uamados  del  monaaterio  de  San 
loitisio,  ó  de  Dater,  de  que  era  abad  su  gefe 
Gngorio.  Saloe.  por  equilibrar  laiaíloencia  de 
las  adf ersarios ,  eacrtbieron  por  su  parle  ona 
Mdtitod  de  folletoe  con  que  ioondaron  el  pais. 
Anfeas  soeiedadee  riTalíxaban  en  pedanlismo 
T  Bial  gosto  en  todaa  sus  prodocdones. 

Los  únicoa  autores  de  eate  siglo ,  que  de- 
taos  citar  de  paso»  aoo  Aitoo ,  priocipe  de 
Rgia  estirpe«  que  poblicó  en  franeós,  bijo  el 
tfálo  de  Hitíoria  maraviUoia  dfl  Gran  Kan, 
cariosas  noticlas  aobre  laa  naciones  oríenta- 
lo,  principalmento  loa  tértaroa ;  ao  pariente, 
el  re^  Aiton  II ,  qoe  murló  aiendo  religioeo 
fraaciscaao  y  dejó  veraos,  notas  sobre  la  Bt- 
Ma  |el  fué  el  que  aomeiió  la  ▼ersion  armeoia 
álaceBSora  de  Romaj,  y  difereotee  documeo- 
los  reiatlYos  ¿  loe  oegoGioa,  abi  políliooa  oo- 
noreligiosoe  de  aa  época;  y  en  On,  Sempad, 
geoeraliaimo  de  Leon  1.  La  historía  que  deíó 
ote  último,  comieosa  en  ia  época  de  la  dea- 
Iraocioude  Ani,  y  llega  basta  la  en  qoe  ea* 
eribid  el  aotor. 

bi  el  siglo  sigoicnte  no  tenemos  qoe  citar 
Basqoe  doa  oombres:  eo  primer  lagar  el  de 
Teoiás,  abad  de  Mediop,  que  escríbió  noa  his- 
loriade  las  espediciones  de  Tamerlao,  y  de  los 
aeoatecimienlos  sobrevenidos  despoes  de  la 
BQertedel  conqaistador  hasta  4447,  y  en  se- 
laodo logar  AmirdoWat, ó  AmirelBoalat,  mé- 
dico  de  Amasia»  hombre  igualmentc  f  ersado  en 
^  eeooeimteulo  ddamieoio,  del  gríego,  dei 
sulaco  y  del  árabe,  que  publicó  bajo  el  pere- 
S^Utolo  de  ImUií  á  ¡o$  ignaranle$,  una 
^Meeeioo  de  tratadOB  sobre  los  diferentes  ra- 
nwsdela  medicfna. 

,  ^r  ia  disminucion  del  número  de  los  es- 
crítofBB  ae  to,  qoe  la  Armenia  se  resentia  de  los 
motedmientoe,  qoe  acababao  de  dar  en  Gons- 
tantinopla  on  goipe  tan  fátol  Alas  letraa  gríe- 

lo  tl  aigk)  XYl  SQ^  ballaioes  di««da  4e 


meoeion  ¿  Tadeo  de  Sebasle  y  Joan  de  Zwm, 
aae  d^aron  lo  reladon  de  los  becboshistóricos 
de  que  Aieron  testlgos. 

Sin  embargo,  en  el  discorso  de  este  siglo 
foé  coaodo  se  iotrodqto  en  Armenia  la  impren- 
ta;  acoBtecimlento  qoe  despertó  eo  sos  habi* 
taotes  la  actif  idad  intelectaal. 

A  príocipioo  del  siglo  sigoiente  se  impri- 
mia  ignalmente  el  armenio  en  Gonstantioopla, 
en  Julpba  cerca  de  Ispahao»  en  Lemberg  (Polo- 
nia),  en  Amsterdam,  en  París,  en  Marselia,  en 
Milan  y  en  Lioma. 

In  este  mlsmo  siglo  XVII  no  yemos  apare^ 
cer  en  la  escena  literaria  siao  pocos  persona*- 
ges  nueYOs ,  y  ningona  obra  verdaderamente 
imporíante.  Gitamos^sln  embargo,  latradocoion 
hecha  por  Esleban  dc  Potonia,  sofore  una  ter^ 
sion  latina  de  la  historla  de  la  guerra  de  los 
judios  por  Josefo»  asi  oomo  de  laa  obras  de 
Dionisio  el  Areopagita,  y  la  coroposicion  por  el 
mlsmo  de  una  gframática  y  un  diccionarío  de 
au  iegaa.  Digamos  tambien  qne  Arakel ,  de 
Taoris,  dejó  una  historia  de  su  tiempo  (üesdjs 
4604  hasta  4662);  que  ^omidas  Keomurdji, 
martiriado  en  Gonstantioopla  en  4707,  escri- 
bió  ona  cronologia  en  verso  de  las  naciones 
armenia,  griega  y  persa»  j  qae  sn  hermanío 
Jereoiias  á^  nnas  Memorias  bistórícas. 

Et  siglo  XVllI  es  para  las  letras  armenias  Ía 
época  del  renacimicnto.  Citaremos  en  primer 
lugar  ¿  Malaqoias^  apellidado  Diratson,  6  el 
Glerígo,  el  patriarca  Abrahan  111  y  ¿  Tambori 
Artio,  que  eaeribieroo,  el  prímero,  con  algnnas 
momorías  histórieas,  una  crónlca  de  los  pa- 
tríarcas  armenios  de  Gonstantinopla;  el  segod- 
do  nna  historía  de  la  goerra  de  los  turcos  y 
los  persas,  eo  4734 ,  y  el  tercero  la  vida  de 
Tbabmasp-kouU  khao,  y  apreaurémonos  ¿  Ue- 
far  ¿MekhiCar  de  Pielro,  ilamado  tanbien,  por 
el  logar  desn  nacimiento,  Mekhltar  de  8e» 
basle. 

Iste  escrítor ,  mas  qae  oomo  tedlogo ,  gra- 
in¿ticoy  lexicógrafo,  señaia  nna  era  noefa 
cooM)  fuodador  de  eaa  s¿bia  sociedad  de  reli- 
gtosos  armenios,  que,  establecidoa  por  él  en 
la  isla  de  San  L¿xaro,  en  Veneeia,  prosigoen 
hoy  todavia  eon  aBimosa  perseverancia  la 
obra  de  la  regeneraehm  intelectnal  de  su  pa- 
tria.  Geloses  propagadores  de  las  ciencias  en* 
tre  el  Ana  y  la  fiuropa,  tan  pronto  oflreceD  ¿ 
nuestras  estudiosas  investigaciones  algan*nne- 
vo  resto  eacapado  de  las  roioas  de  la  aotigoa 
civHisacioo  de  Oriente,  oomo  obligan  ¿  so  ao- 
tlgoo  idioma  naciooal  ¿  plegarse  bajo  sn  plo- 
ma  b¿bil  para  tndoeir  ¿  sos  compttriotas  al- 
gno  ooevo  aecreto  de  la  dencia  de  la  loro- 
pa  modema. 

En  laimposiblildadiecitar  todosloslrabi^oo 
de  hM  mekhitaristas,  nos  limitaremos  ¿  meiH 
donar  aqoi,  ademas  de  las  obras  qne  debemos 
consignar  en  el  botetin  bibliogr¿flco  coloeado 
al  fin  de  eate  articolo,  la  grande  hiatoría  4e 
Annenia  del  padre  Migael  Tchamchlao,  f>«[^* 
I  some  con  método  todos  los  tndMQoa  de  ios  lilo* 


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▲BM£NU 


m 


U  emtole  geofpaíUk  de  ia  irmaÉi  ai|%iM  y 
moderna  del  padre  lDd]i4]iaB>  f  m  ii,  U«  ao- 
tlgftedadea  de  ámeftiadel  miaso  antor,  eolec- 
cion  de  memorias  iBtereaajileü,  qoe  Aeagm- 
oiadaroente  le  ioipidió  la  miierte  oooriíoar  en 
nn  plan  generat. 

Nb  liay  ra«o  jie  ooiiociiiiiealoK,  qiiemerced 
i  k  eatudiOBa  activldad  de  los  padres,  no  haya 
■ido  tratada  en  lengoa  arroettia.  No  p^dBmos 
liacer  otra  cosa  qae  remitir  i  los  eaiálogos  de 
U  hermosa  imprenta  del  conTtoto  a1  caffíoao 
teeto  qne  qniera  eonocer  loe  pormenores  de 
eelas  pablieadones. 

Ai  lado  dc  los  nekliilarisÉus  cilarenM»  tam- 
blen  ¿  Jorge  Ogholkian  y  á  José  de  Pietro,  que 
tai  escrito  la  historia  de  la  revoiucioii  turca 
ct  tiempo  de  Selim  UI,  y  mencionaremos,  en 
in,  La$  munas  del  Árarat,  tindo  volúmen  de 
poeeías  de  los  discípuloa  de  la  escuela  Laza- 
ref,  enMoscou,  publicada  en  48SO,  eomo  nna 
prueba  de  lo  famillar  qne  es  bof  todaTia  á  la 
joTentnd  armenia  el  noble  idioma  de  sus  padres. 

Hemos  pasaio  en  silencio  mullitud  de  es- 
eritos  ascéflcoa  y  dogmáticos;  pero  no  debe- 
mos  omitir  cuan  magestuosa  é  intoresante  es 
li  litnrgia  de  la  Iglesla  armeaia,  en  la  que  la 
pintora  de  las  grandezas  del  ciisUanismo  ha 
OonserTado  todos  los  brillanies  colores  del  ge- 
Bio  oriental. 

Preciso  nos  ha  sido  pasar  ligeramenle  so- 
iire  las  traducciones,  tan  elegantes  como  cer- 
veetas ,  heclias  por  los  armeoios,  de  ias  pro- 
^ncciones  ie  la  Oreoia,  asi  proftma  nomo  oris- 
tlana.  Sin  embargo ,  la  mayor  parte  de  estas 
tradocciones  sou  de  una  feoha  mny  antigoa,  y 
Idgunas  easi  contenporáheas  del  teslo  origi- 
nil,  y  pueden  preslar  i  los  éruditos  eoropoos 
verdaderos  servicios,  permitiéndoles  restabie- 
eer  eon  so  aoxHio  mudhee  pasages ,  qoe  de 
otro  roodo  hacen  incomprensibles  la  pérdída  ó 
tl  estado  tmncado  de  los  testos  oHginaies.  Re- 
eordarenos  de  nuoTO  aqoi  ia  importante  Ter- 
Slon  armenia  de  la  eróniea  de  Eosebio,  sobre 
la  cual  hao  hecho  simultipeameote  eu  4848 
ios  Iraducciooes  latinas  los  sábios  dectores 
armenios  Zofarab  y  Juan  Bautista  Aucher,  y  ci- 
leremos  tambien  ie  este  úUimo  la  Iraduecion 
ét  dyértotes  fratarlos  dei  plfl|U^co  judio  Pid- 
loBt  cnyo  orlginai  cooipieto  no  ha  podido  en- 
eontrarse. 

Ta  heraos  diobo  ea  otra  parle  cuan  grinde 
6S  la  facilidad  que  presente  la  lengua  aroieiiti^ 
para  dar  (odoa  ios  detalles  de  ia  iaonomia  de 
loa  atttorafi  griegos.  Heneioifinemoa  aqui  ia 
exlateiicia  de  uoa  tradocaion  de  Bomero  en 
beximetros  armenios. 

k  las  íflft^entas  aineniaaqiie  Iramoa  Indi- 
eado  mas  arnba;  debemos  aiMir  laa  «stabietí> 
ÍM  en  Biflyrna,  Madris,  Galcota,  Viena,  San 
tetersborgo,  Moseoii,  Tiflis,  Goocha,  y  Nakhd- 
«bhan.  Las  ediciones  de  Yenecia  sobroaaleo 
laBto  por  la  correccioB  de  ios  testos,  oomo  pgir « 
la  beuoA  de- los  tipos. 


MfíUáuá  ée  obne,  im  4f  éaa  41» 
oitodi»,  no  96  han  i«pne<0  ioiikT^  y  la  e^ 
ieocia  de  Quicb«a  aMouscríioe  aisü  aleiip 
pmbleaitica.  j)e8giioifldameBte  lot  ■riaBss 
armeoioano  pueden  jcoaocer  eT^irii— ic  k 
eelenaiiMa  <}eUs  riqBests^te  faBn  e«nttrvaáo. 
porque  iat  fetaits  pfettnimriopes  i|ae  üiMoi 
i  la  naeioo ,  pnrfiibtn  i  eadt  una  ie  ias  áos 
aeetaa  de  eatólicos  y  citmitiatt  it  «itradt  ep 
hs  ooBvenios  y  la  adqnisioioli  ée  laa  ooleecit- 
nes  de  ia  ntra. 

En  48ai  Tisüó  Mr.  B»é  la  bibllBtBsp  «I 

,  fidohmladein^  oof 0  ottáiogo  fobüeé  Mr.  iioi* 

I  aet  en  San  PetersbBrgo.  fiste  eaeüoB»  Bt  taB- 

,  tiene  mas  que  4i4  númeios  de  tbma  armetiai; 

muohas  de  eiias  sin  embsflgo  eiiB  deBotood* 

ia^  hasta  ahora  de  Its  acmeiiitB. 

Otro  catilogo  interesante  es  tl  ie  Its  h* 
bros  armenios,  íormadt  por  lOQdabaatief,  agR- 
gado  al  departamento  asütiet  dei  BÚBiiÉcrio 
de  Negocios  estraogeres  é»  Ras^  Caie  eati* 
logo  ha  Hdo  pebiieado  en  4  889 ,  y  comprende 
288  artieolos.  Entre  los  diea  maaotDñlet  qao 
se  indicao  cn  él  hay  una  Bs^ooíob  dd  ¿h 
ran  compnesla  por  Esteban  de  PoIbi^  ob  4  Ttt, 
y  ana  esplicacion  de  los  pasages  üfloüts  do 
David  el  Fiüsofoy  cuya  feoha  ea  ie  174B. 

La  Bibüoleca  reai  de  Farís  pttte  eorta  da 
200  manuseritosarmenioa,  aotque  Bioy  po- 
cos  son  de  gran  Talor. 

La  coteccion  mas  rica  et  iBdoitblaBraBti 
la  del  oonvenlo  delos  nekhltarislas,  pQBSlo 
que  el  oámero  de  Vos  manusofilae,  que  coBtie- 
ae  ascieBdo  i  4,5ee.  Bs  setsible  que  noso 
haya  impreao  su  eatilogo. 

Lo  quo  hemos  tliebo  de  la  litetalura  arme- 
Bia  basiari  sin  doda  para  dar  una  idea  it  sa 
importaucia,  y  haoer  oompfender  al  ieeier 
que,  auQ  sio  contar  con  el  ibterés  qoe  naii- 
ralmente  ioapira  nna  lengua,  ouyos  origfenes. 
dejan  todavia  un  campo  tae  vasto  i  Ibb  inTes- 
ligaciones  del  leogaista,  exitte  en  armenio  ona 
masa  bastanle  conalderable  y  preoiota  ée  es- 
.  erítos  para  prometer  iBq>lia  reeempeBsa  i  1u 
I  invesligaciones  del  filós(^o« 

Sukits  Seiaal,  arsol»i»po  da  ÍiouBili,  ftbad  aewral 
il«  lo»  me](l)iurista«:  úwidro  dakie  itpet^  M  Q9^  mu- 
iori  mMÍcamente  trM^otH  inarmm^  TeB^i^,  qb  $**# 
48S8. 

Id.  Qvimáro  detU  ttoria  teMmM^  éi  Armtmia. 


Yenf«ia,  en  |J>,  40». 

E.  Boré:  De  la  Isnauay  i^  ia  lílerMfrm  onMtM. 
en  un  voliimen  Utulado:  Sat^  lázarn  6  kmoria  4a  la 


$ocie4Md  religiotm  armenia  4e  Mehkiieír.  VeDedi, 
1085;  eapitalo  reprodncüoi  ea  «SaS,  en  a  Onfmert 
piUoretqufí, 

Carl.  Frieá.  líeumium»  tértuch  einer  Geuhiek^ 
dtr  ameni$éhm  Hirrainr,  ielpskk,  en  0.*,  fasS< 

U  Vamant  de  FV^riral:  Ctuide:^de  Imlitermtmm 
armenia,  en  un  volúmen  tituUio  MtkhMaifietaa  4* 
San  Láxarti,  1840. 

Qi«MoppeGappelle..ti:  £'jlniieii<ei  (oh  tr.  liUerm» 
íur^  et  artí, )  ^(orQi¥H«t  3  toI  «n  S.*  ia«MtSB. 

ARMKMIA.  (Sétígkm,)  La  primiUva  reKgcon 
'le  ArraoDia  se  fundó  en  las  creencias  que 
tSbeii^ia,  Mta  de  JtplKt,  te^  lesptGÍo  de 


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Ml 


AMlifflHA 


MA 


Moio  «D  el  reeto  áel  Buiédé,  ee  eerrompieren 
Nt  emnoiis:  el  BtMmo  kKredeJo  en  él  eus 
Moleí;el«agl»in<>,  refeaeraáo  porZoroaBtre, 
tnMeB  tetrodDjo  aUi  aa  cntto  al  AKgpe  y  á  lee 
MtfM.  La  ladia  cjerolé  e»  él  niMi  Iiiittear4a 
pedtfosa.  Por  «Itiae,  In(J6  del  eielo  et  erit- 
ti»í6B»e,  y  Hevé  á  la  AroiMiia  U  itoftraeleB, 
h  civilliacioo  y  lae  ideas  de  KkerM,  oMt- 
«áodola  á  defeoder  sa  iDdepeDdeBoia  al  mte- 
m  tteoipo  qoe  8U  fé  ceotra  la  anit>icieD  y  la 
iDloIiraooía  4e  los  persas. 

Ulüsloria  atrilMiyeáSaD^regorio,  llaMdo 
fkJhmmador,  la  floria  de  iMéer  iiitredttcido 
üii Armeiiit  las  priflMres  locioDes  dei  eris- 
tiaoísiBe;  pero  segoB  la  tradkion,  Abgar,  rey 
deldesa,  se  poso  eo  eomanicaeioD  eoo  Jeso- 
«iBto,  qoíeo  le  eovié  á  Tadeo,  noo  de  sus 
seinla  y  dos  dlseipolos,  para  litmrle  de  ima 
oofBnBOdad  ioeorfible. 

too  qoien  qoe  sea,  Gregorio,  li^o^fle  oo 
tsl  Aoag,  éoviade  por  les  SassoMee  para  ase- 
síair  á  KliesroT,  rey  de  Anoeoia,  se  libró  del 
easl^  que  babía  loerceido  so  padre,  fué  per- 
iegHide  por  Tiridato  por  so  oreeocia,  le  euré 
eo  seguida  mflagrosameole,  y  le  persoo^d  A 
qoe  iÍNrazase  el  cristiaoifloie,  qoe  tíoo  á  ser 
deiáe  eotoQceo  fai  reKgiott  del  Mado.  II  pa- 
Irtmdo  se  mantofo  largo  tíempo  eo  lo  fetDi^ 
tíideOregorio. 

lo  lioto  las  taPOgios  oaoiao  en  todas  par- 
ies;  li  de  Betiqufo  era  ooa  de  los  mas  geoe- 
rtimoQle  diftmdidas.  €ondeoado  por  et  enorto 
eoociKo  ecoménlco  de  OalcedoBia,  fbé  defen* 
<iUa  eo  un  coneilio  reuoido  en  ToWn,  por  el 
Püriirci  Asclidorag,  que  se  decloró  oblerta* 
Mite  00  üiTor  de  las  épinieDes  atacadas.  Mu- 
düi  do  sns  SQcesores  profesaroo  su  dootrioa, 
^  que  por  último  eo  ^,  Bsrou-Bsdras  la 
«0  eoodcoar  y  TohW  á  k)s  armeolos  á  la  fé 
^  Gilcedooia.  Sin  embargo,  cieo  anos  des- 
P»cs,  bijo  lis  drdcncs  de  Omar,  y  coo  hi  asls- 
iocla  de  los  califas,  nn  patriarca  celebré  no 
epoeiiio  compuesto  de  oblspos  armenios  y  si- 
^08,  eo  el  que  se  dedaró  qne  Jesucrísto  no  te- 
Dia  mas  qne  noa  solay  úoica  naturalesa,  y  una 
wla  y  áoieo  Toluntod;  nna  natnraleso,  ísom- 
9^a  de  la  oaturalesa  dirioa  y  la  oatDraleza 
«noina,  sio  mezcla  ntngnna;  y  como  en  los 
«nlos  nristerios,  h  mezela  del  agua  y  del  Tlne 
isüiciba  las  dos  naturalesas  de  Cristo,  se 
prohibió  esta  roezcla  en  un  sinodo;  y  por  un 
•ÍCC80  de  seTerídad,  se  prebtbit)  tambieu  el 
^de  los  pescados,  del  aceite  de  ollro  y  del 
^  eo  his  dias  dc  ayuno. 

Jwoiv,  Jmasdaser  (el  Püttaoft^,  inipngmSí 
TO  etTores  de  aqoellos  obispos,  y  sostuvo  h) 
fftoridad  del  concilio  de  Galcedonia.  Bl  mooo- 
MsmoioTadió  el  patriarcado  y  se  maotqiTo  en, 
«  hMta  86«.  Algunos  pitriircas  one  Inteota-. 
n>Q  por  todos  los  medios  que  estaban  A  sn  al- 
m^i  icreditar  las  decisionesde  Galeedonia. 
raeroo  cspolsados.  Otros,  para  fácllitar  la  reoí 
wi  de  la  igleaia  aTmeoia  coo  la  law»,  tras^ 


lodafett  UstUa  pitiliraaU  o^a  oIikM.  Ite  4 1 79 
bo^  grante  oegoeiacioBes  porn  rcooir  la 
iglesiB  de  AfaMoia  á  ia  iglesia  griega.  El  pa- 
triorca  ft^fono  Vf,  o^r6  á  este  Po  dos  ooo* 
ottloi  OB  IfbOBiglo*  ^^dQ  te^i^  s"  residencia; 
pero  00  dieroo  resullados  salisfaotories:  la 
■fayor  ^ie  de  los  obispos  de  la  AmviBia,  se 
reslotlereo  á  eBtrar  en  aopmodo  de  oiBguBa 
oÍBse  een  loi  gviegos- 

Lb  mlsae  «ioedió  des|Mies  eon  los  latinos, 
Rn  Sls  y  en  Tarait  se  eolú>raf  oo  mocbos  ooo- 
eiHoo,  qae  tefaiBaroD  sio  tiaber  podido  incor- 
porar  por  confMo  la  iglesia  de  Armeola  á 
la  ooBMmieo  voaMoa.  Bo  itU  Qiogono  vn 
ABasarxBlot,  fljd  su  resldencia  en  ^,  residen* 
cia  que  eseogievoo  tombieo  sua  suceaores;  y 
eo  IM1  se  eetebffóuB  otBdHo  pov  tseiBto  y 
seis  BlispeB,  éles  vertabieds  &  doetores  y  sieto 
abBáes,  ob  el  qoe  oe  adoplaron  )os  siele  eoo* 
eillOB  oeQBiéDieiM.  ^e  Qlragos  ó  (hríaco,  ftin- 
dé  OB  4441  00  ouevo  patriarcado  en  Edch- 
miadslo;  t  deede  aqoella  époea,  loi  armenioa 
reeonoeioion  ademas  de  aqool  potriarca,  olros 
des  gefes  espMlBales,  ooo  que  estA  eo  Ada* 
■Mit  id  pie  dél  naoBto  Tauro,  y  otro  eo  la  isla 
de  Ag^mar,  eo  nedio  dol  lago  de  Yao.  Csla 
dtvisieo  dol  patríorcado  fo4  el  origeo  do  mo- 
cbos  dlslorbloo  y  desunlODOs;  oodB  potriavca 
Booria  tenev  el  velieorlo  q«o  ooDtieoe  la  mooo 
déreebo  de  Sao  6refforio  LoBsavoritch,  como 
hi  iHsignia  de  su  digBldail;  y  4o  aqui  presi- 
Bieron  uo  sin  ntimero  de  decepeioiioo  y  ée  si* 
BMBias. 

La  diferencia  esenciai  qoe  oxiste  enlre  ia 
igiesia  iatina  y  la  armcnia  sobre  la  fé,  es  que 
esto  no  adnlte  las  deeisiones  M  cooclUo  de 
Galvedooia.  Su  doetrtna  so  oooíevra  eu  esta 
ftrmula  que  los  erdeoadeo  estte  obügados  á 
proBHBCialp  anles  de  la  ordeoaclOB:  ■€roemo6 
que  Jesuorísto  es  obo  pepsooa  y  uoa  Baturaieaa 
compuesta;  t  conformáBdooos  eou  los  santoe 
padres,  despreohmos  y  aborreeemos  el  con- 
oilio  de  Oalcedonh,  y  h  coito  de  Leon  á 
ftBviaoo:  hnaooios  aoateBsa  A  toda  secta  que 
iBtvodnce  docoatoralesas.» 

Bs  verdad  que  en  h  ttturgio,  los  armeoios 
NO  liao  adoptodo  h  odieloo  de  hs  palabras  /h 
thque  al  simbolo;  pere  el  dia  de  Peoteoostéo, 
eaBlao  uoa  proeo  en  h  qne  ae  encoentraB  es- 
taspahbras:  «SnBod,  Seoop,  Señor  de  vlrtB- 
des  y  verdadero  Dios,  manantial  de  la  lui  y  de 
Tida,  Bsplrttti  Santo,  proooiloBlo  del  fadreifM 
4tfo.» 

Sus  slete  saoramentos,  que  ellos  llaman 
mhterk»,  Henen  la  parUoularidad,  de  que 
en  el  bauHsmo,  bañan  ai  niño  tres  veces  eo  h 
pih  baoHsmal,  á  cnyo  octo  sigoe  iomedlolB- 
mente  et  de  la  oonñrmooion:  en  la  cemooiofi 
ba^en  ns<>  deÍTino  sin  mesolo  y  de  poo  ferBieii- 
tado  qne  empapan  en  él  al  dárselo  á  loe  oqh 
molgantes;  por  últiffio  no  dan  la  eotrooaB  oi. 
clbn  toos  (^  á  los  eolesiAsticos,  y  esto  dospBoo 
de  sn  moerte.  BeTereociao  a  los  santos  y  sbb 
tmágeoes,  poro  ooofeeii  en  ol  porgaloflo.  Soii 


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ARMBNU 


364 


WM  rigfdos  qoe  lo»  griegotea  stis  ifiiBOs,  7 
5i  no  celebnn  taotas  flestas  tieoeii  tl  meoos 
mas  deYocioo.  Bn  TurqQíacelebcaa  el  serYicio 
dÍYioo  casi  siempre  de  oochc;  la  misa  se  dice 
en  armenio  antiguo,  y  solo  asan  ei  modemo 
en  el  sermon. 

Sugerarquia  se  diferencia  muy  poco  de  la 
de  los  gríegos.  £1  gefe  de  la  jglesia»  el  cot^ 
lioof,  tiene  su  silla  en  Edchmiadiin,  cooYento 
sitoado  al  pie  dei  monte  Ararat,  cerca  de  Bri- 
▼an,  capital  de  la  antigna  Armenia  persa,  de- 
pendiente  en  el  dia  de  Rosia.  La  iglesia  de  esr 
te  coQYento,  fundada  por  Gregorio  Nacianceno, 
fné  ia  ÚQioa  eo  la  que  los  mahometanos  per- 
miüeron  qae  hubiese  campanas.  Ei  aceite  sa* 
grado  que  fabríca  ei  cathólicos  para  Yeoderlo 
al  clero,  las  frecaeates  peregrinaciones  de 
armenios,  caando  Yan  á  Bdduniadsin,  qoe  to- 
do  armenio  debe  Yisitar  ai  meuos  naa  Yes  ea 
50  Yida,  le  proporcioaaa  ios  soflcieates  medios 
para  ateoder  á  los  gastos  dei  culto,  y  maate* 
aer  esceleotes  escuelas  aormales.  Alli  es  doo- 
de  pooen  en  posesion  de  sus  dignidades  á  los 
patríarcas  de  Jerusalen  y  Goostauliaopia,  á  los 
obispos  y  arzobispos  de  Armenia,  y  cada  tres 
años  los  confirma  on  su  dignidades,  ó  los  rele- 
Ya.  Los  eclesiásticos  soo,  ea  cuanto  A  sa  raa- 
go  y  ministerio,  en  un  todo  iguales  ¿  los  sa- 
oerdotes  de  la  iglesia  ortbodoxa.  Los  monges 
fiigucn  la  regla  de  San  Basilio.  Los  v$rtabyid$, 
especie  de  sábios  graduados,  forman  una  cla- 
se  aparte,  y  se  dedican  prlncipalmente  A  las 
ciencias.  Los  legos  están  obügados  á  casarae 
una  Yes,  pero  no  pueden  contraer  segundas 
nupcias. 

El  Diccionarío  teológico  del  abate  Bergier, 
en  la  Yersion  española  que  tenemos  á  ia  yís- 
ta,  de  las  siguieotes  noticias  religiosu  sol>re 
los  araeníof  en  su  articulo  de  esto  nombre, . 
que  merecea  alguna  coasideracioa  por  lafuea- 
tede  donde  proceden. 

EicríBtianismosecooserYóentre  los  arme- 
ivios,  pero  con  mucba  alteracion  entre  ios  cis- 
máticos.  Segun  el  padre  Galauo,  Juan  Hernuc, 
armenio  católico,  asegura  aue  siguea  la  here- 
gia  de  Eutiquio,  respecto  a  la  uoidad  de  na- 
niraleza  cn  Jesucristo;  que  creen  que  el  Espi- 
ri4u  Saoto  no  procede  mas  que  dcl  Padre;  qae 
las  almas  de  los  Juslos  oo  eatrao  en  el  paraiso, 
ni  las  de  los  condeiiados  en  el  iaQerno  aotes 
del  juicio  fínal;  que  níegan  elpurgatorío;  que 
eeparan  dei  número  de  los  sacrameutos  ia 
Goutírroacion  y  laEstrcma  Uncioo,  concedeu  al 
pueblo  la  Gomimioa  bajo  las  dos  especies,  la 
dao  á  Iq$  aiQos  aates  de  que  teogaa  uso  de 
razoo,  y  por  último,  pieosau  que  todo  sacer- 
dote  paede  absolveriudifereatementetoda  cla- 
«e  de  pecados;  de  manera  que  no  hay  casos 
leservados  oi  para  los  obispos,  ui  para  el  pa- 
pa.  Miguei  Lefebre,  en  su  Teairo  de  la  7ur- 
fttia»  dice,  qoe  los  armenios  son  monoflsitas; 
es  decir,  que  no  admiten  en  Jesucristo  mas 
que  una  aaturaleza,  compuestade  la  aaturale- 
ifdiYina  y  4e  I9  bumaoa^  sin  qoe  por  esto  se 


mesdee.  El  miaBio  aotor  atede  qoe  los  ai- 
roeaios  recbazaodo  el  pargatorío,  00  dejaa  de 
orar  y  celebrar  mlsaa  por  los  difuntos,  cayas 
almas  creea  que  esperaa  el  dia  del  Juicio  en 
ua  higar  ea  doade  los  Jostos  esperlmeataa 
sentimieatog  de  alegrla  coa  la  esperapsa  de 
la  eleroa  felieidad,  y  los  oialos  impresiooes  da 
dolor,  temieado  los  supücios  qoe  ooaooeo  ha- 
ber  merecido;  que  otros  pieosaa  qae  do  hay 
iofierao  desde  qoe  Jesucrísto  lo  destrayó  ba- 
Jaodo  A  I06  limbos,  y  qae  la  príYacioo  de 
Dios  serA  ei  soplicio  de  ios  reprobadoa;  que 
la  Estrema-Uacioa  ao  la  adaünistran  luce  cer- 
ca  de  doscientos  años,  porque  ei  pueblo  cre- 
yendo  que  este  sacramento  tenia  la  virtod  de 
remitir  por  si  solo  todos  los  pecados,  babia 
tomado  de  aqai  motiYO  para  descoidar  de  tal 
sueríe  la  ooufesioa,  que  iaseosiblemeate  ho- 
biera  sido  abolida  de  todo  puoto;  qao  auaqas 
QO  recoQOscao  el  prímado  del  papa,  le  llaniaa 
00  obstaaie  eo  sus  libros  el  pastor  aaiversal 
y  Yicarío  de  Jesucriato:  que  estáa  de  acaerdo 
coo  los  griegos  sobre  el  articolo  de  la  Euca* 
ristia,  escepto  que  oo  mesclao  el  agaa  con 
ei  Yiao  ea  el  sacriAcio  de  la  misa,  y  qae  osaa 
eo  ella  paa  sio  leYadura  para  la  coasagracioa 
como  los  catdlioosw 

Sia  embargo,  Galaao  y  Lefebre,  atribayea 
A  los  armeoios  cismAticos  errores  de  qoe  119 
soo  culpablea,  6  que  al  meoos  ao  soa  coom- 
oes  eotre  eilos*  El  padre  Lebruo,  aotes  de  relé- 
rir  su  Uturgia,  prueba  que  A  escepcioa  de  ia 
heregia  de  los  moaoflsitas«  00  se  les  poedc 
imputar  aingaoa  opiaioo  eoterameate  con^ 
traria  A  ia  creencia  de  laiglesia  católica;  qac 
estAn  de  acuerdo  con  nosotros  eo  el  aúiaeffo 
y  oaturaiesa  de  los  sacrameotos,  sobre  la  pre- 
seocia  reai  de  Jesucristo  eo  la  Eucari&tia,  so- 
bre  la  traasul>staaciacioD  eo  el  sacríflcio  de  la 
misa,  el  culto  de  los  saatos  y  el  orar  por  los 
difoDtos.  En  Yano  han  tratado  los  protostaotes 
de  eocootrar  eotrc  ellos  sus  propios  errores» 
00  hao  podido  bailar  ainguo  Yestigio.  Sia  em- 
bargo,  los  armeaios  cismiUcos  se  eocoeatraa 
separados  de  ia  iglesia  romaoa  hace  mas  de 
mil  y  doscieotos  aoos. 

Sio  moUYO  fuodado  para  ello  hao  sido  aca- 
sados  por  BrereWood,  de  que  faYoreciao  la 
opiaioa  de  los  sacrameatarlos  y  de  qae  oo  00- 
oiiaQ  ios  auUnales  que  la  ley  de  Moisés  coa- 
ceptuaba  como  iomuQdos,  sio  teoer  ea  cueata 
la  costumbre  de  todaslas  sociedades  crisüaaas 
de  Oríeots,  que  era  oo  comer  saogre  ni  carnes 
sofocadas,  en  lo  cual,  segua  el  espiríta  deU 
prímitiva  iglesia,  oo  bay  supersUcioa.  Bay 
graodes  ayunadores,  que  si  ios  oimos,  creea 
que  io  esencial  de  la  religion  conslste  en 
ayuuar. 

Tieaea  mucbos  mooasteríos  de  la  órdea  dc 
Saa  Basilio,  cuya  regla  observao  ios  cismáti- 
cos;  pero  los  que  están  reunidos  A  la  iglesU 
roinaoa  abraaaron  la  de  Santo  Domiogo,  deide 
que  los  domioicos  eoviados  A  la  Armeoia  por 
Joao  XIII,  coQtribtyeroa  mucho  para  oDiriM 


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i  la  Santa  Sede.  Eitt»ilnion  ha  sido  rota  y  re- 
iioTada  moebad  yeoes,  sobre  todo  en  el  cod-> 
cUio  de  Floreoeia  U^o  el  pontiflcado  de  Ea- 
genio  IT. 

81  ofldo  edesiástlco  le  reia  en  la  anligna 
leogna  armeDia,  mny  difereote  de  lamedema 
qaenola  entleiide  el  imeblo.  Kn  la  miama 
la^atieoentoéa  laBiblia»  tradocida  segon 
laTersoDdelos  SetenU.  Loa.qae  eatinsQje- 
toialpapa  reian  tambien  el  ofldo  eo  esta 
leBgoa.  r  Ueoeo  la  misma  creeocia  qoe  la  igle- 
siacatóliea,  sin  nlDgnoa  meioladeloa  erro» 
les  qne  profesan  los  cismátiooe. 

Haremos  notar,  por  úHimo,  que  enlre  los 
aneBioa  es  mas  reapetado  el  titQÍo  de  verta- 
M  6  doctor,  que  el  de  obiapo;  le  cooflereo 
oen  las  miamas  eeremonias  que  ae  dan  las  ór. 
denea  sagradas,  porqne  tegnn  elloi,  esta  dig- 
nidad  representa  la  de  ie80cri8to,  qoe  se  lla- 
mabaraWódoctor.  Estos  Ycrtabieds  tienen 
el  dereebo  de  predicar  sentados,  y  de  llcTar 
ona  emi  semeionte  ¿  la  del  patriarca»  ai  paso 
qnek»  obispos  tieoen  ona  de  menos  distincion 
7l>re<fieandepie;  la  ignoraneiade  los  obis- 
poaha  procnrado  esta  consideracion  á  los  doc- 
torei. 

ilMIHO.  {Teenolopa.)  Despoes  de  la  in- 
▼eadoodela  pdivorase  éiYidió  ei  arte  del 
arniero  eo  dos  ramos;  elarmero  propiamente 
dieho,  eontiDoó  fabricando  las  arroas  blancas, 
y  el  areabucero  empesó  á  fabricar  las  armas 
^  foef*o,  eomo  arcabuces,  fusiles,  pistolas,  etc. 
No  d  oombre  de  arraas  blancas  se  comprcn- 
<ie  laiaoxa,  el  sable,  la  espada  y  la  bayoDeta» 
poffiqoe  estaode  templado  y  broñido  el  acero 
deqoe  se  fórmon,  liegao  á  ser  Datoralmeote  de 
oablaooobriUaate. 

La  lann  ó  la  pica  es  la  mas  seocilla  de  to- 
dasanoas,  y  probablemeote  la  mas  antigoa:  se 
fonoa  de  on  pedaso  de  acero  ó  bierro  plano  y 
paotíagodo,  eoea|ado  por  medio  de  oo  cubo  ó 
te  ooa  espiga  eo  el  eatremo  de  ooa  rara  de 
Mdera  de  dos  metros  de  largo*  Sieodo  la 
inua  ooa  anna  qoe  se  fabrica  oon  prontitud  y 
tedo  SQ  080  tan  fácil,  es  la  que  se  preflere 
piraaroiaren  pocotiempo  QDapoblaoioo  qoe 
<e  leraota  en  masa.  Los  franoeses  á  Imitacíon 
^  lospoiacos  han  formado  en  diferentes  épo* 
e«  coerpos  de  lanceros,  es  decir,  regimientos 
eaya  arma  príncipal  era  la  lansa;  hacian  el 
ntnkio  de  cabalkda  lijera  y  oombatian  oon 
^  Isosa  como  d  oooaco  ooo  ia  pica.  11  anoa 
de  ene  no  es  otra  cosa  qoe  uo  daTo  de  od  de- 
ciai^  de  largo  plantado  eo  la  puota  de  uo 

B^de  dos  metros  y  medio,  la  arroja  desde 
es  eootra  el  eoemigo  y  la  retira  por  medio 
de  8oa  coerdo  coy o  estieiDO  tieoe  agarrado. 

iss  espadas  son  de  dos  clases,  de  hojas 
PiiBas  ó  trlaDgolares.  La  espada  no  es  mas 
<|oe  ooa  amM  de  paroda  que  el  oflcial  lleva  en 
tiempo  de  pas;  en  la  goera  se  sirre  dei  sable 
destioado  ol  co^po  de  tropos  qot  manda. 

Hay  mnohas  espeeies  de  aables;  los  unos 
mree(4Ni  y  los  otrosaoncorros;  los  qoe  pre- 


sentan  eu  sn  snperflde  dibujos  ondeados  ó 
Termiculados,  toman  el  nombre  de  $ables  de 
Damasoo.  Uoos  y  otros  fiirTeo  para  anuar  res- 
pectiTamente  los  difereotes  cuerpos  de  caba- 
lleria,  la  artUieria  de  á  pie,  de  á  caballo  y  la 
infanterta.  Laespada  delos  aotíguos  coDSistia 
eo  ooa  hcja  de  dos  fllos  casi  paralelos,  ood 
uoa  moidorita  eo  medio.  La  puota  era  prra- 
fflidal. 

El  pooal  es  oo  arma  porameote  defeDsiTa 
qoe  solameote  sinre  para  pelear  ouerpo  i 
cucrpo,  coaodo  los  qoe  la  empleaohaD  perdi- 
do  ó  roto  su  arma  ofensiTa,  la  hoja  es  de  dos 
deoimetros  de  larga,  es  puotiagoda,  tieoe  unot. 
ó  dos  fllos  y  ooa  empuñadura  como  no  sable» 
y  se  llora  en  el  dotoroD.  Esta  anoa,  comun 
entre  los  orientales  y  particularmeDte  eDtre, 
los  tuTcos,  se  osa  poco  eotre  las  tropas  eu- 
ropeas. 

Losofidalesde  lamarina  española  llevan 
un  punal  ó  machete  de  un  solo  fllo,  de  que  se 
sirTen  para  cortar  en  caso  de  necesidad  los 
cables  en  las  maniobras.  Los  artilleros  y  sapa* 
dores  franceses  usan  tambien  de  esta  arma. 
{Véa$e  ABMAS  ■lancas.) 

ARM1NIAN08.  [Hitíoria  religioMa.)  Esle 
nombre  se  da  á  la  doctrína  de  Arminio,  célebre 
ministro  de  Amsterdam  y  despues  profesor  eo 
teología  de  la  acaderoia  de  Leyde  y  dc  los  armi- 
nianos  sus  sectarios.  GalTiDO,  Beza,  ZaDqoio  y 
otros,  habiao  establecido  dogmas  demasiado 
seTeros  sobre  el  libre  albedrío,  la  predesUoa- 
don,  ia  JustiflcaciOD,  la  perseTeraocia  y  la  gra- 
da,  los  arminianos  tuTíeron  sobre  estoa  puntos 
opiniones  roas  rooderadas  y  aproximadas  enal- 
goDOS  puotos  á  las  de  la  iglesia  romana.  6o- 
roar,  profesor  de  teologia  en  la  academia  de 
Groninga  y  calTinista  rigido,  se  lerantó  oon* 
tra  la  dodrina  de  Arminio  despoes  de  muchas 
dispotas  qne  toTieroo  priodplo  eo  4609,  ame- 
oasaodo  eooeoder  la  goem  cítíI  eo  las  Pro- 
TiDcias  UDidas:  se  di^cuüó  la  materia  y  se  de-: 
ddid  á  (aTor  de  los  gomaristas,  por  el  síoodo 
de  Dordrécht,  celebrado  eo  4648  y  eo  4649. 
Ademas  de  los  teólogos  de  Hohinda,  asistieroD 
á  este  siDodo  diputados  de  todas  las  iglesias 
reformadas,  meoos  de  las  fraocesas. 

No  es  posible  compreoder  bieu  ei  estado  de 
la  coestiooqoehabia  quededdtr,  siosaber  que 
les  teólogos  adheridos  á  las  opiuioues  de  Cal- 
TiDO  sobre  la  predestioadoD,  do  estabao  de 
aeuerdo;  porqoe  los  unos  sosteoiao,  como  s« 
maestro,  queDios  abatemo,  auo  aotes  de 
prereer  el  pecado  de  Adao  babia  predesUoado 
uoa  parle  del  género  homaoo  i  la  feliddad 
etema,  y  otra  parte  á  los  tormeotos  del  iDfler- 
Do;  que  por  coosiguieote  Dios  teoia  resadto 
de  tal  modo  la  caida  de  Adao  y.  habia  prepa» 
rado  de  tal  snerte  los  acootecimientos,  qoe 
Doestros  primeros  padres  oo  podiao  meoos  de 
pecar.  Estos  tedlogos  fueroo  llamados  eupra^ 
lapsarioi,  porque  sopODiao  ooa  predestioadoii 
y  una  reprobadoo  absolutas  antelafaum  6 
eyfrahfewn;  opinion  horrible,  qoe  pinta  k 


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ÁlÜlttKlANOd 


M 


DI03  como  el  fflis  ioiasto  J  mu  crael  de  toAos 
lot  tlrsfMS.  Otros  deoita  que  »io6  bo  j^edeter- 
minó  posmfTOieate  It  caMa  de  ká^tk,  que  aolo 
la  (Vermiltó;  <|se  por  esta  cdda  hnbréiidose  coi^ 
Tertido  iode  el  ^nero  hvnatio  ta  ana  raaBi 
de  perdicion  j  óoodeiiaclott,  reaolvtó  Mob  8t< 
car  110  eierto  o^mero  de  ho»1>rés  y  cdndtteir* 
I08  por  909  grcctiB  at  reioo  etemo,  al  paao 
que  dela  á  I08  demas  eo  esta  masa  y  ies  re- 
hesa  las  graelas  Moesartopara  sahraórae.  Ási, 
seí^  eitos  te<>h)909,  la  predestiMMiíMi  y  hr 
reprohaclon  se  terlftcaü  $mormklfm»m  ú  imfrm- 
lapium,  y  por  eslo  fucrott  RaoMdos  supaAf.Ap- 
SAaios  6  tNraAiiAPSAMoe»  Tease  esta  paiafera. 
Estos  dos  parttdos  se  réooreroa  hi^OFel  oom- 
bre  de  gommrisimt  para  ootdenar  A  im  ariBi- 
oiaooe. 

Redoclase  por  eilionces  la  dlspota  ¿  eiaco 
puotos  príncipales:  el  prímero  era  reiatiTO  ¿ 
la  predesHfneion;  elsegondo^la  ooiversali- 
dad  dé  la  redencion;  tercero  y  cuaito*  que 
siempre  se  trataban  ¿  hi  tex»  correspondiaa  ¿ 
ta  corropcion  del  hombre  y  so  confersioo;  el 
qnioto  era  conoernteote  ¿  la  persef  eraMia. 

Decian  los  arminianoi  acerovde  \m  predes* 
ttnaeioD  tque  no  se  dehe  recoflocer  eo  Dios 
iiiai^n  derecho  absoluto,  per  el  ceil  baya  re^ 
sBeltodar¿  JesaoríiKo  ¿  solo  les  elegidoo,  oi 
dar¿ellosúnteamcnte,  por  medio  de  oiaro* 
cacion  eOeas,  la  fé,  la  Justiflcacion,  ia  perso- 
ferancia  y  la  gtoría;  slno  qoefha  dado  ¿  Jeiia- 
ciitto  por  redetUor  comoo  ¿  todo  ei  mmé).  j 
resuelto  por  este  decreto  ]ustiflcar  y  salv ar  ¿ 
todoe  k>6  que  crean  eo  él,  y  al  misaio  ttempo 
daríes  ¿  teJos  los  medioa  snOeieBleB  parasaK- 
varse;  qoe  nhi^ono  pereee  por  ne  (eoer  eetos 
oiedios,  stoo  por  ahnsar  de  eltoe;  que-la  elec- 
(úoo  ahsoluta  y  precisa  de  los  partioQlarea  se 
hace  eo  vista  de  so  fé  y  de  su  perdeferanoia 
fiitora;  que  no  existe  aM.^'qoe  eleceion  cMéi- 
(ional,  qne la  reprehaelon  se verlAea del mi»- 
Vio  mode,  en  flsta  de  la  infeiickhid  y  de  la 
persef  eranoia  en  ei  maL  w  B«te  sisleBUl  estaba 
ert  opostetoB  diHcta,  tanto  eoo  el  de  toe  Si^ 
¡irtüfmrios,  como  con  el  de  los  infrdaip' 
sarios. 

Los  priueiptos  acerca  de  la  rniifersatidtd 
de  la  redeocioo,  eratir  «rqoe  ei  precio  pafado 
per  el  bijo  de  DtesBO  solo  es  aoAciente  para 
todos,  sino  actoahnente  ef^iéo  para  todos  y 
cada  ono;  que  nlngofle  est¿  escluida  del  frota 
de  la  redendeci  por  on  deoreta  aheoiuto  ni  de 
oCro  modo  ipie  por  m  oitpa.»  Doctrína  det  to^ 
éo  dlféreiite  de  la  de  Celf  ino  y  de  los  ^ome- 
rtetas,  qfieestaMeelaR  cono  <iBg«Mt  Indodahte 
qoe  Jesoerislo  ua  hBi]i«ert(>  en  seotldo  altnino 
pertoB  réprobos,  sinelpo^  lei'predeefinadeB. 

Acerca  d0  los  putftos  teroero  y  coerto^  des- 
poes  de  haber  dleho  que  lar  fracia  es  nec^^ 
rta  pantiedo  Me«,  no  s«4t  pam  aoaharle,  slfio 
tambien  para  oemÍMtarte,  aftatflan  qoela  ffra- 
ola  Bo  es  irvesiallhle,  ea  deeir^  qse  89  pwBde 
reslstlf  ¿  eRr,  sesteMaa  qveamiqae  la  fracia 
seu  di«a  dBslgBalMwite,  «Woa  úmé  sMlüt  ona 


suíctente  ¿  todos  aquellos  ¿  uaiéfiSs  bt  sldo 
anoociado  el  Br aogeiio,  aon  a  I19  que  00  te 
confierteo,  y  la  ofireee  con  un  deNe  sincerof 
formal  de  salf  ar  ¿  todos.  Es  indigDO  áé  DiM; 
decian,  el  apareotar  qoe  qoiere  saifr,  7  ei 
ei  fh«ée  no  qoererio;  ei  indocir  seoietaBKBli 
¿  los  hoisbres  ¿  los  pecados  qoe  prohibe  f^ 
bHeaflKnte:*  dos  opiolonBeB  moAstnmas  qw 
imrododeron  tos  prtmeroB  refBraiadereB.  km* 
oa  dei  qninto,  es  decir,  kobre  la  pereeranaeíi, 
deeiaD^  «qae  Diee  da  ¿  Iob  ferdadetos  ielef, 
regeoeradoB  por  so  graehiy  medtos  para  eoa- 
serf arse  en  este  eetBdo;  que  poeden  peider  h 
ferdaden  fé  JisUfleaáte,  ó  inoorrtr  ei  peeito 
ineempalibleB  oon  la  }08tiflcacioB;aanQolei 
crimenes  atrocss  perserefar  y  morir  eá  éthe^ 
lefBotarae  de  ellos  por  la  peoilBneia,  y  sta 
que,  00  obslante,  la  gracia  tos  ohhgBe  á  !■- 
certo.»  GoR  eate  oploton  deBtniiaD  ia  ác  tn 
calfinistas  rigldos;  ¿  Báber^  qoe  et  hoDSre 
ana  f ex  joetiaeado  ne  poede  perderht  gndt, 
ni  lotai  ni  flaohBeBie,  eB  deeir,  ni  abeolol» 
meote  por  deffo  tiempo,  ni  para  siémpre  f 
sin  qae  foelra.  Los  anninlmios  han  sido  üa- 
raados  tambienramoiilaiUes/  por  oóa  deoBnái 
ó  represeotacion  que  dirígieron  ¿  tos  estaáos 
Oenerales  de  \m  mf ineias  UnfakB  eo  4Sf I,  jr 
60  la  ooal  espBsieren  los  prtBolpales  artfcoiii 
de  80  ereeneia  y  prtncipios  reMgioMs  Mi- 
meutates. 

Bi  sinodo  de  Dordrecht  condenó  solemDe- 
meote  sos  ohieo  arNoolos  de  doctrioa;  leles 
prtfó  de  sus  plaaBB  de  ninistros  y  de  sas  eá* 
todras;  y  se  decidió  qoe  en  adelante  ntosBOO 
fuera  admitido  ¿la  fhnoien  de  enBeñarsto  tínv 
siiscrflo¿eeta  eondenaelen*  los  gOmirishSt 
f  uprotopf artoi  hicieron  los  nayores  esANrM 
pare  qoe  se  aprobare  ^el alnodó  so  opteloo 
oeu  respeto  ¿  la  predeBtioachm,  pero  oo  lo 
podieron  coDBiegulr:  tos  teótogos  ingleBCS  } 
otros,  80  oposieron  ¿  elto;  asi  es  qoe  la  do^ 
.na  establecida  en  Dordrechl  es  k  de  los  i** 
fralmpnrio».  Lob  decretos  de  la  asanbles  ie 
Dordrecht  ÍBeren  recibidoe  y  adoptedos  porloi 
'calfinlatas  deFranoia  en  un  Btoodo  BaCicMM 
ceiebredo  eú  CbareuUm  en  leftd. 

LosarntittiBttosltovaron  desde  so  eoed^ 
naeroB  so  Btotoma  mis  alü  de  lo  qoe  héHt 
becho  el  misoio  Ároihiio;  cayeron  en  el  past- 
nismo,  y  se  ooerearon  mQcho  i  toe  bocíbí<bo«, 
prtncipalmeme  coando  tofieroa  por  gefe  á  S* 
í  itten  EpiBcopto.  Ouawdo  loo  calTinislas  tes  m- 
^  saa  de  reoof  af  una  heregiaaDtigQa,  ooá^tm^ 
ya  eo  tos  pelogianoi  y  en  los  semipelsgtSMIi. 
repHean  qoe  la  símpto  autorklad  de  tos  bnv* 
bresiiopaede  pashr  por  oim  proeba  legttiiii 
mas  qoe  tm  hr  IgiealaroaMma;  qoe  tos  cdri* 
nistaS  ralsmoB  hitroiBjeroff  en  la  reHgiea  otra 
maoerade deeftéir los  difta'eiioiaiB;qhexfBM^ 
ta  el  hacer  f«r  (fñe  nnt  ophafoo  lia  iddv  M* 
deoada,  sine  qoe  es  preeisG  demostrar  q^ 
est¿  oioideoaéff  conJastleia.FQOdajdoi  m  é^ 
prtneiplo,  q&ém  est¿n  en  esMo  de  refntir 
los  caifhilBtas,  les  annhitoBOs  soprtmian  MS* 


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m 


AtlMINUNOS^^^MONÍA 


m 


tantas  artiCBl66  de  religio&,  á  qne  los  priae- 
ros  Hamtn  fuñiúmiñ$Ml$$,  porqoe  no  ite  eii^ 
eaeulrBn  SQfideoteoieBte  espllcados  eo  la  E»- 
crilira.  DesecbaD  ooa  despreeie  loa  oaleoifr 
aws  y  las  confesioaes  de  fé  áqte  qoiereB 
atSBerse  los  e alvinistas.  Por  eso  estos  en  el 
stooáe  deDerdrsctit  infloferen  idocIio  para  qne 
se  fslaUeoiera  la  Becesldad  de  deoidir  Us  di- 
fereDCto  de  religion  por  fia  de  autoridad, 
relfteiidadeestaniaBeraá  los  prlnoipios  de 
)os  eatélieee;  contra  los  onales  deolamaron 


Los  armiBÍaBeshaB  abaBdoBadoladoetrÍBa 
de  se  prioier  maestro  sobre  la  predestiBsoion 
y  eleeeioa  heehas  ab  <ai0mo,  en  coBsecuen- 
eia  de  la  prerlsioB  de  los  méritos;  Ipáseopio 
k  iDveDlado  que  Dios  bo  dige  á  ks  Amos 
iÍBe  ea  tieflipo  y  cBaBdo  oreen  aclealmeBte: 
ÍsigaD  qoe  la  doctrint  de  la  TriBidad  no  es 
neeesaria  para  saÍTarse,  y  qne  no  eziste  ea  la 
iKriiBra  ningaa  preeepto  qne  nosmande  ado* 
r«al  Ispirito  Saato.  Por  tmmo,  m  gran  priB- 
dpio  ee  qoe  80  del)en  tolerar  todas  tes  seotas 
cristlaiMB,  porque  dicen  qae  ealre  les  eristia- 
aosaoa  los  qoe  haa  abrasado  la  religion  raas 
verdaderay  la  roas  conforme  á  ia  palabra  de 
Dios. 

AiülRo.  (IffsCeria  mímMl,)  Feqoefio  ani- 
■ai  de  ia  teHHa  de  los  eamtnNros,  tribn  de 
los  dlgitigrados,  gropo  de  los  dlgittgrados  ver- 
TÜDmes,  6  deaB  sek)  diente  tabeieoioso. 

Bl  armifto  perteBeee  al  géaero  hediondo  6 
snfeto  (jnOortiM),  qae  eompreBde  le  oomadre- 
)8,  el  kBToa,  el  Teso,  etc,  recibe  el  Bomhre  de 
paforiiss  karmelUmu9^  mtuUia  karmmea,  Li- 
Beo;  mm$hlm  Ma,  Gesoer;  amMa,  iuffon. 
üapoeo  Buyor  qoe  hi  oomadfeja,  el  armiño  se 
halla  en  las  partes  temphidas  de  ubo  y  otre 
caalioale,  aonqoe  sin  enüwrgo  es  pooo  co- 
MB  en  todos ios  paisesá  no  ser  en  los  frios; 
ea  elTerauo  adqoiere  onatiBta  bermejs,  pero 
ea  iBTierBo  su  pelage  es  de  ob  hlanoo  laoto 
■sspBroeoántoqoe  masrigorose  cs  elcKf* 
B»:  la  estremidad  de  so  cola  qoeda  sierapre 
aegra. 

Kl  ariDifio  tlcBe  ias  mismas  costombres  qos 
b  comadreja,  ¿  la  cual  se  asem^a  mucho,  auo- 
foe  tleDe  oonstaBtemeBle  la  poola  de  la  cola 
de  mi  Begro  iBleoso,  y  blaoca  la  estremidad 
dslas  orejas  y  de  ias  patas.  Es,  sln  embargo, 
<isaB  earácter  mas  arisco,  poes  Tireen  los  bos- 
faes  mas  inaocesibles,  sin  sceroarse  en  tion- 
pa  algBBO  á  los  lugares  habitados:  se  tíimen- 
tt  de  ardlllas,  ralas  y  peqoeños  mamííeros, 
7  haMi  alguoas  Teces  se  aTentora  á  penetrar 
p  laspraloe  y  pantaDos,  para  basosr  haeTus, 
i  qne  tieae  suiaa  aflcion.  IjO  mismo  qoe  ia  co* 
Badreja,  se  eria  bíen  es  la  domesticldad,  y 
^•ita  se  haee  mas  familiar  y  mas  adicto  al 
bambre.  8in  embargo,  á  pesar  de  ao  bellesa,  el 
Bttl  eler i)ae  exhaia  haeeqoe  se  ie  bosqoe  mny 
pm.  tap|el,qBehaee  raacho  tiemposeem- 
piea  eo  adomarel  maato  de  iesreyes  y  mag 


doctored,  e4,  como  se  sabe,  el  objeto  de  un  co^ 
m$Ttáo  hnporttBle,  sieodo  estlmada  eolre  las 
maspreciosa,  sobre  lodo,  coando  tieoesu  pe- 
eoliar  y  desUimbradora  blaacura,  que  pierde 
Bsas  ó  Bseoos  al  paso  quo  enTcjece  para  tomar 
UM  ÜBta  alge  aaMrUleota. 

Eneuéntrase  ei  arvüno  enFrancia,  peroaun* 
qne  as  estima  so  pid,  no  tanto  oomo  la  pro« 
eedeiite  del  Xort»,  porqoe  nooca  es  tao  bUo- 
ca,  y  porque  ademas  ann  en  los  mayores  fríos 
cens^rTa  siempre  una  Ugera  tiota  amarilienta 
que  le  bace  perder  una  parte  de  su  ralor. 

ARMONU.  {Múeioa.)  Esta  palabra.  tomada 
eo  80  senlido  absoloto,  sítto  para  espreaar  la 
coberencía  y  las  rolaciones  intimas  que  lienen 
entre  at  Us  d|ferei|tes  partes  de  que  se  com- 
pooe  un  lodo. 

Dicese  por  ejemplo:  amcmia  de  ios  cuer- 
poe  oelestes,  la  artnorUa  del  unirerso,  de  las 
leyes,  de  los  pueblos,  delas  familias,  etc,  etc. 
Taabien  se  dice:  esta  poesla  es  armoiitosa, 
el  colorkio  de  e^te  cuadro  es  armonioso,  uoa 
Tos  ormoiiíoio,  sonidos  armonio$o$,  y  por  lo 
tanto  oreemos  que  sin  dejar  de  espresarse  cou' 
Teoientemente,  st  podría  decir,  ia  melodia  de 
esta  piezH  áer  música  ea  armonio$a;  porque 
una  meiodia  se  forma  de  una  seríe  de  sonidos 
difereates,  asi  cjomo  una  piesa  de  verso  se  for« 
ma  de  uoa  serie  4a  muchas  palabras  difereo- 
tes.  y  puesto  que  poderaos  decir  de  esta:  esta 
TersiflcaciOQ  es  armofiiosa,  crecmos  que  se 
poede  decir  lambieo  csta  mclodía  es  armo^ 
nio$a. 

8q  noestra  música  modema  sc  emplea  par- 
ticolarmenle  la  paiabra  armonia  para  deaig* 
nar  la  oiencia  de  ios  acordtts,  porte  del  arte 
qoe  losantiguos  iiamabao  im/onia,  euteodico' 
00  por  esta  palabra  lo  aue  iíoy  auereroos  es* 
presar  por  la  de  armoma,  es  decir,  ia  coaTe- 
nlenda  y  las  relaciones  de  mucbos  sonidos 
distintos  oidos  slmultáneaoiente.  £s  probable 
que  esta  maoera  de  califlcar  la  simultaneídad 
refular  de  los  sooidos,  h^  sido  la  que  ha  hc- 
oho  decir  á  algunos  eruditos  que  los  autiguos 
desooQOCian  lo  que  entendemos  por  armonia 
musical.  Enefecto,  puededesde  luego  asegu- 
rarse  que  su  sisiema  no  era  igual  al  ntiestro; 
pero  00  por  eso  podemos  negar  que  tuviesen 
en  su  música  cantos  ó  melodias  acompañados 
por  otras  melodias  ó  cautos  difercutes;  porque 
esto  sería  desmenlir  los  roas  célebres  escrítos 
de  la  auUgüedad.  lovitamosálas  personasdes- 
preocupadasque  lean  coo  atenciou  1o  que  so- 
bre  este  asooio  se  dice  eo  los  comeotarlos  de 
Porflro  sobre  ias  Ármónica$  de  Cuclides,  y 
ae  coQTeocerán  de  que,  poe&to  que  los  antiguoa 
haciao  uso  eo  su  máslca  del  efecto  producido 
por  la  reonion  de  muchos  sonidos  distintos 
(^dos  simultáoeamenle,  tenian  tambien  lo  qoe 
oosolros  liamamos  armon<a.  «Lattn/bntoes 
la  oadencia  y  mescla  simuitáueas  de  dos  soni- 
dos  diferenles,  del  graTc  y  del  agudo;  porque 
es  preciso  que  ios  sonidos,  producidos  á  un 


aates,  aai  como  el  trage  de  los  magistrados  y   ttempo»  caosen  al  oido  el  efecto  dc  un  solo  so 

4G9     lfllll.IUTECA  KlfUl.AA.  •  T-     Ifl.     t4 


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374 


ARMONIÁ 


87« 


bido,  de  soerte  que  nosobretttlga  tii  predo- 
mloe  el  agudo,  ni  el  graTe  tampoeo;  pero  que 
sea  tal  la  fuaion,  qne  de  los  sonldoe  mesolados, 
no'se  olgaal  nno dominar al  otro,  ni  la  fbersa 
de  este  paresca  superior  ni  inferior  á  la  del 
otro.  Kn  efeclo,  si  en  la  percnsion  simultá- 
nease  oyese  e1  graye  antes  ó  despoes  del  agu- 
do,  semejante  sonido  no  seríaya  sinfónico 
(á  lo  menos  anUs  6  de$pu$s  de  h  perseoucítm 
del  oíro  sonido)  (t).» 

Dejamos  á  los  horobres  imparciales  que 
Josguen  del  ralor  de  nuestra  obsenracion,  li* 
mitándonosjiqoi  á  tratar  de  la  cíencia  de  los 
acordes,  tal  como  se  pretende  deslgnarla  con 
la  palabra  armonia,  (Vettse  acobde.) 

En  música  la  palabra  fundameníal  sirve 
para  indicar  el  sonido  grate  de  donde  se  ha 
partido  pera  formartales  6  coales  acordes,  bien 
sea  en  so  órden  primitiTo  ó  en  sos  taría- 
ciones. 

Los  acordcs  se  componen  de  una  reunion 
de  diferentes  intérvalos:  el  nso  ha  establecido 
qiic  se  rcpresenten  las  relaciones  dc  estos  dt> 
ferentes  intérvalos  por  medio  de  guarismos.  EÍ 
unisond  se  representa  por  4 ,  la  segunda  por 
un  %,  la  tercera  por  un  3,  etc. 

La  nota  mas  {rr^ve  de  nn  acorde,  cuando 
está  en  su  po^icion  natural»  es  dedr,  en  pro- 
gresion  de  terceras,  como  dó,  mi,  $ol,  se  llama 
nota  fúndameiUal,  Gada  inténralo  espresa  la 
dístancia  que  hay  de  un  sonldo  á  otro.  Kbí  se 
llama  segunda  el  intérvalo  que  se  encuentra 
entre  un  sonido  y  el  qoe  está  mas  próximo  á 
él,  tercera  el  comprendido  entre  dos  sonidos 
separadospor  on  tercero,  cuarta  el  qoe  com*  1 
prende  cnatro  sonidos  y  asi  socesivamente.  ^ 
Un  intérvalo  en  coanto  á  sogrado  de  estension 
es  diminuido,  menor,mayor,  6  aumentado, 
y  en  cnanto  el  efecto  qne  produee  en  nuestro 
oido  es  consofiaíUe  ó  aisonaníe.los  intérva-' 
los  consonantes  son  la  tercera,  la  cuarta,  la 
quinta,  la  sesta  y  la  octava;  y  los  disonantes 
6on  la  segunda,  la  eétima  y  la  navena.  Los 
acordes  que  nocontienen  mas  qne  los  intérva 
lOB  consonantesson  acordea,cofiaofian(f5,  to 
dos  los  demas  son  disonantee,  Los  intérvalos 
y  acordes  tienen  la  propiedad  dé  trasiomarse; 
ea  decir,  que  todas  las  notas  que  los  compo- 
nen  puedcn  colocarse  enuna  posicion  superior 
ó  inferior  respecto  onas  de  otras.  Desde  loego 
se  concibe  la  inmeusa  varíedad  qoe  debe  re- 
soltar  de  esos  numerosos  cambios,  porqoe  la 
armonia  de  los  acordes  pn^e  presentarse  á 
nucstro  sentido  auditivo  bajo  tantas  formas 
cuantas  notas  entran  en  la  composiciondelos 
acordes.  Los  intérvalos  consonantes  son  agra- 
dables  por  si  mismos,  y  los  otros  solo  pueden 
serlo  por  ciertas  combinaciones  con  los  pri- 
meros.  Signese  de  aqui  necesaríamente  qne  se 
puede  hacer  una  progresion  de  consonancias 
lan  estensa  como  se  qoiera,  pero  qoe  no  se 
pucde  emplear  sino  nna  disonancia  á  la  vez, 

(I)   Tomo  111.  p.S63de  U  caleccion  de  WiO¡5. 


teniéndo  eoidado  de  talvaria  6  t^^úíllreria  con 
una  consonancia.  La  notá  disonante  dd)e  des- 
cender  de  on  grado  invaríablemente.  Bsto  es 
¿  k)  menos  io  qne  deeian  los  maestros  anll- 
gnos;  pero  lofl  modernos,  meiot  iostruidos  ea 
loB  secretos  maraviUosos  de  la  armonia,  dicea 
qne  una  nota  disonante  pnede  resoÍTerse  de 
tres  maneras  igualmente  buenas;  quedándoae 
en  el  nüsmo  grado,  subíendo  ó  bajando.  To* 
dos  los  accMrdes  se  derívan  de  un  solo  aoorde 
por  escelencia,  qne  se  Ilama  ocdf^  perfeoto, 
Compónese  denna  tercera  y  de  nna  qointa,  y 
añadiéndole  una  tercera  menor  se  obtíeoe  d 
acorde  de  aétima  dominante.  Los  demas  no 
son  sino  modiflcaciones  de  estos  dos  acordei 
principales  sobre  los  cuales  dcscansa  el  sis» 
tema  entero  de  la  armonia,  cualesqniera  qoe 
sean  las  formas  oon  que  hayan  qocirido  reves- 
tirlo  el  genio,  la  preocopacion  ó  la  incorregí- 
ble  rutina.  El  encadenamiento  de  los  aoordes 
esti  encadcnado  sobre  las  uotas  fhndamenta- 
les  espresadas  ó  sobrcentendidas,  porqne  por 
mediodei  trastomo  deque  hemos  hablado, 
poeden  colocarse  estas  notas  en  otraa  partes 
distintas  que  la  base,  y  deben  prodneir  entre 
si  los  intérvalos  que  prescribe  la  esperieoda, 
el  oido  y  ei  gusto.  Asi,  pues,  si  bacieodo  oir 
socesivamente  mncbes  aoordes*  se  tieae  coi- 
dado  de  observar  las  reglas  dadas  aobre  U 
mardia  de  las  notas  fondamentales,  podemos 
estar  segoros  de  qoe  la  armonia  qoe  resolle 
será  no  solamente  agradable,  sino  tambiea 
exenta  de  gravedad  y  rica  de  eíecto.  Gonóoese 
desde  Inego  ia  venti^a  de  on  sistema  tu  seii- 
cillo,  y  coando  se  sepa  que  se  aplica  am 
igoal  éxito  al  encadenamiento  de  ios  acordes 
mas  complícados  y  disonantes,  y  qne  no  hay 
00  pasage  de  noestros  autores  mas  difioUes, 
que  no  se  poeda  aoalixar  y  espUcar  claFa- 
mente  con  el  socorro  de  las  reglas  qne  emanan 
de  él»  no  podemos  menos  de  admiraraos  de 
qne  no  se  adopte  este  ^istema  para  la  ense- 
ñanza  de  las  escuelas  públicas»  aonqoe  lo  osen 
la  generalidad  de  los  artistas. 

En  la  armonia  hay  notas  estrañas  á  Um 
acordes,  sobre  ios  coales  no  bacen  raas  qoe 
deslizarse;  estas  notas  se  colocan  ordinaria^ 
mente  en  ios  tiempos  débilesde  la  medida,  6 
rodean  ¿  otras  notas  inteligentes  de  un  aeoF- 
de,  formando  una  especiedeadonio  mdódioo. 
Ll¿manse  estas  notas  notai  depaso  6  apoifütu^ 
ras,  Hay  of  ros  tambien  que  se  encuentran  en 
los  tiempos  foertes  y  qoe  se  llaman  sutpeMÍo^ 
nes:  sn  nombre  denota  bastante  qne  sospen- 
den  la  nota  integrante  de  nn  acorde  dnraBte 
cieHo  tiempo  de  ia  medida  para  bacerla  oir 
en  segnida. 

TalessOB  los  materialespropios  para  ooaa* 
trulr  et  ediflcio  de  la  arfnofiia  muiioai;  pera 
las  reglas  que  sirven  para  seguir  ei  arte  de 
empleariosconvenientemente  se  hailar¿aeom« 
prñididas  en  los  articulos  ooiUPOBrrosL,  com^ 

POSiaON,  GONTIUPfTNTO. 

ARMONfA.  (¿íhfralura.)Uarmonia  escier* 


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371 


AIÜiONU 


374 


te  toorde  de  las  pnrtes  qoe  ooDeorren  ¿  for- 
par  mi  eoi^inito  regQlanneote  agradable,  pro- 

6^1»  encantar  los  8entido8,jqaeg08taoclel 
m  y  de  la  simetria. 

lo  la  natoralesa,  la  annonia  resoita  de  ese 
saUiaieespiritQ  de  arreglo  qoe  ha  coloeado  to- 
éas  las  obras  de  la  creacion  en  el  ipgar  pre- 
cioaoqoe  conviene  á  cada  ouü  y  las  ha  enca- 
deoado  con  leyes  inmotables  y  ctn  roiras  ile- 
nas  de  profondidad,  coyo  sentido  por  mas  ó 
BMoos  tiempo  igoorado ,  se  reTela  todos  los 
dlas  á  Boeslra  admiradon.  Ko  la  música,  la 
armonla  pcoTiene  del  felis  empleo  de  las  re- 
^as»  combinadasdetal  modo  qoeprodoscan 
eo  el  oido  mas  delicado  el  me^lor  efecto  posi- 
ble«  y  dd  acorde  hibilmente  dispoesto  de  los 
ioi¿do6  eon  el  sentimiento  qoe  espresan.  Ko 
las  artes  del  dibqio  la  armonia  nace  de  ia  per- 
fecta  simctria  de  ias  proporclones,  de  la  per- 
foecioo  de  lás  formas,  de  la  hábil  colocadon 
ée  Is  sombra  y  de  1a  los ,  de  la  fosion  de  las 
tiolas,  del  tono  general  y  de  los  contrastes,  y 
sobre  todo  de  ia  ooidad  de  accion,  de  moTi- 
BltBto  y  desentimieolo,  condicion  necesaria 
CB  toda  obra  artistica.  Fioalmeote  en  el  leo- 
muit  la  armonia  resolta  de  la  felis  aHaosa  de 
Ms  aoBidos,  de  la  diestra  combiqacioo  de  las 
palabras  y  de  las  siiabas  mas  adecoadas  para 
reerear  ei  oido,  y  ai  mismo  tiempo  del  acorde 
de  la  palabra  con  la  idea  y  del  pensamlento 
eon  la  espresioo. 

Seria  moy  difícil  esplicar  por  qoe  misterio- 

sa  iBÍloencia  sigoe  la  armonia  del  esiilo  ordi- 

Btfiamente  á  la  armonia  de  las  ideas,  bacien- 

do  grandes  escritores  de  todos  los  grandes 

peoaíidores,  asi  como  lo  seria  tambíen  demos* 

trar  por  qoe  áecreto  poder  eocoeotra  la  verda* 

dera  ioapiradon  con  tanta  oportonidad  sos 

Biigicas  espresiooes»  y  trasforraa  cn  cantos 

BMlodioeos,  fácilmente  y  sin  esfoersos,  los 

seBÜBiientos  qoe  qoiere  hacer  pasar  del  espi- 

rito  del  poeta  al  de  sos  oyeotes,  pero  el  hecbo 

«  derto.  Sin  embargo,  este  don  no  es  general, 

y  hay  escritores,  qoe  sin  doda  por  falta  de  oi- 

do»  00  ban  llegado  jamás  ¿  esa  traduccion  casi 

BTOsleal  del  pensamiento,  qoe  añade  tanto  en- 

eaalo  ¿  la  gracia,  lanta  elevadon  ¿  la  grande- 

sa  y  tanta  fuersa  interesante  al  sentimieoto. 

La  iDteligencia  y  la  preconcepdon  de  este  po- 

der  de  )a  armonia  son  las  qoe  han  formado  y 

pntido  las  lenguas,  medido  haeta  la  prosodia  y 

almetrísado  hasta  el  vereo  ios  caotos,  informes 

al  priodplo,  saiidos  de  esos  admirables  iostro- 

BMBtos.  Loego  qoe  se  ioveotó  el  verso,  se  le 

perféodooó  uoieodo  el  número  ¿  la  mcdida  y 

laadenda  ¿  la  simetrla.  Sabidoe  soo  ios  ma- 

rarniQsos  resoUados  ooe  obtovieron  eo  esta  par- 

teksgriegos.  coyo  leogQiiJe  tao  rico  y  sboo- 

ro  Be  prestal>a  lan  perfectameote  ¿  los  melo- 

dioses  ea^chos  de  la  poesia,  asi  como  tam- 

hlen  los  romanos,  fldes  imitadores  de  los 

gríegos. 

ilgonas  Tcces  la  armooia  del  estilo ,  prin- 
cípdDÍeale  en  los  verBos ,  afecta  derta  tea- 


dencla  ¿  [ffesentar  las  imigenes  por  medio  de 
los  sonidoB  y  con  el  aoxiUo  de  las  alteracio- 
nes  y  de  las  ooomatopeyas.  Asl,  por  ejemplo» 
el  célebre  poeta  cobaoo  Heredia  dice  «i  oao  de 
sos  mejores  sonetos: 

El  rudo  hendw  de  la  eorlante  prora. 

Esto  eslo  qoe  coostitoye  la  armonia  imtta* 
tiya ;  pero  para  qoe  esta  sea  digoa  de  elogio, 
es  absolutameote  preciso  qoe  sea  mas  bieo 
hija  de  la  iosplracion  que  del  estodio. 

ARMOinA  IMITATIYA.  (Betáriea.)  Los  aott- 
goos  ademas  de  la  mezcla  de  sooidos ,  em- 
pleaban  los  acentos,  por  medio  de  los  coaies 
alsaban  la  toz  en  ooa  silaba,  la  ba|aban  eo 
otras,  ó  la  sobiao  y  bajaban  en  ooa  misma. 
Si  las  leogoas  roodemas  carecen  de  aceuto  ele- 
meotal  y  prosódico,  tienen  por  lo  meous  su 
modulacion  natural.  La  interrogacion,  la  ad- 
miradon,  U  conminacion....  coú  las  entona- 
ciones  é  inflexiones  que  les  son  propias,  su-, 
plen  por  el  acento  de  los  antiguos.  Asi,  fiues, 
la  armonia  del  estilo  en  nuestra  lengúa  no  de- 
pende,  como  en  aqoella,  de  la  mescla  de  soui- 
dos  agodos  y  graTes,  siuo  de  la  combiuaciun 
de  los  sonidos  lentos  ó  rápidos,  uuidos  y  sos- 
tenldos  por  arliculacioues  íAciies  y  di¿tiutaé. 
En  la  natnralesa  es  en  donde  debemos  bpscar 
los  principios  de  la  armooia  dei  eatilo.  Gada 
pensamiento  tiene  su  estension ,  cada  im¿- 
gen  so,  car¿cter,  cada  movimiento  de  a)ma  su 
grado  de  fuersa  y  rapidcz,  y  cada  uno  su  ien- 
goaje,  30  giro  y  so  sooído,  correspondientes 
¿  las  ideas  qne  espresa.  Asi  los  objetos  agrada* 
bles  y  soaYes  se  piDtar¿n  coo  sonidos  agradar 
bles  y  dolces;  ios  desagradables  coo  ¿speros, 
los  ientos  y  iltos  con  grayes,  los  moyibics  poc 
sonidos  delmismo  género.  Por  la  analogia  dc 
los  sonidos  podemos  espresar  objetos  de  tres 
especies:  primero,  otros  sonidos:  segundo,  las 
pasiones  y  conodmientos  del  alma:  tercere, 
el  moTimiento.  Primero,  por  los  sonidos  se 
poeden  represeotar  ó  imitar  ei  mormorlo  dc 
on  arroyo,  el  roidodel  trueno,  el  siibido  de 
los  Vientos,  el  balido  de  ias  OT^as,  y  todo  lo 
qoe  se  comprende  bajo  el  nombre  genérieo  de 
onomatopeya. 

uLa  abeja  sosorraodo, 
El  trueno  horriionanio  retombaodo.» 
^Bompa  el  eietoenmü  rayo$  eneendido 
Y  eon  pavor  horrisono  eayendo 
Se  demdaee  en  hórrldo  estampido.B 
^  *  Herrer. 

Ei  sonido  de  la  caida  y  ei  golpe  de  uu  uui- 
mal  corpolento  se  oyeo  en  esle  verso: 

•St0mitmt,  twammitqmé  trmm$  froemmbU  kttíiH 

El  de  los  remos  y  proas  quehtenden  elmar 
en  ia  asperssa  de  las  sflabas^ 


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ARM0N1A--^AMIUELLE 


376 


•••••••••••••^••••••cTbfliili^filé  dfjlffcíf* 

C^fMmlMMi  fMHf  rotmiqme  thridmUihm$  9^uor,» 

Segando:  el  ionido  de  lis  palabras  repre- 
-  senU  las  pasiones  ó  las  comnociooea  del  alma. 
A  las  pasioDes  violeotas  coDYienen  sonidos 
ya  fuertes,  ya  precipitad08«  y  ahogados;  á  las 
ideas  melancólícas,  modidas  ientas;  álas  de 
importa&eia,  sabidoria,  mafniflcenda,  reposo 
y  satísfaccioD,  sentencíasrotondas  y  nomero- 
sas;  á  la  impacieocia,  al  lemor  y  á  las  pasio- 
Des  mny  f ivas,  periodos  cortados,  como  se  ve 
por  estos  ejcmplos  de  Fr^  Luis  de  Leon  y  de 
Vifgilio: 

•Ácude,  acorre,  vuela,  a/c» 

•Me  me:  ad$un  <fui  feti:  inwke  ewM>trÍiU  ferrum^ 
iQh  Ruiulil  mea  prau$  emñi$:  nihil  itíe^  %ee  autus, 
rfeitpoíiui. 

Teroero,  las  si^abas  largas  espresan  la  di- 
flouitad  y  lentitod  del  movimienlo^ 

•Oüi  nUet  iése  magna  tn  brachia  tol^.n 
tíiAtetantee  v&mo$,  tempe$taU$que  Mnora$, » 
•Ter  MM  oonnaU  imponere  PéÜo  0$$am.^ 

Virg. 

•Subo  eon  féiiKo  pe$o  anebratUado 
Por  e$ta  aUa,  tmpinadm,  aguda  eierra, 
Del  gelpe  yée  la  earga  maUrmiaáo, 
Me  altó  dj^éfki*» 

Herrera^ 

Las  breves  denoUn  la  oeleridad  y  viveza 
dd  toovimfento. 

éQuadruped$/Mepmtfemtfmi$m  quoH  wñfuiü  eem- 

fum,9 

•Cmlevhito  relámüago  briUafúci^ 
Rodéaee  en  la  cumore.* 

NiDgnno  ignala  ¿  Virgilio  en  la  poseia  imi- 
laliva.  ¿DeKcribe  la  carrera  de  las  galeras?  el 
▼erso  es  ya  vivo,  ya  pesado;  se  preolplta  god 
Ié  de  Gloauto,  ó  oon  la  de  Moestéo;  se  rooape  y 
arrastra  con  ta  de  Sergesto.  En  la  looiM  de  Da^ 
les  y  d^  Eutelo,  los  versos  pidUn  todos  los  es- 
fucrxos,  todas  las  aotitodet  de  loerobQstos  at- 
letas,  y  pareeen  evitar  6  Mener  los  golpes  da- 
dos  alteroativamente  por  ellos:  levantarse  con 
la  flexibílidad  de  sos  brasos,  ó  caar  oon  el  pe 
so  del  cesto;  en  una  palabra,  todos  los  novi* 
mientos  se  hacen  imágenes.  Aquf  se  alzan, 
alli  se  encorvan,  allá  se  encogen,  aqui  se  alar- 
gau,  alli  se  detieneo,  y  acnlli  se  apresnran. 

ARMORIGA^  {Oeografia  hietáriea.)  De  lapa- 
labra  gala  armor  que  slgniflca  fnariftmo:  es- 
td  ^alabra  en  breton  vulgar  tieoe  la  BOsma 
siglilficacíon.  "Báse  convenido  en  dar  el  nom- 
bre  de  i^ifncfrtca  ¿  la  única  provincia  de  Bre  - 
M«,  y  8in  embargo»  esU  pakbra  tovo  anti- 
gnamente  una  signiOcaciou  muoba  maa  esten- 


«a,  puos  se  ipHoabfl  an  gOMvd  i  todas  ks  pio* 
vindas  llnitrofes  det  Ooésno ,  ngon  lo  de- 
mnestran  mocbos  pasages  de  loe  comenUrlos 
de  Gésar:  Universis  eivitatibos,  qu£B  OceaaQBi 
attingont»  qnoaqne,  Gallorom  consuetudine» 
Armotie»  appellantnr;  et  phis  loln:  C<Btereque 
civiUtM  posite  in  olümis  Grilios  floibos,  Ocea- 
no  conjonote,  quae  Armoricas  appeilaotor,  etc 
(J.  Oésar,  f>ell.  gaíl.) 

Guaodo  los  romanos,  duenos  át  las  Galiai, 
arreglaron  so  gobierno,  dleron  ei  noinbre  de 
Armórica  ¿  todas  las  provincias  oomprendidss 
en  la  comandanoU  qne  lenia  ¿  sn  oargo  la  de* 
fensa  de  las  costas  y  el  cnidado  de  la  mariaa 
raílitar  de  aquelUporcion  del  impario.  Bsta  eo- 
mandancia  deslgntda  een  el  noflabre  de  Tra$' 
tu$  armoriéafM ,  seealewlia  sobre  las  dos 
AqnlUnias,  U  Senonesa,  y  Uflegnnda  y  Teroe- 
ra  Leonesa. 

En  los  prímeros  años  del  sigló  V,  coando 
cl  impcrio  esUba  desolado  por  el  doblo  «lote 
de  la  invaston  b¿rbara  y  de  la  gnerra  dvil,  las 
provincias  armoricanas  se  soblevaroD,  e^Mil- 
saron  ¿  los  maglstrados  romanos  y  se  coiistl* 
tuyeron  en  una  especie  de  repáblieo;  pero  loa 
armoricanos,  en  guerra  siempre,  yn  oon  los 
b¿rbaros  y  con  los  romanos,  y  {)erdleiido  ca- 
da  dia  terreoo ,  acabaron  por  iDcorporarse  en 
496  en  la  moniatpiia  de  Glodoveo.  Re  aqoi  eo* 
mo  el  historiador  Procopio  da  cuenu  de  eete 
hecho  histórico: 

«ITabiendo  Invadido  los  vUlgodos  ei  impe 
rio  romano,  snbyogaron  ¿laBspaña,  asi  eon' 
las  provincias  de  las  GalUs ,  sttiiadas  al  otr 
lado  del  Ródano  y  las  hideron  tribnUrlas.  Lo 
arborycbe  (armorioafio^)  anxiliaron  entonces 
con  sns  ftiersas  ¿  los  romMos;  pero  ftaevov 
atacadoe  por  k>s  franeos  sns  veeiim,  qne  vlen- 
do  qne  habian  roto  oon  el  imperio,  y  qneftoR' 
do  someterlos  ¿  su  obedienoU,  comenarai  i 
hacer  correrías  por  sn  territorio,  haata  qne 
consiguieron  atacacloe  enregla:  losai^orycfas 
mostraron  gran  valor,  y  sostnvieron  vtgoroea* 
raente  aquella  gnerra;  pere  los  fíranoes ,  vien* 
do  qne  de  nada  les  serWa  la  fbersa ,  lcs  pro- 
pnsleron  ona  alUnsa,  ¿  qoe  aocedleffon  loe 
arboryehs  de  boen  grado,  porqoe  anos  y  etroe 
eran  crfstUnos:  de  esU  snerte  se  enoontreron 
reunidos  en  una  soU  nacion,  y  se  acreceoté 
su  poder.  Entretanto  los  soldados  romaoos  qne 
esUban  estacionados  en  las  orillas  dei  Loira, 
no  pudiendo  volver  ¿  Roms,  nl  qneriendo  pa* 
sarse  ¿  Itis  arrianos,  sns  enemigos,  se  eatre-' 
garon  ¿  los  arboryehs  y  ¿  los  ftrancos  eon  ans 
esUndartes  y  el  paU  que  gnardaban.» 

ARMUBLLE,  0RZA6A,  MARISMA.  {ÁtripUt 
horten$i$.)  PlanU  ánua  qne  crece  espooUoee- 
mente  en  el  campo,  y  qne  se  levante  ¿  la  nlHi- 
ra  de  dos  pies. 

Toomefort  U  colooa  en  U  seccion  t.^  de 
U  clase  5.*  qoe  eomprende  Us  ñotes  apétalae 
ósio  péutos,  con  estambres ,  cuyo  plstilo  se 
eoovierte  en  ona  semilU  cubiorU  por  el  cális, 
attriplee  hoirtensis  alba  $ivé  palUde  mtems^ 


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3W 


ARHmLE— ABOIDEiUS 


378 


listo  \i  daiMoa  m  It  péll|iniia  avnoeda. 
8118  Aores,  hermírocHtas  ó  hembras»  es- 
tíi  sobre  e)  mismo  pie,  tas  ptimeinB  coloea- 
das  ea  «iia  cápeula  dlvidlda  en  cinco  partes,  y 
las  segméaa  eo  un  cália  dividldo  en  dos  íólio- 
Usplmis,  rectas,  ovales,  agodag  y  compriml* 
dtf.  Sbi  bujas  son  estriadas,  friangalarés, 
Uaoqoeclnas  j  bastante  parecidas  á  los  del 
peril,  annqne  mo]r  pequeñas.  8n  raiz  flbioaa  y 
deonpie  delargo. 

Ista  planta,  originarit  de  Tartaria  y  cnHi* 
TadaennnestroBjardineBi  tlene  nn  saboi^  insi- 
pdo  y  es  diBolTente>  refrigerfinte  y  de  poco 
aümeDto.  So  semilta  es  inodora  y  tiene  on 
gaata  Daoseabimdo  y  algmi  tauto  aere>  espe* 
eiainiente  ooando  ee  freeca. 

ARilEDILLO.  (BAñoe  VB.)  Á  7  legnas  de  Lo- 

groBo,  provincla  de  oBte  Dombre,  partido  ]ndi* 

ciaí  de  Amedo,  y  término  jorisdiccionai  de  la 

Yina  dé  Amedilio,  se  baHan  eBtos  bañoa  taH- 

9M,  eoyomaaa«tiaI  bmta  alpiede  nna  mostaáa 

de  400  f aras  de  eleyacion,  y  qne  da  unos  tres 

cáBtapDS  por  segnndo.  La  HKmlalla  matrls  eon*- 

ÜeBe  canteras  de  mánBol,  yefio  y  bierro  en  es- 

eoria,  y  de  igoal  indole  gcoldgica  bb  el  terre*' 

Ropor  donde  e*>rren  las  agoas:  todo  es  told^ 

ttieo,  7  está  impregnado  de  laa  mlsmas  salee 

que  ooaduce  en  disolneion  el  Hqnido  termal. 

II  estableciBiiento  ó  oasa  de  bíaños  ee  poeo 

netalile:  eontiene  trelnta  y  eoho  babitaelones  y 

diez  bafios.  De  estos,  nnoB  don  de  ignra  cua- 

^oogay  otroB  Gircnlares:  en  cadauno  imeden 

biñarse  comodamente  éeia  personas  á  la  vez. 

Ka  tres  de  dichos  bafioB  hay  la  conTenleDte 

diepoBiclon  para  los  golpea  ó  chorros  de  dife- 

reole  feerza  y  calibre:  y  por  último»  hay  dos 

gnndes  estnfas,  y  un  estanque  de  gradoaeien. 

Kxamlnadas  físieamente  esias  aguas,  se 

vtti  trasparentes»  y  son  muy  saladas,  sobre 

todo  coando  están  frias.  Tienen  la  alta  fem|)e- 

'Mm  de  4S*  del  termómetro  de  Reamnur  en 

^Bdas  las  estaefones,  con  absolnta  inéependen- 

ete  de  ÍBB  viclsttiides  atihosféricaB.  Su  grave- 

^  especifica  es  á  la  del  agoa  destllada  como 

Mlneraliiaii  ^stas  aguas  mny  partícalar* 
■enle  el  Mdrodorato  de  soea,  el  de  magne- 
iii,  y  ei  sntñito  7  carfoonato  de  cal,  pertene- 
tedepor  eonsigniente  a1  grupode  las  saHn^ 
'i^dncÍorñiaB.  No  se  estracn  para  puntos  dis- 
taes,  y  BOlanente  eerca  del  raa&antial  )as 
>•»  loB  eDfemios  en  bebida»  bafios,  cborro  y 
ertob. 

8o8  virfodes  son  Terdaderamente  mar&Ti* 
HoBisen  la  coracion  de  lae  gastritls  orónioaB, 
d^liMeB  de  estómago,  entero-mescnteritis, 
MsMinio,  iDtermitenteB  Bostenidas  por  in- 
'^viBs  ^i  bjgado  y  dcmas  Tiseeras  abdoraina^ 
los,  cloroeis,  amenorreas,  paralhiis  genenDes 
7  pmtiales,  oenralgrafl  articnlares,  gota,  reu- 
in,  ftc  EetáD  contraindieadas  en  )os  indiTS 
«loas  DiDy  pleióricos,  en  ias  afecciones  aeom- 
pafiadas  de  flebre,  en  las  hemoptisiB».y  en  Iob 
fve  podeccD  berpea  d  enipctoneB  antiguas. 


La  temporada  empiesael  15  dejunio,  y 
eoncloye  el  *0  Je  setiembre;  pero  la  ópoca  mas 
conveniente  es  en  Julio  y  agOHto.  Concurrea 
annalmenteáelte  eflcacisimo  manaDltal  de  sa- 
lod,  nnas  ochocientaspersonasde  todas  clases; 
pero  serla  doble  mayor  al  menos  su  número,  st 
hubieseon  camino  earretero  que  á  él  condujese 
desde  Logrcmo. 

El  establecimiento  toto  el  tftulo  de  real,  y 
fué  patrímonio  de  ^a  nacion  hasta  Jalio  de 
4836,  en  qne  el  gobierno  lo  cedió  á  la  villa  de 
Aroedillo,  á  cnyos  propiofl  pertenece  eu  ct  dia. 

DutHptUm  áé  toé  feaím  hñ^i  ds  Arnedilto,  y 
anéliiü  de  tvi  Mptmt,  p«r  don  Pedro  Gatierrei  Buc- 
úo.Bltdrld,l8o7. 

Bntayo  tobre  la^  ñgua$  iñ  AnuidiUo,  Madrid, 


ARO.  II  aro  es  uno  do  los  mejores  medios 

'  gimnAsticos  para  desarrollar  las  gracias  de  la 
infancia,  y  qne  estA  perfectameoteiotroducido 

¡  en  8U8  Juegos;  tambien  se  usaba  con  el  mismo 
objeto  entre  los  antiguos,  que  lo  mezclaban 
en  todos  sus  ejercicios:  pei^  parece  que  no 
lo  hacian  giraí  como  nosotros  sobre  su  e|e,  y 

¡  se  Hnitabáti  á  agitark)  sobre  sn  cabeza,  A  lan-» 
zarlo  y  reeit)ir1o  en  unas  taqnetas,  poco  mas 
d  menos  como  liacemos  con  ei  volanle.  Qe  aqni 
bfl  éetallefl  (pie  acerca  de  esto  se  encnentran 
en  ona  BecopÜácim  de  atttigUedades.  «Este 
^rciBio  era  dé  doz  espectes,  ona  de  las  cua- 
les  se  llamaba  criceladia,  de  dos  vooes  gríe^ 

'  gas  qiíe  slgnifican  agitacion  del  aro,  segun 
Oríbase:  el  que  se  dedicaba  á  sn  roanejo  ó 

l^lereicio,  tomaba  ou  grande  aro,  alrededor 
áéi  cual  habia  una  poreion  de  anillas;  lo  levan- 
taba  en  el  aire,  y  lo  hacia  darvuellas  trasver- 
satmeate  sobv  sti  cabeia  metido  en  una  varí- 
ta.  Sl  moTiqjiento  comnnicado  á  el  aro,  era  al- 
gntfas  veces  muy  rápldo,  y  eotonces  no  se  ola 
el  ruido  de  las  sorlijas  que  giraban  en  la  cir-^ 
conferencia;  otras  veces  se  Ic  agitaba  con  me- 
Dos  violeneia,  A  fin  de  que  el  sonido  de  las 
anillas  prodnjese  en  el  ántmo  una  agradable 
Bensaclon.»  Bsia  rtfleiibn  de  Oribase  nos  en- 
flefla  qné  el  Jt^ego  éé\  m  eüa  mi  ejercicio  ca- 
^iíf  de  crtnfríbnff  A  ^  satrtd.  La  Mrá  especle  dft 
Wo  er a  el  tmhn$  ée  les  gtfégos  y  de  lo»  f o* 
BttADros,  mas  (mqoéfio  (ftte  el  que  se  usabn  en 
el  ejercicio  que  acabam(#  de  descrlbir.  Jewo- 
foflte  hace  meflcfon  de  éf,  habtando  de  una 
Mlarina  que  fomaba  en  la  mamo  doce  aros, 
le«  echába  al  airé,  y  Ids  recíbia  bailando  at 
$m  de  tma  ffatuta  N^  dlce  én  el  pasage  cl- 
llldo  #ef  fa^  sortlJiHflS  que  adomaban  la  cir- 
OüDféireíicia  del  trochwí,  pet6  se  habla  de  ellaA 
Ml  ^tf^M/B  é^f^áttraü^  de  tfafcfar. 

AROIDEAS.  iBtftámcá.)  PfafBtOS  mOlíiOi^aié' 
46#eart,  vivacés,  de  ralz  generalmenle  tiAer- 
etfloBu  y  ttítitúñB,  de  ht^as  freenrtrtemenW  fj* 
(ficHieír,  7  a!¿unas  veces  áltemas  en  el  taWo;  <f6 
fí6m  dífepuewas  en  espAdices  ch-cnidaff  géné^ 
^taWreiW*  éle  ntef  espala  défofmA  vrifiablc.  f#- 

I  iM  Bévei  Aon  onfsexoafes  monoicas  y  eatift 


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379 


AROn>EAS-AB0MAS 


3M 


ckflprovlstas  de  cubiertas  flonles,  ó  bien  sod 
liennafrodítas,  y  eotODceB  estáji  guaroecldaa 
de  uu  caliscoD  cuatro,  cíoco  ó  seis  divisioDes. 
Bu  el  prímer  ca^o,  los  pistilos  ocupao  la  parte 
ioferior  de  la  espadice  y  debeo  ser  coosidera- 
das  como  otras  taiitas  flores  bembras,  mieotras 
que  los  estambres  forman  igual  oúmero  de  flo- 
res  machos,  sin  qoe  haya  indicio  alguoo  de 
cubierta  floral  propiameote  dicha.  Eo  el  seguo- 
do  caso,  se  balla  uo  pistilo  ceotral  rodeado  de 
seis  estambres  y  de  oo  peliaoto  formado  de 
seis  escamas  opuesias  ¿  los  estambres;  sio 
embargo  á  pesar  de  esta  aparieocia,  puedeo 
conslderarse  las  flores  bermafroditas  oomo 
uua  coleccioode  floresuoisexuales,  poestoqoe 
cada  cstambre  coo  su  escama  coostituye  uoa 
flor  macbo.  y  el  pistilo  ceotral  uoa  flor  bem- 
bra.  El  arum,  tipo  de  la  famllia,  ofrece  uo 
ejemplo  de  monoécia,  y  el  acoro  uo  ejemplo  de 
hermafroditismo. 

El  ovario  tieoe  uoa  sola  cavidad,  sieodo  d 
fruto  uoa  baya,  y  coo  mas  frecueocia  ooa 
cápsula. 

Mr.  Richard  ha  dividido  la  familia  de  las 
aroideas  eu  tres  tribus:  las  aroidea$  verdade- 
ra$  (tipo  arum),  las  oriantaeeai  (tipo  oron* 
(ium),  y  las  pisiiáceat  (tipo  pistia).  El  trab^o 
raas  completo  y  el  mas  recieote  acerca  deesta 
familía  es  el  de  Mr.  Schott,  por  el  coal  las  aroi* 
deas  represeotau  uoa  clase  compoesta  de  coa- 
trofamilias:  las  ctc/ántos,  hspandáMeoB,  las 
aráceaSf  y  las  acaroideai. 

Las  raices  tubercuiosas  de  la  mayor  parte 
de  las  aroldeas  cootienen  uoa  grao  caotidad  de 
técula  que  puede  resullar  alimeoticia,  cuaodo 
por  medio  de  manipulacionos  variadas,  pcro 
fundadas  todas  en  la  torrefaccioo  y  el  lavado, 
6C  ha  desprendido  del  priocipio  ^cre  y  oiusti- 
co  coD  que  se  halla  mezclada.  No  obstaote,  ias 
dos  especiesmas  usadas  comocomestiblesmaa 
bien  io  son  por  sus  hojas  que  por  sus  raices: 
perlenecen  ambas  al  géoero  caladium,  y  soo 
conocidas  vulgarmenle  enlas  Indías  y  eo  Amé- 
ri(  a  con  el  nombre  de  col  caraibe. 

Las  aroideas  sumioistrao  pocas  susfaocias 
medicamentosas,  pues  la  úoica  plaota  de  esta 
fcmilia  usada  en  medicina  esel  aeorue  calamue 
{calamns  arotnaitcus.de  la  materia  medical): 
es  aromátipa  y  ligeramente  estimulante.  A  los 
(allos  del  acorus  quefee  bace  macerar  enaguar- 
dieote  debe  la  de  Dantxick  su  olor  particular. 

De  un  aspecto  generalmente  triste,  laa 
aroidcassolo  UguraoeDlosJardioesi  causa  de 
la  cstrañesa  de  su  forma  ó  de  alguoa  otra  par- 
ticuluridad,  pudiéudose  citar  el  arum  mueoipa* 
rum,  cuyo  nombre  índica  sos  propíedadea;  el 
artiiR  draounculus,  los  caladium  eofdifi^úm 
et  hicolor  y  el  calla  ethiopica* 

Las  flores  de  ciertas  aroídeas  presenfao  oo 
íeoómeno  notable,  observado  hace  ya  bastao- 
tes  años,  por  Lamarck  y  Bory  de  Salot-YlD- 
cent,  y  de  ouevo  comprobadp  muy  recieDte- 
mente  por  Mr.  Broognlart:  despreodeo  eo  ia 


de  caiórico,  poeato  qoe  aagim  loa  lUtiBos  ei- 
perímeotos  practlcadoi»  k  bola  de  (» temó- 
metro,  sltoada  eo  la  parte  soparior  delasei- 
padioes  de  variasflores  de  anim  piúxiBaieB- 
tre  8l,  iodioó  ooa  elevadoo  de  ten^eraKiii 
qoe  varia  desde  7  i  41*.  Mr.  Brongilaitqoe 
maltiplioó  estos  esperioieotoa  eo  las  drctáifl- 
taodas  oias  favorables,  atriboye  este  dasprei- 
dimieoto  de  calórioO  ¿  ooa  fonDaoioo  de  iddo 
carfoóDico,  y  veeo  él  uo  efeoto  antiogo  il  de 
la  respiradoD  de  los  aoimalef . 

AAOMA.  Esta  palabra  vieoe  directameate 
del  griego  apo(jLa,  perfbme.  U&nu»e  asi  blea 
sea  00  priocipio  particuiar,  vehicoU)  de  Im 
olores  coDteoidos  eo  laa  plaotai  y  los  deaai 
coerpoB  odoriferos,  sea  laimpreaioo  amdaeida 
el  aparato  oUatorio  por  laa  partioulas  nil«tti 
de  eatos  coerpoa,  volatUisadii  y  divküdiihii- 
ta  el  iDfloito.  BiU  iegaoda  opioloa  ea  iasii 
geoeralmeote  admitida  eo  la  aotualidad,  aia- 
qoe  oo  eaté  üDckwada  por  mi  oompletoeir- 
Üdombre.  Ko  efeeto  ciertaa  aoalaodai,  taleioo- 
mo  ei  a!aüade,DO  resoltaDieDiiblemeDteodi- 
riferaa  sioocoiodo  se  eombiDaD  coo  el  ib»« 
oiaco;  otras  pareoeo  oo  deber  aos  emiaieio* 
oes  iiDo  á  Doa  combioadOD  particolar  coa  á 
azoAre;  el  tabaoo  debe  uoa  parte  de  m  dori 
las  aalea  de  amooiaoo  qoe  ae  le  meiclaacDU- 
doae  ^para.  Loi  aotigQoa  coDsideraodoel 
aroma  oomo  oo  priodpio  particolar,  le  Umm- 
bao  es pífthi  rector;  babiao  aido  ioduddoi  a  ei- 
U  creeodapor  U  preseoda  recooocida  eoloi 
aromaa,  de  oo  aodte  voiáül  qoe,  despoei  de 
estraido,  coostitoye  lo  qoe  se  llama  ana  eiea* 
cia.  Uoa  coaa  baaUDte  notable  es  que  moohtf 
plaotas  cuyo  olor  es  demeaiado  foerte,  diB, 
coaodo  aedestUan  ood  agoa,  oo  liquido  iaoda- 
ro»  mieotras  qoé  comaoioao  d  olor  qoe  les  ei 
propio,  es  dedr,  so  arooia  ó  períbme^  al  leeile 
eo  qoe  se  ias  bace  raacerar. 

AROMAS.  (r«efiolo9ta.)Lo6  arooiassoDHi- 
taDOiaa  qoeeaparoeiiaD  olor  maaó  meaosiia* 
ve  y  se  empleao  eo  medicameotos,  goiiif» 
cosméticos  6  perfomes;  U  mayor  parté  so  n^ 
cao  dei  reioo  vegetai  y  oontieoeo  oo  aceite  0 
eseoda  oioy  oferoaa  á  U  coal  debeo  saspfo- 
piedades  aromiticaa.  Son  tauto  mas  peoelna- 
tea  y  suaves  cuaDto  maa  caüdos  soo  loa  cUmas 
de  qoe  prooedeo;  rarasveoesae  empleaBioloi 
y  eo  80  eatado  oatoral,  lo  maa  comuo  eaaa- 
diflcarloa  préviaoieote  y  meaciariosoDOSOoa 
otros  paraprododr  olores  maa  soavea  ó  fMr* 
tes.  Geoeralmeote  se  ioa  dispooe  baio  fonai 
de  Jabooei,  pütas  y  pastUlas;  otras  veoei  lif- 
veo  de  baae  á  las  eaeodas,  tiotoras  etc;  piio 
oomo  el  priDCipio  aromátioo  ea  eo  geDerai  a^r 
fbgu,  ae  oaao  vadjas  cerradas  y  alaod^lqifii 
para  los  coerpos  oloroiOi  voUtiles,  ó  se  eipo- 
Deo  solimeote  á  oo  calor  moy  moderado. 

Bi  Dúmero  de  anNoas  de  oaturalesa  lOÍiBii 
ea  moy  redocido:  tdes  soo  ei  aimiade,  el  !»• 
bar,  la  algaUa,  y  d  castoreo;  pero  los  qoa  is 
aacao  dd  reioo  vegeUl  aou  maa  oomeroioif 


época  4e  ia  fecuudadoo  uoa  optable  cantldad  |  poea  se  eocOjeDtrao  09  laa  (lor^  de  las  piii- 


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9M 


AftCMAd^AftPA 


382 


lag,  eD  l06  eilloei,  en  las  hojas,  en  1a  oorteia 
yeD  las  raices.  AÍganas  veces  todas  las  partcs 
de  ima  planta  aon  aromátloM,  como  eo  el  oa- 
itt4D,  ó  bien  notieoemas  qne  ona  sola»  oomo 
lanís  en  ei  lirio,  li  flor  en  el  rosal,  ctc. 

Los  aromas  mas  estimados  y  usuales  son 
ellocienso,  la  mlrra,  el  estoraqne,  cl  bei^ui, 
lof  bélsamos,  U  TilAUIa»  la  ftiadiana,  la  amba- 
liUa,  la eanelay  el  palo  de  ¿loe.  A  este  núone- 
reperteoeoai  tamMen  el  cabu&ns  aromáticus, 
kJODoia,  el  genglbre,  la  cedoaria,  elamomo, 
iiBioscada,  el  macias,  el  albeli,  el  pimiento, 
eibetel,  el  chissang  y  la  pimienta  redouda  y 
iafgi,  i  que  podemoa  añadir  el  anís,  el  hinojo, 
d  eüantro,  la  angéUca,  el  tomillo,  el  romero, 
el  espliego,  la  sahrii  y  otros  muchos  yegetales 
áemiestroscllnMB. 

Piradesarrollir  bien  el  olor  de  ciertos  aro- 
BII8  es  pieelso  comblmuios  con  otras  sustan- 
dis fflis  aclifas;  asl  es  oomo  el  ámbar  gris, 
poeo  aromátloQ  de  soyo,  toma  un  olor  muy 
prooonciado  oq  cuanto  se  le  mescla  con  el  al- 
niicle  ó  el  amoniaco.  Bsto  esplica  por  qoé  los 
paftuolstas  d^an  por  ilgun  tiempo  el  almis- 
de  en  ileali  toiilil  á  fln  de  aumentar 
perfiune,  y  por  ia  misma  riion  las  oDss  po- 
MQas  6  oieKÍas  de  dilere&tes  aronus,  dan  un 
olar  tan  esqoisito  en  tirtod  de  li  fermentacion 
y  combinadon  de  sus  principios. 

ABPÁ.  (BitUiria  nmímd.]  A.  Lamarck  es 
áqoien  debemos  la  creaclon  del  género  irpa, 
sropo  natnrai  de  la  clase  de  ios  moluscos  qoe 
Uoeo  eontendió  con  los  budnos.  La  eonciia 
de  lis  arpas  es  oyaladi,  iboUgidi,  y  está 
iuimecidi  de  cordoncillos  longitudinsles  pa- 
nleio8ycortintes,queleihin  vilido  elnom- 
bre  qoe  redben:  so  espáre es  eorti;  su  sbertu- 
n,  qúe  está  eseotidi  por  debijo,  cerece  díe^- 
ml;  li  columela  iisa  esti  spiistidi  j  es  pon- 
fligodi  ea  SQ  hise;  Cireoe  de  opércnlo»  pero 
nple,  guimecldode  grin  cuitidid  de  flbris 
■ojr  resistentes ,  no  puede  entrar  por  oitero 
ci  b  condia  y  poede  asl  reemplissr  ii  opér- 
eok).  11  inimii  de  li  irpi,  que  no  se  hacono- 
sldo  histi  estoa  últimoB  ttempos,  se  isem^i 
aiQeho  il  de  lo8  bocinos,  y  nus  todiTii  il  de 
ios  tODdes.  Sn  cibesi  es  4e  meditno  toIú- 
Mi,  está  sostenldi  por  un  cnello  estrecho  y 
M  htforci  liácii  ideiínte  en  dos  isrgos  tentá- 
9á»  eónicos»  sóbre  los  cuiles  están  situidos 
Im  iíos  en  el  costido  estemo,  en  uns  diliti* 
dMqae está  prúximii  li  bise.  Ei  manto  que 
vevliti  d  interior  de  li  condii  es  ámplio;  su 
^nét  liqnierdo  se  mnestrs  hAdi  el  esterior, 
Uiraido  á  enbrir  li  dilitidi  si^ierflcle  bsmi- 
Ma  f  lnfllante  que  taplsa  li  .ioperflde  inte* 
'lor  éi  ll  oondii;  hácli  idelínte  este  minto 
1  cn  nn  tnbo  Cimoso,  hendido,  ci- 


ttKneeo  y  abierto  en  su  estremidad  snterior. 
islo  siflm  pasa  por  li  escotidnri  de  li  conchi, 
ystnre  parm  dirigir  d  agui  wdtat  ei  6rgano 
mnqolal,  ^ple  esenorme,  glossoide,  estA 
«nanrtiado  lida  adelante,  y  naturaimente 
Ü^ñáido  ea  dos  partes  muy  de&igoilei. 


Las  arpas  son  ünos  tindos  mariscos  de  mn« 
cha  valia  entre  los  aficiouados ,  tanto  por  la 
clegancia  de  sus  ibrmas  y  la  viyacidad  de  sos 
colores  como  por  \á  delicadesa  de  sn  carne. 
Bstos  animales  se  encaentran  en  los  lugares 
pedregosos  A  profundidades  de  mas  ó  meuos 
consideracion  bajo  ei  nivel  del  mar,  al  abrígo 
de  los  ataques  del  hombre,  aunque  espuestos 
A  los  de  una  inflnidad  de  enemigos  no  menós 
temibles.  Coando  un  peiigro  inminente  les 
amenaza,  están  dotados  de  la  facultad  dc  on- 
trar  casi  totaimente  en  sns  conchas .  á  acep- 
don  no  obstante,  de  la  porcion  de  pie  que  le^ 
sirve  de  opérculo;  y  hasta  en  casos  de  peiuiria 
y  mediante  uua  propiedad  que  le  es  peculiar 
pueden  somirse  de  todo  punto  en  sus  coocbas. 

Unicamente  se  conoce  un  número  bastante 
limitado  de  las  espedes  de  este  grupo;  on  el 
estado  vivo  se  hallan  en  los  mares  de  la  India 
y  del  grande  Océano;  en  el  estado  fósil,  algunas 
espedes  muy  poconumerosas  se  hallan  tan  so* 
io  en  los  terrenos  teroiarios  de  las  cercanias 
de  Paris. 

Gitaremos  no  roas  que  una  especie:  la  arpa 
dentrada{arpa  ventricosa,  L.  A.  H.)  que es  an- 
chi  y  de  Yientre  ibultado;  sus  costados  sa- 
lieates  y  muy  liMs,  cubiertos  de  maucbas  cua- 
dnmgulares  de  mi  precioso  color  de  rosa  pur- 
púreo  que  altema  con  otros  de  color  empaila* 
do ;  arista  muy  aguda  en  la  parte  superíor, 
debojo  de  li  cual  so  halla  otra  menos  saliente; 
el  intérvalo  de  sus  aristas  está  cubierto  de  es- 
triis  loogitudinales;  color  blanco  violáceo  con 
manchas  bermejisas  festonadas;  la  culmela  es- 
tA  teñida  de  púrpura  y  de  negro  bríllaote.  En  - 
cuéntrase  este  maríscoen  el  Océano  de  las  1n- 
dias. 

De  Lamtrek:  Animaua  $an»  vertebret. 

G.  Cavier.*  Megn$  aiHmol. 

Oaoy  et  Gaimtrd:  Voyage  de  VAttrolabe,  tou*  Utt 
or^t  ae  Dumont  d'UrvHU.  (Zoolosie.) 

Goerin  MenevtUc:  ieonographie  au  regne  aniMul 
deG.Cuvier.  ^^    t^  » 

ARPA.  (Aítísica.)  Instrumento  de  músiea  de 
grandesdimensionesydeformatríaogoIar,coro- 
puesto  de  cuerdas  un  tanto  elásticas,  dispuestas 
verticalmente  para  pulsarlas  con  ambas  manos, 
y  sacar  de  este  modo  sonidos.  EI  orígen  del 
arpi  estA  envuelto  en  la  mus  grande  oscuridad. 
Todos  ios  instrumentos  de  cnerdas  de  que  ha- 
cen  mencion  la  Sagrada  Escrítura  y  las  obras 
de  los  antiguos,  tieoencierta  analogia  genérí- 
ci  con  el  irpi,  tal  como  puede  considerArseii 
en  su  estido  de  sencüles  primitiva.  Todos 
Siben  qne  el  rey  David  cantaba  las  alabanzas 
del  Señor  acompafiándose  con  el  arpa ;  pero 
si  no  noB  es  iufiel  ia  merooría,  el  testo  sagra- 
do  dice  tambien  que  David  baiiaba  delante  del 
Arci  il  mismo  tiempo  que  tociba  el  arpa»  lo 
que  dertamente  no  hubiera  podido  hacer  coo 
nn  instmmento  de  las  formas  y  dimensiones 
de  las  arpas  que  én  la  ictuiiidad  conocemos. 
¿Ooé  podremos  dedr  en  consecuencia  respecto 


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m 


At))>A— AtlMíO 


mí 


.al  01  igeD  del  arpat  Nada,  bído  qoe  ae  ba  hecbo  ae  qnlercn  emi^ear  muchu  ¿  la  vei  en  e)  < 
mencioD  de  ud  iDStrumeDto  de  esle  bombre  en  JUDto  de  la  orquesta. 


todo  tíempo,  eo  todafi  partea;  pero  que  D¡Dgu-< 
no  sabe  exactameDte  de  doodc  procede,  dí 
quíen  le  ba  iDveDtado.  I 

El  arpa  está  compucsta  de  tres  piesos  priD* 
cipales ,  reuuidaa  eu  forma  de  triÍDgoio ,  á 
salier:  la  cansola,  la  oolumna,  y  el  cuerpo  $0* 
noro.  Estas  dos  últimas  pieaas  estin  reDuidas 
en  su  parte  iuferior  por  otra  pieaa  llamada 
cubetaf  que  forma  el  b^jo  dél  ioatrumeDto.  Bi 
cuerpo  soDoro  es  uDa  caja  coavexa,  fobricadade 


«ja( 
1  la  I 


ARPEGK).  (Mútiea.)  Se  ácríw  de  la  pala* 
bra  arpa,  7  se  usa  para  ealillear  los  paragn 
CD  que  se  imitan  cod  difereQtefl  ioslmnMiitoi 
de  coerdas  los  arpegioa  qoe  ae  cdeoiitan  geoe- 
ralmeDte  eo  el  arpa,  7  que  sieado  mas  propias 
de  la  Daturalesa  de  este  instramento  qoe  de  It 
de  ttiBgun  otro,  ban  rectt>¡do  el  tttulo  ds  ir- 
pegios  para  reeordar  su  origon  comQa. 

Ei  arpegio  se  forma  de  sonidos ,  que  le 
Ofen  UDos  triis  otios  y  perteneeen  á  la  anno- 
madera,  mas  ancba  en  ta  parte  bija  que  en  la  nla  dei  acorde,  en  el  que  se  bace  uso  de  él  por 
'alla,  y  cubierta  con  una  plaucba  de  piDO,  qne ,  el  i>rden  y  la  misma  sueesion  de  iDterrnlos  de 
se  liaroa  tabla  de  armoma,  sobre  ia  cual  están  que  se  compone  este  aoorde. 
íljos  ios  botones,  que  sirven  para  atar  Uis  ctier- ,  iRPBO.  (Marina.)  iBstruraento  de  hient 
das.  l^  consola  es  una  banda  ligeramente  en-  semejante  en  su  forma  á  un  anela  peqoena  lis 
corvada  en  forma  de  $,  y  goarDecida  de  clavi-  oepo,  con  cuatro  uñas,  garfios  ó  gaadioe.  nsa- 
jas,  por  medio  de  las  cuales  se  subeu  las  coer-  do  en  la  guerra  maritiaui  pora  aferrarse  éoi 
das  fijadas  á  la  estremidad  opuesta  sobre  la  embareaoiones  en  on  abordage.  Tambiea  sade 
tabla  de  armonia.  E$ta  consUtuye  la  parte  su-  destinsrse  este  iDstramento  para  raslre»  t 
perior  del  inslruroeDto.  En  flo,  la  coTumDa  es  buscar  od  ei  foodo  dei  aar  loa  ol^clos  perdi- 
un  rooDlante  sólido  ó  bueco,  segun  qye  el  ar-  dos,  nniéndolo  á  nn  cabo  qne  se  liace  pasar, 
pa  es  seucilla  ó  de  moviroiento.  El  arpa  aoti-  oon  el  movimíento  da  la  embaroadOB  á  qiu; 
goa  no  tenia  en  uo  principio  mas  que  trece  está  hecbo  ürme,  por  el  parage  donde  ae  cree 
cuerdas,  que  estaban  anudadas  «egun  el  ér-  se  encuentran  tales  objetos. 
den  natural  de  ia  gaauoa  diatónica:  sucesiTa- 
meute  se  la  fueron  añadieifflo  muchas  mas; 
pero  á  pesar  de  todas  estas  adieiones  era  im» 
posible  roodular  cou  uu  iustrumento  los  me* 
diostonos  nalurales  de  la  gamma.  Lucas  f^o- 
Dio  Eustaquio,  caballero  uapolitauo,  y  cbambe- 
lan  del  papaPio  V,  ímagiDó  para  obteoer  todos 
eslos  roedios  tonos  de  la  escaUi  poner  al  arpa 


Guando  uoo  de  lot  bnqoes  conyiiilientesre- 
sublve  terminv  la  iocba  por  aeáio  del  abor- 
dage,  tcnicndo  ya  diatribuida  la  geate»  aai  de 
maniobra  como  ^o  peleo ,  provisla  de  pislolas, 
ohuaos,  hacbas  y  sabies,  dispueetos  los  arpeos 
unidos  ¿  fuertes  cabos,  se  emprende  el  movi- 
miento  oon  ei  apar^o  mas  manefable  y  ta  vela 
absolutameate  neüesaria,  jugando  entonces  hi 

setenla  y  ocbo  cuerdas  dispuestás  en  tres  hi-  arlilleria  oon  nayor  frecueucia;  y  ouuidoel 

leras.  La  priroera  compooia  cuatro  octavas,   buqoe  se  encueotra  ¿  convenleiits  drstanda, 

la  scgunda  hacia  los  roedios  tonos,  y  la  terce-^  se  lansan  aqnelios  oon  deatrexa  ¿  U  pme  dol 

ra  era  la  octava  del  primero;  pero  las  diflcul- 

tades  iDsuperables  que  pe  s|guiWD  ¿  la  fje- 

cucion  de  la  roúsica  eu  ud  initruroento  tan 

complícado,  cootiibuyó  rouy  pronto  ¿  que  fue- 

se  abaDdonado  este  peosaroiento,  y  se  inveotó 

eo  scguida  el  arpa  doble,  quc  era  verdadera* 

rocDte  UD  iDstruroento  coropuesto  de  dos  ar- 

pas  Juntas;  pero  que  taropoco  luvo  mas  éxito 

que  el  arpa  triple  ó  de  tres  hiteras  del  cham- 

bclan  napolitano. 

En  flu,  ¿  principios  del  aiglo  XVIO  Hoeh- 

brucke  inventó  ud  arpa  roecánica  que  se  hacia 

roover  cou  los  pies  y  qoe  dc  aqui  tomó  el  oora- 

brc  de  pedalo:  esta  arpa  mec¿Dioa  fué  perfec- 

cionada  por  Narderoann,  célebre  arpista  de  Pa* 

ris;  pero  últiuiaroenle  prevalecieron  las  que  se 

usan  boy,  y  qne  son  admitidas  eo  todas  par- 

tes,  tanto  por  su  seDCilles,  ouaDto  por  su  ar- 

moDia.  £1  arpa  es  sio  disputa  uuo  de  los  ins- 

truroenlos  mas  agradables  y  dulces  que  se  co- 

nocen^  pero  es  rouy  difioil  obtener  de  olla  noa 

gran  variedad  dc  efectos.  E|  arpa  se  emplea 

generalmente  para  el  solo  y  raras  veces  para 

la  orquesta;  sin  embargo,  puede  producir  muy 

Imen  efecto  en  este  últiroo  caso ,  en  raxon  d*) 

la  diferencia  de  su  timbre.  Este  efecto  ser¿ 

mas  seguro  todavia,  si  en  ves  de  on  arpa  sola  I 


cofitrerio  doñde  pnedan  haeer  prtsa  mas  íáeíl 
y  segora,  teaapdo  inmedialameAte  los  calxis  ¿ 
que  e3t¿n  unidos  para  detenerk)  ea  so  mtfdia 
y  eonseguir  el  Qontacto.  MomeBtoterrible,  ospe- 
rado  como  la  soñal  del  asalto,  y  qoe  se  anoB- 
cia  por  el  ohoqtte  tremeado  de  los  osscos  y  el 
estmendo  y  crujido  de  las  maderas. 

Se  cree  qoe  eí  uso  del  arpeo  como  me^ 
de  proporeiooar  el  abordage»  data  éesde  la 
primera  goerripÚDica,  ocurrida  por  el  año  2740 
(ii68  aotes  de  J.  G.)  Eocendida  esta  goerra 
terrible  entre  cartagioeses  y  romanos,  y  Yiéa- 
dose  estos  tan  inferiores  en  ei  arte  de  peieff 
en  la  mar»  despoes  de  improvisar  en  el  es- 
pacio  de  dos  meses  una  escuadra  bien  tripnla- 
da  do  4S0  galeras,  de  tres  y  cinco  órdeues  de 
remos ,  idearon  ona  espeeie  de  arpeo  ¿  qoo 
dieroB  el  nombre  de  cuervo.  EstebleciatHi  en 
la  proa  de  eada  galera  ona  máqnipa  <pie  Bor- 
via  para  iaBsario  sobre  ias  enemigas,  j  ea* 
g^oh¿ndoia8  por  oste  medio,  propomiOBatiatt 
el  abordage  ¿  i»s  roawBas.  De  este  aiodo  el 
conbate  marítimo,  en  qoe  eraa  OMiy  aopefi»* 
res  los  cartaginoses,  venia  ¿  reductrso  ¿  nna 
pelea  de  eoerpo  i  ooerpo,  en  <|Be  llevaban  ia 
venti^a  loa  remanos  acostombrados  ¿  kidiBr  ea 
tíerra  flrne.  La  iñvendon  del  cmrvo  uíiú  ¿ 


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NB 


AMKÚ'-^AmAS 


««leral  4&  It  eMntdra  romaiia,  noa 
oompleU  ▼íetoria  sobre  hi  eartaflResa  oiattda* 
da  por  stt  aloDlraiile  Aofbal,  j  esta  Vlotoria  fué 
lesQida  d&  oNicbQs,  y  eotre  ellas  de  ona  naTor 
lobreoteaesooaítrapRtoica,  «usQumeroaaaaD, 
qoe  BiaBdaba  el^aka^nte  Hannon. 

funbíen  en  la  edaé  roedla;  en  )a  qne  e1 
aonbale  entre  tos  galevai  se  lemiiaeba  y  de 
eidiOi  por  lo  conHni,  por  nedlo  del  abordagt 
eada  nm  arfiMuln.  pvoTfala  de  sn  aefrtfclo  es-» 
polooacefido,  esoogia  sn  adversarlo,  y  al  oaoo 
do  qae  doi  palacRnes  de  loe  anHgooa  liempos 
ooniaa  i  rieiida  anelta  y  lania  en  ristre  áen- 
eoatcarse  oq  nortifero  cltoqoe,  los  bnquei 
eooniigos^  morldoa  por  mucbos  y  vigoroso- 
SOB  renKroi,  tooudNm  un  arraaqne  violento, 
eoipleando  gran  deátrexa  en  el  nan^  del 
tiBMiB,  ya  para  eaqnivar  el  eapolon  ooutra- 
rio,  é  ya  para  olaTar  el  snyo  en  la  parte  mas 
déittl  de  la  opoeata  nave.  Usábase  tambien  de 
liB  eoervoa  ó  arpeos,  y  ya  ana  vez  aferrados 
loabaqoeaeonDkalientes,  seguiase  ana  loeba 
al  anna  blanca>  4e  que  era  teatro  uao  de  loe 
doa»  en  ki  qse  sotoel  núoMro  y  el  valor  ded- 
dion  de  la  vletorit^ 

De  este  góoero  fUevon  lofr  innnmovableB 
eoBihates  daáés  por  nuestra  mtriBaoontrt  stp- 
raeeaoa,  ingteees,  franeeses,  bolaadeBeB^  nt- 
poüianoi  y  poftugneses,  aoa  detpues  de  intro* 
dBddo  el  oio  de  la  moeqneterla,  aiendo  en  la 
flwyor  ptrle  noeitrt  It  pret;  y  los  nombres 
de  loa  LMrúra,  Ni^,  Bmxéms  y  otros  mu 
OÍM»  hérees,  recoerdtn  y  ttcstigotn  los  copi^ 
S08  laureles  cogidos  por  los  mtrtnos  csptño- 
lesentqneltas  ildoB. 

fm  entre  tanlti  victorits  descoeUa  por  so 
loportaBela,  asi  como  por  su  influencia  en  los 
destíooi  y  aan  la  llbertad  de  Eoropa,  como  imo 
de  loi  tiBri)ree  raas  glorioios  de  nnestra  btaCo- 
lii,  la  gran  bttalla  de  Lepanto,  Incha  gi* 
SBitesea,  iomenso  abordago,  en  doode  mas  de 
^trodeniaa  clucueata  galeras  y  bnques  ar- 
Badoa  dl&{iiittrou  entre  st  e1  imperiode  Ia3 
<^f  y  en  qoe  ftoé  al  fln  ahatido  para  siempre 
ei  iQsoleote  orgollo  de  los  oteratnoi;  triunfo 
qnetteró  al  teoiplo  de1a  inmortalidtd  los  pre 
ohvet  Bombres  de  d<m  Juan  de  ÁuHrUí  y  de 
tanlQs  liéroei  espafioles  y  aliados  que  en  aqne- 
^  célebre  Jorptda  se  distinguleron. 

Lofl  reeoerdofl  g]ori0808>  los  estimulos  dd 

hoQor  ntciontl-  ayndadoe  y  sostenidos  por  la 

diiciplhit,  pueden  priidoclrhéroeien  coalquie- 

ra  de  las  oaciones  que  hoy  flguran  en  el  vtsto 

tittro  del  Océane.  Hay,  sin  embtr'go,  autores 

qna»  ileTtdoi  dc  un^scusablo  araor  por  su  pais, 

aeadeltBltn  á  ctliflcar  en  relterados  eseritos, 

^  respectiva  aptitud  y  grado  de  valor  de  la  eu- 

y^  elvaa  oadones  para  este  género  decom- 

ntte;  y  cediende  deede  iuego  generosamente 

It  prtaiBeiamtritimt  y  It  sup^iorldad  en  el 

Btneia  de  la  artUleria  á  los  ingleses,  se  de- 

darao  Mdeüamente  i  si  propíos,  sin  rirales 

y  €0010  los  mts  tploaptrt  et  tbordtge.  11 0  pen 

tBmoo^  la  oplaioo  de  eüoB  escritores  tnn 

464      MÍUOTIWA  VOFUUtt* 


eeses  deln  eonilderarse  comonBldlo  sitape^ 
lacion.  NosetroSy  sin  negar  dvator  guerrero  de 
que  iodndablementc  esti  dotada  so  nacion, 
soüendremos  con  cl  testimonio  hiatórlco  do 
nnestras  eomnnes  contlendas  navales,  qoe  le^ 
marioos  espaáoles  han  sidoen  todo  tiempo»  no 
solo  por  oi  pasagero  ardor  del-eotusíasnio,  ol 
por  ios  apremiDs  de  nna  sovera  disciplioa,  si- 
noper  nn  valornatoral  y  reflexivo,  tan  vaiieo- 
tes  6  laipetnosos  éo  el  alaque  como  los  príme'» 
roi  aoldadoB  det  mnndo. 

Gondairemos  este  articolo  dlciendo,  qoe, 
eon  posteriorídad  i  la  ópocade  su  invencion,  se 
ha  empleado  laintleQ  el  cuervo,  ó  sea  el  arpeo^ 
en  la  defensa  de  las  plazas  terrestres.  Una 
enorme  ¡Milanca  de  prlmera  espeeie,  coostmi« 
da  de  mtdert  flierte  y  eHistica,  se  situaba  eo 
los  adarves  de  la  muralla,  reclbiendo  el  movi* 
mieoto  de  uoamáqoint.  Del  braso  esleríor  de 
esttt  palanca  pendia  una  cuerda  y  de  su  estre* 
mo  el  caervo,  Comooicaado  á  la  paianca  cier* 
to  movlraiento»  hacitn  qne  esle  instrumenlo 
recorriese  cen  eeleridaa  la  parte  del  campo 
enemigoque  seliallabadebi^  del  muro,  yal 
ftsar  la  tierra  coo  una  especie  de  oscilacion, 
enganchaban  los  hombres  y  los  eñüCtos  de 
goerra:  entonces  Ibs  del  muro  biOaban  ei  bra- 
20  ioterior  de  la  palanoa,  suspeudtendo  por 
este  medieaei  homhre  ú  objeto  enganchado,  y 
al  iiegar  al  muro  se  apoderabm  de  sn  preea 
ioisitltdos.  Sd  htso  uso  de  este  ingenio,  no 
solo  en  los  ttedios  de  It  edad  anPgua,  sioo 
tambioD  en  laa  gnerras  feudales. 

ARFIAS.  Los  prímeroB  navegantes  pelasgos 
ó  helenoe,  qoe  sitlieron  probablemeole  de  Ar^- 
goi  para  reconocer  el  Ponto  Buxino,  cnya  ex'ia- 
tenda  habia  ignorado  la  Europa  antcs  de  la 
roptura  del  Rdesponto  y  dei  Bó^foro,  quisie- 
ron  saber  por  qoé  caminos  las  aguas  desbor- 
dadas  qoe  habian  desolado  el  Arehipiélago, 
habian  podido  penetrar  hasta  alli,  dando  nue- 
vas  foraias  á  sos  costas.  De  gdfo  en  golfb,  y 
de  cabo  cn  cabo,  Ilegaron  por  un  nuevo  estre- 
cho  hasta  la  resldencia  del  anciano  Fineo,  rey 
de  Trada,  coyos  estados  se  estendian  en  la  es- 
tremidad  de  la  tierra  conoctda  hasta  ios  confl- 
nes  de  las  regiones  en  que  el  impetuoso  Bo- 
reasreinaba,  como  todossabon,  sobre  los  vien- 
tos.  Fineoerael  únioode  los  príneipes  gríegos 
qoe  pedia  dar  algunas  noticias  sobre  el  pro- 
blema  geogriflco  que  los  argonautas  iban  i 
resolver,  y  estos  coosiguleron  que  les  diera 
guíu  qne  los  condujeran  por  entre  las  quebra- 
das  rocas.  Estes  argonautas  encoutraron  al 
desgraciado  roonarca  atorraentado  por  las  ar- 
pias,  que  hi  antígttedad  nos  dice  que  eran  hi- 
Jas  de  Ncptimo  y  del  Oeéano  y  qjae  los  poelas 
inos  rf'presentan  como  mónslruos  alados,  cu- 
biertos  oon  andias  cscamas,  de  fueríes  brazos, 
provisíos  de  terribles  garras,  y  concluyendo 
•en  cola  de  dragon;  con  la  frcnle  armada  de 
^amenasadores  cucmos,  y  con  las  facciones  y 
iel  pecho  de  mugcr  iiorrible.  Estos  monstroos 
ÍHflestaban  el  pais,  y  turbahtn  ios  fesiines  del 
T.    111«     25 


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387 


ARPIAS— ARQOEOLOGTA 


rey.  U  preíencia  de  los  guerreros  riiadosde 
Fioeo,  arrojó  á  las  arptaa  á  sus  goaridas. 

jiRepresentaii  las  arpias  mitológiGaiBeDte  á 
esos  facioerosos  que  Mr.  PouqueTille  Uania 
piagiarios,  pero  qne  el  DicdODario  de  la  len- 
gua  designa  cdn  loanombres  de/oiironaa,  car» 
iarios  ófÁtatasJ  ¿Serian  «us  alas  las  velas,  y 
6US  escamas  de  pez,  y  la  cola  qne  les  sirvede 
timon,  aigniOcarian  quelos  vientos  y  las  agoas 
favorecian  sus  incursiones?  Acaso  abiden  su 
roslro  y  su  pecho  á  esaa  flguras  qoe  C'Oronan 
'la  popa  de  las  embarcaciones  de  gnerra.  Y  fl- 
nalmenio,  los  cuernos  y  las  garras,  ¿serian  los 
medios  de  ataque  y  de  raplna,  usados  por  los 
bandldos?  Esta  es  la  opinion  de  Banier,  qoe 
parece  roias  yerosimil  qne  la  de  Leclerc,  de 
%'ossio  y  de  Pluche,  los  cnales  creen  que  las 
arfiáas  eran  iangostas.  Bl  oroitologista  Yieillot 
faa  hedio  de  ellas  una  nueva  especic,  clasifl- 
eáodola  enlre  las  de  ias  águilas:  cl  tipo  de  es* 
las  es  para  él,  y  para  Guvier,  el  falooharpya, 
de  Uneo»  la  gran  águila  pescadora,  ó  destruc* 
toi  a  de  Qaudin,  ó  ei  izquoñtzli  de  Fcrnandea. 
Yolviendo  &  la  fábuia,  añade  qoe  Getes  y 
C'a\(^,  hermosofl  helenos,  bijos  de  Boreas  y 
6r4tia,  los  cuales  tenian  tambien  alas,  lo  que 
Mdka  que  tambien  visjaban  ayudados  por 
(o«  vlentos  de  donde  ellos  procedian,  persi- 
guieroo  A  las  arpias  hasta  ias  isla^strivales, 
endondese  refugiaban;  y'sobre  las  cuales 
Eocas  y  sus  troyanos  fugitivos  ias  volvieron  á 
enconlrar  poas  adelante  con  rebeños  qoe  ies 
^ertenecian.  Hoy  losviageros  qoe  pasan  cerca 
4e  aquellas  islaÍB,  no  encuentran  en  ellas  ar- 
fáM,  ni  rebañOB,  ni  aun  yerba  para  alimentar 
«m  «ordero;  lo  cual  prueba  que  las  cosas  han 
4»mbiado  mucho  en  los  mares  de  Grecia,  pües 
liaata  los  piratas  han  desaparecldo.  Apolodoro 
coenta  qoe  una  de  ias  arpias»  persegnida  por 
Los  dos  hermanos  voladores,  cayó  en  el  Tigrís, 
en  las  costas  del  Peloponeso,  en  donde  anti- 
guamentese  hiso  lamhien  la  pirateria,  pero  ya 
RO  se  oia  hablar  de  ella  en  tiempo  de  Gapo 
il'Ietria. 

ARPON.  (Pesoa  de  eeiáceos.)  El  arma  que 
arrojada  por  on  marinero  vígoroso  y  hábil,  ase- 
^nni  la  tiresa  de  una  hallena  tan  voluminosa 
*ooino  una  nave,  es  el  arpon;  un  hiarro  ancho 
éí\e  fónna  de  flecha,  cuya  punta  esti  bien  afila- 
As,  adherido  i  un  mango  sujeto  ¿  una  cuerda 
Uiíga,  -es  lo  quercompooe  este  instromento  de 
t1ei¿niccioD,  cuyo  efecto  ha  sido  lan  funesto 
i  los  gigaotes  de  los  animales  marílimos,  y 
que  hadismiiMiidol^rodigiosamente  el  námero 
de  aquellos  colosos  en  todos  los  mares  del  he* 
iniBferio  boreal.  El  arponero  tenia  hecho  su 
:aprendi2age  anteriormeote;  debia  conooer  las 
4}2Mte£  del  cuerpodel  animai  en  'qoe  el  arpoo 
iMce  (UAa  herída  mortal,  y  no  podria  serarran- 
<cado  por  ios  violentos  sacudlmientos  del  heri- 
4o,  que  Iniye  y  arrastra  consigo  la  cuerda  fa- 
4al,  y  la  tencha  en  que  estin  sus  matadores. 
lia  dlstancia  áeñée  Uk  que  lanzaba  so  arma  ora 
f>r6ximaineote  la  m\mk  é  qne  ei  soldudo  ro»  t 


mano  hada  nso  de  ao  venablo  {¡^lm)  emn 
el  eneraigo;  pero  el  peso  dei  arpon  escedia  ea 
tres  ó  coatro  iibras  al  dd  fnkém;  su  hierro  en 
moy-ancho,  y  sedebia  hundir  ¿  unagraQ  pro- 
fundidad  en  las  carnesdd  oetioeo;  ademas^  U 
cuerda,  arrastrada  por  d  proyectil,  dismiQQia 
la  vdoddad  dd  golpe,  y  d  arponero  habría 
perdido  completamente  su  objeto  si  sos  fuer- 
zas  no  hobieran  sido  mayores  que  las  del  aol- 
dado  romano.  Enla  actoalidad,  d  artedel  pes- 
oador  ballenero  ha  hecho  grandes  progresas,  f 
so  resultádo  no  dcpende  ya  de;  la  foerza  de  aa 
soio  hombre:  el  arpon  es  lansado  por  la  pólvo- 
ra  desde  ooa  dlstanda  mocho  mayor,  y  diri^ 
do  con  mas  ^gurídad  por  un  cañon,  cuyafor- 
ma  y  dimenaiones  son  i  propósito  para  este 
UHo.  Se  tiene,  poes,  todo  lo  necesario  para  8e> 
gir  esterminando  loe  grandes  cetioeos,  basta 
que  esta^splotacion  d^e  de  ser  provechosa, 
lo  coal  00  parece  mny  lejano.  El  eoisferio 
austral  se  agotari  bijo  cstc  puDto  tambiei; 
sus  marcs,  frecuentados  por  los  buques  balle- 
neros  de  todas  las  naciones^no  pnetden  bastar 
mocho  tiempo  i  uoa  concurrencia  tan  foeite. 
De  este  modo  e1  arte  del  arpon^t),  liegado  al 
mas  dtapunto  de  per£eccion  qoe  puede  aleaa- 
zar,  habri  apresorado  elfin  de  laÍndustrttqBe 
le  daocopacion:  observadon  ignalmenteapli- 
cable  al  aríe  del  casador  y  i  bqs  armas.  ¿Ko 
podria  estenderse  tambien  i  las  artes  de  Ja 
guerra,  aunqne  las  materíassobre  que  se  ^- 
cen  se  hagan  cada  vez  maa  abuQdaDtes,  y  las 
pasiones  que  ias  provocau  no  pierdan  nada  de 
su  actividad? 

ARQUEO.  iMarina,)  .Asi  se  denomioa  ia 
operaelon  que  se  practica  para  medir  y  cako- 
colar  geométrícamente  iacapaddad  deunaem* 
barcacion,  cOmo  dato  necesarie  para  cooooer 
d  etpacio  de  so  budega  eapresado  en  toaeta* 
das,  y  deducir  d  número  de  quintales  de  peso 
qne  pueden  en  ella  colocarse,  sin  pei^tuidode 
su  flotadon  y  régular  andar.  Este  cilculo  se 
ejecuta  bajo  dertas  reglas  y  por  facoltativos 
antorísadoá  al  efecto,  cuyos  certiflcados  hacea 
fé  en  el  comercio  y  enlos  aetos  Jodiciales.  De* 
be  advertirse,  que  la  toneiada,  oonsiderada 
c^mo  uQidad  de  medida,  tiene  dos  signtflca* 
cíones  distintas;  una  que  se  refléré  al  peso»  y 
otríki  la  capacidad.  La  priraera  oonata  de  SO 
quintaleü,  y  -la  segunda  de  8  codos  cúbicos  dé 
ribera.  La  estensioD  lincai  de.  eata  dase  de 
codos»  equivale  i  24  polgadas  y  0  lineas  de 
Borgos. 

Se  llama  tambien  arqueo,  6  quebraato,  hi 
corvidad  que  forma  la  quilta  y  cl  caaco  dd  bo« 
que;  vido  que  puede  proceder  de  diferentes 
causaa. 

ABQUEOLOOIA.  Todoslosconócimientoslui- 
manos  han  hecho  en  ei  espado  de  doa  sigiOB 
progresos  memorabl^,  y  eatos  progresoa  soo 
el  eftfcto  seguro  del  perfeeciooamiento  de  los 
méiodos  6  dd  arte  de  estudlar  pafa  couocer. 
ta  arqueologia,  i  su  renactfflíento  en  £uropa, 
debiósufrír,  como  laademas  deiicias,  el  ioflQ* 


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ARQUEOLOGIA 


390 


Jo  de  las  eqahroeaeioiies  y  de  los  errores  de  la 

épeoa.  Preciso  es  no  acosar  al  espirllu  haroano 

qoe  laoxándose  coo  laudable  ardor  bici;)  la  lux 

dode  qae  cotoinbró  sos  primeros  rayofc,  cor- 

lió  á  su  objeto  siu  ocuparae  en  marcar  su  cti- 

Dioo;  sia  esplorarlo  ateotamente,  aguijado 

ooiDO  eslaba  por  el  deseo  de  tomar  posesion 

del  domlnio  eotero  de  la  inteiigencia.  Apresu» 

Témsc,  pues,  los  prímeros  obserradores  i 

eoostruir  los  sistemas  geoerales,  despues  de 

Uber  reconocido  apenas  algunos  beclios  par- 

fieulares,  y  la  inOuenoia  de  lasideas  del  siglo,* 

aeiuoslróbabitaaimenle  aunen  estos  recono- 

diiBlentos  aislados.  Los  inTeDtores  y  los  qoe 

les  imUaroti,  los  origenes  y  sus  derivaciones, 

todoíuésonldadido  porel  efecto  de  una  sola 

idea,  y  las  antiguaasodedades,  sus  monamen* 

tos  y  su  fama  reducidos  á  las  estrechas  pro- 

pordooes  de  un  lipo  preferido»  no  encQiHraron 

yaeniá  escala  de  ios  tiempos'sino  ei  mezquino 

poeilo  concedido  á  este  mismo  tipo.  Todo  foé 

coicietado  i  la  miídad,  á  nna  sola  foente  co- 

mm,  los  pneblos,  las  costombres,  las  creen- 

das,  ia¿  insütocloiies  y  las  leoguas^'pero  csto 

10  áié  para  la  cieocia  sino  noa  foente  de  error 

■úrerMü.  Ladoda,  caosa  tao  poderosa  de  ios* 

troccieo,  Ilaoió  pronto  el  exámen;  estc  enge»- 

di6  la  crítiea;  las  analogias  y  las  diférencias 

afiarederon  oon  todos  sua  caractéres  ;  el  mé- 

todo  ias  elasiaed  en  famiiias,  y  estas  fámilias 

Aieron  olras  («ntas  sériesdeheehospuestos  en 

toda  suerídencia.  HastaentOBcesnoconoció  ei 

ts^ríiñ  honumo  sns  rerda^eros  aoales,  sus 

obras  príroitívas,  en  las  diferentes  regiooes 

doode  baÍMa  ejercido  simoltánea  6  sucesiva- 

Mte  6u  poder;  la  arqueologia,  recogiendo 

reiigiosaffleolo  los  restosmateriilesdeaqoeUas 

obrasaotiguas,  scdedicó  prooto  á  descobrír 

taribien  eo  elios  Ips  Testigíos  de  las  aotiguas 

Ideas  y  los  procedimientos  de  las  artes  que  sir- 

vieron  á  k»  hombr^  aotiguoe  para  maoiféstar- 

lasytrasmitímoslas.  Taiesel  oobleobjetoque 

Iaarqaeo1og1o>^ebe  proponerse,  y  én  esta  al^ 

tara  jBo  tieoe  por  motivo  una  simple  satisfac- 

cioode  lacuríosidad,  sino  qoe  busca  enia 

Ivga  esperíeocia    de  los  poeblos  aotiguos 

^jemplosó  eoücñanzas  útiles  álas  naciones 

Qodñnas;  escodríñli  la  fuente  de  todos  los 

bieoos  inodelos,  y  saca  por  oonsecaeocia  que 

lilasdeociasde  observacion  debená  los  úlli- 

■06  siglos  importantes  mejoras,  soío  á  los  an- 

tlgDOB  podemos  pedir  los  verda(íeros  modelos 

eoiasartes  útiles  y  en  lae  bellas  artes.  Sobre 

etta  tambieD   ftinda  la  historia  sus  mas  posili- 

,  vas  ceftidombres:  la  arqueologia  le  esplica  los 

nooQmeotos  de  ios  hombres,  y  la  historia.eo- 

coeatra  en  elios  lospríocipes  y  los  puebloa  de 

qtte  lieoe  fltte  babtor,  lu  ^ca,  el  lugar  y  las 

SMiQBes  oe  cada  uoo  de  ellos.  Rl  mooumeoto 

mas  oseoro  esta  ligado  á  on  hecho  de  la  aoti- 

goa  tíríliMcíoo»  7  el  filósofo  que  trabija  por 

la  bomaQidad  oo  hace  todo  lo  que  debe  para 

awpttr  so  adaioD,  si  no  cooiDiaa  con  los . 

toopoapieseiitttilasn^lSÍOocipósiüTas  qoei 


estén  grabadas  sohre  los  restos  de  los  tiempoe 
pasados. 

La  arqueologia,  le  revela  estas  oociooes,  y 
para  veríflcarlo  regtstra  eo  el  polvo  de  los 
puebloa  primitivos,  los  cuales  trasaron  so  liis* 
toríaeo  sos  propios  n)oniimeotos:  los  tem- 
plos  de  sas  dioses  oos  revelan  sus  creenclas; 
ias  obras  públicas,  sos  oecesidades  sociales  y 
losmedios  qoe  sopleron  inventar  para  ll^- 
varlas  i  cabo;  sos  moebles  y  sus  ateosilios, 
las  costumbres  y  los  gustos  iodividuales  so- 
bordinados  i  las  costumbres  generales  y  i  los 
gustos  nacionales;  su  iqjo  oos  prueba  sus  rí- 
quezas  y  el  estado  de  so  ecooomia  pública,  j 
por  úitimo,  ias  obras  maestras  de  sua  aríes  y 
literalnra  todo  ei  poder  dei  estudio  y  de  lo 
imagioacioo. 

Uo  atractivo  irresistible  oos  conduoe  á  esos 
tiempos  oscoros  para  la  misma  liiitoría,  j 
este  alractivo  nos  domioa  porque  á  cada  pa-^ 
so  eneootramos  lo  qoe  oos  ioteresa  en  el  mas 
alto  ^rado,  el  hombre.  Y  este  gusto  tao  oo« 
ble  eo  so  objeto  oo  es  uo  vaoo  egoismo,  sioo 
el  laodable  orgoUo  de  ia  ioteligeocia  qae  se 
boscaisi  mísmo  ividameote  eotre  todas  U» 
geoeraciooes  estiogoidas  y  doode  qoiera  qoe 
puede  manifeslarse;  qoiere  reooostruir  sog 
proptos  anales,  y  demostrar  qne  fué  con&tan« 
temcnte,  i  lo  menos  por  sus  esfuerios  y  por 
sus  votos,  flel  i  si  misma  y  i  la  divioidad 
que  la  did  el  poder  y  marcó  sus  limites. 

£1  mundo,  eo  otro  tiempo  habitado  por  hg^ 
oaciones  qoe  yacen  hoy  b^o  ei  ñielo  quc  sos* 
teota  las  oaciooes  vivieotes,  és  el  domioio  de 
la  arqoeologia.  Su  estudio  esiomeoso,  y  el  que 
qoiera  recorrer  sus  catninos  easi  bonádos  ne* 
c^ita  dc  00  guia  hibil  y  segoro.  Las  tradi- 
ciones  de  la  bistoría  bao  consenrado  el  re-. 
cuerdo  de  los  hechos  de  los  pasados,  y  la  críti- 
ca  arqneológica  ha  dado  icadamooomeoto  su 
verdadero  órígen.  Asi«  pues,  el  anticuarío  de 
nuestros  tiempos  entra  en  la  carrera  con  lo 
esperíencia  de  los  que  le  han  precedido  eo 
ella.  Dos  objetos  debe  propooerse:  adqoirir 
toda  la  ciencia  de  sus  aotecesores  eo  esta  cla- 
se  de  estudios  y  esteoder  el  dooiioio  de  esta 
ciencia  pór  sos  propios  esftaenos.  A  ello 
pueden  estimolaríe  el  atractivo  qoe  natoralo 
mentc  inspira  este  estudio  y  los  hecbos  gene- 
rales  y  característicos  eo  h  rída  de  ias  aoti- 
guas  naciones  qoe'  oo  poede  meoos  de  revelar* 
le.  Bajo  un  solo  aspecto,  y  el  del  arte  propia* 
mcote  dicho,  le  mostrariqoe  cada  poefolo  adop* 
tó  por  rasones  qoe  oo  podríao  dedacirse,  ott 
estilo  que  le  fué  propio  y  qoe  cooservó  por  on 
respoto  reflexivoi  aos  aotiguas  costambres, 
como  para  perpetoar&e  t>or  inedio  de  las  ideaa 
naciooíalcs  y  coosagradas,  ó  qoe  abaodooó 
coando  deteoido  en  su  marcha  oatoral  por  ooa 
dooatoacioo  ooeva,  tuvo  qoe  renoociar  i  oii 
Uempoilaexisteociasocialyisus  progresoo 
eveotoaiea  eo  las  artes.  Ki  Rgipto  es  el  ejem- 
plo  del  pcimec  drdeo^de  cons,  y  la  Etroria  del 
segQOdo:eloDo,  oooqolstadoforloi  peraoy 


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ARQUEOLOfiU 


por  1o8  griégoe,  hiso  r^spetar  sos  hábitos  y 
síguió  trabajandoá  vista  dc  ttus  domiBadores 
como  en  tiempo  de  Sesostris;  la  otra  dejáodo- 
86  llevar  dftla  infltiencia  de  las  colonias  gríe- 
gas.de  Italia,  se  pcrdió  en  seguida  bajo  los 
golpesde  1a  espada  romana.  La  Grecia  por  el 
conlrario  pasó  por  todos  los  grados  de  períec- 
donamiento  de  las  artes  desde  el  mas  grose- 
ro  bosquejo  basla  las  mas  soblimes  concop- 
Gioues.  lie  aqui  tres  bechos  caracteristicos  en 
)a  bistoria  dc  tres  poeblos  célebres.  Asi,  pnes, 
la  arqueoiogia  debe  enscñar  el  cstilo  de  cada 
pnebio  y  aun  las  épooas  de  cada  estilo:  In 
liistoria  escrita,  ios  preceptos  rccogidos  por 
la  critica  literaria  y  el  estudio  de  ias  lenguas 
antiguas  son  los  dcmas  medios  que  con  el 
conocimieoto  del  arte  guiarán  al  aQcíonado  y 
al  sábio  en  ei  estudio  y  conocimiento  de  la 
anligüedad.  La  geografia,  ia  cronologta  y  )a 
hlstoria  de  ias  rellgioues  y  de  las  costum- 
hres  antiguas  deborán  complelar  ceta  ense- 
nanza, 

La  palabra  arqueoiogia  en  la  geaeralidad 
de  su  acepcion  y  segun  su  etimologia  {ar* 
ekios,  antiguo;  y  hgos,  discursoS  oomprcn» 
de  el  estudio  de  ia  antigüedad  toda  entera  por 
medio  dc  los  mooumeiitos  y  de  los  auteres. 
Limitaáa,  segun  ha  qiierido  el  uso,  ¿  )a  des* 
crípcion  de  los  moiuimentos,  el  nombre  de  ar- 
queografia  conrendria  mejor  á  esta  cienda, 
considerada  paTa  este  úoieo  objelo;  pero  seria 
oasi  ociosa  una  distincion  demasiado  absolota; 
el  rerdadero  arqneóiogo  no  puedo  pasarse  sin 
el  socorro  de  los  autores  clásicos  para  espli- 
ear  los  mooomenlos,  y  á  su  vez  los  monumen- 
(as  esclarecéQ  gran  nómero  de  diflcultades  ín- 
Holubles  sln  eilios  en  los  testos  de  los  escrito- 
res  aotiguos.  riOnforméroonoB,  pues,  con  él 
uso  adoptaodo  ia  paUbra  arqueologia. 

La  arqneologia  diflere  esenclalmentc  de  la 
hUiória  dd  arte  de  los  autiguos  y  de  la  erti- 
dicion.  La  prímera  nos  enseña  los  ensayos 
eontemporáoeos  ó  snccsivos  de  los  anlíguos 
pnebios  y  sos  osftiersos  para  reprcsentar  los 
objetos  que  compoocn  cl  univcrso  materíal, 
los  que  cl  espirílu  del  bombre  creó  desputs  de 
IMos;  cómo  desde  una  imitacion  servil  se  cle- 
vó  liasta  cl  bcUo  ideal,  que  añade  ai  univcrso 
las  bellesas,  de  las  qne  no  encierra  un  tipo 
eomplelo,  y  cóme  cou  el  ausilio  de  la .  alego- 
ria.ydelos  efectos  m^icos  de  uoa  lengaa 
convencional,  supo  rcali^ar  todas  las  creaeío- 
nes  del  gcBio.  La  segunda  se  reflere  mas  par- 
Hetilarmente  al  testo  mismo  de  los  escrítos  de 
los  antignos,  los  interpreta  y  poríflca  de  las 
manchas  quc  la  ignorancia  y  et  error  utroduje- 
ron  en  ellos;  y  si  es  yerdaderameote  fllosófica 
deduce  de  la  coraparaclon  de  hecbos  ooAstantea 
7  bien  observados  cual  fué  el  e^tado  real  dei 
eapfrítu  y  de  las  costumbres  de  los  horahres 
de  la  antigtiedad.  La  arqueologia  se  limita  á 
descríbir  yá  esplicar.Ios  mooumootos  que 
áquellos  hicteroo.  No  hiiy,  pues,  que  coalun- 
4írla  coa  la  faiat^ria  dfli  arte,  ni  'CQta  ia  ^xw^* 


cion,  poes  aon  cnando  eatts  tros  génefOfl  de 
eonocimientos  se  ayndan  é  ilnstran  mátnamen- 
te,  cada  ona  de  cilas  se  propone  nn  ofojelo 
espccial  y  tiene  sn  sistema,  ?us  preceptos  y  se 
nomenclatura  propia. 

La  utilidad  de  la  arqueologia  esti  den»- 
siado  probada  para  qne  nos  dotenganoe  «qn 
en  demostraría.  Sila  cs  el  goia  mas  ilei  para 
la  historia  de  los  tíemfios  antiguos,  y  á  menos 
de  negar  la  utiiidad  áe  la  hbtoria,  no  poede 
ponerse  cn  duda  lade  ia  arqneoiogia.  Para  Iob 
si^km  anteríores  áHomero,  toda  ia  hisAoria 
cái¿  cn  la  arqoeologhi;  las  relaclonea  aboodaB 
sebre  ios  ticmpos  qoe  signieron  áaqoel  genio 
sin  modeio  y  shi  rival,  pero  ei  estiidlo  pio- 
fuudo  de  estas  relacionea  deacubre  en  ellaa  á 
vecesloBTesligies  deatgunas  inflo^cias  ^foe 
mostraron  al  escritor  UTerdadalli  dondo  Mf 
esUba,  ó  bien  bajo  otra  forma  de  ia  qne  ^ 
nia  cn  rearidad.  Lof  raonumeDtos,  por  ei  een- 
trario,  no  aon  de  ningun  partido:  ioc  heebos 
qoo  enuDcian  itcvan  consigouna  seociHa  cer- 
tidombre,  y  si  cenlradicen  al  hiatoriador,  ie 
coBdenao  cemo  cnlpable  de  error  6  de  meati- 
ra.  Por  su  tcstfDDonio  se  aolaraó  engrandect 
la  historia  anOgoa;  pare  les  hoaibres  célebfce 
OBCuentra  en  eilos  sus  nombres  TerdBderos, 
sa  retrate;  pera  loa  poebios,  su  origen,  8« 
opiníones,  au  religlon  y  su  culto,  sa  denela 
civii,  politica,  económica  y  admtnistratiTa,  siis 
progreaofi  en  los  coBOCÍBHcBtos  átikn  á  ie  d- 
viliiaoion,  sns  oootumbios  páblicasy  priTa- 
das,  su  régiraen  geaeral,  en  fin  io  qoe  Ueieron 
por  ia  verdad  y  ioa  errores  que  ne  pndionHi 
evitar,  para  los  iogares,  los  docuBentos  «o- 
téotieos,  de  donde  ia  geograña  saca  las  m- 
ciones  importantes  q[ue  le  fáitarían  sin  ao  bd- 
xilio,  y  para  ios  Üempos,  ias  épocas  eierflas 
que  como  faros  lumiBoaos  dlsipan  Qna  patte 
do  las  linieblas  con  qne  la  sncesioo  de  ios  si- 
glos  envoivió  los  viejoe  aoales  del  esplritu 
humano,  y  uosaefialan  al  misme  tlempo  sns 
progresos. 

Propónese,  poes,  la  arqueologia  traiar  ei 
cuadro  dei  estado  social  por  medio  de  loa  bk^ 
Bumentos,  debiendo  ser  el  verdaderoebjeto  de 
su  esttidio  el  liombre  y  sus  obras:  todea  Iob 
mouumcntos,  aun  los  ma¿  cómones  y  groBe- 
ros,  depoucn  dealgunos  hoobos,  y  elconjon- 
to  de  eatos  liechos  fónna  la  estadlstlca  nioral 
de  liis  aiitiguas  soeiedades.  Gonsiderada  des* 
de  esta  altura  \a  arqueoiogia  mercoe  el  nombie 
de  cicncia;  su  utilidad  es  desde  inego  reeooo- 
cida,  y  pronto  nos  cautiva  ia  váríedad  de  les 
medios  propios^ara  so  estodio.  Klia  noB  ha- 
ce  vivir  y  conversar  con  todos  los  hombm 
grandes  y  poeblos  de  los  tiempos  pasaées; 
bnscamos'nueslra  iiistoHa  en  la  soyv,  y  no  nm^ 
bemos  reelstir  al  placer  de  eomparar  nneotmB 
creencias  con  ens  opínioaea,  nueatroa  gnsloB 
con  SBB  usos,  y  noestraa  espenunas  eon  sns 
destinos. 

Mnehos  métodos  se  presottan  para  el  ei- 
tadiodeiaarqueoiegÍBt  elono  eaam>ldfíoo 


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Ml 


éMxmoMiauL 


y«l  ohpo  aBameo,  y  ambos,  «l  se  Mvn;  pe* 
sHBen  algunos  puntosesenoial^. 

El  método  cronológico  consisto  od  tratar 
los  mominíientos  de  cada  nacion  en  particolar, 
segon  cl  órden  de  prioridad  que  la  liistorla  ies 
Mgna;  pero  estc  método,  aunque  mas  c6»o- 
do,  no  carece  de  graves  iticonTeDieQtes;  se 
sabTi  desdc  Inego  si  se  qotere,  1o  qoe  hideron 
los  egipcios,  y  dcspoes  los  griegos,  y  hiego 
Iw  romanos;  pero  las  analogias  que  deben 
saearse  de  estas  esposiciones,  qne  abrazan 
iHtfos  objetos  diversos,  serftn  Decesariamente 
IMBOB  provecb<»a8,  porqne  snseleBientos  esta- 
rao  mas  dispersos,  y  este  trabii}o  del  espiritu 
q«e  bosea  con  tanta  avides  los  origenes  en 
Iks  analogias,  y  las  singoiartdades  en  las  de- 


estemétoéó  •M«Mefiará  1o  qne  se  lia  beabo  en 
cada  pats  en  las  circunstancias  compnes  á 
todos,  y  en  ias  particolares  á  cada  uno,  y  co* 
mo  las  diféreBtcs  artes  coocurrieron  á  la  rea< 
lisacioD  de  eátas  miras  análogas  ú  opuestas. 
En  efecto,  cada  monnmento  es  e1  prodncto 
de  uD  ofAo arte  ó  de  nncbos  ála  tcs;  pero  1a 
olase  y  d  desttio  de  cada  flmmnento  se  re* 
fleren  nas  partleulamiente  á  uno  soio,  y  aun- 
q«e  nn  templo  baya  sido  erígido  con  los  auxi- 
lios  oombinadoa  del  arquitecto,  del  pintor,  det 
escuKor  y  del  graba^or,  el  arquiteeto  bizo  mns 
qoe  loe  otros,  y  por  lo  tanto,  como  obra  do 
arqnitecAnra  debe  ser  mas  particularmente 
consideraiáo.  Sn  esie  príneipio  ballamos  otro 

*»  clasl- 


_      medio  de  compietar  nuestro  método:  4 .' 

scmeianras,  nM  por  ío  mísmo  mis^penoso  é  Ucando  todM  tos  mowmeotos  serJn  ei  arte 
ito  de  sn  encanto,  como  qee  los  ha  ejecuiado:  1.- considerándolos 


ineíerto,  y  perderá  tanto 
de  8u  certldBmbre. 

B1  mélodoanalitieo,  tratando  de  cada  ason- 
to  en  partlentar,  Telativamenle  á  todos  los 
pnd>l05  á  la  yez,  annque  menos  defeclnoso 
qoe  el  prímero,  esti  demasiado  sujeto  ai  arbi- 
Iriodei  arqneólogo,  qne  comensará  á  sn  anto- 
]o  por  tratar  ó  de  la  religlon,  6  del  estado  de 
hs  artes,  ó  de  los  usos  oiviles  y  Tnllitares,  de 
los  roonninentos  funerarío5,  ó  dc  los  monu** 
meBtos  religiosos.  ISste  plan  poede  agradarpor 
8B  generalidad  y  por  la  lilinertad  misma  que 
deja  al  escritor;  pero  donde  nos  faltan  tos  mo- 
namentos  ¿qné  podrá  decir  el  arqneólogot  La 
eiencia  no  abarca  mas  que  lo.^  becbos  conser^ 
lados  por  esos  mismos  monumentos;  ella  re- 
coge  csos  hecbos,  los  coordina,  los  intcrpreta, 
V  estas  iuterpretaclones  son  las  que  van  á  to- 
mar  su  puesto  en  los  difbrentes  capftulos  de 
iahistoria  misma  de  los  antiguos,  no  pcrdlen- 
do  de  Yista  que  la  ciencia  se  compone  soln- 
neBle  de  estas  interprefacioncs,  se  coucibc 
que  su  teorla  no  debc  vcnir  tino  despues  de 
estos  hechos,  y  que  debc  cstar  snbordinada  á 
SQ6  fesoltados,  fundados  sobre  ia  naturaleza 
misma  y  la  divcrsiüod  de  espresíon  dc  lo5 
BKMiomentos. 

Greemos,  pues,  podcr  satisfaccr  á  las  cott- 
eondiclones  mas  precisas.ndoptaudo  un  métoüo 
qne  sea  ann  mismo  tiempo  cronológico  y 
aialftico.  El  misrao  asunto  será  considenido 
A  diférentes  puebios  á  la  ves;  pero  segun  su 
aBfigttedad  relliiva.  Este  método  conscrvará 
el  drden  de  los  orlgenes  y  de  las  modiflca- 
eioues;  estat^ieeeré  la  ,conveniente  distincion 
entre  los  primeros  maesf ros  y  sus  discifiulos, 
y  eiAre  la  inTencion  y  la  iniitacion  mas  6 
menos  eompleta,  nos  mostrará  las  prácticas 
de  todo  géncro,  recorricndo  cl  mnndo  con  las 
«íeoias,  c5porta<!as  por  las  croigfaciones  de 
los  ÍIÓBofbS  Tíageros,  y  cuando  se  obscrve  el 
BJfemo  oso  é  !a  ves  en  dos  pueblos  de  época 
diafjnta,  la  bistoria  escrita  nos  csplicará  ordi- 
naríamenie  el  itempo,  las  causas  y  las  cir- 
cnostanctas  de  aqoella  comunicacion,  ó  si  la 
hSaiorla  calla,  la  arqoeologla  suplirá  tal  vez 
aste  eUeacio  y  Ueonrá  stu  lagonas.  Asl|  pues. 


co- 
HM)  aagradoa^  civiles  ó  mllitares  y  fuDorarios, 
snbdiTiaion  que  pcrtcneee  tguaimente  á  cada 
una  ée  ias  grandes  diTisiones  fundadas  fobre 
la  diversidad  de  las  artes. 

El  cuadro  slgnienle  espiicará  por  comploto 
naeetro  peDsamieato. 


4  •'*  ÁRQUITIG- 

Tumu  .  • 


(Honumcu- 
tos  rcHgio- 
sos,  clviícs, 
1  mílltares,  fu- 
vncrarios,ctt| 


).'  EscoLTt'BA  idem. 


3.^  PiNTUBA.  .  idem. 


í 


4,*  Gbabado. 


Sobre  píe- 
I  dras  flnas.  . 


Iiiiícripcio 
t'nes 


Min^llas,  ca- 
sas,templos,co- 
luronas,  obclis- 
cos,  pirámides, 
tcatros,  sepul- 
cros ,  caminos 
páblicos,  etc. 

fistáluas,  bus* 
los,  bajos  relie^ 
Tes,  etc. 

Frescos  ,  es- 
culturas  pinta  - 
i  das,  cuadros  po- 
I  brc  picdra ,  ma- 
i  dcra  ,  lienzo  y 
'  papiro  ;  vasos 
pintados  y  nio- 
^  sóicos. 

Pledrasgraba- 
das  en  bucco  y 
en  reücvc. 


Gra-, 
b  a  - 
d  a  s  . 

Tra- 
z  a  - 
d  a  s. 


Matcrias, 
alfiibclós 
lcngiias , 
abrevia- 
turas,  sc- 
llos,  clc. 


Medall^s. 


Epocas,  malo- 
rias  ,  atfabetos, 
I  lcriguas ,  raonc- 
Idas  ó  meJallas: 
í  orientales ,  gric- 
'  gas,  itálicas,  lo- 
mauas,  gálicas; 
^abreviataras. 


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3^5 


AIQOBOLOGIA 


m 


Riisle  nna  clase  áe  momumintús  qoe  ne 
teDian  este  carácter  en  la  antigüedad  y  que 
abimdañ  en  toüas  las  colecciones  públicas  j 
partícnlares;  bablamos  de  esa  multitad  de  ob- 
Jetoa  aniiguos  que  fueron  de  uso  general  y ser- 
vían  para  el  arte  de  alimeotarse,  veBtirsc  y 
adomarse;  para  lasnecesidades  y  comodida- 
des  de  Ja  vida  doméatica,  para  hs  ceremonias 
de  ia  religion,  parael  artede  ia  guerray  para 
lo8  rilos  funeraríos.  Estos  objetos,  son,  como 
los  demas,  producto  de  nu  solo  arte  ó  de  mo- 
cbos:  pero  las  artes  que  los  han  produoido,  sr 


teréa  i  las  leeturag  y  á  los  viagea»  baaU  Uh 
mar  una  tintura  de  estos  diferentes  coootí- 
micntos  en  las  obras  de  los  sábios  que  los  ban 
resumido,  Juan  Álbert  Fabricius  ba  dado  un 
catálogo  de  ios  libroft  relativos  ú  las  autigOe- 
dadea,  bajo  el  titulo  de  BiblioUca  anticuaria 
(uo  vol.  en  4.^  Hamburgo  4760.) 

El  conde  Gaylos  eo  su  Colecoion  de  anti» 
gUedadei,  en  siete  vols.  eo  4.*  no  ba  seguido 
una  marcba  metódica;  pero  su  obra  está  lleot 
de  observaoiones  cnríosas  sobre  los  mobo- 
menios»  y  de  pe()neños  tratados  particalares 


muestran  en  éllos,  no  como  objeto  sino  como  1  sobre  diferentes  asuotos  relatívos  a  la  biatoria 
medio,  y  he  aqui  la  razon  por  que  ban  podido  de  las  artes  eotre  los  antiguos. 


ser  eliminados  de  la  d'asiflcacion  adoptada  para 
los  monumentos  de  mayor  importaneia,  á  lo 


cnal  nos  ha  obligado  tambien  Ja  varíedad  iofl-,  esta  parte.  Ei  grao  Tesoro  de  las  anUgUedúdei 

nita  demuebles,  armas,  uteosiiios,  pesos,  me-   '-"' " * "  "    '  ^" "-  ' ' 

didas,  etc.  I^a  estensioo  sola  de  su  oomeocla-* 
torabasta  para  justificar  el  partido  que  bemos 
tomado  de  formar  coo  ellos  una  clase  geoeral, 
eoteramente  distinta  de  las  otras. 

Para  bacer  un  estudio  particular  ycom- 
pleto  de  la  arqueologia  es  predso  ante  todas 
cosas,  poseer  bien  no  solo  las  lenguas  ao* 
tiguas  sino  las  modernas,  á  On  de  no  dar 
por  nuevo  lo  que  ya  está  descrito,  y  sobre 
todo  el  anlicuarir)  español  debe  tener  un  cpno- 
cimiento  profundo  del  árabe,  á  causa  de  los 
mucbos  monumentos  quelios  dejaron  en  su 
larga  dominacion:  es  uecesarío  ademas  apli- 
carse  ¿  la  historía  en  gcneral  y  conocer  la  de 


La  Hisioria  dd  arlo  de  Winckelmao,  he- 
cba  con  mélodo,  es  verdaderamente  cTásica  eo 


griegaey  de  Oroevius,  y  el  Teeoro  de  la$  anU- 
'gUedades  romanas,  de  Gronovius,  bod  iomen- 
sas  colecciooes  de  oionografiassobre  diferen- 
tesasuntosde  laaoUgüedad,  auBquecspoco 
metódico  el  órdeo  coo  que  estin  reuoidas. 

La  úoica  obn  geoeral  sobre  la  parte  de  ias 
costombres  y  usos  de  la  antigüedad  es  la  del 
célebre  Montfauooa.  Utulada:  la  AtmgUñ^ 
dad  esplioada  (cioco  vol.  eo  folio  y  supie- 
mento.) 

£1  Dicidonarie  de  aniigkledades,  qoe  for- 
ma  partedo  la  Enciclopedia  metódica  y  que  es 
debido  al  sábio  Mongez  puede  ser  útil  para  fa- 
cilitar  las  investigaoionés  por  su  forma  lats- 
made  diccionario.  Rl  Diccionario  abrepiado^ 


laGrecia  y  Roma  en  parUcular:  |)ara  esplicar  de  anligüedades  de  E.  J.  Moncbablon,  al  qoe 
jos  monuraentos  de  los  tiempos  Iieróicos  con-  precede  un  pequeño  tratado  Utulado:  Obsfr- 
yiene  no  ignorar  nada  de  cuanto  pertenece^  vaoionessobre  elestudio  delasoHligUedades, 
las  diferentes  partefi  de  la  mitología;  es  pred-  es  úUI  por  su  forma  eleraental;  peroeo  el  dia 
so  pasar  despneF  á  la  bistoria  del  arte,  de  los  puede  reemplasarle  con  vcntaja  ei  DicoioHorio 
artistas  y  de  susobras;  conocer  las  raedallasy  elásicodelasanligüedadesgriegasyromatuu, 
lasiiiscrípciones,  haceruua  leclurarazonadade  de  William  Smitb.  (Lóndres,  4845,  en  42.«  cod 
los  cláslcos,  y  estar  iniciado  en  el  conocimten-  grabados  intercalados  eo  el  teslo.) 
to  de  la  mecánica  y  de  la  poéUca  de  las  artes. .  Muchos  autores  hao  escrilo  sobre  las  dífe- 
Sicndo  el  principal  fin  de  la  arqueologia  ¡  rentes  partes  de  la  arqaeulogia;  pero  pocos  se 
ilüstrar  la  hisloría,  puede  dividirse  en  dos  han  ocupadodedemostrarsu  uUlidad.  A.L.  Mi- 


grandes  secciones,  la  primera  por  lo  que  res- 
pecta  á  las  nociooes  que  dan  los  escfitores  an- 
tiguos  independiontes  de  los  monumentos  y 
que  auxilian  su  esplicacion  á  que  puededeno- 


llin  publicó  el  aúo  de  4  796  en  París  una  iutro* 
duccion  al  estudio  de  la  arqueológia  en  la  qoe 
no  solo  ppndera  los  goces  del  estudio  de  esta 
ciencía,  sino  quedemuestra  que  el  estudio  de  la 


miMTse  arqueologia  literaria,  y  la  segunda  antigüedadesinaispensableaunaJqucsolobiis- 

que  se  saca  de  los  raismos  monumentos  y  de  I  ca  una  instruccion  fáciiy  vulgar*  Ku  efecto  las 

todos  los  objetos  Telativos  a  las  artes,  la  cual  í  obrasde  los  buenos  escriíores  antiguos  y  loo- 

puede  designarse  con  el  üiulo  argueo%ia  dernos  están  llenas  de  alusiones  á  las  costum- 

artistica.  A  la  primera  pertenece  la  teogonia,  |  bres,  i  los  usos,  ilasopiniones  y  ó  lareligioa 

la  íopografia  antigua,  la  ética,  la  literatura  de  los  pueblos  aniiguos. 

anUgua  eo  gcneral  y  el  cooocimienlo  de  la  an-        ' 

tigüedad  por  los  autores;  y  i  la  segunda  la 

arquitectónica,  la  pldstica,  la  grafica,  la 

gliptica,  la  numismdlica,  la  epigráfica,  la 

toréniica,  la  dacthytiótheca,  la  iconologia, 

simbologia,  la  diplomdtica,  \á  herdldica,  y 

otras  auxiliares:  estas  dos  divisiones  son  las 

generalmente  admitidas  en  las  obras  elemen 

tales  de  la  ciencia. 

Cuando  en  la  arqoeologia  no  se  busca  mas 
que  la  suflcienle  instruccfop  para  dar  mas  in- 


La  arqueologia,  seguo  ya  heoios  iodicado, 
abraza  las  difereotes  partes  dei  arte,  y  el  qoe 
la  estudia  observari  desde  luego  la  arquilec- 
tura,  que  le  arrastra  i  iovesUgaciooes  sofcfe 
los  difereotes  ediflcios  de  los  diversos  pue- 
blos,  sobre  sus  proporciones  y  sus  adoroofi. 
Examioari  en  prímer  lugar,  los  templos,  los  par 
lacios  y  los  ediflcios  públicos,  y  eo  seguida  los 
edificios  particnlares.  En  los  de  los  persas^ 
egipclos,  adrairari  la  grandeza  y  solidez,  des- 
'collando  entre  los  de  estos  últiraos,  las  piraml* 


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397 


ARQCBOLOOU: 


SM 


des,  108  obettscos,  tos  colofos,  e)  laberiato» 
loB  sobterráaeoB,  etc. 

f  ntie  lo£  gríégos  se  enciieotra  el  estádio, 
doodese  daban  los  jaegos  celebradoa  por  Pia- 
daro;  el  bipódroflio  y  los  gimaaAioa  doadc  se 
^erdiaba  la  ja?entadrloa  teatros,  tos  templos 
y  ios  sepuleros. 

IrHre  los  romanoa  se  tea  ediOcios  desco- 
Docldos  para  los  griegos:  los  anflteatros,  los 
baños,  las  poertas  de  arco  en  la  entrada  de  ios 
poentes,  4os  arcos  de  tríanfo,  las  basilicas 
doDde  se  administraba  Justicia,  los  aiojones  ó 
colanmas  millarias. 

Gomo  las  obras  del  arte  se  ban  hecbo  pata 
enbeiiecer  los  templos,  los  palacios  y  demas 
ediícios,  pasamos  natoralmente  á  ia  escultura, 
en  qoe  se  distingnen  las  estitaas  y  los  bujos 
relieTes.  Bn  ella  sedebe  ezaminar  lo  qoé  tiene 
relieioo  con  la  e$UUuaria,  con  la  pláttieaj  qae 
es  el  arte  de  modelar  (de  irXa(«>,  flngo)  y.con 
ia  torentka,  qne  es  el  arte  de  cincelar  ó  es* 
eatpir  (de  tope6fa>,  torno,  térekro.)  Se  boscan 
ias  matérías  de  qoe  se  han  servido  los  anti- 
gios  escoltores:  el  mármol,  la  piedra,  el  barro 
y  la  cera;  se  examioao  sas  iastromentos,  sus 
Kocedifflleotos  y  el  estilo  de  los  difereates 
paeblos  ea  las  distlatas  épocas.  Se  ad(iuiere 
eoBociffiiento  de  la  vida  y  de  ias  Obras  de  los 
priocipales  estatuaríos,  y  se  aprende  la  sigai- 
ÍcaciOD  de  los  términos  empleados  para  defl- 
Bir  las  esfitnas ,   segun  sns  trages  y  atrí 


la  pinlura  nos  eondace  i  consideraciones 
reiativas  i  sn  orígen,  i  la  fabrlcacion  y  al  em- 
pleo  de  lOB  colores,  i  la  manera  de  pintar  so* 
itreoiinnol,  marfll,  madera,  lienso,  al  fresco, 
i  al  eBciiistico.  Se  ^iprende  ta  bistoría  de  las 
diTersastscnélas  de  la  Jonia  y  del  Atica  y  de 
H»  piBlores  que  las  han  hecho  céiebres.  Se 
aprñde  i  conocer  las  pinioras  mas  cnriosas 
Haitite  en  Iob  edlflcios  antigaosf  y  cuyo  es- 
lodío  ha  sido  siempre  tan  útll  i  los  arlistas. 

El  grabiidü  en  piedras  flnas  ó  gtiptiea,  roe- 
reee  on  articulo  aparíe  en  el  cual  trataremos 
de  los  oamafeos,  etc. 

liOB  maááieos  noe  ofTecen  asuntos  de  ob- 
Mrracion  aobre  las  roaterias  de  qne  se  compo* 
060,  sobre  el  arte  de  arregiarios  y  los  asan- 
IM  qoe  refNPesenlan  y  sobre  su  uso  para  ei  pa- 
"^010010  de  loB  temptos  y  de  los  comeáores. 

LoB  vai0$  Bon  intf resantes  por  sii  forma 
clégBite  y  siiigular,  por  los  relie?es  é  las  pin- 
taiu  qoe  ios  embeilecen.  Losde  barro,  llama- 
dOB^pcNrmuchotieinpo,  anmfne  impropiamenle, 
elrascos,  y  que  se  deben  llamar  gri^os»  nos 
dsA  Ma  klea  del  gosto  delos  artistas  mas  an- 
tigaos,  y  slrTen  para  compielar  el  circulo  de 
hM  coBOdmtentos  mitoló^lcos,  y  de  los  caates 
daremos  on  ariiculo  en  sn  logar. 

iQB  vasos  de  sardoais^  nos  presentan  sus- 
taBCias  de  inflnito  preeio,  cuya  patrla  y  nato- 
nleBaBoo  toda?ia  oo  problema  parabs  na- 
tonHstai  y  antfeuaríos.  Los  vasos  de  poree- 
liBB  y  de.crtstal  nosdan  nna  idea  de  lahaUli- 


dad  de  loB  antfgños  en  la  imHerade  trabt(|ar 
el  Tidrio. 

Los  iMtrumento9  religiosos,  miiiUres,  ci^ 
▼iles  y  domésticos,  forman  un  estudio  interc- 
sante  para  la  ioleiigencia  de  los  anliguos  au- 
tores  y  para  la  de  la  historia;  elios  adornan  los 
gabinetes  de  los  curiosos  y  coatpletan  las  co- 
lecciones  de  antigttedades.  Eotre  los  mona- 
mentos  religiosos,  citaremos  los  aitares,  las 
limparas,  el  hacha  {secéepita)  que  serria  para 
degollar  i  las  Yietimas;  las  copas  ó  tazas  (pa- 
tera\  paru  recibír  la  sangre;  el  prmfeneuium, 
qaeerauoBTasUadecobresin  asas,  y  de  que 
nsaban  en  los  sacriflcios  de  Opis,  el  $gmpu' 
Uum  Y  aepérgüle  para  recibir  y  echar  ei  agua 
lusiral.  Entre  ios  ioslrumeiitos  militares,  se 
distinguen  los  cascos,  las  espadas,  ios  esco- 
dos,  ias  enseftas;  etc.  Entre  los  ínstmmeatos 
civiiefi  se  cueotaa  ios  caadelabros,  las  limpa- 
ras,  ios  anillos,  las  armHae  6  braxaleteB,  las 
fibulas  6  hevillas,  y  los  diversos  adoraos  del' 
vestido  de  los  hombres  y  de  las  mugeres;  en 
fln,  los  ffloebies  y  oiensilios  de  cocina. 

La  numismálica  ó  ciencla  de  las  medaiias, 
ilustrada  primero  por  ios  ospañoies,  entre  Iob 
que  fué  el  primero  el  célebre  prelado  Antonio 
Agustin,  y  despues  por  VaiHant,  Spanheim, 
Pellerín,  Eclchel  y  Sestini,  merece  un  artículo 
particular,  y  pertenece  al  número  de  las  cien- 
cias  que  en  nuestros  dias  han  adquirido  gran* 
de  importancia  por  la  aplicaeion  qoe  se  ha 
llegttdo  i  hecer  á  la  astronomia,  i  la  historia, 
á  la  crouplogia,  i  la  iconografía  y  i  laa  artes. 

La  iconoarafta  es  tambien  una  parte  moy 
ioteresaote  de  la  aatigOedad.  EI  ilustre  Ylscon- 
ti  le  ha  levantado  un  monumenlo  digoo  de  su 
importaocia  en  sa  preciosa  obra  titulada  íeo- 
nograpa  griega  y  romana^  iaterrumpida  i 
causa  de  su  muerte,  y  contiauada  por  el  sibio 
HoogeB.         '    \ 

{VéaeeRPiQtjunA  y  diplomatiga,  gliptica, 

NUmSIIATlGA,  iGONOLOGU,  SIHBOLOGIA,  HERAL- 
mCA,  ETICA,  TBOGONIA,  DAGTHTLIOTBCA)  VAS09.) 

A  las  obras  iodicadasen  este  articulo,  agre- 
garemos  solamente: 

O.  MiUer:  JTimtMil  (l«  arqueologíat  tradaclda  al 
fraooét  por  Hf .  NiUrd;  3  vol.  en  48. 

Baii^sier:  Elementot  de  arqwologia  maeional, 
i  vol.  en  tS.*,  184 J.  ' 

Qnatremfre  de  Quinc;:  Dieeionario  de  muitec^ 
tura;  3  vol.  en  A.*' 

La  Hitloria  y  la»  Memoriat  de  laÁeademia  de  lae 
Interipeionet  y  Bellat  letrat  de  Paris.       *   • 

Las  Metnortat  del  Intiituto  de  Franeia. 

Las  Memoriat  de  la  Academia  céUica  y  de  ta  So-^ 
eiedad  real  de  Uft  Anticuariot  de  Franeia. 

Las  Memoriat  dela  Sociedad  arqueolágica  de 
Lóndrei. 

Las  Memoriat dé  taAeademia  dé  antieuarioi  det 
Iforte,  en  Copenhague. 

El  Boletin  y  los  AnaUt,  del  InsíHuto  de  corret^ 
pondeneia  arqneológiea 

La  Bevitta  arqueológioa  do  Parit. 

£l  Diario  arqueológico  de  Bhlin. 

Las  Memoriat  de  ta  Academia  imperial de  arqueo- 
togia  de  Sem  PeUrekurgo. 

Lns  de  la  Aoetiiimia  efrquieof/ágiea  dé  Átenat. 

Las  de  la  Socieáad  de  ítrqueotogia  de  Bétgiea^en 
Jkmlfmt. 


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AfiQUEOIjOaiá^^éBQtnJAS 


4M 


Ltccvmeg  de  ar^MMlogta  dti  aíeman  i£tchenhuit§* 
publicadas  por  Craner  in  Paris,  1798. 

Traiadu  elemental  de.  íií-í/wcüíootu,  por  ChaiDpO- 
lltoii  Figeac,  3  volúnienes  16.°  Parls,  W«  y  U4i. 

Elfmentoi  de  arqueotogia,  por  Antonio  Nibbi.  Eo- 
ma,  4828. 

teccionei  fílemeniaki  de  arqueologia,  3  tomoá  8. 
Perugia,  4833,  por  Vcrmigiioli. 

Curso  de  arqueologia^  por  M.  Raoul-RochetU}. 
Paris  en  8."  4828. 

IHceionario  de  arqueologia,  porcl  padre  Pelisco, 
3rol.  S.^Paris,  479ÍÍ. 

Dieciouario  manual  para  el  etludio  de  aniigi^^ 
dades,p(H  don  Felix  Poníoa  Cobriun  y  don  Juaquio 
Maria  Bover  d»!  Uossi'Uñ.  Palma,  4816. 

Simbologia  arauvoíógira.  Gatanleria  etpañóla^ 
por  dnn  Basitio  S<n>iislian  Caslellano:»;  4  tomo  eu  II.*, 
en  Madrid,  4848. 

leoiKtlúgia criUiana  y  geniilica^  y  timhologiige' 
furat,  por  doii  Busilio  Seba<itian  CaslelUoos  a«  Lo> 
sada;  I  vol.,  en  8.^  Madrid,  1851.        .v.     ^    . 

Ademas  de  eslas  obras  generates,  cada  irna 
de  laa  partes  dc  la  ciencia  tiene  su  bibliografía 
pecuUar,  de  ia  qne  daremos  raion  al  tratar  de 
ellas  en  sns  voees  respectiYas. 

En  presencia  de  la  mayor  part^  de  las  obras 
citadas  en  este  articulo,  y  de  olrasnttehas,  se 
compnso  la  sigoiente,  que  ea  la  únloa  obra  de 
arqucologia  en  generat  qoe  hay  en  espaííol,  y 
eu  la  que  se  puede  ter  la  bibliografia  mas  oom- 
pleta  de  la  ciencia  en  todas  sos  partes: 

Camp9ndio  eletnental  de  arqueoloaiñ  lUeraria  y 
«rféiHea,  por  don  Botilio  Sobastian  Castellanos  de 
I^otada,  biDUolocario-onticuario  y  conoervador  do  los 
museos  de  medanas,  v  gabinotes  de  anUgtledados  do 


la  Blblioteca  Ñacionaf,  v  casa  del  Excmo.  seftor  du- 

que  de  Osima  y  del  Infa      ' 

Md.iaU. 


ifantado,  s  tomos  en  S.*  Ma- 


iM  de  Osima  j  del 
'd.  lau. 

Árquisola§ia  artitíiga  y  wonuaieiiÍAÍ,  por  ei  mis- 
mo  autor;  1  lomo  en  8.*,  lladTid»  1848. 


ÁRQU1JA8.  (AcciüN  DB)  Medáaba  el  m«B8  de 
diciembre  de  4834,  cuando  las  tropas  do  G6r- 
dova  dlvididas  en  dos  columnas,  marcbaban 
en  busca  dol  enomigo.  La  primera  mandada 
por  el  brlgadier  Oráa,  debia  caer  sobce  el  pne^ 
blo  de  Zúñiga,  con  objeto  de  reoonocer,  balir 
y  dominar  el  bosque  dc  la  derecba,  y  ent ol- 
rer  al  propio  tiempo  las  terriblcs  posiciones 
del  pueblo  de  Arquijas.  Oráa  con  su  respetable 
columna  llevaba  instrúcciones  paro  emprender 
desde  luego  un  ataque  vigoroso,  en  la  seguri- 
dad  de  qne  Górdova,  qne  dirigia  !a  segundai 
embistiendo  por  el  centro,  eotretendria  á  los 
carlístas  hasta  el  momento  de  la  llegada  dc 
aquel,  cn  cuyo  instante  atacaria  á  la  Dayone- 
ta,  y  dando  por  supuesta  la  dcrrola  del  ene- 
migo ,  haria  entrar  á  la  caballeria  en  acclon 
para  arrollar  los  rebeldes. 

La  sefíal  del  combate  general  que  diese 
Gí^rdova»  debian  ser  nnos  dlsparos  de  cañon. 

Una  tercera  coJumna,  ¿  las  órdenes  del  go- 
neral  don  Felipe  Ribero,  atacaria  entonoes  por 
uu  vado  que  se  eneuentra  en  el  moliiio  de  Z(i- 
ñiga. 

Por  último,  dos  brigadas  al  raando  de  ioi 
coroneies  Rarrona  y  Gurrea,  eataban  oporto* 
nanente  dialrlbiiidas,  completándose  asi  cl 


ptan  del  goBeral  «D  gefe^  me|«  eoaWnado  W 
ejccutado,  como  veremos. 

Lloga  GtMoTB  i  la  ermita  de  Arquíias,  tomi 
poaesioQ  de  la  altnra,  silúa  ventaJoaameDte  i 
retaguardia  y  ob  eacaiones  ei  mayor  groaflo 
de  ias  tropas,  oeloca  al  pie  de  la  ermita  doi 
piesas  de  montaña  ,^  eucierra  en  suoercaloi 
equipages,  y  nianda  ocupar  con  Ires  oompa- 
úias  el  puente  de  tablas. 

Los  carliaUis  por  au  parle  ppeaeotaban  caa^ 
tro  batallones  en  la  márgen  de  la  ermitt,  y 
Junto  al  puenle  de  Orbizu:  la  eabaUeria  estibi 
en  este  punto  y  en  Robiendo,  ¿  la  olta  partt 
del  rio. 

Rompeo  el  (uego  ¿  taa  doee  y  media  del 
dia:  y  contestado  en  breve ,  se  hace  nulrido. 
Peleaban  animoaos  los  rebeldes  gnarecidoí  de 
los  ¿rboles  y  graudea  peñas;  pero  auracBtado 
con  la  resialencia  el  ardimieDlo  de  los  leaks, 
se  arrojaa  al  rio  sin  el  apoyo  de  una  columni, 
haciendo  por  dos  veces  retroceder  ¿  loa  cariii- 
taa  hasta  las  miaoaas  creslas,  y  aue  mas  aUi 
de  8US  altaa  posicionea;  leniendo  al  flo  que  le- 
ürané  y  oontinuar  el  fuego  basla  laa  coalro. 

Las  tardanaa  de  Or¿a  impacientaba  ¿  Górdo- 
va  porqoe  frustraba  su  pUn;  y  lo  eslabi  6B 
efeclo.  Kl  h¿bil  Zumalacárregui  habta  adivhia- 
do  suintento,  y  destacó  contra  Or¿a  iadiviBiOB 
de  retaguardia  al  mando  de  ttarraldc ,  qie, 
aunque  rechaaada,  le  entretuvo  driigándola  ¿ 
penetrar  en  Záñiga.  Aprovechando  Zoinaiac¿r- 
regui  la  falta  de  Oráa,  ocupó  so  lugar  conta 
Górdova,  quien  tuvo  que  marchar  por  Mendoia 
y  Naaar  ¿  hacer  noche  en  loa  Arcoa,  ¿  doBde 
Ilegó  ¿  las  nuove  de  la  noche,  sin  otra  novedad 
que  las  pérdidas  esperimentadas  duraole  eidia, 
que  no  fueroo  leves,  aaoendicudo  en  uao  y 
otio  bando  ¿4,000  bajas. 

Otra  vez  el  5  de  febcffro  del  año  4835,  lle- 
gó  Zumalac¿rregai  ¿  las  aUuraa  de  Afquüai. 
No  era  entoneea  Gdrdova  su  conU*ario,  éralo  el 
general  liOrenso,  que  ansioso  de  pelear,  inlen- 
tó  desde  hiego  saWar  ei  rio  que  se  le  presen- 
taba  dclantc,  poseaion¿ndose  del  paente,-  qBO 
no  pudo  tomar  por  estar  bien  defendido. 

Lorenzo  eUgió  para  punto  de  ataqae  el  ya 
célebre  pueute  de  Arquijas,  SantaGruz  deGaoH- 
pcsu  y  lofi  rooUnos  de  Santa  Gruz,  mas  oonaí- 
derando  que  el  puente  seria  el  sllio  donde  vaa 
saugriento  fuera  el  combale,  quiso  evilar  la 
pérdida  de  aoldados  hacieDdo  usode  lu  artiile- 
ria  que  Jugó  sobre  aquel  punto.  Los  prayeo- 
tiles  no  abrian  paso,  y  la  lucha  era  cada  vea 
mas  porflada  y  reñida  en  tau  rediicldo  parige; 
entonces  Ix)renao  laniáise  ¿  la  cabeza  de  ub 
batalion  á  abrlrse  paso  con  ia  punta  de  las  ba- 
yonetas,  y  lo  aoasigui<^  merced  al  acieiloy 
rapidez  de  la  operacioB ,  huyendo  el  enemi|0 
despues  de  baber  perdido  á  su  brig^dier. 

Notícioao  de  este  sueeao  ZumalaG¿rfegai, 
y  al  ver  el  espanto  de  los  suyos ,  voela  coia 
un  batalioD  de  guias  de  Navarra,  ¿  dispotir 
rcsoeltamente  ¿  Lorenzo  sn  cbstosa  Tidoítiu 

El  dioque  do  aquellos  dos  b^talkmei^  gHi«* 


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M 


AEQÜUA8-.AiMJtIlTECT0 


iM 


éo  eada  hho  por  el  prineiiMl  ctodillo  de  sa 
bando,  fué  terrible.  Cruzábanse  con  Baña  las 
biTODetaa,  porque  alli  no  se  gastaba  pólTora; 
heríanse  de  maerte,  y  todos  por  su  parte  rtva- 
Usaban  eo  dejar  alroao  á  su  reapeclivo  gene- 
ral.  Paro  íué  la  vieloria  del  earliata;  y  el  llbe- 
ral,  abrumado  de  cansancio  y  de  fatiga»  de)ó 
sembrado  de  victimas  el  terreoo  ^e  babia 
eooqaislado  tan  caro»  llevándose  300  heridoB, 
r  dc^aado  i  ^unalacárregui  dueña  á  mticha 
coBta,  de  aquellas  terribles  alturas  en  las 
qoe  creyó  Loreozo  poder  enionar  himnos  de 
trionfo. 

ABQDIHANDRITA  ó  ARCHIM ANDRITA  (/Tm- 
ímar^igioaa.)  Término  denva<^o  de  uiávSpa, 
recioto,  c^nvenfa),  y  ompleado  para  deaignar 
al  soperior  de  tin  convento  grtego,  partioular- 
laeBte  á  on  prior  de  primera  dase  6  de  un  mo- 
oasierio  de  primer  órden.  cono  por  ^emplo, 
el  del  monte  Atbos  é  de  San  Salvador  en  Mesi' 
oa.  II  trage  de  nn  arqoiaandrita  consiste  en 
repa  talar  larga  y  ancha,  llainada  mamdyaB,  y 
beebade  pafio  negro.  Lleva  ea  la  mano  oii  bá- 
coloy  on  rosario;  ona  crua  de  or^peodiente 
de  iDa  eadena  del  mismo  metal  |^e  sobre  so 

EM.  Coando  celebra  elofloio  ae  pone  el  fhé- 
on,  rica  Testidura  sin  maogas,  y  el  0pigo» 
Mtm,  pedaxo  de  tela  cnadrada,  si^eio  i  la 
eialBra,  se  cubre  la  cabeaa  con  un '  bonete 
adoraadode  pledras  preciosas.  Kl  arquimandri- 
(aaereviste  de  este  trage  en  elsantoario  mia- 
Bo  delanle  de  ios  fleles,  y  con  la  cara  vuelta 
Ueta  el  Oriente, 

la  Roaia  liay  priores  de  muchos  gra- 
<lor.  Qo  prior  es  un  aiqQimandrita,  ót^men, 
ó  tímlel, 

hm  úitímo,  debemos  decir  qne  este  titolo 
de  arqoimaodrita  se  lia  hecho  estensivo  ¿  toda 
etase  de  soperiores  cclesiAstlcos,  habióndose 
dado  algnnaa  yeces  ¿  loa  arsobispos,  aon  en- 
tre  loB  latinos,  y  en  este  sentido  lo  hallamos 
ea  la  vida  de  San  Severo,  obispo  de  RAvena. 

ARQUIMIMO.  De  dos  palabras  griegas, 
qoe  lignifican  prineipol  é  imüador,  Llamá- 
iNifleasi  en  Ronaa  ¿  ciertos  sugetos,  cuyo  ofi- 
óo  consistia  en  remedar  los  modales,  los  gea- 
toi,  y  hasta  el  eonido  de  la  voa  de  ios  mnertos 
¿  ^  io6  vivos.  Empleados  al  prindpio  única- 
■aote  en  el  teatro,  se  les  adniiUó  despuea  en 
los  festínes,  y  se  concluyó  por  bacerles  re- 
KeaoitBr  papei  en  loa  íuDeraies,  en  los  que 
wmiaaban  dctrAs  deialaad,  con  lacara  cu- 
Mena  con  oq  antifai  qne  representaba  las  fac« 
eiOBeB  del  dilnnlo.  M ientras  la  fúnebre  comi- 
tfn  camiaaba  ai  comp¿s  do  nna  mi'isica  lúgu- 
iMe  el  ar^otinimo  se  ^forxaba  oon  su  pantor 
niaafortpreeentarel  paso,  los  gestos,  las 
poitans  del  difiinto,  y  hasta  reprodu^endo  ¿ 
MHido  lo  qoo  kobiera  podido  decir  ó  hacer 
de  Bolablo  ea  aa  ^da,  y  usaodo  algunaa  ve- 
OB  en  oBta  oeasion  ée  nna  iibertad  de-critica 
f  4ie  iiOB  parece  eatraña,  pero  qoe  seesplica 
Mi  pot  lafl  oeBtombres  j  las  preooopaciones 
dalaépOBa. 
4€Í    MMJOHKA  H>rVLAI|. 


En  los  funerales  del  emperador  Yespasla* 
00,  el  arquimimo  Favon,  encargado  de  soguir 
su  ataod,  preguntó  ¿  los  qOe  presidian.  la  ce- 
remonia  cuanto  costaria:  «Cien  mil  sestcr- 
oiosB  le  respondieron.  «DAdmelos,  dijo  Favon, 
V  en  seguida  arrojadme  sin  cumplimíentos  ai 
Tiber. »  Aluaion  atrevida  ¿  la  notoria  avarlcia 
del  eraperador  difunto. 

£n  el  reinado  de  Tiberio,  otro  arquimimo, 
encargó  ¿  on  muerto  ¿  quien  acoropañaba  ¿ 
l^  hoguera,  que  dijese  ¿  Augosto  que  se  ha* 
bían  oWidado  de  cumpltr  los  legados  qoe  ai 
morir  habia  lie^ho  ¿  los  romanos.  TlbeHo,  al 
cual  se  dirigia  esta  acusacion  alegóríca,  man- 
áú  ilamaral  drquiroimo,  bisoque  se  le  pagat 
se  inmediatamente  la  parte  que  le  correspon- 
dia  en  los  legados  de  Augusto,  y  despues  le 
envió  al  suplicio  eocargAndole  (fne  anuneiaso 
de  sn  parteen  el  otro  mundo  al  divino  Aogusto, 
que  al  fln  se  habian  empezado  ¿  pagar  en  ea* 
te  sus  disposiciones  testamentarias  en  favor 
del  poeblo. 

Balbaena  en  sn  Diooionario  latino  defloe 
el-arquifliimo  con  estas  palabras:  «81  gefe  ó 
raaestro  de  los  mimos  que  en  las  comedias  an- 
tiguas  entretenian  al  poeblo  con  visages  y 
ademanes  ridicolos.» 

ARQUITECTO.  (ÁrquiMura,)  La  arquitec-  . 
tnra  exige  una  grao  reunion  de  conocimientos, 
y  el  bombre  que  la  ejerce  debe  haoer  un  es* 
tudio  profbodo^de  la  teoria  y  de  la  prAotloa 
de  este  arte.  Sn  apoyo  deesta  verdad,  pode* 
mos  citar  ¿  Platon  y  Giceron,  que  coando  qoe- 
rian  designar  nna  ciencia  de  un  vaslo  estudio, 
la  comparaban  cou  la  arqnileotura,'  con  la  me« 
dicina  6  oon  la  Doral. 

Llamado  ¿  dírígir  no  solamente  losobre- 
ros  de  toda  especle,  sino  los  artistas  de  todo 
género,  el  arqnitecto  deberá  a<lquirir  un.grado 
de  conocimlentos  suflcientes  para  haeerles  co* 
operar  ¿  la  ejecuclon  de  su  pensamiento;  y 
obtener  un  resultado  general  hijo  de  su  buea 
Juiclb,  y  que  no  podría^  veriflcarse  slno  do 
una  sola  y  única  voluntad.  Esto  est¿  cooforroe 
con  Vitrubio,  el  solo  arquitecto  de  ia  antigUe-> 
dad  que  nos  ha  dejádg  un  tratado  completo  do 
arquitectura,  del  quenosotros  imlicaremos  no 
solamente  sus  cualidades  morales,  sino  los 
cónocimientos  qoe  se  deben  adquirir  de  aquei 
llbro  eoH  las  modificadones  que  Irae  consigo 
el  siglo  en  que  vivimos* 

Este  aotor  recomienda  al  arquitecto  la  fl* 
losofia  y  la  moral,  persuadido  de  que  su  con- 
ducta  fundadaen  laequidad  y  ei  desinterés, 
pnede  por  solo  esto  méríto  adquirír  la  estima- 
cíoo  y  eonflaoza  de  sus  conciudadanos,  cuan- 
do  ha  desempeñado  con  probidad  el  eocargo 
qne  barecibido.  Prevenido  contrala  avariciay 
sus  TileB  especolacion^,  YJtrubio  dice  que  no 
debe  teoer  otro  objeto  qoo  el  interés  de  otro  y 
su  propia  reputacion. 

'  lBstraidoenlaJurispnidencia,deber¿cons- 
truir  segon  las  leyes  dei  paia  que  habiU  y  de- 
feeder  cl  iiOeréa  de  sos  oíieolea  ooatra  kM  vo* 


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403 


ARQUITECTO— AROürrECTURÁ 


404 


€lD08,  7  eTitar  en  \o  posible  los  pleltos.  La 
historia  ie  dará  nn  conocimiento  profnndo  de 
las  coBtumbies  y  osos  de  los  antig^uos.  Las  no- 
ciones  de  fisiologia,  de  fisica  y  de  quimica, 
le  hará  conocer  ia  natnralesa  y  ias  propiedades 
de  la  materia,  y  el  medio  de  suplir  á  los  mai 
teriales  que  él  podria  encontrar  en  tal  ó  caal 
país. 

Debe  tcner  nna  ^ran  habilidad  en  el  dibnjo, 
pues  no  solamente  el  arqnitecto  coordinará  to- 
das  ias  partes  de  sn  composicion,  dándole  el 
sspecto,  el  carácter  y  las  proporciones  qne  le 
son  conTenientes,  sino  que  esplicará  y  liará 
comprender  sn  pensamiento  at  qne  le  ha  con- 
flado  sus  intereses;  subdiTidiri  sus  trabajos, 
7  los  distribuiri  á  los  distintos  braxos  que  se 
han  de  emplear  en  elloa  aisladamente,  pero 
qne  tienden  todos  á  un  mismo  objeto. 

Auxiiiado  de  h  geometría,  podráiiacer  las 
nlvelaóiones  de  las  aguas  y  de  los  terrcnos, 
para  construir  un  ediflcio,  ylefacilitará  medio 
dc  ejecutar  las  oparaciones  de  estereotómia, 
aplicables  al  corte  de  piedras  ó  al  trasado  de 
carpifiteria  qne  se  va  á  hacer  ejecntar.  La 
aritmética  le  será  indispensable  para  el  desar- 
rollo  y  aplicacion  de  las  operaciones  geomé- 
tricas.  La  óptica  ó  perspectiTa  le  darán  elme- 
dio  de  prodocir  las  ilnsiones  del  todo  y  detallcs 
de  su  composicion,  yje  barán  Jusgar  de  ante- 
roano  el  efecto  queprodncirá  despues  de  ejecu- 
tado.  La  mecinica,  fuodada  en  los  principios 
de  la  geometria  le  proporcionará  los  mcdios 
roas  ficiles  para  bacer  moTer  Ida  masas. 

Pithéus  ¿ue  construyó  el  templo  de  Niner- 
taén  Prienne,  dice  en  su  tratado,  quc  el  ar* 
quitecto  debe  ser  mas  Lábil  en  las  artes  y  en 
ias  ciencias,  que  el  que  depende  de  ellas  y  las 
profesa  especialmente.  Yiirubio.masindulgen- 
te  no  exige  mas  que  el  estudio  de  la  pintura  y 
de  la  escultura,  ayudodo  de  la  astronomia,  de 
la  medicina  y  de  la  música,  bastando  sólo  unos 
eonocimientos  superflciales:  la  roúsica,  para 
disponer  un  teatro  scgun  las  leyes  de  la  atus- 
Hca;  la  astronomia,  para  sitnar  un  ediOclo  se- 
gun  la  postt^ion  que  le  es  mas  conyenicnte;  la 
roedicina,  para  apreciar  Ja  clase  de  gasei  que 
poede  haber  contiguos  i  ia  habitacion.  Kstos 
rasonamientos,  fundados  en  1a  corta  duracion 
dela  vida  bnmana,  no  nos  debcn  ser  aprecia- 
hles  ahora  en  rason  i  los  progresos  de  las 
ciencias  y  del  desarrollo  de  las  artes  mecini- 
cas  é  industriales. 

Si  Dos  hemos  abstenido  de  hablar  del  ge- 
nio  del  arquilecto,  roenciouando  las  cualida-*^ 
des  que  particnlarmente  4e-deben  distingnir, 
es  porqne  hemos  supuesto,  en  ei  qne  nos  pro- 
ponemos  pormodelo,  onalma  sensibleyfuerie, 
bastante  flexible  para  recibir  las  emoctones 
qne  esperimenta,  y  bastante  fuerte  para  resis^ 
tir  al  acarreamiento  que  Irae  consigo  noa  ma- 
la  imitacion.  Nosotros  le  hemos  supuesto  ar- 
mtrado  por  nna  pendiente  que  le  ha  inspirado 
)a  natoraleia,  animado  de  este  foego  creador 
qné  puedc  sok),  gniado  por  )a  raion,  bacerle  roariscos,  y  en  segnida  buscar  en  Ifüi  grotM  6 


creer  prodncciones  dignas  dela  admiraclon  de 
la  posterídad. 

En  esta  sitoi^cion,  y  despnes  de  haberie 
entregado  en  las  academias  al  esludio  de  lu 
ciencias  qne  le  hanjceñido  la  frente  con  la  co* 
rona  mereoida  por  sus  talentos,  ie  segnlremoe 
al  centro  de  la  Greda  y  de  la  Italia,  donde  )a 
mnniflcencia  del  ^obiemo,  ayndando  i  sas 
necesidades,  le  proporciona  medios  de  esto- 
diar  los  monnmentos  que  estos  paises  encier- 
ran.  Alli  le  yeremos,  iniciado  en  losnsos  de 
los  antignos  por  el  estudio  de  la  historia,  bos- 
car  y  descubrír  en  las  rutnas  casi  informes  é 
insigniflcantes  para  cnalqnier  otro,  los  secre- 
tos  de  nn  arie  qne  estos  pneblos  han  llefado 
al  roayor  grado  de  perfeccion. 

Este  ee  otro  estndio  al  cnal  se  deberi  en- 
tregar  nnestro  arquitecto,  yque  leofreceridi- 
flcaltades  no  menos  grandes:  ¿habla  de  los 
monumentos  de  la  Italia  modemar¿Qué  de  ob- 
Jetos  de  medilaclon  no  ballari,  cuaodo,  recor- 
riendocsta  tierra  clisica,  la  encuentre  cnt>íer- 
tadeedifldpselevadospor  Vi^ola,  Balta^ar 
Peruzzi,  rhladio  y  sns  célebres  conteropori- 
neos?  Entonf^s  cs  cuando  usando  de  una  vell- 
giosa  observacion,  deberi,  pordecirio  asi,  sa- 
carle  el  Jugo,  comparando  los  preceptOB  oon 
las  produccioncs,  y  tratando  de  averígnar  los 
roedios  que  ellos  han  empleado  para  produclr 
tal  ó  cual  efccto,  aprenderi  qué  partido  se  ha 
de  sacar  de  la  arquUectnra  de  los  anlignos,  y 
qné  se  puede  esplotar  para  aplicarla  i  los  iisob 
moderaos.  Dejando  la  paríc  del  gnsto,  por  oo 
decirde  la  moda,  i  ia  cnai,  por  deagracia,  el 
arquitecto  en  todo  tiempo  esti  sojeio,  desco- 
briri  todavia  los^  grandes  maestros  i  través  de 
las  estravagancias  del  Bemin  y  de  Boromini. 
Tal  debe  ser  la  educadon  del  arqnitecto,  y 
tales  son  los  que  forma  el  gobierao  en  la  Bscoe- 
la  especial  de  Arqnitectura,  dotada  de  profeso- 
res  de  todo  género,  7  en  la  qoe  despnes  de 
ezaminados  7  aprobados  los  alomnos,  recibeo 
un  titolo,  el  cuai  ies  antorisa  para  ejercer  cste 
noble  arte,  siendoso  cometido  ejecntar  los 
correspondientes  diseños,  dirígir  lasobras  7 
tener  i  sus  órdenes  todos  los  operarios. 

ARQUITBGTURA.  La  arquitectura  es  e)  aHe 
de  edificar  conforme  i  ciertas  reglas  7  propor- 
ciones  adecuadas  al  carictcr  7  destiuo  de  loa 
ediflcios. 

Creada  pari  satisficer  nuestras  prímeras 
necesldades,  la  arqnitectura  es  eonsiderada  eo 
casi  todos  los  puebios  eomo  el  barómetro  del 
estado  de  culturay  la  espresion  mas  propla  del 
pecnliar  ingeniode  cada  nho.  y  si  la  oscoridad 
de  los  tiempos  no  nos  permue  recooocer  sa 
origen,  podemos,  ^n  embargo,  remootindoaoo 
i  aqnellas  sociedades,  descnbrir  ahoia  los  úpom 
qne  les  sirvieron  de  base.  Bn  efeoto»  si  nos- 
otros  nos  representamos  al  hombre  en  la  oala 
do  primitivo,  le  Teremos  errar  por  ias  rilierao, 
trepar  las  rocas,  aTaiaottrae  sobre  loa 
les,  ó  sambnllirse  ea  ias  agoas  para 


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405 


ARQUITECTÜRA 


100 


en  el  seno  de  las  sehas  1a  seguridad  y  e1  re- 
po90.  Aqui  amoniona  piedras  para  hacer  una 
iDDralla  delante  de  sa  reliro;  aili  cruxa  rama* 
ges,  para  resguardarse  de  la  intemperie  y  de 
las  fleras,  que  tratan  de  disputarle  su  alimen- 
tó,  dquizás  de  arrebatarlo  la  existencia.  Mas 
tarde  oo  duda  en  alMudonar  estos  primeros  asi- 
los  para  fljarse  en  las  orillas  de  un  claro  arro- 
70  y  cnltivar  y  reprodocir  con  mas  abundan- 
da  lis  plantas  sustanciosas  qoe  la  naturaleaa 
leproporciona. 

Sf;  en  este  iugar  se  apodera  dc  es(e  noevo 
j  precioso  dominiOi  y  eie?a  la  prímera  caba- 
oa,  doode  se  acrecienta  su  familia,  y  donde 
la  necesidad  de  vivir  en  sociedad  le  hace  agran- 
dar  y  moltiplicar  sus  babitaciones.  Todos  estos 
eslbenos,  reonidos  por  uu  interés  comun,  ó  por 
OD  seotimieoto  mas  dulce»  le  obligan  luego  á 
explotar  los  bosques,  y  rodar  de  la  cumbre  de 
las  montañas  trdzos  de  piedra,  que  su  genio  iu- 
veotiTO  le  hácen  de  dia  en  dia  compouer  xon 
mas  babilidad.  Entonces  nace  la  arquitectura 
qoe  en  todo  se  aleja  de  sus  primeros  modelos, 
eoDservaodo  entretanto  en  los  pueblos  mas 
ciTiliiados  la  espresion  de  los  tipos  primitivos 
qoe  parece  nos  descnbren  ahora  su  origen. 

Resulta  de  ona  profnnda  combinaclon  de  la 
teoria  y  dc  la  práctica,  que  nosotros  ensaya* 
remosel  medlo  de  seguir  la  arquitectura  en 
80  progreso,  pero  no  trataremos  de  defloirle 
Im|}o  este  doble  producto  6  momento  doode 
ella  ba  alcauzado  el  mayor  grado  de  perfec- 
eíoo. 

Lateoriaencierra  los  principios  del  arte, 
kpriclicahacesu  aplicacion.  Gonsiderada  ba- 
ío  el  primer  ponto,  como  uua  combinacion  de 
los  medios  que  la  naturaleza  ha  ofrecido  al 
bombre  para  proteger  su  debilidad  ó  suavizar 
80  eiistencia,  pide  qulzás  mas  imáginacíon 
qae  ias  otras  artes,  para  imprimir  á  sus  pro- 
docciones  un  carácter  tal  que  no  encuentre 
otroejemplo  cd  la  naturaleza,  y  que  elórden, 
la  inteügencia  y  ia  armoniá  reinen  en  toda 
eUa;  mientras  que  en  la  plntura  y  la  cscullura 
sacao  no  solamente  los  modelos  que  ellos  re- 
presentan,  sino  tambicn  la  espresion  de  los 
sentimientos  que  les  hace  animar  los  sugetos. 
Trataremos  de  encontrar  en  el  arte  de  la  ar- 
qoitectura  el  'genio  y  el  giisto  que  le  consti- 
(oyea. 

Esta  es  la  fuente  fecunda  del  genio  que  la 
irqollectura  ^acada  la  iovencion  conforme  las 
leglas  coDstituye  el  gusto,  y  sin  auxilio  del 
eaalno  engendraria  frecuentemente  mas  que 
prodocciones  estravagantes.  El  gusto  y  scnti- 
lúento  de  convenienclas,  preside  á  la  distri- 
bacion  y  á  la  relaclon  de  lasmasas  con  los  de- 
talles,  ycoordioa  los  principios  de  eqnilibrio 
COD  los  encantos  del  arte.  £s  tal  su  influencia, 
qoe  iqMfftado  de  la  ruta  ordiilaria,  uu  arqui- 
tecto  poede  dolciacar  ó  infringir  la  monotonia 
de  ía  regia,  y  ayudado  de  una  transicion  qne 
tísabe  hacer  casi  insensibie,  aproximar  las 
Ivmas  opuestas  d  distintos  coloresi  tal  que 


una  sibia  y  profonda  combinadon  qne  no  pre- 
senta  por  la  justa  disposicion  de  todas  aos 
partes,  mas  que  la  apariencia  de  una  creacion 
fácil,  constituya  el  gusto.  en  una  palabra,  qoe 
dé  la  úllima  mano  i  la  obra.  Dc  la  reunioo  del 
genio  y  del  gusto,  resulta  cl  carácter  que  es 
la  espresion  de  la  arquitectura,  fondada  por 
unaf  parte  sobre  la  utUidad  y  la  dtsposiciou  de 
un  cdiflcio,  y  por  la  otra  sot)re  la  sensacion 
que  debe  hacer  esperimentar  au.  aspecto.  Por 
medio  del  caricter,  la  arquitectura  iniprime  en 
uo  monumento  un  sentimientode  severidad,  de 
nobleza  ó  de  eleganciai  viniendo  á  cstablecer 
una  distincion  positiva  entre  la  habitacion  ru* 
ral  y  la  habitacion  de  villa»  la  casa  de  un  rico 
y  cl  palacio  del  soberano,  y  la  prision  y  la  man- 
sion  del  placer. 

Si  los  ejemplos  que  acabamos  dc  citar  en" 
cierran  oposiciones  tales  que  sea  dificil  errar 
en  las  composicioues  qoe  eilos  presentan,  hay 
otros  muchos  ediflcios  qoe  ofrecen  una  inflni* 
dad  de  degradaciones  intermedias  muy  difici* 
les  de  conocer.  Desgraciadatnente  muchasve- 
ces,  por  ejempl0)*se  confüudeia  puerta  de 
entradai  unaciudad  con  un  arco  de  triunfo, 
la  casa  de  detencion  con  la  prision,  la  capilla 
con  la  iglesia,  y  en  íln  la  iglesia  parroquial 
con  la  basilica.  En  este  caso  que  la  teoria  es 
insuficiente,  el  arquitecto  no  tiene  mas  guias 
que  esta  finnra  de  Juicio  y  este  dictamen  poco 
comun  que  le  hacen  apreciar  su  Justo  vaior* 
y  lo  indícan  el  tamaño  sin  exageracion,  la 
simplicidad  sin  mezquindad  ó  la  riqueza  sin 
profusion. 

Bajo  el  segundo,  conceplo,  la  prictica  dela 
arquitectura  consistc  en  la  aplicacion  de  los 
principios  del  artc,  y.no  se  pnede  alcanzar  sino 
ayudado  de  las  ciencias  exactas  y  naturales, 
qoe  someten  i  su  poder  las  producciones  de  la 
nutnralcza,  para  hacerlas  concurrir  á  la  ejecu- 
cion  de  los  pensamientos  dei  genio.  Por  esto 
no  han  clasificado  sin  razon  los  autiguos  la 
arquitectura  en  la  altura  de  las  grandes  cien* 
cias. 

Garaeterlzado  por  un  genio  que  le  es  pro* 
pio»  cada  pueblo  le  mauiflesta  en  las  artes  que 
cultiva;  sea  que  él  1a  haya  recibido  de  la  na- 
turaiesa,  seaque  la  baya  desarrollado  por  su 
civilizacion,  siempre  se  le  conoce  por  su  ar- 
quitectnra,  como  por  sus  poesía:  asi  le  esficU 
al  ojo  prictico  seguirla  en  todas  las  regiones 
donde  ha  elevado  monumentos;  bien  que  haya 
espiotado  su  propio  snclo,  ó  que  apropie  laa 
producciones  de  paises  mas  remotos,  como  la 
piedra,  el  mirmol,  los  metales,  etc,  que  in* 
dican  su  presencia  y  llevan  el  sello  de  su  ca- 
ricter,  de  sus  costumbres,  de  sus  usos,  de  su 
ciYilizacion,  y  en  una  palabra,  de  sus  facul- 
tades. 

Nosotrosno  prétendemos  dedocir  de  esta 
deflnicion  del  genio,  que  todos  los  pueblos  ha- 
yan  tenido  igual  grado  de  perfeccion  en  suu- 
quitcctura;  pero,  que  guWos  porun  seM 
mieato  de  conTenienda  partlcalar  á  sos  hmr 
i 


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4«7 


ABQÜITECTORA 


m 


sldades,  liao  teodkio  á  oo  mismo  objeto  por 
otminos  opoestos  y  medios  diferentes,  por  los 
ooales  han  dado  curso  á  la  imaginacion,  en  la 
aplicacion  á  su  clima  y  á  las  producciones  de 
sn  stielo.  Ksta  venlad  la  creeroos  tanto  mas 
fbodada,  que  apropiando  cada  dia  las  concep- 
ciooes  á  nuéstros  usos»  oos  imponemos  la  obli- 
facion  de  reconocer  el  grado  de  superiorfdad 
que  ha  adquirído,  al  menos  en  algunas  par- 
tes  la  arqultectura. 

No  conTenir  en  1a  utilidad,  propiamente  di- 
eha  de  la  arqnitectnra,  seria  demasiado  absar- 
do;  mas  si  pior  la  ntilidad,  nosotros  entende- 
mos  las  Tcntajas,  los  goces  que  eila  nos  pro- 
oura»  la  carrera  se  desarrolla  prcsto  á  ouestros 
ojos  bajo  el  roas  vasto  7  mas  brillante  aspec 
to,  7  con  Tcnts^as  que  las  otras  artes  no  le 
poeden  conteatar.  Asi  es  que  la  Teroos  erigir 
femplos  á  la  DiTinidad,  palaclos  á  los  sobcra* 
Dos,  monumentos  honoríficos  en  memoria  de 
horobres  ilustres  óde  acclones  célebres;  cons- 
tmir  las  fábricas,  las  máqulnas,  fiientes  de  la 
iodnslría  7  de  la  prosperidad  de  los  pueblos; 
lcTantar  niurallas  al  rcüedor  de  las  ciudades  7 
Tillas,  parii  protejer  c-I  comercio;  dlsponer  los 
drcos  y  los  teatros  para  los  placeres,  los  acoe- 
duetos  y  paseos  públicos,  para  stiministrar  el 
agoaconabnndancia. 

Tales  son  los  principios  que  nosotros  tra- 
taremos  de  desarrollar  eo  los  articolos  á  los 
eoales  nos  referimos. 

Este  seri  el  lugar  mas  oportuno  de  dar 
una  idea  general  de  la  bistoria  de  la  arquitec- 
fura,  empesando  por  tas  de  la  India  y  del  Egip- 
to  que  se  mirao  como  tas  mas  autiguas;  pero, 
deblendo  ocnparnos  particnlarmente  bajo  un 
fitnlo  especial  de  todas  ellas,  no  -  trataremos 
aqui  mas  que  de  ia  de  los  griegos,  en  qne  la 
helleza  forma  el  regulador  de  1a  teoria  y  de  1a 
práctica  de  esle  arte  basta  los  tiempos  mo 
derno;*. 

Los  dorios  parece  liaber  Hido  el  primer 
poebto  de  la  Grecla,  qoe  determina  las  pro- 
porciones  del  órden  que  iiias  en  uso  estuTo  en 
toda  la  Grecia,  iiajo  ei  nombre  de  dórieo,  y  ad  - 
Ipilrió  una  perfeccion  tal,  que  ningun  pueblo 
le  pudo  sobrepujar.  El  dórico,  esclusivamenle 
émpleado  en  los  monumentos  etruscos.  indi- 
ca  bleo  positiTamcnfe  que  ctiaodo  los  pelas- 
^s  trasportarou  á  Etruria  las  artes  de  la  6re- 
cia,  esle  órden  era  solo  conocido  en  Atenas: 
Éolamente  que  cllos  le  adapturon  uiia  base.  En 
este  eslado  fué  cuando  le  int  rodnjeron  en  Ro-^ 
roa  bajo  el  oombre  de  toscano. 

Ed  tiempo  de  Perlcles,  Atenas  se  habia  he 
cho  el  centro  de  las  ciencias  y  de   las  artes, 
7  habia  dejado  fijos  los  tres  órdenes  que  des- 
puos  sirvieron  de  base  i  la  arquitectura:  el  dó- 
ríco.  el  Jónico  y  el  coríntio. 

Eo  el  año  61 4  antes  de  la  era  crístiana, 
Tarquino  hixo  Tenir  etruscos  para  construir  la 
gran  cloaca  conoctda  hoy  bajo  el  nombre  de 
.^loaca  maxima,  y  para  leTantar  pórtícos  a1- 
Tedador  dé  la  plaaa  pdblica,  dé  laé  esoue^ 


\m,  etc.  Bstofl  fberoo  eo  Room  los  prtmeros 
monomeotos  que  ao  hicieron  en  píedra  qoe  me- 
reicao  sereiiados.  Porque,  segon  la  reiadoB 
de  los  hlstoríadores,  ios  icmplos  7  las  habita 
ciooes  particolares  no  hao  sido  cobiértaa  has- 
ta  entooces  mas  que  de  rastrojoi  7  ardlla. 

Tarqnioo  el  Soberbie,  sobríoo  del  anteríor, 
eleTó  el  teroplo  de  Júpiter  Capitolioo. 

AuguBto,  que  Tlto  LiTio  ilama  el  restaura* 
dor  de  ios  templos,  trajo  los  mas  célebres  ar- 
quitectos  y  escultores  dela  Grecift,  7  prestóasi 
a^oda  i  las  bellas  artes,  para  cobrír  los  hier" 
ro^  i  donde  ee  encadenaban  los  romanos. 
Oespues  bace  Tenir  de  la  Sicllia  y  del  Egipto 
loe  mirmolea  maa  preciosos  para  constniir  los 
roagoiflcos  roooomeotos  que  inmortaiisao  sn 
siglo,  ^deloscoalespodemos  citareofDo^ni- 
plo  el  templo  de  Júpiter  Tooaote.  Bsta  es  la 
épocamas  iiríllaote  de  ia  arqnitectora  romaoa, 
quecomo  dice  Vitrubio  Poltion  eo  so  obra,  oos 
trasmite  los  princtplos  ó  medios  por  los  eotlei 
el  arte  habia  ilegado  i  nn  atto  grado  de  perfec* 
cion. 

Bajo  Tiberío  7  Clandio,  la  arquitectora  eni* 
pieza  i  degenerar,  bajo  Neron,  el  lujo  7  la  pro- 
fusioo  la  elcTan  aobre  el  gusto,  aserclon  Jos- 
tiflcada  por  la  descrípcion  del  palacio  qoe  baca 
coQstruir  coo  el  oombre  de  Caaa  Dorada  que  con- 
prende^  lodo  el  monte  Palatino,  7  la  paríe  del 
Viminal  ho7  ocupada  por  el  tempto  de  la  Pu. 
Trajano  llama  por  algun  tieropo  la  arquitectora 
i  su  primeraporeia,  comopoidemos  joxgarpor 
los  fragmeotos  que  restao  del  arco  7  del  foro 
que  fueroo  IcTaotados;  mas  loego  decae  des- 
de  el  tiempo  de  Adriaoo,  bajo  el  coal  se  iotro- 
duce  el  gusto  de  ia  arquitectora  de  díférenfes 
pucblos  somelidos  entonces  i  la  dominacion 
romana;  y  por  úlliroo  sucnmbc  bajo  Galíeno. 

La  traslacion  de  la  silla  dol  imperio  roma- 
no  i  Blsfliicio,  eü  sin  contradiccioo,  i  lo  que  se 
ritríboyc  este  aoiquilamíento  de  las  artes  eo 
Roma.  En  efeclo,  ¿cómo  podrin  ellas  sostener- 
se  cuande  Constanfino  y  sus  sucesorcs,  oo 
contentos  de  Üevar  el  pequeño  nombre  de  ar- 
tistas  qiie  tenian  eiitonces,  hlcieron  demoler 
algunos  monumentos  para  lleTarse  ias  colam- 
nas  ylüs  roáriDoles  quc  los  decoraban?  Si  se 
nne  á  estos  motiTOS  ias  incnrsiones  frecaeotes 
de  los  bárbaros  en  este  imperío  desmembrado» 
se  sorprenderi  dehallar  aun  hoy  dia  roioas 
ioteresanles,  y  una  enorme  cantidad  de  deta- 
lies  preciosos  que  se  hao  escapado  del  estrago 
de  I0S  siglos  y  de  ia  barbaríe  de  los  Tiodak». 

El  gusto  de  la  arquitectora  romaoa,  altera- 
do  sobre  so  propio  suelo,  oo  poede  resistir  á 
uoa  coloniiacioii  si  peligrase  por  ella.  El  lq}o 
asiilico  y  una  ordenacion  sin  reglas  ni  príii* 
cipios  te  hacen  presto  sucombir,  7  se  to  oai- 
cer  la  arquitectura  biiaotioa,  resultado  de  es- 
ta  reunion,  en  la  ctial  la  habilidad  M  ohrero 
sustituyei  lacicncía  del  arquitecto. 

El  primorinoniimento  considerable  qoe  se 
conátroyó  de  esta  clase,  fnéla  basiliea  deSni* 
ta  6ofía,  coustruida  por  Jostioiaoo  ep  el  9|* 


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109 


ARQÜITECTD&A 


440 


gio  TI,  y  qie  86  eonsidera  con  jasta  raioD  oo- 

mo  l<  príocipal  obra  del  Bajo  Imperio.  En  e\ 

trascorso  de  los  sigloa  X  y  XI,  los  arquitec- 

108  gríegos  levantaroD  sucesivamente  las  igle- 

siis  de  San  Márcoa  en  Venecia,  San  MiQiato 

eo  FloreDcia ,  y  la  catedral  de  Pisa,  para  la 

CQal  fioscfaetto  hizo  venir  loa  mármoles  del 

AÍKca.  La  torre  de  Pisa  fué  elevada  en  el  sigto 

slfnieo'e;  en  el  XIII,  Jacobo,  arqnitecto  floren- 

lino,  coostruyó  Nuestra  Senora  de  Asis,  tan 

eoDsiderable  por  la  disposicion  de  sus  dos  pi- 

808,  como  por  la  riqueza  de  las  pioturas  grie- 

ÍH  qoe  la  decoran.  En  esta  misma  época  Ar- 

DolptK)  di  Lopo  eleva  en  Florcncia  la  cúpnta  de 

Santa  tfaria  de  las  Flores ,  y  Pablo   Barbetta 

ooostr4]ye  Santa  Maria  Formosa  en  Venecia,  la 

trqailectura  de  este  úllimo  monumento  es  nn 

elo^io  del    género    bizantino   adoptado   por 

aqneilos  que  nosolros  acabamos  de  cilar ,  y 

scaproxima  ya  á  la  antigttedad.   Roma  no  se 

<jwdó  alras  bajo  este  produclo  del  arle;  la  Mar- 

diione  eleva  la  capilla  en  mármol  de  Santa 

Maria  la  Mayor;  y  el  gnslo  de  la  arquilecliira 

ac  reparte  de  dia  en  dia  en  el  veMo  de  la  Euro- 

pa.  Cáríos  V  bace  trabajar  en  el  Louvre,  empe- 

sado  por  Felipe  A«goslo ,  y  en  el  (mlncio  dc 

Sdo  Germanen  Laye,  queCárlos  Vlbizo  auraen- 

lar  coosíderablementc.  Kn  Inglaterra,  Bduar- 

<lo  III  üace  lcvantar  el  píitacio  de  Windsor.  A 

la  Ilalia  le  eslaba  rcservado  dar  á  la  arqnitec- 

tura  uo  nueco  lusire;  estc  es  el  qoe  en  el  al- 

glo  XV  produjo  Brunelleschi  y  Leon  Baotista 

Alberto.  que  los  primcros  estudiaodo  á  Vitrubio 

empesaron  á  dibujar  y  medir  los  monumenlos 

inliguos  de  Roma.  Gracias  i  la  proteccion  in 

medmta  y  al  guslo  de  los  Médicis,  la  arqui- 

lectura  alcanzó  presto  este  grado  de  pef  fepcion 

y  soperíoridad  que  bizo  por  segunda  vez  con- 

ziderar  la  eiudad  de  Roma  como  la  reina  det 

Biaodo;  estos  son  los  que  (razaron  la  marcha 

qoe  con  tan  bueo  éxito  siguieron  el  Braipante, 

Sao  Oallp,  Baltasar  Peruzzi ,  Serlio,  Príeto  Li- 

gorio.  Vigoola,  Palladio,  y  este  es  ei  resplan- 

dor  de  las  vivas  luces  derramadns  por  estos 

eélebres  arquitectos  y  que  ia  Francia  debe 

por  Qn  á  Filiberto  del  Orroe,  iuan  Bullaut,  Du- 

rercea,  Mansar^  y  Francisco  Blondel. 

ISPLIGACION  DE  LAS  LAMINAS  DE  ARQUITEG- 
TÜRA. 


LAMinA  I. 

Orden  egipeio. 

Pig.  r*  Plantade  on  ángulo  del  pórlioo 
del  graa  templo  de  Edfou. 

fí^.  í.*  Fachada  del  mismo  pOrtico ,  to- 
mada  sobre  el  áogulo. 

Fig.  3.*  Elevacion  ó  alzada  del  ingolo  su- 
períor  del  gran  templo  de^  HBrmonthis. 

Fig  4.*  Par  e  de  una  (merta  del  grao 
taoiplo  Pbil».  Se  veq  eiioima  trea  fraDdea 


moldoraa  deooradaa  de  globos  aladoa,  qne  se 
encoentran,  seroejantemente  colocadoa  en  to- 
das  las  poertas  de  los  ediflcios  egipcios. 

Pig.  5.*  Decoracion  esterior  de  los  muros 
de  intercolamnio  del  gran  templo  de  Phil». 

Fig,  6."  Gapitel  y  ba?a  de  iino  de  los  cdi- 
flcios  del  Mediodia  en  Phiise. 

Fig.  7.*  Planta  y  alzada  de  uno  de  los  ca« 
piteles  del  pórtico  del  gran  templo  de  Edfou. 

£1  capitel  de  la  fig.  fl.^  ofrece  una  dc  las 
variedades  que  están  mas  en  uso  en  la  arqui- 
teciura  egipcia,  es  una  imitacion  det  cáliz  de 
una  flor,  qoe  sin  duda  es  la  del  lotus.  El  borde 
del  ciliz  es  circutar  y  cortado  en  lóbulos  cou- 
vexos,  formando  upa  série  de  pétalos  que  caen 
al  rededor  con  grácia.  Gn  otros  capiteles  el 
cáliz  está  rodeado  de  hojas  de  palmera  como 
en  la  fig.  7.^,  ó  de  hojas  de  plantas  acoátlcas. 
Estas  dos  variedades  de  capiteles,  que  son  las 
mns  coosiderables ,  coriesponden  á  la  bclla 
época  del  arte.  Segun  sea  el  destino  de  estos 
capileles,  caisi  s*^  les  rccubría  de  geroglíflcos 
esciilpidos  y  pintados  de  colorcs  variados  y 
brillaules.  Ca  tercera  variedad,  qué  es  bastan- 
te  rara,  eA  la  que  tieue  los  capiteles  de  las  co» 
lumnas  del  gran  templo  de  Tcntyrís,  en  Dende- 
rah  (véate  la  fig.  t.^  de  la  lám.  X.)  Está  forma- 
da  de  una  roasa  rectangular,  sosteniendo  so* 
bre  cada  una  de  sus  caras  una  cabeza  de  Isis 
en  relieve,  y  sobrepuesta  de  una  paríe  que  fl- 
gura  una  puerta  piramidal;  algunas  veces  la 
cabeza  de  isia  eati  reemplazada  por  una  de 
Typhon  6  genio  del  mal,  llamado  asi  entre  los 
egipcios.  Las  colomnas  soo  de  forma  ligera- 
mcnlc  cónica,  pero  sín  grada.  La  parte  in- 
ferior  está  decorada  de  triiogulos  curvilineos, 
entre  los  cuales  sc  encoentran  adornos  forma- 
dos  de  lotus  y  olros  slmbolos;  por  último,  des- 
cansa  aobre  una  base  cilindríca ,  y  general- 
mente  lisa  y  de  un  diimetro  considerable. 

Lo^  detalles  representados  en  esta  limina 
comprenden  casi  todo  el  slstcma  de  omamen- 
tacion  del  estilo  egipcio ,  quc  fué  consagrado 
desde,  los  primeros  tiempos ,  y  continua,  por 
decirl'o  asi,  invaríable. 

LAMINA  II. 

Orden  dórico. 

Fig.  4  .*  Fachada  del  ingulo  occidental  de 
uno  de  los  templos  llamados  Propglos  en 
Atenas. 

Fig.  %.*  Detalles  de  la  revnelta  dcl  ángulo 
del  fronton  del  Parthenon  eu  Atcnas. 

Fig.  3.»  Detalle  de  «n  capllel  del  Par- 
thenon. 

Fig.  4.*  Detallc  de  ias  arinellas  del  mia- 
mo  capitel. 

Fig.  6.*  Orden  dóríco  del  leatro  de  Mar- 
eelOf  en  Roma.  Este  órden  qne  ha  sjervido  de 
tipo  al  dóríco  romano,  conserva  auo,  en  algu- 
naa  partes,  la  pureza  del  arte  $nef^,  y  reune 
á  la  &oUdes  la  elegancia. 


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144 


ARQÜITECTÜRA 


44S 


Pig.  6.^    Detalle  en  grande  del  cornisa* 
mento,  del  capilel  y  del  plafon  bajo  el  alero. 

Fig,  1.^    Cornisamenlo  de  nn  órden  dóri 
co  descubierto  en  Albano,  cerca  de  Roma,  y 
planta  del  plafon  del  alero. 

Ftg.  8.*    Angulo  de  un  órden  dórico  pr¡- 
roitivo  de  1a  Sicilia. 

Esta  lámina  cncícrra  los  tipos  principales 
de  esle  órden,  quc  fué  creado  por  los  griegos, 
y  conslituye  clla  sola  el  esUlo  de  la  arquitec- 
tura»  y  quizás  cousiderada  como  la  espresion 
mas  verdadera  de  la  fuerza,  de  la  solidez,  de 
1a  purcza  y,  de  la  severidad.  ■ 

La  fig.  8.*  nos  nlanlflesta  el  carácter  que 
tuvo  el  órden  dórico  en  los  primeros  tempios 
conslruidos  cn  Crecia;  es  decir,  anleriormenle 
al  siglo  VI  antes  de  nuestra  era.  Esle  ca- 
rácter  ha  sído  cooservado  en  una  época  pos- 
terior  en  Sicilia,  en  algunas  partes  de  la  Ita- 
lia  y  en  Egina,  doode  la  encontraremos  en  el 
templo  de  Júpiter,  y  cuya  construccion  no  se 
remonta  mas  allá  del  siglo  V,  y  se  conoce  éo- 
mo  el  tipo  del  estilo  que  se  considera  hoy, 
por  esta  rason,'  bajo  el  nombre  de  esUIo  egi- 
nético, 

Este  fué  entre  los  famosos  ediOcios  cons- 
truidos  en  Atenas  bajo  la  adminislracion  dc 
Perlcles,  el  órden  dórico  que  reunia  mas  per- 
feccion.  Las  figs.  l.«  y  2.*  pueden  dar  una 
idea  de  la  belleza  de  ¿us  proporciones ,  de  la 
linura  de  sus  detalles  y  de  la  pureza  de  sus 
formas.  Casi  todos  los  ediQcios  de  esta  época 
están  coostruídos  en  mármol  blanco;  asi  á 
causa  de  la  riqneza  y  bcileza  de  la  materia 
cmpleada,  se  hizo  entonces  un  uso  menos 
general  de  ios  colores  que  en  ios  tiempos 
primitivos,  que  eslaban  construidos  con  pie- 
dracalcárea  porosa,  y  revestidos  de  estuco 
coloreado.  Los  magniflcos  adornos  que  habia 
pintados  en  los  templos  hechos  de  tobá,  fue- 
ron  dcspues  esculpidos  en  ios  templos  de 
mármol,  donde  las  grandes  superflcies  lisas 
quedaron  apnrentcs. 

EI  órden  dórico  fué  casi  solo  cmpleado  por 
los  griegos ,  los  cuales  de  sus  costumbrcs 
simples  y  severas  habian  in-pirado  el  gusto 
de  todo  to  quc  es  digno  y  magestuosd.  Los 
romauos,  por  el  contrario,  en  el  gusto  mas 
móvil  y  suotuoso,  se  acomodaban  mejor  á  una 
arquitectura  mas  rica  y  mas  risueña,  em- 
pleando  muy  raramente  este  órden,  dándole 
uu  carácter  muy  diferente,  alargando  sus  pro- 
porciones,  multiplicando  sus  detalles,  y  ele- 
vando,  en  nna  palabra,  el  típo  de  simplicidad 
y  de  nobleza  que  los  griegos  le  habian  sabido 
imprimir.  Estas  son  las  partes  de  que  se  com- 
ponc  la  columna  que  Ilevan  variaciones  mas 
notables  como  se  puede  vcr  comparando  las 
fgi»  l.*  y  3.*,  donde  se  ve  que  el  dórico  de 
iosromanos  no  tiene  relacion  conel  de  losgríe- 
gos  mas  que  en  los  triglifos  y  las  gotas;  la  cor- 
nisa  forma  enteramente  otro  perfil,  y  el  capitel 
es  en  un  todo  diferente  del  de  los  griegos. 


LAMINA  UI. 

Orden  jónico. 


Fig,  4  .*  Visla  del  ángulo  al  Nortc  del  pór- 
licó  de  ErecteOf  cn  Atenas. 

Fig.  2.*  Detalle  del  coruisanipnto  del  mis- 
mo  pórtico. 

Fig.  3.*  Detalle  de  la  base  dc  una  co« 
lumna. 

Fig.  4.*  Fachada  del  órden  jónico  del  lea- 
tro  de  Marcelo,  en  Roma. 

Fig.  5.*  Detalle  del  comisamento  del  mis- 
rao  órden. 

Fig.  C^  Gornisameuto  del  templo  de  la 
Fortuna  viriU  en  Roma. 

Fig.  7.*  Capitel  visto  defrenle  y  de  perfit, 
de  la  iglesia  de  Santa  Maria  Trattavera,  ea 
Roma. 

Los  griegos  no  )]icieron  un  uso  muy  fre- 
cuentc  del  órdcn  Jónico;  y  casi  se  pnede  cí- 
tar  que  seis  fueron  todos  los  ejemplos  que  bu- 
bo  deeste  órden  en  toda  la  Grecia  propiameo- 
te  dicha.  Los  romanos  no  lo  emplearon  mas 
que  accidentalmente.  Se  le  cncuentra  eii  Roma 
en  el  lempio  de  1a  Forluna  viril,  en  el  tealro 
de  Marcelo  y  en  las  termal  de  Diodeciano. 
En  las  colonias  griegas  de  Asiase  le  ve  emplea- 
do  en  los  templos,  sobre  todo  eu  los  de  la 
Jonia,  donde  se  cree  haber  sido  empleado  por 
primera  vez. 

La  invencion  del  órdenjóntco  noes  tan  an- 
tigua  como  la  del  dórico;  pues  no  data  mas  que 
del  año  660  antes  de  Jesucristo;  antes  de  csta. 
épocael  órdendórico  esel  que  solo  secmpleaba 
en  la  construccion  de  los  templos.  En  el  princi- 
pio  del  siglo  VI,  antesde  nuestraera,  es  coaodo 
empieza  á  desarrollarse  esta  arqnite'ctura  roas 
risueña  y  que  conviene  mejor  que  la  arquilec- 
tura  dórica  á  los  gustos  y  á  ias  costumbres  de 
los  Jonios,  entre  los  cuales  reina  un  espírito 
menos  severo,  un  pensamiento.  mas  decidido 
que  entre  los  griegos  de  Europa  por  las  for- 
mas  elegantes  y  graciosas. 

£1  órdeú  jónico  varia  poco  de  carácter  en 
los  edificios  del  Asia,  tiene  bellas  proporcio- 
nes,  pero  está  sobrecargado  de  una  oroamenta- 
cion  de  mal  gosto,  y  frecuentemente  ejecola- 
da  sin  cuidado.  En  la  Grecia  propiamente  dicba, 
es  ficil  buscar  el  bello  tipo  de  este  órden;  alli 
conserva  en  efecto  la  nobleza  y  la  simplicidad 
del  dórico,  aunque  tiene  mayor  elegaocia  y  mas 
ligereza.  EI  de  Erecteo ,  qne  representa  la 
fig.  l.»  es  el  mas  rico  que  los  griegos  lian 
empleado. 

Lo3  romanos  como  se  ve  en  la  fig.  7.*,  bao 
reunido  ¿  la  ríqueza  de  omamentaciou  del  ca- 
pilel  Jónico,  el  cornisameoto  de  la  fig.  6.*  muy 
sobrecargado  de  detalles ,  que  1e  bace  formar 
un  todo  muy  pesado,  y  no  reune  la  esquisita  fi- 
nura  del  cornisamento  griego.  La  columna,  co- 
mo  se  ve  en  la  fig.  4.*  es  poco  mas  ó  meuos 
como  la  griega;  el  capltel  corto  dedlmensiooes, 
!  ba  perdido  la  semejanxa  del  qae  está  formado 


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ARQÜITECTÜRA 


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7  no  reDoé  e1  aspecto  de  1a  solidez  y  elegancia 
qne  presentan  todas  tas  partes  dei  órden  jóni- 
co  erapleado  por  los  griegos. 

LAMINA  IV. 

Ordenes  ctmntio  y  compuesio, 

Pig.  4.*  Vista  en  alzado  dei  ángulo  del 
pórtico  det  Panteon,  en  Roma. 

Pig,  ^^  Detalle  en  grandc  del  comis&men- 
todel.órden  del  mismo  pórtico;  pianta  de  los 
modillones  y  sofltos  de  bajo  ia  corona. 

Pig.  3.*  Elevacion  por  mitad  dei  capitel  y 
.  de  la  basa  del  mismo  órden. 

Pig.  4.*  PJanta  de  la  cuarta  parte  del  ca- 
pitel. 

Pig.  5.*  Gapital  y  basa  compuesla  del  ar- 
codeTito. 

Pig.  6."  Planta  de  la  cnarta  parte  del  mis- 
m  capitel. 

Pig-  7.*  Cornisamento  del  órden  del  mismo 
arco;  planta  de  los  modillones  y  de  los  sofitos. 

Pig.  8.*    Basa  compuesta. 

La  arqnitectora  cofiniia  no  constituyó  Ja- 
ois  un  tipo  particnlar  en  los  bellos  tiempos 
de  la  Grecia;  no  estaba  considerada  en  este 
pais  sino  como  an  accesorio  del  iujo,  y  no  se 
re  en  nlnguna  parte  como  ordenacion  comple- 
tadenn  edificio.  Losdos  sotos  ejemptos  de  es- 
ta  arqoitectora  exifften  aun  en  la  Grecia  propia- 
Biente  dicha,  son  en  el  peqoeño  monomento  de 
Lffsierates,  en  Atenas,  y  en  el  templode  ilpo/0| 
ea  Phigalie;  no  es  empleada  maa  que  aistada- 
nente  y  como  sobordinada  ¿  las  otras  partes 
del  ediflcio.  No  foé  mucho  tiempo  despues  la 
iaYencion,  pnes  data  del  sigloIY  antes  de  noes- 
tra  era,  en  que  se  Tcel  tipo  corintlo  detenerse 
ante  las  formas  canónicas,  y  escluir  eu  su  em- 
pleo  el  de  olro  órden.  La  historia  antigua  atri- 
ÍHiye  Bu  invencion  á  Galimaco,  pero  esto  no  es 
cierto,  pues  lo  qoe  hizo  fné  perfeccionar  al- 
gonaspartes  desu  omameíitacion. ' 

Foera  de  It  Grecia,  es  fácil  encontrar  los 
fliodelos  en  los  cuates  cl  arte  se  conTino  en  re- 
coBOcer  las  regias  del  órden  corintio,  se  le 
eDcoeotra  frecuentemente  en  Asia,  doode  está 
aioy  sobrecargado  de  adomo,  y  donde  se  tra- 
tóde  perfecclonar  otro  tanto  aun  so  tendencia 
tttnral  en  la  decoracion.  Bl  máximo  de  rique- 
u  T  lujo  se  encuentra  en  los  monumentos  de 
Balbee  y  Pedmira, 

El  órden  corintio  pertenece  ála  arqoitectu- 
n  romaua,  como  el  órden  Jónicb  Ala  arquitec- 
tora  del  Asia  Mcnor,  y  el  Orden  dórico  ¿  la  ar- 
qniteetora  de  la  Greda.  UL'fig.  1.*  ños  mani- 
^esia  el^car¿cter  mas  beilo  qoe  los  romanos 
impriiBieroD  ¿  este  órden,  antes  qne  el  dema- 
sMoamor  al  lujo  nd  alterarse  con  detalles  n!al 
mofiTados,  1a  pnreza  qoe  en  no  principio  no 
nchilan  SQ  riqueza  y  so  elegancia. 

Ati  es,  qae  este  amor  ai  IqJo,  con  la  nece- 
sidad  de  fórniaa  QQeYas,  da  ortgen  ¿  el  órden 
desigiHido  oon  el  Bombre  de  comp^esto:  Me  6f- 


den  no  posee  ningun  carácter  queio  sea  propio* 
pues  eso  no  es  mas  que  un  compuesto  de  órde* 
ncsjónlco  y  corintio,  de  los  cualesse  haapro, 
piado  las  partes  mas  ricas  y  mas  adornadas* 
En  el  siglo  XV  este  órden  fué  señalado  por  la 
primera  rez  por  los  arquitectos  que  estudiarn 
los  monumentos  de  la  antigüedad,  y  le  mir* 
ron  como  moda  en  la  época  del  renacimiento. 

Este  órden  fné  empleado  por  primera  tcz 
enel  arcodo  Tito,  y  sehaadoptado  conprefe- 
rencia  en  los  arcos  de  triunfo,  aunque  se  en- 
cuentra  ahora  en  hs  termasde  Diocleeiano,  en 
las  de  Caracalla  y  en  el  pórtico  de  Octavio, 
No  liene  la  gravedad,  lasiraplicidad,  la  unidad 
de  carácter  del  Panteou  y  dei  templo  de  Anto- 
nino  y  Faustina.  La  profosion  de  sus  adornos, 
repartidos  sin  razon  sobre  todossusmiembros 
y  cjecotados  con  negligencia,  le  da  pesadez 
y  le  quita  ia  pureza  de  las  líneas. 

Esta  es  1a  razon  por  qne  se  considera  el 
compuesto  como  una  ordenacion  particular;  y 
no  es  en  efecto  mas  que  una  varícdad  del  co- 
rintio,  eo  que  la  elegancia  y  la  senciilez  no 
es  suficiente  ¿  la  magniflcencia  y  al  lujo  de 
los  emperadores.  Esta  combioaclon  de  dos  ór- 
denes,  en  que  los  elemeulos  bellos  que  ellos 
roismos  tienen  no  reunen  de  natural  mas  que 
el  ser  semejantes^  es  ya  un  paso  cn  ladecaden- 
cia  del  arte  y  presagio  de  declinacion  de  Id  ar- 
quitectura  romana. 

LAMINA  V. 

Orden  morisco. 

Fig,  i.*  Representa  uoa  de  las  arcadas 
del  pórlico  que  recorre  el  patio  de  tos  leones 
Uel  palacio  de  1a  Alhamhra, 

Fig,  2.*  Decoraccion  de  las  arcadas  de  la 
sata  de  las  Dos  Hermanas, 

Fia,  3.*  Decoracion  dc  un  arco  de  la  sala 
de  AÍbercad, 

Pig.  4.«  Detalle  del  capitel  y  de  la  basa 
perleneciente  ¿  la  fig.  4.* 

Fig.  5.^  Gapitel  del  pórtico  del  patio  del 
Estanque, 

Fig.  6.*  '  Trozo  do  una  fachada  en  la  sata 
de  la  Me%quita. 

Sl  ss  quicren  tener  mas  detalles^  véase  la 
palabra  arabe. 

LAMINA  VI. 

Orden  gótico. 

Fiq.  4  .*  Representa  nna  de  las  arcadas  de 
la  nave  de  la  cafrdral  de  Bayiona. 

Fig,  2.*  Campanario  de  oiia  iglesia  de 
Ruen. 

Fig.  3.»  Campanario  tomado  de  la  catedral 
deFribourg. 

Pig,  4."  Floron  enquétermlnanordinaria- 
mente  estos  campanarfos. 

Pig,  y^    Pechiiia  de  la  catedral  de  Colonla, 


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ABQOtTBGTUHA 


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Fig.  0.*  r  7.*    Cai^tel  de  eKe  edlflcio. 

Fig.  8.^    Parte  de  una  Tidriera  de  la  mis- 
ma  catedral. 

Si  86  quieren  tener  mas  detalleSi  Yéase  el 
artlcuto  GOTiCA  [arquiXecXura.) 

LAMINÁ  VII. 

Ordisné%  dñl  renaámiento, 

Fig.  4.*  Orden  dórico  de  la  galeria  del 
Lonvre,  lado  de  U  ribera. 

Fia,  i.*  Orden  jóoico  det  pábeUon  de  loi 
Helofei,  en  las  Tulteriai  (Pam.) 

Fig,  3.^    Carlátide  de  la  tribuna  de  Jiian 
Goujón,  en  el  Louvre. 
.  Fig.  4.*    Orden  del  palacio  de  GáliUm. 

Fig.  5.*  Gornisameoto  del  gran  órden  del 
pórticodeEcouen. 

Fig,  6/  Capitel  de  la  casa  de  Francis- 
Gt>  I,  en  Orleans. 

Para  obtener  mas  dctalles,  véasc  el  articu- 

lO  RBNAGUUBNTO. 

LAMINA  VIII. 

Monwmenloi  oiltieoi  y  de  la  antigua  Galia. 

Fig.  i  .*  y  %.*  Roea  de  hu  hadae  de  Bag- 
neuw,  cerca  de  Saumur. 

La  fig.  4  .*  representa  la  planta«  y  la/(p.  t.* 
una  vista  de  esta  galeria  cu6t>rta,  la  mas  con 
siderable  que  se  conoce  por  sn  esiension  y 
/  conservacion,  y  por  la  dimeosion  de  los  troaos 
qne  la  componen.  La  abertura  de  este  monu- 
mento  está  practicada  al  Sud-eate,  y  formada 
por  do8  gruesas  pledras  que  no  dejan  entre  si 
mas  que  el  espacio  de  una  puerta  ordiuaria. 
Estas  piedras  tiene  unos  1  '/9  pi^s  dc  aitura, 
el  espesor  varia  desde  un  pie  hasta  S  Vi  •  La 
longitud  del  monumento  por  el  esterior  es 
de  6%  pics.  Gada  uno  de  los  dos  ladoa  mayores 
está  formado  porcuatro  piedrasque  componen 
una  longitud  total  de  poc  >  masde  45  pies.  Uoa 
sola  piedra  forma  el  fondo  del  monumeuto,  y 
se  estiendc  en  la  mayor  longitud.  Bsta  piedra 
tiene  mas  de  25  pies  delargo;  es  por  cl  eslilo 
de  las  que  forman  los  grandes  lados,  inclinada 
en  el  interior  del  monumento.  Las  dos  piedras 
delafachada  tienen  una  posicion  perfectamon- 
te  vertical.  El  techo  está  compuesto  de  cuatro 
piedras,  la  mayor  tiene  25  pies  de  loDgltud 
por  %t  de  ancho  y  3  V^de  espe&or.  Ksta  enor- 
me  tabla  está  ni)ada  en  toda  sa  longitud,  y 
sostenida  por  una  piedra  eu  su  estremo,  aisla- 
da  en  medio  del  monomento  y  de  4  piea  de 
larga  por  4  Vs  de  espesor.  Sobre  la  planta  se 
ve  fig.  4.% el  lugar  que  ocupa  estapiedra.  Dc- 
lante  dc  la  entrada,  hácia  cl  ángulo  orieatal, 
bay  doa  piedras  do  unos  4  ples  de.altara. 

Fig,  3.*  y  4.*  Planta  y  corte  del  Túmulo 
de  Ñew'Grange,  cercade  Drogheda,  enel 
condado  de  Meath>  en  Irlanda. 

laaUuradeestemoimm^a^eadeS^VaPtea; 


está  rodeado  en  8q  base  de  an  gran  número  do 
piedras  muy  gruesas.  El  interior  repreaeata 
una  larga  galeria,  cuya  entrada  está  pracücada 
á  mas'de  47  pies  en  el  foudo  de  1a  cueva;  esta 
galeria,  dc  36  pies  de  larga  por  4  de  ancho, 
termina  en  una  sala  de  forma  octógona.deuna 
altura  de  43  pies,  y  termtna  en  una  especiede 
cúpula  formada  con  piedras  aproximadas  por 
fuera  del  muro.  A  los  lados  de  la  sala  hay  trei 
ceklas  irregulares,  qne  no  tienen  mas  ancha 
que  el  oorte  de  la  piedra. 

Fig»  5.*    Piedra  de  poca  b'nc  de  Perm* 
Gayreeh  (lados  del  Norto.) 

Ebta  piedra  tiene  cerca  dc  50  pios  de  largo 
por  !25  de  espesor.  Su  superflcie,  naturalmea- 
te  aplastada,  ofrece  una  escavacioa  centrai  j 
una  cspecie  de  canal  ó  vertiente  quc  parece 
hecha  por  mano  del  hombre;  de  donde  se  si- 
gue  que  esie  gran  monumento  ha  podido  ser- 
virde  altar.  La  superflcieinterior  presenta  ana 
forma  mamelonada,  por  la  puota  de  la  coal  la 
piedra  descansa  sobre  una  roca  mas  gmesa 
que  ella.  El  equilibro  es  tan  perfecto  qoe  bb 
solohombre  puede  fácilmente  hacer  balancear 
esta  masa  con  un  peso  valoado  en  500,000  ki- 
lógramos.  * 

Fig.  6.**  Menhir  tallado  eo  forma  de  cmi 
en  Karnac. 

Fia.  7.*  Piedra  de  poca  baee  de  Weit^ 
Hoadley,  en  el  condado  de  Sussex,  en  higta- 
terra.  Esel  masconsiderablodelosmonamea- 
tos  de  este  género  que  posee  la  Gran  Bretaña. 
Mr.  Tbom  Powal,  en  una  noticia  inaerta  en  et 
tomo  Yl  de  la  j'Urqueologia  valúa  su  peso 
en  500  toneladas. 

Fig.  8.*  9.*  y  10.  idoloB  galos  del  mnseo 
de  Avignon. 

LAMINA  IX. 

Templo  de  Tentyrii.—Pylonei  del  templode 
Aroerii  en  Edfou. 

Fig.  4  ^  Planta  del  pórtico  del  gran  templo 
dc  Tentyris. 

Fig.  2.*  Elcfacíon  de  la  fachada  del  mis- 
mo  templo. 

Fig.  3.*  Planta  del  pylonc  del  gran  teoh 
plo  de  Edfou. 

Fig.  4.*  Elevacion  dc  la  fachada  del  mia* 
mo  pylone. 

L  s  tcmplos  egipcios  estin  casi  todos  cooi* 
truidos  poco  mas  ó  menos  por  un  niismo  pla* 
no;  las  partea  esenoiales  conaisten  en  oba 
série  de  puertaa  magnilicas,  de  pórticos,  de 
grandes  salones  decorados  con  bijoa  relieves 
que  repreaenlan  escenai  retigiofiis  ó  comba- 
tes,  y  en  el  esterior  escnlpidos  en  relTeve. 
El  pylone,  actíesorio  ordinario  de  ioat 
plos  e¿pcio8,  varia  en  noinbre  y  ea  dioen- 
slones.  Gomo  ae  le  ve  en  la  üg.  3/  ea  oa  doble 
maoiso  de  forma  piramidal,  dejando  un  eapa^' 
cio  entrc  aua  partés.  Los  pylones  airvea  ó  ée 
obaervatorioódemedio  de  defem;  Miobe 


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▲IQIIfYBCftAi 


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pardM  ucúetm  ewsadas,  saa  en  naoda 
l08  Bndios/sea  61  los  dof.  Laflearas  estin 
eonolM  de  loe  templos,  cubiertaa  de  edomoi 
ydeooradasai  los  diu  de fiesta de  Biástiles  y 
knideiolaf.  Detaote  de  k>B  pylones  se  to  aí> 
ginaB  feeesi  coao  ea  el  tempto  de  KanMhC,  oaa 
KaeB  úáM  de  eafligea;  deiVQea  ae  lialla  el 
perlitUoqDecoBSisteen  on  graa  patio  rodea- 
dadipórtiooB;  eote es el proiiaof  de los tem- 
plosgiiegos,  ensegoidahaf  onagran  sala, 
lifpostrlo,  ó  naos,  i  la  qae  preeedeotra  pieaa 
IsnerahDente  úh  peqneñas  dimen^ones»  di- 
Tidids  en  bóTedaa,  y  qne  sinre  de  santaario: 
eita  disposteioii  esti  generalmente  adoptada 
ea  los  templos  eglpelos,  ooando  laa  diferentes 
pirtessesoeeden  enetmlano  órdenqneel 
qBinosotnn  acabaBoa  de  indicar. 


tAIONAX. 


MmHo  y  ühado  <M  PMrikenmi,  m  Áienm. 


II  iémpiode  Mmerva  ó  Parthenon  fuó  le- 

nnlido  por  JPttriolea  en  la  cambre  del  Ácrópolis 

de  Atenas;  la  ^eeoclon  fué  oonflada  ¿  ridias» 

leaieDdo  befo  su  direccion  Iob  mas  bibiles  ar- 

fBiteetesdo  la  época,  Ictynns  y  Gallicratés.  Hi- 

lalo  construir  en  belló  mirmoiblanco,  sacade 

de  ia  montaña  Pentelica.  11  templo  es  dórico 

selisiyio,  períi^roéhypetro.  Sn  longitad,  to- 

■ida  desde  el  ingnlo  de  las  tresgradas  que  le 

Mstfenen,es  de416  pies;  su  aacho  de65  pies, 

ihededor  del  templo  reina  nn  peristilo  com- 

paeslo  de  cnareiita  y  seis  colomnas,  ocho  en 

cidafaehada  y dieay  sieteencada  ono  de los 

oostados.  Kstaa  cokunnas  no  tienen  basa,  la  al- 

toia  cempf  ondido  elcapitel^  es  de  poco  mas  de 

3(  pies,  el  dUmetro  es  de  uno83  pies;  las  de 

Ws  iogóloa  8on  mas  robostas  y  el  diimetro  es 

iBi  poco  maa  creoido.  Todas  estin  estriadas  con 

iri¿iB  TÍTBB  en  toda  la  altura.  Sostienen  nn 

conisBMBlo  qae  tieae  4  4  pies  dealtura,  y  que 

ao  es  menos  admirable  por  el  caricterde  sos 

perfiles  qoe  por  la  beUeaadel  mirmol  de  qoe 

eni fiorÉaado.  Encadauna  de  ias fachadas  el 

pórtieo  ea  doble»  his  colomnas  del  segundo 

pdrtieo  eleradas  sobre  dos  gradas»  son  de  un 

diáaetro  naoB  pequeño  que  las  del  primero,  y 

10  corresponden  todas  perfectamente  con  su 

eje.  Sstas  IrregolaridadeB  que  la  teoria  con- 

deaa,  son  insensibles  ea  hi  ^ecacion  y  coa- 

eorraipor  el  cootrario  ha  bacer  el  efecto  de 

iaaiirse. 

El  hiterior  del  templo  estidiridido  ea  dos 
part»;  la  primera,ó  Tcstibulo,  esti  sosteaida 
foraets  eolonaaa  sobre  dos  cuerpos;  hi  se- 
gvida  6  la  eeUa,  tiene  Teiate  y  cuatro  colom- 
nas,  oAce  ¿  cada  lado,  coa  uoa  ea  cada  estre- 
nidid.  Alginiosdiceaqoe  las  colomaas,  ea  lu- 
fur  de  ser  en  aúmero  de  sels  ea  esta  parte 
90  líeBeB  maB  quecnatro. 
4G3   BUHJoraoa  muLAn. 


tAlffiU  JU 


Tmplo  de  Ántonino  y  Faustina,  en  Roma. 

Fig.  4  ^  Flaata  del  tcmplo  coa  U  restaura  • 
cioa  del  peribolo. 

Fig,  2.*  EleTacioa  de  la  fkchada  del 
templo. 

Fig.  3.*  EleTacioa  lateral,  'faacieBdo  Tcr  el 
friso  y  el  muro  hendldo  de  la  eeüa. 

Fig.  4.*  Uedallas  de  Maroo-Aurelio.— Eá- 
tas  medillas  han  ser?ido  en  la  restauracioa  y 
en  la  oraameatacion  de|  fronton. 

El  templo  de  Antonino  y  Fauetina,  que 
existeaun  casleatero  en  el  Campo-Yaccino,  en « 
Roma,  fué  constmido  por  Morco-Aurelio  en  ho- 
nor  de  Antonino,  su  predecesor,  y  de  f  ausU- 
na,  sn  esposa,  hiia  de  este  principe.  Despues 
ha  sido  couTertido  en  iglesia  y  Ileva  hoy  ei 
nombre  de  San  Lorenzo  en  Miranda. 

Bste  templo,  aunque  de  peqoeñas  dimen- 
siones,  esde  un  gran  interés  por  sn  conserTa- 
don,  sn  simplicidady  la  severídad  y  la  puresa 
desn  eatilo.  Sn  constmccion  es  de  una  perfec- 
don  quo  se  encuentra  rara  vei  en  los  monu- 
mentos  de  esta  época*  EI  estilo  es  oorintio 
oroetyto  jf  exaityío.  Sns  columnas  de  una  be- 
ila  proporcton,  loa  capiteles  talFados  en  mir- 
mol  blanco,  asi  como  las  basas  que  reunen  la 
sencUIes  y  ia  bellexa.  Ei  comisameuto  es  uno 
de  los  mas  sencillos  del  órden  corinüo,  y  no 
IIcTa  ni  denticuIosnimodiUoaes.EI  friso,  eje" 
cutado  de  ua  modo  admirable,  esti  compuesto 
de  grifos,  de  adornos  y  candelabros  de  mny 
buen  efccto  y  qae  ofrecen  mucha  Tariedad.  En 
una  palabra»  este  templo  es  uno  de  los  tipos 
mas  bellos  de  arquitectnra  corintia.  Descansa 
sobre  un  esülobalo,  disposicion  que  se  en* 
cuentra  en  los  templos  primiüvos,  y  que  faé 
generalmente  adoptada  oesde  el  Üempode  Do- 
midano,  cuyo  reinado  tocaba  ya  los  últimos 
beUos  dias  de  la  arqnitectura. 

LAmNAxn. 

Basüicade  Pompeya. 

Fig.  4  .*  Planta  del  gran  edificio  dd  foro 
de  Pompeya,  que  se  desigoa  bijo  él  nombre 
de  BaiiUca  de  eüa  vüla. 

Fig.  2.*  Gorte  trasversal  de  este  edlflcio» 
supuesto  eu  su  estado  primiUTO. 

Fig.  3.*  Gornisamento  del  prhner  órden 
de  la  tribuna  del  fondo. 

Fig.  4.^  Uitad  de  capítel  T  de  bua  del  pri- 
mer  órden  de  la  tribnna  del  londo. 

Esteediflcio  no  esti  conforme  de  todo  pan- 
to  con  la  descripcion  que  Yltmbio  noi  ha  de- 
jado  de  las  basUicas  romaoas,  y  con  las  no- 
dones  qne  nosotros  bcmos  encontrado  sobre 
la  disposicion  general  de  esta  clase  de  monn- 
mentos. 

Las  basilicu  en  efecto,  eran  unos  Tastos 
edlfldoB  doode  Iob  magtetnidoi  rendiat  JilBtl* 
T.    m.    tl 


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aaqüitegtura 


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cia,  y  donde  los  Jniisconsultos  trataban  sas 
«sontos  y  consnltas.  Tenian  una  gran  nave  en 
el  centro  y  de  cada  lado  nno  ó  mncbos  pórti- 
C08  á  dos  sitios  divcrsos;  estaban  cubiertos  y 
alumbrados  por  los  lados.  Los  marcbantei  ocn- 
paban  los  pórticos  inferioreá.  La  estremidad 
opnesta  á  ta  entrada,  estaba  terminada  por  un 
semlclrculo  donde  se  colocaba  el  tribunal.  Bs- 
ta  era  á  la  rez  un  Ing^ar  de  comercio  y  de  jns- 
tlcia. 

La  basiUca  de  Pompeya  no  tienc  semicir- 
culo;  la  estremidad,  como  se  yt  por  la  planta, 
está  ocupada  por  un  departamento  decorado  de 
columnas,  y  no  parece  que  baya  podido  tener 
nna  galeria  supcrior.  Por  esta  razon  alganos 
autores  yen  en  cste  edificio  no  una  basülca, 
8ino  el  cofñüium^  donde  el  pueblo  se  reunia 
para  nombrarsus  magistrados;  segnn  estos 
autores,  el  sitio  del  fondo  estaba  destinado  á 
los  qoe  dirigian  las  elecciones. 

De  cnalquier  modo  que  sea^  este  edificio 
tleñe  mucba  semejanza  con  lasbasllicas  roma- 
nas,  pues  las  primeras  iglesias  cristianas  no 
son  mas  que  una  imitacion»  y  á  las  cuales  se 
lesf  ba  impntado  el  nombre  y  la  dlsposiciun. 

La  basilica  de  Pompeya  fué  descubierta  en 
4843.  Toda  la  parte  snperior  está  destruida 
basta  la  mUad  de  la  altnra  delgran  órden;  pe- 
ro  todos  los  elementos  de  1a  restaoracion  de  )a 
fig.  %,*  están  colocados  en  su  terdadero  lugar. 
Gomo  ia  roayor  parte  de  los  ediflcios  de  Pom- 
peya,  está  constnjida  de  peqoeños  trosos  de 
materíalrecubiertos  deestnco  pintado:  su  lon- 
gitud  total  es  de  unos  400  pies,  por  78  de  an- 
cho.  Su  entrada  priocipal  esti  en  el  lado  del 
foro.  CiDCopuertas  conducen  Jesdeel  vestíba- 
lo  que  precede  á  la  gran  sala.  Este  vestibulo 
esti  ricamente  adornado,  á  Juzgar  por  los  pe- 
destalcs  y  nna  estátua  de  bronce  dorado  en 
/  contrada  en  las  escavaciones.  De  las  nqinbra- 
das  y  prcciosas  ruinas  descnbiertas  en  ei  in- 
terior  se  snpone  que  lu  decoracion  de  esta 
parte  del  ediflcio,  no  es,  ni  menosrica»  ni  me- 
no8  Tariada. 

LAnmA  xm. 

lyleiia  de  San  Marcos  en  Venecia, 

L08  TenecianosIcTantaron  en  la  mitad  del 
aiglo  IX,  la  prlmera  basilica  dedicada  ¿  San 
llarcos,  pero  este  edificio  füé  destrnido  por  un 
incendio  en  976,  y  el  dux  (4 )  San  Pietro  Orseo- 
lo«  empieza  algnnos  años  despncs  la  recons- 
troccion,  qne  no  faé  acabada  basta  cerca  de 
un  aiglo  despuea  bajo  la  admiDistracion  del 
duz  Morosini.  ^te  Uamó  á  Yenecia  para  diri- 
gir  lostrabiOos»  un  arqaitecto  griego  llamado 
Cbristabulns,  de  la  misma  familia  que  el  ar- 
anitepto  del  mismo  nombre  qae  babia  por  ór- 
den  de  Uabomed  II,  trasformado  en  mezquita 

1«)  Bm.  SMiibre  4el  f e(c  de  taf  replibUeu  de  ¥•• 
HMUyGéoeva. 


la  basiiica  de  Santa  Sofía  en  Constantiiiopla. 

Gomo  se  Te  en  la  lámina,  ía  planta  de  la 
iglesia  de  Sau  Mircos  ofrece  en  toda  so  pore» 
za  una  cniz  griega,  en  la  estremidad  de  eada 
unode  los  cuatro  brasos  esti  sobrepaesta  imt 
cúpalarodeada  en  su  cintnra  de  Tentanaa  oo- 
mo  en  Santa  Sofia.  ta  interseccion  del  cmoe* 
ro  y  de  la  naTe,  está,  como  en  casi  todos  k» 
edificios  religioeos  de  la  mlama  época,  eoro* 
nada  de  nna  cúpula  que  tiene  mas  eleraciOD 
qaelasotrascuatro. 

San  Mircos  contiene  los  mas  ricos  y  maa 
bellos  adornos  de  la  an^igOedad,  y  esti  cona- 
trnida  de  preciosos  materiales  de  diTersas  ^o- 
cas  y  de  distintos  estilos,  que  le  dan  nn  ci* 
ricter  original  y  un  aspecto  pintoresco,  y  se 
Tc  i  la  Tcz  la  degancia  griega  el  lojo  bízin- 
tiño,  IrseTeridad  romana  y  toda  la  Iraagina» 
cion  de  la  escuela  Teneciana.  Sus  bóTedas  de 
oro,  sns  adomos  de  mirmol  los  mas  Tailadoi, 
8US  brillantes  compartimientos,  sns  ricos  mo- 
Biicos,  sna  columnas  de  broncc,  de  pórfldo, 
de  alabastro,  de  serpentina,  prodacen  el  efíee- 
to  mas  pintorescoqve  uno  se  puede  imagioar, 
pero  como  en  todos  los  edificios  deestaépoca, 
no  es  ficil  poderse  fljar  en  los  detalles. 

Alganos  autores,  y  particalarmenteYanri, 
ban  encontrado  en  la  iglesia  de  San  Mireos, 
el  modelo  mas  bello  del  estilo  bizantino;  otros 
por  el  contrario  ban  encontrado  nn  cstilo  en- 
terameote  original  y  niegan  la  inflnenda  de 
la  arquitectura  gríega  sobre  los  monuraentoa 
de  la  Italia.  Sin  adoptar  de  todo  punto  estas 
opiniones,  cuando  se  ban  Tisto  los  edifldoi 
cristianos  construidos  en  Oríente  en  el  prüncr 
periodo,  es  decir,  anteriores  ai  siglo  YI,  no  se 
pueden  negar  y  reconocer  los  primeroe  ele- 
mentos  de  una  arquitectura  en  qne  el  carie- 
ter  debe  ser  necesaríamente  modiflcadopordi- 
Tcrsas  escuelas,  todas  nacidas  de  las  feoriai 
romanas,  y  de  las  necesidades  del  resto  de  la 
iglesia  latina,  que  no  puede  acomodarse  á  loa 
ediflcios  en  que  la  planta  y  la  ordenacion  ofire- 
cen  disposicionesparticulares  al  ríto  dela  igle- 
sia  gríega.  Sin  dndaalguna  los  edificios  cria- 
tianos  de  Italia  tienen  un  caricter  qae  le  es 
propio,  pero  es  ei  mismo  que  el  de  los  ooos- 
truldos  cn  Francla,  en  Inglaterra,  en  SicUia,  y 
en  los  cualesbasobresalido  siemprela  inflaeB- 
cia  bizantina.  Por  otra  parte,  en  Venecia  no 
debe  admirar  esta  inflnencia,  sobre  todo  cnao- 
do  se  sabc  que  las  construcciones  ban  sido 
confiadas  i  arquitectos  gríegos. 

LAMINA  XIV. 

Igleeia  de  leoire. 

Este  ediflcio,  uno  de  los  mas  completoa  y 
de  los  mas  interesantes  del  departamento  del 
Puy-de-Dome,  forma  parte  del  monasterio  de 
San  Austremon;  fué  constmidopor  el  abad  Qtl« 
bert,  y  consagrado  por  Beroahl,  obispo  de 
AuTergne.  Algunaa  partes  de  las  coiiBtmocio* 


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ARQUriEGTUKA 


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aei  qoe  eaen  en  la  faehAda  delOeste,  pareceo 
dauia  época  anterior  al  décimo  siglo,  perose- 
gan  ooacrónlca  del  siglo  VI,  cooservada  en  los 
aidiiTos  de  la  vilia  de  Isoire»  liacén  remontar 
kfottdacion  ai.principio  del  siglo  lY. 

Ista  igiesia  ofrece  ono  de  los  mas  belios 
(jemplos  qoe  se  conocen  de  los  üpos  roma- 
aoe.  Las  bóredas  de  la  gran  naveson  ojivales; 
pero  no  hansido  constroidas  basta  el  siglo  XI 1. 
la  regularídad  del  esterior  es  considerable, 
Bias  en  el  interior  el  trabi^oestábastante  des* 
emdado:  las.colomnas  son  de  diámetros  dife- 
rentcs  y  sns  altoras  desigoales.  Los  materia- 
les  empleados  son,  el  asperon  de  grano  groe- 
so  para  las  masas,  y  el  calcireo  para  los  ador 
sos.  Los  mosáicos  del  esterior  están  becbos 
eoD  escorias  eocarnadasy  negraa. 

Como  éta  mochas  iglesiasde  esta  época,  los 
puameDtos  son  apareotes,  y  lasjootas  goaroe- 
ddas  acQsan  la  forma  de  morriHo;  las  aberto- 
ns  de  las  andamiadas  son  casi  visibles.  Este 
odiíldo  padeció  coosiderablemente  en  tiempo 
de  la  revolocion;  y  el  abandono  en  qoe  le  tu- 
Tieron  despoes  le  bizo  llegar  á  un  estado  casi 
de  niina.  Está  clasificado  entre  ios  monomen- 
tosbistóricos,  y  algnnas  partes  sehan  rostan- 
lado  con  bastanlQ  ioteligencia. 

Fig,4,^  Represeota ono de los capitelcs de 
la  nave  lateral.  Los  restantes,  qoe  son  por  el 
mismo  estilo,  representan  monstruos,  esfin- 
ges,  etc. 

Fig,  %*  Gapitel  de  una  de  las  capíllas  ad- 
yacentes;  representa  el  Divino  Pastor  IlQvaodo 
laoT^a  descaminada.  Esta  alegoria  está  exao*- 
tameote  aegon  la  representan  en  la  iglesia  de 
Isoire,  en  la  cual  bay  ona  gran  variedad  en  la 
composicion.  Las  bojas  de  los  capiteles  están 
geDeralmeote  quebradas  y'de  poco  relieve;al- 
gOQas  Bon  de  muy  buen  efecto,  aunque  el  tra- 
b^o  e»  tosco  y  bastaote  descuidado. 

La  lámina  de]a  ceoocer  la  altura  de  esta 
ígjesia  del  lado  del  abside,  con  las  capiUas  ad- 
yacentes  y  la  decoracion  en  mosáico  de  quc 
hemosbablado  antes. 

LAIflNA  XV. 

Catedral  de  Reirra. 


Esle  edificio  es  uno  de  los  monomentos 
mas  bellos  de  la  arqoitectora  gótica  del  si- 
líoXIII,  foéestrenadoen  4244  .Constrnida  esta 
catedral  desde  los  primeros  siglos  de  la  era 
erisliana,  ba  sido  destruida  y  vuelta  i  levantar 
nmcbaa  veces.  Qoemada  en  4240,  fué,  en  fio, 
Tcedificada  tal  cqpio  está  boy  por  el  arquitecto 
Kflberto  de  Coocy. 

La  longitud  total  del  edificio  es  de  438  pies, 
porda  de  ancho  y  425  de  altura  hasta  la  cu* 
¿ierta.  La  portada  principal  de  la  iglesia  está 
compoesta  de  tres  arcadas  en  Q]i^al>  la  <}el  me- 
dio  nas  ancha  y  maslarga  que  las  otras,  y  de 
doB  írontones  adomadoa  con  muchas  flguras.  El 
nop  do  btfcadadolpedio  ^de  35  ^,  7  el  I 


de  los  otros  de  24.  Mas  de  530  estitoas  gran*: 
des  y  pequeñas  hay  distribuidas  en  esta 
portada. 

Las  torres  eslán  compuestas  de  arcados,  de 
pilares,  de  capiteles,  de  pirámides;  la  luz  en~ 
tra  por  unos  calados,  y  termioan  en  uoa  espe- 
cie  debonete  coadrado:  cada  ooa  tiene  24  pies 
coadradoa;  alrededor  de  los  capiteles  bay  35 
estitoas  de  obispos.  La  torrAneridional  mas 
baja  que  la  otra,  no  foé  acabada  hasta  4480. 

La  coUerta  de  la  iglesiaNes  de  plomo.  A  su 
estremidad  esti  el  campamrio  del  Angel,  asl 
Ilamado  por  la  estitua  en  que  termina;  este 
campanario  tiene  35  pies  de  aliura  y  35  pies 
en  su  mayor  diúmetro;  22  ptlares  eo  arcos  bo- 
tareles  ódobles  arcadasreinan  alrededorde  los 
muros  de  la  iglesi^. 

Eola  parte  lateral  ixquierda  del  edificlo  hay 
dos  pnertas  de  U  mismaaltora  yaochoque  las 
dosmas  pequeñas  de  la  portada  principal,  y 
cobiertas  igoalmeute  de  ricas  escolturas.  Un 
gran  número  de  ventanas  y  tres  ócuatro  rose* 
tones  dan  paso  i  la  lux,  i  través  de  las  magnir 
flcas  vidrieras ;  el  gran  roseton  de  la  portadá 
principal  es  una  obr^  admirable  por  so  trabajo 
y  buen  gusto. 

LAimfA  XV). 

Iglesia  de  San  Vicenie  de  Paul,  en  Parii. 

Esta  iglesia,  empezada  en  4824 ,  noha  sido 
concloidahasta  4844,  porqoe  los  tcabajosban 
sido  largo  tiempo  interrompidos.  A  parte  de 
arqoitectora  esti  ooy  completamente  termioa* 
da;  la  ornamentacion  ofrece  aun  algunosblan* 
cos  sin  Ilenar. 

Ei  edificio  esti  construide  sobre  onierreno 
elcTado  mas  de  29  pies  sobre  el  nivel  del  soelo 
ordinario;  se  sube  por  dos  largas  escaleras  y 
por  dos  rampas  dispuestas  de  modo  que  so 
peodieote  es  bastaote  soavc. 

La  facbada  tiene  433  pies  delongitod;  esti 
precedida  deun  pórtico  de  6  columnás,  al  coal 
se  sube  por  45  peldaüos.  Estepórtico  contieoe 
dospuertas  latorales,  y  la  principal  eq  el  cen- 
tro.  Esti  revestido  de  bronce,  y  contiene  cn 
doce  níchos  las  figuras  que  representan  los  doce 
apóstoles ;  encima  de  la  imposta  se  eleva  una 
figura  mayor  que  las  anteriores,  y  es  la  imi* 
geo  del  SaWador.  La  columnata  esti  termioa** 
da  por  uii  frootoo  adomado  de  escoltora  qoe 
representa  San  Viceute  de  Paol  con  la  Fé  y  la 
Caridad.  K  los  dos  lados  de  la  lachada  se  ele- 
van  doscampanarios  de  una  altura  de  4  94  pies. 
Hay  en  cada  uno  un  nicbo  donde  estin  de  pie 
en  un  lado  San  Pedro  y  en  el  otro  San  Pablo;  en 
un  lado  hay  un  reloj  que  indicala  hora,  y  en 
el  otro  un  equivalente  que  marca  eldiadel  mes. 
Los  campanarios  est&n  ligados  entresi  hida 
el  tercio  delaaltora  porooaterrasaTOdeada 
de  00  parapeto  sobre  el  coal  se  elevan  laa  es« 
tá^s  de  los  evangelistas. 

laa  fáchadaa  laterales,  de  ooa  lODgttad  d$ 


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m 


ARQUITECTDftA 


Ml 


313  pies/estáo  deeoradaB  de  pilafitras.  La  fá- 
chada  posterior,  decoradade  la  misma  maDera, 
está  algo  mas  elevada  por  un  seguodo  órden 
de  pilastras  que  coronan  un  fronton  formado 
por  el  piñon  del  remate  de  la  gran  nare. 

El  interíor  de  la  iglosiaofrcce  coatro  órde- 
oes  de  columnas  distribufdasdos  á  dos,  de  de- 
recba  á  izquierd|,  y  dividieodo  toda  la  longi- 
tud  del  ediflcio  en  cinco  partes,en  qoe  lacen- 
tral  presenta  la  uavc ,  las  dos  divisiones  in- 
termedias  la  niilad  de  los  lados,  y  las  dos  úU 
timás  Iss  capitlas,  en  número  de  ocbo.  Kl  coro 
ocupalostres  últimosintercolumnios:  una  ar- 
cada  de  72  pies  de  aliuraindica  la  entrada.  Por 
una  disposicion  particular,  el  cpro  empieza  en 
]08  costados ,  y  ocupa  toda  1a  longitod  de  1a 
iglesia,  menoa  las  capillas.  Forma  un  semicir- 
culo  sostenido  por  catorce  columnas  de  órden 
Jónico,  y  con  la  bóveda  ticne  U4  pies  de  des- 
arrollo  en  so  base. 

Todo  alrededor  de  la  nave  y  del  abside,  se 
desarrolla  en  el  órden  inferior  un  fríso  de  unos 
i  0  pies  de  altura,  sobrepuesto  dc  un  segundo 
órden  de  columnas  corintiasque  sostienen 
otro  friso  y  que  forma ,  encima  de  los  lados 
laterales  de  la  uave ,  tribonas  altas ,  y  en  la 
entrada  un  departai^ento  para  el  órgano  y  la 
orquesta. 

El  plafon  de  la  nave  tiene  400  pies  de  ele- 
Tacion,  y  sigue  en  sn  forma  á  la  del  remate. 

Por  último,  4  derecba  é  izqnierda  del  san- 
tnario,  están  las  dossacrístias  y  en  los  ángu- 
los  de  la  ilbecera ,  dos  entradas  particolares. 
Lo8  tres  intercolumnios,  por  los  cuales  se  co- 
monlca  cada  lado  con  las  entradas  y  las  sacris- 
tiu  están  ccrrados  por  medio  de  unas  rejas. 

LAMINA  XVII. 

La  Álhambra  en  Granada, 

El  palacio  de  la  Albambra  es  un  monu- 
mento  del  periodo  árabe  que  no  cuenta  menos 
de  seis  siglos  de  existencia ,  y  que  eocierra 
un  númeroinflnitode  edlflcios  suntuosos.  Nos- 
otros  vemos  la  continuacion  de  este  estiio  en 
los  monumentos  de  Venecia,  de  la  Lombardla, 
de  Florencia,  de  Alemania,  de  la  Francia  y  de 
Inglaterra,  en  los  cuales  se  ba  modiflcado  de 
todas  maneras  y  constituido  este  titulo  adop- 
tado  cn  Occidente  por  roas  de  cuatro  siglos  con 
e¡  oombre  general  de  lambardo  y  gótico, 

Esta  lámina  nos  bace  ver  una  seccion  dada 
por  el  patío  de  los  Leonet,  y  una  elevacion  de 
este  patío  en  sentido  de  su  loogitud;  debajo 
de  esta  elevacion  sc  encuentra  la  planta  gene- 
ral  del  palacio  con  sus  dependencias. 

Las  figs.  i  .*  y  í.*  presentan  la  planta  y  el 
alzado  d^^la  fueate  adornada  de  leonesque  se 
Tj?  M  |í  céniro  de  cste  patlo. 
""í^l^lé  palio,  como  se  ve  por  la  planta,  tiene 
ítífftrracbde  oh  paralelógramo  dc  unos  4 00^^ ples 
de  largo  por  64  de  ancho,  cón  pórticos  cü- 
biertos ,  dando  comoi^cactón  á  lós  dépítrta* 


mentos  del  pahcio ,  eom  iiidieaa  la  dlapoal- 
cion  de  la  pfaiota  general.  Los  pórticos  delas 
estremidades  son  mas  anchos  i^ie  Km  de  las 
partes  laterales,  j  dan  paso  A  dos  salones  ca- 
biertos  formando  ona  enpecle  de  antestla.  De 
la  fbente  que  ocapa  el  centro  del  patio,  par- 
ten  dos  canales  qiie  dlstribuyen  el  agoa  á  to- 
dos  lo8  sitios  necesarios. 

Kste  ediflcio,  ono  de  los  mas  ricos  del  es- 
tilo  morísco,  da  ooa  idea  de  toda  la  magnili- 
cencia  oríental,  por  la  ríqoeza,  la  profosion  de 
escnlturas,  la  moltiplicidad  de  adomos,  reco- 
bieríos  con  ona  varíedad  ininita  de  coloras, 
ia  ríqoeza  de  los  mármoles,  la  ingeniofia  dis- 
tríbucion  de  ias  aguasqoe  seelevan  en  medío 
de  los  salooea  baciendo  mil  inegos  dlfereotes, 
los  vasos  adomadofl  de  flores  con  varíedad  de 
formas  y  de  colores,  todo  contriboye  á  formar 
una  arqoitectora  al  mismo  tierapo  qoe  eiegan- 
te,  severa.  {Véase  para  mayor  claridad  el  ar- 

tiCOlO  ALHAMBiA.) 


LAMINA  XTin. 

CoitíUo  de  Bomten,  cerea  dé  Parii. 

£stc  castilloestá  constraídopor  loa.diae- 
ños  de  Juan  Bullant,  bajo  el  reinado  de  Fran- 
cisoo  I.  Forma  na  cnadrado  perfecto  de  t3^ 
pies  de  lado,  flanqoeado  por  coatro  pobeilo- 
ues  y  on  gran  foso  alrededor.  La  faehada  del 
lado  de  París,  presenta  on  póríico  decorado  de 
órden  dóríco  y  Jónico,  con  on  ático  cobiefto 
con  nna  cúpula.  Un  patiocasi  cuadradode  47t 
pies  de  longitud  por  457  de  ancho,  eatA  for- 
mado  por  ios  cuatro  cuerposde  hablttdoa 
qoe  reuoen  los  pabeliones  de  los  ingolos.  La 
puerta  del  fondo  estA  compuesta  de  ona  arca- 
da  y  dos  columoas  ddrícas  con  sos  pedestalts 
y  coronada  por  un  cornisamento.  Por  último, 
los  dos  cuerpos  laterules  ofrecea  dos  pórtleoa 
qoe  son  los  gefes  de  la  obra  por  so  grada  y 
elegancia  como  se  ve  en  la  lámina. 

El  castillo  de::Ecouen,  aonque  ba  soíFido 
mucho  eo  la  revolucion,  es  aun  nno  de  los  mas 
belios  modelos  que  existen  de  ia  arqui  Ceetv- 
ra  del  renacimiento. 


LAMmA  XIX. 


CaitiUo  dé  Madrid,  en^el  hosque  de  BoUmia^ 
oefeade  Parü, 


Francisco  I  hizo  construir  este  castlllo,  al- 
goD  tiempo  despues  de  su  regreso  de  Kspana. 
de  donde  se  cree  le  füé  dado  este  nombrew  Se 
ignoía  qoieo  fUé  el  arqnilecto  qoe  dió  el  pla- 
00.  Lois  XVI  le  bizo  demoler  algua  tiempo 
despucs  de  sn  advenimiento.  Ira  ono  de  K» 
mas  antigno9  y  mas  beltos  modelos  de  arftii- : 
técHaraMtenaciimeníQ.  :  r  *  * 


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ARQCITBGTD&A 


4M 


wasM  XX  T  XX  {émplieada.) 
fai§oio  del  ümre ,  en  Parie. 


II  origen  del  Looyre ,  una  de  las  mas  cé- 
]ebres  residenclas  reales»  es  muy  antiguo;  ba- 
jaFelipe  Augosto  no  fué  mas  que  una  casa  de 
reeveo;  este  principe  lo  hizo  una  fortaleza  que 
foidemolida  en  1528.  En  1541 ,  Francisco  1 
ftodó  an  nuero  palacio  que  construyó  sobre 
el  mismo  terreno  del  castillo  de  estilo  gótico, 
60  ei  que  foé  recibido  Gárlos  Y  cuando  atra- 
m6  la  Francia  para  ir  á  Flandes.  Enríque  II 
liiio  eoDlinuar  por  Pedro  Lescot,  la  obra  em- 
peiada  por  su  padre* 

La  magniaca  estancia  del  Louvre,  tal  como 
bfenos  boy,  empieza  por  la  facbada  de  un  pa- 
bcio,  comprendiende  solameute  los  tres  cuer^ 
pos  avansades,  eoronados  de  frontones  circn- 
lareseomo  se  ve  en  la  lámina  20  duplicada  á 
iiqDierda  dei  gran  pabellon  central.  A  esta  fa- 
ebda  se  onió  socesivamente  el  gran  pabellon 
dd  oentro  para  completar  la  simetria ,  y  por 
áhiiDo,  los  otros  tres  lados  para  compleiar  el' 
eerradodel  palacio.  Estas  diversas  reformas  y 
aimentos  foeron  empezados  por  Enríque  II, 
cooUaaadas  por  Enrique  iV,  por  los  dibnjos  de 
SerHo;  por  Luis  Xin  por  los  planos  de  Mete- 
ao,  Dopeyrac  y  Lemercier;  por  Luis  XIT,  qne 
hi2o  empezar  por  los  planos  de  Bernini  y  de 
FerraQlt,  la  facbada  de  la  colomnata  y  las  alas 
dealrededor;  en  fln  por  Luis  XY,  que  lo  dejó  al 
CDidado  de  los  eortesanos  y  de  los  hombres 
defator,  los  cuales  se  ocuparon  poco  en  aca- 
hv  los  trabaJoB ,  y  los  confiaron  á  Oabríel  y 
Soif8ot,  pero  no  debieron  ser  enteramente 
temiDados  hasta  el  tiempHO  de  Napoleou. 

Kn  sa  facbada,  el  palacio  del  Lonvre  ofrece  , 
dossistemaBdiférentesdearquitectura;  eluno 
dcbido  á  Pedro  Lescot,  bajo  el  reinado  de  Fran- 
cisoo  ( y  EBríque'^  II  y  qoe  se  estendió  por  todo 
^  lado  oceideBtal ,  el  otro  debido  á  Perrault, 
ooDstroido  cinco  años  despues  y  que  compren* 
de  Io6  otros  tres  lados. 

El  lado  occidental  que  se  ve  en  la  limina  20 
^Hcada,  presenta  dos  órdenes  de  arquiteotu- 
KiflMiy  rícas,  coronadas  por  nñ  drden  ático  de 
*sy  boen  cfeelo:  este  úUimo  piso  con  pilas- 
IM  salientes,  ba  sido  reemphzado  en  la  obra 
^hrranlt,  por  on  tercer  órden  que  corona 
^  balaostrada.La  flacbada  de  Lescot  ofrece  ia 
Meia  earaeteristlca  unida  en  sns  detalles  á 
^  qae  el  gasto  tiene  de  puro,  de  sencillo  y  ele- 
^te.  Ui&  diTidido  en  su  altura  en  tres  partes 
bieii  distintas.  El  pabellon  del  centro  presenta 
cvatro.  Estas  diTisíones  maniflestan  claramente 
^elesterior  lospisosdel  interíor.  elbajo  es  dc 
drdeneoriBtio,  el  príncipal  de  órden  compnes- 
^,  ef  segondo  de  un  órden  ático,  y  el  tercero 
tttá  deeorado  eon  nn  órden  de  caríátidef . 

Toda  esta  facbada  está  cubierta  de  atribu- 
tos,  de  gOBios,  de  flguras  alegórícas  de  Us  ar- 
iw,  de  ia»deBcias,  dekigoem,  deláTicto- 
lú»  de  la  aboAdaDcia^  etc;  eii  la^par(6»iupeM 


ríores,  los  gropos  de  genios  sostienen  gnirnal- 
das  de  frutos  y  de  flores  enlazadas  de  cifras  y 
de  simbolos.  Todo  esto,  coronado  por  nna  cor- 
nisa  llena  de  riqueza,  y  decorada  de  mascaro- 
nes,  de  antorchas  y  medias  lunas,  es  de  un 
efecto  muy  armonioso.  Las  caríátides  encima 
del  áiieo  tambien  le  dan  nn  aspecto  severo  é 
impooente. 

Por  toáas  partes  se  encuentra  en  este  edifl- 
cio  la  asociacion  y  la  armonla  de  dos  grandes 
taleatos  reunídos.  La  escuUura  de  Juan  Goujon, 
auaqne^lgona  vez  subordinada  al  ediflcio,  es 
libre,  oríginal,  Ilena  de  gracia  y  de  potencia; 
parajuzgar  bien  del  efecto  de  esta  famosa  obra 
de  arquitectnra,  será  conveniente  ver  todas  los 
planchas  de  mármol  Ilenas  de  adornos  y  los 
nicbos  cubieríos  de  estátuas. 

La  planta  del  palacio  del  Loovré  (lámina  20) 
'cs  un  cuadrado  perfecto;  y  se  entra  por  CBolro 
grandes  vestíbulos ,  que  corresponden  á  los 
cuatro  ejes  y  están  perfectamente  orientados 
con  los  cuatro  puntos  cardiDales. 

Et  piso  bajo  está  reservado  para  las  eólec* 
ciones  de  antigüedades ,  para  los  vaciados  en 
yeso,  los  mármoles,  los  talleres  de  ladríllo;  en 
el  piso  principal  son  grandes  galerías  de  cua- 
dros  de  escuela  moderna  espaüola ,  la  galería 
egipda,  el  museo  de  dibojos  hechos  por  gran- 
des  nuiestros;  el  segundo  piso  eontiene  el  mn- 
seonaval,  depósjtos  y  habitaciones.  A  estos  di- 
versos  pisos  se  sube  por  dos  magniflcas  esca- 
leras  colocadas  en  las  estremidades  de  la  fa^ 
chada  oríental. 


LAMINA  XXk. 

Ca$a  gólica  en  Nuremberg. 

Esta  casa,  que  es  actualmente  el  presbite-» 
río  de  San  Laurent,  revela  en  so  constmccion 
la  obra  de  épocas  di  versas,  aunque  poco  lejanas. 
Las  partes  m^  antiguas  datan  de  1439 ,  otras 
son  de  1480.  En  1836  el  rey  de  Baviera  hizo 
restaurar  esta  casa,  de  modo  que  se  reprodu- 
Jera  absolutamente  su  estado  prímitivo.  Esta 
restauracion  f  ué  hibilmente  ejecutada  por  Kari 
HeidoIoíT,  autor  de  una  obra  sobre  los  adornos 
de  la  edad  media  (Nuremberg,  1845.) 

LAMINA  XXIt. 

Ca$a  de  arriendo  en  Paris. 

EspliGaoiondelaplantadelfisobajo,  i.Pa- 
so  de  la  puerta  cochera.— 2.  Consergeria.— 
3.  Veslíbulo  y  gran  escalera.— 4.  Salas  con- 
tiguas  á  las  tlendas.— 5.  Tiendas.— 6.  Antesa- 
lade  la  tienda.— 7.  Cocina  del  mercader.-^ 
8.  Patio.— 9.  Cocheras.— 10.  Cuadraí. 

Esplicacion  de  la  planta  del  piio  prniei' 
po^— a.  Vestibulo.— 0.  Antecámara.— «.  Sala 
decomer.— (í.  Salon  príncipal. — e.  Dorroitorio'. 
— /1  Retrete.— í/.  Cuarto  para  un  criado.— *. 
Codna,— I.  Comunes.-4.  Bscalerade  eervicio. 
«491,  OQardaropv. 


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427 


ARQDITEGTÜRA 


m 


UMiNA  xxni. 


Circo  de  Cttracalla,  en  Roma, 

Ssta  lámiDa  contiene  la  planta  del  clrco  y 
dos  elevaciones  anteriores.  AC,  BD,  son  las  ca- 
ras  lateralee  reanidas  por  una  parte  circular 
qoe  se  llama  meniana  (AeB);  por  el  otro  lado 
están  unidas  por  una  fachada  unpoco  mas  rec 
ta  donde  se  encuentran  las  carceres  [d) — a, 
spiua. — b ,  c  sitios  ó  recintos  reservados »  si 
tuados  al  lado  de  cada  meta  6  timite,  y  puede 
servlr  igualmente  áepulvinare-^d,  carceres .  £1 
ala  que  las  contiene  no  es  recta,  pues  descri- 
beuoaporcion  de  circuloon  poco  oblíci^o  con 
relacion  á  las  caras  laterales ,  y  cuyo  centro 
corresponde  al  punto  f,  que  es  el  centro  entre 
el  primer  limite  y  la  cara  recta.  Las  carceres 
8on  en  número  de  doce.— «,  puerta  tríunfal. 

De  las  dos  elcvaciones,  la  que  está  encima 
de  la  planta  representa  la  fachada  donde  están 
las  barreras;  está  precedida  de  una  puerta  en 
sn  centro,  y  i  sus  dos  estremidades  se  leyan- 
tan  dos  torrcs  cuadradas. 

la  otra  representa  la  porcion  Uamada  me- 
niana ,  las  gradas  que  la  gnaruecen ,  y  la 
puertatriunfal. 

Si  se  quieren  tener  mas  detalles  véase  cl 
articulo  GiRGOS.  (Arqueologia.) 

LAMINA  XXIV. 


de  arctta.  81  inférior  está  decmdo  de  pilig- 
tras  toscanas ,  y  el  superíor  de  semi-coium- 
nasempotradas»  igualmente  toscanas,  y  termi- 
nan  por  uo  estilobato  corrido,  EI  aufiteatro  tie- 
ne  al  rededor  60  arcadas.  A  las  estremidades 
de  los  ejes  se  encuenlran  cuatro  puertas  pñn- 
cipales  ,  la  del  Norte  solamente  está  adomada 
de  un  fronton.  Sn  altura  total  es  de  75  pies, 
Tiene  en  sn  interíor  32  órdenes  de  asientos. 
que  pueden  contener  17,000  espectadores.  Se 
entra  á  estos  asientos  por  tres  órdenes  do  vo- 
mitorios,  sltuados  á  las  estremidades  de  las 
escaleras  que  parten  de  los  pórticos.  Todo  ai 
rededor.del  ediflcio  y  encima  del  ático,  estáa 
dispuestas  á  distancias  íguales  120  caiteUs 
destinadas  4  recibir  los  pilares  que  sogtieoeo 
la  vela;  las  figs,  1.'  y  2.*  hacen  rer  losde- 
talles  de  esla  disposicion. 

De  los  grandetf  acueductos  snbtorráoeoi 
ballados  bajo  el  mismo  ediflcio,  y  otrasdispo- 
siciones  inútiles  para  los  espectáculos  ordioa* 
rios  del  circo»  se  supone  que  en  algnoas  oca- 
siooes  la  arena  ha  sido  reemplaaada  con  agoa 
hasta  la  altorade  7  pies,  suficiente'paralas 
maniobras  de  las  pequeñas  galeras ,  j  i  cofo 
espectáculo  se  le  debe  el  nombre  de  nmt- 
maquia, 

Para  obtener  mas  detalles  véase  el  artíco* 

lO  ANFITEATROa. 

ÍAMINA  XXV. 


Anfiteatro  de  Nimes. 

EI  anfiteatro  de  Nimes  es  uno  de  los  mejo- 
res  ediflcios  de  este  género  que  se  conservan 
de  la  antígüedad;  da  nna  gran  idea  de  la  poten- 
da  de  la  colonia  romana  que  se  estableció  en 
estos  contornos  un  siglo  antes  de  nuestrt  era. 

No  se  puede  precisamente  fljar  la  época  de 
la  construccion  de  este  ediflcio ;  algunos  au- 
tores  le  suponen  deltiempo  de  Agrippa,  otros 
de  Antoninoel  Piadoso.  Uoa  inscilpcionhallada 
en  el  interíor  parece  señala  por  limites  estre- 
mos  de  la  época  de  su  construccion  del  ano  77 
al  82  de  la  eraVsrístiana,  "és  decir  en  tiempo 
áe  los  reinados  de  Yespasiano,  de  Tito  y  de 
Domiciano. 

La  planta  del  anfiteatro  deNimes  presenta, 
como  se  ve  en  la  lámina,  una  elipse  perfccta, 
coyo  eje  mayor,  que  va  de  Oríente  á  Occiden- 
te,  es  de  470  pies,  y  el  menor  de  370,  toma- 
do  esteríormente. 

La  planta  general  de  la  lámioa  XXIV  está 
tomada  en  cuatro  alturas  diferentes. 

La  paríe  a  á  la  altura  del  último  escalon 
de  la  última  gradería. 

La  paríe  5  á  la  altura  de  la  segonda  gra- 
deria. 

La  parte  e  á  la  altura  de  la  primera  gra- 
dería. 

La  paríe  d  al  nivel  dcl  suelo. 

Gomo  se  ve  por  la  facbada ,  este  ediflcio 
est^  compoesio  en  el  esterior  do  4o%  <ird^e& 


Teatro  de  Eerculano, 

Fig.  t.'  Planta  delleatro  en  dos  alturas 
diferentes.  La  paríe  de  la  derecha  es  una  plao- 
ta  con  seccion  horiaontal  á  ia  altura  de  la  pd- 
mera  cavea;  la  parte  de  la  izquierda  es  ooa 
seccion  á  la  altura  de  la  cuarta  grada  de  h 
segunda  eavea, 

Fig  2.*  Gorte  trasversal  del  teatro ,  y  vis- 
ta  de  la  fachada  reslaorada  de  una  mitad  de  la 
escena. 

Fig.  3.*  Gorte  trasversal  del  teatro,  y  vista 
de  la  cavea. 

£1  teatro  de  Herculano  foé  descobierto  m 
el  año  1720,  oscavando  en  on  punto  á  la  odlla 
del  mar,  cerce  de  Póctici.  Fué  hallado  i  mu  de 
36  pies  bajo  la  lava.  El  priocipe  EUxBuf,  y  Kffl- 
manuel  de  Lorraine  habian  adqoirído  los  tecra- 
nos  que  cubrian  este  ediflcio ,  é  hicienm  4e- 
cutar  nuevos  registres,  y  despcjar  las  partes 
mas  importantes  de  este  teatro ,  en  el  cbal  se 
encuentran  diversos  objetos  precloeos. 

EI  descubrimiento  del  teatro  de  Hercolano 
f ué  muy  importante ,  pnes  dió  i  oonoccr  inas 
estensamente  la  forma  de  los  teatrps  antigoos, 
y  los  magniflcos  detalles,  con  el  gusto  y  el 
género  de  su  decoracion.  Gomo  eate  ediílcio 
no  ha  sido  despejado  enteramente  de  la  lava 
que  le  cubría ,  no  se  ha  podido  registrar  del 
todo,  pero  se  ha  hallado  lo  soficiente  paii  po- 
der  reunir  loa  elemoPtOi  dp  ona  buena  res- 


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m 


ASQÜITEGTURA 


m 


Metettro  eM  •doroaáo  de  ircadts  y  de 
eahuDiias  corintias  en  el  esterior.  La  parte  in- 
lerior  está  inlacta,  asi  qoe  en  el  proiCéaio  se 
eoDflerran  las  estátnaa  de  ias  musas  enlsron- 
ee  aoe  adomaban  loa  nicboa.  Sn  diámetro  úni- 
do  á  la  aitnra  de  la  &ltima  grada  es  de  280 
pies,  7  poedecontener  40,000  espectadores. 

Uaa  particttlarídad  ofrece  este  edificio,  y 
esoD  edicolo  colocado  sobre  so  eje,  mirando  á 
li  eioena,  y  mi  la  parte  snperior  de  las  gra- 
Mas:  este  peqoeño  templo  osti  sin  dnda  des- 
tteado  á  reclbir  nna  dÍTinidad,  ona  estátoade 
Uoo,  balladaal  ple  del  muro  delpuiptliim,  po- 
drimoy  blen  baber  tenido  este  destino,  poes 
lesabe,  en  efecto,  que  Baco  era  la  diTinidad 
proleetora  del  arte'  dramiUco. 

Iste  teatro  es  de  una  gran  magniflcencia, 
kM'moros  estin  re?estidos  de  mirmoies  taria- 
dos,  de  estncos  cobiertos  de  arabescos;  i  los 
dos  ladoi  de  la  escena  estin  las  estitoas  eques- 
ires  de  RoniQS  Balbus,  padre  6  bl]o,  estitqas 
qoe  se  han  encootrado  intactas. 

LAMnaXXTI. 

Teatro  de  Bwrdeoi. 

Ista  lámina  presenta  d  ediñcio  en  so  plan- 
tay  facbada. 

Isle  teatro,  cpie  tiene  nn  caricter  Terdade- 
riflieote  monumental  fué  cbnstruido  por  el  ar^ 
qtüecto  Luls  i  flnes  del  úlümo  siglo.  Es  el 
a»s  Tasto  y  el  mas  proploda  todos  losque  bay 
en  Franeia.  Tiene  un  órden  de  pórticos  forma- 
do  por  arcadas,  sobre  los  pilares  de  las  cnales 
le  elefa  im  órden  de  pilastras  coríntias  qoe 
coge  toda  la  altora  del  piso  bido  y  príncipal. 
iDcima  de  este  órden  único  reina  nn  itico, 
qoe  le  dm  mas  altora  y  qoe  la  disimula  en 
parte  la  vista  de  iascubicrtas,  siendo  moy  ne- 
eesaria  esta  mayor  altora  para  el  Juego  escé- 
oico  de  las  decoraciones* 

Ksta  gran  cublerta  no  es  de  on  boen  efecto 
en  k  fachada  de  la  limina  XXVI ;  pero  en  la 
^eeocion  nna  gran  parte  desaparece  i  la  tIs- 
la.  Todo  esto  ediflcio  esta  perfectamentc  con- 
eeUdo,  en  las  necesidades,  en  las  exigencias, 
ea  los  aceesorios»  v  esti  moy  bien  combinado 
T  coDctflado  con  el  caricter  moonmental  del 
Hano.  Se  poede  proponer  este  mounmento  por 
■odelo,  como  el  mas  apropiado  i  ios  usos  del 
leatro  modemo. 

LAifiNA  xxvn. 

Tkermas  de  Tito,  eiiñoma. 

THo,  queríendo  alejar  loo  trístes  recoerdos 
de  la  úliima  eropcion  del  Tesnblo  y  de  un  ler- 
riUe  locendio  qoe  babia  destmido  ios  prínci- 
pales  ediilelos  de  Roma,  condbió  el  proyeclo 
de  eoBstnilran  vasto  ediflcio  qne  ponturíera  i 
bifes.salaspara  laa  repreeeotaciones  drami- 
tleas  y  tberroas  snntnoeas.  Isle  ediflcio  ñié 


constmido  sobre  tas  minas  del  palacio  de  Ke- 
roD  f  que  un  incendio  habia  destraido ,  como 
pars  bacer  desaparecer  basta  el  reicnerdo  de 
los  tiempos  pasados. 

Este  inmenso  ediflcio  da  una  ídea  de  la 
roagnificencia  romana  y  de  este  lujo  prodiglo- 
80  que  presagia  una  decadencia  general.  Pué, 
no  obstante,  construido  en  ona  época  en  que  el 
arte  babla  tomado  un  caricter  grandioso  y 
magoifico,  y  donde  se  empleaba,  adenuis  de  U 
necesidad,  ciertasformasYaríadosy  elegantes. 
•  Sobre  todo,  en  las  tbermas,  que  debiaa 
prestarse  i  las  dlversas  exigencias  y  i  las  ver- 
daderas  necesldades,  es  donde  los  romanos  han 
mostrado  comprender  ei  bien  estar,  las  como* 
didades,  y  ban  sabido  conciiiarlo  todo,  y  dis- 
ponerlo  cooTenientemente  sin  sacríficar  nada. 
Kstos  ediflcios  son  sobre  todo  sorprendentes 
por  la  elegancia  y  la  solides  de  su  constrnc- 
cion.  Aigunos  pueden  recibir  mas  de  tres  mil 
bañindose  i  la  ves,  y  ocupan  una  superflcie  de 
masde  400,000  pies  cuadrados. 

Por  la  planta  de  esta  limlna  se  ve  la  es- 
tension  de  los  establechnlentos  de  este  géne- 
ro;  esta  planta  se  compone  de  dos  cercados 
comprendidos  el^uno  enelotro.  El  prímero 
contiene  los  pórtioos  para  ponerse  i  cubierto, 
las  salas  para  los  atletas,  las  bibliotecas ,  tea- 
tros  para  las  representaciones  dramiticas  y  los 
eombates  de  gladiadores,  las  escuelas,  las  eoM- . 
droi  guaroecidas  de  bancos,  donde  los  filóso- 
fos  y  ios  siblos  se  reunian  para  disculir.  La 
segunda  comprende  los  baños  propiamente  di- 
chos,  y  contiene  la  sala  en  la  i  nal  se  desnudan, 
llamada  cntre  los  romanos  apodyierium ;  otre 
sala  donde  se  nntan  de  olores  y  se  perfuman» 
llamada  unctuarium.  En  seguida  esti  la  sala 
donde  hacen  ejercicios  antes  de  entrar  en  el 
baño  y  que  llcTa  el  nombrede  coryeeum  6  de 
spharisierium;  despues  siguen  las oa¿(/arta  6 
salas  de  baños  que  tienen  este  nombro  y  al  re- 
dedor  de  las  cuales  estin  las  gaterias.  Despues 
del  baño  pasan  i  una  sala  de  un  temperamen- 
to  agradablc,  llamada  tepidarium,  por  que  pre* 
Tiene  para  pasar  i  la  sala  del  baño  frio,  llama- 
da  frigidarium.  Esta  última  sala  es  muy  es- 
paciosa  porque  se  bañan  muchos  á  la  tcz  y 
esti  rícameote  adornada  con  coiumnas  y  esti- 
tuas.  Ademas  bay  otra  sala  con  tubos  para  los 
baños  de  Tspor  qoe  lleva  (ú  nombre  de  euda" 
ria,  y  piesas  subterráneas  destinadas  i  calen- 
tar  las  salas  y  que  se  designan  con  el  nombre 
de  hypooaustes, 

Los  antíguos  habian  reunido  en  estos  edi- 
ficios,  todo  lo  que  puede  agradar  i  la  Tista  y 
recrear  la  imaginacion.  La  decoracion  es  es« 
piéndida,  el  paTimeoto  de  mosáico  con  roir- 
moles  de  colores,  los  techos  cubleríos  de 
roagnificas  pinturas,  las  salas  y  los  pórtioos 
adomados  de  tableros  con  bajos  relieves,  de 
bustos,  de  estituas,  de  los  roejores  maestros 
de  todas  las  artes.  En  las  thernuts  de  Tito  fné 
hallado  el  farooso  gropo  de  Laocooo,  el  tron- 
co  aoygoo,  el  toro  Farnosio,  etc.  Los  gladia* 


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«34 


dores  deeorabtii  las  thenni^s  de  CaraeaUa, 
Para  mayor  estenaion  j  detalles  v«^  el 
articolo  BiÑos. 

LAMINA  XXVni. 

Büños  del  MofUe  de  On», 

Eiplieacion  de  la  plania  d^  pi$o  bajo.^ 
4*.  Paseo  COD  fuentes  de  agua  miDeral  para  el 
uso  de  los  qoe  quieran  beber.—* 2.  Baños  de 
pies.— 3.  Vestuarios.— 4.  Baños  de  vapor.— ». 
Caños  de  yapor  y  friega». — 6.  Sitio  para  ias 
oalderas  que  reducen  el  agua  á  vapor. — ^7.  Ga- 
ños  ascendentea  internos.— 8.  Grandes  esca* 
leras  practicables  para  las  habitaciODes  de  los 
porteros.— 9.  Sala  de  espera.—íO.  Fuente  de 
i^uaoaliente  d^  Ramoud. — 14.  Acueducto  de 
desaglie.— 42.  Puentes  de  agua  fria.— 43.  Ma* 
nantíal  de  agoa  caliente  de  Lésar. 

Eiplioaoion  de  la  plantqdel  pito  prífwt* , 
pal.—a,  Saladerennion.— &.  Aatecémara8.-<- 
e,  Sates  de  jQego.->e{.  Salas  de  ooiifiulU.— 
e.  Galerla  en  la  cual  están  caatro  de  los  por- 
teros. 

LAMINA  XXIX. 

Monumentos  triunfalen. 

Pigs.  4 .« y  í .*  Planta  y  ele^acion  dei  arco 
de  triunfo  de  la  plaia  del  Garrodsel,  en  Paris. 

Fig$,  3.*  y  4.'  Planta  y  elevaoion  del  arco 
de  Tito,  en  Roma. 

Ft^.  5.*  Goluinna  del  Grande  cjército ,  en 
Parts. 

Pig.  6.*    Obelisco  de  liOoqsor. 

*  Ademas,  pueden  verse  los  articalos  aegos 
DB  TEiinm)  y  obbusgos. 

LAXmA  XXX. 


AlQUmXÍTülA 

Pig$.  7.*  y  8.* 


Itl 

S^tero  para  mtaiÉlia. 


LAIONA  XXXn. 


Fuentee. 


Sepulcroe  antiguoe. 

Fig$.  4  .*  y  «.•  Planla  y  elevaeion  del  se- 
pnlcro  de  Teodorico,  eo  Rávena. 

Fig$.  3.»y4."  Sepulcro  de  Arius  Diome* 
des,  en  Poropeya. 

Fig$.  5."  y  6.*  Sepolcro  de  Nevolia  Tyche, 
en  Pompeya. 

Fig.  7.*  Sarcófago,  en  pórfido,  del  sepul- 
cro  de  Santa  Gonstancla  en  Roma. 

Fig.  8.*    Sepulcro  etrusco,  en  Gometo. 

LAlflNAXXXI. 

Sepúlcro$  modemo$. 

Fig$.  !.•,  2."  y  3.«  Sepulcro  de  Gasimiro 
Períer,  en  el  cemeoterio  del  padre  Lachaise,  en 
Parls. 

Fig$.  4.*  y  5.«  Sepulcro  del  mariscat  Le- 
f^vre,  en  ei  mismo  cementerio. 

Fig.  6.*    Sepulcro  del  mariscal  Kaafleiia. 


Fig.  4.*    FutBte  del  mercado  de  los  loo* 
centes,  en  Paris. 

B^  fnentefaé  conatroida  en  4550 por  fe- 
dro  Lescot,  y  adorbada  de  escnllures  por  ian 
Oo^jon.  Esta  sitoada  od  el  áagulo  que  fonua 
las  calles  de  San  Denis  y  Pers,  y  do  tenianai 
que  tres  aroidas  cuando  eo  4788  ae  demolié 
la  igtesia  de  los  laoceDtes,  y  se  traspMó  aa 
nedio  de  la  plaia  añadiéndole  un  ciiarto  lido. 
Mrcs.  Poyet,  Legrand  y  Molinos»  feeron  losen* 
cargados  de  este  trabajo,  y  el  moaameoto  foé 
dispuesto  como  se  le  enoueotra  hoy. 

Fig.  2.*  .  Foentes  de  los  Gampos  EliseoB^ 
en  Paris,  por  Mr.  Hittorf,  arqaiteeto. 

Fig$.  3.*  y  4.*    Fuente dela  plaaa  Loovois, 
en  París,  por  Mr.  Viscoatt,  arqoitecto. 

Fig.  5.*    Fuente  de  la  calle  de  Sévres,  ea 
París. 

Pig$.  7.»  y  8.*    Fuentes  arrimadas  á  ia 
pared. 

LAIHNA  XXXIII. 

Ho$fModeSan  Miguei,  en San  Mamái. 

BepUcacion  de  la  planta  dd  pieo  heie.^ 
4.  Yestíbulo.— 2.— Gafina.— 3.  Gonfeslooal  y 
saoristia.— 4.  RelectoHo.— -5.  Goeloa.— 6.  Lt- 
vadero.— 7.  Refectorio  paralos  críadosde  ser- 
vicio.  —  8.  Paoaderia.  —  9.  Garnioeria.— 40. 
Despacho  del  eoóoomo.— 44.  Biblioteca.— 48. 
Laboratorio  de  farmacia.— 43.  Baftos.— 44. 
Lenceria.— i5.  Escalera  de  sorvicio. 

LAMINA  XXXIV. 

Mereado  de  San  Oerman,  en  Pari». 


La  fig.  4  .*  representa  ia  planta  del  i 
do;  la  fig.  2.*  presenta  una  fachadm  y  la  elevik 
cion.  II  ediflcio  es  en  su  todo  un  partIeMgfi« 
morectángtilode  830  pies,  por  370.  Lat  csras 
de  los  grandes  lados  tienen  oada  umk  S4  ▼anof 
ó  puertas,  en  forma  de  arcadas;  las  de  los  pe- 
queños  lados  no  tienen  mas  que  47.  Las  gale- 
rjas  están  abiertas  con  respecto  á  los  ooaM 
puntos  cardinales ,  por  entradas  principalei 
compu^ta  cada  una  de  trea  vanos  y  merctiáaa 
en  eí  interior  por  dos  órdenes  de  guardacuH 
tones  (4 ).  £n  cada  estremldad  se  encoeDtrui  doe 
vayas  de  desempeño  correspondloites  al  eie 
de  cada  nave,  y  oolOGadaa  ea  los  pab^knies 
cuadrados  (%),  forBaando  nna  aalida  fieU  Ucia 
el  cuerpo  dei  ediAcio.  Las  vayas  eatán  cole- 
cadas  bácia  el  lad»  del  patio.  Las  plaias  de  loe 
vendedores  en  Dúmero  de  368  estin  dispiiee- 
tas  en  cnalro  órdeDes,  Bn  el  ceiitro  del  pali» 
TedaDgolar  (3),  que  eocíerra  el  edllclo,  m 


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i9á 


AAOtJItfiCtVIU 


m 


étn  una  bonftÉ  foeote  (4).  iiitM  este  pttio  es- 
(aÍM  Heno  de  btrracas,  y  se  le  ha  reemplaaado 
por  elcgaotes  Üeadas  eubiert»  de  sioc  y  aepa* 
ndas  por  pasagesde  crístales. 

il  Sor  del  mercado  se  elera  el  departamen- 
to  de  las  eamloertes,  qoe  tieoe  lais  mismas  for- 
itttf  T  las  fflismas  dimensiODes  qne  aoa  de  las 
dssdel  edilleio  geoeral.  Ks  yracticable  en  so 
cenboportres  poeilas  (^ie  dan  pasoáan  res- 
tftalo(í),  en  d  fóndo  del  coal  liay  noa  peque^ 
üilbéBte;  despoes  se  entre  en  lascarmee*- 
ifB  m  pmr  dos  ptiertasde  hierto.  k  los  lados 
áé  k  fmáe  hay  dós  éseateraá  qoe  eondocea  á 
n5  wlanos. 

%i.  3.«  f  4.«    Vercado  de  ftan-Düier. 

P^i.5.*f«.«    PescaderiadeStraidmrg. 

LAiniVA  xxxr. 

MaUém  de  MMtmartte,  en  Paris. 

Plantá,  4.  Hatadero.«-^t.  Corralde  bnefes 
jorejas.— 3.  Gorral  del  fliatadero.-^4.  forte- 
rfc,  coDserges  y  empleados.— S.Departamen- 
l^de  los  agentesde  la  admiidstracioo.-^e. 
Cdderas  paraderretir  el  sebo.— 7.  Gocheras  j 
coadws.— 8.  Picaderos  y  e8tanques.-^9.  Be- 
pModetriims.— 40.  Sitioparalas  vacas.-— 
It.Boyerías. 

ñg.  t.*  Seccioa  porltacorralesdebbe- 
Ttt  y  OTclas. 

Ftg.  2/    Seccion  por  el  matadero. 

Pig.  3«*    EleYacion  dd  matadero. 
Víase  para  mas  clarldad  et  arliculo  matí- 
aiaos. 

LAimiAXxm. 

PetíuMario  6  prüim^  eehilar  eegun  el  tiete^ 
•a  de  Penmvania,  por  Jír.  BUment. 

E^ieaeion  de  la  planta.'^ .  Paüo  de  en« 
Inda.— >2.  Pabelloaes  á  ambos  lados,  coote- 
meodo  el  ono  el  cuerpo  de  guardla,  y  el  otro 
d  eaartú  ú^  conserge. — 3.  Admhiistracion. 
"^.  Círaii  sala  central  ée  inspeccion ,  ea  el 
eoHrode  la  ctial  está  el  despacho  del  director 
icnieodo  tista  átodos  *<hi  pnntosde  laprisioo, 
r  endma  la  capilta  para  la  celebracion  de  la 
^,  pndietkdo  ser  vista  desde  todas  las  ceU 
^.—5.  Paso  con  locotorios  celolares.— 6. 
tSrtDdes  galerias  de  serricio  coo  escaleras  en 
^  fondo  para  facilitar  el  serricio  de  los  tres 
Pfeosde  ceíldas  á  la  tea.— "7.  Paseos.— 8.  En- 
^tsda  á  los  paseoB  con  cámara  que  permite  el 
Pisa  4  li  Tea  ¿  los  dos  patios  álos  coales  coo- 
^act.^.  Cámino  de  ronda  hiterior,  qae  sepa- 
n  los  omros  de  la  detendon  de  los  de  cons- 
titeíon;  y  cnyo  ittaro  etterior  tiene  en  cada 
^ngDlo  ona  torre  de  obsenraeion. 

ÍM  tres  Bgtoras  qne  contiene  la  lámina  re- 

prttenlaD»  la  l.'^lapUmta,  laS.*  el  cortelon- 

gttKllBal  y  ta  8.*  ^  corte  trasverSal  de  las 

eeldas  ordioaritt.  Sl  ledio  es  fiMftfiiüe  y  ae 

464    MBUOmAISSI^ 


lea  quita  de  d!a  nara  df^  1a  oeüi  ia>re;  la 
paerta  de  ias  oeldas  tiéne  otra  eaterior  qne 
permite  abrirse  bajo  an  ángalo  tal  que  I09  de- 
tenidos  puedan  todos  ver  al  sacerdote  que 
oficla  en  el  oentro  del  ediñdo ,  sin  verse  los 
unos  á  ios  otrof » y  tienen  ademas  nna  reja  In- 
terior  fon  su  postigo  i  disposidoa  át  los 
guardianes. 

LAKINA  XXXVIL 

Ca$adelúbor,modeiodeBatilbeaiHet. 

LtB  elevadones  de  esm  limina  represea'* 
tan  sa  eonstniccíon.  0el  lado  de  la  entrada  se 
elevan  dos  cucrpos  de  casa  separados  por  la 
verja  que  sirre  de  paerta.  EstOs  cuerpos  de 
habitadon  tienen  cada  uno  dos  pisos,  uno  ba« 
Jo  y  otro  priodpal.  El  de  la  derecha  sirve  de 
habltadon  para  el  regidor;  el  de  la  iiqaierda 
contiene  nna  letícerfa,  nn  almacen,  on  latade- 
ro,  un  fhitero,  y  endma  nn  gran  almacen  6 
gránero  de  trigo ,  y  en  el  remate  on  granero 
para  avena.  Sa  arqultectora  es  may  recomeo* 
dable  para  la  gravedad  y  simplteidad  de  sos  lí- 
neas,  que  es  todo  el  mayor  eioglo  que  se  pae- 
dehacerdeella. 

Kn  la  otra  flgura  se  ve  el  palomaf ,  qoe  se 
eleva  encima  de  la  lechería,  entre  doe  oons« 
troccioaes  destinadas  i  servir  para  guardar  las 
mieses. 

La  roísma  limioa  preseota  la  plaota  de  la 
casa  de  Rambouillet,  cuyas  coastrucdooesfor- 
man  an  paralelógramo  dlspuesto  álrededor  da 
un  vasto  patio. 

4.  Sntrada  principaL— il.  Saladecomer.— • 
3.  Godna.— 4.  Gabinete  del  regidor.— 5.  Dor* 
mitorio.— 6.  Homo.— 7.  Iiencería.<^.  Alma- 
cen.— 9,  Lavadero.— 40.  Prutero.**-44.  Lefle» 
ra. — 12,  Gorral  para  vacas.— 47.  Ojadre.— 14. 
Guadra  enfermeria.— 4  5.  Otra  cuadra  mas  pe- 
qucña.— 4  6.  Guamés.— 4  7.  Herreria.— 4  S.Gar- 
releria.— 19.  Sltiopara  goardar  las  mieses  del 
trigo.— 410.  Almacen  para  giiardar  las  miesea 
de  la  aveoa.— 24.  Soportal  de  díchos  almace* 
nes.~22.  Gobertixos.— 23.  Cochera.-^.  Csia- 
blo  de  poeroos.— 6.  Gallioero.-'C.  Gercado.— 
d.  Palomar  y  lecherfa.— e.  Sltio  para  deposi^ 
tar  el  estiércol. 

LAJIINA  XXXVm. 

Apriscos  6  majadas, 

Pig$,  4.*  y  2.»  Planta  y  elevadon  de  las 
construcciones  que  sirven  de  habitadon  al  g»- 
nado  lanar.  Eadma  de  ids  apriscos  se  halta  ei 
granero  con  raices  y  forrages,  construido  so- 
bre  las  mismas  proporciones  que  el  piso  infe- 
ríor,  y  bien  oreado,  para  impedlf  qu^el  alimen* 
to  del  ganado  tome  mal  gusto  y  pierda  sos 
cnalidades. 

Ftos.  3.»  4.»  Astiileros  y  pesebreraa.  Kn 
el  piidftefo  de  estos  ejeoiplos  el  aMttero  ae 
T«  m%  28 


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m 


AR^TECTÜBA 


436 


^ya  sobre  on  peqoeao  muro;  tieDe  el  pese- 
bre  formado  de  madera  de  una  sola  pieza, 
abondado  en  forma  de  cucbaron  y  sosteoido 
en  toda  su  lungitud  cn  un  tablon  sobre  el  coal 
reposa  el  peldaño  ioferior  dcl  astillero;  el  pel- 
daño  soperior  est4  sostenido  en  su  ínclina- 
Cion  por  dos  triángulos  de  bierro  sujetoa  á 
unapiesade  madera  en  todala  longltud  y  que 
descanaa  de  plaia  en  plaza  sobre  dos  postes 
^erticalcs.  En  el  segnndo  ejemplo  el  astillero  ó 
balaustrada  está  apoyada  sobre  dos  postes  en 
formf  ^p  armadnra,  y  tienen  sos  pesebreras 
formaáas  de  dos  pieaas  en  qoe  la  una  consti- 
tayecl  borde,  y  está  sostenida  en  sn  separa- 
cion  superior  por  dos  simples  triángolos. 

EtUMo  para  cerdos. 

s  Pi0s.  5/  y  6.*  Planta  y  elevacion.  En  el 
centro  dcl  establose  encuentra  nna  cocina  con 
su  cbimenea  y  fogon,  donde  se  cuecen  los  ali- 
mentos  destlnadas  á  los  animales.  l^  techum- 
bres  para  los  cerdos,  formadas  de  un  dobleór- 
den  de  celdas,  opuestas  unas  á  otras;  est¿n 
precedidas  de  un  peqneño  patio  donde  el  ani- 
roal  Ta  ¿  tomar  so  comida  colocada  en  una  ar- 
tesa  semi-interior  y  semi-esteríor  comun  á  las 
dos  celdas.  Deiante  de  estos  órdenes  de  techos 
bay  od  patio  ¿cielo  abierto,  en  el  cual  bay  una 
G^rcii.  fil  suelo  del  patio  como  el  de  las  cei- 
das,  é8t¿  dispuesto  de  modo  que  todos  los  ori- 
nea  seau  red^dos  en  un  mismo  sitio. 

Figi.  7.*  y  8/  Yista,  perspectiTa  y  corle  de 
la  abertnra  practicada  en  el-  muro  interior  de 
las  celdas,  encima  de  las  artcsas;  esta  es  un 
postigo  conpemios  debierroy  goznesfijos  80« 
bre  la  traviesasupcrior,  tenieudo  en  medio  un 
ccrro]o  con  su  grapon  recibido  sobre  el  borde 
estefior  de  la  artesa:  este  postigo  est¿  siempre 
entreabierto,  dejando  circular  el  aire  por  enci- 
ma  sin  permitir  la  salida  del  animal. 

Puertas  y  harreras  ruraks, 

Pig.  9.*  fiarrera  sostenida  por  un  lado  en 
un  moro,  y  por  ei  otro  en  cl  peqneño  límite  de 
ona  empalizada.  ün  pasador  moTible  de  bierro 
atraTCsado  por  dos  anillas ,  sirre  para  tener  la 
pnerta  cerrada. 

Pig.  4  0.  Pnerta  con  plunchas  formando  on 
cercado  sobre  pies  derechos  y  fljosen  la  tierra 
y  sostenidos  de  arríba  ¿  abajo  por  nn  travesa- 
fio.  liOS  pies  de'  la  puerta  cuando  se  la  abre, 
qoedan  sosténidos  por  una  rueda  colocada  en 
cada  boja.  *Lo  misnio  que  la  anterior,  esta 
puerta  se  mantiene  cerrada  por  medio  de  un 
pasa^r  ^  cerrojo  atraTCsado  por  anillas  de 
hierro. 

LAMINA  XXXIX. 

Esiabhs. 
. :  %«.  4.*,  «.•  y  3.»    Planla,  vlsta perspec- 


tiva  y  corte  de  nn  establo  económico  por  mon* 
sicur  de  Yalcourt.  La  construccion  esti  din- 
da  cn  su  Iongitu(lpor  on  pasage  de  servicio,i 
los  dos  lados  del  caal  hay  dos  órdenes  de  es- 
tablofl  de  animales;  estos  colocados  cara  ¿  ci- 
ra  los  uoos  de  los  otros,  dejan  uc  espacio  en- 
trc  si  y  el  mnro,  destinado  ¿  dejar  paso  por 
medio  de  on  pequeño  l)adén  ¿  los  oriaes.  La 
cübierta  del  tejado  que  seapoya  sobre  losma- 
ros  laterales,  tiene  de  altura  seis  pies  y  es  de 
rastrojos.  El  caballete  e8t¿  formado  de  Doa 
pieza  de  madera  de  pioo,  sujeta  con  sos  dos. 
estremidades  en  unos  piñones,  y  softteaidade 
distancia  en  distancia  por  dos  postes  obliCQOg, 
apontalados  como  los  brazos  de  ou  comiiis. 
EI  interTalo  de  cinco  pies,  dejado  entre  si  en 
la  base  roarca  la  loogitud  dei  paso  que  diTide 
el  establo.  Los  astilleros  e8t¿n  fljos  en  estos 
postes;  tres  travesaños  redondosrecibenlos 
hosiUos,  asi  como  el  fondo  6  plancbas  dODde 
caen  las  semillas.  Las  artesas  est¿n  sostenidai 
por  unos  pequeños  postes  colocados  de  plaia 
en  plaza.  k  fln  de  procurar  onabnena  Tentila- 
cion,  hay  en  medio  del  establo  una  cbimeoea 
que  se  puede  abrír  pormedio  deunacoerda  j 
una  polea.  La  parte  superíor  del  ediQciofoima 
cl  grauero ,  y  hay  tambien  un  almaceo  de 
forrages  con  dos  pequeñas  puertas  ó  dait- 
boyas. 

Las  /ig$,  4.*  y  6.^  representan  los  detalles 
de  algunas  de  ias  disposiciones  qne  bemos 
descríto. 

"Piedras  de  moíinos. 

Fig.  6.*  Cabeza  móvil  qne  sube  ó  bíja  á 
voluntad  por  medio  de  un  largo  tQrniIlo  de 
madera  y  de  dos  tocrcas,  distantes  la  aaa  de 
la  otru  y  clavadas  semejantemcnte  en  el  c^. 
tro  inferior  y  superior  de  esta  cabesa.  Se  le 
hace  mover  por  medio  de  un  montante  6 
meda. 

Fig.  7.*  El  origen  dé  este  caso  es  holan- 
dés,  y  su  snelo  y  su  cabeza  son  moviblesy  se 
fljan  ¿  la  ^ltura  que  sc  ven ,  por  medio  de 
anillas  de  hierro  sóli^amente  sujetas  ¿  los  ¿o- 
gulos  del  armazon  y  clavijas  introduciilas  ea 
los  sei5  postes  que  le  sostienen.  Los  postes 
e8t¿n  guarnecidos  de  piancbas  de  hierro  por 
debajo,  ¿  fln  de  que  los  insectos  no  paedao 
trepar. 

Fig.  8.*  Esta  forma  se  monta  y  se  Jes- 
monta  como  on  mueble.  Est¿  compuestadeaa 
Irozo  circular  de  madera  de  seis  tal>leros  desr 
cansando  sobre  los  pies,  un  poco  elevadosdel 
suelo  para  que  la  humedad  no  pueda  pefjadi- 
car  ias  mieses  ordenadas  sobre  el  aparejo. 

LAMINA  XL. 

-  Consiruccton  de  faros. 

Fig.  4  .*  Faro  de  Eddffgstone,  ¿  3  legQis 
de  Plymootb»  constniido  en4756. 


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1» 


ARQUITECTORA 


m 


Pig,  2.^   PliDta  de  las  primeras  hüadas. 

Fig.  3.'    Planti  á  la  aUora  de  la  esoalere. 

Fi¡.  4.*    Planta  i  la  altnra  de  Ta  llntema. 

Fú/.  5.^  Planta  á  la  altura  del  último  crn- 
caiD. 

Fig,  6.'  y  7.*  Planta  y  elevacion  del  faro 
iéloabo  de  la  Hogue,  cercade  Gherboug,  cons- 
tntído  en  1832. 

Fia.  8.*  y  9.*  Planta  y  eleyacion  del  faro 
dePlanier ,  cerca  de  Marselia ,  conatruido  en 

LAMINA  XLI. 

Alumbrado  de  los  faros, 

Faro  eatadriáptico  de  primer  órden,  por 
Mr.  Fraocisco  Jenne,  constmctor  en  Paris. 

Iste  foro  foé  admitido  en  la  eaposicion  de 
losprodnctos  de  industria  en  el  afio  1844. 

Para  obtener  mas  deialles,  véase  el  articu- 

lOPAROS. 

UÜUNAS  XUl  Y  XUII. 

Construecion  de  lo$  puentes» 

•       LAMINA  XLIV. 

Puentes  de  piedra, 

LAMINAS  XLV  Y  XLVI. 

Armaduras  de  hierro, 

Fig.  I .«  Armadura  de  hierro  en  la  iakHia 
ie  la  Magdaleña,  en  Paris.  Conjunto  de  nna 
de  las  formas.  En  los  puntos  aaa  están  las  ca- 
denas  recibiendo  las  formas  entre  si  y  soste- 
mendo  ei  cmzado ,  sobre  el  coal  parten  las 
liojas  de  Qobre  formando  la  curvatura. 

Fig,  2.*  Detalle  del  encuentro  de  mochas 
píeias  en  el  punto  M  de  la  fig.  1  .*.  Este  es  el 
ensambhige  dei  ballestero  con  el  tirante  Terti- 
eil  b,  con  el  gran  circulo  e,  con  el  segondo  c 
y  la  cadena  d. 

Fig,  3.*  Detalle  del  encuenlro  de  muchas 
pieias  en  el  punto  N  de  la  fig,  1.*  Este  es  el 
ensamblage  del  otro  ballestero  con  el  tirapte 
terticaT  b,  con  el  gran  arco  de  circulo  e,  con 
el  legando  c  y  con  el  primero  h. 

Fig,  4.*  Montante  vertical  incrnstado  en 
el  mnro ,  eneaiando  el  ballestero  y  ei  primer 
irco  h,  y  recibiendo  el  madero  del  gran  arco  e 
cneipnnto  I. 

Fig,  5.^  Confunto  de  una  de  las  formas  de 
\a  armadura  ae  hierro  delMercadonuavo  de 
la  Magdalena,  en  Paris» 

Pia.  6.*  Armadora  ó  forma  para  un  snelo 
de  ladrillos  cmzados.  Esta  forma  esta  compnes- 
ta  de  dos  barras»  la  una  a  en  forma  de  arco  y 
reeíbido  por  la  otra  6  qne  sirve  de  cuerda  de 
este  arco.  Csta  armadora  tiene  en  toda  so  lon- 
gíftnd  Eiete  bridu  c,  ó  peqoeñas  piexaa  qne  la 
'dhideB  en  ocho  paries  ifudes:  «omo  estoto 


barras  podrian  aproiimarse,  se  ha  cólocido  «b 
ellas  en  medio  de  cada  pedaso  ó  brida  unos  pe* 
queños  pilarotes  de  hierro  que  impiden  el  se» 
gundo  efecto.  Estas  armaduras  están  atadas 
entre  si  por  ocho  órdeoes  de  T'irotllíos d,  EuCI^ 
ma  de  cada  armadura  se  tieno  colocado  un  ti-^ 
rante  e  de  hierro  liso»  que  se  engaocba,  asi 
como  ia  barra  derecha  de  la  armadura,  en  iámi 
misma  áncora  colocadt  en  la  estremidad  dei 
muro. 

Fia,  7.*  Puentedel  Carrousel.  t^onslrúido 
por  el  iogenlero  Nr.  Polonceau . 

LAIUNAS  XLVU  Y    XLVIIl. 

Puentes  de  hierro, 

LAMINA8  XLIX  Y  L. 

Puentes  eolgantet. 

Para  obtener  una  esplicaden  deestas  lámi» 
nas,  véase  ei  articolo  poiNm. 

LAMINA  U. 

Puertat  de  esdusae  6  canaUs, 

Pig,  X^  Planta  de  una  pnerta  de  esciusa 
en  dos  alturas  diferentes. 

Pigs,  2.*.  y  3.*  Elevadon  de  los  dos  iados 
de  esta  puerta.  ^ 

Figs,  4.*  y  5.*  Córte  de  esta  pnérta. 
La  figura  que  ocnpa  la  parte  iMja  de  la  iá* 
mina,  represenla  la  bóveda  de  piedra  taliada 
que  recubre  el  canal  de  San  Nartin ,  ba)ó  ia 
plaia  de  la  Bastiila,  en  París^  Las  aródaa  qoe 
se  ven  en  la  parte  superíor  de  esta  flgora  soa^ 
tieoen  la  colomna  de  Julio. 

Véase  el  artículo  bsclusas  y  canalbs. 

LAMINA  Ltr» 

Diferentes  géneros  de  eonstrucoion  de  muros, 

Pig.  \.*  Sistema  poligonal ,  fonnado  con 
piedras  poligooales,  taliadas  en  prisinas  irre^ 
gnlares. 

Esta  flgura  representa  nna  parte  de  ias 
morailas  de  Fundi,  en  ei  rfino  de  Nápoles; 
las  piedras  de  estas  mnrallas  tienen  de  S  Á 
9  pies  de  tongitud  por  4  ó  5  de  altura.  Los 
muros  de  la  antigua  villa  de  Cora,  cerca  de 
Velitra,  y  otros  muchos  de  las  ciudades  etms- 
cas,  están  constraidos  de  la  misma  manera.  En 
CorUma  hay  piedras  que  tienen  hasta  20  i>ie8 
de  longitud. 

Fig.  2.*,  Constrocclon  doble,  formada  de 
piedras  de  igoalcs  dimensiones,  coiocadas  dos 
á  dos  en  la  longitod  y  una  soia  de  tlson  sobre 
el  espesor  del  moro;  el  intervalo  que  ha^^  en- 
tre  esUs  piedras  esti  relleno  con  mampoft^rié 
menuda. 
^Fig.  3.^  ilaoatnioeieiefiregQlafy'féniiidt 

t 


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4S* 


AIQIHTBGTDBA 


#H 


te  péadM  de  todas  diaeBBiODes ,  recortadas 
«I  hilidas  rotas,  en  forma  de  dientes  ó  muea- 
cat,  en  todoa  seQtidos. 

Se  liaD  reoDido  en  esta  figara  todas  las  ir- 
regolarfdadea  qae  se  encoentrao  eo  la  cooa- 
tracdoo  de  edificios  aQtigaoa ,  constraidos  en 
piedra  tallada,  y  aobre  todo  los  maros  de  cer- 
raoiieBto  de  la  ciadad  de  Roma.  Tambiea  ae 
eocoeolran  de  estaa  irregalaridades  en  las 
conatroociooes  moderoas,  porqae  la  piedra  Ira- 
vertioa  no  se  balla  en  bincos  oemo  la  piedra 
de  Parls,  y  que  so  espesor  nria  en  cada  troso; 
de  soerte  qoe  para  emplear  esta  piedra  se  veo 
obligados  á  bacer  las  igqalaciones  y  las  mues- 
cas  qbe  hemos  dicbo ,  como  se  poede  Ter  eo 
elteatrodellanelo,  en  el  €oUeeo  y  en  San 
Pedro  en  Roma. 

Fig.  4.*  Ogm  ^mrtnm»  6  aistema  de  co- 
locar  las  pledras  de  todas  formas. 

Se  atribaye  4  log  etmaeos  la  ioTencion  de 
esta  especie  de  mamposteria,  que  parece  ba- 
ber  sido  imitadade  dertas  canteras,  donde 
las  piedras  se  enooeotran  asi  dispuestas  ni- 
turalmente. 

Los  iDgulos  y  \(»  esqotoasos  de  los  muros 
construidos  de  esta  manera,  tienen  necesidad 
de  ser  raSonaéos  por  aos  doe  paraoeotos ,  y 
dispuesto  este  refuerzo  por  biladas  boriaon- 
tales,  como  se  te  enia  figora  que  repreaeota 
nn  esqaioazo  de  los  moros  de  Pompeya. 

Los  meQomentoe  roas  antigaos  de  Rofna 
estin  eoDstruidos  con  el  opos  inoertum;  tales 
soD,  e^  otros,  el  templo  de  Yeata,  la  Tilla 
de  Ificena,  lacasa  de  Qoiotilio  Yaro  ea  TítoIí, 
d  temple  de  la  FoitoDa  en  Preoeste. 

Fig,  6.*  CoDstniccioieocadcoada,  formap 
da  de  piadras  alteroatiyamente  mas  altas  para 
iBcroslarse  \u  nsas  en  las  otras. 

Este  ^emplo  eslá  sacado  del  teatro  de 
Maroele  en  Roma. 

Fig.  5.*  Opui  retieukUwn ,  ó  trozos  con 
earas  coadradas  aemejanles  en  forma  al  en- 
rejado. 

Rste  fénere  de  eonstraccieB  estOTo  muy 
en  uso  en  Roma  en  los  últimos  tiempos  de  la 
república.  üna  gxan  parte  de  las  ruinas  qne  se 
eDOoentraQ  eo  Us  iomediaciones  de  Roma,  es- 
tili  coDStraidas  de  este  modo  por  ios  para- 
DMDtes  esteriores,  el  ceotro  está  relleuo  de 
|P41o  BMDQdo.  La  cara  cuadrada  tieoe  ordina- 
liameDte  unas  4*palgadas  de  lado. 

FÍM.  7.V  «.•,  0.'  y  to.  Oirersos  ejem- 
plo«  oe  todas  ciases  de  coostrucciooes. 

LAMINA  LIIl. 

Cmiinoi  oMtiguoi  y  modemes. 

Fig*  I  .*    Qw  camino  antígoo  en  Uano. 

Fi0.  2.*  Gran  camino  anUguo,  con  sub- 
lerrineo  aobre  la  pendiente  de  ona  montaña. 

FÍ0.  3.*    6ran  camino  modemo.' 
.  f%t4.^   q¡i»ci9rtao  cqAaBafQi^esps* 


tenifflieBto,  aobee  la  pendieiiU  ^  rm^mmfih 
na  á  las  márgenes  de  nPi  liím^ 

Fig,  5.*  Gabnda  eeqaieda  en  eü  eaife- 
drado. 

Las  cifiras  1,  2,  3,  4  y  5  de  la  /l^.  1.*  n^ 
presentan  las  diCaróntes  capas  de  qoe  ae  cüíh 
pone  el  macixo  de  ktf  vias  romanas.  fstaa  ci* 
pas  soo  eo  oúmerode  coatro  (las  /ffs*  4  .*  y  2.* 
indican  dos  manerM  diferentea  de  oenaMr. 
la  primera) ;  estas  se  llaman  sir^íwaum,  re- 
dtia»  nueleus,  jnmma  ermsta  6  fttiwHMwi 
dofium.  Rl  espesor  lotal  es  de  onos  3  pies. 

Laprimera  capa  está  formada  de  nno  6  dos 
órdenes  de  píedras  pUvaas,  cokioadas  con  no 
baño  de  mortero.  La  segonda  capa  ó  riMÍtit  es- 
t¿  íórmda  de  mampoateda  de  inyo  meuido 
bien  batido.  Sobre  esta  capa  ae  eatieiide  fl 
nnrfstM,  ^e  es  pna  eapecie  4e  aigaoiaaa  0001- 
poesla  4e  arena  groesa  de  rio  polKriaada, 
mesolada  coo  cal  recieotemente  apagada.  Li 
piedra  ó  snmmuai  darsum  está  coioeada  a<H 
bre  el  nocleo  en  él  coal  se  la  apisona. 

LAMIffA  LIV  T  LV. 

CarfdMéria.^ArtMduroi  divortai. 

Fig.  1.*  Armadora  diYidida  eo  dos  parles 
sobre  la  altora,  j  Qpnveesla  de  nn  gran  ti- 
raote  sobre  el  coal  se  ooen  los  dos  macbones; 
tieoe  do?  mpdillooes  coloüados  baio  el  tiraote 
qoe  sirren  para  reforzarle,  oo  madero  qne  en 
sa  áogulo  recttie  los  dos  foladoa  del  cabriol, 
y  ooa  Jamba  atada  para  descargar  el  tirante. 

Pig.  2.*  irmadora  de  la  sala  dei  graii  tca- 
tro  de  Torio. 

Fig.  3.*  Irmadura  de  la  basüica  de  Santa 
Maria  la  Mayor,  eo  Roma. 

Fig.  4.*  Gorte  tomado  oerca  de  on  filso 
pendolon. 

Fig.  5.*  Corleen  direccion  de  la  longilod 
deona  forma. 

Fig.  6.*  Planta  de  on  tinoUe  conipneato 
de  dos  pieaas. 

LAMINA  LVt  T  LVH. 


Fig.  I.*    Armadora  y  tecbo  de  tea 
ceoes  de  TÍYeves  militares  en  Paris. 

Fig.  2.*  forma  de  la  armadQni  de  Sanla 
Sabioa,  od  Roma:  l  Jabalcon  apayado  ea  el 
pendolon  2,  y  ooido  ai  cootrapar  3,  qoe  sm- 
tieoe  al  par  basta  casi  los  dos  tercios:  el  medio 
del  tiFanle  est^  sofitenido  p^r  oo  estribe  de 
bierro  4,  QJo  al  peodoloo;  lu  estremidadea  cle 
este  üranle  están  fortiilcadaa  por  noaa  zapataa 
de  madera  5 ,  qoe  doblan  la  estremidad  del 
tiranle  y  están  onidaa  al  par  y  al  tiiante  por 
onas  ligadnras  de  bierro  inclinadas  6« 

Fig.  3.*  Fonna  de  la  armadori^  de  Sao  IQ- 
nieto  en  Piareacia:  t ,  especie  dc  sapata  patm 
soportar  ei  pesa4el  tinnte;  2,  oartelas  deiur 
dei4«4or9iito>  qno  ilemasde#Uge^r  el  por 


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w 


^iQBiB^nrQiu 


m 


mü  liimU  dmtm  etí^  earpiQteria  aparf  ote 
eD  e)  monameDto, 

Fig.  4.*  Forma  segUD  el  sisteiBa  de)  cor(H 
ae)  £d7;  la  gran  eerdia  eati  formada  demu- 
dus  maderas  aoperpoestas  y  curvadas  aobre 
e)  pltDO.— F»^.  4  a.  corte  )0Dgitudina)  de  )a 
pirte  soperior  de  la  armadura  ^Fig.  4  h, 
planüliu  Qoidaa  y  elavadaa  eatre  si^  sobre  \aa 
emlesTieae  ¿  descaQsor  todo  el  sistema.— 
Fv.  4  c,  corte  de  uoa  parte  del  centro. 
-f M.  4  d,  «,  f,  formaa  de  difereates  pie- 
9S8  de  iúerro  empteadas  en  esta  coDstruc- 
cioo. 

VAmSk  LVIU. 

CQrfmlaria.^Pared$sék  fHfubra,  <ooJkw,ott- 

Fig.  4.*  EleTacioD  de  uoa  pared.de  ma* 
denen,liac))ada. 

Fig,  %,*  Tecbo  QOD  carreras  colocadas  ^^ 
bresoieras. 

Fig.  ^*  Tecbp  cod  carrcras  eesambtad^s 
e&)o9tirantes. 

Ff^.  4.*  Detailes  de  eo^sambtaduras  del 
toclio  represeotado  eo  )a  Fig.  2.* 

F^.  6.*  Estribos  de  bierro  para  sosteoer 
iascarreras. 

Figt.  a,  b,  c,  4,  e.  Diversas  easi^Dbla- 
doras. 

Si  se  quiereD  obteoer  oias  detalies  respeo- 
to¿  las  iámiiias  W,  Vi,  Vil,  LYUy  |.T1)I  Téa- 
se  el  arUculo  abjiadura. 


LilllNALIX. 


Carfhtíma  de  'ia¡krm^SMamblaifl$.  f«er- 
9,  $9aakra$,  eta. 


^^wp  wvwHOI^9^, 


Fif,  4  •*    PiaDta  de  uua  esealera  de  earaoo). 

Fig.  ;.*  E)eTacioD  de  esta  esca)era.<— a, 
K  e,  deta)le8.        < 

Fiff,  3.*  P)aDU  de  una  Teotaoa  cod  per- 
líaiias  y  Tae^os  ioteriores. 

Fif.  4.«    EievaeiOB  de  esta  veDUiíia. 

F^.  6.«    VueJo  partido. 

f  y .  6.<    tloa  boita  de  peraiaoa. 

Fí^  7.''    Flaota  de  um  puerla  de  dos  ho- 

Fi§,  9.*    Blevacíoo  de  effta  puerta. 


IfAWNALI^. 

Carpiníeria  de  taUer. 

Fig.  4.*  ¿  40.    Diversos  slstemas  de  ob* 
aambiadaras. 
Fm.*44.   petalle de laopDatrDccimde ppa 


Fig,  42  y  t|   )SlevMiaa  y  perti  de  uaa 

siUa  de  coro. 

Para  obteoer  mas  detaltes  8o)>re  las  )¿roi- 
oas  UX  y  LX  Téase  el  articuto  GARFnrmu 

Di  XALLBB. 

LAIMNA  LXl. 

Yéaee  e)  articulo  csaRAaiMA. 

LAIUNA  LXJI. 

Cu6ierto. 

Fige,  4 .«  y  t.«  inteflxas  aDtlgufS  en  m¿r* 
mo) 

Fig.  3.'  Gubiertas  con  tejas  antiguas,  en 
Roma. 

Fi§9.  4.«  y  5.»  Piantas  y  corte  de  las  tejas 
que  eompoDeB  esta  cubierta. 

Fiff,6.^  Cobiertade  tejas  plauas  ordina- 
rias.— a,  pecfil  de  esta  cubierU.— b,  c,  d,  de- 
lalles  de  uaa  teja. 

Fig.  l^  Cubierta  coo  tejas  erusadas  e,  f, 
y,deU))e$. 

Fig.  8.*  Plaota,  perfi)  y  eleTacioD  de  Us 
tc^aB  Damadas  cobéjas. 

ARQUITEGTURA  RURAL.  La  boodad  de  Does- 
tffo  cUou  y  U  forma  y  sistema  de  coltiTO  ge^ 
Deralmeiite  segnido  eo  España,  bao  sido,  sin 
doda»  caosa  de)  atraso  cod  que  eo  este  paU, 
eiDiDeotemeDle  agrieola,  se  ba]ia  )a  arqultei^- 
lura  rura),  elemeDtodel  bieoestar  de  uua  im- 
porUnte  y  moy  numerosa  parte  de  ouestra  po* 
bUdOD.  Las  medldas  )egU)ativa8  que  eo  estoe 
ó)timo8  añoB  hao  poesto  los  bieoes  de  Us  co- 
QHiDidades  religiosas  eo  maoos  de  particula- 
res,  hao  proporelonado  ¿  mucbos  de  estoe 
akjamieBtOB  qoe,  sino  reuDen  todos  los  r^ 
qoUitOB  qoe  coostitByen  lo  qoe  se  llama  uoa 
casB  de  Ubor  bieo  mootada,  tienco  a)  menoe 
los  de  capacidad  casi  siempre»  y  coo  frecueo- 
cU  los  de  salobrídad,  comodidad  y  agrado. 
BideeBle  ponto  de  TUta  ba  mejorado  noUble- 
oMiite  )a  condicioD  de  muclms  de  ouestros  )a- 
hradoroB. 

Estos  edificios,  bien  que  por  lo  regolar 
falte,  comBhemos  dicbo,  tMStantc  para  qi|e 
de  elios  poedadecirse  que  soü  perfectOB,  to- 
dsTUUles  eomo  800,  ofreceo,  comparadoB 
eoD  U  mayor  parte  delos  que  fuera  de  esU 
daBeD  exUteo  y  bao  esistido  hasU  e)  dia,  tco- 
tijasde  mocbUimacoDfflderaeioB.  A  escepcioD, 
pues,  de  los  aotiguos  cooTentos  y  de  alguna 
que  otra  casa  gnuide  mas  6  menos  bien  ade- 
coada  ¿  Iob  u80S  agricoUs  de  este  ó  aque! 
terrHorio,  puede  muy  bieo  asegurarse  qoe  co 
EfVafiB  Do  existe  propUmente  )o  qoe,  como 
arce,  se  efiUende  y  coooce  por  arqoitectura  m- 
ral.  Estose  coBCibe  coaodo  sc  pieosa  qoe  eii 
U  casi  totalkUd  de  ooestro  pais,  los  labrado- 
res  TÍTeoeD  poblado,  clrcoDStaocU  que  por  sí 
BoU  ofnoB  QD  obBt¿culD  iusoperable  para  que 
lascasaseD^oe  los  labradores  babitao  cop 


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(43 


AflQülTECTüRA 


M 


ftos  fámillas,  y  eneierran  sus  frutos  y  us  ga- 
Dados,  sea  lo  que,  con  arreglo  á  los  bnenos 
principios  del  arte,  deben  scr.  Donde  los  la- 
bradores  Tivcn  en  las  ticrra?  mismas  que  cul- 
tiTan,  son  tan  malas  las  casas,  cuando  mere* 
tjen  este  nombre,  en  que  viven  6  mejor  dicbo 
vegetan,  que  bien  puede  declrse  que  es  nece- 
saria  en  esta  parle  una  refurma  radical. 

Eu  los  tiempos  pasados,  cuando  cada  uno 
tenia  ó  tomaba  del  comun  aquella  estension 
de  tierra  que  para  hacer  su  siembra  ó  apacen- 
tar  sus  ganados  le  bastaba;  eu  aquellos  tiem* 
pos  en  que  no  se  conocia  entre  esta  clase  de 
gente  mas  ley  que  la  de  la  necesidad,  ni  mas 
necesidad.que  la  de  sallr  del  dia,  la  situacion 
precaria  dcl  labrador,  la  vida  ambulante  del 
ganadero^bacian  suncientepara  el  primero  una 
cabaña,  é  inútil  para  el  segundotodo  otrogé- 
nero  de  habitacion;  pero  hoy,  en  quc  los  pro- 
gresosde  la  civilizacion,  el  derecbo  depro- 
piedad,  la  division  del  territorio  y  el  aumento 
de  poblacion  han  creado  nuevas  necesidades  y 
con  ellas  nuevos  intereses  que  desarroliar  y 

3ue  defender;  hoy  que  todo  tiende  ¿  hacer 
esaparecer  de  nuestras  costumbres  agrícolas 
las  antes  imperiosas  leyes  diotadas  en  favor 
de  la  ganaderia  trashumante;  hoy  qué  se  em« 
pieza  á  comprender  en  España  lo  que  el  ade- 
Íanto  de  la  civilizacion  ha  ido  haciendo  com- 
prender  en  los  dcmas  paises  de  Europe,  ¿  sa- 
ber,  que  ganadería  sin  cultivo  y  cnitivo  sin 
ganaderia  son  dos  problemas»  económica- 
mante  hablando,  insolubles,  y  que  los  bene- 
flcios  del  labrador  que  vive  fuera  de  su  flnca 
8on  limitadisimos  comparados  con  los  que  ob- 
tiene  el  que  vivc  en  ella,  fuerza  ser¿,  en  inte- 
rés  de  1a  agricuitura,  atraer  ¿  cstas  ¿  los  que 
las  han  de  esplotar,  y  al  efecto  indicarles  los 
mcdlos  de  construirse  en  ellas  olojamicntos 
en  qne  con  el  menor  gasto  posible,  se  reuna 
lamayor  suma  deventajas,  comodidades  y 
aun  goces  que  sea  dable. 

Bien  sabemos  que  es  en  eslremo  diñci), 
por  DO  decir  de  todo  punto  imposiblc,  obtener 
la  aplicacion  inmediata  de  las  m^oras  liigié- 
Dicas,  iutelectualos  y  económicas  que  recla- 
man  todos  ó  la  mayor  partc  de  los  ediflcios 
qne  en  la  actualidad  sirven  de  alojamiento  á 
los  moradores  de  nuestros  campos;  pero  ¿tan 
molesto  seria  ¿  los  dueños  ó  ¿  los  esplotantes 
de  flncas  (esplotantes  ¿  virtud  de  contratos 
Jargos,  se  entiende)  trazarse  desde  luego  nn 
plan  para  la  reconstruccion  de  los  ediflctos 
que  fuese  degradando  el  tiempo,  ó  la  creacion 
de  nueva  planta  de  los  que  se  reconociesen  dé 
necesidad  ó  ¿  lo  menos  de  marcada  uUlidad, 
en  los  parages  donde  no  los  bnbiose?  Decíinos 
esto  último  en  la  persuasion  de  qu«  solo 
en  nn  sistema  imperfecto  y  antieoonómico  qne 
por  la  fuerza  de  las  cosas  tiene  qne  desapare*- 
cer  en  España  como  ha  desaparecido  en  otroe 
paises,  es  admisible  la  hipótesis  de  la  esplo*- 
tacion  dc  una  finca  por  qnien  no  vive  drátro 
deeUa.      .  .    ,:       ,  . 


Partiendo,  pncs,  deestas  bases,  yempé' 
zando  por  decir,  que  lo  mismo  en  las  coogtruc- 
cienes  rústicas  que  en  las  urbanas,  todb  está 
sujeto  ¿  los  accidentes  de  clima,  suelo,  situt- 
cion  topogr¿flca  y  económica  de  la  flnca,  con- 
diciones  particulares  del  que  en  ella  ha  de 
viYir,  etc,  etc,  vamos¿  indicar  las  reglas 
en  que  principalmente  se  funda  el  urte  d  qne 
se  ba  dado  el  nombre  de  arqoitectnra  mral. 

Dicho  hemos  ya,  ó  de  ello  ¿  1o  menos  se 
desprende,  que  considcramos  la  agricuKQra 
como  la  combinacion  de  dos  elementos,  que 
son  cultivo  y  ganaderia.  Glaro  es,  pues,  que 
ademas  de  la  parte  destinada  #80  habitadoi 
y  la  de  su  familia,  debe  el  agricnltor  reuoir 
en  su  establecimiento  las  dependencias  nece- 
sarias  para  ol  ejercicio  de  sn  doble  induslríi. 
Antes,  empero,  de  ponemos  ¿  haoer  la  des- 
crlpcion  sumaria  de  esta  nueva  granja  ó  al- 
qneria,  es  nuestro  ¿nimo  decir  algnnas  paia> 
bras  relativamente  al  sitio  que  para  sn  cons- 
truccion  debc  elegirse,  tomando  en  cuenta  el 
suelo,  la  esposicion  y  los  medios  de  Uegar  á 
ella,  con  la  dednccion  de  estas  importaotes 
cuestiones  y  de  las  necesidades  agronóraicas 
que  de  ellas  son  resuUado:  vamos  ¿  entrar  en 
materid. 

Ante  todo,  y  en  cnanto  posible  sea,  debe 
buscarse  para  la  construccion  de  nn  estableei- 
miento  del  género  del  qne  nos  ocapa,  el  terre- 
no  mas  céntrico  de  todas  las  lierras  de  que  se 
compone;  viendo,  sin  embargo,  de  no  alejarse 
mucho  del  principal  camino  carretero  qoe  por 
alli  exista,  ¿  fln  de  que  pueda  llegarse  espcdi- 
tamente  ¿  la  casa  en  inviemo  como  en  verano. 
El  terreno  sobre  el  cual  se  edifique  cuiden  dc 
que  no  esté  demasiado  elevado,  ni  taropoco  de- 
masiado  htmdido;  ocupe,  en  una  palabra,  nn 
nivel  medio  entre  estos  dos  estremos,  preser- 
v¿ndose  de  esta  manerade  los  inconvenien- 
tes  de  las  grandes  seqnfas  y  de  las  inundacto- 
nes.  Procúrese,  sin  embargo,  que  sea  en  sitio 
donde  haya  aguas  corrientes  y  soplen  vieotos 
puros  y  templados. 

Gerca  de  la  habitacion,  y  por  la  parte  de 
viento  que  mas  incomodé'  ó  perjodiqne  ea  It 
localidad,  higase  algnn  plantío  de  ¿rboles,  en 
la  inteligencia  de  que  estos  son  indispensables, 
ó  ¿  lo  menos  en  estremo  útiles,  bajo  diférea- 
tes  aspectos.  EIIos,  en  efecto,  independieote- 
mente  de  las  fratas  y  otros  prodoctos  qoe  daa, 
ofrecen  la  triple  ventija  de  enrarecer  el  alre, 
de  recrear  la  vista  y  el  ¿nimo  y  de  servir  de 
abrigo  contra  1a  intemperie  al  bombre  y  á  los 
animales.  A  falta  de  aguas  corrientes,  coos- 
trúyase,  si  esto  es  posible,  no  lejos  (pcro  oo 
tampoeo  mny  cerca)  dela  casa,  nn  estanqoe  qoe 
al  mismo  tiempo  qne  sirva  de  abrevadero  pan 
los  ganados,  prodozc^  pescado  para  bI  conso- 
mo  y  la  esp^Iacion;  biei^  qne  ¿  esta;rent2]a 
renunciarí amos  gnstosos  en  caso  de  no  poder 
renovar  las  aguas  de  dicho  estanque  con  aguas 
^pluvialeaúotraft  procedentesdealguñ  ponto 
fmaselevado,  ódeno tenorlafaoüidaddeva^ 


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445 


ARQDITEGTÜRA 


446 


diiloeiiandD  i8i  canTiiüese;  poes  dnlos  ptra- 
ges  ácajas  inmediaciones  bay  aguas  estanca- 
(Us,  SOD  por  lo  comun  falales  para  la  salud  loa 
luasMs  que  in?adeo  la  atmósfera  y  de  que  se 
originao  caieotoras  y  otras  enfermedades  tan 
^igroHas  para  los  iUHnbree  como  para  los 
aaimaies. 

De  la  direcciou  qoe  al  ediflcio  lia  de  darse, 
debe  rMoltar  quela  facbada  principal  se  balle 
ó  il  soi  poDiente  ó  mejor  aun  ai  saliente.  Por 
este  meifio  se  evitarin  ios  d^ectos  de  los  gran 
des  frioa  y  de  los  estremados  calores.  A  uno  de 
los  dos  iodicados  Yientos  debeo  eo  lo  posible 
estar  las  habitacioues.  En  esta  parte,  sin  em- 
bargD,  nada  bay  fljoé  inTariable.Dét>ese»  pues, 
al  proceder  ¿  edificar,  tomar  atentamente  en 
cQCBta  y  ea  consideracion  las  circonstancias 
üe  la  ioóalidad. 

Debe,  pues,  una  casa  de  labor,  para  reo- 
nir  los  requisitos  apetecibles,  compooerse  de 
las  dependencias  siguieBtes: 

Kúm.  i.**  Casa-liabitacion:  esta  con  sóta- 
aos,  planta  baja,  y  en  caso  de  necesidad  se- 
gaodo  piso. 

Núm.  %.•  Dot  alas  ó  pabcUones  hiterales 
imidos  entre  sibáoiaia  parte  opoestadela  casa. 
Rúm.  3.^  Otro  cuerpo  de  edificio  de  igual 
forma  esterior  y  dimensionis  que  el  pfia>ero; 
perocoo  distinta  distribnciOQ  y  con  destino  6 
dlstíoto  objeto. 

Esta  reonion  de  ediOcios  oo  oompone  en 
xetlidad  masqne  on  solo,  coadrado  ó  rectan- 
golar,  dc  mas  ó  menos  diroensiones»  segun  las 
necesidades  de  la  esplotacion,  y  coo  uo  patio 
en  su  centro.  De  coalqoier  roaoera  que  sea,  de- 
be  dicbo  establecimiento  para  Iteoar  bien  so 
objeto,  reonir  en  aqoellas  grandes  dependen- 
cias  los  accesoríos  sigoientes: 

Núm.  4 ."  Sóianós.  Ademas  de  la  otilidad 
quepresenlau  para  el  establecimiento  de  bode- 
gas  y  almaccnes  de  una  porcJonde  objetos  que 
temen  los  efectos  de  la  intemperie  6  del  cam- 
bto  de  eslaciooes»  soo  oecesarios  ios  sótaoos 
para  saniflcar  ias  habitaciones  bajas,  búmedas 
de  lo  coBtrarío.  Züguan.  Ssta  es  una  pieaa 
grande  á  la  eotrada  de  ia  casa  y  coo  paso  al 
patio  rectangoiar  é  intcrior  del  e<üflcio.  Debe 
estar  dispoeeto  de  manera  qoe  eo  él  entren 
dbaUerias,  y  aon  si  es  posible  carroages.  De* 
'ÍKser  graode>  claro,  venUlado  y  alto  de  tecbo. 
Guamés.  Sate  debe  ser  tambien  ciaro  y  Teoti- 
iado,  y  estar  sltnado  ¿  proximidad  de  los  coar- 
ios  de  los  mozosy  y  al  n^^smo  tlempo  poco  dis- 
tiDte  de  laa  cuadras.  Con  esto  se  dice  que  su 
süaaeioD  cs  hácia  ono  de  loa  ¿ngoloB  qoe  con 
ia  caea-haÍMtacion  forman  los  doa  coerpos  ia- 
(érales  dei  ediflcio.  Cooína.  Hadeseranchay 
espaoosaj,  proporeionalmeote  ai  oúmero  de 
penooas  qoe  f  ivao  y  se  oaanteogao  eo  la  ca- 
CuarUn  de  lo$  inosoa.  Estos  debeo  estar 
■ea  la  plaota  baja  del  eittfloio  de  bábitacioo« 
JM>  lejos  de  ias  cuadras  y  teoer  Tista  al  paUo 
iBteríor^  Gceenioff  loútil  bal>lar  de-las  demas 
.Rieaaa.  acoe6oria&  qoe  tn  dicha  plaota  ba}a 


poeda  haber«  Si  la  explotacion  es  pequeña,  no 
se  liace  necesario  que  en  la  casa  liaya  piso 
príncipal,  asi  como  siendo  eUa  moy  Tasta  y 
mochos  los  miembros  de  la  famUia  dei  gefe 
de  la  casa,  poede  hacerse  preciso  qoe  haya 
hasta  piso  segondo.  Por  lo  qoe  respecta  á  la  , 
parte  de  habitacion  ninguna  regla  flja  poede 
darse  sino  es  qoe  en  lo  posible  esté  espoesta 
al  sol  saliente,  y  sobre  todo  qoe  desde  ella  se 
dominen  y  yigileu  las  demas  dependencias  de 
la  flnca.  Kn  la  parte  mas  alta  de  este  ó  de  coal- 
qoiera  de  los  otros  coerpos  del  ediflcio,  poede 
baber,  y  hasta  es  conVeniente  qoe  tiaya»  on 
palomar.  {Véase  palomar.) 

Núm.  8."  Los  coerpos  iaterales  del  ediflcio 
destinados  á  coadras,  establos,  paríderas,  pocil- 
gas,  galUoeros,  etc.,  etc,  (véase  estos  voca- 
blos)deber¿nestardispoestos  demaoera  qoe  en 
cada  ona  de  estas  oflcinas  encoentren  los  ani- 
males  qoe  en  eUas  seliayan  de  alojar,  la  mayor 
canUdad  posiblede  desabogo,  abrigoyoomcKli- 
dad.  Enla  partesoperíoade  estas  alas,  lo  mismo 
qoe  en  ladel  coerpoprincipal,  deberáhal)er  gra- 
neros  (vtoeGRANBROs)  áteja  vana  sl%e  qoiere, 
pero  qoe  tengao  á  lo  meoos  la  elcvacion  sofi- 
ciente  para  qoe  aon  én  la  parle  mas  próxima  á 
lapared,  qoees  natoraimentelamasbaja,  poe- 
da  on  hombre  aodar  y  trabajar  sin  necesidad 
deagacharse. 

Núm.  3.**  En  la  parte  paralela  y  simétrica 
al  coerpo  priooipal  ó  casa-liabitacioD  coo  la 
ooal  podrá  comooicarse  esta  por  pedio  del 
patio  coadraogolarqoeformao  dichosdos  coer- 
pps  y  las  alas',  deberá  haber  on  cobertizo  ú  ti- 
nado,  que  ya  poeda  ser^r  á  encerrar  los  car- 
ros,  arados,  aperos,  l^a,  y  otros  objetos  para 
el  servicio  ó  consumo  de  la  casa,  ya  para  al- 
bergar  animales  en  los  momentos  ea  queen 
las  ouadras  ó  establos  sea  eseesiYO  el  calor. 

Las  indicaciooes  generales  qoe  acabamos 
de  hacer,  iMWtan  ádar  á  comprender  el  objeto 
de  este  arUculo.  En  otros  especiales  iremos  tra- 
tando  socesiva  y  detenidameote  los  mochos 
pontos  de  dctalle  qoe  abraia  en  todas  sos  de^ 
pendencias  ona  casa  de  labor. 

Foerade  la  casadelabor  propiamente  dicba, 
y  por  separado  de  ella,  hay  algona  que  otra 
dependencia,  á  cuya  clasepertenecenlosapris- 
cos,  de  que  oos  vamos  i  ocupar. 

D^aodOf  pues,  para  sus  respecUvo^  luga- 
res  laesplicacion  mas  detailada  de  las  cuadras, 
corrales,  establos,  gratleros  y  demas  depen- 
denoias  y  figregados  de  una  casa  de  labor;  va- 
mos  ahora  (pues  ast  lo  ofrecimos  al  hablar  de 
aprisGos)  áindicar  las  príncipales  rcgias  qoe 
eo  la  coQStroccioo  dc  estosdeben  teuersepre 
seotes. 

Dél>e8e  eo  primer  logar  darlesmocba  ven- 
tiiacion,  y  al  efedo  procorar  redocirtos  i  ona 
especiede  cobertixo  abierto,  ó  tínado,  sostenido 
por  Tarios  postes,  mas  ó  menos  grande  segoo 
lo  reqoiera  el  námero  de  reses  qoe  en  él  de- 
ban  encerrarse,  y  de  un  simple  tejado  qoe  por 
lo  comun  es,  y  en  eUo  jio  hay  .¡oconTcaientf, 


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417 


ARQUrnUmAA^HUlAABAL 


»M 


de  p4i,  espadafla  6  eneaé,  Los  hoecofl  entre 
poüe  y  po6te  poede  enbrine  con  sanos,  (fue 
es  \0  basUDte  pftra  resgearder  de  los  grandes 
frios  ¿  nn  ganado  qne  como  el  lanar  los  feme 
poco.  Los  postes  colocados  para  sostener  el  te- 
jado  por  una  parte  y  porotra  estos  zarzos,  de- 
ben  tener  de  seis  ¿  siete  pies  de  altura,  estar 
asentados  (caso  de  ser  de  madera)  aol>re  on 
pedestal  de  piedra,  ordenados  en  dos  fllas  ge- 
neralmente  paralelas,  ¿  diex  pies  de  distancia 
onos  de  otros,  y  unidos  entre  si  con  vigas  y 
maderos  de  1a  misma  longitnd,  ios  cuales  for^ 
maWinnn  techo  repartido  en  trozos  dedies 
pies  de  largo  y  seís  ó  siete  de  ffente.  En  me- 
dio  de  este  espacio  se^colocauna  escalera  tras- 
versai  doble,  y  ¿  cada  lado  un  portaHllo(4)  de 
dos  pies  de  ancbo  para  poner  en  los  entrepos- 
tes  y  en  toda  la  longitnd  dei  portal  otras  esca- 
leras,  de  modo  que  bay  coatro  fllas  de  ellas, 
por  ser  d<^le  h  de  enmedio.  Estas  escaleras 
colocadas  contra  la  pared  formaudo  con  ellaen 
su  paile  inférior  el  Térffce  de  un  ¿ngulo  bas- 
taote  agudo,  est¿n  dispaestas  de  manera  (en 
loa  paiBes^i  menos  donde  la  principal^  comida 
de  ias  reses  de  lana  aon  el  beno,  el  trebol,  la 
alfilfay  otros  forrages  an¿logos)  (¡oe  ecbados 
estos  en  el  hueco  que  queda  entre  ellas  y  la 
pared,  pueden  Im  animale*  irlos  aacando  hilo 
¿  hilo  digámoalo  asi,  sin  inflcionarlo  eon  sn 
tabo  ni  desperdiolarlo  por  ningun  concepto. 

Un  cobeiliio  como  el  que  acabamos  de  des- 
crlbir,  qncL  os  ¿  16  que,  queriendo  hacer  bien 
hi  cosa,  est¿  redocldo  un  aprisco  de  campo, 
06  preCeribie  ¿  cnalquier  otro  género  de  ha- 
bitadon  para  las  reses  lanares;  3u  construc- 
elon,  si  bien  menos  costosa  qne  la  de  los  esta- 
blos  y  portales,  exige  sln  embargo,  nopoco 
gasto,  y  boeno  aeria,  siendo  posible,  esonsar* 
lo;  porque  aun  cnando  sn  tccfao  sea  de  pa]a, 
siempre  necesita  lenerbaslante  fortalesa  para 
resistir  ¿  las  ventlscas,  y  de  coalquier  mane- 
ra  que  se  construya,  exige  no  pocos  gastos 
de  coRSertacioa.  Por  estas  razones,  es  ¿  ve- 
des  mas  convenlente  dejar  las  resc^  en  nn 
aprisco  al  raso  y  sin  techo  algnno.  Bste  apris- 
co  se  forma  en  un  corral,  y  se  le  da  el  nombre 
de  K^ñscodwnigtíeo  para  distinguirlo  del  que 
se  bace  en  el  campo. 

La  esposickm  qoe  ¿onos  y  otros  debe 
darse  es  la  del  Mediodia,  y  el  terrenoqne  para 
80  constmccion  se  elila,  conviene  que  esté  en 
punto  elerado  y  alguh  tuito  en  declive»  para 
qoe  con  fácüidad  poeda  darse  salida  ¿  his 
agnas  y  evitarse  los  encharcamientos.  El  si<» 
tlo  qne  en  nn  aprisco  necesita  eada  cabesa 
de  ganado  lanar  es  de  seis  ¿  ocho  pies  coadra- 
dos,  si  bien  poede  en  caso  necesario»  redodr- 
se  algona  cosa,  aobre  todo  no  trat¿udoB6  de 
reses  de  moy  grandes  dimenslones. 

ARQÜITBGTURA  IIAVAL.  (JíarifMi.)  Se  d« 
e8tenon^¿  ladenciaósomadeconodfflien- 

tt)Jl«iicr:  iraduodoii  4«  AlTat«iGnerra,piiae« 
fi^Micitfii,  fcHa  lt|  p¿g.  Iia> 


lo  teórieos  y  pr¿elieoaqoe  eensfltayen  el  aite 
de  construlr  embarcaciottet.  Tambien  se  Ui- 
kna  Cofiafrtiocúm  naval, 

ARQUITRABE.  (AtmdtéeiHira.)  8e  llani  arf 
¿  la  parte  Inferior  dci  comlsamento^aedea- 
cansa  sobre  el  capitel  de  la  colonma.  TamMea 
recibe  este  nombre  la  moldora  qoe  hay  ¿^ 
bi^o  de  ias  oomisas  y  da  meMa  ¿  todo  el  edl- 
flcio.  Coando  las  mokhiras  del  arqtTitrabe  ei^ 
tan  intenrompidas  eon  nnt  Uipida,  reoibeerti 
el  nombre  de  tniff  ttado. 
'  ARRABAL.  Biaomentode  la  poblaoiOD^Iii 
progrésos  de  las  ártes,  de  la  Mostria  júá 
comereio,  y  hr  credente  prosperMad  de  ln 
cindades,  obHgan  ¿  aos  haMtantes  ¿  leTMr 
nuevaa  constmcdones  foera  dei  estredK)  fe> 
cintode  sus  murallas.  A  estoa  aumeDtos  pra- 
gresivos,  hechos  tambien  ¿  menodo  ooBolt^ 
to  de  no  pagar  los  derechos  de  poertae,  se  bi 
dado  el  nombre  de  nrrelbaU$,  Oon  él  tieoipt» 
baciéndose  ias  partea  eslerlorefl  de  las  otadi- 
des  tau  conslderaMes  como  «stas,  y  ¿  veees 
mas,  ae  las  han  incloldo  denlro,  y  la  coMh 
bre  les  ha  conservado  un  nombre  qoe  ya  ao 
les  conviene.  Asi  socede  en  Parts  con  los  Iw- 
rios  de  San  German,  San  Antonlo,  etc.,  qoe  se 
han  seguido  ll«nando  arrabales,  aoaqoe  fer- 
man  parte  de  la  miana  ciodad. 

Los  arrabales  de  algonaa  ctidtaleshialkH 
gado  ¿  tener  mnchaimportanda.  Los  de  Vieaa 
sontresveoes  maseatensosqoe  ioscoartelesde 
ia  misma  dndad.  LoadeLéttdres  y  Parísteatt 
cada  vez  mas  desarrollo,  aofnqne  presentindilfr- 
rendas  notables  en  favorde  los  prfaneroi,  ttt 
Hmptos,  de  Gonfltrocdon  tan  ele^^tnte,  de  ai- 
peolo  tao  campestre,  mientras  qne  h»  de  Piria 
se  distinguen  por  nna  irregnlarhhid  de  omI 
gnsto,  auoque  por  lo  general  est¿n  Uen  coai- 
traidos,  por  nna  sudodad  qoe  no  habla  ea  fi^ 
vor  del  esplrHo  de  llmpleia  de  sos  habitiB- 
tes,  y  ademas  por  ona  monotonia  de  eoler 
blanoQiso  ó  amariHento,  y  por  ona  fiiHa  ciá 
absofota  de  toda  daae  de  ¿rboles.  Son  parte 
de  la  mlsma  ehidad,  pero  con  grrandes  desrea- 
tajas.  Sus  caUes  prindpales  son  domhiio  ctti 
esclosivo  de  taberaas,  ¿  donde  el  poeblode 
Parf s  va  ¿  reunirse  semanalmente*  En  la  siB- 
grlenta  historia  de  la  primera  revolocion  (» 
cesa  paeden  verse  loa  pormenores  de  la  ia« 
floenciaqne  la  pobladon  delos  anUgoos  im* 
balea  de  Paris»  tnvoen  vartos  anoesos  de  aqa^ 
na  época.  Ei  to  de  jonio  de  479«,  8,000  hoa- 
bres  armirios  ¿  qoe  ae  habia  ^gro^ado  aaa 
torba  de  mogeres  del  poeblo,  saHeron  M 
arrabtl  de  San  Antonio,  agHando  bandensea 
its  qoe  se  ieian  tnscripcioiiea  borrtbles.  M 
hoida  onieDaBadoralbadirighln  porel  oefba- 
cero  SanCerre,  qoe  despnea  fhé  genertl  de  la 
repAbUca.  Invaáé  ta  BaladelaAsaodileacetf- 
tlHiyente,  por  la  qoeeatnvo  desÉlaBdodora^ 
Irea  boras,  y  se  dlrt^  despoes  al  palado  ¿a 
iis  Tollerfaa,  ooya  entrada  fértó  ptra  peta- 
trar  haala  la  haMttdOB  de  Ldt  XTI,  qoe  la  fi^ 
dUóeta  «iiaoatanty  eaergiaTetdtiluiaaMüfl 


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lU 


ABRABAL-ARRAS 


m 


b^cas.  En  aqoelUi  ocaslon  fué  coatKfo  co* 
locó  6obre  sa  cabesa  el  gorro  rojo  que  le 
prMeolé  en  )a  punta  de  nna  pica  uno  de  los 
fariosos  que  )e  rodesban. 

ARRA8.  {LegUUieHm.)l9,  vot  griega  arras, 
qaeequtvale  á  prenda  ó  sefial,  se  ha  lomado 
ealre  oosotros  en  diferente^  Hentidoe,  pnesto 
^  eooel^a  se  ba  slgniQcado  to  prenda  qne  se 
din  lo8  contrayentes  para  el  mejor  curopU- 
ftieoto  de  su  contrato,  y  tambien  las  donacio- 
iCB  qoe  e1  esposo  hace  á  )a  ctposo  por  razon 
ddcasamienlo.  Las  leyea  dePartidodieron  ge- 
Mralffieite  á  ettas  üttimasel  nombre  dedono- 
aiMet  frvpUmupcias;  perolas  de  Toro  Itama- 
te  asi  i  las  que  hocian  tos  padres  i  sus  hi- 
JoiMeonsMeraeionat  mvtrtraoniode  eStos,  y 
asi  es  cofflo  ae  llaman  tambien  cn  la  ac- 
taalidad. 

fara  espooer  tos  princlpios  fundamentales 

de  etta  mtleria  eon  la  claridad  y  preclsion 

qoe  requiere  ona  obra  de  esta  especie,  la  divi- 

^rmms  det  nN>do  signiente: 

4.**   Qué  personas  pueden  ofrecer  las  arras. 

S*    á qué otrfts  pueden  ^er  ofrecidas. 

3.**    Aqo6  caatidad  pueden  ascender  las 

trraa. 

i.**    De  qué  mododeberi  entenderse  laofer- 
ticoaDdodc  lugar  i  doda  )o  pactado  en  las 
eapilulacioiies  matrirooQiales. 
ft.^    In  qiié  bienes  pueden  constituirse. 
6.*    A  quieo  compete  la  administracion  dc 
loB  Meoes  dados  en  arras. 

7.*    Goando  y  en  qué  forma  las  gana  la 
mQger. 

Bigaroos,  poes,  dos  palabras  con  ia  debida 
separacion  sobre  cada  uno  de  estos  puntos. 

4  .■  Qué  perionasfmeden  ofrecer  lasarrai, 
— Poede  bacerlo  et  esposo,  ofi  eriendo^  dando 
6  aQmentatide  las  arras  antes  y  despues  de 
reríOcado  cl  matrimonio,  pues  su  constitucion 
Boesdenacíon  simple,  sino  pfopfamu;)ota«: 
eova  doctrina  tiene  lugar  aun  cuando  sea  me- 
Dor  de  M  años,  sin  que  deba  por  esto  ser  res- 
ülQido,  pues  bace  lo  que  cualquiera  mayor  y 
pradonte.  Esto  se  enticnde  cuando  no  tiene 
corador,  pues  si  lo  tuviese  debe  interTeuÍr  su 
aulorídad,  sin  cuya  circunstancía  seria  nnla  la 
donacion  y  promesa,  á  no  ser  que  se  conlirme 
per  sn  stiencio  despues  que  llegne  á  la  mayor 
«M;  y  tarobien  cujindo  la  donncion  consisle 
en  dinero  ó  en  cosasqueguardÚDdolasnopue- 
4en  conserTarse;  pues  sl  fuesen  bienes  raices, 
Ao  basta  la  concurrencia  de  fu  curador,  por 
ser  indispensabie  ia  licencia  ó  decrelo  judi- 
cial;  sin  embargo,  si  este  no  interTiniese  y 
traseorríeden  cuatro  años  despues  de  huber 
cumptido  el  roenor  los  25  sin  reclamarla,  se 
coofirma  y  queda  encaz,  como  sncede  en  la 
eoageoacion  de  uua  cosa  inmuebleqiie^e  ha- 
ce  por  Iftuio  oneroso. 

í .•  A  qué  personas  ptDsden  ofrecersH  las 
arras.  Puede  cl  iiovlo  ofrecer  arras  i  so  f utu- 
ra  esposa,  no  solo  siendo  soltera,  sino  tam- 
bíeB  «iendo  tiuda,  sin  ninguna  diferencia; 

465      WlfLIOTKCA  H>I'ULAU. 


porrfue  no  se  deben  por  derecbo,  sfno  por 
pacto  voluntarío  y  contrato  celebrado  ei4ft) 
los  dos,  que  debe  observarse,  por  no"  haber 
prohibicion  de  que  se  las  den  ú  ofreican.  Dete 
lencrse  presente  que  annque  la  ley  3.*,  tlt.  f  .• 
lib.  3.^  del  Fuero  Real,  hace  mencion  de  k 
manceba,  qne  entonces  llamaban  tsi  A  )a  Ifue 
ahora  dencolla  ó  soltera,  no  por  eso  quiso  o»» 
cluir  i  la  viuda,  ^ino  qne  osé  de  esta  pi^ 
bra,  porque  stendo  mas  las  solteras  qoe  las 
viudos  quese  casan,  se  ofreoen  con  ttai  fre- 
euencia  i  aqueilas.  Pero  debe  adYertirse,  qoia 
teniendo  la  rouger  hijos  de  doa  ómaa  roaridoi, 
no  haa  de  peroibir  loa  del  uno  ^artede  lasar- 
ras  que  et  otro  le  ofrecló,  aino  lletar  caía 
uno  las  prometidas  por  su  respectiro  padre. 

3.*  A  qué  cantidad  pueden  aseender  lot 
arras,  Cuautas  veces  se  case  el  marido  poede 
ofrecer  en  arras  i  cada  nna  de  sus  esposas  la 
décima  parte  de  lo  que  le  haya  quedado  det- 
pues  de  deducidas  porso  órden  las  anteriores. 
Aun  cuando  el  esposo  puede  ofreoer  arras  i  H 
esposa  uoesti  obligado  i  hacerío,  como  creen 
algtmos,  antes  bien  ha  sido  severanente  reprt* 
mida  por  las  leyes  laescesiva  liberaltdad  que 
tienen  aquellos  eo  el  momento  de  enlatart^ 
con  el  objeto  de  su  caríño.  La  ley  4  .*,  ttt  t.* 
lib.  3.*del  Fnero  Real,  si  bien  permite  qoeel 
novio  pueda  dar  ú  ofrecer  i  la  novia  la  deeioit 
parte  de  sns  bienes  por  viadearras,  neqniero 
que  escedan  estas  de  dicha  cantidad,  esten- 
diendb  esta  probibicioo  al  padre  ó  madre  del 
novio.  Esta  ley  no  se  puede  renunciar,  y  el 
escribano  qoc  autorita  instromento  cen  etla 
renuncia  incurre  en  perdimiento  de  su  oÉcto, 
del  cual  oo  puede  usar  mas,  so  pena  de  falat* 
rio.  Esto  dcbe  enlQnderse  aun  cuando  la  pro* 
mera  se  corrobore  con  Juramento,  pnes  eslo 
podri  dar  mayorvaiidcz  i  un  contrato  que  por 
derecho  sea  válido,  pero  de  ningun  modo  lA 
que  os  nnlo,  como  opuesto  i  una  ley  prohli^ 
bida  por  1a  utilidad  pública.  La  lcy  7.*  de  To* 
ro,  tit.  3.^,  lib.  10,  Novisima  Recopilaciun,  dif» 
pone  que  el  consejode  cimarano  pueda  dispea* 
sar  la  observaocia  de  ia  del  Fuero,  y  que  part 
quc  sc  cumpla  esla  con  toda  exactitud  «el  et* 
críbano  unte  quien  se  otorgaren  las  escriturati 
(cnga  obligacion  dedar  cucDta  delos  talescoo* 
tratos  á  lojasrtcia  deliugar  donde  sehiciereH/ 
y  cl  escríbano  de  ayuntainiento  tenga  un  Ubro 
donde  se  tome  razon  de  dichos  contratot  y 
de  la  canlidad,  dote  y  arras,  y  iajuftliciahaga 
averísuaciou  si  esceden  estas  de  la  cantidad  . 
prefijada,  y  ejecnle  la  peiia  y  aplíoaciou  liecha 
para  la  cimara.»  La  décima  parte  que  puede 
el  esposo  dar  ú  ofrecer  eñ  arras  i  ia  esposa, 
debe  enlenderse,  no  solo  de  los  bienes  que 
tenga  cuando  conlrae  elmaírixonlo,  sinotam- ' 
bieu  de  los  que  pueda  adquirír  despue.s. 

4.*  De  qué  mododebe  entenderse  la  oferia 
cuando  dé  lugar  é  duda  lo  pactadoen  las  «- 
pitulacionet  matrimoniales.  Deben  enteaderse 
ofreciüas  las  arras  en  los  térroinos  en  qae  (• 
fueroncnlascapitulaciones,  y  eüioucet  puedo 

T.     lU.     ÍU 


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454 


ARRAS 


459 


pODerse  cnalquiera  clase  de  condiciones  qne 
HO  estén  espresamente  probibidas  por  dcre- 
cho.  Si  el  esposo  al  tícmpo  de  ofrecerlas  es- 
presase  «qne  en  el  caso  de  que  su  esposa 
iQuera  antcs  que  él,  ha  de  entenderse  nola  la 
oferta,  y  no  podérsele  exigir  su  importe  aun- 
qoe  deje  berederos  forsosos:  ó  siendo  vindo  y 
teniendo  hijos  del  anteríor  matrimonio,  dice: 
que  si  su  esposa  falleciere  antes  que  él,  se 
entienda  nula  la  oferta,  y  no  pueda  pedir- 
pele  Jamás  su  importe  por  los  herederos  le- 
gítimos  ni  cstraños  que  instituya,  y  solo  por 
moerte  tenganderecho  á  él  Iob  bijos  qne  pro- 
creare  en  ella;»  estos  pactos  ó  cualquiera  otro 
de  los  permitidos,  deberán  obsermse,  pues 
las  arras  se  consideran  como  una  donacion,  y 
en  estas  es  libre  el  donante  de  imponer  las 
condiciones  quc  le  parezcan.   Ofreciendo  el 
noYio  á  so  futuraesposa  cantidad  cierta  en  ar- 
ras,  confesando  que  cabe  en  la  déciroa  parte 
de  los  bienes  libres  que  entonces  tiene,  ó  en 
otro  caso,  haciéndole  la  consignacion  en  los 
qne  en  adelante  adquiera,  aunque  no  cupiese 
en  ella  cuando  contnjo  matrimonio,  ú  alliem* 
po  de  sn  disolucion  tienc  cabimiento,  se  le 
debe  aplicar,  óloque  de  ella  quepa,  del  mismo 
modo  que  cnaudo  ninguno  tiene  y  ofrece  la 
décima  de  lo  que  adqulera.  Pero  si  en  la  es* 
critura  de  promesa  no  habló  de  sus  bienes 
presentes  ni  futnros,  y  solo  di|o  simplemente 
que  ofrecia  en  arras  á  su  esposa  tanta  canti- 
dad,  y  al  tiempo  que  se  la  prometió  no  cabia 
en  la  décima  parte  de  sus  biencs,  ó  por  ser 
pobre  no  tenia  ninguno,  no  valdrá  la  oferta 
en  ladécimadelosqne  despuesadquirió;  pues 
en  ios  contralos  siempre  se  presume  que  cada 
ono  qniere  gravarse  á  si  y  ¿  su  heredero  cn  lo 
menos  que  pueda.  Esto  sc  lia  de  entender  aun 
cuando  para  el  complimieoto  de  la  promesa 
obligase  sos  biencs  presentcs  y  futoros;  por- 
qoe  estas  palabras,  qoe  soelcn  ponerse  en  to- 
dos  los  contratos,  se  rcfleren  á  la  segorídad  y 
mejor  ejecocion  dc  ellos;  pero  en  mancra  al- 
guna  deben  senrir  para  alterar  lo  pactado,  am- 
pliándolo  contra  la  cspresa  voluntad  dc  ios 
contrayentes.  Si  el  marido  fuese  engaüado  en 
|a  cantidad  qne  la  niuger  ofreció  Ilevar  en  do« 
te,  ya  sea  porqoe  efectiTamente  no  la  llevó  6 
porqoeaonqoepareica  importaría  enlos  bienes 
60  qoe  consiste,  segnn  su  valuacion,  resulta 
lesion  en  esta,  como  sucedo  generalmente,  no 
esti  obllgado  ¿  pagaríe  enteramente  loqueen 
compensacionde  ladote  qne  prometió  Ilevar,  le 
ofreció  enarras  ó  poraumento  de  dote;  yasi  le 
competirá  escepcion  de  retencion  de  ello  hasta 
enla  cantidad  cn  que  fué  engañado  por  ei  dolo 
cometido.  Pero  debe  esto  entenderse  cuundo  la 
oferla  se  hizo  en  consideracion  á  la  dote;  mas  no 
cuando  sebizo  enalencion  á  sus  buenasprcn- 
das,  como  regularmente  se  hace;  y  asi  tendrá 
derecho  á  ellas  en  cste  caso,  hasta  en  lo  que 
qoepan  con  arreglo  á  la  ley  del  Fuero,  auuque 
00  se  veriflque  la  promesa  ó  uinguna  dote 
Meve,  pues  é  coanto  se  obligoe  el  hombre,  ¿ 


tanfo  qoedaoblígado,  y  so  volontadsedebeob* 
servar  en  cuanto  no  ss  oponga  ¿  las  leyes. 

5.*    En  qué  bienes  puden  constUuine  los 

arras.  Aunque  el  novio  no  tenga  bienes  librcf 

cuando  se  casa,  pocde  ofrecer  arras  ¿  la  no* 

via;  no  de  los  vincolados  ni  de  ios  sojetos  ¿ 

reslitucion,  sino  de  su  osofructo  ú  aproveeba- 

miento.  Para  haceresta  regolacion  se  tendr¿ 

presente  so  liqoido  efectivo  prodocfo  anoal, 

deducidos  losgastos,  y  los  años  qne  podr¿  vivír 

el  novio  segun  so  edad  y  robnster,  y  atendído 

esto  se  formar¿  un  capital  al  roodo  de  cea- 

80  vitalicio  personal,  y  como  si  foerade  reo- 

ta  vitalicía,  al  respecto  del  interés  que  tienea 

los  censos  por  ona  vida.  Por  ejemplo,  prodo- 

cen  los  bíenes  6,000  realea  anoales  liqoidos, 

y  se  calcola  que  el  marido  puede  virir  diei 

años,  que  por  6,000  en  cada  uno,  componea 

60,000  reales  los  réditoa  ó  renta  de  los  dies;  en 

este  caso  se  forma  capital  de  6,000  qoe  son 

la  décima  de  los  60,000,  los  que  si  quisim 

podr¿  prometer  por  via  de  arras  ¿  so  nioger 

fotora,  y  si  se  conceptoare  qoe  poede  tener 

vida  mas  larga,  ppdr¿  ser  mayor  lapromesa  pro« 

porcionalmente.'Lomismo  podr¿  practicareoo 

oira  renta,  encomienda  ó  pension  vltalicia  de 

que  goce,  y  con  las  preseas  y  vestidoB  qoe 

dé  ¿  la  novia;  advirtiendo  qoe  la  coota  de  es« 

tas  00  debe  eaceder  de  la  octavaparte  de  lado- 

te.  Si  el  oovio  no  viviereeltiempo  regalado,de- 

ber¿  coutcntarsela  novia  con  la  respectiva  par- 

te  que  qnepa  en  el  que  vivió  aqoei,  porqoe  no 

pudo  ofrecerla  mas  que  orras  antes  y  despoes 

de  casarse:  escepto  qoe  cn  esteintermedio  ad« 

qoiera  otros  eo  qoe  qoepa  lo  ofrecido,  y  los 

obligoe  tambien  ¿  su  satisfaccion,  poes  en  es* 

te  caso  lo  dcber¿  percibir  de  todos  la  cspoaa; 

pero  si  de  otra  parte  toviere  el  marido  bienei 

en  qoe  qoepatodo  so  importe,  se  ledejar¿  in« 

tegro  ¿  csta. 

.6.'    Á  quien  compete  la  adminislracion  de 

la$  arr'as.  Esta  pertenece  al  morído  durante  el 

matrimonlo;  pero  como  la  moger  adqoirió  de- 

recho  desde  el  momento  eu  quc  se  le  prome- 

tícron,  00  podr¿  aquel  'eoageoarlos  ó  disipar- 

los  eo  manera  algona,  ni  aon  con  conseatl- 

raiento  de  esta.  Coando  el  esposo  no  qniera  6 

no  poeda  ofrccer  arras  ¿  so  esposa,  puede  dar« 

le  Joyas  para  su  adorno,  cuya  donacion  se  Ua- 

ma  CQ  latín  sponsalitia  largitits,  y  entre  no6« 

olros  vistas,  y  se  diferencian  de  las  arras  en 

que  estas  regularmente  se  ofreccn  y  no  sc  dan, 

y  las  joyas  sc  dan  francamente  por  el  novio  ¿ 

la  novia  antes  de  casarse.  EI  importe  de  (oda« 

estas  cosas  Juntas  no  debe  esceder  del  de  la 

ociava  parte  de  la  dote  verdadera,  nomerada  y 

00  confesada.  Todos  los  contratos,  pactos  y 

promesas  que  en  contrario  se  hicicren,   soa 

nulos,  y  cl  esceso  se  debe  aplicar  al  fisco.  No 

se  puede  renuncíar  la  ley  que  lo  ordena,  y  el 

escribano  anto  quien  se  otorgue  la  escrítura 

tíenc  obligacion  dc  dar  cueuta  de  tal  contrato 

¿  la  Justicia  del  lugar  en  que  se  celebrare,  j 

esta  dc  ejecutar  la  pena  y  su  aplicacion.   Lo6 


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ARRAS— AB&EBÁTO 


454 


ttoreaderes,  plaieros  y  loDjistas  ni  olro  géne- 
ro  de  personas,  por  si  ni  por  ioterposicton  de 
otras,  poeden  en  Uempo  aiguno  pedir,  deman- 
dar  oi  dedacir  en  juicio  ias  mercaderias  ni  gé- 
neroa  qoe  dieren  al  flado  para  bodas  á  cual- 
qoíer  persona,  de  cualquier  éstado,  cantidad  ó 
epDdtcion  que  sean. 

7.*  Cuando  yenque  fotma  la$  gana  la  mth 
ger,  Disuelto  el  matrimonio  por  moerte  de 
algimo  de  los  tónynges,  6  en  coalquiera  de 
ioi  casoa  en  que  gana  el  marido  ia  dote,  pue- 
depedir  laraoger  ó  sus  beredcros  lasarras  que 
leleor^ecieroB,  ó  la  donaciondequeacabamos 
debablar,  pero  no  ambas  cosas,  pues  ae  lo  pro- 
Idbelaley  3.*,  lit.  3.^  lib.  40,  NoYisima Reco- 
pnaeion,qoe  flja  eltiempo  en  qnese  debe  bacer 
estaeleecion.  «Perosi  coaiquieradeellos  murie- 
ae  despoes  de  consumado  el  matrimonio.  quc  la 
Dogery  sosberederos  ganen  todo  lo  que  siendo 
doeposados  le  hnbo  el  esposo  dado,  no  habien- 
do  arras  en  tal  casamiento  y  matrimonio;  pero 
8i  arras  hubiere,  qoe  sea  en  escogimiento  de 
la  moger  ó  sos  berederos,  ella  muerta,  tomar 
luarras  ó  dejarlas,  y  tomar  todo  io  qoe  ei 
laarido  hubo  dado,  siendo  con  ella  desposado; 
loeoal  hayan  de  escoger  dentro  de  yeinte  dias 
despoes  de  reqoeridos  por  ios  bcréderos  del 
narído;  y  sino  escogiesen  dentro  deldicbo  (ér- 
wiDo,  qae  los  dicbos  berederos  escojao.»  Des 
poes  de  haber  eiegido  no  podrán  Yariar,  á  no 
•er  que  la  elecclon  no  haya  tenido  efecto  por 
algoir  motiTo  fondado.  Gualqoiera  esposa  de 
presente  ó  de  futuro  disuelto  ei  matrimonio, 
gaoa  y  debe  llevar  la  mitad  de  todo  lo  que  an- 
tes  de  consumarlo  le  dió  su  marido,  si  la  besó 
despues  de  desposada,  ya  sea  ó  no  precioso, 
preeeda  ó  no  el  beso  á  la  dooacion,  y  elto  sc 
baga  i  la  noYia  en  so  casa  antes  ó  al  liempo  de 
la  boda  ó  velacion;  pero  si  la  besó  antes  del 
desposorío,  no  ganará  nada  como  en  pena  de 
haber  fallado  á  su  recato.  Si  el  marido  no  la 
besó  nada  gana  ni  debe  llevar,  antes  bien,  to- 
do  debe  volver  á  los  herederosde  este;  ni  tara- 
poco  cuaodo  por  su  colpa  no  se  celebró  el  ma* 
trimonio.  Todo  esto  debe  ontenderse,  no  solo 
coando  la  esposa  es  donoeila,  sino  tambien 
caa&do  es  viuda»  ya  porque  la  ley  no  distiogue, 
pees  diee ,  «cnaiqoiera  esposa  de  presente  ó 
ftrtoro,»  ya  porque  en  esta  se  debc  suponer 
igoal  pudor  y  bonestidad  que  en  aquella,  y  por 
eonsigoiente  queda  avergoosada  con  el  óscolo 
reeibido,  motivo  qoe  tuvo  la  ley  para  conceder 
4  la  espoaa  la  mitad  de  lo  qoe  el  esposo  le  dió. 
Asi  como  el  esposo  poede  ofrecer  arras  á  ia 
esposa,  tambien  esta  siendo  roayor  de  veiate 
y  eiQco  añoB  y  libre,  ofrecer  dotacion  á  aquel, 
poes  ningona  ley  se  io  prohibe ;  y  en  este  caso 
qaeda  obligadoal  complimiento  de  su  promesa. 
0e  aqoí  lo  qoe  noestra  legislacion  nos  ofre- 
ee  de  notable ,  y.  vigente  sobreeFte  asonto:^ 
eslraña  legislacion  ciertamente,  como  pro- 
doeto  de  disposiciones  dadas  en  diversas  épo* 
cat,  snJMistenles  aon,  á  peiar  dé  su  incoheren- 
Aa  y  fidu  dehomogenekiad.  Acaao  tienen 


bien  en  esta  parte  noestras  leyes  e)  defecto  de 
que  adolecen  én  otras  materias:  es  á  saber,  la 
falta  de  aquella  claridad  y  preciston  que  fuera 
de  deitear,  y  que  cs  muy  üificil  pedir  á  unn  le« 
gislacion  compoetila  de  tan  varioií,  contra«tic« 
torios  y  confusos  elementos. 

ARRAYAN  COMUN,  mihto,  muiita  .  arrai- 
JAN.  Tournefort  lo  coloca  en  la  scccion  8.*  dc 
la  clase  24  de  los  irboles  con  llor  en  rosa,  cu- 
yo  calís  se  convierte  en  fruto ,  con  semillas 
correosas,  y  lo  Ilama  myrtus  eommunis  iláli- 
ca.  Lineo  lo  clasiflca  en  la  icosandria,  moiio* 
gínia,  y  lo  llama  myrtui  eommunis. 

Su  flor  se  compone  de  cinc  >  pétalos  blan- 
cos,  dispuestos  á  manera  de  rosa ,  ovales,  en« 
teros,  metidos,  como  tambien  un  gran  uúmero 
de  estambres,  cn  un  calis  de  una  sola  piesa, 
dividida  en  clnco  partes  agndas ,  y  que  com- 
prende  el  gérraen  en  su  base.  Su  frulo  es  ona 
baya  que  tiene  tres  celdillas;  y  enclerra  semi- 
llas  arríñonadas.  Sns  bojas  perennes,  casi  ad- 
berentes  ¿  los  tallos ,  son  sencillas,  ovaladas, 
lucientes  y  olorosas.  Su  raii  leñosa  y  muy  fl- 
brosa. 

Bsta  planfa  es  un  arbosto  de  8  á  40  pies 
de  allnra ,  y  muy  vestido  de  ramas  flexibles. 
Originario  de  la  Enropa  austral,  de  Asia  y  do 
Africa,  abunda  en  nuestras  montañas  meridío- 
nales,  y  se  cultiva  en  nnestros  Jardines. 

£1  arrayan  en  los  paises  donde  creoe 
hasta  baoerse  árbol ,  se  carga  de  muUitud  do 
pequeños  ramos  y  de  ramas  qne  pierden  sus 
hojas  ínferíores,  ahogadas  por  la  multitud  de 
las  superiores,  de  manera  que  sotb  cs  verdeel 
árbol  visto  por  ia  parte  estorior. 

Ademas  cxisten  otras  varias  especies  de 
arrayanes,  entre  las  cuales  citaremos,  4  .**  cl 
BEABANTiGO  (nigriea  gale),  de  dos  ¿  tres  pies 
de  altura,  con  bojas  de  figura  de  hicrro  de 
lanza,  aserradas  por  su  m¿rgeo,  y  que  da  por 
fruto  uoa  baya»  que  puesta  ¿  bervir,  arrojauna 
sustaocia  semejante  ¿  la  cera:  S.®  ei  moeuno  o 
MORiSGo  [myrtue  beUieá)^  coyasbojas  son  mas 
pequeñas  que  laa  del  primero ;  el  bománo, 
{myrlus  romana);  el  de  tabbnto  (myríut  (a- 
renlina);  el  italiano  (myriue  üálica);  el  pob- 
TUGUBs  {myrtuseneytamea);  e\  bblga  [myrtue 
belgica);  y  el  db  hojas  puntugüdas  {myrtuM, 
mueronata,) 

Todas  estas  especies  difleren  algo  entre  sí, 
tiien  en  sus  hojas,  biea  en  su  froto;  etc.,  pero 
las  diferencias  no  son  de  bastante  importan- 
cia  para  que  hayamos  de  ocuparnos  de  ellas. 

ARREfiATO.  Desaparicion  momenl¿nea  de  1« 
razon.  EI  arrebato  es  efecto  de  la  mala  edoei- 
cion,  de  la  falta  completa  de  prudencia,  y  á 
veces  de  un  estado  enfermiio.  Fuera  de  algu- 
nas  raras  ocasiones,  en  que  el  car¿cter  se  abre 
paso  por  todo,  las  personas  de  mundo,  cuando 
est¿n  en  sociedad,  consiguen  dominarse;  tie- 
nen  quo  sufrír  los  Inconvenientes  de  clortos 
ataques,  los  recü>en  con  tanta  sangre  fria, 
consigoen  de  tal  modo  poncr  las  aparienciag 
¿60  íavor,y  semoestraD  tan  traoqnüOB  y 


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ARRBBATO^ARHEBOLEBA 


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¿(«interesados  en  su  propia  eansa,  que  se  les 
P«  la  razon  casi  sin  oirlos.  En  ciianto  á  esa^ 
lequeñas  contrariedades  qne  se  atravicsan 
■esperadamenle  en  las  relaciones  cnotidianas. 
re  esfucrzan  por  ser  los  priDieros  en  reirse  de 
ellas,  ó  encueutran  ininediatamenle  mii  rnao- 
nes  para  consolarsev  y  las  esplicau  ¿  todos  los 
que  se  ballan  presentes. 

Las  mugeres  qoe  desde  su  mas  tiema  in- 
íancia  ban  sido  conducidas  ¿  los  salones,  ha- 
cen  mas  que  contener  los  movimientos  de  su 
corazon,  los  disfrazan  ó  Ougen  segun  su  vo- 
4untad:  aunque  sean  preaa  de  los  odios,  ó  de 
)as  rivalidades  mas  declaradas,  no  emplean 
todos  sus  esfuersos  siuo  ea  íalsedades,  que 
cubren  con  nna  dulaura  tan  coinpleta,  con  una 
nioderacion  tan  perfecta ,  que  ongañan  ¿  los 
tastigos  qiie  no  est¿n  en  ei  secreto.  Se  liacen 
daño  entre  sf,  y  unas  ¿  otras,  basla  en  el  mo- 
do  de  besarse. 

Sucede  diariamenle  que  bombres  ¿  quienes 
nada  podria  exaltar,  se  entregan  en  so  Interior 
4  los  arrebalos  mas  terribles  por  un  ligero  con- 
tratieropo,ó  por  bacer  que  su  voluntad  domi* 
ne  sobre  objetos  de  eecasa  importancia.  Si  se 
contcmporiza  con  elijs,  olvidan  lo  que  tanto 
los  ttlborotó  al  principio,  y  con  un  poco  de 
perseverant'.ia  y  tacto,  se  les  insinúa  un  deseo 
completameute  distinto  del  que  tuvieron  pri- 
mero. 

Se  ha  visto  ¿  algunos  hombres,  rcvestidos 
de  nn  poder  inmenso,  disimular  arrebatos  tre- 
mendos  ¿  la  simple  relacion  de  inconvenientes 
que  se  les  hacia.  Queriaii  hacer  sagradas  sus 
órdcnes,  é  inspirar  ¿  todos  el  terror  de  la  obe* 
diencia:  era  la  cólera  de  un  dios  Justamente 
irritado;  pero  como  no  ienian  ninguno  de  sus 
atribulos,  esdecir,  como  lesera  imposible  pe 
nctrar,  sin  auxilio  ageno,  en  el  fondo  de  las 
cosas ,  se  les  ha  ocultado  toda  la  verdad  para 
cvitar  el  contacto  de  sus  arrebatos.  Asi  han 
desaparecido  mncbas  fortunas  colosales. 

Eá  una  dote  preciosa  en  el  orador  y  en  ei 
abo^ado  saber  flogir  bicn  el  arrebato  en  algii* 
nas  circuMtuncias;  pero  ann  dei  seno  de  este 
calor  no  deben  salir  aino  golpes  bienmedidos; 
hay  qtie  herir  ul  coolrario  siu  Ilegar  ¿  iospirar 
eo  su  favor  h  compasloo  ¿  los  quc  oyen,  pues 
deotro  modo,  dejaráo  de  estar  de  parte  del 
que  habla. 

Los  niños  que  son  educados  en  el  seno  de 
las  fatnilias  ricas ,  en  doude  les  miman  de- 
roasiado,  coutraen  un  habito  de  arrcbatarse, 
(le  que  la  desgracla  los  cnra  despues  ;  pues 
cuando  se  necesita  ú  lus  hombreSi  no  se  cuida 
mas  que  dc  ganarlos. 

Las  personas  de  nogocios  no  padeceo  ar- 
rebatos  sino  muy  raras  veces;  perderiau  con 
ellos  todas  sus  ventajas,  el  aplomo,  el  discer- 
nimiento  y  la  ilccion. 

U«y  cicrlo  arrebato  de  las  paaiones  quo  on 
la  jiivcntud  es  á  menudo  aouncio  de  grandes 
talentos^  ain  que  scan  su  prueba.  Guando  este 
frc^báto.paaa  pfontQ,  lérUliza  ^l  ffiissno  geolo; 


si  dura  ^emastado  irasta  hasta  la  ioteliftii^. 

ABRIBOLRIiA  CONUN,  vabayilla  db  Kocat, 
b€lla  de  níKhe  {hdU  dú  ntist).  don  mbgo.íw- 
ra6i/ts  jaiapa.)  ¿Ouién  no  conoce  esla  plaiita 
cuyas  hermosas  y  abuñdantes  flores,  blaDeas,  ] 

enearuadas,  amarillas  6  listadas  tieneu  la  par* 
ticularidad  de  abrirse  solo  ¿  la  eaida  de  U  U^ 
det  Esla  plania,  d«  bello  porte  y  rico  follaKe, 
crece  en  todas  partes,  en  loi^  )ardlne«.lo  iitti* 
mo  que  en  lus  campos,  donde  desarrolIáadoM 
completamente,  hace  un  magníflco  efeclo.  U 
error  croer  que  las  raices  de  ia  arreboUraioa 
lus  que  produccn  lajabpa.  Este  medicaaieots, 
muy  conocido  jf  freeneDtemente  empleado.  es 
por  el  contrario  producto  de  uii  cont^eivuiitt: 
sin  embargo,  las  raieei  de  la  arrebolcra  do  sob 
tan  inocentes  qoe  poedan  dejarse  á  dispcM» 
de  los  niños  ni  al  alcance  de  los  aoüBalef, 
puesto  que  contieoeo,  lo  Bismo  que  sn  sevii* 
lla.  una  materia  feculosa,  blanca  y  DMy  aboa- 
dante,  qiie  indddablemente  seria  ooafeiiisoU 
separar  del  principio  acre  qtie  la  aeooipafit- 
La  arrcbolera  se  multipiica  do  semilia,  la  eusl 
ae  siembra  en  prímavera  sobre  capas  de  es'* 
tiércol,  ó  simpletamente  en  la  tierra  si  U  es- 
tacion  est¿  adelaatada  y  algo  caliente  el  sueU. 
En  los  paises  mas  c¿iidos  se  reproduee  por  ú 
misroa  todos  los  años  de  la  semiila  seca  qoe 
de  la  planta  se  cae,  tambien  ee  multipliGa  par 
medio  de  sus  raices,  que  arraucadas  en  otoáo, 
podrian  .consenrarse  en  sótanos,  y  voWersei 
plantar  en  primavera;  pero  este  sistema  se  li- 
giie  rara  vei»  y  á  él  en  lodo  caso  es  prefeiii)l« 
éi  de  ia  siembra. 

ABiEBOLEiu  BiBRiDA.  {MirabUishibrida.) 
Oe  unas  semillas  que  le  fueron  dadas  por  Mr. 
Lepelletier,  y  que  eran  por  su  formann  lénni- 
no  raedio  entre  la  arrebolera  ordinaria  dequo 
se  ha  bablado  y  la  hnpfiora  de  Méjieoáeqv»  | 
luego  se  hablará,  obluvo  en  1807,  Mr.  Tollard, 
de  Paris,  una  plantYmixta,  ¿  la  ciial  se  ilióel 
nombredc  hibrida,  por  cuanto,  en  efecto»  es  el 
producto  de  la  fecundacion  de  la  una  por  U 
otra.  Siémbrase  del  mismo  modo,  reprodúce* 
sc  con  la  misma  facilidad,  y  contribuyeal  or< 
nato  de  los  jardines  no  menoe  que  las  deoMS 
variedades  üel  gónero  mirabiiis. 

^  AHRfiBOI.ERA  DB  MEJICO  Ó  DB  PLORES  LAROAS. 

[Mirabilis  tangiflora.)  Si  \tM  llores  do  e^ 
planta  son  meno5  briliantee  que  las  de  iasdai 
variedades  anteriormente  descritas;  si  sos  ét- 
fusos  y  torcidos  lallos  le  quitao  parte  de  la  gt- 
llardia  de  las  arreboleras  inodoras,  no  por  eso 
deja  ia  lontjifloYa  de  ser  muy  apreciadaácaon 
de  sus  Oorcs  blancas,  dispueslas  en  tubos  de 
5  ó  6  pulgadas  de  iargo,  y  cuyo  saave  y  deli- 
cioso  aroma  ticne  cieria  aaaiogia  con  el  dei 
a^har. 

Las  raices  y  la  semilla  de  esta  planta  titfleo 
los  núsmos  príncipios  que  ios  de  ia  arrebolera 
comun ;  sus  Oores  no  se  aércn  tampoco  loii 
que  á  la  caidaée  la  tarde»  y  lod  procedimies- 
tos  para  su  reproduocion  aoa  lo6  mismos  qoa 
loa^uo  part  lit  «traa  boiMf  iiMüooáo, 


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I» 


AimatAinBNTo 


im 


ÚHmn.  ÜBt  ét  hs  acepciones  de  esU 

pilabra  s¡gD{flc& ,  btcn  una  oordUlent  contí 

Bna  de  peñascos ,  bieo  uni  cadena  de  rocas 

^eodistanles  ias  unas  de  las  olras,  que  ape- 

Dissobresalen  del  nirel  del  mar,  en  cuyas  ori- 

llis  te  esiiendeo.  ün  arrecife  ofrece  á  veces 

on  buen  fondeadcro,  un  pucrlo  en  elcual  pue- 

deo  los  bu(fues  peroiaaecer  con  seguridad, 

dlsposlcion  Tentajosa  que  particularroente  se 

eaciientra  en  los  sitios  donde  existen  rocas 

soeltas  y  qne  sole  dejan  iibres  entre  si  espa- 

dos  dc  reducldas  dimensioues.  Tío  hubieran 

wHas  islas  del  gran  Océano  Equinoccial  ofre- 

cido  á  lo8  naTegantes  inas  que  inhospltala* 

rias  costaa,  si  en  tomo  de  elias  no  hubiesen 

losarrecifes  formado  cói»odos<  puertos,  y  pro- 

corádoles  al  ralsmo  tlcmpo  ios  rccursos  de 

iraa  fácil  y  abondanto  pesca.  Por  lo  general 

parece  qu»-  la   formaclon  de  loa  arrecifes  sea 

posterior  á   la  de  las  costas  que  hordean.  La 

BMfor  parle  de  k)s  reconocidos  por  los  natu- 

nlistas ,  compónense  de  rocas  raadrepóras, 

•iinqüc  estén  situadas  en   derredor  de  islas 

franilicas.  Probable  e»,  pues,  que  algunas  de 

^s  eostas  qne  actualroente  carect'n  de  una  es 

pecied^cintura  Ueguenáscr,  alcabodealgunos 

siglos.  k)  que  son  ahora  las  i>las  quc  acabaroos 

demeocionar,  si  los  movimientos  del  mar,  y 

los  trabajos  de   los  hombres  no  pusiesen  á 

eilo  obstáculo.  Ni  es  ciertamente  tal  obra  su- 

perior  ai   poder  de  esos  gusanillos  marinos, 

qne  dcsde  ei  fondo  de  los  abismos  del  Océa- 

BO  han  eleTado  á  nna  altura  Rupcrior  al  niyel 

de  las  oguas  ,   eolumnas  de  varias  leguas  de 

diámelro,  y  rormado  las  islas  bajas  de  la  Oc- 

eeania,  de  que  se  ha  posesionado  el  hombre. 

iQoéserian ,  al  lado  de  e>tas  inmensas  cons- 

tmcciones  Ías  femosas  pirámidcs  de  Egiplo? 

Aon  no  ban  eesado  del  todo  las  formaoiones 

sohmaríoas  qoe  cubreo  una  parte  tan  cousi- 

derabfe  de  la  tierra :  rocas  análo^s  crecen 

aetnalmente  en  los  mares,  y  aun  puedcn  redo- 

varse  las   circunstancias  qne  han  contribui- 

do  al  dcseubrimieiito  de  lae  q^ie  hoy  Tcmos. 

Lm  Istas  bajas,  cuya  formacion  se  debe  á  las 

wadrepóras,  nl  tienen  ni  pueden  lener  arreci- 

h$;  pnes  roal  podian  les  animales  que  las  han 

eonstroído ,  llevar  ¿  cabo  una  obra  empezada 

^Bobre  noa  beae  demasiado  estrecha:  para  re- 

tístir  á  todos  los  elementos  de  destruccton,  no 

ae  neceeilaba  nada  raenoB  que  la  rasta  estcn- 

sfOB  de  la  base  que  forma  el  fondo  del  Océa 

no:  motes  laa  grandes  efitnn  nccesariamente  é 

ttDcha  éistaocia  unas  de  otras. 

En  otro  sestido  llámase  arrecife  una  espe- 
cie  de  calzada  compuesta  yade  un  flrme  ó  c¡- 
miefitode  piedras  gruesas  colocadas  de  canto 
con  la  ponia  bácia  arriba  y  cubierlede  guljo, 
afoieiidriUa  ó  píedra  cascada  y  menoda,  yade 
m  maefzo  formado  esclusifamcnle  con  esla 
dase  de  raateriales ,  en  cuyo  caso  se  llama 
ctlzada,  arrecife  ó  camino  áia  Mat-Aifvm.  El 
gmeso  46  esta  obra  no  eseede  por  lo  comuB 
tfe  ooa  tercie  i  «k»  pahnet. 


Ko  es  fácil  cstablecef ,  bI  ann  de  una  ma- 
nera  aproiímada,  el  precio  á  quc  cn  Espafla 
sale  la  vara  euadrada  de  nrrecife,  carretcra  fir- 
recifaíJa  ó  á  la  Mac-Adam ,  pero  de  cálculos 
pasados  en  datos  exactos  y  conformes,  rcsulta 
que  ti\  Francia  una  calzuda  de  este  género  dc 
una  lercia  de  espesor  cuesla  seis  realr«?  por 
vara  cuadrada;  á  saber,  cualro  de  piedras  y 
d08  de  mano  de  obra.  De  algunos  años  á  csta 
parte,  para  consolidar  la  superflcie  de  los  nr- 
recifes  recien  construidos  y  facilitar  el  pa<o 
por  elios  álos  carros  y  caballerías,  sehaceuso 
de  una  raáquina  llamada  rodillo  compresor, 

ARRBLDE.  [Pondus  quadrilibre.)  Pesa'de 
cuatro  libras  que  comunmenle  se  usa  patB  pe- 
sar  carne. 

ARRENDAMIENTO.  [Leyislacion.)  Enlre  lo- 
dos  los  contratos  bilaleralesque  seconocen  en 
la  práctica,  y  que  son  de  nn  uso  mas  frccucn- 
le  en  las  Iransacciont  s  comerciales  de  ía  vida, 
ninguno  hay  de  tanfo  uso  y  de  tan  freci»rntc 
aplicacion  cpmo  elconlralo  dearrendamiento. 
No  hay  de  seguro  en  la  sociedad  persona  al- 
guna  que  no  se  halle  unida  á  otras  muchas 
por  los  vinculos  de  este  conlrato ,  ya  verse 
sobre  flncas  públicas,  sobre  las  urbanas,  sobre 
la  induslria  ó  el  trabajo  dcl  hombre.  Y  es  in- 
disfiutahle  la  utilidad  que  A  todas  las  clüses  re- 
sulla  de  esla  especie  de  contralo:  ólharonsfr- 
vado  en  circulacion  los  grandes  capilales,  ba 
proporcionado  á  la  mayor  parte  de  los  hom- 
bres  nn  asilo  y  un  depósilo  para  sus  bienes, 
y  ¿  la  clase  roeneslcrosa  raedios  para  sacar 
lo  que  necesita  de  lu  opulenta.  Se  puede  dcfl- 
nir:  «un  contratobilatcral,  en  qué  porel  uso  de 
una  casa  ó  ciertas  obras ,  se  da  una  raerced 
determinadu  consistente  en  dinero  contado.»»  ^ 
De  aqoi  se  inflere  que  son  requisitos  indispen- 
sables  en  este  contraio ,  el  consentiraienlo,  la 
merced  y  la  cosa,  en  lo  que  se  parece  al  de 
compra  y  venta,  diferenciándosctan  soloenque 
no  es  perpétuo ,  ni  Irasflcre  el  dominio  y  la 
posesion  verdadera.  I.a  palabra  arrendar  slg- 
nifica  el  acto  de  dar  y  recibir  un  arrenda- 
mienlo,  lo  que  tambien  se  veiiflca  en  la  de  ar- 
rendador  y  arrendatario ,  y  ))ara  mayor  clail- 
dad  llamaremos  dueño  ai  que  da  cl  arrenda- 
miento,  y  arrendatario  al  que  lo  recibe.  Por 
la  deflnicion  que  acabamos  de  dar  del  arren- 
damiento,  se  coraprende  que  este  puede  ser  ó 
de  cosas  ó  de  industria;  los  esplicaremos, 
pue?,  con  arreglo  á  esla  divislon ,  clasificando 
los  primeros  bajo  cuatro  punlos  de  vistadife- 
rentes,  de  los  cuales  en  ei  primero  espondre- 
mos  los  principios  conceruientes  al  arrenda- 
miento  de  cosos  en  general,  cn  el  segundolas 
i-eglas  peculiares  á  los  arrendamientos  rústi- 
cos,  en  el  tercero  las  reíativas  á  predioa  urba- 
Hos,  y  en  la  cuarta  lasdisposiclones  pcculiares. 
á  los  arrendamientos  de  renlas  públicas  y  con- 
cejiles. 

Respeoto  del  primer  punto,  diremos,  que 
pueden  darsusbieoes  en  arrendamiento,  y 
ear  trrendaewloa  de  loa  airenee  todaalas  per? 


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i59 


ARRENDAMIENTO 


i60 


sonas  babil¡tada8  para  cootraer,  y  asimismo» 
pueden  ser  dadas  en  arrendamicnto  todas  las 
cosas  que  ^están  en  el  comercio,  muebles ,  rai- 
ces  ó  semovieutes  que  no  se  consuman  por  el 
uso ,  y  aun  las  incorporales ,  cuyo  uso  pueda 
trasferirse,  como  la  porcepcion  de  frutos  en 
el  usufructo,  én  los  términos  quc  en  su  lii- 
g^r  dejamos  maoifestado.  El  pago  6  merced, 
que  como  bemos  dicbo,  ba  de  ser  en  metáli- 
co,  debe  tener  proporcion  con  el  provecbo 
que  sc  saca,  y  por  su  defecto  podrá  rescindir- 
se  el  contrato  en  que  intervenga  lesion  en 
roas  de  la  mitad,  por  análoga  razon  á  la  que  se 
veriflca  en  el  contrato  de  compra-venta,donde 
espondremos  la  naiuraleza  de  esta  lesion,  y  las 
accioncs  que  de  cUa  nacen.  (Véast  gompiia- 

VRNTA.) 

No  coucluye  el  arrendamienlo  de  cosas  por 
la  muerte  de  los  que  le  celebraron ,  poQS  que 
es  trasmisible  á  los  herederos,  del  mismo  mo- 
do  que  lo  son  las  otras  coovenciones.  Sín  em- 
bargo,  este  principio  no  tiene  lugar  eu  los  qoe 
las  adquieren  por  titulo  singular,  ni  en  los  be- 
neflciadosy  sucesorcs  á  un  mayorazgo,  que  no 
entran  como  berederos  del  úUimo  qu.e  los  po- 
seia;  pero  ias  mugeres  casadas,  los  menores  y 
los  prelados  tendrán  que  pasar  por  el  que  res- 
pectivamente  biciecpn  sus  maridos,  guardado- 
res  ó  predecesores  en  representacion  suya  ó 
de  su  iglesia. 

De  todo  cuanto  lievamos  dicbo  basta  aqui, 
se  infiere  que  si  cl  dueño  vendiese  la  cosa  an- 
tes  de  flnalizar  el  tiempo  del  arriendo,  el  com- 
prador  pucdeecbar  alarrcndalario;  pero  abo- 
nándole  la  parte  del  pago  correspondiente  al 
tiempo  que  le  faltaba.  No  podrá  despojársele, 
sin  embargo,  si  en  la  celebracion  dcl  contrato 
medió  pacto  de  queno  se  le  ecbase,  ó  si  lacon- 
vencion  fuese  becbaportoda  la  vida  del  arren- 
datarío  ó  para  siempre.  Ko  mediando  probibi- 
cion  espresa ,  ei  arrendatario  podrá  subarren- 
dar  toda  la  flnca  ó  parte  de  ella  por  igual  óme- 
nor  téfroino  que  él  !a  tiene,  y  para  el  mismo 
uso,  con  tal  que  no  perjudiquc  al  dueño  ni  á 
otros  arrendatarios.  En  los  arrcndamientos  rüs- 
ticos  bay  en  este  puntp  la  limitacion  de  que 
bablaremos. 

El  dueñode  la  cosa  está  obllgado  por  este 
contrato  á  entregarla  y  pei-mitir  que  use  de  ella 
el  arrendatario  por  el  tiempo  convenido.  Sino 
pudiesehacerloporprobibicion  legal,caso  for- 
tuito  ó  motivojusto,  queda  disuelta  laconven- 
cion.  Si  el  dueño  impide  eluso»  bien  por  si  ó 
bien  por  otro,  deberá  resarcir  los  daños  que 
ocasione,  y  ganancias  que  perdiese  el  arren- 
datario;  pero  si  lo  hiciese  otro  por  justa  causa 
que  aquel  ignoraba  al  tiempo  del  arrenda- 
miento,  cumplirá  con  devolver  lo  qoe  recibió. 
Debe  manifestar  los  vicios  ocultos  do  la  cosa 
quc  arríenda,  quedando,  segun  la  naturaleza 
del  contrato,  sujeto  al  total  saneamiento,  pagar 
las  cargas  y  tríbutos  qoe  graviten  sobre  la 
flnca,  y  repararlii  de  modo  que  quede  espedito 
^n  uso,  y  flíalmente,  abooar  las  m^orashjBcba 


por  el  arrendatario  qoe  qtteden  sobsisteDtei 
despues  de  conoluido  el  arriendo,  á  no  baber 
pacto  ó  costumbre  contraria. 

El  arrendatarío  debe  cuidar  de  las  coais 
qiie  recibe ,  de  modo  que  no  se  deteríoreo: 
prestar  la  culpa  leve  por  versar  el  cootratoen 
utilidad  deambos  cootrayentes,  volverlascon 
cluido  el  térmíno  para  que  se  hiso,  debiendo 
reintegrar  á  sn  dueño  de  los  intereseii  y  per- 
juicios  que  pot  so  omision  le  irrogase;  por  úl- 
timo,  debc  satisfacer  el  pagoeu  los  plazoscon- 
venidos;  uo  habiéndolos,  con  arregloi  la  cos- 
tumbre,  y  eo  defecto  de  esta  al  fln  dé  cada  año. 
Estas  disposiciones  y  aun  ias  denominacio- 
nes  mismas  qne  vulgarmente  se  daná  loácon- 
tratantes,  varian  algon  tanto  coandosetratade 
los  arrendamientosrústicos.  Para  examinarlas 
pasemos  al  segundopunto  de  los  qoedebenos 
considerar  en  este  articulo. 

Se  da  el  nombre  de  coUmoel  que  recibeen 
arrendamiento  un  prédio  rústico.  En  él  estáo 
tácitamenle  nfectos  á  la  responsabilidaddelar- 
rendamiento  y  menoscabos  de  la  oosa  losfru- 
tos  que  prodoce,  y  ios  que  existen  en  ella.  Do- 
rante  el  arrendamientoseobservariescrupulo- 
samente  lo  pactado,  y  el  dueño,  ni  aun  con  el 
pretesto  de  necesitar  para  si  el  prédio,  puede 
despedir  al  arrendatario,  sino  en  los  casosde 
no  pagar  la  renta,  tratar  mal  la  flnca  ó  faltará 
las  condicipnes  estipuladas.  EI  arrendataríopor 
su  parte  uó  puede  subarrendar  ni  traspasar  el 
.  todo  ni  parte  de  la  flnca  sin  aprobadoo  del 
dueño,  pero  sin  venderó  ceder  al  precio  quele 
parezcá  alguna  parte  de  los  pastos  ó  fruto^,  & 
no  ser  que  se  estipule  otra  cosa  en  el  contraio. 
Como  ha  de  baber  proporcion  entre  el  pago 
y  el  uso  de  la  cosa,  segun  dojamos  dicho  mas 
I  arriba,  si  los  frutos  se  perdiesen  iutegrameDtc 
por  caso  fortuito  y  estraordinarío,  nadadeberi 
pagarse  por  el  arriendo  deaqnel  año;  pero  si  la 
pérdida  cousistiese  solo  en  paríe,  estienelec- 
cion  del  arrendatarío,  ó  dar  el  precio  del  arríen- 
do,  ó  el  sobrante  de  los  frutos ,  deducidos  loi 
gastos.  Este  príncipio  no  es  admisibie  cuando 
provenga  de  culpa  ó  malculüvodel  arrendata- 
I  río,  ni  tampoco  coando  la  cantidad  de  fmtos 
!  cógida  en  unaño  satisfaciese  ei  arreodamiento 
y  espensas  de  los  dos»  aunque  ya  se  hubieso 
remitido  la  de  uno,  ni  cuando  se  hubieso  pao- 
tado  que  en  todo  evento  se  haria  ei  pago  inte- 
gro.  Del  mismo  modo  si  escedieron  los  fríitos 
en  un  año  mas  del  doble  de  lo  acostumbrado, 
deberi  duplicarse  tambien  ei  pago ,  si  d  aa- 
mento  no  provino  de  la  industría  del  arrenda- 
;ario. 

Cuando  los  arrendamientos  se  bacen  por 
determinado  tiempofenecenconeste  sin  neoe- 
sidad  del  mútuo  desbaucio,  y  sin  que  poeda 
nuncael  arrendalaríoalegarposesion  contrala 
voluntad  del  ^ueño,  perosi  aquel  permanecie- 
seen  la  flnca  tres  dias  ó  mas  despues  de  coo- 
cluido  el  término  con  aquiescencia  de  este,  sc 
,  entenderi  renovado  el  contrato  por  otro  año,  y 
8C0U  las  mismas  cohdiciones  del  anteríor.  ^ip^ 


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464 


ARRENDAMIENTO— ARREPEN  TIMIENTO 


462 


hiceD  siD  tiempo  delermiDado  durarán  i  yo- 
lontad  de  las  partes ,  pero  caalquiera  de  ellas 
qoeqoiera  diEOÍTerlos,  podrá  bacerlo  avisaodo 
iia  otra  un  año  antes,  y  el  arreodatario  nuoca 
tendrá  derectio  algitno  despues  qtje  el  dueüo 
loluyadeBhaaciado. 

Todvria  mas  bceves  y  sencillas  son  las  re- 
glas  qoe  nuestra  legislacion  tiene  estabiecidas 
para  ei  arrendamiento  de  los  prcdios  urbanos. 
El  arrendatario  de  estos,  á  quien  se  da  cl 
Dombre  de  mquUinOf  annque  no  esté  complido 
el  térmioo  de  ia  convencion,  puede  ser  des- 
baoeiado  de  la  cosa  por  atguna  de  las  justas 
ciosas  mareadas  por  las  leyes.  Son  estas ,  la 
de  necesitarla  cl  ducño  para  vjvir  él  ó  alguno 
de  SU8  \ú¡os;  la  de  querer  reediflcarla ,  ia  de 
qoe  el  inqoilino  biciere  mala  vecindad ,  6  no 
pagase  á  su  debido  tiempo  el  importe  de  los 
arreodamientos. 

Rcspecto  de  las  casas  de  la  córte ,  cuyos 
arreodamiehtos  se  reputan  perpétuos,  hay  va- 
rias  disposiciones  particolares,  fundadas  parle 
en  00  derecho  municipal  no  escrito  y  parte  en 
ia  ley  de  que  no  noa  corresponde  hablar  en  una 
oI>ra  coyo  objeto  es  comprender  los  priucipios 
faodaffleolales  de  nuestra  Jurisprudencia.  A  ios 
qoe  deseen  mayorcs  metalies  sobre  esta  mate- 
lialesremitimog  ála  ley  8.*,  tit.  10, lib.  40,  de 
U  NoT.  Rec.  Su8  disposiciones ,  sin  embargo, 
Dorigeo  ya  sino  en  los  arrendamientos  hectios 
aotes  de  la  ley  de  9  de  abril  de  4842 ,  que  ha 
veoido  i  hacer  eo  este  punto  bastantes  varia- 
ciooes,  estableciendo  la  doctrina  que  vamos  ¿ 
espooer  en  el  párrafo  siguiente ,  y  destroye 
todo  cuanto  en  contrario  seballa  anteriormen- 
ie  ordcnado. 

liOs  dueños  de  los  ediOcíos  urbaoos  los 
poedeo  arreodar  líbremente ,  y  poner  en  sus 
coDlratos  las  condicionesque  quieran.  Conclui- 
doel  tiempo  del  arriendo,  acaba  este  sin  nece- 
sidad  de  mutuo  desbaucio.  Has  si  no  bobiese 
fljad^  tiempo,  ni  pactado  deshaocio,  ó  cumpli- 
do  el  tíempo  OJado  continoase  de  becho  el  ar- 
reodamirnto  por  consentimieuto  ticito  de  las 
Pflrjes,  el  dueño  y  el  ioquiiino  tendrin  la  obli- 
Sat^D  dc  avisarse  reciprocamelite ,  segun  la 
coKoiobre  que  csté  en  oso  en  ei  pueblo,  y  si  no 
Ia  hobiere,  en  ei  plazo^ic  40  dias.  En  todo  lo 
<i<!Oias  se  arrcgTa  el  arrendamiento  de  flncas 
ari)aaa5  i  los  principios  generalesile  la  legisla  • 
aoD  8(^re  este  contrato.  (Véa$e  inquilinato.) 
los  árreodamientos  de  las  rentas  púbücas 
T  coocejiles  e¿tátt  asimismo  sojetos  ¿  dispo- 
sieiooes  especiales*  Como  no  es  este  ei  logar 
de  ocaparnos  de  tan  interesanto  materia,  solo 
direDws  que  en  nuestro  articulo  adminis- 
TtAaoN  bicimos  ya  presente  que  en  la  dispo- 
sídoo  de  los  bienes  públicos  se  procedia  en 
coo/ormidad  de  lo  que  previenen  los  reglamcn- 
los  admiuistrativos.  Estos  establecen  reglas 
para  los  espresados  arrendamieutos ,  tanto 
aoerca  de  sus  formalidades  como  de  las  perso- 
Dtt  autorisadas  para  hacerlos  y  de  los  efectos 
<^1  contrato,  y  lo  que  es  mas,  despoes  de  ce- 


lebrado  dan  á  su  vez  lugar  i  la  licilacion,  aa- 
mentando  la  cuarta,  décima  ó  vigésiroa  parte 
del  arrendamiento.  Detenernos  cn  csto  seria 
separarnos  de  nueslro  propósito,  que  no  se 
dirige  á  tratar  de  la  legislacion  administrativa. 
En  el  consabido  articulo  tendrin  nuestros  Icc- 
tores  el  punto  dc  partida  para  lo  que  deseen 
saber  sobre  esta  interesante  materia. 

En  conclusion,  digamos  dos  palabras  sobre 
el  arrendamienlo  de  industria. 

Por  la  defloicion  que  bemos  dado  del  ar- 
reodamiento,  se  deja  comprender  que  no  solo 
pueden  airendarse  las  cosas ,  sino  tambien  la 
industria  dc  las  personas,  A  esta  clase  se  redu- 
cen  las  conveDcioDes  celebradas  con  los  do-» 
mésticos,  obreros^  artesanos  y  eonductores  por 
tierra  y  mar,  que  por  cierta  canlidad  nos  ofre- 
cen  su  industria  y  su  pericia.  El  arrendatario 
seri  el  que  hace  el  pago.  EI  que  lo  recibe  debe 
procorar  la  utiiidad  del  que  le  paga ,  i  qnien 
deberi  resarcir  los  daños  quc  su  omision  le 
ocastona. 

El  contrato  liamado  comunmente  c&ra  es 
de  la  clase  de  los  arrendamientos  anteriores,  y 
es  el  que  se  celebra  con  un  arquiteclo  ó  inaes- 
tro  de  ofiras  para  la  constrnccion  de  nn  edifl- 
cio.  Es  prcciso  quc  este  subsista  sin  falsear 
quince  años  despues  de  concluido  para  que 
pneda  refutirsele  de  bien  becho ,  y  no  sicudo 
asi,  i  no  ser  por  caso  fortuito,  deberi  reedifi- 
carlo  i  su  costa  el  que  le  bizo  6  sus  heredcros, 
pudíendoel  dueñodisponerque  sea  reconocido 
por  peritos.  Los  que  se  encargan  dc  eaias 
obras,  como  por  lo  respectivo  i  su  oflcio,  tie- 
nen  la  obligacion  de  saber  el  valor  de  las  que 
ajustan,  no  pueden  alegar  lesion  ó  engaño. 
Sobre  este  ponto  se  éncontrarin  mayores  de- 
talles  en  los  articulos  especialmente  consa- 
grados  i  la  materia  que  forma  objeto  del 
mismo. 

Por  ouestra  parte  solo  añadiremos  que  et 
antecedente  articulo  es  nn  exacto  y  díminuto 
bosquejo  de  la  legislacion  española  vigcnte  ea 
asunto  de  anéndamientos.  Estas  no  soo ,  sin 
embargo,  sino  las  bases  fundamentales  de  la 
doctrina,  cuyos  pormenores  deseiivolveremos 
separadamente,  por  no  dar  demasiada  cdension 
al  presente  trabajo  eo  los  articulos  colono, 

INQUIUNATO  ,    PROPKS  ,    PRBDIOS    RUSTIGOS  T 
URBANOS,  SUBARRI^NDO^ 

ARREPBNTIMIENTO.  Con  esla  palabra  se  de- 
signael  pesar  de  haber  hecho  una  mala  acciou. 
Demóstenes  estaba  cif gamcntc  coamor^do  de  n 
la  corlesana  Lais,  y  habiéndolo  esta  pedido 
cien  dracmas  en  pago  de  los  favores  que  aquel 
solicilaba,  este  grande  hombre  volvió  i  sa 
razon  y  esclamó:  «Noquiéra  Dios  que  conipre 
tan  caro  un  arrepentimiento.»  Sabia  muy  biea 
Demóstenes  que  cuando  su  pasion  y  sus  de« 
seos  se  bubiesen  satisfecbo ,  aquellos  favores 
no  le  ofrecerian  sino  recuerdos  sin  atractivos; 
que  la  razon  recobraria  su  imperio  y  que  en* 
tonccs  diría  en  el  fondo  de  sü  conciencia  icuiu 
loco  foi  en  ei  inatante  en  que  puse  mis  riqne* 


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463 


A&ftEX^BNmimNTO 


Ít4 


zas  al  pie  del  ídolo,  para  adornarla  á  loa  ojos 
de  la  niultitud  y  enorgulleceria  con  mi6  bo- 
mcnages!  Enlonces  inundaria  su  alma  un  pcsar 
amargo  ahogándola  con  las  lágrimas  del  arre- 
peníimiento. 

Cuando  un  hombre  ha  coraelido  un  crtmen 
por  satisfacer  una  vfngonza ,  al  pronlo  en- 
cueolra  muy  grata  esta  satisfaccion;  y  si  le  ha 
cometido  por  veualidad  se  aturde  con  cl  fruto 
de  su  maldaJ.  Pero  cuando  se  ha  apagado  el 
fuego  de  la  venganza  ó  cuando  se  ha  gastado 
el  oro,  asalla  conliuuamente  á  su  memoria  la 
vida  del  hombre  que  inmoló  y  el  raoüvo  por- 
que  derramó  la  sangre  de  un  hermano  suyo. 
En  medio  del  silencio  y  dcl  recogi.niento  ,  un 
pensamiento  doloroso  le  agobia  sin  cesar :  al 
prii^cipio  es  un  simple  pesar;  no  es  ya  el  te- 
mor  á  la  jusiicia  ultrajada  ó  al  casfigo  que  le 
amenaza,  es  un  principio  de  rcnordiraieBto  lo 
que  siente  su  alma.  Poco  á  poco  su  coneiencia 
se  conmueve ,  se  le  aparece  la  sombra  de  ía 
víctima  que  viene  á  defendcr  su  causu;  eslas 
fuertes  impresiones  se  disipan  al  cabo,  y  Iras 
ellas  lenlo  y  silencioso  aparcce  el  remordi- 
raiento.  Si  el  alma  del  culpable  cs  débil ,  en- 
tonccs  tiene  miedo,  tiembla,  quisiera  no  haber 
comelido  el  crimen  ,  y  en  medio  de  su  lerror 
se  detesta  á  st  mismo ,  maldicc  su  existencia 
y  el  punto  á  donde  le  condujo  su  fatai  pasion. 
Pero  si  el  alma  del  culpable  es  fuerte  y  enér- 
^ica,  reflexiona  y  se  dice  á  sl  mismo  :  «He 
obrado  mahv  y  quisiera  á  toda  costa  librarse 
del  peso  que  le  oprime;  tanto  en  uno  como  en 
otro  caso ,  el  alma^está  ya  poseida  del  arre- 
pentimiento.  S4  el  mal  ea  reparable,  el  hombre 
que  se  arrepiente  lo  reparará  ;  si  no  lo  es ,  el 
hombre  que  se  arrepíente  éstá  medió  absuelto. 
Porque  el  arrepentimiento  es  el  pesar  amargo 
y  rcflexivo  de  un  alma  que  ba  coQietido  una 
falta  y  quiere  repararla. 

Et  arrepeotimiento  es  el  último  graüo  des- 
pues  de  la  piedad,  del  temor ,  del  pesar  y  del 
remordimiento.  «Estas  lágrlmas ,  dice  Rous- 
seau,  son  de  pesar,  pero  no  dearrcpenlimien- 
to.n  Es  unade  las  cosas  mas  admirablcs  haber 
heelio  del  arrepcntimiento  nna  religion  y  un 
merito,  siendo  eslo  una  de  las  iustituciones 
raas  bellas  y  nias  nobles  que  ba  podido  crcar 
ona  religion.  El  cristianismo  que  llamó  á  si  á 
los  pccadores  y  gentiles ,  ha  llaroado  y  admi- 
tido  en  su  aeno  al  arrepentido ,  correspon- 
diendo  asi  á  una  necesidad  de  nuestro  cora- 
zon. 

El  arrepentimiento  eslá  ya  próximo  á  la 
confesion  del  crimen.  El  honabre  que  sc  arre- 
pienle  quiere  encontrar-un  alma  en  quien  pue- 
da  desahogar  la  suya  para  raaoifestarla  su  ver- 
gUenza  y  su  sentimiento.  «Vosotros  qne  habeis 
perdonado  mis  estravios,  dice  el  fllósofo  de  6i- 
Bebra  ¿no  perdonareis  el  rubor  que  produce  el 
arrepentímíento?»  Eo  esla  par te  la  religton  ca- 
tóliea  ha  satisfecho  perfectamente  las  necesi- 
dadea  del  coraaoa  dcl  borabre;  le  ha  iropaesto 
la  üOBfeskm  coido  m  deber,  y  cuando  ei  arre- 


pentimiento  es  slncero,  entonces  le  absoelfe 
de  los  pecados  comerados. 

Antes  de  qtie  el  cristiaDismo  difuBdieseen 
el  mundo  su  luz  benéflca,  no  conocia  el  hon- 
bre  este  sublimebautismo  del  arrepenlimieDto; 
porque  el  úitirao  limite,  como  elde  lasdeani 
pa5iones  dei^corazon  hitmano  era  el  de  los  re- 
mordimientos;  y  como  entonces  era  uoacto 
generoso  ellibrarsedc  una  vida  que  Beconii(te- 
raba  insoportablc,  se  evitaba  el  pesarde  baber 
delinquido  por  roedio  de  nn  suicidío,  y  el  ar* 
repeotimiento  era  estóico.  Hay  muohos  tuioi- 
dioa  qne  la  historia  ha  caiitloado  de  magBÍal* 
mos  y  hcróicos ,  y  en  el  fondo  bo  eraa  otrt 
cosa  mas  que  el  sentimiento  y  el  pesar  de  oat 
faita  llevado  al  iiltimo  estremo. 

-•  O'ie  no  se  plerda  nunca  de  vista  nna  coo« 
sideracion  importante :  esos  frecueates  suW* 
dios  en  que  la  sociedad  se  ve  dicimadapot 
sus  propias  manos ,  y  que  se  atribuyen  a  la 
desesperacion,  no  son  otra  cosa  sího  remor*- 
mienlos  y  pesares  que  no  ban  hallado  el  coih 
suelo  del  arrepenllmieiilo.  La  sociedad  eofO* 
jece:  no  tiene  ya  la  tozania  ée  la  )uveDlud  coq 
su  poesla,  su  religion,  sus  creencias  y  aqoel 
amor  juvenll  deraadre:  ha  llegado,  perotntei 
de  tiempo,  á  la  edad  madura  ,  á  la  que  le  ban 
condttcido  Io5  desórdenes,  los  crlmencs.la 
inmoralidad  y  la  falta  de  creencias.  Co  cada 
dia  qoe  se  va  agregando  á  estos  liempos,  la  d^ 
pravacion  la  envejece  un  slglo,  y  correiposoi 
agigantados  hácia  su  decrepitud.  Acaso  antes 
de  llegar  á  estt,  el  recuerdo  de  tantos  criiBO- 
nes ,  de  lantos  horrores  y  tantas  faltat,  dea- 
pierte  en  clia  el  peaar  y  el  remordlroienlo. 
¡Ojalá  que  nazca  en  el  corazon  de  la  sociedad 
un  arrepentimiento  sincero,  para  que  me- 
reaca  ser  absuelta  y  recobrtr  bu  primitifa  pa- 
rezal 

ARREPSNTIMIElíTO.  {Legislaaiún.)  Comopor 
esta  palabra  se  destgoa  el  peaar  de  hater  h^ 
cho  alguna  cosa  y  el  deseo  dc  anularit ,  dea- 
hacerla,  (Vremcdiar  el  mal  que  creemos  baber 
hecho ,  en  sentido  legal  se  denomina  de  este 
modo  al  desistimlento  voluntario  de  algun  ac- 
lo  que  nos  habíamos  propuesto  llcvar  ¿  cabo. 
El  arrepentimiento ,  enlendido  dc  esia  suerto 
y  aplicado  á  los  hechos  y  doctrinas  legale», 
tiene  lugar  principalmente  en  los  casos  qoí 
vamos  á  enumerar  y  con  los  resultados  (jao 
indicaremos. 

En  lo  civil  son  frecuenles  y  variados  los 
casos  de  arrepenlimiento.  Puede  haberio  en 
los  contratos,  i\o  despues  dc  perfeccionadoa, 
porque  enlonces  amba&  portes  pueden  scr  obli- 
gadas  á  su  cumplimiento ,  sino  anles  de  q«e 
se  lleve  á  efecto  lo  en  ellos  estipolado.  Del 
misrao  modo  pucden  arrépenlirse  y  apartar- 
se  los  miembrofi  de  iroa  sociedad  antes  de  qae 
se  coocluya  el  negecio  ó  tiempo  para  qoe  « 
reunieron  los  aaociados,  abonándose  á  los  de- 
mas  consocios  los  daños  y  perjuidos  que  cao* 
saresu  separacion:  asi  como  puede  baberar* 
repeatittKinto  por  Jtiata  otttsa  tn  uiui  doMeiM 


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Ml 


AEREPENTDnENTO-ARRESTO 


•M 


despaes  de  heeha^  aan  cnando  sea  entre  ana- 
rído  y  moger. 

Bn  lo8  Cestamentos  ó  úkimas  yolantades  sa- 
bido  cs  que  el  testador  puede  arrepenHrse  á 
eada  paso,  y  reTOcar,  mlentras  vi?a,  todas  las 
dhposidoaes  que  toTiere  hedias ,  modíflcáa- 
dotas  porotras  poBteriores;  aonque  haya  eeta- 
lrte<^  todas  ias  etéasuias  de  firmesa  y  de  ir- 
reroeibilidad  ímaginables. 

En  las  coatíeodas  Judicfales  paede  el  actor 
arrepenlirse  y  deslstir  de  su  deroaada  despues 
de  cootestada,  si  liicn  esto  requiere  el  consen* 
(ímteflto  del  demandado.  Puede  asiraismo  ar- 
repentirse  esle  último  y  rorocar  su  coofesion 
antes  de  la  seDiencia ,  coando  falsamente  hu- 
bíera  coafesado  teaer  en  su  poder  )a  cosa  quc 
se  le  pide,  y  puede  tambien  arrepentírse  cual- 
qaiera  de  I»  dos  partes  cuando  se  hubiere  de- 
ferido  Juramento  á  alguna  de  ellas,  ó,  lo  que 
es  igoat,  cuando  se  hubiere  con?en¡do  en  cs- 
tar  y  pasar  para  so  declsion  por  lo  que  decla- 
nre  una  de  ellas  bijo  ]uramento,  si  antes  de 
llegarcste  caso»  hallamotivo  cualquiera  de 
lis  partes  para  pensar  de  otra  manera.  Este 
arrepeotlmiento,  sin  em)>argo»  uo  teudria  va- 
ior  alguno  despues  de  recibido  el  Jaramento  ¿ 
qae  sc  deflrió. 

Ko  los  delitos  cabe  tambien  el  arrepenti- 

o^ato  en  diversos  casos  y  drcunstancias,  y 

con  distintos  efectos,  segun  que  el  deiincuente 

se  arrcpienta  antes  de  poner  por  obra  el  dcli- 

te,  despnes  de  haber  empezado  á  ejecutarlo, 

dorante  su  encaosamiento ,  ó  mientras  cumple 

la  condcna  impuesta  por  el  mismo.  El  que  ha- 

bfendo  pensado  cometer  on  delito,  se  arrepien- 

teanles  de  haber  empezado  á  ponerlo  por  obra, 

no  tiene  pena  algona,  porque  la  ley  no  castiga 

lospcnsamientos  sino  elhecho  papible.  EI  qoe 

se  arrepiente  despues  de  haber  empexado  á 

poacrlo  por  obra ,  caando  el  delito  es  de  los 

nwy  graves,  y  qoe  iwr  lo  taoto  Son  casligados 

eoD  una  gra^fsima  pena,  merece  el  í»stigo  que 

eMé  scñalado  por  la  ley  á  los  actos  prepara- 

torios  ó  precedentes  que  hubiese  cometido,  en 

'o9  coales  ptiede  haber  mas  6  menos  delio- 

enencia,  segan  las  circunstancias:  en  los  deli- 

^  de  poca  trascendeneia ,  la  opioion  comua 

es  qoe  estos  actos  no  mereceo  pena  alguoa. 

31  el  arrepentimiento  se  notase  despues  de  co- 

netido  e1  detilo ,  por  hechos  mareados  y  evi- 

deates,  que  no  dejen  duda  alguna  de  la  since- 

ndad  de  este  sentimieuto,  debe  tenerse  moy 

ea  coenta  para  la  iroposicion  de  la  pena,  por- 

qae  eoastltuye  una  grandisiraa  diferencia  cn- 

tre  un  reo  de  esta  espeefe  y  el  qoe  apareee 

inpivido  y  cofnosatlsféebo  dehabe^delinqui- 

do.  Por  éltimo,  et  arrepentf  miento  manifestado 

despoes  debafoerae  impoesto  la  pena  al  delin- 

ciienfe  y  en  el  tiempo  en  que  este  sufre  su 

eondéna,  strre  para  qoe  se  le  haga  alguna  re- 

haja  en  el  tlempo  qoe  esta  debia  durar. 

Estos  80n ,  pues,  los  easos  mos  marcados 
ea  qoe,  el  airrepentlmiento  se  admite  cn  laa 
aaettiimes  legales,  prodncfendo  efoelos  maa 

4Ga     mjlUOTKCA  mULAR. 


ó  inenos  conaiderables,  ya  en  el  órden  cítU» 
ya  en  el  procedimiento  criminal. 

ARRE3T0.  {Legislaokn)  Aonque  las  pala- 
bras  arresto  y  prision  son  sinónimaa  para  la 
generalidad  de  ias  personas ,  y  auu  el  mismo 
Diccionario  de  la  leogua  eo  so  defiaicioii  de  la 
que  nos  ocapa,  lo  ha  declarado  asi  de  no  mo- 
do  teminante,  la  prictíca,  sin  embargo»  ba 
distiiigaido  may  marcadameBle  el  uso  de  eitaa 
d08  palabras,  para  espresar  cob  fa  primera  la 
simple  detencion  de  la  pcrsona  sobre  la  qoe 
no  recaen  méritos  para  redocirla  á  fftmn;  f 
con  esta  última  palabra  el  acto  de  despojar  á 
uoa  persona  de  su  libertad,  apoderándose  ma- 
teríahBente  de  ella,  y  llevándola  de  ordinario 
á  cárccles  6  establecimientos  públicos  don<Íe 
se  custodian  los  presos.  Sl  arresío^  poes,  ea 
menos  qoe  lapmion;  es  una  mera  cíelencion: 
toda  peraonaprasa  está  arresiada;  pero  no  to- 
da  persona  arrestada  está  presa.  Coando  et 
juez  en  las  primeras  diligeucias  de  un  suma- 
rio  cree  conveniente  apoderarse  de  una  perso- 
na  contra  quien  resultan  sospechas,  lo  manda 
Ilevar  á  )a  cárcel  ea  calidad  áedeienidoéarreS' 
tadq:  y  g^Ia  instruccioa  del  sumario  cooíirma 
las  sospechas  coocebidas  cootra  él,  provee  ao- 
to  maadando  que  se  eleve  á  prision  formal  el 
arresto  que  sufre  el  cousabido  preso  en  la 
cárcel  6  en  el  parage  en  que  se  encuentre. 

fistas  ideas  nos  pareceu  bastaates  á  estable- 
cer  la  dilerencia  que  separa  á  la  prision  del  ar- 
resto;  Hay,  sin  embargo,  casos  en  que  el  arrea- 
to  sigmflca  una  prision;  pero  aun  en  eate  eaao 
signiflca  un  género  dc  prisioa  mas  decoroea 
y  llevadera  quela  ordioaria.  Cuaodo  á  una  per- 
sona  se  la  reduce  ¿  prision  en  su  propia  eaaa, 
suele  intimársele  ia  órden  de  que  permanezea 
en  elia  a^restado:  lo  propio  se  dioe  á  los  aatli- 
tares  cuando  se  les  reduce  á  prision:  todo  dU 
manado  de  que,  como  llevamos  dicho  mas  arri- 
ba,  el  uso  ha  declarado  la  palabra  arresto,  si- 
Dónima  de  la  de  detfineion,  purgáodola  asi  de 
e^a  odtosidad  que  recae  sobre  ia  prision ,  j 
quc  no  puode  menos  de  recaer,  asi  porque  es 
uoa  justiflcada  y  completa  privacion  de  )a  li- 
bertad  licl  hombre,  como  por  el  lugar  en  que 
de  ordinario  se  constituye  al  verdadero  preeo. 

Tamos,  sin  embargo,  una  vez  hecha  esla  ao- 
oesaria  y  precisa  distíacion,  ¿  hablar  de  los  «r- 
restos  en  una  linea  eu  que  i>arecen  coofondirse 
con  las  prisiones,  porque  las  leyes  que  han 
babiado  de  ei  uno»  lian  solido  haeer  esteASivas 
sus  disposiciones  á  la  otra:  mas  uo  por  esto 
creamos  que  la  ley  confundo  entre  si  dos  co* 
sas  realmente  distintas:  preeisameiite  ea  la  ley 
la  que  con  mayor  cuidado  las  distingue ,  al 
bien  lia  dictado  análogas  disposiciones  sobrc 
dos  cosas  análogas  de  suyo,  salvas  las  dife- 
rencias  que  las  separau. 

Gomo  ol  arresto  y  la  prision  afectan  á  la 
seguridad  y  á  la  libertad  de  las  personas,  la 
ley  ba  concedido  á  niuy  pocos  funclOBarios  el 
derecha  de  arrestar  ¿  loi  demas ,  aunqoe  apa- 
rezcan  delincuentes:  aolo  el  rey  6  los  joeoea 
T.    ui.    30 


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i67 


ARRESTO 


M8 


que  lo  repFCScnUo  puede  decretarlo  solcmae* 
iDeDtc:  es^  es  al  menoB  la  legislacion  consig- 
iioda  en  la.s  ParUdas,  en  las  cuales,  asi  como 
en  la  Novisima  R-  copilaciou,  sc  liiso  escepcion 
de  ette  principio  respecto  del  falsiGcador  de 
moneda»  desertor  de  la  miUcia,  ladroo  público, 
incendiarío  nocturno  de  alguna  casa,  del  que 
corte  Tiñaa  ó  árboles,  ó  pegare  fuego  á  las  mie- 
ses,  del  raptor  de  doncella  y  al  blasférao;  á 
todos  los  cuales,  y  no  á  ninguna  otra  persona 
ni  en  ningon  otro  caso,  poede  cualquiera  ar- 
restvó  preoder  sin  que  preceda  mandamieoto 
del Joea. 

Maa  «uando  un  Joez  ejerce  Jurisdiccion» 
aonqoe  no  sea  toda  la  necesaria  para  conocer 
y  Joxgar  de  un  hecbo  criminoso  que  se  persi- 
gue,  tiene  la  Cicuitad  dc  arrestar  en  ciertos  ca- 
sos,  i  ese  mismo,  á  qoien  como  acabamos  de 
decir.  no  es  competente  para  Juzgar.  Asi  el 
Jncx  inferior  poede,  baüáodolo  infraganti, 
-prender  ai  delincneote  aobre  quien  no  tiene 
Jnrisdiccion  y  remitirlo  á  su  Jues:  y  otro  tanto 
puedc  bacer  el  de  cualquiera  Jusgado  con  los 
reos  prófugosde  otroi»  que  puodan  ser  habidos 
en  el  suyo.  Esta  doctrina  no  es  esleqgva  ^  los 
Jneces  eclesiásticos  para  apoderarse  oe  los  le- 
gos  8in  el  auxilio  de  los  Jueces  seculares,  ui 
á  estos  para  arrestar  i  los  eclesiásticos  sio  co- 
nocimiento  de  aqoollos;  la  necesidad  de  distin- 
gnir  coidadosamente  el  fuero  de  cada  cual.  y 
de  respetar  en  toda  sn  est^nsíon  la  linea  que 
nepara  las  funciones  del  sacerdocio  de  las  del 
•imperío,  ha  dado  origcn  á  esta  mútua  restríc- 
don,  qne  se  obserTa  slempre  en  la  práctica. 
Añadiremos  á  todos  estos  puntos  una  escep- 
ciOQ  de  bulto  establecida  por  una  real  cédula 
no  derogada;  á  sabcr;  quc  es  necesaría  la  au- 
torixacion  del  rey  para  arrestar  á  magistrados 
y  gefes  ó  cabesas  de  pruvincia,  partido  ó  juz- 
gado. 

Son  notables,  porúltimo,  losarticulos  dela 
Constitocion  de  18i2>  vigentes»  como  todoes- 
te  código  en  cuanto  no  lo  deroga  el  posterior, 
y  segun  los  cuales»  ningun  espaiíol  puede  ser 
preso  sin  mandamiento  del  Juex  por  escríto, 
aonqoe  todo  cludadano  puede  ser  arrestado  in 
flragantif  y  conducido  á  la  presencia  del  Juez. 
Lo  es  tambien  el  decreto'de  4  7  de  abríl  de  4  82 1 
restableddo  eu  30  de  agosto  de  4836,  en  el 
qoe  se  declara  qoe  se  ateota  oontra  la  iibertad 
individoal,  coaodo  ei  qoeno  es  Juez  arresta  ¿ 
nna  persona  sin  ser  tn  firaganii  ó  sin  prece- 
der  mandamiento  del  Juez  por  escrito:  incurw- 
ríendo  en  todos  estos  casos  en  quince  dias  de 
prision,  resarcimiento  de  todos  los  perjuicios  y 
pérdida  dei  empleo,  sihobiese  procedido  co- 
mo  fonclonarío  póblico ;  no  compreodiéndosc 
en  esta  disposicion  i  los  ministros  de  josticia 
ni  A  las  partidas  en  perseeocioo  de  malhecho- 
res,  coando  detengin  i  nn  individuo  sospecbo- 
iK^  oon  objef 0  de  presentarlo  i  ia  aotorídad  qoe 
ba  de  Jnxgarlo. 

Heeha  esta  esposiclon  de  las  personas  qoe 
poeden  arresur  i  otras  y  ias  oondiciones  de 


legalidad  con  qoe  ha  de  verlflcarseel  arreito, 
pasaremos  i  coosignar  los  motivos  qoe  se 
coosideran  soQcieotes  para  decretar  losar- 
restos. 

No  es,  sio  embargo,  posible,  que  toqoemoi 
000  y  otro  ponto,  sin  que  coosignemos,  may 
de  paso  y  como  un  becho  que  no  debe  pasar 
desapercibido,  ona  observacion  que  nosparece 
importante.  Nosotros  tratamos  esta  materia  e& 
el  sentido  estrícto  de  la  legalidad  y  del  dereeho 
constituido :  bacemos  abstraccion  de  la  práoli- 
ca,  en  que  á  todas  horas  se  veriflcan  arrestoi 
por  personas  desaotorízadas,  y  sinfuodado 
motivo.  Las  necesidades  de  iaconservacioaao- 
cial  ó  las  qoe  poV  tales  se  reputao ,  haa  dado 
i  la  facuitad  de  arrestar  y  i  los  motim  por- 
que  puede  decretarse  el  arreslo,  on  easaoelie 
ilimitado,  cuyas  consecuencias  no  nosdetea* 
dremos  á  juzgar.  Las  personas  que  hoy  diade* 
cretan  y  llcvan  i  cabo  arrestos,  son  mochtt 
mas  que  Us  que  uuestras  leyes  han  conocido. 
Los  fundados  y  poderosos  motivos  qoe  el  dere- 
cho  constituido  tiene  por  necesaríos  para  pro- 
ceder  al  arresto  de  un  ciudadano,  no  se  repo- 
tan  hoy  como  necesarios  para  la  adopcioa  de 
aqueila  medida.  Esto  no  obstante,  volvemos  á 
repetirlo,  nosotros  consideramos  esta  maleria 
bajo  el  aspecto  de  la  legalidad  y  no  en  las  aber- 
raciones  á  que  puede  dar  iugar  la  arbilrarie- 
dad  y  el  capríchoi 

Solo  nos  del)cremo8  condoler  al  exam'marla 
bajoeste  conceptodequeambascosas  hayan  da- 
do  márgen  la  vaguedad  de  nuestras  disposicionei 
iegales  desde  las  épocaa  mas  remotas  i  qoe  po- 
demos  Ilevar  el  estudío  de  ias  solemnidades 
requeridas  para  el  arresto,  que  nuuca  irio  mas 
alli  de  la  iegislacion  de  Paríida.  Dos  disposicio- 
nes  contiene  sobre  este  punto  el  código  Álfon* 
sino,  de  las  cuales  una  establece  que  seaa 
puestos  en  priaion  los  acusados  de  crimen  qoe 
merescan  pena  de  muerte  ó  perdicion  de  miea- 
bro,  y  otra  declara  que  i  todo  hombre  acusado 
«de  yerroqueoviessefecbo»  lo  puede  arrestar 
ó  prender  el  Juez  ante  quien  íuere  acusado. 

Goncibese  ficilmenle  la  muiUtud  de  arbi- 
traríedades,  de  injusticias,  de  atropellos  á  qoc 
pudiera  dar  iugar  tao  vagas  é  iodeterminadas 
disposiciooes.  Goando  una  simple  acosacíoa 
podia  servir  de  fundamento  para  decretar  uo  ar- 
resto»  no  es  neoesario  pregontar  si  se  dictaria 
este  mandamiento  contra  mucbas  peráonasqae 
no  lo  habrían  merecido,  y  en  favor  de  las  coa- 
les  acaso  declaró  el  Juez,  despues  de  encaroe* 
larlos  por  largo  tiempo,  ía  absolucion  qoe  ga- 
ranlizaba  su  completa  inoceucia. 

Fué  neccsarío  un  largo  abnso  de  estas  ía- 
coltades,  un  largo  reinado  de  1«  arbitrariedad 
Judicial,  tan  funesta  en  los  tiempos  i  que  ooi 
referímos  como  lo  es  boy  dia  en  este  ponto  la 
arbitraríedad  civil,  para  que  ¿  íuerxa  de  recla- 
maciones  y  de  qoejas  ilegase  por  fio  i  estable- 
cerse  un  sistema  en  esta  parte,  adoptaodo  para 
proceder  i  ios  arrestoslas  bases  sigoieotes:  i.* 
Qoe  coQstase  de  on  modo  inequivoco  habeise 


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469 


ARRE8T0 


470 


eoBetido  e1  dellto:  9.*  qae  sea  este  de  algnna 
gnTedad:  j  3.*  que  haya  datosparacreer  qaien 
essnantor,  comolos'que  paeda  saministrar 
aoi  pm^  semi-plena,  ó  nn  indicio  Tehemen- 
te.Agregóseáestapráctica  la  de  no  deeretar 
irresto  ni  prision  por  delitos  qoe  no  merecen 
pentcorporal  ó  afllctiva  siempre  qoe  dieseel 
reo  nn  flador  de  estar  i  derecho,  ¿  satisfaccion 
deljDsgado. 

Desgracladamente  no  sc  adelantó  mncho 
ons  en  esta  parte  con  1a  pnbUcacion  del  regla- 
mento  provisional  para  1a  administracion  de 
Josticia,  e1  cual  solo  estableció  en  su  articu- 
lo  5.^  qne  «por  ahora  y  hasta  que  haya  alguna 
ley  qne  establezca  oportunamente   todas  las 
garantías  que  debe  tener  1a  libcrtad  civil  de 
]oi  españoles,  ánlngunode  ellospodrán  po- 
aerlo  ni  retenerlo  en  prisiou  ó  arreslo  los  tri- 
boDales,  sino  por  algnn  motivo  racioiial  bas 
tante,  en  que  no  haya  arbitraricdad.»  La   va- 
gnedad  de  este  articnlo  nos  obliga  á  recurrlr 
á  otras  faentes  de  doade  derivar  1a  actual  le- 
gislaciOD:  y  enefecto,  va  que  uo  las  ofreceeste 
articnlo,  lasofrecemuy  abundantesy  completas 
eldecreto  de 4  4  de  setiembre  de  4 820,  qneen  30 
deagostode  4  836,  rccibia  fuerza  y  vigor  por 
no  det'Teto  especial.  Son  tan  interesantes  las 
disposiciónes  del  referido  decreto,  que  mercceu 
trasladarse  integras,  como  nn  documento  úni- 
eo  qnizá  de  su  clase  entre  nosotros,  que  de- 
muestra  el  celo  que  sus  ilustrados  redactores, 
Ios;señoTe&  condc  de  Torono,  don  Juan  Manuel 
Lobrié  y  don  Ifarcial  Antonio  Lopez',  desplega- 
roD  en  esta  parte,  para  qne  no  quedasen  nunca 
alarbitrio  de  la  autoridad  los  preciosos  de- 
rechos  de  la  segnridad  y  de  la  libertad  del 
hombre. 

<La3  Córtes,  dice,  despues  de  haber  obser- 
vado  todas  las  formalidades  prescritas  por  la 
CoDsütucion,  han  decretado  lo  signiente: 

Articulo  4  .^  «Para  proceder  á  la  prision  de 
eoalqaier  español.  prévia  siempre  la  informa' 
áoHsuwuiiriadel  hecho,  no  se  uecesita  que  es- 
ta  prodozca  ana  prueba  plena  ni  semi-plena, 
del  delito,  ni  de  quien  sea  el  verdadero  deiin- 
eoeDte. 

Art.  %.^  «Soloaereqaiereque  por  cualquier 
medio  resulte  de  dicha  infarmacian  sumaria, 
primcro,  el  babef  acaecido  un  hecho  que  se- 
gui  la  ley ,  fnerestca  $er  oasUgado  eon  pena  cor- 
poral;  y  scgando,  qae  resalte  igualmente  al* 
gon  motiTO  ó  indicio  saOciente,  aegiin  las  le- 
yes,  para  oreer  que  tal  6  cual  persona  ha  co- 
metido  aqael  hecho. 

Ait.  3.^  «Si  1a  nrgencia  y  compUoacion  de 
dreanstaiicias  impidieren  qae  sepueda  veriQ» 
ear  la  informaclon  eumaria  del  heoho  qne  debe 
síeopre  prec^er,  ó  el  mandamiento  deljuez 
foretcrUo,  qne  debe  notiOcarse  en  Waelo  mú- 
mo  de  la  prision,  no  podrá  el  joez  proceder  á 
ella,  pero  esto  no  impide  (Toe  pueda  mandar 
delener  y  cnstodiar,  en  camadáe  detenida,  ¿ 
eoalqoierapersQoaqaelepareica  soípeehofia,  ¡ 


mientras  hace  con  la  mayor  brcvcdad  posiUe' 
la  precisa  informaeion  iumaria, 

krtA^  «Estadetencion  noesprision,  ni  po- 
drá  pasar  á  lo  'mas  del  térmlno  dc  veinte  y 
cuatro  horas;  la  persoiia  nsi  detcnida  deberá 
ser  pnesta  cn  la  cárcei  hasta  que  se  ciimplan 
loK  reqnlsltos  qae  exlge  el  articolo  987  de  la 
Goastituclon. 

«Rl  espresado  articulo  constitucional,  tam» 
bíen  vigente,  dlce:  qne  ningiin  cspañol  podri 
ser  prcso  sin  qne  preceda  ínformacion  8uma<- 
ria  del  hecho,  y  por  el  que  merezca  ser  cas- 
tigado  con  pena  corporal;  y  asi  mismo  un  man* 
damleoto  del  juez  por  escrito  que  sc  notificará 
en  el  acto  mísmo  de  laprislon. 

Si  arresto  no  pnede  veriflcarsc,  hablando 
en  rigor  legal,  slno  en  los  casos  y  coo  las  cir- 
cnnstancias  qne  acal)aroos  de  esponer,  tam« 
bien  son  necesarias  ciertas  formas  para  lle* 
varlo  á  cabo,  sobre  cnyo  interesan'e  pnnto  no 
han  guardado  silencio  nnestras  leyes.  Gomo  el 
arresto  va  siempre  precedido  del  mandato  del 
jnez,  á  no  ser  habido  el  reo  in  flraganH,  debe- 
rá  ante  todas   cosas  notlflcársele  aqnel  roanda* 
to,  porque  de  otra  suerte  no  poede  gradnarse 
de  fnerza  la  resistencia  que  oponga.  Deberi 
tambien  el  que  lo  arreste  usar  coo  él  de  bue- 
nas  maneras ,  uo  insultarle  ni  denostarle  de 
modo  alguno;  permitirte  que  vea  y  hable  i  su 
famllia  antes  de  marchar,  y  conducirlo  en  se» 
crcto  ¿  su  arresto  ó  prision,  porque  no  se  añi-í 
da  al  mal  quede  snyo  produce  la  privacion  de 
libertad,  la  pena  acaso  inmerecida,  de  la  ver* 
gOenza  pública,  qne  se  iropone  i  todo  el  que 
se  lleva  arrestado  de  un  modo  solemne.  Ls 
ml^ma  Gonstitucion  de  4812,  antea  citada,  se 
estiende  en  algnnos  porroenores  interesantee 
sobre  este  punto,  consignando  la  obligacloa 
que  tiene  todo  aquel  i  quien  se  intimare  coa 
arresto  en  virtud  de  mandatojadiclal  deobe* 
decerlo  sin  rcsistencia,  pero  estableciendo  al 
pi'opio  tiempo  que  el  arrestado  aea  conducido 
¿  la  presencia  del  jaez  y  este  le  reciba  ded^* 
raciob  dentro  de  vcinte  y  cuatro  horas,  siendo 
necesario  an  auto  motivado  para  constitulr  el 
arresto  en  pri$ion,s\  el  Joez  lo  creyese  con* 
veoiente;  y  no  pudiendo  el  alcalde  recibir  al 
rco  en  calidad  de  tal  preso  sin  el  referido  auto 
motivado. 

Gomoei  arresto  se  Teriflca  mncbaa  veeet 
en  circnnstancias  estraordinarias  y  dificiloa; 
se  snsciia  con  motivo  de  él  algnnas  cuestio- 
ncs  que  no  carecen  de  interés  en  la  prictica; 
Talett  son:  4  .*  si  puede  matarse  al  reo  i  qoien 
se  va  ¿  prender  y  se  deflende  con  armas:  2.*  at 
eljuez  que  perslgue  i  nn  reo  pnede  cogerlo 
cuandohaentradoyaenterritorio  de  Jorisdle- 
cion  estraña:  3.*  si  puede  arrestarse,  y  camo, 
al  reo  que  se  refogia  en  una  igleala  ó  en  caaa 
de  un  embajador  estrangero:  4.*  si  el  Joei  pne^ 
deofrecerun  premioal  que  le  preaentenH 
reo  vivo  ó  muerto. 

Respecto  de  la  primera  cuestion,  no  Tad* 
taremos  en  aflrmar  qoe  debe  prooederae  OOD 


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ARIfflSTO 


41» 


aiima  ctrconspeccion  y  cantela  con  el  reo  qae 
80  defiende,  puesto  que  el  sentimiento  áe  la 
deíénsa  es  natural  éimpulsiTo;  y  acaso   acaso 
procededelaprofunda  cooTiceioTi  de  inocencia 
qoe  abriga  e1  qne  va  á  ser   preso,  adcmas  de 
que  8U  füga  por  el  momento  deja  siempre  la 
esperanza  de  que  pueda  ser  aprQhendido  en 
olro  lugar.  Solo  deberá,  pues.Tecurrirseal  me 
dio  de  matar  a1  que  8e  defiende  con  armas, 
caando  sea  evidente  su  delito,  y  por  él  meres- 
ca  la  pena  de  muerte.  Respecto  de  la  segunda 
coestion  nos  decidimos  en  todo  caso  por  la 
aflrmativa:  el  juez  que  persigue  ¿  un  reo,  tie- 
ne  indudablemenle  derectio  á  aprehenderlo, 
aunque  sea  en  territoiio  de  estraña  jurisdic- 
don,  porqoe  este  pequeño  escrúpulo  en  una 
apreliension  de  importancia  causaria  mas  ma- 
les  qnc  bienes  á  la  administracion  de  Justicia: 
)e  que  en  tal  caso  deberá  hacer  el  juez  perse  - 
guidor  es  dejarlo  ¿  disposicion  del  juez  del  ter- 
ritorioen  quc  le  aprehendió,  para  reclamar 
Inego  su  entrega  por  medío  de  requisitorla,  y 
aun  si  hubiese  peligro  oo  1a  lardanza,  puede 
witicarse  dosde  luego  la  captura,  dando  des- 
pnes  aviso  al  juez  dd  territorio.  Aun  espon- 
dreraos  mayorcs  detalles  sobre  estos  puntos 
en  )os  artículos  fuga  y  resistrncia  a  la  jus- 

TICIA. 

Las  coestlones  3.^  y  4.*  las  reservamos- 
tombien  para  dilucidarlas  en  los  articulos  asi- 

tO,  EMBAJADOa  y  PROSCBIPCIOIV. 

Réstanos  esponer  abora  la  parte  penul  de 
la  legisIacioQ  quc  no8  ocupa.  Si  los  arrcstos 
llegales  eslán  prohibidos,  indudablemente  son 
nerecedores  de  pena.  Y  en  efecto  la  tieneny 
niuy  severa,  iropuesta  por  un  decrato  de  47  de 
abril  de  4SÍ4,  tambien  reKtablecido  en  30  de 
agosto  de  4836.  Kste  decretoha  sido  la  ley  vi- 
gente,  el  testo  daro  yterminante  ú  que  se  han 
alenido  en  la  parte  penal  las  decisiones  de  los 
tribunales,  como  para  la  parte  disposiiiva  y  de 
procedimientos  lo  ha  sido  y  lo  es  todavla,  cl 
dtorelo  de  1 4  de  seticmbre  de  4830  inserto 
inas  arriba. 

No  todo  elespresado  decreto  de  17  de  abril 
ae  ocupa  de  loa  arrestos  ilegalef:  versan  sobre 
late  punto  losarttculos  desde  cl  27  al  33,  am- 
bos  ioclusive,  cnyas  disposiciones,  como  aca- 
bamos  de  decir,  han  sido  la  pautu  dcl  derecho 
^f  ente  cn  esla  materia  hasta  la  pubiicacion 
del  oódigo,  y  lo  son  (odavia  en  cuanto  los  bre- 
xcB  artículos  d^  este  sobre  la  materia  no  ban 
alterado  lo  dispuesto  en  cl  referido  decreto. 
He  aqui  los  espresados  artlculos,  cuyo  testo 
nierece  ser  conocido. 

krt,  27.  No  pudiendo  el  rey  privar  á  nith' 
gi^n  iwiimduo  de  su  Ubertad,  ni  imponerle  por 
8i  pena  alguoa,  el  secretario  del  despacho  que 
firme  la  órdoo,  y  el  jucz  qne  h  ejecute,  serán 
mpoüáables  á  [¡^  nacion,  y  uno  y  otro  perdc- 
i¿n  el  empleo,  quedarán  inhabiiitados  perpé- 
tnamente  para  obtener  oflcio  ¿  cargo  aliguno, 
j  i<esarciF¿ii  ¿  la  par^  agraviada  todo$  los 
peiJttlaioB, 


Art.  28.  Bs  reo  tambíeii  del  propio  ate&ta« 
do»  y  snfrírá  la  misma  pena,  el  Joei  d  magis» 
Írado  que  prendaómande  prender  ¿  cualquier 
pspañol  sin  hallarle  detinqniendo  tii  fr^ganU 
0  sin  observar  lo  prevenido  en  el  arlleiüo  287 
de  lu  GonstitucioB. 

Este  artículo  k>  hemoa  iasevtado  raas  ir* 
hba. 

Art.  29.  Aténtase  tarobíen  contra  U  lihtü- 
tad  individual  cuando  el  que  no  es  juez  arres- 
ta  á  una  persona  sin  ser  en  fraganti,  ó  sia  qae 
preceda  roandamiento  del  juez  por  escrito, 
que  se  notiflque  enel  acto  al  tratado  como  reo. 
Cualquiera  que  incurra  en  alguno  de  estus  dos 
casos  suírir¿  qaioce  dias  de  prísion,  y  resar- 
cirá  ai  arrestado  todos  los  perjuiciós;  y  si  hu- 
biese  procedido  como  empleado  públicp,  per- 
der¿  ademas  su  empleo.  Esta  disposicion  no 
comprende  ¿  los  ministros  dejusticia,  ni¿  las 
paríidas  en  persecuciou  dc  malhechores  coan- 
do  detengan  ¿  alguna  persona  sospechosa  pa- 
ra  el  solo  efec'o  de  presentarla  á  los  Jueces. 

Art.  30.  Gométese  el  crímen  de  detencion 
arbitraria:  i.''  Guando  el  juez,  arrestado  uo 
iodividuo,  no  le  recibe  su  declaracion  den- 
tro  de  las  veinte  y  cuatro  boras.  2.*  Goan- 
do  lc  manda  poner  ó  permanecer  eu  la  cár- 
cel  cn  calidad  do  preso,  sin  proveer  sobre 
ello  auto  motivavjo,  de  quese  entregue  copia 
al  alcaide.  3.**  Guando  cl  alcaide  siu  recibir 
csta  copia  é  insertarla  en  el  libro  de  pre- 
sos,  admite  alguuo  en  calidad  dc  tal.  4.*  Guan- 
do  el  iueB'  maoda  poner  en  la  carcel  ¿  una 
persona  que  dé  Oador,  en  los  casos  en  que  la 
loy  no  prohibe  esprcsamente  que  se  admita  la 
flanza.  5."  Ctiando  no  pone  al  preso  en  li- 
bertad  bajo  flanzu,  luego  que  en  cualquíera 
estado  de  la  cansa  aparece  que  no  pucde  im- 
ponérsetc  pcna  corporal.  6.*  Cuando  no  ha- 
ee  las  visitas  de  cárcelcs  prescritas  por  las  le- 
yes,  ó  no  visita  todos  los  presos,  6  cuando 
sabióndolo,  folcra  que  el  alcaide  los  tenga  pri- 
vado:>  (ic  comunicacion  sin  órden  judicial  oen 
calabozos  subterráncos  6  mal  sanos.  7.*  Guan- 
do  el  alcaide  incurra  en  eslos  dos  áUiiiios 
casos  ú  ocultc  algon  preso  en  his  visitas  de 
cárcel  para  que  no  se  presente  en  cllas. 

Arl.  34.  El  raagistrado  ó  Jues  que  conieta 
este  delito  por  i^norancia  ó  descuido  scrá  sik- 
penso  de  emplco  y  sueldo  pdt  dos  años,  y  pa- 
gará  al  preso  todos  los  peijuicios.  8í  prooedie- 
30  ¿  sabieudas,  8ofiir¿  eomo  provaricador  |a 
pena  de  prívncion  de  empleos,  sucldos  y  1m- 
nores,  é  inhabllitacioa  perpótoa  para  obteaer 
oflcio  ni  cargo  alguno,  ademas  de  pa^  ioa 
perjuicios. 

Art.  32.  El  alcpide  ú  otro  empleado  qae 
por  su  parle  iucurra  en  ol  raisroo  crimen,  per- 
dcr¿  tambi^  eL  emploo,  pagará  al  preso  todos 
los  per>ujoios,  y  será  encerrado  eu  la  cáfcel 
por  otro  tauto  tiempo  y  con  iguales  prisiooes 
qae  las  quc  sufrid  d  injustameute  deteoido. 

£s  Indudable  qoe  estas  disposiciones  b^ 
sido  ^u  parte  modificadas  por  el  Códifpo  peiMü 


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Ajms^o 


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^rigeole;  pero  decknofl  m  patte,  for<}ae  m  el 
Gódigo  deroga  las  leyea  que  uo  le  son  contra- 
ms,  Di  timpoco  puede  dejar  de  idmUir  como 
soplemento  Us  leyes  que  veraaB  aolNre  ppntos 
an  él  DO  previstos.  Esto  es  todavia  mas  evidcn 
te  leápecto  de  todas  las  leyes  que  mas  arriba 
heoios  citado  bablando  de  ia  parie  de  procsdi- 
9Íctíos  antes  de  ontrar  en  la  parte  penúl  de 
esta  oateria,  porque  el  artieulo  57  y  último 
de  ía  loy  provisiooal  que  prescribe  tes  roglas 
pn  la  aplicadon  del  Código,  dico  que  «que^ 
(jio  ea  su  fuer^a  y  vigor  ias  Íeyes  que  actual 
meAte  ngeo  sobre  el  procedimiento  en  cuanto 
aase  oponga  ¿  las  mianas  veflas.»  Bespecto 
de  ia  parte  penal,  que  es  la  quo  en  este  mo- 
ffieiUo  Dos  ocupa,  solo  diremos  que  el  Gádigo 
peoal  contiene  jai  siguieotes  disposiciones 
qoe  eo  el  libro  Xül,  inlituiado:  «De  los  dcli- 
tos  cpotra  la  libertad  y  seguridad, »  ooupan 
todo  ol  capitulo  4 ."  que  lleva  por  epigrafe:  Dé 
tenciones  ilegaies, 

ixL  405.  El  que  enc«rrase  ó  detuviese  á 
olro  privándolQ  de  su  libertad,  gerá  castigado 
COD  \á  peoa  do  prisioo  niayor. 

ín  la  misma  pena  incurrirá  ei  que  propor' 
cioDase  lugar  para  la  ejecncion  del  delito. 

Si  el  culpoble  diere  libcrtad  al  eucerrado  ó 
deteoido  deotro  dc  los  tres  dias  de  su  deten- 
cion,  siQ  ))aber  logrado  el  objeto  que  se  pro^ 
posicra^Qihabersecomcnzado  el  procedimien* 
to,  Us  penas  serán  las  de  prisioo  correccional 
Tmulta  de  20  á  200  duros. 

Art.  406.  £1  delito  de  que  se  trata  en  el 
artícQÍo  auterior  será  castigado  coo  la  pena  de 
reciusion  tempocal:  i .®  Si  el  encierro  ó  deton- 
cioDbQbiercudüradomus  de  veinte  días.  S.'^Si 
se  hubieren  ejecotado  con  siroulacion  do  auto- 
ridad  pública.  3.*  Si  se  bubierGucausado  lesio- 
aes  graves  á  Ui  persona  encc^r^  ó  deleHida, 
ó  se  la  bubiere  amenazaao  do  muerle. 

Art.  407.  El  quefuera  de  lus  casospermi- 
tidos  pqr  la  ley  apreUendiese  á  una  persona 
para  presentarlA  á  la  autoridad,  será  casligado 
coo  las  penas  de  arreslo  menor  y  multa  de  5 
á  50  duros. 

Dct^  tenerse  presopto  al  exaiBinar  el  testo 
de  esios  articulos,  que  ouando  se  comete  la 
detencion  ilcgal  por  empleados  públicos,  bay 
que  aleaerse  á  laque  se  dispooecn  el  (itulo  8.^ 
W  tnit«  de  los  abui^oft  contia  particulares. 
Yéause  en  nuestro  articulaAHuso  {le{fisUHÍon) 
ioscinco  últimos  articuíosdel  capitulo  S.*  iu* 
secto  ea  ei  miauia»  DeJ^mos  advertir  ademas 
que  estostres  artículos  ban  recibido  aclaracio- 
Des  iaiportai^os  en  las  reglas  25  y  siguientes 
de  la  ley  provísionai  anles  citada,  que  traslada- 
ntoe  i  conlinuacioo  por  ser  el  dereQko  uovisi- 
m  CD  esta  interosante  materia. 

Bc  aqni,  literalmente  irauscritas^  l^s  ^^e- 
sada^  reglais: 

25.  Para  proccder  á  la  prision  de  una  per- 
sooa  espreciso  que  cl  delito  quese  le  aAifibuya 
lenga  señalada  una  pcna  mas  grave  que  la  de 
eoafljuuDiento  mmff  (^  westo  ma^or^aegun, 


lasesddlAS  gradualeadel  8rticulo79.  Bsceptúase 
de  esta  disposicioo  el  delito  de  vagaocia,  res^v 
pecto  del  que  ^iempre  babrá  lugar  á  iaprtsion, 
oualquiera  que  sea  la  pena  señalada  por  el  G6- 
digo.  Esceptúase  íguaimente  ia  prision  por 
via  de  sustituoion  é  apremio  una  vee  impuesta 
esta  peiia. 

26.  €ii«lquiera  persooa  piiede  detener  y 
entregar  en  lacáreel  ádisposicion  detjuea 
competentc  á  los  reos  cogidos  in  flraganti^  ¿ 
los  qae  tengaii  contra  si  un  mandamiento  ile 
pri^on,  ¿  los  que  se  bulúeren  fugado  de  la  cái  - 
cei  ó  de  algun  estaolecimiento  penal,  i  los  quc 
yen4«  presM  se  fugaren,  y  ¿  los  que  fuereii 
sorprendbdos  con  efectos  que  coaocidamente 
prooedan  de  un  deUto. 

27.  Los  jueces  y  tribonalcs,  y  las  autori- 
dades  y  sus  agentes  están  obligados  ¿  detener 
6  raandar  detener  ¿  las  persouas  que,  segun 
fundadosiBdicios,  fueren  reos  de  delito  de  cuya 
perpetracion  tuvieren  conocimiento.  Lo  misoM) 
deiieráb  baoer  oon  los  reos  responsables  dc 
faltas,  si  fueren  peraoiias  deseooocidas. 

2^.  Todo  el  que  áetaviere  ¿  una  persona 
liene  la  obligtdoo  dc  conducirla  ó  haeeria 
ooudueir  inmediatamente  ¿  la  c¿rcel,entregan- 
do  al  aioaide  uua  cédula  fírmada  ea  que  espre- 
se  el  motivo  de  la  detcBCion.  Si  no  sopicre  es* 
cribir  lrmar¿  la  cédola  el  aleaide  con  dos  tes- 
tigos.  fin  caso  de  suma  urgeocia  bastar¿  qiie 
bis  autorídades  ó  sus  agenles  cumplan  con  U 
mencionada  obligacion  en  cl  término  preciso 
de  dos  días. 

29.  lia  auloridad  gubernativa  ó  agcnte  de 
la  misma  que  detuvieren  ¿  una  persona,  bi 
poBdr¿n  ¿  disposicion  del  tribunal  competente 
dentro  de  veinle  y  cuatro  horas.  Guando  por 
una  causa  irremeéiabie  no  se  pudiere  verificar 
asi,  so  maaifea(ar¿n  por  escrito  al  juez  ó  tribu- 
^al  las  rasones  que  hayan  mediado  para  ello; 
pero  nunca  podr¿  el  delenido  permanecer  ¿ 
disposicion  de  dicha  autoridad  por  mas  de  tres 
dias,  sin  que  la  misma  incurra  en  responsa- 
bilidad. 

30.  1  las  veinte  y  cuatro  horas  de  haberse 
puesto  al  dfitenido  ¿  disposicion  del  juei  com- 
petente,  deber¿  decrelarse  su  prisioo  ó  soitura. 
Eu  los  casos  en  que  asi  no  fuesepoaible  por  la 
complicacion  de  los  hechos,  por  el  número  de 
los  procesados  ó  por  otro  grave  motivo,  que 
deber¿  bacerse  coBstar  en  el  preceso,  se  po- 
dr¿  ampliar  por  dicho  juez  la  delencion  hasta 
tre5diiis.Pasado  csle  térmiBasedecretará  pre- 
cisaroente  la  prisioB  ó  soltora. 

31.  Cuaado  kubiere  motivo  racionalroeoie 
fMudado  para  oreer  ¿  una  persooa  oulpable  de 
áelüo  ([ue  mereaca  pena  mas  grave  qoe  las  es- 
presüdas  en  la  regla  25,  decretar¿  el  juez  la 
piiaion  QQ  auto  DiotiYado,  y  espedir¿  manda- 
uúento  por  escrito. 

32.  1/)$  alcaides  de  las  c¿rceies  no  podr¿n 
r^iUr  en  claee  de  presa  ¿  niBgooa  persoBa  sio 
Oiandafliüeato  por  escrita  deljuez  de  la  causa. 
Tmi^W^  pod^  recibir  ¿  Biaguoft  pevsuua  en 


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ARBESTO-ABRIBADA 


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clase  de  detenida,  8iD0  eon  las  fonnalidades 
prescritas  en  la  regia  28.  Im  alcaides  darén 
inmediatamente  caenta  de  la  detencion  a1  juez 
de  primera  instancia,  y  donde  baya  mas  de 
uno  al  decano  6  al  qoe  liiciere  Yeces  de  tal. 

Gon  la  insercion  de  estas  reglas  acal)amos 
dc  dejar  consignado  en  este  articulo  todo  cuan- 
to  nos  ofrecd  de  notable  la  legisladon  española 
sobre  la  interesante  materia  que  ha  sido  objelo 
del  mismo. 

ARRIANOS.  [Hitíoria  religiosa,]  Secta  de 
hereges  qoe  se  forroó  bácia  el  año  355,  y  que 
se  Uamó  asl  de  su  Tundador  Arrio.  Negaban  que 
existiese  diferencia  alguna  entre  Iob  obigpos  y 
los  slmples  sacerdotes,  doctrina  que  Arrio  ha- 
bia  proclamado  sin  duda  alguna  por  el  despe- 
cbo  que  le  causó  el  que  se  le  negase  la  silla 
de  Sebaste,  al  mismo  tíeropo  qne  se  nombraba 
á  nno  de  sus  amigos  palriarca  de  Gonstantino- 
pta.  Los  arrianos  condenaban  ademas  el  ayuno, 
las  festividades,  las  ceremonias  de  la  iglesia, 
y  decian  que  eran  inútiles  las  oraclones  por 
los  muertos,  cuando  no  fuesen  peijndiciales  á 
estos.  Llamaban  anticuario$  á  los  cristlanos 
fielesála  tradicion.  Loscat6lico8  combatieron 
siempre  podcrosameute  esia  secta,  la  que  por 
otra  parte  no  fué  nunca  muy  numerosa  ni  snb- 
sistió  pormucbotiempo. 

ARRIBADA.  (Derecho  mereanüL)  Llámase 
arribada  á  la  cntrada  de  la  embarcacion  en  el 
puerto.  Distinguense  estasenYoIuntarias  ófor- 
zoaes,  designando  con  el  primer  nombre  las 
que  proc^den  de  la  Toluntad  deliberada  del  ca- 
,  pitan»  y  con  el  segundo  las  que  son  efecto  de 
algun  accidenle  del  mar  que  leobligue  ¿  veri- 
ficarla.  Aqui  solo  vamos  á  ocuparnos  de  las  ar- 
ríbadas  en  cuanto  tienen  relacion  con  el  co- 
mercio  y  con  la  legislacion  de  aduanas. 

En  este  concepto,  pues,  diremos  que  ha- 
llindose  designados  por  la  ley  de  aduanas  los 
pnertos  por  donde  se  han  de  hacer  las  impor- 
taciones,  deberin  dirigirse  á  ellos  los  buqnes 
qne  las  verífiquen,  procedentes  del  estrangero, 
estándoles  espresamente  prohibido  arribar  á 
ningunaplaya»  puertoófondeaderu  queno  es- 
taviesen  habilitados  al  efecto.  Pero  esto  no 
siempre  puede  ejecutarse  porque,  como  ya 
hemos  dicbo  mas  arriba,  pneden  ocurrir  su- 
cesos  que  obliguen  al  capitan  á  recalar  en 
cualqnier  punto  en  que  sea  posible  veriflcarío. 
Kn  tales  casos,  si  la  arribada  foriosa  tuvlese 
Ingar  enun  puerto  habilitado,  presentari  elca- 
pitan  su  maniQesto  con  arreglo  á  los  prínciplos 
de  la  ley  de  aduanas,  sobre  el  que  no  se  le 
admitirá  ninguna  rectiOcacion.  Guando  para 
tomar  viveres  ó  reparar  averlas  solicitase  el 
capltan  que  se  le  permita  descargar  ó  vendcr 
algunos  cfectos  de  licilo  comercio,  el  adminis- 
trador  de  la  aduana  debe  concederla,  despues 
de  presentada  por  el  consignatario  la  declara- 
cion  correspondiente,  llev&dose  á  cabo  todas 
las  formalidades  prescritas  para  el  despacho 
de  los  géneros  licitos,  y  satisláciéndose  los 
deredios  qne  adeuden.  Y  ciiaQdo  la  anüMMk  | 


forzosa  oconriese  en  pnertos  no  habilitades  6 
en  calas»  en  los  que  fondease  alganbuqaeeoB 
cargamento  de  géneros  estrangeros  por  suce- 
SQS  estraordinarios  de  temporal  y  averia,  sele 
conoederán  todos  los  auxilios  que  su  situacion 
reclame,  sin  perjuicio  de  asegurar  losintere^ 
del  país  por  medio  de  las  oportunas  precaucto- 
nes.  Ni  bastarán  estas  tan  solamente  á  IleDar 
el  servicio  por  parte  de  his  antorídades  ó  em- 
pleados  de  la  hadenda  pabtlca;  sino  qne  uoa 
vez  prestados  dichos  auxilios  adoptarán  todis 
las  medidas  condocentes  para  hacer  qne  d 
buque  contioúe  en  marcha  y  no  permanesei 
anclado  en  el  pnnto  donde  arríbó,  para  lo  coal 
pueden  emplear  caantos  medios  estén  á  su  al- 
cance,  incluso  el  de  invocar  el  aoxiiio  y  la 
cooperacion  de  la  fnersa  militar. 

Los  administradores  de  las  adnanas  deben 
contríbair  con  sus  anxilios  á  salvar  los  carga- 
mentos  de  los  bnques  en  los  casos  de  naofra- 
gio,  que  aunque  distintos  del  de  arríbada,  qne 
forma  el  principal  objelo  de  este  articolo,  cree- 
mos,  sin  embargo,  deber  mencionarlos  por  li 
iutima  relacion  que  tienc  con  este  último,  ba- 
Jo  el  punto  de  vista  en  que  aqni  los  tratamos. 
En  los  casos  de  nanfragio,  pnes,  hará  cuanto 
de  su  parte  esluríere  por  salvarel  cargamento 
depositándole  por  cuenta  de  los  interesados  en 
almacenes  custodiados  con  llaves  dobles,  de 
las  cuales  recogerá  una  el  admtnistrador.  Yi- 
rios  son  los  casos  que  en  tales  circunstancias 
pueden  ocurrir:  si  el  buque  se  salva  y  se  babi- 
lita  de  nuevo,  recogerá  sn  cargamento  siQ 
gravámen  de  ninguna  especie;  si  se  inntilizare 
ó  perdiere,  y  los  propietarios  qnisiesen  volver 
á  embarcar  los  efectos  en  buques  de  bindera 
nacional  ó  estrangera,  debe  concedérseles  sin 
entorpecimiento  algnno,  pero  oon  las  indecn- 
nisadones  y  abonos  que  sean  del  caso.  Poede 
suceder  aslmismo  qne  los  dueños  de  los  gé- 
neros  salvados  quieran  despacbar  de  entnda 
una  parte  de  ellos:  y  en  este  caso  se  los  trasla- 
dará  ¿  los  almacenes  de  la  adoana  para  qne-se 
abonen  los  derechos,  slempre  qne.  sean  de  los 
de  licito  comercio,  pues  los  ilicitos  se  les  obli- 
gará  ¿  embarcaríos  de  nnevo.  En  esfos  casos 
sesnpUcarálaformaciondelmanlfiesto  ¿  que  los 
dneños  se  hallan  obligados,  de  la  manera  qne 
permitan  las  circnnstancias  estraordinarías  en 
que  se  encuentran.  Por  últtmo,  es  rauy  faetiUe 
y  puede  ocnrrírf¿cilmente,  qne  sea  Decesario 
vender  una  paríe  de  los  géneros  probifoidos 
para  satisfacer  los  gastos  qoe  ha  ocasionado  el 
nanfragio;  y  en  tal  caso,  se  dará  cuenta  al  in- 
tendente,  para  qoe  Justificada  la  necesidad, 
consulte  ¿  la  direccion  general  de  adaanas, 
cuya  resolncion  es  necesaria  para  la  decision 
de  la  venta,  ¿  menos  que  los  destine  sa  ^com- 
prador  ¿  laesportacion  al  estrangero  ó  &  Amé- 
rica,  pnes  en  este  caso  se  goardar¿n  en  los  al- 
macenes  de  la  adnana  hasta  qoe  se  verifique 
sn  embarque  con  arreglo  ¿  lo  prevenido  por 
las  leyes. 

He  aqui  la  doctrioa  legal  y  eorríente  en 


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177 


AR&IBÁDA 


478 


asvto  de  arribtdas,  cn  e1  concepto  en  qae 
hisia  aqoi  las  heinos  coDSiderado ,  y  tal  como 
se  desprende  de  los  articulos  488  y  slguientes 
de  la  iostruccion  de  adoanas,  y  el  34  de  la  ley 
sobre  la  mtema  m^teria. 

VamoB  aliora  á  considerarla  bajo  su  aspec- 
to  mercaotil,  en  cuyo  conoepto  ufrece  todavia 
nayor  ioterés.  Paréoenos  1o  nias  conveniente 
á  esle  flo,  insertar  ¿  coniinuacion  la  interesan- 
te  parte  dcl  Código  de  comercio»  que  se  ocupa 
de  las  arríbadas  forxosas,  y  comprende  los  ar- 
tfcolosdesde  el  968  al  984,  ambos  inclusive. 
Solve  ella  baremos  despaes  algunas,  observa- 
rkwescoDdaceutes  á  Ojarla  ó  esclarecerla. 

Los  espresados  articulos  en  los  que ,  como 
beiDos  dicho  se  contiene  toda  laleglslaciontfe 
ku  arribadas  for%o$at,  con  cuyo  epigrafe  se 
eocabesao,  son  los  siguientes: 

kii.  968.  Serán  justas  causas  de  arribada  á 
disiioto  ponto  del  prefijado  para  el  viage  de  la 
nave;  4.*  lafaltade  vlveres.  2.*  El  temor 
fondado  de  eñemigos  y  piratas.  3.^  Gualquiera 
accideote  en  el  buque  que  lo  inhabilite  pora 
eontiQoar  la  navegacion. 

irt.  969.  Ocurriendo  cualquiera  de  estos 
oiotivos  que  obligue  ¿  la  arribada,  se  exami* 
aari  y  calificar¿  en  junta  de  los  oficiales  de  la 
oave,  ejecutándose  lo  que  se  resuelva  por  plo- 
lalidad  de  votos,  de  que  se  har¿  espresa  é  in- 
diYidoal  mencion  en  ei  acta  que  sc  estenderá 
eaelregistro  correspondiente ,  flrmándola  to- 
dos  los  que  sepan  bacer|o.  El  capitan  tendr¿ 
voto  decalidad,  y  Iom  interesados  en  el  carga- 
oeato  qoe  ne  hallen  presentes,  asistir¿n  tam- 
l)ien  ¿  la  Juota  sin  voto  en  ella ,  y  solo  para 
iostrDirse  de  la  discusion ,  y  hacer  las  recla- 
Biaeiones  y  protestas  convenicntes  ¿  sus  inte- 
rsses,  que  ae  insertar^n  tambien  líteralmente 
eolamisma  acta. 

Art.  970.  Los  gastos  de  la  arribadaforsosa 
ser¿D  slempre  de  cuenta  del  uaviero  ó  fle- 
liAte. 

Art.  974 .  No  tendr¿n  el  naviero  nl  el  capi* 
tao  respoasabilidad  alguna  de  los  perjuicios 
qoe  poedan  seguirse  ¿  los  cargadores  de  re- 
soHas  de  ia  arribada,  como  esta  sea  legítima; 
peio  8i  la  tcndrán  mancomonadamente  siem- 
pre  quenolosea.    ' 

Art.  972.  Tendr¿n  por  legitima  toda  arri- 
hada  forsosa  que  no  proceda  del  dolo,  negli- 
teneia  é  imprevision  culpable  del  naviero  ó 
del  capiian. 

Art.  973^  Nose  considerar¿  legitima  la  ar- 
ñiiadaea  loscasossignientes:  4.^  Procedien- 
do  la  falta  de  viveres  de  no  hacerse  eí  aprovi- 
Bkmamlento  necesario  para  el  viage ,  segun 
nao  y  costumbre  de  la  navegacion,  ó  de  qne 
se  hubieseQ  pcrdido  y  corrompido  por  mala  co- 
loeatknk  6  descuido  en  su  bnena  custodia  y 
aonaenracioo.  2  **  Siel  riesgo  de  enemígos  ó 
piratas  no  hobiese  sido  bien  conocido ,  mani- 
flaato  ylandado  en  hechos  positivos  y  justifl- 
cables.  3.^  Goando  el  descalabro  qne  la  nave 
pade^»  tenga  origen  de  no  baberla 


reparado,  pertrechado ,  equipado  y  dispuesto 
competentemente  para  el  viage  que  iba  ¿  em- 
prender.  4.®  Siempre  que  e1  descalabro  pro* 
venga  de  alguna  dis]fesicioa  desacertada  del 
capitan,  6  de  no  haber  tomado  las  que  conve* 
nian  para  evitarlo. 

Art.  974.  Solo  se  procederA  ¿  la  descarga 
en  el  puertode  arribada,  coando  sea  deindis- 
pensable  necesidad  hacerla  para  practicar  las 
reparaciones  que  el  buque  necesite ,  6  para 
eviiar  daño  y  averia  enel  cargamento.  En  am« 
bos  casos  debe  preceder  ¿  la  descarga  la  au- 
torizacion  del  tribnnal  6  autoridad  queconosca 
de  los  asuntos  mercaotiles.  Ea  puerto  estran* 
gero,  donde  haya  cónsiil  español ,  ser¿  de  su 
cargo  dar  esta  autorisacion. 

Art.  975.  El  capitan  tiene  ¿  su  cargo  la 
custodia  del  cargamento  que  se  desembarque, 
y  responde  de  su  conservacion  fuera  de  los 
accidentes  de  fuerza  insuperable. 

I^rt.  976.  Reconociéadose  en  el  puerto  de 
la  arribada  que  aiguoa  parte  del  cargameoto 
ha  padecido  averia,  har¿  el  capitaa  su  deolara- 
cion  ¿  la  autoridad  que  couozca  de  los  ne- 
gocios  de  comercio ,  dentro  do  las  veinte  y 
cuatro  boras,  y  se  coDformar¿  ¿  las  disposicio- 
aes  que  dé  sobre  los  géneros  averiados  el  car* 
gador  ó  cuatquiera  representante  de  este  que 
se  balle  presente. 

Art.  977.  No  halI¿ndose  en  el  puerto  el 
cargador  ni  persona  que  lo  represente ,  se  re- 
C0D0cer¿n  los  géneros  por  peritos  nombrados 
por  los  jueces  de  comercio,  ó  el  agente  consu- 
iar  en  su  caso,  los  cuates  declarar¿n  la  claM 
de  daño  que  hubleren  encontrado  cn  los  efec- 
tos  reconocidos,  los  medios  de  repararlo,  é  de 
evitar  al  menos  su  aumento  ó  propagacion ,  y 
si  podr¿  ser  ó  no  conveniente  sureembarque  y 
conduccipn.al  puerto  donde  estuvlesen  ^nsig- 
naJos.  En  vista  de  la  declaracion  de  los  peritoa 
proyeer¿  el  tríbunal  lo  que  estime  mas  útil  ¿ 
los  intereses  del  cargador,  y  el  capltan  pondrá 
en  ejecucion  lo  decretado,  qqcdando  responsa- 
ble  de  cualquiera  infraccion  ó  aboso  que  se 
cometa. 

Art.  978.  Se  podr¿  vender  con  intervencion 
Judicial,  y  en  pública  subasta ,  la  parte  de  loa 
efectos  averiados  'que  sea  necesario  para  cu- 
brir  los  gastos  que  exija  la  conservacion  de  los 
restantes ,  en  caso  que  el  capilan  no  pudiese 
suplirlos  de  la  caja  del  buque ,  ui  hallarse 
quien  los  prestase  ¿  la  gruesa.  Tanto  el  capi- 
tan  como  cualquiera  olro  que  haga  la  anlicipa- 
cíon,  tendrá  derecho  al  rédito  legal  de  ia  can- 
tídad  que  anticipe ,  y  ¿  su  reintegro  sobre  ei 
producto  de  los  mismos  géoeros  con  preferen- 
cia  ¿  los  demas  acreedores  de  cualquier  clase 
que  sean  sus  créditos. 

Art.  979.  No  pudiendo  cooservarse.Ios  gó- 
neros  averiados  sin  riesj^o  deperderse,  ni  per- 
ihitiendo  su  estado  que  se  dé  lugar  ¿  que  el 
cargador  6  su  consignatario  den  por  sí  las  dis- 
posidones  qne  mas  les  convinlesen ,  se  proce- 
derá  á  venderlos  con  las  mtsmas  solemnida- 


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AHRmADA 


im 


des  iMrescritas  eB  el  articolo  anterior,  depoul- 
téndose  aa  impone,  dedocidos  los  gastos  y  fle- 
tes,  á  dispoáicion  de  los  car^adores. 

Art.  980.  Guando  teí^  el  motiTO  que  obligó 
á  la  arribada  foraoaa,  no  podrá  el  eapitan  dife- 
rir  la  continuacion  de  su  viage ,  y  será  respon- 
sable  de  ios  perjuicios  qae  ocasione  por  dila- 
cion  voluntaria. 

Art.  981 .  Sl  la  arribada  se  hubiese  hecho 
por  temor  de  enemigos  ó  piralas,  se  deilberMrá 
la  salida  de  la  nave  en  ]unfa  de  oficiales ,  eon 
asistencia  do  los  intere^dos  en  el  cargamento 
que  se  halien  preseñtes»  en  los  mismos  térmi- 
nos  que  pura  acordar  las  arribadas  pre? ienc  ei 
arliculo  969. 

Los  precedentes  articulos  dan  niárgen  á  al- 
gnnas  observaciones  y  consideraciones  dignas 
de  apontarse. 

Enumera  el  968  como  justas  causas  de  ar  - 
ribada  la  falta  de  viveres ,  el  temor  fundndo 
de  enemigos  y  piralas  y  cualiiuiera  acciderfte 
que  inhabilite  al  buque  para  continuar  su  na- 
vegacion.  La  catiflcacion  de  jxístas  pudicra 
dar  lugar  á  creer  que  queda  al  arbitrio  del 
capitan  en  tales  casos  el  veríncar  ó  no  la  arri- 
bada,  y  deesla  ídea  pudiera  nacer  unajuris- 
pnidencla  perniciosa,  constituyendo  en  la  cla* 
se  de  voluntario  lo  quc  realmente  es  obliga- 
torio  para  el  capitan  cn  los  casos  indleados. 
Pero  no  pucde  ser  esta  de  modo  alguno  la  in- 
tencion  de  ia  tey,  si  se  tiene  en  euenta  que 
la  seccion  cn  que  se  contienen  dtchos  articu- 
los  se  titula,  como  antes  hemos  dicho,  de  kts 
arribadas  fórzosas,  y  que  el  inmediato,  ó  sea 
cl  969 ,  principia  con  estos  patabnis:  «Ocnr* 
riendo  cualqulera  de  esrtos  motivos  que  Mi- 
§ue  á  h  arrfbada....  etc.»  Por  este  úliimo  ar- 
tículo  se  ve  que  la  ley  no  ha  querldo  dejar 
al  arbltrio  del  caplfan  un  negocto  en  que  esián 
Interesados  et  natiero,  los  cargadores  y  aun 
los  individuos  de  la  tripulacion,  sino  quc  aun 
en  el  caso  en  que  cree  qne  debe  haccr  arri- 
Ibada,  ha  de  reunk  Junta  de  oflcial'es  eon  asis- 
tencia  de  los  interesados  en  el  cargamento, 
decidiéndose  á  pluralidad  de  votos,  sicndo  de- 
cisivo  el  del  capitan  en  caso  deempate,  y  asis- 
tiendo  los  demas  interesados  sin  voto ,  y  solo 
con  el  objeto  especiflcado  eu  cl  mismo  arlíco- 
lo.  Debe  añadirse  que,  veriQcada  la  arribada, 
el  capitan  se  presentará  al  cónsul  espanol  en 
los  puertos  estrangeros  ó  al  capitan  del  poerto 
en  los  españole»,  para  declarar  las  causas  que 
Te  han  obligado  á  hacerla,  y  rccoger  el  certi- 
(icado  que  espresan  los  articulos  650  y  651 , 
que  insertamos  enotrolugar.  (Véase  ckpítají.) 

A  pesar  de  lo  que  dice  el  artícnlo  970,  fun- 
dado  en  1a  doctrina  de  que  los  gastos  produ- 
cidos  por  averias  simplcs  debe  sopoHarlós  el 
dueño  de  la  cosa  queocasionó  el  gasto  ó  recibió 
el  daño,  lajusticiade  1o  dispuestoenélhasido 
fuertemente  combatida  por  algunos  escrilores, 
porque  no .  parece  qne  pnedan  (Tontarse  por 
averlas  simples  ios  gastos  de  1a  arríbada  oca* 
slonada  por  teraer  foadada  de  eoeiBlgos  ó  pi*- 


ratis.  Siendo  comnii  á  eDintos  tta}in  en  h  m- 
ve  el  inteiés  per  salvar  á  e^ta  y  al  oarganeii- 
to,  parece  qoe  debfera  set  de  cuenta  de  todos 
los  gastos  estraordinarios  de  estas  arribadas, 
y  satisfaccrsü  á  prorata,  como  averias  groe- 
sas  6  comunes.  Véasé  sobre  este  pnnto  nues- 
tro  arlfculo  avbkia.  No  pensamos  lo  mismo 
respecto  de  los  alimentos  de  los  pasageros  y 
sneldos  de  la  tripotacion,  siempreqae  los  ajos- 
tes  se  hayan  hecho  por  una-caiUidad  alsada; 
porque  en  este  contrato  el  navlero  6  capitaa 
cetebraron  un  oontrato  aleatorío ,  en  el  coal 
tomaron  á  m  pérdida  6  benefldo  fa  mayor  6 
menor  duracion  del  viage ,  y  todos  los  gastos 
qiie  en  éi  pudieran  sobrevenir.  De  este  últioio 
príncipio,  sin  embargo,  haremos  nna  escep- 
cion  en  el  cat;o  de  que  los  pasageros  saltea  á 
tierra  ,  pues  ei  capitan  solo  está  obligado  á 
mantenerlos  á  bordo. 

Et  arilcuío  971  envoelveen  sos  dispostcio- 
nes  üti  príneipio  de  Justicia,  establécfendo  ia 
diferentc  responsat^ilidad  que  tiene  e1  naviero 
y  el  capitan  en  el  caso  de  ser  ó  no  ser  legiti- 
ma  la  arribada.  Solo  advertiremos  que  ni  el 
uno  ni  el  otro  puedeu  escusarse  eotre  sí  recí- 
procamcnte,  puesto  qoe  sobre  el  prlmero  pesa 
U  responsabilidad  civit  de  las  indemBisaeio- 
nes  á  favor  de  tercero  á  que  ia  condncta  def 
capitan  haya  dado  logar ,  y  sobre  el  Begundo 
pesa  1a  qne  le  correspoode  coflio  gefe  y  direc^ 
tor  de  la  nave.  Sobre  este  particnlar  entrare- 
mos  en  mayores  detalles  en  noestro  articoio 
KLETAMENTo.  f^  dos  artfculos  qne  signen  i 
este  vienen  á  ser  como  su  complemcBto,  poes- 
to  qtio  dcterminan  los  casos  en  qoe  lasarribo- 
das  son  ó  no  legftimas. 

Respecto  del  articoto  974,  solo  deberemos 
observar  que  los  gastos  ocasionados  en  dea- 
cargar  y  voiver  á  cargar  las  mercaderías ,  no 
deberán  ser  satisfechos  por  las  mi.nmas  per- 
sonas  en  los  casos  de  qne  la  descarga  se  bagB 
por  dispostcion  de  los  cargadores  y  con  anto- 
rtzacion  det  trlbonat ,  6  sin  intervencioa  de 
unos  nt  otros,  ó  con  el  mero  objeto  de  faciU- 
tar  las  reparaeiones  del  boqoe;  poesto  qne, 
como  se  deja  inferírf¿cilmente,  en  lodos  estos 
casos  trcne  por  móvit  el  interés  de  persooaa 
dislintas.  La  dispoííicion  delaríiculo  975  Tieiw 
á  demoslrar  que  en  todos  estos  casos  la  res- 
ponsabiKdad  de  los  cfectos  que  cooipooen  et 
cargamento  pesa  sobre  el  eapítan ,  sin  que 
pueda  considerarse  exenfo  de  esta  responsa- 
bilidad  durante  el  desembarqne ;  pero  fíieni 
siempre  de  los  accidentes  de  una  fuena  lnso* 
pcrable,  en  cuyo  caso  no  se  le  podria  bacer 
cargo,  porqué  nnnca  se  Impntan  al  capitaD  k» 
daftos  ocasionados  por  nna  fuena  qne  oo  ae 
puede  evitar. 

La  regla  establecida  por  el  arttcolo  97« 
tendri  siempre  lugar ,  aunqueel  cargadcMr  bo 
se  halle  presente.  Sobre  este  ponto  debe  «de- 
mas  tenerse  en  coenta  lo  prevenído  en  el  ar- 
tioulo  670,  que  liisertareaios  ea  el  aftienlo  ea- 
pfTAN.  tí  oomplemento  de  la  dlBpMieioB  n* 


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ARRIBABA^^ráJUlONIZ 


teritr  18  eBeoeiitta  éo  elarlieQlo  que  sigoe,  ó 
sea  el  977. 

JSi  9^,  al  pemitir  la  veota  de  los  efectos 
averiados  para  los  casos  que  ea  el  mismo  se 
iodiciD,  pone,  como  paede  versCi  el  medio  ée 
k  subasta  en  iugAr  secundario,  porque  es  el 
Ms  roiooso  para  los  doeños  de  los  efeetos. 
Por  tso  estabtece  ias  demas  díeposioioDes  qiic 
seTeo  en  el  mismo»  dirigidasá  facilitar  el  an- 
tidpadel  dioMO  por  parte  dei  capitaa  ó  de 
aitercerapenona. 

La  dispMitien  del  articulo  079  dejA  lugar 
é  pRgaBtar  qué  ietes  hm  de  deducirse  del 
iiiforte  de  las  Teotas,  si  los  oontratados  por 
iDdp  el  f  iage,  á  solo  los  que  conrespoadeD  has- 
tiel  poerto  4e  ia  arrii)ada.  U  señor  Sseridie 
en  soIKccionaríodejurisprudencia  dtceqoeco- 
0»  It  oeeesidad  dé  Tender  ios  géneros  aTería- 
dos  proeedc  dOBB  acaecimiento  de  fuersa  ma- 
J9t,  j  como  por  otra  parte  ya  iio  se  veriflna 
10  trasporte  al  paerto  de  su  desUno,  parece 
loBaturai  que  asi  como  elcargador  pierde  sns 
Beroaocias,  ó  almenosla  mayorpartede  au 
nlor,  pierda  tambien  el  capitao  ios  fletes  qoe 
oorrespoDderian  desde  el  puerto  de  la  arribada 
hasta  el  de  ia  consignacíon,  y  perciba  sola- 
Beate  los  devengados  desde  el  puerto  de  ia 
ttrga  basta  ei  de  la  arribada.  Los  articaies 
'^'if  J  sigQieates  del  Gódigo,  quc  insertaremos 
eo  la  pd^ra  WLmtéUEirto,  nos  dará  alguna 
om  }m  sobre  esta  materia,  y  á  la  mbma  pa- 
labrareferimos  áuuestros  lectorespara  apnntar 
algooas  obsenraeiooes  aobre  el  articalo  980, 
que  está  relacionado  con  el  articulo  766. 

li  084  coQtieoe  una  disposidon  á  todus 
iQcet  justa  y  rasonable:  faltaudo  á  su  obser- 
vandi,  ei  capitaa  se  baria  responsable  de  los 
parjtdcios  qoe  áobreTisiesen  por  las  causas  es- 
pnsadas  od  mismo. 

iRRmA.  (Accioif  db)  Fonesta  fué  para  la 
ciQsa  libenü,  i  pesar  de  ser  inleriores  ias 
faeraas  de  2umalacárregui  á  las  que  guiaba 
O'Doyle.  Engañado  este  por  alguDOS  dtsparos 
7  descargas  que  mand^  baoer  aqoel  á  sos  tro- 
pisfiagiendo  ud  ataque  á  Salvatierra,  salió  0' 
üoyledei  CABtoD  de  Alegriaooa  3,000  bombres, 
^  pitzas  de  á  lomo  y  unos  400  cabailos,  en 
tesea  de  la  laceion,  que  le  esporaba  en  buen 
órdea  de  bataila  oeroa  de  Arrieia,  aldsa  situa- 
dacasi  sobre  ia  carretera  que  desde  Salvatier- 
nviáVitoria. 

ATaoaan  los  carlistas  y  maoda  O'0oyle 
^per  el  foego  i  su  escasa  artiüeria,  que 
<N^ó  el  toiemigo;  adelantando  sus  flias 
y  lUffleiitaDdo  el  estffépilo  del  cafioñ  y  de  la 
fotUeria  ooo  aciaauiciones  de  eotuaiasmo  por 


GoDOcieBdo  O'IKiyle  qae  era  preeiso  conte^ 
oer  á  tada  costa  i  aqooiios  soidados  atrevidos, 
^^taea  i  su  eiieoeatio  ai  6.^  de  tínea,  quees 
deibecbo  y  arroUado,  y  tras  él  todos  los  que 
coB^KmiaB  la  brigada,  que  no  podieron  é  no 
«pienaa  resistir  ei  knpem  de  ios  CKlistaa.  M 
propío  tiempo  que  esto  sooedia,  alacaba  Itor^ 

4G7    ttimJOTIiCik  POVULAIU 


ralde  por  relagaarüa  é  lasrota»  fllas  Uberalod, 
y  para  mayor  iníbrtuoio,  Zumalacirregui,  ^l 
frente  de  su  escolta  y  de  un  escuadron  navar- 
ro,  se  arrojó  bacieodo  una  borrible  mataoaa, 
y  oebÍDdose  con  furor  la  lanza  y  el  sable  if: 
ios  suyos  en  las  confusas  y  remolioadas  ipaAas 
de  0'ik)yie,  que  cuando  mas  eafuersos  )mlf 
por  ordenar  á  sus  soldados,  perdió  el  oaballo, 
y  rodeado  de  eaemigos  cayó  prisionero;  sieo- 
do  pcrscguidos  i  muerte  los  fugitivos,  baat# 
que  ia  nocbe  pueo  Úo  á  esta  espeoa  de  car- 
oioeria* 

Gsceptuaodo  500  bombres,  que  se  reüigia- 
roQ  eo  ArrieU,  todo  Lo  demas  se  perdió. 
iRRQGANCU.  (JUgi»la9iQn.)\é¡atA»Q^m* 
ARRDGANGIA.  La  arrogancia  no  es  aa  defoth 
to;  en  machas  ocasiones  es  mas  bien  un  seo- 
timiento  que  aumenta  la  fuerza  y  la  grandeag 
del  bombre  ó  del  ciudadauo.  £1  nuis  severo 
moralista  do  condenari  la  arrogaocia,  ^ii^ 
conforme  i  las  causas  en  que  se  funde.  A^, 
pucs,  cuaodo  se  trata  de  sostener  la  dignidM 
de  00  pueblo,  de  delender  aus  derechos  ^  coo* 
servar  ilesa  su  nacionalidad»  uosolo  es  peroU- 
tida  la  arrogancia,  sino  quees  uoa  oblj¿ac¡o#; 
aonque  la  arrogancia  se  manifiesta  mucnw  ve- 
oes  de  una  maoera  decidida  sin  que  d^  ello  «e 
apercifaan  los  mismos  á  quieaes  impuli^  ^ 
sentiaúento,  con  todo,  si  ia  moderacion  ia  4i- 
rige,  va  deredbameate  i  so  objelo;  y  a»  m^, 
trionfa  de  ias  diúcuUades  como  por  ^sait^.  u 
las  capiUles  bay  uo  géoero  de  srro§¡iiBOÍa 
qae  pesa  sobre  todas  las  clases  d^  U  «pcie- 
dad;  de  ella  se  ballan  poaeidos  los  m^goaiyas 
4ei  igio  y  de  U  bolsa:  ufanos  m^  Ja  oio- 
nipoteDcUde  susdoblones,  mirao  coo  de|- 
precio  por  U  Urde  i  los  núsmos  que  JbaA  .de- 
sollado  por  U  mañana.  Llegan  basta  aponmr 
como  protectores  de  Us  cieocias  y  las  j»rtea, 
pero  coB  ia  coodicion  de  haccr  un  4esw^o 
de  las  obras  y  dei  ingenio,  de  .luieo  se  bapnn 
procUmar  ios  Meceoas.  Todos  ioS'  que  s«  qo« 
eoeotcan  en  Uo  elevada  situacion  ya  la  de- 
ban  i  su  oacimiento,  ya  sea  á  su  íortuoa,  le- 
jos  de  bacer  alarde  de  arrogaocU,  deben  átn^ 
aroiar  la  envidia  con  su  afabiUdad  y  fioos  xpo- 
dales.  No  basia  que  por  mcdio  de  los  beD^üqips 
se  aproximen  i  aquellos  i  quteoes  #u.pbye 
coustituye  en  otraesfera,  es  preciso,qoeU  coo* 
flaoza  y  U  amistad  Ueoen  U  distaocia  que  los 
separa.  £n  ocasiones  dadas,  se  arrostrao  ios 
mayores  peligros  por  medio  de  uaa  repeotiaa 
y  bien  enteodida  arrogancia.  impooe  Ules 
deberes  y  predispone  á  (ales  sacriUcios.  4110 
hace  retroceder  ba¿ta  U  ipsolencU  de  U  fi^r* 
za  triunfante.  Tcoian  en  otro  tiempo  ios  om- 
geres,  Un  alta  idea  de  las  virludes  que  i  su 
sexo  estin  recomendadas,  que  bacUn  de  eitas 
un  objeto  de  arrogancia.  En  este  sentido,  Uik 
bia  para  ellas  cierta  gloria,  por  lo  meuos  asi  !o 
espresa  en  sus  obras  U  senora  .marquesa  ^e 
Jjambert,  que  ba  sido  U  muger  de  aias  taleoto 
do  su  tiempo. 

AREQfilZ.  .(AQcipN£S4>p)  JL  las  dos  4#Jli4ltr- 


T.     Ul^ 


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AUIONIZ 


481 


áéiei  t9  de  mano  de  48f5defetii8ab«i  en  ks 
iDmediaciones  de  ArrODis  lastropasde  Alda- 
ma,  quíen  no  mIo  pretendia  dar  tregoa  á  la 
fatiga  del  soldado,  tioo  informarse  de  ia  ver- 
dadcra  posicion  del  enemigo;  érdua  empresa, 
porque  rara  Yei  adquirían  noticias  exactas  los 
¿íie  combatian  4  don  Gárloe,  teniendo  qoe  adi- 
Tinar  1a  sitnacion  de  los  facciosos,  moy  cerca 
generalmente  de  los  mismos:  al  menos,  asi 
sueedia  en  esta  ocasion. 

Eraprendió  al  fln  ona  contramarcha  Aldama. 
á  la  media  borase  dc]aron  ver  en  las  cimasde 
la  derecha  algunos  carlistas,  y  entonces  cono- 
ció  Aldaroa  qoe  los  enemigos  que  boscaba  por 
otra  parte  los  tenia  á  so  flanco.  DesTentaJosa 
la  posicion  de  las  tropas  de  Aidama,  vió^  en 
)a  neeesldad  de  tomar  prontamente  la  de- 
fensiva. 

A  la  priroera  dÍYision  dió  órden  de  pose- 
sionarse  de  la  cordillera  de  la  derecha,  lla- 
ve  de  la  posicíon  que  debian  ocopar  las  fuer-* 
sas  enemigas;  la  brigada  profisional  fué  ¿ 
situarse  en  la  ermita  de  Arronis,  y  Aldama 
con  nna  compañia  pasó  i  rcconocer  la  aU 
tnra  dc  la  isquierda ,  sigoiéndole  de  cerca 
los  batallones  prímero  del  Rey  y  tercero  de  So- 
ria.  Incaramibanse  estas  fbersas  conbneu  áni- 
mo;  pero  al  Itegar  i  la  cúspide  de  la  montaña 
se  encontraron  con  que  un  batállon  estendido 
en  guerrilla,  y  cinco  detris  en  columna,  des- 
cendian  con  Zumalacirregui:  ibaresuelto  i  ^r- 
rollar  i  los  soldados  de  la  reina. 

Indiscnlpable  fué  en  Aldama  no  llefar  des- 
plegadas  en  guerrílla  la  mayor  parte  de  sns  fner« 
sas,  mixime  yendo  i  reconocer  el  terreno. 
Por  esto  tuYieron  que  retirarse  aqnellos  dos 
batallones,  refbgiindose  i  la  reserra,  fija  eu  la 
ermita  de  Arroniz. 

A  este  tiempo  era  ya  formal  el  ataqoe,  y  la 
caballeria  carlista  trataba  de  cargar  i  kis  sol- 
dados  que  nudo  replegar  Aldaroa,  quieu  logró 
ir  sosteniendoe!  fuego.  Al  verZnmalacirregui 
lo  poco  que  adelantaba,  hizo  avansar  algunos 
batallones  para  envoiver  la  isquierda  de  la  li- 
nea  liberal;  pero  se  estrelló  tan  acertada  dispo- 
sidon  en  el  valor  de  un  batallon  de  la  Guar- 
dia  y  de  varias  compañias  del  C.*'  de  ligeros. 
Ixasperado  Zumalacérregui,  formó  mas  deno- 
dado  empe&o,  y  ordenó  bajasen  de  Montejurra 
nnevas  y  numerosas  fuerzas  qne  decidieran  el 
combate,  ya  muy  reñido.  Este  refüerso  hacia 
snmamente  critica  la  posicion  de  Aldama  que 
veia  perdida  la  accion,  y  esterminadasu  divi^ 
sion  valiente.  En  aquel  trance  aparece  el  co- 
Tonei  Ribero,  t  le  salva.  Gon  la  brigada  de  su 
mando,  llega  i  tiempo  de  oponerse  con  valen* 
tla  al  paso  de  los  enemigos,  desplegando  al 
efecto  un  batallon,  coyos  füegos  oontuvieron 
moy  en  brevo  el  arrojo  de  los  cariistas.  Con  un 
nnevo  refuerzo  de  infantería  y  cuatro  piezas  de 
montaña,  decidióse  Ribero  i  atacar  ai  enemi- 
go,  y  le  cargó  contan  buen  ézito  i  la  bayone-v 
ta  bajo  loB  fuegos  de  la  aríillería,  qne  deapoes 
dc  balir  y  arrojar  al  enemigo  de  la  primera  po* 


sidon  le  hizo  ccjar  y  boir  de  o(ra  linea  donde 
intentó  rchacerse  y  resistir. 

Mocbo  contribuyó  a1  tríunfo  de  Ribero  U 
segonda  brígada,  que  adelántó  con  acierto  ai 
batallon  segundo  de  Zaragosa»  hadéndole 
marchar  por  las  alturas  de  Arellano  con  d  fln 
de  envolver  el  flanco  del  enemigo.  Dos  ba- 
tallones  de  la  Guardia  proviRdal  permaoede* 
ron  escalonados  en  reserva. 

En  retirada  Zumalacirregni,  le  sigoienMi 
con  ardor  los  Uberales  hasta  lAi^iin  y  Urbiola, 
por  la  derecha  la  primera  brigada,  y  por  d 
centro  y  por  la  izquierda  algonas  oompaúiai 
de  cazadores.  La  noche  puso  por  fln  térmhio  i 
tanreñida  ysangríenta  iomada,  en  laqneqoe> 
dó  leveroente  herído  el  general  Aldama,  qoese 
retiró  con  sus  tropas  sobre  Arroniz  y  Allo. 

Próximos  el  uno  delotro,  no  pasaron  lano- 
che  tranquilaambos  combatientes,  y  i  laanio- 
ra  del  siguiente  dia,  cuando  las  troipas  Uberi- 
les  practicaban  el  reconodmiento  dd  campo 
de  batalla,  se  presentaron  las  masas  carlistas 
posesionadas  de  las  alturas  de  qne  habian  si- 
dodesalojadas.el  dia  antcrior;  pero  nierasei 
gran  número,  ni  pretendían  al  parecer  otra 
cosa  qoe  un  reconodmiento,  por  lo  coal  se 
deoidió  Aldama  i  encaminar  sus  pasos  bida 
Sesma  para  proteger  el  triste  convoy  de  300 
herídos  qoe  retiraÍMi  de  un  campo  teñido  de 
sangrc  generosa,  donde  qnedaban  79  moertos, 
sin  contar  los  contraríos  cuya  pérdida  seeqd- 
libró. 

Otra  accion  de  importancia,  tambi^  en  el 
mismo  sitio  de  Arroniz,  hnbo  el  4  3  de  se- 
tiembre  de  4836.  Hallibase  OriaenlosAr- 
cos,  cuando  recibió  la  notidade  qoeen  laSo- 
lana  se  organizaba  una  division  espediciraa- 
ría  para  i^tilia.  Propúsose  atacarla  en  sos 
fueríes  posiciones  y  destmiria  en  snnadmien- 
to.  Asi  lo  manifestó  al  generai  Lebeaox,  me 
porhallarse  eo  Lerin  y  en  Besma  con  coatro  oa- 
tallooes  dela  di^ision  francesa,  la  de  la  Ribeia 
y  la  prímera  brigada  de  la  cuarta,  podia  cood- 
ynvar  eflazmente  i  su  fptento. 

AlasSdelalmañana  del  siguientedia  44. 
partió  Oria  de  los  Aroos,  con  la  prímera  bri- 
gada  de  la  division  de  vaoguardia,  y  segonda 
de  la  primera,  al  mando  del  brigadier  don  Ra* 
mon  María  Narvaes,  y  del  coronel  don  NicoÜs 
de  Minuisir. 

A  la  vista  ya  de  Arrooiz,  sorprmdiúle  i  Oria 
encontrar  en  doá  lineas  d  creddo  número  de 
doce  i  catorce  batallones  qne*apoyaban  so  de- 
recha  en  el  pueblo  de  Rarbarín,  y  la  izqnlerda 
on  cuarto  de  legna  mas  alli  del  de  Arroniz,  pre- 
dsamente  sobre  las  ctíebresaltoras  que  fbr- 
roan  los  estríbos  de  la  no  menos  célebre  oor- 
dillera  del  MonteJomL  La  escasa  foena  de 
Oria  era  impotente  oontra  lá  qoe  aqoelUs  li- 
neas  desplegalnnt  pero  la  llegíada  oportonade 
Lebeaox  permltió  ordenar  d  combate.  PriDd- 
piado,  deféndieron  con  brío  los  carüstas  d 
pueblo  y  la  ermita  qoe  lo  domina.  Grande,  es- 
traordlnaría  fné  su  bravnra,  pero  fné  soperior 


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ABRONIZ— AAIOZ 


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li  de  bs  cooip^íiis  de  oisftdores  y  de  tlrado> 
mdel  6.^  ligeros,  provincial  de  AtíU  y  goiis 
de  la  esoolta  del  geoeral  Oria,  y  apoyadas  es- 
tas  faeraaa  conveDientemeote  por  lai  aoxilia- 
rea  firanceaas  y  1a  artilleria,  arrc^aron  al  enemi- 
go  de  S08  Teotajosas  posiciones,  coronándolas 
ios  nnevos  dneños  con  el  mayor  entusiasmo. 

Holo  habian  conqnistado  todo :  la  isqnier- 
da  de  la  linea  eariista  resistia  aan  con  éxito, 
oerGed  á  lo  montnoso  del  terreno ;  pero  cedió 
al  fln ,  .y  bnyeron  aos  defensores  á  ocaltar  su 
derrota  en  Estella,  dejando  ea  poder  del  enca- 
neddo  Oráa  las  seis  emineooias  qoe  el  enemi 
go  ocnpaba  en  ei  Montejorra. 

Doscientas  ba]as  por  cada  parte,  00  prisiO' 
■eroo  y  40  pasados  por  parte  de  los  carllstas, 
bé  aqni  el  resoltado  personal  de  la  acdon  que 
froBtró  la  espedidon  proyeotada. 

ARROZ.  {Orixa  saHwa.)  Planta  graminea 
qoe  prodnce  el  fnito  del  mismo  nombre.  Lineo 
U  daslfica  en  la  b^andría  moooginia,  y  Tonr* 
nefort  la  coloca  entre  los  cereales,  seccion  8.* 
de  1n  dase  45.*  '   - 

Corapónense  sns  flores  de  seis  eatambres  de 
eolor  de  púrpara  y  de  on  solo  pictilo,  sos  se- 
Billas ,  encerradas  en  una  panQja ,  son  OTala- 
das,  trasparentes  y  blancas ,  estin  metidas  en 
noas  cipsnlas  bastante  separadas  entre  sí,  qae 
son  acaoaladas,  vellodas  y  termlnadas  por  nna 
arisU.  Sns  tallos  acanalados  crecen  h¿ta  3  ó 
4  pies,  y  soo  delgados;  sus  boju,  largas,  an- 
goBtas  y  altemas ,  terminan  en  pnnta  y  abra- 
aan  el  tallo  por  su  base.  Sa  raiz  es  flbrosa  y 
semejante  á  la  del  trígo. 

Esta  planta ,  oríginaría  de  las  Indias ,  se 
cnhlva  en  el  Piamonte,  eo  Yalenda  y  en  otros 
pnntos  de  la  costa  oiediterrinea  de  Italia  y 
Sspafia. 

üoa  de  las  condiciones  mas  indlspensables 
pora  otytener  boenas  cosecbas  de  cereales ,  es 
qne  esté  perfectamente  sano  el  snelo  en  que  se 
cnttlTan»  pnesto  qne  el  esceso  de  bumedad  de 
b  tierra  pone  on  obstácnlo  infencible  á  la 
vegetaclon  de  todas  las  plantas  de  graoo  fkri- 
Biceo.  Lo  contrarío,  sin  embargo,  sucede  con 
d  anrox,  qoe  ni  gcrminar,  ni  desarrollarse ,  ni 
saxoaar  paede,  como  no  se  le  tenga  constan- 
temente  sumergidb  en  agua,  y  en  agua  que  se 
renaeve  con  frecuencia.  En  algunos  paises 
montnosos  del  Asia  eziste ,  sin  embargo ,  ana 
varíedad  qne  parece  ser  nna  escepcioa  de  esta 
regla.  Llámasela  arroz  de  seoíno ,  y  durante 
mncho  tiempo  se  ba  creido  qoe  podia  cuHivar- 
se  en  las  mismas  condidones  qae  el  trigo;  pe- 
ro  boy  es  cosa  poco  menos  qne  derooetrada  ya, 
qne  si  bay  alguna  especle  de  arroz  qne  no  ne- 
eeslte  agna  basta  el  pnnto  de  estar  siempre 
nadando  en  ella,  nobay  espede  qne  pnéda  re- 
sístir,  ni  aun  por  poco  tiempo,  i  una  comple- 
ta  seqoedad.  Ateniéndose,  poes,  á  lo  qne  en  la 
aclnalidad  existe  y  á  lo  qne  á  todo  el  mundo  es 
dado  ver ,  diremoe  que  el  arros  es  una  planta 
eiencialmente  acuáticay  qae  exige  pocos  es- 
tíéreoles  y  qoe  da  prododos  oonslderables. 


Esto  no  obstante,  todos  los  gobieroos  de  £a- 
ropa  se  ban  opoesto  mas  6  meoos  abierta  6 
enérgicamente  4  su  oultivo ,  cada  vea  que  sc 
ha  tratado  de  ensayarto.  La  verdad  es  qne  por 
donde  qoiera  qne  se  ba  introduddo ,  ba  diea» 
mado  las  poblaciones  drcunvednas  con  eu- 
fermedadest  contra  las  coales  son  impotenteb 
todos  los  recorsos  de  la  medidna.  Kl  cultivador 
de  arros,  cargado  de  adiaqoea  precoces,  pas»  . 
á  veces  de  la  adolescenda  á  la  decrepitud,  siu 
llegar  uunca  á  la  edad  normal  de  loa  paise* 
sanos.  Temporal  y  transitoriamente,  puede  siu 
embargo ,  aoeptarse  el  cultívo  de  esta  planta, 
qoe  por  la  drcoostaoda  particular  de  ezigir  ni* 
veladooesbechas  con  mucho  coidado,  es  uo  pa- 
so  dado  para  la  saniacadon  y  aprovecbaroienlo 
nlteríor  de  los  terrenos  natnralmente  panlano» 
sos;  poede  aceptarse,  dedmos,  con  condidon 
de  que  en  el  período  de  tiempo  roas  breve  qoe 
sea  posible  se  rednscan  estos  terreoos  á  oa 
cultivo  menos  pernidoso. 

Los  destinados  ¿  la  siembra  dei  arroa,  de- 
ben  ante  todo  estar  perfectameute  nivelados: 
para  bacer  la  operacion  mas  sendlla  y  menoa 
costosa,  sedivide  el  campo  en  cuadros  ó  amd- 
gas  de  mediana  estensioo,  rodeadas  por  un  ca* 
ballon  de  tierra  destinado  á  rdener  las  aguas; 
becho  esto  se  da  una  ügera  labor. 

Hácese  por  lo  comun  la  siembru  desde  prí- 
meros  de  abril  basta  mediados  de  Junio.  Por 
los  campos,  cnbiertos  á  la  sason  de  uua  capa 
de  agna,  pasa  entonces  un  caballo  tirando  de 
ona  especie  detríneo  que  larevuelve:  inmedia- 
tamente  ddrás  de  este  caballo  llega  el  sembra- 
dor  con  la  seroilla  que  edia  al  vuelo.  Las  mo* 
léculas  terrosas  suspendidas  en  el  aguu ,  bas- 
tan  para  cubrir  el  grano,  cnando  por  su  pro- 
pio  peso  so  depositan  en  el  suelo.  Por  cada  U^ 
nega  de  tierra  se  empiea  para  eata  operadoa 
fanega  y  media  ó  dos  de  grano,  el  coal  se  ten- 
dr¿  antcs  cuidado  de  poner,  durante  unos  dias, 
paru  que  se  binche ,  en  un  foso  lieno  de  agaa 
estancada.  Para  favorecer  la  germinadon,  bay 
cuUivadores  qoe ,  dando  salida  á  las  aguas  in- 
mediatamente  despues  de  la  dembra,  dejan  al 
sol  qne  caliente  diredaoiente  d  sudo ;  mas 
no  bien  se  muestra  el  gérmen,  es  preciso  tener 
cuidado  de  ecbarle  encima  una  capa  de  agna, 
cuya  altura  aumenta  ¿  medida  qne  erece  d  ta- 
llo,  sin  pasar  nooca  de  nn  pdmo.  Goando  ya 
empiesan  ¿  formarse  las  cañas  de  arros,  enton- 
ces  es  tiempo  de  escardario,  penosa  operadon 
¿  la  cual  proceden  nnas  mugeres ,  que  des» 
calzasy  metidas  huta media  piema en  d fan- 
go,  vau  reconriendo  los  arrosales  y  respirando 
las  mefiticas  emaDaciones  de  aqoelkw  sitlos, 
donde  oontraen  enfermedades  qne  soden  aca- 
bar  con  ellas. 

«Mucboseban  exagerado,  dicemoy  oportu* 
namente  d  entendido  agrdnomo  f^ancés  nuni* 
sieor  de  Gasparin^  Iss  ventajas  del  cnlüvo  dd 
arroz.  Kste  coltivo  paga  moy  poca  mas  renla 
que  la  qne  puesto  ei  terrtno  en  otro  estado, 
podria  sacarse  de  él,  y  80  prindpd  mérilo  ooa- 


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487 


AUm^BSENilL 


m 


giMe  en  la  snpreeimi  Aéí  Hbrbeeh^.  TambieD 
Éér\ñ  muy  fteil  probar  quo  een  tos  elementos 
necefarios  para  el  cultivo  dei  trroz ,  caal  son 
ei  riego  y  el  clima,  se  podrifl,  mereed  á  nn  sis- 
tema  de  agricultura  bien  enfendido^  obtener  de 
Ía  tierra  productos  rouy  snperiores  á  k)s  del 
airros,  8in  esponer  pot>(«€ione8  eoleras  á  los 
l^lgrod  que  ofrece  etta  iabor.  Y  no  bay  do* 
da  de  que  si  los  gobiei^oes  de  Kuropa  exigie*- 
9en  de  los  propietarios  de  arroiales  qne  pa- 
gasen  los  gastos  de  médlco  ,  botica  y  hospi- 
tales,  qne  ocasiooa  m  caltlvo  y  qoe  atendiese 
enal  debíera  á  laa  viudaa  y  á  )os  huérfaBos  dc 
las  vicffmas  de  la  itiealobridad  cansada  por  él, 
no  hay  duda  ,  digo,  q«e  edtoa  gattos  absor- 
berían  con  mncho  raae  las  gananeias  de  diehos 
propielarios.» 

Tx)s  productos  de  la  coveclia  de  arroji  sou 
mrf  Yariables ;  lo  re^lar  es  de  diez  y  sels  i 
diez  y  t)cho  veoes  \a  slmieAte.  Gomparado  con 
el  que  da  el  trigo,  este  resuitado  e«  verdadera- 
mente  satisfactorio  por  lo  qne  respecta  á  la 
éflntidad  de  graoo;  pero  no  asi  por  lo  qne  rea- 
pecta  á  sus  elementos  milrflivoe,  enyo  aoalísis 
heeho  por  el  sefior  Payon  ba  dádo  los  resulta- 
dós  sigulentes: 

Almidon.. 86,9 

Gluten  y  albumina 7,5 

Materias  crasas <.  .  .  0,8 

(iOma  y  a^ucar 0,5 

SustttDcias  ienosas • .  3,4 

Sales  calcáreas  y  potasa 0.9 


Total 400,0 

ElarroB,  plantade  suyo  poeo  exigente, 
ttéde  y  proepera  en  oualquier  terreno  que  fio 
•e.balleenteramente  esquitroado,  y  á  esta  ven* 
taja  agrega  lade  hacer  fertiles  los  terrenos  mas 
flojos. 

Su  grano  es  muy  nutritivo  y  en  roiiclias 
partes  se  haee  con  él  nn  pan  que  gusta  tauto 
y  es  tan  satndbble  eomo  el  de  trigo. 

Tiene  la  coalidad  de  temptar  In  sed,  el  ca- 
lor  dei  coerpo  y  el  ardor  de  ia  orina ,  si  bien 
á  veces  constriüe  algo  el  vientre  y  carga  el 
estémago.  La  ieche  del  arroz  es  un  alimcnto 
Ugero,  refyescantOi  agradable  y  basta  curativo. 

£o  Madagascur,  en  Bengala  y  cn  la  Chioa, 
se  cultiv.m  cinco  esfiecies  de  arroi,  tres  que 
erecen  en  el  agua  y  dos  sin  ella.  El  grano  de 
de  esta  última  e>pecie  es  mas  aabroso  y  roenos 
vlseoso  qne  el  de  la  acnit'ica;  cocido  se  bincha 
menos  y  tiene  uo  gastillo  á  aveilana  ,  rjzoo 
por  it  e«al  se  come  si  se  quierc  crudo. 

El  arroz  llamado  de  secano  es  bastante  pa- 
reeidoála  avena;  comoella,  hecba  unaespiga 
anracimada ,  de  tres  á  cuatro  puigadas  de  loii- 
^ltiid,  la  caal  contione  de  treinta  á  cuarcnta 
f  naaos,  y  cooio  eada  plaota  echa  roucbos  ta- 
U08«  ereeso  qoe^da  maa  4c  ctento  por  uuo. 

So  taHo  se  eleva  hasta  dos  y  medio  ó  tres 
pita  w  ta.80B«  lérrida,  y  SQ  paja  es  baeoa  pa*- 


ra  el  ganado  wofto^  La  reeoitertoa  ée  iKt 
arroz  se  haee  en  dicbo  paia  como  en  ei  Batt» 
tro  la  del  trígo.  Segado  rctoáa  ona  yerbt  ea- 
celente  para  loo  animtles* 

lia  harina  de  este  «rroi  bo  st  poede  dibí- 
clar  con  otra  ni  hacer  coa  elia  pan  coeido  il 
bomo ,  porque  m  so  esponja  nt  férmeota;  pert 
el  grano  shrve  para  aaa  BraUitud  de  bbos,  ade- 
mas  de  los  coBOcidos  en  Europa. 

áRRUMAGB.  {Marina.)  La  dispeaiGÍOR  y 
buoB  órdeo  en  qne  se  eoloca  la  ettiva  ó  cargi 
de  nn  boqne.  (V¿m$  bstiva.) 

ABSENAL.  (MariM.)  liUgar  eerrado  é  cer- 
cado  contiguo  al  mar  en  alguñ  pnerto ,  deade 
se  construyen,  reparan  y  conservan  lotbtge* 
lea  de  guerra ,  sns  pertrechoa  y  anBameolt. 
Se  ha  creido  por  algunos  etimologtatat  qae  dt 
palabra  arsenal  ea  oorrapdon  de  taratantif 
que  es  eomo  se  decia  antignaraeote,  de  ooya 
voz  se  formó  darsenal,  qiie  despues  perdió  It 
d  inicial ,  asi  oob»>  dánena  de  tarajma, 
nott^es  todot  de  orígen  aribigo.»  Pero  otrot, 
caliacando  de  mala  la  ortografia  de  esta  pala» 
bra,  i^enaan  qne  debe  escriblrse  areenaé,  por- 
qoe  la  paiabra,  dicen,  proviene  evidentcBieBte 
de  aracnavaUs ,  fortaleza  naval ,  é  mas  Mea 
ars  navalis.  Ambas  esplicactonea  son  ingenio- 
sas  y  plausibles ;  pero  creemos  mas  faodada 
la  prímera ,  atendiendo  i  la  analogia  de  etta 
voi  con  otras  de  orígen  y  sabor  aribigo  en 
qoe  abnnda  nuestro  idioma. 

El  dettiBo  de  un  e^ablecimiento  de  esta 
natorateza  exíge  la  reonion  de  obras  bidráa- 
iicas  y  civlles  de  grande  consideraeion ,  como 
gradas  de  coustruccton »  diques  de  carena, 
obradores  de  toda  especie,  fábrícas ,  almace- 
bcs  prcvistos  de  pertrechos  y  municiones  de 
guerra  ,  parque  de  artilleria,  depósito  de  ar- 
mas,  de  viveres,  y,  porúltimo,  todo  cuaiHoen- 
tra  en  la  construccion  y  armamento  de  on 
buque  de  guerra.  Un  arsenal  de  marína  debe 
contener  adcmas ,  cuarteles  para  la  Iropa  y 
marinería,  un  hospttal  y  casa  de  presidio  ó 
dcpóf^ito  de  forzados  destinados  á  ios  grandM 
trabajos  y  faenas.  Grecroos  que  la  deserípcioa 
sncinta  de  uno  de  los  uaestros ,  bastará  para 
dar  una  idca  d(;  lo  que  son  estoa  imporíantes 
esi^blecimientos,  y  la  haremos  del  arsenal  de 
CáUiz,  por  ser  su  departauiento  el  primero  de 
onestra  marina. 

Se  deja  cntenrler  que  una  rada  segora  y  un 
bucn  puerlo ,  son  las  condtciones  principeles 
que  determínan  le  cleccion  del  punto  adecaa-> 
do  para  situar  lín  arsenei  maritimo.  Mos 
como  á  eslas  condiciones  han  de  aeompañBr 
otrds  indispensables  que  se  reBeren  á  sn  po- 
sicion  relativa,  geográfica  é  bidrográfieamefite 
contiderada,  he  aqoi  ta  razon  por  qué  el  tiTse' 
nal  del  departaraento  de  Gádiz ,  tiene  la  vea- 
taja  de  ser  el  primero  de  la  marína  militar  ea 
la  penlnaula,  pues  reune,  si  no  todaa,  el  mayor 
número  de  esias  coodiciones ,  entre  las  coa* 
ies  debe  contarse  su,  privilegiada  aitoaeioo, 
oaBi  eqnldiatante  de  iótestreaMt  litorateBile 


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ARfBNAL 


m 


aQ09llft,  T  n  posfdon  vmuMm  la 

oÉide  amboe  mares,  OoéaiDe  y  HoáHerráfieo. 

Part  esUbleeer  el  arseaal  do  eate  doparta- 
oeiilo  íoé  esoo^ido  eUitio'llamádo  de  la  Car- 
f§ea^  coiDplelasieBte  atalado  por  medio  de  ioa 
caaos  de  agua  del  mar  que  io  ciñeD.  Sa  füo- 
dadoa  data  del  año  471K>  y  está  situado  eomo 
á  ffleooa  áfi  uoa  roiüa  al  fiíorte  'da  la  ciudad  de 
Saa  Fernaikdo ;  oeH^  ud  espacio  Uaiio  cua- 
draDgsiar,  ouya  superficie  mide  unas  949,580 
var»  coadradaa.  Sa  terreno  ae  compoae  de  un 
fasso  siietto  y  arciHoso,  pod»  á  propósito  para 
laa  grandes  y  namefoaaa  f undaciones  que  eran 
jMoeiarias,  y  que  solo  han  podido  lle^árse  á 
oatmi  costa  de  «ucfaa  iBdustría,  oooatattcia  y 
gaalofide  consideracion.  Sin  duda,  raaooes 
poderoaas,  idemaade  lasque  antea  indicamos, 
en!re  eliaa,  la  de  ooupar  un  iugar  de  Tent^o- 
sa  Y  ücil  defensa  en  ei  fondo  de  la  l)ahia,  de» 
biúon  tofluir  para  la  eieeoion  de  este'local. 
coa  preferencia  á  olros  cuya  contigiüidad  al 
poerto  y  ctiidad  de  Gádiz  presentat)a  conocida 
ooQTenieocia.  En  efecto,  no  pueden  descono- 
oerse  laia  ventajas  de  lu  situacion  en  este  e on- 
cepto;  lofi  caños  principales,  que  io  ciñen  bñ- 
ñaado  wa  cuatro  frentes,  le  sirven  de  muros^ 
y  UDa  moltitud  de  ellos  que  en  irreguiares 
direcciMies  lo  resguarUan  por  la  parte  de  tier- 
ra»  coDSlttuyen  on  antemural  verdaderamente 
iaexpogiMibke  en  tiemiK)  de  guerra. 

Para  ei  paso  y  coflMinicaeion  con  la  isla 
faditana ,  liay  eu  el  caño  ó  braao  de  mar  que 
deella  \o  separa,  dos  barcas  ó  l>ombo8  qoe 
Ittsan  de  ona  i  otra  orilla  por  medio  de  anda- 
ribeies ,  cuyos  estremos  están  fi}08  en  bateas 
destíoadM  al  embarco  y  desembaroo  de  las 
personaa  y  eíéclos ,  firmemente  asegiiradas. 
idemaa  de  la  natural  defensa  qne  ofrece  sn 
sitMGioB,  tleoe  este  arsenal  ouatro  batertaa 
DMMHadaá  t  (i  dispueataa  i  reotbir  la  artilleria, 
siefido  la  principal  y  mas  notable  la  iiamada 
ébSan  Eomanó  del  Peurque,  cuyos  fuegos 
dafienden  la  avenida  del  canal  de  entrada, 
por  la  parte  de  babia,  y  Itay  ,  adeoMS,  tres 
balandraa  situadas  en  la  de  los  oaños  nombra* 
dos  de  ia  Cruz,  PuerioHital  y  Cádii.  Gste  úl* 
üioo  sirve  6  baae  ias  funuiones  de  dirsena 
para  loe  boquea  4  flotei  ó  quc.bajan  dcl  puerto 
para  repararse  cn  el  arsf^nal. 

Do3  son  ias  entradaa  de  este  vasto  recinto, 
uaa  llamada  Puerla  de  Tierra^  que  raira  i  la 
dodad  de  San  VerBando,  y  slrvo  para  el  trán* 
sito  eomun ,  y  otra  que  se  deooaMaa  de  San 
FernondOf  qoe  da  sobre  ei  mueile  dei  miamo 
noiDbre,  destinada  esclusivamente  al  servioio 
de  ioa  tNiquea  de  gaerra ,  y  paw  la  inlrodBOi- 
eioD  y  salida  de  loeefectoa  y  materiatest  Bn  am- 
bas  puertas  se  ejeroe  una  escrupuloaa  v^4lan- 
oJa  respecto  de  las  perftanas  y  «féctos^  por  rae- 
dio  de  iDdividuos  de  la  guardia  de  antenedes: 
ooa  y  otra  son  de  belio  aspecto,  y  au  arquilee- 
tura  noble  y  seneilla,  y  del  carácter  que  con- 
viene  á  sa  destioo.  La  de  tierra  tíene  una  ins- 
cripcioa  que  iAdioa  ia  foolta  de  an  coafHr^* 


cion ,  y  eft  It  de  Saa  FemaDéo  le  lee  eate 
veraoklino: 

Tu  regere  imperio  /lo^ltf ,  niipanicB,  mememto. 


Bl  queoonoibió  y  acoMejó  ponor  esta  cli- 
sioa  ieyenda  en  la  pnerta  de  la  mar  de  este 
arsenal,  fiió  síb  doda  nn  bnen  esftañol,  josta- 
mente  engreido  con  fa»  antignas  gloriie  de  sn 
patria.  Verdad  es  qoe  ei  apóstrelé  que  encier* 
ra  ffié  dirigldo  per  el  poeta  de  Mantm  i  Ita- 
li«  cooo  Beñora  del  orbe;  pera  sn  apiicacion  á 
Espafta  ttene  harta  üscutpa  cn  la  o^ortuaa  y 
fnndada  aittaéon  qoe  qmao  hacer  aqirel  patriota 
celwo,  traHndose  de  ma  inscripcion  para  k 
poerta  de  entrada  de  un  arsenal  de  la  martiia 
eapanoia.  álgnnos  estrangeops  podrin  leer,  en 
b«en  bora,  eon  deadeñosa  sonrisa  este  orgn- 
II«SQ  recueráo:  esto  lo  ballauMM  muy  natural; 
pero  no  faltan  algnnoa  eapañoies  ¿  qitleDes 
tambien  pareee  aoM^erMlo  ei  pensamiento  y 
alflrnn  tanlo  aabtütoao.  A  pesar  de  )a  opi- 
n\ún  de  unoa  y  de  otroa ,  ereemoa  que  esta 
(M>nraefDoraciOB  es  jnsla  y  oportnoa»  y  que  se 
ÍMlia  cii  el  iBgar  mas  adeaoado  para  desper* 
tar  en  todo  buen  eaptóol  el  sealimiento  de  nn 
noblc  orgnUo  y  aquei  entnaiasmo  por  nuestras 
liasadas  glorias  que  estimola  i  la  imitacion,  y 
ea  el  origen  de  grandes  y  aitos  hecbos.  For 
otra  parte ,  bleo  poede  tolerarse  este  engrei- 
mieBto  i  la  nacion  que  adelantó  i  todas  en 
arroio  y  perieia  uintica,  que  in'.entó  y  e]erció 
la  navegiicion  de  altnra,  apUcando  á  oita  la 
prímera,  segun  toda  probabilidad ,  lus  pro* 
piedades  de  la  agqja  magnética  {véaee  vñis^ 
JCLA);  i  la  qu9  bizo  el  primer  viage  de  eir- 
cnmnavigacion;  licito  le  seri  osientar,  decimos, 
aqnelia  leyenda  i  la  que  con  sos  armas  y  de« 
nuedo  adquirió  el  seáorto  de  los  mares  en  las 
aguas  saogrientas  de  Lepanto;  y,   por  últímo, 
bien  pnede  pcrmitirse  este  altjvo  lengoaje  i 
aqnelia  nacion,  qae  cuando  las  deraas  apena^ 
se  ooopaban  de  la  navegacion  y  del  ooflicrcio, 
abria  nnevas  sendas  para  todas,  y  canfiuista- 
ba  iftmensas  regiooes  para  sn  melrépoli  y 
la  civilizaciOD.  Sin  embargo,  si  el  gran  Su*- 
lly,  i  qnien  ci  poderio  y  pretensiones  del  rey 
üe  Espana  inspiraban  aérios  temores  de  que 
inlenlase  algim  dia  haeer  al  papa  eu  eapeUan, 
entrase  boy  por  csta  puerta  ,  podrfa  contem<- 
plar  Inmqutlamente  el  verso  latioo:  ol  leon  es- 
paiol  tto  amedrenta  ya  con  sub  nigidos. 

8e  ba  dlcho  que  la  puerta  de  un  arsennl  es 
la  frontera  de  un  mondo,  por  separar  la  vida 
maritima  de  la  vida  vulgar,  y  e«te  pensamien'' 
to  no  careee  do  exactitud.  Pasado  el  rastrK 
lloen  itQ  arsenal  marftimo,  todo  e?,  en  efecto. 
vidfi  y  movimiento  en  lo  tnterior.  Aqiiella  agí* 
tucion  de  tantos  hombres  simultáneamienle 
ocupadjB  en  vioientoe  y  rnidosos  trabajos, 
aquel  eoneterto  de  operaelones,  bajo  ima  apa* 
rente  ooifasiOD,  solo  prodocen  al  que  por 
primera  vca  \»A  obaerva,  un  grata  senttmiento 
do  admiracte  y  pomplaodneia,  eon  1«  idep  ^ 


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494 


ARSENAL 


491 


poder  y  gnmdeia  á  qac  puede  llegw  uiia  na- 
dOQ  ilustrada,  celosa  de  su  independeDCia  y 
de  su  bonor,  y  que  procura  á  la  par  su  proa* 
peridad. 

Eotrando  por  la  puerta  de  tierra,  que»  como 
bemos  dicho,  es  la  que  da  frente  al  camino  de 
comuQic^cion  con  la  ciudad  de  San  Femando, 
y  sigulendo  por  la  diestra  mano  la  orilla  del 
caño  principal ,  se  encuentran,  despaes  del 
parque  de  anclas,  nueve  gradas  de  constmc- 
cion  para  diferentcs  clases  de  boques»  de  las 
cuales  algouas  han  sido  recienteraente  rcttau- 
radas.  Yénse  despues,  sobre  la  misma  orilla, 
los  tres  grandes  diqucs  de  carena ,  que  son 
entre  las  obras  bidráulicas»  las  princiñales  y 
mas  dignasdeexámen;  dos  destioaios  para 
navio8,yel  terc«ro  para  fragataa.  Paraea- 
traer  de  ellos  el  agua,  despues  de  iotrodnci» 
do  el  buque  que  se  ba  de  earenar  ó  repi- 
rar,  cerradaa  berméticamente  sua  pnertas,  ae 
emplea  la  accion  de  una  gran  máqoina  de  Ta- 
porde  simplepresion  atmosférica,  qne  fcmeio* 
na  en  una  casa  coDstruida  entre  los  doa  di- 
qnes  principales.  La  coostmecloii  de  eatos  di- 
qnes  ba  sido  nn  Tcrdadero  trionlb  de  la  dencia 
hidrinlica,  cootra  la  resisteoda  y  propeosioo 
iovasora  de  las  agnas,  y,  mas  que  todOi  la  blao- 
dura  é  inconsistenda  del  terreno.  Bstán  cons- 
tmidos  de  blanca  y  sóiida  canteria,  ingeniosa- 
mente  tnJ>ada,  y  admirau  por  sn  solidei,  sime- 
tria  y  suntuosldad.  Son  tambien  notablea  las 
disformes  pnertas ,  que  semejantes  6  las  de 
las  esclusas  en  los  grandes  canales  de  na- 
▼egaclon ,  cierran  é  ietorceptan  la  entra- 
da  al  agua  del  mar,  contrareslando  el  grande 
esfuerso  de  este  elemento ,  á  favor  de  so  for- 
ma  conTcxa.  Próximos  á  los  diques  estin  los 
linglados  bijos  los  cuales  se  construyen  y  oon- 
serran  las  embarcaciones  menores,  y  tambien 
los  destinados  á  los  aserradores. 

Frente  de  los  diqoes  y  mirando  para  el 
canal,  se  tc  una  linea  de  edifldos  que  contie- 
oen  los  obradores  de  berreros,  carpinteros  de 
Mtmco,  (asi  llamados  para  distinguirlos  de  loe 
de  ribera,  que  entienden  esclnsifamente  en 
lo  concerniente  á  la  construcdon  dc  lofi  bo- 
ques  y  su  arboladora ,  en  tanto  que  aquellos 
trabijan  en  los  repartimientos  interiores  y  toda 
obraacoesoria),  faroleroe,  tomeros,  oMtooeros, 
coostruetores  de  remos  y  de  bombas  bldráo- 
lieaa  de  todo  géocro,  cerraieros,  anoeros,  to« 
neleros,  de  piotura  y  eseoltora;  y  eo  todos  ae 
advierte  el  órdeo  y  distribudoo  delos  trabiúoe, 
y  el  perfeoto  resultado  qne  es  capaz  de  pro- 
doclr  la  sUnultinea  y  bien  oombinada  coope- 
radon  de  tantas  profesiones  indepeodientes, 
qoe  coBcnrreo  coo  sus  prododos  y  artefados 
¿  la  habiHtacioo  y  perfeccioo  de  los  bageles 
de  goerra. 

Gootiooaodo  eo  la  oiisma  direccioo,  descn- 
bre  pn^ximos  el  visitaote  los  graodes  tioglados 
donde  se  guardan  y  eonserran  Tcotiladas  y 
ea  perfedo  estado  de  seqoedad  las  maderas  de 
ploo,  asi  eopieias  de  flgora,  coaM  eo  madrea 


y  tablaioo.  Slguiéado  la  lioea  de  los  dlqoei, 
se  pasa  por  no  poeote  de  madera  m  cido 
perpendlcolar  al  caoal  priodpal  qoe  sorte  de 
agAa  al  llamado  di^  de  maderéiy  espede 
de  balsa  ó  fosa  destioada  i  la  ooDserriidoa 
de  las  piesas  de  roble;  piies  esta  naden, 
de  uo  nso  tan  predoso  en  la  oonstmcdoo  n* 
Tal,  aumenta  sn  dureia  y  sos  iHieDas  coalidi* 
dcs  sumergida  eo  el  agoa  dei  mar.  Este  ciio 
corre  paralelameote  y  oootigoo  i  la  libriei 
de  jarclas ,  edifldo  digno  de  la  coriosidad  de 
los  ioteligentes  por  su  eatreraada  loDgitad, 
bueoa  coDstraccioo,  miqotoas  y  artífidos  qoe 
contieñe.  Es  oo  proloogado  paraldógrin», 
diTidido  loogitodioalmeote  por  largas  hiler« 
de  postes  ó  colomoas  de  piedra.  qoe  íonBia 
coatro  oaTcs  i  lo  largo  del  édifldo,  doa* 
de  se  pradicao  todas  las  operadODes  de  U 
eordeleria,  desde  el  aspado  del  ciñamo,  nstri- 
liado,  ^  torcido  eo  filisticas  ó  cordODes,  histi 
la  completa  coDfeedoo  de  la  cabulleria  de  to- 
dos  gmesos  y  meoas,  y  de  loe  cables. 

Ko  el  mlsmo  ediflcio  bay  ooa  piesa  deiti- 
oada  al  alqoitraoado  de  la  fllisüca,  opendoo 
qoeprecede  i  la  corcha  ó  torcido  de  loi  oordo- 
oes.  Esta  operadoo  se  pradica  badeodo  piiir 
por  debalo  de  uo  tbrao  giratorio  de  flerro,  co- 
locado  eo  el  fondo  de  una  gran  caldera  lleiii 
de  alqnitran  hirTiendo ,  grandes  maios  de 
aquella ,  que  se  someteo  segoidaoieale  7  por 
el  mismo  motor,  i  derto  grado  de  pf^oo, 
que  la  despc^a  de  la  caotidad  sopérfloi  de 
aqoella  resiua.  Una  parte  coosiderable  de  iqod 
Tasto  ediflcio,  fué  destmida  i  priDClptos  del 
siglo,  por  UD  espaotoso  incendio  que  redojo  í 
cenisas  inmensas  cantidftdes  de  ciñaoio  eo 
rama  qne  se  hallaban  en  él  almacenadis;  sieo- 
do  ios  caosantes  del  estrago  algnnos  inditidQOs 
qoe  se  iotrodQOian  fartiTamente  para  robir 
aqoel  material,  y  qoe  boyendo  con  aturdhnlea* 
to  eo  ona  de  soaeacorsiooes  ooctoroas,  hobie- 
ron  de  abandonar  alguna  Tela  enceodida  eo 
medio  de  aquella  masa  de  materias  iofliBia- 
bles.  Uo  ado  tremeodo  y  oiefflorable  dej^ 
da  fbé  ejecutado  eo  los  perpetradores  de  iqoa 
crimeo  qoe  fberoo  luego  descubiertos.  Aqo^ 
lla  ala  del  edifldo,  gradaB  al  abaudoDode 
ouestra  marioa,  ha  permaneddo  afroiaadi 
desde  la  época  del  ioceodlo,  para  cayaediB- 
doo  fbé  oecesario  emplear  la  artilleria.  M 
fibrica  Tieoe  i  fonoar  d  segondo  lado  del 
coadríloogo  qoe  bace  la  plaota  del  arseoal. 

Eo  el  tercero,  qoe  es  perpendicolar  al  qoe 
acabamos  de  descrlbir,  y  por  lo  taotoparaleloa 
primero  doode  estáo  los  diqoes,  se  eocoeDtf» 
las  bermoaasiuNMt  ie  whokdwa,  protoogi' 
do  edifldo  de  plaota  paralelógrana,  difim 
traSTersalmeote  porparedeade  niediaoerta,qpe 
formao  dies  y  aiete  oaTcs ,  destioadas  U  m^ 
yor  parte  i  la  coostmcdoo  y  conserracion  de 
los  palos  de  diTcrsa  forma  y  dimeosiooes  qoe 
ooostitoyeo  la  arboladura  de  los  boques;  pv|e 
importante  de  la  construcdon  naTali  T<n|^ 
rigeo  y  eJeootanboiDbres  espedaleadedieados 


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AaSBRAL 


494 


i  este  niiio.  Por  el  eeDtro  de  cada  ntta  de  ei» 

lis  DiTes  corre,  en  el  senUdo  de  so  respectiTa 

longitud,  00  caoal  estrecho  de  canteria  qae 

comujiicii  con  el  caño  esterlor  paralelo  al  edi- 

ficio,  qae  aisla  en  bo  forma  cuadrilátera  todo 

el  iTseDai ,  7  por  él  se  estraen  6  introdacen  i 

ílote  los  enormes  palos  de  tos  navioa ,  7  por 

medio  de  aparejoa  colocados  i  lo  largo  de  es- 

t08  cuales ,  hechoe  flrmes  en  los  postes.  se 

luspenden  7  Taran  en  el  obrador  para  hacer  en 

ellos  los  reparos  7  composiciones  necesariaa. 

l8las  Dayes  edificadas  en  la  época  dcl  fomea- 

to  del  arsenal ,  son  do  escelente  fibrica.  La 

príoefa,  i  la  parte  de  Ponie&te ,  es  sobre  to* 

do  adiDirableporsuatrevida  constrnccion,  an- 

cbora  7  armadora  de  su  techo  de  forma  elipti- 

ca,  7  aun  segnirian  escitando  la  admiracion  de 

loi  ioteligentes ,  si  una  mano  mas  aaoladora 

qoe  la  del  tiempo  no  se  hubiese  adelantado  i 

este  en  sos  estragoa.  En  la  gnerra  de  la  inde- 

peodenda ,  7  dorante  el  asedio  de  las  tropas 

fraocesas  i  la  isla  gaditana»  por  el  año  de  4  84 1, 

k»  iogleses,  entonoes  nuestros  aliados,  hicie- 

nmdestecharla  7  arrancar  de  este  7  de  otros 

ediOcios  importantes  del  arsend ,  las  maderas 

7  lablason,  dejaodo  so  interíor  á  la  intemnerie, 

10  pretesto  de  aplicarlas  i  la  formacion  de  ba- 

tertas,  esplauadas  7  otras  obrasde  fortiflcacion 

cootra  cl  eooion  enemigo.  iTríste  necesidad, 

y  iiogDliir  eoyootora  qoe  daba  i  los  iogleaes, 

íos  antigoos  émoloa  7  adTersaríosde  ooeetro 

poder  maritimo,  la  ocasioode  exigir  7practicar 

eooio  00  serdcio  lo  qoe  habia  sido  siempre  el 

objelo  coDstaDte  de  sos  proTocadooes  7  de  los 

eoBatos,  la  destrocdon  de  noestros  arseoales! 

Redeoteraeote  se  hao  hecho  en  estas  pre- 

eiosas  naToa  importaates  7  bien  entendldas 

reparadones,  constro^endo  en  ooa  de  las  ma- 

Tores  nna  noeva  sala  de  gaUboi,  Se  da  este 

Mibre  iuna  pieaa  de  grande  estension,  sobre 

coyo  paTimeDto  de  madera  pintada  de  negro, 

se  hace  el  traaado  de  las  pieaas  curvas  7  de 

llgurairregular  que  entran  eo  la  constrocdon 

de  las  embarcadones,  7  por  éi  las  plantillas  ó 

psdrooes,  segoo  los  coales  se  hao  de  labrar. 

Itespoes  de  los  diques,  obradores,  fábrícas 
T  ediAciOB  qoe  lileraiqeotehemos  mencionado, 
es  000  de  los  mas  notables  7  dignos  de  exi- 
■en  el  almaeen  atneral,  asi  ilamado,  porque 
00  él  se  goardao  Tas  materías,  efectos  7  pertre- 
^  neoesaríoa  para  el  armamento  de  los  bo- 
^pies,  colocando  7  clasiflcando  ordenadamen- 
le  los  objetos  s^n  so  oatoralesa  y  volú- 
Biai.  Este  gran  edificio  ocopa  00  espacio  con- 
siderable  sobre  el  coarto  kdo  del  coadrílitero 
delarsenal,  dandofireote  i  las  oOcioas  de  la 
coaiandancia  general  delpunto,  sub  inspec- 
dOD  de  pertrecbos ,  comandancia  de  ingenie- 
ms  7  otras,  7  tambien  i  la  entrada  del  gran 
patio  7  obrador  de  Telas.  La  poerta  de  San 
lemaódo ,  que  Tiene  i  estar  en  el  centro  de 
este  coarlo  lado ,  ocopa  el  promedio  entre  el 
^lniace&  general  7  didias  ofldnas.  Sn  este 
Creu  dc^óaito  se  guardao,  7  por  é1  se  sumi- 


nistran ,  todoa  loa  materíales  que  se  cmpleao 
en  los  obradores,  aai  eomo  la  moIUtud  de  ob- 
jeios  7a  elaborados  que  se  destioao  al  serTi- 
cio  de  las  embaroaciooes,  7  tambieo  i  su  de- 
coradoo  7  omamento. 

k  faTor  de  nna  bien  entendida  distribodoo 
7  del  conderto  con  qne  se  hallan  colocados 
tan  nnmerosos  7  diferentes  objetos,  se  puedcn 
practicar  en  pocas  horas,  trabajos  que  pare- 
cen  imposibles  i  los  que  no  tieoen  idea  del 
espirítu  de  órden  7  actiTidad  que  reina  en  toáo 
lo  que  concieme  al  serrido  de  la  marína.  El 
bicrro  7  el  cobre,  estos  utilislmos  metales,  se 
Ten  alli  en  todas  formas;  en  lingotes  ó  gali- 
pagos,  7  manofacturados ,  desde  la  pieaa  mas 
complicada  7  de  diñcil  trasporíe,  hasta  la  mas 
sencilla;  desde  el  pemo  de'ma^ores  dimensio- 
nes,  hasta  el  cUto  7  la  aguja  nuis  sutil  7  di- 
minuta.  Vénse  tambien  alli  colocadas  en  nu- 
merosa  estantería  todos  los  tejidos  necesaríos 
para  el  servicio  interíor  7  esteríor  del  buque, 
desde  la  graesa  7  rígida  lona  que  se  emplea 
en  el  Telimen ,  hasta  la  seda ,  el  labrado  da- 
masco  7  el  delicado  encaje  destinado  al  serTi- 
cio  de  los  altares. 

En  uno  de  los  departamontos  del  almacen 
general,  esti  la  salas  de  armas,  pieza  dispues- 
ta  con  ingenioso  artifldo,  donde  se  tcu  mo- 
chos  miles  dc  fusiles,  graonúmero  de  lanzas, 
choxoB,  hocea^de  abordage,  trabocos,  esmerí- 
les,  peqoeños  obuses,  probetas ;  en  tanto  qne 
en  las  paredes  7  los  tedios,  reTestidos  de  ma- 
deras  baraizadas,  de  adornos  dorados  7  tro- 
feos,  aparecen  en  caprichosasflgurasde  soles, 
estrellas  7  semidrcolos,  innomerable  cantidad 
de  pistolas,  espadas  7  de  armas  blancas ,  de 
diTcrsas  especies,  asi  antiguas  cqmo  moder- 
nas,  7todo  pronto  iser  empleado  en  caso  de 
necesidad. 

No  lejos  del  almacen  general,  contiguos  7 
i  lo  largo  del  muelle  de  San  Feraando,  se  en- 
cuentrao  los  almacenes  llamados  del  ewduido 
7  el  de  beíunes,  7  los  destinados  i  los  buquea 
que  se  ballan  en  estado  de  desarme  ó  de  care- 
na,  en  número  de  cuarenta ,  en  los  cnales  se 
deposita,  con  absoluta  separacion  é  indepen- 
dencia,  los  cargos,  peilrechos  7  efectos  que  i 
cada  uno  pertenecen.  Detris  delalmacen  ge- 
neral  e^i  el  gran  obrador  de  recorrida  de  apa- 
rejos»  7  siguiendo  esta  direccion,  7  en  el  es- 
pacio  que  queda  comprendído  entre  el  prímero 
7  cuarto  lado  del  cuadrtlitero  del  arsenal,  se 
haita  el  parque  de  artillería  7  sus  obradores  7 
oflcínas  respectiTas. 

£n  la  parte  alta  del  ediflcio ,  que  con  la 
puerta  de  San  Fernando  constitn^e  uno  de  los 
príncipales  del  arsenal ,  están  las  oflcinas  de 
contabilidad  7el  obrador  de  instramentoa  niu- 
ticos.  Este  interesante  talier ,  7  el  depósito  de 
instramentos  que  leesanejo,  sebacennotar 
por  sn  buen  órden  7  aspecto.  Se  tcu  alli  co- 
locados  eo  hermosa  estanteria  instramentos 
de  obserracion,  comooctaotes,  sextantes,  dr- 
culos  de  repeticion;  multitud  de  agujas  oiuti- 


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AftSlfflAt 


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ots  de  Yaria  y  cnriMi  OMUkuceion:  btróme-o 
4n»8,  bitácoras  oonuiMS  y  de  Iqe  fofleja,  am- 
pollelas ,  «lc.  EDtre  taatos  ol!^el»s  sobresalea 
una  ingeniosa  máqutna  difisoria,  q«e  airTc 
para  graduar  los  arcos  de  circulo  de  los  ius- 
trumentos  de  observacion ,  constroida  y  per^ 
íecdoDada  por  on  bábü  profesor  y  niaestro  de 
aqoel  obrador,  y  dos  imanes  de  graade  fuersa 
atractlva,  uno  natural  y  otro  artiflcial,  ad- 
mirables  porsu  eoostmccion  y  bellesa,  y  por 
«1  delicado  guslo  con  que  están  raoatados,  for- 
mando  uno  de  los  priBCipaíefl  ornamontos  de 
«quel  interesaiite  depósMo. 

MenoioDaremos  para  coostpletar  ceUi  ligera 
descripcion  ,  la  Machina ,  ó  gran  cabria  para 
arbolar  los  buqnes,  montada  sobre  nn  casco  de 
uavto  áflote,  y  entre  las  obras  civiles,  la  her- 
mosa  iglesia  parroquial,  las  ochenta  y  dos  ca<- 
•sas  destinadas  para  aiojamiento  y  üJ&cioas 
de  los  gefes  y  subaUernos  del  arseoal;  el 
colegio  de  guardias  tnarinas  embaroados ,  los 
coartcles  de  artilleria  é  infanteria  dc  marlaa, 
«1  de  marineria,  el  hospital,  la  casa  de  con- 
tinados,  Hamada  de  CutírO'íorrei;  los  gran- 
des  aljibes,  para  agua  llovediza,  capaoes  de 
contener  434,744  arrobas;  el  acueduoto  re- 
<;ieotemeote  coBStroido  para  condudr  des- 
de  la  poblacion  de  San  Gárlos  ias  aguas  po- 
tables  para  el  coitsomo  del  arsenal ,  sin  otras 
lábricas  y  construcciones  de  menor  ouantia,  y 
'objetos  digttos  de  conmemoracion,  y  cuya  des- 
crtpeion  nocabe  en  im  articuk)  de  esta  naUi- 
raleza.  - 

Nuestros  arsenaies  de  Ferrol  y  Gartagena, 
perféctamente  situados»  dfeon  especiales  y 
peculiares  ventajas,  debidas  ¿  su  respectiva 
localidad  y  oondiciones  hidrográficis,  con 
otras  circu«st«DCi«s  que  los  haoen  dignos  de 
ser  comparados  con  los  mejores  del  esu*ange- 
ro.  El  de  Ferrol  paede  cousidcrarse  ol  primero 
por  lo  que  respecta  á  ia  constntccion,  tanto 
por  la  baratura  de  la  mano  de  obra,  oomo  por  su 
inmediacion  á  los  montes  que  pioveen  con 
^  abondancia  las  mejores  maderas  oon  meuos 
costoso  trasporle.  Giertamentepudo  haberse  he- 
chounamejoreleccionenaquellapartc  de  nues- 
tras  costas  para  establecer  el  departamento  y 
arsenal;  pero  con  el  auxilio  de  ios  vapores, 
nada  hay  que  prive  ya  ¿  su  puerto  de  ser  con- 
siderado  como  uno  de  los  mayores  y  mas  se- 
gruros  de  la  marina  militar  de  España.  Su  ar- 
aenal  es  ademas  notable  por  la  solidéz  y  mag- 
Diflcencia  de  sus  ediflcios  y  «u  escelente  esla- 
do  deconservacion.  Enlresugmejorasy  adelan- 
tos,  deben  contarse  la  escuela  de  maquiaislas 
y  la  factoria  de  máquinas  de  vapor,  reciente- 
mente  establecidas. 

fil  arsenal  de  Gartagena,  auHque  de  menor 
e^tension,  es  admirable  por  lo  bien  siUiado  de 
sus  edtfidos  y  U  cmaoia  y  eonoe&traoion 
de  todas  sos  (¿bricas  y  depeBdenoiaB^  y,  sobre 
'  todo,  por  so  magotfica  d^rseDa  que  vieiie  ¿ 
ocupar  el  eentro.  81  puerto  es«I  prtooipal  y 
HMioréel  Modltmáiieo,  y  iio«b  ««ceiano  ci- 


tor  a«  cüsioa  eelebrtdad  pairA  ^bar  sa  pree- 
miaenoia,  y  la  importttiicia  que  est¿  llamado  4 
aloaniar  en  lo  fuiiiro  aquel  departameoto  de 
ouestra  marina.  EU'Oate  arsenal  hay  unaesoe- 
kiite  f¿brica  dejarcia&  yotradetejidos,  donde 
se  elaboran  en  la  actualidad  de  uno  y  otro  gé- 
nero,  los  que  sirven  para  el  surtido  de  todaii 
armada  naval,  empleando  como  pfimeras  mi' 
terias  ios  cáñamos  del  reino. 

Ademas  de  estoa  arseBales,  se  cueoUa  ei 
k»dominio8  de  España,  losde  la  HatMot, 
Gavtte,  Fuerto  mco  y  ifahoD. 

Lo6  arseuales  maritimos  de  la  Gru  Bttti- 
m,  800  CH  todo  éignos  de  su  pfepoteoeia  v- 
vai.  Los  principalcs  son  en  nDmero  de  seis: 
Deptfurd,  Woolwich,  Gfaatham ,  Sheeroesi, 
Portsroouth  y  Piymouth. 

Ademas  de  estos  arsenales  deprimerórdea 
tiene  otros  eo  ias  diversas  partes  del  rauado, 
sujetos  á  so  doDiuio.  Les  de  Franeia  se  di- 
viden,  segun  su  importanoia  en  dos  cUieg, 
oorrcspondiendo  ¿  la  |)rimera  los  de  Breet, 
Tolon  y  Rochefort ,  y  ¿  la  segunda  los  de  Li- 
rient  y  Cherbourg»  coütando  odomas  en  un  ór- 
den  infeKor  y  eomo  accidentales  loa  de  Doa- 
kerqoe,  ei  Havre,  Saiut-Servaa^  Nantes,  Boar- 
deauz  y  Bayona. 

Bn  las  demaapoteBCias  estrangeras  los  iT' 
senales  mas  Dotables  son,  en  Portuyal  el  de 
Lisfooa;  enlUdiü,  Villafranoa,  Génova,  Speuii, 
Lioma,  Giviu-Vediia,  N¿pole8,  Ancona.Yene* 
cia  y  Trieste.  En  varias  isiaa  del  MediterriieD 
Porto-Ferrnio,  F^ermu,  Malta  y  Gorfó;  ea  ile- 
mama ,  Danttiok  y  UamboFgo;  en  <i  reinode 
hsPaiiM  Bafes,  Amberes,  Flessinga,  HelTat' 
Sluys,  el  Texel,  etc.^enMuunarMi,  Gopeihi- 
gue;  en  Suecia,  Gf/rlscroDe;  eo  üufta,  SaaFe- 
tersburgoyGronatad  (en  el  Báltlco),  y  Sebisto- 
pol  (eo  el  mar  Negro) ;  en  Turquía,  Gonstanli- 
Dopla;  en  Bgiplo,  AÍ^andria;  en  ios  JSKodtf 
BerheriicoSy  Taaeey  Tripoli,  etc. 

fin  los  Estados  ÜDidos  de  América  ooeata 
stt  marina  muchoe  arseoales,  los  masnotables 
SOB  los  de  New^¥oii¿ ,  Bostoo,  Baltífliore,  ete. 

Las  nuevas  repúblioas  establecidas  ea 
nuestras  antiguas  colonias,  conUenen  cierlo 
número ,  oomo  el  de  Veracrus  (en  M^ieo), 
PuertoGabelIo  y  Gartagena  (en  Tierra  Firme), 
el  deGallao  (ea  el  Perú),  Valfiaraiso  (en  GliÜe), 
Montevideo  y  Bueoos-Aires  (eu  el  río  de  U 
Plata.)  Los  prinoipales  arscnales  maritiBOS 
del  Brasil  son  los  de  Bio  Janeiro  y  Bahia  o 
San  Sulvador. 

ARSfiNAL.  {Arquiiectura,)  Este  odiflcioqDe 
¿  imitacion  de  los  anüguos,  oosotroshemaiet- 
locado  en  nueatras  ctD<fiulesfortificadas,  seoo- 
poae  dc  un  patio  principal,  alrededor  del  coil 
bay  una  porcion  de  pórticos  destinados  á  ra- 
ciblr  ia  artilleria  oonfeccionada  y  clasifieaii 
per  sérias ,  tal  eome  los  cañoDes,  morteroi, 
oboses,  arcones,  oarruages  de  tfasporle,elo., 
de  una  saia  de  armas  para  que  oouteoga  les 
fusiies,  las  anaas  l»laacas,  y  toda  espeeie  4e 
fornituims;  y  de  oo  pabeiloa  pm  adiüniitn- 


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Ífl 


ARSÉNAl^AJlSENICO 


m 


d(»,c(mbftb)tatíoil  para  el  admínlfitrador  7 
empleados. 

Ed  otros  patíos  secoDdarios  deben  estar  los 
telleres  de  carretería,  cerrajerla,  fundlcion,  1 
carpmtería,  almacenes  de  materiales;  y  en  1a 
parte  mas  aisladatin  pequeñd  almacen  de  pói-' 
Ton.t3te  edificiodebe  estar  colocado  á  la  ori- 
üa  de  an  gran  rio,  para  faciHtar  los  traspor- 
tes  de  materlales  y  armus  á  los  pnntos  del  rel- 
no  eo  qoe  faeren  necesaríos.  Sns  moros  de 
0erramicBto  deben  éstar  en  cnanto  sea  posible, 
Todeados  de  nn  canal. 

Kntre  los  ^rsenales  mas  notables  que  Ée 
fiiDedea  dtar^  tnerecen  particnlarmenteía  aten- 
cionloB  de  Parls,  Estrasburgo,  Metz,  Lilte,  Be- 
sineoo,  Perpiñan,  en  los  cnalcs  se  fabrican  ca- 
Bi  todas  las  armas  del  reino. 

Amnd  de  Vmecia^  constmido  en  4  337, 
por  Andrés  de?isa,  está  dispnesto  de  tal  ma- 
nera  qne  ^rre  de  arsenal  de  tierra  y  mar. 
L08  dos  leonee  de  mártnol  blanco  qne  decoraban 
lapaertadel  Piceo  en  Atenas,  fueron  traidos  por 
los  ?ienedanos,  y  colocados  delante  de  la  pner- 
taprincipal. 

Arsenal  de  Lóndres,  donde  se  yen  en  una 

sala  de  armas  de  34  pies  de  longitud,  100,000 

fosiles  colosados  con  un  órden  admirable.  En 

este  arsenal  se  conservan  los  despújos  de 

lafiota  Inveticible  de  I0&  españoles,  destina- 

da  á  sobyuear  la  Ing'Iaterra,  las  banderas,  los 

cracifljos,  nacbas  de  armas  y  dardos  enve- 

neuados  de  esta  espedidon,  y  se  conserva  con 

Qo  itienos  interés,  la  seríe  cronológica  de 

trmádnras  de  los  reyes  de  la  Gran  Bretaña, 

desde  Goillermocl  Gonqnistadorhasta  Jor|^eII. 

ArtenaldeÉerlin.  Su  posicion  sobre^Ias 

ofilks  de  la  Sprce,  le  facilitan  las  provisiones 

rbs  esporíaciones,  y  te  daft  una  superíorldad 

coosiderabte  aobrelos  ediflcios  de  este  género. 

ARaÉNIGO.  {Quimiea.)  II  arsénieo  es  nn 

co&po'sólido»  deungrís  de  acero   brillante 

cuunto  efllá  reclientemento  preparado,  sieado 

friable,  de  teslura  escamosa,  y  su  densidad 

de  5,7.  Gareee  de  sabor,  y  desarrolla  por  el 

firQlamiento  un  ligero  olor  de  ajo.  Ei  arsénico 

se  soblima  r&pidamentc  bajo  1a  influencia  del 

cüor,  porque  la  témperatnra  de  su  volatiliza- 

<^n  diflere  tntiy  pdco  de  la  temperatnra  de  so 

Anion.  Solose  liqnida  él  arsénico  esponiéndole 

i  un  caloT  rú]o,  al  mismo  tiempo  que  á  una 

f^ertc  presion  en  una  vasija  bien  cerrada.  EI  ar- 

tMco  se  empaña  ál  aire  y  ¿e  cubre  de  un 

poltillo  grrislento,  quene  esotra  cosa  que  una 

neicta  de  áóido  arsemioso  y  dc  arsénico.  En 

«*fertbs  pQHtos  de  suanperflcle  se  notan  man- 

chts  blanqnecinas  cotnpuostas  casi  totalmente 

«ieicido  arsenioso.  Pueslo  en  contacto  con  un 

coetpo  en  ignicion,  arde  al  aire  como  si  foese 

fnea  y  esparcieudo  tma  Inz  azulada  apenas 

vbible  duR&nté  el  dia,  pero  que  en  la  oscori- 

dicf  se  asetn^a  peftectamenle  á  la  lua  dcl  fós  - 

teto.  Al  ardcr  asi,  á  ioá  480"  sobre  poco  mas  ó 

niciios,  esparceun  olor  particulát  que  récue^da 

cl  dd  á}o  6  leldeifdsfoto.  Esteolor  se  desarrolla, 

168      HBUOTKGA  POPULiUI. 


como  el  de  otras  muehas  snstandaa,  én^tto* 
mento  mismo  del  paso  del  arsénteo  al  estado  dé 
ácido  arsenioso,  ó  viceversa,  cnando  e1  icldoar- 
senioáopasaal  estadodearsénico.  Deestainan)^ 
ra  el  olor  aliiceodel  arsénlcono  peftenec^  ni  i 
estc  metalreducido  á  vapores,niál  áddo  ktse- 
nioso:  perténece  slalintérvaIo,pord6ciHoaá1, 
inapreciable,  qne  constituye  el  paso  dc  un  está- 
do  á  otro.  Gúatido  se  tiencencLma  del  arsénico 
catdeado  nna  cápsula  de  porcelaua  ó  cualquier 
otro  cuerpo  sólido,  senotaque  los  vaporesqné 
se  condensan  á  tn  inmediaclon  del  arsénico, 
forman  úná  capa  resplandeciente  á  modo  de 
un  espcáo,  y  de  un  gris  mas  ó  menos  oscuro, 
(arsénico  metálico),  mientras  que  á  mayor  dis- 
tancia  esta  capa  es  blauca,  (ácido  arsenioso.) 

El  arsénico  acompaüa,  juníamente  con  ú 
azufrey  el  selenio,  á  un  gran  nümero  de  me-  . 
tales,  lales  comoel  hierro,  el  cobre,  el  plomo, 
el  cobalto,  el  nlqoel  y  cl  anümoDio  (arseniu- 
ros.)  Éncuéntrase  el  arsénico  en  el  estado  d^ 
arseniato  de  cal,  en  diferentes  localidades  don^ 
de  se  halla  el  fosfato  de  cal,  y  somorfa  con^ 
arseniato. 

Guando  80  calclna  al  liire  nn  arseninro  de 
cobalto  ó  de  hienro,  se  obtiene  un  desprettdl'*^ 
miento  dc  ácido  arsenidso;  y  este,  ntído  i  uiiá 
base  V  calentado  con  carbon,  da  ei  ár^énid^ 
que  llega  á  condensarBe  en  recipientés  fHot^. 

Fármula  dcl  arsénico.  As  ó  Al^  (étottK^ 
=940,  ú  84. 

El  arsénico,  lo  mismo  que  el  antiaciotiid, 
hace  los  metales  muyqnebradizos»  sietidbbási- 
tante  para  conseguiHo  una  corífstOoa  caútídad 
de  arsénico.  Gon  el  cobre  da  un  arséniaro  blan^ 
co  conocido  en  otro  tiempo  con  el  nomblre  úb 
cobre  blanco,  empléase  un  arseninro  de  f¡\!^ 
mo,  que  contieue  muy  poco  arsénico,  patt  co- 
lar  las  municiones  dc  caza.  Algunos  de  eHM 
arsénicos  metálicos  pueden  combinarse  fson, 
loB  arseniofos  alcalinos,  para  formaf  arsMtt^ 
ros  dobles  (arsenio-sales.)  Sometidos  i  la  toiw 
refaccion,  exbalan  los  arseniuros  un  oXtít  é^ 
t¡¡o;  despréndese  icido  arsenioso  que  se  éépo- 
siia  bajo  laforma  de  cristalesblancossot^reM 
cuerpos  fríos,  y  se  prodocen  sub-arsenf^tod. 
El  icido  azótico  conceotrado  é  blrviefldOtSi'él 
icido  esta  en  esceso,  convierte  los  asenint^ 
en  arseniatos,  y  lostrasforma  en  arsénttés,  *ñ 
el  icido  no  entra  con  esceso. 

Compuesio  de  arsénico  y  de  éxiffeno. 

Existen  dos  y  acaso  tres  comtónac'Kme*  de 
arsénicoy  de  oxígcno. 

I ."  Acidoarsenioso.  EI  icido  ar8enloso(<ft»f- 
dode  arsénico,  arsénícoblancü,mata  ratoneé), 
se  vende  en  el  comércio  con  el  nombre  de  ar- 
sénico.  Se  le  obtiene  en  grande,  por  la  tor- 
refaccion  de  los  arFenioros,  en  las  fibrlcai  db 
vidrio  blanco  de  coballo;  los  vapores  bláncott 
de  ácido  arsenloso  qoc  te  despnenden,  vienéii 
i  condensarse  en  largos  tnbos  de  cblnen^, 
llamados  en  aleman  giftfi^ge.  Se  le  ebúem 
T.    m.    3« 


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499 


ABSENIGO 


lUUl 


ademas  tostando  directamente  el  arséDico  en 
contacto  del  aire.  Tauto  en  uno  como  en  otro 
caso,  e1  áclüo  ar BenloBO  tiene  el  aspecto  de  un 
polvo  blanco  seinejante  á  la  harina.  Espuesto 
al  calor  roju  en  vasijas  cerradas,  el  ácido  ar- 
senioso  en  polvo  se  sublima  y  se  condensa  en 
la  parte  superior  de  las  vaayas,  bs^o  la  fonna 
de  una  masa  vitrea,  trasparente,  amariUenta, 
7  <ie  una  densídad  igual  A  3,73.  Pierdepronto 
Eu  trasparencía,  y  resulta  opaco  y  denn  bian- 
co  lecboso,  al  misrao  tíempo  que  disminuye  de 
ftensidad,  porque  de  3,73,  esta  necesidad  que- 
da  reducida  á  3,69,  sin  que  por  eso  liaya  cam« 
biado  dc  composiclon. 

£1  ácido  arsenioso  es  dimorfo:  cristalisa  en 
tetraedros  (por  laviaseca),  y  en  octaedros  (por 
la  via  Immeda.)  El  ácido  arsenioso  apenas  cs 
solubie  cn  el  agua  ú  la  temperatura  ordinaria, 
pues  cicn  partcs  de  este  liquido  solo  disuel- 
ven  una  eu  frio,  aunque  disuelven  diez  si  es  en 
catíente.  l.a  adicion  de  nn  ácido,  porejemplo 
e!  clorbidrico,   aumenta  su  Bolubilidad  en  el 
agua.  Una  disolucion  saturada  é  birviente  de 
ácido  arsenío«o  fMridido  ytrasparente,  median- 
le  el  enfríamiento  dejadepositarcrislales,  ca- 
da  uno  de  elios  acompañado  de  una  ráfaga  de 
luz  bastantc  intensa  (en  la  oscuridad),  para  po- 
der  leer  la  bora  en  un  reloj.  Redisneltos  los 
cristales,  es  de  notar  que  ya  no  producen  es-r 
te  fenómeno  luminoso.  La  disolucíon  acuosa 
de  ácido  arseníoso,  enrojece  débilmente  la 
tiotura  de  tornasol,  tiene  un  aabor  astringente 
y  metálico  qne  luego  se  convierte  en  dulzaino. 
El  ácido  arsenioso  espuesto  al  calor,  se 
volatiliza  sin  pasar  por  el  cstado  liquido  in- 
termediarío.  Los  vapores  de  ácido  arsenioso 
tienen  un  olor  aliáceo  mas  ó  menos  decídído, 
]o  que  depende,  no  como  algunos  se  imagi- 
tkVi,  de  la  presencia  de  algunas  particulas  de 
firsénico  oo  oxidadas,  siuo  de  que  el  ácido  ar- 
senioso  se  reduce  en  parte,  oucontrando  en  el 
aire  algunas  moléculas  dc  suslaocias  orgá- 
olcas. 

Gomo  ei  ácido  arsenioso  se  forma  á  una 
temperatora  elevada,  es  indescomponible  á 
esta  mismatemperatura:  es  por  tanto  un  com- 
poesto  estable.  Siu  embargo,  cuando  se  con- 
aerva  este  ácido  pulverizado  envuelto  cn  pa- 
pel,  se  notan  en  este  al  cabo>de  cierto  tiempo, 
tarias  mancbas  parduzcas  procedcntes  de  al- 
gunas  particolas  de  ácido  arsenioso  reducido. 
Asi  del  mismo  modo  que  cl  arsénico  se  oxida 
¿  la  larga  en  el  aire  búmcdo,  del  mismo  mo- 
do  tambien,  y  por  un  efecto  inverso,  el  arsé- 
nico  oxidado  se  desoxida  en  contacto  de  ona 
mtaocia  redoctiva  (rica  encarbono),  por  efec- 
to  del  tiempo,  y  bajo  la  influencía  dei  aire  bú- 
medo.  Galentando  con  carbon  muy  dívidido 
«1  ácido  arsenioso  en  polvo  dentro  de  un  tubi- 
to  de  cristal,  se  ve  alarsénico  depositarse  ba- 
Jo  la  forma  de  capas  negruzcas  en  las  paredes 
del  tubo;  aimismotiempoquese  sienteelolor 
característico  del  4o.  Pero  para  que  todo  el 
ácido  arseniosofledescomponga  conelcarbon, 


es  preciso  retardar  la  volatiKdad  del  primero, 
tratándole  con  potasa  6  con  sosa,  absoluti» 
mente  de  la  misma  suerte  que  se  fija  el  ácido 
fosfórico  eu  una  base,  á  fln  de  retirarel  fósfo- 
ro  calclnado  con  ei  carbon.  El  ácido  arsenioao 
es  muy  soiubie  en  el  ácido  clorhidrico,  y  en- 
turbia  el  agua  de  cal:  el  precipitado  blanco 
que  se  forma  de  arsénito  de  cal  es  soluble  sii 
efcrvescencia  en  los  ácidos  asótico  y  clot- 
bídríco. 

£1  ácido  sulfliidrico  no  prodoced^e.sde  la^ 
go  prccipitado  en  una  disolucioo  simplemente 
acuosa  de  Acido  arsenioso.  EI  precipitado  ami- 
rillo  (oro  pímente)  solo  se  forma  ai  cabo  de 
muchas  horas  y  hasta  de  muchos  dias;  pero 
nna  ebullicion  prolongada,  activa  su  forou- 
cion,  mientras  que  añadiendo  á  la  disolacioa 
acuosa  alg;,unas  gotas  de  ácido  clorbidrico, 
el  precipitado  amaríllo  de  sulfuro  de  arsé- 
nico  se  forma  en  el  acto,  siendo  este  precipiti- 
do  insoluble  en  el  agua  y  muy  soluble  es 
el  amoniaco. 

£1  ácido  arsenioso  no  produce  predpitido 
en  una  disolucion  de  azotato  neutro  de  pliti, 
siendo  preciso  añadir  préviamente  potasa  pi- 
ra  obtener  el  precipitado  rojizo  de  arseaito 
de  plata. 

Unido  á  la  potasa  el  ácido  arsenioso  di  coa 
las  sales  de  cobre  un  precipitado  verde  qoe 
con  el  nombre  de  verde  de  $(^ele,  se  emplei 
en  pintura.  En  contaclo  del  cloro  búmcMÍOi  el 
ácido  arscnioso  se  convierte  en  ácido  arséni- 
co,  á  consecuencia  de  la  descomposicion  del 
agua.  que  cede  su  oxigeno  al  ácido  arsenioso, 
y  su  hidrógeno  al  cloro. 

£1  ácido  arsenioso  es  un  ácido  débil  qoe 
neutraliza  mal  las  bases. 

Pármída,    A8  0*s=an  equivalente  de  ácido 
940,084  (A) 
arsenioso 300       (O') 


4  240,084  AsOV 


2.*'  Acido  arsénioo,  Este  ácido  diflere  del 
precedente  desde  luego,  porque  es  muy  sola- 
ble  en  el  agua,  y  ademas  porque  enrojece  con 
bastante  intensidad  la  tintura  de  tomasol.  Se 
necesitan  seis  partes  de  agua  fria  y  dos  de 
agua  caliente  para  disolver  una  parte  de  icido 
arsénico,  su  densidad  es  igual  á  3,4.  A  li 
(emperatura  rojo-oscura,  se  fundc  en  uua  ma- 
sa  vítrca,  que  ticne  mucha  semejanza  coa  el 
ácido  fosfóríco  fundido.  Escediendo  en  algoa 
tanto  ios  limites  de  esta  temperatora,  no  se 
volatiliza,  pero  se  descompone  al  calor  rojo, 
en  oxfgeno  y  en  ácido  arsenioso;  se  descom- 
pone  como  en  este  ijdtimo  coando  se  lc  calieola 
con  carbon  pulverizado.  EI  ácído  s'olfbidrico  no 
produce  en  el  precipitado  alguno  si  no  es  al 
cabo  de  quíncc  á  veinte  boras.  La  adicioo  de 
una  corta  cantidad  de  Acido  clorbidrico  hace 
eata  prccipitacion  instantánea;  y  como  el  ád- 
do  arsénico  resulta  mucbo  mas  soluble  qoe  d 


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S04 


ARSENIGO 


50« 


iddo  arseDioso,  pareee  mas  TeneDOSO  qne 
este  úKimo:  oentratiza  bieo  las  bases. 

Fámtíh.  As  0*,  análoga  al  ácido  fosfó- 
riwíPhO'). 

Se  plirepara  ei  ácído  arsénico  tratando  una 
disolucciOD  de  ácido  arscnioso  con  doce  partes 
dekido  axótíco  y  ana  parte  de  ócido  clorfaí- 
drico,  baclendo  qne  se  evaporen  para  qoe  el 
eieeso  de  estos  ácidos  se  desaÍQje. 

Segnn  Darcet,  si  el  ácido  arsénico  concen- 
Indo  se  calienta  con  el  alcohoi,  da  un  ácido 
coopoesto  de  nn  equiTaiente  de  éter  7  otro 
egainJente  de  agua,  reemplasable  porun  óxi- 
dometilico.  Es  el  ácido  arfmiovimoo  6  arse- 
tMto  ie  eter,  qae  tiene  por  fórmula:  As*  05, 

cro+Ho. 

OxidodearUnieo. 

Iste  óxido  acaso  no  es  otra  cosa  que  una 
neiclacn  proporciones  Tariables,  de  ácido  ar- 
MDioso  y  de  arsénico  metálico,  puesto  que  se 
oQDTlerte  en  estos  dos  cuerpos  cuando  se  llc- 
ga  i  someter  ¿  la  accion  del  calor:  sn  nombre 
de  matamoicoi  es  suflciente  para  indicar  sus 
piopiedades  deletéreas. 

Cmpuetto  de  arsénicoy  de  azuflre. 

ÍAB  solfuros  correspondientes  ¿  los  dos 
gndos  de  oxidacion  del  arsénico  son: 

!.•  11  sesquisulfúro  (oro  pimente  auripig- 
nmtwrri),  Sele  encnentra  cristalizado  en  ma* 
«8  foháceas  de  color  amarillo  y  lustre  naca- 
ndo,  en  flungría,  en  TransiÍTania,  cn  Yala- 
<Itiia  7  en  todas  las  minas  ricas  en  arsénico.  Se 
fe  prepara  calentando  una  mezcla  de  ¿cido 
"senioso  7  de  azufre,  ¿  una  temperatora  in- 
ferior  ¿  la  que  se  necesita  para  que  estos  cncr- 
posse  fondao.  Asi  obtenido,  es  de  un  amaríilo 
ioannjaflo,  de  an  aspecto  de  porcelana,  semi- 
^nsparente,  no  crístalizado,  7  casi  siempre  con 
Mola  de  cierta  cantidad  de  ¿cido  arsenioso. 
^tUtimo,  sele  obtienepor  laTiahúmeda, 
Pttcipitando  nna  disolocion  de  ¿cido  arsenloso 
por  él  htdrógeno  sulfurado.  Fórmula.  As  S' 
uátogo  al  ¿cido  arsenioso. 

tl  oro  pimente  es  una  snstancia  Tenenosa 
Wse  empléa  en  las  manufacturas  de  tclas 
PfBMas,  7  entra  en  la  oomposícion  del  coli- 
no  de  Lamftraoe. 

y  Sulfurocorrespondientealácidoarsé' 
»».  U  pnlTeruIento,  de  nn  amarillo  claro, 
ranble,  Tot¿til  7  mu7  soluble  en  los  sulforos 
^eilmos,  con  los  cuales  tbrma  wlfoeaks  ab- 
soIotaiQente  como  el  ¿cido  arsénico  produce 
w^-MÍe*  con  las  oxi'hasee, 

Cmposician.  As  S»,  an¿loga  ¿  la  del  ¿ci- 
do  arsénico:  se  obtiene  precipitando  una  diso- 
«Klon  de  ¿cido  arsénico  por  medio  del  hldró- 
geoo  Eolfarado. 

Ademas  de  estos  snlfbros,  se  conocen: 

W  proto-sulfúro  (rejalgar,  arsénico  rc^o, 
«lifirode  fnbf),  sehalla  en  crístales  semi-tras- 


parentes,  color  éo  aorora,  en  ki  China,  en  el* 
Japon,  en  Bohemia,  particnlarmente  en  los  pro- 
ductos  ToIc¿nicos;  esfnsible^  ▼oI¿til;despues' 
defondido  se  conTÍerte,  porelenfriamieüto,  en 
una  masa  Tílrea  trasparente  y  de  fractura  con- 
cdidea.  Se  le  prepara  destilando  una  mezola  de 
¿cido  arsenioso  y  de  aznfi^.  Pórmula.  As  S*. 

Mezclado  con  tres  partes  7  media  de  azofre 
(en  peso),  7  doce  partea  de  salitre,  sirTe  para ' 
prodocir  los  íUeíjos  bkmoos. 

Hemsa^sulfúro.  Estesnlfuro  seobtienetra* ' 
tando  el  rejalgar  con  la  potasa  c¿a8tica:  en 
csta  accion,  la  potasa  se  apodera  de  una  párte 
del  arsénico  que  disuclTe,  mientras  que  la 
otra  parte  se  combina  con  el  esceso  de  aznfre* 
Es  de  color  negmzco,  de  nn  brillo  met¿lico,  7 
sometido  ¿  la  destilaclon,  da  desdo  luego,  re« 
Jalgar,  7  despues  arsénico.  Fármuh.  As  S*. 

Emmea-sulfuro.  Este  sulfuro  es  de  oolor 
negro  como  el  precedente.  Fármula.  As  S*. 

El  azufre  parece  ser  snsceptible  de  combi- 
narse  en  todas  proporciones  con  el  arsénioo. 
Los  snlforos  de  arsénico  se  combinan  ¿  sn  Tes 
con  un  gran  ni\mero  de  sulfnros  met¿Iico8,  ta« 
les  como  los  snlfuros  de  cobre,  plomo,  anti* 
monio,  cobalto,  etc.  No  es  portanto  de  admi- 
rar  qne  se  encuentre  el  arsénico  en  muchoi 
productos  químicos  impnros. 

Compuesto  ie  arsénico  y  de  elor(^ 

M\  cloro  gaseoso  se  combina  directamente 
con  el  arsénico  en  polvo  para  prodocir  un  clo- 
ruro  dc  arsénico,  cn^a  accion  es  acompañada 
de  calor  y  de  luz. 

C/oruro  (mantccadearsénico).  Se  presenta 
bajo  la  forma  de  humo  blanco,  que  se  conden- 
sa  en  nn  liquido  incoloro,  de  nna  densidad 
igual  ¿  6,3,  y  se  congela  ¿  los  «9».  En  el  agua 
se  descompone  en  ¿cido  clorhidríco  ¿  ¿cido  ar- 
senioso  que  se  precipita  desde  Inego,  pero  que 
en  breTe  concluye  por  disolTerse  en  el  agna, 
asi  cargadade  ácido  clorhidríco. 

Fórmula.  As  CI 7,  ó  As«Cl', aoAlogo  al  ¿ci- 
do  arsenioso.  Si  el  cioro  predomina,  se  tendr¿ 
un  cloruro  (clorído)  mny  ToI¿til,  qne  por  sa 
composiclon  As  Ci*  corresponde  al  ¿cido  ar» 
sénlco. 

El  hromo  se  comporta  con  el  cloro. 

El  fluor  y  el  iodo  4an  origen  ¿  compnestos 
an¿Iogos  ¿  los  que  prodnce  el  doro. 

Compuestos  ie  arsémoo  y  de  kidrógeno. 

Hidrógeno  arseniado  (hidruro  de  arsénico, 
arseliuro  de  hidrógeno).  Ei  hi^rógeno  forma 
con  el  arsénico  nn  compuesto  gaseoso  ¿cido, 
insoluble  éinflamable.  Este  compuesto  arde  al 
aire  con  una  Uama  amarilla,  qne  se  trasformi 
en  agua  y  en  una  mezcla  grísienta  de  arséni- 
co  y  de  acido  arsenioso  qne  se  deposita  sobre 
los  objetos  fríos.  El  bidrógeno  araeniado  es  de 
on  olor  nanseabnndo  que  recnerda  cl  olor  del . 
fósforo,  siendo  bo  densidad  de  tfi,  en  ^  ei- 


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AasmcQ 


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t»iio  4e.  pam^  60  oiu^  jeoBUkd  omor  coandji^ 
estó  mezolado  con  el  hidrógeoo,  lo  qoe  casi 
Biempre  acootece:  tiene  mucha  semejanza  con 
el  hidrógeno  aatÍmoDiado;  á  una  temperatura 
bi\ja,  el  hidrógeno  arseuiado  toma  el  estado  U- 
qoido,  y  al  atravesarpor  un  tubo  incandescente, 
80  deacompone  en  bidrógeno  y  en  arsenico. 
Es  un  gas  estremadamente  venenoso:  respira- 
do>  atfiiqne  sea  en  poqqeaa  cantidad,  produce 
una  constriccion  bastaq^  fu^rtc  oq  la  gargan- 
ta  y  un  rebelde  constipado  del  bijo  Tven^re. 

Coflnpo^iciott.  Cica  partes  de  hidrógeno  ar- 
spniado  constan  de  4os  partes  de  hidrógeno  y 
ivciventa  y  ochode  arsónicOp  sieado  su  fórmula 
As  H\  anáioga  á  la  dei  ácido  <Mrséoico  (As  O'). 

S(3  prepara  ei  l|idrógeao  arseniado  tratando 
nna  combioacioa  da  arsénico  y  de  zinc  con  ei 
icid.o  suifúrico  est^ndido  ea  agua.  El  aparato 
e%  que  se  obtieoe  recibe  ^I  nombre  de  ap^jcato 
de  MsirsU.  Bste  aparato,  en  el  foudo,  no  es  otra 
C094  qne  un  frasco  4  quese  adapta  un  tubo  áaU 
gado,  por  el  cual  se  despreudeelgashidróge- 
i^  arseniado.  Guando  s^  encieude  este  gaiS,  y 
ae  pre^^nta  é,  una  distancia  conTeniente  de  la 
ll^n^  una  cápsula  de  porcelana,  se  obtienen 
mi^chas  pardas  con  brillo  inteoso,  no  volátiles 
e^  frio,  solubtes  en  el  ácido  nítrico  y  coloran- 
do  (asi  disuelta)  cl  nitrato  de  plata  en  rojo  de 
ladrillo  (arseniato  de  plata).  Con  auxilio  de  la 
llamadel  ({aa  l^dffóge^QaraeoÁado^  e^.coo^  se 
ha  llegado  á  comprobar  en  los  cadáveres  los 
n^nores  iAd|ciQ8,  de  ^rsénico  á  causa  de  un  mi- 
Tenenamiento*  ^ 

Compwslosde  arsénico  en  el  esiado  desales, 

\ /'  Ar,'yamtos.  ^on  unascombioaciones po- 
co  estahles  en  las  (]uc  el  ácido  arsenioso  está 
débilniente  iinido  á  la  base.  Los  arsenUos  son 
generalmente  insolublcs  en  el  agua,  siendo 
tan  solo  bastaatc  solublcs  los  de  potasa,  soüa 
y  amoDÍaco.  Los  ácidos  los  descomponeu  y 
prccinilan  pt  ñc'nhi  arsciiiüSO  si  las  disolacio* 
ne^  sbn  muy  concentradasu 

£i  ácido  sulfliidrico  no  los  precipita  eu 
amariUo  sino  cuandp  el  liquido  ha  sido  prévia- 
mente  acidulado.  Los  arsenHos  alcalinos  pre- 
cipitan  el  azotato  de  plata  en  rojo  pálido  (ar- 
senito  de  platsO  precipitan  las  sales  de  cobre 
en  verde  (verde  dc  Scbeele,  arsenito  de  cobre): 
calentadas  con  carbon  dan  arséuico  que  espar- 
ce  un  olor  de  ajo.  EI  residuo  de  la  calcinacíoa 
es  un  óxido,  si  la  baae  ea  irrednctible  por  el 
eirbon  (arsenito  alcalino^  ó  un  snb  arseniuro, 
8i  la  base  ea  reduotible  (arftenitos  metálicoe). 

V^  Ársenialos.  Los  arseaiatos  son  mucho 
mas  eslables  que  los  arsenitos  y  sin  embargo, 
rara  vez  se  sostienen  neutros.  Los  arseniatos 
que  casi  ^iempre  son  básicos  ó  ácidos,  tienen 
1a  misma  corpposicion  y  muchas  veccs  la  rais- 
roa  forma  de  cristaliz^ciou  que  los  /osfatos, 
Lqs.  arseaiatos  alcaliaos  soa  los  que  úaica- 
m^qte  SQ  disuelven  en  el  aguu.  Lo  miamo  que 
^^S^Pt^í^»  ip%  araoi)fat08  iQSolqbJe^  diau^- 


ven  en  no  eaoafla  d^  &cido.  (arseBÍatofi  i^doi.) 
kos  ácidos  no  )og  enturbian,  por  mny  oooceih 
tradas  qoe  estón  las  disolaciQiies;  y  ei  kiáo 
sulfhidrico  no  los  precipita  en  amahklo  aiao  6i 
con  la  adicion  de  algonas  gotai  dA  ácldo  cior- 
hidrico.    • 

Loa  arseniatos  alcalinos  precipitan  iasia- 
lea  de  plata  en  rojo  de  iadtíUo  (arseaiato  do 
plata)  prccipitan  ias  sales  de  cobre  en  «loi  (ai- 
seniato  de  cobre)  caientados  oon  el  carboi  se 
comportan  como  los  arsonitos.  Iia  preseaeia 
delas  materias  orgánicas  retarda,  dnnalaai 
tiempo  mas  ó  meooa  largo,  la  aocion  de  loft 
reactívos  sobre  log  arsenítos  y  los  ara^niiM. 

ÁRSENÍQO.  (rooMoalo^ta,  mdicim  ks^ 
La  atencion  delos  quimicos,  con  míQtive  deai 
procesos  desgraciadamente  célebre  endemasia 
en  Parfs,  se  ha  flja4p  recAeMlmaAte  sobre  elen- 
venenamiento  que  el  arséuico  determina,  y  se 
ha  practica4o  un  graunúmeEQ  de  triMea  pira 
la  ilustracion  de  la^  diíereotes  cneatioaea  qn» 
se  han  suscitado  acerca  del  particular:  el  r«i^ 
in.eB  de  eatps  trabiúos  ea  lo  que  noa  piepoea- 
mos  somcter  ¿  ia  visla  del  lec^or. 

Accion  delarsénieo  ydesus  oowynw^itofciié 
la  ecanomiaanimaL 

El  arsénico  probablemente  no  es  veneDoso 
por  si  mismo,  pero  no  podria  ser  ialrodocido 
en  la  economia  animal  sin  traafomiarse  e«  aa 
compueato  venenoso.  (ó;(ido  ó  ácido.)  De  todos 
los  compuestos  de  arsénico,  ei  ácido  ane^ 
nioso  no  es  el  mas  violento,  pero  es  ei  qoa 
mas  enveuenaroientos  ocasioua.  en  el  hookbn: 
igualmente  parece  ser  uu  veneno  para  los  ani- 
males,  y  no  obstante  se  dice  que  á  peaar  del 
nombrequelievade  mataratones,  pocas  veoos 
dcja  sin  vida  k  estos  auimales,  por  caanto  vo- 
mituu  con  facilidad,  pudiéndose  decir  ouo 
lauto  de  ios  gatos  y  por  la  misma  caus». 

La  dosis  de  ácido  arsenioso  necesaria  para 
matar  un  hombre  todavia  no  ha  sido  biea  dottr- 
minada,  uunque  se  imagina  que  son  soiiaienleft 
de  4  á  i  decígramos  (de  %  4  4  granos.)  Bl  éció» 
arsénico  y  el  cloruro  de  arsénico  en  razon  de 
su  solubilidad  son  muchomas  temiblea  qneal 
ácido  arsenloso.  Por  la  misma  razon,  ias  sales 
que  forman  los  ácidos  arsenio&o  y'arsónico  ao 
fon  menos  deletéreas.  Peco  el  ma&  peligroM» 
tal  vez  de  todos  estos  compuestos,  es  el  pr oto 
ar^eniuro  de  iidKáQen/o  6.lMdrógeQ0  arseDÍca- 
do,  que  so  introduce  en  la  econo^a  animai  noc 
las  vias  respiratorias,  obra  casi  iooediaU^ 
mentc  sobre  ei  sistema  nervioso,  dostruye  óal 
menos  ataca  profundamente  la  inoervacioa»  y 
delermina  asi  unamuerle  cLarta.  Todo&lotíde- 
mas  compuestos  arsenlcaiea  ejerceo  la  in¡i»ma 
accion  aunque  enlun  grado  mas  débil,  obraodo 
por  lo  misn)0  en  dos  cooiceptos:  iocalmeote  en 
primer  lugar,  á  la  manera  de  los  cáusticos  y 
por  eso  ae  emplean  algunas  veces.  en  cirugia; 
despues  generalmeote,  pas§p4o  poc  ab^oroion 
911  el  torr^e  olftcul^t^rio.  ^  peqiHW^  donii 


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Ammm 


SiOft 


ioimiteníes ,  om  cootra  Ws  i^feociooes  cuti^ 
Deas,  6ÍQ  que  su  accioa  terapéuüca  b«ya  sido 
bieo  determiDada.  II  liquido  arseoici^l  de 
Fowler  (soluciou  de  arsenito  de  pot^sa)  es  el 
nu  usado  entre  \ob  medicamentos  de  este 
géDero. 

El  enfenenamieDto  por  el  icido  arsenioso 
e$  geoeralmeate  el  mag  009100 «  y  por  tanto 
Qos  ocuparemos  de  él  con  mas  especialid^  en 
io  que  Dos  resta  de  este  articolo. 

StntotMH.  Si  m  tiombre  tomase  diaria- 
mente  pequeñas  dosis  de  arsénico,  pudiera 
«loeder  qoe  ü  cabo  de  cierto  tiempo  uto  ospc- 
rweotase  otra  cosa  que  una.  iBJQamacioo  mas 
(ü  menos  viva  (Viase  agua  toi^ana.)  Per6  coqi 
fpoGoeueia,  la  dosis  es  bastante  fuerte ,  y  ea 
este  caso  los  sUilomaa  varian  sc^guo  la  doai« 
del  Teoeno  ÍDgerldo,  y  aeguj)  lafuerza,  cl  tem* 
perainento  y  las  demas  condiciones  parlicula* 
reg  qjue;  pcej^enta  el  sogelo;  a$i  es  que  ori^  soo 
mj  Yioieatios  ^  ora  poco  pronuDciados.  Algu- 
W  persooas  solo  sienten  mal  estar,  coa  Yómi- 
to  6  siD  él;  las  d^mas  esperimentaA  náuseas  y 
Tómitos,  cólicos,  contulsioncs ,  y  alguD^  yc- 
cesoD  estado  tetáuico»  en  breve  seguiüo  dala 
nuierte:  en  alguDOs,  despu^  de  las  aáusea^  y 
I08  Tómitos  t  sobreviene  una  erqpoiou  ma^  6 
BKQo&análoga  á  la  de  la  oscarlata  y  qoe  per* 
Bi^  l)asta  la  muerte.  Un  siutoma  qué  se  nota 
pvticiUarmeQte  en  los  perros,  es  la  suspeu- 
5iou  de  la  secrecion  urioaria. 

AuU^sia.  I^as  alteracioDes  do  soq  cods* 
tantes:  ya  seencneBtran  en  d  estómago  ulee- 
ridoocs,  ya  simples  rubicuodeees,  ioyecciou 
j  oada  mas.  Las  válvulas  det  cora«on  estáu 
rojas  y  el  tejido  de  este  órgano  ílojo,  embian- 
^¿ááo,  etc.  Eq  todos  los  casos ,  estos  heclios 
demiiestran  qne  el  veneoo  uo  ob^a  tao  ^qIq  io- 
ctlmente,  sino  que  eierce  uoa  accioa  geuieüal, 
hiFostéaica,  estupefactaria,  adÁnüroica,  loraoeo 
es  deducir  que  el  arsénico  se  ba  trasportado  á 
todoel  organi&oao,  y  en  efecto,  se  le  kalla  90 
tiQ  solo  ea  las  vis¿ei»w» ,  sii^  tambie^  e«  I09 
músculos,  e«  U,  sangrQ,  en  ú  orina»  ctc...  con 
Oiiiio  del  aparaía  de  ^rsb  es  codao  sq  obtie<* 
nen  estos  resultados. 

lUmdmf  antidoU)$ 

Goando  no  se  sumiuislra  remedio  aiguao 
Hpuei»  estableeer  la  re^la  sigujente :  si  el 
▼aaeao  oo  k¿¡k  sido  atitsorbido ,  si  la  n^turale^a 
laluespelido  por  medio  4e  los  vómitos,  las 
^Hagas,  etc.,  la  curacion  es  la  regla  y  La  muer- 
tela.escepclofl;  peco  todo  Lo.  Qoatrario  se  veri- 
flcacuaudo  el  veaeno  se  ba  absorbido.  As^, 
poes,  todos  los,  estaorzos  del  médico  debea  di- 
rígúsc  hácia  uno  de  los  objetos  quc  vamos  á 
iqdíear ,  ó  faciHlar  la  espulsion  doi  arsóoieo, 
<^  tníilorQaarle  eu  un  compuestio  iasoiublA,  y 
pvi  mas  seguridad,  bacer  de  niK^do  que  tam- 
Mea  esie  se  espela.  Ki  bidratp^  de  pecóxidíO  de 
uarro  salis^  hasta  cif  rto  puuto  4  uoa  4^ 


estjw  ccmdiciones :  forma  oen  el  icido  aise- 
niQso  un  oompoesto  insolobie,  pera  desgraoi%* 
dameute  es  indiipensable  administrat  cantida- 
des  eDormes  de  este  cQntraveueno,  por  poco 
considerable  que  sea  la  cantidad  de  sustaueia 
veneiKN»a  que  se  ba  ingerido.  La  relacion  del 
6sido  de  hierro  debe  ser  á  la  dei  oxlgeoo  co- 
mo  Z%  Í  i;  qutaredecir  que  para  ueutralisar  8 
gramos  ó  2  dracmas  de  ácido  arsenioso  se  ne- 
cetítaa  256  gramos  de  peróxido  de  hierro  (mas 
de  media  libca).  Este  medio  es  por  taoto  issce- 
lenle  aio  duda  ¡ilguna,  pero  tan  solo  cuando  el 
arséoico  se  ba  tomado  en  pequeña  dosis. 

Ep  Quauio  á  la  segunda  condicion  se  procu- 
ra  ateuder  á  ella  baciendo  uso  de  \m  eméiicos 
y  los  purgantes ,  en  una  palabra ,  de  los  eva- 
cuautes. 

$Á  scfbreviepe  dqspues  uua  viva  inflamzi' 
cio9 1  el  trat^ieqto  anUflogístico  debe  ser 
empleado  cpu  §oergia  ipero  qué  Uacer  contra 
el  arséui^  absofbiAo?  ^  bau  acouseiado  >os 
t(iiíico§,  los  diXu^ibles,  \o^  calipautes,  los  diu- 
réticQS  y  otros  m\  u^dicamei4tos  mas.  Si  el 
veo^eoto  i^a  sido  acrf^r^^o  á  la  circulacion ,  el 
méúiiCQ  debe  obrar,  sin  duda;  pero  es  bien  di- 
ficil  que  obre  racionalmeut^ ,  pues  la  «()cion 
deH  ^repeno^desafía  i  todos  ios  recuraos  del  ar- 
te;  eu  «stos  casos,  es  sabido,  el  arséoioo  mata 
com<^  ui^  pu9a(. 

Modo  dé  hal/kir  e(  veneno, 

ÍM  malerias  orgánic^»  auaque  no  couten- 
gan  ni  un  solo  itomo  do  ácido  arsenioso ,  se 
comportan  algunaa  veces  con  muchos  de  los 
reactivos  comunes  de  este  ácido,  con  corta  di- 
ferencia  ó  absolutameote  lo  ipisipo  que  eat^ 
cuerpo.  Pof  otra  pürte,  si  se  intenla  aislarie  4e 
e&tas,iaaterias,  trasfQrmándole  ea  proto-arse^ 
niuro  de  hidrógeno  ó  bldróg^uQ  arsenieado, 
el  líquido  hierve  ó  busbujea  de  tal  modo  ea 
el  stparato,  q«e  luiy  espo#iciop  de  pcrder  uoa 
gran  parte  de  éi.  Es  por  tauto  urgente  destruvr 
de  to4o  punto  estas  materías,  ó  al  meuos  car- 
bonisarlas,  á  aa  de  ponerse  al  abrigo  de  tan 
grandes  incQflyenienles.  Esto  sc  consigue  mt^ 
diante  \a,  iuoinecaoiOD^quese  debe  ejecutar  coi^ 
grandesprecauciones,  pero  conmasf^ecuenci^ 
se  conducen  al  estado  conveuieDte ,  por  una 
$érie  4e  oper^ciowes,  coptefítépduse  con  cy- 
)>onizarlas. 

U  primera  de  estas  operficioues^  es  decir, 

laincioer^ioD,  seifádescritaeuotra  parle;  ocu- 

pénumos  de  la  oacboaizacion,  que  es  suQcieu- 

le  en  la  geoeraüdad  de  I0&  casos. 

C^rbqnimdún.    El  meior  procedimiento  de 

SarbouizACÁoa  es  el  que  se  ejecuta  por  medio 
el  ácido  sulfúrico.  Fara  mayor  claridad ,  su- 
pougaraos  quese  toraan  50  gramas  de  raateria 
^nimal  ^lida,  que  se  certa.  eu  raenudos  tro- 
W  y  se  reune  en  una  cápsula  de  porcelana. 
tot  otra  pa^le,  se  toma  icidosuUúrico  cuyo  pc- 
$0  sea  cumQ  el  de  uoa  sesta  parlo  de  la  mate- 
lia  qM§  m  b^  4e  sujetar  a)  psp^iuieuto;  ^§  d^- 


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507 


ABI^MTGO 


508 


ramasobreesta,  yse  calienta  el  conjantoá 
QQ  fuego  moderado  liasta  la  complela  eyapo- 
raciOQ  del  líquido,  sirviendo  de  guia  i  la  ope- 
racioQ  el  abotagamiento  ó  dilalacion  do  la  ma- 
teria;  cuanto  mas  se  oianiQesta  menos  se  debe 
calentar,  y  vic^versa.  El  carbon  que  resntta  de 
la  operacion  debe  ser  seco  y  friable ,  pues  si 
resulta  craso  es  forzoso  añadir  nuevamente 
ácido  sulfúrico,  etc. 

Retírado  el  carbon  del  fuego ,  se  le  tritura 
en  un  mortero  hasta  que  esté  completamente 
pulverízado;  despues  se  le  humedece  oon  so- 
flcieQte  oantidad  de  agua  regia  compuesta  de 
tros  partes  de  áoido  nltrico  por  cada  una  de 
ácido  clorhidrieo,  y  se  calienta  y  agita  de  nne- 
vo  basta  que  la  desecaciOQ  sea  completa. 
Cuaudo  ya  eafriado  se  anadeQ  al  nuevo  residao 
de  4  5  á  16  gramas  de  agua  destilada,  hecho  lo 
caal  se  filtra  hasta  tres  voces ,  y  los  líqaidos 
reuQidos  se  ensayan  en  el  aparato  de  Marsh 
modiflcado,  cuya  descriciOQ  daremos  mas 
adelaQte.  Si  se  recoQOce  la  preseucia  del  ar- 
séQico ,  se  procede  eo  gnmde  como  para  el 
eQsayo  cq  pequeño,  cnidaQdo  de  redacir  todos 
los  liquidos  á  uq  volúmen  determiQado  por  el 
del  frasco  del  aparato. 

£1  empleo  del  ácido  eloro-oitrico  en  este 
procedimieoto ,  tieQe  por  objeto  trasformar  e1 
ácido  arsenioso,  si  eziste ,  en  icido  arsénico 
muy  soliible,  y  de  todos  ios  compaestos  arse- 
nicales  el  mas  sensible  ai  aparato  de  Marsh. 

Incineracion,  En  ciertoscasos  dificilmente 
se  obtiene  un  carbon  seco  tratándole  por  el 
ácido  salfúríco;  para  orillar  los  inconvenientes 
qae  de  aqui  pudieran  resnltar ,  se  aconseja  el 
uso  asimismo  del  ácido  sulfárico ,  pero  en 
cantidad  igaal  ó  superior  á  la  de  la  materia 
qae  se  haya  de  easayar.  Se  calieota ,  y  se 
añade  ea  segnida  por  fragmentos  nitrato  dc 
potasa.  Fácil  es  preveer  lo  qoe  acontece :  ei 
ácido  azótico  en  estado  naciente  y  anhidro  no 
paede  subsistir,  y  abandona  sn  oxfgeno  al  áci- 
do  arsenioso  qne  pasa  ai  estado  de  ácido 
arsénico  muy  solnble :  este  se  combina  con 
nna  parte  de  la  potasa  del  azotato,  y  se  halla 
en  el  estado  de  arsealato  de  potasa,  en  medio 
de  nn  resíduo  blanco  y  crístalino,  formado  en 
gran  parte  de  sulfato  de  potasa. 

Áparatos  de  Manh,  del  In$tituto ,  ete,    - 

El  proto-arsenioro  de  hidrógeno,  es  des- 
componible  al  rojo  sombrio,  en  hidrógeno 
puro  que  se  desprende,  y  en  arséoico  metálico 
qne  fácilmeQie  se  coQdeosa.  iQflamado  este 
gas  es  bicQ  seQclilo  recoger  el  arsénico,  por- 
que ,  en  efecto ,  el  elemento  mas  oombustible 
que  es  el  hidrógeno,  arde  el  primero.  Si  por 
tanto  se  colocaen  la  ilama  un  cuerpofrío,  el 
arsénico  se  deposita  en  él  en  gran  parte  en 
estado  metáiico.  Pero  siempre  qne  se  despren- 
de  el  hidrógeno  de  un  liqoido  qoe  contenga  en 
disolucion  un  compuesto  ozigenado  de  arsé- 
uico,  se  forma  cierta  cantidad  de  proto-arse- 


Qioro  de  hidrdgeno ,  que  se  hace  pafente  por 
las  rcaccioQes  precipitadas.  Tales  son  los  prín- 
clpales  fuQdameotos  cq  qoe  se  apoya  e1  apa- 
rato  de  Marsh ,  asi  como  sos  modiflcaciones 
mas  recientes. 

No  descríbiré  aqui  el  aparato  prímitivoqoe 
por  moy  imperfecto  qne  paresca ,  hace  honor 
al  qoe  lo  ha  inventado,  y  por  otra  parte  ia  es- 
plicacion  de  las  láminas  correspondientes  á 
este  articulo ,  le  dan  á  conocer  suficientemen- 
te,  pero  es  necesarío  qoe  ÍQdiqoemos  eon  mi- 
nociosidad  coiles  son  sns  inconveQientes  prin- 
cipales: 

1.**  Debemos  recordar  qoe  si  los  liqoidos 
soQ  viscosos ,  como  siempre  acootece ,  y  si  la 
materia  qoe  se  ha  de  easayar  ha  sido  simple- 
mente  hervida  en  el  agoa,  el  desprendimiento 
del  hldrógeno  determina  la  formadoQ  de  ona 
aboQdante  espoma  qne  hace  perder  tiempo  ,  y 
muchas  veces  matería.  Yerdad  cs  que  hasta 
cierio  pnnto  se  pnede  preveoir  tan  enojoso 
resultado,  por  medio  de  una  capa  de  aceite,  y 
qne  se  sabe  en  el  dia  evitarlo,  ann  con  mayor 
seguridad,  mediante  ona  boená  carbonizacion 
de  la  materia  orgAnica. 

«.•  Si  el  cuerpo  frio  qoe  sc  opone  i  1a  lla- 
ma  es  on  plato  ú  otra  vasija  de  porcelana ,  en 
ella  se  coudensa  el  arsénico  bajo  la  forma  de 
manchas,  y  Jostamente  de  este  modo  de  ope- 
rar  emanan  los  roayores  fnconvenientes  del 
aparato.  En  efecto,  ciertas  mancbas  qoe  se  lian 
designado  con  el  nombre  de  manchas  de  gra- 
$a  y  qoe  se  poeden  obtener  con  cames  sanas, 
simolan  algonas  veces  hasta  cierto  ponto  las 
manchas  arsenicales,  al  menos  en  coanto  á  los 
caractéres  ftsicos:  lo  mas  frecoente  es  qoe  ao- 
lo  estén  formadas  por  carbon  dividido ,  mas  ó 
menos  brillante,  y  algonas  veces  tambien  por 
ona  mezcla  del  mismo  carbou  y  de  solfito  y 
fosflto  amoniacales.  Gierto  es  que  nna  buena 
carbonizacion  hace  tambien  desaparecer  esta 
causa  de  error. 

3.®  El  liquido  sometido  ai  ensayo  contiene 
ciertos  metales  en  disolucion,  por  ^emplo, 
hierro  en  estado  de  clomro,  anthnonio ,  ete., 
pudiendo  resultar  manchas  qoe  imiten  mas  ó 
menos  al  arsénico. 

4.^  Podiera  acontecer  qoe  algonas  goted- 
Ilas  de  la  disolocion  del  zinc ,  acarreadas  por 
el  gas ,  prodojesen  manchas  igualmente  paie- 
ci£s  ¿  las  dei  arsénico. 

Ha  sido  por  tánto  indispensable  modifiear 
el  aparato  para  recoger,  en  vez  de  mandias 
qoe  tanto  indocen  á  error,  un  anillo  bien  mar- 
cado  de  arsénico  metilieo ,  y  disponerle  por 
consiguiente  de  manera  qne  se  poeda  obrar 
sobre  mayor  porcion  de  líqoido  i  la  vez,  poes 
el  primitivo  aparato  de  Marsh  no  permite  qoe 
se  efectúe  sino  es  en  cortisimos  Tolúmenes. 
Mochos  son  los  aparatos  qoe  se  han  inventado 
para  alcanzar  este  fln,  de  los  coales  solo  eita-. 
ró  los  de  Mr.  Orttla  y  los  de  la  comision  del 
instltuto.  Mres.  Flandin  y  Danger  han  propnes- 
to  asimlsmo  on  noeyp  aparato  con  el  cual  trasT 


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m 


ABSIQQCO 


54« 


ÜMman  inmediaUmeDte  en  áeido  «rsenloioel 
anéoico  separado  del  hidrógeno. 

Por  eritar  repeticiODes  no  describiré  aqui 
todosestos  aparatos  (Yéase  la  iámina  II  de  Qui- 
micayla  esplicacion  con  qae  termina  este 
articuio)i  pero  A  tln  de  difündir  claridad  en  la 
qoe  sigue,  espondré  sumariamente  la  disposi- 
cloa  del  que  fia  sido  recomeudado  por  el  mi- 
aistro  de  J^tida.  Este  aparato,  que  es  el  del 
Mítuto,  consta  de  un  írasco  cerrado  con  nn 
tapon  de  corcho,  en  el  cual  se  han  practicando 
dos  agiúeros;  el  nno  de  ellos  da  paso  á  un 
tnlK)  de  seguridad  bastaute  ancbo;  el  otro  ¿  un 
tobo  doblado  en  ingulo  recto  cortado  en  biíel 
por  la  estrcmldad  que  sesumerge  en  ei  frasco, 
7  soplado  en  bola  por  debajo  de  la  curratura. 
Laporcion  horíaontal  del  tuyo  encbufa  por 
medio  de  un  tapon ,  en  un  tubo  mas  grueso 
lleno  de  amianto  ó  de  coton.  k  ia  otra  estre- 
midad  del  tubo  grueso  se  adapta  igualmente, 
por  medio  de  otro  tapon,  un  tubo  mas  pcque- 
ño;  este  de  nn  Yidrio  poco  fusible  y  dc  un 
diimetro  como  de  dos  i  tres  milímetros,  es 
paotiagudo  en  su  estremidad,  y  se  ve  rodeado 
de  una  hoja  metálica  en  una  parte  de  su  lon- 
^tad. 

Asi  dispuesto  ei  aparato,  se  introduce  en 
el  frasco  zinc  en  hoja,  aguas  y  ácido  sulfúrico 
puro:  d  gas  hidrógeno  espele  ci  aíre,  y  lo 
reemplaza  en  el  aparato.  Kntonces  sc  calienta 
por  medios  de  carbooes  colocados  en  una  par- 
rilla  la  parte  del  tubo  que  está  guarnecida  de 
la  boja  metálica;  una  pequeña  pantalla,  colo- 
cada  en  esta  parte,  impide  al  tubo  que  se 
caliente  hasta  una  di'stancia  escesiva;  des- 
pnes,  por  medio  de  on  embudo  de  cuello  es- 
trecho,  sc  introduee  en  el  tubo  de  fteguridad 
y  de  maoera  que  corra  á  lo  largo  de  sus  pa- 
redes,  el  liquido  que  se  ha  de  examinar,  que 
es,  como  ya  lo  hemos  dícho,  unadisokicion  en 
el  agna  destilada^  de  los  productos  de  la  car- 
bonUacion  ó  de  la  incineracion.  Se  tiene  cui- 
^o  de  evitar  el  acceso  del  aire  qne  pudiera 
determinar  esplosiones. 

Si  acontece  quc  el  desprendimiento  del  gas 
resolte  mas  moderado  se  añade  un  poco  do 
kido  sulfúrico,  etc.  Para  CTitar  todo  desper- 
dieio,  ei  Tolúmen  total  dei  liquido  no  debe  su- 
pcrar  i  las  tres  ó  cuatro  quintas  partes  de  la 
^ra  de  la  vasija.  Siel  gas  cootieoe  arsénico, 
^  Tiene  ¿  depositarse  bajo  la  forma  de  anillo 
^áude  de  la  partecaldeada  del  tubo,  y  enton- 
ces  es  fácil  comprobar  sus  propiedades. 

Antes  de  pasar  ¿  las  operacione»  siguien- 
t^  eiaminemos  las  Tentajas  de  este  apa- 
rato. 

Eecordaré  desde  iuego  la  necesidad  de  unu 
boeoa  carbonizacion,  cualquiera  que  seael 
aparato  que  se  haya  de  usar:  diré  tambien  que 
^  nnos  y  otros  el  zinc  en  hoja  es  mejor  que  el 
<ioc  en  granalla,  uo  tan  solo  porquc  con  el 
pfimero  el  deprendimiento  del  gas  es  el  mas 
l^to,  y  tai  yea  por  consiguiente  mejor  dirígi- 
do,  aino  tambien  porque  el  zinc  lammadu 


e8t¿  erideiitomente  priTado  de  arsénico,  to» 
da  vez  que  este  hace  quebradizo  al  otro 
metal. 

En  todos  los  aparatos»  antes  de  ejecotar  la 
operacion  con  las  materías  sospecbosas  se  de^ 
ben  efectuar  con  solo  el  hidrógeno,  ¿  fin  de 
cerciorarse  qoe  el  zinc  y  el  ¿cido  empleadoa 
no  contienen  arsénioo.  He  aqui  ahora  las  Tenta- 
Jas  que  lleTa  el  aparato  del  Institoto  al  de 
Marsh: 

I.  Las  dimensiones  dcl  prímero  permiten 
operar  sobre  cantidades  dei  liqnido  nmcho  mas 
considerables,  y  por  otra  parte,  el  tobo  rec- 
to  permite  añadir  ¿  Toluntad  nuoTo  llqnido. 

II.  El  líqoido  del  frasco,  arrastrado  por  el 
gas,  ToelTe  ¿  caer  en  gran  parte,  en  razon  de 
la  bola  y  del  bifel  que  presenta  el  tubo  con- 
ductor;  el  gas  solo  se  apodera  por  tan- 
to  de  una  pequeña  cantldad  de  líquido. 

III.  Esta  cortisima  cantidad  de  líquido  ar- 
rastrada  es  retenida  necesariamente  por  el 
amianto  ó  cl  algodon,  que  atraTiesa  el  gas  co- 
mo  si  fuese  por  tamiz,  j  por  consiguiento 
los  metales  estraños,  ¿  escepcion  del  antimo- 
nio»  no  pueden  Ilegar  al  tubo  de  reduc- 
cion. 

Si  hubíese  antimonio  con  el  arsénico,  en  el 
tubo  de  reduccion,  se  separaria  f¿cilmente  el 
primero,  CTaporando  el  agua  regia  hasta  la 
sequedad:  el  arséoico  pasaria  al  estado  de  ¿ci- 
do  arsénico,  muy  soluble  en  el  agua;  y  el  an- 
timonio,  al  couvertirso  en  ¿cido  antimónico, 
quedaria  b«^o  la  forma  de  un  polvo  amarillento 
é  insoluble. 

IV.  La  hoja  met¿Iica  que  rodea  al  tubo  doo- 
de  se  deposita  el  arsénico  reparte  mejor  el  ca- 
lor  en  la  parte  calentada,  y  la  pantalla,  segun 
se  ha  dícbo,  ie  impide  estenderse  ¿  demasiada 
distanda:  de  esta  manera  el  arsénico  se  reune 
en  un  mismo  punto  en  la  parte  anteríor  de  la 
caldeada. 

V.  Va  no  se  deposita  el  arséoico  bajo  la 
forma  de  mancha  sino  en  la  de  anülo  met¿Iico» 
pues  las  manchas,  aunque  sean  puras,  siempre 
dejan  algo  que  desear  aun  para  el  quimico  mas 
háibil.  Gon  ei  anillo  met¿I¡co  ya  no  hay  vacila* 
don,  pues  desde  iuego  se  pueden  reconocer 
sindiacullad  los  caractéres  siguientes: 

4  .^    La  Tolafilidad  de  metal  obtenido. 

2.^  La  transformacion  del  mismo  metal  en 
un  polTO  blanco  (¿cido  arsenioso)  cuando  se  le 
calienta  en  un  tubo  abierto  por  sus  dos  estre- 
roídades  y  mauteoido  en  una  posicion  iu- 
ciinada. 

3.**  Un  precipitado  amarillo  de  sulfuro  de 
arsénico,  haciendo  pasar  una  corriente  de  áci- 
do  sulfhidríco  en  una  sblucion  dei  polvo  blan* 
co  obtenido,  que  se  habr¿  preparado  con  ¿cido 
clorhidrico. 

4."  Un  precipitado  Terde  de  arsenito  de 
cobre  por  el  sulfato  de  cobre  amoniacal,  en 
una  segunda  solucion  del  mismo  poWo. 

5.«  Un  precipitado  rojo  de  ladríllo  de  ar« 
seniato  de  plata  por  el  nitrato  deplatanentro. 


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%tí 


m 


cfñ  Qtiá  dtüoüicloii  de  ábflo  arfiMcd,  oblenSda 
dlíolviendo  üna  porcidh  del  ftMéiittJb  met&lieo 
en  el  agna  régia. 

6 .•  ATsénico  metSllco  tetlvlflcado,  sea 
del  áeido  arsenioso  obtenido  en  el  segando  es- 
perimeato  sea  del  arseniato  de  potaí^  obtcni- 
do  en  el  (piinto.  Esto  se  boñáigne  fácllmeate 
Introdaciendo  el  prodocto  mezclado  de  flujo 
negro  (dos  parieS  de  cremor  de  tártáro  y  una 
de  nitro)  en  un  pequeño  tubo  dilatado  en  üta 
de  sa6  estremidades,  Siendo  puntiagndo  en  cl 
otro,  y  calentado  basla  ei  fcalor  rí>Jo,  becbo 
lo  ctial  et  alrsénlco  pasa  á  condebarse  en  Ya 
parle  angosta  det  tnbo,  con  todos  *ns  caracté- 
res  ñsicos. 

O^a  iet  cotnprobados  todos  tesloé  catactfe- 
res,  ya  no  se  puede  snseftat  dadá  fandada 
aeet'ca  de  la  prescncia  del  arsénico,  y  por  tafl- 
to  se  paede  asegonrt*  qae  bubo  enveuená- 
miento. 

Argénieo  hottmtl.  %l  aparaio  ñe  qae  acaba- 
mois  dé  hMüt  es  de  tal  modo  sensible,  que 
ftcilfflente  Sfe  puede  comprobar  por  su  taedio 
la  presencia  en  üb  liqaido  de  üna  mtnonésimft 
parte  de  icido  arsenioso.  Por  lo  demas  no  es 
de  temer  quc  se  encuentre  tan  escasa  cantidad 
cn  los  fcadáveres  de  los  Individnds  envenena- 
dos,  pues  esto  no  pone  restrfccion  algana  á  lo 
dlcbo  precedentemente,  annque  los  condace 
de  un  raodo  directo  al  arisénico  notmái:  pues 
bien,  este  aparato  tan  delicado,  tan  sensible, 
destruyó  t^dicalmente  la  opinlon  que  se  co- 
mentalia  i  difnndir,  qnb  los  bttesos  del  bom- 
bre  y  los  üe  mucbos  animales  de  qué  se  atl- 
fnenta  conttenen  areénibo.  1ñ  toá  químlcos 
que  este  bechb  ban  anutfciado,  batlaron  atsé- 
ttlto  en  las  materias  que  han  bujetado  á  su 
exámen,  es  potque  fos  bombtes  v  Ids  ánitaa- 
les,  cuyos  cadávetfeé  hati  sido  él  oDjelo  de  sas 
Investigadónes,  babián  vivldo  eti  cohdiciones 
tales  que  el  arsénico  consiguió  penetrar,  ann- 
que  en  may  débil  dosis,  en  sü  economfa;  pcro 
lo  qne  bay  de  cierto,  ló  qac  ba  stdo  démostt'ado 
pOT  númeresos  esperimenlos,  es  que  no  se  ba 
estraido  un  solo  átorao  de  araénico  de  los  hue- 
sos  humauos,  de  los  de  buey,  camero,  elc, 
tomados  al  acaso:  no  bay  por  tanto  arsénico 
normal 

En  cuanto  al  arséoico  que  penetra  en  los 
cadáveres  por  via  de  inflltracion,  lodavia  no 
hay  un  soio  esperimento  que  corrobore  esta 
opinion,  y  por  otra  parte,  la  teodencia  de  los 
ácidos  arsenioso  y  ar^énico  á  formar  compues- 
tos  insolubles  con  las  bases  terrosas  y  metá- 
licas  y  lá  insolabrfdad  de  los  arseniuros,  son 
otras  tantas  razones  para  que  un  práctico  no 
tenga  que  temer  sem^ante  romplicacion  en 
una  cuestion  de  envenenamiento  por  el  arsé- 
nico. 

iHterminar  este  artículo  haremoé  notar, 
qne  si  no  es  posible  á  un  quimico  ejercitado 
el  engaf^arse  en  tales  investigacioncs  y  llegar 
a^  á  un  falso  resnltado,  nn  hombre.  porinsttai- 
do  q(st  seti  8i  est.^  poco  babituado  á  esto^  espe- 


rlmentos  qne  exQetl  tAa  gtan  ddieadeKajf 
ana  estremada  precision,  üo  podría,  sln  espo- 
nerse  á  rnia  severa  critica  aceptar  ia  mision  de 
pcrito  en  casos  de  presunto  envenenamieDto: 
fácil  és  pcrsaadlrse  por  todo  lo  dicho  qoe  (ro- 
dieran  cometerse  errores,  y  en  medicina  le- 
gal  los  errores  tfenen  consecaencias  tel^ 
ribles. 

Las  flguras  l| .»,  í .«,  3.*,  4.»,  5.*  y  6.«  Ae 
la  limina  Ví  (Atlas,  láminás  de  Qaínñca)  repre* 
^entan  los  ai»ratos  qne  se  acaban  de  descríbir. 
He  aqni  las  divcrsas  partes  de  qae  constan: 

Tignra^  .*-^AparatodeMtính. 

&B,  tubo  de  vidrlo  encbrvado  en  eifon,  de 
tO  Ü  25  mitímetros  de  diámetro,  t  sbierto  eo 
ira  estremidad  A. 

G,  tubo  de  cobre  gaamecído  en  c  de  nna 
llave.  y  termtnado  sapetiorraente  por  üni 
abelrtura  circular  muy  angosta;  eücaja  eali 
parte  inferior  por  medío  de  an  tapon,  en  lape* 
qnefia  rama  del  tobo  AB. 

D,  lámina  de  zbdc,  sospendida  algODOí 
cehtímetros  por  enclma  de  la  curvatun. 

Asi  dispuesto  el  aparato  se  vierte  el  Uqoido 
Sospechoso  por  la  fama  mayor  de  AB,  despoes 
de  haber  afiadldó  ácido  sulfúrico,  que,  con  el 
concurso  del  agua,  obra  sobre  la  lámioi  de 
íiuc;  hay,  por  consigaienle,  prodaccion  dc 
hidrógeno  que  dcpHme  la  colamna  de  Uqoido. 
Se  abrc  entonces  la  llave  c,  inflamando  el  gls 
qae  se  desprende,  y  si  contiene  hidrógeno  at- 
senicado,  se  obtf ene  an  depósito  metáUco  de 
afsénico  que  se  presenta  á  la  tlama. 

Í^igura  ^.^^Aparato  áe  Mres.  Plandin  | 
Danger* 

A,  ffásco  de  ancbo  goUete,  corrado  por  oa 
tapon  qne  presenta  dos  abertnras  a,  b,  de  Ui 
cnales  launad,  da  paso  á  un  tuborectoc, 
termihado  snpertormente  cn  embndo,  y  la  otn 
6,  á  nnpequeño  tubo  pantiagudo  por  dondeft 
desprende  el  gas  que  se  iuflama,  sicndo  ea 
este  frascodonde  se  opera  la  reaccion  indicadi 
mas  arriba. 

B,  tubo  de  combnstlon  en  el  cual  el  arsénl- 
co  se  condensa  bajoei  estado  de  ácido  arsenio- 
so:  este  tubo  encaja  por  medto  de  un  tapoo, 
en  un  condensador  C. 

C,  condensador  cilindrico  en  cuyo  terdo 
inferior  se  advierte  unatubutadura  6  goliete  d, 
que  rccibe  una  de  las  estremidades  dei  tobo  en 
combustion,  y  que  termina  en  la  parte  bsja  pot 
un  CODO  cnyo  verticé  está  abierto. 

í),  refrigerante  Tleno  dc  agua  destilada:  en- 
caja  por  sn  estremidad  inferlor,  puntiagndi, 
en  la  parte  cóoica  dél  condensador,  cuya  aber- 
tmra  cierra, 

S,  pequefía  cíipsuiade  porcclana  destlnldl 
átecitíir  el  liqnido  quese  aglomeríi  en  cl  coa- 
densador,  y  qae  se  deja  pasar  tevántándo  ^ 
refrigétftnte. 


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ARSENttO^ARTE 


«U 


Ssta  BOdiíloacioii  del  opanto  de  líarsh  tíe- 
oepor  ol^eto  olrteDer  eo  rez  de  maDCbas,  todo 
d  arsénico  en  estado  de  ácido  aneoioso,  sien- 
do  sufidente  U  inspeccioD  dd  aparato  para  que 
iloiliiente  se  comprenda  esto. 

figwra  B^-^parúto  dtlprofmor  OrfHa, 

A,  fraseo  grmde  de  dos  goUetes,  ea  el  onal 
eeefeetDalareaccion. 

B,  C,  D,  tDbojde  redoceion  enconrado  en 
áagolorecto,  ^  oaal  contiene  en  a  cierta  can* 
lidad  de  anianto  qae  éetiene  el  liqoido  en  el 
eMo<)e  abflorcion. 

E,  cépsola  de  poreelana. 

P,  lániparQ  de  espiritu  de  vino. 

Me  aparato  tiene  por  objeto  obtener  á  la 
par  an  anillo  de  arsénico  mctáltco  en  el  tnbo 
por  la  parte  6,  y  mancbas  iguaimente  metáll- 
cas  eo  la  cápsnla  hácia  la  parte  o. 

Figura  k^^Áparato  del  Imtüuio. 

A,  ínsco  áe  ancha  abertnra,  cerrada  por 
nedio  de  on  tapon  con  dos  a^iriijcros. 

B,  tobo  recto  de  un  ceotlmetro  de  diáme- 
tn>,  qoe  desclende  por  onadedichas  abertoras 
eisi  basta  el  íondodM  frasco. 

C,  tubo  de  on  diimetro  mas  peqoeño,  en- 
e^ado  en  la  segonda  abertura:  estádoblado  en 
ngnlo  cecto  y  presenta  una  dílatacion  esféri- 
ci  en  la  porcion  vertical,  y  por  la  parte  infe- 
rior  termina  en  btfel.  La  porcion  horizontal 
encaja  en  nn  tobo  d  mas  ancbo»  de  la  longitud 
de  tres  centlmetros  y  lleno  de  amiaoto. 

E,  tercer  tubo  qoe  encaja  en  el  tobo  D, 
por  medio  de  on  tapon,  tiene  muchos  dedme- 
tros  de  longitud ,  termina  en  una  pnnta  sutil, 
r  está  gnamecido  de  nna  hoja  metálica  a,  en 
ef  esptcio  como  de  un  decimelro. 

F,  pequeña  pantalla  con  dos  agujeros  para 
darpasoal  tobo. 

Figura  6/— r»^  de  Mres,  Flandin  y 
Danger, 

Sirve  para  la  reduccion  dcl  ácido  arsenioso 
por  el  flujo  negro:  al  efecto  ae  cíerra  á  la  lám- 
}Wñ  la  estremidad  a,  despoes  de  la  introduc- 
óon  de  la  mezcla,  y  el  arsénico  se  cundensa 
en  la  porte  mas  sutil. 

Figura  6.*— >rii6o  de  la  eomision  dei 
IneUtuto, 

Se  emplea  para  el  roismo  esperimento  y 
ea  igoalea  condiciones. 

ABTAZA.  (ACCioN  de)  llallábase  el  general 
Kodíl  el  34  dc  Jolio  de  4834,  á  ias  once  de  la 
numana,  muy  descoidado  con  sus  tropas  en  ei 
ÍBdicado  ponto  cuando  fué  sorpreudido  por 
el  infatfgable  Zumalacárregui.  Cou  tal  ene- 
mlgo,  sl  quier  estuTiera  distante  ,  no  era  dis- 
colpa ,  Dí  ia  fatiga  de  his  anteriores  narohas 

4C^     UUtUOntCA  1K>1'ULA11. 


Diel  ardleote  sol  de  aquei  dia.  Tanto  que« 
maba  para  los  unos  como  pdra  los  otros,  y  Zu- 
malacárregui,  siu  embarge,  sube  sigilosamen- 
te  al  poerto  deArtaza,  observa  el  descuido  en 
qoe  se  ballan  las  tropas  de  Rodil  y  coocibc  el 
atreTido  plan  de  sorprenderle  peoetrando  bas- 
ta  los  mismos  alQjamientos.  Ordeoa  con  acier- 
to  sus  tropas  y  á  la  cabesa  de  dos  compañias 
de  guias  y  los  J)ataliones  4  .**,  2."  y  3.*»  navar- 
ros,  aTanza  hicia  su  enemigo»«guíado  de  dos 
paisanas  rouy  afectos,  que  condujeron  á  los 
graoaderos  dél  primer  balallon  navarro  á  una 
avanzada  de  20  bombres  y  dos  caballos,  sor- 
prendida  porno  estar  con  ia  vigilancia  necesa- 
ria.  DisparároBse  sin  embargo  algunos  tiros ,  y 
algan  fugitivo  espardó  la  alarma  cn  el  campo. 

Loa  cuerpos  de  la  division  de  Espartero  f  ue- 
ron  los  qoo  antes  quc  nadie  se  presentaron  al 
cooabirte  al  mando  del  gefe  iolerino  de  brigada 
el  eoroneldon  JulianOlivaresMaozanedo.  Aesta 
fuerza  sigoió  el  mismo  general  Espartcro,  con 
otras  el  primer  coroandante  don  Cesareo  ü^rranz 
con  dos  l^atallones;  detrásLorenzo  con  los  su- 
yos,  y  por  último ,  Rodil  con  lo  rcstante  del 
ejército.  Trabóse  entonces  la  lucha  con  ob^ti- 
nacion  por  ambas  partes ;  é  hlzose  en  breve 
gcneral.  A  pesar  de  ser  muy  favorable  á  Zuma- 
iacárregui  ei  terjeno,  fuó  dcsalojadode  ól:  re- 
tirándose  primero  á  io  mas  alto  del  puerto ,  y 
de  alli  hasta  ias  vertientes  y  desfliaderos  del 
de  Portuchá ,  donde  la  noche  y  la  tcmpestad 
que  sobr&TÍnieron  terminarou  un  CQmbate  tan 
sangriento  y  sostenido. 

Rodil  acampó  en  cl  conquistado  terreuo  de 
Artaza,  y  Zumalacárrcgui  donde  le  cogió  la  oo* 
ciie.  lx>s  dos ,  sin  embargo,  se  creyeron  victo-* 
riosos ,  y  asi  lo  aounciaron  á  sus  rcspeciivos 
goblemos  en  dos  pomposos  partes.  Rodil  os- 
tentaba  entre  sus  trofeos  nueve  cargas  de  mu- 
nicionesenacémilas;  Zumalacárregui  armas  y 
otros  efectos.  El  primero  se  posesionó  dei 
puerto  conquistado:  el  seguodo,  vivaqueó  en  el 
campo  donde  tambien  habia  luchado  con  fuer- 
z^is  menores.  £1  triunfo  sin  embargo,  fué  dcl 
primero:  era  mas  ventajosa  su  posicioo  y  la  hu- 
biera  cambiado  gustoso  Zumalacárregui  por  ta 
que  ocupaba.  Este  fué  ei  único  rcsultado  mate- 
rial  de  esta  accion  en  que  tanta  sangre  se  dcr- 
ramó.  Ya  lo  hemoa  visto  en  las  anleriorcs  y  lo 
veremos  en  la  mayor  parte  do  las  sucesivas:  un 
puerto,  nna  montaña,  una  pequeña  eminencia, 
que  despnes  de  tomada  se  vuclve  á  abando- 
oar  porque  es  inútil  conscrvarla,  es  casi  sienv- 
pre  ia  causa,  y  el  motivo  de  tanta  sangre  der- 
ramada. 

Desde  este  aconteeimiento  formó  Rodil  otro^ 
coocepto  de  ios  carlistas,  á  quienes  ya  no  des- 
preció  como  io  habia  becho  hasta  enioncct>, 
creyendo  estcrminarlos  con  batidas,  bandos,  y 
alocuciones. 

ARTE.  La  paUbra  urte  cn  su  primitivo  sig- 

oiflcado ,  denota  cl  mcdio  de  accion  de  los  ór- 

ganos  movidos  por  la  voluntad  sobre  la  natu- 

raieza  esterna,  tienc  uua  relacion  ctimológica 

T.    ui.    33 


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ARTE 


546 


muy  ¡Qmedfata ,  por  una  parie  eoo  el  Terbo 
griego  airein  ,  que  sÍguiOea  toma,  empresa, 
prÍDCipio  de  accioir,  y  por  otra  con  la  palabra 
latina  artus,  que  designa  los  miembros ,  íns- 
trumeutos  necesarios  de  la  voluntad.  Estapri- 
mera  y  general  acepcion  ha  pasado  sin  atterar- 
se  á  nuestro  idioma,  con  la  difereucia  de  que 
implica  cierta  ideadehabilidadydestreza:  asi, 
caando  decimos  las  artes  mecánieas,  entende- 
mos  por  tale^el  conjunto  de  procedimientos 
propios  para  la  accion  mecánica,  y  Justificados 
por  la  csperiencia.  Esta  complicidad,  introda- 
cida  cn  la  idea  prímitiva ,  conduce  al  sentido 
flgurado  de  1a  patabra  arte ,  que  hemos  lomado 
igualmente  dcl  latin;  en  ese  sentido»  arte  se 
cambia  cn  destreza,  en  habilidad,  y  por  esten- 
sion  en  aHlflcio  y  astucia ;  bajo  este  punto  de 
Tista,  la  pa1dl)ra  arte  pertenece  ¿  )as  ciencias 
morales,  como  bajo  el  otro ,  entra  en  el  domi- 
nio  de  las  exactas:  ambas  acepciones  son 
estrañas  al  objeto  de  este  articulo.  En  el  sen- 
lido  mas  general,  el  arte  diflere  de  1a  ciencia 
1o  qne  la  teoria  de  la  práctica  ,  y  es  tan  inse- 
parable  de  aquelia,  como  ia  práctica  de  la  teo- 
rfa:  empero  de  la  manera  que  pensamos  cou- 
siderarle»  ci  arteesunafacultad  completamen- 
te  distinta  de  la  ciencia.  Es  unaabstraccion  di- 
flcil  de  comprender ,  y  coyo  equivalente  no  se 
encuentra  en  las  lenguas  antiguas,  porqne  es 
agenaá  los  simples  desarrollos  del  espírituhu- 
mano:  por  eso  los  antiguo^  como  los  modernos, 
en  una  época  no  muy  lejana,  lomismo  decian  el 
artedel  pintor  ó  el  del  escultor,  que  el  dcl 
ebanista  ó  albañil,  y  únicamente  bajo  el  punto 
de  Tísla  mecánico  de  la  pintura  y  de  la  esta- 
luaria,decian:  el  arte  del  poela  ó  del  orador,  en 
una  acepcion  menos  material ,  mas  positiva- 
niente  inmediata  de  la  de  habilidad,  pero  slem- 
pre  en  vista  de  una  cierta  combinacion,  ora  de 
sonidos,  ora  de  palabras ,  de  un  arreglo  ma- 
terial. 

De  ahi  ha  Tenido  1a  costumbre  de  indicar 
especialmente  por  )a  palabra  arte ,  á  que  se 
aplicaba  desde  entonces  una  signiflcacion  mas 
alta,  la  facultad  comun  al  poeta ,  alpintor,  al 
músico;  de  ahi  el  uso  establecido  de  con.side- 
rar  aisladamenfe  las  artcs  que  se  dirígcn  á  la 
imaginacion;  Ilamóseles  liberales  6  bellas  artes, 
en  oposicion  ¿  las  esclusivamente  mec^nicas. 
Las.príroeras  satisfacian  necesidades  que  se 
pensaba  no  debian  pertenecer  sino  ¿  hombres 
libres  y  dotados  deuna  alta  cultura  inlelectual, 
las  segundas,  conÉCCuencia  de  necesidades 
vulgares  y  materíales ,  dcbian  ser  patrimonio 
de  lo&  csclaTos;  es  decir ,  de  hombres  que  no 
conociesen  mas  necesidades  que  las  dc  la  ma- 
tería,  y  que  conel  objelo^de  satisfacerías  traba- 
jaban  no  solo  para  ellós ,  sino  tambien  pa- 
ra  )as  clases  ignorantes  de  la  sociedad.  Se  sa- 
be  cuanto  esta  distincion,  en  la  qne  se  encuen- 
tra  el  primer  gérmen  de  la  idea  vinculada  hoy 
¿  la  palabra  arte,  ha  conserTado  e1  sello  de  la 
antigua  organizacion  de  las  sociedades.  1 

Pero  e1  arte»  tal  como  se  eDtiende  en  la  ac- 1 


toalídad,  no  es  solamente  la  prodoccion  denaa 
obra  cnalquiera,  destinada  á  cautiTar  la  imagi- 
nacioo,  no  es  tampoco  la  habiUdad  quecoDSis- 
te  en  satisfacer  cumplidamcnte  esa  necesidad; 
es  algo  mas  que  eso,  esel  móTil,  el  resorle 
oculto  que  hace  que  la  imaginaci<m  humana  se 
sientaconmoTida,  satisfecha,  arrebatada  porla 
imitacion  de  los  objetos  esteríores:  es  el  prio- 
cipio  que  determina  en  unos  la  referída  imitt- 
cion,  y  que  obliga  ¿  los  otros  ¿  aceptarla  como 
un  placer.  El  arte  no  es,  pues,  ya  el  coniQDto 
de  los  procedimientos  maftríales  que  el  pintor, 
el  escultor,  el  arquitecto,  el  músico  ó  el  poeli 
est¿n  oblig^dos  ¿  emplear  para  llegar  al  resol- 
tado  de  la  imitacion;  esos  procedimientos,  y 
sobre  todo,  his  leyes  sobre  qoe  est¿Q  bandos, 
constituyen  la  ciencia  y  la  apUcacion  de  elk 
el  arte  no  empieza  hasta  e1  momento  en  qoed 
empleo  de  aquellos  realiza  la  imitacion,  crei 
la  obra  y  la  hace  capaz  de  obrar  sobre  la  ima- 
ginacion.  Ya  uo  indica  el  medio  de  accion  de 
los  órganos  sobre  hi  naturaleza  esteríor ,  &ioo 
cuando  ese  medio  de  accion  tiene  la  imitacioD 
por  base  y  por  objeto  1a  oecesidad  de  afecter 
agradablemente  nuestra  imagiuacion. 

Analizar  completamente  el  príncipio  deesa 
uecesidad,  sería  resoiver  el  problemadenoes- 
tra  organizacion.  Por  lo  tanto,  en  ia  imposibili- 
dad  eb  que  estamos  de  resolverío,  en  la  inoer- 
tidumbre  en  que  nos  dejao  los  diTcrsos  siste- 
mas  de  la  sicologia,  nosbasla  y  debe  bastamos 
el  conñrmar  dicha  necesidad  como  nn  hecho, 
y  señaiar  qué  papel  desempeña  enel  desarrollo 
individual  y  social  de  laespecie  hnmana;  noes- 
tro  punto  de  partida  cs  como  nn  axioma  ea 
las  ciencias  exactas ,  desproTisto  de  proebas, 
pero  rigorosamente  aceptado  por  laconcíenda. 
Estamos  tanto  mas  autorízados,  para  no  empe- 
zar  nuestro  exámen  desde  mas  lejos ,  cuanto 
que  on  los  diversos  sistemas  de  filosofia  se  ha 
evítado  la  cuestion  del  principio  de  ]asartes,ó 
se  ha  ligado  ¿  ciertas  ideas  de  severa  moral,  de 
conlemplacion  del  bello  absoluto ,  6  pesquísas 
sobrcel  ideal,  sin  las  cuales,  'como  se  verimas 
abajo,  la  mayor  parte  de  las  artes  pueden  exis-  | 
tir,  y  hasta  cierto  punto  desarrollarse  cn  oa 
pueblo. 

El  príncipio  determinaute  de  la  imitacion^ 
como  eiorígen  de  la  palabra,  ha  sido  rechaiado 
por  muchos  8¿bios  en  la  filosofia  ^e  la  historia, 
como  si  elprincipio  de  uoa  cosa,  por  débit  qoe 
se  1e  suponga,  por  progresivoque  sea^udesar- 
rollo,  pudicse  concebirse  independientemenle 
de  un  principio  deterqainante.  La  teoría  de  la 
escuela  de  Ficbte,  es  la  única  que  ha  esplícado 
hasta  cíerto  punto  1a  necesidad  y  facoltid  de 
)a  imitacion  en  el  hombre.  Procuraremos  alfiii 
de  este  articnlo,  darnna  idea  de  los  trabajos  coo 
que  los  discipulos  de  Fichte  han  intentado  es- 
plicar  el  orígen  dei  arte:  peropor  mas  ingenio- 
sas  quc  sean  sus  reflexiones,  temeriamos  dar- 
las  por  base  ¿  un  relato,  en  el  que  pretende- 
mos  no  admitir  mas  qnehecbos  palpables  y  ea 
cierto  modo  materíales. 


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ARTE 


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8m  de  estolo  qoe  86  qoiera,  y  si  noselevt- 

iMspor  el  órden  lógieo  á  la  cuna  de  todas  las 

arteB,  TeremoBquela  £acuitadde  la  Imitacion  se 

■anifeitó  al  principio  en  el  bombre  por  cl  or- 

Dito;  nadie  nos  negará  qne*  la  necesidad  de 

adonuur  no  «ea  coesistente  ¿  las  necesidades 

maleríales  deexistencia.Tan  Intima  y  necesa- 

riaesestanecesidad,  qoese  refugiaen  el  indi- 

lidoocoaodola  sociedad  no  ia  salisface;  entre 

ooBOtros,  donde  una  parte  de  uqoella  se  consa* 

gia  á  alimentar  los  placeres  de  noestra  imagi- 

natíOD  podemos  conseguir  y  ejecutar  sín  or- 

oato  QQ  cuchillo  para  cortar  la  came,  un  vaso 

pira  Gootenerbebidas;  pero  el  salvage  no  bará 

DB  cachillo  y  un  vaso  sin  adomarlos  ¿  su  mo- 

do.'eotODces  únicamente  cadaindividuo  aislado 

yobligado  ¿  satisfacerpor  si  mismo  ¿  casi  to* 

das  SDs  oecesidades^  tiene  so  parte  deorgani* 

adonartistica,  no  solocomo  impresionablesi- 

00  tambien  como  productiva.  En  las  socieda- 

des  intermedias  como  las  de  los  antiguos  grie- 

gosy  romanos,  el  individuo  no  rouniaia  accion 

al  estado  pasivo,  y  la  mayoria  comenzal»  go- 

aodo  de  las  producciones  de  la  minoria.  Solo 

eo  noestra  organizacion  modema,  y  cuando  la 

eoikesion  siempre  creciente  dei  vinculo  social, 

haoemas  y  mas  posible  ladivisionbastael  inflnito 

de  ias  íacoltades  bumanas,  se  comprende  que 

poedan  existir  individuos  agenos,  no  ya  ¿  la 

prodoccion  sino  basta  ¿  la  percepcion  del  arte. 

isi»  pues,  lo  que  tenemos  ó  queremostener 

ilavista»  no  debe  bacernos  considerar  como 

voa  escepcion,  vna  de  las  leyes  mas  esenclales 

de  U  organlxacion  humana;  bablamos  de  la  ne- 

oesidad  de  satisfacer  ¿  la  iroaginacion  por  la 

imitacion  de  los  objetos  esteriores;  necesidad 

<]Qe  nacida,  como  hemos  indica^o,  con  las  ma- 

teriaies»  proceden  en  cierto  modo  de  estas  úl- 

timas,  ó  al  menos  por  completa  que  en  su  eseu- 

eia  la  supoDgamos,  aun  cuando  re«;íen  empe- 

iadb»¿desarrollarse,  noseenríquececon  nuevas 

aphotíones,  sino  ¿  roedida  que  aquellas  se  es< 

Ufloden  ¿  mayor  uúmero  de  objetos,  por  los 

idelantos  de  la  sociedad.  Aplícada  ¿  los  trages 

yiios  otensilios  prímiüvos,  pide  prestadas  sus 

prodocciones  á  la  misma  natoraleza;  los  frutos, 

ias  piedras,  ias  conchas,  las  flores,  las  hojas  no- 

tabletporsaclegancia  órareza  ó  bien  imita  estos 

^TersosobJetos  porlos  procedimientos  dei  teji- 

do»delgrabado,  de  la  pl¿8ticay  del  dibujo.  Desde 

eotonces  la  imitacion  estiende  sus  adquisicio- 

oesá  los  mismos  objetos  que  ba  fabrícado  el 

hombre  para  sus  primeras  necesidades,  como 

las  coerdas,  las  telaSt  las  armas  ofensivas; 

obietos  que  puede  aqnel  imilar  de  una  manera 

^lada,  confüsa,  pero  ¿  los  que  con  mas  fre- 

cocncia  les  imprímir¿  un  sello  simétríco,  que 

colocado  eu   el  órden  intelectual,  es  tam- 

bieo  Qo  prodocto  de  la  imitacion.  Desenvolve- 

rmos  mas  adelanteeste  fenómeno  esencial 

goe  nace  inmediatamente  de  ia  idea  de  finito 

qoe  se  propone  el  bombre  on  todas  sus  obras. 

Tal  es  la  concentraciou  en  un  solo  punto  do  la 

impresioD  dc  órden  y  arnM>nia  que  la  oaturale- 


za  producesobreél,  esel  coeoiosdelosgríegos 
qoe  se  compone  ¿  la  vez  del  universo  entero  y 
del  ónJen  imitadodeeste.EI  mismo  pensamien- 
to  nos  obliga  ¿  bacer  abstraccion  de  ciertasfor- 
mas  de  la  naturaleza  esterior,  como  la  redon- 
dez,  el  semicirculo,  el  cuadrado,  el  tri¿ngulo, 
etc,  que  representan  claramenle  ideas  de  lo 
flnito,  y  porconsiguiente  de  órden  y  simetría. 
Si  se  meídita  con  atencion  sobre  eslo,  se  verá 
que  los  salvages,  no  en  una  vida  tranquila,  si- 
no  en  mcdio  de  las  angustias  que  sufreo,  prp.- 
sa  de  todo  linage  de  necesidades  fisicas,  con- 
cíben  y  ejecutan  el  ornato  en  un  sistema  com- 
pleio,  y  que  nosotros,  bombres  civiUzados,  no 
haceroos  mas  que  reproducir  y  copiar. 

Esta  proposicion  es  una  verdad  evidenterel 
hombre  es  ornamano  antes  de  ser  alfarero  ó 
berrero;  porque  traza  adoroos  en  la  madera  de 
sus  armas  con  el  fllo  del  pedernal,  y  baceotro 
tanto  con  bi  calabaza,  primer  vaso  de  que  se 
sirve.  Despues  deloroamano  viene  elarquitec« 
to;  la  arquitectura,  como  la  palabra  parece  in- 
dicarlo,  no  es  elresultado  dela  neccsidad  que 
esperímentamos  de  constrair  una  casa,  porque 
somos  arquitectos  mocbo  aotes  qoehayamos 
ediflcado  laprimera,  y  encambio  podemos  con 
las  ramas  de  los  ¿rboles,  con  las  bojas,  cou  las 
pieles  de  ios  animales,  crearnos  abrigos  eqoi- 
valentes  ¿  ias  casaspara  satisfacerlanecesidad 
fisica,  mocbo  antes  que  bagamos  obras  de  ar- 
quitectura,  quetiene  su  príncipio  en  lanecesi- 
dad  que  siente  ei  hombre  de  recordar  ciertos 
lugares,  ciortos  bechos,  ciertas  ideas.  Gon  cs- 
te  fln  colocamos  en  un  parage  fljo  una  masa 
durable  ó  fundamos  un  monumento;  palabra 
que  signiflca  advertencia,  recuerdo.  Greadaasi 
la  arquitectura,  desde  su  orígen,  y  tanto 
como  lo  permiten  la  ñaturaleza  de  los  malería- 
les  empleados,  y  de  los  instrnmcntos  inven- 
tados  por  ei  hombre,  recibe  al  ornato  por  auxi* 
liar,  pudiendo  permanecer  eslraña  ¿aqucl.si 
cootinua  siendo  nómade;  vive  con  su  existen- 
cía  imaginaria,  sin  quc  se  aplique  ¿  las  babi- 
taciones,  £i  ei  hombre,  aunque  nómade,  con- 
trae  la  costumbre  de  volver  ¿  los  mismos  lu- 
gares;  y  se  alberga  bajo  el  mismo  tecbo  qne 
él  desde  que  su  morada  se  bace  flja  6  inva- 
riable. 

Aqui  se  presenta  una  nueva  ley  intelectual 
que  ocupa  un  gran  lugar  en  e1  desarrollo  del 
aríe.  Para  abrcviar  lo  que  nnestro  asunto  en* 
cierra  de  sobrado  esclusivo,  fllosóflcamente 
hablando,  nos  ba8tar¿  dedr,  baciendo  esclu- 
sion  de  toda  creencia  en  una  intervencion  di- 
vioa,  que  el  sentimiento  religioso  en  la  buma- 
nidad,  y  la  creencia  en  Dios,  que  es  el  roóvil 
de  ese  sentimiento,  provienen  directamentedo 
la  necesidad  que  esperimentamos  de  esplicarnoa 
Ía  causa  de  todos  los  fenómenos  que  hieren  nu  es- 
tra  vista.  Por  io  tanto  empleamos  el  sencillo  me- 
diode  animardichacausa,  personificarla  y  atri- 
buirla  ¿  los  rasgos  del  hombreal  propio  tiempo 
que  ella  nos  presta  acciones  an¿U)gas  ¿  lasqne 
produce  el  individuo.  Ei  aniropomor/imo  t9. 


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t)ues,  el  resaltado  obligado  de  esta  operacion, 
y  trasforma  desdc  eotonces  la  plástlca,  y  casi 
iomediatamente  la  pinttira,  de  procedimientos 
secundarios  quc  eran,  en  formas  esenciales 
del  arte.  Compréndese  por  otra  parle,  cnanto 
las  fases  liistórícas  del  desarrollo  de  este  úl- 
tirao  cn  todos  los  paeblos,  tan  curíosas  y  dig- 
nas  de  estudiarse,  cuando  queremos  darnos 
cueuta  de  la  organizacion  intelectual  propia  de 
cada  nacion,  importan  poco  para  ei  conoci- 
miento  de  la  teoría  general.  Asi,  que  tal  po- 
blacion  nacientc  baya  limitado  la  casualídad 
suprcma  á  la  forma  de  aire  y  esplritu,  que 
olra  haya  preferido  las  imágenes  del  sabels- 
mo,  que  alguna  triba  nóraade  haya  fabricado 
dloses  errantes  como  ella,  hacléndoles  parti- 
ciparde  todas  las  fases  de  sn  vida;  que  otra 
baya  fljado  eo  las  gnitas  dondc  se  ocultaba, 
moles  en  las  quc  ha  impreso  bien  ó  mal  las 
formas  humanas,  son  cuestioncs  muy  acceso 
rias  paranosotros.  No  prelendemos  establecer 
con  csto  que  el  antropomorflsmo  sea  uoa  ley 
absoluta  de  la  organizacton  humana,  apunta- 
mos  únicamente  bajo  qué  forma  se  presenta 
todas  las  veces  que  existen  coodicloncs  fa- 
Torablcs  ásu  produccion. 

Por  consiguiente,  para  ceñimos  á  las  cir- 
cunstancias  en  que  el  desarrollodcl  arte  reci- 
be  una  cstension  real,  admitíroos  un  pueblo 
agrícultor  con  moradas  Ojas  y  cubiertas.  Este 
pucblo  concibe  el  antropomorflsmo  mas  direc- 
tamenle  que  nlnguno  otro:  desde  que  sc  ha 
hecho  uu  dios  á  su  imágen,  Ic  desea  una  hu- 
bilacion  semejante  á  la  suya:  do  uhi  cl  primcr 
templo.  y  casi  siemprc  la  prímcra  estátua. 
Aqui  el  arte  es  ya  tan  completo  como  puede  lle- 
gar  áserlo  enadelante;  posee  todas  sns  formas 
esenciales  yse  desarroUaen  cl  senlido  mas  na- 
tural,  mas  rico  y  elevado.  La  estatuarín,.  bajo 
sus  fases  plásticas,  roetalúrgicas,  esculturates, 
segun  los  materíales  que  suministra  el  pais, 
ocupa  la  clma  de  la  escala:  la  arquitectura,  re- 
ducida  del  carácter  de  espresion  esencial  a1 
dc  sccnndaría,  completa  la  idea  qus  ha  sumi* 
nistrado  la  primera;  la  pintura,  quc  al  príncl- 
pio,  simple  colorido,  solo  era  el  auxiliar  del 
arquitecto  y  del  diseñador,  se  cambia  casi  in- 
mediatamente  por  la  idea  abstracta  del  cootor- 
no,  y  el  sentimiento  de  los  fenómenos  de  la 
perspectiva  en  una  forma  de  arte,  de  espresion 
completa.  Nada  hay  en  los  prctendidos  deaar- 
rollosdelarteentrelosmodemos,  quc  no  pue- 
da  referirse  á  esos  rudímentos,  en  aparíencia 
toscos,  que  se  encuentran,  no  solo  en  el  ori- 
gen  de  los  persas  y  egipcios,  gríegos  y  etrus- 
cos,  sino  que  tambieu  entre  todos  los  pueblos 
qoe  han  ftindado  la  sociedad  sobre  las  bases 
de  la  agrícultura. 

Bo  vista  de  esto,  no  puede  negarse  que  el 
deMrrOUó  del  arte  seadistinto  de  la  satisfac- 
cion  de  las  necesidades  fisicas;  y  debe  con- 
cedérscnos  al  mismo  tíempo,  que  esta  es  una 
condicion  necesaria  del  mencionado  desarro- 
llo.  Asi  el  omato  se  comprende  sia  el  sentl- 


miento  reHgioso,  y  coma  «ímple  aeeeMrio; 
pero  accesorio  forzoso  en  las  ieyes  de  la  es. 
pecie  humana,  de  la  satisfaccioii  de  las  neoe. 
sidadcs  físicas.  Laarquitecturaes  el  signo  ine. 
vitable  de  1a  uecésidad  de  la  memoria,  y  deii 
vuelta  á  los  mismos  lugares,  feoómenoi  q«e 
aparecen  cuando  elconocimientoy  lapráetíet 
de  la  agrícaltura  eoimmican  á  las  neoesidsdff 
físicas  un  carácter  cnteramente  noevo  de 
exámen  y  delicadexa.  La  estatnaria  y  h  pl». 
tura,  que  no  es  mas  qiie  la  sombra,  y  con» 
1-1  aparíencia  de  h  prímera,  sc  elevan  Bokm 
sobre  las  necesidades  materiales,  por  la  seiw 
cilla  razon  de  qne  el  hombre,  cuando  practlii 
esas  formas  del  arte,  ha  Ilegado  al  poiito  de  po- 
der  separar  detodas  las  deMas  neoesldadts,  ea 
ei  tiempo  y  en  el  espaeio,  la  satisfiiccion  de  Its 
íntelectuales. 

Jnlencionalménte  hemos  dejado  áunl^ 
do  en  las  reflexiooes  que  preceden,  las  (br- 
mas  del  arte  que  se  dirígen  al  oido  y  noi  los 
ojos.  El  motivo  de  esa  omision  existe  paranea* 
otros  en  la  misma  esencia  de  la  imitackm,  i 
la  que  hemos  ligado  tos  principios  de  accioo, 
y  el  estado  pasivo  del  arte.  T  cn  efecto,  si 
éstudiamos  con  algun  cuidado  ta  iroitaciOB  en 
sl  misma  reconoccremos  en  ella  dos  mórílcs» 
y  en  cierto  modo  dos  leyes;  la  primera,  siiBf le 
y  directa,  que  nos  arrastra  á  copinr  los  o^tos 
que  nos  llaman  la  alencion;  la  segunda,  mis 
abstracta,  que  nos  conduce  á  imprímirálos 
objelos  que  imitamos  uo  selfo  de  órden  y  «i- 
metría.  Esle  segundo  móvil  liene  bu  pHncipie 
en  luideadc  flnilo  que  uaturalmcnte  vemosi 
través  de  todas  nuestras  obras,  y  por  lanece- 
sidad  que  esperimentamos  en  determinarías  y 
circiiuscríbirias  en  medio  de  una  natoraleu 
que  nos  da  la  idea  de  la  perfeccion,  sin  presen- 
tar  lliniles  á  nuesiros  ojos,  elegimos  la  foriBi 
de  que  se  ha  hablado  roas  arriba,  tales  conio 
el  cuadrado,  el  círculo,  el  tríáogalo,  etc.  De 
tíste  modo  tiu  sido  como  despues  de  haber  he- 
cho  desempeñar  nn  papel  á  eslas  (brnms  en  el 
ornato.  hemos  eslablecido  las  raas  regulares 
de  ellas,  como  el  cuadrado,  el  círcato,  el  pa- 
ralelógramo,  como  bases  de  la  arquitec- 
tura. 

La  idea  de  fin  y  simetría  es  igualmcfite 
comun  á  la  cstatuaría  y  »i  la  piutitra,  y  proJa- 
ce  directamcnte  cn  ambas  el  sentimieuto  de 
lo  bello.  Se  concibe  q»ie  en  estas  formas  dd 
arte,  basadas  sobre  la  imilacron  directa,  ocu- 
parrunlugar  accesorio  el  segundo  móvil,  esea- 
cial  eo  las  que  se  dirigen  al  oldo,  pnes  es, 
por  declrlo  asi,  )a  úuica  causa  dc  la  mááica; 
porque  la  imitaeion  de  los  sonidos  uaturales 
es,  en  cierto  modo,  la  ocasion  y  no  la  causa 
determinante  de  ella.  Ei  principio  de  simetría 
ocupa  un  lugar  eqnivalente  en  la  poesía,  no 
siendo  el  empleo  de  la  palabra  en  el  orígen  de 
l03  paeblos,  mas  que  la  satisfaccion  de  HBa 
necesldad  flsica,  si  se  la  considera  aparte  M 
rítmo,  de  la  cantldad,  y  otras  condiciones 
mas  6  menos  Yaríables  de  la  poesia.  Esta  úStím 


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áin 


ohiwneioD  espltea  p«r^  la  ntem»,  cmo 
JBitnnneDto  literario»  precede  4  la  prosa  ea 
tedos  los  poebios  y  eoiiio  la  etocueneit  no  Ue- 
giá  ser  un  arte,  sioo  entre  los  de  una  civi- 
Maeioo  muy  adelaatada.  Neeesitase  un  pnrti- 
eilir  grado  de  esmero  para  qoe  laa  formos 
Taríables,  impreTistas  dei  diacurso,  puedan 
sqeUrse  á  reglas  tan  ▼ariables  como  dlaa, 
piroflusceptíblesde  arreglo  y  siraetria. 

Laesposioionqueprecede,  poedeserTirtam^ 
Uia  psra  resolm  una  cuestion  que  Temos 
fBscitarse  diariamedte.  8i  se  reconoce  que  el 
arte  es  ooa  facuitad  eseocial  del  hombre,  un 
Rrodacto  directo  del  organtsmoi,  debemos  de- 
doeir  qoe  es  espontáneo  neeesariamente,  que 
por  lo  tanto,  su  espresiou  es  aompleta  desde 
qoe  la  materia  emplenda  por  aquel  ae  plega 
á  so  TOÍQotad.  Basta  que  los  instrumeotos  de 
qoe  86  Tale  deatmyan  las  resisteocias  de  la 
nateria,  cambiando  su  forma  en  el  sentido 
qoe  ét  se  propone;  y  poco  importa  que  la  ac- 
eion  (le  esos  iaatrumentos  sea  leota  y  diricil, 
eeo  tal  qoe  estén  en  couiunicacion  perpétua 
oeo  el  pcosamieato  del  arlista.  A  la  verdad, 
el  bombre  no  debia  valerse  mas  que  de  su 
flOBo,  si  su  maoo  oortase  el  mármol  como 
elaijora  laarcilia.  Ei  cincel,  el  pincel,  sou  para 
SQ  mano  un  socorro  necesarío ,  pero  ya  un 
obstácolo  á  la  libre  muQifeslacion  del  arteque 
00  acepta  lo  ^  moldcs  sino  como  una  necesidad 
Dias  peligrosa  9un,  debemosconvenoernosque 
elarte  nose  eoriquece  moitiplicando  los  me- 
dios  (ie  reprodoceion,  porque  no  tiene  ningun 
ioterésen  reproducir  una  mismaobra  dosó  mas 
veces.  Los  proccdimientos  de  multiplicacion 
800  basta  perjudiciales,  si  se  atiendc  á  que  por 
nias  perfectos  que  ios  supongamos »  se  alejan 
BOi  y  mas  de  ia  obra  que  ha  recibido  direc- 
tamente  la  Impresion  del  peusamiento  nrtisti- 
co;  oiucho  mas,  cnando  la  manera  de  hacerlo 
>ltera  el  pensamtenlo.  Gompréiidese  desdelue- 
fo  á  cuaotos  noevos  peiigros  el  progreso 
coflstante  de  la  industria  esponc  al  arte ;  cual 
es  la  causa  que  los  arlistas  é  industríalcs  es 
tén  ian  poco  conforraes,  estíos  creyendo  siern* 
prei  á  niedide  que  multiplican  por  cualquier 
nedio  las  obras  del  arte,  servirle  por  la  pro- 
pagacioo  fácii  y  proota  de  sus  produclos ,   y 
aqoellos  viendo  su  peusamiento  cada  üia  mas 
P^ido  y  (lettcotofido  por  la  occion  muda  é  in- 
iotellgible  de  los  proícedinientos  industriales. 
Lo  que  hemos  diclio  basta  aqui  de  la  teoría 
del  arte  en  geaerai  y  dcl  príncipio  de  cadd 
Boa  de  las  arles  ea  particolar »  acaso  haga 
compreoder  por  qué  esa  teoria  y  esos  prlnci- 
pio9  00  haii  podido  verse  libres  de  las  nnbes 
qoeles  enTOlvian,  y  diíucidarse  olarameote 
botU  ahora.  Y  en  efecto»  tomando  por  punto 
de  parlida,  como  se  ha  dioho  casi  siempre, 
el  scntimiento  y  la  espresion  de  lo  bello ,  los 
foe  han  eegoicb  e^e  sistcma,  se  han  privado 
ToluntarlMoente  de  ciertos  hechos  capitales 
para  la  intetigenoia  de  la  GnestioD,  ó  selia  da* 
do  (ormeDtoiíaesplicaiBLOo  de  ellos.  Se  con- 


eibe  ^  dertaa  pMdnooioBee,  artíeUcas  ski 
dispota,  no  tengan  por  móTiI  maa  que  ciert»^ 
demostracion  dc  la  destresa  manual  ó  la  satiB- 
faccion  de  ona  necesidad  de  i»  menoria,  II- 
niño  ó  el  salTage,  qoe  imitan  groserameate 
on  animal,  no  obraa  b^o  la  iapresion  de  ia< 
pesquisa  de  lo  bello;  imitan  poraoiente  por  el 
placer  de  imitar.  Por  otra  parte ,  el  hombre 
primitiTO  que  cotoca  6  talla  una  roeaeoael  ob* 
]eto  de  que  le  nirta  para  sos  neeesidades  6 
recoerdos,  obra  con  un  flo  racional  no  aensi- 
bie.  Bl  mismo  hombre  que  tiaaa  en  un  cuadro 
la  forma  áe  su  casa,  obedeoe  á  la  idea^  bo  de 
beilcxa,  sino  simpleniente  de  órdea  y  regttla-» 
ridad.  Los  hechoe  primordiales  deL  arte  perte- 
necen ,  pues ,  separadamente  al  primero  y  se- 
gundo  mÓTil  del  priucipio,  que  heraos  llamade 
de  una  manera  absoluta»  el  principío  de  iml- 
tacioBb  Bl  sentimietito  de  lo  bello  no  es  mue' 
que  la  mczcla  de  esos  dos  oaóvilea  ta  propor- 
ciooes  diversas;  pof  k>  tanto,  no  puede  con« 
lundirse  con  el  principio  absolato  de  irottar» 
ciooy  porqoe  ol  (irímero  para  existir  aecesita, 
de  ia  accion  coieetiva  de  los  dos  móitíea» 
mieniras  el  segundo  existe  sin  cualqoiera  de 
los  dos. 

Se  conclbe  tambiencomo  los  fllósofos,  que 
se  habian  acostumbrado  i  mirar  el  seutimien* 
to  de  lo  bello  como  un  eiemento  simple  dei 
espiritu  humano,  se  han  Tisto  arrastrados  i 
considerar  como  ána  condicion  forzosa  del  ar^ 
te,  la  pesquisa  de  un  tipo  ideal  de  imitacioi^ 
de  cada  cosa.  Dobiendo  ocuparnos  en  otro  lu- 
gar  de  la  teoria  del  ideal  en  laa  artes,  aos 
abstenemos  de  empezar  aqui  su  analisia.  So^ 
lamente  notaremos ,  para  hacer  mas  eTidente 
la  demostraciou  que  precede,  que  la  pesqniaa 
de  uo  tipo  ideal  en  las  obras  de  la  pintnra  y 
escultura  ,  ha  sido  el  que  ha  hecho  predemi-* 
nar  el  piincipio  de  la  simetría,  á  espensas  de 
ol  de  la  imitacion  propiamente  dicha;  mien- 
trasque  lafalta  casi  completa  de  ideal,  perte- 
nece  i  los  que  se  han  consagrado  i  la  simple 
imitacion,  despreciando  i  la  Tez  la  simetria; 
do  lo  que  se  deduce  que  el  ideal  es  una  cua* 
lidad  mas  necosaria  i  cada  arte  distínto^  cuan* 
to  meuos  absolutaraente  obligatoria  les  es  \ai 
obligacion  materíal.  Gasi  toda  lamúsica,  ia 
poesia  considerada  corao  ritmo,  y  la  elocuen- 
cia  como  periodos,  viven  caei  esclusivameale 
del  ídeal ;  tambien  la  arquitectura  participa 
mas  6  menos  de  sus  condiciones,  seguO  esli 
mas  ó  menos  emancipada  de  tas  necesidades 
raaleríates.  Peroe»uu  error  completo,  y  on  er- 
ror  por  deSgracio  deraasiado  general,creer  que 
la  escultnra  y  la  pintura  puedeu  perfeccionarse, 
abandonando  el  terrenode  la  iraitaciou  siraple, 
para  buacar  esclusivamente  un  tipo  ideal  dp  ca- 
da  uno  de  los  objetos  que  imita:  esta  opinion. 
que  tat  vea  pueda  prevalecer  en  el  terreno  filo- 
sóüco ,  doude  no  se  lieneu  por  llmitt*s  el  aU 
canoe  de  la  fuefaa  humana ,  sino  la  esten- 
sien  posible  de  las  ideas,  esta  opinion  repf)- 
timos,  debe  rechaiarse  en  la  práclica ,  por- 


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ARTE 


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qae  no  produce  mas  resaltados  que  dejar  ig- 
norar  al  artista  los  recursos  de  la  naturalesa 
y  la  multipiicídad  inflnita  de  los  accidentes 
que  se  dcsenvuelven  cn  su  seno.  Cada  artista, 
en  particular  debe  persuadirse,  antes  de  lodo, 
que  en  la  imperfcccion  inherente  á  los  órga* 
nt>s  del  hombre  mejor  dotado,  lo  que  este  to- 
ma  por  ínvencion,  no  es  mas  que  un  recuerdo, 
que  en  todo  coso,  por  rico  y  exacto  que  fuese, 
no  podria  suplir  á  la  obsenracion  constante  de 
la  naturaleza ,  puesto  que  cada  objeto  en  ella, 
y  cada  aspecto  en  el  mismo  objeto,  prodocen 
accidentes  enteramente  nuevos,  y  cuyoestu- 
dio  puede  conducir  al  descubrimiento  y  á  la 
reproduccion  de  una  nueva  belleza. 

Se  comprende,  con  doble  motivo»  por  qué, 
absteniéndonos  de  cntrar  en  la  cuestion  de  io 
)>eIlo  y  lo  ideal,  dejamos  ¿  un  lado  el  exámen. 
de  la  opiniou  emitida  por  Platon ,  relativa  á 
la  ídentídad  absoluta  de  lo  bello  y  de  lo  bue- 
no ;  identidad  que  corresponde  á  la  palabra 
griega  to  kalon ;  esta  cuestion,  cuyo  estudío 
seria  muy  importante  para  la  sicologia  y  ia 
moral,  es,  en  nuestro  concepto,  enteramente 
distinta  de  la  teoria  dei  arte  y  no  podria  su- 
ponérsele  conexion  alguna  con  dicha  teoria, 
sino  en  el  caso  que  se  continuase  consideran- 
docl  sentimiento  de  lo  bello,  como  c1  princi- 
pio  absoloto  dei  arte,  y  á  nuestro  entender 
bemos  ya  demostrado  que  ese  sentimlento  era 
de  origen  complejo,  y  que  se  le  podria  elimi- 
nar  en  muchas  ocasioncs,  sin  que  por  eso  puc' 
da  neg:arse  la  presencia  del  arte. 

Quizá  en  vez  de  vernos  espresar  en  este  ar- 
ticolo  nuestra  opinion  personal  sobreel  origen 
y  la  teoria  del  arte ,  habria  preferido  cl  lector 
encontrar  en  él  una  esposiciou  de  las  doctri- 
nas  filosóQcas,  por  medio  de  las  cuales  se  ha 
intentado  en  varias  ocasiones  resolver  la  cues- 
tion.  Pero  convencidos  de  su  inutilidad,  resol- 
vimos  sustituir  nuestra  manera  de  ver  las  co- 
sas,  al  sistema  quc  generalroente  se  cree  que 
existe  en  las  obras  de  los  fllósofos  estéticos. 
Trabajo  costaria  creer,  en  verdad,  sin  haberse 
antes  asegurado  de  eUo  por  si  mismo,  el  po- 
co  coidado  qne  la  mayor  parte  de  esos  fiió- 
sofos  se  han  tomado  para  dilucidar  el  principio 
determinante  dcl  arte.Todos  casi  sln  escepcion 
han  admitido  su  existeneía  eomo  un  hecho 
accidental,  dependieote,  histórico,  sin  aperoi- 
birse  que  su  falta  seria  ,  por  decirlo  asi ,  una 
negacion  de  la  naturaleza  humana.  Por  eso 
Lessing  y  Winckelmann,  á  pesar  de  todo  su 
genio,  son  inferiores ,  no  obstante ,  al  padre 
Andrés ,  autor  del  tratado  Sobre  lo  beüo ,  en 
cuanto  á  que  este  último  busca ,  asi  eo  los  fe- 
nómenos  naturales,  como  en  las  dísposiciones 
del  espírilu  hnmano,  el  origcn  del  arte;  mien- 
tras  que  losfllósofos  alemanes  reconocen  sola- 
mente  en  él  uoa  esperiencia  legada  por  la  an 
tigna  civilizacion. 

Preciso  es,  por  consigoiente,  á  pesar  de  la 
invencion  de  la  palabra  esthelica  que  debemos 
¿  Baumgarteo,  á  pesar  de  las  oumerosas  pro- 


doeciones  que  ia  Aleoianíi  ba  yisto  aptreeer ' 
bs^o  el  mismo  titnlo ,  ¿  pesar  de  ias  c¿tedn8 
creadas  en  el  siglo  XYIII  eo  todas  ias  univer- 
sidades  alcmanas,  ¿  pesar  de  la  antorídad  de 
nombres  tan  respetables  como  ios  dc  flerder, 
Juan  Pablo,  Burger,  etc;  preciáo  es  recouocer 
que  la  indagacion  de  la  verdadera  teoría  del 
arte  ha  permanecido  agena  ¿  la  AiemaDia ,  y 
que  a1  menos  los  francesefi,  como  el  pidre 
Andrés  y  aun  Btleux,  han  tenido  el  méríto  de 
creer  que  podia  existir  on  principio  abiolat« 
del  arte.  Burlce  tambienlo  bacreido;  perosQS- 
tituir  el  sentimiento  del  terror  al  de  lo  bello, 
era  restringir  el  circalo  mas  todavia  que  m 
predecesores,  y  relegar  f uera  de  él  on  Dúioeio 
inmenso  de  (enómenos,  qae  son  la  inconse- 
caencia  inmediata  del  arte. 

Asi,  pues,  la  estética  no  ha  sido  l^asta  rich  - 
tc  mas  qne  la  critica  esperimental ,  decoiada 
con  otro  nombre  mas  elevado  y  sonoro;  éipoc 
la  omision  absolata  qne  hizo  del  arte  en  sa  sis- 
tema,  dió  lugar  aldesarrollo  de  80  única  teoría 
esencial,  la  única  que  hayi  visto  la  las  has- 
ta  el  presente.  Todos  conocen  la  separaciot 
absoluta  que  este  fllósofo  estableció  entre  el 
mundo  real  y  el  ideal,  entre  el  ^o  y  el  no  fo. 
Varíos  estéticos  alemanes ,  ¿  cayo  f reote  mar- 
chan  los  dos  Schlegel,  Solger,  rieck  y  Hovalis, 
concibieron  ia  idea  de  esplicar  el  arte  por  d 
princlpio  de  Fichte.  Atribuyeron  su  origen  ¿  It 
tendencia  necesaria  que  nos  arrastra  ¿  anoüt- 
dar  el  dualismo  y  ¿  crear  una  rv^alidad  confor- 
me  al  idealismo.  Ese  combate,  en  qae  se  et- 
cucntra  empeñado  el  hombre,  y  cuyo  resultado 
es  el  antropomorflsmo,  basta,  segan  los  preci- 
tados  filósofos ,  para  esplicar  todas  las  forroas 
dcl  artc.  Eso  es  lo  qae  Federico  Schlegei  ila- 
ma  la  ironia,  y  io  que  nosotros  nos  seDÜmot 
inclinados  ¿  Uamar  la  eon^a^eaeüm. 

La  infloencia  de  la  escuela  de  Fichte  ht  des- 
aparecido  ante  la  filosofia  de  sus  sucesores; 
se  ha  abandonado  el  duaiismo ,  y  la  teorit  del 
arte  fundadaen  ese  sistema  ha  debido  sucom- 
bir  al  mismo  tiempo.  Adoptando  por  el  con- 
trario  una  identidad  absolnta  dei  mando  reai  y 
del  ideal,  los  innovadores  no  ban  conocidoen 
el  arte  mas  que  la  espresion  de  esa  identidad, 
idea  que,  bajo  el  aspecto  arUstico,  no  ht  reci- 
bido  hasta  hoy  ningun  desarrollo,  pero  que  te* 
nemos  tanto  mas  derecho  ¿  esperario,  coanto 
qac,  segun  las  opiniones  de  Scbelling  yHegel, 
el  arte  lo  mismo  qne  la  religion  y  la  cicnclt, 
debe  considerarse  como  un  resultado  Dccestr 
rio  del  espiritu  hnmano ,  coya  eTolucioa  esti 
sometida  ¿  leyes  inmutables. 

ARTE  SAGRADO.  A  los  sacerdotes  dd  Bgiplo 
y¿l08  IniciadosdeTebasydc  Menfis  podc- 
mos  atribuir  el  conocimiento  del  arte  sagrado, 
que  practicaban  aquellos  en  lostemplosdoode 
habian  estabiccido  sus  laboratorlos. 

Guanto  mas  iimitado  es  ei  d<Hninio  de  los 
bechos  bien  apreciado ,  tanto  mas  vasto  é  ili- 
mitado  es  el  campo  de  la  imaginacion.  Al  ^ 
tablecer  los  antiguos  sos  creencits  cosmo^ 


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ARTE 


526 


Bieis  y  siinbótieas,  hablan  partído  dealgunos 
hechoB  reales  y  Datnrales;  pero  pronto  qoedó 
eoToelto  este  redücido  número  de  hechos  en 
tasnobes  de  las  doetrinaa  especulativas  y 
mteücas.  El  laboratorio'  del  templo  habia  dado 
elbecho,  y  la  imaginacion  del  sacerdote  la 
teorít.  Ssta  es  en  parte,  segun  nuestra  opi- 
Dkm,  la  faeute  Terdadera  de  toda  la  ciencia 
gtfogliflca  de  los  sacerdotes  del  Egipto. 

Elqoimico  agrega  y  desagrega,  combina  y 
descompone  la  materia  en  qne  opera.  El  inl- 
dado  del  arte  sagrado  estaba  persuadido  de 
poder  bacer  en  pequefio  lo  que  el  Demiurgo  ó 
el  Díoscreador  habíahecho  en  grunde;  y  á  ios 
ojos  del  Tulgo,  el  sacerdote  no  era  solamente 
elreprescntante,  sino  en  oierto  modo  un  com- 
peodio  de  la  Divinidad.  La  opioion  que  acaba* 
mos  de  emitir  será  confirmada  ^r  los  docn- 
meotos  que  alegaremos  en  su  apoyo. 

En  la  antigüedad,  y  aun  en  la  edad  media, 
todos  los  conocimientos  estaban  reuntdos  y 
coQfQndidOd  büdo  la  denominacion  gcneral  de 
fllosofia;  pero  io  que  era  fácil  hace  tres  mil 
iDOs,  seria  hoy  casi  imposible. 

Borremos  por  nn  momento  de  nuestra  me- 
moria  todos  los  desoubrimientos  hechos  du 
rante  el  pcriodo  de  tiempo  que  nos  separa  del 
reíiMdo  de  GooBtantino  ó  de  Tcodosio  el  Gran- 
de;  trasladémoDOS  por  un  instante  con  el  pen 
samiento  al  laboratorio  de  Zosimo  ó  de  coal- 
qoiera  de  ios  grandes  maestros  dei  arte  sa- 
grado. 

4.**  Se  calienta  agua  coraun  en  una  vasija 
ibierta.  El  agua  hierve,  redúcese  á  un  cberpo 
aeriforme  (vapor)  y  deja  en  el  fondo  del  vaso 
oaa  tíerra  pnlverulenta  y  blanca. 

Couclusion :  el  agua  se  cambia  en  aire  y 
eo  tierra.  Suponed  que  no  tuviésemos  ninguna 
idea  de  la  existencia  de  las  materias  quo  el 
igoa  tíene  en  disolucion ,  y  que  despues  de  la 
vaporizacion  se  deposítan  en  el  fondo  del  vaso; 
¿qoé  objecion  tendriamos  que  hacer  á  aquella 
coQclusion,  qne  segnramente  ha  prestado  su 
apoyo  i  la  famosa  teoria  de  la  trasmutacion  de 
los  elcmento»? 

Ko  faltaba  mas  que  el  fuego  para  que  la 
tnsffiotacioD  fuese  completa. 

2.*  Se  pone  un  hierro  candente  debajo  de 
Boa  campana  sostenida  sobre  una  cubeta  llena 
de  agua:  el  volúmen  de  agua  dismlnuye;  ín- 
troducieodo  debajo  de  la  campana  una  bujia 
eodende  inmediatamentc  ei  aire  que  se  halla 
deotro  de  ella. 

Conclnsion :  el  agua  se  cambia  en  fuego. 
Esia  conclosion  era  rouy  natural  en  ona  época 
cn  que  no  se  sabia  todavia  que  el  agua  se  com- 
pone  de  dos  cuerpos  aeriformes  (oidgeno  é  hi- 
drógeno)  qae  el  uno  de  ellos,  oxigeno,  es  ab- 
sorbido  por  el  hierro,  y  que  el  otro,  hidrógeno, 
se  'mtrodQce  debajo  de  la  campana  tomando  el 
logar  del  aire  atmosférico  que  habia  encerrado 
en  ella,  y  que  el  hidrógeno  es  el  qne  se  en- 
cieode  al  eonlacto  de  una  Ins, 
3.*    Se  qaema  (calcina)  piomo  6  cualquiera 


otro  metal  (escepto  el  oro  y  la  plata)  al  con- 
tacto  del  aire;  inmediatameote  pierde  sus  pro- 
piedades  primitivas ,  y  se  trasforma  en  una 
sustancia  pulverulenta,  en  una  especie  de  ce« 
nisa  ó  de  cal.  Recogíendo  estas  cenizas,  que 
son  resultado  de  la  muerte  del  metd,  y  ca- 
lentándolas  en  un  crisol  con  granos  de  trigo, 
se  ve  al  punto  renacer  el  melal  de  sus  cenízas 
y  volver  ¿  tomar  su  fcrma  y  sus  propiedades 
primeras. 

Gonclusion:  el  metal  qne  el  fuego  destrqye 
es  revivificado  por  los  granos  de  trigo  y  por 
la  accion  del  calor. 

¿No  es  esto  obrar  el  milagro  de  la  resor- 
reccion  en  pequeña  'cscaía?  Nada  habia  que 
objetar  contra  esta  conclusion,  puesto  que  se 
ignoraba  completaroente  el  fenómeno  de  la 
oxidacion  y  la  reduccion  de  los  óxidos  por  me- 
dio  del  carbon  ó  de  un  cuerpo  orgánico  rico 
en  carbono,  tal  como  el  azúcar,  la  harina,  las 
semillas,  etc.  Los  granos  de  trigo  eran  el  sim- 
bolo  de  la  vida ,  y  por  estension,  el  simbolo 
de  la  resurreccion  y  de  la  vida  eterna,  no  tan* 
to  porqneservian  de  principal  alimento  al  hom- 
bre,  cuanto  porque  eran  empleados  para  resu- 
citar  y  reviviúcar  los  metales  muertos  ó  redo- 
cidos  á  cenizas. 

4.^  Se  calcina  plomo  argentifero  en  cbpe* 
las  hechas  con  ceoizas  ó  huesos  pulverizados. 
El  piomo  se  reduce  á  ceniza,  desaparece  en  la 
sustancia  de  la  copela,  y  al  fln  de  la  operacioa 
queda  en  el  fondo  de  la  copela  uu  boton  de 
piata  pura.  Habiendo  desaparecido  el  plomo 
sin  que  el  operador  supiese  por  qué  ni  cómo, 
¿qué  cosa  mas  natoral  que  dcducir  la  conse- 
cuencia  de  que  el  plomo  se  habia  trasformado 
en  plata? 

No  ha  contribuido  poco  ciertamente  esta 
opcracion  para  acreditar  la  opiniou  autigua  de 
que  el  plomo  puede  trasformarse  en  plata. 

Los  fenómenos  tan  notables  del  iris  y  dcl 
reldmpago  que  presenta  la  plata  sometida  á  la 
copelacion ,  debian  tambien  ocupar  singular« 
mente  la  imagiuacion  del  artísta  sagrado. 

.  5."  Se  echa  ácido  fuerte  sobre  cobre ;  el 
metál  es  atacado  y  desaparece  al  cabo  de  al- 
guntiempo,  produciendo  un  licor  verde  tan 
trasparente  corño  ei  agua  pura.  Sumergicodo 
en  este  llcor  una  laroinita  de  hicrro,  se  obser- 
va  que  el  c«)bre  vuclve  á  presentarse  con  su 
aspecto  ordinarío,  al  paso  que  el  hierro  se  di- 
suelve  á  su  vez.  ¿Qué  conclusion  mas  natural 
y  sencilla  que  la  de  que  el  hierro  sc  trasforma 
en  cobret 

Si  en  lugar  de  la  disülucion  de  cobre  se 
bubiese  empleado  una  disolucion  de  plomo,  de 
plata  ú  oro,  se  bubiera  dicho  que  el  bierro  se 
habia  trasformado  en  plomo,  plata  ú  oro. 

Asi,  pue3,  la  famosa  teoria  de  la  trasmuta- 
cion  de  los  metales  adoptada  por  los  aiqoimis- 
tas,  se  funda  sobre  algunos  bechos  reales,  pero 
no  comprendidos  y  mai  interpretados.  Por  lo 
demas,  esta  teoría,  considerada  haio  ei  punto 
de  vista  de  la  cicncia  de  entoDces>  no  era  taa 


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mm. 


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hracional  eomo  hoy  oo8  piíiecñ,  E1  jmnto  de 
partida  de  todo  raaonamionto  era  k  ol)serva- 
oion  y  1a  imitacion  de  la  natoraleia.  Lüs  roeta* 
les  eren  asiwilados  á  verdaderos  seres  anima- 
dos,  teniendo  como  los  vegetalesy  los  anima- 
les  su  vida  pr^pia;  porqiie  4a  diTision  de  los 
coerpos  en  opgánicos  é  itiorgánicos ,  diirision 
qne  no  tiOBe  ningnn  valor  filosófioo,  es  de  fe- 
cba  moy  reciente. 

¿Qné  se  ve  en  la  natoraleza?  Trasformaoio- 
nes.  Les  escritos  de  los  quimicos  amiguos  es- 
tán  Ilenos  dc  aiusioQfs  misticas  y  aJegórícas 
sobrela  germinacion,  generadon,  trasfórma- 
cion  del  grano  en  planta,  de  las  floresen  fm- 
tos,  etc.  ¿i  debemos  censurarles  porqne  hu- 
biesen  estableddo  la  teoria  de  ia  trasmotacion 
sobre  un  slmple  fenómeno  de  cambio  ó  de  sus- 
titaclon  qoe  aliora  se  espllca,  pero  que  enton- 
ces  era  imposible  comprender  de  ia  misma 
manera  qoe  hoy? 

Borlarse  oomo  se  ha  beoho  de  la  teoria  de 
la  trasmutacioD,  es,  no  solamente  injusto,  sioo 
rldiculo  y  absordo.  Hay  una  eonsideraoion  que 
deberla  hacemos  estreoaadamente  pmdentes  y 
clrcunspectos  en  nuestros  Joidos ,  y  es ,  qoe 
8i  estamos  en  estado  de  apreciar  la  insuficien- 
cia  ó  falsedad  de  las  doclrinas  de  noestros  pre- 
decesores,  lo  debemos  á  ios  descobrimientos 
faechos  durante  todo  el  espaclo  de  tiempo  que 
Bos  separa  de  ellos.  Y  nosotros  ¿no  establece- 
mos  todos  los  dias  teorias  á  las  que  probable- 
nente  tenemos  tanto  apego  como  los  antlgoos 
á  las  snyas?  y  si  ol  mondo  no  «e  ba  de  acabar 
mañana,  ¿qoién  tendrá  la  absorda  pretension 
de  creer  qne  nnestros  contemperáoeos  han 
prononciado  la  tiUimaJpalabra  de  la  ciencla,  y 
que  los  que  vengan  despues  de  nosotros  -no 
tendrán  ya  ningun  hecho  que  descubrir,  nln- 
gun  error  qoe  TecHficar,  ninguna  leorta  que 
establecerf 

Yolf  emo8  ¿  1o  quehemos  dicho  mas  arriba: 
fii  qoeremos  joagar  ¿  noestros  predeeesores, 
es  preeise  colocamoa  bijo  so  ponto  de  vista  y 
no  condenarlos,  jaigéad(^oB  a1  travésdel  pris- 
ma  denoestros  conocimicntos  actoales.  Guiados 
de  este  principio  debemos  abordar  la  faistoria 
de  las  ciencias ,  como  la  bistoria  en  general. 

Lo  qoo  acabamos  de  decir  de  la  teoria  de 
la  trasmotadon  de  los  metales ,  pocde  aplicar- 
se  igualmente  á  otras  muchas  teorias  que  ha- 
bian  tcnido  por  punto  de  partida  hecfaos  reales, 
pero  mal  eomprendidos ,  por  falta  de  otros 
descubrimientos  que  faltaban  por  hacer  toda- 
via,  y  que  entonces  era  casl  imposible  preveer. 
6.*  Los  vapores  de  arsénico  blanqoean  e1 
cobre.  Este  hecfao  conocido  faacia  mncho  tiem- 
po,  dió  in¿rgen  ¿  moltitod  de  alegorias  oscu- 
ras  y  enigmas  mistícos  sobre  el  medio  de 
trasformar  el  cobre  en  plata. 

El  asofre  qoe  ataca  ¿  los  metalos,  qoe  los 
ennegrece  y  trasforma  en  prodootos  ordinaria- 
nente  negros,  polTeralentos ,  era  nn  coerpo 
tan  miaterioso  como  el  arsénico.  Gon  el  aso- 
fre  ie  coagirtaba  (solidWcaba)  el  vierciirio. 


7.*  Goando  se  hace  caer  ei  nepoBrio  ei  ils* 
Tia  tina  (estrojAndoIo  en  rnia  v^iga  ó  ea  m 
mnñeca  de  trapo)  sobre  aziifre  ftmdido,  se  ob- 
tiene  ana  materia  ntgra,  Calentada  esta  mate- 
riaen  vasijas  cerradas,  se  volatíliza  Binaltenff- 
ee  y  se  trasforma  en  unafaermosa  matería  rofa. 
Apenas  se  ereeria  qns  estos  dos  cuerpos  sea 
idénticos,  si  no  se  supiera  qoe  están  {¿rmadOB 
exactamente  de  los  mismos  elementos,  de  la 
misma  ca^tidad  de  aiufre  y  de  la  misma  can- 
tidad  de  mercorio. 

¿Debemos,  poes,  admirambs  de  que  nn  fe- 
nómcmo  tan  cstraño,  que  ¿  nosotros  mitiiM 
nos  pare«:e  hoy  inesplicabie,  embargase  li 
imaginacion  de  losqnimicos  antigoos,  quetan 
fádl  acceso  daban  ¿  todo  lo  que  pareoa  ma- 
ravilloso  y  sobrenaturai? 

El  ne^  y  e1  rojo  no  son  nada  roenos  qoe 
los  simbolos  de  las  tinieblas  y  de  la  luz,  del 
prindplo  malo  y  del  prinoipio  bueno;  y  la  reo- 
nion  de  eetos  dos  principios  represeataba  ea 
el  órden  mural  al  universo  Dios^  esa  idea  pan- 
leistica  que  indudablemente  ha  contribaido 
mucho  ¿  establecer  el  famoso  priocipio  adop- 
tado  por  los  alquimistas  de  que  todos  Uawf- 
po8,  y  principalmenie  todos  losmeUiUs,  ttantn 
por  elementos  el  azufire  y  el  mercuHo. 

SJ^  Guando  se  analizan  las  sustandas  o^ 
g¿nicas  calent¿ndo1as  en  un  aparato  destíli- 
torio ,  se  obtiene  un  reslduo  sólido,  liqoldos 
que  pasan  ¿  la  destilacion ,  y  espiritus  qoe  se 
desprenden. 

Estos  resnltados  venian  en  apoyo  dela  an- 
tigua  teoria,  segnn  la  cual  la  tierra ,  el  üpaa, 
el  aire  y  el  fúego,  formaban  losetntf ro  tkmití^ 
del  mundo.  El  residuo  sólido  (cnrríion)  represeD- 
taba  la  iierra\  los  llquidos  de  1a  destilacion  re- 
presentaban  el  agua,  y  los  eapiritos  el  otre.  Ka 
cuanto  al  fuego  se  le  consideraba  mocbas 
veces  como  medio  de  porificacion  y  otras  co- 
mo  el  alma  6  el  vincnlo  invisible  de  todos  loa 
coerpos. 

Los  esperimentos  y  las  operaciones  qne  be- 
mos  indicado  y  cuyo  número  seria  inútil  mQl- 
típlicar,  eran  conocidos  hacia  ya  largo  tiempo; 
los  sacerdotes  de  Isls  y  los  iniciados  en  el  ar- 
tesagrado  debian  tener  diaríamente  ocasioa 
de  ejecutarlos  en  ios  laboratorios  de  sus  tem- 
plos  Pero  gnardémosnos  de  creer  qoe  lo« 
maestros  del  arte  sagrado  hnbiesen  espoesto  f 
descrito  sus  esperimentos ,  como  lo  baria  oa 
profesor  de  quimica  de  noestros  dias.  Todo 
estaba  envuelto  cn  misterios,  y  su  ieagoiije 
simbólico  qiie  tenia  probablemeote  grande 
aualogla  con  el  lenguaje  gerogUfico ,  no  era 
comprendido  sino  por  los  inlciados ,  poes  es- 
taba  probibido  bajo  pena  de  moertc  revelar  los 
misterios  ¿  los  profanos. 

ARTE  MILITAR.  (Arie  mHiUar.)  El  conjBBla 
dentifieo-artlstico  de  cuanto  condeme  ¿  la 
goerra. 

He  aqui  la  definicion  mas  exaeta  qoe  acer* 
tamos  ¿  dar  ¿  1a  fccundisima  palabra  de  qae 
se  trata.  Remos  Ilamado  eienHfiofHpnUtí^  al 


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AHTE 


»30 


«Wianto  de  His  refiiB  y  táctiea  deia  guerra; 

porqoeel  arte  miUtarlo  es  todo,  es  cieucía  y 

es  arte  i  la  vez:  ciencia  porque  &ú  las  cieor 

ci^  nalorales,  como   las  abslractas  prestao  ( 

fqoel  coDjunto  de  reglas  sus  inveDtos  y  teo- 

remas;  es  arle,  porque  á  lapar  las  arles  iibe- 

ralos  y  mecáDicais  concurreo  pooitivainente  de 

uaa  mauera  morat,  especulativa  ó  aplicada  ul 

eooJuDto  de  los   usos  y  Gostombres  militarea. 

í  eo  efecto,  las  ciencias  abstractas  cou'^ 

curren  como  eiemeotQ  iadispeDsable  en  el  co- 

Aoeiffliento,  aplicaciones  y  progresos  del  arte 

aUitar.  Ki  álgebra,  la  geomciria  analitica,  los 

eilcQlos  direfeDCial  é  integra],  nos  lian  bcclio 

coBOcer  la  Doecánica  especulatÍYay  resolver  sus 

iotriDcados   problemas.  Eslos  problemas  nos 

¿«D  dado  mil  verdadcs  que  ignorábamos.  Nos 

\m  dado  á  coiioeer  el  péodulo  y  las  leyesde 

so  «seilaáoo;  por  ellas  hemos  llegado  á  de- 

dueir  la  ? eU>cidad  de  lo^  proyectiles;   dichos 

problemas  aosban  enseñado  á  calcular  y  pre 

reer  la  velocidad  de  los  cuerpos  en  el  vacio 

y  eo  un  medio  resisteote,  y  desde  entouccs  las 

(rayectofias  que  deben  descrihir  los  proyecti- 

les  oos  han  Bido  conocidas,  apreiidimos  á  lan 

lar  coa  acierto  las  bombas.  ¿a  mecáuica  apli- 

eada  nos  ha  4ado  elemeotos  para  usar  el  vo- 

laule,  las  ruedas  hidráulicas,  en  Qn,  arliílcios 

ioagotables,  que  nos  han  facilitado  las  má- 

qaiiias  oecesarias  al  progreso  de  las  artes 

iDeoánicas.  Las  artes  mecánicas,  bijas  legilí- 

fflts  de  la  cicDcla  del  cálcuLo  abstracto,  nos 

ban  dado  toda  clase  de  productos  de  industria 

para  la  goerra.  Las  artes  niecánicas  nos  han 

iiáú  la  parte  material  de  construccion  para  ca- 

daiBTento.  Nos  baadado  las  cureñas,  las  lan- 

tts,  todos  \09  eíectos  mecánicos  necesarioa  al 

arte  militar. 

Las  ciencias  naturales  influyeo  nada  roe- 
nos  y  de  OD  raodo  principal  en  el  estado,  pro- 
greao  y  aplicaciones  del  arle  de  guerrear.  La 
ííaiea  no«  ba  becho  conocer  en  la  óptica  los 
Tocos  reales  y  virtuales  de  las  lentes,  la  refle- 
xion  de  la  loz  y  del  calor  en  los  espejos,  las 
ieyes  de  la  irradiacion  solar,  y  Arqnímedes, 
calculando  la  convexidad  de  las  plancbas  mc- 
tálicas  bruDidas,  con  relacion  al  foco,  inventó 
los  espejos  astorios  con  que  abrasaba  la  flota 
roflMBa.  La  acústica,  utra  parte  de  la  fisica^ 
oos  ha  easeáado  á  calcular  las  distancías  dei 
^emigo  por  medio  del  sonido  dcl  cañon,  asi 
cofflo  ia  dptica  nos  lc^tftiseña  por  medio  de  h 
ÍBZ  de  sus  vivaques.  La  quimica  nos  ha  dadoel 
conociooieDto  de  las  partes  integrantes  de  ios 
coerpos  Daturales,  el  azufre  y  el  salitre  nos  han 
dado  ia  p6ivora  y  la  póWorahizouna  revoiucioo 
n^tíc^l  ea  ei  antíguo  arte  de  la  guerra,  y  es 
hoy  80  elemento  indispensable.  La  quimica  nos 
ha  dado  los  coerpos  naturales  para  la  verda- 
dera  mezcla  y  composicion  de  bs  colores,  que 
sirven  á  la  pintura;  el  conocimiento  de  lá  cal, 
dd  ycso,  del  asfalto,  de  los  glútenes,  y  se  co- 
aotíeroQ  los  elementos  durables  para  ia  es- 
coitura  y  arqniteetara;  aacieroa  bajo  uni;  iü" 

470     UIllLiaTlíCA  mULAU, 


áfiU  ducable  y  completa  Uis  artes  liberales. 
Las  artes  liberales  nos  han  dado  las  cons- 
truccionej)  defcnsivas  eu  la  arquitccturu,  ios 
recuerdos  de  las  glurías  pasadas,  que  son  el 
incentivo  del  espíritu  en  los  pueblos,  cn  la 
pinlura  y  escoUura.  • 

Hasta  la  filosofia  con  su  lógica,  al  dirigir 
la  mente  al  térmioo  de  la  7crdad  baslardeada 
por  las  pasiones  y  ambiciones  dc  los  bombres, 
ha  encendido  odios,  sostenido  dlscusioncs,  y 
las  discusiones  de  alta  consccuencia  rara  vez 
han  dejado  de  remitirse  á  la  guerra,  al  arte 
militar,  baslael  dia  por  lo  menos.  La  admiuis- 
tracion,  lamedicina,  lalegislacion  civil  y  re« 
ligiosa  influyen  directamente  eu  el  artc  mili- 
tar;  porque  los  e¡¡ércitos  hun  teuido  siempre  y 
ticnen  hoy  admínistracion  especulativa,  su  ad- 
ministracion  sanitaria  y  sus  administraciooea 
religiosa  y  legal. 

Todo  cuanto  existe  tiendc  nias  ó  menos 
clirectamenteá  las  leyes  ó  neccsidadcs  del  arte 
militar.  No  hay  cieucia  ni  hay  arte  que  ho 
preste  algo  á  aquel  vasto  arte  euciclopedico 
de  todos  los  demas  y  de  la  ciencias.  Por  eso 
hemos  Ilamado  cienlíflcp  artisticoal  conjuuto 
de  las  reglas,  artiúcios  y  prcceptos  de  aquel. 
Esto  en  ciunto  á  la  estensipn  de  la  palabra. 

Si  abora  pasamos  á  la  influencia  que  haya 
ejercido  en  las  épocas  y  loshombres,  tendre- 
mos  que  dar  al  arte  militar  una  importancla 
igualcaente  traecendcntal  y  profunda  qne  laau* 
terior.  Busquemos,  pucs,  su  importancía  en  la 
historia  y  veremos  que  la  historia  de  lodas  las 
naciooes  no  es  otra  que  la  historia  del  arte  mi- 
litar.  £n  efecto,  despues  dc  la  agricuUura,  que 
es  la  cieocia  de  hacer  vivir  á  los  hombres,  es 
el  mas  antiguo  el  arte  de  dcslruirlos.  En  la 
primera  gencracion  del  mundo  nos  dice  la  Sa- 
grada  Escritura  que  existió  un  Caiu  que  matóá 
su  hermano.  He  aqui  el  instinto  de  la  gucrra 
tan  antigua  como  el  mundo.  Del  siglo  X  de  la 
época  anterioráJesucristo,  datala  primera  no- 
ticia,  que  se  ha  podido  deducir,  del  arte  de  es- 
plotar  la  minas,  fundir,  forjar  y  tcmplar  los 
metales.  Mcdio  ¿iglo  dcspucs  se  crec  que  cm* 
pezaron  á  coostruirse  las  cspadas,  Iudzcis,  dar* 
dos,  arcos  y  flcchas,  todos  urtifícios  para  matar 
con  vcntaja,  no  solo  á  los  bestias  fcroces,  sino 
tambien  á  los  hombres.  Sin  rcmoiUainos  á  las 
edades  fabulosas  hallaremos  prucbas  de  la  an« 
ligUedad  de  la  guerra.  Basta  recordai*  que  en 
la  infancia  del  Egipto,  uno  dc  los  pueblos  mas 
antiguosdel  mundo  primero  couoci«lo,  los  íig* 
oatarios  del  estadose  ballubau  cavididos.en 
tres  clases  generales,  de  las  cuuUscomponian 
la  primera  los  sacerdote.-),  lascgunJa  los  rcyes, 
y  la  tercer  clase  componiu  la  roilicia.  De  esta 
lercera  clase  se  deducc  que  los  egipcios  ten- 
drian  sus  medios  de  ofensa  y  defensa  constan- 
temenle  preparados,  por  consiguienle,  que  no 
carccerian  de  ejército,  y  que  eslc,  cuando  asi 
formaba  clase  general  y  priucipal  en  el  Estado, 
debia  ser  numcroso.  En  efecto,  en  la  historia 
delEgiptoseiee  yaen  ticmpo  dci  patriarcaJo.se 


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5,14 


ARTE 


tsü 


nn  comandante  dela  milicia,  qoe  representa  la  hoy  gran  parte  deln  his(oria  aQtigua.  Despnes 


Sagrada  Escritara  como  nn  personage  de  con- 
sideracion,  que  ejercia  ona  e¿pecial  jorísdic- 
cion  inherefite  á  su  clase.  Leemos  tambien 
como  Faraou  persiguió  á  ios  israelitas,  cuando 
sopo  su  ^lida  de  Egipto,  con  fuenas  conside- 
rablesde  á  pie  y  de  á  caballo:  de  estas  últimas 
se  ven  ya  numerosas  citas  desde  el  siglo  XV 
de  lu  primerá  era,  considerándole  como  coer- 
po  reglado,  integrante  de  los  ejércitos,  princi* 
palmente  entre  los  egipcios  y  asirios.  Las  an- 
teriore.^  citas  de  la  bistoria  de  Egipto  prueban 
la  antigtledad  del  arte  militar  y  que  diclio  pais 
es  uno  de  los  prímeros  en  que  dicho  arte  hizo 
muchos  progresos:  si  bien  nada  se  conoce  de 
los  reglameolos  relativos  al  arte  militar  entre 
los  egipcios  amtes  de  los  reinados  de  Faraon  y 
de  Sesostris.  En  tiempo  de  estos  reyes,  prín- 
cipalmente  de  Sesostris,  ol  ejército  egipcio  es- 
taba  perfectamente  organizado,  y  era  famosa 
sobretodo  la  caballerla. 

Las  prímeras  guerras  de  que  babla  la  his- 
toría  griega,  no  eran  mas  gue  incursiones  de 
bárbaros,  sin  mas  objeto  que  talar  la  tierra, 
hacer  esclavos  y  mcrodear  rebai^os.  Las  ciu- 
dades  estaban  abiertas  de  murallas.  Amfion, 
que  reinaba  en  Tebas  el  siglo  XV  antes  de  Jesu- 
crísto,  fué  segun  se  cree,  el  prlmero  que  iroa- 
ginó  asegurar  Iñen  su  capital,  cercándola  de 
ronros  flanqueados  contorres  de  trecho  eu 
trecbo.  £1  sitio  y  toma  de  Troya  (1084  antes 
de  J.  C),  tanbien  cantados  por  Homero, 
nos  proeban  lo  qoe  era  dorante  esta  época  el 
arte  militar  entre  los  griegos.  Todo  el  saber 
dela  goerra  se  redocia  ¿  formar  campamentos, 
conocer  los  diférentes  géneros  de  armas  ofen- 
sivas  y  defeosivas  entonces  en  uso.  Los  car- 
ros,  caballos  qoe  los  arrastraban  y  manera  de 
gol>emarlo8  eran  entonces  los  mas  brillantes 
alardes  entre  los  hombres. 

Pero  ya  poco  despoes  del  año  2000,  apa- 
recen  los  ejércitos  permanentes  entrelos  egip- 
cios.  Hasta  entonces  todos  los  hijo^  de  una  na- 
cion  babian  sido  soldados  en  trance  deguerra. 
Las  naciones  y  pueblos  entonces  constltuidos, 
segonla  tradiciondelaSagradaEscritura,  con- 
jetoras  y  relatos  histórícos  mas  fondados,  eran 
los  sigoientes:  los  chinos,  qoe  por  sn  lejania 
del  Oríente»  Occidente  de  Asia,  emporío  enton- 
ces  dc  la  ilostracion  del  mondo,  no  pudieron 
ser  estodiados  y  aon  hoy  nos  son  casi  desco- 
nocidos.  Los  egipcios  y  (mnos  coya  anti 
güedad  data  del  año  800;  \osjudlos,  sirios  y 
griegos,  qoe  se  conocieron  desde  el  año  4  000; 
despoes  los  fenieios  é  italianos,  segondo  poe- 
bloconocidoenEoropa;  despoes  e\Asia  Menor 
qne  hácia  el  año  4  SOO,  dió  orígcn  á  ios  troyanos, 
lidios  y  frigios,  Poco  antes  en  la  Grecia  (año 
de  4400)  habian  aparecido  como  poebtos  inde- 
pendientes  los  atenienses  y  lacedemonios,  y  de 
M  misma.Grecia  se  formaron,  poco  mas  de  100 
añOB  des'pnes,  los  tebanos,  dorios,  corinlios, 
Argos,  Myoena,  Beocia,  y  otrd  sin  número  de 
repúblicas,  cuyas  historias  militaros   ocopaB 


del  año  4  800  apareció  la  Sir  ÚBentrelospuá)lo8 
del  mondo.  Eo  dicha  época  acaeció  la  gtMm 
y  destroccion  de  Troya  qoe  hcmos  citado. 
Hasia  ahora  los  ejércitos  se  componian  en  ci- 
da  poeblo  de  toda  la  poblacion  capai  de  llenr 
armas  y  qoe  solo  se  organizat)a  en  nian 
coando  ocurría  la  goerra.  Eo  elsigloXVde 
la  antigoa  era  (siglo  XV  antes  de  J.  C.)  Moí* 
sés  salió  de  Egipto  con  e1  pueblo  de  Dios  ik 
tierra  de  promision,  y  de  este  poeblo  ea  el 
año  3000,  como  de  la  Siria  antes,  nacieron  los 
poeblo  israeUtasj  judáico,  los  coales  loe- 
go  vinieron  á  confondirse  entre  los  antigoos 
asiríos,  qoe  hobiendo  ya  dado  orígenilos 
medos  (cuyo  prímer  rey  fué  Arbaces),  soben- 
nos  ya  dc  la  Persia,  se  reunieron  á  ellos  d^ 
jando  el  ya  independiente  pueblode  Babikmia, 
cuyo  rey  Nabucodonosor  destniyó  la  ciodad fe- 
nicia  de  Tiro  (construida  en  el  ano  1744  de  h 
antlgua  era)  y  conquistó  á  Jerosalen,  ciodad 
cnyo  orígendata  del  siglo  XIII  (siglo  XVn  mt» 
de  J.  G.)  constroida  por  los  fenidos. 

Porlosaños  de2400habian  apareddo  ya 

los  cartagineses  con  la  fondaeion  de  Cartago 

por    la  reina  Dido  venida  de  Fenicia.  Pooo 

despues  empiexan  en  1a  historla  los  maeedih 

nios,  pneblo  de  Grecia.  Aparecen  \osjpersas  bi- 

cia  el  año  2200,  y  treinta  años  despues,  se  Aid- 

dó  por  Rómulo  y  Reroo  la  ciudad  de  Boma  y 

aparecen  ya  los  antignositalianosdivididoseo- 

trelos  pneblos  romano,  etruseo,  sabincvoli- 

eo,  con  la  ciudades  Crotona,  Tarento,  Cofw 

y  otra  porcion  de  aquellos,  qne  luego  cooqais- 

tó  Roma.  Por  la  misma  época  aparecen  en  la 

bistoría  del  mundo  la  Cerdñña  y  la  Córee§s, 

las  cuales,  esta  antes,  y  despoes  aqoella.  pa- 

saron  ¿  dependerde  los  cartagineses.  En)390 

apareció  la  Bytinia,  que  luego  pasó,  sobre  deo 

años  despnes,  con  los  frígios  y  los  griegos 

del  Asia  Menor,  qne  yahabian  reonido  la  Ar- 

gólide,  1a  Dóride,  la  lonia  y  tenian  las  ciada- 

des  de  Cunes,  Larisa,   Mileto,  Efeso  y  otras, 

al  poder  de  los  lidios  conqoistadores  y  orígi- 

narios  tambien  del  Asia  Menor.  Poco  antes  de 

esta  época,  en  el  año  2430  de  la  antigoa  era, 

568  antes  de  Jesucristo,  200  de  la  fondadoa 

deRomay563delasolimpiada6  (ku  olimpia' 

das  nacieron  en  Greeia  y  empexaron  á  «m- 

tarse  desde  el  año  3228  del  mundo^  776  oa- 

tes  de  y.  C.  y  24  antes  de  la  fUndaeion  dt 

ñoma)  aparecen  los  gautas  con  la  dudad 

de  Marsella,  colonia  de  los  focios  de  Greda, 

y  España,  en  donde  entrarou  los  cartaginesei, 

hallando  en  ella  ya  las  galeras  feuidas  y  sos- 

teniendo  al  paso  guerra  contra  los  fódos.  An- 

tes  que  los  ganlas  y  españoles  aparece  la  7r§- 

eia  en  Grecia  y  despoes  de  aqaella  el  Epiro  i 

mediados  del  siglo  XXY  de  la  antigoa  era(8i- 

glo  Vantesde  J.  G.) 

Hemos  hecho  el  ligero,  pero  traba}oso,Te9&* 
men  bistóríco  anteríor  para  referimoa  á  las 
guerrasé  Inyentos  militares  tan  remotof,y' 
para  dar  una  idea  del  plan  general  de  diTidoa 


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533 


ARTE 


m 


bistórica,  qoe  de  ahora  mas  peiisamos  obser-* 
m  en  el  trascorso  de  esta  obra,  para  la  clasi- 
ficacioD  cronolOgica  de  los  ioventos  y  efemé- 
rides  militares,  loscualesoonciernen  ánuestra 
seccioQ  en  esla  Enciclopedia. 

DiTidíremos  ia  bisloría  militar  del  uniTer- 
so,  primero  en  dos  grandes  eras  que  son  las 
fiigDieotes: 

4.*  Eaa.  Desde  la  antigiUedad  mas 

remota  del  mundo  basta  lave- 

nida  de  Jesucristo  2996  del  di- 

lüvio;  dura 2998  años. 

1*Ebí.  De.^de  la  veuida  de  Je- 

socristo  2998,  basta  los  tíem- 

posactuales4854;  dura.  ...     4854  años. 

Dividiremos  tambien  la  historia  miiitar  del 
mnüdo  en  seis  épocas,  de  las  cuales  corres- 
poBdeo  á  cada  era  las  Ires  signientes: 

^4.*  época.  Desde  el 

origcD  del  mnndo 

basta  cl  año  2480 

enquellegaranlos 

per$a9d8umayor 

poder;  dura.  .  . 
^^épooa.Hesáe^m 

hasta  el  año  2676, 

enqueAlejandroel 

Grande  venció  en 

Arbelas;  ÚQra,  .  . 

3.*^f)ooaDesde2676 

¡      htLstsí  el  año  2998 

\     enquenaeióJesu* 

V    cristo;  dura.  .  .  . 


«.•  Kea. 
{Anie$  de 
J.C.) 


2480   años. 


496    afiOB. 


322    años. 


2.*  ÍBA. 

{Ü9ípuei\ 
<íe  /.  c.) 


\ 


•^  épooa.  Desde  el 
nacimienio  de  Je- 
suerieto  hasta  ei 
año744,6n^e/o5 
árabesinvcuiieron 
laEspaña;á\m.  . 

i.'^époea.  Desde744 
hasta  elaD0  4492, 
en  que  los  ár<ü>es 
fueronespulsados 
deEspaña;áaf9í.  . 

(.*¿pooa.Desde4492 
ha8taelaD0  4854, 
que  es  el  actual; 
dura 


74  4   años. 


778  años. 


3J59   años. 

Guaodo  nos  reflramos,  durante  la  narracion , 
i  la  primera  era,  usaremos  los  años  de  ella, 
«Qtendiéodosc  que  todos  ellos  se  refleren  al 
«stema  cronológico  mas  general.  Coando  ha- 
Diemos  de  íos  aconteoimientos  de  la  seguoda 
pi  Qsaremoa  el  listema  cronológico  que 
boyrige. 

Lasraiones  quehemos  tenido  para  hacer 
tttnlerior  division  en  era$,  y  las  subdivisio- 
«es  de  estas  eo  épocas,  son  las  sigulentes- 

4^     Ifemoa  aujetado  laa  grandes  «roi  fm- 


Htares  á  las  eras  cronoiógicts  de  la  historia 
por  la  facilidad  en  los  años;  pnes  bajo  esta  di- 
vision  concuerdan  exactamente  uuestra  fechus 
con  las  de  la  historia  general. 

2.*  Heraos.preferido  lu  divisiond^^  en  la 
primera  era  á  la  primcra  época;  porque  en  elia 
se  contienen  las  innumerables  gucrras  dc  los 
pueblos  primilivos,  en  gran  parie  no  bien  co- 
nocidoshoy;  y  la  hemos  terminado  en  la.do- 
minacioo  de  los  persas,  porque  este  pueblo, 
con  sus  vasias  conquistas,  envolvió  todas  las 
co.-ítumbre8  y  civiliiacion  de  aquellos  bajo  el 
imperío  de  Ciro,  antes  de  Cambises,  los  Darios; 
Jerges  y  Artagerges  despues. 

3.*  Cnandolos  macedonios,  bajo  Alejan- 
dro,  llpvaron  á  cabo  sus  graudes  conqnistas, 
envoWieron  á  5U  ves  la  civilizacion  del  Asia  y 
del  Egipto,  trayéndola  á  Europa.  Por  eso  he- 
mos  terminado  enAlejandrolasegundaépoca 
de  la  priroera  era. 

4.*  Eemos  terminado  la  segunda  época  en 
el  uacimiento  de  Jesucristo,  ya  por  dar  lugar 
al  mas  grande  suceso  del  cristianismo,  ya  por 
la  faciüdad  paraespresar  nnestras  fechas  exac- 
tamente  concordes  con  laa  de  la  bistoria. 

5.«  Hemos  llevado  la  primera  época  de  la 
segunda  era  hasta  la  irrupcion  de  losárabes  en 
España;  porque  de  estemodo  sujetamos  lahis- 
toria  militar  á  los  grandes  sncesos  de  nuestra 
historia  nacional,  y  damos  á  estos  su  mcreci- 
do  lugar. 

6.«  Hemos  terminado  la  segundaépoca  de 
la  primera  era  en  la  espulsion  de  los  árabes, 
por  razones  iguales  á  las  anteriores,  en  primer 
lugar;  ademas  por  la  casi  igual  duracion  do 
siete  siglos  de  esta  época  y  la  anterior;  porque 
desde  la  salida  de  los  árabes  data*  la  fecha  de 
la  ariilleria  en  Enropa,  y  por  consiguientc  la 
nueva  íodole  del  arle  y  método  de  gnerrear,  y 
porqne  la  dominacion  de  los  ¿rabes  es  la  mas 
rica  fuenle  de  las  glorias  militares  de  España, 
á  lo  cnal  pen&amos  especialmente  referUrnos  en 
toda  lu  segunda  era. 

6.*  Desde  la  efipulsion  de  los  irabes  basta 
nuestros  dias,  es  el  inlérvalo  que  liemos  dado 
á  la  tercera  y  últipia  época  de  nuestra  divl- 
sion;  porque  los  invenlos  y  reformas  raiUlares 
son  mas  numerosos  por  sernos  mas  recientes 
y  conocidos,  qnedando  ademas  enlre  ambas 
eras  generales  una  perfecta  símetria  en  cl  nú- 
mero  do  épocas,  lo  cual  bace  mas  fácil  y  com- 
pronsible  nnesfro  raétodo. 

Primera  era.  La  sucinta  historia  que  de- 
jamos  hecba  del  mundo,  desde  su  mas  remota 
antigüedad  hasta  el  siglo  XXV,  es precisamen- 
le,  segnn  la  division  que  bemos  hecho,  el  ori- 
gen  de  los  primeros  pueblos  durantela  prime* 
ra  época  de  esta  era.  Dnrante  esta  época  ocur- 
rieron  los  sucesos  que  noa  reflere  la  Sagrada 
Escritnra,  la  salida  de  Moisés  dc  Egipto  con  el 
pueblo  de  Dios;  la  persecucion  por  Faraon; 
lasguerrasde  David  yguerrasde  los  filisleos; 
el  Eitio  y  destrnccion  de  Troya,  ya  citado; 
'  la  espedicion  de  los  argonautas;  sitio  de  Te 


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ARTE 


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hz9;  gnerras  de  1a  Lidla  eontra  gnegoé,  biltnlef 
y  frigios;  los  reiiiados  de  Auacarnes;  Sardaná- 
palo  on  Asiria,  Salmanas»r  y  Senacherib;  de 
Faraon  y  Sesostris  en  Egipto;  de  Medas  y  Adya- 
tes  en  la  Fi  igia  y  en  la  Lidia,  y  de  olro  sinnú- 
mero  de  reyes  que  sostuvieron  duranle  esla 
ér>oca  nuraerbsasguerras.Laclvilizacionen  es- 
tos  tieinpos,  si  bien  de  muy  dislinlaliidole  que 
)a  de  tiempospoaleriores,hallábaseensnapo- 
geomoyprincipalmenteentrelosbelicososasl- 
rios,  los  indiistriosos  fenlcios  y  entre  los  ¿ábios 
eglpcios.  Enlre  eslos  nació  el  arte  de  explo- 
tar  las  minas.  el  de  fundir,  forjar  y  tomplar 
los  principales  metates,  y  hAcla  el  slglo  XXI, 
al  fln  del  cual  se  cree  que  'se  construyeron  ya 
espadas,  lanzas,  arcos,  flechas  y  toda  especie 
de  armas  ofensivas  y  defensivas.  usadas  en- 
tonces.  Poco  despoes  del  ano  ÍOOO,  fueron 
creados  eotre  ios  mismos  egipcios,  los  ejérci- 
tos  permunentes,  á  loscuales  se  daba  su  soeldo 
asi  cn  paz  como  en  ?uerra.  En  el  siglo  XXIII, 
sostuvieron  los  fenicios  nna  bátalla  naval,  ha- 
bicndo  dado  sus  naves  una  vnella  al  rededor 
del  Africa.  Antes  áe\  siglo  XXIV  ocnrrió  la 
caiiiiviílail  de  Babilu.ña  y  la  conqiiista  de  Je» 
ro^alen  Víleótruccion  de  Tiro  por  Nabucodono- 
sor,  hijo  de  Nabopolosar,  reydeBabilonia.  Do- 
rante  eslas  goerras  aparecieron  mullitud  de 
ingenioB  para  batir  las  murullas  cercadas,  los 
cualeslungo  pasaron  á  Europa  por  conducto  de 
los  griegos,  conquistadorcs  nl  íln  de  la  segiin- 
da  épocu.  La  caballeria  militar  entraba  ya  en 
las  batallascomo  parte  integrante  de  losVjér- 
citos,  y  se  creeempezó  á  formar  cuerpo  espe- 
cial  entre  los  asirios  y  eglpcios  en  el  trasciir- 
80  delsiglo  XXII.  Los  ejércitos,  piies,  se  cotn- 
ponian  en  la.primera  epoca  de  infanteria,(]ue 
cra  comohoy  el  arma  principal,  de  cñbalíeria 
y  artillerUí,  6\  hemos  de  Ilaraar  asi  ol  arte  de 
los  ingenios  qm  usaron  en  los  sitios.  De  rslos 
SPCüiiocen  muchos  que  nsó  Nabucodonosor  cn 
los  sitios  de  Ttro  y  Jerosalen. 
^  La  láctica  que  cntonces  usaban  los  ejércl- 
tos,  e1  arte  militar  tal  cual  se  hallaba,  es  fácil 
de.  deducir.  Los  ejércitos,  compuestos  fiñ  su 
mayor  parte  de  infaotería,  se  embestian  en 
musas  compactas,  conservando  mientras  mar- 
chabaii  al  combate  sii  alineaciou,  y  distribui- 
ílos  en  tres  grandes  pelotones,  de  los  coales 
dos  componían  lan  alas  y  otro  el  centro,  los 
hunderos  y  saeteros  empezaban  el  combate 
'Siiplicnduánueslras  actualcs  gnerrillas),  lan- 
2undo  piedras  y  sactas,  y  dandolugar  alavan- 
ce  de  las  masas.  Estas  se  acercnban  á  paso 
ronipasado,Bechocaban  y  semezclaban  en  des- 
órden  con  las  enf'migas,  repartiendo  la  moer- 
te  y  el  desalieDto  en  ellas  con  tas  lanzas,  cs- 
padas,  mazas  y  toda  la  clase  de  armas.  Estas 
mortif(*ras  batallas  de  horrible  roatanaa  y  gri- 
terU.  se  decidian  por  aquelios  que  al  cabo  de 
miichas  horas  de  pelea,  quedaban  eu  mas  nú- 
mei»:  los  vencidos  hoian  sin  órdcn,  y  la  ca- 
balleria  los  perseguia  y  destrozaba.  Por  eso 
laa  guerras  do  U  anti¿ttedad  se  decidiau  en 


anft  8ola  batalla,  y  la  suerle  de  las  naciones 
pendia  de  la  del  ejército  qne  levantaban.  Esto 
en  ciianto  á  1a  táctica  en  las  batallas.  Eo  coao* 
Ui  á  los  siliosse  establecia  en  torno  áiaeiodad 
suiada  una  especiede  bloqoeo  por  el  ejército 
sitiador,  quc  siempre  era  roas  numeroso  que 
el  sltiado,8e  calcultbanlas  probabilídades  qoe 
teoian  los  sitiados  para  ser  socorridos;  previs- 
tos  y  allanadoslos  obstáculorf  esleríores  secom- 
batia  la  plazacon  ingenioi  para  abrirbrecbaeo 

los  morOS:  váaSf  ARTILLKfllA  DBTIERllA,pr»ffl^ 

ra  época  iUistoria  de  la) .  despnes  de  eslar  abier- 
ta  aquella,  ó  antes,  se  asaltaba  laciodad.  Eoes- 
tos  asaltos  comoen  las  batallas,  el  combateem 
al  arma  blaoca  é  iba  aeompañado  de  horrible 
griteria  y  roatansa.  Loa  sltiados  eran  todos 
pasados  ¿  cuchillo  sin  compasion,  ya  qoe  la 
ciudad  no  fnes^n  tarobien  entre^da  al  piliage 
y  ¿  las  llamas. 

En  estaépoca  brillaron  pr¡ncipa1meDte,eo- 
Irelas  demasnaciones  ilustradas,  laAsiríapor 
su  poder  y  estension,  laFcnÍcia  por  sa  comer- 
cio,  y  sobre  todo  el  Egipto  por  su  sabiduria. 
Egipto  era  ei  emporío  del  saber  en  la  príniere 
época,  y  como  prueba  de  ello  ha  dejado  á  li 
posteridad,  cuai  si  foeso  por  olvido,  suspiri- 
mide*^  su  laguna  Meroe,  su  laberíoto,  sus  obe- 
liscos,  sus  momias  y  otro  sin  número  de  im- 
pereceileros  monumentos  de  sabiduria. 

La  historia  de  la  guerra  es  la  historía  de 
las  naciones  en  esta  época  y  posteriores.  Kl 
derecho  del  mas  fuertts  se  consideraba  como 
ley,  y  la  nacion  que  ahuyentaba  ó  venciaal 
ejército  de  un  terrítorío  vecino  se  lo  adjodica- 
ba  como  súyo  por  derecbo  do  conqoista. 

Las  ciencias  y  las  artes,  qne  entonces  flo- 
recian,  no  baslaban  con  su  poderosa  infloen- 
cia  á  mo<lincar  ias  easi  bárbaras  costombresde 
aquollos  pueblos  nacientes  y  riTales.  El  i>xito 
<le  las  guerras  se  hnilabá  sobordinado  al  mayor 
númcro,  á  la  superior  destreza,  y  masqoe  todo 
al  valor  de  los  combatientes.  El  arte  militar 
carece  de  reglas  especiales  en  cnanto  estas 
pueUan  encomeodarse  ¿  lo  que  hoy  Ilaroamos 
táctica  snblirae,  en  cuanto  á  la  feliz  eoinbUia- 
cion  de  \añ  distintas  arroas  y  elementos  varioi 
de  In  giierra.  Uno  de  los  ingenios  <|uede8de 
roediadoa  de  estu  época  se  usaron  en  las  bata- 
llas  fueruu  los  elefantes  cargados  con  torres 
guamecidas  de  hombres,  que  arrojaban  dardos 
y  saetas.  Los  elefanles  coiocados  en  la  príme- 
ra  linea  eran  aguijados  contra  las  masas  eoe- 
migas  y  las  desordeuaban.  El  ejército  se  halla- 
ba  dividido  generalroente  en  tribns,  yenestas 
habia  sus  seecioncs  equiTalentes  á  las  roilia- 
rias,  centurías  y  decurías  qne  usaron  despoes 
los  roroanos  y  qoe  se  llaroan  hoy  batallones, 
coropañias  y  escuadras  en  ios  ejércitos. 

La  Chinaenlre  tanto  y  la  Indiacxistian  co^ 
roo  imperíos  independientes  y  desconocidos 
entre  si  y  de  las  demas  naciones  as)¿tfcia  yel 
Egipto;  la  Grecia  seorganixabaentonces  en  fo* 
finidad  depeqneñas  república^  y  las  demasna- 
cioBei  de  Boropa,  todavla  en  sn  iaAocla,  eran 


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AHTE 


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eo  peqneño  número  conocidas,  y  esto  por  los 
/enícíos,  cnyo  espíritu  de  comercio  lcs  babia 
llerado  al  través  de  las  inares  basta  la  Espafía, 
la  Gaiia  y  )a  Bretaña. 

Los  fenicios  establecieron  colonias  cn  di- 
cbos  pahes  (en  España,  Cádiz,  Cartagena,  Sa- 
guDto,  Martiedro  ,  Betanzos  y  otros)  y  los  ío- 
eíos,  poeblos  de  Grecia,  colonizaron  tambíei>¿ 
Marsella  y  otros  pneblos.  Cuando  los  cartagi- 
neses,  llevados  tambien  de  sn  espiritu  aventn- 
rero  y  comercial,  vinieron  á  España,  sostivic- 
ron  con  los  fenicios  qjie  se  Iiailalian  eu  Cádiz, 
unarefricga,  en  qne  aqnellos  nsaron  conlra  los 
moros  el  ariete,  primeringenio  que  Yieron  los 
espanoles,  y  cuya  invencion  noestro  padreMa- 
riaDaatribnyeal  artíflce  Pcfasmeno,  natural  de 
Tiro. 

Los  ejército?  para  las  batatlas  Ilevaban  car- 
ros  falcados  con  cuatro  ó  mas  caballos  defren- 
te  y  olros  carros  mayorcs  tirados  por  diez  y 
seis  ó  mas  bueyes.  Estos  carros  gnarnecidos 
de  hoces  y  cnchillos ,  llevaban  lorres  con 
archeros,  y  asi  hacian  tanta  carnicería  cn  las 
derrolas  Mncho  sn^ípendo  la  imn.íTÍnacion  Cl 
coDsiderar  conio  paiscs  tan  ppqiieños  relativa- 
menle  saraban  á  rampnüa  c|órrifos  lan  nu- 
merosos.  La  Asiria  por  rjenip'o  cnyos  limiles 
se  sopone  ron  fnníiamonto  que  no  eran  mas 
qoe  Ía  paiti*  romnrrn>li'la  entre  el  Eúfrates 
y  el  Ti'jri;:  '-n  c\  piifito  í  n  que  estos  dos  rios 
dejaii  Ij  Mi'í'ipniamia  hasla  el  punto  donde 
se  juníau ,  sacaba  á  campaiia  ejércitos  de 
4.000,000  y  de  4  .Í00,000hombres.  Esto  se  es- 
plicu  por  dos  cansasreconocidas:  primera,  por- 
quelos  ejércitos  en  la  primera  época  se  proveian 
con  levas  generales  en  la  república,  y  segundo, 
porque  al  reunirse  los  ejércitos  destacaban  co- 
hortes  espedicionarias,  qiieinvadiendo  los  pai- 
ses  vecinos,  desprevenidos  aon,  arrebataban 
coosigo  toda  la  ^cníe  apta  para  1a  gnerra,  á  cu- 
yos  forzosos  se  unian  muchos  voluntarios  ava- 
rosdel  bolin  que  seesperaba,  y  queera  por  ley 
enaqneilots  tiempos  el  prcmio  legul  éinmedia- 
to  del  qne   vencia. 

Este  era  pues  el  estado,  militar  priucipal- 
meDte ,  del  mnndo  civilizado  cuando  bácia 
mediadüs  dcl  siglo  XX XVI  se  desencadena- 
ron  como  un  torrente  los  ejércllos  dela  Per- 
$ia  y  anegaron  casi  todos  aqueilos  paises.  Las 
armas  conquistaÓoras  unas  vrces,  y  afortonadas 
otrasde  Ciro,  adqnirieron  ó  snjetaron  en  dicho 
siglo  la  mayor  parle  de  estos  pueblos  y  les  ar-^ 
rebataron  lo  mejor  de  su  ciTiÍizacion  y  de  su 
gloria  con  su  poder  é  independencia. 

En  e1  año  3455  del  mnndo  Cambises  reunia 


pneblo  no  conocldo,  qtte  lcjes  de  ser  sds  con« 
quistadores  foeron  los  imitadores  de  gran  parte 
dc  sns  costumbrcí,  que  debieron  copiar  y  es- 
tudiar,  segon  se  deduce  de  la  semejanza  de  una 
parte  de  su  clvilizacion,  con  la  qne  despnes  se 
halló  entre  los  indios  por  los  griegos  bajo 
Alejandro. 

Segunda  época.  EI  po3ery  la  gloria  de  los 
persas  se  haliaba  en  su  apogeo,  y  las  ciencias, 
Ías  artes  y  basta  la  religion  se  modiflcaron  y 
enriqoecieron  con  todo  lo  mas  escelente  toma- 
<ln  de  los  inmensos  poeblos  y  paisos  depen- 
dientes  ó  Iributarios.  Eutonces  se  creeqne  na- 
cieron  entre  los  persas  las  cartas  geográflcas, 
las  calzadas  y  postas  reales,  y  otro  sinnúme- 
ro  de  adelantos,  habíendo  el  arte  militar  subi- 
do  ¿  una  considerable  altura.  Existian  los  ejér- 
citos  permanentes  y  lacaballeria  persiana  lle- 
gó  ¿  un  grado  de  perfoccion  admirable  y  se 
bizo  famosa  en  el  mundo  entonces  ilustrado. 
Siq  embargo ,  en  los  trances  de  guerra  se  reu- 
nian  aquetlos  ejércitos  ínnumernbles  como  he« 
mos  dicho  en  la  primera,  época  por  medio  de 
levas  voluntarias  6  forzosas. 

Por  los  años  2500  ¿  2600,  coando  Jerges  in- 
vadiólaGrecia,  Ilevabaseguntodos  los  historía- 
dores  entre  infantería  y  caballerfa  un  ejércilo 
de 2  644 , 000  bombres  y  añadiendo ¿ este  núme- 
ro  loscríados,  vivanderos  etc,  Ilegaba  el  total  ¿ 
5.000,000  de  hombres,  con  30$  naves  decom- 
bate  y  3,000  de  trusporlc  con  todo  el  séquito 
de  carros  y  todo  género  de  bagages  é  ingenios. 
Cuando  pásó  el  Ilelesponto,  en  lo  cual  tardó 
siete  dias  y  siete  noches,  mandó  azotar  el  mar 
por  no  hatüérsele  mostrado  bonancible  y  arro- 
jarle  cadenas  eu  señal  de  esclavizarlo;  el  mis- 
mo  Jerges  lloraba  pocos  dias  despnes  viendo 
desfllar  su  innumerable  ejército,  y  habiéndole 
preguntado:  «¿Por  qué  lloras,  Jerges?»  dijo: 
«Porque  estoy  pensando  en  que  de  aqui¿  cien 
años  nlnguno  de  tantos  hombres  Yivir¿.»  Es- 
tos  gnwdes  ejércitos  se  gobernaban  por  medio 
del  despotismo  mas  cruel.  La  muerte  era  una 
fortuna  para  el  que  por  castigo  1a  recibia ,  sl 
oquella  no  il)a  acompañada  de  horribles  supli- 
cios.  Todos  los  pérsas  y  naturules  dc  sus  iu- 
mensos  dominios  nacian  soldados,  y  bajo  nin- 
gun  concepto  se  esceptuaba  ¿  persona  alguna. 
Padres,  hijos  y  parieutes  de  nna  misma  fami- 
lia,  lodos  empnñaban  y  manejaban  las  armas, 
y  esta  era  U  inagotable  fueuledel  alistamien' 
to  de  los  ejércitos  de  entoDces. 

Durante  la  paz,  conservaban  todos  sus  ar* 
mas  para  estar  proutos  á  lagucrra,  y  durante 
esta  ,  récibian  lo  necesario  para  su  alimento 


á  soimperio  dePerstael  de  los  medos,  asiríos,  j  diarío,  pero  ningun  sueldo;  pues  era  su  única 


fenicios,  bubitonios ,  en  los  cuales  se  habian 
ya  embcbido  los  pneblos  de  Israel  y  Jud¿,  el 
Egipto,  laljdia,  la  Frígia,  laSiria,  la  Jonia,  la 
Dóritie,  toda  el  Asia  Menor,  la  Bitinia,  el  Ponto 
y  otra  ])orcioD  innomcrabie  de  pueblos  y  ter- 
riforios.  Los  persas  llegaron  ¿  penetrar  tam- 
bien,  scí^n  se  cree,  en  la  India  por  el  Norte,  y 
ündnda  ballaron  tan  graode  y  tan  sabio  aqud 


rccompensa,  la  parte ,  que  segun  ley,  corres- 
pondia  ¿  cada  uno  del  botin  qne  se  bacia.  Las 
leyes  de  la  guerra  eran  entonces  el  derecho 
del  mas  fuerte. 

El  ejércitü  se  hallaba  dividido  entre  los 
persas  en  naciones ,  y  e1  contlngente  de  cada 
una  en  tribus ,  y  estas  en  otras  snbdivisiones 
equitalentes  i  lasactoales  de  los  regimientos. 


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ARTE 


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Guando  se  alzaban  goerras,  los  gobernadores  y 
soberanostributarios,  aprontaban  alemperador 
de  Persia  un  ejército,  y  tenian  por  cuestion  de 
bonor  el  presentar  nias  numerosas  buestes, 
para  lo  cual  vigilaban  con  suma  escruputosi- 
dad  la  puntualidad  y  exactitud  en  las  levas  se- 
gun  la  pobiacion. 

Las  armas  defensivas  del  e]ércilo  persa, 
eran  en  la  cabeza,  tiaras  ¿  prueba  de  cucbiHa- 
da,  una  cota  de  malla,  escamas,  perniquetes, 
brazalctes  y  escudo.  Las  arma$  ofensivas, 
cran  los  dardos ,  flechas  de  caña  que  se  rom- 
pian  cn  )a  llaga  al  berir,  arcos  muy  largos, 
espudas  corras,  y  bondas.  Tsaban  como  bardas 
degucrra  en  su  faniosaca6aWírrw  fuertes  pieles, 
mancJabuD  sus  caballos  con  sunio  brio  y  dcstre- 
za,  Ilevando  dardosy  espadaslosgineles.  Cuan- 
do  huian,  disparaban  flecbas  con  mucho  acierto 
coutra  los  que  los  perseguian,  y  este  modo  de 
pelear  lo  babian  tomado  delospartos,  asi  como 
)a  táctica  de  su  caballeria  lo  babia  sido  de  los 
egipcios  y  asirios,  y  todo  lodemas  delomejór 
que  ballaron  en  los  paises  sojuzgados.  Cubrían 
8U8  armaduras  con  finísimaspúrpuras  y  tejidos 
vistosos,  que  daban  á  sus  ejércitos  un  aspecto 
marcial  ¿  la  par  que  deslumbrador. 

En  punto  ¿  ingenios  de  batir  y  combatir, 
poseian  de  los  primeros,  todos  los  que  cono- 
cieron  despucs  los  griegos,  que  los  tomaron 
de  los  persas.  Como  ingenios  de  combatir, 
ellos  se  cree  que  inventaron  los  carros  arma- 
dos,  deescelenle  uso  en  las  llanuras,  loscua- 
les  eran  tirados  por  caballos  ó  bueycs,  y  lle- 
vaban  fuertcs  torres  con  saeieros ,  que  espar- 
cian  la  muerte  á  arabos  íadoseu  lubuesteene- 
miga.  Ademas,  tenian  en  sus  ejércitos  elefan- 
tes  con  torres  y  saelcros  como  los  carros.  La 
tdctioa  cra  singular.  EI  órden  de  marcha  en  la 
guerra  presentaba  un  magniflco  espect¿culü. 
Entre  todas  aquellas  inmensas  huestes  iba  el  rey, 
generalisimo  nato  de  las  tropas,  rodeado  de  su 
magniflca  guardia,  ricameote  enjaezada.  Un 
¿guila  de  oroíba  comoestandarterealdelejér- 
cito,  y  delante  del  rey  el  soberbio  carro  del  Sol 
tirado  por  seis  caballos  biancos.  En  el  séquilo 
inmediatoal  del  rey  iban  los  hijosy  mugeresde 
los  altosdignatarios  del  Estado,  que  eran  los  del 
ejérriio,  única  grande  clase  de  aquel  en  tales 
tiempos,  y  esto  era  muy  útil ,  pues  al  pelear 
delante  de  lo  que  mas  amaban,  lo  bacian  con 
mas  denuedo  y  no  les  quedaba  otra  altemativa 
que  morir  ó  vencer.  '   ' 

Llenaban  su  centro  y  sus  alas,  en  las  cua- 
les  Jugaba  con  preferencia  su  brillante  c.aba- 
lleria,  que  era  lo  meior  dc  los  persas.  La  iu* 
íantería  acometia  en  niasas ,  y  las  alas  la  sos- 
teniau  siroultáneamente.  Pura  marcbar  dividian 
tambien  el  ejército  en  vanguardia,  centro  y  re- 
taguardia,  con  semejantes  condicionesá  lasde 
la  táctiCQ  actu;}l. 

El  ejército,  pues,  se  dividiaen  infanteria,  ca- 
balleria  y  ara'I¿ero«,  Ilamandoasi  ¿losqueguar- 
neciunloscarros3ae/ero5,  cuyo  pesado  bagage 
y  brusca  embestida  equivde  en  comparaciou  t¿c- 


tica,  ¿  noestra  actualartiUeria.  La  infanteria  se 
dividia  tambien  en  tropa  de  Unea  6  batalla  y 
en  tropa  ¿i^era,  eu  la  cualservian  los  honderos, 
saeteros,  etc.  Huchas  tropas  griegas  servian 
¿  sueldo  ó  formadas  de  voluntarios ,  y  estos 
componian  la  mas  formidable  fucrza  de  la  io- 
fanteria,  asi  como  los  persas  lo  erau  cn  la  ca- 
balleria.  EI  numeroso  tren  de  sitio  y  bagage, 
se  servia  por  soldados  que  equivaliau  á  nuei« 
tras  actuales  compsñias  del  tren. 

EI  rey  tenla  su  guardia,  que  equivaüaá 
las  guardias  reates  de  nuestras  monarquias. 
En  aquella  scrvian  los  distinguidos  por  rau  y 
valor,  y  vcsUan  con  todo  el  aparato  desluin- 
brador  de  la  oriental  magnifioencia ,  foroiando 
siempre  en  torno  del  rey. 

Ya  hemos  dicho  cuán  severa  era  la  ilúet* 
]ilina.  Dábaseles  al  principio  por  alünento  pao 
y  yerbas,  y  por  bebida  solo  agua,  y  esto  tenian 
ciue  ganarlo  con  violentos  y  gucrrero;}  Qerci- 
cios.  EI  qi^e  esla  escuela  no  hubiese  sufrido, 
no  podia  obtener  ascenso  alguno.  La  maríoa 
persa  era  numerosisima  y  bríllante,  como  que 
dominaron  el  Egipto,  la  Fenicia  y  las  islas  Jó- 
nicas. 

Los  impueslos  fueron  por  muchotiempo 
voluntarios.  Despues  fueron  forzosos,  y  udos 
terrítoríos  pagaban  en  frutos  naturales,  otros 
sustentaban  por  semanas  ó  por  meses,  segun 
la  cantidad  de  contríbucion ,  ¿  la  córte  impe- 
rial.  La  Etiopia  pagaba  en  oro,  la  Arabia  cn 
aromas  y  la  Cólquide  en  doncellas. 

Estos  eran  los  priiicipales  puntos  de  su  ci- 
vilizacion,  formada  de  todas  las  distintas  que 
hallaron  en  los  pueblos  que  sujetaron.  Asi  co- 
mo  las  leyes  y  costumbres,  tomaronlos  inven- 
tos,  las  cieocias  y  las  artes;  y  el  pueblo  persa 
llegó  ¿  ser  el  emporlo  del  lujo  científico  y  ar- 
tislico,  y  aun  comercial  de  todo  elmundo  co- 
nocido  entonces.  La  fundicion  de  metales,  los 
artefoctos,  las  sedas ,  los  ediflcios  ,  todo  llegó 
entre  los  persas  ¿  un  reflnamiento  singular. 
Los  persas  eran  entonces  los  ídolos  y  los  re- 
yes  del  mundo  couocido.  Este  era,  pues,  el  es- 
tado  del  ejército  persa,  su  forma  de  alist»- 
miento,  armas,  organizacion,  sueidos,  ascen- 
sos,  disciplina,  leyes,  t¿ctica;  el  arte  miiitar, 
en  flh,  de  la  primera  época,  pues que  todos ios 
mejores  usos  de  los  distiotos  pueblos  concur- 
ríeron  colectívamente  ¿  formar  cl  graude  ejér- 
cito  del  imperio  que  sojuzgó  ¿  todos,  y  reasn- 
mió  en  si  la  civilizacion  de  todos  en  un  solo 
coojunto.  / 

Peroen  tanto  quela  sabiduria,  la  civiliu- 
cion  y  el  lujo,  tomaban  tanto  incremcQto  en* 
tre  los  persas,  nacian  en  la  Grecia  y  se  orga- 
nizaban  como  por  encanto  una  multitud  de  pe- 
queñas  repáblicas ,  cou  lodo  el  entusiasmo  de 
su  renacimiento,  austerídad  de  su  iadependen- 
cia,  ambicion  de  su  gloria  y  con  mortal  rívali- 
dad  por  lo  taulo  h¿cia  la  Persia. 

ÍDistintas  veces  los  ^ércitos  persas  inva- 
dieron  la  Grecia,  ya  con  el  pretesto  de  esta  ó 
la  otra  repúbiica;  pero  en  vea  de  pueblos  so* 


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ARTE 


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I  y  acobardados  por  ra  inferiqrídad,  en- 
coolraron  odos  liombres,  que,  al  escucbar  «las 
gaetas  del  ejército  persa ,  qae  viene  sobre 
TOMlros.oscurecen  el  sol»  respondian:  mejor, 
m  eso  pelearemos  á  lá  Mrnwa. 

Distintas  yeces  los  persas  intentaron  suje- 
lar  la  Grecia  con  ejércltos  y  armadas  como  la 
deJergeáque  bemos  citado;  pero  asi  en  Ma 
ratoD  comd  en  Salamina ,  en  las  Termópilas 
como  en  Atenas ,  nunca  hallaron  mas  que  el 
escannieDto  si  vencedores,  la  muerte  si  ven- 
cidos.  ^ 

La  civilizacion  de  los  griegos  babia  sido 
fomada  de  las  naciones  del  Africa,  como  bere- 
derosqne  babian  de  ser  de  su  grandeza  y  opu- 
iencía.  Toroaron  de  Fenicia  e1  alfabeto;  la  geo- 
melria,  la  astronomia  y  la  mágia  de  Persia  y 
BabiloDia.  Todos  los  grandes  legisladores  y 
bombres  de  gobiemode  la  Grecla,  fneron  an- 
tes  graodes  generales ,  porque  en  esta  época 
como  en  la  primera  y  aun  en  la  siguiente ,  la 
grandeza  en  la  poiitica,  era  consecuencia  de  la 
graodeza  militar  adquirMa.  El  célebre  Solon, 
Milciades,  Arlstides,  Temistocles,  Ciroon,  Pc- 
ricles  y  otros  en  Atenas;  Lisandro,  Galicrátidas, 
jr  Leonidas  en  Lacedemonia ;  Pirro  en  Epiro; 
Mitrídatcs  en  el  Ponto;  Filípo  en  la  monarquia 
iittcedóoica;  FilopémeneSi  Arato,  Epaminon- 
das  y  otros  innomerables  generaies,  poKticos 
i  la  vez  y  legisladores ,  son  la  pnieba  mas 
palpítante  dei  lazo  indisoluble  que  en  la  his- 
toria  de  los  pueblos  unió  siempre  á  las  armas 
y  Ja  potitica.  al  arte  del  gobierno  y  ai  arte  mi- 
Utar.  La  bistoria  de  ona  nacion,  repetimos,  no 
es  mas  que  su  historia  milftar. 

Despnes  de  la  batotla  de  Salamina,  los  ate- 

Dieoses  rccelosos  siempre  de  los  pcrsas,  que 

contionamente  los  amenazaban  con  sus  innu- 

roerables  ejércitos,  pensaron  ya  en  sostener 

ni  ejército  pernMincnte,  pues  las  levas  gene- 

rales  con  que  en  Grecia  se  levantaban  repen- 

liDoroente  los  ejércitos ,  daban  á  estos  poca 

foerza  de  organizHCion  y  esponian  el  pais  á 

troa  repentina  invasion.  A  Aristides  confiaron 

Í08  atenteDses  la  reparticion  de  dinero  y  gente 

ciHiqoe  cada  territorío  debia  contríbuir,  y  aquel 

biso  la  reparticion  con  un  acierto  singular.  Es- 

to  acaeció  el  año  4  520,  basta  el  cual  entre  los 

ateDiensesel  ejércitose  levantaba  en  lostrances 

de  aporo  repentinamente.  Los  atenienses  pa- 

gaban  de  ixupue^to  el  diezmo  de  sus  rentas. 

Las  leyes  generales  de  los  atenienses  so- 

bre  la  guerra,  eran  las  mismas  que  les  dió  So- 

km.  Enlasguerrasciviles,  «el  ciudadano  que  no 

lomaba  parte  para  remediar,  segon  su  opinion, 

las  calamldades  de  la  patría,  era  condenado  á 

destíerro  perpétuo  y  á  perder  todos  sus  bie- 

nes»  cuya  ley  aunqne  injusta  i  prímera  vista, 

M  ba  acredítado  como  sábia  en  el  discurso  de 

iog  siglos,  evitando  ia  pereza  de  los  ciudada- 

OOB  y  la  bamiUacion  ante  el  partido  siempre 

activo  de  los  ambiciosos.  Ademas,  el  atenien- 

S6  que  DO  qaeria  ir  k  la  guerra»  deserta- 

te  de  ella  6  tte  portuba  con  cobardia,  no  po« 


dia  ya  llerar  jamás  corona  ni  guirnalda,  qné 
era  un  grande  honor,  ni  ser  admitido  en  asam- 
blea  alguna  soiemne.  Ei  botin  ora,  como  entre 
lof>  asüticos ,  el  premio  del  soldado.  Gomo  re* 
pública  que  Atenas  era,  su  gobierno  no  podia 
declarar  la  guerra  sin  consultar  ai  pueblo.  Los 
atenienses  nsarun  mucho  los  ingenios  militares 
y  cuidaroD  de  fortlficar  su  puerto  del  Pireo  en 
Atenas. 

Los  lacedemonios  tenian  desde  su  legísla- 
dor  Licurgo  dividido  supais  en  treinta  mil  por- 
ciones  y  Ta  capital  Esparta  en  sei^  mil.  De  es- 
ta  distríbucion  participaba  el  ejército,  que  se 
componia  de  tribus.  Esios  tenian  poca  marina, 
porque  en  sü  austcridad  decian  que  el  comer- 
cib  con  los  estraños  corrompe  las  costumbres. 
Lacedemonia  no  tenia  cíudades  muradas.  Los 
muros  eran  los  pechos  de  sos  hljos,  siempre 
sóbrios  y  valientes.  Dormian  en  campaña  ar- 
mados :  la  vanguardia  nunca  Ilevaba  escndos, 
y  prívados  de  esta  defensa  sabian  qiie  no  po- 
dian  entregarse  al  sueño  y  al  descuido.  Por  la 
noche  resaban ,  scgun  sus  rítos,  siempre  los 
soldados.  Guando  iban  á  acometer,  el  reyofre- 
cia  á  las  musas  sacrificios  para  que  el  éxito  de 
sus  armas  mereciesela  gloria  de  la  posterídad. 
Los  poldados  coronados  de  flores  y  al  compig 
del  himno  de  Castor,  que  las  flautas  tocaban, 
acometian  cou  denuedo.  No  perseguian  al  ene- 
migo  mas  que  hasfa  ver  asegurada  la  victoria. 
Llevaban  ¿  los  muertos  teudidos  sobre  los  es- 
cudos  el  despejar  el  campo  de  balalla. 

De  la  Tesalia  salia  la  mas  escelente  caba- 
llería  de  la  Grecia,  por  lo  cual  era  muy  busca- 
da  para  los  ejércitos. 

La  CUicia  era  el  foco  de  la  piratería,  y 
ella,  asi  como  Atenas  (desde  Temistocles),  Ro- 
das,  Gbipre  y  el  archipiélago  Jónico,  poseia  ia 
mejor  marína  de  la  Grecia. 

Los  macedonios ,  el  pueblo  de  Alejandro, 
eran  valientes,  dóciles,  y  desde  tiempos  remo- 
tos  se  habian  sujetado  ¿  la  mas  severa  disci- 
plina  militar ,  lo  cual  los  hizo  con  ei  tiempo 
invencibles.  La  guerra  con  sus  vecinos  fué 
para  ellos  una  ocupacion  nacioual.  Todos  na- 
clan  soldados  y  no  tenian  mas  educacion  que 
la  de  las  armas. 

Las  fortiflcaciobes  en  csta  segunda  época, 
consistian  en  dobles  y  tríples  rourallas  en  tor- 
no  de  las  ciudades,  y  en  fuertes  ciudadelas  coa 
.macizos  torreoncs  que  flanqueaban  aqnellas. 
Los  ingenios  del  Asia  liabian  pasado  ya  todos 
al  dominio  de  los  griegos,  y  los  combustibles 
en  la  defensa  de  las  brechas  y  en  los  asaltos 
eran  ya  neceshríos. 

En  el  discurso  de  esta  época  la  marina 
tomó  gran  incremento  y  empezaron  ¿  surcar 
los  mares  las  galeras  de  cinco  órdenes  de  re- 
mos,  inventadas  por  los  corintios.  Las  arma- 
das  rodias,  jonias ,  cilicias,  atenienses  y  co- 
rintias,  cuájaban  en  esta  época  los  mares  de 
Levante  ademas  de  las  innumerables  naves  del 
Asia. 

Darante  estos  tiempos  empiezan  ¿  aparc^ 


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543 


AftTE 


W 


cer  ItB  fálaoges  de  los  disUntos  esUulos  grle- 

ños,  CQlendiéDdose  eotoQces  por  falange  [fa- 
inx)  cualquier  cuerpo  de  tropis.  Despues  las 
falanges  recibieron  una  organizacion  particu- 
lar,  como  veremos. 

El  ejército  lacedemonio  sc  ballaba  dividido 
en  loeiiaaias  ó  rcgimieotos  de  400  á  500  bom- 
bres,  de  los  cuales,  segun  se  crce,  pertenecia 
un  regimiento  á  cada  tribu. 

En  Atenas  existían  diez  regimicDtos,  uno 
por  cada  tribu.  Las  principales  ordeoauzas  de 
estas  milicias  de  los  principales  estados  grie- 
gos,  quedan  ya  referídas.  Los  gricgos  cn  su 
príncipio  no  tuvieron  mas  que  dos  especíes  dc 
inrantería;  los  hoplües,  que  era  la  de  linca,  y 
los  psUites,  que  eran  las  tropas  ligeras.  Cono- 
ciendo  despues  la  necesidad  de  tener  uoa  in- 
fantería  intermedia ,  de  mas  movilidad  que  ia 
de  Íos  hoplites  y  de  mas  coni^isteQcia  qne  la 
de  los  psilites,  organizaron  la  Ilamada  de  los 
peUa$íe$,  por  la  pequeñarodelaredonda  ócua- 
drada  que  llevaban  y  se  llamaba  pclla 

Desde  entonces  la  falange  de  los  hoplites 
formó  el  centro  en  las  batallas ,  los  peltastes, 
¿  quieoes  dividieroo  en  cierto  número  de  sec- 
cioncs,  cubrló  las  alas,  y  algunas  veces  formó 
la  reserva  Los  psilites  siguicron  preátando  su 
servicio ,  equivalente  al  de  ouestras  actuales 
^rríllas. 

Estas  tres  cspecies  de  infanteria  tuvieroQ 
iguales  reglas  de  formacion  y  subdivision,  de 
manera  que  cada  division  dc  la  faUnge  de  los 
boplites  podia  ir  seguida  de  una  division  de 
peltastes  y  deotrude  psiiites,  y  soio  se  dife- 
rcQCiaban  en  el  fondo  de  la  hiCera;  pues  la  fa- 
lange  de  los  bopiitesteQia  46  boiubres  defondo 
y  8  solo  las  demas  tropas.  Yamos  abora  á  dar 
una  idea  de  la  oélebre  orgauizacion  de  ias  fa* 
mosas  falanges  que  despues  se  formaron,  prin- 
cipalhieDte  por  Filipo  de  MacedoQia.  Ei  ele- 
meoto  principal  de  la  formacion  de  la  falange 
era  el  fondOt  á  que  llamaban  lochos  6  tichos,  y 
cada  hilera  de  los  46  bombrcs  qne  constituian 
dicho  fondo,  era  mandada  por  un  ouragos 
(cícrra-hilera) ,  que  equivalia  á  los  sargentos 
actualcs.  Dos  hileras  formaban  uua  düochia 
mandada  por  un  düoquUa  (subtCDieDte).  Dos 
diioquias  forroaban  una  tetrarohia  mandada 
por  un  tetrarca  (tenieote).  Dos  tetrarchias  for- 
mabau  la  texiarchia  (equivalente  á  las  centu- 
rias  despues  y  hoy  á  las  compañías),  la  cual 
mandabu  un  taxiardia  6  oenturion,  De  dos 
taxiarchias  se  compouia  la  syntagia  6  xeneh 
gia ,  cuyo  gefe  cra  el  primero  que  formaba 
fuera  de  fllas  é  bileras  y  se  llama  ooenago.  Este 
tenia  á  sus  inmediatas  órdenes  un  ayudante, 
un  ouragos  {sargento),  un  porta*pendon  6  al- 
fórez,  uu  trompeta  y  un  heraldo. 

El  cuerpo  menos  numeroso  que  podia  ser- 
Yir  de  cabeza  á  la  falange  para  formar,  era  la 
xenagia,  la  cual  formaba  un  cuadro  de  46 
hombres  de  fondo  y  otros  tantos  de  frente. 

Dos  xenagias  componian  una  pentecoxiar- 
cka»,  dos  pentecoxiarohiAS  uaa  okHiiwnfhia, 


dos  cbilüurcbiis  una  morarehia  ó  tálarchia,  j 
dos  merarchias  una  falange  eimple  de  4,096 
hombres. 

Los  xenagos,  los  pentecoxiari^MS  y  1« 
chiliarcas  eran  loa  ofieiates  superiores  de  b 
falange  simple  Los  grados  superíores  á  eatos 
eran  de  clupe  de  generales.  Gada  falange  sin- 
ple  estaba  mandada  por  un  falangarcha  (ge- 
neral),  que  teniu  bajo  sus  órdenes  un  merardta 
(brigadier.) 

La  difalangarchia  6  falange  doble  se  oon- 
ponia  de  dos  falanges  simples ;  y  de  dos  ft- 
langes  dobles  ó  difaiangarchias  1«  tetrafaloñ' 
garchia  6  gran  falange  de  46,384  hombres. 

Este  era  el  grueso  del  ejército,  maodado 
por  un  general  en  gefe  que  teuia  ademas  b^o 
8US  órdeues  otros  oflciales  geoerales  y  los 
ciierpos  de  pcltastcs  y  psilites,  que  ya  hemos 
dicho  se  dívidian  en  secciones. 

No  era  miicbas  vcces  una  sola  la  falaiMpe 
en  cada  ejército  gríego ;  pues  ia  esplicadoo 
que  hemos  dado  se  refíere  á  una  falaoge  coil- 
quiera,  de  la<^  cuales  podia  haber  varías  ea 
cada  ejército.  Esto  eo  cuauto  á  ia  infanlma. 

Tambien  ia  cabaliería  fué  organisada  sobre 
basessemejaates,  y  se  ballaba  bt^o  la  depci* 
dencia  del  general  en  gefe  de  cada  ojércilo. 

Ge'ueralmeDte  el  elemento  de  formaciOD  de 
que  se  parUa  en  )a  prácüca  para  el  órdeo  de 
batalla,  era  para  los  hoplitas  de  la  xenagia 
de  2,564  bombres;  pam  los  peltasleB  y  los 
psilites,  qae  teniao  solo  ocho  hombres  dc  foQ* 
do,  servia  de  base  elemental  de  formacioD,  la 
centuría  6  taxiarcbia  de  4 ,284  hombres. 

La  base  de  formacion  para  la  cabalierta 
era  la  hypparMa,  que  oonstaba  <le  51S  caba- 
Ilos  mandados  por  un  hypparcho. 

Ia  proporcion  en  qu¿  entraban  en  k  cooh 
posicioD  de  los  ejércitos  la  infaatcHa  y  caba- 
llería  se  sojetaba  á  la  clase  de  pais  que  se  iba 
á  combatir  y  á  la  clase  de  sus  geutos.  Los  te- 
salianos  fueron  los  griegos  que  sobrepi4aron  á 
sus  compatriotas  en  la  inteligencia  y  destrea 
de  siiscaballos.  EI  número  de  falanges  simples 
ó  dobles  que  se  habian  de  presentar  al  eDemi- 
go,  depeDdia  de  la  táctica  qae  Juzgaba  el  ge* 
neral  en  gefe  mas  oportuna  al  lerreoo  en  qae 
se  iba  á  dar  la  batalla. 

Esta  fué  la  orgaoizacion  de  aqaellas  céte* 
bres  falanges  que  Ilevaron  las  armas  de  los 
griegos  hasta  la  Escilia  y  la  Indla.  Filipo.  rey 
célebre  de  Macedonia,  y  discipulo  del  gran  Epa- 
minondas  dc  Tebas,  y  padre  de  Alejandro  el 
Grande,  fué  el  que  primero  dió  una  completa 
organiaacion  á  la  falange  macedonia,  que  me- 
joré  despues  Alejandro.  Las  armas  de  los  ho- 
plitas  ó  fiüangitas,  erau  la  espada  corta,  puñal, 
la  pica  de  20  á  24  pies,  el  casco,  el  escudo  re- 
dondo  y  el  cnadrado,  la  corasa  y  las  polainas 
[enémides)  de  cuero  que  cubríau  hasta  deb^ 
de  ia  rodilla.  Los  peltastes  llevaban  iudistinta- 
mente  el  casco  6  el  gorro  arcadio,  piai  de  42 
pies  de  longitud,  puñaU  escudo  redoDdo  ó  caa- 
drado  y  mas  pequeño  q«e  el  de  los  falaogitas. 


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M 


AATB 


»4í 


LeB  psUites  no  lleTabao  mas  anaas  que  el  pa 
ñel,  el  arco,  flecbas  y  la  houda.  fil  falangita 
enparada  ocupaba  en  la  fila  seiá  pies  de  fila  y 
otros  seiB  de  fondo;  pero  en  ei  órdeu  da  com- 
iiete  00  ocopaba  mas  quetrcs  pies,  y  al  cargar 
seio  TBinle  pulgadas;  porque  ei  falangita  se 
cerrat)a  eo  masa  basta  que  su  escudo  empal- 
maba  (eytuijnsiiUMB)  por  el  lado  derecbo  con  el 
bordedelde  sn  «dyaceate  á  la  derecha,  y  por 
d  lado  izqoierdo  eooijando  en  el  borde  del  fa- 
liDgita  iomediato  á  su  iaquierda,  para  lo  cual 
iDonen  á  la  Tez  el  brajio  y  el  escudo,  y  estos 
eslaben  construidos  eu  la  forma  necesaria. 
Aei  formaban  sobr^  sua  cabezas  una  terrible 
DBTalle.  Semejante  Orden  de  formacion.  y  el 
lleTar  sienipre  eo  ta  primera  flla  de  la  falange 
los  aoldados  meiores,  y  el  no  presontar  al 
eoemigo  mas  qne  el  flanco  iaquierdo  cubierlo 
cooioseseodos,  baciaioespugnables  las  falan- 
gesyles  aBegnraba  tavictoria. 

fiajo  bases  seroejantes  estaba  formado  ^ 
baUmn  HOgrado  de  Tebas,  cpmpuesto  de  la 
mubrítlaoteJUTentuddela  capltal  beocia,  el 
.  coal  fué  Toto  despoes  y  destrosado  por  la  fa- 
iioge  maeedonia  mandada  por  Alejandro.  El 
btíaUon  Mgrado  se  eomponia  de  los  jóTenes 
mea  ardieotes,  hermanosde  armas,  que  aK  in- 
gresar  en  las  sagradas  fiias  hacian  TOto  y  ju- 
rameuto  de  morir  juntoa  en  traoce  de  combate. 
Bsta  roemorable  batalla,  que  decídió  la  suerte 
de  la  Grecia,  ea  la  cuai  niandaba  Filipo  á  los 
macedooios  y  so  bijo  Alejandroel  ala  isquier- 
da,  acaeoió  en  Qtkermea,  y  fuó  la  primera  en 
que  ]ogó  Alejaiidro  dcspues  de  su  glorioso 
baQttsmo  militar  en  la  liiria. 

La  famora  relirada  en  Persiu  de  lo$  diez 
mtlgriegos  cod  Xenofoote,  prneba  la  superio* 
rídad  de  la  táctica  griega. 

Caando  losr  roacáSonios,  en  quienes  Tamos 
á  reasomir  todo  el  ^rte  militar  de  la  segonda 
^poca,  llegaron  á  orgaoizar  bajo  Alejandro  sus 
falaoges  Tictorias,  cOmponiase  sn  ejército  de 
macedonios  en  dos  torceras  partes,  y  eo  la 
otra  teroera  de  grtegos  auxiliarcs  mautenidos 
por  las  repáblieas  que  se  unieron  contra  Pcr- 
sia,  y  de  estrangeros  á  sueldo.  No  lleTaban 
losdemas  otra  recompensa  que  el  aliciente  del 
botin,  como  succdia  *in  los  eJ6rcitus  de  la  pri- 
nera  época.  La  mayor  parte  de  la  caballería 
era  estrangera,  y  tesaUana  principalmente, 
^iendo  muy  poca  la  caballerla  maccdonia. 

Coando  on  soldado  perdia  en  el  combate  su 
'^Io,  era  obligacion  de  su  centurion  darle 
otro  de  so  propia  caballerlsa,  por  la  ra2on  de 
<[Qc  el  pdblico  interés  es  antes  que  el  lujo  del 
particolar.  Los  veteranos  é  iOTálidos  tenian 
señaladoe  sus  premios.  Los  oficiales  del  ejér- 
cito  no  podian  ser  Juzgados  mas  qoe  por  un 
conseio  miiitar,  como  sucedió  cuando  Alejan- . 
dro  eondenó  á  su  oapitan  Filotas,  paralo  coal 
se  Tié  preoisa^o  á  entregarle  á  unoonsíjo  de 
Snerra  de  miiltares. 

Táctíea.    La  falange  campaba  siempre  en 
^  centro,  en  un  ala  la  cabaileria  y  em  la 

474     UlllUaTlSCA  POPULAll. 


otra  la  tropa  ligera  ó  psilites.  Kste  órden  se 
observaba  en  cuanto  era  posible  en  las  mar<« 
ciias,  y  cuando  se  rompia  y  derrotabu  al  eae* 
roigo  y  la  caballerla  y  tropa  ligerale  perscgnia, 
siempre  qucdaba  en  elcampo  de  batalla  la  fa- 
laoge  para  imppdirqu^se  rehicierael  enemi- 
go  y  quQ  36  mezclasen  las  alas  Siempre 
abrian  un  foso  alrededor  dei  parage  dond<^ 
carapaban,  cada  tienda  de  campaña  gnarecia 
dos  soldados.  El  rey  tenia  dos  tiendas.  pnra 
descansar  la  una,  y  para  recibir  la  otra.  Ni 
equipages  Uijosos,  ni  niños,  ni  mngeres  ?e- 
^uian  al  ejército.  Cada  soldado  Ilovaba  lo  que 
necesitaba  y  se  Ilevaban  pocos  bagajes.  Lle> 
vábanse  toda  clase  de  inyenios  de  batir  que 
se  babian  copf^do  del  Asia. 

Hemos  dicho  que  al  principio  se  llamó  fa  • 
lange,  falanx,  á  cualquier  cuerpo  de  tropas; 
pero  despuesqueseorganizaron  las  maaas.  cn- 
ya  organizacion  hemos  rcferido,  estadenomi- 
nacion  se  aplicó  particularmcnte  á  aquellas. 
Los  griegos,  qoe  habian  traido  á  siis  escue* 
ias  ios  conocimientos  gcomtMrícos  de  Ior  per- 
sas  y  egipcios,  aplicarou  dichos  principio.^i  al 
arle  militar  quetoílo  lo  absorbia,  y  de  aqiií 
nació  latáctica  y  las  evolucionef^  ralculadas  y 
simultáneas,  maniobrando  desde  entonces  las 
tropas  sobre  elterreoo.  £1  arte  de  lagnerrase 
modificé  y  empezó  la  estrategia  y  la  táctica 
particolar.  El  éxito  de  las  bataUHs  no  estuTO 
ya  subordinado  solo  al  valor  indivídual  y  nu- 
méricodel  soldado  espresamenlf';  mas  qiieto- 
do,  el  éxitode  una  batalla,  dopendíó  ya  de  la 
oportnnidad  en  lasevolucione:;  y  üe  lu  sabídu^ 
ría  del  general.  Aquel  c|üe  con  uh  movimienlo 
rápido  é  impreTisto  sorprendia  at  otro  por  el 
flancOf  retaguardia,  ó  lo  embarazaba  de  algim 
modo  lo  ba&tante  á  dar  tiempo  k  quc  1a  caba- 
lleria  ú  otra  tropa  carí?árse  y  esparciese  el 
desúrden,  era  el  que  \encia.  Su  sistema  de 
táctica  quedó  subordinada,  pucs,  a  las  leye.^ 
de  la  geomctria  y  de  la  mecáuica,  io  cual 
se  acomodaba  mejor  tambien  al  espiritu  grie- 
go  de  sislema  y  de  cálculo.  Toda  la  Grecia 
era  táctica,  porque  toda ella  aprendia  en  lases- 
cuelas  la  mecánicay  lageometria.  Cadaciuda« 
dano  conoció  su  deber  y  su  puesto  en  la  falan- 
ge,  pero  no  sabia  mas;  porque  aislado  el  fa*» 
langita  era  tan  nulo,  como  invencible  pefean- 
do  en  la  falange.  Una  de  las  primeras  con¿e- 
cuencias  de  la  mecánica,  (lue  dirigia  la  tácti- 
caentonces,  fué  el  órden  profnndo  ó  defondo, 
que  daba  mas  fuerza  de  empuje  ¿  las  masas 
de  los  falangitas,  y  que  por  U  poca  ostension 
de  su  frente,  permitia  al  ¿eucral,  no  soiamen- 
te  reTistar  todos  los  ofícialcs  .«limétrícamente 
colocados,  sino  tambicu  toda  la  estension  quc 
SQ  ejército  ocupaba. 

Segunda  coosecueucia  derirada  de  la  pri- 
mera  fué  el  uso  de  armas  de  gran  longitud, 
qoe  utiUzaban  mayor  número  de  íllas  y  el  re- 
cogimiento  eslremo  en  la  (lla  para  cerrar  mas 
yaumentarasi  clefectodel  cboque,  estrechan- 
do  mucho  las  fiias  do  la  falange.  En  cambiq  de 

T.     lU.     3¿» 


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U1 


ARTE 


518 


esto  e1  falaogila,  mal  cublerto  por  on  peque* 
ño  escudo,  y  embarazado  con  su  larga  pica. 
ÍDÚtil  en  el  combate  coerpo  á  cuerpo,  lejos 
de  poder  intentar  cosa  alguna  por  si,  no  podia 
defeoderse  aislado  ó  £n  pequeños  pelotooes. 
Numerosos  ejemplos  ae  esta  obsenraciOD  pa- 
teotiza  la  historia  de  estos  pueblos)  y  eotre 
otros  la  batalla  de  Taorasiniíl,  perdida  por 
Pirro;  la  dc  Ginocéfalo,  perdida  porFilipolI  en 
Macedonla,  y  la  de  Pydna,*perdida  tambfen 
por  su  bijo  Perseo.  La  falange,  uoa  Tez  rota  ó 
difidida  por  un  accideote  del  terreno,  no  po- 
dia  resistir  á  la  carga  de  oo  cuerpo  regnlar- 
roente  aguerrido. 

.  La  fuerza  y  division  de  la  falange  foé  eo 
cada  eslado  de  Greciá,  acomoda'da  al  oúmero 
dc  tropas  y  á  la  indoie  de  la  orgnnizacien  po- 
litica.  I^  que  era  comun  en  todas  las  falanges 
griegas  era  la  aplicacion  de  la  geometria  al 
arte  de  combatir,  y  la  embestida  y  pelea  en 
masas  iodiTisibies,  la  táctlca. 

Las  maníobras  de  las  falanges  se  reducian 
¿  las  sigiiientes:  ewversionei  individualés 
para  la  marcha  del  flanco. 

Canversiones  por  seeciones  para  la  forma- 
ciOD  de  columnas,  las  cnales  se  dcsplegaban 
por  moTimientos  de  flanco. 

Ordlen  de  dos  frentes,  que  se  formaba  de 
dos  maneras,  ya  haclendo  una  roedia  ? nelta  la 
roitad  de  las  hileras,  ya  reuniendo  dos  sec- 
ciones  de  las  cuales  la  una  desñtaba  por  el 
flaocoderecho  y  la  otra  por  el  Izqoierdo,  ha- 
cieudo  de  manera  que  los  tmrcígos  quedasen 
en  el  centro#  Si  las  dos  seccionea  se  rennlao 
por  la  cabcza,  qucdando  las  colas  equidistan- 
tes,  la  etolucion  se  ilamaba  embolon:  si  ai 
contrario,  las  secciones  se  renni&n  por  ia  coia 
á  esta  se  Ilamaba  ccdemboíon. 

Los  griegos  tenian  tambien  su  formacion 
de  cuacfros  ycuadrilongos.  A  estos,  qoetenian 
dos  caras  opoestas  mas  largas  que  las  otras 
dos,  namabao  plcesion,  y  á  los  cuadros  de 
caras  iguales  denominaban  plinthion, 

Para  hacer  frenle  á  relaguardia  los  griec^os 
usaban  las  contramarchas  por  bileras  y  teuian 
tres  maneras  de  contramarchar.  La  primem  se 
ejecutaba  haciendo  media  vuelta  el  primer  hom- 
brc  de  cadahilera,  despues  desfllaban  por  so 
derecha  los  restaotes  eu  cada  hilera,  á  colo- 
carse  dctrás  de  aquel  por  su  órden.  Kn  la  se- 
^nda  manera,  el  primer  hombre  de  la  hilera, 
despues  de  dar  media  vnelta,  marchaba  en  1(- 
nea  recta  háciael  ouragos  de  su  hilera,  reba- 
saba  de  él  enooa  distaocia  longitodioal  igual 
al  fondo  de  dicha  hilera;  los  demas  de  esta, 
que  le  habiao  segoido,  se  colocabao  detrás  de 
él,  y  el  ouragos  daba  su  media  Tuelta  y  queda- 
ba  eambiado  el  freote.  El  tercer  método  de  coo- 
tramarcba  consistia  cn  ejecotar  cada  hilera  su 
contramardia  hasta  que  el  primer  hombre  de 
la  bilera  ocupasc  el  Ingar  que  aotes  ocopaba 
el  ouragos  (último  de  ia  hilera)  el  coal  ocupa- 
ba  á  su  vez  el  lugar  qoe  teoia  aotesde  la  con- 
traroarcha  el  prlmQr  hombre.  Las  demas  hlle- 


ras,  que  habian  eJecQtado  parcial  y  sioniltá* 
neamente  el  movimiento,  qoedabao  con  la 
eToluciou  hecha,  y  la  contramarchapor  consi- 
guiente  quedaba  ejecutada. 

La  caballeria  y  tropa  ligera  tenian  tambiei 
sn  táctica  partlcular  pareclda  ú  la  que  acaba- 
mos  de  esplicar. 

Ademastuvo  despues  Al^andro  so  goardii 
real,  á  cnyos  soldados  dió  escodos  de  plata, 
por  lo  cuai  se  llaroaron  agiráipédes. 

Este  era,  pues,  el  estado  del  arte  miiitar 
en  la  segunda  époea  de  nuestra  divisioo.  Ati 
como  en  la  primera  época,  el  alistamienlo  era 
volontario  ó  por  levas  foryosas  y  el  servicio 
militar  obiigatorio  ¿  todos;  la  recompensa  erael 
botin.  Como  en  la  primera  época  los  cjérdtos 
llevaban  en  la  segunda  époea  bqs  Ingeolos  (el 
magnánimo  Demetrio,  hiJodeAntigono^secita 
en  la  historia  despnes  de  Al^andro  como  giaB 
íngeniero)  carrosytambieneleíántes;  perote> 
iian  nna  cosa  nueva,  qne  era  la  aplicadon  de 
las  leyes  matemAticas  á  la  goerra;  tenian  lis 
masas,  las  falanges,  con  las  coales  la  segnnie 
época  militar,  representadaen  el  ejérdtomaoe- . 
donio  de  Alejaudro  el  Grande  destmyó  al  graa 
ejército  de  la  prímera  época  mititar,  inoone- 
rablemente  nras  ríco,  soberbio,  noDseroso  y  que 
peleaba  eo  so  pais  coo  el  gran  emperadorte- 
río  III  Godomano  ¿  su  cabesa. 

Asi  como  hemos  referido  la  primere  época 
militar  ¿  los  persas  dominadores,  referiremos 
ahora  la  segunda  época  ¿  los  macedooiosooD- 
qoistadores,  los  cuales  reunieron  en  sa  ejérci- 
to  la  sobriedad  de  los  espartanos,  la  OBion  tác- 
tica  de  los  de  Tebas  y  el  entosiasmo  de  los 
ateoieoses,  coaodo  Ateoas,  Tebas  y  Esparta 
aran  los  tres  paises  mas  esclarecidos  de  la 
Grecla. 

Alejandro  el^rande  desde  Macedonia,  pe- 
qoeño  riucoo  del  mundo,  con  solo  nn  ejérctlo 
de  30,000  iofaotes  y  5,000  caballos  caaado 
mes,  socuodó  ¿  so  padré  en  el  atrevido  pro- 
yecto  de  derrocár  el  soberbio  iraperío  de  ios 
per&as,  cuyas  fleduis  osoureeian  elsoli  quieo 
adoraban,  ylo  puso  en  pianta  confiado  eo  la 
superiorídad  de  la  t¿ctica  de  sus  falauges  y  eo 
la  debilidad  de  la  molicie  pcrelaoo.  Aiejaodro 
pensó  bien  y  obró  mejor.  Poeos  años  despoes 
el  vasto  imperío  de  Persia,  con  otros  roucbos 
paises,  rindió  ¿  los  ples  del  grande  cooqiii^tft- 
dor  sus  opuieatas  ciudades,  sus  innumerrflHes 
ejércitos  y  susnotridos  tesoros:  consus  3á.000 
hombres  derrotó  Alejandro  ¿  440,000  persas 
que  le  espeniban  en  las  ríberas  del  6r¿oico  y 
pasó  ¿  cuchillo  OD  coerpo  griego  toziliar  det 
rey  persa  Varío,  el  coal  se  defeodió  teoazoiea- 
te.  Despoes  de  tomar  sobre  la  marcha  to- 
das  las  dodades,  gaoó  cerca  de  la  ciodad  de 
Isso  otra  gran  batalla  cootre  Darío  enpersooa, 
pasando  ¿cochillo  ¿  otro  coerpo  aoxHíar  de  let 
persas  foerte  de  20,000  gríegot^,  los  coales 
ejercitaron  demasiado  ¿  ia  falaoge  aotes  ée 
deiarse  vencer.  A  este  signieroo  otros  DBChos 
tríunfos  segoidos  de  un  stnnúoMro  de  coai- 


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519 


ARTE 


m 


qoittas.  Ubatalia  campal  de  Arbelas,  paia  la 
qoe  Darío  reQoió  en  vano  todo  el  poder  do  la 
P&sia^  deddió  ci  desUno  de  Alejandro.  La  fa- 
laDge  macedoBia,  que  babia  decidido  cod  glo- 
ría  loa  combates  anteriores»  no  desmintió  en 
este  decisiTo  trance  de  poder  á  poder  la  in* 
TeDCibilidad  de  su  táctica.  Dário  fué  derrotado, 
80  familia,  sob  tesoros,  so  ejérciio  y  sus  do- 
DBOios,  todo  qnedó  en  poder  del  vencedor. 

Alejandro  oou  su  ejército  babia  costeado  el 
Mediterrineo,  atravesd  el  Egipto,  se  eotró  por 
Iqs  arenales  de  la  IJbia,  vió  el  mar  Rojo  y  el 
graode  Océano  Péráco,  penetró  por  la  India, 
atacó  á  los  escitas  y  vió  el  mar  Gaspio  y  la  la- 
gonaMeotis.  Todo  cayó  bajo  su  planta  victo- 
liosa  precedida  por  la  nutrida  falange  macedo- 
Dia.  En  la  India  bali6  dos  reyes  poderosos,  Poro 
y  Tixilo.  El  primero  le  abrió  paso  en  sus  esta- 
do8,  el  segundo  le  resistió.  El  ejercito  griego 
podo  eatODces  admirar  la  alta  ilustracion  de 
aqod  gran  pueblo  lejano,  y  basta  eutonces  no 
viaitado,  y  si  lo  babia  sida,  muy  de  paso  pqr 
loa  persas  y  algun  otro  pueblo  belicoso.  EI 
aspccto  de  tan  gran  pueblo  embotó  las  puntas 
de  808  armas;  porque  alli,  aun  mas  que  en 
Igípto,  encoDtraron  una  rcligion  dulce  y  sá- 
bk;  on  politeismo  poético,  que  en  sus  princi* 
píoo  generales  era,  aunquo  mas  grande,  algo 
pareddo  al  soyo.  Gomprendieron  los  griegos 
eieapiritu  y  la  aparicion  de  losdioses  india- 
008  con  aqaella  vivacidad  y  entusiasmo  que 
loB  distinguia,  y  aquellas  masas  dc  bombres 
goerreros  y  destructorcs  que  fueron  alli,  como 
eo  todas  partes,  á  llevar  la  ruina  y  el  saqueo, 
caBbiaroi)  so  ^encono  en  admiracion  cuaudo 
ítíktou  e\  Ramayan  el  Mahabbarat,  el  Vedan- 
tay  los  demas  sábios  poemas  de  los  indios,  voi- 
vieron  á  Eoropa,  y  trajeron  el  mas  rico  manan^ 
tial  de  la  civiiiiacion,  que  desde  entonr^s  fué 
derramindose  por  nuestro  continente.  Prueba 
irrefragable  de  los  grandes  elementos  de  civi* 
liaeion  que  en  si  prestan  los  ejércitos  á  la 
pwde  sus  peligros  y  devastaciones. 

T$rcera  époea,  Muerto  Mcjandro,  su  vasto 
iBperío  se  dividió  y  subdividió  cntre  mticbos 
de  808  generales;  la  Macedonia  quedó  como 
estado  independiente  y  glorioso  hasta  que  en 
tiempod^reyPersco  lafamosa  falange  fué  rola 
ydestrozada  por  Paulo  EmiUo,  célebre  general 
de  la  repúbliea  romana,  á  quien  por  este  he- 
eho  dieron  el  sobrenombre  de  el  Macedonio, 

Coando  Alejandro  babia  llegado  al  apogco 
deau  glorla,  ya  cristia  como  formidable  la 
repábllea  romaDa,  qoe  habia  reunido  á  su  go- 
biemo  todos  los  estados  italianos,  despues  ven- 
cidoilos  cartagines^s,  su  república  rival,  y 
qoe  se  habia  hccho  podcrosa  düsde  la  batalla 
eampal  de  Zama  dada  por  dos  grandes  y  es- 
trat^icos  generales,  Anibal  de  Gartago  y  Es- 
ei|non  de  Roma,  al  cual  dieron  por  esta  viclo- 
lia  el  reoombre  de  el  Áflrioano . 

Las  mtas  cooquistas  en  Asia  de  los  grie- 
fos,  Sglpto,  la  Garia,  la  Frigia,  la  lAcia,  la  Me- 
dla,la  Pereis,  ia  Panfllia,  U^  Siria,  la  Pafla- 


gonia,  laFenicia,  la  Htinia»  onas  antes  y  des* 
pues  otras,  todó  fué  quedando  bajo  la  depcn- 
dencia  romana,  hasta  los  mismoh  estados  de 
Grecia,  Atenas,  Esparta.  Corínto,  la  Tesalia, 
Macedonia,  Boecia,  todas  vinieron  á  ser  casi 
colonías  romanas. 

En  vano  Gencio,  rey  de  Ulrfa.  Pirro,  vey  dc 
Epiro,  Perseo  rey  de  Macedonia,  Mitridates  el 
famoso  rey  del  Ponto  y  otros,  se  opusieroncoa 
mas  ó  menos  fortuna  al  torrente  dcl  Occidente 
romano:  todos  mas  ó  menos  tarde  pagaron  coa 
la  muerte  ó  la  libertad  la  grandeza  de  su  es- 
píritu  patriólico  é  independientc. 

Gon  la  libertad  gríega  llevarou  á  Roma  sus 
ejércitos  las  artes  y  las  ciencias  florecientes 
del  Oriente.  Todo  cuanto  de  los  pueblos  asü- 
ticos  trajeron  i  Europa  los  griegos,  emigró 
á  Roma,  cuyas  letras  y  civilizacion  recibieroa 
unu  cultura  superior,  si  bien  nunca  fueron  Iob 
romauos  tan  felices  y  espontineos  de  espirí- 
tu  como  los  asiáticos  y  los  griegos.  La  flloso- 
ña,  ia  elocuencia,  la  medicina,  la  retórica« 
la  gramática,  y  muy  particnlarmente  el  arte 
militar  en  las  teorias  generales  de  la  tictica, 
pasaron  entonces  de  los  grlegos  i  los  roma- 
nos,  que  ya  poseian  la  Siciua,  la  Gaula,  la 
Gerroania,  gran  parte  del  Afríca,  la  España  y 
la  Bretaña,  de  cuyos  pueblos  semi-birbaros 
tomaban  tambien  mndias  de  sus  armas  y 
costumbres  para  poderlos  vencer  en  sos  con* 
tinuas  revueltas  y  turbnlencias  belicosas. 

Asi  como  hemos  r^erido  toda  la  historia 
del  arte  militar  en  la  segnnda  época  i  los  per- 
sas  en  los  tiempos  de  Giro  y  Gambises;  el  es- 
tado  del  arte  militar  onla  segunda  épocailos 
macedonios,  bi^o  Alejandro,  vamos  i  enToIver 
todos  los  conocimientos  y  estado  del  arte  mi- 
litar  de  estatercera  época  en  los  ejércitos  nw 
manos  que  reunieron  en  si,  y  comLinaron  en 
sus  huestes  lo  mejor  de  la  millcia,  en  los  mu- 
ohos  piieblos  que  conquistaron. 

La  marina  militar  romana,  que  uació  im- 
provisada  en  las  guerras  púnlcas*  contra  los 
cartagineses,  escelentes  marinos,  era  podero- 
sa  en  uúmero  é  inteligencia,  poseia  fnertes  ga- 
leras  de  tr&s  y  cinco  órdenes  8e  remos,  per- 
fcctamente  defendidas  y  trípuladas. 

Los  ingenios  de  batir  y  combatir  dcl  Oríen* 
te,  fuerpn  todos  tomados  por  los  romanos,  y 
por  ellos  mejorados  y  adelantados  (Véase  aa- 
TiLLRRiA,  primeraépoca).  La  primeravez  quo 
vícrou  en  Italia  los  eleíantes»  cuando  el  desem- 
barco  del  grao  Pirro»  rey  de  Epiro,  los  ro- 
raaoos  huyeron  y  fueron  vencidos;  pero  des- 
pues  d'e  vencer  i  este,  i  los  Caríagineses  y 
asiiticos,  no  solo  sablan'ya  mantener  el  órden 
y  la  ofensa  contra  aquellos  animales  formida- 
bles  cargados  de  torres  y  saeteros,  si  no  que 
los  mismos  romanos  los  usaron  at  freute  dc 
las  masas  con  éxito  muy  afortunado.  Los  carros 
de  Asla  y  demas  ingenios  de  combatir»  eran 
tambien  muy  comunes  en  los  eJércitosromaiMMU 

Sos  ejércitos  se  componian  de  ingenleros^ 
iofantería  y  tiBballeria. 


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AHtE 


SU 


lo8  iDgreniéros  formdban  cuerpo  espccial, 
sl  bién  no  teniau  nombre  distinti^o,  pero  si 
8uá  toycs  especíatcs.  Esco^ause  de  ios  dcma$ 
cuerpos  del  ejército  aquellos  mas  dieslros  y 
robnstos  para  las  máquinas,  y  poniunse  á  su 
cabeza  oflciales  distioguidos  V  esperimenta- 
dos.  De  los  romanos  pasaron'los  ingenios  al 
ifominio  de  los  españolcs  (que  ya  conocian  el 
ariete  y'otros  desdc  los  rénlcios  y  cartagine- 
scs),  &  los  ^nulas  y  demas  paises  sojusgados. 

La  primpra  oríjayilzmMon  del  ejércilo  re 
gtado  de  los  romanos,  det)íó  ser  desde  luego 
en  legione.4,  cuya  denomlnacion  derlvaroii 
del  verbo  romaiio  déenlonccá,  ólalino,  tagere 
¿lejlr  ,  ¡jji  ¡  solo  se  cscoglan  para  las  ar- 
mas  a(]ueltos  ciudadanOl!  mas  aptos  por  su  sa- 
lUd  í^  iiitereses,  Oues  no  tenian  al  princlpio 
snefdoalguno.  U  fégiúií,  pues,  en  sii  oríg:en  fué 
ct  ctíerpo  mas  considerable  de  su  milicia.  La 
leglon  se  coraponhi  de  hiftintería  y  caballería 
eñ  uámLTu  induterfnttíado,  y  ▼arlabte  segun  la 
necesidad.  La  Itíglon  coustaba  de  diez  cohor^ 
tes,  cada  t-oliorte  de  tres  manipttlos,  y  cada 
manfpulo  lenia  dofe  ücnluHaé,  cadá  una  de 
las  Cuules  crjiistaba  por  1o  comun  de  cien 
soldadus,  conio  nuestras  actUales  compañlas. 
Gada  centuria  se  ditidia  {iú  á'iet  decuriaa  de 
á  dici  !::iíi3brJ8.  Cada  decuria  estaba  raan- 
dada  por  un  decutión,  eqoivatente  á  nnes- 
tf&É  actua'és  Cábos  de  escuadra,  cada  centoría 
en  roandada  pór  oti  cenluricn,  équivalente  á 
íine^ros  capitaüeá. 

'  tóda  laatrteríOr  dftision  y  sübdivlsion  del 
eférCfto  romano,  era  absolutamente  indepen* 
Aente  de  la  orgánisaciou  espllcada  de  las  cé- 
tebres  falanges  griegai. 

La  infantería  romana  se  hallaba  dívidida  eb 
VéUiBB,  aUadós,  ptin^et  y  ftiários.  Los 
Delites  equftallan  á  nueslros  actuales  cazado- 
téÁ»  y  eranlos  prímeroa  quese  adelantaban 
ofendiendo  con  hondas  y  pledras,  arcos  y  fle- 
chas  ó  dar^ps.  EscOgianse  entre  la  gente  mas 
pobré  de  lá  república,  y  podian  merecer  con 
sn  fator  y  viríQdes  militahes,  los  grados  del 
e}éreíto,  y  emfüeos  de  la  repúbllca. 

los  aHádús  craü  una  clase  sufierior  á  los 
veUtes,  pues  cnando  estos  se  distinguian  snfi- 
efentemeote  en  las  guerras.  pasabafl  á  la  clase 
deást*Édos,  Loshastadofl  como  los  velites,  pe- 
Mbaft  en  dlípersion,  y  cuando  la  batalla  se 
habia  empeñado,  hulañ  á  retaguardiá  de  las 
cdhortes  en  masa,  para  dar  lugar  á  que  estas 
acometfesen,  pero  formahan  flla  como  los  prín- 
eipes  y  Iríaríps  en  el  órden  regolar  ds  las 
batallas. 

los  pthteipes  formaban  1a  clase  inmedia- 
ttmente  superíor  á  los  oHados,  y  peleaban 
enlioea.  traian  lanzas  y  las  armas  propias 
del  comnate  de  hueste  i  hueste,  y  se  escogian 
'de  los  astados  acreditados  y  veferanos. 

Los  iriarios  seguian  cn  dignidad  á  los  as-^ 
Mos,  peleaban  cn  línea,  y  se  escogian  de  los 
principes. 

Todw  ostM  clases  péftian  de  emolacion 


noble  en  el  ejéreito  romano.  De  Cidi  seeeüKi 
de  aslados,  principes  y  triaríos,  se  formatna 
di'^z  subdivisiones,  qiie  eran  los  wuaúináos,  y 
oa<!a  unode  estosse  subdividei»  eomo  hemog 
dicho.  Los  manipnioa  de  tríaríes,  que  ocBpi- 
ban  la  tercera  flla  en  la  batalla,  lenianlami- 
tad  de  fuerza  qne  los  asUdos  y  príocipes.  U 
fnerzade  ioa  velltes  era  varíable,  segon  Ui 
circunstancias,  pero  cuando  menos  era  igotl 
á  la  de  los  manlpulos  de  astados,  y  de  los 
principcs.  Cuatro  manipolos  reunidos,  uoo  de 
veliles,  ide  dos  centurías  á  00  hombres),  ÍÍO, 
uno  de  «stados  4fO,  uuo  de  príocipes  420,  y 
otro  manipulo  de  tríaríos  60,  compooia  io 
quefe  Ilamaba  una  cohorte,  fueríe  de  429 
hombres,  equivalente  á  nuestros  aetuales  ta- 
tallones.  Esta  era  la  organiaaoion  eqaitileote 
á  la  actual  de  batallones  y  eompañias  copiada 
por  nuestros  miliUres. 

Dicz  cohortes  de  4%0  hombres  compOBian 
una  leífion,  fuerte  de  4,t00  cnando  nieiiQS, 
oquivalentc  á  las  actuales  djvisionés.  Caaodo 
se  uecesitaba,  era  aumentada  la  fuersa  de  loi 
manípulos,  y  por  consignientetle  las  cohortes, 
y  las  legiones  solian  liegar  ¿  tener  8,000  j 
G,000  soldados.  La  infanteria  de  los  espafo- 
lOB  aIiado&  era  á  la    par  de  la  romana  li 
mas  famosa  de  la  tereera  época\  U  caballola 
tenia  sus  decuria^  y  orgaulz&cion  aem^aole 
á  la  de  la  infantería,  y  eqnlvalente  relatitt- 
mente  á  noestra  actual  organizacion  de  regi* 
mientos  y  e^uadrones  llamados  iurmas^  Laca- 
ballería  de  Numidia, que  tolUn  tomar  i  aneldQ 
los  romanos,  era  ia  mas  fareosa  enesUfefcera 
época  militar,  asi  comoen  Uprlmera4o(ta6iaaBi' 
ría,  egipcia  y  persa,  y  en  la  segnnda  U  teBoUa- 
na;  asi  por  el  tigor  é  inteligenciadesoscaba- 
ílos  afticanos,  comoporladestreaaéimpeUdc 
los  numidas.  A  cada  legioo  de  4,900  corres* 
pondian  400  caballos,  y  generalmeQtesem- 
gulaban  400  caballos  por  cada    1,000  iDftetes 
como  ahora. 

La  infdntería  y  caballería  romana  teoian 
cabos  mayores  y  'oabos  menore$  qn«  iMda- 
ban,  como  hoy  tos  gefes  snbalternoa  y  de  tw» 
pa,  ia  seccion  de  las  cohoríes  y  de  Ua  oea- 
turias. 

Ei  generalisimo  del  ejérclto,  era  el  ^ 
tador  de  la  repúbllca,  que  solia  nembrar  otro 
para  la  cabailcría,  reservándose  alempite) 
mando  snperior  de  la  infanterfa;  uti  legade 
mandaba  un  ejército  cuando  opéral>aii  Taríos 
de  la  repAblica  i  la  vez  en  las  proTÍncias;  ma 
ódoslegioneseran  mandadas  porati  eóñmd.  H 
cargo  de  prefeeio  era  eqnftalente  al  de  mies- 
tros  gefés  de  estado  mayor.  Los  (H6iifioi  ftl- 
litares  eran  para  los  cónsules,  lo  qoe  en  el  se* 
nado  los  tríbanos  dei  pnebio.  A  eistos  debUa 
consultar  todas  la  decisiones  de  U  gtierra. 
Los  tribnnos  ademas  entendian  eii  el  gobferao 
interíop  de  Us  coborteB  y  manfpielos:  eadt 
cenÍHrim  mandaba  una  centorfa,  y  teoia  á  su 
órden  dos  eaboe  mayores  pm  Beeondtfr  Mf 
órd^nesen  la  oentnrU.  Gadi  dóoam  6  áacnnMi 


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S8S 


AATB 


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(eqsirtlente  á  toa  ae(D&)c8  mgentos) ,  manda- 
IiaeD  elórden  de  tmtalla  40  hileras  de  á  tres 
(30  lioiDbres).  Un  cábo  menor,  (equiTalen- 
te  á  los  actuales  cabos  de  eacuadra),  cubria 
enelórden  de  batatla  a1  decauo  ó  decnrion. 
II  gefe  que  dlsponia  el  órden  del  campo  se  lla- 
iitaba  metator, 

CadalegiOD  teniauna  bandefHCon  un  ágDiIa 
áotrosignoen  un  asta,  signiAcando  lavictoria, 
yal  Oticial  qne  la  llevaba  llamaban  vemliario 
é  Hgnifero,  de  signum  6  sefial.  Algunos  han 
(fDerido  derim  el  nombre  actual  de  alférez, 
de  lü  frase  antigna  aquilm  fhrens ,  (porlador 
deráguila);  pero  en  el  dla  se  ha  hallado  por 
elimologia  mas  exat^ta  de  aquella  palabra ,  la 
Toz  bebrea  ol-faraz. 

bwcOnsQtes  tenlan  so  escolta  particular, 
áqoellamaban  guardia  consular,  compucsfa 
de  tropas  escogidas  y  á  ellos  adictas. 

La  maqQiDariB  cqnÍTaliente  á  nuestra  ac- 
laal  artilleiin,  era  servida  por  seccíones  espe- 
ciaies,  coya  ofganizacion  no  se  conoceá  punto 
flo;  pero  se  Babe  era  escogida  de  los  cen»u- 
riones,  y  mandada  por  oflciales  veteranos  é 
ioteligeotes. 

l\  aliatamiento  entre  los  romanos  se  hacía 
del  modo  aiguieole.  La  república  estaba  divi* 
dida  en  tres  grandes  gerárqulas,  senido,  ór- 
«« teuestre  yplebe,  de  las  cnales  solo  daban 
tropas  laa  dos  últtmas.  El  órden  ecuestre,  com- 
poesto  dc  los  ciudadanos  mas  csclarecidos, 
íicos  y  robostos,  era  el  que  por  lo  general  da- 
^  la  geote  para  la  caballería.  La  plebe  servia 
«n  la  iofanlerla  por  lo  comun,  y  de  esta  los 
meDos  acomodados  ó  mas  viciosos ,  destiná- 
Iimse  á  las  escuadras  maritimas;  pues  la  guar- 
nitíoB  de  las  galeras  al  principio,  no  se  consi- 
deraba  mas  que  como  lo  inflmo  de  la  milicia 
eiHre  los  romanos. 

La  edad  Inferlor  para  el  senricio ,  era  la  de 
íWea  y  siete  arños  cumplidos,  y  la  duracion  de 
esfe,  era  de  diez  años  en  la  caballerla  ,  y  de 
'eiBteen  laiofanteiía,  coya  épbca  concluida, 
Io«  emeriios,  que  asi  se  llamaban  los  qne  ha- 
tón  cnmplido  su  empeño ,  marchaban  á  aus 
wgares.  El  servicio  militar  no  era  de  obliga- 
^o  constante,  pnes  los  allstados  seguiau  en 
Ms  casas ,  y  debian  pr^senlarse  en  caso  de 
I*«>nami«Tito  por  los  pesquisidores,  que  en  ta- 
tes  casoe  rccorrian  los  carapos  para  correr 
arífo. 

Cada  año  sollan  formarsc  en  Koma  cua- 
^  legiones  de  tropas  de  á  4,100  hombres,  y 
'100  eaballos.  Cada  legion  teni^  seis  tribunos, 
por  io  qne  bajo  ia  dependencia  de  los  dos  cón- 
sules  de  la  repOblica,  exlstian  generalmentc 
^einte  y  cuatro  tribnnos,  aunque  e<le  número 
M  tan  variable  segun  las  urgencias,  como 
elde  Ía6  legiones  que  se  alistaban.  Cuando  ha- 
Wa  de  bacerse  el  alislamiento,  los  treiuta  y 
dneo^pregoneros  de  las  trctnfa  y  cinco  tribus 
eo  que  estaba  Roma  dividida,  anundaban  á  laS 
trtbua  respectivas,  el  dia  y  hora  de  la  reunion 
ptra  él  aiiAtamiento,  asi  como  el  lugaf  de  ht 


eleccion,  que  solia  fier  ei  Capitolio,  donde  es- 
faba  el  templo  de  Júpiter,  y  alguna  vezel  cam- 
po  Marcio  6  de  Marte. 

En  el  dia  y  horu  citada  acudian  los  cónsu- 
les,  ocupando  en  el  punto  de  esta  sus  sillas 
curules ,  y  aparte  de  estos  sentábanse  los  tri- 
bunos  por  órden  de  legiones  y  categorías. 
Reunida  ya  toda  la  jnventud  apta  para  las  ar- 
mas,  sorteábase  pot  los  tribunos  la  tribn  que 
primero  habia  de  dar  conüngente,  y  aquella 
á  quien  dicha  snertecabia,  entraba  en  el  tem- 
p!n,  donde  el  alistamiento  se  hacia  Lostribu- 
nos  de  esta  tribu  ,  que  teniun  los  padrones  ó 
tablas  en  donde  constaban  todos  los  Indivi- 
duos  de  aquellos  con  lo  que  poseian,  IlamDbaO 
por  su  nombre  á  cuatro  dc  los  ciudadanos ,  y 
de  estos  elegian  uno  primero  los  tribunos  de 
la  prlmera  leginn,  desi^ues  otro  los  de  la  se- 
gnnda,  otroluego  los  de  la  tercera,  y  por  ál- 
timo,  elegian  los  tribnnos  de  la  coarta  lcgion 
ei  que  quedaba.  Sacaban  loa  mismos  Iribunos 
otros  cuatro  segnidamente  de  la  misma  tribu, 
y  en  esla  segunda  cuaterna  euipezaba  á  elegir 
prlraero  ia  legíon segnnda,  despues  la lercera  y 
cuarla,  y  porúUimo,  la  primera  legionque  enla 
anterior  cualerna  habia  escogido  antes  qne  las 
otras.  Los  tribunos  de  la  mlsma  legion  conti- 
nuaban  por  este  órden  de  eleecion  hasta  com- 
pfótar  el  contingcnte  respectivo  de  su  tribu, 
60  cuyo  caso  esia  se  retiraba  ya.  Luego  sor- 
teábaseolratribu,  la  queentraba  en  eltemplo, 
y  eraquintadaigualmente,  y  asi  delas  deraas, 
hasta  componer  las  cuatro  ó  mas  legiones, 
qoe  se  alistaban.  Esta  era  la  eleccion  para  la 
iofanteria  de  las  legiones. 

La  caballeria  (equües)  se  escogia  de  la  in- 
fanterla,  entresacando  de  toda  lalnfanteria  ya 
alistada  300  del  órden  equestre  para  cada  le- 
gioo,  los  cuales,  asi  como  sus  bnenaa  hacien- 
das,  constaban  en  las  lablas  de  los  censores. 
Asi  se  organwaba  la  admirable  caballeria  ro- 
mana,  de  donde  salieron  taotos  brillantes  ge- 
nerales.  Luego  fueron  muy  raros  eslos  caba- 
lleros  romanos,  pnes  cl  órden  equestre  no  po- 
dia  dar  gente  ¿  tanta  legion  como  habia  que 
levantar. 

Los  alistados  hacian  ires  juramcntosentrca 
distlntasépocas:  l.*  el  de  la  obediencia,  que 
se  hacia  en  el  mismo  dia  de  la  eleccion  y  en 
el  roismo  leroplo.  Kn  este  dia  juraban  rennir- ' 
se,  separarse  y  hacercuantoel  cónsnl  lesman- 
dase  y  no  faltar  á  la  república  hasta  la  muer- 
te.  2  •  EI  dia  en  que  á  cada  uno  se  le  designa- 
ba  su  cenUiria  y  decuria,  Juraba  no  abandonar 
su  lugar  sino  para  herir  al  enemigo,  y  3.**  el 
primtr  dia  en  que  campaban,  juraban  no  co- 
raeter  hurto  eu  el  ejércilo  ni  en  diez  mil  pasos 
al  contorno,  ni  á  cósa  alguna  tocarcuyo  valor 
escediese  al  de  un  sestcrcio. 

Cuando  Roma  llegó  á  estender  mucho  sus 
conquista*,  crecio  la  dillcultad  de  componer 
las  cohortes  de  solo  ciudadano»  romanos  comó 
en  un  principio,  y  asi  dividieron  su  ejércilo  en 
mmúiaiíifbana,  qae  era  la  de  los  cindadanos 


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ARTE 


KM 


{urbs-eiudad)  yentntiteía  legianariaf  qae 

era  la  de  las  provincias  dominadas.  Los  esda- 
vos  focron  tambien  alistados  en  épocas  de  apu- 
ro,  como  para  )a  batalla  de  Gannas  contra  Ani- 
bal/en  tiempo  dc  Marío,  etc.  El  ejército  roma- 
DO  elegido  anualmente  al  principto,  llegó  áser 
permauente,  porque  los  pretores  y  cónsules 
({uerían  siempre  disponer  de  sus  tropas  en  prd 
de  su  atfvbicioo.  • 

Escipioo  at  ir  coutra  Numancia  creó  para 
su  guardia,  una  cohorte  compuesta  de  500  de 
sus  roas  aliegados,  y  doaqul  tomaroQ  despues 
su  origeu  las  célebres  cohortes  pretorias,  An* 
gusto  tuvo  40,000  pfetoriafws,  y  parael  res- 
guardo  de  Roma  nombró  6,000  que  dividieron 
en  cuatro  coliortes  dc  1,500  y  ilamó  fm¿icúi 
urbana,  Dcsde  ios  tiempos  dc  Tiberio  existia  la 
cab^Uleria  pretoriana  ,  que  aumeotó  tambien 
Augusto.  La  cabíUieria  singnlar  exiatió  tam- 
bien  desde  Tiberio,  y  su  instituto  principalera 
goardar  la  ciudad.  Desde  Vitelio  quedó  el  ejér- 
cito  romano  dividido  en  milicia  urbana  y  mi' 
licia  pretoria. 

Desde  el  tiempo  de  Mario  se  abolieron  los 
manipuloSf  y  las  cohortes  se  diTidieron  soio 
en  centurias.  \ 

La  caballeria  Ilegó  á  dividirse  en  los  ejér- 
cilos  romanos,  en  pretorianat  singular ,  ata- 
riadelas  cohortes  y  auociliar  (de  las  nacio- 
nes  ostrangeras.) 

IhmÁbanse  vea)ilacione$  las  legiones  com- 
puestas  desolo  cabalieria,  y  ieyiones  las  ya 
esplicadas.  Los  romanos  tuvieron  tambien  spíh 
iarios,  íguales  á  los  que  diremos  en  la  siguien- 
tc  época. 

Cada  cónsul  roandaba  dos  legiones ;  aon- 
que  alguna  vez  maodaron  mayor  número  de 
ellas,  ^eguo  la  nccesidad.  Los  cónsules  nom- 
braban  los  gefes ,  centuriooes  y  oflciales.  Los 
centurioncs  uombraban  los  decoriones  en  sus 
respectívas  centurias,  y  proponiao  para  el  as- 
ceoso  de  velites  á  astados  ó  de  estos  á  prin- 
cipes,  etc. 

Un  capitao  geoeral  (imperator),  nombrado 
por  los  cónsulcs,  mandaba  cada  ejército  indo- 
pendiento  y  llevaba  por  distintivo  de  su  auto-* 
ridad  el  paludamento  y  clámide  militar  (que 
era  un  manto  purpúreo),  .isi  como  el  caballo 
encubertado  de  oro  y  grana. 

Cada  ala  estaba  mandada  por  un  prefecto, 
y  á  la  tropa  de  dichas  alas  se  Ilamaba  iropa 
alar  6  aíarios.  I^os  tribunos  qaandaban  toda 
nna  legion;  pero  despues  estuvieron  indistin- 
tamente  distribuidos  en  las  cohortes. 

Los  legados  se  dividian  en  pretorios,  que 
solo  mandaban  una  k'giou,  y  en  consuíares, 
qoe  mandabau  todo  el  ejército. 

Existian  en  tiempo  de  los  romaoos  duques 
iduque  de  las  Galias,  duque  de  la  Mesia) ,  los 
cualcs  mandaban  en  los  paises  y  proviocias 
de  frontera  y  derivaroo  su  títulp  de  la  paltbra 
dux,  con  quc  los  romanos  designaban  al  gefe 
dc  nn  ejérpito  ó  tropa  cualquiera. 

Los  condes  [comes''0ompañero)  fueron  en 


un  prlncipk)  nna  eftpecie  de  amigos  famiUires 
de  los  generales,  áquienes  acompaáabany 
aconseJalMn  en  sus  campañas :  eo  tiempo  de 
los  empertdores  romanos  pasaron  á  ser  em- 
pleos  militares,  eqoivaliendo  su  servicio  &I  ac- , 
tual  de  los  buenos  ayudantes  de  los  generaies 
entendidos.  Mandaban  las  provincias  lcondes 
de  las  provinoias ,  condes  de  ia  muicia)  y 
despues  que  Gonstantino  los  dividió  en  tres  ca- 
tegorias,  las  tropas  de  su  maodo  se  dividieron 
tambien  enpokUtru»,  comiialemes  y  pseudo* 
comifa¿^nsf9,subdivididosenHparteiiiefptn 
guardar  las  riberos  de  los  rios  ,  en  coilrtca- 
rios  para  los  campamentos,  etc 

Los  maeslros  de  la  milicia  eran  uua  espe- 
cie  de  legados. 

Maesiros  de  oampo  ó  prefeetos  de  los  rea- 
les  erao  los  que  corrian  cou  el  modo  y  forma 
de  campos,  viveres,  fprrages,  etc. 

El  prtmoce^  ó  pnncipe  seguia  ai  in6iMo 
en  categoria. 

£1  sehador  müiiar  seguhi  arpnmoeexto. 

£1  duoeruirio  que  mandaba  doscientos,  y  el 
eenturtofi,  segoia  al  senador. 

£1  ótarc^  cuidaba  do  los  viveres  y  sueldos. 

Ei  ctrcttor,  era  el  que  btcia  et  servicio  de 
rondas  ó  rondines. 

El  tyron,  era  el  ftoldado  bisoño. 

£1  ejercicio  de  las  armas  se  bacia  casi  to- 
dos  los  dias  en  el  campo  de  Marte ,  iDmedialo 
á  la  ciudad,  lo  mismo  en  tiempo  de  paaqueen 
el  de  guerra.  Los  soldados  estaban  obligados 
á  tener  siempre  sus  armas  en  bnen  estado  de 
servicio.  En  los  sitios  y  en  vtriaa  ocasiones  se 
obligaba  á  estos  á  hacer  circunvalaciones,  ca- 
var  fosos,  etc,  y  durante  la  paz  se  utiliaabaB 
sus  brdzos  haciéndoles  construir  caroinos,  edi- 
flcios  y  hasta  ciudades  enteras.  En  las  ma^ 
chas  Uevaban  los  soldados  viveres  para  quince 
dias,y  mas,  sus  armas  y  sus  diversoa  útiles, 
tales  como  una  hacha,  un  martillo,  etc.;  poes 
los  que  se  escogian  de  las  centuriaB  para  aer- 
vir  como  ingeoieros,  corrian  soiameote  oon  la 
composicion  y  Juego  de  las  miqoioa^  y  aon 
con  su  construccion,  cuando  ocurria.  Llevaban 
tambien  los  soldados  romanos  ona  hos  para  ir 
al  forrage,  una  cadena  y  nna  marmita,  ooa 
otras  varías  herramientas ,  cuyo  peso  y  el  de 
BU8  armas,  no  les  impedia  haeer  largas  joroa- 
das.  Cuando  las  tropas  levantaban  aus  tiendas 
del  campamento,  marchaban  en  órden  al  com- 
pás  de  las  trompetas.  Al  primer  toqoe  todos  ios 
soldados  abatian  sus  tiendas,  y  baclan  sa  halo 
ó  zurron.  Al  segundo  toque  cargaban  eatos  en 
los  bagages,  y  %\  tercer  toque  se  veian  desfilar 
las  primeras  fltas ,  despues  los  aliados  del  ala 
derecba  con  sus  bagages,  luego  la  primera  f 
segunda  legion;  los  aliados  dei  ala  isquiefda 
despues,  de  suerteque  el  órden  de  lá  mardia 
era  la  misma  que  el  que  tenian  en  ei  eampa- 
mento.  La  caballeria  marchaba  unas  Tecesooa 
las  alas,  y  otras  en  la  retagnardia.  * 

EI  órden  general  que  observaba  en  las  ba- 
tallaa  el  ejército  rom^o  ora  el  ^igtüeote;  ol 


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ARTE 


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total  del  e]ército  se  dividia  en  caairo  grandes 
partes,  tres  de  ellas  para  e1  combate  en  línea 
yuna  para  pelear  en  órden  abierto,  cuyo  servi- 
do  descmpcñaban  especialmente  los  velites 
eon  sus  hondas  y  flechas.  Las  trcs  partes  prin* 
cipales  de  coroliate  compooian  el  cuerpo  del 
eentro,  y  dos  cuerpos  para  las  alas  ó  cuernon, 
colocadas  á  la  misma  altora  quetl  c«ntro  para 
sostener  sus  ílancos.  En  cada  cucrpo  se  forma* 
ban  tres  fllas.  Componiau  la  primera  los  maoí- 
pulos  de  asiados,  con  ia  distancia  de  tres  pa- 
808  cada  uno  de  su  inmediato.  Gomponian  la 
segonda  flla  los  principeSf  colocados  unos  de 
.otros  á  igual  distancia,  y  cobriendo  los  claros 
de  la  primera  fila.  La  tercera  flla  se  formaba 
por  los  tmrtos  á  igual  distancia  unos  de  otros 
en  frente  de  los  claros  que  dejaban  los  princi- 
pes  en  la  scgunda  flla,  y  cubrieudo  á  los  as- 
tadoí. 

Este  era  ei  órdcn  en  cada  uno  de  los  tres 
grandes  cuerpos  de  batalla,  en  el  ceutro  y  en 
cada  cuemo  ó  ala.  Los  vélites  formaban  ai  fren- 
te  en  dispersion,  provocaban  el  combate,  y 
cuaodolas  masasavansaban,  corrrian  á  guare- 
cerse  á  retaguardia  dei  centro  y  alas,  rellrán- 
dose  por  los  iDtérvaios  enlre  el  ceutro  y  alas, 
cnyos  inlérvalos  cubrian  tambien  en  caso  ne- 
cesario  para  impedir  la  separacion  de  dictias 
partes. 

La  cabal'eria  cubria  las  alas  colocadl  á  rc- 
taguardia  para  protegerlas  y  cargar  por  los 
intérvalos  de  ^llasy  el  centro,  asrcomo  los  vé- 
lites  á  los  que  intentasen  separardichas  partes. 
Los  elefantes,  cuando  los  habia,  se  colocabaa 
al  frente  en  toda  la  eslension  de  la  linea  de 
balalla.  I/)s  ingenios  sesltuaban  ¿  retagnardia 
*  del  centro  para  no  caer  en  manos  del  cnemigo, 
y  delrás  de.i  ceutro  el  generalisimo,  legado  ó 
cÓQsol  (segun  el  ejército)  con  su  guardia  parti- 
cuiar  y  escogida  qne  le  seguia  en  la  batalla. 
Kate  órden  de  batalla,  si  bien  igoal  al  de  los 
gríegos  eu  nucstra  segunda  época,  por  la  dis- 
tríbucion  cn  centro  y  alas,  era  distinto  entera- 
mente  y  oHginal  de  los  romanos;  puesaquellos 
liician  depender  ei  éxito  del  combafb,  mas  que 
en  la  destreza  de  los  falangitas  en  el  empuje 
bnisco  de  sus  cerradas  falanges,  mientras  que 
los  soldadosromanos,  tomando  la  distancia  de 
tres  pasos  de  hombre  á  hombre  para  manejar 
las  armas,  hacian  depender  el  éxito,  mas  que 
del  ehoque  de  las  iKasas,  de  la  destrcza  indivi- 
dual  y  apoyo  reciprbco  del  soldado. 

Ordenada  como  queda  dicho  la  batalla,  los 
romanos  resistiau  con  áulmo  sereno  el  empuje 
del  enemigo,  hostigado  por  lostiros  y  provoca- 
ciooes  de  los  vélites,  que  se  habian  ya  gua- 
recido  á  retaguardla.  La  prímera  flla  de  los 
astados  recibia  ei  choque  coa  ias  pontas  de 
SU8  lanzas.  Si  esta  flla  era  rota,  corria  ¿  reor- 
gaoisarse  á  retagoardia  de  los  tríarios  en  su 
príoiitiva  fdrmacion,  y  la  flla  de  los  príncipes 
reslstia  el  ehoqne:  si  esta  era  tambien  derrota- 
é%,  los  bien  acreditados  tríaríos  sostenian  al 
eaemlgo,  y  loa  principes  en  tanto  seformaban 


á  retagoardia  de  bs  astados  ya  preparados 
al  combate.  Este  era  el  órden  de  combate. 
Cuando  el  enemigo  intentaba  separar  el  centro 
deunalajacaballería  qoecubriaá  esta,  car- 
gaba  sobre  aquel  con  ímpciu,  hasta  rechazar- 
le.  Csaban  los  vélitos  puñal,  hondu,  con  la 
cual  tiraban  piedras,  y  hasta  bolas  de  plomó  y 
hierro,  arco  y  aljaba  con  siete  flechas,  rodela 
corta  y  casco.  La  demas  infantcria  usaba  lá 
lanza,  pilo,  que  cra  una  especíe  de  dardo  in- 
ventado.  por  los  mismos  romanos,  y  la  espada 
Ilamada  española  por  ser  invento  de  los  espa- 
ñoles.  Solian  Ilevar  envenenada  la  puota  de  la 
espadu  para  hacer  mortales  las  hcrídas.  Lleva- 
ban  pendíeote  del  cinto  la  espada  por  medio  de 
una  correa.  Estas  eran  las  arroas  ofensivas.  Las 
armas  defen&ivas  eran  el  casco,  semejante  al 
de  ouestra  actual  caballería,  el  cual  cubrian  de 
cuero  para  que  resbalasen  los  dardos  del  ene* 
migo.  EI  pectoral  era  una  planchade  metal  de 
un  pie  en  cuadro,  que  por  medio  de  correas  se 
sujetaba  al  pecho.  La  ocreaera  uua  especiede 
botin  forrado  de  hierro  que  cúbria  la  picrna  de- 
recha  hasta  la  rodilla,  para  defenderla  cuando 
se  adelantase  para  herír  al  enemigo. ' 

La  cabalieria  ilevaba  casco,  coraza  y  escu- 
do,  como  armas  defeusivas,  y  como  ofensivas 
la  espada  larga»  lanza  grícga  de  dos  moh^rras 
para  tener  siempre  una  punta,  auoque  el  asta 
se  roropiese;  y  la  aljaba  concuatro  dardos. 

Solianllevarelefantes  quesacaban  del  Afri- 
ca  y  del  Asia  en  sus  guerras  con  aquellos  poe- 
blos,  asicomo  los  carrosfalcados. 

La  maquinaria  (que  lomaron  casi  toda  del 
Asia)  era  numerosa,  y  despues  de  perfeccio- 
narla  y  aumentaria,  fué  tomadapor  los  pueblos 
que  dominaban.  {Véase  ARTaLERU,  primera 
épooa.)  El  personai  de  ella  era  mucho  menos 
numeroso  que  el  de  la  actualartillería.  Usaban 
comoingenio  de  sitio  y  de  campamento,  las 
minas  (cuniculi)  y  contraminas.  Hacian  ias 
primeras  cavando  hasta  debajo  de  los  muros 
ó  campamentosenemigos.las  llenaban  deazú- 
fre  y  otros  combustibles,  y  la  esplosion  dc  es- 
tas  hacia  el  estrago.  Para  hacer  las  segun- 
das  cavaban  por  muchas  paríes  hácia  donde 
creian  que  minaba  cl  enemigo,  coigaban  dentro 
de  sus  escavdciones  vasosde  metal,  losque  re- 
sonando  á  los  golpes  cuaudo  elencmigo  mina- 
ba  de  cerca»  deifcubriau  sus  minadores.  Tam- 
bien  usaron  las  trincheras  contra  el  cnemigo 
y  las  plazas,  las  cuales  hacian  sobreponiendo 
cestos  llenos  de  tlerra  por  el  estilo  de  nues- 
tros  actuales  eestones  y  gabiones,  Un  prefec* 
tq  era  el  encargado  de  la  aríillería,  como 
oflcial  cientiflco,  y  con  él  iban  siempre  cierto 
número  de  centurionesy  tribuuos,  que  equiva- 
len  á  los  actuales  ayudantes  y  oQciales  de  es- 
tado  mayor.  Este  era  el  ejército  que  mandado 

Ííov  Paulo  Emilio.  rompió  y  destrozó  la  famosa 
aiange  macedonia. 

EI  ejército  romano  al  príncipio,  como  he- 
mos  dicho,  80  elegla  eutre  los  ciodadanos  que 
podiun  YiYirsin  trabijar,  de  lo  cual  so  deríyó 


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ARTE 


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el  nombre  de  legim  del  verbo  tegere,  elegir; 
el  ejército,  pues,  en  su  principio  notenia  suel- 
do  alguno  desde  que  Eoma  era  república  y  se 
habiau  esterminado  los  reyes.  Al  fln  del  go- 
bicrno  de  CiDCinato,  sobre  uua  rivalidad  de  los 
ardeates  y  aricios,  pueblos  vecinos  á  quienes 
servian  los  romanos  de  mediadores,  el  ejército 
se  insiibordinó  por  primera  vez  matando  á  su 
general.  Desde  entonces  se  introdujo  la  paga 
en  la  infantena  para  tener  un  derecho  ú  que 
el  ejército  no  viniese  á  Roma  á  mover  alboro- 
tos,  teniendo  con  qu6  sostcnerse  en  el  invier- 
uo  fuera  de  las  ciudades.  La  caballerla,  com* 
puesta  de  ricos  patricios,  continuó  sin  sueldo. 
Los  soldados  al  entrar  en  cl  servicio,  juraban 
ante  sus  estandartcs  no  abandonar  las  fllas 
hasta  que  el  dictador  los  liccnciase  dcspucs 
dela  gnerra.  El  general  del  cjército  era  el 
dictador  de  la  república»  el  cual  nombraba 
los  principales  para  el  ejórcito,  iiicluso  el  car- 
go  dc  gsneral  de  la  caballeria  cuando  no  lo  to- 
maba  tambien  para  si.  Podia  el  dictador  dccla- 
rar  la  guerra  y  hacerla  pa«.  Fara  ser  dictador 
se  necesitaba  haber  sido  cónsul,  y  el  pueblo 
1e  elegia. 

El  que  llevab'a  el  águila  [signifero)  nunca 
debia  abandonarla,  como  la  senal  (signum) 
que  guiaba  á  la  victoria  á  los  soldados,  los 
cuales  morian  antes  de  perderla.  Mas  de  una 
vez  sc  distinguió  una  legion  defendieodo  su 
bandera,  y  por  no  adjudicar  á  todos  la  corona 
mural  (que  se  daba  á  los  que  primero  subian 
á  un  muTO  asaltado,  y  por  otras  acciones  dis- 
tinguidísimas)  se  ciño  á  la  bandera,  de  lo  cual 
se  dcrivan  nuestras  acLpalcs  corbatas  de  San 
Fernando.  En  los  primeros  auos  de  Roma  se 
estableció  que  los  romanos  en  trance  de  guer 
rd  se  reuniesen  en  cierlos  puntos,  en  los  quc 
para  que  no  fuosen  equivocados  con  otros, 
se  Icvantaba  un  palo,  que  en  su  estremo  su- 
perior  teuia  un  haz  de  yerbas  signiflcando 
ía  reuniou.  De  aqui  tomaron  orígen  para  los 
romanos  las  águilas  invQnciblcs  que  llevaban 
á  los  combates.  En  los  campamentos  se  hacian 
rondas,  y  estcuso,  lo  mismo  que  el  quién  vi- 
ve,  provienc  hoy  de  ios  campamenlos  romanos. 

En  tanto,  or^anizarou  los  romanos  en  to- 
dos  sus  dominios  una  especie  de  milicia  pro- 
vincial,  la  cualformaron  de  sus  aliados.  Espa- 
fia  fué  uno  de  los  paises  en  que  mas  se  fo- 
mentó  esta  institucioiv  y  entonces  se  perfec- 
cionó  por  primera  vcz  la  organiz  acion,  antes 
defectuosa,  que  teniau  los  ejércitoa  dc  España. 
Los  españoles  siempre  fueron  famosos  para  la 
guerra  y  mucho  mas  para  la  infanteria.  Los 
romanos  los  enconlraron  sin  mas  armas  que 
la  espadacorta,  que  eralainvencion  de  losmis- 
mos  españoles/  algunaquc  otra  armade  mano, 
no  general  eotre  ellos,  y  la  rodela  de  cuero 
larga.  Eran,  principalmente  los  mallorquines, 
muy  diestros  en  el  manejode  la  honda,  y 
tanto  que  con  solo  sus  bondas  rechazaroa  una 
fuerte  espedlciou  de  cartaginesessobre  la  isJa. 
Los  españoles  erau  de  un  valor  y  fldelidad  cs- 


traordínaria;  pero  anfe«  qne  los  romanos  loi 
dominasen  ignoraban  la  táctica  militar.  Ser* 
torio  y  Yiriato,  dos  graodes  capitanes,  apli» 
caron  la  táctica,  principalmente  el  primero, 
entre  los  españoles  y  con  mucho  éxito,  poes 
de  sus  lejanas  facciones  llegó  á  temblar  It  im- 
perial  Roma. 

A  pesar  de  la  concislon  que  not  es  preciso 
usar  en  la  reseña  universal  que  estamos  ba- 
cienuo  del  artc  militar,  nos  parece  curíoso  co* 
piar  algunas  dc  las  fuerzas  cspañolas  que  ser- 
víau  bajo  el  imporio  romauo  en  sus  últimos 
años,  y  es  el  siguieute;  teniendo  en  coeota 
que  al  servicio  de  todo  el  imperio  romaDO 
existiun  de  60,000  á  80,000  españoles. 

En  el  imperio  de  Oriente, 

Victores.—  Auxiliar.  — Cohorle  2.'— ii« 
tarum, 

Prima  itálica.— Legion.— .Ua  2.*— Fi$- 
panorum. 

Cuarla  itálica.— Legion. — Ala  4.* — Bi^pa' 
norum. 

Taharsini. — Legion.— Ala  4  .*— Fioloria- 
rum, 

Rianenses.— Legion. 

En  el  imperio  de  Occidenté, 

Branchati  scnniores.  —  Auxiliar.  —  Tetxia 
Flavía  Salutis. 

Ascaríi  Juniores.— Auxiliar.— E^ií¿9  Brt- 
chiati  seniorcs.  Vexilacion. 

Segucienses.-— Anxiliar. — EquiUa  Sagita- 
rii  Cordiceni  Vexilacion, 

Ursarienses.— LegiOB.  —  ürsarienses  /•- ' 
nioret, 

Prima  Flavhi  Paci.— Legion.— Cohorte  t.* 
Ihspanorum. 

SecundaFIaviaTirtolis.— Legion. — Cohorta 
celtíbera. 

De  los  romanos  recibieron  loi  españoles  ka 
táctica,  lo8  ingenios  y  toda  sn  ciTiUzactoo. 
Distiuguianse  los  espaúoles  en  los  ejércitoi 
romanos  porsu  valor  y  fldelidad. 

Cuanto  llevamoB  dicho  basta  para  fonnar 
uua  clara  idea  del  alislamiento,  orgaDizacioft, 
táctica  y  buen  órden  de  los  ejércilos  romanos. 
EIIos  tenian  por  aiiados  las  mejores  tropis 
del  universo,  su  espíritu  pafHótico  y  8QS  hom- 
bres  eminenfes,  cuya  enámeracíon  es  la  de 
casi  todos  los  genorales;  su  gobiemo,  qne  te- 
nia  equllibrados  los  poderes  del  poeblo  y  los 
patricios,  y  mas  que  todo  su  fortuna,  los  hlio 
¿rbitrios  de  los  destiuos  del  mundo.  Ellos  te- 
nian  la  cabaJJeria  asiria,  persa,  tesaliana  y 
numida,  elJos  Iji  infanteria  española,  sos  in- 
genieros  e^clarecidos,  los  elefaotee  del  Africa 
y  susejércitosdírigidosporunahabilfliiaa  poU- 
tica  que  lo  conqutstaron  todo.  Sumarina,  oon- 

fmesta  en  un  principio  de  Umga$  ^bárrü^, 
uego  de  ias  ¿érotirfuwdei  Adriitioo,  de  Uu  f»- 
lera$  UrirefnesAA  Coriatio,  despoes  de  lai  de 


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M 


ÍXSÉ 


m 


todos  óideiefl,  Uegó  &  tui  grido  di9  espleDdor 
admirable.  La  fortiflcacion  qae  en  la  primeri 
época  empeió  por  «tmpiea  parapitoé  qne  se 
defeDdían  eo  la  esúahaa  con  dardoe  y  coM- 
bostibles,  qne  tiivo  deapues  mataoane»  para' 
ddéoder  mejor  á  tbs  sitiados,  tarra$  deopnes 
fBtu  flanqiiear  loa  frenfea ,  eabot  ó  HTt$Oññ$, 
émnas,  aspiderai  y  tatra$albarrams,  iie- 
g6  Info  loe  nuBBteOB  á  mir  grado  de  pe^foeoion 
«iperior  al  de  kisegiinda  época.  Las  m¿quia«' 
lirribles,  Yoa  arietea,  las  mantaBi  loateatodoe, 
lo8  caervoa,  la  eatapulta,  que  no  aoto  arrQ|abat 
proyectile»,  j^  qoé  haflta  soHa  lanaar  á  la 
plaza  desda  el  campo^  ó  redproeattente,  losi 
eaerpos  de  Ma  prisiAnerisv  hicieroD  dar  ma- 
yor  estenssaQ  al  sMknn^  de  la  fortiaeacioii! 
y  particulanBeote  ár  la  eienóiá  de  loe  ingenios. 
Í48  nitiaa  proporeieolHroii  el  iimnlo  de  poñor 
ki  DomUas  en  euentoe^  ábrianse  largaa  g»- 
leHas  desde  el  eampo  baala  lamtiniUa,  se  oa» 
fiba  el  eimlento  deeslay  OQbrleMÍo  con  maii- 
tasálosmioaderes,  y  se  iban  snpliendo  los 
cimlentos  qoe  se  earabanv  con  puntaies  6  otte»- 
(of.  Preodiasdeii  feego,  hQian  loe  iageoierofl, 
y  loege  qoe  loe  puntaleir  se  qaemaban  k>  su- 
teiente  á:  debiUlapse  para  ao  poder  sosteuer  el 
nuro,  desploDiábaae  esle  y  eon  él  tedos  aus 
éefenseres. 

Isle  taé,  poes,  el  arte  militar  de  noestra 
tercera  época,  al  fln  de  la  cual,  año  299g  del 
dihiTio,  Bcaecidr  la  grande  efemétlde  dei  cris- 
ttanián»,  coyo  sooeso  da  ún  tambien  á  la  pri- 
Oiera  era  müUar,  segno  ia  diviaion  que  deja- 
moa  becüia. 

SiQOHi>A  BnA,  Primera  época.  En  la  épooa 
del  natíimiento  de  Jesocristo  empieaa  nnestra 
tegmda  era  miiitar.  La  repúblioa  romana 
se  haUaba  en  on  grado  emtnente  de  rique- 
aa  y  cultnra.  Las  ciencias  y  las  artes  florecion 
en  hs  aBademias  romanas,  y  la  literatura  grie- 
ga,  traida  i)or  smi  efércUos  Tictorioepa  dei 
Kgipto,  de  la  Persia  y  de  la  India  ¿  Europa, 
foé  á  80  ve»  trasplautada  á  Roma,  en  donde 
se  culUTaba  y  florecia.  Tan  prodigioso  era  el 
aúmero  de  loa  fllósofos  como  el  de  ios  gran- 
des  capitaoes  romanos.  Horacio ,  Virgílio, 
Ciceron  ,  Ovidio  y  Gaton,  Tito  Livio ,.  Tácito, 
sino  riTalisaban  seguian  al  menos  las  glorio- 
sa?  huelias  de  Homero,  Píndía'o,  Aristóteles 
f  PUtoO:  Paulo  ^miUo,  Escipion,  Pompeyo  y 
César  Tencian  á  su  Tez  á  Perseo  con  su  falan- 
ge,  y  á  los  grandes  Anibal,  Mitridates,  Ario- 
Yist  y  Pirro.  Entre  tanto  valor ,  tanto  lojo  y 
soberbia,  bastaba,  empero,  un  simple  y  poco 
costoso  laurel  doblado  ea  forma  de  corona; 
00  homlnre  que  precediera  á  cualquiera  de 
ellos  toeando  una  modesta  flauf a,  para  premiat 
á  un  béroe»  para  qne  aquellas  sienes  gloriosas 
y  aquellos  acerados  á  la  par  qne  fieles  coraao^ 
nes  paipitasen  de  animoso  eotusiasmo.  tCain 
grande  es  nna  nacion  quesabeaostener  entre 
Bos  pneblos  el  aUento  mofal,  hijo  de  la  noblt 
glorial 

PeroenmediodesQsprosperídadeny  sus 

4  It    HltfUüTlflUA  WVMUIIU 


oaoqoisUH,  Romá  no  gouba  oon  traiK|QiUdad 
de  sas  tritnftM»  La  guerra  elvify  que  babie  de^ 
tenide  en  so  infoncia  su  engrandeoii&iealev 
no  ée^  por  eso  de  persegoirla  en  la  época  de 
su  presperidad.  Las  paslooes  de  loa  Imsbres 
aiesipre  aon  las  nUsmas,  siqoiera  se  iiallen 
ana  6  meoes  niodificadaa.  I^  ÍQcbas  pangriGB- 
taa  de  Urn  sabiaos,  de  loa  voUoes  y  Coriolaoea 
se  reprodajeron  en  ia  segonda  époea,  ya  ba- 
Je  lea  Marioa  y  loa  ^laa^  ya  b«4o  los  Cóaares 
y  Pompeyos,  y  entre  los  Ikotos  y  Caaioa.  la 
repüblka  foé  eeoatituida  en  imperio  absoluto 
ba]o  Cétar,  y  perdida  ya  U  fó  y  ei  eapirila  de 
§0  libertad ,  aomadebia^  eaer.  Roaia  no  foé 
grande  sino  desde  la  eatirpacionde  soa  rayea, 
y  desde  la  muerle  de  los  Tarqulnos;  como  re- 
públiea  llegé  al  apogeo  de  su  gloria;  volvió  ¿ 
ser  monarquia,  y  l&carooina  empeaó  ¿  mioar 
los  cifflienloe  de'&o  soberbio  ediflcio.  Alguoos 
emperadores  bueoos  hubo  en  suerte  entre  ma- 
ohos  maloSi  El  grao  Teodosio».  Trajano  y  etros» 
hlcieronflorecer  el  imperio;  Gonstantinoei  Grtto- 
de,  vencieodo  ¿  IfajMooioel  Tirano,  abrasócon 
todo  su  íatperio  la  iey  de  Jesas,  qua  Ic  babia 
predicho,  in  hoc  eigno  vinces,  y  los  sagrados  iá- 
baros  sirvieron  de  doaei  al  magnificetrooo  de 
Dios  en  U  tierra. 

El  imperio  romano,  andando  ertiempo,  se 
diTidió  en  doa  clases,  imperio  de  Oriente,  con 
todos  los  dominios  dei  AsU,  y  Enropa  orienlai, 
el  Asia;  la  Siria,  el  Egipto,  la  lUna,  Feoicia, 
Palestina,  ia  Tracia,  ia  Peraia,  Gbipre,  Rodas, 
la  Iboedonia,  lo  Acaya»  ia  Armenia,  el  Ponto» 
la  Gapadocia>  U  GrccU»  y  el  imperio  de  Occi- 
deote.  A  este  pertenecian  U  Itatia,  U  Sioilia 
y  demas  islas  Uaiianas,  oi  Africa,  U  Bretaña, 
U  Galla  y  U  España.  El  primer  emperador  de 
Occidente  fué  Honorio,  siéodolo  Artadio  dei 
Oriente. 

E.sta  division  fué  para  el  ilustre  iaiperio 
romano  la  señal  de  ^u  ruina.  A  principios  dei 
siglo  y  se  deaparramaron  como  un  torreote  por 
toda  la  Eoropa,  todas  las  naciones  bárbaras  dei 
Norte,  que  muy  numerosas,  sino  tantácticas  su3 
huestes  como  Us  roniaDas,  se  a[}Oderaroa  úe 
los  mejores  paises,  inclusa  Pioaia,  pusieron  en 
contribucioo  ¿  Honorio,  el  empGrador  de  Occi-< 
deote,  exigiendo  Aiarico,  rey  do  los  godo¿, 
para  sl,  entre  otroa  paises ,  una  grau  parte  de 
España;  Us  Andaiucfas  y  ta  Lusitani^  fuüroa 
invadidas  por  los  vAndaLos,  siliogos  y  suevos, 
pneblos  que  habían  veniilo  con  los  godbs. 

Uesde  esta- época  la  Instoria  geoeral  dei 
arte  militar,  queda  particularizada  en  España. 
cuya  historía  cs  laque  mejor  reasiiiue  en  tü- 
dos  los  sigoientcs  siglos,  lagloria  y  el  artcmi- 
litar  del  mundo  que  mas  civiUzado  estaba. 

Con  U  irrupciOQ  de  los  godus  sobrefino  un 
rotroceso  general  eii  las  ciencias  y  en  ias  ar- 
tes.  Gasí  todos  los  ingenios ,  leycs  y  regime- 
nes  miliUres  de  los  romanos  quedarou  oívida-> 
dos,  si  no  de£truido£.  Sin  duda  cooocieron  los 
,godos  esto  mismo,  y  lejos  de  ser  crueles  co- 
me  conquistadores  y  como  bárburos,  se  cou^ 


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m 


mgraron  á  addptar  lo  que  les  pmM  tnejor  de, 
las  leyes  de  los  vencidos,  7  esta  frátemidad! 
qne  establecieron  les  permitió  mezclar  sos  ra- 
sas  con  las  de  los  españoles,  y  etemizarcomo 
lo  bicieron,  sn  domfnacion.  Esta  es  la  praeba 
de  que  el  dominio  de  las  armas  siempre  ha 
acatado  el  dominlo  de  la  inteligencia.  Los  g^o- 
dos,  sin  embargo,  traian  sus  leyes  y  sns  cantos 
y  6u  poesla  era  mas  libre,  de  mas  aspiracion 
que  Ui  de  los  romanos,  modiflcados  por  la  in- 
ílnencia  del  cristianismo. 

Entre  los  godos  todos  nacian  soldados.  Es- 
la  ley  les  pareció  buena,  y  por  eso  al  sonido 
4le  la  ordea  mandaron  que  todos  acudiesen  á 
lasarmasen  cada  territorio,  fnesen  ancianos, 
Jóvenes,  esclavos,  obispos,  ó  cüalquiera  otra 
clase.  Esla  costumbre  se  conserva  eu  Catalu- 
ña  para  llamar  á  somaien.  Despues  organiza- 
ron  el  ejército  á  semejanza  de  los  romanos. 
Las  principales  dignidades  militares  que  crea- 
ron  fueron  los  duques,  eondesY  fnaeslrosde  la 
rMÍima'y  ¿  estos  seguian  en  dignidad  los  gar^ 
4ingos,  tiufados ,  miUenarioe,  quingentarios, 
-eentenarios,  deeanos  y  eabos,  casi  como  en 
los  ejércltos  romanos. 

Los  duques  eran  los  gobernadores  de  las 
Vrovincias,  y  gefes  en  la  guerra  de  sus  con- 
lingentes  respectivos.  Gada  duque  debía  sa- 
l)er  á  punto  fijo  siempre ,  la  gente  de  armas 
•qoe  teoia  su  provincia,  sin  omitir  hombre  al- 
^no,  y  presentarsc  con  su  gente  donde  y 
«uando  el  rey  se  lo  mandase. 

Los  conaes  ejercian  iguales  atribuciones 
qne  los  dnqnes,  pero  esto  solo  en  una  ciudad, 
y  bajo  la  dependencia  de  ellos. 

Los  maestros  de  la  milicia  eran  una  espe- 
€ie  de  prefectos  que  corrian  con  todos  los 
preparativoB  de  la  goerra  cuando  se  bacia 
leva. 

Los  cabos  mayores  dirigian  el  ejórcito  en 
x^mpaña. 

L08  gardingos  eran  los  generales  gefes  de 
i|os  spatharios  (de  spatha,  espada)  ó  catafrac- 
tos ,  especie  de  goardia  real  qne  se  escogia 
«ntre  los  mas  fieles  y  valicntes  de  la  infante- 
TÍa  y  caballeria.  Este  cüerpo  se  derivó  de  los 
armigueros  6  escuderos  de  los  reyes,^  á  qule- 
ocs  estos  acompañaban  siempre  para  vestirles 
las  armas  al  entrar  en  pelea.  A  los  gardlngos 
solian  Ilamar  cofides  de  los  spatharios.  Los 
«patharios  se  Ilamaron  despoes  cohortes  pre^ 
ierias. 

^l  tiufado  ersi  cl  gefe  de  4,000  caballos, 
cl  cnal  era  preferido  al  miUiario,  que  era  el 
gefe  de  í,000  infantes. 

Los  quingentarios  mandaban  pelotones 
<le  500  hombres,  y  los  centenarios  de  400. 

Los  decanoa  mandaban  40  hombres,  como 
los  decurioncs  romanos. 

Cada  centenario  raandaba  diez  decanos  y 
100  hombres,  y  un  número  de  cabos  meno- 
xes  correspondienles. 

Gada  qiiingentario  mandaba  500  hombres 
eon  ciuco  ceDteoarios  y  cincoenta  decanos.  ' 


AR1E  Hi 

Gada  miliario  maodaba  dos  qaÍDgentariM 


etc. 

Guando  estas  gentes  invadieron  el  Medio- 
dia  de  Europa,  venian  vestidos  los  mas  coa  lu 
pieles  de  fleras  qoe  usaban  en  sus  bosques  y 
cordillera»,  y  algunos  señores,  entrc  ellos, 
vestian  las  pieMs  de  bierro  que  pndieronhap 
llar  antes  en  las  batallas.  Despnes  usanm 
los  godos ,  como  armas  defensivas ,  las  eo- 
tas,  coseletes,  petos,  lorígas,  y  ias  demas 
piezas  que  progresivamente  foeron  adop- 
tando  hasta  la  edad  media.  Gomo  anMS 
ofensiva  les  eran  peculiares  la  lanza  y  el  to- 
nablo,  y  despoes  usaron  la  adarga ,  dardo,  ea- 
pada  corta  ó  española,  chnzo,  cimitarra ,  po- 
ñal,  ballestas  y  arcoa  flecberosmoy  Iargos,eI 
escramo  (cuchilio  agudo  y  pequeño  pecuUar 
suyo.)  Cnas  ianzaB  Ilevaban  con  un  garfio  y  dos 
aletas  en  forma  decroz,  en  la  garganta  de  la 
moharra;  llevaban  otras,  que  no  eran  otra  coa 
que  un  palo  agnzado  por  un  estremo,  y  eodoi^ 
cído  al  humo  para  herir,  y  por  el  otro  estremo 
rouy  abuitado,  para  utUizarle  como  maza.  God 
los  garflos  de  la  lanza  eoganobaban  y  arrastn- 
ban  hácia  si  al  enemigo,  ¿  quien  acababan  coa 
la  segur,  que  era  una  pequeña  hacha  de  dos 
cortes.  Estas  annas  las  solia  llevar  la  iufanle- 
ria.  La  lanza ,  el  venablo  ,  la  segur  y  el  ea- 
cramo  declan  los  godos  que  era  invento 
suyo. 

La  caballeria,  que  era  lu  foersa  principal, 
usaba  iguales  armas  por  lo  comun;  pero  la  ea- 
pada  era  larga  y  de  dos  fllos,  en  cuyo  manejo 
eran  losgodos  escelentes  y  diestros.  Muchas  de 
estas  armas ,  que  eran  toscas,  las  mejoraron 
copiando  las  de  los  romanos  y  españoles. 

Todo  godo  nacia  soldado;  pero  sin  permi- 
so  del  rey,  duque  de  la  provincia,  ó  conde  de 
la  ciudad,  no  podla  Uevar  armas  en  tiempo 
de  paz.  Los  diK|ues  y  condes  cuidaban  de  qce 
no  fuese  débil  la  gente  que  se  escogia  para 
la  guerra.  Guando  un  mozo  era  deciarado  ap- 
to  para  la  guerra,  su  paríente  mas  respetabte 
y  cercano  le  ceñia  las  armas,  cnyo  faé  el  ori- 
gen  de  armar  cabatlerós.  {Véase  ARHAa.j  El 
trage  del  soldado  no  era  uniformc,  cada  nno 
concnrria  como  mcjor  podia;  pero  no  saiiai 
Jamás  dejas  armas  dichas,  poes  no  conocian 
otras. 

La  caballeria  se  componla  de  ios  mas 
ilustres  por  su  valor  y  nacimiento  y  cra  la  fuer- 
za  mas  numerosa  y  príncipai  de  los  godoe. 

La  infanteria  era  en  menoa  número;  pero 
ambas  armas  componian  siempre  ejércitos  may 
numerosos.  No  tenian  táctica  marcada,  oi  moii* 
mientos  prcvistos,  peleaban  derramándose  ooo 
furioso  valor  por  todas  partes;  pero  posterior- 
mente  fueron  tomaudo  el  centroy  alas  dei 
órden  de  batalla  de  los  romanos. 

Cuando  los  godos  hicieron  su  invasion  no 
conocian  los  ingenios  de  batir  y  oombatir;  pe- 
ro  luego  loB  fueron  tomando  de  los  romanos, 
y  el  primero  fué  la  catapulta,  la  coal  modifl- 
caron.  Se  lcs  atríboye  la  ínvencionde  los  ag* 


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965 


ARTE 


56fr 


]9rt$  ó  torres  de  madera  rodftdflt  ndbre  poli- 
nes,  taotoó  mas  aitas  que  k»  muros  aitlados, 
pira  po4er  \os  peooea  pelear  euerpo  á  ciier- 
pocoD  los  de  Ua  murallas.  £d  los  sltíos  usa^ 
|«n  loda  especie  de  oombostiblea  y  artifloios 
qoe  fueroQ  aprendiendo;  pero  no  la  mina  de 
Io8  romaooB.  Apeoas  usaban  ingenios  en  las 
IwlallBs.  GampalMm  atrittotierándose,  6  por  k> 
oeioscaTaodonn  foso  en  tornoalcampamen- 
to  como  los  romanos,  y  con  centioelas  que 
TigütbaD.  Era  punto  de  bonor  salir  cada  sol- 
dado,  cuaodo  babia  leva,  armado  de  todas  ar* 
mas,  y  bien  montados,  hácia  el  punto  de  reu- 
DJOD.  Gada  mesnadero  (les  damos  este  nom- 
breqoe  despoes  tuvieront  porquesus  funciones 
9e  ^e  gue  eran  iguales  á  las  de  aqueüos)  acu- 
diacon  au  contingente  al  parage  qoe  el  rey, 
ddaqae  de  la  provincia  ó  conde  de  su  distri- 
to  le  babla  marcado;  el  rey  era  ei  generaiisimo 
del  ejército  godo. 

La  táctica  que  seguian  en  las  batalias  no 
era  en  un  prtocipiomas  que  un  torbellino  sin 
órden  ni  concierto,  en  qoe  la  caballería  acu- 
chillaba,  elínfaote  beria,  y  todos  sin  organisa- 
ciOD  Qi  mas  elemento  de  yictoria  que  su  valor. 
ÁlaTistar  aleQemigo,  el  rey,  que  iba  delante, 
tocaba  nna  t>ociDa,  coyo  sonido  repetian  con 
oto  bociBas  á  sus  gentes  los  coudes,  duques 
ydemasgefes  álaves.  Uevaban,  segunse  cree, 
porbandera  una  cabexa  de  caballo  enastada  en 
on  palo,  y  vueltahácia  elenemigo.  Despues  to- 
dos  acometian,  se  mezclaban  con  el  eDemigOi  y 
aqoei  era  el  vencido,  que  veia  al  cabo  de 
fiiQchas  horas  de  pelea,  meuos  hermaoos  de 
armas  en  el  campo.  Se  di6£:  que  autes  de  ata- 
ear  se  colocal»  delante  cl  rey  con  su  guardia 
de  fipatharios,  despues  toda  la  caballeria,  que 
era  el  elemento  principal  entre  ellos,  y  despues 
de  aquella  la  infaDteria;  pero  en  el  modo  de 
aeoroeler  y  pelear  primiiivode  los  godos,  cod- 
vieDeD  todos.  Asi  como  los  iogenios  y  muchas 
eostumbres,  los  godos  toroaron  despues  la  di"*- 
TisiOD  en  centro  y  alas  bajo  idénticas  bases  y 
táctica  de  combateque  los  españoles,  imitado- 
res  de  los  romanos.  £sta  primera  época  es  la 
mas  pobre  de  iuventos  y  de  adelantos  para  el 
arte  militar.  Gon  la  irrupcion  de  estas  tribus 
bárbaras  sofrieron  las  cienGias,  las  artes  y 
hasta  las  costumbres  un  relraso  diimasiaüo 
grande.  Estos  pueblos  reconocieronla  superio- 
lidad  de  los  vencidos,  y  losestodiaron.  Por  cso 
el  arte  railitar  volvió  aun  antes  de  la  venida' 
de  ios  árabes  á  recobrar  su  pasada  altura. 

Lamarína  de  los  godos  (que  no  la  coDOciün 
al  venir  al  Mediodia)  fué  tomada  de  la  de  los 
romanos.  Al  cabo  de  mas  de  un  siglo  de  do- 
mÍDacioD,  aparece  elrey  belicoso  Walia,  man- 
daodo  una  espedicíon  uaval  coutra  el  Africa,  y 
despues  Wamba  derrotaiylo  cn  672  nna  ar- 
mada  de  4  70  velas  sarracenas.  La  marina  godu, 
empero  nnoca  fué  formidable.  La  fortiflcacioo 
oada  adefantó, 


cuando  se  desplomaroo  sobre  el  Mediodla.  R 
vcneno  que  desde  JuHo  César  corroia  los  vastos 
ciffllentos  del  imperio  romano,  las  intrigas  des- 
pues  de  los  dos  tutores  de  Arcadio  y  Honorio^ 
f ueroo  parte  sobrada  para  que  unos  hombrcs 
que  sé  lansaban  al  combate  como  una  nubc, 
en  copia  innumerable,  dando  terribles  alari* 
dos,  sin  táctica  ni  ob|eto  fijo,  derrocaran  aquel 
imperio  ya  vacilante  desde  queloscorazones  de 
los  verdaderos  tríbunos  y  patricios  habian  do- 
jado  de  palpitar. 

Los  godos  despoes  tomai-on  de  los  lomar 
nos  las  banderilb,  y  con  estas  sustituyerou  á  h> 
cabeza  de  caballo,  que  segon  ee  ha  cscríto» 
llevaban  eoastada  en  un  palo.  Comoésta,  modi* 
ficaron  mucbas  costumbres,  aprendierou  otras, 
y  ya  hácia  la  roitad  de  la  dinastia  de  sus  reyes 
entre  Ataulfo  y  Rodrigo,  el  pucblo  godo  era. 
unpueblo  hispano-godo,  sus  costumbres  y  leyes 
erao  buenas  y  sabiaSy  las  artes  empezaban  á 
apreciarse.  Rodrigo,  al  fin,  atacado  por  loa 
mores  invasores,  no  pudo,  aunque  peleó  por 
seia  dias,  contener  1a  mina  de  su  palria;  lo« 
árabes  se  apoderaron  de  ella,  y  para  el  arU 
miHlaT  tuvo  princípio  la  segunda  época  en  1a 
segunda  era  de  la  bistoria. 

Segunda  época.  En  el  año  7 14  los  hijos  de 
los  numidas,  de  los  árabes,  de  los  gétulos  y  má- 
sUos,  invadieron  á  su  vez  el  territorío  de  fis-* 
pa¿a,  abandonando  sus.  ardientes  climas»  asi 
como  siglos  antes  habian  abandonado  los  ra- 
yos  del  Nortesus  heladosyermos.  Ya  distinta^ 
veces  habian  intentado  los  hyos  del  Profeta 
apoderarse  de  la  Peninsula;  pero  unas  vecea 
rechazados  y  otros  faltos  de  direccion  é  íbIq- 
ligencia,  babian  tenidoque  desistir  de  su  amr 
biciosa  cmpresa.  liOs  pueblos  que  en  esta  épo« 
ca  invadieron  ia  Penlnsula  erao  bravos,  só- 
bríos,  infatigables,  endurecidos  desde  su  in- 
fancia  en  los  mas  duros  trabajos,  no  temian  ia 
sed,  ni  el  bambro,  ui  la  rauerte,  porqueMaho* 
ma,  su  sabio  profeta,  les  habia  enseñado  4 
considerar  la  vida  como  un  tránsito  al  £den 
de  las  huries  cuando  morían  peleando  contra 
los  enemigos  de  la  fé.  Este  pneblo  se  hallaba 
dividido  en  innumerables  tribus,  ardientes, 
supersticiosas,  y  dirigidos  por  grandes  adali^ 
des  que  eran  á  la  ves  soldados  y  geoerales. 

Gu  vano  el  rey  hispano-godo  Rodrígo,  k^ 
pieseutó  un  ejército  numeroso  eu  perfecto  ópr 
dqn  de  batalia.  Giuco  dias  consecutivos  pe^ 
Uíaron  los  hijos  delNorte  con  los  hijos  del  Me> 
diodia.  La  caballería  goda  hizo  prodigios  de 
valpr  coroo  que  defendia  sus  tierras;  pero  se 
balló  con  otra  caballeria  mas  numerosa  y 
dietitra.  EI  centro  y  las  alas  del  cjército  godo 
pelearou  duraute  los  cinco  dias  con  sumo  valor, 
recibieudo  las  sucesivas  acometidas  de  aque- 
llosejércilos  sin  táoticani  órdeu  de  corobate; 
pero  inuumerables.  Ya  sea  porque  las  alas  de 
los  godosílaqiiearon,  ó  porque  la  tenacidad 
belicosa  de  los  moros  no  les  concediese  la 


Goanto  beiiios  didio  basta  para  lormar  una  I  victoria,  al  sesto  dla  fué  derrotado  el  ejércifo 
idea  de  lo  qoe  era&  las  tríbus  del  SepteotrioD  |  godo,  y  Rodrígo,  cou  lo  ruas  ilorído  de  ao  ca- 


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M1 


AaiB 


iMllerki,  M  é  hftMter  e1  IMo  M  Ho  Goadt- 
IHe,  testi^e  de  «q  rafna. 

ÍÁfB  raom,  despnes  4e  eeta  batalla»  ae 
apoderaroD  eo  peeos  añoa  de  las  ciudadeB  go- 
das,  y  solo  don  Pelayo»  relirado  á  las  moDta- 
ñH  de  Astorías,  pudo  cob  «Igunos  f|ee  )e  si- 
fpiieron,  emprende^  deede  alli  1a  reconqoista 
de  flapafia.  AlgoDos  godoa  ee  retiraixHi  tambieB 
i  las  mont&fias  de  Ifamra. 

La  téciica  de  los  moros  no  se  redooia  á 
mas  qoe  acomeier  al  enemigo  oon  animoso 
iKpetQ  dando  (erríbles  nlaridos,  i  eaya  f  ri- 
tería  llamaban  4ili4l  y  algnzara.  MeaelébaD- 
86  despues  con  et  enemigo,  y  en  sns  filas 
esparcian  la  matansa  y  el  desórden.  Iste 
era  el  prímitÍTO  modo  de  pelear  de  los  go- 
do6,  pere  ni  estos  teniaD  la  sopersfietosa  reli- 
glot)  y  ereeDdas  de  los  moros,  o¡  tampoco  ona 
oabatlería  tan  escelepte.  Los  meroe  creian  flr- 
mettieDteqoeel  quemeria  en  buenapeleaoon- 
tra  los  enemigos  de  su  fé,  U^a  imnediataoreD- 
ié  4  gozar  en  on  paraiso  de  hermosos  énge* 
tes  en  tlgtira  de  donceltas.de  puros  ambftentes, 
íl^reB.  aromas,  y  de  euanto  el  sablo  Hahoma 
supé  hallar  para  aedueir  á  ms  tribos  árabes 
y  bárbaras  é  imbuirles  sus  creenoias,  en  ks 
coates  se  envolrían  grandes  tirtodes,  inclosa 
la  liospHalidad,  en  qne  se  íiizo  lao  lamoso  el 
]meble  del  Profeta.  La  cabaHería  árabe  se 
eseogia  entre  to  priaclpales  farailias.  Los 
MoiaB,  Aiarqoes,  €omeles,  Zegries,  ÁbeDcer- 
rages  y  otna  Irtbas  y  fomilias  innamera- 
bles  qoe  del  Alríca  vinieron  ¿  Hi  oonquista  de 
ispafia,  -eran  ks  qoe  siempre  pro^yeron 
la  brínante  eaballería  mabometaoa.  Sus  ca- 
ballos  nnmidaa  y  ¿rabea  soo  tos  mas  esce- 
teHles  qoe  exiateD  en  el  muodo  por  so  do« 
cHidad  éinteRgencia^casi  igual  ¿  lade  los  sol- 
ifades.  ies  ginetea  erao  diestros  y  animosoe 
eomo  S06  caballOB»  acometian  en  tropel;  si  no 
lograban  romper  1a  fllaenemiga  huian  para 
reliacerse»  y  Toivtan  ¿  la  carga,  basta  quc  io- 
graban  penetrar  en  el  eenlro  del  eoemí^o. 
CiHooces,  abriendo  brecha  ¿  eo  iofáotería  es- 
i)arcien  eon  esto  por  todos  lados  la  matansa, 
y  todo  este  hacian  dando  terríbles  alaridos 
een  los  qoe  aturdiuQ  ¿  los  eoemigos  y  elec- 
trisaban  ¿  los  combatienles.  La  fnersa  prínci- 
fal  de  los  ^ércitos  noros  era,  como  queda 
dicho,  la  eaballería.  La  iofantería  era  menos 
«omerosa  y  estaba  serrída  por  1a  gente  Ilana 
de  ias  ciadades.  Todos  los  moros  eraii  solda- 
dos»  iM  tropan  lleTabaa  ielies ,  trompetas, 
añafiies,  sistros,  tiorbas  y  abóes  para  llamar 
Ins  tropas,  darías  corapás  para  marchar,  y  mas 
que  todo,  para  aumentar  la  algazara  iofemal 
de  los  ooBibates.  Los  walieSf  régtUo»  y  gober- 
nad(»re$  de  ias  ctodades,  maodabao  siis  res* 
pectivas  tropas  y  preseotaban  los  contingen- 
tes  de  SU8  gobiernos  cuando  habia  guerra,  en 
ei  parage  y  hora  que  les  mandaba  ei  rey,  que 
era  el  generalisiroo  uato  del  ^ército.  Alman* 
aor  [el  Víetorioio)^  Abderramen,  Aben-Houd, 
Abdalla  y  oCroe  reyes  y  waliea  érabes  son  oé** 


lebrei  por  ao  vidor,  lo  tüliela  é  mm  vfda- 
ria8;perade  niog«odae«abeqaeliaya  qaa» 
rido  eatableoer  en  d  ijérsilo  te  tietiea  de  las 
masas  y  el  órdeaaidado  ea  ioa  oooAatM.  11 
vigor,  al  ardiaiieato  é  incoDfltaooia  alempm 
ioquieta  de  los  moros,  so  podia  taoipooo  lo- 
lerar  aqoel  órden,  qoe  preacrlbia  te  ImmvíII* 
dad,  el  silaDelo  y  U  noda  fríaldad  ama  loa 
peligros.  Laprísoipal  divlsioo  delpoebto  ¿ra- 
be  y  del  moro  desp^s,  foéei  tribm  dirlgidas 
por  el  mas  anoiaoo  6  mas  vaUante,  qoe  eiael 
gefe  de  la  tribo.  Loa  aoldadoa  4e  laa  triboa  coo- 
.<crf aban  sas  amaa  au  pas.  Ko  teniao  en  oa 
príncipio  e|érclto  permaBeiite,  porqae  este  se 
formaba  de  repente  eneasoa  de  gnerra.  Loa  ai* 
ños  V  ios  viejos  Bolkb  sersoldados,  porqoelas 
gnerrasde  los  moros  eran  steapre,  ooaM>  qoeda 
dicho,  coestion  dereligloo.  8eio6ranadalleg¿ 
¿  preseotar  €0,009  soldadosda  aolosareciato. 
Las  tropas  en  campaña  se  mantenlaD  del  pllla- 
ge  y  merodeo,  y  volvian,  eonolaida  te  goarra, 
¿  Bus  hogares  sío  qoe  eoBtaaan  an  aoto  aeqof 
ai  seberaoo.  Bl  únioo  ^jército  qoe  eatoa  saate- 
nten  era  un  cverpo  agoerrído  y  veterano  de 
oaballeria,  mandado  por  los  tUoaiáét  6  gober- 
naderesdelas  ferhileias  Irentertaaa  y  por  e&« 
pifanee,  Bombrados  por  el  saberano  y  ^egifdea 
entre  tes  mas  valientes  de  cada  triba.  Bl  QDÍoe 
gftlardon  que  el  monarca  daba  por  aos  serri- 
cíos  ¿  estos  caballeros,  eran  ona  peqoeña  ba- 
bitaciOD  y  uo  peqoeño  campo  en  te  nilsma 
froDtera,  soflcieote  ¿  so  aobsistencia,  la  de  aa 
familia  y  sn  caballo.  Este  sistema  de  paga  ka- 
cía  qne,  al  defender  estis  tropas  tes  fronteraa 
contra  los  espafiolea,  defendieeen  so  propte 
hacienda,  y  por  le  tento  qne  deaplegaseB 
mas  valor  in  los  coml>ates  y  maa  vigiteiH 
cia  durante  la  pas.  Bate  caballerte  era  bri- 
ilante. 

Los  ¿rabes  tuvieron  mucbos  y  baenos  Ubros 
del  arte  mHitar,  entre  los  cuales  ea  el  maa  ee- 
tenso  y  luminoso  uño  que  segon  creeDaoa  mt 
existe  eo  nuestra  biblioteca,  j  coDv^ria  ad- 
quirir,  asi  como  otros  mnchoe  de  todos  los  ra- 
mos.  Er^te  libro  trata  con  toda  esteDsiOD  del  «r* 
te  de  ffutrrear  de  los  árabes  y  arroja  no^a 
lus  sobre  las  costurabres  de  sos  antigooa  eoe- 
raigos  los  persas,  abisinlos,  nobianos,  ete. 
Existen  dos*  €}emp1ares  do  eete  obra,  tegon 
dice  Mr.  Reynaud,  en  la  bibHoteca  de  Leyti«, 
y  e8t¿n  demarcados  con  iosnúmeros92  y  4M. 
Est¿  Incomplete  y  se  copid  esta  obra  en  el 
año  1 3115  de  noestra  era. 

Los  ¿rabes  tenian  varias  especies  de  espa- 
das  distinguidas  con  los  nombres  de  yematti, 
kalaitat  iHdvia,8erendib^  seltnanita,  4amm9- 
quina,  egipoia  y  franta  ó  enropea,  y  asi  patra 
el  manejo  de  estas  coroo  para  ei  de  las  lanMs, 
tenian  una  t¿ctica  aniy  esfeBsa.  Teniaa  leyef^ 
railitares  muy  sabias  y  ona  orgaaiaadoB  bee* 
tante  bien  oonoebida,  ooyos  priDc^os  ear* 
gos  eran  los  siguientes. 

Cl  efiHf ,  qae  era  el  generat  en  gefe  de  ca- 
da^érelto,  flevaba  d  fo/^,  (peadon éi    ' 


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m 


íom 


m 


cIdco  aloaides  oon  sof  fobto». 

Sl  ideaide,  qne  lleraba  ^r  diatíitivo  qo 
*dm  (gtnoD)  f  DiaDdaba  á  ciooo  oakibis  cod 
sai  secoioDes. 

£1  nakib ,  qae  IleTaba  por  distiotivo  ooa 
Uwa  (eoseña)  roaodaba  á  dooo  arifes  ooo  ius 
geates. 

£1  arif,  qoe  Ueraba  por  disteUvo  ua  hmd 
AaDdera)  teoia  á  au  eai|^  oiDeo  nadlres  cod 
flKseociooes. 

Bl  nadir,  qao  Ueraba  por  disliotlvo  nna  'ik- 
U  (gioeta)  mandaba  oche  soldados. 

BedQcieodo  á  avuneros  el  aoterior  cuadro 
ée  gefes  resolta  to  sifiriiieote: 

£1  mtr,  eqoivaleñte  á  los  cóosQles  rona- 
Bos  y  generales  actaales,  maodaba* 

GiDeo  akaid^s,  25  tkikibs,  4S5  art/M,  6%5 
naiirut  J  5,000  soklados. 

Ademas ,  existian  varioe  arratoeñ  en  ios 
«CDadrooes  >  que  afndabaa  á  los  aloaides  j 
■akibs,  y  eqoivalian  á  noestros  capitaoee*  Lo 
fse  hoj  m  plaoa  nia^ror  ae  conpooia  prioci- 
palmaile  eo  los  (^ércitos  árabes  de  tos  sir 
gaientes: 

El  emir'ol^iMéil  (hoy  gefe  de  estado  ma- 
yor)  mapcabe  el  logar  y  (vrú&a  para  campar. 

II  endr  de  los  rayib,  qoe  daba  órdeoes  j 
ihpeDia  los  logares  para  forragear. 

El  dái,  qae  era  el  heraldo  de)  ejérctto. 

loi  nnir'al'tebifah ,  que  se  sitDaban  ¿ 
vaaguardia ,  reta^ardia  y  oostades  de  las  bi- 
iefBs  para  faacer  guardar  la  ordenanza »  y  lo 
iBismo  80  loft  escoadrmies. 

hoskadi,  qoe  corriancon  la  admioistm- 
oloD  de  Justicia  en  efejéreito. 

Ademas  habia  un  pagador  y  utros  eficiales 
decoeola  y  rason  para  d  áiüan  (oficina),  mé- 
dicos  y  cimjanos  y  alfaquis,  qoe  esplioaban 
«n  las  aoleniaidades  religtesas  el  AioQrmt  y 
wueánes  que  UamabM  á  la  oraoieQ. 

Los  waUe$  roaudaban  tas  trofMS  de  las  fren- 
teras,  y  los  alcaides  de  ks  guadast  (cindades)  y 
4e  las  akazabas  (fortalesa^. 

A  cargo  de  les  watíes  fronleriBOs  oorrian 
los  aprestos  para  la  guerra ,  cabaliefiais  y  ba- 
giges,  conservacion  de  las  lortifleaciones, 
yagar  ¿  los  adalides  (eapfas),  y  eiploradores, 
la  recluta  de  las  tropas,  el  cjercisio  de  estes 
en  el  maneju  de  las  arroas  en  los  infantes  y  la 
caballería ,  cuider  del  rcievo  de  las  tropas  dc 
leis  en  seis  meses,  qne  estavleseD  bieo  paga- 
das  y  alojadas  separadaamUe  para  no  moiestar 
i  tos  vaor^éores,  qoe  oo  robaseo  ni  íaltasen  ¿ 
la  ordeuansa ,  qoe  no  toviestn  mucho  oro  y  plata 
^  losarreos  para  no  encodidar  al  eoemigo,  y 
otras  mucbas  obiigacioues,  como  que  los  wa- 
hes  eran  en  Ins  froiHeras  lo  que  ios  adelanta- 
dosde  los  cribliatios  y  los  capUaoea  geoerales 
de  aqoellas  en  la  sctualtdad. 

La  eaballeria  é  iBfanteria  estaban  baio  e1 
mismo  piedc  organizacion,  y  en  las  divisiooes 
cnaodo  el  ejército  era  mtty  nuQMroso,  habi| 
viTios  evi«r«a. 


Iios  itdidJdeB  dclas  íroo&ms  deMan  eer  de 
la  leia  Boble  de  msüm,  segoo  las  leyes  ¿ra- 
bes,  y  esto  que  epuotamos  sirve  para  oo  coo- 
fuodirlos  000  loBe^^s.  á  ios  ooalestratan  de 
viles  ias  leyes  ¿rabes.  Por  lo  tanto  esta  falta  de 
distiooien,  que  se  observa  sobre  adalidcs  y  es- 
pias  en  Peresde  Hita  y  otroscronistns  cristia- 
nos,  debeatriboirse  al  todavia  no  exacto  cono- 
cimioQto  qne  aqaellos  tenian  de  los  moros.  Asi 
ooflso  los  oFMkNM»  de  los  moros  estos  ae  ser- 
vian  de  cristiaoos  apóstatas  y  Judios  6  gente 
maU,  para  el  eervicio  de  ospias.  Losespias  eran 
uoa  espeoie  de  escuchas  avaosados  eo  el  pais 
enemige  ó  cerca  de  sns  tropas  para  lotioiar  ¿ 
ios  vralies  bqs  movimientos.  Los  espioradores 
reooooolaii  el  terreno. 

El  wali  podia  hacer  algaradas  eo  losterrí- 
torios  cristiaoas  para  eosancbar  ios  domioios 
y  hacer  bo(io;  peroosto  debiahacer  sin  salirse 
de  las  leyes  estabieoidas  sobre  este  punto.  Gl 
botin  se  dislribuia  del  modo  siguiente:  un 
qolote  para  oi  rej,  segun  ley  dei  Aleoran,  Lo 
restante  distribuia  el  emir  entre  todos  segun 
su  grttduaolon  y  merecinúeotos  en  la  batalia; 
pero  cada  uoo  debiacargar  ooo  la  parte  qae  le 
hahia  tocado. 

Otras  miichas  8¿bia8  leyes  ycostombres 
ppolijas  de  eoumerar,  teoiaii  los  moros. 

Las  armas  que  usal>a  la  calmUería  erao  la 
gumia  (el  punal),  la  tenza  coo  cola  de  crin  dc 
varios  colores  cn  U  roobarra,  cimitarra  de  dos 
cortes,  alCaBge  y  sable.  El  alfange  era  rauy  co- 
mon  y  mas  corvo  que  el  sahle  ;  la  cimitarra 
era  on  alfange  afilado  por  el  eorte  y  por  el  lo- 
mo,  el  cnal  esip-imian  vivamentc  a  derecha  é 
isquierda. 

La  infantería  ¿rabe  usaba  Uaumia,  la  cn* 
cfailla  y  i^na  pica.  Estaba  tenida  como  armt 
poGo  prelerente. 

La  caballeria  vestia  eon  casco,  y  ¿  este  ar- 
roüado  el  turbaute,  doliman  de  maogas  an- 
gostas,  calaones  aochos ,  borcegui  de  color 
vivo  geoeralineote ,  alquicel,  y  capa  rica  de 
seda;  sobre  este  trage  se  ponia  la  oota  de 
malla,  que  al  volver  de  la  guerra  se  quitaban, 
asi  oooM)  el  casco,  dejando  solo  el  turbante. 
Lastelasque  usabaneran  riquisimas,  Ilcvaban 
tombien  adargas  de  gran  precio,  de  las  cuales 
las  me^iores  selorjabao  en  Marroecos» 

La  iDfáoterla,  compoesta  de  la  geote  del 
poeblo,  iba  casi  desnuda. 

Los  anteriores  trages  y  armas  no  eran  uni- 
formes;  pues  cada  tribu  ponia  punto  de  honor 
en  presentarse  mejor  quo  las  demas.  Lainfan* 
to»'ia  sepr^ísentaba  eomo  podia. 

Al  rey  bacian  guardía  ías  tribus  de  caba- 
Ileros  OMS  ilustres  ;  los  Abencerrages  fueron 
los  que  roas  desempeñaron  cste  servicio.  £s- 
ta  especie  de  guardia  real  ucompañaba  siem- 
pre  al  rey  y  usaba  un  lujo  verdaderamente 
orieutul. 

Para  los  sitios  usaron  los  principales  inge- 
nios,  quo  tomaroii  de  los  godos,  pues  cuando 
li^jMoo  ¿  Sspaoa  au  pr|Ddpal  modío  de  ftta* 


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A&TE 


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qnc  eran  la  escalada  y  el  incendio.  Déspues 
tomaron  y  usaron  muchos  ingenios  áelosgo- 
dos  españoles,  cuya  arma  fué  muy  poderosa  y 
de  gran  importaucia  en  sns  ejércitos.  A  me- 
diados  del  siglo  XII  empezaron  ya  á  usar  la 
artiUeria  por  el  iUTento  de  ia  póÍTOra  qoe  po- 
seyeron  los  primeros  y  guardaron  para 
8i.  Desde  esta  época  el  arte  de  los  sitíos, 
qne  fué  muy  prlncipal  entre  ellos,  ylas  gran- 
des  pelotas  de  hierro  qne  arrojaban  ,  segnn 
las  cróoicas  refleren,  en  las  plazas  y  en  las 
batallds.  les  proporcionaron  un  elemeuto  segu- 
ro  para  vencer.  Tnvieron  desde  entonces  gran- 
des  lombardas ,  airaque  pooas,  y  con  ellas 
guarnecian  los  puntosmasinieresantesde  los 
muros  y  batian  las  plazas.  (Véase  artilleria, 
segunda  ópoca. ) 

La  táctica.  pnes,  de  los  moros,  dependia 
únicamentc  del  impetn  de  sns  pelotones ,  qne 
se  desparramaban  por  el  campo  y  enTolvÍan  y 
atnrdian  a1  enemigo  con  sn  mucho  número  y 
▼oceria.  La  caballeria  atacaba  con  impetu  tí- 
goroso,  y  luego  que  las  fllas  enemigas  estaban 
rotasy  quc  era  el  primer  periodo  de  so  táctica 
de  ataque ,  mezclábanse  los  soldados,  y  desde 
este  momento  pendia  ei  éxito  del  valor  indivi- 
dual  de  los  soldados  en  cada  hneste. 

Usaban  los  moros  de  empailzadas  en  sos 
campamentos  y  soUan  rodearlos  con  cadenas 
para  impedir  nn  ataque  de  caballeria.  Sus  for- 
tificacioncs  eran  muy  macizas,  los  frentes  es- 
taban  flanqueados  con  torres  y  tenian  todas  las 
demas  defensas  que  fueron  tomando  de  sus 
enemigos.  Llevaban  banderas  y  estandartes 
cpn  una  ínedia  luna,  simbolo  de  su  ley  como 
la  cruz  entre  los  crisitianos. 

El  modo  de  pelear  de  los  moros,  la  táctica 
de  dispersion  y  las  malas  armas  y  defensa  de 
la  infanteria  esplican  las  grandes  matanzas, 
que  scgun  refieren  las  crónicas,  hacian  en 
ellos  los  cristianos,  que  en  ei  momento  en  que 
los  obligaban  á  huir,  destacaban  sobre  lossol- 
dados  desparramados  su  buena  y  nomerosa 
caballeria  ,  qne  los  acucbillaba  y  obligaba  á 
arrojarse  á  los  precipicios  y  los  rios.  Alguna 
exageracion  debe  exisür,  empero,  en  esta  cla- 
sc  de  matanzus. 

En  lantoel  espiritu  de  religion,  quepara  la 
guerrase  habia  estendido  entre  los  moros,  fer- 
mentaba  tambien  en  los  ejércitos  de  la  Gruz. 
Pon  Pelayo  sostuvo  con  éxito  desde  sus  esca- 
brosidades  los  derecbos  de  los  godos,  y  desde 
entonces  empezaron  á  aparecer  los  ejércitos  de 
los  godos  reglados  oira  vez.  En  estos  tiempos 
aparecen  los  cargos  de  alféret,  furriel  y  sar^ 
gento,  lo  mismo  que  los  atamhores  y  clarinos 
on  lastropas.  Eslos  sederivaron  de  las  boci- 
na^  qiie  hemos  dicho  usaban  los  godos,  y 
aquellos  de  unos  panderos  que  se  usaron  para 
anmentar  el  bélico  ruido  dela  pelea;  pero  ya  en 
tiempo  de  los  romanos  en  España ,  un  pueblo 
celtíbero  enemlgo  de  ellos,  tnvo,  aegun  citan 
algunas  crónicas,  un  (Uambor,  cuyo  parche  se 
habia  becho  de  la  piei  de  su  gefe,  muerto  en 


pelea  contra  km  romanos,  para^tarmtf  ooa 
su  sonido  á  la  venganaa  en  el  comb«te. 

El  eepíritu  de  religion  ereó  despnes  entrc 
los  crístianos  las  órdenes  de  caballerfa  de  San- 
liago,  Alcántara,  Galatrava  y  despnes  Montesa. 
Sns  caballeros  eran  monges  y  soldados;  de- 
bian  pelear  contra  los  moros,  y  fucron,  como 
veremos,  nno  de  los  brazos  mas  poderosos  dsl 
ejércíto  cristianó.  Este  se  habia  ido  hacieüdo 
formidable  desde  don  Pelayo,  y  los  díTenoi 
elementos  de  conquista  crearon  distíntos  es- 
tados  y  distintos   etementos  para   Espaia. 
Cuando  se  liegó  á  organizar  la  corona  de  Cas- 
Hlla,  el  ejército  se  componia  de  las  sigoieBtes 
especics:  4.*  el  contingente  de  los  pueblosde 
reiUengo.  Estos  eran  ios  pneblos  conqaistados 
por  ei  rey  de  lamorisma,  y  que  habiao  segoi- 
do  naturalmente  bajo  la  dependencia  red: 
2.*  el  contingente  de  los  señores  feodales.Ss* 
te  se  formaba  con  las  gentes  de  los  territorios 
dependientes  dc  ios  señores  qoe  los  hab^ 
conquistado,  con  las  gentes  pnnütíTas  de  sb 
casa,  que  los  faatnan  poblado  ó  recibido  de  ia 
muniflcencia  de  los  reyes,  ¿  los  coales  se  tta- 
mabau  pueblos  de  señario  6  de  soiarMüo-. 
3.*  los  contingcntes  de  los  pueblos  de  6e« 
hetria,  loscuales  elegiansus  autoridades  y  ge- 
fea  independientes,  y  gozaban  este  foero,  yi 
por  cesion  de  los  reyes,  ya  por  derccho  depo- 
blacion  6  de  conquiala;  4.*  el  contingente  de 
los  territorios  dei  clero  ó  de  abadengo,  ca- 
yos  gefes  eran  monges  ó  elegidos  por  es- 
tos:  5.*  el  contingente  de  las  órdenes  milita- 
res,  las  cuales  babian  sido  creadas  por  los  re- 
yes  para  hacer  guerra  á  la  morisma.  {Véase 

ALFBREZ,  ALISTAMIBrfTO,  ORDENBS   MIUTAIBS, 
QÜINTAS.) 

A  estos  conliogentes  Uamaban  meciiadas  y 
se  reunlan  eDdondeel  rey  losconvocaba,  man- 
dadas  por  suscapitanc^,  ó  sino  los  tenian  porel 
alférez  mayor  de  lospeones  que  los  regim^i- 
taba  y  alístaba  por  compañias.  La  cabalierU 
era  el  arma  preferente,  como  queda  dicbo,  en 
el  ejército  godo,  y  se  componia  de  la  noblesa 
y  de  los  mas  reteranos  y  acreditados» 

EI  ejérclto  asi  reunido  era  mandado  por  el 
rey  en  persona^  y  obBerraba  la  tácüca  de  cen- 
tro  y  alas  en  las  batallas  y  todo  io  demas  qoe 
qneda  dicho  relativo  á  campamentos,  sltios  y 
batallas. 

La  maquinaría,  cuyo  nso  se  restableció  en 
Franeia  cuando  las  crusadas,  formaba  ud  coec- 
po  separado;  aunque  no  tenia  gefes  desÜDados, 
y  se  servia  en  casos  de  necesidad  por  los  mas 
esperimentados.  Los  godos  en  csta  época  oa- 
cian  todes  soldados,  y  los  respectívos  s^ores 
de  los  pueblos,  geíes  de  las  behetrias ,  gober- 
nadores  y  alcaides  del  rey  y  maestres  de  ias 
órdenes  miUtares  corrian  con  presentar  sus 
mesnadas,  de  donde  vienela  contribuoionqiie 
hoy  sattsfacen  al  Estado  los  titulos  de  GastUla 
por  razon  de  ianzas.  ^ 

En  tanto,  las  ciencias  Y  ^^  ^^^^  ñorecian 
con  asombro  entre  los  árabes:  ¡a  geoniedia. 


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k  arqQiteetora,  la  astrooomla,  la  qaimica  y  la 
Dedicina  tenian  Damerosas  escuelas  entre  los 
moros,  qiie  formabaa  sus  bibliotecas  y  sos- 
teDiao  lucrativo  comercio  Con  Leyante,  cuyos 
call/as,  apoderados  ya  del  imperio  roroano  de 
Oríente,  erau  siempre  sus  aliados.  Diclias  es- 
eoeÍBS  produjeron  á  los  sábios  moros  Aber- 
foes,  Rasis  y  Abeosoar,  y  produjeron  la  Zeca 
de  Cdrdoba,  la  Giralda  de  SeYiUa,  la  Albarobra 
7  GeneralifedeGranada,  el  Miquelete  de  YaleoT 
cla.  En  f  U8  cantos  preralece  el  espirita  de  dig- 
oidad  altiva,  alegrla  y  viveza  de  su  ra2a;  los 
cieDtos  árabes  y  orientales  nuoca  morirín,  y 
sns  romauees  dejaron  á  los  godas  al  género 
métrico  especial ,  con  que  cantaron  al  gran 
coloso  de  8u  época,  al  Cid.  A  los  moros  somos 
deodores  de  las  primeras  leyes  de  bumanidad 
efllasguerras. 

loteramente  distinla  era  la  poesia  que  se 
desarroUó  en  los  pueblos  godos  y  germanos. 
Los  poeoDas  dc  Arturo,  y  de  la  Mesa  redonda,  el 
antipo  cauto  de  los  Niebbeiungens  y  el  poe* 
ina  especial  del  Gid,  son  los  monumentos  de 
esta  época  lileraria.  Graves,  como  la  altivez 
iDsiiotivii  de  estos  pueblos»  vagos  como  la  so- 
ledad  de  los  bosques,  fueron  los  cantos  de  los 
germaDos;  y  fieros,  altivos  y  atrevidos  é  inde- 
pendieotes  los  de  los  godos.  GarlO'Maguo  des- 
pnes  dc  haber  detenido  las  victorias  de  los  ára- 
bes»  á  pesar  de  haber  sido  derrotado  por  los 
españoles  en  Roncesvalles,  convirlió  su  córte 
Sennana  on  una  sábia  aca^emia  de  las  cien- 
^  y  de  las  artes,  dando  orígen  á  los  célebres 
poemas  posteriores  ¿  su  época.  £i  Gid,  Garlo- 
Magno  y  las  cruzadas  son  las  fueutes  en  donde 
bebió  su  indole  é  inspiracion  toda  la  poesia 
de  la  edad  media. 

£i  ejército  cristiano  ya  estuvo  en  esta  se- 
gonda  época  dividido  y  subdividido  bs^jo  bas- 
taote  buen  píe  de  organizacion. 

fiallábanse  mandadas  las  compañias  por 

^ffüanes,  que  nombraba  el  rey,  generalmen- 

te  entre  íos  alféreces  mas  antiguos  y  acredi- 

tados.  Cada  capitan  elegia  el  üAférez  para  su 

compañia  cntre  los  mejores  sargentos.   Los 

^Qtnlo$  se  elegian  tambieo  por  el  capilan,  y 

^ismo  lo8  cabos ,  todas  las  cuales  clases 

existian  en  eada  compaúía  con  atribuciones 

semejantes  á  las  qoe  posteriormente  tuvieron 

eo  (<¿  tercios  y  tienen  en  el  dia  en  l<)s  regi- 

oúentos.  i^s  capitanes  de  las  mesnadas  de 

I^lria,  eran  eiegidos  en  sus  mismos  pueblos, 

asi  como  las  demas  autoridades.  Los  seóores 

leadales  Dombraban  para  capitanes  de  sus 

BBesnadas  solariegas  al  caballero,  page  ó  vasa- 

IIo  qne  mas  era  de  su  confianza.  £n  las  órde- 

oes  miiítares  habia  cargos  por  anügiiedad  y 

por  cleccion  entre  todos  ios  caballeros  en  ca- 

da  una.  Ademas  cxistian  los  generales ,  {{mq 

nombraba  el  rey  entre  los  mas  íamosos  caba- 

Ueros  y  capitanes,  y  estos  tenian  sus  tenien- 

U$.  flabia  sns  aposenladores  para  proveer  al 

a^jamtento  de  las  tropas.  £1  pendon  de  cada 

máoacU  fiolarie^,  real  ó  de  bebetria  era  IIci 


yado  por  an  alférezó  smiiero,  El  pendon  real 
era  portado  en  las  batallas  por  al  alfirez  del 
pendott  real,  que  era  de  alta  categoría  en  la 
milicia.  Esta  era  la  oflcialidad  de  los  ^ércitos 
en  la  segunda  época.  Ademas  los  reyes  tcnian 
¿  su  lado  durante  las  guerras  algunas  compa- 
ñias,  que  servian  al  que  mejor  les  pagaba,  y 
vagaban  por  el  Mediodia  de  Francia  princi- 
palmenle»  á  las  cuales  se  Ilamaba  compañias 
blanoas  ^  brigantes ,  etc.  A  todos  estos  ele- 
mentos  reunian  los  reyes  españoles  cristianos 
uua  multitud  de  caballeros  que  por  espiritu 
religioso  veniau  como  en  cruzada  á  ayudarlos 
en  Us  campañas  contra  los  moros«  y  que  so- 
liau  traer  consigo  pages  armados  y  roonta- 
dos ,  y  algunos  tambien  genle  de  armas. 

La  marina  militar  de  los  moros  fué  bastan- 
te  numerosa,  pero  siempre  inferior  á  la  cris- 
Uana»  principaimente  á  las  armadas  catala- 
na,  aragonesa  y  oasiellana,  qae  llegaron  hasta 
prestar  su  victoríosa  ayuda  coutra  los  turcos  y 
los  griegos,  á  cooquistar  las  Baleares  y  Sici- 
lia,  y  á  derrotar  la  armada  árabe  varias  veces, 
y  una  de  cilas  al  frente  de  Gibraltar.  Laredo 
construyó  las  dos  fragatas  que  rompieron  las 
cadeuas  del  Guadalquiyir  cuando  la  sitió  y  to* 
mó  despues  Fernando  el  Santo.  La  costa  de 
Gautabria  se  bizo  famosa  entonces  por  In  bue- 
na  construccion  de  sus  buques  y  su  buena 
marinería. 

.  £1  arte  milítar  todavia  en  esla  época,  su- 
fria  ias  consecuencias  de  su  retroceso  cuando 
la  irrupcioo.de  los  godos  y  despues  de  los  ára- 
bes,  ambos  pueblos  sin  la  táctica,  organi* 
zacion  ni  discipüna  de  los  romanos.  Con  la  úl- 
tima  legiou  de  estos  yacia  todavia  sepultado  ei 
arte  militar.  La  regeoeraclon  por  todas  partes 
se  resentia  de  aquel  atraso  violento,  y  mucho 
mas  porque  los  primitivos  adelantos  que  se 
iban  recooraodo,  se  veian  modiflcados  por  la 
indole  diferente  de  los  últimos  pueblos  domi- 
nadores. 

£n  tanto,  los  moros  ébnos  de  poder  y  de 
fortuna,  no  supieron,  como  losgodos,  mezclar 
sus  costumbrcs  y  su  saogre  con  los  conquista- 
dos;  pues  su  religion  no  era  comun  como  su* 
cedió  á  aquellos ,  y  los  creyeutcs  de  Muboma 
eran  demasiado  fanáticos  y  altivos  para  des- 
cender  desde  luego  basta  sus  vencidos.  £1  puo- 
blogodoespañol,  pur  consiguiente,  vlviaeula 
calidad  de  esclavo,  y  la  esclavitud  recooocida 
pronto  ó  tarde  ronipe  sus  cadeuas. 

£1  lujo  escesivü  que  se  desanolló  entre  los 
moros  en  sus  monumeutos  y  costumbres,  ago- 
taba  el  crario  á  la  par  de  la  guerra  sin  tregua 
que  les  hucian  los  cspauolcs,  quitándoles  sos 
mieses  y  cegando  lamejor  íucnte  dc  produc- 
cion  y  riqueza,  cual  era  entonccs  la  agricultu- 
ra.  £1  gobierno  despótico  de  los  moros  no  sa- 
bia  aprovecbar  en  pr<3  del  £stado  los  clemen- 
tos  de  sus  súbditQS,  y  el  gran  capitan  luego  que 
ía  guérra  concluia,  el  bucn  ciudadauo  cuaudo 
la  guerra  empezaba,  y  el  rico  comcrciante 
despues  de  esplotado,  quedaban  olvidados  sin 


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tffsé  ét  Estado  estiírttrfáirir  str  eistyfritti  y  aéelati 
taiñletito  para  prosperidad  eonnifi  detenaeíiofi. 
Por  últtmo,  )as  anterfore^  causas,  trrridaff  a)  iii^ 
caDsablé  vigor  de  sus  enemigos ,  y  prifieipBk 
mente  á  so  propio  espiritn  inqat«0'  y  celoso 
que  les  hacia  inudar  de  reyes,  diTidir  territo^ 
rios,  y  consigutentemente  activaí  et  Aiego  de 
la  guerra  civil  y  de  la  discordta,  fueroa  los  que 
arrutnatOTí  ai  pueblo  árabe-españel,  hacíéndcf^ 
le  ttialgastar  sus  fberzas  é  implorar  n(r  poeas 
yeces  1a  mcdiacion  ó  la  ayuda  de  los  enemigos, 
<iue  debiera  deslruir. 

I7o  carecíeron  tampoco  de  fBcekmes  niime^ 
rosas  é  irreconciliables  los  pueblos  espaftoles. 
Tambien  llegaron  hasta  el  punlo  de  ofrecer  y 
'  dar  su.^  armas  ú  los  hi|os  de  Agar  eontra  les 
misnios  hijos  de  la  Cruz;  pero  esta,  qneera  la 
enseña  constantc  áe  sus  banderas  Macía  mas 
de  siete  siglos ,  xfaostróse  por  fhi  triunfante 
para  siempre  en  el  afio  159?,  enqoelosreyes 
Calólicos  Fernando  é  IsabeK  con  todas  las  co- 
ronas  de  £spafia  yu  reunidas,  metieron  en  Gra- 
nada  trinnfantes  sus  lanzas  y  banderas,  qoc 
llevaban  la  sagrada  enseta  de  Jesns. 

Desde  metliados  del  siglo  XI,  en  que  los 
árabes  trajeron  ú  Espaüa  la  pólvora,  usadades- 
pues  por  los  españoles  á  príncipios  del  si- 
glo  Xll,  la  arlilleria  foé  introducténdose  pro- 
gresivanicnte  en  los  ejércitos,  y  efeetnando 
una  rcYolucion  radical  en  el  arte  de  la  goerra; 
de  ella  nos  ocoparemos  ya  lo  bastante  (Véa$e 
artuxbbia),  y  en  la  época  siguicnte  diremos 
algo  de  so  importante  trascendencia  en  la 
guerra  y  en  la  miltcia.  Les  reyes  Gatólicos 
usaron  ya  ias  Umh€trda$  conTra^  los  moros  de 
Baza,  y  del  año  459ie  data  tambien  en  España 
el  ejército  permanente,  quc  ios  mismos  insli-^ 
tuyeron.  Desposeidos  y  esterminados  como 
nacion  en  España  los  enemigos  de  laCmz,  las 
órdenes  mllitares  fueron  disneltas,  qnedando 
al  rey  sns  fortalezas  y  territorios  y  los  maes- 
trazgos  de  aquellas,  qoe  se  reasumieron  en  la 
real  persona.  £1  ejército  ya  empezó  en  esta 
época  á  tener  bases  y  leyes  fljas;  y  sfe  reformó' 
completamentc  el  arte  milttar. 

Tereera  época,  Traldo  á  Bspaña  por  los' 
árabes  el  inTcnto  de  la  pólvora  y  su  aplicacion 
á  la  arttlleria,  empezaron  á  usarde  esta  en  la» 
batallas  con  grande  admiracion  y  grave  daík)- 
de  los  españoles  que  no  conocian  aqoellas  má- 
qoinas.  Hay  quien  dice,  que  los  moros  osaron 
en  la  batalla  del  Salado  de  artillerfa,  y  las  ra^ 
zones  en  que  esto  se  funda  son  innegables 
en  vista  de  las  crónicas  que  refieren  aqoella 
batalla,  en  donde  habia  ingenios  cou  que  los 
moros  arrqjaban  grandea  pdotas  de  piedra 
con  grande  cstampido,  todo  nemejante  á  lo$ 
rayos  de  la  tempeUad, 

Sea  de  csto  lo  que  fnere,  la  artilleria  ya  foó 
muy  usada  por  los  reyes  Gatólicos,  particular- 
mente  en  los  sitios  de  Ronda  y  Baza ,  como 
queda  dicho.  Si  bien  la  fortiflcacion  iio  varió 
por  aquella  época  su  sistema  antiguo,  la  tác* 
tlca  áfyl  aUque  de  reTolnclonó  complelamoAtQ 


por  cT  n»o  <la  aqtfétk  lerrtble  ann».  \m  iDiqut> 
nas  teiYibles  aut«B  en  nno,  elariete,  laeatapai- 
ra,  ftieron  desapareciendo  suceBivameute^basta 
ser  á  ültlmoa  del  siglo  XV  enteramcDte  reeih 
plazadas  por  la  afrtilteria.  Las  torres  maciziai 
que  antes  costaban  tanta  ssngre  al  scr  asalti* 
das,  ahora  eaian  desplomadas  á  merced  de  ioi 
tiros  del  eañon  celocado  á  larga  distancia.  y 
qoc^  por  consigaiente  evitabii<  ia  mortaadad. 
Los  campos  de  batalla,  ée  lo  sangrientos  qoe 
antes  eran  peleando  los  hombres  coerpoácuer-* 
po,  se  eonvirtierofvahora  en  palenqae,  eadta* 
de,  dándose  la  muerfe  á  distancia  y  no  eDtraa* 
do  porelemento  principatde  vietoriaelimpeta 
de  ias  masas,  el  triunfo  se  subordkiabaaltaleD- 
toestratégicodel  general  antes  queal  vaior  gro* 
sero  del  soidado.  Todo  el  arte  nailiiar  se  revo> 
lucionó.  La  táctíca  dc  ataque  se  rednfo  ya  á  n 
pian  estratégica  combinaNio.  En  4  476  asaroa  yt 
los  fhinceses  coutraPueiiterrabia  los  zigsagif 
Y  en  tiempo  ée  los  reyeo  Garóiiooa  se  usana 
estos  000  las  eai>a$  6  trincheras  para  llegar  k 
eubierto  basta  la  plaza. 

Basta  estaépocala  táctiea  de  sitio  sebibli 
redttcido  á  fortifiearse  en  el  campo  conara  li 
plaza ,  privarla  de  toda  olaae  de  socorros  é 
asattarla.  Besde  esta  épooa^  la  artilleria  se  eo» 
cargó  de  desplomar  los  moroa  y  aportillar  Iis 
m^ores  fortalezas  para  reducir  al  aitiado  k  li 
snmision. 

Bn  4503  Pedro  Navarro,  famoao  ingeiáen 
eapañol,  apUcó  con  éxito  la  pólvora  en  la  miBi 
quehizocontraCastel-dil-OvoénNápoles,  ydes- 
de  entonces  ya  se^  practícaron  como  ingeaio 
principal  de  la  guerra  las  minas ,  contraoinB 
y  todo  el  arte  de  gnerra  sobterránea. 

La  fortiOcacíon  por  consiguiente  safríó  taa- 
bien  una  completa  revolueion.  A  los  antigvNS 
matacanes,  torreones,  etc,  sustltQyeron  loi 
parapetos  á  pruefoa  de  cañon;  las  torres  y  do- 
fensas  adquirieron  mayor  solidez  y  ensaodie 
para  resistir  mejor  el  choque  de  lás  balas,  ina- 
cbo  mas  impetuosas  qoe  el  ariete,  y  cuyosar- 
tílleros  no  estaban  como  aquellos  gaareddoi 
de  los  tiroa  de  la  plasa.  Las  torres  antigoii 
mal  llanqueadas  entre  sf,  y  demasiado  estr»- 
cbas  para  permitlr  el  juego  de  yarias  piens 
á  la  vcz,  dejaban  á  su^  frente  sectores  inde- 
fensos  por  ruyo  ospacio  podíanse  sio  peligio 
hacer  escaladas.  Bste  inconvenieBle,  prodflio 
ei  primer  adelanto  eo  laiortificacion. 

Constfuyéronso  desde  entooceá  salieites 
todas  las  torres  de  flanqueo,  estas  fuer*n  fl»- 
diflcadas,  dieron  origen  á  los  balaaries,  loe- 
go  nacieron  los  medios  baluartes,  y  despacs 
las  tenaza$,  oabaUero$,  homab0q%ies  y  las  de- 
mas  obras  esteriores.  Las  altas  moralias  dd 
sistema  antiguo  presentaban  bianco  fáeil  al  ca- 
ñon  enemigo  desde  los  primeros  disparoa,  y 
los  muros  por  esto  se  construyeroo  de  poca 
altnra.  Luego  vinieron  los  glasiM  ó  ctsp/oM- 
da$  para  ocuitar  sMjor  el  asieoto  de  los  para- 
petos  al  fuego  del  enemigo  y  para  maliipll- 
car  ao^  ü  loo  ftiogos.  Do^prás  bq  nsarai  las 


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571 


AKtÉ 


578 


/lee/^iHinefa»,  \osantecámino$cubiertú9,]M 
obrasttvanzadas,  traversas,  caponeras,  abro- 
jo$;ie  uülizaron  lo3  aDtiguos  potosde  lobo  y 
pregresivamenle  &e  fneron  muitiplícando  los 
mediofl  pnru  aumentar  la  defensa  úa  los  atrin- 
cheramientos.  Toüos  estos  elementos  de  forii- 
ieaeion  fuerondespues  felísmente  combinados 
IHn-YautMD,  Golieorn,  Gormontaigne,  Derrera 
Garch  y  otros  iosígnes  capltanes,  llegando 
i  ftner  el  arte  militar  eo  esta  parte  la  gran 
l^feccioo  quehoytíene.  (Véase  fortifiga* 
Qoy.)  Con  igual  celeridad  fuó  adelaotaudo  la 
irtilerla.  (Véase  iiRmLBRiA.) 

Al  paso  que  el  iitaqiie»  la  artilleria  y  la  for- 
tiflcaclon,  adelontó  tamblen  la  táctica  de  de- 
km,  y  ia  láctica  y  estrategia  moderna,  taa< 
déodose  las  g^erras  cada  dla  meuos  san* 
grientas  desde  el  uso  de  la  pólvora. 

La  infaoterla  y  caballerla  por  estas  épocas, 
recibieron  en  España  nna  organizacion  per- 
maBente.  Permanentes  eran  ya  los  ejércitos 
de  easl  todas  las  nacionefi  de  Europa,  y  los 
reyes  Católicos  iDsti  uyeron  los  batallones  de 
raiiicias  provinciales,  lo  cual,  y  todo  lo  dcroas 
p^eneciente  á  las  tropasespanoles,  y  que  en 
esta  redena  general  del  arte  militar,  tenemos 
qoe  tocar  ligeramente,  esplicaremos  con  mas 
esteosion  eo  su  Ingar.  En  446ise  qoisieron  ya 
formar  cuadriUas  de  hombies  permancntes, 
pero  la  nobleza  feudal  logró  impedirlo.  (Véase 
EiBacrro,  infantkiua,  caballekia,  artille- 

m,  GfOEMEROS.) 

La  prlmera  institucion  mililar  permaneute 
en  España,  ademas  de  las  órdenes  militares, 
(JBecoroo  hemob  dicho,8e  siiprímieron,  fueron 
lo8  guardias  de  Caslilla.  Mas  adelante  llegó 
la  institucioD  de  tos  famoáos  tercios,  nombre 
que  ya  se  daba  antes  en  gcneral  á  las  divisio- 
nes  militaresquesaliun  ¿  pelear.  El  empleo  de 
tetiienies  aparece  en  las  orgauiiacioDeá  du  las 
cusdrillas  y  compañias  desde  los  reyes  Caló- 
Ucos. 

El  Dombre  de  tercios  se  aplicó  indistinta- 
mente  desde  los  reyes  Gatólicos  á  todatropa  es- 
pañola  que  se  ballaba  sirviendo  en  los  paises 
estraüos  en  donde  se  hacia  la  guerra. 

Mas  tarde  en  el  año  4509,  don  Juan  dc 
ÍQStiia,  en  la  ^uerra  que  hacia  contra  losroo- 
n^cosdelas  Alpujarras.  empezó  á  organizar 
i»  compañtfls  de  los  pueblos,  bojo  el  mismo 
Pie  de  los  tercios  que  habia  traido  para  dichn 
^erra,  de  los  cjércitos  españoles  de  Flandes 
y  Nápoles. 

En  esta  época  existia  en  cada  ejército  on 
wpitón  §eneral,  euyo  cargo  se  derivó  del  ya 
^iiDguidu  de  coodestable  de  Gastilla. 

üíi  tenUnte  general  por  lo  menos,  auoque 
esletltalo  lellevaban  sololos  tenientes  de  ca- 
fñtan  general  de  la  arlillerla. 

ÜQ  maestre  de  campo  general,  que  sustl- 
^  en  las  necesidades  ai  capitaa  general. 
Aqoel  cargofué  creado  en  tieropo  dcFeiipe  li, 
7  et^faiia  á  U»  actualcs  gefes  de  estado 
niayor. 

473    UUSUOTJfCA  POl'UtAn. 


ün  teniente  áe  maestrede  eampo  general  6 
sargento  general  de  baialla. 

£1  cuartel-maeslre  qiie  corria  con  el  alo- 
jamiento  en  cada  ejército. 

Uq  gran^preboste,  que  corria  con  la  parte 
iudicial  del  ejército,  y  tenia  para  su  goarda 
una  compañia  de  peones  y  otra  de  á  caballo. 
Esie  cargo  se  oreó  lambieD  en  ticmpo  de  Fe- 
lipe  II. 

Un  ^titon,  qoe  lleyaba  la  bandera  real»  en 
tropas  doBde  ei  rey  ó  un  capital  general  maD« 
dase. 

Cada  tercio  efttaba  mandado  por  oo  maeS' 
tre  de  eampo,  que  tenia  como  segundo  gefe 
iuroediato  á  un  sargenlo  magor, 

Et  persooal  de  cada  compañia  era  el  si- 
guiente: 

Un  capitan,  qne  tenia  ona  gineta  (especie 
de  pica)  por  distintivo,  corriacon  la  reclutapart 
su  compañia,  y  proponia  los  alféreces  y  sar- 
gentos  de  elia  al  rey,  para  su  aprobacion. 
El  capitan  tenía  un  page  para  llevarte  la  pica. 

Un  teniente,  que  sustituia  en  ias  oeceai* 
dades  al  capHan,  y  llevaba  por  distiotivo  uoa 
alabarda.  Este  empleo  no  aparece  en  la  or- 
ganizacion  de  los  lercios;  pero  si  muy  parti- 
cutarmente  en  las  milicias  provinoiaies  ó  re- 
servas. 

Un  alférez,  que  equivalia  al  actual  teoieote 
en  su  compañia,  se  debia  eiegir  por  el  capitan 
entre  los  mejores  de  su  compañia,  y  Ilevaba 
una  alabanla  por  distiotivo. 

La  voz  alféres  tienc  su  origen  en  la  rait 
hebrea  pharaz,  de  la  que  salió  lapaiabra  phe^ 
rez,  (que  equivale  á  dwc  militum,  gefe  mili« 
tar),  la  cual  fué  usada  en  la  edad  roedia,  y  en 
el  mismo  sentido  que  la  de  general,  escri- 
biéndose  entonces  at  pherez  del  misiBO  roodo 
que  la  raiz  primitiva.  Estos  ñlphéreces  6  gc- 
nerales,  degenerarondespueseii  susatribucio- 
ues  Iiasta  ei  dia.  (Véase  alfbrbz.)  Algnnos 
han  buscado,  equívocadamenle  sin  duda,  ei 
origen  de  esta  palabra  en  la  raiz  arúbiga  farat 
y  otros  en  la  frase  romana  aquilceferens  ijfor' 
lador  del  úguHa.)  La  primera  que  hemos  da- 
do  86  crec  que  es  la  etimologia  roas  exacta 
de  la  palabra  alférez. 

A  ias  categorias  dichas  scj^uia  en  órdea 
inmediato  en  cada  compañia. 

\Jq  abanderado,  que  con  igualesdistidtivos 
y  exenciones  llevaba  la  bandera  de  cada  com- 
pañia,  y  cquivalia  á  lo  que  hoy  es  cl  aiférez 
y  subteniente  en  cada  una  de  aqueilas;  uq 
sargenlo,  cuyas  atribucioncs  cran  iguales  á 
las  de  ios  actnales  y  ilevaba  alabarda;  un  dú* 
mero  indeterminado  de  cabos  de  escuadra, 

En  cada  compañiu  habla  120,  460,  200  ó 
mas  soldados  piqueros,  eolre  los  cuales  habia 
generalmente  para  cada  t20  piqucros  40  arca- 
buceros,  ios  cuales  se  llamabao  ia  manga  de 
arcabuceros,  y  cubrian  ei  freote  y  áogulos  de 
ios  cuadros. 

Yestian  estos  soidados  delos  terctos  el 
trage  del  pais:  calson  corto  y  aocho  acoclü« 
T.    III.    37 


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679 


ARTE 


580 


lUdOy  de  colores,  medias  y  zapatos  ó  botas 
de  campaua  alta,  de  ante,  y  sayo  ó  ]ubon  de 
manga  ceñida;  aunque  en  el  trage  de  córte  se 
usaba  doble,  y  bastante  ancba  la  sobrepoesta, 
abierta  desde  la  sangria  del  brazo,  y  sin  puño 
é  bocamaoga.  Sobre  este  yestido  se  ponian  la 
coraza,  que  era  de  hierro  ó  de  cnero,  y  en  la 
cabeza  un  casco  de  hierro  con  pequeña  cime- 
ra,  asi  como  la  espada  que  cada  cual  tenia; 
pues  cl  armamento  hasta  años  despuesnocor- 
rió  por  cucnta  del  gobierno. 

A  cada  soldado  se  daba  cierta  cantidad  de 
plomo,  y  él  hacia  sus  balas,  por  cuyarazon  ni 
efitas  cran  buenas  ni  se  sostei^a  el  fuego  con 
tanta  viveza  como  ahora.  Ademas  no  tenian 
cartuchos  y  graduaban  los  soldados  la  pólvora 
para  cada  tiro. 

Guardias  viejas  de  CastiUa  se  denomina- 
ba  entonces  la  caballeria  ordenada  semejao- 
temente  á  la  iDfaoteria;  cada  compañia  tenia 
por  lo  comun  400  cabailos,  y  ai  cargar  los 
cuadros  y  masas»  un  número  marcado  de 
«quellos  en  cada  compañiaembestialosángu- 
Jos,  usando  con  preferencia  la  pistola.  En 
•tiempo  dc  Felipe  IV  se  permitió  de  reai  órden 
•á  la  cabaiieria  cl  uso  de  las  pístolas. 

La  gmrdia  real  entonces  no  llegaba  á  300 
liombres  entre  ia  guardía  española  ó  amarílla, 
ia  gnardia  alemana,  los  escuderos  á  caballo  y 
archeros  deBorgoña. 

La  artillería  estaba  encargada  á  oflciales 
distinguidos  y  alguna  tropa  yeteraua.  Los  gas- 
tadores  y  et  cuerpo  de  iogenieros  estaban  to- 
4aTia  unidos  á  aquella. 

Desde  la  época  de  Giríos  I  (V  de  Alemania), 
se  aplicaron  ¿  las  grandes  secciones  de  los 
ejércitos  en  campañalos  nombresde  vanguar- 
dia  6  fnanguardiaf  batalla  (el  centro)  y  re- 
4aguardia.  En  estos  tiempos,  en  que  aon  no 
•existia  el  ministerlo  de  ia  Guerra,  todas  las 
•Glases,  tropas  y  asuntos  de  la  miliciadependian 
•de  un  cons^o  de  guerra  real,  que  se  compo 
nia  de  un  número  indeterminado  de  genera- 
les,  los  coales  fueron  en  tiempo  de  Felipe  II' 
ndocidos  ácoatro,  mas  el  capitan  general  de 
artíUeria  y  el  cofnisarto  general  de  la  tn/an- 
t&ria  y  cahaüeria,  Un  secretario  y  un  fiscaly 
equivalentes  ¿  los  actuales  del  Suflremo  cón 
%¿jo  de  Guerra  y  Marina  existian  tambien  en 
el  Cons^o  de  Guerra  real,  Los  alistamientos 
en  cada  compañia  de  los  tercios  se  hacian  por 
el  capitan,  á  quieu  el  mucho  órden  y  número 
^n  esta  parte,  servia  de  particular  recomenda- 
•cion.  Para  las  milicias  se  sacaba  por  voluntad 
<ó  por  suerte  uno  de  cada  diez,  y  esto  ya  desde 
los  reyes  Gatólicos.  Los  que  debian  admitir 
cn  losterciosespañoles  debianserlode  nacion, 
y  para  esto  servian  los  que  vagaban  engan- 
Gfa¿ndosc  en  los  ejércitos  de  Flandes  y  N¿po- 
les;  aunqoe  esta  clase  de  aventureros  no  era 
oomun  cn  Españapor  la  poca  aflcion  delos  na- 
tiirales¿  la  emigracionde  sufértilpais,decuya 
diflcnltadparaalistarvienesin  duda  la  frasetan 
comoo  imer  unafncaenFlandcSf  para  sig- 


niflcar  una  cosa  útit  y  dificil  de  consegoir, 
pues  las  continuas  gnerras  de  aquellos  paises 
hacian  muy  necesarios  por  sn  proverbial  valor, 
fidelidad  y  por  su  nacionalidad  ¿  los  soldados 
españoles,  que  eran  los  mas  dífíciles  de  con- 
seguir.  Los  tercios  de  Normandia,  Sicllia,  Ni- 
poles,  etc,  hallaban  mas  f¿cilmente  la  gente, 
porque  de  dichos  paises   eran  mucbos  los 
aventureros.  Gada  compañia  Uevaba  el  nom- 
bre  de  su  capitan  y  su  bandera,  ademas  dd 
guUm  real  en  cada  ejército  y  de  la  bandera 
general  en  cada  tercio.  Los  tercios  españoles 
eran  mandados  por  el  maeetre  de  campQY  los 
gefes  de  los  tercios  tssirangeros  empezaron  i 
llamarse  coroneles  en  tiempo  dcGirlosI  (Y  de 
Alemania),  cuya  denominacion  existia  yaeo 
las  tropas  suizas.  En  las  campañas  del  dDqoe 
de  Alba,  en  Ilalia,  empezó  ¿  estendersela  pa- 
labra  coronel  entre  los  gefes  de  terdos  espa- 
ñoles,  y  estos  entonces  oomenzaron  ¿  Ilamar- 
se  corofte/ioa;  las  cuales  despues  de  bastaotec 
años  recibieron  el  nombre  actnal  de  rcgi- 
mienlos  para  ios  cuales  sirvieron  tambien  de 
base.  Un  tercio  bien  reguiarizado  constaba  de 
4,200  ¿  4,600  hombres,  distríbuidos  en  diei 
banderas  ó  compañias,  de  las  cuales  el  tnoei- 
tre  de  campo  y  despues  ooronel,  mandaba  U 
primera,  ei  sargento  mayor  la  segunda  y  las 
demas  los  capitanes  del  tercio.  El  número  de 
compañiasde  cada  tercio  variaba  de  diez  hasti 
veinte;  pero  el  número  regular  eran  diez,  qae 
luego  por  real  órden  llegaron  hasta  doce. 

En  elaño  1567  foeron  revistados  por  el 
duquede  Alba  en  Alejandría  de  Palla,  conmo- 
tivo  de  la  próxima  guerra.  Los  tercios,  si- 
guientes:  ^ 

t  .**  El  tercio  de  N¿po1es,  con  4  9  banderas, 
3,230  hombres,  mandado  por  el  maestre  de 
campo  Alonso  de  Ulloa. 

2.**  EI  tercio  de  Sicilia,  con  10  banderas, 
t,620  hombres,  mandado  por  id.  JoUan  Bo- 
mcro. 

3.^  El  tercio  de  Lombardíacon  40  bande- 
ras,  2,200  hombres,  mandado  por  el  id.  Sao* 
cho  dc  liOndoño. 

4.^  El  tercio  deCerdeña  con  40  bandens, 
4 ,728  hombres,  mandado  por  Gonzalo  de  fira- 
camonte. 

Total  de  los  cuatro  tercios  49  bandeias  y 
8,778  hombres,  loscuales,  ¿  pesar  de  losnon- 
bres  estrangeros  de  los  tercios,  eran  todos  es- 
pañoles. 

Existian  ademas  5  compañias 
de  lanceros  ¿  100  hombres.    500 

Id.  2  compañias  de  arcabnce- 
ros  ¿  400  id fOO 

Total  de  la  caballería.  .  »  •  .    200  cabaDos. 

La  sustitucion  de  la  anterior  füeraa  se  hizo 
durante  la  guerra  con  tropas  ¿  sueldo  estran- 
gehñ  y  con  banderaslevantadas  en  los  Paises 
B«Jos  entre  los  naturales. 


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ARTE 


m 


NtdieyaeQ  esta  época  podia  sin  órden  ó 
penniso  del  rey  regalarisar  y  levantar  tropas, 
paesaqoel  nombraba  los  capitanes,  estos  liactan 
la  reclota  con  arreglo  á  las  instruccioocs  (fue 
pira  ello  recibian,  y  formadas  sus  compañias 
coD  ei  número  marcado,  el  rey  ies  abonaba  el 
biber  det  total  conitantemente,  cuidando  di 
dios  capitanes  del  reemclazo  de  las  bajas  por 
8i  y  de  la  propoesta  de  los  alféreces  y  sargen- 
tosparaellas. 

Ya  creemos  haber  dado  bastante  idca  sobre 
ei  estado  y  organísacion  progresiva  del  ejérci- 
to  españül  durante  los  siglos  XY,  XYl  y  XVII; 
bemos  dado  á  conocer,  aunque  ligeramentc,  la 
fortiflcacioo,  )a  táctica  é  indole  de  nnestros  ter- 
dOB,  de  noestra  caballcria  y  artilleria,  vamos 
abora  á  concluir  con  esta  parte  para  despues 
tntar  en  sentido  general  de  la  bistoria  del  ar- 
(emiütar  en  estSLÍercera  época,  última,  segun 
BBestra  primitiTadivision. 

A  medida  que  fné  adelantaudo  el  uso  y  co- 
Docimiento  de  la  pólvora,  ia  fortiflcacion  y  las 
táeticas  fueron  reduciéndose,  bien  que  adqui 
Tiendo  mayores  dimensiones,  á  un  número  de- 
tenninado  de  reglas  íIjas.Bn  realórden  de  28  de 
joniode  t(i3S,  Feiipe  lY,  rey  de  España,  ade- 
nas,  de  fljar  en  doce  el  número  de  las  compañias 
de  cada  tercio  español,  cada  una  de  230  infantes 
con  la  plaza  de  un  capitan  y  sn  page,  un  alfé- 
res,  on  al)anderado,  un  sargento,  dos  atambo- 
resy  nn  pifano,  furriel,  barbero  y  capellan,  en 
lotal  250;  de  fijar  eu  quince  el  número  de  estas 
en  lo6  tercios  estrangeros;  ademas  tambien  de 
prohibir  que  cada  capitan  mande  dos  compa- 
Dias  á  la  vez;  mandaba  qne  no  usasen  estan- 
darte  las  compañlas  de  arcabuceros;  que  cada 
soldado  tuviese  sn  camarada  para  la  economia 
del  rancÍH);  que  no  se  sentasc  plaza  á  soldado 
tlguio  español  sin  cédula  para  ello  del  rey  ó 
del  eapitan  general;  que  el  cargo  superior  man- 
dase  al  inferior  sin  dislincion  de  naciones, 
dando  en  igualdad  de  clases  la  preferencia  á  los 
españoles»  asi  en  individuos  como  en  los  cuer- 
pos  dei  e]ército,  ctc,  elc.,y  sobre  todo  en 
dícha  real  órden  se  prescribió  á  los  capitaues 
U  esplicacion  de  las  voces  que  se  habian  de 
nsar  á  las  tropas,  cuya  voces  solo  eran  las 
signientes. 
4  .*  A  las  armas. 
t.*    Marchen, 

3.*    Formen  de  tantos  por  hileras. 
4.*    Arbolar. 
5.*    Silencio. 
6.*    A  ia  derecha. 
7.*    A  la  izqnierda. 
8.*    Media  Tuelta  á  la  derecha. 
9.*    Idálaizquierda. 

40.  Reháganse. 

4 1 .  Mltad  de  la  derecha  ¿  ia  derecha  y  mi- 
tad  de  la  ixqnierda  á  la  izquierda. 

\t.    Id.  de  la  derecha  ¿  la  izqoierda  y  mi- 
tad  do  la  isqnierda  ¿  la  derecha. 
.  43.    Hileras,  mitad  de  la  derecha,  media 
Tneita  á  la  derecha. 


44.    üileras,  mitad  de  la  iaquierda,  media 
vuelta  ¿  la  derechu. 
4  5.    Hitades  de  ias  bileras,  abrao  opuestas. 

46.  llileras,  mitad  de  la  derecha  sobre  la 
derecha  y  oñtad  de  la  izquierda  sobre  ia  iz- 
quierda. 

47.  Perfilarse  ó  perfilense  las  mangas. 

48.  Hilcras,  ¿  seis  (ó  al  número  que  tuvie- 
sen)  sobre  la  derecha. 

49.  Hileras  ¿  seis  sobrc  la  izquierda. 

20.  Hileras  segunda  y  cuarta,  doblen  el 
frente  ¿  la  derecba  (ó  la  izquierda):  si  tuvie- 
se  ei  escuadron  seis  de  fondo  se  dirá:  segun- 
da,  cuarta  y  seslu,  doblen  el  freute. 

21.  Los  que  doblaron  el  frente,  ó  el  fon« 
do,  etc. 

2i.    Truequen  los  oostados  (puestos  ú  iii 
gares.) 

23.  Observen  las  distancias. 

24.  Derribar  picas. 

25.  Galar  picas. 

26.  Ocnpar  la  distancia  do  pelear. 

27.  Caiarcuerda. 

28.  Dar  la  carga. 

29.  Glaven  las  armas. 

EI  claven  cuerda  equivale  ¿  la  actoal  voz  de 
formen  pabeUones;  pues  entonces  se  formaban 
estos  cou  los  arcabuces  at¿ndoles  h¿cia  la  boca 
con  cuerda  y  dando  base  ai  pabellon  separan- 
do  unas  culatas  de  las  otras;  los  mosqoeteros 
clavaban  en  hilera  sus  horquiUas  y  sobre  eilas 
aflrmaban  los  mosquetes,  y  los  piqueros  ¿  di- 
cha  voz  clavaban  en  tierra  los  regatones  de 
sus  picas. 

I^s  armas  de  fuego  en  4632  tenian  ya  su* 
ma  importaucia  en  ios  ejércitos,  y  por  eso  en 
cada  420  soldados  se  solian  tener  80  piqueros 
y  40  arcabuceros. 

£1  servicio  de  plaza,  campamentoSi  rondas, 
bonoi  es  cou  las  armas,  todo  era  ya  igual  al  de 
nuestros  dias,  ¿  mediados  del  sigio  XYll. 

H¿cia  el  año  1684  se  sustituyó  en  Iosejér« 
citos  á  la  cuerda-mecha  de  las  armas  de  fuego 
la  llave  de  rueda;  á  la  qnc  sustituyó  la  de  pati^ 
lla,  iuventada  por  el  español  Juan  de  Hoces,  por 
cuya  razon  dicha  Ilave,  que  se  adoptó  en  todas 
las  nacioncs.  se  llamaba  llave  á  la  etptñola. 

Yamos  ahora  ¿  decir  algo  sobre  el  órden 
t¿ctico  de  los  famosos  ejércitos  españoles  cn 
el  periodo  que  nos  ocupa  de  la  tercera  época. 

Aotes  de  todo  haremos  mencion  de  las  ban- 
das  como  distintivos  en  estas  épocas:  una 
banda  de  derecha  ¿  izquierda,  era  Hevada 
por  los  generaies  y  gefes:  los  capitanes  la  Ile- 
vaban  de  izqnicrda  ¿  derecha. 

£n  cl  órden  demarcha,  cuando  el  ejército  era 
grande  y  el  pais  despoblado  ó  escaso  de  rc- 
corsos,  el  ejército  marchaba  dividido  en  sec- 
ciones  distantes  uoa  Jornada  una  de  otra,  do 
manera  que  labatalla  ó  cenlro  pernoctabaen  el 
alojamiento  que  la  vanguardiaó  manguardia  ha- 
bia  dejado  aquei  dia^  y  la  retaguardia  en  el  que 
la  batalla  dejara.  £n  lavanguardia  solia  reuolrso 
la  mayor  parte  de  las  tropas  Ugeras  y  los  bata- 


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583 


ARTE 


B81 


'  llones  de  gastadores  pcrtenecicntes  á  1a  arti- 
lleríu  para  allanar  los  obstáculos,  compODien- 
do  paentes,  ctc,  y  algunas  piezas  ligeras  de 
artillería  á  vanguardia,  solian  irsiempre  man- 
dadas  por  el  maestre  de  campo  general  se;jni- 
do  dc  6US  ofíciales  y  compañia  de  á  caballo. 
Sn  la  batalla  iba  la  parte  sólida  del  ejércilo,  \o» 
hombres  de  armas,  la  cabaileria  é  iufantería 
prlncipal,  la  artilleria,  etc.  En  posde  la  arti- 
llcría  y  su  tren.  con  ia  escolta  correspondienle, 
solia  ir  el  graii  prebosle  con  cl  bagage,  per- 
trecbos,  etc.  la  retaguardia  era  igualmente 
numerosa  que  la  vanguardiay  batalla.  Enc^tos 
tres  cuerpos  iban  compafiias  de  corredoren  ó 
esploradores  para  reconoccr  los  barrancos,  era- 
boscadas,  etc,  trabajando  porlus  flancos.  Los 
capitanes  tenian  obligaciou  de  proveer  de 
gnias  ó  prácticos  del  pais  á  sus  compañías,  pa- 
ra  que  yji  en  cuerpo  con  las  dcmas,  ó  solas,  si 
eran  destacadas,  no  carcciesen  de  nolicias  del 
lerreno.  Las  compainas  solian  marchar  por  bí- 
leras  de  un  frente  de  90  liombres,  lo  cual  era 
f¿cil;  pues  la  de  los  tercios  y  coronclias  mar* 
chando  unidas  entrusi  y  Ilenando  un  fondode 
60  hombres,  compoiiiun  1,300  bombres,  que 
era  próximamentc  untercío.  A  esta  formacion 
86  llamabaeua(¿ro  de  gran  fondo.  La  caballeria 
gaardaba  siempre  una  formacion  análoga  á  la 
de  la  infantería  é  iba,  para  roayor  seguridad 
de  an  ataque  impreTÍslo,  á  los  costados  de  la 
tofaotería.  Este  era  generalmente  el  órden  de 
isarcha,  poea  segun  las  oircunstancias  del  ter- 
reño,  situacion  ú  objeto,  Tariaba  aquel. 

Et  órden  para  dar  una  batalla  en  pl  si- 
glo  XYI  era  el  sigoiente:  antes  se  revislaba 
el  número  de  fueraa  de  cada  compañia,  y  lue- 
go  86  dedocia  el  total  con  que  se  contaba.  El 
^ército  80  distribuia  por  ei  capitan  generat, 
aeonsejado  del  maestre  de  campp,  eo  tres  par- 
tes,  el  cuerpo  derecho,  el  del  centro  y  el  de  la 
izquieráa.  Esta  dí¿(ribuciou  hacia  dicho  gefe 
eu  prescncia  de  las  listas  hechas  de  los  (ercios 
y  escuadrones,  y  segun  el  terreno  para  gra- 
duar  la  fuerza  que  se  habia  de  destinar  ¿  cada 
punto. 

En  lamitaddel  sigloXYI,  las  armasde  fue- 
go,  aunqoe  muy  usadas,  no  habian  su&tituido 
completamente  á  la  pica.  Las  formaciones  de 
los  tercios  6  coronelias  paradarla  batalla,  se 
hacian  unas  veccs  en  cuadros  de  gente  ó  de 
testreno,  que  coosistiaa  como  los  actuales,  en 
presentar  igual  frentc  en  las  cnatro  caras:  tam- 
bieu  usaban  las  maias  de  gran  frenU\,  qiie 
eran  lasque  presentaban,  por  ejeinplo,  en  un 
tercio  dc  4  ,i00  hombres,  uii  frentc  de  60  por 
nn  iondo  de  ítO,  v  por  iillimo  se  usaban  tam- 
bien  las  matae  de  gran  fondo,  que  es  el  drdeo 
que  hemos  esplicado  para  las  marchas.  A  estas 
fuerzas.  que  eran  todas  de  piquero:^,  se  agresra- 
ban  ÍBsguarniciones,  que  era  In  seccion  dc  ios 
arcabuceros  encada  tercio,  y  aquellas  se Cí^ten 
diau  en  hileras  por  los  ángulos  dc  las  masas  ó 
ciiadios.  De  las  guarniciones  se  lomabaii  las 
fnangae,  queerao  pelutones  de  arcabaceros,  los 


cnales  se  distríbnian  eomo  nncstras  gnerríHtt 

actuales,  en  parejas  de  á  dos  hombres  eqnidis- 

tantr's,  alacaban  de  frcnte,  y  cuando  las  nasas 

cerraban  con  el  enemigo,  se   replegabao  i  dí 

punto  marcado  á  relaguardia  ó  á  los  eostados 

de  cada   masa,  y  estas  y  las  guarnlcionei, 

al  cfectuarse  el  choque,  disparaluin  sns  area* 

bures   á  quemaropa.    y  haciao  un  efet:lo  IM 

terríble,   que  conlribuian  raucbo  siempreal 

éxilo  de  la  batalla.  Los  roaestres  de  campoó 

coroneles,  y  los  sargentos  mayores  leoian  el 

rleber  de  conservar  sus  tercios  bien  :n«lruidos 

on  todos  tos  nu)Timientos  y  evoluciones.  Desda 

principioá  del  siglo  XYl  se  conocian  y  usabaa 

enelojércilo  espadol  los  rooTÍmientos  y  cto- 

laciones  regulares.  La  caballería  %e  fonnaba 

tambien  en  (res  porciones  para  proteger  en  la 

retirada  los  tres  cucrpos  principales   de  la  bt- 

lalla.  Los  arcabuceros  se  eslendian  por  los  eos- 

tados  dela  línea  de  batalla,  y  cuando  seda- 

ban  las  carfrns,  ya  sc  ha  dicho  eómo,  se  sepa- 

raban  45  ó  20  de  los  coslados  y  cmbéstian  per 

los  flancos,  para  lo  cual  era  muy  úlil  la  pislo- 

la.  Vn  escuadron  volantc   iba  síempre  ilai 

inmediatas  órdenes  del  capilan  general  para 

dar  un  golpe  de  mano  en  doude  noas  falta  hi- 

ciese.  Los  fulconetes  de  la  aríilleria  Jngabaa 

avanzando  ol  frente,  solian  seguir  i  los  ter- 

cios  al  cargar  haciendo  fuego,  lo  cual  prodncía 

un  efecto  muy  bueno.  Los  falconetes  se  reli- 

raban  á  un  puntode  retagiiardia  como  las  gaer* 

ríllas.  En  el  centrode  la  línea  de  batalla,4e- 

jaban  los  escuadrones  nn  espacio  para  la  arti- 

tlería,  y  atli  se  colocaban  de  frente  las  pie- 

zas  que  prímero  habian  de  jogar,  seguian  las 

Jemas  en  column^,  y  todas  con  la  fuerza  des- 

tinada  ¿  su  esrx)lta.  Detrás  de  la  artilierla  íba 

et  bagagc  siguiendo  á  los  carros  de  monicio* 

nes  y  dn  perírechos,  el  gran  prebosle,  el  caar- 

tel  maestre,  oficialeB  dejusticia  y  deni»era- 

pleados  de  esla  clase.  A  relaguardia  y  á  dis- 

lancta  conveniente  para  revisar  de   noa  ejea- 

da  tüdo  el  ejército.  iba  el  capitan  general  ooo 

los  generales  á  qnienes  no  habia  cabido  logir 

en  la  forroacion  de  la  balulla,  la  compañia  ét 

oOciales  distin^oidos  y  .^lüados  montados,  el 

escnadron   volaule  y  U  escolla  del  roaealrede 

campo,  quc  roas  que   oadie   debia  vigtlar  la 

buena  coiocacion  de  los  tercios.  Encendida  la 

pelea  entraban  en  ella  lodos  los  gefes  y   ofi- 

cialcs  alentando  con  su  cjemplo  y  sus  vooes, 

cargando  con  sus  escuadroues  donde  roas  pre- 

ciso  era,  y  cambiando,  segun  la  necesWad, 

algunas  masas  de  un  punto  á  otro;  annque  es- 

to  pocas  veces  y  con  gran  peligro;  pues  el  soW 

dado  aturdido  en  el  corabate  no  conserva  toda 

laserenidad  necesaria  para  eToIocionar    l)aio 

el  fuego  del  enemigo.  Esle  era  el  órdeu  gcne- 

ral;  pero  asi  como  abora,  el  plan  de  balalU  v;*- 

riaba  segun  el  terreno,  clase  de  enemigo.  eic, 

Elórdendé  rcvisla,  ique  aun   nose  couo- 

cia  la  netiial  dcnominaeion  de  fiarada)  era   en 

una  llnea  generalmente  prolongada.  Eq   )os 

flancos  se  situaba  la  caballería.  U  iaíaBteffift 


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586 


ARTB 


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H  ooloeaba  en  linea  en  el  centro  con  dieabi- 
leras  de  foudo,  r  de  frente  lo  que  alransaba  ca- 
áa  tercio  ó  coronelia.  Al  frente  dcl  tcrcio  ó  es- 
caadroD  se  coiocaba  fuera  de  hoea  la  bandera 
6  e^fandarle  de  cada  uno  escoUada  por  dos 
soldados.  A  doscientospasos  de  la  líuea  defor- 
Biacion  se  colocaba  la  artiilería  dividida  cn 
beterias  y  piesas,  y  con  el  correspondiente 
Dúmero  de  sirvienles  y  escolta.  £n  la  misma 
línea  y  ¿  vanguardia  de  cada  ala  solian  colo- 
carse  iseis  pieias,  iuego  un  par  á  cada  lado  de 
h  linea  yendo  bácia  el  centro,  iuego  á  igual 
distancia  quc  las  primeras  y  lus  anteriores, 
otras  seis  pieias,  y  en  el  centro  de  esla  liuea 
sTaozada,  toda  la  demas  artillería  y  sus  sir- 
vieDles.  Todoesto,  asi  como  losórdeues  aote- 
riores,  era  muy  variable. 

Desde  el  tiempo  de  los  reyes  Católicos,  ias 
tropas  llevaban  el  peso  al  compás  del  tnmbor 
y  de  los  pifanos,  asi  como  la  marcba  por  hi- 
leras,  lo  cual  trajo  de  Italia  Gonzalo  de  Ayora, 
capitan  de  la  guardia  amarilla.  Costó  bastante 
iBtroducir  entre  las  tropas  este  adelanto  de 
lanfa  iroporlancia  para  la  táctica,  pero  ya  en 
tiempo  de  Felipe  II  se  habia  arraigado. 

Desde  el  año  4C32  \28  de  junio)  reinando 
Felipe  lY,  se  introdujo  ya  para  los  cargos  mi- 
litares  como  imprescindible  el  permiso  real. 
Para  que  en  nuestra  ojcada  sobre  el  arte  miU- 
tar  UDiversal.  aunque  li^'era,  no  se  pierda  epi- 
sodio  aiguno  de  importancia,  vamos  á  dar  una 
idea  de  la  ciencia  de  la  guerra  tal  eual  se  ba- 
ilaba  entre  los  indios  cuando  la  conquísta  de 
América,  concluida  por  el  inmortnl  español 
Bernao  Córtes  en  el  añode  452t  en  cl  iraperío 
de  Mejico;  por  Francisco  Pizarro  en  el  año 
de  15i6  en  el  Pcríi,  ácuya  conquisla  se  siguió 
ioiDediatamcnte  la  de  Chile  y  dcl  Paraguay. 

CuaDdo  Ilernan  Córtesemprendió  laconquis- 
tadel  ifflpirío  mejicano  Iialló  cn  él  un  pueblo 
TalieDtc,  dócil  y  bastante  bien  goberuado;  |)e- 
ro  muy  menos  rico  quc  el  eur<ipeo  en  iluslra- 
eioD  y  saber,  y  por  consecucncia,  comparativa- 
meDleal  nuestro,  casisinartemilitar.  Losejér- 
cilos  iudios  eran  muy  numerosos;  pero  poco 
temibles  por  no  poseer  táciíca  alguoa  de  com- 
bate;  pues,  salvad  algnnas  zalagardas  y  estra* 
tagefDas  ingeniosas,  todo  su  sislema  se.  redu- 
ciai  abogar  con  la  embeslida  de  mucbos  la 
bueste  del  eoemigo.  peieando  con  valor.  Como 
>nnas  arrojadizas  usaban  los  indios  la  piedra, 
dardo  y  flccba:  como  armas  de  maoo  el  cbu- 
20,  la  espada,  la  azagaya,  lamaza,  el  bacba, 
elcuchillo  y  el  palo.  Estas  ofensas  les  fueron 
ioútiles  por  la  terrible  ventaja  de  sus  conquis- 
tadores,  que  peleaban  con  armas  de  fuego  y 
desbardtaban  y  di<:zmaban  á  las  masas  de  ata- 
qae  antes  dc  que  pudieran  llegar  á  las  manos. 
Como  armas  dcfensivas  usaban  algunos  indios 
(pnes  los  mas  iban  casi  desnudos)  una  especie 
detejido  ó  camison,  que  les  guardaba  el  cuer- 
po  de  las  flecha:^.  Los  españoles  les  Ilovaban 
ia  Yeutaja  inmensa  de  su  trage  y  de  sus  arma- 
dwas  contra  Us  que  se  que^bon  Us  flecbaB 


de  los  iDocentes  indios.  Los  españoles  tenian 
la  caballerja ,  con  que  desbarataban  y  hacian 
pedazos  á  aquellos,  que  ni  aun  conocian  esta 
arma.  Durantelos  combates,  los  indios  cuida- 
ban  mucho  de  retirar  los  que  caiau  muerlos  ó 
beridos  para  que  los  demas  no  desmayasen  y 
el  enemigo  no  se  alenlara. 

Las  distintas  naciones  qne  entraban  en  1a 
composicion  de  los  ejércilos  indiot»  se  distin- 
guian  por  los  colores  de  los  plumages  é  iban 
mandadas  por  sus  caciques,  que  eran  comogo- 
W  t  nadores  de  las  proviocias.  Losprincipes,  los 
iv^es  aliados  y  los  caciques  lenian  obligacion 
de  concurrir,  con  la  genle  que  el  rey  de  Méji- 
co  les  pedia,  al  lugar  qiK;  se  les  mandaba.  £1 
cj^rcicio  de  las  armas  era  mas  bonroso  auu 
entre  los  mejicanos  que  el  sacerdocio.  Casí  to- 
dos  iosnobles  seguian  esta  carrera  y  todos  ellos 
apronlaban  al  rey  los  conlingentes  que  les  cor- 
respoudian  segun  sus  bienes.  Los  Jóvenes  me- 
JicaROS,despues  de  recibir  iainslruccion  y  edn- 
cacion  elemeutal,  (|ue  se  les  daba  en  dos  cla- 
ses  distintas  y  sucesivas,  pasaban  á  la  tercera 
clase,  que  se  reducia  al  ejercicio  del  salto,  la 
carrera,  cl  pugilato,  la  esgríma  de  todas  sui^ 
armas,  y  á  todo  cuanto  conceruia  al  arte  de 
guerrear,  teniendo  que  sufrír  el  bambre,  la  sed , 
la  intemperíe  y  demas  privaciones  propias  de 
la  milicia.  Los  hijos  de  los  nobles,  que  al  salir 
de  los  semiuariosprcferianlasarmas  á  lascar- 
reras  civiles  y  al  sacerdocio,  entraban  eo  una 
cuorta  clase  mas  peuosa  todavia  é  ingresaban 
en  los  ejércitos,  teniendo  que  llevar  al  bombro 
sus  armas  y  bastimentosparaque  perdiesen  la 
vanidad,  seacostumbrasenal  trabajoyconocie- 
sen  las  penalídades  de  la  carrera  que  querian 
emprender,  exigiéndoles  para  ser  adniitidos  en 
las  armas  quc  no  mudasen  elsemblanle.al  bor- 
ror  de  las  batallas,  y  que  dieran  alguna  prue- 
ba  de  valor,  lo  cual  cslimiilaba  á  los  reciutas, 
qnc  por  eslo  solian  ser  valientcs  hasta  la  teme- 
ridad. 

La  guerra  era  entre  los  mejicanos  la  mas 
honoríflca  carrera,  y  por  etla  subian  los  plebe- 
yos  á  ser  nobles,  y  unos  y  otros  asccndian  i 
las  mas  allas  dignidades.  Todos  los  puebloste- 
niao  su  guarnicion  militar  determinada,  y  los 
soldados  gozaban  sus  fueros  de  distincion 
eutre  el  paisanage. 

Los  ejércitos,  que  nl  llamamiento  del  rey 
reuBian  íos  caciques  donde  aquel  se  lo  orde- 
naba,  eran  numerosísimos,  y  sedice  que  llega- 
ban  á  constar  en  lienipo  üe  Muteznma,  último 
cmpeiadorde  Méjico,  de  3,000,000  de  bom- 
brcs  solocon  las  Ituesles  üe  treinla  poderosos 
cac{</u<?ssuyos,  cadaunodeloscualesdicenque 
podia  presentar  400,000  hombresen  campaña. 
Üemas  de  estos  3.000,000  habia  el  ejército 
que  podian  leunir  los  olros  cact^u^^,  bien  que 
ineuas  poderosoíí  que  aqncllos.  Los  ejércilos, 
pues,  sereunian  con  facilidad  por  medio  de  los 
caciques,  que  cuidaban,  como  los  duques  y 
conües  enU-e  los  godos,  de  tener  siempre  bien. 
apercibidos  sus  contingentes.  £1  rey  era  el  ge« 


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AETE 


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neralisimo  nato  del  cjército  del  imperio,  y  si 
alguna  vez  (may  rara)  faltaba  el  rey,  supHale 
en  el  mando  dol  ejército  uu  capitan  general, 
que  el  mismo  rey  nombraba,  y  yaá  aquel  ya  á' 
este  los  coct^ues  obedeciao,  bien  que  sin  per- 
der  el  raando  en  gefe  de  sus  respectivos  ejér- 
citos.  Eu  las  batallas  se  desbacian  al  momento 
los  mejicanos  de  las  armas  arrojadisas  y  cer- 
raban  cuerpo  á  cuerpo  y  arma  á  arma  con  sus 
^encmigos;  aunque  preferian  hacerlos  prísione- 
ros  á  matarlos,  piies  de  aquel  modo  presenta* 
ban  mas  victimaspara  los  sacrificios  á  sosdio 
ses.  No  por  sacriQcar  victimas  y  no  poseer  la 
escritura  y  la  pólvora,  eran  rauy  iuciviles  los 
roejicanos,  pues  á  mas  de  su  boudad  y  talenio 
naturales,  sabian  esplotartodaclase  de  minas, 
aconar  oro  y  plata,  trabajar  las  piedras  precio- 
sas,  tejer  telas,  todas  de  nua  especie  de  algo- 
don  que  daba  el  pais,  bacer  caUadas,  fa- 
bricar  armas  y  otros  muchos  conocimientos 
en  que  no  cedfan  á  las  naciones  de  aquende 
los  mares. 

En  los  ejércitos  tenian  varias  órdenes  mili- 
tares  para  alimentar  el  espirítu  y  el  booor, 
mny  semejantes  á  las  que  en  España  exis- 
tieron  con  tan  buen  fruto  contra  los  moros. 
La  primera  órden  miiitar  de  Méjico  se  compo- 
ntd  solo  de  los  nobles  de  real  alcurnia,  de  la 
cual  tomó  el  mismo  Moteznma  el  bábito  para 
darla  mas  lustrc.  Traian  los  de  esta  órden  ata- 
do  una  parte  del  cabello  con  una  cínta  roja,  y 
entre  las  plumas  cou  que  adomaban  la  cabeza 
unas  borlas  tambien  rojas,  que  pendian  sobre 
Jas  espaldas  mas  ó  menos,  segun  las  hazañas 
del  ordenado,  las  cuales  se  contaban  por  e1 
número  de  las  borlas,  aumentándose  la  canti- 
dad  de  estas  a1  paso  que  las  hazañas  de  cada 
uno,  con  lo  cual  en  el  mismo  distiotivo  de  la 
órden  se  comprendia  la  gerarquia  de  cada  uno 
en  ella. 

Oiras  órdenes  mililares,  auuqoe  inferíores  á 
esta,habiaenel  impcrío  deMéJico,  que  asi  como 
la  anterior,  habian  sido  por  Motezuma  insti* 
tuidas,  como  eran  la  de  la$  dyuilas,  la  de  los  li^ 
gres,  la  de  los  leones.  Los  aOliados  en  ellas  lle- 
vaban  pintados  en  tíl  manlo  de  la  órden  un 
águila,  un  tigreó  unleon  por  distintivo,  segun 
la  órden. 

Para  dar  la  batalla  el  ejército  se  ordenaba 
deirente,  aunque  sin  alas;  pues  el  éxito  de  la 
victoría  ñe  subordinaba  al  empuje  de  la  muche- 
dumbre  y  al  valor  y  destreza  individuai.  El 
capitan  general  con  su  numerosa  guardia  era 
Ilevado  en  unas  lujosas  andas  de  roioioy  se  s¡- 
tuaba  en  el  centro  con  el  estandarte  real  en  la 
mano;  pues  solo  á  él  se  conflaba  esta  honra,  y 
esto  en  trances  de  mucho  apuro,  pues  la  pérdi- 
da  del  estandarte  cra  para  los  indios  la  pér- 
dida  de  la  batalla.  La  forma  del  estandarte  era 
mia  red  de  oro  macizo  peudientc  de  una  pica, 
en  el  remaie  muchas  plumas  de  varíos  colores, 
1o  cual  enccrraba  su  misterio  y  superíoridad 
entre  tos  muchos  penachos,  plumas  y  tintes 
que  us^ban  aquellos  ejércitos,  de  cuya  orga- 


nizacion  intcríor  y  gerarqnla  apenas  se  cono- 
ce  mas  que  lo  que  queda  dicho. 

Las  ciudades  de  los  roeiicanos  estaban 
casi  todas  fortificadas,  y  su  sistema  de  for* 
tificacion,  ademas  de  utilizar  los  rios  y  de- 
más  accidentes  del  terreno,  consistia  prínci- 
palmeote  en  lo  siguiente.  Laís  ciudadesestaban 
rodeadas  de  una  especie  de  muralla  becha  de 
gruesostroncosdeárboles  clavados  á  lamanera 
de  nuestras  estacas,  y  apretados  eij^e  si  de 
modo  que  las  junturas  sirviesen  ¿  los  defenao- 
res  para  disparar  sus  dardos  y  flechas.  No  nsa- 
ban  lorres  pam  flanquear,  traveses  ni  otra  de- 
fensa  alguna.  Al  llegar  á  cerrar  la  muralla 
cuando  concluian  estas  forliflcaciones,  conti- 
nuaban  fijando  los  últimos  troncos  en  tierra,dc 
manera  que,  separados  por  la  parte  de  adentro 
de  los  primeros  ya  clavados,  formasen  una  es- 
pecie  de  curva  en  espiraló  caracol  queveniai 
dcjar  la  enlradadelaplazaenformadcuDacalie. 
fin  esta  calleópasadizo  situaban  losindlosdosó 
tres  garitas  ó  castillejosdemadera,  quediflcai- 
tando  el  paso  al  enemigo,  servian  tambien  de 
abrigo  ¿  los  centinelas  y  defensores.  En  las 
calles  de  la  ciudad  construian  muchas  barríea- 
das  y  en  el  centro  de  ella  tenian  su  plaza  de 
armas. 

La  marina  indio-amerícana  laformaban  sio* 
náfflcro  de  cunoas  mas  ó  menos  grandes,  des- 
de  las  cuales  lanzaban  los  indios  sus  flecbas, 
dardos  y  piedras,  si  combatian  de  lejos;  pues 
en  los  abordages,  .usaban  las  mazas  y  dcmas 
armas  de  mano. 

Méjico  y  alguna  otra  gran  ciudad  tcnian 
doble  recinto  y  murallas  de  piedra  y  argama- 
sa  con  castillejos  que  las  flacqueaban,  ó  cer- 
raban  el  paso  de  una  calzada»  una  garganta  ú 
otro  accidente  delterreno.  El  gran  territorío  de 
Tlascala  estuvo  cercado  todo,  y  pordonde 
no  habia  montañas,  de  nna  muralla  somejante 
¿  la  de  la  China. 

Este,  pues,  era  el  poder  y  orgaDiAicion 
militar  del  gran  iraperio  mcjicano.  Pero  aqnc 
llos  numerosos  ejércitos,  aquel  órden  tan  si- 
bio,  aquel  valor  tan  grande  y  el  amor  á  la  in- 
dependencia  patria  cedieron  ante  la  artillerit, 
caballeria,  la  t¿ctica,  y  masque  todo  á  ia  poH- 
tica  de  un  pnñado  de  bombres,  acaso  menos 
grandes,  pero  mas  s¿bios  que  ios  mejicanos. 
Tan  cierto  es  qoe  las  cienclas  y  las  artes  con- 
curren  X)omo  elemento  único  y  segaro  dc  la 
víctoria  en  el  arte  militar.  Ademas  con  las  ar- 
mas  se  esclavizan  las  naciones,  con  la  sabia 
politica  se  conquistan.  Hernan  Górtes,  mas  qne 
¿  los  tríunfos  de  sus  soldados,  ¿  ios  de  sa  bá- 
bil  politica  debló  la  conquista  de  Méjioo. 

£1  Perú,  Ghile,  y  el  Paraguay  teoiau  ooa 
organizacion  militar  poco  diferente  de  la  de 
los  mejicanos,  y  fneron  por  Iguales  raaones 
bien  prento  sojuzgados. 

Yaque  hemos  habladodel  aricde  la  goerra 
enel  Asia,  Afríca,  Europay  América,  pudíéraoioi 
deciralgo  sobreios  usos  militares  y  ejércitos 
de  esa  nueva  parte  del  mundo  liamada  Ocea- 


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ARTE 


690 


fiia;  pero  el  estado  de  iDCivilisaciOD  en  que  se 
hallan  todtTla  estos  paises  y  las  pocas  partica- 
liridades  qne  ofrederon  aqoelios  en  so  des- 
eabrimicDlo  nos  obligan  á  continnar  el  relalo 
iaterrampido  de  la  terc^ra  époea  müitar  qoe 
008  ballamos  refiriendo. 

Coocluidas'  estas  particularidades  necesa- 
rias  á  la  bistoria  particular  del  arte  militar  en 
general ,  pasaremos  á  dar  una  idea  del  estado 
general  de  Eoropa  en  esta  tercera  época  para 
tocar  asi,  aonque  lígeramente,  la  gran  historia 
del  arte  militar  en  los  tiempos  modcmos. 

En  la  primera  mitad  del  siglo  XVII  la  Eu» 
ropa  ae  hallat>a  dividida  en  Tcinte  y  cinco  es- 
lados  6  oaciones,  oonstituidas  del  modo  si« 
goiente: 

Seis  naciones  de  primer  órden  ,  que  eran: 
/  laEspaña,  la  Turqnia,  la  Sauta  Sede,  el  Santo 
Imperio  (Alemania),  la  Vraucia  y  la  Gran  Bre- 
taüa. 

Ocbo  naciones  de  segundoórden,  que  eran: 
Teoeda,  loe  Cantones  suizos ,  Holanda ,  Dina- 
marca,  Soecia,  Hungría,  Polonia  y  MoscoTia. 

Cioco  potencias  de  tercerórden:  la  ix)rena, 
Saboya,  Toscana,  Génofa  y  Malta. 

Por  último,  seis  estados  de  cuarto  órden: 
Urbino,  Mántua,  Módena,  Luca,  Ragusa^y  6i- 
nebra. 

Estos  Yeinte  y  cinco  estados  bajo  la  forma 
poUtica  contenian: 

Cioco  monarquias  electivas:  la  Santa  Se- 
de,  el  Santo  imperio  y  los  reinos  de  Dinamar- 
ca,  Huogria  y  Polonia. 

Doee  monarquias  hereditarias:  el  imperio 
tarce,  los  reínos  de  España,  Francia,  la  Gran 
firetana  y  Suecia,  los  grandes  ducados  de  Mus- 
coTia  yToscaoa,  los  ducados  de  Loreoa,  Sabo- 
ya,  ürbiDO,  Mántua  y  Módena. 

Ocho  repúblicas:  Holanda,  los  trece  canto- 
nes  suisos,  Yenecia  ,  Génova ,  Ragusa  y  Gi- 
nebra. 

Por  último,  Malta,  que  era  una  especie  de 
repúblíca  militar  y  eclesiástica  á  la  vez »  en 
la  cual  uco  de  sus  cabaUeros  era  obispo  á  la 
par  qoe  principe  y  tenia  nn  couYento  por  pa- 
lacio,  la  mar  por  campo,  una  Isla  por  abrigo, 
ooa  galera  por  arma,  la  cristiandad  por  patrla, 
por  cliente  el  cristianismo,  por  medio  la  guer^ 
ra  ylacivilisacion  por  objeto. 
'  Las  dos  repúblicas  de  Andorra  y  San  Ma- 
riDo  se  omiten  por  pequeñas. 

Las  ciDCO  monarquias  electivas  estaban 
iotervenidas ;  el  papa  por  el  sacro  colegio  y 
los  conctlios;  el  emperador  de  Alemania  por 
ios  electores  y  las  dietas;  el  rey  de  Dioamarca 
por  las  cinco  órdenes  del  reino;  el  rey  de 
HoDgría  por  el  palatinado  que  Jozgaba  al  rey 
coando  ei  poeblo  le  acusaba;  el  rey  de  Polonia 
por  los  paiatinos,  los  grandes  scñores  y  los 
ooncios  terrestres. 

Las  dooe  monarquias  hereditarias  eran  ab- 
tolutas,  meoos  la  Gran  Bretaña,  limitada  por 
las  doB  cámaras  del  pariamento ,  y  la  Suecia, 
eoyo  tnmo  fué  clectiTO  bastaGustaYO  Yasa  y 


estaba  limitado  por  sus  doce  cons^eros,  por 
ios  Tizcondes  de  los  terrítorios  y  por  eí  co-' 
mun  casi  soberauo  de  Stokolmo. 

De  las  ocho  repúblicas,  cuatro  eran  arísto- 
cráticas;  Yenecia,  Ragusa,  Ginebra  yMalta. 
Treseran  mixtas:  Holauda,  GénovayLuca.  Una 
sola  era  popular ,  la  Suiza.  La  Suiza  y  la  Ho- 
landa  eran  federaciones  y  ya  queda  dicho  lo 
couTeniente  de  Malta. 

El  Santo  Imperío  era  ona  federacion  de  no- 
Tcnta  y  ocho  estados,  que  bajo  distintos  géne- 
ros  de  gobierno  componian  la  Alemania,  go- 
beroada  por  el  emperador.  Este  no  tenia  de 
renta  como  emperador  muchos  millones;  pero 
como  rey  de  Bohemia  y  archiduque  de  Austria 
era  mucho  mas  ríco.  Soio  de  la  Alsacia,  Sua- 
bia  y  el  pais  de  los  Grisones  sacaba  casi  tan- 
tos  millones  de  renta  como  en  Alemania.  El 
ejéicito  reunido  de  Alemania  en  trancede 
guerra  general  era  inmenso;  porque  la  fede- 
racion  loeratambicn  en  territorio  y  poblacion. 
Llegaba  á  200,000  hombres,  que  equiva^en  hoy 
á  on  ejército  de 4. 000,000  desoldados. 

El  duqne  de  Saboya  era  poderoso.  Era 
marqués  de  Suza,  Gleves  y  Saluces,  conde  de 
Niza  y  de  Mauriana  y  tenia  mucha  renta.  Era 
aliado  de  los  suizos,  que  deseeban  un  vecino 
tranquilo;  lo  era  de  la  Francia  que  le  necesi* 
taba  para  tenerle  como  frontera  contra  los 
principes  de  Italia  y  compró  su  amistad  ¿  cos- 
ta  del  marquesado  de  Saiuces;  era  aliado  tam- 
bien  de  la  casa  de  Austría,  que  le  necesitaba 
para  que  diese  paso  ¿  las  tropas  del  Milane- 
sado  contra  los  Paises  Bajos,  y  en  fln,  lo  era 
asimismo  de  la  Alemania  como  descendiente 
de  l03  prlncipes  de  Sajonia.  EI  duque  de  Sa- 
boya  era  iuespugnable ;  pero  como  tenia  pre- 
tensiones  contra  la  república  dc  Ginebra,  sobre 
el  Monferrato  contra  el  duque  de  M¿ntua ,  y 
sobre  la  Acaya  contra  la  Soblime  Puerta,  no  se 
hallaba  muy  seguro. 

EI  gran  duque  de  Toscana  tenia  uu  pais 
que  se  Ilamaba  el  Esiadode  hierro;  una  fron- 
tera  de  fortalezas  y  otra  de  montañas ,  roillou 
y  medio  do  escodos  de  renta,  mucbos  millo- 
nes  en  su  tesoro  y  dos  miilooes  de  Joyas; 
38,000  iofanles,  500  caballos ,  diez  y  nucTe 
galeras  y  galeones ,  su  arsenal  eu  Pisa,  su 
puerto  militar  en  la  isla  de  Elba,  y  en  Liorna 
su  homo  de  galleta.  Era  aliado  de  la  casa  de 
Austria  por  matrimonio,  del  duque  de  M¿ntua 
por  parcutesco;  pero  la  Córcega  le  indisponia 
con  Génova;  la  cueslion  de  Ilmites  con  el  du- 
que  de  Urbino,  meaor  que  él;  la  rivalidad  le 
iudisponia  con  el  duqoe  de  Saboya  mayor 
que  él. 

£1  defectode  estas  montañas  era  el  hallar- 
so  abiertas  por  la  parle  de  la  Santa  Sede ;  el 
defecto  de  las  fortaiezas  era  de  que  estas  ea« 
taban  constmidas,  mas  blen  quc  para  una 
guerra  estrangera,  para  la  guerra  civil  contra 
el  pueblo.  EI  defecto  de  la  autorídad  en  Tos- 
cana  era  el  hallarse  fundada  sobre  tres  repú- 
blicas  antigoas,  Fiorencia,  Siena  y  Plsa. 


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ARTB 


BM 


El  daque  de  Mintua  tenia  esta  fórtfsima 
ciudad  mas  antigua  que  1a  de  Troya.  No  se 
podia  entrar  en  ella  mas  que  por  puenles; 
tenia  este  duqu^  sesenla  y  cinco  ciudades, 
500,000  escudos  dn  renta  y  la  mejor  CHbaile- 
rla  de  llalia;  pero  como  marqués  de  Monfer- 
ralo,  sentia  el  peso  del  duque  de  Saboya. 

El  duqne  de  Módena  poseia  á  Módena  y  Be- 
gio;  pero  como  candidato  al  ducado  de  Ferra- 
ra,  senlia  el  peso  del  papa. 

El  duque  de  Urbino  tenia  un  pais  de  60 
millas  de  largo  por  35  de  latilud,  siete  ciuda- 
des,  trescíentos  castillos  y  4,áOO  soldados 
uguerridos;  pero  comu  recino  de  Ancona  sen- 
tiael  peso  del  papa  y  le  pagaba  !2,240  escudos 
anuales. 

En  el  centro  mismo  de  la  deliciosa  Italia 
tenia  su  síllatemporal  el  papa,  quetenia  ensu 
mano  derecha  las  llaves  del  paraíso,  sintiue 
esto  le  impldíese  tenerbajosu  mano  iaquierda 
1a  llave  de  la  Ilalia  inferior,  á  Gaeta. 

Independientemente  del  eslado  pontillcio 
el  papa  era  señor,  director  y  sobcrano  de  los 
reinos  de  Nápoles  y  Sicilia,  deJos  ducados  dc 
ürbino  y  de  Parma,  y  hasla  Enrlque  VIII  habia 
recibido  el  homenage  de  los  reyes  bretones 
por  la  Inglaterra  y  la  Irlanda.  El  papa  era  tan- 
to  mas  dueño  de  Ilalla  cuanto  que  los  reyes 
de  Nápoles  y  Milan  erau  los  mismos  de  España; 
qiie  siempre  se  hullaban  en  esta.  Su  grandeza 
moral  era  inmensa;  respetado  de  cerca,  vene- 
rado  de  lejos ,  pródigo ,  sin  perder  ni  apostar 
nada ,  árbilro  de  dar  dignidades  iguales  á  co- 
ronas,  pudiendo  dar  sin  pérdida,  recompensar 
sin  gaatos  y  casligar.singuerras;él  gobernaba 
á  todas  las  princesas  de  la  cristiandud  con  la 
rosa  deorOf  que  leredituaban  hasta  220  escu- 
dos,  y  ¿  todos  tos  principes  con  la  espada  de 
oro,  que  1e  rendia  á  su  vez  940  escudos.  Para 
bacer  arrodillarhumildemente  á  los  emperado- 
res  dc  Alemania  le  bastabapresentarante  el  in- 
menso  ejércilo  de  aquel  los  bonetes  y  los  plu- 
meros  de  so  guardla  suiza,  que  le  costaba  200 
escudos  anuales. 

En  la  penumbra  polar  de  Europa  vegetaban 
á  demasiada  dislancia  del  centro  dos  naciones 
poco  importantes.  Dinamarca,  que  en  el  siglo 
XVI  envió  para  proteger  al  rey  de  Escocia  400 
buques  y  40,000  soldados,  y  laSuecia,  que 
tenia  32  banderas  de  á  ^OOinfanlcs,  43  com- 
pañías  de  caballería ,  50  buques  de  guerra  en 
la  paz,  70  en  tiempo  de  gucrra,  y  daba  al  real 
tesoro  sobre  100,000  thalers.  láSuecia  brllló 
poco  hasta  que  deslumbró  á  la  Europa  en  tiem- 
po  de  Cárlos  XII. 

La  Inglaterra  para  el  continenle  era  en 
esta  época  una  isla  grande  y  nebulosa,  cujos 
disturbios  interlores  tenian  una  causa  poco  co- 
nocida  todavia  para  la  Europa. 

La  Suiza  daba  sus  tropas  ¿  sueldo  al  quc 
las  pagaba  bien. 

La  Francia  tenia  una  gran  importancia  mi? 
lilar. 

El  rey  de  Rusia  era  para  It  Soropá  un  per- 


sonage  medio  asi¿tfco  casí  descoQoeido,  y  il 
cual  se  colgaban  todas  las  qnimeras  de  loi 
,  cnentos  orientales.  Su  dominio  era  la  RusU 
Blanca,  esdecir,  ia  Rusia  rubierla  denieve. 

El  rey  do  Polonia  mandaba  cn  la  Rasia  Ke- 
gra,  esto  es,  la  Rusia  mas  fértil,  que  es  en 
donde  no  fee  eterniza  lá  nieve.  Era  pobre,paes 
no  cobraba  mas  que  600,000 -escudos  anuales, 
y  laLíthuanla  le  desbancaba.  Su  únlca  inniate« 
rla  eran  algunos  regimlenlos  suizos  y  alema- 
nes;  pero  en  cambio  su  caballerla,  compuesta 
de  400,000  polacos  y  70,000  lilhuanienses,era 
escelente.  Eala  caballeria,  quo  defendia  unt 
inmensa  frontera  contra  las  naoiones  cíviliia- 
das  del  cenlro  de  Europa,  organizada  á  la  tar- 
ca,  salvage,  feroz ,  violenta  en  sa  acoroetida, 
se  parecia  ¿  la  caballeria  olomana  »  como  el 
pprro  lobalo  se  parece  al  lobo.  £1  eroperador 
cubría  lo  restante  de  aquella  frontera  terrcstre 
desdc  Knin,  sobre  el  Adriático,  basta  Szolnock, 
cerca  del  Danubio,  con  20,000  lansquenet¿$, 
defensa  insuflciente  para  la  guerra,  y  fatigosa 
al  imperio  durante  la  paz.  Venecia  y  Malta  ca- 
brlan  la  cosla  6  frontera  roantima  del  conti- 
nente  europeo  civilizado;  pues  Génova ,  siem* 
pre  humillada,  vigilaba  sucostacon  solocoatro 
galeras,  mientras  que  dejando  podrirse  otras 
veinte  y  cinco  galerascn  su  arsenal,  se  acogU 
bajo  el  inmensü  poder  del  rey  de  España. 

Malta  tenia  tres  baluartes:  sos  fortalesas, 
sns  galeras  y  el  vator  de  sus  caballeros ,  tan 
Invicto.^  en  la  ticrra  como  en  la  mar.  Uoa  ga- 
lera  de  Malla,  que  uunca  llevaba  mas  de  16  ca- 
ñones  y  500  hombres  ,  ataceba  sin  vacilar  á 
trcs  galeones  turcos. 

Veoecia,  opulentay  atrevida,  sostenida  por 
sieteciudadesfuertcsen  Lombardía  yenlalfar* 
ca,  dueña  del  Frioul  yde  lalslria,  del  Adriitieo^ 
coya  cuBtodia  le  costaba 5,000  ducados  aona- 
lcs,  bloqueando  á  los  uscoques  con  cinco  fiss- 
tas  siempre  armadas ,  establecidas  en  CorfA, 
Zante  y  Gefalonia,  y  en  todas  las  islas  de  la 
costa  áesñe  Zara  hasia  Cérigo ;  con  un  ejércita 
de  35,000  lansquenetes  ,  saizos  y  griso- 
nes,  tolal  60,000  inrantes:  con  4.500  lan- 
zas,  4,000  lombardos  de  cabailerta  ligera ,  y 
3,000  cdtradiotes  alemanes,  total  5,500  caba- 
llos;  con  cuarenta  galeras  brillantemente  ar- 
madas,  equipadas  y  guarnccidas,  sleropre  sobre 
la  mar,  veinle  de  ellas  de  graa  porte  ;  con  sa 
admirable  arsenal,  úuico  en  el  mundo,  endon- 
de  guardaba  doscientas  galeras,  obreros  ca- 
paces  y  snflcientes  ¿  botar  ¿  la  aíta  mar  treio- 
ta  buqnes  en  diez  dias  y  con  nn  armamento 
suflcíentc  ¿  todas  las  marinas  de  gnerra  ,  en 
la  gran  barrera  contra  la  Turquia ;  paes  aon 
cuando  perdió  ¿  Andro  yParos  en  ei  Archiplé- 
lago,  conservó  ¿  Candia,  llave  del  m -r  Egeo. 

Va  homos  dicho  algo  sobrc  la  inQneBcia 
polilica  y  militar  que  ejercia  el  papa.  Ademas 
tenia  una  dc  las  Marcas  de  Italia,  Ancona;  uno 
de  los  cuatro  ducados  lombardoH,  Espoleto;  po* 
seia  ¿  Ancona ,  Comachio  y  las  bocas  del  Póo^ 
sobre  el  golfo  de  itnecia;  CívUa-VecliU  sobrc 


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MS 


Ajm 


m 


d  D»r  Tirreoe.  El  EsUdo  PoDtiflcia  cooprea- 

dia  la  caropiD^  de  Roma  y  el  palrimonio  de 

Sau  Padro,  la  Sabinia,  la  Uiubria,  es  decir,  to- 

(U  ia  soabra  del  Apenioo;  la  marct  de  Áncooa. 

la  llQnaiiia,  oi  duo^do  de  Ferrara,  el  paiá  de 

Perasa,  el  fioloi^a  j  algo  de  U  To^c^a;  uqa 

ciudad  (le  primei  órden,  RoiBa;  una  iüem  de 

^|au4o,  BoIoaU;  of'bo  idem  de  terccr  órdeu, 

^rara,  Peroaa,  Ascctli,  ADCpoa,  Forli,  Rávcua. 

ftruio  y  YitertH);  45  piaxas  de  tqdos  loa  órde- 

168,  entre  lan  cu^les  se  contabau  Rimioi,  Ce- 

aeoa,  Faeoa^  y  Sapoleto;   50    obiEpadq^  y 

BD  miilon  y  m^dk)  do  babiiantqs.  £1  papa  po- 

s«ja  adenas  en  Fwci^  el  coodado  Veoeüluo 

qoe  leoia  poi  corasop  el  palacio-fortalesa  de 

ÁTinoD.  Si  papa  aembcaba  indulgenciag  y  r&- 

Mfl^a  ducados.  SistoY  decia:  AíUntras  no  me 

foke  una  pluma  ao  me  faltará  dinero.  £u 

efeefo,  en  ^Iob  cioco  años  iitesoró  este  papa  un 

gria  capital  en  el  castillo  de  San  Angelo.  Lus 

cootribucioDes  de  los  (icles  sostenian  al  papa 

uo  ejéreitodo  %5.0OO  hombres  en  la  Marca  y 

la  RomaDia;  25.000  eo  la  campiüa  de  Roma  y 

ei  patrimooio,  mtlad  en  ias  fronteras  y  mitad 

ea  ftoma.  Podía  aumentar  este  armamento.  A 

eaie  boeo  ejércilo  auádase  la  Umbria,  fortale- 

2a  aatural  eu  que  Anibal  se  forliíicó,  y  luego 

lasoostas  coDstaotemeote  batidas  por  los  vieo- 

tos  de  toda  1«  Italia  y  quq  daban  dpfensa  al 

P^  por  todaa  partea  con  la  tempestad.  £1 

pa^ ,  asi  fortifleado,  ati»J>a  coustautemente 

ia  goerra  contra  los  turcos.  Desde  que  los  tur- 

^ka  oodearoQ  eo  £uropa,  los  papas  se  que- 

<labaD  siu  un  cuarto  y  sin  un  soidado  por 

/aTorecer  las  ligas  que  se  formabau  coutra 

aqoelios.  Paulo  111  en  laliga  de  4542  contra  los 

otomaoos envió  á  Cários  I  de  £spaüa  4  %(iOQ  in- 

faotes  y  500  caballos. 

£ste  era  el  estado  politico  y  militar  de  la 
niayor  parl^  do  Europa;  pero  á  esla  amenaza- 
I>au  á  la  par  dos  tqrribles  colosos»  el  uno  que 
qoeria  imponer  ia  barbarie  del  Asia,  el  otro 
lareligion  con^tituida  en  tirania;  el  uoo  eu 
^eote,  en  Occiueote  ei  otro.  la  Turquia  y  la 
^spaña.  Ambos  poderes  lenian  detenido  en  Eu- 
nipa  el  progresQ  de  las  luoes  y  de  la  libertad. 
^  turco,  bárbaro,  impetuoso  en  la  acometida; 
el  cspañol  pülitico,  sagas  y  reservado. 

U  Turquia  dominaba  en  Africa,  en  Asía  y 
euEuropa.  JEii  Africa  poseia  á  Argel,  Tunesf, 
Tripoii  y  ei  Egipto  cntero  desde  Alejandria  á 
Sieoa,  esto  es,  loda  la  costa  desde  el  peñon 
de  Yelez  basta  el  istmo  de  Suez.  Desde  aüi  se 
sumergia  eñ  la  Arabia  Troglodita ;  desde  Suez 
«¿re  ei  nmr  Roio  hasta  Suakem. 

En  Asia  poseia  tres  de  las  cinco  tablas  eo 
qoeTolomeo  la  dividió:  la  primera,  la  cuarto 
y  U  qninta. 

Poseer  la  primera  tabla,  cra  poseer  el  Pod- 
to,  la  Bitiata,  la  Frigia^  la  Ucia,  ia  PaHagoniai 
ia  Galacia,  la  Pamfilia,  la  Gapadocia,  la  Arme- 
Dia  Menor,  la  Garamaoia ,  todo  el  trapecip  de 
Tolomeo,  desde  Alejandreta  basta  Trebisonda. : 
Poseyeodo  el  turco  I»  cuarta  tabla,  poseia' 
4  74    lujiuoTJicA  mvuu. 


4  ^ifMre,  ^iria,  t^^lestina,  toda  la  ribera  desde 
pasado  Tirámides  ^asia  Alejundria»  la  Arabia 
Desierta  Ja  Arabia  Petrea,  la  Mesopotamia  y 
Rybilouia  {BagadH,) 

Coo  la  quiota  tubla  perteu,eciap  al  lurco 
todpA  Íqs  paises  compreudidQi^  eiitrc  la  liiiea 
que  de^de  Tr^bisonda  se  tira  hácia  el  Norte, 
basta  ia  Hermanossa  de  Tolomco  y  hasia  i;i 
Bósforo  Cimerianu,  que  ilaman  los  italia- 
110?  Boc^  de  Saq  ^uan,  y  ta  linea  que,  pa^au- 
do  la  Arabia  Feliz,  se  tira  de^de  Sucz  á  la  em- 
bocadura  dcl  Tigris. 

Ademas  de  est^s  tres  regioDes  inmeusas, 
lo4  t^rcos  po^eian  la  Qran  Armenia,  y  todo  lo 
que  Tolomeo  pone  eu  la  tercera  tabla  de  Asia, 
basta  los  cooflnes  de  la  Fersia  y  de  la  Tai- 
taria. 

£n  Europa  poseía  el  sultan;  del  mar  Adriú- 
tico,  desde  ia  ^lida  de  Kuin  por  cncima  de 
Ragusa,  ol  Arcbipiélago,  la  Propóntíde,  el  mar 
Negro  hasta  Caffaen  rtimen    ;  '   antigua 

Teodosia;  la  Alfa  Hungna  hasia  üuüí];  la  Tra- 
cia,  hoy  Roroelia;  toda  la  Grccia,  esto  es,  la 
Tesalia,  U  Macedoiiia,  el  Epiro.  la  Acaya  y  la 
Morea;  casi  todala  lliria;  la  D<ilaiacia,  la  Bot- 
nia,  la  Servia,  la  Dacia  y  la  Biiigaria;  ia  Mol- 
davia,  la  Valachia  y  U  XiaQsilvauia ;  todo  el 
curso  dcl  Danubio  desde  Watzen  h^^ta  su  em- 
bocadura. 

EI  gran  señor  poseia  eo  total  44.280  mi- 
llasde  costa,  y  eo  soperflciedc  liprra  1.203,249 
miilas  cuadradas. 

P{ira  ipoagioarse  biei^  la  indole  y  siloacion 
de  estecoloso,  usar^mos  de  la  imágen  exacta  4el 
célebre  Yictor  Ilugo.  «Imagiuese  un  gigante  de 
900  lcguas  de  ancho  y  de  4,400  leguas  de 
loogitud,  acostado  vieutre  abajo  al  tr^vés  del 
mundo  antiguo,  su  talon  izquierdo  en  Africa» 
la  rodilla  derecbasobrc  el  Asia,  un  codo  sobre 
la  Grecia,  otro  codo  sobre  la  Traci^,  la  sombra 
de  su  cabeza  sobre  el  Adriático,  d  Aiistria,  la 
Huugria  y  la  Podolia ,  avanzando  su  mons- 
truosa  cabeza  tau  prouLo  sobrc  Veuecia ,  um 
prontu  sobre  Polonia,  tan  prouto  sobre  Alema- 
nia  y  mirando  siempre  á  la  Europa.»  £sta  e^  la 
mas  exacta  flgura  del  iumeuso  y  bárbaro  pue- 
blo  del  gran  señor  á  principios  del  siglo  XVII. 
EI  otrocoloso,  eiprincipal,  era  Kspañ^i; 
peuíusula  baúada  al  Levaute  por  el  Mediurrá- 
uco,  al  Orieute  por  el  Océano ,  scp^ad<i  dei 
Africa  por  un  cslrecbo  brazo  de  mar ,  y  del 
resto  de  Eoropa  por  una  alta  cadeua  qe  monta- 
ñas.  España  contenia  diez  y  ,ocho  r^iuos,  á 
quieues  imprimia  su  unídad. 

£3paña  poseiaadeinas  á  Serpa  y  Táuger,  que 
son los  ccrrojos dsl estrccho  de  (iibraltar;  y  i^i- 
gunqueria  abrírlodcerrarlo,  el  M^ilUerránco  era 
un  mar  óuu  lago.  EsíKinaropurlíulas  flotusdo 
la  Peuinsula  por  vcintc  y  orho  grandes  punrloíi 
metropolitanos,  y  ademas  tenia  Irciota  y  :>íete 
sobre  el  Océauo. 

Poeeia  eu  Afríca  gX  pcJQOu  de  Velcz,  Meli- 
lla,  Oiran,  A(az^quivir,  que  es  el  mejox  pqerto 
4el  Me^il^rráoeo,  Ni^agan  j  tqdft  la  C9s|a  ^(^- 

T.    UX.     38 


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ARTE 


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de  el  cabo  de  Aguirra,  basla  el  cabo  Gaatdafaí, 
las  islas  Canarias  y  las  de  FerDando  Pó,  Anno- 
bon  y  Corisco. 

Poseia  en  Araérica  nna  gran  parte  de  la  pe- 
nínsula  septentrional,  la  costa  de  la  Florida, 
la  Nueva  España,  Yucatan,  Méjico  y  el  cabo  de 
Califomias,  Chile,  ei  Peni,  el  Brusil,  el  Para- 
guay,  todala  penínsulaMeridionalhastalosPa- 
tagoiics,  lus  Antillas. 

En  Asia  poesia  España  á  Ormuz,  Dlu,  Goa, 
Malar-a,  qiic  son  las  cnatro  plazas  mas  fuertes 
de  la  coslu;  Daman,  Bazin  ,  Zanaa,  Giaul ,  el 
puerto  de  Colombau;  los  reinos  de  Gananor, 
de  Cochin  y  de  Colan  con  sus  fortalezas,  y  cb- 
cepto  Culicut,  toda  la  ribera  del  Océtno  de  las 
lodias,  dcsde  Daman  á  Melipur. 

Poseía  en  la  Oceania  las  islas  Filipioas  y 
las  Marianas. 

Las  islas  que  posela  España  en  todos  los 
mares ,  eran  las  tres  islas  Baleares ,  las  doce 
islas  Canaria.s,  las  Azores,  Puerto  Santo,  Madera, 
las  siete  islas  del  dabo  Yerde,  Santo  Tomás,  la 
isia  de  Dtos ,  Mozambique,  la  Isla  grande  de 
Baaren,  la  isla  de  Manar,  la  de  Ceilan;  cuaren- 
ta  de  las.islas  Fílipinas,  de  las  cuales  la  prin- 
cipal,  Lnzon,  tiene  de  largo  200  leguas;  Cuba, 
Puerto  Rico ,  Santo  Domingo;  las  cuatrocien- 
ta^  islas  Lneayas,  y  las  islas  del  roar  del  Nor- 
te,  cuyo  númcro  no  se  sabe. 

Esto  era  tener  por  snya  toda  la  mar,  casi 
loda  Ib  América,  y  en  Aírica  y  Asia  casi  todo 
lo  que  el  otro  coloso  no  poseia. 

£n  Europa  poseia  España ,  las  Islas  de  Cer- 
defia ,  Sicilia ,  quc  tienen  mas  de  reinqs  que 
de  isías;  tenia  la  Italia  por  sus  dos  estrémida- 
des,  por  el  reino  de  Nápoles,  y  por  el  ducado 
de  Milan,  que  eran  ambos  suyos,  el  Rosellon, 
el  FrancoGondado,  Flandes,  que  eran  el  pode- 
roso  brazo  con  que  ceñia,  y  tenia  siempre  sl- 
tiada  á  la  Francia. 

Ei  rey  de  España  por  si  solo,  era  mas  rico 
que  toda  lacristiandadjanta.  Nada  mas  que  su 
renta  ordinariaanual  era  incalculable. 

España  necesitaba  ligilar  á  Yenecia,  veci- 
na  rival  por  una  parie,  y  cubrir  de  tropas  la 
frontcra  de  Saboya  por  otra  para  prevenir  al 
duque,  sostenerlafortaleza  de  Fuentes  para  con- 
tener  ¿  ios  soízos  y  grisones,  enlretener  y  re- 
parar  las  buenas  forialezas  del  pais,  y  en  par- 
ticular  Novara,  Pavia  y  Cremona.  Como  esta 
cindad  era  importante,  sostenia  en  ella  una 
goarnicion  española  de  600  borobres  de  ar- 
mas,  4,000  ginetes,  (caballeria  ligera),  y 
3,000  infantes,  sosteniendo  en  buen  estado  la 
forialeza  de  Milan,  en  la  que  se  trabajaba  sin 
cesar;  el  Milanesado  costaba  anualmente  ¿ 
España  800,000  dncados.  Con  solo  los  subsi- 
dios  de  la  Iglesia,  el  rey  de  España  manle- 
nia  cifen  galeras.  Todos  los  paises  pagaban 
mucbo  y  bien:  ei  solo  producto  de  la  oruzada 
Talia  por  la  renta  de  un  reino.  Añádase  ¿  esto 
la  renta  de  las  encomiendas,  las  o^ducidades 
de  los  estados  y  bienes,  las  alcabalas,  los  ter^ 
cios,  las  coDfiscaciones,  iosdones  gratoitos  de 


los  puebkw  y  fendos,  etc.,  ete.,  y  setendráuBi 
riqucza  imposible  de  imaginar. 

Ademas,  lo  que  el  sullan  de  Oríenteerapor 
la  cabalieria ,  EspaÁa  io  era  por  la  infanterii, 
y  por  eso  se  decia:  á  caMleria  iurea,  infai^ 
tma  española,  E1  soldado  español  era  gravc, 
diligente,  impertorbable  en  los  cboqoes,  oono- 
cedor  de  sn  posicíon  con  rcspeclo  al  eaemigo, 
oportuno  en  su  furia  é  impetu»  fiel  ¿  sa  capi- 
tan  y  á  su  filu.  sin  jam¿8  distnerse,  sin  olfi- 
dar  nada ,  sin  disputar ,  sirviendo  bien  con 
todo,  sufriendo  eo  silencio  el  frio,  el  calor,  el 
bambre ,  la  sed,  las  enfermedades,  la  pena  y 
la  fatiga,  marcbando  ¿  manera  que  otros  coib- 
baten,  combatiendo  como  otros  marchao  y  h^ 
ciendodelapacíenciael  fondo  de  todo,  ydel 
valor  el  desahogo  de  tapaciencia.  He  aqui  bie& 
descrito  el  peon  castellano,  qne  abordó  el 
Afríca,  veneió  ¿  ios  moros,  dominó  su  cobU, 
sometió  la  Etiopia  y  la  Cafrería,  tomó  ¿  Mala- 
ca  é  Islas  Molucas,  quc  conquistó  la  anligtu 
Inditt  y  el  Nuevo  Mundo.  Ya  bemos  dicbo  lo 
baslante  sobre  la  organizacion  de  los  famosos 
tercios  en  cuyas  fllas  servian  tales  soldados. 

A  la  infantcria  española  segnia  en  celebri* 
dad  la  iofanteria  walona,  y  la  infanteria  wi- 
lona  era  tambien  del  rey  de  España.  La  caba- 
llerfa  española  no  oedia  ¿  la  turoa,  y  eralame- 
jor  montada  de  Europa.  Tenia  los  hombres  de 
España,  los  caballos  de  Córdoba ,  Borgofia  y 
Flandes.  Los  arsenalesdel  rey  católico  estaban 
Ilenos  de  rooniciones.  Solo  en  las  tres  salas 
de  armas  de  Usboa  habia  eoseleles  para  15,0<M 
infantes,  ycorazas  para  10,000  de  caballería. 
Sus  fortalezas  eran  sin  núraero  por  todu 
partes,  y  diez  deellas,  Colibre,  Perpiñany 
Salsas  at  Mediodía,  (rravelingas ,  Dunkerqae. 
Hesdin,  Arras,  Yalenciennes ,  Fillppevillc  y 
Mariemburgo  al  Norie,  eran  los  centinelas  de 
la  Francia.  La  artillería  española  era  la  m^jor 
en  fundicion  é  inteKgencia.  Españaposeia  ade* 
mas  los  mas  grandes  capitanes,  ingenieros  y 
almirantes.  Don  Juan  de  Auslria ,  el  duqne  de 
Borbon,  Fernandez  de  Córdova  ,  (el  Gran  €a- 
pitan),  el  marqués  de  Pescara ,  Portocarrero, 
Pedro  Navarro,  el'duque  de  Alba,  el  marqnAs 
de  Spinola,  Farnesio,  Barceló,  GiroD,  marqués 
de  Santa  Gruz,  marqués  dc  Mondejar,  marqués 
de  Medina  Sídonia,  y  otros  mil  se  sucedían 
unos  ¿  otros,  y  aparecian  como  por  encanlo. 

San  Quinlin,  Pavfa,  Breda,  Lepanto,  Otum- 
ba  y  otros  roil  lugares  dicen  mas  que  todo  el 
valor  dc  nueslros  solJados.  La  armada  espa- 
ñola  era  inmensa,  y  para  formarse  nn  peqoe- 
ño  cuadro  del  podcr  maritimo  de  España,  bas- 
tar¿  que  se  lea  la  bistoria  de  la  armada,  qne 
hemos  escrito,  aunque  no  pertenecia  ¿  nues- 
tra  seccion  miUtar,  terrestre  prlncípalmeote, 
{Véase  aiihada.)  Las  flotas  espaDohts  cuajabaa 
todos  los  mares,  y  la  lengua  castellana  se  ha* 
blaba  en  los  últimos  oonfines  del  mundo. 

Aderoas  de  estas  fuerzas  descubiertas,  Es- 
paña  tenia  sus  fuersas  ocultas.  Sa  soperficíe  eca 
grancte,  pero  su  profeodidad  ere  iomeoEa, 


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ARTE 


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ptfqne  k)  que  se  veia  de  80  poder  en  e1  mun- 
óo  no  era  inas  qoe  on  ligero  alarde  de  la  in- 
mensidad  desconocida  de  8us  recursos  y  per- 
trechos.  Poede  decirse  que  en  esta  época  ba- 
bia  maá  de  España  escondido  que  io  que  sc 
veia  y  se  admiraba. 

£spaña  tenia  aliado?  á  los  príociDCs  de  Ita- 
Ha  por  los  matrimonios ,  á  las  repúDiicas  mer- 
cntes  por  el  comercio »  al  papa  por  la  reli- 
gion  y  por  cierta  indole  de  mas  católica  que 
la  misma  Koma,  al  mondo  entcro  por  el  oro, 
del  cual  tenia  la  llaYe.  La  América  era  la  gran 
cai|a,  £spaña  era  el  cajero.  Gomo  reino  de  la 
casa  de  Austria,  ella  dominaba  á  la  Alemania,  y 
laarrastraba  sordamente  ásus  intereses. 

Mas  que  por  su  poder,  España  cra  aun  mas 
lemida  por  su  politica.  El  poder  es  el  brazo,  la 
politica  la  mano. 

La  Europa  armada  como  queda  dicho,  ape- 
m  podia  soportar  el  peso  de  los  dos  imperios 
gigaBtescos,  Sspaña  y  Torquia:  comprimiüa 
por  la  primert  al  Oriente,  y  por  la  segunda  al 
Occidente,  la  frontera  europea  se  retiraba  de 
dia  en  áia  bácia  el  centro.  La  mitad  de  la  Po« 
kmia  y  de  la  Hungria  estaban  ya  invadidas  por 
el  coloso  de  Oriente.  La  órdeu  mediterránca 
de  Sao  Juan  de  Jemsalen  babia  sido  llevada 
bajo  Cárlos  V  de  Rodas  á  Malta.  Génova,  cuya 
dominacion  babia  llegado  al  Tanais,  y  que  ha- 
bia  poseido  á  Chipre,  Lesbos,  Gbio,  Pera  y  uo 
pedazo  de  la  Tracia,  y  á  la  cual  habia  dado  el 
emperador  de  üriente  á  Hitilene,  babia  relro- 
cedido  aote  los  turcos  dc  posicion  en  posicion 
T  se  reptegaba  hasta  la  Córcega. 

La  Eoropa,  sin  embargo,  resistia.  £1  Santo 
Imperio,  la  Potonia,  la  Elungria,  Venecia,  Roma 
y  Malta  eran  el  enemigo  constante  que  atacaba 
á  los  turcos.  Francia ,  loglaterra  y  Uolanda 
apenas  podian  entretener  los  ejércitos  y  es- 
coadras  de  Espaúa. 

Pero  la  Turquia,  á  cansade  la  inmensades- 
proporcion  de  sus  eslados,  del  despotismo  del 
grao  señor ,  poutifice  y  emperador  á  la  par,  de 
las  revolueiones  del  Serrallo  y  de  su  palacio, 
de  la  esciavitud  servil  do  su  pueblo,  dcl  abuso 
eo  las  colonias  militares,  de  la  falta  dc  palrio- 
tismo  consignieote,  cayó  de  la  alta  cumbre  de 
so  poder,  y  á  pesar  de  su  famosa  caballeria  y 
de  sn  gruesa  artilleria,  fué  vencida  psr  Sobies- 
tí  y  desmembrada  por  el  mismo  espiritu  de 
l08  poeblos  8oju2gados. 

Espaóa  cayd  tambien.  El  naufragio  de  la 
¡nvefusible  fii6  la  antorcha  que  sirvió  á  las  bo- 
dis  de  la  Inglaterra  con  ei  Océano. 

Bn  España,  el  escesivo  dominio  y  riqueza 
del  clero  con  la  Inquisicion  y  sus  rentas,  (en 
tiempo  de  Felipe  III,  solo  el  arzobispo  de  To- 
ledotenía  200,000  ducados  derenta,  sobre 
10.000,000  de  reales.)  La  profunda  miseriade 
lis  clascs  ioferiores,  agoviadas  con  los  im- 
poestos  de  bulas ,  contribucionés  y  liroosuas 
qae  los  clérigos  les  exigian ,  el  mal  gobierno 
de  las  inmensas  colonias ,  (el  Nuevo  Mundo  no 
teoia  mas  qae  dos  gobemadores,  el  virey  del 


Perú  y  el  virey  de  Méjico),  la  intolerancia  re- 
ligiosa,  (todo  clero  pobre  es  evangélico;  el  clc- 
ro  rico  es  mundano ,  politico  é  intoleraote),  Ja 
eoormidad  de  la  deuda  pública  por  las  dilapi- 
daciones  de  la  córte  y  las  espedicioues  mili- 
tares  inoportunas ,  la  mala  dislribucion  de  las 
posesiones  demasiado  Iejana.s,  la  naturaleza 
cn  fin,  del  podcr  militar  español,  que  dependia 
priDcipalmente  de  su  inmensa  armada,  fuerou 
causa  de  que  Espafia  no  pudiese  jamás  repo- 
nerse  desde  la  pérdida  de  la  Inveucible,  y  ca- 
minase   sin  Interrupcion  hasta  el  eslado  de 
postracion  eu  que  la  vemos.  Flundes  llegó  i 
hacerse  independiente,  asi  como  Portugal,  des- 
pucs  de  largas  gucrras  provocadas  principal- 
mente  por  la  tirania  clerical  dc  que  participaba 
el  gobierno ,  imponicndo  inquisiciones  y  sub- 
sidios  onerosos  á  los  infeliccs  pueblos.  La  Ita- 
lia,  y  mastarde  el  Nuevo  Mundo,  se  bicicroQ 
ind?pendientcs.  Felipe  II,  que  al  saber  el  fln  de 
la  armada  Invencible ,  solo  dijo:  Yo  no  la  ejn^ 
vié  d  pelear  conla  tempestad,  sino  con  loe  m- 
gtesefí,  de]ó  eibansto  al  erario  y  comprome- 
tida  nuestra  tranquilidad,  dejó  preparada  la 
ruina  de   España.  Felipe  III,  que  cuando  el 
marqués  de  Spinola,  que  sitiaba  la  importanti- 
sima  plaza  de  Breda ,  le  escribia  noticiándole 
las  imposibilidades  del  sitio,  solo  supo  contes- 
tar  al  márgen  como  nn  idlota :  Marqués ,  to- 
ma  á  Ureda ,  aceleró  la  ruina  de  la  monar- 
quia.  FelipelY,  quecuando  recibió  la  terríblc 
noticia  de  la  pérdida  de  la  importantisima  plaxa^ 
de  Mons,  dijo  frotándose  las  manoséignorando 
hasta  que  aquella  plaza  era  de  España:  Ese  po" 
brecito  rey  de  Francia...  aceleró  mas  la  rui- 
na  de  esta  dci^dicbada  monarquia.  Por  fin,  Car- 
los  II,  que  ereia  qoe  el  chocolate  de  los  con- 
ventoá  le  libraba  de  las  brujus  y  los  demooios, 
coodujo  la  oacion  al  estado  mas  deplorable. 

Pero  la  Providencia  uo  habia  decretado  que 
España  hubiese  llcgado  á  ser  borrada  del  ma- 
pa  universal.  Felipe  Y,  el  animoso,  con  solo 
una  parte  de  Espuña  y  la  Francia,  venció  k  loa 
ejércitos  y  escuadras  de  Alemania,  Ilolanda, 
Portugal  y  gran  parle  de  la  Peninsula,  y  arro- 
jó  del  trouo  español  la  enervada  dinastia  de  la 
casa  de  Austria.  (Veflse  AcaoN.  Arte  mititar,] 
£1  ejército  español  reorganizó  sus  abatidos  ter- 
cios,  formó  sus  regiroientos,  organizó  su  arti- 
Ileria  y  sus  milicias,  constrnyó  su  armada,  y 
el  pabellon  español  volvió  á  dominar  en  todos 
los  mares.  {Sigto  XVÍIL) 

Durante  este  siglo  y  siguiente,  la  Rusia, 
que  hasta  entonccs  habia  sido  tenida  por  ona 
nacion  inmensa  de  bárbaros  mas  idiotas  é  in- 
civilizados  aun  que  los  turcos,  apareció  bajo 
su  czar  Pedro  el  Graude,  tan  graude  como  ya 
lo  era  por  su  terrilorio.  Pcdro  el  Grandc  visitó 
los  mejores  arsenales  y  establecimientos  mi- 
litares  de  Europa,  y  organizó  en  su  imperio  la 
marina  y  la  administracion,  elevúndole  á  un 
grado  superior  de  cultura  y  civilizacion. 

La  Prusia  apareció  graude  y  culla  en  el  si- 
glo  XVIII  bujo  Federico  U  el  Grandé.  Este  gran 


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5Í>!I 


ARTE 


«M 


i*cnib  hixo  aparecer  cn  su  réinb  él  arte  milí- 
(?>r  eii  todo  su  csplendor,  aplicó  la  alineacion 
CDn  reglas  íljas ,  y  la  artillería  montada  en  su 
ejércllo.  Las  cienriafí  y  las  arles  brotaron  bajo 
sn  sábia  niano ,  y  hacen  hoy  de  la  Prusia  un 
carapaniento  paia  la  gnerra  y  nna  sibia  aca- 
dcmia  en  la  paz.  Fedencd  II  dejó  á  su  rauerte 
Ileno  sii  tesoro ,  y  sin  írrarar  á  los  pueblos, 
níi  ejército  afraerrido  dc  70,000  bombres. 

Peéde  el  siglo  XVI,  Gustavo  Wasa  babia  H- 
bradodel  ominoso  yní?o  de  Dinamarcaá  laSué- 
cia;  y  esla  nacioii  empc/ó  ácoularse,  desdeia 
época  de  aqiiel,  enlre  lospuebloí»  organiiados. 
Suí  brillantes  ttinnfos  raiiitares  fueron  el  pre 
sagio  de  los  qiie  consl^uiü  en  el  sigloXVÍl  el 
fnraorlal  Gustavo  Adolfo, 

üuranle  el  siglo  XVIII  al  anitnoáO  Felipe  V 
sucfedicron  Luis  I  y  despues  Fernando  VI,  rei- 
miüos  ambos    dc   muy  cOrta  duhiclon.  Pero 
cn  1*759  subió  al  Iroiio  el  graiide  Gárlos  III, 
y  ést'e  concluyó  la  obra  enipezada  por  Feüpe  V. 
Cíirlos   III ,    adenias  de   hkW^r  dadb  ü  Bspaña 
cuanfos  establecimientos,    rcformas  y  acadé- 
miafe  rttlltís  se  cnénían  hoy,  orgahizó  los  cuer- 
poáfdcidtüliVos  mlliiíin^s,  arrcgló   la  deuda, 
séínbrú  la  pmsperid;¡d  cnn  su  buen  ítobierno, 
y  fclevó  Uái  coDio  lanacion,  la  marina  á  un 
grado  de  esplendor  qne  nnnca  babia  bobraio 
dééílt;  el  áño  Í588  en  qnc  naufrag^ó  la  Inven- 
tiihló  con  todo  nfiestro   poder  é  importancia 
polítíca.  Si  todos  ios  reyeá  bubiehin  sidosiem- 
pt-e  para  sus  pueblos  lo  qtie  fué  Cárlos  Hl  pa- 
ra  España,  no  tendriamos  materia  para  escii 
fiir  el  présenle  artlculo,  No  ob.stanle ,  áe  vió 
óbligado  á  sostener  algunas  feuérrás,  perOglD- 
riogafe:  sohreArgel,  cuyoapiratas  tenian  cua- 
jndo  el  Medilerráneo,  llevó  300  veUs.  Despues 
Sitió  por  mar  y  tierra,  aunque  sin  éxito  por  la 
Stiperior  inteligencia  de  sn  gobernador  inglós 
Élliot  y  por  la  fortaléza  de  la  plaza,  á  Gibral- 
tar.  contra  la  cual  se  u^aron  por  primera  vez 
las  balerias  flolalites ,  que  por  no  scr  incoui- 
bu^tibles  fucron  iucendiadas  contra  todo  cl 
dcrécho  dé  Jeutes ,  pot-  la  b&la  roja  de  los  iii- 
¿leses  sitiadoé.  De  este  rey  datan  las  princi- 
pales  ordenartzas  y  i'tltitna  orgaiiizacion  del 
ártual  cjér6itó  español. 

Sücedió  á  Cárlos  III  eb  4'?6fe,  su  bijo  Cár- 
ló^  IV ,  6  por  méjor  décir .  el  que  heredó  to- 
doá  los  reyes  de  esté  Siglo ,  Napolcon  Bona- 
^khé,  que  fué  el  gran  Uborto  de  la  revoluciou 
francena. 

Asi  cbrao  la  primera  epoca  miütar  nn  Ciro, 
ffey  de  Persia;  la  segunda  época  en  Alejandro 
de  Macedoniá;  la  tercei-  epoca  en  César,  en  la 
primcraera;  yen  la  segundaeralaprimeraépoca 
cn  Wamba,  el  arte  militar  de  la  lercera  época, 
áe  ccasumió  totalmente  con  todos  sus  elemen- 
tos  en  el  gran  guerrero  del  siglo,  en  Napoleon 
Bonaparte.  Napoleon  utilizó  para  la  guerra 
cüaoto  de  bueno,  cuanto  de  útil  y  de  grande 
babinn  tcnido  lodas  las  épocas,  y  de  este  con- 
iiinto  corapuso  el  sccreto  eslratéglco  con  que 


á  sus  pies  sns  coronas  y  battdetas.  Hapoleoa 

dotado  de  nn  golpe  de  vista  militar  inimagina- 

ble,  media  én  un  instante  toda  la  estensioo  dél 

terreno,  las  ventajas  del  enemigo,  el  espirita 

de  sus  soldados,  la  importabcia  de  cada  posi- 

cion,  la  caotídad  relativa  de  cada  arma  y  bas- 

ta  la  valia.de  cada  uno.  EI  toi\  m  infanterfa 

rompió  la  infanteria  austriaca,  atmanaypro» 

slaiia.  Cob  su  caballcria  bizo  hnir  á  la  caba- 

lleria  de  la  gnardia  imperial  rusa  y  1a  célé- 

bre  de  los  mamelucds.  €on  su  artilleria  eargó 

á  escapc  y  destrozó  loá  cbadros ,  ábríó  brecha 

en  las  maá  famosas  murallQS ;   con  sos  inge- 

uieros  minó,  fortiflctí  y  destmyó  como  nadie; 

con  recursos  de  bnena  polttica  Wéo  reyes  dc 

Suecia  y  Nápolóá  h  dos  de  sns  isoldados  rasos, 

Bernadotte  y  Mut-at;  eoft  recarsos  de  mala 

poUtica  hizo  que  España  le  airvies^  en  m 

guerras  con  ejércitos  y  (tnte  perdíeaé  én  Trt- 

falgar  su  ahnada ,  dló  el  tnono  de  (ella  ft  sa 

Iiermano,  y  se  ipoderó  de  laá  Ilaves  y  bahiir- 

les  deEspaña,  Barcelona,  Pámpldna  yFigtíe- 

ras.  Todo  sirvió  á  este  hombre  éstraordinario. 

Las  guerras,  éti  tiue  sts  discülia  e1  de^tiao  de 

una  gran  nacioti,  erati  resueltaS  por  él  en  dbs 

sola^   batallas  á  lo  mas.  Napoleóti  acométil 

im  tertitorlo,  Vetlcla  al  pHmér  ejéreito  qtífe 

se  le  presentába  feñ  la  frontci'a,  defctrozándt>tó, 

aniquilándoie,  y  anteá  de  que  éste  se  hobiett 

repuesto  marchaba  á  dar  leyes  á  la  capital: 

si  esta  se  rcsistia   la  entrabá  k  viva  foem. 

Una  batalla  bastaba  á  este  hombre  part  en- 

señorearse  de  una  nacion.  El  dominó  toda  It 

Buropa  vieja,  la  refnndló,  y  de  esta  ^efimdi- 

cion  bace  la  En^optt  actoal ,  qne  atin  no  seht 

rcpnesto  de  su  espanto 

Pert)  este  coloso  de  fortnna  cayó ;  porqae 
todo  cOUcliiye  en  ta  tierra.  Vencidos  sns  cjór- 
cílos  en  España  por  las  armas  y  en  Rnsia  por 
la  inlemperie,  se  vió  al  fin  conflnado  en  laisla 
de  Elba.  Annhuyó  de  alli,  fué  á  Francfa,  ar- 
rastró  culislgo  elejérciio;  pero  la  mala  estrtUa 
qiic  ya  le  precedia,  le  hizo  morir  para  siéiliprfc 
en  la  balallade  M'atsrloo.  viéndoSe  precíSádoá 
entregarsc  en  raanos  de  sus  ehemigos ,  ifat  h 
Ilevaron  á  la  remota  isla  de  Santa  Elf»na,tt 
donde  mnrió.  Asiacabó  éstehombre,  antéqniw 
rindiel*on  .sus  coronas  todos  los  princípcs  dfc 
Europa. 

Desde  la  ópoca  de  Napoieoh  nacid  la  ar- 
tilleria  á  lomo,  que  él  habla  nsado  en  (tllil- 
De  Espaúa  toinó  entonces  el  arte  miHtar  de  to- 
das  las  naciones  la  táctica  del  órden  .iblerfo, 
conocido  bajo  !a  denominasion  española  d« 
guerrillas, 

La  única  nacion  de  Europa ,  i  roas  de  ís- 
paña  y  Rusia,  tjue  Napoleon  no  sojiizgó,  foé  la 
Inglaterra.  Conociendo  quc  cl  poder  de  esfa 
reniota  region  consistia  en  su  comferclo,  16«^ 
vencerla  haciondo  cerrar  todos  los  püertos  drl 
mundo  á  su  comercio  y  embislléndola  por  me- 
dio  de  un  inmenso  pucnte  flotante  desde  el 
Paso  de  Calals  á  aquella  isla,  cuyos  proyectos 


hizo  dosplomarse  loé  mafe  altos  tronos  y  rodar  I  conslitoyefon  el  eéfébnfe  tktémát^ontinen^ 


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Ml 


AKTB 


609 


fM  JñÍMBttk,  Astdla  eb»o  U  «Dtígaá  CafU- 
^f  i  qoien  hoy  sosütiiye  en  sa  indole  y  posi- 
eíoii  eon  lat  demas  naciones^  ñupo  alejar  la 
^rra  dc  sn  estéril  pais,  prótnovlendo  el  in- 
Tieto  espirilu  militar  é  independíente  de  los 
éspañoles,  á  quienes  en?ió  dnrante  I&  guerra 
ié  h  independeneia  sus  geuerales,  sus  armas, 
sadinero,  Eusejércitos  y  su  politica.  la  Rusia 
ftié  tarobien  la  qúd  mas  pattido  sac<^  de  1a 
oUda  de  Napolcon;  pues  conservó  cl  despotis- 
Éfy  de  su  gobiemo  y  la  integrídad  de  su  in- 
meoBO  territorio.  En  la  actualidad,  la  Rusia, 
GOii  SQS  inmensos  paises  en  Europa  y  Asia,  sus- 
Ntoye  á  la  Turqnia;  la  Inglatertti  suslituye  en 
poder  á  la  £spana.  á  la  que  ba  arfebalado  la 
Iftdia  asláticaá  la  Jamiica  y  otras  poscsione&, 
Hevando  su  soberbio  alarde  hasta  poner  sus 
ainafi  en  la  llave  dd  estrecho  dél  Mediter- 
rfoeo,  en  Gibralfar^  situado  én  cl  territorio 
Mtieñol. 

U  Rusin  posiee  lo  signiente:  c órtcse  sobre 

el  globo  del  mundo  un  segmento  imaginario, 

qoedando  la  vuelta  alredédordel  poloArtico. 

86  desarrolle  dcsde  el  cabo  Norte  europeo  al 

eibo  Norte  asiático,  de  Tornéa  ul  Kamtscbatka, 

dc  TarsoTia  al  golfo  de  Anadyr,  del  mar  Neprro 

•I  mar  de  Okbotsk,  yque,  al  Poniente,  rasando 

la  Suecia,  bordec  el  Báttico,  dcvorandb  la 

Monia;  al   Meüiodia  entrando  en  la  Turqnia, 

ibsorbiendo  el  Cáucaso  y  el  mar  Ca.spio,  inva- 

diendo  la   Fersia,  siguiendo  ia  larga  cadena 

qac  principia  en  los  montes  Oüralcs  y  conclu 

fé  en  el  cabo  OrieniaJ,  costee  el  Turkeslan  y 

Ii  China,  evite  el  Japon  por  el  cabo  Lopatka,  y 

partiendo  deenmediode  Europa,  vaya  á  tocar  en 

él  estrecho  de  Behering  y  la  América  á  través 

del  Asia:  aderoas  de  la  Polonia,   acumúlese  en 

este  segJRento  la  Crimea,  la  Georgia,   el  Cbir- 

nn,  el  Imireteo,  la  Abascla,  la  Armenia  y  la 

Siberia:  agrápense  tambien  en  dicho  segmen- 

to  la«  islas  de  Nucva  Zembla,  Spitzberg,  Yaigati 

y  ICalgooeb,    Alond,  Dahgo  yOesel,  Clarke, 

San  Mateo,  San  Pablo,  San  Jdrge,  las  Aleutia- 

Ms,  Kodiak,  Sitkü,  y  el  archipiélago  del  Prínci- 

pe  de  Gales;  esta  r^H  la  Ruáia,  qné  contlene 

•0.000,000   de  habiiantcs,   y  que    bajo  su 

iguíla  de  dos  cabezas,  como  la  de  Alemania, 

Wede  reunir  ua  ejéfcilo  dié  4.400,000  hom- 

kres.  La   Rusia  con  et   Austriü  y  la  Turquía, 

formau  en   la  época  actual  el  baluarte  de  la 

DDvarquía. 

U  Inglatérra  posee  la  Escocia  y  la  Irínnda, 
hA  Hebridas  f  los  Orcadas;  con  el  grupo  de  las 
Mis  de  Scfaetland  sepora  la  Dinamarca  de  las 
istasde  Feroé  y  de  Islandia,  cicrra  cl  mardel 
Korte  y  observa  a  la  Succia.  Con  Jersey  y 
Ouerneaey  eierra  el  canal  de  la  líancha  y  ob- 
aerva  á  la  Francia.  ^artc  de  aqui  á  rodear  la 
pemnsnla  ospañola  influyendb  en  Poilngal, 
que  e?  como  una  colonia  suya,  posee  á  Gibral- 
tar,  llave  del  Medilcrráneo,  en  el  cuhI  enlra  na- 
ra  dominar  en  la  Górcega,  Cerdei^a  y  Sicifia,  1 
poseyendo,  contra  esta  yTunes,  léislade  Halta: 
tab^  Italta  y  Afríca  posee  A  Gorfá,  defide  don-  j 


de  Tiglla  !á  Tofqnia  cerrandb  él  mfer  Adriático; 
San  Máoro,  Cefalonía,  y  Zante  le  sirven  para 
vigilar'la  Morea,  poseyendo  asi   el  mar  JoniO; 
dcsde  Gérigo  vigila  á  Candia,  bloqueando  ei 
Archipiélago.  Desde  aqui  hay  que  volver  atras, 
porque  el  Egipto  cierra  el  paso  y  el  istmo  de 
Sucz  no  se  ha  cortado  todavia.  Rodea  el  Africa 
por  San  James  á  la  embocadura  del  Gambia, 
dcsde  donde  espla  el  Senegal  francés;   posee 
¿  Cacheo,  Sicrra  Leona,  el  cabo  dc  Corso;  se  en- 
tra  por  el  Océano  Atlántico  y  cncucntra  supa- 
bellon  en  1a  isla  de  la  Ascenslon,  Santa  Elena, 
y  desea  á  Fernando  Poo  {de  Eipaña)  cuyo 
triángulo  de  islas  entra  en  el  golfo  de  Guinea. 
Apoyada  asi,  se  ha  apoderado  de  la  punfa  de 
AÍHca,  asi  como  de  la  puuta  dc  Europa.  Desdc 
t\  cabo  de  Africa  sube  hácia  el  Norte  por  el 
otro  lado  de  la  peninsula  africana,  y  aborda  las 
Mascarcnbas,  la  isla  de  Frencia,  y  Puerio-Luis, 
desde  flonde  liene  en   respcio  á  Madagascar; 
posee  la^  islas  Seichelles,  desdc  donde  manda 
toda  la  costa  oríental  del  Cabo  Delgado  al  cabo 
Guardafui.  Aqul  ya  no  liencroas  separacion  del 
Mediierráneo  que  c1  mar  Rojo.  Despnes  entra  en 
Asia,  y  desde  las  Seichellcs  va  á  las  Laqucdi- 
vBs;  despues  ticne  todo  el  Indostan,  ^.alcuta, 
Madrás  y  Bombay.  tres  provincias  gra*'des  co- 
mo imperios;  siete  reinod,  Napaul ,  Oude,  Baroda, 
Naypur,  Nizam,Maisur  y  Travancora.   Toca  á 
la  Rusia,  y  el  Turkestan  chino  la  scpara.  Dueña 
del  golfo  de  Oman  qne  Ümita  la  inmensacosta 
que  posec  desdc  Hayderabad  hasta  Trivande- 
ram,  observa  ú  laPersia  y  Turquia  porel  gol- 
fo  Pérslco,  que  puede  cerrar,  y  al  Egipto  por  el 
mar  Rojo,  que  poede  igualmcnte  bloquear.  En 
el  Indostan  tiene  á  Ceilan,  y  desde  Geilan  se 
deslisa  por  entre  las  islas  de  Nicobar  y  las  An- 
dammanas,  desembarca  en  la  Indo-China,  y  ya 
posce  el  golfo  de  Beugala,  con  lo  cnal  da  la 
iey  al  imperio  de  los  Birmanes.  Los  montes 
Mog^  1e  abfcn  la  peninsula  de  Malacaen  donde 
se  esliende  yseconsolida.  Desde  Malaca,  obser- 
va  á  Sumatra;  desüe  las  isles  dc  Singapur  ob- 
serva  á  Bornco.  De  este  modo,  poseyendo  el 
cebo  Romanfa  y  e1  cabo  Comorín,  posee  las 
dos  puntasdel  Asia,  asi  como  posee  éGibral- 
tar,  punta  de  Europa,  y  la  pnnta  de  Africa. 
Aetualmenle  ataca  constantemcnté  á  la  China, 
dcspues  de  haber  querido  enervarla  en  vano. 
Desde  Malaca  atraviesa  el  grupo  de  las  islas  de 
la  Sonda,  y  posee  loda  la  Nueva  Holanda  ente- 
ra,  qiio  eS  todo  un  continente  fÓrtil  y  virgen, 
el  cual  vigila  y  guarda   la  luglaterra  atrínche- 
rada  en  la  isla  del  Dicmcn  al  S<ir  y  cn  las  islas 
Balhurst  al  Korte.  Aderaas  signiemlo  la  ruta 
de  Cook,  dejando  á  la  izquierda  los  seis  archi- 
píélngos  de  la  Oceanift,   dobla  el  caho  dc  Hor- 
uos,  uavega  á  lo  largo  de  las  costas  de  la  Pa- 
tagouia  y  del  Brasil,  dcsombarcado  bajo  cl 
Ecoador  en  el   vértlce  de  la  América  Meridio- 
nal,  en  Stabrock,  crea  la  Ooayana  inglesa.  Si 
da  nn  paso,  se  apoJera  de  las  itslas  del  Viento, 
que  cierran  el  mar  de  las  AntUlas;  si  avanza 
aM  sé  apodelra  de  Us  Lucayas,  que  son  la 


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603 


ARTE 


m 


barricada  de)  golfo  de  Méjico.  De  las  Yeinte  y 
cualro  Anlillaí  pequeñas  posee  doce;  hay 
cuatro  grandes  Antillas,  Guba,  Santo  Domingo, 
la  Jamaica  y  PuertoRico;  la  Inglaterra  tiene 
una,  la  Jamaica,  desde  la  cnal  espia  á  las  otras 
tres.  Luego  en  el  medio  mismo  del  istmo  dc 
Panamá  á  la  entrada  del  golfo  dc  üonduras, 
posee  el  establecimiento  de  Baliza  entre  las 
dos  Américas.  Héjico  tiene  en  espectati?a  á  la 
Inglatera.  LosEstadós  Unidos,  cuya  naciona- 
lidad  la  afrcuta,  es  la  nacion  que  la  impone. 
Desde  las  isias  Lucayas,  sosteuiéndose  en  las 
islas  Bermudas,  sostiene  á  Terra-Nova,  que  es 
la  estacion  de  su  último  esfucrzo.  La  Inglater- 
ra,  estendiendo  su  brazo,  se  apropia  á  la  vez 
todo  el  Norle  de  América  desde  el  Océano  Al- 
lántico  al  Grande  Océano,  las  islas  de  Nueva 
Escocia,  el  Ganadá  y  el  Labrador,  la  babia  de 
Jludson  y  el  mar  de  Baffin,  Nueva  Norfolk,  la 
Nueva  Galedonia  y  los  arcbipiélagos  de  Quadra 
y  de  Yancouver,  los  iroqueses,  los  chipeouays, 
los  esquimales,  los  kristinales,  los  koliougis, 
y  al  abrazar  á  los  ougalacmionis  y  kitegos, 
se  detiene  ante  la  Rusia,  que  mientras  aquella 
va  por  mar,  viene  esta  por  tierra  á  encontrarse 
con  su  coloso  rival  bajo  las  uieves  y  auroras 
boreale.^eI  polo 

En  resúmen,  la  Inglaterra  posee  los  seis 
golfos  mas  grandes  del  mundo,  que  son;  los 
de  Guinea,  Oman,  Bengala,  Méjico,  Bairm,  y 
Hudson;  abre  y  cierra  á  ¿u  antojo  nueve  ma- 
res,  el  mar  del  Norte,  el  de  la  Mancha,  el  Medi- 
terráneo,  cl  Adriálico,  el  Jouio,  el  Egeo,  el 
golfo  Pér.sico,  el  mar  Rojo,  el  de  las  AntiIIas. 
Posee  en  América  un  imperio,  la  Nueva  Bre- 
tafia;  eo  Asia  otro  imperio,  cl  Indoslan;  en  el 
Grande  Océaoo  un  mundo,  la  Nueva  Holanda. 
Adcmas  posce  Inglatcrra  innumerables  islas, 
que  la  sirven  para  su  sistema  de  dominacion 
uuiversal,  como  otros  tantos  navios  anclados 
cn  los  puntos  donde  ella  necesita  tener  su  pa- 
belloo. 

El  pueblo  inglés,  aunque  no  soberano  en 
supropio  pais,  gobierna  feudalmente  2.370,000 
escoceses,  8.280,000  irlandeses,  244,000 
africauos,  G0,000  oceánicos,  4 .600,000  ameri- 
canos.  y  424.000,000  deasiáticos;  de  manera 
que  44.000,000  de  ingleses  poseen  sobre  la 
tierra  437.000,000  dehombres. 

Sus  escuadras  son  innumerables. 

Este  es  el  inmeiiso  poder  de  la  nacion  que 
sustituyó  á  la  España  de  Gárlos  V  y  Felipe  II; 
pero  cn  la  lierra  todo  cae.  Gayó  el  Egipto,  la 
Fenicia,  la  Asiria,  la  Siria,  y  por  último  la  Per- 
sia;  cayóAtenas,  Esparta,  Tebas,  Tesalia,  ypor 
último  la  Macedonia;  cayó  Gartago,  cayó  Ro< 
ma,  Turquia  y  España;  tambien  la  Rusia  y  ta 
Inglaterra  habrán  de  caer,  y  una  de  ellas,  al 
menoscaerá  muy  prouto;  porque  el  mundo 
iutelectual  se  halla  dividido  por  una  barrera 
inespugnable  en  dos  grandes  ideas,  la  Euro- 
pa  vieja  y  la  Europa  moderna;  el  estacioua- 
miento  y  el  progreso. 

La  Rusia,  ayudada  por  el  Austria  y  la  Tor- 


quia,  cs  el  gran  baloarte  de  la  monarqote: 
la  Franciasecundaba  por  la  Alemania  sábia,  poi 
la  Italia,  cansada  del  dominio  tiránico  de  los 
cardenáles  del  Tiber;  por  la  Polonia,  que  sos* 
pira  por  su  libertad;  por  la  Hungría,  que  sus- 
pira  por  lo  mismo;  de  la  Grecia,  que  desea 
conservar  la  poca  que  tiene,  y  amptíarla;  por  la 
Bélgica,  estado  moderno  y  grande;  por  iaPra* 
sia,  Dinamarca.y  Suecia,  que  temen  eldcsbor- 
damiento  de  la  Rusia,  y  por  la  España,que  seet- 
tá  regenerando,  es  la  potencia  que  represenU 
la  Europa  modema. 

La  Inglaterra  atiza  la  guerra  europea,  y  de 
nada  se  ocupa  mas  que  de  esplotarlo  todo  en 
pro  de  su  comercio. 

La  Europa  moderna  tiene  como  ccntineli 
avanzado  contra  laRu.sia,  ¿latiranizadaymal 
subyugada  Polonia,  y  á  la  sabia  Alemania;  tiene 
contra  el  Austria  los  estados  entnsiastas  de 
la  Italia,  y  la  heróica  Uungria  y  la  Alemania; 
contra  Turquia  tiene  ¿  Yeneda  y  Greda,  en- 
tusiastas  y  celosas  ambas  de  sn  libertad. 

La  guerra  europea  está  abocada.  Los  dos 
colosos  beligerantes  se  aperciben,  se  acecbaa, 
pognan  á  su  vez  por  organisar  su  inmenao 
poder  ocultamente  para  desplegarlo  ondia  ea 
el  gran  campo  de  batalla,  qne  decidiri  la 
suerte  del  mundo.  ¿Quién  vencerá?...  En  tan- 
to  la  América  se  está  organizando  bajo  un  sia- 
teroa  populur  en  repúblicas.  El  comercio,  los 
caudaies,  las  cíencias  y  los  hombres  van  á 
buscar  alleude  los  mares  el  recurso  queacaso 
les  niega  el  conlinente  europeo.  ¿Ser¿  que  la 
guerra  continental  habrá  de  dar  por  resultado 
la  ruina  de  la  Europa  para  que  la  América  k 
sustituya?  Napoleon  dijo:  De  <iqui  á  ctncsente 
años  ioda  la  Europa  aerá  republicana  6  eo- 
sara.  Iloy  los  cincuenta  años  no  hau  pasado, 
faltan  veinte.  La  gran  batalla  continental  está 
próxima.  Las  naciones  se  estin  organizando 
para  concurrir  al  gran  campo  de  batalla.  Aca- 
so  los  despojos  de  este  habr¿n  de  ser  las  pren- 
das  de  la  elevacion  futura  de  la  América.  EI 
porvenir  del  mundo  deber¿decidirse  muy  proa- 
to  con  las  armas,  y  ¿  resolver  el  gran  proble- 
ma  esta  esclusl?amente  liamado  el  arte  mi- 
litar. 

Cuanto  úHimamente  hemos  espuesto,  es 
absolutamente  necesario,  porquedesde  que  ia 
ciencia  politica  moderna  ha  aparecido»  sos  pro- 
fundos  arcanos  hasta  ahora  se  han  hecho  p¿* 
blicos  en  los  campos  de  batalla.  En  cuanto  tl 
arte  mílitar  de  esta  ieroera  época  solo  hemos 
escrito  io  perteneciente  ¿  la  organizacion  del 
principio  de  ella,  cuando  el  sistema  miiitar  an- 
tíguo  no  había  aun  desembarazado  el  arte;  pero 
de  todo  lo  perteneciente  ¿  los  detalles  de  este 
arte»  propiamente  llamado  moderno,  nada 
apuntamos  en  este  articulo,  porque  todo  se  ba- 
llará  bien  detallado  en  los  demas  de  arte  mi- 
litar,  cuya  seccion  nos  est¿  encorocndada. 

He  aqui  concluida  la  r¿pida  ojeada  que  be- 
mos  pasado  sobre  la  historia  del  arte  militar, 
sin  habemos  detenido  apenas  eo  los  sucesos 


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ARTE 


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de  dla.  U  estension  de  este  articulo,  trazado 
XDoy  á  1a  ligera,  dice  harto  bien  lo  mucho  qoe 
abraza  la  cieDcia  de  la  guerra;  porque  ella,. 
basta  el  dia  no  es  otra  cosa  que  la  historia  dc 
iospaeblos  y  de  loshombres. 

Recordemos  ahora  cuanto  dijimos  a1  prio- 
dpío  de  este  articolo  sobre  la  dependcDCia  in- 
mediata  de  todas  las  ciencias  y  artes  hácia  el 
arte  roiUtar,  y  los  mas  timidos  no  podrán  me- 
oos  de  recoDOcer  quenn  arte  que  ha  hecho  trl- 
butarios  soyos  los  grandes  inTentos  de  todas 
las  ciencias  y  las  artes,  una  parte  de  los  conoci- 
mieDtos  humaDOs  que  ha  hecho  de  la  hlstoria 
de  todo  el  rouDdo  una  crónica  de  sqs  sucesos 
esclosiTamente,  bien  merece,  ya  que  no  ocn- 
jw  el  primer  logar  ftntre  las  ciencias  y  las  ar- 
tes,  al  menos  ana  distincion  especiallsima. 

Ko  condairemosestas  líneas  sin  que  consíg- 
nemos  los  nombres  de  los  masilustresy  céle- 
bres  capitanes  de  todos  tiempos,  rindiendo  á 
oombre  de  su  posteridad  un  profundo  recuer- 
do  de  gloriosa  veneraciou  á  sus  inmortales 
talentos,  tan  militares  como  politicos. 

CAPrrANES  SABI08  B ILUSTBS.  Primera  era, 
Primera  époea.  Busiris,  Faraon,  SesostriB,  en 
igigio.'^Moisés,  Josué,  Sanson,  Saul,  David, 
ionathás,  Salomon,  entre  los  judíos. — Reson, 
Alaael,  en  laSiria.— N¡no,Semíramw(reina), 
Anacarnes,  Sardaoápalo,  Salmanasar,  en  Asi'- 
ria,— Arbaces,  Dejocés,  enlaMedia. — ^MidasT, 
Gordiano  II,  en  la  Frigia.— Adyates  y  Creso, 
en  la  Lidia. — Dardano,  llo,  en  Troya.— Perdi- 
cu,  Filipo  II,  en  Macedonia. — ^Egeo,  Teseo, 
Soíofi,  Milciades,  Conon,  Cimon,  Temisto 
des,  Áristides,  Pericles,  Fodon ,  Alcibiadcs, 
Cabrias,  en  Atenas.— JEÓípo,  Xanto,  Epami" 
nondas  en  Tebas.— Agesilao,  Anaxandro,  Leo- 
nidai,  Pausanias,  Agis,  en  Lacedemonla.— 
Claucoy  Aristodemo,  cn  Corinto.— Agamenon, 
eoJtffeeoas. — Remo,  Rómulo,  Tarquino  1,  Nu- 
ma  Pompilio,  Anoo  Marcio,  TuIoHostilio,  Co- 
riolano,  en  Roma.-- Táonlo,  en  la  India  asiáti- 
ca.— Círo,  ios  Daríos,  los  Cambises,  los  Jer^ 
?es  y  Ariajerges,  en  Persla. 

Segunda  época.  Alejandro  el  Grande,  Ca- 
sandro,  los  Demetrios,Fiíopefncfi,  Perseo,  en 
Macedonia. — Enmenes,  Atalo,  en  Pérgamo.— 
Prnsias,  en  Bílinla.—ifttrirfaeeí  VII  el  Gran- 
de,  en  el  Ponto.— Seleuco  y  algunos  Antiocos 
cn  Siria. — Los  Plolomeos,  en  Egipto.— Ario- 
barianeSy  Arquelao,  en  Capadocia. — Hannon, 
ffiroílcar,  Amilcar,  Anibal,  en  Cartago. —Pír- 
ro,  en  Epiro.— £scí'pton,Á¿ptílo,PaulóEmil¡o, 
Mario,  SílB,  Pompeyo,  César,  Lúculo,  Ocíflt;io, 
Antonio,  L^pido,  Druso,  Tiberio,  en  Roma.— 
Yugvrta,  Masilva  y  Masinisa,  en  Numidia.— 
ArtpiimedeSf  Agatocles,  en  Sicilia. — Ariovist, 
en  la  GermaDia,— Mandonio,  Mendivil,  Serlo- 
rto.  Vitiato,  enEspaña. — Arislóbolo,  Herodes 
el  Grande,  entre  los  judíos. 

Tercera  época.    Los  Decios ,  Germánico,  los 
Fabricios,  Teodosio,  Metelo,  Gonstantiuo,  en 
Roma. 
Segunda  era.    AtarioOf  rcy  delos  godos.— 


ÁtHa,  rey  de  los  huuos.^Wamba,  Recaredo, 
Pelayo,  Alonso  111,  Nuño  Rasura,  Lain  Calvo, 
Fernan  Gonzalez,  Rodrigo  Diaz  de  Vivar  (a)  á 
Cid  Campeador,  Alvar  Yañez,  Garci  Perez  de 
Vargas,  Jaime  el  Conquistador,  Fernando  tl 
Santo,  Alonso  X  el  Sabio,  Alonso  XI,  Ptrez 
Portocarrero,  Guzman  cl  Bueno,  Pedro  I  el 
Justiciero,  Alvaro  de  Luua,  Fernando  d  Cató- 
tico  é  Isabel,  marqués  de  Cádiz,  Ponce  de  Leon , 
alcaide  dc  los  donceles,  Alonso  de  Agnilar, 
Garcilaso  de  la  Vega,  Fernandez  de  Córdova 
elgranCapitan,  PedroiVavarro,  Padilla,  doña 
Moria  Pacheco,  Bravo,  Lanuza,  Maldonado, 
Juande  Acuña,  duqoe  dcAlva,  Famesio,  mar- 
qués  de  Pescara,  marqués  de  Santa  Gruz,  el 
cardcnaIGisneros,duquedeMediuaSidonia,Gár- 
los  V  (emperadorde  Alemania),  Hernan  Cortés, 
Francisco  Pizarro,  Nuúez  de  Balboa,  SancholV 
de  Navarra  el  Sabio,  don  Juan  de  Austria, 
Pedro  Giron,  Felipe  V  el  Animoso,  Gravina, 
Barceló,  Cárlos  III,  Riego,  Zumalacárregui, 
en  España. — Muza,  Tarif,  Abderrahman  eí 
Grande,  enlaEspaña  arábiga.— Aferoüeo,  Car- 
lo-Magno,  Franciscol,  Napoleon,  Murat,etc., 
en  Francia.— Feí/ertcoeíGrandc',  en  Prusia. — 
Gustavo  Wasa,  Gustavo  Adolfo,  en  Suecía. — 
Elliot,  Wellington ,  en  Inglalerra. — Guillcrmo 
de  Nasau,  en  Holanda. — Pedro  el  Grande,  en 
Rusia. — Washinyton,en  losEstados  ünidos.— 
Cárlos  Alberto  el  Grande,  en  el  Piamonte. 
(Murió  en  Portugal  año  de  4849.) 

ARTE  DRAMATICO.  Los  griegos  al  insütuir 
sus  juegos,  fueron  los  invenlos  de  los  pri-  . 
meros  espectáculos  de  que  tenemos  noticia,  su 
orígen,  su  pompa,  las  relacibnes  que  puedan 
tener  con  los  nuestros,  son  objeios  que  sín 
duda  merecen  echemos  una  rápida  ojeada  so- 
bre  ellos. 

Los  juegos  inveniados  por  los  griegos  eran 
gimuásticos  ó  escénlcos;  destinados  los  prime- 
ros  á  perfcccionar  los  ejercicios  del  cuerpo, 
como  la  carrera  á  pie,  á  caballo,  cn  carros;  la 
lucha,  el  sallo,  el  arrojar  el  disco,  ctc;  los  se- 
gundos  se  referian  á  la  escena,  es  decir,  á 
las  piczas  representadas  en  los  tealros. 
,  Instituidos  en  su  orígen  estos  Joegos  en 
honor  de  los  dioses,  empezaban  todos  por  sa- 
crificios;  dividíanse  cn  olimpico.<i,  piticos,  ne- 
meos,  intmicos,  elc:  al  principio  los  vencedo- 
res  solo  obtenian  una  corona  de  olivo  en  Io-j 
Juegos  ollmpicos,  de  laurel  eu  los  pílicos,  y 
de  apio  en  losuemeos  óíslmicos.  No  se  admi- 
tia  en  ellos  á  ningun  estrangero;  uüa  cuna  hu- 
railde  ó  probleraálica,  era  im  obstáculo  que 
cerraba  igualmenle  la  entrada  de  la  barrera  á 
los  pretendienles. 

Aunque  los  pormenorcs  relativos  á  los  jue- 
gos  gimnásticos  parezcan  estraüos.  á  nueslro 
asunto,  es  preciso  lener  en  cucnta  que  no  se 
puede  juzgar  perfeclamente  acercadel  sistema 
dramálico  de  los  griegos,  sinoen  vista  del  co- 
nocimiento  de  las  coslumbres  y  guslo  delpue- 
blo  para  el  cual  se  componian  sus  piezas  tea- 
trales:  asi,  el  conocimiento,  aunquesuperücial. 


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ARTe 


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de  8U9  0esta3  y  gimnasíos,  prueba  el  valor 
que  los  grlegos.  ^han  á  las  formas  dcl  cuer- 
po,  aL  desarrollo  de  toda^  )as  cualidjides  fí^i- 
cas  del  hombre,  á  la  uobleza  de  sus  propor- 
cioues,  á  su  belleza  fisicai  en  fio,  por  la  cual 
se  Yierou  conducidos  ¿  la  indagacion  de  su 
belleza  moral.  Si  es  cierto  que  la  tragedja  ba- 
bía  llegado  ya  entre  los  poetas  griegos  á  un 
grado  tal  dc  pcrfeccion,  que  no  ba  sjdo  supe* 
rado  ni  aun  igualado  luego,  no  puede  atribuir- 
se  esta  perfeccioq,  en  uuos  autorcs  ¿  qulenes 
no  ge  les  coQOce  ni  guias  ni  modclos,  mas  que 
al  conocjmiento  y  a1  amor  de  lo  bello  que  los 
Juegos  gimnásticos  habian  desenvueltp  en  su 
alma.  Se  pretende  que  lcaro,  el  primero  que 
en  Grecia  cullivó  la  viña  eo  los  alrededores  de 
Atenas,  babiendo  eocontrado  un  dia  un  macbo 
de  calirio  que  le  coniia  ias  uvas,  matóle  y  se  lo 
dió  ¿  ^us  peones,  quienes  adoruados  de  pám- 
panos  se  pusicron  á  bailar  cantando  ^lredor 
dor.  Esla  diversion  se  l^izo  de  moda  en  la  Yen- 
dimia;  ei  cabrio  fué  anualmente  sacrifícado  ¿ 
BacOi  y  los  bimnos  que  sus  sacerdotes  le  diri- 
gian  dcspucs,  sc  Damaron  trag^^os  6  cautos 
sobre  e|  cabiío.  Un  tat  Epijenes  imaginó  dar 
.una  nueva  forma  á  esle  canto  monótono  y  poco 
variado:  puso  ¿  Baco  en  escena  y  le  hizo  ba- 
blar  en  djáiogo.  Thspis  seapoderódc  la  inno- 
vaciou  y  compuso  algunas  piezas  que  iba  re- 
prescntando  dc  pucblo  en  pueblo,  sobre  una 
especíe  de  tablado  con  rucdas,  desde  el  cual, 
embadurnado  el  rostroconbeces,  coronadode 
vid  y  yedra,  represcnlaba  sus  obras  con  algu- 
nos  compufieros. 

£1  eí:pectácuIo  agradó.  y  agoladas  en  breve 
las  aventuras  dc  Baco,  Thespis  trató  asuntos 
agenos  ¿  cste  dios.  Solon  reprendió  al  poeta 
por  su  innovacion,  y  Diógcnes  Laérce  nos 
dice  que  se  le  prohibió  componer  nuevas  Ira- 
gedías.  Thespis  vivió  en  la  LXI  olimpiada. 

Pareceque  la  prohibicionfuérigorosamen- 
te  observada;  pero  decayó  tamaüa  severidad 
hácia  la  LXVII  olimpiada,  pucsto  que  Frinicu, 
ateniense,  inventor  del  verso  tetrámetro,  cora- 
puso,  scgunSuidas,  nuevetragedias,  delasquc 
solo  se  conservan  los  litulos.  Fué  el  primero 
que  introdujo  en  el  teatro  personages  de  mu- 
gercs.  Alceo,  otro  poeta  aleniense  de  la  mis- 
maépoca,  componia  tambten  tragedias,  y  ocu- 
paba,  al  dccir  de  divcrsosb¡storiadores,eIpri- 
mer  lugar  enlre  todos  los  Irágicos  de  su  tiem- 
po,  aunque  menos  fecundo  que  Cherilo,  aulor 
de  cibnlo  cincuenta  tragedias,  de  las  que  trece 
fueron  coronadas.  Se  pretende  que  fué  este  úl- 
timo  quien  hizo  decorar  la  escena  y  que  los 
actores  visliesen  el  Irage  propio  de  su  ca- 
r¿cter. 

£1  bailc,  que  hacia  parte  dc  la  gimn¿stica,  y 
que  sc  introducia  en  todas  las  ceremonias  reii- 
giosas  lo  fué  por  consiguiente  en  1a  tragedia. 
La  quironomiaf  unadelaspartcsdelbailc,  que 
consistia  comolo  indica  sunombre,  en  losmo- 
vimientos  y  acciones  de  la  mano,  fué  estudia- 
da  por  todos  los  actores. 


l^  tragedla,  qne  es  sd  origoi  solo  era  it 
canto  ea  booor  de  Baco  qae  se  repetía  eo  coro, 
00  perdió  nonca  del  todo  sn  primitiTa  traa,  ro- 
presentada  por  el  coro  que  se  conserTÓ  síob* 
pre.  Lamúsica,  por  coKSigoiente,  formabipar- 
te  esencial  de  la  tragedia;  ea  tienpo  de  Thcs- 
pls,  cl  corofué  interrumpido  por  on  interloeo- 
tor,  y  prooto  alcanzó  aqoella  oo  grado  mas 
aliode  perfeccion;  el  diálogo,  de  secondarto 
quc  era,  se  hizo  la  parte  mas  iBportaote,  y 
desde  entonce s  el  coro  8ok>  foé  on  acceBorlo, 
aunque  siempre  interesado  es  la  acdoo;  y 
coaodo  cesan  de  obrar  los  persontges  piind- 
pales,  él  se  ocupa  dc  lo  que  acaba  de  soceder, 
de  lo  que  tieoe  que  tewer  ó  esperar;  en  ddí 
palabra,  Ilenaba  todo  el  tiempo  qttelosactorei 
no  estabao  en  la  esoeoa,  y  les  acompañ^  i 
veces  en  sus  quejas  y  pesares;  raion  ñradada 
eo  el  ioterés  que  poedetonar  el  puefoio  en  los 
infortunios  de  su  rey.  Las  demas  Teotajas  dd 
coro  se  reducian  ¿  variar  el  especUculo  por  el 
encanto  dela  másica,  mieotras  elbaileteoiael 
de  amnentar  su  pompa  y  añadirle  esa  solem- 
oidad  propia  de  las  ccremooias  reügiosas. 

Esquila,  Sófocl€$  y  Euripidet,  coyas  obi» 
hao  Ilegado  eo  parte  hafita  noaotros,  oos  de- 
muestrao  el  grado  de  interés  ¿  qae  ae  habii 
elevado  la  tragedia  entre  los  gríegos.  Esqollo 
fué  el  primero  de  sus  aotores  dram¿tico8  qoe 
conocemos,qoe  dió  ¿  latragcdiala  fonnaadop- 
tada  por  sus  sucesores  y  que  oosotros  hemoi 
traiado  de  imitar;  mas  aotiguo  que  sos  riTales, 
las  producxsiooes  de  so  geoio  conserrao  tan- 
bieo  un  car¿ct<r  mas  seociIlo,ma8graTe,  nus 
beróico  en  fiu.  Sófocles  eomunieó  é  la  esceaa 
mas  regularidad,  nobleza  y  decencia;  saca  n 
in  e  és  roas  de  la  piedad  que  del  terror.  Koii^ 
pides  no  se  encerró  estrictamente  en  la  teada 
trazada  por  sus  predecesores,  aT^toró  algo* 
nas  escursiones  fuera  de  ella  y  engrandedé 
cl  dominio  tr¿gico.  La  pasion  bajo  so  ploraaes 
mas  desordeoada,  su  cootioente  esmeoosdíg* 
no,  y  el  seutimiento  palético  de  que  haee 
alardc  cstá  lomado  de  los  acontecimieotos  de 
la  vida  comuo,  con  prefereocia  á  los  qoe  so- 
ministran  la  historia  ó  la  mitología.  En  soma, 
y  aunque  esta  clase  de  paralelos  pequen  sieiB- 
pre  por  algun  flaco,  acaso  seria  poaible  indi- 
car  ¿  nuestros  lectores  la  diferencia  qoeezisle 
cn  el  taiento  de  los  tres  tr¿gicos  griegos  cott- 
parándolos  en  su  órden  cronológico,  coootros 
modernos,  como  Corneille,  Racine  y  Aificri. 

Guando  la  tragedia  tomó  ona  forma  rega- 
lar  eu  tiempo  deEsquilo,  en  la  LXX  olimpíada 
y  no  antes,  U  costumbre  de  representar,  oh 
briéndose  los  actores  ei  rostro  con  una  mís- 
cara,  se  estableci<)  gcneralmente.  Las  que  ae 
empleaban  para  las  representaciones  escéaioas 
eran  una  especie  dc  cascos  que  cubríantodala 
cabeza,  yqueademasde  lasfaccionesrepresea- 
taban  la  barba,  los  cabellos,  las  orejas,  j  has- 
ta  los  adornos  que  las  rougeres  acostumbrabaa 
gastar  en  sus  pcinados.  Acostumbrados  ¿  la 
disposioion  de  las  peqoeáas  saks  4e  luiaslrai 


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Afilfi 


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MrM,  f¡%  lof  pmiilea  dMmtar  M  }iiego 

dilB  teoDonHa  dé  los  tctores,  áiridlineiite  po^ 

dgnoseomproBder  las  YeBtijas  de  esCa  clase  ée 

náiearas;  pero  sl  coosideramoB  qoe  los  tea- 

tTM  wlifooa  eran  circos  imneBsoB,  bíq  techo, 

ea  lo3  que  algBnoa  espectadoMs  eatabao  «epa- 

la^  ae  ia  eaeona  inas*de  éoeoleBteB  paaoa, 

nooDecereBios  <|Be  los  ÍnooBYenieafea  que  les 

aifil)Blinos  debiat  deBaparocer;  aüadamosá 

csta  qae  la  oBBoavidad  de  la  másoarB  sonHa 

pwa  aBmenlor  la  foem  de  la  toi  del  actor,  al 

|Mo  quB  ocaitabB  el  Btmblaiite  de  los  qne  de- 

iéaipékfbaB  t)Bpel«B  de  mugBres,  á  quienesoB- 

tiba  probibidodedioaraeallBalro;  yesflo,  que 

li  BáscarB  ayBdBba  á  baoerrBco&ocer  al  béroei 

Hfa  iBooomlB  perteneoia  é  on  tipoeonocido, 

ytaa^decer  bo  eBiBtura^  sin  ronper  Ibs 

gra&das  ^fBpofOÍoiiea  que  dabaB  al  actor  sqb 

illos  borcegBiBB  j  la  amplitiid  de  sub  vestidaf» 

ia8.l8teB6oadoptBdopor  el  pueblo  mas  sen* 

siMe  é  la  beüexa,  bo  debia  ser  lan  absurdo 

«mdo loa romaiieB  aeeoBfonnaroQ  áéi,  y  ba 

eHido  en  Tlgor  basu  el  sigla  pasado  b&  íb 

ffm  ÍNiqieeBB,  fmportado  de  lulia  por  ol  car- 

teal  Richelleo. 

Ademaa  do  sos  irBgedíBS,  loripides  rob 

ba  dejado  una  piesa  Batirica,  perteneciente  al 

9^Btro  qoe  los  griefos  ilanBbaii  mimos,  inti- 

talada  Sl  Cielip$.  Rs  la  únlCB  qne  nos  ha 

qiedado  de  esa  especie,  pero  baau  pBra  dar- 

aas  BBB  idea  de  seniejBntes  obras.  fil  BSQBto 

eüi  ttxDBdo  de  k  Odfeea  de  Homeio ,  y  1b 

MtfM  BB  t^  peligro  qoe  eoire  üiiBes  ea  la 

Snrtade  FoliféBM  y  losmedios  qQeenpleapa- 

nsaiir  de  ella.  Soripides  ba  segaido  exacu- 

inenlB  1b  miBina  BMrofaa  det  pocma»  bacíendo 

ademBB  iatertenir  é  SUeoo,  prisionero  del  C/- 

dopBBDtesqiie  elrey  deftaca,  y  especiede 

giBflfBBO  á  menQdo  obsceoo,  borracbo  y  cobar- 

de,  qoo  coBMMicB  sa  Jotkdidad  i  la  acdonc 

miiea  BB  Boble  y  gra?e;  el  coro,  compoestode 

>itiroB  compañeros  do  desgreola  de  Sileno, 

tiene  bdb  graredad  borlesca  adaptada  al  ca- 

r^cter  del  i\é¡o  qne  lo  dfrige.  Yéaae,  poes,  con 

ounU  Iklsedad  se  ba  pretendido  qflNe  los  anti- 

faos  Do  conooUn  lo  grotesco  en  ^ontraposl-' 

eion  i  lo  BQblime.  üna  nultitod  de  monomen- 

los  BOB  prtiebBn  lo  contrario :  sbs  gabineles 

eoBsenraii  miscaras  eBcénicas ,  biscas,  toer- 

tis,  etc.;  Blgunas  piniQrBS  represenUn  perso- 

DigBa  de  teatro  JorobadoB,  barrigones  y  con 

otras  partes  del  coerpo  desmesaradas.  Sn  la 

escena  de  oti  mime,  cnyo  asQnto  son  h)s  amo- 

raa  de  lúplter  y  Alcmena,  pinUda  en  qq  vaso 

Srtego,  lÍBBBBdo  etrusco,  se  to  al  primero  y  é 

Kerátfio,  dlseñBdos  oon  rasgos  grolescos.  Al 

dedr  de  Plotarco,  los  griegOB  tenfaB  dos  cla- 

ses  de  müno$^  «do  qoe  partioipBban  de  k  In- 

doie  de  U  «imedU,  y  oiros^^oOones  y  obsoe- 

DOB«  SohoB  á»  SiracBsa  pasa  por  el  iDTeotor 

da  hiB  deoeaiesy  de  ios  caales  Platou  hacU  sa* 

ketarB  fBTorita.  I 

Lbb  dlTeraas  eUmolBgÍBB  qoe  Iob  griegBsí 

du  i  It  pBki^rB  Bome«B,  praebBD  qiie  no  00-' 

175    BIBUOTKGA  POPIIUJU 


nockm  elorlfen  ^eoUa.  J^areee  indodBbleqoe 
U  BOBwdia  áMó  sq  nocimiento  i  los  ioforaBeB 
poemas  quese  CBBtabBn  eon  rooliTO  de  iaiei- 
dimk;  k  lioeocia  de  estas  poeslas,  compucs* 
tas  por  aMeaoosébrios,  obligó  large  tíempo  á 
los  iMgktrBdos  i  no  permitir  qne  peoetraseD 
00  el  reeiBlB  ds  ks  ctodades,  y  hasU  la  époea 
de  Pisistralo,  k  oomedia  no  tuTo  una  íorma 
regukr,  gnaias  al  Uleoto  de  ^üiiartdfi  qoe 
ooneigulo  ddrsela*  ^ptoonno  y  FormiB,  poe- 
tas  siciÜBOOB  le  socedieron,  y  Crutes  despoBB 
de  elloi,  k  cograBdecid  en  un  teatro  mas  de- 
centc»  y  k  trató  segon  Ibb  neglas  liiTCiiladaB 
por  IsqoMo  en  k  tragedia,  Biodelaodo  sus  tra- 
b^  sobro  el  Margytis,  poema  saifa-ioo  de  Bb- 
mero»  oomo  Ssqoilo  ae  bobia  formado  con  k 
Iliada.  Esta  fué  propiamente  la  época  del  obqI^ 
mienio  de  k  antlgaa  coBiedk  griega,  qae  data 
dei  siglo  de  Perieles,  y  que  Aristókaes  lleiréá 
88  perüeceioo  en  k  LIUULV  oUmpkda,  es  decir, 
coatfocientosocheaia  añoe,  poco  mas  6  aieiiOB, 
aates  de  k  era  cristianB.  Preoiao  es  coná^ar, 
00  obiUDte,  qae  eoBBdB  bo  lector  eapañol  se 
pooe  i  leer  bqs  coaMdias  sio  estar  prBvanido, 
80  BdBMra  mBcbo  de  encootiorse  ooo  obras 
qootan  poea  aem^anoalienBnooulaBqoeeo- 
tre  Dosotros  ÜCTan  el  mismB  ooflibre:  io  que  eo 
ellaB  coBBlitoye  el  asaoto  oo  es  el  doBBrrollo 
de  OD  caricler,  de  ona  gTBdoBa  aioatora,  ol 
las  peripedas  de  aoa  intriga  de 


ooéolranse  i  meoudo  cosas  eslraiogmes,  «w 
pareocD  SBoederse  sio  eokce  oi  plBB,  bm- 
Berías  ioéeoeDteB,  siliFas  oBotralosiodiwidoBB 
mas  apieciBbles,  meBoiadBs  con  oopob  eo  Ibb 
qne  briMa  k  Bias  belk  pooBk,  k  nms  BBBB  OM- 
ral  y  k  mas  hibíl  potttica.  Babekk  en  ürBO- 
oia  y  Quevedo  en  Espafia,  salfo  iasüÍMüDulBfl 
itr  inrma,  flnnlni  ilnn  iinniri  qiw  BftoioÉBMiu 
aoalogk  eoo  ArktdfaoeB. 

Dd  misiDO  modo  qoe  ks  liiglBBB  ba- 
blan  imgtoado  aooiOBBB  propiBi  pnB  doBBo- 
Tolver  y  esdUr  los  eeoliiüeotoB  ooIiíbb  y  pa- 
nerososdel  coraaoD  hwoBBO  cüo  «foda  4e  k 
poesia,  ArtetéfBDes  OP  k  eoqiled  idbs  qpie  poa 
pooer  eo  traspareDCia  k  parU  ilcioBa  y  lidiQO- 
k  de  BQOStra  e^)ecie,  pBrodiaDdo  iBoapBBio- 
cesoroB,  atryirayeodo  otro  Bentido  á  ios  aoBBOB 
de  Bsqoilo,  SüackB,  y  BBripidas,  oBolmoio^ 
dose  en  lo  demaa  i  ks  ftmias  de  ktragedk, 
y  apoderiodoeedeloB  coros,  dekdaBcaf  lée 
todo  so  espectioolo.  La  loaligDMad  del  poelB 
cómlco  coDSktk  priocipaliDeDte  eo  kimeo- 
doD  d  elecoiOD  de  ks  peiSBOBgCBqooJinaiB- 
ban  el  ooro.  Asi,  por  ejemplo,  Iios  ooiei;,  tm 
las  coaleB  baoe  conferBari  Séorales,  oon  el 
eoiblema  de  ks  espeoQkciooes  iockfln  de  k 
filosofk;  y  por  esB  k  aoligua  cBBMdk^giiesa 
tomaba  sa  ooiBbre<dBl  miamo  eBrcjpaetfoqoo 
coDSÜtak  el  alma  y  ]a{iarte  oias  paoBaoiey 
ohiBtoBa  de  eik.  Mo  erao  BOkmeolB  IosIibbMs 
qoÍeDes  flgarabBD  oo  bub  obras,  sIdo  aoo  Ibb 
dlOBes,  y  hasU  ks  séres'lmagioarloBT  OBbBB- 
nBl«rBleB,<OBfOBe>Be  «o  ¿oioÍMrpail»«i£os 
fúimm,  etc.  loi  hoBri^roB  paesios  eo«i 
T.   m.    39 


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ABTE 


6» 


tntD  lo8  primeros,  los  mas  honrados  entre  sos 
oonciadadauoB;  nada  se  respelaba.  Asi  la  anti* 
gaa  comedia,  le]osde  limitarseá  presentar  ca- 
ractéres  generales,  pintaba  á  cual  ó  tal  IndiYi- 
dao,  y  no  alcanzaba  la  semejanza  sino  aumen- 
tando,  exagerando  los  vicios  ó  defectos  del 
original.  Sócrates  (ai  La$  núbes,  aonqne  ridi- 
cnlizado ,  es  sin  duda  el  mismo  Sócrates  que 
nos  ban  pintadp  Xenofonte  y  Platon;  Yemos 
alli  su  mismo  giro  de  espíritu,  sa  manera  de 
faablar  y  raciocinar;  pero  está  exageradisimo; 
lo  que  no  es  estraño,  si  recordamos  que  el 
mismo  autor  ha  dicho:  que  es  propio  de  la  co- 
media  hacer  aparecer  á  ios  hombres  mas  malos 
de  lo  que  realmcnte  son,  alpaso  que  la  trage- 
dia  los  muestra  ba]o  nn  aspecto  mas  la¥o- 
rable. 

ÍA  comedia  actígua  snbsistió  en  toda  sn  li- 
cencia  hasta  los  tiempos  en  que  Alciblades 
gobemó  ¿  los  atenienses;  maltratado  este  en 
nna  de  las  comedias  de  Eupolis,  se  dió  una 
ley  que  prohibia  ¿  los  poetas  cómicos,  no  solo 
hablar  mal  deunapersona  Tifa,  sino  hasta 
pronnnciar  sn  nombre.  Nada  perdió  la  malig- 
Qidad  con  esta  prohibicion,  pnes  Taliéndose  de 
máacaraa  y  disftraccs,  los  personages  ridiculi- 
sadoi  estaban  tan  marcados,  que  todos  los 
espectadores  los  nombraban  al  verlos.  Tal  fué 
la  comedia  intermedia  ó  de  transicion ,  en  la 
que  todaYía  Ariatófancs  encontró  medio  de  sa- 
tisfacer  an  númen  satirico,  6  sea  vis  eómica. 
Los  magiatrados,  Yiendo  que  los  poetas  habian 
elodido  la  ley,  promolgaron  otni)  quedesterra- 
]>a  de  la  esoena  toda  imitadon  personal,  y  en- 
camlnaba  la  comedia  hácia  la  pintnra  general 
4e  las  costumbres.  Apareció  este  reglamento 
poco  antes  del  reinado  de  Alejandro,  y  la  eo- 
m$dia  nuwa  tomó  bajo  la  pluma  de  Menandro, 
ias  formas  que  ha  conservado  luego. 

Menandro  nació  en  Atenas  en-  la  GIX  olim- 
piada;  compnso  ademas  de  sos  piezas  teatra- 
les  diferentes  obras  en  prosa  y  algunas  poe- 
aiai,  dirígidas  ¿  Tolomeo;  adqoiríó  tal  reputa- 
cion,  qoe  los  reyes  de  Macedonla  y  de  Egipto, 
le  eoTiaron  varios  dipotados  con  un  buque, 
ptra  obligarie  ¿  qoe  fuese  ¿  sn  córte;  pero  él 
rehosó  sos  ofertas.  Desgradadamente,  solo 
qnedan  de  este  iiustre  poeta  algonos  fragmen- 
t08  en  forma  de  citas,  hechas  por  autores  que 
iian  f  iYido  despues  de  él:  asimismo,  la  come- 
i3ia  latina  los  ha  aprovechado  con  gran  fmto. 
Terencio  les  debe  mas  de  nn  argomeoto ,  y 
808  obras  poeden  por  lo  tanto,  damosona  idea 
annqne  incompleta,  delas  del  poeta  griego. 

La  tragedia ,  los  mimos  y  la  comedia,  sin 
eontar  con  los  jnegos  ginm¿8ticos  no  satisfecian 
ann  la  pasion  de  ios  griegos  por  los  cspect¿cu- 
los:  tenian,  ademas,  las  diceliai,  piezas  libres 
y  obscenas;  las  magodias,  especie  de  panto- 
mimas  modas,  en  que  los  gestos  solos  espre- 
iaban  la  accion:  y  la  hUarodia,  género  inter- 
medio  entre  la  tragedia  y  la  comedia,  y  qoe 
tal  res  podrit  oompararse  con  nnestros  dramaa. 
▲thoieo  cita  nna  de  estas  últtana8  de  nn  tal 


Bhintonf  intitnlada  Anfltrion ,  que  muy  biea 
podrla  ser  el  original  de  la  pieza  de  Plaoto  imi* 
tadu  por  MoHere.  Tal  vez  la  hilarodia  se  limi- 
taba  ¿  la  representacion  de  las  aventuras  agrt- 
dablcá  acaecidas  ¿  los  héroes  ó  ¿  los  dioses; 
como  no  ha  llegado  á  nosotros  ninguna ,  so- 
lo  podemos  formar  cdhjeluras  acerca  de  eUa. 

Entre  los  griegos,  faYorecidos  por  la  bon- 
dad  y  la  dulzura  del  clima,  la  vida  Interior  eia 
secreta:  las  mugeres  estaban  encerradasen  k) 
interior  de  sus  casas ,  y  los  hombres  pasaban 
su  vida  al  aire  libre;  por  eso»  el  lugar  de  la 
escena  era  siempre  el  pórtico  de  un  templo,  de 
un  palacio  ó  un  parage  público.  El  teatro  esta- 
ba  dispnesto  de  manera  que  permitiese  ver  al 
mismo  tiempo  el  interior  de  los  edificios  por 
las  puertas  ú  otras  hendiduras:  de  suerte  qoe 
el  lugar  de  la  escena  podia  cambiar  reaimoite 
para  el  espectador,  aunque  con  la  misma  de- 
coracioo,  medida  muy  favorable  para  ia  obser- 
vacion  de  la  unidad  de  lugar.  La  sola  presen- 
cia  del  coro  hubiera  impeíido  ¿  los  gri^os  in- 
fringir  esta  regla,  porque  no  saliendo  nnnca 
del  teatro  una  vez  que  se  habia  apoderado  de 
él,  habria  sido  imposible  suponer  que  la  esce- 
nahubiesecambiado  deiugar,  mieotras  aqnel 
permanecia  en  su  puesto. 

EI  uso  de  las  fiestas  y  espectáculos  entre 
los  romanos,  data  de  la  fondacion  de  Roma^ 
poesto  que  vemos  veriflcarse  el  robo  de  las 
sabinas  ¿  la  conclusion  de  una  fiesta,  dada  ia- 
tencionalmente  por  Rómulo  para  atraerlaa  ¿ 
sus  nuevos  dominios.  L1am¿banseeonsiiaileies- 
tos  Juegos,  y  se  daban  en  honor  de  Meptono: 
mas  tarde  se  distinguieron  en  dos  clases,  oom- 
preudidos  unos  en  el  nombre  de  cireen$ei  y 
otros  en  ei  de  eac^nteos.  Se  ve  qne  esta  divi- 
sion  estaba  establecida  conforme  ¿  la  adopla- 
da  por  los  gríegos.  Los  romanos  tenian  gran- 
des  juegosy  ludimagni,  y  losjuegosgrandiai- 
mos,  ludi  maxime,  que  no  se  reproducian  en 
épocas  regulares,  sino  que  los  reyes,  ios  cón- 
sules,  los  emperadorcs,  y  aun  los  particularea 
ricus  los  daban  al  pueblo  para  oaptarse  su  be- 
nevoleticia,  ó  con  motivo  de  acontecimieiitos 
importantes.  Sin  embargo ,  hasta  el  año  GOI 
de  Roma,  los  Juegos  cscénioos  no  se  estable- 
cieron  regularmente  en  aquella  ciudad,  ¿  ooft- 
secuencia  de  una  peste  que  la  desol6  y  qne 
creyerou  que  cesaria  instituyendo  nuevoB 
Juegos  en  honor  de  losdioses.  Es  ciertoque  ya 
los  versos  fesceninos,  especies  de  s¿tiras  diaJo- 
gadas  y  obscenas,  sebabian  representadomn- 
cho  antes  de  esta  época;  pero  fué  tal  el  des- 
enfreno,  qoeseprohibieronsus  reprcseDlacio- 
nes  sopena  de  moerte,  por  onaleydatada 
del  año  302  de  Roma. 

Tito  Livio  uos  dice  qoe  los  Joegos  esoéfift- 
cos,  establecidos  mas  tarde  con  motivo  <ie  la 
menclonada  peste,  se  redudan  ai  priocipío  i 
simples  coros  ejecutados  poresdavosetnisooa, 
que  bailaban  al  son  de  la  flauta.  A  estos  I 
qoe  agradaron  mneho  ¿lajuveotodi 
onió  ella  sns  versos  fesceninos  satiricos,  j 


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ARTE 


644 


esteelúnieoespecUCQlo  escénico  en  nso  eu- 
trelos  romanos  casi  darante  220  años;  es  de- 
dr,  liasta  el  coosulado  de  G.  Glaudio  y  M.  Tu- 
dítano,  en  coyo  tiempo  apareció  el  poeta  Lttno 
Ándrónieo,  e)  piimero  que  supo  tratar  asuotos 
regolares:  al  meoos  asi  io  aseguran  Tito  Livio 
jralerio. 

hrecióle  á  los  romanos  demasiado  gra?e 
este  razoDable  espectácolo  y  renovaron  en  for- 
nadeintcrmedio  sosantigoas  farsas  fesceni* 
m,  gDsto  depravado  qne  duró  largo  tiempo, 
ytaDto,  que  la  Hecyra  del  mismo  Terencio,  fué 
iDterrampida  para  dar  logar  á  los  bailes  en 
licuerda  7  á  los  combates  de  los  gladiadores. 
n  poco  gosto  qoe  manifestaba  el  pucblo  ro- 
maoo  por  los  piaceres  del  esplritu,  no  impidió 
iNevio,  Bnnio,  Accio,  Pacubio,  Lusilio,  y  por 
último,  á  Plauto  y  Terencio,  representar  sus 
prodoccioues ;  apoderándose  cl  último  de  los 
aigameutos  de  Menandro,  protegido  por  Lelio 
f  Esc¡píon»Mos  dos  hombres  mas  ilustrados  de 
so  siglo.  Solo  nos  qoedan  informes  fragmen- 
tos  de  los  poetas  cómicos  anteriores  á  los  dos 
últimos,  cuyas  comedias  poseemos;  pero  jux* 
gamos  que  los  romanos  conocian  diferentes  es- 
peeies  de  obras  teatrales,  cnyos  nombres  han 
llegado  hasta  nosotros ,  como  las  atellanas, 
¡éens  satiricas;  las  paÚiatoB^  qne  versaban  so- 
bre  asDntos  griegos ;  las  prcBtextako,  en  las 
qoe  los  persooages  se  elegían  eutre  los  patrí- 
clos;  las  rhirUaniccB ,  de  un  cómico  patetico; 
las  túbernaria ,  cuyos  asuntos  estaban  saca- 
dos  de  las  tabernas  y  flgones,  etc- 

Yahemos  visto  como  los  daozantesvenidos 
de  Toscana,  aparecian  en  los  eotreactos  de 
las  comedias  para  divertir  á  la  multitud,  que 
apenas  encontraba  uo  mediano  placer  eu  aqne- 
llos  espectáculos  razonables.  Hasta  el  rcinado 
de  Angosto,  la  farsa  de  esos  danzantes  del  ca- 
récter  mas  bajo  y  del  género  mas  libre,  era  lo 
Adíco  que  gustaba,  hasla  qne  aparecieron  Pi- 
kdes  j  BatUOf  esclavos  de  Meceoa.s,  traidos  de 
CiUcia  á  Roma.  Estos  dos  bailarines  estraordi- 
narios,  fandaron  e1  artc  de  la  pantomima,  y 
determiDaron  cl  gusto  de  los  romanos  por  el 
referído  cspectácolo ,  que  les  hizo  abandonar 
todoA  los  demas. 

La  coraedia  se  aclimató  eu  Roma  mocho 
despoes  qae  la  tragedia:  el  poeblo  romaoo  no 
nació  con  el  iostinto  poético  muy  desarrollado, 
y  solo  faépor  iroitacion,  como  la  comedia  re- 
golar,  la  tragedla  y  aun  el  baile  nobie  y  dra- 
mático,  seconuatoralizaronen  eILacio;poreso 
no  consigaió  dar  á  sus  tragedías  una  ílsono- 
Bia  oadonal ;  todos  los  asuntos  que  Irataron 
sus  poetas  fueron  griegos,  y  entre  las  trage- 
dias  que  nos  qnedan  de  Séueca.el  énfasis  y 
la  bipérbole  reemplaia  ála  nobleza  delossen'- 
tifflJeDlos»  espresados  con  tanta  gracía  y  poc- 
sia  por  los  trágicos  griegos.  En  vista  de  esto, 
opioaiBOS  qoe  no  debemos  insistir  mas  sobre 
clteatro  roroano,  quenoofrece,  esceptuando 
algaDas  piezas  de  Plaoto ,  ningon  carácter  orí- 


El  arte  dramitico,  qne  entre  lós  antíguos 
se  fondó  sobre  la  religion»  tovo  un  origen  se- 
mojaote  entre  las  naciones  de  la  edad  roodia» 
si  se  puede  llamar  arte  á  lo  qoe  inspiró  aquc- 
llos  ensayos  dramáticos,  informes  y  toscos» 
en  los  qoc  se  represcolaban,  coo  el  oombre  de 
misterios,  algooos  pasages  del  Nuevo  Testa- 
meuto.  Si  hemos  de  ateoeroos  al  dicho  de  an 
célebre  escrítor,  algonas  plezas  que  cita  se 
representaron  en  Paris  eu  el  transcurso  del  si- 
glo  XIII.  Es  Indudable  que  ai  veriflcarse  en  es* 
ta  capital  la  entrada  dc  la  reina  Isabel  de  Ba» 
viera  en  4  308,  se  representaron  públicamentQ 
misterios  cuya  descrípcion  nos  ban  trasmiti- 
do  los  historiadores  cootemporáneos.  Sabemos 
tambien  que  cnaodo  Enrique  V,  rey  de  Ingla* 
terra,  vino  á  Paris  á  tomar  posesion  del  reino» 
asistióá  otros,  dados  enPoissy,  poco  dei- 
pues  de  la  época  precitada.  No  existen  en  Fraii« 
ciü  documentos  auténticos  antes  dei  año  de 
i^Ot,  cn  qoe  el  rey  Gáríos  VI»  autorizó  por  le- 
tras  patentes  á  una  sociedad  de  vecioos  de  Pa- 
ris  para  tomar  el  titulo  de  Cofradee  de  la  Pa* 
9ion,  y  ies  concedió  el  privilegio  esclosivo  de 
ejccutar  uisteríos  ;  pero  es  evideote  que  el 
privilegio  se  acordó  mucbo  despuesque  los  in* 
teresados  lo  disfrulaban. 

La  historía  del  conciUo  de  Gonstanza  nos 
enseña  que  los  misteríos  se  introdujeron  en 
Alemania  en  4417  por  los  obispos  ingleses, 
quienes  hioieron  representar  delante  del  em- 
perador  el  dcl  nacimíento  de  Jesucrísto.  Sir 
Walter  ScoU  pretende  ademas  haber  visto  uoa 
proclama  6  anuncio  de  uno  de  estos  espectá- 
culos,  ejcciitado  en  Ghester  en4270. 

Era  natural  pensar  que  el  drama  rejuvene* 
cido,  debia  reaparecer  en  Italia,  eu  los  mismos 
lugares  donde  dejó  escuchar  sos  últimos  acen- 
tos;  sin  embargo,  parece  qoe  el  prímer  dra- 
ma  cristlano  qoe  apareció  alli ,  se  titulaba: 
DcUa  pasUme  di  nostro  Signor  GesU'Christo, 
por  Giuliano  Dali ,  compuesto  en  4  445.  Pero 
si  la  Itatia  no  tuvo  la  gloria  do  ser  la  pri* 
mera  eo  el  órdeo  cronológico,  quc  puso  en 
escena  los  asuntos  sagrados,  al  menos  debe 
considerarse  como  la  nacion  qne  renovó  la  co- 
media  autigua  por  medio  del  cardenai  Bibíeoa» 
autor  de  la  Caíandra,  becha  y  representada  en 
1490.  Dos  afios  despues,  Cárlos  Virardo,  arc^ 
diano  de  Gesena,  compuso  uo  drama  histórico 
en  latin  Sobre  Ía  espulsion  de  los  moros  d^ 
Granada;  primer  ensayo  del  género  románti- 
co,  es  decir,  sin  intervenciou  de  on  poder 
sobrenatural ,  sín  imitacion  de  la  antigf]iedad, 
sin  snjecion  á  regla  alguna  ;  en  íin  ,  la  Sofih 
nisbe  del  Jri^no ,  representa  la  en  4645,  re- 
novó  de  nuevo  en  Italia  Us  armonias dcla  mosa 
trágica,  /{usceUert  componiacasi  al  mismo  íiem* 
posu  Rosmunda,  y  ambos  tovieronmochísimos 
imitadores.  Latragediaclásica  y  regular  encin- 
co  actos  y  en  verso,  y  con  coros,  fué  casi  es- 
clusivamente  tratada,  con  esclusion  de  losdra- 
mas  históricos,  ó  de  cualquier  otro  género  no 
imitado  de  los  aniigoos. 


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615 


AHTB 


tH 


Ktttpero  en  IK  mlsma  é^bea,  bortbréá  de 
estmordintrío  talento  soBtenian  eo  España  e1 
niievo  sistenm  dramátteo.  Lope  de  Vega ,  qae 
conocia  las  regtas  de  Áristóteles  y  de  Horacio, 
en  liigardeoonfonDarse  á  ellas,  quisomas  bten 
segnír  el  impulso  de  sii  gonk>,  al  par  qne  obe- 
deeia  al  gusto  de  su  nadon  por  to  ronnncesco 
T  al  e«piritu  dc  la  catwlleria  aTcnturera  de  sn 
tlnn|K>:  qniso  y  supo  montonar  hitrígas  sobre 
intrígas,  y  hacer  gala  en  sue  comedlas  de  nn 
estrépito  y  ostentacion,  que  no  por  eso  les 
qvita  ü  la  mayor  paríe  el  grande  interés  que 
t^enen.  La  fecunda  rtqnexa  de  su  imaginacion 
seduce  basta  tal  punto,  que  el  espectador  bo 
se  apercibe  de  la  iBfferosimilitnd  de  loa  sucesof 
qie  acumuU  ,  sino  despoes  de  la  representa- 
cion6  ea  la  lectura,  y  caando  procora  darse 
eaetita  en  el  silencio  del  gabinete  de  las  im- 
precROnes  qoe  h»  etperimcmado,  cntonoes 
fefcoioce  las  impfopledadef;,  los  anacronisroos 
T  baBta  c6tiaTagancias  que  preceden  á  la  ae- 
cion,  ó  qne  deben  refíultar  de  ella;  y  sin  era- 
b«rgo;  sobre  estemodelo  seba  formadoeltea- 
tro  inglés.  Ihiestro  Lopo  raurióen  450^,  y  Kur 
primeras  ptesasregnlaresinglesas,  Férred  and 
Férrex,  tragedia,  Gamñner'Gwtt0H*snt9ále  (la 
agnja  de  Gammer-Gurton)  comedla,  sc  repre- 
seiniaron,  )a  prímera  en  4  504 ,  y  la  segonda  en 
4hl^.  Sir  Waller  Scoit  hace  la  slngolar  obser- 
▼«elon,  que  la  trngedray  coraedia  ingiesas  mas 
antlguas,  son  )as  dos  obras  moy  notables,  y 
qi^  cada  nna  Kene  el  caráetcr  espedal  qne  te 


cnimdo  toe  cofMea  óbláfÉéim,  ^bfaWeiea 
de  Gáríos  Vl  el  priTÍtglo  de  qae  lieraos  hakla- 
do  maa  arríba.  May  ptonto  ffatigéffe  el  pábliea 
de  aqiiellaii  represeotadanes  formales  y  gra* 
res  por  su  objeto,  y  loa  cofrades  se  onierOBá 
loB  Chicos  de  buen  humor,  {enfMs  ions  smii, 
Jóvenes  liberíínos,  gentes  de  chlspa,  feniUn 
bajo  las  órdenee  de  on  geft*,  qee  babia  todÉdo 
el  nombre  depránc^  deieeUnnUr,  eoope- 
uian  y  represootaban  pieaas  proiuiaB  cen  él 
títnlo  de  tonteriae,  moratídúdee  y  fmas,  Til 
fiié  el  orígen  oaearo  de  la  eaeen»  fraQceu:  ao 
obstante,  se  recoDOce  en  él  los  rndimentos  is- 
formes  de  los  dWersos  géDerot  <fe  dnmas,  qoa 
desde  ia  mas  reinota  antlgtledad  taan  adeptada 
altematiTamente  todos  loii  pueblog;  Asii  po- 
dría  ya  establccerse  un  par^elo  esfre  loe  mis- 
teríos  y  la  tragedia;  entre  las  tonterlaa  y  í 
y  lacomedla;  entre  hn  morattdadBs, 
la  mayor  parte  do  las  anéoMa»  < 
neas,  y  e)  drama  hietóricer. 

Solose  conocia  esta  espedede  ebraa»  eo- 
tre  las  qoe  bay  ona,  la  faraa  de  IkmtíMií,  qae 
es  una  Terdadera  obna  maestra ,  ooBOdo  el  «a* 
tudio  y  obserTaoion  de  la  Itteratara  dislea  ai 
reeomendO  únioameiite  en  et  MlBBdo  ée  Fi» 
clseo  I,  prodocieiKlo  en  braTe  SBioBBdoa  f^ 
toa  eu  roanos  de  JodeHe,  la  Pemse,  Ibalf.  ]m 
goerras  de  reHgion,  loa  dtatmrbloa  de  la  ügs, 
pusieron  un  dique  ¿  sn  tuoIo,  y  ya  la  ceotun- 
bre  de  imitar  ¿  los  intlguoB  era  eonnn  ¿  Gar' 
nier,  Teofiio,  Bofrdi  y  otroa  coando  Roeroo  y 


98  propio;  es  dedr,  qoe  uo  hay  mescla  de  có- 1  Comeille  produjeron  las  prlmeraB  obras  caa 
mleo  en  la  prímera^,  ni  de  \o  trágico  en  la  ae- 1  Qoe  se  honra  el  teatro  flrancéa.  Bsti  ImltaoíoD, 
gnnda.  Loe  nomerosos  imitadorcs  de  estos  dos  sin  embargo,  no  era  tan  rígorosa  comoalpríB- 


BMdelos  no  foeron  tan  escmpoloaos  como  sus 
autores,  y  Shakspeare  signió  el  ejemplo  de  sns 
antecesores  inmediatos:  sus  obras  hicieron 
época  en  la  htatoría  del  testro  inglés,  y  sancio- 
BBren  el  desórden  qoe  eacontró  establccido. 
in  Tano  Ben  Johnson,  sn  contemporáneo»  qtii- 
ao  voiTcr  ¿reducirel  teatro  ¿  reglas  roas  seTt- 
ras;  e1  talcuto  ¿  menodo  sublime  de  sn  advcr- 
sario,  mas  oonibrme  con  el  gusto  de  la  multi- 
ttid  en  un  siglo  poco  llostrado,  triunfó  y  basta 
sanctonó  sus  errores.  Shakspere  tItíó  de 
1564  ¿4646. 

Votvamos  al  teatro  fínncés ,  que  dejamos 
en  los  misteríos ,  de  los  cuales  algunos  ban 
Hegado  hasta  nosotros,  f  que  no  son  mas  que 
nn  pasage  ó  epiaodio  de  la  historia  sauta,  día- 
logado  de  nn  modo  b¿rbaro  y  poco  dígno  del 
objeto  qne  el  autor  qiieria  presentar  á  los  ojos 
del  púbiico,  Bin  invencion  y  sin  órdcu.  Con  to- 
do,  estos  ensayos  dram¿ticos,  si  es  qne  mere- 
cen  csc  nombre,  comuoicaron  al  pueblo  el  gos- 
to  del  teatro;  y  como  solo  se  representaban  de 
Tea  en  ciiando,  en  la  época  de  las  solemnida«- 
des  reiigiosas,  los  aficionados  reontdos  en  los 
Juegos  de  pelota  ó  eii  otros  espaciosos  locales, 
qoisieron  continoar  sus  representacioues,  que 
1a  aiitorídad  prohibíó  al  punto»  ¿  causa  de  la 
aantidad  de  los  asuntos,  resenrados  únicamen- 
te  para  Yss  flestaa  de  la  Iglesiat  EiitonoeB  foé 


clpio  ycomolo  fué  mastarde»  ¿cbosb  ddjaí- 
cJo  qne  el  cardenal  Ricbelieu  forsó  á  1b  ieade- 
miaá  pronunciar  contrael  Cid.  Los  aolons 
dram¿ticos  se  habían  perroitido  HbeitBáes  bar- 
to  grandcs.  Habíanse  abandonBdo  en  paita 
Ibs  foimas  griegas  y  latinas,  y  paredapfe- 
Taleccr  el  gusto  modiflcado  delteBtro  eiipBlul, 
cuando  la  critica  de  la  s¿bia  acadtmia  iBTBcd 
y  proclamó  la  QbserTaeioe  rígorosBdelos  pr»* 
ceptos  de  Arístóteles.  El  mismoGorneillesBS^ 
metió¿  sufallo;  convino  en  que  habÍBpeea- 
do  por  ígDorancia ,  y  se  puso  ¿  ettadiar  les 
príncipíos  que  no  conocia,  y  qoe  no  se  aCreríó 
¿  infríngirenadelante.  La  opbiion  deJa  Aeade- 
mia  fué  desde  entonces  noa  regla  tnTBriBMe, 
no  solo  para  los  aiitores  fraoceses  qtie  s»  sa- 
cedieron  ¿  Gomcille ,  como  Radne,  MoHeie, 
Grcbilloo ,  YoUaire  y  demas  poetaa  dram^tioos 
de  scgundo  órden»  sino  qtie  ademas  et  impolae 
que  dió  al  teatro  francés  del  siglo  ée  Lols  XIY 
se  hizo  sentir  en  los  estrangeros. 

Era  muy  iiatural  qne  los  alemaoes,  ane  ea 
esta  época  caredan  de  un  tcatreuadoaBl,  iail- 
tasen  y  ann  tradujesen  al  que  entottces  BÍcBn- 
zaba  mas  faTor  en  Europa:  lo  mlsmo  Bcontedé 
en  Italia,  donde  Goldoni  tomó  por  BBodele  á 
Moliere;  y  hasta  los  ingleses,  tan  orgvtloMis 
con  raxon  de  su  Shakspearo,  deshiBibradM  por 
la  aureola  de  gloria  literaría  (jne  respiandMii 


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Áxm 


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mUMeébítí  Fmaia,  M  mítotamtou  da- 
nÉé  la  mítad  dcl  sigto  pando,  oon  inaa  ó 
■enos  rigor»  sigiúeiido  los  oooMjos  de  Pope 
7  io8i|ieinplo8  do  ádisicoo,  4  loa  priDOiplos  qoe 
Arístóleles  bal)ia  eonsagrado, 

8i  los  eetraDgeroa  conoolaD  entoaces  bas- 
Imle  ei  teatro  fraocés  para  intontar  elevavae 
i  80  altora,  preeiao  ea  coorf  eoir  qte  el  oonoci- 
■iento  del  drasM  efltraogero  estaba  raoy  poco 
geaeraliaBdo  ea  Praiicia.  Voltaire  ñié  el  prime- 
1»  908  00  aqoella  época  proDonció  elnombre 
dc  Sbalupeore:  Letoursiatir  poblicó  una  tra- 
teeion  eompleta  de  sua  obn».  Fri4d$l,  Jun^ 
iir  y  UebiniUé  trad^oroD  dei  alenaD  las 
ebiudiamátieascoD  qaeJLaafki^  y  CMketn' 
sayaban  da^  nna  flsooomia  nueva  i  so  teatro: 
¡Jk§M$t  Tertió  del  español  al  franoés  las  pi^ 
SBBBas  DOtables  deGatderoD  y  Lope  de  Vega. 
U  padre  Pfeoiare,  miaionero  de  ia  Gbioa,  nos 
dSBcabrió  la  exisleacla  de  on  tealro  cbino^  eo- 
rísndo  ¿  on  amigola  tradueciOB  deono  de  sue 
draaiBs:  titolikise  este  ei  Buérfánodé  lao<»9ñ 
ds  TdtM,  y  rormaba  parte  de  ooa  eoieceien 
tn  coarentamlteooes,  qoe  cooteaia  cíea  iHe* 
las  teatrBlea,  eompoestas  daraole  ODasola  di- 
aastia.  loaobiDoo  do  distÍDgueD  la  comedia  de 
lalrBgedia:  el  oanto  se  mesóla  ood  sos  dratnas, 
Afidldoa  en  mas  ó  moDos  partes,  pero  qoe 
aonea  pasao  de  cIdoo:  áDicameote  los  repre- 
Bentan  las  coropañfas  ambolantes  que  van  doo- 
és  las  liaman,  ▼  ejecutan  á  cleccionde  los  es- 
IKtadoreg  y  od  el  acto,  la  plesa  de  sn  reper- 
lorío,  ordinariameDte  muy  rico,  qoe  ellos  ee- 
cogen.  El  námero  de  soa  piesaa  teatrales  es 
iDcalcolable.  Toda  aoécdota  capai  de  servir  de 
Bsaalo  á  od  coento  ói  uDa  ooveta,  todo  aeoo- 
leciniieDtobistórlco,  poesto  eo  diálogo,  paede 
qiarecer  eo  su  escoDa;  puea  el  teatro  cbino  no 
pareoe  smeCo  á  nlngona  de  las  reglss  que  ba- 
eeo  taa  diff cil  este  arte  entra  las  naoloDes  mo- 
deraas. 

La  inesperada  revelacion  de  semejaales 
obras,  no  menos  raras  que  desconoeidas,  sugi* 
rid  la  idea  de  noevas  formas  y  Qombin?)ciones 
dniBéticaa,  de  qoe  se  apoderaron  Diderot.  Hét- 
eler,  Sodaino,  y  por  úlHmd  Beumarcbais;  tal 
foé  ol  pruBier  impulso  dado  al  alstema  qne  do 
ba  nocbo  Dumas  y  Vlotoir  Hogo  incentaron  ba- 
oer  preralecor  eo  Fraoda  eu  eontraposicioa  al 
^AríOétolea. 

La  poseaioif  de  las  Indiaa  Orientales  y  el  es- 
Mia  de  la  leoffua  delos  aotiguos  iadus.bide- 
üaeoaooer  á  los  iagleses  quc  los  indios  po- 
aeta  tamMen  ud  teatrot  eo  ctiyos  mlsteriM 
■a  bemo»  atdo  telclados  basta  abora  poco.  El 
arte  dranDétlco  pareoe  qne  exitte  entre  ellos 
deedo  la  oahs  remota  antfgOedad;  y  lo  qae  dis- 
ttague  au  leatrode  todoa  los  demas.  es  qoe  las 
Vieaas  qno  conocomos  eatén  aserltas  todas  eo 
muerUo,  idioma  especial  de  la  génte  ilostra- 
da,  doBcooocido  al  poeblo:  biis  produoolones 
draiDÍticas  debian  ser  por  consiguiente  ínle* 
toligibles  para  ia  multitod  y  el  patrímonlo  es- 
|M«»  de  laa  €M|t»  pri«M«|i«dáa  da  la  |É«i> 


Parecé  tamMeii  qoa  m  nepreaetttadoaíea  sé 
vcríflcaban  únicamente  ea  laa  ocasiones  SO'* 
lemaes,  y  oud  la  mayor  pane  se  compooian 
para  ona  soia  vez.  Esta  doble  drcimstBDCia  es- 
plica  por  que  soa  mas  largas  que  tas  nuestras, 
al  miaow  tiempo  que  da  ana  esplicaeloa  satisftic- 
torla  del  corto  oúmero  que  nos  qneda  de  obraa 
de  esta  clase.  Sus  autores  baceo  poco  oaso  de 
las  unidades.  Las  obras  Indicas,  no  obstante, 
que  tratan  de  la  poético,  dividen  sus  dramas 
en  bastantes  elases,  para  iadicarDos  al  meaoa 
qiie,  Do  carecen  de  variedad.  Las  piosas  men* 
cioDadas  ofreoea  el  equlvaleote  del  drama  pro- 
piameote  dicbo,  de  la  ópera,  de  la  paotomí- 
ma»  etc.  Bl  BBas  aDtigno  de  los  tratados  de  ta 
literatura  dramitica  de  la  lodia  data  del  si- 
glo  XI,  época  eo  que  ya  deellnid)a  el  aríe;  por* 
qoe,  y  le  mfsmo  ba  snoedido  en  todas  partes, 
taa  so)0  ott  eircuastaocias  tales,  ta  antoridad 
del  erftloo  reemplaza  al  genlo  det  aotor  que 
erea.  El  fla  qoe  se  prepofila  el  artedramillco  en 
la  India  era  eminentemeote  peiigioso  y  morul: 
el  béroe  debe  ser  na  dios  6  uo  moaarca;  los 
seDdmleotosesppesados,  poros,  nobles,  tegifi- 
mos  y  conformes  á  los  priaciplos  fündamenta- 
los  de  la  rellgioa  de  Brabma;  ooa  iDÍDuefosa 
teoría  dramitioa  traza  severos  limltes  al  poeta; 
el  draroa  debe  teaer  diea  actos;  cada  acto  oo 
debe  abrazar  mas  que  la  accion  de  un  solo  dla; 
pero  por  )a  elasticidad  de  la  regla,  )a  duracion 
de  todo  puedeser  de  diez  afíos,  latitod  que  es- 
taba  eompeosada  por  restricciones,  á  ías  que 
00  compreodemos  qoe  pndiesea  someterse  los 
autores.  Les  estaba  probibido,  por  ejemplo,  po* 
aer  imprecacioaes  en  boca  de  los  actores, 
mostrar  al  público  condeoacioaes  degradaatea, 
bablar  de  los  iafortnaios  aaciODales,  flgurar 
combates  ó  caricias,  eosefiar  do  personage 
dormido  é  eomiendo,  etc,  y  sobre  todo,  no 
les  era  permitído  cnsangrentar  la  esceno,  al 
bacer  desaparcoer  uo  personage  durante  el 
oorso  de  la  pleza,  por  ana  catástrofs  cnal- 
qoiera.  Estas  reglas,  como  beraos  ya  aotado, 
se  ban  beobo  despues  de  las  obras  y  coa  ar- 
regio  i  lo  que  cada  una  ofreeia  de  masperfeo- 
to,  de  raodo  qne  las  que  poseemos  parece  qoe 
no  estinmuy  cooformesca  uo  todo  coa  ellas. 
No  pnr  6so  su  estndio  es  meaos  iateresaate, 
en  cuanto  nos  prueba  que  aiogna  arte,  ea  nio- 
guD  tlempo  ni  ea  nin^^n  pais  ba  podido  ma<« 
nilestarse  Jamis  siA  que  no  se  baya  iateDtado 
clasiflear  sos  preceptos. 

Cno  de  los  earactéres  priocipales  del  dra- 
ma  indico,  es  eslar  compuesto  de  gralredad  y 
trístesa,  i  la  vez  que  de  alegria  y  locura. 
Nofica  corrc  la  sangre  al  es  desgradado  el 
desenlBoe.  Sobre  eslos  dos  puntos,  autores  y 
orfticos  pstán  sfempre  de  acuerdo. 

EI  drama  de  5aibní aia.traducidodelsans- 
crHo  al  Ingiés  por  noraeio  ^Vüson,  y  a1  fran- 
cés  por  Mt.  ée  Sorsum,  puede  dar  nna  idea 
del  dramaberóico  delalndia.  Hr.  Scblegelba 
croido  encontrar  en  é!  uoa  analogia  taa  cbo- 
cafflé  potki^fSodtpolM^tíOBéé  Sbakspear«  qne 


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ABm— ARTEIJO 


«20 


ha  sospechado  sin  rason  qoe  el  tradnctor  ha 
añadido  algo  á  su  modelo. 

Lo8  iDdios  tienen  el  drama  pagtoral,  y  to- 
oavia  hoy  los  habitautes  de  CeodoU  consagran 
una  noche  todos  los  años  á  representar  la 
pieza  de  Fayadera^  especie  de  idilio  interpo 
lado  con  cantos.  En  suma,  lo  que  conoceroos 
de  la  literatura  dramálica  de  los  indios,  es,  á 
pesar  de  lo  que  nos  ofreee  tan  opuesto  á  nues- 
tras  ideas,  iDflnilamente  soperior  i  los  infor- 
mes  ensayos  dramáticos  que  poseian  los  pae- 
blos  roodernos  antes  dol  siglo  XVII. 

Terminemos  nueslro  articulo  con  una  rá- 
pida  ojeada  sobre  el  eslado  aclual  del  teatro 
en  las  diversas  nacioncs  iilerarias  de  la  Eu- 
ropa;  El  teatro  alemaii,  merced  á  los  esfuer- 
aos  de  Gcethe,  SchiUerj  y  otros  autores  menos 
célebres,  ha  adquirido  en  nuestros  dias  una 
verdadera  importancia.  Gon  todo,  debemos  ha- 
cer  notar  que  despues  de  haber  ahandonado 
enteramente  la  imitacion  del  teatro  írancés,  á 
la  del  español  y  á  la  de  Shakspeare  deben  los 
aleroanes  el  nuevo  aspecto  que  han  consegui- 
do  dar  al  suyo.  Esta  asercion,  que  declararoos 
exenta  de  reproche  por  nuestra  parte,  en  nada 
rebaja  el  mérito  de  los  citados  escritores:  úni- 
camente  queremos  indicar  de  una  manera  mas 
clára  y  precisa,  1a  diferencia  del  sistema  dra- 
mitico  que  han  adoptado.  Igual  determinacioo 
parece  que  han  tomado  los  que  actualroente 
escriben  en  Italia  para  el  teatro:  todas  sus  úl- 
tiroas  obras  tlenen  una  tendencia  shakspeari* 
na.  En  Inglaterra  prevaJece  el  principio  sos- 
tenido  por  lord  ByroO,  que  se  declaró  alta- 
mente  en  favor  de  las  unidades.  Otro  tanto  es- 
ti  sucediendo  en  España  despues  del  desbor- 
damiento  y  ias  aberraciones  del  romanticismo. 
De  todos  estos  bechos  irrecusables  ¿oo  po- 
dria  deducirse  que  el  movimiento  que  hoy  se 
realixa  en  la  Uteratura  europea,  lejos  de  indi- 
car  la  fatiga  é  ineficacia  do  las  antiguas  leyes 
que  la  rigen  y  la  necesidad  de  nuestras  emo- 
ciones,  como  se  ha  prctendido,,maniflesta  una 
favorable  reacdon  al  clasicismó?  EI  arte  dra- 
mático  es  de  las  artes  liberales  el  que  se  plie* 
ga  mas  arbilrariamenle  i  las  uuevasnecesida- 
des  de  la  sociedad. 

Gousiderando  el  lugar  que  debe  ocupar  el 
arte  dramiltco  en  las  bellas  artes,  haremos  no- 
tar  qoe  habiendo  debido  ser  el  primer  lengua- 
Je  del  hombre  la  eroision  del  sonido  antes  que 
estuviese  acentuado  y  articulado,  es  probable 
que  la  música,  que  el  canto  modulado,  haya 
precedido  i  la  palabra,  empleando  luegola 
poesía  para  dar  cadencia  al  discurso  segun  el 
ritmo.  Tau  pronto  como  se  ha  eroitido  el  can- 
to,  la  gesticulacion,  es  decir,  ia  danza  mimica 
ha  venido  tal  vez  iovolontariamente  i  añadirle 
naeva  espresiou;  y  de  estas  trcs  partes  distin- 
U&,  la  música,  la  poesia  y  la  dauza,  reunidas 
y  coiifundidas,  nació  el  arte  dramitico.  La  ar- 
quitectura,  la  escuUura  y  la  pintura,  debieron 
manifestarse  posteriormentc;  porque  en  un  cli- 
ma  tibio  y  i^Áv^p  comoel  úp  la  India  y  6re- 


cia,  cuna  de  las  artes,  laDeeesidtddeiinalii- 
bitacion  regularmeote  eoDstmida,  no  debióha« 
cerse  senUr  hasta  muy  tarde.  Las  artes  deldi- 
bujo,  desünadas  i  embellecerlas  ó  i  perpe* 
tuar  e1  recuerdo  y  la  imágen  de  los  dioses  y 
héroes,  adomando  loatemplos,  suponenya  ub 
pueblo  mas  adelantado  en  la  civiUzacion,  ona 
toogonia,  una  historia.  No  noa  es  dado  apoyar 
con  ninguna  autoridad  esta  teoria  oompl¿a« 
mente  racional;  pero  la  observadoo  la  conflf» 
ma.  En  las  naciones  moderaas,  particnlanneB- 
te  en  las  del  Norte,  donde  todas  las  bellas  ar« 
tes  han  sido  importadas,  donde  el  gnsto  i  eHas 
es  casi  siempre  el  frato  del  eatudio,  ó  al  me* 
nos  de  una  larga  costumbre,  r^pararemos  qnt 
son  tanto  roenos'apreciados  del  vulgo,  coaato 
resultan  de  la  civilizacion  mas  adeiantada  de 
los  poeblos  en  que  han  nacido.  Aaí,  segnn  el 
sistema  que  acabamos  de  estableoer,  iosgrie* 
gos  han  empezado  por  el  canto,  por  la  raM- 
ca,  que  como  se  ve,  es  el  arte  que  el  poeblo 
mas  eatúpido  concibe  con  mas  facilidad:  todos 
bien  ó  mal  canlan;  aon  sensiblea  á  la  tnnooia 
quelos  anima  y  les  bace  marchar  ó  aaltari 
compis;  la  poesia  los  conmoeve  mudio  menoe; 
y  algunos  son  compietamenteineptoa  para  ias 
artes  del  dibujo,  porqoe  sus  senüdos  embota- 
dos  no  han  recorrido  todavia  la  aérie  de  lu  ar- 
tes  que  los  griegos  atravesaron  casi  simolti» 
mente.  Peroel  urtedramitíco,  pudiéodoae  coa- 
siderar  como  la  reunion  de  todos  ellos,  poes 
hasta  los  del  dibojo  concurren  i  la  ilusioo  es- 
cénica,  hiriéndoles  por  todos  los  senUdos  i  la 
vez,  les  interesa  y  conmneve.  Nadie  igDora 
que  el  pueblo  laUiio,  tan  poco  sensible  cooio 
los  modernos  i  las  beilasartes,  tenianun  gosle 
desenfrenado  por  los  espectáculos  dramitioos. 
La  pantomiroa  roimica,  primera  eepresion  de 
dicho  arte,  era  principalmente  el  objeto  de  sa 
prediIeccion«  Cook,  Ija-Peyrouse  y  otros  via- 
geros,  han  encontrado  reprerientaciones  aoi- 
logaa  entre  los  salvages,  desde  Otaiti,  hasta 
el  Kamschaska. 

Micntras  que  en  Europa  los  espectieaios 
escénicos  hau  sido  ei  patrímonio  casi  esdosi- 
vo  de  la  clase  Uustrada,  la  belleza  poética  en 
su  prindpal  encanto,  y  la  que  los  aotorci  pro- 
curaban  reprodiicir.  A  medidaque  la  aflciOBal 
teatro  se  ha  hecho  mas  popular,  bo  lia  bastado 
la  belleza  poética,  ha  sido  necesario  echar 
mano  de  impresiones  mas  fuertes  y  de  pinti- 
ras  mas  reales.  Se  ha  querido  hablar  ikis 
ojos,  etc,  etc,  nos  heroos  vuelto  mas  roaa- 
nos  y  exígimos  imperíosamenteque  se  oosdi- 
vierta.  Los  autores»  deben  sin  doda,  acepHr 
la  condicion  social  en  que  nos  eooootraflMS 
colocados»  y  saUsfacer  los  deseos  de  la  geoe- 
ralidad  que  ha  de  Juzgarlos;  pero  oo  olvidea 
que  es  predso  guardarse  de  ir  moy  iejoe,  y 
de  sacriflcar  i  ineonsideradas  y  valgares  eii- 
gencias  las  etemas  ieyes  del  buen  gusto  y  la 
razon. 

AETEIJO.  (BAÑos  ob)  En  el  poeblo  de  eele 
noQbre,  i  doe  leguas  de  ia  Goruda,  hay  o^ 


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AHTE1J0-.ARTEMAS 


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maaitíal  de  agQisdiras,  qa^  saben  á  legía, 
7  despiden  an  tofé  desagraflable  que  plerden 
i  poca  diBtancla  del  manantial.  Hay  tres  baños 
eayas  temperatoras  aon  18, 30  y  30*.  Aunqne 
BO  ban  aldo  analisadas  con  rigor.  parece  qoe 
eoDtieBen  ácido  hidrosalfúrlco,  hidrocloratos 
de  sosa  y  de  magnesia»  y  se  les  atribayen 
mucbas,  propledades. 

Este  raanantlal  tiene  nn  médico  director, 
qaien  coldatambien  de  las  agnas  de  Garballo: 
asi  es  qae  la  denominaclon  de  estas  aguas  es 
ralfrarroente  la  de  ¿^oñot  da  Arte^o  y  Car^ 
kuüo. 

Carsalu),  poeblo  tambien  distante  mas  de 
dos  legaas  de  la  GoruAa  >  abunda  en  agaas 
mioerales,  y  las  mas  notables  son  las  de  cua* 
tro  posos  que  ae  baltan  en  ona  alqueria  Ila- 
mada  Brañal.  Son  claras,  de  olor  faediondo  y 
labAr  á  buevos  podridos:  la  temperatura  del 
OBo  cs  de  30*;  la  del  otro  de  29,  la  del  ter- 
cerode  95  y  la  del  últhno  de  S4,  con  la  dife- 
rencia  de  nn  grado  mas  ó  menos  segun  el  es- 
tado  de  ia  atmdsfera.  Gontienen  ácido  hidro- 
SBlfárioo,  y  acaso  nn  poco  de  ácido  carbónico, 
bidroclorato  de  eal,  carbonatos  de  magnesia 
yde  cal,  y  snlfatos  de  las  mismas  bases. 

Por  supnesto  que  nl  en  Arieijo,  ni  en  Gar- 
bdlo  bay  mas  establecimlentos  que  unas  mo- 
destas  casitas,  cuyas  comodidades  son  harto 
I  para  Itamar  concurrencia. 


Áüumt  ir  M9$  minerO'medieimalet  ¿9  Arteijo.  por 
dM  ÍUriano  José  GonMÍez  y  Cretpo;  en  ol  Bolelin 
deMedicina.lUdrid.iasO. 

ARTKRIAS.  {Anatonda.)  'ApTt^pUt,  arteria, 
de  á^p,  otra  y  TiipsTv,  oonservar.  Con  efecto, 
JoB  antigHOS  cretan  que  las  arterias,  ordina- 
riamente  Tacias  despaes  de  la  raoerte,  no  con- 
teDiao  mas  qoe  aire  durante  1a  tida ,  y  por 
esta  razon  habian  llamado  traquea-ttrtiria  al 
canal  que  eonduce  el  alre  de  la  laringe  á  los 
bronqaioB.  \m  arterias  son  vasos  qoe  llevan 
1a  sangre  del  corazon  á  loe  dÍTersos  órganos, 
y  están  divididas  en  dos  sistemas:  las  una^ 
qoe  son  ramiflcaclon  de  la  arteria  pulmonar/ 
coDdaccn  á  los  pnlroones  hi  sangre  negra  y 
desoxigenada,  despedida  por  el  ventriculo  de- 
leebo;  y  laaotras,  nacidas  de  un  tronco  co- 
oiBB,  llamado  la  ñorta  (véase  esta  palabra), 
sinren  de  canal  á  la  sangre  roja  qne  se  diri- 
ge  á  todas  las  partes  del  cnerpo.  (Véase  gib- 

CDLACIOIf.) 

Las  arterias  son  tobos  que  van  decreciendo 
sáempre  en  graeso,  á  medlda  que  se  apartan 
de  sa  pnnto  de  orfgen.  Por  lo  tanto  se  pnede 
eoosiderar  cada  tronco  arterial  como  un  seg- 
meiito  denn  cono  muy  oblongo.  El  calibre  y 
kus  peredes  de  cstos  tnbos  no  dlsmlnuyeu  pro- 
poroionalmeBte  de  diámetro  el  nno  y  las  otras 
de  espesor;  es  dedr,  que  las  arterias  de  pe- 
qaeño  calitoe  tienen  ,  i  proporcion ,  paredes 
resistentes  quo  las  de  nn  calibre  mayor. 
grQeaodelasparedesvariatarabien  se-, 


gnn  las  regiones,  en  general  es  mucbo  mayor 
en  las  partes  declives,  como  en  los  miembros 
inferiores,  y  sobre  todo  en  el  pie:  y  es  al  con- 
trerio  poco  considerable  en  el  sistema  de  la 
arteria  pulmonar  y  en  las  arterías  del  cerebro. 
La  resistencia  de  estas  paredes  y  su  elastid- 
dad  son  tales,  que  aun  estando  vacias,  no  se 
reunrn  ó  pegan  una  ¿  otra,  sino  qoe  dejan 
siempre  abierto  el  callbre,  ó  como  se  dice,  la 
tuz  de  la  arteria. 

Las  paredes  de  las  arterias  están  formadas 
de  tres  tánicas  distiutas.  La  esterna,  ó  cetulo' 
ea,  está  formada  de  filamentos  inextricables  y 
como  borrosos:  es  la  mas  gmesa  y  resistcn- 
te,  y  ademas  Inesten8ible.  La  túnica  subya- 
cente,  ó  túniea  media,  ba  sido  Ilamada  mem* 
brana  propia  de  las  arterias ;  y  su  grneso  es 
tanto  mayor,  á  proporcion,  cuanto  mas  peqne» 
ño  es  el  vaso-  Sus  flbras  son  amarillas,  esten- 
stbles,  muy  elásticas,  yestán.dispuestas  circo* 
larmente;  pero  su  disposicion  hace  que  la  lú- 
nica  media  se  rasgue  fácilmente  por  un  es- 
fuerzo  de  traccion  eh  la  díreccion  del  eje  del 
vaso,  y  se  corta  bajo  una  presion  circular,  co- 
mo,  por  ejemplo,  la  de  una  Ilgadura.  (Véase 
LiGAODRA.)  La  túnlca  interna  es  de  la  natura- 
leza  de  las  serosas,  y  es  continua  con  la  qne 
tapisa  las  cavidades  del  corazon.  Las  mismas 
paredes  de  las  arterias  reciben  sus  vasos  ar- 
teriales  y  venosos,  que  han  sldo  llamados  vo- 
sa  vasorum.  Nó  se  ban  encontrado  en  ellas 
basos  linfáticos ,  ni  tampoco  es  cierto  que  les 
estén  destinados  los  nervios  ganglionares  que 
las  acompañan.  Kn  ei  vértice  del  ángulo  for- 
mado  por  dos  arterias  quc  divergen,  la  tttnica 
interua  forma  un  pliegue  ó  una  arísta  semicir- 
cular,  que  rcsulta  de  replegarse  sobre  si  mis* 
ma,  y  que  se  liama  espolon ,  porqoe  conx>  el 
espolon  de  nn  macbon  de  puente,  divide  la 
columna  de  líquido  que  viene  del  tronco  sa- 
perior. 

Las  arterias  nacen  del  tronco  prímitivo 
como  las  ramas  de  un  árbol,  habiéndose  dado 
el  nombre  de  árbol  vaseular  ó  arterial  al  cou- 
junto  de  los  vasos;  pero  esta  espresion  dista 
mncho  de  ser  rígurosamonie  exacta.  Asi  como 
las  ramas  se  separan,  las  ramiflcaciones  se 
aproxiroan  y  se  aDastomosan,  comprcndiendo 
entre  si  espacios  areolares  que  forroan  como 
las  mallas  de  una  red.  Se  llama  anastómosis 
(véase  esta  palabra)  la  oscuiaciou  de  las  arte* 
rías,  y  por  estension  el  ramo  arterial  que  pone 
en  comnnicacion  i  otros  dos.  Las  arterias  se 
separan  del  tronco  origioal  ó  se  auastoroosan 
formando  ángulos  varíables.  Has  ó  menos 
flexuosas,  segun  que  son  mas  ó  menos  téoaes» 
tienen  siempro  una  longitud  mayor  que  la  de 
los  miembros  ó  de  los  órganos  que  recorren, 
anu  coando  estos  se  hallen  sometidos  á  la  es- 
tension  ó  á  esfuerzos  de  traccion;  y  algnnas 
veces  sus  grandes  sinnosidades  no  tienen  nin- 
gnn  objeto  apreciablo. 

Ninguna  parte  de  la  economia  está  sujeta 
átantas  anomalias  como  el  sistema  arterial. 


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«»3 


Aíi'mm^AjnBB 


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Lag  arterias  tenníBim  por  ranm  capHares 
que  son  codUquos  cpa  los  ^  1^3  sq^^b. 

Se  ha  llamado  coftal  arierial  upa  ramifiea- 
ciou  de  laarteria  puimooar  que,  eu  el  féto,  va 
á  abrirse  en  la  aorla  debajo  de  l.a  arteria  aub- 
claria  isquierda,  y  de  este  modo  poue  eo  co- 
municacíoa  durante  ia  vida  (eta\,  los  dos  ais- 
temas  arleriales.  (Véoite  ciftcuLAciOK.)  El  oanal 
arterial  se  oblitera  despues  del  BaetmieiHo ,  j 
forma  una  especie  de  iigamenlo. 

Laa  artarias  están  sujetaa  á  frecueDles  en- 
fermedades,  que  revelao,  durante  lavida,  sin- 
tomas  Biaa  6  monos  gravcs ,  ó  despues  de  la 
rouerts»  un  eaiado  palológico  de  loa  vaaoF. 
Ádemaa  del  aoeurisma,  de  los  accidentea  irau* 
raiiicüs  Y  de  las  ulceraclonea  ó  rupturas  por 
causa  fBorbosa  {véúse  ABmuRisiiA,  abbidas  b« 
LA»  abtbbub)»  ías  enfermedades  mas  oomunes 
de  las  arterias  son  la  inflamacioD  aguda  ó  ar- 
teritis,  que  bo  debe  confuudirse  coa  ia  colo- 
racion  roja  de  las  arteriaa  por  un  efeclo  cada- 
vériGo  baatante  comun;  la  dilaiacion ,  la  eslre- 
ches  y  la  obliteracion,  las  degeneraciones  ate- 
r^Hnatosa,  esteatomatosa  y  ósea ,  y  el  desar* 
rollo  de  entosoarloe  que  han  aidó  observadoa 
en  las  eoncrcciones  fibrinosas  que  iienen  tapi^ 
sadas  ias  dilataciones  arteríales:  un  gran  nú- 
mero  de  esias  enfermedades,  y  sobre  iodo,  la 
obiiieracíoB  y  la  osiQoacion,  dan  lugar  á  la 
gangrena  eBpofiiánea  ó  scnil.  {Véas$  gan* 

fiBBNA.) 


ScÉrpa:  Sull'  aneurifma. 

Boargery:  ÁnatomUde  fkgmtM, 

3j6cl«rd  X  G.  pérard:D^c|.4«  mféicme»  2»>  edkíon, 

arl.  ABTERB. 


ARTERIOEOMLV.  (Cirf^a.YApvtJ^iaL^arieria, 
Tciiustv,  corUtr.  M%  voa»  emplieBda  á  vcceaen 
Bi  seutido  de  anatomia  de  ias  arterías,  se  uaa 
casi  esclusivamenie  para  indicar  )a  sangrja 
praCticada  en  ua  vaso  de  eslc  órdea.  La  arte 
riotomia  se  praoiica  oasi  ÚDicamenie  en  la  tem- 
poral  y  en  la  aorícuiar  poslerior;  y  aun  pue- 
de  decirse  quo  ea  operacion  boy  dia  inusitada, 
despues  de  haber  estado  muy  en  boga  bace 
dies  é  doce  años  para  combatir  ciertaB  oflai- 
mias.  Antiguamenie,  pues,  para  abrir  la  arte- 
ria  sc  bacia  una  incision  irasversal  que  la  cor- 
laba  por  completo;  en  seguida  se  detenla  la 
sangre  por  medio  de  un  vendage  de  lazo  cm- 
sado,  llaouido  \&%oónudo  de  imbalador,  diya 
coBlríccion  y  peso,  incomodando  roucbo  al  pa- 
cieBie,  y  provocando  ona  cogesiioii  sangni- 
nea  báoia  la  cabesa,  debia  deeirair  en  mucha 
parte  el  efedo  que  se  esperaba  de  la  sangria. 
Sn  Buesiros  dias,  si  por  acaso  ocurre  esta  ope- 
rBCion ,  se  abre  U  artcria  simplemeBle  como 
BBa  vena,  ea  deeir  eon  la  lancela,  y  para  deie- 
aer  ia  sangre  se  comprime  Hgeramente  el  vBtOi 
por  medlo  de  una  compreaa  gradoada  y  de  a1- 
gunos  circulares  de  venda.  Aan  eate  aimple 
vendage  incomoéa  bastaote  á  las  eBfermos. 
Por  lo  demas,  es  bBrto  dndosoiiQe  ÍBBilerio- 


fomia  tcoga  wmttí^  BlgiBS  sohn  la  i 
4e)  brazo  oportunameute  gradBada. 

ARTCS.  ^BBUUAA)  (Viase  BELLASAnBS.) 

ARTK3  Y  (Wmm.  De  mayor  utílidad  positi- 
va,  y  de  mas  aplicacienes  prácticasqBelaslta> 
ilas  artes,  ias  artes  mecánicas  han  oco^ 
siempre  un  lugar  preferenle  cb  k  viüa  de  lo- 
das  las  sociedades.  Kn  las  uaoiones  moderaai 
sobre  todo,  y  con  mas  espeeialidad  detde  la 
última  parte  del  siglo  XVlii,  so  ififluencia  la- 
bre  «H  órden  socinl  ha  ido  em  progresifo  lu- 
meoio,  y  Im  b«clio  ealnordinarios  adelantoi* 
Débese  en  gran  parie  este  efecto  al  mayordea* 
arroilo  que  de  tres  sigtos  aoi  hao  adqalrido 
todos  l08  ramos  del  saber»  cob  alguBOS  de  kB 
cualea  estAn  Jaa  artes  y  ofidos  iaümaBMBte  li* 
gados.  fialre  lasciencias  qoe  mascontacto  tie* 
Ben  coa  los  ofloies  y  artes,  paedaa  citarse  li 
geometria  defcrip|tiva,  )a  flwcAniOB»  la  físiei  y 
la  quimica.  Tambiea  es  frecaeBte  ver  ¿  las  ar 
tes  y  oQcios,  auxUiaodo  A  sa  ves  el  adeianli* 
miento  dc  la  oieBCia.  Las  miqutius  para  diii* 
dir  el  circulo,  por  ejemplo,  y  para  hendir  lai 
ruedas  dentadas,  haa  ooniribuldo  al  perfeoeio- 
OBmieaio  do  la  geodesia.  La  astrooomia,  k 
navegacion,  basia  la  fisica  y  Ib  quimlca  Ims 
deliido  beneflcios  ¿  las  artes. 

Supaestaesta  cocrei^KuidenciB  efitreeipia' 
greso  de  las  eieBCias»  y  ei  de  las  Brtes  nñeér 
nicas,  fAcíl  es  oompreader  por  qoé  hao  áét 
tan  rápidos  los  incrementos  que  ea  ios  úllimoi 
liempos  haa  lomado  U»  úilii&as*  La  gran  Bial- 
títud  de  bombres  ssperiores  que  despues  deii 
propagacion  de  los  libros  por  medio  de  Ui  iflH- 
prenta,  han  cultUrado  é  ilustrado  las  cienciai, 
han  provislo  de  influiloe  medios  de  accio&  i 
las  artes.  Galileo,  Descartes»  Newlon»  eBseDaa 
ia  íisica  y  la  niecéoica,  y  oon  sa  mzUío  Iii 
artes  se  desBrroUaa.  La  qttlmica,  porfeoeiaBa- 
da  hasta  el  piiBto  de  poderse  llamar  bbb  ckB- 
cia  Daeva,  ee  psesta  A  multitud  de  apUeadi* 
nes  prActícas  para  blanquear  ei  lino,  el  ciia- 
mo,  el  algodoD,  el  pepel»  eic,  parB  forfloar  tin- 
tes,  y  para  BHiHitud  de  otroa  usos.  ToricelU 
inventa  el  bar6metro,  Pascai  la  preasa  hidráa- 
lica,  Othon  Oueriolc  la  máqoiQB  neomAtica» 
If uechembroedí  el  pirómetro,  FraiüüiB  oi  p«a- 
rayos,  Oaivani  la  eiectrícidad  Bnlaisl»  VoHa 
lorroa  la  pila  nngnética  que  lleTB  so  noobFe; 
y  todos  estos  iostrumenios  y  aparatoB,  y  oHoi 
mnchos,  ó  hacen  nacer  ó  progresar  A  otm 
tontas  artes  y  ofldos. 

Pueden  dividirse  las  artes  en  trea  «alBf»* 
riBS  espeoial^;  artes  agricoias,  qne  soo  las 
que  ouentan  espeolaimeate  coa  los  pro^aelos 
que  da  la  tierra,  y  se  proponen  por  obltíB  sa 
collivo;  artes  quiBiúoas  y  fiaicas,  qoe  sob  Itf 
que  eroplean  por  agenies  el  calor »  ia  lus,  ta 
electricidad,  etc,  yartes  mecAnicasó  deoM- 
culo,  cuyo  luDdaroento  esiA  en  ia  habiiidad  de 
la  mano,  de  las  mAqumas  y  de  ios  ioBlmaMB* 
tos,  y  suelen  llamarse  tambien  oon  bus  Iíb» 
oneBcia  artes  BaBaufasturerBS. 

HeflMBCilado  lasDiAqiáBas,  y  BBlottaB  eitt- 


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A^T&S 


6Í,6 


MAb  é  habUi  aqiii  opoilaoameiae  4e  Ja 

caestton  de  si  sob  útiles  ó  pe^ijuciiciales  á  las 

iodnstrías  y  á  los  trabajadores»  bí  dó  toviera 

logar  inas  propio  el  exáiseD  de  este  punto  eo 

atros  articotoB  de  pu^trp  Diccionario.  En  este 

«Qpoaato,  ^astaró  ooq  ^ue  aqui  dejemos  con- 

8i¿iado  qoe  la  qleikcia  (la  fallado  ya  dcú^iiva- 

laeote  esta  coeatiiOD,  y  que  no  es  posíbl^  du- 

dir  TOSooableBi^nle  de  la  grap  uUlidad  de  las 

néqoiDas,   taoto  para  el  resultfido  general  de 

Im  prodoctos,  cooio  para  los  mismos  trabaja- 

dores.  Fre&eiii4iendo  de  Que  lo  becbo  por  me- 

dio  de  móqujna  es  siempre  mas  flno,   menos 

eoslQSO,  ^y  4e  couclusioo  mas  pronta  que  lo 

tnd>a]ado  ¿  mano:  prespindieDdo  uimblen  de 

qne  atgonas  máquinas  son  irreemplazables  por 

A  tiat^jo  mooal,  ya  por  su  escesiva  peque- 

fiea,  fa  tambten  por  otras  rasoues,  y  de  que 

otrps  OD  ^ex  de  bacer  innecesario  el  trabí^o 

del  bombre,  son  las  que  ie  bacen  posible,  y  le 

dan  vida,  de  modo,  que  en  todo  caso  babria 

qo9  bocer  una  clasiflcacion  de  lasmáquinas  en 

direreDtes  categorias,  sumamente  dificil;  pres- 

eMiendo  de  otras  nucbfiS  considcraciones  ó 

cval  mas  eyidentes  por  el  núsmo  estilo,  toda- 

vfa  aoD,  reapectp  de  aquellas  máquinas  que  á 

primera  vista  sustituyen  el  trabaio  del  bombre, 

y  por  coDaecoencia  dejan  á  este  s^  ocupacion, 

es  lo  ciocto  qoe  en,ttiUmo  resultado  producen 

baeoos  eíeotos,  y  lejos  de  disminuir  ei  uúme- 

ro  <ie  brazoe  trábaiadores,  lo  aumenlan.  Laes- 

perieocialoba  CQnflrmado  aaisiempre.Endon- 

de  mas  aboDdan  las  fábricas  y  las  máquinas, 

mayor  es  el  nümero  de  los  tr&bajadores  ocu- 

pados,  poes  el  desarrollo  comunicado  á  la  in 

dostna  oniversal  por  el  perfeccioDamiento  de 

«Bo  de  sfis  ramos,  es  siempre  fecundo  en  bue- 

Dos  reeidtados,  y  mucbas  Yeces  la  estiocion 

de  noa  clase  de  trabijo  manual,  sustituido  por 

las  Biáqoinas,   vaaegoida  del  nacimiento  de 

Boeras  iodostrias.  Buen  qemplo  de  esto,  es  lo 

qne  socedfió  con  motivo  del  descubrimiento 

de  ta  impreota;  los  mucbisimos  copistas  de 

■aoascritos  que  eo  toda  Europa  ballaban  su 

subsisteDCia  en  esta  ocupacioo,  la  perdieron 

pof  el  pronto;  pero  otras  mucbas  oacieron  del 

deaarrollo  de  la  imprenta,  que  da  boy  trabajo 

¿  uo  Dámero  de  personas  incomparablemente 

miyor  que  el  que  vivia  de  copiar  manuscritoSi 

aores  de  >a  intencion  de  esta  prodigiosa  má- 

qofiui. 

Kl  estodio  de  la  ciencia  económica  ha  pro- 

doeido  ootables  cambios  en  el  modo  con  que 

ia  ley  coosidera  boy  á  ias  artes  y  á  los  oflcios, 

■Hiy  distioto  sio  doda  de  aquel  con  qiie  la  con- 

sideró  eo  otros  tiempos.  En  ouestro^  dias  pasa 

coBo  no  azioioa  qoe  la  mejor  proteccion  que 

i  la  indostría  puéde  eonceder  el  legislador  cs 

d^arlm  eo  compieta  Ubertad.  Ko  basldo  asi  en 

épocas  anteriores.  Desde  mocbos  siglos  atrás 

ha  ▼enido  la  ley  interviniendo  eu  los  oflcíos,  y 

organixándolos  en  gremios,  y  legislando  sobre 

eiioB  y  sobre  cada  ooa  de  sus  partes,  de  mpdo 

qaeel  iodQtfirial,  en  ▼«&  de  eosanbbar  oicam* 

476    UUnJUTUGA  Fopuum. 


Sa  de  ^u  actiTidad  7  de  su  ganancip,  y  de  Qar 
nicamepte  á  su  habilldad  ei  precio  de  su  tra«- 
bajo,  00  tenia  que  bacer  mas  que  ceñirse  ó  Í68 
limites  que  le  fljuba  la  ley.  Ni  podla  dedicarse 
á  uu  oflcio  si  00  entraba  prímero  en  el  gremlo 
de  la  clase  de  industríales  que  to  cultlvaban, 
ul  podia  jponer  libremente  precio  a1  fruto  de 
sus'  afaoes.  Soo  notables  en  este  punto  aigunas 
leyes  dadas  en  nucslras  antiguas  córtesporal- 
gunos  de  nuestros  reyes.  Don  Pedro  e1  Cruel  de 
Castilla,  promulgóenlasde  Yalladolid  de  4381 
un  ordenamiento  de  mencsirales,  en  el  cual  or- 
gaoizó  el  trabajo  con  tal  raimiciosidad,  que 
parec^  imposible  descender  á  mas  pormeno* 
res»  Su  bermano  Enrique  II,  dió  en  las  cortes 
de  Toro  de  4369  otra  ley  almotacenando  1<H 
co$ai,  es  decir,  pODiendo  precto  y  tasando  los 
productos  de  todos  los  oflcios,  y  sefialando  lo 
que  debia  darse  por  recorapensa  al  trabajo  de 
coda  clase  de  iudustrial.  Máodase  eo  ella  que 
los  ulfayates  ó  sastres  veodaD  la  ropa  que  bf- 
cieren  cd  esta  forma;  los  peliotes,  tabardos» 
sayas,  capirotes  ó  calzas  con  fbrraduras  á  to 
maravedises;  los  misraos  objetos  sio  (brros,  ¿ 
45;  la  saya  abotooada,  á6  maravedis.  De  h 
roisma  manera  se  senala  endicba  ley  el  pfecio 
del  trígo,  de  la  cebada,  de  los  paños,  de  las  st- 
Ilas,  de  las  espadas,  de  las  tejas,  de  las  aza- 
das,  de  los  cuchillos,  de  los  zapatos,  cn  una 
palabra,  de  todo.  De  los  jornalea  cttarefflos  los 
de  los  labradores:  desde  4  .^  de  Dovlembre  hasta 
4  .*  de  marzo  el  jorDalero  eropleado  en  la  la- 
braoza  debe  gaoarS  maravedlses,  y  lajornale- 
ra  4  5  dineros,  mandando  ademas  dicba  ley  qae 
óadie  emplee  mas  de  doce  obreros  á  la  ^ek, 
para  que  haya  obreros  para  todos.  Gomo  se  vé 
no  piden  una  cosa  nueva  los  qtie  en  la  actua- 
lidad  tratan  de  organlzarel  trabajo. 

Hoy  dia  todas  aqocllas  dispósícianes  ban 
desaparecido.  Los  precios  de  las  cosas  y  de 
los  jornales  se  hizo  poco  á  poco  libre  por  sí 
fflismo.  Losgremios  y  corporactonesriDdustria- 
les  han  sido  suprimidos  iuego  que  la  ecooo-« 
mia  políttca  ha  hecho  proclamar  la  libertad  de 
la  industria,  ó  cuando  raenos  han  perdido  áu 
forma  antigua  y  sus  privilegios,  quedando  so- 
lo  para  objetos  que  en  nada  afectaná  ta  fiy 
culfad  que  cada  individuo  tiene  de  emplear  Hr 
esplotar  su  trabajo  como  mas  le  conyenga;  y  et 
estado  dcja  enteramentelibres  á  las  indüstrías, 
no  concediéndoles  raas  proteccion  que  aquetl^ 
que  se  reduce  á  faciUtar  las  mayores  eomnni^ 
caciones  á  los  productos,  ó  ¿  asegurar  lá  pro- 
piedad  particular  de  los  invcDtos.  Goo  e1  prí- 
mer  objeto  celebra  esposieiones  generales  de 
la  Industria:  con  el  segundu  concede  pririle- 
gios  de  invenoion  y  de  introduccion.  Las  es- 
posiciones  de  la  industria  son  la  revista  gene- 
ral  del  estado  en  qtre  se  htrlla  esta,  pasadamas 
que  por  el  gobierno  por  lia  misma  industría,  y 
por  el  públíco  cn  generaL  Los  privUcgios  ^ 
invencion  y  de  introdnccion  aseguran  ia  pvo- 
piedad  de  ío  inventa^o  ó  de  lo  iutroducldo  al 
t|mn4or  é  imroduclor  de  un  pbjeto  de.ai(e  jü 

T.     IH.     40 


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627 


ARTES-ARTESIANOS 


6tt 


oflcio,  estimolado  de  este  modo  á  unos  y  á 
otros;  perocoroo  por  sii  misma  lodole  y  natii- 
raleza  se  resista  todo  objeto  industríal  á  ser 
propiedad  permanente  de  nadie,  los  privilegios 
DO  sc  conceden  mas  que  por  número  limitado 
de  año8,  que  varia  segun  su  clase  y  circuns- 
tancias.  (Véanse  los  articulos  economia  poli- 

TICA,  CONSERVilTOBIO  DE  ARTES,  ESPOSICIONES 
OE  LA  INDUSTRIA  Y  PRFVILEGIOS  DE  INVENCION 
E  INTRODUCCION.) 

ARTESA^'O.  [Teenoloaia.)  Dos  cosas  son 
necesarias  ai  artesano:  deslrezaéinstruccion. 

La  primera  cualidad  es  pocas  veces  un  don 
de  la  natur^iexa,  pues  mas  comunmente  es 
íruto  del  ejercicio  y  del  trabajo,  y  he  aqui  la 
razon  por  qué  todas  las  artcs  tienen  so  apren- 
dizage,  generalmente  largo  y  penoso.  La  des- 
treza,  pues,  sc  desarrolla  con  la  práctica,  y 
aunque  cierta  disposicion  de  los  órganos  sea 
mas  favorable  á  ella  que  otra,  todos  pueden 
aspirar  á  adquiriría  á  foerza  de  laboriosidad  y 
paciencia.  Taii  cierto  es  esto,  que  hombres 
pocofnvorecidosde  la  naturaleza,  y  hasta  mu- 
tilados,  han  adquirido  una  destreza  estraordi- 
naria,  viéndose  áalgunostrabajarcon  los  pies, 
escribir  y  dibujar  con  tanta  facilidad  como  se 
pudiera  bacer  con  la  mano;  á  otros  coscr  y 
hacer  calceta,  aonque  sin  dedos,  tocar  el  vio- 
lin  siendo  mancos,  etc.  Estos  ejemplos  prne- 
ban  basta  qué  punto  el  trabajo  asiduo  puede 
dar  destreza  ai  hombre.  Por  el  conlrario,  la 
ociosidad  y  la  pereza  producen  efectos  opues- 
losy  engendranuna  torpezaincreible.  La  des- 
4reza  en  los  obreros  es  una  cualidad  preciosa 
{Mira  el  ejercicio  de  las  artes  y  uno  de  los  ele- 
mentos  de  la  prosperidad  manufacturera. 

Al  primer  golpe  de  vista  parece  que  la  ins- 
traccTOD  es  para  ellos  de  menor  importancia, 
i>ues  destinados  ¿  ejecutar  siempre  las  mis- 
mas  opcraciones,  se  cree  que  no  necesitan  de 
grandes  conocioiientos.  Este  es  un  error  que 
coDViene  destruir,  porque  á  no  hacer  de  ellos 
máquinas  animadas,  es  preciso  que  adquieran 
derto  grado  de  instruccion  proporcionado  á 
)as  dificultades  y  ¿  la  importancia  del  arto  que 
deben  ejercer.  Yed  cuales  son  los  efeclos  de  la 
ignorancia:  el  obrcro  poco  ó  nada  Instruido  do 
tiene  celo  ni  emulacion,  y  no  conociendo  mas 
que  su  práctica  ciega,  se  previene  contra  toda 
iDDOvacion  y  rechaza  obstinadamente  las  roc- 
joras  industriales  masfelices:  unafábrlca  com- 
■^puesta  de  obreros  de  esta  clase  no  puede  ha- 
cerel  menqr  progreso.  Yiviendoen  talleres 
Uenos  de  sustancias  combustibles'ó  inflama- 
h\eñ,  asfixiantes  ó  deletéreas ,  su  ignoran- 
€¡a  le  espone  ¿  mil  peligros  (4 )  y  ann  su  iropru- 

Jt )  De  todoi  los  heebof  qae  podriamos  ciUr  sobre 
e  panto,  no  hablaremos  mas  qae  de  ano  solo  ocur- 
ridorecieDtemeDteenParis.  HallábaDsedos  albafti^ 
léfl  oeapados  en  eompoaer  un  poio:  ano  de  ellos  oa- 
7*asflzladoporel  gas  ¿cidocarbÓDicoque  habla  aUi 
«I  abundancia;  y  su  compafiero,  cn  veK  de  sacarlo 
inmediauimente  de  aqaelsiliomortal,  preocupado  de 
laideadeqneelfnegoUporifica  todo,fie  apretura 
á  eneender  lnmt>re  #a  el  íondo  del  pozo,  consume  de 


dencia  puede  comprometer  la  fortoBa  de  los 
empresarios  y  de  las  numerosas  faroílias  qoe 
de  ellos  dependen. 

Elobrero  iustraido,  por  el  contrarío,  lleno 
de  amor  ¿  su  arte,  iotetigente  y  Iaborio60,ao« 
xilia  eflcazmcnte  al  empresario,  sln  dejarse 
intimidar  por  los  obst¿cutos  6  por  la  novedad 
de  los  procedimientos;  comprende  al  paoto 
el  objeto,  los  medios  y  los  resultados  de  los 
trabajos;  conoce  las  dificultades  y  sabe  veo- 
cerlas  ó  eludirlas.  Prestando  ¿  todo  ateneiOD, 
coidado  y  diligencia,  trabaja  mas  prontoyrae- 
Jor,  sin  demasiada  molestia,  y  procora  que  oa- 
da  salga  de  sus  manos  sino  con  la  perfeedon 
posible.  En  fin,  s¡  es  cierto  que  el  estudio  dol- 
cifica  lascostumbreséinspira  sentiroientos  oo- 
bles,  enla  clase  artesana  es  donde  mas  se  de- 
Ja  sentir  su  feliz  influencia;  este  es  el  úoioo 
medio  no  solo  de  hacer  mas  productivo  sotra- 
bajo  para  eilos  y  para  sus  maesfros,  sinotam- 
bicn  de  hacer  reinar  la  paz  y  la  moral  en  los 
tatleres  y  restablecer  la  oonflanza  co  las  em- 
presas  iudustriales. 

Pero  como  es  difícil  que  ios  mismos  irte- 
sanos  sean  los  qoe  conozcan  la  necesidad  de 
instruirse,  ycarezcanporotraparte  deiosme- 
dios  necesarios  para  su  educacion,  toca  ¿  kn 
fabrlcantes  y  empresarios  satisfacer  esta  ue- 
cesidad,  sln  que  por  esto  crean  qoe  es  uaa 
carga  que  se  quiere  imponerles  sin  ningQm 
indemnizacion.  No,todoJo  contrario,  ellosse- 
rán  los  primeros  en  tocar  sos  ventajas,  poes 
semejante  acto  de  beneficencia,  ser¿laprrada 
mas  segura  del  buen  éxito,  de  la  duracioo,  y 
decimos  mas,  de  la  preeminencia  de  sos  mar 
nufactnras.  Ya  en  muchas  ciodades  manofK- 
tureras,  particularmente  en  Inglaterra  y  Frao- 
cia,  se  ban  asociado  ios  princlpales  fabrí- 
cautes  para  fondar  ¿  sus  espensas  escoelas 
elementalcs  en  las  que,  ademas  de  la  escñta- 
ra  y  del  cálculo,  oonocimieutos  indispcnsabtas 
hoy  ¿  todo  hombre,  se  enseñan  tambieo  los 
elemeutos  de  dibujo,  física,  mec¿nica  y  qoi- 
mioa;  ciencías  tan  necesarias  ¿  la  pf¿ctica  de 
las  artes  indostriales.  Los  pueblos  qne  formeo 
somejantes  establecimlentos  obtendr¿u  ias  ma- 
yores  ventajas  para  la  prosperidad  nacional; 
verán  desarrollarse  r¿pidamente  la  habilídad 
indastrial  y  Ilegar  ¿  scr,  por  dedrlo  asi,  hc- 
reditaria;  en  fin,  adqairiun  una  soperioridad 
marcada,  que  ¿  los  demas  estados  C03tar¿  roa- 
cbo  trabajo  seguir  y  mucho  mas  alcaozar. 

ARTESIANOS.  (pozos)  {Te<mohgia.)  Hon- 
dando  verticalmente  el  snelo  basta  Ja  profoii- 
didad  suficiente  se  encnentran  algonas  veees 
corrientes  de  agua  8ubterr¿nea,  qne  suben  ¿ 
la  superficie  por  e)  canal  qne  las  ba  abierto 
la  sonda.  Estos  surtidores  ó  ftientes  asoeDdeB* 
tes  han  recíbido  el  nombre  de  pozos  horatUh 

este  modo  las  úUimas  porciones  de  aire  respirable  j 
00  tarda  en  sucambir  él  mismo  vicUma  desu  íffnora»- 
oia.  Mochos  easos  aa&logos  áeste  han  ociiiTido  taa- 
bien  eo  Espafta,  donde  por  desgracia  está  nas  atim* 
sada  la  iniiraccion  do  ios  artesaoos. 


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ARTESIANOS 


630 


dot,jim  freenentemeDte  de  poxos  artesia- 

n»,  del  Qombre  de  Artois,  provincia  donde 

tt  bao  ocupado  mucbo  en  boscar  estos  saltos 

de  agua.  A  pesar  del  nombre  modcruo  que 

llevaD  estos  pozos,  fueron  conocidos  por  los 

aotigüos,   pues  Olimpiodoro,  que  florecíó  en 

Al^dria  á  mediados  dei  siglo  IV,  describió 

poiosdeeste  género,  abiertos  en  los  oasis  para 

las  Decesidades  de  la  agricultura;  su  profundi- 

dad  llegaba  algUDaa  veces  basta   6G6   varas. 

Plreeetambien  que  ios  pozos  artesianos  esta- 

ban  enuso  en  algunas  partes  de  Italia,  cn  Mó- 

dena  por  ejemplo,  dondc  un  agua  subtcrránea 

Teoia  á  aliioentar  las  fueníes  de  )a  ciudad.  Kn 

fraociael  poso  boradado  mas  antígno  do  fe- 

cbaconocidafué  construido  en  4126  en  Li- 

\lw  (Artois)  en  el  antiguo  convento  dc  los 

cartu)os.  Eu  On,  bace  mucho  tiempo  que  exis- 

tea  poios  boradados  en  el  desierto  de  Sahara. 

fleaqoi  algunos  pormenores  sobrc  las  fuentea 

artesiaDas  mas  notables. 

la  sétima  corríente  de  agoa  hallada  en  San 
i^lás  de  Aliermont,  cerca  de  Dieppe,  despues 
de  ooa  sonda  hecba  con  el  objeto  de  buscar 
m  oiina  de  bulla,  estaba  ¿  la  profundidad  de 
^  pies,  Y  Kubió  basta  la  superúcie.  j 

La  fuente  de  Cibewick,  en  el  parque  del  du- 
qoe  de  Nortbumberland  brotó  ¿  la  altura  de 
nasde  tres  pies  sobre  el  nivel  del  suelo  y  tie- 
ne  Qoa  prorundidad  de  567  pies. 

Li  fueute  mas  profuuda  del  departamcnto 
de  Calais  es  la  siluada  entre  Bethune  y  Aire; 
sus  aguas  saltan  á  mas  de  7  pies  de  altura 
despues  de  haber  recorrido  un  taladro  de  450 
pies  de  loogitud. 

£1  pozo  del  matadero  de  Grenelle  tiene 
i,644  pies  de  profundidad;  su  oriGcio  superior 
esde  9  pulgadaü  de  diámetro  y  en  el  fondo  de 
4  V«f  está  encañonado  de  bierro  rauy  fuerte 
tusta  i  ,54  4  pies.  Uáciu  fines  del  año  de  4  834  se 
attjudicó  á  Mr.  tfulot  ia  empresa  de  perforar 
loi pozosbasta  4.200  pies;  los  trabajos  empe- 
ttron  en  primero  dc  enero  de  4834  bajo  la  di  < 
recciondeMr.  LuisMulol,hijomayorde  Mr.  Mu- 
lol  y  concluyeron  el  6  de  febrero  de  4844 .  El 
8  de  diciembre  de  4  836,  la  sooda  liabia  ya 
peoelrado  hasta  4,449  pies,  habiendo  atravesa- 
do  SDcesivamente  la  capa  de  tierra  de  aluvion, 
las  arenas,  lo6  bancos  opuestos  de  greüa  y  si- 
iei,  y  llegó  á  una  greda  dura,  verdosa  y  muy 
compacta.  En  el  mes  de  junio  de  4S40,  la  soo- 
da  habia  penetrado  basta  4 ,398  pies  y  seguia 
^vesando  el  banco  de  greda.  Este  pozo 
medido  ála  altura  del  suelo,  da  4,450  azum- 
bres  por  minuto;  á  63  pies  sobre  el  suelo  da 
ooas  700  azumbres. 

El  pozo  artesiano  que  los  señores  Fabre  y 
Ksperiguets  horadaron  en  Bages,  cerca  dc  P?r- 
piñan,  da  4,000 azumbres  de  agua  por  minuto 
7  el  que  abrieron  eu  Rivesaltes  800. 

La  fuente  ascendente  que  Mr.  de  úourssee 
ba  horadado  en  Toors  eu  el  cuartel  de  caballe- 
ria.  da,  medido  á  unos  6  píes  sobre  elniyeldel 
loelo,  555  azumbres  de  aguapor  minuto.  Esta 


agua  procede  de  ona  profondldad  de  399  ples. 

En  loglaterra  se  cita  1a  foente  de  1a  fábri- 
ca  de  planchas  de  cobre  de  Mertoo,  cn  Sorrey, 
quc  dá  450  azumbres  por  minuto. 

Aigunas  fuentes  artesianas  presentan  en  las 
variaciones  de  su  nivel  una  concordancia  no- 
table  con  el  i1u]o  y  reflujo  del  mar;  asi  el  nivel 
de  las  fuentes  artesianas,  abiertas  en  las  in- 
mediaciones  de  Abebille  sube  y  baja  con  la 
marea;enFu1ham,cercadelTámesis,  hav  unt 
fuenlc  horadada  á  Í94  pies  de  profuodidad, 
que  da  por  miuuto  484  ó  436  azumbres  de  agna 
por  mínuto,  segun  es  alta  ó  ba]a  la  marca.  Eq 
el  iiospital  mllitar  deLille  existe  un  pozo  bo* 
radado,  cuyo  caudal  de  agua  varía  en  seis 
horas  de  33  á  24  aznmbres  por  minuto;  en  las 
seis  boras  sigulentes  la  cantídad  de  agua  qoe 
arroja  la  fuente  ascendcnte,  aumenta  en  U 
misma  proporcion. 

La  temperatura  elevada  de  las  agnas  arte* 
sianas  es  uno  de  los  fenómenos  mas  impor- 
tantes  de  la  fisica  del  globo;  esta  temperatura 
crece  en  proporcion  i  la  profnndidad  del  poao 
horadado;  ias  aguas  del  poso  de  Grenelle  tie* 
nen  unatemperatura  de  37°,  8,  de  que  resulla 
que  si  se  toma  por  punto  de  partida  la  precio- 
sa  indicacion  qne  da  ia  temperatora  oonstante 
de  las  cneva&  del  observatorio  de  Paris  (ll^  7 
¿  la  profundidad  de  84  pies)  se  cncoontra  qne 
una  elevacion  de  un  grado  ocntigrado  ea  la 
temperatura  corresponde  ¿  on  aumento  de  pro- 
fundidad  de  93  pies  8.  Bste  calor  intenso  pro- 
ced^,  segun  Mr.  Poisson,  de  qoe  uuestro  p1a« 
neta  ba  atravesado  las  regiones  de  una  tem- 
peratura  elcvada,  donde  se  ha  oalentado  basta 
cierta  profundidad,  de  modo  qoe  aonqoe  se 
haya  disipado  el  calorde  ias  partes  Boperfloia^ 
les,  ha  quedado  el  de  las  capas  profündaa, 
Discurríendo  asi,  deduciremos  qoe  basta  m 
periüdo  de  algunos  centenarcs  desíglos  paraes- 
plicar  los  cambios  de  la  temperatora  probados 
por  la  £:eo1o;;ia  y  la  hisloria  natnral.  fósil.  Ka 
la  antigua  hipótesis  del  calor  central,  seria 
preciáo  remontarse  ¿  millones  4e  millones  de 
añus  para  encontrar  en  las  regiones  septentrio- 
nales  una  temperatura  conveniente  á  clertos 
seres  organizados  que  se  sabe  han  vivido  eu 
ellas. 

Esludiadas  bajo  ei  puoto  de  vista  quimico 
las  aguas  de  los  pozos  horadados,  sou  en  gene- 
ral  muy  puras;  debemos,  sinembargo,  esceptaar 
las  que  están  situadas  entre  capas  arclllosas, 
en  cuyo  caso  son  casl  siemprc  de  mal  gusto 
y  olor  desagradable.  Las  capas  de  arcilla  qne 
atraviesan  contienen  ¿  poca  distancia  nnas  de 
otras  grupos  de  pirítas  ferruginosas  que  las 
vician  totalmente,  por  lo  quo  se  debe  evitar 
cuidadosamente  la  mezcla  de  estas  aguas  con 
las  de  las  capas  de  caliza  gredosa. 

El  analisis  del  agua  del  pozo  de  Grenelle, 
comparada  con  la  dei  agua  dcl  Sena,  demnes* 
tra  que  la  primern  encierra  cerca  de  la  mitad 
menos  de  sales  caüzas  y  no  conticne  sulfato 
dc  cal,  compucsto  de  los  mas  petjudiciales  en 


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G34 


ARTE^IANOS 


muchas  aplicaciones  usuales;  asi  forma  en  los 
geuerudorcs  nienos  incrustacioues  que  elpagua 
de!  Seua,  recibe  mcjor  el  jabon,  no  se  altcra 
como  esla  por  la  cbullicion  y  da  los  prccipita- 
do3  mucho  nicnos  considerablcs  por  diferen- 
tes  reaclivos,  principalmíinle  por  el  nitrato  do 
pla(a,cl  cloruro  de  barium,  el  fosfato  dcamo- 
niaco,  el  amoniaco  y  el  oxalato  de  amoniaco; 
merecería,  pucs,  la  prefcrencia  para  mullilud 
de  usos  y  para  la  prcparacion  de  diversos  pro- 
ductos  quiniicüt;  pero  dcsgraciailameule  en 
l03  prinieros  ticmpos  Ik'j^aha  á  la  superficie 
del  suclo  cargada  dc  canlidad  enorme  de  are- 
na  (12  pies  cúbicos  por  lermino  medio  al  dia.) 
En  ñu,  por  mcdio  del  encañooado  intcrior  se 
ba  logrado  conlcner  esta  emision  casi  coutínua 
de  arena. 

Cien  mil  parles  de  eslaagua  liltraílahan 
dadoá  Hr.  Payen  i^n  reslduo  de  U,30,  com- 
piuesto  del  siguieote  modo: 

Cérbbnalo  de  cal 6,80 

Idem  de  magnesiá. 4,k% 

Bícarbbnafó  depbtasa 2,96 

Sulfato  de  potasa 4  ,ío 

Cloruro  de  potaííiuiii 1,9 

Sílice 0,57 

Siifitancia  amariHa.    .  -  ,  • o,  2 

Materias  oiigdnicas  azoadas.  .  .  .  .^ .  0,24 

U,30 

La  prcsencia  del  carbonato  de  potasa  es- 
{dica  la  ausencia  delsulfato  de  cal;  100  lilros 
de  agua  contienen  4  litro  80  de  gas  (4),  com- 
puesto  de  0,4  5  de  ácido  carbónico  y  de  4 ,65 
de  aire,  en  el  cual  el  oxigeno  y  el  ázoe  eslán 
en  l»  relacion  de  22  á  78. 

Desde  los  primeros  analisis,  el  bicarbonato 
dc  potasa  ha  dismiouido  uu  poco;  el  volúmen 
del  gas  ha  disminuido  tambien  en  la  retacion 
<j(e  22  i  48.  Ld  labsorclon  del  aire  esterior  y 
éel  oxlgeno  en  mayor  proporcion  es  muy  rá 
plda. 

El  agoa  del  Sena  de  París  deja  un  residuo 
de  48,5  por  400,000,  es  decir,  cercadeGO 
por  4  00  mas  que  cl  agua  de  pozo  de  Gre- 
nelle. 

Las  aguas  de  algunos  pozos  boradados  se 
emplean  como  fuerza  motriz  para  dar  impulso 
á  los  molinos,  fábricas,  etc.  En  Torting,  ccrca 
de  Lóndres,  hay  una  fuente  ascendenle  que 
hace  raover  uua  rueda  de  Ires  pies  de  diáme- 
tró,  la  cual  pone  á  su  vez  en  accion  una  bora- 
ba  destinada  á  elevar  el  agua  hasta  el  último 
piso  de  una  casa  qne  consta  de  tres. 

Las  aguas  artesianas  son  útites  tambien 
como  medio  de  salubridad  y  para  regar;  su 
^temperutura  conslante  permile  aplicarlas  al 
movimicnto  de  ias  fábricas  y  molinos  durante 
los  inviernos  roas  rigurosos,  bien  sea  direcla- 

(i )   Uq  litro  equivale  i  poco  meaos  do  medit  atum- 


mente  cuando  son  muy  abondantes,  bieii  ib- 
directamente  para  derretir  los  bieloa  qae  im- 
piden  el  movimiento  de  las  roedas  bidráalicas. 
La  circulacion  de  eatas  aguas  pordentrode 
largostubos  hidráulicos,  ha  permitído  sosie- 
uer  á  una  temperatura  bastante  elevada,  loi 
invernaderos  y  loátallcres,  y  su  pnresábaett» 
tado  el  descanso  fbrzado  de  laa  fibrícas  de 
papel  en  la  época  de  las  grandes  lluvias.  Los 
berrizalcs  artlflciales  dc  Krfort  alimentados 
por  un  pozo  artesiano,  prodneen,  segun  pare* 
ce,  cerca  de 4.300,000  reates  alaño. 

¿De  donde  viefie  el  agna  de  los  pozos  arte- 

sianos?  Por  mucho  tiempo  se  ha  creido  qoe  el 

agua  del  mar  se  habia  Inflltrado  hista  el  inte- 

rior  de  los  contincntes,  y  formado  aiK  ooa 

corriente  liquida  casi  á  la  altura  del  nivel  del 

Océano,  en  coyo  caso  e^a  preciso  admitir  qaa 

los  agnasdel  mar  perdiah  sn  sálattlbrcen  aqoe- 

lla  larga  inflltracion;  pero  \ós  hechbs  ban  des- 

truido  esta  teoria;  asi  se  encoentra  en  las  orf- 

llas  del  Tolga  una  inmensa  eSfensioo  <fe  ter- 

reno,  cuyo  suelo  está  mucbo  mas  ba|odel 

nivel  del  mar  liegro,  y  sin  embargo,  este  pak 

no  está  innndad(»,  lii  es  slquiera  pantanosó. 

Quedaba  por  oira  parte  que  esplicar  la  exiil- 

tencias  dc  las  fuentes  sitnadas  á  ^raiide  altora 

sobre  el  nivcl  dci  mar.  Entonces  se  trasfoma- 

bá  el  globo  en  nna  especie  de  alambiqoe,  j 

su  capa  terrosa  cn  una  esponja,  en  la  qoe  ve- 

nfa  á  condensarse  el  agna  vaporizada  por  el 

calorcentral.  ¿Peroquerelacion  habia  entoo- 

ces  entre  las  grandes  seqnias  ó  tas  gnndes 

lluvias  y  la  cantidad  de  agna  dada  por  ooa 

fncnte?  En  fln,  no  hace  mucbo  tiempo  todavfa 

que  se  han  quorido  bascar  las  aguas  de  las 

foentcs    artesianas    en  estanqaes  ó  cuencás 

interíores  de  increible  capacidad,  donde  se 

habia  reunido  la  masa  liqaida  que   tenia  aati- 

guamente  á  los  terrenos    de  sedimeoto  eo 

suspcnsion  ó  en  disolucion.  Bn  esta  lúptHaís 

aqucllas  cucncas  se  vaciarían  al   cabo  ée  mi- 

llares  de  años,  y  tal  vez  estariamos  en  vfspc- 

ras  dc  ver  sccarse  todas  las  fuentes  artesianaS 

unas  cn  pos  deotras.  Vamos  á  cttar  dosbe- 

cbos  quc  no^  tranquilizan  sobrc  este  partieo- 

lar:  la  futntc  artcsiana  de  Lillers  ha  brotaéo 

constautemente  á  la  misma  altura  áohre  d  dí- 

vel  dei  suelo  y  la  cantidad  de  agua  que  éa  cada 

veinle  y  cuatro  horas,  no  ha  vartado  Jaraisd#- 

de  su  coústruccion,  despuesdesiete  slglos:  la 

mismo  sucede  con  el  pozo  artosiano  úéi  moo^ 

terio  de  Sau  xVndrés  de  qoe  habló  Belidor  baee 

ya  mas  dc  un  siglo.  Pasa  boy  por  eosa  aveii- 

guada  que  las  corrientes  de  agna   fnleriores 

están  alimentadas  por  el  agna  pluTíal  qt)e  cor- 

re  al  través  de  los  pozos  ó  de  las   hendidoras 

del  suelo  hasta  encoTitrar  alguna  capa  de  tfer- 

ra  impermeafole;  y  preciso  es  dtecí?  qtie  eíla 

esla  imica  cspilcacionadmisibte.  Para  compie* 

taría  cxaminemos  de  que  manera  pciedeu  las 

aguas  pluviaies  existir  ó  circuhir  en  los  diü^ 

rentes  terrenos  de  que  se  compone  ti  oorte^ 

de  nuestro  globo. 


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(sn 


AAtmkn&B 


tu 


Lo8  temiHM  primHffos,  H\ei  totáo  \m 
ffranüoi,  los  gjneiss,  las  sefpeníina$,  los  póT' 
fJos,  los  eeguitas,  elc. ,  son  poco  y  raras  re- 
ccR  esfratiflcados,  pues  eslán  bundidos  en  to- 
das  dírecciones  y  no  parecen  snsceptlbles  de 
dérfoeotes  ascendentes;  abnndanen  estos  (er- 
renos  las  corrlentes  de  agua;  pero  son  poco 
importantes  y  se  encuentran  á  eortas  distan- 
dás  de  la  region  en  qne  sc  ha  vertficado  la  tn- 
ÍltracioB  de  hs  aguas  pluviales. 

En  los  terrenos  seeundarios  forroados  de 
capas  cóncaras  y  sobrepoestas ,  algonas  de 
€Wtó  capas  se  componen  de  arenas  muy  per- 
neables,  preseotándose  desnudas  en  las  fal* 
d)s  de  las  coDi^as ,  donde  reeiben  las  agoas 
pfoTiales,  y  coando  estas  capas  tienen  gran 
dfeclive,  las  corrientes  de  agua  quc  alH  se  fór- 
nin,  se  mueTen  con  gran  celeridad  liácia  las 
partes  bajas,  desalojan  la  arena  én  la  direccion 
en  que  se  presentan  y  forman  de  este  modo 
rios  subterráneos. 

Oiro  tanto  podemos  declr,  anñque  én  mas 
pcquefia  escala,  de  las  corrientes  de  agua  qoe 
se  eocuentran  en  los  terrenos  terciaríos  ó  de 
tormacion  mas  redente,  y  la  observacion  con- 
flrma  las  consecuencias  sacadas  de  la  forma  y 
de  la  naturaleza  de  las  dos  especies  de  terre- 
Bos  estratíficados.  Un  simple  príucipio  de  hi- 
drostálica  uos  esplicará  la  fnflüencia  de  la  ma- 
fea  en  el  desagoe  de  algmios  poios  per/o- 
rádos. 

S¡  hacemos  en  la  pared  de  un  vaso,  lletío 
de  Hqoido,  mocios  agujeros,  cuyas  dímensio- 
nes  comparadas  con  las  del  vaso  .sean  muy  pe- 
qoeñas.  his  presiones  ejercldas  sobre  cada 
ponto  ddvaso  algo  separadode  aqueñas  aber- 
toras,  segairán  siendo  Ío  que  eran  enel  esta- 
do  de  equilibrío;  pero  si  una  de  estas  ubertu- 
ras  68  algo  mavor ,  lodo  cambiatá,  y  si  csta 
«berlüta  disminuye  de  líamaño,  fa  rapidet  del 
desagOe  aumentará  al  puñto  en  !os  demas. 
ísto  mfsmo  sucede  en  el  caso  que  Aos  ocupa; 
Hevar  el  alta  mar  al  encuentro  de  un  r'ro  sub- 
terráneo  es  dísrainuir  la  canfídad  de  agna  que 
cf  rio  podrta  abandonar  ptít  la  via  qne  le  ha 
CTcado  la  iiatoraleza;  elefeetaet  precisamente 
el  que  se  hubiera  esperado  de  una  disminudon 
de  abcrtitra,  y  fa  consccoefnéia  debé  ser  la 


Klisten  locafidades,  éá  Tonrs,  porejetoplo, 
doiide  pueden  mtrftipticarse  y  aproximarse 
ctttnto  se  qoiéra,  tos  pozos  atlesianos,  y  por 
eí  contrarío  hay  otros  puntos  donde  se  perjo- 
<Hfan  recfprocamente  con  sil  aproximacion:  la 
teorta  precedente  esplicá  muy  bien  estos  dos 
wsiilt«!o8  opoestos. 

La  perforacloo  de  un  pozo  aftesiano  exige 
Mles  de  todo  el  cstudro  de  ia  constítocion  físi- 
ca  del  suelo  donde  se  quiera  establecerFo;  el 
iBgeoiero  debe  recoger  lodos  los  datos  que 
puedan  iodicar  cual  esia  Irabazon  de  esteter- 
Ttno  con  los  que  le  circundan.  Recorriéndo  la 
soperficie ,  dcberá  obserrar  si  existen  cíapaís 
pifliM  gredosas  en  las  paites  IM  el^tiidaa  ó 


it  ep  poooespeBa )a  vegietal  qoe  pneda  ocMr- 
las:  ei>tonccs  e)  fontaoero  sondeador  se  aaegn» 
rará  por  meéio  de  alguoas  sondas  provtsiona- 
lcs,ó  consnltandoMa  Kucesion  delascapaa 
atrávesadas  por  foe  posoc  mas  proftaodos  del 
pats,  si  la  caiisa  gredosa  se  prolonga  debejo 
dc  los  terrenos  de  trasporte ,  de  que  ordtnaria* 
mente  está  cobierto  el  fondode  aqoellOB  valles. 
Explorando  de  este  modo  el  pais,  sl  recotoce 
que  el  terrenotiene  mochas  relacíones  con  los 
rn  que  se  bon  descubierlo  las  fuentes  ascen- 
dcntes,  podrá  entonce»  cmprender  los  traba- 
Jossque  exigc  su  perfbracion,  por  mas  qne  no 
esfé  moy  seguro  del  resultado.  La  condrcion 
mas  favorable  es  fá  de  los  paises  compoestos 
de  greda  y  de  terrenos  terciaríos;  actoalmenfe 
se  cenocen  posos  artesiaoos,  abiertos  en  los 
terreROs  lerciaHos,  en  la  greda,  en  los  cafixos 
ooHticps  del  Jura,  en  et  asperon  abigirrado  y 
eñ  el  de  bérña^uera. 

Por  regla  general,  siempre  que  se  eneuen- 
tre  piédra  caliza  gredosa  muy  bomogféfteu^,  se- 
rá  ttecesafio  meter  atti  la  sonda  hasta  queM 
observ  e  afguno  varíacion  en  la  naturaleaa,  por- 
que  se  sabe  por  esperíencia,  que  donde  se 
encuéntran  casi  sfempre  las  sgnaE  subter- 
rinears  es  en  la  sobr cpObloitHi  de  los  df ferentes 
terretws. 

El  estodio  general  del  pais  en  que  se  eje- 
cutan  los  trabajos  dc  un  pozo  horadado ,  puede 
suministrar  dátos  preciosos ;  el  pozo  de  6re- 
nelle  nos  ofrece  un  ejcmplo  notable.  Desde 
4829  se  proposo  Mr.  Watferdin  averíguar  si  se 
podrían  obtener  füentes  ascendentes  sobre  la 
superflcie  del  suelo;  para  esto  era  preclsó  po- 
der  observar  diroctamente  las  ca^  por  donde 
empiesan  i  flttrarse  las  agnas  qoe  forman  hi 
corríente  subterf inea;  para  ileg«r  i  este  resul- 
tado  Ir.  Walferdin,  sub(6  !a  pendieute  natofal 
que  sfguen  las  .nguas  en  la  soperflde  de  h, 
tierra,  pendlenie  indicada  por  el  corso  de  las 
fuentes  del  Ifame  y  del  Sena;  reconoció  queen 
el  Hmite  de  la  groda,  en  h  dlreccloft  Sodesto 
de  Paris,  fos  terrenos  de  gault  y  de  arems  ver- 
des  quela  sonda  atravesó  últfmamente,  aparo- 
cen  en  la  sopertlcie  de  la  tlerra  cerca  de  Lu- 
signy,  i  onas  tres  legttas  de  Troyes,  y  i  üÉa 
altura  de  446  i  465  pics  sobreel  nivel  de  mtfr, 
y  despues  de  liáber  examinado  el  nivel  ^l 
suefo  en  Gfenelfe ,  qne  no  es  mas  que  de  4 40 
píes,  pudo  deducir  que  las  firentés  ascendeñtes 
se  clevariau  irremisibTemente  sobre  la  soper- 
Octe  del  suelo.  Buscando  pc¥  otra  parte  en  la 
dlteccion  del  Sudeste  ó  en  ht  del  Ifordeste  de 
PaffíB,  Cual  era  ía  allora  del  nivel  del  mar  de 
las  princfpaíes  corrieotes  de  aguas  soperflchi- 
fcs,  qnyas  pérdidas  é  tnflltraoiones  podrían 
alimentir  las  corríentes  sublerrineas,  recono- 
ció  igaalmente  que  habia  en  aquetla  dfreccion 
mesefas  efcvadas,  arcillosas  y  areoosas,  muy 
superíores  al  nível  del  suelo  de  Grenefle  y 
sQscepttt^s  d'e  producir  corrientes  de  agaa 
subierráiíiea. 

Sucede  águnM  Yeces ,  qoe  éniiqné  obí 


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635 


A&TE6IAN0S 


m 


corrieDtede  agua  no  parezea  quc  debe  eletarse 
en  el  pozo  perforado,  basta,  sin  embargo,traer 
el  liquido  por  medio  de  una  bomba,  para  obte- 
ner  un  snrtidor  ó  fueote  ascendente. 

PerforaeiondelospozosartesianoB,  y  colo- 
oacion  de  lostubos.  La  sonda  de  qoe  se  sirve 
e)  footanero,  se  compone  de  tres  partes  princ«- 
pales,  lacabeza,  la  caña  ylos  útiles.  La  cabeza 
es  una  barra  de  bierro  de  mas  de  6  pies  de 
lar^^o  y  de  una  pnl$;adade  escuadria;  su  estre- 
roidad  ioferior  termina  eu  un  anillo,  ysu  par- 
te  infürioreo  ona  borquilia,  á  la  quese  adapta 
la  primera  barra  de  la  caña. 

La  caña  6o  compooe  de  un  número  indc- 
termínado  de  barras  que  tieneu  casi  las  mis- 
mas  dimensiones  que  la  cabeza ;  estas  barras 
terminan  en  borquillas  macbos  y  bembras 
construidas  de  tai  suertc»  que  aqucllas  barras 
pneden  aduptarse  indistintameote  las  uaas  á 
]as  otras,  y  se  fljan  por  medio  de  tornillos  y 
tuercas. 

La  cabeza  está  atadaal  cable  deona  cabria 
por  medio  de  uo  doble  estribo  que  permite  ¿ 
la  sonda  girar  por  si  misma  sin  retorcer  el  ca- 
ble  quje  la  sostienc.  Una  doble  cigüeña  de  ma< 
dera  ó  de  bierro  facilita  el  moYimiento  de  rota- 
don;  en  medio  dc  esta  cigüeña  bay  un  vacio 
rcctangular,  destinado  ¿  dar  paso  ¿  la  caña  de 
la  sonda,  ¿  la  cual  se  ata  de  una  manera  fija 
por  medio  de  una  cuña  de  madera. 

Los  útiles  que  se  adaptan  ¿  la  sonda  del 
foDtanero  son  varios;  sin  embargo,  se  pueden 
reducir  á  cinco  clases ,  *  segun  las  dife; entes 
capas  de  terreno  que  mas  generalmente  se 
encuentran. 

4  .'*  Pdra  atravesar  las  capas  de  tierra  ve- 
getai  y  algunas  aroillas  poco  pegajosas,  se 
emplean  barrenos  grandes,  compuestos  de  un 
ciUndro  de  bierro  colado,  uuido  ¿  un  fondo  ó 
suelo  que  presenta  la  flgura  de  una  corona  cir- 
cular,  casi  cerrada ,  y  cuyos  bordes  libres  es- 
t¿n  cortados  eu  biíel.  Estos  barrenos,  cuando 
sus  dimensiones  lo  reclamany  están  sostenidos 
por  aros  de  bierro;  comunmente  est¿n  forra- 
dos  de  plancbas  de  hierro  colado ,  á  fln  de  que 
el  agua  que  se  introduce  no  pueda  desleir  y 
ecbar  al  foodo  dcl  agujero  las  sustancias  de 
que  est¿n  cargados. 

2.^  Para  atravesar  y  quitarla  piedra  caliza 
grodosa  y  lasarcillaspegajosas,  espreciso  ha- 
ber  rccurrido  sucesivamente  á  muchos  ínstru- 
mentos.  £1  primero  de  que  se  hace  uso  es  un 
semicilindro  que  tiene  la  forma  de  las  gúbias 
de  los  torneros ;  despucs  se  le  reemplaza  con 
instrumeDtos  de  flgura  de  corazon ,  de  dos 
trazos  reunidos  h¿cia  el  fondo,  y  cuya  distan« 
cia  intermedia  es  ^ada  vez  mayor.  Estos  bra- 
zos  son  torcidos  para  quc  puedan  cortar  y  di- 
vidir  en  todos  senlidos  la  arcilla  que  sale  adbe- 
rida  ¿  los  brazos  y  al  maogo  de  aquel  instru- 
menlo. 

3.^  En  los  terreuos  que  cubren  las  rocas 
gredosas ,  se  encuentran  frecuentemente  en 
capas  bastante  regulares,  goijarros  cilindricos 


que  es  preciso  atravesar  y  sacar.  Se  íntroda- 
cen  primeramente  nnas  arcas  en  las  capas  ar- 
cillosas  que  est¿u  encima ,  coa  el  auxilio  de 
nn  instrumcnto  de  la  misma  forma  que  el  ao- 
terior;  eIdi¿metro  deesteinstrumeolo  es  siem- 
pre  mayor  que  el  lado  del  arca  que  se  quierc 
introducir ,  ¿  fln  de  poder  mover  6  dividir  la 
árcJllaen  unalalitud  casi  Igual  al  círculo  cir- 
cunscrito  ¿  aquella  arca.  Este  instrumeuto  ba- 
ja  en  el  arca  siguiendo  la  diagonal,  y  penetre 
fácilmputc  en  la  capa  arcillosa  por  un  movi- 
mieuto  de  rolacion.  Para  subirlo  se  lira  del  ca- 
ble¿  que  estáatada  la  sonda,  y  aunquecstc  ins- 
Irumento  esl^  siempre  sujeto  debajo  dcl  arca, 
se  puede  sin  embargo ,  baccrlo  volver ,  y  so- 
birlo  en  la  posicion  que  tenia  al  bajar ;  como 
el  cable  est¿  siempre  tirante,  en  cuanto  el  ins- 
trumento  so  halla  en  el  plano  de  la  diagonal 
del  arca,  se  desprende  fácilmente.  Al  salir  fuc- 
ra  no  trae  comunmente  sino  muy  poca  arcilla, 
pero  como  la  deja  caer  en  el  fondo  del  agujero 
ya  practicado  con  los  instromentos  arriba  dcs- 
critos  ,  se  la  poede  sacar  entonces  sin  difi- 
cultad. 

Terminada  esta  primera  operacion,  se  eoi* 
plea  la  barrenilla  para  desunir  las  picdras,  y 
dei  doble  sacatrapos  para  echarlas  fuera ;  los 
nombres  de  eslos  iostrumentos  indican  poco 
mas'  ó  mcnos  su  forma. 

4.**  Se  presenlan  lambien  arclUas  muy  dii- 
ras,  masasde  asperon  yotras  piedras  rebeldei 
que  es  preciso  atravesar,  cuaudo  su  estensioo 
DO  permite  romperlas,  se  ronipea  las  piedras 
con  tíjeras  de  ¿ngulos  agudos  ú  obtusos ;  eslas 
tijeras  son  sencillas  ó  cruzadaá.  Para  romper 
las  arcillas  muy  duras  se  emplea  el  Irépaño, 
quc  cs  uua  barra  de  bierro  cuya  seccioo  pre- 
senta  una  S,  ó  bienun  cuadrado  algo  deforme, 
cuyo  contorno  se  obtendria  cou  cuatro  SSSS 
prolon^^adas  dc  modo  que  formasen  cuatro  fi* 
los  encorvados  en  el  sentido  del  movimieoto. 

Siemprequc  lostcrrenos  quc  haya  queatra- 
vesar  sean  duros  y  no  contengan  agua,  e3 
prccíso  echarla  de  vez  en  cuando  para  qoe  Ud 
iustrumentos  no  se  calienten,  pues  siu  es- 
ta  precaucion  perderian  su  temple  y  se  des- 
truirian. 

5.^  Se  puede  en  lln,  llegar  ¿  capas  dc  are- 
nas  movedizas,  cuyas  moléculas  tienen  noa 
adherencla  demasiado  débil  para  que  se  las 
pueda  sacar  con  los  instrumentos  de  primera , 
clase.  Usase  entonces  si  las  arenas  est¿n  mez- 
cladas  con  tierra ,  de  un  embudo  de  bierro, 
por  medio  del  cual  pasa  una  caña  que  termioa 
en  espiral,  y  si  son  fluidos  de  una  superficic 
belicóide,  encerrada  en  un  cilindro  de  hierro» 
el  cual  se  halla  roetldo  á  su  vez  en  una  caja  dc 
bierro  rectangular:  esta  superficie  helicói- 
de  termiua  en  una  espiral  destioada  ¿  pro- 
ducir  el  efecto  de  un  glosopetro  ó  lengua  de 
serpiente. 

La  sonda  del  fonlaoero  presenta  alguoat 
partes  accesorias:  la  llave  de  detcncion  para 
suspender  lasondaea  ^l  agujero  porforado 


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tól 


•ÁKTESIAWOS 


mi 


coando  sedeflfinnan  Yas  diférentes  barras,  ma- 
éos  arranoa-sondas  para  sacar  las  sondas 
TOlBS  desde  lo  ínteríor  de  los  agujeros  perfo- 
ndos.  Algnnos  de  estos  instnimentos  cogen 
los  pedozos  de  sooda  por  frotacion,  otros  tras- 
fórman,  por  declrlo  asl,  en  tornülo  la  parle 
de  estos  trozos,  sobre  la  cual  ejercen  su  ac- 
cioD,  yhacen  entonces  eloflcio  de  tuerca.  Es- 
ta  operacion  es  algunas  Teces  mny  larga  y  di- 
fícil.  En  et  matadero  de  Greoelle  exigió  nuere 
meses  de  trabajo  coosecotivos.  Por  último,  el 
foDtanero  usa  tambien  un  manubrio  mayor  que 
el  ordinario,  y  el  cual  adapta  al  troncu  de  la 
sonda  por  una  estremidad  corva  cn  forma  de 
gancho. 

£1  encañonado  delagojero  de  sonda,  seha- 
ce  por  medio  de  tubos  de  ma4era,  de  hoja  de 
lata,  de  hierro  colado  ó  de  cobre.  Esta  opera- 
cioD  es  muy  sencilla  cuando  ei  pozo  atraviesa 
mi  terreno  muy  sólido;  si  se  encuentran  capas 
de  arena,  se  debe  antes  de  ejecntar  ei  encaño- 
nado,  contcner  su  empuje  por  medio  de  arcas 
6  tobos  de  bronce;  como  estos  últimos  exi- 
gen  menos  espacio,  se  tes  da  k  preferencia  en 
)&8  perforacioües  importantes.  En  Artois  se 
eoplean  tubos  de  3<n,33  de  longitud,  0nB,49 
de  diámetro  eslerior,  y  0»,06  á  0»,  un  06  de 
espesor.  Los  empalmes  de  los  tubos  se  sostie- 
neu  por  medio  de  yirolas  de  hierro;  la  que  de- 
be  penetrar  en  la  roea ,  cstá  armada  de  nna 
zapatilla  de  bierro. 

Los  tubos  se  introdncen  con  precaucion  á 
ftma  dc  golpes  de  maza,  el  primero  está  cu- 
bierto  con  un  tapon,  y  recibe  directameute  el 
cboque;  es  muy  importante  moderar  la  pcrcu- 
sioD,  pues  de  otro  modo  bastaría  alguna  resis- 
lencía  viva  ocasionada  por  los  cantos  para 
abrirlos. 

Fácil  es  concebir  como  la  llave  de  detcn- 
eíon  facilita  la  maniobra  para  la  bajada  de  los 
tubos. 

KI  encañonado  de  maderá  no  es  tan  defec- 
tuoso  como  se  podria  creer.  En  LiIIers  existe 
hace  nnos  700  años,  sin  qne  baya  sido  pre^ 
ciso  reparar  mas  que  el  tubo  esterior  que  sale 
del  suelo. 

Cnando  se  emplean  tubos  metálicos,  el  agu- 
jero  de  sonda  tiene  necesariamente  0n»,16  á 
0»,47  de  diámetro,  y  los  cilindrosque  sein* 
trodocen  en  él  Om^ooo  de  espesor,  y  3°»  de 
longitud. 

Efeclúase  la  roaniobra  descríta  mas  arriba 
parahondir  estos  cilindros,  de  los  cuales  se 
cueigan  previamente  cuerpos  pesados»  como 
por  ejemplo  balas. 

Los  tubos  de  bronce  resisten  muy  bien  á 
la  percursíon ,  y  se  puede,  sin  cambiar  el  diá- 
metro  de  los  cilindros,  sostener  nna  capa  d^ 
arena  de  30  á  40™  de  espesor. 

Despues  ei  baber  atravesado  las  arenas,  se 
continúa  el  agujcro  de  sonda ,  por  medio  de 
las  arcillas  y  dc  la  tierra  caliza,  dándole  un 
diámelro  de  0^,108,  de&pues.ae  veriflca  otro 
encañonado  de  hierro  ó  de  cobre  de  on^,09'7 


de  diámetro  ínteríor ,  y  ésteBdiéndose  desde 
la  superflcie  del  suelo,  hbta  el  nacimiento  de 
agna  pura.EstostnboseslánsoIdadosunos  con 
otros  por  medio  de  un  hierro  candente  que  se 
introdnce  en  lo  interíor  hasta  el  punto  donde 
se  Jnntan.  Cnando  es'án  deflnitivamente  en  su 
lugar,  se  Ilena  enlonces  de  arcilla,  ó  con  nna 
mezcla  de  ceniza,  ulla,  6  cal  viva,  el  espacio 
que  existe  cntre  los  cilindros  de  bronce  y  ei 
entubado  interíor,  á  fin  de  que  no  quede  nin- 
guna  espeeie  dc  comunicaciouentre  los  terre- 
nos  soperiores  é  inferiores. 

EI  entnbado  intcrior  puede  presentar  difl- 
cultades  cuando  se  veríflca  en  grande  escala. 
El  pozo  Grenelle  nos  presenta  uu  ejemplo.  Ha- 
bian  introüucido  en  lo  interior  de  los  antiguos 
cañones  on  sistema  de  tubos  de  cobre  de  0^,03 
de  espesor,  y  Om,24  de  diámetro,  clavadoa 
unot  en  otros ;  esta  operacion  ocasionó  i  la 
Ilegada  del  agua  ascendente,  muchas  suspen- 
siones  momeotáneas,  de  las  que  la  mas  larga 
duró  tres  dias,  y  los  tubos  se  apiastaron  toman- 
do  nna  deestas  dos  figuras. 


^ 
^ 


Guando  ocurre  semejante  contratíempo. 
cuesta  un  trabajo  ínmenso  el  sacar  los  tubos,  a 
cansa  de  no  poder  penetrar  en  ellos  ios  útiles 
destinados  á  esta  clase  de  pozos. 

Ei  pozo  de  Grenelle  ha  costado  á  la  muni* 
cipalidad  de  Parísmas  de  500,000  francos,  y 
se  emplearon  en  sn  construccion  siete  aí^os  de 
trabajos  no  interrnmpidos. 

En  España  se  han  hecho  tambien  varios 
ensayos  de  pozos  artesianos.  fil  primero  de 
que  tenemos  notícia  es  el  qne  veríficó  el  señor 
Garreta  eu  los  últimos  años  del  reinado  de 
Fernando  Yll,  eu  las  inraediaciones  del  real 
palacio  y  sitio  liamado  Campo  del  Moro ;  pero 
ios  resultados  no  debieron  corresponder  á  la 
empresa,  puesto  que  se  desistió  de  ella  al  poco 
tiempo.  Actualmente  se  cstán  perforando  en 
esta  córle  dos  pozos,  uno  en  la  Plaza  del  Rey 
por  cuenta  de  uoa  sociedad  particular,  y  otro 
bajo  la  direccion  y  á  espensas  del  conocido 
capitalista  don  Manuel  Mateu  en  el  patio  de  so 
propia  casa ,  sita  en  la  calle  de  Espoz  y  Mina. 
Hablaremos  solo  de  este  último  por  ser  el  en 
qne  están  mas  adelantados  los  trabajos,  y  por 
consiguiente  el  que  hasta  ahora  coenta  con 
mas  probabilidades  de  bnen  éxito.  El  señor 
Mateo ,  con  un  celo  y  una  constaocia  que  ie 
honran,  lleva  invertidos  en  los  trabajos  de  sa 
pozo  mas  de  cuatro  años  y  un  capilal  conside- 
rable;  áitimamente  ha  reonrrido  al  gobiemo 


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«1« 


ARTEglál^QS^^TIGAS 


m 


l^diémdoloqueiKMnbreoiiacomi&io»  deperi* 
fonas  ioteligentes  ^oe  pase  á  au  cm  i  exa- 
minar  los  trebitioe  y  «I  iweto  si«leme  que  i$ 
diseuf rído  para  atrtvesar  JaB  rocas  mae  duras 
del  terreno  terciarío  y  secondarío,  y  ai,  eome 
esdeesperar,  mereciesen  aquelle3  ia  aiH-o» 
bacion  de  la  oomlsion,  se  le  conoeda  el  cor- 
reapondiente  priTilegio  esclusivo  por  quinoe 
años,  Qou  arreglo  ¿  la  iey. 

Paradar  á.conocer  el  sistema  iuTentado  por 
el  señor  llate«,  ao  pedemos  bacer  oU-a  cosa 
mejor  que  trascríbir  sus  propias  palabras»  to* 
madas  de  la  .esposicion  que  ha  presentado  al 
gobiemo  en  solicitud  del  enunciado  priv41egio, 
y  de  la  que  ba  tenido  la  amable  atendoa  de  fisi- 
oilitareos  copia. 

4<os  ingeoieros  de  mayores  co«oQ&mien- 
tos,  dice  el  señor  Mateu,  baoe  nuiobo  tiempo 
que  ae  oeupan  en  buscar  un  sistema  que  reem- 
place  al  de  ia  barra,  único  que  se  cofloee  bas^ 
la  el  dia  para  Uegar  á  ia  profundidad  de  3,269 
pies  ¿  que  ba  saltado  ei  agua  en  Baviera.  To- 
dos  convienen  que  el  mas  ¿  propósito  seria  el 
sistema  de  percusion  á  la  cuerda,  ó  II¿mese 
sistema  cbino;  ya  porque  ouando  bay  que 
atravesar  una  capa  de  roca  es  muy  diíícil,  sino 
imposible,  bacer  la  percusion  con  una  barra 
de  2,000  6  mas  ples  de  largo,  tanto  por  la  di- 
flcultad  de  mover  on  peso  por  lo  menos  de  4 ,000 
arrobas,  como  porque  ¿  cada  golpe  est¿n  es- 
puestas  ¿  romperse  las  roscas  que  unen  esta 
larga  barra  y  qne  ona  vez  rota  cs  moy  difícil 
estraerla  de  una  profundidad  tan  grande,  fal- 
tando  ei  espacio  necesurio  para  introducir  los 
útiles  que  son  menester  en  esfiioperaclon,  de- 
biendo  maniobrar  en  un  reducido  di¿metro  de 
Aitú  46  ceotímetros,  quc  generaUnente  tienen 
ostos  pozos.  Asi  que  todos  convienen  en  que 
el  sistena  dc  perqusion  ¿  la  coerda,  despren- 
diendo  de  eUa  ¿  laalturaconYeniente  la  barra- 
cucbilla  que  debe  abrír  el  pozo,  volverla  ¿  co- 
ger  y  soltarla  consecutivamente,  y  en  caso  de 
rotura  estraer  sin  diOcuItad  la  partc  que  baya 
qucdado  dentro  del  pozo,  con  las  demas  ber- 
ramientas,  seria  el  mas  ¿  propóstto  para  esla 
clase  de  obras,  tan  dificiles  como  costosas. 
Mr.  Degousse  y  Mr.  Herauld,  bablando  de  este 
sistema  en  so  esceleote  obra  de  pozos  artesia- 
nos,  couflesan  qoe  varias  veces  ban  intentado 
resolver  este  problema,  pero  qoe  no  han  podi- 
do  lograrlo,  ¿  lo  menos  de  una  manera  comple- 
ta  y  satisfactoría. 

•«Sin  que  yo  pretenda  colocarme  ¿  la  altura 
de  personas  tan  entendidas,  pues  no  reuno  sos 
vastos  conocimientos,  creo  baber  dado  con  tan 
útil  é  interesante  sistema;  descobrimicnto,  no 
debido  ¿  mis  escasas  iuces,  sino  al  estudio 
pr¿ctico  de  cuatro  años  que  Uevo  invertidos  en 
la  perloracion  de  un  pozo  que  tieoe  en  ei  dia 
746  pies  de  profondidad  y  entubado  al  dl¿me- 
tro  de  47  centimetros  interior.  Gon  este  siste- 
roa  podré  Uegar  ¿  una  profuodidad  de  8,000 
pies,  6  lo  que  cs  lo  mlsmo  hasta  enoontrar  el 
aguai  la  jteippecatura  de  lOO^  isbwresafDde 


las  rpcas  maa  doras  dd  Cerfe&o  lerdariQ  y  laf 
condario.  Mi  barra-cucbiUa  de  ocbo  émsm 
rpbas  de  peso^  segun  coavenga,  cae  desde  )i 
elevacion  de  6  centimetros  hasta  la  de  3  ó  mif 
meiroB,  y  en  oa  minuto  repetíré  estos  golpei 
basta  cuarenta  veces ,  segun  sea  la  elevadoi 
que  convenga  dar  ¿  la  barra-cochiUi  y  li  eo»- 
siguiente  oaida.  Le  doy  el  movimiento  de  rota- 
cion  proporoionado  ¿  la  velocidad  ó  leoUloá 
del  trabajo;  con  este  mi  sistema  se  recoge  # 
paso  qoe  se  trabaja  el  detritos  goe  ba  produci- 
do  la  percosion,  y  si  durante  estas  opericio- 
ncs  ge  me  rompiese  la  coerda,  dentro  de  dop 
boras  sacaré  de  la  reíerída  profúndid^  de  711 
pies  la  coerda  y  el  instromeoto  de  percosioa 
clavado  en  el  fondo  del  pozo. 

Este  sistem%{(qoe  hasta  boy  se  hibU  piaf 
seotado  cpmo  problem¿tico,  queda  ¿  mi  eotaii- 
der  resuelio,  y  de  oonsiguiente  ve^pidis  lia 
grandes  diflcoltades  qoe  se  preseotaban  pii^ 
abrir  oo  poso  ¿  foerza  de  años  y  dioero  de  qdi 
grande  profondidad.  y  por  lo  taoto  creo  de  ai 
deber  poner  ea  conocimieDto  del  gobieroo  dp 
S.  M.  un  descubrímiento  que  tantos  bies^l 
puede  prodocir  ¿  los  poebios  y  ¿  ios  partiea- 
iares.» 

AHTESON.  {JbrqmUGíura.)  Se  Uama  m  i 
ona  techombre  labrada  coa  dertas  labom 
que  ímitan  la  flgura  de  qi^  arteea,  de  donde 
ba  recibido  este  nombro.  Tambien  se  llaan 
caseUm,  y  su  flgura  es  cnadrada  ó  poUgo&i, 
rodeada  de  molduras  por  lo  comon  coo  soi 
florones  deotro,  y  que  se  poneo  ordinaria^D^ 
te  en  las  i)óvedas  y  voeltas  de  los  arcos. 

Guando  oo  techo  est¿  labrado  con  casoto- 
nes,  6  adornos  con  florones,  redbe  el  noiab9 
de  artesmado  6  enoasetonado. 

ARTIG.\S.  (begiones)  (Gtografia.)  l\ú\iB 
Fleoríeu  que  propuso  é  hizo  aceptar  las  mis 
importaotes  reformas  en  la  ciencia  hidrogf^ 
flca(4),  coosideraba  el  Océano  como  la  oair 
versalidad  de  las  agoas  qoe  cubren  mas  de  li 
mitad  de  la  sqperflcie  del  giobo;  despoes  divi* 
dia  la  masa  de  estas  aguas  en  dos  OcéaBOS 
priDcipales ,  qoe  tenian  por  limites  los  coati- 
nentes,  y  subdividia  uno  y  otro  de  estos  Océi- 
nos  en  tres  zonas  correspondientes  ¿  ias  doi 
zonas  templadas  y  ¿  ia  zona  tórrida;  en  coaatp 
¿  esa  porciou  de  esfera  que  qoeda  ¿  cada  iado 
al  Norte  y  ai  Sur,  coya  combre  y  centro  maR^ 
un  polo ,  y  que  cst¿  limítada  por  an  cirealo 
polar ,  observaba  que  ocupando  los  bieios,  ¿ 

(4)  €.  P. €l»ret Flenríea  pibUoó.  eoBO  essaUi», 
el  riage  al  rededor  del  mundo,  de  lUrelMBd.  á  M7* 
relaeion  babU  unido  una  CarU  gtmeral^tu  1«  qa* 
camblaba  U  divUion  hidrográfica  dol  clobo.  y  U  m- 
mmelaiura  genttraf  y  ^rtieolar  de  U  '^^^'^'T'^'^f'^ 
al  mitmo  tiempo  esponia  eo  ona  memtoria  aiglilíidi 
loK  moUvos  de  enUs  alleracionei.  Ln  oiciu  de  w 
longitudes,  despoies  de  babcr  oido  In  leeiora  de  ta 
menoria,  nowbró  usa  comUíon  compuesU  d«  toiiá- 
bios  Mecbaio,  BoijgaimTÍIIe  y  Buaebe,  para  f       ""^ 


U,  7  de  conformidad  con  el  dicUmen  de  ta  c -^ 

aprot>6  compleumente  U  noera  divUioo  hidrofréaft 
en  su  sesion  dtl  14? entoseea  ti  aSe  ¥UI4o U  n9^ 


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ám 


pHpébiaoiflBle ,  ó «at  pttBteá^l  mbc 
rei^OBesile  lospalos,  oodi^U  sacar  dé  este 
JMcboiadeaoiDiiiflf^ioD  aplioflMe  á  las  poroio- 
jies  del  Océiflo  que  oabiea  flqueiiis  estremidv 
4tf  dei  jg\pbo ;  y  eo  SQ  flODflecueDCifl  ^latma 
(M$ino  GkeáQlártáfíQ^  ni  eue  rttdfla  el  poio 

«i  polo  Auatfti.  jiEstfls  do6  poooiooes  dol  gloly) 
iaBÉqoeo,  dioeiei  aiiflaio  fliitDr,  eDC«redas  >qd 
iaBclitulQs  prtoffla,  aoDqíie  siUifldflS  jOd  cor-; 
«ifKuideDClft  diflecQD  eseDcifllmeDte  ea  sudis-' 
poaicioD:  al  üorte  ias  tiems  ae  Kocopa,  iae 
dd  Asia,  desde  ia  Nueva  iSeaibla  hflsta  Sulfl- 
gipskoi-Noas»  las  de  la  Afaéríca  nMS  flrriba  de 
4a  lMliiade.|áírio,  á  las  eoflies  debe  Dgregarse 
el  Spítzberg  ó  ifliflaligi»6nMBlflDdia,  y  Ifl  pflr- 
ta  nepteotriootl  de  la  Nneva,  formaD  reuoidas 
uflcof^aote  de  cosiae.de  las  qve  iasnias  dia- 
tuHes  del  eoDtro  ódei  polo^seguD  los  oouoei- 
mieotos  qoe  faflsta  ahora  heoios  podido  adqui- 
rlr,  00  b^iao  de  ia  70  paraieia ,  y  auD  aiguDas 
deeHasse  elaTao  basta  iai84.  De  este  oiodo/ 
BeeootteDtrael  O^éfloo  OiaciAÍ  árticoeDcerrfldo 
ea  iifliites  muy  eaiceoboB,  poesto  que  oo  co- 
nwqiofl  coD  ei  Ooéaoo  Atláotico,  sído  por  el 
CMiai  que  dejao  eotre  9i  las  coatas  de  ia  Lapo- 
niay  de  ia  Niieva  Oroeolaodia,  y  eo  que  jestáo 
iatereaiadas  las  iaUs  del  Spitzberg  y  de  la  Is- 
iaBdia;  y  con  ei  Gtaa  Ooéaoo  por  el  úaico  es- 
toaobo  dc  Bebriog  que  separa  ios  dos  contioeo- 
tes.  Nó  sueede  io  misioo  en  el  bemisíério  del 
Sor;  pues  un  niar  Yasto  ocMpa  la  junu  austral. 
Si  Doa  eoioopmos  eo  ei  polo  y  dirigimos  nues« 
Iras  miradas  cireularmente  sobre  el  espaeio 
eoHipreodido  entre  eale  ceotro  y  la  50  parale- 
ia,  no  descubrioios  niogon  Testigio  de  tierra 
eooQoida;  si  estendemosia  vista  bastaia  30, 
fiercibimos  solameote  aiguoos  fragmeotos  jó- 
lidos....  todo  ei  restoes  mar,  todo  esjigua. 
PodemoSy  pues,  decir  que  ei  bemisferio  aus- 
tral  es  el  verdadero  dominio  del  Océano ,  asi 
como elbjemisferioboreal  es  el  dominio  de  la* 
tierra.»  Ia  acumulacion  ile  los.bielos,  coma 
*  observa  espreeam^nte  Fieurieu ,  es  el  rasgo 
caracterí^tico  4e  ios  mares  porales.  £n  gcnc- 
ral  los  bielos  raaríoos  (4)  oacen  ai  parecer  bá- 
cia  k»  poios  á  medida  qp/s  ia  salumbre  del 
mar  dismifluye  y  que  el  movimienlo  de  rota- 
cioQ  de  cada  punto  del  globo  se  bace  menos 
rápido.  Hácia  los  40*  de  iatitud  se  encuentran! 
ya  grandes  pedazos  de  hielo  flotantes  arras- 
trados  sin  duda  por  las  corrientes  quc  yan  del 
poloal  KcQador(S).  A  los  SO*'  se  cubren  co- 

(i)  6obrelM^iel«»manoM,vé«a»«IUbroXXXiII 
^  €w|nndio4»  to  «M0r«fííi  «MÍoarMif  de  ííalU^ 
Bnm  (i!4icioo.dmMr.  Biiot.) 

tl>  liOit  iPBAgr^f—  ü&tuak  cprri— fef  jwtar>«  ai  mo- 
vÍBiMitojqiie  llMa  loo  nures  de  los  Miofl  bicU  el 
EcQador,yl«ietfUc^deetle  iumío:  «Todlos  los  dias 
jwrompaaott  Vao  ra]|áMOolaaes«iia  enoraae  canlidad 
<K  liielb,  domierte4pie  ka  mareSipoUcas  lieaaa  sioflB- 
PMMaeapocabtindamola  deai(ua  de  aoe  tieodea  á 
dasetryarse;  y  eoiBo.al  aaaa  ht^  el  Eeiiadortiaue 
«nor  sav/Hbid.espooifiea;  y.pototro  parle  ,  Ueia- 
pm«iaii,  «Mity  fuasia  bajo  la  JMia.  lArsida ,  absiNrbe 
oaa  boeaa  parte  de  ella,  es  necesario  qae  lis 

4  77     ttmUOniCA  1H>MJUU. 


ABfllWiS 


i(l0«bialo  las  oríllas  del  mar;  y  á  ^os 
10®  SOQ  piuy  nomerosos  loá  híelo^  flot^ntcs  y 
de  dimeeaÍaDes  euormes,  y  á  las  80  empi'eza^ 
ios  eampos  finaies  de  liielos  (i).  Es  notable 
que  kis  \Mú$  se  acnrautan  mas  al  Ocstc  q^c 
al  iado  ep«estOw  f  1^0  e>:to  se  ha  deducidu  f^e 
iiaf  .no  .mo^imieato  de  los  mares  polares  ii\ 
Isie,  ai,4»»al  oliedeceo  los  hielos,  á  menosque 
00  baya  Yientosjó  corrieQtc^  contrarias.  Mon- 
aieur  de  loiiFernorn ,  ilustre  navegaute  dina- 
marquá3 ,  concebU  <le  la  mapQra  siguieote  el 
movimiento  anual  de  los  hielos  árticos  (2):  las 
grandea  estensione^  lié^  ^r  Bl^nco  y  las  In- 
mediacioQes  ^el  Spjtjiberg  ^  cubreo  todos  Iqs 
inyi^raos  de  bielQS  por  la  intensidad  dei  fr|o, 
y  estas  maaas  destacadas  en  témpanps  mas/í 
menoegraikles por  el.ipOTimíento  del  mar,  dc 
las  íuertes  tenipestades ,  de  las  mareas  alt^, 
ó  por  coalqiiiera  otra  ciif^sa  desconocida ,  tp- 
man  entonces  el  camino  del  Este  háqia  el  Oes- 
te,  y  coando  encuentran  las  costas  orientales 
alNordeste  de  la  Oroenlapdia,  mas  alta  que  el 
circulo  polar,  siguen  forso^meutela  direccion 
de  eata  costa  basta  el  c^bo  Jarewell,  ,e;streii^i* 
dad  meridionaí  de  aquella  grande  p^ni^suia. 
Alii  nna  parte  de  losbielos  da  ia  vueJ^a  al  cabo 
y  entra  en  el  estrecbo  de  Davis;  pero  la  rpaypr 
parte  se  arroja  cooitra  la  costa  de  labrailor  y 
tamblen  bicta  Terrauova ,  discmiuándOfie  en 
segoida  ea  el  Ooéano ,  donde  se  disuelven 
avanaaado  bácia  el  Sur;  pero  Jamásse  v^en  Uie- 
loB  en  la  mar  del  Norte  ni  sobre  la  costa  oc^- 
dental  de  la  Noruega,  ni  alrededor  4c  Ifis  ÍsVjis 
Shetland  y  Feroe.  ^tQs  bechps  ;^|esliguan 
Tuertemente  él  doble  efecto  de  las  dos  corrien- 
tes  generaies  que  van,  launadel  Gste  l^áciael 
Oesle,  y  la  otra  dei  Norteal  Sur;  per.o  ^i^go^a 
circunstaocia  es  mas  decisiva  apbre  este,p|irti- 
colar  que  la  acumulaclon  dc  los  blelos  sotire 
la  costa  septentrional  de  la  Islandia  ,  colocada 

veciiias  acudan  p#ra  rejUhleccT.el.equiUiu'io,  cuyo 
ninvimienio  se  ptopai^a  de  una  regiud  ^cuá^ica  á  otra, 
y  dee^te  raodo  á  cada  instanle  suti  iinptilsadas  las 
Hguas  (tircumpolan's  á  diri^irsf^  al  Eeqaüor.i)  Geogr. 
de  M;itle-Brun.  u  li,  p.  375.  Pero  preciso  e^  dpcir 
queesia  eáplieaoion  no  satiárace  á  tr)(|os  compMa- 
oneiile.  Se  comprcnde  que  eii  cl  esliola  fusion  oc  los 
bíeioshácia  el  polo  (leiermine  uua  co>Friente4el  ?^pr- 
te  al  tjur.  cocriente  susceplible  dt.i  ^er  deivi«ida,f|¿e^ 
ia  direccionset^un  la  forma  de  las  Cü^lai'  ^pbru  que 
$e  dirige;  pero  evtá  probado  quc  en  los  raoscs  dc  eue- 
ro,  fehrero,  marzo,  ahril  y  oiayOt  cuando  la  tetnpera- 
lura  medía  es  de  ^Ii  grados.^^e  observa  cl  rai^mo  1^9* 
ctio.  y  entonces  es  menos  facíl  de  cspUcar;  a>i  es  que 
bombrc'semíuunlex  sc  preguutan  qué  causa  puede 
producir  esegrande  movimienlo  de  las  a^uas,,y^e 
aonde  procc<Ien  las  que  debcn  reemplatarlas  eo  iíiíi 
latiluiles  superiores  quc  abandnnau.  [Véa*c  [iti  arti- 
íulo  de  Mr.  Uaussy  sol)re  la  relacion  det  vi^L'e  qiie 
hizo  cl  capilanBack,  en  183íí  y  37  á  lascostas  del  inar 
Artico,  inserto  en  los  Analé's  mtrititms,  4834,  no- 
viembre,  n.^Si-.) 

(1)  Se  ba  notado  que  en  el  hemUferio  auslrallas 
hirlus  floiantes,  \o  mi»mo  que  Ips  fij«s,  .estabau^injs 
próximos  al  Ecuíidpr  en.unos  i0*;rjiíjos. 

(á)  Veau'  el  Eitraclo  di'ldiarin  dn  unviageji^^f^p 
-«ft  I7HC,  en  busca  de  la  cutia  ot'lt^nlal  de  lá  Grf^^- 
,landia,  bajo  loi  fíri  tjrnths  ^f  laiitud,  (lublic^do  po 
^lmis 


por 


•€l  múuQo  Jttr.,fle  Ifowcrnoru  en  l^s  A^fik*  »4f:ÍlÍHUif 


T.    111.     44 


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643 


AHTIGAS 


m 


sobre  el  circnlo  polar,  nolejofl  de  laOroenlm- 
dia.  Esta  isla  forma  por  6u  pofiicion  iin  obstá- 
catb  á  l05  hiclos  que  vienen  dei  Norte  y  á  los 
qne  proceden  del  Nordeste,  que  aeumuliadose 
entonces  contra  Ía  costa  septentríonat,  se  des- 
prenden  despues  de  ella  por  la  fnersa  de  las 
corrientcs  y  pasan  al  Oeste  de  1a  Islandia  entre 
psta  isla  y  la  Groenlandia;  pero  la  eo«la  meri 
dionul  no  deja  verjamás  hielos  flotantes  en  e 
raar  y  eFto  no  por  su  mayor  elevacion  en  lati- 
tud  (cerca  de  64*'),  sino  solo  á  causa  de  su  po- 
sicion. 

Esas  corrientes  regulares  ayudadas  fre- 
cnentcmcnte  poruna  dulce  temperatura  y  por 
la  agitacion  que  produce  ei  cnorme  volúmen 
de  agua,  que  todos  los  años  vierten  muchos  y 
caudalosos  rios  en  el  mar  Glacial  boreal,  son 
las  quc  producen  los  desbielos  Qjos  y  arras- 
tran  fuera  de  los  canaleslos  hiclos  qne  cubren 
lüs  (ierras.  Esa  movilidad  de  los  hielos  árti- 
cos  es  tambien  la  que  ha  permitido  á  los  na\^- 
ganles  esplorar  hasta  los  estrechos  mas  angos- 
tos  del  mar  Polar  boreal,  y  llegar  por  este  me- 
dio  á  alturas  considerabies;  ella  les  inspira  la 
coníianza  y  perseverancia,  prometiéndoles  una 
vuelta  segura  y  casi  siempre  ficil.  Un  solo 
ejemplo  podrá  'demostrar  lo  mucho  que  cam- 
bian  los  hielos ,  y^  cuin  ficil  es  aprovecharse 
de  sus  ínmensos  rompimicntos:  la  costa  orien- 
tal  de  la  Groenlandia,  bloqueada  durante  lanto 
tiempo  por  loshielos,  y  que  tan  universaimen- 
1e  iia  sido  declarada  inaccesible,  se  ha  encon- 
trado  abordable  en  estos  i'iltimos  tiempos  (4). 
Ei  objeto  principal  de  los  esfuerzos  de  tos  n^- 
vegantes  que  esploran  en  todos  tiempos  aque- 
llas  regionés  irticas,  fuécl  descubrimiento  del 
paso  Noroeste,  es  decir,  de  una  comuoicacion 
del  Océano  Atlintico  con  el  Gran  Océano  atra- 
vesando  el  continente  misrao  de  la  Amérlca 


((}  EUibro  queconUenelasiiocionesmascünipie- 
tas,  y  sobre  toUo  mas  meiódiearoente  espuestasíiúbre 
las  rcííionés  árticas,á  pesarde  su  fecha  muy  aniigua, 
■esel  libro  delcapitan  Scoresby,  tiiutado:  An  aruúnt 
ofthe  arderegions  tcith  á  hutory  anddescription  of 
thü  northernwhale  fishery,  Edinib.  I*i2í>,  2  volm. 
«n  8."  Esle  libro  fué  objeto  de  un  infoTnic  quc  ppc- 
senlaron  al  baron  PortaU  ministro  de  Marina  y  de  las 
Colonias  los  señores  Rosily  y  RoSíel.  ( Véíinse  los  Ana- 
lesmariliraos,  1820,  2.*part.,  p.  700,  712):  sepun  la 
autoridad  de  eslos  jueces  üusires,  recomendaremos 
aqui  particularmi'nte  álaatencton  dei  leciorelprimer 
cap&tulo  que  coutiene  reflexiones  g«?nerales  sobrc  las 
reRÍODes  y  mares  polares,  el  cuarlo  que  traia  de  los 
faielos  de  la  Groenlandia,  y  en  Keneral  de  tos  hteto9 
de  lo8  mares  polares.  fil  autor  deíine  en  «Itos  coti  pre- 
Cision  diferLMitL's  formas  bajo  las  cualesse  presentan, 
yestas  dcfinicionescontribuycn  no  poco  á  la  ctaridad 
dc  lasespiicaciones  que  da  s'obrc  la  formacion  de  to* 
itas  estas  especies  de  hielos.  En  et  capitiilo  5."  habla 
Scoresbv  de  la  lemperatura  de  lasregíones  polares,  de 
los  fenámenos  producidosen  la  atmósfera  por  las  na- 
fraccionesestraordinariasquc  hay  en  aquellos  pnra^ 
ces,  de  íoavienlosqnereinanenaqucllasreponeshe- 
fadas:  el  susto  y  úllimocMpilulo  dol  primer  volümen 
complcta  la  descripcion  dc  las  re^iunes  árticas  pre- 
scotando  un  ensayo  sobre  la  zoolopia  de  los  paises  po- 
lares.  Iguales  observacionesse  encucnlran  en  las  in- 
teresantes  retaciones  de  Parry,  de  Ross  y  dc  Back; 
pero  la  forma  metódica  adoptada  por  Scoresby,  per*. 
Diile  coQsultai  §u  libro  con  m.is  facilidnd  y  prnvecha. 


Septentrional,  por  un  estrecho  ó  canal  qnese 
sopuso  largo  tiempo  debe  existir,  y  mas  ttrde 
por  el  pelo  Artioo.  Los  ingle^^es  han  sido  kM 
que  príncipalmente  se  lian  entregado  á  esta 
investigacion,  y  se  ha  dicho  qae  querian  n- 
ber  únicamente  si  se  podia  ir  i  la  Ghioa  porel 
Norte,  es  decir,  en  un  tiempo  mas  corto;  pero 
es  dificil  de  creer  qne  este  Intcrés  comerdal 
haya  sido  el  único  món\  de  su  estraordioaria 
perseverancia;  era  imposible  que  este  pasoes- 
tuviese  jamis  practicable  para  boques  mercan- 
tes,  pnesto  que  no  hnbieran  podido  alraveaa^ 
lo  Bino  durante  un  mes  en  el  año ,  y  es  mas 
ezacto  decir  con  Mr.  Dumontde  ÚrTille,  qoe 
el  interés  de  las  ciencias  y  de  lageografia  so- 
bre  todo,  ha  guiado  constantemente  i  los  ia- 
gleses  á  estas  aventuradasespediciones.tan 
pro[>ias  en  efecto  «para  ilustrar  las  cuestiooes 
mas  grandes  de  fisica  terrestre,  obsenrar  esos 
dias  sin  fln  6  esas  noches  de  tres  meses  qne 
ilumioan  ias  auroras  boreales  (4);  estudiarla 
formacion  de  los  hielos ,  la  influencia  de  qd 
frio  inaodito  sobre  los  cuerpos  inorginicos  y 
organixados,  la  inclinacion  de  la  brújula,  qoe 
se  abate  i  raedida  qne  se  avansahicia  el  poio; 
saber  cuales  son  las  plantas  que  puedeu  ge^ 
minar,  florecer  y  dar  fruto  en  ei  corio  espacio 
de  un  eslio  de  seis  aemanas  ,  y  ios  animales 
capaces  de  reslstir  un  frio  que  hiela  ei  mer- 
curio:  tales  son  los  grandes  probiemas  pro- 
puestos  al  qoe  se  siente  poseido  de  ia  nece^- 
daddeconocer  (2).» 

A  principios  dei  siglo  XVIll  (3),  era  toditit 
desconocidatoda  la  costa  Nordeste  del  Asia,  su 
cabo  oriental,  el  estrecho  que  la  separa  de  li 
América,  del  mismo  modo  que  toda  ia  costa 
Noroeste  de  la  América,  deade  el  cabo  Meodo- 
cíno.  No  se  sabia  aun  que  ei  coQtioente  de  W 
Améríca  Seplentrional  no  depende  de  el  dd 


(1)  Véasc  una  nota  de  Mr.  Viclor  Loltio,  tcoiente 
de  navio,  sobre  lat  auroras  borealet ,  ÍDserta  ea  los 
Analet  tnarüimot,  diciembre,  1039,  n.**  77.— Mr.  Eu- 
genio  Petilon,  eneHrgado  del  senricio  cn  )fiqo«*iaa' 
(Terrauova)  leyó  4  la  $ociedad  de  geografía  enTraa- 
cia  en  su  sesion  del  6  de  roarzo  de  1040,  una  Soliei» 
tobrt  lat  aurorat  boreal»t. 

fi)  Véate  un  articuio  de  Mr.  Martin  sobni  ci  ?ia'- 
ge  h  Islandia  y  Groenlandia,  eieculado  duraoie  los 
aftoi  i9ZÍ  y  1836,  en  la  corbeta  la  Reeherehe,  niAnda- 
da  por  Mr.  Trébouart,  eto.  en  los  Aoales  ■larii.  v  co- 
lon,  enero,  4S38,  9.*  part.  o.o  4. 

(3)  Enlre  4305  y  4507  ojecularon  los  inglescs  Jife- 
rcntes  viages  alNoroeste  paraencontrar,  se^un  dieeñ, 
un  camiDo  á  la  Ghina  ü  los  60  y  66°  de  Intiiud  N.;pero 
fuerondetenidos  porlos  liielos.  Enuno  de  csiosvia- 
ges  díó  Juan  Davis  su  nombre  4  ese  estrecbo  qoc  sc- 
para  la  Groeolandía  de  la  tierra  de  €uniberlaDd.  Ba 
4610  halló  Hodson  el  estrecho  que  lleva  nu  nombrc, 
dobl6  el  cat>odei  Priuisipe  Enrique,  y  faé  defeeniiio  ea 


el  cabo  de  la  Reina  Ana,  es  decir,  100  lecuas  mas 
:  „  .  n  ilegado  sns  Dredeoesores.  T 

de  4645  á  4646,  Mzo  J.  Bania  tres  nages  p«ra  eao 


.De*- 


lejos  de  donde  haManTlegado  sns  i 
de  4645  á  4646.  MzoJ.  Bafrm  tres  vl 
irar  este  mismo  paso  Noroeste',  y  penetré  basu  lo« 
78*  en  la  bahia  deTomasSnith,  mas  nrriba  del  es- 
trechode  Baffin  sio  haberlo  coosegaldo.  (Vém»§at 
Compendio  kittórito  crauológieo  de  lea  prweéfolM 
waget  dodeteubrimietUo  por  mart  deode  cl  oie  ttOO 
antetdeJ.  Chatlajfrinetpiotdeltiglo  XlX^eoirmt^ 
tado  de  lot  Anaie»  wsMriUmoo^  P«rí%  iai|»reata  reai. 
48ÍB>. 


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6i5 


AHTIGAS 


m 


Asia;  pero  ias  regkmes  árticas,  sobre  todo,  y 

entiendo  por  estas  laa  del  Norte  de  Iméríca, 

toda  esa  paite  qne  se  eBtiende  al  Eate  desde 

d  cabo  beladodeCookhasta  la  oosta  de  GroeD- 

landia.  no  babia  podido  ser  esplorada.   Hasta 

el  ano  4  7*73  no  se  sabe  qne  los  navegantes  se 

hnblesen  dirigido  á  aquellas  regíones»  pues 

Roggers,  Roggewin,  Losier  Bonvet,  Byron, 

Waílis,  Carteret,  Boogainville  y  Gook  en  sus 

dos  prímeros  viages,  se  dirigieron  todos  hácia 

)a  mar  del  Sur  (4);  pero  mientrasque  Cook  Ira- 

tabadeaproximarsealpolo  Antártico,  elalmi- 

raotasgodelnglaterra  decidió  qoe  se  intentase 

HDB  emprcsa  análoga  al  Norte,  y  se  ensayase 

el  paso  al  Océano  Pacifico  por  el  polo  Boreal. 

Sl  capitan  Phipps,  despues  lord  Molgrave,   y 

miembro  del  almiranlaxgo,  fué  puesto  á  la  ca- 

besa  de  esta  espedlcion,  y  partió  en  la  prima- 

ven  de  4773.  Hiioruta  directamente al  Norte, 

háda  la  costa  oocidental  dei  Spitzberg;  pudo 

prolongar  toda  aqoella  costa  basta  entonces 

mal  conocida,  y  levantó  una  escelente  carta; 

eocontró  los  prímeros  hielos  á  los  80^  de  la- 

tltod  solameDte,  coando  lo  comun  es  que  se 

presenten  eotre  la  72  y  75  paraleia»  y  liegó 

basta  los  W*  cerca  de  la  Peqiteña  TaílQf  pe- 

qoeña  isla  muy  baja,  inmediata  á  las  costas 

ttpteotrionaies  del  Spitzberg;  pero  como  se 

apvoximase  la  mala  estaciou.  tuvo  que  pensar 

60  volver  sin  que  pudiese  llegar  al  punto  de 

80  víage  \%).  Mucbo  ticmpo  bacia  quc  domina- 

ba  la  creencia  de  que  el  continentc  de  la  Amé 

ríca  Seplcntrional  estaba  dtvidido  en  dos  por 

00  estrecbo  qoc  abríéndose  en  unpoutocual- 

qDiera  de  la  babia  de  Hudson  ó  de  la  de  Baf . 

flo,  terminaba  en  otro  punto  de  )a  costa  Noroes- 

te  de  la  América  en  el  Océano  Paciflco;  los  que 

tenian  esta  creencia  se  apoyaban  eu  la  famo- 

sarelacion  de  Barthelemy  deFuente(3),  que 


(1)  No  debemos  omiUr  sin  embargo,  el  vUge  dd 
Banioés  Verdun  de  U  Crenne,  tenientc  de  navio, 
Bieiibro  de  la  Academiu  de  Marina  en  4771,  uno  de 
Mt  que  mas  bao  servido  al  progreso  de  las  cieucias 
|eogriflea8  y  aslrondmicas.  Al  fln  de  su  viage  hizo 
■r.de  Verdun  ruta  desde  las  aguas  de  Terranova 
liieiaU  laUodU  para  probar  Umarcbade  los  mons- 
tnMB  marinos  basta  bajo  el  circulo  poUr;  csploró 
cati  la  tereera  parto  de  Us  cosus  de  U  IsUndla  des- 
de  Patrix-Piord  basU  Us  isUs  Westmann  y  levantó 
«na  caru  cuya  exactitod  escita  todavía  hoy  U  ad- 
■iracfeo  de  los  iDteIigen:ea. 

(ly  Voyage  to  Ibe  norlb  pole,  by  J.  Phipps.  Lon- 
ooB,  IT74,  en  4.**,  traducido  al  francés  en  iTTS. 

(3)  A  prineipios  del  siglo  XVIIl  cundió  por  Euro- 
pa  U  reUcion  de  una  espedicion  becba  en  iM,  por 
aaalmirante  iUmado  Bartolomé  de  Fonlo  ó  dc  Fuí'n- 
te;  esu  rcUcion  se  publicd  en  forma  dc  carU  por 
pHmera  vexen  Lóudres,  en  1708,  en  un  periódico  litu- 
UéoMeMoiriofiheCuriout,  y  fué  por  miicho  tiempo 
oueto  de  la'^  invesUgaciones  y  de  los  esludios  de  los 
négrafos.  Guíllermo  de  Lisie,  eotre  otros,  y  Felipe 
Baaehe.  en  1753  y  47S3  ioUnUron  conciliar  los  des- 
eQbrioiientos  de  tuente  eola  cosu  Noroeste  de  U 
ABérica  con  lo  que  ya  se  conocia  sobre  loda  la  parle 
sepceotrioaa)  de  «quel  conlineute;  otros  decUraron 
q«e  aqueUa  carta  era  supuesU  y  apócrífa,  y  entre 
estoa  se  cíu  á  Reinold  Forster,  que  acompafto  áCook  1 
eoso  sesando  viage,  y  que  publícó  uoa  Húioria  de  1 
Un  éeicubrimietUos  ydelot  vwget  heehot  ai  Norie;  1 
pero  Fleorieu  en  U  admirabU  íntroduccion  que  afia-r 


suponia  baber  penetrado  en  aquellas  aguas. 
El  gobienio  iogléa,  seducido  por  los  resoltados 
que  somejante  descubrimiento  podía  teoer,  en- 
cargó  esta  ves  aicapitan  Cook  (4776)  el  iiiTes- 
tigar  la  apertura  de  aqucl  paso  en  la  costa  No- 
roeste  de  la  América,  sobre  todo,  bácia  los  75^ 
de  Utitud;  despues  de  baber  permanecido  mu- 
cbo  tiempo  en  este  tercer  viage  en  el  arcbipié- 
lago  de  ia  Sociedad  y  de  los  Amigos,  fué  ¿  ata- 
car  la  costa  Noroeste  de  la  Amérlca,  pero  so* 
lamente  ¿  los  44^45'  de  lalitnd  muy  lejos 
de  los  limites  de  las  posesiones  españolas  al 
Norte  dela  GalifornU;  entoncescomenzó  ¿  cos- 
tear  subiendo  siempre  al  Norte,  pero  las  ráfa- 
gas  de  viento  y  las  corrieotes  contrarias  le  tu- 
vieroQ  s¡empre¿  demasiada  distancia  para  que 
pudiera  cooocer  que  aquellas  tierras  no  eran 
el  continente  dc  la  América,  y  si  una  larga  s6- 
rie  de  islas  como  lo  reconocieron  mas  adelan- 
te  LaPerouse  y  Vancouver.  H¿cia  Ia60  paralor 
la  descubrió  una  vasta  babia  que  llamó  £n« 
trada  delpHndpe  GuUkrmo  y  buscó  inútil- 
roente  alguna  comunicacion  de  esta  babia  coq 
el  interíor  de  las  tierras  del  mismomodo  des- 
cobrió  mas  al  Norte  una  anchaentrada  que  pa- 
recia  prolongarse  mocho  h¿cia  ei  Norte,  y  por 
UQ  momento  creyó  haber  encontrado  el  famo- 
so  paso  por  el  cualdebia  llegar  atravesando  el 
continente  de  la  Améríca  hasta  la  babia  deBaf- 
fln;  por  el  brazo  de  mar  (la.erUrada  de  Cook) 
iba  estrech¿odose  cada  vezmas,y  sc  termina- 
ba  en  la  embocadura  de  dos  ríos.  Sabido  es  que 
partiendo  dc  la  entrada  de  ()ook  la  costa  de 
Améfica  bajo  la  forma  de  una  larga  peninsula 
vuelve  y  se  prolonga  at  Sudoeste»  conlinuada 
todavia  por  la  cadena  de  las  islas  Aleutiuas. 
Costeó,  pties,  esta  peniusula,  y  esta  serie  de 
isias,  y  al  Norte  deia  peninsulade  Aiaska  des- 
cubrióla  gran6a/tta  deBristol,  y  ¿  la  65para- 
lela  (como  ya  hemos  dicho,  cáte  era  el  punto 
que  seguu  sus  iustruccioues  debia  esplorar 
con  mas  cuidado)  la  bahia  de  Noriont  cuyo- 

(iió  á  ia  relacion  de  Marcliand,  v  que  ya  hcmos  ciU- 
do.  vo!vi6á  empozar  esta  discuslon,  y  atribuyendo  al 
oditor  ínglés  toda  la  patte  romancesca  de  U  carta  de 
Fuente,  demostró  la  Kran  yeroaUAiUtud  de  Ins  desco- 
brimicnlos  quc  en  ella  se  meocionan.  Si  Fuentc  no 
encontró  el  paso  del  Noroeste,  como  él  mismo  lo  de- 
oUra.  añadiendo  que  oo  cree  en  su  existencia  (U 
que  se  babia  escapado  Ul  vex  al  editor  inglés  y  tam* 
bien  á  todos  losque  se'apoyaban  confiados  en  U  opi- 
niondoFuente),  descobriéefecUvamcnUtoda  U  cos- 
ta  de  aquella  parto  de  U  Am6rica  y  abrió  el  eamíno 
al  ilustru  Yancouver.  £1  caballero  Lapie  quiso  tam- 
bien  esplícar  ioii  ílL'scubríraientüs  ilcl  alnaiTanlr  Fm  n* 
lc,  comparándolns  con  las  t'Siilorcicintu's  niodernas 
dc  Roas  y  de  Funx;  y  este  mi>mo  trabajo  tiltilailo: 
Memoriat  tobre  loi  vitujes  practicados  por  el  Océano 
Glaeialáriieoal  yorle  de.  la  Ámérica  Sepíenlrv'nal 
é  inserto  en  el  tomo  Íl<)o  los  ^ufvm  Anaíeidcviagen 
(p.  5-56)  Iraió  tamhitMi,  üegu»  Amoreli.  y  Walckp- 
naer,  de  vengar  a  Maldonuito  y  al  capitan  Bcrnardo 
(ie  Us  sospecbas  de  quc  tanlo  tietuno  habían  sido 
bUncoestos  primeros  naveiíantcs.  A  esla  meiuona 
aftadió  una  carla  para  dar  á  conocer  spgun  Kis  rela- 
ciones  de  Maldonado,  del  altniranle  Futfnle  y  del  ca- 
pitan  Bernardo,  los  riescubrimií'nios  recientes,  la 
confiffuraciou  de  los  paises  ínrocdiatos  alOcéuno  Ar- 
tioo,  asi  como  las  comunicat  iones  que  presentan  en* 
treel  Océano  Attániieo  y  el  tirati  Oc6ano. 


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Googlí 


64t 


imKm 


fottdb8eeDcontró(ó<!ayfiie<irrádo;«B  flú.desi- 
pfté^  dé  baber  Hegadoá  la  éatrettoidad  madoe- 
cfdiéntal  dé  fa  Amériea  (eabo  del  PriDcipe  de 
Gale¿;),  déjónquéliasagoas,  eortTencidodequé 
00  existia  él  estrecho  que  bbscaba  (4). 

El  capitan  Glerlí  que,  deftfnies  «íe  1á  mnérte 
de  Cooit,  tomó  el  mándofde  i¿  espedicfon,  qui- 
80 éni  ef  estfo  de  477d  d«V lil  fttéJtapof  elirofMf 
at  cbntiñeoté  atnérlcánb  i  gfanar  é1  Oeéano 
Atlántico  pasando  pot^  él  polo  Artfeo  (pues  ya 
no  podia'  creer  en  !a  exi^ocfa  del  eanal  at 
travésde  la  Araéricá.)  Llc^rthasia  los  'ÍO^de 
IsRífod,  pero  no  phdb  atráveaiár  lá  Tastá  llunú- 
rfl  de  bielos  moVfbles  qoe  se  estendia  sin 
iñtervalo  1  >k^  U  cosíti  'lr  Asía  hécia  lat 
América. 

Sin  embargo,  como  acontece  siémph!,  «e 
rónnnció  difícilrnente  al  anti^riioérror,  y  cn  las 
irtstrucciones  datíiig  á  La  feroiis<í  se  foNia  á 
hScér  mencion  eSfíecial  de  iina  e'otradá  qritj 
deáembocaba  enr  lá  cósla  ?íoroe>té'd'eléAm'éri- 
caycomiínicabactín  M  balrííi  «I'^fWdlWri.  DeÉ>¿- 
irios  decir  qtie  Cool;  rio  habia  tcnfd'offenfrpo  de 
preslTir  á  está  invosítijííicion  totfo  el  cüTdádo' 
poííibli';  lo  mismo  íucedió  á  La  Peróusé,  y  el 
capitan  inglcs  Vancoiiver  fm^  el  ÁffiÉnóqüe  i^ 
cibióel  encarffo  de  resolver  nqudlit  interesan- 
tecnestion(479M 

No  es  esta  la  ocasion  de  aTKilÍMr  íóñoü  los 
p^^menores  06  sti  é«ploracion  sobre  la  costa 
Noróeste  dc  ta  Améríca,  desde  el  caboMendo- 
'  cino  íiásta  la  cofrada  dc  Cook,  csploraCion  qoe 
durótres  aíios;  nos  basla  reconlar  qoe  consi- 
g\s\6  demostrdr  dc  una  maneiA  frrecitsabie, 
quc  entre  las  40  y  62  paralelrt,  no  etiste  nin- 
gun  paáü,  que  átravcsando  el  cdntfnerote  con- 
duzca  desde  él  Océano  PacifiCo  al  Aflán- 
tíco  (2).  P'éro  como  efectivamenle  esta  prime- 
rá  ópiiiion  descausaba  sob;  l  '^n  fóndo  de  vér- 
^d  se  \á  fi^ódificó  féfffcmerfte,  sosteniendo 
desdc  énióAces  que  el  paso  dei  Noroésfe  exfs- 
(T¿  sobr^  latffMtf^  mtfcho  mas  altás  qne  fas 
que  tocó  Vancouver,  t  que  cuanto  mas  se  apro- 
xfínase  ál  polo,  nias  proBttbilldad  habria  de 
éésenbrirlo. 

Conviené  i'cfétff  aTtOra  las  nismerosas  es- 
pedíciobes  qúe  los  fngleses,  siü  cansarse  ]a- 
más;  enviaroo  á  ias  regionea  árticas,  y  los 
rrrodigiós  &e  persétéráneia  y  de  ralor  qne 
luefon  necesarios  plfiTa  comprar  hi  apariencia 
sola  de  un  iriunfo,  auoque  tambien,  debemos 
coofesarlo,  la  soltfCiOn  de  los  problemas  cien- 
ffflco^  roasiolérésantés.  I^orotra  parte  era  ne- 
eesano  corregir  l&  gran  imperfcccion  de  Jas 

(I)  Bntonces  pit6  A  las  islas  ^odwicti  para  inYtir- 
oar  coO  ÍBtencioD  de  continaar  en  la  primsvera  sas 
oocracltftlc^  pn  el  Norte;  pcro  es  Mbldo  qüe  fné  aSe- 
slDsdo  por  tosnaturales  etl4  de  febrerode  I77&. 

(Si  Hemos  tomado  casi  testaalmente  esto  rápidf 
resúmen  de  los  priocipalcs  resuludos  de  los  viaKcs 
del  slglo  iTtlI.  del  escelente  trabajo  del  cab;iltero 
deFremÍnvilIoJnserto  en  \o$Análé9  MarÍtimoi  bafo 
esto  título:  Exámen  tumafio  dé  lá$  etpedieionet^ae 
fof  desc^iwíieníoty  dé  loi  progretoi  4é  lá  gMr^^ 


ecrtaadelosaaraidel  Hisrlé;  6iidMo,lia^ 
ta  f S48  ik>  liahiM  ptrá  giifaraopiMr  afieilH fe- 
ligrosas  afoad  omeDfli  qse  ka  eartas  groié* 
ras  de  fós  pacrones  hólaatdeMi  y  da  Im  imki- 
éoresde  ballenas.Paréoeoosoportnéodar  a(|ai 
on  reaúineir  de  lot  oonoelmleBtQe  geogrifloes 
qoe  se  poseian  soM  las  refioBtes  bdreate»dB 
4818,  épocánotttie  pwriaaflelon^easdei* 
arrolió  á  las  ^jiedidieoéa:  lifbnas  (4).  Ra  tB 
éesef s  eotonces  fflugúna  neiieia  potitlTa  se- 
bre  la  Groenlaadia,  eaimlaltteaté  libre  ni 
eosfa  oriental  (1),  eümpi^odlda  ciitre  la  H 
ñaralela  y  el  otrsiiio  padkr  y  iMiSha  toaeoM»- 
lle  liaee  mas  de  coaM  slglos  per  el  obstáeolo 
de  los  hielos;  no  se  safefia  áüir  ^  Masar  del 
áopuesto  ésti^o  desooMérta  en  I87S  pdr  el 
eaballérd  Üirtln  MblsSRr,  i  tos  aif>  48'  y  ei 
direecldn  de!  BsteaKtesie,  demedo  qneáepi* 
raba  del  eontineuSa  á  h  eStreoMid;  fifttidiaad 
de  la  Groénlaadiái^  lafpselrivir  dél  eaié  n- 
retl^Tt,  pttmá  rtierldlonalde  laGravslaiidiasa- 
bre  laeual  teafün  smeobargi^  árali^áeartodoB 
ÍoB  bo^^baifeiveroí/  qtíe  so  dirlgian  al  Me- 
óbo  de  Datis,  «e  habia  Mo  deiermlaáda  pgt 
Aftigoha  obsei^iraetoil  fifdrosa;  la  ooata  ériei- 
iai,  taif  ^óoeffMteénlcxÍes  tlem(lei,  doade 

/1)  réatetetfhemoHáeeéréamieiéhmcimoliek 
kiáro0rafim  de  kn  láaru  »orMer  por  el  cab«Uit«  ét 
la  ?oix  deFremiaville,  tenionte  de  oavio,  iBseriaco 
los  Analet  Maritimo$  de  ISSO  (par.  1.*  p.  5-»)  Li 
inlettcloii  particolar  de  eila  memorté  tH  iBfere^r 
k\  rey  Lois  XYIII  mi  la  csploraci«Dde  li  oMUorieii- 
Ul  de  la  GroenlaDdta  y  llamar  la  atoBcion  dal  Wl^^ 
00  sobre  e1  restablecimÍeDto  necesarío  part  la  mi- 
elá  ét  lás  fcrandes  peseas  del  norte«  Tá  em  1181«  ll^< 
de  iérguelen  hábia  iMtrcdo  dar  al||Haa  aelifidai  i 
tsto  importaDte  parte  del  eomercio  maiitimo,  pcie 
no  se  pas6  mucho  tiempo  sitt  voWer  i  caer  vft  U 
misrha  nei^b'gertcia. 

(1)  fitisiian  ea  éMM  nraT  rem«U  eoknln  ealt- 
pees  florecientee  ea  U  cosu  orieatal^e  ia  Groealat- 
di%,  pero  iina  revolnciou  fisfca  tÍuo  á  interrumpif  «^ 
I40S  toda  comunicacien  eatre  esUt  coloniuy  la  iN- 
namarca  so  metrópoli,  acumalando  los  bialos  ca 
aqueltas  áKntt.  Bl  gebieriio  dfiiiaiafi|fiéa  e*^^ 
direremes  épocas  espedtefonespara  indaw  Ío**^ 
gios  de  a<|oenas  colonías  groeHlaeMbi,  pért  MW 
foeron  éniorpeddas  par  el  mismo  ebiiaMta.  VaNal 
es  úue  se  liiio,  eon  baru  (recawseta,  aias  <fa«  lüi^ 
rfgian  la  reconTcncion  de  halkn'se  désalMtailoíde^ 
8i«do  pTonto;  aquélla  eoniftdticia  de  los  iMei  Sir^ 
paeio  de  cuátfo  sfglos,  és  liiliudés  poea  etftadaii 


es  leqoe  ha  shcédftlo  en  esios  aitiwos  ilsSrtiul.  fm- 
te  el  Ettracto  de  la  reiaeiondeuú  ffietgah^ahútmrm^ 


dendeS.M.  íHÜamMuétn .  <9atante  H  9%o  17«  aM« 
el  deecalirimitnia  de  la  eomofieniaí  déia  CVórtijiig 
dúi  f  <le  (o«  («¡foréf  (lofMie  le  *if^io  flié  SsMMPll 
forinadot  lot  etiablecimieikiot  enrqpoaii  €10.,  iüMW 
eo  los  4^ile«  Jfarillfrlos  (aflolñet  farrt.  I.M.  U 


páff. 7-SlJ, pof-  ISri  Lowenonr, «ft^iiaiiaearaiatt**- 
rcctor  def  depAsHo  de  his  oariai  de  la  mrlAa,  M)- 
(8)  Por  mocho  tl«mpe  se  hft  sosleeMe  qiieéri  M- 
se  cQililo  rtñtte  rorbwiet  a«erei  de  eaie  «Mredfe; 
qoo  flo  lo  bábn  recdr^ide  Sa  asa  ^^^éáéimj 
qoe  reaimente  lio  era  mas  qoe  aaa  baMa  afeiaeaa. 
Eñ  efedo,  deSpues  deél,  ftittfoa  aav>e«e*ie  M  Mf- 
dd  ét^resdr  tai  Mttft  rieffat  á  1*  %atraSa  ertaMali  peia 
cdMft  á\&t  ffr.  de  ft>¿thihyfll«,  esU  úé  pMhria  f^ 
sftlvtrtúéhteqnéelestfeché  niftsé  «da  i>MikJ^ 
kiUméntéduod^sdedT^  déi  atfMfft  ISW^ 


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Mniovi9 


m 


»  ImMbi  taoMI»  d0ide  4  7U 
etliU0oimienlos  eoaiüiiertblev,  do  eiv  m^or 
ceaodda  á  eeoaa  sia  daée  de  k  mMHid  de 
eMeatd^sy  oorUKterisqBepreseali.Lo  teieo 
qne  se  Teia  entoncee  trazado  sobre  las  certas, 
de  DB  Tasto  pais  qoe  se  prolooga  at  Norte  Je 
la  aDtigQa  GroeBlaadia  ht^  deba|i>  del  p^ 
een  el  nombre  deA^wmi  OroeiiftsiitfMi,  se  babia 
hetede  meraoria,  y  en  cnaato  á  la  kilandia 
iMfeia  stdo  ra  obteto  de  mwchos  escrH«B  7  tra- 
b^os,  pero  los  asaareoieaies^  los  de  Anderson 
y  de  Horrcbeiwi,  careoiaB  de  exaetitiid  y  era 
pvaeisoateBerse  á  \MCarki99^ré  la  Itlandia 
dék  céiebre  Baalcs.  U3  prlmeras  eartas  de  este 
paiB  debidaa  á  tos  bolaBdeses  no  mereeian  la 
menor  cooHaDza,  y  aoa  la  cpie  el  misfiio  rey 
de  DiBSBiarca  habialiedio  letantar  eri  4724,  y 
qoa  SB  babia  feprodiicido  en  la  biérofrrafia 
franeéaá  eeiaba  llena  de  faUas,  puea  se  flffnraba 
en  ella  la  istandía  coa  dema^ada  esteosion 
dd  Oesteal  Iste  y  se  babía  disminuldó  indebi* 
danrate  sb  esteasioo  de  Norte  á  Snr;  las  km- 
gitades  era  muf  defeotoostfá  y  tsBibieB  los 
Idtttodea;  asi  es  qae  Patrli-Hord,  situado  á 
hm  W  35'  45",  estoba  alli  marcado  á  ios 
66^  XO'*  Ifo  era  nejor  la  CBrlB  dc  tslandia  qtic 
)evBntarooen4774  los  Ingeaieros  dinamarque- 
sés  Srfebsen  y  Scbonnlng  (4);  en  fin  el  úOfco 
trBbe)oque  se  podia  coasultar  oon  toda  áegn- 
rídad  ^obre  ta  geografia  liloral  de  ta  islaadta 
se  d«bía  á  1a  espcdicioo  franeesa  dd  Tnarqoés 
dé  Verdande  la  Grennc,  de  que  ya  bemos  be« 
cbo  roencion;  pero  el  reconoclnHento  se  habia 
heeho  solamente  sobré  la  esteiision  de  costas 
cemprendidas  entre  Patriz*«?iord,  6  mas  exac- 
Uoiente,  entre  Lns-Bay,  y  las  tslas  Westraann; 
es  decir,  la  tercera  parte  poco  mas  ó  menos  dei 
lüoral  de  la  hlandla  BSpVeciso  afiadir  qúe 
mas  idélante.  cn  4SÓ5,  la  rragataSifanareGo- 
nocíé  toda  la  parte  del  Bsto  deSde  LangaBods 
hasfa  el  estrecho  donde  d  marqués  de  Terdon 
hi^tli  cotiidDzado  üus  rrabajos  (2).  El  SpiUberg, 
ÍBiigB  tiempo  frecoeotado  solaoleote  por  h>3 
bn^ed  baflenefos  holaifdeses,  Irttta  mo  re- 
ctitlocido,  en.4773,  cn  su  parle  occidenlal  y 
srtitBntrional  por  ei  rapitan  Phipps,  qoeieTSB- 
10  iw  eaHft  cofl  íñuc^  eííTCtitml;  perp  todtj  cl 
rtólo,  el  Waygáts,  lá  eosla  orícQlfH,  'U  gran 
pentesnk  del  fistei  el  estrecbo  4e  Walter,  y  la 
Tlerrade  los  Bstsdos,  fluedaba  pot  rectíacar,  las 
Cbrrientes  no  hablan  sido  tra2adas  sino  por  uo 
cáboio  RproiiBiado;  tas  latittides  estaban  a»al 
dMminadas,  y  no  se  habia  indícado  ni  ann 
aproximaiirameute  nioguua  longitud.  La  ver- 
dadera  posioion  de  la  isla  de  Jeaii  Ifayen  era 
todarfa  moy  hicteila  y  dispirlHda  (3).  Como  fee 
vé,  4oedaba  mucho  ^ue  bacer  para  completar 
el  reeoBO<^niienio  bidrOgrMoede  las  costos  del 


(•)   Bl  caboNsrle  esiá  MirGStfo  eii  má  eana  4  tos 
BS*  de  laUtad,  »ietido  asi  que  eSlá  sKirad«i  é  los 

mrm. 

fl)   L«sirabaiotlieche|ébMoSeia9{ré«wl>oe* 
ran  BIHvMsi  á#f  Ut.  de  ítSMiHmf . 
(S)    EsU  iflla  fué  deseQbierta  snfAI  «  |M7I*  Sé 


OeéBnr  BbvcbI^  apBrle  d»  Ibb  coestiosee  tan 
iapoiílaBtea  do  fisiea  lerreÉtre  y  de  aslrone- 
DBlay  tfuala  cieoclB  ssoderBa  babia  preiBOfido 
y  óeseabB  resoWer. 

Bead»  4B48  comieBsa  Qoa  nueva  série  ro 
lalerf  Ém|iidB  de  Ttageft  4e  esptoraciem ,  todos 
desgraeisdosy  oomo  los  qae  babian  praoedido, . 
por  cninle  no  alciBzaban  ek  eOjeto  propaesto, 
es  deeir^  el  desenbnmlento  del  páso  Nofseste; 
pero  todof  sada  ves  me}or  dlrígidOB  y  roas 
protetbosoa.  Puede  decirse  que  la  gioria  dc 
eitios  esfuersos  y  pregresos  pertenoce  eádusi- 
vaflseBte  álos  navegantes  ingleses.  Blprlmm 
deellos  que  abrió  este  camiuo,  largo  (iempo 
abandonado,  fné  Joba  Boss  (4);  peroeejusto 
nombraf  at  qae  contriboyó  mas  poderosamen-. 
te  á  Inpulsar  al  gobiemo  inglés  á  que  toomse 
eslB  resobieion^  y  fué  e1  sábio  Barrow,  cono* 
cido  tambéen  por  viages  iaiponantes  {tj,  Kl  de 
Ross  tuvo  por  resnllado  establecer  de  ona  ma^ 
nera  eierta  la  extBténeia  de  nn  mar  Interlor, 
llaaiado  baAia  dé  Baffki  (3),  aunqoe  de  fomfa 
y  dkaensiones  moy  «áfereotes  du  tas  qoe  mar- 
caban  tas  antrgoas  cartas.  Sobió  hasta  los  Iñ^* 
de  lctittfl,  y  fMmetri  en  ei  oeireebo  k  nna  dis- 
tiinüa  de  90  millas;  pero  babla  de}ado  pasar 
la  esteúsioa  (iiTorabte,  y  sorprendldo  por  loe 
hiolos,  se  apresoró  á  volver  al  estredio  dé 
Davis.  Asi.  poes,  se  di6  poca  importancia  á  1a 
útil  comprobacioD  q;ie  habta  liecho  de  los  des- 
cubrimientos  de  Bttffio,  y  no  se  vló  otra  cosa 
qoe  el  ttalogro  de  la  empresa  principal,  y 
Ross  fué  acnsado  de  neglis^oeia  y  ma- 
la  volnotad.  Las  instrucciones  qoe  habia  reci* 
bido  del  almirantasgo  llevabaa  ya  oierto  can&c- 
ter  de  resolooion  tomada  de  antemano,  y  por 
lo  tanto  féeron  mey  mal  acogidas  sus  aserclo*- 
s  de  que  no  exisUa  á  todo  lo  largo  de  la 
costa  de  la  bahía  de  BaíTin  ningnna  abertura 
qoe  pudiesa  servir  de  paso.  Suscitóse  sobre  es- 
te  asonto  noa  eontroversia  nniy  viva  á  qne 
contríbuyó  á  dar  animacion  ia  severídad  de  los 
|)eriódicos.  Publícóse  aclemas  un  anónimo  con 
1a  relacion  de  un  oficlal  de  la  espedicion,  que 
siipenia  qite  el  capitan  Ross  no  habia  visitado 
con  bastante  caidado  aigunas  de  aqoellas  abev'- 
turis,  y  qiM  para  la  mayor  parte  de  los  ofl^ 
* 

latitad;  ^ro  las  cartas  bolandesas  do  esUo  acordea 
acerea  de  so  lougitud;  la  caru  de  la  hidrograna  rran- 
cM  la  coloca  á  loe  41*  Oaste  y  ias  iogletM  á  los  S.* 
inaB  al  Oeste. 

(4 )  Véute  Áw9m9$  of  d^eootrf  *mkId  *y  0flier  óf 
tke  aámH^Oi^t  in  kiM  majtHy^i  thipt  ítaheUm  mnd 
Akrander  for  thé  purpon  of  exmoring  9mffim*t 
J9(f  y  énd  9Í^virÍM  Mi  tké  ffMiMy  of  á  Fhrh 
Weti  patioge.  London,  4SI9,  i  vol.  en  4.* 

tS)  BstfSir,  eoire  olran  obras  eonpuao  Á  •ronoUt- 
gicalhiitoryofvoyagmintkenriicrégionB;  Loodoa, 
IStS,  ea  S.^ 

(3)  Scbldo  Oi  qoe  ÉHichai  oerflonafl  habiai  dada- 
do  de  la  extflMicta  de  ciU  baliía.  vioDdo  flu  foiícion 
ubMÉol  drtatmloada  queoada  ffeógrafodll>uJal>a  su^ 
cnntornos  seKun  su  f apríobo.  Roafl  se  lelicluba  mn^ 
cboea  BarMicton  do  haber  podidoflacará  lus  los 
flOrrielOfl  domaílado  deídwiocidofl  ée  ob  aaveffaMo 
«ndM.  ypMbar^ve  lofl  deflcnbriniMitofl  deBaffia 
no^bMb  •eriMwieeradoicoDioaa  frnntamnée  m 
iAaalBavtflii. 


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664 


ABTIGAS 


ciftles  que  servían  bajo  sus  órdenes  era  evi« 
deute  )a  probabilidad  del  paso.  El  resultado  de 
eata  controversia  fué  la  aalida  de  otra  espe- 
dicion,  destinada  á  demostrar  efectiTaineDte 
los  errores  y  las  lagunas  que  se  creian  encon- 
trar  en  las  investigaciones  de  Ross.  EH8  de 
roayo,  4819,  sedieron  i  ia  vela  loa  briks  de  la 
niarina  real  el  Beóla  y  el  Griper,  al  mando 
del  teniente  William  Edward  Parry,  y  veríflca- 
ron  su  vuella  en  noviembre  de  48*0.  Parry 
siguió  por  el  estreclio  de  Davis  y  por  la  bahia 
dc  BaiTin,  la  misma  riita  que  Ross;  pero  penetró 
450  leguas  mas  lejos  al  Oeste  que  suprede* 
cesor  (t).  Persuadido  de  que  el  paso  de  Lan- 
castre  [%  estaba  iimitado  por  tierras  como  ha  - 
bia  dicho  Ross,  peeetró  en  ói  en  ia  primera  se* 
roana  de  agoslo,  4849,  y  descubrió  al  Norte 
del  estrecho  un  canal  muy  ancbo:  las  tierras 
qoe  limitaban  este  canal  al  Oeste  fueron  llama- 
das  New-Devon  (3);  despues  enfrente  de  este 
canal,  es  decir,  al  Sur  del  estrecho  de  Lan- 
castre,  encontró  otra  grau  boca,  casi  tan  es» 
tensa  como  el  estrecho  mismo,  y  por  la  coal 
snbió  á  gran  distancia.  Esta  boca  recibió  ei 
nombre  de  Entrada  del  PrUieipe  EegetUe. 
Mas  lejos,  avanzando  hácia  el  Oeste,  eucontró 
sucesivamente  doce  islas  (Grupo  de  la  Ñueva 
Georgia)  é  invernó  en  un  puerto  de  la  parte 
meridional  de  la  mayor  de  estas  islas,  que  fué 
llamada  la  isla  de  Melviüey  en  bonor  de  lord 
MelviUe,  primerlord  del  almirantazgo  (74*  47' 
de  latitud  Norte  y  4 10**  47'  longitud  Oeste  de 
Grenwich)  (4).  Dcspues  del  deshielo  la  espe- 
dicion  ?e  dirigió  al  Oeste,  y  Ilegó  pronto  á 
Jos  4  4  3® 47'  Oestc,  pero  sin  poder  avansar  mas: 
el  hielo  por  la  parte  del  Oeste  tenia  mas  de 
40  pies  de  espesor,  y  unespacio  de30  leguas 
separaban  todavta  este  punto  del  estrecho  de 
Behring(5). 

Como  se  ve,  esta  espedicion,  annque  no 
coronBda  por  un  éxito  completo,  prestd  ^an- 
des  servicios  á  las  ciencias  geográficas,  pues- 
to  que  resultaba  de  estos  últimos  descubri* 
roíentos,  que  el  continente  de  la  América  no 
tiene  la  esieusion  que  hasta  entoncesse  le  ha- 
bia  supueí>to  hácia  el  polo  Boreai,  qoesuseos- 
tas  septentrionales,  auuque  hayan  quedado  to- 
davia   inaccesibles,  esceden  solo  en   pocos 

(í)  Bl  capiUD  Ross  DO  babia  paaado  delossa*, 
(meridiaDO  de  Lóndres.) 

(5)  Parry  di6  al  paso  de  Lancaitre  el  ooiDbre  de 
eiUrecbo  de  Darrow,  eo  bonor  del  subseerelario  del 
alniraotazKO  Que  le  habia  dadoel  plau  de  aquttUas 
eapedicíones  bácia  el  Norte  y  Norocste,  como  ya  be- 
mos  dicho. 

(3)  La  tierra  situada  en  rrenie  de  New-Devon  se 
Uamó  jVueoa  ó  Iforh-Sommeriét, 

(4)  En  frente  de  la  isla  MeWílle,  Parrv,  que  basU 
enlooees  no  babia  vislo  por  el  ladodel  8ur  mas  que 
bielos,  de^oiibríó  una  cosU  qoe  se  estendia  hácia  los 
145*  de  longitud,  y  que  podia  ser  ona  puoU  de  la 
Anérica;  Uamóia  tierra  tU  Banki. 

(6)  A  coBsecuencia  de  eaU  prímer  viagt  foé  as- 
aendido  el  tenieolc  Parry  al  t$rado  de  eomandante,  y 
U  trípulaeion  gaoó  el  premío  de  a,0Ü01ibras  esterli- 
nas  prometidas  i  ios  príoieros  Davegáotes  que  lle- 
gasen  á  los  IIO*de  loDgitudoocideDUrde|5reenwieb. 


grados  i  las  latHodes  gepleBtrionles  4e  Eoro* 
pa,  7  800  menos  elevadas  que  las  oostas  de 
Asla;  Y  por  últinio,  queel  marde  BaffiD  fonBs 
realmente  naa  de  las  partesdet  OcésnoAr- 
tico  ^4). 

SiD  embargo,  el  paso  no  se  babia  encon- 
trado,  y  ademas  el  mismo  capltan  Parry  ha- 
bia  declarado  qne»  aon  suponiendo  su  existeo' 
cia,  seria  etemamente  imposible  atravesario 
por  una  laiitnd  en  qne  la  navegacioD,  ann  en 
la  estaeion  mas  favorabie  no  podia  ser  mas  qoe 
de  vcinte  dias  á  lo  sumo,  siendo  asique  la  cs- 
tension  de  este  paso  exigia  por  lo  menos,  do- 
ble  tiempo;  remmcióse,  poes,  á  busearlo  al 
Norte  do  la  seteota  paralela;  pero  se  conserva- 
ba  la  esperansa  de  hallarlo  mas  al  Sor,  pene- 
trando  por  nna  de  las  abertoras  de  la  coslaoc- 
cidental  de  la  entrada  de  la  bahia  de  Hodsoo, 
por  ejemplo  ó  en  la  entrada  de  Gbesterteld. 

Eo  mayo  de  48Si  partió  la  teroera  espedi- 
cion  inglesa,  mandada  tambien  por  e1  capltan 
Parry,  empleando  casi  todo  el  esUo  de  aqoel 
año  eo  examinar  ia  bahla  de  Wag^er  y  al^ooas 
otras  entradas  (irUets);  pero  se  vió  que  todos 
eran  golfos  profundos,  limitados  por  el  conti- 
neote  de  América  y  no  pasos  que  podiemi 
conducir  al  mar  Polar.  El  capiUn  Parry  inver- 
oó  delante  de  la  pequeña  isla  Winter  (66*  44' 
de  latitud  N.,  82«  53'  de  longitud  0.)  Bn  ia  es- 
tacioo  de  4  82S.  los  boqucs  llegaron  á  la  lon- 
gitud  de  82*  50'  y  á  la  latitod  de  ee"*  40';  pc- 
uetrarou  eo  un  eslrecbo  que  condneia  hácia  el 
Oeste,  y  las  observaciones  particolares  unidas 
al  informe  delos  esquimales  (%,  hicieroo  creer 
ú  Parry  que  este  estrecho  (3)  separaba  reai- 
meote  todas  las  províncias  septentrlonales  del 

(1)  VéasouDanolasobreestosdeseubríBiieBtMbe- 
obos  en  los  mares  árticos^eidfteu  la  Academía  de  las 
Ciencias  en  su  sesion  del  iO  de  noTÍembre  de  ISM  por 
Mr.  Moreau  de  Jonnfes,  eorresponsal  deU  Ar^demla. 
Entreotras  observadoBes  curiosasrceocidas  porPar- 
ry  en  aquel  primer  viage,  es  preciso  menciouar  la  si- 

([uiente:  despaes  de  una  navegacioo  de  loa  miUas  ea 
a  mar  interior,  la  brójula  esperimenlA  nn«  Tariacian 
de  ISIS^  al  Oeste;  pero  á  disUncia  de  ISO  miUas  oms 
lejoi,  la  variaoion  era  de  19B*  al  Estc.  ScguD  esto,el 
buqne  debió  girar  al  rededor  del  polo  magnétieo,  t  U 
siiuaeioo  d<)  este  polo,  que  basta  eatonees  se  habia 
querido  adivinar  por  los  cálculos,  quedó  casi  deier- 
minada  por  una  observacion  dirceta.  (AftaletMorilí- 
mot,  18».  a.*  parte»  pég.  M3). 

^J  Esu  espeücion  pooo  proveeliosa  pnFalnieeo* 
grafia,  recogio  interesantes  obaervaciODet  sobre  lat 
costumbres,  la  religion,  los  usos  y  la  lengna  dc  las 
csquimalos.  Ya  la  relacion  del  tenieote  de  arlilleria 
Eduardo  Sabine,  que  sirvió  á  lasórdciies  delcapitaa 
Koss,  conlenia  nociones  interesantes  aobre  nlñBas 
familias  dc  los  esquim&tes  con  quienes  la  c^pedicioa 
osiuvo  en  conlacto,  pero  Parry  y  aus  compafieros  n- 
vieron  macbo  Uempo  en  medio  de  aquel  puebl«,  y 
pudieron  estudiarlo  mas  á  rondo.  Un  Decho  qae  no 
conirlbuvó  pocoá  dirigir  siempre  la  invesUgacíoa  en 
busca  del  paso  Nortc,  fué  la  semejanta  qne  ae  eo- 
coutró  eatre  Ips  eaqoimales  de  la  babia  d«  Baffia,  y 
ios  naturaies  >iae  otros  navegantes  habian  vislo  ea 
la  panc  del  estrecbo  de  Behring:  en  esu  seBBcjania 
se  vi6  la  prueba  de  uo  origen  comao  y  deaatigaas 
relacionea  sin  duda  faciles  do  resublceer. 

(3)  La  única  prueba  que  adojo  Parry  eo  opoya 
de  1«  opinioB  de  que  aquella  onlrada  era  aa  veréo- 
deró  estrecbo,  fué  que  el  flojo  veoia  del  Sodoeett,  y 
- ile. 


olrefluJodelSsdeaU 


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ARTICAS 


6&4 


QOBtiDeiiteanierieaiiu;  peroloshÍeloBle  deta- 
Tieron  á  distaDCia  de  4  5  mlllae,  y  babieodo  es- 
petido  dorante  unmes  qne  serompieaeu,  voi- 
fió  perenadido  de  qne  habia  encontrado  el  ver  • 
dadero  paso;  aonque  perauadido  tambien  de  la 
perpetoidaddel  obstácoloque  impcdia  doblar 
la  pDDta  Noroeste  de  la  América  (4).    - 

Al  mismo  tlempo  ios  Ingleses  y  canadieoses 
liil)ian  emprendido  un  viage  por  tierra  combi- 
oadocoo  ia  espedicion  del  capitan  Parry:  debia 
dirígirse  atraTesando  los  lagos,  rios  y  Munnras 
dc  la  América  Septentrional  hasta  las  costas  del 
nar  Polar  (%,  para  reconocer  sos  eostas  y  co- 
iocar  en  ellas  señales  destinadas  á  guiar  ¿  tos 
navegantes.  El  capitan  franlíiin  fué  el  encar- 
gado  de  los  preparatiTos  y  del  roando  de  esta 
espaiicion:  desde  1819  se  dirigió  á  la  factoria 


Blretto  del  tlempo  de  la  niTegacloD  del  oapl- 
^rrr,  to  ompleó  ñi  reoonocer  las  cosui  y  las 
«  ya  visiUdas  por  Middleloa  y  olros  DaveKantes. 


tao  Parry 

Niddletonéra  todavra  olra  deesasnumerosas  vlctimaa 

de  la  incTediilidad  pública ,  eomo  Barau  y  Untos 

otros  rebabiUtadof  por  el  tiempo.  Bn  la  MgDnda  mi- 

tad  del  tizlo  XVIIIf  formó  /o  eompanta  de  la  hahta 

ie  Budton,  un  esUblecimiento  para  el  tráflco  de  las 

pieies.y  habia  obtenido  an  privllegio  esclusivo  que 

fe  BToduela   lnmenBos  beneficios,  pero  al  recibir  este 

pnrilecio  se  babia  obligado  é  buscar  el  estrecho  de 

Aoían,  y  un  paso  por  el  Horoesle,  y  llegó  á  sospe- 

ebarse  qne  qucría  impedir  estos  descnbrímientos 

«■erosoa  para  ella.  Sin  embargo,  se  la  compelid  al 

cooipUmlento  de  aquelU  obligacion,  y  Hnight,  uno 

de  SDS  agentes,  f  ué  puesio  al  ftenie  de  una  nueva  es- 

'pedicion  que  tnvo  un  éxilo  desastroso;  poco  Aiempo 

despnes  el  almifanUxgo,  á  iDsUgacion  de  Dobles,  en- 

ri6  a  Middleton.  oAcial  muy  distingoido,  para  explorar 

cí  paso  conocido  con  el  nombre  de  Bten-venido,  y 

sitaado  en  la  babla  de  Hudson.  Mlddleton  verificó 

proDU»  su  vlage,  pero  volvló  diciendo  quo  loa  hielos 

obstruian  la  entrada  del  esirecho,  y  que  no  habia 

podido  atravesarlo,  si  bien  habia  observado  una  cor- 

liente.  qoe  segun  todas  las  aparienclas,  venia  del 

illáotíoo.  Aicanos  oompafteros  de  MíddleUn  le  de- 

unciaroordiciendo  queesuba  ganado  por  la  com- 

paftia,  lacnal  seguia  en  su  propósito  deoontrarUr 

u  emprcM.  Entonces  fué  cuando  so  manlfestó  en  to- 

da  la  oadon  an  verdaderoentnsiasaiopara  el  logrode 

aqoella  empresa  UnUs  veces  frustrada:  abríóse  una 

tDscrícion  cuyo  imporie  Uegó  á  subir  á  SSO^OOO  fran- 

•ns  desUnados  para  otra  espedicion,  v  el  paríamento 

por  su  parte  voto  nna  suma  de  800,000  francos  para 

neompensar  la  trlpulacion  que  la  Uevase  á  cabo. 

Pniftr6oe  tambien  este  viage,  conflrmando  de   este 

Bodo  el  Informo  de  MiddWton  sin  ilustrar  á  los  cs- 

piritns  obcecadot  sobre  el  verdadero  méríto  de  aquel 

oavecante.  Ross  habU  sido  causa  de  qne  se  hiciera 

|«sUeU  á  Bafftn.  v  Parry  fuéel  quo  rohabilÍt6  á  Mid- 

dleion.  ( Véast  loi  'ilnolef  moHlimof  4881 ,  i.*  part.  vo- 

!éDienl.»,pág.íM.)      ,  ^   ,      ^   „  „  ^ 

(f)  E<te  viagc  recordaba  los  de  Hearne  y  Maken- 
iie.  Bn  %W,  Heame  habia  seguido  el  cursodenn 
rio  qne  Ueva  hoy  su  nombre,  y  d«  esU  mndo  habia 
noftado  á  la  noar.  ( Véase  Sam.  ueamejimrney.from 
PTim^'of'WaUt^fwt  in  Budton*  t  bay,  ío  the  «or- 
ierm  Oetmn.  London,  1705,  en  4.*)  Slr  Alejandro  Ma- 
kensieencontró  IgualmenteálO^al  Oesle  de  Mon- 
treal  otro  rio  que  tamblen  le  condujo  al  mar.  ( Viafet 
firwh  Mnníreal  to  the  Frosen  ond  Paei^e  Ocean,  by 
Ai€x  Mackenie.  London,  1801 ,  en  4."*  fiste  doble  des- 
mbrimi^aio  babia  cambiado  todas  las  Ideat  sobre  la 
foogran«  de  la  Améríca  Seplentríonal  y  demostrado 
do  mnn  oMfiera  evidente  la  exlstenola  del  mar  Polar, 
al  mismo  Heiopo  se  habia  heobo  mas  verosimil  que 
DDDC»;  qne  por  este  mar  Polar  se  podla  pasar  del 
Atláiilioo  dI  gran  Océano,  y  eslo  en  ana  latitod,don- 
ét  el  pDoo  debia  ser  fácil  y  seguro:  esU  última  pre- 
sDoekNi  era  falsa  eooMi  se  verá  por  la  relaclon  de  las 
ttfcéMoaea  siguieoles. 


de  Tork  en  U  cosla  oeeídeDtal  de  1a  bahfa  de 
HudsoD,  reiinió  alli  á  los  bombres  qoe  debian 
acompañarle  y  llegó  portierraal  establecimien- 
to  de  Garoberland-Hoosc,  formado  por  la  cam» 
pañia  de  la  hahia  de  HudiKm;  desde  alli  se  dl- 
rigló  por  los  camiDOS  pracUcados  ya  para  ei 
tráflco  de  las  pieles,  bácia  el  fuerte  de  lajSm* 
pre$a,  sitnado  sobreel  lago  del  Esclavo.  en  don* 
de  pasó  q1  inTierno  de  4824.  Y  mientras  qne 
Parry,  que  se  habia  embarc^o  el  3  de  mayo 
de  dicho  año,  llegaba  á  la  babia  de  Baínn, 
Franklin  b3j6  hasta  la  embocadura  en  el  mar 
Polar  por  ei  rio  dc  Coppermina  (Mina  de  Cobro); 
y  dirígiéndose  entonces  hácia  el  Este,  las  dos 
canoas  de  la  espedicion  costearon  las  playas 
del  continente  amerícano  desde  el  tO  de  Julio 
hasta  el  19  de  agoslo,  y  corríeron  uua  esten- 
sion  de  550  millas:  el  cabo  doode  se  detuTie- 
ron,  reclbió  el  nombre  de  Turri'again  (cid)o 
del  Regreso).  FraDklin  temia  no  p5der  regiesar 
por  mar  hácia  la  embocadura  del  Coppermina, 
y  llegó  solamente  hasta  la  entrada  del  rio 
de  nood,  qoe  volvió  á  subir,  para  dlrígirse  des* 
de  alli  al  fuerte  de  la  Empresa.  En  csta  nave- 
gacion  por  la  mar  Polar  reconoció  muUitud  de 
islas,  separadas  del  coDlinente  por  on  canal  de 
muchas  miilas  de  lalitud  donde  la  mar  estaba 
espedita  y  oavegable.  La  coKtá  que  visitó  no 
liasaba  de  los  68**  de  latltud,  siendo  por  lo  lan- 
to  roas  meridional  en  siete  grados  que  la  linea 
de  navegacion  seguida  en  4849  porel  capitan 
Parry:  pero  estos  dos  reconocimientos  hecbos 
paralelameute  á  tau  graode  distancia  el  uno 
del  otro  no  habian  demostrado  si  existia  enlre 
los  68*  y  75^  de  latitud  algun  medio  dc  comu« 
nicaciOD  marítima. 

Oe  vueltaá  Inglaterrael  capitan  Parryacor- 
dó  cn  frecocntes  comünicacioncs  con  el  go- 
bierno  británico  el  plan  de  la  cuarta  espediciou 
al  polo  Norte,  y'concebido  siempre  con  el  mismo 
objeto:  estaba  vez  dcbia  dirigirseprimero  al  es- 
trecho  de  Lancastre,  y  desde  alli  penetrar  en  la 
Entrada  del  Principe  Regente,  que  babla  des- 
cubierto  en  su  primer  viagc  y  que  soponia  de- 
ber  comunicar  con  el  mar  que  Hcarne  habia 
visilado:  tambien  esperaba  arribar  al  punto 
que  en  vano  habia  bu.«:cado  por  lu  babia  de 
Úudson.  Este  plan  toiiiu  udemas  la  ventaja  de 
poderse  combiuar  con  las  operaciones  de 
Pranklin;  que  iba  á  ser  enviado  de  unevo  al 
priocipiar  la  primavffra  dc  4824  á  ios  rios  Cop- 
permioa  y  Mackeosie  (4  j ,  para  rec^nocer  el  in- 
térvalo  inmenso  que  los  scpara.  EI  4  de  Juiio 
üe  4824  habian  dejado  la  coslu  occidental  de 
la  Groenlandia  las  borobardas  cl  Hecla  y  la 
Fury  para  entrar  en  los  hielos  del  estrcho  de 
Davis:  el  43de  uoviembre  penetraron  en  el 
estrecbo  de  Barrow,  pasaron  el  invierno  en  ei 
puerío  Bowen  en  la  costa  oriental  del  estrecho, 
y  duraute  este  tiempo  esploraron  la  costa  ai 
Norte,  hasta  ei  cabo  Yorck;  y  al  Sor  hasta  la 

(4)    Antes  de  t ii  parilda  babia  sido  nombrado  Par- 
ry  hldriftriifo  del  'oUBÍranUsgo,  y  Franklio  capltaa  • 


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ASftOS 


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bábtoFitsgarald.  «ItoaAa  t)ft)#lM9)*  ftOfde 
Jatítnd.  El22Jolio  dems  comfiniarQváfeQo- 
nocer  la  pun(«Qpue6tih4ei  leBtfleQho;  pei>oeo  «f  • 
U»  •Dperaciones  ki  Fwry  l«é  'wrMiiiedai  1a  cee- 
ta  Y  d(98trozada  (i);  y  >d  Bech,  jd^aalAo^ltpa- 
so  del  Prfocipe  Regente  el  4  .^  de  iseiíeiDbte, 
nokirió  á  Inglaterra.  Geaoo  seTe,  aqueUa  fioeva 
.  iaveatigaciou  añadió  muy  :peoo  á  4os  qmiocí 
mientofi  geogréflcos^  pecosi  ganacon  mueho 
otraa  cienciae  (2). 

id  mismo  liempo  que  ae  aabia  la  Tuella  del 
capitan  Parry,  80  secitúan  inoticiaB  faforak>le6 
de  la  espedioion  por  tiofra:  elcapitaa  f  ranklin, 
el  doctor  Ricbardson  y  elteniente  Back  noha- 
biand^ado  lalnglalerra  bastael  464e^eb«ero 
de  11885;  «l  34  de  Jullo  salian  del  fuerte  Reso- 
luciun,  airafesaban  el  lago  del  BsohtTO  ypor 
!a  estrcmidad  Nor-oeatc  del  lago,  «ntraban  en 
el  Mackensie  ó  Grande  Rio,  oomo  le  llaanao  los 
caxadores.  M  7  de^goBtollegaronal  fuerteNof'- 
inan,  situado  á  574  miUas  del  fuerte  Reselu- 
cion,  y  muy  ripidamente  á  corta  diBtancia  del 
lago  dcl  Oso,  donde  debian  invemar.  Kn  lanto 
que  el  doctor  Riobardson  roconocia  lae  orillas 
de  aquel  lago  mas  prdximas  al  Goppermina  y 


(t)  Om  e«ru  esoriia  en  aqoeni  épooa  por  uno 
de  los  oficiales  de  la  «tpediclon,  decia  qae  hadendo 
esciirsion  á  la  isla  Nortb-^moMraet  ae  babia  dis- 
tinguido  (sio  decir  en  que  direccioo)  una  mar  abierta, 
yque  se  eiperaba  penetrar  en  eUa,  cuando  la  des- 
graoia  aoaeoida  é  la  f^ury  bizo  necetario  el  regreso. 

(8)  'kntre  los  esperimentos  becbos  con  las  plan- 
cbas  metálicas  del  profesor  Barlow,  se  observaron 
mucbos  fenómenos  magnéticos  muy  curiosos.  Bn  el 
primer  tiage  de  Parry,  cuando  llvgaron  al  78"  de  la- 
titud»  se perdbió  por  primera  «ez  quo  ka  potawHa  de 
direccion  de  la  brújnla  se  débilitaba  tanto,  que-se 
babia  neutraiizado  completamente  para  1anave«acion. 
El  doctor  Bariow  supo  remediar  este  incouTeniente, 
colocaudoel  centro  de  uoaplancha  debierro>enlaJi- 
nea  de  no  airaccion  del  bierro  del  buque,  y  á  distan- 
da  convenieate  detrás  y  debajo  d^  la  espisa  de  la| 
agoja  de  la  btviufai  oaooatro  qne'la  agdfa  noso- 
lo  continuaba  obrando  vigorosamente  on  las  regio- 
nes  polares,  sinoque  indicaba  corrcctamente  el  me- 
ridiano  magnéUoo  en  los  otros  marcs,  por  haber- 
la  puesto  al  abrigo  de  la  alraeeion  delos  bierros 
dfll  buque.  Bmpleando  y  ensayando  estas  planctias 
se  obtuvieron  resuitados  eotoramcnle  nucvos  é  incs- 

Krados  ««n  la  ciencia  magnélioa.  ( Yéase  en  los  Ana- 
I  marüimo».  1835,  parte  9.*  t.  II,  pág.  483;  on  ar- 
ticulo  sacado  del  Correo,  p<ri6dico  iDwés,  ea  que  el 
tecretario  general  del  almirantazgo.  Mr.  Barrow,. 
«andó  pubucat  el  resultado  de  las  dlferentes  espe- 
dicionc^  becbas  al  |>olo  Norte,  j  que  eomo  es  sabido.! 
él  mismo  babia  estímulado)  For  otra  parto  el  capi-' 
tan  Parry  habia  traido  de  esto  tercer  viage  muchas 
piedras  y  otros  minerales,  que  fueron  sometidos  al 
examendelsibio  profesor  Jameson  de  Edimborgo:' 
de  este  exámen  sac6  Jameson  mucbas  conclusiones 
interesantes  y  seguras  sobre  la  bistoria  antigua  dei. 
globo:  sagun  su  opinion  antes^de  de  la  formacion  del ' 
carbon  «kineral,  las  colinu  primititas  alimontaban 
una  abundante  vegeucion  de  plantascript6gaBas,y 
belecbos  arborcscentes  sobre  todo,  cuyos  prototipos 
le  eoouentran  hoy  $olamente  en  las  rifgtones  tropica- 
les  del  globo:  lasaguas  del  Océaao  contenian  p6Hpo8 
caai  semejantes  á  los  delos  marea  del  Eouador:  antes 

Jf  durante  la  deposicion  de  las  capasterciarias,  aque- 
las  regiones  hoy  heladas,  estaban  cubicttas  de  bos> 
ques  de  árboles  dicoliledones,  aagun  la  pmeban  las 
madcras  f6siles  dicotiledooes  encoatradas  en  eootac- 
to  con  aquellas  capas  en  la  babia  de  Baffia,  ea  la  isla 
da|lelfUlQ,«n  la  deJlyam^lfafüB  jmw  ateabo  York. 


gDe  d  tiÉMe  iaflk^ataMida  ol  fiMHa  Bni' 
kiiiieB<el^todaade«lfie<Mlago  éelOio 
deeemboea  <ea  elüadieoaie,  el  oapilan  baiófl 
rio<|ae4esa90a«en4ri  asarporoMiehoe  braias 
attchiirasos  díbujando  una  verdadera  deHa  de 
tlerra  de  alof íob;  ^D«j  prottfo  arcibó¿la4a|a 
de  la  BaUma  ée  MackeBiie,  j  ai  locar  á-erta 
isla  encoBln^  qiie  dagua  era  Mee,  bcdio  qoe 
Maokeniie  no  babia  meDOieMdo,  /toaáendp  lia 
doda,  (YoeBe  negase  por  esto  (|Be  kibia  U^ 
do  al  Océano.  FritifckiB<faé  mas  k^^  basta  oaa 
iala  aitoada  ¿  los  69*  M^  de  4alHad  Horte  j 
^dft^" 44'de  loagüud  Oeeie  de fireenwtcb.  qae 
fecibié  el  noaibre  de  Parry;  7  ea  el  latérraia 
quesepara  estas  dos  Iglas,  ¿tres  o»ilaa  de  ia 
últioia  recoBOCié  la4iiiea  de  setaracion  de  ias 
aguas  duices  f  .de  las  saladas;  7  desde  la  iaia 
pudo  di8tin|uir  el  mar  Polar  rodando  mages- 
laosaBiQDte  aus  olas,  libces  de  tii^QS^  aobne  la 
enaies  JugabanMlenaB  negfas  7  4ilaDoai  ti). 
Al  aproximarse  el  iuviemo,  FranlcUn  vomé 
¿  tomar  U  rata  del  Sur.  £1  98  de  }aaio  de  4816 
partié'OOB  el  tenieale  (Back,  .para  iré  espiorar 
el  Utoral  del  mar  Polar  al  Oeste  de  la  etnlmt- 
dura  del  Maclceoaie,  en  tanto  qne  el  doctor  i^ 
chardson.seguialtts  costasai  Bste  eolre  esie 
rio  7  el  Coppermina.  Desgraciadamente  tmp 
que  deleftepse  mucbo  Uempo  Franklin  eo  á 
brsso  occidental  dei^Mackeosle  por  a«s  diflcal- 
tades  con'les  esguiroaies,  7  el46de  ageata 
DO  habia  aun  saivado  U  mitad  de  la  disUnda 
que  separa  clMackeBsie  dei  cabo  de  ios  Hie- 
losde  Cook;  sim  embargo,  en  la  superflcie  d^ 
las  aguas  dulces  se  formabaun  nuevo  hielo,  el 
sol  ba}aba  al  honsonle,  los  p¿jaros  Tiaj^erss 
emígraban,  7  los  esguimales  dejaban  tanibiei 
las  orillas  dei  mar;  entonces  deiiió  pensar  ea 
la  vuelta:'habia  andado  una  esleDsioD  de  ms- 
tas  üe  ytk  mitlas  sin  ver  una  ensenada,  jm 
abrigo  doade  un  buquc  pudiese  anciar  coa  se- 
gurtdad  (2). 


(I)  Obaerr^se  alli  abundancia  de  balaa  ie  aa 
oior  nuiy  datanaiable»  oÍreiiaalaAoia  aouda  jafar 
Maekonsie,«n  ia.orilÍA  del  Maekenf  ie  Ínfariar  ▼  ^m- 
probada  tanbien  por  Franklin,  por  laa  Mwca  # 


ia  roea  corria  iambiea  on  liquldo  ígualmoale 
miaoao.  Hiiaae  la  fnmcba  con  «Ma  variedad  de  cbi^ 
boa  rósil,  pen»  se  ¥i6  qoe  daba  foao  calaT,  y  aaao^ 
venia  de  ningunaBodo  al  senricio  de  |a  jrragoa.iiÍ 
dociorBichardion  lo  Yié  uuabíea  ea  dilaieates  pai^w 
de  las  costas  qoe  esplorabaal  mifOK»  tíeaafo.  fm 
oira  partc  la  eotla  de  la  i^  Parry  eslaba  eabMrU 
de  piedraa  graniticas  y  euanos  y  de  un  agreüdo  ét 
bomt>lenda  y  Mdapato. 

(i)  Todo  el  liempo  que  duré  caU  aavafttciea  ¿  la 
largo  de  las  coslas  del  mar  polar.  eatuva  cl  cieia  a^ 
capoudo|i»r  ana  niebla  muy  espeaa;  «tU  aaiaia  b»- 
biioal  4e  U  atmdtfara  esalmaspéligraio  panla 
aavogacioo  de  loa  roaras  de  bido.  En  la  priaMraaa^ 
ploradan.deJ^MakÜA  alKau  4eVGopper«úaa  «1  cMa 
j^babU  ceaa4o  lie  «alar  4«spai«4o,  y  airibuU  Um- 
U  4ire««aeUaUaoiiftfica  jpor  u  paruaitoada  al  Oaa- 
udeiaiaoicoasie,  á'ka  lienras  ba|«a  y  báuacdaa^P*; 
se  eaoeadea  deade  U  Caidaide  ias  manuáaa  battanii 
«ar, á  U  ptoa  pwíundldad  d« ea|a  éllia»a,  Itmm 
parmiuáloa  buaooa  auaUaerae  á  aauanaa  4»- 
laaoia4e4á6millaadelaoriUa,T  en  Baála,mü> 
OMrmo  4ebial«iqifeiorvi«oUai«l  HogeafipiiiP 
eoiilra  la  liwra  (taade  p«fmai«aen  «4lian4ia» J 
aqui  procede  on  coniinuo  deapiaadiaiaala  4e 


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w¡ 


AAIIGAA 


lUtfi 


KeDdftli  ae  dirifieron  por  el  paso  oriental  deJ 

MMlcaoáie ,  y  el  7  de  Julio  lle^on  al  agwi 

ttUda;  el  canai  deseoibofsjt  ea  freote  de  la  isla 

JUobürd;  desde  al4i  eoDUBuandosttuavegaciaa 

al  Isfce,  atravesafQa  un  grupo  de  isla»,  eo  freu- 

te  de  las  enales  ie  ahre  un  gnn  lago  que  se 

eMÁeade  sobre  un  buttn  fiondo,  ¿  uaas  440  mi- 

iliail  Siur,  y  eoouinioa  oon  ei  MaciceMie  y  los 

demas  rio»  deá  inftenor;  (a  direodon  de  e^ta 

Mta  eootinúa  al  ^desle  tiasta  el  cabo  Ite- 

ÜiQrtt  iW  W  de  latitttd  y  k%V  35'  Oeste  de 

CUeeBWiQÍih  que  ea  el  puoto  snas  sepleiitriooal 

¿  9^  llegó  1¿  espedioioB.  Deade  este  cabo  se 

dirig»  h  oo«bi  siB  tnterrupcioa  ai  Sadesta  has  * 

la  ei  Copperoánaí,  á  dotnde  llegoroA  ol  8  de 

«0MtD»  un  nea  deapae&de  iiebcrilejado  el  Ifac* 

iceaBie.  Ea  eete  espació  de  tiempo  haJDia  se- 

guida  Ifteapodicáoo  una  Unea  de  coslas  de  90S 

fflülas  sio  hat)er  sido  detenida  positivamente 

por  los  litek».  £•  el  NoMe  la  alta  mar  parecia 

Ubre;  pero  nas  alJá  de  la  embocadiira  del 

Gof^erjntna  sa  tí6  eatonderse  eti  aqueila  di* 

reocioa  una  costa.  oouy  dyatada  que  foé  llaaia->> 

da  Ti0irr<k  db  WoUoétftn,  y  que  se  soponia  de- 

bw  reuBirtne  al  Norte  coo  la  tierra  de  Banlís, 

6  «iguofi  parta  do  las  playas  del  estrecho  Bar- 

row  [A), 

Kqs  oWidábamofi  decir  qoe  eH  9  de  mayo 
de  4W  partió  otra  espedicion  maudada  por  el 
capitaQ  ieaehey  para  llevar  al  csbo  Helado  de 
Ceoii  pruviaiones  para  ei  capitou  FraDÍciin  y  sus 
ooiopáoeros  en  el  caso  de  que  bubieaea  podido 
ilegar  hasta  aquella  estremldad  de  la  costa 
Serte  de  la  Ajnériea;  el  eapitan  Beecbey  lle^ó 
á  On  de  Jullo  de  4496  cerca  dei  cabo  Helado. 
Ki  allérea  EJsao,  enviado  por  él,  avanió  unas 
ISimiU&s  hasta  los  74",  i4'  39"  de  Jatitud 
Norte,  y  456**  24'  de  longitud  Oeste  de  Green- 
wicb;  ea  daoir,  á  460  müias  del  punto  donde 
se  b:d)ia  deteoido  ei  capitan  Fraulilin(2). 

nt,  ^ne  detaaidas  héM»  el  S«r  por  1«8  MODUfus  ve- 
QMft,  fe  esAacioiMiii  y  coadensan  eo  nieblas  sobre 
^  ^uella  tf  oOa.  Loi  trabajo»  maKoéiicos  del  ca- 
Ptao  f  raokUo  tuvferoo  um  ittportaocia  particular 
*oir«  todas  tos  ol»iervaoiones,  v  dediúo  de  mulUpli' 
¡j*das  tsiMríeBcias,  que  los  eambios  atmosféricos  io- 
S«)í6B  eoMiafarsJilemeate  sobre  la  iDciioacioo  do  la 
as^ia,  puetto  qae  uaa  ráfaga  de  viento,  una  borras-- 
<*•  uoa  ieau»Mtad  de  nieve  la  bacian  t  ariar  de  una 
■aaera  notable;  peroque  Ddientras  durabao  perma- 
¡¡ecia  1a  af  aia  estacionaria;  tamtrieo  estabJeció  la  in- 
Htneia  doía  aurora  boreal  sobre  la  direccion  de  la 
^oja  oontra  el  pareoer  de  los  capitanes  Parry  y 
íortet. 

(4)  £n  toda  esU  esleosion  de  costas.  balló  el 
«oetor  Biebavdsen  inmensa  oamldad  de  leAos  fioUn- 
tss,  y  publieó  esu  oaservaoion »  ereyendo  que  si 
posterioroMnle  navegaba  por  aqnellos  mares  un  bu- 
loe  de  vafior,  sería  muy  úUl  satter  que  eatre  el  eabo 
m  Bathsrst  v  el  llaakeotie  se  ptdia  proveer  fácíl- 
•eBleée  toiU  el  eombuttible  neeesano. 

(i)  EtUespedicioikdelctplunBeechey  rtcorda- 
« Itt  etpediriSMi  nwat  de  OtU  de  Kouebue,  U- 
aiOBU  ét  otvio  áe  la  Marioa  imperiaU  4815-1848,  y 
del  etptUo  WatHjeO,  ea  I8M,  ptra  el  d«acui>rimieB> 
^  de  an  pasoal  NorU  de  la  América  por  el  ettrecfau 
deBehrlBfvhabiéadoseeombiiitdo  la  últimaco«  la 
«•pedioMNi  d«  Pairy  ton  U  espenwxa  de  qat  se  t»- 
ctatracMB.  Bl »  do  agotU  de  I  SiS  dispuso  ei  gobiei- 

178     inilUOTIKA  mULAIU 


JLd  gmm  eantiaB  det  paso  Koroaete  ae  lur 
llaba  entoaees  ceducida  á  sus  verdaderos  Undh 
iet:  ^se  puede  navegar  desde  el  Atlántico  al 
firaa  Océano,  y  reciprocamente  dando  la  vuet- 
ta  á  laa  c«j8t.is  polarea  de  la  América?  Los  dos 
puntas  eslremos  del  paso  eran  ya  conocidos: 
ei  eapitaa  Iraoklia  habia  dejado  por  esplorar 
una  parte  muy  peqaefia  de  costas,  y  probado 
que  la  roar  polar  estaba  iibre  de  hielos  durante 
un  espacio  de  tiempo  suflciente  para  que  tm 
buqoe  pudiera  dirigirse  desde  el  mar  Paciflco 
á  una  de  las  baknas  del  AtJántico  (4).  Pero  es- 
taba  deoiostrado  Umbien  que  el  descubrimieo* 
to  deOaitivo  y  compieto  de  semelaute  paso,  no 
padia  preséar  ningunautiltdad  aJ  comercio  (%). 
£1  aiffiiraDtaaga  se  decidió  entonces  á  no  lle- 
var  mas  lejos  las  taotativaa,  y  ei  quinto  viage 
al  Norte,  que  se  preparó  en  Inglalerra  en  4  82|S 
á  propoesta  de  la  Sociedad  real  de  las  €iencitt!: 
de  Lóndres,  tuvo  un  fln  difercnte. 

£1  objeto  principal  de  eata  nueva  empresa 
era  tocar  ei  polo  partieaéo  del  Spitzberg  (3) ,  y 
conooer  el  ponlo  de  los  hielos  perroanentes 
mas  próximo  at  etrpulo  ártioo  para  obtener  de 
este  BMdo  la  solucion  de  una  cuestion  i^tial- 
mente  ímportante»  á  saber;  si  es  cierto,  eomo 
auchos  navegantes,  y  últimameete  Wedctel, 
habian  anunciado,  que  los  pokos  no  eatán  cu* 
biertos  de  hieios ,  y  que  elovándose  á  oierta 


00  ruso  la  salida  de  una  espedieioB  cieotífica,  coni^ 
puesu  de  dos  buques  de  guerra  y  mandados  tambien 
por  cl  capiunOtio  de  Kottebue.  Bsta  espediclon,  cií- 

Sot  preparttívos  btbia  dirigldo  el  céttbre  almiraAie 
Tttsenstern,  debU  penetrar  al  Nordesu  lan  leios  co> 
mo  ruese  posible,  y  en  el  caso  de  que  fuese  detenída 

f>orlos  hieios  la  navegacion  de  los  tfmndes  buques, 
o  haria  un  desUcamenU  á  bordo  de  ftaúItrBf ,  ó  bBv-> 
cos  kamtcbadales  por  eotre  los  bieio&  y  U  ribost, 
donde  casi  sicmpre  bay  un  canal  libre. 

(0  Véa$e  Narrative  á  iecond  expedition  to  tñt 
ihoréM  ofihepolarwea  by  J.  Franklin,  LóiNrfes,4aaB, 
y  Ifarratifíe  of  a  voy age  to  Ihe  Padfíc  «n^  Beerinqey 
itrait,  to  eooperate  toith  the  polar  expedtlioni...  6y 
Beechey,  Lóodres.  tS3l.  Véase  sobre  esta  úHima  re- 
lacion  el  esteeso  y  lumíBoto  laformt  de  Mr.  IhiBMOt 
de  t'rbiUe  ínserU  «o  el  Botetin  de  la  Soeieáad  gea- 
0rri/lca,mayo,483l. 

(3|  Muchas  personas  en  InKlaterra  vieron  coB 
sentimienu  cesar  esUs  empresas;  los  periódicos  te 
espresaron  formalmenU  soiire  ette  punU;  seguo  eU#s 
el  paso  no  era  impracticable,  y  si  la  Inglaterra  no 
queria  aprovecharse  de  él,  el  hermino  y  rival  Joúa- 
tkan^  como  diccn  los  ingloses,  uo  desperdiciaria  dste 
medio  de  estender  y  acelerar  su  navegacioB  por  ttdos 
los  mares.  £n  efecU,  el  congreso  de  los  EbUdos  Uni- 
dos  no  peroló  cste  onjelo  du  vlsta,  y  en  diriembrc  de 
18*25,  decidió  quu  un  itottp  de  guerra,  haria  el  reco- 
nocimienU  de  las  costas  NtroesU,  y  basu  se  propuso 
una  enmienda  para  que  la  espt'dirion  atravesase  el 
estrccho  de  Behring,  y  ganase,  si  la  mar  esuha  libre, 
la  enirada  dei  Piincipe  RegenU  óel  ettrecho  de  B.ir* 


row,  y  desputfS  eldeDavis,  y  volvitse  á  nat  de  lt«» 
poettos  de  los  Estados  tJoidó».  La  tnmienda  fué  dtt' 
ecfaodt;  pero  en  Ibglaterra  st  ettisidtraba  solo  f sU 
resolucion  como  aplazada. 

(S)  Lot  conecimlentos  geogrtCcos  se  Bmiuban 
todavia  en  aquella  época  casi  esdusivaniente  á  las 
eosUs  ocoideBUles  del  8pitsbcrir,  y  se  áeAtkm  es- 
piorar  las  oostas  ortenUles  coB  la  esperaiia  de  ba* 
llar  por  aquei  lado  abufidaotes  fonuos  de  pesea»  |o 
ciial  mteresaba  nuieht  al  otBMreio  ingltt,  porque  Its 
Biaret  situados  al  Oesu  del  Sfüabcrg  estabaB 
ptetameote  eihButios  de  pesoa. 

T.     III.     ii 


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659 


A&HCAS 


m 


atton  no  te  eDcaeDtran  mu  qne  mares  libres. 
Bligióse  á  Parry  para  dirígir  tambien  esta  es» 
pedicion;  el  Heeía  debia  iievarle  hasta  los  79^ 
W  de  latitad,  á  la  panta  del  Spitxberg ,  Ua- 
mada  Gloven-Cliff;  y  tenia  qae  atraTOsar  el  in- 
tervalo  de  200  leguas  que  separa  aquella  pun- 
ta  del  polo,  en  dos  barcos  ligeros  cubiertos  de 
eoeros,  como  los  haidares  rusos,  y  guarneci- 
dos  de  patines  como  los  tríneos  para  poder 
viajar  sobre  elbielo  en  caso  de  necesidad., 

Esta  espedícion  al  polo  Nordeste  e¿  notáble 
é  intcresantc  entre  todas  por  las  nociones  com- 
pletamente  nnevasqoe  divnlgó  sobrelas  regio- 
nes  árticas,  y  por  lo  mismo  bemos  creido  de* 
ber  bablar  de  ella  coo  algunos  pormenores  (4). 
il  llegar  ¿  las  Sicie  Islas  al  Norte  del  Spitz- 
berg ,  el  capitan  Parry  las  encontró  cerradas 
por  los  bielos,  continuó  su  rnta  hácía  el  Norte 
al  través  de  los  hielos  rotos  esperando  llegar 
¿  un  gran  banco  dc  hielos,  de  que  sin  duda 
los  prímeros  no  eran  mas  que  fragmentos  des- 
prendldos;  de  este  modo  llegó  hasta  los  18** 
5^  di'^  sin  haber  hallado  io  que  buscaba;  te- 
miendo  entonces  venie  enyuelto  por  los  bielos 
á  una  latitud  tan  alta  retrocedió  h¿cia  el  Sur, 
y  fué  ¿  anclar  en  una  bahfa  de  ia  costa  scpten- 
iHoual  det  Spitiberg  para  hacer  entonces  uso 
de  los  barcos  l'EtUrqiüe  y  VEffori.  £1  %K  de 
Junio  de  t8S7  volvió  ¿  partir  dejando  parte  de 
8U8  provlsiones  en  ia  peqneñ^  tsla  de  la  Tabla, 
que  es  la  tierra  mas  septentrionai  que  se  co- 
noce.  Laego  qoe  los  barcos  estuvieron  sobre 
el  hielo  convertidos  en  trineos,  no  camínaban 
sino  de  noche  y  descansaban  de  dia  (2);  sabi- 
do  es  qoe  en  esas  altas  regiones  no  se  pone  el 
£ol  dnrante  el  estio;  pero  por  las  noches «  co- 
mo  el  sol  est¿  raas  cerca  del  horiionte  y  cs- 
parce  menos  lus,  se  evitaba  por  este  medio  el 
reflejo  de  lus  nieves  polarcs,  tan  molestas  ¿  la 
Titta«  Por  otra  parte,  en  ias  horas  mas  frías  la 
nleve  estaba  mas  dura  y  sostenia  mejor  á  los 
trineos,  no  ofreciéndose  mas  iDConvenieote 
que  el  de  hs  nieblas  que  se  hacen  mas  espe- 
sas  ¿  medida  que  se  enfria  el  aire.  fíuando  el 
mar  estaba  bastante  libre,  escogian  para  hacer 
«Ito  an  témpano  grande  y  unido,  sobre  el  cual 
halaban  los  barcos  ¿  fin  de  preservarlos  de  los 
cboques  peligrosos,  y  alU  eran  colocados  el 
uno  al  lado  del  otro,  vuelta  la  popa  al  viento.  Es- 
tas  continuas  macíobras,  ¿  las  que  seguian  las 
de  cargar  y  descargar  los  barcos  con  tanta  fre- 
cuencia,  constituian  ei  trabajo  mas  penoso  de 
la  espedicion.  Despoes  de  estos  hielos  duros  é 


irregnlaresenoontraronotrasériede  tómpttioi 
de  orígen  y  estructura  muy  diferentes,  poes  sa 
superficie  estaba  casi  completamente  cobierta 
de  agujas  de  hielo  verticaies  como  de  40  pñl- 
gadas  de  largo  y  roedia  de  gnieso,  y  pantia- 
gudas  por  los  dos  estremps;  estas  aspereas, 
cncubieríaa  gencralmenle  por  nna  capa  de 
nieve  espesa,  pero  muy  blanda,  y  la  existcaela 
de  promontoriob  mas  ó  menos  elevados  (1), 
hacian  estremadamente  dificil  ta  operacion  de 
halar  los  barcos,  y  moy  lenta  ia  mardia: 
los  mejores  diaseran  aquellos  en  qoe  se  babte 
avanxado  caatro  ó  cinoo  millaa  b¿cia  el  Rorte; 
pero  k)  mas  coraon  era  no  andar  mas  de  'tres 
millas;  errores  cometidos  al  calcolar  las  dls- 
tancias  recorrídas  veuian  ¿  aomeDtar  estOB 
trabsjos.  El  22  de  jonio,  coraenxanm  los  bielos 
¿  estcnderse  y  consolidarse,  aonqne  sln  for- 
raar  esas  vastas  tlanuras  ilaraadas  por  lot  n^ 
vegantes  catHfMM  de  kielo;  y  Parry  coDdbló  por 
uu  momento  la  esperania  de  avansar  desde 
entooces  con  mas  celerídad ;  pero  habieDdo 
toraado  el  dia  26  la  altara  del  sol ,  y  balladD 
que  la  latllad  era  de  8S*  k'  23'',  reconoeió  qoe 
hacia  cuatro  dias  qne,  auoque  segno  aoa  <¿l- 
culos  debia  baber  reeorrído  19  miilas  (ceiti 
dc  6  leguas)  h¿cia  el  Norte,  habia  retrocedido 
3  miilas  poco  mas  ó  menos  b¿cia  el  Sur;  qae 
de  este  modo  la  deríva  de  los  bieloa  arrastn- 
ba  ¿  los  barcos  en  direccion  oontraría  nai 
r¿p¡damente  de  lo  que  podlao   avanxar  h¿cia 
80  objeto  (2).  En  vista  de  todo  eato,  era  ya 
inútil  la  perseverancia,  y  estaba  coocluida  de 
hecbo  la  espedicion.  Esta  babia  tocado  los 
%%^  45'  de  iatítud  y  49«  S5'  al  Este  de  Green- 
wich  (40*  55'  al  Este  de  Paris);  bali¿baae  en- 
tonces  ¿  nna  distancia  de  57  legoaa  de  las  oos- 
tas  septentríonales  del  Spitsberg;  y  para  Hefar 
al  polo,  hubiera  tenido  que  atravesar  toiMa 
un  espacio  de  203  leguas ,  ó  008  mülas.  H 
regreso  (3)  fué  tal  vex  raas  penoso;  el  94  de 

(1)  La  eambre  d«  esios  pre«enteri—  ce  altaAai 
veces  de  D  á  25  plet  sobre  el  uivel  del  nar,  y  detAt 
alU  descuhrian  el  pats  lot  •lleíales  4c  U  etpedkiea- 
Segunel  testimonrodel  eapiUn  Parrv  letacoaUcM 
muobas  veoes  incurrir .  enire  esuo  esplorarÍoBes  dte- 
rUs,  en  un  error  qoe  haB  oometido  hetuumjmsnif 
los  navegaotesque  han  oliservadolos  bieloo  desde  It- 
los  y  desde  un  punto  elevado*  De  esto  modo  obMni 
Pbipps  los  bielos  al  Norlr  dol  SpiUberR  desde  ooa  al- 
tura  de  rauchos  oenteoares  de  pies  sobre  el  Biveida 
mar,  v  desde  aque lla  elevaeioo  no  distiBgaió  i«s  da- 
siguafdades  de  la  superficie,  sino  solaBeote  uoa  apa- 
rieocia  de  lUoo  coniinoo»  sin  beBdidoraa,  oin  asfC- 
retas,  y  prolongado  hasu  los  Umites  dcl  boritonie. 


(1)  Véaoselos^iialesiiiaHl<flNOf<ietaiS,a.*par- 
U,  t.  II,  p.  4i-e6.  y  la  coleecion  de  viages  del  capiUn 
Farry  titnlada:  FoyBfs  for  Iks  difcoesry  ofA  nwrtí^ 
W€tifM$mg9  from  Ms  AtUmllic  tolhePoicifU,  by  eapt. 
PBrry,  Londoo,  ISSI. 

(%)  Sin  embariío»  el  capiun  Parry  cooflesa  en  sus 
relaciones  que  se  vl6  muy  embarazado  para  6jar  ^l 
Insuau  dei  paso  del  so)  al  meridiano,  y  por  ooasi> 
guiesu  el  pnncipio  del  dia,  que  los  crooómetros  no 
podian  Indiear,  y  que  dorante  todo  su  viage,  foé  su- 
mamenu  dincil  dístingBir  las  dos  épocas  dol  dU  y 
do  U  Bocbe  de  ooa  manera  posiliva»  lo  qne  di6  lugar 
á  orroros  ineviUbkt  de  deUUe  en  su  dUrio. 


{%!  Parece  que  el  movimiento  de  los  hioUs  bkii 
el  Sor,  era  por  fo  mooos  de  eoatro  nülUs  por  dia,osB- 
tribuyendo  á  acelerarlo  el  vieotolforUqve  aspUbi 
bacia  algonos  dias. 

(3)  En  osU  lygreso  observó  Parry,  pere  oob  aUB- 
na  oirconsUBCia  nueva  y  mas  en  mBdc,  H  fc.aéw 
no  de  la  oUve  teblda  do  ro|o.  qoe  baMa  I' 
aUncíon  en  los  viages  anUriores:  esU  eol 
ncira  en  la  nieve  hasu  una  prerandidad  de  i 
pulgadas,  lUoó  una  botelU  deesUnUvc  | 


aUncíon  en  los  viages  anUrieres:  eale  eolor  r^«  P*¡ 
ierla al abalisis qnimico, y  ni  aua oon  ciaBiiUo  de 


Usmejores  Uotes  se  pudo  dutinguir  niogaBa  SBf- 
tanoia  rc^a  quo  diese  su  oolor  al  agua  ceoleUda.  U 
bUvo  asi  eooerrada  soU  esUbe  teaida  cb  perte;  mio 
las  mauebas  qoc  se  vciaB  ob  cIU  «ran  ■Hiy  BouMsSb 


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6M 


^ARTIGAS 


m 


t\  eairitin  Ross ,  debUdlrigirse  al  estrecho 
de  Barrow  y  por  It  entrada  del  Principe  Regen» 
te  ganar  la  costa  de  la  Ainérica,  reconoeerla 
completamente ,  sobre  todo  en  aqaella  parte 
que  los  capllanes  Franklin  y  Beechey,  no  ha* 
bian  podido  esplorar  ¿  pesar  de  sus  esfuerzos. 

La  espedicion  pasó  cerca  de  cuatro  años  en 
los  hielos ;  nos  contentaremos  con  reasumir 
aqoi  los  príncipales  resultados  de  sos  in? eatl- 
gacíones  segun  carta  escrita  por  el  mísmo  ca* 
pitan  Ross,  en  4S33,  al  secretarío  del  almiran« 
tazgo.  Eo  prímer  lagar  citaremos  cl  descubrí- 
miento  del  golfo  de  Boothia,  dcl  continente  y 
del  istmo  deBoothiaF6lix(t),  yde  multitudde 
islas;'  ríos  y  lagos,  asi  como  la  ceríidombre 
adquirida  de  que  la  punta  del  Noríe  de  la  Amé- 
rica  se  estiende  hasta  los  74"  do  lalitud  Nof'- 
te  {%\  y  por  último  citaremos  como  reaultado 
de  aquella  espodicion  las  eBcelentes  observa* 
ciones  que  se  hicieron  de  todo  géoero,  pero 
muy  paríicolarmente  sobre  el  magnetismo  y  la 
determinacion  exacta  del  polo  magoético  (3). 

Bnrea  li  «doitDÍttroeidB  feneral  de  eem«t  y  la  eor- 
poraeioB  de  los  eoinerciantes  4e  CopenkaKiie,  abrie- 
roD  cooearso  tobre  rtta  ettetUoD,  pero  aÍeiBpfe  síb 
resaludo.  Eb  fln.  eo  mi  Mr.ClandiolfaTUDHÍortk, 


0,  dospnes  de  nna  anseneia  de  <(4  dias, 
HegaroQ  )as  trípnlaciones  reunidas  ábordo  del 
Heda»  Este  viage  fué  josgado  de  Tarios  mo- 
doe;  á.onos  les  pareció  demasiado  peligroso, 
á  otrofi  completamente  ioúUi ;  pero  correspon- 
dióeo  lo  posible  á  las  esperansas  del  presi* 
deole  üei  consejode  ia  Sooiedad  Reai  qoe  ha* 
bia  eoDSiderado  la  proposidoo  de  semejante 
espresa  oomo  la  inspiracion  mas  notahle  del 
aipiritu  de  descobrimiento:  el  doctor  Breweter 
bibia  anunciado  de  antemano,  que  la  espedi- 
doD  al  polo  resolf eria  imporíantes  cuéstiones 
relativas  á  la  atmósfera  en  las  altas  latitudes  y 
il  estado  magoético  de  Us  rcgiones  potares; 
qoe  terminaría  las  obserTaciones  que  queda- 
btn  todavia  por  hacer  sobre  el  paralelo  Spita- 
berg,  region  particularmeotc  interesante  para 
los  íiflicos,  como  igaaimeote  distante  poco  mas 
ó  menos  de  los  dos  polos  magnéticos  y  de  los 
dos  merídianos  mas  frios  ( i). 

Hemos  dlcho  mas  arríba  que  se  habia  tís- 
to  en  ÍDglaterra  con  pesar,  que  el  almirantax- 
go  renoociase  á  proseguir  la  inTestigacion  del 
piso  al  Noroeste  de  la  Améríca.  A  prínciplos 
de  1829,  annnció  la  OoóHa  lUeraria  de  Lón- 
én$,  la  próxima  partlda  de  otra  espedicibn  dl- 

rigWa  por  el  capitan Ross,  el  mlsmo  que  habia  ^-^,^0 íeüd'lre-eelondel realeuerpo dearunerfa; 
precedido  á  Parry  en  los  mares  áríicos,  y  he-  élmlé  á Mdmlnlstraeion general de correot  aniio- 
cbo  i  espensas  de  este  ilustre  navegante  y  sos 
amigos.  üna  graode  uovedad  recomendaba 
este  riage,  y  era  que  por  prímera  ves  se  iba  á 
eoplear  el  vapor  en  ana  navegacion  por  los 
hiclos  {«). 

iamiBe  de  Untee  deaSgttalof.  Parry  aeonipafló  su  íb» 
wme  coo  una  notieia  sot>re  la  produeeioB  sinfular 
IkiBada  por  algunos  naturaiistasproloeoceiit  ninalU, 
Par  oUm^pmnmella  nivalitf  y  flnalmente,  «redonteo- 
•u.— fdoae  OB  arUr^lo  UtuUdo,  ÜeUnievé  enemma^ 
derftf  la$refione$  ártieat,  9e§un  <a  MeMort«del|»ro- 
femr  Agmrdk  de  Luné,  tíver  den  in  der  polar-zone 
inundeBen  t  >tben  Schnee,  é  inserta  en  el  Boleiin  de 
fa  Seciedmd  de  ^•^•fim,  t.  Y I,  pág.  MO,  Ma. 

(4)  Bl  doctor  Breweter  pensaba  que  la  situacion 
da  esta  paralela,  con  rclacion  i  las  corrientes  ma{;né« 
■cai  del  globo  puede  iofloir  en  su  temperatura,  y  de 
asleniodoesplicaba  por  qaóenlascostas  de  la  Norue- 
pydel  Spit£berg  ae  goza  de  un  invierno  tan  roodera- 
M  comoeo  naesiroscltmaft  templados.  Las  numero- 
tas  obsenraciooes  dc  Parry  slrvieron  á  este  sabio  pa- 
n  deteraiiiiar  ka  posicion  magnéUca  de  estas  regio~ 
aes,  y  estabao  perf«íctamente  conformes  con  los  cál- 
calos  pablicados  por  toweU  en  4776,  en  cuanto  que 
on  uBos  y  oiros  «pare<  ia  quc  la  cireuofereneia  re- 
^orrida  Bor  el  polo  magnétieo  es  la  76  paralela. 

(1)  J&l  espitan  Rossera  muy  conocido  en  aqnella 
^poea  pocU  pabliRacion  de  un  escelente  Tratado  de 
«if sfdietofs  por  el  wpor^  y  bacia  ocho  6  diei  aflos 
qoe  nohabia  eeaado  de  entregarse  i  esperimciitos  de 
eile  géoero.  El  narío  La  Vicioria^  á  euyo  bordo  iba, 
atlaSa  constraido  con  toda  solidet  y  con  arreglo  á 
frocediiBientos  qne  le  ponianen  esladode  desattar  el 
■elo.  Los  remoe  eran  de  una  forma  enteramente  nue- 
*a,  y  su  coiMtmecioB  era  tal  qoe  la  presion  de  los 
¡nbs  debia  levanUr  el  bnoae  en  tcx  de  romperlo. 
8n  caso  d<*  necesidad  se  podlan  qoiur  al  momeiito 
■a  remos  y  quedaba  beebo  nn  nuque  grieso  dis* 
pnestu  á  narcnar  convelas.  La  máquiiia  era  de  alU 
Faaion  y  no  tenia  cafton.  Aquel  cra  el  primer  ensa- 
ya,  y  deade  entonces  en  tooos  los  países  del  llorle, 
las  ingenieros  dc  marina  no  cesaron  do  ocuparse  en 
aaie  ImporUnte  problema:  construir  on  Tapor  qne 
fndiera  abrirae  un  camlno  por  e1  bielo  mas  espeso 
aan  U  eelcridBd  ordiBaria.P«rtteaUnDeBle  ob  Dfaia* 


delo  de  Tapor  eonstrnido  de  hlerro,  eayas  méquinaa 
debian  tenerla  fuena  de  810  caballos,  y  que  fué  ob- 

Íeu  de  un  dicUmen  muy  favorable  dado  por  ubb 
anU  de  meciBÍeos  y  eonstmctorea  de  buqnes. 

(1)  Los  descabriinlentos  de  U  espedieioB  comen- 
xaron  al  Oesu  del  eabo  Parry;  sl|EuÍeron  muy  de  cer- 
ea  U  costa  occidenUl,  y  baiaron  ai  SndoesU  y  al  Oea- 
lc  basu  baber  pasado  el  731*  de  laUtud  NorU  y  el  M* 
de  longitud  OesU,  donde  ae  enoontraba  nna  Umensa 
lengna  de  Uerra  muy  irregular  cubierU  de  niete  7 
rodeada  de  roeasen  aireooion  al  OesU.  La  espedÍciOB 
sedetUTO(  .-.-.. 

Ueslremo4 ,„.        _  .     „ 

formes  que  pudo  adquirir  de  los  Indigenas,  eompren- 
di6  que  babia  ya  tIsU  el  oooUnenU  de  Améríca;  sn 


í  para  invernar  enel  PaerU  Felii  en  el  p«B« 
10  de  aquella  nueva  tUira,  y  segun  los  in- 


sobnno  el  comodoro  James  Roas,  se  dirlgU  al  Sudi 
le  para  comprobar  U  existencia  de  dos  graudes  i 
res.  el  uno  al  OesU  y  el  otro  al  EsU  séparados  por 
nn  estreebo  rouy  angosto;  eircuBsUnela  qne  les  na- 
bian  comunioado  los  esquimales.  Bnefecu,  halló  uii 
istmo  de  5  millas  de  Utitud  entre  Us  dos  Oceanos,  y 
examinó  cuidadosamente  las  cosUs  hasU  una  clerta 
estension.  Bl  nombre  de  Boothla  dado  á  todo^  aqae- 
llos  niievos  descubf imientos,  reeordaba  el  de  Mr.  Fe» 
lix  Bnoti),comercianU  de  Lóndres,  que  con  rara  mtt- 
niOcencia  habia  Umido  por  fo  cneola  los  gastos  do 
laempresa 

£1  que  quiera  sabercon  exacUtud  todas  las  inves- 
tigaciones  deln  espedicion,  puede  consuiUr  una  car- 
u  cscrita  por  el  capiuo  Ros^ ,  fecha  en  el  Ball,  ba- 
hia  de  Baffin,  en  setiembre  de  f S3S,  al  capitan  Jorfe 
Bllint,  secretario  del  almirantazgo,  An.  marit.  fSSS, 
9.*  série,  t.  U.  p.  519-14.  y  U  Corfa  de  tot  deseubri^ 
mientoi  del  capiian  John  ñott  y  del  eomodoro  Jamet 
Roitentat  regionu  ártirat,  inserU  en  los  líuewt 
Anale»  de  viaget,  i.  II,  del  año  1835.  La  misma  re- 
Ucion  de  esU ImporUnU  viage  se  UtuU:  Narratitñ 
ofa  térond  eofage  to  teareh  á  Norik^Wett  pattage, 
andofá  retidenceinthe  aretie  regiont,  duringtha 
gearty  ISM,  1880, 1SS1.  1881 1SSS,  hg  tir  John  Rott. 
eaptain  in  the  royat  navg,  L6ndres,l835.  Foé  tradu- 
cida  al  francés  el  mismo  afto  bajo  la  dlreccion  del  an- 
torporJ.B.  Defaucompret.     • 

(3)  Bsta  estremidad  Nordesu  de  U  Amirica,  ostá 
marcada  porlaisla  de  Leopoldo,  situada  á  losTS'* 
SS'  de  laUtod,  t  90*  delongitod  OesU  4  la  entrada 
del  estreohodeíPHncipe  Begenu. 

(3)    LaUerra  en  este  sitlo,  70»  ff  ir  delaütoC, 


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ARTICAS 


6«! 


La  7116118  del  capitan  Ross  y  de  sos  InfrépU 
do6  eompafieroa  f ué  acogida  con  la  mas  TÍTa 
y  g:enerosa  simpatia:  hacia  niucho  tiempo  que 
ya  no  se  1e  cpperaba,  y  á  principios  de  483S, 
el  doctor  Richardson  y  los  capitanes  Back  y 
Frankiin  habian  presentado  al  almirantazgo  un 
plan  de  viage  en  basca  de  la  Vidoria ;  ¿  este 
piHyyecto  inspirado  por  un  noble  sentimíento 
de  humanidad,  seagregóolpo  dc  espíoraciones 
nuevas,  y  por  itltimo  et  capitan  Backrecibiá  el 
encargo  de  realizar  ono  y  olro,  y  al  efectíyEe 
dlrfgló  en  abríl  de  4833  por  la  ru(a  ordinaría 
de  1o8  cazadorcs  y  meroaderes  de  pieles,  es 
decir,  por  el  río  Fraooés,  los  grandes  lagos,  el 
lígo  Vinepeg  hastael  gi-andedel  EscIavo,don- 
de  estableció  sus  cuarteles  de  invierno  ;  y  an- 
tes  de  abandonarlos  recibió  la  nolicia  del  fetiz 
regreso  de  la  espedicion  de  Ross  dedicándose 
cmlooces  esolusivamenie  á  1a  parte  científlca 
de  SQ  mision :  sus  descubrfmtentos  tuvieron 
utta  importancia  parlicutar,  por  cfnanto  rectifi- 
caron  los  del  capítan  y  dei  comodoro  Ross ,  ó 
mas  bien  las  conclnsioneá  que  estos  ilustres 
mv4t$^ü\Bé  habiaa  «;iCado  de  gus  ob^arvacio* 
D68.  y  i\ne  roaa  aniha  berBos  reproducido. 

fiÍ7acjüliode  4834,  d'T<iha  Mr.  Backel 
fu«rtc  Beliance,  y  ¿e  tuubaroó  ea  cl  rio  Thle- 
weeehodezeth ,  qne  aeguii  ia  direcdl^n  de  su 
cijTso  supertor,  debia  o-oodiicirle  al  mar  cerca 
ásü  goiio  de  BaÜiursI,  deácubierto  por  el  ca- 
pitan  FrankWn;  pero  cete  ríoá  lo«  éü^  40' de  la 
ntnd  Norte  y  406*  S«'  dc  longilud  Oestc,  vuel- 
T6  rápidanitíQte  hácia  el  Egle  y  so  eusaoclia  y 
ftrria  una  saoeaion  de  lagos  luas  ó  oiefros 
cous¡deral)les;  despucíi  mas  adelante  so  incTi- 
nahácia  el  Sudcsle,  y  por  último,  no  lejos  del 
foudo  de  la  bahia  del  VVager ,  corre  hácia  el 
ÍCorle  entre  montaftas  de  granito  El  c/.ipitan 
Uüáck  Ueg4>  al  mAür  por  esla  vía  á  ]o¿  67"  7' 
Norte  y  94*»  40''  Oefcfce;  y  tíó  separarse  las  m^- 
ta?í  por  ambos  Iiidos  desde  la  cmbocadiirü  k-i 
lio,  4as  del  Ooste  en  direcaou  al  Norle,  y  la^i 
éei  £*te  bácin  d  Ba<e  y  el  Nordeste.  No  pjdo 
seguir  la  costa  oriental  y  se  diri^io  á  laopues- 
ta  tratuiivU>  ck  aprcukíuijtf-se  lo  mas  posíble  al 
ptinto  tiiiRia  io  jRÓéf  PiUar  James  Koss's  Fur- 
thvs,  fcíí  la  caita  del  almiranlazgoi;  de  esle 
modü  llt-gó  á  los  68**  45"  Norle  y  Or»-»  12'  Oes- 

ÍM'  Xo  M"  Oi'Stc  di'  Gicenwlch,  cs  muy  baja cerca 
0  lacosu,  p^ro  &  una  uiilla  eo  lo  inlerior,  se  eleva 
t-n  ríhnza^  tti'  50  A  CO  pics  de  íilliira.  'El  siiiu  de  nues- 
traobser%acion,  tlice  Mr.  J.C.  Uosí»,  cslabn  lan  cerea 
det  piiilo  niii^iicttco,  (tiio  Us  usoaüos  inedios  que  te- 
niji  á rai  dispohiciou  mtr  n*riuiUan  delcrminarlo.  La 
incUnarion  indicada  por  mi  a^iija,  era  de  89"  59'; 
QO  se  nt'ceiU'iba  ,  pucs ,  ma:»  que  un  minuto  pa- 
ra  que  fuese  vertical  ;  eu  lanlo  (|uc  la  proximi^ 
daddeesti^  polo.  );i  quc  no  su  exislcucia  posiliva, 
en  el  punlo  t-n  que  fHi.-)ba[uos,  era  ademas  condrma- 
da  por ta  ifi.i(MÍ(>n  loul  de  lis  difere.utes agujas  heri- 
/.orilaWs  que  ciiloncos  posoia.»  Levantóse  en  aquel 
silio  un  i'ioDlon  «It-  piedra^,  debajo  del  caal  eolerrO 
|Ir.  fto$»  mia  e.-ga  de  i'^'taño  qiie  eonlenia  los  pornie- 
Bore-  i\p  <iu  (Itíscultrimicnio  y  de  1a  loraa  de  posesion 
.doi  polo  tná^tuéUco,  asi  como  del  tcrrilorio  adyar^»- 
tc,  en  nombre  dc  U  Grau  ^rclaña,  y  4Íet  rcy  Gui- 


te,  desde  donde  m  estietide  la  ^Ma  sobre  tm 
horizonte  muy  despejado.  Héofa  e1  ÜnmorTies- 
te  se  presentaban  en  derediora  al  Horte  doK 
grandc3  puntos  axnfes  qne  tal  vex  serían  1s- 
la«  (4 ),  y  cn  el  Norte  no  se  yeiB  Tnas  que  agua, 
btelos  y  cielo  {t},  flácia  el  Este  aparecia  uoa 
peqneña  isla  diatante  onas  %0  mfllas;  al  Sste 
Vi  Sudeste  y  al  Sor  del  Este.  hasta  la  eosta 
oriontal.  la  niar  estaba  llbre,  rlniendo  la  cor- 
riente  de  la  parte  entre  «H  Worte  y  el  Oeste  j 
arrastrando  algunos  pfnos  de  m^  especie  bas- 
tante  comun  en  las  orillas  del  rto  Haclcensie, 
y  qne  sin  duda  procedian  de  él.  El  capitan 
Back  no  fué  mas  lejos;  pero  los  resoitados  de 
aqtielia  corta  esploracion  tenian  grande  io- 
portaucia,  puestoqne  habia  bastado  paramos* 
trar  qne  !as  tferras  desool^lertas  por  los  sefio- 
rea  Ross  do  eran  tierras  continentafes ,  sioo 
soiameDte  un  grupo  de  isfas. 

En  otro  viage  (3) ,  qite  «tguié  InmeAata- 
mente  al  de  que  acabamos  de  hablar ,  et  capi- 
taa  Baclc  qaiso,  desde  1a  tehia  fteimísa ,  r 
deapnes  de  baber  atrafesado  el  espacio  de  fier- 

(4 )  Coaido  «I  eapiui  •RottlleKé  i  U  f>«ne<l«  eo»- 
ta  IJamada  fk>M*8  Fnxtliest,  tegwa  la  «t ^oradot  ái 
8u  Bobrino,  tuvo  quo  atravesar  uo  esLrecbo  de]aii4* 
al  Sur  ó  á  su  izquierda,  las  istn  que  tal  vez  seríai 
iat  «ÍMnas  qiie  el  capllaQ  Back  dbtÍR^uió  al  Norte 
desuúltúiia  posicion. 

(3)  6e  cree  Reneralmente  que  el  mar  visto  pM 
alli  por  Mr.  BaoK  es  la  estremidad  meriodional  del  ca- 
natdel  Príoeipe  ReRente  y  que  el  ThteweecMesel% 
deseniboca  en  el  caiud  directamente  al  8ur  del  istiio 
de  Bootb;  asi  el  mar  se  esienderia  mas  báciaelOesia 
de  lo  que  marca  el  capitan  Ross.  Parece  igoalmenle 
probable  que  toda  la  co5ta  desde  elcabo  Tumafiio, 
osU  u*ida«o«  la  erUia merMtoBal  $éí  eeaal  del  m- 
c¡;>e  Begenie:  las  posicioDes  reíeridas  por  el  eapUtt 
Back  ocvMQ  casi^  medio  ée  esle  espacio  j  dc  esü 
suerto  se  iialiarieU  coüa  reiNMda  slo  lai^iMas  al  Ser 
de  U  l«err«  dei  oapiiaa  Aoas.  Bq  onaut*  á  eüo  peai»' 
sula  de  Bootlüa,  si,  cmbo  aoao  duda,  éecerabeca  ei 
Thleweecbotiezeta  en  el  caoal  del  Príncipe  Ref eHr, 
no jpuiMÍe  dcniecun  modo  estar  nnida  ftt  eentMenie 
al  Éste 


il  Kste:  ypor  «ura  perVQ.coinola  tiem  mas  oecidsB- 
lal  de  Aír.  Back.  el  cabo  Richardsoo,  W*4r  lorts  v 
»6*  i2  Oe^te,  «*ftiá  á  80  millas  al  Sodoeate  de  la  fe«- 
ta  d<í  lierra  mae  oerideaUl,  i  la  qoe  la  Beethia  csie 
unida  inaeUíatameot(>,  y  las  eorrieolM  pasaa  éh 
largo  di;  rsie  cabo  vinieodo  del  NeiiMroestr,  oe  ha- 
bria  dejado  Mr.  Bick  de  obserrar  wn  cambio  de  Íi- 
reccion  de  las  cerrienteseu  tan^ifqnoAoaapaoia.^^ 
dad  csaue  no  fiié  hasta  eicabo  Biebardse«;pefaeS' 
tuvolubaiiUntecerca  paraqoepudioscTeraialtiha- 
biese  hahidouMa  pro1ong<trtofi  oualqaiera  de  afoctli 
punia  de  tierra  al  Norle.  y  lo  únioe  f|ue  «iófa^  reli»> 
ceder  la  tierra  al  Nnroeeu».  VMsepaoa  aRO*  poroMBa- 
res  sobre  los  resultados  del  viage  del  oapiUB  Rackoa 
ostracto  del  Nauiirfd  maijroamé  ias^rtn  ea«iBolelii 
d')  la  Socit  dad  de  GeoKra^ia,  41.«  $órie,  t.  IV,  pefjini 
196-200:  V  uu  ariieulo  de  ios  .Vifeeof  4fft«iaid8  via- 
K'.'S.  '..LXIX.  p.  73. 

(3)  Nurratioeofanexpediki^mina.M.S.  Terrw, 
underíaken  with  a  oieto  (o^eo^rofiti^ecil  diumtmy^ 
ihe  Árclie  $kores,  t»  14«  years  183«.  lilT.AyadpHea 
liack.  B.  N. ,  commander  9f  lAe  esfédili*»^  «r.  Daas^ 
did  cu 'nla  de  esla  publieacion  en  el  cuaderoo  tle  o»- 
viemt>re  de  i9S»  de  los  Analee  MarUimoe^  ^úm.  MJ 
«El  placer  puro,  dice,  ^ue  liaai*  esperimeotar  la  reia- 
jcion  franca  y  soncilU  del  capitan  Baok  n»  €A  eJ  úwam 
fruto  que  se'puede  sacar  de  la  lnctura  de  esU  oIm«. 
•pueé  se  encuenirao  tambieo  en  ella  nMiUüud  deo^ 
servacioocs  muy  iuteresaiiies  «obre  ia  faraaacieo  f 
cootesLura  de  los  faielos,  soUre  su  espesor  y  :iobre  |a 
iépoca  en  que  oaea  las  primeraa  liuvias  aa  aqaeilaa 
regionBiJboMidap^  etc.» 


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AineAs 


m 


n  fie  1a  fB^tnt  dd  ttiir  ^tseii^ieilo  por  ^  cn 
W4,  iimegijlr  e)  fecowMldkMiile  dé  la  ooaia 
flipteDteíoiwl  óe  U  Amérfea,  y  agregar  la 
pirte  etflorBdii  for  e)  cafilan  Hess;  pero  áe* 
taiide  y  enoerrade  por  los  hielos  mictitras 
4aié  el  ioTienie,  ao  |Hide  lognir  el  objeto 
qee  ae  babia  propaesle,  y  ea  rí¿or  aquella  es- 
pBdieion  no  prodo|o  mas  teeeHado  ^ue  el  re- 
coDOciiBlealo  de  oaa  peqaefia  porcion  de 
«la  aebre  laiBl«  ftoolbenipleo,  desáe  los 
ir  40'  áe  latitod,  y  ^?""  50^  de  loogitad  bas- 
lttaeiS*40'  delatitud.  y  84**  30'  de  longi 
toi,  y  adefaes  el  Térror  Blgoló  esta  costn  sin 
dba  gaia  qoe  U  corrlente,  arrefltmdo  por  los 
falelos  á  que  eetaba  sejeto.  11  oapltan  Back,  á 
oeaer  per  este  elietécilo  proiengado  hebria 
larUleado  ta  ia  eaifbuoadnra  del  gran  rio  del 
Pescado  (el  TbleweecAiob^xeCb),  su  uoion 
aoB  ona  eaadrtUa  de  sae  oompatriotaB,  proce- 
ámaa  delotratiéDper  la  tierra  értioa,  y  de 
irte  modo  se  or^  qoe  no  qnedMla  nlngona 
li^niM  en  la  geograffa  de  la  costa  Bopteiitrio- 
oilde  li  Amérlei.  Los  señoree  feter,  W.  Deare 
jTooiés  Simpson  (I)  bijaraa  c1  1t%  dejenio 
di  4430  el  carao  irapetuoeo  del  Goppermina, 
yel  4tt  dejaoio,  eolemente  despues  de  mu 
obo  trabejo  llegaron  al  cabofiarrow:  desde  Id 
aMo  de  Bii  cambre  pedregesiTieron  con  asem- 
bfo  la  inflfieMa  eitenBion  det  golfo  CoroM 
ekm,  abierto  en  parte  cn  o)  mismo  sltio  don- 
ót  el  iño  anterior  babiaii  podido  pasar  á  pie: 
«I  tO  arribaron  »1  oalho  Ftawklin,  y  el  f7  y  98 
doMaron  el  o^  AMandro,  Desdeeste  cabo, 
aitoado  á  los  6ir  tMi^Korte,  y  ^Oe*"  40'  Oeste, 
basta  otra  pmila  notable  silneda  ¿  los  66**  33' 
Inrte,  y  9$^  40'0e3te,  fbrma  la  costa  una 
YiBla  bahta  qne  se  estiende  hácfa  el  Sur  hasta 
les  éV  40',  donde  vnetve  repentinamente  bá- 
eia  «I  3k)rte«  Bsta  grae  ensenada,  de  que  ya 
faabia  visítado  una  pequeíia  parle  Mr.  Stmp- 
Boe  el  año  preced«Tie,  eá  de  Tonna  njiiy  es- 
CDUdü:  la  coEla  preseo&a  uoh  Aerie  de  peque* 
áas  baluas  ée^wmk^s  «nas  de  a>lra6  por  largas 
fe)a6  de  tierm,  y  comprfndttmdo  tiifliillo  oú- 
mirro  de  islas.  Gn  rie  <^  e^  4o8  F^ces  too 
aaobo  eoma  el  Copparaiiiia,  4ieiie  su  enibeca* 
daraá68*'5'Norl^  y  404"  45'  Oeste.  il  ver 
hw  Tia^eros  dirigiri^  U  cu«t4  r^tiUimeiite  al 

<i)  FáwetemlflüoiiTOdaeuda  pvrMioa  vfaV9- 
•■»■  el  fuerle  ilnpMii  el  40  de  odubre  de  IB3S.  y 
liiMfliili  á  iM 'MAofes  ffot^ernaSorís  é  ifNliv4duos  dv 
M  luau  de  la  eooHMiMe  ie  la  l)«bía  de  Hudsoii. 
émHet  mmrléimoi^  4840,  •>«jo,  oéiiiero  SC.  «Kos  Tf- 
«aciaiDoe,  ae  diee  ««i  eau  carta,  de  baber  aveii^ 
i^iido  á  la  espedicion  vufo  y  liaber  asegnrado  á 
**<■*>■  pMa  «1  iMAor  del  d«ioobriinieQio  del  |mao 
*vie,fibjoto4c  laa  toveaiinciMiea  de  todas  las  na- 
oaDi-s  maríiimasen  elespaoiode  IressialAS..^.  pero. 
aMen  ,  el  nalofcvo  de  ia  -empresa  de)  raphan 
mtk,  el  abaiúBiieiiftii  de  loe  (befnbres  j  ta  falu  de  re- 
gjraoa^  y  la  neoesidad  de  emHNrtrar  otra  invemada. 
a*ca«w(ittpeiiaab4«  uM  B«eva«eMdíeionron  elob- 
J^ée  «uBÍnar  rl  colfo  de  aooHrÍa,  cujo  circdl- 
«•  baMa  rl  esiarcbo  líe  4leda,  üegon  las  rrlapionrs 
^J^ANiMnalM.,  M^ebe  ser  menor  de  aoB  á  »00 
¡••••i.»  áe«Bpaa«ba  á  eele  infbnne  un  plan  pro- 
fv^aifaar  IIt«  OiiBpfDu  paM^aoOlüírtaB  fnipoitai)- 
•«Irabajo. 


!for(e,  ie^^e  el  fondo  de  ta  ^n  ba^ia,  09- 
peraron  ser  conducidos  basta  n\  cabo  Felix 
dcl  capitan  James  Koss,  pero  el  10  ^e  agostQ 
hallaron  de  repente  on  cstrecho  que  corria  al 
Sur  del  Bste,  «y  la  rapidez  de  ta  corricnte  de 
Ih  roarea,  diceu^  apenas  dejaba  dudú  sobre 
la  existencia,  mas  ailá  de  estc  estreche.  de  nn 
mar  ablerto ,  ^stendiéndose  veroslmiJmeote 
basta  U  embocadura  del  gran  rio  del  f  escado 
de  Back,  esto  estrecbo  tiene  40  millas  de  an- 
chura  en  sos  dos  eBtremidades^  pero  en  ine- 
dio  se  estrecha,  y  no  tienc  mas  que  3  millas. » 
El  dia  4i  de  agostolos  impnlsó  al  Sud-oeste 
una  violenta  tcmpeslad,  y  despues  de  haber 
pasado  la  punta  Ridhardson,  y  la  de  Ogle  de 
Baclc,  se  refogiaron  cn  1a  costa  detrás  de  la 
pnnta  Pecbel.  El  46  cesó  ta  tempestad,  y  pn- 
dieron  ^anar  entonces  la  isla  Montreal,  en  cu- 
ya  costa  septentrional  bpl^ron  un  dcpósito  dc- 
jadopor  ta  tripulacion  del  capitan  Back  cin- 
co  anos  antes:  «Dn  ^sle  raodo  la  difícil  tarea 
qne  baWan  emprendido  en  IS36  cstaba  ente- 
ramente  termlnada.  • 

Nada  hemos  dicbo  basta  sdiora  sobre  la 
pesca  de  la  ballena,  que  formó  siempre  el  in- 
fcrés  posilivo  de  las  esploraciones  árticas.  Sa- 
bido  es  qne  los  vascos  fuerou  los  primeros 
qne  hicieron  de  esta  pesca  una  verdadera  iu- 
dustria  y  que  se  dedicaron  á  ella  desde  el  si- 
gto  Xn  al  XVl,  al  principio  únicamenre  en  el 
golfo  de  Vízcaya,  y  ilespucá  en  las  agoas  det 
Ganadá  y  de  la  Groenlandla  (4).  Todavia  al 
principio  del  sigloXVIt,  los  inj^'lesesy  holan- 
dcses  se  servian  de  marineros  vascos,  bretones 
y  normandos.  Mny  en  brere  estos  dos  puefotos 
casl  Bolos,  86  disputaron  el  monopolio  de  esta 


(1 )   En  los  prineree  eí glot  de  la  eri  cristiaaa  abon* 
daMD  las  baUenaa  eo  lu  ooaUs  de  Kapaña,  en  aI 

mar  Itojo,  goltó  CaoUbríco,  Mediterrineo,  la  Manr 
clia  V  los  imares  qoe  baftao  las  cosUs  septentrionalos 
de  las  islas  Brilénlcas.  Bo  lea  tiglos  VIII,  IX  y  X.  y 
aun  á  principios  dal  XVI,  eran  comaoea  eniot  nBaree 
de  Flaodes;  eo  el  XIII  se  pescaban  en  las  cosUs  4f 
Portugal;  en4300  y  en  el  siglo  XVI  frecoeniaban  las 
oeetesde  la  Viaeaya;  en  nn,  en  el  diaeurao  del  sí- 
glo  XVIl.aeias  balUba  todavi.^  en  abandancia  ea 

las  eercanías  do  las  islas  Hebridas La  ballena 

abandooóentonceslasbahias  y  cosUsuuo  frecuen- 
tadl>a  eii  «leo  tiempo  para  refogtarse  en  íos  marea  bo- 
reales;  pero  perseguida  Umbieo  y  bostigada  síq  cesar 
en  ealte  nueve  asilo  sein^enió  mucbo  mas  en  los  ma* 

1^9  poTares Los  puotos  doade  hoy  se  encueotran 

Us  batlenat  son:  eo  el  hetmsrerio  boreal  las  agua^ 
del  CaDadá  y  de  To.maoova,  Us  coslas  de  la  Groeor 
fandia,  donde  se  pesca  en  primavera,  el  e&trecbo  de 
Davis.lababia  de  Baffin.  \o^  marei  del  SpiUl>crg,  el 
gran  Oi'éano  Bnrcal,  donde  la  pi'sca  se  verifica  desde 
el  .mi'S  de  ah^l  ai  de  ^goslo,  el  esuscbo  de  Bohrini;.  y 
las  eostas  dnl  Kamicbatka:  y  en  el  bemisrerio  meri- 
dioo;il  I06  banrosdel  Brasii,  Uü  cusUí  de  la  Palaso- 
nla.  losmarebquticircunUanelcAbodeHomosalOes* 
te  y  al  Sur.  la^  aguas  de  las  fslas  del  nuevo  SbeUaod, 
las'rn^-tiis  dc£hile  v  del  Perú,  los  mares  del  Japou^ 
lus  costas  Noroeste  dt  la  Kut;va  Holanda  donde  se  en- 
caenlra  el  cacbalote  en  invierno,  y  las  demas  espe- 
cics  de  hallena  en  las  otras  ei>Ucioaef,  las  cercania^ 
dc  ia  i<da  X^oU.tn,  la$  aiMusdi'  U  ÍsU  do  FraneU,  4» 
la  babia  di;  L^gAa,  d^Í  caoal  de  Mozambique,  donde 
abun<Jaii  iaft  baJli<>oas  dfíMÍe  «1  flMa  ^e  mayo  hasu 
9etteii>k>r6.  les  marei  a1  EsU  delef  |>ode  Bwiena  Htpe- 
ranta,  y  ofi  flo,  ia  ootuoocidental  Oe  Airiea,  Pablo 


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«67 


AETIGAS 


ees 


rica  pesca  (4);  los  holandeses  rormaron  en  laa 

{tlayas  del  Spitzberg,  de  )a  isla  de  IfayeD,  de 
a  Islandia,  de  1a  Groenlandia»  del  estrecho  de 
Davis  y  de  1a  islade  Anisterdaai  vastosestable- 
cimieDtos  para  derretir  la  grasa  de  ballena  de 
que  sacaron  mucbantilidad.  A  causa  de  las  re- 
Tueltas  y  disturbios  qne  signleron  ¿  la  guerra 
de  América  y  ¿  la  reifolucion  francesa,  quedó 
reducida  ¿  ia  mitad  la  pesca  holandesa,  aumen- 
tándose  en  otro  tanto  el  ix>mercio  inglés.  En 
4846  el  gobierno  de  los  Paises  Bajos,  quiso 
reanimar  estas  espediciones  tan  provecbosas 
por  médio  de  primas  considerables,  y  se  for- 
maron  tres  compañias,  una  en  Rotterdam,  otru 
en  HarliDgen  y  otra  eo  laNueva  Holanda;  pcro 
como  los  balléneros  hoiandeses  babian  tenldo 
cerrada  la  mar  por  mas  de  veinte  años«  y  en  esle 
intérvalo  de  tiempo  habian  perdido  todos  los 
conocimientos  prácticos,  no  duró  ninguna  de 
estas  compañias;  en  4828  solo  salió  de  los 
puertos  de  la  Holanda  un  buque  ballenero,  al 
paso  que  desde  4826  ¿  4830  salieron  para  los 
mares  del  Norte  432  bnques  ingleses.  Hoy  son 
tamblen  los  ingleses,  y  con  ellos  los  america- 
Dos,  los  que  hacen  mas  en  grande  la  pesca  de 
laballena.  El  gobieroo  francés  quiso  en  4783 
levantar  un  poco  estaindustria,  yaunen4786 
promovió  cl  establecimieoto  en  Dunquerque  de 
una  pequeña  colonia  de  f  00  nantuqueses,  isie- 
ños  umericanos  muy  biíbiles  pescadores,  con 
36  barcos  pertenecieotes  ¿  los  mismos;  pero 
pronto  la  arruinó  la  guerra  de  Francia  é  logia- 
lerra,  al  mismo  tiempoque  paralizaba  tc^os 
los  esfuerzos  de  1a  raarina  francesa,  y  ha&ta 
ei  año  de  4846  no  pudo  emprenderse  con  al- 
guoa  utiUdad  \n  pesca^e  la  ballena.  £1  go- 
blerno  estableció  para  los  armadores  primas 
en  dioero,  proporcionadas  ¿  la  importancia 
del  buque,  á  la  dislancia  que  habia  de  recor- 
rer  la  espedicion  y  al  número  de  marioeros 
franceses  y  empleados  en  ella  (2),  y  no  dcs 
cuidó  nada  por  asegurar  el  resultado  y  prote- 
ger  ¿  los  barcoe  balleneros;   asi  es,    que  on 
4  833  se  concedió  al  comercio  como  medio  de 
represion  contra  la  indisciplina  de  las  tripula- 
ciones  de  aqnellos  barcos,  el  envio  de  buques 
de  guerra  ¿  lae  aguas  mas  frecuentadas  por 
los  pescadores  franceses.  Julio  de  Bloseville 

Tlby,  Btanual  tobre  la  pesca  é$  la  ballena.  Analet 
marilimot,  4838Jnoio  núm.  80.  Fi^a<«tambion  uua 
Ifoiicia  sobre  la  Groentandia^  ieguida  de  re/kxionet 
tobre  lapesca  de  la  ballena.  y  los  turlidoresdeagua 
que  se  ven  en  medio  de  los  eamposde  hielosflolantes, 

Cnr  el  doclor  EuKeoíoRobcrl.  (Ébidem,  IS43,  Dovíem- 
rr,  núm.  91.) 

(4)  Hubo  ademas  otros  pneblos  del  Norte  de  Eu- 
Topa  que  tomaroD  tambien  paite  en  estos  monopo- 
Üos,  particuUrmente  los  bremcses^los  bamburgoses 
y  diuamarqiiese^.  Despues  de  direrentes  reyertas 
muy  graves,  coiieluyeron  por  rcpartírse  lascostat,  y 
aque  la  pesca,  lieeba  en  sana  pai.  ocupó  frecuenle- 
menle  a  la  vet  cuatrocientos  barcos  de  todas  oa- 
cíoncs. 

(5)  Véanse  la^  ordenanzas  reales  de  8  de  febrero 
de  4816,  U  de  febrero  de  4819, 44  de  dictembre  de 
4831 . 8  de  febrero  de  4898, 94  de  febrero  de  4815, 
9f7  demayo  de  4898.7  de  dictembre  dc  I8S9  j  U  ley 
delS|deabrilde4883. 


fué  el  prlmerQqne  veeibió  el  enoarso  de  pie- 
teger  ¿  los  btrooe  balleoerofi  en  las  coslis  de 
Islandia  y  el  de  inteotar  la  aproximaeioa  y  88« 
ploracion  de  las  costas  de  la  Groentandia,  y  al 
ofecto  recibió  de  Mr.  de  Rigiiy  ei  mando  dél 
bergantin  de  goerra  la  LUlmse  con  aotoriia- 
cion  de  hacer  en  las  latitudea  elevadas  obser^ 
vaciones  magoélicaa  que  tanla  utilidad  babini 
de  prestar  á  la  Academia  de  laa  Gieacias. 

El  99  de  Julio  descubrió  la  LUÍoéié  um 
40  leguas  de  la  costa  occidental  de  U  tSroea- 
landia  mas  allá  de  lo8  últímoa  deaoubrimifB* 
tos  de  Scoresby  deade  Io8  68^  34'  ha8ta  los  68* 
55'delatitudNorteyde8de  27*47' hasuk»  18^ 
V  de  longitnd  Oeste.  Varias  causas  obltganNi 
eotonces  ¿  Blossevillei  «rribar  ¿  Itcosia  ssp- 
tentrional  de  Islandia  en  Yipaa-Fiofd;  pero  ao 
lardó  en  volver^  darse  ¿  lavela,  esperandolia- 
llar  los  bielos  mas  divididoey  Áivortble8  ¿sos 
¡nvestigacíones;  deade  el  5  de  agosto  oo  volvló 
árecibirse  noticia  Buya  (4 ).  Jostamente  alanoa* 
do  el  gobieroo  sobre  la  saerte  de  la  UUmm 
envió  en  su  busoa  el  7  de  mayo  de  4834  li 
brick  la  Burdele$a,  maodada  por  el  tea'iefite 
de  navio  Dutailles  (i),  y  despoes  eo  4835  y 
4826  ¿  la  corbeta  la  Recherche^  maodada  por 
el  capitap  Trébouart  (3);   pero  oo  se  logród 
objeto  principal  de  estas  investigadooes;  oa 
juex  de  grande  auioridad  eo  seoiejante  mite- 
ria,  el  capitan  sir  John  Ross,  atriboyó  el  mal 
éxito  ¿  que  el  buque  se  habia  dado  ¿  la  vela 
demasiado  tarde;  ¿  qtie  oo  se  habia  enviido 
mas  que  un  solo  buque,  y  en  flo  ¿  quelas  ór- 
deneá  dadas  obligaban  al  cooiandaDte  ¿  vol- 
ver  siD  invemar  ó  sin  dejar  para  inveraar  eo 
la  costa  ninguna  partede  la  Iripulacion  (4).  ¿a 
Recherche  en  susdos  espedicioneallevalMODa 
comision  cientiflca,  llamada  de   Islandia  y 
GroefUandia  y  presidida  por  M r.  Pablo  Qú' 


(4)  TéaseloayliuaMm«rtlÍjiioiilel83i,€ieMias 
y  artes,  1. 1.  núm  9,  t.  II,  núm.  19.  pesde  la  easta 
septentrional  delslandia,  dirígié  Jnllo  de  BlosseTÍBe 
á  Mr  Daperry,  uaa  earta  qoe  coatenU  soa  primeras 
observaeiooes  magnétioas.  Yéaae  cob  este  maü*a 
una  memoria  del  Mbio  comandante  de  la  eorbeta  U 
Coneha,  leida  en  la  Sociedad  fliométíea  e1 47delaUo 
de  4844  é  íoserta  ea  los  Ánelet  wsmrUimot  de  jitia 
de  4841,  núm.  45. 

(9)  Véase  un  estracto  de  la  comnDÍcacion  diri|i4a 
al  mÍDiflro  de  Marina,  por  Mr.  DuUillea,  y  feehada 
ol  43  de  seliembre  de  4834  en  los  aiMÍes  mmriHam. 
Afto  4844,  Cieucias  y  artee,  t.  II,  o4bi.  48.  (Véaie 
tamblen  el  mtracto  de  uoa  caru  del  céDsal  de  Fia» 
cia  «0  Batoeolmo  al  mioistro  de  Nogodea  eatraDfs* 
ros,  y  la  cual  cooUene  pormcnores  aobre  el  ieiee- 
brimiento  de  una  oaja,  que  sio  dode  pertcaeeié  •ai 
bríck  la  LilUnte,  en  los  AnaUt  ntnritimút,  404, 
Gíencias  y  artes,  i.  II,  núm.  48.) 

(3)    Véase  en  los  Analet  MorilMMis,  48ia,GieDeia« 

^  aricf,  ull,  nüm.sa,  e"  *  '  

por  el  capitüuTrébouart. 

'"    Véase  uoa  memoríade  sir Jobn  Ross, 


y  aricf ,  t.  II,  nüm.  68,  el  inforoM  dado  al  m¡eát»> 
íT  el  capitüuTrébouart. 
(4)    Véase  uoa  memoríade  sir  Jobn  Ross,  toért  U 


nueva  etpedicioni  á  tot  maret  peíarea  en  htta  éeU 
LUloite^  luseru  en  los  AnaUt  ■Mnl<iiies,4888«Cieo- 


cias  y  artes,  1. 1,  núm.  88.  La  epioioB  del  eapitao 
Ross,  era  que  auo  no  se  babia  reeuelte  la  eucaiiaR 
dc  la  existencia  de  la  trípulacion  de  U  LiUoite,  fnm 
no  se  babia  practieado  U  SHfieiento  iBveatigaciai; 
qoe  era  muy  posible  resolver  esu  probiwa  é  iedl- 
caba  los  mediof  quo  creia  maa  á  propMto  peta  "^ 
gurar  cl  resolUao  de  otn  Uuutivo. 


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m 


AETlCAS-AímCÜtAClON 


m 


BMvd.  Wk  eomlifon  esploró  la  IsliDdia  en 
Cisi  toda  sa  estendon,  y  recogió  macbos  do- 
comentos  sc^re  k  hlstoria  nataral,  eetadisti- 
n,  medicina,  meteorologia,  física,  astronomia, 
lüstoria,  lengaa  y  literatora  de  aquelia  region 
tiD  fasta  comointeresante  (4). 

Despoes  de  eata  larga  aérle  de  esploracio- 
qescientilicas  parece  qaeel  ardor  dc  los  nave- 
gantes  se  entii)ió  por  algan  tiempo,  ó  por  lo 
Deoos  00  se  yoIvIó  á  hablar  de  nnevas  espc- 
(Ueiones  ¿  aqoeHas  agoas  hasta  el  h^o  de  4  845 
60  qoe  salieron  de  éreenwlch  pnra  los  mares 
irticos  dos  bnques,  el  Enbo,  sn  capitan  sir 
Jobo  Fraaklin,  y  el  Ttrror,  su  capitan  Grozier; 
pero  esta  eapedicion  ha  sido  mas  dcsgraciada 
qoe  todas  ks  anteriores,  puesto  que  en  estos 
Bonentos  no  sabe  todavia  el  gobiemo  inglés 
el  paradero  de  los  espedicionarios,  á  pesar  de 
ÍMÍer  enviado  en  su  bosca  diferentes  bnques. 

AATICO,  ANTARTIGO  {Cosmografia.)  'Apic- 
to<,oio,  y  ává,  óorUra,  opuesto.  Kl  poloArtico 
es  el  qoe  se  encnentra  próximo  ¿  la  constela- 
cioo  de  la  osa;  es  poes  el  polo  Norte,  y  per 
eonsiguiente  éitteoes  sinónimo  de  septentrio- 
aal;  asi  se  dice  el  círcnlo  polar  Artico  y  laa 
Üerras  árticas.  Antártieo  por  oposicion  slgoi- 
flca  lo  que  está  al  Sur  y  tlene  la  misma  signi- 
ficacion  que  austral.  Mr.  Dumont  d'Urville  y 
Bu  recientemente  el  capitanRoss,  han  pnesto 
foera  de  duda  la  existencia  de  un  continentc, 
0  i  lo  menos  de  tierras  antárticas,  cuyaexis- 
teneia  solo  era  antes  soepechosa. 

ARTIGUUCION.  {Bisioria  naturaL)  Entlén- 
dese  generaJmente  por  esta  palabra  el  lugar  en 
qaeloshoews  sesobreponen,  seaquese  ejer- 
ctte  no 'movímienlo  ójuego  reciproco,  seaque 
las  partes  articuladas  pcrroaoezcan  siempre  en 
ia  mlsma  poslcion.  Las  suturas  del  crAoeo, 
eonforflie  ¿  esta  deflnicion,  son  tanto  articula- 
ciooes  como  las  de  los  codos  ó  las  rodillas:  la 
pilabra  Jnntura  parece  espresar  mas  particu- 
iamieote  las  articulacionea  inroóviles,  aunque 
en  et  lengoaje  vulgar  se  aplique  ¿  las  articola- 
ciones  mas  snsceptiblea  de  Juego.  En  los  ani- 


gan  ¿  loshoesos,  sea  que  clrcuyan  ¿  los  cón- 
dilos  en  forma  de  c^psulas. 

Las  articulaciones  no  se  ballan  solo  donde 
existen  huesos,  pues  se  encuentran  ademas 
en  varíos  seres  desprovístos  de  esqueleto.  Los 
aocrídos,  los  insectos,  los  crustAceos,  los  arac- 
nldos  y  los  gusanos  intestinales  son  ariicula» 
dos.  {Viase  andi al.)  Tambien  muchas  plantas 
est¿n  provistas  do  articulaciones,  ¿  que  deben 
lassensitivas  y  el  hedylarum  girans  la  movili- 
dad  de  sus  hojuelas.  Muy  mai  baríamos  en 
confundir  con  las  aríicutaciones  los  nudos  de 
ciertas  gramíneas,  y  las  secciones  qne  inter- 
ceptan  los  tallosde  otrasmnchas  plantas,  puea 
no  hay  aríicolacion  donde  no  existe  solucion 
de  continuidad. 

La  articulacion  se  ositica  algunas  veces,  y 
Ilegando  ¿  desaparecer  se  ankHosa,  como  SU'- 
cede  ¿  los  tarsos  de  los  perezosos  y  llronei, 
¿  las  véríebras  cervicales  de  los  delfines,  y  en 
los  huesos  del  hombre  mismo  cuando  por  mn- 
cho  tiempo  se  halla  prívado  de  la  facultad  de 
darles  Juego.  Los  nudos  de  los  vegetales  no 
puedeo  ser  considerados  como  articuUcionoa 
anquilosadas,  pues  nunca  han  sido  movibles, 
ni  aun  en  su  estado  de  imperfcccion. 

Es  preciso  distiogoir  el  aríiculo  de  la  arti- 
culaclon  por  mas  que  uoa  y  otra  palabra  se  . 
confundan  en  el  lenguaje  comnn,  aunque  set 
entre  naturalistas  ejercitados:  el  aríiculo  con- 
siste  en  nna  solucion  de  continuidad  separada 
por  ona  dilatacion  6  por  tabique.  Asi  que,  un 
tallo  que  los  botánicos  Ilaman  aríiculado,  no 
lo  i!8  tal,  cuando  la  planta  no  debe  ¿  esta  con- 
formacion  cierta  roovilidad.  Pcro  en  ciertas 
usneas,  en  ios  poiiperos  llexibles,  hay  verdade- 
rameote  aríiculacion:  esta  se  halla  diferen- 
temente  constituida  en  la  generalidad  delos  ca- 
sos,  y  tíene  lugar  sobre  un  e]e  flexfble,  cuya 
superfície  coríiciforme  est¿  intermmpida  por 
secciones  que  no  estorban  so  roovimiento. 

ARTICULAG10N.  {Ánatomia ,  Mediemá.) 
ÁpOpuv,  ariieulo,  juniura,  co}/untura.  Entién- 
dese  por  articutaoion  la  union  ó  el  roodo  de 


o»leB,  las  arliculaciones  óseas  est¿n  ineorpo- 1  cooexion  de  dos  ó  mas  piezas  óseas,  sean  6 
radas  por  vigorosos  ligaroentos,  y  unldas  por  1  no  móvibles  launa  sobre  la  otra.  De  ahi  la  á\a» 
cartilagos,  sea  que  estos  últiroos  se  interpon-   tincion  de  tres  clases  de  aríiculactones:  las  roó- 

viles  {diarirosis,  8ta  ap6p<&b>),  las  inmóvüea 
[sinartrosis,  9úv...)  y  las mistns (afi/farfraatt , 
á{X(p(....)  Estas  últimas  están  caracterízadas 
por  la  presencia  de  una  siistancia  intermedia 
adhcrida  á  las  superílcies  óseas«  y  bastante 
flexible  para  permitir  ligeros  moviniientos  ¿  las 
partes  aríiculadas. 

La  diarírotíf  comprende:  4  .**  la«iartrof/» 
6  arílculacion  de  nna  cabeza  saliente  con  nnn 
cavidad  profunda  (la  cabeza  del  fémur  con  la 
cavidad  cotiloWea  de  ia  pelvis);  «.•  el  gingU» 
mo,  que  solotiene  roovimiento  en  dos  sentidos 
opuestos  (1a  articulacion  del  codo,  de  la  rodi- 
lla);  y  3.®  la  artrodia,  que  presenta  una  salida 
menos  pronunciada  que  ia  enartrosis  (aríicula- 
*  cion  de  la  roandibula  iofcríor  con  el  temporal.y 
Las  atfiarlr(»m  se  dividen  en  si»f  ura  y  «n* 


(i)  Véaie  «l  iuforme  de  Mr.  Pablo  Gaimard,  diri- 
Kido  desde  Reyliiavili  riglaadia),  el3l  de  a^osio  de 
tOa.  al  Qiinistro  de  Maiina«  eD  los  AnaU:$  mariUmo$ 
defaas.  Cieneias  y  artes.  t.  II»  núm.  aO.  B:ita  comi- 
ilaB  cieiiUflea  ae  componia  de  los  8re«.  VictorLoUío, 
Eageaio  Robert,  Raoul  Aogies,  LoiaBevalet,  Javicr 
Ifannier  y  Augustolfeyfr.  Las  otMenracioDes  fisicas 
7  attronómicat  debldas  á  Mr.  Lottin,  y  las  col'ccio- 
Bet  nolÓKicas,  miiieralófioas  y  ÍMiáoicis,  debidas  á 
Mr.  lobert,  ofrecon  partionlarmeDte  grande  interés, 
paei  solo  laa  muestras  geológicas  recogidas,  ascen- 
«an  á  maclMM  mUlones,  j  comprendian  los  minera- 
Ws  mas  preelosos  de  ia  Islandía:  el  sururbrandur  6 
«adere  r<MI  de  Vopnaaordur  y  de  HufaviÍK,  los  |»ro- 
doetos  de  los  geisírs  del  Sur  y  del  Norte,  laobsidiana 
deHrebntinahriggor,  el  azuf^  de  Krabla,  el  espaio 
da  HolgaaUdir,  un  apreciado  de  loafisicos,  las  con- 
flhas  7  Im  boesos  f6síles,  la  madera  petriflcada  de 
lofarilc,  las  esUlictÍUs  de  las  famosas  grutas  de 
iortabelür,  etc. 


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07« 


AamjDUOGUHr-AaTICilí^ 


«» 


atanadwra»  oombres  que  eqoivaleB  á  QDo^de 
UDicion,  7  que  se  Dotm  particaUrmeote  en: 
los  liuesos  del  cfáneo:  en  QxmQMa  ó  sioiple' 
iustapoüicion  de  Us  supcrílcies;  y  en  gónfo$U, 
emiococia  recibida  en  una  cavidad  prorunda 
(como  la  de  los  dientes  en  los  alvéolos.) 

Kl  coDjunto  de  los  niedios  de  unioa  de  los 
huesos  por  medio  de  cartllagos,  de  membra- 
m$,  de  ligamentos,  ó  de  músculos^  ba  reci- 
hido  el  noinbre  de  únfi$is,  igual  nombre  se  ha 
Uado  en  particular  á  ciérlad  articulaciones  li- 
gameotosas,  como  por  cjemplo,  la  9infi$i$  <Ul 
púlns. 

Las  articulaciones  con  movimiefito»  es- 
tán  tapizadas  interíormente  por  una  membra- 
na  Ilamada  sinovial,  que  forma  una  cápsula 
articuUir^  y  que  facilita  el  juego  de  las  partes 
pór  medío  del  iiquido  viscoso  y  filajQQentQSO 
{situ>via]  que  scgrega. 

Las  articulaclones  están  espuestas  it  un  sin- 
DÚmero  de  alteraciones  que  Dobaremosmasque 
iodicar  suraariamcDte;  la  torcedura  ó  disten- 
sioD  do  tos  ligamentos;  la  didstasis  ó  relaja- 
j^on  de  la  articulacion;  la  luasacion  ó  disloca- 
ciOD  dc  las  parles  articuladas;  las  ccntusiúnes 
y  las  heridas,  cuyas  resultas  suelen  ser  gra- 
visimas;,Ia  ^tdrartr osis  ó  bidropesia  dc  la  ar- 
ticulacidn;  las  coficrectones  sinovialfis  6  cuer- 
pos  estrafios  articulares  (cálculos,  cartilagos, 
huesos  móviles);  la  artritis  aguda  6  reuma-> 
iismo  articular,  acompañado  muy  comunmen- 
te  de  endocarditis  (iuflamacion  del  coraisoa  y 
de  sus  membranas);  )a  artritis  crónica,  oon 
el  tumor  Uanco  y  la  anquilosis,  que  son  sus 
coDsecueucias;  la  cams,  la  necrosis  de  las 
supcrficles  articulares,  etc. 

ARTlCtlLO.  [Legislacion.)  Mucbas  signiílca- 
ciones  puedc  tener  e&ta  palabra  usada  en  sii 
sentido  iegal.  ArUcuIo  se  denomina  general- 
mente  ácada  una  de  las  disposiciones  que 
contiene  un  código,  una  ley  ó  un  reglamento; 
¿  cualquiera  de  las  preguntas  que  un  iftierro- 
gatorio  contiene;  á  cada  una  de  las  disposi- 
ciones  ó  puntos  contenidos  eu  los  tratados  de 
paz  ó  capitulaciones  de  plazas,  y  cn  los  diccio- 
.  narios  á  cualquiera  voz  que  se  consulta  sepa- 
.  radamente.  Nosotros,  sin  cmbargo,  no  vamos 
á  considerarlo  aqui  sino  en  otro  sentido  bajo 
el  cual  forma  el  articulo  una  partc  importaatc 
del  procedimiento,  ó  mejor  dicho,  forma  él  un 
procedimicnto  por  sl  mismo.  Hablamos  del  ca- 
EO  en  qutí  al  discutirse  en  juicio  la  cuestion 
principal,  nace  ó  se  introduce  en  clla  otra  se- 
cundaría,  que  exige  suspension  de la  prímera, 
hasta  que  recaíga  resolucioo  sobre  la  segun- 
da,  ú  la  cual  se  Ilama  articulo  de  previoyes- 
pecial  pronunciamiento: 

Este  afticulo  es  proccdente,  siempre  que 
la  cuesUon  iDCideotal  que  se  propoue  es  de 
tal  naturaleza,  que  su  decisioo  influye  directa- 
mente  eu  el  curso  del  punto  principal,  y  es 
necesarioporlomismo,  quese  suspeada  aquel 
.  hasta  (^ue  se  resuelva  este.  Diseie  entoDCCs  la 
deuonunacioD  que  icabamo»  óa  decir,  pQrque 


;al  projjmier  1«  9«rt«  itátnmátí  Ia  coeaHoa 
'incideiitalr  que  e»  objeto  éel  oitsmo,  dice  qoe 
«sobre  ella  CorBia  arUcuIo  de  ptévio  y  ea^ 
cial  proDunciaDneato^»  ea  (lecir,  que  bade 
díscutirse  y  faiiaree  é  prooQDCiarac  prévia^ 
mente  6  en  procediBkieato  espKiai  y  separado 
da  la  cuestion  pnAeipal. 

Estos  articulos  reciboii  luego  deoomiu^ 
cion  especial,  aeguD  sea  ei  objeto  ¿  la  OMltna 
de  los  mismos.  CuoDda  w  haiU  vacanle  oi 
mayorazgo,  el  que  se  cree  .eaadorechftáéi 
suele  acudir  al  tribiiDai  (Adtendei  qwa  m^Ksli/s 
á  correspottderle  eotrar  eo  au  poseaioQ,  se  le 
confiera  desde  iuego  1a  admiDíatrAeion  dol 
mismo,  y  sobre  eato  íoroM  artioulo,  á  que  se 
ba  dado  ei  nombf e  de  artiouiiúdc  admkátím^ 
don  de  mayorazgos,  Guaodo  ia  partedeoiaor 
dada  contesla  ¿  au  disoMDda  por  ud  oicriU»  ct 
que  siD  reconocer  eljoez  lajuriadlccionpHt 
a^iuel  caso  le  hace  preseolQ  qua  d^be  te< 
oersepor  iuhibida  oa  ei  ODoochiMDto  deaquel 
negocioy  mandaodo  que  ai  el  aotor  tieDe  qoe 
pedircoiMra  él  lo  hagaaBle  Juea  cotfipetente, 
sobre  lo  cual  sLempre  se  foriOA  el  arláo«ilo,  dáse» 
le  á  este  el  Dombre  de  ar(ícuJo  inhi^ilorto.Si 
el  deauDdado  creyese  mas  bieo  qae  do  dehe 
cqotestar  ¿  la  demanda  entablada  cootra  él,  Uol- 
dado  OD  cualquiera  de  los  motivoa  qoe  pan 
ello  recoDoce  eiderecho,  y  pidealjAieiqoead 
lo  declare,  forDMnido  articulo  sobre  este  pwto 
recíbe  e&te  ei  noaibre  de  aríiGulo  de  úioontef- 
tacion.  Los  dos  úIüdk»  soo  eo  la  práctica  lof 
maa  cooocidAs  y  frecueules. 

Déjase  conocer  desde  luego,  quo  ai  tavieae 
cada  litigaDte  ia  facuitad  de  introducir  artíco- 
los  de  esto  géoero  sobre  todos  loa  puDtoe  y 
eh  todos  los  estados  del  pleito,  que  tuvieoe  por 
conveniente^  la  administracioD  de  Jusücia  ae 
veriaeatorpecidahaatalo  iaiiDito,  y  losprooeéi* 
mieDlos  iudiciales  do  Uegariao  Duoca  al  tér^ 
mino  apetecido*  Desgraciadamente  eata  paiie 
de  nuestra  lcgislacion  se  resiente  de  alguaa 
vaguedad,  porque  el  Reglamentoprovisioual  por 
ra  la  adniinislraciou  de  jiisiicia  se  Umita  á  de* 
cir  cn  la  regla  tercera  de  sn  articulo  48  que 
no  se  admiUráa  olros  articulos,  aino  los  qoe 
las  leyes  autorizan»  y  solo  en  el  tiempo  y  for- 
ma  que  ellas  prescriben;  y  precisamente  las 
leyes  á  que  se  rcfiere  el  reglamento  son  las 
mas.imperfectas  y  menos  acomodadaa  á  las  oe- 
cesidades  de  la  práctica.  Discurríendo  sobre 
este  punto  el  señor  Bravo  Murillo  cn  sus  Co- 
mentarios  al  Rcglameuto  provisional,  iBserios 
en  el  Doletih  de  Jurísprudencia,  hace  con  sn- 
ma  oporíuDidad  las  reflexiones  siguieates: 
«Moy  pocas  disposieiones  icgales,  4ice,  pe- 
dréDCitarse,  por  Ibr  cuolee  so  liallo  prcTenido 
qué  sobrecicrtos  y  dcterminados  puutos  se  dé 
eutrada  ¿  ua  artioulo  de  previo  y  espacial  pro- 
noDCiamieoto;  muy  poeas,  si  acaso  algiiDt, 
que  determinen  con  clarídad  y  especiOcaciOD 
la  manera  de  sostaDCiar  aqueilos  artáoaÍDA; 
algoaas  hay  caya  dlsposicton  iDducv  necesir 
riameate  á  Uiformacioa  de  un  arUcoIOf.  001194^ 


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ttt 


AÍTBObÚ 


m 


DO  It  iMrran^  tti  fenniDinlemeote  ni  itBen' 

fiifi}era  4eaqiieila  psUhra,  y  en  esle  caso  se 

hallan.  ¿  Duestro  pareoer,  lof  qiie  hablan  de  la 

resiitucion  in  integrum,  y  otras  8einejaote&. 

fio  ttlot  caaóe  se  admiten  los  arliculos;  se  ad- 

nitefi  porpródiQa  racional  y  juala  de  los  tri- 

booalest  en  otros ,  reapecte  de  los  ctiales  no 

taaydiapaflieion  ksgalt  eomo  sobro  Miiidad  re- 

címmAi,  no  de  la  seoleocia,  pues  de  sii  nuii- 

dad  i»o  hablan  ias  leyeí),  sioo  de  una  parle ,  i> 

detodaslaa  aeinaciones  auteríorea  á  la  épo- 

caea  qoe  se  pUlc,  ciiaiquiera  que  sea  ei  esta* 

do  de  aqQellni ;   solHre  reposiaioB  de  tenteii<> 

ciat  iptierloeiilüriat;  aobrt  qut  se  recthan  ó  do 

los  aotos  á  priieba,  bien  en  \n  prlmera,  kiieo  en 

la  SGKuiida  iiasUnoia,  y  sobre  otros  ptitrlos  se- 

BCjaiBlea.  ta*  ÉlUmo ,  en  otros  casos  se  da 

eotrada  i  Its  artictilos  de  prévio  y  espccial 

pftMuiQOiamí6ntotobrepunt08()ae  no  mereceii 

esta  sustaQMCiaciOQ  aislada ,  y  que  pudieran  y 

det>(eran  «eolilarBe  al  mtamo  tiempo  qiie  el 

pQfitu  pHoeipal ,  y  eo  esta  parte  reconoce* 

mts  qoe  Fe  haa  iotrodoeido  aboeos  eo  la  práo- 

riea,  cuya  reforma  leria  lan  convenienle  oo- 

ino  éiflcil  ée  hacer  sio  reforraar  al   mismo 

iíe9po  la  legistaeion.» 

Sl  señtr  Brav^  M ártllo  se  eaiiende  en  segui- 

da  á  denoatrar  qoe  ofrccia  numerosas  diflcuU 

tadts  en  la  práctica  la  cjeciicion  del  principio 

de  9te  ao  ae  admilan  olros  articulos  de  prévio 

y  especiBl  pfORUQeittmteuto ,  qoe  los  que  como 

tales  reconocen  ks  leyes,  pnes  estas  no  eon- 

sideran  eoti  esie  carácter  á  muchos  qnt  uo 

poedeai  meiioa  de  tenerlo,  y  creyeodo  que  la 

ley  Biereee  ioterpretacion  eo  eata  parte,  espo- 

ne  au  opioloa  de  esta  manera.  «Pdra  que  lot 

artJeulos  se  eutlendao  auloriaados  por  la  N*y^ 

Bo  es  necesario  que  esta  iise  la  palabra  ar¿i- 

cait  itífrévi^  yr^nwnciamÍKnto :  basta  que  de 

10  doctríKi  ^ieral  se  deduzca  que  el  punto 

qoB  da  moliro  al  arlicuAo  eiija  una  austancia- 

cion  préria  y  separada  del  puntopriadpai.  Asi, 

attnqoe  las  leyes  no  K»  autoriceii,  usaodo  de 

aqaella^  patabras,  deberán  sustanciarse  en  ar- 

tícalos  prévios  laa  solicitudes  de  reposicion, 

demilidad,  de  restHucion  ,  de  escepcion  di- 

laioria,  y  otros  semejantes.   Respeclo  de  las 

demas»  qoe  por  1a  doctrioa  general  de  tas  le- 

Tes  no  exigen  la  sustauciacion  de  un  articuio 

prério  y  «eparado,  loqueel  reglamento  dispo- 

Be,  eo  nuestro  sentir  es,  no  que  se  califiquen 

desde  ioegro,  porque  esto  seria  peligroso  cuan- 

do  e&igen  conoeimieiito  de  caiisa,  siuo  que  se 

sostaocleB  al  mismo  tiempo  que  el  punto  prin- 

cipal,  lo  coal  puedehacerse  tratandode  io  prin- 

eipri  ea  e4  coerpo  de  k>9  escritos ,  y  de  los  íu 

ckttntea  ptr  medto  de  otrosles,  y  que  ilustra 

do  de  esta  flMoeni  el  punto ,  sin  oecesidad  de 

liaber  fonDade  un  ariieuk)  pr^vio  sobre  él ,  se 

deeida  |M>r  et  |uez.9 

lato  ei,  en  efecto,  lo  que  ensenan  laa  aa- 

oaa  ifoelríflas,  y  lo  <|ue  »e  praelica  y  debe  prac- 

tiotrae  M  la  Jiuisprudeocia  de  los  tribunaietí: 

eaeUs  ae  ptraÍHleú  «on  eata  CttaHdad  4c  Baa* 

179    iiiiiu(iTiiCi\  muuu. 


peosion  del  ffnnto  prindpal,  les  artíoilos  q«fe 
csiin  espresamente  auloriBados  por  U  ley.  eo- 
mo  la  escepciou  dil;atorirf,  y  otros,  que,  jumi- 
que  no  lo  eslán,  iufliiyen  tan  direetaotetite  eo 
la  etiestion  principal»  qtie  ezigen  U  susfieusion 
do  ella:  ios  (\m  uo  exigenunadeclarocitnpté- 
via,  se  suiianeian  i  la  ycscoo  laeitestion  pri»- 
cipai,  pfoponiéodolos  por  medio  de  olrosies, 
los  cuales  falla  el  Juez  de  la  maoera  (\Me  coo* 
sidera  jiista. 

ARTICULO.  (Qrtmáltoa.)  l\  articulo  et  oaa 
de  las  partes  4et  dkcurao,  cuya  difloultad  ae 
ba  coQOOido  raas  tarde  y  coya  oaturalefa  Imi 
tardaüo  mas  eo  delermiaarse  Vamos  i  esponer 
Goa  ia  ddMda  teparaoitn  lodo  cuanto  se  refle* 
re  ¿  la  oaiaralefa  y  ^ferentes  es{i^ies  del  ar^ 
ticulo,  las  ideas  accosoriaa  que  i  él  se  Jiiota«ft 
sii  sintaxis  6  medo  de  ufario,  y  U  utilidad  qae 
piicde  proporctonur  al  discarso  esta  t)urtc  de  ia 
oracion. 

I.  Naluraleza  delartieulo.  Todos  sabt^ 
mos  que  se  tlaman  ailiculos  ias  palabras,  tí, 
la,  lo;  uno,  una;  todos  sabcmos  tambieo  cuaof 
do  se  debeo  nsar»  y  cuaodo  dbben  omitirae;  f 
sin  embargo,  algunos  gramáticos ,  qae  hao^o 
profe^ion  de  conocer  la  naturalesa  de  eada  p»» 
labra,  no  dan  sino  deflniciooes  vagas  del  artif 
cuio,  íreeuentBmeote  opuestas  las  uoas  á  laa 
otras.  Esto  es  to  qoe  se  notá  ya  eo  ei  nniifcaa 
mismo.  ariieulo,  aHiiulue,  ipOpov,  es  «lecir, 
pequeho  miemtro,  pcqueñapartedeidiacurio^ 
deuomioacion  que  no  hace  cooocor  sioo  uoa 
circunalancia  eoterameQte  indifereote «  y  qoo 
nada  uos  initruye  sobre  la  naluraleaa  dai 
mismo  articulo  Lasdefiuicioues  de  los  gramá- 
ticos  00  soB  mas  instructivas;  unos  se  evKáem^ 
lan  con  decir  que  el  ariieulo  es  unapariic9M$ 
anodida  ú  una  (.alabra  para  déni4ar  ei  §éntrp 
á  qme  pcrienece;  coroo  si  el  articulo  iofléalAa^ 
que  nu  varla  nunca,  cualquiera  que  seael  gé^ 
uero  ó  el  número  de  la  palabra ,  no  fuese  m 
verdadero  articulo.  Aigunos  escritores  fraiice* 
ses  nos  ilostran  uo  poco  mas»  cuaQ<k>  4iceo 
«que  los  artlcuios  son  abjetivos  quemodtficaA 
á  los  sustantivos  y  lios  haeen  tomar  en  nm 
ace{>cion  particuiar,  indivjdual  y  personalr*  f 
que  «el  arUculo  cs  uu  udjelivo  que  deteiinioa 
uii  nombre  para  que  so  ie  cpnsidere  eu  to4a 
su  estemílon,  óque  conlribuye  á  reslrin|;irio.i» 
Sin  embargo,  ia  primera  de  esias  defluicionod 
deja  m'jcha  vaguedad ,  y  podria  ai>licarse  io 
mismo  á  un  grau  iníraero  de  adjeti vosóálas  fra- 
ses  incideiite&;  y  la  seguuda  Uaria  lienar  á  la 
misma  patabra  dos  funpiones  disiia'.as,  puest^ 
que  el  arUculo,  yaanunciarla  toda  la  esleosioo 
de  uoa  palabra,  ya  no  indicarici  ^ino  una  parte 
de  ella.  Mr.  Laveaui,  en  .hu Difxíonario  rasona'» 
do'de  las  diicultaUes  de  la  leugna  franeies^^ 
despues  de  habcr  dcscrito  todaa  e^taa  dotim^ 
ciones,  propoBC  una  nueva:  «ElarUculo  eiuna 
palabra  que  ,  pue^ta  delante  do  olra»  anuaáa 
qiie  la  última,  suscepUblti  de  dirersas  acc|H 
ciooes  gramaticaieis,  se  conaidera  en  la  íra^ 
como  ofi  suaUuiivo  cuya  aignifieacitio  ^ijriíl 


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675 


AllTlCÜLO 


ÍTB 


tener  distintos  grados  de  esten8lon«  y  que  esta 
efitension  se  determina  alli ,  por  las  circuns- 
tancias  couocídas,  por  la  palabramisma  sin  mo- 
diflcaciones,  6  por  ias  modiQcacioiies  qiie  la 
reslringeii.»  Gonflrma  esta  deflnlcion  con  grao 
número  de  ejemplos,  á  los  qoe  se  aplica  pcr- 
fectamenti^  No  obstante,  es  susceptible  quizás 
dc  mas  prectsion  y  aun  de  mas  concision. 

Vavú  conocer  la  verdadera  uaturaleza  del 
arUcuio,  rreeroos  qne  cl  mejor  método  es  po- 
ncr  á  la  vista  algunos  ejcmpios  cn  que  no  se 
usa  el  arliculo,  y  otros,  en  que  se  eucuentre 
'siempre  esta  palabra,  observando  lo  qoe  se 
aíiadc  en  cada  caso  á  la  significacion. 

¿Porqiié  sedice  poriarsectmo  hmnbre,  ha- 
blar  sin  afeelacion,  obrar  con  prudencia, 
tener  hábitos  de  muger,  ^cribiendo  todo  eslo 
sin  artículo?  Porque  se  supone  el  articuto  de- 
iantc  íle  todos  los  nombres  que  se  usan  como 
atributo:  yo  soy  ofieial,  es  verdad ,  ¿sois  hom' 
breJ  Porquc  en  todos  estos  ejemplos  el  nombre 
no  se  consi(Jera,  comodicen  los  lógicos,  sino 
ba]o  el  aspecto  de  la  comprenslon;  es  decir, 
de  una  manera'abstracta,  para  designar  sim- 
plemente  una  cualidad  ó  un  conjunto  dc  cuali 
dadest  sin  ocuparse  en  las  sustancias  en  que 
pneden  residir.  Por  el  contrario,  siempre  que 
emploamosel  articulo:  Ua  Uegado  una  persona 
amigavuestra,  vengodelcampo;  su  primer 
^fecto  es  liacernos  conocer  el  norobre  á  quien 
precede  como  la  espret-iou  de  una  sustancta,  y 
hacerío  satir  dc  la  forma  abstraeta  bajo  ia  cual 
se  presenta  á  nuestra  vista,  cuando  pronuticia- 
mos  solo  estas  palabras;  hombre,  prudencia. 

Podremos,  pues,  decir  que  ei  primer  efec 
to  del  articulo  es  suslantificar  en  cierto  modo 
tes  palabras  á  que  va  unido;  es  decir,  bacer 
qne  se  considere  como  una  sustancia,  como  )a 
espresion  de  un  sor  real,  una  palabra  que  lias- 
tt  entonces  ,  solo  designaba  cualidades  abs- 
tractas. 

Pero  como  los  seres  reales,  son  necesaria- 
inente  uuo  ó  muchos,  el  articolo  deberá,  por 
lo  roismo  que  sustantifica  una  palabra,  ha- 
cer  que  se  le  considere  bajo  el  aspecto  de  ia 
estension;  esta  cs  una  segunda  propiedad  esen< 
olal  del  artfculo,  pero  no  es  sin  embargo,  con- 
secuencia  de  la  primera.  Sino  determina  por  si 
mismo  el  número  de  individuos  dewque  se 
trata,  nos  enseñará  al  menos  que  se  trata 
de  seres  que  pueden  ser  numerados,  que  tie- 
nen  necesidad  de  ser  determinados,  y  nos  ad- 
vertirá  qoe  debemos  determinar  su  número. 
No  podemos»  pues,  decir  qoe  el  artfculo  ejeou- 
ta  porsi  mismo  esta  determinacion;  porque  el 
mísmo  artículo  el  designa  en  nuestra  lengua 
ya  on  solo  individuo,  como  en  este  ejempio, 
¡4sol,  la  iierra,  ya  una  clase  entera,  como  el 
hombre  es  morlal, 

Reasumiremos,  pues,  esta  discusion  ,  un 
poco  larga  fal  vez,  pero  necesaria  parala  oscu- 
ridad  que  reinaba  sobre  esla  maieria,  dicien- 
do:  «que  el  artioulo  es  una  palabra  que  puestu 
delante  de  ofra  palabra,  indic^  que  esta  debe  I 


considerarse  coroo  la  esprésion  de  ODa  SQstaa* 
cia,  y  bajo  las  relaciones  de  la  estenMon,  de- 
Jando  que  se  determine  csta  estension  por 
otras  circanstancias.» 

Lo  que  presentamos  aqui  bajo  ona  rorma 
un  poco  nueva,  es  lo  mi¿mo  que  nos  banen« 
señado  ya  otros  escrifores  reconociendo  enios 
noinbres  una  significacion  indeterminada,  la 
que  ticncn  sin  el  arlícolo;  y  otra  déterminúda, 
la  que  les  da  el  articulo. .  Hemos  creidOi  sÍQ 
embargo,  quc  no  puede  decirse  que  el  artlco- 
io  dctermiua  por  sl  mismo  la  estensionáel 
nombre,  poesto  que  puede  emplearse  indistia- 
tametite  para  una  estension  univcrsal,  parti- 
cular  6  indívidual. 

Por  lo  que  acabamos  de  decir,  se  veqoe 
el  artículo  no  es  una  de  las  partes  eseociaks 
del  dlscurso;  no  hace,  como  el  adjetivo ,  sioo 
modificar  el  nombre.  ksi  la  mayor  parte  deloi 
gramáticos  no  hacen  de  él  sino  unaespecíede 
adjetivo  6  modificativo ,  distinguiéndole  del 
adjetivo  propio  6  califiicativo  por  el  nooibre 
adjetivo  dHttrminativo  6  deÑnitivo  6  ffspO' 
sitivo,  6  Ilamándole  pronombre. 

El  artfcnlose  distlngue  fácilmente  ddad- 
Jelivo  ordinario,  en  qne  este  espresa  una  coa- 
lidadque  parece  tener  una  existencia  propiaen 
la  sustancia,  micntras  que  el  artfculo  no  e8« 
presa  sioo  un  modo  de  ver  de  nuestra  imagtoa- 
cion.  Asi,  uada  significa  por  st  misniocaao- 
do  está  separado  del  nombre,  como  las  cooso- 
nantes  no  pueden  formar  sooidos  sin  las  vo- 
cales.  Se  ha  comparado  ingoniosamente^  ar- 
liculo  á  los  lictores  de  los  cónsoles  romanoj, 
que  sip  tener  ningun  poder  por  si  mismos,  no 
bacian  sino  annnciar  al  magistrado  supreoo. 
Es  tan  cierto,  que  el  artículo  no  es  uno  de  los 
elementos  esenciales  deldiscurso,  que  enmo- 
chos  idiomas  no  le  hay»  como  en  cl  latinyel 
persa;  y  tan  clerto  es  tambien,  qoe  no  espresa 
Fino  un  modo  de  ver  de  nuestro  pensamieato, 
una  modiflcacion  que  damos  ¿  ona  idea,  qoo 
en  mochos  idiomas  y  dialectos,  como  eo  el  ras- 
congado  y  el  danés,  se  nsan  como  artfcolOB. 
en  lugar  de  palabras  separadas .  termlnaciOQes 
que  se  añaden  al  fln  de  las  palabras.  de  ia  mis- 
ma  manera  que  para  e.'*presar  la  modificacioa 
del  nombre,  terminamos  ios  &ii8tantívos  por 
una  s, 

II.  De  las  diferentes  espedes  de  artki^ 
los.  Conócense  generalmente  dos  ciases  dc 
artículos:  el  articulo  defloido,  ei.  la,lo,jé 
indefinido  un,  sno,  tirui.  Un  escritor  moderao 
ha  hccho  conocer  perfectamente  ia  difereDCía 
que  hay  entre  estos  dos  articolos.  Coando  ea* 
conlramos,  dice,  algun  individuoqne  nolieoe 
nombre  propio ,  nos  contentamoB  eoo  desig* 
narlo  refiriéndole  á  \t  cspecie  á  qoe  pertene- 
ce;  por  ejemplo,  cierlo  ol)|eto  se  prescnta  i 
nuestra  vista  cou  una  cabesa  y  mlembros,  yle 
oimos  ladrar  ó  relinchar ,  si  no  lo  cooocenios 
dc  antes,  decimos:  es  un  perro,  uñ  eabaih. 
Habiaroos  visto  ya  este  animal,  lo  conotía»os 
por  algunos  caractéres  individuales  y  ento*- 


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•77 


ARTICÜLO 


ftW. 


oei  deeloMM:  u  $lperroó  $1  eabaUo  de  fUlano. 
kíiwn,se  refiere  á  nuestra  primera  pcrcepcíoD, 
5  sinre  para  desiguar  los  iodividuos  descono- 
ddos:  «¿  espresa  una  seguiida  percepcion,  y 
de^Da  los  iudividnos  ya  cooocidos.  £ála  dis- 
tioeiou  nu  se  aplic^rá  á  e.^tas  frases:  el  niño 
ityoloso;  $1  vi^o  ei  avaro.  Será  prcüiso  al  me- 
losuiadir  que  losarticulos  el,  hs,  no  espresan 
Qoa  segDoda  pcrcepcioD,  ó  un  objeto  ya  coqo- 
cidOi  sino  cuando  el  oombre  va  seguido  de 
otnspalabras  que  lo  determinan,  como  en  es* 
(06  ^empios:  ias  oaUes  de  Cádiz  soa  mas  lim  - 
piasque  las^c  Madrid. 

Vucbos  giaoiáticos  franceses  no  comprcn- 
den  la  palabra  uno  en  el  número  do  los  ailícu- 
loi,  liacieado  de  el'a  solo  ud  uombre  nninenil. 
Sio  embargo,  uo  se  puede  »egar  qne  cuaiido 
decimos,  he  visio  un  hermoso  eaballo,  U  pa- 
labra  un  do  sigDiOca  lo  mismo  que  en  esla 
frase:  icuántoe  eaballos  titne  vd^  tengo  uno, 
Los  mismoagramáticos,  por  el  coutrario, 
han  becbo  eotrar  en  la  clase  de  los  articulos  uu 
Bóoiero  coDsiderable  de  palabra3  que  no  UeDeu 
alli  colocacion  geoeralmente:  unescritor  fraD- 
cés  Mr.  3eausée,  ha  becho  un  cuadro  muy  es- 
(eoeodetodas  la^  clases  de  articulos,  y  despues 
deél, Mr.de iacy,  distiogue  el  arlículodetermi- 
Datívoel,  la,  los,  y  el  articulodemo8trativoe«(0, 
ésht  estoe,  Si  se  compreDden  en  el  nombre  de 
articulo,  lodas  las  paiabras  que  raodifican  el 
noiDbre  considerado  en  su  estension,  será 
preciso  coiocar  eu  esta  clase,  no  solo  las  pa- 
labras  que  improyiameote  se  liaman  pronom- 
hre$  demostrativos,  sino  lambien  los  Dombres 
Domerales,  y  ias  palabras  todo,  cada,  alguno, 
lÚMguno:  en  cuyo  caso  el  articulo  será  sioóoi- 
mode  adjelivo  deterroinalivo. 

lU,  Jdeasaccesoriasdelarticulo,  Auncuan- 
do  la  funciou  esencial  dei  articulo  sea  sacar 
loé  nombres  de  la  forma  abstracta  para  pre- 
seotarios  como  sustancias.  se  le  puedc  sinem- 
baigo  añadir,  como  á  todas  las  clases  de  adje- 
tivos,  ideas  accesorias,  que  se  espresen  por 
alguDas  ligeras  modiflcacioDes  en  la  forníia  de 
lapalabra. 

Asi  el  arttcdlo  recibe,  como  los  adjetivos 
oidiDanos,  modiflcaciooes  de  géoero  y  de  nú- 
mero,  el  para  el  masculioo,  la  para  el  feme- 
süio  7  lo  para  ei  oeutro  en  singulur:  los,  las, 
pva  el  plonii  de  todo  género.  Ks  evideote  r|ue 
el  gén^  y  el  número  del  articulo  dependeo 
del  sostautiTO  á  que  se  reOere,  y  difícitmente 
se  coDcibe  conio  se  ba  podido  decir  ({ue  ei  ar- 
Ueolo  és  ana  paiabra  que  sirve  para  diterminar 
el  género  y  el  oúmero  dei  Dombre ,  sieudo  aüi 
qoe  es  neeesarío  cooocer  este  de  aotemaoo 
pcra  emplcar  tal  ó  cual  clase  de  articulo.  Es, 
>io  embargo,  iDdudable  que  en  los  idiomas  eu 
qoe  et  género  del  nombre  uo  se  Oja  por  ona 
leroiinaciOD  seDSible ,  esta  palabra  puede  ser- 
túr  pora  dar  á  coDOcer  el  géoero  al  que  otga  uo 
Bombre  por  ia  primera  ves.  Gousiderado  bajo 
eüe  puntode  vista,  el  articulo  poede  ser  de 
flMic]^a  utilidadpara  lo$  e&trangeroa. 


El  arficulo  es  ademas  sosoeptlble  de  caooi  - 
eo  los  idiomas  que  cooocen  la  declioaciOD:  y. 
Hsi  esqiie  eo  griego  se  le  declioa  6,  xoO,  tu), 
TÓv.  PnJiera  decirso  basta  cierto  punto  que  e) 
ariiciilo  tione  rasos  en  españo),  aunque  uingun 
nomhre  los  recibe  en  »iis  terniinaciones.  Del, 
Ifi,  al,  m\  el  geniUvo»  dativo  y  acusativo  del  • 
arliciilo  el,  y  cn  las  cuales  seve  combinada  la 
preposicion  con  el  artículo  (de  ¿l,  áét,)  Del  mls- 
nio  modo,  en  cl  latin  y  en  el  (irriego  los  nom-' 
bres,  en  los  casos  oblicuos,  no  son  sino  espre- 
siunes  abreviadas  de  uoa  roisina  cosa  y  de  la 
relacion  quetiene  e^tacosacon  otra. 

IV.  Sinlaañs  del  artieulo,  ómanera  de 
usarlo.  De  la  naturaleza  del  artíciilo,  tal  como 
le  hemos  dado  ¿  cooocer,  coosideráodolo  co- 
mo  uoa  palabra  üestinada  á  áiisiaiilifícar,  y  i 
anunciar  qiie  el  nombre  se  considcra  bajo  el 
puuto  de  vista  de  la  estensioo,  se  derivao  cíer* 
tas  reglas  que  la  gramática  general  prescríbe  i 
todas  las  leoguas.  Entre  ellas  poedc^scntarse 
como  general,  que  el  artículo  debeomitir.'^e  de- 
lanle  del  nombre,  siempre  que  csti  destinode 
á  espresar  una  cualidad  abstracta,  ó  que  reaU 
mente  considera  tal  el  entendimiento.  Por  eso 
eu  gríego,  en  espaúol  y  en  todos  los  idiomas, 
el  urticulodesaparece  dehintedel  nombredes-" 
de  qne  &e  le  emplea  como  atrlbuto.  Asi  sucede 
en  eütas  espresiones.  Auguito  se  huoia  ado* 
rar  como  dios.  ün  rey,  no  por  ser  muypode- 
roso,  deja  de  ser  hoMbre.  Desaparece  asimismo 
en  eslas  otras:  o^ascofno^omOfe:  ser  tratofto 
como  rey;  porque  en  ellos  solo  se  tiene  pre- 
senle  la  cualidad  abstracta  de  hombre  y  de 
rey.  En  esias  locuciooes:  El  Café,  comedia; 
El  Trovador ,  drama;  La  Eneiaa,  poema;  el 
articulo  sei;ia  completamente  inúlil  deUintc  de 
las  palabras  comedia,  drama,  poema,  porquc 
110  se  coosidera  ¿ino  esta  coalidad  de  la  olifa» 
por  la  cual  se  dlstiugue  de  las  demas. 

Tambien  será  completamenle  ioúUi  cl  arli- 
culo  cuaudo  por  otros  medlosse  baya  iudica- 
do  de  una  manera  clara  y  precisa  que  ;^e  trata 
de  un  ser  verdaderu,  de  una  cualidad  ubstrac- 
ta;  se  podrá,  pues,  y  aun  se  deberá  suptimirlo 
deianle  de  todos  los  nombres  propios.  Si  esta 
regla  purece  qne  puede  ofrecer  alguna  escep* 
cion,  es  porque  los  uorobres  que  ahora  consi- 
deramos  como  propios  ,  ban  sido  por  mucbo 
tiempo  abstractos  y  geuerales,  y  se  oecesita 
unir  á  ellos  el  arUeiilo  para  sustantificarlos  ¿ 
individualizarlos.  Ksto  se  hace  muy  senslble 
eo  la  lengua  griega,  en  la  qne,  si  bien  todos 
los  nombres  pro|)ioB  están  precedidos  del  arti* 
culo,  es  porque  lodos  espresan  alguoa  cualidad 
que  poseian  eo  muy  alto  grado  los  prlmeros 
griegos  que  usarou  aquellos  nombres.  Ejem- 
plos:  *0  <I>tXticiioc  quieredecir  afidonado  dcu" 
bfslto$:  '0  Ai¡iJLO<rc¿vit<,  la  fuerza  del  puebh: 
'0  8e(ji((rcoxA7(i< ,  ta  ghria  de  lajusticia.  La 
aplicacioD  de  esta  regla  tambieo  se  deja  codo- 
cer  en  espaool ,  porque  se  ve  qúe  los  únicos 
uombres  propios  ó  de  apellidos  que  llevan  ar- 
liculos  son  los  que  sirven  al  mismo  tiem|Jo  p^ 


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AOTIOeLO 


ra  desigiiar  db§elos»  eiHiYidi«)ts  ó  f>rofl»ionPs: 
per  e}em|)lo,  ia  Cruz,  la  Cnnal,  Ui  Moneda, 
la  Zarta,  del  Robh ,  del  Pino,  del  Romero; 
apeltidos  todos  muy  usuales  y  coiiocides  eutre 
nosotros. 

Podrásc  asimisraosuprimer  cl  arlículoenan- 
do  el  nombre  vaya  acompafíado  dc  nn  adjelivo, 
qtie  5ín  relacion  con  el  susianlivo,  demueátre 
sufldentemenlc  que  el  nombre  qne  caliOca  se 
cenaidera  como  una  anstancia;  lo  cual  se  espli 
ca  por  este  modo  de  hatilar:  he  leido  buenos 
libros;  conozeo  períonas  amabUisimas,  y  otms 
ieste  tenor,  sicndo  en  tal  euso  de  todo  punlo 
iodifereDle,  qiie  el  adjctivo  Taya  antes  ó  dei¿- 
pues  det  sustantiYo. 

Por  el  contrario,  debcrá  usurse  el  artlculo 
siempre  qnc  un  nombre  cnalquiera,  aun  cnan- 
eó  Eca  abstracto,  se  considere  en  la  locucion 
6  fraae  como  «na  snstancia ;  y  esio  sucede 
slempre  que  el  nombre  ea  el  siigcio  de  la  fra- 
8t,  y  que  i  él  Be  reflere  nna  ciiaiidad  cnal- 
qniera.  Asi  declMos:  el  hnmbre  es  mortal :  la 
ómsidad  cs  madn  de  todos  los  iücios:  elpoe- 
ma  ée  Virgúio  lUva  ia  palma  sobre  hs  demas 
pítenms  lafinos. 

^ovao  e)  artioulo  por  si  solo  no  determlna 
k  unidad,  la  plura44dad,  ni  la  universalidad, 
han  de  ser  otras  eirconatancias  las  que  nos  han 
de  enseñar  ¥,\  el  Mitnht  ann  en  síugular,  ns- 
preta  h  «lasetnteni  ú  el  indivldut;  si  en  plu- 
rar  designa  toda  k  olaie  é  selo  uiia  pane.  Po« 
deaioi:,  Blii  enbargth  deeir  qtie  cn  general  el 
articklo  el.  cuaiido  el  nombre  (pie  lc  precede  no 
Tt  acompai^ado  de  ninguna  señal  de  delermi- 
naoton.  espreaa  la  dase  entera;  por  ejemplo: 
dhombré  es  Siipériorá  h  heslia;  qne  cuaado 
va  segnido  dei  pronombre  coHjuntivo,  ó  de  un 
nombre  que  esti  onido  i  él  por  una  fireposi- 
cmn,  espresa  el  individno:  ejemplo:  el  rey  de 
España  es  $1  hsredero  de  sus  mbueios.  Siieede, 
mm  ombir^o,  aignnae  veces,  qiis  el  nomliie 
pvecedido  M  artíenlo  designa,  aiin  sin  rstar 
aegutdo  áa  niiiguna  señal  de  delerminacion, 
nnfeolo  individuo;  esto  suoede  ouando  e!  indi- 
fidoo  potee  por  escelencia  la  cualidad  desig- 
Mda  por  ei  norobre»  ó  cuando  las  círeunstan' 
ciasdel  tkmpoódet  lugarindioan  bastante- 
mtnte  q4ie  ne  puede  Iratarse  sino  de  iin  solo 
MidiTidiio.  Asi  es,  ^ie  los  gri  gos  designaban 
á  Bomero,  fiuripiáee  y  Demóstcnes ,  por  los 
Komhres  de  el  poeta,  ¿i  trátjieo  y  tl  orador:  y 
asi  'es  que  cuaudo  nosotres  d<^eiinos  el  rey,  la 
wma,  »e  comprende  perff^ctamente  que  quere- 
nm  hablar  del  rey  ó  de  *a  reina  actua). 

Las  brovea  observaetcjnes  qite  anteceden 
bastar in  para  enseñar  el  verdadcro  nso  qiio  de- 
be  haocrse  del  arliculo,  y  corregirá  los  crro- 
res  de  los  qoe  croen  que  en  ^iHtmática  la  ra- 
MM  pnf  de  «ervir  dc  guia  tan^  coHto  et  uso. 
ün  cmbarfTO»  nínguna  pHrte  de  «ttestra  lengua 
oCrccc  mas  di(lciiltaded  i  los  estrangeros ,  y 
esta  consiste  en  que,  adeanas  de  que  el  mayor 
ndmoro  de  los  gramáiicos  no  han  cuidado  de 
rtitoauirse  iMsta  el  exáoien  du  la  nahiralesa 


del  artisnto  ptrt  deriTtr  it  ttlt  ttánm  lis 
regla<%que  dan  aoerea  de  ét.  el  nso  Tleite«|iii, 
como  en  las  demas  partes  dt  la  lengoa  y  de  lá 
ortografia,  i  violar  i  cada  instanie  las  reglu 
de  analogia,  y  snstituir  sns  estraTagtntes  ca- 
prichos  á  las  leyes  de  !a  rason.  ¿Por  qoé,  si* 
no,  se  ponen  los  arliciilos  deiant^  4e  lotMii- 
iii'es  de  paises  como  la  B^pdM,  la  Franeia,  la 
laglaterra  y  no  se  poneirdelante  delAa  nom- 
bres  de  ciudades,  eomo  Madrid,  Semliá,  ¥&■ 
ieneia. 

V.  atUidaddelmrlUmló.    El  arilcnlo,  eoao 
nias  arriba  hemos  obierTado,  no  te  encittntra 

'  en  todos  los  idioroas  y  no  es  nno  de  lot  tie- 
mentos  csenciales  del  tengnaje.  Eslo  es  lo  que 

!  ha  dado  origen  i  prcguntar  si  esta  ptlabra  ot 
era  inútil  al  discnrso,  si  no  se  podria  pre«- 
cindir  de  tlla,  suprimiHt,  ün  ^itaf  por  eioá 
los  idiomas  que  se  sirven  de  ellt  nadt  de  st 
claridad  y  de  iii  tlegtncit.  Hú  p«od«  negaiBe 
qne  esa  multitud  dt  articulos,  de  prtpoticio- 
nes  y  de  parliculas  de  toda  clase,  qot  nnestro 
idioma  lleva  sieropre  (ras  de  si,  le  dan  tlgata 
lentittid  y  pesadcz.  Esto  se  nota  todtTit  nas 
t{iie  enire  nosolros,  entre  nuestros  Ttelnos  Iti 
franceses,  cnyo  lengUDJe  abundt  en  loniiiBt- 
rables  partfciilas  de  esle  género.  tsio  ts  ita 
duda  lo  qoe  ha  hédio  deeir  i  Jnlio  Csctligeit 
hablando  de  nnestro  artíciito,  oltotiMiiltTiit- 
cissimctdtfilft^  tns/rttmeii(ttm.  En  d  estilo  li- 
miliar  en  que  se  permile  tuprímirlo  tlgnna 
Tez,  en  nada  pérjudica  esta  sapresion  i  U  ola- 
ridad;  por  el  eontrario,  la  espresion  gtta  m- 
chas  veoesen  graoia  y  TiTaddad.  Bn  It  itnyw 
luirte  de  los  pruverbios  y  dt  lot  dldioa  tqI« 
gares  te  le  tiipriine  frecnentemtnte:  Mtt  itle 
pájaro  on  mano  (|tie  6ttífre  volando. 

PónganseltB  i  estos  adtgins  tos  trttoults; 
se  verá  como  pierde  la  espretion  en  enerfii, 
y  como  86  Hos  presontan  ro  :8  largu  y  embt- 
razosas. 

Esio  no  obsianfe,  es  innegable  i}nt  el  tat 
dcl  articulo  tient  sus  Tentajas,  qne.  á  pttir 
del  abiiso  que  de  etios  se  htct,  tettttrfan  pst 
que  debiéramos  conserviiríos,  si  por  tl««  pan> 

:  ic  se  tiene  en  euenta  qne  lodos  Itt  ttfütrsos 

;  de  (03  grainátlcos  no  sot  etpte«t  pvt  < 

i  la  tutoridad  del  oso. 


Qmeni  pmesarbürimamít  tt  >»«, 


«Qiie  es  el  irbNre,  el  Jnez  y  In  ntrat  dtl 
lengiiaji;.K 

¡  Por  otra  ptirle,  alf  unos  granilltos  inM- 
I  genies  han  liecho  conocer  It  «ülidad  det  till- 
culo  en  algnnos  ejcmplos  en  qne  litn  piictlt 
en  parangon  el  latin  con  el  letguajc  dc  las 
nacionet  moécrnaB.  Esta  stia  pregunta  iStíns 
rtsJ  puede  entendersc  y  tradncirte  de  ires 
maneras  dittintas.  iBs  refft  Mty  «»  vefft  SsM 
el  reyt  U  espresiun  Da  miki  pamm  ptdri 
sfgniUoar:  dame  pm,  dame  unpan,  dsimsé 
pan.  Qomoeslos  pudieran  clltrse  iiHiMnierableB 
ejemplos.  ^n^Mgtmot,  puei,  em  ^fsñ  si  ^ 


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ARTICULO^AinLLERIA 


«W 


artfcolo baee  perto áÍoiidlomM <|m Í6 ittafi 
algio  de  cia  concísion  j  rapídesqne  ^e  admtra 
ea  foa  qiie  no  lo  nfan,  contrtbnjre  lambien  é 
daríes  clarldad.  y  que  por  este  mediu  lea  ba- 
ce  masá  propósito  para  conseguir  el  objelode 
todo  idionia,  quo  cs  el  de  espresur  con  lldetí- 
éad  el  nensamienio  del  que  habla  ó  ea- 
cribe. 

IBTILLEBIA  (4).  (^rta  müUmr,)  Arte  de 
eNislniir,  conserfar  y  bacer  uso  de  lodas 
lasarmas,  máquinas  y  municiones  de  guer* 
ra.-*Un  Ireoeoalquiera  de  piezas  de  todosca' 
libres.— >EI  euerpo  mllitar  deslinado  al  servi. 
oío  de  la  arUUeria. 

Tres  son,  piies»  las  deflBiciones  generales 
dt  esta  paliibra  ea  el  arte  mititar.  De  ella  va- 
lios  á  ocnparoos  y  para  eato  uos  taldremos 
tambien  de  ella  tlteruaiirameiile  en  bos  Ires 
signiflcarioiies. 

Slimoi^im.  Uncbos  y  del  todo  aventurj* 
dos  son  lo6  orígfao^diMinlosqne  puodeii  dar- 
se  á  la  palatira  arlitíeria.  Uoos  la  baceo  dtri- 
w  de  la  Tos  ertiHator,  lacoal  dícen  eqoiralt 
á  la  frase  eé>  arU  {dól  arie)  y  eslos  apoyan  sii 
opinion  eo  la  bipótcsis  dt  qne  el  nombre 
mtUUria  se  dió  desde  anlti  de  la  invencloe 
de  fais  pieaas  á  los  que  eorrian  coo  los  in^- 
Dlos  6  máqulnas  eu  los  eiércitos,  ai'iadteodo 
qae  iuego  esla  pülalira  ae  afilicó  por  esoeleu- 
da  á  lo»  caDonea  cuando  fiierot  iiiveDtados. 
Otrofi  enidttos  derivau  caU  paUbra  de  la 
frate  fambieu  latinu  anloUemdi;  algunot(iáB- 
la  SQ  ortgen  en  las  palabras  itaiiani$  mrie  gl¿ 
•ra^  y  uo  fallO  quieela  dcriv&sede  la  vos  ar* 
tiUer,  qtic'  supotien  se  usd  aDliguameiito  eo  el 
babia  firanfesa  y  que  boy  no  gota  signlfioa- 
cion  algiioa. 

Pero  la  etimologia  de  la  palabra  artiUeria 
es  lo  mas  cierto  que  i>ea  taa  oscura  como  el 
nao  tn  todot  los  graiidet  cjéncftos  4e  lea  1n- 
geo'its  primero  y  de.^pues  de  los  caíitnes,  «1 
arttf  de  cnyt  constriKícioR  y  servicio  se  apüca 
bov  en  todas  partes  e¿4a  vos. 

Mitítíria  aútigiua,  Si  bemos  Úe  aplicitr  cl 
ttnbre  úe  arliiieria  ó  lok  aiitignos  ingenios 
psra  balir  lin  ranniltti»,  aM  octno  é  bt  oaño^ 
HiqttepofiteriocmeatCHustitn  veron  aaquelltt, 
lahiFtoriadeestiiarma  éAe  divídirae  en  4os 
épocat  principales:  la  ooa  qiie  corFetpeada  á 
lit  dittlotos  aparatot  dt  lot  liempos  anterio- 
RB  ai  dasetiiriinieirto  y  apliracion  de  ta  p6l  • 
vtrt,  prtptarnttite  llamadtt  tiijfefitoi,  y  hiotra 
parte  U  quc  atañe  ¿  aquclla  Uesde  ei  uso  de 
Ittctiones  iitstt  irae.sirps  dttf ,  á  U  cual  se 
Ha«*  tmtrifiraga  {derribatorret),  despues 
lamemtim  jlorfnafilo)  y  hoy  aríUíeria. 

^tmera  épeca,  ^sde  ios  tienipos  mts  rc- 
molos  «pireceu  iisados  Itt  itgonios  tn  \oé 
ffondes  qórciicjé  de  todospatsts  {itradtrribar 
^  aasluertes  oraraltasy  allantriiütmattnae* 


(IJ  £n  «ütti  y  loé  posterioires  articuloJi.hMU  el4e 
^iMeriü  e  trangrra,  incitnite  ,  sot)re«*miéoaa$c 
qaeaot  rerertoMM  i  la  artiUeria  dtsltiva. 


cesMflti  obttienles.  Bt  efeelo,  Hahuetdeno- 
sor.  rey  de  Ba;bilonla. por  losaños  4  >t  de  ftomt 
(620  anles  de  J.  C),  empleó  en  k)f  sitios  de  Tl« 
ro  y  lerosaloB  poderesos  ingeuios.  Posterior- 
mente  en  lat  anliguas  tnrbolencUs  qte  oonr- 
rieron  en  la  cludad  deCidisenlrecartagineses 
y  fénidos,  aquelloe  usaron  eon  éxMe  lot  in* 
genios  y  tomaroa  de  los  últitios  U  dudad  por 
fneraa  de  armus.  Kuestro  bistoriador  el  padrc 
Mariann,  hablando  de  estoal  princlplo  de  sa 
»:)ra  diee:  en  e$te  eerco  pretendieronatgunat 
que  Pephaemena,  un  artilwí  natural  de  Tiro, 
inventó  de  nuevo  para  batir  lo$  mnros  el  tn- 
genio  que  ttmman  ariete,  La  duda  que  revela 
sobreestoel  liistoritdoraldecir,  pretendieron, 
moestra  que  en  ello  cabe  alguna  incertldum- 
bre,  y  ul  deeiri<4  nueoo  indic'i  tambien  qiie  el ' 
iugeiíio  llamado  ariete  habia  sido  osado  por  lo 
roenos  ya  ea  tlempofi  mas  rcmotos  que  ios  de 
fenieies  y  cartagitetes  en  Eepaña. 

En  efecto,  parece  iiidiid:ible  qoe  los  pHme- 
ros  ingenios  laeron  Invontados  por  las  nacio-» 
net  Bslátíeas  y  usados  en  lot  silios  de  ciuda- 
des,  asi  oomo  cn  las  bttallas.  Ho  putde  ase« 
giirtrse  ia  clase  ni  núoiero  de  los  ingeniot 
4|ue  entonees  se  ustban  y  solo  se  dcduce  per 
U  leetura  de  las  bistorias  belicosas  de  aqueliot 
ptisesqiie  U  raayor  parie  dc  las  roáquinas,  eu- 
yo  antiguo  uso  hey  se  conoce,  erao  usadas  yt 
en  los  ejéreitot  ée  U  mas  remota  antigttedad 
dei  Asia.  A  losencargados  de  U  coaservaciou. 
constrtodon  y  empleo  de  est.s  máquioas  Ha- 
mábase  en  general  ingenieros,  cuya  denomi* 
nacioiiv  por  constgoieHle,  comprendia  tambien 
á  los  que  boy  Uamaraos  artülaros  ennuestrot 
ejércilos.  Al  tren  de  los  iogenios  que  se  Ueva- 
ban  para  batir  lUmábtae  me^iiiaria,  y  al  trte 
é  ingeuios  tutigaos  de  batirse  daboy  el  nom- 
bre  genend  de  iBoüore^/ioa  ó  fittro6a<ialma« 

Et  iiso  de  los  iiigeolos,  propios  para  lansar 
piedras,  dtrdoé  y  proyecliles  se  pierde  en  It 
mas  remola  aetigttedad,  y  tuvo  orígen,  oomo 
queda  dicho,  en  las  tacioues  del  Asia.  Dc  eslat 
\)¡tíó  despeeseoosa  civiltztdoo,  tal  enal  estt- 
btt  ;ideltDttdi,  el  coAodmietto  y  uso  de  los 
ingenios,  á  los  demas  ejércitos,  j  sc  biio  ya 
taoy  getertl. 

Im  remanos  sobre  todo,  si  grandes  eoo- 
quisladore^,  mas  imittdores  aon  de  lo  boene 
qoe  de  cietclas  y  arles  encontraban  en  lot 
pueblot  qee  aoinxgabaii.  fueron  Kw  qoe  reo* 
nietide  cnanlos  ingmioe  habia  conocidos  antl- 
guonieoltí,  los  reoü^pron,  adelaolaron  yapli- 
caron  con  superíor  éxito  y  tcicrto. 

IHn^na  ebranos  haii  dejado  los  anügaos 
roMianoá  por  donde  se  trttsrotta  i  ooestraedad 
(íl  üslado  (íomp^lo  y  adeUulosdeU  maquinu- 
riu.  Be  Us  tiihtonas  de  siiá  í^iierras  puédense 
univamLnte  entrrsacar  alguuDS  daloji,  por«- 
moote  cpisódicoá,  qtie  babieodo  sido  con  bas- 
ttt&lc  trtbaio  reimldos.  bos  dan  oooociuiieiito 
de  alguaos  mgenio$t  que  foeron  los  mas  uta- 
dos  y  qiie  suciiitaroenlM  describiBeawe  como 
sigtlé. 


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683 


AIITILLEIUA 


•M 


DÍTidiretfios  oon  lilpsio  y  nuestro  Marin  7 
MendOBa  los  ingenios  en  dos  clases,  á  stber: 
arHficiosY  iiros. 

En  generalá  lotar/t/kTtof  de  batir  llamaban 
armatoateM,  Lod  principales  annatostes  cnyo 
uso  boy  se  conserva  eran  los  Eigoientes: 

Laa  vineas  6  vinas.  Gonsistia  este  ar^ 
ti/ieio  ó  armatoste  en  dos  tablones  Terticales 
unidos  por  la  parte  superiorcon  un  tablon  for- 
rado  de  fucrtes  pieles  incombustibles  á  los  ii- 
ros.  Servia  como  blindage  á  los  Ingenieros  al 
acercarse  á  ias  murallas  defendidas.  Tambien 
se  usó  mas  peqiicña  para  los  centinelas,  de 
donde  se  dcrivan  las  actoaled  garitad.  En  la 
edad  media  se  llamaroo  causia  ó  catti. 

liOs  fÁutos.  Son  una  especie  de  vineas, 
En  la  edad  media  se  les  llaroó  ieffoay  algunos 
I08  llamau  spaUones. 

El  testudo,  tortuga  ó  testudinis.  Bste 
armatoste  era  parecido  á  los  anteriores  y  ser- 
Yia  para  blindar  los  arietes. 

El  ariUe.  Gomponíase  este  iogcnio  de  on 
aparato  de  roadera  compuesto  de  dos  arma* 
lones  separadas  y  que  servian  de  apoyo  á  los 
d08  estremos  de  un  e]e  del  cual  pendia  por 
medio  de  una  cadena  una  gran  viga  equilibra* 
da  conrelacional  punto  de  suJecion,por  laca- 
dena.  En  el  un  eslremo  tenia  esta  viga  noa 
gran  masa  de  lilerro  de  formacualquicfa;pero 
qne  generalmente  concluia  en  una  gran  cabe- 
la  de  carnero  (aries)  de  dondetomaba  este  in- 
genio  el  nombre  de  ariete.  Esta  viga  estaba 
fbertemente  abrazada  por  aros  de  bierro  para 
que  no  se  bendiera  á  los  repetidos  golpes  del 
ariete  contra  las  murallas.  Para  bacer  uso  de 
esta  máquina  se  la  acercaba  at  moro  liasta  tal 
punto,  que  haciendo  oscilar  como  un  péndulo 
Ía  vigu  con  la  cadena  que  la  sostcnta,  aqnella 
al  ir  bácia  la  muralla  estrellaba  la  oabeza  del 
aries  enastada  en  su  estremo  contra  la  fábri- 
ca,  la  conmovia  ó  la  boradaba,  y  porfln  la  de- 
roolia.  Empleábanse  en  este  ingenio  muchos 
bombres  por  la  gran  fueria  de  brazos  que  exU 
gia  el  poncrla  enacclon.  Este  Ingenio  se  teoía 
sobre  polines  sobre  los  cualcsse  le  hacia  rodar 
para  trasportarle. 

La  caíapúlta,  Gousistia  como  el  anterior 
en  dos  pontones  verticales  tijos  y  uoidos  en 
sn  parte  superior  por  una  fuerte  tabla  de  ma- 
dera.  En  su  parte  inferior  contenlan  una  espe- 
cie  de  tomo  conun  cric  ó  gato  óun  fiador  para 
liacer  que  aquel^irasc;  con  el  tomoempalma- 
ba  fnertemente  el  brazo  de  ia  catapultat  qne 
tenia  en  su  estremo  /a  euehara,  que  era  una 
cavidad  eii  donde  se  colocaba  la  piedra,  coro- 
bustible  á  otro  cualquíer  proycctit  qiie  se  laor 
xdba  dentro  de  la  plaza.  Por  medio  del  tomo 
ó  molinetc  citado  sc  hacia  girar  con  violencla 
el  brazo  y  con  él  la  cuchara,  quc  arrojaba  con 
la  fuerza  de  sii  impnlso  el  proyecUi  á  la  dis- 
tancia  conveniente.  Tambien  estoa  ingenios 
eran  trasportados  sobre  polioes  ó  medas  fuer- 
tes  y  pequeñas. 

timriete,  pues,  era  el  ingenio  áque  prlo- 


cipahneute  susUtoye  boy  ia  bata  rasa  del  ca* 
fk>n;  T  la  catapolta  la  miqoioa,  coyos  efectos 
suplen  hoy,  aooqoe  coo  mas  estrago,  nuestros 
inorteros  y  obuses  al  arrojar  las  bombas  y  gra* 
nadas. 

Ei  cuervo,  Este  ingenio  se  usaba  en  las 
plasas  sitiadas,  porlosdefensore^.  Consistiuea 
un  aparato  á  manera  de  caballete  sobre  el  qiie 
tenia  apoyonnalarga  Tiga  en  forma  üe  palan- 
ca:  uno  de  sus  estremos  miraba  á  la  parte  de 
adeniro  y  tenía  nna  larga  maroma  flja.  El  otro 
estremo  de  la  viga  miraba  al  campimeoto  del 
sitiador  y  llevaba  fija  otra  maroma  que  eo  el 
ostremo  oscilaote  teoia  un  garflo  á  maoeca 
de  cuervo,  de  locual  tomaba  diogeniu  .<u  de- 
nominacion.  Soltábase  con  rapidez  la  marona 
de  la  parte  de  adentro  del  moro,  el  peso  del 
brazo  esterior  ioclioaba  violeotamente  la  vi^ 
ó  palanca,  el  cuervo  colgado  osdlaba  al  mis- 
mo  tiempo  rasando  al  soelo  y  engaochaodoal- 
guna  persona  ú  objeto  la  arrastraba  adeotro 
del  rouro  ensu  ascensionripida.prodocidapor 
el  esfuerzo  con  que  de  la  maroma  del  otro  es- 
tremotiraban  los  sitiados.  (YéaseARMSO.) 

La  battesta,  baUeston.  Bra  un  aparato  for* 
madopor  doabrazoa  eocorvadoe  violeotanieu- 
te  por  raedio  de  una  coerda  elástica.  Gon  et  ba- 
lleHonse  arrojabaoá  gran  distancia  haces  de 
dardos»  ó  on  arma  cualquiera  arrojadiaa  y  pon- 
tiaguda.  El  onagro.  Erauna  btáista  degrandes 
dimensiones.  El  agger.  Goosistia  en  ona  graa 
torre  portátil  de  madera  que  rodaba  sobre  au 
polines  y  que  goarnecida  de  gente  eacogida 
era  empujada  sobre  los  moros,  icuando  no  bo- 
biese  foso  ó  este  se  lograaecegar.^  La  guami- 
clon  del  agger  á  la  misroa  altnra  que  la  gen- 
te  de  la  barbacanadel  muro  acometido,  pelea- 
ba,  incendiuba  lafortaleza  y  abria  iaspuertasi 
los  demas  del  ejército. 

iM  esoorpiones,  manubaüisteB  óbaUeS' 
tones.  Arrojaban  saetas  acanaiadas,  ea  ei 
canal  de  las  cualea  se  pontan  ponzonas  paii 
causar  heridas  envenenadaa. 

Las  escatas  para  asaltar.  Dnas  se  po- 
dian  doblar,  desarmar  y  enfoodar,  y  se  llaaM- 
bao  plieatites.  Otras  eran  decoeros  ooeidoa  y 
con  nna  untora  en  la  superflde  para  qoe  000 
aire  se  podicrao  inflar,  y  elcvindose  fadlita- 
seu  la  subida.  Otras  eran  de  cuerda,  tejidas  ooi 
garflos  para  tirarlas  y  dejarlaa  oolffadaa  dci 
muro,  i  las  cuales  llamibaae  retiouMas.  Por 
último,  los  speetatores  qoe  eran  de  ona  sola 
pieza  y  fljas. 

Los  totenones.  Bste  amuUoste  6  tmgeme 
se  hacia  clavaodo  eo  tierra  y  vorticoloseote 
una  viga  ó  dos  apoyadas  una  en  otra  y  bien 
fljas.  Se  colgaba  otra  vtga  del  estremo  snpe- 
rior  i  manera  de  palanca  de  priroera  especie. 
Bn  un  estremo  de  la  viga  colgaba  pendieaie 
por  cuerdas  onalabla  en  donde  »e  pooiaii  tres, 
cuatro  y  mas  soldados.  BaJando  el  estresio 
librc  de  la  viga  pendiente,  el  otro  sobla  coo  la 
tabla  y  los  soldados  al  nivel  del  moro  y  aqoe- 
ilos  leiovadiaD. 


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6tt 


ARTILLEIUA 


6M 


Loslifoiprineipales  faeroa  los  signientes: 
La  honda,  igual  á  las  actoiies.  Fijando 
en  la  mano  los  dos  estremos  y  acomodaDdo 
en  las  zapaiülat  de  la  honda  la  fnedraó  oanto 
euaiquiera,  se  da  uq  foerte  impulso  á  este 
tirOf  f  soltando  ono  de  sus  estremos  de  la 
maoo,  se  colociba  el  proyeclilá  gran  disfaQCia. 
Rnbo  tres  clases  de  himda.  La  acibocta,  usada 
eo  li  Acaya,  que  tenia  en  el  medio  tres  ramO' 
ki  ó  lapatHíai  para  sujetar  la  piedra.  El  ces- 
trofendwtt,  queusaron  los  romanoscouiraPer- 
seode  Macedonia,  yque  arrojal)a  saetas.  El 
fustibaio,  que  era  una  lionda  que  se  disparaba 
por  medío  de  un  palo  i  que  se  ataba.  Tambicn 
pareceselIaniaroníi6n(ia  óHbralia  unas  lion- 
das  que  Ügiban  piedras  de  i  lifara,  y  /i6rato- 
ret  lo  qoe  las  usaban. 

Los  sudea.  Estos  tiros  eran  unos  made- 
tM  de  punta  endurecida  al  tüego. 
Los  faeeo.  Hachones  encendidos. 
Lo3  herrados.  El  asta,  ia  pica,  etc. 
El  verutmno.  ün  dardo  moy  flno  para  tras- 
pisar. 

La  ge$$a.  Tiro  largo  de  hierro,  mayor 
qtte  las  espadas.  Los  romanos  lo  tomaron  de 
Ibs  gaulas. 

Loego  seguian  la  ira^iila,  las  sequree,  las 
Mcofuu,  los  wtartikarlnitui,  las  haUabardas, 
.  los  aeUdee,  los  ptumbatet  y  otros  mochos  <•- 
fot  que  fuera  prolijo  enumerar.  Cootra  las  mi- 
qnnu»  usaban  dos  especies  de  f\áegot  de  arii- 
fcio.  Ya  unos  roanojos  de  esparto  embreados, 
qoe  arn^aban  desde  los  moros;  ya  uuas  saetas 
qoe  eo  sn  mitad  llevaban  lino  ó  estopa  com- 
bDstible,  y  la  cual  encendida  y  despedida 
blandamenie  del  arco,  mataba  y  abrasaba. 

Ademas  de  e.^tos  y  otros  artiflcios  que  hoy 
se  va^ü  tamblen  para  aumentar  laresistencia  de 

tfortiñcaciones,  como  a6rq;oi,  possos  de 
,  ete»,  Qsaron  ios  romanosias  minat,  i 
que  llamaron  cunieuUf  como  mas  adelante  di- 
ftmo&. 

Ademas  tambien  de  estos  ingenios  de  la 
latigna  anttteriaetíBX\mke\tettudo,e\  nliopef 
j]i8m4qu%natoompuettat,  que  eran  oata- 
puUat  modiflcadas  por  roedio  de  una  guia  en- 
la  cacbara  para  arrojar  los  proyectiles  directa- 
mente  y  no  por  eleracion  coroo  aquella.  A  ios 
arietet  é  ingenios  que  se  acercaban  i  la  mu- 
nlla  y  debian  ÍMtirla  bajo  sus  fuegos,  se  cu- 
bría  con  una  especie  de  caseta  de  madera  qne 
senria  de  biiodage  i  los  artilieros  y  i  sus  In- 
geoios,  y  que  como  qneda  dicho,  se  llamaba 
vinea. 

*  Ta  hemos  dicho  que  los  antignoa  no  nos 
iuni  tranniHdo  obra  aigQna  sobre  sus  miqui- 
Bis,  y  solo  por  lo  taoto  podemos  dar  una  es- 
casa  diflnicion,  y  nos  vemos  condenados  i  la 
igDoranoia  de  la  infínidad  de  ingenios  que  los 
antignos  ejércitos  debian  ileTsr. 

Los  grtegos  fueron  los  primeros  que  del 
Asía  tonraron  y  loego  trasraitieron  el  uso  de 
mchosiDgeniosilaEoropa,  y  particulannente 
álofi  roBianos. 


Arqolmedes  en  el  sitio  de  Siracosa  (t06 
años  antes  de  J.  G.)  in? entó  nnos  grandes  in- 
genios,  que  arrojando  por  proyectilesinmensas 
moles  de  roca,  describian  una  trayectoria  an- 
tes  calculada,  y  cayendo  sobre  los  Tasos  de  la 
flota  iitiadora,  los  sumergiau  en  e\  fondo  de  lu 
agnas.  Los  delalles  de  estos  ingenios,  de 
efectos  tanto  mas  sorprendentes  quo  la  eato* 
pulta,  no  son  hoy  del  todo  conocidos.  En  este 
mismo  sitio  apUcó  para  aÍMrasar  la  flota  ro- 
mana  los  etp^ot  uttoriot  aquel  gran  filósofo, 
lumbrera  de  ia  física  y  de  la  meánica,  y  hon« 
ra  eterna  dei  snelo  siciliano.  En  ia  toma  de  ia 
ciudad  rottríó  este  saLio  despnes  de  haber  in* 
ventado  mas  de  cuarenta  miquinas,  y  esclare* 
cido  el  orbe  con  la  lus  de  sus  portentosos  des- 
cubrimientos. 

Por  el  pirrafo  que  heroos  citado  del  padre  Ma* 
ríana^  y  por  las  roejores  y  roas  antígaas  cróni- 
cas,  se  sabe  i  ciencia  cierta  que  en  Espaia  se 
conocieron  y  usaron  ios  ingeniot  ya  en  el 
tlempo  de  la  doroinacion  feoicia,  y  esto  es  bien 
evidente,  pnes  los  feoicios,  hijos  del  Asia, 
grandes  comerciantes  y  sabios»  qae  hicieron 
la  guerra  eo  ei  pals  de  los  hijos  de  Tubal,  de- 
bieron  ciertaroente  valerse  de  su  arte  milltar 
para  vencer,  y  los  españoles  no  dejarían  de 
copiar  algunas  de  aqueilas  roiquinas. 

Los  roroanos  trajeron  i  España  sus  ^érd- 
tos  é  ingenios,  y  no  cabe  ya  duda  alguna  de 
que  en  Us  guerras  de  turdetanos,  celttberos, 
de  Scipion,  de  Anibal,  Sertorio,  Viriato,  en  los 
sitios  dc  Sagonto,  Nnroancia,  Bgesta,  etc.,  se 
QsaroQ  toda  elase  de  ingenios.  Asi  signió  la 
artilleria  antigqa  de  esta  época  sin  qae  sufde- 
se  mas  alteracion  que  algun  adclanto  ó  uodl- 
flcacion  en  ia  roayor  perfeccion  6  segnrídad  de 
las  miquinas  ya  conocidas.  Los  romanos  y  los 
paises  qae  sometieron  usaron  la  artillería  de 
ios  íngenios  en  sus  ejércitos  sin  distincion  de 
paises. 

Algunos  creycron  que  la  dotacion  de  geU'» 
te  paraelseniciode  los  tn^0nios  era  casoal 
é  indeterminada,  por  cuanto  suponeu  que  á 
aquellos  acudian  en  trance  de  ataque  los  roas 
aflcionados,  los  roas  desocupados  y  con  ellosal«> 
gnnos  tribunos.  Esto  ni  es  factible  en  ejércilo 
alguno  y  menos  en  el  disciplinado  y  bien  orga- 
nisado  de  ios  romanos,  ni  es  creible  que  ua 
anna  tan  útil  como  ia  artilleria  estuviese  de 
fan  lastimosa  manera  desatendida.  Desecbada, 
poes,  esta  fálsa  opinion,  y  segun  otros  auto- 
res  (algunos  roroaoos),  roas  fundados  y  dignos 
de  té,  se  dedace  que  en  cada  centuria  se/cs- 
cogiao  ios  soldados  mas  vigorosos,  booradoB 
é  inteligentes,  cuyos  elegidos,  regimentados  é 
instroidos  despues,  coroponian  ia  fneraadear* 
tillería  del  ejérdto.  Estos  artilleros  tenian  ofl- 
ciales  espertos  y  escogídos  qne  ios  dirígian  y 
enseñaban.  Bajo  la  dominadon  de  Vejecio, 
por  los  años  390,  habia  un  prefeeto  dei  cam«> 
pOy  que  era  como  ei  comandanle  general  del 
arma  de  artillería,  al  cual  seguian  aigQBoa 
centofiones  y  tríbnnos,  que  le  ayudaban  en 


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W7 


AHTILLmA 


6tt 


SQf  Irab^.  Deftpnes  de  este  gfelé  soHrior 
8e|;Bian  UD  cenliiriofi  en  cada  cohorie,  t\  eu9\ 
dirigia  le  artiHeria  de  (a  miaaia.  Ua  tribuno 
C(iercia  (aflvbien  ina»d«  y  éireccioa  en  oada 
tegloa  aobre  ia  artitleria  de  las  dieze«bortes  de 
cada  um  de  qiie  aqne  Jas  constaba.  Udotacion 
4e  arlillería  para  cada  coborte,  consistia  en  ona 
grtB  oatápultu  Y  ^^^^  omaqrot  ó  6al/estoffiet 

Por  iodiefao  m  cenelbe  bastarHe  bteA  el 
eatado  de  la  antigii|  urtUierU,  De  ella  se  nsa- 
ba  «ieapre  conM  parte  Mdispensable  ca  los 
sitios,  y  alguna  tcz,  bien  que  «uy  rara,  en  Iqe 
baktüai  campaics.  Los  dos  ouerpos,  qtie  hoy 
llevanel  Qombredearlilkría  é  ingcnieros,  eraa 
etttoMes  nn0  aolo  dislinsuido  y  compiiesto  de 
gctttt  osperta  y  escogida.  Ademas  de  los  mn- 
chos  ingenios  de  aparato  que  entonces  erao 
usados,  se  apticabau  en  loa  sHios  etroB  mtl  me- 
dioa  y  artiOcios,  como  los  eonbustíbles,  ete., 
que  f  a  hemos  descrjlo. 

Pero  las  oaciolies  del  Norte  inutdaron  si- 
gk>8  despties  la  Enropa  Mf^ridioDal,  con  sus  in- 
nuaaerebles  bandas,  y  como  parte*muy  |)riR- 
eipat  ae  peeesiooaron  de  la  penliisula  españo- 
la.  Los  romanos  habian  difundido  sii  arlillería 
militar  ptr  todos  aus  dominios,  astcoaao  antes 
la  tomaron  ellos  de  los  grtegos  y  eslos  de  las 
uaciones  del  Asia.  Auoqiie  etiemigos  loa  godos 
de  lo8  rocnanoB,  no  deiaroii  por  eso  de  apode 
rarse  de  sus  íoventos  y  eatudiar  an  soporíet 
civiliaacion.Los  m^nios  paaaron,  pucs,  á  los 
ejéreitosgodos,  principalmente  laostopttKa, 
por  HMdio  de  ia  cual  se  adelantaron  basta  i 
arrojar  e«  vez  de  piedras  diversos  y  terribles 
corabustibiies  sobre  las  eiudades  <|oe  cercaban 
A  los  godos  se  atribuye  el  iftveMo  y  uso  de  los 
^gsre»  i>  torres  de  madera  que  dejamos  des«- 
crltas.  Tambíen  á  los  artUleros  godos  ae  atribu- 
ye  el  ingeaio  de  laiiattr  las  baroas  cargadas  de 
combttstibies  oootra  las  naves  y  puenteaeneroi' 
gos  para  abrasarlos.  Eslc  fiié,  pues,  el  eMado 
de  1«  aaiiguB  arttílariadesde  la  dominaoioQ  go- 
da.  Estos  tomaron  los  iogenios  (oomo  olroe 
muchos  uaos  y  leyes)  de  los  rooaanos»  y  \o» 
nsaron.  príncipaimente  la  cataputía  y  lo8«^^- 
re$  Y  íanchas  incendarims,  aaabos  ioveutos 
suyos. 

lieade  que  ios  árabes  invadieron  la  penin- 
sula  ibérica,  soiAisgaron  ¿  los  godos.  cuyii  ra- 
sa  se  habia  confondido  ya  con  la  espanola  an- 
tigua,  la  artillería  recibió  grandes  aumentoi; 
ea  su  eeoelencia  y  personal  en  los  ejérciios, 
y  «ei  siguió  basta  que  la  pólvora  se  ínvcntó 
bácia  el  año  4330,segun  uoos,  por  Gonstanti- 
uo  ABchlften  de  f  ríbourg;  segun  otros  unr  siglo 
despues,  el  año  4434  (Laporte  Epükéte»),  por 
alDKmgealeman  BertoMo  Scbwarts.  Los  Ingle* 
ses  qiiisieroB  teoer  tambie&  la  gloría  deeatein- 
veito  y  (alsaineRleqttiaieroBatribuirla  iim  frM- 
ciaoaooinglés  el  aao -1 WK,  llanado  Roferío  fia- 
con.  Algnnoa  Quisieion  daresta  i^ioria  á  Afqni- 
mtúHf  qoe  lanaaba  lea  rocas  aobre  la  flota 
rooytBfl;  pero  !•  maa  eierto  es  que  tal  iaveiito 
partaMaeal«m#enMbr¥itBy  de  loa  olMMMk 


oomo  tambieii  la  arttlltrla,  7  eslo  M  ea  e1 
año  85  de  léaucrísto»  hacienído  Ib  gutrra  á  los 
tirtaros. 

Se^unda  época,  De  todos  raodos,  luegoqoe 
la  pólvora  f'ié  iiiventiida,  el  sistemt  de  guar* 
rtar  fuó  caiabiadu  radícaintente  y  el  arte  aBti« 
tar  vidse  revoliidooado.  A  los  temibles  y  saf 
grientos  cbtqnes  de  las  antiguas  y  pid«olei 
masas,  sustituyó  una  táctica  roas  sábia,  ineool 
sangrleiita  y  subordinada  al  taWnlo  eslraté^ 
co  «nles  que  al  valor  individuat.  Loa  eaáoBes 
desde  enloiiees  poco  á  poco  sustitttyeroB  i  iai 
antigttos  ingenios. 

La  aplieacion  de  la  pólvora  i  laa  armas  dt 
fuego  tampoco  puede  AaltrmiDar^t  liD  coBlia* 
dioeiobes  ni  en  L  cfaas  ni  en  Ingar^  Se  sak; 
sin  embargo,  que  los  árabes  usaroo  armasda 
fttego  aiites  que  otra  micion,  y  el  cabaUero  Flo- 
rían,  aulor  muy  erudito.  en  su  Bistoria  á$  k» 
á  abe»»  dica  asi:  «Lo  fottaieaade  Algecíru,  d 
baluaríe  de  Granada  y  el  almaeen  de  los  so- 
corros  que  recilna  de  Afitca  fué  M^iadopit 
los  caslcllanos  (4342  de  J.  G.)  llucboá  cabailt- 
ros  franceses,  ingleses,  y  navarros  viBieroa  i 
estc  silío,  en  qm  uioroa  /oa  morot  de  eamim: 
y  es  lavez  primera  que  se  habla  de  ello»  tB 
ta  hi»téria;  porqwt  la  battltj  de  Creeif,  dend» 
staee^ra  ^ehs  teman  loe  in§lfí$es,  »e  éié 
cuatro  año»  detpues*  E»,  pae»,  á  lo»  meroi  é 
qtMnes  »e  debe,  no  la  inveHoion  de  ia  pikma 
que  »6  atrébuy»  d  b»  ohino»,  at  francisoem 
alemanSehwart»t  alinglé»  ^ogerio  Bacon^9i* 
no  ta  terrible  inveneion  dt  la  arliHeria,  8$ 
cmstante  á  to  menos  que  lo»  moros  han  fundi^ 
do  los  primerot  oamue», 

Nada  meior  se  piiede  contcslar,  ningoD  da^ 
to  mt^  puedeconiradecir  á  los  qne  preieDdea 
qiie  el  cañou  se  usó  por  piknera  vez  eu  la  be* 
talla  de  Creey  qiie  ganó  el  rey  dc  Ingtateiní 
Küuardo  III,  sobre  el  dc  Fraacia  Felipe  de  ^w^ 
lols.  EMa  batalla  sedióel  año  4346  y  el  titit  f 
Joma  de  Algeciras  porlos  caslellanos,  á  pesar 
de  la  artilleria  árabc.  acaeció  en  cl  de  434t 
como  el  cabtllero  Floiian  eopiadt  oot  dioi. 
Aderaus  los  mismos  escriUN-es  estrangerot  cat* 
Uesau  que  lofi  irabes  en  el  aúo  960  se  btlit- 
roB  coo  armas  de  fuego  en  los  alrededoret  dt 
la  Meca.  (Diciionaire desdale».  El'maiaiahia^ 
ioritídor  árabe.) 

Si,  piies»  los  árabcs  usaron  y  aplicaroa  It 
póivora  ea  Europu  antes  qiie  naUi^,  es  natiirat 
y  hasta  segiiro  que  la  aplicacion  de  la  pólvoiB 
á  armas  mayores  que  ias  qiie  ya  usabao,  i  Ít 
arlilicría,  es  esclusivamenle  suya.  Que  losifB- 
bes  conocieron  y  usarou  la  pólvora  autes  que  • 
olro  ptteblo  eii  nucstro  continente  es  mts  i|at 
proliablc  y  aun  seguro.  En  efecto,  Beguu  íb 
GODStaale  Iradit^ion  de  los  chinos  y  declaraoíBB 
de  varios  y  doetot  escrUores  de  AleipaAiB,  «alt 
sostuvo  antiguaraettte  con  los  chiootuRBB- 
mercio  ooolinuooomuaicMdose  aoibot  pueblos 
por  la  Arabia  Felis.  Cuandoel  padre  Herratia  tt* 
grea6  de  sus  mitiones  cristianas  dela  .GIhbb 
trajo,  ademas  de  lanoticía  dc  que  M  la  Cbiaa 


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m 


A&TOXEfiU 


oustia  aitílbria  aiHisaa,  eieo  voMnneaea  im* 

¡mo$  á  prioeipios  éel  aiglo  X  ,  segoo  roauitó 

(le  las  nolicias  qoe  aili  toroó  dicbo  oelesiásti- 

CQ.  TuvoimprentuEuropadesdeei  sigio  XV;  y 

éofde  esta  ^poca,  eo  qne  Buropa  empesé  á  im- 

prin^r,  iiasla  el  sigio  XVI  en  que  se  ímprimió 

la  hi6(orla  de  Ja  Ofaína  que  hoy  usamos,  y  en 

qaeacaeció  el  tegreso  del  padre  Berrada,  no 

paiará  tieiopo  sndoiente  á  que  desde  Álemania 

liegase  basta  la  ^iuoa  ia  invencion  alrílHiida  á 

GatieiBberg.  El  invento,  pues,  de  la  imprenta, 

m  eoiDo  ei  de  1«  p6lvora,  qne  los  atemanes  se 

atriÍK^rett  ly  qae  no  coneeden  ios  cliinos)  pudo 

muj  bien  iiai>er  sido  tomado  por  ies  contiauas 

reiaciooes  cemereiaies  de  Ciiina  y  Aiemaoia  por 

la  Moacovia  y  AralMa  Feli£  (cuyo  coiaercio  uflr- 

BMn  amlios  paises)  por  ei  fmile  Schwarts  y  ei 

artifita  Goltemberg,  lo»  euato  dieron  como  au* 

708  estiis  inveotofi  para  goaarde  elemorenom- 

bre.  Es,  pues,  lo  seguro  que  el  emperador  de 

ÍQs  eiúooa  VKey  inveRtó,  ó  al  menos  aplicó  p6r 

prioera  ves  la  póivon»  en  ia  guerra  eoutra  los 

lártaros  ei  afio.85  dt  Jcsucrislo.  La  noUcia  del 

\múe  ia  pólvora  ia  trajo  á  Europa  tambieo,  se* 

gnB  Ufaoo»  fray  Andrés  de  Aguirre,  proviociai 

de  la  órdeo   de  S;in  Agostin  ,  que  eo  carta  al 

maestro  fray  Pedrode  Ro}as,  su  amigo»  le  euen- 

laque  eo  aquel  imperio  vió  piezaade  artiHeria 

antiqui9imas  de  muy  galana  keehura  y  garbo, 

(uidé  hierro  ooma  ae  Itronee,  con  la  mttmoria 

del  üño  de  eu  fundaoion  y  Ui  emtkura  del 

nmbre,  armme  y  blason  del  rey  Vitey  iu  tV 

ventor,  Pray  Gonsales  de  Mendosa  dice,  como 

testigo  que  foé ,  la  graode  admiraoion  de  ios 

portogueses  cuaodo  por  primera  ves  foeron  á 

Ca&ton  (antes  que  los  españoles)  y  tiailaroB  ar- 

tiUeria  nmcbo  oms  antigua  que  la  de  Eoropa, 

eo  doode  fbé  iotroduoida  por  un  aiemao,  oiuyo 

nombre  no  dedara  la  historia.  Esto  se  escri* 

bjó  eo  ei  siglo  XVI,  época  en  qoe  estaba  verífl- 

cando  la  artillerit  uo  cambio  radicel  eo  el  arle 

de  la  goerra,  y  )a  cirooosta&cia  de  oo  ser  e<mo- 

cido  el  iovenli»-  prueba  barlo  bien  la  nsurpa* 

cioo  de  los  alemanee  eo  este  iovento.  Ninguoa 

cróoica  de  aqueila  época  dice  el  nombre  dei 

iofeotor  y  solo  si  qoo  fué  ua  inglés  unos,  y  un 

aieman  los  otros,  segun  la  opinion  de  oada 

croBista.  Véanae  las  crónicas  de  aquella  ópo- 

ca,  qoe  nada  dieen,  y  Júaguese  despoes  de  la 

veracidad  sobre  el  iBveoto  que  se  atribuyó  á 

S<^arts,  qoe  luego  se  dijo.  Por  estas  y  otras 

mocbas  razones,  que  ya  suponemos  innecesa- 

riis  despues  dc  io  dicho,  creen  actualnaente 

oiQChos  doctos  y  arqueáiogos  quc  ta  pólvora 

seinvenló  en  la  China,  año  85  de  Jeeucrislo, 

paf  su  emferador  Vüey,  y  qoe  los  aleflaaneft, 

eo  eomereio  ooo  aquel  imperio  por  el  interroe- 

<üa  de  la  Mosoovia  y  Afabia*Felii ,  la  diAuidie- 

ronpor  Ettropa  aai  coioo  el  usq  de  la  imprep- 

ta,  coyos  iaveolos  so  atrib«.yeron. 

Guanto  llevamos  dioho  compruebamas  k 
idea  de  que  los  ¿rabes,  por  cuyo  inlemedio 
ooBoderoii  lapólvora  los  alemaneSyla  conoeie- 
ron  taBü>iea  y  podieroB  faaberia  osBdo ,  oomo 

480     mitUOTIfiGA  mULiül. 


dícen  les  franeeses,  el  a£o  W  ea  los  alrote» 
dores  de  la  Meca. 

Dalos  muy  grandes  alegan  algnnos  par|i 
ereerque  Arquiinedes  en  el  sitiode  Siracosa  m 
valió  de  la  pólvora  para  Ninsar  sus  enormes 
proyectíles;  pues  don  Diego  de  Alava,  escritor 
eo  ei  sigio  XVI,  cüa  en  prueba  de  esto  á  los  histo* 
riadores  latinos  Vallurio  y  VHrubio  quedieenq«e 
Arquimedes  imventó  un  inslrumento  dehierro, 
que  arroiaba  ^  deepedia  de  si  gruesas  pieérms 
con  natcho  ruido  y  grande  estampido  tenie- 
jante  al  que  hace  unafiezade  nmstros  üewh 
pos  al  punlo  que  ta  dtsparan.  £1  ingenio  qae 
us6  Arquimedes  no  se  coBoee;  pero  que  nsase 
la  pólvora  no  se  cree  probable,  y  muy  biea 
piido  ser  la  foerza  impulsiva  del  proyectíi  qa 
efecto  de  ia  presion  del  aire  en  algona  roáqui* 
ua  ú  otra  combinacien. 

Pero  volviendo  ¿  la  biatoria  de  la  artiiieria 
en  España ,  quede  sentado  que  los  árab^  la 
tomaron  de  la  Ghina  y  la  trajeron  i  Europa  en 
los  sigios  de  la  edad  nedia.  A  cada  paso  en  las 
narractones  de  cercos  en  nuestras  erónicas  es« 
panoias  se  hailaa  oscura  y  episódioaroento  ci- 
tados  ciertos  ingenios  raros  y  no  eoooddos, 
que  con  grande  loz  ó  estampido  iansaiMn 
cícrtos  proyecUles  do  piedra  ó  hierro,  qoe  mu- 
lihiban  y  destruian  horrorosamente.  Eo  Uem- 
pode  donPelayo,  primer  rey  de  la  dinasllade 
ia  restauracioo  espa&ola,  seeita  entre  loamo-* 
chos  7  nuevos  inventos  en  el  arte  de  ia  goerra, 
uoa  portentosa  máqnina  do  terribles  efectoe 
y  de  uao  sorpreodente  que  por  entonees  apa* 
reció.  Goando  los  crisUanoe  en  4  418  si(tanMr4 
2arsgosa,  llevaron  entre  otras  ttoa  podf rosB 
máquioa  qae  despedia  ttuenos  y  haeta  reteow 
blar  al  impetu  de  eiios  los  mufos  alaoadot* 
Alfonso  I,  llevó  A  los  sitios  de  Zaragoaa  y  Tb<- 
dela  de  Navarra  uoa  larguisiflsa  piesa  UuDadB 
lombarda(^  esplica  muy  bien  los  Irti^BOf  que 
citan  noestras  eronicas.  Esta  pteza  ttískt  bof 
en  nuestro  rooseo  de  artüleria  y  la  époea  do 
su  coBstruccion  perteoeoeal  sigío  XI,  ai  ciiah, 
como  alsiglo  XH,  perteBecencasí  todas  luaa« 
ligoas  pieaas  que  se  guardan  en  dicho  OMMto^ 
Las  CFónicas  dicen  tambien  que  ios  érabea  ttsa«- 
ban  ingenios  iroposibies  de  resistk  para  Ibb 
ciistiaBos,  antes'  de  cilar  las  diclias  mAq^ts 
de  trueno,  y  estoínétca  lo  que4€(|aflmapttnla- 
do  sobre  el  primitiro  uso  de  la  artitleria  por  ioa 
árabes,  de  los  cuales  tomarlan  ios  espafioieB 
algunapieaa  yaen  ona  victoria,  yaeola  foaiB 
de  alguna  fortaleaa,  si  bien  tendi-ian  fot  abaB- 
dooar  el  uao  Inegoque  seles  acaiMse  la  péivot* 
ra,  qoe  no  sabtan  Itbricar,  lo  misoaqoe  otits 
mocbas  eosaa  de  ios  ilastrados  ^abea  saaene^ 
migos,  deias  coBlta  los  cfiatiafnoa  m  aabian  oi 
conocian.  Parece  qut  i  la  ptílvora  llao»Bban 
entoaces  nafta  segBu  ae  deduce»  al  leef,  át 
las  detouaciones  pareoidas  á  unaienspesiad^, 
quo  re6ereB  de  aqueüaa  Báqoinaa  desooBOtfc» 
das  las  eróniqas. 

Babemos  tambien  qno  anUguaflMDíe  se 
uaabao  como  proyeoliles  DBaaesltra8:de  fliár- 
T.    lu.    U* 


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m 


ARTILLEWA 


m 


lD0ly  piedras,  dé  donde  de  cree  qoe  viene  ¿ 
ciertos  cañones  el  nombre  de  pedreroi,  cciyos 
proyectítes  eran  de  un  peso  estraordinarío  y 
^ne  despues  fueron  reemplazados  por  pelotas 
de  plomo  rellenas  dc  hlerro.  La  hlstoria,  pues, 
de  la  artillcria  en  los  tiempos  medlos,  apare- 
ce  oscura,  y  esto  se  esplica  bien;  pues  siendo 
€8te  invento  importacion  esclusiva  d^  los  ára- 
bes  Intercsados  en  el  monopolio  de  un  ele- 
mento  de  vicloria  tan  poderoso,  ó  impidieroo 
6u  dirusion  ¿  los  sábios  y  escritores  suyos  de 
entonces,  ó  los  españoles,  menos  ilustrados 
que  aqucllos,  destruyeron  en  sus  conquistas 
señales  y  fündiciones  por  donde  pudferon  ha- 
bensc  apoderado  de  este  invento  mucho  antes 
de  lo  que  dcspues  lohicieron.  Estoesplica  me- 
Jor  que  nada  la  oscuridad  y  concision  que  al 
hablar  de  la  artilleria  y  fundicion  se  obscrva 
en  los  artistas  ¿rabes  y  despues  en  los  ale 
inanes. 

De  los  varíos  modelos  mas  anti^os  de 
piexas  que  existen  en  nuestro  rico  niuseo  de 
artillería  se  deduce  qne  al  principio  se  fabrí- 
caban  las  lambardae  y  demas  piezas  de  arti- 
llerla,  uniendo  diferentes  barras  de  hierro 
(pues  la  aríilleria  de  entouces  loda  era  de 
hierro)  largas  igualmente,  y  de  una  y  mcdia  ó 
dos  pulgadas  de  ancbo  con  cierta  cunvexidad 
por  su  centro ,  las  cuales  unidas  unas  ¿  otras 
yabraxadasfueríementcpor  muchosanillos  de 
hierro  sobrepnestos  por  mas  robustez ,  com- 
ponian  la  superficie  inlerior  y  esteríor  de  las 
plezas  euya  longítud  era  muy  varíable.  A  la 
etma  que  hemos  cilado  se  unia  fuerlemente 
nna  reikímara  de  once  ó  mas  pulgadas  segun 
la  lombarda  6  pleza,  y  de  los  aros  de  la  pieza 
salian  nnas  foeríesargollas  para  sojetarla  pie- 
sa  ¿  la  cnreña  ó  torre  sobre  que  era  condnci- 
da  ¿  los  puntos  convepientes. 

Al  prlncipio  ia  artillería  presentaba  gran- 
des  inconTenientes  para  ser  bien  servlda ,  ya 
por  la  clase  de  proyectiles  infórmes  que  en 
ellas  se  usaban,  ya  por  la  poca  facilidad  de  sus 
annaduras  paru  el  trasporte.  Las  píesas  se  car- 
gaban  por  la  recámara  en  donde  se  colocaba 
de  antemano  la  carga,  y  para  acelerar  sus  dis- 
paros  se  dió  ¿  cada  pieza  dos  rec¿máras;  una 
de  las  cuales  cargaban  uuos  artilleros  mientras 
otros  disparaban  la  carga  introducida  en  la 
pieza  ó  lorobarda  por  medio  de  la  otra  rec¿- 
roara.  Poco  inQuyó  al  principlo  la  artíllería  en 
el  arte  militar.  Gada  ejército  ó  division  solia 
llevar  nna,  asi  como  antiguamente  se  llevaba 
nna  sola  catapulta.  Alguna  vez  se  usaron  tron- 
008  de  ¿rboles  horadados  en  vez  de  piezas  de 
hlerro  y  cauones  de  gmcsamadera,  pero  fuer- 
tementeabrasados  por  anillas  de  hierro. 

Pero  cnando  la  celerídad  de  loe  disparos  y 
lafabrícacloDdelaspieias  aofué  perfeccionan- 
do,  «l  080  de  ellas  se  generalizó  con  mncha  ra- 
pidei,  y,  maa  qne  por  sus  estragos  por  el  efee- 
to  moral  de  terror  que  esparcian  las  detonacio- 
nes,  dieron  no  pocas  veDtiijas  ¿  los  ejércitos. 
•      £n  el  tr¿n8it}  del  aiglo  XI  al  siglo  XII  8e 


usaron  ¿  roas  de  las  anteríores  otras  pienit, 
quellamaron  ccrbatanas,  y  sustitoyeDdo  esen- 
cialmente  á  la  calapulta  dieron  origen  ¿  nofis- 
tros  actuales  inorferof .  Estas  se  construjeron 
ya  de  nna  sola  pieza,  y  arrojábanse  por  medio 
de  ellas,  balas  hechas  de  pi^ra  y  mortero  (de 
lo  cual  puede  veniríes  el  aetoal  nombrc)  por 
olevacion,  de  esta  época  datan  los  fuegos  cor- 
vos.  En  nuestro  mnseode  artillería  existenaa 
cuya  ánima  est¿  formada  por  dos  cilindros. 
El  uu  cilindro  tiene  dos  pies  de  arísta  por  do- 
ce  pulgadas  de  di¿metro,  cnyo  cilindro  sosti- 
tnyó  ¿  la  rec¿mara  postiza  de  las  Umbariaí 
por  contener  tambien  la  carga.  Sobre  este  ci- 
lindro,  se  prolonga  en  la  misma  pieza  el  otro 
cilindro  con  igual  longitud  que  el  anteríor  por 
veinte  y  dos  pulgadas  de  diámetro.  Tcnian  las 
lombardas  y  cerbatanas  su  correspondiente 
oido  para  prender  fuego  ¿  la  f>ólvora;  pero  Us 
cerbatanas  adolecian  de  nn  grave  inconveoieD- 
te.  El  oido  caia  sobre  el  cllindro  estrecbo  (qoe 
llamaremos  de  rec¿mara)  distante  unas  cioco 
pulgadas  del  estremo  posterior  de  la  piest. 
La  pólvora  ardia  en  efecto;  pero  entre  esta, 
dentro  del  cüindro  de  rec¿mara,  y  cl  proycctil 
dentro  del  otro  cilindro  áquien  esfe  a]ostabi, 
quedaba  un  espacio  de  aire  que,  al  veriflcarse 
el  disparo.  irregularizaba  roucho  la  segoridad 
y  direccion  del  proyectil.  Para  obviar  este  io- 
conveniente  llenaban  al  cargar,  el  cillodro- 
rec¿roara,  de  pólvora »  y  luego  introducian  el 
proyectil,  procurando  en  lo  posible  su  cootac- 
tocon  la  pólvora.  Este  roétodo  exigia,  tarobien 
roucho  gasto  de  aquella,  que  entonces  en  de 
roasrara  fábrícacion.  La  cerbatana,  que  lieoos 
descríto  y  que  nos  suroinistra  cl  orígen  del 
roortero  en  nuestra  patría,  sirvíó  en  4084  pan 
la  toroa  dc  Madríd  al  rey  Alfonso  T1  de  Cis- 
lilla. 

Las  balas  de  piedra,  qne  se  labraban  anü* 
gnamente  para  proyectiles  antes  de  scr  opadu 
las  de  hierro,  fueroii  ilaroadas  6o^nof,  yiieiB' 
pos  despues  se  llaroaron  pelotas  las  balas  de 
hierro;  bien  que  esta  denominacion  está  apli- 
cada  con  mas  frecuencia  en  nuestras  crónicas 
¿  las  balas  de  los  arcabuces  y  luego  ¿  las  de 
los  fusiles.  En  4257  los  moro.s  de  Niebla  sitia- 
dos  por  don  Alfonso  ei  Sábio  le  arrojaron  peto- 
ta$  de  hierro  y  saetas  con  tiros  de  fuego  ^ 
haeian  truenos,  La  lombarda  cou  que  dispara- 
rou  eii  este  sitio  los  moros  fué  tomada  por  los 
cristianos  y  usada  en  el  cerco,  sin  éxito.  qoe 
despues  pusieron  ¿  Algeciras.  Existe  tambieo 
en  nuestro  museo  de  artilleria.  Esta  lombarda 
consta,  ¿  roanera  de  ccrbalana,  de  dos  cilio- 
dros,  aonque  roas  largos  y  roenos  anchos.  Se 
conserva  colocada  sobre  dosl>anquetas  de  ma- 
dera  que  la  alzan  del  suelo  y  ¿  las  cuales  está 
stjjeta  por  fuertes  amarras  de  graesa  cuerda. 

Sobreelcnreña]e  y  forma  del  nsadoeotoo- 
ces  poco  se  puede  decir.  Puédese  asegorar 
que  las  piezas  se  aflrmaban  en  fuertes  vigas 
para  resistir  al  ímpulso  de  los  cooibastiblesin- 
flamados  dentro  de  ellas.  Acaso  la  forma  de 


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ARTIUERIA 


69« 


cnreDa  qne  bemos  deficrito ,  (coQstruida  para 
el  museo)  será  un  flel  rccuerdo  de  las  cureñas 
anliguas  A  priDCipios  del  sigloXVI  ya  fueioo 
de  madera  lierrada  casi  iguales  á  las  de  plaza 
actoales. 

Las  cureüas  se  coDSlrnyeron  en  el  si- 
glo  XVI  en  Ifálaga,  y  las  maderas  para  ellas 
setraian  dei  SotodeRoma,  un  bosque  de  An- 
dalucía  próximo  á  Granad^.  Las  demas  atara- 
lanas  se  proveian  de  bosques  mas  cercanos. 

Despues  de  berradas  y  guarnecidas,  los 
precioa  de  las  cureñas  de  Máluija  eran  los 
sigoienles: 


Mrs. 

37,600 
24,000 


Rg. 

1,402 
705 


Mrs. 

32 
30 


Cureña  pai"a  cañon.  .  . 
Id.  pararoediaculebrina. 
W.  para  sacre  (pieia  de 

20  quintales  de  peso, 

6  libras  de  pelota  y  20 

decargadepólYora).  .    20,000       588      8 
Id.  para  falconete.  ...    46,000       470    20 

Eu  4594,  clcapitan  Garrera,  leniente  de 
capilan  general  de  ia  artillería  en  Pamplona, 
proposo  una  modifícaoion  económica  en  las 
coreñas  de  la  artilleria  de  plaza.  Esta  proposi- 
cion  fué  aprobada  y  las  ruedas  de  las  cureñas 
se  bicieron  cnterizas,  es  declr,  sin  rayos,  las 
caales  duraban  mas  qiie  las  otras,  y  fueron 
hechas  y  bien  embreadas  despues. 

Las  cureñas  de  hierro  estuvieron  en  uso  en 
ei  siglo  XVI,  y  se  construyeron  en  Burgos  en 
tiempo  de  Garci-Carreño,  cuando  solo  era  este 
tmiwUede  capUan  yeneral  de  artiüeria  (1555), 
al  cual  se  dieron  200  ducados  de  merced  por 
su  nnevo  invento  ó  ingenio  de  bierro  para  en- 
eabalgar  artitleria  en  cureñas  y  ruedas.  Por 
00  documenlo  de  6  de  mayo  de  4  557,  consta 
qoe  el  peso  de  dos  ruedas  nuevas  de  hierro, 
dos  tablones  deid.,  para  una  cureñacon  sus 
teleras,  pcrnos  y  charnelas  para  fljar  dichas 
teleras  eo  los  lablones ,  y  á  raas  un  eje  de 
hierro,  fué  el  siguiente: 

Liltrag  de 
46  opia>. 

Las  medas  de  hierro 4,228 

U»  taWones,  pernos,  elc -Ij82 

^'  «je 228 

Tolal  peso  de  una  de  dichas  cureñas.  2,633 

Consta  lambien  el  peso  de  otra  cureña,  que 
era  de  3,553  libras  de  46  onzas,  equivalente  á 
la  anlerior  en  magnilud,  pero  que  era  de  ma- 
dera. 

Comparando  este  resultado  con  el  anterior, 
se  observa  quc  las  cureñas  de  bierro,  tal  cual 
»c  inventaron,  pesaban  meoos  qoe  ias  de  ma- 
aera  94  5  libras  castellanas.  Las  cureñasde  hler- 
ro  eran  utilísimas;  pero  por  ser  mas  cara^que 
ias  de  madera,  sin  duda  fueron  estas  las  únicas 
que  siguieron  usándose. 


En  pnnto  á  la  peloteria  ó  baUrio,  ya  henioii 
diebo  que  lás  primeras  balas  usadas  fueron  de 
piedra  y  de  enorme  magnitod,  á  semejansa  de 
las  qoe  lanzaban  ias  catapuitas  antes  de  ks 
piezas  de  artilleria  que  las  sustituyeron.  Mu- 
chos  picapedicros  j^eguian  á  ios  ejércitos  pa- 
ra  labrarlas.  Luego  se  usaron  las  de  plomo; 
pero  como  estas  se  aplastaban  contra  los  mu<« 
ros,  se  fundieron  las  pelotas  con  un  alnw  ó 
dado  de  híerro  que  les  daba  ia  consistencia  no* 
cesaria.  A  cstas  debieron  seguir  las  de  metal, 
debronce  ó  de  hierro  fundido.  En  Fuenterrabia 
y  Mallorca  se  construyeron  en  una.oca8¡oii  de 
apuro,  pclotas  de  bierro  batido,  que  se  dejaron 
por  demasiado  caras.  De  Alemanla  y  de  Flandes 
era  de  donde  se  traia  generalmente  cl  balerio» 
para  evitar  lo  cnal  se  instaló  lu  fundicion  de 
Egui  en  Navarra.  El  precio  de  cada  bala  de 
piedra  salía  á  30  maravedises,  y  de  6  á  44  ma« 
ravedises  la  libra  en  las  de  hierro. 

Para  la  goerra  de  Gataluñaen  el  siglo  XVU, 
se  establecieron  fúbricas  de  balerio  en  MoliDa ' 
de  Aragon  y  en  Liérganes.  Las  especies  de  ba- 
las  qne  se  fundian  éran  las  siguientes:  balas 
rasas,  de  cadeoa,  de  diamante,  de  navaja  y  dc 
cabeza  de  perro.  Las  primeres  se  cargaban  á 
40  maravedises  libra,  y  las  deroas  á  27  mare- 
vedises,  precio  de  fibríca. 

Las  fundiciones  de  artillerin,  antes  de  lu 
guerras  de  Granada,  no  tenian  lugar  determi- 
nado,  y  los  maestros  do  fondicion  y  fundido- 
res  de  campanas  las  fabricaban  en  dondt  mas 
preciso  era  y  se  tuviesen  mas  ¿  mano  las  pic* 
zas.  Despuesde  dichas  guerras  aparecen  yacs-' 
tablecidas  las  fábricas  de  Medina  y  Baza,  j  h¿* 
cia  el  año  de  4500  lade  Málaga,  situada  enpa- 
rage  á  propósito  para  las  coslas  y  presidio^. 
Luego  se  instiiuyó  la  de  Sevilla,  y  despues  de 
ia  ocupacion  de  Portugai  se  iostaló  la  fundi- 
cion  de  Lisboa,  aprovechando  los  materialcs 
de  la  que  ya  habia  anteriormente  en  esta  ciu- 
dad.  En  Máiaga ,  Sevilla  y  Lisboa  debicron 
construírse  ias  piezas  de  bronce  en  el  siglo 
XVI.  £n4535  se  quiso  pooer  otrafündicion  en 
Burgos,  pero  so  cree  qne  no  llegó  ¿  efectoarse 
por  enlonces.  En  Egni,  como  qneda  dicho,  ae 
in&tiluyó  fábrica de  petoteria  en  el  año  de4  535. 

Las  piezas  se  fundian  en  hueco  sin  asas 
hasta  4540,  en  que  se  las  añadió  fedro  Fer- 
rafi  en  Málaga  para  qne  se  montasen  mas  1¿- 
ciimente.  Para  asegurar  elmoldedelánima  por 
la  parte  estrema  inferior,  se  U86  ona  argolla 
de  hierro  con  lies  brazos,  que  se  ponian  eu 
ei  grueso  dei  metal  de  la  culaU,  entre  el  fogon 
y  el  iugar.de  la  bala,  qne  se  denominaba  diee* 
tra,  la  cual ,  por  gastarse  de  la  hcrrumbre 
pronlo,  y  por  otras  causas ,  ocasionaba  que 
ias  piezas  reventasen. 

Sea  por  estacausa,  por  ia  desigualdad  de  la 
fuerza  de  las  pólvoras,  el  peso  de  la  bala,  ma* 
la  caiidad  y  ágrio  de  los  bronces,  ó  por  intro- 
dncirse  metales  campanües  y  fusiera,  los  go« 
bernadores  y  aicaides  no  hacian  mas  que  po-i 
dir  el  reemplaio  de  mucbas  pieas  <|uo  en  wati 


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«95 


ARTItLERlA 


m 


aiftillos  reTentibtn;  p»r  lo  eual  de  Flandes  y 
ilenania  se  contrataron  fondldores,  pues  en 
tttos  paises  »e  hallaba  nias  adelantado  ol  ra- 
flw  de  fundicion.  J418  fábricas  mrjoraron  y  los 
mterinles  qne  se  eropleabao  eran  de  los  pon- 
t06  y  en  las  cantidadcs  slgfUieotes:  cobre  de 
SttogrlH.  estaño  de  Inglaterra.  De  8  á  40  par-- 
IdB  de  bronce,  por  400  de  estaño,  y  90  á  92  de 


cobre.  A  los  fundidoresfie  abooabapormenDi 
el  3  por  4 00,  y  en  las  fibrlcas dei  rey  á  46  rea- 
les  ó  544  marafedisés  por  quintil.  Los  faQdÍ- 
dores  estrangeros  venian  por  aaedio  de  con- 
tratas,  y  i  ellos  se  agregaban  como  ayudte' 
tos.  aprendices  españoles.  El  peso  de  las  pie- 
zas  y  cálculo  de  las  cargas  en  estofi  tiempos 
era  como  sigoe: 


eiase  de  pieta. 

Pe<o  de  la  plexa. 

Peio  de  U 
pelola. 

Garga  de  p61- 
▼ora. 

i    1               1 

Alcaoce. 

Caóoo  serpentí- 

no  reforiado. 

Canon  senciilo. 

Medio  cañon.  . 

GO  á  64  quiutales 

60         id.  próximamente. .  . 
40          íd 

36      libras. 
36            id. 
46  á  47  id. 

25            id. 
46            id. 

8   á  9    id. 
6            id. 
3            id. 

24  libras. 
24  i  30  íd 
46            id. 

46            id. 

H  id. 
6  id. 
3            id. 

500  i  550  pasos. 
600                 id. 

líedio    cañou 

serpentino.  . 

Gulebrinas..  .  . 

45  4  47  id *.  .  .  . 

60  i  80  id 

Mas    cargi  piri 

Hfdias  cuJebri- 
nas 

30  á  40  id 

mas  alcanoe. 
700                 id. 

Sacre 

48  á  20  id 

400                  id. 

lalconete.  .  .  . 

40  á  42-ld 

400                 id. 

Medlo  fálronete  y  esraeril  {eran  dé  la  oondician  qu4  lo$  querian  haeer,) 


En  el  c^tiiio  de  Durgos  se  instruian  los 
A|H'endieeS  de  artillero ,  aprendlendo  i  tirar, 
hMtá  qoe  Tino  do  Miian  ei  profesor  de  artille- 
rla,  el  docto  Jolian  Firroflno,  en  4588,  al  coal 
éti  458f  86  scfialaron  30  escudos  al  mes  para 
qfiié  ensefiase  200  artttleros,  Itevando  su  es 
eoela  á  Sevillfl,  eomo  asi  lo  blzo,  y  Itamando 
á  todos  los  qtie  quisieran  aprender  (fratis  ei 
arte  de  artitlero ,  gotando  los  que  fueran  á  la 
eftMieta  de  lós  mismos  fuerosque  los.artitle- 
Mb  de  laii  fronteras,  de  coya  escueh,  primera 
dé  ArtiIIerla  en  España ,  se  hablará  mas  ade- 
littte 

Ya  qne  nos  bemos  ocnpado  de  la  historia 
del  eurefiaje,  petoteria  y  fundicion ,  diremos 
tambien  algo  sobre  fuegos  artiflciates. 

Los  fuegos  artinolales  usados,  eran  \os  si- 
gnlentcs:  alcancfa^»  granadas,  borabas,  bas- 
tones  de  fuego,  lanaas  de  fuego,  otras  para 
tirar  con  cafion  ,  otra  llamada  ingel,  y  otra 
eficadenada. 

Las  alcanclaB  sirticron  eomo  granadas  de 
Aino  hasta  despues  del  afto  4536,  eo  que  es- 
lis  se  intentáron  y  usaron  en  el  sltto  de  kr\éñ. 
Eran  unus  tasijas  de  barro  con  cuatro  asas,  en 
etda  una  de  las  cuales  se  oolocaba  una  mecha 
áe  azufre  qne  comunicaba  al  mixto  de  que  es- 
taba  rellena  la  alcaucia,  ouyo  mixto  compo- 
nian  10  Hbn»  de  pditora,  por  2  de  salitre, 
tina  de  resina  bien  molida  y  una  de  sal. 

La  granada  se  hacia  con  cuatro  cuartero- 
nei  de  cafiamaso,  i  manera  de  pelota  de  vien- 
to,  amarrada  fuertemente  poruuhilodeacar- 
reto,  hacléndole  cuatro  agujeros,  qne  se  tapa- 
boB  oon  Utoqoes,  embreindola  despues  muy 
Meb  y  dindole  bafios  soceaivos  de  salitre  der- 1 
MtfElo  y  anlkremoUdo,  hasUi  qm  lleoise  exao<  I 


tamente  la  cavídad  del  iníma  de  la  pieza  ne 
debia  díspararla.  Despnes  se  le  qoitabao  m 
bitoqucs,  se  cebabau  los  agnjeros  con  pólvora 
fina,  y  al  ser  disparada,  se  prendia  el  mixto 
qoe  encerraba,  y  quemaba  donde  caia. 

La  bomba  era  un  madero  de  una  vara  de 
largo,  y  nuas  seis  pulgadas  de  grneso,  aserrt- 
d(j  en  oruz  hasta  tres  cuartas  de  80  loogttod, 
que  se  vaciaba  interiormente  y  se  atrínealM 
con  varias  ligaduras.  El  hueco  se  llenaba  de 
c^pas  do  mixto  y  pólvora  de  nn  dedo,  ecbat* 
do  tambieu  pelotas  como  huevos ,  de  mixto, 
liasta  rellenarlo  completamente :  se  tapabl 
despues,  iutroduciendo  hasla  abajo  una  vari- 
lla  cilindrica,  ae  cebaba  coo  pólvora  Ooa  y  i 
una  pulgada  de  la  parte  delantera  se  pooia  la 
mecha.  La  bombi  estaba  sujeta  A'Ubb  latut 
por  un  taladro  abierlo  eu  la  pditc  raaciza,  yoQ 
hombre  podia  Ilevarla  eo  lu  mano.  Tambiea  se 
íntroducian  pedazos  de  vidrio,  plomo  y  alam- 
bre  picado. 

fil  baston  era  semejante,  aunque  nMé  pe- 
queño.  Su  iongitud  era  de  dos  brazas  y  reile* 
no  tumbien  en  parte  de  mixto. 

La  laiiza  dc  fuego  era  Igual  A  la  ordioarta, 
á  la  cual  se  Ic  adaptaba  una  culza  Junto  al  hier- 
ro;  e¿ta  sc  rellcnaba  de  mixto  y  se  le  dat» 
fuego  por  Junlo  al  hierro  por  un  agHjefo  y  cc- 
bete  de  azufre. 

Tambien  se  envolvian  pedazos  dc  piedra 
en  un  cafiamaso  faertemente,  y  se  embreaban 
hasta  ajustarles  al  ihima  de  la  pieaa. 

Bstos  y  los  demas  mixtos,  todos  pifecide^. 
debleron  8er  iaa  primeras  aplicaeíoned  de  la 
pólvora. 

Tambiea  eopiaremos  algo  de  la  cuerdi* 
diecha,  por  el  mucho  gmno  qae  de  etla  ie  biio 


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697 


AátlLLÉRlA 


69¿ 


^  rame  en  Tez  de  la  picdra  de  ehispa  y 
ifctünesqüehoyseuáao-  Duratíte  lodo  el  si- 
glo  XTI  se  us6  la  cuerda-mecha  p«ra  todB  cla- 
se  de  armas  de  fuego  ,  costando  20  realcs  el 
qointal,  de  solo  cocerla.Despues  sepcrfeccio- 
Bó  so  elaboracion  y  se  llcgó  á  arreglar  su  cos- 
teásolos  2  reales  por  quíntal  cocido,  en  tiem- 
pode  Felipe  II.  La  cuerda-mecha  sc  usó  para 
Ú  armas  dc  fuego  {irnenos  de  mano)  al  prin- 
típio  con  el  bota-füegOf  y  despues  con  el  $cr- 
pintin.  Bn  el  reinado  de  los  reyes  Católicos 
[tigh.  XV)  se  iutrodujo  ya  la  ilave  de  rueda 
con  pie  de  gato ,  y  á  esia  se  adapirt  el  peder- 
íial  {euarzo  silex.)  La  llave  de  rueda  se  aban- 
donó  otra  vez,  y  volvió  el  serpentin  paha  los 
Ifcabuces,  acaso  por  la  coraplicada  construc- 
tíon  de  los  muelles  nccesarios  á  la  llave  de 
rueda. 

Pero  en  el  siglo  XVI  ya  cstuvo  deflüitlva- 
tt^nte  adoptada  esta,  y  siguió  hasta  nuestros 
dias,  quedando  solo  paralu  artilleria  la  cuerda- 
necba. 

Los  catalanes  fueron  los  primcros  que  en 
España  adoptaron  y  estendieron  las  armás  dc 
íaego  cortas,  denominadas  pistoíetes'.  esiaft 
Táriaron  mucho  dnrantc  los  siglos  XVI  y  XV H 
en  lODgitad  y  caiibres,  y  tomaron  ¿  pVopoN 
cion  que  variaban  los  nombres  de  pistones, 
earabinas,  bi'acarrMrtcs,  y  en  general  pedre- 
fuiles,  nombre  derivado  dcl  pedernal  que  te- 
nlan  sus  ilaves.  K  eslas  armas  llamaron  los 
catalüues  ya  cilados  xispas  ó  ehispas,  y  con 
ellas  se  annaron  dcsde  entonces  hasta  el  dia 
l0£  somfjtenes  y  mii^cletes, 

En  nuesirascrónicas  delos  siglos  XI  y  sl- 
gnientes,  se  encuentran  repetidos  á  cada  paso 
mil  nombres  de  máquinas  desconocidas,  que 
fodos  confirman  la  certeza  del  uso  de  ia  artiíle- 
ria  en  España  en  el  tlempo  qüe  escriblan.  Zn-* 
riía  Iiabla  del  atamie  del  castlllo  de  Albero 
WIIO)  y  dice  que  de  Huesca  se  hizo  traer  un 
fiínebol,  con  el  cual  se  arrojaban   mll  piedras 
por  cl  dla,  y  nuínientas  por  la  noche.  Tamblen 
se  ciian  los  atmajaneqües,  algntradaS  yrfeíi- 
^s,  en  el  cefco  dc  Kequerin  (1221),  trabucos, 
ttiangauel  turquesco,  mantel  6  Qáta,  etc,,  etc, 
Desde  la  mitad  del  siglo  XI,  en   que  los 
irabes  inirodujeron  la  pólvora  en  España,  se 
usó  la  arlilleria,  principalmenle  en  las  fochas 
y  lugares  siguieules,   á  mas  de  los  cifados. 
Btt  1084,  Alfonso  VI  de  CastlHa  conlfa  los  mo- 
rosde  Sadrid.  Én  1 1 18,  los  crlMianos  espaflo- 
\ti  contra  los  moros  dc  Ziragoza.  En  1148, 
contra  los  ospañoles  y  normandos,  los  moros 
siíiados  en  Lisboa.  fin  4323,  la  plaza  de  Mctz 
coníra  el  arzobispo  de  Tréteris,  duqne  de  Lo- 
Ttna,  y  e\  rey  dc  Bohemia.  En  1327,  Eduar- 
do  III   dc  Ingtalerríi.  contra  los  escoceses. 
Hacia  4339,  los  er.coceáes  ronlra  el  castillo 
de  Slirling.  En  1340,  los  habitantes  de  Ques- 
Bols  contra  los  franceses.  En  1342,  los  mo- 
fos  de  Algeciras  cootra  los  castellanos.   Kn 
1346,  lo8   ingleses  jugaron  seis  piezas  cod- 
tra  los  fraoceaes  eu  la  batalU  de  Grecy,  va- 


Tias  en  et  sltlo  de  G&Iais.  En  1366,  los  vene- 
cíanos  en  et  ataque  de  Cldudia'Fossa  usaron 
ya  balas  de  plomo  y  pequeñas  piezas  fabrica- 
das  de  foertes  listones  de  hierro  enlazados  con 
aros  del  mismo.  Por  lo  qnc  respecta  á  Espaúa, 
queda  ya  dicho  que  las  lomhardas  Jugaron  en 
tos  cercos  de  Madrid,  Zaragoza,  Tudela  de  Na- 
varra,  y  sobre  Córdoba  y  Algeciras  se  arroja- 
ron  tirbs  de  Ihieno  con  faegoproducidopor  la 
nafía.  En  1&  époCadeFernandoIVí/ Jímpiaza- 
dn  rey  de  Castilla ,  Jugaron  sobre  la  plaza 
dü  Gibraltar,  qoe  fué  tomada  de  los  moros, 
muchosingeniosy  máqninas  de  truenos,  yesto 
ya  fué  el  año  4308.  Diez  y  siete  añosdespues 
dice  la  crónica  de  Alfonso  XI,  el  Bueno,  que 
Ismael.  rey  moro  de  Granada,  tomódeios  cas- 
tellanos  la  ciudad  de  Baza,  lá  cual  atacó  cob 
máqninns  6  ingenios,  que  lanzaban  globosde 
fuegó  ton  grandes  truenos,  iodo  scmejante  d 
lo$  rayoít  delatempeslad. 

Pero  antes  de  pasar  adelante»  daremos  una 
nocioti  sobre  Una  pieza  de  artillerla  parlicular 
llamada  cómpago,  que  reune  en  cierto  modo 
los  terHbles  efectos  de  la  mina  subterráoea  ya 
conocida  y  usada  de  los  romanos ,  segun  ma- 
niíleáta  eferudito  llarin  y  Mendozaen  su  BiS' 
taria  de  ia  müioia  espanola,  quediceacumu- 
laban  azufre  yoiros  incendtarios,  que  seapre- 
taban  fiiertemente  en  la  mlna  para  producir  al 
inflamarse  mayór  esplosion. 

fil  cómpago,  mortero-lombarda,  córiao, 
cártago  6  cuartago  se  forniaba  dc  dos  brazog 
en  ángu  lo  recto  iSalas  creeque.los  dos  brazos 
fbesen  dos  cañones  independientes)  y  este  ca- 
ñon  se  llevaba,  segun  Diego  Ufano  y  otros, 
sobre  una  cureña  con  ruedas  ,  compuesia  de 
dos  tablasde  madera  unidas,  á  cadauna  de  las 
cuales  correspondia  un  brazo  det  cómpago.  Los 
siiiadores  se  acercaban  al  muro  amparados  ea 
una  cspecie  de  toldo  ó  blindage  que  los  cubria 
de  los  dardos  del  enemigo.  Asi  cubiertoa,  ho- 
radaban  el  muro  con  picas  lo  suúciente  para 
enterrar  denlro  de  él  uno  de  los  brazos  del 
cañon,  quedando  el  olro  brazo  fuera  y  al  ni- 
vel  de  la  tierra  en  donde  lambien  lo  enterra- 
ban  para  que  no  fuese  visto,  pero  dejando  el 
oido  en  Comuntcacion  con  una  guia  de  pOlvo- 
ra  que  vertian  hasta  un  punto  seguro,  desde 
dondé,  pfendiéndole  fuego,  se  comuuicaba  al 
cómpago  cargado  y  enterrado  eo  el  muro. 
Aquel  disparaba  ó  reventaba  y  el  muro  se  re- 
(lucia  á  rninas.  Esíamáqiiina,  empero,  fuése- 
gun  pureCu  poco  usada  por  la  diQcultad  para 
cl  disparo  del  recodo  del  cañon,  que  como 
qncda  dicho,  sc  cargaba  por  la  recámara.  Por 
el  tiempo  en  que  esta  picza  fué  usada  ya  se 
conocia  y  Usaba  síempre  la  fundicíon  en  solo 
iina  pleza  de  la  artillería  en  vez  de  la  pieza 
irulependlentede  larecámara,  ya  en-desuso. 
La  invencíon  y  puiilos  dcfundicion  se  pierde, 
en  cuanto  h  su  orígen  y  primeros  ensayos. 
Todas  las  piezas  dichas  eran  de  distintos  ca- 
libreé;  püéS  ^ue  los  bolaños  se  labraban  se- 
guu  h  cavldad  de  cáda  pieza. 


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699 


ARTILLERIA 


700 


Cuanto  bemos  dicbo  bc  reQere  á  la  bistoria 
oscnra  de  la  artiUeria,  que  alcaoza  desde  1a 
aplicacioD  de  la  pólvora  é  introduccion  por  los 
árabes  basta  1a  roitad  del  siglo  XIY,  en  que 
empczó  á  estcnder¿e  en  Eitropa  el  uso  de 
clla.  En  'el  siglo  XY  la  artilleria  española 
era  ya  mny  conocida  y  de  grandes  calibres. 
En  el  archivo  de  Siroancas  existe,  entrc  otras, 
una  contrata  de  reparacion  y  construccion  con 
niaestre  Jácoroo,  año  de  4  430,  en  que  se  ajusta 
la  construccion  de  dos  borobardas  de  cobre 
que  lanzasen  piedras  de  5  quintales  j  otras 
dc  roenor  calibre.  Los  señores  tenian  artille- 
ria  en  sus  castillos.  En  ios  sitios  de  Málaga  y 
Baeza  y  en  las  guerras  dc  Granada  se  usarori 
grandes  lorobardas,  algunas  de  las  cuales  con- 
serva  nuestro  museo  de  artilleria.  Algunas 
lanzaban  pelotasde420  libras.  Antes  de  la 
fuudicion  de  Hálaga  existió  otra  en  Baza:  los 
malerialea  de  esta  sirvieron  en  gran  partc  á  la 
de  Málaga;  unas  piezas  eran  constmidas  de 
liicrro  &  martillo,  otras  de  cobre,  (á  que  lla- 
maban  piezas  de  metat\  y  otras  de  metal  de 
campanas.  En  este  tiempo  debieron  dirigirlas 
fundiciones  algunos  oficiales ,  cuya  organiza- 
clon  se  pierde  á  principios  del  siglo  XVl.  Fran- 
cisco  Ramirez,  de  Madrid,  era  en  4478  obrero 
mayor  de  tos  alcázares  de  Sevilla  y  sus  atara- 
zanas.  [Luego  en  las  guerras  de  Granada  fué 
capitan,  gefe  y  director  de  la  artllleria. 

Dcspues  de  las  gucrras  de  Granada  la  arti- 
lleria  se  reorganizó  y  su  instituciod  fué  ya 
mas  forroal.  Se  nombraron  para  su  ministerio 
particular,  veedor,  pagador  y  procurador.  En 
Baza  y  Medina  cxistian  fundíciones  de  artille- 
ria  y  dióseles  un  gran  impulso.  Se  fundó  des- 
pues  ladeMálaga. 

Aunque  no  dcQnitiva  y  sólidaroente  consti- 
tuida  aun  la  artilleria,  tuvo  ya  desde  el  citado 
Francisco  Raroirez  de  Madrid  un  gefe  prínci- 
pal,  cuyas  atribuciones  principales,  si  no  tan 
estensas,  eran  semejantcs  á  las  de  (os  direc- 
tores  actualcs  del  arroa.  {Véase  oficiales  y 

TROPA  DE  ARTILLERU.) 

La  artilleria  se  coosideraba  entonces  como 
una  cosa  pertenecieote  al  patrimonio  real  y 
como  cosa  propia  de  S.  M.;  pero  desde  Tade- 
ño  de  Génova  y  Mlguel  de  Herrera  (año  de 
4628)  secolocaron  ya  al  frente  de  esta  arma 
gefes  de  alta  graduacion  y  coocepto,  lo  cual 
prueba  cl  lugar  importante  que  la  artillería 
íba  ocupando.  En  iiempo  del  gefe  distinguido 
de  artilier ja  don  Juan  Manrique  de  Lara,  año  de 
4  55 1 ,  se  adelantaron  muclio  las  fundiciones  y 
se  usó  una  nueva  construccion  de  artilleria 
acaropanada ,  que  se  desecbó  muy  pronto  y 
boy  no  se  conoce.  En  4572  los  individuosque 
coropouian  la  artillería  eran  ya  deslgoados 
con  c.Iara  distincion  de  eropleos,  segun  se  de- 
dncc  de  la  cédula  de  capitan  general  del  arma 
dadaádou  Francés  deAlava.  Enesteüempoera 
coando  Felipe  II  sc  dedicaba  á  mejorar  el  esta- 
do  del  ejército  >  se  dió  la  primera  ordenanza 
del  arma  particular  al  capitan  geoeral,  la  cual 


forma  boy  parte  de  las  vigentes.  Del  contesto 
de  estas  instrucciones  se  deduccn  las  ca$atde 
munieion,  que  entoncesbabia,  y  eran  lasocho 
siguientcs:  las  de  Burgos,  Pamplona,  Fuenter- 
rabfa,  San  Sebastian,  Málaga,  Cartagena,  Bar- 
cclona  y  Perpi&an,  que  eran  todas  plazas  &i 
costas  y  frouleras,  para  pruvecr  á  ia  armada  y 
al  ejérclto.  Se  deduce  igualmenle  de  eslas  ins- 
trucciones  que  habia  coíías  de  municion  y  bo- 
/erioen  Gerdeña,  Matlorca  y  la  Goleta.  Qoe 
babia  fábrica  de  salitre  en  Tembleque  y  otros 
puotos.  Qiie  en  Burgos  existian  60  arti- 
Ileros  ordinarios  retevindose  cada  coatro 
roeses  y  permaneciendo  los  ocho  rcstantes 
dci  aúo  en  suscasaá.  Se  prerenia  que  doce  ar- 
tilleros  residiesen  en  Málaga  y  que  previDieie 
los  que  Juzgase  necesariosdichocapitau  geae- 
ral  en  Gidiz,  Gibraltar  y  otros  puntos.  Tam- 
bien  se  deduce  de  este  documento  que  en  dicho 
añode  IS'?^  ya  existian  cuatro  tenieutes  de 
capitan  general,  de  los  cuales  uno  residia  ea 
Burgos,  otro  en  Paníplona  con  el  distrilo  de 
esta  plaza,  y  las  de  San  Sebastian  y  Fuenterra- 
bía:  otro  cn  Málaga,  que  comprendia  i  Carta- 
gena,  Cádiz ,  Gibraltar  y  demas  puntos  del 
reino  de  Granada;  y  el  cuarto  en  Barcelooa, 
que  coroprendia  i  Pcrpiúan,  Rosas  y  castiiiofi 
de  las  fronteras. 

El  número  dc  tenieotes  sc  f ué  aumentando 
con  el  tiempo,  crcándose  en  Lisboa  dcspues 
de  su  ocupacion,  en  Aragon  en  4  592;  en  otras 
partes  y  en  la  armada  despnes.  Ea  IS  de 
marzo  de  4  574  se  dió  el  citado  don  Francésdc 
Alava,  otra  inslruccion  de  la  cual  se  dedace 
que  en  Guipúzcoa  y  Yizcaya  se  construian  ar- 
mas  y  berramientas  para  el  ejército.  Qae  I08 
salitres  se  recogian  en  el  prioralo  dc  San  Jaan. 
Durante  el  mando  dceste  don  Frances  de  Alavi, 
que  fué  el  primer  capilan  general  de  la  artille- 
ríaen  el  eJércitodePortugal,  se  establecióca 
el  mismo  departameuto  un  lenienle  de  capita» 
general,  mucbas  mejoras  eu  todo  el  ramo  ea 
España  y  la.  casa  de  monicion  en  Lisboa.  En 
tiempo  de  su  sucesor  don  Juan  dc  AcuñaYela 
(desde  t58G)  se  montó  la  fondiciou  de  cañoDes 
én  Lisboa,  y  este  digno  capitan  general  trabar 
J6.  aunque  infructuosaraente,  para  el  establed- 
miento  de  escuelas  pricticas  y  teóricas  del  ar- 
ma  dc  artilieria. 

Scntado  todoesto.v  olvamos  á  tomarelhi- 
lo  de  nuestra  historia,  dificil  por  los  moobos 
datosque  detautas  obras  rennimos,  y  masqoe 
todo  por  la  oscurídad  de  la  prímera  época  de 
la  artillería. 

Las  primeras  piezas  de  artilleria  en  el  m- 
glo  XJV,  fueron  los/a/ootietes,  piezaspequeóas 
usadas  en  todas  las  foríitlcaciones*  Los  prime- 
ros  couocidos  en  España  se  guardan  eu  Dues- 
tromuseo  de  artillería,  yson  toscos  y  dehier- 
ro  dulce;  perolos  queexisteo  delos  aossiglos 
siguieutes  son  de  fabrica  mucho  mejor,  lo  coal 
pruebaqoedurante  este  tiempo  la  artilleriaade* 
lantó  considerablemente.  EI  método  defundicioQ 
en  esta  época  cs  poco  conocido;  pero  debió  ler 


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lOi 


AtlTILLERÍA 


702 


laboradacioD  delos/híooiielefelprocluctode  uq 
asidoo  traba]o,  pues  todos  son  ya  de  uua  sola 
pieza.  Kd  vista  de  nucstras  antíguas  recáma- 
ras  y  por  otras  consideraciones  se  cree  que  los 
calatines  postizos  de  ia  artilleria,  cuya  iaven- 
cion  se  atribuyen  los  franceses,  debe  pertr;- 
oecer  á  los  españoles.  Estos  falconetes  giraban 
sobre  un  cje  vertical  para  apuntarlos  á  donde 
convenia,  y  los  que  hoy  se  conservan  tienen 
Spies  de  longitud,  6  pulgadas  de  diámetro 
por  la  parte  del  oidoy  3  por  la  del  cuello  de 
la  boca,  dc  lo  cual  se  infiere  que  la  superficie 
esteríor  de  las  piezas  ya  entonces  se  estrecba* 
ba  gradualmente  desde  la  recámara  hasta  ta 
boca.  Los  falconetes  del  siglo  XV  foeron  ya  de 
bronce  y  ée  5  pies  de  largo  por  3  y  medio  y  2 
y  medía  polgadas  de  diámetro  en  la  rccámara  y 
bocarespectivamente.  EnelsigloXVIfueron  los 
faíconetes  de  bronce  ó  de  hierro  indistinta- 
mente,  salian  perfectaraente  traba]ados  y  lle- 
^aban  bien  grabado  el  nombre  de  sn  autor  y 
época  de  fabricacion.  Su  longitud  era  variable; 
pero  todos  calzaban  bala  de  2  onzas;  pues  sus 
ánimas  eran  cilindricas  de  igual  diáraetro  y 
solo  variaba  ei  espesor  de  la  fundlcion. 

I.os  fusües  de  muralla  con  cnlatines  posti- 
20S,  invencion  atribuida  á  los  franceses  ,  fué 
usada  eii  España  á  principios  del  siglo  XIY, 
los  cuiles  debieron  ser  abandonados  por  los 
de  una  sola  picza,  quc  necesariamente  se  fan- 
dieron  á  (ines  del  siglo  XV.  El  cargar  por  la 
recámara  se  desecbó  en  esta  época  en  virtud 
dc  I9  nucva  fundicion  de  la  artilleria  de  una  sola 
pieza. 

Despues  de  todos  estos  adélantos  apareció 
una  pieza  de  poca  estimacion,  nue  fué  pronto 
desechada,  ála  cual  se  Ilamo  pndreTo,  cuya  fi- 
gura  era  cónico-truncada  por  et  estilo  del  oóm- 
pago  descrito,  pero  que,  á  la  inversa  de  éste, 
Devaba  so  oido  y  recámara  cn  la  parte  estre  • 
cha,  en  donde  enlazaba  una  argolla  para  suje- 
tarlo'al  disparar.  Obtuvo  poco  ésito. 

Despties  se  inventaron  los  mosquetes  de 
mecha,  por  cuyo  medio  cada  soldado  llevó  ya 
ona  máqiiina  independiente.  Estos  se  difcren- 
ciaban  muy  poco  de  la  caja  y  earUm  del  actual 
Ibsil,  sl  blen  por  ser  mas  pesados  exigian  una 
horqiiilla  para  ser  apoyados  al  disparar,  por 
los  mosqneteros  que  los  llevaban.  Llamábanse 
de  mecha  por  llevar  una  de  estas  eccendida, 
preodida  en  una  rueda,  á  la  que  se  hacia  ro- 
dar  por  meüio  de  uo  tíador  y  conducia  la  me- 
cha  á  la  cazoleta,  en  donde  la  pólvora  ardia  y 
producia »  como  ahora  en  los  fusiles,  el  dispa- 
ro  y  esplosion.  Se  inventaron  ó  se  usaron  la 
primera  vez  estos  mosquetts  por  los  reyes  Ga- 
tólicos,  en  el  sitio  de  Granada,  año  de  4  494 . 
El  guarda-almacen  det  ejército  daba  á  cada 
soldado  el  plomo  ó  estaño  necesario  y  cadauno 
de  estos  bacia  por  si  las  balas  para  su  mosque- 
te,  por  cuya  razon  los  proyectiles  siendo  in- 
formes ,  los  tiros  entonces  eran  muy  incicr' 
tos. 

Et  orgiillo  feodal  de  aquella  época  creó 


luego  una  especie  rara  de  artilleria.  Los  reyes 
y  grandes  señores,  en  alarde  de  su  poderlo  y 
rlqueza,  acumulaban  grande  copla  de  mate- 
riales  para  la  fundicion  de  algunas  piezas 
grandfsimas,  en  cuyos  cascabeles  hacian  flgu- 
rarcabczas  horrorosas  de  animales  ftíroces,  y 
á  las  cuales  dieron  nombres  de  áspides,  baéi- 
UscoSt  dragones,  culebrinas,  serpientes,  etc. 
Estas  eran  arrastradas  sobre  los  carros  que  las 
c^nducian  por  trcinta  y  mas  pares  de  mulas,  y 
con  ellas  artillaban  los  puntos  donde  mas  con- 
veniente  les  parecia  el  terror  de  sus  ene- 
migos. 

Las  grandes  piezas  antiguas  eran  arrastra- 
das  sobre  polines  por  rauchos  bueyes  y  á  la 
pólvora  y  balas  se  llaraó  hasta  rouciio  despues 
municion  y  peloteria. 

Gárlos  I,  (V  de  Alemania)  terminada  ya  la 
gnerra  deloscomuneros,  hizo  su  entradatriun* 
fal  en  Valladolíd  con  setenta  y  cuatro  falco^ 
netes,  tiros  y  trabucos,  arrastrados  por  siete 
pares  de  mulas  cada  pieza. 

Todas  las  piezas  descomunales  del  si- 
glo  XVI,  que  arríba  hemos  descrtto ,  se  com- 
prenden  hoy  bajo  la  denoraínacion  general  de 
culebrinas  y  las  mas  memorablcs  fueron  las 
signieutes:  Elserpentinde  Málaga,  San  Juan 
deAlmarza,  La  Victoria.  La  Pimentela.Nues- 
tra  Senora  de  Guadalupe  (se  fundió  cn  el  sl- 
glo  XVll),  y  Gran  tiro  doDio.  Solo  laprímera 
que  estaba  en  Málaga,  pesaba  150  quintales  y 
calzaba  bala  de  hierro  de  80  libras.  La  segunda 
estaba  en  Mazarquivir,  tercera  y  cuarta  eo 
Mílan,  etc. 

tn  estos  tiempos  habia  en  Málaga  una  es- 
celente  fuudicion,  que  dió  piezas  de  todos  ca- 
librcs  á  los  cjércitos  españoles  que  pclearon 
en  Flandes ,  Milan  ,  Lepanto  ,  el^*.  En  esta  fá- 
brica  se  fundló  el  famoso  Serpentin  de  Mdla' 
ga,  y  existió  en  e1  lugar  á  que  hoy  se  dice 
Atarazanas, 

Pero  tantas  piezas  de  tan  diflcil  trasporte 
por  su  escesivo  peso  y  de  tan  dificil  abasteci- 
micnto  por  lo  respectivo  á  la  peloteria,  que  no 
hallando  un  calibre  dado  tenia  que  ser  cons- 
tniidaconespecialidad  para  cada  pieza,  lapoca 
influencia  moral  qne  ejercia  cn  los  hombres, 
ya  mas  ilustrados,  la  mayor  ó  menor  longitud, 
este  ó  aquel  nombre  terríble  de  cada  tiro, 
oblígaron  á  reducir  en  cada  naciou  los  cali- 
bres  de  las  piezas  á  un  número  detcrminado, 
el  cuai  sirviese  de  norma  al  calibre  que  habia 
de  darse  á  los  proyecliles.  Y  asi  fué  que  el 
rey  Felipe  111  en  4609,  mandó  rcducir  en  sns 
reinos  todos  los  distintos  calibres  que  liabia, 
á  los  cuatro  únicos  siguíentes. 

Cañon  debateria:  de  40  libras  de  bala,  48 
calibres  de  longitud  del  ánima  y  63  á  74  quin- 
tales  de  peso. 

Medio  cañon:  de  24  fíbras  de  bala,  4  9  ca- 
libres  de  ánima  y  44  ¿  42  quintales  de  peso. 

Cuarto  de  cañon:  de  40  libras  de  bala,  84 
calibres  de  ánima  y  t3  quintales  dc  peso. 

Piezasdecampaña:  áe  5  libnus  de  bala. 


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703 


A^miKRU 


n 


32  caUbres  de  inima  y  24  á  25  qoiptales  de 
peso. 

En  el  añp  1739  Ia9  cargas  de  pólvora  ae 
regularon  segtin  el  calibre  y  objeto  que  se  tra- 
t^ba  de  batir .  £n  este  tiempo  se  empezó á  traba- 
jareii  Francia  para  la  separacion  de  laartiMcri^ 
de  $itio  y  de  campaüa.  Las  piezus  de  campaña 
fueron  y  bqb  ordinaríamente  de  brpRce  y  dc 
los  calibres  de  4,  6,  8  y  42  fíbras  de  bala.  La 
artilleria  de  ^itio  y  la  de  plaza  son  de  los  ca- 
libres  SQperiores  de  24  y  36.  En  1782  se  usa- 
ron  por  primcra  vezlqs  baterias  (lotantes,  in- 
sumergibles  é  iucombustibles,  contra  la  plaza 
de  Gibraltar.  En  1792  se  adoptó  en  Francia  la 
artillerifi  morUada,  que  organizó  Federico  el 
Grande  de  Prusia  en  1759. 

Pero  Tolvicndo  á  la  interrumpida  bistoria 
cronológic^  de  la  artiilori^  de  i|ue$tra  palria, 
antes  advertiremos  que  en  los  tiempos  anterio- 
res  í-  1609  se  abandonaron  rauchos  ingenios 
de  arlilleria,  algunos  dj&  \os  cuales  y%ms  á 
referir. 

Uno  de  estos  ingenios  era  compuesto  de 
tres  cañones  que»  tenieodo  tpdos  una  $ola  re- 
camara  disparaban  á  la  vez,  si  bien  el  cajáon 
del  medio  lo  bacia  algunos  minutos  despues 
con  mas  estr^pito  y  egirago  quc  $i4s  dos  adlá- 
teres,  por  el  mayor  calibre  que  se  le  daba. 
Otro  iugrnio  se  conoció,  que  era  uua  rueda 
horizontal  en  cuya  Qircunferencia  $e  aju$taban 
ocho  caiíones.  Esta  rueda  gíraba  sobre  un  fuer* 
te  pivote  que  la  sostenia  en  su  centro  y  se 
clavaba  eo  tierra.  A  la  rueda  se  daba  vuella  y 
al  ir  cn  su  revolucion  presentando  al  enemi- 
go  los  cañone»  de  su  circunferencia »  estos 
eran  dispara/ios  mientras  los  demas  se  carga- 
ban.  Otroingenio  consistia  en  una  disposicion 
semejante  á  la  anterior,  que  en  vez  de  te«er 
ocbo  cafione^  IJpyaba  seis  pequeáos,  sujetos  á 
un  fuerte  y  graa  Qoao  cn  vez  de  la  rueda  del 
anterior. 

Pero  estos  y  otros  ingenios  fueron  tap  po- 
co  i'itiles,  que  los  mismosestrangeros,  que  en- 
tonces  tomaban  todo  de  nosolros  para  crear 
una  bríllaute  artilleria,  los  desdeñaron  y  no 
recogieron.  En  un  manuscrito  latino  que  obra 
en  la  biblloteca  dcl  Escorial  desde  la  fundacion 
del  monasterio,  se  contienen  los  dibujos  y  clara 
de^cripcion  de  estos  y  otros  ingenios  de  arti- 
lleria  poco  conocidos. 

De  los  antiguos  tiros  artiQciales  solo  se 
osa  hoy  alguna  vez  el  petardo^  y  esto  para 
abrir  alguna  puerta,  barrera  ú  otro  no  grande 
obstáculo,  disparáudolo  sobre  este. 

Desde  el  siglo  XV  el  arma  de  artillería  fué 
perfeccionándose  considerablemeate.Los  mon- 
tajes  en  que  se  montabaxi  la;5  lombardas  y 
demas  piezaa  al  jugar,  se  sustiluyerou  con  los 
afustes  de  güalderas  en  que  se  apoyaban  los 
muñones  adaptados  en  lafl  mismas  para  el 
efócto,  y  esta  meloca  proporcioaó  el  mas  f4cU 
arrastre  de  laartiUoráasobre  ruedas,  elahorro 
de  gente  para  traaportarlas  y  la  facilidad  de 
apontarlaspic^aaieQte  oQuwaíqiuera  dircíHúpn. 


EI  eslado  preciiada  de  la  «rliU^  eramf 
gue  sufíciente  para  destruir  y  espantar  lasia- 
íormes  multitudes  en  loscomba^es;  pero  cuafr 
do  la  discipUna  y  el  saber  fué  trayendo  alarte 
m'.Iítar  el  órden  regular  en  la  edad  feodal,  la 
arlillería  tuvo  que  orginizarge  bajo  una  ticti; 
ca  C'special  adecuada  á  los  adelantos  de  aque- 
lla  y  cada  uua  dc  las  subsiguicntes  épocas. 

Ya  antes  del  año  4609,  cn  que  losealibre« 
se  marcaron,  las  píezas  de  mayqr  cabidaeraa 
sicmpre  reunidas  generalmente  para  trabajar 
y  disparar  sobre  el  centro.  A  las  piezas  lae- 
díanas  Ilamaban  de  cam/xiña  y  las  dividiau  ea 
dos  seccioncs  que  solian  jugar  una  á  cada  ala, 
y  alguua  vcz  ambas  con  La  infaAteria.  Los 
patconetes  Jngaban  en  los  flaucoa  del  ejército 
como  artilleria  ligera  y  seguian  á  los  arcaba- 
ceros  á  las  cargas  para  abrir  brecba  ea  las 
raasas  enemigas,  en  lo  cual  daban  muy  boc- 
nos  resultados. 

De  esta  época  datan  los  tiros  de  metralla, 
usados  por  primera  vez  en  la  batalla  de  iían^ 
nan  entre  suizos  y  franceses  el  año  1515. 

Hasta  aqui  (.«iglo  XV]]  todos  los  inTenlos 
nuevos  en  la  arüllería  y  cuanto  desdeeste  si- 
glo  se  invenló  cn  ella  hasta  nuestros  djas, 
solo  fueron  modificaciones  y  perfecciones  da 
cuauto  ya  invenlado  estaba.- 

Los  cuniciUi  de  los  romanos,  las  minas, 
conocida  ya  la  pólvora,  recibleron  un  graode 
incremento,  siendo  la  primera  de  pólvora  qoe 
sc  usó  con  mucho  exito,  en  los  muros  de  ii' 
poles  (torre  del  Huevo),  puesta  en  accion  por 
Pedro  Navarro,  ingeniero  cspañol  (11  de  joDÍO 
de  1503). 

Pero  Ilegó  en  el  siglo  XYl  el  reinado  de 
Cárlos  1  (V  de  AleniaHia) ,  cuya  entrada  en  Va- 
Iladolid  qucda  referida,  y  la  artillería  SQfrió 
una  gran  paralizacion  en  sus  progresos  por  á 
decceto  que  este  rey  dió  de  volver  á  fundir  li 
arUIIeria  de  muy  gruesos  calibres,  para  que 
sus  balas  no  pudieran  recogerse  y  servir  á  las 
piezas  del  enemigo  y  ofendiesen  mas  de  lejos 
y  mas  pronto  por  consiguiente.  De  nosotros 
rccibian  entonces  los  demas  paises  el  prin* 
cipio  de  todos  sus  adelantos ,  y  este  nuestto 
retroccso  iufluyó  cn  la  artiUeria  de  todas  las 
naciones  europeas ,  como  se  habia  echado  de 
ver.  Asi  siguió  nuestra  artilleria,  basta  queea 
cl  reiuado  de  Felipe  lil  se  marcaron  otra  vez 
sus  distintos  calibres4al  como  en  la  esencia  se 
usan  en  el  dia,  ú  bien  perfeccionados  con  los 
adelantoshechosdesdc  entonces. 

Ya  en  esla  épcca  habian  inventado  los 
obuses  los  españoles  {antes  del  siglo  XVI  y  no 
en  el  últiroo  tercio  del  XVII  como  sopooea, 
y  con  eUos  las  naciones  del  Norte),  y  losobii- 
ses  tenian  de  longitud  dos  pies  y  medio  de 
recámara  cilindrica,  y  los  muüones  cerca  de 
la  niedíania  háoia  la  boca  y  en  la  f^ja  aUa. 
{Lechuga^—Discurso  dt  artiüeria,  pubiioad^ 
en  leil.—C^sor  Firrufino.—^Perfectoarti^ 
llero  en  1626.)  Dichosobases  disparaban balas 
baecas  y  gcaoidas;  estas  eran  igiuJei  á  te 


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Itt 


AftttLLEMJ^ 


706 


qne  dfsparan  ncmstros  obases  actOBles.  Cl  mor  - 
tero  tambíen  estaba  ioTciitado  y  se  usó  la  pri- 
mera  rez  el  año  4484  en  el  sUto  de  Ronda 
porlosreyes  Católicos.  {Memoriaítilüsiradas, 
preseotadas  en  el  8i|^lo  XIX  á  la  Academia  de 
la  Hístoria.  en  Espada.)  Los  españotes  en  las 
gnerras  de  Flandes  nsaron  los  morteros  y  dls- 
pariron  homba$  en  i  588,  con  todo  lo  cual  se 
reslituye  á  nuestra  patria  el  lionor  qne  algunos 
iBleotaron  usnrparle,  escribicndoqueen  1529 
feé  la  primera  vea  qne  se  osaruD  bombas  y 
esto  por  los  turcos  en  el  cerco  qae  pusieron  á 
Rodas. 

£1  maríscal  de  Sajonia  inventó  la  amuseta, 
qaesirTió  (aunque  luego  se  abandonó),  en  los 
parapetos  princípalmente.  Podiaesta  pieía  ser 
trasportada  por  tres  bombres,  estaba  flja  en  su 
c^ja,  secargaba  por  la  recámara,  y  tenia  cin- 
eo  píes  de  tongitud. 

Eq  4756  86  adoptó  en  España  on  nnevo  re- 
glaioeDto  de  balerio,  vientos  y  calibres. 

Tederlco  et  Orandc^  en  1759,  dió  su  prime- 
ra  orgaaizaclon  á  las  baterias  de  artilleria  i»-> 
gera,  cnya  utiüdad  la  bace  hoy  necesaria  en 
todo  ejército. 

£(  marino  espafíol  Rovira  inventó  y<  per- 
feccionó  á  flnes  det  sigfo  XYIII,  y  principios 
del  XIX  su  sistema  de  artillería  de  grandes  ci- 
libres,  para  arrojar  proyectílea  buecos  hori- 
zoatatmente. 

La  arti/Heria  á  taballo  se  organizó  en  Fran- 
cia  el  año  1792  como  qneda  dicho. 

£q  484G  el  capitan  general  español  de  la 
annada,  don  Joan  Roiz  de  Apodaca,  conde  del 
Tenadito,  nsó  con  éxito  en  la  gnerra  deHéjioo, 
nn  cañon  que  se  cargaba  por  la  culata,  inven- 
tadoporél. 

En  1819  se  probó  en  Madrid  otrocañon  que 
tambien  se  cargaba  por  la  culata,  invenlado 
por  e1  general  de  artilleria  Navarro  Sangran. 

En  48^2  el  comandante  de  artilleria  fran- 
cesa  Paixhans,  publicó  su  ststema  de  cañones 
bomberos  imra  lanzar  granadas  en  sentido  bo- 
Tizontal,  seoiejante  al  de  Rovira,  pero  perfec- 
eíonado. 

En4832,  4835,  4839  y  48U,  sufríó  el 
CQerpo  español  de  artillería,  varias  modifl- 
caciones,  hasta  qne  en  4843  sereformó  como 
sem, 

Aun  caando  se  ha  nsado  tanto  en  nuestra 
época  como  en  los  siglos  anteriorcs,  el  trasportar 
en  alganas  ocasionesáiomo  piezas  ligerasde  ar- 
tiilerla,  no  se  ha  perfeccionado  y  regutarízado 
este  sistema  hasta  bace  pocos  años.  En  Espa- 
ña  en  doode  por  coofesion  de  los  mismos  es- 
trangeros,  se  ha  llevado  la  artillería  de  raon- 
laña  á  nn  grado  de  perfeccion  estraordinarío, 
y  creadas  conio  permanentes  las  brigadas  de 
monfiiña  ó  de  á  lomo  en  4839,  han  sido  arma- 
das  sus  baterias  con  obuses  de  á  5  pulgadaa, 
y  Henado  en  noestro  pais  con  esceso,  cnanto 
de  ellas  se  ha  exigido. 

En  4849,  los  austriacos  sitiando  á  Yenecia, 
ensayaron  eon  mal  éxito  e1  lanxar  bombas  iih 

484     inilUOTlfiCA  m*llLiUl. 


eendiarías  sobre  la  plasa  por  medio  de  globos 
aerostáticos. 

Ademas  de  todos  los  dichos  y  otros  ade- 
lantos,  se  han  becho  modemamente  algnnof » 
que  iremos  dando  á  conocer  por  su  órden  en 
los  slgoientes  artlculos.  Lo  qne  quioran  sa-* 
bef  mas  detalles,  pneden  acodir  al  Memorial 
kistórico  de  ia  artiüeria  de  Salas. 

E3taes,pues,  lahístoríaen  general  de  laar- 
IIMerfa.  PorellavemosquedesdeelsillodeAlge* 
ci  rafi  ( 1 342)  en  que  la  historía  habla  esplicitame» 
te  de  los  cañones  (ira6e$  porprímeravez,  mn- 
ehos  de  losifiventos  principales  que  se  hieieroa 
en  ella,  se  deben  á  los  cspafíoles,  qoe  precisa-» 
mente  desde  los  reyes  Gatólicos,  en  que  aquella 
arma  empez6  ¿  usarse  mas,  fué  coando  imptt- 
sieron  sn  dvllisacion  al  mundo. 

ARTILLERIA.  (oficialbs  t  tropa  dc)  Va« 
mos  á  dar  alganas  noticias  bistóricas  sobre  el 
aniiguo  persooal  de  ariitleria.  Ya  hemos  dioho 
eomo  la  maquinaría  foé  servida  entre  loa  ro« 
manos,  y  despues  entre  los  españoles.  Tam-* 
bien  queda  cspresado  el  gran  embaraao  quo 
caosaba  en  nn  príneipio  elserviciode  las  Mfn* 
bavdas,  porsn  mucho  peso  y  dincil  trasporte. 
Pero  al  paso  que  las  toscas  cureñas  antignas 
fneron  sustituyéndose  con  los  afostes,  y  loego 
con  las  cureñas  rodadas,  al  paso  tambiea  qua 
las  fundlciones  y  fábrícas  ftieron  adelantando, 
y  por  conslguiente  perfeoclonándosela  artilte* 
ria  con  tantos  adeiantos,  el  persooal  delos  que 
la  servian  foé  tomando  ona  organiBacion  mas 
completa  hasta  el  bríliante  estado  en  que  boy 
se  halla. 

Antes  del  sigk)  XVI,  y  desdeet  año  de  4  47S 
eo  qoe  foé  declarado  permanente  en  Espafia 
olcuerpo  de  artilleria^  era  casi  todocompues- 
to  de  paisanos,  y  constaba:  4  .*  de  nna  secdoa 
especial  de  contabilidad,  compoesta  de  confa- 
dfires,  pagadores  y  mayordemos,  cuyas  obli- 
gaciones  eran  igna  es  á  los  que  deserapeñao 
hoy  eslos  cargos:  t.^  de  nn  tribnnal  especial 
dejusticia,  oompuestode  nnprf6o$/e,algunos 
subalternos  de  la  ctase  de  oflciales,  y  algonos 
soldados,  qoe  vigilaban  en  ias  bataliuel  buen 
t^den  y  servicio  de  los  aríilleros. 

fil  cuerpo  propiamente  dicho  se  compoBia 
de  las  ^guientes  olases: 

Un  capitan  general  de  artillería. 

Dos  tenientes  generales. 

Gierto  número  proporcional  de  genUtes» 
hombfes,  qne  equivalen  ¿  los  actnaieB  oOciaies 
del  arma. 

M.  de  condestaldes,  qoe  son  los  sargeotos 
y  cabos  actoales. 

Conductores,  se  llamaba  i  los  oflciales  y 
sargentos. 

Artilkros, 

Petarderos  6  maestros  de  petardos,  sol» 
dados  escogidos  para  disporaríos. 

Marineros  f  cmlafaUes  (pootoneros  actua- 
les),  los  que  goar4abao  tos  pnenles^ 

Minadores,  IgualeseBuntodoátosdebof 
eD  ti  eoerpo  de  iogooieros. 
T.   III.    45 


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707 


ARTILLEBIA 


708 


Gastadores,  como  loBactaales  iban  delaDte 
para  allanar  obstáculos. 

Harnicures,  qae  no  siendo  soldados,  aya- 
daban  al  artillero  cn  sas  faenas. 

Obreros,  (zapadores  actuales),  que  se  ocu- 
paban  eu  las  minas  y  fortiflcaciones,  etc. 

Furrieles  tnaycres  y  menores,  que  dlspo- 
nen  los  parques  y  alojamientos  como  nuestros 
actuales  aposefUadores, 

Tenderos^  los  cuales  debian  armar  y  desar- 
mar  las  tieudas  para  las  mnniciones,  para  el 
general,  elc, 

Gü-maestres  mayores  y  menores,  los  ao- 
taales  capataces  de  fortiflcacion. 

Ingenieros,  oflciales  encargados  de  dirígir 
las  fortiflcaciones. 

Tracistas,  oflciales  empleados  en  dirlglr  el 
servicio  de  las  piezas. 

Para  lograr  plaza  en  el  cuerpo  de  artiUeria 
los  aspirantes  eran  (examinadoá  por  los  genti' 
leS'lunrthres,  si  pretendian  entrar  en  las  clases 
de  tropa.  Este  exámen  versaba  sobre  el  cono- 
cimiento  de  las  piezas,  modo  de  conservarlas, 
apontaral  blanco,  elu.,y  noera  riguroso.  Los 
que  aspiraban  á  plazas  superiores  desde  fur- 
riel  arriba  eranexaminados  por  un  oficial  ge- 
neral  del  arma,  y  con  todo  rigor,  sobre  mate- 
rias  de  mas  estension.  El  que  salia  aprobado 
de  sn  eximen  reclbia  el  nombramiento  de  su 
empleo,  y  cumpUdo  su  serficio  podia  reen- 
gancharse  ó  servir  á  un  rey  estrangero,  sin 
mas  exámen,  presentando  su  despacho.  Tenian 
los  artilleros  buenas  recompensas,  sn  orde- 
nauza,  contabilidad  y  jnzgados  especiales,  y 
no  podian  revelar  ¿  otroa  sin  órden  de  su  gefe, 
eosa  alguna  del  artede  artilleria,  lo  coal  cum- 
plian  bien  para  conservar  sus  locrativaE  plá- 
zas.  Los  artiUeros  generalmente  no  eran  sol- 
^  dados  y  solo  si  hombres  contratados.  Por  eso 
no  podian  coger  boUn,  pero  tenian  otras  me- 
Jores  ventajas.  Guando  la  arülleria  Jugaba  so- 
bre  una  plaza  arUllada  y  esta  era  ganada,  se 
imponia  á  la  guamicíon  el  rescate  por  dinero 
de  las  piezas  tomadas.  Todo  el  valor  del  res 
cate  se  repartia  entre  los  arUlleros  que  se  ha- 
llaban  en  el  sitio.  Lo  mismo  s^  üacia  con  las 
piezas  cogidas  en  el  campo  de  batalla,  en  cu- 
yo  caso,  el  rey  mismo  las  compraba  y  graU- 
flcaba  asi  ¿los  artUIeros.  Gomo  la  mayor  par 
te  de  estos  no  era  militar»  acompañábalos 
siempre  alguna  fuerza  del  ejército,  que  escol- 
taba  las  piezas;  casi  siempre  ^esempoñaban 
este  scrvido  los  gastadores  del  ejército,  cnya 
comision  se  consideraba  como  muy  bonrosa. 
Los  tlros  de  las  piezas  se  contratabcn  en 
este  tiempo  ysepagaban  del  tesorodel  ejércí« 
to.  En  las  batallas  se  colocaba  la  artilleria  an- 
Ucipadamente,  y  los  tiros  se  retiraban,  para 
acndir  sin  embargo  en  trance  de  necesidad, 
aunque  casi  siempre  en  los  apuros  se  traspor- 
taban  ábrazo  las  pfezas,  que  entoncesno  eran 
de  gran  peso,  al  menos  las  de  campaña.  Este 
f tté  el  personal  del  coerpo  de  artillería  espano- 1 
la  hasta  elsiglo  XYI  e&qnellegó  á  oompoMr- 1 


se  dc  tref  eapüanes  generates,  nno  pan  cida 
uno  de  los  ejércitos  en  España,  Flandea  élU- 
lia.  Las  atribuciones  de  estos  gefes  (las  cuales 
diremos  despues),  eran  muy  parecidas  á  lu 
que  hoy  goza  el  director  de  esta  arma.  Cadi 
ono  dc  los  ejércitos  dichos,  tenia  dos  ó  tres 
tenientes  de  capitan  general  del  arma.  Sus 
oblígaciones  erán  las  de  mandar  una  grao 
seccion  del  arma  que  tuviese  que  segregarse 
del  ejército.  A  los  oflciales  actuales  del  arma 
de  arUIIeria  llamábanse  entonces  gentüeS' 
hombres,  y  á  cada  uno  de  estos,  distnbuidos 
segun  el  número  de  plezas  ea  cada  ejército, 
correspondian  tres  de  estas  con  la  correspoo- 
diente  dotacion  de  condestables  y  arUIIeros. 

La  denominacion  de  oflciales  se  dié  ¿  Im 
maestres  y  oflciales  que,  como  hoy,  serviao 
entonces  en  las  maestranzas,  derivando  aqoe- 
iia  palabra  de  ofido.  k\  cuerpo  de  oflciales  se 
agregaroo  despoesloscaporaíes,  deloso/ícioiet 
citados  se  distinguian  los  verdaderos  faculta- 
Uvos  con  la  denominacioo  de  ofieialespreemi» 
nentes.  Todos  los  oflciales  /úndidores,  herre- 
ros,  haclieros,  etc,  gozaban  sueldo  de60  ma- 
ravedises  diarios,  cuyo  sueldo  les  fué  despoes 
aumentado  y  mas  ¿  los  fundidores,  que  enn 
el  ramo  principal  de  laarUlleria. 

La  tropa  aoUguamente  se  hallaba  dividida 
en¿om6ar(feros,  pqlvoristas,  tiradores,  orH' 
üeros  y  ayudantes,  y  distribuida  en  las  tres 
clases  siguientes:  1.*  artiUeros  de  pUats  y 
fronteras:  2.*  arlHleros  ordinarios:  3.*  orfí- 
Ueros  meritorios. 

1."  Glase.  Los  capitanes  generales  del  ar- 
ma  proveian  las  vacantes  de  esta  clase,  que 
era  inamovible  de  los  puestos  que  guaroeda. 
Segun  la  importancia  de  estos  eran  mas  ó  me- 
nos  grandes  los  sueidos  de  esta  clase,  que  en 
permaneote. 

2.*  Glase.  El  capitan  general  proveía  y  II- 
cenciaba  esta  clase,  quc  se  componia  de  sol- 
dados  voIunUrios  escogidos  enu-e  las  com- 
puñias  de  infanteria,  cuya  saca  no  podian  im- 
pedir  los  capitanes  de  ellas.  Gada  cuatro  me- 
ses  era  relevada  una  escuadra,  que  siempre 
residia  en  Borgos. 

3.^  Glase.  Artilleros  meritorios,  De  los  ve- 
cinos  de  los  pueblos,  que  eran  ya  oflciales  át 
regla  y  comp¿s,  y  que  querian  alistarse  en  la 
arUIIeria,  se  formó  esta  cla&e«  en  donde  goia- 
ban  losaüstados  desde  su  entrada  el  fuero  mi- 
litar  y  preemínencias  del  arma;  aunque  no 
sueldo.  Asistiaiv¿  las  batallas  y  siUos  con  la 
artilleria,  para  que  Ipego  de  iostruidos  sofl- 
cientemente,  cntrasen  en  los  ejércitos  ó  amü- 
da  ¿  servir  de  oflciales  en  las  dos  aateriores 
clases  gozandodel  sueldo  desde  entonces.  Mas 
de  cincuenia  meriíorios  exisUan  en  ll¿laga. 

Los  sueldos  de  los  arUIIeros  eran  oiayores 
que  los  de  la  infanteria,  peroes  seguro  qoe  no 
bayan  escedido  durante  el  siglo  XTl  de  18  á 
26,000  maravedises. 

LosartiUeros  residian  ordinariamente  en 
la  cUidadde  Bnrgos»  de  doode,  por  la 


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709 


ARTILLERU 


140 


de  las  pagas  y  negarles  e1  poeblo  alojamientos, 
m  saticron  á  Tivir  en  los  contonios  con  on 
real  diarío  qoe  las  justicias  les  adelant«ban 
eoD  el  descoento  correspondiente  al  redbir  aos 
pagas.  Guando  eato  socedíó  eran  60  los  arti- 
Ueros  qoe  habia  en  Borgos. 

Este  era  el  estado  del  coerpo  de  artilleria 
en  el  sigto  XYI.  Para  dar  ooa  clara  idea  del  es- 
tado  é  indole  de  este  coerpo  en  aqoella  época 
eopíaremos  algooos  datos  de  los  apuntamien' 
to$,  (estraclados  en  el  arcbíTo  de  Simancas).  da- 
dos  para  redactar  ona  instroccioo  ,  al  capitan 
AndrésBiezraa,  en  4584,  qoe  debla  mandar  la 
artilleria  dc  la  espedicion  al  estrecbo  de  Ma- 
gillanes,  la  coal  no  se  Terificó  al  fln  por  ias 
iTerías  qoe  sofrió  en  la  navegacion. 

En  díchos  apontamientos  se  prescribia  qoe 
Ao'Irés  Biezma  habia  de  levantar  á  soeldo  de 
S.  M.  H  artílleros  y  24  a/odantes,  on  maes- 
tro  carpintero  de  blanco  con  dos  ayodantes,  ou 
maestro  carplntero  de  lo  prieto  con  otros  dos, 
y  on  maestro  herrcro  con  Ires,  señalándoles 
loeldo  segoa  ei  ponto  en  donde  debían  re- 
sidir. 

Los  oflciales  de  la  casa  de  contratacion  de 
Indias  debian  dar  42  arlilleros,  de  los  del 
tereio  y  escuela  de  aqoella  ciodad  ó  los  que 
podíeran  completando  el  número  sobre  estoi». 
Qoe  no  se  tolerasenvicios  de  religion,  con- 
testura  y  condocta,  y  qoe  los  viciosos  sc  sos- 
titoyesen  con  alistados  aptos. 

Qoe  las  vacantes  se  proTcyeran  con  espa- 
ñoles  aptos,  y  qoe  el  Tcedor  y  conlador  asen- 
tase  á  estos  por  so  norobramiento ;  pornue  el 
recibirlos  ó  despedirlos  babia  de  estar  éucar- 
gado  á  dicbo  capitan,  como  sucede  con  los  de 
igoal  clase  en  ínfanleria. 

Qoe  á  los  soldadosde  infanteria,  qoe  qoi- 
sieren  serrir  en  las  Tacantes,  no  se  pnsiese 
ímpedimento  por  sos  capitanes  ni  por  los  go- 
bemadores  de  las  plazas  qoe  goarneciesen. 

Qoe  de  los  crlmenes  de  los  artilleros  po- 
diese  dicho  caqltan  dar  parte  y  acudir  al  go- 
bemador  de  coalqoier  fuerte. 

Qoe  se  apontasen  en  los  sueldos  de  los  ar- 
fiUeros  las  fallas  de  los  foertes  sin  permiso. 

Qoe  80  hicieran  cobertizos  de  madera  para 
la«Ttílleria  y  cabalgamentos  contra  el  sol  y  el 
agoa,  y  descansaderos  para  las  piczas  para  qne 
no  atormentasen  las  cureñas. 

Qoe  tUTiera  proTision  de  madera  seca  para 
las  compostoras  de  las  coreñas  y  aprestos  qoe 
se  deteríorasen. 

Que  como  el  dinero  en  estos  reinos  se  dis- 
trtboia  por  el  capitan  general  ó  sus  tenieutes, 
te  advirtiera  á  dicho  capitan  Biezma  de  donde 
lo  tomase  y  como  dcbia  administrarlo. 

Qoe  las  armas,  pólTora,  cucrda,  plomo  y 
demas  útiles  se  abrigase  y  coidase  bien. 

Qoe  de  los  dicbos  24  artilleros  escogiere 
para  eaparal  de  todos  al  mas  apto,  y  qoe  to- 
Tiere  dos  ejercicios  cada  mes  flgoraodo  le  car- 
ga  para  no  gastar  pólvora  como  se  hacia  en 
flganaa  plans* 


Ooe  aai  eomo  ae  haoia  en  todas  partea  de 
España,  el  capitan  Biezma  se  posiese  ¿  las  ór- 
denes  del  gobernador  del  ponto  en  donde  se 
hallasc. 

Apunlamiento  último.  Qoe  el  capitan  pu* 
diesc  lloTar  ¿  las  Indias  ona  esclaTa  y  coatro 
criados  qoe  decia  necesitar  para  so  serTicio. 

Estos  apontamieotos  dan  ona  idea  bastante 
lominosa  del  estado  de  la  artilleria  desde  sa 
creacion  y  dorante  el  siglo  XVII  basta  las  re« 
formas  modemasqoeen  él  sehicieron. 

Ca¡ntane$  generalen,  Las  principales  atri* 
buciones  del  capitan  general  de  artiüeria  de- 
bian  ser:  regolarisar  la  admioistracion  y  lle* 
Tar  la  coenta  del  material,  íhndiciones,  apres- 
los  de  armas  y  casa  ó  casas  de  monicion:  flr- 
mar  las  nóminos  y  libramientos  de  los  pagos 
y  haber  qoe  todos  obserTasen  4a8  instracdo- 
nes  y  cédolas  qoe  emanal)an  de  la  aotoridad 
real  en  todos  los  dlferentes  ramos.  Dedúcese 
qoe  las  instracciones  qoe  recayesen  sobre  la 
artilleria  no  debian  entonces  ser  mochas,  poes- 
to  qoe  el  capitan  general  no  tenia  ayodantes  y 
solo  qoisá  on  secretarío. 

En  las  listas  anoales  dol  coerpo  de  artille- 
ría  constan  algonos  nombres  relatiTOs  ¿  cs- 
ta  épooa  y  de  los  coales  no  se  halla  docomen- 
to  algono.  Nosotros  copiamos  ¿  coutinoacion 
la  relaoion  de  los  qoe  coostan  como  oflclales 
directores  del  coerpo  de  artillería  desde  el 
sigloXV. 

Desde  Hasta 

DÍegoRodrígoezZa- 
pata  ( encargado 
del  aríillería.).  .    4406    4407 

Fernan  Gotierrez  de 
Vega.  (id.).  ...    4407 

Micer  Domingo  Za- 
carías,  (maestro 
mayor  del  artille- 
ría  española).  .  .     1475 

Ifaestres  Alfonso  y 
Tom¿s  B¿rbara 
(roaestros  lombar- 
deros) 4477 

Francisco  Ramirez,  dé  Madríd,  obrero 
mayor  desde 4478 

Comendador  de  Tortosa,  Mosen  San 
Martin,  capitande  aríilleriaen. .  .  .    4604 

Diego  de  Vera  ,  capitan  de  artllleWa 
desde  4487,  gefe  dela  artilleria  qoe 
llevó  Pedro  Navarro  sobre  Oran  en 
4509,  pasó  ¿  Bogia  en  4540;  mandii 
la  artiHería  del  ejército  de  NaTarrs 
en  45t3,  pasóla  ¿  Francia  crazando 
el  Pirinco;  mandó  la  espedlcion  con- 
tra  Omich  Barbarroja  en  Argel,  año 
de  4  54  7;  mandó  la  resenra  del  cuer- 
po  de  ejército  que  atacó  la  isla  de 
Gelbeseo  4590;  defendló  Talerosa- 
mente  ¿  Foenterrabia  de  donde  era 
goberoador  contra  los  franceses  en.    45^2 

Gabriel  Fodltto  de  Martmengo  (a)  el 


FDe  QStos 
rno  seba» 
Jla  noticia 
¡  en  el  ar- 
LchiTo  de 
tsimancas. 


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711  AlTItmU 

prwr  ée  la  Yark^ ,  lOBhrade  per 

Cárlos  V»  (I  de  España)  capitan  ge- 

necal  de  arlillería  on 4  52Í 

Joan  de  Terramonda,  fué  arüllero  y 

liegó  basta  capitan  generai  de  arti- 

lleria  en 451* 

Don  Míguel  de  Herrera,  capitan  genc- 

ral  en 4528 

Los  dos  tenicntes  del  anterior  (Fraocia- 

co  de  Aojas,  Oarci-Carreño)  capitaoes 

generales  ínterinos  hasla 45i8 

Don  Pcdro  de  la  GueYa,  nomlMrado  en  % 

de  raayo  de 4543 

Lois  Pi3año,  ingeniero  célcbre  y  tenion- 

tedecapítan  general  en 4545 

Garcí  Carreño,  capitan  general  en.  .  .  4554 
Don  Jnan  Uanrique  de  Lara,  capilan 

célehre  en.  - 4554 

Don  Francés  de  Alava,  oapitau  gene«> 

ral  en 4571 

Bon  Juan  de  Acuña  Vcla,  capitan  gene- 

ral  en 4586 


7« 


Despues  de  los  dichos  sigue  un  larguisi- 
mo  catálogo  de  capltanes  generales  de  arlille- 
ria  cuyos  titulos  de  linago  no  bastaria  á  conte- 
ver  la  estension  de  nuestro  arlicuio.  Desde  4744 
ya  settgrrgó  al  diclado  de  capitan  general  el  de 
coronel  general  de  los  bataUones  de  esia  ar^ 
fna.  En  4731  el  conde  Maríani  fué  ya  el  prl- 
iner  impector  general  del  anna  ae  artitleria. 
En  4756  el  condc  de  Aranda  fné  dircctor  gene- 
ral  de  arlillería  é  ingenieros.  Despues  volvie- 
ron  á  ser  diferentes  ambas  direcciooes  y  asi 
conlinuanhasta  el  dia.' 

Ttnientes  de  capitan  general.  Ya  hemos 
dicbo  en  la  historia  dc  la  arüllería  como  en 
4471  existian  ya  cuatro  tenientes  de  capitan 
gcneral  ea  Burgos,  Pamplona  con  la  subins- 
peccion  de  su  distrílo  y  laa  plazas  de  San  Sc- 
bastian  y  ruenierrabla,  otra  cn  Málaga  con  la 
deCudi/.,  Gibraltar  y  plazas  del  rsino  de  Gra< 
nada,  y  otro  en  barceiona  con  la  de  Perpiñan, 
Rosas  y  frontera.  nernos  dicbo  tambien  como 
sc  crearonen  Lisboa,  despues  desuocupacion; 
cn  Aragon  en  159¿;  eii  otras  partes  y  cu  la 
armada  despues.  De  su  prímilivo  cargo  de  sub- 
ÍD^pcctores  descendieron  con  el  tiempo  al  de 
comandantc? ,  aooque  conservando  su  clase  y 
tilulo  de  tenieuie^  dd  capitan  general  de  la  ar* 
liUeria,  Da  manera  que  en  nn  principio  hubo 
uoosolo,  de^pues  en  4  518  Francisco  de  Rojas 
y  Garci-Carreño  fueron  los  dos  tcuientes  de 
capitan  general  príoicros  á  las  órdenes  de  don 
Miguel  dc  Herrcra  capilan  general.Sus  princi- 
pales  obligacioncs  eran:  residir  en  sus  distri- 
tos  y  ejcrcer  las  fuociooes  dol  capitan  general 
en  ausencia  de  este  ,  visitar  las  plazas  y  fun- 
dicionesde  sus  distritos.  Kn  mucbas  ocasioues 
se  encargó  el  de  Burgos  del  exámen  y  recono- 
ciuiento  Ue  las  armas. 

Cuaudo  llegaron  á  cinco  los  tenientes  de 
Otpilan  general  gobernaba  cada  unosu  distríto 
ó  depurtamento,  dos  4e  <^Hq$  siloados  en  Móln* 


I  ga  y  Liidtoa,  poiitos  prineiMlM  ^6  la  íoBdidoii 
de  las  piezas,  otro  en  Pamplona  prdiimo  á  1% 
frontera  y  fundicion  de  balerio  que  existia  en 
Egui  (Navarra)  y  dos  en  Barcelona  y  Burgos, 
como  punto  de  costa  el  primero  y  de  subio»- 
peccion  central  el  segondo, 

Se  hacia  su  nombramiento  á  propuesta  del 
consejo,  mediante  papeleta  (propuesta)  rubri- 
cada  por  el  capitan  general,  que  proponia  á 
los  que  merecian  mas  su  couOanza  ó  que  habian 
servido  eo  las  campanas  de  Flandes  ó  Italí^i 
cuyos  propucstos  debian  scr  capitaues  ó  baber 
sido  artílleros  anteriormentc.  El  capitaa  ge- 
neral  proponia  tres  y  el  rey  escogia  uoo  de  la 
terna. 

Sus  sneldos  fueron  cortos  al  príncipio; 
pues  en  tiempo  de  Garci-Carreño  solo  cobra- 
ban  75,000  maravedises  anuales  (100  duca- 
dos)  algo  mas  que  los  capitanes  de  infanlería. 
Desde  1  de  abríl  de  4564  por  real  cédolase 
les  aumentó  á  30(  ducados  anuales ,  cayo 
siieMo  gozaron  basta  fln  del  siglo.  Hobo  ma- 
chqs  cólebres  y  entre  eilos  se  distiQgoícroa 
los  siguientes: 


Garci-Carreño  (que  luego  fué  capitan 

general)  id.  en * 4518 

Francisco  de  Rojas,  id.  en 45|S 

Luis  Pisaño;  teniente  de  capitan  gene- 

ralen 4541 

Femando  de  Acosta,  gcfe  de  la  artille- 
ría  en  la  guerra  de  4594 ,  gobcroa- 
dor  de  Jaca,  prímer  teoienle  decapi- 

'  tan  general  de  Aragon  en 4593 

Beuedicio  de  Rávena  (iogenieio.)  Id. 
en  el  siglo XYH 

Otros  muchos  tenieiUes  de  capitan  general 
tuvo  el  arma  de  artillei^a ;  pues  segun  fueroa 
creándose  mas  departaroentos  y  aumentándo- 
seelcuerpo,  aquellos  se  multiplicaron.  Yahe- 
mos  dicho  que  despues  quednron  reducidos  de 
subinspectores  que  eran,  á  simpies  comandan- 
tes  de  los  distrítos. 

Capilanes  de  irinchera  y  azadonai'osigaí- 
kidores,)  Segun  los  datos  sacados  del  archivo 
de  Simancas ,  esta  institucion  fué  muy  aQli' 
gua  y  pcrteneció  al  cuerpo  de  artilleria  eooa^ 
do  esta  arma  y  la  de  iogeuieros  eran  una  sola. 
Se  suprimieron  cn  tíempo  de  Miguel  de  Herre* 
ra,  por  existir  muy  pocos,  ser  viejos  y  ser  tao 
poco  necesitados  cn  la  paz  como  lo  erao  mu- 
cho  en  la  guerra.  Los  últimos  se  creeque  foe- 
ron  Juan  Maríiuez  ó  Nuñez  de  Giazabal,  que 
cobraba  por  su  cargo  40,000  maravedíses  aaua- 
les  y  obtuvo  eu  4536  retiro  con  10,000.  y 
Juandc  Zuríta,  que  sirvió  mucho  y  bieo  enMe* 
líüa,  Oran  y  otras  paríes.  Este  cnerpo  en  los 
siglos  XV  y  XYl  fué  muy  úlil  para  el  trasporte 
dc  la  artilleria,  allanamieoto  de  obstácu- 
los,  elc.  Exifitian  en  las  guerras  de  Granada, 
Africa,  Portugal,  etc.  Sus  sueldos  fueron  pro- 
porcionales  ú  los  trabajos.  Este  cucrpo  se  des- 
liacia  ea  tiempo  de  paz.  En  ^1(91  el  C9pit«9 


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7« 


ARTILLBWA 


7i4 


gmeral  de  1«  artillerla  doB  laan  de  Aeona  Y#- 
la,  íormó  para  el  ejército  de  Aragon  ud  ciier- 
paeompuesto  de  4 .500  azadoneros,  ln  16558e 
loplió  la  vacante  que  liabia  de  eapilaa  geoe- 
lal  eon  ouaJuDta  de  tres  vocales  y  ud  secre- 
tario  bajo  la  depoodeocia  dei  Gonsejo  8upremo 
deGuerra. 

£q  1658  el  cuerpo  de  artUIeria  se  compo- 

iiade45  lenieDtes  generales,   13  veedores. 

4)eooladores,  8  pagadores,  40  niayordomos, 

<8  íenliles-liombres,  43  cabos,  54 1  artilleros, 

tupemumerariot  iáem  34,400  ayodaotes  de 

artillero.  Escepto  los  teoieotes  geoerales  de 

Kstremadura  y  Cataloña,  qoe  depeodiaQ  de  sus 

fcspeclívos  capitaoes  geoerales,  los  deoias  to- 

oíeiites  generales  dependiao  de  la  juuta  dicba. 

En  1669  se  maodó  que  los  vireyes  de  Na- 

varra  fuesen  á  la  par  capitaoes  geoerales  de  la 

artUlería  en  aqnel  vireioato.  Eo  1702  los  cm- 

pleos  auperiores  del  ejórcito  despues  dcl  de 

capítao  gencral  y  maestre  de  campo  general, 

cran  los  generalcs  de  la  caballeria  y  artillería; 

cuyos  Dombramieotos  solo  podian   recaer  en 

loi  teDienles  genorales  del  ejército  ó  marisca'* 

ksdecampo. 

£o  4702  se  creó  on  batallon  de  arcabuce* 
fOff,  á  quieues  se  dicron  arcaboces  como  los 
que  ánícamenle  la  artilleríu  babla  llevado  bas- 
ta  entonces.  El  general  de  la  artillería  era  co- 
roael  de  cste  batallon  y  proveia  por  sí  y  por 
propuesla  las  vacantes,  cuyo  es  el  orlgeb  del 
Utolo  de  coronel  geoeral  de  la  artilleria  que 
le  da  á  los  generales  de  estecuerpo. 

Eo  4705  se  crearoo  eu  Málaga  400  artille- 
/00  y  5  genliles-hombres  hooorarios  sio  suel- 
do.  £0  4.**  deeaero  de  4706se  dió  ou  regla- 
meDto  de  la  gente  de  artiUeria  qne  debia  lia- 
ber  en  los  cuatro  ejércitos  de  Andalucia,  Es- 
treDiadura,  GasUlla  y  Galicia,  y  adenms  para  el 
personal  de  los  de  Aragon,  Kotre  Tajo  y  Sierra 
de  Gata,  coyo  total  asccndia  ¿  io  siguieQte: 


SumaatUmor.  .  ; 67 

Ayudaotesdeid ; % 

logeoieros 4 

Sargeotos 23 

Cabos 44 

ArtiUeroa. 238 

Total 565 


TeBieoles  de  arliHeria. 
Cümísarios  provinciales. 

Id.  ordtnarios 

Mayordomos 

Sargentos 

CaboB 

Artilleros 

Carpinleros 

fferreros 

Tesorero 


Tolal. 


Fuerza  personal  de  las  plazas. 


Teníentes  de  artillería 

Comisaríos  provinciales.  ... 

Id.  ordinarios 

Fd.  estraordinarios 

Goarda-almaceoes  6  mayordomos. 


4 

4 

4 

4 

5 

40 

36 

4 

3 

_4 

75 


4 

3 
42 

48 

Jl\ 
«7 


Eo  4707  se  arregló  provisiooalmente  la 
(uerza  de  cada  compania  deartilleria  del  mo- 
dosiguiente:  oo  capitao,  2  teuieotes,  2  snb* 
teuieutes,  4  sargeDtos,  4  cabos  primeros, 
4  id.  seguodos,  40  obreros,  40  mioadores, 
40  bombarderos  y 62 artilleros. Total  449  bom- 
bres. 

Eo  4  709  se  declarú  la  eqoivalencia  de  los 
cmpleos  de  artilleria  en  el  ejército,  ¿  saber: 
tenientc  dc  artilleria  equivale  á  coronel  de 
ejército;  comisario  provincial  ¿  tcníente  coro- 
ncl;  el  comisario  ordiuario  ¿  capitan;  el  comi- 
sario  estraordinario  ¿  teniente;  el  apootador 
equivalia  ¿  alférez.  Eo  4710  se  creó  ooa  plaoa 
mayor,  compoesta  de  oo  capitan  general,  ofl- 
ciales  de  las  demas  clases  y  algunos  capitanei 
dc  carros:  creóse  tambien  un  regimiento  con 
el  tílulo  de  Real  arlillería  de  España,  y  36  com* 
pañlas  con  las  que  se  formaron  3  batalloDes 
de  ¿  4  2  cada  uno,  de  las  cuales  3  eran  de  ar- 
tilleros,  8  de  fusileros  y  una  de  minadores. 
Cada  compañfa  de  artilleros  constaban  de  un 
capitan,  2  tenientes,  2  subtenientes,  4  sargeo- 
tos,  4  cabos  primeros,  10  obreros,  40  bombar- 
deros,  72  arlilleros  yun  tambor.  Total  406. 

Cada  compañía  de  minadores  constaba  de 
oncapitan,  un  teniente,  un  snbtenieote,  2  sar- 
gentos,  3  cabos  primeros,  37  minadores  y  on 
tambor.  TotaUS.  Cada uua  de  fusileros  se  com- 
ponia  de  uncapitan,  un  teniente,  on  sobtenieo- 
te,  2  sargentos,  3  cabos,  2  carabineros,  45  fosi* 
leros  y  un  tambor.  Total  56.  La  plana  mayor 
del  regimlento  se  componian  del  coronel,  te- 
nientecoronel,UDsorgeuto  mayor,y3  ayudan 
tes  mayores.  Se  mandaron  establccer  cualr» 
esouelas  de  artilleria  en  Aragon,  Estremadura, 
Andalucta  y  Galiciapara1ainstrucc¡onpT¿ctica» 
y  tres  para  la  teórica  en  Aragon,  Estremadura 
yAndalucia.  £n4743se  incorporóla  capitania 
general  del  arma  ai  ministerio  de  la  Guerra. 

£n  4745  exisüan  en  la  plaza  de  Ceuta  una 
corapaúia  de  artilleros  de  56  plazas  y  otra  de 
minadores  de  74  id.  En  el  mismo  año  se  au- 
mentaron  40  artillcros  por  compañia  enel  pri- 
mer  batallon  del  Regímiento  Keal  de  artilleria. 
En  setiembre  dcl  mi.?mo  so  rcdiijoelregimien* 
to  Real  ¿  3i'compañia8,  las27  dc  artiUeros, 
2  de  bombarderos  y  2  de  minadores  en  dos 
batallones.  EI  primer  batalloo  teoia  45  com- 
pañlas  y  el  seguodo  46. 

£d  4748  se  creó  uoa  coropañia  de  obreros 
en  Cataluña  y  eo  la  cual  babia  carpiDteros, 
aserradores,  caldereros,  toroeros,  armeros,  dos 
fuodidore»  de  balas,  etc,  Eo  el  ipismo  aoo  39 


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745 


ARTILLERU 


m 


^onnóel  f  ercer  batallon  del  regimtento  Re«1  de 
artilleria  con  42  compañias,  40  de  artilleros, 
una  de  bombarderos  y  una  de  minadores.  Ade- 
masdeeste  regiroiento  quedaron  las  compañias 
deartiUeros  y  minadores  de  Geuta,  Oran,  Longon, 
Málaga  y  Almeria,  y  las  de  obreros  de  maes» 
tranzadeCeutay  Oran,  cuya  organizacion  se 
ignora, 

En  4720  selimitaron  á  los  inspectores  ge- 
nerales  de  infantería  las  facultades  sobre  los 
oflciales  de  artilleria,  y  en  dlciembre  del  si- 
goieute  año  se  redujo  el  regimienlo  Real  á  dos 
solos  batallones  de  k  doce  compañias.  En  4  728 
se  declaró  á  este  regimíento  la  antigüedad  de 
creacioodetdemayodc4740,  yla  delosofl- 
ciales  de  estado  mayor  del  arraa  foé  declarada 
inmemorial, 

En  4  732  Fe  creó  el  empleo  de  inspeelor  ge- 
neral  de  artilleria  eon  el  título  de  primer  te^ 
niente  general  dela  real  artiUeriade  los  ejér" 
cüo$,  provincia$,  plazas  ypresidioi  de  Efpaña 
é  islas  adyacentes^  cuyo  cargo  se  dió  al  tenien- 
te  general  brigadier,  conde  de  Mariani,  corooel 
del  regiffliento  de  artilieria,  debiendo  estar  sn- 
bordinado  al  capitan  general  deesta  arma.En 
4  734,  asi  como  yu  cstaba  agregada  al  primer 
batallon  del  regimiento  la  compañia  de  mina* 
dorcs  de  la  plaza  de  Longon,  se  agregó  la  de 
Oran,  y  cn  4736  sereformó  la  de  obreros  de 
maestranza,  reduciéndola  ¿  un  sargento  y 
4  5  obreros,  la  cual  maodaba  un  oflcial  del  es- 
tado  mayor  elegido  por  el  coroondante  de  ar- 
tUlería  de  la  piaza. 

En  4744  se  forroó  el  estado  mayor  de 
artUIeria,  y  quedó  constando  dei  persoual  si- 
guiente. 


Tenientes  generales.  . 
Id.  provinciales.  .  .  . 
Id.comisariosid.  .  .  < 
Gomisarios  ordinarios. 
Id.eslraordinarios.  .  , 


4 

40 

46 

40 

50 

|d.  delioeadores 20 

Total,  oflciales 440 

Este  estado  mayor  ó  plana  mayor  escogia 
sus  oflciales  de  todas  las  armas  dcl  ^ército 
preflriendo  álos  del  regiroiento  de  artUIeria. 

£n  4  748  se  reglamentaron  las  tres  coropa- 
ñias  de  artilleros  inválidos  de  Gatalnña,  Andalu- 
lucia  y  Galicia,  y  se  redujeron  á  425  bombres 
cadauna,  inclusos  los  5  oflciates. 

En  4748  se  dejaron  43  compañias  ¿  cada 
batallon  del  regimiento  Real  de  artilleria.  En 
4747  lascompañias  de  dotadon  de  Oran  se 
Ilaroaron  provindales  y  se  anroentó  untenien- 
te  y  un  subleniente  ¿  cada  una. 

En4764  se  concedió  ¿  los  inspectores  ó 
tenientes  generales  del  arma  1a  facultad  de 
ejercer  en  su  cuerpo  las  facultades  de  los  do- 
mas  inspectores  en  sns  respectivas  armas.  En 
e1  sigoiente  año  se  prescribiO  ¿  los  oficiaies  del 


estado  mayor  e1  mismo  oniforme  qne  UeralNUi 
los  del  regimiento. 

En  4  756  se  soprimió  e1  cargo,  entODces  ti- 
cante,  de  capilan  general  del  arma,  y  se  sosti- 
tuyó  coq  e1  de  director  generai,  En  el  misoo 
año  se  redujo  el  regimiento  Real  ¿solos  dos  bi- 
tallones  de  ¿  689  plazas. 

En  4768  se  anmentó  o1  regimiento  de  tr- 
tilleria  con  dos  batallones  de  ignai  número  de 
compañias  qoe  los  otros  dos,  de  ¿  700  plazas 
cada  uno,  formando  los  cuatro  batallones  im 
total  de  2,800  phsas.  Sc  rennieron  ademas 
las  varias  secciones  de  regimiento,  estado  oi- 
yor  y  compañias  provinciales  bajo  eL  solo  tito- 
lo  del  real  coerpo  de  artílleria.  Se  abolieroo  los 
nombresde  tenientes  generales  proTindales, 
comisarios  y  deliueadores  que  distinguian  ¿  kts 
oficialesKy  fuéron  susUtuÍdos  con  losde  ooro- 
nel,  teniente  coronel,  capitan,  tcniente  y  sob- 
teniente,  quedando  ei  núinero  de  estos  en  U 
proporcion  siguiente.^ 

Coroneles 44 

Tenientes  coroneles »  •  •  .  47 

Gapitanes 70 

Tenientes , 70 

Subtenientes 84 

TotalpersonaIdeoficiale8en4762.  .  .     255 

Eo  el  mismo  año  cou  motiTo  de  1a  goem 
de  Portogal  se  formó  en  Badajoz  una  eompa- 
ñia  de  artilleros  provinciales  de  79  plazas,  qoe 
en4765fuédereai  órden  conslderada  conio 
del  cuerpo  de  artillerla,  anmentada  y  Uvsiada- 
da  ¿  Valencia  de  Alc¿ntara  en  4766,  y  sepaca» 
da  luego  de  la  artiliería  en  4767. 

Los  cuerpos  de  arülleria  é  ingenieros  foe- 
ron  separados  para  formar  dos  distintos  en  24 
de  setiembre  de  1763. 

En  4765  se  aumentó  nna  compañia  ¿  cada 
uno  de  los  cnatro  batallones  del  regimiento, 
parapoderrelevarlas  compañiasde  arUUeria 
que  se  ballaban  en  Puerto-Rico,  Habana,  Tefi- 
cruz,  y  Gartagena  de  lodias. 

En  4769  se  declaró  el  cuerpo  de  arttUeria 
como  de  casa  real,  y  se  1e  señaló  oniformede 
gala. 

HasU  aqui  hemos  copiado  casi  exactameB- 
te  las  reforma«  qno  snfHó  el  caerpo  de  arti- 
Ileria;  ahoravamosá  desentolTcr  en  1o  qne  bos 
resta  tan  solo  las  principales  Tarlaciones  defli 
personal. 

Entretanto  e1  cnerpo  de  arUUeria  en  Amé- 
rica  se  hallaba  organizado  en  compañias  soel* 
tas,  como  antes  ei  de  España;  pero  en  4775 
se  reunió  la  inspeccion  geneiíd  del  arma  en 
América  ¿  la  de  España. 

A  k  artiUeria  de  Amérícase  coneedió  la 
misma  antigttedad  que  la  que  gozaba  la  de  Es- 
paña,  7  para  mandarla  se  destinaban  por  tortto 
los  oflcialcs  desde  España. 

En  4787  se  componia  e1  coerpo  dearUfle- 
ria  eu  Espafia  de  un  re^^to  de  sete  Mt' 


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in 


ARTlLLEtaA 


748 


Uones,  qoe  eoQ  los  demas  tfMidian  al  nú- 
mero  sigoiaile. 

Ofidales  Tivos 305 

Deinválidos 45 

La  oompaflia  de  cadetes  dc  Segovia.  .  400 
Seis  batallooes  de  á  700  hombres,  el 

reffimieDto 4,200 

La  compañia  de  artllleros  provincíales 

deBadaJos 76 

Invüidos  dé  las  tres  compañfas.  .  .  .  360 
Total  de  hombres,  inclosos  losofl- 

ciales 5,056 

Bespnes  se  formó  en  Sevilla  ana  compañia 
de  pontoDeros  de  dos  oficiales  y  67  hombres. 
En  4804  de  los  capítanes  y  condnctores  de 
carros  se  formó  una  clase  partícular  compuesta 
deSicoDdnctores,  cuyas  vacaotes  llenaban 
los  buenos  sargentos  deicoerpo.  En  4848  80 
formó  en  Tortosa  una  compañia  de  447  arti* 
lleros.  Exislian  las  de  Mallorca ,  y  foeron  ao- 
mentadas  con  400  artilleros  eo  el  mismo  año. 

Kn  i  de  Jolto  de  4802  se  decretó  la  orde- 
Daoxa  qoe  hoy  ríge  principalinente. 

Componiasd  entonces  el  pcrsonal  del  coer- 
po  en  £oropa  del  modo  sigoiente. 

Ginco  r^mientos  de  artillería  de  á  pie. 

Cloeo  compañias  de  obreros. 

Tres  eompañias  4)as. 

Coatro  id.  de  artilleros  inválidos  inhibUes. 


. 


Gada  regimiento  de  tos  cinco  dichos  se 
componia  de  tres  brigadas,  dos  de  division  y 
ona  de  parqoe. 

Gadabrígada  decoatro  companías,  tres  de 
á  pie  y  ona  de  á  caballo. 

Las  coatro  compañtas  de  ias  brígadas  de 
parque  eran  de  á  pie. 

Esta  es,  poes,  la  época  de  la  institocion 
de  la  aríilleríaá  caballo  en  España  (4802.) 

Redociendo,  segon  la  fuerza  prescrita  en 
el  citado  decreto ,  esté  cstado  al  número,  re- 
soltaqoe  eo  4802  cl  personal  de  artillería  en 
Espana  ascendia  en  los  cinco  rügimientos  bajo 
ei  pie  de  guerra  á: 

'    Hombres. 

20  compañias  de  parque  de  á  pie, 

á  405 2,400 

30  id.  de  á  pie,  á  405 3,450 

a¿l40  id.   de  artillería  montada, 

8  1     á  86 850 

g>)5id.  deobrerosá405 525 

*-<3  Id.  flja8á405 345 

I  1680  caballos  para  arrastrar  60 

g  I    pioxas.  

Totalen4802 6,940 

*^i  T  una   compaáia  de  iDválidos 

de405. 7,045 

Para  mayor  iDteligeDcia  reasumiremos  to- 
do  lo  qoe  dejamos  dicho,  y  algo  qne  hemos 
omitido  en  el  sigoiente  coatro  sinóptico. 


ÍÍÜADRO  fflSTÓWCO-SINÓPTIGO  GENERAL  DE  LA  ARTILLERIA. 


La  historía  de  la  artillería,  dividida 
en  dos  grandes  épocas,  cootieoe. ... 


r      PRIMERA  IVOCk.-^Maquinaria.)  Desde  la  mas  re- 
\  mola  aotignedad  basu  la  iDveDcion  de  la  pólvora. 
I      SEGÜNDA  EPOGA.— (iir/t/fcHa,)  Desde  la  invencion 
\  do  la  pólvora  basta  noestros  días. 

ArOGA.  (MAQÜINARIi  Ó  POLIORGETIGA.) 

Se  descoDOce  la  fecha  de  los  prímeros  iogeoios,  los  coales  se 
osaroD  por  los  e^jércitos  de  las  naciones  del  Asia. 

Aoo  4  32  de  Roma  (620  antes  de  /.  C.)  Nabocodooosor  comba-* 
^  te  las  ciodadcs  de  Tiro  y  Jerosalen  coo  poderosos  ingenios. 

I      Los  griegos  toman  del  Asla  los  ingenios  de  batlr  y  los  perfec- 
Siglos  auteríores  á  la  jciODaD:  de  aquelles  los  recibeo  los  romanos,  y  de  ostos  son  toma- 
era  cristiana.  y  de  esta  los ydos  por  uha  gran  parte  de  las  naciones  aue  domioabao. 
»iglo.M,ll,ui,IV,V,VI,VllA  ^ 

YIiI,  IX  y  X j      UsaD  de  tnpmtoj  los  cartagioeses  y  feoicios  en  sos  discordias 

Isobre  lapiasa  deCádis,  antes  de  la  venida  de  los  romanos  á  Es- 

fpaña. 

ÍArtificioi  6  arnuUottes.    Vineas,  plotos. 
arietes,  cnervos,  catapultas,  t^allestas,  ona- 
gros.  manganas,  mantas,  etc. 
Ttfos.  La  honda,  los  sudes,  Uces,  herra- 
dos,  gessas»  oarciabárbuJoSf  pJombates,  etc. 


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.      En  el  siglo  IV  t\  cocrpo  de  maqiiinaría  enm  1o8  romanos  71 
1  86  escogia  entre  las  centurias  y  tenia  organizacioo  espedal. 

Gon  1a  irrnpcion  de  los  birbaros  del  Norte,  se  pierde  el  cono- 
lcimiento  de  muchos  de  los  ingenios;  pero  estos  son  luego  reco- 
Ibrados  j  mejorados  por  los  godos. 

giglos  anteriores  á  la  /      Desdeel  año  85  deJ.  C.  se  conocia  y  usaba  la  póWora  entre 
era  cristiana,  y  de  esta  los/  los  cbinos,  con  quienes  sostcnia  comercio  continuo  la  Alemanii 
siglosl,  11,111, IY,Y,Vi,V!l\porla  Moscovia  y  ArabiaFeliz. 
Y1II,  IK  y  X I      Los  irabes  se  apoderan  de  aquel  invcnto. 

IiDictionaired^ 
Dales,  Artillerie\ 
{El-maicin,hii- 
ioriadoT  árabe.) 
Los  irabes  perreccionan  y  aplican  la  póivora  Uasta  meditdot 
'  del  siglo  XI ,  época  en  que  la  introdocen  eo  España. 

ftlOUlfDA  BPOGA.  (TÜRRIBRA6A,  despues  ARTILLERIA.) 

L08  irabes  usan  la  pólvora  (nafia)  en  varios  sitios  y  batallas, 
contra  los  espeñoles  no  sometidos. 

Lorrihardas  de  fnerro  hecbas  de  vartaB  pieias,  aros  y  000  re- 
|cimaras  postizas. 

Bolaños,  pelotas,  {Manieion  y  peloteria,)  (Los  proyectiies  soa 
SiGLoXI.    . /depiedra.) 

(4084)  Alfonso  VI  de  Gastilla  cerca  y  tomai  Madríd  de  los  mo- 
Iros  nsando  de  la  lombarda,  primera  artmeria  mtrt  los  crtsiionos 
I  españoles. 

Invéutase  las  cerbatarhas  (de  ona  pieza.) 

Se  efectúa  ona  revolocioo  jradical  en  el  arte  de  la  goerra  por 
[  el  oso  de  la  artilleria. 


SlOLO  XII. 


El  coreñage  es  rooy  tosco. 

Embarazo  para  servir  las  Umbardas  por  so  moeba  carga  y  di- 
Jficil  trasporte. 

Se  invenla  y  usa  el  cómpaao. 
(4448)  Usan  los  cristianos  íombardas  contra  Zaragoza. 
(4  4  48)  Gontra  los  españoles  y  normandos  defienden  los  moros 
i  Lisboa.  con  artllleria. 

(4257)  Fáodense  cerbatanae,  pero  se  ignoran  los  logares  de 
Uundlcion. 

ÍFabricanse  lombardas  de  ooa  sola  pieza  en  forma  de  cerbataiu. 
(4257)  Los  moros,  sitiadosen  Niebla  por  Atfonso  el  SabiOt  se 
defienden  con  artilleria. 

A  los  bolaños  sostitoye  la  bala  de  bíerro. 
Fosiles  de  meoha  con  cnlatines  postizos. 

SiGLO  XIY  /      {\^09)  Femando  IV  sitia  con  lombardas  y  toma  á  /Jibraitar. 

]      (13a4)£lrey  moro  de  Granada  viene  sobre  Allcaute  con  ar- 

]  tUIería  (Zurita.) 

{iZtí)  Los  moros  deflcndcn  de  los  castellanos  á  Algeciras  coo 
^anUierto.  (Primera  cita  de  la  artilUfia  en  la  Hiítoria  vnivirsaí^ 


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TÍÍ 


ARTILLBRtA 


729 


SlGLOXIY. 


SlGLO  IV. 


Dlfüniclesepor  Eoropa  el  conectmteDto  de  la  artUleria. 
(134$)  Batalla  de  Grecy,  en  la  qne  usan  cañones  los  ingleses. 

lofencion  y  oso  de  los  falconetes. 

f  Bl  eoerpo  de  artilleria,  por  el  todavia  escaso  conocimiento  de 
\ella,  sehallaen  on  estado  imperfecto  en  España;  aonqoe  maoda- 
Jdopor  «scogidos  oflciales. 

Tráense  para  el  coerpo  de  artilleria  de  España  artilleros  es- 
trangeros  á  soeldo  y  son  interpolados  con  los  artilieros  españoles 
\  menos  espertoe  qoe  ellos. 

Los  falconetes  son  gtratorios  sobre  on  piTOte  vertical  para  fa- 
cilitar  la  ponteria.  Fóodese  artilleria  de  ooa  sola  pieza  con  gran 
I  tralMijo  horadando  el  ánima. 

Ciiltf&rtnas. 

(4444^  Jugaban  cn  toda  Eoropa  3,000  ó  4,000  colebrinas. 

(4  475)  Se  declara  ei  coerpo  de  artílleria  en  España  perma- 
nente,  nombrándoseya  oncapttoncfe  ar(<¿íeria,  eo  tiempodepai. 

(4  480)  Axcahuctt. 

(4  484)  Usanse  los  mof toros,  qoe  ya  estaban  en  España  inveu- 
tados  y  osados,  por  los  reyes  Gatólicos  en  el  sitio  de  Ronda. 

BúVíhat. 

Mejóranse  las  fondiciones. 

Fúndense  fosiles  de  ona  pieza  sola  y  sostitoyen  ¿  ios  de  rc- 
cámara  postiza. 

Falconetes  de  bronce. 

Coreñas  rodadas. 

Pedrma  cónico-troncados. 

Magniflca  fundidon  de  artllieria  en  Málaga  y  se  graba  cn  ias 
piesas  el  nombre  de  la  fábrica. 

Gapitan  general. 

Oflciales. 

Gondestables. 

Gondoctores. 

ArtiIIeros. 

Empleos  en  el  arma  de  artiIleVÍf|?ífiJJ^^^ 
riaaHtesdelslgloXYl ]l'S^^', 

lObreros. 
J  Petarderos. 
Calafates. 
i  Forrieles. 
\Pagadores»  etc,  etc. 

Buenas  fondiciones  en  Eoropa. 

Los  españolesusan  ohuses  ytiran  granadas  como  las  de  oues- 
troe  dlas. 

Se  establece  el  cargo  de  capitan  general  de  la  artilleria  en 
lEspaña. 

^  j      (1503)  if¿na«,  porPedroNavarro,  ingeniero  español,  conlra 

^*^^^' \e\  caslillo  del  Fucw  en  ífápoles. 

(1545)  Se  osa  de  la  metraUa  en  la  batalla  de  Marlgnan. 
(15í2)Cárlos  I  haceso  eolrada  en  YalladoUd,  con  uume- 
'  roso  tren  de  arttllcrla.  Cada  pieza  venia  tirada  por  sieté  pares  de 
molas.  El  corefiagc  todo  es  rodado. 

(15Í7)  8e  osan  tno$quetes  con  korquiUa. 

(1 535)  Fmidacion  de  la  fábrica  de  peloteria  de  Egoi. 

(1540)  Un  artillero  espafiol  propone  á  Gárlos  I  el  oso  de  cohe- 


18S 


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723 


ARTILLERIA 


m 


SIGLO.  XVI. 


SlGLO  XYII. 


siQLo  xym. 


/  tes  de  goerra,  yaconocidos  en  los  slttos,  para  combatir  y  deaor- 
I  denar  á  la  cabalieria  en  las  batnUas. 

(4543)Empiesa  á  usar  pistolas  ia  caballeria. 

(4565)  Insütacioiide  la  célebre  fimdicionde  cañones  de  bron- 
1  ce  en  SeTilla. 

(1577)  Los  polacos  diaparan  balas  rojas  sobre  DaDtzick. 

(4  580)  Valturius  perfecciona  y  usa  las  bombas.  Se  levantan  en 
lEspaña  ocbo  compañias  de  arcabuceros  como  los  qae  va  babia 
■^n  Flandes. 

(4588)  Usan  bombas  los  tercios  españoles  en  Flandes  contra 
/Watendock. 

(1589)  Enrique  IV  deFrancia,  empleá  los  petardos  para  sor- 
Vprenderla  plaza  de  Gabors. 

Azadoneros  españoles  {inymieros.) 

f  Tres  capitanes  generales. 

i  Seis  ó  nueve  tenientes  generales. 
.      Personal  del  cuerpol  Gorrespondiente  número  de  gentiles- 
[  de  artiileria \     bombres  (oflciales.) 

'  Ordenanzas  particulares  del  cnerpo  de 
artiileria. 

Los  iDgenieros  españoles,  aunque  agregados  á  la  artilleria, 
\  independientes. 

(1647)  Gélebres  escuelas  de  artilleriaen  Burgos  y  Milan. 

(462!2)  Se  SDstituye  el  mosquete  al  arcabúi. 
(1633)  fiombas  lanzadas  con  acierto  en  el 

sitio  dc  la  Motba. 
(1640)  Se  inventa  la  bayoneta  en.Francia. 
(1670)  Seusanlos  fusiles  en  Franca  en 

vez  del  mosquete. 
(1674)  Morteros  á  la  Gobeoro  para  laoar 

grauadas. 
(4676)  Cara&tna.— La  nsan  cuatro  en  cada 

compaóia  en  el  ejército  francés. 
(1693)  Los  franoeses  usan  ya  los  oboses  eo 

la  batalla  de  Nerwinden. 

Gruesa,  que  dispara  sobre  él  centro. 
Medianaf  que  se  repartia  en  dos  secciones, 

La  artilleria  de  los  \     ""^  ^  ^^*  *^®'  ^ 
distintoscalibres  esl^'dera,  que  jugaba  por  los  flancos,  y  se 
divididaenEspañaenl ,  componia de falconeles.  ^ 

i.umo ^uEéOi^aua cu^  ^  abaudoua  el  tnaento de  tres  eañones,  la 
ruedadeochofakoneteSfid.elcanodeseii 
\    fakoneteSf  y  otros  ingenios  pooo  útiles. 

Gañon  de  bateria,  [n- 
.   bufo  antiguo.) 
En  4609  se  redujeron  todos  los  cali*lMedio  cañon  (crepanie 
bres  á  los  cuatro  siguientes  en  España,/     id,) 

(reai  órden) JGoarlodecañon.Bana' 

cos  id,  ó  corcobados.) 
Piezade  campaña. 

/      Se  regulan  las  cargas  de  póWora  para  la  artillería,  segun  é 
calibre. 

Para  fuegos  directos,  el  peso  de  1a  carga  Vt  delde  la  bala. 
Para  los  fuegos  curTos  se  disminuye  la  pólvora. 

Gasi  todos  los  cañones  son  de  bronce. 
Piezas  de  sitio  y  plaia,  de  á  S4  y  36. 
Id.  las  demas,  de  á  4,  6,  8  y  i%. 


Se  perfecciona  el 
arma  de  artillerla. 


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726 


ARITLLERIA 


726 


SlGLO  XVIII. 


SlGLO  XIX  . 


(4744)  Se  crea  independlente  el  cuerpo  de  ingeniérosen  Bs- 
pana,  separándole  del  de  artilleria. 

{4  754)  Escnelas  para  1a  artillería  en  Barcelona  y  Cádiz. 

En  la  mitad  del  siglo  se  usa  la  arlUlería  montada  por  Federico 
V  el  Grande. 

(4767)  Instilocion  del  colegío  de  artilleria  eñ  Segovia. 
(4782)  Baterias  flotantes  nsadas  por  los  españoles  contra  Gi« 
brallar. 

(4784)  Fábrica  de  munlciones  deOrbaiceta. 
(1792)  Se  adopta  en  Francia  la  artilleria  montada. 
(1794)  Fábrica  de  fusiles  en  Oviedo. 

El  oflcial  de  arüllería  inglés  Shrapnell ,  inventa  á  principlog 
de  este  siglo  unas  grauadas  rellenas  de  balas  de  fusil ;  y  da  su 
nombre  á  este  nuevo  proyectil. 

(4802)  Ordenanza  d^nitiva  del  cuerpo  y  organizacion  tam- 
bien  deflnitiva  de  la  arlilleria  á  caballo  en  España. 

Se  cntrega  el  cuerpo  de  artUleria  de  la  fábrica  de  pólvora  de 
Murcia. 

(4  803)  Fundacion  del  rouseo  de  artiUeria  en  España. 
Congréwe  perfecciona  los  antiguos  cohetes  de  guerra. 
(4  807)  El  arUllero  español  Navarro  Saogran  inventa  el  rfo- 
hle'Obus. 

(4808)  Se  manda  en  Francia  qne  en  la  composicion  de  la  pól- 
vora^  entre  en  cada  cien  partes  75  de  saUlre,  42*/a  de  carbon, 
y  4  2  /,  de  azufre.  Estas  proporciones  son  las  mismas  usadas  en 
España  en  el  siglo  XVI,  y  abandonadas  despues. 

(4809)  Brigada  manlobrera  de  á  cabaUoen  Sevilla. 
(4844)  Oboses  de  ViUantrois  en  el  siUo  de  Cádiz,  fundidos  en 

Sevilla. 

(4844)  BrUIante  estado  del  cuerpo  de  arUUeria  español. 

(4846)  üsase  en  la  guerra  de  Méjico  un  cañon  que  se  cargaba 
por  la  culata ,  inventado  por  el  general  de  marina  Ruiz  do 
Vpodaca.  ^ 

(4818)  Nueva  organizacion  de  la  arUUeria  española. 

(4  84  9)  Pruébase  en  Madrid  un  cañon  semejante  al  usado  en  la 
guerrade  Méjico,  inventado  por  el  general  de  artUIeria  Navarro 
Sangran. 

(4840)  PfliccAans  publica  su  sistemade  cafíonc«-6otn6cf  of  pa- 
jfa  arrojar  proyectiles  huecos  horizontalmente ,  semejante  al  de 
Robira^  pero  perfeccionado. 

(4823)  Disolucion  del  cuerpo  dc  artiUeria  en  España,  quedan- 
do  algunremanenleen  Cataluña,  Valencia,  etc. 

(4828)  Seorganiza  el  coerpo  de  ariilleria  en  España,  exls- 
tiendo  ya  las  baterias  de  1a  Guardia  real  y  reinsUtnyéndose  des- 
pues  el  colegio  en  Alcalá  de  Henares,  de  donde  en  4837  pasó  á 
Madrid,  y  en  4  839  á  Segovia. 

(4829)  Se  vaelve  en  España  á  fabricar  la  pólvora  con  las  mig- 
mas  proporclones  de  75  partes  de  salitre,  42*/,  dc  azufre,  y  42*/, 
de  carbon  que  eu  el  siglo  XVI. 

(1832)  Braconnot  descubre  un  producto  inflamable,  obténido 
tratando  el  almidon  por  el  ácido  azóico,  y  siguiendo  Schoenbein  y 
Pelouze  en  diferentes  puntos  estas  investígaciones,  inventan  años 
despues  el  algodon  pólvora. 

4832     c      Alteraciones  ejecnladas  en  la  organizacion  del 

4835     <  cuerpo  de  artiUeria  español,  y  creacion  en  el  último 

4 839     (año  (4 839)  de  las  baterías  á  lomo. 

4844     í      ^uevas  alteraciones  ejeculadas  en  elcuerpode 

4843  {vlUlcriay  última  orgauizacion  del  colegiu  de  Se- 
\govia. 

(4842)  AboUcion  de  las  baterias  de  la  Gnardia  real. 

(4844)  Restablecifflieoto  de  la  íábrica  de  Trubla,  constroyéii- 


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727 


SlGLO   XIX 


ARTILLERIA 


788 


dose  en  ella  los  cañones  de  hierro  para  la  marina  7  las  eostas,  j 
i  toda  cUse  de  proyectiles  y  efectos  de  bierro  colado. 
I      (4847)  Se  adoptan  las  armas  de  piston  en  el  ejército  español, 
ly  se  funda  eo  Sevilla  laescuela  central  depirotécnia  y  la  f¿brica 
[  de  chimeneas  y  cápsulas. 

(4849)  Se  encarga  ei  cuerpo  de  artilleria  de  las  salitrerias  y 
Iminas  de  azufre  del  reino  y  de  las  dos  fábricas  de  pólvora  ciril 
[en  Granada  y  Ruidera.  Yanos  ensayos  de  los  anstriacos  para  lan- 
I  zar  bombassobre  Yenecid  por  medio  de  globos  aerostáticos. 


Cada  compañia  de  á  pie  teniatreiniaplaxas 
menos  en  tiempo  de  paz:  las  montadas  lo 
mismo. 

Personal  de  gefes  y  ofidales, 

Generalcs  (un  diréctor  geneial,  cinco 

subinspectores  de  departamento).  .  .  6 

Brigadieres,  gefcs  de  escuela 5 

Goroneles 47 

Tenientes  coroneles 26 

Sargentos  mayores. 5 

Gefes  de  brigada 45 

Gapitanes  primeros 68 

Idem  segundos 70 

Tenientes 74 

Subtenientes 4  33 

Gefes  y  oflciales,  total 446 

El  cuerpo  de  artillería  en  Améríca  se  pro- 
veia  de  oflciales  del  de  España,  y  en  28  de  ju- 
lio  de  4803  se  dió  una  real  órdcn  para  que  alii 
fuesen  un  determinado  número  de  capitanes 
prímeros  sacados  todos  de  los  que  procedian 
delcolegio  de  Segovia,  y  prescribiendo  las  re- 
glas  para  los  ascensos  al  pasar  á  Ultramar,  ñ- 
jando  de  estancia  en  aquellos  paises  diez  años, 
y  previniendo  lo  que  debiahaccrse  con  losque 
regresasen.  La  oflcialidad  de  artilleria  en  las 
islas  Canarias  se  proveia  por  los  oflciales  mas 
niodernos  del  cuerpo  en  España ,  ios  cuales 
debian  ir  sin  ascenso  á  uquellas  islas,  que- 
daodo  estas  agregadas  al  departamento  de  la 
Coruña.  En  4C  de  marzo  de  4804  se  previno 
que  el  ascenso  á  sargentos  mayores  se  hiciese 
con  los  capilanes  primeros  del  cuerpo  por 
aptítiicl. 

En  4806  (48  de  marzo)  se  adicionó  la  orde- 
nanza  de  4802,  constiluyendo  el  personal  del 
modo  siguiente: 

Cuatro  regimíenlos  de  á  dos  bafallones,  ca- 
da  batallon  cuatro  compañias  de  á  pie  y 
nna  monlada.  Ei  4.*^  regimiento  era  todo  de 
á  pie. 

Dos  brigadas  en  Ceuta  y  Jtfallorca. 

Ouince  compañias  fljas  de  diferente  fuerza. 

ün  regimientofuéá  Barcelona,  otro  á  Valen- 
cla,  á  Sevilla  uno  y  otro  á  la  Coruña.  En  Sego- 
via  quedaron  tres  compañías  de  á  pie  y  una 
montada,  cuyo  destacamento  daban  los  regi- 
mientos. 

Se  suprimierím  los  gefes  de  bri|ya44,  los, 


capitane^  segnndos,  y  en  lugar  de  los  prime- 
ros  se  crearon  los  sargentos  mayores. 

Las  compañías  quedaroná  453  y  463bom- 
bres.  Quedó  el  personal  siguiente: 

Mariscales  de  campo  subinspectores.  .  .  5 

Brigadieres,  gefes  de  cscnela S 

Coroneles 13 

Tenientes  coroneles 33 

Sargentos  mayores 5 

Capitanes 70 

Tenientes 84 

Subtenienles *  .  .  85 

EI  personal  anterior  era  todo  facoltativo,  y 
compone  un  total  de  34  0  oflciales  facoItatiTOS. 

£1  personal  do  las  compañias  fijascraei 
siguiente: 

Capitanes 44 

Tenientes 25 

Subtenieutes 42 

Oflcíales  práclicos 78 

Id.  facultativos  segun  la  anterior  re- 

lacion 340 

Oflciales  deartllleria  cn  España  (4806) 

con  6,550  hombres  en  tiempo  de  paz,  - 

y  8,4  50  bajo  el  pie  de  gnerra,  total.  .  IS 

En  45  de  abril  de  4806  se  institnyó  el  as- 
censo  de  los  oficiales  basta  coronel  inclQSÍTe 
por  antignedad  rigurosa^  como  hoy  se  balla, 
y  el  asceoBo  á  gefes  de  e^cuela  por  elccdon. 

£n  27  de  febrero  de  4809  se  formó  nna  bri- 
gada  de  á  caballo  y  dos  compañiasde  tren.La 
brígada  constaba  de  dos  compañias,  y  cada  uoa 
de  estas  de  un  capitan ,  un  teniente ,  3  sobte- 
níentes,  un  trompela ,  un  sargento  primero, 
5  id.  segundos,  8  cabos  primeros,  42  id.  se- 
gundos,  y  87  artilleros  primeros  y  segnndos. 

Foerza  totai  de  ia  brigada  de  á  caballo  288 
individuos  de  tropa,  8  oflcíales,  nn  comandan- 
te  y  un  ayudaote. 

Cada  Gompañia  del  trenconstaba  de 

Capitan 4 

Teniente. 1 

Subtenientes 2 

Clases 33 

Soldadoá .' 400 

Total  de  i8i|i , "437 


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«í 


Aimunu 


730 


A  fines  dc  la  guerra  de  la  iAdependeiieia, 
eD  el  aDO  de  4844,  el  caerpo  en  España  se 
componia  de  la  fuerza  sigtiieDte: 


La  compañia  de  cadetes  del  colegio.  *  .  450 

Regimientos  de  á  pie 5 

EscQadroneB  de  artilleros  á^  caballo.  .  .  6 

Gompanias  de  obreros  de  maestranza.  .  5 

Compañias  fljas  de  guamicion t4 

Batalioneii  del  tren 6 


En  4847  se  reformó  la  organizacion  del 
personal,  yotraTezen  4848,  quedando  en  es- 
ta  fecha  compuesta  de  la  fuerza  siguiente: 


EB48tO  se  lormó  en  Gádiz  el  S.'regi* 
BieDto  de  artilleria  bajo  la  baae  y  fuerza  de 
losdemas. 

Ea  44  de  octubre  de  4840  se  aumentó  en 
den  oficiales  la  dotacion  del  cuerpo  de  arti- 
lieria,  de  los  cuales  fueron:  once  de  la  clase 
de  coroneles,  doce  de  la  de  tenientes  corone* 
les,  veinte  y  tres  capitanes,  veinte  y  siete  te- 
Dientes  y  Teinte  y  siete  subtenientes. 

En  82  de  noviembre  de  4840  se  crcaron 
das  escnadrones  de  artilleria  á  cabailo,  uao  en 
la  divisiOD  alicantina  y  otro  en  U  mallorquina. 

En  4  84  3  se  crearon  cinco  batallones  de  tren 
d$  artiUma,  primeros  en  Ispaña,  en  don- 
de  aquella  se  arrastró  basta  entonces  con  mo* 
xos  y  ganado  por  contrata. 

Artiiltfrofl. 

Cinco  regimientos  de  artiUería  á  pie 

(de  á  doá  batallones) 2,435  i 

CioeoescuadroDesdtíátrescompañias  975  f  con  900  caballos  y  60  piezas  de  á  8  y  obuses 

CiDco  batallones  del  tren  de  á  tres  /               de  á  7. 

compañías 450|con     4  45  mulas  ó  caballos. 

Dos  brigadas  con  quince  compañias 

fljas 4,440  i 

Total 5,000  con  4,045  mulas  y  caballos. 

üoa  compañia  de  cadetes  del  colegio.  400 

Subinspectores,  mariscales  de  campo.  5 

Gefesde  escuelas,  brigadieres.  ...  5Í 

Coroneles 3o( 

Tenientcs    coroneles 40 ) 

Comandantes 4o| 

Capitanes ^Oí! 

Temeotes 404 

Snblenientes *  .  \4q 


403  oflciales  facuItatiYOS  y400cadetes. 


Capitanes  del  (ren  v  compañias  fljas. 

Tenienles  de  id.  . ' 

SDbtenicntes  de  id , 


Í6\ 

52 1 437  oflciales  práclicos. 

60 1 

540  oflciales  en  total  y  400  cadetes. 

Tolal  personal  dcl  cuerpo en  España  en  4  8  48 5,640 


A  consecuencia  de  la  lucha  entiH3  los  par- 
lidos  realisla  y  liberales,  de  los  cnales  este 
nab¡a  dominado  desde  el  año  4820,  y  al  cual 
habia  sido  muy  adicla  la  mayor  parte  dcl 
cnerpo  de  artiUeria,  Fernando  VII  espidló 
nn  real  decreto  en  4.**  de  octobre  de  4823 
declarando  duIo  todo  lo  creado  y  practicado 
desde  7  de  marzo  dc  4820  y  disoWiendo  el 
cjercito.  El  coerpo  de  artillerla  quedó  tambien 
disoelto  por  consecuencia,  y  su  direccion  ge- 
neral  foé  agregada  al  mlnisteriode  la  Guerra. 
5010  quedó  un  pequeño  remanente  de  los  qoe 
Habian  abrazado  el  partído  rcaüsta,  y  ias 
peqneñas  partes  quequedaron  enloncesde  per^ 
fional,  se  llamaron  en  Cataluña  seecioMs,  y 
despnes  cuadros,  En  Valencla  les  qoedaron  ias 
denominaciones  de  regimiento  y  escuadron. 
En  4.«  de  octubre  del  mismo  añoBe  nombró 
oirector  ¿  Qn  coronel  qne  babia  aido  dd  estjn- 


guido  cuerpo  con  d  objeto  de  reorganizarlc. 
En  4824  (23  de  abril)  se  crearon  ya  tres 
batallones  de  artilleros  á  ple,  tres  compañias 
montadas  y  una  de  treu,  subsistieudo  otras  dos 
compañias  de  á  caballo  que  habia  formado  el 
baroD  de  Broles,  y  sobre  las  cuales  se  organi- 
zó  en  4  .•  de  mayo  un  escuadron  ligero  de  ar- 
tillerla  para  la  Guardia  real,  el  cual  se  consl- 
derócomo  anejoála  division  de  caballeriade 
aquella  y  le  dieron  tres  compañias  con  seis 
piezas  cada  uua.  La  fuerza  dc  cada  compañia 
de  estas  fué  la  siguiente: 

Compañia, 


4  CapitaB.  .  .  .) 
4  Teniente.    .  .[4 
%  gubtem^ntes  J 


oflciale^  con  4  caballog. 


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731 


ARTILLEBIÁ 


7» 


7  Sargentos. 

2  Trompetas. 

84  cabos  y  artilleros.  ton  63  caballos. 

í)4  Total  del  personal.  Con  67  caballos  y  6 
piezas. 

3  Gompañías. 

282  Total  personal  de  las  compañias,  con  204 
caballos  y  4  8  piezas. 
4  2  De  plana  mayor. 

294  Total  personal  del  escnadron  (boy  estin- 
giiido)  de  la  Guardia  real.  Estos  oflcia- 
les  aunque  despues  pertenecieron  al 
cnérpo,  eran  supemumerarios  hasta 
()ue  Yolvian  ¿  él. 

Plana  mayor. 

Primer  gefe 

Segundoidem 

Primer  ayudante • 

Segundos  idem 2 

Capellan 

Círujano . 

Picador . 

Mariscal . 

Sargento  brigada. 

Cabo  de  trompetas . 

SiUero-guamicionero , 

"Í2 

Desde  4823  se  trabajó  sin  descanso  para 
la  reorganizacion  del  cuerpo  de  artiUeria 
crcaudo  algunos  cuerpos  como  base.  Los  me- 
Jores  oflciales  que  babia  tenido  en  mejores 


tiempos  vagaban  en  ni  mayor  parte  dostem- 
dos  ó  impuriflcados  por  so  adhesion  á  la  Difr- 
roa  libertad  y  verdadera  independencia,  qoe 
tan  bien  habian  sabido  defender  sns  dos  bue- 
nos  hermanos  de  cuerpo,  los  capitanes  de  ar- 
tillería  Daoiz  y  Velarde,  en  4808.  Ifnchosse 
vieron  precisados  ¿  ir  ¿  ofrecer  á  otras  nacio* 
neslosmismos  servicios  que  habian  empleado 
por  defender  del  yngo  estrangero  ¿  au  patria 
y  al  mismo  rey,  que  con  tanta  iugratitud  les 
pagaba.  Algnnos  vohleron,  por  fln,  ¿  Espiáa, 
se  puritícaron  y  reingresaron  eitsu  coerpo 
cuando  se  voWíó  ¿  organiiar. 

Por  fio,  en  3de  Junio  de  4828  se  orgaDiió 
deflnitivamente  ei  cncrpo  de  artilleria,  quedaa- 
do  en  el  estado  signiente,  sin  inclnir  el  ya 
creado  escoadron  de  ia  Gnardia. 

Tres  regimientos  en  Barcelona,  SeTÍlla  y 
ValladoUd. 

Dos  batallones  en  Valencia  y  la  Goniña. 

Dos  escuadrones  en  Sevilla  y  Valladolid. 

Cinco  compañias  de  obreros  cn  los  doco 
departamentos,  (4."  Barcelona,  %.•  Sevilla, 
3.**  Valencia,  4.**  Coruña  y  5.®  Segovia.) 

Cada  batallon  compuesto  de  5  companias, 
4  de  artllleros  y  una  del  tren. 

Cada  compañia  de  artilleros  de  66  plazas. 

Cada  compañia  de  tren  de  50  plazas. 

Cada  escaadron  3  compaoias. 

(iada  compañía  66  hombres  y  48  caballos. 

Cada  compañía  de  obreros,  de  un  maeslro 
mayor  y  46  plazas. 

Dos  brigadas  de  Hallorca  y  Geuta  de  á  S 
compañias,  y  4  0  compañias  fljas:  920  plazas. 

4,4  33  de  tropa  y  obreros  con  534  caballos 
*  y  mulos. 


Personal  de  oficiales  facultativos, 

Sub-inspectores,  mariscales  decampo.  ; 5 

Gefes  de  escuela,  brigadieres 5 

Coroneles ;....!!  24 

Tenientes  coroneles *  *  .  32 

Comandantes ,  \  \  10 

Capitanes *  [  71 

Tenientes ....!.!*.  57 

Subtenicütes !...!.'!!  84 

Total  de  otíciales  facultativos ""I05 

Oflciales  de  artlllerfa  y  de  la  Guardia  real.  (Su- 

pernumerarios) 12 

307 


Personal  de  oficiales  práoticos. 

Capitane» 19 

Tenientes !  !  !  !  2C     ■ 

Snbtenientes. !  !  !  !  !  36 

Tolal  de  oflciales  pr¿cticos .  "^ 

Idem  facnltativoB. !!!.!!  206 


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GoogI( 


m 


ABTILLERIá 


73* 


Total  de  ofleialeti  de  trtinerla 376 

CapeUanes 40 

Girujanos 40 

Total  penonal. 396 

Ofldales  (sapernamerarios)  de  la  Gaardia  real.  .  .       42 

Total  personal  en  4828 .  408 

Soma  el  refúmen  anterior 4U3  delropacon  534  caballos  y  mulos. 

Ooardla  real 294  Id  con  204  Id. 


£n4828existianen£spaña  deartiileria 4835 


con  735  caballos  y  mulos. 


Ko  se  incluye  en  este  estado  la  compañia 
de  cadetes  de  Segovia  por  no  baber  sido  reins- 
tituida  hasta  el  siguiente  año.  (Véase  artillb- 
aiA.)  (Colegio  de) 

Ta  hemos  dicho  en  punto  á  la  artiUeria  de 
América,  como  proveiah  sus  Tacantes  de  ofl- 
ciales  del  cuerpo  de  £spaña,  y  lo  mismo  las 
de  las  islas  Ganarias,  bien  que  á  estas  últimas 
iban  lo3  oflciales  sin  ascensos.  £n  4807  se 
aprobaron  los  reglamentos  de  artilleria  para 
las  Américas;  pero  no  pudieron  publioarse  por 
los  apuros  de  la  guerra ,  hasta  la  cooclusion 
de  esta.  £n  4843  se  publicaron,  y  por  ellos 
qnedaron   di?ididas   todas    las    colonias  de 
América,  Asia  é  islas  Ganarias  en  los  doce  de- 
partamentos  sigaientes: 
Méjico. 
Yocatao. 
Habana. 

CarUgena  de  Indias. 
Garacas. 
Goatemala. 
Puerto  Rico. 
Buenos  Aires. 
Lima. 
Ghlle. 
Filipinas. 
Islas  Canarias. 

Lossiete  departamentos  mas  importantes 
se  pusieron  á  cargo  de  subinspectores,  siendo 
el  áe  Méjico  mariscal  de  campo  como  los  de 
Espafia,  y  los  otros  seis  brigadieres  emplea- 
dos.  Los  demas  departamentos  estuvieron  man- 
dados  por  coroneles ,  escepto  el  de  Yucatan 
qne  tenia  solo  un  teniente  coronel.  £n  cada 
departamento  se  estableció  una  maestranza  y 
una  compañia  de  obreros,  cuyafuerza,  asi  co- 
mo  la  organizacion  del  material  en  América, 
consta  en  loscitados  reglamentos  de  4843.  £1 
personal  del  cucrpo  de  arüllerta  se  componia 
del  número  slguiente: 

Personal  facultativo. 

Snbinspector,  mariscaldecampo.  ...  4 

Brigadieres,  id.  con  letras  de  serricio,  ,  6 

Coroneles 9 

Tenientes  coroneles 47 

Gapitanes 37 

Qficiales  facnltatiTos "^ 


Personal  de  ofkiales  de  las  compañias  de  ar^' 
tilleros  veteranos  y  de  milicias, 

Gapitanes. 43 

Ayudantes  mayores 42 

Tenientes 79 

Snbtenienles , 93 

Oflciales  prácticos 227 

FacuIt^tiTOS 70 

Total  de  oficiales  en  América 297 

Fuerza  de  tropa, 

Vetert-   Hilieit<. 
no8.         noi. 

Sargentos  primeros 43  » 

Idem  segundos 242  » 

Trompetas 9  » 

Tambores 447  » 

Cabos  priÍQQeros 306  260 

Idem  segundos 332  524 

Artilleros  primeros 3,392  5,789 

Idemsegundos >  » 

Gonductores  primeros ^      4  » 

Idemsegundos 4  6  » 


Total  de  tropa  en  América. .  .    4,457    6,573 

£ste  era  el  estado  de  la  artilleriaen  América 
hasta  su  emancipocion  de  la  metrópolí  es- 
pañoia. 

Pero  emancipados  aquellos  vastos  dominios, 
nuestrocuerpode  artilleria  quedó  reducidodes- 
de  e1  año  4  820  y  siguiente  á  provecr  tan  solo  el 
personal  de  las  islas  Aotillas,  Filipinas  y  Gana- 
rias,  únicas  colonias  que  quedaron  á  nuestra 
metrópoli.  £n  el  trascurso  de  los  años  des- 
de  4800  basta  la  fecha  sehicieron  algunos  in- 
veutos  y  acaecieron  algonas  novedades  en  sii 
organizacion,  de  las  cuales  hemos  dado  noticia, 
siendo  la  que  actualmente  rige,  la  que  deter^ 
minan  las  reales  órdenes  de  7  y  30  de  noviem- 
bre  de  4843,  modiflcadas  por  otras  espedidas 
despnes. 

£n  el  año  4842  fué  disnelta  la  artUleria  de 
la  Goardhi  real. 

En  cl  año  de  4839  se  crearon  en  £spaña 
las  baterias  de  á  lomo  6  de  montaáa,  eziatieD-. 


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785 


do  en  1a  actaalidia  docei  qae  compoiiai  tres 
brigadas. 

£1  caerpo  actaalde  artillería  en  Bspaña,  se 
compone  de: 

Oficiales  facultativQS. 


Director  general 

Mariscales  de  campo,  subinspectores  de 
los  cinco  departamentos  del  arma  que 
son:  4.*»  Barcelona:  í.**  SeTilla:  3/Va- 
lencia:  4.'  Coruña  y  6.**  Segovia.  .  . 

Brigadieres,  gefes  de  escneia  de  los 
mismos 

Goroneles 

Tenientes  coroneles.  ...*...'.• 

Prímeros  comandantes 

Capitanes *  .  .  . 

Tenientes - 

Total 


ABTILLBRIA 


7M 


Idem  prácticos. 


Gapitanes.  •  • 
Tenientes.  •  . 
Subtenientes. 

Total.. 


5 
38 
&6 

27 
450 
%b% 

528 


48 
24 
36 

78 


RESUMBN. 

Oflciales  facultatiTOS 528 

Idem  prácticos 78 

Total  de  ofieiales  de  artiileria  en  Espaüa.    606 

La  fuerza  personal  de  tropa  en  España 
consta  de: 


Plam. 

Ginco  regimientos  de  artillería  de  á  pie; 
de  los  cuales  el  3.**  y  5.»  consta  de 
tres  brigadas  de  á  cuatro  baterias  ca- 
da  nno,  y  los  tres  regimientos  restan- 
tes  de  dos  brigadas  de  ¿  cuatro  ba- 
terlas  cada  uno 4800 

Giuco  brigadas  fijas  de  á  pie  de  cuatro 
baterias,  escepto  una  que  solo  tiene 
dos 4800 

Tres  brigadas  montadas  de  ¿  cuatro  ba- 
terías 4308 

Tres  brigadas  de  á  Umo  ó  de  montaúa 
de  ¿  cuatro  baterias 4380 

Ginco  compañlas  de  obreros 345 

Guyo  número  compone  un  total  de  9,603 
plazas  de  tropa;  temendocadabatería68  mnlas 
7  44  oaballos  para  laa  baterlai  montadas,  y  32 
mulos  y  6  cabalios  para  cada  una  de  montiña. 

£n  las  islas  de  Poerto-ftico,  Gobi  y  Filipi- 
im,  eiifiten: 


OficiclH  faotíiMiim. 


Ifaríscal  de  campo,  subinspector  del  de- 

partamento  de  la  Habana 4 

Brigadier,  idem  del  departamento  de  Fi- 

lipinas 4 

Goronei  comandante  del  departamentode 

Puerto-Rico 4 

Goroneles 7 

Tenientes  coroneles 44 

Gomandantes 5 

Gapitanes ^ 

Oflciales  facultaUvos  en  UUramar,  total.      59 

Oficiaks  prácticos. 

Capitanes 4  8 

Tenientes 62 

Subtenientes _M 

Oflciales  pr¿cticos  en  Ullramar,  total. .  .    438 

La  foerza  personal  de  tropa  de  artilieria 
en  Ultramar,  es  la  siguiente: 

'Un  regimientode  dos  brigadas 
fijas  de  ¿  coatro  baterias  cada 

,     una ^ 

ífubt  S  ^^'  brigada  maniobrera  de  cua- 

'     tro  baterías  de  montaña  y  nna 
montada 576 

^Una  compañia  de  obreros.  ...     63 

Guya  füerza  compone  un  total  de  4 ,634  pla- 
zas  de  tropa. 


Una  brigada  de  ¿  pie  de  cnatro 
baterias 400 

Una  secsion  de  obreros  (que  no 
calculamos  en  la  tabia  si- 
guiente) ^ 


Paerto 
Rico. 


Pílipi 
nas. 


ÍUna  brigada  de  seis  baterias  de 
¿  pie  y  una  de  ¿  caballo..  . 
Una  bricpida  de  tres  baterías  de 
¿  pie  y  una  de  montaña.  . 
Una  compañía  de  obreros.  .  . 
El  regimiento 
de  ¿  pie.  • 
Brígada    ma- 
niobrera.  . 
Lacompañiade 
obreros. .  . 


/  Cuba. 


Totaldefuerzal 
de  tropa  de  ) 
artillería  en^pnerto  ( La  brígada  de 
Uitramar.  .  i  »ioo-  (    ¿  ple. 

fpuipi.  í^^^'*^^^ 
\  itts. 


^■r 


Pltus. 

lao 

450 
45 

991 

576 

46 

4,613 

400 


das   y 
obreros. 


los 


4,275 


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m  AintLiiiii 

Tolal  de  ofcíalef  (en  Ultramar).  ...      197 
tülal  en  ültramar  (áin  incluir  los  de  la 
direccion,  etc) 3i85 


*m 


Eo  cada  uoo  da  los  departameiilos  de  Ul* 
tramar  exiate  ua  arsenal  de  coii«tniccion  ó 
maestransa  de  artilleria,  conatruyéndose  toda 
dase  de  cureñas,  mixtos,  etc. 

Total  de  flavu  de  tropas  en  España, 

€iDco  rcjpmientos  de  á  pie.  .  .  . 

Cinco  brigadas  IQas 

Tres  brigadas  monladas 

Tm  id.  de  montvfla 

Cioco  compañiaa  de  obreros.  •  .  . 


4  800 
1,800 
f,308 
l,3Í0 
345 


9.60.Í 
60C 


40,m 
3,4B5 


Total 

Tofal  de  oficiales 

Torat  de  fuerza  (sin  iocluir  capellaoes, 
dnijana*»  armero^,  etc) 

Id.  ya  calculodo  en  Ullramar. 

Tolal  personal  de  la^atlillería  e^pañola 
(sin  los  agrega<lo8  á  laa  planai  mu- 
yores).  con  4 .200  mulos  en  España  f 
el  equivalenle  en  ültramur,  210  ca- 
ballos  de  dolacion  en  las  batertas 
de  España,el  correspoodieole  de  ül- 

tiaaiar  y  los  de  silla  de  los  oOeiales.  13,184 

H  total  üe  oficiales  de  artilleria,  ademas  de 
ballarM  repartido  eo  los  reglmieotos  y  baterias 
y  en  ios  departamentos,  io  está  en  la  dlrec- 
clon  y  Jiifitas  superiores  facnltativa  y  econó- 
mira  del  cuerpo,  museo,  archívo  facullativo, 
subinspecciones,  comaudancia^  dcl  arma  de 
las  plaxas  y  detalles  dc  siis  parques,  colegios 
y  fábricaB,  prestando  los  prácticos  únicamenle 
aos  serricios  eo  las  bftgadas  fljas. 


La  dotacion  de  fneru  de  los  rAsnectiTos 
cnerpos  es  atlemasde  la  delcolegio.  (Véase  ab« 
mLEMA.)  (Coleífio  di)  la  sigaiente: 

Plana  mayor  ds  eada  regimienlo. 


Coronel 

Tcnienle  coronel. .  . 
Teiileutc  habilitado. 
Tambor  mayor.  .  . 

Saslre 

Zapatero 

ToUi.  •  . 


Píana  mayof  de  eada  kt  igada. 

Comandante 

Segundo  id 

Ayudante. 

Capellan 

Gírujiino.   . 

Sar8:enlobrigada 

Cabo  de  tumbores  ó  coroetas 


ToUi. 


Pkma  mayor  de  eadabrigada  montmdmóda 
eada  una  do  momíaña, 

Teniente  coronel,  primer  gefe 

Comanüanle 

Segundogcfb . 

Ayudantes *•  . 

Capellan , 

Cirujano 

Picaílor 

Sargeoto-brlgada 

Cabo  de  Irompetas 

Total iO 


BOCACIOff  M  LOS  mBOIllIKfTOS,  BUOABAl  T  eOMPASÍlAS  BB  OBBBBOÍ. 


Begimientoi  de  d  pie. 

l\  !.•  «.*»  7  4.*  regimieolos  de  á  ple,  constan  cada  ono  d«  dos  brigadaa  de  á  4  baterfss 
cadanna. 
.  Et  Z.*  y  5.*'  id.  de  tres  brigsdaf .  ^      ^ 

Cada  brigada  monUda,  y  lo  mismo  cada  nna  de  las  de  aootaóa,  consla  de  4  baterias. 

Las  brigadas  tUas,  escepto  ooa  que  eoBsU  de  2  batcrias,  tieoea  la  misma  organisadoo  que 
las  de  los  regimleotos  de  á  pie. 


Gadabateriadeá 
pie  consta  de. 


1 100  ludividuos  de  trupa. 
.103  booibjres. 


DviacioB  de  ca&oiusf. 


f      Segoo  el  servicio  de  loa  sitios  y  I 
^tallas. 

Tlros. 


1  eapltan.  •  .  • ) 

3  teBteotes.  •  .  .  ( 

4  Bsriseal. 
109  individuoa  dBtropB. 

4 14  hombres. 


4  oílciales. 


Cadabaterismoii- 
iBda  coosta  de 


493 


12  cafiones  de  i  8.       \69  mnlas. 
f  t^buses  dc  á  0  V,  ps.  f  I4^caball0f. 

^4  y  los  carros  de  mu-  L8?total  dci  gs- 
olcisBtzs  oecesariQs  1    oado. 

T.    UU     47 

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739 


ABHLLEBIA 


Ufl 


Cada  batería  de 
moDtaña  cod8> 
ta  de 


::| 


Tlro«. 


4  eapifan.. 
3  teDicntcs. 
1  m&riscal. 
1 445  individuos  de  Iropa. 

UiO  hombrei. 


4  oOcÍales. 


jo  obnses  de  ¿5  pulga- i32  mulos. 

Í'     das  y  las  cargas  nc  f  6  caballos. 
cesariasde  municio-  ¡  ^^  total  dd  ga- 
nes.  I    nado. 


Cadacompañíadej 
obreros  constaV 

^e .-•] 


:! 


4  capitan.. 
2  tenientes. 
63  indíYidnos  de  tropa 

^Fbombres 


3  oflcialea. 


Ta  qneda  dieboque  los  calibrea  osados  ac- 
tnalmente  en  España  son:  cañones  de  á  24, 
46,  12,  8y  4:moilerosde  A44.  tíy  7  yobu- 
sesde  ¿  9  y  7  largos  y  corlos,  6  Va  largos  y  5 
cortos. 

Para  el  mejor  desempefio  dcl  servicio  de  la 
artilleria  se  liulla  subdiTídida  la  peninsulH  é 
islas  adyaceutes  en  los  clnco  departamenlos 
eiguiehtes  con  sus  maeftranzas  respectivas: 
Barcelona,  Sevilla,  Valencia,  la  Coruña  y  Se- 
govia;  cade  departamento  esiá  mandado  por  un 
mariscal  de  campo  snbinspector,  que  se  eu- 
tleode  directamente  con  el  director  general  eo 
todo  1o  facuttatiTO  del  cuerpo,  y  |M>r  un  briga- 
dier,  ^fe  de  escuela,  que  tlene  á  su  /^rgo  la 
instniccion  teórica  y  práctica.  En  las  plazasde 
considoracion  y  capitalcs  de  dístrílo  hay  un  ge- 
fe,  comandauie  de  artilleria  en  ellaF,  y  si  las 
atenciones  del  servicio  lo  exigeu,  un  oOcial 
encargado  del  delall. 

La  fabricaciondetodaslasarmasy  municio- 
nes  parael  ejército  se  halla  ácargo  delcuerpo 
de  artillería.  En  ias  fundiciones  de  Seviila  y 
Trubia,  fábrícasde  fusiIesdeOviedoy  Plasencia 
{GMipúz4Ma),  en  la  de  armas  blancas  de  Tole- 
tlo,  en  la  de  municionesde  Orbaiceca,  en  la  de 
piedras  de  chiíipa  de  Logroño,  en  las  de  pólvo- 
ra  de  Murcia  y  FHipinas  túnica  de  Ultramar)  se 
hallaii  dirigiendo  los  trabajus,  construcciones 
de  ediOcios  para  fábrícas  y  reformas,  oOclales 
del  cuerpodearíilleiiaconel  correspondieute 
número  de  aríiOces  y  obreros  bajo  su  dcpeu 
dencia.  En  dichos  establecimientos  sc  halla  un 
coronel  ó  tenienle  coronel  dcl  arma  como  di- 
rector,  y  los  oOciales  necesaríos  del  cuerpo  ¿ 
susórdenes.  Asimismo  corre  el  coerpo  con  la 
instroccion  de  los  cadetesdel  colegiodeSego* 
Tía.  única  fuente  para  losoOciales  facu  tatívos 
delarma.  Los  sargbntos  deartilteria,  de  sobre- 
saliente  y  nunca  desmcnlida  couducla,  inieli- 
^nciayactividad,  puedenser  ascendidos  iias- 
ta  capitanes  inclu^ive  del  cuerpo;  pero  ¿  esta 
clase,  conocida  cou  la  deuomiiiacion  de  prác* 
í¡eo$,  no  se  la  destina  mas  que  ¿  las  briga- 
das  fljai. 

El  armamento  de  los  regimientos  y  bríga- 
das  Ojas  es  carabina  rayada  con  bayoiiela  y  ma 
chete:  el  de  las  brígadas  montadas  y  las  de  d 
lomo  ó  de  montaña  es  mofqueton  y  machete. 
Sl  correage  dc  toda  la  tropa  es  bliaeo. 


El  actual  uniforme  del  cnerpo  consiste  eo: 
oasaca  con  solapa  aziil  turqiii;  cueil  ,  viieiUtf, . 
forro  y  vivos  encarnados;  pautalon  aziil  turqal, 
boton  dorado  pequeño,  bumbas  en  el  cuello, 
dragonas  encarnadas,  cliacó  acampanado  ooa 
chapa  y  carrilleras  delaton  y  p'umefocDcami- 
do.  Esceptiiados  los  caf os  de  Fervicio  de  ar- 
mas  iisan  los  oOciales,  que  son  dc  la  clase  U- 
cultativa.  sombrero  apiiutadocon  galondeoro. 
Lo3  oOciules  usan  las  cliarreterls  duiadascooM) 
el  boluu,  y  espada  ceñida  los  de  'os  reginiienloi 
de  ¿  pie  y  furrugera  con  carluchera  y  sablede 
mootar  los  delas  brigadas  montadas  y  dc  oioo- 
laña. 

Goncluiremosestearífculo,  ya  qnedelper- 
sonal  liemos  tratado,  con  la  siguientc  relacioB 
de  escrilores  é  inventores  quo  ccpiamos  ea 
paite  del  Memorial  hlstórico  de  laarlilleria 
española,  ríudiendo  usi  un  tributo  debidode 
respeto  ¿  aquellos  quc  en  este  piiatu  han  luo* 
rado,  honran  hoy,  y  honraráo  siempre  niies* 
tra  patría. 

Escritorei  i  inventores  de  la  arliUeria  en  Bh 
paña. 

~  Dicgode  AlaTi  (poblicó  tariuobfas  ea 
tiempo  de  Felipe  II). 

Fiancisco  Barra  (publicó  en  16(S.) 

Jiian  Bayarte  (brílló  en  16C6.) 

Fernando  del  Caslillo,  escritor. 

Padre  Tom¿B  Gerda  briiló  desde  4758.) 

Andrés  Gerou. 

Andrés  Garcia  de  Cóspedes.  Florcciódes- 
de4606. 

Cosnie  Damian  de  Gomica.  desde  1799. 

Francisco  Giscar,  desde  18^. 

I.iiis  Goüado,  desde  4564. 

Francisro  Datoli,  desde  4807. 

César  FirruOiio,  cn  46SG. 

Sebaslian  Fernandes  de  Gamboa.  en  1671. 

Aulonio  Gunzalez  (inventó  las  reráannf 
eliplicas  en  ios  morteros  y  los  muitonei  paia 
los  misinos  en  la  rulata.) 

Stbaslian  de laabaini  y  Azagra. 

Grístóbat  Lechiiga.  [Su  fama  es  vniversm 
por  sus  esclarecidoa  inveutos.)  ' 

Morasca. 

Murla,  céiebre  escrUor  de  aitilieria.  (% 


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711 


AKTILLEBIA 


m 


ntv9  tu  óbra  dete$tú  éJi  la  úeadmia  de  orti^ 
UeriaefiSegovia.) 

Andrés  Uufios. 

Pedro  NaTarro.  (fíélebre  ingeoicro  de  h 
edadoiedia.) 

OJriozola. 

Juan  Sanchex  Recienle. 

Rios. 

Fraxno. 

Bouligni. 

Roca. 

Rovira. 

Sans. 

Dtego  Ufanp.  (Be  gloria  Qoitersal.) 

Lecrecio  ibañez. 

ht?é  Diaz  Inraiile. 

Lázaro  de  la  Isla. 

Ruizde  A|)odaca.  Capitan  generai  de  ia  ar^ 
inada  española. 

Navarro  Sanffran ,  generai  de  artillefia. 

FeirerdeCouto. 

Salaa. 

ApeiiH. 

Marfiiiéft  de  Tiluma. 

ARTILLER1A.  (calibrbs,  alcangbs  t  honta* 
6C8  ACTVALBS  PARA  LA)  Despui^  dc  liaber  es' 
poevto  lodo  lo  príncípiil  de  la  liistoría  del  nia- 
teríal  y  personal  de  la  artilteria,  Tnixsosá  espo- 
Ber  loe  detal'es  mas  neresarios  de  la  actual. 

Desde  el  reiiuido  de  Gáijos  L  (V  de  AlenuH 
Bia)  los  rstraiigeros  cran  nuestros  imiiadores 
eo  todo  io  peitenecionle  á  la  aríillería.  Los 
eaíkioes  cortos  y  alijerados ,  el  cañon  de  tro- 
zos,  l«s  recámaras  cónicas,  las  recémaras 
eKpticas,  los  moríeros  (invenlados  en  tiempo 
de  los  reyes  Católicos),  las  bombas  (usadiis  en 
Fiaodes).  los  obu^cs.  armas  de  cliispa,  pucnles 
de  tela  para  pa^r  ríos,  son  cosas  lodas  cono* 
cidaa  eii  E^^paiia  anlcs  de  lo  qiie  se  cree  eu  las 
naciones  eslraof^eras,  é  inTenladas  la  mayor 
paric  tm  nue:$tra  patría.  Pero  la  decadencia 
progresiTa  de  la  moaarquia  espaóola  duranle 
el  reinado  de  la  casa  de  Auslría,  trajo  iambien 
ei  decainiiento  de  la  arlillería  en  ella. 

Desde  Felipe  V,  se  empezaron*  á  copiar  en 
Xspaña  basla  los  nombt es  de  la  artillerla  fran 
eesa,  ias  roedidas  y  loda  clase  de  reformas ,  lo 
eoal  se  debia  al  mucbo  influjo  de  ios  iugeoie- 


ros  y  artllleros  fraoceses  qne  dicho  F^lipe  Y 
tenia  eii  ?u  ejército  desde  la  guerra  de  suce- 
sian.  Gríbeauval  determinó  por  este  tiempo 
la  longilud  de  los  obuses  á  trcs  calibres,  eoa 
atencion  á  qiie  alcanzasc  bieo  el  brazo  para 
oargaríos,  dábdotes  ftmblen  su  montage  espc- 
cial,  y  esta  artillería  se  introdujo  en  España,  ea 
donde  recibió  despues  considcrables  mejoras 
por  los  oflciales  deartillerla  española.  En  47S8 
se  esiableció  por  real  órdcn  la  pniebadc  fosa^ 
qiie  coosistia  en  empotrar  las  piezas  aseguran* 
do  su  culata  á  un  poste  para  que  no  retroce- 
diesen,  y  haciendo  con  2  ó  3*  dee'evacinn  Ires 
disparos.dc  prucba.  Para  las  do  á  24,  48,  46  y 
42  se  ponian  al  prímer  liro  Vi  del  peso  de  la 
bala  de  pólTora;  para  el  segiiudo  l^dQió.f 
para  el  tercero  todo  el  peso  de  la  bala.  Para 
las  de  á  8,  6,  y  4  se  ponla  siempre  de  pólvor» 
el  peeo  de  la  bela,  y  en  estos  y  aqnellos  ona 
bdila  eocima  dc  lá  pólrora.  Los  raorteros  y  pe« 
dreros  se  probaban  con  toda  la  carga  que  cb- 
bia  en  sii  recimara.  En  ^'i^Sseabolió  la  prue* 
ba  dc  fosa  y  sc  mandaron  probar  para  lo  snce* 
i^lTo  los  cañones  montados  en  sus  curejias,  ha- 
ciendo  con  ellos  cinco  disparos  por  la  borísoo* 
lal,  los  dos  prímeros  con  */«  del  peso  de  la  bala 
en  pólvora  y  los  otros  tres  con  la  oiitad,  coyo 
prueba  era  roas  suave* 

En  4743  se  redujeron  de  real  órdeo  todos 
los  calibres  á  los  cinco  únicosque  ya  babia  eo 
Fiancia.  á  saber:  de  i  2t,  46,  42,  8  y  4  \$f 
go?»  y  los  morterosde  i  44  y  42  pulgadas, 

Kn  4*756  se  espidió  uo  reglaoieoto  de  ba* 
lcrío,  Tieiilos  y  calibres. 

En  4  777  se  inslituyó  eo  Rneoos  Aires  oues* 
tra  prímera  artillería  i  caballo,  que  loego  ee 
esiabieció  definiiivameote  eo  E^paña.  Para  esto 
y  la  pólvora  v¿a$e  el  cuadro  sinóptico  ante-* 
rior.  Ya  queda  dicbo  como  ios  cañooes  de  i24 
y  46  como  dc  sitio,  los  de  i  42,  8  y  4  corao 
de  campaoa,  soo  los  adoptados  actualmeote  en 
Espana,  asi  como  los  oboses  de  9  y  7  iargos  y 
coríos,  67)  largos  y  5cort06y  eo  iosmorleros 
los  de  i  44,  12  y  7  pulgadas.  Abora  pera  abre- 
viar  vamos  i  referír  eo  la  &iguieote  tabla  el 
peso  y  alcances  medios  de  ias  piezas,  cureoas 
1  y  aicances  coo  rclacíon  i  los  disUntos  calibres* 


Tabla  del  peso  de  las  piezas  de  arUlkHa ,  *d$  sus  cureñas  rsspectivas  y  akanees  medios  de 

oquellas. 


CAUMIBS. 


24  de  sUio.  .  . 

46 

42  (de  l'ñtttUa). 

8  {i\e  id.).  .  . 

4lld.)   .  .  •  . 


PE80  EN  UBRA8. 


delas  pieias. 


6.435 
4.350 
2400 
4  382 
680 


de  Itf  curelat. 


2  320 
4  920 
4.076 
4.362 
932 


6  000 
8  000 
5  000 
4.500 
3  000 


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743 


ABmLERlA 


7li 


.  9n  •]  ptfo  de  tas  entñat  no  ta  calcolodo 
e)  do  los  oniMMM». 

Cadacuíkin  Uene  sn  atacador«e8cobillon, 
^  tienc  el  largo  del  ánioia,  y  nedio  calibre 
Bas  para  inaBe|arlo. 

La  tropa  ae  municioDa  en  la  relacioa  ai^ 
gQionte: 

A»A1IIES  DB  MLYOEA. 

fpsP.  carabiiui.  pift^U. 

Pnseba  de  Ofdenansa*  .    16     4%  8 

kleaii  ordinaria.  ....    43       9  7 

Caria  idcm 7       6  V,      4  V, 


Por  )a  figara  cóoica,  indispensable  eo  loda 
ama  de  feego,  debe  cortarse  la  Hnea  de  mira 
000  la  qne  reeorre  la  bala  oii  dos  punlos.  Des- 
preciado  el  primero  nor  m  proxiiniiia'l  al  arma, 
sedice  «I  tesmndo  dg  punto  tn  blaneo;  ieo< 
9ia  dediioida  de  la  graredad  de  la  bala  y  reais 
tottcia  del  medio  quc  lia  de  reeorrer.  E«  preci< 
80,  pufs,  apiinlar  mas  allosi  el  objeto  eituvie- 
se  f'jera  de  eata  dlslancia,  y  mas  bajo  si  estu< 
viese  mas  próximo. 

La  l'iga  de  que  se  fabricaa  boy  las  picxas  de 
ardlleria  es  de  400  partesdo  oobre  y  44  de 
estafio.  (F¿as?FUNDiaoN.) 

Las  píeaas  se  tafitean  con  el  eompás  cur?o 
eon  el  hilo  y  agiija;  qiie  dividldo  cn  tantas 
partes  igiiales,  nuiestra  como  se  bacen  los  ti- 
ros  seguros,  desde  el  mas  corto  basla  el  mas 
largo;  per«|iie  el  cañon ,  qiie  dispara  su  pro  • 
yectil  en  lu  direccion  de  un  plano  langeute  á 
SB  anima,  hace  el  liro  mitad  en  linca  recta  y 
mitad  eii  our\'a.  para  calcular  lo  cual  sirve  lu 
qiie  qneda  dielio  pocas  lineas  antes.  Los  liros 
se  dirigeii  con  e)  ciuidrante>  y  para  conocer  lo 
mariao  del  metal  de  las  piexas  airve  la  regla 
terela. 

El  diámetro  de  los  proyectlles  hiiecos  roar- 
ea  el  calibre  de  los  ubuses  y  roortero^,  y  el  dt* 
los  eaíkmes  márrsto  el  peso  de  las  balas  qiie 
ealsa  oada  uoo.  En  la  prueba  de  carga  mayor 
para  cada  piesa,  cl  pese  de  la  pólvora  igiial  al 
ée  la  bala,  en  iin  tSro  ordinario,  puede  líevar 
de  carga  cn  |i61vora  la  mitad  del  pe^o  de  la  Im- 
la  y  Vt  de  diclio  peso  para  hacer  brecha.  La 
artilleria  se  caga  lambien  con  cartuchos,  ba 
las  de  barra ,  de  tijera,  y  en&idenadas.  A  las 
piexas  de  bronce  suele  darse  por  cada  40  II- 
bras  de  bala,  una  de  viento,  y  ¿  las  piexas  de 
Jiierro  dos.  Loa  cañones  se  refrescan  con  vi- 
nagre  y  agiia. 

Los  afiist^  y  eiireñas  actualcs  estin  arre- 
glados  por  la  movílidad  que  ba  de  tener  y  es- 
fuerso  «yie  lia  de  iiaeer  la  piexa»  segun  sea  dc 
sMi»  fplasa,  de  batalla  ó  de  montaña. 

¿IT1LLER1A.  (GOLBGio  db)  Ta  queda  d1- 
cfao  como  eran  ezaroltiados  los  que  antigiia- 
mente  qoerían  pertenecer  al  cuerpo  de  artiile- 
ria;  como  los  capilanes  generales  del  arma  tu- 
irleroB  1»  provision  de  Iss  plasas  de  oflciales; 
eoew^  Uempo  denrrulloo  se  lasUtuyeroo 


y  sbelieren  derpoea  eseseVasiMnlciieas  SB  Serl* 
Ihi,  Lísboa  y  en  Burgos.  eiistlendo  enMitaa  nia 
<le  SOO  alumnos  en  el  Fielo  XTII.  Dtcbo  qne- 
da  tanibien,  coroo  en  4'í40  se  mandaroo  eri- 
gir  esciielas  pricticas  de  artilleria  en  Aiigoa, 
Andalucfa,  Estremadura  y  Galicia,  y  teóricas 
en  Aragon.  Estremadura  y  Andalacfai.  Despues 
en  43  de  agoátode  4763  se  espidió  nna  real 
instroccioD  prevlniendo  las  praebas  de  neble- 
xa  que  debian  bacer  los  pretendienles  i  eiba* 
lleros  cadeles  del  real  cuerpo  de  artitleria,  y 
demas  circunstancias  requeridas  paca  ser  ad- 
mitidos. 

Publicada  esta  real  cédola,  y  separadoi 
poco  despues  los  ciierpos  de  artilleria  é  ioge- 
nieros,  el  dia  46  de  roayo  de  4764-  se  abríóen 
Segovia  la  acadeiuia  de  caballeros  cadetei ,  y 
80  formá  de  los  prelendientes  ya  reunidósuna 
compañia,  compuesta  sei^nn  reglsmeBio,  da 
53,  oon  2  brlgadieres  y  4  snb-MgadierfS,  la 
üual  fué  mandada  por  un  capitan,  un  lenieDle 
y  iin  subteniente ,  quedando  suprimidos  los 
caJelcs  qiie  habia  en  los  batallones  de  artille- 
ria,  y  iio  debiendo  ascender  ya  á  oflciales  del 
anna  roai  que  los  cadeles  aprobados  eo  d 
colegio,  y  algunos  soldades  dUlingaidoi. 
Tambieu  se  concedieron  para  qiie  maniobruni 
coroo  loi  baiatlones,  áo$  banderas  á  lu  coatrs 
compañtas  do  artilleros  alli  deslaeadas,  las 
cuales  en  4  770  se  sugtitiiyeron  con  cuatro  de 
artilieros  vi»lunlarios,  maiidadas  por  oo  to- 
nienle  coronel  y  un  ayndanie  mayor,  Useua- 
lesen  4784  formaron  el  quioto  bBlallon  dal 
regiiiiienio. 

En  el  año  4781  se  aomentó  hasta  4 tO  pta* 
xasel  número  de  la«  que  debis  conieaerla 
coropañiadecadelesdel  colegio,  aomeniaodi 
tambien  iin  tenlenle  y  nn  eiibtealeote, 

Kn  I.®  de  enero  de 4804.  se espidió  el  re- 
gfaroento  deJ  coleglo,  dejando  et  nAniero  de 
plasis  como  estaba,  nombrando  directi^deM 
al  principe  de  la  Pax,  y  fljando  ciiatro  aftesde 
estiidto,  á  cuya  conclusion  eran  prvBMTides  á 
sublenientes  dd  arroa. 

Pero  la  glierra  de  la  independenola  imse  ca 
gran  coiiHicio  al  gobienio  de  entoitoes ,  j  e( 
colegio  tiivo  qiie  ser  trastadado  i  Sevilté,  en 
doDtle  ca  4840  fiié  dtsuelto  por  la  entrada  de 
los  fraiiceses  en  dicha  plaxa.  Luego  se  ^tnaó 
en  Malion,  al  paso  que  stirlia  tamblea  i  la  ar- 
lílleria  de  oHciales  el  colegio  ya  antes  esfalile- 
('ido  en  la  isla  de  leon.  Eu  184 1  fué  traslaJa- 
do  de  Uahou  á  Palma.  El  colegio  estuvo  en  las 
islas  Baleares  basttf  4844,  en  que  regresó  4 
8(>govia,  en  doiide  habia  nacido  oiocoaita 
afios  antes.  En  13  de  febrero  de  4846,  se  ins«> 
tituyó  la  jiiata  superior  facultativade  arlilleria. 
En  i3  de  agosto  de  4849,  so  varió  el  curso  de 
esliidios,  yseauadieron  dlex  roeses  mas  i  los 
eualro  añoi«  ya  roarcados. 

Ett  4823  fué  disuelia  la  compafiia  de  eade* 
les  i  conseeueocis  de  la  disoiodeD  «lel  ( 
deartillería. 

Eajuniode  l8S9soroorganis6  Isi 


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Vi» 


|i|^ity;Hf/^ 


nt 


üaiscatanm»  odetis  M  mte  tlgiiieiitt: 


CO. 


Cadel6ff»diTididofeoH  brifMÍÍer. 
S  brígadas  oom- 1 4  sub-brigidier. 
pue¿taeadanD«de(S7  cadetea. 


Í4  Goronel,  capitao  de  la  compañia  y 
dírectordeestadiot. 
t  Gapitaues;  e1  uoo  ayodaote  ouiyor 
y  el  otro  leoleal^  de  la  cooipañja. 
3  Teoleolea;  cl  uoo  ayudaote  aeguo- 
do  y  ]08  olro¿  doa  aubteoieoles. 
frofeao-  i  ^  ^^^^f  príoiero  (el  ma$  ürUiguo.) 

^'    \3  Ayodaotes  de  profesor. 


4  Gapellao* 
4  Cirniaoo. 
4  Maeslro  de  equitacioo  coo  6  ea* 

balloe. 
t  Tanibores. 
4  PJfaiio. 
4  Profeaor  de  esgríma. 

Por  Oo  00  6  de  didembre  de  4843  recibió 
al  eolegio  de  artUleria  de  SegOTia  la  sigoieoke 
orgaolsacioo,  que  €S  la  que  Uoy  ríge. 

Se  diTidieroo  los  eadetea  del  colegio  eii 
éoe  clases,  la  de  inUrtm,  qoe  era  la  úoica  que 
aotea  babia,  y  la  de  estemoi.  £1  oúmero  de 
loB  priraeros  p«ede  llegar  á  aer  de  460  (80  de 
oáoíero  y  80  supernumerarios)  y  ei  de  los  et- 
lemos  es  iodeiermioado. 

/Mffmof.  Loa  üe  número  pagao  desde  aa 
ootrada  eo  el  colegio  8  realea  diarioa,  pues  á 
estos  abooa  el  gobíeroo  el  haber  de  su  clase  de 
eadetes.  Loe  segiuidoa  pagao  43  '/9  rs*  diaríos, 
por  00  diafrutar  haber  cooio  caiieles. 

Deiieo  teoer  oias  de  trece  aoos  y  oieoos  de 
dlea  y  seis  y  preseotar  alguiias  prtiebaa  de 
Doliteaa;  ser  examioados  de  medio  aoo  pudieo- 
do  liactrlo  de  uoo  y  medio  ó  dos  y  medio,  eo 
eoyo  exámeo  si  fueseo  aprobados,  paaao  á 
esludijir  el  siguieote  ado  correspoodieote. 

In  loa  dos  príoieres  aoos  sol^  sir? eo  como 
oolas  de  aprubacion  las  do  6110110,  muy  bueno 
y  nAttWíliemie,  la  de  medioBO  slnre  tambien 
eo  tudos  los  ciirsos  sigu'ieoies,  y  eslo  es  geoe- 
ral  para  ioteioos  y  esteroos. 

gl  gaate  oiedio  4e  110  cndele  inletno  de  nú- 
mero  eo  los  eoatro  añoe  de  colegio  ea  ei  al- 
guieole: 

Ffaosas. 

fMa  HlMnos.  .... 
Faramoebles.  .  .  . 
Iqnipogedeeotrada. 
Goatro  años  i  90t0. 

Totai  de  gasto.  .    48,674 

Sl  estraordinario  dcrotoraa,  llbroa,  etc.  ba- 
ce  00  tolal  de  SO.OOO  rs.  Yelloo,  qoe  esel  coste 
awdio  caicolado  para  «0  cadete  mf#nio«  que' 


DopieffdeeMayaeltroeikf  toi  1 
reglameolo;  poea  si  bteo  lot  fradoa  da  1 
auto  800  de  deYolocloo  coDdiciooal, 
calcularse  como  pérdida  por  gastos  impre^ 
vistos. 

Auoqne  seao  oflciales  del  ejército  los  qoe 
iogresao  eo  e!  eélegio  sen  eoDsideridos  ebrao 
sirapielesoadetes  y  oo  poeéeD  llerar  la  elHirre* 
tera.  Los  qoeceocluyeo  eoD  aproTeebamieoto 
los  cuatro  aoos  de  estudio  deotro  del  colegio  soii 
asceodidos  á  subieoieDtee  aiumoea  de  la  es« 
cutila  de  aplicacioo  de  artillería,  coo  el  baber 
de  tates,  y  pasao  á  ia  claae  de  eetemoe,  eo- 
traodo  á  estodiar  coo  la  prooiocioo  rcspec- 
tlf  a  de  dicboB  esterooi  los  dea  aioa  mlaitei 
00  la  escoela  de  apiicacioD,  coye  plao  de  ea- 
tudios  se  diri  eo  su  lugar. 

£niemo$^  Loa  caodidalos  á  la  clise  de  ci* 
detes  esteroos  oo  bao  de  teoer  menos  edad 
qoe  lade  dies  y  sels  aAos  oi  eaceder  de  Telo* 
te.  Su  Dómero  ea  iideteroHoado  y  Deeerilaa 
pre^olar  tambieopmebasdoDobleaa.  8e  aA» 
mileo  paísaoos  y  militares;  pero  estos,  aooqoe 
seao  oaciaies,  oo  gosas  lasdistiideoea  de  ta« 
les  si  bieo  lltTao  la  charretera,  OHaodo  los  co* 
detes  los  cordooes.  8e  lee  exige  laaMeo  «g 
!  equipo  eompteto,  se  les  probibe  trage  de  pal* 
sano  y  se  los  Tigila  i  todas  borü  por  nedie  de 
visitaa  domicüiariaa  becbai'  por  loa  prelesopai. 
Se  les  ex'igen  60  rs.  adeiaotadoi  por  aemeatri 
para  gaslos  del  establecimiento. 

Niogun  eaterno  se  adaUte  como  oo  SDÍra  al 
meoos  el  cxámeo  de  aio  y  medio  t  co  él  obleo» 
ga  los  ceoBuras  diehas  y  eotm  •  eakidiar  el 
segiiudo  semeslre  de  seguodo  ado  en  ei  eo* 
legio. 

I       Los  qne  qnierao  examioarse  de  ési  íAü 
I  y  medio  bao  de  mereeef  Ina  eeDSiifai  dicbas. 

Los  qiie  ademaa  quieran  examinarie  da  Irü 

'  aoos  y  medio  piiedeo  pssarloa  oblenieDdo  It 

censura  de  mediano;  pero  esta  Tenta]a  i  m>» 

die,  auoqiie  ae  ofrece,  ae  coscede;  pues  se  la 

olega  la  aprobacioo  eo  loa  prfmeros  ejercicioe. 

Los  que  pierdao  doa  etirsos  seguidea  de  on 
mUmo  año  soo  echados  del  coleglo,  si  la  poN 
dida  ooes  efecto  de  ladesaplicicioo. 

Gada  adose  divide  eo  doa  coraoa  seBMStm» 
les  y  la  distribuGioo  de  mateffits  ea  ia  sigDieDli. 

PLAN  »S  BSTüDIOi» 


4,448 

4,043 

800 

k,(m{pf6mimemtnit.) 

44.080 


PrÍBierdii. 

Primer  lamea^a.—- Lcer  y  eeeribir  eott 
boeoa  ortografia.  —  Gramitica  eaalclboa. -^ 
irítmética.*-Traducir  ei  fraocés.— Baile. 

Septim/osefnas/re.— Algebra  ioferier  (ibst* 
!•  ioa  lo§edriímoo.) 

Segunionño, 

Primer  jesi^a^rf.— (ieometría.—6eogra- 
ria.— HiBloria. 

Se$Mni$  Msiaslra.— TrlgoiioiDelria.* 


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747 


AnmLEBIA 


7» 


netria  prieliea.— PtrferéManle  de  élgebra  con 
)a  leoria  geDcral  de  ccuacioDes.— Dibujo  topo- 
griflco. 

Tercer  año, 

Primer  $eme$tre.  —  Séries.  —  Geometría 
aDalflica  ile  dos  y  tres  dimenaiones,— Dibiijo. 

Segundo  semestre. — Cáiculo  üiferencial .— 
Geomelría  descríptiTa.— Sombras  y  perspecti- 
?a  lineal.— Dibiijo  geomélrico. 

C»arto  año. 

Primer  eemestre. ^Ch\cu\o  Integral.— E«- 
titica.— Fiiica  {noeiones  qenerolen  y  lo$  cuntro 
fiuidos  impopdertil>tf$.)'-^Qiiim\cn  [ka$ta  ta 
teüTÍa  de  ta  combuetion  inctusive.) — Dibnjo. 

Segundo  semestre.—binhm'ic»,  bidrogtáii- 
ea,  hidrodinámlca.— Qiiimica  {htieta  el  estaño 
tiic/ttKtra.)~Uineralogia  (hasta  eotutuir  tt  yé- 
fiero  stikaío,)— Dibujo. 


-  Los  cadcte8  qnc  ban  carsaJo  con  aproba- 
eion  los  anteríores  años  soo  ascendídos  á  siib- 
tenient^s  de  ia  escuela  de  aplicacion  de  arti- 
liería  con  el  baber  y  coosideracion  de  taies: 
8l  aqnellos  son  iiiternos,  SHlen  del  colfgio  y 
pasan  con  los  esternos  á  1»  escueta  de  apíica- 
eton,  y  si  no  son  aprobados  despues  en  csla,  6 
por  cualquiera  olra  circunslancia,  se  les  reco* 
gen  sus  reules  despaclios  y  qnedan  en  la  clase 
que  tenian  anles  de  ingresar  en  el  cologio. 

La  eseueta  de  aptitacion  dura  dos  años  y 
dnrante  ellos  estiidian  los  alumnos  las  sigiiien- 
tes  malerias,  asistiendo  á  la  roaeslranza  del  de- 
paríamenlo. 

£iettc(a  de  ap/ieaeion.— Mccánica  aplica- 
da.-^Forlillcacioii  permaneute  y  dccampaña. — 
Aríillería.^Giencias  naturales. — Táctiea  stibli- 
me.-^llanejo  de  papeles  y  documeiitacíon. — 
Práclicas  de  levanlamiento  de  planos  sobre  el 
terreno  y  dc  aríiileria. 

Ooncluidos  eslos  esludlos  los  snbtenienfes 
alomnos  son  asccndidos  á  ta  clase  de  tenienies 
de  aríilleria  con  la  antigttedad  que  en  sii  pro- 
inocion  se  les  debe  dar  segun  el  puesto  y  notas 
quc  en  etla  ban  merecido  en  los  cursos  ante- 
riores. 

Llegada  esta  época  son  destinados  iodistin- 
tamenle  á  los  dirersos  institutos  de  urlillería 
ARTl  LLERI A .  iprbbiiinbncias  del  cuerpo  db) 
Constituido  el  cuerpo  de  arlilleria,  auoqiie  no 
deflniliramente  en  sn  príocipio ,  turo  por  su 
in^lituto  facultatiTO  y  especial  baslantes  prec- 
minencias»  deioscualessonlas  príncipales  las 
líguientes. 

Que  el  capitan  general  era  el  único  árbitro 
(salvo  el  parecer  dn\  rey  y  su  consejo)  en  ad- 
niitir  ó  desecbar  ios  artilleros,  fundidores  y 
todo  el  personal  de  su  arma. 

Qiic  la  aríillería,  armas,  mulniclones,  etc, 
qne  en  cnalquiera  ocasion  se  diesen,  babian  de 
iftUr  del  pbder  de  los  mayordomoa  solo  por 


cédnlas  reales  dirígidas  al  eapitan  general  éd 
arma,  y  en  casos  repentinos  esta  proTeia  por 
medío  de  sus  tenientes  i  los  imprevistos  qoe 
ocurríeeen.  Los  lenlentes  babian  de  cursar  las 
órdrnes  y  el  contador  de  artillería  tomar  ra- 
zoo,  que  debia  dar  despiies  á  S.  M. 

Que  ei  dineio  que  se  necesitase  para  el  roi- 
nisterío  de  arliileila  lo  dieran  los  pagadores 
con  órden  del  capitan  general. 

Qiie  ia  contabilidad  fiiese  independiente  de 
las  demas  armas  y  roinisterios. 

Que  el  capilan  general  6  sos  tenieDtes  pro- 
veyesen  por  si  ó  personas  de  su  coerpo  en  los 
delitos  de  los  del  cuerpo  d^ndo  coenta  al  coo- 
sejo  de  guerra. 

Qiie  los  ariiHeros  ordinaríos  eran  declara- 
dos  permanente  gente  de  guerra,  y  en  sn  con- 
fcciiencia  gozasen  fuero  militar  y  uso  de 
armas. 

Qiie  en  las  plasas  no  fc  les  emplease  en 
guardias  ni  fdccion  alguna  para  poder  siempre 
acudir  A  1a  aríilleria. 

En  4  de  jtilio  de  4584  y  en  otra  real  céda- 
la  de  4  593  S3  declararon  ¿  esle  cuerpo  las  mis- 
mas  exenciones  que  las  qne  gozaban  ias  aua^ 
dias  por  sus  ordenanzas,de  no  poder  serejeeo- 
tado  niiigun  individiio  on  sus  armas,  perfooas, 
miigeres ,  ni  en  sus  veslidos,  canQa,  ni  socldo 
ni  alcance  por  concepto  al^nno. 

En  5  de  agoslo  de  4  5C7  se  declaro  qac  á 
todos  los  artiileros ,  sus  ayudanles  y  onclalci 
mayores  y  menorcs  no  sc  les  piidiefe  oWlgtf 
á  ser  receptores  de  cnizada,  mayordomos  dc 
depósilos,  ni  propios,  ni  oflcios,  ni  ofidosfon- 
cpji'es  con  varias  penas  que  en  la  cédala  de 
dicha  fecha  sc  dccian. 

Goza  tanibipn  este  cuerpo  desdc  el  liempo 
QC  lüs  reyes  Caloücos  de  un  mlnisterlo  de 
cu(  nta  y  razon  enieramonle  sepando  de  loi 
demas.  En  tiempo  de  estos  coiislal>a  yadcfwi- 
tadorcs,  pagadores,  mayordomos  y  sus  lenien- 
tes,  algiiaciles,  etc,  y  eslos  cjercian  el  rargo 
de  couduclores.  La  cuenta  y  razon  esluvo  ea 
Burgos,  que  era  la  capilai  de  GastlHa,  basiaqae 
.«e  trasladó  con  la  córte  á  lladrid,  siendo  gf fe Je 
ella  don  Jiiun  de  Aciiña  Vela.  Este  roini^teno 
cou  iguales  atríbuciones  al  actual,  sigiiió  me- 
jorándose  hasla  Uegar  al  bocn  estadoenqae 
hoy  lovemos. 

EJercian  Juzgado  prí?  allvo,  eomo  qceda  di- 
cho,  el  capilan  general  y  sus  lenienies  sobfe 
ñus  siib(»nrinados,  y  por  cédulas  de  43  de  nia- 
yo  de  4  596  se  iroponian  60,000  Bianivedises  de 
mnlla  para  gastos  dela  artítleria  al  qiieooar- 
kasc  en  algun  modo  directa  ó  iBdireclaiDeBti 
esla  franquicia ,  coii  otras  pcnas  y  embargos. 
Losdichos  y  oiros  varíos  fueros  y  preeffiioen- 
cias  hu  disfnitado  sieroprc  ot  cnerpo  dc  arli- 
llería.  Seria  tan  prolijo  como  no  muy  nece»- 
rio  el  citar  las  fetbas  de  las  reales  órdencs 


qiie  recayeron  sobre  eu  sistema  de  administn- 
cion  y  personal,  por  lo  cuai  nos  ceñireroos  á 
su  actiial  orpanizacion. 

El  Jusgado  prhativo  (refonnado  en  4^» 


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74Í 


ARHLLE&U 


750 


signe  boy  como  oua  de  las  preeraiBeDcias  de 
la  artlilerta;  como  Li  cual  le  tieneo  lambien  los 
coeriM)sdealabardero8é  ingenieroa.  Sus  ludi- 
f iduoa  gozao  de  su  fuero  especial  y  la  Juris- 
diccion  de  cada  uno  deestos  tres  cuerpoa  tie- 
ne  derecbo  de  atraccion  sobre  la  de  todas  las 
demas  arniaa.  Los  tres  reciprocamente  »e 
atraeo  ejk  el  órden  siguiente:  el  Juzgado  de 
alabarderos  atrae  á  losdos  rcf'lantea;  y  de  es- 
tos  dos  atrae  al  oiro  cl  que  primeio  empiesa  á 
conocer  de  una  causa.  La  arlilleria  tieue  eo 
esie  ramo: 

I .  *  Dn  Juzgado  siiperior  de  apelacion  que 
forman  el  dircclor  general  del  arroa,  on  ase 
Bor  y  un  ftscal,  ambos  úliimos,  letrados. 

8.**  Jtixgados  parliciilares  cn  las  eapitales 
dc  departamento  y  de  dielriio,  cuda  una  de  laa 
cuales  cousta  del  subiiispeclor  dcl  orma,  uo 
aseíior  y  un  (l^al,  ambos  úitimos,  Ielrad0(>. 

3.**  Juigados  subalternos  en  virios  puotos, 
y  en  ellos  cjeroe  veces  de  subtnspector  el  co 
roaudante  de  artitleria  de  cada  punlo.  Las 
obligiiciones  de  estos  jiizgados  son  ei  conoci- 
mlento  en  todas  ias  (tuiisas  qiie  comprendao  ¿ 
iodiTiduos  de  su  cuerpo. 

El  cuerpo  especial  de  cuenta  y  razcn  que 
tiene  el  arma  de  ariilleria,  está  tambien  ba 
Jo  U  direocion  del  gefe  superior  del  ar^ 
ma,  y  á  este  mlnisterio  corresponde  la  ad- 
minir'tracion  de  lo  pertenecienle  á  la  artílle- 
ria.  Su  personal  se  compooe  en  ei  dia  de  un 
iniendente  ó  minislro  principal,  G  comisarios 
de  gucrra  y  artilleria  de  primera  clase,  20 
de  segunda,  37  onciules  primeros,  85  se- 
gumlos  y  el  número  de  oOciales  lercetos  y 
meritorlos  que  el  direclor  del  arma  tenga  por 
convcniente.  El  unirorme  actual  de  los  em 
pleadüs  de  este  mioisterlo  coQsiste  en:  casa 
ca  asiil  turquí,  cuello,  vueltas  y  vivos  encar 
oados,  paolalon  aziil  turquf,  espada  de  ceíiir 
y  sombrero  apuntado  con  galon  de  plata,  co- 
mo  asimismo  de  plata  ias  bombas  del  cuello  y 
de  las  vuellas.  £1  uniforme  de  diario  se  reduce 
¿  levita  azul  tuiqut  sin  vivos,  con  bolona- 
dura  y  bombas  en  el  cuello  blancas,  y  sombre- 
ro  apimtado  ó  gorra  de  visera  y  galon  de 
plata. 

£u  f  .^  de  diciembre  de  4  *4)  de  declaró  ó 
los  empleados  de  este  minlsterio  su  tarifa  de 
Boeldos  y  el  personal  siguiente: 

Contadores  provinciales 7 

Guarda-almacenes  provinciales 44 

I<!cm  ordinarios 20 

Id.  por  comision.  •  .  • 4 

Tceüor  de  las  fábricas  y  almacenes  de  la 

Cüsla  de  Sanlander 4 

Conlador  de  Ips  fábricaa  de  Plasencia.  .  .  4 

Ayudanles  de  conlralor 5 

iú.  de  guarda-almacen 23 

Tolal  de  emplcado| 69 

Sa  10  de  febrero  de  1751  jse  suprimieron 


lasoQcinas  de  veeduria  y  contadurla  generalde^ 
artlllería  delacórtey  seembebieron  en  lai 
intendcncias  y  coo  adurias  de  ejército  y  pro- 
vinciis,  de  donde  se  debian  pasar las  relacio- 
nes  mensuales  de  exislencias,  iutervenidas  por 
iin  conlralor  de  artlllerla,  al  miuiaterio  de  la 
Gnerra,  para  lo  cual  ee  destiuó  á  este  mini^e* 
ho  un  oflctal  del  arma.  En  el  mismo  año  se 
maddó  qiie  los  contralores  fuesen  los  qiie  pa* 
saseosiempre  la  revisia  de  comisario  á  los  ofl* 
ciales  del  arma. 

En  1760  se  creó  la  clase  de  guarda^alma*- 
cenes  estraordinarios,  se  delerminaron  las 
obligacíones  de  todos  los  empleados,  la  autori- 
dad  que  compelia  á  los  intendentes  y  coman- 
danlesdc  artiileria,  el  légimen  de  la  contabi- 
lidad,  el  gocede  sueldos,  y  seaiimeutó  el  per« 
sonal  liasia  el  número  de  438  plazas.  En  elsi- 
guieuieaño  se  reuuió  ladircccion  al  miuislerio 
de  la  Giicrra,  y  el  rey  se  re^ervó  la  direccioa 
y  mando  para  comuuicar  sus  órdenes  por  el 
miníslerio. 

Despues  de  varios  aumentos  y  altemalivas 
qoe  sufrió  el  miuisterio  de  cucnla  y  razon, 
vlno  á  qiiedar  por  real  órden  de  l.**  de  mayo 
reducido,  en  1803,  á  los  nombres  y  pcisonai 
siguieotes: 

Gomisarioordenadorde  ejército,  minis- 
tro  príncípal 4 

Gomisarios  de  guerra,  de  ejército  y  de 
departamento 5 

Coniiaarios  de  ariilleria  bonorarios  de 
gucrra 47 

Guarda-almacenes  ordioarios 17 

IJ.  estraordiuarioa 50 

Total  de  índividuos '  400 


En  4843  se  instituyó  en  América  este  mi- 
nisterío  y  se  comptiso  de  8  comisaríos  de 
guerra,  16  id.  de  aríilleria,  47  guarda-alma-> 
cenes  ordinarios  y  39  eslraordinaríos. 

En  4845  los  guarda-almacenes  ordínaríos« 
estraordinarío:^,  pagadores,  etc,  se  mandó 
fiiesen  llamados  oflcialesprimeros,seguodosy 
terceros  del  miniáterio  de  cuenta  y  razou  de 
artillería»  siéndoles  seiíalado  coroo  ¿  los  de- 
mas  de  su  ramo,  su  uniforme  y  distintivo  res- 
peclivo. 

£n  el  año  4842  recibió  cste  mini¿terio  es- 
pecial  80  última  organizaciou,  quc  redujo  el 
personal  al  nárocro  y  clase  ya  espresados. 

Varías  fueron  ias  preemineiicias,  coroo  que* 
da  dicho,  que  se  coocedieron  al  cuerpo  de  ar« 
üllería. 

De2  de  Julio  de  4802  data  la  ordenansa 
aclual  que  le  ríge,  príncipalmente  con  la  nue- 
va  constitucion  de  48  de  marzo  de  4800,  lea- 
lesórdenesde  7  de  noviembre  de  4843,  45 
üe  febrcro  y  24  de  Julio  de  4844.  25  de  mar- 
zo  y  48  de setiembre de  4848,  y  42  dediciem* 
brede4849. 

Loa  oliciales  dsl  cuerpo  de  arUlleria  goiaa 


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V5I 


MtmLBMtA 


m 


desde  I  ioe  de  mi  eMYafan  de  eseeoso  rlgoro- 
80,  que  les  e? Ha  toda  clase  de  Injuitieiat. 

No  baceo  servieio  do  plaaa  cod  loa  de  in- 
Itoteria  y  caballeria. 

Eligen  en  los  depósiloa  de  qniiiteB  loa  pri* 
meroa  entre  todos  los  demu  cuerpos  del  ej6r- 
eito. 

Un  cabo  y  cnatro  bombres  de  artHlerfa 
fdrman  cuerpo,  y  la  Infanteria  necesíta  coa- 
tro  ooRipañias  de  un  mísmo  cner|)o,  aunque 
este  número  siempre  es  muy  varlable. 

Todos  estos  y  otrosmas  son  tos  privileglos 
de  qoe  goaa  el  cuerpo  de  artfHería  en  Espafia, 
consignados  todos  en  sus  ordeoanzas  y  reales 
órdenes  citadas. 

ARHLLERIA.  (bstablbciiiibntos  qubdb- 
PBXDBN  DB  LA)  Eo  la  capilal  dc  cadtt  UDo  do  los 
cinco  departamentos  se  balla  la  maestransa 
prindpal  del  mlsmo  con  la  conYcniefile  dota- 
cion  de  oflciales.  y  vamos  á  describir,  aunque 
ligeramente,  las  fábricas  que  dependcn  en  ea- 
da  una  de  ellas  del  cuerpo  de  ariilleria,  al 
Goal  eslán  encomeodadas  todas  las  de  armas 
Y  raunioioncs  que  nsa  el  ejército  español.  Ta 
queda  dlclio  la  celebridad  de  nueslras  anli- 
goas  fündiciones,  oon  las  caales  solo  y  ape- 
nas  competian  las  de  Alemania.  La  fundicion, 
boy  esllngtiida,  de  Milaga,  fué  de  las  mas  fa- 
mosas  eo  Europa  en  tiempo  de  Gárlos  I  y  de 
aos  sucesores.  Brillaron  en  tiempo  de  Feli- 
pe  III  tas  qiie  entonces  habia  en  Burgos,  8an 
Sebastlan,  Lisboa  (perlenecienle  i  Bspaña  en 
aqucllaépoca),  y  Barcelona  con  las  de  Uirech, 
en  nueslros  dominios  de  Flandes,  y  la  üe  Cre- 
ma  y  Mllan  en  la  parte  de  Iialla  qoe  entoiices 
poseiamos.  Otra  existió  en  Yaleacia»  pero  de 
eata  se  conocen  pocos  detalies.  Solo  ae  sabe 
que  esla  y  la  de  Sevilla  eran  de  brooce.  En 
Baaa  existló  olra  fábrica  muy  bnena,  de  la 
cual,  queda  ya  dicbo,  como  h>s  niateriales 
iirvleron  despues  para  la  de  Málaga  en  el 
aflo  4500.  Ya  queda  dicbo  corao  en  Bgul  {Na' 
varra)  existió  /Abrica  de  municüm  y  petote- 
ria.  Mlentras  que  en  Bspaña  era  tan  bnllante 
ei  estado  de  las  fundiciones,  en  el  eslrangero, 
y  muy  particolarmenleenFrancia,  apeuaspo- 
dían  fimdir  una  buena  píesa  de  silio,  como  k> 
atesiiguan  las  pniebas  de  cañones  qoe  hicie- 
ron  en  Douai  en  4786.  Los  ingleses  no  Aieron 
entonces  mas  afortunados. 

Pero  lodavia  tomaron  mas  escelencia  nnes- 
tras  fundiciones  desdequeseusaron  lo*  abun- 
dantes  cobres  deAméricayRioTinto  [AivialU' 
cia),  cn  vea  del  que  anles  se  traia  de  Suecia. 
Bn  tiempos  de  tanla  prueba  para  la  artllleria 
Do  se  ponia  i  prueba  en  España  mas  qoe  una 
piesa  de  eada  fundieiOB. 

A  las  fundicíoDes  y  arUlleros  españoles  se 
deben  casl  todas  las  aplicaciones  de  la  arlHÍe' 
ria,  oiiya  mayor  parte  han  qnerido  usorparnos 
los  estrangeros.  Bl  cañon  oorto  y  alijerado, 
e4  caiiofi  4e  Irosot,  las  reoémaroM  eóñtcae,  loe 
morleroe,  lae  bombae,  loeobueee  (en  4044  eoh 
eímmbveéomortme  eMre  keee^eiñ^fm),  lae 


jjfobetae  parajmulbé,HMcmñu  y  olras  mf 
ebas  apllcaeioiies  y  m4quinas,  son  eselosifa 
invenloé  apKcadoa  por  loa  espáñoles,  aüí  coao 
el  prfmer  uso  de  ta  mina  por  Pedro  Navirra 
eontra  Kipoles,  y  las  balerias  fiotantes  eonln 
eibraltar. 

YamoS  i  hablar  sobre  nuestras  aehiales 
fundiciones  y  fábricas  de  armn.  advirlieBde 
antes  qneen  las  nia«wtninsas  de  arHilerit  (qae 
seei^trfecieronen4796),  se  eonstniyen  e^ 
lentes  malerlales  y  cuanto  constiluye  el  boea 
estado  de  esta  dase  de  establecimientos. 

Fandieion  de  SeviUa,  Ittan  Morel,  fuadi* 
dor  en  4505,  poseia  en  SeviHt  y  en  el  aclaal 
logar  de  la  f^iddicion,  nn  homo  para  foa^ 
arlilleria  de  bronce,  el  cnal  era  pfopiedid  sa- 
ya,  venJlcndo  sn  artiileria  al  rey  de  Bspañt. 
II  ci.ado  horno  foé  aumentando  en  fiima,  es- 
celencia  y  estenBion  bajo  la  dh^ccioa  de  vi- 
rios  duefios  que  lo  benefictaron,  segim  coasta 
de  algunas  esoríturas  que  se  oonservan,  hasU 
el  año  de  4634  en  qtfc  Ui  compró  la  hacieoda. 
En  4768  se  establecieron  en  el  sltio  de  loi 
Teatinoe,  raiquinas  para  barrenar  y  lomearlt 
artllleria.  En  1777  vino  i  poder  deS.  H.  la 
4  779  se  eoostruyeron  ya  las  roiiinflnas  de  saa- 
gre  para  lo  raismo,  y  ya  en  el  4  768  se  haliia 
anmentado  el  ediOcio  con  otro  oontigoo,  eoa 
otra  partenneva.  En  4784  seediflcd  de  ooefi 
[ilanta  la  parte  llamada  hoy  de  los  A/imoe,  coa 
ia  mllad  del  frente  principal  de  la  ftiodicioa. 
Bu  1790  ae  dió  principio  al  edlflcio  que  bof 
exisle,  y  se  concluyó  liicia  el  afln  4  793.  Esta 
fibricaesrauy  boena,  ydesde  4777  hasia48lt, 
en  que  concluyóla  guerrade  ta  Independeceli, 
fiindk^  iofinidad  de  plesas.  Solo  en  4794  úü 
eMa  ftindion  448  piesaa  de  todos  calibrea,  f 
440  en  el  de  4795.  Los  franceaes  doraate  n 
infnictuoso  sitio  i  la  ciudad  de  Cidiz,  deado 
4809  i  484«,  instiiuyeron  en  la  fibrica  deSa- 
villa  hi  fundiclon  de  sos  o6iMes  de  ViUantreií, 
y  seguia  blen;  pero  al  abandoDtr  dichas  tro« 
pas  i  Sevilla en  484«  dejaron  la  fibrica  inaü- 
Hiada.  Se  compuso  y  volvid  A  IrabtMir  baf- 
la  4847,  eu  que  se  parallsó.  Yolvió  en  48)1  á 
lrab«]ar  basta  48«3  en  que  fué  paraliaada  oini 
ves.  En  4824  volvieron  i  continuar  en  didtt 
fundicion  los  M«ba{03  hasU  el  punlo  de  llevar 
fundidas  hi  librica.  desde  su  esisteocia  basta 
30  de  abril  dc  4830,  7,777  piesas  cn  total  do 
todos  calibres,  y  desde  entooces  siguíó  la  fá- 
brica  en  un  eslado  creciente  de  bríllaaicSy 
sieiido  en  el  dia  la  úutoa  que  Sorte  al  cjéreíio 
y  maríoa  de  piesas  de  bronce,  pues  la  de  Bai^ 
celuna  se  halh  paraliaada.  Tiene  la  fondicioB 
de  Sevilla  dos  raolinos  para.  laa  lierras  de  los 
moldes,  ladrillos  refractarios,  etc,  coo  sas 
lavaderos»  taUorde  attnos  y  fundicloo  de  bier- 
ro,  lafundidonchica,  laller  do  molderta,  M. 
de  ferrorla,  gruneria,  miquinas  y  carpinleria, 
con  oiras  muchas  dependencias. 

E^  fundidor  de  los  obuses,  VtUantroie,  Ila- 
mado  Pedearros  tomd  p^uiido  con  los  france- 
e«h  OMBdt  oaloi^  dejaBdo  dOiSMdittlada  Ja 


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tss 


ARTILLBItfA 


1U 


fimdíek»,  se  reliraron  á  Frtneia,  y  alli  á  imi- 
tadoD  en  od  todo  de  la  de  Se?iUa,  conatruyó 
por  encargo  del  gobiemo  la  fundicion  actual 
de  fblosa.  Kl  citado  Pedearros  era  nalurai  del 
Talle  de  Aran.  (Gataluña.) 

8n  la  fát>rica  de  Seyilla  se  funden  toda 
clase  de  raorteros,  obusee  ordinarios,  á  la  Vi' 
Uantrois,  cañoBeit  de  todos  calibrea,  inclQSOs 
los  á  ia  paixhann,  que  son  los  obuses  de 
á  9Jarg08. 

JSxiste  en  Set Ula  tambien  un  buen  parque 
de  artiUería  bien  profislo  de  aimacenes  gran- 
des  y  cómodos. 

Fábrica  de  fusiles  m  SeviUa.  Tambien 
existe  en  esta  cindad  una  buena  fibrioa  de 
fbsilesqoe  ha  merecido  en  una  esposidon 
pública  en  París  oficio  de  gracias  á  su  director 
en  4849. 

Escuela  de  pirotécnica,  En  !a  casa  de  pt  - 
roiécniea  se  balla  la  fábríca  de  cápsutas,  chi- 
BieDeas  para  ios  fusiles  de  piston,  que  ya  tie- 
ne  gran  parte  del  ejército,  y  en  ella  se  cons- 
truyen  todos  ios  fuegos  arüficiales  que  nece- 
sita  y  pueda  necesitar  la  artilleria  espadola. 
Foé  creada  en  t847,  época  en  qite  se  empeió 
á  dar  armamento  de  piston  al  ejército  es- 
pañol. 

En  la  maestransa  se  construyen  muy  bue- 
nas  cnreñas,  toda  clase  de  montages  y  se 
reeomponen  toda  clase  de  armas.  8e  baUa  en 
raay  boen  estado,  sobre  el  solar  de  Jas  an- 
tlgaas  atarasanas  y  se  construyó  en  el 
año  1783. 

Fábrica  de  armas  blancas  de  Tokdo,  Es- 
ta  es  única  de  sn  espeide  en  Espada,  y  sus 
armas  desde  tiempo  Inmemorial  son  bien  £á- 
mosasen  todas  partes.  (Véate  bspadas.) 

Rn  4  777  sc  bixo  cargo  de  esta  fábrica  el 
coerpo  de  artillería. 

Fábrica  de  armas  de  chispa  en  Oviedo,  £n 
44  dedidembre  de  4  794  se  fundd  esta  fábrí- 
ca  eon  el  objeto  dc  qoe  hubiese  una  ai  menos 
en  España  lejos  de  las  fronteru.  Las  miquinas 
de  barrenar  se  establecieron  en  Trubia,  Grado 
y  Mieres,  puntos  mejorcs  para  el  carbon  ve- 
getal.  En  Trubia  exist'um  en  4828  coatro  bar- 
renas  y  la  miqnina  de  amolar  bayonetas;  en 
Grado  tres  barrenas  y  en  Mieres  otras  tres. 
Kd  OYíedo  se  hallan  ias  saias  de  eximen  y 
depósito  de  armas,  oflcinas  del  director  y  em- 
pleados,  almacenes  de  hierro,  acero  y  lo  de- 
mas  necesario.  La  consignacion  de  esta  fi- 
brica  era  de  9.i79,242  rcales  30  maravedises 
anvales. 

Los  bayoneteros  y  baqneteros  dc  1a  fibríca 
de  fosiles  de  Oviedo  se  ballan  establecidos  en 
el  pneblo  de  Trobia,  coya  fábrica  ntiiiza  las 
agnas  del  rio  del  misroo  nombre.  En  este  es- 
tablecimieulo,  que  &oIo  dista  nna  y  media  i 
do6  leguai  de  Oviedo,  bay  seis  barrenas  verít- 
cales,  y  se  aproveeba  el  agua  para  mover 
«a  rueda  de  Poncelet  qoe  mueve  las  n6evas 
máquinas  qoe  atii  existen  para  barrenar  y  tor- 
aear  lot  ciriioBes  de  foaii,  para  abrir  las  ros- 
434    lOUUOTKCá  muLAii. 


cas  de  las  chimeDeaa,  los  oidos,  etc.  Se  está 
trabajando  en  la  constmccion  de  fraguas,  etc. 
para  reunir  aUi  todos  los  operaríos  de  Grado 
y  Oviedo. 

Esla  fibrica  se  instituyó  en  Oviedo,  porqiie 
Ips  franceses  i  flnes  del  siglo  XYII  se  apode- 
raron  de  la  fibrica  de  £gui  y  Orbaiceta  próxi- 
mas  i  la  frontcra. 

Fábrica  de  fusiles  de  Placencia,  Esla  fá- 
brica  depeudia  anUguamente  de  La  compañia 
comercial  de  Garacas  y  pasó  despues  i  1a  pro- 
piedad  del  gobierno,  halliodose  en  el  dia  sita 
en  el  magniflco  ediflcio  llamado  la  Casa  Real, 
en  donde  existen  muy  buenos  almacenes,  ofl- 
cinas  para  inspeccion  de  armas,  etc.  Esta  fué 
famosa  eu  el  mundo  miUtar  por  la  escelencia 
de  £us  armas  de  fuego,  príncipalmente  en  los 
años  desde  4800  i  4808,  en  que  losalmaceoes 
llegaron  i  contener  30,000  fusíles  de  depósito 
ademas  'de  los  que  remesaban.  Perdló  su  apo- 
geo  eüta  fibríca  en  la  guerra  de  la  independen- 
oia,  en  quelos  franceses  la  desroantelaron,  y 
casi  completó  su  ruina  la  última  gucrra  civil 
contra  los  carlistas  que  la  poseyeron.  Hay  en  ella 
un  comandante  de  aríiUería  dlredor,  y  varíos 
depeodientes;  pero  la  fibrlca  de  Oviedo  es  lu 
que  principalraente  surte  al  ejéreito. 

Fábrica  de  mmiciones  y  cañones  de  hierro 
i'Ailado  en  Trabia,  Ocupa  este  establecimien- 
to  bastante  boen  ediflcio  coo  bnenos  talleres, 
hornos,  miquinas,  almacenes  y  dependencías. 
Se  fundó  en  4794,  se  abandonó  despaes  y  se 
restableció  en  4844.  Se  construyen  muy  bne^ 
nos  cañones  de  todos  calibres,  aprovechando 
el  escelente  hierro  y  minerales  de  sus  inme- 
diaciones.  Sus  cañones  sirven  para  la  marina 
y  las  Gostas,  y  sus  proyectiles  son  úüles  para 
toda  clase  de  aríilleria. 

Fábrica  de  mmiciones  de  OrbaicHa,  Po- 
co  despnes  del  año  4784  se  fondó  esta  fi- 
bríca  en  susUtucíon  de  la  anUgua  de  Egui  ya 
cHada,  en  cuyos  montes  se  liabia  agotado  ya 
el  combustible.  Guando  empesaba  i  dar  bue* 
nos  resultados  fué  quemada  por  los  franceses 
en  4794  cuando  invadieroo  la  peninsula.  En 
4300  se  empezó  i  reediflcar  y  en  4804  empe^ 
zd  i  dar  moniciones  hasta  la  guerra  de  la 
iudependencia  on  que  los  franceses  se  apode- 
raron  de  ella  y  la  mejoraron  para  utiUdad  de 
su  ejército.  A  la  conciusion  de  la  guerra  volvió 
i  quedar  abandonada  hastaei  año  4828  en  quc 
volvió  i  fuucionar,  recomponiéodose  lo  dete- 
ríoradb.  En  4833  cayó  en  poder  de  los  car- 
listas,  que  la  dejaron  desmantelada  i  la  con- 
clusion  de  la  guerra.  En  4844  se  dió  príocipio 
á  su  rehabilitacion  y  desde  eotonces  suminis- 
tra  municiones  abnndantes.  Tiene  fraguas, 
homos  y  esti  bien  abastecida  de  lo  necesario. 

Fábriea  depMvoraen  Murda,  £sta  se 
haUa  sitoadaen  las  inmediacionesdeto  Nosa,  y 
la  elaboracion  y  afloacion  de  los  salitres  se  ba- 
ce  eu  ona  fibrica,  que  se  balia  en  Murcia  i 
cargo  de  nna  compañla,  y  sita  en  on  boen 
ediúcio  con  espaciosos  paUos ,  almaceDet, 
T.    lU.    48 


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755 


AftTILLEBlA 


7Ü6 


etc.  Se  constraye  ea  dqaella  fábriea  ésce- 
lente  pólvora  para  e1  ejército,  lo  coal  la  ba 
dado  lajasta  celebridad  dé  que  goza. 

Fdbrica  de  pólvora  en  las  lilas  FHivinds, 
Existe  esta,  como  las  anteriores,  bajo  i&  de- 
pendencia  del  cnerpo  de  artilleria. 

Existen  en  España  otras  dos  fibricas  de 
póhora  tambien  á  cargo  del  cuerpo,  para  el 
consuiño  de  la  Hacienda,  las  cuales  se  ballan 
en  Granada  y  Roidera. 

La  fábrica  de  piedras  de  cbispa  en  Loja; 
ticneboy  menos  importancia  que  antes,  por 
estarse  dando  al  ejércilo  armas  de  piston;  la 
í¿brica  de  cápsulas  de  SeYilla  Ya  soslituyendo 
i  lu  anterior  en  su  importancia  militar. 

ARTILLERIA.  (muséo  db)  Este  rlco  estable- 
cimiento  cuenta  de  antigüedad  cuarenta  y  ocho 
años,  deade  el  año  4803  (i9  de  marzo)  en  que 
se  aprobó  so  establecimiento  en  la  c^rte  bajo 
la  depcndencia  y  á  cuenta  del  cuerpo  de  artí- 
lleria.  Las  prímeras  preciosas  adquisiciones 
que  bizo  fueron  sacadas  del  gabinete  de  má- 
quinas  del  Buen  Retiro,  y  consistian  en  varios 
modelos  de  fortiticacion  y  de  plazas.  Ademas 
80  compraron  ¿  la  Yiuda  del  cétebre  general 
Hontalambert,  bastantes  modelos  originales  que 
consenraba,  y  estos,  asi  como  los  anterlores 
modelos,  se  reunieron  en  la  casa  Ilamada  de 
Monteleon,  en  la  cual  se  hallaba  *  entonces  el 
parque  dc  artilleria,  defendiendo  el  cual  mu» 
rieron  cinco  ados  despues  los  célebres  béroes 
españoles  Daoiz  y  Velarde,  capitanes  de  ar- 
tilleria. 

£1  museo,  desde  1a  época  citada,  se  fué  en- 
riqueciendo  con  nuevas  y  numerosas  preciosl' 
dades,  adquiridas  nnas  y  construidas  otras  en 
las  maestranzas  de  artillcria. 

En  4816  fué  trasladado  este  museo  al  pala 
cio  de  Buena-Tisla,  y  en  4  827  tuvo  que  des- 
prenderse  de  una  porcion  de  modelos  dc  for 
tíflcacion  para  el  museo  de  ingenieros  que  se 
estableció  ep  dicho  cdificio,  y  del  cual  se  tra 
tará  cn  su  Iiigar. 

Sin  embargo  dc  esta  pérdida,  cste  estable- 
cinriento  se  ha  enríquecido  progresivamente 
con  nuQvas  adquisiciooes  hasta  Ilegar  al  bri 
llante  estado  en  que  hoy  le  vemos. 

El  museo  de  artillcria  se  trasladó  al  anti 
guo  palacio  del  Reliroenel  añode484l,y 
ese  es  el  lugar  eu  que  hoy  se  balla. 

Entre  las  innumerables  preciosidades  his- 
tórícas  y  artlstlcas  que  en  él  se  admiran,  cita- 
remos  príncipalmente  las  siguientes: 

I  .^  Una  coleccion  de  máquinas  antiguas  de 
batir  murallas,  hechas  demadera. 

S.**  La  espada  del  célebre  Aliatar,  el  moro 
caudillo  en  la  famosa  batalla  de  Lucena. 

3.*  La  pica  que  usaba  e1  famoso  guerrílle- 
ro  español  don  Juan  Martin  (a)  el  Empecinado, 
durante  1a  guerra  de  la  independencia. 

4.**  ün  escelente  modelo  de  ona  bateria  de 
piezas  ligeras  de  hierro  batido,  construida  por 
los  carilstas  en  Oñate  durante  la  última  gnenra 

CÍYÍl. 


5.<^  üna  cortza  que  lICTaba  el  cardeaal  ii- 
menez  de  Gisneros,  la  coal  ae  ve  aboUadt  de 
un  balazo. 

6.^  Las  vendas  qne  cobrlan  las  beridas  de 
Daoiz  y  Yelarde,  recogidas  cuando  se  traslada> 
ron  sus  cenizas  al  actual  mausoleo  tituUdo  el 
Dus  de  mayo. 

7.^    Lombardas  qoe  tronaron  en  cl  siglo  XV 
contr^  la  morisca  Baza. 
>    S,**    Olras  id.  usadas  en  siglos'anteriores, 
culebrinas  y  otros  ricos  modelos  de  fuodicío- 
nes  antiguas. 

9  ^  Yarios  modelos  de  bulto,  escelentes,  de 
varias  plazas  de  guerra. 

40.  Yarias  armas  usadas  por  les  indios 
americanos  y  por  los  asi¿ticos  no  cítíUu- 
dos. 

4  4 .  Tienda  que  usaba  el  emperador  Cir- 
losY. 

4  'i,  Bala  de  piedra  [bolaño)  de  ¿  24  polga- 
das  y  de  4  8  arrobas  y  4  y  Va  libras  de  peso, 
usada  en  el  sitio  de  Algeciras  en  4342. 

Eslos  y  otros  objetos  innamerables,  á  eoil 
mas  preciosos,  posee  en  la  actualidad  estees- 
tablecimiento,  qoees,  ¿  nuestro  débil  eDtender, 
uno  de  los  museos  de  sa  clase  mas  ricoe  e& 
Europa,  y  que  quedar¿  ¿  la  posteridad  como  nn 
monumeuto  imperecedero  de  las  antigoisglo- 
rias  españolas. 

Gabinete  tofiográfico.  Este  gabinete,  qoe 
contiene  tambien,  aunque  moderno,  bastantes 
preciosidades,  fué  formado  y  se  haiia  tambieo 
en  laactualidad  bajo  la  dependencia  del  caerpo 
de  artilleria. 

Desdeelaño  4849  sehallaencargadoade- 
mas,  como  queda  dicho,  el  cnerpo  de  artüleríi 
de  las  salitrerias,  minas  de  azufre  y  de  las  dos 
f¿bricas  de  póWora  destinada  ¿  usos  civiles, 
las  cuales  sehallanea  Granada  yRoiden. 
(Jdancha,) 

ARTiLLERIA.  (tactiga  genbral  db)  La  arli- 
llería,  qne  en  sus  principios  fué  coosidenda 
como  arma  auxiliar,  es  en  el  dia  paríe  mof 
integrante  y  necesaria  en  los  cjércitos.  Esti 
armu  ha  ido  adeiantando  r¿pidamente  en  todas 
las  naciones  de  Eoropa.  Si  un  general  ataease 
hoy  ¿  un  ejército  con  soio  infanteria  y  caba- 
lieria,  y  sin  ariilleria,  seria  sin  falta  derrotado 
por  el  otro,  si  la  tnviese,  Eu  todo  ejérciiose 
necesita  infanteria,  caballería  y  artillería.  5a- 
poleon,  dcsde  su  brillante  campaña  de  Italia. 
estableció  que  para  cada  4 ,000  hombres  debei 
Jogar  tres  piezas,  una  en  el  caropo  dc  batalia, 
otra  en  el  parque  y  otra  en  el  depósilo;  pero 
esta  relacion  varia  mucbisimo  segun  las  cir- 
cunstancias,  pues  el  mismo  Napoleoo  en  n 
última  campaña  usó  mucbasmas  piezasqneea 
las  anteriores.  Segnn  los  t¿ctico8  modenos  la 
relacion  citada  debe  ser  de  cuatro  pieiaspor 
cada  4 ,000  hombres,  locnalsupone  laoctafa 
parte  del  ejército  para  el  personal  deartillori»; 
perd  esta  relacion  repetimos  qoe  es  moy  n* 
riable. 

NapoleoD,  bablaodo  de  la  aitillerii  decii: 


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787 


ARTILLERIA 


758 


«La  artilleria  es  hoy  el  verdadero  porvenir  de 
]os  ejércitos  y  de  los  pueblos  ,  puesto  que  se 
usabaoloscaDonazostanto  comolos  puñetazos, 
y  aáadia  que  asi  en  ua  campo  como  eo  un  sitio, 
el  arte  de  la  goerra  coosiste  boy  en  reunir  mu- 
chos  liros  sobre  uo  solo  pucto;  que  eo  la  con- 
fasioD  de  nna  bataiia  las  masas  mas  ordenadas 
y  eompaclas  debiao  ser  de  seguro  derrotadas 
por  la  artilleria.  Hé  aqui,  decia  Napoleon,  cual 
ka  $tdo  elsecreto  de  mi  iáciiea,  Hemos  visto, 
añadia,  ocasiones  en  que  el  eaemigo  hubiera 
ganado  la  balalla:  ocupaba  uoa  buena  posi- 
cioD  con  una  baterla  de  cincuenta  6  sesenta 
bocaa  de  fuego,  y  en  vano  se  lehubiera  inten- 
tado  atacar  ni  aun  con  4,000  caballos  y  8,000 
infanies;  preciso  nos  fué  una  bateria  de  igual 
foerza  para  proteger  el  despliegue  y  marcha 
de  laa  columnas  de  ataque.  El  pretender  apode- 
rarse  de  las  piezas  con  un  golpe  de  mano  al 
arria  blanca  es  unaquimera;  esto  podrá  algn- 
na  vez  tener  boen  ézito,  puesto  quo  existen 
mocbos  ejemplos  de  plazas  tomadas  por  medio 
de  DD  golpede  mano.  En  las  primeras  campa- 
ñafide  la  guerra  de  la  revolucion,  la  artilleria 
era  lo  mejor  que  tenia  la  Francia.  Yo  no  sé  de 
QDa  solaocasion  cn  qoe,  doranteestasguerras, 
veiDte  piezas  bien  colocadas  bayan  siüo  toma* 
das  á  la  bayoneta.  En  ia  acclon  de  yalmy,  en 
la  batalla  de  Jemmapes,  en  la  de  Nordlingen, 
en  la  de  Fleurus  teniamos  oosotros  (habla  Na- 
poleoo)  una  artilleria  superior  á  la  del  enemi- 
go;  aaoque  solo  teniamos  dos  piezas  por  cada 
4,000  hombresgeneralmentc;  si  bien  esto  con- 
sistia  en  lo  nray  oumerosas  que  eran  nuestras 
tropas. »  Esto  dijo  el  capitao  dei  siglo,  y  nada 
qaeda  ya  que  decir  sobre  la  importancia  de  la 
artilleria. 

Los  grandes  ejércitos  de  las  naciones  se 
dlviden  en  cinco  grandcs  categorias:  t  .**  ínfan- 
teria:  2.**  cabaUeria:  3.®  artilleria:  4.®  ingenie- 
roa:  5.^  marioa.  Yamos  á  ocupamos  csclusivu- 
mente  del  tercer  elemento  de  las  arroas;  de  la 
artiileriade  tierra. 

La  artilleria  tieoe  sa  táctica  especial.  Su 
dase  de  formacion  puede  decirsc  que  es  la 
guerrilla;  pero  sin  embargo,  daremos  á  cono- 
eer  lo  que  se  llama  formacion  en  líneay  y  en 
columna.  Sn  táctica  equivale  áladelnfantoria 
7  de  caballeria,  diQriendo  de  estas  por  la  par- 
licular  forma  de  sos  carros  y  cañones. 

La  formacion  de  la  artiileria  en  linea  cs  la 
qne  tienen  las  piezas  con  la  dístancia  de  diez 
pasosdeejeáeje. 

La  formacion  enoolumna  csaqueila  en  que 
las  piezBS  se  colocan  unas  despues  de  otras. 
8sta  clase  de  formacion  solo  sirve  para  mar- 
cbar  y  para  ocultar  al  enemigo  lá  fuerza  que 
realdieote  tieoe  una  division  6  nnejército. 

El  árden  disueUo,  qae  es  el  que  se  usa  en 
la  artilleria,  es  aquel  en  que  las  piezas  se  co- 
locan  segun  las  exigencias  del  terreno,  en  cuyo 
caso  las  piezas  avanzan  mas  ó  menos  segun 
lis  cireanstancias. 

El  etpaeio  relativo  qoe  la  artiUeria  ocupa 


con  reladOD  á  aa  calibre  y  proyectiles/es  el 
siguiente: 

1."  Lainfaníeria,  ó  mas  bien  el  soldado 
de  infanteria,  ocupa  un  cuadrado  que  tiene 
de  lado  de  4  8  á  Í4  pulgadas. 

2.**  El  soldado  deoa&af/^ria  ocupa  un  rec- 
tángulo ,  que  tiene  en  la  linea  de  frente  unas 
30  pulgadas  y  en  la  del  fondo  unas  90 . 

3.^  PieM  deartiUeriaoc\ip3L  un  rectángulo 
que  tiene  ^ikZ  pies  de  batalla  y  9  ó  40  ve- 
ces  la  batalla  de  fondo. 

Para  restablecer  los  principios  que  deben 
ezistir  entre  las  tres  armas,  es  preciso  aten- 
der  al  terreno  en  que  deben  operar,  la  clase 
de  hombres  contra  quienes  van  á  combatir 
y  el  objeto  que  ileve  el  ejército.  Sin  embargo, 
Napoleon  decia  que,  siendo  la  infanteria  4,  la 
caballerla  es^,  la  artilleria<,  ingenieros  ^ 
y  para  trcnes  ^,  cnya  máxima  debe  conside- 
rarse  como  la  fundamental. 

La  rcciproca  necesidad  de  las  trcs  armas 
cs  bicn  conocida.  Si  por  ejeroplo  pelease  solo 
infanteria  contra  infanteria,  la  una  venccria  á 
la  otra;  pero  esta  volveria  ¿  rebacerse  y  el 
combate  se  haria  interminable  sin  qoc  la  caba- 
lleria  cargase  ó  sin  que  la  desordenara  la  ar» 
tillería.  Caballeria  solo  contra  caballería  daria 
un  resultado  semejanle ,  síendo  lo  contrario 
cuando  pelea  en  unioa  con  otras  armas ,  que 
esclla  enloncesqnien  decidela  derrota  delene-  • 
mígo.  Artilleria  cootra  artilleria,  ó  mas  bien, 
sin  infanteria,  ningun  resultado  daria,  siendo 
asi  queesta  armahahecho,  porsuinmensa  im- 
porlancia  relativa»  nna  revolucionen  el  arte  de 
la  guerra,  dando  al  mismo  tiempo  á  las  guer- 
ras  término  mas  pronto.  Yése ,  pues ,  cuán 
esencial  es  la  cooperacion  reciproca  de  las 
tres  armas. 

Ya  hemos  dicho  qne  la  táctica  de  artilleria 
no  es  otra  en  el  fondo  que  la  de  infanteria  y 
caballeria,  variando  sus  maniobras  por  la  for- 
ma  particular  de  ella;  nna  baterla  equivale  cn 
evolucion  á  un  batallon  ó  escuadron;  sus  sec- 
ciones  equivalen  á  la  de  aquellos.  Gada  bateria 
maoiobra  á  la  voz  de  su  capitan  ó  comandante» 
marcba  en  linea  para  hacer  fuego  y  se  forma 
en  columna  por  piezas,  por  secciones  de  dos 
cañoncs  ó  por  medias  baterias  para  trasladarse 
mas  fácilmente  de  un  punto  ¿  otro.  Guando  la 
artíUeria  desplcga  lo  hace  por  e1  mismo  órden 
cou  que  lo  efectúan  las  demas  tropas,  ejecutan- 
do  sus  movimientos  de  flanco  y  sus  cambios 
de  freote  en  igual  forma. 

Puede  marchar  la  ariilleria  de  ¿  pie  casi 
siempre  al  paso  de  la  infanteria  aun  en  los 
malos  terrenos;  pero  la  de  ¿  caballo  no  puede 
scguir  á  la  caballeria  cuando  estu  maniobra  al 
galope;  pues  el  ganado  de  tiro  siempre  sc  ve 
un  tanto  dcteoldo  por  lu  resistencia  de  los  car- 
ros  ó  piczas  que  arrastra.  Este  no  es  gran  in- 
convenienle,  porque  la  artilleria  ligera  oonca 
sigue  ¿  la  caballeiia  en  sus  cargas.  La  ariille* 
ria  de  ¿  pie  va  siempre  al  lado  de  sos  piezas; 


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750 


AMULÉMA 


7M 


pero  1a  de  á  caballo  las  sigue,  ó  precede  si 
quicre  ocultarlas  á  1a  vista  del  enemigo.   Los 
soldados  de  tren  condocen  las  piezas  y  carros 
de  municiones;  aunque  cn  aigunos  paises  los 
conductores  son  artilleros  ai  mismo  tiempo. 
Un  cajon  colocado  sobre  el  armon  de  la  pieza 
lleva  el  númcro  de  liros  para  cada  unu  al  em- 
pezar  el  combalc  raientras  no  Uegan  los  car- 
ros  de  municiones ,  y  porqne  no  á  todos  los 
terrenos  sc  acomodan  los  carros.  Los  carros  dc 
inunicíoncs  se  colocau  á  cuarcnta  ó  cincuenla 
pasos  ó  menos  (si  se  puede)  do  las  piezus.  Se 
dcstina  á  cada  cargo  uu  sargcnto  (en  aiguuos 
paises  un  oflcial)  para  distribuir  las  municio- 
nes  á  los  artilleros,  mientras  que  otro  las  lleva 
y  distribuye  at  artillero  que  carga.  A  cada  pie- 
Z9.  se  deslinaa  ocho  artilleros.  Los  dos  que 
atacan  la  pieza  y  se  liallaQ  mas  iomediatos  á 
las  bocas  se  llamaii  primBras  artiUeros  de  la 
dereckaydo  la  izquurda;  \os  úos  que  sígueo 
se  llamao  artiUeros  segundoSt  de  lus  cualesel 
de  la  derecha  da  fuego  á  la  picza  y  e1  de  la 
izquierda  pasa  á  los  primeros  las  muníciones 
para  cargar:  los  otros  dos  se  Ilamau  artilleros 
terceros:  el  de  la  izquierda  tapa  el  oido  micn- 
tsas  se  ataca  y'el  de  la  derecha  tienc  lu  palau- 
ca:  el  cuarto  artiüero  de  la  izquierda  pasa  al 
seguado  las  municiones  y  el  ciiarto  de  la  de- 
recba  las  trae  del  carro  y  corre  con  el  armon. 
Total,  á  cada  pieza  ocho  artilleros. 

A  cada  pieza  están  asignados  los  carros  de 
municiones  necesarios  á  abastccerla  durante 
una  larga  batalla.  Los  cañones  de  á  4%  llevan 
3  carros  con  72  tiros  cada  uno:  los  obuses 
otros  3,  llevando  e.«t03  58  tiros  cada  uno,  si  ei 
obús  es  de  6  pulgadas,  y  75  cada  uno  si  aqucl 
68  de  24  pulgadas.  Nunca  se  tiene  cerca  de  la 
pieza  mas  que  un  carro,  y  cuando  alguna  pieza 
ó  una  secciou  esdestacada  tampoco  Ileva  mas 
que  un  carro  ó  las  municiones  del  cajon  del 
armon.  Los  otros  carros  quedau  de  reserva, 
fuera  dc  tiro  encmigo. 

Esta  re$erva  queda  mandada  por  un  oflcial 
que  reune  bajo  su  mando :  4  J*  los  carros  de 
municiones  de  la  iufanteria  y  caballeria  de  la 
dívision  á  que  la  batería  corresponde:  2.^  los 
repuestos  de  cureñas,  ejes,  lanzas,  etc:  3.** 
una  fragua  completa:  4."  los  obreros  de  la  ba- 
teria  que  deben  hacer  las  prontas  recomposi- 
ciones  del  atalage,  aunque  sca  en  el  campo  dc 
batalla:  5.**  los  arlilleros  y  soldados  del  tren 
que  están  para  el  reemplazo  de  los  de  batalla: 
6.**  los  caballos  de  reserva.  Cada  carro  de  mu- 
niciones  debe  Ilevar  47,000  cartuchos  y  4,700 
piedras  dc  chispa  (ahora  por  adoptarse  el  pís- 
ton,  los  millares  que  de  estos  sc  marqueo), 
cuyos  efectos  remite  á  los  de  la  batalla  por 
dio  de  los  tambores  y  cometas,  que  son  ge- 
neralmente  los  que  desempeñan  este  servicio. 
.Mucho  mas  pudiéramos  decir  sobre  la  tác- 
tica  do  artillería.  Para  abrcviar  concluiremos 
esponiendo  los  «iguientes  príncipios  tácticos 
generales.  1 


piezas  que  no  hagan  efecto  á  800  pasos  1a  bala 
rasa.  para  que  la  metralla  de  ctase  meditoi 
cause  el  mayor  daño  posible. 

2.**  Que  se  combinen  piezas  de  ligero  y 
groeso  calibre  para  ganar  las  posiciones  y 
dcstrnir  los  puntos  que  forliflqoe  el  eoeDÍgo. 
3.^  Que  se  flje  un  Justo  medioentre  los  ea- 
ñoncs  y  obu&es  para  que  ambos  jugando  á  no 
mlsmo  ticmpo  den  boeuos  efectos.  (Algnnas 
veces  sc  forman  baterías  solaroente  de  obnsei 
de  6,  6  y  7  pulgadas  y  su  efeclo  es  terrible.) 
4,'*  Que  una  parte  de  las  piezas  tengao  on 
movimiento  rápido  para  poder  entrar  pronta- 
nicnte  cn  la  linea  con  e1  odjeto  de  aumeotir 
el  fuego  ó  disminuirlo  cuando  conYenga. 

5.«  Debe  haber  próximamente  nna  segon- 
da  parte  de  obuses,  una  cuarta  parte  de  caño- 
nes  de  á  doce,  dos  cnartK  de  los  de  á  odio  y 
una  sesta  parte  de  la  artiUeria  total  para  ta  ar- 
tillería  volante. 

Ataque,    La  artilleria  cuando  avtnsa  debe 

hacerlo  bácia  un  terreno  en  donde  pueda  des- 

plegarse  paradlrigir  desde  alli  sus  tirosoon 

el  acierto  y  paciencia  que  son  necesarios  á 

esta  arma  ,  cuidando  de  no  destacar  sio  pro- 

teccion  de  otra  arma  una  sola  pieza ;  poes  It 

audacia  casi  nunca  es  ventajosa  á  la  artilleria. 

Su  fuego  aterra  a1  enemigo,  insplra  coDflaota 

á  las  tropas  que  apoya  y  cubre  sos  movimien- 

tos.  Al  principiar  una  accion  no  debe  presen- 

tarse  al  enemigo  mns  que  una  parte  de  la  arti* 

lleria,  y  cuando  aquella  se  halla  viTaraeDteeii- 

peñada  en  lo  recio  de  la  batalla  debe  Jogtr 

todo  el  grueso  de  esta  sobre  e1  punto  ó  puolos 

principales  de  ataque.  La  artilloria  ligerase  si- 

toa  detrás  de  1a  caballerta  á  quien  sostieDe; 

pero  cuando  esta  carga  debo  segnirla  prole- 

giéndole  su3  tlancos  y  abriendo  brecbt  eo  1t 

flla  ó  cuadro  enemigo  que  eoflle  desdc  olro 

punto  que  el  atacado  por  la  cabalteria.  Sobre 

todo  al  paso  de  los  ^desflladeros,  cuando  It 

caballería  tiene  qoe  pasar  y  desplegirse  tl 

frente  del  enemigo,  la  artillerla  ligera  prestt 

á  aquella  grande  apoyo  tirando  sobre  aqael. 

La   artíllería  ligera  sostiene  á  la  cabtllerlt 

que  vuelve  rechazadt  de  nna  carga  sin  elec- 

to  ,  y  cuando  aquella  triunfe  y  persiga ,  It 

artílieria  debe  seguirla  para  en  todo  casoBOS- 

tener  so  relirada.  La  artilleria  destinada  i  la 

vanguardia  sigue  á  distaucia  á  las  tropts  tvto- 

zadas  para  no  caer  con  eltas  en  algona  m^ 

bosoada,  y  cuando  esto  sucede,  se  adeltott  el 

gefe  de  ella ,  reconoce  el  terreno,  y  con  trrc- 

glo  á  él  hace  avanzar,  siloa  y  jnega  sas  pie- 

zas  sobre  et  éoemigo.  Eo  el  attqoe  de  lot 

atrinchcramlentos  tira  bala  rasa  la  trtillertt  r 

arruina  y  desmorona  los  parapetos:  dirige  i 

los  terraplenes  sus  granadas  y  con  éllas  iocai- 

dia  los  repneslos  y  poblaciones,  en  coyo  caso 

sirven  las  piezas  de  á  4í  y  oboses  de  6  pol- 

gadas  generalmente. 

Defensa.    Para  la  defensa  de  nn  ^rcito  ett 

una  retirada  ó  combate  se  situa  It  arUllerít  es 

4.^    Quejamis  deben  llerarse  á  campafia I  buenas  posiciones,  desde  nlli  tiratt  m  tae^ 


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761 


ARTILLBUA 


/tTB 


g(f8  y  iira  granadasi  las  bondonadas,  bosques 
6  puntos  de  probuble  ó  posible  emboscada.  Si 
está  á  campo  raso  se  euelen  construir  espal 
dones  para  su  defensa  y  de  los  artilleros,  y  en- 
tonces  tira  por  las  troncras,  á  no  serque  laba 
tería  sea  á  barbela,  en  cuyo  caso,  st  bien  los 
artilteros  no  están  del  todo  cubiertos  (véase 
B.ÍTEBIA)  apuntan  mejor  las  piezas.  Si  la  arti< 
lleria  deflende  algun  cuadro  juega  principal- 
mente  desde  los  ángulos  por  ser  puntos  de 
menos  fuegos,  y  por  lo  tanto  mas  débiles, 
apontando  sus  tiros  en  sentido  de  ia  capilal, 
que  es  la  linea  ideal  que  matemáticamente  di- 
Tide  cn  dos  partes  igoales  el  ángulo  del  cua 
dro.  Ia  artilleria  de  á  pie  es  mejor  para  la  de- 
fensa  que  la  ligera,  por  la  menos  probabili- 
dad  de  buir  que  to  la  artilleria  de  á  pie,  quc 
carece  de  caballo.  La  arlilleria  debe  dirigírse 
contra  los  desflladeros  ó  al  menos  cruzar  sus 
fuegos  sobre  las  salidas  de  aquellos.  £u  las 
retiradas  se  divide  generalmente  la  arlilleria 
en  dos  partcs,  la  una  va  á  la  cabeza  y  la  oira 
ála  cola  dela  columna;  esta  bace  alto  y  dis- 
para  sobre  el  cnemigo  para  relardar  su  marcba 
y  dar  lieropo  á  la  retirada,  y  va  sostenida  por 
caballeria.  La  arülleria  de  la  cabeza  toma  po- 
úcion  á  la  eotrada  ó  salida  de  los  desflladeros 
y  demas  accidentes  del  terreno  sospechosos, 
para  sostencr  la  retirada  contra  el  enemigo. 
La  arlilleria  bace  lambien  algnna  vez  sus  re- 
tiradas  en  escalones,  ya  por  balerias  ó  fraccio- 
nescualquiera,  conteniendocon  sos  fuegos  las 
cargas  del  enemigo. 

ARTILLERIA  £STRANGERA.  Ya  que  bemos 
eaplicado  la  artiilería  con  la  mayor  estensioo 
que  nos  ba  sldo  posible  dar  con  reiacion  al  tre- 
cbo  de  qne  disponemos  en  la  Enciclopedia,  pa- 
saremos  á  dar  un  conocimiento,  si  bien  á  la  lí- 
gera,  deJa  artiUeria  de  lasdemas  naciones. 

ARnLLBAIA  FRANCESA.      (CUERPO  DE)      LSS 

tropas  de  artillería  siempre  ban  formado  en 
Francia  un  cuerpo  considerable,  aunque  no 
retinído  basta  épocas  posteriores,  y  exislieron 
dicbas  tropas  desde  tiempos  anteriores  á  la 
íirrencion  de  la  pólvora.  La  artilleria  fraocesa 
Do  formaba  antes  del  rey  Luis  XI  unsolocuer- 
po:  se  ballaba  diseminada  en  muchus  dívisio- 
nes  maudadas  por  oflciales  llamados  grandcs 
maeslrei  de  la  artilleria,  entre  los  cuales  no 
existia  gerarquia  ni  conexion  alguna.  Luis  XI 
reunió  eslos  cuerpos  independicnles  bajo  la 
direccion  de  on  solo  gefe,  á  quien  dió  el  ti- 
tuio  de  tnaestre  general.  Desde  4479,  en  que 
se  adopló  esta  organizacion  basta  4  545  se 
cnentan  siele  maestres  generales  de  urtilleria. 
Franciscol  dió  en  4545  el  título  de  gran 
maeslre  al  maesíre  general  y  leconflrióel  gra- 
do  y  denominacion  de  capitan  general,  qoe  vi- 
Do  á  ser  uno  de  los  primeros  cargos  de  la 
Fraocta.  Bstc  gefe  disponia  del  mando  de  todas 
las  tropas  de  iufanteria  y  dirigia  todos  los  tra- 
bajos  miliiares  asi  de  sitios  coroo  de  roarchas, 
campamentos,  etc.  Ademis  se  unió  al  cargo 
de  capitao  geuerai  de  U  artiileria  el  cargo  de 


gran  maestre  de  los  alabarderos,  qoe  mientras 
subsistió  este  cuerpo.  estuvo  siempre  someti- 
do  al  gefe  snperior  do  artilleria.  Dcsde  4545 
hasta  4  599  se  cuentan  diez  capitanes  genera* 
les  de  artillería;  el  illtimo  de  estos  fué  Snlly, 
en  favor  del  cual  erigió  el  rey  Enrique  IV  la 
capitauia  general  de  artitlerla  en  cargo  de  la 
coroua.  A  Sully  sucedió  en  el  mando  su  bíjo, 
despues  del  cual  este  cargo  pasó  sucesivamen- 
to  á  ocho  Utulares  basta  4  755,  en  que  fué  8U- 
primido  este  honor,  babiendo  sido  agregadas 
al  roinisterío  dela  Guerra,  lasfacultades  y  fun- 
clones  de  este  cargo. 

Para  suplir  la  falta  del  capitan  gencral  se 
puso  ¿  la  cabeza  de  la  artiUeria  un  teniente 
general  con  el  tltulo  de  primer  inspector gene» 
ral  de  artilteria  y  de  estos  bubo  tres  hasta  el 
año  4  789,  en  que  este  cargo  fué  abolido  tam- 
bien.  Se  volvióá  crear  el  ano  4808  por  un  de- 
creto  de  los  cónsules  y  subsistió  basta  4845  y 
durante  este  tiempo  fuc  desempeñado  estc  car- 
go  por  sei3  titulares. 

Gárlos  YIII  dió  á  los  destacaroentos  suizos 
la  guardia  de  la  artilleria,  que  síguió  asi  basta 
la  gucrra  con  cllos,  en  cuya  época  los  suce- 
dicron  los  lan$guenets.  Goncluida  la  guerra 
Yolvió  á  confcrirse  á  los  suizos  la  gnardiade  ^ 
la  aríilleria  basla  el  reinado  de  Luis  XIV.  Este 
rey  por  su  ordenanza  de  4  668  reformó  toúos 
los  cañoneros  diseminados  por  las  plazas,  é  hi- 
zo  levantar  seis  nuevas  compañias  de  artillería; 
en  este  tiempo  se  creó  ya  el  primerregimiento 
del  arma.  Este  se  compuso  de  cuatro  compañias 
de  ú  400  plazas  y  tomó  el  nombre  de  fusile' 
ro8  det  rey,  porque  estos  fueron  los  prímeros 
á  quienes  se  dieron  fusiles  en  Francia;  pues  el 
mosquete  era  todavia  el  arma  ordinaria  de  la 
infanteria  franoesa.  Este  regimiento  fué  el 
primero  tambien  que  us6  las  bayonetas  poco 
despues.  El  cuerpo  de  arliliería  se  aumentóen 
4672  con  22  compañias  y  fué  dividido  eu  dos 
batallones  de  á  doce  coropañias  de  fusileros  y 
iina  de  granaderos  cada  uno.  £n  4677  se  le 
añadicron  cuatro  batailones  roas,  con  lo  cuai 
quedaron  seis  batallones;  pero  el  0."  fué  refor- 
mado  en  4679. 

Aotes  de  la  organizacion  de  los  fusileros 
del  rey,  los  trabajos  de  los  arsonales  y  parques 
de  artilleria  estabau,  como  en  España,  encar- 
gados  á  obreros  libres  á  quienes  se  pagaba  un 
joroal,  y  solo  alguuos  servian  en  el  ejército 
en  liempo  de  guerra.  En  esta  época  no  babia 
en  Francia  mas  que  dos  compañias  de  bombar- 
deros,  que  no  pertenecian  á  los  fusileros  det 
rey.  Luis  XIV  en  4684  creó  40  compañias  y 
formó  el  regimiento  real  de  bombarderos,  el 
cual  se  aumentó  con  dos  compañías  en  4686. 
En  4689  se.formaron  seis  compañias  de  carUt" 
neros  y  se  reunieron  á  lasseisexistentesya.  Es- 
tas  nopertenecian  al  reginiiento  dc  lusileros  del 
rey;  pero  por  sacar  de  este  cuerpo  sus  oflcia- 
les,  eran  miradas  como  parte  de  aquel  cuerpo. 
En  4694  se  restableció  el  6.^  batalion  de  fusi- 
leros,  tü  esta  época  constaba  ei  cuerpo  de  ar« 


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763 


ABTILLBIUA 


76i 


tilleria  A'mesa  de  6,480  bombres,  y  despoes 
se  fué  aumeDfando  eo  la  proporcion  que 
Yeremos.  Luis  XIY  cambió  en  4693  el  nom- 
bre  de  fxisUeros  en  el  de  artiUeria  real,  Eo 
4695  se  le  agregaron  las  doce  compañias  di- 
seminadas  de  cañonerot,  £n  4  705  se  añodió 
nn  segundo  batailon  al  regimieuto  de  hombar- 
deros. 

En  4  702  se  habia  levantado  una  compa- 
ñia  franceta  de  cañoneros  guarda-costas  del 
Océano,  lu  cual  tenia  6  oflciales  y  200  hom- 
bres.  Despues  se  creó  otra  igual  en  4695,  y 
otras  dos  en  4705  y  4706,  cuyas  cuatro  com- 
pañias  ccmponian  el  total  de  24  oflciales  y  340 
hombres  de  tropji.  En  la  muerte  de  LuisXIY  el 
cuerpo  dc  artilleria  se  componia  de  un  gran 
maestre,  60  tenienles  del  gran  maestre,  (de 
]a.cla&e  de  generales,  brigadicres  ó  coronelgs), 
60  comisarios  estraordinarios  (de  clase  de  pri- 
meros  capitünes),  80  oflciales  apuutadores  (de 
clase  de  lenientes),  dos  regimientos  artiUeria 
y  6om6ar(/6roi,  con  un  total  de  mas  de  6,000 
hombres. 

Una  compañía  de  cañoneros  goarda-costas 
con  206  hombres. 

Guatro  compañias  de  obrerosminadores  con 
364  hombres. 

El  rey  era  el  coronel  dc  1a  artiUeriaybom' 
barderos,  el  gran  maestre  su  tenienie,  y  los 
inmedíatos  Ilevaban  el  titulo  de  tenientcs  co- 
roneles.  Los  oflciales  de  artillerla  en  la  paz 
estaban  repartldos  C'On'  los  cañoneros  por  las 
plazas  de  guerra,  á  cscepclon  de  algunos  c^ 
misarios  estraordinarios  y  oflciales  apuntado- 
res  que  estaban  empleados  en  las  escuelas  de 
artilleria. 

Por  una  real  órden  de5  dc  febrero  de  4720 
Luls  XV  hizo  incorporar  el  regimiénto  rcal  de 
artilleria  el  tregimiento  de  bombarderos,  Iss 
compañias  de  minadores  y  la  de  cañoneros 
guardacoslas.  Eotonces aquel  regimiento  qoe- 
dó  compucsto  de  5  batallones  deá  8  compañías; 
cada  compania  se  dividióen  3e6cuadra8,  la  4.* 
de  24  cañoneros  ó  bombarderos;  la  2.*  de  42 
minadores  ó  zapadores  y  42  aprendiccs;la3.* 
de  43  obrcros  en  Iiierro  ó madera,  y  42  apren- 
dices.  Los  5  batallones  quedarou  inídependien- 
tes  entre  sí  y  se  decidió  que  el  teniente  coronel 
de  cada  batallon  tuviese  la  clasede  teniente  dei 
gran  macstre;  la  de  comisarios  provinciales  los 
dos  primeros  capitanes;  los  demas  capitanes  la 
de  comisarios  ordinarios,  y  los  tenientes  la  de 
comisarios  estraordinarios.  Habia  2  cadetes  por 
compañia.  En  4755  se  Ilevó  hasta  seis  el  nú- 
mero  de  los  batallones. 

En  5  de  mayo  dc  4758  se  dió  al  regimiento 
de  artillerialadenoroinacion  de  cuerpo  real  de 
artiUeria.  Los  seis  batallones  se  redujeron  á 
igual  número  de  brígadas  dc  á  800  hombres 
dividídos  en  8  compañias  de  ¿400,  á  saber: 
una  de  obreros,  5  de  cañoneros  y  2  compañias 
de  i)orobarderos. 

En  4760  ue  agregó  una  compañia  mas  de 
Bapadores.  < 


En  4764 1a  arttileria  de  marinafaé  remiida 
al  cuerporeal  deartilleriaY  se  crearonsepiia- 
damente  tres  nuevas  brigadas.  Los  mieadores, 
que  en  4  758  babian  sido  separados  del  coerpo 
de  artiUeria,  volvieron  ¿  ser  incorporados  y 
fueron  colocados  á  continuacion  de  las  briga- 
das  destinadüs  al  servicio  dc  tierra.  Bo  4762 
una  séptima  brigada  se  creó  para  el  mismoser- 
vicio,  y  en  4  764  se  soprimió  uua  de  las  tres 
brigadas  deslioadas  al  servicio  maritimo. 

En  4765  fueron  convertidas  ias  Bietebrlga< 
dascn  otrostantusregiraientos  deartilleria,  qoe 
tomaron  los  nombressiguientes:  4  .*de  La  Fére, 
2.«  de  Metz,  3.®  de  Strasburgo,  4.*de  Gremh 
ble,  5.*  de  Besanum,  6.**  de  AwDona,  7.*  de 
TuL 

En  4  784  se  creó  on  cuerpo  real  de  artilltm 
de  las  cotonias,  compuesto  de  un  regimiento 
de  veinte  compañias  de  cammeros-ótmióarde- 
ros,  y  de  tres  compañias  de  o6f0ro«.  Eo  4791, 
los  regimientos  de  artiUeria  cambiaron  los 
nombres  que  tenian  por  sus  números  simples. 
En  el  mismo  año  se  crearon  dos  compañias  de 
artilleriaá  caballo,  qucmny  pronto  seanmeo- 
taron  hasta  treiuta,  y  en  1792  seformaron  ooe- 
ve  rcgimientos  que  se  designaron  por  sus  dó- 
meros  como  los  regimientos  de  ariilleriaápie. 

Uo  decreto  del  8  floreal,  año  III  de  la  re- 
pública,  fljó  la  composicion  del  cuerpo  de  ar- 
tilleria  en  ocho  regimientos  de  á  pie,  ocbo  de 
á  caballo,  doce  compañias  de  obreros  y  oa 
cucrpo  de  ocho  coropañias  de  pontoneros.  Eo 
el  año  YiII  de  la  república  (43  iiivóse),Iosoóo- 
sules  organizaron  los  carreteros  de  la  artille 
ria  en  un  cuerpo  á  que  llamaron  bataUona 
del  tren  de  artiUeria.  Hasta  ocho  llegaroo  e^ 
tos  batallones  por  dccreto  del  4  6  tbermidor, 
año  IX.  La  organizacion  del  caerpo  de  artílle- 
ria  en  ei  año  X,  48  vendimiario,  era  la  si- 
guiente: 

Ocho  generales  de  diTision  (ono'de  ellos 
prímer  inspector.) 

Doce  generalesdebrigada  (seis  iospectorei 
generales  y  scis  comapdanles  de  escuela.) 

Trelnta  y  tres  gefes  directores  de  brigidi. 

Treinta  y  siete  gefes  subdürectores  de  bt- 
tallon. 

Ocho  regimientos  de  á  pie. 

Seis  regimientos  de  ¿  caballo. 

Dos  balallones  de  pontooeros. 

Ocho  batallones  de  tren. 

Quince  compañias  de  obreros. 

Trece  compañias  de  cañoneros  YeCeraoos. 

Gientotreinta  compañias  decañonerosgoar- 
da-costas. 

Trescientos  no?  enta  y  nuere  eropleados  pa- 
ra  el  servicio  del  materíal. 

Las  compañiait  de  minadores  babian  sidose- 
paradas  en  el  año  II  de  la  artiUeria,  para  hacer 
partedelcoerpo  de  iogenieros.Por  laorgaoiia- 
cion  del  48  vendimiarío,  ydegpucsdealgonas 
reformas  dorante  el  año  X,  el  cuerpo  de  arli- 
lloria  (comprendlendo  ¿  los  oflciales  de  todas 
grados  y  empleos)  se  composo  de  t9>838  b^ 


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765 


ARHLLERIA 


766 


elptede  pai,  y  de  129,497  iMjo  el  pie  de 
guerra. 

Ed  el  año  XI  fué  restablecido  el  tilulo  de 
coroDel,  suprimido  eo  4793,  y  que  se  había 
sustituido  cou  el  de  gefe  de  brigada.  Ademas, 
en  el  mismo  decreto  se  redujo  ei  número  de 
gefes  de  batallou  á  cioco  por  cada  regimieoto 
de  artitleria  á  pie,  y  se  volvió  á  crear  la  clase 
de  mayor  eu  los  regimientos  á  pie  y  á  caballo. 

En  el  año  XUI  dc  la  repúblíca,  el  coerpo  de 
artilleria  coustaba  en  Francia  de  43,598  hom- 
bres  bajo  el  pie  de  pas,  y  bajo  el  de  guerra  de 
52,429  á  saber: 


Pie  de  pax. 


Hombres. 


Esfado  mayor  de  oticiales 440 

Artillería  á  pie 4Í,742 

Id.  á  caballo «,73« 

Id.  de  la  guardia  dc  los  cónsules. .  .  «46 

Pontoneros 4,092 

Obreros 4,005 

Id.  delaGuardla \  49 

eañoueros  veteranos 4,386 

Armeros 99 

Escuelas  de  aplicacion 94 

Examioador  de  los  alumnos 4 

Escuelas  de  los  regimientos 33 

Smpleados 398 

Id.  de  la  Guardia 9 

Tren 7,646 

Tren  de  la  Guardia 464 

Cañoneros  goarda-costas 4  «,400 

Td.  sedentarios 3.488 


Total 43,598 


Pie  de  gueira. 


Hombret. 


Estado  mayor  de  oflciales 449 

Artlllería  á  pie 47,840 

Id.  á  caballo 3,584 

Artnieria  de  la  Guardia 246 

Pontoneros 4,6«0 

Obreros 4,500 

Id.  de  la  Guardia 49 

Cañoneros  veteranos. .  .' 4,386 

Armeros 99 

Escuela  de  aplicacion 94 

Examínador  de  los  alumnos 4 

Escuelas  de  los  regiraientos.  .  .  .  •.  33 

Empleados 398 

Id.  de  laGuardía 9 

Tren 9,584 

Id.  de  la  Giiardia 464 

Cañonerosgoardacostas 1«,400 

Cañoneros  sedentarios 3,388 


Tolal 5«,429 

Las  goerras  continuas  hicieron  aumentar 
consídeniblemente  la  artilleria  desde  esta 
ópoca  hasta  4844;  si  bieu  el  sistema  de  orga- 
nizacion  no  se  aiteró  mas  que  en  la  artilleria 
de  la  GuBrdia^  que  se  compuso  «si' 


ÁriüUria  de  la  Quardia  impiriai, 

Hombres. 

Eátado  mayor 66 

Arüilería  á  cabaHo 6«4 

Id.  á  pie  (guardia  antigua)..  .....  744 

Obreros  pontoneros  (id.) 454 

Veteranos 62 

Artilleria  á  pie  (noeva  Gnardia) 4^960 

Estado  mayor  del  tren  coo  sus  em-  ^ 

pleados 403 

Tropas  del  tren 3,950 

Tolal..  .'.....-...  .    7,663 

Despues  de  estos  cambios  y  ios  anmentos 
bechos  desde  el  año  XIII  en  lodos  los  cuerpos, 
la  fuerza  total  de  artillería  francesa  en  30  de 
mano  de  4844  era  de  403,336  hombres  bajo 
el  pie  de  guerra. 

Guando  la  organizacion  del  ejército  bajo 
el  píe  de  paz  cn  la  primera  restauracion,  la 
artilleria  fué  reducida  á  ocho  regimientos  de 
¿  pie,  cuatro  de  á  caballo,  un  batallon  de  pou- 
toneros,  doce  compañfaa  de  obreros,  ocho 
escuadrones  del  tren  y  diez  compañias  de  ca* 
ñoneros  veteranos.  En  4845,  cuando  la  se» 
gonda  reslauracion ,  se  mandó  que  íos  regi» 
mientos  tomasen,  en  lugar  de  sas  utimeros, 
ios  uombres  parüculares  signientefl: 

Regimientos  de  attilleria  ápie. 


De  la  Pere. 
De  Metz. ' 
De  Yalencia. 
De  Auzona. 


De  Strasbnrgo. 
De  Donai. 
DeToIosa. 
De  Reunes. 


Regimientoi  de  artilkria  á  eaballo. 


De  líetz. 
De  Rennes. 


De  Strasborgo. 
De  Tolosa. 


£n  4820  se  soprimieron  de  real  órden  las 
legiones  departamentaies ,  y  los  nombres  de 
los  regimientos  de  artilleria  se  sustituyeron 
con  los  números  otra  vez. 

La  organizaclon  de  4845  subsistió  hasta 
4  829  con  cortas  diferencias.  En  esta  época  se 
dió  (5  de  agosto)  nueva  organizacion  al  coer- 
po  de  artiUeria,  y  fueron  snprimidos  los  regi* 
roientos  de  artillería  ¿  caballo ,  siendo  reuni- 
dos  ¿  los  de  á  pie,  cuyo  número  subió  á  dief , 
conteiiiendo  cada  uno  tres  baterías  ¿  cabalio, 
trece  baterias  de  ¿  pie  y  un  depósito. 

£o  la  dctuaiidad,  ei  cuerpo  de  artilleria  en 
Francia  se  compone,  poco  mas  ó  menos,  dei  si- 
guícute  persoual: 

Siete  tenientcs  geuerales. 
Doce  mariscales  de  campo. 
Guarenta  y  ocho  coroneles. 
Ciento  treiuta  y  siete  gefes  de  escoadron. 
TrescientOB  Teiute  y  seis  capttanes  pri- 
meros. 


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767 


A&TILLEKÍA 


7«S 


Doscientos  séseitta  y  tres  capitanes  sa- 
gandos. 

Doscientos  diez  primeros  tenieotes. 

CieDto  sesenta  y  siete  scgundos  id. 

Ciento  diez  y  oclio  subtenientes. 

Calorce  regimientos  de  artilleria. 

Un  batallon  de  pontoncros. 

Doce  compañias  de  obreros  de  artillerla. 

Seis  escuadrones  del  tren  de  los  parques 
manflados  por 

Uo  teniente  coronel. 

Cinco  gcfes  de  eácuadron. 

Veinte  y  un  capitanes. 

Veinte  y  tres  lenientes. 

Veinte  y  tres  subtenientes. 

Los  calibres  de  la  artillería  francesa  se 
toman  en  la  misma  relacion  que  los  de  la  ar- 
tilleria  española.  Como  cstos,  dlviden  sn  ar- 
tilleria  en  artiUerla  de  sitio,  ligera  y  de  cam- 
paña,  y  en  artillería  de  posicion  y  de  reserva. 

Las  escueias  de  artiUeria  franoesa  son  niic* 
ve,  ásaber: 

La  de  Donai,  creada  en  4679;  de  Metz 
(4802);  de  La  Fere  (del  reinado  de  Luis  XV); 
de  Strasborgo ,  de  Tolosa,  Rennes ,  Vincen- 
nes,  Lyon,  organizadas  bajo  el  impcrio;  de 
Besanzon  en  4  834 ,  la  cual  estuvo  antes  en 
Auxona.  Una  existió  en  Grenoble,  y  fué  supri- 
mida  dürante  la  revolucion. 

La  esouela  de  apiicacion  de  artillería  é  in- 
genieros,  se  formó  de  la  de  Chalons-sur-Marne 
y  de  Metz,  en  4  de-octnbre  de  4802,  Y  á  ella 
van  los  alumnos  aprobados  en  la  escuela  po- 
litécnica ,  para  servir  despues  como  oficiales 
de  artilleria  ó  ingenicros,  en  el  ejército  de  tier- 
ra,  ó  como  oflciales  de  artiUería  en  la  ma- 
rina. 

En  4  807  fundó  Napoleon  el  museo  de  arti* 
lleria,  bastante  rico  en  la  actualidad. 

Bajo  la  iospcccion  del  cuerpo  de  artilleria 
se  hallan  en  Francia  las  fábricas  de  pólvora 
siguientes:  la  de  Bouchet  (Seine  y  Oise),  la  de 
Esquerdes  (Cálaish  la  de  Saint-Pons  (Árden- 
nes),  la  de  Metz  {Mosela),  la  de  Vougec  (Cot- 
dOr)  la  de  Saint-Cbamas  (Bocas  del  Ródano), 
la  de  Tolosa  [Allo  Garona),  la  de  Saint-Medard 
[Gironda),  la  de  Angulema  (Marante),  la  de 
Ponte,  de  Bure  (Finisterre) ,  y  la  de  Ripaull 
(indre  y  Loirá):  total  42. 

Existen  tambien  siete  de  salitrc  en  los 
pnntos  siguientes:  Paris,  Lille,  Naiicy,  Marse- 
Ua,  Tolosa,  Burdeos,  y  RipauU. 

La  fábrica  de  cápsulas  se  halla  en  Parls,  y 
la  escuela  pirotécnica  en  Metz. 

La  artiUeria  francesa  se  balla  en  muy  bueu 
estado. 

En  Francia  se  determina  el  caUbre  de  los 
cañones  por  el  peso  de  sus  balas ,  y  el  de 
los  obuses  por  el  diámetro  de  sus  bombas  ó 
granadas,  lo  mismo  que  en  España,  deslg- 
nándose  en  las  demas  naciones  el  calibre  por 
el  peso  verdadero  ó  cooveDido  de  sus  proycc- 
tiles. 


Los  franeeses  tienen  tres  cdibrcs  en  aos 

cañones  de  batalla,  á  saber:  el  de  á  42,  el  deS, 
y  el  de  4,  poes  el  de  6,  adoplado  en  4803,  se 
ba  abandonado.  Los  obuses  son  de  dos  clases, 
los  unos  do  6  pulgadns  (diámetro  del  proyee- 
til),  y  los  otros  de  24 ,  porqoe  sns  granadas 
tíenen  cl  calibre  de  las  balas  de  cste  peso. 

El  proyecUI  dei  obus  de  6  pulgadas  pest 
23  libras,  y  44  el  del  obus  de  á  24. 

La  artiileria  de  á  pie  usa  todos  los  ca- 
Ilbres. 

'  La  artilleria  montada  solo  usa  el  cañoi 
de  á  8  y  el  obus  de  á  24. 

ARTiLLERiA  RUSA  DE  TnsRBA.  La  artiUerla 
rusa  posee  muy  buenas  piezas  del  año  48H, 
época  eo  que  fueron  fundidas  casi  todas  las 
quc  hoy  usao.  Tiene  un  material  de  arUlleria 
escelente.  El  fuego  dc  la  artillería  rosa  es  bien 
sostenido;  pero  la  instruccion  de  los  oQciales 
no  es  sobrcsalientc.  Cuando  los  artineros  ea 
uoa  accion  han  gastado  las  municioQes  to- 
das,  puedea  huir  y  abandonarla.  EI  oOcial  que 
pierde  una  pieza  en  accion  de  guerra  es  exho- 
iierado. 

Estas  penas  y  leyes  bacen  que  la  artilleiit 
esté  bicn  provista ,  y  el  f uego  sostenido.  Li 
artilleria  ligera  Ileva  sus  artiUeros  moDtadoi, 
y  no  corto  número,  que  sirve  de  reserva,  la 
sigue  á  pie. 

Los  rusos  tienen  cañones  de  dos  calibrcs, 
el  de  á  6  y  el  de  á  42.  En  los  obuses  tieneD 
tres  cilibres,  y  los  cargan  con  proyccüles  de 
46,  8  y  3  libras  de  peso. 

Se  sirven  de  balas  huecas  para  las  piesas 
de  á  42,  y  de  balas  comunes,  que  pesan  4  U- 
bras,  en  sus  obuses  de  á  3,  á  los  cualos  Ua- 
man  licomes.  Usan  mocho  las  baterias  de  co- 
Letes  ¿  la  Congrcve. 

AI  freiitc  de  la  arUlleria  rusa  se  balla  im 
gran  maestre;  cl  cual  suele  ser,  como  en  Pru- 
sia,  on  príncipe  de  la  sangre,  cuyo  gefe  di- 
rector  se  entiende  con  el  emperador  en  eoan* 
to  concierne  al  personal,  ascensos  é  instrac- 
cion  del  cuerpo,  y  con  el  mayor  general  y  el 
ministro  de  la  Guerra  en  los  asuntos  de  sos 
ramos  rcspecUvos. 

El  cuerpo  se  dlvide  eo  artillería  de  cati- 
paña,  y  arUIIería  de  yuarnicion. 

El  primero  está  repartido  en  divisiones,  y 
hay  unu  ea  cada  cuerpo  de  ejército,  mandKh 
por  un  oflcial  general  del  arma.  La  division  de 
arUlleria  del  cuerpo  do  la  Guardia  impe- 
rial,  del  cuerpo  de  granaderos  ,  y  de  los  de 
linea  se  compone  de  una  brigada  de  artille- 
ria  á  caballo,  dividida  en  cuatro  baterías,  y  de 
tres  brigadas  de  arUIIcria  á  pie»  dividida  cada 
una  en  cínco  baterias. 

Las  divisiones  de  arUlleria  de  los  cuer- 
pos  de  caballeria  de  reserva  y  dragooes  se 
compouen  de  dos  brigadas  á  caballo  cada  di- 
vision,  y  á  su  vei  cada  una  de  estas  coosta  de 
cuatro  baterias. 

La  artilleria  de  gusmicion  se  compooe  de 
todos  los  oflciales  empleados  ea  los  estaUed- 


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769 


ARTILLERIÁ 


770 


mleotos  eneomendados  al  cuerpo,  de  dtez  7 
seis  biigadas  fijasy  de  á  cuatro  y  seis  eompa- 
Dias  cada  nua,  y  de  cuarenta  compaiUaa  de 
obreros. 

ABTILLERIA  AüSTRIAGA  DB  TfERRA.      El   per- 

sonal  de  esta  arlitleria  es  escelente;  pero  el 
material  se  rcsiente  de  la  escesira  econorofa 
del  gobiemo. 

Uaniobra  perfectamente,  y  sos  olclales 
900  muy  instmidos.  üsase  raocho  en  esta  ar- 
tilleria  de  los  cobetes  ¿  la  CongreTe,  de  los 
eoales  tiene  mucbas  bateria^,  porqne  aqne^ 
llos  les  sirven  ¿  la  ves  de  bocas  de  fnego  y 
proyectiles;  pnesto  qoe  poeden  llevar  consigo 
uoa  granada,  sin  perder  nada  de  su  foersa 
depercosion,  siendo  su  Tiolencia  igoai  ¿  la  de 
ooa  bala.  A  los  que  corren  con  el  servicio  de 
los  cobetes  ¿  1a  Congreve  Itaman  raketieti. 

k  la  cabeza  de  la  artilleria  austríaca  se  ba- 
lla  un  director  general,  qne  asi  como  en  Prn- 
tíB  y  Rusia,  suele  ser  on  principe  de  la 
saugre. 

Se  divlde  en  artilleria  de  campaña,  de 
fkaa  y  direccÍQn  del  mateHaL 

La  artilterfade  campaña  consta  del  cnerpo 
de  bambarderos,  de  cinco  régimientos,  y  del 
cuerpo  pirotécnico. 

II  coerpo  de  bambarderoi,  dedicase  mas 
especialmeote  al  servicio  de  íoe  morteros  y 
oboses»  eonsta  de  nna  plana  mayor  y  cinco 
compañiaa. 

Cada  regimiento  de  artillería  de  campaúa 
coosta  de  cuatro  bataliones^de  los  que  uno 
tieneseis  compañias,  y  los demas  cuatro.  Ks- 
tos  cinco  regiroíentos  poeden  dar  el  senricio  ¿ 
ciento  ochenta  baterias. 

Ei  cueriK)  pirotécnico  se  consagra  al  ser- 
Ticio  de  sus  respectivas  baterias,  y  muy  prin- 
cipalmcnte¿  la  confeccion  de  los  cobetes  ¿ 
la  Congrefe. 

£1  personal  de  la  artillería  de  plata  eat¿  com- 
poesia  de  los  que  ya  no  son  aptos  parael  servi- 
cio  de  la  de  campaña,  y  desempeñasu  servicio 
pariicnlar  en  las  plasas  ruertes;  tiene  ¿  sn  cnr»^ 
go  la  administracion  del  material  de  las  armas 
de  todo  ei  ejército  y  la  fabricacion  de  la  pólvo- 
ro.  Esta  parte  de  la  artiileria  se  halla  distribui- 
da  en  catoree  distritos.  . 

La  direccion  del  malerial  tíene  ¿  sn  cargo 
la  construccion  y  recoqiposiciou  de  los  mon- 
tages  y  carruages  de  la  ariilleria  de  campeña, 
Y  consta  de  un  gefe  y  cinco  compoiíias  de 
obreroS. 

No  tienen  artilieria  montada,  propiaraente 
dicba;  pues  aus  artilleros  ligeros  cabalgan 
sobre  una  especie  de  cajon  llamado  wurts. 

Usan  cafionea  de  cuatro  calibres,  que  dis* 
tinguen  con  loe  nombres  de  ¿  48,  de  ¿  42,  de 
¿  6  y  de  ¿  3:  los  proyectilesde  cada  piesa,  sin 
emlmrgo,  pesan  algo  menos  que  ios  que  indi- 
ean  aqueiloa  calibres. 

Usan  solamente  nn  obns  que  se  carga  con 
uia  granada  de  44  iibras. 

Cada  piesa  tiene  de  dotadon  para  el  tiro 
485    tnnLiaTucA  i*onrLAu. 


caatro  bestias,  y  cada  esatro  pieias  lievan  de 
reserva  un  cajon  de  monlciones. 

ARTiLLimiA  PRcsiANA  M  TiBRaA.  Como  en 
la  rusa  yaustriaca  se  nsan  mneho  las  bateriaa 
de  cobetes  ¿  la  Congrcve.  Prusia  es  en  donde 
se  vsó,  anles  que  ea  otra  parte,  la  artillerla 
mvntada,  qne  institoyó  Federico  el  Grande  en 
el  ejéreito  en  4  709. 

Tiene  la  artiileria  prusianapiesas  mnyblea 
construidas  y  nn  persoial  inm^orable;  pero 
el  materíai  se  resiente,  como  en  la  anstriaca, 
de  ia  escesiva  eoonomia  del  gobiemo. 

Usan  en  lot  caAones  calibres  de  ¿  49  y 
de  ¿6. 

Para  los  obuses  nsan  dos  clases  da  proyeo- 
tiles:  loa  inoa  qut  peean  95  libras  y  los 
otros  44. 

Sehatla  la  artillerfa  pmsiana  biúo  ladíf«e* 
cion  de  nn  imptetor  aen$rml  (qoe  snele  ser  un 
príncipe  de  la  sangre),  y  se  ecMBapone  de  ont 
plana  mayor  de  oflcialesy  nna  brígada  de  la 
^rdia  real,  oeho  brigadas  dei  ejército  y  dos 
coropañias  de  aitiíloleros.  * 

Cada  brígada  coosta  de  una  plana  mayor, 
ona  compañia  de  obrtroa  y  tras  batalloiies,  te* 
niendo  cada  batalloo  eoiáro  baterias  de  ¿  pidy 
una  de  ¿  caballo. 

Las  compañlas  de  obreros  prestao  sns  ser* 
Tidos  en  ios  establecimientos  de  instruccioo 
del  arma. 

Las  compañias  de  artiAcieros  se  ocopan  eo 
confeccionar  toda  ta  clase  de  mixtos  de  guttrra. 

ABTILLBMA INOLBSA  DB  TIEMU .     Fosee  UO  eS« 

celente  material;  pero  las  escnehis  de  esta  ar- 
ma  est¿nbastante  mal  organizadas,  y  el  cnerpo 
de  aríillería  no  es  mas  que  una  m¿quina. 

Usan  mucbo  tambien  los  cohetes  ¿  la  Con- 
greve,  príncipalmente  eo  la  India  para  espan- 
tar  los  caballos  y  elefantes  de  aquellos  sus 
enemigos.  En  la  India  suelen  cargar  laspiesas 
de  menor  calibre  sobre  los  elefantes. 

La  aríilleríade  ¿  pieinglesa  es  muy  velos, 
porque  en  caso  necesarío  se  suben  los  arti* 
iieros  al  cajon  y  al  carro  de  moniciones. 

Usan  ios  ingleses  cañones  de  ¿  6,  de  ¿9 
y  de  ¿  42,  pero  las  balas  pesan,  como  las  de 
ios  austriacos,  algo  menos  de  lo  que  maniOes- 
tan  sus  caiibres  nominales. 

Solo  usan  un  obos  qne  cargan  con  granada 
de  I3¿44libra8. 

£n  ia  aríillería  de  montaña  nsan  cañones 
de  3  y  de  obuses  cuyos  proyectilespesan  cer- 
ca  de  6  libras. 

ABTILLEBIA  HANNOVBRIANA.      UsaO  lo  mÍSmO 

que  la  ariilleria  inglesa. 

ARTiLLBiuA  SAJON A.    Sc  halta  organissda  y 
atendida  con  ona  minuciosidad  escesiva. 

£1  gobiemo  sajon  ha  comprado  en  el  pre- 
senteaño  de4854  al  consejero  KObn,  el  «e^ 
creto  de  la  coostmccion  y  uso  de  noos  cobe* 
tes  de  goerra  qne  él  inveutó,  y  qne  sc  disparaa 
por  nn  tubo  de  hoja  de  lata  de  5  Taras  siijooa» 
de  longitud:  lieTa  granada  de  4  libras  y  me- 
dia,  que  forma  la  cabesa  dei  cohele,  carga  de 
T.    ui.    4f 


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T74 


ARTILLEMA 


77Í 


S>8  libra  y  rooorre  en  nn  legando  escaóo  nna 
trayectoria  de  300  faras.  Sq  longitud,  inclosa 
la  granada,  es  de  4  4Vi  pnlgadas.  El  aparalo  de 
tiro  puede  fácilmente  ser  trasportado  por  un 
hombre. 

AnmLERiA  PORTUGUESA.  Es  eo  corto  núme- 
ro,  pero  escelentc;  poede  asegurarse  que 
es  el  arroa  que  mas  honra  á  su  pais,  ya 
por  su  instruccion  bastante  buena,  ya  por  el 
buen  órden  y  exactitud  que  em  aquel  cuerpo 
se  exige. 

ARmLERiA  BBLGA.  Estc  cucrpo,  crcado  en  la 
época  fflodema,  desde  la  emancipacion  de 
la  Bélgica,  ha  copiado  casi  toda  su  or* 
ganizacion,  de  la  que  tiene  la  artilleria  de 
Francia,  su  nacion  Tecina.  La  artilleria  belga 
es  á  la  francesa  lo  que  la  hannoveríana  á  la 
inglesa. 

Desde  4833  existeen  Bmselas^nna  escuela 
militar  muy  buena,  que  surte  de  oflciales  al 
ejército  de  llnea  y  á  los  cuerpos  de  artiUeria 
é  ingenieros,  dando  ¿  estos  nna  instruccion 
mas  vasta?  Tiéne  fundicion  muy  buena  de  ca- 
ñones  en  Lieja,  fábrica  de  armas,  escuela  de 
pirotécnloa,  fábricas  de  pólvora  y  se  halla  di- 
Tídido  el  país  en  cuatro  divisionesterritoriales 


de  artilleria:  ezisten  cuatro  regimientos  coa 
cinco  baterias  rodadas  y  seis  de  sitio  cadaooo, 
á  escepcion  del  primer  regimiento  queademas 
de  las  seís  de  sitio  solo  tiene  caatro  bateríaa 
rodadas:  tiene  tambien  el  cuerpo  de  artilieria 
belga  una  compaüia  de  obreros,  olra  de  artille- 
ros-armeros,  otra  sedentaria  de  artiGces,  otra 
de  pontoneros  y  un  escuadron  de  tren. 

En  el  pie  de  guerra  la  fuerza  efectiTa  de 
artillera belga,  cs  de  8,056,  hombres,  703ca- 
ballos  de  silla  y  t.iZt  de  tiro,  pues  usa  tiros 
de  caballos.  fiajo  pie  de  guerra»  el  tren  de  ar- 
tiUeria  forma  cuatro  coropañíasy  constade44 
oflciales  y  349  hombres,  45caballos  de  siliaf 
396de  tiro. 

£1  mayor  de  artilleria  belga  Bormaoo,  esel 
quc  en  4  842  inventó  uua  nueva  y  admirable 
espoleta  metálica,  que  tanto  para  las  graoadas 
coroo  paru  las  bombas,  se  cree  sea  iumejora- 
ble.  La  artilleria  usa  los  calibres  frauceses, 
iguales  tambien  á  los  de  la  artilleria  espanoia. 
Para  dar  una  idea  del  brillante  estado  que  boy 
tienen,  y  á  que  podrán  llegar  los  establecimieQ* 
tos  de  la  artillerla  beiga,  cscribimos  el  si- 
guiente  cuadro. 


24    oflciales  y  empleados  de  plana  mayor  del  caerpo. 
208  oflciales  de  los  regimientos. 
o  Aiti>  íartilleros  de  idem  con  793  caballos  de  siüa  y 
»'^^*'j     2,432  detiro. 


fFuerza   efectiva  de   arli- 


Total (Fueriadel  tren 


llería 8,286 

44  oflciales  en  el  tren. 

34  9  hombres  con  45  caballos  de  silla  y  396  de  tiro. 

333  horabres  con  45  caballos  de  silla  y  396deliro. 


'Fuerzatotal  de  la  artille- 


ría  belga 8,389 

La  fundicion  de  Lieja  ha  constraido  y  ven- 
dido  al  estraogero  desde  4840  hasta  fln  de 
4849  las  piezas  de  artillería  siguientes: 


AHolanda 467 

A  Baviera 388 

A  la  plaza  de  ülm 487 

AladeRastadt 436 

A  la  delfaguncia 424 

•  60 

55 
55 
43 
46 
42 
2 
4 
44 


A  1a  Confcderacion  Germánica. 

A  Egiplo 

A  Schlesvlg-Holstein 

APrusia 

A  España.  ...  

A  los  Estados  Uuidos  de  América. 

AWurlemberg 

A  Suiza - 

A  difcrentes  particularcs 


Total  de  piezas 1,557 


}  oflciales  y  artilleros  con  748  caballos  de  silia 
(     y  2,728  de  tiro. 

Ei  peso  del  hierro  empleado  en  estas  pic- 
zas  se  calcula  en  37.000,000  kilógramos,  y 
eí  ingreso  producido  por  su  venta  asciende  á 
44.800,000  reales  veilon. 

Tambíen  se  han  construido  y  vendido  con 
igual  destino  30,963  proyectiles  de  diversos 
colibres.  • 

Ademas  con  los  conlínuos  ensayos  que  « 
practican,  la  artillería  belga  va  mejorando  ca- 
da  dia,  y  es  el  pais  en  donde  actualménte  se 
veriflcan  raas  inveotos  y  mejoras. 

ARTILLERIA  NAPOLITANA  DB  TIERRA .      Esta  ar- 

ma,  asi  corao  el  ejércilodeNápoIesen  general, 
ha  recibido  cn  los  últimosaños  un  gran  impulso. 
En  el  recinlo  de  Castelo  Nuovo  se  hallaa 
reunidas  en  Nápolcs  la  fundicion  de  hierro  y 
de  bronce.  Hay  en  dicha  fábrica  varios  horoos 
dc  fundicion  y  lodo  lo  neeesario.  Para  las  faa- 
diciones  se  emplea  en  clla  hierro  viejo  é  in- 
glés,  con  lo  cual  da  rauy  huen  prodBClo.  En 
dicho  establecimiento  se  funden  bombas  y 


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m 


ARTILLERIA 


T74' 


'granadas.  Con  dos  máqoinas  de  vapor  de  fuer- 
xa  de  42  á  45  caballos  sc  barreoan  y  tomeao 
laa  piezas.  En  este  edificio  existe  on  raa- 
seo  y  biblioteca  regulares,  y  un  gabinele  de 
qQÍmica,  pobre.  La  niaestranza  de  artilieria  se 
haila  tambien  dentro  del  recinto  del  castillo  y 
asimismo  nn  parque  pequeño  y  nada  notable. 

Los  carruages  de  batalla,  copiados  del  mo- 
delo  francés,  son  bonitos,  pero  carecen  de  la 
fortaleza  y  sencillez  de  los  españoles.  No  usan 
en  ellos  rastra  y  si  solo  cadeua  de  Tetenida 
en  el  lado  derecbo  del  roástil.  Pequcúas  dife- 
rencias  de  los  carruages  de  batalla  tienen  sus 
canos  06  municiones.  Su  atatage  es  igual  al 
espnñol,  pero  infcríor  en  calidad,  limpieza  y 
nniformidad.  Lo  único  notable  en  la  artilleria 
napolitana  son  los  carruages  para  la  conduc- 
cion  de  hertdos  y  enfermos,  los  cuales  son  muy 
cóiiiodos  y  bien  distríboidos. 

Sus  cureí^as  de  plaza  son  pesadas  y  ma- 
las.  Para  los  liros  de  piezas  usan  los  caballos 
y  para  los  carruages  mulos  ó  mulas:  los  ca- 
ballos  son  de  poca  alzadi,  pero  fuertes  j 
7aliente3.  El  ganado  mnlar  es  muy  indómito  y 
malo. 

El  personal  se  balla  dividido  en  artilleros 
del  tren,  artllleros  de  á  pie  y  artilleros  á  ca- 
ballo. 

Los  primeros  están  encargados  de  los  car- 
ros  y  sus  ganados;  los  segundos  de  dar  las 
guarniciones  de  Nápoles,  Gapua,  en  cuyo  cam- 
po  bacen  hoy  cjercicio  dos  yeces  á  la  semana, 
y  alguna  otra  plaza  ó  castillo.  De  los  terceros 
existe  nna  batería  á  caballo  aneja  á  la  Guar- 
dia  real. 

La  artillería,  como  todo  lo  demás  del  ejér- 
cito  napolitano,  posee  magnificos  cuaríeles  y 
está  bien  atendida. 

De  la  arltllería  de  tierra  de  las  demas 
naciones  de  Europa  (menos  de  )a  de  los  Es- 
tados  Unidos,  qne  casi  toda  es  marítima)  no 
bacemos  paríicularmencion,  por  la  moderna 
organízacion  de  unas,  por  la  lejaua  de  otras  y 
por  el  atraso  tambien  en  que  algunos  paises 
se  hallan. 

No  conclniremos  todos  estos  artículos  de 
la  arttlleria  sin  reclamar  la  beneTolencia  de 
nuestros  lectores,  ya  por  la  mucba  conci- 
sion  que  hayamos'tenido  en  mucbas  oca- 
siones,  ya  por  la  falta  de  método  espositi- 
vo  en  otros  parages;  pues  siendo  la  artillería, 
príncipalmente  su  historia,  materia  comun  á 
muchas  naciones»  y,  por  otra  parle,  tan  deli- 
cada  en  puntoá  la  verdad  y  fecba  de  sus  inven- 
tos,  nos  ha  sido  preciso,  c^  ei  trascurso  de  ia 
narracion,  faltar  alguna  vez  al  órden  deri- 
Tado  de  los  siglos,  para  no  omitir  cosa  ai- 
gona  notable ,  no  fattar  á  la  verdad  y  no  es- 
ceder  al  pequeño  trecho  que  un  solo  articulo 
debe  ocupar  en  una  enciclopedin.  La  historia 
y  estado  de  la  artillería ,  ademas ,  tomada  la 
palabra  en  toda  su  lalitud,  no  se  hallaba  en 
obra  alguna  compietamente  tratada  y  menos 
en  Sspana;  el  qoa  suacrü^,  annqae  míutar^  no 


períeneoe  á  aqoella  arma,  y  esto,  nnldo  á  h! 
multitud  de  autores  que  ha  tenido  que  esto- 
diar,  algunos  de  los  cuales  vaú  al  pie  de  este 
párrafo ,  al  prefijado  tiempo  de  que  ha  dis- 
puesto  y  teniendo  en  cuenta  la  estension  del 
asunto,  le  hace  esperar  que  este  trabijo  será 
mirado,  sino  como  una  obra  del  todo  comple* 
ta,  como  nna  praei>a  al  menos  dei  deseo  ar- 
diente  que  le  anima  por  la  verdaddela  histo-. 
ria  en  general,  y  en  paríicular  de  las  esclnred- 
das  armas  españolas.  ' 

Obras  prhicipalmente  consnltadas  para  los. 
anteríores  aríiciüos  de  artillería. 


Marin  y  Mendou:  MiUeia  de  lot  aníiguot  etpa-^ 
ñol€$. 

PadreMariana:HiflorM-9efi«ral4Íe  Etpaña. 

El  cabaUeroFiorian:  Compendiodela  historia  d$ 
lot  úrabes, 

Didoi  (Fréres):  EneiehpodiefMdemi, 

Ferrer:  Állmmdel ejéreUo  eepaüol. 

Salai:  Memoria l  hittórieo  de  la  artilleria, 

Dietionaire  det  datet,  áe  Gabríel:  Organixaeion 
del  ejéreito,  (PubWcééa  «nk>s  CienTratadot,) 

Payeni:  Énfance  de  l'Eepaane, 

Aparici:  Doeumentot  tacaaot  del  arehivo  de  Si" 
maneat.  (Publicados  on  e1  Memorial  de  ingenierot.) 

Hetúmen  hittórico  del  arma  de  ingemierot,  (An4- 
nimo.) 

Memorial  de  artilleria. 

Dirtionaire  de  la  eonversation  et  de  ia  leeture. 

J.  N.  Serbel:  Etplieaeionét  de  túetiea  tublime  en 
el  eolegio  geueral  militar.  (Inédiiaf.) 

Jacquinot:  Curto  del  arte  y  de  la  hittoriamilitar, 
"  Alvear  y  Lara:  Apuntet  tohre  el  ettado  del  ejército 
belgaeniM. 

Xaisné:  Aide'memoire  dugenie, 

6.  Pioberl:  TraUé  d*artilíerie,théorique  ét  prae^ 


tique, 

Monlecuouli: 


Arte  univertal  de  ¡a  guerra. 


ARTILLER1A.  {Mariná,)  Bdio  estadenomi- 
nacion  se  comprende  en  ei  lengnaje  marítimo 
el  conjunto  de  bocas  de  fnego  6  cañones  pnes- 
tos  en  bateria,  que  componen  el  aparato  de 
gaerra  ó  armamento  del  bageli  y  en  estc  con- 
cepto  su  númcro  denota  su  poríe  y  es  la  es- 
presiou  de  su  fuerza.  Tumbien  se  designa  pof 
esta  palabra  el  arte  de  manejar  y  servirse  de . 
estos  instromentos  de  destmccion.  Finalmente, 
se  da  este  nombre  á  un  cnerpo  de  tropas,  de 
antigua  creacion  en  España ,  qoe  despues  d# 
varías  reformas  acaba  de  constituirse  con  la 
deuomiñacion  de  brígadas  qne  antes  tenia» 
siendo  su  destino  hacer  el  servicio  de  sn  ar- 
ma  en  ios  buquesde  guerra,  y  en  losdeparta- 
menios.  Este  cuerpo  tiene  un  estado  roayor 
facultativo  'y  una  escuela,  llamada  de  condes- 
tablcs,  en  la  cual  se  enseñan  ios  principios  teó- 
ricos  y  prácticos  del  arma. 

Aunque  los  medios  de  agresion  y  defensa 
que  se  emplean  en  la  guerra  maritima,  sod 
en  gran  paríe  ignales  á  los  dol  cjército  de 
tierra,  la  artillería  es ,  no  obstante,  su  arma 
roas  esencíal  y  poderosa.  y  la  que  por  lo  co^ 
mun  decíde  del  éxito  en  los  corobates.  Es 
por  lo  tanto  dei  mayor  interés  para  las  nacio-» 
nes  roarítimas  el  procurarsn  perfeccion,  adop- 
taodo  los  adelfmtos  y  mejoras  que  otras  haa 


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T75 


ARTILLE1IA«*ARTISTA 


776 


Mrtdoeido  en  esta  arna  terríble,  á  fin  de  po- 
der  equilibrar  aoa  ▼entajaa  eo  la  lucba. 

Kneatra  artiUería  Daval,  qae  tu?o  tarobien 
ati  époea  de  crédito,  y  que  proporcionó  no  po^ 
eoa  tríanfos  á  nuealra  maríoa,  ha  seguido  en 
80  fatal  decadeneia  la  saerte  de  este  ramo  del 
fistado,  en  tanto  que  otraa  naciooes,  mas  aten- 
tu  á  aoa  intereaes  y  previaoras,  hao  hccho  no- 
ttbles  adelaotos,  utilizando,  y  aun  apropián- 
doae/los  frutos  de  nuestra  esperíencia.  Asi, 
paes,  el  nucvo  sistema  tormentario  que  taota 
eelebridad  ha  proporcionado  á  una  de  las  roas 
disünguidas  capacidades  roilítares  de  la  épo* 
ca,  el  general  de  artiUería  Paixhans,  es  una 
reproducdon  del  aistema  español  rovirianOf 
nú  ilamado  por  su  autor,  el  gefe  de  escuadra 
ycomisariogeBeral  de  arílllería  don  Franeisco 
Xavier  ñovira.  Consiste  esta  iono7acion,  que 
e&  probable  condusca  eosa  gradual  desarrollo 
á  una  complela  revoloeioo  en  el  armamento  de 
le«  buques  deguerra,  ensustitulrá  tas  antlguas 
piexas  graesas,  otras  de  mayores  calibres  pam 
arrojar  proyectiles  huecos  en  vei  de  balas  só- 
lidas.  Aunque  el  general  fraocés,  en  la  obra 
qoe  ha  dedicado  ¿  espooer  sus  príocipios  y  es* 
períencias  con  el  título  de  NouvelU  force  ma- 
ritime,  no  haya  hecho  mencion  de  ias  piezas 
de  eate  géoero  que  la  armada  española  moota- 
ba  cuando  estavo  enBrest,  (añode4799), 
ea  indodable  que  fueron  alli  conocidas ,  y 
may  probable  qoe  su  noticia  hubiese  llegado 
al  conocimiento  del  aotor.  Bn  tal  concepto,  ya 
aea  que  el  sábio  estrangero  conoclese  esta 
parte  tau  eBencial,  que  ea  el  fondamentodesu 
sistema,  ó  que  ignorase  su  existencia ,  en  el 
primer  caso  no  ha  hecho  mas  que  dar  un  pa- 
io  adelantado  para  aplicarh)  coo  ventAja  á  un 
ilsteraa  bleo  concebido,  y  cuyos  resultados  soo 
ifloaleulables;  y  en  el  segundo ,  es  Justo  reco* 
Booer  que  tuvo  ooa  inspiracion  igual  á  Id  del 
ÍQventor  de  la  artilleria  roviriana,  quedaodo 
fiiempre  á  favor  de  este  la  gloría  de  hüberle 
precedido  coo  ooa  anticlpacion  de  muchos 
■ños. 

Tal  ha  sido,  en  suma,  la  auerte  de  muchos 
inventos  españoles,  y  Rovíra  no  ha  sido  mas  afoi^ 
tooadoque  \oMBla$co  de  Garay  con  lapríorí- 
daddesuidea  en  aplicar  el  vapor  ¿  fa  navega- 
cíoo;  quo  Lui$  CoHado,  iogüolero  en  gefe  de 
Cirlos  y,  eo  la  invencion  de  sus  oohetes  per- 
feociofiados  en  época  posterior  por  Googreve; 
que  Salvá  con  su  telégrafo  eléctríco  y  otrot 
mochos  españoles  que  sería  fácil  cítar  y  cuyo 
coBcurso  demuestra  (fue  eo  España  ao  ha 
faltado  Jao>á8  amor  ¿  las  ciencias,  ni  quien  las 
CoHive    con    proveeho   y    utilidad.    ( Véase 

CÁÑON.) 

ARTISTA.  [Bellas  artee.)  De  pocas  palabras 
ae  habr¿  abusado  taoto  como  de  csta,  y  por  lo 
mismo  creemos  indispeosable  (IJar  bien  su 
verdadera  deflnicion»^ara  contríbuir  por  nues- 
tra  paríe  al  remedío  de  un  mal  oue  por  des- 
gracia  se  ha  generalíaado  demasiaao,  y  evitar, 
U  es  posible,  ^ue  c^  adelaate  aigiii  JlaoiáadoT 


es  arifstas  indistiotamente  d  arquitecto,  él  es- 
cultor,  el  pintbr  y  el  mal  comediaote,  el  bai- 
laríoy  el  litiritero.  EI  ioglés  Harrís  en  eo  Le- 
xloon  define  al  arlista :  una  persona  que  tiene 
el  poder  de  llegar  d$er  la  eaueade aígun  efeo- 
to,  eegun  lo$  priñcipioe,  y  un  si$tema  coa/fr- 
mado  por  la  esperiencia.  Dificil  es  dar  aoa 
deflnicion  mas  oscura.  Por  lo  que  hace  ¿  nos- 
otros,  Itamaremos  arlista  al  que  profesa  uo  ar- 
te  liberal  ó  uo  arte  mecánico  qoe  depende  ia« 
mediatarffente  de  las  cíencias  y  de  las  artes 
liberales.  Asi  escomo  el  aríista  ocupa ,  segun 
uosotros,  uo  poesto  intermedio  eotfe  el  s¿bio 
y  el  aríesano  ú  obrero.  No  siempre  es  Acil  es- 
tablecer  una  demarcacion  0Ja  entre  los  artis- 
tas  y  ariesanos,  que  los  griegos  oonfuodian 
bi^o  el  nombre  de  xtxvíxiK.  y  los  romanoa  ba- 
Jo  el  de  artifex,  y  nuestra  deOoicion  nos  pare- 
ce  que  marca  suflcieotemente  la  diferencia.  üa 
arquitccto  es  uo  isrtista,  cuyos  talentos  derí- 
van  inmediatameute  de  las  cienclas  matem¿U- 
cas,  y  un  albañil  es  un  aríesano  coya  manode 
obra  deríva  del  arquitecto.  ¿  quien  est¿  cooh- 
plelamente  subordinado.  El  Diccionarío  de  la 
Academia  española  deflne  el  aríista  dicicodo: 
«tEI  que  ejercita  algon  arte ;  el  que  estodit  el 
corso  de  las  artes. » 

Algunos  lexicógrafos  prefcnden  que  el  ar- 
tista  es  aquel  cuyas  operacíooes  son  nMS  iote- 
leetuales  que  raec¿nicaa ,  y  que  por  sus  tra- 
bajoa  se  aproximan  mas  al  sAbio,  en  Unto  qoe 
el  obrero,  es  aquel  cuyas  operaciones  son  po- 
raroente  mec¿nlca8.  Pero  ¿dónde  se  encuentra 
uoa  aplicacion  positiva  deeste  príncipio?  ¿Ca¿l 
es  el  obiero  ¿  quicn  oo  se  exíja  iuteligeocia 
para  sus  trabajos?  ¿Y  en  qoé  arle  liberal  no  es 
mas  ó  meoos  necesarío  el  mecanismo?  Asi, 
pues,  insistimos  eo  nuestra  prímera  definioíea 
sin  que  creamos  necesario  declarar  soleome- 
mente  que  reconooemos  la  superíorídad  de  loi 
s¿bios  sobre  los  aríistas,  como  la  do  loa  artis- 
tas  sobre  la  de  los  artesanos:  creemos  taa- 
bien  que  no  baya  escritor  de  bueoa  fé  qoe  las 
haya  puesto  eo  duda»  sin  esoeptuar  ¿  Roosseaa 
que  ha  sido  el  autor  mas  favorablo  al  sisteiBa 
que  da  la  preferencia  ¿  loa  obreros;  pues  h 
preponderaocía  que  les  dió  ,  no  fué  con  res- 
pecto  ¿  su  mérito  ,  sino  ¿  su  uUlidad  en  aaa 
nacion.  Tambien  distinguió  los  estados  peqoe- 
ños  y  pobres,  donde  el  lujo,  consecoencia  na- 
tural  de  las  aríes,  podia  ser  fonesto ,  al  paso 
que  el  lujo  moderando  el  esceao,  es  útil  y  ne* 
cesarío  ¿  una  gran  poblacíoo.  Eo  efecto,  si  no 
oousideramos  mas  que  la  utilidad,  tendríaaDOS 
que  dar  al  zapatero  la  preferencia  sobre  el 
pintor  y  el  escultor;  pero  sin  perdernos  en  es- 
ta  cuestion  inútilmente  agitada  ,  exanünemos 
cual  ha  sido  la  parte  de  esUmaotoii  y  de  io- 
fluencia  que  los  artístas  han  obtenido  ea  los 
diferentes  siglos. 

Nadie  duda  que  al  príncipio  de  c-ada  im- 
perio  ban  obteoido  los  aríesaooa  la  preféren- 
cia,  que  los  artistas  apenaa  ban  eocontrado 
medjí»deexiil&r,  yqoeiossábioslw  ^aUdo 


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777 


ARTISTA 


778 


rednddosi  la  milidai],  óprifados  de  toda  con- 
sideraeloo;  porque  las  ciencias  no  ban  dado 
los  priDCipios  de  ias  artes,  sioo  despaes  de  ba- 
berlas  observado  largo  tiempo.  ¿Liiego  los  ar- 
tistas  han  precedido  á  ios  sábios?  Esto  seria 
coDtradictorio ,  puesto  que  ellos  son  los  que 
ban  aplicado  los  principios  de  las  ciencias. 
lofl  arlesanos  son  los  qne  natoralmente  y  sin 
estudíos,  ó  bien  por  una  rutiua  irreflexíra  ban 
dado  lugar  á  las  ciencias,  snministrando  matc* 
ria  á  las  obsenracíones  de  los  sábios,  qne  en 
segoida  ban  dirigldo  á  los  arlistas.  Ha  babido 
ocsas  antes  qne  bubiese  arqoiteclos:  pero  solo 
eon  arregio  á  los  planos  de  los  arquitectos 
han  sido  construidos  los  palacios  y  udomados 
por  los  artistas.  Es  casi  imposible  hablargene- 
raimente  de  los  artistas  sin  alguna  confusion 
con  las  otras  dos  clases  de  la  industria  bnina# 
aa,  pnes  la  bistoria  de  esta  es  realmente  la  de 
los  artistas. 

La  industría  del  bombre  ba  tenido  épocas 
de  progreso  y  de  Ticisitúdes.  En  los  4656años 
tratcurridos  desde  la  creacion  del  mundo  bas- 
la  el  diliiTio,  nada  atestigua  la  existencia  de 
los  artistas.  El  arca  de  Noé,  tal  como  la  des- 
cribe  la  Sagrada  Escritura,  no  hubiera  podido 
ser  coDstruida  sin  qne  mucbas  artes  bubiesen 
ilegado  á  su  perfeccion,  pero  este  monumento 
00  existe,  y  todos  los  dcmas,  si  ban  existido, 
se  perdieron  en  el  dilnfio  nniversal.  Scgan  di- 
ce  Boffon,  tiasta  hace  cerca  de  treinta  si^os, 
no  se  reunió  el  poder  del  bombre  al  de  la  na- 
tnralesa,  y  se  estendió  sobre  la  mayor  parle 
de  la  tierra.  Los  tesoros  de  la  fecundidad  es- 
taban  hasta  entonces  escondidüs;  el  hombre  los 
sacó  á  lus;  snsdemas  riquesas,  enterradasmas 
profondamente,  no  pudieron  ocultarse  á  sus  in- 
▼estigaciones  y  ban  Ilegado  á  ser  el  premio 
de  sus  tralMjos.  En  todas  partes,  cuando  se  ba 
eoQdoddo  con  prudencía,  ba  seguido  las  lec- 
ciones  de  la  naturaieza,  aproreciiado  sus  ejero- 
plos,  empteado  stis  medios  y  escogido  en  su 
iomeosidad  todoslos  objetosque  puUierun  ser- 
Tiríe  y  agradarle.  Por  su  inteligencia,  los  ani- 
iBales  ban  sido  domesticados,  subyugados,  do- 
mados  y  reducidos  á  obedecerle  siempre.  Por 
sus  trabajos  han  sido  desccados  los  pantanos, 
cooteoidos  lof  rios,  descuajados  los  montes  y 
eoHiTados  los  eríales. 

He  aqoi  el  coadro  de  la  prlmera  industría 
de  la  scgunda  edad  del  nwiido;  pero  todavía 
110  vemos  en  esta  6poca  la  prueba  de  la  e^'ii- 
teDcia  de  los  aríistas,  como  encoutramos  en 
ella  la  de  la  exisleocia  de  los  artesanos.  ÁTau- 
ando mas,  reconocemos el  origeade  las  len- 
guas  y  la  primera  cuna  de  las  artes  en  Egipto. 
Lo8  obeliscOs»  las  pirómides,  ellago  MoDrísJos 
magníOcos  palacios  de  Babilooia  7  de  Nínive, 
lasf&brícas  de  cristal  de  Sidon,  alestiguan  la 
existeucia  dc  las  ciencias  por  nedio  delos 
iDonQmentos  de  los  artistas.  Esta  es  su  prime- 
ra  época.  Yerdad  es  que  se  atríbnye  á  un  tiem- 
po  muy  anteríor  la  inTencioa  dela  esfera  eo- 1 
tre  los  ebii^os;  pero  ¿por  Teutnri  se  ba  esta- 1 


blecido  de  naa  maaera  nray  cierta  la  oronolo- 
gia  de  este  poeblo? 

La  Sagrada  Escrífura  nos  presenta  entre 
los  hebreos  en  aquella  época  un  cuadro  eo  el 
que  los  artistas  brillan  en  el  prímer  rango. 
Aquel  pueblo  no  cultivó  Jamás  las  ciencias, 
pero  los  trabajos  de  sus  artístas  nos  autorlsan 
á  creer  que  sábios  estrangeros  les  habian  Ile* 
Tado  sus  principios  y  sus  prácticas;  porque 
las  arles  son  las  ciencias  practicadas.  Desde 
los  tiempos^de  Hoi  és,  conociau  los  Judios  el 
secreto  de  bilar  el  oro,  hacer  flguras,  Tasos  y 
todaclase  deadornos,  y  aunque  probablemen- 
te  no  tiiviese  David  ei  talento  de  los  artistas 
mas  bábiles  de  nuestros  dias,  sabia,  sin  em- 
bargo,  lo  bastante  para  calmar  con  sus  armo- 
niosos  acordes  el  furor  del  primer  rej  de  los 
judios. 

Las  bellas  artes  que  una  colonia  de  Egipto 
lleva  áGrtícía,  esparce  prooto  en  ella  la  mas 
víva  claridad.  Thales,  Anaximaudro  y  sus  dis* 
cipulos  dan  los  principios  del  aríe  de  hs  ob- 
serraciones  astronómicas  y  de  el  de  levantar 
ias  cartas  geográflcas.  Inmediatamente  los  ar- 
tistas  les  proporcionan  ios  instrumentos;  los 
obreros  no  trabajan  ya  sino  bajo  sus  órdenes. 
Hiparco  y  Sulpicio  Galo,  adivinan  los  eclipses 
y  se  inventu  el  astrolabio.  La  gimnástica»  el 
baile,  lamúsica,  todos  los  Juegos  establecidos 
por  Soloo,  encuentran  hombres  que  concurren 
á  las  miras  dcl  legislador.  Apeles,  Zeuxis,  Fi- 
dias,  Parrásio  y  Praxiteles,  llevan  al  mas  alto 
grado  la  pintura  y  la  ertcultura.  ün  pequeño  rey 
de  Pérgamo,  Atalo,  inventa  el  arle  de  hacer  ta- 
pises.  Pythias,  Mentor  y  Estratónico  se  ilustran 
en  cl  grabado  en  piedras  finas.  Callicrates  y  Fi- 
lon  reduccn  á  principios  la  arquitectura,  y  los 
ariistas  levantan  palacios  á  loa  reyes  y  tem- 
plos  á  tos  dioscs. 

De  esta  suerte  se  ilustraban  y  se  bacían 
honraren  Grecia  losiartistas,  al  mismo  tiern* 
po  que  Roma,  puramente  militar,  desdeñaba 
todavla  las  arles.  En  fln,  penetrandolaelocuen- 
cia  en  aquella  noche  oscura  que  envolvia  á  la 
Italia  y  á  las  provincias  somelidasá  sos  armas, 
lievó  la  luzáellas,  y  los  romanos  aprendieron, 
de  los  mismos  pueblos  que  tiabian  conquistado, 
á  amary  cultivar  á  ias  artes.  La  arquiteclura 
sobre  todo  fué  cultivada  enlre  ellos  con  muy 
bueo  éxito,  y  no  se  poede  dudar  de  que  los  ar- 
tistas  gozaron  en  los  reinados  de  Tito,  Trajano, 
AutoniGO  y  Marco  Aurelio,  dc  la  Justa  conside- 
racion  que  se  les  debia. 

£n  Italiatambien;  peroenelsigloXVI,cuaD- 
do  las  artes  y  Ins  lelras  salieroo  ai  fln  de  su  lar- 
go  sueño,  fué  donde  se  ilustraron  Rafael,  el 
Pussino,  Migel  Angel,  Leonardo  de  Vinci,  elCor- 
regio,  Primálico,  Julio  Romaoo,  Pablo  Verone- 
30,  TicianOfcClTintoreto,  Filiberto  de  Lorme, 
Lescot  de  Giagny,  Palladio,  etc,  cuyas  obras 
maestras  causan  todavia  ia  admlracion  de  los 
inteligenles  y  aflcionados,  y  son  el  objeto  de 
los  coDstantes  eatudios  de  los  artistas. 
Era»  poes,  inconte^t^ble  en  Itaiia  ia  glorla 


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ARTISTA— ARTRITIS 


780 


de  los  artístas  cn  la  época  en  que  el  cristí&- 
Dismo  disipó  las  tiDÍeblas  de  ia  barbarie .  El  tiem- 
polrascurrido  desde  el  establecimientodel  cris- 
tianismo  eu  Europa  hasta  un  siglo  despues  dc 
Jesucristo,  es  la  cuarta  gran  éj)oca  del  raundo, 
coDtando  desde  el  diluvio;  pero  solamente  la 
tercera  de  los  artiftas  propiamente  dicbos.  La 
guerra,  enemiga  de  Iasartes,las  abogó  al  prin- 
cipio  casi  complelamente.  Los  templos,  los  cir- 
cos  de  Atenas,  de  Corinto  y  de  Tebas,  no  exis- 
tian  ya,  y  apenas  se  encontraban  algunos  ves- 
tigios.  La  Europa  somelida  al  yugo,  solo  pedia 
á  sus  babitanles  hierro  para  romperlo.  Sin  em- 
bargo,  en  medio  de  esta  triste  oscuridad  brilla- 
ban  de.vez  en  cuundo  algunos  rayosde  luz.  El 
templo  de  Santa  Sofia  en  Constantinopla,  ates- 
tigua  que  la  arquilectura  no  cstaba  auu  olvida- 
da.  Eu  el  siglo  IX  vió  la  Francia  erigirse  igle- 
siás  cuya  arquitectura  gótica  escita  todavia  la 
admiracion  púbüca,  y  en  el  XVI  se  perfeccio- 
nóel  grabado  en  madera  de  que  los  naipesfue- 
ron  primer  monumento. 

En  ios  reinados  de  Leon  X  y  de  Francisco  I 
despiden  una  luz  vivísima  los  trabajos  de  los 
arlistas.  A  la  voz  de  Colbert  se  multiplican  en 
el  rcinado  de  Luts  XIV.  Los  pintores,  los  es- 
cultores, "  los  arquitectos,  los  relojeros  y  los 
mecánicos  hacen  maravillas,  y  si  en  el  reina 
do  siguiente  presidc  un  gusto  menos  puro  á 
los  trabajos  de  los  arlistas  franceses,  la  gene- 
racion  que  le  sucede  ve  nacer,  á  los  primeros 
aceutos  de  la  libertad,  artistas  que  en  todos 
géneros  se  han  aproximado  á  la  perfeccion. 

Para  lahistoria  de  las  bellas  artes  en  Espa- 
ña,  véase  el  artículo  bbllas  artes. 

Es  ihdudable  que  debemos  á  las  ciencias 
nueslro  primer  homenage  por  las  bellas  ar- 
tes,  que  tau  grande  ínfluencia  ejercen  sobre  la 
felicidad  y  sobre  los  goccs  de  los  hotnbres; 
pero  seríamos  rany  injustos  si  negáramos  el 
segundo  á  los  artistas,  cuya  mano  nos  pre- 
senla  estos  dones.  Lo  seriamos  tambien  si  nos 
olvidáramos  de  los  artésanos  que  hacen  los 
'  instrumenlos  de  las  artes.  Asi,  pues,  debemos 
repartir  Dueslra  admiraciony  gratitud  eptreto 
dos  ellos. 

Creemos  haber  dicho  bastante  para  justiíi- 
car  nuestra  deflnicion  y  cl  alto  aprecio  que 
profesamos  á  los  arlisJas;  estimacion  que  en 
todos  liempos  fué  el  jnsto  galardon  de  sus  tra- 
bajos.  ¿Por  qué  ya  esle  nombre  no  halaga  tan- 
to  á  los  verdaderos  artistas?  Porque  este  títu- 
lo,  como  lanlos  olros,  se  ha  prodigado  rldícu- 
laroente,  y  acaso  sca  preciso  acusarnos  á  nos 
otros  mismos  por  el  poco  aprecio  que  hemos 
hecho  de  los  arlesauos.  IVo  haciendo  á  eslos 
lajusticia  que^  se  les  debia  y  condenaudo  al 
desden  los  oflcios  dignos  de  la  considera- 
cion  de  los  hombres  á  quienes  son  üliles, 
hemos  obligado  á  los  que  los  ejercen  á  salir 
del  tercer  rango,  donde  yebieron  permanecer 
con  honor,  y  á  usurpar  el  nombre  de  artisias 
Estos  á  su  vez,  no  están  contentos  con  el  se 
gundo  puesto,  que  ya  no  ocup«Q  e$cluslva- 


mente,  resultando  de  esto  que  1a  iDdostria  pa- 
rece  no  tcner  mas  que  dos  clases*  cuando  la 
naluraleza  ha  marcado  tres  muy  distinlas:  I.' 
la  de  los  sábios,  que  han  recogido  las  obserra- 
cioues  y  dictado  los  principios  de  las  artes; 
2.*  la  dc  los  artistas  que  los  han  aplicado,  y 
3.^  la  de  los  artesanos  que  han  preparado  ios 
materiales.  La  industria  es  una  en  sus  Ires  ni- 
mos,  y  estas  clases  se  deben  mútuamente 
consideracion  y  apoyo.  Los  artistas  serían 
simples  obreros  sin  los  bombres  sábios  eo  sos 
arles;  ¿pero  qué  serian  los  sábios  sin  los  artis- 
tas?  ¿A  dbnde  nos  couducinan  los  datos  iDte- 
lectuales  de  los  unos  sin  la  mano  de  obra  de 
los  otros?  En  vano  el  estatuario  mas  sábio  vc 
el  Laocoonte  en  un  trozo  de  mármol,  si  no  es 
hábil  artista,  si  su  cincel  no  desarrolla  ca 
Miuel  roármol  el  magniflco  grüpo  coyas  pro- 
porciones  ha  concebido.  Es  evidente  qoe  los 
obreros  bastarian  y  han  bastado  á  las  necesi- 
dades  de  la  humanidad;  pero  ¿cuál  es  la  socr- 
te  del  bombre  rcducido  solamente  á  satisfacer 
las  necesidades  de  la  naturaleza  y  sos  prime- 
ros  goces?  A  los  artistas  ha  debido  en  todos 
tiempos  su  fellcidad  y  su  gloria. 

ARTRITIS.  {Patoloíjia.)  otpepTxK,  de&pOpov, 
articulacion,  Llámase  artritis  la  inCamacioo  de 
las  arliculaciones,  designándose  tambieo  cod 
este  nombreel  reumatismo  articular  y  la  gola. 
Describiremos  separadamente  las  dos  varieda- 
des  de  la  artritis,  y  aqui  hablaremos  solo  de  la 
inflamacion  que  resulta  de  otras  causas. 

La  intlamacíon  de  las  artieolaciones  paede 
residir  bien  fuera  de  la  cavidad  articularen  Ibs 
tegumentos  y  á  una  profundidad  variabie,  biea 
en  1a  sinovia  y  en  los  tejidos  á  queestáad- 
herida,  ó  en  las  estremidades  articulares  de 
los  huesos.  En  cuanto  á  los  cartilagosque  for^ 
man  las  soperflcies  articulares,  no  están  acoi^ 
des  los  autores,  pues  al  mismo  liempo  qoe 
unos  los  crcen  susceptibles  de  inflaoiarse, 
otros  los  consideran  como  una  sustancia  aná- 
loga  al  esmalte  de  los  dientes  y  en  cierto  mo- 
do  inorgánica,  creyendo  qne  solo  pueden  so- 
frir  los  efectos  mecánicos  como  los  del  frotede 
la  maceracioo,  pcro  no  esperim^tar  los  fenó- 
menos  de  la  inflamacion,  puesloque  notien» 
tejido  celular,  ni  vasos,  ni  nervios.  Ua  becbo 
mas  positivo  todavia  es  que  la  sinovia  no  re- 
viste  la  superflcie  de  eslos  cartilagos  y  se  de- 
tiene  en  su  circunfereocia. 

Si  la  inflamacion  no  ocopa  mas  que  los  te- 
jidos  subyacentes  á  los  tegumentos  podrápre- 
disponer  á  una  enfermedad  del  artejo;  pero 
propiamente  bablando  no  roerece  este  nombre 
sino  cuando  cl  tejido  celular  profoodaoiente 
situado  entre  los  ligamentos  y  los  tendooes  y 
sobre  todo  cuando  la  superflcie  osterna  ó  ce- 
lular  de  la  sioovia,  y  probablepaente  tambiea 
la  superflcie  soroao  sc  inflaman,  ó  flnalmente, 
cuando  por  uoa  de  las  causas  que  vamosiio- 
dicar,  las  funciones  de  esta  serosa  soo  torba- 
das  y  modiflcadas  como  pueden  serlo  las  de  la 
pleura,  pefitoneo,etc. 


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ARTMTIS— ARZOBISPO 


782 


Las  caosas  de  la  artritU  sod:  4.^  los agen- 
tes  esteríores,  cuyo  efecto  pede  afectar  á  las 
partes  esternas  solaniente  ó  á  toda  ia  articula- 
cíod:  la  arlrítis  es  entonces  ideopática,  si  el 
SQgetogoza  de  buena  salud  en  lo  demas:  2.''  ei 
metastasis  ó  la  estension  de  una  afeccion 
que  reside  en  olro  punto,  como  las  enferme- 
dades  delapiel,  la  blenorragia,  la  sifilis,  la 
ílebitesja  infeccion  purulenta,  yacaso  sea  ne- 
eesarío  añadir  á  estas  causas  la  intoxicacion 
por  cierlos  metales  como  el  plomo  y  el  mer- 
cario. 

la  artritis  por  causa  esterna  cs  mas  ó  me- 
nos  grave,  segon  que  procede  de  dilatacioo  ó 
de  fatiga,  como  de  un  esguince  ó  de  una  marcba 
forzada,  de  berídas  causadas  directamente  al 
artejo  ó  en  sos  inmediac'.ones  (arlrítis  trauiná- 
tica),  y  segun  que  estas  berldas  penetren  ó  no 
en  la  cápsqla  articular.  £s  mas  ó  menos  rápida 
en  su  marcba;  unas  Tcces  cuando  es  entera- 
meote  agnda,  bastan  dos  ó  tres  dias  para  coo- 
docirel  mal  al  úllimo  grado,  y  otras  los  fenó- 
meoos  mórbidos  se  si^uen  cou  lentitud.  £s 
sobre  todo  violenta  y  dolorosa  cuando  la  arti- 
culacion  está  abierta  por  una  berida.  (Véase 
LLAGAs  de  las  arliculacionef,) 

Mr.  Velpeau  nolala  artrílis  seguidade  cau- 
terísmo  ó  de  las  operacioncs  que  se  practican 
en  la  uretra.  Se  puede  comparar  esta  artritis 
¿  la  que  sobreviene  en  ciertos  casos  de  ble- 
norragia  y  á  la  quc  determina  la  plebitis. 
Cuando  á  la  artritis  sigue  blenorragia  puede 
ser  considerada  como  un  efecto  metastático  ó 
de  simple  reaccion  sobre  la  scrosa  articular. 

La  artritis  queprocede  de  los  partos  puede 
tener  tambien  causás  esencialmente  distinlas. 
La  plebitis  uterina,  la  suprcsion  de  !os  lóquios 
ó  de  la  secrecion  láctea,  la  repercusion  de  los 
Südorcs  abundanles  que  sobrevienen  siempre 
en  las  recien  puridas,  pueden  determinar  en 
ellas  la  afeccíoirde  que  bablamos.  Ifay  pocas 
mugcres  que  babiendo  tenido  bijos  no  hayan 
estado  espuesfas  á  dolores  reumáticos;  ya  vol- 
veremos  á  tratar  de  estc  asunto  cuando  ba- 
blemoa  del  reumatisrao. 

I^aartritis  por  infeccion  purulenta  es  rauy 
ÍQSidiosa;  las  mas  de  las  veces  sc  es9apa  á  to- 
dos  los  niedios  de  invesligacion  y  se  mani- 
fiesta  apenas  por  algunos  dolores  pulsativos 
enlaarticulacion. 

\a  artritis  propiamente  dicha  es  siempre 
ona  aficion  séria.  Guando  el  mal  no  interesa 
.<mo  á  las  paHes  esíernas  y  superficiales,  se 
cera  generalmentc  con  mucba  facilidad,  pcro 
deja  algunas  veccs  dolores  que  persiste»  largo 
tiempb.  Coando  la  supuracion  sobreviíine  enla 
articolacion^  es  iroposible  evitar  la  anquilosis 
mas  ó  menos  comp!eta.  Esta  lerminacion  es  ge- 
neralmente  la  única  esperanza  del  enfermo 
cnando  se  ha  abierto  la  articulacion,  aunque  se 
hayan  oblenido  curacioncscomplelas  y  sin  de- 
formidades  en  este  caso.  Las  demas  artritis  se 
eoran  tambien  fácilmenie,  escepto  lasque  pro- 
ceden  delaplebitis  y  delainfeccionpuruienta. 


Los  antiflojísticos  aplicados  con  energfa, 
son  el  mediomas  poderoso  que  se  puede  opo- 
ncr  á  1a  arlrílis  aguda;  mas  adclantc  se  obtie- 
ne  un  resultado  á  veces  maravilloso  de  los  ve- 
jigatorios.  Por  lo  demas  ía  naturaleza  especí- 
fica  de  la  artritis  dcbe  dirígir  necesaríameute 
al  médico  en  la  eleccion  del  tratamiento. 

^usi:  Artroracologitt..»  Viena,  4717, 4.*,  fig. 
Vclpeau:  Diccionario  de  mediciña ,  3.*  erlicion. 

artÍCUlo  ITVFLAMACION    DR  LAS  ARTICVLACIONBS. 

Rochc:  Diccionario  de  medicina  y  de  eirugia 
prácliea^  arlicuio  artritis. 

ARVEJA.  [Lathyrus  sativus.)  Planta  ánua 
de  cuya  raiz  nacen  varios  vástngos  parecidos 
á  hojas:  estas  son  largas  y  estrechas  y  nacen 
de  dos  en  doscon  un  zarcillo  en  medio.  La  flor 
es  blanca  y  el  fruto  leguminoso. 

Tournefort  cuenta  variasespecies;  dc  ellas 
son  las  principales  la  blanca  y  la  negra. 

La  prlmera  es  uu  escelenle  forrage  de  mu- 
cha  importancia,  tanto  porque  es  muy  propio 
para  utitizar  los  barbecbos,  cnanto  porqoe 
piiede  sembrarse  hasta  el  mes  de  junio,  si  asi 
Ío  exigcn  las  circunstancias;  pero  la  mas  apre- 
cíada  cs  la  segunda,  de  la  cual  dice  Mr.  Le- 
blanc  Üuvernef. 

«Su  forrage  no  solo  es  mas  nutritivo  y  mas 
sano  para  el  ganado  vacuno,  sino  mas  abun- 
dante  y  mas  productivo.  A  estas  ventajas  agre- 
ga  por  otra  parte  la  de  poderse  dar  impune- 
mente  al  ganado  lo  mismocn  seco  que  en  pie, 
sin  esponerlo  á  los  accidentesque  suelen  oca- 
sionar  otrasplantas.  La  arveja  vegeta  indistin- 
tamente  cn  todas  las  tierras,  y  prospera  mas  ó 
menos  segun  su  calidad,  no  babiendo  ejem- 
plo  de  que  se  pierda  enteramente  eu  tiempos 
de  sequía.  Por  úllimo,  como  planta  anual,  la 
arveja  ncgra  merece  tambien  la  preferencia 
pues  que  se  combina  con  mas  facilidad  con  los 
diversos  síslemas  de  cuttivo  que  ticne  cada 
cual  que  adoptar,  segun  las  circunstancias  at- 
mosféricas  de  las  cuales  dependemos  aun  mu- 
cbo  mas  que  de  nuestros  cálculos,  etc,  etc, 

Las  arvejas  cocidas  sirven  lambien  para 
alimento  de  las  personas,  y  en  medicina  tie- 
neu  asimismo  úiilescrapleos. 

ARVEJA  SILYESTRE.  {Lathyrus  latifolius,) 
Planta  perenne  muy  parecida  á  la  anterior,  de 
la  quc  se  diferencia  principalniente  en  que  sus 
hojassonmus  anchas,  en  que  ios  zarcillos  ua- 
cen  de  des  en  do?,  y  en  que  las  flores  son  ma- 
yores  y  do  un  herraoso  color  dc  f.úrpura. 

ARVEJON.  [Véase  AhMomA,) 

ARZOBISPO.  (Derecho  eclesiástico,)  De  esta 
mancra  se  Ilamauu  preladametropolitano  que 
liene  varios  obispos  sufragáneos,  y  es  el  gefe 
de  ellos;  al  prímero  de  los  obispos  de  una  pro- 
viucia  eclesiástica.  Dícese  que  San  Atanasio 
fué  el  primero  que  empleó  la  denorainacion  de 
arzobispoconel  obispo  deAlejandria,  pero  si 
el  tílulo  es  del  siglo  IV,  la  dignidad  y  la  juris- 
diccion  tienen  un  origen  mucho  mas  antigoo. 
La  escrítura  y  la  tradicion  nos  cnseñan  que 


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t83 


ARZOBIBPO 


781 


]08  apóstoles  y  m  dlscfpalos  han  residido  en 
las  grandes  ciudades,  de^de  las  cuales  envia- 
ban  otros  obispos  á  las  ioferiores.  Estas  consi- 
deraban  á  las  primeras  como  á  sus  roatrices, 
en  el  gobierno  político  ya  se  lesdaba  el  nom- 
bre  de  metrópolis,  y  los  obispos  que  residian 
en  ellas  se  llamaban  tambicu  metropolitanos 
por  cl  carácter  de  supremacia  que  teoian  so- 
bre  ellos. 

Fuodada  la  iglcsia  entiempo  de  loscmpc- 
radores  romanos  siguió  siempre  ladívision  dc 
las  provincias  dc  aquel  imperío;  tos  obíspos 
establecidüs  en  las  ciudades  mayores  ó  mctró- 
polis  se  fueron  llamando  poco  á  poco  raetro- 
politanos  ó  arzobispos,  como  que  tenian  en  su 
Jurisdiccion  y  territorio  á  otros  obispos.  Las 
revoluciones  que  hubo  en  el  imperio  y  el  csta- 
blecimiento  delos  pueblosdel  Norle,  que  repar- 
lieron  entre  sí  suá  provincias,  no  alteraron  en 
nada  esta  division.  Las  ciudades  que  los  roma- 
nos  habian  llamado  metrópolis  hao  conservado 
easi  todas  sus  titulos  y  sus  arzobispos;  .solo 
algnna  que  otra  se  erigió  despues  en  me- 
trópoli. 

Para  ser  arzobispo  se  reqniere  la  misraa 
edad  y  las  mismas  cnalidades  que  para  los 
simples  obispos :  tiene  que  desempeñar  )as 
roismas  funciones;  está  obligado,  como  ellos, 
á  residir,  y  no  se  diférencia  de  los  últimos  mas 
qoe  en  el  usodel  pátio  y  en  la  formade  su  con- 
flrmacion,  pues  en  lodemas  los  obispos  tienen 
toda  la  plenitad  del  sacerdocio.  Los  arzobis- 
pos  disfrutan,  sin  embargo,  por  su  cualidad  de 
metropolitanos,  una  preemineuda  de  honor 
sobré  los  obispos  de  sus  provincias.  Antigua- 
roente  asistian  á  las  elecciones  de  sus  sufra- 
gáneos;  cooflrmaban  ¿  losquehabian  sido  elec- 
tos,  y  los  consagraban  despues  de  haberle 
prestado  el  juramento  de  obediencia.  El  dere- 
cho  de  visitar  las  iglesias  de  sus  provincias  ha 
caido  en  desuso;  pero  no  se  les  puede  oponer 
sobre  este  último  articulo  mas  qne  la  prescrip- 
don,  porque  no  hay  ley  alguna  que  les  haya 
despojado  de  esta  prerogativa  aneja  á  su  dig- 
nidad.  Los  arzobispos  puedei^  cetebrar  depon- 
tiflcal  en  torilas  las  iglcsias  de  su  provincia  y 
poner&e  el  pállo;  lievar  delante  de  si  la  cruz 
arzobispal,  como  que  es  la  señal  de  su  autori- 
dad;  pero  en  ningun  caso  puede  ejercer  la  po- 
testad  de  órden  en  la  diócesis  de  su  sufragá- 
neo  sin  permiso  de  esie.  Pertenéceles  el  dere- 
cho  de  convocar,  de  acuerdo  con  el  rey,  el 
concilio  de  los  obispos  de  su  proviocia,  seña- 
lar  el  sitio  en  dónde  se  ha  de  celebrar,  y  pre- 
sidirlo.  Convocan  tambien  lasjuntas  provín- 
ciales  que  se  celebran  para  nombrar  los  dipu- 
tados  que  han  de  asistir  á  las  juntas  generates 
del  clero,  designan  el  lugar  y  el  tiempo  de 
las  juntas  particulares,  y  las  presiden.  Segun 
]a  costumbre  que  se  ha  conservado  en  la  igle- 
sfa  de  Francia,  y  que  menciona  el  abate  Ber- 
gier  en  su  Diccionario  teológico,  edicion  es- 
pafiola,  de  )a  qne  tomamos  todas  estasnotí- 
oias,  8e  lea  deben  dirigir  ¿  Iob  arsobispos  las 


bolas  del  Jobileo  para  qae  Its  einrieD  i  sos  sq- 

fragáneos.  Los  que  tienen  motivo  de  queja  por 

lo8  reglamentos  de  sentencias  dadas  porloi 

obispos,  vicarios  generales  ó  provisores,  tie- 

nen  que  acudir  al  arzobispo,  ya  sea  por  loqoe 

pertenezca  i  la  Jnrisdiccion  voluntaría,  ya  ála 

contenciosa.  Los  metropolitenos  no  puedeo  co- 

nocer  en  primera  instaucia  de  los  negodos 

cuya  decision  pertenece  i  ios  obispos,  aon 

cuando  los  interesados  en   el  negociocon- 

sientan  cn  ello,  por  que  i  nadie  le  es  permiti- 

do  Fustraerse   de  la  jurísdí'Ji^ton  ordiitariaf 

trastornar  el  érden  público  de  las  Jorísdiccio- 

nes.  Como  los  cabildos  ejercen  la  jurisdiccion 

episcopal   en  sede  vacanle,  los  arzobispos  no 

pueden  conocer  do  asuntos  eclesüsticos  eo  \is 

diócesis  vacantcs,  mas  qoe  en  caso  de  apeia- 

cion  de  lo  qne  hayan  decidido  tos  provisores  6 

gobernadores  del  cabildo  ó  este  pieno.  Coao- 

do  el  obispo  se  descoida  en  conferir  los  beoe- 

flcios  despues  de  los  kcís  roeses  de  vacaote 

que  le  están  concedidos  por  el  conctlio  dc  Le- 

tran  para  proveerlos.  bien  sea  qoe  el  benefl- 

cio  pertenezca  á  la  libre  colooacion  del  obis- 

po,  ó  que  lo  debiese  conferir  por  derecho  de 

devolucion,  toea*aI  metropolitano  el  provee^ 

los  en  ios  seis  meses  signientes  al  dia  en  qoe 

el  obispo  pndo  libremente  disponer  de  ellos  y 

86  descaidó  en  hacerío.  St  este  conflríese  ai 

benetício  antes  que  espirasen  los  tres  metei 

del  oblspo,  la  provision  sería  nnla  de  dere- 

cbo,  y  la  negligencia  del  obispo  oo  poedeha- 

cerle  válida.  Tambien  provee  piexts  eclesiis- 

ticas  en  los  graduados  en  el  caso  que  baya  io- 

Justícia  de  parte  del  obispo,  todo  lo  cual  de- 

mueslra  inequivocamente  que  i  la  preeminen- 

cia  de  honor  va  aneja  in  preemiuencia  de 

autoridad.  Los  vicarios  generaies  de  los  arzo- 

bispos,  como  que  representao  al  prelado,  qae 

les  tiene  confiada  su  autoridad  por  lo  períeoe- 

ciente   i    la  Jurísdiccion  voluntaria,  puedea 

conceder  testimoniales  cuando  ios  obispos 

las  han  rehusado  sin  razon,  conceder  dispeosas 

y  ejercer  los  demas  actos  de  la  jurísdicctoB 

voluntaria  en  el  coso  de  apelacion,  y  tambiea 

conferir  los  beneflcios  vacantes  por  devolu- 

cion,  8i  il  arzobispo  ies  ha  espresado  espe- 

cialmente  en  su  nombramieuto  el  dcrecho  de 

proveerlos.  Cada  melropolitano  debe  nombrar 

un  provisor  para  juzgar  de  ias  apelaciooes  de 

las  scntencias  prouunciadas  ea  los  trtbunates 

de  tas  provincia?.  Este  debe  lener  las  eoalida- 

des  que  se  requieren  por  los  cinones  y  ks  si- 

nodales  para  los  provisores  de  los  obispos;  es 

á  saber,  que  sea  presbitero  nacido  ó  naturaii- 

zado  en  el  reino;  que  tenga  el  grado  de  Ucen- 

ciado  en  derecbo  ó  en  teotogia,  y  qae  no  aea 

consejero  de  ninguna  Jurisdiccion  real.  El  ar- 

zobispo  puede  revocarle  cuaodo  lo  Juzgoe  i 

propósito  siu  espresar  la  razon,  con  la  obUga* 

cion  de  registrar  la  revocacion  por  el  secreta- 

río  de  registros  eolesüslicos  de  8U  didcesis, 

No  paeden  los  arzobtspos  ejeroer  8as  Ahh 

ciones  arquí^scopales  sin  baber  reeü)ido  el 


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7M 


ARZ0BI9P0— AS 


m 


péütM  gonó  FOntlSoe*  Ed  iaotifederi  eato 
uii  éislnitiTo  án  houér  cob  <|ue  GoiMtantiBO 
«fnidé  ai  papa  7  á  los  pstriarciis  de  OrieDte, 
segan  dicen  ovchos  Uteratos.  Los  emperado* 
les  permiUeroa  despaes  qne  lo  lieTasen  todos 
los  obíspos  griegos.  Pero  eo  Occideote,  los 
papas,  qoe  erao  los  únicos  que  tenian  este 
aerecbo,  le  lo  concedieron  i  los  arsobispos, 
7  too  tamblen  i  algunos  obispos.  li  prioci* 
pio  lo  hioieroo  con  el  permiso  de  los  empera- 
dores;  pero  despoes  no  usaron  de  éi  porque  sc 
crejeroo  eon  este  derecbo.  Procoraroa  persua- 
dlr  i  los  obispos  que  sin  esta  condecoraclon  no 
podian  ejeroer  los  derechos  de  su  potestad  > 
Íorísdiceioo;  y  ann  Saa  Gregorio  Vil  quiso 
obligarlos  i  qoe  fooeen  i  podirk^i  Eoma  en 
persooa.  El  palio  ea  una  íaja  de  lana  blanca 
sompueBta  á%\  Tellon  de  dos  coraerps  mante- 
nidos  Y  apocentados  por  onos  subdüooBos 
apostólicos,  y  esquilados  por  ollos  mismos. 
Dicht  f^a  tiene  tres  cruces  negras,  y  esti  pe- 
gada  i  nna  especie  de  collar  que  se  pone  so- 
bre  los  hombros  fermando  dos  cstremos  cot- 
gantes  de  casi  on  0¡c  de  largo,  i  los  cuales 
atéflpegftdtfs  üttn  plancbitas  de  plomo  redon- 
dis,  eubiertas  de  sedmyée  ooalro  cruces  e»- 
etnad».  It  pidiodebe  esbir  toeSKlo  i  los  oaer- 
po$  de  los  santos  ipOstoles  San  Pcdro  y  San 
Piblo.  Iset  stmbolode  tapleiiitad  del  süer- 
dodo,  dela  independeiciadd  arsobispo,  y  de 
ii  dependeacis  de  sus  snfmgineos.  Bl  acto  de 
remiiirselo  es  nna  espc;cie  de  conflrmacion  de 
los  derechos  de  los  metropolitanos;  es  tan 
personal  al  arxobispo  que  la  ha  obtenído,  que 
le  le  dejan  despnesde  sn  muerte,  revistiéndo- 
le  con  él  antes  de  darle  sepoltura.  Cnando  el 
papa  se  io  envia  i.  on  arsobispo,  no  sinre  mas 
qoe  para  la  iglesia  donde  esli  nnmbrado;  de 
suerte  que  si  lo  trasladan  i  otra  silla  metropo- 
hUoa.  tiene  que  pedir  otro  nuevo. 

ÁRZONES.  Uámanse  asi  los  fiistes  Irascro  y 
deUinlero  de  la  silia  dc  roootar.  Cobarrobias 
dice  qoe  se  les  di6  este  nombre  porque  soo 
beehos  en  forma  de  arcos,  ó  del  verbo  ar/to, 
ftilia,  porqoe  los  arsooes  coartan  y  /  aprietan 
al  que  va  en  la  silla.  En  aribigo  se  llaman 
ázitarras. 

A3.  [AfUigUedades.)  Los  romanos  emplea- 
bao  esta  palabra  de  tres  maneras:  4.*  para  de- 
signar  una  nnidad  cualquiera,  considerada 
cooÉo  diTisible:  2.^  paradesignar  la  miidad  de 
pesoóla  libra:3.*'paradesignarlaMnidad  mas 
aotigoa  de  moneda.  Trataremos  de  cada  una 
separadaroente. 

I.  A$,  nombre  de  una  unidad  cualquiera 
eomiderada'comodivisihle,  Dábe^eel  nomi>re 
deas  itodo  entero  constderada  como  divisible; 
i  toda  ooidad  de  mcfcüda,  de  peso»  de  mooe- 
da,  etc.  La  Ubra,  el  pie,  la  yugada,  el  sexta- 
rio,  etc.,  tomabanel  norobrede  as,  cuando  se 
los  oponia  i  sus  fraccionos  6  divislones.  Apll^ 
cibase  este  nombre  tambieü  á  los  capiietes, 
álas  horencias,  ilasoasts,  i  lefrfiindiit«ote., 
M  fln»  i  todo  lo  qce  podia  dividirse.  Asi  es 
W   mKMxtcx  poiarLA&« 


ceiao  1t  eapresloe  e  fmmh0ti$  qniete  éeeir  iie* 
redero  de  1«  toUKdad. 

Gomo  se  empleaben  freeaeBteinenle  loi 
mnltíplices  del  as,  se  les  daba  taablen  loe 
Bombrei  de  éupondimt  6  dipomiim$  (diporidlo) 
(^e  veHe  dos  asee  i  hbras;  iuUrtiui  ^esler* 
cio)3adei  ases  y  flBedio;  Ir eassú)«i4res  ases; 
^tMlrdfitisascdatro  eses,  etc»  y  asi  snoesit»^ 
loeDte  basta  cefiliiisif  é  eien  ases. 

El  as,  esatquiera  fuese  le  oelded  dei  reel 
qne  represeotase,  qnese  dividii  en  doce  porteir 
llaoiidainc8daeee4eelbsoBBe(ant0M),  y  bw 
difefeeles  frtceiOnes  dei  as»ó  loe  diversoe 
metuplioes  de  le  enf  bMtn  reeibido  noni* 
bres  psrticvltfe6« 

U  iiguiseie  teMe  pressÉtt  eelai  divl* 
aioQes. 

AS« 4i    OBS. 

Deux 44 

dezttus 40 

Bodrens 9 

Bes  6  dei.    .   .  « i 

Septenz 7 

Bemli  (raedii  lítnte) 6. 

Qiiincenx .  .  •  .     5 

Tf ieni.  ^ 4 

Qoandrans  6  terBseiae. 9 

8ezl«is t 

üncia /.  ♦    4 

Dibase  elnombrc  de  iescimciaionty  me- 
dlionze. 

Subdividíase  tdemas  ia  onzt  y  contenit. 

t  Semiunciae. 

3  DuellsB. 

4  Sicilici. 
6  SeztulaB. 

n  Scrupult(scriptQl«óecilfWtf.| 
48  Oboli. 
444  SíliquaB. 

De  las  fricciooes  del  ás  se  hacia  el  mismo 
uso  que  del  as  mismo»  es  deoir,  qoe  sú  aplict- 
ban  i  toda  especie  de  ob}ela  diviiil>ie,  ¿  im 
bien  cualquiera,  i  una  lierencia»  i  un  libro.etc. 

A3i,  ew  dodrante  hm'es  es  el  qiie  hereda9  on* 
aas  ó  düodéclmas,  es  decir,  las  '/«•  Ksto  puede 
servir  para  espKcar  muchos  pasages  de  uotorcs 
anlí^oes.  Ciceroe  ee  su  ofteie»  Frcr  CoHstga 
0.  YÍ,  dioe:  TeBtaniento  facto  moritur  ntulier; 
facit  heredemexJeunoeetsemiuncia  Cacinam^ 
exduabussexlutisSr.  Pulcittium;  jEbvAi^sex^ 
tulamad5[fergit,  io  cuai  quiere  decir,  segon 
las  espiieeeieoes-pfeecÍdeBtcs,  que  sieudci  lato* 
lalidad  de  la  berencia  ea  as  ó  4f  onsas,  Cecina 
heredaba  once  duodécimas  y  media,  y  por  eoft* 
siguiente  solo  quedaba  media  onsa,  ó'  mcdia 
dooddcima,  y  como  segun  bemos  risto,  la 
onza  se  dtvlde  en  sets  gewtutaf,  6  seslas  par« 
tes,  f  ilcioio  tomaba  dos  sextulos,  es  deeir  doi 
sesUiptrtei  y  KolHiciOttBieztui<>6  ueeseeie 
ptrte.LaspartesdeFulcinioyde  EbuciOi  onidas 
r.   m.   w 

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787 


AS 


iUmlUdótreisestupirteB  deonsade  GedDa» 
íorman  U  onza  entera,  y  por  consigoiente  toda 
UberencU,  snpuesto  qne  Gecina  recibe  las 
otra8  44  onzas. 

L08  romanos  contaban  tambien  loa  inte- 
reses  por  medio  del  os  y  de  aus  fraccione$,  y 
los  pagaban  rogularmente  en  laa  calendaB  de 
eada  mes.  La8  Uyes  deUs  Doce  Tablas,  no 
permiUan  recibir  de  interés  mas  que  una  duo- 
décima  parte  del  as  al  mes;  un  as  al  año  por 
cien  ases;  de  aqui  las  espresiones:  Fienu$  un- 
ciaron,  usarceuncioB.  (Yéase  Horacio,  ArU  poé- 
tica,  Y.  327.)  Posteriormente  fué  reducidoel  in- 
terée  á  U  miUd,  esto  es,  í  una  media  dnodécima 
parte,  {temiunda);  pero  ai  fln  de  U  república 
y  en  tiempo  de  los  primeros  emperadores,  se 
tomaba  frecuentemente  un  as  de  interés  al 
mes  por  400  ases,  y  por  consecuencia  doce 
al  año;  de  este  modo  al  cabo  de  cien  meses  se 
paga  por  razou  de  intereses  una  suma  iguai  al 
capiUI,  por  lo  qoe  se  dió  i  este  género  de  usu- 
ra  ei  nombre  de  cmtisima.  Los  usureros  ro- 
manos  subleron  algunas  Teces  los  intereses 
basU  dos,  trcs  y  aun  cinco  ases  al  mes.  (Gi- 
ceron,,  Fafr.  m.  {  70;  ad  Att,,  YI,  ep  II.)  De 
esta  mUma  manera  es  preciso  entender  Us 
espresiones:  usuroB-  guincunces,  trientes,  per 
tneíMem  ea¡  centum  a$$ibu8,  es  decír,  intere- 
ses  de  las  cinco  duodécimas  partes,  y  aun  de 
U  cuarU  parte  al  mes. 
11.    A$,  pc$o.  Ei  as  (a$  librali$,  Ubra  roma' 


na),  era  la  nnidad  de  peso  entre  los  romaoos. 
Reducidoal  peso  españoi  lalibra  romanaeqai 
valeiunos  6,942  granos,  esto  es,  suponien- 
do  cada  granola  576  parte  de  nna  onza. 

Las  medidas  de  longitud,  de  capacidad  y 
de  peso  entre  los  romanos,  guardaban  iniíma 
relacion  entre  si.  El  ánfora  ó  cnadranUI,  era 
un  Taso  cúbico,  teniendo  cada  uno  de  sus  la- 
dos  un  pie  romano,  y  que  lleno  de  yíoo  pesa^ 
ba  80  libras  romanas,  segun  on  anlfguo  ple- 
bUcito  ciUdo  porFesto:  Quadrantal  vini  ocUh 
ginta  poníe  $iet  .En  las  monedas  por  ona  ley 
de  Goostantino  (dei  año  325),  se  mandaba  qoe 
cada  $olidu$  aureos  pesase  4  escrúpulos,  y 
qoe  72  formasen  U  libra.  Asi,  pues,  el  eánt- 
pulo  era  la  288  parte  de  U  libra,  de  soerte, 
que  para  conocer  el  verdadero  peso  de  U  li- 
bra,  basta  conocer  el  peso  del  escrúpolo,  y 
mullipIicarlopor288.  EnEspaea  eadn  escrá- 
pulo  pesa  24  granos. 

La  libra  romana  seguia  todas  las  diTisio* 
nesdelas,  [véaseAS,  unidad  cualquiera);  las 
mas  usualeseranlaoDza,  42/del  as;  la  doella 
i  de  la  onza;  el  silicos,  í  de  U  onza;  el  escrú- 
puío  n  de  la  onza,  m  del  as.  Se  halla  algo- 
nas  Yeces  cl  óbolo,  miUd  dei  escrápulo,  y  ia 
sUiqua,  tercera  parte  del  óbolo. 

La  sigoíente  tabU  presenU  los  pcsos  prío- 
cipales  de  los  romonos  y  sus  relaciones  eolie 
si,  empezandoporiosmaspequeños. 


PESO  DE  LOS  ROMANOS. 


1         '■ 
Siliqua 

X 

'  *^ 

3 

Obolns. 

\ 

6 

2 

Scrupu- 
lum. 

\ 

42 

4 

2 

Seml- 
sextoU 

SextuU 

V 

24 

8 

4 

2 

V 

36 

42 

6 

3 

<v. 

SiciU- 

CU8. 

\ 

48 

46 

8 

4 

— I" 

2 

^v. 

DuelU. 

X     . 

72 

24 

42 

6 

3 

.2 

^% 

Semi- 
uncia. 

\.  . 

444 

48 

46 

42 

6 

4 

3 

2 

üncU. 

\, 

4728 

876 

24 

444 

72 

48 

36 

24 

42 

Ubra. 
As  (4). 

^ 

472800 

57600 

28800 

44400 

7200 

4800 

3600 

2400 

4200 

400 

g 

(I)    La1ibr«,comoio4«p1asunidad«s,fte'ditldiaeDlS  partes  6  oouf .  (VéawlttabU  sffoieaie') 


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789 


ÁB 


m 


omsiONIS  DB  U  UBRi  ROMAllá. 


\ 

ün- 
eia. 

2 

Sextam 

\ 

Qoa- 
draiu. 

\ 

\ 

^V, 

4 

5 

1  ^ 

2 

<V, 

Triens. 

\ 

QuÍD- 
conx. 

• 

2% 

<v. 

*\ 

* 

3 

2 

*'U 

<v. 

Semis. 

\ 

sep- 
tims. 

s. 

p 

3V, 

2V. 

<v. 

'  <v. 

<V. 

\ 

1  ^ 

4 

2V. 

2 

<v. 

«V. 

<v, 

Bes. 

\ 

9 

*v. 

3 

2V. 

<v. 

<v. 

IV, 

<v. 

Do- 
draDS 

\ 

40 
44 
4Í 

5 

3V. 

2V, 

t 

<v. 

<v, 

*'U 

«V. 

Destans 

\ 

5V, 

3V. 

n 

2V. 

■n 

<v, 

*'/, 

IV. 
IV, 

IV.. 

Decons 

\ 

Libr 
(As) 

6 

4 

3 

»v. 

2 

<v. 

*'l. 

IV. 

*'/u 

///,  ^5,  motieda  llamada  tambien  ats  as- 
fipodium  y  libella.  EI  peso  y  valor  del  a$  y 
de  todas  ias  monedas  de  qne  es  base,  varian 
frecoentementc,  de  snerte  qne  es  imposibto  dar 
unasota  yaiuacicn,  y  en  la  de  lassumas  enon- 
dadas  por  los  autores  antiguos  es  preciso  di3- 
tlnguir  las  épocas  á  que  estas  monedas  perte- 
necen. 

/.  Pormmores  hift&rieós  sobre  la$  monedas 
romanas, 

4.*  Valor  vrimitivo  del  a$.  Eloses  la 
lirinera  BMmeda,  y  la  Anlcaque  al  principio 
emplearoD  los  romanoi.  Era  ée  cobre,  pecaba 


nna  libra  y  por  mncho  tiempo  no  tuvo  señal. 
Et  queposeia  400  8808  poseia  realmente  400 
libras  romanas.  Servio  TuUo  foé  el  primero  que 
dió  forma  y  señal  al  as,  pero  sin  disminuir  sa 
peso.  Handó  representar  en  esta  moneda  una 
oveja  ipecus)  de  donde  el  dinero  acuñado  [as 
sigkatuf)  tomó  el  nombre  de  pecunia,  AI  mis- 
roo  tiempo  se  acuñaron  multlpiices  y  fraccio- 
nes  dclas,  el  dispondiuf(6os  ases),  elguatrus* 
sis  (cufltro  ases),  cl  semissis  (Vs  as)f  cl  triens, 
guadrans,  sewtans,  semiuncia,  sextula,  etc. 
(Véase  I  ASf  y  sns  divisiones:  PHnio^  Historia 
natural,  XXX1IT,  capftulo  III.)  Todas  estas  mo« , 
nedas  tenian  realmente  ei  pesoqoe  indican  sus 
nombres.  ' 

I 


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Afi 


Tll 


t.**  RBdueciiM  y  alteraeionei  delas.  Una 
iDoneda  tan  peaada,  no  debia  tardar  en  liacer- 
•e  incómoda,  y  en  efecto»  segun  dice  Tilo  Li- 
Tio  (libro  IV,  capitulo  IX)  eran  neceüarios  car- 
ro&para  Irasportar  las  roas  pequeñas  suroas. 
Redújose  pues  el  pesu,  pero  sin  reducir  su  vu- 
lor,  cambio  que  sin  embdi^o,  se  verincó  mny 
tarde.  Segun  Plinio  (Hhioria  natural,  XXXIil, 
capitalo  III)  el  peeo  del  as,  fuédisminuiüo  du- 
nnte  la  priroera  guerra  púnica  (co'menzada  eu 
el  aoo  de  Roroa  490, 294  antes  de  Jesucristo). 
pues  no  pudiendo  la  repiSiblica  sufragar  ios 
gastos,  se  mandó  acuñar  ases  del  peso  de  un 
$extan$  (dos  onsas,  la  sesla  parte  de  la  libra), 
por  cuyo  medio  el  Estado  gaoó  cinco  sest^s 
partes  en  cada  as.  En  un  lado  de  la  moncda  es- 
taba  representado  Jano  y  en  el  otro  la  proa  de 
una  nate.  Has  adelaote  en  tiempo  de  la  dicta- 
dura  de  Quinlo  Fabio  Haximo,  cunndo  Anibal 
asediaba  á  Roroa  (por  los  años  537  de  Roma, 
247  antes  de  Jesucristo),  se  redujo  el  as  ¿  una 
ooza  y  se  le  dió  por  cügié  un  carro  de  dos  ca< 
ballos  (biga)  6  de  cuatro  (quádriga),  por  lo  que 
las  piezas  de  moneda  fneron  llaroadas  bigati  y 
^uadrigali  (sobreentendiéndosc  nummi.)?o- 
co  despues  la  ley  Papiria  (563  de  Roma,  i  9t 
antes  de  Jesucristo)  la  redujo  á  rocdia  onza,  es 
decir  ¿  la  vigésimacuarta  parte  del  peso  pri- 
mitiTo.  Sin  duda  liubo  cntre  estas  reducciones 
otras  intermediaS)  pero  abandoffaroos  puestra 
ÍDvestigacioD,  porque¿  nad^  importaote  nos 
coDdociria.  Lo  qae  si  conviene  notar  e$  qne  ¿ 
pesar  de  estas  disminuciones,  eí  as  conservó 
casi  siempre  el  mismo  valor. 

3.**  Moneda  de  phia,  denario,  Cuando  la 
república  empezó  á  enriquecerse  se  aouñaron 
monedas  de  plala.  Segun  Plinio  {Bi^toria  na- 
iural, XXXIll, capltulo  III),  las  primeras  moue- 
das  de  plata  fueron  aeofiad^s  lel '  aáo  de  Ro- 
roa  485,  969  antes  de  Jesucristo,  en  el  consu- 
ladodeQuioto  Qgúlnlo  y  e.  Fabio  Pictor.  Cre¿- 
ronie  enlonces  el  denariue  ó  denario  qoe  valió 
40  ases;  el  quinariu$,  5  ases,  y  el  eexleT- 
tiu$  ó  virtoriatM,  9  ases  y  Vi  Cuando  el  as  fué 
Tedncido  ¿  una  onza  ei  año  537  de  Roma,  se  dió 
al  deuario,  que  hasla  eatonces  babia  valido  40 
ases,  et  valorde46,  aanque  conservando  el 
mismo  nombre.  Sin  embargo,  el  denarío  con- 
scrvó  en  ciertos  casos  su  valor  primitivo;asi  es 
que  en  el  sueldo  de  Us  tropas  no  vuiia  mas 
qu«  40ases. 

4.^  Se$íertiu$.  Despucf  dc  ia  introduc- 
cion  delos  denarios,  adoplaron  los  romanos  la 
maoera  de  contar  por  $e$tercio$  en  lugar  de 
contar  por  a$e$,  Ciertoqueel  sestercio  era  una 
moiíeda  real;  pero  &e  la  empleaba  tambien  co- 
mo  moneda  de  cueota.  Yalia  en  su  origen 
S  ases  y  *L;  despues  cuando  se  dió  al  denario 
el  valor  die  4C  ases,  elsestercio  valió  constan* 
temcnte  4  ases  ó  '/4  de  denario,  por  consecuco- 
cia  al  deuario  v^ió  siempre  4  sestercios. 

5.*  Manera  dc  contar  itor  ie$tercio$,  Has- 
ta  l»000  se  contaban  ios  se^tercios  enun- 
cUndo  slmplemeotc  la  suma  dc  quo  setrAlaÍM 


delante  de  la  palabra  sestereio,  $e$terHi  (n 
culiDo)  ó  nummi;  m  cenium  $e$teriii  6  nunh 
mtsss400  sesterclos.  Guando  sellegaba  ¿4.000 
en  lugar  de  4 ,000  seslercios  se  escribia  soia- 
menle  sestertium  (uombre  neutro,  delaote  d^ 
cuil  se  sobreentendia  pondo);  en  plural  teeier- 
tia.  Esta  misma  suma  sc  cspresaba  tarol^n  por 
miUe  mtertii  ó  por  250  denarios,  puestp  qoe 
el  denario  valia  4  sestercios  ó  por  1^0  aprii  ó 
a$$e$,  porque  en  su  origen  el  a^tercio  xalii 
2  ases  y  Vj-  Cuando  el  númerg  p'asaba  dc  |  ,0j|0 
seañadia  dehmte  de  $e$iertia  el  númerocoal- 
quierade  4,000.  Ai^i  pornjcmplo  el  n^Aerode 
centena  sesrercia— 400,000  sest^rcios.  fastif- 
do  de  400,000  se  cambiaba  tambien  la  maDen 
de  contar;  cnaudo  seteniaqueesitresardiez  ve- 
ces,  vpinte  veces,  cien  veces,  una  son^  áe 
400.000  scitercios,  se  sobreentendia  centena 
miUifi,  cien  mil,  y  se  espresaba  solamenlcel 
adverbio  numeral.  Asl  aic}e$  sestertium  por 
sesitertiorum  qneria  decir*  10  veces  40^,000 
sesiercios  ó  4 .00(i,000  de  seetercios.  El  mismo 
6istemaseseguiaparae$presarlas  sumas  deas; 
ccrie  m»i¿fes=mil  vecesden  mitó  400.000,000 
deases. 

6.^  Espreeiones  abreviadae  de  lo$  sesier- 
cio$,  Co  la  escritura,  y  sobre  todo  aa  la§  mo  r 
nedas,  empieabau  loa  romanos  para  espresar 
los  scstercios  forroas  abreviadas,  cuya  esplici- 
cion  croeniosindispensable. 

La  plabra  sestercios  era  reemplazada  por 
ü.  6  H.  S.  forma  corroropida  de  l  S.  S.  [\ibr§, 
libra,  semis,  es  decir  í  libras  y  Va-)  Asi  mim 
B.  é  H.  S.  queriadecir  4 ,000  sestercios;  ieeies 
H.  S.aeííecies  sertertium  por  sestertioraai  (ao* 
breentendiéndose  cetitena  miUia),  es  decir, 
4.000,000  de  sc§tercios;  mHlies  H.  ?.«idü 
veces  cjen  mü  sestercios  ó  400.000.000.  Coo- 
viene  tarobien  observar  que  H.  S.  M.  G.>«4,400 
sestercios  y  que  por  el  contrario  H.  S.  M.  C.«— 
H.  8.  mii/íe$centi>ses  décir  4  4  0-O00,000dcíes- 
tercios.  Cuando  los  niimeros  romanos  están  se- 
parados  por  puntos  en  dos  ó  tres  grupos,  el  de 
la  derccUaespresa  las  unidades,  el  segundo  los 
niitlares  y  el  terccro  cien  mil,  óasi  lU.  XII.  D.  C. 
H.  S.  qoieren  deeir  300,000+4  t,000i:6ll 
H.  S.  0319,000  sestercios. 

//.   Valuacion  del  e^yde  Ifls  monedae  ro- 
f]$ana$. 

4.^  Condici<^e$delavahuicim.  Paracal- 
cular  d  valor  actual  de  ia  antigua  oiOBeda  4e 
los  romanos,  es  preciso  asegurarse  ante  todaf 
cosas  de  su  peso  y  de  la  ley  de  ia-  plata  qao 
contieoco. 

A.  Peso  del  denario.  Denarios  coimitf- 
re$.  Los  anticuarios  saben  mny  bieo  di&tin- 
guir  loB  deaariQs  comularee  (ú  a<Hiáiáo  ea 
tiempo  de  los  cónsules)  de  los  denariosimpe" 
rialee  (6  acuñados  en  tieropo  de  los  empen- 
dores),  puet  estoa  eran  de  meiios  peso ;  peio 
sd  ignora  el  peso  de  los  primeros  deoarios  qaa 
íocroo  f  cute(to  k¿C4«  el  a»o  4c  9Qm  ^ 


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AJ5 


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Pjur  lo  qo«  haee  «l  denajrio  fiansolar  no  ealáD 
tfilí^nmenU  de  acuecdo  acerca  de  su  peso. 
Greaves  (Grcbvius),  despues  de  haber  pesado 
ms  de  400,  y  ann  de  los  mae  pesados,  les  da 
porl¿rminomedio75:58graaosde  Paris;  Eduar- 
do  Bernard  74,36;  Arbuthnot  7i^49;  Barré  75; 
BoQtc-roue  j  Eiscnsclinaid  74.28;  Oberlia  74; 
Pauetou  75. U;  Romé  de  r4:tie  74  graoos.  Este 
^ltimo  da  (Tabla  X)  4  pe»o  de  63  ^^uarios 
coos'jiares,  coiya  8uiDa«=^4604,  5  graDOs;  lo 
que  coostiLuye  por  peso  medio  de  cada  uoo 
7^.04  granos.  Ed  KLn  lír.  LaroDoe  buscó  do 
báce  mucho  tiempo  coo  exactitud  el  pcso  del 
denario.  y  de  3,350  deoarioscoDSulares  que  se 
encueotran  eo  la  eoleceiOD  de  Paris,  pesó 
4,900.  dejando  los  4,350  restaotesque  no esta- 
bao  bien  cooservados;  bacieodo  despues  la  su- 
ma  de  los  pe£os  dados  por  todos  los  denarios 
balló  por  término  medio  72.983,556  graoos, 
en  Qúmero  redondo  73  graoos,  como  peso  del 
denario  consular,  cs  decir,  del  denario  tal  co- 
mo  quedó,  poco  mas  ó  meaos,  basta  el  fla  de  la 
república. 

Denarios  irnperiaUs.  Pero  dcsde  el  tiempo 
de  Augustü  fué  dismiauyendo  cada  vez  mas  el 
peso  del  deoario,  y  ya  ea  el  reioado  de  Tito  y 
'de  sus  sucesores  tuvo  de  9  á  40  graoos  me- 
008  de  peso  que  ea  tiempo  de  la  república.  Al 
peiar  Mr.  Letronne  con  exactitud  los  deoarios 
de  cada  emperador  encontró  los  pesos  medios 
sigoieales: 

lü  el  reinado  de  Augnsto 74 ,  t 

En  ei  de  Tiberio 69,  8 

Eo  el  de  Galigula 70,  4 

Eo  el  de  Neron 65.85 

Ba  el  de  Galba 63,  8 

lo  el  de  Othon 62.  8 

lo  el  de  Vltelio 63,  4 

Eo  el  de  Vespasiaoo '63,45 

Eu  el  de  Tito 63.  4 

fio  cl  de  Domiciaoo «;3,  8 

Segun  GbrDello  Gelso,  médico  del  tiempo  de 
Aogusto.  la  ODza  debe  teoer  7  deoarios  (Oe  re 
med.,  V,  cap.  XVII),  y  la  libra  84.*  Escribonio 
Largo. ad.  Callist,  y  Plinio,  Hi$t,  nat.,  XXXIII, 
cap.  IX,  diceo  testualmente  la  misma  cosa. 
Soponiendo ,  pues  ,  el  peso  del  denario=373 
granos  y  multiplicando  73  por  84  (aúmero  de 
los  denarios  contenidos  eu  una  líbra  romana), 
tendreraos  6,432  granos,  número  muy  próximo 
¿6.460  que  damos  á  la  libra,  y  cuyaligera  di- 
ferencia  se  esplica  fácilmente,  asi  por  las  al- 
temcronesqueba  debido  hacereltíempo  en  los 
denarios  que  tian  llegado  hasta  nosotros,  co- 
mo  por  la  pocaexactitud  cod  que  ios  antiguos 
pesaban  &U3  monedas  y  por  la  disminucion 
que  habia  podido  sufrir  el  peso  del  denarlo  ep 
la  época  que  escribian  los  autores  citados.  Los 
escrilores  posteriores  dan  raochoe  mas  dena- 
rfos  á  la  llbra;  Galieoo  cuenta  96;  y  en  efpclo, 
se  ha  Tisto  que  los  denarios  de  aqnella  época 
Do  pesan  m^  ^ue  6?  y  ^  granos. 


B.  Undbh  plat0.  Durante  mnebo  tiem- 
po,  despues  de  la  épooa  en  que  sc  posieron 
eo  circulacioD  las  mooedas  de  plata  eu  Rbnm 
(485  de  Eoma)  la  plata  fué  estremadamente  pn- 
ra,  y  asi  se  conservó  basta  el  tlcmpo  de  los 
primeros  emperadores;  pero  en  el  de  Séptímo 
Severo,  por  los  años  de  4  93  y  ba]o  el  reinado 
de  los  emperadores  siguientes ,  se  alteró  la 
moneda  de  una  maoera  escandalosa,  hasta  el 
pontode  que  en  el  reinado  de  Alcjandro  Seve^ 
ro  los  denarios  no  tuvieron  mas  que  una  terce- 
ra  parte  de  fino ,  y  solo  una  qulnta  parte  en 
tiempo  de  Galieno. 

iias  v^iacioues  que  hemos  notado  en  el  pe- 
so  y  en  la  ley ,  produjeron  necesariamente 
variaciones  en  el  valor. 

Áureu$.  Las  monedas  de  oro  son  mny  pos- 
teriores  álas  de  plata.  Plinio  {Ilist.  nat. ,  XXXIII, 
cap.  lU),  dice  que  no  fneron  acuñadas  sino  se- 
seota  y  dos  aúos  despues,  es  decir.  hácia  567 
de  Rofoa,  puesto  que  las  monedas  de  plata  fue- 
ron  acuñadas  el  año  485,  y  aüade  que  el  es- 
crúpulo  de  oro  (vlgésima  cuarta  parte  de  la  on- 
za),  valió  20  sestercios. 

Se  distinguen  tres  clases  deaur^us;  la  pri- 
mera  contieae  los  que  fueron  acuñados  en  tiem* 
po  de  los  oónsules,  y  los  hubo  de  diferentes 
pesos  y  valores.  Los  mas  antiguos  no  pesaban 
mas  qua  un  escrúpulo  (la  vigésima  cuarta  parte 
de  la  onza  y  las  288.*  de  la  libra),  y  llevaban 
losguarismos  XX,  es  decir,  quevalian  20  808- 
tercios.  Acuñáronse  tatnbien  nonedas  qne  pe- 
s^ban  dos  escrúpulos  y  tenian  XXXX  (sesier* 
cios),  y  otras  de  tres  escrúpulos  con  las  cikag 
LX  (sestercios),  Qoedan  ya  muy  pocos  aureos 
de  eata  prímera  clase,  y  eotre  los  qq#  qoedaQ 
no  se  encuentran  posteríores  al  Ao  705  de 
Roma. 

La-segonda  clase  contieae  los  qae  lierMi 
acnñados  desde  la  dtctadara  de  Gésar  hasta  et 
relnado  de  Gonstantlao ,  y  qne  no  contenian 
como  los  anterioref ,  un  número  redondo  de 
escrúpulos.  Quedan  muchos  de  estos  aureua 
desde  Julio  César  hasta  Garacalla. 

La  tercera  clase  contiene  las  piezas  qno 
desde  Constantlno  hasta  el  fin  del  imperto  fue- 
ron  ácuñadas  bajo  el  nombre  de  sóltao.^  'aureus; 
oooteniao,  eomo  las  primeras  un  número  áe* 
termioado  de  escrápnlos,  qae  cra  4.  0e  acu- 
ñaron  tambien  demi-sólidus,  asi  como  piezas 
que  vallan  4 «/j.  2*/,,  4Vj.  7  y  htsta  9  sóiidus. 

El  peso  de  los  aureus  acuñados  en  tiempo 
de  Gésar  y  de  los  cmperadores  varió  con  fre- 
cuencia.  De  La  Náuze,  Paucton  y  Romé  han  lie- 
cho  mnchas  claies  de  ellos,  pero  de  una  manera 
arbitraría.  Los  mas  antiguos  son  los  de  mas 
peso;  los  de  Jiilio  Gésar,  Bruto,  Gassio.  Lépido, 
Anlonio  y  Octavio  tienen  de  453  á  454granos. 
El  peso  del  aureus,  disminuyó  poco  á  poco  y 
en  uoa  proporcion  casi  igual  á  la  disminucion 
del  dinero.  Plinio  (Historia  naíwral,  XXXIU, 
capUulo  Ill)dice  que  40  aureus  componian 
una  libra,  quo  sin  dudu  se  refiercn  al  tiempo 
4r  fiíW-  ítt  «to^íi*  i8uUil»lícaii4o  por  |0  el  per 


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AS 


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80  medio  de  los  aureus  de  aqaella  época»  qae 
es  segun  las  iDvestigaciones  de  Mr.  Letronne, 
453,25,  seobtiene  por  resultado  6,430  gra- 
nos,  lo  que  es  casi  absolutamente  el  peso  qne 
80  hadado  al  as  libra,  6,648  granos.  En  tiem- 
po  dePiínio  senecesitQban  45  aureus  para  for- 
mar  una  libra,  y  el  aureus  de  aquella  época  no 
pesaba  mas  que  4  37«  3  granos  (número  que 
multipllcado  por  45  da  6,478,5,  quo  como  se 
ve  se  aproxima  tambien  mucho  á  los  6,460 
granos,  peso  de  la  iibra  romana.) 

La  íey  do  los  aureus  era  muy  snbida,  pues 
el  oro  que  se  empleaba  en  ellos,  era  casi  ente- 
amenlepuro,  desdeAugustohasta  Domiciano. 

En  cuanto  ¿  la  relacíon  del  antiguo  aureus 
eserupúlans-  con  el  denario,  nosesabenada  de 
cierto,  aunque  PUnio  (Uistoria  naíural,  XXX, 
capltulo  III)  nos  dtce  que  valió  al  príncipio 
HO  seslercios  6  5  denarios;  pero  conocemos 
muy  impcrfectamente  el  valor  del  denario  eu 
aquella  época,  y  por  otro  lado  nos  dice  Ptinio 
(libro  49,  cupitulo  I),  que  en  otraépoca  (quon- 
dam)  el  escrúpulp  de  oro  no  valió  mas  que 
4  denarios,  lo  que  estableceria  entre  la  plata  y 
el  oro  la  relacion  de  43,7  á  4.  Una  ley  inserta 
en  el  Gódigo  Teodoslano  (Xlll,  titulo  2.*  capí- 
tulo  4  /'),  manda  «que  se  den  5  solidi  aurei  por 


el  peso  de  nna  libra.»  Asi  la  libra  ó  tSS  es- 
crúpulos  de  plata  valen  5  solidi  ó  fO  escrápa- 
los  de  oro;  lo  que  establece  entre  el  oro  y  la 
plata  la  relacionde  44,4  ¿  4.  £n  fln,  sepue- 
de  couocer  claramente  la  relacion  del  aureus 
con  el  denarío  por  los  testimooios  de  los  es- 
critores que  vamos  ¿citar. 

Tácito  (Hi»/orí¿7libro  I.  capítnlo  XXIV)  di- 
ce  que  Othon  dió  4  00  sestercios  ¿  cada  solda- 
do  de  la  cohoríe  de  servieio ;  Suetonio  ha- 
blando  del  mismo  hecho,  dice  que  dió  nn  aureu^ 
¿  cada  uno.  Rquivale,  pues,  el  aurens  ¿  4  00  ses- 
terciosó  25  denaríos.  La  misma  conclasion 
resulta  del  pasage  de  Xiphiln.  {ad  Dion, 
CasSy  I,  capílulo  XXXXXV);  de  Zonas  X,  capí- 
tulo  XXXVI,  y  de  Didlmo  {apud  Priscian.) 

Asi,  poos,  admitimos  que  en  tiempo  de  los 
emperadores  el  aureus  valió  25  denarios  ó 
4  00  scstercios. 

En  España  hubo  tambien  antignamente  noa 
moneda  con  el  nombre  de  aureo,  que  despaes 
se  Ilamó  cscudo.  Su  valor  era  aproximada- 
mente  de  un  ducado. 

Las  dos  tablas  siguientes  presentan  todas 
las  monedas  romanas  comenzando  por  las  mu 
pequeñas,  y  dan  ¿  conocer  sus  relaciones  en-  . 
tre  si,  y  las  variaciones  que  snfríeron. 


MONEDiS  ROMANAS. 


/.  Monedas  segun  el  palor  que  tuvieron  elas  y  el  sestercio  hasta  el  año  536  de  Roma, 

w  (94  7  íintM  Aa  Jíi»uí>rittn\ 


\ 

remneias 

\^ 

s 

Sembella. 

As,  libe- 
Ila,  assi- 
pondium 

4 

2 

V. 

8 

4 

2 

Dapon- 

diU8. 

\ 

40 

5 

«7, 

^v. 

Sestercio, 
nnmmns. 

\ 

20 

40 

5 

«V, 

5 

Quioaríus 

6  victo- 

riatus. 

\ 

• 

40 

20 

40 
250 

5 

4 

2 

Denaríus. 

Aureus  ó^ 

1000 

500 

125 

400 

50 

25 

^ 

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w 


AS--ASA 


m 


IL  Mimeda$  tmanai  Megun  «Itialor  que  tuvieran  el  aty  el  sestercio  desde  el  536  de  ñma 
ha$ta  710  (34  antes  de  Jesucristo.) 


\ 

renmcíQfl 

\ 

2 
4 

Scmbella. 

\ 

2 

Asjibe- 
lla,  aisi- 
poodioni. 

\ 

<í*/. 

^6V 

3V. 

DapoO' 
dius. 

\ 

46 
32 

8 

4 

8V. 

Sesterce 
oummus. 

\ 

46 

8 

2 

Quioarlus 

ouTiloria- 

tus. 

\ 

64 

32 

46 

6 

4 

2 

DenariQS. 

V^ 

4600 

800 

400 

m 

400 

50 

25 

Aureoson^^ 
solidos.       ^^ 

II  denarío  cambíó  mocbas  yeces  de  valor 
despues  del  año  ,270  lo  qoe  es  )o  mismo  eo 
los  ;reiQados  de  ÁQgusto,  Tiberío,  Glaudio,  Ne- 
roD,  Galba  y  Domiciano. 

Observacion  genefal  sohre  la  evaluaeion  de  las 
tnonedas, 

Para  bacer  las  valuaciones  precedentes  de 
ias  moQedas  antigoas,  oos  hemos  apoyado  so- 
lo  en  e!  valor  de  1a  plata  (metal)  que  entra  eo 
1»  piezas  de  moneda;  mas  para  cooocer  el  va- 
lor  verdadero  é  intrínseco  de  las  monedas, 
seria  necesarío  conocer  el  precio  de  las  mer- 
.  cancias,  y  príncípalmente  de  lasmas  comunes 
é  iodlspensables;  pero  nada  mas  dincil  que 
^fablccer  estos  precios,  poesto  que  va- 
rían  segQQ  los  paises ,  y  eo  qq  mismo  país 
segQQ  los  tiempos.  Yerdad  cs  que  Paucton' 
(Metrol. ,  pág.  444)  niega  qoe  los  anligQOs 
liubiesen  podidó  comprar  mas  raercancias  que 
nosotros  por  un  mismo  peso  de  plata;  pcro  en 
este  poDto  le  contradicen  la  mayor  parte  de 
los  eeonomistas.  Sin  entror  nosotros  en  eslas 
discQsiones,  citaremos  mucbos  objetos.  La 
ley  Aterina  (año  de  Roma  300)  estimaba-  una 
oveia  en  40  años,  y  on  boey  en  400  ases 


ÍAalo  Gelio,  Noct.  Att.  XI,  cap.  I;  Pest.,  Foce 
Peeulatus.)  Ciceroo  (Verr.  III,  cap.  LXV)  der 
sigoa  el  precio  del  trlgo  eo  Sicilia  en  2,  3  y 
4  sestercios  la  fanega,  lo  que  supone  e)  precio 
medio  en  3.  Segun  una  ley  del  emperado* 
Valentiniano  III  (año  de  J.  G.  446),  se  debia 
dar  por  un  solidus  aureus  40  fanegas  (modii) 
dc  trlgo,  270  libras  (romanas)  de  came  y  200 
sestaríos  (sextari)  de  vino.  En  fln,  el  solidus 
aureus,  que  como  hemos  díclio  constaba  de 
4  escrúpuloü,  contenia,  y  por  consiguiente 
valia,  57,6  escrúpulos  de  plata ,  es  decir, 
4,232  granos. 

Mr.  Say  ba  hecbo  en  su  Tratado  de  econo» 
mia  poHlica,  lib.  I,  cap.  XXI,  ;  7.«y  8.*  edi- 
oionae  4810,  escelentes  observaciones  sobre 
las  precauciones  que  deben  tomarso  para  va- 
luar  ias  monedas  antiguas*. 

ASA.  (Anatomia,)  Esle  nombre  se  da  á  to- 
da  porclon  de  inteslino,  de  vaso  ó  de  nervio 
que  describe  un  arco.  Asi  se  dice  asa  intesti' 
nal,  asa  nerviosa,  asa  anastamótica, 

En  medicína  operatoría  se  llama  ásade 
hHo,  QQ  hilo  al  coal  se  hace  trazar  on  arco 
para  circunscríbir  alguna  parte,  sobre  la  caal 
sequiere  practicar  una  iigadart. 


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193 


ASALtO 


A8AB01.  Kl  asidorgeQeralmente  indica  nna 
Tarilla  de  madera  ó  metal.  En  sentido  íl]g:arado 
se  da  este  nombre  á  el  espadín  qne  osan  para 
ciertos  actos  de  etiqucta  las  persouas  cuyo 
carácter  y  pusilanimidad  de  espiritu  deja  eñ- 
tender  que  no  sabrian  mane]arlo  ofensiva  ni 
defensívamente,  ni  darle  roas  empleo  que  el 
que  lessirTa  de  adorno  y  dislincion.  El  asador 
Terdadero  consisle  en  una  varilla  de  hierro 
lar^  y  angosta,  parecida  á  la  hoja  de  una  es 
pada,  que  termina  en  punta  por  un  lado  y  por 
el  otro  en  una  sorlija  ó  manecilla ,  y  que  sirve 
para  envasar  la  carue  y  asarla  dáodola  vuel' 
tas  sobre  el  fuego.  Al  principio  fué  esta  la 
única  especie  de  asadores;  despues  se  inven- 
taroQ  otros  que  consistian  en  un  tambor  gira- 
torlo,  dentro  del  cual  se  encerraba  un  perro, 
quieu  deseoso  de  escspar,  le  bacia  girar  sin 
descanso;  y  últimamente,  los  adelantos  de  la 
maquinaria  ban  facilitado  la  ínvencion  de  lo« 
asadores  de  movimiento.  Sabido  es  que  estas 
miquíoas  consislen  en  una  combinaolon  de 
ruedas  movidas  por  un  peso  ó  resorte  ,  como 
los  relojes,  de  que  se  diferenciao  por  el  re- 
gukidor,  que  es  un  volante  en  lugar  de  un  ba^ 
lanc-ion  ó  péndola.  Sl  árbot  del  volante  ebtá 
torneado  á  rosca,  en  1a  aual  encajan  los  dien- 
tes  de  la  última  rueda.  Se  han  adoptado  estos 
con  preférencia  á  todos  los  demas,  en  rason  á 
que  cada  diente  de  la  rueda  bnce  que  el  vo- 
lante  dé  una  vnelta  entera;  sin  embargo,  eomo 
estc  gira  ftmasiado  apftsa,  es  menester  vol« 
verlo  i  armar  dos,  tres  6  mas  veces  antes  que 
86  ooQCluya  de  asar  la  pieza'  que  conlleoe. 
Otfo  inconveniente  de  este  sistema  es,  el  exor- 
bitante  peso  que  sc  necesita  para  vencer  et 
cboque  de  los  dientei»  dc  la  úUima  rueda  con 
la  moesca  del  caracol  del  volanle;  coo  el  ofo- 
Jeto  de  evitarlo  se  ban  inveutado  asadores  de 
viento,  es  decir,  que  se  mueven  por  la  cor- 
riente  ascendente  del  aire  que  pasa  por  cl 
cañon  de  la  chimenea  caando  se  enciende 
fuego  en  ei  fogou.  En  esta  clase  de  máquinas 
el  volante  es  cl  que  recibe  el  movimiento  y  lo 
trasmite  á  las  ruedas.  Para  formarse  uoa  idea 
de  dicho  voUnte,  es  meoester  fl^urarse  uu 
pequeño  molino  de  viento  con  diez  ó  doce  as 
pas,  y  que  este  se  mueve  horizontalmente  en 
el  caúon  ó  luvo  de  la  chimenea.  Estos  motores 
bacen  girar  muy  bicn  el  asador,  y  no  tieoen 
occesidad  de  mootarsc  de  nuevo;  pero  no  se 
pucden  usar  mas  que  en  chimencas  de  caño- 
nes  muy  ancbos.  y  ademas,  se  neceslta  gastar 
demasiado  en  cl  combuslible  quc  sostiene  et 
agente  que  les  da  movimiento.  Hace  muy  po- 
cos  mcses  se  ha  descubierto  un  asador  cuyo 
regulador  es  on  liquido:  cuestan  mucho  mas 
baratos  qne  los  antlguos;  son  manuales  (sean 
de  pcsas  ó  de  resortes)  y  no  bay  necesidad  de 
armarlos  mas  que  una  sola  vei  para  asar  doi  to* 
do  una  pieza. 

ASAFÉTIDA.  (J^ateria  tnédica)  Zumo  resi- 
noso  qne  sale  por  incision  del  coello  de  la  raii 
y  de  la  raii  miaiia  do  ia  /emla  mmhfmtida, 


planta  dela  famlliadelas  umMíferas,  qaeere- 
ce  en  e1  liloral  medilerráiie»  del  Aaia  y  del  Afrf* 
ca,  en  Pcrsia,  etc. 

Elasafélida  en  lágriroas  (qnees  1a  mases- 
cogida)  se  presenta  en  forma  de  pequeñas  nt« 
sas  granuladas,  de  un  blanco  sucio,  semMras* 
parentcs;  su  sabor  es  plcante;  su  olor  fberte,  f 
un  tanto  parecido  aldel  ajo.  Se  cooqione  de  61 
partes  de  resina,  36  degoroa  y  dé  basorina,'y 
3  de  aceíte  esencial.  Es  caal  iosohible  ea  i 
agua,  pero  se  disoelvebiefien  e1  vínagre,  el  ai- 
cohol  debllitado  y  la  yema  de  huevo.  Es  é^« 
mulante,  antíspasmódica  y  vermifegat  se  ad« 
ministra  con  profecho  paralas  afecciones  ner^ 
viosas,  sobre  todo  cn  las  mqgeres  Ut  déeitei 
de  X)»',  5  á  5  gramos. 

No  obstanee  el  ingrato  olor  del  a:9afétlda« 
olor  que  1e  ha  becho  dar  el  nombre  de  estiér* 
ool  del  diabh  (stercus  diaboli) ,  los  oríental^y 
y  en  particufar  lospersas,  loosan  hafcitaalmeiH 
te,  empleándola  como  condimento,  y  hasta)  se* 
guu  dtcen  Tonmefórt  y  Gbardln)  mitan  coneni 
el  borde  de  loe  vasos  eú  que  bebeo  para  dar 
roas  sabor  y  pcrfuroe  a1  Hquldo  contentdo. 

ASALTO.  {Árte  militar.)  Acomeiimiento  \m* 
peteoso  y  repentioo  conlra  los  muros  de  coal* 
quler  fortaleza  para  apoderarse  de  eila  proD'^ 
tamente  y  á  víva  fuerza. 

Derívase  esta  voz  det  verho  Tafíno  salio,  ü^ 
ire,  (saltar.)  Guando  una  fortalesa  enemiga  es 
de  necesidad  absoluta  para  un  ejérclto  belíge^ 
rante,  y  lo  perentorio  de  laa  cirouostaooiaȎ 
un  descuído  cualquiera  en  dicha  fortaleza  acoo- 
seja  la  posesion  de  etla,  un  coerpo  de  tropas, 
oue  se  marca  de  antemano,  asiilta  la  tiasa 
0  fortificacion,  Tambíen  se  hace  el  asatlo  eif 
él  ataque  formal  de  las  plazas  cuando,  ya  es- 
tablecidaa  las  baterias ,  ban  abierto  suOcieDlB 
brecha  para  dar  paso  A  las  tropas  asaltaBtea. 
Para  este  trance  terríble  se  escogen  ó  sorteaa 
la  parte  de  tropas  que  debe  tr,  y  alguna  vet 
tambieo  se  ofreccn  premios  á  los  que  se  pre- 
sentcA  para  dicho  peligro ,  en  cuyo  caso  al 
asalto  se  hace  por  voluntarios.  En  cualqaiera 
de  estos  casos,  á  la  tropa,  que  marcha  á  hacer 
la  escalada  de  los  parapelos  ó  á  franquear  la 
breclia ,  so  llama  siempre  la  columna  d* 
asalto, 

Eq  este  articulo  tenemos  qae  considenr 
separadamentedoscasod,  el  uno  el  del  ataqoe, 
^u  el  cual  direroos  algunas  de  las  príncipalef 
disposicionos  que  deben  tomar  con  aniicipa- 
cion  las  tropas  que  acometen.  y  el  otro  el  áe 
la  defensa,  en  lo  que  harcmos  lo  mismo  respee- 
to  á  las  tropas  acometidas.  Considerareoios 
arobos  con  bastante  brevedad ;  pues  en  los  ar- 
tículos  ataquie  y  defensa  de  las  plazas,  se  ace* 
bará  de  esplayar  esta  maleria. 

Tropas  asaltantei,  Cuando  se  va  i  asalUr 
un  punto  forliflcado,  es  preciso  ante  todo 
calcular  la  proximidad  del  cnemigo  que  paede 
sooorrerle  con  respecto  A  la  doracion  del  asal* 
10,  tomar  laa  príncipales  avenidas  de  aqeel» 
conflariaslasMiQle  eo  el  baea  áaliio  de  loe 


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801 


ASALTO 


m 


M^ados.  Gonfar  oon  qne  1a  gnarnicion  del 

pimtoes  débil,  poca,  ó  estaren  ioteUgenciacon 

algnna  parte  de  ella  para  qoe  ests^  franquee 

algana  barrera,  etc.  Decidido  elasalto,  sedivi- 

den  las  tropas  en  tres  secciones  principales: 

nna  de  reserva,  qne  Tigile  las  avenidas  proba- 

bles  del  enemigo  ¿  socorrer  el  puoto,  otra 

seccion  de  reten  en  el  campo  para  soslener  ó 

secundar  el  asalto,  y  por  ültimo  la  seccion  ó 

eolumna  de  (ualto,  E¿ta  ha  de  ser  blzarra  y 

escogida  de  coalquiera  de  las  maneras  que  de- 

Jamos  dichas.  Se  escriben  los  nombres  de  los 

asaltanles  con  lo  que  cada  pelolon  tiene  que 

ejecutar,  7  asimismo  se  da  la  órden  del  plan 

dcasallopor  escrito.  Debentenerse  biennota- 

das  7  conocidas  las  partes  y  particularidades 

dei  logar  6  fortaleza  qoe  se  va  ¿  acometer.  Si 

esta  fiiere  nna  cindad  ó  villa  se  practica  todo 

scmejaotemente.  Las  tropas  para  dar  el  golpe 

se  conduoen  hasta  el  campo  del  sitio  separa- 

das  ó  UDidas,  segnn  convenga  ocultar  mas  ó 

nenos  al  enemigo  dicha  clase  de  embestidas  á 

las  coales,  si  son  r¿pidas  y  bicn  calcuiadas» 

soele  llamárselas  golpes  de  mano,  A  la  tropa 

se  provee  de  todo  lo  necesario  para  franquear 

los  obst¿coios  qoe  hubiere;  con  los  petardos 

se  rompen  laa  paertas  cerradas;   se  quiebran 

ias  rejas  y  cadenas  y  barras  con  siérras,  limas, 

martillos  sordos,  agua  fuerte  de  tar^ntulas  ó 

de  lagartijas,  etc- ;  para  romper  estacadas,  ca- 

ballos  de  frisa,  etc,  sirven  sacos  de  tcla  cou 

iueeDdiarios,  cuyos  sacos  atados  por  la  boca 

aJ  estrecDO  de  on  paio  abrasan  toda  claHo  de 

artiücios  defensivos  de  madera;  para  pasar  so- 

bre  lós  abrojos,  pozos  de  lobo^  etc.»  se  llevan 

lablones  que  se  tienden  sobre  aquellos.  -fii  ios 

fosos  soD  de  agua  se  llevan  fagiuas  para  sobre 

ia  marcha  cegarlos  por  donde  hubierc  que 

asaltar;  si  son  cenagosos  se  Ilevauzarzos;  y  por 

óltimo,  para  destruir  las  talas,  y  cstacadas, 

allanar  los  pasos,  etc,  se  llevan  gastadores  ó 

zapadores,  los  cuales  sc  colocan  entre  la  van- 

goardia  y  cenlro  de  las  cokmnas  de  asalto, 

Si  bubiere  que  salvar  murallas,  las  tropas  de- 

beo  ir  provistas  (cuando  aquelias  son  al|a8)  de 

boenas  y  mucbas  escalas,  y  si  los  parapetos 

son  bajos,  de  pueotes  rodados  giratorios  sobre 

QD  eje,  los  cuales  sirven  para  cubrir  con  su 

tablon  del  fuego  del  enemigo  ¿  los  que  los  em- 

poj^n,  y  ya  cerca  del  parapeto,  lanzados  con 

foerza,   van  ¿  posar  el  eslremo  saliente  en  la 

cresta  de  este,  y  el  otro  estremo  en  el  borde 

del  glasis,  sirviendo  en  esta  forma  de  puente 

para  asaltar. 

Los  asaltos  y  muy  pr'incipalmente  las  esca- 
ladas,  se  flguran  por  vurlos  sitios,  ¿  mas  del 
verdadcro  por  donde  se  piensa  penctrar,  para 
dividir  de  este  modotodalagoaroiciouy  ocul- 
tar  roejor  el  verdadero  ponto  de  acomeiida.  A 
este  se  llama  ataque  verdadero  y  ¿  los  otros 
ataques  faUos.  En  lasescaladas.y  muy  parti- 
euiarnicnteenlosasaltosdebrecbas,  lastropas 
duben  componerse,  ya  que  no  en  so  totalidad 
de  nna  parte  de  granaderos,  para  lanzar  grana- 

4  87     UinUÜTISCA  PütULAU. 


das  de  mano  sobre  las  mnrallas  al  acercarse  á 
tiro.  Asaliada  la  pleza  y  poseida,  segun  las 
circunstancias  y  carácter  de  la  guerra,  suelen 
entregarse  al  saqueo,  en  cuyo  caro  (poco  co- 
ann  por  fortiina  en  la  actoalidad)  se  roarcan 
las  casas  roejores  para  los  soldados  quo  han 
afroQtado  el  mayor  peligro,  y  las  domas  sc  sor- 
tean.  Para  el  saqueo  se  señalan  con  anticipa- 
cion  las  horas  del  dia  quc  debe  durar  y  los  to- 
qocsque  han  de  servir  para  empezar  el  saqiieo 

?r  retirarso  despues.  qnedando  enlrctanto  un 
üerte  reten  sobre  las  armas  para  cvitar  una 
doble  sorpre.«a  del  enomigo. 

Las  escalas  deben  ser  de  la  medida  de  la 
mnralla,  fuertes  y  f¿ciles  de  Ilevar.  Si  el  asallo 
se  hiciere  de  noche,  se  arrlroar¿Q  al  muro  sin 
rumor.  Suelen  llevarse  aquellas  hechas  do  va- 
rios  pedazos,  que  se  juntan  en  mayor  ó  menor 
Dúraero  segun  la  altura  de  lamuralla.  Dcben 
tener  sus  garruchas  cncima  y  puntas  dc  hier- 
ro  en  sus  pies. 

Llegados  ¿  1a  brecha,  los  soldados  rompen 
el  fucgo  con  vlgor  y  serenidad,  avanzando  sln 
ceder  ante  el  enemigo.  Si  el  asalto  fucre  por 
cscalada,  varios  tiradores  apostados  dísparan 
sobrc  los  flancí'S  y  defensas  dc  la  muralla. 

Las  plazas  pueden  tambien  'ser  en  lugar  de 
asaltadas  tomadas  por  sorftresa,  y  esto  se  eje- 
cuta  principalmente  en  los  casos  siguieules: 
pordefectos  quetiene  la  muralla,  por  roturas, 
por  ser  aquellas  bajas  ¿  tan  débilcs  quc  se 
pueden  romper  y  abrír  fácilmente;  entrándose 
por  las  troneras  en  las  plazas  bajas;  {)or  las 
enti'adas  de  los  rios;  por  descuido  de  Ías  guar- 
dias;  embarazando  que  no  se  puedan  cerrar 
las  puertas  ni  levantar  los  puentes;  por  inteli» 
gencia,  apoder¿ndose  dei  cuerpo  de  guardia 
príucipal  con  gente  que  se  bace  entrar  ¿  la 
desfliada  ó  escondida  en  carros,  barcas  <>  tone- 
les;  á  tilulo  de  rendirse  ó  embozados;  en  trage 
de  campesinos,  mugeres,  mercaderes,  enfer- 
mo5,  frailes,  soldados  de  la  goarnicion,  etc 
Puedetambien  pegarse  fuego  ocultamente  4 
los  burgos  ó  mieses  del  campo  de  la  plaza  y 
mientras  de  esta  salen  ¿  apagaríe,  sorprender- 
se  la  puerta  de  ella.  Puedeo  llamarse  afuera 
los  de  adentro  con  algun  pretcsto  y  cntrarse 
despues  con  ellos.  Sabíendo  la  hora  ¿  que  de« 
be  entrar  en  una  plaza  una  partida  del  cnemi- 
go,  fíngir  que  es  la  misma.  Falsificaudo  una 
órden  que  mande  salir  de  la  plaza  toda  6  parte 
de  la  guarnicion  ó  que  haga  introducir  gente. 
Hacer  alarde  aute  la  plaza  de  haber  ganado  po- 
co  antes  trofeos,  banderas  y  prisioocros  para 
intimidar¿  la  goarnicion.  Alzandosonoraalar- 
ma  poriina  parte  para  eotrar  secrctamente  por 
otra.  Poseyendo  inteligencias  con  babitantes 
comprados,  de  quieocs  \m  precaucion  se  ten- 
gan  podcrosos  rehenes.  Ganando  algunos  cen** 
tinelas  iroportantes,  abriendo  despues  las  c¿r« 
celes  y  armando  los  prísioneros.  Gorrompien- 
Uo  (uunca  enveneuando)  las  municiones  de 
boca  y  guerra  ó  cortando  antes  ias  aguas.  Por 
T.    ui.    54 


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803 


ASALTO 


«04 


últlmo,  leDiendo  preparada  1a  guarDÍcioD  cod 
discordlas  contra  los  babitantes. 

Las  anteriores  y  otras  íDDumerables  son 
las  estratagemas  mas  propías  para  facilitar  el 
éxito  de  un  asalto,  escalada  ó  embestida  de 
DDa  plaza»  para  dar  con  éiito  un  golpe  de  ma* 
no,  Para  las  sorpresas  es  uecesario  aproximar- 
ae  de  nocbe  j  calcuiar  la  duracioD  del  ataque 
de  tal  maoera,  que  en  caso  de  desgracia  pue- 
de  bacerse  autes  del  dia  la  reürada,  evitaDdo 
asi  ea  lo  posible  que  la  pérdida  pueda  ser  de- 
masiado  grande.  Por  último  coovieDC  batir  i 
)as  patruUas  y  roudas  que  se  encueutreD,  cod 
arroa  blanca  para  no  alzar  cstrépito,  cuidaudo 
aderoas  del  mayor  órdeu  eD  todos  los  movi- 
mientos  y  emblstiendo  con  estraordinaria  ra- 
pidez  y  vigor  para  que  con  la  menor  duracion 
del  ataque,  sea  menor  1a  pérdida  de  gente.  Las 
capitales  de  las  defensas  son  los  mejores  pun 
tos  de  asalto,  asi  como  del  ataque,  por  acu- 
mular  menos  fuegos. 

Tropa$  üKaUadas,  Ed  los  medios  gcDera' 
les  que  acabamos  de  espouer  para  allaDar  los 
obstáculos  las  tropas  aealtautes  va  eDvuelto  el 
número  y  clase  de  aquellos  que  deben  teuer 
acumulados  por  preveDClOD  las  tropas  asalla'' 
da$,  La  guarDicioD  de  uua  plaza,  fuerte  ó  pue- 
blo  debe  maDteoer  siempre  la  mas  estrecba 
vigllaDcia.  Lo8  fuertes  destacados  de  las  pla- 
zas,  sinren  ademas  para  coDteDcr  el  impetu 
del  eDemigoy  dartiempo.al  socorro  dela  pla- 
za.  Ningun  gobernador  puede  entregar  uDa 
plaza  siD  que  al  meuos  baya  sosteDido  aDtes 
OD  boqroso  asalto.  Debe  cl  gobernador  de  un 
poDto  para  uo  ser  sorprcDdido  destacar  esplo- 
radores  y  espias,  que  i  cada  momento  le  den 
razon  de  1a  posiciOD  y  situacioD  del  eDemigo, 
tCDÍeDdo  de  aDtemano  meditada  la  defensa  que 
mas  le  conviene  segun  la  forma  de  ataque  que 
podiere  recibír.  Debe  teuer  establecidos  centi- 
nelas  en  ingulos  y  puntos  avanzados  y  de  do- 
minio  para  celar  el  campo.  La  guamicion  de- 
be  tener  puntos  designados,  empleando  una 
parte  para  el  servicio  diario  de  vigilancia  y  la 
mayor parte  dedescanso  para  iiue  se  balle  bien 
di5pue¿ta  cn  una  sorpresa.  Debe  teoeri  los  ha- 
bitantes  bien  repuestos  de  viveres  y  armas 
para  ayudar  en  caso  Dcces^ario,  derríbando  y 
quemando  en  el  campo  todo  lo  que  pudiese  ser 
útil  al  enemigo. 

Desde  que  se  avista  al  enemigo  i  tiro  de 
cafion  empezari  i  Jugar  la  artilleria,  y  despues 
la  fusllería  dispuesla  en  varías  Olas,  diFparan- 
do  las  que  esliD  eo  el  parapeto,  y  cargando  las 
armas  para  maa  granear  el  fuego,  otras  fllas 
colocadas  en  la  subida  interior  y  piso  de  la 
obra.  El  fuego  debe  segoir  sin  interrupcion, 
coDtiDuaDdo  durante  ei  asalto.  que  se  tira- 
Tin  graDadas,  bombas,  resloas  birvieDdo,  bar- 
riles  y  botes  de  metraiia  colocados  eo  la  bre- 
cha,  etc,  etc. 

Cada  cuerpo  ó  peloton  de  babitaotea  debe 
teoer  de  aotemaDO  marcadoa  ios  puotos  y  M- 
neu  Interiorea  de  retiradaparaQneyeDto.De- 


be  el  gobemador  dislriboir  i  lot  de  1a  brecte 
(si  el  aialto  es  de  brecba)  rodelas  y  mantel^ 
i  prueba  de  bala.  La  guaroidoa  puede  repa^ 
tirse  para  mejor  defeosa  en  seia  partes  del 
modo  siguieote: 

Dos  seatos  pueden  estar  en  el  coerpo  de 
guarüia  príocipai  para  acudir  doode  mejor 
coDviDiere. 

Ud  sesto  puede  repartirse  por  los  poestoi 
que  00  fuereo  atacados. 

,  Tres  sestos  sirveD  para  la  defensa  de  Im 
trcs  puDtos  que  siempre  se  deben  presuponer 
atacados. 

Un  seslo  (de  500  soldados  por  cjemplo)  se 
dividirien  40  partes. 

Dos  décimos  se  poodrin  en  ia  brecba  paia 
tirar  y  defenderla. 

Tresdécimos  mas  atris  para  sostenery 
relevar  i  loa  prímeros. 

Dos  décimos  i  los  flaocos  y  lagires  dt 
donde  se  descubre  la  brecha. 

Tres  décimos  forroados  en  1a  plasa  dd 
baloaríe  ó  i  los  lados  sobre  el  terrapleD,  ca- 
biertos  por  el  parapeto. 

Ix>8  habttantes  poedeo  repartirse  en  igaal 
proporcioD,  y,  meoos  los  destioados  i  lade* 
feosa,  los  demaa  pueden  servir  para  echar 
fuego,  piedras,  llevar  munidones  y  dems 
efectos. 

El  goberoador  de  ooa  plaza  debe  tener  con 
elcapitan  general  de  so  distrítod  gefediredo 
uua  contrasena  mútua  particolar,  para  distin- 
guir  los  verdaderos  oflcios  de  los  falsos,  y  no 
verse  eogañado  por  la  astucia  del  enemigo. 

Reducidos  los  defensores  al  último  estre- 
mo,  debe  el  gobemador  reonir  en  oon$tjo  i 
todos  sus  gefes  subaiternos  y  consultar  sa  pa- 
recer  despues  de  esponerles  e1  verdadero  es- 
tado  de  la  plaza,  etc.  Gonviniendo  el  conse/oet 
capitular  se  escríbe  el  acla  detallada  del  sitio, 
los  soldados  perdídos,  causas  para  la  reodi- 
cion,  etc,  flrroando  dicha  acta  todos  los  del 
coniéjo  y  los  príncipales  ciudadanos.  Se  toea 
llamada  y  se  hace  la  tregua  para  capitular  eo* 
viando  al  campamento  enemigo  ó  recibieodo 
en  la  plaza  á  los  pariamentaríos,  que  deben 
entrar  con  los  ojos  vendados,  y  doblando  por 
prevcncion  lasguardiasduranteel  parlaroeolo. 
El  gobei  nador  por  ningun  conceplo  debe  sa- 
iir  de  la  plaaa.  AJustada,  bien  determioada, 
aceptada  y  flrmada  por  ambas  parles  la  capi- 
tulacion  mas  ventajosa  qiie  se  pueda  por  par- 
le  del  vencido,  «c  cumpliri  exaclameote,  exi- 
giéndose  rehenes  de  U  una  parte  i  laotra,  los 
cuales  dcben  ser  devoeitos  iomedialameote  de 
cumplida  aquella. 

Las  capiiulaciones  mas  ventajosas  soo:  sa* 
llr  la  guaroiciOD  libre»  tocando  ias  ca|as  de 
guerra,  baa^eras  desplegadas,  fosilesarmadoi» 
cargados  y  cebados,  la  artiilcá^ia  y  el  treo  eon 
las  moDiciooes  oecesarias,  carros  y  bagage 
para  cooducirloseDferfflos;  laescolia  soficien- 
te  basta  e1  logar  qoe  se  seoale  por  tai  camiao 
7  en  el  tiempo  mnrcido,  dc}aDdo  rebeoes  paia 


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801 


ASALTO— A8AMBLEAS 


806 


1i  tegnridad  de  It  emlta  7  restilacion  reci- 
proea  de  prisioDeros.  En  estos  gloriosos  casos 
de  capitolacion  áebe  salir  la  goamicion  en  el 
órden  siguienle: 

4.**    I^mítad  de  ta  caballeria. 

t.*    La  infanteria  llevando  en  medio  ei  ba« 

3.^   Los  gefes  soperiores  con  la  otra  mitad 
de  la  caballería. 

La  escolta  llena  nna  parte  á  vangnardia» 
otro  enmedio  de  la  infanleria  y  á  retaguardia 
la  demas;   pero  esle  órden,  asi  como  el  ante- 
rior,  no  es  consiante  en  cl  dia.  Por  sábia  pre- 
caodon  deben  tambien  tenerse  en  los  puntos 
del  campo  mas  ¿  propósito  al  eoemigo  algn- 
nas  fogalai  ocultas,  que  cn  estos  traoces  de 
aporo  pueden  Tularse  7  destrosar  á  los  asal< 
taotes.  Para  evilar  los  asaltos  por  sorpresa  se 
debe  Yigilar  si  los  quc  acostnmbran  ¿  salir  de 
la  plaxa  pueden  dar  sospechacon  su  conducta; 
tocar  alguna  alarma  falsa  para  ler  si  todos  acu- 
den  pronto¿  los  puestos  sedalados,  7  tener  cui- 
dado  con  los  raslrillos  y  puertas  fóriándolos  7 
diape¿ndolo3  contra  proeba  de  petardo;  re- 
foraar  las  partes  flacas  con  estacadas  cubrien- 
do  las  puerlas  con  fortiflcaciones  esteriores  7 
doblando  á  la  entrada  las  puertas  con  rastri- 
iloe,  estacadas,  cadenas  sarracioescas,   caba- 
llos  de  frisa  7  pnentes  letodizos.  Se  cuidar¿ 
igoalmeote  de  no  hacer  las  entradas  7  puen- 
tes  muertos  en  Itnea  recta,  d¿ndoIes  algun 
coerpo  de  goardia  en  medio;  de  fabricar  las 
poertas  en  un  ¿nguío  saiiente  alronerando  sus 
freotes  para  la  fusilcria;  de  tmer  apuotados 
contra  las  partes  mas  sospecbosas  pedreros 
cargados  de  baias  7  clavos.  Contra  los  asaltos 
por  escalada  se  previene  gran  copia  de  vigas, 
piedras,  combustib!es,  etc,  fosos  con  ngua, 
falsas  bragaSy.euoetas,  cootraescarpas,  reves- 
tíDiÍentús  7  estacadas,  las  cuales  entorpecen 
el  arrímo  de  las  escalas;  de  balas  encadena- 
das;  se  rorope  el  hieto  que  hagan  las  aguas  de 
los  fosos  en  inviemo,  con  coyos  medlos  gene- 
rales  se  asegura  un  punto  contra  cualquiera  de 
los  trés  asallos  de  brccha,  por  $orpre$a  y  por 
embestida,  asi  como  de  la  parte  de  inteligen- 
da  que  en  la  plaza  poeda  existir  con  los  ene- 
mlgos. 

Coanto  bemos  dicho  es  mu7  vago  7  geoe- 
ral;  pues  todas  las  preC'aucÍones  de  un  gober- 
nador  que  deflende  ó  de  on  general  que  asalta 
dependen  de  la  astocia  7  del  talento  de  cad^ 
000,7  ^  1&  astocla  7  al  taleoto  no  puedeu 
sedalarse  reglas  ni  imponerse  limites  marca- 
dos.  La  ordeoaoza  del  ejército  español  tiene 
indicadas  leyes  numerosas  sobre  este  punto, 
pero  no  por  ser  en  mayor  número  dejarán  de 
ser  iusuficientes,  segun  las  varias  circunstan- 
eias,  asi  ¿  los  qne  asaltaren  como  ¿  los  quc 
gobiernen  las  plazas  asaltadas. 

Los  asaltos  fueron  muy  comnnes  en  los 
«Dtiguos  tíempos;  en  los  coales  entraba  por 
caal  todo  en  la  goerra  la  intrepidez  de  cada 
lao,  7  el  arie  de  eUa  no  se  ballaba  como  dea* 


pnes,  7  mo7  príncipalmente  desde  el  intenfode 
la  póivora,  sujeto  ¿  un  vasto  sistema  de  c¿lculo 
y  pcrícia.  Los  ¿rabes  erao  moy  dados  ¿  esta 
clase  de  peleas  en  los  sitios,  coya  particola» 
rídad  cra  consecuencia  inmediata  del  car¿cter 
inquleto,  altanero  é  impetuoso  de  aqucl  pue- 
blo  tan  singular  y  poético.  El  asalto  dc  Tole- 
maida  por  los  cruzados  es  uno  de  los  mas  fa- 
mocos  de  la  edad  medía. 

En  las  guerras  modernas  son  de  los  mai 
célebres  los  asallos  de  Sau  Juan  dc  Acrc,  Tar- 
ragona,  Aslorga,  Tarífa,  Badajoz  y  Ciudad-Ro- 
drígo  por  los  fraoceses  en  las  guerras  de  Na- 
poleon,  y  otros  iuoomerables  por  los  españo- 
les  en  la  última  y  desastrosa  guerra  civil. 

Tambien  suele  aplicarse  la  voz  asedio  al 
sitio  formal  de  tína  plaza.  (Véatise  ataqub, 

SITIO.) 

ASAMBLEAS  REPRESENTAin'ES.  {PoHltca.) 
No  hay  en  el  mundo  mas  que  dos  clases  de 
gobiernos  posibles;  los  que  se  rigen  por  una 
sola  persona  y  los  qoe  son  dirigidos  por  na 
cuerpo  colectivo.  A  veces  soccde  qoe  el  go- 
bierao  de  ono  solo  se  balla  coadyuvado  mas  6 
menos  decisivamente  por  una  reunioo  de  per- 
sonas  enviadas  por  el  pueblo,  y  en  ooo  y  en 
otro  seotido,  ya  cuando  gobieman  por  si  mis* 
mas  como  si  obran  en  una  esfera  inferíor  ¿  on 
gefe  supremo,  como  que  en  ia  realidad  son 
delegadas  de  aquel  se  ilaman  por  esto  asam- 
bleas  represcntantes. 

Puedc  decirse  que  boy  Tivimos  en  la  épo- 
ca  de  las  cámaras  electivas,  que  se  conocen 
en  muchos  estados  en  cuyos  negocios  ban  in* 
fluido  poderosamente,  y  por  lo  tauto  conviene 
saber  lo  que  deben  scr  estas  asambleas,  pues 
es  iunegable  que  influyen  poderosamente  en 
la  sucrte  dc  la  nacioncs.  Yamos  ¿  enumerar 
sus  inconveuicntes  y  su^  ventajas,  empezando 
por  reconocer  sus  peligros  y  sus  vicios,  y  lue- 
go  tratarcmos  de  las  ventajosas  consecucncias 
de  estainsiitucion. 

Una  asamblca  es  una  agregacion  de  hom- 
bres  que  se  adopta  ó  desccha,  por  mayoria,  las 
proposiciones  qoe  se  someten  ¿  su  delibera- 
cion.  Estc  derecho  de  adopcion  ó  de  uegativa, 
en  la  mayoría  de  \zs  asambleas  descansa  so- 
bre  el  derecho  qoe  se  atríboye  ¿  la  mayoria 
en  general.  El  derecbo  de  la  mayoria  no  ea 
realmente  sino  el  de  la  fuerza;  luego  la  fueraa 
se  dir¿  no  es  on  derecho  sioo  un  hecho. 

Este  argumenio  no  tiende  ¿  contestar  sa- 
tisfactoriamcute  el  principio  de  que  en  toda 
sociedad  bien  organizada,  la  minoria  debe 
obedecer  ¿  la  mayoría;  porque  si  se  estable- 
ciese  lo  contrarío,  adcmas  de  que  la  injusti- 
cia  no  seria  menor,  babria  entonces  un  impo- 
sible;  pero  resulta  de  esto  que  si  las  decisio* 
nes  de  la  mayoría  son  necesariamente  las  úoi- 
cas  legale.^,  ellas  puedcn,  sin  embargo,  no 
ser  siempre  legUimas.  La  mayoría  puede  ser 
ignorante,  iojusta,  apasionada;  puedc  conver- 
tirse  en  sanguinaría  7  en  feroz;  poedc  agitarse 
oontra  las  ndnoriaa»  oomo  loa  dtopotaa  le  agi« 


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8o: 


ASAMBLEAS 


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tan  cootra  los  pueblos;  y  entonces  e1  gobíerno 
de  la  mayoria  no  es  menos  opresivo  qoe  la 
tiraoía  de  un  hombre,  y  no  tiene  mas  titulos 
paru  ser  respetado.  Estos  escesos  de  la  mayo- 
ría  puedcn  cometerlos  las  asambleas,  cuai- 
quieru  quc  sca  su  origen;  y  aun  ias  asarobleas 
bajo  cstü  concepto  son  mas  temibles  que  las 
mayorias  populares. 

Los  bombres  rcunidos  en  gran  número  son 
impulsados  por  los  movimieDtos  generosos;  de 
ordinario  la  compasion  acaba  siempre  por 
vencerlos,  si  no  les  mucve  mas  poderosamente 
)a  voz  dc  ía  justicia;  pero  esto  se  veriflca  siem- 
prc  que  obran  en  su  propio  nombre.  La  mu- 
chedumbre  sacrifica  sus  inlerescs  á  sus  emo-^ 
ciones;  pero  los  representantes  dc  un  poeblo 
no  se  creen  autorizados  para  imponerle  tal 
sacriflcio;  son,  ó  se  dicen  contenidos  por  el 
sentimiento  de  su  mision  legal:  y  á  la  manera 
que  los  ministros  de  un  rey  sou  ordinaria- 
mente  mas  severos  y  desapiadados  que  e!  rey 
mismo.  asi  los  niaudatarios  del  pueblo  son 
siemprc  mas  sevcros  y  mas  crueles  que  el 
mismo  pueblo.  Poroira  parte,  no  hayque  ba- 
cerse  ilusiooes,  por  mas  que  la  mayoria  fuese 
en  cl  fondojustay  razonabie,  esla  razony 
esta  juslicia  pueden  scr  garantías  muy  iosu- 
flcieotes.  üna  miooria  bien  compacta,  que  tie- 
ue  la  vcntaja  dcl  ataque,  que  alemoriza  ó  se- 
duce,  argumcnta  ó  umenaza  sucesivamente, 
domioa  tarde  ó  temprano  á  la  mayoria.  La 
violencia  reune  á  los  hombres,  porque  los 
ciega  en  todoloque  no  es  su  pcnsamiento* 
priocipal;  h  moderacion  los  divide,  porque 
deja  el  espiritu  abierio  á  todas  las  coosidera- 
cioues  parciales.  La  Asamblea  coostitoyenfe 
fraocesa  estaba  compoesta  de  hombres  esti- 
mables,  los  mas  ilustrados  de  Fraocia:  ¡cuáo- 
tas  veces,  sin  embargo,  decretó  leyes  repro- 
badas  porsu  propiarazon!  No  llegabau  á  cien 
hombrcs  ios  queen  la  Asamblea  legislativa 
querian  destruir  la  Oonstitucion  de  1794;  y 
sin  embargo,  ella  se  vió  precisada  ¿  seguir ' 
una  conducta  opuesta  á  sus  voluntades  y  de-  i 
seos.  Las  trcs  cuartas  partes  de  la  Convencion 
se  habian  horrorízado  dc  los  crimenes  que 
manrharon  los  primeros  dias  dc  la  república; 
y  los  aulores  de  eslos  crímenes,  aunque  en 
escaso  número  en  su  seoo,  no  lardaron  en 
subyugarla.  Una  asamblea  entregada  á  si  mis- 
raa  y  siri  represion  que  le  venga  de  fuera,  eB 
de  todos  los  poderes  el  mas  ciego  eo  sosmovi-  ¡ 
mieotos,  el  mas  iocalculable  en  sus  resulta-  ! 
dos  para  los  miembros  mismos  que  los  compo- 
nen.  Las  asambleas  tienen  otros  vicios  análo- 1 
gos  á  los  que  aplican  los  publicistas  algunos 
remcdios. 

El  primero  de  ellos  es  la  indicacion  clara  y 
prccisn  de  los  limites  de  quc  no  puedan  es- 
traviarse  sín  salirdc  su  esfera,  y  sin  esceder 
su  competencia  legal,  que  puede  tomarse  has- 
ta  cicrto  punto  de  la  competencia  del  que  le 
ha  dado.su  poderes.  El  pueblo  no  posee,  co- 
mo  tampoco  posee  el  indivlduOi  ol  derecho  de 


hacer  leyes  injastas;  es  decir,  leyes  qnealen- 
ten  contra  los  derecbos  personales  cfoe  cadt 
miembro  de  una  asodacion  se  reserva  al  en* 
trar  en  ella.  La  mayoria  no  esü  antorisada 
para  Bujctar  á  la  minoria  en  sns  opiniones,  eo 
su  iodustría,  eo  el  ejercicio  inofensifo  de  sos 
facoltados.  La  roayoria  se  convierte  en  tiri- 
nica,  cuaudo  atenta  á  la  libertad  de  la  minoria 
ó  de  uno  de  sus  miembros,  sin  que  la  ley  le 
haya  autorízado  para  eilo,  ó  cuando  ateota  á 
su  f  ida  sin  que  los  Jueces  competentes  bayaa 
pronunciado  una  sentencia  conforme  á  leyes 
I  auleriores.  La  mayoria  carece  en  este  seotido 
I  de  facuitades  de  dar  á  las  leyes  efecto  retroac- 
I  tivo.  Ifay,  en  fln,  otrascircunstancias  qoe  poe- 
I  den  desvirtuar  ia  legitimidad  de  ia  mayori», 
siempre  que  despreciando  las  leyes  presciode 
de  ellas,  y  entonces  se  bace  dé^)ota  y  tiriin- 
ca.  Toda  mayoría  cuyas  resolnciones  esceden 
los  limites  indicados,  sea  usorpando  los  dere- 
chos  individoales,  sea  promulgando  leyes  re- 
froactivas  ó  iojustas,  y  atribuyéndose  el  poder 
Judicial,  podria  llegar  ¿  scr  una  mayoria  fac- 
ciosa  y  criminal,  cuyos  actos  vendrían  á  ser 
atacados  de  iiegitimos. 

Para  disminuir  cstos  abusos,  ademas  de 
liabersc  fljado  con  ciarídad  ias  atríbuciones  de 
las  asambieas,  se  adoptó  tambiea  la  precau- 
cion  de  dividirías  en  dos  secciones,  qne  disco- 
tan  separada  y  succsivamente,  y  sin  que  teo- 
ga  valor  decisivo  niugun  acuerdo  á  qne  no  ba- 
yan  coocurrido  ambas  seccioues  ó  cuerpos  lla- 
mados  c¿mar8S. 

Esta  division  en  dos  secciones  separadis 
crea  dos  cuerpos  quetienen  interés  en  sosteoer 
sus  dec;isiones  respectivas;  y  hay  en  este  easo 
una  mayoría  contra  otra  mayoría.  L«  del  coer- 
po  mas  nnmeroso,  uo  siendo  sino  una  mayo- 
ria  de  convencion,  es  decir,  facticia»  en  coin- 
paracion  con  la  nacion  entera,  no  se  atrevei 
poner  en  duda  la  legalidad  de  ia  mayoría  me- 
nos  oumerosa  qoe  le  est¿  opuesta. 

Hay  por  último  on  presenrativo  cl  mas  ei- 
caz  contra  los  abosos  de  las  asambleas,  este 
es  la  facultad  de  disolucion,  conferída  ¿  on 
poder  estraño  ¿  los  debates  de  las  asambleas 
y  ¿  los  actos  que  pueden  hacer  esta  disolocion 
necesaria. 

Esta  es  la  teoria  comun  en  materia  de 
asambleas  representantes;  y  los  estados  curo- 
peos  que  son  regidos  por  los  gobiemos  lla- 
mados  representativos,  casi  todos,  con  rarisi- 
ma  escepcion,  poseen  dos  c¿maras  en  donde 
se  discuten  y  analizan  las  leyes;  y  en  todoi 
exisle  un  poder  moderador  que  decide  los  con- 
flictos  que  se  presentan  entre  el  poder  ejecn- 
tivo  y  el  legislativo,  unas  v eces  separando  ¿ 
los  consejeros  de  la  corona  qne  no  se  bailea 
en  armonia  con  el  pais,  otres  disolTieodo  es- 
tas  asambleas  y  consultando  al  pueblo  por  me- 
dio  de  nnevas  elecciooes. 

Este  es  tambien  ei  principio  admitido 
por  noestra  Gonstitucion  vigente,  qoe  esia 
4e4845.  Por  eUael  poder  legislatiro  reside 


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ASAMBLEAS-ASBBSTO 


840 


efi  las  córt«g  eon  el  rey.  Estas  córtes  sehallaD 
diTÍdidas  en  dos  cámaras  ó  asambleas;  la  una 
de  diputados  que  nombra  el  paeblo  por  medio 
de  lus  electores;  la  otra  se  compone  de  las 
emíoendas  ÓDOtabllidadespoliticas  ócieDtifl- 
cas,  disllDgQiéndose  de  la  popular  en  que  es- 
ta  es  Dombrada  como  se  ha  dicbo  por  el  pueblo, 
por  el  tiempo  de  una  legislatura  que  dura 
ciDco  anos,  á  no  ser  que  autes  se  disuelva;  y 
lo8  índiTiduos  de  la  otra  son  nombrados  por 
decretos  especiales  7  su  cargo  es  vitalicío. 
Bstas  cámaras  son  iguales  en  facuitades. 

El  CoDgreso  de  los  dlputados  se  compono 
de  los  que  Dombren  las  juntas  electorales  en 
la  forma  que  determine  la  ley.  Por  cada  60,000 
almas  de  poblacion,  se  oombra  un  dipntado,  y 
para  serlo  se  necesita  dísfirotar  larenta  pro- 
cedente  de  bienes  raices  ó  pagar  por  coDtri- 
bociODes  directas  la  caDtidad  qne  la  ley  elec 
toral  exige,  que  esá  saber,  12,000  reales  de 
reota  ó 4,000  de  coDtríbuciones.  Quedau  suje- 
los  á  reeleccion  los  dipotados  que  acepteu 
distiDCioDes,   comisioDes  coo  sueldo  ti  otros 
empleos  que  no  seao  de  escala  eo  la  carrera 
EI  Seoado,  que  es  otra  de  las   asambleas 
en  que  están  divididas  las  córtes  de  España, 
ae  compoDe  de  un  Dúmero  ilimitado  de  iodi- 
viduos,  cuyo  oombramieDto  pertenece  al  rey. 
Solo  pueden  obtenerlo  los  españoles  mayores 
de  treíDta  aoos  de  edad,  que  teDgao  30,000 
reales  de  reala  ó  sueldo,  y  perteoezcan  ¿  las 
clases  de  presidentes  de  algun  cuerpo  cole- 
^islador,  seoadores  de  las  antignas  córtes  ó 
diputados  Ires  veces  admitidos  en  cllas;   los 
DiÍDislros,  consejeros,  prelados,  grandes,  ca- 
pitaoes  ó  tenientes  generales,  embajadores, 
presidentes,  DQinistros  ó  Üscales  de  tribunales 
sopremos;  los  titulos  de  Castilla  con  60,000 
reales  de  reota;  y  los  que  un  año  antes  pa- 
gasen  8,000  reales  de  coDtribucion  directa  y 
bayan  sido  seuadores  ó  diputados  á  córtes  y 
proviDciales,   ó  alcaldes  de  los  pueblos  de 
30,000  almas,  6  presideDles  de  juotas  ó  tribu- 
Dates  de  comercio.  Las  coudiciones  Decesarias 
para  ser  Dombrado  scDador  pueden  variarse 
por  una  ley;  su  nombramiento,  como  ya  se  ha 
dicbo,  se  hace  eo  decretos  especiales  espre- 
saodo  el  título  cn  que  se  funde.  Ademas  de  las 
facultades  legislalivas  correspoude  á  nuestro 
Seoado  joxgar  á  los  miDistros.   cuaDdo  ñieren 
acusados  por  el  Gongreso  de  diputados,  co- 
Docer  de  los  delitos  graves  contra  la  persona 
y  dignidad  del  rey  o  cootra  la  seguridad  del 
Estado  conforme  á  lo  que  eslablecen  las  leyes, 
yjozgar  á  los  individuos  de  su  seno  en  los 
casos  y  en  la  forma  que  aquelias  determinen. 
Ademas  de  estas  circunstanMas  relativas 
á  cada  uiio  de  los  cuerpos  deiiberuotes  y  olras 
dispoEiciones  en  nuestra  Coustitucion  qoe  les 
soD  corounes,  el  rey  puede  suspender  y  cer- 
rar  las  sesiones  y  disolvcr  cl  Congreso,  con- 
vocando  empero  otras  córtes.  Estasse  reunirán 
eslraordinariamente  luego  que  vacase  la  coro- 
Da  ó  se  imposibilitase  el  rey  para  gobernar. 


Gada  udi  de  ambas  asambleas  ftirma  so  regla- 
mento  interlor  y  califlca  las  elecciones  de  sus 
iodividuosó  examina  los  documentos  para  su 
admision.  No  puede  estar  reunida  la  una  sin 
estarlo  al  mismo  tieropo  la  otra.  Sus  sesiones 
son  públicas,  escepto  en  los  casosquerequieran 
reserva;  no  pueden  deliberar  juntas  ni  cu  pre- 
sencia  del  rey,  teniendo  con  estc  la  iniciati- 
va  de  las  leyes;  sus  resoluciones  se  toman  á 
pluralidad  absoluta  devotos.  EIGongreso  nom- 
bra  su  presidente,  vice-presldente  y  secreta- 
rios;  e1  Senado  los  secretarios  únicamente, 
siendo  facultativo  do  la  corona  el  nombramlen- 
tode  presidenteyvice-presidente  de  entre  los 
roismos  senadores.  Las  córtes  ademas  reciben 
airey,  isu  sucesor  y  á  la  regencia,  el  Jnra- 
mento  de  guardar  la  Gonstitucion  y  las  leyes, 
resolviendo  cualquiera  duda  sobre  la  sucesion 
á  la  corona.  Tanto  los  senadores  como  los  di- 
putados  son  inviolablesporsus  opiniones  y  vo- 
tos  eo  el  ejercicio  de  su  cargo,  sin  quepuedan 
ser  procesados  ni  arrestados  durante  las  sesio- 
nes^  i  no  serlo  in  fraganti. 

Todavia  aDadircmos  mayores  detalles  sobre 
esta  materia,  en  los  varíos  y  muy  disUntos 
puntos  que  comprenden,  cuando  lleguemos  i 
los  articulos  congrbsoee  diputados,  sbnado, 

COBTBS. 

Gon  estas  iodicaciones  se  presenta  m  me* 
dio  dc  comparar  las  teorias  generales  de  los 
pohlicistas  con  las  disposlcionesde  noestro  de- 
recho  público,  bastante  análogas  con  aqoellos 
en  esta  matería.  Hay  algonos  qoe  tratan  de 
poner  ohsticulos  i  la  reeleccion  de  los  miem- 
bros  de  las  asamblcas;  péro  esta  idea  es  Qna 
cxageracion  republicana  y  peiigrosa.  8i  esta 
reeleccioD  se  prohibiera,  la  disolocion  de  las 
asambleas  seria  rouy  inconveniente  i  los  pue- 
blos;  la  eleccion  es  para  esteblecer  el  imperío 
de  la  opinion  pública,  7  esta  opinion  se  suce- 
derla  como  por  eucanto  oada  vez  qne  los 
pueblos  al  elegir  sus  representantes  tuviesen 
necesidad  de  enviar  personas  nuevas  ilas 
asambleas. 

Asi,  pues,  resnlta  de  todo  lo  dicho,  que 
para  evitar  los  abosos  inherentes  á  la  indole 
dc  estas  instituciones  poiiticas,  es  menester 
especiflcar  bien  sus  atríbuciones,  dividirlas  en 
dos  cámaras  ó  secciones  distintas,  establecer 
la  posibilidad  constante  de  su  disolocion,  per- 
mitir  la  liberíad  en  1a  eleccion  y  reeleccion; 
con  estos  elementos  y  otros  anilogos  y  con  la 
publicidad  de  ias  discuslones,  estos  cuerpos 
podrin  funcionar  desembarasadamente  y  con  la 
tranquilidad  que  permiten  las  reuniones  dq- 
merosas. 

ASARTA.  {Véa$9  nazar.) 

ASBESTO  .  {Historia  natural.)  Esta  sos- 
tancia  coDOCida  tambieo  cod  el  Dombre  de 
amiaoto,  (véase  esta  paiabra),  ofrece  uDa  con* 
teslura  muy  varíada:  flexible  y  brillante  has- 
ta  el  punto  dc  asemejarse  i  la  mas  preciosa 
seda  blaDca;  dura,  quebradiza ,  y  teñida  de 
manera  qoe  se  poede  coDfundir  con  los  íirag- 


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81« 


ASBESTO— A6CXNSI0N 


M 


mentos  de  madera  redaeidos  á  astilla,  se  dís- 
tíDgue  bajo  estos  dos  aspectos  por  los  carac- 
téres  mas  opiiestos;  piies  ora  preseijta  la  te- 
noidad  y  la  blandura  de  la  hebra  mas  delicada, 
ora  la  contei'tura  leñosa,  y  algunas  veces  la 
doreza  sufícientepara  rayar  el  vidrio.  Ya  com- 
pacta  y  elástica  como  el  corcho,  ya  en  masas 
de  un  blaoco  sucio,  semejante  i  la  pasla  de 
papel  secaote,  ya  cn  pnorciones  de  (llamentos 
al  parecer  tejídos,  recibe  de  los  antiguos  mi- 
seralogistas  los  diversos  sobrenombres  de  cor- 
cho  de  monlaña,  cuero  fósil  y  papel  fósil.  Si 
la  Yariedad  que  se  encuentra  en  los  fllaroeotos 
quebradizos  y  duros  ofrece  algnna  semejanzu 
con  ciertos  trozos  de  anflbola,  el  polvo  de  es- 
tas  dossiistancias  fácilmente  las  da  á  conocer: 
la  dcl  asbesto  cs  suave  y  untuosa,  la  de  la.aníi- 
bola  es  áspera  y  seca  al  tacto. 

El  asbesto  se  halla  en  las  montañas  grani- 
ticas  de  Inglaterra,  en  Francia,  eo  los  Piri- 
neos,  en  Saboya,  en  Córcega,  en  Síberia,  eu  la 
GbiDB,  y  generalmente  cn  la  majror  parte  de 
los  terrenos  primitivos.  La  Córeega,  sobre 
todo,  le  contiene  en  abundancia;  el  pals  de 
Tarento  prodoce  particularmente  la  varledad 
sedosa,  cuyas  fibras  tienen  cerca  de  un  ple 
de  longitod.  £1  que  se  coge  en  los  montes 
Urales  de  la  Sibería  ofrece  la  particuiaridad  de 
ier  conpacto  al  salir  de  sos  laderas,  y  de  re- 
sultar  flexible  y  sedoso  coando  está  ímpregnado 
de  la  humedad  del  aire. 

Este  mineral  ocupa  filones  en  las  montañas, 
j  nonca  está  mezclado  con  la  sustancia  dcl 
granito  y  del  gneis,  {véa$9  rocas),  en  medio 
de  la  cual  se  le  balla  mas  frecueutcmente,  sien- 
do  por  tanto  sn  formacion  posteríor  á  las  de 
estas  rocas.  Los  fragmentos  de  asbesto  que 
con  tanta  frecueneia  se  ven  en  el  interíor  de 
los  cristales  de  cuarzo  y  halino,  (crístal  de  ro- 
ca),  anuDcian  que  las  cavidades  en  que  se  ha 
depositado,  se  han  llenado  de  uu  liquido  que 
coDtenia  la  silice  eo  disolociou,  y  qiie  se  ha 
evaporado  dejando  que  la  cristalizacion  se 
operase  tranquilameote  y  con  regularídad. 

Desde  la  antigtiedad  roas  remota,  la  incon- 
bostibilidad  de  esta  sostancia  hizo  qoe  se  ie 
diese  los  nombres  igualmente  impropios  dc 
amianto  y  de  asbesto,  de  las  palabras  gríe- 
gas,  amiantos,  poro,  a$be$to8,  íoestingible. 
Bra  preciosa  para  ios  antlguos,  qoe  emplea- 
ban  sus  íilamentos  p&ra  fabricar  tejidos  que 
servian  para  envolver  los  cadáveres  consumi- 
dos  por  las  llamas,  lo  coal  impedia  qoe  sus 
cenizas  se  confundiesen  con  las  de  la  hoguera 
ó  píra. 

Se  puede  ver  en  la  Árttigüedad  e$pUcada, 
por  el  sibio  benedictino,  Bemardo  de  Mont- 
faocon  (t.  I,  pág.  31),  que  en  4702  se  descu- 
bríóen  una  viña,  nolejos  de  la  puería  Mayor  en 
Roma,  ona  grande  urna  de  mármol,  en  la  cual 
ae  haliaba  una  tela  de  amianto  de  seis  pies  y  me- 
dio  de  longitud  sobrc  cinco  de  auchora,  qne 
se  asemejaba  i  un  tejido  bardo  de  ciñamo 


do  de  seda:  eontaiia  Tarios  hnesos  y  on  cri« 
neo  roedio  queroado,  y  se  depositó  en  la  bl* 
bliotecadel  Yaticano. 

Como  los  anüguos  bacian  venir  de  Pertía 
el  asbesio  pagindole  i  un  precio  ezorbitaB* 
te,  la  costumbre  de  quemar  los  cuerpos  en  te- 
Jidos  de  esta  sustancia,  no  podia  estar  en  bo- 
ga  siDO  enlre  las  gentes  ricas.  poes  tal  era  el 
valor  de  estas  telas,  que  Plinio  las  considera 
como  esclusivamente  reservadas  para  la  se- 
pullura  de  tos  reyes.  El  asbesto  mas  flno  ser- 
via  para  fabrícar  manteles  y  scrvilletas  de  lujo 
que  los  convidados  arrojaban  &I  fuego  para 
límpiarías»  y  tambien  se  hacian  mecbas  para 
alimeotar  las  iámparas  sagradas. 

Mucho  distabaPlinio  deconsiderar  el  amian^ 
to  como  un  producto  mioeral,  pues  por  el  con- 
trario  le  clasifica  entre  las  sustanolas  vegeta- 
les,  y  le  liama  lino  inalterable,  linumvivumf 
(véase  libro  49,  cap.  4.*)  Compara  sa  Talor  al 
de  las  perlas  fioas,  y  añade,  que  en  los  abre* 
sados  desieríos  de  la  lodia,  se  prepara  etít 
lino  al  calor  del  sol  para  qoe  poeda  soportar 
el  del  fuego.  Es  de  admirarla  facilidad  con  qoe 
los  antíguos  daban  fé  i  las  íibulas  Dnas  absor- 
das;  pero  lo  que  prueba  sn  aflcion  por  lo  man- 
viiloso,  es  qoe  el  naturalista  romano,  cree,  ba- 
Jo  el  testimonio  dei  médico  ánaxilans,  qoe  in 
irbol  rodeado  de  un  tejido  de  amianlo  poede 
ser  derribado  sin  ruido  i  golpes  de  bacba, 
siendo»  sin  embargo,  moy  fácU  comprobar  et 
Iiecho. 

Esta  sustancia  se  tiene  por  ino^mbostible^ 
pero  es  de  notar  que  esta  espresion  no  es  ri- 
gorosamente  ezata,  pues  cada  vez  que  safre 
la  accion  del  fuego,  píerde  nn  tanto  de  su  pe- 
eo.  Por  otra  parte,  espuesta  i  la  ilaoia  dei  s^ 
plete  se  funde  en  un  vino  negrazoo;  pero  loi 
icidos  no  la  pueden  atacar. 

ASCEND1ENTES.  Asi  sedenomiaa  i  lospa- 
dres,  abuelos  y  demas  progenitores  de  qaieDCS 
alguno  desciende,  y  otceridaneta  i  ia  séríe  de 
estos  mismos  progenitores.  Para  todaslascoes- 
tiones  que  versan  sobre  la  mayor  6  meoor 
proximidad  ó  grado  de  relacion  qoe  une  i  los 
descendientesy  los  ascendientes,  lasobligado- 
nes  legales  que  los  ligan  entre  si,  y  i  los  de- 
reebos  que  de  onos  en  otros  se  trasmiten  véaih 

$e  lOS  artlCUlOS  ALIMENTOS,  HEEBDEROS,  HEBEH- 
CIA,  HIJOS,  UNEA,  PARENTBSGO,  SCCJBSiOIf  y 
TEdTAMENTO. 

ASCENSION.  (Fie$ta  mstiana.)  La  palabra 
ascension  se  aplica  i  la  elevadon  milagrosa 
de  Jesucristo,  cuando  sobíó  al  clelo  en  pi^ 
sencia  y  i  vista  de  sus  apóstoles.  El  dia  de  b 
Ascensiou  esuna  flesta  celebrada  por  laiglesia 
diez  dias  anles  de  la  Pascua  de  Pentecosiés, 
en  meiuoria  de  esta  elevacioD,  cnya  festividad 
fué  instituida  por  los  mismos  apósloles.  Ha 
babido  mochas  opiniooes,  y  por  consigoienie 
muchos  errores,  sobre  el  hecho  de  esta  asceo* 
3  sion.  Los  apeiitas  creianqne  Jesocrlsto  d^  so 
,  I  cuerpo  en  ios  aires  (San  Agmtim  dice  qoe  pre- 


asBqae  cratan  soaTe  y  ontooea  como  m  ^Ji- 1  tcDdian  qoe  esto  se  Teriíloó  aobre  la  tiem)  7 


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ASCENSION--ASCENSIONES 


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qDesoUósin  eoerpo  al  cielo.  Coido  Jesacrlsto 
Bo  babla  (raido  su  cuerpo  dci  cielo ,  slno  que 
lobabia  recibido  de  los  elementos  del  mondo, 
sosteBia  qae  ai  Tolver  ai  eielo  se  io  babia 
restituido  á  estos  elementos.  Los  seieocfanos  j 
los  líerDisaobs  creian  qne  ei  cnerpo  de  Jesu- 
cristo  Do  sobió  mas  alto  qae  hasta  ei  sol,  y  que 
alli  quedó  en  depósito.  Se  fnndaban  sobre  este 
pasage  de  los  salmos:  ha  colocado  $u  tabemá- 
culoen  el  sol,  San  Gregorio  atribnye  la  misma 
opioion  á  losmaoiqueos. 

ASCENSION  (dbl  sol  ó  db  una  estrblla.) 
(Áitronomia.)  is  ei  arco  dei  Ecuador  coropren- 
didoentreel  principio  del  caroero  (aries)  y  el 
grad«)  que  atraviesa  ei  merídiano ,  al  mismo 
líempo  qiie  el  sol  ó  la  estrella.  Si  ia  esfera  es 
neta  ú  oblicua,  la  ascension  del  astro  varla 
segan  el  grado  de  declinacion,  y  esta  varía- 
don  se  mide  paríiendo  de  la  ascension,  es  de- 
eir,  de  la  del  astro  en  la  esfera  recta.  La  di- 
üerencia  entre  este  término  fl]o  y  una  ascen- 
tionoblicua,  es  la  difereticia  aBcemional,  ( Véch 

Se  ASTRONOMU,  GLOBO  y  E8FBRA.) 

áSGBNSIOMES  ABROSTATIGAS.  [Fisica.)  El 
peosamiento  dc  inveniar  un  artiflcio  con  cuyo 
aoiilio  pudiera  el  hombre  remontarse  y  soste- 
nerse  cn  el  alre,  atravesar  rápidamente  el  es- 
picio  siQ  lo8  embaresos  que  encuentra  en 
ei  soelo ,  7  dominar ,  en  fln,  aqoel  elemento 
como  domina  la  tierra  y  losraares,  bapreocu- 
pado  desde  muy  anlíguo  el  espiritu  bumaoo, 
Datoralmente  orgolloso  y  avaro  de  domina- 
cíon.  La  idea  sobre  todo  y  el  deseo  de  elevar- 
se  á  las  reglones  atmosférícas  le  ha  atormen- 
tado  como  si  sintiese  rebajnda  so  digoidad  de 
verse  tan  apegado  á  ta  tlerra. 

A  este  efecto  no  ha  ccsado  de  discorrir  los 
medios  que  podría  emplear  para  consegnirío. 
II  ejemplo  de  las  aves  era  el  que  natoralmeote 
babía  de  despertar  la  primera  idea  de  la  posi- 
bilidad  de  un  aparato  semejaote  parasorcnrlos 
alres.  Es  lan  natoral  este  dcseo  en  el  hombre, 
que  acaso  no  ha  habido  nadie  que  no  haya 
envidíado  muchas  veces  el  vuelo  de  las  aves, 
qne  no  haya  soñado  alguna  vez  que  volaba. 
Hobo,  pues,  hombres  que  pensaron  sériameu- 
te  eo  csle  medio  de  ejecuclon  supliendo  á  la 
naturaleza  el  artiflcio.  Si  la  célebrc  teotatíva 
.  delcaro  fuésolo  unaflccion  mitológ4ca  ó  una 
fábula  alegórica,  prueba  al  menos  que  buMia 
en  ei  pensamiento  de  los  hombres  como  una 
idea  holagüéza  la  de  volar  con  alas  aríiflciales, 
si  bien  el  Irágico  desen^ño  que  inventarou 
como  reroale  de  la  temeridad,  demuestra  tam- 
bien  que  roiraban  el  proyecto  como  de  impo- 
slble  ejecucíon. 

No  basló,  sin  embargo,  á  acobardar  á  otros 
hombres  el  roal  éxito  de  la  prímcra  tentatlva,  ó 
real  ó  fabulosa,  y  el  pensamiento  de  las  alas 
artiflciales  no  seai^artó  de  su  imaginacion;  y 
2o  que  es  mas ,  todavia  no  han  renunciado  á 
éí,  porque  todavia  ia  mecánica  no  cree  haber 
«gotado  808  recorsos,  aou  sio  saltr  de  esa  for- 
m.  Ea  tiempos  quepodemos  ilamarmodernos 


se  ban  hecbo  diferentes  ensayoa  con  éxito  mu 
6  menos  desafortunado  ó  felii. 

En  4  460  un  matemitico  de  Penisa  llamado 
Juan  Bautista  Dante  seelevópor  mediodeunas 
alas  desde  una  torre  á  la  altora  de  300  pics, 
y  dicen  qoe  atravesó  varías  veces  ai  vuelo  ei 
lago  de  Trasimcno.  Pero  babiendo  querido  dar 
otro  dia  este  especticulo  á  los  habitantes  de  la 
ciudad,  cuando  se  baliaba  á  bastante  altura 
sobre  la  plaza,  se  le  rompió  el  resorte  de  ona 
de  sus  alas ,  y  cayendo  sobre  la  igiesia  de 
Nuestra  Scñora  se  fractoró  nn  muslo.  No  nos 
ha  quedado  notícia  del  aparato  de  este  artista. 
Bolorí,  relojero  itallano,  en  el  siglo  XVI,  so 
hizo  lambien  conslruir  nnas  alas  artiflciales, 
oon  las  coales  se  arrojó  de  lo  alto  de  ona  tor-- 
re;  despoes  de  haberse  cernido  en  el  alre  al  • 
gun  tiempo,  atravesó  tres  veces  los  brazos  del 
Sena.  No  nos  dicen  si  fué  siempre  igaa|mente 
afortunado. 

En  ei  siglo  XVII  un  tal  Beinier  se  elevó  á 
mas  de  400  pies  sin  desgracia  algona. 

Dos  ingleses,  Gook  y  Olivier,  consiguieron 
en  4  600  remontarse  ¿  bastante  aliura  y  soste- 
uerse  algun  tiempo  en  el  aire  con  el  auxllio  de 
unas  alas  qoe  llevaban  en  brasos  y  piernas. 

Desforges,  de  Etampes,  en4772,  constru- 
yó  primero  una  góndola,  despues  uo  aparato 
con  alas,  figoraodo  las  de  ios  insectos  ;  pero 
ona  y  otra  tentativa  le  saüerou  desgraciadas. 

Un  año  despoes  Baqueville  se  arrojó  tam* 
bien  armado  de  alas  desde  una  ventana  de  sa 
casa  de  Paris,  y  habiéndose  remontado  sobre 
el  Senacayó  como  otro  loaro,  rompiéndose  las* 
tlniosamente  una  piema  contra  un  barco  qoe 
tropezó  en  su  descenso. 

£n  4  797  Galais  subió  sobre  una  columnt 
colocada  en  medio  del  Jardin  Marferf,  y  se  Iftn- 
zó  al  aire  guarnecidos  ios  hombros  con  dos 
alas  que  movia  con  los  brazos  y  pies,  Ilevando 
.idemas  una  colaabierta  en  forma  de  abanico; 
el  resultado  de  su  empresa  fué  eslropearse 
tambien  en  la  caida. 

Mas  afortunado  Degen,  relojero  de  Viena , 
despues  de  algunos  ensayos  felices,  se  elev6 
en  484%  en  losjardinesde  Tívoli,  en  París,  á 
4  80  pies  sobre  ios  mas  altos  ediflcios  de  la  ca- 
pilal,  y  fuó  á  caer  sin  contraticmpo  á  Ghatenay 
¿  tres  leguas  de  la  ciudad.  En  su  aparato  en- 
traba  yaun  pequeño  globo  aerostático. 

De  la  famosa  roáquina  inventada  por  Hen* 
son  en  4843  hablaremos  luego  mas  detenida- 
mente. 

En  estos  ensayos  se  ve  el  genio  del  hom* 
bre  pugnando  incesantcmenle  por  veucer  las 
diflcultades  de  la  naturalesa,  y  no  queríendo 
renunciar  nunca  á  su  deseo  y  afan  de  domina» 
cion.  El  sistcma  de  las  alas,  sin  embargo,  le 
habia  dado  muchos  escarmientos  y  escasisi- 
mos  resultados.  Bl  problema  de  dominar  Iob 
aires  estaba  muy  lejos  de  resolverse,  y  el  hooH 
bro  incansabie  eu  sus  tentativas,  discurria  en- 
tretanto  otro  sistema,  otro  aparato,  otro  mcca- 
{ niimo  qne  sustitaür  al  ineficaz  de  las  alas.  Ho 


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ASGENSIONES 


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pndiendo  6l  hombre  coQverüráe  en  ave»  teo- 
tó  hacerse  naTegante,  y  le  vino  la  idea  de  los 
globos. 

£1  iDglés  BacoD,  á  priDCipios  del  sigloXYII, 
faé  ei  primero  que  concibió  el  proyecto  de  los 
globos  aerostáticos,  propooieDdo  hacerlog^  de 
cobremuy  delgados  y  vacios  deaire. 

Ed  4  670  el  sábio  Jesuita  Francisco  Lana  dió 
un  paso  mas  en  el  proyecto  de  la  nayegacion 
aérea,  constrnyendo  una  naTeciila  con  su  vela 
y  cuatro  globos  Tacios  de  aire.  Pero  la  idea  de 
servirse  de  una  vela  para  dirigir  aquel  aparato 
como  se  dirige  un  naTÍo  en  el  mar,  se  vió  que 
mi  iiusoria,  porque  la  barquilla  aerostitica  y 
los  cuatro  globos  de  la  Tela  sumergidos  ente- 
ramente  en  el  aire  tenian  que  seguir  siempre 
la  direccioo  de  la  corriente  atmosférica,  cuai- 
quiera  qne  fuese.  La  dificultad  de  sostenerse  en 
el  aire  estaria  Tencida,  pero  la  esposicion  era 
grande  y  el  riesgo  de  una  catástrofe  no  podia 
ser  mas  inminente. 

A  principios  del  sigio  XVIII  otro  ]esuita,  el 
padre  Gusmao,  portugués,  se  eleTÓ  en  Lisboa 
á  presencia  del  rey  Juan  V,  en  un  globo  de  su 
construccion,  hasta  la  comisa  de  )a  torre  del 
real  palació,  en  que  tropezó  ¿  causa  de  baber 
tomado  una  direccion  oblicua  por  descoido  de 
los  que  tenian  las  cuerdas.  No  obstante ,  el 
aeronauta  btjó  sin  lesion  alguna.  Prometió 
despues  que  subiria  sin  el  auxiiio  de  las  cuer- 
das,  y  que  aun  baria  volar  á  los  que  no  qui- 
Bieran  creerlo»  lo  cual  le  yalió  que  le  trataran 
unos  de  hechicero,  otros  de  impostor,  y  por 
úUimo,  la  Inquisicion  le  hisoarrestar  y  lecon- 
denó  ¿  un  ayuno  rigüroso.  Asique  se  víó  übre 
no  quiso  permanecer  mas  en  Portugal,  y  se 
vino  ¿  España,  donde  murió  ¿  poco  tiempo  de 
pesadombre. 

En  4  755  Galien  de  Avignon  recomendaba  ya 
el  uso  de  un  globo  de  tafetan  henchido  de  aire 
mas  lijcro  que  el  de  la  atmósfera. 

Ilabiendo  descubierto  el  inglés  Gavcndisch 
en  4766la  gran  lijereza  específlca  del  aire  ín- 
flamable,  el  doctor  Black  de  Edimburgo  discur- 
ri6  que  una  vejíga  liena  do  este  gas  se  eleva- 
ria  ¿  los  aires ,  y  Gavalo  bizo  con  arreglo  ¿ 
este  descubrimiento  en  4  782  varios  esperi- 
mentos. 

Llegamos  ¿  la  época  en  que  clesfuerzo  hu- 
mano  logró  dar  el  paso  mas  avanzado  h¿c¡a 
el  descubrimientoque  tanto  había  atormentado 
el  geuio  y  la  ambicion  del  hombre.  Dos  herma- 
.  nos,  EsTBBAN  Y  JoSE  MoNTGOLFiBR,  fabricantcs 
de  papel  en  Annonai  (Francia),  pueden  decirse 
Jos  vcrdaderos  iuTentores  de  los  globos  aeros- 
t¿ücos,  y  de  esta  gloria  hacen  no  poco  enva- 
necimiento  los  franceses. 

Caicularon  estos  dos  insignes  genios  que 
seria  posibie  elevar  ¿  grande  altura  una  masa 
de  gran  peso  lleuando  su  interior  de  un  fluido 
mas  lijero  que  el  aire  atmosférico.  Por  de  pron- 
to  no  liallaron  otro  fluido  con  estas  condicio- 
nes  que  el  mismo  aire  atmosférico  dilatado  por 
medio  del  calor.  Haciendo  aplicaciou  de  este 


prineipio,  eoDStrayeron' nn  g1(^  detela  for- 
radode  papel,  de  35  pies  de  dí¿metro,  llevando 
un  brasero  encendido  para  enrarecer  en  el  in- 
terior  del  globo  el  aire  atmosférico ,  y  se  re- 
solvieron  ¿hacer  el  primer  esperímento  públl- 
co  en  Junio  de  4783  en  Annonai,  ¿  presencia 
de  los  diputados  de  los  estados  particolares 
del  pais»  y  de  una  muchedumbre  de  especta- 
dores.  Subió  en  él  Esteban  Montgoifier,  Uevan- 
do  consigo  nn  carnero  tívo.  Elevóse  el  globo 
¿  muchos  centenaifes  de  toesas ,  y  al  cabo  de 
algun  tiempo  descendió  ¿  tres  cuartosde  legua 
del  ponto  d^  partida,  sin  que  ni  el  aeronaota 
ni  el  carnero  hubiesen  esperimentado  ei  De- 
nor  mal  ni  la  menor  averia. 

Alentado  el  intrépido  y  entendido  Hontgol- 
fler  con  el  feliz  resuitado  de  la  pnmera  empre- 
sa,  fué  ¿Paris  con  objcto  de  lucir  su  inTencio& 
¿  la  Tista  de  los  hombres  mas  s¿blos,  de  qnie- 
nes  esperabale  ayodarian  tambien  ¿  estendery 
perfeccionar  sus  ensayos.  Dos  amigos  de  \u 
ciencias  quisieron  participar  de  su  gloria  y  de 
sus  peligros,  y  se  asociaron  al  atrevido  aero- 
naota  en  laascension  que  dispuso  en  setiembre 
del  mismo  año  desde  ios  jardines  de  la  Moette. 
Eran  estos  el  marqués  de  Arlande,  y  Püastre  <fai 
Rozier.  Los  tres  viageros  atraTosaron  oon  feli- 
cidad  el  Sena,  y  fueron  ¿  descender  apacible- 
mente  del  otro  lado  de  Paris  sobre  el  camíoode 
Fontenebleau.  £1  rey  quiso  que  se  repities^ 
estas  esperiencias  eu  el  palacio  de  Versalles 
para  tener  el  gusto  de  presenciarlas,  y  el  éxi- 
to  volvió  ¿  darnueva  gioría  al  afortonado  Moot- 
golfler.  EI  rey  honró  con  el  cordon  de  San  Mi- 
guel  ¿  Esteban,  y  señaló  4 ,000  francos  de 
pension  ¿  José,  su  hermano  mayor,  y  compa- 
ñero  de  sus  glorias  y  trabajos.  Se  les  habíaa 
ofrecido  otras  recompensas,  pero  sobrevino  U 
revolocion,  y  niaquellas  tuvieron  logar.  ni 
eilos  le  tuvieron  tampoco  para  llevar  adelante 
el  pensamiento  en  qoe  trabajaban  de  apiicar  ¿ 
sus  globos  el  Tapor,  que  tantos  milagros  ha 
hecho  despnes. 

La  invencioui  sin  embargo,  no  era  todavía 
ni  era  fácil  que  fuese  perfecta.  El  fuego  rarifi- 
cador  era  un  elemento  que  esponia  ¿  mochos 
riesgos.  En  ona  de  las  ascensiones  babia  mal- 
Iratado  el  globo  abriéndoie  namerosos  agoje- 
ros,  y  quemando  aigunas  de  las  cuerdas,  lo 
que  puso  ¿  los  viageros  en  mas  de  un  peligro. 
Pero  el  descubrimiento  de  ios  Montgolfier  pro- 
dujo  ei  saludable  efecto  del  csUmuIo^  y  no  tar- 
dó  Gharies,  aventajado  profesor  de  ñsica,  en 
ilenar  de  gas  infiamabie  un  globo  de  42  pies 
de  di¿metro,  embelunado  de  uu  bamiz  resino- 
so,  que  cn  dos  mínutos  se  elevó  ¿  una  altan 
de  480  toesas,  se  perdió  entre  las  Dut>es,  y  ¿ 
los  tres  cuartos  de  hora  fué  ¿  caer  á  Gonesse, 
5  leguas  dc  Paris.  La  esperiencia  del  gas  infla- 
mabiü  6  hidrógeoo,  anímó  ¿  Gbarles  ¿  ecn- 
preuder  una  ascensionen  companiadeRobert. 
Su  globo  tenia  26  pies  de  diáBnetro,  era  re- 
dondo,  y  becbo  de  tafetan  barnizado  de  gooia 
el¿sUca.  A  la  parte  superior  del  globopuso  ooa 


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M 


fttnM  qae  m  podii  ibrtr  éMde  la  Iptrqnini 
jmr  medto  de  «oa  cnerda^  ^ra  dar  satida  al 
bMf^fStoo  ooando  te  quíslera  deaoender. 

n  4.*'de  dieiembre  del  mismo  afto  ellado, 
86  veríflcó  la  aseension  en  medio  de  los  Jardl^ 
1168  de  lae  Tollerfas»  Bl  ^lobo  se  eteré  rápida- 
lieme  4  BBa  altura  de  300  toeBoa,  y  bien  pfooto 
flelf  perdíOdeTlsla.  Los  aeronaQtaaebsertaron 
MeDtaiDeRte  el  barómetre,  que  nnnoa  mareO 
fttnoe  de  tO*,  fueron  peco  á  peeo  arrojaodo  t^ 
do  el  laatre  de  la  barquiiki,  f  deeeendleron  fe- 
HsmeDtc  en  lleeie.  Apeoae  Roberl  habia  saHado 
i  tierra,  ouando  alijerado  de  repente  el  globe 
da  aias  de  eíiieo  arrobae  de  peso,  se  elei^  por 
>l  oisme  de  oo  aalto  A  Qna  aitora  de  000  toe* 
818.  Gbariea,  qoe  habla  quedado  deatro,  ho- 
btera  ieraltlrlefflente  perecido  ei  no  hobiefa 
eanserfado  baatante  sereoidad  para  abrir  la 
Tilf ala^  iotrodncir  aire ,  7  reatableeer  asi  el 
equilibrio  eon  el  faa.  Al  eabo  de  media  hora 
etyé  el  globo  en  an  campo  A  raedia  legna  del 
pooto  de  ia  segunda  aseension. 

fOrmAroDae  entoncee  een  este  motiro  dos 
pariidoa,  é  digaaoe  eseuelas  de  aeronantas, 
mies  por  el  8Í«teoia  del  aire  eararecido  al  fae- 
go  de  Vontgoüer,  etros  por  el  mdtodo  del  hi- 
dr^eno  de  Gbarles.  Entre  bs  ímitadores  que 
tatieroa  pronto  estoe  navegadores  de  los  aires, 
íbé  uno  de  los  mas  eélebres  Jaan  Pedro  Bian- 
ébard,  fiaturaideKormandia.  Este  bombre  sln- 
galir  ao  era  nl  quimlco  ni  mecénico,  era  un 
horebre  iliterato  y  rado»  qne  casi  no  sabia  es- 
eribír.  T  sin  embargo,  biao  en  este  género  lo 
qoenohabia  hecbo  nadie,  y  aun  le  debló  la 
eieneia  nao  de  los  deseobrímrieiYtos  mas  útiles 
éimportentea^  ei  de  loa  para-caidas.  De  entre 
las  madns  aseensiones  que  hiso,  cilaremos 
80I0  lae  raas  notablea.  Tal  füé  la  qoe  reríflcó 
en  4789,  eievéndose  en  Bourres  iTnglaterra), 
en  compafiia  del  doctor  inglés  Jefferies,  atra- 
▼estndo  eo  tres  horas  el  canal  de  la  Mancba, 
7  descendiendo  á  nna  légoa  de  Galais  (Fraocia) 
despues  de  haber  corrido  no  pooos  riesgos. 
Bste  fiage  le  valió  el  apodo  de  don  Qtttjote  de 
ki  Maníha,  Pero  lo  cierto  cs  qne  i  este  nueTo 
«Oaijote  de  otra  Mancha,  le  erigió  la  ciudad  de 
Calais  una  eatAtea  de  márraol  en  el  Ingar  en 
qae  haibia  descendido ,  y  adesMs  le  dld  una 
iratHlcaoion  de  42,000  francos,  y  el  rey  le  se- 
fialó  una  pensien  de  4  ,tOO.  Kn  sn  décima  qutn- 
laascension,  que  Teritlcó  en  Francfort,  mere- 
ei6  qoe  el  embajadur  de  Rasia  le  presentara 
al  pueblo  ensu  balcon  entre  doe  hacbas  deoe* 
ra  encendidas:  sn  carraage  fué  arrastrado  por 
hombres  haatael  teatro,  donde  1e  ibau  Ilevau- 
do  de  palco  en  palco :  alli  te  regalaron  eajas 
de  oro,  reloies,  bolsillos  y  medallas,  y  por  01- 
ümo,  80  Imsto  fué  eoronado  sobrc  cm  trono. 

Cnéntanse  mas  de  aesenta  asoensiones  que 
blio  Wanchard,  en  Francia,  en  Inglatenra,  en 
ffoianda,  ea  Alemania,  en  Bélgica,  y  basta  en 
les  Setados  ünidos  de  América,  en  aiguna  de 
las  ewieB  llegó  á  lleyar  basta  dies  y  seis  eom* 
pefterot  detlage.  Kn  470)  (bé  arreiladoea  01 

4ti8     IIUIUOTHÜA  POVVLAtt. 


84« 


Tltol  y  ebeerfado  en  m»  foHateca,  eotno  so^ 
pecboeo  de  liaber  propagado  tos  irrincipios  <lé 
1a  refolaeion:  pero  reeebró  prooto  su  líbertad. 
For  Ottimo,  habiendo  heoho  su  étiima  ascen* 
sion  en  la  Haya  en  4008,  aoomefido  de  ona 
apoplegfa,  eayd  nalpairade  desde  nna  altura 
de  00  pies,  y  á  pesar  dO  loe  anxilioa  qoe  ie  hi* 
ao  stMDinistrar  ei  rey  de  Helanda,  que  era  eb- 
tencea  Luis  Bonaparte,  mnriO  en  Paris  de  ae» 
re8ulfasen4809. 

Blancbani  habia  intentaéo,  como  beraos 
dlcho,  nn  pora-eaidas,  y  habiendo  sabido  cuan«^ 
do  se  ballaba  ea  Amériea  que  Oarnerin  se  apro* 
piaba  eate  descnbrimíento ,  regresé  de  alli  ea 
1798,  y  sostuvo  en  los  períOdicos  una  polémi* 
ca  eontra  sn  rival;  y  para  dar  ona  prnebe  de  la 
oonflanza  que  lenia  eo  este  utensilio  atititiar, 
biso  nn  desceneo  ó  para^idas  en  4  790  en 

TÍTOll. 

La  felia  traTeeia  ejeootada  por  Blanchard  y 
leíferios  de  un  lado  á  otro  del  caoal  de  ia 
lancha,  alentó  á  Filastre  du  Roaier  y  Romai* 
ét  tentar  la  misma  espedioion  en  seotido  Inrer* 
so,  esto  es,  de  FranOin  4  Inglalerra.  Befos  dos 
alreridos  aventureros  imaginaron  dee  fíoboa 
sobrepuestos  uno  á  etro;  el  aoperlor  )o  ilena- 
ron  desdeluego  de  gas,  ef  luferior  le  iben  lle- 
nando  i  medlüa  que  sobia,  por  medio  del 
carbon  encendído.  Roaier  osperaba  peder  diri» 
gir  asi  mejor  so  globo  y  baeerle  sobir  y  bajar 
á  su  volnntad.  El  ensayo  lea  oosté  la  vida  &  loa 
dos  acronautas.  El  carbon  que  en  la  region  úk* 
ferior  ardla  lentamente,  á  raodida  qoe  el  giot>o 
ae  elcvaba,  iba  entraodo  en  ana  eombustioa 
acüva/y  por  OHimo,  se  incendidel  giobo  áaif- 
do  con  los  do3  aeronautae  en  tierra. 

La  viuda  de  Blancbard,  María  Uagdalona 
Sofia  Armant,  qne  babia  aprendido  deau  aM^ 
rldo  el  arte  de  navegar  por  los  aires,  ilogO  á 
hacer  mucbas  mas  ascensiones  que  éH,  ha- 
biéndose  familiarizado  tanto  con  el  giobe,  que 
ya  hasta  se  eehaba  á  dormir  en  la  bartfuiUa, 
desaOando  asi  los  peligroa  y  azares  de  loa  elo* 
raenlos.  Su  fin,  sin  embargo,  fué  deaaatroso. 
Bn  6  dejolío  de  4349,  badendo  su  07.*  aa'- 
cension  en  el  antiguo  Tivoii  de  Farts,  en  ona 
barqullla  brillantemente  iluniinada  y  emiNiv»- 
sada,  se  le  inflamó  el  glebo  y  eayé  miierta  a»- 
bre  el  tejado  dé  uua  fiasa.  Ya  en  484S,  aacen- 
dlendo  en  Turio,  le  habia  sol>revenido  nna  ho^ 
morragla,  y  baJOcon  uba  capa  de  hielo  en  el 
roetro  y  las  manoa.  Y  en  Nantes  en  4817  bo- 
biera  caido  en  un  iage  si  ei  giobe  feiiameMle 
no  80  le  hubiera  enredado  en  oa  árb#l.  ba  ia^ 
trepidez  de  esbi  nHtser  ae  hizo  proverbiai  «1 
sutlempo. 

Fecondos  fooron  en  empresaa  aefestittcas 
los  úHimos  aHoftdeiaigio  ]lYtti  y  loBprimel^ 
del  XIX,  eon  étito  aianpre  vario:  talee  oiaao 
las  de  Guyton-Morveau  y  Bertrané  en  Bijoo,  de 
Mooney  en  Alemania,  de  Teatúen  Parta,  f  va- 
rias  otras,  en  aiguna  de  laa  ouaies  el  aer«oa»- 
ta  deapoea  del  ambiente  puro  de  ioa  9kt»  do 
Iaatffi0síéraaap«rior,b46  aio  qiNrerá  fit^ 
T.    m.    5i 


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ASCEmam 


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hv  laB  aguas  salobres.  det  oian  Pero  (odas  es- 
ias  oaTegacioaea  aéreas  do  babian  servido 
para  otra  cosa,  que  para  hacer  los  bombres 
alarde  de  su  arrojo,  y  para  ofreeer  agradables 
y  sorprendeotes  espectácuk>s  i  la  muchedum- 
bre ,  siD  resultado  algono  de  positiva  otilidad 
para  las  cieocias  oi  para  las  relaciones  socia- 
les  de  los  hombres,  si  se  esceptúa  el  descobri- 
miento  de  las  ventsgas  del  hidrdgeno  sobre  el 
aire  enrarecido  por  el  calor,  y  la  invencion 
del  para-caidas  para  evitar  algunas  catástro* 
fes.  Mientras  no  se  descubriese  el  medio  de 
dar  direccion  al^globo,  escasos  ó  ningunos 
eran  losservicios  que  de  la  aeronatacion  podia 
reportar  la  bumanidad,  y  si  grande  el  peligro 
üe  que  la  vanidad  hiciera  muchas  victimas. 

La  Francia  de  la  revolucion  trató  no  obs- 
tante  de  utilízar  los  globos  en  provecho  de  la, 
república,  haciéndolús  servir  para  reconocer 
k)s  movimientos  de  los  eiércitos  enemtgos. 

El  célebre  Monge  fué  cl  que  conclbió  esta 
Idea,  que  examinó  y  aprobó  una  comision  en 
que  se  ballaban  Bertbolet»  Fourcroy,  Guyton- 
Morveau  y  la  mayor  parte  de  los  sábios  de  la 
época.  En  tlsta  de  su  dictámen  el  comité  de 
Salud  púbiica  acordó  se  llevara  á  ejecucion,  y 
se  formó  una  compañia  de  aeronautas  milita- 
res  destinados  á  hacer  globos  y  á  diirgir  eus 
maniobras,  poniéndoles  solo  la  condicion  de 
DO  aervirse  del  ácido  sulfúrico,  porque  la  ca- 
restia  del  axufre,  destinado  i  la  fabricacion  de 
]a  pólvóra»  no  permitia  entonces  emplearle  en 
otros  usoB.  El  primer  ensayo  de  esla  estraña 
miqoina  de  guerra  se  hizo  en  4  794  en  el  sitio 
defensivo  de  Maubeuge.  Los  austriaoos  que  si- 
tíaban  la  plaia,  contrariados  por  el  espionage 
que  ejercia  sobre  sus  trabijos  el  capitan 
Gontelle  qoe  montaba  la  barquilla  del  globo, 
avanzaron  dorante  la  noche  unapiezadeidiez 
y  8iete>  la  apoyaron  en  el  fondo  de  una  ram- 
bla,  y  dirigieron  mucbos  disparos  i  la  maqui- 
jna  volante,  pero  ninguno  1a  acertó.  En  el  mis- 
mo  año  se  hizo  uso  del  globo  para  ei  sitioofen- 
sivo  de  Gbarleroi»  y  pooos  dias  despues,  hizo 
on  gran  servicio  en  la  t>atalla  de  Fleurus,  don- 
de  ei  capitan  Goutelle  estuvo  nueve  horas  en 
el  aire  esplorando  los  movimientos  del  ene- 
migo,  y  oontriboyó  al  éxito  de  la  Jomada. 

Aun  bizo  mas  este  ^fe  dé  los  aeronautas 
militaros  en  el  sitio  de  Maguncia.  Golocado  en 
su  globo  i  la  altora  de  300  metros  de  la  plaza, 
^cobrió  todaa  las  disposiciones  de  los  sitiji- 
^08,  8US  reservas,  sus  baterias  cubiertas  y  sus 
puntos  de  resistenoia,  á  vista  de  cuyos  servi- 
eios  el  conité  de  Salud  púbiica  creó  el  14  de 
bromai;io  dcl  año  IV  una  segunda  compañia  de 
aéronaotas  destinada  i  seguir  las  operaciones 
del  e]¿rcito  del  Rhin,  mientras  laantigua  per- 
manecla  agregada  al  de  Sambre-et  Meuse:  es- 
ta  mlsma  hize  despues  parte  de  la  expedicion 
deEgipto.  Pero  este  método  de  esploracion 
tné  por  últlmo  abo1i(k>  en  vista  de  las  grandes 
diflcoltades  y  riesgos  que  ofrecia,  y  de  la  in- 
netsa  canti^d  de  áliles,  opecarlos»  eqnipa*i 


ges  y  medios  de  neparacton  qne  arraslraba 
consigo  la  máquina;  lo  qoe  unido  i  otros  in- 
convenientes  que  se  habian  esperimeotado, 
obligó  idejar  de  contarla  entre  losinstrameiH 
tos  de  guerra  del  ejército  francés. 

Un  íámoso  aeronauta  de  aquel  tiempo, 
Mr.  Garnerio»  natural  de  Parls,  qoedesde  4799 
habia  hecbo  varias  ascensiones,  habia  ya  pro- 
poesto  tambieu  al  comité  de  Salod  pública  la 
aplicacion  de  los  globos  llamados  cauUvos  i 
la  observacion  de  las  operaclones  militares» 
previos  ciertos  ensayos  y  maoiobras  en  los 
jardines  del  Luxemborgo,  de  coya  idea  naeió 
mas  tarde  la  Eseuela  aeronáutíea  d»  MeuéuL 
Este  Gamerin  obtuvo  dei  comité  la  arríesgt- 
da  comision  de  inspeccionar  el  cuerpo  de  e]ir 
cito  del  geoeral  Ransonnet,  y  de  dar  cuenta  al 
tribuual  del  espiritu  del  ejército  y  del  de  lot 
habitantes  de  las  fronteras  del  Norte,  Garoerio 
se  preseotó  en  el  campo  de  Marchiennes,  doo- 
de  tovo  la  desgracia  de  caer  prisionero  de  k» 
iDgleses,  los  cuales  le  entregaron  á  k»  aos- 
triacos,  y  eslos  le  enviaron  i  uiia  fortaleza  de 
Hungria,  donde  le  tuvieron  i8  meses  en  rigo^ 
rosa  caotividad.  En  esta  prísion  foé  donde,  se- 
gon  relacion  del  niismo,  le  ocnrríó  la  idea  dei 
para-caidas,  ya  ensayado  por  Blanchard,  y  qoe 
perfecciooado  despoes  ha  sido  de  tan  gran  re- 
curso  i  los  demas  aeronautas. 

Recobrada  su  libertad,  volvtó  Gamerín  i 
entregarse  i  su  ejercicio  favoríto  de  Im  oave- 
gacion  aérea,  franqueando  i  veces  distandas 
de  masde  400  leguas  por  k>s  aires.  Sa  noo- 
bre  se  hlzo  célebre  en  el  Norte,  donde  no  obs* 
tante  halló  un  temlble  competidotr  en  et  profe^ 
sor  Roberston,  qoe  lleoaba  ya  la  Alemania  coa 
el  ruido  de  su  fama,  y  que  se  disponia  á  baoer 
un  viage  i  San  Petersburgo  para  dispntaríe  la 
palma  de  1a  aerostacion.  GaraeriD  tOTO  sas 
polémicas  clentiOcas  no  solo  oon  Roberston, 
sino  tambieo  con  el  sibio  Baader  de  Monicli 
sobre  el  cilculo  de  hi  evaluacton  de  las  altms 
por  el  bardmetro. 

Pero  la  hUtoría  curíosa  de  Garoerín  oo- 
mienza  desde  que  se  puso  en  contacto  con 
Napoleon.  Era  la  flesta  de  la  ooronacion  del^ 
cmperador  en  diciembre  de  4804.  Para  solem* 
nizaría  se  habia  hecho  venir  i  Paris  i  Mr.  Gar- 
nerin.  El  célebre  artista  preparó  un  globo  gí- 
gantesco,  al  cual  suspendió  una  corwa  ilumi- 
oada  con  3,000  vasos  de  colores.  Un  poco  an* 
tes  de  concluirse  los  fuegos  artiflciales,  el  gi- 
gaotesco  globo  con  so  corona  ae  remontaroa 
magestuosamente  desde  el  itrio  de  la  igiesia 
de  Notre-Dame,  en  medio  de  las  aclamackMies 
deuogentio  inmenso,  yinasde  60,000  cobeCes 
disparados  en  todas  direcciones  iluminaroB  el 
espacio  con  sus  llamas  y  le  hicieron  resooar  eoa 
sos  chasquldos.  El  globo  nave^ba  oon  rapidez 
asombrosa ,  y  al  dia  slguientc  los  babitantei 
de  Roma  vieron  asomar  por  el  horízonte  aa 
círculo^adiante  que  bsjaba  avanzando  ea  di- 
recckm  de  la  ciudad.  Pronto  estuTO  sobre  ias 
cúpulaa  de  San  Pedro  y  del  VoUcaDo;  liego 


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ni 


ASCaZNSIONES 


8i< 


aplaDindote  de  repente  tíbo  á  tbflsmarse  eo  el 
kqso  Braeciano,  de]aDdo  rastros  de  su  paso  en 
)a  eamptña  de  Room.  Sacáronle  del  agoa,  j  la 
BigpieDte  iDscripcioo  qué  lleyaba  se  iroprimió 
y  difQndió  por  toda  llaiia:  Parit,  el  26  Jb  frU 
mario,  año  XIII,  Coronaeioñ  del  emperador 
Napoúon  por  iu  Santidad  Pio  Vlh 

Uot  circunstancia  casual,  é  indiíerente  al 
parecer^hiioqoediese  Napoleon  grtnde  impor* 
taocia,  y  liasta  una  interpretacion  politica  al 
gld)o  perdido.  Sste  globoai  rosar  la  tierra  se 
habia  detenido  udos  minutos  precisamente  so* 
bre  el  sepalcro  de  Neron:  despoes  empujado 
por  el  vieuto  liabia  Tuello  á  contfnuar  su  ruta, 
pero  dejando  en  uno  de  los  ángulos  del  viejo 
moottmento  nna  porle  de  ia  corona .  Los  dia- 
rios  italianoe  reflrieron  este  iocideote,  comcn- 
tindole  atgunos  con  maiiciosas  reflexiones  que 
Do  d^ban  de  ser  á  propdsito  para  picar  al 
emperador.  Llegó  tódo  ¿  oidos  de  Napoleon^, 
qoe  no  fué  l)astante  grande  ó  bastante  disimu- 
lado  paraocoltarei  mat  efecto  qne  aquel  suce- 
10  le  produjera,  y  manüó  espresamente  que 
no  se  le  bablara  del  globo  de  Mr.  GaraeriD. 

Desde  eotunces  oquel  Napoleoo  que  taoto 
aotes  habia  encomiado  eWalor  de  Goutdle,  ge- 
<é  de  los  aeronantas  del  ejércilo;  que  taolo  ha- 
bia  recompeosado  los  esfoerxos  de  Monge  y  de 
Meosnier  para  perfecdonar  los  globos  husla 
poderlos  emplear  eomo  máqulnas  de  guerra; 
qoe  hatria  hecbo  elevarlos  en  Egipto  para  mos- 
trar  ¿  los  ¿rabes  la  superioridad  de  las  artcs 
de  Europa  sobre  1o8  procedimientos  groseros 
dei  Egiplo  degenerado,  cayó  en  una  complela 
indifereocia  hácia  el  arte  aeron¿utica,  y  desde 
entODces  la  escuela  de  Meudoo  quedó  abando 
lada  tambien;  todo  porque  un  fragmento  de  la 
corooa  del  emperador  habia  quedado  en  la  tum- 
ba  de  Neron.  Sabido  esque  aquel  grande  hom- 
bre  tenia  una  boena  parle  de  fetaltsta.  Garne- 
ria  no  toItíó  ¿  ser  eropleado  del  gdbierno.  Es- 
te  faomo  aeronaota  morld  en  Parls  en  4823. 

Su  hija  adoptiva  Slisa  Garaerin  hizo  tam- 
bien  algunas  asceDSiooes  eo  Paris.  En  ooa  dn 
ellas  mieotras  el  gloiio  se  estaba  reparaodo  de 
iDa  averia  qoe  habia  sufrido  en  una  corta  su- 
bída  hecba  pocos  roomentos  antes,  y  cuando 
ia  aotorídad  y  su  familia  la  estaban  dlsuadien- 
do  de  que  volviese  ¿  snbir,  la  cnerda  que  su- 
Jetaba  el  globo  se  soltó  de  repente,  y  con»eD- 
ló  ¿  elevarse  la  m¿qoiDa  cod  una  rapides 
asombrosa*  Uo  müitar  qoe  se  cncontraba  cer- 
ca  del  aparato,  se  vló  cogldo  entre  las  cuer- 
das  por  ona  de  sus  espoelas,  y  arraslrado  por 
ia  vioieficio  de  la  m¿qolDa  iiasta  la  altura 
de  13  pleo,  dedonde  volvió  ¿  caer.  La  Jóveo 
qoe  00  estaba  preveoida,  cayó  precipitada- 
«leDle  en  ei  foDdo  de  la  barqnilia.  «iKstoy 
perdida!»  gritó  la  descoosolada  Blisa.  Graode 
Itaé  eotonces  la  confusion,  y  general  el  pavor 
de  los  espeeUidores.  Si  globo  se  remontó  ¿  oua 
allora  formidable.  Ta  nadie  esperaba  que  se 
lalvara  Im  iorortonada  Jdven,  cnando  con  sor- 
pntay  coft  JúbUo  uoifenal m  vió dospreodor 


nn  para-caidas,  desplegando  sus  Tastas  alas  y 
balance¿udo8e  migestuosamenteb^cia  la  tíer-. 
ra.  La  señorlta  Garaerin  y  so  para-caidas  des- 
cendieron  fellimenteentrelos  aplaosos  y  gritos 
de  la  mollitud,  en  el  recinto  del  Gimnasio  nor-» 
mal  del  coronel  espanol  Amorós,  sitoado  oo  le- 
Josde  la  barrera  de  Greaelle. 

Bo  ei  misrao  año  de  4804  eo  qnehizo  Gar^ 
oerio  80  célebre  viage  deParis  ¿  Roma,  se  ve- 
riflcó  la  célebre  asceosion  de  Gay-Lussac  y 
Blot,  la  mas  útil  ¿  las  cieocias  de  cuaotas  hastt 
entoncesse  habian  practicado,  porlas  esplora- 
ciones  y  etfperimentos  fisioos  qiio  aquelioii 
ilustres  profesores  hicieron  ¿  nna  gran  altura 
do  la  atmósfero.  El  puntode  partida  fué  el  con- 
servatorio  deÁrtes  deParis.Ellos  llevaroncoo- 
sigo  relojes,  termómetros,  barómetros,  blgró* 
nielros,  brújulas,  papel  y  l¿pis;  y  ¿  la  altora  de 
lt,000  pies  se  pusieron  ¿  hacer  sos  observa- 
ciones  con  la  misma  serenidad  que  sl  las  hl- 
cieran  en  el  gabinete  de  su  casa  ó  en  el  labo^ 
ratorio  delcolegio;  ópormejor  decir,  quíenlas 
hlso  fué  Gay-Lussac,  porqoe  Biot  padeció  uo 
aturdimiento  queleturbó  la  imaginacion.  Gay^ 
Lussac,  pues.observó  quela  influcnciamagné* 
lica  obraba  sobre  la  brújula  lo  mlsmo  poco 
masó  menosqueenla  tierra.  Elhigrómetrose* 
ñaló  ona  seqnedad  sieropre  creciente,  y  la  tem- 
peratora  que  habian  dejado  en  la  tierra  ¿44* 
de  Beaumur  estaba  alii  ¿  SVs*  Pero  carecien- 
do  de  todos  los  instromentos  necesarios  pa- 
ra  sosinvesfigaciones,  y  halI¿ndose  Mr.  BíoIy 
indíspuesto,  acordaron  bajar,  con  ¿nimo  de 
hacer  otro  dia  una  esploracion  mas  detenida  '^ 
¿  mayor  distancia. 

Gay-Lussacvolvió  ¿  sublrcn  efecto  ¿losSS 
dias,  provLsto  de  todos  los  instmmentos  que 
necesitaba.  Esta  ve2  se  elevó  ¿  la  altura  de 
cerca  de  7,000  metros  (sobre  25,000  pies  cas* 
teliaoos)  y  estuvo  cerca  de  cinco  horas  ha- 
ciendo  sns  observaciones.  El  termómetro  se- 
ñalaba  ¿  aquella  altura  6^  bajo  0,  y  de  mas  de 
reinte  observaciones  atroosféricas  que  el  iius- 
tre  ñsico  hizo  ¿  diferentes  distancias  resultó 
constanteroentc  que  el  aire  pierde  un  grado 
de  calor  por  cada  elevacion  de  474  metros.  Un 
frio  esccisivo  y  una  respiracion  dificultosa  fuc- 
ron  las  únicas  molestias  qne  esperimentó  el 
entendido  aeronauta.  Referiremos  una  curio* 
sa  anécdota  que  mas  adolante  pasó  á  Gay- 
Lnssac  con  motivo  de  sn  ascension. 

Yisitandoel  año  4890  el  duqoe  de  Angu- 
lema  la  Escoela  poUtécnica  de  Paris,  entonces 
gobernada  militaripente  bajo  la  proieccion  de 
esto  principe,  le  dló  gana  de  hablar  ¿  Gay- 
Lussac  de  su  memorabie  ascension  de  480*4. 
«iOh  Bios  mio!  le  dijo  el  dclfln,  iy  cómo  os  de- 
bió  ineomodar  el  calor  all¿  arribat  Giertamen- 
te,  señor,  contestó  Gay-Lussac,  que  no  sabia 
que  respouder  ¿  una  observacion  tan  peregri- 
na.  Sin  embargo — Yamos  vamos,  1e  In- 

Iterrumpió  el  principe;  no  me  ocnlteis  que  de- 
btsteffl  esperimentar  nn  color  estraordinario: 
preoifiameDto  itto  cerct  del  8ol..!t  £1  iiustte 


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Itt 


)Hr»fiMor  tíM,  y  7«  M  dtj«  eaieoler  h  alta 
ide»  que  loraiirto  de  lei  eaaeeimiefltós  ñsicot 
M  proleoler  de  la  esouda. 

Dícese  que  Briochi,  astróoomo  milaBés,  se 
eloYó  en  480$  á  Boayoraltora  lodavia  ^ee  Gay- 
LQ$8ao,  ptíea  supooeo  que  ee  remootó  á  H;i6% 
metros,  que  es  la  mas  alta  asceosioo  aerostá- 
tiea  de  qae  se  tíeoe  noticia.  Sospechames  si 
eo  eslo  íiabrá  aiguoa  exageraaioo,  porqoe  ¿ 
$,(M>0  metros  el  aire  es  ya  tau  ligero  y  raro 
Que  00  es  fécil  pudiera  respirar  el  observador. 

No  Qos  deteodremos  eo  dar  cneota»  oi  es 
poMble  darla  taropooo,  de  taotas  asceosiooes 
aerooáuticas  como  se  iiao  hechoeo  los  áltíraos 
tiempos  y  eo  opestros  diaa;  oi  aoo  siquiera  tra- 
bajaremos  por  recordar  los  oombres  de  los 
aeronautas  que  se  bao  limitadei  dar  á  les  pue 
bips  ei  espeei¿ciik>  de  un  hombre  /qjue  se  eleva 
eo  110  globo  ¿  roas  ó  meoos  aUura,  que  |Mrme 
nece  en  el  aire  alguoas  horas,  y  deseieDde  ¿ 
pe^ueña  distancia.despues  de  enaeorta  nave 
gacion  aérea  mas  ó  menos  íelis.  Y  eitaremos 
eplo  algUQOS  de  los  que  han  logrado  hacerse 
uo  Qombrecélebre,  ópor  sus  largas  y  aventu- 
raüas  espediciones.  ó  por  el  uúmero  de  ellas, 
é  por  los  especiales  eooociroiefltos  cieutíOcos 
que  han  manircstado,  ó  por  los  ensayos  úliles 
que  han  hecho  para  ir  daodo  ¿  este  arte  difi- 
cll  la  perféccioQ  qoe  tanto  se  aneia  y  apeteee. 

Tai  es  el  farooao  ¡ugléi  Ur.  Green,  que  lle- 
vfl  hecbos  975  viages  a^eos,  notables  mucbos 
de  ellos,  asi  por  Ías  largas  distaocias  que  ha 
recorrído,  como  por  los  inoiensos  riesgos  y  4i- 
ficultades  que  ha  tenido  que  superar.  Eo  el 
que  veriíicó  en  4836  partió  de  Lóudres  en  su 
globo  ¿  la  caida  de  la  tarde  del  7  de  oovlem- 
bre,  llevaodoporcompañerosdeviage  iHolIood 
y  Menic-Masoo,  provisto  de  pasaportes  para 
(odos  los  estadps  de  Kuropa»  y  surtldo  de  vi- 
vercB  y  provisiones  por  si  teflia  que  estar  ai- 
gun  tiempo  sobre  el  mar,  si  la  corriente  del 
aire  le  arrojaba'  en  aquella  direccion.  £1  globo 
se  elevó  r¿pi(jaraeQte,  y  el  viento  le  iba  lle- 
vando  sobre  el  mar  de  Alemania.  Mr.  Green 
descargó  la  barquilla  de  ona  parle  de  sulastre, 
y  r6moot¿ndose  el  globo  ¿  las  regiones  supe- 
riores  de  la  atmésfera,  oncootró  otra  corriente 
de  airc  que  le  hiso  volver  alrás,  dirígíéodole 
¿  Douvres,  quc  erapredsameote  íoque  el  aero- 
nauta  bascaba.  Propúsose  desde  alli  atravesar 
el  estrecho,  y  locoosiguió,  llegandoyadeno* 
che  oscura  ¿  Galais,  del  otro  iado  del  caual. 
BI  viento  arrastrabael  globo  haciéndolemarchar 
¿  mas  de  10  leguas  por  hora.  A  media  ooebe 
estaban  los  viageros  sobre  Lie]a,  eo  Bélgica. 
Al  amanecer  se  cncontraron  sobre  el  Rbio,  y 
¿  las  siete  y  media  de  la  mañana  descendieroo 
en  uu  campo  dcl  ducado  de  Nassau,  en  Alema* 
,  nia,  precisamente  ¿  dos  legoas  de  Weilberg, 
donde  habia  desceodido  el  célebre  Blaocbard 
cuaodo  hizo  sos  asceoaiones  en  Francfort,  eo 
4785.  Estos  atrevidos  navegadores  habian  re* 
CáMrrldo  eerca  d^  %00  leguas,  j  baU¿dose  io- 
ttfo  territorlo  de  (^ÍQPo  giw}e«  Ml«to  4e 


Boropa,  ¿  BMf:  fnglitOTi,  I^MeÍft,  iáigki, 
Pmsia  y  el  dnoado  de  Kflisafl,  y  pMtdo  per 
eacimi  de  moliitad  de  eiodite,  Lóadrei,  lo- 
cbester,  Giotorbery,  Dottvrei,  Ciiflii,  Iproi, 
Goirtriy,  UHe,  TourMy,  Briselü ,  Himvr, 
Uei»,  Spe,  MalflMdy  y  fiol^lentsa. 

Por  úlümo,  Heiisefl  y  Beale  ea  Ingliteni, 
Befresiie  y  Eolriot  •■  Firii,  Ifoni  ifl  Ililii  y 
otros  liborlosoi  y  efllendtdoi  raecáoieoi  y 
aerooiutas  se  ooapai  et  el  dii  ée  loi  DMdiis 
de  perfecoioBftr  el  uift  de  liflivegicíofl  tém, 
y  eada  oaodeelloi oree  haber ImlM  yael  gtai 
dMcubriaitBto  Iras  de  euye  Intti^  «ndafl 
nfanados  haee  siglos  Iob  bombres,  ¿  isber,  d 
dedar  ladireceiofl  eeoYefliente¿loiglflboi,é 
¿  otro  coalquier  epftrito  qflt  ie  eonplee  peri 
sorcir  los  aires.  Mas  eome  dos  hiyuMM  pre- 
poeste  tritar  separadioieBte  de  li  porte  reiati* 
vi  ¿  la  direeCiofl  de  los  globos,  reeerTimos 
pira  eolofloei  der  ufla  idei  dei  epirito  y  pre- 
codimieote  eon  que  Cidi  uoo  de  Mtei  iioüri» 
dos  ñsieos,  se  propme  lograr  tia  ipetedáo 
ol^eto.  Deremos  ahora  brevemente  algflflas 
noUeiM  aeerca  del  mecinlsao  y  de  li  prapi* 
rieion  de  los  globos. 

üfli  vei  lieohi  ia  reseái  histófioi  de  estii 
m¿quiBi8  aéreas,  piseaei  ¿  tnitir  todo  le  ro- 
litívo  ¿  Bu  constmooiofl  y  prepirMftOB. 

U  teeria  de  les  glebos  y  de  Us  aseeBSio- 
OM  aerost¿tieai  m  bien  ieBoilii  y  eil¿  al  ú' 
ciBM  y  cempreosion  de  los  bombrM  «im  r«« 
dos.  No  hay  oadie  qoe  igoore  qne  ofl  cierpo 
eoalqoiera  sobreflada  en  todo  flaido  qoe  sm 
fluspeMdoqoeél;  lasimplcviitaeoscfiiilifli- 
flM  observador  esti  iey  fisiea  di  li  nitanloa. 
Y  bflto  mejor  sebreflidir¿,  caaato  sm  flMyer 
y  mas  peMda  la  colflmoi  de  fluido  qae  teagi 
debajo  de  si.  loútil  m  pooer  ^)e«H'los  ém  le 
que  se  ve  ¿  todM  horM  y  todM  los  diM. 

8iendo,  puM,  el  ilre  itmoslérioo  oa  floide 
pMado,  el¿stieo,  ydeooflslgaleote  eompeeii* 
ble  y  dilaliblQ,  todo  euerpo  qoe  ea  tgaydid 
de  velámoB  sm  nus  ligero  que  él,  b  MbreM- 
dir¿,  y  aun  M  elevará  basta  eoeoDtmrafl  sin 
menos  deuM  y  piMdo,  eon  eoyo  ▼oléaMB  y 
gravedad  m  ponga  en  eqoilibrio.  fliMdo  m 
que  las  eapas  ioferíorM  del  iire  itoMMÍérifie* 
soo  nus  pettdM  que  Im  inperioMi,  ooflMqM 
MlM  grivitin  Mbre  iquellM  y  Im  cooipri- 
Bien.  Asi  un  pte  cóbieo  de  iire  tomBdo  oa  el 
foodo  de  ofl  valle,  poM  madio  ibm  qBO  otM 
pie  cábico  de  aire  tomado  eii  U  eaoibre  da  bm 
alU  raofltaña.  Sobreeste  prínGipioMt¿  füfldaéi 
la  construcGiOD  de  Im  fiobM. 

Gaafldo  no  se  Mooeli  el  bidiiófaM,  m  Ue* 
flibin  como  bemos  dicbo  aa  U  reaeii  lüslé> 
ríci,  del  mUmo  iire  itBKiaféríoo,  eflrireeiÉa 
y  aljjerado  por  medio  del  ftoago.  Baatabi  esii 
pori  qoe  el  globo  Meleriri  por  eíeeto  del  m^ 
nor  peao  del  iire  interíor  Mlentado,  raapecte 
al  aire  Mteríor  frío  y  Qataral.  Mm  loego  qM 
Giveodiscb  deseobríó  qoo  ei  gii  iflflftmiUi  d 
hidrógeflo  era  iobre  qoÍQM  vaaM  ibm  ligiM 
q«#  ai  ftire  fttmoiférlao»  oaMoaié  düflM  i 


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m 


áaamaKfíiBs 


SM 


aáipítarie  pAra  d  m  ᧠ log  gMoe  aerMtáti- 
c^,  ma  preferencia  al  g%s  «sado  por  líool- 
golier,  ya  por  su  mayor  Ujereia,  ya  porqae 
eoa  ól  se  evitabao  los  iDCcndios  y  averias ,  á 
que  eoD  el  fuego  estabaa  contioaamente  es- 
poestos  los  globoa  y  los  aeronautas.  En  el  dia 
no  se  emplea  otra  eosa  que  el  hidrógeno,  por- 
qtie  es  ei  menos  pesado  que  se  conoee^  auo* 
fue  00  deja  de  ser  tambien  algo  costoso. 

Gomo  podrá  scr  agradable  á  muchas  per- 
sonas  saber  ei  ODodo  de  Ílenar  uo  globo ,  es- 
poudremos  breYemeute  el  procedimiento  que 
Nemplea,  tan  ingenioso  eomo  senciilo.  Co- 
Bcattse  unos  cubos  ó  toneies  alrededor  del 
globo  Tacío,  que  cueiga  de  una  cuerda  que  le 
sosUeoe  perpendicularmente.  En  cada  uno  de 
estos  toneles  ó  cubos  se  colocan  pedacitos  ó 
Jinadoras  de  hierro,  con  una  dósis  correí<pon' 
diente  de  agoa;  viértese  eu  elios  poco  á  poco 
icido  sulfúrico;  cerrados  los  toneles  l^rméti- 
eamente,  se  descompone  el  agua,  combinán- 
dose  su  oxigeno  con  el  metal»  el  cual  oxige- 
aado  se  une  ai  ácido,  y  forma  sulfato  de  híer- 
roó  aioc,  mientrasque  el  hidrógeno  del  agoa 
quedando  en  libertad ,  se  desprendc  y  ea  io* 
tfodaeido  eo  el  globo  pormedio  de  unos  tubos 
de  bc^a  de  lala  que  comunican  coo  él. 

La  proporcioo  de  las  sustaocias  es  la  si* 
fuieDte:  por  diez  iíilógramos  de  raspaduras 
de  bierro;  se  echan  coareota  á  coareota  y  eio* 
€0  kilógrémos  de  agua,  y  poeo  mas  de  Yeinte 
ét  ieido  sulfúrico  ó  aceite  de  vitriolo ,  eon  lo 
qee  se  oblieoen  sobre  cualro  metroe  cúbicos 
de  gas. 

Visleose  loe  globos,  ó  bien  coo  tafetan  de 
seda  baroiaado,  ó  bien  coo  la  pelicula  del  io- 
testiao  recto  dei  buey,  la  cual  se  prepara  te- 
Biéodela  en  remojo  en  agua  tibia  por  espacio 
de  aéguoas  boras »  á  fln  de  ^oe  adquiera  la 
elastieidad  Deeesaria.  Goostráyese  on  molde 
de  yeso  6  de  otra  maleria  para  dar  la  forma  al 
gMo,  de  la  capacidad  que  el  aerooauta  se 
propooga.  He  aqoi  las  ooticias  que  sobre  este 
partioular  aáade  el  eoteodido  Toroeux.  La  eo- 
«ollora  de  los  glol)os»  dlee»  se  hace  de  tafetan 
eagomado,  ó  mejor  de  tafet<ia  barnisadoeo  ca- 
Jíeole  coo  uoa  mescla  de  aoette  de  lioasa  de- 
secaote  y  de  eautehuo  (árbol  de  América),  di- 
sueito  eo  eseocia  dc  tremeotina.  Se  ha  susti- 
luiáo  taoitúeo  el  barnis  sobre  las  dos  caras  de 
goma  eléstica  por  uo  barois  de  copal,  ó  sim^ 
plemeote  por  uoa  mezcla  de  eseneia  de  tre- 
flieotioa  y  de  aceite  desecaoter  haciéodolo 
herYír  coo  litargirio.  Tambieo  se  ba  cB>p)eado 
recieotetiusDte  eoa  éxito  ooa  envoitura  de  tela 
liopecmeable  de  Makintosh,  obtenida  por  la 
ioterposicion  de  üna  capa  de  cautchuc  entre 
dos  piesaa  de  seda. 

A  la  parte  snperior  del  globo  se  caioea  uoa 
vilvoia.  qoe  raanejada  desde  la  barquiila  eon 
ooa  coerda,  sirve  para  dar  libertad  al  gas ,  y 
di8minuirle  gradualmente  i  voluntad  delaero- 
asuta.  Uo  globo  que  baya  de  arrastiar  coosigo 
é  00  bombre  y  ao  bar^oUk*  oo  pneda  tiMr 


meoae  de  «6  á  e6  piea  de  iMgiM,  ytígmos 
mas  de  latitud. 

Pudiéramos  ficilmeote  estooderoos  sobre 
la  oaturaleza  y  propiedades,  asi  del  bidróge- 
00  eomo  del  aire  almoeférico,  ignalmente  qoe 
sobre  ios  difereotes  principios  y  sisleraas  de 
la  oavegacioo  aérea  que  baata  ahora  se  cooo* 
cen,  y  sobre  ias  tres  dases  de  globos  que  loi 
facultativos  distiogne&  á  saber,  cautivos,  esta- 
ciooarios  y  libres.  Pero  el  qoe  desee  ootioiai 
mas  estoDsas  sobre  la  materta,  puede  eoosul- 
tar  loe  tratados  de  quimíca,  la  Mmoriaiobft 
lo$  g¡obo$,  escrita  por  Ferry,  y  dada  eo  la  Re* 
vista  eociciopédica  del  aoo  4826,  ei  tomo  XI 
de  las  Memorias  de  la  Academia  de  la$  Cien* 
cias  de  Paris,  1a  Descripcion  del  ghho  de  la 
Aeademia  de  Dijon,  por  Guytoo  Uorveau,  la 
sesieo  de  la  Sociedad  Philomitica  de  43  de 
abrilde  4Bi4,  eo  qoe  se  leyeroo  los  ouevos 
priocipios  de  la  navegacion  aéroa,  y  los  lumi- 
nosos  esoritosdel  ilustrado  Ifr.  Transoo,  ioser> 
tos  eo  el  tomo  XII  del  Magasin  Pittoreique, 
en  que  Irata  la  cuestioo  de  los  globos  de  ooa 
raaoera  tao  nueva  como  iogeoiosa. 

Diremos  dos  paiabras  de  los  pannsaidaa. 
Necesitabao  los  aerooaotas  el  auxilio  de  ooa 
máquiua  eo  que  poder  descender  en  el  casode 
ocurrir  algnn  accidente  al  globo,  y  desceoder 
de  manera,  que  oponiendo  á  la  oolomna  de 
aire  una  ettensa  superflcie,  el  descenso  foesa 
tan  lento  como  senecesita  para  caer  el  coerpo 
de  UD  hombre  sio  lesioo.  loventaron,  puea, 
esta  miquina,  y  ia  llaraaron  para-caidas.  He- 
mos  dicbo  eo  la  parte  histórica,  qoe  Blaoobard 
y  Garoerin  se  disputaroo  la  gloria  de  este  lii- 
vento;  siu  embárgo»  segun  una  noticia  qoe  oe 
lee  eo  el  tomo  XKXYI  de  los  Anales  ie  quimi" 
ea,  la  ioveocloo  del  para-caidas  se  debe  4 
Mr.  Leraoroaod,  y  asi  lo  reciamó  éi  i  la  ica- 
domia  de  Lioo.  Lo  que  creemos  es,  que  cada 
UDO  de  eatos  aerooautas  ioventó  ao  para-eai- 
das  mu  ó  menos  perfecto.  Blanchardensaydel 
suyo  con  buen  resultado.  Gamerin  y  su  faija 
bicieron  varios  desceosos  eo  para-caidas;  niaa 
como  auD  se  siotieroii  algunas  oscilaciooes  y 
sacudidas  violeotas,  por  efccto  de  la  deroasia* 
da  acumulacion  del  aire  deb8)o  de  su  superfi- 
cie,  se  ba  perfecciooado  despues  y  ocurrido  i 
estos  ioeooveoieotee,  practicaodo  eo  el  ceotro 
del  para-eatdas,  ona  especie  de  diimeDea  de 
tto  metrode  alta,  por  doode  el  aire  puede  s^* 
lir  siD  perjudicar  á  la  resisteocia  que  domioa 
ia  viToxa  de  la  deseeDsion. 

Tarabien  se  cuentan  viciimas  de  ios  pera- 
caidas  eomo  de  los  globos.  El  aeronauta  io- 
giés  Gocking^  habiendo  salido  de  Lóndres  en 
un  giobo  eo  4836,  probó  i  cierta  distancia 
des  la  oiudaddesfcnderen  un  nuevo  para-cai* 
das  de  su  invencioo,  y  ei  ensayo  le  fué  fatal. 
Una  suscridon  que  se  abrió  en  favorde  la  viu<* 
da  y  de  sus  bijos,  publicaba  el  resultado  trigi- 
oo  de  la  teotativa  de  Gocking. 

Toomoos  igaalaente  qoe  meodooar  todo        ^ 
lo  aue  ooocieroe  i  la  dlrcceioo  de  eotosf  loboi 


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837 


ASGENSIONBS 


«8 


y  he  aqm  prédBamente  el  gfan  proUeiiie  en 
cnya  resoiucion  ban  trabajado  incesantemente 
lo8  iDg^nios,  pero  sin  resnltado  po¿itivo  que 
sepamos  hasta  abora.  Con  raxon  ba  sido  el  ob- 
]eto  de  tentativas  y  ensayos  inflnitos,  y  de  los 
desvelos  de  los  sábios.  Porqne  en  efecto,  de 
que  se  baga  ó  no  este  importante  descubri 
miento  depende»  ó  qne  la  inyencion  de  los 
globos  aerostáticos  quede  redncida  i  uua  fun- 
cion  de  puro  espectáculo»  en  que  algunos 
faombres  lucen  sn  intrepidei  ¿  !a  presencia  de 
nna  mucb^dumbre  curiosa ,  pero  sln  froto  pa- 
ra  las  cieocias  y  para  las  relaciones  sociales, 
6  que  se  baga  la  revolucion  mas  grandiosa 
que  puede  concebirse  en  favor  de  la  huma- 
nidad. 

•Ya  la  imaginacion,  dice  un  escritor  mo- 
derno,  sc  admira  á  1a  vista  de  un  marino  qoe 
confla  su  vida  á  un  frágil  leño ,  y  se  abre  so- 
bre  los  abismos  del  Océano  un  camino  basta 
ias  comarcas  mas  apartadas.  ¿Qué  sería  si  el 
hombre  reCorriese  á  su  volnntad  las  vástas 
regiones  del  aire?  lYer  ya  ¿  sus  pies  revolver- 
se  unas  sobre  otras  silenciosamente  esas  nu- 
bes  gigantescas,  esas  montai^as  movibles  que 
el  calor  del  dia  levanta  en  el  borizontet  iba- 
lancearse  blandamente  en  nna  region  de  paz 
y  de  luc,  y  desde  aquella  altura  dominar  la 
tempestad  y  el  rayol  jó  ya  cuando  la  nube  se 
tbríera  ¿  sus  miradas,  ver  pasar  r¿pidamente 
y  huir  las  ciudadea  y  los  campos,  losrios  y  los 
mares  y  los  montes  coronados  de  sos  verdes 
ílorestas  6  de  sus  nieves  eternas,  y  al  cabo  de 
«tgunas  boras  de  un  viage  sin  fatiga,  descender 
dulcemente  en  algnn  vaile  risueño  de  Grecia  ó 
de  Italia!» 

^Desde  luego  qne  el  aeronauta,  observa 
otro  autor  contemporáneo,  sea  tan  poderoso 
como  aparcce  uo  buen  piloto  manejando  so 
bagel,  elarte  militar  podr¿  complicar  sus  teo- 
riaf.  Eutonces  podrán  crearse  aplicaciones 
que  la  Imaginacion  no  coocibe  abora  ni  tiene 
la  roenor  idea  para  trazarías.  Podrán  ser  tan 
grandes  y  sorprendentes ,  como  grandes  se- 
lán  los  que  sin  tos  mezquínos  recorsos  de  los 
construclores  de  la  torre  de  Babel,  babrán  con- 
scguidoocultarse  en  la  region  de  las  nubes  y 
caminar  en  ella  con  planta  segura,  y  de  coose- 
cucDcias  calculadas.  Proyectos  gigantescoshay 
indicados  si  se  Uegan  ¿  sustituir  por  los  glo- 
bos  de  seda  los  metálicos,  y  se  consigoe  dar- 
tes  direccion  é  impulso  por  medío  del  vapor. 
Kl  hombre  en  este  caso,  dicen  ios  que  est¿n  en 
el  proyecto  de  la  invencion,  habr¿  cambiado 
lafaidel  roundo,  consider¿ndolos  como  ins- 
trumentos  de  guerra;  pues  calculan  que  una 
armada  de  globos  de  450  caballo*s ,  podria  sa- 
iir  de  Europa  incendiando  al  paso  ias  pobla- 
oiones  y  buques  enemigos,  hasta  anclar  en 
Pelrin  á  los  pocos  dias  del  orígen  del  mo- 
vimiento.  Podría  hasta  desarmar  el  cieh:  en 
decir,  estaría  cn  su  mano  modiflcar  el  estado 
eléctrico  de  las  nubes,  qoe  tanto  influyen  en 
]$8tempestades...» 


Nosotros  inenos  «fidoiiadoB  qne  los  anto* 
res  de  este  pensamiento ,  é  considerar  estoa 
grandes  descobrímientos  como  medios  pode*- 
rosos  de  gnerra  y  de  destmccion  (qoe  harU» 
nos  sobran,  por  desgracia  con  los  inveotados) 
creemos  tambien  qoe  la  direccion  de  los  gio- 
bos  prodociría  consecnencias  incalculábles ,  y 
que  1a  Imaginacion  no  poede  abarcar,  en  be- 
neficio  del  géoero  bumano,  ain  saiir  de  las  re* 
laciones  sociales  paciflcas,  siquien  no  se  los 
considerara  sino  como  roedios  prodigiofloa  de 
corouDicac4on  y  de  trasporte. 

¿Pero  se  resolver¿  on  dia  este  problemaí 
¿0  ser¿n  siempre  infructnosos  los  esfdmosde 
ios  hombres?  ¿Ser¿  qoe  la  Providenda  liaya 
dicho  al  geniodei  hombre,  corao  lcha  dicboai 
Océano:  «Estos  son  tus  limites  y  nonca  los  tras- 
pa9ar¿s?B  Ello  es  que  elmundo  está  en  espeo* 
tativa  de  este  gran  descnbrimiento;  la  po¿bi* 
iidad  Bo  puede  negarse:  la  esperanza  entre» 
tauto  no  puede  faltar;  si  sucederi  ó  do,  solo 
Dios  puede  saberlo. 

Es  lo  cierío  tambien,  qoe  entretanto  loi 
B¿bios  trabajan»  roeditan,  inventan,  y  los  hay 
^n  la  actualidad  que  créen  tener  ta  evidencia 
de  haber  hallado  ya  el  medio  de  domi* 
nar  los  aires,/y  de  navegar  por  los  espaeios 
atmosférícos  con  toda  conflanza  y  segurídad. 
Gada  cual  e8t¿  persuadido  de  que  so  invento 
es  el  mejor,  y  su  proyecto  el  mas  fealizable. 
Oúmplenos  abora  ¿  nosotros  dar  una  breve  no- 
ticia  del  aparato  y  sistema  qne  cada  uno  Ueoe 
propoesto  para  la  realizacion  de  tan  gigaotes- 
co  plan. 

fin  abríl  de  4843  se  leia  en  el  Times  de 
Lóndres:  «Podemos  anunciar  ¿  nuestros  leo* 
tores  que»  merced  ¿  la  constancia  y  asidoo 
trabfltjo  dc  Mr.  HenBpn,  y  despues  de  inflníto 
tiempo  y  repctidas  di>8ervacione8,  ha  logrado 
este  caballero  resolver  el  tan  apeteddo  pro* 
blema  de  la  navcgacion  por  el  aire.  En  efeclo, 
iu  roalizacion  no  puede  considerarse  sino  oo- 
mo  el  fruto  del  mas  sagaa  estudio  de  las  kyes 
de  la  naturaleza,  y  de  la  mas  atenta  obser- 
vacion  de  los  fenómenos  qne  de  ella  se  oc^ 
siouan,  debiendo  considerarse  en  este  omni* 
bus  aéreo  en  ei  acto  de  atravesar  el  espacio, 
que  no  es  nus  que  un  p¿Jaro  de  colosales  dí- 
mensiones.  El  resultado  de  la  perseveranda 
del  aotor  ba  sido  vencer  las  diflcultades  teoi- 
dashasta  hoy  por  imposibles,  yqoebyHaa 
hecho  creerirrealizable  esteprecíosodescttbri* 
miento,  por  cuyo  medio  es  imposible  calcolar 
hasta  donde  podr¿  eatender  su  poder  la  homa- 
nidad.  He  aqul  algonos  detalles  relativos  ¿ 
los  medios  de  accion  de  este  omnibos  aéreo. 

«Sn  príocipal  estension  ó^volúmenconsiate 
en  un  tendido  que  ilamamos  las  alas»  debisfr* 
do,  no  obstante  advertir,  qoe  en  logar  de  mo- 
'verse  como  las  de  las  aves,  estas  pennaoecen 
tirantes  é  inmóviles.  Su  dimension  es  estraor- 
dinaria,  pues  llega  ¿450  pies  de  largo  y  3a 
de  ancho.  En  el  acto  del  vueio  se  llevaa  aa 
poco  de  lo»  estremo»,  IncUntodoae  «deoas 


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KN 


ASCENSIONES 


830 


liádi  tdeiante.  Bn  el  espaeiaque  puede  eonsU 
dererse  nsedio  de  elias»  está  suspendida  la 
eija  ó  coche  destinado  al  trasportc  de  Jos  via- 
gefOB  y  raercancias,  ocopando  el  lugar  qne  en 
an  péjaro  corresponde  al  cuerpo.  ▲  la  parte 
pofiterior  ae  liaiia  nna  colade  50  pies  de  largo, 
á  la  cual  puede  dirsele  un  moTimiento  oscila- 
torio  de  ascension  y  desceoaion,  paru  reguiar 
lá  ele?acion  det  vuelo,  y  debqjo  de  ella  está 
el  timoQ  que  airve  para  la  direccion  iiorízon- 
tal.  Sobreel  aparato»  y  en  posicion  vertical, 
bay  OQ  lienso  para  impedir  ias  oscilaciones 
laleralea.  Una  máquina  de  vapor  da  movi- 
mienlo  ¿  dos  roedas  colocadas  cada  una  á  un 
iado  del  timon,  las  cuales  constan  de  seis  ra« 
dios  en  forma  de  aspas  de  mulino,  cuyo  oflcio 
es  conservar  la  velocidad  adquirida,  anulan* 
do ia resistencia del  aireatmoeférico....  Gaicú- 
lase  que  esta  máquina  tendrá  ia  fuerca  de 
veinte  cabalios.  Ei  modo  ingenioso  con  que 
Mr.  HensoQ  ha  alcanvado  la  reducdon  dei  pe- 
80  de  la  máqoina,  consiste  en  la  nueva  forma 
dada  al  condensador  y  á  la  caldera.  Gompóue- 
ae  esta  úitíma  de  uqos  50  conos  huecos  y 
troncados  que  se  colocan  inversamente  so- 
bre  ia  superficie  de  la  caldera,  y  presentan 
dqos  400  pies  cuadradosá  ta  accion  del  fuego. 
Si  condensador  consiste  en  una  porciOQ  de 
pequeños  tubos  espoestos  ¿  la  corrieote  del 
aire  que  ocasiona  el  vuelo  de  la  miquina,  ha- 
hiéndoso  observado  que  esto  era  lo  suficiente 
para  el  objeto  apetecido.  Es  digno  de  admi- 
racion,  que  ia  miquina  con  todos  sus  anejos 
eomo  agua,  combustibles,  viageros,  elc.,  no 
escede  todo  Junlo  dcl  peso  de  COO  iibras.  La 
estensioo  y  superficie  que  abrazan  sus  alas  y 
eota,  ó  sea  el  arca  de  todo  el  aparato,  mide 
QQoa  4,500  pies  cuadrados,  y  el  peso  total 
que  soBtiene^  es  aproximadamente  de  uuas 
3,000  iibras,  Uevandohasla  enesto  unanota- 
Me  ventaja  ¿  los  p^aros,  pues  es  f¿cil  obser- 
var  que  por  cada  pie  cuadrado  le  correspon» 
den  doe  tercios  de  libra.» 

COQ  esta  miquina  creia  estar  segnro  el 
Üostte  ñsico  de  haber  alianado  las  dificuitades 
€00  que  habian  tropezado  toda^  las  empleadas 
liaata  ei  dia.  Ei  error,  decia  éi,  de  todos  los 
mventores  de  miquinas  aéreas,  est¿  en  baber- 
ies  querido  dar  la  fuerza  necesaria  para  po- 
nerse  por  si  mismas  en  movimieuto,  elevarse 
y  sostenerse  en  ei  aire.  Para  obviar  este  ín- 
coaveaiente,  el  célebre  mec¿nico  discurríó 
que  la  impotencia  dei  arte  la  podia  suplir  la 
Baturaleza;  y  que  ¿  la  manera  quealgunas  aves 
se  elevan  con  diflcultad  de  la  tierra,  y  para 
lomar  ei  vraelo  se  arrojan  de  lo  alto  de  un  ir- 
bol  6  de  oaa  roca»  pero  nna  vea  hnpreso  el 
movintieQto  leses  ya  f¿cii  couservarie,  aumen- 
tar  sa  viveza  y  remontarse  ¿  lá  roayor  altura, 
asi  su  máquina,  nna  ves  lanzada  al  aire  des- 
de  la  estreinidad  de  un  plano  ioclÍDadoy  pues- 
taen  movimiento,  adquiríria  la  ceieridad  ne- 
oesaría  para  poder  sostenerse  en  la  atmóafera 
9»  todo  el  resto  dei  viage;  celeridad  queapa- 


garía  poco  ¿  poco  ia  resistehoia  misma  del  aire 
no  teniendo  la  miquina  de  vapor  otro  objeto 
que  reparar  esta  misma  viveza  que  fuese  per- 
diendo. 

¿Pero  cuál  ba  sido  el  resultado  de  tan  en- 
comiado  invento,  que  ciertamente  pudiera  ba* 
ber  inmortaliiado  ¿  su  autor?  IjOS  sucesos  es- 
tin  demostrando  todaviu  la  impotencia  y  fati- 
biUdad  de  los  cilculos  humanos. 

Yieno  luego  otro  inglés,  Mr.  Green,  el  mis-» 
mo  de  quien  dijimos  en  nuestra  Reseña  histá' 
rica  que  lleva  hechas  275  ascensiones  aeros- 
tiUcas,  y  bajo  la  base  de  que  sobre  las  capas 
inferíores  de  la  atmósfera  hay  nna  corríente 
constante  de  aire  que  víene  del  Atlintico  y  de 
la  direccion  Oste  ó  Noroeste,  y  suponiendo 
qne  una  vez  Uegado  i  esta  corrtente  es  muy 
ficil  el  viage  de  los  Estaüos  Unidos  i  logta-* 
terra,  ba  inventado  una  mdquina,  con  la  cual 
asegura  se  eleva  6  desciende  el  globo  ¿  vo* 
luntad  del  conductorqoe  vaen  la  barquilladol 
mismo.  Consiste  su  mecanismo  en  un  eje  mo* 
vido  por  varias  ruedas,  y  en  cuyos  estremos 
se  QJan  dos  alas  de  determinadas  dimensiones: 
ademas  liay  otra  ala  en  una  de  las  estremida« 
des  de  la  burquiila  para  servir  como  de  Umon. 
La  diferente  inclinacion  de  estas  alas  hace 
que  el  globo  suba  ó  baje  ¿  arbitrio  dei  que  le 
diríge,  y  de  consiguiente  puede  ir  ¿  huscar  la 
corriente  atmosféríca  que  le  convenga,  sin 
necesidad  de  dar  salida  al  gas  para  bajar,  nl 
dismiQuir  el  lastre  para  snbir. 

Mr.  Greeu  dice  tener  tal  segurídad  en  su 
aparato  y  procedimiento,  que  ofrece  poner  de 
sn  parte  500  Ubras  esterlinas  (sob're  2,500  du« 
ros)  paralos  gastos  dcl  viage,  y  depositar 
ademas  otras  4,000  libras,  que  perder¿  si  le 
sale  fallida  su  empresa.  £1  proyecto  de  Green 
Uene  ahora  en  espectativa  como  tuvo  el  de 
Henson. 

£1  genio  del  hombre  se  afana  en  todas  par* 
tes  por  lograr  ia  resolucion  del  gran  proble* 
ma.  A  flnes  de  4846  presentó  el  señor  Muzzial 
congreso  cientiflco  reunido  en  Pisa,  el  modelo 
de  ona  m¿quina  que  ha  onsayado¿  presencia 
de  los  sibios  de  aquel  congreso,  y  con  la 
cuai  apUcando  un  nuevo  príucipio  de  fisica, 
diríge  i  su  voluntad  un  globo  aereost¿tico,  ya 
sea  en  ei  aire  tranquilo,  ya  en  las  corríentes 
atmosféricas.  IjOs  mas  disünguidos  físicos  de 
Italia  aseguran  que  el  ensayo  salió  pei^'cta* 
meote.  Filtale  la  sancion  de  una  esperienda 
en  grande.  £i  señor  Muzzi  vuelve,  pues,  ¿ 
ponemos  en  espectaUva. 

Mas  modernamente  todavia,  ¿  príncipios 
del  m&s  de  setiembre  de  este  mismo  año» 
Mr.  de  Fresne,  de  París,  presentó  un  barco 
que  navegaba  por  el  Sena  ann  contra  viento  y 
corriente,  sin  remos  ni  vehis,  ui  mas  motor 
que  una  rneda  aerea  colocada  en  el  sitio  ea 
que  por  lo  regular  se  coioca  la  vela.  EI  inven- 
tor,  puesto  de  pie  en  ia  popa  del  baroo,  co- 
municaba  al  aparato  un  movimiento  de  rota* 
cioadaderecha ¿  iiqaierdat  y  ei  barco  cami- 


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«84 


iBCHMnONBS 


Itt 


Btín  8in  otfo  knimlso.  Sl  utor  eree  <|Q6  este 
motor  atmosférico  podrá  ficilmente  aplicarse  á 
dar  direocion  i  los  globos,  pues  si  enoQentra 
en  el  aire,  dice,  un  punto  de  apoyo  suAciente 
para  ?eQcer  la  resistencia  de  un  cuerpo  tan 
flenao  eomo  el  agna,  y  sapcrar  la  acdon  del 
viento  y  de  la  corrtente,  con  nnclia  mas  ra- 
aon  podri  tiaoer  mover  un  cuerpo  que  flote  en 
ei  mismo  elemento  en  qne  obra  el  aparato,  y 
qne  debe  presentar  una  resiateneia  macho 
menor. 

Pero  hé  aqni  que  el  inglés  Mr.  Baale,  con 
Dotleia  de  este  esperímento  becfao  en  ei  Sena 
y  la  proposicion  de  apiicarle  i  la  navegacion 
atmosférica,  reclama  como  snya  esta  inTen- 
eiOB,  ydice  queyaen  diciembre  de  4836, 
presentó  i  nna  comision  de  la  Sociedad  de 
Artes  nn  gloJK)  aerostitico  eu  forma  de  uo 
eüindro  proiongado,  i  cuyos  lados  babla  dos 
rnedas  aéreas,  que  moridas  desde  la  barqnilla 
impeliaa  por  el  aire  el  aparato  en  la  direccion 
qse  se  deseaba. 

Sanaon,  de  Galígoy,  el  general  Oesnbinslíy, 
han  trabajado  en  el  mismo  seatido;  y  porti- 
eularmeote  Mr.  Bulríot,  que  ba  eonstruido  un 
gtobo  Tolante,  espeoie  de  navecilla  i  e^yot 
iados  bay  coatro  paletas  Imitando  las  aspas  de 
nn  molioo  de  yiei^o,  qne  ei  aeronauta  bace 
mover  por  medio  de  nn  meeanlsmo  interíor 
cuyo  aeorelo  liene  él  solo.  La  resisteneia  del 
aftre  i  cada  golpc  de  paia  qoe  le  aaota,  refleja 
sobre  el  globo  y  le  hace  maretiar  hicia  ade^ 
lante,  absolatamente  oomo  un  aye  que  vaela  ó 
e«no  an  pea  que  nada.  Bl  ensayo  de  este  pro- 
cedimiento,  si  no  ha  dado  todo  el  reanltado 
fae  serta  de  esperar,  al  menos  no  ocasionó 
ningunaceidente. 

Dedúcese  de  todo  eate,  qoe  en  todas  partes 
y  en  todoa  tiemposbasta  la  actualidad,  no  ban 
cesacto  ni  cesan  los  fisicos  y  mecánicos  de 
apnrar  los  recorsos  de  su  ingemo  para  dar  di- 
reeeion  i  ios  globos  ó  inventar  otre  medio  se-» 
goro  de  viajar  por  los  airee,  sln  que  hasta 
•hom  topamos  qne  al  Iravés  de  la  eonflanaa 
%ae  eada  cnal  haya  er^do  ó  crea  deber  lener 
en  an  invento,  hayan  los  resultados  coronado 
todavia  ios  desvelos  y  llenado  las  esperanias 
deninguBo. 

Asi  las  cosas,  se  presenló  de  improviso  en 
k  paieatra  un  español,  que  con  uoa  conflanaa 
que  asombra,  y  con  noa  arroganeia  qoe  sor- 
prende,  no  solo  asegoró  haber  tenldo  ia  for- 
luna  de  resolver  el  gran  problema,  sino  que 
desde  luego  se  oomprometió  i  ejeuatar  mas  de 
lo  qne  nadie  se  ha  atrevido  nnnca  i  proponer» 
ofreciendo  solemnemente  i  la  reina  y  %A  pais 
qse  si  le  facllitaban  los  aoxilios  peconiarlos  qoe 
Beeeaitabc,  haria  en  od  aparate  de  aa  invencion 
el  viage  de  Gidis  i  Madríd,  atravesando  por 
loB  aires  la  distaoieía  de  maa  de  eien  iegnas 
<|ae  sapara  las  dos  poblaeiones,  en  el  espacio 
de  dj»x  boras,  y  qne  atracaría  al  balcon  prin-^ 
oipal  dei  real  palaeio. 

lateeapafloi,!  qiMdelilmaiimbBeovpniH 


diéoal  públido  y  forprendeii  taB^íeBéta 
sibios,  esel  señor  don  Pedro  Montemayor,  ve-* 
oino  y  abogado  es  Medina-  Sidonia.  He  aqni  la  et- 
posieion  que  eonfechs^  ^  de  oetatyre  de  4841 
dirigió  i  S.  M.  la  roina. 

•Señora:  denFedro  Montemayor,  veciBOdi 
Midina-Sidooia,  provincia  de  Gidia,  i  los  K.  P. 
de  y.  M.  con  el  debido  respeelo  eepone:  qoa 
despues  de  dlea  años  de  asiduo  Irab^o  y  da 
repetidas  esperíencias,  ha  encontrado  reaola- 
eion  al  problema  de  la  navegacioB  atmosféri- 
ca,  por  medio  de  una  miqnina  moy  sendlla  t 
qtie  llama  Eolo,  porque  con  ella  ia  gravedad 
venoe  al  vienlo,  propiorcionando  on  punlo  de 
apoyo  lan  sólido  que  pasade  47,000  lib.  la 
fuerxa  que  puede  considerarse  reanida  en  eia 
pnnto  segim  los  prínoipios  de  moeiniea  y  ff- 
aica.  El  Bolo,  pues,  señora,  domina  complela» 
mente  la  atmósféra,  y  se  distingne  de  todos 
l08  otros  medjos  empleados  para  ceiiBegiirio, 
en  que  tiene  ponto  de  apoyo  y  bb  motor  sia 
peso  baslante  poderoso  para  salvar  1a  dtstaa- 
cia  que  separa  i  Gidis  de  Madrtd  en  el  eorla 
tiempodediei  horas,  no  oensamieodo  mm 
foena  qoe  la  de  dos  hombres  que  ejeenteBÍIa 
vox  del  director  tas  maniobras  propias  de  ea- 
da  caso  particular. 

«Gon  él  tomari  e1  pabeilon  de  GastiHa  po* 
sesion  de  un  nuevo  elemento  al  modo  que  ei 
los  tiempos  de  doña  Isabcl  I  tomó  posestoa  éa 
nn  noevo  mundo,  y  el  que  esponc,  pol>re  taa- 
bien  y  desvnlido  como  Grístóbal  Golon,  imple* 
ra  en  esle  sfglo  la  soberana  proteceton  de 
V.  M.  conflado  en  que  sn  súplica  no  poede  ssr 
desatendida  por  ia  ilustre  descendiente  de 
aqoella  reloa,  qne  en  el  siglo  XYi  costeó  la  es- 
pedícion  de  ese  atrevido  navegante,  aun  empe- 
ftando  para  ello  sas  albajas.  No  se  pide  abova 
taoto,  seflora,  pues  conmenos  de  45,00d  pe> 
sos  fuertes  sc  poede  constmir  un  Kolo  ctpn 
de  ser  armado  con  dos  cañones  de  i  cuatro  gi* 
ratorios,  sin  qoepor  esopierda  nada  desove* 
locidad;  pero  elqoe  espone  ha  consumido  el 
pequeño  capltal  de  que  podia  diaponer,  en  las 
costosas  esperíeocias  becbas  para  oblenereie 
resultado,  y  hoy,  reducido  á  los  prodoetoe  da 
SD  bufele  de  abogado,  bien  eseaaos  en  esfe 
Jo^^o  de  prímera  inatancia  de  entrada:^ 
A.  T.  M.  rendldamente  supliea  se  digne  tontf 
bsOo  sn  real  proteceton  este  invento  y  nandar 
que  se  le  anticlpenalgonosrondoseonloscBa* 
les  poeda  construir  on  pequeño  Bolo  capas  de 
eonteneral  menostres  hombres,  y  el  YtsMé 
estiba  indlspeasable  para  la  eslabilidad,  en  eo» 
yocaso,  isaodo  el  pabellonde  Gaslllla  es  M 
popa  d<ei  i6i9mo,  tendri  el  aHo  honor,  si  ?.  1. 
lo  permite,  de  besar  sn  real  mano  despnes  de 
baber  probadolaverdad  de  loque  deja  espae»- 
to  navegando  desde  Gidix  i  Madríd,  y  ad** 
cando  en  el  baleon  príndpal  de  ese  reri  pala- 
cie,  i  menos  que  ¥•  M.  no  tenga  i  bf  en  maB- 
dar  otra  cosa  i  este  ílel  vasalto  y  hoflailde  sar- 
Tiéor  (|Qe  negaá  Dioigoarie  ia  preoioiB  riü 


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isa 


ABGfeMtOMBd 


8SÍ 


te  T.  M.  iirac^os  afioB  Mirl  Ueii  de  It  monar 
i|Ote.  ledloi'Moiila  I9  de  eetobre  de  4847 
•'«Mora.— >Á.  L.  R.  P.  de  T.  M.— Mre  Mo»* 
temiyor.» 

laa  mottes  f  prioeipios  ett  que  este  nuevo 
aerettaiite  fondaftá  la  aegorMad  qoe  manliesta 
cn  les  reenltados  ée  en  pfocetoieato  y  apart« 
t^i  loe  eeplanaei  misnio  eA  an  escrilo  qae  con 
ü  propia  fécha  dirigló  á  loi  peridftcos  de  la 
eapftal,  7  decia  asi: 

«Para  que  fto  se  me  tadie  de  litno  ó  teme- 
rirto  por  el  áitfevimteiito  de  liamar  la  atencion 
ie  traealrt  retna  liáoia  ima  mftqnina,  cnyo  re- 
nHade  jQBgatAn  mueiras  impoelMe,  detto  al 
pttblice  la  espnéaeion  de  algnnos  pormenores, 
yen  aUigiifia  ocasion  m^or  pudiera  liaeerio 
enando  Tde.  me  thorran  la  mitad  del  trabajo 
eon  la  iBserelen  del  artlettie  antes  citado. 
áeeptande,  peee,  oemo  verdadero  cuantoen 
ese  arUenlo  se  ^ee,  debo  fijar  la  idea  sobre  la 
Savefacion  atmosfftrioa.  H  efecto  útii  de  esta 
«B  ei  de  trasportar  un  peso  desde  un  punto  á 
otro  con  1a  mayor  ydocidad  j  baratura  poai- 
Meé,  de  forma  qne  si  el  lole  fuese  mas  caro  ó 
iBdQviese  menos  me  la  loeomotiva  de  un  fer- 
ro-oarril,  seria  preierible  estesiatema  de  tras- 
portes,  élnütilpeiisar  en  elotro,  eomo  objeto 
de  eepecnlacion;  'pero  70  he  consegutdo  que 
nis  Kolos  cnesten  menos  7  onden  mas.  Yea- 
noseémo. 

iAI  modo  que  la  ventaja  de  nn  ferro-carril 
sobre.una  earretera,  conslste  en  que  ta  resis* 
leDtía  de  loe  carriles  de  hierro  es  muchisimo 
neoor  que  la  de  la  carretera,  asi  tíimbien  la 
vent^a  de  ia  navegacion  atmosrérica  sobre  la 
navegacion  maritima,  estriba  en  queel  aire  pe- 
sa  cereo  de  70e  veces  roenos  que  ei  agna,  7  ia 
resistencia  vencida  por  la  proa  de  una  fjragata 
aerá  700  veces  raa^or  que  la  de  mi  Rolo  en 
ilfaaldad  de  velocidttd  y  de  volAmen ;  pero  la 
í^gata  flota  sobre  la  superflcie  de  un  iiqoido 
de  ma^or  peso  qoe  el  suyo,  sumerglendo  so- 
lo  Qua  pequefta  parte  de  su  casco,  y  el  Eolo  no 
poede  elevarae  hasla  la  superflcie  de  ia  atmós 
fera,  sfno  que  nada  lodo  sumergido  junto  at 
foodo.  Esta  diferenciB  la  produce  tambien  uuy 
irande  en  la  resistencia,  porque  permite  pres- 
eindir  del  desnivelamiento  que  causan  ios  bu- 
qoes  en  la  superflcie  del  mar  7  del  vacio  que 
forman  con  sus  popas;  mis  Eolos  producen  al 
eoQUvrio  con  su  movimiento  una  corriente  de 
airede  proa  á  popa  crue  fmpide  la  formaeion  de 
eate  vacfo  llenándoto ,  7  eomo  segun  ha  de- 
nostrado  Mr.  Arban,  es  posible  sostener  flo- 
tante  ei  peso  que  se  desea  trasportar,  no  in- 
sisto  aobre  esto,  maoho  mas  despues  qne  he 
▼iato  las  fórmuias  del  articulo  que  vds.  inser- 
tan  y  qoe  90B  exactas  á  no  dudarlo. 

«Sin  embargo,  debo  afiadir  que  mis  Eolos 
tiMien  globos  ó  capacidades  llenas  de  hidró- 
feno  pnro,  qoe  tienen  otras  capacidades  A  qne 
Vame  gasOmetros,  complefameBte  vacias,  y 
^499   mnnmfíA  yoi'XJUdi, 


Iotras  en  fln  á  qne  tlaitto  áéreotribsos ,  llenaa 
de  aire  comprímido;  que  los  globos,  gasóme^ 
tros  7  aéreotribsos  comunican  entre  sl  por  tu« 
boB  qoe  terminan  en  dos  bombas  impeíentes, 
7  qoe  el  Juego  de  estas  bombas  permiten  po- 
ner  el  Eoto  en  un  eqniHbrío  tal  con  su  atmós- 
fefa,  que  asclende  7  balancea  á  babor  ó  es- 
tribor  para  correr  de  boiina  todo  io  que  se  ne- 
eesila  en  cada  caso  parlicular. 

«Está,  pnes,  salisfecba  la  prímera  condi- 
cioB,  que  es  la  de  haccr  flotar  el  peso  traspor- 
tado,  7  salisfccba  de  tal  modo,  que  ei  mismo 
peso  so  oonvierte  con  el  )uego  de  las  bombas 
en  un  agente  poderosisimo  para  la  dlrecciou, 
no  ddXendoomiÜr  que  nunca  se  pierde  ó  suel- 
ta  gas  como  basta  aqui  se  ha  becho ,  io  que 
properclona  una  grande  baratura,  porque  et 
hidrógeno  puro  es  tal  vex  la  sustancia  mas  ca- 
rnr  de  todas  las  que  entran  en  la  construccion 
de  un  Eolo,  7  seria  costosíslmo  el  tener  que 
haoerlo  de  nuevo  para  cada  viage. 

«Puesto  quetenemos  7a  al  Eolo  flotante  vea- 
mos  cuál  es  ia  rcsistencia  que  ba  de  veocer 
con  BU  proa  para  caminar  horízoiitalmente.  Si 
Ilamamos  p  A  la  superflcle  de  su  mayor  seccion 
vertical  ú  opneata  al  movimiento  en  pies 
coadrados  de  Borgos  y  v  A  !a  velocidad ,  serd^ 
R  c  p  V  ü,  siendo  R  ia  resistencla  y  c  un  nú- 
mero  constante  cuyo  valor  se  ha  de  dctcrminar 
per  esperfencia.  Yo  h'e  encontrado  pura  planos 
delgados  de  on  pic  cuadrado  de  Burgos,  ese 
número  igoai  A  0,0015 1.  b.,  7  como  segun  los 
autores  qoe  ban  tratado  esta  matería,  la  resls- 
tencia  disminuye  ó  aumenta  con  la  diferente 
figura  del  cuerpo  chocado  por  el  vicnto ,  he 
eoconlrado  tambíen  para  el  valor  del  coeficien- 
le  de  lit  figora  de  la  proa  0,  4  para  los  costa- 
dos  0^.7  y  para  los  aereotríbsos  3. 

«Conocida  la  resistencia,  se  necesita  nn 
motordefuerzasuflcieute  paravencería  en  ca- 
da  caso.  ¿Podrán  serlo  el  hombre  ó  el  vapor? 
De  ningun  modo,  porque  cualquiera  de  esos  dos 
motores  pe?a  lo  menos  siete  veces  mas  quc  la 
fuerza  que  devuelve,  es  decir,  que  aunque  su- 
pongamos  que  un  Iiombre  pueda  dar  una  po- 
tencia  mecAnica  espresada  por  20  libras  ele- 
vadas  á  tín  pfe  en  un  segundo  de  tienipo ,  I0 
que  es  muchisimo,  como  saben  los  ingenieros 
mocánicos,  síendo  su  peso  A  io  nicnos  dc  i  40  li- 
brus,  se  necesilaria  un  vdúmen  para  hacerlas 
floiantes ,  quc  en  su  mayor  seccion  vcrtical 
presentaría  una  superficie  tan  grande,  queaplí- 
cAndole  la  fórmula  de  la  resistencla,  resultaria 
esta  mucho  mayor  que  las  20  libras  dc  poten- 
eia  aun  para  una  velocidad  de  3  ó  4  pies  por  se- 
gundo ,  la  cnal  es  casi  cero  comparada  con  la 
de  mis  Eolos  que  han  de  ser  de  un  graüo  del 
meridíduo  por  bora.  Igual  raciocinio  se  uplica 
con  mayoría  de  razon  A  las  máqninas  de  va- 
por,  y  asi  vemos  que  las  locomotiTas  con  su 
tender  pesan  mas  de  50,000  libras,  micotriüi 
que  su  fuersa  en  caballos  de  vapor  estA  apeaas 
repraentada  por  7,00  Ubras  elevadaa  en  un 
pie  en  uo  segundo,  lo  que  ha  permitido  A  Mr. 
.  T,    III.    53 


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835 


ASGEMaONlES 


8t6 


Samoda  el  reemplaEarlas  cod  la  pi^sion  del  aire 
en  los  camiDos  llamados  atmosféricos.  De  8(|dí 
resolta  que  es  otra  condicion  esencial  y  sme 
qua  non,  la  de  qne  el  motor  empieado  en  la 
uavegacion  atmosférica  tenga  muy  poco  ú  ca- 
si  ningon  peso,  á  cuya  condicion  no  satisfoce 
otro  motor  algono  roas  que  la  graTedad,  foersa 
gratuita,  repartida  con  grande  profosion  en  la 
naturale2)s»,  la  misma  qoe  auima  on  salto  de 
agoa ,  y  la  misma  qoe  permite  al  ágoila  cer- 
nerse  por  los  aires,  del  modo  qoe  dice  el  arti- 
colo  que  vds.  han  insertado. 

«A  esta  áltima  proposicion  parecerá  onapa- 
radoja,  pero  como  el  espllcar  el  voelo  de  las  aves 
scriaesplicar  mi  secreto,  roegoáqoien  esto  lea 
que  suspenda  su  juicio  hasta  que  yotenga  fon- 
doB  con  que  demostrar  prácticamente  miteoria, 
pues  entonces  verá,  que  ese  voelo,  al  qoe  lla- 
mo  mi  secreto,  es  moy  parecidó  al  fenómeno  de 
la  caida  de  ooa  manzana,  la  coal,  siendo  oca* 
sion  de  que  Newton  encontrase  la  ley  de  grave- 
dad,  oada  enseñó,  sin  embargo,  á  los  moclios 
millones  dc  hombres  ¿  coya  presencia  babian 
caido  al  suelo  manzanas  maduras.  Hace  tam- 
bien  mucbos  siglos  que  las  aves  surcan  los  ai- 
res  delante  de  los  hombres,  pero  ninguno  ha 
esplicado  aun  mecánica  y  fisicamente  su  vue 
lo,  al  mcDOS  que  yo  sepa:  si,  poes,  me  atrevo 
yo  á  dirigirme  hoy,  como  lo  hago,  ¿  noestra 
augusta  reina  solicitando'su  real  proteccion,  es 
porque  nü  m¿quina  es  de  aquellas  que  despues 
de  vista  esclamar¿  cualqoiera:  eso  yo  tambien 
lo  huhiera  hecho,  y  tendré  qoe  repiicarle  para 
volver  por  mi  honor  con  la  anécdota  del  e(|Qi« 
librio  del  hoevo  sobre  ona  de  sos  pontas  qoe 
se  atriboye  ¿  Cristóbal  Colon. 

«Por  último,  la  tercera  condicion  sine  qua 
non  de  la  navegacion  atmosférica  es  el  puoto 
dc  apoyo,  que  debe  ser  superior  ¿  la  potencia 
y  ¿  la  resistencia.  En  efecto,  toda  m¿quina, 
por  complicada  que  aparezca,  es  reducible  ¿  su 
elemento,  que  consiste  en  una  sola  palanca,  la 
cual  ¿  su  vez  se  reduce  ¿  solos  tres  puntos, 
que  son:  el  de  aplicacion  dc  la  poteocia,  aqoel 
qoe  veoce  ¿  la  resisteDCia,  y  el  pooto  de  apo« 
yo:  si  este  oo  es  mas  poderoso  qoe  los  otros 
dos,  la  palaoca  no  poede  obrar;  asi,  poes,  ten- 
go  eo  mis  Eolos  on  ponto  de  apoyo  en  los  aé- 
reotríbsos  proporcional  ¿  so  volúmen,  y  qoe 
siempre  es  mayor  qoe  la  potencia  y  la  resis- 
tencia  onldas. 

•Esplicar  eslo  tampoco  es  posible,  porqoe 
ese  apoyo  e8t¿  tan  ÍDtimameote  ligado  al  mo- 
tor,  qoe  casi  se  coofonde  con  él,  como  se  con- 
funde  todavfa  en  la  navegacion'maritima  el 
puuto  de  apoyo  con  la  estabiiidad  sin  embargo  de 
ser  cosasno  solo  distintasslnoquecasí  meatre- 
vo  ¿  asegurar  que  son  opuestas,  porque  cn  mo- 
cbos  casos  creciendo  el  ono  mengoa  la  olra  (4). 

«Roego  ¿  vd.,  por  fin,  señores  redactores, 
etc— Pedro  Monteffiayor.*-Medina<Sidonia  30 
dc  octubre  de  4  847.  i 

(I)    No  debo  habUr  mai  claro:  qmi  poiesi  atpen, 


En  vista  de  Qtio  y  otro  dorámenfo  pareee 
que  el  gobierno  de  S.  M.  resolvió  fáciUiar 
al  señor  Montemayor  los  fondos  necesarioi  pa- 
ra  llevar  ¿  cabo  su  atrevida  empresa,  con  It 
debida  intervencion  para  que  se  invirtiesen  en 
el  espresado  objeto  y  eon  ía  posible  eoonomia. 
El  gobiemo  no  biso  en  esto  si  no  Uenar  el  ddier 
de  proteccion  qoe  le  incumbe,  asi  como  defaió 
tambieo  procurar  remover  coalesqQiera  c^ 
t¿colo8  qoe  podieraa  opooersc  ¿  la  realiza- 
cioD  del  gigantesco  proyecto  del  scñor  Monte- 
mayor. 

¿Estar¿  acaso  reservada  ¿  la  EapaSa  la  glo- 
ria  de  qoe  ono  de  sus  hijos  sea  el.afortQBa4o 
despejador  de  esa  importantisima  y  misterioia 
incógnita,  tias  de  la  coal  han  corrido  infroe- 
tuosamente  tantos  años  como  tras  Qna  sombrt 
vana  multítod  de  s¿bi08  de  los  paises  mas  avaa- 
zados  en  la  civilizacion  y  en  laa  ciencias  fisicas 
y  ezactas?  Grande  seria  ciertamente  la  gloria 
del  pais,  y  mayor  la  del  afortonado  mortal  qae 
podiera  decir  al  mondo:  «He  aqoi  hallado  y  ^c- 
cutado  lo  que  tanto  se  boscaba  y  apetecia: 
xiesde  boy  la  regioD  de  los  aires  ba  entrado  « 
el  domiDio  del  hombre.i» 

La  proposicion ,  poes,  no  podo  ser  mas 
arrogante,  y  aonqoe  nosotros  creemos  qae 
so  rcalizacion  est¿  dentro  de  los  limites  de  la 
posibiiidad »  nos  hubiéramos  oontentado  eoB 
ver  al  señor  Montenmyor  presentarse  sobre  el 
horízonte  de  Madrid,  aonqoe  no  llegar¿  ¿  atra- 
car  en  el  balcon  príncipal  del  real  palado,  lo 
cual  creemos  bastiuría  paradarle  no  escasagio- 
ria  y  mocba  prez. 

Para  qoe  se  vea  basta  qoe  pQnto  raya  ia 
confianza  que  el  señor  Montemayor  tiene  en 
SDS  Eolos,  Do  podemos  renunciar  ¿  trasmitir  ¿ 
nucstros  lectores  otro  escríto  que  po^terior- 
mente  dirigió  ¿  los  periódicos  este  ya  céle- 
bre  aunque  futuro  aerooauta.  Ei  qoe  sigoe  es 
aoD  mas  notable,  mas  corioso,  mas  original  y 
entretenido  que  oioguDO  de  los  aoteriores.  IH- 
ce  asi: 

«Animado  con  el  favor  que  me  han  dispen- 
sado  ai  dar  cabida  en  su  aprcciable  períódioo 
¿  mi  articulo  sobre  oavegacion  atmosférica,  lea 
dirijo  el  siguiente  para  rectificar  una  eqoifo- 
cacion  que  padecí  en  aquel,  y  para  hablar  de 
una  de  las  piezas  de  mis  Eolos,  sobre  la  coal 
ba  recaido  ya  un  prlvílegio  de  inven^on  que 
yo  ignoraba,  porque  estraño  ¿  la  poÜUca,  oo 
leo  períódico  alguno,  y  asi  podr¿  soceder  qoe 
iguore  lo  que  se  me  conteste,  tanto  sobre  ml 
anterior  articulo,  como  sobre  lo  qoe  pafio¿de- 
cir  en  este,  si  algon  amigo  no  se  tonu  la  mo- 
lestia  de  advertirmelOy  como  ahora  me  socede. 

«La  rectificacioD  recae  sobre  las  tres  capa- 
cidadesqoe  llamo  globos»  gasómetros  y  aéreo- 
iribsos,  pues  oo  debe  eDteoderse  qoe  en  lot 
gasómetros  se  hace  Donca  on  vicio  absdloto, 
sino  solamente  de  4/3  de  atmósfera,  y  en  caioa 
de  aporo  en  qoe  sea  preciso  vencer  on  hara- 
can  de  4/2  atoAÓsfera,  ni  tampoco  ha  de  creer- 
se  qoe  los  aéreotribsos  son  capacidades  oena- 


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887 


ASGENSIONBS 


838 


dai,  eono  los  redpientos,  por  ^emplo,  de  qae 
babk  Mr.  Amaad  en  sq  memorU  impresa  en 
Ykís  en  el  año  1844 ,  puee  mis  aereotribBOs 
estÍQ  en  contaeto  con  la  atmósfera,  aunqoe 
algnoi  Tei  se  enciernm  si  lo  exige  )a  manio- 
bra.  Por  último,  nn  Bolo  no  se  parece  á  nada 
de  eaanto  haata  aqni  se  ha  Tiato  ó  eacrito  so- 
bre  ascentíones  aeroetiticas,  siendo  igual  en 
el  aire  á  nn  boqne  de  Yela  en  el  mar,  qoe  sin 
geDtepara  lasmaniobras  carece  de  impulso  y 
de  direcciOQ.  Por  esta  causa  tengo  tambien  mi 
tripolacion  completa  y  oompuesta  de  Jórenes 
telientes  que,  tranquilos  como  yo  sobre  el  re- 
sohado  esperan  con  impaciencia  misórdenes, 
y  me  preguntan  cada  dia  de  correo,  porque  al 
paso  qoe  serán  moy  buenos  aeronautas,  son 
tambien  escelentes  calafates  para  la  construc- 
eion  de  un  Eolo,  cook)  que  hace  ya  algun 
tleiijpo  mo  acompafian  en  todas  mis  esperien- 
cias  y  trabajos. 

f  Ihiade  las  piesas  de  cada  Eolo  es  un  apa- 
rato  6  máqnioa  eon  ei  coal  fabrico  el  hidróge- 
Do  poro  feacándolo  del  agoa.  Este  aparato  se 
GODstroyó  en  Medinahace  coatro  años  por  el  her- 
nuoJosé  (leRibasyporelcarpinteroGayetano 
Castellcty  habiéndose  encendido  en  la  habita- 
don  de  una  casa  propia  de  las  señ(»ras  de  Bu- 
Iroo  oontiguá  á  la  herreria,  á  qoienes  pagué 
el  alquiler  correspondiente,  y  aunque  creo 
iBposible  qp^ie  la  invencion  del  señor  don  Yi- 
cenle  Galderon  se  paresca  á  1a  mia,  pues  ni 
teogo  el  hooor  de  conocerlo  y  hasta  ignoraba 
qoe  el  gas  sacado  del  agoa  se  hubiese  aptica- 
do  al  ahimbrado,  sin  embargo  he  creido  opor 
tono  descender  i  tantos  detalles  y  hasta  ci- 
lar  nombres,  para  qoe  no  entienda  ese  eaba- 
llero  cuando  sepa  que  dentro  de  cada  Eolo  se 
fibriea  d  gas  necesario,  que  yo  le  he  osurpa- 
do  su  invencion. 

•Dejar  de  poner  yo  mi  miquina  ó  aparato 
es  imposible  sin  trastomar  todo  mi  plan  de 
Davegadon,  pues  constroido  uoa  ves  y  puesto 
flotante  qq  Eolo  de  suflciente  magQitod,  es 
eoBio  on  beffgantin  en  el  mar,  qoe  ona  vea  bo- 
fado  al  agua  ya  no  necesita  volrer  i  tierra 
en  mochos  años,  y  antes  al  contrario,  hnyede 
eiia,  porqne  todo  su  peligro  esti  en  la  eosta, 
en  los  escoUos;  asi  tambien  coando  yo  temo 
algon  peligTO  es  solo  i  la  entrada  y  salida  en 
las  ctodadee,  porqoe  entonces  se  me  querri 
exigir  k>  que  un  bergantln  no  puede  hacer  en 
el  agoa^  y  es  que  me  eneallejone  en  términos 
de  BO  pcÑder  maniobrar,  porque  al  fln  seri  for- 
losodescender  (ilo  menos  al  principio)  en  al- 
gonaplasa  ó  calle,  y  k>8  marinos  saben  muy 
bien  qoe  por  ancbas  qúe  ellas  sean,  siempre 
resnltarian  rooy  estrecÁias  en  el  mar  si  se  vie- 
sen  encallejonaidos  en  ellas  sin  haber  podido 
antes  tirar  slqoiera  on  ancla.  Por  esta  raaon 
dye  i  8.  M.  (Q.  D.  6.)  en  el  memorial  de  39  de 
octobre,  qoe  atracaria  al  balcon  principal  de 
paiacio»  pnes  recoerdo  qoe  ono  de  los  ladosde 
la  Flaaa  de  Armas  da  al  campo,  y  pienso  entrar 
p«nr  él  ces  la  m^or  veloddad  posibie  y  atra* 


car  loego  al  balcon  por  medio  de  ono  ó  dos 
bicheros. 

«Llevo,  pues,  mi  miquina  de  gas  para  re- 
mediar  una  aTería  sin  necesidad  dedescender; 
de  forma  que  aunque  tenga  bojo  demis  pies  e1 
Océano  y  me  encuentre  i  500  millas  de  tier- 
ra,  si  entonces  se  me  rompeuno  delos  globos, 
yo  no  caigo,  porque  remedio  la  averia  en  el 
aire,  y  mis  aeroQaotas  soQtambieo  por  la  mis- 
ma  razoQ  calafates  eólicos;  pero  esto  coqozco 
que  neceaita  algnna  aclaracton. 

«Un  Eolo  se  compone  de  dos  aparatos  dis- 
tintos  completamente  iQdepeQdientes  y  sepa- 
rados:  coq  el  qqo  se  ascieode,  coq  el  otro  se 
descieode;  y  eo  ambos  casos  siempre  hay  la 
mlsma  direceioo.  De  aqui  resulta  que  cuaudo 
UQO  de  aquellos  apacatos  trabaja,  el  otro  está 
iaerte  y  plegado,  de  forma.  que  es  absurdo 
Bupoper  que  ambos  se  puedeo  romper  i  un 
mismo  tiempo,  porqae  no  puede  haber  efecto 
siQ  cauaa,  y  suponer  que  piezas  destinadas  i 
ejecotar  un  trabajo  cualquiera  se  han  roto  du- 
rante  el  tiempo  en  qoe  estin  scparadas,  es  sn- 
poner  un  imposible. 

«Eso  seria  lomismoque  decir  sehabia  per- 
dido  un  bergantin  en  el  mar  porqueuao  de  sus 
palos  se  bubiese  roto  por  descuido  ú  otra  cau- 
sa;  pues  cooservandosano  su  casco,  si  ie  fue- 
ra  posible  colocar  el  palo  en  su  sitio  como  co- 
loea  una  pequeña  vela  qne  se  ha  roto,  es  evi- 
dente  que  podria  seguir  navegando  i  sa  desti- 
no.  Asi,  on  Eolo,  si  tiene  la  desgracia  de  per- 
der  uno  de  sus  globos,  pone  otro  con  las  mis- 
ma  facilidad  que  un  bcrgantin  su  vela,  soste- 
niéndose  mientras  trabaja  la  miquina  de  gas 
en  ese  otro  aparato  que  dije  hace  poco  estaba 
inerle,  con  la  ventajá  sobre  el  bergantin  de 
que  pueda  continuar  sncaminoduranteeltiem- 
po  en  que  se  esté  remediando  la  averia. 

«Pero  supondré  todavia  mas  para  qnifar 
hastael  maspequeño  asomo  de  miedo.  Imagi- 
nemos  que  hay  un  dia  tan  aci^go  para  mí  Eolo 
que  mientras  aticndo  i  la  averia  del  globo  ro- 
to,  se  rompe  tambien  el  otro  aparato:  ¿caeré 
yo  eQtOQces  coq  mi  tripulacioo  i  ser  pasto  de 
los  peces  ea  medio  del  Occéaoo?  Tampoco,  y 
aqui  es  donde  se  siente  la  absoluta  necesidad 
que  tengo  de  mi  máquina  de  gas. 

«Repito  que  ignoro  absolotamente  como  lo 
fabrica  el  señor  don  Yicente  Galdcron;  de  mi 
sé  decir  que  despues  de  hecha  la  descomposi- 
cion,  aproYccho  la  fuerza  espansiva  de  los  ga- 
ses  debida  al  calórico  de  que  entonces  se  en- 
coentran  cargados  para  roover  un  émbolo  muy 
parecido  al  de  las  roiquinas  de  vapor,  y  que 
en  ese  caso  estremo  que  antes  he  supuesto, 
aplico  la  fuerzade  cuatro  ó  cinco  caballos,  que 
méproporcionaroi  roaquinita  al  punto  nece-- 
sario  para  no  perder  la  velocidad  inicial  que 
ya  traia,  quedindoroe  eneste  caso  poco  mas  ó 
menosy  como  el  Ariel  que  se  ensayó  en  Ingla- 
terra.  Es  indudable  queperderi  por  gradosve- 
loddad  y  altura,  pues  creo  haber  probado  en 
mi  anterior  artlcolo  qoe  ayudado  solo  de  ona 


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ASGENSRKNBI— ASCENSO 


81» 


miquiaa  de  vapor  ea  impMÍUe  volar;  pere 
ten{;o  calculados  los  Ueinpos  y  volúmeoes  de 
fal  modo,  que  aotes  qse  mi  Eolo  pueda  tocar 
i  la  supcrflcie  del  agoa  ya  eatará  remediada  la 
primera  avcria,  y  con  el  globo  bencliido  de 
gas  podré  continuar  mi  viage,  reroediando  en 
seguida  con  despacio  ycomodidad  lasegunda, 
y  sin  baber  tenido  otro  qnebraato  que  un  po- 
co  de  alíjo  eu  el  laslre,  que  se  compone  en  u>- 
dos  los  Eolos  de  carbon  de  piedra,  algun  agoa 
y  otras  sustancías,  cuyo  nombrecallo  por  te- 
mor  de  perjudicar  tal  vez  al  señor  don  Vicente 
Calderou,  si  acaso  nos  bubiésemos  encontrado 
en  los  mismos  medios  de  descomponer  aquei 
liquido. 

«De  lo  dicbo  resulta,  que  me  coQvieue  en 
viages  largos  alcansar  gr^ndes  aliuras,  y  oo- 
mo  scguntodas  las  observaciones  quebepodi- 
dorccoger,  e&to  no  ea  posiblepor  rausadel  es- 
ceslvo  frio  que  se  sicote  luego  qno  se  encuen- 
tru  uno  fucra  del  alcance  del  calórico  radioso 
que  la  tierra  despide,  tienc  roi  maquiuiti'de 
gas  el  tercer  empleo  de  servirme  de  calefac* 
tor  6  estufa,  para  locual  los  tubos  de  la  qbime* 
nea  y  los  dcroas  que  de  ellasalen,  sonlascua- 
deruas  y  varengas  de  rai  navecilla  ó  buque, 
como  yo  le  llamo. 

«Si  agregamos,  en  fln,  quc  yo  no  hede  co- 
locar  pieza  alguna  eu  su  sitio  sin  baberia  so- 
roetido  antes  á  una  presion  dol^le  de  la  que  de- 
berá  sufrir  segun  mi  cálculo,  creo  se  coaveodrá 
cooroigo  en  que  ningunode  los  mediosdetraa* 
porte  conociQOs  ofrece  mas  garantias  dc  segu- 
ridad  queun  Eolo;  en  efecto,  si  una  señoraqoe 
paseaenel  pradode  esta  córte,  tiene  la  desgra- 
cia  de  que  se  salga  del  eje  una  de  ias  rueídas 
de  su  lioda  carretela,  infalibleroente  tpca  en 
ticrra,  porque  no  bay  otra  carretela  debajo 
quc  impidasu  caida;  peroeo  mis  Eolos  exiate 
esa  seguqda  carretela,  y  si  ella  tambien  falta, 
se  di^pone  de  la  fuersa  dc  cinco  oaballos  de 
vapor.  y  si  estos  no  se  aplican  oportuuaroea- 
te  porque  la  trípulacioo  ba  perdido  el  valor, 
última  cualidad  que  debe  perder  un  liombre;  y, 
amiUnada  ycoofusase  dejavenir  ¿  tierra,  aun 
le  queda  un  para-caida  para  caUa  bombre,  y 
si  tampoco  acierlan  á  desplegaríos,  todavia  es 
muy  üificilque  peligrensicaenen  tierra  fir- 
me,  porque  mi  buque  lleva  dos  zuncboa  de 
acero  templado  que  ban  de  caer  forzosamentc 
debajo,  y  ó  se  baa  de  bincar  en  Uerra  ó  han 
de  romperse:  si  lo  primero,  todo  el  golpe  se 
reduce  al  sacudimiento  dc  esos  mueiles;  y  si 
lo  segundo,  uo  se  recibe  mas  golpe  que  un 
vuelco  desde  la  aliura  cn  que  se  bayan  roto  los 
zuncbos  basta  el  suelo,  cuya  allura  no  puede 
csceder  de  dos  varas. 

«Qucda  de  vds.,  señores  redactores,  su 
agradecido  servidor  q.  s.  m.  b.— Pedro  Mon- 
temayor.^Mediua-Sidooia  43  de  novicmbre 
dei847.» 

EI  gobierno  aceptando  las  proposiciooes 
4el  seúor  l^ontefpayor,  faoiUt^  fí  ^i^  lo4iv|- 


duo  loB  fottdoa  Bec«iaHoi  i  lá  ctetoeioo  doM 
gran  proyeeto. 

SUuóso  el  mroBanU  eo  mii  kwal  á  propó- 
sito  de  Yalverde»  éié  prineipio  á  nit  tareas  eoa 
iodeeible  ardor;  elloieilegó  á  ettar  may  ade- 
lanUdo,  es  decir,  Ileg6  easi  i  an  complidotér- 
miuo;  pero  sin  qw  liasU  abora  se  baya  sabidt 
la  causa,  loa  trabajoa  del  aeñor  MoBtoMyor  se 
hAñ  paraliaado,  liailindoae  ei  aermasta  ei 
Madrid,*y  en  ia  actaalidad  úDieameote  oeopa- 
do  en  dar  leecionea  de  aeroataetou  ea  ai  ite- 
neo  cientiflco  y  iiterario  de  la  córte,  i  eoyas 
conferenclas  aoode  mucha  geaU,  mai  pereo* 
riosidad  que  co»  inteoto  de  iBatruirBe  es  k» 
porraenores  de  U  navegacion  aérea.  Sía  en- 
bargo.  el  públieo  eapera  ann  con  ioiU  U  re* 
solucioo  de  este  proMema. 

ASCENSO.  Enel  órden  civil,  JodieUl  ymili- 
far  es  ei  paso  de  db  individtto  de  U  posicioa 
queocupa  i  otra  maa  elevada  en  la  esoala  ge- 
rárquica  de  lot  empleoa  de  U  daae  i  que  per- 
teoece.  Esl^  asceuso  6  subida  esüeode  el  oir- 
culo  de  aus  atribucieaes  y  aumeota  ias  veaU- 
Jaa  de  que  gozaba;  bay,  poes,  para  él  iiMiera, 
taoto  ea  nl  esUdo  morai  cemo  en  ei  eaUde 
flsico. 

Las  reglaa  que  determioan  el  mede  de  as- 
c^nder  en  las  dftferéntes  dases  de  eoipleos,  ce 
nn  esiado  social  bien  organisado»  no  d^en 
quedar  abaDdonadas  i  los  capricbos  del  Uver 
y  de  U  arbltrariedad,  oomo  no  debeBoerlo  las 
demasinstitoeiones  de  Usociedad.  Por  eioeB' 
trario  deberian  fotmar  en  cicrto  mede  perts 
de  U  ley  fundameotal  é  carta  seoial,  puesle 
que  establecen  U  serte  de  iaa  reladooes  de  Us 
ciudadanos  y  ia  nacioa  eeeoerpo,  do  soto  eoi 
respectoi  las  atribodooes  deqoeeetin  iofes- 
tidoa,  sino  tambien  al  empieo  de  so  tiempe  y 
de  sus  facoltadcs. 

Greemos  io&til  repetir  que  no  se  ooeierea 
los  emfleos  pAblicos,  psra  qne  el  qoe  \m  eb- 
tenga  adcUnte  al  asar  eo  se  carrere,  sios 
solamente  para  llenar  las  fundoees  sedaieB 
que  lc  impoueo  dcberes,  y  bo  le  oooeedeB  vea* 
tajas  sino  para  indemoisarle  de  estee  miüüs 
deberes.  Hay,  pues,  eo  la  cdaciee  de  bb  em- 
pleo  un  contrato  sioalagaUüoo  qee  ■atqup  se 
estó  espresado  testoaloieBte,  no  por  eso  deje 
de  ser  menos  real  y  obligatorio^  segun  iu  U* 
yes  de  la  equidad.  Por  un  lado  U  BeoieB  ee* 
tablece  Us  atríbudones»  fija  los  éekeres  qse 
han  de  lleeareo  y  deiermiBa  las  venlijas  fie 
slrven  de  iodemniaacioo  i  lu  obügadooes,  y 
por  el  otro,  el  ciudadeao  se  somete  i  los  de- 
beres  impuestos,  promele  UeBsrlosy  aoepUU 
inderonizacioB.  I^as  dos'partes  eatio  itfadaa 
por  condicioeea  qee  en  tasto  qie  se  eeiDplaa 
por  la  «na  soo  obügalorías  para  la  otra.  Pare 
que  UB  contrato  sea  veoUJoso  y  deraders,  íoh 
porta  conibioar  de  tai  snerte  ei  imterés  de  aaK 
bas  partes,  qoe  Bioguna  de  eiUs  SBÍra  omos- 
cabo.  Asi,  pues,*la  uadon  debe  por  on  lade 
esUr  scgura  de  qoe  el  ciodedaBeiqaieBOOi- 
fleie  nii  empieo  tieae  lede  U  aptitod  neofiiii» 


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8M 


ASCBNSO 


842 


im^ereer  sas  atrilraelones  y  com^lir  eon  scis 
Meres,  y  por  la  otra  el  ciudadano  qne  en 
rafODde  eeta  aplttod  deseropefia  un  destlno, 
del)e  estar  segnro  de  qne  llenando  las  obll^a* 
dOBes  qoe  1e  han  sido  Impuestas,  nada  podrá 
prirarle  de  las  Yentd]a«  que  son  inberentes  ¿ 
ellas. 

La  relacion  constante  qne  debe  eiMr  en« 
tre  )i8  ofoligaciooee  qne  aoompadan  t^n  em- 
pieo,  y  las  yentsjas  que  deben  resoltar  de  sn 
ejerddo,  nos  llera  ¿  examinar  en  primer  In- 
gar  de  qoe  naturalesa  pneden  ser  las  uúas  y 
lasotras. 

Las  obligaciones  ó  deberea  an^os  á  nn 
empleo  son,  aimples  ó  complexos.  En  el  pri- 
iDer  easo  el  cindadano  qoe  esté  investido  de  él 
no  Hene  otra  obligacion  qne  la  de  llenar  cier- 
tos  deberes  y  trasados  por  los  leyes  constituti- 
m  do  )a  nacÍOD,  qne  reqoieren  de  su  parte 
ademasdelas  cnalidadeslnorales  cierta  per- 
técdOB  de  las  facnltades  de  )a  inteligencia, 
peroqneno  roquieren  ningnn  estudio  especial 
y  no  le  impiden  seguir  la  profesion  á  que  se 
ha  dedlcado,  st  ba  abrasado  alguna.  En  el  se- 
goDdo  caso  los  deberes  impaestos  son  de  tal 
íadole,  qne  sn  ejecucion  no  pueda  realizarse  sl 
el  eiodadano  á  quien  se  le  Impone  no  ha  ad- 
qairido  la  apititud  suflciente  por  medio  de  co^ 
Doeimientos  especlales,  cuyo  estudio  es  mas  ó 
meDoe  largo.  En  este  caso,  el  empleo  que  ejer- 
oe  puede  constituir  nn  estado  distlnto  que  re- 
oiiaia  la  aplicaeion  áa  todas  sus  facaUades,  y 
qoe  la  separa  hasta  de  la  poaibilidad  de  seguir 
otro.  fii  se  le  priYase  del  primero. 

Fieil  es  Ter  que  eo  el  primero  de  los  dos 
casos  qoe  acabamos  de  indiear,  el  ascenso  en 
)a  esenla  gerárquica  de  cada  olase  de  emp)eo, 
Doesnasque  el  resnltado  de  la  confiansa 
eeneedidaal  ciodadaoo  que  le  ejeree,  y  la  na- 
cifiD  qoe  se  k)  ha  conferldo,  no  tiene  otrts 
oblig^ones  paracon  él  qne  la  deconsertarle 
sa  enpleo  por  todo  el  tiempo  qne  la  ley  ba 
qnerlda,  sierapre  qne  cumpla  Oelmente  los  de- 
beres  ane)os  á  sn  desempeño;  pero  no  suoode 
lo  Bismo  en  el  segondo  caiie,  príncipalmente 
si  se  Irata  de  empleos  etiyo  ejeroicio  reqniere 
cenoeimientos  especlales  qne  no  pncden  ad- 
qvirirse  slno  por  estudios  seguidos,  y  qne  re* 
claaiaDdo  la  aplicacion  de  todaslas  facultades 
iilelecldales  y  de  todo  el  tiempo  del  que  se 
eatrega  á  dlos,  llegan  ¿  oonstitnir  on  verda- 
dero  estado  para  él.  En  este  caeo  las  garan- 
tias  que  la  nacion  dcbe  al  que  llena  sns  miras 
sirriéndola,  aomentan  en  estension  y  dura- 
doi;  porque  no  es  solaroente  nn  ciudadano 
tpto  para  el  deseropeño  de  ciertos  deberesqoe 
no  )e  apartan  de  5a  carrera  ordínaria  al  qoe 
laBacionilama  ¿  a»  serTicio,  sino  nn  cioda- 
daoo  que  profesa  lui  eslado  especial,  cuyo 
ejerciclo  entra  eri  el  número  de  iae  fancioiies 
del  6rden  sociat  y  cuyo  conocimienlo  es  lu 
condicion  sine  qua  non  de)  empleo. 

Resotta,  pues,  qne  cualqoiera  que  abraoe 
OBo  de  esioi  estadof  especiales^  habré  intre- 


cido  bien  de  la  sociedaden  el  sefitido  de  haber 
Ilenado  nna  do  las  primoras  obligaciones  del 
ciudadano,  la  de  scrútil  ilapatria  de  una  ma- 
nera  caalqniera;  pero  se  le  debe  raas  que  un 
agradecimiento  estéril,  y  esto  es  lo  qae  vamos 
¿  probar  en  pocas  palabras.  El  goce  de  los 
productos  del  ejercicio  de  las  facultades  fisi- 
cas  ó  intelectuales  del  clndadano  es  su  propie- 
dad.  El  derccho  de  propiedad  no  es  en  si  mis- 
mo  otra  cosa  qae  el  derecho  ¿  este  goce,  que 
la  sociedad  debe  garantir  de  nna  manera  eom- 
plctaen  la  estcnsion  de  los  Hmites  pnestos  por 
el  derecho  de  otro,  y  que  la  ley  fundameotal 
debe  sanclonar;  es  decir,  qne  ningun  cluda- 
dano  pueile  ser  despojado  del  ^lodo,  ni  de  nna 
parte  de  su  propiedad,  sino  en  Tirtnd  de  las 
prescrípciones  de  )a  ley  fandamental  del  Es- 
tado.  InOérese  de  aqui,  que  para  los  empleos, 
cnyas  funciones  reqnieren  la  posesion  y  el 
ejercicio  de  un  estado  especial,  la  nacion  debe 
¿  )os  individnos  que  est¿n  investidos  de  él,  la 
garantia  de  la  continuacion  de  estas  fonciones 
de  )a  misma  manera  que  ¿  todas  ias  deroas 
propiedades.  Eslableciendo  )as  condiciones, 
sin  las  cuales  no  pueden  ejeroerse  )os  emp)eo8 
de  esta  especie,  ha  admitido  tambien  la  nece* 
sldad  para  )os  aspirantes  de  adquirir  )a  pro- 
piedad  de  un  estadodeterminado,  y  se  ha  Ira- 
pnestoel  deber  de  garantir  su  posesion. 

Esta  garantia  coraprende  no  solamente  la 
conservacion  del  empieo  obtenido,  slnO  fá«- 
bien  nn  derecho  ¿  un  aseenso  suoesivo  hastAel 
escabn  gerArqulco  mas  elevado  en  a  c)ase 
dt)  emp)eo.  Enefecto,  )a  progreslon  ascenden- 
te  de  )os  empleos  de  noa  roisma  clase,  no  es 
otra  cosa  qne  )a  progres)on  aseendente  del 
desarrollo  de  los  conocimientos  adqohridos 
por  Diedio  de  los  estadios  especiales  qoe  han 
debido  preceder  ¿  )a  admlsion  a)  gradoqne 
ba  servido  de  ponto  de  paríida.  Asi  pnes,  la 
proffiocflon  ¿  cada  gradoascesdente,  no  es  mas 
qoe  e)  prodncto  de  este  desarTo))^  sucesivo,  y 
bajo  este  titulo,  es  nna  propiedad  de  él,  qne 
lia  alcanaado  el  grado  de  perfeccionamiento 
exigido.  Aqoi  ei  interés  Dacionalest¿  de  acuer- 
do  oon  ia  Justicia.  Se  conccde  comunmente  el 
aseenso  ó  ia  promocion  gradaal  ascendente 
por  dos  titulos  distiotos.  El  unoque  se  Dama 
áeantigüédad,  y  el  otro  quc  se  llama  de  má^ 
rito  6  esíroofáínarío,  y  que  harto  frecaenle- 
mente  pudiera  llamarse  de  favor.  La  division 
cs  racional  en  si  misma;  solo  sus  aplicaciones 
son  casi  siempre  errdneas,  por  qne  se  separan 
de  Io3  príncipios  qne  deben  servlríes  de  base. 

La  antlgüedad  de  ejercieio  de  un  empleo, 
cuando  se  ha  desempeñado  bien,  y  ha  resul- 
tado  de  él  ¿  lo  menos  una  mejora  bajo  el  as- 
pecto  del  desarrollo  de  los  conocimienlos  prác- 
lioos,  es  ciertameote  un  lítuio.  Largos  servi- 
ciosbechos  ¿  lapatria,  son  inconteslabiemen- 
te  para  c)  ciodadano  qne  )o8  ha  prestado,  un 
derecho  adquirido  ¿  las  recompensas,  y  la  na- 
cion  no  puede  neg¿r8cIo.  ¿Pero  esla  recom- 
peait  delK  ser  üemprt  un  asoeBso  ({ue  exi(e 


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843 


ASGENSO 


8it 


snperioridad  de  íaoultades  inteleetuales?  El 
interés  nacional  qoe  es  el  buen  ejercicio  de  las 
funciones  confladas,  podría  algunas  veces  ser 
laslimado.  Por  otro  lado,  el  aumento  mas  r¿* 
pido  de  los  conocimientos  teóricos  j  prácticos 
da  tambien  a1  snjeto  que  los  reune,  el  dcrecho 
de  reclamar  su  producto,  que  es  el  ascenso;  y 
aun  el  interés  nacional  viene  en  apoyo  de  es- 
te  derecho;  pero  ¿este  derecho  debe  escluir  el 
de  la  antigüedad?  Lo  que  acabamos  de  decir 
mas  arriba  no  lo  permite. 

Es,  pues,  preciso  admitir  las  dos  especies 
de  ascenso,  pero  con  una  modificacion  que  no 
peijudique  n¡  al  derecho  de  ios  individuos  ni 
al  buen  cjercicio  de  las  funciones  que  tienen 
que  Ilenar.  No'  estableccremos  ia  proporcion 
que  debe  existir  entre  ia  promocion  de  anti' 
güedady  la  de  mérito^  puesto  que  depende  de 
la  relacion  enlre  los  conocimienta')  teóricos  y 
los  conocimientos  prácticos  qoe  bay  en  cada 
clase  de  empleo;  pero  sentarcmos  el  principio 
de  que  el  ascenso  por  autigüedad,  cualquiera 
que  sea  la  porcion  que  se  le  atríbuya,  no  debe 
darne  entre  los  mas  antiguos,  síno  ¿  los  que 
son  capaces  de  ejercer  las  funciones  del  gra- 
do  superior.  £n  coanto  ¿  los  que  de  este  mo- 
do  quedasen  escluidos,  el  único  género  de  re- 
compensa  que  podría  concedérseles  despoes 
de  nn  tiempo  dado,  no  podría  consisür  en  una 
mejora  de  su  situacion  fisica,  porque  la  eco- 
nomia  no  feolo  pecuniaria,  sino  politica,  no 
permite  qiie  un  empleo  sea  ocupado  por  quien 
no  sea  capas  de  desempeñarlo.  En  cuanto  al 
ascenso  por  rason  de  mérito,  su  tíiulo  mismo 
indica  que  no  debe  darse  sino  á  los  mas  acree- 
dores  por  sos  servicios  y  conocimientos.  Por 
tanto  no  debiera  veriflcarse  nínguno  de  estos 
dos  ascensossino  despues  de  un  e;ic¿men,  cu- 
yo  programa  deberia  ser  naturálmente  algo 
mas  estenso  para  el  mérito  que  para  la  anti- 
güedad.  Eneste  último  caso»  la  promocion 
pertenece  al  que  es  digno  de  ella;  y  en  el  pri- 
roero  corresponde  al  mas  digno. 

Nos  íalta  examinar  cual  debe  ser  )a  mane- 
ra  dc  veríflcar  el  ex¿men.  Para  qne  su  resul- 
tado  sea  coiiforme  con  la  verdad  y  la  Justicia 
es  evidente  que  conviene  apartar  de  él  toda 
preocupacion  de  dominacion,  de  arbitrariedad 
ó  de  favor.  flay  indudablemente  gefes  que  es- 
t¿n  exentos  de  estos  dofectos,  pero  no  ppdr¿ 
menos  de  convenirse  en  quc  para  evitar  todo 
error  vale  mas  conflar  ¿  otros  el  juicio  dei 
cx¿men.  El  medio  masseguroen  nuestro  con* 
cepto  seria  recurrír  al  roedio  mas  antiguo,  que 
es  al  mismo  tiempo  el  roas  natural  y  equita- 
t\yo:  el  jurado. 

Cada  candidato  seria  entonces  examinado 
por  las  personas  establecidas  al  efecto  y  con 
arreglo  ¿  los  programas  fijados  para  cada  gra- 
do  en  presencia  de  un  Jurado  que  fallaría  so- 
bre  la  admision  del  que  debe  ser  promovido 
por  antigttedad  ó  preferido  ¿  los  demas.  Este 
Jurado  debería  componerse  de  gefes  qoe  to- 
vkeraii  el  grado  ¿  que  el  ciindidato  aspiraba. 


Greemos  qoe  este  método  seria,  no  solo  el  bms 
ventajoso  para  el  estado  y  los  indiTidnos,  siao 
tambicn  es  cl  mas  conforme  odn  la  impareiali- 
dad  y  la  Jostida. 

ÁSCENSO.  (ArU  miUtar.)  Desfgnise  oon 
esta  palabra  el  adelantamiento  que  redbe  ea 
la  carrera  miiitar  el  que  es  promovido  ¿  snpe- 
ríor  emnjeo. 

Las  -«ferentes  gradoaciones  en  España  de 
la  gerarquia  militar  son  para  la  clase  de  oi- 
ciales  las  siguientes:  subteniente,  teniente, 
capitan,  comandante  {én  infinteria  se  sobdi- 
vide  estagraduacion  endos:  primero  7  segnn- 
do  comandante),  tenientc  coronel,  corooel, 
brígadier,  mariscal  de  campo,  teuiente  geee- 
ral  y  capitan  general.  La  clase  de  tenientes  y 
subtenientes  se  incluyen  bijo  la  denominacion 
generai  de  fuballeriioi,  la  de  comandanles 
(primeros  y  segundos  en  infánteria),  teniente 
coronel  y  coronelbajo  la  áegefes  y  ¿  lade  maris- 
cales  de  campo,  teniente  7  capitan  general  se 
llama  en  general  clase  de  generales,  Se  llama 
por  escelencia  claees  generales  ¿  las  de  sar- 
gentos,  subaltemos,  capitanes,  gefcs,  7  des- 
de  coronel  inclusive  hasta  capitan  general. 

Las  diferentes  gradnaciones  de  tropa  sod: 
cabo  segundo,  cabo  primero,  sargento  segan- 
do  7  sargento  primero,  ¿  cu^as  gradnacioaes 
se  aplica  en  general  la  designacion  de  daseí 
detropa. 

Ademas  de  estos  empleos  efectivos  exisle 
para  cada  empleo  el  grado  del  inmediato  m" 
perior,  cnyos  grados  sirven  ¿  los  qoe  los  dis- 
frutan  para  llevar  ia  insignia  distintiva  de  di- 
cho  snpcrior  empleo,  gosar  fuera  de  focdoa 
las  consideraciones  7  venlaj&s  de  esta,  7  al  re- 
cibir  depnes  didio  grado  como  efectivo,  tener 
devengada  toda  la  antigOedad  en  didioem- 
pleo,  pero  mientras  dura  cl  grado,  el  aoeldoy 
servicio  de  cada  graduado,  se  sujetan  solo  ¿  la 
gradoacion  efectiva.  Todos  los  asceoaos  soa 
graduales  y  sucesivos,  aunqoe  alguna  ves  se 
haya  olvidado  esta  circnnstancia.  El  osooho 
en  las  elases  de  tropa  ¿  cabo  segondo  ae  haoe 
esclusivamentepof-elecdon;  pero  ateDdieodo 
en  lo  posible  ¿  la  antigaedad.  El  capilaa  de 
cada  compañia  propone  ¿  su  coronel  aquettos 
que  Juzga  mas  aptos  de  entre  los  qne  lo  soU- 
citan  en  la  soya  respectiva,  7  dicho  coro&el 
flrma  el  nombramiento  de  los  promovidos,  si 
es  que  aprueba  la  propoesta.  Para  que  seaa 
ascendidos  ¿  cabos  segnndos  necesitan  los 
soldados  sufrir  precisamente  un  eximen  de  sa 
aptitud,  que  hace  ei  teniente  coronel  ó  qntea 
ejerza  sus  funciones,  7  aquel  consi&te  en  cer* 
ciorarse  dc  que  nada  igooran  de  todas  las 
obligacionesdel  soldado  y  cabo  7  deooe  saben 
leer  7  escribir  regularmente.  {Tratado  ?.*  d- 
tulo  2.**  de  la  Ordenanza,  Real  órden  de  %di 
diciembre  de  4  804.) 

Paraascender¿cabosprimero8,  sargeatos 
segundos  y  sargentos  primeros,  se  atiende  ¿ 
la  antigttedad  sin  defectos  7  en  parte  ¿la  elec- 
cion,  cuando  conviene  dlstinguir  ¿  uo  indfvÍT 


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815 


ASGBNSO 


846 


doo  de  sobreflalientes  enalidides  [artieülo  2.« 
de  ku  MigacUmes  del  cabo.)  LoscspitaDesha- 
een  lambieo  para  sn  respectiva  compafiia  la 
propnesta  de  los  cabos  primeros  y  sargeu- 
tos  segnndos  qne  Juzgan  mas  aptos  entre 
todos  loB  de  sn  reglmiento;  ó  brlgada  (si  son 
de  artilleria)  debiendo  dar  la  posible  prefe- 
renda  i  la  antigüedad.  Los  propuestos  deben 
snfrlr  tambien  ante  e1  teniente  coronel  del  re- 
gimlento  el  exámcn  de  sn  apütnd,  que  consis* 
te  ea  conocer  todas  las  obligaciones  de  las 
elases  inferiores»  la  snya  actnal  y  )a  qne  pre- 
tenden,  debiendo  ademas  los  sargentos  pri- 
meroe,  coyo  ascenso  es  mas  diñcil,  conocer  la 
coBtabilidad  de  compañia,  procedimientos  mi- 
Ittarcsy  tictica  de  compañia.  las  obllgaciones 
de  cada  nna  de  estas  clases  están  blen  marca- 
das  en  la  aetual  ord^nza. 

En  cada  compañia  de  infanteria  existe  un 
sargento  primero,  tresid.  segondos,  cinco  ca- 
bos  primeros,  y  clnoo  id.  segondos.  8n  las 
denas  armasdel  ejército,  tienen  las  cloBes  sn 
dotaeion  relativa.  Los  aargentos  tienen  nom- 
bramiento  del  director  general  del  arma,  ¿  cu- 
ya  snperior  aprobacion  remiten  los  coroneles 
y  gefes  de  los  cuerpos  las  propuestas  de  di- 
^as  cUues  snperiores  entre  la  tropa.  Los  sar- 
gentos  primeros  entran-enescalafon,  ypor  an- 
tlgftedad  son  ascendidos  ¿  sn  tiempo  ¿la  clase 
de  oflciales,  siendo  preferidos  ¿  los  cadetes 
para  el  ascensoen  igoaldad  de  circnnstancias. 
Los  yrados  se  dan  tambien  ¿  las  clases  de  Iro- 
pa,  de  manera  que  existen  cabos  segundos 
gradoados  de  cabos  primeros,  etc.  Estas  cla- 
ses  son  Indispensables  en  las  compañias. 

Los  ejércitos  de  todas  épocas  tnvleron  es- 
tas  clases;  (váaee  ARTBHiUTARlyusaronsiem- 
pre  para  el  ascenso  en  ellas  de  un  método 
eqnivalente  al  anterlor. 

En  el  afio  de  4847  ae  mandó  organizar  en 
cada  cuerpo  una  escuela  llamada  regimenial 
para  qne  los  candidatos  al  ascenso  foesen,  an- 
tes  de  ascender,  bien  y  uniformemente  instrui- 
dos;  pero  estas  solo  llegaron  ¿  plantearse  en 
algnnos  cuerpos,  en  donde  dieron  muybuenos 
resnltados.  Yéase  en  el  periódico  La  Revista 
militarúe  40  deabril  de4850,  tomo6.«númo- 
ro  If  pigina  392,  el  proyecto  para  una  eseue- 
la  general  central  de  clases  para  la  infanteria 
permanente,  cuya  realíkacion  creemos  de  ab- 
solnta  necesidad  para  el  eiército. 

ilseefisofn  la  ela$e  ae  oficiales.  En  los 
cnerpos  facnltativos  miUtarea ,  qoe  son  los  de 
arüUeria,  ingenicros,  cstado  mayor  y  marina, 
d  ascenso,  segnn  sus  especiales  reglamentos, 
es  por  rigorosa  antigOedad,  y  aunque  con  op* 
don  ¿  ascensos  en  infonteria  y  c¿alleria  sin 
el  sueldo  de  estos. 

En  estados  mayores  de  plaza  las  dos  terce- 
ras  partes  de  las  vacantes  se  dan  ¿  los  getes  y 
oílciales  del  e]ército  qoe  las  solieitan,  y  de  la 
oln  tereera  parte  una  mitad  al  ascenso  por 
anttgüedad  y  la  otra  mitad  ¿  la  eleccion. 

La  infánteria  y  cabaUeria  se  rigen  por  la< 


real  Instniccion  de  26  de  abril  de  4836,  por  la 
coal  se  previene  que  los  ascensos  por  regla 
general  y  constante,  sean  por  aatígOedad, 
siempre  que  esta  se  balle  acompañada  de  la 
aptitod  necesaria  para  Üesempeñar  el  nuevo 
empleo;  pero  que  el  paso  de  una  clase  gene- 
ral  ¿  otra,  como  de  la  de  sargento  ¿  oflclal,  de 
la  de  capitan  ¿  gefe,  y  de  la  de  tenlente  coro- 
nel  ¿  coronel  inclusive  arriba,  sea  por  eleccion. 
En  la  guardia  civil  las  dos  terceras  partea 
de  los  ascensos  son  por  antígttedad ,  y  la  otra 
tercera  parte  por  eleccion  en  las  clases  de  so- 
baltemos,  dando  de  las  vacantes  de  gefes  la 
mitad  ¿  la  eleccion  y  la  mitad  ¿  la  antígüedad. 
En  el  cuerpo  de  carabineros  la  tercera  par- 
te  de  las  vacantes  de  todos  los  grados  deben 
darse  al  ascenso  por  la  antigüedad,  otra  terce- 
ra  parte  al  ascenso  por  eleccion,  y  la  tercera 
parte  restantc  ¿  la  colocacion  de  los  oflciales 
dc  las  demas  armas  del  ejérdto  que  lo  so- 
lidten. 

£n  el  cuerpo  administratlvo  del  ejérclfo  el 
ascenso  es  por  rlgnrosa  antigQedad  dentro  de 
cada  una  de  las  cuatro  clases  generalesen  que 
se  balla  dividido;  pero  el  paso  de  una  clasege- 
neral  ¿  otra  es  por  eleccion,  dd)iendo  recaer 
en  individuo  que  se  balle  en  la  mitad  mas  antí- 
gua  de  la  clase  inmediata  inferior. 

En  el  coerpo  de  sanidad  militar  se  proveen 
dos  vacantes  de  cada  tres  que  ocnrren,  por  an- 
tigttedad;  la  restante  por  eleccion. 

No  est¿n  sujetos  ¿  las  disposidones  ante- 
riores  los  mÍUtares  promovidos  sobre  el  campo 
de  batalla,  los  propuestos  para  el  empleo  in- 
mediato  por  los  generales  de  losejércitos,  ylos 
que  por  recompensa  de  acciones  de  guerra  se 
mandan  ascenderde  real  órden.  Al  primerca- 
so  se  llama  ascenso  sobre  el  campode  hatalla, 
al  segundo  por  ftrofrtiesta  particular,  y  al  ter* 
ceró  por  accionde  guerra,  - 

Todas  las  vacantes  ocurrídas  por  muerte  en 
acclon  de  guerra  ó  por  prlsioncros,  se  proveen 
por  todas  las  dases  inferíores  ¿  aqudla  suce- 
siva  y  relaUvamente  dentro  del  mismo  regl- 
miento  en  que  aquella  vacante  ocurrió.  A  este 
ascenso  se  llama  vacante  de  sangre, 

Los  oflciales  generales,  hasia  brígadierin- 
clusivo,  pueden  hallarse  en  activo  servicio  ó 
de  cuartel:  los  oflciales,  desde  coronel  incln-* 
sive  abajo,  poeden  hallarse  en  activo  servicio, 
en  comlsion  acUva  t  de  reemplazo.  (Real  órden 
de  8  desetiembre  de  4843).  La  prímera  sitoa- 
cion  corresponde  á  los  que  se  hallan  en  las  fl- 
lasómandando  cuerpos,  segun  sn  dase;  la 
segunda  ¿  los  oflcialcs  qne,  no  baciendo  sa 
servicio  en  las  fllas,  le  prcstan  en  comisiones 
especiales,  como  los  empleados  en  ministe* 
ríos,  inspecciones,  colegioá  mllitares,  proyec- 
tos,  eto. ,  y  la  tercera  situacion  corresponde  ¿ 
los  qne  se  hallen  como  en  depóslto,  esperan- 
do  vacante  en  d  cjército  ó  ¿  que  los  destinen. 
Esta  úlUma  y  deplorable  clase  dc  reemplazo 
cobra  solo  la  mitad  del  snddo.  No  se  puededar 
grado  sobre  grado,eB  dechr,  un  snbteiiienle 


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M 

Ao  poede  ftener  tffWo  de  eipitan  hasU  aerte- 
niente  efectivo,  etc,;  aanqae  lu  paaadaa  y  re- 
cientes  gnerras  alteran  bastante  en  la  actuali* 
dad  esta  utilisima  medida. 

fiomo  DO  sea  por  antigttedad,  gran  (áyor  é 
heeho  mny  especial,  en  la  actualidad  se  sigue 
el  método  de  dar  al  promof  ido,  en  la  primera 
propuesta  el  grado  iomediato,  en  la  segunda 
la  croz  de  San  Fernando ,  si  no  la  tiene  (via$e 

OaDBNRS  T  CONDBGOUACIONBS  MILITiAES),  y  CU 

la  tercera  propoesta  ia  efectividadde  didio  em- 
pleo  inmediato,  de  manera  que  los  no  favore- 
ctdos  ó  afortunados  tienen  tres  obstácolos  ia- 
termedios  para  conseguir  el  ompleo  inmediato. 

Ademas,  únicamente  en  el  arma  de  inlan- 
teria  se  ha  creado  desdeel  año  4843  la  clasc 
anómala  de  segundos  comandantes ,  interme* 
dia  entre  la  de  capitanes  y  primeros  eosan- 
dantes  para  evitar  ia  rapidez  escesiva  en  les 
ascensos. 

Pero  á  pesar  del  anterior  sistema  general 
deascensos,  estos  sehan  a^ludicado,  principal- 
mente  en  estos  últimos  años,  con  tanta  prodi- 
galidad,  que  los  disUntos  gobiernos  se  ban 
visto  precisados  varlas  veoes  á  nombrar,  si 
bien  hasta  hoy  sin  fruto,  comisLones  de  gene- 
rales  para  que  se  redactase  una  nneva  ley  mas 
sábia  que  la  anteríor  y  mas  respetada.  £n  el 
presente  año  de  4854  se  halla  nombrada  con 
este  objeto  una  junta  de  generales,  de  ia  cual 
esperamos.  imparcialmente,  algo;  pues  todoi 
los  generales  y  brigadier  que  la  componen 
merecen  mucho  en  nuestro  humilde  concepto. 
por  lo  tanto  nos  permitircmos  tan  solo  las  si- 
guientes  indicaciones. 

KI  ascenso  es  la  esperanaa  y  gran  estimulo 
del  militar;  pues  no  puede  serlo  bueno  ol  que 
se  ve  postergado  á  otros  de  menos  mérito  pa- 
tentemente.  El  sístema  de  eleccion  absoluto 
supone  desde  Inego  el  favorítismo;  pero  abre 
campo  á  los  militares  sobresalieotes.  Ei  si5te- 
ma  de  antigüedad  absoluta  cierra  campo  á  los 
sobresalientes;  pero  da  porvenir  ai  desvalido 
de  favor.  Combineose  estos  dos  sístemas  stn 
que  se  peijudiquen,  y  exigiendo  en  la  elecciou 
mérítos  bien  patentcs  y  públicamente  probados, 
en  la  antígüedad  los  conceptos  de  cada  uno, 
cuidando  de  no  encomendarlos  á  la  arbitraríe- 
dad  de  un  solo  gefe.  Calcúlense  seguu  ia  do- 
tacion  actual  de  cada  arma  el  númerodeascen- 
sos  probablesanualmente  en  cadaclase,  y  de 
aquel  dése  la  primera  tercera  parte  á  la  anti- 
gttedad,  la  otra  tercera  parte  at  mérito  deguer- 
ra,  y  la  úUima  tercera  parte  al  mérito  paríicn- 
larcientiflco,  entendiéndoseporeste  el  quecon- 
traen  losoflcialesprofesores  cn  loscolegiosmili- 
tares,  los  quo  han  levantado  cartas  geogróficc- 
militares,  losque  han  propuesto  suficientes  iu- 
ventósómejoras  útilesen  lamil¡cia,etc.  etc.  Ga- 
da  seismeseshigase  infaliblementelapropuesta 
de  las  tres  clases  estríctamente  con  arreglo  i 
las  vacantes  que  hubiere  que  proveer  (pues  la 
clase  de  reemplaae  debe  desde  luego  desapare- 
cer  para  siempre.)Todaalas  propoestaA  deiiérí* 


to  de  goerra  ópartteoiares,  qne'se  hiibieféafe* 
cibido  dorante  el  semestre  deberin  faaber  úio 
encarpetadas  religiosamente  por  so  órdeo  ni* 
méríoo,  y  al  elevar  Us  propuestas  el  direetar 
de  cada  arma  al  fln  dcL  semestre  al  minislerío» 
acompañará  los  espedieotes  y  fandamefitosáé 
cada  niia  con  su  pareoer»  no  ineloyendo  abflt* 
lutamonle  mas  qne  elnúmero  relalivo  al  de  lai 
vacantes.  Loa  que  ei  mioisterto  no  lovlere  á 
bien  aprobar  se  sustitalránenaqaeUa  propoas- 
ta  semestral  con  los  siguientes,  por  órden  na- 
tural  en  las  propoestu  primerae,  y  que  ha- 
bieren  quedado  eomo  eseedcntes  por  aqoet  ae* 
mestre  en  la  direcclon  respeetiva.  Los  qai 
queden  en  on  semeslre  escedcntes  lomaráa  la 
prímera  antigüedad  en  su  clase  para  la  pca* 
puesta  del  siguiente  semeBtre.  Soprimaaie  \m 
segundos  comandantes  áit  tnfanteria;  pues  mo 
de  estoa  que  hoy  manda  á  na  oapitan  de  cabi- 
llerla  en  una  aocíou  qae  gana,  eete  es  premf* 
vido  á  prímer  gefe  y  manda  mañtM  al  misna 
que  hoy  le  maodó  en  didia  gaoada  aecisa. 
Considérese  la  dase  de  subtenientes  y  teniei" 
les  como  un  aprendiaaje  para  la  de  capítaa, 
primer  descaaso  de  la  oarrera,  y  calc&leoie  al 
teniente  i  lo  somo  seis  afios  de  empleo  y  caa- 
tro  al  subtenieute;  pues  el  maximam  de  días 
ados  ea  mas  que  suftciente  para  on  fobalter- 
00  desgraciado  y  no  es  Justo  se  aepolie  eter- 
namente  en  his  compañias  á  algunoa  qoe  seo 
regulares  esperanzas  para  la  millcia,  y  sa 
abandonan  por  el  olvido  en  qoe  se  ven  y  nio- 
gun  estimuio  que  tienen.  Suprímanse  loe  ^ro- 
doB  sustituyéndolos  oon  condecoradones,  y 
adjudicando  el  empleo  en  casos  rauy  espeoíi- 
les.  Si  óe  una  de  las  tres  clasesde  las  propoes- 
tas  no  hubiera  bastantet  á  llenar  el  copo  sa- 
mestral  de  dicha  clase,  se  dará  este  defidt  ei 
favor  de  la  clase  de  antigüedad. 

Para  los  ascensos  de  generales  téngaae  e& 
cuenta  lo  sigulente.  Unbrígadier»  por  cjempli, 
manda  uua  brígada  que  se  compone  lo  meoos 
de  dos  batailooes  y  estos  lo  menos  de  dooe 
companías ,  y  tambien  lo  menos  de  ciDCoeB- 
ta  y  seis  oficiales ,  por  consigoiente ,  si  ea 
los  ascensos  se  debe  conservar  la  relacion  de 
la  organisacion  aetaal,  procúrese  qoe  exisla  la 
equivalencia  de  que  por  cada  aseenso  á  la  da- 
se  de  generales  teogan  Ingar  ciucaeota  y  idi 
ascensos  desde  gefes  ioclusive  ab^)o 
subteniente,  observando  igoal  regolaridad  i 
méríca  y  relativa  de  organizacion  para  ( 
las  demas  clases.  De  ningon  modo  poeda  oi- 
cial  alguno  ser  separado  del  servido  sia  toba- 
bilitacion  bien  probada,  sohcitod  suya  ó  nsth- 
lucioo  deun  consejodeguerra  impardal.  fiatis 
cortas  indicadones  nos  bemos  permitido  bsMr 
á  tan  respetablcjunta  de  geoerales  distíagoi- 
dos,  síquiera  porque  ellas  sean  hyas  de  noes- 
tro  ardieote  interés  por  el  bioneslar  detodOB 
los  actuales  militares. 

Loa  ascensos  militares  se  dieron  en  tod» 
las  prímeraa  épocas  ante  lodo  el  valor  ioM* 
dod  y  despoei  ¿  la  inteiigeQebi,  popohridid 


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Mft 


ASGBNSO--A0CBTI8IIO 


«59 


7  BMMMfe  NfQB  k  fndole  polftiea  de  etda 
Meioft.  !■  E8ptóa  kM  reyes  nombrtbeD  eipi- 
tmt  á  los  mejores  aMérecet  éet  ejdreito  ó  á 
•qaelloe  mat  rieot,  ilostret,  iretertuot,  rtTori- 
tos  ó  InttllffeDtet  qut  let  oTirecltD  mu  probt» 
Mlidadai  ptrt  tllttar  Itt  eotiptiitt  ttgoD  el 
tkim%  que  et  olrtt  dpoett  regit  pert  lot 
a)litamientot.(f^4anteALPBftBB,  kunAMsmrro, 
AiTt  ■n.rTAi»  9i§w%da  0rm,  Urtma  éoocüMM 
seioret  fendtlet,  lot  tbtdoDgot  j  ttt  behe- 
iríat  eleglto  tus  etpittnet  entre  lot  mtt  i  pro- 
póiilo  en  aot  metntdtt.  Pero  ya  durtnto 
noestru  goerras  ea  FUQdet,  Peltoe  lY  en  f8 
dt]niiio  de  4tat,  espldlóima  retlórdeD  man- 
iando  á  lot  ctpitanea  qne  dejatea  de  elegir 
por  ft  á  lot  oioialet  de  sot  eomptfiitt;  puet 
aittt  btbíto  de  propoDar  tvt  elegldot  t  It 
real  aprobacioo.  kú  se  practioó  deade  eotoo- 
em  eon  mtsómeDOB  vtrledtd,  htbiéndoto  eo- 
oiTMdo  detpoet  Itt  ordemuiitt  de  preseribir 
aet  leytt  á  los  ttceDsot,  lat  ootlet  etpertmot 
vtr  dtotro  de  poco  teerltdtmeDte  redtottdts 
r  rettglottmeBte  retpettdtt. 

áSGKnSMO.  \B§Uqvm.)  Etlt  Toi  se  deriTt 
dilt  ptlnbr»  griegt  «Kxctac,  qoe  qolere  deeir 
«^tfcilMft,  ífe6e^ador,  qpe  proeede  de 
9wie$,  traoajar,  fjercer.  Utmábtse  tsi  i  los 
qot  tbrtitbtB  OD  géoero  de  Tidt  mat  auste 
la,  y  que  por  consiguieate  se  ejercHtbaa  mas 
m  la  Tbrtud ,  é  proeortbta  tdqoirirla  y  trab»- 
JabtD  «00  nts  efictcit  ptra  ooDsegoirto  que 
ei  comuQ  de  los  bombres.  Sd  este  seotido 
podit  llamtrse  ttcetts  eotre  los  judios  á  los 
eaaniet,  y  eatre  iot  fllésolot  á  lot  pUtg6ri< 
eoi.  Lot  crittitoos  dtbtn  el  misme  4itulo  eo 
los  pctoeroe  tíempos  á  los  que  se  distiDgoito 
de  lot  deoits  por  It  tusteridtd  de  sus  cos» 
tombres,  y  se  tl^teDitn  de  ciertas  cosas,  CO' 
Bo  dtl  ttoo  y  It  ctroe.  Detde  que  la  Yida 
■tBástiet  se  eoosideró  ea  OricDte  como  It  mas 
boBrost  y  perfectt,  te  coDtenró  el  oombre  de 
ú9e$taB  oBtre  lot  mooges,  y  sedabt  particoltr- 
mente  ¿  lot  qoe  se  relirtbtD  á  lot  desiertos  y 
se  dedicaban  esclusittmente  á  it  roedittcion, 
á  ia  lectnrt,  é  los  tyonot  y  demts  mortiflct- 
deoet.  Ttmblen  se  di6  este  tltulo  á  uoas  re- 
Hgiosat;  y  de  tqui  se  ht  iltmtdo  ascetma  á 
todoi  lot  BBonasterios,  y  eo  ptrticultr  á  cier- 
tat  etstt  e»  que  htbit  rellgioiot  y  tcólitos, 
eoyo  dettiDO  ert  enterrar  ¿  los  muertot.  lotre 
lot  gri^^  le  oonoce  geuertlmeflle  cooel 
Bombre  de  tacetas  ¿  todot  los  mooges,  ttoto  ¿ 
los  aoacoretas  y  solitarioscomo¿losceDobita8. 

Mr.  de  Taloit  eo  sos  ootas  sobre  Eosebio, 
y  el  padre  Pagi»  obserTao  que  ea  ios  prioieros 
lieBipot,  el  Bombre  de  ascetas  y  el  de  moo 
ges  no  ertu  ainóuimos.  Slempre  hubo  ascetas 
ea  la  iglesit,  y  la  Tidt  DKwklict  no  se  con 
tiderd  hooorittet  hattt  el  siglo  IV.  Biogbtm 
htce  Botar  modits  difM'eBClti  eotre  'ioi  ts- 
cetBB  y  lofl  antigoot  mooges,  ont  de  elitt  et 
qa»  lofl  atcetts  TÍTiaQ  cb  latciodtdet,  y  entre 
ailoB  btbia  persoott  de  todt  coudiciOB,  toB 
cttrl^OB,  y  no  segBitB  otiBi  regltt  ptitltal»- 

490     IBIIUOTISGA  KOHJLAiU 


ret  qoe  Itt  leyet  de la  igMa,  mientrte  aue 
loft  moDget  TÍTÍtB  en  la  soledad:  eraD  todos 
legot,  al  OMUOB  eo  lot  prinoipios,  y  esfabaa 
soletos  ¿  reglat  etltbteeldaa  por  sos  funda- 
dores.  Do  aqul  tIoo  ei  liamarse  vida  a^eéUca 
It  qoe  obterrtbtD  tot  oristitooe  ferTorosos. 

Bl  tbtte  FIOBf y  ea  to  obrt  Coftumbree  é$ 
los  cristiamu  et  bdo  de  lot  qoe  m^r  hñ 
detertlo  It  Tida  atcéttct  y  dado  ¿  ooaocer  ¿ 
lot  qoe  It  prtetictbto:  «Htbit,  dice,  cristitDOS 
que  praoticabaa  Toluotaritmtate  todos  lot 
ejefoiciotde  pealteueit,  tta  etttr  obligados  ¿ 
eilo,  Bi  esduidos  de  iet  stcrtmeotos,  siao 
para  imlttr  ¿  lot  preíeltt  y  ¿  Sto  Juto  BButls- 
tt  y  seguir  los  ooasejot  de  Sta  Pablo,  ejerci- 
t¿odate  ea  It  pledtd  y  otttigtDdo  lu  cuerpo 
para  redocirle  ¿  serTldumbre.  Lltm^btose  ot- 
e$te$,  es  deciry  ^ercittDtet;  ettos  se  eDcerrs- 
baa  comuDmeate  ea  las  casas ,  donde  TiTian 
muy  reliradot,  tgregAodo  ¿  It  frogalldad  or- 
dÍDtrit  de  lot  criititaot,  tbitloeacit  y  ftyu- 
Dot  eitrtovdlotrios:  toi  prioclptles  ejerciciofl 
ooDiistiui  ea  It  aomphagia  6  tlimeattcioa 
lect,  OB  lot  ayuoot  do  dos  ó  tres  ditt  tegui- 
dos  y  too  de  lemtnu  eotertt,  en  tleTtr  sietiK 
pre  00  cilido»  dormir  ea  el  soelo ,  Tokur  mu* 
cbo,  leer  coo  tsiduidtd  la  Sagnida  lieritort, 
y  ortr  tto  de  cootiouo  coaio  ert  posible.  Orf<^ 
genes  prtdicó  por  tlgon  tiempo  esto  géaero 
de  Tida,  y  mocbos  de  tqoellos  ttcetas  fooffOB 
deepueij  obispos  y  doctores  liniosos.  Todot  les 
tscetas  TiTito  eo  cootiaeooia,  y  los  eríttíaBOt 
OB  generaU  tpreeitban  muebo  ettt  virtod  re- 
comendtda  por  Jetucriito  y  por  lot  apóstoles» 
A  tanto  llegó  el  aprecio  qoe  htciao  do  etta 
Tiriud,  que  se  reflere  el  ctto  de  uo  JÓTea  do 
Alejaadria  eu  tiempo  ddl  emperudor  Aatooiao, 
cuyo  Jóren  presentó  un  memoriai  al  gober- 
oador  selicitaodo  el  permiso  para  qfoo  uo  d* 
ra^BO  fe  hidese  eoouco;  otrot  muehos  hioie- 
roD  ceDSigonalsmos  esta.mutilacioD,  y  (aaeo- 
muD  Uegó  ¿  hacerse,  qae  se  tíó  procisada  la 
if  leslt  ¿  espedir  uoa  iey  para  reprimir  ai|Neá 
ceio  iodiscreto.t  Pero  aquello  era  un  deplora- 
bie  abuso  del  ascetismo. 

Segoo  Mosheim,  es  iDdadai>le  qoe  el  aace- 
tismo  dió  origeo  al  establedmieato  de  la  Tida 
moa¿stica,  por  lo  que  se  llamaron  asceteriat 
lodoo  lot  monastertofl  dd  Orieote,  y  eu  parti- 
cular  k»  de  mogeres.  Esto  no  to  niegt  Fleory; 
pero  fuad¿ndote  eqoiTOCtdameote  Mosheim  ea 
el  tbuso,  critict  la  iostiCucioa  dideadQc  «Til 
ht  sido  el  orígeo  de  aqoella  muititud  de  Tolot 
y  de  ceremonitt  tuiterti  y  sopersüdostt  qiio 
htn  mtrchittdo  it  tendllet  y  belieat  de  It  ro- 
iigion  crlititat,  coaM>  ttmbien  del  celibalo  de 
lot  sacerdotes,  de  aqoeilas  mortiflcadonea, 
penitencias  infraetuosas,  y  de  aquellos  epjam- 
bres  de  f railot  qoo  priTto  ¿  It  sociedad  de  tos 
taleiitos  y  de  au  traba|o  para  adqoirir  Bnapet^ 
feeóion  imaglnmria.  Tambieo  el  asflñlianM  Un 
dado  origeB  ¿  la  diaüudon  entre  la  Tida  laé» 
rm  y  la  Tida  nústkm  y  otra  poreioa  doeoatt 
amncjtotet.* 

T.    ui.    64 


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854 


ASCEnSMO— ASaTIS 


852. 


Llámase  teotogia  {Ucéiica  la  doctrina  qae 
enseña  los  medios  de  ejercitarse  en  la  Yirtud, 
de  fortiúcarse  en  el  bien  y  de  resistir  á  tbdas 
las  teotaciones  y  á  los  estimulos  de  1a  carne. 
Tambíen  se  aplica  el  adjetivo  ascético  á  mu« 
chos  libros  de  ejercicios  espirituales  como  los 
A&célicos  ó  tratados  espirituales  de  San  Basi- 
lib  el  Grande  y  otros  santos  padres. 

XSGIDIA.  {Historia  natural.)  Esta  palabra 
vicue  de  a^piiSiov ,  pequeño  odre,  ó  bien  de 
acTtiov,  odrCy  eiSoc,  forma:  enforma  de  odre. 
Género  ó  mas  bien  familia  de  molnscos  acéfa- 
los,  sip  concha,  i  los  cuales  se  da  el  nombre 
de  tunicarios,  porque  su  manto  constítuye  un 
saco,  que  representa  en  cierto  modo  la  concha 
de  las  bivalvas,  y  en  el  interior  de  la  cual  se 
halla  otro  saco  mas  delicado  qne  contieno  los 
órganos  de  la  respiracion,  circuJacion  y  nutri- 
cion  del  animal. 

Lá  estraordinaria  organizaoion  de  las  asci- 
días  llamó  la  atencion  de  Arietóteles,  el  cual 
las  designó  con  el  nombre  de  telhyas  que  le 
fuó  cónserrado  por  los  naturalistas  modernos. 
No  obstante,  hasta  estos  últimos  tiempos  reioó 
un  gran  confusion  en  la  historia  de  estos 
animales,  y  solo  con  diflcultad  lus  trabajos 
mas  recientes  han.  podido  dcterminar  el  lugar 
que  les  corresponde  en  la  clasiflcacion  zool6- 
gica,  pueslo  que  los  unos,  como  Cuvier,  los 
colocan  en  el  rango  de  los  moluscos,  y  los 
otros,  como  Mr.  Duvernoi,  los  admiten  entre  los 
pólipos.  Dejando  aparleestasdiseusionescien- 
tíflcas  que  carecen  de  interés  para  nuestros 
lectores,  nos  limitaremos  á  dar  alguiios  deta- 
Ues  acerca  de  la  organizacion ,  la  vida  y  las 
costombres  de  estos  seres  singulares  que  vi- 
ven  fiolos  ó  en  sociedad,  que  son  simples  ó 
compueslos. 

Acontece  algunas  veccs  que  un  observador 
descubra  á  orillas  del  roar  en  algun  cuerpo 
sólido  constantemente  bañado  por  las  aguas, 
odres  informes,  los  unos  son  duros  y  coriá» 
ceos,  cubiertos  de  arena  y  hasta  de  pequeños 
roariscos;  ios  otros  son  blandos  y  gelatinosos; 
hay  algunos  que  brillan  con  los  mas  vlvos  co- 
lores;  otros  sontraslúcidos  y  apenas  colorados; 
son  inmóviles,  ó  al  roenos  no  ejecutan  otro 
movimiento  que  una  ligera  contracclon  de  su 
oriúcio,  ora  doble,  ora  sencillo,  que  se  cierra 
bmscamente  y  despues  se  abre  de  nuevo  con 
lentitud  para  renovar  el  agua  neccsaria  á  su 
existencia;  pero  si  se  cogen  bruscamente,  se 
contraen  en  seguida  con  fuerza,  y  lanzan  á  lo 
lejos  el  agua  que  contienen,  formando  un  chor- 
ro  prolongado.  Esta  propiedad,  su  forma 
oblonga  y  sn  color,  han  sido  causa  de  que  los 
habitantes  do  los  paises  en  quc  se  encuentran 
les  hayan  aplicado  ciertas  denominacionesgro- 
seras  que  los  natnralistas  han  disfrazado  con 
los  equivalentes  latinos  ó  griegos. 

La  cubierta  esterior  delas  ascidias,  su  odre, 
eetá  reforzada  interiormente  por  olra  membra- 
na  delgada  que  le  da,  como  ¿  lus  membranas 
resosas  dc  las  vértebras,  el  aspecto  de  una  bol- 


sa  sin  abertura,  en  la  cnal  están  eDcerradas 
las  visceras,  que  se  componen  de  una  membra* 
na  recticiílada  que  hace  el  oflcio  de  braoqoiaB 
ó  del  aparato  respiratorio ;  de  uu  intestiao 
replegado  sobre  simismo,  el  cual  parte  del  foo- 
do  mismo  de  la  cavidad  respiraloría,  que  si^ 
ve  tambien  de  boca ,  para  dirigirse  al  ano;  de 
un  vaso  voluminoso  cuyas  contracciones  de- 
terminan  la  circulacion  del  líquido  nutricio  ea 
todas  las  roallas  de  la  red  branquial;  por  últi- 
mo,  entre  los  dos  orificios,  de  un  centro  ner- 
vioso,  de  donde  parien  los  hacecillos  nervio- 
sos  en  diversas^dirccciones. 

Las  ascidias  simples  son  fljas;  las  ascídias 
compuestas  son  libres  en  los  primeros  tiempos 
de  su  nacimiento  y  despucs  vienen  ¿  fljarse 
en  algun  cuerpo  sub-marino  para  estableoer 
una  nucva  colonia. 

Los  viforos,  género  muy  cercano  ¿  las  as- 
cidias  y  que  forma  con  ellas  un  grupo  comoo, 
presentau  una  particularidad  notable:  en  el  es- 
tado  aduito  son  libres,  pero  en  el  roomentode 
su  nacimiento  muchas  Tcces  esiin  rennidos 
entre  sl  formando  una  larga  cadena,  y  deeste 
modo  nadan  durante  mucho  tiempo.  Pareceoo 
obstante  que  los  individuos  asi  agregados  des- 
pues  de  quedar  libres,  producen  hijuelos  qoe 
no  están  rcunidos  á  modo  de  rosarío  y  qoe 
lien^n  una  forma  diferente  de  la  auya;  pero 
que  estos  iiIUmos  dan  orígen  ¿  unos  seres  qoe 
son  semejantes  á  los  primeros  en  su  modo  de 
presentarse  como  ensartados;  por  manen 
qne  se  veriflca  en  estos  animales  una  de  las 
mas  slngulares  alternatiYas ,  pues  las  mtsoias 
formas  y  el  miscAo  modo  de  existenda  no  se 
trasmiten  de>uDa  generacion  ¿  otra,  ^no  qoe 
se  reproducen  á  la  segunda  generacion.  (Vihie 
Edwards). 

Las  pirosomas,  otro  género  del  mismo  gro- 
po,  est¿n  reunidos  en  gran  número  y  foroum 
un  gran  cilindro  hueco,  abierto  por  una  estre- 
midad ,  contractil  y  boyaote  sobre  las  aguas. 

ASCIOS.  {Cosmografia.)  'A,  privativo, ««, 
sombra.  Llámanse  asi  los  pueblos  qne  habi- 
taii  entre  los  trópicos  bajo  la  zona  tórrída,  y 
que  no  hacen  sombra  al  medio  dta  en  ciertos 
dias  del  año  en  que  el  sol  se  encuentra  pre* 
cisamente  en  6u  cenir,  es  decir,  que  ies  enría 
perpendicularroente  sus  rayos.  Los  qnc  habi- 
tan  esactamente  bujo  los  trópicos,  no  son  as- 
cios  síno  una  tcz  al  año;  en  cuanto  ¿  los  qoe 
habitan  entre  los  trópicos,  el  fenómeno  se  ve- 
riíica  dos  veces  a1  año. 

ASCITIS.  {Patologia.)  'A<ndTTj(;,  ascitis,  dc 
ttTxóc,  odre,  peHejo.  Este  nombre.  que  los  an- 
tíguos  dioron  ¿  todas  las  hidropesias  del  ab« 
dómen,  ya  no  se  usa  hoy  dia  mas  que  para  de- 
signar  la  hidropesia  del  perítoneo.  La  asdtis 
es  enrermedad  bastante  coraun,  sobre  todo  en 
ciertos  paises.  Sc  la  ebserva  eu  todas  las  eda- 
des,  y  determinanla  muchas  causas  diferentes. 
Ha  sido  llamada  esténica  6  activa  la  ascitis  que 
sobrevicne  por  la  influencia  de  la  írritaciOB 
directa  ó  indirecta  del  peritoneo,  como  las  qoe 


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853 


ASQTIS-ASaEPIADES 


854 


se  obserraD  en  eiertns  afecciones  de  los  órga- 
1108  abdominales ,  y  en  esta  clase  C'Ontamos 
h  ascUis  acompañada  de  hiperlrofla  del  bazo, 
yseguída  de  fiebres  intermitentes,  óque  sigue 
¿  la  repereusion  de  tkn  exantema,  ó  ála  supre- 
sion  brusca  de  la  traspiracion  de  un  exutorio  ó 
de  Qoa  bemorragia.  Rn  las  personas  de  cons- 
titocion  profiindamente  alterada  por  el  escor- 
boto,  el  cáncer  ó  la  slfllis,  coando  la  hemato- 
sis  se  bace  mal,  ó  cuando  la  sangre  está  empo- 
brecida  por  abundantes  hemorr£gias,  la  ascitis 
scbrefiene  algtmas  leces  como  las  demas  hi- 
dropeslas,  y  entonces  se  Ilama  asténica  6  pa- 
sfta.  Pueden  determinarla  los  obstáculos  qoe 
diflcQltan  la  circolacion  venósu  del  abdómen 
ó  del  pecbo,  y  sobre  todo  el  eslrecbamiento  ó 
laobliieracion  de  la  vena-porta,  coroo  loha 
dertostrado  Mr.  Bouillaod.  Finalmente ,  la  as- 
cltis  es  una  de  las  consecoencias  mas  frecnen- 
tes  de  aquella  alteracion  particular  de  los  ri- 
ñones,  caracterisada  dorante  la  vida  por  la 
presencia  de  la  albámina  en  los  órloes,  enfer- 
medad  que  Bright  ha  sido  el  primero  en  des- 
cribir,  y  qne  los  señores  Martin^Solon  y  Bra- 
yer  ban  estudiado  en  Francia  bajolos  nombres 
de  albuminaría  y  de  nefritis  albnminosu. 

La  ascitis  que  resolta  de  los  obstáculos  qne 
le  oponen  á  la  circulacion  venosa  def  abdó- 
men,  y  por  conslguiente  á  la  absorcion  del  li- 
qoldo  contenido  en  la  cavidad  perítoneal ,  es 
iodadablemeute  pasiva;  pero  ¿se  la  puede  asi- 
milar  aqnella  qne  se  observa  en  ciertas  cloro- 
8Í8,  y  en  algunos  otros  estados  morbosos? 
Gomo  mochas  veces  la  sccrecion  de  la  serosa 
flobreviene  al  fln  de  ciertas  arecciones,  ó  in- 
terviene  en  un  estado  de  estrema  debilidad, 
00  viene  á  ser  mas  que  una  aberracion  de  la 
accion  vital.  No  se  consideran  como  pasivas 
la  neuralgia,  cl  reumatismo  y  la  artritis  con 
derrame,  qoe  sobrevíenen  en  las  cloróticas; 
y  8in  embargo,  si  la  serosa  de  las  articulacio- 
nes  poede  ser  asiento  do  la  reaccion,  lo  mis- 
mo  poede  veríficarse  indudablemenle  en  la  del 
abdómen.  Por  lo  demas,  es  un  hecho  constan- 
te  en  las  enfermedades  que  matan  por  estenua- 
cion,  qne  estos  esfuerzos  dcsesperados  do  la 
accion  vital ,  qne  obrando  violentamente  ora 
aobre  on  órgano  ora  sobre  otro,  tienden  al  pa- 
recer  ¿  ocurrir  con  la  euergia  detal  ó  cual  fun- 
cion  con  el  desarrollo  de  tal  ó  cual  órgano,  á 
la  insuflciencia  ó  ¿  la  destruccion  de  los  de- 
mas.  Por  otra  parte,  las  funciones  de  la  piel  se 
hallan  casi  siempre  turbadas  en  estas  circuns- 
tanoias,  ó  bien  en  los  últimos  momentos  de  la 
vida,  la  escitacion  morbosa  de  un  órgano  se 
trasporta  brnscamente  ¿  otro. 

Es  posible  tambien  que  ¿  la  manera  que  sc 
dtscomponen  ciertos  órganos,  y  desempeñan 
mal  sos  fonciones,  como  el  estómago ,  por 
ejemplo,  al  sistema  venoso  sea  tambien  ¿  ve- 
oes  insuflciente  para  absorber  el  liquido  eiha- 
lado.  Entonces  se  ver¿n  aparecer  )os  mismos 
feDómeDos  qoe  en  los  casos  de  encontrar  obs- 
tácnlos  i9  circatadon  venosa.  Istas  cuestiones, 


todavia  mny  oscnras,  son  dignas  del  interés 
de  los  observadores,  y  no  es  posible  darles 
una  solucion  declsiva.  La  ascitís  es  ¿  menvdo 
oscura  en  sns  principios;  y  roucbas  veces  va 
precedida  del  aoasarca  de  los  roi^mbros'.  infe- 
riores,  el  cual  la  acompaña  hasta  cierlo'^rado 
de  su  desarrollo.  La  traspiracion  se  vuelve  ca- 
da  dia  menos  abundante ,  luego  aumenta  de 
volúmen  el  vientre,  las  funciooes  de  la  respi- 
racion,  de  la  circulacion  y  de  hi  digestion  se 
perturban,  la  sed  se  hace  mas  y  mas  imperío- 
sa,  y  la  deraacracion  de  las  paríes  soperiores 
al  abdómen,  contrasta  con  el  edemade  las  re- 
giones  infcriores.  Los  órganos  abdominales  se 
ballan  muchas  veces  dislocados. 

A  veccs  el  alivio  ó  la  curacion  sobrevienen 
á  consecuencla  de  una  abondante  cvacuacion 
de  liquido  por  c¿maras  ó  por  las  vias  nrínarías 
y  la  traspiraclon.  Obteoiendo  resuUados  an¿* 
logoshan  surtido  buen  efecto  algunasvcces 
cieríos  purgantes  violentos  en  manos  de  los 
cbar!atanes:  pero  ¡porunode  estos  casos  raros, 
cn¿ntos  desenlaces  funestos  que  buen  culdado 
ponen  en  callar> 

Otros  mucbos  roedios  se  han  empleado  con 
roas  ó  menos  éxito  contra  la  ascitis;  pero  ge- 
neralmente  no  cjercen  accion  sino  cuando  se 
dirlgen  á  la  causa  primitiva  del  mal.  Guando 
fallan,  y  cuando  la  hidropesia  ha  llegado  ¿ 
distender  el  abdómen  cn  términos  de  compro- 
meter  las  funciones  esenciales  ¿  la  vida,  se 
proporciona  al  enfermo  un  alivlo  que  puede 
durar  roas  ó  menos  tiempo ,  evacuando  una 
parte  del  liquido  por  roedio  de  una  operacion 
que  descríbiremos  en  otro  lugar.  (Véase  para- 
cENTESis.)  La  comprension  ha  sido  empleada 
con  algunos  resultados  en  los  casos  de  hallar- 
se  los  órganos  del  pecho  en  estado  uormal. 

Seuncrl,  Meibomio,  Sthal:  Di$serUU,de  hydrop, 
aicUe. 

Lettvrc:  Diss.  iur  l*  hydropesie  aicile,  Tesis  do 
Paris,  1820,  núm.  337. 

Bncheleaa:  De  la  eompreition partieuUére^ 

mcnt  dan$  l*  oicUe;  Arcb.  gen.  de  medeeíne,  i.  04 . 
pAg.  m. 

ASCLBPIADES.  {Botánica,)  Este  nombre  vie- 
ne  de  Asclepias,  que  fué  ei  de  un  médico 
gríego  que  practicó  en  Roma  h¿cia  los  últimos 
tiempos  de  la  rcpública,  y  de  una  familia  de 
médicos  que  se  decian  descendlentes  de  Bscu- 
lapio.  Us  asclepiades,  separadas  de  las  apoci- 
neas  por  Brown,  forman  una  familia  de  plantas 
dicotiledoneas  y  corola  monopétala,  hipoge- 
nia  que  presenta  los  caractéres  siguientes: 
c¿Iiz  persistente  de  cinco  divisiones;  corola 
tambien  de  cinco  divisiones  que  alternan  con 
los  lóbulos  del  c¿Iiz,  presentando  la  forma  de 
campana,  embudo  ó  rueda,  y  ofreciendo  en  sa 
garganta  cinco  apéndices  peiatoides  y  cónca- 
vos  que  van  ¿  soldarse  en  parte  con  los  es- 
tambrcs;  estos,  en  número  de  cinco,  reunidos 
por  los  filamentos  y  por  las  anteras,  formando 
Qna  suerte  de  tobo  que  cubre  el  pistilo  y  fre- 


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S65 


ASGLEPIADBS--ASEirrAMIENTO 


mntemente  se  liielda  por  su  cstremldid  ooo 
•i  esti^a;  tnteras  de  dos  ea^idftdes  qoe  oom- 
prtBden  iin  polen  en  masia  séiidas,  como  en 
Ías  firquideas,  y  de  la  míema  forma  que  en  el 
iaterior  de  l#  eavidad;  oada  giándula  potinica 
tiene  en  su  cxtremidad  6  parte  terminal  una 
gláodola  qoe  ae  soelda  eon  ia  de  la  masa  po- 
Unica  inmeditta ;  ovario  doble ;  dos  estilos 
cortoa,  coronados  por  estigmaa  siffiplee;  froto 
lóraudo  de  dos  fbliculos  obloogos ;  puntiagu- 
doe,  generalmente  dilatados,  que  le  ibren  por 
Ma  Bola  parte,  y  oomprenden  muchas  semi- 
liis  coronadas  de  pelos  fiiios  j  sedosoe,  é  im- 
brieadas  alrededor  de  voa  placeota  libre. 

Las  asclepiades  son  entre  todas  las  plantas 
de  corona  nonopétala ,  iaa  que  tieoen  mas 
ooiiplioado  su  aparato  estaminal.  Su  organi*i 
MCkm  estrafta »  y  por  conaiguiente  la  difleoi' 
Uó  de  eaplicar  como  se  fécundan  estas  plan 
tas,  ba  entretenido  lasagaeidad  de  un  gran 
atkmero  de  sibtos ,  y  entre  otras  de  Brown 
y  de  Brongoiar  ,  cuyos  preciosos  trabajos 
Mprendidos  y  aoguioos  al  mismo  tiempo, 
ban  dado  á  conocer  el  modo  de  impregnacion 
ét\  lóbulo  en  esta  famiHa. 

Las  asclepiaded  ban  sido  divtdidas  ppr 
Brown  en  varias  tribos,  cuyos  caractéres  faan 
sido  tomadoB  de  la  posicion  de  iu  masas  poli 
nicas,  de  ia  forma  de  las  coronas  estnminales, 
de  la  iKistenoia  ó  de  la  ausencia  de  apéndiee 
ao  laa  anteras.  He  aqoi  ios  nombres  de  cstas 
trfbos:  ceropéglas,  gonolóbeas,  ozipetáleas, 
aaelepiades  propiamente  dicbas,  periploceas  y 
secamóneu. 

Todas  estas  plantasson  herbiceas,  camo- 
saa  ó  frotesoentes,  con  firecoencia  Tolubles ;  do 
hojas  opoestas,  simples  no  recortadas »  de  in- 
floresceneia.  generalmente  interpeclolar,  mul- 
tiflora,  algunas  veces  uniflora,  en  umbelas,  pi- 
ñas,  oimas»  panicolas,  etc.  Habitan  principal- 
mentc  en  ias  regiones  tropicales  de  ambos 
continentes.  Las  especies  del  géocro  ascU- 
piM$,  Upo  de  la  familia,  son  en  general  origi- 
Mrias  dei  NoeTO  Muado ;  una  >  sin  embargo, 
Á.  vineetoxiu,  se  halla  frecueotemeote  en 
Francia;  otra  que  ea  la  acurúS5at;tca  ,  se  ha 
multiplicado  en  todos  los  pontos  del  globo 
tntre  los  trópicos;  una  tercera  llamada  impro- 
plamente  Á.syñaoa,  puesto  qoe  trae  sn  orí- 
gen  de  los  Estados  Uoidoi,  se  eocuentra  en 
algnnu  partea  deSuropa,  se  designa  con  el 
oombre  de  apcctnaa  de  nata,  algodon  sHveUre, 
ivéasi  apoginia],  Tarias  especíes  por  último 
se  cuiiiTan  eo  k>s  jardines  como  plantas  de 
tdomo. 

La  familia  de  ias  asclepiades  de  algonas 
susUtncias  medicamentosas ,  la  escamonea  de 
Ksmiriia  es  snministrada  por  una  eapecie  del 
género  fimp^oca  óiecamoiMi.  Las  raícea  de 
mucbos  de  sus  géneros  tienen  propiedadea 
eméticasy  y  otrás  üuministran  un  Jugo  abnD- 
dante  parecido  al  de  ia  goma  eláatica. 

ASSOHAmA.  (Véas$  iHBotcáDA.) 

iSSDia  (irü  mUiim,)  teeo  ^  ae  poM 


á  ona  plasa  A  distaneia  y  ftiafa  de  tiro  deea- 
fion,  cerrando  todu  ias  aTenidaa  y  pasoa  dr* 
cunTecinos,  para  prÍTirla  (te  íqzüíos.  (Faati 

BLOQÜBO.) 

ASfieURAGION.  {Leguíúcian.)  Gontnlo  por 
ei  coal  toma  uno  A  au  cargo,  mediaQte  dálo 
precio  6  premio  conTenido,  las  p6rdidaa  ó  da* 
ños  que  pueden  esperimentar  laa  oobís  ú  bie- 
nes  pertenecientes  A  otro.  Aonque  li  miyir 
parte  da  los  autores  de  eocidopedías  eapidi» 
las  tratan  aqoi  de  lo  qoe  corresponde  A  esk 
interesante  materia,  como.las  ieyes  y  les  c6- 
dtgos  le  dan  ei  de  8$gwro,  óeotUraío  dasMii* 
ro,  y  asi  se  ie  liama  tambíen  en  ia  prActioi, 
resenramos  esfa  materia  para  ocoparaoa  ds 
ella  estensamente  en  su  lugar  oporloBo.  (F^ 

$e  SBGUBO.) 

ASEMTAMIENTO.  ( YU  DB  )  {Lagiilaúioiu) 
LIAmase  asi  A  una  ciase  de  procodimieiite  aa- 
torizada  por  la  ley ,  y  qoe  puede  tener  ingar 
en  la  prácttca ,  coaiido  entabiada  Gontra  aBi 
persona  ona  demanda  cítíI  ordinarfa,  oita  AI- 
timano  oonteste  A  la  demanda  ó  «inenrraea 
rebeldia,»  espresándonos  en  tórmiBos  fom- 
ses.  En  este  caso  autorisala  loy  al  demaodai- 
te  para  qite  elija  entre  dos  medloB  el  qne  la 
pareaca  maa  conTeniente;  ó  la  proeacucton  dd 
negocid,  sigoiéndoee  por  todos  sos  trAmítes, 
dándose  los  traslados,  y  ooliflcAndose  las  pro- 
Tidenciaa  en  los  estrados  del  tribunal ,  qoe  le* 
presentan  al  demaudado  {véam  BBBBi^ia),  ó 
lo  que  se  llama  la  vim  de  a*oñiamimto,  qae 
eonsiste  en  poner  desde  luego  al  demandaBti 
en  posesion  de  la  cosa  qoe  pide ,  coando  la 
demanda  Tersa  sobre  acoion  reai,  ó  de  BlgoBOS 
bienea  muebles  ó  raices  del  reo  haata  la  om- 
tidad  A  que  ascienda  la  deoda,  cuando  la  de- 
manda  es  por  aoeion  personal. 

Gompareciendo  el  reo  A  conteslir  A  It  de- 
manda  dentro  de  dos  meses  eo  la  acdoo  re^ 
y  de  uno  en  ia  persooal,  A  que  han  qvedado 
roducidos  los  de  un  afio  y  cuatro  meBea  ras- 
pectiTamente  fljados  por  laa  leyes  de  Partida 
que  establecieron  este  reourso,  purga  Ib  rebel- 
dia,  hablando  en  lenguage  foreose»  y  ae  le 
devuelTen  los  bienes  siguiéndose  el  Degode 
por  SQS  trámiíes  eo  Juicioordinario.  Katos  sob 
los  beneflcios  concedidos  en  este  caso  al  da* 
niandado  rebelde;  pues  pasados  estos  ténBiaos 
el  actor  ó  demandante  se  considerm  Terdadaco 
poseedor  de  ios  bienea  que  se  le  haB  entrega* 
do;  y  si  bien  poede  entablarae  oiiestioB  por  el 
demandado  aeerea  de  la  propiedad  bo  pttaAa 
perturbarlo  de  modo  algono  en  Ib  poeeaioB  de 
los  mismos. 

TodsTÍa  sc  conoqden  olroa  beneOciM  il  ae* 
lor  contra  ei  demandado  rebeide.  t^oaiido  el 
asentimiento  se  hace  por  bocíob  peraonal,  é 
despues  deotn  mes  de  haberae  Terifloido»  el 
actor.  no  satisfecbo  con  la  poaoBloa  de  losbie- 
nes  del  dendor,  preflrteae  qoe  aeTeDdaBeB 
públioa  subasta,  aatia&ciéndosele  el  Importe 
de  la  deuda  y  eostaa  ooaBiOBidBB,  poede  pt* 
dirloBü,  y  hibrá  dt  eoQcedéritlt  tl  jatt  fot 


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891 


ASENTAMIBNTO^-nAffliniSTA 


8tt 


I  eo  el  fiegodo,  Teidiéadoee  vm  noevot 
ktaes  dei  deador  ú  demandado,  si  los  que 
eatrcgaron  príoiero  il  acreedor  oo  beelafteo 
para  CQmplir  por  completoaqaellas  atencioDeB. 
Ademaa,  el  ador,  oo  solo  ea  completamente 
árbitro  de  eiegir  la  Yiade  aseotamiento  ó  la  de 
pmeba  segun  leoonTenga»  «no  que  todaTÍa  le 
eooccde  la  ley  que  adoplado  ooo  de  eatoe  nke- 
éloo,  poeda  dejar  el  seguodo  y  tomar  el  pri- 
Mfo  eo  ooalquiera  esta^  eo  que  ei  oegocio  se 
toeiieDtre. 

Una  ley  de  la  Koffsima  Reoopilaoi  on,  pro- 
Mbe  qoe  poeda  scguirse  h  via  de  aseotamieo- 
to  eo  las  caosas  de  «00  marat edises  abajo,  y 
cstá  prohibida  por  regia  geoeral  en  los  nego- 
eios  de  comerdo,  seguo  s^  deduce  del  articulo 
469  de  la  ley  de  94  de  Juiiode  1830. 

Goocloiremos  advirtieodo  que  la  Yia  de 
aseotamieoto  está  muy  eo  desuso  enla  prictí- 
ea:  la  cestumbre  uocionada  por  eila  siempre 
qoe  el  reo  no  compareoe,  siendo  citado  i  Joi- 
eio  d  00  cootesta  i  la  demaoda,  es  la  de  acu- 
sarle  la  rebeldia  y  segoir  la  caosa  coo  los  es- 
trados  del  tribuoal.  Véase  sobre  e&te  puoto  el 
arliettlo  citado  mas  arriba. 

ÁSBRTlMifiNTO.  {Filoiofia,)  Llimase  asi  el 
acto  por  el  cual  el  eoteodimieoto  recoooce  por 
Terdadera,  bien  sea  uoa  proposiciony  uoa  per- 
eepc'ion,  ó  una  idea.  De  aqui  resulta,  que  el 
aseotimiento  forma  oecesariaroeote  parte  dei 
Joioio.  El  asentimiento  esespontineoó  irrefle- 
siTO,  iibre  ó  oecesario.  Is  llbre,  cuando  no 
es  impuesto  por  la  evidencia,  y  necesario 
eoando  no  podemos  rehusarlosin  ponemos  en 
eoBtrftdiccion  coo  nosotros  roismos.  Los  estói- 
coo  qoe  opiuaban  que  un  acto  espontineo  del 
es^to,  el  cuai  oo  esotra  cosa  qoe  el  asenti- 
miento,  era  necesario  para  conrertir  en  cooo- 
clnneotoe  reales  las  imigeoes  puramcote  seo- 
sitiles,  foeron  los  primeros  y  tal  ves  los  úlii- 
mosootre  los  filósofos  de  la  aotigfiedad,  que 
dieroo  ai  hedio  de  qoe  trataroos  uo  lugar  im* 
portaoteen  la  teoria  del  eonocimiento. 

AfilNTISTA.  (Ádminiitracion.)  Asi  se  Je- 
Aomina  al  que  hace  asiento  ó  C'Ontrato  con  ei 
gebiemo  con  el  objeto  de  suministrar  viveres 
ú  otros  efectos  para  un  ejército,  armada,  plaaa 
6  presidlo. 

Á  esta  clase  de  contratistas  son  comunes, 
aooque  eo  diféreote  aplicadon  y  escala,  las 
disposiciooet  geoerales  y  iospriDCipios  de  de- 
rtdios  que  dejaroos  coosignados  respecto  de 
los  oba$Ucedore$  y  los  a6astof .  (Yéaose  estos 
orticuloe.)  Compréodese  esto  licümeoie,  te- 
Bieodo  eo  coenta  que  los  asentistas  soo  una 
dáoe  particular  de  aluMtecedores:  asi,  pues,  i 
lo  dispoesto  por  las  leyes  acerca  de  csto  ha- 
bri  de  recnrrirse  en  las  cuestiones  que  con  ellos 
oeorran,  despoes  de  coosultar  y  teoer  presen- 
te,  porqoe  esto  cs  antes  que  todo,  las  dispo- 
sicioBes  especiales  qoe  les  conciernen  eomo 
tales  osentistas  y  vamos  i  meocionar^  y  los 
térmioos  eo  que  *e  hao  esteodido  los  cootratos 
oelcbrodosceaellos.  AdoioMebea  tooonopre- 


seotes  enestos  casosleo  regUffleotof  do  pro- 
visiones  de  Mde  Jolío  del  aio  4800. 

Casi  todas  las  disposiciooes  qoe  versan  so- 
bre  el  compUmiento  de  las  obilgaciones  de  los 
aseoUstas,  y  de  la  Imanera  de  haoerlas  el^ti^ 
vas,  recouooeo  por  bose  el  fiiere  militar,  qoe 
ui  ellos,  coroo  todos  los  empleados  eo  e(  ser- 
vido  de  viveres  y  provisiones  dd  ^érdto,  go- 
sao  eo  sos  persooas  durante  so  empleo  en  los 
casos  relativos  i  la  provisioo»  pnes  eo  los  de- 
raas  oegodos  se  liaiUo  sometidos  i  los  tribo- 
nales  ordinarios.  Hemos  dicho  en  sos  personas 
porque  oo  se  estieode  i  sos  áunUlas  y  criados, 
al  réves  de  k)  que  sucede  de  ordioarío  eo  esta 
dasede  fueros  privilegiados» 

£o  virtud  de  este  ñiero  conoceo  de  sos  cau- 
ssB  eo  primera  instanda  los  intendentcs  dd 
clército,  y  cuando  ioe  asentistas  ó  empleados 
en  este  servido  estuviesen  foera  de  las  capi«> 
taies  donde  resideo  ios  iotendeotes  de  ^érci- 
to,  debiao  cstos  deiegar  sus  facultades  eo  ios 
de  provincia,  cuando  los  habia;  y  en  defecto 
de  elios»  y  de  consiguiente  por  regla  general 
aliora  que  oo  ios  bay,  eo  coalqoiera  otro  oá- 
nistro  ó  abogado  de  ciencia»  establecido  en  ei 
pueblo  dODile  tenga  su  fadoria  el  eocargado 
de  la  provision.  En  este  caso,  la  {wrte  agra- 
viada  podri  apelar  desus  providencias  ante  d 
iotendente  de  ejército  respectivo;  perocoando 
ta  Jurisdiccion  de  este  se  ejerce  en  primefo 
instancia,  lal  apelaciones  suUrin  en  lo  crimi- 
nal  al  sopremo  coosejo  de  Goerra,  y  eo  io  d» 
vil  i  la  ,sala  de  Justida  dei  consejo  de  Ha^ 
denda. 

Dedúcese  asimismo  dei  goce  dd  foero  mi- 
litar  por  parte  de  los  aseotistas,  qoe  los  re* 
cursos  de  todos  aqodlos  que  se  siotieseo  per^^ 
Jodicados  eo  la  calidad  6  caotidad  de  las  pro- 
visiooes  ó  por  coalquier  otro  motivo  se  cre- 
yeseo  eoel  caso  deelevar  qoeju  cootrad 
asenlista,  debeo  dirigirse  al  intendente  de 
ejérdto  ó  sus  subdelegados,  sln  qoe  la  tropa 
pueda  proceder  desde  luego  por  si  misma  i 
levantar  aotos  y  i  practicar  averiguadpnes  ó 
informaciones  aomarias:  el  intendenie  seri  el 
qoe  con  conocimiento  de  causa  podri  resol- 
ver  lo  qoe  estirae  Justo  contra  el  asentlsta, 
ó  bien  imponer  pena  al  delator  d  resultare  fál- 
sa  la  queja  dada  conlra  elasentista»  conde- 
nándole  ademas  en  ios  perjuidos  que  i  este 
hobiese  origioado. 

Deberaos  advertir  eo  coudodoo,  que  los 
aseutlslas  y  empleados  eo  la  provisioo  de  vi« 
veres  de  los  presidios,  gosan  del  misroo  feero 
que  los  dd  ejército,  y  los  de  la  armada  disfru- 
tan  el  fuero  de  marina,  correspondiendo  i  los 
iotendentes  de  esta  d  conocimiento  de  sus 
causas,  con  las  apelaciones  i  los  tribunales 
correspondientos. 

Hemosconsideradoesta  materiasolo  en  su 
parte  legal,  porque  ei  considerarla  en  su  parte 
econdmicanos  llevaria  al  tcrreno  de  las  doctri- 
nos  y  de  ios  prindpios  de  la  cienda  adminls- 
tiotfva,  agono  dd  carictor  d^  0üos  arücolos* 


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85» 


ASENnSTA— ASESINATO 


860 


Nos  bastará  decir,  que  este  sistema,  qae  en 
Francía  y  én  España  ha  estado  en  boga  por 
mncho  tiempo,  se  huüa  hoy  dia  completa- 
meute  desaotorízado  despues  de  haber  euri- 
quecido  á  muchos  asentistas.  ]a  esperíencia 
ha  hecho  conocer  una  vendad  que  la  simple  ra- 
zon  bastabaácoroprender  y  alcanzar,  á  saber: 
que  el  asentista  da  por  coatro  a1  ejército,  lo 
qoe  compra  por  dos:  y  como  los  sumintstros 
son  siempre  por  cantidades  cousiderables,  re- 
soltan  de  ellos  pérdidas  considerables  para  el 
Estado. 

ASESINATO.  (Legislacion,)  Atentado  conlra 
la  vida  de  una  persona,  ejecutado  con  preme- 
ditacion  y  alevosamente,  esto  es,  sin  que  pre- 
ceda  pelea  ó  ríña;  tambien  se  da  este  nombre 
al  homicidio  cometido  con  las  anteriores  cir- 
cunstancias  mediante  dinero  ó  cualquiera  otra 
relribucion. 

En  el  lenguaje  ordinarío  se  confunde  casi 
aiempre  bajo  el  nombre  de  muerto  el  asesina- 
to  con  el  bomicidio;  pero  en  derecho,  este  úl- 
ümo  crimen  escluye  toda  idea  dc  preroedita* 
cion,  y  se  considera  como  efeclo  dc  un  arre- 
bato  de  cólera;  mientrasque  el  asesinato  ocu- 
pa  una  idea  flja  al  que  le  comete,  y  este  pre- 
para  deantemano  todo  lo  necesario  para  lle- 
rar  á  cabo  el  crímen  qne  intenta,  dispone  la 
emboscada,  apercibe  las  armas,  espla  á  su 
victima  y  te  da  la  muerle. 

El  asesinato,  resultado  de  las  pasiones  mas 
violentas,  alimentadas  por  una  viciosa  educa- 
cion,  es  tan  antiguo  como  cl  mundo,  y  ame- 
naza  durar  tauto  coroo  éi.  «No  habia  mas  que 
Ires  hombres  sobre  la  tierra,  dice  un  exagera- 
do  misántropo,  y  uno  de  eltos  asesinó  á  su 
hermano.»  Desde  entonces  basta  nuestros  dias 
ocopa  desgraciadamente  el  asesinato  una  pá- 
gina  en  la  historia;  pero  se  ha  observado  de 
una  manera  consiante,  que  en  los  siglos  de 
mas  ignorancia  ha  sido  mayor  el  número  de 
asepinos. 

Epocas  ba  habido  en  que  se  ha  llegado 
basta  el  estremo  de  díscutir  lógicamente  y  á 
sangre  fria,  si  podia  baber  casos  en  quc  fuera 
el  asesinato  no  solameote  disculpable,  sino 
aun  legitimo:  asi  que  se  ha  visto  con  sorpre- 
sa  á  varíos  autores  de  otros  tiempos  enuroerar 
las  ventajys  que  resultaron  del  asesinato  de 
tales  á  cuales  persouas  constituidas  en  eleva- 
da  categoi'ia  y  de  graude  influencia  politica: 
DO  siendo  roenos  estraño  que  muchos  Juris- 
consultos,  cuyo  voto  es  muy  respetable  eo 
materías  de  derecho,  hayan  avcnturado  la  opi- 
niOD  de  que  un  príncipe  puede  deshacerse  do 
un  enemigo  cualquiera,  valiéodose  para  ello 
de  un  asesino.  Gausaria  horror  en  la  acUialidad 
el  qué  adoptara  ó  emitiera  semejante  máxima, 
lo  cual  prueba  al  meuos  que  la  bumanidad  no 
siempre  degenera. 

El  horrible  principio  que  acabamos  de  in- 
diear,  tan  cómodo  ciertamenle  para  losreyes, 
parece  qoe  fué  presentido  por  nn  príncipc  ma- 
boiQetano,  gefe  de  uoa  m|serable  trlbu  refü- 


giada  en  las  montañas  del  Asit  Menor,  el  coal 
á  pesar  de  no  tener  eJércUo  nl  fondos  de  qae 
dispouer,  supo  hacerse  temible  al  nrando  ea- 
tero  convirtiendo  á  cada  uno  de  sus  sabordin»- 
dosenunasesino.  Habia  eonsegoido  estable- 
cer  pordogmareligrioso,eldeseo  deuoavidafQ- 
tura  Itena  de  delicias;  y  por  dogma  politico  la 
mas  absoluta  sumision  á  sus  menores  caprí- 
chos:  de  modo  queno  teniamasque  desigQarlt 
victtma  para  ser  esta  inmolada  en  el  momento; 
acaeciendo  en  el  tiempo  delascruzadas»  época 
en  que  vivia  aqnel  gefe»  la  muerte  violenta  de 
varios  principes  crístianos.  Del  nombrede  esta 
tribu,  qiie  fué  destruida  hácia  principios  del 
siglo  XIII,  procede  la  palabra  asesino. 

Siendo  el  asesinato  et  mayor  de  los  críme- 
nes,  parece  que  debe  eastigarse  con  la  mas 
grave  de  las  penas;  asi  es  que  en  todos  loi 
pueblos  se  castiga  con  la  muerte,  lo  cual  e& 
su  orígen  no  era  mas  que  la  aplicacioQ  de  la 
máxima  la  sangre  pide  sangre,  Una  de  las  le- 
yesde  la  ^ovisima  Recopilacion,  prevíene  tqoe 
el  que  mate  ¿  otro  á  traicion  ó  alevosamente, 
sea  por  cllo  arrastrado  y  ahorcado,  y  ei  rey 
haya  todos  los  bienes  del  traidor  y  la  mitad  de 
los  del  alevoso;  >  advirtiendo  que  todo  hombre 
que  hiciere  muerte  segura  incurre  ea  caso  de 
alevosia  y  pierde  la  mitad  de  susbieoes  para  la 
ciroara  y  «que  se  dice  segura  toda  muerte  aue 
no  es  hecba  en  pelea,  guerra  ó  ríña.»  Otra  ley 
rccopilada  di^pone  «quc  el  que  hiere'áotro 
por  asechanzas  ó  sobre  couKeJo  ó  habla  hecha, 
muera  por  ello,  aunque  el  heridooo  muera  de 
la  herída.»  Otra  ley  lambien  recopilada,  orde- 
na,  qoe  «elque  matase  á  otro  ¿  traicion,  dada 
y  Qtorgada  tregua  y  seguro,  ó  por  aseehauza, 
ó  en  otro  cualquiera  caso  porque  deba  ser  coo- 
denado  ¿  moeríe,  si  despues  que  fuese  conde- 
nadoentrase  en  la  córte  y  cinco  leguas  en  con- 
torno,  ademasdela  penacorporaUpierdalami- 
tad  de  sus  bienes  parala  c¿mara.>  Finalmeote, 
otra  ley  de  la  misma  Recopila'*/ion  manda  «qae 
el  que  matare  ó  hiriere  ¿  otro  con  arcabúz  ó 
pístolete,  por  cl  mismo  caso  sea  liabido  por 
alcYOso  y  píerda  todos  bus  bienes;  ia  mitad 
para  la  c¿mara  y  fisco  y  la  otra  mitad  para  ei 
heredero  óherederos  delmuerto.» 

La  atrocidad  del  crimen  eu  cueation  y  la 
circnnstancia  de  hallarse  de  acuerdo  la  legis- 
lacion  de  todos  los  paises  reUtivameDte  ¿  la 
^pena  que  debe  Imponerse  al  asesino,  nos  sa- 
gieren  algunas  reflexiones  que  vamos  ¿  espo- 
ner  ¿  continuacion. 

Si  es  evidente  que  cualqoieni  homidda  vo- 
luntario  merece  la  última  peoa  de  la  ley,  por 
haber  privado  ¿  otro  dei  mayor  bien  qne  poseia 
que  es  la  vida,  creemos  qae  no  es  digno  de 
conservaría  el  que  voluntariamente  y  con  pre- 
meditacion.hayaarrebatado  á  su  semejaate  el 
bien  inestimable  de  que  gozaba,  y  qoe  eo  ei 
becho  mismo  de  haber  cometido  oi  crimeo,  ba 
incurrido  en  la  pena  del  talion,  é  iodioado  ¿ 
la  sociedad  el  castigo  qoe  debe  ImpoDerie;  y 
es  Decesario  ademaa  que  ii  ley  proceda  contn 


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AS£SINATO^ASESINOS 


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él  COQ  todo  rigor,  por  U  premedilacion  qae 
antecedió  al  hecho  y  por  las  precauciones  que 
lomó  para  impedir  que  buyera  sn  TÍctima  ó 
que  se  dcfendiera  eu  el  acto  de  atacarla.  Ánn 
esmayor  el  crímeu,  enelcasodecometerlo  el 
asesiDO  medtaute  dincro  ó  cualquiera  otra  re- 
Iribucion,  cuya  circunstancia  demuestra  un  ca- 
rácter  vil  y  deprayado;  pues  iodica  que  tieoe 
mas  lugar  en  su  corazon  el  interés  de  la  paga 
que  t03  sentimientos  de  humanidad  que  le  im- 
prtmió  la  naturaleza,  y  pareee  que  el  teroor 
deperder  la  vidaes  lo  únicoque  puede  conte- 
ner  en  sn  estravio  á  hombres  tan  desmorali* 
zados. 

Áumenta  por  otra  parte  elpeligro  y  el 
miedo  consiguientc  áél,  la  circunstancia  de  la 
retríbucion;  porque  si  cualquiera  hombre  se 
compromete  á  satisfacer  por  el  dinero  el  odio 
y  la  vengaDza  de  un  rival  ó  de  un  émulo,  la 
codícia  de  un  heredero,  la  envidia  de  otro  hom- 
bre  de  la  misma  profesion  de  la  victima,  etc, 
todos  los  que  consideren  tener  causa  fuodada 
para  desconflar  de  uq  enemígo  suyo»  sea  el 
que  quiera  ei  motivo  de  su  enemistad,  deben 
temer  con  justa  ruzon  á  un  asesino.  Auoque 
la  eobardia  ó  la  debilidad  de  sus  adversarios 
podria  desYanecer  cl  temor  de  ihuchos,  la  idea 
de  qoe  existen  hombres  capaces  de  vender  á 
otro  su  valor  y  sii  fuerza,  ios  lendria  de  con- 
tiouo  sobresalladoa,  imagioando  quesus  ene- 
jnigos  pueden  ^eeutar  contra  ellos,  y  por  me- 
dio  de  tercera  persona,  lo  que  no  se  atreverían 
á  inteutar  frente  á  frente  y  por  si  mismos;  y 
el  peligro  será  tanto  mayor,  cuanto  mas  pode- 
rosos  sean  sus  enemigos  y  mayor  la  recom- 
pensa  de  que  puedan  dL<;poner. 

La  aplicaciop  de  la  pena  de  mueite  á  los 
asesinos,  tíene '  ciertamente  alguna  apariencia 
de  justicia  por  recaer  en  un  delito  tan  odioso; 
pero  si  se  cocjsidera  que  una  socíedad  entera 
que  se  pone  de  acuerdo  para  quitar  la  vida  á 
uo  hombre  bajo  formas  legales,  presenta  un 
espectáculo  tan  triste  como  inátil;  si  se  tiene 
preseote  que  sufre  esla  misma  sociedad  lapér- 
dida  de  dos  iodividuos,  á  saber,  la  viclima  del 
crímen  y  el  agresor  ¿no  seria  posible  para  sal- 
var  estos  inconvenientes,  fíocontrar  otra  peua 
que,  siQ  detrimento  de  la  sociedad,  evitase  cl 
crimen  por  una  parte,  y  por  otra  colocase  al 
&sesino  en  tal  posicion  que  no  le  fuera  dado 
causar  daño  á  sus  semejantes?  Hemos  indicado 
ya  las  causas  que  comunmente  determinan 
este  horrorosocrímen,  y  creemos  que  los  hom- 
bres  afeclados  de  las  pasiones  que  á  él  han 
dado  lugar,  temerian  por  el  mismo  hecho  la 
buBiiUacioD,  las  privaciones  de  ciertos  place- 
res  de  la  vida,  como  el  de  la  sociedad,  ei  tra- 
bajo  p^Doso  y  forzado  y  un  cautiverio  perpé- 
tuo.  La  rauérte,  pena  que  comunmente  se  im- 
ponc  á  los  asesinos,  es  un  mal  pasagero,  un 
mal  que  sufren  muchos  con  ánimo  serenó, 
porque  jno  cs  muy  dificLi  tener  valor  por  al- 
gunos  momeatosy  por  algnnas  horas;  un  mal 
que  creen  machos  como  la  teraúnaeion  de  sus 


padecimientos;  pero  la  tida  solltaria,  austera, 
deshonrosa,  del  hombre  á  quien  se  condena  á 
perpétuo  encarcelamiento,¿  silencio  forzoso  y 
no  interrumpido  y  á  un  trabajo  del  que  apenas 
descansa,  atormentando  porelcontinuorecuer- 
do  de  sus  crímenes,  y  habiendo  perdido  hasta 
la  esperanza  de  volveral  hogar  doméstico  y  de 
vcr  ¿  su  familia  y  ¿  sus  amigos,  seria  un  tor- 
mento  oontinuo,  on  mal  muy  grave,  capaz  dé 
abatir  al  mas  furiosoy  desnaturalizado  asesino» 
y  le  liaria  envidiar  la  suerte  de  los  que  la  ley 
lleva  al  cadalso.  Engenio  Sué  ha  pintado  con 
los  mas  vivos  colores  el  horror  qoe  causa  la 
pena  de  reclusion  perpétua  ¿  los  hombres 
mas  idcntiflcados  con  el  crímen.  Es  de  desear 
que  llame  la  ateocion  de  los  legisladores  y  de 
los  inlérpretes  de  la  ley  esta  horrorosa  pintu- 
ra,  y  tenemos  la  dulce  esperanza  de  quealgun 
dia  set)orrar¿de  loscódigos  criminales  la  pe* 
na  de  muerte. 

£n  Francia  era  antiguamentc  máxima  de 
derecho  público  que  el  rey,  ¿  pesar  del  supre- 
mo  poder  que  ejercia,  no  tenia  el  de  induUar 
de  la  última  pena  ¿  los  asesinos;  asi  lo  juraba 
en  laceremonia  de  su  coosagracion,  y  creemos 
que  la  causa  de  este  Juramento  fué  el  recordar 
los  legisladores  franceses  que  las  antiguas  Ie« 
yes  tasaban  en  200  sueldos  de  Paris  la  vida 
de  un  franco  asesinado  por  un  noble,  y  qui- 
sieron  impedir  al  rey  que  cediese  ¿  ias  instan* 
cias  de  una  familia  poderosa  cn  favor  de  ua 
asesioo;  pero  en  el  dia  no  tiene  ya  restríccion 
ninguna  la  prerogativa  real  de  conceder  in« 
dulto. 

No  es  comnn  que  se  cometan  asesinatos 
por  venganza  personal»  pues  el  hombre  ticne 
repugnancia  ¿  veríer  la  sangre  de  sus  scme- 
Jantes,  y  mucbo  mas  cuando  existen  tribuna- 
les  que  puedan  vengar  las  injurias  que  reci- 
ban,  y  castigarle  si  ejerce  la  Justicia  por  sn 
propia  mano.  La  principal  causa  de  los  asesi- 
natos  suele  ser  la  indigencia  desesperada;  y 
del>e  procurarse  mas  bieu  que  castigar  estos 
crímenes,  evitaríos  por  medio  de  una  buena 
educacion  morai  y  religiosa,  qus  instruya  al 
hombre  cn  sus  deberes,  de  una  s¿bia  admjnis- 
tracion,  que  proporcionándole  medios  de*sub- 
sistir,  despierte  y  mantenga  el  amor  ú  tra-> 
bajo;  y  en  fio,  por  una  prudenle  graduaciOQ 
de  las  penas. 

Respecto  de  las  que  nuestra  legislacion  es- 
tablece  para  el  castigo  de  esta  clase  de  delitos 
véase  el  articulo  hohicidio. 

ASESINOS.  {Historia,)  Los  Asesinos  ó  Is- 
maelitas  de  Oriente  eran  uoa  rama  de  los  is- 
maelitas  propiamente  tales.  No  descendian, 
como  se  ha  creido  por  mucho  tiempo,  de  Is- 
mael,  hijo  de  uuu  mugcr  llamada  Agar,  escla- 
va  de  Abraham,  sino  que  procedian  delos  tmo- 
mies,  que  era  una  de  las  cuatro  sectas  chiitas» 
Los  imamiescreian  enlaexistenciadeun  imam, 
que  habia  desaparecido  en  tiempos  antiguos, 
y  segun  ellos,  la  descendeácia  de  estos  ima- 
nes  debia  perpetuarse  pormediodeuna  filia- 


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ASKSINOa 


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ckm  MMeslTt  liaita  e)  BaobnieDla  de  im  pos- 
trer  /mam,  qne  ▼endría  álttmrtoide  laobser- 
laac^a  ée  todas  lat  loyee.  De  ro  seno  attteroB 
tdemas  dos  tectat  secundtríaa:  uoa  de  ellat, 
qoe  era  )a  de  loB  sebHns,  coyat  Aoclriaat  pre- 
tétabaa  los  isouielitas,  babia  recibido  este  Bom- 
breperqoeDorecoiiociaDiiws  qoe  slete  imDes; 
itaber,  Ali,  Hassüi  Dotsein,  AU-SeinolabidiD, 
Mobammad ,  Bakiery  I^afer-Sadik  j  sa  bijo 
Itmaei. 

Sl  ftradamente  y  orígen  de  la  rama  de  los 
,i6maelitat  dcl  Oríeote  era  Abdallab,  qne  se  ée- 
'  cia  bi}o  de  Mabomed,  bijo  de  Itmael:  este,  qoe 
proftoaba  lat  doctrínaa  de  Karmath,  llegó  ¿ 
tentarse  en  el  trono  el  año  909  de  Jesucríslo, 
i97  de  la  begirt ;  empesó  con  el  nombre  de  Obei- 
dallab-llebdi  iaséríe  de  los  catifasegipci06,qae 
Inoea  siiblr  Igaalmenle  su  orígeD  basta  Is- 
mael,  bi}o  de  ^afer-SadiÍL  y  de  este  úitlmo  has- 
ta  Fitima»  hija  del  Profeta,  por  coya  rason  te- 
iiian  tambien  elDoaibredefalimtat.  Su  doc- 
IriDa  se  propagaba  por  medio  de  los  mlsione- 
Dflrot  Uamadot  daít,  qoe  teoiao  ademas  el . 
cargo  de  bacer  qoe  &os  adeplos  sosloTieseo  b  ^ 
«torpacioo  qoe  babla  oolocade  i  iot  Fatlmitaa 
eDeltroDOdeEgipto, 

Atríbáyese  i  ono  de  estosdias,  lastaD  Bcd 
Sabahlomairi,  bijo  de  Ah,  chiita  ortodoxo  de 
Beia,  la  ftiDdaciOD  de  la  órden  de  los  asesiaos. 
PerteDccia  i  la  secta  de  los  ioMniles,  y  cnaodo 
)áfeD  habia  estudiado  en  Nicbabor  bi^  la  di- 
recdoo  del  famoso  Mooafek  Nichi^arí;  mas 
adelaote  cootr^lo  amistad  ood  od  ismaellta 
que  le  dió  algunas  nociones  de  su  do<;trína  y 
trasfomMy  sus  prímeras  eondicionee.  Gonslde-' 
ró  como  OD  aviso  del  cieto  la  enférmedad  qne 
padedó  poco  tiempo  despues;  y  iuego  qoe  hu- 
bo  adqoirido  oompleto  coDOdiilento  de  aqoe- 
lla  doctrina,  qoe  le  proporeienó  otro  ismaeHta 
i  (mien  coooció  despues,  hiao  qne  le  conflrle- 
se  la  dignidad  de  dai  ismaeiiUi  un  misiooero 
Uaaado  Momin.  Despues  de  la  mueríe  del  aol- 
XMXk  Selcyucída  Arp  Arslan,  marchó  al  Gairo, 
doode  relDaba  entonces  Maiek-Gbali;  pero  des- 
terrado  de  la  córte  recorrí6  diférentes  proTÍR- 
cias,^  propagando  en  todas  su  doctrína;  úhima- 
mente  se  fljó  por  espacio  de  tres  años  en  Ila- 
magbn,  y  desde  alli  enTió  i  todos  los  alrede- 
dores  y  en  paríicular  i  los  de  la  fortalesa  de 
Alamont,  dais  hibiles  y  elocuentes. 

Bstafortalesa,  en  donde  estableció  el  cen- 
tro  de  su  poder,  babia  sido  fundada  en  ei 
año  246  de  la  hegira,  i  60  leguas  al  Norte  de 
Karwin,  por  Hassao  BenSeinBakeri.  Habiendo 
vdittsado  entregarla  Ali  Mebdi,  qoe  la  goberna- 
ba  en  nombre  de  Malek-Gbali»  se  apoderó  de 
eila  Rassan  por  una  estratagema  el  año  483  de 
la  hegira  (4090  de  nuestra  era.)  Sa  prímer  cul- 
dade  fué,  no  sotamente  abastecerla  y  fortifl- 
oarla,  slno  estableoer  tamblen  sobre  bases  s6- 
Mdta  so  sistema  polltico  y  religioso,  qoe  se 
encerraba  eq  esta  mixima  foadameDtal:  «Na- 
da  bay  verdadero  nl  qoe  se  prohlba;  todo  es 


Maa  para  baetff  efecttn)  el  peder  qoe  ba* 
'bia  imaginado,  do  bastaba  dlsclpliDar  ialell* 
geocias  degas,  sioo  que  era  preclso  ademas 
araar  brasos  qoe  le  soetoTieraD. 

Con  este  ttn  establecló  uaa  gerarqula  y  dl- 
Tidló  el  órden  en  difei^ntes  seocionet:  la  da* 
sifieacien  material  de  rqs  indiTldDOS  tal  eono 
Hatsan  la  babia  concebldo,  pretentaba  tiel» 
gradot:  4.*el  gran  maettie  que  se  Uamaba 
Sidna  ó  Sidney  (Daettro  señor),  6  Cheik-el-DÍe- 
btl  (ei  Yi^  ó  el  prtaclpe  de  la  Moolaña.)  Ste 
embargo,  do  foé  rey  dI  prínclpe,  eo  la  aeep- 
cleo  comun  de  la  palabra,  poes  el  úiiieo  titolt 
que  toffló  fué  el  de  theikh;  asi  que  su  gobier- 
ne  no  debla  ser  el  de  an  reino  nl  on  priDcipa- 
do»  sino  el  de  nna  cofradia,  ona  eongregadoa, 
uaa  órden,  y  tolo  por  equÍToeadon  ban  podt- 
do  decir  los  bistorladores  qae  la  órde»  de  lot 
ascsioos  (bé  gobemada  ea  so  ortgen  por  ooa 
dlnastia  bereditaría:  9.^  al  gefe  pHñdpal  fo- 
guian  iot  faU-kMrs  ógrandes  príoret,  logar» 
tenientes  en  las  trot  proTlnclat  del  érden,  tl 
DJebal,  el  Kohittan  y  la  Slria:  3.'»  lot  ilaii  4 
■uiettrot  ioldadofi:  4.*  los  reflks  6  compafia* 
ros:  ni  estos  nl  los  siguientes  gesaban  dd  prt- 
^egio  de  la  inlclacion:  i.*  los  oeáims  6  adie> 
tos;  estos  eran  los  guardlas  de  la  órdeo:  6.*  lit 
ÜLiks  aspirantes  é  noTidos:  7.*  loe  ^hmu, 

lleTÍbase  al  lado  de  esta  gerarqnía  coae 
paralelamente,  olra  del  lodo  etpirítual:  segna 
eila  baUa  en  cadageneracion  siete  espede  dt 
personas  diferentes  unas  de  otras,  i  cay^  ea» 
beza  se  ballaba  d  imaa  estableoido  por    Dltt. 

Eo  estt  doctrína,  qoe  tenia  tantot  gradtt 
coaao  la  de  Abdaliah  Beo  Kaddab,  se  eoontft- 
ba  repetido  con  flrecuencia  el  número  7. 

Kl  catecismo,  llamadOil9Ídbtiuwntib(etoo- 
dmiento  de  sn  Tocacion),  qoe  Hatsaa  btMt 
dado  i  sns  dlsdpalos^  tambiea  se  dÍTidia  ta 
siete  partes:  la  primera  contenla  preoeptos  ge- 
nerales  sobrelaforma  simbólica;  la  seguodaal 
temis,  ó  arte  de  lograr  la  conflansa  de  latpep' 
tooas;  enla  tercerase  procoraba  sorprendery 
adormecer  la  intdigenda  por  isedio  dd  eseep- 
ticismo;  la  cuarta  trataba  de  las  formalldadet 
del  Jurameoto;  la  quiota  enseñaba  i  dlstiogafr 
las  dlferentes  opiniooes  de  los  boabres  céle- 
bres(teddlis);  la  sestaque  sellamabal^,  teila 
por  objeto  aflrpiar  ct  la  té,  y  la  sétlmaen  fln» 
llamada  tmml,  Tersaba  sobre  la  interpretaeion 
alegórioe. 

Rsta  era  la  dodrína  de  Hassan-Sabab.  qnt 
la  supo  propagar  y  defender  con  bnen  éxHo, 
taato  por  la  fiiersa  de  las  armas  como  por  me- 
dío  de  numerosos  asesinatos.  Hassan  maríi  i 
la  edad  de  70  años  despues  de  nn  relntdt 
de  35,  el  año de  54  8  de  la  begira»  ó  4 4a4de la 
era  Tulgar,  desigoaado  para  sucesor  ^yo  i 
Kia-Buzorgomid,  uno  de  sus  grandee  prioret. 

El  reinado  de  este,  que  fué  de  44  tños  y 
3  dias,  se  biao  ootable  por  sos  largas  y 
sangrieotas  goernui  y  por  aaesíDatos  deoD 
gran  oúmero  de  príadpes  y  booibret  edebres. 
Kl  sooeto  nuHi  DDtable  deaqoelpertodoAiéia 


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tom  ám  k  roftalm  da  %\tmúm\  <afio  IIV  ée 
la  licgíra),  (lorel  suUmii  MüImiiuU  que  la  perdié 
pae^  tlefii|»o  despues.  Mohamaied,  liiio  j  »uce 
MT  de  Buiurgn,  hiauf  nr4  «u  rf  íumIii  ron  d 
Metn^to  do  üoi  califa^:  duranle  5u  gobkrno 
adquirió  el  poder  de  la  órdeu  uii  f  rande  iurre- 
■leiito,  aiiiM|iu'  estabci  de  coatlouo  anienaxiida 
por  laa  arma:»  dt  loa  dos  prinelpta  iHaa  pode- 
rosoé  del  O'ienic,  (iiie  ^mu  líiiretldhi  y  »ii  >o» 
brloo  TiiHuff-Salalieddin,  ▼ul|rarmfut«  Süla- 
éiño.  Kste  éilimo  Uié  e(  qiie  destruyó  la  diuas^ 
Ha  de  Hmi  Faiiniitas  y  la  rama  dt  loi  isinaeU* 
las  de  5ccidcnto. 

DRranie  el  retnadn  del  c«.irlo  irnin  Bfiae stre 
Samfi  II.  hiio  de  Moltauiiaed.  se  Ycrifldü)  tiua 
reroltteion  religio.'^a  euiro  iiiMriiniHilu  fii¿  #1 
aiaoio,  pues  k-jos  de  o«ultar  id  purbk»  lus  mis 
teríos  de  ia  doetrina  fei-refa,  Utt  desrubrió  y 
peroaUiA  siilemeiite  lodo  lo  que  hasla  eiitouce^ 
era  pndiibhki;  asi  qiie  lus  l^nwelitus,  falii^fe- 
cbos  de  él  y  conteiitoi  coii  poderse  cntreiCM-  á 
Uklo  ff^Mi  de  d«*ftórdeiteii,  le  apellidaroa.  Ala- 
Sikrichefts  telam  (S4lud  a  su  memoritt  ) 

Hassiin  il  iiiurió  en  L<Hiii>er,  «iciiuia  ^e  sn 
laíipriMJeBcia.  á  loa  cuatru  años  ile  reinaitu  é  im- 
puliKi  üel  piiñal  de  un  cuftatio.  Muhamuied  11,  sa 
saceMir,  cuiiocié  nacrr  y  morir  i  uiia  porcton 
de  poetas  y  de  sábifjs  ilus'ie^:  eii  esta  époi*a 
fneren  tambieu  uoiiibtcs  y  uiirocrosas  his  esfie* 
4lriefics  de  SalabiHldiu:  y  é  esie  peiiodo  dcbt* 
ffferiiae  thmbiea  cl  aiwiiiaio  de  Conraiio. 
marqtiéá  de  Tiro  y  de  lloiiffrraio,  y  la  iti^fada 
á  ierustfieii  de  la  fam<i«a  eiiibaja<ia  dcl  gran 
prior  de  Sirhi,  que  ca^i  todos  I<k»  historiadorcs 
lian  alribiiido  al  misnio  Vifjv  4^  iu  mtmtoña 

Despiiesde  un  leinado  cN'  36  iiñoi»,  fiiéeu- 
▼eneiiade  llohimimeil  II  i>or:iu  hijo  Düelaleddin 
que  1e  snceilió  (  ño  4  fi?  de  Jesurri>to):  citie 
fran  maeHre  quíi^o  restablocer,  al  lueuos  en 
afiarieriáa,  la  verdMlera  religíOH  y  acomodarla 
eiitenioieiite  i  tas  rt^idas  le>  os  clel  i^Umismo, 
lo  que  le  valió  el  nouibre  de  Nuevo  MusuUmn, 
y  despiiet deun  rcinado  de  I  i  .tños  dcjt)  el  potler 
en  roaiioé  de  su  hjo  Alaedüiu,  liohamined  III, 
euyo  carácter  afeiuinado  prepiiró  -a  dcslrio'cioii 
de  la  órden.  Fue  cste  asesinatlo  el  año  654  de 
Im  heglra»  dc  órden  de  &u  h^  Rokiieddiu  IChur- 
Chah,  que  fnéepiépruoo  y  últiaiogian  maesire 
de  los  asesiuos. 

Despiies  dc  47t  años  de  (Xi¿lencia  fiié  drs- 
tniida  la  Ordeu  al  Uero  empuje  de  ta  grao  iii- 
var^lun  mongólira,  qiie  dirigia  0<iiakii,  lierma 
no  de  llaugú  Kban,  peiccieiido  R'  kiieddin  al 
bierro  de  los  >o*thidos  mougoW,  y  coii  él  con- 
eltiyó  'a  órdende  tos  aíe:<inoi(.  Aiin  cxi^ten,  fiu 
embargo,  alguitoc  de  stis  de^ceuttieiites  ron 
kis  nombres  do  ko$ttiHi,  towéd'jnii  y  kké- 
úrwiit',  pero  his  aiHif  uasdoctriBas  do  la  6rd«n 
ae  haii  perdido  ONieruroent»'. 

ASCSOII.  (í/yi>/cctoff.)  Utrado  qiie  acoo- 
soja  á  uii  Juex4ego  pa*a  la  atimluiMmcíou  de 
}«slieia.  Esla  combiitack)u  de  dos  peisonas  pa- 
ra  el  conocimieiitv  dt  los  negoaioé  Judiciak^ 
«•  fieftfario  en  la  ma^or  ptrie  de  los  fuerob 

4  94      lailUOTIiCA  t^FULAU. 


^ALIO 


«spM*kilai«  %ñ  k  silioli .  ptr  Hnfik^  af  é« 
posible  qiie  la  aatoridad  Jiidtoial  militar  eftté 
entrcgada  á  uii  letrado  cstraño  á  la  millcia.  ni 
hunpoco  qiie  se  eoalie  á  un  miiilar,  qite  iio  tie- 
na  por  lo  rcgular  ni  est¿  obligado  á  lcner  íoii 
conoelmieutos  proAindos  do  qie  dcbe  estar 
adomaito  iiit  Jiif  a  Rara  coaciihirlo  loda,  fe  po- 
ue  ul  lado  del  gefe  mMlar  tm  leirado:  este  le 
tkrifoen  sus  UXh^,  y  aquel  da  autoridad  al  díc- 
támen  de  sn  ciaisejero. 

Los  a^esoressoa  de  Tarias  claüo.*;  iinos  los 
norabra  oljiiea  lcgo.  of  ros  el  gobierno  siipremo. 
Uiias  veccs  pnedetl  joei  stfiararse  de  sii  dictá* 
rocn,  otras  nt  Las  leghid  para  larcciisacion  de 
los  asi  sores  suekm  str  las  mlsmas  qiie  rigeii 
para  recusar  A  losjueresordiaaritis.  El  nániero 
<ki  aiief>ore«  era  en  his  siflos  pasad  s  inuc-ho 
reayor  quetu  la  acttialldadi  ya  porqiie  eran  rou- 
riios  maa  los  fuerus  especiale?,  ya  tambien  por- 
qiieera  niasconHNi  no  exi((irse  para  kisempteos 
^a  fiialkiad  de  letrado.  Eo  estc  último  punlo 
habia  no  \erdadero  abiiso,  y  los  corregimieb* 
los  de  los  puebkis,  por « Jempk).  y  otroi  cargos 
iHiriiniente  Jiidie:ale«  sednban  con  mas  frecuen- 
cia  qiie  i  Jurlscoti5ultos  i  militares.  los  cuakn 
no  fHodÍBU  meuo¿  de  ascsofar?e.  Uoy  dia.  mii» 
cbos  de  los  fueros  et*peeiules  Imn  ttiih)  supri- 
midos;  eii  otros  !a  circunslaBcia  do  letrado  es 
Goiidk'kMi  nocesaria  para  el  Jiies,  y  la  admi- 
ukstracion  de  Jusiicia  del  fiiero  eoMiunesli  es- 
rlutfiramenle  i  cargo  de  los  tribunalej'.  Q«e« 
tlaH  Htn  embarg o ,  asesores  de  varias  clases» 
aiuique  no  lodos  soii  conocidos  bajo  este  ttom- 
bre  genérico:  eii  la  mHichi,  \m  e>CBf(»le.  no  se 
llamaii  asesores ,  sino  otidiloretf  de  §ueTfa. 

Entre  los  romanos  kis  asesores  eran  los 
Jut  isconsullos  qne  fornMibau  cl  consejo  de  k» 
magisbatlos  y  los  auxiliaban  con  siis  consejos 
en  las  decisioites  que  debiau  tomar.  Los  ase» 
iores  no  lcnian  por  *\  .mismos  uiiig iiua  Juris* 
dicekin.  (Véase  el  Üiyento,  \úwo  I,  litu'o  últi'- 
mo;  el  CóJig*K  übro  I,  li:uío  6 1 ,  y  lu  Noctiet  tiO 
de  Jiistiiiíaiio.) 

ASFHTO  ó  B£TUN  U  KJDEA.  {GMh(fim.) 
tt  uita  suslauc'ui  betumiiiof  a,  cs  decir,  liquida, 
blanda  ó  ^ólida,  sienip  e  liqutdable  por  el  ea- 
lOr;  eombiiSMÍilc  cuu  liunio  siu  rcslduo,  qao 
pesa  de  4  á  4.6»  do  cokir  ncgro  y  brillauie.  Bl 
jtsfiilto  es  eouiHu  eu  los  pai^s  rolcaBixadoft 
uiimiue  tambten  se  encueutra  en  otios  doi:de 
110  « xii>te  iina  sola  hiielhi  de  %okane.s  eonio, 
por  cjeti  plo,  en  el  moutf  Jura.  Eu  Qreda  y  eu 
el  Asia  MeuiH-  se  pa*seiiUi  el  asfaito  cn  la  su- 
lierlhrie  de  k»  lagOiS,  de  tionde  sc  saca  stimer- 
gieiido  ramas  de  irb  jl;  sc  encuetilra  gran  c&a- 
lidad  eu  las  agiias  del  inar  líiieilo  c|iie  lia  to- 
niado  el  nombrt  dei  lago  Ai^rtko.  \mí  ceroauiis 
det  Ct'Xiiambo,  en  cl  Perá,  sumlaiátraii  una 
ijraB  caiitidad  de  atifiilto.  ^ 

En  Fraucia  el  beiun  se  prefCBta  raraa  va- 
rca  hbrt  en  la  nattiralcsa^  pues  oidinariameQ- 
le  Unpreg ua  rotas  porosas,  vakes,  tiorras  cal- 
oáreas  y  a(4itrouee&,  de  donüe  sc  e:Mrat  por 
el  cak)r.  Undioa  ▼•Ises  eo  la  parto  voioaBteada 
7.    ui.    tt 


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8r; 


ASPAtTD— ASFIXIA 


de  la  Anvemia,  y  aan  aitprmfica  e n  Puy  de 
Cranel  y  de  la  Puix,  Chiinuineie,  etr.,  oslón 
Impregiiadoa  ('e  asrallo  qiic  Fe  CFpldln.  Eslas 
siislancias  ae  enciientraii  en  gran  raiiltilad  en 
Piiy  de  la  Poix,  y  pasan  por  las  iKMididnras  dc 
las  rocas  para  espareir^e  en  la  siipeillcie,  de 
tiierie  que  no  se  piiede  andar  por  encima  sin 
e5ponei¿e  ¿  qiic^ar  pegado  al  suelo.  Ai  píe 
del  moiitecilíó  exifte  una  íiiente  cuya  agua 
Ileva  cieila  Cünlidad  dc  betun.  En  Alitacia,  al 
pie  de  los  ix>5qur8 ,  impregna  el  asralto  las 
arenas  del  tcrreno  terciario ;  (lero  donde  pp 
encuenira  tl  ai>falio  mas  afamado  es  al  pip 
oiieiital  de  la  cndena  del  Jiirat  en  VaMravery  y 
en  Pyriroonl,  cerca  dc  Scypsel.  Aqnl  rn  miiy 
reducido  e.-'pacio  se  enaientia  el  asfalto  infil- 
trado  con  tal  abnndancia  en  ei  terreiio  calcá- 
reo  poroso»  qiic  resiilta  ima  ma?a  oFciira, 
tierna  y  casl  fusiblc  al  fuego  orüinaiio.  El  hs 
fiilto  tiene  roucbas  aplicaciones.  Eii  miirhos 
paiscs,  y  en  ci  niiestro  recieiitemcnte,  sc  ba 
empleado  para  forroar  esplanadas,  aceias  y 
toda  claee  de  pavimentos.  Tambien  se  cmplen 
coroo  alquilrin  f  enlra  en  ia  composicion  del 
lacre  y  bamices  negros;  se  fábi  ica  con  cl  iin 
color  Itaroado  momia  ,  cnya  siistancia  parect* 
ser  la  misma  qiie  iisaban  los  cgípcios  para  cm- 
balsaroar  los  cadáveres. 

Los  geótogos  ban  propnesto  mticlias  feo- 
rias  para  esplicar  la  formacion  del  asralto. 
Unos  lo  cnnsideran  como  resnltado  de  la  des- 
cooposicion  de  las  mtitei  ias  vegetalcs  escoi> 
didas  cn  las  rocas;  otros  creen  qiic  puede  pro- 
venir  de  la  accion  dcl  calor  intcrior  sobie  lai< 
roasas  debuHa»  qiie  de  este  modo  quedan  des 
filadas;  en  fin,  algiinos  otros  0|<iiian,  y  ostu 
opinion  es  la  nias  ruudada,  qiie  el  asfaltu  es 
una  siiStiincia  mineral  qtie  |feilenece  propin- 
roente  i  la  lierra  y  la  Chliaen  los  itgenles  vol 
cinicos  qiie  la  bañinfiUrado  en  cicilo  itiimcro 
de  picdras  y  roezclado  ai  agua  dc  cierlas 
fuentes. 

ASFIXIA.  [Patohgia  )  'A(«pv{ía,  de  a.  /  n- 
ratña,  y  de  *ípüY[i.oc.  julso.  Lús  aiitiguf»»  de- 
signuban  con  c&te  iiombie  el  e:^tado  dc  nmrrio 
aparente.  en  el  ciial  cl  pulso  no  se  dij)i  hentir. 
Roy  dia  se  comprende  í>hJu  cI  nombic  de  asll- 
xia.  el  efecioqiie  prnduce  en  la  ecomimfa  Ih 
suspensionde  los  fenómciios  de  la  re^^pirHCioii. 
A  la  misma  espccie  de  afeccion  se  refleren  las 
a.«^flxias  por  falta  de  aire.  por  tin  aire  impropio 
pura  la  lespiracion  y  por  ii«s  gai^es  delcléreo.<. 

Sin  crobargo.  los  gases  dcletéicos  cau.<iin 
la  muerte  mas  bien  por  into.vicacinn  qiie  por 
asflxia;  y  cieemos,  con  miiclios  uiilorci:.  (lue 
debe  rolocarse  esto  variedad  de  la  asIUia  en 
el  envenertomtento  por  lus  fja»e»* 

Causui  dc  la  af^fixia.  Lá  siiFpension  de  los 
fenómcnos  mecánícos,  ó  de  los  fr'iiómenos 
qiilroicos  de  la  respi  acion  delorniíniin  la  u?n 
xia.  En  el  primer  cnso  sc  piiede  observar  >a 
inacciun  de  los  músciilos  iuFpiradores,  ocasio- 
nada  por  la  paralisis  de  cslos  músculos,  como 
•n  ciertas  beridas  y  en  ciertas  afccciones  de  la 


médiila;  por  la  Incrcia,  ccroo  en  la  asflxia  por 
el  fiio;  y  por  un  obsléciilo  mecinico,  como  la 
proFioii  ó  las  apretiiras  cii  iin  lngHr  de  murlit 
('onciirieiicia.  la  (iresion  dc  un  hiindimiea^ 
lo,  elc;  la  |>euetrHCion  de  la<  vfsceras  abdo- 
minales  en  el  peclio;  la  rormaciou  de  uii  der- 
rame  ó  la  enlmda  de  cierla-  caniidad  de  aire 
en  la  cavldad  de  las  plcuras,  y  la  bepatiiacioa 
dil  pulmon. 

I.a  asfixia  pnrla  cesacion  dc  los  fenómenos 
qufmicos  de  la  respiracion,  piiede  prorenirde 
dos  caiisas  prim'ipiilc.-:  4.*dc  un  ob.<tá(iiio 
n^ecáiilco  á  la  entrada  del  airc  eii  las  vias  res- 
piratorias.  como  la  obliiracion  de  eslas  tím 
l»or  un  ctierpo  estrhño.  porprcMliiclo.^  mnrbosoi 
(í  por  uii  cstado  palológi(;o  dc  la  laringe,  la 
sumersion  y  la  Oí^iran&iii'acioii  con  ó  sin  sus- 
pen.'>ioii:  2.*  dc  la  iiinif  r.<ion  en  iin  airc  iiioy 
enraiocido  ó  cn  gases  iinpn>pios  p;ird  maiite- 
iicr  Ih  vida,  romo  ol  izoe,  cl  btdrógono  y  el 
protóxido  de  lixne. 

DuraeUin  Jel  i  viila  en  el  e%lado  de  a%pxe. 
En  [TOiieral  con  cuanla  roas  ItMititiid  se  v.  nflia 
la  Hsfixia.  por  iHUto  nias  licmpo  ctnserta  d 
individiio  la  fdciiltad  de  p<Mler  ser  llaniado  al 
tstado  normal.  y  vice-versa, 

1.08  aiilons  han  preseiitado  dc  direrentes 
modos  la  ttuiia  de  la  asfixi  t.  la  do  Biclial.  se- 
nerelmente  ndiuiiida  buy  nia.  se  funda  cti  los 
Ircs  principios  sigHientf.^:  4  .*  diirante  li  as- 
fixia  no  qiicda  iiitiTriimpidu  el  paso  de  la 
fbngro  al  tiav^s  dol  piiliiiun:  2.*  el  corBioa 
('Oiiiimia  coiitiay^nfJo«c  por  aliruii  tiemjK)  dü« 
ninlo  ta  asnxi»  y  ilospide  la  sangre  no  osige- 
nada  qiie  iecilu*del  piilmou  á  la  aorla  y  á  sus 
divisioues :  3.*  la  sangre  nrgra  caroce  dc  li 
propiedHd  de  oscil^r  Ua  coiitraccioiK*s  dc  ios 
óigimos,  o.4docir,  deulímeiitar  la  acciou  ner- 
vinsa,  y  do  thi  lu  miioite  apareiileon  iinpno- 
cipin,  y  liif  go  lu  rcH*.  Se  lia  rombarid»  y  sos- 
iHiiiio  olieiiiütivamouie  este  iiIIíiihi  (iriiicipio. 
Ui*.  Il<)g(*n(li.  .  a.«imilando  los  coléiicoá  á  los 
ni<flxia<Jos.  a:íegiim  qiio,  pueslo  que  se  oliscr- 
vHba  en  ollos,  al  nii^mo  lienipo  qiie  U  ciaao- 
sis,  la  iiitogiidad  dc  la  inteiigencia  y  Ib  rcga- 
larídad  dc  los  niovimientns ,  la  .«aiigre  negia 
i>odia  e.^citar  los (SrgHno.<  lo  mittmoqne  la roji. 
Parece,  por  olia  paito.  que  Mr.  Bracliet  lia 
cvídeuciado,  con  osp(*ri(uentos  |>óblicoH.  qne 
liHCÍendu  llegar  i'iniciimonte  saiigr^  iiegra  á 
iino  ó  miiclios  miisculos.  sc  determina  ia  pa- 
rallsis  ile  es'Of.  Crecmns  qiie  ?e  lia  adelaiiiado 
i  dcmHSÍHdo  al  qiierc  r  identificar  á  iin  cul^iico 
cianosüdo  fou  vn  a.«fixiadu.  En  el  coli^ico 
éiompie  bay  refpiracioo.  y  nada  pnKbaqne 
la  sanure  qne  le  ciatiofa,  ubre  cunio  osritaate; 
poiqiic  si  Ins  mo\riuleiitu8  son  regulnres.  la 
fiiMza  os  niiiy  poca  en  (M;  su  iutr^bgeiicia  se 
hallü  iiilacta,  es  venlad.  pp m  tatnbim  lo  es\i, 
liHSta  cicrto  mnmonlo,  cu  lodu  iiidividiio  qtie 
vc  pro<bicirs(^  en  él  uiia  asfixia  lenla.  Asi,  ea 
rigor.  8C  pudia  inveitir  la  ciiesliun.  y  encoo- 
traren  el  cólera  tin  an^timenlo  en  favor  dc  lae 
ideaa  deBicbat.  Por  otra  paite,  los  c»pcritiieB* 


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86» 


ASFIXIA 


879 


tos  dc  M r.  Brachcf ,  annqne  prrcIoiio«,  lifneir 
Decesarinmpiile  ei  doreclode  lodas  las  viviseC' 
ciones,  qiie  iinas  veces  prucbao  deniasiado,  y 
oiras  deiiiasiado  poco. 

Laaylixia,  t^egun  obsen*a  Mr.  P.  Berard,  e? 
Qo  ei^laüo  en  qiie  cl  animaíno  &e  lialla  eiicier- 
to  moilo  iii  niuerto  ui  vivo;  y  es  tomo  iin  reloj 
qiie  lieiie  ciierda ;  pcio  cn)o  péodulo  uo  e&lá 
cn  rrovinru'iito. 

Lm  90corroi  ^wtf  deben  dorfe  en  ca$o  Je 
atfxia,  dííieien  hCffnn  las  circniistaiicias  qiie 
U  iiayan  moiivado.  Yamo^.  piies,  á  indicar  fo- 
ninameiite  los  50(  ornis  que  recloma  la  asflxia 
]miJo5iis  direrenleá  rorniaH. 

La  aüflxia  (|iie  provime  de  la  iioraUnts  de 
k»  múirulus  ittspiradures,  determinada  por 
una  eurermedad  orgáiiica,  et*,  en  gHueral,  sii- 
perior  á  los  rerur^os  del  arlv.  (Iiiaiido  la  aKflxia 
prüíi(*iie  del  frio  odela  iiterc*a  dehs  múfcu- 
los,  cciiio  cii  los  ncieii  nacidos ,  los  primeros 
neüios  qiie  deben  cmpleariic  soii  rricciones 
ciiér»ricas9obre  toüo  el  nierpo  y  serialedainen- 
tc  siibrc  la.s  patcde¿  del  lórax  y  dol  alMÍómen, 
T  a'giinos  escilantes  admini:(lrados  al  interior: 
á c^to8 mclios  debeañadirsc  ta  manlobra  qiie 
Tamos  á  dc.'U^ribir,  y  qiio  es  la  mas  poderosa 
para  poiicr  dc  iiuevo  en  mnvimíento  el  meca- 
nifmo  de  la  rc.^piracion.  Aco.<ta<lo  el  enrermo 
boca  arriba,  y  ú)¡[m  laiito  liáciaelcoskido  dc* 
reclio,  cou  la  cabfza  y  \a^  e^paldas  un  poco 
mas  altas  qne  ia  pélvis ,  se  cogc  con  ambas 
maoos  1«  pared  aiilei  ior  del  abdómen  á  la  al  • 
tiira  del  om^ligo;  y  tir'indo  ruertemonle  iiá- 
cia  arriba,  se  le  inipele  despues  liasta  la  co- 
himiia  veriebral ,  niientras  qiie  olru  iier^na 
aprieta  con  Ihs  dos  maiio.s  los  lados  dit  peclio 
hácia  los  lii|K)cóiidrio$.  D3  esle  inodo  f'C  pro- 
diice,  en  las  cavidades  tóraco-abdominalcs,  iiii 
movimieiito  deespanrton  y  de  depie¿ion,  aná- 
Ipgoai  de  iin  riieile,  y  (|iietiene  por  crecloso- 
liciiar  y  fa  ilitar  miiclio  la  espansion  dc  los 
piilniones.  Esia  nianiobia  Ci;  eti  gcneial  do!o- 
rosa  |iara  el  enreriiio,  y  dt'terii  iiia  mncbas  vc- 
cesen  ól  uiia  cxa^peracicm  dc  que  no  debe 
Jiacer.<e  ca^o ,  ciiaiido  ba  recobrado  sus  seiiti- 
dos.  Síenipreqiie  la  afUxia  no  baya  sído  cau- 
sada  por  nu  cuerpo  estraño  eii  las  vias  aéreas, 
debc  em|ilearse  desde  luego  csle  medio,  mien- 
tras^e  aplican  los  demas  auxiiios  nece^arios, 
menos  dtiraule  algiina  operacion  qtie  cxija  in- 
movilidad.  A  esle  medio  se  lia  piopiie<^to  ui*:a 
dir  olro,  üei'tinado  á  producir  lambicn  iina 
ref  piraclon  arliücial ;  y  cs  la  insiiflacion  puU 
monar,  practlcada  ya  por  medio  du  un  ruelle, 
ya  tan  solu  con  lu  boca.  En  los  casos  de  a.^flxia 
de  los  recU-n  nacidos  re  lia  etnpleado  princi- 
palnieiile  esle  medio  riindado  cn  la  esfH'rien- 
cia  de  VeiFuno,  qiiicn  despnes  de  lii«b<  r  abit-rto 
el  pecho  de  uu  animal,  lc  hacía  icspirar  por 
moiíio  de  nn  fiiellc  adaptado  á  la  tráquea.  La 
in^iflacion  es  un  recurso  mny  íilil ,  pero  qiie 
debe  usaree  con  prudenda.  Mr.  Leroy  u'£tio- 
kf  ha  demoslrado  que  las  Tejiguillas  polmo- 
^§¡ts  ^  i^ugabau)  por  oi  cftfueiso  de  im  d^- 


tenslon  arfiflr lal  bastmte  débif ;  y  por  conse- 
cuencia  se  debe  proceder  á  la  insuflacioD  con 
mticho  miramiento,  y  no  dar  á  la  columna  de 
aire  ningun  violeoto  impulso.  Eo  fln,  se  ba 
propnesto  lambien  el  nso  de  1a  electricidad, 
qiie  ha  surlido  bneiios  efectot  en  manos  de 
Mr.  Leroy  d*Eiioles,  en  e«>perimeni08  sobra 
los  animales.  pem  qiie  solo  piasde  emptear.<e  en 
los  hospitalespáblicof^icansadé  la  iuiposibili- 
dad  de  procnrar^e  en  todas  partes  doude  uno 
se  enciientre  el  aparato  oeoesario. 

Practicase  ¿  veces  la  operacion  del  eropie- 
ma  para  contener  la  asflxia  Inminente  ó  prln* 
i^ipiada  en  cuso  de  derrame  pleiirai ,  dándose 
liiego  mncha  prisa  á  rennir  0  á  obturar  las  lie- 
ridas  peneirantes  de  pecho.  En  caso  de  asfixia 
por  presvjn  ó  apretura  conviene  quitar  desde 
liiego  lodo  cuanto  pneda  diflcultar  la  respira- 
cioii  ó  la  citcutaoion:  ios  vcslidos  serén  abicr* 
toft  ó  aflojados  y  desabrocbados  con  bo*gura; 
se  quiiará  todo  lo  que  piieda  ser  f»insa  decons- 
tric«  ion,  por  ligera  que  sea,  como  la  corbata, 
las  ligas,  el  cor)<é;  y  sc  desabotonirin  ó  corta- 
rán  los  puños  y  el  cuello  de  la  camisa.  Se  ha- 
rán  sobre  la  cara  aspersiones  de  agua  fria  con 
vitiagre.  Algunas  veces  es  útil  la  sangria;  y  á 
tiNÍos  estos  medios  se  añadcn  los  ya  indicados 
cu  la  asQxia  por  inei*cla  de  ios  mi'iscnlos. 

En  la  a$fixia  por  un  cuerpo  estrañOf  6  por  - 
productos  morbosos  qtie  obstmyen  las  Tias 
aéreas,  de.«pucs  de  haber  empleado  todos  los 
medios  indicados  para  quitar  loqiie  se  oponga 
i  la  eiilrada  del  aire:  si  no  se  logra  se  debcri 
tiracticar,  sin  vacilacion,  la  traqueotomia.  £s 
e.-ciicial  no  tardar  miichotíempaen  recurrir  á 
esle  niedio,  fobre  lodo  en  tosuiños,  y  ciiando 
la  asflxia  f  e  ha  deciarado  bruscaroente. 

Eii  la  asfixia  por  sumersion,  es  nccesario 
desnndar  conipietamente  al  aliogado  y  envol* 
verlecon  una  nianta  de  lana,  ó  con  una  siba- 
na  caliente;  despues  se  le  tieude  boca  arriba 
(iii  poco  sobre  la  derecha.  con  la  cabexa  y  las 
espaidas  nias  altas  que  la  pelvis:  se  quilan 
cuiüadosamcnte  de  la  boca  y  de  las  fosas  na- 
saies  aqtieilos  matcrias  qiie  pudiesen  obiFtniir- 
las.  comoson  la  lierra,  la  espuma  y  lasmuco- 
^idades;  se  escítan  la  boca  y  las  fosas  nasales 
('on  las  baibasde  nna  plnroa;  se  fricclonah  los 
miembros  y  el  cuerpo  con  un  estropajo  de  la- 
na,  y  ee  prodigan  los  demas  socorros,  cuya 
mauiobra  liemos  descrlto  ya.  Las  laTativas  de 
tabaco,  emfdeadas  en  otro  tiempo,  estón  pros- 
critas  con  rason,  i  causa  de  ser  mucho  mas 
pcligrosas  qiie  ú'iles;  pudiendo  ser  reeoiplaza- 
das  'sicmprc  ventajoyamente  por  las  lavativas 
con  adirion  de  60  i  400  grauos  de  sal  mari- 
iia.  Los  ahogados  apenas  tragan  ugua;  y  aun 
df  Fpues  de  rauertos.  eulra  muy  poca  en  sn  ea« 
tóniago.  Con  razon  debe  deplorarse  la  birbara 
prictica  y  la  ignorancía  de  aqnellas  personas 
qiie,  para  hacer  qiie  los  abogados  restituyan 
el  agiia  que  no  han  bebido,  les  cuelgan  con 
la  cabeaa  liicia  abajo ,  con  lo  coal  en  breves 
miotttoft  itfabaa  de  aiflxiarJM  j  éft  nuUirtop, 


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m 


ASFnnA-*ASIA 


tm 


M  1a  a^xia  es  ^l  nMtMn  éé  h  ntranfru' 
ífeiui»  por  ^n^peiMion  é  fHir  pimp(e  e(»iistiic 
9tfHi  deln  frar^iit»,  N>:(«i)cornNi  ffinídfbHii  d«r 
9Q  soii  ¿  cona  üiferenria  Í0£  inisnios  i|ue  eii  pi 
C9«o  de  snmmion;  wHarocBte  qne  en  ffi  dt* 
kncer  f  ntrar  m  calor  ct  cnprpo  por  mcilio  lie 
fomf  n(}ieioB€ii  0  de  mantas  calientcs.  se  debe 
ai  coiHrario.  ei^ponerlc  nl  lire.  y  rostentarae 
c«Q  friceiontrif».  tn  e>i«  especie  de  «stfiia.  tn 
Biof  Ha  fS  miielia^  rocrt  étü  desde  los  prHne- 
ros  socorros,  los  oiialrv,  fw  otra  f«r1e,  no  di 
fiffmi  de  tos qiie  h  inos  ftndiralo  mas  aniba. 

Por  áliimo.  en  la  asflsia  por  lnwráion  en 
rni  aire  enrarecido  ú  aiteradi)  por  tin  gas  im- 
pfop'io  ptra  la  respirjcien,  1o  primere  cpie  de 
be  liacef-se  es  sactr  ¿i1  enfermo  «1  aire  tibre.  Se 
1«  (|«t)tttn  tos  vcsltdns,  se  le  •ciiesta  roflDO  so  ba 
dkbo  mas  arrUis,  se  nroyeota  emi  fnen»  por 
itiodio  de  tina  aspersion.  a^ija  Irin  avinai^ada 
soére  loda  h  sttpet^cte  éel  ciierpo;  si  hay  In- 
gar  se  le  saaera,  y  wn  empleaii  las  friccioiies 
y  las  dcfmis  maiHubnK  indii*ada<. 

Lm  cnestiones  de  mediCTnd  le^al  rcff rentes 
á  k  aéíixia  tendrán  sii  lufrar  <cii  liis  artí^xilos 

SUlffiilSfON,  SOSPCmVO?!  T  eSTRA?faOULACIO?l« 

Lanel  i:  P«  $uhUsiui$  wt§i4iÍM,  Roait,  17GS.  y 
en  Op.  omt^ 

Portal:  Ob*frvat'oniur  le»  eff  t$  H$t  vapeurt  me- 
jiAMfiuv.Pirí  ,  irrs  y  48SS.  ea  I ¿.* 

MrAy  <1'B  !•«€•:  Mt^htr.^  <  #iir  I'  útfM9Í9, 

Orfjii:  See  nre  4  Otmmer  ^'r  MsrsatíJUM  emP9iS' 
mmt^i  «tt  ñfpfiyxiee*,  Patij».  ISíi. 

Mt  IteTtrgiec  Meáetineiejñte. 

i6f  i.  (Ctografio.)  Este  continenteqnefonna 
It  mayor  de  las  ptrtes  del  roundo  antiguo,  es- 
tá  situado  al  Sblo  M  BiKOfia,  de  It  qiio  te  sept- 
ran  los  montes  y  d  rio  Oirol,  <l  uiar  Cdspio, 
el  mar  Ne(;ro,  el  cstrerh  i  de  Conslantihopla, 
ei  mar  de  Ifórmtra,  los  ••fdtnelojí,  et  An-.lii- 
pié'tgo  y  Ifediterrineo;  por  el  mismo  Ifk)  oc- 
ddenlül,  el  istmo  de  Siiez  y  el  golfu  Aráiiigo, 
férman  el  liraite  entre  el  AiMa  y  el  Africa ;  al 
8iif  está  limitadt  el  Asit  por  et  mtr  de  las  fn 
dias,  y  al  Este  por  el  O^atio  Orieiital  qne  per 
tineoe  al  Grtnde  ttcéano,  el  estrecho  de  B di- 
ring,  qne  se  tbre  entre  el  Ai^t  y  U  Américt. 
pone  en  comnnicaoion  tt  Graiide  Oj^ano  ct>H 
-  el  mar  Glacial,  euyas  aguas  bufian  el  Asit  por 
el  Norte. 

ei  Asia  se  estiefide  desde  los  ii**  liii«fa  Iom 
%W^M  fcongitudorlental,  y  deáde  t^  IS' á 
76*'  40' de  latitiid  septentrional.  9h  mayor  lon- 
frHud  4el  Bslett  Oesle  ee  de  3,7t0  legiiai>,  y 
st  mtyor  Ittitiid  de  üorte  á  Sur  de  4  910' 
Ctlctíitse  sn  superftcle  en  4 .576,600  leguts 
cutdradts. 

El  Asia  ti^ne  dereclio  ¿  intereEtrnos  bajo 
mtichos  tspectos;  tlli  es  doode  las  trtdiciones 
y  ios  oiOMimentos  liistóricos  coloctn  It  ctifia 
ilel  género  hiimtne,  e4  origen  de  las  primenis 
sociedades,  el  ntctmienlo  de  Its  trtes,  dc  It^ 
floncias,  eo  una  ptltbrt,  de  iiyesireis  conn- 
oifBfenttr«  del  Asia  procoden  hi  mayor  ptrte 
4t  ^asMOiiislc»  4M«sttMt|«e«i|4Wii4ültfl 


iinlverso c Ha  t\  hombre pora siitt«fi  y  rrerfo; 
indig  nas  del  Asia  »on  lambien  easi  to4ii8  lus 
veaetales  qcie  slnren  para  el  afímenlo  tl'^l  hoin- 
brc  y  ilc  los  aniina'e^í  q*ie  le  roletn;  del  km 
iian  siilldo  esas  hordas  num«fn>sas  de  piieblos 
iue  en  diferr-ntes  épocas  han  eainbiado  y  tris- 
lornado  la  fazdelaiiiiguo  mmido;  en  el  is'it 
en  ftii,  htn  nacid<)  Its  reliirioil^s  dnffniiAtlrts  é 
las  qiie  el  liombre  ha  sumetido  sn  eret^-fa. 

Komhremo*  en  primer  hti^ar  los  tfiferen'es 
palses  qiif*  eiicierra  tquH  himenso  e^tinfiile: 
la  R  isla  fiiSfHs  fti.la  la  ptri*>  iw^etit'-loiial  qiie 
oompreiideta  Siberla  y  et  Cimtchatki  y  mn- 
eliaii  islas.  euire  otras  «tna  parte  de  l<is  Coiiff* 
h^.  Tieiie  tHinbleu  alOost')  n\n  porelon  dn  la 
sleppj  de  \m  Itrff^liis  at  Iforde^  def  mar  Gas^ 
r>io,  y  ademas  at  inr  de1  C^i(*a:iO  1 1  ^hht^, 
el  Djsrhestan.  el  Cliinran  y  parte  de  fa  Arroe- 
nia.  fSt  tinper1o«i4omanidomlna  sobre  tola  el 
A#ia  flenor,  ia  m-tyor  partH  deta  Armenia,el 
KourdlidiHi,  tt  Uesopotamla,  la  Siria,  laf«les- 
tína.  Itodas  y  olras  hilas  del  Arehipiéfaso  y 
ChtfH-e 

Lis  dpmas  provlacia«  det  Asit  d<M  0.«iito  tl 
tií(^,  son  la  Ardhia.  hi  K*rsit,  el  Ttirkes'an.  f« 
Grtn  B  ikaría,  el  Afghaifi'ttan,  «I  BtHiiti^histift, 
tMSIuihy,  (H  paiA  de  los  ^eikei,  d  9ep4l,  él 
Iiidost.fii' ,  refiarfiilo  entre  la  Gm^i  Bretahi  y 
iniif  Ims  pi  iiicifies  iiidií^tMias.  la  ísla  fle  OilaR, 
las  Vakhtas.  tas  L'iko.li^'as.  los  "S  cohtr  y  hs 
Andarttan;  e I  imperit)  dt;  lo^  B  rtnanes  y  de  Its 
fx^tieiVis  p>»i<ies  comprendldos  f  fHrt  esle  es^ 
lalo  y  el  Indostan;  Siam,  Na'aca,  H  A«- 
nam,  laChÍiia  y  stis  istas,  laCoret,  el  fwlsdt 
los  Uandcliiies;  en  e1  intedorli  Mongoltt,  It 
peqii'^ha  Bnkaria  y  elTibet;  y  tl  B^e  del  fon* 
tiiientt  el  Japon,  leciO,  Tarnkai  é  lilts  Kot* 
ríles. 

Ta  h^mos  nombrtio  nnt  ptrfe  de  1o«  mt* 
res  qne  limitan  el  Asia.  algiinos  de  los  eoales 
le  soii  cxNnnu'*s  conotras  fiartesilel  mnndii;eQ- 
tre  tos  que  l>*  son  peciili«»res  citaremos  el  msr 
de  Arabia  ó  deO  nan,  qiie  es  fmrte  dcl  marde 
las  Indias  y  furma  entre  la  Arahit  y  ta  Fersfa 
f  I  gotfo  Pi^rt^lco;  e1  de  iengala  septra  A  Itsdes 
peuiiHiildS  dc  Iti  li'Ht.  Bii  ei  O^étiio  oríentil 
debemO:^  clt  ir  el  gotfe  de  Bhim,  eiitre  It  pe- 
ittn&uta  de  MalHra  y  ei  Anntn;  el  goffo  de  T>in* 
kin  ,  entre  (Me  pals,  que  es  la  parte  sepien- 
trional  del  Annam,  la  oosta  sndoeste  de  It  Chl* 
na  y  la  isla  de  Dainan;  el  mtr  de  Clmi»,  á  lo 
largo  dc  It  co^la  oríenttt  de  este  fmperío ;  d 
mar  Amtríllo,  entre  la  Cdina  y  la  Corea;  el  dt 
Gurca,  entrecse  pals. et  lapon»  leso.  Taraksl 
y  el  pais  de  los  Mandchiies;  la  mancht  de  Taf- 
taria  es  su  parte  sepleiitrioiMit ;  et  m»  dt 
Okliot.<k.  fnlreel  palsde  los  Mtndchnes.  liSI- 
berit,  el  KMntchalka,  las  Kotfriles,  Tarakai  é 
leso;  mas  al  Nordesle  1«  ctienct  def  Nefie.  11* 
mlttdB  tl  Sur  por  el  trdiifñéltgo  de  tos  A*enM- 
nos,  forma  fn  la  f«sta  de  Asia  el  golfb  de  Aot- 
i^  y  cnnrNinict  por  ef  estreche  de  Bfhrfnf, 
f*nyt  IttHnd  ^esde  44  legnas  eon  el  oKirélt» 
ci«l:  «üeintirlleMttii  90^  ét  Ittamsl^ 


L 


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fr% 


ARA 


fTt 


7  del  f  art  90brf>  e1  limite  bortnU  (le  Eiirop«,  y 
efU  cermtlo  al  Norle  por  \ué  islsi  Uatlioii. 

La  superOcÍe  del  Ai^ia  T>re¿enia  ii»meii}ia« 
eadetian  de  montañas  que  arrancan  deide  el 
monte  IJa  sobre  et  eátrecho  de  |o.s  &ardanelos, 
y  farraa  como  iin  promontoho  avanzado  que 
perteiieee  al  Taiiro,  ciiyas  ramifleaciones  »e 
eflllendeii  solire  toda  la  snperíleie  del  Asia 
Meaor.  fil  cerro  príncipal  se  aproxtma  hácia 
l^  ty  de  lonffitiid  al  áiiífulo  'iel  llediterrineo 
donde  está  la  isla  de  Ctiipre  y  cstieode  bácia 
el  8iur  siis  ramlUcaciones,  de  queforman  pvrte 
d  Ubano  y  lo4  monles  de  la  ^«losliiia,  y  lle- 
gun  tiasia  los  conlnesi  del  Afríca,  donde  se  lc- 
irmtan  el  Sínat  y  el  Oreb,  prolongándose  de^- 
pues  por  la  peninsnia  de  Arabia.  £n  la  loma 
del  Tauro  q*ie  descritte  hd  ia  los  33*  de  lon- 
gUuil  entre  el  A<*ia  Menor  y  la  Mesopotamia 
moclias  eiirvaetiicia  el  üorte,  nacen  los  Tcbet 
dir  ó  motitafias  de  la  Armenlü;  estas  ciibreR  al 
OfSfe  las  oriilas  ori«ntales  det  mar  Ne^ro,  y 
al  Bste  se  unen  al  motite  Pdmtraki,  ctiya  pro- 
lengaeion  va  á  unir¡ie  coa  el  fiiicaso,  qne  le 
wira  sus  cimM  oubiertas  de  níev(3s  perpetiias 
entre  el  mar  Nc^ro  y  el  mar  Ga!»pio;  al  Siirdol 
Pambakl  se  iiiien  los  montes  de  \á  Armenia  al 
iieTadii  colosD  det  Ararat  que  desCaca  al  Siir 
Ía  ramiflcacion  dcl  Klreu'l.  en  iu  Uesopotamia. 
y  al  Siideste  los  muiites  Demabetit,  qiie  Jimi- 
lan  al  Surel  mar  Caspio.  Hácta  h)s  55**  de 
lüNf  ilnd  eorre  esta  radena  al  Siir  hasla  la  35* 
paratela,  sii^iie  de>spiiesal  Esle  bajo  el  nombre 
de  ntontes  del  K'iorasan  que  bicla  los  61**  de 
longitiid  tocau  ei  HiDdoukooh,  al  Norte  del 
Afglianistan. 

Ct  Elrend,  qife  ilesciende  por  et  Snr  hasta 
lai  llanuras  de  ta  Persia,  se  aproxinia  en  sii 
estremidad  meridioiial  i  ios  inoMes  BaklrtcH. 
qne  eorren  a1  Eáte  i  poca  distanda  de  la  costa 
del  Golfo  Pérsico,  y  se  iincn  cerca  de  su  cs 
t  emldarl  i  los  monttíH  del  Ifekran  y  mas  al 
Horle  i  los  montes  Vakheti:  estos  dos  ramales 
que  se  estlendeu  sobre  el  BehHcliistan,  termi- 
iian  al  Cste  ilos  6i**  de  longHiKl  y  eiilre  los25^ 
ó  ?8*  paralela  en  tos  montes  de  Giiizneb;  di- 
rtgense  estos  desde  el  Siir  a1  Horte  asi  coroo 
los  montes  Soleiman.  y  van  á  confundirse  en 
lasremiOcacioiies  nfieridionale.'tdel  Hiudoukouh. 

A  Í05  73*  de  hmgitnd,  lu  cadeiia  príucipal, 
qne  viielve  repentinamente  a1  Sur  y  se  proloa- 
ga  dcspues  al  Suüeste,  toma  el  norabre  de  Hl- 
malaya,  qiieconttene  alguna  de  las  mas  altu& 
eimas  del  globo.  El  Hlma'aya  qiie  ümila  el 
TiM  por  el  Strr,  ttene  por  avansadas  por  cl  la- 
do  del  Indostan  las  montados  de  Cftchemira, 
del  Hepal  y  del  Boutan.  Has  al  Sur  se  elevan 
los  monles  Tindiüh  en  las  llaiinras  det  Indos- 
tan.  bajo  et  trópico  de  Cincer;  una  de  sns  ra- 
nittea  H>nes  se  diiige  al  Ncirle  hieia  las  tter- 
rw  afiM  qne  separan  el  pdis  de  los  Seikes  det 
hidoelan;  otra  va  i  imtriie  al  Sndoeste  eon  ef 
aowbre  de  fnootaf^a  del  terar  y  bi^o  ^  ^ 
ptffticlAiM  kw^biiMy  ftm  fo^MtíMtai  por 


el  lado  ooddenlil  do  1«  penitiQte  de  lalndit  f 
sestlenen  ima  mesett  timitada  al  Bste  por  lof 
Ghates  orientales:  los  Ghates  correii  mas  aUi 
del  cabo  GomoHn  liatta  la  ista  de  Geilan.  Uo 
poco  al  Morte  dei  punto  donde.  las  montafiai 
det  Bim^layH  se  dostaean  del  Hiodoukoub,  kM 
monles  de  Ngari  sicuen  parileiamanie  sii  di« 
reocion  hasU  los  7t**  de  loogitud,  donde  i« 
dividen  en  dos  ramales,  los  nooles  de  TsQog 
y  los  m'^ntesde  Khor.  El  primero  sereuoelii* 
cia  los  SB*  de  longitHd  OOQ  la  oadeaa  priaci- 
pal  qne  viielve  de  pronio  al  Hordeste  y  toiM 
el  Bombre  de  raoAtaAas  de  Vei. 

Loi  roontes  de  Yei,  qne  arrancan  del  Ti"* 
bet,  eiivian  al  Snr  mucbos  ramales  que  formaa 
los  montes  de  los  Mogs,  en  el  Imperio  Bir'* 
mafi,  el  AmJoa  y  el  Baian-Rhara,  de  qiie  so« 
ramiAeaeiottes  las  largas  cadenas  de  los  mon* 
tes  de  Siam.  qne  se  proiongan  hasla  el  caha 
RomaniH  en  el  eütremo  roeridional  de  1«  pe» 
ninsida  de  tfaiaea  y  las  deAnnam. 

En  la  3B«  paralela  dirtgese  la  cadena  prtn^ 
cipal  at  E4e,  y  en  los  440*  de  iongitud  hace 
un  re  'odo  y  viielve  al  Oeste;  poeo  antes  envia 
al  Sur  U  ca'lena  de  Viin-4ing,  que  separa  la 
China  del  Tibet;  al  lle«ir  i  los  conflnes  sep«> 
leNlHonates  del  Arniam.  el  Yun  LiRf  daoNgM 
al  Ma^Tian  Ung,  que  paHiendo  del  0{*ste  M 
Bste,  forma  el  limile  entre  Annam  y  la  Cbina, 
y  mas  al  Norte,  nace  el  Nan  Uog,  que  se  es* 
tiende  en  la  parte  mcrldioBal  de  aquel  gran 
imperiO  y  despues  dehaberdescrUouna  siniMM 
sidad  al  Norte.tomiolnonibreHle  Toung«Liag. 

Desile  el  roismo  punto  desde  donde  corro 
cl  Yun-Ling  al  Siir.  parten  bieia  d  Norte  log 
montes  det  Clien-SI,  atravesando  la  parte  oc^ 
cidenial  de  1«  Cliina  y  estiendea  al  Bste  ei  nm 
mal  del  Pé-Ling. 

La  cadeoa  prineiptl  6  loi  montei  de  Vei, 
que  forraan  nn  recodoat  Oeste  bHJo  la  15*  pa- 
raleia.  taman  el  nombre  de  Kouen-Lun.  y  se 
dirigen  en  segtiida  al  Norte,  volviendo  al  Este 
alrededordel  lago  Khonkhou  Noor;  otroramai 
corre  al  Nordeste  y  »e  Junta  bajo  la  38*  parale- 
lu  con  la  cadena  de  los  Tsoun-Ung  qoe  vie* 
nen  det  Este;  i*ennidos  estos  dos  avansan  al 
Nurte,  y  bajo  \h  40*  paralela  llegan  i  tocar  loi 
montes  del  Tangoul;  estos  van  á  juntarse  por 
el  Nordestecon  losNomkhoun,  qne  dirigiéndo* 
se  del  Noroeste  al  Sndeste  ae  unen  al  In-Chan 
ea  la  4t*  paralela;  alli  el  In-Gban,  que  vien« 
del  Siir,  describo  nna  enrva  y  vuelve  al  Sudes* 
te,  donde  bajo  el  440"  roeridiano  y  ia  44*  pa- 
ntlela  vuetvc  ol  Norte.  Sus  ramiflcaciones  al 
Este  ciitmm  laMongolia  y  la  China  SepteotríO' 
nat  bajo  el  nombre  de  Sian  Py,  do  Yan  y  de 
Chan-Si.  Avansando  el  SiinPy,  al  Este  se  une 
al  Chanyan-Aiin,  alta  cadena  que  se  eleva.  en- 
tre  el  pois  de  los  Maodciiues  y  la  Corea,  y  cu- 
yos  raroales  se  estieodeo  por  estus  dos  re^* 
giones. 

Hiehi  1i  4ft*  paralda.  el  In-<kfiB,  qne  es  ia 
cadéni  piínoipal.  tomi  el  norobre  de  Khincüiu 
iÉ^MioBgiil  ÜMle?  biiUii  ft1*.pttctlal» 


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875 


ASIA 


876 


TQelve  ol  Siidestc  hasla  la  eosta;  ba]o  e1 430" 
mrrídiano  loca  on  Ioh  montcs  de  )o8  Lamoiits, 
qiie  56  diríirrn  del  Siidoe^te  al  Nordei>te,  en* 
\laiido  al  Noroestc  d  ramal  de  los  montes  Al- 
dam.  y  se  piolonfsan  liasta  la  estreniidad  Nur- 
dette  dcl  Asla.  doiide  ¡¡e  dividen  en  dos  brazos; 
cl  iino  ae  dirlsc  al  Siir  y  forma  la  cadena  del 
KamiHiatkn.  y  el  otro  al  tsle,  terrainando  en 
el  T('lioiii¿koi  enfrente  de  la  cosla  de  la 
Améric». 

Lh  rndena  del  Khínírpin  toca  al  Oes'e  bajc 
el  4ÍC**  merídinMfi  y  lu  53*  paralela  eii'aü  mon 
ttmMS  dc  NíM'tchins^k»  las  ciiales  se  iincn  bsijo 
eMIG**  nicridijino  cun  las  montañasde  la  Dau* 
ria,  qiie  diri}tÍéiidose  del  Nordcbte  al  Siidoeslc 
se  dividcn  cn  dos  ramales;  cl  uno  qtie  pHrle 
liócia  elNoitiChte  y  hC  apioxima  al  lagn  Baikal 
y  del  pc  qiicñoAltni,  y  cl  ntro  büja  liasta  )a  mc- 
9Q\'d  dci  pai6  dc  loáKlialkhas  por  los  moutes 
Kcniaí. 

Voivamos  ahoraálas  montaúas  dcl  ÍTIndou- 
koiih  cn  loiiiteiiordel  rontiiiente:  el  Tsoiing 
Liiig  sc  proloncn  bI  Norocsic  scpiiranco  la 
Graiidc  y  IVqiu'ña  Biikaria;  b»jo  el  69**  meri- 
dÍHiio  y  41*  paralcla  cnciiciit>a  á  lus  Thian 
Chan,  qiie  m'  diiif^cii  at  Nordcstc;  cnviando  al 
Sur  \m  ramal  li^cia  los  moiitcs  de  Tiingoiit.  sc 
Junia  bHJ4)  la  45^  paralela  y  93*  ineridiaiio.  coii 
d  Nomkh^iira  |)or  lu  dciecha,  y  coo  el  Grau 
Alti  i  por  la  izqiiicida. 

Kl  Gran  A  tai  forma  iin  niido,  cuya  prolon» 
gaciun  ?e  nnc  por  cl  Noití  con  el  Peqneño  Al 
tai.  |)or  cl  Estecon  cl  Nonikhoun,  y  por  cl  Snr 
con  los  moiitcs  de  la  Dziiiigaría  ó  Tatbagatai. 
por  cl  lado  del  Ocste  siis  ranialcs  mucho  mas 
))ii]o9  Fc  iincn  á  las  moiilañas  del  pais  de  los 
Kiighiz.  fiue  bajo  el  50**  mcridiano  y  4*'  fiara- 
)cla  bican  cn  la  ca<leua  del  Oiiial.  ciiyas  cituas. 
dcscribieiido  una  hiica  dcl  Siir  á  Norlc,  formau 
)a  scp;iracicn  cutre  el  A-ía  y  la  Euiopa. 

Corrieiido  cl  Pfquf'úo  Allai  al  Nurdcslc. 
donde  desciende  Iráoia  las  llunuras  de  ia  Sibc 
ria,  cnviu  al  Este  la  cadena  de  los  moutes  Taug- 
1)011,  á  los  ciialcs  FC  une,  dando  orígen  ai 
Kangtfai,  ciiyas  ramincacioties  avaozan  por  uu 
lado  liácia  la  Daouria  y  por  cl  ulro  liácia  cl 
Nomkhoiiu  y  cl  Gran  Aliai. 

Estas  va.4las  cadenas  dc  montañas  qtie  por 
sus  ramiflciicioncs  se  enciientran  y  criizan  en 
muchos  puntos,  daii  con  esto  tin  carácter  par- 
ticular  al  aspecto  del  Asia,  qiie  presenta  en  $u 
superflcie  muchas  colinas  mas  ó  mcnos  eleva 
das,  y  cuyas  agua?  iio  ruedan  hasta  el  Océano. 
Porolro  lado  muliiiud  de  rios  corren  por  los 
vttiles  de  p:randci  cadenas,  y  rompicndo  algu- 
iias  veccs  por  los  obstáciilos  que  la  natiiraleza 
les  oponc,  llegan  al  mar,  los  unos  despues  de 
)i8bcr  descrito  nurocrosas  sinuosidadcs  y  los 
otros  mas  directametite.  Citaremos  cn  el  Asia 
Itfetior  el  KisiMimak  qite  dei^agua  en  el  mar 
Ncgvo;  en  la  Mesopotamia  el  Tigris  y  el  Eúíra- 
tes,  qiie  Falicodo  dc  la  Arroeuia  Jtintau  sus 
aguasantcs  de  desembocarenel  golfo  Pérsico; 
^  el  Ipdostau  el  Siodli,  que  sidedclllbeú 


corta  c)  nimataya  y  llcga  por  mntbos  pmifos 
al  mar  de  las  Iiidias;  el  G  inges,  cuya  fucote 
está  al  pie  meridional  dcl  liimatayn,  y  qae  an- 
tes  dc  entrar  en  el  go!fo  de  Bcogalt  se  rcune 
al  Brahma-Poiitra,  cuyas  agiias  viencn  dd  Tl- 
bct;  en  clpais  de  los  Birmanc^,  losdos  Iraoua- 
dy:  encl  reiiio  dc  Siam  el  Mcnain,  y  eo  el 
Annam  cl  Mckan,  que  descic^den  de  las  allii- 
ras  del  Amdoa  al  Sur;  en  la  Oliina  el  Yan-Tsn- 
Kiam;  y  el  Hoiuing  Ilo  qiie  salen,  el  uno  de 
los  Tsoiin^-Liug  y  el  olro  del  Koiien-Lun,  y 
desMguan  cn  ei  mar  de  la  China,  á  po'*adislan- 
cía  iino  de  otro;  cn  cl  pais  de  los  Maiidchiies 
cl  Amiir  <')  Ile  Loiing  Kiaug,  que  llcga  del  pais 
ilc  los  Kha^kas,  a  una  bahia  al  Siir  dcl  mar  de 
Okhot^k;  en  flu,  cn  la  Sibeiia  cl  Lena,  el  lcni- 
sci  y  el  Ob  qiie  dcscienden  de  las  monlaois 
de  Daoiiría  y  dcl  Altai  cn  el  mar  Glarial. 

Eiitre  los  rios  del  A:Ma  qite  no  van  liajcla  e) 
Océano,  b»Aa  ciiarclUik.quevienedcl  Oarai 
y  ilesngi  a  cn  cl  mar  Ca>pio;  cl  Djihoiir,  que 
^alc  de  la  cstreiuidad  Norle  del  flimalayn  y  et 
SihiiundclTliiacliar,quedesembocanen  el  mar 
de  Aral.  Estos  dos  lago^»  son  los  mas  con5ide- 
rdhles  dcl  A-^ia.  Debcmos  lambicn  cilar  cii  la 
Armenia  los  lugos  de  Van  y  de  Oiirenia;  en  la 
Paieslinn  cl  mar  M'icrto;  en  el  Tuikestan  el 
KiibHn-Koulak  y  cl  Tcmoiirion;  el  lang-Norouk 
cu  clTibet,  y  cl  KhoiikonNiNiren  la  MogfiHa. 
Todos  estos  ía^os  y  oiros  miichos,  espaicidos 
sobreia  superflcie  del  A^'ia  Ceiitral.  ticneusala- 
das  8U8  ugiias,  y  lo  mismo  siicede  con  la  ma- 
yor  fiartc  dc  los  dc  Persia.  El  Baikal  |ior  ei 
roiitrarío.  y  algunos  otros  en  el  Surde  U  St- 
beria  tieuen  sus  agtias  dulces. 

El  pais  alto  dcl  Asia  Ccnfral.  comprendido 
cnlre  las  3^'  y  60*  paralelas,  y  enire  los  GC**  y 
448**  merídíaiio,  célácoríado  por  miichas  cvit- 
iiaa  de  montañas  y  colinas,  cutre  las  coalcs  se 
e«tienden  f6ríiles  vallcs;  las  Ihinuras,  por  ei 
c^ntrario,  no  presentatí  mas  qiie  lerrenos  are- 
nosos  ó  gredo^o5,  estérile.^,  gcneraimciitc  sa- 
lado«%  dunde  no  crecen  ma8  que  arbustos  y 
peqiieñas  planias  espinosas  y  sccas.  Por  lo 
comun  estos  llanos  son  verdaderos  desiertos; 
tal^s  son  el  Chamo  ó  Gobi  en  el  Esie  de  la  roc- 
setd;  la  sál>aua  de  loí<  Kirgbiz,  cntrelosmontes 
de  la  Dzungaria  y  el  Oiiral;  la  sábaua  delUnba 
mas  al  Norle;  la  Arabia,  la  Persia,%l  Tar- 
kcslan  y  cl  Noroe¿te  dcl  indostan  son  tani- 
bicn  deiieitos  arenosos  como  el  Sabara  del 
Afríca. 

En  murhas  montañas  del  Asla  Occidenlal, 
príncipalmenle  cn  Palestina,  en  el  Kurdistaa  y 
en  Persia  se  ven  vestigios  de  autigiios  Yuk»* 
nes.  Hátlanse  terrenos  calcinados  eu  la  costa 
mcrídional  del  Asia  Mcnor,  en  Bakou  sobre  el 
mar  Caspio,  en  UesticmidadSodeste  del  Cáu- 
caso  y  en  las  montañas  cerca  de  Alepo.  En  la 
cadena  del  Thiam  Cham,  ¿  los  43**  de  latiind  y 
87°  dc  longitud  liay  un  pico  que  arroja  coos* 
tantemcttte  humo  y  llamas;  lo  mismo  sbc«<í^ 
cou  otra  montaña  alOesley  aiguoas  de  la  ChH 
w,  eo  ü»,  i»  pcuiQMk  4ei  pljHtclutfo  7  ^ 


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trrt 


ASIÁ 


aié 


risB  dc  Ifts  islas  Konrili?s,  leso  y  las  islas  del 
Japon  Foti  lambieri  volcanes  encendidos. 

El  Asia  os  menos  rica  qne  las  demas  par- 
tes  det  nnindo  en  metaloá  |irec*.usos.  Sin  cm- 
bargo,  la  Ghina,  el  Japon  y  el  Tibel  tieiicn 
minüs  do  oro.  I.as  bay  dc  piata  eii  Siberia^  en 
p|  Annam,  en  la  Cbina,  en  el  Japon  y  en  Asia 
llenor.  La  Cbina  ticne  minas  de  mercnrio,  y 
cn  la  Siberia.  1a  Cliina,  cl  Jjpon  y  Asia  Menor 
las  hay  de  cobre;  la  Siberia,  la  Armenia  y  al« 
g:iinos  otros  paises  tienen  minas  de  bierro.  y 
la  Cbina,  ol  Japon  y  Malacade  plomo  y  estaño. 
En  c;iinbio  el  Asia  abunda  en  piedras  precio- 
8:1?:  en  el  Iiulostan  se  encuentran  díamantes, 
y  las  demas  piedrasen  esta  misma  provincia, 
en  el  Cpilan,  en  el  imperio  Birmau  y  eu  las 
Tccinas  montañas  del  Baikal. 

La  dispo:^icion  dc  las  montañas  sobre  la 
snperflcie  dol  Asia,  influye  poderosHmcntc  en 
el  clima  de  aqiiel  coniinentc.  Lis  llanuras  al 
Sar  del  llimalaya  y  de  sus  ramiflc^icion  s  son 
muy  cálidas,  ul  paso  que  á  los  30**  de  latitud 
te  vc  nieve  en  las  alias  llaniiras  al  Norte  de 
díchacadena  en  el  mes  de  agosto:  porotro 
lado,  icnicndo  sreueralmenle  todos  los  paises 
al  Noitedc  la  504  pHralela  su  iiiclinaciou  bá- 
ciael  ptilo  iKireal,  sii  teinpeiatiira  esrnas  fria 
qiie  U  (le  los  pai^^cs  dc  Giiropa  en  la  inisuia 
laliliid.  Todn  la  paite  oiieiilal,  peitenccieute 
i  \n  zona  lemplada,  es  tambien  mas  fiia  qiie 
on  Kiiropa;  las  llaniiras  dc  la  zuia  tórritla  S'ui 
niuy  cálida?,  y  las  de  1a  zona  (emplnda  al 
Oestc  íjozan  de  iin  clima  dulcc.  La  reveibera- 
cion  de  las  arcnas  lo  liace  ali?uua-*  veceo  eítce 
8ivamente  cálido.  Eu  el  ccntro  cl  frio  cs  muy 
agiido  y  cl  rlima  varíhble. 

Aleii'lidn  csla  graii  tliferencia  dc  clima,  no 
es  cjílraiio  cnron'rarla  tambicu  niiiy  con^ide- 
ratile  cn  las  produccioiies  vcijelales  del  Asia. 
La  partt^  borcal  no  prodiice  mas  qne  mus„'o  y 
mczquinos  arbolillos;  en  cl  MediodLi,  por  cl 
conlrario,  crccc  naturalmente  el  cafe,  e1  azú- 
far,  los  dátiies,  cl  algodoii,  la  pimienla  y 
niuíiituJ  de  plunias  aromática::.  Los  pai;<e^ 
templados  producen  lodos  los  granos  que  sir- 
ven  al  allmen*o  del  bombre,  y  todos  lo5  árbo- 
les  friitales:  el  Asin  cs  cl  quc  los  ha  dado  al 
re^tlo dtl  ini'.ndo.  Ei  tc cs  una  produccioo  pe> 
culiar  de  la  Cbiiia. 

Sccree  que  debcmoslambicnal  Asia  niics- 
ti'os  8i)in>ales  doméstifos:  el  caballo  y  el  as- 
no  vagan  todavia  en  sii  estado  salvugc  por  Ids 
estepas  dcl  Asia  Medin:  bay  camclios  busta 
loá  5ó^  dc  latituil;  las  cabias  del  Tibet  dau  la 
laiia  de  que  sc  rubriraii  los  cbales;  los  cua- 
drúpedos  mns  nolates  vou  la  cabra  dc  almizcle. 
el  toro  de  cola  dc  caballo,  cl  rinoccronte,  ei 
elefüiite,  el  leon,  el  ligre,  mucbasespecies  de 
monoá  y  cl  oso.  Bu  cl  Nertc  inflnidad  dc  ani- 
Jnales  pequeúos,  de  iobos  y  zorras  dan  picies 
preciosas. 

Las  aves  doméslicas  qnc  se  conocen  en 
Enropa,  los  pavos,  los  faisanes  y  otras  mii- 
ebas  úiiled,  soo  oriundas  del  Asia.  J)e  esie 


continentc  proccden  tambicn  los  gusanos  de 
scda.  La  famosa  pesca  de  las  perlas  se  veriQca 
en  el  golfo  Pérsico  y  en  las  co^tas  de  Ceilan. 

La  especie  bumanaofrece  en  Asia  dosdc 
sus  principalcs  lazas,  la  blanc»  y  In  amarílla. 
La  primera  cs  mas  numero^a  en  etOeslc,  y  It 
.<egunda  en  el  Esle;  los  pueblos  limttrofes  es- 
taii  mtiy  mezclados,  dc  siierte  que  es  difícil 
mucbas  veces  determinar  la  raza  qiic  domlna 
entre  ellos.  Ilay  ademas  negros  iQdlgenas  en 
Ceilan  y  cu  olras  isla:Í. 

'Si  caüflcásemos  á  los  babilantes  del  Asia 
segiin  las  lenguas  que  liablan,  ballaremos  qiie 
la  raza  blanca  comprende  los  puebloá  del  Cáu- 
caso,  georgianos,  arabes,  tiircos,  tiircoinancs, 
kirsbiz,  bdclikiros.  uo^'ais.  iak<iutes,  rusoi*, 
griegos.  armeuios,  per.^as,  bjiikliares,  aíglia- 
iieses.  beloiicbies.  cliiiiguleses  y  seikes.  los 
pueblosdc  raza  One¿<a,  tales  como  I03  sirianos, 
los  vogoiileii,  los  tcbouvaches  y  los  osliake.^ 
dcl  Obi.  A  1a  razaamariHa  portencccu  los  mo- 
gole?,  loiigufscs.  knurilíos.  ioukaglpres.samo- 
yedos,  koriukos.  kHmtcbadales  y  tclifnikichis; 
los  Japoneses,  córeos,  cbinos,  ainmitanus.  li- 
l)Otano.<,  f-iame^es,  birmancs  y  pe^uanos.  Pa- 
rcí'e  qiie  los  malayos  dcbon  su  origeu  á  uua 
mczcta  de  las  do¿  razas. 

Eiilrc  IrtS  telitüiones  dogmílicas.  quc  han 
narido  toilas  en  Asiu.  Iiay  t'rcs:  cl  Judaismo,  el 
ciistianismo  y  cl  islami^mo,  que  se  ha  propa- 
gado  por  las  demas  partes  del  mundo;  Us 
otraí»,  por  cl  cenirdrio,  no  rcinan  mas  qwe  en 
aqiicl  contiiionte. 

Los  jiidtos,  en  escaso  número,  fnrman  pc- 
qiieños  eslailos  indcpendicotes  cii  Arab  a;  liá* 
Mause  diseminados  en  muchos  palses,  y  los 
hay  tambien  en  la  China. 

Los  griegos.  ruso«,  y  pnrle  de  los  piieblos 
flne^cs  souietidos  á  los  msos,  los  georgiauos, 
armenios  y  maroiiilas  dcl  moiilo  Libaiio.  son 
cristiatios:  existcu  tumiiien  c  •mituidadcs  de 
esia  rcligíon  euire  olros  pueblc>?,en  cl  impe- 
rio  otomaiio.  cn  Persia,  Afghíjuislan,  Indoslan, 
Coohinchtiia  y  China. 

La  religíon  dominanle  dc  los  turco$!,  nra- 
bes,  persas,  afghane.<cs,  bcloutchic*.  b  kha- 
ros  y  lamayor  parlede  los  malayos,  cscl  isla- 
mismo,  qiie  profe^au  lambien  muchos  princi- 
pés  y  h  ibilaiiles  del  Indo^tau,  de  loá  turco- 
manes  y  Ins  kirghiz,  y  de  casi  lodos  los  puc- 
blos  que  hablau  los  dialeclos  dcl  liirco. 

El  brahmismo  es  la  rclision  de  In  mayorl  i 
de  los  hltidiio*,  y  el  bouddlilsmode  tina  parte 
de  los  indiios,  chiiigiilcscs,  birmaucii,  ana- 
mitaiios,  chinos,  japoneses,  mogoles,  mand- 
chucs  y  tibetano.s. 

]joü  seikes,  dnisos  y  yczidis,  y  algunos 
otro;  pucbloá,  tieueu  rcliirioncs  parlicularcs. 
En  la  China  y  el  Japon  huy  lambieu  religiones 
cuyos  seclaiios  son  casi  tan  numerosos  como 
losde  Bouddha. 

En  fln,  muchos  pneblos  de  1a  Siberia  y  del 
Asia  Orieotal,  tieuen  por  religiou  el  cbama* 
nísmo. 


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A8U 


ttt 


S&diaail  calotttir  tm  exaetttnd  el  nárnero 
de  k>ü  babitftntcs  del  Asia;  Cdlcúlase  ordinaria- 
mente  ea  unoa  500.#00,000. 

Lo«  pticbloi  de  ka  llaiMiras  haeeii  todarii 
la  Tida  bóoiade  qoe  ies  prescrítie  la  naluraleM 
de  in  pais.  Loa  de  ias  regiooeá  borea'ei  no 
caentaQ  oen  mas  medioa  de  84ibftiaieiicia  qiie 
U  caia  y  la  peaca,  y  en  laa  dcmas  proviiiriaé 
esti  cultivado  el  terreuo  conforme  al  elima. 
JUmque  la  Europa  deba  á  loa  asiAlloos  muelins 
de  sus  ariesusuales,  los  ha  dejado  muy  atria 
con  la  iatrodoGcion  de  lua  máquinas  eo  sus 
m^nuCacturaB.  Los  aslálicos  estáa  generalmen- 
te  dotados  de  una  leQiitud  de  eapiritu  que 
eternisa  el  imperio  dc  la  rutina,  y  por  eao  liaa 
quedado  las  artes  en  ei  ponto  á  queliabiaii  lle- 
gadodesde  la  mas  remota  antigiledad.  Por  es- 
ta  mísraa  razon  ta  orgauizacion  poiíiioaha  su* 
frido  muy  pooos  cambios  en  Asla,  a9i  es  que 
desde  el  príncipio  de  los  tiempos  lústéricos 
vemos  en  aqyella  nacion  grande^  imperioi, 
todo  como  en  nuestroB  dias;  las  refoliicionDi 
han  sido  muy  frecuenles;  pero  los  asiátioos  ae 
ballan  gebernados  de  la  inisma  manera,  ea  de- 
cir,  por  la  Toluntad  de  un  soio  immbre.  Guae* 
do  derribaa  á  un  dóiipota,  ie  sustituye  olro.  y 
si  un  soberano  adormecido  en  la  molicie  pier- 
de  sns  eatados,  pasan  á  un  nsurpador  que  muy 
pronto  se  sumerge  ün  las  delicías  de  su  ser- 
ralio,  y  cnyos  descebdientes  aon  desireiwdoe 
á  su  ves  Les  puebios  cambian  alli  de  soberaiie 
BiQ  pesar  y  sin  grandes  disturbios. 

PorCtesias  y  Herodoto  tuvieron  losgrii'gos 
ooticla  de  miichas  regiones  del  Asia  al  Ebte. 
af  Norte  y  al  Sur  de  ia  Persia.  Las  campenas 
de  \ieJandro  les  dleroH  á  eooocer  la  Indía*  ha- 
ciéndose  mas  frecuentes  sus  reiaciouea  oon  el 
Asia  liiteríor.  Por  medio  de  caravanas  iiacian  el 
comcrciu  que  ies  proporciooaba  las  ricas  mer- 
cancias  de  la  India  yde  los  paises  vecinos:  re- 
dibíantas  tambion  en  Rgipto  por  medio  de  las 
naves  que  costeaban  el  mar  de  las  Induis  y  el 
gotfo  Arábigo.  Sn  et  siglo  I  dc  la  era  cdtfliana 
se  atrevió  Ripalo  á  atravesar,  alt*jándose  de  tas 
costas,  el  espacio  que  separa  la  entrada  del 
golfo  Arábigo  de  la  costa  ae  Malabar.  Poco  á 
poco  se  estendieron  los  conocimienlos;  ha- 
bianse  yaobtenido  nociones  sobre  Geilan  y  to- 
dos  los  paises  que  rodean  el  golfo  de  Bengala 
hasla  U  penlnsula  de  Malaca.  En  cuanto  á  lo 
interior  del  continente  las  noticias  quc  se  re 
cibian  daban  liigar  á  muchas  fábulas. 

Las  crusadas  pusieron  ála  Europa  en  con* 
tacto  roas  directo  con  ei  Asia,  y  probablemente 
á  este  frecuenlc  Irato  se  debe  la  invcncion  de 
la  pólvora,  del  cañon  y  tal  vez  la  de  la  impren- 
ta.  En  el  siglo  XIII  enviaron  ios  papas  al  kan 
de  loa  tirtaros  embajadores  que  dieron  roas 
DoticiasBobreel  interior  dei  Asia  Mas  adelan- 
te  ei  veaeciaQO  Marco  Polo  la  reoorrió  has:a  la 
China:  á  este  viagero  célebre  debemosSas  pri- 
meras  oociones  detaliadas  de  aqucUoa  vazitos 
paises. 

Uqo  de  esos  acoQtecimieQtos  qoe  caoibiaii 


la  Cas  denna  parte  4el  oSAdo  aeftdé  e1  inM 
slglo  XV.  Kii  14^8  habiendo  dublado  VdSK»)  dt 
Gama  el  eabo  de  Bueiia  Esperansa,  arríbó  á  la 
coaia  de  M.iiabar,  y  desdc  aqiiel  momento  se  b'i- 
so  comun  y  habilual  la  navega'Mon  de  lo^  en* 
ropeo^  áia  liidia,  sienttosiicesivameniédeacii- 
bieitas  la^  costas  dei  Asia  y  hisislasqnela  ro* 
dean.  si  bien  algunos  puutos  no  fiieren  rtco^ 
no(;id08  ha<ta  Uiieá  dei  sig'o  XViÍl.  Bu  cu«nt# 
al  itilerior  d  I  Asia  no  sabuino:»  todavla  aceroa 
áa  algumis  regiofie.H  sino  lo  que  ioeflMS  en  la 
reiacíon  de  Marco  Polo. 

ASI\  ME.10R.  [Gi^grñfti.)  (4).  «La  fceogra^ 
fta  compa  ada  dei  Asia  Meuor.  dioe  Mr.  L^ 
tronne  (3)»  presenta  lodavia  mncha  obscuri- 
dad,  á  |»csar  de  ios  e^fiieiaos  que  lunUt* 
clio  para  csclarccerla  los  viageros  y  geé» 
grufos,  y  la  causa  es  qiie  l.ia  milicits  dadas 
por  ios  autores  anligHOS  aon  ineoniplelas  4 
Insuíicientes.  El  tienkpo  ha  deslnildo  l<  ma- 
yor  parle  de  las  <  b  as  hislórícas  6  feográRcas 
que  Iratabait  de  aquetia  region  c^lebre  y  ■• 
nos  quedan  mas  qiie  las  iuÜcackMiei  qiie  daa 
E:iiratMin,  Pliuio,  Tüiomeo,  Esteb.iu  de  Biun* 
cio»  ta  tabla  Teolosia  ó  de  Peiilii»ger,  los  Itt* 
neraríos  iiamadoa  ite  AiiiuQiiio  y  de  ierusalen, 
el  Synecdcme  de  Bierocies,  tas  noliciab  ede- 
siástica^  y  las  aclas  de  lo;^  ooncilius,  de  qae 
Weakeling  ha  lieclio  lan  juicioso  iiso  en  sa 
hermoso  comeu'arie  sobre  SyneLdeme  y  lus 
llinerarios.  Todavia  uos  qiieda  ia  relacíun  dt 
algunas  efpediciones  mililaies,  á  saber:!.* 
e1  diario  qne  Jeuofonte  \W\é  del  caminp  qui 
siguióGiro  el  Jóven  de  Sardis  é  Cela&iie  á  lca- 
nium,  (Goigny)  y  despues  por  la  Licaonia  y 
parte  de  la  Capadocía,  atravei^iido  el  Taoro; 
3.*  el  eamlno  de  A'ejan  Iro  por  el  Asla  Meiior 
de¿crílo  por  Airiono:  3.*  la-  bi^toria  de  las 
giieiras  romaiiaseu  Asia,  contadas  por  PnlibiOk 
Tito  Livio  y  A|)iano,  y  príncipalmenle  la  rela^ 
cion  que  nos  ba  dade  Tilo  Livio  de  Uis  mar- 
chas  del  cónsul  Manlio  por  la  Frigia,  ia  Paia- 
piiyria,  (Selalia  ó  Zina)  la  Pi>ídia  y  la  G  liada 
hast)i  Auctra:  4.*  la  marcha  del  empersdor 
Aiejo  Gumneno»  de  GoustauUnopta  á  Icoqíubi, 

(1)  Enlrd  lat  antiKuas  rartat  del  A  4«  Meaar  aac 
bastara  ciur  la  de  Telomeod-  S<*roul  y  la»  de  FeliM 
detaRue  (I53t).  deN.SauHon  (ICU.de  J.  Ciitlcll 
da  Vi)cnola  (4B«(6),de  >.  Viscbi-r;  la  de  Aiivi  e  le« 
vanuda  en  1740,  para  la  hiiioria  anticua  de  Rellia, 
y  sobre  todo,la  qtie  él  lia  liiulado:  mA9ii9qu9vml§» 
Minor  dic.tmr  et  Syrio  Imbuta  geogi  mp*i  *,  a bsa- 
lum  ptr  fwdntfti  iiemU  elabor*ilm  npere,  tifmmiaHmé 
ta  anlt^tti  geographia,  arémo  I7ai»  y  que  eulTv  ea 
la  edicioii  en  íolio  de  la  Geografia  anligua  comtpeO' 
diada.  Entre  las  cartas  modrrnas  99  o  haremM  nea- 
eion  de  la  Bainia«*a  qiie  se  publtca  actualmeule  ea 
B;rlin  cn  easa  deSimm  Sditopp.  y  que  te  litNla: 
líarle  ovii  Klin-Aiiea  tniworfen  uni  yrteiOnrf 
nack  éen  nenetíen  und  zmverímnñgMlen  Qmtllem^ 
kaoípí  tmekUck  nacS  di-n  in  den  iakren,  V  Sa-a»^ 
Ííaroti  e.  Vintkr.  Pitcl^  und  barou  r,  Moilkt'mU 
1811-43,  roA  a.  Kiprft,  A.  Sckm.ikom,  K.ISoJ^, 
aatgefarkítn  rt cognotcirangen  towié  nackd' n  ktO' 
ted  ncuen  n  Reitoroai^ten  Vorzügiiek  dtn  eagiander, 
BtU  carta  tiene  teit  hojat,  y  qurdan  dot  iK»r  pabll* 
car.  Lt  re  tucriou  en  dos  boias  ha  aparccld*  l>«je  d 
tltulede  Kaiiedtt  Tmrki  chen  Míekt  im  Jiiitt- 

(i)   i>iaria4a  «titéMot Julie.uaa. 


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M 


ASIA 


m 


m  w  diptdlcloii  odotra  k>8  taroos ,  contada 

por  sa  bíja  Ana  Comoeao»  á  todo  lo  cual  es 

preciso  añadir  el  periplo  aBÓDimo,  tíamado 

SiMÜMmno  d9i  groH  mar  ,   que  contiene  la 

descripcion  de  ias  coitas  dei  Medlterrinec'; 

pero  de  estas  distiDtas  fuentes  geo^riñcm  no 

podeDOfi  sacar  desgraoiadameate  sino  noti- 

das  iocompletas  que  de]an  ccmdo  estaban  roul- 

tilud  de  lagunas ;  porqoe  no  solo  no  dan  ¿ 

conocer  sino  «na  parte  de  las  ciudades  que 

aDtlgaamenlie  comprendió  aquella  region,  si- 

BO  qae  con  este  auxiiio  no  se  poede  deterroi- 

nar  la  posieiOQ  sine  de  un  número  mtty  timi- 

Isdo.  Asi,  pnes,  sobre  el  mismo  terreno  es 

dofide  neceaitaMOS  ir  á  buscor  las  ftndicacio- 

aes  Decesarias  para  supHr  la  falta  de  laentes 

qoe  aeabamos  de  recordar.  A  recoger  estos 

datos  se  ban  dedTcado  lus  viageros  qne  des- 

poes  de  Tavemler,  Toumefort  j  Pablo  Lucas 

en  4706  bau  reoorrido  aquel  pais  en  dtferen- 

tes  dírecciooes,  tales  como  Olter  en  4734  (4), 

Pocockeen   474«,  Niebobren  4706,  Browoe 

y  Olivier  en  4797,  Seetsen  báeia  la  misma 

épooa  7  Browoe  por  segunda  ves  en  4  804 ,  sin 

baUar  de  las  eseursioaes  parciales  ejecutadas 

á  Jfisia,  Lidia,  Jonia  y  iSarla'por  Smltb,  Wba- 

ler,  Spon,  €hlsbull,  Pocodce,  Picettini,  Cban- 

dlery  Gboisenl-Goufrier ;   de  la  del  capitan 

Beaufort  á  Garamania  7  de  la  arqueológica 

de  Mr.  Fellow  en  Licla.  Eotre  los  viages  re- 

dentes  que  mas  ban  contribuido  ¿  p^eccio- 

nar  ia  geograf ia  antigua  del  Asia  Ifenor,   dc- 

beaos  contar  los  de  Ifacdanaki  Klnnelr  en 

4843  y  4844,  deRichter  y  del  coronel  W.  Mar- 

Un  Lealce  en  48t3,  de  Keppel  en  4834.  de 

Amndeil  en  4828,  de  Fellowen  4839  7  dc  loe 

franeeses  Atejandro  de  Laborde  7  Cárlos  Te- 

xier,  C070B  viages  se  están  publicando  actoaU 

meRte;  del  teniente  coronel  Callier,  cuvos 

exceleiiies  materiales,  iDédHos  aun  en  parte, 

ban  servldo  para  las  últimas  cartas  del  coro- 

nel  Lapie;  por  últtmo,  el  viage  de  Mr.  W.  J. 

Hamilton,  que  se  publicó  en  4842  ,  7  cuyu 

obra  contieue  multílod  de  icvcstigaciones  y 

observaciones  intereáanles,  á  las  cuales  bay 

que  agrc(;ar  ia  abondante  cosecha  del  sábio 

Mr.  Ph.   Le  Bas.  La  roayor  parte  de  estos  via- 

geros  ban  fljado   su  atencion  en  las  inscrip- 

ciones  7  medallas,  qoe  son  en  el  dia  las  dos 

foentes  princlpales  de  donde  se  poeden  sacar 

naciones  muy  útiles  para    la  geografia  an- 

tigua.n 

Bn  tieinpo  de  Estrabon  se  Hainaba  .4stato- 
da  la  parte  del  contlnente  que  se  estendia  al 
Norte,  ó  como  él  mismo  dice,  dentro  de  la  ca- 
dma  del  Tauro,  e»  dedr,  ki  peninsula  fonna- 
da  por  el  istroo  que  sepura  el  Ponto  Euxino, 
el  mar  de  Cilicia  y  estc  propio  istmo. 

Esta  peninsula ,  que  Uerodoto  llama  pais 

(4)  Ollerera  toeoo:  la  oórle  de  FraBCia  le  envió  á 
FtfMa  cn  47M.  Segun  el  lesiirooDio  éel  corooei  Leo- 
■e,  BU  relacioii  es  principalmciite  preeioüa,  porque  bc 
compoDe  en  su  roayor  partc  do  noliciafl  eétract«dat$ 
4e  lo«  me^ores  geógrafo»  orieniales. 

495i      lUltUOriSCA  IH>l*ULAn. 


allmde  el  Halyi,  comprendia,  «partlendo  des- 
de  el  Grlente,  á  paflagontes,  írigios  7  llcao^ 
nios,  Inego  á  los  bltiníos,  ¿  los  roisios,  y  la 
provincia  conoctda  con  el  nombre  de  RpiGteta, 
desptits  de  la  cual  vienen  la  Ti*oade  y  el  He* 
lesponto;  en  seguida  por  el  lado  dermar  los 
eoHos  y  JonioB,  poeblos  gríegos»  los  carios 
7  los  lictos,  7  en  medio  de  las  tierras,  los  li- 
dios  (4).»  En  cnaoto  al  istmo  es  preclso  ]4m- 
lar  la  Capadocia  al  Ponto  para  comprender  blen 
el  pcnsamiento  de  Strabon ,  asi  como  la  GHi- 
cla.  Esla  es  la  qtie  propiaaienie  llamaroos  el 
A$ia  MauiT,  es  deeir,  todo  ese  pais  mootaño- 
so  qne  domina  ol  mar  Negro  ai  Nortc  y  el 
Mediterráneo  al  Sur,  y  al  Este  las  llauuras  de 
la  antigaa  Mesoi^olainia  (el  Dscbastreh)  7  dc  ft 
Siria.  «El  Asia  Menor,  dice  James  Brant  (2), 
uno  de  los  últlmos  viageros  que  la  ban  vigita. 
do,  con.cisle  en  una  gran  masa  de  montefias 
sosteniendo  ona  meseta  qne  presenla  una  sé- 
rie  d«  llanuras  vastas ,  fértilee  y  dirigidas  en 
general  del  Et te  al  Oeste.  En  su  parte  roas  ele- 
vada  naoen  los  rios  grandes  de  la  Armenia,  de 
la  Anatolia  y  dc  la  Mesopotamia;  el  Kour  6 
Cire,  el  Aras,  el  Tscboroeh  (Acampsis),  el  Ki- 
siUIrmak ,  el  rio  mas  considefable  del  Asia 
Menor,  cuyo  curso  sintiMo  atraviesa  U  pe- 
ntnsula  en  casi  toda  eo  latitud;  y  co  íln,  cl  Ti- 
gris  7  el  Eufrates.  Enlre  el  marNegro  y  el  pie 
de  las  roontañas  rcina  generalrocnte  un  espa- 
cio  de  terrenos  unidos,  mas  ó  menos  anclios, 
que  algunas  veces,  como  en  el  Dscbanik,  can* 
ton  bañado  por  el  mar  Negro,  se  desplegan  en 
vastas  lianuras.  Antes  de  llegar  á  la  meseta 
central  se  encuenlra  una  triple  cadena  qne 
corre  del  Esle  alOestc.  El  Tschoroch  marca  su 
estremidad  cerca  de  Batoum,  donde  se  pierde 
en  cl  Euxino,  á  los  44*  30'de  longitud  Estede 
Greenwich.  Alli  está  tombien  la  estreroidad 
oriental  del  Asia  Menor.  > 

Trascribimos  á  continuacion ,  segun  Mr. 
Texier .  y  conservando  sus  propías  pa4abi  aa, 
una  esposicion  sumariadela  oonstilucion  geo- 
lógica  de  aquel  pais  (3).La  peninsula  del  Asia 
Menor,  dice,  cstá  limitada  al  Norlc  y  al  Sur 
por  dos  zonas  calcáreas  que  corren  ai  £ste  y 
Ocstc.  Los  terreuos  volcánicos  forman  una  zo- 
na  iotermedia  que  la  corta  tambieo  iojigUadi- 
naJraeote.  Comienxaen  la  costa  Norte  dei  gol- 
fo  de  EsmÍFQa,  eu  las  inmediadones  de  Ko- 
glieri,  y  so  estiende  basta  Kara-Hissar  (cl  Cas- 
tillo  Negro);  asi  iiamado  por  uua  inmeusa  ro- 
ea  traquitica  que  se  eleva  en  la  llanura.  I.os 
terrcoos  traquílicos  siguen  una  direcelon  ge- 


(1)  B:^bon,  Ubro  XU,  trad.  fraiic  p.  3  dc  ia  1« 
parte  del  tomo  tV. 

(3j  VéaiMe  lot  ñutot  Anidta  dt  lot  ai»ge§,  t. 
LXXVll.  pég.  86. 

(8)  Véaoselos  líuevot  Ané.l$§  de  hi  tUtúet,  t. 
LKXl V,  p.  878^  y  la  aenorta  do  Mr.  EUm  de  BtMi. 
Bont,  preseauda  á  la  Aoadeniia  de  iat  CieiiciasM» 
bre  Ut(  ioveaigacioncs  i^eolóf^icas.  eiecutadaa  por 
Vr.  Ch.  Texier  en  alflnnas  partes  «iel  Asia  MeMr, 
durante  la  primera  niitad  dei  afto  1835.  ibid.t.  LUJ. 

p.  isa.73. 

T.     in.     5G 


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883 


ASIA 


88i 


neral  del  Este  al  Oeste,  y  fonnan  la  liDea  sep- 
teDtrional  de  la  Gapadocia.  Tambleo  hay  de  es* 
tos  terrenos  al  Sur  de  diclia  pro?íDcia  en  el 
grupo  aislado  del  moote  Argeo,  el  mas  alto  del 
Asia  Meoor,  i  4 ,000  toesas  sobre  ia  ilaoura  dc 
Gesarea,  que  lo  está  á  500  sobre  el  nivel  del 
mar.  La  cnmbre  de  esta  montaña  está  siempre 
cnbierta  de  nieye  y  es  de  traquitis  antigua; 
pero  las  corrientes  de  escorias  y  lava  ban  for- 
mado  en  los  costados  mnltitud  de  promon* 
torios.  El  llano  está  cubierto  de  tofos  volcá- 
nicos.  El  límite  septentrional  de  estos  terre- 
nos  escl  curso  del  Ualys,  y  al  Sur  se  esliende 
hasta  el  valle  de  Urgub  lleno  de  conos  de  po- 
mez.  Ociipa  el  centro  de  la  Gapadocia  una  lla- 
nura  de  4  20  leguas  de  largo  por  50  de  ancbo. 
El  terreno  está  impregnado  de  sales,  y  en  me- 
dio  de  esta  llanura  hay  un  gran  lago  6  panta* 
DO  salado.  Como  segun  ia  forma  del  lerreno, 
añade  Mr.  Texier,  ias  aguas  de  las  lluvias  y  de 
las  montañas  se  desvian  fuera  de  esta  meseta, 
se  ha  Uegado  á  creer  que  aquei  lago  no  cs  mas 
que  el  residuo  de  otro  salado  mas  vusto  que 
ocupaba  el  centro  del  Asia. 

Los  terreoos  de  micaschista  componen  to- 
da  la  cadena  del  monte  Tmolo  al  Sur  de  £s- 
^irna.  De  esta  mootaña  sale  cl  rio  Pactolo, 
qne  por  arrastrar  en  sus  aguas  muUitud  de  pa- 
Jitas  de  mica,  decian  los  aotiguos  que  lleva- 
ba  oro. 

Toda  la  ribera  asiática  del  fiói^foro  (4)  está 
formada  de  colinas  en  las  cuales  domina  el 
terreno  calcáreo.  La  cuenca  de  Nicomcdia  en- 
cerrada  en  este  reciuto  os  de  asperon  rojo  y 
de  granwacke;  pero  la  cadena  calcárea  se  pro- 
longa  sin  ioterrupcion  basta  el  cabo  Jenis- 
chebr,  cerca  de  los  Dardauelos,  si  bien  en  al- 
gunos  puntos  esta  roca  está  cubíerta  de  ter- 
renos  terciarios  que  forman  á  vcces  mouta- 
ñas  muy  elevadas.  La  peoinsula  de  Cbicico  sc 
une  á  las  formaciones  de  calcárea ,  mármol  de 
)a  isla  de  Mármara.  Encuéntrase  alli  un  peque- 
ño  grupo,  cuyos  ceotros  están  formados  de 
granito;  pero  ias  rocas  de  fcldespato  son  mas 
raras  que  las  demas  en  este  <:ontinente.  La 


(t)  *  «El  eximeii  geológico  de  los  terreDos,  dice 
Mr.  Texier,  no  ba  conflrmado  una  opinion  general- 
mente  acreditada  por  las  antiguas  tradieiones  y  que 
ha  prevalecido  hasta  nueslros  dias.  Creiase  que  la 
abertura  del  Dósforo  se  tiabia  efecluado  á  consecuen- 
cia  de  un  fuerte  sacudimienlo  de  la  superficie  del 

Slobo,  y  que  invadiendo  las  aguas  del  mar  Negro  el 
[elesponto,  babian  causado  el  diluvio  de  Samoira- 
cia.  Pero  sin  examinarel  canal  de  los  Dardane los,  cu- 
yas  dos  mérgenes  son  en  efecio  dc  lerreno  terciario, 
ilcbe  notarte  que  la  costa  curopea  del  Bósforo  desde 
Bojukderebasta  elmarNegro.  se  compone  única' 
mente  de  iraquitas  y  rocas  anélogas.Estas  traquitas 
aon  de  fondo  azul  con  crisUlet  blancos  y  sc  encuen- 
tran  cn  una  laUtudde  mucbaa  leguas  basta  Belgra- 
do  y  Kila.  La  costa  asiática  por  el  conlrario.  desde 
el  nontc  Gigante  basta  Fanakart,  se  compooe  de  cal- 
eárea  do  tranticfon.  Asi,  pues,  es  indodable  qoe  Ja- 
1  etudo  unidas  etus  dos  orillas,  y  si  la  laií- 


ihan  t 

lud  del  Bósforo,  ba  cambiado  desde  los  uempos  mas 
remoios,  puededcducirse  porei  conirario  que  ba  dit- 
mlnuldo  á  causa  del  cnsancbe  y  diiaucion  de  las  ro- 
cas  traquiticas  de  la  cosU  de  Europa.» 


forraacion  mas  cstensa  de  este  géaero  es  el 
monte  Olimpo  de  Bitinia,  cuyos  caractéres 
ofrecen  numerosas  Tariedades  de  rocas.  So- 
biendo  á  las  regiones  soperiores  del  Olimpo 
se  eocueDlran  ejemplares  de  granito,  y  de  cal- 
cárea  de  transicion,  unidos  entre  sl  de  tal 
Buerte,  que  bace  suponerque  bnbo  faertes 
sabudimientos  en  una  épocaen  que  no  sebabia 
endurccido  completameute  aquella  calcirea. 

EI  rio  Ssakarija ,  que  tiene  su  origen  en 
Galacia,  corre  por  medio  de  una  aDchorosa 
cuenca  de  arcilla  de  muchas  leguas  de  latitud; 
su  direccion  es  del  Este  al  Oeste  hasta  quc  lle- 
ga  á  las  pendientes  orientales  del  Olimpo,  doD- 
de  vuelve  al  Norte.  Los  terrenos  de  so  caenca 
inferíor  son  de  arcilla  plástica,  y  los  de  la 
cuenca  superior  de  arcilla  gredosa.  Esta  fonna- 
cion  cubre  la  capa  de  magnésita,  e8poma  de 
mar  que  se  esplota  en  las  inmediaciones  de 
Eskiscbehr,  y  se  saca  de  poxos  que  tienen  de 
50  ¿400  pies  de  profundidad. 

Toda  la  Setalia  {Pamphylia)  está  fonnada 
de  mootones  de  arena  y  piedras  siliceas  ó  cal- 
cáreas  que  se  prolongan  haata  los  vailes  dd 
Tauro.  £n  fin,  esta  larga  cadena  del  Taoro 
que  limita  al  Sur  el  Ásia  Henor  y  se  prolooga 
sin  inlcrrupcion  desde  Makri  hasla  el  Eúfrates, 
es  toda  de  calcárea  terciaria.  De  todas  las  ca- 
denas  de  aquella  region,  el  Tauro  ea  ioduda- 
blerocnte  la  mas  modema. 

Capadocia,  Empeaaremos  la  descripeioa 
de  )as  provincias  del  Asia  Menor,  cooio  ha  be* 
cbo  el  mismo  Estrabon,  por  la  de  la  Capadoda 
K  a7:7ra8oxla« 

La  Capadocla  cs  una  vasta  meseta  (4),  qoe 
ocupa  loda  la  parte  centra)  del  Asia  Menor,  lla- 
nura  inroensa  sin  ¿ri>oles  y  sin  agua ,  por  la 
cual  se  viaja  dias  enteros  sin  encontrar  un  ser 
viviente.  Los  pueblos  'diseminados  á  largos 
íntervalos  se  componen  de  montones  de  roise- 
rabJes  cabañas  de  lierra.  üu  pozo  abierto  ea 
las  inmediacioncs  provee  de  agua  á  ios  bom- 
bres  y  ¿  los  ganados;  pero  los  árboles  no  cre- 
cen  eu  aquel  terreno  ingrato,  siu  duda  por  las 
sustaucias  salinas  de  que  está  impreguado.  EI 
cllma,  abrasador  en  estío,  est¿  sujeto  á  nota- 
bles  variacioncs,  pues  durante  muchos  meses 
se  cubre  de  nieve  la  tieiTa.  Se  entra  en  esle 
pais  dcsde  la  ciudad  moderna  de  Jusgat  (baiia- 
lalo  dc  Ssiwas);  peroai  ilegar  ¿  las  orillas  del 
río  Ualys(KisiI  Irmak)  se  vc  cambíar  el  aspec- 
to  del  terreno,  y  en  lu^'ar  de  las  llanuras  de 
arcilla  masó  menos  ondulosas»  se  encueQtraa 
montañas  volcánicas  de  la  formacion  mas  es- 
trafia.  El  río  corre  con  estrépito  por  nn  valie 
muy  esirecho,  cuyas  paredes  son  verticales  y 
se  componen  príncipalmente  de  prísroas  de 
basalto  (t .  Mas  all¿  del  Haiys  cortan  el  soelo 

(1)  Véase  el  Fragmenio  de  un  viapé  á  Cnaéom 
leído  en  la  sesion  general  de  la  Socicoad  de  beopa- 
na  el  10  de  diciembre  de  4B88,  por  Mr.  Cárlos  T»- 
xier;  é  inserto  en  el  BoleUn  deU  Sociedad,  toaia  *» 
de  la  sesunda  séríe,  pigs.  570-73^ 

(2)  Véanse  los  rariosos  pormenores  qtie  el  Vnp 


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ASIA 


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barrancos  profandos  j  lo  cübren  pedazos  de 
lava  qae  han  arraí^lrado  las  aguas;  pero  las 
cimas  de  las  montañas  están  CDltivadas  y  cre- 
ceD  en  ellas  los  árboles.  ATanzando  bácia  el 
Sur  se  Te  estenderse  á  su  pie  toda  la  llinara 
de  Cesarca,  á  esta  ciudad  cn  el  ccntro  y  detrás 
las  nevosas  cumbres  del  monte  Árgeo,  volcan 
estinguido  bace  mucbos  síglos;  pero  cuyos 
costadoshan  sido  posteriormente  levantados 
por  faegos  subterráneos,  coroo  se  puedc  Jus- 
gar  por  los  gropos  de  montañas  redondas  que 
hay  á  su  pie.  Cesarea  (Kaisarijeb)  era  la  capi- 
tal  antigua  de  Gapadocia. 

Los  limites  de  este  pais,  segun  Estrabon, 
eran  al  Sur  la  parte  del  moote  Taaro  conocida 
coo  el  oombre  de  Tauro  Cilicio ,  to)  KiXfjLltp 
^(ojjiévep  T<jí»fM|);  al  Esle  la  Armenia,  laCol- 
qaide  y  los  pueblos  situados  entre  estos  dos 
pa  ses;  al  Norte  el  Ponto  Eoxino  hasta  la  em- 
bocadura  del  Halys  y  al  Oeste  la  nacion  de  los 
paflagonios,   y  la  de   los  gálatas ,   estable 
eidos  en  la  Frigia,  basta  la  Licaonia  y  la  Gllicia 
Uamada  Traquea.  En  los  primeros  tlempos  fué 
habitada  la  Gapadocia  por  los  sirios,  que  Uero- 
doto  (I,  72)   Ilama  leuco-sirios  y   Apolonio 
(VII,  72)  auríos;  mas  adelante  formó  dos  sa- 
trapias  del  impcrio  de  los  persas,  y  los  mace- 
donios  erigieron  estas  dos  satrapias  en  reinos, 
4.^  la  Capadocia propia,  llaroada  tambien  Ca- 
padoeia  del  Tauro,  icpoc  tw  Taúpt}) ,  y  Gran 
Capadocia,  iízyáh\y  RairaTcBoxtav;  2.®  El  Pon- 
io  ó  la  Capad¡ocia  del  Ponto  Euxino,  xov  8¿ 
nóvTov  oí  8é  tVív  7cpó<   T(p   HÓATCf)  KaiTica- 
Wlav.  Durante  el  maudo  de  los  últtroos  reyes 
dela  Gran  Gapadocia  (4)  se  dividió  el  reino  en 
diez  prefecturas ;  la  Jtíelitene  (2),  MeXiTTjvi^;  la 
Calaonia  (3),  KaTaovía;  la  Cilicia,  KiXixia;  la 


Tianitis  (^)   TuavTTtc,   7  h  Garsauriiis  (2), 

rapoavpT-í<.  veciíias  todas  al  Taiiro;  despues 
l;i  Lavmiasene,  AaoumaSi'tVTi;  la  Sarganause- 
ne,  SapYapaSrivi^;  la  Saravene,  EapauTivi^;  la 
Chamanené,  Xa[iavT)VTÍ  y  la  Morimene,  Mopt- 
[jLT|Vii,  Mas  adelante  los  romanos  agregaron 
o(ra  prefectura,  formada  de  la  parte  dc  la  Ci- 
licia  que  comprende  á  Gastubala  ,  Ciblstra  y 
Derbé,  y  flnalmenle  el  úllimo  rey  de  Capado- 
cia,  Arquelao,  recíbió  el  afio  734  de  Roma  de 
iManos  de  Augusto  la  Armenia  Menor,  la  Cilicia 
Traquea,  á  escepcion  de  la  ciudad  de  Seleucia 
sobre  el  Calicadno. 

En  tiempo  de  Tiberio  fué  cuando  la  Capa- 
docia  quedó  reducida  á  provincia  roinana,  y 
scgun  el  testimonio  de  Sesto  Rufo,  capitulo  II, 
dió  el  emperador  á  la  capital  el  nombre  de 
Cesarea  cn  honor  de  César  Auguslo,  su  padre 
adoptivo.  Esta  ciudad  muy  autigua  se  Uamaba 
al  principio  Mazaca,  MáCaxa  (3),  despues  eu 
tiempo  de  Ariaüaies  Y,  Éusehia;  frecuenlemea- 
te  se  reunian  estos  dos  nombres,  y  para  ma- 
yor  precision  se  recordaba  casi  sierapre  su 
posicional  pie  del  monte  Argeo  (4),  sicíxXiiffiv 


meMo  d4  un  viage  á  Capadoeia  conticne  acerca  de 
m  caUcumbas  de  las  mirgenes  del  Halys. 

(I)  Yéasc  la  hisloría  de  íos  reyes  de  Capadocla  en 
ooamemoria  del  abateBeUey  tuulada:  06i«roaeio- 
OM  iobre  la  kisíoria  y  loi  monumentoi  de  Ceiarea  en 
Capadoeia,  (Hfstoria  de  la  Academia  de  las  loscrip- 
eiones,t.XL,  p.  m-48.) 

W  La  Melitene,  segun  Estrabon,  tocaba  al  Este 
ao  el  Búfrates  qoe  la  separaba  del  canton  armenio  de 
la  Sofeoa,  y  at  Sor  en  la  Gomagena,  pais  de  cuya 
ferUUdad  disrrutaba  eUo.  Bste  es  ei  úoico  canton  de  la 
Capadocio,  dice.  doode  se  veia  eo  todas  parles  árbo- 
les  frotales;  bállase  alli  tambieo  hulla,  y  ese  vioo  co- 
ooeido  con  el  oombre  de  monarita,  que  compite  coo 
los  mejores  de  Grecia.  Hoy  es  Melattjah  rsaojacalo 
de  la  Turquia  Asiática)  en  la  parte  orieotaldeíbaja- 
lato  del  Marascb. 

(8)  La  GaUooia,  dice  Estraboo  (t.  Xll,  c.  3.  g.  2) 
es  nna  llanura  baja  y  espaciosa  doode  se  crian  toda 
elasc  de  árboles,  y  esU  rodeada  de  monUftas,  del 
Amanus,  ramificacion  del  Tauro  cilieio  al  Sur.  y  del 
AntiUoro  al  Norte.  La  única  ciudad  imporUnte  era 
Gomaría.  en  las  monUfias  del  AoUtaoro,  ilustre  por 
so  iomeaiacion  al  Umplo  de  Belona  y  atravesada  por 
elSaro,  que  desde  alli  se  diríge  á  los  valles  dei  Tauro, 
ilas  llanuras  de  la  CUioia  y  al  mar.  La  parte  Uana  de 
la  CaUonia  e^Uba  bafiada  por  el  Piramo,  rio  cuya 
faeota  y  curso  descríbe  Estrabon  largamente  (ibldem 
$.  A).  Refiere  ademas  el  mismo  autor  (capiUilo  1, 6  a), 
qoé  los  aotiguos  separabao  oomo  uo  pueblo  dife- 
rente  A  los  caUonios  dc  los  oapadocios  y  qoe  sin  em- 
iMrgo  no  existia  ya  en  su  tiempo  ninRon  vestigio  de 
esu  diferencia  en  so  leogoa  oi  eo  sos  costombros.  En 
iina  esploracion  del  ptis  epmpreDdldoentre  AlbistaD 


y  Ualpb,  cl  teniente  coronel  Camilo  Cailler  pudo  cer" 
riorarse  ár.  que  lodas  las  carlas  daban  nütinas  falsas 
sobre  aquella  parte  de  la  Capadocia  y  de  la  CataoQia; 
que  se  cunrundiau  en  ellas  lascuencas  del  Uélas,  dei 
baro  y  del  Piramo,  asi  como  las  difcrenles  cadenas  do 
moniañas  que  cubren  al  pais,  y  porúUimo,  que  era 
preciso  deátruir  casí  loda  la  stnonimia  establecida 
entre  los  nombres  antiííuoii  y  modernos;  recoBÍó  lo- 
dos  los  elcmcDtos  de  eslas  importanles  rectificacio- 
nr^5;  pero  basia  ahora  no  ha  publicado  mas  que  una 
pequefia  parte.  (Véase  el  Boletin  de  ta  Sociedad  de 
Gcografia,  tomo  UI,  2-*  séríe,  pág.  262.) 

(1}  La  Tíanitis,  scgun  Estrabon,  era  un  pah  fér— 
til  y  casi  todo  Uano.  La  ciudad  de  Tiana  e^stabi  si- 
tuada  bajoaquella  parte  del  monte  Tauro,  próxima 
á  Iu5  garganUis  Gilirias  y  edifícada  sobre  un  cerro  lla- 
mado  !a  Calzada  de  Semiramis.  Tenia  tambien  el 
tiombre  de  Eusebio  del  Tauro.  Se^un  Mr.  Ilamilton 
[liuevot  Ánaiei  de  mane$.  t.  LXXXl,  p.  186J  no  cabe 
duda  de  que  el  pucbio  de  hiliia-hisar  ó  Honisse-' 
hitmr,  á  2  millas  de  la  ciudad  de  Bor,ocupa  el  sitio 
de  Tiana;  cstá  edifícado  sobrc  una  pequeña  altura 
cn  medio  del  llano  y  próxioio  á  un  lago  de  30 á  10  pies 
de  diametro,  cuya  a^ua  lurbia  y  salobre  parece  hcr- 
vir  en  la  superfície,  y  brota  enmeüjo  con  gran  ruldo 
á  !a  altura  de  un  pie  próximamenle,  circunslancias 

3ue  recucrdan  aque!  lago  de  las  cercaníaü  de  Tiano 
escrito  por  Filostratoen  la  vida  de  Apolonio  {Ub.  1, 
cap.  VI),  porAmianoMarcelino,  (Ub.  aXIII,  cap.  VI 
g.  19)  bajo  el  iiombre  dc  la  fuente  de  Ásbam^o,  v  ta{ 
vez  tambien  por  Estrabon  (lib.  XII,  cap.  U»  §.  é.) 

(2)  La  pcqueí)^  ciudad  dc  Garsaura  cstá  situada, 
scgun  Kslrabon,  en  la  froDtera  do  la  Licaooia  y  de  la 
Capndüci;!. 

(3)  Moisésdc  Korfiene  atríbuye  1a  fundacion  de 
esta  cíudad  á  un  principe  armcniu,  líamado  Mcscbak 
ó  Mazak.  3/$ehak  ó  Majak,  en  armenío  signifíca  pro- 
piamente  un  tabrador,  y  se  puede  creer  que  se  dio  es- 
te  nombrc  á  la  ciudad  i  causa  dc  su  situacion  cn  me- 
dío  de  una  férUi  UanHra. 

(4)  El  monle  Argeo,  dice  el  abate  Üelley,  eslá  rc- 
presenlado  en  mucbas  raedallas  de  Cesarca  eon  las 
aberluras  hechas  pir  el  Tucgo;  el  pie  está  cubierlo 
de  paslos  y  monle.  Los  capadocios  iributaban  á  esta 
•nonlaiia  lmnoresdivino8;s>eKun  Máiimo  de  Tiro,  era 
cl  simulacro  dc  la  diviniUad  por  el  cual  prestabaii 
juramento,  Spo;  KaTriraoóitatí  y.a:GEÓcy.ai6pxoi, 
xa»  ayaAíxa;  cn  fin,  cn  algunas  njCtlallas  sc  vc  tam- 
bien  un  lemplo  al  pie  de  la  montaña. 

Los  lurcos  llaroan  hoy  Erdschisrh-Dagh  á  1a  par- 
le  seplenirional  del  monie  Argeo,  que  es  el  punto 


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ASIA 


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^  irpó<  xTo  *ApY«t(|>  Irritado  Jalia&o  porque  los 
liabitantes  do  Cesarea  babiao  deatruido  eo  su 
ciudad  el  lemplo  de  la  Fortuna,  quiso,  aunque 
inútilniente,  rctirarles  aquel  nombre. 

Scguu  Estrabou,  Mazaca  eslaba  situada  so- 
bre  uu  terreno  poco  á  proiwsito  para  una  ciu- 
dad,  pues  curecia  de  agua  y  uo  estaba  arau- 
rallada;  adcmas  el  terreno  que  la  círcundaba 
cra  ebtértl  é  impropio  para  el  cullivo ;  pero 
boy  liene  fuentes  y  baños,  la  ciudad  está  de- 
fendida  por  uua  fortateza,  obra  de  los  sarrace- 
nos,  y  el  suelo  provee  sulicientemente  á  lae 
nccesidades  dc  la  ciudad,  donde  parece  que 
despues  de  Estraboo  so  ha  íormado  una  capa 
de  tierra  vegctal  (4).  Laforma  del  gobierno  ro- 

rultiJKiaiiif,  (\  i'iise  la  n-ianim  li-'  la  a^cension  qoe 
híío  a  él  Mr.  HamiUon  en  29  de  julio  de  1837,  en  lo5 
ynetxm  anateideviit^es,  l.  LXXXI,  p.  I7M3).  Algu- 
noi  estríbos  voleanicbs  sc  deslacan  de  ta  monlifta  y 
á  au  pie  se  eütienilen  pequeftas  llanun^s  panUnosas, 
atravesadas  por  rulzadas  v  puenlosiii  mal  estado. 
Mr.  CflHier  obsenra  (Boíeítn  (k'  la  Snrifffadde  Geo^ 
9ra/'ia,||.8  série,  l.  lll.  p.  160  Ljiie  <>^t;i  cleTadaaion- 
laAa  colocada  cn  el  centro  di*l  Asia  Mi  fioryqüe  se 
ha  tieitlo  bCr  cl  punlo  de  divi^ion  de  In^  rios  que  de- 
sai^Kan  on  los  airercnles  mareg,  no  lo^  da  nlngun 
aíluoiue,  y  esle  herho  tan  conlrario  á  \ui  reglas  ge— 
ncrales.  ha  provorado  por  su  parlCt  cücrupuloioses- 
tutlio:»  topográflcos.  Anteriormeniocslabande  acuer- 
do  lo?i  (feóiraros  en  colocar  ea  los  costadot  ó  al  pie 
ílel  montc  Argco  la  fucnlc  de  un  rio,  cuyo  cur9o  se 
dirigia  del  0-^*10  al  E^te  para  juntarse  con  el  Eúrra- 
tes  1)0  lejos  dc  Mclacia  v  en  let  onoiir  n«  este  rio  el 
Melas  de  Capixdncia^  sol>re  el  cual  da  K^Crabon  por- 
nicnorcs  (lib.  XII,  r.2,  ga.)  Por  ind.ni.is,  todoálos 
gcdsrárosraodernoslttercator,  Ortelius»  AQville,Mao- 
nert  y  Bischoff ,  sicuiendo  la  indicarion  (l«  Sstrabon* 
rcproducida  por  Tolomeo,  han  representado  ó  descri- 
to  un  cur:>o  oe  agu^  que  parte  de  las  ítimediacionet 
de  Cesarea  y  corrc  á  unirse  con  el  Eiifrates;  cn  fiii, 
las  relactonés  de  l'>s  viutceros  mas  acredilados,  Kiu- 
neir  V  Leako,  hnbian  conflrmado  esta  optnioB;  pero 
Mr.  Callier,  dcspucs  de  hacer  un  recoriucimiento  to- 
pORráílco  de  las  ccrcauías  de  Cesarea,  se  convenció 
()e  que  todo  e1  pais  biluado  al  Norte  del  loonte  Argeo 
forma  parto  de  la  cnenca  dcl  Haly»  y  el  del  Sur  de  la 
del  iMcditerráneo;  queporcnn'jecueñcia  el  fíolfo  Pér- 
sico  no  recíbe  de  (ti[uel  monlc  nin^iin  afluenle:  mas 
artclante  auxíliado  con  las  nucv^s  observaciones  tle 
Mr.  HamiUon  y  con  lasque  él  miümo  provocó  de  par- 
le  dc  los  scfVores  Ainswnrlh  y  Civrac,  dumostró  de 
nna  maiiera  dcfinitiva  en  dos  disertaciniies  ínsertas 
en  el  lioietin  de  ta  Socüdnd  dc  Geitgra[la  (11  série, 
I.  X,  p.  161-70,  y  l.  XVI,  p.  .-tO-IU):  i."  cl  error  de  la 
evislencia  de  un  rio  que  tcnia  su  orÍK**n  ceica  dcCe- 
sarca,  y  eorria  hácia  el  EúfraLes:  2."  la  neresidad 
de  rerliiicar  el  leslo  deEslraboii,  Cümo  Mr.  Faloou- 
ner  hahia  prapnesto  aniesqur  nadie  y  dccambiar  la 
palahra  Eurrates  en  1a  de  ilalys  cn  cl  pasa^o  donde 
h.ibla  ite  hi  cmbocadura  del  Mclns,  v  3/*  la  identídad 
dr!  11  !  s  '■  los  griogos  eon  cl  K  m  <  -.;  '  guafugra) 
de  los  (urcos. 

(I)  Biislen  tambieo  cn  los  alrededores  dc  Cesa- 
roa,  se^un  Mr.  Callier,  muítitud  de  pueblos,  cuvo 
suelo  es  mny  férlil;  pcro  las  partes  maá  altas  de  la 
llanara  estéo  lodavia  boy  eiibierias  de  productos 
volcánícos  y  siguen  •iieñdo  estériles.  En  cuanlo  á  los 
volcancs  de  que  babla  Eslrabon,  pudieron  haber 
exisiidocn  losuarrancos  escarpados  que  se  atravie- 
san  á  poca  distancia  de  la  ciudad  en  el  camino  dc  Al- 
bislan.  Estos  barrancos,  en  erecto,son  dc  naturaleia 
volcanica  y  deben  alribuirse  i  algun  saciidimento 
interior  ó  ;il  enfriamiento  de  la  maicria.  Asi,  pues, 
parece  (\\ik*  la  accion  de  los  volcanes  so  manifesló 
tainhien  en  ticmpo  dc  Estrabon. 

.  A  muy  coria  dislaocia  Sudoette  de  Cesarea  co- 
mienfa  el  largo  vaile  de  Ungiib,  cayo  atpecto  es- 
traoriliaario  dctoríbié  por  pniMra  tok  cn  4711  Pablo 
i#W6»  «UMtbre  mmj  i^MMHie,  4io«  llr«  S|rnett  f^ 


mano  snbslstiá  én  Gapadoeia  hasta  el  retaido 
de  Diocleciaoo  (4),  y  iuego  coaudo  se  dividió 
el  imperio  ea  cuairo  prefeeturas,  fué  eom- 
preDdida  eo  ia  dióeesis  PoDtica  (prefectara  de 
Oríenle) ;  pero  el  emperador  Yalente  la  diTidid 
en  dos  provincias ,  cuyas  metrópolis  fueroo 
Gesarea  y  Tiaue ;  esta  última  safrió  olra  des- 
membracioii  por  parte  de  Jiisltniano.  resuitaD- 
do  eatODces  una  tercera  provincia  de  Capado- 
cia,  coya  capital  fué  Mocesus,  antiguo  castillo 
qne  hizo  ciudad  bajo  el  nombrc  de  Justini^ 
nópolis,  Segun  Heraelio  toda  la  Gapadocia  y  sa 
capital  Cesarea  fueron  comprendidoa  en  el 
Thema  de  Armenia.  Hoy  es  esta  ciudad  aoo  de 
los  grandes  depósitos  de  comercio  entre  la  Per- 
sia  y  la  Turquia;  su  poblacioa  se  compone  de 
griegos,  armenios  y  turcos,  y  ae  calcala,  ae- 
gao  Mr.  Tezier,  eo  aesenta  mil  almas,  poeo 
mas  ó  menos. 

Bs  de  notar  qoeGesarea,  la  antigua  Masaca, 
110  presenta  ruioas  dignas  de  atencion;  pero  H 
mlsmo  viagero  lo  atribuye  á  qne  los  materíales 
suministrados  por  el  mismo  pais  no  son  mas 
que  variedades  de  tofo  volcánico  tieroo,  que 
no  puede  resistir  ¿  la  accion  de  los  sigtos. 

Ponío  {%',  Antes  del  reinado  de  Mltrida- 
tcs  el  Grande »  se  estendia  el  Pooto  desde  el 
Balys  hasta  los  tiberaneoos  y  armenios ,  y 

ro  mucbo  nias  desacredilado.»  En  nucstros  dias  Ca« 
llier.Texier  y  llaroilton  ban  visitado  loa  mtsnMW  lo- 
garea  y  hecbo  jusiicia  i  la  eiacijlud  de  tu  dcserip- 
cion.  cEI  terrenoquecompone  esle  Tall«  es  ▼olcáaict 
y  tlene  la  singular  pfopiedad  de  descomponerse  ea 
conos  por  la  acciou  dc  las  aguas;  de  suerle  qoe  el 
Tondo  del  valle  esta  ocupado  por  una  mviUlod  íbm- 
merablc  do  conos  dc  todos  iamaftos  dispuesios  sm 
órden  y  enclavados  generalmente  unos  eo  otros.  Al- 
gunos  de  estos  conos  Uegan  i  Ui  altura  de  400  y  mas 
pies,  y  son  blaiicos  como  la  nieve.  £n  estos  lugares 
desierlos  fué  donde  los  antiguosestablecieron  una  de 
las  oecTépolis  mas  vasUs  y  ourÍMas  del  Afia  MfMT.» 
( Véase  el BúMinde  la  Soeiedad de Geogrmfim^  llsé- 
rie,  t.  X,p.  370-78.) 

( I  \  Véanse  las  Obierraffionee  del  abaie  Bcrry  as- 
kre  la  manera  eon  qne  lot  kabiloMiee  4é  Cmmrm  m 
Capadoeia  eoniuban  lot  afiot  de  roimado  áo  to»  em^ 
peradores  romanot.  (Mcmorias  de  U  Acatemia  detos 
Tnscripeiones,  t.  IXXV,  p.  6iA-»9.) 

(9)  Estaantiguaprovinciaesunadelai|Mrlesdd 
Asía  Menor  que  han  side  menos  esploradasM  ■oes- 
iros  dias.  Asi,  pues,  cuando  Mr.  Ainwortk  aBaneii  i 
la  Socicdad  de  Geografia  en  carta  de  St  dc  i«ü 
de  iHtn  su  proyeeto  de  viege  a  Orienta,  Hr.  Cn- 
Uier  lelnvitó  particularmente  a  aleiartede  kMonmiMS 
frecuenudos  hasta  enioooeftpor  los  europcos  v  a  tí- 
siUr  las  porciones  de  la  Bitinfa,  de  U  Paflagonfa  y  dtl 
Ponlo.comprendidas  cntre  las  orillasdeimarlleñoy 
el  gruB  camioo  de  Goo»untlBO(>la  en  Porsia  por  Boli, 
Tossia,  Amassia,  Tocat,  Sivas,  eic.,  iliatraiio  ya 


perrecumente  trazado  por  Mf.  Bcniaid,  iBceaiefo 
geógrafo  agregado  i  la  embaiadm  del  gcneral  Oar- 
danne.  Reoordaba  aue  no  exislia  para  esi«  pab  ouo 
camino  qiie  el  segoido  por  J.  M  ikiuiieir,  desdc  Ba^ 
mamli  á  Somsonn  por  CosUBri>al,  y  el  do  Mr.  Fonm- 
nier,  desde  BaitMit  i  Sivsk  per  Cara-Hissar.  Bcee- 
mendaba  en  fin»  ea  la  esfloracion  de  TaUca  dc  Halys 
el  curso  superior  doi  rio  d.'sde  la  altura  de  Co»SRa 
hasu  so  ongen  en  los  montes  Paryadrea  y  Im  valim 
lateraVesqao  descioodea  del  Udo  delNorie.  {HokHm 
de  la  Soetedad  de  Geografia,  II  séiie,  t.  X.  p.  ISÍ); 


CTO  en  1837  habia  comentado  el  viBge  do  aa  < 
li«U,  Mr.  Sugeoio  Mot«,  encBrgado  de  aaa  i 
cioBiiflca  por  erministio  ée  iasiraedua  péhlici  y  fcr 
U  AcadamU  da  tos  iBseripcioBM  y  Baálas  laifos,  y  « 


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889 


A9IA 


890. 


emprendía  ademas  alleDde  aquel  rio,  todo  el 
ptts  hdista  ÍQMistris,  y  algUDOs  cantoaes  de  la 
PaflaguDia.  Aquel  priacipe  agregó  cou  sus  cod- 
qoislas  al  OccideDte  toda  la  costa  basta  la  ciu- 
dad  de  Heraclea,  y  al  Orieote  todo  el  pais  hasta 
la  Góiquide  y  la  Pcqueña  Aroienia.  «Eo  esta  si- 
tuaciori,  aüade  EstraboD,  (iib.  XII,  cap*  3.**  g.  1  .^) 
eiicoutró  y  toroó  Pompeyo  su  reioo  despues  de 
haber  derribado  ú  Hitridates.  Dió  ia  Armeaia  y 
la  Gólquide  á  los  principes  que  le  babian  ayu- 
dado  en  ia  guerra,  y  dividió  el  resto  eo  ooce 
gobieroos,  que  reuuió  á  la  BiiiDia  para  bacer 
de  eila  uoa  sola  proviDcia  romaoa,  escepto  los 
gilatas  á  qnieaes  devolvió  sus  tetrarcas  oa- 
ciooales.» 

Estrabou  comlenza  la  deacripcion  del  rei- 
Do  del  PoQto  por  ei  panto  mas  occidentah  fle- 
raclea  (1),  dice,  posee  un  buen  puerto,  y  fuó 
ademas  nna  ciodad  coDsiderable,  puesto  quc 
pudo  fundar  coloaias.  Goberuábase  por  sus 
propias  leyes,  si  bien  por  espacio  de  84  años 
tuTo  sus  tiraoos  {1),  Mas  adelante  recibió  una 
colonia  romaoa.— Despues  menciooa  ú  Ticium 
TÓ  Ttseov,  pero  eomo  uu  pueblo  sin  importan- 
eia,  y  el  rio  Partenio,  que  marca  la  entrada 
de  la  PaAagonia.  Eala  provincia  estaba  com- 
prendida  entre  el  Parlenio  al  Oeste,  y  el  Haiys 
al  Este,  el  Ponto  £uxino  al  Norte  y  la  Frigia 
al  Sur.  Estrabon  ladivide  en  dos  parte3,  el  in- 
terior  de  las  tierras,  tVhiw  óf***^  >  y  eliitoral 
xiSvéTciOaXáTTTi.  fcl  litoral  (3)  fué  sometido  todo 
á  Mitridates;  pero  gran  parte  de  lo  ioterior 
qoedó  independicnle. 

El  geógrafo  griego  trata  primero  del  reino 
dei  Ponto,  y  cita  sucesivamcute  alleode  el  Par- 
tenio  la  ciudad  de  Amastris,  k[t.^(npi<:,  asi  lia- 
niada  del  iiombre  dc  su  fundadora  (4),  muger 
de  un  tírano  de  Ileraclea,  y  situada  sobre  una 
península;  despties  una  playa  estensa  de  mas 
de  400  estadios,  el  Egialus,  con  un  puebio  del 
mismo  Qombre.  Al  otro  lado  está  Garambis, 
promootorio  eonsiderable  que  avansa  al  Norte 
hácia  el  Quersoneso  escítico.  Esle  cabo,  añade 
EsUuboo,  y  su  opuesto,  Kp(oC(jL¿T(»Ttov,  dividen 
al  Ponto  Euxino  en  dos  mares.  Despues  de  Ga- 
rambis  se  cncuentra  á  Giooiis,  KívwXk  y  An- 

rehcion  publicada  en  Parit  en  184«  bajo  €1  tkulo  dc 
Correipondencia  y  memoria  de  un  viagero  en  Orien- 
**,  conlíütie  acerca  de  todos  eslos  paises  pormcno- 
resqaemasiabajo  dareroos  estractaaos. 

(I)    Hojr  es  Eregii,  sanjacalo  del  AnadoU. 

(%Í  Véaae  la  Hiátcria  de  Beraelta  por  Memnon, 
ugun  el  estraeto  que  Fncio  nos  ka  dejaao,  por  cl  aba- 
le  uedop  en  el  tomo  XIV  de  las  Memtirias  de  la 
^^^^^}o,  de  las  Inseripcionet  (p.  379  833.) 

Qi)  Véase  el  Periph  del  BuMnno,  ial  cowio  se  pue- 
Je  presumir  aue  lo  describió  Salustio,  al  /ín  del  H- 
•ro  80  íte  su  Historia,  restabtecido  sohre  los  frag^ 
neníofque  not  quedan  deél,  pov  et  prosidcnle  Bros- 
5*' (*•'' parto)  en  cl  lomo  XXÍ  V  de  fas  Hemorias  ie 
t^táeademta  de  Inseripciones,  p.  475-38. 

Ki  '^^i'**  dicha  ciudad  con  la  reunion  4fí  cuatro 
pocbioi;  de  ires  de  loscuales  hacc  mencion  Uomero 
en  la  eiiumeracíon  dc  los  paBagonios:  eran  Sesamus, 
^T,7a|xo(;;  Cylorum,  KÚToopov  Cromma  Kpó>|jLva; 
wcuafio,  TiciKm,  ae  sepafé  al  poco  tiempo.  líe  \o$ 
JBequedaronreuiüd^í,  SManoftformó  la  ciudadala 
ae  Amasiris. 


ticinolis  p  AvtixIvcdXk,^  la  peqoeDa  ciodad 
icoXiYvtov,  Uamada  'A^oívou,  xet)^oc  y  Arme- 
06,  ^p(iivT),  aldea  perteneciente  á  los  sino- 
pios  con  uo  pucrto. 

k  60  estadios  de  Armene  esta  Sinope, 
Siviúin),  «la  mas  considerable  de  todas  las  ciu* 
dades  del  pais,  fundada  por  los  milesios  y  que 
por  medio  de  la  marina  que  babia  formado, 
llegó  á  bcerse  dueña  del  mar  hasta  las  islas 
Gianeas  (eu  la  entrada  del  Bósforo)  y  aun  mu- 
cbo  mas  allá.  Durantc  largos  años  se  gobernó 
por  SU9  propias  leyes;  poro  siliada  y  tomada 
por  Farnaces,  quedó  bajo  au  dominio  y  el  de 
sus  descendientes  basta  Mitridates  Enpator,  y 
por  último,  pasó  al  de  los  romanos  (i).  Mitri* 
dates  la  habia  becho  su  capital.  Situada  sobro 
ei  istmo  de  una  peninsula,  tiene  dos  puertos 
colocados  á  los  dos  lados  del  istmo  con  arse- 
nales  de  marína.  Rodean  á  esta  peninsula  unas 
rocas  que  dejan  entre  si  unas  caTidades  en 
forma  de  gamellas  de  piedra  que  los  babitan- 
tes  Ilaman  X<7tv(xl8a<.  £stas  cavidadcs  se  Ile- 
nan  cuando  el  mar  está  altu,  y  bacen  la  penínp> 
sulainacccsible.»  Sinope  recibió  uua  colonia 
romana.— Mas  adelante  está  la  embocadura, 
,deIHaly¿  iü)  y  en  seguida  la  Gadilonilis,  es 
celente  pais  muy.llano,  la  Saramene  y  Amiso» 
cíudad  considcrable  situada  á  900  estadios  de 
Sino|)e,  fundada  segun  Teopompo,  por  los  mi^- 
lesios,  somelida  despues  á  un  principe  de  Ga- 

aadocia,  y  llamada  del  nombre  del  Pireo, 
ieipata,  por  una  coionia  de  atenienses.  Mitrí- 
dates  la  eusanchó  y  adornó  de  templos;  apo- 
deráronse  de  ella  sucesivamenle  Lúcuk)  y  Far- 
uaces;  Gésar  le  devolvió  su  libertad;  pero  Aoto- 
nio  la  entregó  de  nuevo  á  los  reyes  del  Ponto; 
en  ílu,  Augusto  logró  afianzar  su  estado  de 
tranquilidad  é  indepeudencia. 

Tmiscira,  á  unos  60  estadios  de  Amiso, 
«es  una  Ilanura  quc  por  un  lado  baña  elmar, 
y  domina  por  el  otro  una  cadena  de  montañas 
arboladas,  de  donde  descienden  muchos  rios. 
fin  la  reunion  dc  todos  estos  rios,  se  forma  el 
Termodonte,  que  alraviesa  el  llano.  Otro  rio,  ei 
Jris,  casi  tan  considerable  como  el  Termodon- 
ie,  que  tiene  su  origen  vn  el  Pouto  mismo, 
atrdviesa  la  ciudad  de  Comaua  la  Pónlica,  y  la 
féilil  Ilaoura  de  la  Daximonitides  del  Eslc  al 
Oeste,  vueive  al  Norte  cerca  de  Gaziura,  des- 
pues  olra  vez  al  Este,  se  junta  con  el  Seylax  y 
con  otros  mucbos  rios,  y  pasando  á  lo  largo  de 

(1)  Véase  una  diserUcion  del  abate  deFontcnu 
sobrc  una  medalla  de  Gordiano  Pio  sobre  ta  hisloria 
de  Sinupe,dünds  fueacuñada  etta  medalta,  en  el 
vol.  Xde  UiMemoriasdeia  Academia  detas  Ins- 
cripciones,  p.  4a5-S06,  y  otra  del  abato  Bclley  Robre 
las  Eras  de  la  eiudad  ydela  colonia  dc  Sinope,  en  el 
vol.XXVidela  mismacoleccion,  p.  456-74. 

(S)  Aqui  dcscrilM}  Eurabon  cn  pocas  palabras  rl 
cursu  de  c{>te  rio  que  debia  su  nombre  á  las  salinas 
por  donde  pasa.  Tienc  su  orígcn,  dice,  en  la  Gran 
Capadocia,cerca de  la  Póntica  y  en las  inmediacioDcs 
de  la  Camiseue;  recorre  larso  espacio  cn  la  direccion 
dül  Esto  al  Oeste,  y  volvienüo  despues  a  1  Norie  atra  - 
vie^a  el  pais  de  los  gálatas  y  el  de  los  paflagonios 
y  Mpara  4  ealoa  <le  ioa  lcuco-sirios  (Ubro  XI 
íapTlfi.Sia). 


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891 


ASIA 


899 


)os  müros  de  Amasia,  ciadad  mny  faerte,  que 
es  el  lugar  de  mi  nacimiento,  añadeEstrabon, 
entra  en  la  Famaréa,  donde  reunido  con  el  LU 
co,  que  Yiene  de  Armeniu,  atrarlesa  la  Temis- 
cira  para  ir  á  desembocar  en  el  Ponto  Euxino. 
Esta  multitud  de  rios  hace  que  esta  llanura 
esté  stempre  verde,  y  que  se  puedan  aposen- 
tar  en  ella   nomerosos  rebaños.— Pasada  la 
Termiscira  esta  la  Sidene,  llauura  regada  tam- 
bien  abnndantemente,  aunque  sin  ser  tan  fér- 
til  (1):  encuéntranse  alli  sobre  1a  cdsta  algunas 
plazas  fuertes,  tales  como  Sidé,  Ghabaca  y 
Fauda.  Alli  terminaba  elterrilorio  de  Amiso.» 
Has  aliá  está  Famacia  (2),  peqneña  'villa  forti- 
llcada,  y  despues  Trapezus,  ciudad  griega  i 
unos  2,200  estadios  de  Amiso  por  mar;  en  se- 
guida  comienza   la  Gólquide.  Trebizonda,  la 
antigua  Trapezus,  puede  decirse  que  fué  nna 
ciudad  importante  desde  sn  fundacion,  pues 
nadie  ignora  que  en  tlempo  de  la  denominacion 
de  los  romanos  en  el  Asia  Menor  pasaba  por 
esta  ciudad  el  camino  de  su  comercio  con  la 
India,  y  en  una  época  mas  reciente  trasporta- 
ban  los  genoveses  los  productos  de   la  lodia, 
desde  Ispahan  á  Trebizonda,  desde  eate  ptmto 
por  Gaffa  á  Orimea,  y  despues  por  Constantino- 
pla  d  Europa.  Las  relaciones  comerciales  de 
Trebizonda  con  Europa  cesaron  en  la  época  de 
la  espulsion  de  los  genovesesde  Caffa,  y  dela 
conquista  de  Maboma  (3);  hasta  4830  elco- 
mcrcio  de  esta  ciudad  célebre  consistia  úuica- 
mente  en  la  esportacion  de  alguuos  productos 
dei  pais  á  Gonstantinopla,  en  la  importacion  de 
hierro  de  Taganrog,   puerto  niso  en  el  mar 
de  Azof,  y  en  el  cambio  de  sal,  azúfre  y  plomo 
por  los  productos  brutos  de  los  cantones  bár- 
baros  del  Cáucaso  y  mullilud  de  esclavos.  Hoy 
todavia  la  importancia  deesta  ciudad  está  toda 
en  su  posicion;   pero  cuando  quieran  los  go- 
hieroos  turco  y  ruso,  podrá  ser  ono  de  los  al- 
macenes  de  comercio  mas  ventajosos,  sin  coo- 
tar  la  utilidud  de  su  tránsito  por  la  Armenia  y 
Persia.  Trebizonda  está  ediflcada  sobre  el  de- 
clive  de  una  colína  que  da  frente  al  mar;  una 
ciudadela  constmida  sin  duda  por  los  genove- 
ses,  sc  eleva  por  eocima  de  la  ciudad;  pero 
cstá  en  muy  mal  estado,  y  dominada  por  las 
alturas  vecinas.  Mas  arriba  de  la  ciudad  hay 
un  puerto  pequeñoque  se  cree  haber  sido  des- 
tinado  á  las  galeras  de  remos;   pero  no  hay 
puerlo  para  los  boques  de  gran  porte,  sirvién- 
doles  dc  ancludero  en  el  estio  una  pequeña 


babia  abierta  en  el  estremo  oríeDtal  de  la  da- 
dad:  despnes  del  eqoinoccio  de  otoño  se  diri- 
gen  las  embarcaciones  tarcas  y  europeas  i 
Plitana,  muy  boena  rada  abierta  á  7  millas 
poco  mas  ó  menos  al  Oeste  de  Trebixonda  (1). 

Al  Este  de  dícha  ciudad  comienza  una  larga 
costa  de  60  leguas,  que  concluye  cn  la  fron* 
tera  rusa,  y  eu  la  eual  se  snccden  los  distrítos 
deYomurih,  Surmenab,  Of,  Rezah  y  Lazistao, 
comprendidos  todos  generalmente  bajo  esle 
último  nombre,  i  escepcion  det  de  Of.  Las 
montafias  se  elevan  desde  la  orllla  de  la  cos- 
ta  hasta  4  y  5,000  pies,  y  estin  cubiertas  de 
espesísimos  bosqaes  de  castaños,  hayas,  do« 
gales,  alisos,  ilamos,  sauces,  olmos,  fresooa, 
arces  y  abetos  en  las  partes  roas  altas.  Bste 
pais  montañoso  esti  poblado  de  ana  raza  de 
hombres  muy  robustos,  laboríosos  y  valien- 
tes  y  muy  afiamados  como  soldados.  Todo  es- 
te  pais  corresponde  i  1a  antigna  Gólqolde,  des- 
crito  por  Estrabon  al  principio  de  su  libro  od- 
ceno,  y  oompone  hoy  nni^  grtn  ptrte  del  baja- 
lato  de  Trebizonda.  El  Tschoroch  forma  el  li- 
mite  entre  este  bajalato  y  el  de  Kars,  y  i  oDas 
ocho  horas  de  distancia  de  Yatam,  sitaado  ea 
el  último,  esti  el  Ifmite  de  las  posesiones  ni- 
sas,  formado  por  el  Katil-Sou,  río  quc  sa- 
le  de  las  montañas  corríendo  al  Este  y  al  Norte 
de  la  bahía  de  Batum,  y  limitando  al  Snr  aoa 
vasta  llanura  (2). 

Mas  arriba  de  Trapezus  y  de  Famacia,  dice 
Estrabon,  se  enóuentran  los  tibarenes,  los  cal- 
deos,  lossaoios,  Ilamados  antlgnamente  macro- 
nes,  y  la  Pequeña  Armenia;  tambien  se  hallaD 
cerca  de  este  sitio  los  apaites,  antiguameote 
cercites.  Todo  este  pats  csti  alravesado  por  el 
Seydises,  monte  habitado  por  los  heptacome- 
tes  y  que  va  i  nnirse  con  los  montes  M(^bí- 
cos  (Georgianos),  situados  mas  arríba  de  h 
Gólquide,  y  por  el  Paríadres,  que  se  estiende 
desde  las  cercanias  de  la  Sidene  y  de  la  Te- 
mlsclra  hasta  la  Pequeña  Armenia. 

La  Pequeña  .irmenia  era  un  pais  muy  ríoo, 
gobernado  como  la  Sofene  por  príncipes  parti- 
culares  y  conquistado  mas  adelante  por  Mitrt- 
dates  Eupator,  que  mandó  constmir  alli  grao 
número  de  castillos  fuertes.  En  esta  misma  es* 
tremidad  del  Ponto,  noa  dice  Estrabon,  foé 
donde  sostuvo  en  último  lugar  el  csfuerzo  del 
ejército  de  Ponpeyo  para  huir  en  seguida  al 
Bósforo. 

Estrabon  pasa  despues  i  describir  la  parte 


(1)  Esle  es  el  saodjacato  de  Dtehanik, 

(2)  Estrabon  hacc  de  Faroacia  y  de  Ceraso  dos 
ciudadcs  diferenles;  pcro  segun  Arríauo,  Farnacia 
era  el  nombre  quc  llevaba  en  su  tiempo  la  ciodad 
de  Ceraso.  y  era  una  oolooía  de  Sinope. 

(3)  Véase  la  cróniea  de  Trebizonda,  compuesta  eo 
griego  por  Miguel  Tanareto  y  publieada  por  primera 
vei  eon  arreglo  i  uo  manuscrito  de  Venecia  por 
Mr.  Tafel  i  continuacion  de  los  opúscalos  de  Eus- 
taihc,  en  tSSa.^Véase  tambien  FaÜnurayenGetehi' 
ehteder  Koiterthumt  Von  Travcxunt,  etc.,  Muncben, 
1827  cn  4.*,  y  un  arliculo  de  Mr.  Hase  aeerca  del  im- 

Serio  de  Trebixonda,  en  el  Diario  de  lo$  Sábioi 
e  1828. 


(1)  Véasc  los  viases  i  Orieote  emprendidos  per 
órden  del  gobierno  francés  desde  el  afto  1880  basta 
el  de  1S29,  y  desde  1830  i  1833  por  UfoBUmer,  trtf 
volúmenes  en  •.*,  y  principalmente  el  viage  á  «oa 
parte  de  la  ArmeoÍN  y  dol  Asia  INenor  hecbo  en  fSIS 
por  Mr.  James  Brant,  cdnsul  de  S.  M.  B.  tn  ErzerM. 
{Nuevot  analet  de  Íot  xnaget,  i,  V,  p.  3S.) 

(2)  Véase  uoa  estensa  notieia  de  Mr.  Koelar  acer- 
ca  de  LatisUn  en  el  Diariode  la  Sociedad  Geofréfiea 
de  Btrlin  (j8(8-4S.)  SeRun  é\,  dos  sibios  prnsianet. 
lossefioresftocb  y  Rosen  recorrieroo  la  mismaeo- 
marca  y  recogieron  latmas  ioterosaotet  obterrafio- 
nessobre  laspoblacitBetde  raia  getrgiaM,  llaaa- 
das  laset. 


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893 


A9IA 


894 


interior  del  Ponlo:  mts  arriba  de  la  UaDura  de 
Temisciri  ae  estendia  el  mejor  canlon  de  aquei 
Y&sto  reiDO,  la  Fanarea,  gran  valie  iimitado  ai 
Este  por  el  Paríadro,  al  Oeste  por  ei  Uthrus  y 
el  Oplilimus,  atraTesada  por  el  Lico  v  ei  Iris, 
eo  cuya  coníluencia  liácia  ia  mitad  del  Taile  se 
leTantabaia  ciodad  dc  Eupatona ,  llamada  por 
Pompeyo  Magnópolis,  á  450  estadios  al  Norle 
de  Cabira ,  donde  se  veian  ei  palacio  de  Mi- 
tridates,  su  molino  de  agua,  su  vivero  y  en  ias 
inmediaciones  sn  parque  y  sus  minas.  Pompe- 
yo  dió  ¿  Gabira  ei  nombre  de  DiópoUs,  que  ia 
reina  Pitodóris  cambió  en  ei  de  Sebaste  (4). 
Xstareina,  contemporánea  de  Augusto,  poseia 
el  pais  de  los  tibarenos  y  de  los  caldeos,  los 
terrilorios  de  Famacla,  de  Trapeaos  y  de  Co- 
maoa  dei  Ponto  (2),  la  Fanarea,  la  Zelllide  y  la 
Megalopolitide.  Pompeyo  fué  quien  dió  el  lítu- 
lo  de  ciudad  á  Zela  y  á  HegaiópoUs,  reuuien- 
do  á  ellas  olros  mucbos  pueblos  pequcños,  co- 
mo  la  Culupeney  ia  Gamisene,  en  las  fronteras 
de  la  Pequeña  Armenia »  y  tambien  la  l^aTi-* 
niasene. 

fioDn,  Estrabon  descríbe  esta  parte  del 
Ponto  comprendida  entre  todos  estos  paises  al 
Sste,  lós  territorios  de  Amiso  y  de  Sinope  al 
Norte  y  la  Capadocia,  la  Galacia  y  PaHagonia 
al  Sur  y  al  Oeste.  Al  Sur  de  Amiso  y  basta  el 
Halys  se  estendia  la  Fasemonítide,  llamada  por 
Pompeyo  Neapolity,  y  cuya  parte  oríental  esta- 
ba  ocupada  por  el  lago  Estifano,  verdadero 
mar,  rodeado  de  escelentes  pastos  y  dominado 
por  el  fuerte  de  Cizárc. 

*Amasea  patria  de  Estrabon,  eslaba  üiluada 
en  on  vallc  largo  y  profundo,  alravesada  por 
ei  Iris  (3) ;  mas  allá  de  este  rio  se  ensancha  el 

(Ij  Véase  uDa  memoria  del  abate  Belley,  sobre 
lu  medallat  de  PUodorit,  reina  del  Ponto,  viuda  del 
rey  Polemon,  contemporáneo  de  AuKfasto ,  en  el  to- 
Bo  XXIV  de  las  Meimoriat  de  la  Áeademia  de  lat 
Jnteripeionet.  Sebasle  es  boy  Ssiwas.  Esta  ciudad, 
dice  James  Brant,  esti  sltuada  eu  una  llanura  dc 
4  á  6  millas  de  laiiiud,  por  16  i  SO  de  lon^itud,  nota- 
ble  por  sut  cotechas  de  graooc  de  superior  calidad, 
7  re(^da  por  el  Kizil-Ihnak,  quc  aunque  A  eorta  dis- 
tancia  de  su  orígeo,  es  ya  un  rio  conslderable.  Ssi- 
was  ocupa  una  vasta  superficie,  pero  su  circuito  en- 
cierra  raucbas  ruinas.  Su  poj^icion  es  escelente  para 
el  comercío,  y  su  entrada  es  muy  fácil  viniendo  del 
mar  Negro,  síéndolo  mucbo  mas  por  el  eaminomili- 
tar  qoe  Recbid-MohameUBajá  ba  hecho  construir: 
por  Ssiwas  se  va  Umbícu  á  Melatija,  Cbarput.  Diar- 
bekr  y  auu  Bagdad.  La  di»tancia  de  Ssiwas  a  Kalsa- 
rijch.  es  de  unas  8i  millas:  saliendo  de  Ssiwas  se  de- 
•  ja  la  lianura  dcl  Sur,  se  atraviesa  un  pais  unido  y 
cortado  por  cadcnas  de  montañas ,  en  gencral  poco 
elevadas.  Los  campos  estin  muy  bien  culiivados,  y 
el  pais  mas  poblado  que  en  otras  partes.  Véanse  los 

S»rneoorcs  que  da  Elitrabon  acerca  de  Comena  del 
OBlo,  distinte  de  Comaoa  de  la  Gran  Capadocia, 
(libroXIl,cap.3,93S|.37.) 

(t)  Véase  el  teiio  de  Cstrabon  aoerea  de  Amasea, 
(llÍ>rodlll,  cap.3,§89.) 

(3)  Co  estracto  del  itincrario  de  Mr.  Bugenio  Boré 
dara  hastanie  luz  sobre  esta  descripcíon  del  Pooto  y 
de  U  Paflagoniii  que  hemos  estracudo  de  Estrabon: 
Umemos  por  punto  dr-  parlida  i  Erógli  \Heráctea 
PMica  vel  ad  Lycum,)  Saliendo  de  «sia  ciudad  que 
rodea  uu  delicioso  pais,  se  dirígi6  Mr.  Boré  al  Sud- 
tste,  y  remonlóel  valle  del  Licocuyasfuentes  viósa- 
Ur  de  on  eerroelevado.  A  onalegoa  de  Tscbarscham< 
i>eh,  vi6  uiMf  ruloas  que  reconocióier  las  de  Clau'' 


valle  y  fónna  una  ilannra,  iiamada  ChiliocO' 
mon,  ¿  ia  que  siguen  ia  Diacopene  y  1a  Pinio- 
lisene,  dos  cantones  muy  íértiles  que  riega  el 
Haiys.  Al  otro  iado  de  este  rio,  es  deciren  Pa- 
flagonia,  señala  Estrat>on  una  elevada  montaña 
de  dificii  subida,  el  Olgassy,  rodeada  de  un 
pai3  moy  fórtil  y  ÍMStant^poblado,  ei  Blaene  y 
la  Domaoitide  que  atravie^  el  rio  Anmias.  En 
este  canton  fué  fundada  la  ciudad  de  Pompe- 
yópoiis.  En  fln,  la  parte  Interior  de  la  Paflago- 
nia  que  tocaba  en  la  Bitinia»  llevaba  ei  nombre 
de  Timonüide. 

Bitinia,  «Es  muy  diflcii,  dice  Estrabon. 
marcarcon  exactitudios  límites  que  separan  a 
los  bitinios,  misios  y  frigios, »  y  en  muclios 
parages  se  que)a  de  ia  incertidumbre  dc  estos 
límites;  asi  es  que  coloca  á  Cades,  hoy  Kadus^ 
en  la  Frigia  Epicteta;  pero  añade  que  scgun  al- 
gunos  esta  ciudad  perteoecia  á  la  Misia ;  por 
su  parte  Plinio  coloca  á  los  cadueni,  que  son 
los  KáSoide  Estrabon  en  ia  Lidia.  Estrabon  no 
sabe  si  la  Meonia  ó  la  KatalceÍLaumene  debe 
alribuirse  en  su  totalidad  á  ia  Lidia,  ¿  ia  Frigia 
ó  ¿  la  Misia;  mas  antiguamente,  en  ticmpo  de 
Genofonte,  parece  que  íormó  parte  de  esta  úi- 
tima  proYincia.  Toda  la  Olimpenete  que  en  los 
tiempos  primitivos  dependia  de  la  Misia,  for- 
roa  en  ia  carta  de  Tolomeo  una  parte  de  la  Bi- 
tinia  (1);  sin  embargo,  parece  que  en  tiempo 
de  sus  últimos  reyes  (2),  ia  Bitinia  se  esten- 
dia  de  Norte  ¿  Sur  desde  ei  Ponto  Euxino  hasta 

diópolit,  pasó  e1  Jilíos  {Billeut),  e1  río  mas  ancho  y 
rápido  de  Bltinia,  fijó  la  posicion  de  rtnot,  v  llegó  i 
Bartan,  |>eqoefta  dodad  turca,  de  agradable  at- 
peeto,quesegunsu  opinion  debesu  nombreal  rio 
Partbenius.  Eiamlnólasruinas  intereaantesde  Amas- 
serah  (Amastns),  y  arríbó  por  mar  al  puerto  de  la 
antigoa  CiUira,  i  coyas  ruinas  dan  los  turcosel  nem* 
bre  de  Kydros.  Luego  que  regresó  i  BarUuse  dirigl6 
al  Sodoeste  bicia  TCattamuni,  y  entró  iurgo  en  1« 
PaOagonia  por  uncanton  movalto.  Kastamuniesla 
anUgua  Germanie&polit,  (Vease  ona  memoría  del 
abate  Belley  sobre  la  Era  de  lat  eiudadet  de  Oerma' 
nieópolit.  y  de  NeO'Claudiópolit  en  PaJtagonia,  en 
cl  t.  XX  A  ae  las  Memoriat  de  la  Academia  de  tat  Int' 
erMM;ioii«s.)Tasch  Kuprisia  ba  sucedido  i  Pompeyé- 
pofis,  y  son  numerosas  las  ruinas  que  aUi  se  eu- 
euentran.  Mr.Boréno  atravesó  el  Djanik,  y  marcbó 
al  Sur  hicia  Ladík,  coyo  nombre  anuncia  una  loo* 
dieea;  despues  de  tres  boras  de  narcha  por  la  mon- 
taña  eotró  en  cl  lerritorio  de  Amasiah,  y  reconoGl6 
todo  el  cuadro  trazado  por  Estrabon.  Desde  alU  fué 
i  buscar  la  antigua  cíudad  de  Magnópolit,  y  la  des« 
cubrió  en  una  llanura  ineulu  qoe  baña  el  Iris.  Pas6 
despuesi  Ziverei,  quo  es  el  lugar  Uonde  murió  8an 
Juan  Crisóstomo,  y  muy  cerca  de  alli  observó  el 
síiio qoe  ocupó  Comana,  en  medio  de coUnas desnu- 
das  y  irídas.  Üesde  alU  pasó  i  Xokat,  que  en  la  épo- 
ca  de  Tournerort  era  el  centro  del  comercio  del  Asia. 
Mas  adelante  dcscubrió  1a  Armenia,  provincia  muy 
diferente  del  Ponto  y  de  la  Paflagouia.  A  una  lesua 
Nord<rste  de  Sslwas  concluye  la  Capadocia,  y  empíe- 
sa  la  pequefta  Armenia»  donde  Mr.  Boré  buscó  laa 
fuentes  del  üco,  y  las  ruinas  de  JNicápolit ,  ciudad 
cdiflcada  por  Pompeyo  i  9  miUas  de  aguel  río,  y  no 
eucontró  ninguna  de  esUs  dos  cosas  sino  despues  de 
muchostrobajos  y  fatigas.  £n  el  pueblodo  Fireo,  leyó 
distinUmentc  el  nombre  de  Nic^polis  cn  una  piedn 
parUda.  Desde  aUi  penetró  mas  adeianie  cu  la  Ar- 
menia. 

(I )    Letronne,  Diario  de  lot  Sábiot,  1848,  pig.  887. 

(ii  Véase  acerca  de  losrtfyes  de  Biíinia,  tres  me- 
merias  del  abate  Sevin  en  los  tomos  XII»  XV  y  XVI» 
de  la  coleccioo  út  la  Ácademia  de  la»  imcripeionet. 


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él  rio  Rtndaco  y  Monte  Olimpo  y  de  Este  ¿  Oea- 
te  desde  el  río  Partenio  y  ta  cafaena  de  moatn*^ 
ñas  qoe  la  separaba  de  la  faflagonla  y  de  la 
Galacia  hasta  el  Bósforo  de  Tracia  y  la  Propon- 
tlde.  Porapeyo  cambió  estos  antlgnos  límites  y 
agregó  á  la'  Bitinia  las  cindudes  de  Amiso, 
Sinope,  Amastris  y  toda  la  costa  hasla  el  ter- 
ritorio  de  Heráclea ,  es  dccir,  !a  parte  de  la 
Paflagonia  de  que  se  habia  hecho  dueño  Mttrt- 
dates.  Augasto  reunió  ademas  al  gobiemo  de 
Bitinia  el  año  747  de  Roma  las  prorincias  qiie 
Pompeyo  habia  dado  en  soberania  á  los  princi* 
pes  de  la  raza  de  Pilemenes,  y  la  ciadad  de 
Amasia,  que  desde  lamisma  época  habiatenido 
reyes  particuiares. 

Este  goblerno  faé  comprendido  por  Angus- 
to  en  la  particion  del  senado,  y  conflado  á  los 
pretores  qiie  por  decreto  de  este  príncipe  lle- 
val)anel  título  de  procónsules;  pero  entiempo 
de  Trajano  fué  gobemada  dicha  provincia  por 
un  lugarteniente  del  emperador ,  y  esta  nucva 
forma  de  administracion  duró  sin  duda  hasta 
los  tlempos  de  Diocleciano  y  Constaolino:  cn- 
tonces  1a  Bitinia  fué  la  prímera  de  las  once 
provincias  que  compusieron  la  Diócesis  Pónti- 
ca,  y  no  tenia  ya  en  esta  época  la  misma  es- 
tension  que  en  tiempo  de  Augusto,  pnes  habian 
separado  de  ella  á  la  Paflagonia,  de  que  era 
metrópoli  Gangre,  y  la  provincia  de  Heleno- 
ponto,  asi  Ilamada  dc  Heleoa,  madrc  de  Gons- 
tantino  (metrúpoti,  Amasia.)  En  el  reinado  de 
Yalentiniano  y  de  Valente  se  dividió  la  Bitinia 
propiamente  dicba  en  primera  y  segunda  &'- 
íinia,  teniendo  la  uua  por  oapiüBl  ¿  Nico«iedi« 
y  la  otra  á  Nicea.  Como  se  ve  por  las  actas  del 
concilio  de  Calceáonia,  Tcodosio  el  Jóven  des- 
Hiembró  tambieQ  de  elia  toda  1a  parte  qoe  cstá 
al  Este  (I)  del  río  Sangario,  y  formó  con  ella 
una  proviQcia,  la  Honoriade,  dequefué  mctr6- 
polí  G^attdiépoiis.  fin  cl  siglo  X  la  parte  mcri- 
dional  de  ia  Bltinia  con  algnnos  paises  recinos 
y  Nicea  por  capilal,  eslaba  comprendida  en  ia 
cuarta  tfaema  de  Üriente  ilamada  'O^/Uuov  yrla 
parte  septcntrionai  (cabo  Nicoraedia)  en  la  the- 
ma  Ilamada  'Oim^áxcúv  (2). 

Describiremos  primero  el  rio  Sangario  (3}: 
este  rio,  dice  Mr.  Hase,  el  mas  conslderable 
de  la  parte  Nordeste  del  Asia  Mcnor,  entra  eo 
Biliaia  en  la  confluencia  del  Bosavik-So,  cerca 
de  la  antigua  estacion  de  Dablffi,  despnes  de 
haber  forroado  desdc  Pcsinunte  el  limite  me- 
ridíooal  de  esta  provincia.  La  abundaucia  de 
sus  agnas,  la  anchura  de  su  lecho  y  la  eleva- 

(1)  Nícea  110  rué  mas  ane  una  m:tr6poU  de  sesun- 
do  órden,  y  1o8  bonores  de  U  prímera  mctrópoli  de 
tuda  la  Bíiinia  esluvieron  reservados  á  Nicomedia, 
antiKua  capiul  y  Tesideaeia  de  los  rejes,  fiíicomedim, 
Ékth^niw,  cono  dice  PHnio. 

(ft)  Véanse  las  Obtervíieiimei  del  aba4e  Belley  »o- 
bre  la  provineia  de  BiUnia  en  ta  historia  de  la  Aea- 
dHnia  de  iat  tmcripeiiHieg^  tomo  XLII,  pá^,  M. 

(3)  Este  es  cl  órden  quc  ba  seguido  Mr.  Hase  en 
UB  ÍHuaorlante  trabajosobre  la  geografia  comparada 
dela  Biiinia,  inserlo  en  el  tomo  XtX  de  la  Huloria 
dai  Sajo  hnperio  de  Lebeau,  edicion  de  SainHiartíii 
7  de  Mr.  Bres set,  menor»  (pág.  IÜ8*8Í6.) 


cion  de  las  montafias  qae  estoedhaii  casl  pof 
todas  partes  su  curso,  hacen  qae  sea  «1  rio 
ímportante.  La  prímera  cindad  modema  qae 
se  eneuentra  bajando  el  rio  es  Sugueod  é  Sn* 
ghud  (*),  celebrada  por  los  escntores  oríenta* 
les  eomo  la  cuna  de  la  mooarquU  otomana. 
Bespnes  de  baber  recogido,  continúaMr.  Hase, 
dos  rios  que  descienden  del  S«doeste,  e1  uoa 
procedenle  de  Biledjlk,  yel  otro  de  Aine-Genl, 
ct  Sangario  eesando  de  incHnarse  hácia  el  Oe- 
cidente,  forma  un  rccodo  que  dista  apenas  8 
legnas  del  lago  Ascanlo.  Mas  abejo,  en  ei  sttio 
donde  este  rio  se  encueotra  mas  próxino  al 
lago  Sophon ,  recibe  un  rio  que  viniendo  del 
Sudoeste  parece  ser  el  Melas  de  que  habla  Pa- 
cbimero :  cerc^  de  )a  confluencia  habia  aa 
puente  antiguo  conslroido  por  ÍostiftiaBo  y 
ttamado  lIovtoYétpupx  por  I^achimero.  Desde 
aqui  hasta  laembocadura,  reconocida  pormon- 
sicur  Jdubert  en  4  64  4 ,  no  tenemoB  síno  datos 
muy  ragos  sobre  el  curso  del  Sangario.  8tco- 
ronel  Lcake  coloca  á  Claudi4^polis  ,  la  antigaa 
Bitkynium,  sobre  este  rio  á  unas  5  legnas  det 
mar,  y  apoya  su  opinion  en  el  testímonio  de 
Pausanias  (Arcad.  cap.  IX^)  y  de  Bstebaode  Bi- 
zancio;  pero  Mr.  Hase  preílere  la  bipótesis  de 
Anville,  segon  la  cual  Claudiópolis  e.staba  en 
la  estremidad  oriental  de  la  Bitinia,  al  Sor  de 
Ttum.  Despues  del  Sangario»  qoe  fué  nna  de 
las  últimas  barreras  del  vacilante  imperío  de 
los  Láscaris  y  Paleólogos,  se  encuentra  la  en* 
bocadnra  del  nipío  (Iioy  et  Milan),  y  400  esta- 
dios  mas  lejos  el  pucrto  de  Liltima,  de  ^qae 
habla  Arrío  en  su  periplo  del  Ponto  Etixioo  (I). 
Siguiendo  siempre  la  costa  del  Este  al  Oeste 
se  encuentra  sucesivamente  la  embocndora  áe 
olros  tres  rios  pequefios;  Ilamadospor  losanti- 
guos  el  t\da\xn,  Galé  y  Lycus,  los  cuateshao  si- 
do  reconocidos  por  Anville  y  por  Mr.  Lapie; 
pero  ningun  viagero  moderno  se  ha  remontado 
liasta  la  cabeza  de  sus  valles  superíores. 

La  ciudad  dc  Ueráclca  está  situada  en  e1  si- 
lio  donde  el  Lico  desa^ua  en  el  mur.  fin  fia, 
siguicndo  siempre  el  litoral,  dejamos  á  niies- 
tra  derccha  el  cabo  Posidium,  la  Gmta  Profunda 
de  Aquerusia  (Rrusa),  Tium  é  Tius  y  la  eraboca- 
dura  del  Partenio,  que,  como  ya  beraos  dicho, 
raarca  la  frontera  ori-^nlal  de  la  Bitiuia.  «To- 
dos  cstos  lugares  fueroo  célebres  en  los  tieoH 
pos  clásicos;  pero  los  autores  bizantinos  no 
dau  uinguoa  noticia  nueva  sobrc  esta  parte  de 


(1)  Sobre  una  colina  conligoa  á  efla  ciadad,  •stá 
el  sepnlcro  de  Ali-Osman,  Tandador  de  la  dinasda 
otomana.  La  ciudad  faé  oonoedida  á  Erlo|i^l«  padrt 
dc  Osman,  sultan  de  Konieh,  porsusserririotiBilU*- 
res,  y  Uegó  á  ser  la  canilal  de  un  pequefto  esiada. 
que  comprendia  «•!  pais  Tecino  hasia  Angort  ea  el 
£ste,  y  por  e1  lado  opnesto  todo  el  lerrítorio  moaU- 
Aoso  rntrelos  vanes  del  Sangario  y  los  del  fleraHifl. 
(e1  Sarabal),  y  del  Meandro.  (Leake,  I^uevot  amaim 
de  lotviaget,i,Xt\\%l  pág.  SlOySÍO.) 

(S)  £n  cl  siglo  XIV  era  todavia  frccuentadn,  aia* 
de  nr.  Hase,  ptiesto  que  se  le  designa  con  el  aoabrt 
de  Lirio  en  ia  carta  catalana  publicada  por  losscto- 
res  Buchom  y  Tastú ,  en  las  JfoHeiat  y  ettraelet  ét 
iot  manMter%to9. 


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laeetta,  niiiirélis montifias intérioves,  teif 
todavia  poeo  coneeldaB.»  aontleiie  deicrlbir 
aqni  con  letralon  ^  parte  del  ütoral  oonipreii- 
dida  enlre  im  eiBboeftdiira  dei  Rindaoo  y  la  del 
Sanfario.  Ráliaiise  en  la  BHiDia^  dlce  (Ub.  XII, 
eap.  3«*,  trtdooeioÉ*  liaDeeaay,  litiiadao  sobre  el 
estrecho,  la  ciodad  de  Galcedosia,  Imdaia  por 
les  BKgareoaea,  y  la  ▼illade  erisópolíe.  l^ene 
despoea  la  coela  de  tos  caloedoniosy  conoctda 
OOB  el  WMDbre  de  goKo  basta  eeoa  (Gaoiidia), 
y  fiio  form  parte  do  la  Propóntide.  Sobre  este 
goUo  cali  ediíieada  ftieoBMdia,  asi  lÍMMda  de 
m  foiidader  Nieomedes  L  Otros  iwichos  escri- 
lares  dela  anOgtkedaé,  ooasa  Pliiiio  el  Jó- 
Tea  (4  )^  Filaaliatb,  LibaDio,  Ámleiio  MareeliBo, 
PlKMopio  y  Míeéfarov  m»  baa  d^ado  istecesaQ- 
tea  ponKDores  sobre  esta  eiodad.  Sa  nombre 
HiodeFDoes  IMmid  (2).  Sobreestomífimogol- 
fa,  conliB#i  Bslr^D,  está  tanblon  la  ciudad 
de  Astaco,  fundada  por  los  aMgareDsea  y  los 
alenieDaes.  lamedSatamente  despoes  dei  golfo 
Astaeeno,  Yiene  olro  golfoque  aTansa  las  tier- 
ras  hácia  el  OrieDte,  y  sobre  el  eoal  está  Pra- 
aiade,  antigDanieDte  ilmnada  Gios,  al  pie  del 
moDte  ArganlboDiom. 

Nicea,  al  primtípio  Antigonia,  capitftl  de  ia 
Bítlnia  esfaba  sítuada  sobre  el  lago  AseaBio  eo 
medio  de  ana  estensa  y  fértil  Uanura,  pero 
poco  sftBa  en  estio.  Is  longitud  de  este  lago  es 
de  4  0  á  4  8  millas  y  so  latitod  de  4  á  5.  Giñenk) 
por  tres  lados  colinas  escarpodas  y  pedregosas, 
delvis  de  las  coales  se  leTantan  las  cimas  dei 
Olimpo.  Mr.  Lealíe  visitó  las  roinas  de  Nicea  en 
4820  y  hatló  las  morallas,  las  torres  y  las  poer- 
tas  antigiies  miiy  bien  eonservadas;  «Sn  eons- 
tnicclon,  dice,  se  parece  á  la  de  los  muros  de 
CoDstaDtinopla  y  data  de  la  misma  époea.  El 
imik  torco,  aoDque  poeo  coDSiderablehoy,  foé 
no  logar  importaotc  en  los  primeros  tiempos 
de  la  histopift  otemana;  pero  jamás  turo  la  es- 
teBsioB  de  la  Nicea  griega  (3).» 

(f )  PliDio  et  Jév«»  en  éw  eartas  dirigidAS  al  em* 
p«ra4«r  Tr«)MM,  le  propoae  abrir  ao  canal  de  eo- 
mnDÍcaiSÍoB  eotre  el  mar  y  un  gran  lago  sitnado  en 
la  inacyiiacion  de  Nieomedio:  loa  comentadoreg.  á 
eseepeloo  de  Ortetio,  habian  oreido  que  se  trataba 
del  lag*  de  Lieea  6  del  Ateanio  separado  dei  go^o 
de  Niconedia  por  nna  «leTada  oaéeoa  de  moniaAas; 
pero  Mr.  de  Hamer  demostr4  hasta  la  evidoncia  la 
laisedadde  esta  interprotaelon,  ensn  Ñetation  d9 
«M  €$ewr9wm  d$  C9ñ$ÍaiUinopUt  é  Br»sa,  al  monie 
€Himpo,  á  Nieém  y  á  Nieomedia,  (Yéanse  los  Nuewi 
amaies  de  lofwaoei,  t.  V,  pág.  843  y  339. )  Plinio  qneria 
babUr  dél  lago  ramadoboy  lago  deSabandJah,  y  es 
notable  que  nineun  geógrafo  aotiguo  lo  haya  nom- 
Brado.  Amiaiio  Maroelino  habla  solamente  de  él, 
(llb.  U?i,  cap.  VIII),  bajo  e)  nombre  de  LaeasSn- 
nontensls;  Mr.  M aoner  crce  que  ett4  tamblen  desig- 
nado  con  el  nombre  de  Boane  lAm/ne,  por  Evagrius, 
(lll«i.  Becl.  II,  eap.  XIV.)  Bste  es  el  lago  P/imfin  dc 
€edrenas,  y  flegun  las  in^estifaciones  de  Mr.  Hase, 
pareceqiie  hnbia  tomado  desde  e)  slglo  X.I,  el  nombre 
de  lagobaam.  (V4a8e  «n  los  Jhtetoeanalot  de  lo$  eto- 
get  una  nota  de  Mr.  Walckenaer  aotMre  este  asnnlo, 
(tomoLXV,  p4ff.  tlS.) 

(9)  Véasesobre  el  estado  presente  de  esta  ciudnd, 
y  la  anii{ena  Nioomedia,  nna  eoria  dirigida  por  mon- 
sfeur  Teiler  4  llr.  Qttiiot,  é  Inierta  en  ol  Mhnitor  de 
44  de  jnlio  de  1834. 

(8)   Véase  umbien  sobre  Hieea  am  Benorta  de 

493     UIUUOTlICiV  ft*OPULAtt. 


Alwra  8i  pvthnos  de  k  astremidad  occi* 
dODtal  del  aaiigario  para  dirii^nioi  del  Ocete 
al  Este  liiGia  ei  río,  teremo»  desde  luego  at 
BMBÉe  Oümpo,  pmilo  cenlral  de  la  Bltioia,  se* 
pararlo  del  mar.  in  sa  faida  occidentiil  es  doa- 
éeticMiso  ortgflD  et  leai^  y  ia  mayorpar* 
te  do  loa  torraalea  qtie  eBgrnesan  prento  el 
SangHrío  predpÉlándose  cn  el  fondo  de  sn  va- 
lie  pedvegosa  y  salYagi  (4).  eait  en  ei  centro 
de  ia  CQenea  supei lor  ü  ieai-Bu,  cerca  de  «n 
lago  termado  por  los  numerosos  afluentes  de 
esie  ríD,  se  eBcntalra  boy  la  eiudad  de  Aini» 
Gbeol  (S),  en  las  isnediacloDes  de  la  antigua 
Modra,  cuyas  mlaas  no  ba  encoutrado  todavía 
ningun  viagero  moderno.  Un  poco  mas  arríba 
de  Leelcttb,  Ja  antigua  Leurm,  ostán  intemim- 
pidas  las  montañaa  paraleias  á  la  orilla  izquier- 
da  dei  lent^So  por  on  barranco  proftindo  don- 
de  corre  on  rio  que  sale  del  lago  de  leni- 
Gbber.  La  ciudad  modAroa  qoo  lleva  el  roismo 
nombre,  sttuada  i  medio  eamino  de  AiDi-CheoI 
á  Nicea,  parece  ser  la  fortalexade  Betocoma  de 
les  bioanttnoa.  Oolocadu  en  ei  punto  de  en- 
onentro  de  los  cualro  caaHooe  que  oenducen 
¿  ella  desde  Nicea,  Brasia,  AlDi-Gbeol  y  Kski- 
Cbebr,  aqnella  pim  seria  toda<via  boy  un  pun- 
to  estratégico  Qotabie  entre  el  Bangario  y  la 
Propóntide. 

Al  Sudeste  de  la  gran  masa  del  montc  Qlim- 
po  que  domina  ¿  Brusa,  se  destaca  uoa  cade- 
na,  que  los  antigBoa  conftiBden  coo  el  Ottmpo 
proptaroénie  dicbo,  y  es  el  Toumandj'dagh* 
separa  el  valle  superior  del  Bl^ndaco  de  ei  de 
leni-Su,  y  siguieudo  una  dircccioB  semtciroa- 
lar,  forma  el  límfte  merldleDni  de  h  BiHnta 
basta  la  orílla  del  SaDgarío,  que  la  corio  junto 
á  la  anUgoa  Tottseum,  entre  Oosüeo  y  Nicea. 

La  embocadura  del  Bhindaco  enlos  tiempos 
HDtiguos  servia  de  limite  entre  la  Kista  y  la 
Bitinia.  Este  rio,  dice  Mr.  Oase,  principal  re- 
cfpiente  de  las  aguas  roeridionaíes  de  la  Bifi>- 
nia,  es  como  el  tronco  doDde  viencn  á  cnlazar- 
se  todos  los  rios  qne  descendieudo  del  pie  6 
de  las  gradas  intermedías  del  Pedasos  y  del 
Temnos,  entre  el  Asepo  y  las  cadenas  del  mon- 
te  Olimpo,  refluyen  en  esta  vosta  coefica  flu* 
vial.  Estos  ríos,  que  son  cuatro,  llevan  huy  (os 
nombres  de  Ball-Kessrí-Thai ,  Sn-Senglierten, 
Zendja  y  Niloufer.  Todos,  á  cscepciou  del  úl- 
ttmo,  Ileganal  Rbindacopor  laorílta  izquierda. 
y  la  coenca  hidrográUca  que  forman  está  fueru 
de  los  limites  de  la  Biiinia.  El  Rhiudaco,  á  la 
salida  del  lago  de  Apoloni»,  toma  hoy  ei  nom- 

Browne  ÍDserta  ea  el  lomo  11  de  la  coloccíon  de  Wal- 
poltf;  la  relacioa  del  viain  de  Mr.  de  álMnmar,  ya  ri- 
tada  {Jíuevo$anmie$  de  (ot  vieifee,  t.  V,  pég.  290-310.) 
Y  la  caita  de  Mr.  Texierque  arabamosde  iodicar. 

(4)  «Presuroo,  dioe  Mr.  Base,  qne  aI  leéi-Su  es  ei 
rioquelosbiiantinos  llaraan  GalluM  (libro  Xl|,  ¿,  7, 
parte  IL  pág.  380,  edicion  de  Coray)  y  Pytbica»,  6 
»00  prababiemenie  debe  eseribirse  Pyteemi^» 
(9)  Seeun  Mr.  flase,  sobre  el  mismo  sitio  que  oeu- 
p6  Aini-Gbefld  ó  en  sus  cereanias,  era  donde  se  eth- 
contraba  la  rorlalesa  de  Meiangia,  de  que  bacen  men* 
eion  multhud  de  esoffHor«s  defdeCoMlantino  PoriQ- 
mgeneto  basta  PacbiaBero. 

T.     111.     67 


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899 


ASIA 


900 


bre  de  rio  de  MokbalidJ  (4)  y  mas  arriba  lleva 
el  de  Edreaos-Sii.  A  tres  legaas  de  este  puoto, 
remontando  el  rio,  so  llega  al  lago  de  Apolo- 
nia  (2),  dejando  ¿  corta  distancia  sobre  nue»- 
tra  derecha  la  ciudad  de  Lopadium,  actoalmen- 
te  Loupad:  fortiflcada  por  Juan  GomneDO,  fué 
oontada  defipnes  entre  las  plaias  importantes 
del  imperio  y  hoy  todaTía  es  un  núcleo  de  ca- 
minos  ootables  entre  Bali-Kessri ,  MokhalidJ, 
Mudamia  y  Brusa.  Las  fuentes  del  Rbindaco  es- 
tán  comprendidas  en  una  especie  de  cuenca 
abierta  al  Noroeste,  sostenida  al  Este  por  las 
pendieotes  del  monte  Olimpo  y  cerrada  hácia 
el  Sur  por  la  gran  cadena  llamada  Garmé  en 
la  edad  medía. 

Galacia.  Ai  Mediodia  <le  los  paflagonios, 
dice  Estrabon  (3)  estón  los  gálatas,  los  cuales 
se  dividen  en  tres  pueblos,  los  trocmos,  los 
tolistobogios  y  los  tectosagos.  Estos  Ires  pue- 
blos  hablaban  ia  misma  lengua  y  eran  gobcr- 
nados  del  mismo  modo  (4).  Antes  de  la  reduc 
cion  de  la  Galacia,  ó  Galo-Grecia  ¿  província 
romana  por  Augusto,  los  trocmos  ocnpaban  el 
pais  que  conflna  con  el  Ponto  y  la  Gapadocia; 
Eslrabon  señala  alli  tres  plaxas  fuertcs  ,  Ta- 
vium  (5),  Milbridatium  y  Danala.  Los  tectosa- 
gos  erau  veclnos  de  la  Gran  Frígia ,  y  an  for- 

(1 )  Próxima  á  la  conDucncla  del  Rhiodico  y  de  las 
aguas  réunidasdel  Hacesto  y  del  Ball-Keesri-Tchai, 
se  T6  laciudad  turca  de  MokhalidJ,  que  no  se  Uamó 
asi  hasta  el  tiempo  de  la  oon<|ul8ta  por  los  aflos  de 
1826.  segun  nos  lo  dice  el  principe  Ganiemir.  (fíiitíh' 
ria  ael  imperio  oiomano.  1. 1,  pág.  t6.)  En  cuanto  á  su 
uombre  blzantino  es  difícil  decirnada  que  no  sea  por 
conjetora.  Jorge  Acropólito  habla  de  dos  plazas, 
Berbeníacum  y  Gharioros  quedebiaueslarsiluadas 
cn  las  cercanias,  y  que  una  u  olra  ocupaba  tal  vcz  el 
lilio  donde  hoy  se  halla  Mokhalidj.  mola  de  M.  H.) 

Recieniemente  Mr.  Le-Bas,  eu  un  rragmento  de  su 
ViagealAría  Menor  inserto  en  la  Uevitla  de  Pilologia 

Ít.  I,  Pág.  S7  y  46)  ha  tratado  de  establecer  la  ideuli- 
lad  de  HokhalidJ  6  Monkalitch  con  Ancira  de  la 
Abasitido,  distinffuiendo  espresamente  esta  nueva 
Áncira  de  la  de  Frigia  (lo  que  ningun  intérprete  de 
Estrabon  habia  pensado  hacer  j;  pero  esta  opinion  ba 
liido  desechada  generalmente ,  y  en  nuestra  opjnion 
con  justicia,  porque  falsea  arbiirariamente  el  pensa- 
mienlo  del  geógrafo  griego.  (\>anso  los  Nuevot  Ána- 
ies  de  lot  viaget,  série  5.*,  4845,  t.  II,  pág.  29.  y  la 
discusionde  Mr.  Leirunne  en  el  Diario  de  los  Sábios, 
484S,  pág.  SG1--563.) 

(2)  La  ciuaad  de  AbuUionle,  situada  sobre  una 
pequefia  isla  cerca  de  la  cstremidad  Nordeste  del  la- 
go,  y  reunida  á  una  pcninsula  estrecha  pur  un  puen- 
te  demadera,  estA,  a  no  dudar,  edifleada  sobre  el  si- 
tio  de  ApoUonia  ad  Rjfndacum,  Mr.  Hamilton  fué  el 
urimero  que  rectificó  la  coitfíguraoion  del  lago  dc 
Apolonia,  defectuosa  en  todas  las  cartas  anieriores. 

73)  Libro  Xll,  cap.  V.  Véase  Umbíen  A  Plinio, 
Historia  naUiral,  lib.  V,  oan.  XLil.  Pur  lo  demas  Es- 
trabon, Plinio, Tito Livio  y  Justino, no están  de  acuer- 
do  entre  si,  ni  sobrc  el  número  de  los  pueblos  galaus, 
ni  sobre  los  paises  del  Asia  que  oeuparon. 

(4^  Gada  uno  de  estos  tres  pueblos  estaba  dividi- 
do  e'n  ouatro  ieírarquiat;  cada  tetrarquia  tenía  su 
tetrarca  particular,  un  Jucz  y  un  general  subordina- 
do  al  tetrarca,  y  dos  lugartenientes  subordiuados  al 
general.  Un  cooseio  comun  compnesto  de  300  indivi- 
duos,  juz)¡aba  delos  homiciJios;  los  demas  uegocios 
eran  deeididos  por  los  telrareas  y  los  Jueces.  Bii  la 
época  en  que  vivia  Estrabon  resumieroo  la  sobera- 
nla  tres  Jueces,  luego  dos.  y  ppr  ültimo,  Deyotaro 

(5)  La  posieion  de  Távium  no  está  todavia  Qjada; 
Mr,  Texicr  creyóreconocerla  en  fifez-Keni  (Véaiise  los 


talexa  era  Ancira  (4).  Los  tolisfobogfos  coofi^ 
Daban  con  ios  bilinios  y  con  la  Frigia  Epfctela, 
y  habitaban  las  ciudades  de  Bloueiom  y  de 
Peium.  Kn  esle  canton  estaba  tambien  la  cia- 
dad  de  PcsiDonte,  centro  de  qd  oomereio  con- 
siderable ,  al  pie  del  monte  Dindimo  y  cerca 
del  rio  Sangario  (S), 

Ei  gobiemo  de  ía  Galacia  estovo  encomeB- 
daro  á  los  lugartenientes  propretores  basta  el 
reinado  de  Diocleciano:  Gonstantino  U  colocó 
como  segunda  provincia  en  ladiócesis  Póntica, 
y  Teodosio  el  Grande  la  dividió  cn  dos,  segim 
Malala:  la  prímera  Galacia  gobemada  por  dh 
consular  comprendia  siete  ciodades,  segan  la 
noticis^de  Hierodes,  ydies,  segun  eipadre 
Lequien  en  su  Orten»  r}%ri$Hanu$  (l,  pig.  455). 
La  segunda  Galacia  tenia  por  goberaador  on 
prcesei  y  contenia  nueve  ciudades  de  laa  qae 
era  metrópoli  Pesinunte.  Segon  Hericieo  la 
Galacia  faé  comprendida  en  la  thema  de  los 
bucellarii,  la  sesfa  parte  del  Oriente,  segon  el 
Porflrogeneto;  Suidas  llama  tambien  i  los  gl- 
latas  buceHarii. 

Licaonia.  AI  Sur  de  la  Galacia  describe 
Estmbon  un  lago  salado  llamadoTatla  (3K  de 
grau  estension,  y  mas  alli  de  este  lago  elpaii 
de  los  Orcaorici  y  de  Pitnissus  y  las  llanoras 
montuosas  de  los  licaonios ,  lugares  frios  y 
desnudos,  privados  de  agua,  pero  ricos  en  re- 
baños.  Sin  embargo  !a  peqneña  ciudad  de  Ico- 
nium  (hoy  Konija)  estaba  situada  en  mejor  pais 
y  cerca  de  dos  lagos,  ilamados  el  mayor  Kora- 
bis  y  el  otro  Trogílis  (4).  El  limite  de  la  Ca- 

Nuevos  anfiles  de  lot  viaget^t.  LIV,  pág.Sft3  yel  priBBer 
tomo  (lc  su  DescripcioH  del  AtiaMenor^  pág.  m-ttl); 
Ifr.  Hamilton  marca  et  sitio  de  la  capital  delos  troe- 
mos  en  B  'gaE-Keni,  loRar  cubierto  de  ruioas,  per» 
de  la  época  siria  y  qne  Mr.  Texier  opioa  ser  PténoB, 
(Rí-searche  in  Asia  Minor,  t.  1,  pág.  398.) 

(i)  Véaese  las  Ohservaeionet  del  abale  BeUef 
aeerca  de  la  hitíoria  y  lot  monumentos  de  la  dudad  át 
Aneira  en  Galacia,  on  el  t.  XXXVII  delas  Jfe«ort«« 


de  la  Aeademia  de  las  Inseripciones  (pAg.  S9MI8.} 
E$  estrafto  que  Estrabon  haya  hablado  tan  brefe- 
ntente  comolo  ba  heeho  de  aquella  cíodad,  sobre  la 


cualnoshan  d^ado  escelentes  pormenores  Passft- 
nias  y  Tito  Livio. 

(3)  Véase  la  disertacion  de  Mr.  J.  Fant;  Utnlada: 
Funf  intchriflen^und Funf  SUidíe ti»  KletMitien,yf 
un  articqlo  de  Mr.  Letronne  sobre  esia  dlsertacioo  en 
el  Diario  de  lot  Sábiot  (julio,  IS4S.) 

(S)  En  la  carta  de  la  Turquia  asiálica  por  Mon- 
sieur  Kieper,  se  Ilama  este  lago  Salxtée  dat^tekUH, 
aEstá,  dice  Mr.  Ilamilton,  (iV«iefof  Anaies  de  letTÍa- 
ges,  t.  LXI,  pág. 473-74)  i  5  miUas  Oeste  de  Kotdi- 
Issar,  y  tiene,  scgun  dice,30  leguas  de  circiMiferen- 
cia.  Uoa  incrustacion  salina,  oeulia  easi  compleia- 
mente  los  restos  de  una  caliada,  construida  por  6r- 
den  del  suIUuSelim,  sobre  un  braio  del  laiio,  j  en  el 
piuUo  i  doode  ilegué  á  la  orilla  de  esie  lago,  eoositte 
su  lechi  en  una  cortesa  espesa  de  sal  sófída.  La  sal 
es  un  monopolio  dcl  gobierno.  y  esti  arreodada  par 
26  bolsas  al  año  (IS,S0O  realesl  por  el  baiá  de  Koni- 
yeb,  que  saca  de  uiilidad  84  bolsas  (47400  reales.)  So- 
10  se  recoKe  la  sal  en  ouatro  punloa  biijo  la  inspee- 
clon  de  los  recaudadores.  £1  agua  es  Can  salada,  qae 
niios  peces  oi  ningun  otro  animal  puede  «ivlren 
ella;  los  pájaros  no  se  atreven  tiquiera  A  tocar  cfU 
agua  p<>rquesus  alas  se  pondrian  ticsas  al  pnoto»  j  ae 
cubririin  de  una  capa  salina.» 

Estrabon  dice  exictamente  lo  mismo.  (Libro  XUt 
cap.  V^,  IV.) 

(4)  Ej  segundo  de  estos  lagos  se  llama  boj  una* 


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901 


ASIA 


902 


padoda  y  de  la  Licaonia  pasaba  entre  Goro-  sas,  Amblada,  Anabiira  Sinda,  Aarassns,  Tar** 


passns,  pneblo  de  los  licaonios,  y  Garzanra, 
peqneña  cindad  de  Gapadocia  qne  distaba  420 
estadios.  La  Isánrica,  dependia  de  la  Licaonia 
y  era  nn  canton  del  Tanro  qne  se  bizo  famoso 
por  la  larga  resistencia  qne  hicicron  á  los  ro- 
manos  losbandidos  qne  lo  habitaban.  Todo 
este  canton  estaba  cobíerto  de  fortalezas;  pero 
Bstrabon  distingue  solamente  en  éldos  pueblos 
con  el  nombrede  Isawa;  la  antigua  y  lantM- 
oa.  Gerca  de  lalsáurica,  ó  en  este  mismo  can- 
ton,  segun  Esteban  de  Bizancio,  estaban  tam- 
bien  Dcrbé  y  Lystra,  famosa  por  ios  actos  de 
l08  apóstoles(4). 

Pisidia.  Los  pisidios  ocnpaban  las  cnm- 
bres  det  Tauro.  Artemidoro,  citado  por  Eslra- 
bon,  hacia  la  siguiente  enumeracion  de  las 
dudades  do  Pisidia:  Selgé,  Sagalassns,  Pedne- 
lisáas  (2),  Adada,  Timbrlada,  Gremna,  Tityas- 

▼ecesSeidi-Cher,  y  otras  lago  de  Soghla.  y  e)  primero, 
•itaiado  mas  al  Nurdeste,  lago  de  Beg^Cfhehr,  Bl  lago 
de  SoglUa  se  seoa,  segun  diceo,  con  mucha  frecaen- 
cia,  porqae  su  agua  se  escapa  por  una  salida  sub- 
terrinea  al  ple  del  Tauro  Eotre  los  dos  lagos  bay 
una  cadena  de  altas  colínas,  t  el  rio,  por  mi^dio  del 
eaal  so  comunicao,  da  un  rodeo  al  Norte.  El  agua 
del  lago  de  Beg-Chthr^  esenteramente  dulce,  y  Pa- 
blo  Lncas  confundia  ciertamente  este  lago  con  otro, 
cnando  dice  que  tió  en  sns  orillas  sal  amontonada. 
Cootiene  mochas  islas,  sobre  todo  en  su  parte  sep- 
tentrional.^Nota  tomada  de  la  l^oticia  del  viage 
hecho  alAsia  Menor  por  llf  r.  Hamilton  en  1KI7.  ( Nue- 
9úi  Analet  ie  lotviaget^  t.  LXXXI,  pág.  198.) 

(1)  Debemos  i  Mr.  Hamilton  el  descubrimlento  de 
lasruinas  de  Lystray  de  Isaura:  «el  8  de  agosto,  di~ 
ce,  visité  ias  ruiiias  de  Bin-Bir-Kilita  (lasMil  y  una 
iglesias)  sobre  cl  Karadagh.  6on  muy  prociosas,  y 
cebren  una  grande  esleosion  do  terreno;  pero  k  es- 
cepcion  de  al^unos  grandes  sorcófagos  y  sepulcros, 
que  se  asemejan  á  los  de  Hierápolls,  pareren  perte- 
Becer  ¿  la  pnmera  época  del  cristianismo.  Se  compo- 
nen  principalmonte  de  restos  de  iglesias  biaantinas 
que  e^identemente  son  de  mucba  anligüedad  y  muy 
coosiderables.  Todas  sin  escepcion,  fueron  ediflcadas 
de  pórGdo  gris  y  rojo,  sacados  de  las  colinas  inmedia- 
tas.  Mo  inclíno  á  creer  que  estas  ruinas  son  las  de 
Lyttra,  que  coroo  ya  sabemos,  era  una  sede  episco- 
pal  eo  tiempo  de  los  emperadores  bizantinos,  circuns* 
íancia  qne  concuerda  muy  biencon  la  existencia  de 
iaotai  wlesias  arruinadas,  al  paso  queDerbé,  que 
hasta  aíorase  ba  sqpueslo  baoer  exislido  aqui.  no 
ettá  meocionada  siquiera  en  las  notioias  eclesiás 
.licas.»(lbid.  pag.  1S9.) 

Las  ruinas  de  itaura  la  dudad  nueva  edificada  por 
Aminus  (Eatrabon.  lib.  XII,  cap.  VI,  $111)  están 
en  las  cercanias  de  Hadjilar.  La  ciudad  eslá  sítuada 
sobre  el  punto  roas  elevado  de  una  cadena  de  colinas 
qoese  diríge  de  Noroeste  áSudestey  deja  á  la  vista 
abarcar  lasUaourasde  Konija  y  el  lagode  Beg-Cbebr, 
eíAenla  murallas  macisas  flanqueadas  de  allas  torres 
exágooas,  muy  bien  construidas  y  de  un  estilopor- 
ticular  de  arquitectura.  (HamiUoo,  ibid.  pág.  191.) 
(S)  Mr.Pellow  (véase  á  jouma  Written  auring 
m»  excurtion  in  Atia  Minor,  1S3S.  Lóndres,  18  i9. 
en  a.^  y  an  aeeouni  of  diteoveriut  in  Lyeia  being  á 
journal  Kep  during  a  teeond  oíceurtion  in  Atia  Mi- 
nor^  %HAO,  Ldndres,  1841,  en  8.")  á  quien  ftocos  viage- 
ros  instruidos  habian  órecedído  en  Písidia,  (véase 
sln  embargo,  la  ebra  de  nn  ministro  anglicano,  el 
B.  P.  J.  Arnndel,  títulada:  A  veiU  iothe  teven  ehur- 
ehe$  of  Aiia  With  an  exeurtion  into  Pitidia-,  Lóndres 
MiSen  8.^,  desGubríó  las  ruinas  de  esiaidos  intere- 
santes  ciudades  Sagalattut  y  Selga^  al  diñgirse  de  la 
eiadad  moderna  de  Jsbarta  ila  de  Adalia.  Sagalas- 

sos  oeopa  eo  un  lugar,  llamado  por  los  turoos  Bou* 


bassns  y  Termessus.  Estas  cindades  estaban 
sitaadas  nnas  sobre  lo  alto  de  las  montañas,  y 
otras  descendian  por  ambos  lados  basta  lad 
Uaonras  de  la  Panfllia  ó  de  la  Miliade.  Los  sel- 
gios  eran  el  pneblo  mas  considerable  de  la 
Pisidia;  eu  capital  Setga,  Uegó ,  segun  Estra- 
bon,  al  mas  alto  grado  de  prosperidad;  estaba 
Bituada  en  un  pais  admirable.  Pocos  caminos, 
dice  este  geógrafo,  condncen  á  la  oindad  y  al 
territorio  de  Selga;  porque  el  pais  es  montaño- 
so  y  cstá  cortado  por  precipicios  y  barrancos 
que  forman  mochos  rios,  entre  otros  el  Euri* 
medonte  y  el  Gestro,  que  descienden  de  las 
montañas  de  Selga  y  van  á  desagttar  en  elmar 
de  Panfllia.  Rsta  posicion  tan  fuerte  protegió 
por  mncbo  tiempo  la  independencia  delos  sel- 
glos.  Los  cantones  Tecinos  de  este  pueblo  eran 
loB  catennios,  y  homonadios. 

Misia  y  Friyia  (hoy  partedel  sandjacato  de 
Kodja-ili  y  sandjacato  de  Khodavendkiar.)  Es- 
trabon,  como  yaheftios  dicho,  semuestramny 
indeciso  sobre  los  verdaderos  limites  de  la  Mi- 
sia;  «con  todo,  dice,  en  cuanto  es  permitido 
conjeturar  se  podia  colocar  la  Misia  al  lado  del 
mar  entre  la  Bilinia  y  la  embocadura  del  Ese« 
po,  hasta  el  monto  Olimpo,  en  casi  toda  la  lon- 
gitud  de  este  (4).  Alrededor  de  ella,  pero  en 
lo  interior  de  las  tierras  y  sin  comuDicacion 
alguna  con  el  mar,  está  la  Frigia  Epicteta  (2); 
que  se  estiende  hasta  las  partes  orientales  del 
lago  Ascanio  y  del  canton  del  mismo  nombre.» 
Ademas,  distingue  la  Misia  Olimpena,  que 
conflnaba  con  la  Frigia  Bpicteta  y  con  la  Biti- 
nía,  y  cuyos  habitantes,  segun  Artemidoro, 
procedian  de  los  misios ,  eetablccidos  al  otro 
lado  del  Danubio,  y  la  Misia  situada  cerca  de 
la  Pergamene  y  del  Gaico,  y  estendiéndose 
hasta  la  embocadnra  de  este  rio  y  la  Teu* 
trania. 

Lo  qoe  caracteriza  al  pais  de  Mísia,  dice 

plos  y  otros  tres  grandes  edificios  públicos  «donde 
todo  respira  el  gusto  del  antlgno  arte  griego,  sio  oa-> 
da  qiie  revele  una  époea  romana  y  bizantina.» 
(Raoul-Rochett,  Dtarto/íelof  Sábiot,  ms,  p.  »79.) 
En  el  pueblo  de  Bojako,  situado  h  S4  millas  Sudoes- 
te  de  aquel  punlo,  rocibió  Mr.  Fellow  la  indicacion 
de  ruinas  considerables  que  debian  encontrarse  i  10 
roillasNordestesobrc  una  cresta  deroca  de  una  altüra 
prodigiosa  que  domina  perpendioulaimente  un  vaUe 
rico  y  proftmdo,  todo  lleno  de  pneblos;  alli  reconocl^ 
las  ruioas  dc  la  anligua  Selga,  es  decir,  un  monton 
de  tfrmplot,  de  teatrot  jf  edi/leioi  que  riválisaban  en- 
tre  ti  en  nwgniñceneta  y  gutto,  y  nn  recinto  de  tor- 
gat  muralt  >i  eaificadat  con  grandet  trozot  depiedra 
tegun él  tittema  llamado  etc/dpeo.'Dirigiéndose  al 
Sudoeste  encontró  tambien  Mr.  Pellow.  dos  ciudades 
antiguas  i  las  que  atribuyó  los  nombres  antiguos  de 
Itindut  (Sindé,  de  £strabou)  y  de  Pesnelittut:  U 
primera  era  una  cindad  grícga  de  una  época  antigua, 
y  la  serconda  pcrtenecia  i  una  época  romana. 

(1)    LibroXll,cap.  |V,g5. 

(3)  Esu  es  la  quo  Estrabon  llama  en  otra  parte 
la  Prigia  Heletpántica  (libro  XII,  cap.  Y,  fi  10.) 
Prusias.  el  que  acogió  i  Anibal  despues  de  la  derro* 
ta  de  Antioco,  habia  cedido  por  un  traudo  i  los  re~ 
yes  de  Pérgaroo  la  Frígia  Helespóntica,  llamada  mas 
antiguaroenie  la  Pfqueña  Frigia:  estos  le  dieron  el 


droum,  unasiiuacioninuy  escarpada  sobre  elTauro;  |  nombre  de  Frigia  Epicteta,  es  decir,coiiOMtila<to6 
us  ruioas  inmensas  consisten  en  síete  ú  ocbo  tem-    adquirida.  (Estrabon,  iibro  XU^  cap.  IV,  ^  s.) 


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AHA 


Ml 


VB  Tiagero  moderoo  (I)  es  el  marcado  desliii* 
de  y  diTUioii  de  los  ribazoa  y  TAÍles;  apeoas 
se  eneucDtra  aoa  roea  6  uim  ondulacion  de 
terreüo  en  los  Talles,  los  cuales  estin  límila- 
dos  por  cadenas  do  monUéas  escarpac^,  cu- 
y«  gran  uniformidad  de  soperOcie,  sugiere  la 
idea  de  qiie  estos  Yalles  fueron  antigoamenle 
lag'os;  su  suelo  es  sumaiaeole  fértil  ea  trigo, 
algodon  y  tabaoo. 

Los  antiguos  puebloa  reuQidos  alrededor 
del  monte  Olimpo  ó  M\m»  mw  Olympus, 
diclui  Mysius  (Plinio»  lib.  V,  cap  XL.)  estfi* 
ban  al  Norte:  los  bitinto^»  ios  duliones  que  ba- 
bitaban  el  Esepo  por  qna  parte  y  el  Rbiodaoo  y 
el  lago  Dascylitís  por  la  otr«  eo  lufi  iomedia- 
ciones  de  Gbizico  y  los  mlgdonios,  que  se  es- 
toodíaa  á  la  iumediaoion  de  los  primeros  bas- 
ta  el  territorio  de  Mirleo;  del  oiro  ladoaalabao 
los  misios  y  los  pueblos  de  la  Frigia  Kpicteta. 

La  primera  regioa  del  Qlimpo  termioa  en 
nna  gron  mesetade  praderu  abiertas  por  todos 
lados,  i  escepoion  del  lado*del  Sur,  donde  esti 
oerrada  por  altas  rocas.  Esta  es  la  princi- 
pal  eslacíon  de  los  turcomanos,  pastorea 
qnt  habitan  el  011  mpo  durante  los  seis  meses 
de  eslío,  y  la  reaidencia  del  gefe  deestas  bor- 
das,  eyidentemente  de  una  raza  distinta  de  la 
de  lo8  turcos  de  hoy.  La  segunda  region  del 
Olimpo  esti  cubierta  de  hayas,  plnos  y  abetos 
qne  se  derribln  en  la  esUeion  de  las  lluTias  y 
del  deghielo  de  lat  nietes,  para  arrojarlos  en 
el  Valle  de  las  Maderai,  por  donde  desclende 
el  Niloufer  avrastrindolos.  La  cnmbre  se  diTi* 
de  en  doe  cimas,  la  mas  alU  se  llama  el  Prai' 
U.  «Desde  aqoi,  dice  Mr.  de  Hammer  (2)  se 
perdcrla  de  tísU  hasta  lo  inflnlto,  sino  la  cir* 
oonscribieran  toda  alrodedor  murallas  de 
montañas;  al  Sur  lasde  GoothaU,  desdedonde 
80  observa  la  luna  para  caloular  con  exactítud 
la  entrada  delmes  de  ayuno  y  del  bayramqae 
le  signe;  al  Este  la  de  Catirli  de  doole  cima; 
al  Oeste  la  de  Bo%agui,  separada  del  Olimpo 
por  el  Talle  de  Adtanos,  j  al  Norte  las  lejanas 
playas  del  mar  de  Mármara.  Todos  los  valles 
grandcs  y  profupdos  del  Olimpo  ae  prolongan  bi- 
cia  el  Nordeslo  y  todasluaguasdescienden  por 
estcladopara  unlrse  despucs  al  Niloufer  (4). 
La  ciudad  dc  Brusa,  la  antigua  Prwta,  eslá  al 
mismo  pie  del  Olimpo,  tu6  Olimpo  eondila, 
oomodice  PHnio;  se  compone  de  la  ciudad 
propiamente  dicba,  del  castillo  y  dc  los  arra- 
bales;  lodo  rcunido  forma  una  hilora  de  easas 
de  nna  legua  de  largo  ,  fljada  sobre  la  (ütima 
pendiente  y  adberida  como  un  ceñidor  al  pic 
de  la  montaña  (4).  En  las  ínmediaciones  del 

(I)    Nm$90t  anaiet  de  lot  viaget,  t.  LXII,  p.  183. 

(f )    Idem.,  t.  y,  p.  904,  96. 

(8)  VA  NUoufcr  es  el  fforieius  de  loi  antlguos,  te- 
guD  AnvUÍe.  6  «sl  Bhymat,  seguo  Mr.  Lapic;  nn  pasa- 
M  de  Anno  Gomieno,  podria  hacer  crcer  aue  á  fines 
detsigle  Xl.era  conocido  con  el  uombre  ae  Vampét, 

(4)  Véase  en  los  iVu«oof  ^nalet  de  los  viagety  t.  Y , 
m.  W  -884.  la  larga  é  {nteresante  descrípcion  que  ha 
dado  Vr.' de  Hámmer.  acerca  de  las  aguat,  paseos. 
^aot^SBiei^éita»,  easoelts,  oonvefiiosf  mabéoleos 


OUmpo  ittdka  laUrabMi  it  exlfteiiciA  ie  trai 
lagos:  el  Dascylitis  y  mas  arriba  dos  coiisidov 
rubles,  Ilamados  el  uao  Apokmiaíi$  y  el  otro 
MilelopoUiis  (4)»  y  cerca  de  estos  lagos  colooa 
las  oiudades  de  Dascyliom,  XileCopolis  y  Apo- 
lonia  del  Rbindaoo  (3),  pero  parece  resoltar  de 
las  observaoionds  reciontes  de  lot  soioras 
Texier,  de  la  Guiobe  yde  la  BonrdQBaTA,  qae 
ba  babido  oonfosioo  ofi  todos  esloo  aonbrei, 
porque  no  existoo  en  ostas  aomarcaft  «aa  qoe 
dos  lagoa,  y  no  es  do  guponer  qne  htya  des* 
aparecido  el  otro  deapuas  dei  imperio  romaio. 

Bl  lago  do  MUetopolis,  llamado  hoy  Maai- 
yas  Gol,  eslá  tres  leguas  de  aaoiíiio,  al  Snr 
de  la  ciodad  modorna  de  AindiQjik  todi  Uena 
de  fragmentos  antigooa  prooedeiites  de  lu 
ruioas  do  Cbisioo,  que  los  torcoi  llamAn  laU 
kia.  «Ghixifio,  dioe  Estraboo,  es  aoa  iak  de  k 
Prepóntlde,  onida  á  la  tierra  finne  por  dot 
puentes.  Su  suelo  es  escelente  y  tiene  500  es- 
t^dlos  de  circuito.  Gerca  de  los  paeoies  esU 
la  ciadad  que  llova  el  mismo  nombro  4e  lais* 
la,  Una  parte  de  la  ckidad  está  ea  el  llano  y  ia 
otra  contigna  ¿  la  Pio4ad  l)amada  moote  de 
loa  Osos;  otra  mootoña  llamada  Dindyman  la 
domlna;  aqui  es  donde  está  ediflcado  c^  templo 
de  los  dioses  llaioadQ  Dindimena^*  Cbi^cobas- 
ta  el  tiempo  de  Estrabon  babia  penBaaecido  U- 
bre,  lo3  romanos  ia  habian  tratado  eoo  mocha 
distiocion  y  babiaQ  agregado  á  elia  i^uchoter? 
ritorio:  los  obisicenos  ocapaban  ea  la  Troade 
e1  pais  Bituado  allende  el  Ese^,  é  inmedia- 
ciQoes  de  Zeleia,  la  Uamira  de  Adrastea,  nnit 
parto  del  lago  Dascylitis  y  una  porcion  oonsi* 
derable  del  pais  ie  los  dolioaes  v  de  los  mig« 
dQuiQS  basta  los  lagos  MitelopoiiUs  y  Apohh 
niatis. 

Estraboa  meociona  tambien  en  la  iala  de 
Ghi«ioo  el  monte  Artazé,  qoe  se  levaota  por 
eocimade  una  cindad  del  mismo  noiBbre,  y  bd 
lejos  de  alli  el  cabo  Melanos,  enbierto  boy  de 
ruinaa,  aunque  poco  antiguas. 

de  esta  ciudad  oélebre.  Prusa,  Mgna  el  teali^— ia 
de  Plinio,  etiaba  cn  Bilinla  (libro  V¿  eap.  aa.)  Por 
oira  paile,B»lrabon,sin  dedr  poettivaMaU  qM  eto 
tuTiose  siiuada  en  la  Misia»coBM  se  ve  ea  la  traáne- 
don  franceoa  (l.  IV,  parta  t.«.  p.  as).  U  eeleci  al  Die 
del  OUmpo  Uamado  Misio,  cn  la  froBlcra  de  !•■  M- 

5Í0S  y  misíos.  Bn  sn  oonseoieaóia  beaios  ercMe  m 
eber  separar  la  mencíon  de  esu  ciaáaá  dc  U  dd 
Olimpc.  Por  lo  dcmas,  debcmos  deeir.  q«c  U  OUs- 

Sene  era  un  canton  dis tinto  de  la  Mida,  nna  ccpcsie 
e  pais  rago  entre  dicha  prcvincia  y  U  BíübU;  Bs- 
trabofi  parece  decirU  cspvesaBeBtc  (libro  XB, 
cap.  Vir;  fi  19.)  ,.  w  ^ 

H)    Paulmter  de  GfttHtemesnU  penscbc  qac  cslc 
lago  era  el  ArtynU  ds  Pllnlo;  oritmr  (BbyDdMM) 


ApolonUUíS,Anvllle  ha  creldc  (Geoirmfia  mUipta 


t.  H,  p.  n)  que  el  Artinia  dc  ^lÍntocorrcspoBdUmaj 
bien  al  lago  de  Apoloniá.  ' 

(i)  Véase  la  cpiHion  de  Mr.  LeBac.  sobrc  U  vcr- 
dadera  pcsli^ÍOfi  <ie  Apoloaia  en  U  k^vitU  depM»- 
giat  1. 1  p.  4a-4á,  opinfon  que  pcr  lo  denics  se  cccaea- 
tra  ya  espresada,  aunqoe  mas  bre venacnlc,  ea  «aa 
nola  de  la  traducoion  fraceesa  dc  Bstrabcn.  (T.  I», 


parle  i.a  p.  116.) 


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906 


M  fvtiB  •opeiier  áe  It  lAtia  oonH^eiidU 

4m  cnntofies^  el  ▲hreMeae,  es  decir  el  va- 
Ue  Buperior  del  Macesto,  aAi^Dte  priocípal 
dél  Rhindaco  y  de  la  Moreoe.  RecienteBieote 
Mr.  Le  Bas,  á  imitacion  de  Mr.  Haae,  tomd  al 
primero  de  eatos  caotooea  por  objelo  dc  sus 
i9Testigaciones,  y  descubrió  ea  ól  el  sitio  de 
las  antigflas  ciudapes:  fiadrioHÍ  ad  OUmfmm, 
patria  del  retónco  Atistidesy  es  ias  roinas  de 
Bflki-Klisie,  cerca  de  la  aldea  Bejjé  á  2,000 
▼aras  del  Rhindaco,  ai  pie  de  la  verUeote  me- 
ridional  de  nna  DMntaña,  y  parte  de  eüa  en  la 
lllLiiora;  y  PmMnenuM  ó  Pmanenum,  ciudad 
célebre  en  la  anlig&edad  por  un  tempio  Tene* 
ifdo  de  Esculapio,  y  basta  flnes  dei  siglo  XIII 
por  ooa  igiesia  dedicada  á  8an  Migoel,  segun 
Jorge  Acropolito,  eo  usa  fortaleaa  iumediata 
á  Kestelik  eo  la  uuion  del  Adranas-su,  y  del 
SeiidjaD-so(4),  Tambien  debo  comprenderse 
00  la  Misia  otro  canton,  la  Abaotide  de  SstraboB, 
eoyo  ferdaderp  ooml^e  era  Abmiide,  auDquc 
írecQentemente  se  ba  atribuido  á  la  Frigia  {%); 
ea  eete  cantoo  es  doDde  el  Macestó  (boy  Su- 
íU'ghérlé)  tenia  su  origeo,  y  estaba  situada  la 
clodad  de  Ancira  de  Frigia,  ilamada  por  Estra- 
boo  noXlxvi)  4>pvYiaxVi  y  tambien  ÁYicopa  x^c 
^  ASa&TtSo^y  y  sin  duda  tambioD  las  de  Si- 
oao  (3)  Kadi  y  Blaudo  (4). 

Ed  la  FrigiaKpicteta,  dice  Eatrabon,  se  eo- 
caeotrao  las  ciudades  de  Axaoi  (5)  (hoy  Tchava- 
dere),  de  .Nacolela  (6)»  de  Gotieom  (hoy  Ku- 
tahia),  de  Midesomde  DoriluoBm  (7)  (boy  Eski- 
Sohebr.) 

AI  Mediodia  de  la  Frlgia  BpicteU  está  la 


éase  U  Bevití»  de  fíMQgU,  1. 1,  p.  aOl-aU. 
éaie  el  articulo  3fa  ciiado  de  Hr.  Letroone  en 


W    Téafc , 

t^Diariodeht  5tffrtof.  (1845,  p.  501-63.) 

fc(S)  Mr.  HaniltoD,  Ifuevot  «malet  de  lot  9iaget, 
LXXI.  p.  laa,  vld  en  la  parod  de  una  meiqoita  en 
maveur  nna  ioscripcion  griega  en  que  se  vcia  la 
palabra  S6vao<,  despues  de  61  Mr.  Lc  Bas,  volvió  á 
▼er  la  inscripefon,  y  sac6  de  ella  la  misma  conse- 
caencia,  á  aaber:  que  la  ciudad  de  SimaTenl  6  de 
SimaT,  ocnpa  e1  fíUo  d«  8inao.  Bsia  posicíoo  deier- 
mina  seguramente  la  de  Ancira  de  Frigia,  Ilamada 
AYXvpa  Savíov  en  las  Adat  dc  lot  coneiliot,  en 
Klisie-Koui,  pneblo  ediOcado  cerca  de  la  oriila  occi- 
denul  de  au  lago  de  dondo  sale  el  8imaveul-au  ó 
Macesto. 

(4)  Blaudus.  sei^un  los  señorcs  Kiepert  y  Le  Bas, 
{Revitia  de  filohgia^  t.  I,  p.  SI5-n9}  oo  puede  ser 
mas  que  Belai  6  Balaty  cuidad  algo  al  Norte  de  Ki- 
lich-Keolyde  Simav. 

(5)  Las  bermosas  ruinas  de  Azaoi  están  descritas 
•a  •!  apéodiee  del  viage  de  Keppel  donde  se  cncueo- 
pan  los  planos  del  doeior  Hal|,  ol  mismo  que  las  ba- 
bia  descuUerto.  Detipues  las  han  visto  umbien  los 
aeftorefl  Laborde,  Gallier.  Texier,  Uamilton  y  LeBas. 

(6)  V6ase  en  ia  Mevuta  de  fHologia  {uh  p.3S3 
540)  la  relaeioB  de  la  escivsiou  dn  Hr.  Le  Bas  ai  va- 
lie  de  Amtth,  situado  á  S  ú  8  leguas  de  Sioao.  á 
iffnal  disunoia  de  Coticum  y  de  Ayani  y  pertene- 
ciente  sin  duda  comoe^us  eiudades  á  la  Prigia  Epio- 
teta.  Bste  sábio  bareconocido  en  la  foruleza  do 
▲moth  la  antigua  ?<aco)eia,  qot:  basU  ahorii  se  creia 
•sUr  el  Oeste  6  8udoes(e  de  Gett«iim«  cerca  de  Do- 
gánlu,  doode  s«  eueucotra  el  roonumenio  ilamado 
tepalero  de  Midat. 

(7)  Véase  para  el  itioerario  del  cuerpo  de  los  cru- 
aados,  mandado  por  Boomundo  y  para  la  sitaaetou 
«ueu  del  c«mp«  de  baulla  de  Dorilea  lo«  pormcBe- 
re«  topográflcos  recogidos  por  Hr.  Jaeobi  de  boct 


Gan  Frigria  (4),  en  la  qoe  Bstrabim  diatiogue 
la  Ps^area,  que  conílaaba  con  la  Pisidia,  y  los 
cantones  ée  AmoríQin  Eumencia,  Sinnada,  Apa- 
mea  Kibotos  y  Laodicet.  La  Frigia  Parorea  es- 
tá  atravesada  de  Sste  ¿  Oeste  por  una  série  de 
aitaa  collnas,  ¿  cuyo  pie  y  por  ambos  lados 
se  estienden  grandes  Ilanuras;  en  1a  del  Norie 
estaba  1a  ciudad  de  Pbylomelium  (boy  Ak- 
Cbebre,  seguu  HamiUon)  toda  situada  en  llauo, 
y  en  ladel  Sur  Aotioquia,  sobrc  una  colina. 
•La  pcqueña  ciudad  de  Sinnada  eslá  siluada, 
segnn  Estrabon,  en  !a  estremidad  de  una  Ha- 
nura  de  $0  estadios  de  longitud  y  plantada  de 
olivos;  y  mas  all¿  de  esta  Ilanura  se  encuen- 
tra  el  pueblo  de  Docimia  y  lu  cantera  de  már- 
mol  de  Sinadico;  los  babilantes  del  pais  lo 
llamau  minaool  docimito  (2).»  Apaoiea  era  la 
plaaa  de  comercio  mas  importante  del  Asia 
Meoor  despues  de  Efeso,  y  estaba  situada  en 
la  cooflueocia  del  M¿r&ias  y  del  Meandro.  Los 
aotiguos  creian  que  estos  dos  rios  salian  d«l 
lagü  AulocrenM,  situado  sobre  ia  coüna  de 
SetoasB.  Esta  colina  sostenia  una  ciudad  cu- 
yos  babítantes  fueron  trasladados  por  Aniioco 
Soter,  ¿  la  oueva  ciuda4  de  Apamea,  asi  Ilama- 
da  del  oombre  de  su  madre. 

Gerca  de  Laodicea,  el  Meandro  rccibe  las 
aguas  del  Gapro  y  del  Lico,  lo  que  bizo  dar  ¿ 
esta  ciudad  el  nombre  deLaodicea  de  Lico  (3). 
Mas  arriba  est¿  el  monte  Gadmo  de  donde  sale 
este  rio;  Tolomeo  y  Filostrato  colocan  esta  ciu^ 
dad  en  la  Garia,  Estcban  de  Bizancio  en  la  Li- 
dia  y  Estrabon  en  1a  Frigia,  dcscordancia  que 
proviene  siempre  de-Ia  misma  causa,  laincer- 
tidumbre  de  los  limites  de  aquellos  paises  de 
que  ya  hemos  bablado. 

TodalacuencadelMeandro.ymuypartJcular- 
mentedel  caoton  frigiollamado^axaxexau^jiivi) 
presenta  cstraños  feoómenos  voic¿nicos.  Es- 
trabon  los  ha  descrito  (4).  Mr.  Hamilton  vivió 
algun  tiempo  en  Koulah  para  examinar  con 
cnidado  todo  aquel  canton,  é  hizo  muchas  es- 
cursiones  para  reconocer  la  estcnsion  de  los 
diversos  torrentes  de  lava  que  han  corrido  de 
los  tres  conos  ó  crátercs  modcrnos,  corres- 
pondientes  ¿  los  tres  antiguos  de  que  habla 
Estrabon.  «Por  lo  deroas  este  es  el  rasgo  carac- 
teristioo  de  la  Frigia:  todas  las  llanuras  que  he 
visto  entre  el  Olimpo  y  el  Tauro  me  parecon, 
dice  Mr.  Fellow  (5),  segun  mis  observaciones 


de  Ur.  Callier,  é  insertos  en  su  nolicia  de  la  earta 
qeneraldel  teatrode  lat  Cruiadat^  p.  19. 

(4)    Véase  la  memoria  dc  Mr.    Kieper,  qne  acom-    ^ 
padai  ladiserucion  dcMr.  F.  Vranz.  (Funf  int- 
ehriften  und  fumf  ttaedle  tn  Kleinatient.J 

ÍS)  Véane  para  la  poslcion  designada  una  me- 
mori^del  coronel  Lcake  cn  los  líuevot  anatet  de  tot 
viaget,  l.  XIX.  p.  302.  .      .,..,. 

(3)  Piiniocoloca  k  Laodiceaaorillas  dcl  Lico,  mny 
cerca  deí  Gapro  y  de  oiro  rio  el  Asopo.dc  que  no  ha- 
re  mencion  niogun  olro  gcógraro:  impotita  et  Lyeo 
ftumini.  lat€ra  adtuentibut  Asojpo  et  Capro.  A&ade 
que  Laodieea  se  Uamaba  anles  Hhoat  y  masaniigua- 
meuiQ Dioipolit.  .,    ^,,, 

íi)  Libro  XU.  cap.  8,gny  I8y  lib.  XIII, cap. 4  ", 
¿  14. 

C5i   NHev»t  aiuilei  d$  lot  viagttt  \.  L^II,  p.  185 


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907 


ASIA 


m 


y  las  relaciones  de  lo8  demas  Tiageros,  in- 
mensas  mesetas  cubiertas  de  toba  voMnica 
amoDtonada  por  una  corriente  impetuosa  de 
una  porcion  considerable  dc  piedra  pomez 
y  de  una  cantidad  innumerable  de  fragmentos 
de  ágata  y  de  lava.  Ceñida  por  todos  lados  de 
cadenas  de  montañas,  la  Frigia  solo  presenta 
terrenos  abrasados,  por  cuya  rason  abnndan 
poco  los  vegetales,  que  consisten  en  cebada  y 
trigo,  ocupando  el  mayor  espacio  los  pastos. 
Cerca  del  Tauro  se  coge  mucho  opio  (4);  pero 
en  aquel  pais  elevado  y  poroso  son  raros  los 
rios;  hay  pocos  árboles  verdes  y  su  aspecto 
generai  es  salvage  y  triste. » 

Troade  (hoy  sandjacatode  Biga).— Despues 
de  haber  descríto  )a  Frígia,  vuelve  Estrabon  á 
la  Propóntide  y  ¿  la  costa  vecina  dei  Esepo. 
tUomero,  dice,  nos  da  á  eotender  que  los  tro- 
yanos  dominaban  desde  las  cercanias  del  Ese- 
po  y  de  la  Ghizicene  actuai  hasta  el  río  Gaico, 
y  que  su  pais  estaba  dividido  en  ocho  ó  noeve 
principados;  pero  los  escrítores  pesteríores  á 
este  poeta  han  cambiado  los  limitesy  los  nom- 
bresde  aquel  pais,dividiéndole  enmayornúme- 
ro  de  cantones.  l.o  que  príncipalmente,  añade, 
ha  dado  iugar  á  este  cambio,  es  el  estableci- 
miento  de  los  griegos  eolios  que se  esparcieron 
por  casi  todo  el  pais  que  se  estiende  desde  la 
Ghizicene  hasta  el  Gaico  y  tambien  por  el  pais 
comprendido  entre  e?te  rio  y  el  Hermo.»  Del 
roismo  modo  que  Homero,  reunió  Estrabon 
en  una  niisma  descripcion  la  Eolide  y  la  Tpoade, 
y  nombra  en  primer  Ingar  ¿  los  troyanos  ó 
licios  afnes  que  habitaban  1a  Zeleia  y  la  es- 
tremidad  mas  remota  del  monte  Ida  y  cerca  del 
riu  Tarsio,  y  despucs  la  llanura  de  Adasea, 
atravesada  por  cl  Granico  en  casi  toda  su  es- 
tension,  con  las  ciudades  de  Príapo  (/Tara- 
bugasz)  de  Adrastea  y  Parium  {Kemer  ó  A'c- 
mars.)  Como  Priapo  y  Parium  estaba  situada 
Lampsaco  en  ias  orillas  del  mar.  En  tiempo  de 
Estrabon  era  todavia  una  ciudad  considerable. 
Yienc  despnes  Abidos  (rutna  sobreelcabo  Niá' 
gara),  sobre  el  estrecho  que  une  la  Propóntide 
y  el  Helesponlo,  propiamente  dicho;  alli  fué 
donde  Jerges  habia  echado  un  puente.  En  ñn, 
mas  allá  de  Abidos  so  halla  Ilium.  «La  anti- 
gua  llium  1%)  no  cstaba,  dice  Estrabon,  en  el 
sitio  que  hoy  ocupa,  sino  30  estadios  mas 
arriba  al  Oriünte  hácia  el  Ida.»  En  cuanto  al 
llium  actua),  se  dice  que  no  era  antiguamente 
mas  que  una  pequeña  aldea  con  un  pequeño 
templo  de  Minerva;  pero  que  Alejandro  despues 

(1 )  La  ciudad  de  Aíioum-Kara-Hissar,  cuyo  noro- 
bre  si;|¡nifi(!a  CattiUoSegrodel  Opio,  debe  eata  deno- 
minacion  á  la  gran  cantidad  de  adormidcraS'Uegras 
que  sn  cuilivan  en  su  territorio.  El  cultÍTo  de  1a 
adormidcra  comienza  desde  las  moniaftas  de  Kedous 
fFris;ia  E^ieta.)  Yéase  sobre  cste  asunto  los  Kue- 
vos  aruiles  de  los  viages^  t.  LVI,  p.  d48. 

Í'l)  «El  silioquo  ocupó  la  ciud&d  doTroya,  dice 
Mr.  Uoiix  dc  RocbeUe  en  una  notícia  leida  a  la  8'»- 
ciedad  de  Geografía  el  S  dc  julio  de  1840,  cerca  dcl 
Simoisy  de  lasiuentes  del  Escamandro,  no  ba  vuello 
a  ponerse  en  duda  desde  lai  crudilas  obras  que 
poblicaron  el  coud*  do  Ghoiseul,  Goufiñer  y  Lecbe- 


de  la  victoria  del  Granieo  Id  dió  ricas  ofrendas 
y  el  nofflbre  de  cindad  con  la  Hbertad  y  mia 
inmnnidad  completa.  Despues  la  encerré  U- 
símaco  en  un  recioto  de  40  estadios  y  an- 
mentó  su  poblacion.  Sin  embargo,  en  la  épeot 
en  que  los  romanos  pasaron  por  príroera  Tei 
al  Asia,  la  naeva  Ilion  no  era  mas  que  ima  tío- 
dad  muy  pequeña,  y  coando  comenzaba  á  pros* 
perar  foé  destmida  easi  completamente  por 
Fimbria;  pero  Sila,  j  sobre  todo  César,  la  le- 
vantaron  de  sos  minas. 

Despues  de  Abidos  se  encoentra  el  cabo 
Dardanis  y  la  ciudad  de  Dárdano  (rutfM»  cma 
de  Howtkeu,  sobre  los  Dardanelos),  sitaada  i 
70  estadios  de  Abidos.  Entre  cstos  dos  loga- 
res  es  donde  desemboca  en  el  mar  el  rio  Ró- 
dio,  en  frente  de  Ginosema  en  el  Qoersoneso 
(el  sepulcro  de  Hécuba.)  Sigue  despnes  RbOB- 
tiom,  ciudad  sitaada  sobrc  una  colina,  inme- 
diatamente  dcspues  uoa  ríbera  moy  iM^a,  sobre 
la  cual  está  el  jEanteiwn  (templo  adonado 
con  el  s^pulcro  y  la  estátua  de  Ayax),  loego 
las  ruinas  de  Sigeo,  el  naustatbmon,  el  poerto 
y  campo  de  los  Aqueos  y  las  bocas  del  Esea- 
mandro.  Tales  son,  dice  Estrabon,  los  diferen- 
tes  lugares  que  ocupa  aqnella  costa,  y  pasa* 
dos  los  cuales  se  encuentra  la  llannra  de  Tro- 
ya,  que  se  estiende  hasta  el  monte  Ida  al 
Oríente,  en  el  espaciode  mochos  estadios  (4). 
Despues  del  cabo  Sigeo  y  el  sepatcro  de  Aqni- 
les,  sc  encnentra  en  la  parte  de  la  costaopoesta 
á  Ténedos  y  el  sitío  Ilamado  Achfieinm;  despnes 
Alcjandría,  en  la  que  fueron  incorporadas  las 
pequeñas  Yillas  de  Laríssa,  Golona,  Gebrena  y 
Neandría.  Despnes  de  haber  doblado  el  cabo 
Lectum  se  ve  abrirse  el  golfo  Adramito.  Aunque 
toda  lacosta,  desde  Lectum  hasta  Gana,  lleva- 
ba  el  nombre  de  golfo  de  Adramlto»  sin  eoi- 
bargo,  este  nombre  se  daba  mas  particolar- 
mcnte  á  la  parte  del  golfo  comprendido  entre 
el  cabo  sobre  el  cukl  estaba  situada  la  ciodad 
de  Gárgara  y  la  de  Pirra;  dcspues  se  Uanió 
golto  Elaitico  á  la  parte  comprendida  entre  el 
cabo  de  Pirra  y  Gana,  nn  poco  al  Sur  de  la 
embocadura  del  Gaico  (Bakher  Tokai,)  Sobie 
toda  esta  costa  desde  el  cabo  Lectum  hasta  Ci- 
na,  dlstingue  Estrabon  á  Asso,  en  una  fíierte 
posicion,  Pedaso,  Antandros,  la  ciudad  de  Le- 
leges,  Adramilo  (Landramitisj  (Eiiermúi  6  Ainr 

valier.  Esta  ciadad  se  baUaba  A  algunas  mHlas  lel 
Helf sponto  sobre  una  meseta  inmediata  al  pneM» 
de  Bournar-Bachi. »  Uevaba  ol  uombre  de  Hím; 
Pérgamo,  que  era  la  dodadela,  esUba  situada  sobro 
la  cresu  de  las  rocas  quo  se  esüeoden  á  lo  largo  dd 
Simois.  EsU  allura  mas  6  menos  e-Marpada.  doniM- 
batodala  ciodad,  á  la  que  protefia  por  elladodci 
rio,  y  todavia  se  encuentran  vestigios  de  las  fortil- 
eacioncs  de  que  esuba  coronada. 

(1)  Yéase  á  Bstrabou,  1.  XIII,  cap.  I,  $.33-4);  d 
Viage  á  la  Troade  de  Lechevaller;  el  Vimjit  pinioruee 
de  la  Greciaáe  Choiseul-Goufner,  t.  11,  p.SOSysft- 
guientes:  Us  Observatúms  on  tke  Topogrupki  oíike 
plaim  of  Troy,  por  James  Regnell:  la  obra  de  U^ix 
Ulü\ñúñ  JHe  Ébene-wm  Troja;  la  de  W.  Gell  rof^ 
grmphy  of  Troy:  el  trabajo  publicado  recioBtemeBle 
por  Mr.  Mauduit  compleU  las  inve^Ügacleoes  úf  Un 
demas  viageros. 


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909 


ASIA 


910 


miti),  oayo  territorio  dependia  de  la  Misia,  Pi- 
tana  {Safiderli)  cod  sqs  dos  paertos,  Elea  (C?ai- 
kí),  que  serria  de  puerto  ¿  los  tiabitaDtes  de 
Pérgamo,  y  GaDa,  sitaada  en  freote  de  la  punta 
meridional  de  LeBlx»  (4). 

R$ino$dePérgamoydeLÁdia(%),  (lioysaDd- 
}aeatos  de  Carassi-Saroulüian,  Saghala  y  Ai- 
din.) — ^Eatte  los  lugares  que  ▼amos  ¿  recor- 
rer,  dice  Estrabon,  Pérgamo  ocopa  en  cierto 
modo  el  primerlugar.  Es  ana  ciudad  célebre  y 
que  (loreció  mucho  tiempo  bajo  el  gobierno  de 
los  reyes  Atalides.  Estaba  situada  sobre  la  cum- 
bre  de  aua  montaña  de  forma  cóDica.  Al  Este 
de  Pérgamo  y  sa  llaDura,  se  eocuentra  Apolo- 
nia  en  una  práicion  elevada;  y  al  Mediodia  mas 
allá  de  una  cadena  de  montañas  dírigiéndose 
hicia  Sardis,  pero  un  poco  ¿  la  isqoierda,  se 
haila  Tiatisa,  colooia  macedónica,  que  algunos 
autores  consideraban  como  la  última  ciudad  de 
)a  Misia  hácia  ei  Sur:  hoy  es  Akhissar.  Mas 
adelantc  se  suceden  las  llanuras  de  Sardis,  del 
Hermo  y  del  Gaistro,  las  mas  fértiles  del  roun- 
do:  «Sardis,  dice  Estrabon,  es  una  gran 
ciodad  defendida  por  una  fuerte  cíudadela  al 
pie  del  monte  Tmolo»  de  donde  sale  el  Pacto- 
k>  (3),  pero  todoa  los  paisesquese  estienden  al 
Sur  entre  el  monte  Tmolo  y  el  Tauro  se  hallan 
de  tal  modo  confundidos  unos  con  otros  que 
es  muy  difícil  deterroinar  con  exactitud  lo  que 
pertenece  ¿  la  Frigia,  ¿  la  Lidia,  ¿  la  Garia  ó  ¿ 
la  Misia;  y  lo  que  no  poco  ha  contribuido  ¿  es- 
ta  confusion  es,  que  ios  romanos  en  la  distri- 
bucion  de  estos  pafses  no  han  tenido  en  cuen- 
ta  la  diferencia  de  las  naciones ,  sino  que  las 
han  dividido  enjurisdicciones,  cada  unade  las 
coales  tenia  uoaciudad  principal  doode  se  ad- 
ministraba  juslicia.»  La  llanura  de  Caistro,  si- 
toada  entre  ei  Tmolo  y  el  Mesogis,  tiene  por 
prolongacioD  ia  llaDura  Cilbiana,  que  se  dividia 
en  Ciíbiana  superior  (fuentes  de  Caislro)  y 
Cilbiana  inferior  (cercanías  de  Efeso);  seguian 
despues  la  llaoura  Uircania,  asi  Ilamada  por 
los  persas  que  enviaron  ¿  ella  una  colonia  de 
hircanos;  el  campo  de  Ciro,  la  Ilanura  Peltina, 
qoe  perteoecia  á  la  Frigia,  y  por  último ,  la 
Tabenc. 

Jonia,  Caria  y  pais  allende  el  Tauro.— 
«Nos  falta  habiar,  dice  Estrabon,  de  la  Jonia, 
de  la  Caria  y  de  la  costa  allende  el  Tauro,  ocu- 
pada  por  los  licios,  panfilios  y  cilicios;  de  este 
modo  completaremos  la  descrtpcion  de  la  pe- 
Dínsala  comprcndida  entre  el  Ponto-Kuxirio  y 
el  mar  de  Isso  » 

Toda  la  costa  de  la  Jonia  tiene  por  limites, 
por  nn  lado  el  cabo  Püsidium  de  los  rotlcsios 
y  las  raontañas  de  la  Caria  y  por  el  otro  ¿  Fo- 
cea  y  la  embocaáuru  del  Uermo.  Al  prlncipío 

(0  Yéase  la  descrípcíoo  de  U  isla  de  Lesbos  eo 
EsiraboD,  1.  XIU,  cap.  IL 

(3)  Véase  accrca  de  los  reyei  de  Pérgamo  }  los  de 
Lidia  la$  mcfnorias  del  aba(e  SfrviD  en  la  Coleccion 
de  la  Academla  de  las  Inscripcioues,  t.  V  y  XII. 

(3)  Yéase  acerca  del  Pactolo  las  investigaciones  de 
Bartbclemy,  en  la  coleceion  de  la  Academia  de  las 
InscripcioDOS,  t.  XXI. 


ocupaban  alli  los  oarios  todo  el  pais  donde  es- 
t¿n  Mileto,  Myus,  Micale  y  Efeso,  y  los  leleges 
el  resto  de  la  costa  hasta  Focea,  la  islade  Quios 
y  la  de  Samos.  Eas  doce  ciodades  jonlas  eran: 
Efeso,  Mileto,  Myus,  Lebedos,  Altabosco,  (Co- 
lophon),  Priene»  Tco,  Eritrea,  Focea,  Clazoroe- 
ne,  Quios  y  Samos.  Mas  adelante  fué  admitida 
Esroirna  en  esta  asociacion,  en  la  que  Mileto 
y  Efeso  ocupaban  el  priroer  rango.  Ue  aqui, 
segun  Estrabon,  la  descripcion  detallada  de 
esta  costa,  considerada  de  Sur  ¿  Norte  partien- 
do  desde  Mileto:  el  golfo  de  Latmo,  donde  es- 
t¿  Ueraclea;  el  pueblo  de  Pirra,  la  embocadura 
pantanosa  del  Meandro  {ñuiuk  Meinder);  Myus 
¿  30  estadios  mas  arriba  sobre  el  rio,  incorpo* 
rada  ¿  Mileto  entiempo  de  Estrabon;  la  tilla  de 
Timbria  con  su  caTcrna  dedicada  ¿  Caronte,  la 
ciudad  de  Priena  (Samson)  y  el  monte  Micale» 
(hoy  monte  Samson),  montana  toda  cobierta  de 
bosque  que  se  inclina  h¿cia  la  isla  de  Samos  (4 ), 
formando  el  cabo  Trogylium  (hoy  Budo);  mas 
allú  del  estrccho  que  separa  ¿  Samos  del  mon- 
te  Micale  y  sobre  la  costa  efesia  est¿  el  Panüh- 
nium,  (hoy  Tchangli),  punto  de  rennion  ge^ 
neral  para  los  jonios ,  donde  se  celebraba  la 
flesta  llamada  Punionia;  siguen  despues  Nea- 
poUs,  (hoy  Scala  Nová);  Pygela,  ciudad  pe- 
queña ,  con  un  templo  de  Diana  Muniquia; 
Panormo  con  otro  templo  de  Diana  Efesia,  y  por 
último  Efeso  (2).  Sobrela  misroacosta,  un  po- 
co  roas  arriba  del  roar,  est¿  tarobien  Ortigia, 
bosque  roagniflco  forroado  de  ¿rboles  de  todas 
especies,  y  principalroenfe  cipreses,  atrafesa- 
do  por  el  Cenchho  y  doroinado  por  el  roonte 
Solinissus  (Kutchnk  Meinder)  (3).  Mas  allá  de 
la  ombocadura  del  Caistro  hay  un  lago  forma- 
do  por  el  mar,  y  Ilamado  Selinusia,  y  despues 
de  este  otro  qoe  comunica  con  él.  Vienen  en 
seguida  al  monte  Gallesium  y  Altabosco  (rut- 
nas  al  Norte  del  cabo  Karu  Aghadjik),  con 
un  bosque  dedicado  4  Apolo  Clario ;  Lebedos 
{Xingi)  ¿420  estadios  de  Altabosco,  y  ¿la 
misroa  dislancia  de  Lebedos,  la  ciudad  de  Teo, 
situada  sobre  nua  peninsula  {Boudroun  cerca 
de  Sighadjík),  como  Mionesa,  colocada  entre 
estas  dos  ciudades;  mas  lejos  los  calcidenses 
y  el  istroo  de  la  península  de  los  teyos  y  erl* 
treos.  Estos,  dice  Estrabon,  habitan  cl  interior 
de  la  penin¿ula,  y  cl  istmo  est¿  ociipado  por 
los  teyos  en  la  parte  meridionai  y  por  los  cla- 
zoroeiiios  cn  la  parte  septentrional.  Aiites  de 
llegar  ¿  la  ciudad  de  Erilrea  se  encontraban  la 
Tilla  de  Eré  y  la  alta  raontaña  de  Corico,  ¿  co* 
yo  pie  estaba  cl  puerto  Casystes  (el  Cisso  de 
Ti(o  Livio)  y  oti'o  puerto  llamado  puerto  de 
Eriirea  {Rytré),  Despues  del  Corico  está  la  is- 
la  de  Halouneso  y  despucs  el  cabo  Argennuro, 
quc  forma  con  el  Posidium  de  la  isla  de  Quios 


(1)  Véase  acerca  de  Samos  á  Estrabon,  L  ZIV, 
c.  L  g  14-SO. 

(i)  Véase  acerca  de  Efeso  á  Estrabon,  libro  V, 
cap.  hS  ^-M- 

(3)    Yéase  uiia  oota  de  Hr.  TeKier  $obre  alfuno$ 


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9H 


ASIÁ 


•M 


tin  estreeho  qne  tíe&e  #0  efitadk»  de  la- 
mud(4). 

La  peiilDsala  de  9aB  Jaan,  donde  aotigiia- 
inente  estnvo  Clazomene,  se  halla  sltnada  cn 
medio  del  golfo  de  Esmima,  cerca  de  las  islas 
y  tier ras  que  forman  la  habia  de  Onrlac.  «Ista 
cindad,  enotro  tieropo  importante,  fné  al  prin- 
cipio  eonstrnida  sobre  la  tierra  firme,  y  algu- 
nos  viageros,  creyendo  ver  al  Snr  del  golfo, 
en  e1  nombre  de  la  aldea  turca  de  Keli$men9, 
un  derivado  del  de  Glazomene ,  pensaron  que 
csta  ciudad  habia  existido  en  el  oismo  sitio 
dc  la  aldea;  pero  el  testo  de  ios  autores  que 
han  hablado  de  ella,  dice  qne  la  clndad  estaro 
ediflcada  delante  de  ocbo  islas,  y  que  los  ba- 
bitantes,  espulsados  por  lo^persas,  se  refugfa- 
ron  en  la  que  estaba  delante  de  la  ciudad,  y  fl- 
jaron  en  ella  su  residencia,  y  como  la  poBicion 
de  esta  isla  está  perfectamente  conocida,  re- 
snlta  que  la  primem  Glasomenc  debiú  estar 
edificada  en  frente  de  la  isla  de  San  Juan,  en 
la  llanura  qoe  es  hoy  la  dc  Oorlac  (%).» Despoes 
de  Glazomene ,  dice  Estrabon,  se  halta  on  tem- 
plo  de  Apoto,  el  golfo  y  la  dodad  dc  EsnHrna, 
edificada  á  fO  estadios  de  la  antigua,  parte  so- 
bre  nna  montaña  y  parte  en  ia  llanora  oerca 
de  Meles.  Signen  despnes  de  Esmima,  Leucffi, 
{ruinas  sobre  la  bahia  de  Agria)  y  Foeea,  (hoy 
Phokia,) 

Estrabon  describe  en  seguida  lo  interior  de 
lastierras  de  la  Jonia,  desde  el  EfesohastaAn- 
tioquia  y  el  río  Meandro,  pals  habitado  igual- 
mente  por  una  mezcla  de  lidios,  carios  y  grie- 
gos.  La  primera  poblacion  que  se  encuentra  sa- 
Uendo  de  Efeso  es  una  cindad  eolia,  Magnesia,  á 
orillas  del  Meandro,  mucho  mas  próxima  al  Le- 
teo,  que  procede  del  raonte  Pactolo,  y  desagua 
en  el  Meandro;  estaba  situada  en  una  llanura 
cerca  del  monte  Thorax  (3).  Despnes  de  Mag- 
nesía,  tomando  el  camino  que  conduce  á  Tra- 
lles  {Ghiuzel  Hi$sar),  se  deja  á  la  izquierda  el 
monte  Messogis,  y  á  la  derecba  se  estiende  la 
llanura  del  Meandro,  coroQn  á  loslidíos,  caríos 
y  jonios  de  Mileto  y  de  Myus,  y  ann  á  los  eo- 
íios  de  Magnesia,  asi  como  tambien  todo  el  pais 
que  se  estiende  hasta  Nisa  y  Antioquia.  La  pri- 
mera  de  estas  ciudades  estaba  á  la  falda  del 
monte  Messogis,  y  un  torrente  la  separaba  por 


lugñnt  atUehelémieoi  de  la  eotia  de  A  «ta,  inserta  en 
ei  Bolelin  de  la  Soeiedad  de  Geoqraña^  série  a.«, 
t.  XX,  p.  252-65. 

(1)  Yéase  Eittrabon,  lib.  XIV,  cap.  I,  9  35. 

(2)  Yéanse  !«•  NaUu  de  llr.  L.  de  B.  Robre  (7<a- 
someneeii  les  Analet  marilimot,  diciombre  1814. 

(3)  Eo  el  año  de  1842  el  miiiislro  de  lo  Interior  de 
Francia  eovló  una  comision  cientifict  al  Asia  Menor, 

Sara  recoger  ios  Iragmentos  de  eseallura  proce- 
entes  dei  templo  famoso  de  Diana  Leucofrina,  en 
Hagnesia  del  Meandro.  Bstos  fragmenlos  traslada- 
dos  ¿  Francia  á  bordo  de  la  corbeta,  l*Expitd%tive, 
f ueron  depositados  en  ol  Luu vre.  ( VéansR  las  Contide- 
raeionei  arqueológicat  y  arquileeiónieat  de  mon~ 
tieur  RaouC-RoeheUe,  tobre  eltemplo  de  Diana  Leu' 
eofrina  reeientemente  deteuttierto  en  Magnetia  del 
Meandro^Diario  de  lot  SábiotJ,  octubre  de  1845.) 
Mr.  R.  w.  Hamilten  fué  el  primero  que  visitólas 
ruinas  de  Magnesia  en  Inek''Jbazar,  j  detietibrió  los 
restot  de  aquel  templo. 


decirtoasi  en  dot  eMades,  qoe  ae  < 
baa  por  mediode  on  pneote  (4 ). 

Caría,  (Moy  sandjacito  de  Menteefaa  {%  M« 
aHi  del  Meandro  se  eatraba  ea  Caría.  latraboa 
marca  en  la  costa  el  cabo  Fcesidium  de  los  ■!• 
ieslos  eomo  1«  eelrenidad  septentriooai  de 
este  pais,  y  en  )o  ioierior  de  las  tierraB  la  e»> 
tremidad  dei  nonte  Taoro.  Estraboo  describc 
en  primer  lugar  la  parte  de  k  oosta  qoe  di 
frente  á  la  isla  de  lodas,  y  qse  estaba  caa- 
preodida  entre  el  foerte  Daedala  y  el  mootele* 
nix;  los  puntos  importeotes  qoe  meodoaa, 
son:  el  golfo  Glauco,  el  cabo  Arleoiialo,  ladi« 
dad  de  Gauno,  domioada  por  el  foerte  loÉio 
y  provista  de  ona  arsonti  de  marioa  y  de  oo 
puerk)  que  se  podla  cerrar  (iíafa  Ágaieh),  H- 
silis  y  ei  rio  GalMs,  la  tilla  de  Fisoo  y  la  ñ- 
bera  esearpoda  de  Lorima.  En  freote  del  Feoii 
y  á  coatro  estadíos  de  la  eosta  se  rt  la  isla  de 
Blcosis  (3).  Despoes  de  Loríma  estáo  el  eal» 
Gioossema  y  la  isla  de  Symé.  Yieoe  eo  segiiidi 
nido  (rutiia«  €$roa  dd  cabo  Crio)  eon  sos  doi 
poertos,  nno  de  eiloe,  destioado  á  las  trírenes, 
poede  cerrarse  y  tiene  una  dároeoa  adondt 
eaben  Teinte  bageles.  DelaaCe  de  €oido  iiay 
una  isla  de  uoos  7  estadioode  clrcufto,  eo  fo«* 
ma  de  anflteatro  y  unida  á  la  lierra  flrme  por 
00  mnelle  qoe  eo  cierto  modo  haoe  de  Coido 
ooa  doble  elndad.  Halieamaso  {Bo^drouñ)  st 
llamé  primeromente  Zefira,  y  era  el  logor  do 
residencia  de  los  reyes  de  Garia;  mas  adelante 
está  el  cabo  Terraerinm,  situado  eo  frente  áú 
3candarinm ,  promoutorio  de  la  islt  de  Gos.  A 
los  cabos  Astipalea  y  Zepbyrium,  dependen- 
clas  del  territorio  de  los  mindios,  sucediaa 
las  ciudades  de  Mlndo  (Mentecba)  y  de  Bargi- 
lia  (4).  Entre  estas  dos  ciudades  esti  el  poerto 
Carianda  con  ona  isla  adyacente  del  mtsoM 
nombre ,  de  doode  era  orínodo  ei  blsloríader 
Scylax ,  y  por  último  laso  estaba  siloada  ea 
una  isla  muy  próxima  al  continente.  Mas  ade* 
lante  se  estcndla  el  cabo  Possidiom  de  los 
milesios. 

Bn  lo  interiorde  las  tierras  conviene  oom- 
brar  con  Bstrabon  tres  ciudades  uotables  de 
Caria:  Melazo  (5),  situada  en  una  Uanora  fér- 
til  y  domínada  por  uoa  mootaña  de  donde  sa- 
caba  mucho  y  escelente  mármol  blanco  (Fiseo 
le  serria  de  puerto);  Estratónice,  eolonla  ma- 


rela 


Bstrabon.lib.XIV,  ftaa. 

Véase  ias  invettigaewnet  del  alate  Sevia  se- 
bre  la  historia  de  la  Caria,  on  el  t.  IX  de  ia  ooleo- 
cion  de  la  Academia  de  las  Inseripciones. 

(3)  Véase  Bstrabon,  lib.  XIV,  c.  11,  $  80-14. 

(4)  Vease  una  Pfoticia  de  Mr.  E.  de  Cadalvear, 
tobre  las  ruinas  de  Bargilia,  in^erta  en  el  Botetinde 
/a  Soeiedad  Geografiea,  séríe  S.*,  t.  VII, pig.  f 57-01. 
Gerca  dc  BargUta  e^Uba  el  templo  de  íhMm  Cim^ 
diade. 

(5)  Entre  otros  templos,  liabia  ea  esta  cindad  ■■• 
dcdícado  i  Júpiter  Cario,  eomun  á  todos  los  carie% 
que  admitían  tambien  en  él  i  los  Udios  y  misios  á  tí- 
tulo  de  pueblos  liermanos.  Bn  cl  terrílorío  de  Kscra- 
tónice,  otro  templo  consagrado  á  Júpiier  Crisaocreo, 
servia  de  iagar  ae  rounion  &  los  carios,  qoe  forst- 
ban  ana  asociacion  UiBada  igiiaUBeiite  Xfu&t^- 
pecov. 


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MS 


A8ÍA 


944 


«edéniea  y  Alabai^,  •sitotdaal  píe  ée  des  oo- 
tinas  dispcreataa  de  tal  soerte  qne  le  dan  la  for- 
■tt  de  un  jomento  con  albarda  (4).» 

Licia. — «DespDesdeDoddala,  que  perteneoe 
á  los  rodios,  dice  Batrabon,  está  la  montaña  de 
Ucia»  llamada  tambten  DsedaU,  y  donde  empfte- 
u  la  costa  de  Licia,  qoetlene  4,7i0  etUdlos de 
longitud  (2),  áspera  y  de  difícil  subida.  Los  II- 
iáo»,  diforenciándose  enestode  sus  Tecinosde 
la  Panlllia  y  de  la  Cilicia  Traquea  no  habian 
aprof eebado  la  foerza  de  sos  costas  para  en- 
tregarse  i  la  piratería;  por  el  eontrario  foeron 
célebres  en  ia  antigüedad  la  moderacion  y  jo»- 
ticia  de  este  pueblo  (3) ,  y  su  conducta  había 
nerecido  qne  ios  romanos  lesd^áran  su  liber- 
tad  y  808  leyei. Lasseis  ciudades  principales  de 
la  confederaetoo  lieU  eran  Janto,  Patara,-  Pina- 
ra,  Olimpo,  Mira  y  Tlos.> 

A  contiBuacion  del  raonte  Dédala  cita  Estra- 
bon  en  primer  iugar  á  la  peqoeña  cindad  de 
Telaü80(hoy  Meis),  con  ei  cabo  Telmisls  y  un 
poertA  (4);  en  segoida  la  mootaña  esearpada 
del  Anticrago ;  á  so  pie  en  on  valle  profundo 
elfoerte  Garmileso,  y  por  último,  el  monte 
Grago  con  snsocho  clmas  y  uoa  ciodad  del  mis- 
mo  nombro.  Pinara  está  debajo  del  Grago  y  on 
laedio  de  las  tierras  (5).  Sigoe  despues  el  rio 
Janto  {Elchén  Tehi)  llaraado  antiguamenle  Sir- 
bes;  sobiendo  por  él,  dice  Estrabon,  á  la  dis- 
taocia  de  40  efttadios  se  encnentra  el  templo 
de  Latona  y  69  estadios  mas  arríba  la  ciodad 
de  ios  jantios,  ia  mas  considerable  de  todas 
las  de  la  Lida  (5).  Despoes  de!  Janto  está  Pata- 
ra  (7)  {Patera),  coyo  nombre  cambió  Tolomeo 
FiUdelfo  en  ei  de  Ar$ino$  de  Licia  (sín  em- 
bargo,  el  nombre  antigoo  es  el  que  ha  preva- 
leGido)  Mira  (8)  estaba  situada  sobre  una  alta 

(f )    BttrabM,  lib.  IIT,  cap.  4f ,  S  S0. 

(S)  Ssu  meéida  t o  esiieoéc»  seguo  GotsellÍD,  d«s- 
ée  el  foodo  del  Kolfo  de  Macrí  doode  esiaba  Dédala, 
hasta  el  promootorío  forniado  por  c1  monte  Clímai, 
doBde  torminaba  la  Licia.  LostTSOestadiosmarcados 
per  Estraboo,  son  esiadios  olimpieos»  y  Talcn  57  le- 

Íaas,  que  esia  dislancia  Utoral  de  los  puntos  preee- 
entes. 

(3)    Véase  Bstrabon,  lib.  XIY,  cap.  3,  $  2  y  S. 

(ij  Scilaxcomieoza  de  la  misifta  maoera  la  des- 
erípoioode  la  cosU  de  Licla:  TeA(&tSSó<  xaU({xV- 

(|)  Mr.  Fellow  ba  descubierto  «I  sitio  y  las  ruloas 
de  Pinara  en  las  cercanias  de  uu  pueblo  de  la  cade- 
oa  del  Grago  Uamado  Minara.  Téasc  Raoul-Rocbet- 
te.  (Diario  d$  lot  SákiotAM,  páff.  S9S.) 

(A)  El  descubTimiento  de  las  ruloa«  de  Jaoto«  es 
debido  á  Hr.  Fellow,  que  las  ba  descríto  en  su  via- 
p.  EeUs  ruioas  son  todas,  a1  parecer,  de  una  misma 
ipoca,  que  no  puedemenos  de  ser  muy  antigua.pues 
la  niayor  parte  de  las  muraltas  esUn  oonstmidas  se- 
gun  cl  ftistema  cíclópeo.  Los  sepulcros,  cuyo  uúmero 
es,  por  dectrlo  asi.infinito,  tieneo  todos  inscripciones 
en  caraetéres  nclos.  fVéase  ei  Diario  de  lot  Sahiot^ 
I84t,  péff.  807-9«.; 

(7)  Mr.  Fellow  visitó  en  sus  dos  viages  las  ruioas 
de  Patara,  que  cotrespondcn  eoteramenle  á  la  Im- 
porUneia  de  uoa  ciodad  qoe  se  sabe  fué  uno  de  los 
prineípaleft  aeienUs  de  la  eiviliiacien  beléniea  en  la 
Licia.  Raoul-Rocbelte,  Jbidém,  páK.  S86.  Particndo 
deesla  ciudad,  es  prcciso  tomar  por  guia  en  et  es- 
tadio  de  la  geograna  del  Asia  Menor,  el  trabaje  dei 
capiUD  Beaufort,  sobrela  Carameii^a.  {Nuevot  jtnO' 
t€sd9  lo»  viagtt,  l.  V.pág.  5-iai,  y  Vl,  p4g.  ft-Ti.) 

(8)  Mira  es  uua  de  las  ciudades  de  la  aotigoa  LU 

494    uiuuomA  poruLAU. 


s 


«olina  á  to  ettadios  8<rt>re  el  nivel  del  mar»  y 
la  peqoeña  ciudad  de  Limira  (Phinelra  6  Finlca) 
á  20  estadios  debfljo  de  la  embocadura  del  Lf- 
mlro.  Bn  el  Intermedio  se  encuentran  muchos 
pnerfoa,  a&i  comomuehasislas'adyacenteff,  en- 
tre  otras  Meglsto,  se^n  Scilax  (hoy  isla,  Cd^- 
Mofiio),  y  en  lo  Interior,  Felo,  Antifelo  y  et 
▼alle  Oalmera.  Signen  despnes  el  cabo  Sagra*  * 
do  y  las  tslas  Quelidonias.  Entre  el  cabo  Sa- 
grado  y  Olbla  estaban  Olbusa,  Olimpo,  la  mon- 
taña  Ilamada  (ambien  Olimpo  ó  Fenico,  dea- 
pnes  la  nbera.Corico.  Faselis,  cludad  consíde- 
rable  con  sus  tres  pnertos  y  un  lago  (hoy 
Tekrova)  estaban  debajo  del  monteSolima.  Se- 
gnn  Bstrabon,  Faseiis  pertenecia  erectivaments 
á  la  Licia,  annqne  sln  formar  parte  de  la  con-- 
federaclon;  pero  Plinio,  Dionisioel  Periegeto  y 
Esteban  de  Bísancio  señalan  esta  ciudad  como 
la  primera  de  la  Panfllia. 

Pan/ilia  (sandjaoato  de  Teke-lll). —0/6ia, 
cludad  muy  fnerte,  se  presenta  en  primer  la- 
gar;  el  coronel  Leake  coojetura  qne  la  hermo- 
sa  posícion  que  ocupa  boy  Satalia  no  puede 
convenir  sino  á  Olbla  (4),  la  cual  seríatambien 
la  misma  ciodad  que  Attalia.  Satalia,  llamada 
Adalia  por  los  tnrcos,  estaba  edificada  en  se- 
micircuJo  alrededor  del  puerto;  entre  otras  rni- 
nas  es  notable  un  acueducto,  todo  destruido, 
cubierto  de  malczas  y  que  se  prolonga  tan  le- 
jo3  como  los  arrabales.  El  riode  Pala^Satale» 
lia  desegtU  en  el  mar  cayendo  perpeodicolar- 
mente  desde  lo  alto  de  una  ribera  escarpada,  y 
esta  slngularidad,  dice  el  mismo  sábio,  parece 
probar  que  es  el  Catarrhactei  de  les  anti- 
goos  {tj.  Mas  lejos  al  Este,  dice  Beaofort,  he- 
mos  hüllado  dos  rios  considerables,  el  Oestro  y 
el  Euriroedonte:  el  primero  tiehe  300  pies  dc 
latitud  y  el  segundo  420:  el  estado  de  estos 
rios  ha  cambiado  mocho  desde  el  tiempo  de 
Estrabon  y  de  Pompooio  Mela,  que  nos  mues- 
tran  el  Cestro  como  navegabie,  y  desde  el  liem- 
po  de  Cimon  y  de  Anibal,  quienes  segun  el  tes- 
timonio  de  Plutarco  y  de  Tito  Livio,  navegaron 
á  gran  distaucia  por  el  Eurimedonte  (3).  Sigue 
una  costa  arenosa,  que  tiene  alguuss  miltas  de 
longitud,  hasta  Eski'Adalia  (Attalia  la  Vieja), 
la  antigua  Sidé,  ciudad  sitnada  sobre  unu  pe- 
nfnsnla  baja,  rodeada  de  mnrallas  construidas 
con  pocasolidez  por  la  partedel  mar;  pero  mny 
fuertes  por  el  lado  de  tierra  y  todavia  bien  con= 
servadas;  en  t*l  estremo  de  la  península  habia 
dos  puertos  para  los  buques  de  poco  porte;  hoy 
eslún  obstruidos  de  arena.  A  pocas  miltas  mas 

cia  que  conservan  mas  monumentos  de  su  anligoo 
esplcfidor.  Se  eslendia  á  la  falda  de  una  monUAa, 
á  cuyo  pie  bay  un  teairo,  acaso  el  mayor  de  loda  el 
AsiaMctnor.  Diariode  tos  Sábiog,  I84S,  pág.  400. 

(4)  Véanse los  Ifuevot  Anatet4elot  riaget,  I.  XX, 
pág.  175-n. 

(a)    Véasel6tdm.pAg.  177-78. 

(3)  Bslnibott  menciona  la  ciudad  de  Pergé,  á  €0 
estadios  de  la  embocadiira  del  Ccsiro.  y  la  de  As« 
poBdo  &  la  misma  disUncia;  es  dech-,  4  6  6  8  milias 
do  la  del  Eurimedonte,  y  mas  arrtba  csiA  tambÍHa 
R.  Pedneliso.  (Véaase  ios  Piuovoe  Ancdet  de  lotvia- 
gct,  U  XX,  p4g.  47»-7».) 

T.    Ul.     58 


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945 


ASIA 


m 


allá  del  Sidé  está  la  embocadura  del  Manaygat 
6  Menougatsu  (antiguamente  Melas):  Estral)on 
iDdica  UD  puerto  eD  su  embocadura ;  pero  la 
costa  no  es  mas  que  uoa  playu  arenosa.  Sigue 
despues  una  pequeña  isla  cerca  del  cabo  Kara- 
bournou  (4)  toda  llena  de  escavaciones  y  ci- 
míentos  de  casas:  eo  otro  cabo,  llaroado  en  al- 
gunas  cartas  Tolemaida,  ballóBeaufortrestos  de 
murallas  ciclópeas,  y  aqui  es  donde  coloca  la 
ciudad  de  Tolemaida,  la  única  que  Estrabon 
mencioua  entre  el  Melas  y  lo^  confines  de  la 
Gilicía.  El  promontorio  de  Alaya  descuella  en 
medio  de  un  istm6  bajo,  separado  de  la  mon- 
taña  por  una  vasta  llanura;  el  lado  oriental, 
sobre  t\  cual  eslá  colocada  la  ciudad,  es  tan 
escarpado  quc  podria  convertirse  f4cilmen- 
te  en  una  forlaleza  inespugnable.  La  vista  ge- 
neral  de  Alaya,  dice  Beaufort,  concuerda  exac- 
tamente  con  la  descripcion  sucínta  que  Eslra- 
bon  hace  de  Goracessium,  primera  ciudad  de 
la  Giliciu  Traquea  (2),  y  los  estribos  áridos  del 
moute  Tauro,  que  en  aquel  sitio  terminan  en  la 
.ribera,  indican  suficientemeote  el  prínciplo  de 
aqnella  costa  elevada.  La  cumbre  de  una  alta 
roontaña  cónica  á  tres  miUas  Nordeste  de  Ala- 
ya  y  á  dos  millas  del  mar,  prescnta  las  ruioas 
de  una  ciudad  antigua,  en  la  cual  hubiera  re- 
conocido  Beaufort  la  ciudad  de  Laertes,  patria 
de  Diógenes  elBiógrafo,  descrita  por  Estra- 
bon,  si  esle  mismo  autor  no  dijera  espresa- 
roente  que  era  la  tercera  ciudad  al  Sudeste  de 
Coraccssium  y  no  biciera  de  ella  un  pucrlo. 
Avanzando  al  Este  se  encuentran  oclio  ciudu'* 
des  y  .villas  abandonadas  generalmcnte ,  si- 
tuadassobre  colinas  y  ediflcadus  sin  duda  so- 
bre  las  ruinas  de  ciudades  mas  antiguas ;  en- 
tre  otras  existia  alli  indudablemente  el  Sydré 
de  Estrabon,  que  Tolomeo  llama  Syedra.  A  po- 
cas  millas  de  las  últimas  ruinus,  la  costa,  pe- 
dregosa  hasta  alli,  presenta  una  Ilanura  cuiti- 
vada  y  regada  por  dos  riacbuelos.  Por  un  lado 
)a  montaña  y  él  cabo  de  Selinty  descuellan  en 
niedio  de  la  llanura  y  por  el  otro  formaa  una 
cadena  de  riberas  cscarpadas.  Selinty,  dice 
Beanforf,  es  indudablcmcnte  Selinus,  que  á  la 
rouerte  de  Trajano  tomó  el  nombrc  dc  Trajanó- 
polis.  En  seguida  Ilegóá  las  ruinas  de  una  ciu- 
dad  untigua,  que  en  sii  opinion  es  la  Antiochia 
ad  Cragun  de  Tolomeo;  mas  lejos  al  Este  una 
aberlura  en  las  montañas,  da  paso  á  un  riachue- 
lo  en  cuyas  márgenes  hay  cabañas  de  pasto- 
res  y  ruinas  modernas:  este  lugar,  Ilamado  hoy 
Charadrant  conviene  euteramentc  al  fnerte 
Charadsus,  colocado  por  Estrabon  enlre  el  Cra- 

(I )  Mr.  Leake dice,  que  siendo  el  caho  Karabour- 
nou  ó  Karahouroun  e1  único  punto  nolable  de  esta  cos- 
ta.  debe  serel  Lcucothelus,  AevxóOetovávtpwwi^ptov 
del  estadiasmo,  aunque  el  nombre  moderno  Kara, 
significa  negro,  y  el  antiguo  Leueot,  blanco.  {Ibidem, 
pájE.  181.) 

(S)  Los  antigoos  geógrafos  no  están  de  acuerdo 
sobre  los  Hmites  de  la  Panfilia  y  de  la  Giiicia.  Eslra- 
bon  los  colof  a  en  Goracessium;  Plinio  en  el  rio  Melas, 
que  c&tá  á  36  miUas  mas  al  Oeste;  Pomponio  Mela  en 
Anemavium,  i  50  miUas  mas  al  Esl^,  y  Tolomeo  se 
etpresa  de  una  manera  oscura. 


go  y  ADeidorlua  sobre  una  costa  áspera  lla- 
mada  Platanistps.Beaofort  descnbe  despoes  las 
ruinas  mencionadas  por  Scílax,  Plinio  y  Tolo- 
meo,  pero  qoe  no  lo  han  sido  asi  por  Estrabon, 
ni  por  Pomponio  Mela,  á  pesar  de  sa  importan- 
cia  todavía  aparente.  Este  es  el  antigao  Ane- 
mour  de  los  turcos;  el  promontorío  sobre  el 
cual  está  situada  es  el  mas  meridional  delAsta 
Menor  y  sin  duda  alguna  el  Anemuríam  de  los 
antiguos  (estenombre  procedesegun  elmismo 
autor  de  que  aquel  es  cl  punto  de  la  costa  nus 
espuesto  al  viento.)  EI  castillo  modemo  de 
Anemour  no  está  distanté  de  la  embocadnradel 
Serek-Ondessy ,  río  rápido  quc  parece  ser  él 
Arymagdus  de  Tolomeo,  Gomo  ¿  dos  legoasdel 
castillo  desctibríó  Beaufort  en  lo  iDteríor  sobre 
la  cumbre  de  una  colina  ias  ruinasde  una  ctu- 
dad  (acaso  el  Ajidus  de  Estrabon);  maslejos  al 
Este  de  una  pequeña  penínsnla  alta  y  cuhierta 
de  ruinas  interesantes  hay  una  pequeña  ense- 
nada  que  parece  haber  estado  mas  estendida 
antiguamente  hácia  lo  interior  de  las  tierras: 
aqui  esdoude  Beaufort  coloca  el  ArsinoedeEs- 
trabon.  Desde  el  cabo  Kizliman,  promontorie 
escarpado,  cuyos  flancos  perpendicolares  es- 
tán  formados  de  c-apas  calcireas  y  se  dirigea 
al  Noroeste  bajo  un  ángolo  de  50^  cootinúa 
siendo  la  costa  alta  y  pedregosa.  KMindrek, 
puerto  bien  abrigado,  pero  muy  pequnño,  es  d 
anliguo  Celenderis,  (Meletnis  dice,  que  PaleO' 
polis  era  el  nombre  mas  usado.)  Es  probable 
que  la  Afrodisia  de  Toiomeo  se  enoontrasetara- 
bien  en  irquellas  costas.  La  peninsula  del  cabo 
Cavaliere  forma  el  último  y  mas  proemínente 
de  aquella  larga  séric  de  promontorios  nota- 
bles;  al  Este  de  dichocabo  hay  una  isladei  mis- 
mo  nombre,  y  algunas  millas  mas  lejos  la  isla 
Provensal,  hoy  inhabitada,  pero  que  se  cree  ba- 
ber  sido  habitada ,  ^ai  como  ia  peniusula  ad- 
yaccnte,  por  lu  órden  de  los  caballeros  de  Sao 
Juan.  AI  Este  del  cabo  Cavaliere  se  alcja  la  cos- 
ta  de  las  altas  montañas,  sucediendo  á  estoa 
montcs  escarpados  unasérie  de  puntas  tiajas. 
con  lo  que  cambla  totalmente  el  aspecto  geoe- 
ral  del  pais.  Los  restos  de  Seteucia  están  es- 
parcidos  por  urfa  gran  estensiou  de  terreno. 
cerca  de  la  orilla  occidental  del  Jhiouk-SoiH 
you  (el  Calycadnus  de  los  antlgoos.)  La  cindad 
moderna  no  es  mas  que  un  monton  de  cabaüas 
dc  madera  y  tierra.  En  «seguida  se  vc  aranzar 
hácia  el  mar  una  estensa  Ilanura  de  arena,  in- 
menso  terremonlero  formado  por  el  Jliiouk 
Souyou;  en  el  punto  en  que  este  llanosejunta 
al  Este  con  la  línea  prímera  de  la  costa,  esián 
las  ruinas  de  una  gran  ciudad,  cu  la  cuaí  se  ha 
reconocido  á  Neápolis  de  Isaura.  Beaufort  Ile- 
grt  despues  á  h'orghous  y  Kalales,  dos  casli- 
llos  rninosos  é  inhabitados,  eluno  sobre  elcon- 
ti.ncute  contiguo  á  las  ruinas  de  una  ciudad 
nntigua,  y  el  otro  situado  sobre  ona  peqn«a 
isla  próximo  á  la  costa;  esta  pequeúa  isla  pare- 
ce  corresponder  á  la  Crambusa  de  Estrabon,  y 
el  nombre  de  Korghous  es  una  corrupcion  cvi- 
dente  del  de  la  ciudad  de  Corico. 


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947 


ASIA— ASIGNADOS 


918 


Ayaseh  es  el  Dombre  dado  por  los  babi- 
taotes  á  un  monton  de  miserables  cbozas  cer- 
cadas  de  ruinas  de  Qnaciudad,  qi^eba  ocupado 
ima  estension  considerable  de  terreno  7  que 
seguramente  es  la  Sebaste  de  Tolomeo.  Estra- 
boD,  dice  Beaofort,  coloca  uDa  ciudad  y  el  pa- 
lacio  de  Arquelao  sobre  la  isla  Eleusis,  situada 
moy  cerca  del  continentc.  Hoy  no  se  distiugue 
Dinguna  isla  sobre  esta  parte  de  la  costa;  pero 
enfreDte  de  la  ciudad  se  eocuentra  uua  peque- 
ña  peniDSula,  cobierta  de  ruioas  y  reunida 
ála  playapor  un  mismo  bijo  fonnado  de  are- 
nas,   lo  que  puede  bacer  presumir  que  esta 
peninsola  fué  en  otro  tiempo  la  isla  de  Eleu- 
sis  y  que  el  ísIdh)  se  Im  formado  recientemeD- 
te.  El  rio  de  Gbioux,  quebaña  las  murallas  de 
Selefkéb,  atraviesa  al  Norte  de  esta  ciudad  dos 
ó  tres  cadenas  paralelas  de  moDtañas,  que  cer- 
ca  íie  Alaya  se  aproximaD  oblicuameute  á  1a 
cosla.  A  dos  millas  mas  allá  de  la  puDta,  si- 
toada  como  á  cuatro  miilas  al  Este  do  Alaya, 
está  el  riachuelo  Lamas,  el  autiguo  Lámus, 
que  seguD  EstraboD ,  separéba  la  Ciücia  Traqnea 
de  la  Cilicia  Campestris.  Alli  eo  efecto  cesa  de 
ser  escarpada  )a  costa  y  se  Teo  suceder  yastas 
llaDuras  esteodiéndose  bastael  pie  de  las  mon 
tañas  de  lo  interior,  que  se  alejan  cada  vez  mas 
de  la  eosta  avaDzaodo  hácia  el  Este.  Eo  ñn, 
pareceo  ser  las  benrosas  ruioas  de  Soli  ó  Pom- 
peyópolis,  á  las  cuales  da  Beaufort  coo  algu- 
na  perplejidad  el  nombre  modernode  Mecet- 
lou.  A  corta  distaocia  de  alli  está  Kezeloo,  la 
escala  ó  puerto  de  Tersous,  la  aotlgua  Tarso. 
Pocas  ciudades  del  Asia  Mcoor,  dice  Beaufort, 
fueroD  mas  célebres  que  esta.  Ei  rio  de  Ter- 
BOU8,  el  aotigoo  CydnxíS,  do  es  hoy  oavegable 
siDO  por  barcos  pequeños;  un  poco  mas  lcjos 
esti  )a  embocadura  de  otro  rio,  que  tiene270 
pies  de  anchura  y  uoa  eotrada  muy  dificil;  el 
mas  oriental  es  el  Seyghouo,  qoe  atraviesa  la 
ciodad  de  Adaoa,  y  es  por  coosigoieote  el  Sa- 
ros  de  los  aotiguos.  Eotro  el  Cydous  y  el  Sa- 
roB  forma  )a  cosla  uoa  puota  larga  y  areoosa 
qoe  poede  ser  el  segnodo  Zephirium  de  Estra 
boDó  promootorio  de  Ammodes  meociooa 
do  por  Mela.  Eotrela  embocadura  del  Seyghouo 
y  las  rocas  de  Karadacb  se  cueotao  25  millas 
Mas  alládel  rio  se  estieodeouDallaoura  desier- 
ta,  mezclada  de  areoales  y  lagos  00  poco  pro- 
fuodos.  Uuos  de  estoscomuDica  con  el  mar  por 
ou  caoal  estrecho  que  tieoe  de  loogitud  tres 
coartos  de  millay  áe  aDchura200  pies.  El  cabo 
Karadach  es  ona  roca  escarpada,  de  coior  blao- 
co  y  de  130  pies  de  altura.  Esta  es  la  primera 
ioterrupcioD  de  aqoella  costa  baja  y  areoosa 
que  comieoza  cerca  del  Lamas.  Los  geógrafos 
aotigoos  bablao  de  dos  ciodades  sobre  esta 
parte  de  la  costa;  Mallos  y  Megarsa,  la  prime- 
ra  sitoada  sobre  uoa  emioencia  cerca  del  Pi- 
ramo,  y  la  segooda  eo  las  iomediaciones  del 
mismorio,  y  porconsigoieote  moy  cercala  uoa 
de  la  otra;  las  ruiuas  halladas  sobre  el  eabo 
de  Karadacb,  soo  iododablémeote  las  de  Me 
gars^;  Mallos  debia  estar  sitoada  eo  )a  falda 


septeotrioDal  de  la  moptana,  ¿  CDyoplecorria 
probablemente  el  Piramo,  y  el  distrito  de  Ma- 
Ilotis,  comprendía  sio  doda  toda  la  série  de 
colioas  bajas  que  se  estieodeD  á  uoas  40  mi- 
Ilas  Nordeste  del  cabo. 

L&  eotrada  del  golfo  de  Isktoderoom  está 
sitoada  eotre  el  cabo  de  Karedach  y  el  cabo 
Hyuzyr,  el  Rbossicos  Scópolos  de  los  aotigoOB. 
La  altura  del  moote  Piería  qoe  se  levaota  eo  el 
último  cabo,  es  de  mas  de  5,400  pies.  Eo  esta 
mootaña  es  doode  empieia  la  alta  cadeoa  qoe 
mas  al  Nordeste  tomaba  el  Dombre  de  moDte 
Amaoo  y  formaba  iaseparacioo  de  )a  Cilicia  y 
)a  Siria. 

ASIARCA,eD  griego  a<tapxe<,  de  A^ta,  Asia, 
y  apxe,  gobieroo,  aotoridad;  titolo  de  dd  ma« 
gistrado  que  se  elegia  cada  aóo  eo  el  Asia  Me« 
oor  bajo  íos  emperadores  romaoos,  para  pre- 
sidir  los  Joegos  sagrados  qoe  celebraba  la 
proviocia  eo  hoDor  de  los  dioses  ó  emperado* 
res.  Era  oo  cargo  muy  ooeroso,  por  que  el 
asiarca  estaba  obligado  á  bacer  )os  gastos  de 
)a  funcioo.  Necesitábase,  por  )o  taoto,  ser 
muy  rico  para  aspirar  ¿  ó);  pero  eo  cambio, 
dabael  prím'er  raogo  al  ciodadaoo  revestido 
coo  semejante  dignidad,  mientras  dorabay 
auD  déspues  de  coocluir  su  ejercicio. 

ASIENTO.  (PRiTiLBGio  del)  Comercio  mari- 
timo.)  CoDtrato  ooeroso  por  el  cual  alguoas 
poteocias,  abosaodo  dc  la  debilidad  de  ooestro 
gobieroo,  obtuvieroD  Bncesivameote  el  dere- 
cbo  esciusivo  de  iotroducir  cierto  Dúmero  de 
miles  de  oegros  en  ooestras  coIoDias.  Despoes 
de  la  Holaoda,  obtuvo  la  FraDc|a,  por  e)  tra- 
tado  celebrado  coo  Espada  eo  4704,  e)  dere- 
cbo  de  ejercer  este  mooopolío,  dei  cual  foé  lue- 
go  desposeida  en  4710  por  los  mao^os  de  la 
Inglaterra,  que  hizo  de  tan  odioso  privilegio 
ona  delas  cláusulas  espresas  del  tratado  de 
Utrech.  Eo  este  aoo  fué  coaodose  creó  )a  com* 
pañia  inglesa  del  Sur  para  el  comercio  con  las 
coloDÍBS  españolas.  Por  este  asieoto  6  cootra- 
to,  solo  la  compañía  teoia  el  príviiegio  de  in- 
troducir  4,000  negros  cada  año,  y  es  sabido 
que  ¿su  sombra,  dieron  los  ingleses  mayor  en- 
sanchc  al  contrabando  con  que  en  todo  tiempo 
bao  infeslado  nuestras  Amérícas. 

ASIGNADOS.  CoD  este  oombre  se  coDoce 
uoa  especie  de  papel  mooeda  fraocéSy  coya 
fuodaciOD  se  debe  al  desgraciado  Bailly.  Caao- 
do  la  Asamblea  coostituyeote  de  Fraocia  se 
ocupaba  eo  1790  de  la  eoagoDacion  de  los 
bieoes  públicos  y  dei  clero,  proposo  BaiDy  ce- 
der  los  bieoes  ¿  las  muoicipalidades  de  los 
pueblos  coo  el  objeto  de  coDservarles  so  valor 
iotegro  para  que  las  compraseo  eo  masa,  y 
las  veodieseo  despoes  eo  peqoeñas  partes.  Las 
monicipalidades  hobierao  dado  eotODces  al 
tesoro  boDos  ¿  largos  plazos,  y  coo  estos  va- 
lores  quebabiao  de  reuoirse  veodieodo  las 
flocas,  se  habia  de  pagar  ¿  los  acreedores  del 
Estado.  Adoptóse  tao  s¿bia  proposicioo,  aoo- 
qne  coo  graodes  modiflcaciooes,  apoyada  por 
Mirabeao,  de  Pethioo  y  otros  oradores;  y  por 


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9<9 


ASiGNADOS^ASILO 


990 


último  e1 49  de  abrit  út  4790  decretó  la  Aeam- 
blei  la  primera  emision  de  lo:^*  asignados  for- 
lOBos,  aimque  contra  ia  opinion  de  Talleyrand 
ydelabate  Maory  por  falor  de  400.000.000 
de  francog,  con  un  5  por  400  de  ioterés  que 
no  llegó  i  pagaí%e  nunca. 

La  hipoteca  de  estos  asigoados  era  el  ? alor 
de  l08  bienesnacionaUi;  segwi  ia  ley  podian 
)M  tenedores  conTertir  el  valor  de  ioe  aaii^aa- 
óos  en  otro  vator  real  ea  flueas;  j  segun  se 
fiiesen  Tendiendo  estas,  y  los  aaignadoa  vol* 
vleffen  al  erarlo,  debian  ainorthatse  y  quemtr- 
ee.  Kstono  iiegi^á  reaüsarse,  porque  desgra- 
ciadamente  el  gobieruo  no  tenia  prestigio,  y 
he  dodaba  del  éxila  d«  la  rerolucion  j  de  las 
veotas;  de  eonsigtiiente  no  pudo  cOBsegoirse 
etobjeioqaese  proponia  la  Asambieai  quo  era 
el  de  qm»  el  Kstado  |iag»se  á  todos  sus  ecreédo- 
re6,  y  se  creaseD  oonstderables  recuroos  sin 
neeeildad  de  acudir  á  otierosas  conthbucio- 
nes,  Bi  dercbajartos  vatores  que  poseia.  «Los 
ssfgnados,  dice  Mr.  Ttiiers,  pcrmaneoian  en 
Ctr^ulaeiOQ  como  una  lotra  de  cambio  protes- 
tada,  y  perdian  de  su  valor  por  ia  duda  y  res- 
petod'e  le  caotiú«d,  quedaodo  slcmpre  el  nu- 
merario  como  úoica  UBedida  reai  de  los  valo- 
res.n  loútilmenle  decrelú  la  Gonvencion  que  el 
qoe  carobiase  cualqHicra  eantldad  en  mctálico 
por  oira  mayor  en  astgnados,  sufriria  la  pena 
de  seis  aftos  d«  presidio;  inútiles  fueron  los 
eef^rzos  que  biao  decretaodo  on  empréstito 
forzoso  de  4 ,000.000,000,  permutable  por  fin- 
cas,  con  ob)eto  <le  acelerar  la  veuta  de  los  l>te- 
nes  dot  clero:  eitableciendo  rífas  terríioriules, 
aboliendo  tedas  ias.compañias  que  tenian  titu- 
losal  portador,  no'pudo  triunfar  de  (a  descon- 
flanza  generat;  no*  consiguié  qne  snbiesc  el 
valor  do  tos  aslgnados.  ni  pouerie  ai  nivel  de 
los  objetos  de  eomercio.  Fu6  necesario  rebajar 
el  precio  de  estos,  y  la  Gonvencion  no  dudó 
en  adoptar  tao  Inaudita  medida,  estableciendo 
en  4  793  el  máxiaium  de  suvator.  En  aquella 
época  .se  ballaba,  sln  embargo,  muy  lcjos 
dc  escedcr,  ni  uun  de  oubrir  el  importe  de  los 
asignados  ya  emiti()o8,  el  de  las  fincas  que  ies 
servjan  de  bipoteca.  Bourdon  de  l'Oise,  y  olros 
individuos  ée  la  Gonvencion,  que  habían  hecho 
}%  vaiuacion  de  los  bienes  nacionales,  los  cal- 
cularoueo  10 lOOO, 000,000  de  francos;  pero 
el  total  de  ios  asignados  no  Itegaba  entooces 
A  4,000.000  000  yestaba  con  el  noiQerario 
en  razon  de  I  á  6. 

La  caida  dcl  gobiemo  era  inevitable,  y  los 
grandes  ^astos  que  cra  necesarlo  hncer  para 
mantener  catorce  ejércitos  y  las  dilapidaciooes 
de  todas  clases  que  arruinaban  al  crario,  no 
pudieroo  detenerle  al  borde  del  precipicío.  Lx)s 
Impuestos  recaiidudos  con  díOcuttad  y  que  se 
pagaban  eu  papei  cubrian  escasameute  1a  cuar- 
ta  ó  quiota  parte  de  io  que  empleaba  la  repá- 
blica  en  gastos  estraordinarios  de  guerra  men- 
Mialmente,  y  era  precise  cubrir  la  dlferencia 
ereando  nuevosaaigoados  que  envitecian  cada 
m9  manfn  ntor.  ll  gobierno,  no  caicoiandb 


bien  esta  baja,  creia  favorable  qie  se  anmeD- 
(ase  el  valor  nominal  de  las  flncas.porque  veia 
en  la  alza  el  medlo  de  retirar  de  drculacioQ 
mayor  número  de  asignados,  y  de  crear  por 
consiguiente  otrossinaumentar  la  Boma.  Pcro 
tan  frecuenles  se  hicieron  las  creacioncs,  qae 
ni  ias  bríilantes  victorías  qoe  oonsiguió  el 
ejérciio,  n¡  cl  aumentarse  las  renlas  de  los 
bienes  naclonales,  ni  la  aboticfon  del  ttáti- 
mnm  y  el  establecimiento  de  las  cédolas  hipo- 
tecarias,  pudicron  evitarque  los  aaignados 
perdiesen  cada  ve«  mfs  de  su  valor,  y  era  ya 
imposible  restablecer  su  curso. 

En  1705  la circnlacfon  deloa  asignados aa>> 
ccndia  á  90,000  000,009  de  fhuioos,  y  su  hi- 
poteca  habia  disminuidoconaiderablemeDtepor 
ia  venta  de  los  bfenes  qoe  se  babia  efectuado, 
de  raodo  que  bajaroo  los  asignidos  basta  1,450 
de  su  vator.  La  escasez  y  necesidad  de  nume* 
rario  era  gencral;  ei  comercio  no  podia  reali« 
zar  susventas  al  esterior,  y  los  estrangerosno 
querian  dar  letras  de  cambio  sobre  Francla;  ios 
capitalistas,  los  propietaríos  de  bienes  raioes, 
y  hasta  el  gobierno  mismo,  esperioienlatbafl  i 
cada  paso  pérdidas  de  raas  consideradoo. 

Asemejante  situacion,  que  noera  ya  tole- 
rable,  vino  á  poncr  colmo  el  gobierno  del  Di* 
rectorio.  Entonces  se  hlcieron  creaciones  so- 
bre  creaciones  sin  la  menorreserva.  En  los  pri- 
meroe  mesesde  4  796  seerearon  90,000.000,000 
de  francos,  que  escasamente  prodQjéron 
400.000,000  en  efectivo.  Los  productos  de  las 
contríbuoiones  no  eran  mas  que  asignadoa:  d 
público  despreciaba  una  moneda  que  le  era 
ioútil,  pucs  Ilegó  á  tdestremo,  que  era  nray 
comun  pagar  400  frencos  en  asignados  por  oo 
par  de  bolas,  y  7  ú  8,000  por  un  vestido^. 

A  pesar  dei  descrédito  en  que  cayó  seme- 
jante  moneda,  aun  conservaba  partidaríos  qoe 
engrosaban  lá  pandilla  de  agiotistas,  y  vanos 
patriofas,  mas  ardientes  que  ilustradós,  ciama- 
ban  pof  que  se  erapleasen  todo  géoero  de  me- 
didas,  por  violentas  que  fuesen,  para  restabte- 
cer  el  crédilo  dc  Jos  asignados.  Prevaleció  por 
íln  la  razon,  y  se  inulilizó  la  lémína  de  los 
asignados  el  30  plovioao  del  año  IV  (19  de  fe- 
brero  de  1796).  En  las  mcmoTias  del  mioistro 
de  Hacienda,  Haincl,  consta  queel  totaide  kw 
asignados  creados  desde  su  origen  asoendla  i 
45,578.000,000  de  francos:  en  la  época  de  su 
abolicion  se  babia  reducido,  por  baberentrado 
de  nnevo  en  el  erarlo,  á  36,000.000,000.  ülti* 
maraenie  al  hacer  la  liquídadon  de  los  asig* 
nados,  se  vió  que  la  cantidad  que  habia  en 
circulacion  era  de  24,000.000,000,  y  Itqnidada 
esta  al  30  por  1 00  de  su  valor,  se  conviríió  en 
800  000,000  de  franco»  eo  líkimiafos. 

En  el  arlfculo  papel  moiveda  se  encoenfra 
esplicada  la  teoría  de  esfe  ageote  ficücio  d< 
los  cambios. 

ASILO.  (DEHBCHO  DK)  Bl  dcredio  de  asilú, 
derecho  sagrado  dé  Jos  pueblos  de  la  anbgflé- 
dad,  exlstedeede  lo«  tiempos  mas  remot»  en 
todas  laa  naciones;  este  dereebo  ee  coloc6eé  al 


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984 


ASILO 


m 


sAiomismodeUsciadadcfl,  alfrentedeldereoho 
comun.  El  asilo  en  el  órden  }adicial  es  la  grao 
caesiioD  entre  la  ley  y  la  gracia,  coroo  opor- 
toaanieDte  ha  dicho  Mr.  Vallou.  Por  eso  es  de 
somo  interés  oonoccr  las  distintas  soluciooes 
qiie  se  le  han  dado  en  las  divcrgas  épocas  de 
la  historia,  y  particularmente  lo  que  esia  ins* 
titucion  es  hoy  dia  en  España.  Hay  una  rela- 
cion  Intima  y  uecesaria  entre  la  cxistencia  de 
este  derecbo  y  el  estado  social  de  un  pais.  En 
las  naciones  eu  que  la  ley  reiigiosa  es  al  mis- 
mo  tiempo  la  ley  ci? il,  no  sc  reconoce  el  asiio 
cootra  ei  derecho  comnn.  Asimismo  en  los 
ptises  en  qne  la  ley  civil  es  íuerte  y  respetada 
oomo  en  Roma,  el  derecho  de  asilo  no  poede 
ser  síno  una  eseepcion  muy  rara.  Pero  se  con- 
cibe  qoe  donde  el  derecho  comun  no  encuen«> 
tra  saneion  humana,  donde  la  ley  es  insufi- 
ci«Dte  contra  toda  clase  de  violencias,  el  de* 
recho  de  asilo,  derecbo  de  gracia  y  de  escep* 
cioD,  debe  colocarse  ai  frento  de  la  ley  y  aun 
triunfar  de  ella,  sobre  todo  cuando  opone  á  la 
füerza  material,  la  foerza  moral  que  le  da  una 
religiou  respetada,  siempre  que  la  ley  nu  lo  es 
Eato  sucedia  en  la  edad  media.  Se  concibe  tam 
bien  que  este  derecho  haya  sido  mas  ó  menos 
poderoso  en  razon  á  la  mayor  6  meoor  foerza 
que  baya  tenido  el  poder  religioso,  de  manera 
qne  sus  principios,  admitidos  sio  oposicion  en 
onos  liempos,  hayansido  abandonados  cn  otros 
para  recobrar  despues  su  faerza  y  desaparecer 
por  último,  no  sin  disputar  el  terreoo  las  roas 
veces  á  el  poder  temporal»  bastante  ruerte  por 
otra  parte,  para  acordar  á  la  ley  una  sancion 
eficas. 

Las  legis^aciones  antiguas  ofrecian  un  asi^ 
lo  al  acusado  que  no  se  atrevia  á  comparecer 
ante  la  justicia,  al  esclavo  que  temia  la  ven- 
ganza  de  su  señor,  y  al  deador  insolveote.  E8«- 
te  asilo  era  un  templo  á  el  recioto  sagrado  de 
la  cindad.  No  oos  ocuparemos  ahora  de  loa 
asilos  de  la  antigüedad,  limitándonos  á  dectr 
qoe  existierOD  bajo  la  influencia  del  paganis* 
mo,  coroo  roas  adelante  bajo  la  del  cristlanls- 
rao,  si  bien  este  derecbo  toraó  bajo  la  nueva 
religion  un  carácter  rouy  dislinto.  En  la  anti- 
gttedad  estaba  redueido  úDicamente  al  recinto 
del  lugar  sagrado:  en  el  moroento  que  el  fugi- 
tivo  pisabu  aquel  suelo  estaba  libre  de  toda 
persecucion,  durante  el  tiempo  que  pudie^ 
se  permanecer  cerca  de  los  altares;  pero  en 
ctianto  80  veia  obligado  ¿  abandonarlos ,  te- 
Dia  que  dar  cuenta  de  su  crimcn  á  la  justi- 
cia :  el  respeto  á  la  divinldad  en  su  tcmplo, 
era  lo  único  que  detenia  los  pasos  de  ia  Justi- 
oia*  Asl  la  Fantidad  del  asilo,  reconocida  ge- 
neralmentc  en  derecho,  era  violada  de  hecho 
muchas  veces ,  si  bien  de  una  manera  indi- 
recta.  No  se  arrancal)a  de  su  asilo  at  crlminal 
refugiado  cerca  de  un  alfar,  pero  se  empíea- 
bao  toda  clase  do  subterfugios  para  hacérsele 
aÍMndonar,  ó  bicn  se  tapiaba  el  tcmplo,  y  se 
le  dejaba  morír  eo  él  de  bambre.  Por  lo  demas, 
Bo  66  precisameDte  tata  violadoD  indirecta  de 


los  asilos  anfignos  lo  que  los  distiDgae  de  los 
modernos,  porqae  estos  tambieo  bao  sido  vio- 
lados  directa  6  indirectamente.  Lo  que  pria* 
cipalmeote  los  distiDgue,  es  que  ei  asilo  eotre 
los  cristiaoos  no  se  limita  comotel  de  los  pas 
ganos,  á  los  muros  del  templos,  á  la  piedr* 
del  altar,  ei  sacerdote  es  un^asilo  como  lo  ea 
el  mismo  templo,  y  asilo  que  algunas  veces 
se  presenta  al  culpable  que  no  Jia  podido  Ile- 
gar  al  iogar  de  su  refugio.  So  esta  época  do- 
cesitaba  eo  efecto  el  altar  ia  proteccioo  de 
los  sacerdotes.  Las  iglesias  eran  poco  respeta- 
das,  si  su  muda  latercesioD  do  tcDia  elocucD- 
tes  iDtérpretes ,  como  Agustin ,  Ambrosio  ó 
Gregorio.  Gorriao  los  perseguidos  á  la  iglesia, 
preguntaDdo  por  ei  obispo,  echát)anse  á  sus 
pies  esdamando:  «Scñor,  amparadme  contra 
los  qoe  me  oialtrataD  y  me  quiereo  Ilevar  pre- 
so.v  (4)  Y  el  obispo  se  apresuraba  á  ioterve- 
Dir  en  el  caso ,  y  tomaba  bsyo  sa  inmediata 
proteccion  al  qae  habia  busoado  un  asilo  oa 
la  casa  de  Dios. 

Mcdiaban  entonces  estipulaciones  entre  el 
sacerdote  protector  de  los  refugiados,  y  el  mi- 
nistro  del  8ol)erano  pidiendo  la  ejecucioD  de 
las  leyes. 

No  puede  meDos  de  recooocerse  eo  el  asilo 
cristlano  uo  carácter  mucbo  mas  moral  que  el 
del  asilo  pagano.  Este  asilo  no  eximia  del  pago 
de  su  deuda  al  deudor,  al  criminal  de  la  imposi- 
cion  de  la  pena,  no  combatia  el  derecho,  com-^ 
batia  solo  la  violencia  del  castígo.  «Ei  castlgo 
asi  como  el  perdoD,  do  ÜeoeD  mas  que  uu  ob* 
jeto  dice  San  Agustin,  corregir  al  delincueote.» 
Tal  fué  el  principio  que  la  iglesia  cristlana 
quiso  introducir  en  el  derecbo  coaiun.  Perdo- 
naba  si,  pero  con  las  condicioDcs  de  penitea* 
cia,  satisfaccion  para  io  pasado,  y  eDmieoda 
para  el  porvenir.  No  pedia  para  el  culpable 
otra  gracia,  sino  la  de  que  no  sufriese  muti- 
lacion  ó  muerte.  aQue  pfgue ,  que  se  le  per- 
done  la  vida,  ó  se  le  remita  ia  pérdida  de 
miembro,  y  que  se  entregue  despues  á  la  jus* 
titia.i»  Estas  condiciones  concilíaban  perfec- 
taroentc  las  dos  cosas,  el  dcrecho  y  la  gracia; 
pero  esta  conciliacion  no  era  compatible  con 
la  dureza  del  derecho  romano  y  la  violencia 
caracteristlea  de  aquel  pais  tan  hoslil  á  todo 
lo  que  tenla  tendencia  á  evadir  sus  reglas.  No 
podiendo  la  iglesia  bacer  que  sc  adoptase  es- 
te  prlocipio  en  el  dcrecho  comuu ,  tnvo  que 
coDtentarse  con  esas  prohibiciones  que  daban 
lugar  á  los  abusos,  y  aun  provocaban  las  vio- 
lacioncs. 

Hasta  los  tiempos  de  Teodosio,  ol  ejerci- 
cio  de  este  derecho  inherente  á  la  iglesia,  no 
nos  ofrece  sino  una  continua  sórie  de  violacio- 
nesdc  parte  del  poder  civil. 

La  primera  leyque  hacc  menciondeelIas,e8 
una  ley  de represion.  ün  conciiio  de  Africa  fué  el 
primero  qne  pidió,  áconsecuencia  deuna  ruido- 
sa  violacion  de  asilo,  que  se  dieseá  la  ccsturobrc 

(1)   Bén  Agustio.  Ih  Yerb.  apo$t.  I& 


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9Í3 


ASILO 


924 


lasaneion  dederecfao.  Honorio  elodióla  deman- 
da,  declarando  que  se  respetasen  los  privilegios 
d^  laiglesia,  y  es  que  Roma  adoptando  los  prin- 
cipios  del  cristíanismo ,  no  por  eso  abdicaba 
snsfueros.  Si4os  emperadores  concedian  gia- 
cia  á  los  que  suplicaban,  no  querian  qoe  cons- 
tituyese  un  dcrecho.  Otorgaban  únicamente  á 
)08  obispos  el  derecho  de  interceder ,  y  ann 
les  imponian  ciertas  formas  legales  con  suje- 
ciou  á  las  cuales  debian  ejercitarlo.  Gierto  es 
tambien  que  daban  mucba  estension  al  lugar 
privilegiado ;  comprendiendo  no  so!o  la  igle- 
sia  y  el  santnario ,  sino  tambien  el  cercado 
de  la  iglesia,  y  todo  el  terreno  desde  los  mu- 
ros  del  teroplo  á  la  clausura  esterior,  los  ba- 
ños,  losjardines,  las  casas,  etc.  Sin  embar- 
go,  uo  se  entendia  el  derccho  de  asilo  con 
los  Jodios,  om  el  homicida,  el  raptor,  el  adúl- 
tero  ó  el  deudor  al  erario  público.  De  esta  ma- 
nera,  al  paso  que  se  daba  ampUiod  al  asilo,  se 
reducia  el  número  de  los  que  podian  acoger- 
seiél. 

Mas  llega  el  tlempo  que  la  iglesia  habla 
con  otro  pueblo  roas  dócil  i  su  voz.  Los  birba- 
ros  penetraban  en  el  imperio,  convertidos  de 
antemano  al  cristianismo.  En  medio  de  la  vic- 
toria  proclamaban  como  asilo  la  basilica  de 
los  Santos  Apóstoles  en  Roma;  y  «estos  vence- 
dores,  fundaban  destruyendo.»  Este  refugio, 
dice  Sozomeno,  libertó  i  Roma  de  so  completa 
ruina,  porque  volvióá  poblarse  con  los  mnchos 
á  quienes  habia  saivado  el  asilo. 

En  la  ley  de  los  visigodos  vemos  ya  in- 
equlvocas  muestras  de  la  influencia  eclesiás- 
tica.  Unode  los  concilios  de  Toledo,  am- 
plia  hasta  treinta  pasos  de  las  mnrallas  e1 
asilo  que  puede  darse  á  los  criminales,  á 
los  dcudores,  á  los  esclavos,  mas  no  para 
sostraerse  á  la  accion  de  la  ley:  serén  entre- 
gados  á  la  Justicia ,  pero  no  se  emplcará  con 
ellos  la  violencia,  á  no  ser  que  se  defiendan 
con  ias  armas  en  la  mano.  Solo  los  sacerdotes 
son  los  quc  deben  entregar  el  deudor  a1  acre- 
dor,  e1  esclavo  á  su  amo,  el  matador  álos  pa- 
rientes  del  muerto.  El  sacerdote  debe  eer  tam- 
bieu  quien  imponga  las  condiciones.  La  peua 
de  muerte  no  se  comprende  entre  las  espia- 
ciones  del  bomicidio!  se  respetará  en  todo  ca- 
80  la  vida  del  matador. 

Tal  fué  en  todo  tiempo  1a  miston  santa  y 
humanitaria  de  la  ilustrada  iglesia  española, 
impedir  las  violencias  y  la  efosion  de  san- 
gre. 

No  era  menos  poderosa  la  influencia  de  1a 
religion  sobre  los  demas  bárbaros.  Una  !ey  de 
Luitprando,  rey  de  los  lombardos,  condenaba 
sin  distincion  algona  á  una^  severa  pena  al 
amo  que  arrancaba  de  la  iglesia  á  su  esclavo. 
La  ley  de  los  alemanes  exigia  del  amo  an- 
tes  de  quc  se  le  entregase  el  esclavo  re- 
fngiado,  una  garantia  del  pcrdon  que  esti- 
pulase.  «Si  un  culpable,  dice  la  ley  de  íos 
bávaros,  se  refugiase  en  la  iglesia,  que  nadie 
9ea  osado  estraerlo  de  ella  desde  el  qiomento 


qoe  pase  los  umbrales,  hasti  que  él  aTiaeimi 
sacerdote  ó  un  obispo.»  / 

La  ley  Sálica  nada  habla  acerca  del  asilo: 
pero  la  iglesia  daba  á  los  francos  el  medio  de 
los  coñcilios  cuyos  decretos  aceptaban.  El 
coocilio  de  Orleans,  convocado  por  CIovis  (544) 
dispone  que  «no  sean  entregados  los  refbgia- 
dos  sin  que  preceda  un  Juraroento  sobre  los 
Evangelios,  que  les  garantice  de  no  snfrir  la 
pena  de  muerte,  la  motilacion  y  otras  seme- 
jantes,  de  suerte,  no  obstaute,  qne  convoigan 
con  la  pcrsona  ofendidu,  en  una  Justa  repara- 
cion.» 

Si  la  persona  perjndicada  do  admltia  la 
satisfoccion  ó  rehnsaba  el  Juramento,  librean- 
tonces  el  sacerdote  de  toda  responsabiiidad, 
estaba  como  comprometido  á  favorecer  la  eva- 
sion  del  que  pedia  gracia.  Al  propio  ticmpo 
los  concilios  condenal)an  todos  los  medios  de 
eludir  la  ley,  el  engaño  para  obligar  ¿  aban- 
donar  el  asilo  y  el  respecto  dc  mala  fé,  qoe 
venian  á  convertir  la  iglesia  cn  una  circeL 

En  España,  como  hemos  observado  mas 
arriba,  vemos  introducido  el  asilo  cn  el  Fuero 
Jozgo,  aunque  no  con  tanta  estension  como 
la  que  recibió  despues  por  las  leyes  de  Parti- 
da,  á  consecuencia  del  espiritn  decretalista 
que  tanto  contribuyó  á  la  formacion  del  códi- 
go  de  don  Alfonso.  Tambien  hablan  del  asilo 
V  de  las  personas  que  tiencn  derecho  ¿  él,  tas 
íeyes  2.*  y  3.*,  tit.  2.*  Ub.  I,  del  FueroReal. 
El  Código  de  las  Partidas  loestablece  como  una 
conccsion  debida  ¿  la  santidad  de  los  templos. 
Su  ley  «.«» tit.  4  4 ,  Part.  4  .•  se  esplica  asi.  «Fran- 
queamiento  ha  la  eglesia  et  su  cemenlerio  en 
otras  cosas  demas  de  las  qne  dice  en  la  ley 
ante  desta  ;  ca  todo  homc  qoe  fuyere  ¿  ella 
por  mal  que  hobiese  fecho,  ó  por  dcbda  qne 
deblese ,  ó  por  otra  cosa  cnalquier,  debe  ser 
hi  amparado,  et  non  deben  ende  sacar  por 
fnerza,  nin  matarle,  nin  darle  pena  ningooa 
en  el  cuerpo,  nin  cercarle  ¿  derredor  de  la 
iglesia  nin  del  cemeoterío,  nin  vedar  que  doq 
den  de  cqmer  nin  de  beber.» 

Yeambs  ahora  coales  son  las  iglesias  qne 
gozan  de  esta  prerogativa,  en  qué  delitoa  no 
tienen  lugar,  y  del  modo  de  proceder  en  los 
casos  de  asilo. 

Eñ  la  antigüedad  eí  número  de  las  igleáas 
que  gozaban  del  derecho  de  asilo  estaba  en 
proporcion  con  la  influencia  que  e1  poder 
ecIesiAstlco  tuvo  con  el  real,  pero  en  los  últi- 
mos  siglos  se  hizo  estensivo  ¿  todas  las  igle- 
sias  y  demaslugaressagrados,  cnalqoiera  qne 
fuese  su  clase.  A  consecnencia  de  los  peijoi- 
cios  que  ocasionaba  ¿  la  moraUdad  pública  la 
frecucncia  de  los  asilos,  que  protegia,  aunque 
Indirectamente ,  la  impunidad,  se  redujeron 
los  lugares  inmunes  por  el  brcve  ponliflcio  de 
42  de  setiembre  de  4772,  que  se  refería  ¿  las 
bulas  de  Gregorio  XIV,  Benediclo  Xlll  y  Cle- 
mente  XII,  en  el  qoe  se  mandaba  ¿  todos  los 
prelados  y  ordinarios  ecle8i¿stícos  del  reiDo, 
quc  cn  el  término  de  nn  año  señalasen  eo  cada 


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ASILO 


logtr  pertenedente  isü  jurísdieciOD,  ono  ó 
dos  lugares  sagrados  segun  la  poblacioo»  en 
donde  solo  se  habia  de  guardar  la  iDmunidad. 
Plura  coDiribuir  á  que  se  lleTase  á  efecto  el 
roencionado  breve,  se  espidió  la  real  cédola 
de  4  4  de  enero  de  4  773,  mandando  ¿  los  Joe- 
ces  qoe  cumplieran  é  hiciesen  cnmpiir  el  con- 
tenido  de  hi  real  cédula,  y  procorasen  cooser- 
Tar  la  armonia  qoe  debe  rcioar  entre  las  au- 
torfdades  de  una  j  otra  sociedad,  y  encargan- 
do  á  las  eciesiástieas  que  por  su  parte  coucur* 
ríesen  desde  loego  al  cumplimiento  del  breTe. 
Kn  su  consecuencia,  se  señalaron  en  cada  pne- 
blo,  ai  arbltríodel  diocesano,  uno  ó  dos  tem- 
plo8  como  lugares  de  asilo,  y  si  no  hnbiese 
mas  que  la  iglesia  matrís,  esta  es  la  señala- 
da,  mandando  terminantementequeno  puedan 
servir  para  gosar  de  asilo  las  iglesias  rurales 
ni  las  ermitas,  en  que  no  se  guarde  el  Santi- 
simo  Sacramento. 

Partiendo  del  principio  de  que  no  pueden 
gozar  del  derecho  de  asito  cierta  olase  de  de- 
iitos,  atendida  su  gravedad,  se  escluyeron 
delaregla  general  las  siguientes:  la  deser- 
cioo;  pero  ¿'los  que  se  acogen  al  lugar  inmu- 
ne  solo  se  les  podr¿  imponer  ia  pena  de  con- 
tinuacion  en  el  servicio  de  las  armos:  el  asesi« 
nato  en  despoblado:  el  robo  en  caminos  pá- 
biicos:  el  de  lesa  magestad:  el  de  conspiracion 
contra  el  Estado,  ya  paratrastornar  el  régimen 
del  gobierno  establecido,  ya  para  cambiar  de 
dina8Ua:elde  bomicidio  premeditadoó  mutila- 
don  de  miembroen  lugar  sagrado:  el  de  talaó 
incendio  de  campos  ó  heredades:  ei  de  alevo- 
sia:  el  ile  beregia  ó  apostasia:  el  de  falsifica- 
don  de  letras  apostólicas:  el  de  hurto  ó  false- 
dad  comelidos  pqr  empleados  en  los  montes 
depiodad  ó  bancos  públicos,  de  los  fondos 
pertenecieotes  á  estos:  el  de  falsiOcacion  de 
moneda  de  oro  ó  plata:  el  de  burto  y  fuerza, 
llevándose  ¿  los  hombres,  obligando  ¿  sus 
paríentes  ¿  que  los  rediman  con  dinero,  ó 
cuandu  amcoazan  ¿  cualquiera  persona  que  la 
ban  de  mutar  ó  quemar  sus  heredades  si  no  les 
entregmi  una  cantidad  cualqulera:  el  robo 
Doctumo  eon  instrumentos:  el  de  falsiflcacion 
de  escríturas,  cédulas,  cartas,  iibros  ú  otros 
escritos  de  la  mesa  y  bancos  púbiicos  como 
libraoias,  órdenes  ó  mandamientos  contra  los 
fondos  de  aquellos:  elde  quiebra  fraudulenta. 
el  de  defraudacion  por  los  encargadus  dc  ven- 
tas  púbiicas:  ei  de  resistencia  á  la  autoridad,  y 
el  <1e  estraccion  por  fuerza  de  algun  reo  del 
asilo. 

Ei  breve  pontiflcio  de  Clemente  XII,  ele- 
vado  ¿  la  clase  de  obligatorio  en  la ley  4.*  tít,  4.'' 
lib.  4 .®  de  ia  Nov.  Rcc.  establece  que  Io3  reos 
de  homicidio  meoores  de  25  aoos  y  mayores 
de  20,  ya  sean  eclesi¿sticos  ó  seglares,  asi 
como  las  demas  personas  que  hubieáen  auxi- 
iiado  al  matador  con  coosejo,  mandato,  favor 
ó  cooperacion,  y  los  qoe  le  hubiesen  inducido, 
siempre  que  por  cualquiera  de  estos  actos  re- 
soltare  muerte,  estáncomprendidos  en  la  cons- 


titncion  de  Benedicto  XHI,  por  la  que  se  esclo- 
ye  del  derecho  de  asilo  ¿  todos  los  que  come- 
tieren  homicldio  pensado  ó  deliberado.  En  el 
mismo  breye  se  manda  que  los  senteociados  y 
perseguidos  por  delito  dehomicidio,  aun  cuan- 
do  este  se  ejecute  en  peodencia  con  armas  ó 
instromeotos  proporcionados  por  su  naturale- 
za  para  matar,  de  niogooa  manera  goceo  dei 
l>eQeflcio  de  iomuoidad,  ¿  menos  que  el  ho- 
mitídio  sea  casual,  ó  ea  propia  defensa. 

Despues  de  estas  noticias  sobre  la  historía 
y  lanaturalesa  yestension  del  asilo  entre  nos- 
otros,  no  creemos  ageno  de  Interés  lo  que  se 
refiere  al  procedimiento  eo  las  causas  en  que 
medtare  esta  circunstancia  importante.  Y 
tanto  mas  nos  interesa  conocerlo,  cuaoto  qne 
los  procedimientos  que  hao  de  efectoarse  en 
los  casos  de  asilo,  sin  doda  deber¿n  ser  distin- 
tos  despues  del  Reglameoto  provisiooal  para 
la  administracion  de  'justlcia,  de  aquellos  qoe 
se  guardabao  segun  la  real  cédula  de  44  de 
noviembre  de  4800;  ¿  pesar  de  que  eo  aquel 
nose  baya  acordado  niogooa  variacioo  espre- 
Bamente;  y  para  que  pueda  comprenderse  con 
facilidad  la  rason  en  que  nos  apoyamos  para 
sentarel  principio  de  que  en  el  dia  debe  pro- 
cedersQ  de  diferente  modo  en  los  casos  de 
asilo,  referíremos  sucintamente  la  doctrína  de 
la  reaicédulacitada. 

4.**  Se  previene  por  esta,  qne  cnalqniera 
persona  de  ambos  sexos,  sea  del  estado  y  con- 
dicion  que  fuese,  que  se  refugiase  ¿  sagrado, 
6eestraer¿  inmediatamente  con  noticiadel  rec- 
tor,  p¿rroco  ó  preiado  eclesi¿stico  por  el  Jues 
real,  bajo  la  competente  caucion  de  no  ofeo- 
derla  en  so  Tida  y  miembros,  y  sele  pondr¿  en 
c¿rcel  segura. 

t.^  Sift  dilaciOD  se  proceder¿  ¿  la  compe- 
teote  averigoacion  del  motivo  6  causa  del  re- 
traimiCDto;  y  si  resullare  que  es  leve  ó  acaso 
TOlnotaria,  se  la  corregir¿  arbitraría  y  prodeo- 
temeDte,  y  se  le  poDdr¿  eo  überíad,  con  el 
aperdbimíeDto  que  gradue  oporíuno  ei  juoz 
respedivo. 

3.*  Si  resultarc  delito  ó  esceso  que  cons- 
tituya  al  refugiado  acreedor  ¿  sufrír  pena  for- 
mal,  se  le  har¿  el  correspondiente  sumarío,  y 
evacuada  su  confesion,  con  todas  las  cttas  que 
resulteo,  eo  el  término  preciBO  de  tres  dias, 
se  remitirán  los  aotos  ¿  ia  audiencia  del  ter-« 
ritorío. 

4.**  Eo  las  audiencias  se  pasará  el  sumarío 
al  dict¿men  fiscal,  y  con  lo  que  opine  y  resul- 
te  de  lo  actuado,  se  providenciará  sin  demo- 
ra  segun  la  calidad  dc  ios  casos. 

6.*  Si  del  sumario  resulta  que  el  delito 
cometido  DO  es  de  los  esccptuados,  ó  que  las 
prnebas  Dopuedenbastarpuraque  el  rco  pier- 
da  lainmuDidad,  se  le  destinar¿  por  providen- 
cia,  y  cicrto  tiempo,  que  nunca  pase  de  díez 
añosy  ¿  presidio,  ó  se  le  mnltar¿,  ó  corregir¿ 
arbitraríamente,  segun  las  drcunstancias  del 
deliDCuente  y  calidad  del  esceso  cometido. 
1     a.^    Guando  el  delito  sea  atros,  y  de  los  en 


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921 


Ásn.0 


M8 


que  por  dereoho  no  deben  lo8  reos  goatr  de  la 
inmuDidad  loeal,  babieodo  praebas  suficieDtes, 
se  devolverán  los  aotos  por  el  tribwoal  al  juez 
inferior,  para  que  con  copia  autorizada  de  la 
calpa  queresultay  oflcioen  papel  simple,  pi^ 
da  (sin  peijuicio  de  la  prosecucioQ  de  la  c«Q* 
sa)  al  juez  edesiástico  de  sr  distrito  ia  coiisfg- 
nacion  formal  y  ilana  entrega,  sin  cauoioo,  de 
la  persona  del  reo  ó  reos,  pasando  al  mismo 
tícmpo  acordada  al  prelado  territorlal  para 
que  faciiite  ei  pronto  despacbo.    < 

7.'*  £1  juez  eclesiástico,  en  yista  solo  de  la 
referida  copia  de  cnlpa  que  le  remita  el  juez 
secular,  provecrá  si  ha  ó  no  lugar  la  oonsig- 
nacion  y  eutregadel  reo,  y  le  avisará  ímnedia- 
tamente  de  su  determinacioa  con  olicio  en  pa* 
pel  simple. 

8.®  ProYista  la  designacion  del  delinooen* 
te,  se  efectuará  la  eutrega  formal  dentro  de 
24  horas,  y  siempre  que  en  ol  discurso  del 
juicio  desvanezca  las  pruebas  ó  indicios  que 
resulten  contra  él,  ó  se  dismiDuya  la  grave- 
dad  del  delito,  se  procederá  ¿  la  absolucion  ó 
al  destino  que  corresponda. 

9.^  Yeriflcada  la  consignacion  del  reo,  el 
Juez  secular  proseguirá  en  los  autos,  como  si 
el  reo  hubiera  sido  aprehendidofueradQ  sagra- 
do;  y  sostanciada  por  todos  sos  trámites,  y 
determinada  la  causa  se  ejecutará  la  senteocia 
con  arreglo  al  derecho. 

40  Si  el  juez  eclesiistioo  eo  vista  de  lo  ae- 
tuado  por  el  secolar,  denegase  la  coasigna- 
cion  y  entrcga  dol  reo,  6  procediese  á  infor- 
macion  de  instancia  ú  otra  operacion  irregu- 
lar,  se  darú  cuenta  por  el  inferior  al  trlbunal 
respectivo  cob  remision  de  autos  y  demas  do- 
cumentos  correspondientes  para  la  introduc- 
cion  del  recurso  de  fnerza,  de  que  se  barán 
cargo  los  flscales  en  todas  las  cansas;  para  lo 
que  el  juez  pasarálos  autos  á  la  audiencia  del 
territorio,  y  esta  se  los  devolverá  fiualizado  el 
recurso,  y  entalcasoeltribunal,  en  dondeseba 
de  ocultar  la  fuerza,  iibrará  la  ordínaria  acos- 
tnmbrada  para  que  el  juez  eelesiáslico  remita 
igualmente  los  autos,  citadas  las  partes»  ó  que 
pase  el  notario  á  hacer  relacion  deellos,  segun 
el  estilo  que  en  su  razon  se  haya  introducido 
en  los  demas  recursos  de  aquella  dase,  á  fin 
de  que  con  inteligencia  de  todo  se  pueda  de- 
termioar  lo  mas  arreglado,  sin  que  deha  esco- 
sarse  á  ello  el  cdesiástico  cou  pretesto  ai- 
guno. 

4 1  Decidido  sin  demora  el  recurso  de  fuer- 
za»  y  haciéndola  el  eclesiástico,  se  devolverán 
los  autosal  juez  inferior,  y  esle  procederácon 
arreglo  á  1o  establecido  en  el  número  9.**;  pe- 
ro  no  haciéudola  en  lo  sustanciai,  providen- 
ciará  desde  luego  el  tribonal  el  destino  com- 
petente  del  reo  ó  reos,  conforme  á  lo  preveni- 
do  en  el  número  5.* 

42  Cuando  el  reo  refugiado  sea  eclesiásti- 
co  y  conserve  su  fuero,  se  hará  ia  estraocion 
y  encarcelamiento  t)or  sa  juez  competente,  y 
procederá  en  la  causa  con  arreglo  ¿  Justida, 


auxiliáiMkNse  por  el  brizo  leglar  ea  todo  lo 
(|&e  neoesite  y  pida. 

Temos,  pues,  que  cuando  es  preciao  im- 
poner  correecion  arbüraria,  se  verifica  sin  qae 
haya  neoesidad  de  recnrrir  ¿  otro  tribmial, 
segun  los  prindpios  espnestos  de  ia  real  cé- 
dula;  pero  si  se  tiene  en  cneota  ei  Reglaaeoto 
provisional,  no  ^  posibie  qoe  se  ^ecute  la 
pena  correccional,  puesto  que  babieado  de  im- 
ponerse  esta  en  aulo  de  sobresdmiento,  será 
índispensable  que  se  consulte  corao  todos» 
porque  no  ha  dedejar  áe  pasar  la  causa  porlos 
tr¿mites  que  la  ley  dispone,  por  el  hecho  solo 
de  que  el  reo  se  haya  acogido  ¿  asilo.  Oei 
mísmo  modo,  con  arreglo  ¿  la  real  cédala«  en 
los  casos  de  delitos  de  pena  formal,  desp«ei 
de  evacuada  la  confesion  y  las  dtaa  hecbas 
en  ella,  debian  remitirse  los  autos¿  la  aodien- 
cia  territoríat  para  los  efectos  qne  dejamos 
manifestados;  pero  en  la  actualídad  ha  caa* 
biado  la  organizaeion  de  los  tribuiiales,  que- 
dando  todas  las  causas  sometidaA  al  (X)nod- 
miento  esdusivo  de  los  jueces  de  primera 
instancia,  sin  que  interveogan  en  ellas  las  an- 
diencias  basta  que  sean  remitídas  para  sustaa- 
ciarse  en  segund^  ó  tercera  instancia,  ó  bien 
porqueseentablerecursod*  fuerza;  de  manera 
que,  como  despues  de  recibida  la  confeEioo  y 
antes  de  imponer  la  sentencia  dura  aun  la  pri- 
mera  instancia,  las  audiencias  no  podr¿a  non- 
ca  intervenir  en  las  causas  sobre  delitos,  cn- 
^s  reos  se  hayan  aoogido  al  asilo.  Dedáeese 
de  aqui  que  los  jueees  no  dcben  remitir  los 
autos  ¿  la  audiencia  del  territorio  mientra  do- 
re  el  sumarío,  siendo  su  obligadon  Ilevar  los 
procedimientos    adelante,  si   ya   estuviesen 
príncipiados,  y  si  no  lo  estnviesea  formar  las 
diiigencias  consiguientes  en  cuanto   le  sea 
entregado  el  reo,  prévia  b  correspondíente 
caucion,  sobreseyendo  cuando  el  reo  apare- 
ciose  inocente  ó  solo  mcreeedor  de  alguaa  li- 
gera  correcdon,  ó  continuando  el  proceso  por 
los  tr¿mites  regulares  hasta  la  sentencia  de- 
finitiva;  y  si  la  sustandacion  del  delito  exigie- 
se  esle  órden  de  procedimientos,  del>er¿  con- 
sultarlo  despues  con   la  audiencla  terrítoríal. 
Si  d  delito  fuesede  los  esduidos  del  asilo,  de- 
ber¿  el  Juez,  despues  de  haber  oido  al  prooM)- 
tor  fiscal,  exigirdel  juez  edesi¿8Uco  la  coq« 
signacion  y  eutrega  formal  del  reo,  sin  qne 
proceda  caucion  ni  coodicion  alguna,   porque 
lajurisdiccíon  real  debc  quedarespedita  en  se- 
mejantes  casos,  para  poder  imponer  ai  reo  la 
penaquc  merezca,  aun  cuando  sea  la  de  muer- 
le.  Gou  este  objeto  debe  formarse  copia  auto- 
rizada  espresiva  dcl  tanto  de  culpa  que  resul- 
ta  contra  el  reo,  y  sio  peijuicio  de  continuar 
basta  elestado  decondusion  poraiadefinitiva, 
remitírla  al  Juez  eclesiástico  acompañada  de 
oflcio.  Si  por  oposicion  de  este  bubiese  qae 
usar  del  recurso  de  fuerza,  caso  de  hallarse 
terminado  el  sumarío,  se  sospender¿n  los  pro- 
cedimientos  en  cualquier  estado  qoe  se  en- 
coentren.  Luegoqueel  juez  edesi^stico  bayi 


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m 


ASILÓ 


980 


reooDOcido  It  copia  aotorixada  del  tanto  de 
oalpe,  deberi  aoerdar  lo  qiie  crea  oonforme  á 
derecho,  dando  aviso  desde  luego  al  joez  de 
primera  iDstaocia  de  si  se  halla  ó  no  dispuesto 
¿  entpegar  e1  reo.  En  el  primcr  'caso  debe  ha- 
cerlo  dentro  ^e  ka  vetnte  y  Gatáro  lK>ris  si- 
guientes  al  ayiso;  pero  si  se  negase  ¿  la  entre- 
ga  66  procederi  al  recnrso  áe  ftierza  en,  los 
lérminos  que  hemos  roani<tostado. 

Hemos  babiado  hasta  aqui  del  asNo  sagra- 
éo,  6  sea  del  qoe  se  puede  obteBor  acogién- 
üose  ¿  ta  proteccion  'de  la  iglesia.  Pero  hay 
otra  clase  de  asiilo,  qiie  couiiste  para  el  reo  en 
refugíarse  á  un  pais  cstrangero,  mucho  mas 
frecaente  f  ueado  qoe  «l  aoterior,  en  estos 
tlempos  en  que  las  ref  ueltas  poltticas  son  tan 
coRtiMadae,  y  los  aiedios  de  oomonicaeion 
tanfácilesy  espeditos. 

Los  reos  de  coalqoiora  clase  de  delitosque 
«eaoejan¿  pais  estrangero,  no  poeden  ser  re- 
clamados  por  las  autoridadcs  de  su  pais,  para 
qoe  se  haga  sn  estraccton,  ¿  no  ser  qoe  medie 
«n  cmivenio  particolar  de  nacton  ¿  nacion,  en 
qne  se  haya  estipulado  asi,  como  soccde  entre 
las  de  E$paña  y  Portugal»  eomo  resulta  de  las 
leyes3/,  4.«  y  5.*,til.  36,  lib.  XII  de  la  NotIsí- 
ma  Rec.  las  coales  marean  qne  deben  ser  estrai- 
éo9  y^ntregadosmútuameotelosbomicidascon 
armasde  fiiego,  lossalteadorés  decaminos,  los 
reos  de  lesa  magestad  ó  que  atentasen  contra 
k  seguridad  esterior  del  Estado,  los  que  lleva- 
sen  cosas  hurtadas  ó  robadas,  los  empleadoa 
defraudadores  de  haoienda  ó  que  no  diesen 
cueutas,  los  mcrcadcres  y  sus  factores  qoe 
qoiebren  fraodolentamente,  los  raptoresTdemo- 
geres  casadas  y  solteras,  los  escaladores  de 
cárc^les  para  sostraer  los  presos,  los  felsifica- 
doree  de  raoneda,  los  reos  de  oootrabando  y 
los  deserlores  del  ej^ito  de  mary  tierra. 
Para  consegoir  la  cstraccion  los  Joeoes  de  pri- 
mera  instaficia  se  dirigtrán  al  gefe  mtlitar  de 
la  proYinoia  limitrofe  de  Portogal,  en  la  qoe  se 
crea  qoe  se  halla  ei  reo.  i\  propio  tiempo, 
acompañar¿  tcstlmonio  en  qoe  conste  la  clase 
4el  delito,  la  gravedad  de  los  cargos,y  coantas 
drcoDslancias  sean  necesarlas,  a  la  aodieocia 
terrltoríal,  para  qoe  si  considcra'qde  el  recorso 
e6t¿  instroido  en  soflciente  forma,  remita  las 
diligencias  con.sn  informe  fondado  en  los  tra- 
tadoscxistentesalministerío  dc  Gracia  y  Josti 
cia,  porcuyo  conducto  se  dirige  despoes  al 
competente del  reino  de  Portogal.  81  las  ao- 
dleucias  Jusgasen  que  la  reclamacion  no  es 
prof*edente,  dlctar¿o  so  profidencia  con  ar- 
regio  ¿  derecho. 

Las  cóf tes  de  España  y  Francia  cclebraron 
tambien  on  tratadoen  4775,  en  el  qoese  con- 
Tino  qoe  siempre  qoe  se  pasasen  dc  Espi^  ¿ 
Francia  reos  de  losque  mas  abajo  espresare- 
mos,  fuesen  arrestados,  enoarcelados,  mante- 
Dldos  y  condocidos  hasta  la  frontera  de  la  par- 
te  qoe  los  recobra  por  cuenta  dc  esta,  entre- 
géodolos  y  cons!gn¿ndolos  en  eliá  ¿  los  gefes 
ciTiles,  y  coh  prefcrencia  ¿  los  miUtares,  sin 

499     MULIUTISGA  POPUUII. 


otra  formalidad  que  el  correspondiente  recibo, 
ni  mas  premio  qoe  el  de  tOOrealessi  ei  reo 
foe8e«spaik>),  y  50  libras  tornesas  si  ftiese 
francés.  Est¿n  eoBifu-endidosen  eUaso  da  res- 
tltoeion:  k)s  delitos  de  robo  eo  éespoblado, 
los  ejectttados  oon  violeooia  6  fractora,  loe 
hechos  en  casas  6  iglesias,  et  de  inoendio  pre- 
«ftedltado,  ol  de  rapto  de  vtttda  6  doncella,  el 
de  estopro,  el  de  atesinato,  d  de  labrícacíoa 
de  monoda,  y  el  de  robo  do  caodales  públicos. 
%k  los  delicQentes  que  acabamea  de  espresar 
hobiesen  tomado  asilo  en  Igtesia  iranoDe,  se- 
r¿o  restttoMos  con  ooBdieUm  de  qoe  oo  han 
de  ser  casiigados  coo  pena  de  moerte,  como 
00  k)  hiibieran  sido  ai  9e  lee  hobiera  preao  en 
igleeta  ea  España.  Todo  el  dinero  y  efeolos 
robados  qoe  9%  encottrasen  ¿  los  delicoeAtes 
al  tiempo  de  prenderlos,  han  de  ser  religiosa- 
mente  entregados  coq  sos  personas,  y  en  par* 
ticular  si  el  reo  foese  ladron,  todo  el  dinero  j 
efeotos  qoe  hobiese  robado,  descootando  los 
gastos  dejüsticiaqoe  deber¿n  hacerse  constar 
comolegiUoMS.  En4838sehixo  estensiva  ia 
sostraccioa  mútoa  ¿  los  reoa  de  qolebra  frau- 
doleota. 

Eo  3de  raarzo  4e  1797  se  oelebró  olro 
oontrato  entre  SS.  MM.  espanola  y  narroqoi, 
en  laqoese  previene  lo  atgoie&te:  «Ei  arresto- 
ejecotado  en  G¿dlz  por  indicios  de  Judaiamo 
eu  la  persona  de  nn  Mrraqoi  por  aquel  comi- 
sarío  inquisidor  del  Santo  Ofieio,  ba  pfoduoido 
qoejas  muy  vivas  de  parte  de  tos  pdocipes 
marroquiesy  fdndadas  en  nttestro  últirao  trala- 
do  de  pas  ooo  aqoel  reino,  en  ei  coal  estipok> 
qoe  se  eniregaeeD  reciprocameole  los  reos  de 
ambas  partespara  ser  jozgados  segoo  sos  le- 
yes  pairías.  Esta  disposicioo  tomada  por  am- 
bas  oaciooes,  es  eaterameate  ¿  favor  de  aaes- 
fros  españoles;  poes  sio  ellas  se  verian  ¿  cada 
paso  raotilados  y  atropellados  por  U  legisla- 
cion  marroqot,  y  por  lo  mismo  debeacr  obser- 
vada  por  noestraparte  con  la  mayor  escrupo- 
losidad,  parapodert>edirla  reciprocidad  rau 
exacta  de  los  moros,  qoe  basta  ahora  do  la 
hao  quebraotado  cn  los  repeiidos  casos  que 
hao  ocurrido.  Peoetrado  de  «stas  reflexiones, 
y  coidadoso  de  conservar  ¿  mis  amados  vasa- 
llos  00  beneflcio  tan  importante,  me  he  servi- 
do  determiuar,  ooosigoiento  ¿  los  tfatados, 
qoe  en  caso  de  comeler  deüto  algon  marroqoi 
eo  estos  reiuos,  «e  ledeleDgaiDmedlatameot^, 
y  coD  ei  somario  qoe  acredite  oi  crimeo,  se 
le  remita  al  pOerto  mas  oereaDO  de  aquel  rei- 
DO,  COD  eocargo  ¿  ooestro  comisiooado  en  él 
de  entregarle  ¿  sn  gobierno  para  qoe  le  cas- 
tigne  segoneos  ieyes,  evitaodo  asi  lasdesave- 
nencias  qoe  con  este  pretesto  podrian  aosoitar- 
se  entroambosreinos.» 

El  asilohasidoobjetode  largas  discosío- 
nesentrelos  pofaiUciatas:  los  mas  de  ellos  lo 
combateo  acalopadamente,  Cundándose  ea  qoe 
ni  la  iglesia  ni  cl  pais  estraño  debeo  servir  de 
asílo  at  delincoeote  para  libertarse  de  la  pena 
que  por  on  dellto  Bierece.  Esta  dootciaa,  coaiir 
T.    ui.    59 


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934 


ASILO— ASmPTOTA 


m 


do  se  trata  de  Io8  delitoB  comunes,  es  eDtera- 
mente  admísible.  La  sancion  del  asilo  en 
estos  casos,  no  tiende  mas  que  á  faTorecer 
la  impunidad  del  crimeu.  Has  no  podemos  de- 
cir  otro  tanto  respecto  del  asilo  aplicado  á  los 
delilos  politicos.  Hoy  dia,  en  que  las  contl- 
nuas  reYueitas  del  mundo  tienen  constante- 
mente  armados  unos  contra  otros  los  partidos 
en  que  se  dividen  las  nacioucs,  en  qne  el  des- 
tíerro  Jas  vejaciones  y  lamuerte  son  el  fu- 
nesto  resnUado  de  estas  contiendas,  destruir 
el  dereclio  de  astio  sería  privar  á  la  liuma- 
nidad  del  único  remedio  que  puede  aplicar  á 
esta  clase  de  males. 

ASlMiLAGION.  (Fisiolofjia.)  Entre  las  sus- 
tancias  de  diferente  naturaleza  que  nos  rodean 
y  que  penetran  en  el  organísmo,  bay  unas 
que  pueden  concurrir  á  formar  nuestro  cuerpo 
6  que  son  buenas  para  la  nutricion,  al  paso 
que'otrasno  pucden  en  manera  alguna  asociar 
sus  moléculas  ¿  las  que  componen  nuestros  ór- 
ganos.  Las  primeras  pueden  ser  y  son  gene- 
ratmenle  asimiladas  en  proporcion  de  nuestras 
necesidades;  las  otras  se  mantienen  separadas 
de  no&otros,  ó  si  penetran  en  uno  de  nuestros 
aparatos,  se  muntienen  estrañas  ¿  la  sustancia 
dcl  órgano:  es  solamente  de  advertir  que  en- 
tre  ostas  últimas,  ias  hay  que  son  inertes,  y 
otras  ejercen  una  accion  nociva  ó  provecbosa. 
Tómese,  por  ejemplo,  raiz  de  regalicía:  la  nia- 
teria  azucarada  y  los  priucipios  solublcs  que 
conlinne  serán  asimilados,  y  despues  de  haber 

Íórmado  parte  integraute  de  nuestros  órganos 
r¿n  ¿  quemarse  en  el  pulmon,  donde  ser¿n 
escretados.  La  parte  teñosa  pa8ar¿  del  estóma- 
go  ¿  loB  intestinos,  y  saldr¿  del  cuerpo  sin  ha- 
ber  cafii  sufrido  modiflcacion  alguna.  Si  se  in- 
giere  bierro  en  el  estómago,  se  dlsuelve  en  par- 
te,  pasa  al  estado  de  lactato,  es  llevado  al  tor- 
rente  de  la  circolacion,  se  hace  parte  integran- 
te  de  la  sangre,  ¿  cuya  coloracion  contribuye; 
de  la  sangre  pasa  ¿  los  cabellos  y  ¿  las  partcs 
velIosaB  eo  iosindividuos  morenos,  y  se  junta 
en  una  palabra,  con  la  masade  hlerro  cxisten- 
te  ya  cn  la  economia.  Si  en  vez  de  bierro  se 
ingiere  en  el  estómago  mercurio  en  eslado 
met¿l¡co,  pa8ar¿  por  el  tubo  intestínal  sin  de- 
Jar  buellas  sensibies;  pero  si  est¿  dividido, 
como  en  el  ungUento  mercurial,  6  bien  reduci- 
do  ¿  vapor  ó  convertido  en  sal  soluble,  obrar¿ 
de  uu  modo  particular  sobre  diversos  órgauos 
8ln  que  por  esto  se  trasforme  en  sustancia  or- 
gánlc^,  y  al  fln  será  eliminado. 

La  asimilacion  es,  por  tanto,  el  fenómeno 
esencialde  lanutricion.  Este  acto  importaute 
se  onlaza  con  otros,  como  la  abMrcion  y  la 
reabsorcion.  Nos  remitimos  ¿  estas  palabras 
para  todo  lo  que,  en  la  asimilaoiop,  se  reúerc 
á  los  feuómenos  que  designao. 

ASIMPTOTA.  {Matemúlicas^.)  Para  que  dos 
Hneas  se  Ilamen  asimptotas  la  una  de  la  otra, 
es  necesario  que  se  estiendan  basta  lo  infini- 
to  &cerc¿ndose  mas  y  mas,  de  manera  que 
pueda  hallarsé  un  punto  en  que  la  distancia 


que  las  separa  sea  me&or  qno  coalqoiera  can. 
tidad  dada.  Por  ejemplo:  cuaBdo  la  Mpárbdi 
se  reflere  ¿  su  centro  y  ¿  sus  ejes,  su  ecQa. 
cion  es 


-±^i 


-•=^H) 


Ahora  bien  e£te  último  radical  aumeota 
con  X,  dc  manera,  quesi  se  hacc  crecer  ¿  x  des- 
de  x=»a  hasta  lo  inflnito,  este  radícal  se 
acerca  cada  vez  mas,  y  tanto  como  se  quien 
¿  4 ,  que  es  ei  Hmile  de  la  espresioo.  Asi,  laor- 
denada  y  de  la  curva  se  acerca  siu  cesar  ¿ 


ser  igual  ¿  yc 


.  b 
=±--x;  es 
a 


decir,  que  la  rama 


de  la  hipérbolequo  seestiende  en  la  regionde 
las  y  positivas,  seacercaindeflnidameute¿te- 


nerla  ordenada 


y«H — X,  de  ona  recta  Ca» 

a 


(Véase  el  Atlas,  Geometria,  l¿mina  i.*  flg.  t3)la 
otra  80  acerca  ¿  la  recta  Cg,  cnya  ecnacioa 

b 

es  y-= X.  La  hipérbole  tiene,   pues,  por 

a 

asimptotasdosrecta8f¿ciles  de  constmir,  con 
arreglo  ú  sus  ecuaciones.  Ellas  se  cruzan  al 
ceotroC;  y  llevando¿  laesta'midad  A  lasorde- 
nadas  ADo-AK'— b,  los  puntos  li  y  D,  quees- 
t¿n  sobre  las  asimptotas,  determinan  su  po- 
sicion. 

Tienen  estas  rectas  algun^  propiedades 
notables. 

4  .**  *  Sus  enctyes  CG,  GG  son  asimptotas  de 
las  de  la  hipérbole,  que  e8t¿n  en  l^  region  de 
negativas. 

2  .^  Si  la  curva  se  reflriese  ¿  dos  diámetros 
ovalados  (véase  esta  palabra  y  la  de  hipeb- 
bole),  talescomo  CM,  Gn  (este  último  paralelo  á 
la  taugente  tt'  en  M),  como  la  ecuacion  de  U 
cürva  se  conservaria  la  misma 

a'*  y«— b'V«-a'*  b* 

se  tcndría  la  mismaconstruccionque  hemos  visto 
mas  arriba.  Gomo  CM.«a',  sisetomaMt=Mi'» 
al  di¿metro  ovalado  b',  los  puntos  t  y  t'  cs* 
tar¿n  sobre  las  asímptotas,  y  detenninar¿n  sa 
posicion. 

3.**  La  parte  tl'  de  loda  tangente  compreiH 
dida  entre  las  asimptotas,  se  divide  en  su  me- 
ú'io  M  por  el  punto  de  contacto:  dedúcese  es- 
to  lo  que  acabamos  de  ver. 

4.''  Las  distaocias  bc,  fg,  compreudidas 
por  dos  partcs  entre  la  curva  y  las  asimptotu, 
y  contádas  sobre  una  linea  recta  cg  perpendi- 
cular  al  eje  Cx,  son  iguales  entre  sí.  En  cfeo- 
to,  desenvolviendo  en  séries,  se  tiene 


(-5)- 


ía«    .4.X* 


De  suerte,  que  multipiicando  por  — x  ptra 


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9321 


ASIMPTOTA 


934 


lcner  la  ordenada  p6  posiliva  delaciirva,8eve 
quB  csta  ordenada  se  compone  de  la  pc  de  la 

4   ba 
asimplota,  menos  la  série-  —-|-  elc,  que  por 

coDsiguiente  representa  la  distancia  bc,  Pero 
la  ordenada  negativa  pf  da  la  misma  série  y  la 
misma diferenpia  por  valor  áefgi  de  donde  se 
deducc  que  bc=fy. 

5*  Esla  propiedad  concurre  asimismo  en 
toda  secante  aa',  cualqulera  que  sea  su  direc- 
cioD,  á  saber:  ab=a'  b',  porque  liay  siempre 
una  taogente  tl',  paralela  á  esfa  recta,  y  refl- 
riendo  está  curva  á  los  diámetros  ovalados  GM, 
Mt,  la  ecuacion  de  las  hlpérboles  permanecerá 
slempre  dcl  mismo  modo  que  sl  las  coordena- 
das  fueran  rectángulos:  el  razonamienlo  ante- 
rior  subsistlrá  pues,  y  se  Uegará  á  la  conse- 
cucucia  ab=a'  b'. 

6.*  De  aqui  se  deduce  uu  medio  sencillisi- 
mo  de  traiar  «na  hipérbole  entre  sos  asimpto- 
tas ,  cuando  se  conoce  uno  soto  de  sus  pun- 
tos,  corao  6:  por  este  punto  6  se  llcvan  varias 
reclas  ¿  volunlad,  aa'  eg,  se  toma  a'6'«ia6, 
gf=zcb.,..  y  se  tendrán  otros  tantos  puntos 
b',  f....  de  la  cturva,  los  cuales  á  su  vez,  po- 
drán  dar  otros  nuevos  por  el  mismo  procedi- 
míento. 

7."  Para  referir  la  hipérbole  á  sus  asimpto- 
tas,  tomando  por  ejeslas  coordenadas  CP=x', 
PM=y',  es  preciso  hacer  una  trasformacion, 
(Véase  estu  palabra.)  Llamemos  x  el  áu^ulo 
xCg=xCa.  Las  íórmulas  que  sirven  para  hacer 
el  cambio  de  ios  cjes  se  convicrten  en  el  pre- 
lente  caso  cn 

x=(y'+xO«co8.  a,   y=(y^— x')  sen.  a; 


y  oomo  tang  a= — ,  se  tiene 
a 


cos  a— V/ 


(a*-fb*) 


7,  sen.  a=V/ 


(a'+b') 


'  •  Tal  es  la  ecuacion  de  la  hipérbole  referida 
¿  sus  asimptotas;  m^  es  lo  que  se  llama  la  po- 
tencia  de  la  hipérbote.     * 

Y  en  efecto,  sin  conocer  coal  e?»  la  curva, 
m*  m* 

cuya  ecuacion  es  y'=-7 ,  ó  x'=-7 ,  se  ve  cla 

yimente  que  cuanto  mas  crece  x',  mas  dismi- 
nuye  y',  y  reciprocamente:  y  esto  hasia  el 
panto  qae  sequiera:  resulta,  pues,  que  el  ejc 
de  las  x'  y  el  de  las  y '  son  asimptotas  do  esta 
corra. 

*  La  abcisa  CE=x',  y  la  ordenada  EA«y'  de 
la  jeslíemidad  A  soo  iguales  á  m;  porqne  por  k, 
se  tiene  y=:o,  de  donde  resuita  y'<=sx'.  Asi, 
eltri¿agoloCEAes  isósceles,  la  flguraCEAF  es 
UD  rombo  y  se  tendrá  que  GE^^EA 

m«V,V/(a«+bV 


Lo«  valores  anteriores  áesensLy  co$  a  dan 

a=i2m  cos  a,  b«-4m  sen  a, 

ecnaciones  que  nos  dan  ¿  conocer,  los  serai- 
ejes  a  y  6,  cuando  se  conoce,  á  m  y  a,  es  de- 
cir,  cuando  se  da  una  hipérbole  ontre  sus 
asimptotas. 

8.**  Multipliquemos  miembro  por  miembro 
las  ecuaciones  x'  y'=m',  y  sen  2  a— 
2  sen  a  cos  a;  el  priraer  produclo  x'  y'  sen 
DCD  es  el  área  de  todo  paralelógramo  CMPQ. 
formado  por  las  asimplotas,  una  abscisa  cuííI- 
quiera  y  su  ordenada;  el  seguudo  producto  es 

2  m  cos  sen  a.  m  cos  a=»— ab;  esta  arca  es, 

pues,  constante  é  igual  ¿  la  mitad  del  rect¿n* 
gulo  de  los  semi-e]cs  GA,  AD. 

0.®  Siendo  los  ejes  Cx,  Gy ,  la  ecuacion  de 
una  tángente  cualquiera  tt'  al  puntcHÍ,  cuyan 
ordenadas  son  a  y  C,  es  a*  y  C — b'xa=— a'b* 
(véaso  TANGENTE);  por  consiguiente. 

a*  b'a 

CO-^,lang.O=^., 

Hagamos  recorrer  al  punto  dc  contaclo  U 

todos  los   de  la  curva  de  A  hácia  m,  b a 

creccrá,  Cü  decrecer¿y  el  punlo  0  se  acercará 
tanlo  como  se  quiera  al  cenlro  C.  Por  otra  par- 
te,  como  a  y  6  son  coordinadas  de  un  punto  de 
la  hipérbole,  se  tiene 


b 


b  V— 

5=±7V/(aW)«±-a    4--: 
a  a' 


resnltapues 


tang  0= 


±b 


A»/ 


(-  í) 


Asi  poes,  cuanto  mas  crece  a,  y  mus  se 

±b 
«wv.^v. .« .-...,^  V.  -o >    — ,  mas  se  acerca 

a 

el  ángulo  0  ¿  DCA.  De  aqui  podemo»  concluir 
que  las  asimptotaa  son  íos  Hmites  de  las  tan» 
gentes  de  la  hipérbole:  toda  tangcnte  forma  con 
Cx  un  ¿ngulo  mayor  que  DCA;  y  no  se  pucde 
llevar  una  tangentc  paralela  á  una  recta  da- 
du  Cn,  sino  en  cuanto  esta  recta,  pasando  por 
el  centro  C,  se  comprende  en  cl  ángulo  GDC, 

Cuando  la  hipérbole  cs  equilátera,  ¿  saber 
a=b,  corao  CA=AD=AD',  los  ¿ngulos  ACD, 
ACD'  son  de  45®  y  las  asiraplotas  son  perpen- 
diculares  una  ¿  otra  :  la  polcncia  vicne  ¿ 
ser  iafi  y  la  ecuacion  x'  y'=fa^ 

Hay  un.gran  número  de  curvas  qoo  Uencn 
por  asimptoras  pna  recta;  por  ejempio  la  loga* 


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ASDfPTOTA-^ASIRIA 


ritmiea  (Téase  esta  palobra)  coya  ecuacion  es 
yasa' ,  cuando  se  considera  su  parte  situada 
bácia  la  rcglan  do  d»  uegativa^  ¿su  ordenadai/ 
que  decrece  indeQnidamente  á  modida  que 

aumenta  x,  puesto  qne  y-oa-'sa— :  aslel 

eje  dc  las  x  es  asimptota  de  1a  corva. 

Sin  detenernos  en  mulliplicar  losejeraplos 
de  este  género,  generaliecmo^  esta  teoria ,  y 
demos  los  medios  de  encontrar  todas  las  lineas 
rectas  ó  curTas,  qoe  disfrutan  de  la  propledad 
de  scr  asimptotus  de  una  cnr?a  dada.*«Sea 
y-«Fx  la  ecuacion  de  esta  última:  siempre  es 
posible  desenvolver  Fx  en  série  segun  las  po- 
tencias  descendenlesdex:  y  toda  vez  que,  por 
suposicion,  la  curva  se  estieodc  basta  lo  infl- 
bHo,  admiUremos  como  caso  general,  que  es- 
te  desenvolvimieuto  contiene  poteocias  nega- 
tivas  de  x.  Pianteemos,  pues,  la  ecuaclon 
y^Fx  do-in  curva  propuesta,  en  la  forma 

y=sípx+Ax-»-fBx-»-fctc. 

crecieudo  sin  cesar  los  esponentes  mn y 

comprendiendo  <px    todos    los    términos  en 

que  X  liene  potencias  positivas.  Consideremos, 

pues,   la  curva  cuya  ecuacion  es   y=«ípx,  y 

comfMirémosla  con  la  propiieáta.  Es  claro  qiie 

coanto  mas  se  aumente  x ,  mas  pequeños  se 

ir¿n  baciendo  los  términos  Siguientes  de  nues- 

\       B 
tra  Bérie,  puesto  quevuelven  á-— H — ►  -f  etc: 

asi  lasdos  ordenjdas  y=Fx,  y=^x.  se  acer- 
can  tanto  como  sequiere  á  laigualdad,  y  las 
llncas  áqne  pertenecen  estas  ecuaciones  cum- 
plen  con  las  dos  oondiciones  que  caracterizan 
á  las  asimptotas,  de  acercarse  c^da  vcz  mas 
una  á  otra  y  no  separarse  sino  á  la  menor 
distancia  imaginable:  i/ai<px  es  pues  la  e  cua- 
cion  de  una  asimptota  de  la  curva  propuesta. 

Sl  cpx  no  exisle,  de  raanera  que  el  desen- 
volTiniientocompletoestá  fórmadodepoteocias 
iiegativas,  la  asimptota  esel  ejc  de  la  x,  cuya 
ecuacion  es  y»o.  Este  es  el  caso  de  la  logari- 
ténvca,  cuando  x  es  negalivo. 

Ciiando  <px  es  una  constante  a,  y'c=»a  es  la 
ccuacion  de  una  paraleía  al  cjc  de  las  x:  esta 
paralcia  es  la  asiroptota. 

Cuando  <px  tieue  la  forma  <px-f  6,  la  asimp- 
tota  es,una  Ilnea  recta ,  ciiya  ccuacion  ea 
ü«a.r+6,  y  qne  es  muy  fácil  de  constrolr.  La 
hipórbole  que  sc  reflere  á  su  centro  y  á  sus 
ejcs,  entra  en  este  caso  particular:  y  se  ba  vis- 
to  en  loque  dejimos  dicbo  sobre  este  punto, 
una  aplicacion  á  csta  curva  del  método  gene- 
ral  qoe  esponemos. 

En  fln,  si  y=fx  contiene  x  elevado  á  po- 
tencias  superiorcá  á  la  primera ,  la  asiroptota 
es  una  cnrea,  cuya  ecuacion  es  y=ípx,  y  cuya 
forma  y  situacion  conrelacioná  losejespuede 
por  lo  tanta  encontrarse,  y  tambien  aus  pro- 
piedadef. 

Inútil  creemoB  obaerfar  que  todo  kx  qae 


acabamoa  de  decir  de  1a  ecoacion  ywFz  pnede 
decirse  asimismo  del  deseuvolvímiento  del  va- 
\orx,  sacado  de  esta  ecuacion  y  reducidoi 
série,  segun  las  potencias  decretceites  de  y. 
Uay  mas:  no  solamente  y^^i  es  la  asimp' 
tota  de  la  corva  propuesta,  sino  qne  si  afia* 
dimos  á  <px  iino  ó  muf  bos  términos  en  qne  la 
variablc  x  vaya  afeciada  de  csponentes  negati- 
Tos,  esta  ecuacíon  perteneceri  todavia  i  noa 

asimptota;  porejemplo,  y=sBfx-f  ax-*— ^x-f-. 

Eo  efecto:  se  ve  claramente  que  cuanto  mas 
crcce  X,  mas  so  acerca  la  ordenada  <px,  como 
observamos  masarriba.  Asi,  toda  curva  tiewt 
una  infinidad  de  asimptotat  á  aqudlas  «ie  sui 
ramasqu6saestÍ4mden  indefinidamente» 

Apliquemos  estas  consideraciones  á  tlga- 
nos  ejemplos. 

k 

La  carva,  coya  ecoacion  es  F»*y/  (x*— ?) 
se  forma  de  cuatro  ramas  simétrlcas  con  rela- 
clon  i  sus  ejes:  y  desenvoiviendo  en  serie,  ya 
la  X,  ya  (a  ¿,  se  tendri 


y«-lnt-*+ x«*a-f4--y-'-f 


Asi  el  eje  de  las  x  (yeaso)  es  una  asimptota: 
una  paralela  áiasy(xema)  lo es asimismo:  ll  hi^ 
péi'bole  construida  sobre  losmismos  ejes  coor- 
denados  como  asimptotas,   y  coya  poteocia 


eslc 


H)^ 


es  asimismo,  etc. 


Sea  la  ecuacion  y'— axy-f  x'—o:  la  curva 
esli  dibujadá  (/S//.  44):  tiene  nn  nudo  en  so 
orlgen  A  y  los  ejes  son  tangentesde  este  nodo. 
Se  haliará,  pues, 

y  ^— X— a— a'x-  * 

La  recta  FC  ciiya  ecuacion  es  y=— x— a, 
es  asimptota:  se  las  construye  baciendo  ABb 
AG=:a.  Ademas,  si  se  toroan  los  tnes  primeros 
téiminos dc  este  dcsenvolvimiento,  se  encuea- 
tra  que  ía  curva  cuja  ecuacion  cs 

xy-fx'+ax+a'=BO 

es  tambien  asimptota:  es  una  bipérbole  UM, 
cuyo  ceutro  eslá  en.  ol  punlo  C,  siendo  Ia3 
asimplotas  CF  y  CD;  AD^a,  Dl—la,  danil  por 
uno  de  sns  pontos  de  donde  se  tirac^  fic^- 
mento  todos  los  otros. 

ASfRlA.  [Geografia  é  hi^éaria.)  Tres  no- 
narqoiasqoe  direrianentre  si  en  podoryei 
estension  ilevaron  sucesivamente  el  oonbre 
de  imperio  de  Asiria. 

Bl  prtmero  de  eslos  imperies  ftededos  por 
lolo,  cerca  de  veinte  sigios  antee  de  nuestra 
era,  y  aumentado  por  Nino  y  SeminnMt,  se 
estendió  por  todis  ias  provincias  dei  Asia  eo- 
tre  el  Mediterráneo  y  el  Indo,  desapareciendQ 
con  Sardanipalo. 


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ASIRU-ASMA 


938 


El  segundOy  llamado  tanbleD  imperio  de 
NÍQÍve,  débil  desmembramieñto  dcl  primero, 
halió  sinembargo,  en  sus  propios  recursos  los 
medios  de  lucbar  con  éxlto  contra  los  medos, 
verdaderos  herederos  del  primero,  y  luego  los 
de  dominar  en  la  Media  y  Babilonia.  Los  dos 
puntos  culminantes  de  la  cronologia  de  este 
imperio,  oscurecido  per  las  conlradicciones  de 
loft  bistoriadores  son  los  reinados  de  Phul  y 
de  liabonasar.  EI  advenimiento  de  este  úllimo 
al  trono  á  principios  del  año  747  antes  de  Jc- 
Bucristo,  es  el  punlo  de  partida  de  la  era  que 
lleva  el  nombre  de  este  príncipe. 

£1  lercer  imperio  na  fué,  por  decirlo  asi, 
mas  que  una  continuacion  del  segundo,  cuya 
capitalidad  se  trasladó  de  Ninive  á  Babilonia,  Y 
lerminó  en  538  cn  el  reioado  de  Ubyuílh  (el 
Baltasar  de  la  Sagrada  Escrftura)  con  la  toma 
de  Babilonia  por  Giro..Ninive  habia  sido  dcs- 
truida  80  años  antes  por  Giaxares,  rey  de  los 
medos,  unido  á  Nabopolasar,  que  se  hubia  su- 
blevado  contra  Saraco ,  hijo  de  Nabucodono- 
sor  1.  Durante  el  seguudo  y  tercer  imperio  dc 
Asiria,  fué  cuando  los  judios  tuvieron  que  lu- 
char  contra  los  soberanos  de  Ninive  y  Babilo- 
Dia.  El  cautiverio  de  Babilonia  empezó  en  605, 
antes  de  Jesucristo,  en  el  reinado  de  Nabuco- 
donbsor  II,  bijo  dc  Nabopolasar. 

£q  Ios  reioados  de  Nino  y  de  Semíramis, 
el  primer  imperio  de  Asiria  comprendia,  ade- 
mas  de  la  Asiria  propiamcnte  dicha ,  en  las 
márgenes  del  Tigris  superior  (parte  del  Kur- 
distan) ;  la  Siria  de  los  rios,  entre  el  Tígris  y 
el  Eúfrates;  la  Mesopotamia  de  los  griegos  (al- 
Djpsyreh^;  la  Caldea  ó  Babilonia  ^Helleh);  com- 
prendia  hácia  cl  Norte  la  Armenía ,  las  comar- 
cas  roontúosas  que  se  estienden  basla  el  Cáu- 
caso  (Georgia);  ia  Media  (Irak  adjeni):  hácia  el 
Oriente  abrazaba  tod¿s  las  (^rovincias  situadas 
entre  elTígris  y  el  ludo.  (Korasan  y  Afghanis< 
tan),  entre  las  cuales  los  autores  no  señalan  á 
uuestra  atencion  hácía  aquella  época  mas  que 
ei  reino  de  Bactriana,  y  por  el  lado  del  Occi- 
dente,  el  Asia  Menor,  1a  Siriu  con  laFenicia  y 
la  Palestlna,  el  Egipto  con  la  Etiopia  y  la  Libia, 
y  en  fin,  h  patle  oricntal  de  la  Tracia. 

El  segundo  iroperio  asirio  ó  reino  de  Nini- 
ve,  reducido  á  la  Siria  propiaracnle  dicba,  á 
consecueucia  de  la  dostruccion  del  primero, 
recobró  en  el  espacío  de  un  siglo  la  Mesopota- 
XDÍa,  la  Siiia,  la  FeDicia,  la  Paleslina,  la  Idu- 
mea  ó  Arabia  Septenlrional ,  la  Babilonia  con 
ftu  capital,  y  en  íio,  la  Media  y  Ecbataua. 

Cuando  despues  de  la  destruccion  de  Nini- 
ye  se  formó  el  tercei^  imperio  con  ía  reunion  de 
la  Asiria  y  de  la  Babilonia,  se  estendió  con  las 
cooquistos  de  Nabucodonosor  II,  sobreelEgip- 
to  y  todas  las  proviocias  situadas  á  lo  largo 
de  las  co6tas  del  mariuterior  iMedilerráneo) 
desde  el  golfo  de  Iso  (mar  de  Cbipre),  hasta 
la  gran  Sirie  (golfo  de  Sidra.)  (Véase  babilo- 

íilA,  GALDEOS  y  NimVE.) 
Berodoto:  lib.  1. 


Gtesias:  Péniea,  edicíon  MaUer  en  U  Biblioteea 


griéM,  pubUcada  por  \w  seiores  Bidot 


Eiiodoro  de  SicÍUa. 

Berosí :  Chaldaorum  hiitorio 


qu<B  tupcrsunt. 


Leipsiclt,  483JJ,  eo  8.«  ^  ,     .       ^  ^      ,. 

J.  Periionii;  Origenet  BabylomoB  ei  JEgypttacíf^ 
Leideii,47a6,avoLcna'  ...        ,,.  . 

J.  Fr.  ScliroBerl:  ímperium  Babylonw  et  Jrmt,  cx 
monumentit  antiquorum  etcerptum,  Francíorl,  1736, 
en  8.»  ... 

Glaudiua  James  Riciu  Two  memotrt  on  the  mmt 
of  Babylon,  en  S,* 

Observationt  conneeted  wtth  attronomi(  and  an^ 
eieni  hittory  taered  and  profane  on  theruxntofBar' 
bylone,  at  reeently  vitited  and  detcnbed  by  tt,  J. 
Hich,  by  Tb.  Maurice,  Lóndres,  1816,  cn  4.«  . 

yo\nty.  Jnvetiigaeionet  nuevat  tobre  la  htttorta 

uurlos  Lenormanl:  Curto  do  hiitoria  aníigua^  et*    , 
plicado  en  la  facullad  de  letrat  de  Parit.  en  8.^ 

Heeren:  !dea  tobre  la  polUica  y  el  eomercw  de  w« 
pueblot  de  ta  antigMedad^  tomo  1. 

ASMA.  [Patologia.)  'ASOixa,  sufocacion.  t\ 
asma  es  una  afeccioi;i  por  lo  comun  apirética, 
de  accesos  periódicos,  y  en  la  cuat  la  respira- 
cion  es  dificil,  frecuente  y  fatigosa. 

Los  autores  han  descrito  un  gran  námero 
de  asmas  que  hoy  dia  se  reducen  ordioaria- 
mente  á  los  dos  géneros  siguientes: 

4  .**  El  a$ma  sintomático,  causado  por  un 
vicio  orgánico  en  el  torax  ó  en  las  visceras  que 
contienc  esta  cavidad,  ó  por  el  ohstáculo  que 
puedan  oponer  las  mismas  vísceras  el  desar- 
rollo  de  las  del  ahdómen.  Concíbese  fácllmen- 
te  que  estas  causas  son  tan  solo  ocasionales,  y 
que  no  pueden  originar  el  asraa  sino  en  con- 
diciones  enteramente  especiales;  el  asma  pue- 
de  ser  una  de  sus  consecuencias;  pero  comun- 
mente  dan  lugar  á  una  simple  disnea.  Aun  se 
'puede  establecer  que  el  asma  sintomático  es 
primero  una  disnea,  un  sintoma  propiamente 
dicho,  y  que  luego  pasa  á  ser  una  enfermedad, 
ona  neurosis,  cuyos  accesos  puedeu  depender 
de  una  exacerbacion  de  la  afeccion  principal; 
pero  que  á  veces  no  tienen  relacion  sensible 
eu  su  marcha  con  la  de  tal  afeccion. 

2.®  El  asma  esencial  6  idiopático,  es  de- 
pir,  que  no  puede  referirse  á  ninguna  otra  Ic- 
kon  que  álas'del  sistema  nervioso.  A  este  gé- 
uero  de  asma  se  ha  dado  particularraente  el 
epíleto  de  nervioso.  Se  le  debe  considerar  sin 
ia  menor  duda  como  raas  puramente  nervioso 
que  el  que  depende  de  la  afeccionde  un  órga- 
no  estrano  al  aparato  de  las  sensacioncs;  sin 
embargo,  uno  y  olro  son  uua  misma  neurosis; 
solamcnte  que  *Ia  causo  mas  ó  menos  directa 
es  conocida  en  un  caso,  y  difícil  de  descubrlr 
ó  desconocidacn  el  olro 

La  anatomía  patológica  tiende  cada  dia  á 
hacer  nula  la  distancia  entre  eslas  dos  varie- 
dades. 

Tanto  para  la  una  como  para  la  otra,  las 
causas  diieciaí}  de  los  accesoe  son  á  menudo 
oscuras,  ó  están  poco  relacionadas  con  la  gra- 
vedad  dc  los  sintomas,  como  en  las  enferroe- 
dades  nerviosas  en  gcnerai.  Asi  un  eslraYio  en 
el  régimen,  una  leve  emocion,  un  cambio  de 
f  («mperaiura,  die  poskiim,  el  pasa  de  la  lui  á 


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939 


ASMA-ASNO 


^iO 


la  oscuridad ,  etc,  bastan  para  ocasionar  un 
acceso  de  asroa.  Laennec  consideraba  el  catar- 
ro  pulmonar  crónico,  como  la  causa  mas  ordi- 
naria  del  asma:  la  acumulacion  de  las  mnco- 
sidades  en  los  bronquios,  y  la  hincbazon  de  la 
mucosa  dcterminan,  segun  Mr.  Ferrus,  el  asma 
húmedo,  en  el  cual  el  enfermo  espele  al  fln  del 
'  acceso  un  Ifquido  viscoso  y  nacarado.  Sin  que 
pretendaroos  negar  que  el  catari;p  pueda  pro- 
ducir  el  asma,  ¿no  se  puede  apelar  de  esta  con- 
clusion  apoyada  en  el  principio  pofí  hoc,  ergo 
propter  hocl  El  elemento  nervioso  se  encuen- 
tra  en  ciertas  afecciones  catarrales  de  la  mü- 
cosa  brónquica,  é  indudablemente,  la  obstruc- 
cion  de  los  bronquios  por  mucosidades  ó  por 
cualquiera  otra  sustancia  no  puede  menos  de 
aumentar  la  ansicdad  del  asma ;  pero  el  uno 
existe  tan  frecuenlemente  sin  el  otro,  que  no 
creemos  se  balle  resuelta  la  cuestion. 

^n  resúmen,  creemos  que  el  asma  es  cau- 
sado  siempre  por  una  lesion,  ó  por  un  desór- 
den  de  los  órganos  nerviosos  ú  otros.  La  impo- 
sibilidad  de  cerciorarnos  en  ciertos  casos  de 
este  desórdeu,  no  autoriza  para  ponerle  en  du- 
da,  asi  como  no  estamos  autorizados  para  con- 
Fiderar  la  euagenacíon  mental,  el  histerismo 
y  todas  las  neurosis,  como  no  procedenles  de 
un  desórden  matcrial,  aun  cuando  basta  abora 
no  podamos  mucbas  veces  señalar  este  desór- 
den  en  la  autopsia,  ni  casi  nunca  apreciar  sus 
conexiones  con  la  enfermedad. 

Se  han  descrito  con  el  nombre  de  a$ma 
agudo  ó  espasmódico  6  de  catarro  sofocante  de 
ks  niños,  rauchas  afccciones  entre  las  cuales 
la  única  que  mas  se  acerca  al  asma  no  es  al 
parecer  otra  cosa  que  esta  afeccion,  observa- 
da  en  la  niñez.  Por  lo  demas  es  muy  rara. 

El  pronóstico  del  asma  no  es  en  si  muy 
grave,  á  lo  menos  en  la  edad  aduKa.  Es  enfcr- 
medad  frecuentemente  muy  penosa,  pero  que 
raras  veces  amenaza  1a  vida  del  enfermo.  Los 
accidentes  que  sobrevienen  deben  referirse  ca- 
si  siempre  ¿  las  afecciones  de  las  cuales  es  el 
asma  sintoma  mas  ó  menos  directo. 

Los  medios.  que  mojor  efecto  surten  con- 
tra  las  enfermedades  nerviosas ,  es  decir,  laí 
antl-espasmódicas,  producen  igualmente  con- 
tra  el  asma  los  mejores  resuKados.  No  los  de- 
tallaremos  aqui ,  porque  no  escribimos  para 
los  médicos,  y  ningun  asmático  ignora  el  me- 
dio  que  mas  le  aprovecba  en  sus  accesos;  y  tan 
solo  diremos  al  enfermo ,  que  mucbas  veces 
los  reraedios  quo  le  parecen  mas  opuestos,  son 
para  el  médico  succedáneos;  y  que  mudar  de 
mcdicacion,  siguiendo  cicrta  marcha,  esá  me- 
nudo  el  medio  mas  seguro  de  obtener  buenos 
resultados  contra  las  afecciones  nerviosas. 

Ferru$:7Hcl.  4e  Médeeine.  arliculo  a8MA. 

Bríebeteaa: Sur  la  tnaladie  appelée  ASTHMRtHir 
les  auteuni  Arehivet  genera¡e$  dc  méd.^  lomo  \x. 

Sestié:  Det  Dytpnéet  periodiquci,  tésis  para  la 
agregacion,  Parls,  4833,  en  4." 

ASNO.  {Agricultura,)  Los  servicios  que  el 

OuHiyq  en  grande  reclama  del  caballo  y  dej 


bney  los  e.'iperan  del  asno  la  propiedad  en  pe- 
qucño  y  el  cultivo  de  las  tierras  flojas :  (am- 
bien  en  los  paises  de  mucho  viñedo  encnentran 
en  él  un  buen  auxiliar  que  no  podria  ser  vcn- 
líyoí«amente  reemplazado  por  ningun  otro.  So 
sobriedad  le.  hace  compañero  del  pobre,  cnyos 
trabajos  comparte:  como  rcra  vez  estáenfermo, 
resiste  mejor  que  el  caballo  las  altemalivas 
de  frio  y  de  calor,  esti  dotado  de  una  inleli- 
gencia  mas  viva  de  lo  que  generalmente  se 
cree,  siendo  fácil  de  alimentar  y  susceptible 
de  encariñarse  con  sn  ducño.  A  pesar  de  todas 
estas  buenas  cualidades  que  debieran  csteo- 
derse  por  via  de  la  cducacion,  pocos  animales 
son  tanto  como  él  víctimas  de  la  negligenciay 
de  los  malos  tratamientos.  Esta  carencia  de 
todo  cuidado.  Esmerados  coldados,  nna  bue- 
na  higíene ,  una  pnidente  direccion  impresa 
á  la  multiplicacion  y  á  la  cria.  de  la  espeeie 
del  asno,  serian  tanto  mas  necesarios  para 
prevenir  su  bastardeamiento ,  cuanto  qne  el 
clima  de  una  gran  parte  de  España  le  es  me- 
nos  favorable. 

El  asno,  cn  efecto ,  es  oríginario  de  los 
paises  cálidos:  la  Inglaterra,  Dinamarca,  Sue- 
cia ,  Holanda  y  Polonia  poseen  moy  pocos, 
mientras  que  son  moy  abundantcs  eo  Persia, 
Arabia,  España  é  Italia.  El  asno  tiene  nna  nl* 
zada  tanfo  mayor  y  es  tanto  mas  vigí'roso 
cuanto  que  habita  en  un  pais  mas  cálido:  tam- 
bien  dcl  clima  dependen  su  fuerza,  el  color  dc 
su  pelo,  la  duracion  de  so  vida,  su  mayor  ó 
menor  precocidad  relativamente  á  la  genera- 
cion,  su  vejez  mas  ó  menos  retardada,  y  sus 
enfermedades.  Los  naturalistas  le  creen  orion- 
do  de  Arabia,  de  dondc  habrá  pasado  al  Egtp' 
to,  Grecia  é  llalia:  la  Francia  le  tiene  de  esta 
última  region  ó  roas  bien  de  la  España,  pero 
es  indudable  que  su  organizacion  solo  adquie- 
re  la  plenitud  de  su  desarrollo  bajo  la  influcn- 
cia  de  un  sol  ardiente,  y  que  degenera  á  me- 
dida  que  se  va  aproximando  al  polo. 

Las  formas  innobles  del  asno,  degradado 
por  la  domesticidad  y  por  la  incuria  de  los 
propietarios ,  distan  mucho  de  encontrarse  &k 
el  asno  silvestre ,  ni  en  aquellos  cnya  raza  se 
ha  perfeccionado  por  cruzamientos  bien  cal* 
culados  y  por  un  buen  régimen  higlénico.  El 
asno  silvestre  tiene  mejor  presencia  qoe  cl 
doméstico,  veriflcándose  lo  contrario  en  la  es- 
pecie  caballar:  tiene  los  miembros  mas  flnos, 
la  aposlura  mas  o-guida ,  la  oreja  nna  tercera 
parte  mas  corta ,  movible  y  atenta  al  menor 
rntdo,  la  frente  mas  ancha  y  mas  aplastada 
entre  los  ojos:  el  color,  uniforme  como  en  las 
especies  silvestres,  es  el  que  se  llama  decafé 
^con  leche;  la  raya  negra  crucial  es  bien  pro- 
nunciada,  el  copo  de  cria  en  qne  termina  U 
cola  tiene  ta  longitod  de  408  á  4  6í  mitíme- 
tros,  siendo  su  talla  igual  con  corta  difercncia 
como  la  del  caballo  del  Oriente,  y  su  agilidad 
casi  tan  grande.  Enouéntrase  todavla  en  el 
centro  del  Asia  entre  los  20  y  los  40*  de  la- 
litud. 


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944 


ASNO 


m 


La  pereza,  la  lentitud  y  1a  obstinacion  que 
80D  los  caractéres  distintivos  de  las  raxas  bas- 
lardeadas,  casi  se  desconocen  en  aquellas  que 
se  lian  mejorado  por  la  industria  del  bombre. 
Cicrtamente  el  asno  no  tiene  la  noblesa ,  el 
fuego,  la  perfeeta  docilidad  de  un  caballo  de 
raza  pura  y  bien  amaestrado;  pero  es  mas  pa- 
ciente,  mas  pacifico,  mas  sobrio,  mas  robusto, 
mas  dispuesio  á  piegarse  á  todas  las  situacío- 
nes  en  qne  pueda  hallarse:  nacido  para  recor- 
rer  las  montañas  cscarpadas  y  los  seodcros 
escabrosos,  su  pie  scguro  y  ágii  franquea  con 
segurid^d  los  pasos  de  mas  peligro.  £1  asno 
tiene  mas  coostancia  para  Irabajar  que  el  ca- 
ballo»  sufre  con  mas  resignacion  los  castigos 
que  se  le  imponen,  se  contenta  con  el  alimen- 
to  mas  tosco ,  aprovecha  la  yerba  que  miran 
coB  desprecio  los  deroas  animales,  resiste  me- 
Jor  lcs  tormentos  del  hambre  y  de  la  sed; 
sos  sentidos  son  mas  activos,  su  oido  roas  de- 
licado  y  su  visla  mas  robusta ;  tiene  ademas 
nenos  que  temer  los  ataques  de  la  fluxion  pe- 
riódica;  por  último,  ¿  todas  estas  ventajas  se 
agregan  en  el  asno  una  estrcmada  fliiura  dc 
olfato.  La  sequedad  y  el  espesor  de  los  tejidos 
cotineos  dci  asno,  le  inducen  á  rcvolcarse  con 
freeuencia  en  el  polvo,  para  abrir  los  poros  de 
la  piel:  asi  es  que  los  baños  frios  cn  invieruo 
ie  son  muy  provechosos,  siendo  mas  sensible 
¿  la  picadura  del  bipogosco  ó  mosca  cbata  y 
el  ataque  de  los  demas  insectdls  alados,  que  ¿ 
los  golpes  asestados  con  mas  rigor. 

La  iongevidad  del  asno  es  de  30  ¿  35  años, 
pero  su  vida  media  no  cscedc  de  4  5  ¿  18,  sicn- 
do  su  talla  muy  variable,  pues  sc  encucntra 
desde  ía  aUada  dc  una  cabra  baüta  ia  dc  un  ca- 
ballo  de  mediana  magnitud. 

La  alzada  del  asno  del  Mediodia  se  eleva  des- 
de  uu  metro  ¿  un  mctro  y  40  céotímelros,  ó  un 
meiro  y  50  centímctros:  esta  raza  es  notable 
por  su  estraordinario  vigor,  la  solidez  de  sos 
articulacione¿9  la  amplilud  de  sus  Jarretes ,  y 
su  piel  de  un  gris  negruzco:  cl  pelo  de  los  ani- 
males  de  esta  raza  es  muy  lanoso  y  de  una 
desmesurada  longilud,  pues  tiene  25  centiroe- 
(ros,  sobre  todo  en  la  region  abdominal.  Todas 
las  forinas  del  animal  est¿n  como  sepultadas 
bajo  esta  capa  lanosa  que  parcce  aumentar  pro- 
dlgiosamente  cl  volúmen  de  todas  las  partes 
del  euerpo. 

Los  macbos  qoc  se  destinan  ¿  la  repro^uc- 
cion^  no  se  Ilaman  garaúones  como  en  cual- 
qniera  otra  parte,  siuo  animales,  Su  natural  es 
perverso  y  aiisco,  asl  es  que^e  sujetan  en  es- 
trcchos  establos  dondc  solo  puede  acercarse 
el  hombre  quc  loscuida,  y  si  pudieran  reunirse 
resultarian  combates  ¿  muerte.  AI  régimen  es- 
pecial  á  que  están  sometidos  los  garañones 
del  Mcdiodia  deben  la  mayor  parte  de  sus  cua- 
lidades  y  dc  sus  dcfcctos.  Desde  su  cdad  mas 
temprana ,  el  grano,  y  particularmente  la  ave* 
na  y  lás  habichuelas  forroan  la  base  de  su  ali- 
mentacion.  Este  régimen  ardiente  les  espbne  ¿ 
los  estragos  de  la  heroaturia  ú  orina  de  sangre, 


qne  hace  perecer  las  tres  cnartas  partes  antes 
de  cumplir  tres  años,  siendo  por  lomismo  muy 
subido  su  precio  comercial. 

Los  garañones  comienzan  ¿  servir  ¿  los 
cuatro  años ,  su  mayor  pujanza  es  ¿  los  ocho, 
y  8u  servicio  dura  basta  veinte  y  cioco  ó 
treinla. 

A  los  dos  afíos  el  asno  se  halla  en  estado 
de  engendrar,  pero  la  edad  que  mejor  convie- 
ne  ¿  su  propagacion  es  desde  los  tres  hasta 
los  diez  años.  La  burra  cs  todavía  roas  precoz, 
aunque  sus  mcjores  crias  las  da  desde  los  sie- 
te  ¿  k)s  diez  años.  En  general  el  asno  padre 
dura  mas  tieropo  que  el  caballo  padre,  y  cuan- 
to  mas  adelanta  en  edad  mas  ardiente  parece; 
pero  es  preciso  guardarse  de  abusar  de  este 
ardor :  un  buen  garañon  bien  nutrido  puede 
cubrir  tres  Jumontas  por  dia  durante  todo  ei 
liempo  de  calor. 

Es  indispensable  para  la  mejora  y  la  con- 
servacion  de  las  razas,  tener  suroa  cuidado 
con  la  eleccion  de  los  reproductores  y  no  ad— 
mitir  ¿  I^  monta  sino  animales  blen  conforma- 
dos.  Los  caracléres  de  una  buena  conforma- 
cion  son  los  siguientes:  tesiículos  regulares, 
cabcza  corta  y  cuadrada,  orejas  largas  y  poco 
gruesas,  ojo  vivo,  narices  abiertas,  el  cuello 
largo,  crncero  poco  redondeado,  linea  verte- 
bral  poco  salienle,  riñones  rectos  y  con  proe- 
minencia  de  las  apóflsis  cspinosas,  grupa  po- 
co  saliente,  muslos  bien  nutrídos ,  piernas  se- 
cas,  anchas  y  tendinosas,  pies  pequeños  pero 
sin  tendencia  al  escarzo. 

La  burra  roejor  dispuesta  es  la  que  más  se 
aproxima  ¿  este  género  de  conformacion:  liene 
cn  general  los  costados  menos  salicntes  y  el 
vientre  mas  colgante  que  el  garañon. 

La  monta  se  hace  generalmente  en  los  roe- 
ses  de  mayo  y  Junio,  y  algunas  veces  desde 
abril;  cuanto  mas  proiito  es  mejor,  porque  en-. 
tonces  est¿n  los  asnos  roas  vigorosos  y  pueden 
resistir  mejor  todo  género  de  fatigas. 

Como  los  asnos  padres  son  generulracnte 
de  un  car¿cter  arisco,  han  d^  tomarse  algunas 
precauciones  para  el  coito:  asi  es  que  un  hom- 
bre  sujeta  ¿  la  bnrra  por  el  ronzal,  y  otros  dos 
conducen  al  garaúon,  al  cual  se  le  ayuda  en  el 
acto  de  la  gcneracion  agarr¿ndole  por  la  cola. 
£n  algunas  partes  el  asno  padre  esl¿  cncerrado 
en  unacuadra  de  dondc  no  sale  sino  para  cubrir 
las  hembras,  Iiecho  lo-tiual  se  %  v.ouáem  ¿  la 
mas  coroplela  inaccion:  no  bace  ejercicio  sino 
girando  sobrc  sí  mismo  en  la  celda  donJe  est¿ 
encerrado.  Hay  muchos  de  estos  garañones  de 
uu  carácter  tan  arisco  quc  ningun  palafreoero 
quiere  esponerse  ¿  conducirlos:  se  hace  entrar 
la  hembra  ¿  eropellones  cn  su  establo  y  se  ha- 
ce  salir  cou  cierta  prccaucion  cuando  la  áionta 
ha  terminado. 

Esta  operacion  (ambien  algunas  veces  se 
hacc  en  libertad:  para  esto  se  deja  al  garañon 
en  un  recinto  bíen  cerrado  con  la  cantidad  de 
i  burras  que  debe  cubrir.  EI  asno  acaricia  ¿  las 
'  hembras  unas  despucs  de  otras ,  y  coucluye 


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m 


A8N0 


Mi 


por  cubrir  á  la  q«e  m^or  le  ajrada,  hecho  lo 
ooal  se  ie  lleva  ¿  1a  caadra  hasta  el  dia  si- 
guiente  ó  dos  dias  despues  en  que  se  le  saca 
para  los  mismos  fines:  una  ? ez  fecundada,  ce- 
Ba  el  calor  de  la  burra:  cntonces  ya  no  quiere 
admitir  al  garañon,  lo  rechaza  j  se  deQende  de 
él  Tivamente. 

La  burra  liene  necesidad  durante  la  gesta- 
cion  de  un  abundante  alimento;  y  el  m^or  que 
puede  suministrárseleen  esta  épocaes  el  heno, 
la  airalfa,  el  salvado,  la  cebada  ó  la  avcna  que- 
branlada  ó  molida:  es  preciso  no  hacerla  tra- 
ba]ar  dcroasiado,  porque  de  olro  modo  aborta- 
ria.  Por  la  misma  raxon  se  ha  de  procurar  no 
darle  golpes  en  el  vientre,  nl  el  agua  escesi- 
vamenle  fria,  ni  permitir  que  paste  en  el  pra- 
do  durante  las  primeras  horas  de  la  mañana,  á 
menos  que  ya  el  sol  haya  disipado  el  rocio. 

Desdc  el  seslo  mes  el  vientre  de  la  burra 
comienza  á  decrecer  notablehiente:  en  el  dé- 
cimo  asoma  la  leche  á  sus  tetas,  y  á  los  doce 
da  á  luz  un  hijuelo  que  presenta  en  primer  lu- 
gar  la  cabeza. 

Pocas  veces  la  burra  engendra  mas  que  un 
pequeñuelo  y  nuevamente  Tuelve  á  entrar  en 
calor  siete  dias  despues  de  su  parto.. 

Los  asnos  son  muy  cariñosos  para  sus 
herobras  y  con  especialidad  para  sus  hijos :  la 
burra  es  igualmente  buena  madre,  la  cual  la- 
me  al  pollino  cn  cuanto  acaba  de  nacer. 

Un  aliroento  sustancial  y  de  buena  caU«- 
dad  es  tndispensable  á  la  burra  cuando  cria  á 
ñn  de  que  reponga  sus  fuerzas:  es  útil  sumi- 
nistrarle  por  espacio  de  cuatro  ó  cinco  dias, 
ogua  tepida  quc  contcnga  un  buen  pnnado  de 
harina  de  trigo:  igualmente  es  esencial  enviar- 
Ía  á  pacer  en  campos  de  buenos  pastos,  no  tan 
soloporque  layerba  fresca  contribuyeal  acre- 
cimiento  de  leche,  sino  tambien  porqoe  ol 
ejercicio  y  el  alre  libre  la  couservarán  en 
buen  estado  de  salud,  y  todos  los  dias  deberá 
almohazarse. 

Al  cabo  de  seis  meses  se  puede  destetar  el 
pollino,  y  esto  es  de  precision  sobre  todo  sl  la 
madre  está  preñada,  á  fln  de  que  mejor  pueda 
nutrir  al  hijuelo  que  traeen  su  seno.  ün  cuar- 
to  dc  quilógramo  de  heno  le  es  suflciente  du- 
rante  los  dos  primcros  dias,  cuya  cantidad  se 
ha  de  ir  aumenlando  progresivamcnte;  el  sal- 
vado,  la  cebaj^  y  la  yerba  fresca  Ic  convienen 
tambíen  sobremanera,  y  ademas  es  preciso 
preservarle  del  frio,  la  helada  y  la  Iluvia. 

Generalmenle  á  los  dos  años  y  medio  se 
caslran  los  pollinosy  poco  ticmpo'despues  se 
les  acostombra  al  trabajo:  al  principio  es  in- 
dispensable  usar  con  ellos  la  mayor  dulzura  á 
fln  de  no  exasperarlos;  cuando  ya  eplán  habl- 
tuados  al  trabajo  se  les  híerra  y  entonces  ya 
no  se  dlstinguen  dc  los  demas. 

Las  herraduras  del  asno  deben  ser  ligeras, 
de  hoja  delgada,  sin  lo  cual  sus  movimientos 
seriau  mas  lentos,  y  sus  cascos  roas  fácilmen- 
te  destruidos.  k  contar  desde  esta  época  ya  no 
requiere  forrages  escogldos,  pues  se  conten- 


ta  con  cardos  j  olras  yerbas  de  poeo  precio 
que  rcbusan  los  demas  animales.  Síq  emter- 
go,  conviéne  que  su  olimento  aea  proporeüo* 
nado  á  su  trabajo ,  y  darle  algonas  racMOoes 
de  grano,  cuando  se  exigen  de  él  grandes  es* 
foerzos. 

Tal  como  ya  qneda  indicado,  k  duradoa 
media  de  la  vida  de  un  asno  debe  ser  de  trefft- 
la  y  seis  años;  pero  pocas  veces  llcga  i  li 
mitad  de  esta  edad,  pues  el  esceso  de  los  tre- 
bajos  y  los  matos  alimentos  son  generalmeDte 
causa  de  su  mnerte  prematura. 

Las  burras  ó  asnas  son  mas  bnscadas  por 
loB  cultivadores  que  los  machos  de  so  especle 
aunque  tengan  menos  talla  y  vtgor.  EI  asuoso- 
lo  es  útil  por  su  trabajo,  mientras  que  lahen- 
bra,  aunque  haga  todo  el  sefvicio  que  se  le 
exige,  da  creces  á  su  doeño  con  la  veota  ée 
sus  crias,  y  á  veces  un  beneficio  bastaote  coa- 
sidorable  por  el  producto  de  sn  lerbe,  coyas 
cualidades  refrescantes  ejercen  la  InBpresfoa 
mas  favorable  sobre  los  órganos  dtgesHves  y 
pulmonares  cuando  padecen  una  iFrít«cioa 
prolongada. 

Pará  tener  leche  de  burra  de  buena  eoili- 
dad  se  ha  de  procurar  que  sea  jóvea,  que  ei- 
té  recicntemente  parida,  se  ha  de  evitar  el 
accesodel  macho,  dejándola  paceriibremente 
en  buenos  pastos,  y  suministrándole  de  noche 
cebada  ó  avena  y  algo  de  forrage  seco. 

La  piel  de  asno,  á  causa  de  sn  dureza  y  sa 
elasticidad ,  se  destina  para  una  mnllitud  de 
usos,  pues  sirve  para  hacer  cribas,  tambores  y 
zapatos;  bañada  con  una  ligera  capa  de  yeso, 
entra  en  la  composicion  de  las  carteras,  y  esti 
misma  piel  es  la  que  sirve  á  los  orientalra 
paru  preparar  la  píel  de  zapa.  EI  estiércol  de 
asno  tlene  las  mismas  cnalidadeá  qoe  el  del 
caballo  y  conviene  perfectamente  para  haoer 
camas  6  semilleros. 

El  asno  no  tan  solo  es  átil  por  los  prodoc- 
tos  que  no6  suministra,  sino  ademas  on  na' 
nantial  de  riquezas  por  sa  alianza  6  crusa- 
mlento  con  la  especie  caballar,  resoltando  de 
esta  union  un  ser  bibrido  que  recibe  cl  nom- 
brc  de  mula  si  es  hembra,  y  de  mulo  6  nMCho 
si  su  sexo  es  masculino. 

EI  baron  BHTestre:  Cur$9  eompUiú  dé  «fricsll»- 
m,  ediHon  de  DetcrviUe,  43  volumeDes  e»  •.«.  4M 

A  Domoussjr:  Traiado  compieto  de  latparaéúh 
en^." 

Grognier:  Curto  de  mulUplicaeUm  y  pfr/femiM- 
mienio  ó  mejorti  de  lot  prineipalee  ammmUt  éomñ 
Ocot,  UD  volúmen  ca8.o,  iHiÍ. 

Diccionario utual de cirugia ude medieina  vett- 
rinariatt  dos  rolámenes  eo  8.^,  1 196. 

Presat:  Cata  rútUca  del  tiglo  X/X,  cvatre  roUt- 
menes  en  8.°,  1638. 

ASNO.  {Hísloria  naturaL)  Bajo  el  aspcdo 
agronóroico  le  hemos  considerado  en  el  artí- 
culo  anlerior:  deblanios  ocuparnos  de  él  ahora 
bajo  el  ponto  de  vista  zooióglco;  pero  creemos 
queserá  preferible  hacer  su  descripcion  co  el 
artículo  cABALLo:  en  efecto,  elasno  noes  mas 
que  unáespccie  del  géncro  caballo. 


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Uü 


ASOClAtlON 


iU 


ASOCIáGION.  (PoHtiea.)  LansocíacÍonesTina 
de  las  primeras  necesidades  de  la  rspecie  hu- 
nmna.  Holoella  puede  proporcionar  al  liombro 
ios  medio:^  de  suplir  á  ia  di.bilidad  de  su  natn- 
raleza.  El  hombre  aislado  nada  puedc;  desde 
fnuy  anti^no  se  ba  dicho  que  la  ntiion  consti> 
tuyela  fuerza.  Lanecesidad  dehacfT  comu- 
niás  his  facnttades  hnrnanas  cs  h  q'.ic  ha  pro- 
Tocado  y  organizado  las  agregaciotíes  de  las 
fomflias,  de  las  qne  han  venido  las  ciudades  á 
ser  una  consecuencia,  asi  como  lo  son  de  estas 
'los  estados.  Suflcientemente  nos  revela  k  his- 
toria  que  al  poder  de  la  asociacion  se  deben 
todoslosprogresos  religiosos/civiles,  cienti- 
ficos  é  indostriales. 

El  espiritn  de  asociacion  establece  relacio- 
nes  entre  todas  las  elases  de  la  sociedad  para 
ayudarse  y  protegerse  mútuamente,  para  inter- 
▼enir  deon  modo  directo  en  sus  intcrcses,  y 
Cnalmente  para  repartirsef^n  una  moltitud  de 
drculos  qne  todos  tlcnden  al  mismo  objeto,  no 
síendo  otro  que  el  desarrollo  de  los  estados,  y 
el  acrecentamiento  general  de  su  blenestar  y 
de  su  riqueza.  Difícil  es  determinar  el  origen 
del^spiritn  de«80Ciacion;  eutodoslos  poebios 
ba  debidoextstir,  puesto  que  forma  una  tan  r^n- 
siderable  paHe  deso  órden  social;  pero  en  los 
tíempos  modernos,  sobre  todo,  es  cuando  mas 
gr&ndemente  se  ha  desenvuelto.  La  religion 
crístiana  que  renne  los  hombres  bajo  la  iU' 
floencia  de  los  mismos  deberes,  temores  y^és* 
peranzas,  foé  unode  los  principales  móviles  de 
las  asociacionés.  Las  vanidades  hnmanas,  las 
distínciones  frÍToIas  de  rango  6  fortuna,  des- 
aparecieron  ante  mas  pDderosas  consideracio- 
iies.  La  desgracia  y  larazon  iluminaron  los 
horobres  sobre  sus  interesescomunes,  los  aso- 
ciaron  y  dieron  á  sns  instituciones  ese  carác- 
tcr  de  union  y  benevolencia  naturtles,  contra 
los  que  vienen  A  estrellarsc  generalmente  los 
esfnerzos  de  los  pertorbadores. 

Los  antigtios  no  podian  conoccr  y  apreciar 
las  vcntajas  de  la  asociacion.  La  división  en 
sefiores  y  esclavos  bacla  depender  las  tres 
cuartas  partes  de  la  poblacion  de  la  otra'.  Es- 
tableciendo  nna  especie  de  sociedad  feudal 
donde  sc  conocian  moy  pocos  rangos  y  distín- 
cioncs,  no  tenia  por  consecnencia  necesidad  de 
Cümbioacion  alguna  para  reunirlos:  su  admi- 
nisiracion,  sin  embargo,  era  enteramente  gra- 
tiiita  y  municipai.  Glerto  número  de  ciudada- 
nott,  aunque  poco  considerado,  se  consagraba 
at  comercio,  y  segnn  una  ley  de  Solon,  exís- 
lieron  varias  compañias  de  negociantes  bas- 
tante  parecidas  ¿  algunas  de  nuestras  socieda- 
des.  Jenofonte  propone  tambien  para  la  esplo- 
lacion  de  mioas  la  organizacion  de  compañias 
por  acciones,  añadiendo  que  una  empresapar- 
ticnlar  seria  una  cosa  demasiadamente  aven- 
tnrada.  Segun  Tito  Llvioy  Suelonio  puede 
crcerse  que  los  autiguos  eonocieron,  aunque 
de  nn  modo  imperfecto,  las  compañfas  de  se- 
gnros.  Tenian  ignalmenle  sus  asociaciones  de 
beiicficencia  en  Atenas  y  su  ci^aoomun,  á  la 

\^Ú    lUUUOTISU  M4i;i^. 


qne  cada  cnal  contfibnia  casi  de  la  misma  ma- 
nera  que  se  verifira  on  las  nuestras  deahorros. 
Sns  miembros  se  obli<raban  á  sostenerse  en  sus 
díísgraclas,  á  la  defenjia  en  sus  procesos,  y  á  su 
reunion  contra  los  golpes  que  pudleran  diri- 
girseles. 

Tanto  en  los  antígnos  como  en  los  tiempos 
modemos  vemos  ¿  )os  hombres  formar  diver- 
sas  ásóciaciones,  ya  en  interés  de  )a  masa,  ys 
eii  cl  de  los  particnlares;  pcro  de  todas  ellas 
ninguna  mas  neccsaria  ni  mas  gencralmente 
conocida  que  h  inunlcipal,  que  muy  bienpoe- 
de  considerarse  como  la  base  de  las  demas. 
Esta  admhdistracion  en  comun  de  intereses 
iguales  se  encuentra  siempre  y  en  todos  par- 
tcs.  ¿Cómo  podria  estar  asegurada  hi  propiedad 
particular  si  la  colectiva  Oo  io  estaba,  si  ¿  las 
sociedades»  consideradas  como  individuos,  se 
las  respetaba  menos  qoe  á  los  individuos  mls- 
mos?  Es  tan  natural  la  organizacion  de  cMd 
primera  base  del  órden  social,  tanto  en  sus 
causas  como  en  su  objeto,  quex!asi  en  ningu- 
na  parte  differe  ni  ami  en  sus  rcglamcntos. 
Desde  el  tiempo  mas  rcmoto  so  gobemaban  ¿ 
si  mísmas  las  ciudades  de  la  Grecla,  eran  swi 
propios  legisladores,  como  dice  Demóstenes. 
Roma,  desde  ^u  fundacion,  introdujo  igual  sis- 
tema,  y  io  miraba  como  lan  inherente  ¿  los  de- 
rechos  y  necesidadesde  los  hombres  quejamás 
pensó  en  destruirluentrelospueblosqoe  agre- 
gaba  a1  imperio;  ^empre  les  dejaba  sus  leyes 
y  usos,  cpn  objeto  de  sacar  mayor  partido  de 
su  alianza  ó  sumlsion.  Estas  cludades  ó  comu- 
nes,  compuestos  demuchospueblosse  gober- 
naban  por  un  magistrado  bsjjo  ei  nombre  de 
arconte,  pretor  ó  tríonviro,  al  cual  estaba  ad- 
Junto  un  consejo  con  et  nombre  de  ^enado  6 
curía,  encargado,  de  concierto  con  é1,  de  tudos 
siis  intereses,  representando  en  pequeñoia 
admmistracion  de  Roma,  compoesta  eila  misma 
de  un  senado  y  dos  cónsules.  La  cnría  era  el 
coosejo  municipal  igualmentc  elegido  por  los 
nolabies  del  tcrrítorío:  la  decision  era  de  la 
mayoría  así  la  solicitud  como  el  dccreto  eran 
enviados,  lo  mismo  que  en  e1  dia,  ¿  la  auto- 
rídad  superior  para  so  sancion.. 

El  estado  de  los  comones,  ó  mas  bien  de 
las  asociaciones  municipales  bajo  la  república, 
fué  siempre  independiente,  y  su  administra- 
cion  regulada  por  la  ley  Julia\  pero  bajo  loa 
emperadores  tuvieronque  luchar  contra  las 
invasiones  del  flsco  y  hasta  Trajano  no  les 
foé  posiblc  recobrar  su  libertad,  y  la  entera 
posesion  de  sus  propiedades.  Éste  principe 
les  concedió  quc  dispusiesen  ¿  su  antojo  de 
sus  reotas  para  mejoras.  Constantino  despoes, 
cn  odio  ¿  cuanto  habia  sido  creado  por  la  re- 
públíca.  despojó  de  sos  bienes  ¿  las  municipa- 
iidades,  y  su  hijo  los  díó  al  clero.  Juliano  re- 
paróeste  vej¿men:  Yalenliniano  volvió  ¿despo- 
Jarlas;  pero  Teodosio  reposo  las  cosas  en  su 
antiguo  estado.  Las  asociaclones  municipales 
y  h  existencia  de  los  comunes  se  conservarou 
tneiBiÚ<>Ámperío,  aunqoe  coühis  modifica- 
T.    III.    60 


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W7 


ASOaACION 


m 


Giones  del  régimen  adminlstralivo  de  JusU- 
Diano.  Obispos  y  otros  eclesiásticos  presidian 
en  Italia  los  consejos  municipales,  los  condes 
reemplazaron  en  las  Galias  á  los  pretores  ro- 
manos,  perosiempre  con  municipaies  elegidos 
por  el  comun.  Tal  era  la  costumbre  de  mas  de 
ciento  cincuenta  cludades  conquistadas  por 
Clovis.  Las  dejó  subsistir  asi,  y  se  conaervu- 
ron  bajo  las  dos  primeras  razas,  y  aunque  per- 
didas  despues  por  las  invasiones  del  feuda- 
lismo,  siempre  han  quedado  huellas  en  casi 
todos  los  pueblos  de  Europa.  Nápoles  en  lossi- 
glos  IX  y  X  tenia  un  cuerpo  municipal,  cón- 
sules  electivos,  y  un  gefe  de  la  milicia  móvil. 
Luis  el  Gordo  las  restablcció  en  Francia.  Sus 
sucesores  lo  imitaron  declarando  libres  á  ios 
vasallos  de  sus  dominios  particulares,  permi- 
tiendo  álas  ciudades,  ba]o  su  inmediata  juris- 
diccion  y  á  las  domas  poblaciones  conslituirse 
en  municípalidades  y  comunes.  Estos  comu- 
nes  tuvieron  pronto  leyes  cscrilas,  magistra- 
dos,  milicias  y  sindtcos  encargados  de  es- 
tablecer  y  percibir  los  impuestos  y  cotizacioncs 
municipales,  formando  una  asociacion  que  co- 
mo  individuo,  pudiera  obrar  en  bencficio  pro* 
pio.  Segun  el  U80  antiguo  tuvieron  un  primer 
magistrado  y  un  consejo;  el  maire  reempla- 
zó  al  pretor,  y  los  regidores  á  los  decuriones. 

La  revolucion  francesa  que  debia  ser  favo- 
rable  á  las  asociacioiieB  municipales,  violó  to- 
dos  sus  derechos,  atentó  á  sus  bienes  decla- 
rándolos  nacionales,  sin  que  nada  escapara  á  . 
este  nuevo  género  dc  físcalia  democrática,  has- 
la  qne  todo  volviá  á  restablecerse  por  el  nue- 
vo  paclo  del  soberauo. 

Por  lo  tocante  á  España,  gobernada  csta 
pof  trcs  procónsules  romanos  en  el  reinado 
de  AugustOy  y  despuespor  cinco  en.el  de  Adria- 
noy  que  regian  las  provincias  do  la  Bética,  Lu- 
sitania,  Galicia,  Tarragona  y  Cartagena,  se  di- 
vldia  cada  una  cn  ciudadcs,  que  ademas  de  su 
capital,  tenian  sus  cantones  dependientes.  El 
prefecto  de  ias  provincias  comunicaba  eon 
homaparala  centralizacion  del  gobierno,  tras- 
mision  de  órdenes  y  tríbutos,  &¡rviéndose  de 
Íos  procónsules  decada  provincia.  Un  senado 
hereditario  compuesto  de  los  palricios  y  la  cu- 
ria  y  un  cuerpo  municipal  elegido  por  los 
propíetarios  de  raices,  que  divididus  en  decu- 
rias  ó  distritos  nombraban  sus  decuriones,  re- 
gian  unidos  á  la  ciudad,  compitiendo,  sin  em- 
bargo  á  los  últimos,  la  ejecuciou  de  los  re- 
glamentos  municipales,  y  el  cobro  de  contrlbu- 
ciones,  levantamientos  de  tropas  y  demas  ne- 
gocios  semejantes.  Roma  solo  habia  rescrva- 
do  una  autoridad  indirccta  para  la  percepcion 
del  censo,  fuera  de  la  cual  les  daba  toda  am- 
plitud  para  su  gobierno  interior.  Estas  espc- 
cies  de  impuesto^  formaban  el  ccnso;  el  ter- 
ritorial  que  satisfacian  todas  la  clases  de  pro- 
piedades,  el  personal  ó  capitacion  que  gravitaba 
sobre  todos  los  individuos,  y  los  de  aduanas, 
peages,  trasportes  militares,  viveres,  y  otros 
de  consumo  y  scrvicio  del  imperio.  A  las  ciu- 1 


dades  se  permitia  tener  sus  tthi^i  (^^^^"1^* 
res,  arbitrios  ó  propiedades  comunes  cob  por- 
miso  del  emperador.  De  aqui  trajeron  orfgen 
las  behetrids,  no  desconocidas  todavia  en  al- 
gunos  pueblos  de  Castilla  la  Yieja,  poco  are- 
nidos  con  la  admision  de  nobles  en  sus  mom- 
cipios,  y  que  se  mantuvieron  independieoles 
bajo  la  dominacíon  goda,  hasta  que  vcrificada 
al  fin  del  siglo  XV  ia  toma  de  Granada,  des- 
pues  de  unidos  bajo  un  mismo  cetro  AragOD  jr 
Gastilla,  fueron  completamente  destruidosy 
aniquilados  por  la  corona.  No  estenderemos 
mas  esta  breve  descripcion  histórica,  cayos 
mayores  detalles  quedan  reservados  para  el 

artÍCUlO  ATUNTAMIENTOS. 

Los  intereses  generales  de  los  pocbloi 
fueron  siempre  el  principio  de  las  asociado- 
nes,  y  los  particulares  de  los  ciadadanos  sn 
resuitado.  A  tan  fllanlrópicas  reuniones  se  de- 
ben  los  límites  del  poder,  el  comercio,  la  ia- 
dustria,  la  creacion  dcl  crédito  público,  laco- 
lonizacionde  capitales  estrangeros,  lostraia- 
Jos  de  utilidad  general  y  ei  progreso  de  las 
luces. 

Desde  los  tiempos  mas  remotos,  y  en  cisi 
todas  las  naciones,  se  conocea  asociaciODes 
de  crédito  ó  compañias  de  banca,  asociadooes 
de  trasporte  y  cambios,  ó  compañfas  de  come^ 
cio,  asociaciones  de  garantia  ó  compañías  dese- 
guros  Para  formarsc  una  idea  de  1o  ventajoso  de 
ta^es  sociedades,  es  precisorepresentarse  álos 
hombres  entregados  á  la  incerfidumbre  de  las 
produccioues,  á  pesar  de  su  trabajo  é  inteli« 
gencia.  Las  raejores  ínstitucioncs  no  puedeo 
responder,  ni  al  culti  vador  de  su  cosecha  ni  al  io- 
dustrial  de  su  venta.  Una  y  otra  están  síeropre 
á  merced  de  los  acontecimientos.  Pero  por 
mcdio  de  las  asociaciones,  el  banquero  les 
proporciona  fondos,  el  comercio  salidas,  y  d 
asegiirador  garautlas.  Todas  estas  combini- 
ciones,  como  ya  hemos  dicho,  han  tenido  la- 
gar,  annque  imperfectamenie,  entre  los  aa- 
tiguos,  y  solo  en  los  tiempos  mod^mos  bto 
Ilegado  al  alto  grado  en  que  hoy  se  encoen- 
tran,  con  especialidad  en  luglaterra. 

Si  el  principio  de  asociacion  eptre  los  hon- 
bres  presenta  el  mas  beilo  espccláculo  cuando 
se  trata  del  dcsarrolio  dc  sus  facultades  y  bien- 
estar  de  sus  famílias,  {cuán  grande  y  mages« 
tuosoaparece  cstendiendo  la  csfera  de  sos 
relaciones  al  mundo  entero,  haciéndole  gosar 
de  las  producciones  de  todos  los  climasl  Aon 
esmas  grande  y  terrible,  á  pesar  de  esto, 
armando  ¿  todo.un  pais  cuando  de  su  defeosa 
se  Irata.  La  asociacion  militar  es  ei  comple* 
mento  de  las  municipales  é  indnstriales  y  aot 
garantia  de  paz  en  el  inlerior  y  en  el  esterior. 
Ella  es  la  que  en  la  mas  remota  antigOedad 
armó  los  hombres  de  todas  las  Dftciones  eo 
defensa  de  lo  que  poseian,  formando  ona  masa 
tan  difícil  de  calcular  corao  de  vencer.  Aao- 
ciaciones  militares  fueron  sin  dnda  los  pnme" 
ros  ejércitos  que  encontraron  en  su  eoergia 
un  fuerzaigual  á  la  disciplina,  y  en  sa  dúoic* 


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9i9 


ASOaAQON 


950 


ro  un  valor  goperíor  al  lalento.  La  Decesidad 
de  unajusta  defensa  íué  sin  duda  alguna  su 
orígen.  Aun  poeden  hoy  confiiderarse  como 
asociactones  de  igual  género,  las  miUcias  en 
loglaterra,  la  landwehr,  y  ia  landstrum  en  Ale- 
mania,  los  pospolites  en  Rnsiu  y  Polonid,  y 
la  guardia  nacional  eu  Bspaña  y  Fraucia. 

Los  colegios  de  sacerdotes  egipcios,  de 
levitas,  de  seclas  ile  fliósofosen  lalndiay  Gre- 
cia  fqi^ron  los  primeros  modelos  de  las  asocia* 
ciones  académicas  y  literarias.  Reunidasen 
los  bosques  de  la  Academia  y  bsjo  la  sombra  de 
Tuscnlum  nos  enseñaron  ¿  soportar  las  penas 
de  la  vida  y  á  goaar  deso  bienes*  Lafiloso- 
fla  anuncióal  verdaderoDios:  estecon  losapós- 
loles  regeneró  el  mnndo.  Las  primeras  reii- 
niooes  literarías,  comosocedió  enGrecia,  eran 
mas  bien  escueiaa  que  academias.  La  union 
exi^lia  entre  maestros  y  discipulos,  pero.  no 
asj  en  laü  doctrínas.  Los  ceios  y  laenvidia  ha- 
bitaban  en  el  Pórtico,  eael  Liceo  y  iaAcademia 
y  dividian  lossistemas.  Tolomco  Lago,  despues 
de  la  muerle  de  Alejaudro,  y  Carlo-Magno,  des- 
pues  de  los  siglos  de  ignorancia  y  barbarie 
qiie  sigoieron  á  la  decadencia  del  iraperio  ro- 
maoo,  fucroo  los  vcrdadcros  creadores  de  las 
asociaciones  lilerarias.  Ei  soberano  de  Egipto 
fuudó  el  museo  de  Alejandrla  y  el  monarcu 
francés  estableció  una  acu<lemia  en  su  palado. 
Desde  esta  época  el  amor  á  las  letras  penelró 
])or  todas  partes  y  las  ucaüemias  se  multipli- 
caron  en  toda  Europa. 

Siendo  la  desgracia  tan  antigua  como  el 
mondo,  en  todos  los  puebios  fué  conUudo  el 
gobicruo  de  la  roiseria  pública  á  las  asocia- 
ciooes  de  beneflcencia.  Todos  los  sercs  coq- 
sagraron  uua  parte  de  su  tiempo  al  bienestar 
dc  sus  infeliées  semejantes.  Fuerle  con  la 
uBion,  elanoyo  y  simpatia^  gcneralcs  cada  in- 
dividuo,  ignai  á  toda  la  asociacion,  tuvo  por  la 
díclia  de  los  demas  el  misiuo  interés  que  por 
la  suya  propia,  de  aqui  el  gi^n  número  de  so- 
ciedades  paríiculares  para  las  diver|us  espe- 
cles  de  males  que  afligen  á  la  humanidad,  y 
esa  mulütiid  de  establecimientos  fllantrópicos 
esparddos  «obrc  la  inmensidad  del  globo,  don- 
de  la  roiBeria  halla  un  asilo  y  la  enfcrmedud 
carítativo  albergue,  donde  sedifundenideasde 
religion  y  de  moral,  donde  se  prodigau  cono- 
cimieiltos  útiles,  y  mil  y  mil  otros  quc  fuera  di- 
ficil  enumerar. 

La  asociacion,  aunque  tan  podcroso  ins- 
tromculo  de  orgaoizacion,  puede  iiegar  á  ser 
eo  malas  manos  uua  formiduble  palanca  de 
destruccion.  Abandouada  á  torcidos  iustinlos 
poede  derribar  cl  misiuo  edincío  quo  tau  po- 
derosamente  hubiacoutribuidoáformar,  man- 
chando  con  un  honible  caos  ias  maraviUas  tan 
dichosamente  creadas,  Es,  pues,  indispensable 
que  en  toda  sociedad  sábiameute  constituida  el 
ejercicio  del  derecho  de  usociacion  sea  regu- 
Uirísado  y  sometido  Ala  vigilancia  del  gobier- 
no.  No  es  posible  que  las  asociaciones  formen 
estado  en  el  Odtadomismo;  ni  sean  un  cuorpo 


vivo  en  el  coraxon  de  la  nacion.  Elderecho  de 
asociacion  debe  estarcomo  otro  cualquiera, 
ajustado  á  reglas  qoe  le  impidan  degenqrar 
en  abuso. 

EnRoma,  qnenosha  legado  la  mayor  parte 
de  sus  leyes,  nosepermitia  á  los  ciudadanos 
la  fundacion  de  sociedades,  colegios  ni  clase 
algtma  de  corporacion.  Solo  podian  exístir  en 
virtud  de  un  senado-consulto  y  mas  tarde  con 
el  permiso  del  emperador:  de  otra  manera 
erau  reputados  ilicitos  y  debian  disolverse. 
£s  necesario  tener  presente  qúe  estas  dispo- 
siciones  de  las  leyes  romanas  eran  indepen- 
dientesdel  objeto  de  las  asociaciones;  por  muy 
inocente  que  este  fuera,  no  por  eso  el  colegio 
ú  congregacion  eranpenos  ilicitos,  puesto  que 
no  estaban  legalmente  autorisadas. 

£n  cuanto  á  uuestra  legislacion  actual  so- 
bre  asociaciones  remitimos  al  lector  al  artícu- 

lo  SOCIEOADES 

ASOGIAGIOÑ  DE  1DEAS.  iLógica.)  Llámaso 
asi  en  psicologia  la  facuUad  que  tienc  nuestra 
alma  de  unir  cntre  si  dos  ó  mas  tdeas,  de  modo 
que  presentáudose  uua  á  la  imaginacion,  la 
otra  ó  tas  deruas  se  presentan  tambiei  igual  é 
infaliblemcnte;  ó  bien  ya  la  accion  de  esta 
facultad  ó  el  rcsultadodc  eslaaccion,  esdecir, 
el  enlace  intimoque  seestablece  entre  las  iüeas 
capaces  de  producirse  unas  á  otras. 

El  hecho  por  el  cual  se  nos  revcla  la  exi¿- 
lencia  de  eata  facultad  que  reside  en  nosolros 
y  dc  sus  eféctos  es  un  fenóroeno  bien  conoci- 
do  de  todop  U  vista  de  un  objeto  despicrta 
en  nuestiB  alma  las  ideas  dc  muclias  círcuns- 
tancia^  qoe  hnn  acompañado  á  su  percepcion 
anterior:  no  puede  percibirse  ningun  olor,  ni 
oirsc  niuguna  composicion  músicaU  sin  recur- 
dar  una  iníinidad  de  ideas  adquirídas  algon 
tiempo  antcsy  ó  scn&Acioues  esperimentadas 
con  anterioridad.  Cuando  vemos  dos  personas 
Juntas,  sidespues  encoulramosalguna  de  ellas. 
la  idea  de  la  otra  ocupa  al  momento  nuestra 
memoría:  y  sin  uingiina  intencian  por  niiestra 
parle)  las  ideasde  objeto,  de  olor,  de  la  músi- 
ca  y  de  la  pcrsona,  se  unen  á  las  otras  ideas, 
que  por  decirlo  asi,  Jas  acompañun  y  llegan 
á  haccrse  inscparable^. 

Esta  doble  propiedad  de  nuestras  ideas,  se- 
gun  lu  cual  producen  otras  en  nuestra  imagi- 
nacion,  y  son  á  su  vez  reproducidas  por  aqtie- 
llas,  no  es  tan  solo  peculiar  de  algnnas  de 
ellas:  ninguna  se  encuentra  aislada;  por  cl 
contrario,  todas  se  haliun  iutimamente  unidas 
eutre  si:  tul  idcu  nos  sugiere  otra  que  la  está 
asociada,  aquella,  olru,  y  asi  succsivamentc; 
por  manera  ffke  deben  considerarse  nuestros 
pensamientos  como  grupos  ó  cadcnas,  de  las 
que  no  puede  el  entcndimíento  ciaminar  un 
eslabon,  sin  recoiter  todos  los  otros. 

De  aqui  proviene  que  en  la  meditacion»  por 
poco  que  la  rcflexiou  pierdu  dc  su  teuucidad, 
como  la  idca  que  cntonces  uos  ocu|)a  se  lialla 
asociada  ¿  otras  mas  ú  menos  estrañas  á  ia 
cuestíon  nos  ímpele  húcia  ellas,  estas  hácia 


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934 


A80CIIAO0N--AS0NÁDA 


051 


otms»  y  proDto  dlfa^a  laintcllgencia,  y  se  se- 
para  coDsÍderablcnientc  de  ¿u  objeto.  £1  feuó- 
nieu(i  de  1a  distraixion,  cnaudo  no  es  efecto 
dc  una  causa  csterior,  no  (iene  otra  ¿iuo  la 
que  (|ueda  indicada.  De  aqui  nace  tambien  esa 
re¿ularidad  y  ese  encadenamiento  reai,  que 
uk«ervamo8  en  las  ideas,  y  especialmente  en 
lasque  enapariencia  son  mas  desordenadas, 
y  que  se  nos  presentan  en  nuestros  ensueños 
é  ilusiones.  Asi  es  que  raocbas  veces  durante 
el  sueño  voivemos  á  empezar  nuestras  tarcas 
dei  dia,  creemos  que  ejccutamos  las  mismas 
acdones,  que  venios  las  mismas  personas, 
que  recorremos  los  mismo^  sitios;  eu  una  pa- 
labra,  se  vcriüca  eu  nuestra  imaginacion  la  se- 
guuda  representacion  de  la  misma  pieaa,  y  to- 
dos  los  actos  y  escenas  se  suceden  poco  mas 
ó  roenos  en  el  mismo  órden:  tan  fuerte  es  la 
asociaoion  recientemenle  ^stabiecida  entre 
las  ideas  del  dia  anterior. 

La  asociacion  de  las  ideas,  origen  dedis- 
traccioues  para  el  fiiósofo,  poue  á  disposicion 
del  poeta  y  del  artista,  materíaies  abundantes 
y  de  sumo  precio:  al  rededor  de  la  idea  que  ie 
preocupa,^ienen  á  agniparse  otras,  anterio- 
niente  asuciadas,  á  la  primera,  y  solo  queda  al 
poota  la  eloccion  y  ei  liábil  cnlacc  de  cslas 
ideas  accesorias  con  la  idea  principal. 

No  dcbc  creerse,  sin  embargo,  que  todas 
las  idcas  de  la  inteligencia  ptieden  ejercer  esta 
espccie  dc  alraccion  sobre  las  demas:  nuestro 
podcrde  asoclacion,  aunque  obre  comunmenle 
sin  participacion  de  la  voluntad,  no  por  eso 
deja  dceslar  somelidoáciertas  reglas4^  leyes, 
y  no  puedc  enlazar  sino  las  ideas  que  tienen 
entre  si  cierla  relaoion.  Tales  son  las  s^iguien- 
fes:  1.*  ia  de  simu/íofiatViad.  En  virtud  de  es- 
ta  especie  de  asociacton,  cuando  se  ven  uuidas 
dos  personas  ó  dos  ot^etos,  cuyas  ideas  fior 
consigniente  se  lian  introducido  siroullánca  • 
mente  en  la  inteligencia,  sise  presenta  la  idea 
de  affuella  persona  ú  objetu,  peusamo^  dfisJj 
luego  en  el  otro  objelo  ó  pcrsona:  2/  la  de 
sucesion.  Guando  recordamos  ó  prescnciamos 
un  suceso  igual  cn  todo  á  otro  qtie  liemos  vis- 
to  autes  ó  despues  de  ól,  la  idea  del  príroero 
uos  lleva  ordinariamente  ¿  la  idea  del  seguudo: 
3.*  la  de  $etMJan%a.  Las  ideas  do  dos  pcrso- 
nas,  de  dus  sucesos,  de  dos  paises,  de  dos 
edificios,  niuy  parecldos  ó  semejaDtes.  rara 
vc'¿  se  presentan  ¿  nuestra  iniaginaciou  la  una 
sín  la  otra:  4.*  la  de  oponicwn,  Asi  que  nos  es 
muy  dificil  en  eldia  sef>urar  en  nuestro  pen- 
samienlu  las  ideas  de  virlud  y  de  viciu,  de 
piacer  y  de  dolor,  de  paz  y  de  ^uerra. 

Nu  inlenlaroos  aqui  liacer  unéenumeracion 
completa  de  lu¿  relaciones;  seria  uua  cropresa 
irrealizable»  porque  nuestras  ideas  pueden  te- 
ner  entre  si  reiacioiies  muy  numerusas^  y  aso- 
clarse  de  modoa  diversos.  Slii  embargo,  debe 
establecerse  entreestas  relaciones  una  dislin- 
cion  fuudameiital:  las  que  acabamos  de  citar  y 
otrjs  semejautes  se  coociben  instantáneameDle 
sin  esfueizoysin  tiabajo  prelbninari  dependen 


de  ciertis  circniiilindia  eslerioret»  en  ealre- 
mo  varíables,  por  lo  4ue  se  les  lia  dado,  asl 
como  en  las  asociadones  qoe  de  ellas  re«il- 
lan,  cl  nombre  de  aecidmtales.  Las  otnB  por 
el  contrario,  exigen  para  preaentarse  cierta 
aplicacion  del  ániroo;  su  existencia  j  su  des* 
cubrimienlo  no  dependen  de  los  caprichos  de 
la  casualidad:  estus  sou  las  relaciones  de  causa 
¿  efecto,  de  raedios  al  fln,  de  premisas  á  con- 
secuencias,  ctc,  y  se  llamau  retaciooes  c^- 
ianU$,  y  á  las  asociaciones  (|ue  de  ellas  se  de- 
rívan,  asociacioaes  siitemálicas  ó  fisicae.  Los 
que  naturalmeote  ó  por  coslumbre  no  atienden 
uias  que  ¿  laa  reiaciones  de  prímera  espede 
y  asocian  en  oonsoeuencia  sus  ideis  ,for- 
man  1a  claae  de  los  bombres  de  taleoto  y  de 
los  poetas;  ¿  eiios  pertenece  el  don  de  la  ia- 
provisacioD,  las  mel¿foraa  ingeniosas,  lascon- 
teslaciones  ó  respnestas  vivas  y  agodas,  y  loi 
cbistes  y  gracejo  que  formaa  ias  delicias  dela 
conversacion:  pero  loshombres  aeostombrados 
¿  no  buscar  sino  relaciones  constantes,  y  ¿  no 
formar  mas  que  asociacionos  sistem¿ticas,  ga- 
nan  eu  juicio  lo  que  pierden  eu  ingeoio:  estos 
son  los  hombres  reflexivos  y  los  filósofos. 
AS0CIAC10N6SNEKAL  DGGANADEROS.  [Véth 

Se  GANADBRIA.) 

ASOCIAGIONES  GREIÍIAUS.  \Véa$eGKBMm.) 
ASONADA.  Gon  este  nombre  se  designa  toda 
junla  6  rcuniou  tumuUuaria  con  objclo  de  bos- 
tilizar  al  gobierno  é  deperturbar  elórden  públi- 
co.  El  lenguaje  comun  le  aplica  tambien  los 
norobres  de  alboroto,  bullicio,  sedioion,  motio, 
rebelioUyConmocionpopular  y  tQmNlto;  pcroea 
reaiidad  es  raarcadamcnte  dislinla  laBignifica- 
cion  detodasestaspalabras:  en  nuestra  legisia- 
cion  críminal  de  boy  dia  no  so  encuentra  siqaie- 
ra  la  voz  osoiiada,  reflríéndose  el  Gódigo  Peoal 
para  todo  lo  que  dispone  en  esta  matería,  ilas 
paiabras  re6eiion  j  $edicion,  bajocuyos  epf- 
grafes  establece  las  disposicdoues  relalivasá 
estc  asuulo.  Nosotros  procuraremos  dar  oaa 
idea  de  lo  que  verdaderamente  sc  entiende  por 
asanaday  advirtiendo  desde  lOego  qoe  es  on 
tanto  va^  la  siguifleaciou  de  esta  paiabra;  j 
espondremos  las  disposiciones  de  niiestra  le- 
gislacion  críminai  antigua,  ó  sea  ladeParüda 
y  de  U  Novisima  Recopilaciun  sobre  esia  mate- 
ria,  porque  la  mencionada  legislacion  recooo- 
ció  este  delito  baju  el  espresado  nomtwe?  dao- 
do  de  él  una  idea  bastaute  esplícita  y  dela- 
llada. 

Eu  el  lenguage  vulgar,  >i  voz  eísomúdú  »o 
aplica  ¿  esas  turbaciuues  cscitadasd  por  lasdi- 
seusiones  civiles,  ó  por  la  aversionqoeinspi* 
ra  una  medida  adoplada  por  la  autorídad  pt- 
blica.  Estas  turbacioues  pueden  ser  pruvoca- 
das,  ya  por  el  euardecimiento  de  una  Clase  co- 
yos  iulereses  bau  sido  lastimados,  ya  por  ia 
exasperacion  popolar,  6  ya  eu  flo  por  las  oia- 
niobras  de  una  faccion»  por  la  impradencia  o 
por  las  iQjustas  exigeocias  del  poder  púbüco. 
La  asooadsDO  eDvuelveDecesariameote  la  idea 
de  uoa  resisltiicia  6  d&on  ataque  ¿  maoo  ar. 


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958 


ASONáDA 


m 


mida.  Part  qne  tiaya  aaonada  basta  qne  ona 
parte  del  pneblOi  mtts  ó  meoos  nomerosa,  se 
reooa  tumuUoariaroente  y  atente  cootra  1a  paz 
pública,  manifeatando  eu  las  plaias  y  en  las 
calles  su  desconleoto  ó  sn  foror.  Las  asooa- 
das  son  mochas  Yecea  teotativas  de  sedicioo, 
de  roTuelta,  y  aon  de  revolocion  fomal.  Si  Ja 
asooada  se  apacigna  ó  se  disipa,  no  es  en  rea- 
lidad  sino  ooa  torbacion  imsagera.  Rn  eate 
caao  no  ha  llegado  ¿  tomar  el  carácter  de  se- 
dicioo,  de  perturbacioo  ó  de  ataqoe  contra  el 
órden  establecido.  Puede»  sin  embargo,  correr 
1a  saogre  eo  una  asonada,  coando  la  escita  el 
furor  y  la  sed  de  nna  Tenganaa ,  como  se  ba 
Tisto  no  ba  mucbos  años  cn  Jos  Kstados  Uni- 
des»  cuando  los  furiosos  partidarios  de  la  ea- 
clavitod  asesinaron  á  los  negros  y  ¿  sua  pro- 
tectores.  La  efnsion  de  sangre  poede  llenardc 
luto  á  la  sociedad  en  nna  asonada,  y  no  pocas 
veoes  de  sangre  iooceote,  cnando  la  foerxa 
armada  interviene  para   contcner  la  asona- 
da.  Si  se  la  alaca,  ó  si  se  entrega  ¿  una  cólera 
ciega  y  desenfreoada,  graves  desgracias,  y  oo 
pocas  veces  las  mas  atroces  cnieldades,  hanln 
gemtr  á  la  bumanidad  y  provocar¿n  la  indig- 
oacion  de  los  hombres  de  bieo.  La  asonada  oo 
ea  una  señal  de  revolocion  sioo  coando  el  des* 
conlento,  la  exasperacion  y  la  resoluclon  de 
ona  resístencia  ilevada  al  eshremo  son  senti- 
mientos  casi  un^oimes  eo  el  poeblo.  La  disi- 
dencta  mas  violenta  no  prodoco  ouoca  sioo 
asooadas»  conmociones  y  revueltas,  ¿  no  ser 
que  su  furor  llegoe  á  pooer  las  armas  eo  la 
mano  á  nn  gran  número  de  agregadop,  en 
cayo  caso  prodoce  ias  goerras  civiles,  el  mas 
terrible  aiote  qoe  puede  alligir  ¿  on  pais  don* 
de  no  se  bayao  estioguido  aon  los  seolimien- 
los  de  nacionalidad  y  de  amor  patrio.  Por  me- 
dk>de  asonadasfué  como  el  patriciado  roma- 
00  Ilego  ¿  bacer  asesioar  ¿  los  Oracos,  coyas 
leyes  atacaban  ¿  la  vez  so  avaricia  y  su  poder. 
Lm  asonadas  del  Foro  prepararon  la  sanproloa- 
ria  dominacion  de  Mario,  y  la  dictadora  de  Gé- 
sar.  En  Broselas  y  en  las  otras  ciudades  de 
los  Paises  Bajos,  los  coareola  años  de  insur- 
rceeion  y  de  goerra  qoe  arrancaron  ¿  nnes- 
tros  dominios  ias  Provinoias  Uoidas  no  fueron 
eo  un  priocipio  mus  qoe  asooadas.  La  Conven 
cioo  dc  47iMívino  ¿  parnr  por  uoa  séríede 
asouadas  dispoeslas  de  aotemano ,  y  cada  vc2 
nwB  ameoasadoras,  ó  sofrír  el  yugo  dal  partido 
jque  batHa  ioaugurado  su  dominacion  \wr  los 
asesinatos  de  setiembre.  La  asonada  de  los 
obreros  atacados  en  la  prensa,  di6  en  4830  la 
señal  .de  esta  insorreccion  popular»  que  en 
tres  dias  operó  noa  revolucion  ,  la  prímera 
despues  de  tantoa  siglos,  en  la  que  la  multi- 
tud  abandonada  ¿  fí  misma  hiso  osteotacion 
doraote  uua  larga  y  saogríenta  lucba ,  como 
asimismo  despces  dc  alcaozada  la  victoría,  de 
oood  senumieotos  de  homanidad  y  de  nacio- 
ualidad  ¿  loda  prueba. 

Ya  io  beroos  dicbo  mas  arriba,  y  lo  volve- 


ha  tomado  entre  nosotros  en  el  sentldo  lc^al 
en  una  siimidcacion  roas  lato  de  la  que  tieoe 
realroente:  la  ascnada,  conio  se  iuUere  de  la 
esplicaciou  qoe  antecede.  es  un  motin  bulli- 
cioso,  perono  siempre  es  uua  rebeliou,  niuna 
sedicion  abierta:  es  muclK>  roenoa  qne  todo  es- 
to,  al  paao  que  es  mas  que  el  tumuito  y  el  bu- 
llicio  y  de  distinto  género  qoe  la  coomocion 
popular»  porque  poede  moy  bieu  veríOcarse 
ona  conmocion  sin  ese  estruendo  y  aparato 
ostensible,  ¿  que  mas  propiamente  se  da  el 
nombre  de  asooada.  Eso  no  obstante,  la  aso- 
uada  faa  sido  objeto,  no  solo  considerada  eu  su 
coojonto,  sino  aon  en  algouos  de  sus  deta- 
lles.  democlHM  disposlcioues  notubles  de  nuc¿- 
traantigualegislacionyespeclalroente  dela  de 
Partida.  Distinguense  en  ella:  1.**  los  casos  eo 
qoe  la  asonada  se  diríge  contra  los  roínistros 
do  jnsticia,  en  el  cual  selcs  imponia  la  peoa  de 
dieaadoe  de  galeras  óde  presídio.  y  lacontis- 
cacion  de  la  mitad  de  los  bienes  ¿  los  autores 
del  delito;  y  la  mitad  de  eMae  penas  ¿  los 
acompaóantesy  cómplicesdelosdeliDcnentes; 
y  2.^aqnellos  en  que  tiene  por  objeto  danar  á 
los  particuiares,  qne  se  castiga  con  pena  ar- 
bitraria,  ademas  del  pago  del  duplo  al  que  re- 
cibió  daiío,  y  del  co¿drupio  al  íisco.  Al  repi- 
que  de  campanas  con  inteneion  de  fomentar  el 
tumnlto,  se  imponia  la  sevensima  peua  de 
moerte  y  conflscaclon  debieoes.  Asi  se  dednco 
todo  de  varias  leyes  ioscrtas  en  los  titulos  4  4 
y  42,  libro  40  de  la  NovísimaReeopilaeion. 

Pero  entre  las  leycs  patrias  sobre  esta  ma- 
tería,  mereeen  ann  mas  especial  mencion  oua 
de  las  Partidas  y  otra  de  la  Novisima  Recopi- 
lacion,  qoe  pareceo  escrítas,  la  piimera  parn 
esUblecer  el  derccfao  penal,  la  otra  para  mar- 
car  ios  procediraientos  en  éstegéoero  de  deli- 
tos.  Trasladaremos,  poes,  integra  la  ley  46  ti- 
tolo  26  de  la  Partida  2.*,  documento  noUbley 
C4irioso  por  mas  de  un  concepto,  cuya  ley  uo 
carecf)  de  ioterés  eo  este  lugar.  Uela.aqui: 

«Assooada  Unto  qaiere  dezir,  como  ayuu- 
Umiento  que  fazen  las  gen!es  nnos  cou  olros, 
para  fazerse  mal:  e  asi  como  aqueilas  quo  soa 
fedias  contra  los  enemigos  de  fa  Fé,  ó  del  Rey, 
ó  del  Reino,  Eon¿so  pro,  e¿  subonrra;  otrosi 
aqoellas  que  se  fasen  entre  los  de  la  tierra, 
son  ¿  desbourra,  e  á  daño.  E  esto  poamuchas 
rasones.  Primeramente  ,  qne  fazen  pesar  ¿ 
Dios,  tirandol  aqoellos  qoe  serian,  para  íazerie 
servido  contra  losenemigos  de  su  Fé»faciendo 
que  se  malen  vnos  con  otroe.  K  deshonrra  fa« 
zen  otrosi  grande  á  su  Seiíor,  non  quericnd^ 
recebir  enroienda  por  é1,  del  tucrto  quc  les  ti- 
cieron,  roaspor  fucica  lu  quisieron  toroar  por 
si  misfflosatreuiéndose  en  su  osadla,  e  en  su 
poder,  e  non  en  lajusücia,  quepor  el  Rey  ha» 
iie  auer.  E  sin  todo  esto,  facen  otrohi  graitd 
daño  eu  la  lierra,  lomando  1o  de  su  Scnor,  que 
ellos  deuen  guardar,  e  de  otros  nuichos.  que 
noo  lcs  racrescieron  mal,  porqu«  los  fazen  au- 
dar  pobres,  e  malandante^:  edetal  cosa  coroo 


mos  á  repetireu  este  lugar.  La  voz  asouada  se  leata,  pe^  machu  á  Dius.  E  lo  estrauurun  tanio 


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965 


ASONADA 


980 


1o8  SaDtos  Padrés,  que  1a  iosticia  espirltual  de 
Santa  Egtcsia  üló  por  descomulgados  i  los  qoe 
esto  Oziessen.  E  los  Antiguos,  quauto  á  lapCDa 
temporal  pusiéroules,  que  perdiessenamordel 
Rey,  é  que  los  ecbasseo  del  Rcyno,  estrañáD- 
dolos  del,  por  ci  estraDamiento  que  ellos  y 
meticran,  faciendo  y  e1  daño,  que  deueo  facer 
en  tierra  de  los  eDcmigos.  E  sin  esto  touieron 
por  dcrecho,  que  pechassen  de  lo  suyo  á  siete 
dobio  la  roalfetria  que  fizlessen.  E  si  el  Rey 
fuesse  á  ellos,  o  otro  por  su  maodado,  e  do  lo 
quissiesen  dexar,  que  los  pudiessen  matar,  ó 
prendar,  ó  tollerles  quaoto  que  ouiessen,  como 
¿  cneroigos  conoscidos  del  Rey,  e  del  Reyno, 
en  que  son  uaturales,  e  doode  moran,  e  esio 
sin  caloña  Dinguna  de  omeziilo,  díd  de  pccho. 
Otrosi  de  los  sns  bienes  que  les  fallassen  eu 
inuebles,  que  pagassen  los  malesque  ouiessea 
fecho,  como  dicho  es.  E  si  esto  non  complíes- 
sen,  que  pudiessen  luego  ▼ender  las  hereda- 
des,  tanto  dellas,  que  íiziessen  ias  entregae.  E 
los  que  lo  coroprassen,  que  lo  ouiessen  segnro 
del  Rey  e  de  los  del  Rcyuo;  e  todo  al  que  fin- 
casse,  fuesse  realcogo.  E  porque  ouieroD  este 
fecho  pormuy  estrano,  mandaron  que  si  acaes- 
ciesse  alguna  vcz  que  los  de  la  assonada  11- 
diassen,  que  nou  fnesse  osado  Dinguno  dé  ro- 
bar,  Din  de  partir  entre  si  ningnna  cosa,  de  lo 
que  en  el  campo  yoguiesc.  Ga  pues  que  dod  Io 
ganaran  dcrechamente,  no  tunieraD  por  de- 
recho,  que  lo  partiesseu;  e  pusierou  por  pena, 
que  el  que  lo  fiziesse,  que  tornasse  cod  siete 
¿  taoto.» 

Vese,  pues,  que  la  ley  de  Parlida  castiga- 
ba  á  los  que  habian  tomado  pnrte  en  una  asona  • 
da,  condenándolos  á  perder  ia  gracia  del  rey, 
á  ser  echados  del  rcino  y  «^  pagar  septuplicado 
el~daño  quc  hicieren,  añadicndo  que  si  el  rey 
ú  otro  por  su  órdcD  les  iDtimascD  que  dejen  la 
asooada  y  no  lo  hicieren,  pneden  ser  presos  ó 
muertos,  y  prívedos  de  cuanto  tengan.  La 
ley  2.»,  tiU  10  de  la  Partida  7.*,  añade  todavía 
que  aun  cuando  de  la  asonada  no  se  siga  daño 
alguuo,  sin  embargo,  ei  autor  de  ella  reciba 
la  misma  pena  qoe  el  que  hiciere  fuerza  con 
armas;  esto  es,  destierro  perpétuo  á  una  isla, 
y  confiscaciou  de  todos  los  bienes,  no  tenien- 
do  ascendientes  ni  descendientes  basta  el  ter- 
ccr  grad». 

Hay  ademas  sobre  este  asunto  algunas  otras 
leyes  recopiladas,  que  no  mencionamos  porque 
son  pecuUares  de  ios  tiempos  en  qne  se  dieron, 
pues  suponen  parcialidades  y  bandos  que  aho- 
ra  no  se  conocen;  pero  cqmo  mas  arriba  hemos 
dicho,  no  queremos  oroitir  la  insercion  de  la 
ley  5/,  til.  41,  lib.  42,  de  la  Nov.  Recop. 
especialmente  consagrada  á  tratar  de  los  pro- 
cedimientos  eii  materia  de  asonadas,  y  que 
despucs  de  estenderse  en  algunas  considera- 
ciones  preliminares  sobre  la  materia,  estabie- 
cecomo  las  priucipales  lasreí^las  quesiguen. 

«Luego  que  se  advirtiesc  buHicio  ó  resis- 
tencia  popular  de  muchos  ¿  los  magistrados 
para  faltarles  ¿  la  ob^dlencia  ó  impedir  la  eje- 


cucion  de  las  órdeoes  y  providencias  genera- 
les,  dc  que  son  legílimos  y  uecesarios  ejecuto- 
res»  el  que  prcsida  la  jurisdiccion  ordinaría,  ó 
el  quc  haga  sus  veces ,  hará  publicar  bando, 
para  que  incoutinenti  se  separan  las  geotes 
que  hagan  el  bullicio;  apercibiéndolas  de  qne 
8er¿D  castigadas  con  las  pcDas  cstableci<i3s  en 
lasleyes,  las  cuaies  se  e]eentar¿n  ensus  per* 
sonas  y  bicnes  irremisiblemente,  en  caso  de 
no  cumplir  desde  Inego  con  lo  queselesman* 
da;  declarando,  que  ser¿n  tratados  como  reos 
y  auioresdelbullicio  todos  los  que  se  encQen- 
tren  unidos  cnmimero  de  diez  personas. 

«Igualmente  deber¿n  retirarse  ¿  sus  casas 
cuantas  por  curiosidad  ó  casoaiidad  se  balla- 
ren  en  las  calles,  con  cualquiera  otro  motivo 
ó  prestesto ;  pena  de  ser  tratados  oomo  ioobe- 
dientes  al  bando ,  que  se  deber¿  fijar  en  to- 
dos  los  sitios  públicos. 

«Se  mandar¿  tambien  qne  incontinenli  se 
cierren  todas  las  tabernas,  casas  de  Juego  y 
demas  oOcinas  públicas. 

«Como  en  tales  ocasiones  suelen  los  revoi- 
tosos  apoderar&e  de  las  campaoas  y  pooer 
coD  su  toque  en  confusion  ¿  los  vecinos,  pro- 
fanar  los  sagrados  teroplos  con  violencias,  y 
lal  vez  con  efusion  de  sangre ,  cuidar¿n  las 
Justicias,  los  p¿rrocos  y  los  snperiores  ecle- 
&i¿sticos,  de  resguardarloscampanarioscoDse- 
guridad,  ccrrar  los  conventos  y  casas  de  sos 
habitaciones,  y  los  templos,  siempre  qae  pro- 
dentemente  se  tema  falta  de  respeto,  profaoa- 
cion  ó  violencia  en  la  casa  de  Dios. 

«Las  gentes  de  guerra  se  rettrarán  ¿  sos 
respectivos  cuarteles.  y  se  pondr¿n  sobre  las 
armas,  para  mantener  su  respcto  y  prestar  cl 
auxilio  que  pídiese  iajusticiaordinaria  al  ofl- 
cial  que  las  tuviese  ¿  su  mando. 

«Todos  los  builiciososque  obedeciereD,re- 
tirándose  paciflcamente  al  punto  qae  se  pobli- 
que  el  bando,  qoedar¿n  iudoltados,  ¿  esoep- 
cion  solamente  de  los  que  resuUareo  autores 
del  büllicio  ó  conmocion  popolar ,  poes  eo 
cuanto  ¿  estos  do  ha  de  tcDer  lugar  indulto 
algUDO. 

«Publicado  y  fijado  cl  bando,  cod  compre- 
hcDSion  de  coanto  qoeda  espuesto,  y  cod  las 
deroas  precauciones  que  dictase  la  presencit 
de  las  cosas,  cnidar¿D  las  josticias  de  ascgo- 
rar  las  cárccles  y  casas  de  reclasioD,  para  qoe 
no  haya  itíolencia  algona  que  desairc  sa  res- 
peto  y  decoro,  que  deben  mantener  en  todo  so 
vigor. 

•  «Sin  pérdida  de  tiempo  procederán  á  pedir 
el  auxilio  necesarío  de  la  tropa  y  vecinos,  y  á 
prender  por  sl  y  demas  joeces  ordinarios  ¿ 
los  bolliciosos  inobedientes  que  permaneicta 
en  su  mal  propósito,  inquietando  eo  lacalle, 
sin  haberse  retirado,  aunque  no  ten^an  mas 
Celito  qne  c1  de  su  inobediencia  a1  bando. 

«Si  los  bulliciosos  hiciesen  resistencia  á  la 
justicia  ó  tropa  destinada  ¿  ao  auxilio,  impi^ 
(liesen  las  priiiioncs  ó  intenlasen  la  libertadde 
los  que  se  iiubiesen  ya  aprehcodido,  se  osara 


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9M 


ASONAfiA^ASONANCaA 


988 


coDtra  ellos  de  la  faeria,  hasta  reducirlos  á  la 
debida  obedieocia  de  los  magistrados ,  que 
nanca  podrán  permitir  quede  agraviada  la  au* 
toridad  y  respeto  que  todos  deben  ¿  la  justi^úa. 
«Pondrá  ei  qne  presida  la  jnrisdiccion  ordi- 
naria  el  roayor  cuidado  en  que  los  demas 
jucccs  y  partidas  cuiden  de  conducir  los  pre- 
sos  con  toda  seguridad  á  las  prisiones  con* 
veoientes;  procurando  evitar  toda  confusion, 
y  que  los  vecinos  honrados  eslén  separados 
de  ios  culpados,  para  que  contra  estos  sola- 
mente  proceda  el  rigor  y  autoridad  de  ia  ]us- 
ticia.« 

Postcriormeute)  y  como  las  continoas  lu- 
cbas  de  los  partidos  durante  la  revolocion  hau 
dado  origen  á  frecuentes  asonadas,  motines  y 
conmociones  populares,  dictáronse  algunos 
otros  realcs  decretos  con  el  propio  espiritu  y 
lendcncia  que  la  lcy  de  la  Novísima  fiecopila- 
cion,  cuyas  disposicíoDCS  quedan  inscrlas.  En- 
Ire  estos  son  los  mas  notabtes,  ánuestrojuicio, 
los  dc  20  de  dicicmbre  de  t838 y  44  de  enero 
de  1840 ,  en  donde  se  bacen  á  los  jueces  y  á 
los  alcaides  los  mas  estrechos  encargos  y  pre- 
venciones  para  qoe  procuren  sofocar  estos 
movimientos  poputares  donde  quiera  que  se 
prcsenten.  I^  disposiciones  se  refleren  prín- 
cipalmente  á  la  parte  de  procedimientos;  en 
cuantoá  la  legislacion  penai  vigente  sobre  csta 
materia  ,  hemos  dicho  mas  arriba  que  la  es- 
pondreraos  en  olro  lugar,  cn  el  mismo  en  quc 
el  código  dc  4848  la  coloca  cspresamente:  tra- 
taremos,  pues,  de  este  asunto  que  servirá 
como  dc  complemento  á  este  pequefio  trabajo 
en  los  articulos  rkbelion  y  sedicion. 

ASONANCIA.  {Literatura.)  £s  la  correspon- 
dcncia  dc  un  souido  con  otro,  ó  la  mútua  cor- 
respondencia  de  dos  sonidos.  En  poesia  ,es  una 
semirímaadoptadapara  muchas  coropo&iciones, 
y  qoe  se  eroplea  en  los  versos  imparcs,  dc  mo- 
do  qiie  tiabrá  asonante  siempre  que  dos  pala- 
bras  terminen  en  unas  mismas  vocales,  cou- 
tando  desdo  la  silaba  en  que  cárga  el  acento; 
a¿i  por  ejemplo,  primavnra  y  etema  son  aso« 
nanies.  Cuando  los  versos  terminan  cn  vocal 
aguda,  basta  la  idenlidad  de  dícha  vocal,  ó  lo 
que  es  lo  mismo,  no  importa  que  el  un  verso 
terminc  en  vocal  y  cl  otro  en  consonante,  co- 
mo  por  ejemplo,  amor,  durmió,  En  las  voces 
es<lrújulas,  siendo  tan  poco  perceptible  la  pe- 
núltima  silaba  que  ni  siquíera  se  cuenta  para 
el  número  de  lasque  componenel  ver¿o,  puede 
formarse  asonancia,  con  tal  que  sean  unas  mis- 
mas  la  vocal  úllima  y  la  acentuada ,  y  por  esto 
soD  asonantes  máscara,  sátrapa,  binévola  y 
acérrima,  Uanto  y  cántico.  EI  asouante  se  des- 
tiua  mas  particolarmentepara  lascomposiciones 
cortasyde  género  ligero,  y  sn  orlgen  sedebió 
fiin  duda  ^  la  facilidad  que  con  él  hallaban  los 
poetas  para  espresar  sus  ideas,  segun  opinan 
los  señores  Uermosiila,  Salvá,  Gil  yZárate,  y 
otros  autores  no  menos  acreditados  quehan  es- 
crito  sobre  el  arte  poética.  EI  señor  üermosilla 
repruel>a  altamente  que  sc  emplec^  el  usonantc 


en  todas  aquellas  composiciones  en  que  á  lo 
grandioso  de  los  conccptos  debe  correspouder 
una  brillantc»  poroposa  y  diflcil  composicion, 
y  en  apoyo  de  esta  asercion  dice  que  ningun 
poeta  griego  ni  latino  escribió  odas,  epopeyas, 
sátiras,  cpistolas  y  elegias  en  versos  yárobí- 
cos,  pues  todos  escribieron  las  odas  en  cstro^ 
fas  liricas,  y  laepopeyay  demas  composiciones 
nobles  en  exámetros  puros  6  mezclados  con  ei 
pentároetro  en  las  elegias. 

Para  mayor  claridad  dc  cuanto  hemos  es- 
puesto,  varoos  á  presentar  tres  ejcmplos  de  la 
asonancia  en  los  versos  Ilanos,  agudos  y  es- 
dríyulos. 


EJEMPLO  PRIMBRO. 


Sicndo  yo  niño  tiemo, 
Con  la  niña  J)orila 
Me  aodaba  por  la  selva 
Cogiendo  florecillas, 

De  que  alegres  guirnaldas 
Con  gracia  percgrina, 
Para  ambos  coronarnos, 
Su  mano  disponia. 

Asi  en  níñeces  tales 
De  Juegos  y  delicias 
Pasábamos  feliccs 
Las  horas  y  los  dias. 

Con  ellos  poco  á  poco 
La  edad  corrió  de  prisa 

Y  fué  de  lainocencia 
Saltando  la  malicia. 

To  no  sé;  mas  al  verme 
Dorila  se  reía, 

Y  á  mi  de  solo  bablarla 
Tambien  me  daba  risa. 

Luego  al  darlc  las  florcs, 
El  pecho  me  latla 
T  al  ella  coronarme 
Quedábase  embebida. 

Uoa  tarde  tras  esto 
Vimos  dos  tortolitas, 
Que  cou  trómulos  picos 
Se  halagaban  amigas; 

T  de  gozo  y  deleite, 
Cola  y  alas  caidas, 
Centellantcs  sus  ojos 
Desmayadas  gemian. 

Aleutónos  su  ejemplo, 

Y  entre  honestas  caricias 
Nos  conlamos  turbados 
Nuestras  dulccs  fatigas; 

Y  en  un  punio  cual  sombra 
Yoló  de  nuestra  vida 
La  niñez;  mas  en  torno 
Nos  dió  cl  amor  sus  dichas. 

Melendez  Valdes. 


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'030 


AáONANCIA-ASPAftAGlÑEAS 


<jéó 


LA  FLOR  DEL  ZÜRGVEN. 

Parad,  airccillos, 
No  inquietofi  toleis, 
Que  en  plácido  suefiu 
Reposa  roi  blen. 
Parad,  y  de  rosas 
Tejcdme  un  dosel, 
Puesyace  dormida  " 
La  fhr  del  Zurgum. 

Parad  airecillós, 
Parad,  yvercis 
A  aquella  que  cieero 
De  amor  os  canté: 
Aquella  que  aflíge 
Mi  pecho,  cruel! 
La  gloria  del  Tormes, 
La  flor  del  Zurgitm, 

Sus  ojos  luceros, 
Su  boca  un  clavel, 
Rosa  las  megitlas,  * 
Sus  trenzas  la  rcd 
Do  diestro  amor  sabe 
Mil  almas  prender, 
Si  al  viento  las  tiende 
La  flor  del  Zurguen, 

Volad  á  los  valles; 
Veloces  iraed 
La  esenc*a  mas  pura 
Que  susfloresdén. 
Vereis,  ceftríllos, 
Con  cuanto  placer  • 
Respira  sn  aroma 
La  fioT  del  Zurguen 

\m¡A. 

III. 

Al  E.  S.  C.  de  R. 

Eres  rico  y  eres  tltulo; 
Tienes  mas  salud  que  un  cuácaro; 
Tú  índependencta  es  sin  limite 
Como  la  que  gosa  cl  pájaro; 

Que  las  rentas  de  tus  vinculos, 
Gracias  al  Snpremo  árbltro, 
Te  aseguran  mesa  opípara.... 
¡Dios  lalibre  de  parásitosl 

Y  ni  pende  tu  bucólica 
De  los  Vioios  y  los  BArtulos 
Niestás  sujeto  á  la  férula 
De  Dingun  gefe  ni  rábano: 

Mi  folletinista  ó  dómine, 
0  pobrecoplero  escuálido, 
Teme  carecer  tu  estómago 
Del  indispensable  pábulo: 

Ni  obedeciendo,  por  último, 
La  ley  de  caudillo  bárbaro, 
Expuesto  al  plomo  y  1a  pólvora 
Vivaquear  en  los  páramos. 

En  lazo  de  amor  reciproco, 
Gomo  el  olmo  con  el  pámpano, 


Sois  otro  signo  de  Géminls 
Tu  moger  y  tú  en  el  tátamo. 

Tu  muger,  mie  bella,  y-*¡pásmate! 
Llega  ?u  viitud  al  máxiimm, 
Hoy  que  tanta  mala  pécora 
Ks  de  Madrid  el  esc^ndalo. 

Solo  á  tu  fortnna  próspf'ra 
Falta  UD  infantuelo  oáDdtdo 
Que  ailá  en  hi  vejez  deerépita 
Te  sirva  de  flrroo  báculo. 

En  quien  consisie  el  fénóoieoo, 
Yo  no  lo  sé,  volo  al  cbápfro, 
Quc  en  cuestiones  tan  recónditas 
Teroerarios  son  los  cálcukiB. 

Mas  si  gutta  eavat  tdpídem, 
Como  dijo. . . .  Sardanápalo. 
Conflanza  en  Dios  y..  .  réeipe 
Y  erre  que  erre,  y  boeD  ánimo. 

Y  si  no  gusta  el  Altísimo 
De  concederos  on  párvolo , 
Quizá  es  aborre  benéflco 
De  pcsarcs  un  catálogo; 

Que  vale  mas  infroctfféros 
Correr  de  la  vida  el  tránsito 
Qne  engendrar  coqoeta  frivola  . 
0  rapaz  viciORO  y  zángano. 

Breton  db  los  Herrbros. 

A8PARA0INEAS.  [Botániea,)  Esta  paldira 
procede  del  gríego,  acirapaYo,  espárrago.  Esta 
(ámilia,  estableeida  por  Jusslen,  y  qne  Di  fli- 
flere  de  las  liliáceas  y  de  las  asfodeleas  sioo  es 
por  el  fruto,  lia  sido  desde  su  creacion  objeto 
deuD  estudio  proKJo.  Asi  es  qoe  Koberto  Brown 
ha  separado  desde  Inego  los  géncros  qne  como 
las  dioscorea  y  tamus,  tienen  ovarlo  fnfero, 
y  estableció  la  familia  de  lasdloscoreas.  El  mis- 
rao  flábio  formó  hi  famllia  dc  las  esmiliceas  y 
ona  parte  de  las  que  tienen  el  ovarío  libre,  y 
ha  reunido  las  demas  á  las  asfodeleas.  Por  úl- 
timo,  muy  recientemente,Mr.  Bicbardbaincor- 
porado  ¿  las  lilióceas  (véase  csta  palabraj  lo 
que  quedaba  de  la  familia  de  las  asparagtnea» 
segun  los  trabajos  de  Mr.  Brown.  Giertamente 
nos  hubíéramos  dispensado  de  bablar  de  esti 
fttmilia  convertida  en  tríbu,  sino  toviese  por 
tipo  el  género  asparagus,  alcnal  pertenece  el 
asparagus  officinales,  espárragocomon  qne  se 
cncuentra  en  el  estado  silvcstre  en  toda  la 
Ruropa,  y  cuyos  brotes  Jóveues  se  come&  anfes 
de  ramiflcarse. 

Los  caraclóres  del  géoero  asparagus  son 
los  siguientes:  caliz  tnbuloso  ,  dividido  snpe- 
ríormenie  en  seis  i^artes  iguales ,  y  formando 
un  perianto  campanlforme;  seis  estambres  so- 
Jetos  al  fondo  del  cáliz;  un  estilo  y  un  estigma 
trígono;  íina  eápsola  de  tres  cavidtdes,  cada 
ona  de  eilas  con  dos  semillas :  niDguna  de 
ellas  crece  en  el  Noevo  Mundo;  cerca  de  dos 
tcrceras  partes  se  encuentran  en  el  cabo  de 
Buena  Esperanza;  ocbo  solamente  se  hallan  en 
Europa;  las  demas  pertenecen  á  divmas  re- 
gioncs  dcl  Asia. 

La  áüica  especic  digna  de  interés  es  la  que 


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Hi 


ASPARAGINEAS-ASPID 


002 


ya  hemos  mencionado  y  qne  no  describlremos 
por  ser  g:eneralmente  conocida. 

Segun  Teofraslo,  los  griegos  conocian  los 
espárraí^os,  á  qiie  cran  los  romanos  sumamen- 
te  aflcionado6,  por  lo  cual  se  esmcraban  cs- 
traordinariamente  en  su  coltivo.  Vemos  enPli- 
Dio  que  los  de  Ravena  eran  los  de  mas  nom- 
bradia  y  los  mas  grandes,  pues  bastaban  tres 
para  componer  el  peso  de  una  líbra. 

Ademas  de  sus  propiedades  coméstibles, 
los  espárragos  poseen  algunas  otras  qne  los 
#  han  hecho  admitir  cn  la  matería  medical.  El 
olor  fétido  qoe  comuniCan  á  la  orina,  y  que 
se  convierle  cn  olor  de  violela  por  la  adiclon 
de  algunas  gotas  de  esencia  de  tremeutina,  ha 
hecho  pensar  mny  fundadamente  que  no  care- 
cen  de  accÍOD  sobre  la  secrecion  urinaria;  por 
conslguiente  han  sido  incluidos  entre  las  cin- 
co  raices  aperitlvas  mayores  y  empleados  fre- 
cuenfemenle  como  diuréticos.  Los  brotes  tier- 
iiosobran  como  sedativos  sobre  la  circulacion, 
y  parücnlarmente  sobre  los  movimientos  del 
corazon,  preparándose  por  sn  medio  un  jara- 
be  conocído  con  el  nombre  de  jarabe  de  pun- 
tas  de  espárragos. 

Rübiquet  y  Vauqnelfn  han  descubierto  en 
los  vástagos  del  espárnigo  una  sustancia  azoa- 
da  que  despues  se  halió  en  tas  raices  del  mai- 
vavisco,  de  la  regaliza,  de  la  consuelda  raayor, 
de  la  palala  del  gornitogale  y  en  la  belladona: 
es  la  asparaginea,  ó  asparamide  que  parece 
ser  el  rcsulfado  de  la  descomposicion  de  los 
príDcipios  azoados  que  contienen  los  espárra- 
gos.  ÍA  asparaginea  es  sólida,  dura,  quebra- 
diza  é  incolora;  cristaliza  en  prismas  rectos 
romboidales;  es  soluble  en  cincucnta  y  ocho 
veces  sn  peso  de  agua  é  insoluble  en  el  alco- 
hol;  cnrojece  sensiblemente  el  papel  de  torna- 
sol;  su  saljor  es  fresco  y  nauseabundo;  trata- 
da  por  cl  ácido  nttrico  desprende  cierla  canli- 
dad  de  amoniaco.  La  accfon  de  la  asparaglnea 
sobre  la  economia  animai  todavla  no  está  bien 
determinada. 

ASPECTO.  Esta  palabra  es  la  traducciou  de 
aspeclus,  conspectus  y  pro$pectus.  En  las  artes 
se  emplea  para  indicar  lo  qnc  la  vista  percibe 
en  ci  campo:  asi  decimos:  on  parage  de  agra- 
dable  aspecío  ó  de  terrible  aspecto;  el  rio  que 
se  ve  serpentear  en  la  llanura,  da  á  esa  cam- 
piña  un  aspecto  lleno  de  encanto;  esa  campi- 
ña,  ese  jardin,  son  notables  por  la  variedad  de 
aspectos  que  se  encuentra  en  ellos  á  cada  pa- 
so;  ese  monuraento  no  es  beilo  bajo  ningun 
ofpecto.  En  la  marina  dos  agrada  ver  descrip 
ciones  eiactas  de  todos  los  aspectos  de  una 
cüsta,  A  fln  de  podernos  servir  de  ellos  como 
puntos  de  rcconocimiento. 

En  términos  de  jardinería,  aspecto  setrue- 
ca  en  sinónimo  de  disposicion;  para  un  almen- 
dro  el  aspecto  de  Levante  es  preferible  al  del 
Jtfedlodia. 

En  la  astronomia,  la  palabra  aspecto  se 
eroplea  para  designar  la  sltuacion  de  unos  as- 
tros  respecto  de  otros:  los  astrólogos  veian  en 
497    IflVUOTltGA  mutiüi. 


I  los  Thismos  planetas  benignos  y  malignos  as-^ 
pectos.  Tambien  se  emplea  esta  palabra  de  un 
modo  flgnrado:  esle  negoclo,  esta  empfesa  se 
presenta  bajo  un  malisimo  aspecto. 

ASPID.  [Historia  naturaL)  Serpiente  rauy 
venenosa  citada  frecuentemente  por  los  anti- 
guos,  y  célebre  sobre  todo  por  la  rauerle  de  * 
Cleopatra.  La  historia  reflere,  en  efecto,  que 
esta  reina  temiendo  caer  viva  en  el  poder  de 
Augnsto,  que  se  proponia  hacerla  servir  para 
su  triunfo,  y  querlí^ndo,  no  obstanfe,  en  con- 
formidadcon  suscostumbrcsvolupluosas,  pro- 
porcionarse  la  mucrlc  mas  dulce ,  recurrió 
para  dársela  á  la  mordedura  de  un  aspid,  por 
la  creencia  en  que  entonces  se  estaba  de  que 
el  veneno  de  esta  serpíente  no  causaba  dolor 
algnno,  sino  que  esparcia  en  todo  el  coerpo 
una  laxitud  grata  á  la  cual  sucedia  el  sueño,  y 
por  último  la  muerte.  Cualquiera  que  sea  la 
certidumbre  de  esta  historia,  puesta  en  duda 
por  bastanles  antores,  por  mucho  tiempose  ha 
esfado  en  la  incertidumbre  acerca  de  la  especie 
á  que  pertenecia  la  serpiente  de  que  se  trata. 

Por  último,  despuesde  variaiinvesligacio- 
nes  y  diserlaciones,  los  naturulislas  se  pusie- 
ron  de  acuerdo  en  ei  dia  para  reconocer  el  as- 
pid  de  los  antíguos  cn  la  culebra  hazé  de  Li- 
neo,  que  pertenece,  como  ia  ñimosa  serpiente 
de  anteojos  de  las  Indias,  al  género  naja,  sin 
ser  menos  temible  que  ella,  segun  los  esperi- 
mentosdeForskael. 

EI  doctor  Schlegel  ha  publicado  en  el  ílaya 
en  4837,  una  obra  títulada:  Ensayo  sobre  la 
fisonomia  de  las  serfñenies,  que  comprende  nn 
largo  artículo  acerca  del  naja  hazé,  y  de  éí 
estractaremos  los  pasages  mas  ínteresantes. 
«Sabido  es,  dicc,  que  los  monuraentos  de  los 
antiguos  egipcios  están  adornados  y  como  cu- 
bierlos  de  caractéres  gerogllficos,  cntre  los 
ouales  se  distinguen  las  flguras  de  diversos 
animales  simbólicos.  La  del  bazé  perlenece  al 
número  de  las  que  se  haílan  mas  frecuente- 
mente  repetidas.  Se  ven  tambien  pintadas  de 
color  sobre  los  sarcófagos,  y  sus  eflgies  fundi- 
das  en  bronce,  en  forma  de  brazalete  ú  otros 
adomos,  han  sido  cstraidas  de  un  grau  núme- 
ro  de  hipogeos  donde  se  encuentran  las  mo- 
mias.  Esta  serpientc  se  representa  con  la  ca- 
beza  hácia  adelante,  el  cuello  dildtado  y  el 
cuerpo  erguido:  los  anflguos  egipcios  crcian 
quetomaba  esta  aptilud  para  vigilar  los  cam- 
pos  en  que  habita,  y  la  consagraban  en  con- 
secuencia  un  culto  religioso  como  á  '  un  dios 
protector.  La  alta  veneracion  (|ue  hácia  ella  se 
sentia,  se  maniflesta  por  la  circnnstancia  do 
esculpirse  en  el  frontispicio  dc  los  templos 
un  globo  sostenido  por  un  aspid,  cuyo  carác- 
ter  sagrado  se  advierte  en  un  gran  número  de 
medallas  en  una  época  posterior.  Una  flgura 
de  aspid  coronaba  la  diadema  real ;  sujeta  al 
rededor  del  brazo  era  el  distintivo  de  la  gran 
sacerdotisa;  y  ton  estos  adornos  distintivos 
fué  paseada  en  el  triunfo  de  Octavio  la  eflgie 
de  Gleopatra. 

T.    lU,    64 


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063 


ASPID— ASTENIA 


9«4 


«Los  juglares  del  Egipto  moderDo,  y  par- 
ticuUrmeatc  los  del  Cairo,  se  Birven  de  esta 
Berpieote  para  bacer  sus]uegos  de  manos. 
Las  vueltas  que  le  hacen  ejecutar,  consisten 
principalmente,  como  elios  dicen,  en  trasfor- 
m^r  el  Iiazé  en  baston  y  en  obligarle  ¿  que 
haga  el  muerto.  Guando  quieren  obtener  este 
cfccto  le  escupen  en  la  boca,  le  obligan  á  cer- 
rarla,  le  estiendcn  sobre  tierra,  y  despues  co- 
mo  para  darle  la  úUima  órden,  le  upoyan  hi 
mano  sobre  la  cabeza,  y  al  punto  la  serpíente 
queda  tiesa,  inmóvil  y  como  poseida  de  cata- 
lepsiia:  la  despiertan  en  seguida  cogiéndola 
por  la  cola  y  arroliándoia  fnertemente  entre 
sus  manos. 

«Mr.  Geoffroy  Saint-Hilaire,  queha  visto 
maniobrar  ¿  estos  Juglares  durante  su  perma- 
nencia  en  Egipto,  se  ba  cerciorado  que  cuidan 
de  arrancar  ¿  las  hazés  sus  colmillos  veneno- 
sos  antes  de  domesticarlas  y  acostumlArarlas  á 
susjuegos,  yqueles  es  suflciente  coroprimir 
con  alguna  fuerza  la  nuca  de  cstas  serpíentcs 
para  dejarlas  inmóviles.  Varlos  autores  clási- 
cos  hablan  de  unpueblo  conocido  con  el  nom- 
bre  de  psilos,  que  antiguamcnte  moraban  en 
la  Lidia,  siendo  célebrespor  sus  conocimientos 
en  cl  arte  de  curar  la  mordedura  de  las  ser- 
pientes  venenosas,  cuyos  dañinos  efectos  no 
tenian  que  temer;  los  Juglares  del  Gairo  presu- 
meu  ser  descendientes  de  los  psilos ,  y  se 
Jactan  de  haber  heredado  de  sus  mayores  y 
poseer  esclusivamente  cl  secreto  de  domiuar 
ios  animales.» 

EI  s¿bio  naturalista  qu§  acabamos  de  citar, 
ha  observado  tambien  las  costumbres  del  hazé 
en  el  estado  de  libertad ,  y  he  aqui  como  se 
espresa:  «el  hazé  se  halla  difundido  por  Egipto 
con  bastante  abundancia  y  habita  algunas  ve- 
ces  en  las  cuevas,  aunque  mas  frecuentementc 
en  el  campo:  asi  es  que  los  cultivadores  loen- 
cuentran  ¿  menudo,  pero  aunque  no  ignorau  el 
peligro  de  su  mordedura,  no  les  impide  su 
presencia  acudir  ¿  sus  trabajos  ordinaríos: 
conocen  bien  los  hábitos  del  temíble  reptil »  y 
saben  que  nada  ticnen  que  temer  de  él  sino 
cometen  la  imprudencia  de  acercarse  dema- 
siado.N  En  efecto ,  mientras  so  manlienen  ¿ 
cierta  distancia ,  el  hazé  se  contcnta  con  no 
perderlos  de  vista  irguiendo  1a  cabcza  y  pre- 
sentando  la  apütud  enque  las  ílguras  4/  y  5.* 
{Descripcion  del  Egipto,  Atlas,  Reptiles,  I¿- 
mina  Vll)  le  representan.  Se  vé  medlante  estas 
ílguras,  añade  Mr.  Schlegel,  que  los  hábitos 
del  hazé  son  absolutamente  idéoticos  ¿  ios  del 
naja  de  anteojos,  al  cual  por  otra  partc  se  ase» 
meja  estraordinariamente.  Tiene  casi  la  misma 
talla  (cerca  de  dos  metros),  y  solo  diflere  por 
la  careuciado  rasgo  que  en  forma  de  anteojos 
se  halla  en  el  cueilo  del  primero:  diflere  ade- 
mas  por  un  cueilo  menos  dilatable,  por  un  ho- 
cico  mas  cónico  que  termina  en  una  placa 
proeminente  bastante  abovedada,  y  se  prolon- 
ga  enlre  los  frontales  antcriores,  por  un  nú- 
mcro  mas  considerable  de  I¿minas  abdomina- 


les;  últimamente  por  la  sésta  placa  labial  que 
es  moy  ancha,  no  dividida  y  sube  hasta  detrás 
del  ojo. 

Esta  misma  especie  se  balla  en  el  cabo  de 
Buena  Est)eranza,  pero  con  diferente  sistema 
de  coloracion, 

Encuéntrase  en  algunas  partcs  de  Franda, 
y  particularmente  en  los  bosques  de  Fontaine- 
bleau  y  de  Montmorency,  ona  variedad  de  la 
vivora  comun  ¿  la  que  impropiamente  se  dael 
nombre  dc  aspid.  Sin  embargo,  Mr.  Schlegd 
pretende  que  es  ona  especie  d¡stinta«  y  la  des- 
cribe  con  el  nombre  de  vívora  aspid.  Esti  es- 
pecieó  variedad  se  encucntra  tambien  en  Itt- 
lia,  y  es  la  que  ha  servldo  para  los  esperí- 
mentos  de  Redi,  Gharas  y  Fontana,  acerca  dd 
veneno  de  la  vívora. 

ASPID.  {Materia  médica.)  Nombre  Tnlgar 
de  una  especie  de  esplicgo  ó  alhucema^  de  la 
cnal  sc  estrae  un  accite  vol¿tiI  conocido  con 
cl  nombrc  de  accite  de  aspid. 

ASPIRACION.  {Aspiratto.)  Accion  dc  atraer, 
de  absorber  el  aire,  opuesla  ¿  la  respiracioo. 
En  fisiologia ,  csta  palabra  es  sinóDima  de 
inspiracion,  que  es  mas  usual.  Bn  física  se 
emplea  para  designar  la  accion  de  las  bombas. 
En  bot¿nica,  indica  la  accion  por  medio  de  la 
cual  los  vegetales  absorben  el  aire  que  nos  ro* 
dea.  ^n  términos  de  gramática,  la  aspiracion 
es  una  manera  de  pronunciarfuertemeote  algo- 
na  vocalr  precedidaporciertaslf.lras,  comopor 
ejemplo  la  h.  Sirva  de  ejcmplo  cste  conocldo 
vcrso  de  Fr.  Luis  de  Leou  dc  la  Profecia  del  Tajo: 

«Gon  la  hermota  Cava  en  la  ribera,* 

en  el  cual  es  forsoso  aspirar  la  h  de  hermosa  y 
pronunciar  jermom  para  que  ei  verso  tenga  la 
medida  exacta.  Por  estension  ,  se  llama  aspi- 
racion  cn  la  música  la  prolongacion  del  canlo 
de  la  nota  inferior  ¿  la  superior.  En  fln,  se  lia- 
ma  metafóricamente  aspiracion,  ei  deseo  de 
conseguir  algo,  y  el  impulso,  la  eIe?acion  dei 
alma  hácia  Dios. 

ASTA.  {Véase  cubrno.) 

ASTENIA.  {Patohgia.)  *A  privativa  ffOavo^ 
fuerza,  El  asténico  se  halla  en  la  condiciom 
mas  cercana  ó  próxima  á  la  enfermedad.  Bs- 
te  aserto  de  Hipócrates  índica  bastante  claro 
que  el  padre  de  la  medicina  consideraba  laas- 
tenia  coroo  una  falta  dc  resistencia  ¿  la  inva- 
síon  del  mal,  y  que  para  él  esa  palabra  no  te- 
nia  el  sentido  de  díbilidad  absoluta  y  postra- 
cion  que  despnes  se  le  ha  dado.  Brown  la  etn- 
pleaba  para  designar  el  grado  de  fuerza  infe- 
rior  al  que  conslderaba  como  normal ,  y  qoe, 
variando  segnn  un  gran  número  de  circunstan- 
cias,  era  por  necesidad  arbitrario.  Para  él  la 
astenia  era  lo  inverso  de  la  hiperestenia. 

Hoy  dia  se  llama  astenia  el  estado  en  qoe 
unoó  muchos  órganos  no  pueden  deserop^ur 
8US  funciones  de  una  manera  complela ,  sin 
qüe  por  esto  medie  enfermedad  ó  csceso  al- 
guno  que  motive  tal  impotencia. 


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965 


ASTENIA— ASTERIA 


966 


La  falta  de  laz  y  la  Süstraecion  de  calórico 
6on  causas  de  astenia.  Esta  precede  y  acom- 
paña  á  las  escrófulas,  á  la  opilacion  y  á  todos 
esos  males  que  asedian  al  infeliz  qne  se  a]a  y 
marchila  en  un  aposunto  roal  ssino,  ^n  nna  f&- 
brica  ó  en  una  mina.  A  veces  tambien  se  igiio- 
ra  la  causa  de  la  astenia:  el  indlTiduo  8e  Tade- 
bilitandOy  y  no  cs  dado  apreciar  la  caasa  de 
tal  depauperacion  de  füersas. 

liOs  remedios  de  la  astenia  son  el  aire  libre, 
el  éjercicio  mnscular,  y  alganos  tónicos  opor- 
tunamente  administrados. 

ASTERIA.  (Hi$toria  natural)  Asterias,  es- 
trella.  Los  antíguos  autores  designaron  con 
este  nombre,  segun  Aristóteles,  todos  los  zoó- 
fitos  Yulgarmente  llamado^  estrellas  de  mar,  á 
causa  de  so  forma  mas  ó  menos  estrellada,  y 
Lineo  los  colocó  entre  los  moloscos;  pero  se- 
gau  ios  trabajos  de  Lamarck  y  de  Cuvicr,  es- 
tos  anlmales  pertenecen  actualmente  á  la  fami- 1 
lia  delos  equinodermos,  de  que  forman  la  fami<  1 
lia  de  las  esteleridas,  compoesta  de  cuatro 
géneros,  á  saber,  las  asterias,  las  comátulas, 
las  eurialas  y  los  opuros. 

Las  asterias  de  que  aqul  se  trata  tienen  por 
caractéres!  cuerpo  suborbicular,  deprimido 
y  diTidido  en  su  circunferencia  en  ánguios, 
lóbulos  ó  radios  dispuestos  á  modo  de  estre- 
lla;  faz  iDferior  de  lok  lóbulos  ó  de  los  radíos 
proTista  de  un  canalito  longitudinal ,  guame- 
cido  hácía  cada  lado  de  espinas  movibles  y  de 
agujeros  para  el  paso  de  pies  tubulosos  y  re- 
tráctiles;  boca  infcrior  y  central  en  la  rcunion 
de  ios  surcos  inferiores. 

El  tacto  está  muy  desarrollado  en  las  aste- 
rias:  en  cuanto  ¿  ios  dcroas  sentidos,  si  bícn 
es  cierto  que  son  evidentemente  sensibles  á  la 
luz,  á  los  olores  y  al  ruido,  todavía  no  se  han 
descubierto  en  ellas  órganos  partículares  para 
la  vista,  el  olfato  y  la  audicion.  Sin  embargo, 
Itr.  Erhemberf;  creyó  haber  reconocido  en  las 
asterias  violáceas  un  aparato  para  la  vislon, 
que  consiste  al  pareccr  en  pequeüos  puntos  de 
on  rojo  vivo,  situados  en  la  faz  iuferior  de  1a 
estremidad  de  los  radtos  ,  y  en  ios  cuales 
concluye  on  fllamento  nervioso  ,  qiie  corre 
¿  lo  largo  del  radio,  sicndo  túrgido  co  su  es- 
tremidad. 

El  sistema  tegumentario  dc  las  asterias 
presenfa  variaciones  bastante  numerosas  cn  la 
forma  de  las  espinas  y  de  las  placas  ú  oslcu 
los  qnc  solldiflcan  sn  cubierta  esterior,  lo  qne 
constituye  otros  tantos  carnctéres  por  mcdio 
de  loscuales  se  ba  establecido  su  clasiflcacion 
£1  nnmero  de  sus  radios  varia  igualmente,  y 
en  aigunas  especies  la  formacion  estrcllada 
desaparece  asi  por  completo.  Debajo  de  cada 
uno  de  estos  brazos  ó  radios ,  cualquiera  qne 
sea  cl  número  de  ellos,  existe  uoa  ranura  ó  ca- 
nal  correspondiente  ¿  los  ambuiacros  de  los 
equidnos,  y  por  ia  cual  salen  una  ó  dos  hile- 
ras  dc  apéndices  tentaculiformes ,  indisUnta- 
mente  Ilamados  pies  ó  chupadores. 

(Mros  chupadores   contr¿ctile8 ,  llamados 


cirros ,  existen  en  diTersoA  pnntos  del  cuerpo 
de  las  asterias,  y  hacen  parte  de  sus  órganos 
respiratorios.  Mr.  Erhemberghareconocidoque 
estos  animales  e8t¿n  provistos  de  pelos  Tibr¿- 
tiles  en  su  faz  esternu,  y  ha  notado  que  la 
circuladon  se  efectiia  en  su  interior  por  me- 
dio  de  canales  bastante  complicados,  que  ban 
sido  descritospor  Tarios  anatómicos. 

La  boca  de  las  asterias  se  halla  siempre  ea 
el  centro  del  caerpo,  segán  hemos  dicho  mas 
arriba:  está  ó  no  proTista  de  dientes,  y  con* 
dace  ¿  traTés  de  nn  tubo  corto  que  represen- 
ta  al  esófago,  hasta  el  estómago,  desde  donde 
se  dirígen  por  los  radios  ó  brazos  unos  cana- 
les  muy  ramiflcados  en  su  parte  lateral,  y  que 
no  carecende  aualogfa  con  el  órgano  hep¿tico. 
Lamouroox  creia  que  al  mismo  tiempo  serTia 
de  ano,  raientras  que  0.  Fabrícius  haciaflltrar 
los  escrcmentos  ¿  traTés  del  tubérculo  óseo  del 
dorso,  Ilamado  tubérculo  madrepóríco.  Pero 
parece,  segnnlasobservacionesdeMres.  AVieg- 
roann  y  Yan  Beneden,  conllrmadas  por  las  de 
Mres.  G.  Muller  y  Troschel,  que  cste  tubércu- 
lo  óseo  presenta,  en  su  parte  opuesta  ¿  la  bo- 
c^,  un  oríflcio  que  no  puede  ser  otra  cosa  que 
el  ano,  como  lo  habia  supoesto  Bosc  antesque 
ellos:  sin  embargo ,  no  en  todas  las  espe- 
cies  existe,  y  la  preseucia  ó  la  ausencia  de 
este  oríflcio  sirvo  para  separar  las  asterias  en 
dos  grupos. 

Las  asterias  ó  cstrellas  de  mar,  son  todas, 
como  su  nombre  lo  indica,  habitantes  dc  las 
agoas  marioas,  dondc  se  mantienen  ¿  diveri-HS 
profundidades.  Muchas  de  entre  ellas  son  iito- 
rales,  y  frecucntemcntc  quedan  en  seco  sobre 
la  playa  ¿  consecucncia  del  reflujo.  Sclo  se 
aliroentan  de  sustancias  animales,  y  sou  muy 
Toraccs:  algunas  veces  sc  las  sorpreude  co- 
miendo  moluscos,  y  en  las  costas  dcl  Mcditer- 
r¿nco  sc  ven  algunas  quc  hasta  atacan  ¿  la 
mactre  lisorj,  especic  de  roarísco  vivalvo,  que 
envueÍTen  en  parte  con  su  roembrana  estoma- 
calpara  chuparlo  enseguida,  introduciendoen- 
tre  las  dos  vulvas  la  espccie  de  trompa  de  que 
su  bocu  cstá  proTista.  I<as  mayores  tragan  al- 
gunas  veccs  animales  enteros:  Mr.  Pouchet  rc- 
flcie  baber  cstraido  diez  y  ocho  conchas  Ila- 
roadas  vcnus,  cadauua  dc  seis  líncas  dc  largo, 
del  estómago  de  unagrande  asteria  que  disecó 
á  OMlIas  üel  Mcditcrr¿neo. 

El  doctor  Spis,  siendo  de  opiuion  conlrnria 
¿  Laroouroux,  cree  que  las  asterias  son  lierma- 
frodltas.  Sus  ovarios  consisten  en  dos  cucrpos 
oblongos',  raroosos,  comparables  por  su  formu 
¿  un  racimo  de  uvas,  y  flotando  por  epcínia  de 
los  lóbulos  bepáticos  en  cada  radio  del  ani- 
mal.EI  órgano  macho,  segun  el  autor  precita- 
do,  se  Iialia  siempre  cn  clmismo  lugarento- 
das  hs  especies,  cualquiera  que  sea  ¿u  forma: 
es  el  tubérculo  esponjoso  y  redondo  situado 
en  la  faz  superior  del  cuerpo,  ccrca  de  la  reu- 
nion  de  dos  de  los  radios.  Prcsenta  algunas 
modiflcaciones,  segun  las  especies,  y  ha  sido 
I  ilamadpporlos  autores  tobérculo  madrepóricOt 


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907 


ASTEHIA--ASTERISGO 


»68 


Ya  hemos  vlsto  mas  arriba  que  este  tubércak) 
cubre  el  oriflcio  anal:  cs  algunas  veces  doble 
poi'  acaso,  v  segun  Gray,  debierau  considerar- 
se  como  olros  tantos  tubérculos  madrepóri- 
cos  las  promincncias  de  forma  anáioga,  que 
en  iiúmero  dc  doce  ó  Irece  se  nolan  eu  ei  dor- 
so  de  Ins  asterias  echinitis  de  la  América  del 
Sur.  Como  quiera  que  sea,  h  vlsexualidad  de 
las  asterias,  aun  con  el  carácter  divico  que  do 
les  suponia  Mr.  Spis,  uada  tienc  de  improbable, 
pucs  los  equidnos  y  difercnles  otros  animales 
radiarios  la  hau  ofrecido  de  uua  raanera  evi- 
dente. 

No  tenemos  otras  nolicias  acerca  del  des* 
arrollo  de  estos  zoófitos  ,  que  las  suministra- 
das  por  Mr.  Sars  respecto  á  la  asíeria  sangui" 
nolenta,  que  tuvo.ocasion  de  observar  en  el 
instante  de  su  nacimiento.  Los  aoímales  de 
esta  especie  lienen  enlonces  cl  cuerpo  de- 
primido,  redoodpado  y  provisio  de  cualro 
apéndices  ó  brazos  muy  cortos,  cuya  estremi- 
dad  tiene  la  forma  de  mazn.  Cuando  ya  han 
crecido  alguo  tanto,  se  disnngucn  en  su  su- 
perficie  superior  algunas  papílasdispuestas'en 
dinco  séries  radianles  Estas  jóvenes  asterias 
se  raucvenleuta,  pero  unirormemente,  en  linea 
recta  con  sus  cuatro  brazos  aoteriotes.  Su 
movimiento  se  veriflca  probablemente  por  me* 
dio  de  los  pelos  vibrátiles;  sus  brazos  pucdcn 
por  otra  parte  servirles  para  íljarse  ó  para  ar- 
rastrarse  sobre  la  areoa  ó  contra  las  ro'cas.  AI 
cabo  de  doce  dias,  los  cuatro  brazos  del  cuerpo, 
que  hasta  allí  habian  sido  redondeados,  co- 
mienzan  ácstendersc.  Pasados  otros  ocho  dias, 
lasdos  hileras  de  pies  lentaculiformes  se  des- 
euvuelven  en  ambulacros  l>aJo  cada  radio,  pu- 
diendo  servir  para  el  moviraiento  del  auimal, 
contrayéndose  alternativamente,  y  haciendo 
oflciode  ventosas:  porúUimo,  eo  el  es|)ac¡o  de 
nn  mes.  loscuatro  brazos  primitivos  dcsapa- 
recen,  y  el  animal,  primero  simélríco  ó  bina- 
rio  resulta  radiario  como  lo  son  todas  las  astc- 
rias  en  la  edad  adulla. 

Al  Ilegar  á  esta  edad,  alguoos  de  cslos  ani- 
males  se  mueven  con  bastante  rapidez,  bien 
sea  nadaodo  ó  arraslrándose ;  pero  eo  geoeral 
son  muy  lentos  en  sus  movimientos,  y  Reau- 
mur,  quc  ha  observado  su  progresion,  lades- 
cribe  asi:  «Cuando  las  aslerias  quieren  andar, 
dice,  eslienden  una  parte  de  los  tontáculos  del 
radio  mas  próximos  al  parage  á  donde  se  en- 
caminan,  se  aferran  con  sus  tentáculos,  y 
atraen  cn  seguida  su  cuerpo,  maniobra  que 
repitcuhasta  llcgar  al  parage  que  desean.  Es- 
ta  manera  de  audar,  añade,  es,  scguu  sc  deja 
enlendcr ,  estremadameille  lenta  ,  asi  es  que 
necesilan  rauchos  dhis  pararecorror  cortisimas 
distancias.» 

Todas  las  especies  se  soslicncn  en  el  agua 
formaudo  con  sus  radios  ligeras  onduIacion(íS, 
pcro  ho  pueden  quedar  suspendidas  por  mu- 
cho  tiempo,  y  anles  que  nadar  mas  bien  pue- 
dc  ciecirse  qiie  son  arrastradas  por  lasolas. 

Ciiando  picrdcn  alguno  dc  sns  radios,  io 


I  que  acontece  coq  baslante  frecneacU  á  ciQsa 
de  su  fragiüdad  ,  en  breve  lo  recobran,  paes 
apunta  otro  en  su  lugar*  duraote  el  estio,  ocbo 
dias  son  suflcientes  para  reparar  su  pérdidi: 
mas  tiempo  necesitan  eo  el  invierno,  pero  co- 
mo  en  esta  estacion  se  mantienen  en  el  foodo 
del  roar,  se  hallan  espuestas  á  meoos  acciden- 
tes.  Las  espinas  de  que  está  armado  el  cuerpo 
de  algunas  de  ellas,se  rcproducen  coola  mis- 
ma  facilidad,  y  siempre  hay  una  porcioo  dc 
otras  pequeñas,  siempre  pró^imas  á  salir  para 
reemplazar  álas  que  se  desprenden. 

I^da  se  6al)e  de  positivo  acerca  de  la  geoe- 
racion  de  las  asterias:  sin  embargo,  es  iodo- 
dable  que  soo  oviparas.  Sueltao  hácia  media- 
dos  de  la  primavera  su  freaa  que  parece  gela* 
tina,  y  eo  nuestras  costas  se  ve  nadar  sobre 
el  agua  hasla  mediados  del  estio.  Es  tao  veae- 
nosa,  dice  Breynius,  que  bace  hincbar  la  mano 
del  quela  toca,  y  origina  la  muerte  deloscua- 
drúpedos  que  la  comen.  No  obstante,  las  alme- 
Jas,  asi  como  otros  muchos  mariscos»  senutrea 
de  ella  impunemente,  en  cnyo  caso  su  came 
resulta  venenosa  para  el  hombre,  lo  que  es- 
plica  como  mucbas  nersonas  ban  podido  espe- 
rimentar  sintomasae  envencnamiento  despues 
baber  comido  almejas.  £1  vinagre,  seguo  Bosc, 
es  el  antídoto  de  este  veneno. 

EI  niímero  de  las  asterias  que  quedan  en 
seco  porel  reflujo  es^an  considerabieen  cier- 
tas  costas,  quc  la  industria  humana  ha  pro- 
curado  utUizarlas,  hahiendo  acreditado  la  espe- 
riencia  que  da  por  descomposicion  unesoelen- 
te  abono  que  mucho  liempo  ha  se  usa  para  es- 
tercolar  ias  tierras  f  particularmente  eo  Kor- 
mandia. 

Lamarck  ha  descrito  mas  de  ciiareota  es- 
pecies  de  asterias  que  despues  bao  sido  re- 
partidas  co  grau  número  de  géneros ,  para  los 
cuales  es  preciso  consultar  las  obras  de  mon- 
siures  Biainviire,  Nardo  Agassiz,  HuIIer  y 
Froschel.  Cilaremoa  como  tipo la  as/eri a  rojisa 
(asteria  rubens)  diseñada  cn  la  Enciclopedia 
metódica  (tabla  442,  flgura  3.*,  4.*  y  246; 
4  4  3,  flgura  4  .*  y  2.*)  Esta  especie  es  la  que  se 
esparce  sobre  la  tierra  en  reemplazo  de  estiér- 
col,  especialmente  en  algunas  coslas  de  Fran- 
cia.  Sus  radios,  en  número  de  cinco,  rara  vez 
de  cuatro  ó  scis,  son  lanceolados  y  están  co- 
biertos  de  tubérculos  espinosos. 

Varios  tcrreuos  terciarios  y  secondarios 
suminislran  ^ibundanles  despojos  de  astctij»^ 
fósiles;  las  mas  enteras  y  la^  mcjor  caracteri- 
zadas  se  ballan  en  las  canteras  de  la  Toríngia, 
los  esquistos  de  Soleubofen  y  de  Peappcnheim 
y  las  canteras  de  Pirna ,  Chassai  Sur  Sooac, 
Malesme,  Coburgo  y  Rotemburgo. 

ASTERISCO.  Esta  palabra  derivada  dcl  grie- 
go  accepDc  sirve  para  designar  una  eslrelli- 
laC),  quese  empiea  en  tipogrufia  para  mar- 
c^r  las  citas  de  las  notas  que  se  ponen  al  pic 
dti  la  págiña.  Se  usan  tambien  para  iudicar 
las  lagunas  ó  los  nombrcs  quo  se  omiten.  Los 
aotiguos  criticos  empleaban  uq  asteríscoóuQa 


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ASTERIBGO— ÁSTOftGA 


m 


enu  (Obelut)psn  designtr  los  errores  eolos 
roanuscritos.  Otros  por  el  cootrario  se  servian 
de  é1  como  signo  de  la  exactitud  y  autentici- 
dad  del  texto. 

ASTILLERO.  {ñlarina.)  Sitio  destinadopara 
constrnir  y  carenar  embarcaciones  de  todos 
portes  en  paertos,  playas  ó  rios.  £n  lo  antigoo 
se  decia  iikcahlentarazana,  aíarazana,  taraza* 
nal  y  atarazanal.  (Dicc.  Marit.  Esp.) 

ASTORGA.  Partido  juJicial  de  ascenso  en 
la  proviQcia  de  Leon,  audiencia  territorial  y 
capitania  general  de  Yalladolid,  diócesis  de 
su  nombre.  Forma  esle  partido  judicial  21 
ayunt«roientos,  siendo  muy  considerable  el 
uúmero  de  pobUcion  que  los  componen. 

Los  vientos  que  en  este  pueblo  reinan  con 
mas  frecuencia,  soo  el  Oeste  y  Norte,  de  dondc 
resulta  que  su  atipósfera  es  clara  y  despejada, 
yel  climafresco  y  saludablc,  siendo  segura  la 
lluvia  cuaodo  la  combaten  los  vientos  del  Sur. 

£n  todo  el  térmioo  del  partidojudicial  de 
Astorga,  no  hay  mas  montaúas  de  considera- 
ciou  quc  el  elevado  pico  de  Teleno,  y  algunas 
cordilleras  destacadas  de  este,  y  de  las  que  lo 
separan  del  partidojudicialdePooferrada.  To- 
do  el  partido  judicial  se  encuentra  surcado 
por  grandes  escavaciones  dc  mioas  anliguas, 
á  los  que  subian  las  aguas  por  cauces  que  boy 
se  coQservan,  especialmente  en  el  referido  pi- 
co  del  Teleno.  £1  arbolado  de  los  montes  va 
desaparcciendo  enteraoiente  á  impulsos  del 
baeba  deslructora  y  de  la  voracidad  dc  los 
incendios  que  los  pastores  alizan  para  acabar 
con  los  arbustos  en  que  se  abrigan  los  lo- 
bos. 

Ix)s  rios  que  le  baoan  forman  deliciosos 
valles,  dejanao  entre  sí  lomas  correspoodien- 
tes,  que  por  lo  regular  estáu  cultivadas  basta 
cierla  altura.  Su  terreno  producc  muy  bien  el 
centeno  y  la  patata,  y  en  el  foodo  de  los  va- 
llcs  scdu  liQO  en  mucba  abuudancia,  y  aigun 
trigo  y  cebada:  se  cri^  ganado  lanar  ordina- 
rio,  bastaote  cabrio,  el  suticiente  vacuno  y  al- 
gun  caballar. 

Naceo  en  este  parlido  Judiciai  los  rios  de 
e1  Eria,  el  Dueína,  el  Turienzo,  el  Porco«,  el 
Tuerto,  que  se  incorpora  con  el  anlerior  for- 
mando  uno  soloen  cl  lugar  de  Otero  deKs« 
carpizo;  y  el  Orbigo,  que  nace  cn  el  partido 
judicial  de  Murias  de  Paredes,  entrando  en  el 
de  Astorga  porel  pueblo  de  Llamas.  Las  aguas 
de  cstos  rios  correo  por  vegas,  que  no  siendo 
demasiado  cstrcchas  se  aprovccban  enteramen- 
te  en  el  riego  de  prados  naturalcs»  algunas  le- 
gumbres  y  mucbo  lino.  Dícbas  aguas  por  lo 
comun  soQ  potables,  habiéodolas  tambien  fer- 
ruginosas  en  los  pueblos  de  Yalbueoa,  Zacos 
y  Nisini,  que  causao  buenos  efectos  en  las  obs- 
truccioues  y  olras  euferroedades  crónicas. 

Atraviesa  este  partido  judicial  de  S.  E.  á 
N.  0.  E.  ia  carrctera  dc  (jalicia. 

Astorga  es  ciudad  con  ayuntamiento  y  ad- 
ministracion  do  rentas  suballerua.  So  halla  sl- 
tuada  cn  un  alto,  miriida  por  el  N.  E.  y  S.;  y 


al  nivel  del  terreno  si  se  mlra  por  la  parte 
delO. 

Cucnta  dentro  dc  sus  rouros  con  330  ca- 
sas,  487  en  el  arrabal  de  San  Andrés,  182  en 
el  dc  Puerlo  Rey,  y  427  en  el  de  Rccliviu;  las 
primeras  ticoen  corounnieute  4  4  varas  de  al- 
tura,  siendo  con  pocas  esoepcioue?  de  buena 
distribucioo  interior:  las  callesque  dichas  ca- 
sas  forroan,  son  cómodas  y  en  estremo  liropias: 
hay  9  plazas  públicas,  cinco  de  las  cuales  son 
de  bastante  dimension,  y  soloIaiíat/oróCons- 
titucional  ticne  soportales  erobaldosados,  sien- 
do  todas  las  casas  que  la  componen  de  dos 
pisos  y  dos  órdenes  de  balconcs  de  hierro.  En 
estaplaza,  cuya  flgura  fornia  un  cuadrilongo, 
se  encuéntran  las  casas  consistoriales  y  la 
carcel  pública. 

Existen  en  Astorga  dos  hospitales  y  un  hos- 
pióio,  cualessoo,  el  de  San  Juan,  cuya  fun- 
dacion  se  ignora  por  haberse  quemado  su  ar- 
chivo  en  la  guerra  de  la  indepeudencia,  y  cl 
de  las  Cineo  Llagas,  que  laroblcn  se  ignora  la 
época  de  su  fundacion  por  su  remota  antigüe- 
dad.  £1  hospicio  fue  creado  con  real  licencia 
eu  cl  año  4  799  por  el  dean  de  su  santa  igle- 
sia  catedral  doo  Maouel  de  ReviIIa. 

La  iglesia  catedral  se  reediOcó  por  segun* 
da  vez  á  fiues  del  siglo  XI,  y  la  que  exlste  ac- 
tualmente,  de  bella  arquilectura  gótica,  prin- 
cipió  á  construirse  en  4474,  contiuuando  la 
obra  hasta  4704  en  que  se  concluyó  la  seguu- 
da  torre,  que  es  dondehoy  se  hallau  las  cam« 
panas.  Tiene  ademas  cuatro  parroquias:  Santa 
Maria,  hijuela  de  la  catedral,  con  el  anejo  de 
Santa  Coloma;  San  Bartolomé;  San  Julian,  con 
el  anejo  de  San  Miguel,  y  San  Andrés:  las  cua- 
les  son  anteriores  en  su  fundacion  al  siglo  XII, 
y  aunque  dc  buena  fábrica  no  merecen  espe- 
cial  mencion. 

Esta  poblacion  se  halla  hermoseada  por  al- 
guQos  paseos,  coroo  el  de  la  Alameda  y  otros; 
contándose  como  priocipal  entro  ellos  el  lla- 
mado  Nuevo  6  el  Jardin,  que  se  halla  dentco 
de  sus  muros;  cs  un  cuadrilongo  situado  al 
Orienie  en  el  paragc  mas  elevado  del  muro, 
de  uuas  4  50  varas  de  largo  y  44  de  ancho.  las 
muralla  que  cercan  lo  ciudad  están  entera- 
mente  derruidas,  contáodose  en  ellas  cioco 
puertas  de  ^rco  para  entradas  de  la  pobla- 

CÍOQ. 

Término,  CoDfloa  esta  ciudad  coo  los 
ayuntaroientos  de  Carneros  y  Briroeda  al  N. ; 
COQ  los  de  San  Justo  y  Nistal  al  E. ;  con  los  de 
Picdralba  y  Celada  al  S.,  y  con  los  de  Yaldc- 
viejas  y  Val  dc  San  Lorenzo  a!  0.  La  cabida  de 
su  lérmÍQO  eo  fanegas,  es  de  unas  2.600. 

Calidad  y  circunstancÍAS  dcl  ttrreno.  Todo 
es  llano,  á  no  ser  unas  pequeúas  porciones 
denoroinadas  el  Ciervo,  la  Lomba  y  Barrero- 
Blanco:  lo  hay  flojo,  secano  y  de  huerla;  to- 
dos  en  su  clase  bastanle  férliles.  De  primeru 
calidad  pucdeu  calcularse  unas  4,000  fanegas. 
Producciones.  Abuudan  el  trigo,  la  ceba- 
dii,  cl  cculcuo  y  garbaQ?os;  y  cn  mcnor  csc^- 


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ASTORGA— ASTRINGENTES 


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la  los  guisaDlofl,  lentejas,  cañainoiies,   Hdo, 
patatas  y  Dabos. 

¡ndmtria  y  comercio.  Redúcese  á  la  fábrí- 
cacion  dealguDas  telas  de  lieDsocomDD,  eD  lo 
cual  se  empleaD  udos  trcinta  lelares.  El  co- 
mercio  se  reduce  á  la  importacion  de  paDOs  y 
otros  géDeros  de  seda,  laaa,  leDcería  para  el 
consumo  del  pais,  y  á  las  del  cacao  y  azúcares 
qne  se  introduceD  de  CDCDta  de  ios  fabricaDtes. 

Ferias  y  mercados.  Los  martes  de  cada  se- 
maua  se  celebra  dd  mercado,  y  el  24  dc  agos- 
to  una  fería. 

Fiestai,  La  de  Santa  Marta,  patrooa  de 
Astorga,  la  celebra  ei  ayuDtamieDto  para  ma- 
yor  solemDidad,  cd  virtud  de  bula,  la  cuarta 
dorainica  de  agostü ;  y  la  de  Santo  Toribio  de 
Liébana,  que  es  el  patron  del  obispado,  el  lu- 
nes  de.la  Pascua  de  Resurreccion. 

Poblacion.  Guenta  1a  ciudad  de  Astorga 
con  4,472  liabitantesy  634yecinos.  El  partido 
judiciai,  quees  de  ascénso,  comprende  450 
pueblos  con  7,774  vecinos,  y  33,523  habi- 
tantes. 

Historia.  Ocúltdse  cl  origen  de  esta  po- 
b^acion  en  la  oscuridad  de  los  siglos  anterio- 
res  á  la  historia,  y  al  presentarse  en  esta  con 
el  nombre  de  Asturíca,  es  ya  flgurando  como 
cabeza  de  una  república  llamada  de  los  ama" 
C08.  Augusto  la  concedió  el  apellido  Augusta, 
Piinio  la  califlca  dc  ciudad  magniñca,  y  dic^ 
estaban  adscritos  á  elia  los  vardulos  y  los 
cautabros, 

Su  nombre  de  Asturica  vino  á  decirse  As- 
torga  cuando  fué  elerada  á  silla  episcopal  en 
tiempo  de  los  godos.  Los  historiadores  que 
refleren  haber  mandado  Witiza  la  demolicion 
de  las  fortalezas  de  casi  todas  las  ciudades  de 
sn  reino,  cuentan  las  de  Astorga  entre.las  que 
no  sucumbieron  á  esta  disposicion,  por  con- 
flanza  que  tuviera  dicho  rey  en  su  fldelidad  ó 
por  resistencia  que  opusiera  á  su  mandato/ 

Yeremundo,  hermano  del  rey  Alfonso,  se 
hizo  soberano  independiente,  el  año  873,  en 
Astorga  bajo  la  -  proteccion  de  los  musulma- 
nes,  despucs  de  haber  escapado  ciego  de 
Oviedo,  donde  con  sus  otros  herraanos  sc  ic 
sacaron  los  ojos  por  la  trama  dc  muerte  contra 
el  rey  de  que  se  les  casllgara.  Kn  esta  l)obla- 
cion  se  manluvo  sicte  años,  hasta  que  fué 
precisado  por  Alfonso  á  huír  y  guareccrse  en- 
tre  los  sarracenos.  En  Astorga  fué  donde  cn- 
cargó  Alfonso  á  su  hijo  el  ejército  contra  los 
musulmanes  en  984,  y  fué  una  de  las  ciuda- 
des  de  quo  sc  apoderó  Almanzor  en  este  mis- 
mo  año,  aprovechando  las  desavenencias  de 
los  crístianos,  el  cual  derríbó  sus  mnrallas. 
Esta  poblaciou  sufrió  varíos  sitíos,  de  ios  cua- 
les  tríunfó  siempre,  hasta  que  en  el  sitio  que 
le  puso  Alvar  Perez  Osorío,  tuvo  que  ca- 
pitular,  no  sin  habersc  defendido  con  dc- 
noedo  pormucholiempo.  En4844  fué  recon- 
quistada  por  los  fiaDceses,  de  cuyo  yugo  se 
libertó  en  4842.  En  csteúltimo  sitto  súfríeron 
sus  habitantes  lodos  los  horrores  de  ia  goerra, 


y  en  preroio  de  su  valor  y  constancia  ddíó  esta 
ciudad  á  sus  titulos  de  noble  y  Ual  el  dc  be- 
nemérita  de  la  patría;  y  para  inmorta'izar  la 
fama  que  adqoiríera  en  tan  famosa  lucha,  se 
la  concedió  Ja  ereccion  de  nn  monumento  en 
laplazapiíblica. 

Despoes,  en  las  goerras  civiles  que  taoto 
nos  han  aflígido,  Astorga  no  ba  vuelto  ¿  suífir 
desgraoia  alguna  procedente  de  fQena  ir- 
mada. 

Hacc  por  armas  la  ciudad  de  Astorga,  qdi 
rama  de  roble,  como  simbolo  de  sa  forúleza. 
Historia  eclesiástica.  A  mediados  dei  si- 
glo  XIII  preséDtase  ya  esta  dadad  con  plebe 
crístiaDa  perfectameDte  orgaoizada,  con  miem- 
bros  eclesiásticos  y  cabeza  pastoral,  cuya  dig- 
nidad  pontificia  establecida  anticipadimente, 
supone  una  crístiandad  mas  antigaa;  tenieodo 
su  origcD  muy  cerca  la  predícacion  de  los 
apóstoles. 

Obispoflo,  EI  de  Astorga  es  snfragáDeo  del 
arzobispado  de  SaDtiagp,  y  coDfloa  cod  las 
diócesis  de  Oviedo,  de  LeoD,  de  Zamora,  de 
Braganza  (Poríugal),  de  Orease  y  de  Lago. 

El  clero  catedral  coDSta  del  Illroo.  senor 
obispo,  de  trece  digoidades,  veiDte  y  dos  ca- 
DÓDigos,  diez  raciODeros  caatores,  ao  roaestro 
de  capilla,  doce  capellaDcs  de  coro  y  demas 
sirvíeates  aecesarios.  Por  las  sinodales  de 
esta  diócesis  está  mandado  que  en  cada  par- 
roquia  baya  un  sacrístan,  peroson  may  pocas 
las  que  ie  tienen  por  falla  de  recursos.  Tam- 
poco  se  conoc^n  en  ella  niDguna  capilla  ni 
ermíta  de  propiedad  del  Estado,  siendo  todas 
las  que  hay  de  patrunato  particular. 

ASTRAGALO.  {Diversasacepcianei.)  *A8xpá- 
YaXoc 

Anatomia,  Ilueso  del  pie,  sitnado  en  la 
parte  superior  y  medla  del  tarso,  y  unldo  por 
medio  de  uoa  aríicolacion  al  hueso  de  la  pier- 
Da,  de  modo  que  su  paríe  media  cstá  enclava- 
da  eDtrelosdosbuesos  del  tobillo.  Elastrága- 
lo  del  caraero  es  el  que  los  niños  emplean  en 
el  juego  de  la  taba. 

Botánica.  Géoero  de  plantas  dc  las  fa- 
milias  de  las  legumíDOsas  que  cueDtao  Dume- 
rosas  especies  eatre  las  cuales  hay  algoDas 
que  dau  la  goma  Iragacanta. 

Arquitectura.  BaquetiUa  que  une  el  capi- 
tel  á  la  columaa;  moldura  que  se  eDCoeutra  en 
el  arqailrabe.  El  aslrágalo  está  labrado  aJgo- 
nas  veccs  en  bolas  ó  cueotas  dc  rosario  re- 
dondas  ó  ovaladas;  así  es  que  los  operarios 
lellaman  frecuentemenle  rosorto.  La  caña  de 
la  columna  está  unida  al  aslrigalo  por  roedio 
de  una  rooldurita  que  tiene  ia  forma  de  un 
cuarto  de  círculo  cóncavo  con  on  fllete  enci- 
raa.  Parece  que  este  adorño  fué  eropleado  en 
los  roonuroentos  roas  antiguos. 

Artilleria.  En  los  cañones  se  da  cl  nom- 
bro  de  aslrágalo  á  un  cordon  ó  fllete  qoe  ador- 
na  la  pieza  A  dos  ó  tres  decímctros  de  la  en- 
trada. 

ASTRlKGEIíTES.  (Medicina,)  Dzoitringtre, 


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AáTWNGEfíTES-AáTBOLOGlA 


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estrechar.  Asi  se  Uaman  los  medicamentos  qne 
Caosan  aoa  eapecie  de  crispacion  en  las  par- 
tes  con  lascuales  sc  ponen  en  contacto,  y  que 
disminuyeu  las  evacoaciones  estrechando  ó 
constriñendo  los  oriflcios  por  los  coales  se 
Yeriflcan.  Losaütringentesaplicadosal  esterior 
se  llaman  mas  particularmente  eslipticoÑi  los 
cuales  tienen  en  gencral  una  accion  mas  enér- 
gica  que  los  astringentes  que  se  adminlstran 
al  interior.  Los  tónicos  son  astringentes  en  dó- 
bil  grado. 

Los  astrigentes  prínclpales  soq  los  ácidos 
muy  diluidos,  las  sales  de  plomo  y  de  alom- 
bre,  los  preparados  del  hierro,  el  tanino  y  el 
ácido  agállico,  y  por  c^nsiguiente  todos  los 
f  egetales  ó  productos  de  los  vegetales  que  tie- 
nen  estas  dqs  sustanclas,  como  la  nuez  de  aga- 
Uas,  el  cachuude,  la  goma  trioo,  un  gran  uú- 
mero  de  corteaas  y  de  raices,  ios  membri- 
llos,  etcetc. 

ASTROLABIO.  (Astrofmnia  y  marina.)  Ins- 
trumento  en  forma  de  planisferio.  El  astrola- 
bio  represenla  los  prindpales  circulos  de  la 
esferu  ccleste,  «obre  el  plano  de  uno  de  sus 
circulos  máximos.  Consiste  en  un  disco  hori- 
zontal  de  metal,  graduado  en  su  circunferen- 
cia,  sobre  el  cual  están  montadas  dos  alida- 
das,  armadas  dc  pinulas  ó  antoojos,  nna  flja  y 
otra  movible»  por  cuyo  medío  se  obliene  1a 
mcdida  exacta  de  cualquier  ángulo.  Gon  este 
instrumento,  que  fué  muy  útil  en  otro  tiempo 
á  los  astrónomos  y  navegantes,  se  reBolvian 
mecáuicamente  casi  todos  los  problemas  de  la 
trigonomctria  esféríca;  pero  ya  es  solo  un  ob- 
]eto  de  curiosidad,  aunque  aplicable  á  opera- 
ciones  simplemente  geométricas.  So  uso  cn  la 
navegacion,  dicen,  foé  debido  á  los  médicos 
Rodriguez  y  José,  grandes  matemáticos,  á 
quienes  Juan  II,  rey  de  Portugal,  habia  invi- 
tado  para  que  iostruyesen  ¿  sus  pilotos  en  su 
manejo,  con  el  objeto  de  aplicarlo  ¿  la  n¿uti- 
ca.  Sus  lecciones  fueron  seguiuas  de  tal  snceso, 
qne  por  su  modio  llegaron  losportugueses  mas 
all¿  dcl  Ecuador,  y  Jaime  Canuto  descubríó  cl 
reino  del  Congo. 

El  priroero  y  mas  célebre  de  los  astrola- 
bios  fué  cl  de  Hiparco,  eu  Alejantfría,  qulen 
verincó  con  su  auxilio  varías  observaciones 
astronómicas,  llegando  ¿  descobrír  4 ,022  es- 
trellas  fljas.  Ptohmeo,  que  lo  empleó  con  el 
mismo  objeto,  hizo  en  él  importantes  modifi- 
caciones.  Siu  embargo,  cl  astrolabio  de  los 
astrónoroo?,  do  ora  cual  convenia  ¿  los  nave- 
gantes.  Rstos  io  simpllflcaron  varíando  su  for- 
ma;  lo  osaban  snspendiéndolo  por  on  anillo,  y 
á  pesar  de  lu  imperfecto  de  su  constroccion  se 
vaiían  de  él  para  tomar  la  altura.  Andrés  Gar- 
ciü,  cl  padre  Foumier  y  ei  padre  DeschaUes, 
han  escrito  particularmente  sobre  el  astrola« 
bio  marino. 

ASTROLOGIA.  Nombre  formado  tlel  gríego 
«CTpov,  y  XoYu<;  discorso,  deberia  signiflcar, 
slguiendo  el  scntido  dosu  etimologia,  clc^no- 
cimiento  del  cielo  y  de  los  astros;  esto  era  lo 


que  signiflcaba  en  su  origen;  pero  despues  el 
valor  de  esta  palabra  ha  cambiado:  sc  ha  dado 
el  nombre  de  astronomia  ¿  la  verdadera  clencia 
de  los  aslros,  y  bijo  <^t  nombre  de  astrologia, 
Y  especialmente  astrologia  judiciaria,  no  se 
ba  desigoado  mas  que  el  arte  embüstero  de 
predecir  el  porvenir  por  el  aspecto,  situacion 
é  influencia  de  los  cuerpos  celestes.  £1  origen 
de  la  astrología  se  reroonta  ¿  la  maypr  anti- 
güedad,  y  se  une  intimamente  al  de  la  astro- 
nomia,  quo  indudablemente  le  debe  sus  pri- 
mcros  progresos.  La  opinion  comnn  es  que 
nació  en  Galdea;  sin  embargo  algunos  autorcs 
la  creen  oríginaria  del  Egipto,  y  en  efecto, 
gracias  ¿  las  infatigables  investigaciones  de 
un  horobre,  cnya  pérdida  lamentan  las  cien- 
cias  amargamente,  monumentos  cuyo  inmuta- 
ble  testiroonio  no  puede  ponerse  en  duda, 
prueban  hoy  de  nn  roodo  incontestable  quc 
este  antiguo  error  del  género  humano  existia 
en  Egipto  en  los  mas  remotos  tiempos.  Aludi- 
mos  ¿  las  Tablas  de  la  saltda  de  las  constela^ 
ciones  en  todas  lashoras  de  cada  mes  dd  año, 
descubiertas  eu  la  tumba  de  Rhamses  V,  por 
Mr.  Ghampollion,  el  menor,  y  en  las  coales  se 
puede  ver,  como  en  la  astroíogia  moderna,  la 
influencia  ejercida  sobre  las  diferentes  partes 
delcuerpo  porcada  constelacion.  For  lo  demas, 
Diodoro  de  Sicilia  dejó  dicho  ya  que  habia 
grabada  una  tabla  seméjante  de  ia  salida  de 
las  constelaciones  y  de  su  influencia,  sobre  el 
famosocirculo  de  oro  de  la  tumba,  de  Ozyman- 
dias.  Desde  el  Eglpto,  la  astrologia  pasó  ¿  Gre- 
cia  y  desde  alli  ¿  Italia.  Los  romanos,  cuya 
reiigion  consagraba  la  ciencia  de  los  augures, 
eran  necesarlamente  inclinados  h¿cia  las  creen- 
cias  astroiógicas,  las  profesaron  con  ardor; 
pero  parece  que  en  mas  de  una  ocasion  los 
adeptos  ))icieron  un  abuso  escandaloso  del  po- 
I  der  qoe  ejercian  sobre  cl  ¿nimo  del  vulgo, 
pues  los  emperadores,  por  edictos  rcpctidos, 
creyeron  deber  desterrar  de  Roma  ¿  los  astró- 
logos  ó  ¿  los  matem¿ticos,  como  entonces  se 
los  Ilamaba  indistintamente.  Despues  de  la  cai- 
da  del  imperío  romano,  cuando  las  invasiones 
de  los  b¿rbaros  hubieron  destruido  en  Europa 
todoel  poderintelectual,  las  tradicioncs  astro* 
lógicas,  como  todas  la  ciencias  de  la  misroa 
clase,  fueron  cuidadosamente  recogidas  ycon- 
servadas  por  los  ¿rabes,  que  no  cesaron  nunca 
de  confundirla.s  y  de  cultivarlas  simult¿nea- 
mente.Las  trajeron  consigo¿Espafia,  y  cuan- 
do  ¿  floes  del  siglo  XII  empezaron  ¿  disiparse 
las  tinieblas  de  la  barb¿rie  en  que  estaba  su- 
mido  el  resto  de  la  Europa,  con  los  ¿rabes  es- 
pañoles  fué  príncipalmente  adonde  fueron 
¿  estudiar  los  hombrcs  de  geoio  que  querian 
reanudar  el  hilo  de  los  altos  conocimientos 
humanos  roto  desde  hacia  tanto  tiempo,  y  de 
alli  trajeron  el  gusto  por  la  astrologia  Judicia- 
ría,  qoe  con  la  astrooomía,  la  medicina  y  la 
ciencia  de  los  nombres  formaban  entonces  un 
todo,  por  dccirío  asi,  inseparable.  Si  sc  estra- 
ñase  qoe  tales  bombres  hubieran  podido  dar 


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ASTROLOGIA 


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sinceramenle  fé  á  leorias,  cuyo  absurdo  nos 
es  hoy  tan  evidente;  si  fuera  preciso  esplicar 
deque  mo^to  pudieron  nacer  y  perpetuarse 
tanto  Uempo  en  el  espíritu  bumano  las  vanas 
crcencias  de  la  astrologia,  se  podriaresponder 
on  Bailly  que  los  astros,  y  particnlarmente  el 
sol  y  la  luna,  tienen  una  inflooncia  tan  direc- 
ta,  lan  innegable  sobre  las  estacicnes,  latem- 
peratura  y  la  fecoudidad  de  la  tierra,  que  era 
nalural  pensar  que  todos  los  astros  habian  si- 
do  creados  solo  por  su  rclacion  con  los  hom- 
bres,  y  con  el  globo  que  habitan,  y  que  pues- 
to  que  tenian  influencia  sobre  la  tierra,  debinn 
tenerla  ignalmente  sobre  las  costumbres  de 
los  bombres  en  general,  y  de  los  individuos  en 
particular.  «?or  otraparle,  diceVoUaire,  laas- 
trologia  se  apoya  sobre  bases  mucho  mejores 

3ue  la  m¿gia.  Porque  si  nadlc  ha  vislo  duen- 
e$,  ni  brujas,  ni  demonioSf  ni  espiriíus  ma- 
lignos,  se  ha  visto  á  menudo  cumplirse  las 
predicciones  astrológlcas.  Si  de  dos  asfrólo- 
gos  consnltados  sobrela  vida  de  un  niño,  dice 
el  QDO  qoe  llegará  á  ser  hombre,  y  el  otro  que 
no;  si  uno  anuncialluvia,  y  elotro  bnen  tiera- 
po,  es  claro  que  habrá  im  profcta,  y  aun  pres- 
cindiendo  de  esta  alternativa,  pueden  no  tener 
el  don  de  engañarse  siempre. »  Nuestros  lec- 
toresverán  sin  duda  con  gusto  que  les  espon- 
gamos  sucintamente  algunos  de  los  principios 
dc  una  ciencia  á  la  que  han  concedido  toda  su 
conflanza  Graso,  Pompeyo,  Gésar  y  tantos 
hombres  grandes,  en  los  tiempos  antiguos  y 
modemos.  Las  reglas  de  la  astrologia,  que  se 
pretendian  sacar  de  la  naturaleza  de  las  cosas, 
eran  en  el  fondo  absolufumente  arbitrarias; 
estas  reglaSy  pocas  en  un  principio,  no  tarda- 
ronen  complicarse:  cada  uoo  delos  miembfos 
del  cuerpo  humano  foé  gobemado  por  nn  pla- 
neta.  Ei  mundo  y  los  imperios  esluvieron 
igualmente  bajolainfluencíade  las  constela- 
ciones.  Seve  en  los  admirables  secretos  de 
Alberto  el  Grande,  de  que  modo  Saturno  do- 
mina  sobre  la  vida,  ias  ciencias,  y  los  edifícios: 
el  honor,  los  dcseos,  las  riquezas,  la  limpicza 
en  el  vestir  dependen  de  Júpiter,  Marle  ejercc 
su  influcncia  sobre  la  gucrra,  las  prisiones, 
los  matrimonios  y  los  odios:  el  Sol  esparce  con 
sus  rayos  la  esperiencia,  la  felicidad,  las  ga- 
nancias  y  las  herencias;  las  amistades  y  los 
amores  proceden  de  Venos:  Mercurio  envla  las 
enfermedades,  las  pérdidas,  las  deudas ,  pre- 
8ide  al  comercio,  y  a1  mledo;  la  luua  domina 
sobrc  las  heridas,  los  sueños  y  los  robos.  Los 
dias,  los  colores,  los  metales  estáii  igualmen- 
te  sometidos  á  los  planetas:  el  Sol  es  benéflco 
y  favorable:  Júpiter  templado  ybenlgno:  Marte 
ardiente:  Venusfecunda  y  benévola  :  Mercurio 
inconstante,  y  la  Luna  melancólica.  Las  cons- 
telaciones  tienen  del  mismo  modo  sos  cualida* 
des  buenas  ó  malas.  Los  astrólogos  miraban 
como  uno  de  los  principales  misterios  de  su 
ciencia  la  virtud  de  las  casas  del  Sol.  Para 
construir  estas  casas,  hacian  una  prímera  di- 
TiMon  del  dia  en  cuatro  partes,  separodas  se- 


gnn  creiau  por  los  cuatro  pontos  angulares,  e3 
decir,  por  1a  salida  del  sol,  el  medio  del  cielo, 
e!  oiccidente  y  la  parte  ioferior  del  cielo  estas 
cuatro  partes,  subdivldldas  en  otras  doce.  son 
las  qiTe  se  llaman  las  doce  casas.  Lo  peor  es, 
dice  Mr.  FernaDdo  Denis,  del  coal  tomanos 
esta  deícripcion  de  los  misterios  astrológicos, 
qne  las  propiedades  dc  estas  diferentes  casas 
varian  segun  tos  pueblos  y  los  aulores.  Tolo- 
meo  y  Heliodoro  las  consideran  de  dos  mane- 
ras  contrarias:  los  griegos,  los  egi pcios  y  los 
árabcs,  no  las  ven  dc  im  mismo  modo. 

La  operacion  mas  importante,  y  ai  mismo 
tiempo  la  mas  comun  de  los  astrólogos  con- 
sistia  en  formar  un  horóscopo.  He  aqui  de  que 
manera  lo  haclan  por  lo  regular.  Despues  dc 
haber  examinado  atentamente  las  constelacio- 
nes  y  losplaneias  que  regian  en  el  cielo.  com- 
binaban  las  consecuencias  indicadas  por  sos 
virtudes.  Tres  signos  de  1a  misma  especie  en- 
contrados  en  e1  cielo,  formaban  el  ctspecto 
trino,  que  se  repulaba  favorable;  eí  aspecto 
séstuple  era  mediano  y  el  aspecto  cuaarado 
malo.  Olras  veces  el  astrólogo,«despoes  de  ha- 
ber  hecho  doce  friángolos,  ya  enfrc  dos  cua- 
drados,  ya  entre  dos  círcnlos  pnestos  uno  den- 
tro  del  otro,  y  de  haber  buscado  el  estado  del 
cielo  en  ta  hora  en  qne  lapersona  habia  naci- 
do,  profefizaba  las  consecuencias  que  se  des- 
prendian  de  1a  combinacion  de  los  planctas. 
Para  comprender  mejor  este  último  método, 
vamos  ¿  copiar  uno  de  aquellos  famosos  cna- 
drados  ustrológicos,  cuya  disposicion  variaba 
probablementc  á  voluntad  del  astrólogo. 


4.  Casa  de  vida.— 9,  de  riquezas.— 3,  de 
hercncia. — 4,  de  bienesmatrimoniales. — 5,  de 
legados  y  donaciones.— 6,  de  disgustos  y  en- 
fermedade§. — 7,  del  matrimonlo  yde  las  bo- 
das,— 8,  del  espanto  y  de  la  moerte. — 9,  de  1« 
religion  y  de  los  vlages.— 4  0,  de  los  empleos 
y  de  las  dígnidades.— 4  4 ,  de  los  amigos.— 19, 
de  la  prislOD,  y  de  la  miscria  violenU. 


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977 


ASTROLOGIA— ASTRONOMlA 


978 


Darante  el  sigto  XYI  fué  cnaDdo  la  astro- 
logia  Jodiciaria  adqiiirió  todo  cl  desarroUo  de 
qtie  era  suscepHble.  Ademns  de  los  cuadrados 
de  la  iclase  del  quo  acabamos  dc  representar, 
babia  adoptado  una  multitud  de  sigoos  de  ori- 
gen  orieotal,  qne  formaban  ana  especle  de  al- 
fabeto  de  idioma  particular,  cuyo  conocimíeoto 
exigia  largos  y  profundos  estndios.  Pero  en  to- 
dos  tiempos  ios  que  iian  cnitiTado  esta  vana 
clencia  (y  hav  entre  eilos  mas  de  un  hombre 
de  genio)  debieron  encontrar  ámplia  recom- 
pensa  de  sus  trabajos  en  la  inmensa  influencia 
qae  se  les  concedió  siempre»  aun  en  ios  tiem- 
pos  mas  oercanos  al  nuestro.  En  la  antigüedad 
los  hombres  masilustres  y  mas  instruidos  pres- 
taron  fé  á  las  predicciones  astrológicas.  En  las 
épocas  modornas,  para  citar  algunos  ejemplos, 
Ciríos  y  de  Francia,  llamado  el  Sábio,  era  de 
tal  manera  aflcionado  i  la  astrologfa,  que  funr 
dó  nn  colegio  para  que  se  enseñara  públíca- 
mente  en  él  esta  ciencia,  y  colmó  de  beneflcios 
á  maese  Gerrais  Chretien  «médico  y  astrólogo 
aoberano  del  rey  Cirlos  Y,*  seffun  laespresion 
deSimon  dcPhares,  en  sn  Catdlogodelos  prin- 
cipalesastrólogoB  de  Francia,  Estas  disnosi- 
ciones  fucron  conflrmadas  por  una  bula  del  pa- 
pa  Urbano  V,  que  lanzó  pena  de  escomunion 
contratodo  el  qne  ae  atreviera  i  sacardeaquel 
colegio  los  libros  y  los  instrumcntos  que  ser- 
vian  para  las  oi^eraclones  astrológicas.  Matias 
Corvino,  rey  de  Huogria,  no  emprendia  nada 
sin  haber  consultado  i  los  astrólogos.  Lnls  Es* 
forcia,  duque  de  Milan,  se  guiaba  tamblen  por 
sus  couaejos.  Luls  XI  dobló  la  cabeza  ante  sus 
sopuestos  oriculos.  EJercieron  estos  tal  influcn- 
cia  sobre  Catalina  de  Médicis,  que  por  la 
prediccion  de  uno  de  los  muchos  astrólogos 
qne  habia  traido  de  Italia,  abandonó  las  Tuile- 
rías,  ((ue  acababa  de  constniir  con  grandes 
gastos,  6  hizo  ievantar  el  palaclo  de  Soissons, 
en  donde  erigió  una  columna  observatorio  que 
existe  aun  en  aquelia  ciudad  Junto  al  mercado 
dc  trígo,  y  en  ia  cnal  interrogaba  i  los  astros 
sobre  sus  destinos  futuros.  Estos  ejemplos  de- 
bian  hacer  gran  impresion  sobre  ia  multitud. 
Asi  que  cuando  Stoffler,  uno  de  los  mas  famo- 
sos  matemiticos  de  Europa,  predijo  por  la  ob- 
servacion  de  los  astros  un  dtluvio  universal 
para  ol  mes  defebrero  dc  4524,  todos  los  puc- 
blos  de  Asía,  de  Europa  y  de  África  quc  oye- 
ron  hablar  de  esta  prediccibn,  quedaron  cons- 
terñados.  Todos,  i  pesar  del  arco  iris,  espera- 
ban  un  nuevo  diluvio.  Yaríos  autores  contem- 
porineos  cucntan  que  los  habitantes  de  las 
provincias  marítimas  de  Alemania  se  apresu- 
raban  i  vender  á  vil  prccio  sus  tierras  i  per- 
sonas  que  se  aprovccharon  de  su  credulidad. 
Todos  se  proveian  dc  on  barco  como  de  nn 
arca.  Un  doctor  de  Tolosa  llamado  Auríol,  hi- 
zo  construir  una  inmensa  para  él,  su  familia, 
y  sus  amlgos.  Las  mlsmas  precanciones  se  to- 
maron  en  ana  gran  paríe  de  Italia.  Al  fln  Ilegó 
el  mes  de  febrero,  yno  eayóuna  gota  de  agua^ 
Jamis  hubo  mes  mas  seco,  v  «"•»'•»  «^*  ^eron 

VJ4    iuiiuuTiSG<\  mui 


mas  apnrados  los  astróldgos.  Sin  embargo,  no 
fneron  por  esto  abandonados  ni  despreciados; 
pues  casi  todos  los  prlncipes,  ann  los  mas 
ílustrados,  continuaron  consnltindolos.  Enri- 
que  lY  mandó  al  famoso  Lariviere ,  su  priroer 
médico,  que  hiciera  el  horóscopo  del  Jóven 
princlpe,  que  despaes  se  llamóLuis  XIII.  EI  ce* 
lebre  doqne  de  Walstein  fué  uno  de  los  mayo- 
res  ñiniticos  por  las  quimeras  astrológicas. 
«Corao  se  llamaba  príncipey  dice  Yoltaire,  creia 
que  el  sodlaco  se  habla.  hi'cho  espresamente 
para  él.  No  eitiaba  nna  ciudad,  no  empefíaba 
ana  batalla  siao  despnes  de  haber  celebrado 
sn  cons^o  con  el  cido.  Pero  oomo  aquel  gran- 
de  hombre  era  muy  fgnorante,  habia  estable-- 
c4do  por  gefe  de  su  consejo  i  nn  bríbon  italia" 
no,  llamado  Juaii  Bautista  Seni,  al  qne  pagaba 
uo  carruage  con  seis  caballos,  y  daba  el  valor 
de  26,000  libras  de  pension.  Jnan  Bautista  Se-» 
ni  no  podo  prever  nonca  qne  Walstein  sería 
asesinado  por  órden  de  su  gracioso  soberano 
Feroando,  y  que  61  regresaría  i  pie  i  Itaiia.» 
Hombres,  cnyo  caricter  parece  que  debia  ha- 
cerlos  superiores  i  esta  supersticion ,  como 
Richelieu  y  Maiaríno,  consoltabaD  i  Juan  Mo* 
rin  en  calidad  de  astrólogo,  y  en  algnnas  roe- 
morias  sobre  la  Rusia  se  ve  qne  la  ulrología 
tuvo  parte  alg o  despues  en  las  decisiones  por 
que  se  gobemó  aquei  imperío.  Hasta  e1  sigio 
pasado  ^o  dieron  i  la  astrologia  los  progresos 
de  las  cieoeias,  y  con  especialidad  de  la  fllo- 
sofia,  un  golpe  dei  que  nose  ha  ievantado:  lan 
cierto  es  csto,  y  tan  general  era  todavia  el 
crédito  que  se  daba  al  poder  de  las  clencias 
ocultas  i  flnes  del  siglo  XYII,  que  cuando  en 
4666  Colbert  fundó  la  Academia  de  Ciencias, 
creyó  que  debia  prohibir  esplicitamenle  i  iot 
astrónomos  que  se  ocuparan  en  la  astrologia 
Judiciaria,  y  i  los  quimicos  que  buscaran  la 
piedra  fllosofal.  En  los  momenlos  actuales  es 
todavia  honrada  ia  astrologia  en  China,  enPer- 
sia,  y  en  casi  todo  el  Oriente.  Aunque  la  doc- 
trina  de  Mahoma  le  es  contraria,  cuand<)  se 
trata  de  empezar  una  guerra,  el  cieloesel  pri- 
mer  libro  que  se  consulta,  y  en  una  de  las  últi- 
mas  guerras  de  la  Turquia  contralaPersia,  esto 
era  lo  que  constituia  el  objeto  de  ia  mayor  par • 
te  de  las  cartas  dei  sultan  al  gran  vi5ir. 

ASTRONOMIA.  Determinar  las  leyes  del  mo* 
vimjento  de  los  cnerpos  ceiestes,  sus  distan- 
cias  reclprocas,  sus  dimensiones  y  su  consti- 
tucion  fisica,  laics  el  objetode  la  astrooomia. 
Abraza  el  univtírso  y  compreiulo  pnp  consi- 
guienle  el  estudio  áe  la  Tierra,  ese  giübo  que 
nosparece  lan  grande,  y  quc  sin  embargo  no 
es  mas  qne  uu  ijunio  matcriai  ou  la  inmensi- 
dad  que  nos  rodea.  ¿Qiié  es  en  efecto  un  diá- 
metrp  do  3,000  leguas  qiie  liene  nnestro  pl*-^ 
ncLa,  comparado  con  la  üístancia  que 
para  de  las  estrellas  ,  distancia 
22.000,000  000,000  de  leguas 
pr6xima?  Como  la  aiayor  parte  de 
nas  cstán  poco  acostumbradas  á 
valor  de  los  uúmcros  muy  grandi 

T.     III.     Ci 


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979 


ASTRONOMIA 


980 


nxejor  áe  üar  una  idca  dc  csa  distancia  es  dc- 
cir  que  la  luz,  que  anda  77,000  leguas  porse- 
gundo,  emplea  40  añosparallegardesdedicba 
cstrella  bhsta  ncsotros,  ó  ea  otros  términos  si 
esta  estrelia  ilegára  á  apagarse,  la  veriamos 
todavía  en  el  cido  durante  los  40  años  si- 
guientes  á  su  desaparicion.  EI  bombrc  se  ano- 
nada  con  el  exámen  de  estoa  becbos  y  se  ve 
obligado  á  reconocer  que  bay  un  ser  superior, 
cuyo  poder  es  inflnito. 

Pcro  si  el  estudio  de  la  astronomia  puede 
dar  una  idea  dd  poder  del  Griador,  conducc 
tambien  ¿  demostrar  basta  donde  pnede  iiegar 
In  inteligencia  del  bombre.  ¿No  es,  en  efecto, 
sorpreudente  que  bayamos  podido  determinar 
cl  volúmen  y  la  deusidad  del  Sol ,  de  la  Luna, 
de  la  Tierra  y  de  los  demas  planetas,  cuando 
se  considera  que  la  Luna,  que  es  el  astro  mas 
cercano  ¿  nosotros,  est¿  ¿  96,000  leguas  de 
la  Tierra,  y  qne  Urano  no  e8t¿  jamás  ¿  roeuos 
de  626.000.000?  ¿No  es  una  maraviila  dc  la 
inteiigencia  bumana  que  bayamos  logrado  un 
conocimiento  tan  exacto  de  los  movimientos 
dc  los  astros  y  que  sin  verlos  podamos  indicar 
con  certidumbre  el  lugar  que  precisamente 
ocupan  en  el  cielo  en  un  instante  dado? 

La  astronomia  es,  sin  contradiccion,  la  que 
entre  todas  las  ciencias  naturales  ba  llegado 
al  mas  alto  grado  de  «xactitud  ;  pero  solo  de 
cuatro  siglos  ¿  esta  parte  ba  sido  cuando  ba 
hecho  grandes  progresos,  gracias  ¿  los  csfuer- 
aos  reunidos  de  los  hombres  de  ingenio  que  se 
han  sacedido  durante  este  perlodo. 

Cuestion  mas  curlosa  que  úlil  seria  averi- 
gnar  como  nació  la  astronoroia.  La  historia  de 
los  primeros  bombres  quc  ban  habitado  nues- 
tro  globo  est¿  cnvnelta  cn  tinieblas  impene- 
trables,  y  por  consiguiente  no  puede  servimos 
de  guia  cn  esla  invesligacion:  con  lodo,  si  nos 
limitamos  ¿  conjeluras,  debemos  pensar  qiie 
las  primcras  nociones  que  los  hombrcs  ban 
tenido  de  esta  ciencia,  han  procedido  de  la  cn- 
riosidad  y  quc  las  necesidades  de  una  civili- 
zacion  mas  avanzada  favorecierun  despucs  su.s 
progresos.  En  efecto,  cuando  los  hombrcs  v¡- 
>rian  del  producto  dc  su  cazu,  sus  necesidades 
y  sus  h¿bitos  Ics  bacian  sin  duda  indifercntes 
¿  los  fenómenos  que  ocurren  en  el  cjclo;  pero 
'cuando  pasaron  dei  cstado  de  cazadorcs  al  de 
pastores,  sus  nuevas  y  mas  tranquilas  ocupa- 
cioncs  debieron  llevarlos  ér  1a  conteraplacion 
de  lo»  astros,  pudicndd  hacer  eutonces  alga 
nas  observacioncs  groseras;  raas  adclante  en 
íln,  roultiplicándose  las  necesidades  del  honi- 
bre,  se  vió  obligado  para  satisfacerlas  ¿  en- 
tregarse  ¿  los  trabajos  dc  la  tierra,  y  el  inle- 
rés  qnc  tonia  en  conocer  la  vuella  de  las  cs- 
tacioncs,  le  condujo  ¿  estudiar  los  movimien- 
tos  dcl  sol.  Desde  esta  época  empezó  solamen- 
tc  la  astronomía  ¿  ocupar  su  lugar  enire  las 
ciencias. 

Reroontándonos  tan  solo  ¿  3,000  años  an- 
tos  de  Jesucristo,  es  como  poderaos  enconlrar 


las  buollas  dc  la  astronomia  enlre  los  cgip- 
cios,  caldeos,  indios,  chinos  y  t¿rlaros;  pero 
ya  la  ciencia  se  haliaba  en  el  estado  de  hecbo 
adquirido,  y  los  pueblos  donde  existia  igno- 
raban  como  bubian  ílegado  sus  padres  al  co* 
nocimiento.  de  las  nociones  que  les  babian 
trasmitido.  Lo  que  bay  de  cierto  es  que  tos 
pueblos  mas  antiguos  conocian  los  siete  pla- 
netas,  el  Sol,  la  Luna,  Marte,  Mercurio,  /tí- 
piter,  Venus  y  Satumo,  puesto  que  dieron  sa 
nombre  ¿  los  sicte  dias  de  la  semana.  Igual 
aplicacion  se  encaentra  enfre  los  chinos,  in- 
dios  y  egipcios,  y  es  curioso  que  hayaD  con- 
servadotodos  el  mismo  órden,  sin  qüe  hasta 
ahora  se  haya  podido  descubrir  sobre  que  est¿ 
basado.  Este  hecho  parece  índicar  que  sos 
conocimientos  astronómicos  les  ban  sido  tras- 
miiidos  por  un  mismo  pueblo  mas  antigao 
quc  ellos,  y  es  probable  que  ese  pueblo  que 
de  lal  modo  comunicó  sus  conocímientos  á  los 
demas,  habituse  en  el  Asia,  porque  enesta  par- 
te  dei  roundo  es  donde  mcjorse  ha  cooscrvado 
la  astronomia;  mas  en  aquellos  tiempos  remo- 
tos  en  quc  no  sc  conocia  la  escritura  y  qoe 
los  bombres  no  tcnian  para  trasmitir  sus  co- 
nocimientos  otro  medio  que  la  tradicion  y  loa 
geroglíflcos,  se  concibe  muy  bien  quc  las  tra- 
dtciones  alteradas  ó  los  gerogltflcos  mal  io- 
terpretados  bubicsen  dado  lugar  ¿  Dnmerosas 
f¿bulas  que  se  refieren  ¿  los  fenómenos  astro- 
nómicos,  y  para  no  citar  mas  que  algunas  d¡- 
renios  que  Hércules  era  el  simbolo  del  Sol  y 
sus  docc  trabajos  los  doce  signos  del  zodtaco. 
Las  nueve  musas  reprcsentaban  los  nueve  mc- 
ses  del  año  durante  los  cuales  trabaja  el  hom- 
bre  cn  la  tierra,  y  las  tres  Gracias  los  tres  me- 
ses  dcl  dcscanso,  del  amor  y  del  placer. 

Hemos  dicbo  que  cn  Asia  fué  donde  se 
conscrvaron  raejor  los  conocimienlos  aslronó- 
miros;  |)ero  no  por  esto  se  dcbe  inferir  que  la 
astronomia  ba  hecho  grandes  progresos  ca 
aquella  vasta  porcion  de  la  tierra.  Los  indios  y 
los  cbinos  son  pueblos  poco  progresivos,  y 
apenas  han  avanzado  en  el  largo  perlodo  de 
cuatro  ¿  clnco  mil  años. 

Los  indios  tuvieron  desde  época  mny  leja- 
na  conocimientos  bastante  cxactos  sobre  esta 
ciencia;  asi,  por  ejemplo,  habian  medido  la 
obl¡cu¡dad  de  la  eclíptica  y  fijado  la  duracioa 
dcl  año  en  365d¡as,  6  boras,  34 '  4  5'',  loquees 
muy  aproximado  ¿  la  verdad,  puesto  que  se- 
gun  los  c¿lcuIos  mas  recientes,  el  año  medio 
se  compone  de  365  dias ,  6  horas,  48',  49" 
y  7'".  Los  bramas  conocen  el  gnomon ,  y 
por  medio  de  cste  instrumento  determinan  \¿ 
latltudes  y  oricntan  muy  exactaroente  sus  pa« 
godas  h¿cia  jos  cuatro  pnntos  cardinalcs.  Eo 
fln,  calculan  pronto  y  con  bastante  exactitod 
los  eclipses,  el  di¿metro  del  Sol  y  el  de  la  La- 
na;  pero  al  lado  de  cstos  conocimieDtos  adml* 
ra  ver  nna  ignorancia  lan  profunda  de  las  caa- 
sas  y  tan  groseros  errores:  creéo,  por  ejem* 
plo,  que  hay  nueve  planetas,  los  siete  qoe  ya 
bemos  citado  y  otros  dos,  qne  miran  como 


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1)84 


ASTRONOMIA 


983 


4iBgone8  InviBiMes,  y  qae  son  los  qvta  proda- 
oen  los  ec1if>86i. 

Eo  Chioa,  Pjohi,  que  segiín  U  bís4ori8,  co-> 
menzó  U  séríe  de  los  emperodores  en  2952 
116O6  aflles  de  Jcsuorlsto,  60  dedfcA  o1  cMudío 
de  los  fenóinofios  celestcs;  se  pretcude  quc 
formó  ias  Ubla'^  nstronómieas.  Por  otra  parte 
es  «qiiella  ópoca  lenlau  ya  los  cbfnos  nociones 
bufante  aTBnsadas  sobre  la  d1ob&  óiencia, 
paesto  qae  conoeian  la  época  de  los  solsticios. 
Boang-U,  que  reioó  en  2697  antes  de  Jesa- 
erísto,  Intentó  un  instmmento  qae,  segan 
dicen  los  bistorladores,  podia  dar  los  cuatro 
pimtos  caixMaales  sin  mirar  al  cielo;  este 
iQStraraento  es  sin  duda  la  brújula.  En  e)  rel- 
nado  úe€hoU'kang{%^B9  antes  de  Jesacrislo), 
bobo  an  ecllpse,  el  prlmero  de  qae  hace  men- 
eion  la  btstoria,  slendo  notable  por  cuanto  ba 
permitldo  comprobar  la  exactitud  de  la  cro- 
nologia  cbína.  Desde  Fohi  hasta  500  años  an- 
tes  de  Jesuoristo  tuvieron  los  cbinos  en  gran 
aprecio  ¿  la  aslronomia;  pero  despues  de  aque- 
ib  época  fué  desculdada,  y  aon  et  año  246 
antes  de  Jesucristo  niandó  quemar  cl  eropera- 
dor  todos  los  Hbros  de  biütoria  y  de  astrono- 
mia;  stn  embargo,  poto  tlempo  deepnesres' 
lableeió  iíeoa  Pang  las  obsenraciones  astroitd- 
micas. 

La  blstoria  de  la  astronomia  entre  los  cbl- 
1100  ofrece  poco  intéres,  á  caasa  del  curáeter 
emioentemcnte  estaeionario  de  aquel  pueblo; 
pero  I06  pocos  becbos  qne  bemos  citado 
bastan  paru  demostrar  qne  en  una  época  muy 
remota  tenian  Eol>re  esta  ciencia  conocímien* 
tos  que  refHlan  una  ciTilizadon  bastante 
avanaada.  Coando  losjesuitas  peoetraron  en  la 
Cbifia  tmportaron  alli  los  conocimientos  euro- 
peoi;  pero  despues  de  sa  espulsion  volvieron 
á  caer  los  cbinos  cn  su  primera  ignorancia,  y 
«wntinuan  considerando  ios  fenómenos  astro- 
Btoicoe  como  signoe  de  la  voluntad  celeste; 
dan  gnmde  impoiiancia  ¿  los  ectlpaes  y  acom- 
pañau  SQ  aparicion  oon  maltitnd  de  ceremoniaB 
ridicBÍaa,  y  aun  cuando  losliombres  instrui- 
dos  conooen  ya  la  caosa  de  ostos  fenóroenos, 
Do  por  eao  ban  rennnciado  ¿  esfas  ccremonlas, 
loeual  se  atribaye  alrespeto  profundoqtie  He- 
uen  ¿  los  antigaos  naos. 

Los  caldeos  fueron  célebres  en  la  antigUe- 
dad  por  sns  conocimicntos  en  la  astronoroia; 
Eubian,  en  efecto,  pcedecir  los  ecJipsesde  Lana 
y  teaian  idoas  may  eiactac  sobre  los  cometas, 
poeste  qoe  los  consideraban  como  estrcllas 
erraDles  ó  planelas.  Es  probable  tamblen  que 
iMtfoiesen  medido  el  globo,  pues  decían  qiie 
seria  preciso  un  aüo  paradarlavuelta  al  mun* 
do  caminando  sin  delenerse,  lo  que  es  mny 
aproximado  ¿  la  verdad.  Sin  embargo,  espl¡> 
rai;an  con  imperfeccion  y  tenian  una  idea 
muy  falsa  sobre  la  luz  de  la  Luna,  pues  creian 
que  este  aatio  era  la  mitad  oscuro  y  la  mitad 
Inminoso.  Se  cree  que  Bdofbéel  iuTenlor  de 
kk  ostronomia  en  Caldea. 

ncrmds,  caldeo,  pasa  por  haber  importado 


en  Etiopia  b¿cia  el  año  3360  antes  de  Jesu- 
cristo,  el  conocimiento  de  la  astronomia,  sien^ 
do  Atlas  ¿  quien  se  atribuye  la  inveacion  dé 
la  esfera,  de  donde  nació  la  fábnla  de  Atlas 
cargado  con  el  peso  dcl  cielo.  E1  aoo  rarió 
cunsiderablemente  entre  los  egipcios,  por  lo 
que  es  muy  dificil  sa  cronologia:  tuvieron  añoá 
de  dos,  euatro  y  seis  meses;  sin  embargo,  se 
reílere  que  desde  tiempos  1é]anos  dieron  at 
año  360  dias;  pero  interesados  como  estaban 
en  conocer  la  daracion  exacta  del  año  ¿  cansa 
de  las  innndaciones  del  Nilo,  obáenruron  muy 
pronto  que  el  periodo  de  360  dias  no  corres-^ 
ponde  exRctamente  ¿  üna  revolncion  completa 
dei  Sol,  y  ia  agregaron  cinco  dias  que  faeron 
llamados  epagomenes,  Ifas  adelante  añadieron 
otro  dia  mas.  Por  otra  parte  es  Incontestable 
qne  conoclan  la  marcba  del  Sol,  puesto  que 
Scbemschit  inauguró  la  construccion  de  Per<* 
sépolis  el  dia  mismo  en  que  el  S0I  enfraba  en 
el  signo  de  Aries  y  comenzaba  un  período  as- 
tiondmico.  Todo  el  mundo  sabe  que  las  pir¿- 
mides  de  Egipto  est¿n  orientadas  b¿cia  I08 
cualro  puntos  cardinales.  Los  obelisoos  que 
abundaban  tanto  en  aquel  pais  servian  de  gno- 
tnos.  Los  egipcios  hicieron  ademas  uso  de  es- 
tos  ioslrumentos  desdemuy  antiguo,  asi  como 
de  las  clépsidras.  Sabian  que  la  lierra  es  rc- 
donda,  y  conociao  la  causa  de  las  fases  y  de 
loseclipses  de  la  Luna.  El  misterio  de  que  se 
rodeaban  los  sacerdofes  de  Egipto,  pudo  bacet 
crecr  por  algun  tiempo  que  eran  may  sáijíos 
en  astronomia;  pero  lioy  es  cosa  averiguada 
que  no  estaban  mas  adelanlados  que  ios  demus 
poeblosdela  antigüedad,  y  loquesin  dnda 
rontribuyó  á  cxagerar  su  reputaoion,  fbé  cjuc 
eran  los'maestros  delos  íllósofos  de  ia  Orecia. 
A  prlncipios  de  nuestraera,  1a  astronomía  firé 
descuidada  en  Egipto. 

Ilemos  pasado  ona  rápidarevista  ¿  los  puc- 
btos  mas  antlguo.^;  vamos  ahora  ¿  dar^cono- 
cer  los  idcas  emitidas  sobre  la  astronomia  por 
los  prtncipales  fílósofos  de  la  Greciu, 

La  astronoroía  enlrc  los  griegos  es  rauy 
reclente,  pues  solo  data  del  siglo  XIV  anies  de 
Jesncristo.  Aicco  ^despucs  Hércolcs),  fOéelque 
les  ilevó  el  cooocimiento  de  la  esfera;  ya  he- 
raos  diclio  nmsarriba  como  esta  inveDCiuiJ  di6 
lugar  ¿  la  fábnla  de  los  docc  trabajos  de  Hér* 
cules.  Aimqne  importada  del  Asia  esta  esfera, 
fué  por  roucbo'tlcropo  iroperfecta,  y  hasfaef 
tiempo  de  Ilesiodo  no  fué  reformada,  dándola 
cntonces  doce  meses  de  treinta  dias  cada  tmo, 
con  un  mes  Intercalar  cada  dos  afios.  Aun  asi 
esle  año  cra  muy  inexaclo,  sin  erobargo,  se 
cooservó  hasta  el  tieropo  de  llorodoto;  Solon 
remedió  el  mal,  introduciendo  el  uso  de  los 
mescs  de  ?9  y  30  dias  alternalivaroente,  si 
bien  eela  correccion  fué  adoptada  solamente 
en  Atenas. 

El  pi  inicr  astrónoroo  que  produjo  ia  Grecia 
fuó  Taies  de  Mileto,  que  nació  el  año  644  antes 
de  Jesucristo.  Bste  fllósofo  pas(^  ¿  iostruirse  k 
Egipto,  y  ¿  su  vuclla  enseüó  ¿  los  gricgos  lo 


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ASTRONOMU 


»84 


qne  habis  aprendtdo  en  so  viage;  sín  embargo, 
Eus  lecclones  dieron  poco  fmto  y  fueron  oIti- 
dtdas  despaes  de  8u  niuerte. 

iiribúyese  á  AnaxíDaandro  la  inTencion  de 
la  esfera,  del  zodiaco  y  de  las  cartas  geográ- 
ílca6,  y  á  Anaximenes  el  descubrímiento  delos 
cuadraute^;  pero  es  probable  qne  estos  cooo- 
ciraientos  Tioieran  del  Asii  6  del  Igipto»  7 
^uese  dióel  oMnbre  de  ioTentor  ¿  los  qoe  los 
importaroQ  en  Grecia  ó  los  reprodi^oroo  ea 
ella. 

Pitigoras  fué  tambien  ¿  iostruirse  ¿  losde- 
mas  pueblos,  tíi^ó  por  la  India  y  el  Egipio  y 
trajo  de  aquellos  paises  algunos  conocimientos 
astronómicos.  No  encontrando  oycntes  cuando 
volvió  ¿  Qrecia»  pas6  ¿  buscarlos  i  Italia.  Este 
íilósofo  sabia  que  la  tierra  cra  redonda,  y  fué 
el  prímero  que  dincurríó  que  estaba  habitada 
eo  toda  su  superQcie. 

Entre  los  disclpulos  de  Pit¿gora8  debemos 
citar  como  los  mas  avenlajados  en  la  astrono- 
mia,  ¿  Bmpedocles  y  Fik>lao:  este  último  co« 
Docia  ei  moTimieato  dc  la  Tierra  al  rededor 
del  Sol. 

Meton,  ílnsofo  ateniense»  propuso  un  cido 
de  4  0  años  solares,  durante  los  cualcs  tras- 
curren  19  años  luuares  y  7  mesesintercalares. 
Se  componia  si  periodo,  contando  los  neses 
iJDtercalares,  de  )35  meses,  de  ioa  cualea  140 
lenian  39  diasy  435treiBta.  Este  ciclo  se  apro- 
ximaba  mucho  ¿la  verdad,  y  fué  adoptado  en 
todas  las  ciudades  7  colonies  grlcgas;  sele 
dió  el  nombre  de  ctcfe  6  núnmo  de  aro, 

Demócrito  fué  el  prímero  que  oonsideró  la 
Via  lactea  como  un  monton  de  estrellas,  y  por 
anatogla  peasó  qoe  los  oometas  eran  producl- 
dospor  la  reuniofl  de  muebos  planetastan 
inmedtatos  que  solo  prodocian  el  efecto  de  uo 
astro  ¿  los  ojos  del  observador. 

Auaqne  Ptaten  cultiTó  poco  la  aslrooomia 
debemoa  decir  sio  embargo  que  emitió  la  opi- 
,Dion,  rouy  notaUe  por  la  época  eu  qoe  Tivia, 
dcque  los  cuerpos  celestes  habian  sldomovi- 
dos  en  la  linea  reeta,  y  qao  este  noTimiento 
se  habia  becbo  ciacular  por  la  accion  de  la 
graTcdad. 

Losgriegos,  de  qoienes  acabanoe  de  ha- 
blar,  fueron  roas  bien  ilósofos  que  aatréno- 
raos,  pues  apoder¿ndo8ede  ios  beehos  ya  co- 
Bocidoseo  Asiaóeo  Egipto,  timlaroa  deee- 
plioarios  6  dedooir  ú»  ellos  coosecuenciai;  pero 
hicieron  moypocas  observactonea.  Sin  embar- 
go,  uo  se  púede  aplicar  esta  roconTenctoni 
Aristóleles  que  hiso  obserTaciones  muy  exac- 
tas;  asi  redero  baber  observado  un  eelipse  de 
Marte  por  la  Luna  y  la  ocoltacion  de  una  eslre- 
lla  de  Geminis  por  Júpiter.  Aqoel  gran  fllóeofd 
sabla  qoe  la  Xierra  ee  mas  peqneña  que  el  80I; 
perose  le  padoKeeonvenir  pot  haber  comba- 
tido  el  sistema  de  los  pitagóricos  que  hacian 
girar  la  Tierra  al  rededor  del  Sol. 

nemospresenlado  brere  y  socintamente  las 
ideas  que  sobre  laastronomia  ban  emitido  los 
príncipaleB  fllósofbsque  hao  Hustrado  ¿  la  Oro- 


cia;  Hegaaoé  ahora  ¿  ona  época  oélebre  ei 
lahistoría  astrónomica;  queronoi  habUrdo 
la  esoiiela  de  Alejandría. 

Los  primeros  astrónomoi  do  esta  eocoolt 
que  tenemos  quo  citar,  son:  Artatlloa  p  Tino* 
cbarii  qiie  trataron  de  determinar  ol  ntio  do 
las  estr^las  y  ei  noTinftento  do  los  planelas; 
bicieron  auHilod  é%  oboerraciooes  j  nn  tra- 
b^  sirTieron  éespoes  ¿  Hipareo.  Arístaroo, 
que  TinodospuesqiMellos»  es  ei  primero  qie 
h&io  obserTacionoi  rasonadas,  pues  traló  de 
deteminarei  diánolro  del  Sol,  y  ñienaes 
cooTonir  quo  lo  oooaigoié,  ¿  lo  menos  en  todo 
lo  qoe  le  permitieron  los  instniniealos  de  qoe 
se  soTTia;  halló  que  dicho  di¿melro  erak 
7^*  parte  del  droBlo  qno  descrihe  aqnel 
astro.  Baloresoltado  esnotable;  porq«tantei 
de  él  no  so  lenia  aino  ideas  mnyineiao* 
taa  sobre  las  dinenaionei  dei  Sol  y  de  ia 
Luna,  y  sobre  las  dftslanclaa  ¿  qtio  se  kailaB 
eslos  utros  de  la  Tiorra.  Arísterco  ndoptó  ia 
hipótesisdel  roorimiento  de  la  Tierra,  y  foé  cea 
eslo  motÍTo  actisado  de  impiedad  por  el  oatdi- 
00  Gleanto. 

Se  oree  generalmente  qoo  BFatósteaes,  so- 
cesor  de  Arístarco,  (oé  ei  que  inventd  la  es- 
fera  armilar;  pero  aea  do  eslo  io  qoe  qniera,  el 
resottado  fué  que  por  medio  de  esfe  insin* 
mento  proonró  defterninar  la  obiicoidad  de  la 
ediplica,  y  aun  acoroettó  otra  operacloa  ans 
atroTida,  cual  fué  la  de  nedir  el  globo  terret* 
tre.  Bl  método  de  quo  se  sirTié  es  el  misno 
que  60  ha  empleado  en  los  lierapoa  modemos; 
coosiste  eo  medir  la  distanda  de  doo  pnnm 
situadoa  aobre  in  mismo  merídiano,  y  deler- 
minar  despueo  ei  ¿ngnk)  fómado  por  laa  dos 
vertieales  que  pasan  por  estos  ponloo,  porne- 
dio  dcl  arco  qoo  interoeptan  en  ei  eieio.  li 
Egipto,  paia  llano,  BMdido  en  todas  direecio^ 
Bespora  los  trab^Joa  de  la  agrícnllHFa,  le  sir* 
vid  admirabiemente  on  eata  operacloo,  qne  4^ 
cotó  con  tanta  fetiddad  ooanto  pemilia  ks 
iostrumentos  oonocftdoo  hasta  entooces.  bane- 
didahalladaporEratdateoet,  osde  S50,##«€B- 
tadlos.  Eate  gran  homhoe  so  ocnp6  tambiett  de 
formar  un  catálogo  do  las  eatceHas;  pero  bnMen» 
do  perdido  1a  vista  ¿  la  edad  de8t  anos,  y  ae 
pudiendo  reslgnarse¿  Tivir  sin  Terelcíela, 
se  dejó  norír  de  hambre:  habia  eonaignado 
sus  observaciones  en  obras  qoe  despoes  se 
han  perdido  casi  oonpleennente. 

Entre  los  aaU^nomos  que  signleroii  ¿  Bi^- 
tóstenes,  debemoe  eitar  ¿  Conen  de  Sanos, 
quedescubríó  ona  ooñoteiodoa,  ¿la  coaldió 
el  nembre  de  Cabeüéra  de  Bermioe,  y  ¿  Aps^ 
lonio  de  Perga,  que  qniao  esplicar  iao  eslxño- 
nca  y  retrogradaciones  de  lea  planetas;  dle- 
mos  tamhien  ¿  ArquimOdes,  amiqne  no  haya 
fomado  partede  laeaeaela  de  Amandría;eoff9- 
Iroyd  ana  eaferaeii  qoe  oataban  rq>reHentadoa 
los  siete  plaaetaa  con  sno  ^iocidadea  reiativa.«. 

Liotfamos  ¿  ffiptrao  ane  se  poede  coaside- 
rarcomoel  mayor  asMnoroo  de  laaatigOe 
(|id,    y  por  lo  tanto  oaeenos  deber  esteadcr- 


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ASTlONOmA 


»86 


BM  00  poco  acemde  loi  trab»)M  de  este  hom^ 
bre  de  geBto,  qiie  rIhiibó  le  attfonoHiii  en  bii 
ooa}mito,7  qne  segiinel  mélodo  •doptadodes- 
poes  por  Descartee,  comenad  por  someier  al 
aDaliela  los  trabijos  de  au»  predeeoseref . 

La  prímera  operaaioiiqQeempreDdtd  Hipar* 
eo,  fué  conprobar  1«  oMieMad  de  la  ecMpti- 
ea  dada  por  Eratóetettes;  H  hallé  buene  y  la 
adepld;  qiiiso  detfpues  determioar  la  duracion 
éei  año,  midieiHÍo  el  ialertalo  que  sepára  dos 
pasos  soccsivos  M  So)  por  el  nismo  selstl- 
efo  6  por  el  misoM»  eqirinoceío,  y  para  diTidir 
el  error,  operó  eobre  mecbas  revolBCiones. 
Istas  obsertociOBeB  le  cottdoleron  á  recoBocer 
que  el  afio  no  eslá  dltidido  en  ciiatro  partes 
ilfoales  por  los  solsticies  7  loseqaiBoccios,  7 
para  dar  cventa  deesta  desigBald&deD  iamar- 
oba  del  Sol,  supoao  qoe  eate  se  Mvia  sobreun 
elrcirto  escéntríco ,  7  lleTando  mas  lejos  sos 
Mtestigaciones,  reeenooió  igQalmente  qne  los 
dtas  sondeslgoales,  esdedr,  que  el  intenralo 
que  separa  los  paaod  sueeshres  del  Soi  por  el 
mlBDto  merldiano  BoeacoDstatte.  Despúes  de 
haber  liecbo  malttlnd  de  obsertaclOBes,  formó 
Hiparco  las  tablaa  del  aiovimleBto  del  Sol ,  y 
eemo  no  IgDorába  la  iaperiecctoB  de  loe  mé- 
todoe  qne  babla  empieado,  lioiité  á  600  aMs 
la  exactllBd  deestaa  tablas. 

Aplicdee  l|raalraente  al  esMio  del  mot i^ 
Briento  de  la  lm$,  7  vi6  q«e  eete  astro  no 
correspende  a)  misrao  punte  del  cieiopara  dos 
obBervadores  coleeados  cd  lngares  dltoreatcs 
del  globe.  Esla  obserfacten  le  condu}o  al  dea- 
OBbrlaiienfto  de  U  paralage,  7  por  conaecoeD- 
eia  á  presentar  sus  obeervaeioffes  cobk)  si  se 
hubtesen  becbo  enel  centro  de  Ih  Tierra.  Ua- 
Mendo  desonbierto  la  paralege  quiso  servirse 
de  eUa  para  determlBar  la  distaBcia  entre  los 
plBBetas  7  la  Tierra,  pero  la  iB^>erfooeleii  áe 
soe  InstrameDtos  m>  le  perraülé  apUcar  este 
aiéeoda  sino  i  la  Lbbq. 

Hlparco  dWidié  el  cielo  en  ooarenle^nueve 
eeniAelaclones,  dooe  de  eiles  en  1a  eciiptica, 
^fékM  7  nna  al  Norte^  dles  7  séis  al  Meüedla; 
esta  es  1»  esfeva  de  los  ealdeo»  ipie  modlflQó 
OD  pooo,  7  á  hi  ct»)  añadló  la  Oabellera  de 
Bevenice.  Bn  fin»  preTedó  \%i  constotaciones 
«obre  un  plaoo^  coroo  Aaxxlmaodro  lo  babta 
hecho  para  el  globo  terrestre.  Murló  el  año  IS5 
BDt«a  de  lesuerlsto. 

Deede  ilparco  beslB  Tolomeo,  oo  eneootra- 
mos  oingeii  astrdnomo  uotable.  Citemoe  sin 
cinbargo  á  Posidonio  qne  atribuyó  á  ia  refirao- 
den  la  dlfereiicia  de  diiraetre*  qoc  preeentan 
e)  Sol  7  la  tona  coando  eaün  cb  el  horisonte 
7  en  medio  de  so  carrera;  sospacbó  tambien 
ki  iufioenck  de  esloi»  dos  astros  sobre  e)  (éné- 
neiio  de  las  mareas. 

Antes  de  bablar  de  Toiomeo,  eenvieiiedar 
á  conocer  la  rdormii  íntrodoelda  por  iulío 
Céaar  en  e)  caicndorlo ;  esta  reforma  es  un 
becho  bastante  notable  cn  la  historia  de  la  aa- 
treFnorola  para  que  no  bagamos  aqui  meneion 
áe  ^.  E)  calendar'io  dado  por  IHunia,  efu  muy 


oempltcado  7  ademas  Inexaolo.  íb)Io  G^  co-» 
oeeió  la  oecesidadde  pooer  el  afie  civU  eo  re* 
lacioB  con  e1  mavimiento  dcl  S0I ,  7  ¿  este 
efecto  abrió  uo  coocurso  para  fijarla  doracioB 
del  aiío.  Sosigraes,  que  babia  vcoido  espre- 
sameote  de  Aleiandria  ^  gaeó  e1  premio  7  dió 
al  aoo  d65  dia  7  ud  coartai,.  eadccir,  qoe  de 
coatro  anoB  los  tres  prtmeros  se  coroponiab 
de  d65  diae  7  el  esarto  Ue  ^.  £1  ano  refor<^ 
HiBdo  Uevó  el  oombre  de  año  Juliano. 

Toloraeo  cpie  fermioa  la  série  de  los  astró* 
nomoB  que  tanto  iiustrarou  la  escueia  de  A)e* 
jaodria,  es  céid»re  por  e)  sistema  de  qoe  se 
Talid  para  esp)icar  )as  revo)uciones  de  )os 
onerpos  eelestes  7  qoe  pennaoecid  basta  Co- 
pérnloo.  tSa  esle  sialema  Salumo  es  e)  planeta 
mas  distaDte  de  ia  Tierra;  vieoen  dcspues  Jú« 
piter»  Marte,  el  Se),  Yeoos,  Mercurio  7  la  Lune. 
La  tierra  ismóTÍ)  ocopa  el  centro  de  )a  esfera 
oeieate,  qoe  i^raodo  del  Esto  a)  Oesle  veriffüa 
su  revelucioD  en  veinte  y  eiielro  horas  7  pro* 
doee  la  sueesioii  de  los  diaa  y  de  las  noelres. 
Gada  planeU  tieDO  ademas  su  movimienle  qoe 
lees  propio«  Tal  cs  en  pocas  patobras  e)  siste^ 
ma  de  Tolomeo,  sístema  qiie  exlstia  antes  que 
él/  pueslo  que  fué  el  de  los  caldeos. 

Tolomee»  obruido  en  sentido  iovetse  que 
liparoo  brató  maa  bicD  de  esplioar  loe  hechas 
qoe  ebeertaffios;  sin  embargo,  se  aplicó  ¿  la 
iirve^tigacion  de  la  paralage  do  la  iuna  y  del 
80Í  é  imagínó  uu  inslrBroeDto  para  eatae  ob- 
servadoaics.  Aunque  muy  inexacta  1«  deter- 
mínacioa  que  hiso  de  k  distaseia  entre  el  Sol 
7  iB  TierBa,  fuó  aio  ottbargo,  la  D^)or  Iiasta 
Dooilogo  GassiDi. 

ToioDieo  coDSigoó  sus  trabajos  y  los  de 
sos  predecesores  eo  ooa  obra  que  lleva  el  noni- 
brc  de  AlBMgesto,  y  quepor  mucbo  tiempo  ha 
«osado  de  grsD  cekbrldad.  eompnso  Umbien 
uoa  geograHa,  en  k  que  dió  la  posicien  de 
I08  lugam  conooidos  entonees  por  medio  de 
solai^tid  7  )atitBd.  Este  bombre  nolable 
raurió  á  la  edad  de  78  años,  y  con  él  acabó  la 
gleria  de  la  escoela  ée  Alejaodria. 

ftespoes  de  Tolomeo  quedó  oompletan>€Ble 
descaSdBd&  le  astrooomía ;  )a  iova^eD  de  kis 
bérbaros  eo  Earopa ,  )8s  giterras  eoDtíDuas  de 
qoe  fué  leatro  7  el  íoceodio  de  la  bibliolecade 
Atejandria  fBeroo  Otras  taiitas  causas  qoe  se 
epusieroik  á  ios  progreses  de  las  deDCias ;  sin 
embargo»  los  árabes  conituttaroB  ocupiodo«e 
eo  esta  ciencia;  p(^o  no  hlcloron  descubfl- 
roientos;  y  su  priucipal  niérito  es  baberuos 
coDservrdo  ies  conodiiDÍeBlos  adquiridos  por 

\os  aDtÍg1IO€i. 

Eoei  siglo  Xlil  fué  cuaado  los  sébiüs  vol- 
vieren  ¿  etilregarsc  al  estndío  de  la  aslrono- 
mia,  y  el  rey  de  Gastilia  Alfonso  X,  apeilidado 
el  ásti'ónonM»,  el  Filósofo  ó  ei  Sábio ,  se  ocupó 
miicho  eii  e»ta  ciencia  y  quiso  ««orregir  Uis 
obücrvacioiies  do  los  aotiguos;  a¿  efeolo  icup- 
oió  lodos  loe  sibios  cooocidos  entonces,  ttiibas 
jó  coo  ellos.  y  coBSignó  los  resultados  de.  la- 
invctiti^ciuues  que  hicicroujunlosen  unaco-' 


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»87 


ASTRONOMIA 


kccioD  ¿  que  se  dié  e1  noiiibr«  de  TMas  iél- 
fonsinas,  (  Véaie  alfonsinas.  )  hibliciromo 
estas  en  4252,  el  üia  misiDOde  sn  uflveDiBiicn- 
to  al  troDO. 

Por  la  midtna  época  vivían  Alberto  el  Gran- 
de,  obispo  deRatiabona,  qne  escribió  algunas 
obras  de  astroDomf  a  y  Rogerio  Bacon,  monge  j 
doctor  de  la  unlversidad  de  Oxford,  Un  célebre 
por  SU8  conocimientos  en  las  cienciasinatemi- 
ticas,  que  fué  considerado  como  el  milagro  de 
8U  blglo.  Escribió  sobre  la  astrooomia  y  anun- 
ci6  la  necesidad  de  reformar  el  calendirio. 

Sin  embargo ,  la  astronomia  haeia  im)Cos 
progresos  y  basta  el  siglo  XY,  no  empieza  pro* 
plamente  hablandola  renovacion  de  esta  cien- 
tla,  debiendo  atribuirse  en  gran  parte  ¿  la  in- 
vencion  de  la  imprenta.  El  primer  astrónomo 
quc  se  dió  ¿  cooocer  faé  Juan  de  Pvrbacb»  qoe 
nació  en  4  323  en  la  ciudad  de  este  nombre. 
Despues  de  haber  viajado  por  itaHa  para  ins- 
truirse,  toIvíó  á  Yiena,  y  comenzó  nn  compen- 
dio  del  Almagesto,  que  su  muerte  prematura 
le  impidió  terminar;  no  tenia  mas  que  28 
ados  y  ya  habla  adquirido  una  gran  reputa- 
cion. 

Despues  de  Purbach,  vino  Juan  Muller,  co- 
nocido  con  el  nombre  de  Regio*Montanus., 
Desde  la  edad  de  quince  años  estudió  bajo  la 
direccion  de  Purbacb,  y  ¿  ejemplo  de  aomaes- 
tro  biso  on  víage  ¿  Italia  para  adquirir  los  co- 
Docimientos  qne  la  Alemania  no  podia  pro- 
porcionarle;  volvió  en  seguida  á  Noromberg, 
donde  le  ayudó  en  sus  trabajos  Waltherus, 
que  poseyendo  cuantlosos  bienes,  podo  men- 
dar  construir  todos  los  instnraientos  nece- 
sarios  ¿  las  observciciones  astronómicas.  Es- 
tos  dos  hombres  trabejaron  juntos  y  füeron  los 
primeros  qno  dieron  la  verdadera  bora  por 
medlo  de  la  altora  del  Sol  y  de  las  estreiks; 
compusieron  tambien  las  efemérides  para  el 
espacio  de  treinia  años.  Regio-Montanus  ob- 
«ervó  cl  cometa  que  apareció  en  4472,  y  quiso 
Hjar  como  para  un  planeta,  so  distancia  y  su 
tamaño.  Merece  citurse  esta  observaeion,  por- 
<|ae  fué  1a  primera  de  este  género  que  se  hizo 
en  Europe,  Gomo  su  predocesor  Regio-Monta** 
nus,  fué  arrebatado  á  la  ciencia  aiendo  toda>- 
tla  jóven,  pues  solo  conlabo  trolnta  y  nueve 
años  cuando  lc  sorprendió  la  muerte,  es  decir, 
que  sü  hallaba  en  la  ^dad  en  que  liabíendo  ad- 
quirido  el  bombre  la  suficiente  esperíencia, 
posee  ann  en  toda  su  fuerza  sus  facuHades 
intelectuales- 

El  impulso  estaba  dado.  Anment^base  e1 
uúoicro  de  las  observaciones  y  se  construian 
con  mas  pcrfccclon  y  exaciitud  los  instrumcn- 
tos  astroDóroicos;  no  se  necesitaba  mas  qoe 
un  hombre  de  genio  para  dcstruir  las  teorías 
qnc  los  siglos  habian  consagrado  y  para  leer 
la  verdad  co  el  crelo;  Gopi^rDíco  fué  ese  hom 
bre.NacidocD  1473,  oyó  liablar  en  so  juvcDfiid 
de  la  gíorla  que  Regio-Monlauus  Iiabia  adquiri- 
do  por  sns  trabajos  aslrouómicos  y  coucibíó  el 
fJesep  de  iguularle,  cmpezaudo,   como  sus 


mseslros,  por  haeor  él  ▼lagecttsico  de  1a  Ha* 
lla,  y  detnella  ¿  so  patria,  habiéndosele  coa- 
ferldo  una  canongfa  se  entregó  enierame&to 
¿  su  cstudio  favorito.  El  sislema  ü*;  Tolomeo 
le  pareeia  deniasiado  complicado;  la  nalurale- 
sa  prooede  por  medios  mas  sencilloii.  Copérui- 
co  lo  ooaoció,  y  babieBdo  sospechado  cl  crror, 
era  imposibie  que  ayudado  de  su  geoio  oo  lle- 
gara  ¿  deseubrír  Ja  Terdad.  Tolomeo  habia  co- 
locado*  el  centro  del  mando  en  el  ceutro  de  It 
Tierra;  Gopéruico  le  desaloja  y  Irasporta  al 
centro  det  8ol;  hace  gtrar  la  IKerra  alrededor 
de  su  eje,  y  ya  no  se  necesita  para  esplioar  el 
movtmiento  diomo  haeer  mover  en  uua  sola 
masa  el  8ol,  los  planelas  y  los  miHones  de  es^ 
trellas  qveaiembran  hibóveda  celeste.  No  fal* 
tan  pruebas  para  demostrar  la  verd«i  de  estc 
sistema,  y  k»  descnbrímicBtos  posteríores  no 
hieieron  mas  quo  conflrmar  los  que  habieo 
convencido  ¿Gopémico.  Para  hablar  solamente 
de  los  mas  scncillos,  citaremos  ki  dioiiQncion 
de  la  gravedad  de  los  poloft  en  el  Ecuador  y  el 
aplattamienlo  de  la  tierra.  ¿Se  qoiere  otra  Doy 
fácii  de  confirmar  por  la  esperienoia?  YaoBOB  ¿ 
indicarla:  si  la  Tierra  tiene  un  moviflDiento  de 
rotacion  alrededor  de  su  eje ,  todos  Iob  ponlot 
del  globo  deben  parüclpar  de  este  moTimien» 
to  y  teuer  una  celerídad  tanto  niayor  eoaDto 
qoe  est¿n  sitsados  ¿  mayor  distancia  del  ejc 
de  rotacíon;  para  ios  puolos  siluados  en  u« 
mismo  radio,  creee  la  celerídad  eoo  la  dis* 
tawáadel  centro.  Supongamos,  pues,  dos  poB- 
tos  situados  en  mi  mismo  radio»  el  jdqo  en  la 
superflcie  de  ia  Tierra,  y  e1  otro  en  iolalerior, 
y  un  pozoquepuaieraeHcomunicacion  losdos 
puutos;  si  dlísde  el  prímero  de  eslos  punlos 
sb  dejara  eaer  on  coerpo  pesado,  este  cuerpo* 
si  so^o  estttvtese  sometido  ¿  la  accion  de  la 
gravedad,  deberia  encostrar  en  su  caida  eifie- 
gun(to  punlo;  pero  oomo  al  caer  halMria  partici- 
pado  del  movimiento  de  rotacion  de  la  Tierra« 
habr¿  adqutrido  ona  velooidad  del  Oeate  al  Este 
mayor  quo  la  dei  segundo  ponto,  y  en  ves  de 
encoiitrarle  deber¿caer  al  Este;  eslo  es  lojqae 
se  ha  eomprobadopor  la  esperieoeia. 

Acabamos  de  hablar  del  movimiento  diumo 
de  la  Tierra;  pero  aderoasde  esle  movimie»- 
to  hay  otro  de  traslaciiHi ,  en  viríod  del  ooal 
efectóa  en  un  año  sa  revoloclon  complela  al- 
rededordel  Sol;  durante  esta  revolucion,  el 
eje  de  ia  Tterra  conserva  una  direccion  cocs- 
tanle:  tal  es  la  esphcacion  del  feoóneoo  de  las 
estaciones. 

Gepérnk^  no  se  iimitó  ¿  indagar  caal  era 
el  verdadero  flsovimiento  ée  laTierra,  ainoqoc 
llevó  tomblen  sns  invesHgaciones  ¿  lo¿  demas 
asiros;  reconoeió  que  la  Luna  es  un  satéliteda 
nuestro  globo,  con  el  cual  cst¿  enlasado  gi* 
rando  alrededor  de  él;  en  los  planelas  vid  glo- 
bos  seroejantos  al  nueslro,  que  tenian  como  éi 
un  movimiento  de  rotacion  alrededordel  Sol,y 
cuyas  revoluciooes  nos  parecen  tau  comptiea* 
das  porf|uc  no  ostamos  en  el  ccnlro  de  fu  m* 
vimienio,  y  porque  cl  lugar  desde  doode  las 


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ASTRONOMU 


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obierTamoft  cwbia  iamLiea  de  poaiciou  ¿ 
cada  instante. 

Copéroico  dedicó  toda  su  vida  ¿  destroir 
esa  coroplicada  reuoion  de  eaferas  movibles 
que  Tolomeo  habia  Imaginado  y  que  los  siglos 
babian  consagrado,  y  á  elaborur  ei  sislcma 
que  lleva  su  nombre  y  cu^a  verdad  ha  sido 
demostrada  deunamanera  tan  iocoiiteslable 
quc  seria  dar  ona  prueba  de  la  mayor  tgao- 
rancia  qucrer  boy  combatirlo.  Compuso  sobre 
Ía  astrooomia  una  obra  en  la  que  espuso  los 
principios  qoe  bubla  descubierto;  pero  esta 
obra  no  apareció  hasta  el  año  de  1 543  en  que 
faileció.  Kste  grande  astrónonu)  babia  perma- 
Docido  oculto  toda  su  Tida»  y  hasta  despues  de 
so  moerte  oo  comenzósu  gloria. 

Apenas  habia  muerto  Gopérnico,  cuandoen 
la  ciudad  de  Knudsturp  en  Escania  nacia  al 
ronndoun  hombre  que  debia  innaortalixarse 
tambieo  por  sus  traba)os  sobre  ia  astrooomia. 
En  eCeclo,  eM  3  de  dicíembre  do  4  546,  nació 
Tycho>Bnibé.  Destioado  por  sus  padres  ¿  la 
jorisprudcncia,  fué  enviado  ú  Copenhogue  para 
estodiar  la  filosofía»  y  alli  se  decidió  5u  voca- 
cioo,  pues  fué  testigo  de  un  cclipsc  de  Sol  que 
ocurrió  en  el  mismo  momento  eo  qoe  lo  habia 
anundado  un  astrónomo,  y  lleno  de  admira- 
cion,  concibió  el  deseo  de  aprender  la  astro* 
oomia.  ITabiendo  ido  ¿  terminar  sos  estudios 
¿  Lelpsiclc,  se  puso  ¿  estudiar  eo  secreto  su 
ciencia  favorita,  y  ai  regresar  á  su  patria, 
Tiendo  que  su  familia  la  deéprcciaba,  se  refu- 
gl6  eo  casa  de  nn  tio  suyo,  donde  pudo  en- 
tregarse  libremente  ¿  ios  estudios  que  habia 
elegido. 

Uoa  ooche,  antes  de  cenar»  se  puso  ¿  roi- 
rar  el  cielo»  con  objeto  de  vcr  si  podia  conti- 
nuar  sus  observaciones  despues  de  la  cena, 
distinguiü  una  nueva  estrella;  sube  iumediata- 
roente  ¿  su  cuarto»  observa  ai  nuevo  aslro,  y 
detcrmina  su  posicion,  que  continuó  sieudo  la 
misma  hasta  el  año  de  4574;  su  hrillo,  compa- 
lable  al  princípio  con  el  de  Venus,  cuando  e£t¿ 
mas  cerca  de  la  Tierra,  dísminuyó  poco  ¿  poco 
y  acabó  por  desaparecer.  Este  fenómeuo  no 
habia  sido  aun  observado  sioo  por  Hiparco. 

Habieudo  concebido  Tycho  la  idea  de  re- 
hacer  todas  las  observaciones  de  sus  predece- 
sores,  fué  ayudado  en  su  proyecto  por  cl  rey 
de  Biuamarca,  qoe  le  llamó  ¿  su  patria  y  le 
ofrcció  la  ista  de  Hueoe,  donde  mandó  cons- 
troir  una  magniQcacasa,  que  recibió  el  nom- 
l>re  de  Uraoiburgo»  dol¿ndola  de  una  preciosa 
coleocion  de  ínstrumentos.  Alli  fué  donde  Ti- 
cho  emprendió  el  trabi^o  que  habia  proyec- 
tado. 

Su  primera  operacion  fué  determioar  exac- 
tameote  la  latilud  de  Uraoiburgo,  operacion 
qoeie  llevó  á  medlr  la  iofluencia  de  la  refrac- 
don.  Bo  seguida  se  apiicó  particnlarmente  al 
estodio  del  movimienlo  dei  M  j  de  la  Luna. 

El  sistema  de  Copérnico  no  había  sido  ad- 
mitido  todayia  generalmente,  y  Tyclio  tuTO  ia 
desgrocia  de  ser  contado  eo  el  oúmero  de  los 


adversarios  de  este  sistema:  sin  embargo,  no 
adoptó  el  de  Tolomeo,  y  obligado  á  dar  el  su'^ 
yo  supuso  la  Tierra  inmóvil  cn  ol  centro  del 
mundo,  los  cinco  nlanetas  y  los  cometas  gira- 
bau  en  rededor  del  Sol,  y  eran  arrastrados  con 
é1.  £1  solasi  escoltado  y  la  Luoa,  erao  tambien 
arrebatados  con  la  esfera  de  las  estrellas,  que 
verifican  una  revolucion  enlera  eu  vciote  y 
cuatro  horas.  Disculpemos,  sin  embargo  á 
Tycho  por  no  haber  querido  adoptar  el  sis- 
tema  dc  Copérnico:  suponiale  contrario  ¿  los 
priocipios  de  Ureligion. 

Perseguido  Tycho  despues  de  la  muerte  di  1 
rey  de  Dinamarca,  se  refugió  en  el  Holstein» 
donde  el  emperador  Rodolfo  le  dió  una  pen- 
sioo  coosiderable,  y  por  anxiliares  de  sus 
tral)ajos  ast#ooóroicos  ¿  Loogomootanos  y  Ke- 
pler.  Murió  en  4604,  ¿  la  edad  de  55  años.  Ty- 
cho  no  fué  fllósofo  ni  fisico,  como  lo  prueba 
su  slstema,  tenia  todas  las  preocupaciones  de 
su  época,  puesto  que  creia  eu  ia  astrologia  y 
la  defendió;  pero  fué  grandc  observador,  é  hi- 
zo  dar  ¿  la  ciencia  un  paso  inmenso,  perfec- 
cionando  los  roétodos  de  obsenraclon. 

Este  es  el  momento  de  hablar  de  nn  he« 
cho,  t&n  Importante  eu  la  historia  de  la  as- 
tronomia,  como  en  la  de  nuestras  institucio* 
oes  civiles;  aludimos  ¿  la  reforma  del  calen- 
dario  que  veriflcó  Gregorio  XIII.  Sabido  es  qne 
el  año  Juliano  tenia  365  dias,  con  los  años 
bisiestos  cada  cuatro  aoos.  Desde  la  época  en 
que  este  año  habla  sido  adoptado,  el  equlnoc- 
cio  de  la  primavera  no  correspóndió  ya  ¿  la 
mtsma  época  del  año  civil,  y  en  4582  cayó 
ea  44  de  marzo  en  tcs  del  24.  Largo  tiempo 
hacia  que  se  habia  reconocido  esta  Tariacion, 
y  qneriendo  Gregorio  XIII  corregir  el  error, 
mandó  suprimir  diez  dias  en  el  año,  y  pasar 
dc8deei4de  octubre  al  45,decidió  adcmas, 
para  lo  futuro,  qne  de  cada  cuatro  años  uno 
solo  fuesc  bisiesto.  Esta  reforroa  fué  adoptada 
desde  su  origen  por  todos  los  católicos  de  Eu- 
ropa,  y  maa  adelanle  por  los  protestantes.  Los 
rusos  y  ios  turcos  no  la  han  admitido. 

La  opinion  de  nn  hombre  como  Tycho  ha- 
bria  bastado  ¿  conmover  el  ediflcio  que  Copér- 
nico  habia  levuntado  con  tanto  trabajo,  ¿  no 
existir  en  aquella  6poca  un  hombre  de  genio 
para  consolidarlo  y  continuarlo:  este  hombre 
fué  Kepler,  quc  no  contento  con  admitir  cl  sis- 
tema  de  Copérolco,  quiso  ir  mas  lejos:  tan 
buen  flsico  como  astrónomo,  estaba  conven- 
cido  de  que  los  movimientos  de  los  astros  se 
regian  por  leyes  regulares,  y  sc  puso  ¿  traba- 
Jar  con  infatigable  coustancia  para  descubrir 
esas  ieyes  quc  él  habia  sospechado.  Yeinte  y 
cuatro  años  de  su  vida  empleú  eu  esta  inves- 
tigaciun  qoe  vino  ¿  corooar  el  éxito  mas  com- 
pleto.  Citemos  estas  leyes;  son  tres,  y  se  co- 
nocen  con  el  nombre  <le  leyes  de  KepUr. 

1  .*  Las  órbitas  planetariai ion  áipses,  cu- 
yó  foco  ocupa  el  sol. 

i.*  La  áreas  descritas  ^tor  et  radio  vec' 
tor  son  profforcionadas  al  ttempo. 


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'    ASTRONOÍÍtA 


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3.*  Lo$  cuadrados  (k  los  tiefiipos  de  las 
revolucionss  pkmetarias,  son  entre  si  como 
loi  cuhós  de  Uís  grandes  ejes  de  las  árbiias. 

Kepler  dió  á  coDoccr  estas  leyes  en  una 
obra  que  tHoIó:  Armónifía  del  mundo,  y  en  cn- 
yo  prefacio  se  lee:  «esti  echada  la  suerte; 
entrego  al  pÑblico  mi  obra;  poco  me  iroporla 
que  sea  leida  por  la  edad  presenteó  por  la  pos- 
teridad,  bien  pnede  esperar  á  su  lector;  ¿no  ba 
esperado  IMos  6000  añosá  un  eontemplador  de 
808  obras?» 

No  son  estas  leyes  e1  único  titolo  de  gloria 
de  Kepler,  poes  abordd  las  euestiones  mas 
eleradas  de  la  mecinlca  f  de  la  fislca,  y  se 
encontró  firccuentemente  muy  cerca  del  obje- 
to  que  Newton  dcbia  alcanzar  mas  tarde; 
buscó  las  leyes  de  la  refraccion,  cuya  influen- 
cia  e&tudió  primero  en  el  agua,  y  despnes  en 
el  aire. 

Al  mismo  tiempo  que  lCepIer  vivla  Galileo, 
que  como  él  fué  tanbuen  físico  como  astróno- 
mo;  todo  el  mundo  sabe  las  persecucioncs  que 
tuvo  que  sufrir  por  Uaber  admitido  el  sistcma 
de  Gopémico  y  la  esclamacion  ¿  pur  si  muove, 
que  se  le  escapó  cuando  le  oblígaron  ¿  abju- 
rar  sus  opiniones.  La  ciencia  debe  á  este  gran- 
de  hombre  dos  instrumentos  que  apresuraron 
singularmente  los  progresos  de  la  astronomia: 
el  péndulo,  con  cuvo  auxiUo  se  Ilcgó  ¿  medir 
el  tiempo  tan  exactamenle;  y  los  lentes  que 
aumeutando  los  objetos  han  permitido  dar  mas 
precision  ¿  las  in?cstlgaci0Dcs  del  astrónomo 
y  han  ensanchado  el  espacio  en  quese  ejercen 
estas  investigaciODCS.  Éstos  instrumentos  no 
fueron  inútlles  en  las  iñano.<i  de  Gafíleo,  pues 
le  sirvioron  para  reconocer  las  desigualdades 
de  hi  superflcie  dela  Lona,  las  oscilaciones 
aparentes  de  este  astro,  ¿  las  cuales  se  ha  da- 
do  el  nombre  de  libracion,  las  manchas  dcl 
SoU  y  en  fln  la  extstencia  de  los  satéütes  de 
Júpiter.  Tambien  es  probuble  que  hiciera  uso 
del  péndulo  en  sus  investigaciones  sobre  las 
leyes  de  la  caida  de  los  cuerpos. 

Hasta  entonces  la  Francla  no  habia  tomado 
parte  cn  los  progrcsos  de  la  astronomíu;  al 
fln  va  ¿  llevar  su  picdra  al  cdlficlo,  el  príme- 
ro  que  se  presenta  es  Gassendi,  que  sc  distin- 
guió  por  sus  observaciones  sobre  el  diámetro 
del  Sol  y  por  sus  trabajos  históricos;  despues 
Yiene  Descartes,  ese  gran  fllósofo,  que  destru- 
ye  todo  para  reconstruirlo  todo;  partiendo  de 
un  número  reducldo  de  principios  que  le  pa- 
receu  verdades  incontestablcs,  como  la  Impo- 
sibilidad  del  vacio,  lainercia  de  la  materia,  etc. , 
quiere,  marchando  de  consecuencia  en  conse- 
cuencia  llegar  ¿  1a  soluclon  de  las  cuestlones 
mas  dificiles,  y  si  no  lo  ha  logrado,  ¿  lo  me- 
nosha  dado  prueba  de  rara  sagacidad  y  ha 
destruido  las  preocupaciones,  obligando  ¿  los 
hombres  ¿  no  admitir  mas  que  lo  que  les  esl¿ 
demostrado.  Descartes  no  era  propiamenle 
bablando  un  aslrónomo;  sin  embargo,  presló 
grandes  servicios  ¿  la  astronomia  con  el  des- 
cobrinüento  de  la  fuersa  centrifüga  y  con  la 


apRcaciou  del  ¿Igebra  ¿  ia  geometrfii,  y  por 
080  hemos  creído  que  no  nos  era  posible  p^ 
sarlo  en,8ileneH). 

Gopémico  habia  descnbierto  el  verdadero 
sentido  en  qoe  se  ^fectnan  ios  movimlentos  de 
los  coerpos  eelestes  y  Kepler  babia  llegaéo  ¿ 
determinar  ias  leyes  generales  qae  rígen  e>> 
tos  moYlmientos  ;  pero  estafoa  reservado  ¿ 
Newton  designar  la  eaosa.  Jótcd  era  todavia 
coando  estodfando  la  accion  de  ta  gravc^ 
en  los  coerpos,  pensó  qoe  esta  Aiem  podrit 
obrar  hasta  cn  la  Lona,  y  reconocid  qne  Bopo- 
nlendo  qoe  la  gravedad  e8t¿  en  rt«m  inversi 
del  cuadrado  de  la  dislancia,  ella  es  la  qoe  re- 
tiene  ¿  la  Luna  en  su  órbtta:  lletando  mas  le* 
Jos  sus  invesUgacienes  demostn^  qve  It  fuena 
atractiva  del  Soi  sobre  los  pYanetas  y  de  estos 
aebre  sos  satélites,  dlsminoye  como  cl  coadra* 
do  de  la  dfsfancia.  Partiendo  de  este  príodpio 
fué  como  liegó  Newton  ¿  las  coosecoeoeitt 
mas  notables;  probó  que  la  accion  de  uncae^ 
po  sebre  nh  punto  esteríor  es  la  misma  qie 
si  toda  80  masa  estoviese  reonlda  eo  so  cen- 
teo;  demostró  qoe  el  moviaaiento  de  rotaeion 
de  la  Tierra  al  rededor  de  so  eje  había  debido 
prodocir  on  aplanamiento  en  los  poloft;  qoe  la 
precesion  delos  eqninoccios  era  debMa¿  la 
acciondeiaLnna8obrela7ierra,y  por  úUhno 
qoe  la  doble  atraccion  de  la  Luot  y  del  Sol  era 
lacaosa  de  laa  mareas. 

Kepler  habia  dicho  qoe  las  carrts  deacri- 
tas  por  Io8  plaqetas  8on  elipses;  eslo  sería 
cierto  hablando  de  nn  planeta  que  ae  moviera 
soto  alrededor  del  Sol;  pero  la  presenda  de 
olro  planeta  ó  de  un  satélíte  ocasiont  ana  UJe- 
ra  perturbacion  en  este  movimiento  y  deatniye 
la  senciilezde  las  leyes  deKepler.  Newlon  tbor- 
dó  8in  resohrer  la  coestion  de  las  pertQrbtdo- 
nes  de  los  planetas;  btstante  habit  bedra  ya 
para  inmoríalisar  so  nombre;  ¿  loe  Eoler, 
d'Alember^;  Glairaolt,  La  Graoge  y  Lt  Haee 
d^ó  el  cotdado  de  completar  bu  obrt. 

Hoygens  ñié  el  émoio  de  Newton  y  sOflM* 
tió  eomo  61  al  anaiisis  las  coestiones  mts  eie- 
vadas  de  la  mec¿ntca  celeste ;  foé  itmbieQ  ob- 
servtdor  y  se  le  debe  ei  descobnmiemto  dd 
anillo  dc  Satumo,  de  un  satélite  de  este  pltoe- 
ta  y  de  la  apHctdon  del  péndolo  ¿  iot  re- 
lojes. 

Sn  la  misma  époct  vivit  Domlngo  Gtssiti, 
que  descnbríó  tambien  eoatro  satélltes  de  St- 
turoo.  Dedicóse  especitlmente  ¿  estuditr  It 
forma  de  la  Tierra:  midió  en  Francit  nn  aree 
de  siete  grados  del  merídiano  y  resollé  ée  €8ta 
medida  qoe  la  iongitod  del  grado  dtsminQit 
aproxim¿ndose  ai  Ecoador.  Mas  tdolantequisie- 
rón  los  8¿bios  franceses  complettr  el  inibi^ 
deDomingo  Gtasini,  yal  efecto  füeron  enYlt* 
dos  al  Perú  tres  geómetrts,  la  Gondtminep  6o- 
dín  y  Bongoer;  otros  cottro,  Maopertoid,  Clti- 
rtolt,  Lemonnier  y  Lecamos  recibieron  ta  ibI- 
slon  de  pasar  ¿  b  Ltpooia.  El  tpltntmieDlo  át 
It  Tierrt,  deducido  de  estts  dtferentes  aaoü 
das  Qofué  el  mismo,  poes  varitbt  eatre  tí  y  sb 


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w¿ 


ASTRONOMIA 


m 


Sin  embargo  este  último  valor  es  el  Doas  apro 
zimado  ¿  la  terdad,  pueBto  que  los  cálculos 
mas  recieDteshan  dado  ^j^. 

Hemos  llegado  h  una  cpora  en  que  la  cien- 
cia  hace  rápidos  progresos,  debiéndose  no  pe- 
queña  parte  de  ellos  ¿  la  precislon  con  qne  se 
constniyen  los  instmmcntos,  si  bien'  hay  que 
atribuir  la  prineipat  ú  tos  geómetras.  Kl  objeto 
que  nos  hcmos  propnesto  en  esta  noticia  de 
trafar  cspecialmente  la  astronomia  práctica, 
Do  nos  pormite  analizar  sus  trabajos,  que  pa- 
ra  ser  btcn  comprendidos  ezigirtan  mncha 
amplitud.  Limitarémonos  por  lo  tanto  ¿  indicar 
ios  principales  descubrímientos  qne  se  han 
hecho  de  sigloy  medio  á  esla  parte:  el  prime- 
ro  que  se  ofrece  ¿  nuestra  memoria  es  Halley, 
que  obserta  el  cometa  de  4G80  y  predice  sti 
Tuelta  paru  flne8de4758  ópríncipios  de  4759, 
y  en  efecto  aparece  en  marao  de  4  759;  viene 
despues  Bradley,  que  descubre  la  aberracion 
de  la  luz  y  la  nutacion,  esa  ligera  Tacilaciou 
regolar,  én  Yirtud  de  It  cual  describe  el  eje  de 
la  Tierra  en  el  espaclo  de  4  8  años  y  cerca  de 
7  meses  una  e  lipse  cuyopeqoeño  eje  snbiien- 
dc  un  arco  de46",  004  y  el  gran  ejeuna  elip 
se  de  20'^  433.  En  el  ato  de  4784  añade 
Uerschell  un  plaheta  al  sistema  de  los  antiguos; 
los  onos  le  dan  el  nombre  de  Uranus  y  otros 
el  del  astrónomo  qoe  lo  ha  descubierto.  Tam- 
bien  anunció  Uersebell  que  eseoltaban  ¿  este 
planeta  nueve  satélites;  pero  hasta  ahora  no  ha 
babido  mas  qne  dos,  cuyaexistencia  hayasido 
cUraroente  demostrada.  A  principios  de  este 
siglo  han  venido  ¿  aumentar  nuestro  siátema 
planetarío  cuatro  nuevos  planetas,  notables  por 
su  pequeñes  y  por  la  gran  inclinaciou  de  su  ór- 
bita  tobre  la  ecitptica,  y  son:  Ceres,  descubier- 
to  en  1804  por  Piazai;  Palas  en  4802  porOI- 
bers;  Juno  en  4803  por  Harding,  y  Yesta  en 
4807,  tambien  por  Olbers.  Astrea,  descnbierto 
en  4  846  por  Mr.  Enke,  completa  et  sistema  de 
estos  ptanetas  telescóplcos  situados  entrc  Unr- 
teyJúpiter.  En  fln,  mas  all¿  detlranuá  y  en  la 
estremidad  de  nuestro  mundo  solar  se  ha  pre- 
sentado  otro  astro  ¿  las  miradas  dc  nn  astró- 
nomo,  guiado  por  los  c¿lculos  de  un  gcómelra; 
tal  es  el  planeta  Leverrier,  observado  por  pri- 
mera  vez  el  43  dc  setiembre  de  484U. 

Para  terminarestaesposicion  nos  falta  ci- 
tar  los  nombres  de  los  astrónomos  que  se  han 
distinguído  cn  cstos  últlmos  tiempos,  y  son: 
Euler,  d*Alembert,  Clairault,  La  Grangc  y  La 
Place,  de  quienes  ya  hemos  hablado;  Jnan  Ja- 
cobo  y  César  Francisco  Cassíni,  hijo  y  nieto  de 
Domingo  Cassini;  LacaUle,  Zach,  Enke,  Bessei, 
Bailly,  Lalande,  Delambre,  Bouvard»  Sabary, 
nerscholl,  Arago,  Levcrrier,  etc. 

Ya  hcmos  deniostrado  por  que  faces  ha  pa- 
sado  la  astronomia  para  Ilegar  al  grado  de 
exactitud  que  hoy  tiene.  Procuraremos  aliora 
dar  una  idea  general  de  esta  ciencia,  y  como 
el  movimicnto  de  las  estrellas  es  el  que  pre- 
senta  nias  sencillez,  hablaremos  prímerode 
cste  roovimiento. 

ttiO     UUILIOTUC^V  POl'VLiViU 


Guando  el  sol  trasponc  el  hórizonte  y  su- 
cede  la  noclie  al  dia,  si  el  cielo  no  esl¿  cubier* 
to  de  nubes,  distinguimos  en  la  bóveda  celeste 
iofloidad  de  pnntos  bríllantes,  ¿  que  se  ba 
dado  el  nombre  de  esirellas.  Pueden  verse 
tambien  de  dia,  |)ero  con  el  auxilio  de  un  an- 
teojo.  Estodiemos  su  marcha.  Yemos  que  gran 
número  de  ellas  se  levantan  en  el  borizonte  y 
se  mucven  siguiendo  una  curva  an¿loga  ¿  la 
que  describe  el  Sol  durante  el  dia  para  venir 
como  él  ¿  hundir^  en  el  Occidente;  que  otras 
permanecen  coostaolemeQle  CQcima  del  hori- 
zonte  y  recorren  una  curva  ccnada,  que  en  al- 
gunas  de  estas  el  movimiento  es  apenas  sen- 
sib!e  y  casi  nnlo,  si  no  se  observa  con  el  auxl- 
lio  de  un  insti  umeufo;  pero  un  hecho  general 
muy  notable  es  que  las  estrellas  guardan  en- 
f  re  si  la  misma  distancia,  de  suerte  que  pode- 
mos  suponerlas  fljas  en  una  esfera  movible  y 
que  para  conoccr  ias  leyes  de  su  movimiento 
basta  observar  una  sola  de  ellas. 

EI  instrumenlo  quc  sirve  para  esle  objeto 
es  el  leodolUo,  que  se  compone  de  un  eje  ver- 
tical,  el  cual  sostiene  nnUmbo  verUcal  dividi- 
do  y  un  anteojo  movible  en  un  plano  paralelo 
al  dcl  limbo.  Un  índícc  micrométríco  que  gira 
con  el  antcojo  sirvo  para  indicar  las  diferentes 
posiciones  que  oi-upa  cn  estc  plano  ó  si  se 
quiere  sus  diferentes  inclinaciones  sobre  el 
horízoDte.  Todo  estc  sistema  sc  mueve  tam- 
bienai  rededordel  cje  verticai,  y  son  indica- 
das  sus  posiciones  por  medio  de  un  segundo 
Umbo  que  es  horizontal.  A  favor  de  cste  dobie 
moYimiento  puede  d!rígirse  cl  anteójo  ¿  cual- 
quier  punto  del  e^pacio. 

Si  se  observa  una  estrella  con  este  instru- 
menlo,  se  ve  quc  sale  y  se  pone  siempre  en  el 
mismo  punto  del  horizonte,  y  notando  su  po- 
sicion  ¿  diferentes  horas,  se  observa  quc  se 
levanta,  duranle  la  mitad  de  su  carrcra,  des- 
aparece  durante  la  otra  mitad,  y  que  el  plano 
vertical  quc  pasa  por  el  vérticc  dc  la  curva  es 
constante,  cualquiera  que  sea  la  eslrelia  quo 
se  Iiaya  seguido.  E&te  plano  Ileva  cl  nombre 
de  Moridiano. 

Tríagamos  ahora  sobre  una  esfera  flja  laa 
curvas  descritas  por  diferenles  estrollas,  y  ve- 
remos  que  son  círculos  paralelos,  de  donde 
doduciremos  que  la  esfera  sobre  la  cual  losiie- 
mos  supueslo  fijos,  tiene  el  movimiento  dc  ro- 
tacion  alrededor  de  un  eje,  cuya  direccioii  po- 
dremoíí  deiermioar  tomando  ei  medio  dc  la 
distancia  que  separa  ei  punto  mas  bajo  dei 
punto  mas  alto  del  circulo  dcscritopor  una  de 
ias  estrcUas  que  quedan  constantemente  cr.- 
cima  del  horizoote.  Este  ejese  Uama  (ije  polur, 
y  desde  el  momento  que  conoccmos  mi  pui^i- 
cion  convienc  modifícar  el  teodolito,  danJo  ¿ 
sn  eje,  que  era  verlinal,  la  direccion  dci  eje 
polar;  esta  moJiflcacion  nos  pcrn)itir¿  sop^uir 
macho  raas  fácilmente  los  muvimieLtos  dc  las 
estrellas:  en  efecfo,  bastar¿  despucs  de  hab(  r 
dirígido  cl  anteojo  hácia  ona  de  eilas  haccr 
girar  todo  el  sistema  alrededor  del  eje  sio  mc» 
T.    lu.    03 


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995 


ASTRONOMIA 


m 


xer  e1  anteojo,  qtie  de  este  modo  descríbirá  on 
coDO  cuya  base  será  el  circulo  recorrido  por  la 
estrella. 

Autes  de  ir  mas  lejos  es  necesarío  dar  al- 
gunas  deflDiciones. 

Llámase  ecuador  cl  circulo  perpendicnlar 
al  eje  de  rotacion  y  que  pasa  por  el  centro. 

Los  polos  son  los  puntos  donde  el  ejc 
atraviesa  el  cielo. 

Los  planos  que  pasau  por  el  eje  llevan  el 
nombre  de  planos  acimutakfí,  y  sus  ángulos 
96  Ilaman  admutes, 

La  perpendicular  a1  sltio  de  observacion 
corta  el  cielo  en  dos  puntos:  el  Cenit,  que  cs- 
tá  encima  de  nosotros,  y  el  A^adtV  que  está 
debajo. 

La  diitancia  cenital  de  una  estrella  es  el 
éngulo  dela  vertical  conel  rayo  visual  dirigi- 
do  hácia  esta  estrella. 

Prosigamos  ahora  nuestro  esludio  del  mo- 
viroiento  dc  las  estreHas,  y  con  el  anxílio  de 
nn  reloj  bien  arreglado»  midamos  el  iutervalo 
quc  scpara  dos  pasos  sucesivos  de  una  estrella 
al  mismo  punto,  y  hallaremos  que  este  iLter- 
▼alo  es  constante;  el  dia  sidereo  es  el  que  dí« 
í1ore4'de1  dia  solar  medio.  Podemos  igual- 
mcnte  desconocer  que  la  estrella  describe 
arcos  igoales  en  tiempos  iguales,  es  decir,  un 
arcode  45**  en  la  vigesimacuartapartedel  dia 
sidereo.  Resumiendo,  pues,  diremos  que  las 
estrellas  descríben  circulos  cuyos  planos  sun 
paralelos  al  Ecuador  y  qne  su  movimiento  es 
uniforme. 

Ahora  es  muy  fácii  medir  la  distancia  que 
separa  dos  eslrellas;  sirviéndose,  por  ejemplo, 
del  último  instrumento  que  hemos  descríto,  y 
observando  el  intervalo  que  separa  el  paso  de 
las  dos  estrellas  por  el  mismo  meridiano,  se 
tendrá  el  ángulo  qoe  forman  los  planos  acirau- 
tales  de  estas  estrellas,  y  por  las  inclinaciones 
ját\  anteojo  sobrc  el  plano  del  Ecuador,  se  ob- 
tendrá  su  distanciu  del  Ecuador.  Llámase  de- 
clinacion  de  una  estrella,  el  arco  de  meri« 
diano  comprcndido  entre  elcírculo  descríto  por 
esla  estrella  y  el  Ecuador.  La  dcclinacion  pue- 
dc  srr  austral  ó  boreal.  Ya  hemos  visto  como 
«e  determiuaban  los  úngulos  formados  por  los 
planos  aclmutales  dc  las  estrellas;  eslos  ángu- 
ios  pueden  contarse  sobre  el  Ecuador  partien-^ 
do  de  un  punto  fíjo,  y  se  les  da  el  nombre  de 
mcension  recta.  La  posicion  de  una  esirella 
{^obrc  la  esfera  se  halla  completamente  deter- 
minada  desde  el  momento  que  se  conqcen  su 
declinacion  y  su  ascension  recta;  es  pcr  lo 
tanto  niuy  frecuente  é  imporíante  en  astrono- 
mia  la  determinacion  dc  estas  dos  cantidades. 
iüstrumenlos  especiales  sirven  para  obtener- 
las;  para  las  ascensiones  rectas  se  eroplea  un 
anteojo  quc  se  mueve  en  el  plano  merídiano 
del  lugar,  y  lleva  el  nombre  de  anteojo  meri- 
diano.  Para  las  declinaciones  se  usa  un  'an- 
teojo  quc  se  mucvc  sobre  un  limbo  vertical 
cuyo  plano  pasa  por  el  eje  de  los  polos.  Gomo 
es  muy  importante  que  no  varie  la  posiciou  de 


este  limbo,  se  le  ílja  contra  una  pared,  por  1o 
que  se  le  hadado  el  nombre  dectrctilo  mural. 

Si  observamos  ahora  e1  Sol,  vemos  que  tie- 
ne  sobre  las  estrellas  un  roovimiento  retrógra- 
do  del  Oeste  al  Este,  y  que  eu  declinacíon  es 
seis  meses  boreal  y  otros  seis  austral.  Pasan^ 
de  un  hemisferio  al  otro,  corta  el  Ecoador  en 
dos  puntos  que  se  llaman  equinoccio,  porque 
entonces  el  dia  es  igual  á  la  noche  en  loda  la 
soperflcie  del  globo.  La  revolucion  anual  del 
Sol,  sc  veriflca  en  un  plano  que  Ileva  el  nom- 
bre  de  ec/ip(tca,  j  cuya  inclinacion  sobreel 
Ecuador  es  de  23  27'.  Lq3  puntos  ea  que  el 
Sol  alcauza  sn  declínacion  máxima  se  llaman 
soUticios. 

ObservemoB  mas  atentamente  el  8o\,  y  ve- 
rcmo^  que  su  diámetro  aparente  varía,  y  que 
cn  cstio,  por  ejemplo,  es  mas  pequeño  que  en 
invicrno;  de  estas  varíacSones  de  diámetro  po- 
demos  deducir  las  distancias  relativas  entre 
este  astro  y  la  Ticrra  cn  las  diferentes  épocas 
del  afio,  y  figurar  sobre  uu  plano  nna  curva 
semejanle  á  1a  que  describeen  el  espacio. 
Esta  curva  no  es  otra  cosa  mas  que  una  eUpse, 
cuyo  fbco  ocupa  la  Tierra.  Llámase  apog&)  el 
punto  mas  distante  de  la  Tierra,  y  fterigio 
el  punto  mas  próximo.  El  Sol  estáensn  apogeo 
el  7  de  Julio,  y  eu  su  perígeo  el  4  .*•  de  enero, 
en  cuya  última  época  Iiace  mas  frio  en  nnestro 
hemisferio,  lo  cual  procede  de  que  estando  el 
Sol  entonces  muy  inclinado  sobre  el  borízonte. 
ilegan  sos  rayos  á  nosotros  muy  obhcuamen- 
te,  y  de  que  una  mismaporcion  de  la  sup^- 
cic  del  suelo  recibe  una  cantidad  mucho  me- 
nor  que  en  estío  en  que  su  direccion  se 
aprozimamas  á  la  vertical.  El  intervalo  qoe 
separa  dos  pasos  sucesivos  del  Sol  por  et  mis- 
ma  eguinoccio  ó  por  et  mismo  solslicio,  es  el 
ano  medio,  quese  compone  de  365  dias,  5  bo- 
ras,  48'  y  47". 

Acabamos  dedecir  que  la  distaocia  dcl  Sol 
á  la  Tierra  es  variable.  Como  este  astro  sigue 
eu  su  movimiento  las  leyes  de  Kepler,  y  por 
consiguicnte  las  áreas  que  describe  son  pro- 
porcionadas  al  tiempo,  dcbe  moverse  con  tan- 
la  mas  lentitud  cuanlo  mas  distante  está  de  la 
Tierra.  Puede  observarse  eu  efecto  que  el  in- 
tcrvalo  que  separados  pasos  sucesivos  de  esie 
astro  por  ei  mismo  meridiano  nd  es  constante, 
que  es  mayor  en  invierno  que  en  eslío,  y  por  lo 
tanto  noson  iguales  todoslos  dias  solares, 
siendo  esta  la  razon  porque  el  medio  dia  rae- 
dio  dado  por  los  relojes,  difíere  casi  siempre 
del  medio  dia  vcrdadero,  es  decir,  del  mo- 
mento  en  que  el  Sol  pasa  por  el  merídiano. 
La  distancia  media  del  Sol,  calculada  segDo  sii 
paralage,  esde  38,000  leguas,  y  como  subliea- 
de  un  ángulode  cercade  32',  siguese  de  aqoi 
que  su  volümen  es  4.300,000  veces  lan  gran- 
ce  como  el  de  laTierra. 

£1  Sol  presenta  en  su  superficie  mancbas 
que  por  su  movimiento  desde  un  borde  al  olro 
del  disco»  han  permitido  averiguar  que  gira  en 
el  espacio  de  veinte  y  cinco  dias  y  medio  al 


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99'; 


ASTRONOMIA 


998 


rededor  de  un  eje,  cuya  iQclinaciOD  sobre  la 
eclíptica,  es  de  82^  40'. 

La  Luna  tiene  como  el  Sol  un  movimiento 
retrógrado  del  Oestc  al  Este;  pcro  es  raucho 
mas  rápido,  y  b&s(a  la  ainiplc  observacion  dc 
algunas  horas  para  notarlo;  asi  es  que  no  em- 
plea  mas  qne  'il  dias  y  ^  para  Tolver  á  las 
mismas  estrellas,  es  decir,  quesi  en  la  pri- 
mera  observacion  se  halla  en  el  mismo  plano 
horarlo  que  una  estrella,  27  dias  y  ^^  despues 
se  encontrará  en  el  mismo  plano  con  esta  es- 
trella.  Este  intervaio  se  llama  mes  periódico; 
pero  como  durante  estc  ticmpo  cl  Sol  ha  retro- 
gradado ,  necesita  la  Luua  algo  roas  de  dos 
dias  para  volvcr  al  mismo  punto  del  cielo  con 
relacion  al  Sol,  entodo  cerca  de  29  diasy  me- 
dio:  esto  es  lo  que  se  llama  mes  sinódico.  ia 
Luna  nos  prcsenta  siempre  la  misma  faz  ,  lo 
aue  prucba  quc  vcriflca  su  rotacion  alrcdedor 
de  su  eje  cn  el  mismo  tíempo  que  su  revolu- 
cion  alrcdcdor  de  la  Tierra.  El  plano  en  que 
ella  se  mueveforma  unángulo  de  5^  8',  49'', 
con  el  plano  de  la  ecliptica,  y  los  puntos  cn 
que  su  órbita  encucDtra  la  cclipticn,  se  llama 
nudos.  Lü  posicion  dc  los  nudos  oo  es  cons- 
lantc,  pues  varí.i  de  una  lunaclon  á  olra,  y 
vcrííiran  uoa  revolucion  cntera  en  el  plauo  de 
la  ecliptica  cn  48  años  y  7  meses  y  medio; 
asi  ía  cnrva  que  describe  este  astro  alrededor 
de  la  Tierra  no  esuna  ecllpse,  sino  una  especie 
dc  cspiral.  Podemos  ,  siu  euibargo,  para  mas 
scncillez  supouer  que  la  Luna  describc  una 
elipsc  en  uu  plano  inclinado  sobre  la  eclíptica 
de  5**,  8',  49",  y  que  tiene  un  raovimicnto  de 
rotacion  cn  virtud  del  cual  vcriflca  una  rovo- 
luclon  cnlera  cu  48  afios  y  7  meses  y  mcdio 

llasta  ahora  no  hemos  descrito  mas  que  los 
mGviiiiientos  aparentes;  fácil  cs  deducir  de 
ellos  los  moviniicntos  verdaderos.  A  la  manc- 
ra  que  cuaudo  bajamos  un  rlo  en  un  barco  nos 
parece  quehuypn  las  orillas  en  scntido  con- 
trarío ,  del  mismo  modo  tamblcn  uos  parcce 
que  la  Ticrra  está  inmóvil  y  que  los  astros  gi- 
ran  alrededor  de  ella;  sin  enibargo  ,  nada  de 
csto  ííUcede;  la  Tierra  por  •?u  rotacion  alrede- 
dor  de  su  eje  del  Oesle  al  Estc ,  produce  el 
movimieuto  dlurno  y  por  su  revolucion  alre- 
dedor  del  Sol,  el  movimiento  anual.  Hoy  son 
ya  incontestables  estos  hechos,  y  si  no  pre- 
sentaraoü  aqui  las  pruebas  es  porque  ocupan 
su  lugar  en  otras  partcs  de  esta  obra.  Añada- 
mos  que  la  Luna  gira  alrcdcdor  de  la  Ticrra  y 
es  arrastrada  con  ella  en  su  revolucion  alre- 
dedor  del  Sol. 

Los  planetas  son  globos  análogos  al  nues- 
tro,  muévense  alrededor  del  Sol  describiendo 
elipscs,  uno  de  cuyos  focos  ocupa  este  astro. 
Los  planos  de  cslas  elipses,  están  poco  inclina- 
dos  sobrela  ecliptica;  Uáma'C  Zodiaco  la  zo- 
na  de  la  csfera  celeste  en  la  que  se  efectuan 
las  revoluciones  de  los  planetas.  Debemos  sin 
embargo,  esceptuar  los  planetas  telescdpicos, 
cuyas  órbitas  se  apartan  mucbo  de  la  ediptica. 


Los  plaoetas,  colocados  en  e1  órden  de  sa 
distanciadelSol,  son:  i/«rcurto,  que  es  clmag 
próximo  á  este  astre ;  slguen  despQCS  Venus, 
la  Ticrra,  Marte,  Ástrea,  Vesta,  Juno,  Ceres, 
Palas,  Júpiter ,  Saturno ,  Uranus  6  Hers- 
chell  y  Leverrier,  Entro  estos  planetas  cuatro 
están  escoltados  dc  satélites:  la  Tierra  tiene  uno 
(^nc  es  la  Lnna,  Júpiter  ticne  cuatro,  Saturno 
ticoe  siete,  ademas  de  sus  dos  anillos,  en  fln 
Uranus  tieue  dos  bien  probados,  y  cuatro  cuya 
existenoia  es  todavia  dudosa. 

En  otra  parte  darcmos  á  conocer  los  difc- 
rentes  elemcntosde  los  planetas.  {{Véase  el  ar- 

ticulo  PLANBTAS.) 

Adcmas  dc  lo8  planetas  y  dc  las  estrellas 
hay  otroa  cucrpos  quc  circulan  en  el  inrocnso 
espacio  que  nos  rodea;  cstos  cuerpos  soo  los 
cometas.  La  rapidez  con  que  se  mueven  y  la 
rareza  dc  sn  forma  ban  ilamado  en  todos  ticm- 
pos  la  atenclon  dc  los  hombres  y  por  largo 
espacio  han  sídocausa  de  terror  y  espanto.  Hoy 
son  mas  conocidos,  pues  sabemos  quc  descri- 
ben  elipses  alredcdor  dci  Sol;  perocomoestas 
elipses  son  mny  cscéntrícas  y  no  las  vemos  si- 
no  en  uua  pequeña  porcion  de  su  carrera ,  es 
muy  dificil  determlnar  exactamente  sus  ele- 
mentos.  Estos  elementos  se  hallan  por  otra 
parte  frecueutemeute  alterados  por  las  perlur- 
baciones  á  que  cstáo  s^jetos  los  cometas ,  á 
causa  de  la  poca  densidad  de  la  materia  que  los 
constituye. 

Es  indudablc  quc  pura  complctar  estaespo- 
sicion  conveudría  dar  á  conocer  las  desigual- 
dades  del  movimiento  de  la  Tierra  y  de  cl  de  la 
Luna,  hablar  dclasestrellas  dobles  y  variables, 
de  las  nebulosas,  del  fenómenode  las  maroas, 
de  las  parelias,  dé  las  auroras  boreales,  de  los 
aerolitos,  etc. 

Empero  estos  pormenuresHoslIevaríau  dc- 
roasiado  lejos,  y  por  lo  taoto  tenemos  (luc  re- 
mitir  al  lector  ¿  los  articulos  especiales,  en  los 
cuales  hallarán  tratados  con  estension  estos 
asuntos. 

Esplicacion  de  las  láminas  de  astrotwmia, 

Láminas  I  y  //.—Sislema  de  Gopérnico  y 
tamaño  comparativo  de  los  planetas.  (Véuse  el 

articulo  PLANET/VS.) 

Lamina  ///.— Planisfcrío  celeste  (hemisfe- 
rio  Norte  ) 

¿ámt>ia/r.— Planisferío  celcste  (hcmisfc- 
río  Sur.) 

Lámina  K.  Fig.  4.*— Figura  del  Sol  visla 
con  el  telescopio.  {Véase  el  urticulo  sol.) 

Ft^.  t.^ — Decimatereía  nebulosa  de  Mcs- 
sier. 

Fig*  3.'-^uincuagésima  una  nebulosa  de 
Messier. 

Pig.  4.*— Vigésima  séptima  nebulosa  de 
Messier.  {Véase  elarticulo  estrellas.) 

Láminas  VI  y  VU,  Fig.  6.*— Imágen  dc 
la  Luua  vista  con  el  tclcscopio.— Las  demas  fl- 
guras  deesta  lámina  están  destioadas  á  maoi- 


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000 


ASTRONOMfA— ASTÜRIAS 


im 


festar  el  papel  qnc  hace  este  astro  en  noestro 
siiítema  planetatio;  daremos  su  esplicacion  en 
los  artícnlos  luna,  eclipses  cIc. 

Lámina  Vlll.  Fig,  l.*— Comcta  de4680, 
deserilo  en  la  Hisloria  celeste  de  l/emounier. 

Fig,  2.*— Cometa  de  4744  observado  por 
Chezeaii. 

Fig.  3.* — Cometade  1844  eo  27  de  agosto, 
segun  los  astrónomos  dol  observatorio  de 
París. 

Fig,  4.*— El  mismo  cometa  en  40  de  se- 
liembre  siguiente. 

Pig,  5.* — El  mismo  cometaen  19  deoctu- 
bre.  (Véaseel  articulo  couetas.) 

MoulueU  :  Hiitoria  dt  Uti  matmálieai,  17Si9, 
4  vol.  en  4.*> 

Delambre:  Hittoria  de  la  aitronomiat  1817-1 831 , 
.1  vol.  en  4.* 

Bailly:  Hiitoria  de  ta  attrowmia  moJertta,  1805. 
9  Tol.  en  4.0 

Maibieu:  fíittoriade  la  ailrotwmia,  1837,  eu  4.'' 

Lalande:  Tratado  de  aitronomia,  3.a  edicion,  1793, 
3  vol.  eii  I." 

Delambre:  Tratado  compUtvdeaitronomiatei^riea 
y  prdctiea,  1814, 3  vol.  en  4." 

Biot:  Tratado  elemental  de  attronomiafitica^  1810. 

El  marauésde  laPlace:  Etpotieion  det  tittemadet 
mundo,-'Mecánira  celette. 

Franosur:  üranograha  ó  Tralado  tlemental  de 
attronomia,5.*  edlcion,  1837.-^4 «(ronomúi  práclica, 
i.*  ediPion,  1840. 

Sir  J.  F.  W.  Herfcbell:  Tratado  de  attronomia, 
traducldo  del  indlés  porMr.  Cournol,  1836. 

Piazii:  Leecionei  clementatei  de  attronomia,  Pa- 
lermo,  1817, 3  vol.  en  A.** 

Uccionei  de  aitronomia,  esplicadas  en  e1  Ohserva- 
torlo  real  por  Mr.  Arago  y  recogidas  por  uno  dc  sus 
discipulos,  4.*  edicion,1H45. 

ASTRONOMÍ^  NAüTiCA.  {ñfarina.)  Se  llama 
asi  la  partc  dc  esta  ciencia  útíl  y  ann  necesa 
ria  á  la  navegacion.  A  favor  de  h  brújula,  y  con 
una  auxiliar  tan  poderosa,  fué  como  nnestros 
narinos  llegarou  á  enseñorearse del  Océano,  y 
püdieron  emprender  y  Ilevar  á  cabo  sns  admi- 
rables  descubrimienlos.  En  una  obra  dedicada 
á  presenlar  nociones  generales  en  todas  Ius 
cicncias  y  materias  que  constiluyen  el  snber 
bnmano ,  creemos  que  bastará  para  dar  uua 
idea  de  la  utiltdad  y  necesidud  de  la  aliaoza 
entrc  aquellas,  el  siguiente  trozoquetomamos 
del  discurso  de  introduccion  de  una  obra  im- 
portante,  destinada  á  1a  práclica  de  la  navega- 
cion,  fruto  de  los  estudios  yesperiencia  de  uno 
de  nuestros  mas  distinguidos  y  laboriosos 
marinos. 

«U  aguja,  dice,  nos  guia,  nos  muestra  el 
rumbo  qiie  deberaos  seguir;  pero  no  nos  cn- 
seña  ni  las  distancias  de  las  coslns  que  hemos 
abaodonado,  ni  la  de  las  tierras  adonde  termi- 
nan  nuestras  esperanzas.  El  hombre  en  uua 
máquina  débil ,  con  sus  bienes ,  con  su  vida, 
que  es  el  mayor  de  todos,  eslá  como  suspcnso 
sobre  un  abismo:  solo  ve  un  horizonte  no  iu- 
terrumpido,  un  mar  uuiforme;  y  liabiéndose  él 
mismo  condeuado  al  destierro,  no  sabe  donde 
sc  halla.  EI  ooDodnftiento  del  lugar  que  ocupa 
enlonces,  esto  es,  la  lalitud  y  longitud ,  que 
puede  iguorar  siu  consecuencia  en  sus  hoga- 


res,  y  aun  en  los  campos  desiertos,  le  es  aqoi 
de  unaabsoluta  necesidad...  notieneotrorecar- 
80  habiéndose  privado  de  todos ,  que  eomo  en 
tanlas  otras  circunstancias,'  fijar  sa  oonfiaosa 
en  el  cielo,  en  donde  registra  los  misnios  as- 
tros  (|uc  veia  en  sn  patria,  que  son  los  únlcos 
amigos  que  le  quedan.  Sabeque  no  allerausQ 
movimíento,  conoee  sus  lugares,  tomasuaJlo- 
ra  sobre  el  horizonte  del  mar,  y  esta  altora 
moslrándole  á  qué  distancia  está  del  Ecoador, 
le  presenta  uno  de  los  datos  que  necesita.  Pe« 
ro  hay  tantos  lugares  en  esta  mlsma  distan- 
cra ,  qnc  sin  desviarse  ni  acercarse  á  aqucl 
circulo  máximo,  puede  dar  la  vuelta  entera  al 
globo  y  describir  un  circulo  menor  paralelo  á 
él:  de  aqui  se  deduce  que  necesita  conocer 
ademas  la  dlstancía  andada  desdeel  lugar  don- 
de*  partió,  que  es  la  diferencia  que  hay  en  lon- 
gitud  desde  el  meridiano  que  corta  sn  paralelo 
en  el  lugar  en  que  se  encuentra,  y  cl  estable- 
cido  por  priroero.  Averiguado  esto  por  los  mé- 
todos  que  la  astronomia  ba  puesto  á  su  alcan- 
ce,  si  luviese  un  plano,  uua  snpcrflcie  que  le 
representase  la  relacion  de  esle  punto  queba 
sacado,  qnc  es  el  de  su  situaciou,  con  los  del 
continenle  que  busca,  disipadas  todas  las  di- 
Ocultades,  seria  hacedera  cualquiera  nave- 
gacion...'» 

Don  Viceutc  To6ño  de  San  Migucl:  Introdueeiem 
al  derrotero  de  tai  coslai  de  Etpaña,  etc, 

ÁSTUR1AS  ó  ASTURA.  Dióse  este  nombrei 
uiLa  de  las  grandes  regioues  en  que  se  dividla 
la  primiliva  Cspañu.  No  encoulramos  dificultad 
eu  creer  que  esta  denominacion  seade  origen 
^riego,  aunque  algunos  historiadores  quicran 
^derivarla  del  idioma  de  los  cui^l^aros. 

Se  halta  situada  al  N.  de  la  Peninsula  á  1o 
líiríío  del  Océauo  Cautábrico,  entre  los  8**  5'  y 
40"  23'  de  longitud  oriental ,  y  los  W  57'  y 
43''  38'  de  lalilud.  Debe  á  esta  situacion,  á  su 
uUura  sobrc  el  uivei  del  mar,  y  á  la  particnlar 
estructura  de  su  variada  superQcie  ,  un  clima 
beiiigno  y  templado,  si  bien  algo  humedo  por 
las  frecuentes  lluvias;  y  es  mas  que  otros,  pro- 
penso  á  variaciones  atmosféricas.  Combatida 
por  los  vientos,  dividida  por  montañas  que 
íos  adelgazan  y  quebrantan  su  fuerza,  cubier- 
ta  por  todas  partes  de  arbolado  que  purífica  so 
atmósfera,  y  hallando  las  aguas  sobran* 
tes  de  sus  campos  fácil  entrada  en  los  rio- , 
disfiuta  la  region  asturiaua  de  uu  lempera- 
mento  saludable  y  tan  á  propósilo  para  la  ve- 
gelacion  como  para  la  vida.  La  duracion  mayor 
de  losdias  en  este  pais  es  de  díez  y  seis  horas 
y  media,  aunqne  no  eu  todos  sus  puntos  se  go- 
za  el  mismo  benetlcio,  pues  en  algiinos  lerre- 
oos  siluados  en  lo  profondo  de  valles  estre- 
cbos  y  dominados  de  elevadas  sierras,  uo  apa- 
rece  el  sol  basta  las  nueve  ó  las  diez  de  la  ma- 
nana,  mientras  que  en  las  vegas  de  lo  interíor 
y  en  las  estensas  llanuras  de  la  costa .  sc  deja 
verdesde  qne  saje  hastaque  seoculla. 


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tm 


ASTURIAS 


40  03. 


Los  aires  del  E.  y  N.  E.  reinan  con  mas 
frecaencia  que  los  demas:  el  último  asegrura  e1 
buen  tieropo  y  despeja  la  atmósfera  comuoi- 
cando  á  las  campiñas  aquclla  animacion  y  her- 
roosura  de  qu'e  solo  puede  formar  idea  quien 
haya  respirado  el  arabiente  restaurador  que  en 
ellas  se  percibe  duranle  el  eslío.  Por  el  contra- 
río,  ol  N.  cruzudo  y  destemplado  acompaña  ca- 
8l  slempre  las  tempestades  y  oscurece  las  cos- 
tas,  pero  rara  tcz  las  corobate  on  el  estlo,  y  si 
cstenas  durante  el  invierno,  aparece  solo  por 
iotervalos.  El  0.  es  tambien  bastante  frecoente, 
particularmente  en  el  estio,  y  por  su  buen 
temple  y  suavidad  es  muy  deseado  de  los  habi- 
tantes  como  un  benéflco  auxiliar  de  sus  fae- 
nas  campestres. 

Término  y  confines.  Como  la  natnraleza  ha 
marcado  los  Hmitcs  de  este  principado,  casi 
ninguna  variacion  ha  sufrido  en  las  distin- 
tas  ópocas  en  que  se  procedió  á  dividir  el  ter- 
rltorio  espafioi.  Se  estiende  este  término  4í 
leguas  de  E.  á  0.  y  45  de  N.  á  S.  en  su  mayor 
ancbura,  ocopnodo  una  superfície  de  unas  388 
leguas  cuadradas,  que  presenta  la  ílgura  de 
una  faja  cstrecha  y  dilutaday  mas  comprimida 
por  el  lado  del  E.,  qne  por  su  eslremo  occi- 
dental. 

Guenta  Asturias  con  una  ciudad ,  qne  es 
Oviedo,  con  56  villas,  668  feligresfas  con  sus 
hijuelas,  y  3,665  lugares;  hallándo.sc  distri- 
buidas  dichas  poblaciones  en  t5  parlidos  Ju- 
diciales. 

La  costa  sc  halla  sembrada  de  arrecifes  y 
pefiascos,  en  pocas  paries  accesible  á  las  em- 
barcaciones  y  combatida  de  los  vientos  del 
Norle.  Todos  sus  puertos  tienen  barra.  En 
ellos  sobresaleu  alguuas  puntas  poco  uvanza- 
das  en  el  mar  que  se  doblan  con  facilidad  y 
gnarnecen  las  ensenadas  formadas  á  su  abrigo. 
Solo  el  cabo  de  Peñas,  entre  las  rias  de  Avilés 
y  de  Perán,  sale  fuera  de  la  costa  con  una 
convexidad  de  4  leguas,  presenlando  el  as- 
peclo  de  un  promootorio  escarpado  y  peñas- 
C060.  Los  de  Torres  y  San  Lorenzo  que  la  si- 
gucn  en  los  dos  estremos  dc  la  ensenada  de 
Gljon,  son  despues  los  mas  notables  de  lo 
costa. 

Rio8  y  arroyos.  Todo  el  lerrilorio  asturia- 
Do  se  halta  surcado  de  rios  mas  ó  meuos  cau- 
dalosos,  cuyas  corrientes  se  aumentan  confor- 
me  se  acercan  al  Océano,  dondevan  á  perder- 
se.  Tiencn  su  origen  los  mas  cousiderables  en 
las  monlañas  del  Sur  y  dcl  Estc,  y  reciben  las 
agoas  de  otros  muchos  del  interior,  y  de  los 
iofinitos  arroyoá  y  fuentes  que  serpeutean  por 
los  valles.  Los  rios  mas  príncipales  que  en  el 
terrilorio  uacen  ó  le  atraviesan,  son  ol  Nalon, 
el  Narcea,  el  iVaria,  el  Eo,  el  PHoña  y  el 
SeUa. 

Aguas  minerales,  Se  encucntran  en'el  prin- 
eipado  varios  sltios  con  aguas  termales  como 
las  de  Priorio  y  Buyercs.  Las  primeras  situa- 
das  á  uua  Icgua  de  la  capltal  del  principado, 
que  lo  tfe  Oviedo,  y  las  segundaá  en  la  feligre- 


sía  de  San  Bartolomé  de  Nava;,  estas  últimas 
han  adquirido  roucha  reputacion  en  estos  últi- 
mos  añü«. 

Caminos.  Los  que  cruzan  esta  parte  de 
España  se  hallan  en  un  regular  eslado  escepto 
las  coraunicacioues  interiores,  ó  sean  caminos 
vecinales,  los  cuales  est4n  en  un  completo 
abandono.  Uno  6  dos  caminos  rcales  atravie- 
san  cl  Principado,  pero  ea  no  muy  buon  esta- 
áo,  especialmenle  el  que  desde  Sautarider  cob- 
duce  á  Gulicía»  que  casino  pude  tran^üurse  eu 
el  inviemo. 

Preducciones,  Este  pais  cucnta  con  divcr- 
sidad  de  vegetales,  debido  sin  duda  á  la  tem- 
planza  del  clima  y  al  conjunto  dc  elenieutos 
con  que  la  naturaleza  lo  distiugue.  Los  árbo- 
les  silvestres  del  Norte  se  encuenti-an  con  fre- 
cueocia  como  producidos  por  la  misma  natu- 
raleza.  En  las  tierras  panilicables  t^e  coge  hoy 
dta  con  mucha  abundancia  el  trígo,  hastu  el 
puulo  de  ubasteccrá  sus  habitantes  y  estraerse 
alguno  para  las  provincias  de  GHÜcia.  La  priu- 
cipal  cosecha  consiste  en  el  maíz,  aiimenlo 
comun  de  los  labradores.  Tampoco  es  meúos 
imporiunte  la  cosecha  de  habichuelas,  patatas 
y  guisautes,  geCieralizada  en  casi  todos  los 
conccjos  de  este  Principado.  Las  hortalizas  y 
iegumbres  son  comuoes  en  todo  el  pais,  y  sus 
frntas  de  muy  regalado  gusto.  Dilalados  plan- 
tios  de  manzauos,  que  en  el  pais  llaman  puma- 
radas,  se  estienden  desdc  Llanes  hasta  Avilés 
en  los  concejos  de  la  costa,  y  ocupan  muchos 
terrenos  del  interior:  la  raanzana  que  produce 
es  la  mas  esqoisita  de  España,  y  reducida  á 
sidra  cuando  hay  abuodante  cosecha,  consli- 
tuye  uno  de  los  ramos  mas  principales  de  la 
indnslria  agricola,  pues  ademas  de  que  esla 
bebida  fermentada  cs  la  ordinaria  en  los  astn- 
rianos,  se  estrae  para  algunas  provincfas  limí- 
trofes.  Los  mootes  de  robles  y  castaño?  que  en 
las  parroquias  rurales  proporclonan  carbon 
para  lodo  el  pais,  mucha  corteza  para  tas  fá- 
bricas  de  curtidos,  y  madera  para  la  conéiruc- 
cion  civil  y  náutlca.  Ademas  cuenta  con  va- 
rias  plantas  medicinaled,  como  son,  el  maáá, 
la  zarzaparrilla ,  la  dulcamara ,  etc,  etc,  y 
otras  varias  plantas  con  aplicacion  á  la  in- 
dustria. 

Los  pastos  y  ganados  son  en  estremo  abun- 
dantes.  Hay  diferentes  prados  naturales  cn  las 
camperas  de  las  montañas  del  Sur  y  del  Este, 
y  á  lo  largo  de  la  costa ,  los  cuales  se  repro- 
duccn  sin  nlngun  cultivo.  Susténtase  con  es- 
(os  pastos  nn  considerable  uúmero  de  ganado 
vacuno  y  caballar,  repartidos  de  tal  raodo  por 
la  naturaleza,  que  pueden  aprovecharse  eu  el 
verano  los  frescos  y  sonibrios  de  los  puerlos 
secos,  y  eu  el  invlerno  los  abrigados  de  la 
marina.  Por  esta  razon  ha  sido  slempre  la  in- 
du^tria  pecuaria  en  este  pais  uno  de  los  prin- 
cipalcs  elementos  de  la  riqueza :  no  so- 
lamente  deja  grandes  utilldades  á  los  gana- 
deros  ,  sino  tambien  á  todos  los  labradores), 
enlre  Iü¿  cuales  bay  rcpartido  m  cousiderable 


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4003 


ASTÜRIAS 


4004 


número  de  ganado  vacuno  deslinado  al  cullivo 
y  á  la  leproUiiccion  de  su  especie. 

La  caza  cs  tambicu  abundante,  á  pesar  dc 
que  por  el  impulso  dado  á  la  agricultura  en  es- 
lc  pais,  ha  disminuido  el  número  de  las  Geras 
que  antes  se  albergaban  en  los  terrenos  dema- 
siado  quebrados,  restando  solo  algun  Jabali» 
algun  ciervo,  algun  corzo  y  algunos  osos  y 
cabras  monteses. 

Industria  fahril  y  manufacturera.  A  pesar 
de  los  recursos  que  ofrece  el  terreno  de  Astu- 
rias  para  crear  una  agricultura  floreciente,  es- 
\h  destinado  por  la  naturaléza  misma  á  coas- 
tituir  un  pueblo  industrial.  Su  situacion  geo- 
f^ráflca,  su  numerosa  y  robusta  poblacion,  la 
fuerza  motriz  de  sus  rios  y  arroyos,  el  com- 
bostiblc  que  le  procuran  sus  bosques  é  ina- 
gotablcs  minas  de  carbon  de  piedra ,  todo  en 
fin  determina  nuestro  anterior  aserto.  La  fabri- 
cacion  del  cobre,  los  lienzos  y  mantelerias,  las 
colcbas  y  sayales ,  las  tenerlas  de  becerros, 
las  innnmerables  fragoas  en  todas  las  feligre- 
sfas  para  clavazon,  cerraduras,  berrage  é  ins- 
trumentos  de  labranza,  las  alfarerias  de  Cece- 
da,  Alfaro  y  Avilés,  la  fábrica  de  ioza  ordina- 
ria  de  la  Pola  de  Siero,  la  de  papel  de  Pianton, 
la  de  armas  en  Oviedo,  la  fabricacion  de  la  caÍ, 
y  por  último,  el  ramo  minero,  forman  el  todo 
de  la  industria  de  los  asturianos. 

Comercio,  EI  marílimo  y  esterior  respec- 
to  de  los  paises  estrangeros,  y  de  distintos 
puntos  de  la  Peninsula,  consiste  en  la  esporta- 
cion  de  avellanas,  azafran,  castañas,  carne 
salada,  dulces,  embutidos  de  cerdo,  garbm- 
zo?,  barina,  habicbuclas,  manteca  de  vacas, 
carbon  de  piedra,  cobre,  aceite,  viuo,  escabe- 
ches  y  toda  clase  de  tejidos  y  de  bilados.  La 
intrcduccion  consisfe  en  los  aguardientes  de 
caña,  azúcares,  cacao,  café,  cera,  hierro,  loza, 
maderas,  quincalla,  bacalao,  cueros  al  pelo, 
arroz,  cebada,  y  lejidos  de  seda,  algodon  y 
dc  hilo. 

Ferias.  Las  principales  sou  las  de  Oviedo, 
en  los  dias  de  la  Asuncion,  Todos  los  Santos  y 
Sau  Mafeo.  En  algunos  otros  pueblos  del  prin- 
cipado  las  hay  tambien ,  pero  nunca  de  tanta 
importancia  corao  las  dc  la  capital. 

Monedas,  pesos  y  medidas.  En  este  pais 
B€  hace  siempre  uso  de  la  libra  y  arroba  del 
oiarco  de  Castiila,  escepto  en  algunos  articu- 
los  de  consumo,  como  son,  carne,  tocino,  pes- 
cado,  manleca  y  queso,  en  cuyo  tráflco  se  em- 
plea  la  libra  de  2i  onzas,  con  la  cual  tambieo 
se  pesa  el  lino.  La  fanega  asfuriana  está  con 
la  de  Castiila  en  razon  de  4  á  3,  ó  lo  que  es  Jo 
mismo,  tres  fanegas  asturianas,  equivalen  á  4 
de  Castilla.  Las  monedas  y  medidas  de  longi- 
tud,  dc  tiempo,  etc,  sou  idénticas  á  las  de 
Gastilla. 

Carácter  y  coitumbres.  Kl  asturiano  es 
robusto  y  sufridu,  firme  en  sus  propósilos,  y 
amigo  dcl  trabojo,  si  bieo  le  emprendc  no  coa 
mucha  actividad  y  eucrgia.  Vive  sóbriamenle, 


y  su  honradc2  y  leáltad  ge  ban  becbo  prover- 
biales:  ama  con  entusiusmo  su  pais,  y  se  coiD' 
place  con  los  gloriosos  rc<;uerdos  de  sus  an- 
tepasados.  Tienctalonto  é  iroaginaüion,  y  na- 
turalmente  es  pehsador ;  mauiQesta  grandes 
disposiciones  para  las  ciencias  ab:>!iuctas,  mu- 
cha  aplitud  y  destreza  para  las  artes  mecani- 
cas,  suma  facilidad  en  concebir,  y  estremada 
profundidad  en  sus  couceptos.  El  idioma  toI- 
gar  del  pais,  conocido  entre  sus  naturales  con 
el  cstraño  uombre  de  bable,  es  coo  corta  dife- 
reocia  el  mismo  quc  habiaban  don  Alonso  X, 
Bereeo  y  Segura:  este  dialecto  Ilamó  muy  par- 
ticularmente  ia  atencion  de  Jovellanos,  que  se 
propuso  estudiarle,  no  como  objeto  de  una  vana 
y  estéril  curiosidad,  sino  como  un  estudio  im-. 
portante  para  la  hisloria  do  la  lengua,  para  la 
restauracion  de  rouchas  desos  voces  yaperdi- 
das,  para  fijar  la  etimologia  de  un  gran  número 
de  ias  usuaies.  y  para  iovcstigar  ia  indole  y 
cultura,  y  las  vicisitudes  y  variacioncs  de  los 
pueblós  que  nos  han  precedído. 

Pobtacion,  El  núraero  de  vecinos  del  ter- 
ritorio  asturiano  ascieude  ¿  444,895,  y  el  de 
almas  ¿  540,000 

.  Historia,  Uno  de  los  reinos  que  maa  hau 
flgurado  eu  nuestra  historia  es  el  de  Asturías. 
Muy  conocidos  son  sus  límites.  Los  astures,  to- 
maron  su  nombre,  no  de  Á$lyr,  escudero  de 
Memnon,  como  algunos  han  supuesto,  sino  rosi 
probablemente  del  rio  Aslura,  liamado  Eztula  y 
Estola  en  la  edad  media,  y  actualmentc  Ezla, 
Cerrados  por  su  á£>pera  y  elevada  cadena  de 
monlaúas  casi  iuaccesibles  al  Sur,  y  I^s  om- 
bruvecidas  olas  del  Océano  Cant¿brico  al  Nor- 
te,  al  favor  de  sos  encumbrados  riscos,  selvas 
iutrausitables  y  caudalosos  rios,  apeuas  eran 
conocidos  de  los  estrangeros  antes  de  las  vic- 
torias  de  Augusto:  aunque  ya  era  célebre  sa 
nombre  por  la  pasion  que  tenian  ¿  las  armas: 
con  pocas  necesidades,  y  casi  aati&fecbos  de 
su  suerle,  constituian  an  pueblo  pastor.  Ta 
vez  descendicntes  de  lo»  antiguos  tigures,  y 
amalgamados  despues  con  ios  cettas,  teniaa 
sus  coslumbres ,  sus  h¿bit03,  y  su  manera  de 
vivir  frugal  y  sencilla.  Yalientes  y  eiiorxadús 
amaban  cou  pasion  la  libertad ,  y  hacian  pro- 
fcsion  de  la  guerra.  Defendieron  su  iudepen- 
dencia  con  heróico  denuedo,  si  no  siempre  con 
éxito  feliz ,  conserv¿ndoIa  por  largo  Uempo. 
No  sufrieron  ci  yugo  de  Cartago,  auuque  se  les 
ve  flgurareu  la  historia  sirviendo  eu  sus  ban- 
deras  contra  Boma,  ni  tampoco  sucumbieroo  ¿ 
esta  ciudad  hasta  los  tiempos  del  imperio.  Po- 
co  despues,  y  sujeto  el  resto  de  la  Peninsula  á 
la  dominacion  de  Octaviano,  consiguió  Publio 
Carisio  un  triunfo  sangriento  sobre  los  astu- 
rianos,  dcbido  mas  bien  que  al  valor  ¿  la  for- 
tuna  y  al  número  de  los  combatientes.  Deade 
entonccs,  reducidos  los  asturiauos  trasmon- 
tanos  al  iraperio ,  un  decreto  dc  Augusto  les 
obligó  ¿  dcsccnder  de  sus  riscos  para  íljarse 
en  los  Ilauos,  y  recibir  asi  mas  f¿ciIaieo(e  !§ 
cuitura  romaua. 


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4005 


ASTÜRIaS 


ma 


Invadido  el  pais  porlos  árabes  ápriocipios 
del  siglo  YIIl,  babia  perdido  con  su  existencia 
politica  8u  esplendor  y  su  gloria  en  la  deplo- 
rable  Jornada  de  Guadalete.  Los  godos,  esca- 
pados  entonces  al  furor  agareno,  i)uscaron  y 
encontraron  auxilio  en  las  montaños  de  Astu- 
rias,  y  reunidos  i  sus  esforzados  nalurales 
proclamaron  rey  i  Pelayo,  qoe  lucbó  y  íriunfó 
de  tos  irabes  en  GoTadonga;  victoria  inmortal 
y  presagio  de  mil  beróicas  empresas,  acaban- 
do  por  lanzar  al  otro  lado  del  estrecjio,  á  los 
fii)os  de  Ismael.  Desde  esla  época  empezó  on 
Astuiias  una  nueva  monarquia  sucesora  de  la 
gótica  y  formada  de  sus  despojos.  La  ciudad 
de  ÜYiedo  fué  fundada  por  don  Frneia  para  que 
sirviese  de  nsiento  á  su  trono.  Alonso  cl  Casto 
fué  el  primero  que  la  (Ijó  para  su  residencia, 
babiendo  residido  alterDativamente  sus  ante- 
cesores  en  Cangas  de  OniR  y  Pravia.  La  re- 
noncia  de  Alonso  III,  apellidado  el  flrandc,  en 
favor  de  sus  bijos,  dividió  sus  estudos:  Garcia 
obtuvo  la  Galicia,  Ordoño  iLeon,  y  Fruela  á 
Oviedo.  Este,  en  qoien  volvieron  í  unirse,  su- 
cediendoi  sus  bermanos,  consideró  polilica 
la  traslacion  de  su  córte  á  Leon,  que  Ordoño 
babia  erigido  en  mctrópoU  de  su  reiuo.  Euton- 
ses  quedó  Asturías  reducidai  una  provincia, 
pero  conservó  todavia  por  algun  tiempo  el  ti- 
lulo  de  reino.  Algunos  pretenden  que,  como 
nna  memoría  de  su  prímitivo  gobiemo  y  su- 
prímacia,  conservó  desde  aquella  época  su  an 
tigua  Junta  geueral,  cuyo  orígen  se  pierde  en 
ks  tinieblas  de  la  edad  media. 

En4t45fuémuy  notablc  la  reunion  que 
bubo  en  la  capital  de  Asturias  (Oviedo)  para 
asegurar  el  órden  público  yla  prosperidad 
de  los  particolares  contra  los  malhccliores  y 
poderosos.  Despues  de  la  ereccion  del  Príncl- 
pado  de  Asturías  tomó  unas  formas  mas  estu- 
bles  aun  y  regulares.  Consiguió  entonces  dc 
Felipe  II  la  autorízacion  de  sus  eslattUos,  y  al 
través  de  las  vlcisitudes  y  cambios  politícos, 
que  desde  entonces  se  sucedierou,  ilegó  hasta 
nueslros  dias  como  un  venerable  recuerdo  de 
las  libertades  de  nuestros  mayores,  y  una  ins- 
titucion  proleclora  de  los  grandcs  intereses  dcl 
pais,  aun  bajo  los  monarcas  mas  celosos  de  su 
poder. 

Desde  Fruelall,  fueron  perdlendo  los  ana- 
les  de  Asturias  el  interés  que  basta  entooces 
escitaban.  Epocas  bubo,  sin  embargo,  en  que 
vino  á  realzarlos  la  bidalguia  y  bravura  de  sus 
naturales.  Alonso,  bijo  de  Fruela  II,  balló  aqui 
acogida  y  parciuies  contra  Ramiro  II.  En  ias 
discordias  promovidas  durante  el  reinado  de 
Ramiro  III,  la  lealtad  asturiana  no  le  abando- 
nó  Jamas.  A  ella  acudió  viendo  dcvastado  el 
rcino  de  Leon  y  desmanteiada  su  capital  por 
las  armas  de  Aimanzor;  Asturias  vino  i  ser  el 
aoterourai  del  trono  amenazado  y  el  refugio 
de  808  defepsores.  En  las  parcialidades  que 
agitaron  el  reiuo  i  la  muerte  de  Alfonso  YI, 
siguió  la  província  de  Oviedo  el  partido  de 
doíia  Urraca:  so  bijo  Alfonso  Vll  luvo  que  opo- 


nerse  poco  despues  a1  alzamiento  de  Gonzalo 
Pelacz,  y  coando  muy  desaconsejadamente  d¡- 
vidló  dicho  príucipe  el  reino  entre  sus  bíjos, 
toc6  i  doña  Urraca,  llamada  la  Asluriana,  ei 
gobiemo  de  Asturias  cou  el  dielado  de  reina. 

£1  infante  don  Alonso  lo  obtuvo  en  seguida 
de  su  padre  don  Femando  III,  el  cual  bubo  de 
combatiren  el  príncipio  de  so  reinado  una 
numerosa  parcialidad,  que  lanto  en  Asturias 
como  en  Galicia  se  oponia  i  reconoceríe  como 
sucesor  en  el  trono. 

Losdos  hermanos  don  Pedro  el  Crnel  y 
don  Enríque,  conde  de  Trastamara,  hallaron 
partidaríos  en  las  guerrascivilesqueuno  con- 
tra  otro  sostuvieron.  , 

Los  dislurbios  promovidos  en  el  reinado  dc 
don  Juan  I,  probaron  no  solamente  la  adbesion 
de  los  asturíanos  i  sus  monarcas,  sino  el  ge- 
neroso  ardímiento  conque  sabian  sostenersus 
fueros  y  liberíades.  Este  soberano  para  dar 
mas  lustre  al  matrímonio  de  su  hijo  primogé- 
nilo  el  infante  don  Enríqoe  con  doña  Gatali- 
na  de  Lancaster,  erigió  á  favor  de  los  augns- 
tos  desposados,  y  como  titulo  de  bonor  y  dis- 
tincion  particolar  de  los  berederos  de  la  coro- 
na,  el  Principado  de  Asturias,  Desde  esta  no- 
table  creacion  basta  el  reinado  de  los  reyes 
Católicos,  bubo  algunos  dislurbíos  en  el  pais 
debida  i  la  condicion  que  tenia  su  ereccion  de 
priucipado,  cual  era  la  de  péríenecer  i  la  corona 
toda  su  Jurisdiccion  y  rentas,  villas,  iugares, 
castiUos,  etc,  etc. 

Cuando  el  duque  de  Anjoo  fué  llamado  al 
trono  de  San  Fernando  por  el  testamento  de 
Caríos  II,  y  una  sangríenta  lucba  desvió  de  él 
la  casa  de  Austrla,  el  marqués  de  Santa  Gruz 
acaudillando  lasbuestes  astnrianas,  acreditósn 
pericia  mililar  y  el  valor  de  sus  conciudadanos. 
Pero  la  gran  prueba  de  cuanto  era  este  valor 
y  la  decision  civica  de  Asturias,  estaba  reser- 
vada  para  el  siglo  presente.  Uou  prueba  de  ello 
es  el  pronuncíamento  heróico  contra  cl  impe- 
rio  francés,  coando  se  derramaban  sus  ejérci- 
tos  por  las  sorprendidas  é  inermes  provincias 
de  España  en  4808.  Resistiendo  la  opresion  es- 
trangera,  supo  acreditar  estc  pais  tau  deses- 
perado  arrojo  con  toda  clasc  de  sacrifícios, 
que  casl  raya  en  lo  fabuloso.  Bsfableció  una 
Juntasuprema,  organizóel  levantamiento,  abrió 
un  puerto  i  los  ingleses,  soUcitó  y  obtuvo  sn 
amistad  despacbando  comisionados  i  Lóndres 
que  le  procuraron  cuantiosos  recursos,  creó 
veinteregimientos,  fomentó  lainsurrccclonde 
ias  provincias  limitrofes,  y  fué  tal  la  actividad 
con  que  se  preparó  i  la  defensa,  que  paríe  de 
sus  soldados  pudieron  asistir  i  la  bataUa  dc 
Rioseco. 

La  condocta  qoe  ha  observado  en  los  acon- 
tecimientos  posleríores,  es  do  todos  bien  co- 
nocida,  para  que  nosotros  nos  detengamos  en 
reseñarta. 

Enlre  los  mocbos  bombres  ilostres  que  pro-- 
dujo,  se  cuentan  el  cronista  Pelayo,  Feroando 
doque  de  Estrada,  Andrés  de  Prada,  Alonso 


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4007 


ASTURIAS— ATAQUE 


im 


Martiti,  AIoDSO  de  Quinlauilla,  Pcdro  Henendez 
de  Avilés,  el  arzobispo  de  SeYilla  don  Fernan- 
do  Yaldés,  el  pinlor  Garreño,  el  estatuario  Bor- 
Ja,  el  poeta  Candaroo,  doo  Alvaro  de  NaTia  y 
Osorio  marqués  de  Santa  Cruz,  el  cardenal 
Cienfuegos,  ei  arquitecto  don  Dlego  Villanue- 
ta,  ei  célebre  Campomanes,  el  esclarecido  Jo- 
veiianos,  PerezYiliamil»  Ceai^  Bermudez»  Marti* 
nei  Harina,  Canga  Argttelles,  ei  conde  de  To- 
reno,  y  el  virtooso  don  Agustin  ArgUeiles,  que 
fué  lutor  dc  S.  H.  ia  rcina  doña  Isabel  11. 

ATAQUE.  {Arte  militar,)  Entiéndese  cn  ge- 
nerai  por  cl  acto  de  acometer  una  plaza,  un 
e)ército,una  tropa,ybasta  unindividuo  cual- 
quiera. — Impropiamentc  suele  usarse  eáta  pa- 
labra  como  sinónimo  de  accion  ó  escaramuza 
dc  alguna  importancia.^Dase  lambien  esta 
dcnominaciou  á  la  trincbera  que  se  cava  en  la 
tiorra  para  la  defensa  def  soldado  ante  una 
plaza  sitiada. 

ATAQUEDE  LASPLA2AS.  [Aríe  milHar)  Ina 
plaza  bien  guamecida  y  abastecida,  no  puede 
en  buena  ley  de  cálculo  sucumblr  álos  efec- 
t08  de  un  golpe  de  mano  (véase  asalto),  por 
atrevido  y  bicn  conducido  que  fuere,  y  asi  es 
que  cuando  á  un  general  se  hace  necesaria, 
por  su  conveniencia  cstratégica  en  el  pais  de 
la  gucrra,  la  popcsion  de  unt  ciudad  ó  punto 
fortiOcado  cualquiera  que  tenga  alguna  im- 
portancía,  debe  aquel  decidirse  ¿  atacar  dicho 
punto  con  todas  las  reglas  del  arte  militar,  que 
le  bagan  asegurar  dicba  conquista. 

Atacar,  pues,  una  plaza  no  es  otra  cosa 
que  practicar  todas  aquellas  operaciones,  y 
combinar  todos  los  me<3io8  convenientes  ¿ 
abrir  brecba  en  sos  murallas  para  penetrar  en 
Bu  reciDto  y  hacerse  dueno  de  ella.  La  espe- 
cie.  forma  y  combinacion  reciproca  de  todos 
Í08  trabiOos  ofensivos  para  conscguir  la  con- 
quista  de  aquelJa  es  lo  qne  únicamente  cons- 
tituye  lo  qtie  se  liama  teoria  del  ataque. 

Historia.  küies  del  iuveoto  de  la  arliileria, 
el  ataque  de  las  plazas  cra  mucbo  mas  largo, 
sangriento  y  diverso  que  en  la  forma  actual  de 
dicbos  ataques;  en  el  artlculo  smo  db  las  pla- 
ZAs  nos  ocuparemos  del  anliguo  sistcma  dcsi- 
tios,  (véanse  artb  mjlitar. — artilleria)  re- 
duciéodonos  en  eslc  articulo  ai  método  actual. 

Aun  despues  de  la  invcncion  y  uso  de  la 
artilleria,  los  sistemas  de  alaque  de  las  plazas, 
adolecicron  durante  algun  ticmpo  de  bastan- 
tes  defectos  é  inconvenientes  mucbas  veces 
insuperables.  En  los  liempos  anteriofes  ¿  ia 
mitad  del  siglo  XYII  no  existia  aun  un  sistema 
determinado,  seguro  y  uniforme  para  los  ata- 
<]ue8.  El  sistema  de  eslos  variaba,  y  siempre 
depcndía  de  las  idcas  y  genio  dcl  gefc  que  los 
dirigia.  Los  sitiadores  generalmtnte  se  aeerca- 
bau  la  plaaa  por  caminos  cubiertos  quc  ape- 
nas  podian  defenderse  cou  los  reductos  y  for- 
tines  que  se  conslruian  para  su  amparo  ¿  gran- 
des  distancias  de  las  plazas.  Por  estos  cami- 
1108,  que  eran  estrecldsimos,  se  iban  acercan- 
do  los  zupadorcs  ¿  la  plaza,  cuya  guamicion, 


bien  amparada  á  relaguardia  por  las  obras  de 
aquella,  podia  bacer  salidas»  atacar  ¿  los  silia- 
dores,  y  destruir  en  un  golpe  felíz  ios  traba- 
Jos  de  inuchos  dias.  Los  p^obernadores  de  las 
plazas.  acostunibrados  á  dcfenderse  atacando. 
y  casi  scguros  de  ver  coronados  sus  esfuerzos, 
no  podinn  desaicntarse  aiite  los  progresos 
del  c^mpo  enemigo,  y  si  este  llegaba  ¿  pooer 
sns  fuegos  eii  los  fosos  ó  en  la  brecha,  qoe 
hubiese  abierto  en  las  defensas  de  la  plaza, 
(1o  cual  sucedia  dcspues  de  mucbo  tieropo  y 
penofas  fatigas)  tenía  aun  que  luchar  alii  cuer- 
po  ¿  cuerpo  y  armaá  armacon  nna  guamicion 
bien  provigta,  parapotada  y  no  desalentada. 
Las  tropas  armadas  con  picas  atravesaban  rá- 
pidamcnte  el  cspacio  que  separaba  ¿  las  l)ale- 
rías  de  silio  de  la  plaza,  ccgaban  el  foso  con 
las  fajinas  qne  lievaban  para  conseguirlo,  lle- 
gaban  al  pie  de  ki  brecba  quc  se  babia  abierto 
y  empeñiban  aquellos  combates  mortiíeros  y 
decisivos.  El  arte,  pues,  de  los  sitios  antes  del 
siglo  XYII  ostaba  reducido  ¿  abrir  brecha,  ce* 
gar  el  foso  y  dar  el  asalto.  Ejemplos  de  lo  san- 
griento  y  defectuoso  de  aquellos  ataques,  pre* 
sentan  los  sitios  de  Hets«  en  4522;  de  Siena, 
cn  4555;  de  Ostende,  en  4603;  de  la  Rochela, 
en  4627;  de  Lérida,  en  4647,  etc.  Eu  esla 
época,  las  plazas  se  defendian  generahnente 
tanto  ticmpo  cuanto  tardaban  los  gobemado- 
res  cn  agotar  sus  municiones  y  soldados,  por 
lo  cual  los  gefes  cntendidos  no  recomcndaban 
otra  cosa  para  aperctbir  bien  unaplasa  que  h 
suflciente  guaruiciou  ¿  todas  sus  atenciodesde 
defensa,  y  viveres  snfícientes  para  un  año  ú 
ocho  meses  al  mcnos. 

Antes  del  empleo,  en  los  ataques,  de  las 
parslelas,  el  arte  de  defender  las  plasas  era 
mas  ventajoso  que  el  arle  de  atacarlas,  y  It 
superioridad  de  1a  defensa  se  fundababa  prio- 
cipalmente  en  el  uso  de  ias  salidas  como  priiH 
cipal  elcmento.  El  arte,  pues,  del  ataque  no 
adquirió  ventaja  alguna  sobre  el  de  la  defensa 
de  las  plazas  basta  que  se  conocleron  los  ine- 
dios  seguros  de  diflcultar  durante  los  primeros 
periodos  dei  sitio  é  imposibililar  despues  las 
salidas  de  lossiliados,  lo  cual  se  consigoíó 
desde  que  se  conocieron  los  cfectos  de  1a  za- 
pa,  evitando  la  cnQlada  de  los  fuegos  del  si- 
tiado  por  medio  de  los  ramaUs  de  la$  /rtii- 
cheras  en  zig  zag.^ 

fiien  que  inventadas  las  minas  en  4  503  por 
el  inmortal  ingcnicro  español  Pedro  Nararro, 
contra  N¿poIes,  esto  solo  facilitó  la  apertura 
de  las  brecbas  con  mas  prontitud  que  bajo  el 
antlguo  sistema  de  poner  en  cuenlof;  {vca^e 
ARTE  MiLiTAR.  Segunda  era.  Tereera  époea.) 
pero  no  evitó  la  efusion  de  sangre  y  la  esce- 
siva  dificultad  en  la  toma  de  las  plazas,  si 
bien  dió  origen  ¿  la  guerra  eMerránea, 

Pero  ai  paso  que  los  frentes  del  Eistema 
antiguo  de  forüficacion,  mal  flanqoeados  en- 
tre  si  para  los  fiiegos  de  la  artilleria,  fiieroo 
mejor¿ndose,  las  obras  del  ataque  füeron  ade- 
lantando  ea  perfeccion  al  par  que  las  de  la 


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\m 


ATAQÜK 


<ft<0 


defensa  y  nació  el  dso  de  los  espaldones  en  las 
bateiias  de  ataque  para  el  ampuro  dc  las  piezas 
con  otras  utilísiroas  apUcaciones.  Lucgro  en  el 
arte  de  defender  las  plazait  las  vontajas  dc 
flanqueo  de  las  torres  trajerou  la  Idea  de  su 
construccion  con  los  ángulos  aTansados  hácia 
la  canipaña ,  de  doodc  nació  el  unír  los  otros 
ángulos  ai  rouro  por  medio  de  dos  muros  per- 
pendiculares,  lo  cual  dió  origen  ¿  los  baluar" 
tes.  Lo3  baluartes  por  su  utilidad  rcoonocida 
fneron  estendiéndose ,  llegtron  á  constituir  la 
lodole  esenciai  del  sistema  modemo  de  forli-* 
iicacion  y  ya  ¿  roedtados  dp|  siglo  XVI  el  ma- 
yor  número  de  las  dosc'Mtas  ocho  plasas  y 
'villas  fuertes,  qoe  existian  en  los  Paises  fia'» 
]os,  pertenecian  al  nuevo  sisteroa,  apellidán- 
dose  como  por  desdcn  á  las  que  aun  no  lo  es- 
taban,  foríificadas  ú  lo  antiguo, 

Este  nuevo  sistema  de  fortiQcuciou  ^  qne 
dió  ¿  las  fortalesas  roas  poder  ofensiyo ,  pro- 
porcionando  toda  especie  4e  ofensas  y  en* 
filadas  en  el  campo  de  la  plaza ,  arrastró,  por 
decirlo  tsi.  la  Idea  de  las  paraíclas  en  ei  arte 
dei  ataque ,  las  cuales  usaron  ya  los  turcos 
en  4667  delantede  Candia,  deduciéndose  dcs- 
pues  para  enlazar  dicbas  paralelas  y  desenfl* 
larse  del  fuego  de  la  plaza  los  zig  zag,  de  quc 
ya  hemos  haolado. 

En  4673,  Yauban,  en  el  sitio  de  Maestrícht, 
aplicó  en  las  obraa  do  ataque  las  tres  parale- 
las,  que  son  la  base  esencial  de  su  mélodo  de 
alaque;  y  proporcionando  a1  sitiador  con  sq 
anterior  sistema  el  dirígir  sus  ataques  con  un 
frente  sieropre  mayor  que  el  del  enemigo ,  y 
enire  olras  ventajas  la  radical  del  nuevo  sis- 
tema  cual  fué  lade  proporcionar  al  sitiador 
una  barrera  contra  el  sitiado  y  la  ya  caái  im- 
poftibilidad  de  las  salidas,  que  constituian  an- 
tes  .su  eleroento  de  superioridad.  Este  inmortal 
iiigeniero  fraocés  invcDtó  y  aplicó  despues,  cn 
4688  coolra  la  plaza  de  Filisburgo,  el  tiro  á 
rebote  con  éxito  sorprendentc,  y  enríqueció 
ron  sus  inventos  el  arte  roilitar  hasta  la  época 
de  Hu  muerfecn  4707  (43  dc  roarzo.) 

Del  año  i673  data,  poes,  ei  sistema  roodcr- 
no  de  ataque  de  las  piazas,  del  cual  nos  vamos 
¿  ocupar. 

Las  plazas  pueden  ser  atacadas  dc  cuatro 
distintas  maneras:  ^-^P^  sorftresa.  {Véanse 
ASALTO,  SORPBESA.)  2*'  PoT  bloqueo.  (Véase 
BLOQiTEO.)  3."  Por  cañoneo  ó  bombardeo. 
(\y-ase  BOMBARDEO.)  Y  4.^  En  las  forma^, 

Ataqueenlas  formas.  L1¿raase  ataque  en 
las  forroas  ¿  aquel  eo  qne  el  sitiador  eropieza 
sus  trabajos  desde  c1  punto  cn  que  el  fuego 
de  la  plaza  no  puedo  aun  ofenderle:  dichos 
trahiyos  se  continúan  hasta  que  aquel  llega  a1 
último  recinto  de  la  plaza. 

Preliminares,  La  duracion  de  los  ataques 
varja  segun  la  naturaleza  y  disposicion  de  ias 
fortifleaeiones,  segun  el  terreno  y  otraB  cir^ 
cunstanciBS.  Gnando  un  general  se  dedde  ¿ 
alacar  ona  plaza,  debe  con  precision  ante  todo 
catcolar  el  licmpo  que  poco  mas  ó  menos  le 

^OO     WmOTtStiA  POPULAU. 


podr¿  costar  y  ¿  este  cómputo  anticipado  es  lo 
que  se  llama  duracian  probable  del  sitio.  Du- 
racion  del  sitio,  slmpfemente  es  el  tiempo 
que  este  dura  ,  y  diario  de  ataqueses\a  me« 
moría  y  plano  que  diariamente  dan  ¿  conoccr 
los  progrcsos  del  sitio.  Por  regla  buena  y  ge- 
neral  debe  siempre  presnponerse  coroo  de  re- 
t^ular  snfldencia  en  et  ataqtre  bien  combinado 
do  una  plaza  ocho  ó  diéz  veces  mas  nomeroso 
el  sitladorqne  e1  cjército  ó  tropa  sitiada. 

Los  ataques  se  ejecntan  por  medlo  de  tra- 
bajos  de  distintas  especies  de  cnyo  núroe- 
ro  Bon  los  nrincipales  las  trincheras,  las 
paralelas  6  ptazas  de  armaSf  las  baterias,  los 
OMballeros  de  trinchera,  hs  alojamientoSf  hs 
pasos  de  foso,  y  las  minas,  para  la  constrnc- 
cion,  de  cuyas  obrasse  emplea  prindpalmenfe 
la  zapa.  Todos  estos  trabajos  y  medios  de 
ofender  constituyen  1o  que  se  llama  el  ataque 
industrial  de  una  plaza. 

£os  príncipales  medios  qoe  se  cmplean  en 
el  ataque  actaal de  lasplazas  consistcn:  4.*'en 
elegir  uno  ó  dos  frcntes  de  ataque:  8.^  en 
apagar  los  fuegos  de  las  baterias  de  estos  fren- 
tes:  3.**en  hacercaminos  que  conduzcan¿  cu- 
bierío  hasta  e1  pie  de  las  murallas:  4.*  en 
abrír  las  roismas  muralias  haciendo  en  ellas 
breChas  pi  acticablcs. 

Todos  los  trabajos  preparatorios  y  de  de- 
talle  producen  las  baterías,  con  las  cuales  se 
bate  al  frecte  ó  frentcs  dc  ataqoe,  y  las  para- 
lelas  que  sirven  de  amparo  y  plaza  de  armas 
al  sitiador  que  va  acerc¿ndo8e  roas  y  mas  ¿ 
la  plaza.  Abierta  ia  brecha»  el  siiiadori  ocho 
6  diez  veccs  mas  fuerte  que  ei  sitiado,  sabe 
que  la  toma  de  \h  plaza  es  segura  y  que  no 
puedc  ya  ofreceríe  gran  rosistencia  la  gnar* 
nicion  inferlor  en  número,  en  provisiones  y 
¿nimo  que  él. 

Tomada  ya  la  resolocion  del  ataque  deuna 
plaza  cualqniera  y  calculado  el  armamento  de 
ella  ,  ó  lo  que  i's  1o  roismo  ,  su  provislon  y 
apresto  en  fortiflcaciones,  viveres,  materíales, « 
hombres  y  caballos,  1o  prímero  quc  debe  ha- 
cersc  es  fa  corobinacion,  disposicion  y  distri- 
bucion  de  ios  medios  de  ataque,  cuya  deno- 
roinacion  general  se  da  ¿  la  organizadon  y 
reunion  de  todos  los  objetos  necesaríos  para 
emprender  un  sitlo. 

Los  mediosde  ataquese  componen  de  ma* 
sas  activan  y  ejecutivas,  como  son  los  hombres 
y  caballos,  y  de  roasas  ineríes  y  preparadas, 
quc  son  las  mñquinas  de  guerra,  cañones,  ba- 
las,  bombas  y  otros  proyectiles,  fajinas,  pl'- 
qoetes,  salchichones,  gaviones  y  zapas .  pa- 
las,  etc.  Todos  esk)s  útílea  ó  roasa  inerte,  se 
reuncn  en  gran  copla  y  constltuyen  los  gran- 
de^  parques  de  artiilcría  é  ingenleros,  que  dit- 
rantc  el  ataque,  se  establecen  en  puntos  bien 
elegidos  ¿  la  inroediacion  de  las  obras  y  fiiera 
del  alcance  de  las  arroas  enemigaf.  8e  reunen 
las  compañías  de  aríillería  y  obreros ,  las  de 
zapadores  y  mioadores  qao  deben  segnir  ¿  los 
parques,  siguiendo  los  dos  últimos  iostitutos 
T.    itf.    04 


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ATAQÜE 


im 


cl  parque  de  ingcnieros  y  quedando  las  dcmas 
brigadas  de  iogenieros  en  el  cuarlel  general 
para  marchar  al  primer  aviso  y  con  dos  car- 
ros  ó  furgones  bien  montados  y  cscoltados  por 
algunos  zapadorcs  del  Iren.  Dichos  carros  de- 
hen  contener:  4  .**  todos  los  instrumentos  geo- 
désicos  y  topográflcos  para  el  levantamiento 
de  planos,  reconocimientos,  etc:  2.**  los  pla- 
nos,  cartas,  etc:  y  3.^  zapss,  hachas,  pa- 
las,  etCvCon  todolo  cual  acuden  ádonde  mas 
preciso  se  hace  durante  los  trabajos. 

La  espericncia  ha  fljado  en  unas  700  varas 
la  distaiK;ia  á  que  deben  establecerse  ias  ba- 
terias  üe  cañones  y  morleros ,  parn  que  sus 
tíros  scan  deacierto  y  efectos  eflcaces.  Lasba- 
tcrtas  dc  obuses  se  sitnan  á  350  varas  de  los 
blancos,  y  los  pedrcros,  cerca  de  las  obras,  á 
70  varas  lo  mas. 

La^  baterias  son  directas ,  quc  tiran  á  toda 
carga,  ó  dt  cnfilada,  que  tiran  de  rebote. 

liHS  iMilerias  directas  fueron  las  únicas  que 
sc  usaron  hasta  que  Vauban  Inventó  la  segun- 
da  especie  ,  como  queda  dicho.  Se  díce  que 
un  tiro  es  á  toda  carga  cuando»  cargadas  las 
píezas  con  e1  máximo  de  carga,  sc  hieren  los 
objetos  segun  la  direccion  de  la  (rayectoria,  y 
se  aplíca  igual  denominaciou  tambien  cuando 
cl  objeto  eslá  á  la  distancia  de  punto  en  blanco 
y  á  la  pieza  se  echa  dc  carga  la  tcrcera  parlc 
del  peso  de  ia  bala  próximamentc.  Se  Ilama 
tiro  á  todo  akanoe  á  aquel  en  quela  pieza,  car- 
gada  con  el  máximo,  se  halla  apuntada  bajo  el 
mayor  ángulo  que  perraite  la  cureña.  El  tiro  á 
rebote  está  fundado  en  1a  propied&d  que  tienen 
los  proyectilosde  reflejarse  dando  muchosbo- 
tes  ó  saltos  sucesivos  cuando  el  áugulo  de 
caida  ó  de  incidcncia  es  muy  pequeño  y  de 
ccrca  de  unos  20**.  Estos  tiros  se  hacen  sobre 
la  prolongacion  de  las  crestas  dc  las  caras  y 
alas  de  las  obras  y  cayendo  en  los  adarves  re- 
corren,  botando  y  rebotando,  dicbas  alasy  des- 
truyeii  el  montage  de  toda  la  artilleria  que 
.  defiende  los  terraplenes.  Para  tirarbombasde 
rebote  se  montan  los  morteros  sobre  cureñas, 
ó  se  sujeta  la  bomba  á  la  boca  de  los^  cañones. 
A1  tiempo  que  se  hacen  los  tiros  do  rebote, 
disparau»  bajo  un  pequcíio  ángulo  de  eleva- 
cion  y  en  direccion  perpeodicolar  ú  las  caras 
de  las  obras,  las  batcrías  de  cañones,  morteros 
y  obuses,  producicndo  estas  dos  especics  de 
tiros  £ombinado3  la  pronta  destruccion  de  los 
mas  íuertes  muros  y  baluarles. 

Las  baterias  de  cañoues  de  grucso  caübre 
de  36,  24  y  4G,  colocadas  á  420  varas  de  dis- 
tancia  ,  tirando  con  e1  máximo  de  carga ,  se 
apuntan  de  manera  que  próximamente  roar- 
quen  con  sus  tiros  sobre  la  muralla  las  dos 
ranuras  veriicales  que  comprenden  la  brecha 
calculada  ó  parte  que  se  quiere  derribar;  des- 
pues  se  z{ipa  e1  muro,  como  á  una  cuarta  par- 
te  de  Eu  altura ,  por  una  profunda  ranura  ho- 
rizontal,  y  se  tira  despues  con  salvaa  á  dife- 
rentes  alturas  sobre  esta  última  ranura  hasta 
que  se  desploman,  cegando  e1  foso,  e1  parape- 


to  y  el  revestimienlo.  Esta  breefaa  se  hace 
despues  practicable  disparando  sobresucús- 
pide  buena  copia  de  bombas  y  granadas. 

Las  minas  sirven  muy  especialmente  para 
1a  apertur'á  de  las  brechas.  Para  hacer  uso  de 
ellas  se  empiezaabricndo  á  cañonazos  un  agu- 
jero  al  pie  de  la  muralla,  en  él  seintrodoceun 
minador  para  abrír  on  ramal  de  mina  en  e1  es- 
pesor  del  revestimiento  hasta  encoutrar  el  ter- 
raplen  ó  mas  adelante,  segun  la  allura  de  la 
escarpa.  {Véase  FOBTiFicAaoN ,  minas.)  Lnego 
se  ponen  á  trabajar  dos  mioadores  á  derecha 
é  Izquicrda  y  hacen  dos  ramales  i  lo  targo 
del  muro ,  los  cuaKSB,  segun  las  reglas  del  ar-. 
te,  prolongan  mas  ó  menos;  al  estrcmo  de  ca- 
da  ramal  establecen  un  hornilio  capaz  de  con- 
tener  la  carga  que  se  ha  conceptuado  conve- 
nienle,  ponen  e1  estremo  de  la  sa/cAic^  enel 
ccnlro  de  las  pólvoras,  cotocan  el  ramal, 
apuntalan  lo»  ramales  de  la  mina,  liacen  salir 
ai  foso  el  otro  estremo  de  la  salchicba,  le  pren- 
den  fncgo  con  un  mixto,  arde,  se  comunicael 
fuego  á  las  pólvoras,  que  se  inflaroan  y  despi- 
den  el  baluarteúobra  bajo  que  están,  dcjando 
el  foso  cegado,  y  por  señal  dcl  baluarle  sola- 
mcnte  e1  embudo  de  la  mina. 

De  todo  lo  dicho  se  deduce  que  e1  ataqoe 
de  las  plazas  se  reduce  á  abrir  1a  brecha,  con 
el  mayor  amparo  posible  del  sitiador,  para  pe- 
nelrar  en  ellas,  y  que  todoslos  trabajos  coodu- 
centes  á  esle  objeto  componen  lo  que  se  llania 
teoria  del  ataque, 

l*ara  el  mayor  órden  cn  las  memorias,  tra- 
bajos  y  preparativos  se  ha  dividído  e1  aite 
esencial  del  atuque  y  la  defensa  de  las  plaias 
en  tres  periodos.  Algunos  autores  fljan  etpríu- 
cipio  del  primero  despues  de  la  embesttdura, 
otros  despues  con  otras  variaciones  ademas; 
pero  la  division  mas  cómoda  á  nuestro  relalo 
y  masgencral  es  lasiguienfe. 

Primer  periodo  del  ataque,  Gomprende  lis 
operaciones  prellminares  del  sitio  y  la  erobcs- 
lidura  de  laplaza  hasta  la  apertura  de  la  trin- 
chera. 

Segundoperiododelataque,  Gomprendeto- 
dos  los  trabajos  desde  la  apcrtura  de  ia  trín- 
chera  hasta  el  establecimicnto  del  sitiador  ai 
pic  del  glasis  6  tercera  paralela. 

Tercer  periodo  del  ataque,  Compreiide  los 
trabajos  dcsde  la  tercera  paralela  hasta  la  ren- 
dicion  dc  la  plaza. 

Primer  periodo,  Todos  los  preliminares 
quc  dejamos  esplicados  sobre  la  disposicion 
del  pcrsonal  y  materíal  de  los  parques  dc  arti- 
lleria  é  iogenieros,  etc. ;  corresponden  i  esle 
primer  periodo. 

Cuaudo  un  gefe  ha  calculado  bien  y  deci^ 
dido  el  ataque  de  una  plaza  y  para  ^ecatarle 
se  halla  con  su  ejército  al  frente  de  eila ,  la 
prímera  operacion  ostcnsiblemeDte  ofeosiva 
que  tiene  que  hacer,  es  1a  embestidura  de  la 
plaza,  la  coal  dd)e  ejecptar  con  el  mayorsigi- 
lo  y  rapidea.  Emhestir  una  plaza  es  arrollar 
todos  los  destacaroentos  y  obstácolos  de  sos 


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ATAQüE 


40U 


contornos  para  estableccr  uüXorJon  áe  tropas 
alredcdor  de  aquella,  que  por  este  raedío  que- 
'da  privada  de  comonicacion  con  el  esterior  de 
su  rccinlo.  La  embeslidura  suclc  iiacerse  coo 
■5,000  ó  6,000  cazadores  y  rabalícría  ligc- 
ra,  seguldos  de  las  brigadas  dc  ingcnicros  y 
zapadorcs  del  treji  para  facilitar  sobre  la  mar- 
^cba  el  principio  de  los  primeros  trabajos,  le- 
Yantar  planos  y  bacer  los  primeros  reconoci- 
mientos  topográflcos  é  iodispensables.  fimbes« 
lida  la  plaza,  se  gaarnecen  con  dcstacamentos 
jodos  los  puestos,  aldeas  y  puntos  de  sospecba 
ó  ventaja  miiilar,  que  se  hallen  á  2,800  j  3,000 
Yaras  de  la  plaza ,  á  cuya  cadena  de  puestos 
de  Tigilancia  se  llama  cordon  dturno.  Eslos 
pucstos,  situados  fuera  de  alcance  del  cañou, 
uo  podrian,  comolobacen  de  dia,  impedir  de 
Docbc  hx  comunicacion  de  los  sitiados  con  los 
cdnfldentes  de  afuera,  y  asi  cuaudo  la  nocbe 
cicrra,  sc  aproximan  á  unas  4,400  varas  de  la 
plaaa  y  forman  el  cordon  nocturno,  el  cual 
dcpcnde  dc  los  accidcotes  del  terreno  y  mas 
que  todo  de  la  pcricia  y  sabiduría  del  general. 
Durantc  la  noctie  prosiguen  los  ingenieros 
con  mas  cxactítud  y  proximidad  á  la  plazasus 
reconocimientos,  y  antcs  de  romper  el  alba, 
eslos  y  cl  cordoo  nocturuo  so  retirau  á  los 
pueslos  que  ocuparoo  dnraulc  cl  dia.  La  cm- 
beslidura  sc  empieza  dcsde  una  dislancia  dc  3 
leguas  dc  la  ptaza  simuUúneamcnte  por  varios 
destacamentos  distribuidos  de  antemano,  que 
deben  cnibestir  á  una  seiial  convcnida  dc  cua- 
tro  cafionazos  lí  otra  cualquiera. 

La  dt.racíou  dc  la  embestidura  se  calcula 
por  lo  comuu  dc  cualro  días,  durante  los  cua- 
les  y  los  íiguicufes  del  priracr  periodo,  dcbeu 
los  ingeuicros  lcvantar  los  planos,  redactar 
sus  raeuiorias  y  no  perder  de  vi¿la  las  noticias 
y  dutus  ó  planos  topográfícos  dc  la  plaza,  que 
pudÍLMan  aules  baber  reuuiiio,  para  <iue  el  co- 
maudanto  gcueral  de  ingeuieros  los  preíicnle 
al  gcncrai  eu  gerc  ásu  ilegada  al  canipo,  antes 
ó  dcspucs  de  la  cmbeslidura. 

Luego  que  llegue  el  general  cn  gefc,  debc 
disponer  cn  visla  de  los  antcriores  datos  y  ao- 
cidentca  del  terreno,  las  lincas  llauiadas  dc 
circunvalacion  y  de  contravalacionf  la  pri- 
mera  para  rccbazar  cualquier  ejércilo  que  |)U- 
dicra  veuir  eu  socorro  de  los  siliados,  y  lá  se- 
guuda  para  araparar  cl  ejércilo  contra  las  sa- 
lidas  que  pudicra  hacer  la  guarnicion.  La  liuca 
úc  circunvalacion  debe  contener  uu  cordon 
de  destacamenlos  en  los  lugares  en  donde  la 
natoralcza  no  presentase  uu  accidentc  de  de- 
fcDsa  natural,  comolas  rocas,  pautauos,  etc, 
y  se  eligcn  todos  los  punlos  áladistancia  mc- 
dia  dc  3,600  varas  de  la  plaza.  La  linea  de 
contravalacion  ,se  eslablcce  bajo  principios 
equivalentes^  mirando  bácia  la  plaza  y  á  unas 
2,900  varas  de  ella,  qucdando  eotre  dicbas 
dos  lineas  ekcspacio  iutermedio  de  700  varas 
para  cl  establecimiento  de  los  cuartdes ,  que 
soo  los^untos  de  estacion  de  cada  caerpo  del 
cjércíto  inarcados  segun  el  plano  del  ataque, 


y  comunicados  eu  lo  posible  para  la  protec- 
cioo  y  apoyo  reciproco  del  campo.  AI  ejército 
que  guaroece  especialmente  la  circunvalacioD 
para  recbazar  cualquier  socorro  á  la  plaza, 
se  llama  cjército  de  observacion,  y  á  todo  lo 
rcstante  ejército  de  sitto,  cuya  division  cons- 
tituye  lá  primera  y  principal  de  la  tropa  sitía- 
dora.  Duraote  los  dias  de  embestidura  se  de- 
tienea  cuantos  paisanos  se  hayan  á  las  maoos 
para  que  luego  sirvao,  á  la  par  que  los  solda»  ' 
dos,  en  la  construccíon  de  las  obras.  El  campo 
de  cada  especie  de  arma  se  forma  á  240  varas 
á  retaguardia  de  la  circunvalacion,  enel  terro- 
no  que  mas  coavenga,  y  biea  guarnecido  de 
ioranteríu.  Estos  campos  se  trazaa  por  el  co- 
mandante  general  de  ingenieros  y  gefedees- 
tado  mayor,  en  el  plano  generaK 

A  la  inmediacioade  los  puotos  de  ataque  y 
sin  que  el  euemigo  los  conozca,  debea  sitaarae 
los  parques  de  artilleria  é  iageoieros,  cubriea- 
do  sus  caropos  con  algunas  obras  dcstacadas, 
bien  dcfendidas  por^  infanteria  de  linca  y  ca- 
ballcria  ligera,  cuidando  de  hacer  entre  aquc- 
Ilos  corairaicaciones  bicn  espeditas. 

Duranle  estos  dias  se  mandan  zapadores 
acompañados  <Ie  paisanos  á  bacer  cortes  de 
árboles  en  los  bosques  mas  inmcdiatos,  para 
tcner  proutamente  rcuuidos  estos  materialcs 
indispcusables  para  emprcndcr  el  silio.  Para 
lus  iineas  ya  esplicadus  sc  empleau,  con  algu* 
nos  zapadorcs  que  los  dirijan,  los  paisauos  que 
se  ban  dctenido  para  los  trabajos  y  los  solda* 
dos  de  infanleria  nccesarios,  á  quiencs  asi  en 
csto  como  en  la  construccion  de  cestones,  fa- 
jinas,  ctc.,  se  paga  uu  tanto  rclativo  al  Iraba- 
Jo  que  presentau,  con  tal  que  sea  de  recibo, 
pues  si  fucre  desecbado  pierdea  la  gratiüca» 
cion.  La  estension  total  de  las  partes  dc  las 
lineas,  sin  comprender  la  contravaladon ,  se 
calcula  para  uu  sitio  formal  de  30,000  ¿  36,000 
varas,  las  cuales  pueden  coucluirse  en  ocho  6 
diez   dias   por  20,000  obreros,  armándolas 
despucs  dc  rastriUos,  caballos  do  frisa,  csta* 
cadas,  etc,  y  guarnecióndolas  de  barbetas  y 
cspaldones  con  embrusuras.  En  una  plaza  que 
haya  exigido  20,000  varas  dc  circunvalacion, 
nccesilau  lo  meuos  40,000  hombres  para  dc- 
fcuder  estay  40  000  para  reserva  y  vigilaocia 
dc  ja  contravalaciou'.'total  personul  nece.^^ario 
para  sustencr  un  sitio  formal  50,000  hombres. 
Ilecha  Ih  cmljestidura,  ciiyaduraciou  se  calcula 
dc  cuatro  dias,  y  las  lineas  ¿  cuya  duracion  de 
obra  hcraos  calculado  dicz,  resulta  que  autes 
de  empezar  ¿  abi  ir  trincliera  deben  pasar  ca- 
torce  dias ,  duranto  los  cuale^  se  acopian  los 
materialcs,  se  hacen  corles  y  talas,  se  distri- 
buyen  los  cuarleles,  reconocen  los  ingenieros 
cl  carapo  acercáudose  bieu  escoltados  á  ia  pla- 
za  cn  cuanto  les  sca  posible  hasta  la  distancU 
de  4,800  varas  de  ella,  y  cn  fln,  sc  traza  y 
decide  ó  aprueba  por  el  gcneral  en  gefe  el 
plan  general  del  ataque, 

Decldido  el  plan  de  ataque  y  redactadas 
todas  las  memorias,  planos,  accidentes  y  cuan'* 

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ATAQÜE 


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)o  se  haya  poditJo  reunir  relativamenle  á  la 
plaza  atacada,  parapetado  ya  en  su9  lineas  ei 
ejército  sitiador  y  reunidos  todos  los  mnteria- 
lesparu  el  sUio,  clgcneral,  oyendo  el  parecer 
dc  loá  gefes  de  arlillería,  iofcenleros  y  cblado 
inayor,  decide  el  frente  6  frentes  deataque] 
que  son  aquollos  puntos  nias  débües  y  de  me- 
jores  accideotes  al  sitiador  y  ventajas  para  la 
xapa,  que  presenta  la  plaza/cuya  elecclon  del 
frenle  esmuy  delicada,  como  que  de  ellade- 
pende  en  gran  parle  el  buen  éxito  maa  ó  me- 
Dos  prouto  de  ios  trabajos  de  sitio.  Por  ser  el 
perímetro  de  iina  plaza  rauy  estenso,  y  de 
cousiguiente  imposible  ei  atoque  por  todas 
partes,  se  elige  un  punto  para  la  brecba,  que  es 
el  que  se  Juzga  de  mas  fácii  allanamieuto.  Para 
ocuitar  mejor  al  sitiado  el  punto  elegido,  se 
suelen  emprender  simultáneamente  ataques 
sobre  dos  puntos  diferentes,  de  los  cuates  se 
llama  el  uuo  ataqae  verdadero,  y  cl  otro  ata- 
que  falso. 

Determinados  ya  los  frentcs  del  ataque, 
enfrente  del  oentro  de  uno  de  ellos,  á  4 ,450 
varas  y  al  abrigo  de  Io&  fuegos  de  la  plaxa,  se 
estabiece  el  depósifo  general  de  ingenieros, 
en  el  cual  se  reuneu  todos  los  litiles  necesa- 
rios  para  la  trincbera;  inmedialo  áeste  se  es- 
tablece  tambien  el  depósito  general  de  artille- 
ria,  al  cnal  se  llevan  los  gaviones,   cestones 
y  demás  materiales  nccesarios  para  la  cons- 
truccion  de  las  baterlas,  hacléndose  a1  mismo 
tiempo  los  salohichones.  Al  mismo  ticmpo  ios 
ingenieros  por  mediodel  grafómetro,  dougiíTs, 
teodolito,   brájula  y  demas  instniinentos  de 
topograffa  trazan  lo  qoe  se  Ilama  el  plano  di- 
rector  de  los  ataques ,  qne  es  el  plano  qne 
contiene  el  qne  se  ha  formado  ya  en  el  ler- 
reno  y  que  encierra  dentro  de  sus  limites  to- 
dos  los  trabajos  que  van  á  ejecutarse  coiitra 
Ja  plaza.  Para  trazar  cste  plano  f;obre  el  ter- 
^eno  se  marcan  con  toda  precaucion  sobre  cs- 
te  las  proloogaciorjes  dc  las  caras  y  capíta- 
)es  (4)  de  todas  las  obras,  cuyas  liueas  se  de- 
terminan  por  visnales  y  operaciones  trigono* 
ro/'}!ricas.  Sobre  cada  prolongacion  se  plantan 
dos  piquetes,  que  se  llaman  plquetes  de  di 
reccion,  á  60  varas  el  uno  del  otro,  y  se  mide 
la  difctancia  qne  media  entre  ellos  y  las  paites 
Balientes  mas  avanzadas  de  los  eaminoe  cu-- 
biertoi;  la  posioion  de  estos  piquetes  se  senala 
on  el  plano  y  se  les  da  la  misma  acotacion 
que  lienen  en  el  terreno,  cuyo  polígono,  for- 
mado  por  los  piqueíes  de  direccion,  que  abraza 
todas  las  prolongaciones  de   las  capitHles  y 
oaras  de  tONdas  las  obras  del  freiite  de  ataque 
sirve  de  base  á  todas  las  operaciones  grétlcas 
y  sucesivas  en  el  sitlo.  Dicbas  operacioiies 
debeo  bacerse  por  todo  el  contorno  de  la  pla- 
la  para  no  declarar  el  verdadero  frente  de 
alaqae  al  sitiado.  U  determinacion  de  las  ca- 


(4)  La  capilal  dt  una  obra  csla  línoa  ideal  quc 
tnatemáUoamente  dlvide  en  dos  partes  igualcs  ua 
ingulo  saKentc  de  aqiielta. 


pitales  puede  &er  aproximada,  pero  de  uingnD 
modo  la  prolongaclon  del  frente  de  )as  caras, 
qne  son,  como  luego  veremos,  de  suroa  tras- 
cendencia  en  su  exacta  determinacion. 

Sübre  este  plano  marca  el  general  el  pro- 
yccto  de  la  trincberd,  que  debe  constitnir  U 
primera  paratela  con  sus  ramales  dt  comu" 
nicacion  que  se  abren  ¿  retaguardia  de  ella. 
Tr»zado  por  el  general  el  proyecto  de  la  prl- 
mera  paratela,  se  preparon  todos  los  roedios 
y  úliles  nccesarios :  del  depósito  general  de 
ingenieros  (colocado  en  el  centro  de  los  ata- 
ques)  se  sacan  durante  la  noche  los  úliies,  fa- 
Jinas,  etc,  necesarios  para  formar  cinco  de* 
pósitos  parciales  en  las  prolongaciones  de  las 
cinco  capitales  del  frente  de  ataquo  (pues  en 
sentido  de  las  capitales  cs  en  donde  tlene  me- 
nos  fuegos  y  ofensas  el  siliado),  dando  á  di- 
clios  depósilos  4,000  ¿4,400  varas  mútuamen- 
te  de  distancia.  Las  intersccciones  en  el  pla- 
no  director  de  la  paralela  trazada  por  el  ge- 
neral  con  las  proloiigacÍone¿  de  las  caras  y 
capitales,  antes  trazadas,  &e  marcan  sobre  el 
terreno,  por  los  iugenieros,  con  piquetez;,  lo^ 
cnales  dau  la  direccion  sobre  cl  terreno  dc 
dicha  primera  paraleia.  Los  dos  gefes  de  in- 
genieros  y  estado  mayor  combínan  des^de  lue* 
go  el  número  de  soldados  trabajadorcs  nece- 
sarios  á  la  abertura  de  la  trinchcra  y  las  tropas 
de  infantería  y  caballería  que  deben  cubrir  el 
trabajo.  El  número  de  trabajadures  se  gradoa 
¿  raaon  de  nn  hombre  por  cada  dos  varas,  y 
así,  dividiendo  por  dos  la  estcnslon  total  eo 
varas,  de  la  paralela  trazaüa,  se  ticne  ei  nú- 
mero  neceBarlo  de  trabajadores :  á  estos  se 
añaden  los  qne  se  necesiten  para  abrir  rama- 
les  de  comunrcacion  enlrc  los  depósitos  y 
dicha  priniera  paralela.  Para  la  proteccion  de 
los  tial)aJos  se  gradúa  un  b'itallon  por  caüa 
500  ó  600  varas,  aumentándose  este  uámero 
con  la  caballería  ligera  neccsaria. 

Todos  estos  preliminares  desde  la  embesti- 
dura  (sin  contar  la  cual,  duran  diezdias)  haslt 
el  momcnto  deempezar  los  Irabajos  de  trinchera, 
son  los  que  constituyen  el  primer  periodo  deí 
ataque.  Lu  Irinchera,  que  noes  mas  quc  el  nom» 
bre,  en  general,  qnc  se  da  ¿  todus  los  parape- 
tos  óataquet',  tomadesdeel  perlodo  siguienle  el 
nombre  dc  paralela  en  las  ireü  Hneas  6  cuatro 
princípales;  porque  cada  una  de  estas  tineas  se 
couslruye  paralelamente  á  la  del  desarrollo  cs- 
terior  del  frente  que  se  ataca. 

Segundo  perxodo  dt-l  aíaque  [V.  Deferml- 
nada  ya  1a  abertura  de  la  triuchera  {véanse 
TRINCHERA,  ZAPA^,  distrlbuldos  los  Irabaja- 
dores,  marcados  en  el  lerrcno  cou  piquetes  |K)r 
los  ingenieros  los  trabajos  que  se  ban  de  ha- 
cer,  formados  los  depósitos  particulares,  etc, 
la  nochfe  víspera  del  dia  resuelto  para  cous- 
truir  la  paralela,  marchan  seis,  ocho  batdliO' 
nes,  ó  la  tropa  que,  segun  la  importancia  del 


(4)   Desde  1%  abertura 
imer»  paralela. 


de  U  trineliera  haéta  !a 


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ATAQÜE 


4048 


fiitio  y  número  del  sitiador,  se  mareará,  á  si- 
tuarse  con  sigiloá  tomar  poslcion  á  unas  ÍÍO 
Yüras  delaote  del  terrtno  donde  debe  coos- 
truirse  la  paraiela,  los  cuales  deben  sostcnor 
lo8  trabajos  y  no  dísparar  armas  de  fucgo;  des- 
tacar  avanzadas  que  silenciosamcnte,  y  en  un 
caso  b\  arma  blanca,  so  apodercn  de  las  pa- 
truUas  del  sitiado  quc  á  aqnclla  distaiicia  de 
la  plazapndieran  discnrrir. 

Todos  los  irabajadores  ya  uombrados  se 
distribuyen  en  brigadus,  cadaingeniero  sc  cn- 
carga  de  una  de  estas  y  la  conduce  en  una  so- 
la  /)1a  al  piquete  ya  colocado  en  la  direccion  de 
la  capital  cn  cnyo  sentido  toque  marchar  á  di- 
clia  brigada;  ^I  iogeniero  hace  que  sus  truba- 
jadores  marquen  succsivamente,  cchando  ca  - 
da  uno  su  fajina  en  tierra,  la  parte  de  paralela 
que  áaquelja  brigada  loda  construir;  lucgo  que 
arroja  al  gíielo  sa  fa]ina  cada  trabajador  dcbe 
acoslarse  silenciosamente  á  so  laOo:  estc  mé- 
todo  i)ara  una  brigada  se  practica  á  un  mismo 
(iempo  por  todas  las  demas,  de  muncra  que  la 
parali  la  queda  ya  trazada  en  tierra  por  las  ia- 
jinas'.  E!  comandantc  de  ingenieroá,  despucs 
de  rcctlOcar  y  ver  (|ue  está  trazada  dicha  lineii 
correctamente  y  todo  bícn  dispuesto,  da  la  ór 
den  de  trnbajar,  la  cual  repite  con  la  voz  ma- 
no$  ála  obra  óal  trabajo  cada  ingeniero  ásu 
brigada,  y  todas  estas   le  empiezan,  cuidando 
de  dcjar  cada  trabajadorenla  paitedc  parale- 
la  que  le  toca  cavar,  la  berma  heclia  v  fofmar 
eldecliveiriteriorde  la  trincberaóparaíela.  Du- 
rante  la  noche  se  encarga  lambien  nn  ingeniero. 
dc  establecer  y  hacer  cavar  las  comunicacio- 
nes  de  la  paralela  á  los  dendsitos,  y  al  rayar 
el  alba  ya  se  tieue  contra  la  plazh  un  abrigo, 
sino  muy  sólido  todavia,  lo  bustante  para  de- 
fenderse  á  cubierto  en  nna  salida   las  tropas, 
qne  dorante  la  noche  habian  campüdo  avanza- 
dae  de  la  paralela,  las  cnales  se  reliran  antes 
del  alba  á  gnareccrse  cn  ella.   A  c.'^ta  hora 
acudcü  nuevos  trabajadores,  en  relevo  dc  los 
de  la  noche,  Ilevando  rada  unodos  fajina?, 
con  las  cnales  dan  mas  espesor  al  parapelo  re- 
cieu  hecho,  forman  las  banquetas,  rectiflc^n 
laspartes  defecluosas,  y  todo  efto  á  pcscr  del 
fuego  vivo  quehagaUi  pluza.  Eu  la  misfma  ma- 
fiana  los  ingcnicros  y  artilleros  c'ecidrn  Ja  si- 
tuaoiou  de  íus  bateiÍHd  de  rcbote  cn  los  pun- 
tos  de  inlerseccion  con  la  parak-la  de  lu  pio- 
longacion  de  cada  cara  de  los  baluartes  aiaca- 
dos.  Las   baterias  piira   no  cnlorpecir  en  las 
trinclieras  dondc  í^eriun  de  niis  fácii  esiahle- 
cimiento,  se  situun  y  trazan  sobre  el  terrcno, 
á  pesar  del  fuego  de  la  plaza,  á  uuas   70  ¿  90 
varas  de  cllas  eslableciendo  hasta  la  paralela 
comunicacioncs  por  medlo  de  ramales  Las  cir- 
cun:;fancias    del    terreno   sc  apTovechan  para 
]as  batcrias  si  se  presentan  con  uliiidad;  pcro 
si.  lejos  de  eslo,  imposibilitasen  'cl  eslableci- 
Diiento  de  Ins  hutcrias,  estas  se  establecerán 
en  las  paralelus  que  despucs  se  construyan. 
Dcspues  de  determinado  en  el  plano  director  ei 
proyato  de  las  bateiíds,   al  roniper  la  noche 


se  trazan  ostas  sobre  el  terreno  en  el  lugar  cor- 
respondieule  levantando  el  ingeniero  una  per- 
pcudicular  cn  el  punto  marcado  de  la  prolon- 
gaclon  de  la  crcsta  de  la  rara  del  frente  ata- 
cado;  perpendicularmeute  á  esta  anlerior  per- 
pendicular  se  traza  con  tfavjones  el  espaldon 
de  la  batería  y  dclante  y  paralelamente  á  este 
se  traza  tambien  con  gaviones  la  linea  estc* 
rior,  cuyasdQs  últimasmarcan  el  espc^or  de  la 
batetia,  que  se  ponen  ínmcdiatamenfe  ¿  cous- 
truir  los  trabajadores,  segun  la  cs'rnsion  ¿ 
derccha  é  izquierda  del  piquete  printtrramente 
clavado  dcterminada  por  el  ingeniero,  cubiién- 
dose  dichos  trabajadores,  si  la  fuslleria  y  me- 
tralla  de  la  plaza  es  muy  viva  y  certera,  con 
una  gavionada  que  antcs  se  construye  al  fren- 
tc  de  la  bateria.  La  longitud  del  espaldon  de 
unabalcria  dcpende  del  núraero  y  especie  de 
las  bocas  defnego  que  desde  c^lla  deben  tirar. 
Sieodo  el  objeto  de  uua  batcrfa  eníilar  lascres- 
tas  de  los  baluartes  y  dcstruir  con  el  rebotc  y 
tiros  directos  el  rodaje  y  material  de  arlil!cria 
en  los  terraplcncs  osi  como  inqnietar  at  silia- 
do  en  los  fosos,  camiuos  cubievtos  etc,  se  co- 
locan  cn  cada  una  de  ellas  grneralmente:  4." 
dos  ó  ties  piezas  de  sitio  de  á  ^2  ó  16  interior- 
mente  á  la  crcsta  del  parapcto  para  batir  dc 
rebote  al  adarve:  2.®  dos  morteros  por  la  par- 
te  esterior  de  la  magistral  para  tirar  ambos  ¿ 
lofí  foso;;.  y  3.®  dos  obuses  degrande  alcancc 
iuleiiormeute  á  la  prolongacion  de  la  cresta 
de  la  esplanada  para  tirar  de  rebote  al  camino 
cubierto  y  dcstruir  las  estaradas,  bnrreras,  etc. 
de  donde  se  deducen  54  á  60  varas  para  ci 
frente  de  cada  una  de  estas  baterias. 

Se  calcula  en  nnas  cnarenta  horas  de  tra- 
bajo  la  construccion  completa  de  nna  barcria 
de  rebote;  pero  si  se  levantan  las  esplanadas 
de  los  cañones  2  */«  ó  3  pies  del  suelo  (lo  cual 
hace  nias  certeros  íos  tiros)  .«c  larda  mas.  Ge- 
ncralmcnte  se  establccen  en  el  terreuo  n&lurnl 
las  esplauadas  de  cañoncs  y  obuscs,  y  mas  ba- 
jo  las  de  los  morteros. 

En  cada  batei-ía  suelcn  reunirse  piezas  de 
una  fola  ciase,  y  cnlcnces  aquellas  se  dividcn 
en  dos  especiesgencíales:  t.* baterias  de  ca- 
ñoncs  y  obuses:  2."  batcríuS  demorteros  y  pc- 
dreros.  Las  primeras  licuen  por  objelo  hacer 
callar  las  dc.la  plaza  y  abrir  brechas.  Las  ba- 
tcrías  de  moiteros  y  pedrcros  tienen  por  obje- 
to  el  hacer  iuguarneciblcs  las  obras  sii¡a<jas 
dcstrozando  á  los  defensores  y  detener  á  las 
tropas  sitiadas  en  las  saiidns.  Los  m<  rteros 
sirven  ademus  para  iiicendiar  la  pobIi;cion, 
dcítruir  los  almacenes  y  qr.cmar  los  poIvorincF. 
Las  balerías  de  cañoncs  destinadas  «  ha- 
ccr  callar  la  arlirería  dc  la  plaza  son  de  dos 
especies:  de  á  todo  alcance  y  de  rebote,  todo  lo 
cual  dejaiuosdicho  en  otro  lugar.  Algunasoca- 
?ioi:cs  ocnrren  en  que,  ya  por  las  dillciillades 
del  lcrreno  ú  otra  circunstaucia,  no  piieden 
entilarse  !as  creslus,  para  cuyo  efccto  se  ne- 
cesita  siempre  mucho  cuidado  é  inteligeucia  en 
ia  siíuíicíon  dc  las  btlcrias.  A  priiicipit'S  dcl 


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1049 


ATAQUE 


4020 


año  Í809  losfranceses  llegaron  al  pie  del  re- 
cinto  de  Zaragoza  sin  babcr  enfilado  nna  sola 
de  sns  caras.  En  e1  sltio  de  Turtosa  los  ata- 
ques  habian  llegado  mas  allá  de  )a  crcsta  del 
c&niino  cnbierto  sin  qjie  hubiese  jugado  nna 
sola  bateria,  babiendo  Ilegado  los  miuadores  á 
la  escarpa  antes  que  el  cañon  hubiese  abierto 
la  brecha. 

Las  baterias  de  brecha  se  colocan  en  luga- 
res  desde  donde  se  vean  bien  los  frentes  de 
alnques  y  puntos  de  brecha,  siendo  mas  ac- 
tivas  y  mejorcs  cuanto  mas  cerca  se  pueden 
situar  dela  plaza. 

Las  bateriasdemorterossnelen  ser  fíjas  en 
UD  mismo  sitio  durante  todo  el  sitio,  para  to 
cual  se  construyen  en  puntos  dc  donde  no  sca 
prcciso  mover  aquellos. 

Los  pcdreroH  y  morteros  de  granadas  tie- 
nen  un  alcance  muy  corto,  por  lo  cual  no  se 
lós  coloca  mas  que  en  las  trincheras  rouy 
cercanas  á  las  obras,  y  mas  ordinariamente  en 
las  prolongaciones  de  las  caras.  Se  los  mtiUi- 
plica  cuanto  he  pueda  para  lirar  sobre  las  bre- 
chas  en  los  momentos  del  asalto  y  contener 
las  salidas  de  los  sitiados.  La  estension  de  la 
priroera  paralela,  debe  quedar  de  unas  2,460 
varas,  y  contando  la  proiongacion  de  las  alas, 
de  2,900. 

Estas  son  las  principales  condiciones  y  el 
objeto  de  las  baterlas  de  sitio  y  de  la  primera 
paralela.  Cuando  los  Cdminoscubiertos  sobre  las 
capitales  han  Ilegado  á  roas  de,  250  metros,  sc 
principia  á  la  zapa  volante  la  segunda  paralela. 
Dícha  segunda  paralela  se  situa  á  tiro  de  fusil 
<^e  la  priroera  para  que  pueda  ser  profegida 
eQcazmenle  conlra  lassalidas  dcsde  lascgun- 
da  paralela;  los  trAbajos  sucesivos  ya  no  pu^- 
den  pjecularsc  újas  que  á  la  zapu  volaute  ó 
zapa  Ilena. 

Para  proporcionarse  el  rocdo  roas  espedito 
y  amparado  de  avanzar  hácia  la  plaza  en  sen- 
tido  de  lus  capitalcs  se  iroaginaron  desde  el 
orígen  del  ataque,  como  dejamos  dicho,  los 
ug  zag,  los  cuales  vienen  á  ser  unas  trin- 
cheras  de  tal  modo  dispuestas,  que  sus  partes 
todas  se  hallan  desenfiladas  de  las  salicntes 
mas  avanzados.  Cada  zig  zag,  corta  á  la  ca- 
pilal,  y  sesepara  de  ella  de  36  á  60  varas,  lo 
roas,  y  la  prolongacion  de  cada  uno  dc  aque- 
llos  ])asa  á  la  dislancia  de  36  á  48  varas  del 
saliente  colateral  roas  avanzado,  por  cuya  ra- 
Kon  resulta  cada  raroat  desenfllado,  y  la  cabcza 
de  la  trinchera  lo  roas  avauzada  posible  Iiácia 
donde  se  quiera  llegar.  Este  avance  es  roas  ó 
menos  grande,  segun  es  roas  ó  roenos  agudo 
el  ángulo  en  que  el  ramal  corta  á  la  capital, 
el  cual  va  siendo  roas  obtuso  cuanto  ross  van 
acercándose  á  la  plaza  los  zig  zag.  Cuando  se 
ha  llegado  á^unas  70  ó  90  vaius  de  los  salien- 
tes,  no  es  pósible  caminar  en  zig  zag,  y  en- 
lonces  se  hace  la  trinchera  cn  líuea  recla  há- 
cia  la  plaza,  y  se  cubrc  con  un  parapeto  á  ca- 
dacostado,  y  su  frente  por  roedio  de  /ramcs, 
sobrc  Ips  cqalQs  se  hacc  qna  gavionada  para 


desenfilar  la  trinchera  que  qneda  a  retaguar- 
dia.  Este  roélodo  de  trinchcra  rccta,  pndtera 
nsarse  en  los  silios  eu  vcz  de  ztg  zctg;  pero 
se  ha  prefcridü  siempre  este  por  eslar  mucho 
menos  enlllado  y  descubicrto.  La  salida  de  ca- 
da  ramal  de  zig  zag  hácia  la  plaza.  se  cubre 
prolongando  elraroal  siguieute  uuas  5  0  G  va- 
ras,  cuyos  recodos  facilltan  tarobieu  la  comu- 
nicacion.  Este  es  el  roedio  que  se  emplea  ante 
las  plazaspara  llegará  cubierto  dcsdela  primc- 
ra  paralda  á  construir  la  scgunda.  Dnrante  la 
segunda,  tcrcera,  cuarta  y  quinta  noche  se 
cjecutan  las  baterías  de  rebote  y  directas,  tl- 
rando  sobrc  todas  las  dcfensasdelfrentc  desde 
el  tercer  dia.  Desde  la  segundanoche  dcbcn  lo$ 
ingenieros  cropezar  á  trazar  á  fdjina  los  pri- 
meros  ramules  de  zig  zag  para  llegar  á  la  sc- 
gunda  paralela,  para  lo  cual  se  neccsítan  al 
menos  cinco  dias.    > 

Al  Ilegar  Ibs  raroales  á  dístancia  de  360  varas 
de  Ja  primera  paralela,  es  necesarío  ya  esta- 
blecer  la  segunda  para  la  protcccion  de  los  tra- 
bajos  sucesivos.  Si  lostrabajosde  la  segundapa- 
ralela  pudieron  protegerse  con  tropas  á  vaognar- 
dia  por  no  hallarse  estas  al  alcance  entonces 
de  la  fusileria  de  la  plaza,  ahora  quc  las  obras 
están  al  alcance  de  aquella,  se  hace  preciso 
protegcrlas  por  retaguardia,  para  lo  cual  sc 
cuida  de  que  siempre  diste  cada  paralela  de 
su  anterior  inmediata  menos  quc  del  camiuo 
cubierto  de  la  plaza,  para  que  los  sltiados  no 
puedan  invadirla  antes  que  los  de  la  antcrior 
paralela  socorrer  á  csta.Cuando  los  ramale¿  de 
comunicacion  Ilegun al'punto  de  la  segunda  pa- 
ralela,  lossiliados  haccn  salidas  vigorosas  para 
destruir  los  trabajos,  por  cuya  razoo  se  dcbeu 
coloCar  á  vanguardia,  y  pecho  á  ticrra  desta- 
camentos  que  contcngau  á  los  que  hagan  sa- 
lidas,  llegado  cuyo  caso  Io&  trabajadores  se 
retiran  poco  á  poco  para  no  impedir  el  fuego 
de  la  paralela,  la  caballerla  rodea  las  trinche- 
ras  y  corre  al  galope  á  cortar  la  retírada  de  los 
sitiadosá  Ía  plaza.Ias  tropasdc  la  paralelasa- 
len  al  paso  redoblado  y  atacan  la  salida  de 
frente  y,á  la  bayoneta, 

La  construccion  de  la  segunda  paralel»  se 
ejecuta  de  un  modo  eqnivalente  ¿  la  de  la  prí- 
mcra,  solo  que  cada  trabajador  Ileva  un  gavion. 
Las  alas  de  la  paralela  se  cubren  con  destaca- 
nicntos,  para  proteger  los  trabajos,  tientre  en 
tierra  y  á  50  pasos. 

Cuando  en  las  alas  de  la  primera  paralela  se 
han  podido  establecer  las  baterias  de  rebote 
contra  las  cara»  de  la  media  luna  y  deroas 
obras  colaterales,  se  procura  que  la  prolungacion 
de  las  alas  en  la  segunda  paralela  no  oculte  cl 
tiro  de  dichas  bateiías;  pero  si  estas  no  pudle* 
ron  ó  pensaron  establecerse  en  lasegunda  para- 
lela,  estadebe  abrazaala  prolongacion  de  todas 
lascaras  de  lasotras  colateralea  qne  tieneoiu- 
nuenciacnlosíitaqiics.  Lae¿tension  dela  segun- 
daparalela,  gcucralraentc  viene  á  sereuelpri- 
mer  caso  de  2,160  varas,  y  de  2,900  eo  el  se- 
gundo,  para  cuyo  trazado  sc  necesitarán  4,500 


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ATAQUE 


mk 


gaviones  y  2,400  trabajadores.  I^ara  cubrir  los 
flani  08  de  la  sf  gunda  paralela  de  las  salidas  de 
los  siliados,  se  termiuaD  pcr  dosredoctospenta- 
fzronales,  qne  se  trakan  tambren  á  la  zapa  volan- 
te,  y  en  cada  uno  de  los  cuales  secolocancin- 
co  6  scis  piezas  de  peqneño  calibre  que  harán 
eon  metralla  los  aprocbcs  dc  los  flancos.  Al 
romper  el  alba  debe  estar  la  paraiela  en  estado 
de  recibir  ¿  los  soldados,  los  trabajadores  se 
relevan  con  otros,  de  los  que  cada  uno  Ileva 
dos  fajinas  para  coronar  los  gaviones ,  cuyo 
coronaroiento  se  hace  el  quinto  dia,  perfllando 
en  el  misroo  la  trincliera  y  construyéndose  an- 
tes  ¿  la  zapa  Ilena  1o  qnc  no  hubiera  podido 
acabarse  dorante  la  noche.  La  segunda  parale- 
la  solo  se  diferencia  de  la  primera  cn  tener 
roayor  latltod  de  fondo,  la  cual  es  de  unos  8Va 
¿  9  pies. 

Én  esta  segunda  paralela  fc  estableccn  las 
batertasde  redoble  que  no  se  hayan  colocadocn 
la  priroera,  y  estas  pueden  copstruirse,  yes  lo 
mejor  y  roas  pronto  en  la  roisroa  paralela,  de  ma- 
nera  que  su  tiro  no  embarace  los  ataqoes,  un 
poco  adelante  de  la  paralela,  en  cuyo  caso  su 
construccion  se  retarda  un  dia,  y  es  mas  peli- 
grosa,  ó  de1t¿s  de  aquella  lo  suflciente  ¿  que 
no  impida  la  paralela  sus  tiros.  En  la  sétima 
y  octava  noche  se  construyen  las  nuevas  ba 
lerias,  se  concioycn  y  arman  los  penlágonos 
de  las  alas,  se  acaban  las  dos  grandes  coníuni 
caciones  que  uneo  las  paralelas,  y  en  la  roaña- 
na  del  octavo  dia  Juegan  ya  las  nnevas  bate- 
riasal  tiempoque  las  ya  establccidas. 

Desde  la  tarde  del  dia  7.*^  deben  los  inge- 
nieros,  con  sus  escuadras  de  zapadores,  haber 
salido  de  la  seguoda  paralela  ¿  la  zapa  Ilena 
h¿cia  las  cinco  capitales  á  la  vez  del  frente 
atacado,  haciendo  de  noche  y  de  dia  esle  ca^ 
mino  en  zig  zags  deseoOlados  de  los  salientes 
ecbando  roano  de  la  zapa  YOlaote,  bajo  la  pro- 
teccion  de  ias  nuevas  baterías ,  en  todos  los 
instantes  íavorables  para  acelerar  el  trabajo  y 
ftdelantar  las  trincheras  que  al  octavo  dia  lle- 
gar¿n  por  mcdto  de  dos  ó  tres  zt^  zagn  ¿  los 
puntos  de  las  capitales  distantes  440  ó  450  va- 
ras  dc  lossaiientes.  Las  tropas  de  la  segunda  pa- 
ralela  protegen  estos  trabajos  corriendo  ¿  sos- 
tenerlüs  cuando  los  sitiadoM  hacen  salida;  pcro 
llegados  los  ramales  á  ia  úKima  distancia  di- 
cha,  la  paralela  protectora  queda  demastado 
]ejana¿  retaguardia  para  proteger  estos  traba- 
)os,  por  cuya  razon  se  eslablecen  como  apoyo 
las  fnedtas  ¡taraltlas  ó  medias  plazas  de  ar- 
was,  quc  sou  unas  defensas  que  abrazan  las 
prolongacíones  de  las  alas  del  camino  cubier- 
to,  y  se  hace  que  contengan  tarobien  las  de 
Mos  flancos  de  los  baloartes  ataoados  para  en- 
Marlas  con  las  baterias  de  obuses  y  morteros 
que  en  dichas  semi'plazas  de  armas  se  colocan . 
Estas  iemi'paralelas  se  trazan  en  la  novc- 
na  nocbe ,  se  conttnoan  los  ramales 


las  alas  dc  la  tercera  paralela,  encorvadas  hácia 
los  rednctos  de  la  segunda  parale'.u,  para  qne 
aqnellas  alas  se  ha  Ilen  flanquoada-:.  Por  el  dia 
se  perfecciona  el  ^rabajo,  se  construyen  las 
baferfas  de  obuses  que  debeo  tirar  al  dia  si« 
guientc,  los  ramales  se  confináan  mas  corlos 
y  desenfllados  hasta  96  varas  de  los  »alientes, 
y  al  caer  lanoche  de  esfe  dia  9.**,  se  empieza  la 
tercera  paralela,  (lue  debe  estar  concluida  en 
toda  !a  décima  ydias  siguientes,  trasportándose 
para  esto  todos  los  materiales  ¿  las  semi-plazas  y 
ramales,  y  guameciéndose  para  proteger  aqoe- 
lla  de  infanterfa  estas,  las  alas  de la segunda  pa- 
ralela.  y  loquedeestas  va  hechoen  la  tercera. 
Iia  caballerfa  acude  fambicn,  y  durante  la  no- 
chc  se  relcvan  con  frecuencia  las  escuadras 
dc  zapadores  para  mas  activar  el  trabajo,  pues 
al  romper  el  dia  debe  estar  hecha  la  mitad  dc 
1a  paralela,  esto  es,  720  varas  de  obra.  La  no- 
che  y  dia  44  se  concluye  la  tercera  paralela  ¿ 
la  distancia  de  70  ¿  80  varas  de  los  salientes. 
Teroer  periodo  del  ataque  (4).  Establecida 
la  tercera  paralela  y  en  ella  las  baterfas  de  pe- 
dreros  y  morleros  (para  tirar  granadas  si  el  al- 
cance  de  aquellos  no  bastase),  bien  apercibi- 
do  todo  y  guamecido,  el  sitiado  se  ve  ya  en- 
cerrado  y  privado  delrecursodelassaIidas,sus 
caminos  cubiertos  están  domioados  y  enflla- 
dos,  asi  como  las  caras,  la  mayor  parte  de  la 
fusileria  del  baluarte  apagada,  por  hallarsc  ya 
aqucllotfinhabitables,  y  por  fln,  las  caras  y 
ángulos  destrozados  y  desplomados  dejando 
abierfa  1e  brecha.  Ahora,  segun  la  relativa  s¡- 
tuacion  del  sitiador  y  el  sitiado ,  el  ataque  se 
reduce  ¿  combinar  los  mejores  medios  para 
apoderarse  del  camino  cubierto  para  poder 
descubrir  las  escarpas,  cuya  operacion  es  dc- 
licadlslma ,  y  exige  muy  diestra  ejecucion. 
Durante  la  construccion  de  las  baterias  de  la 
tercera  paralela,  el  sitiado  podr¿  jugar  su  ar- 
tilleria,  porlo  coal  el  sitiadorno  podrá  salir  de 
la  paralela  hasta  que  en  el  dia  1 3  de  trinchera 
abierta,  se  hallen  aquellas  c^oncluidas,  salien- 
do  por  cousiguiente  ¿  continuar  los  trabajos 
eu  ia  noche  44  bajola  proteccfon  de  aquellas. 
Desde  la  tercera  paralela  los  Irabajos  conti- 
núan  ya  sobre  el  glacis  de  In  fortiflcacion  sitia- 
da,  cuyas  ofensasson  ya  mas  inmediatas  y  po- 
derosas,  por  lo  cual  debe  calcularse  por  el  si- 
tiador  la  importancia,  número  y  estado  de  la 
plaza  delenidamente.  Se  dice  que  el  sitiador 
es  dueno  del  camino  cubierto  cuando  ha  llega- 
do  ¿  coronarle  por  una  trinchera,  contra  la 
que  no  puede  cl  sitiado  hacer  daño  alguno, 
para  lo  cual  esta  se  giiarncce  de  traveses  que 
desenfllan  sus  diferenles  trozos  de  los  foegos 
dominantcs  de  las  obras  principales.  Loscoro- 
namientos  suelen  hacerse  ¿  viva  fuerza,  esto 
es,  ¿  la  zapa  volaotc,  como  se  ejecntaba  antcs 
de  Vaoban,  que  fué  e1  primero  en  continuar 
desde  la  tercera  paralela  el  avaoce  palmo  ¿ 


^ ,  .^ —  ..„  mztg  . 

zags  sobre  las  canitales  de  las  medtas  Innas  1 

eolateralesbasta  ladistanciade  4,200  varasl    ^,,   Desde la lerccra  paraleU,  h»sia la  reoUiciou ^ 

de  io8  salientes,  y  en  este  sitío  se  coustrayen  Ide  ia  piata. 


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ATAQUE 


mí 


palmo  por  ramales.  £n  el  estaJo  aclual  dc  la 
fortiflcacion  y  de  la  artilleria,  pnede  bacerse 
muchae  Teces  con  éxito  el  coronamiento  á  vi 
va  fiierxa,  dirigicndo  bien  la  arlilleria  dcsde 
el  principio  dc  las  trincheras,  y  apagando  los 
fuegos  del  frente  atacado,  pero  si  el  sifiador 
sabe  defendersc  bien,  hay  que  continuar  el 
Btaque  palmo  á  palmo. 

S¡  contra  la  plaza  se  necesitase  por  eu  for- 
taleza  nua  cuaria  paralela  todavia,  se  continúa 
desde  la  tercera  por  ramales  encorvados  de 
tal  modo,  que  cada  elemenlo  del  uno,  enGlc 
nn  clemento  del  otro ,  debiéndose  marcliar  so- 
bre  las  capitales  de  las  obras  atacadas,  y  sobre 
las  de  las  plazas  de  armas  entrantes:  dc  aqiii 
en  adelante  se  caroina  por  zapas  dobles,  y  al 
Uegar  á  estar  dentro  de  iiro  de  las  granadas 
de  mano,  se  desarrolki  una  especic  de  semi' 
paralelas  hten  desenflladas  porre/ornos.  Si  la 
pendlenle  dcl  glacis  es  dulce,  se  puedcn  colo- 
car  algunas  veces  fiisileroB  que  enfleten  las  ra- 
mas  del  caraino  cubierto,  y  que  bagan  aban  - 
donarla  al  sitíado,  en  euyo  caso  dichas  peqtie- 
ñasplazasdo  armas  se  llaman  cabaUeros  detrin- 
chera.  Si  ta  pendiente  delglacises  muyescarpa- 
da,  se  establecen  en  la  prolougacion  de  las  ramas 
del  camino  cubierto  algunos  pedrcros  y  mor- 
teros  peqnenos.  Bajo  la  proteccion  de  estos  ca- 
balleros  ó  de  las  bateria»  de  pcdreros  y  cuarta 
pariilela,  se  Itace  ya  posíble  emprender  el  co- 
ronamiento  dcl  camiuo  cubierto  ¿  viva  fuerza 
ó  á  pie  flrme.  La  tercera  paralela,  pues,  debe 
quedar  á  70  ú  80  varas  de  los  saüentes,  y  la 
cuarta,  si  se  construye,  ¿  nnBs36  varas.  Du- 
rante  estas  opcraciones,  que  se  hucen  de  noche, 
los  sitiadores  iriundan  de  granadas  de  mano 
los  caminos  cubiertos  y  terraplenes  del  sítiado, 
las  baterlas  disparan  sin  tregua,  y  la  fusileria 
do  debe  cesar,  pudiéndose  cavar  para  esta  en 
el  mismo  giacis  ^varíos  hoyos,  que  puedan  con- 
tener  escondido  á  un  hombre,  y  que  se  Ila- 
man  oozos  de  tiradores. 

El  cabailero  de  trinchera  inventado  por 
Vauban,  es  una  grande  gavionada  construida 
coii  muchos  órdenes  de  gaviones,  desde  cuya 
cima  se  domína  y  enflla  un  aladel  caminocu- 
bierto  Se  sube  ¿  dicha  cima  ó  cresta  por  gra- 
das  interiores,  y  sobre  dicha  cresta  se  hacen 
aspilleras  con  sacos  de  ticrra.  El  cubaliero  de 
trinchera  se  cubre  del  fuego  enemigo  por  un 
retomo  de  igual  altura. 

Su  longitud  debe  ser  lo  menos  igual  ¿  la 
latitud  del  camino  cubierto;  pero  no  se  le  pue- 
de  dar  dicha  direccion  cuando  los  obuses  cola- 
tcrales  sontalesque  puedan  tomarle  de  reyés. 
Si  se  vcriffca  lo  contrario  es  preciso  construírle 
casi  paralelo  ¿  la  cresta  de  la  esplanada,  y  de 
modo  que  el  retomo  pueda  desenfllar  bien  su 
interior. 

Estos  caballeros  de  trinchera  deben  trazar- 
so,  segun  el  método  de  tiempo  que  traemos 
calculado,  la  noche  4  6."  en  que  los  za(radores 
han  llegado  á  36  varas  de  los  salicntes»  en  cu- 
TO  tiempo  dejan  eslos  tamblen  la  marcha  rec- 


Ita  para  abrazar  los  salientes  por  las  últimaa 
semi'plazas  de  armas.  Estos  ataques  se  pcr- 
feccionan'  y  guaroecen  al  siguiente  dia.  Lai 
dos  noclics  sigiiientes  se  emplean:  4.**  cn  le- 
vantar  loscaballerosdetrínchera,  y  2."enonir- 
los  por  iina  cuarta  paralela,  si  fuese  preciso 
por  Jas  causas  qne  dejemos  diclias,  y  en  cuyo 
caso  se  aumenta  cl  cáicu'o  do  laduractofi  pro« 
bahle  del  siíio,  pues  esta  paralela  mas  alta  que 
la  terc^ra  ocuUar¿  sus  fueffos ,  y  es  preeiso 
trasladar  ¿  etla  las  baterias  de  la  otra,  en  lo  cual 
se  tarda  dos  dias. 

£n  el  dia  48."^  graoean  el  fuego  de  loda  es- 
pecie  los  cabatleros,  baterias  y  fusileriti  delt 
cuartaparalela,  facililandoel  trab{iJoquellegar¿ 
¿  los  tres  salientes  del  frente  de  ataque  en  It 
nochc  49.*  Estos  caminos  pueden  hacerse  di- 
rectos  eii  sentido  dc  las  capitales  por  zapas  do- 
bles  y  directas;  aunque  es  preferiblc  desembo- 
car  por  los  costados  de  los  caballeroipor  me- 
dio  de  zapas  simples  que  vayan  ¿  Juntarse 
¿  siete  varas  de  los  salientes  y  abracen  un  mt- 
cízo  trapezoldal  qud  cubra  una  parle  de  la  ál* 
tima  scmi-plaza  de  armas  y  sirva  de  depósito 
para  los  materiales  dc  la  trinchera.  Reonidos 
ya  los  zapadores  que  se  dirígen  ¿  cada  salieo* 
te,  continúan  paralelamenle  ¿  la  cre«ta  del 
glacis  y  se  estienden  todo  lo  posible  ctibríén- 
dose  con  travescs.  En  el  49  y  oochc  vigésioia 
seabrazar¿n  los  salientes  de  modo  qoe  porlos 
claros  dc  los  fosos  ae  puedan  descubrir  las  es- 
carpas  y  los  flaoii)a  colaterales ;  las  alas  dd 
coronamiento  se  apoyar¿n  en  áltos  retomos, 
que  loa  cnbran  de  loafuegos  de  las  obraseola- 
terales.   Con  bastantes  traveses  corooados  de 
gavionüdas  se  cubren  los  alojamleotos  eofila- 
d03  sobre  la  cresta  de  la  esplanada.  Cuando  oo 
se  uiicn  los  caballcros  6  semi-plasiisdearaiai 
por  una  cuarta  paralela,  se  cerca  la  plazadear- 
masentrante  por  una  porcicn  cireuíttr  c*5iicac« 
que  une  los  salieotes  de  los  baluartes  coo  los 
de  la  media  luna/  y  en  el  centro  de  aquella  96 
colQca  una  gran  bateria  de  pedreros  y  morte- 
ros  contra  la  plaza  de  armas  entrante,  cootm 
la  media  luna  y  su  reducto  y  contra  los  baloar» 
tes;  pero  cuando  se  construye  cnarta  pani)eia« 
se  conlinúa  la  trínchera  recta  hasta  el  salieote 
para  coronar  las  caras  de  la  plaza  de  arreas  y 
unir  las  otras  partes  del  coronamiento.  Doeño 
el  sltiador  de  las  partes  salientes  y  entranlea, 
puede  establccer  una  batería  de  unoó  dosobo- 
ses  dc   7   pulgadas  para  tirar  y  destraír  lof 
tambores  de  madera ,  que  cubren  las  escale  ru 
dc  comunicacion  entre  el  foso  y  el  camiBO  ca« 
bierto.  Éu  las  noches  24  y  22  se  hacen  las  por- 
ciones  circulares  cóncavas,  se  tomar¿  el  sa- 
liente  de  la  plaza  de  armas  entrante,  se  ooo- 
ctuye  el  coronamiento  del  camioo  cubterto,  se 
establecen  ias  grandes  baterias  de  morieros  y 
pedreros  sobre  labrecha:  desde  el  dia  24 
deben  tener  yaempezada  ¿  calcular  su  sitoa- 
cion,  etc.  Con  esto  queda  ya  efectoado  el  coro* 
namiento  del  canúno  cubicrlo,  puuto  en  doode 
aiguDos  autores  concluyen  el  segundo  período. 


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ATAOÜfi 


4026 


Gmiito  acubunos  de  dedr  sobre  la  mar* 
dia  de  loa  trabaJ63  en  el  segttodo  pcriodo  y 
parte  del  tercero,  baala  para  comprcnderlo  y 
6|eeotorlo  delante  de  las  plazas.  Si  el  terreno 
delante  del  frenle  üe  ataqtie  es  de  archiola  de 
piedros  alli  traiUas,  eoroo  en  el  aotigoo  fuerte 
ée  Sm  OaetaDo  en  Salamanea,  cuyo^  glucis 
ÍQeron  constmidos  por  losfrattcesesoou  piedraa 
eértadas  j  sobrepuestas,  los  caminos  cubiertos 
j  atojamtoitos  deberán  hacerse  oon  tierras 
trasportadas.  Si  la  plasa  sUiada  está  rodeada 
de  pantanos  j  no  se  poede  avaasár  sino  por 
^ues  6  nialeeottes»  no  tenieodo  a^ella  a$d^ 
fosos,  loi  gefes  todos  conchiyen  el  segnndo 
perloíio  en  el  pie  del  glacis,  como  hemos  be- 
obo  nosotros.  El  ataqne  de  las  oontraminas  por 
las  minas  seesplayará  mas  adelante.  (Véase 

Obligado  el  sitiado,  despues  de  hecbo  el 
coronamieBto,  á  retirarse  del  oamino  cobierlo 
á  los  redoclos  de  las  plasas  de  armas,  dejando 
desoobiortas  las  escarpas  de  la  media  luna  y 
de  los  baluartes,  el  sitiador  debe  proponer- 
üe:  4  .*  oootrabatir  los  fuegos  de  los  flanoos 
dei  cuerpo  de  la  plasa  que  enfllan  los  fo- 
sos:  %,*  destffolr  las  escarpas  de  la  media  luna 
y  baluartes  por  medio  de  las  baterias  de  bre* 
cha  6  por  lamina:  y  3.^  baoer  comunicaclones 
qoe  ie  conduscan  i  las  brecbas  para  asaltar 
lasobras  ycombotir  cnerpo  á  cnerpo  couei  si- 
liado.  liOa  dos  primeros  objetos  quedan  satís* 
fechos  con  las  eontrabaleria$  y  bateria$  de 
breeka;  ambas  seeonstmyen  en  el  corooamien- 
10  enfrente  do  los  oiitletos  que  deben  batir,  se 
resguardan  y  desenfllan  con  traveses  altos,  y 
80  constmyen  delante  de  la  trincbera  y  mas 
aUas  que  el  foodo  de  esta  para  descubrir  me- 
Jor  y  batir  lo  mas  bajo  posible  las  escarpas. 
Goando  el  relieve  trasado  de  la  fortifleacion  no 
permite  descubrir  bastanle  b^  los  revesti- 
BMontos  para  balirlos  en  brecha  desde  la  eres* 
ta  del  glacis,  es  indispensable  bi^ar  las  ba- 
terías  de  brecha  al  camino  cubierto,  lo  coal 
hace  maspenosa  sn  constroccion»  debiendo  no 
perder  de  Tista  que  la  Itoea  de  tiro  de  ona  ba- 
tería  no  se  puede  iuclinar  mucho  al  horison- 
le  y  qoe  en  las  baterias  de  brecba,  que  tiran 
con  el  méximo  de  carga,  no  pnede  esceder 
de  7**  el  ángnlo  de  inclinacion.  El  parapeto  de 
)a  trinchera  sirvepara  hacer  elespaldon,  cous- 
Iruyéndose  todo  como  en  las  anteriores  ba- 
terias. 

La  tercera  eondicion  antes  enunciada  se 
satisface  con  dos  géneros  que  existen  de  co  - 
BNinicacion:  bajaaae  al  fo$o  y  paeoe  del  foeo. 
Las  bajadas  al  foso  son  á  cielo  desoubierto  ó 
mbUrráneas,  Les  bajadas  eonsisten  en  unas 
galerias  qoe  parten  en  deeiive  desde^rto 
pvnto  de  la  esplanada  y  van  i  morir  al  fondo 
del  foso,  si  cs  seco,  y  al  nivel  del  agna  si  es 
de  agtw;  pero  siempre  enfrente  de  ia  parteMe 
brecba  destinada  al  asaito.  Estas  bi^adas  i 
oüh  raso  suelen  hlindarse  para  goardar  laco- 
Biaoioaclon  de  las  granadas  de  msÉBo,  0tc.|  qoe 


dentco  de  eltas  ftrroian  los  siliados.  {Véasé 

BLmnAQB.) 

Cuando  el  foso  es  muy  profundo,  se  cava 
i  cielo  descubierto  la  partequcsepueda,  y  pa« 
ra  evitar  trabajo  i  los  minadores  se  continua 
úíbUrráma  la  bajada  déndola  5  VaPiesdean- 
cho  y  se  enoofra  con  maderos  para  evitar  el 
derrumban^Bto  de  las  tierras,  como  se  dli^ 
eu  el  articiilo  Mnus.  k\  llegar  'el  trabajo  de 
la  b^ada  i  la  contraescarpase  rompe  esta  (ai- 
gonas  veces  con  una  peqtiefia  mina)  y  se  cuidn 
oe  deiar  esta  boca  e^aciosa  para  que  pueia 
dar  paso  con  desaiiogo  en  su  tiempo  i  la  co- 
hiBBa  de  asalto.  Aiguna  vez  se  suele  abrir  la 
bajada  al  foso  por  niedio  de  on  globo  de  com« 
presion  ó  nna  mina  debajo  de  la  banqueta  del 
eamino  cubierto,  la  coal  sesoiirecarga  blen,  se 
calcula  y  se  dirjge  de  manera  qne  reventando 
por  la  contraescarpa  lance  las  tierras  devadas 
sobre  la  brecha  y  deje  abierta  con  sii  embudo 
hi  bajada. 

Se  llaman  pasos  del  foso  los  camioos  y 
obras  cpie  se  constmyen  para  llegar  desde  ei 
foso  i  labrecba  con  el  objeto  de  hacer  posible 
el  asalto.  Algonas  veces,  muy  raras,  se  dan 
loB  asaitos  sin  oonstralr  jaasos  de  foso,  Para 
mejor  amparo  los  pasos  se  cubren  coo  es- 
paldones  entre  la  desembocadura  de  la  coo- 
traescarpa  y  1o  alto  de  la  brecha.  Kn  fosos  de 
fondo  seco  de  Uerra  se  constraye  el  paso  i  la 
zapa,  pero  siendo  dicho  fondo  de  piedra  se 
eonstrnye  el  espaldon  de  sacos  de  lierra  qoe 
desde  ladesembocadura  de  la  contraescarpa  vie« 
ne  eorriendo  de  mano  en  mano  un  cordon  que 
para  esto  se  establece  de  tapadores.  El  paso 
de  un  foso  seco  viene  i  ser  por  consiguiente, 
una  trinchera  ordloaria  ejecntada  i  la  aapa 
llena,  y  i  la  que  se  da  un  parápeto  considera« 
ble  ó  un  esnaldon  construido  con  materialeB 
trasportables.  Guando  los  fosos  son  de  agua 
estancada,  se  conslruye  el  paso  del  mismo  mo- 
do,  cegando  con  anticipacioo  el  foso  por  me« 
dio  dc  piquetes  clavados  en  el  fondo  y  fajinas 
clavadas  y  snjetes  i  estos,  coo  lo  cual  se  va 
construyendo  el  puente,  levantando  cuanda 
esle  va  ilegando  i  flor  de  agna  un  espaldon  en 
la  parte  opiiesta  del  foso.  Guando  el  foso  es 
de  agua  corriente  ó  de  agua  estancada  que 
poeden  hacercrecer  por  medlo  de  eselnsas  los 
sitiados»  el  paso  es  de  coustruccion  mas  dificil 
dc  asegorar.  En  ambos  casos  el  puente  que  se 
construyc  debe  ser  flotante  y  snjetarse  con  es- 
tacas  y  sus  incoras,  coidando  de  valerse  opor* 
tnnamente  de  las  coiiversiones  para  cnsos  de 
ataque  6  sorpresa,  y  de  que  dicbos  puentes 
pnedan  soatener  artiileria  gruesa  y  una  colum- 
na  de  infanteria.  Eslos  pucntes  pueden  ser  de 
fijinadas,  ponlones,  ete.  {Véase  msKntEñ  m- 
LITABB8.)  Guanto  hemos  dicho  completa  la  des- 
cripcion  de  todas  las  obras  en  el  ataqoe  dc  una 
plasa.  Vamos  ahora  á  decir  el  modo  de  valerse 
de  oslas  d^ras  para  apoderarse  de  olla. 

Las  baterias  4e  brecba  y  ias  contrafoaterías, 
armadas  estasde  piezas  de  %k,  despuea  de  b»- 
T.    ui.    OS 


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<027 


ATAQUE 


*m 


ber  contrabntido  la  aitilleria  eDemiga,  'del)en 
disparar  sobre  las  caras  de  la  media  luna,  coii- 
tra  los  flancos  del  reciiito  7  coutra  las  caruis 
de  los  balnartes  qne  enfllan  los  fosos  de  la 
mediu  lima,  desde  el  dia  28,duran(e  el  cuu.  sp 
trazan  tambion  las  abcrturas  de  las  bajadas  al 
foso,  y  cn  la  nocbe  23.*,  se  perfeccionan  las 
baterias  de  brecha  y  contrabaterias,  haciéndo- 
se  las  áberlurds  de  las  bajadas  al  foso  de  la 
media  luna  y  de  los  baluartes,  todo  lo  cual  se 
continua  y  arman  las  baterias  en  e\  dia  23  y 
nocbe  24.^;  en  el  diasiguientesinren  (odas  las 
baterias  y  contrabaterias,  no  entrando  en  Jiie- 
go  las  de  brecha  hasta  la  tarde  de  este  dia  ó 
mafiuna  del  25,  durante  eoyos  fuegoe  se  con- 
tiniian  las  bajadas  al  foso.  La  nocbe  35.*  sc 
desemboca  en  el  foso  de  la  media  luna  en 
freoto  de  la  brecha,  y  se  hace  una  plaza  de 
arma^  cn  la  contraescarpa;  en  la  nochc  26.*>se 
hace  el  pa$o  del  foso  de  la  media  Inna  y  se 
reconore  la  brccha;  cl  dia  signiente,  se  con- 
cluyo  dicho  paso  y  sc  hace  praclicable  la  bre* 
cha  liraqdo  ^ranadas  á  la  crcsta,  etc.  En  tudo 
e.<:tcdia  y  noche  27.^  se  prepara  todo  para  mon- 
tar  la  breclia  de  la  mcdia  luna,  y  el  dia  27 
a.'^altan  con  Tigor  las  tropas  do  asallo,  al  ra- 
yar  cl  alba,  la  brecha,  saliendo  de  ta  plaza  de 
armas  de  lacontraescarpa,  arrojan  al  sitiado  dei 
salíente»  leobligan  á  rotirarse  al  reducto  y  los 
ingenieros  con  sus  zapadorcs  trazan  á  la  zapa 
Yolante  un  alojamiento  alredinlor  de  la  con- 
traescarpa,  uni6ndole  á  los  cspaldoncs  det  pa- 
Mi  del  foso,  y  retirándose  las  tropas  á  siis  am- 
paros  á  medida  quc  esle  trabajo  vaya  adelan- 
lándose.  En  ia  noche  del  28  se  e.sticnden  hasta 
el  foso  dc  Uos  cortadnras  los  alojamientos  en 
el  terraplen  de  la  medla  luna,  se  cono,  por 
medio  dc  zapas,  á  lo  largo  y  cn  el  espesor  dc 
los  parapotos,  para  tomar  por  la  espalda  los 
reductos  dc  las  plazas  de  armas  entranles,  se 
oontinua  ba(¡endo  las  brechas,  se  avanza  en 
%ig  zags  por  los  foi^os  de  la  media  luna  para 
salir  al  fo.so  dcl  ciiorfK)  de  la  plaza;  por  unas 
óortaduras  bastanto  ancbas  (loe  sc  construírán 
en  frenle  de  los  desflladcros  de  los  (rave?e9. 
se  baja  á  las  plazas  de  armas  enirantc.H  y  se 
coroua  lá  contraescurpa.  En  el  dia  sigiiíento 
se  baja  por  otros  cortaduras  ú  los  reductos  de 
las  pluzas  de  arinas  cntrantes  y  empieza  en 
tas  escarpas  del  rcducto  el  trabajo  del  minador. 
Kn  la  noclie  20.*  se  trabaja  activamente  en  las 
baterías  de  brecha  contra  el  reducto  de  la  me- 
Uía  Inna  y  se  coocluirán  los  trabajos  de  las 
miAas  contra  los  reductos.  Por  el  dia  Joegan 
los  hornillos,  se  asallan  y  conqoistan  los  re- 
dnctos,  86  continuan  siempre  las  bajadas  al 
foso  del  cuerpo  de  la  plaza ,  cuidando  de  que 
vayan  á  parar  en  frente  de  las  brecbas  abiertas 
ya  por  los  claros  de  los  fosos  de  la  medfa  lu- 
na.  £n  la  Doche  30.*  se  concluyeu  las  biterías 
de  brecha  contra  el  reducto  de  la  media  luna, 
Inegan  ya  al  amauecer,  se  contolidan  los  alo- 
Jamientos  de  las  plazas  de  armas  etitrantes,  se 
«deiantan  con  vigor  ias  bojadas  al  foso  del 


eoerpo  de  la  plaza,  y  de  los  fosos  de  las  cor- 
taduras  de  la  media  Inna  se  baja  al  foso  de  sq 
reducto.  En  la  aurora  del  34  se  asalta  y  coa- 
qnista  el  terrapleii  del  redocto  de  la  raedia 
liina. 

En  este  dia  34  de  Iriocheraabierta  el  aitia* 
do.  viendoyaasegorada  para  el  sitiadorla  det- 
embocadura  en  el  foso  dei  coerpo  de  la  plaza, 
pudiera  capitular;  pero  bajo  la  proteccion  de 
los  atriooheramientos  do  los  baloartes  poede 
lodavia  recbazar  con  ventaja  al  sitlador  y  de- 
fender  á  palmoa  el  terreno  algunos  dias  mas. 
En  los  dias  32  y  siguientes,  se  actiTan  los  pa- 
sos  dei  foao  principal,  y  en  suii  eapaldones  se 
hacen  las  brechas  de  fócil  acceao  con  baena 
copia  de  granadas  tiradas  á  8u  cima  y  i  los 
resaltos  formados  por  las  ruinas.  Si  se  neoe- 
sila  la  mína  se  emplea  desde  el  34  pari 
quc  Jitegue  el  33,  en  cnya  nochc  se  preinra 
todo  para  el  grande  asallo  flual  y  decísivo  ca« 
si  siempre.  Al  rayar  el  ali>a  deí  34  iMiJan  las 
tropas  al  foso,  forman  al  amparo  del  espal- 
don,  asaltan  la  bredia  con  esftierzo,  ganan  et 
terraplen  y  de  este  se  van  reflraodo  poooá 
poco  al  paso  quc  los  iogenieros  van  formando 
en  la  crcsta  de  la  brecha  un  alojamiento,  qne 
ampara  la  retirada  y  se  concluye  contodassos 
comiinicaciones  en  el  mismo  dia.  En  la  tarde 
del  34  se  sale  de  este  alqjamiento  al  terra- 
plen  dc  cada  baluarte,  ae  corooa  ¿  la  lapa  llc- 
na  la  oontraescarpa  del  atrtndieramieDto,  y  cn 
los  dias  35  y  36,  se  aplica  el  minader  contra 
el  alrincheramiento  ó  se  trabaja  en  las  bate- 
rías  debrccha.  Ri  sitiado.  qoeya  no  tienede- 
fem^as,  queestádesalentado,  coando  no  exhamu 
to  dc  viveres  ó  miiniciones,  capUulará  proba- 
blemenie  llegatloestccaso,  cvitando  asilaBiier- 
te  mas  tri¿te  de  la  guerra,  y  de  no  hacerlo.  ei 
sitiador,  inuclio  roas  nuqeroso,  osti  en  el  caso 
de  cntrar  ya  eii  cx>mbate  euerpo  á  cuerpo  cm 
aqnel  y  acometerlo.  {Véase  asalto.)  Heaqui 
detalladamente  copiadoa  todos  lostrabajnay 
táctico  de  un  alaquc  m  las  futmas  ¿od  fuorte 
abaluartado  modemo,  el  C4iai,  por  dd  c¿lenlo 
re:?nlar  de  duracion  probahk  de  sitio  henm 
visto  qiie  dura  36  dias  de  trinchera  abierta, 
poesto  que  en  la  maiiana  dcl  dla  37  es  cnando 
siiponemos  ajustada  y  flrmada  la  capitula- 
cion. 

Gt  sisiema  de  la  deteusa  ¿  sa  vcit  e¿l¿  Id* 
tímamente  ligado  coo  eldel  ataotte»  ydc  ella 
nos  ocuparemos  mas  adelante  {viase  dbfb!Csa), 
con  cuya  esplicacion  habremos  dado  ¿  cono- 
cer  la  mayor  parte  del  ataque  y  defensa  de  Im 
plazas,  parte  tan  integrante  en  ia  fórttflcacioa 
y  principal  en  el  arte  militar. 

(^cloiremos  este  artieuIoespoDieodo  lige- 
ramMe  las  siguieutes  m^ximas  prtncipalfli 
para  el  ataqae  establecidaa  por  Vaubao  y  qoe 
deben  teoerse  siempre  presentes. 

f  .*  La  primera  y  mas  importaote  m¿ziiM 
de  todas  hace  depeoder  muy  príoclpaliBeDle 
el  ézito  de  los  ataques  de  la  perfécciOD  delai 
tres  plaias  de  armas  y  medta^  plaias  de  ar« 


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40i9 


ATAQÜE 


mo 


BMs,  pooléüüola^  coaiüo  anles  en  diipoiicioii 
dc  Jngar  sus  fuegoe. 

.  2.*    Qtie  00  se  coostruya  obra  alguna  sin 
que  esté  bien  flttoqncada. 

3."  Que  nunca  s^  debe  avanzar  cn  las  obras 
5ÍB  que  vayan  bieu  soetenidas  por  iropus. 

4.'  Que  se  distribuya  bien  latropa,que 
las  alas  y  jnediu  de  lai  paralelas  sea  lo  mas 
f aerte;  que  se  destine  siempre  para  reserva  on 
tercio  de  la  tropa  que  guamece  la  paralela. 

5.*  Que  todos  los  dias  se  instruya  de  pa- 
labra  á  las  tropas  de  facciOQ  de  lo  qoe  tienen 
que  ejecutar  en  nn  traoce  imprevisto. 

6."  Relevar  lodos  los  dias  la  gnardia,  obli- 
gandola  á  hacer  el  servício  cou  la  misroa  vigi- 
lancia  qne  si  el  enemigo  estoviese  ejecutaudo 
una  salida. 

1.*  >^unca  empeñarse  en  defcnder  obras 
imperfectus  sino  ceder  y  bacer  retirar  á  los 
trabajadores  sobie  los  reversos  de  las  pluzas 
de  armas  próximas,  dpjando  actuar  el  fuego  de 
)a  trincbera,  que  hace  mucbo  mas  daúo  al  ene- 
mígo  que  la  rebistencia  que  se  podria  bacerle 
empenándose  en  r'^cbazarle  en  los  lugares  des- 
venlajosus. 

8.*  Por  lo  mismo  no  aprcsurarse  á  atacar 
al  euemigo  sioo  esperarle,  d^arle  empeñarse 
y  sufrir  cl  fuego  de  las  plazus  de  urmus  lanto 
como  él  quiera,  y  cuaodo  so  le  vea  deéalenla- 
do,  liacerie  cargar  por  los  granaderos,  y  dcs- 
tacameotos  niieiitras  que  la  guardia  de  cuba- 
llería,  .|üe  babrá  teuido  tiempo  de  acudir,  cae 
sobre  él»  sea  cortándolo  la  rcttrada  ó  acome- 
liéodolc  por  cl  flanco. 

9.*  Despues  de  baber  balido  á  una  salida, 
00  peréC'guirla  con  mucbo  empeño  ¿ino  con* 
tcnlarsc  con  recbazai  la  y  encerrurla  deutro  de 
la  piaza,  volviéndose  pronto  á  la  trincbera 
para  iio  prei^entar  blauco  al  fuego  de  la  plaza, 
eutojice:í  mas  prepurado  y  por  lo  lauto  mas 
peligro64). 

40.  Tener  por  méxima  Infaliblc  de  buen 
ézito  el  00  apresurarse  Jamáb»  sioo  couleslar 
Bimplemente  el  fuego  del  enemígo  cuando  lo 
baco  en  órden ;  pero  utacándole  cuaudo  se  le 
Tea  en  desórden,  y  por  iiltimo  no  asustarse 
auoque  en  una  saiida  logre  el  sitiado  quemar 
ooa  ó  dos  doi^enas  de  fajinas  ó  gaviones;  por- 
qne  si  los  fuegos  del  sitiador  cslán  bicu  condu- 
cidos,  aquel  lo  pagará  bien  caro. 

Ganada  la  plaza ,  se  rebacen  y  rcparan  las 
obras  arruinadas ,  se  deshacen  y  allanaii  las 
trincheras  de  los  ataques,  se  ecba  fuera  de 
ella  á  la  gente  sospccbosa,  se  provecn  los  al- 
oiacenes,  si  la  plaza  se  ha  de  conservur;  aiuo 
se  saca  lo  mejor  y  so  demuelen  las  obras. 


Vémmie  Uu  obrat  dé  Vauhan,  CoheorHf  Cormon" 
imigne.d^Areom,  Bouemarf  Camot,  VaHejoyBer- 
rera  Gareia, 


Yamos  ¿  dar  ahora  la  csplicacion  de  la  lámi- 
na  correspondicnte  á  esle  ai  ticulo  para  su  me- 
]or  iiiteligeocia.  \Véase  cl  Atlas,  Árte  militar, 


láminas  Yll  y  Yni.)  Esta  lámiua  repreaento 
el  castillo  de  Burgos  defendido  por  los  fraoce- 
ses  contra  el  ejército  inglés. 

La  fortaleza  de  Rorgos  foé  sitíada  en  484% 
por  los  ingleses  bajo  las  órdeoes  del  duque  de 
Wellingtou,  que  hiso  abrir  ia  tríncbera  el  dia 
49  de  setiembre  y  se'vió  obligado  ¿  levantar 
el  silio  el  34  de  octubre.  Los  franceses  Uefeo- 
dian  la  plaaa  bajo  las  órdenes  del  general  Du- 
berton.  El  fuerte  se  ballaba  situado  sobre  una 
colina  ¿  la  eslremidad  del  contrafuerte  que 
domina  la  ciudad.  Compcniase  de  nn  caslille- 
Jo  y  tres  recintos,  cada  uno  mas  dominaote 
que  el  anterior,  y  de  una  obra  avanzada. 

í;!  prímer  reclnto  y  mas  elevado  se  ballaba 
empalizado,  el  segundo,  casilodo  deUerra,ba6- 
tante  mal  empalízado,  dominado  y  esteodido 
por  lodas  partes,  se  desarroUalw  como  un  lia^ 
ton  debajo  del  primero;  el  tercer  recinto,  que 
no  sc  estendia  mas  que  delantc  dc  una  parte 
del  segundo,  cstuba  formado  por  un  trozo  de 
muralla  vicja,  terraplenada  solameole  por  la 
dcrecha.  Los  tres  reciutos  apenas  tenian  por 
alguna  qoe  otra  parte  nna  escarpa  suílcíente- 
mcnte  elevada,  carecian  de  fosos,  estaÍNin 
mal  cerradas  y  por  alguoas  paríes  se  hubiera 
podido  subir  del  parapeto  del  uuo  al  otro  re- 
cíiílo.  La  obru  esteríor  ó  fuerte  de  Sun  Miguel 
no  estaba  concluida  y  no  podla  tampoco  resia- 
tir  ¿  un  ataque  ¿  viva  fuersa.  Los  numerosos 
tanibores,  atrincheramientos  y  cortaduras  es- 
tablccidas  durautc  el  sitio  en  los  intérvalos  dc 
los  recintos,  delante  dc  la^  puertas,  detrás  dc 
las  brechas,  y  que  teniau  tauta  importancia  en 
la  dcfeuEa,  se  habian  coostruido  de  looclcs, 
barriles  de  gulkta  y  empalizadus.  En  tín,  el 
custillo  dc  Burgos  eia  un  punto  tao  insignifi- 
cante  que  ni  aun  merecia  el  nombre  de  fuerte. 
Con  una  eslcnsion  que  apenas  equivalía  a  la 
de  uu  cuadrado  abaluartado,  cstaim  dcrendido 
dicbo  castillo  por  2,074  oíicíales  y  eoldados. 

E1  ataque  fué  dirígido  contra  una  pordon 
de  recinlo  sin  camiuo  cubierto.  El  siliador, 
por  medio  de  una  sola  paralela  bien  apoyada 
en  sus  cstremidades,  llegó  ia  décima  noche  ai 
pie  de  esic  recinto. 

La  distaucia  media  desde  la  aperíuia  de  la 
tríochera  hasta  cl  prímer  recinto  era  de  409 
metros  (cada  metro  equivale  ¿  3  pies  castella- 
nos  y  7  pulgadas,  poco  mas.) 

Los  inglescs,  que  franquearon  esta  distao« 
cia  en  diez  dlas,  cmplearon  veinte  y  tres  para 
ganar  30  metros  en  el  interiordel  campoalrín- 
cberado.  Uasta  cl  ataquo  de  este  recinto  los  si- 
tiadoies  tuvicron  40  oúciales  y  450  soldados 
muertos,  tK  oficialesy  600  soldados  heridos,  y 
mientras  duraron  los  ataques,  despues  de  su 
enlrada  en  cl  caoipo  atriocherado,  tuvieron 
ademus  44  oflcialcs  y  335  soldadoa  mucitos  y 
44  ofícialcs  y  887  soldados  berídos. 

La  aríiUeria  de  fiorgp»  oonsisliii  eii  44  bo- 
cas  de  fuogo  próximamentek  La  de  los  iugic- 
ses  constalia  de  46  bocas  de  fuego,  de  las  cua- 
lcs  eran  3  del  calibre  de  ¿  46  f  algnoas  üo  á 


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mi 


ATAQUe—ATAUD 


4m 


42;  adeinii8  tenitiii  9  pieiSB  de  peqiiefie  ea- 
llbre,  qne  haUdD  toroado  tn  el  fortiA  de 
Sbd  Miguel. 

ias  obras  de  Durgea  vcnian,  pues,  é  com- 
^Dcr  una  fortaiesa  de  campaDa,  eo  cdjo  esta- 
do  6  ])eor  se  Imllau  lioy  lambleD.  Ademas,  tos 
fttriDclK'ramieDtos,  cortaduras  y  comnnicacie- 
nes»  ¿asi  todas  estableddas  duráRte  cl  sltio, 
no  estabau  formadas  tfias  qoe  por  armaduras 
y  paredoDes  groseros ,  cestooadas,  palaDqoe- 
raa,  etc;  pero  sus  disposicioDes  ertn  talee  que 
las  tropas  que  las  gu&rDcciaD  ameDaiatiaD 
ooDtiDuameDte  los  flaDcos  de  ios  camiDos  cu- 
biertoB  y  desflladeros  por  ios  cuales  estas  co- 
iDbnfcactoDes  pasebtB  6  debtaD  pasar.  Ed  UDa 
-])alabra,  éichaa  disposiciODes  erao  coDfbrmes 
á  toa  priDeipios  eobre  qoe  se  faoda  la  coioca- 
ciOD  ¿e  Uts  triodierta  segoD  el  método  moder- 
M  de  iitaqoe. 

EsplicacioH  de  hs  signos. 

G.  Fiechas  de  Iqb  franceses. 
*  G,  c.  Flecha  de  dctrés,  la  cual  formó  la 
eolumDa  que  atacO  per  la  gola  el  fuerte  de 
8aD  Miguel. 

d,  V.  álojamiento  de  la  primera  nocbe. 

6,  f.  Caminos  cobiertos  construidos  duran- 
le  la  Docbe  al  mismo  tfempo  quc  la  colecacioa 
de  ta  batería  DAaiero  4 . 

a,  g,  e.  Trabajos  duraDte  ia  tercera 
Doche. 

Bateria  Díimero  4 ,  armada  la  cnarhi  Docbe, 
y  priDCipio  de  In  baterHi  námero  2. 

D.  PoDto  eo  donde  se  preseotó  uoa  colmD- 
na  portuguesa  eo  el  momcDto  de  la  escaiada 
del  campo  atrincherado »  duranto  la  ciiarta 
noche. 

h,  t\  r,  k.  Trabajos  en  la  qniota  noche. 

m,  k.  Trabajos  durante  la  sesta  tioche. 

m:::::  Gaieria  empexada  eo  la  sépl'raia 
noche. 

0,  o.  Trabajofe  durantc  la  séptima  no* 
cbe. 

k,  t,  «p  p.  Trabajotf  en  ta  octava  noche. 

<:::::  Galeria  empezada  durante  la  novena 
noche. 

t,  0.  Comanieaclon  constrnida  eo  ta  note* 
na  noche. 

h'.  Brecha  knpmcncable,  abierta  con  la 
mina  eo  la  décinm  noche,  y  hecha  practicablc 
en  la  noche  46.*  por  1a  bateria  nt^mcro  t. 

Batería  námero  3,  principtada  la  daodécima 
noche,  y  termlnuda  antes  de  tener  el  espesor 
neceflario. 

£.  Flfnco  en  donde  los  sitiados  abrieroo 
tronaras  en  la  noche  46.* 

Merianftaiero  k,  priaclpiada  la  noche  4  3.^; 
68  S9j«t6  eata  i  la  proeba  del  c^ftoñ,  y  sln  om- 
bargo  se  podo  haoer  fbego. 

lí.  Grande  breoha  ablerta  por  la  mina  du- 
rante  fñ  voche  4tS.* 

nnS*  GnttiDOf;  edbiertos  abiertos  á  1a  sa- 
pt  YOttnte  eii  1a  nodie  47.* 


F»  Brecfaas  prfndpMaR  por  la  bltarte  né- 
mero  4  durante  la  noche  4fl.* 

5.  Zapa  Ilena  doble  para  ganard  atrfnebe- 
ramiento  lcTantado  detoote  de  la  potema  del 
segiindo  recinto. 

V  V.  Gomonicadon  abietta  ea  1«  ne« 
che  2^.* 

xic.  Atrindlieramientos,  empaliiadaa  y 
comunicaciones  enblertas  constmidas  por  k¿ 
sitiados  despues  de  ía  abertora  de  h  tiln- 
chera. 

y  y.  AtvtncfteMsfeutos  qne  no  pudieroo 
ser  concloidos. 

%  z.  Horolllos  de  mioas  preparados  por  los 
sttiados  y  que  00  se  osaroo. 

ATAÜD.  Bra  entre  los  egipcios  ona  caja  eo- 
munmente  de  madera  de  sicomoro  ó  de  cedre, 
casi  siempre  fbrrada  de  earton  y  aoo  de  piedra 
calisa  ó  de  granito»  en  la  que  se  depositiLa  h 
momla,  despues  de  embalianMda  y  enToeMi 
en  pauos  mas  é  menot  flnos,  segun  la  calidad 

Íriqnezas  del  difonto.  El  Terdadero  ataod  en 
e  una  0ola  piexa,  eubierto  por  dentro  y  por 
fuera  de  esculturas,  representando  escenas 
funerarias  y  con  el  nombre  del  diínnto  repdi- 
do  Tarias  veces.  Kl  alma  dirige  sus  ofrendas  i 
diferontes  diTinidades,  y  hay  tanta  Tariedad  de 
alegortas  sobre  el  partkufar ,  qiie  no  ca  fádl 
indicarlas  en  detalle;  pero  su  eonjmito  poede 
terse  en  el  ritunt  funerario  de  Bgiirto.  La  tapa, 
fgualmente  de  una  sola  píeza,  t&roblen  iba 
adornada  por  todas  partes  con  pintnrastnilo- 
gos,  y  con  el  rostro  del  flnado  en  reliere,  !n- 
díslíotameDte  piotado  <>dorado.  Para  distiDfnlr 
el  sero  det  cadáver  acostumbraban  cefihr  al 
bnsto  en  relieve  una  barba  de  pelo  trenxada; 
lu  falfa  de  este  requisito  indicaba  qoe  «qoetlos 
restofi  eran  de  mnger.  ün  gran  collar  y  alg«< 
no3  simbolos  cubrian  comunraente  ei  pecbo; 
iinaiDscrípcion  perpendlcularpartta  delcentro, 
y  varías  escenas  funerarías  destacálMnse  A  les 
lados.  Este  atand  iba  dentro  de  otro,  y  Iob  dos 
dentro  de  uo  tercero  de  graoden  dimensfooea, 
y  cnbicrtos  igualmente  uoos  y  otros  de  phrta- 
ras  é  iDscripciooes.  Gonclnides  de  esle  modo, 
depositábanse  en  los  nicbos  sepuloniles  donde 
se  encoentran  ann ,  y  «e  cotocaban  Jofilo  A 
ellos  diferentes  ofrendas,  y  A  las  veces  nmtni* 
mentos  alegórícos  A  1a  profesion  del  difonlo, 
como  reglas,  coropasea,  globos,  piletas,  flgn- 
riHas  y  vflsos,  segun  era  este ,  arnultecto,  in- 
gcniero,  escríba,  ó  dedieado  A  cusAqniera  olt  j 
arte  liberal  ó  meoAnica. 

ios  crlstianos  restablecleron  ei  uso  de  los 
ataudes.  En  Franeia  se  eneuentran  en  gran 
Dúmero,  y  alguoos  pertODeceo  A  los  prlmeros 
siglos  de  la  era  crtstiaoa.  Ed  las  Gatlas  hobo 
doidelbkelglos  VU  y  iTUielUoseapresameDte 
oootagrados  pnra  las  «epoltaraB ,  y  nna  gm 
parte  de  los  ataodes  eoterrados  ani  ^e  hao 
cooservado  bast^  ouestros  dlas,  al  través  de 
te  bórfáseu  pótttíctfs  y  reHgtosns.  11  Poltoa 
es  ooa  de  las  prtfvtnetns  de  Traoc^a  en  qnemas 
Ab(mdaD,yle«ballÉdos^Civeanx  boBndqnt- 


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ATAUD^ATEISMO 


lOSi 


t4do  clerta  celebrid«d,  taoto  por  su  anHgttedad 
«ooo  por  8U  considerable  número.  la  mencio* 
Kada  ciudad  se  eAeoeBtra  sitaadai  aeis  leguas 
Sodeste  de  PoiHers  sobre  la  orilla  isquierda  y 
ocGidental  del  VÜune.  A  la  entrada  de  Civeaux, 
vlniendo  de  Poitiers  á  la  ixi|uierda  M  eaadno 
rcal,  se  encontraron  en  4737,  en  on  espacio 
de  3,074  toesaa  cuadradas,  de  seis  á  siete  roil 
maiuées  de  piedra,  easi  (odos  á  flor  de  lierra, 
ilg'unos  semlenlerrados  y  muy  pocos  á  la  su* 
perficie  del  suelo.  Sn  forma  se  aproximaba  a1 
eoadrHoogo,  y  tos  babia  de  todos  tamaños, 
éesde  3  basla  6  pies  y  8  ó  3  pulgadas.  Gada 
nno  estaba  cublerto  con  una  gran  losajas  mas 
plaoas,  y  etras  convexas  por  enctma,  de  6  pies 
y  a  polgadas  de  ancho,  y  de  6  ples  y  6  ó  7  pul- 
gadaa  de  longitod.  Se  abrieron  algunos  y  ne 
conteniaB  mas  4|oe  hoesos  en  cstado  de  cariesi 
y  casi  redncidos  á  polTo:  los  qoe  exeminaronj 
dtcbos  sepoicros  podieron  asegurarse  que  va- 
rios  cadáveres  haiylan  sidocotocadosen  el  mis- 
mo  ataod.  sea  al  propio  liempo  óen  dlferentes 
6pocas.  No  se  descubrieron  ni  medallas,  ni¡ 
armas,  niutenslliosfle  ninguna  clase.  Algnnos, 
aonqiie  muy  pocos,  (enian  insGrlpciones,  otros 
cruces  lati&as  y  fignras  alegórlcas.  I^  tapa  tms, 
Botable  es  «ina  en  que  se  encuentra  esculpida 
la  flgura  de  un  hombre  oolooado  en  una  espe- 
eie  de  nicho  no  muy  hondo,  con  un  martiUo  en 
le  mano  derecha,  que  so  asemeja  al  ascknlo 
qoe  se  ve  en  el  reterso  de  laa  medaHas  de  la 
familia  Valeria,  tkis  fonnas  no  son  ni  bellas 
Bi  regnlares:  está  reTestido  con  una  especie  de 
sayal  ablerto  por  los  dos  lados  y  cublerto  coo 
iitt  manto  qoe  no  le  pasa  de  las  rodülas;  tféne 
el  pelo  y  la  barba  cortos.  8u  Uage  pertencce 
al  siglo  IX  ú  VIII.  Se  ba  hablado  mnciio  de  un 
nonnmento  que  ios  babitantes  de  Gi^eaux  Ua- 
man  la  SHIa  del  réy,  y  quosegun  la  tradioion 
es  el  trono  del  rey  Clotls;  pero  el  tal  trono  ó 
menumenlo  no  es  otra  cosa  qne  un  fragmento 
mutllado  é  informede  una  láplda  eepulcral. 
Las  ínflnltas  pesquisas  becbas  acerca  de  los 
atandes  de  (ÜYeanx,  inducen  á  creer  que  su 
orlgen  data  dei  reinado  de  Carlo-Uagno,  y  eo 
este  easo  la  creaoion  del  ceroeuterio  de  Gi- 
teawt  pertenece  á  los  princlpios  del  siglo  XI, 
ó  ai  roenos  son  de  aquella  época  sns  innume- 
rábles  féretros.  Por  lo  dcmas,  su  forma  esti 
eOmplelamente  de  ácuerdo  con  ta  que  indica  la 
opinion  del  abate  Lebeof. 

Tambien  debemos  haeer  notar  qiie  el  si- 
glo  X  fué  el  mas  favorable  al  prodigioso  anmen- 
to  dc  los  ataudes  del  referído  ceroenterlo.  En 
«fetflo,  por  aquel  tiempo  se  apoderó  un  temor 
religioso  de  todos  los  ánimos,  asostados  por 
el  flo  del  mundo,  qne  anuneiaban  como  muy 
próximo  los  sacerdoles:  los  «eñores  y  particu- 
lares  consintleron  en  despoitarse  voiuntaria- 
mente  de  los  blenes  del  mnndo,  coo  tal  de  al- 
'canzar  la  misericordia  del  delo  y  saivarse  de 
las  ponaa  del  inOerno.  Las  sepulturasespléndi- 
das  se  hicieron  de  moda,  porqne  eran  la  con- 
'seoueBda  necesaria  de  las  repetidas  doaaoio* 


nes  beciias  á  ta  ig'i^aia,  qoe  fiieroB  tambien 
uoa  moda,  ó  uno  de  los  caractéres  de  aqoet 
siglo. 

ATAXIA.  (PatoU^ia.)  'A,  privativa,  x«{t<, 
órden.  fista  palabra,  eiapleada  por  los  anti- 
guos,  y  tambieu  ptHr  Sydenham  para  signifl- 
ear  un  desórden  eualquiera  en  la  econofflia,  ba 
eeguido^laiYOtiem^  en  uso,  oomo  olras  mu-^ 
cbas,  precisamente  porque  siendo  vaga,  era 
muy  córooda  para  designar  ciertos  estados  que 
no  secomprendian,  y  qoesin  embargo,  se  afec- 
(aba  eomprender.  Et  ilustre  Pinel  rostriogió 
su  uso,  y  se  slrvió  de  ella  para  designar  bajo 
el  nosbre  de  flebre  aiáofioa  m  conjunto  de 
sintomas  partiookires  coosisteote  en  1a  perver- 
slon,  debilitacion  ó  aboMdon  de  cierlos  feod- 
menos  orgánicos,  y  señaladamente  de  ias  fou- 
ciones  sensoriales,  mQscoliires  é  inteiectuales. 
La  ataxia  se  reOere  siempre  á  una  afeccion 
síotomática  ó  idiopátiica  del  cenlro  nervioso, 
debieodo  eonsiderarse  cemo  un  progreso  la 
iudicacion  mas  putttuaKaada  del  aaleuto  del 
mal.  La  vota  aiaopia  y  sus  dorivadas  tieuea 
hoy  poco  uso  en  medicina. ' 

ATEISMO.  {Relioion.)  Palabra  compoeata  de 
'A,  negatlva  y  de  Teoc  que  signiflca  Dioa.  Asi 
se  denomina  un  slstema  cuyo  |)rincipio  consia- 
te  Do  soio  en  negar  qoe  bay  Dios,  sino  tambieB 
la  neoesldad  de  que  le  haya.  ^tado  esle  pre- 
cedonte,  e¿  iudispeuHable  (^e  el  ateo  reourraó 
otras  causas  para  esplicar  los  fen^menos  que 
observa,  tanto  en  ia  naturalesa  cuanto  eo  el 
mundo  moral;  y  en  efecto  atribuyo  aquelloi, 
bien  i  la  oasualidad,  bien  á  que  ia  materia 
tiene  en  sl  misma  las  propiedades  para  ser, 
encontrando aquipor consigmente el  principio 
universal  de  todas  las  cosas. 

El  principal  argumento  de  los  ateos  es  la 
exlstenda  del  mai  sobre  la  tierra,  y  como  no 
pueden  creer  en  tos  espiritus  malignos  porque 
no  creen  en  Dios,  Uacen  el  siguiehte  impio  ra- 
aonQmieuto.  «0  Dios  tiene  ó  no  liene  poder 
bastante  para  bacer  que  el  raal  desaparezca  de 
la  tierra.  Si  no  lo  tione,  es  claro  que  no  es  lo- 
dopoderoso.  Sl  lo  tienc  y  no  lo  bace  es  por 
que  no  quiere;  y  entonces  no  es  bueno,  puep- 
to  que  lo  congiente  pudiendo  evitarlo:  por  úl- 
timo,  s¡  no  puedeniquiere,  tampoco  es  verda- 
dero  Dios.B  Este  desal'roado  arguraenlo  puede 
refutarse  con  solo  bacer  ver  que  ee  funda  úni- 
camente  en  la  interpretacion  dada  á  la  palabra 
ma¿.  Si  en  efeclo,  exlstiese  ese  mal,  no  soáo 
para  el  hombre  sino  para  lodas  las  cosas,  se 
deduciria  naturatmente,  ó  que  este  mal  iia  sido 
creado  por  Dios  6  que  no  ha  podido  iropediiiu. 
Pero  si  lo  que  es  mai  para  uno  se  conviei  (e  eu 
bieu  para  otro,  puede  resuilar  uu  bueu  geue- 
ral,  el  cutl  noofrece  realraenle  un  mal,  cual- 
quiei'a  que  sea  el  inconveniente  que  sieulen 
alguuos.  Afci  es  que  sin  lu  muerte  oo  Imbria 
ni  amor  ni  reproduccion,  porque  la  vida  no  ¿e 
sostieu3  sl  no  por  la  destruccion  Tai  vea,  dis- 
puesto  t  do  dc  diferente  manera,  no  sea  nues- 
tro  planeta  A  quien  haya  tocado  la   miiyor 


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AT£ISMO 


m6 


partodel  bien;  pero  queda  por  saber  »uo,  si  ia 
naiuralexa  de  lae  cosas  se  prestaria  áliacer  al* 
guna  mejora.  El  roal  puede  no  solo  ser  uua 
necesidad»  sino  que  puede  tambien  ser  hasta 
cicrto  punto  indispeniable»  y  1«  misma  virtud 
no  existiria  si  no  fueran  poslbleslos  viclos.  Por 
esta  razón  nos  referíremos  á  la  palabra  mal 
para  el  exámen  de  esta  cuestioo  qoe  es  la  pie- 
dra  de  toque  de  todas  las  cuestiones  iilosó- 
Itcas. 

Pero  1a  existencia  del  mal  no  lleva  consigo 
la  no  existencia  de  la  Diylnidad.  Asi  los  ateos 
arguyen  con  los  desórdenes  del  untverso  ó 
(con  lo  que  nos  parece  tal)  que  ningnn  dios 
preside  á  la  direccion  del  mismo.  Tomad,  nos 
dicen,  materias  distintas  de  todas  las  molécu- 
las  que  existen  cn  el  mundo,  introdncidlas  en 
una  vasija  de  las  que  se  usan:  cmplead  los 
precedimientos  de  la  fisica,  y  por  efecto  de 
las  propiedades  de  cada  una,  cuales  son  su 
aflnidad,  su  atraccion,  etc,  las  vereis  mezclán- 
dose  en  la  vasija,  formar  en  el  momento  una 
multitud  dc  combínaciones,  unas  que  se  des- 
tmyen  entre  si,  ofras  que  la  casoalidad  bace 
que  sean  mejor  compuestas;  para  esto  no  será 
necesarío  invocar  el  auxilio  de  uo  dios.  Ási 
con  el  trascurso  del  tiempo  y  con  las  infini- 
tas  variaoiones  consigoientes,  podrían  descn- 
brírse  todos  los  objeios  que  boy  vemos  sobre 
la  lierra.  Esta  continuacion  de  succsos»  nofue- 
ron  en  su  origen  sioo  obra  de  la  casualidad, 
pero  por  efecto  de  la  costumbre  nos  parecen 
boy  regulares  é  inteligentes. 

Tal  es  la  bipótesis  que  en  la  antigttedad 
sostovieron  Estraton  y  Diágoras,  segun  los 
cuales,  todas  lus  combiuaciones  son  posibles, 
y  ha  de  llegar  el  dia  que  se  desenvoelvan  por 
una  fatalidad  inevitable,  fundados  en  quc  la 
razon  del  movimiento  existe  esencialmente  en 
la  materia  misma.  Es  uecesario,  enefecto,  áto- 
da  materla  gozar  de  una  especie  cualqulera  dc 
movimiento  producido  por  la  fbersa  incoheren- 
te  que  ejerce  cuando  las  circunstancias  ie  son 
favorables,  y  segun  la  cual,  todo  debe  produ- 
cirse  en  la  eternidad  de  los  tiempos  y  en  la 
inflnita  varíedad  de  los  sucesos. 

Pero  cs  muy  fáeil  objetar  ¿  este  sistema 
ciego  ó  coropletaraenle  mecánico,  que  si  nada 
inteligente,  nada  sábio  ni  armonioso,  prcside 
¿  las  operaciones  de  la  materia  abandooada  de 
ese  modo  á  la  impetuosidad  bruta  de  la  casua- 
lidad,  no  pucden  resultar  séríes  constantes  de 
obras  coordinadas,  de  seres  organizados  para 
un  objeto  y  un  plan  de  prcvisiun  y  correspon- 
dencia,  tan  evidente  coroo  el  que  guardan  las 
relaciones  de  los  sentidos  con  los  objetos  es- 
leriores;  los  sexos,  uno  relativaroente  ¿  otro; 
los  vegetales  y  los  animaies,  segun  los  sitioa 
y  los  climas;  por  últiroo,  lasalas  que  ban  reci- 
bido  para  batír  el  aire  los  aniroales  destinados 
¿  Tolar;  las  aletas  con  quc  los  peces  vencen 
la  resistencia  del  agua;  los  pies  de  que  ca- 
recen  estos  úUimos,  y  tieoen  todos  los  anima- 
les  que  andan;  tai  ó  cual  clase  de  dientcs  ó  de 


eslómago  para  tal  ó  cuai  género,  y  ast  todas 
las  demas  propiedades  caractertetic49  de  ia  ua- 
tnraleza  animada  de  alíoiefllos.  Aqoi  pierdea 
toda  su  fuerza  las  csplicacioned  Cc  ios  ateoa^, 
y  la  historía  natural  y  la  anatomia  eon  vcrda- 
deros  tratidoe  de  ieologia,  biuiuoá  dc  alab^u- 
za  en  favor  de  la  Divinidad. 

En  efecto,  si  ninguna  inteligencia  preside 
¿  esos  movimientos  fortuitps,  es  impo^ible  qait 
de  cllos  pueda  emanarnadaregularmenla  orgt* 
uisado.  Hace  mucboaroillares  de  años  queeo  las 
cataratas  del  Rbin»  del  Nilo  ó  del  Ni¿gara  sa 
ve  precí|)itar8e  un  torrente  de  agua  deide  k> 
alto  de  una  roca.  £n  esta  inflnidad  de  movi- 
mientoa  de  moléculas  de  agua  qoe  arrastru 
consigo  otras  materías  terreatres  ¿qué  nuevas 
críatoras  se  producen?  Eu  el  mismo  fango  im- 
poro  donde  se  multiplican  tantas  razas,  ¿quc 
generaciones  equivpcas  forman  incesaotemeii- 
te  distintus  especies?  Ninguna:  aon  siemprc 
las  mismas,  que  se  perpetuan  por  la  reproduc^ 
cion  univoca,  y  segun  las  lcyes  regoiares  de 
la  creacion.  Sopdngase,  por  ejemplo,  que  en 
vezde  aguaderrame  nn  torrente  miUonesde 
caractéres  de  iroprenta,  ¿habr¿  quien  espere 
Jani¿s  la  combinaoion  de  una  tragedia,  de  ua 
teorema  de  ¿Igebra?  Puea  véase  oo  iieoho  seo- 
cillisimo  que  prueba  la  esterilidad  del  acaeo 
para  prodocir  cosa  algona.  Queríendo  el  na- 
turalista  Adamson  poner  nombre  ¿  todaa  Us 
conchas  que  importó  del  Senegal,  eocerró  eu 
una  rueda  hueca  muchos  caraclércs  allabéti- 
cos;  despuea  de  darla  inBumerabiea  vueltas, 
solo  pudo  sacar  al  acaso  reunionea,  letras  con 
utlacontinuacion  de  términos  lan  estravagaii- 
tes  y  anómalos,  que  tovo  que  modiflcarlos  y 
ordenarlos  todos  para  bacerlos  un  poco  adni- 
sibles.  Supóngase  qne  se  muevan  millones  de 
letraa  durante  algunoa  millones  de  años,  las 
mifmas  combinaciones  de  paUbras  se  reoova- 
rán  millonei»  de  veces,  y  prodnciráu,  si  aeaso, 
un  cierto  número  de  cambioa.  Del  misoio  modo 
todo  lo  que  una  casualidad  podria  creir  en  es- 
te  universo,  sería  destruido  por  otra  casoaii- 
dad,  y  ios  ancesos  mas  ventorosot  boy  ptra 
nosotros,  no  alcanzarían  ai  dia  de  mtñana.  Aai 
es  que  el  argumento  de  los  ateos  se  desiniye 
por  ios  mismos  medios  oon  qne  se  fonna, 
poes  los  resuitadoB  de  los  Juegos  de  azar  proe- 
ban  que  bay  ignaldad  en  pro  y  en  con- 
tra,  y  sacamos  en  cousecuencia,  quo  este  sis- 
teroa  no  produce  nada,  toda  rez  que  destruye 
cuantocoostruye. 

Gontinuamente  estamos  oyendo  decir:  E$o 
qtíeveisqw  ean$lee$nece$ario,  todavez  ewiste 
tal  como  $e  ve.  Este  prínoipio  no  tiene  mas  eer- 
leza  qne  los  anteríores.  |Gu¿nta8  especies  de 
animales  hoy  dia  desconocidas  6  perdidas  han 
d^ado  sus  hueaos  en  Us  diversas  capas  qoe 
conslituyen  el  terreno  del  globol  Gavier  ba  te- 
oido  ia  gloria  de  reconstruir  por  medio  de  la 
'  ciencia  analómica  esas  especies  deaoonocidas, 
Ias  mif ma.s  f  specie  que  vivcn  boy  pneden  ser 
algun  dia  aniquiladas;  graQde¿  catAstrofos  ae- 


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ATEISltO 


ms 


poltan  lo8  contÍQenteB,  y  las  críaturae  qne 
loB  pueblan  ,  sin  que  la  máquioa  entera  del 
muDdo  se  coomueva.  Loego  esta  supuesta  ne- 
cestdad  de  que  las  cosas  eiistan,  carecede 
fundamenlo. 

Destruidas  ya  las  principales  bases  del 
ateismo,  réstanos  examinar  lus  htpólesis  del 
panteimo,  opinion  anligua,  peroquehan  sos* 
tenido  entre  los  modemos  Espinosa  y  los  mate- 
rialistas,  segun  los  cuales,  caminao  dcacuerdo 
la  vida,  ei  sentimiento  y  la  inteligencia  á  la 
materia  misma. 

Por  eso  Ifalebranchc,  quo  no  reia  sino  á 
Dios  en  ei  mondo,  era  espiritualisfa;  Espiuosa, 

3oe  no  veia  6Íno  el  mundo,  de  quieo  hace  un 
ios,  coníonde  el  espiritu  y  el  cuerpo  eu  una 
misma  y  úoica  sustaucia,  y  no  sabc  respouder 
al  qnele  pregontadonde  cstá  el  espiritu  eu  un 
eadáver,  siuo  que  se  ha  refugiado  en  cada.  una 
do  las  particulas  de  aquel  cuerpo  muerio  eu 
pntrefaccion.  Leibnita  dislingue  de  la  materia 
)a  fuerza  que  la  dirige  y  gobierna;  Hobbes  y 
Collina  hacen  del  dios  Pan  el  grau  todo  de  la 
naturale«a  única. 

Pero  todo  esto  es  como  c^nfundir  el  hierro 
eon  el  magnetismo  que  recibe,  y  dcl  que  pue- 
de  privársele,  ó  como  si  se  sostuviera  que  el 
cilórico  es  la  snslancla  mísma  del  cuerpo  que 
se  ha  irapregnado  de  él.  Por  tanto,  una  cosa  es 
la  materia  inlsma  taugible  ó  presentándose  de 
ordtoario  á  nue»lros  scntidos,  y  otra  la  inleli- 
gencia  ó  fuorza  quc  la  rige  con  órdeu,  unidad, 
regolaridad  y  armonia.  Los  cuerpos  pueden 
maniflestameiite  estar  dotados  ó  privados  de 
esta  fuerza ,  de  esta  vida ,  y  de  esta  inteli- 
gencia. 

Aderaas,  ¿quó  cosa  hay  mas  ahsurda  nl  mas 
eslravagantc,  corao  lo  ha  hecho  ver  Bayle  en 
SQ  refutaeion  á  Espinosa,  que  asociar  unos  con 
otros  principios  ÍQCoroparables  entresiVPorque 
seguQ  estos  priocipios,  Dios  trasfprmadoenco- 
saco,  ataca  á  Dioa  roetamorfoseado  en  lurco; 
nn  Dios  juez  manda  otra  porcion  del  Dios  cri- 
minal  ¿  las  galeras.  Cuando  un  Dios  produce 
fiebro  6  aiguua  co?a  [icor,  cuando  seerabriaga 
ó  mata  ó  aprisiona  á  otro,  cs  la  Diviuidad 
mismaquien  se  divierte  en  atormentarse.  En 
una  palabra,  no  hay  especie  de  crimen,  de  io- 
oura  ó  de  torpeza  (|ue  no  pueda  establecerse 
por  este  medio,  y  Dios  ?e  llega  á  negar  ¿  sl 
niismo  en  el  ateo,  tan  estravagante  eu  esta 
hipótesis  monstruosa. 

Pero  hay  mas  todavía,  si  la  materia  es 
Dtos^  ella  es  al  mismo  tiempo  agente  y  pa- 
cieote  en  la  misma  sustancia ,  de  modo  que 
ella  se  destruye  y  asesina  á  sf  misma,  cro¿n- 
dose,  cn  una  palabra,  todos  los  males  y  todos 
los  íurores  que  vemos  sobre  la  tierra.  La  ma- 
ieria^ios  de  Kspinosa ,  ó  el  ateismo  de  los 
attterialiBtas,  ea  el  colmo  dei  ridiculo  y  dcl 
bsordo  . 

Ks  preciso,  pues,  volver  ¿  la  dislincion  de 
l«a  doa  sQstanoias ,  al  esplrita  y  al  cuerpo, 
men$  agilam  moiem;  prínclpios  separados, 


aonque  puedan  ser  coexistentes,  ya  en  el  es« 
pacio»  ya  cn  la  duracion. 

Nosotros  juzgamos  por  los  efectos  del 
magnetismo  que  hay  una  sustancla  invisible, 
intangible,  que  atrae  al  hierro,  pero  no  puede 
concebirsela  ni  concentrarse  fácllmeute,  ¿  no 
ser  que  se  la  consldere  lo  mismo  que  la  elec- 
tricidad.  La  incomprcnsibilidad  6  la  invisibiii- 
dad  de  una  cosa  no  cs  por  cierto  un  moiivo  su- 
ficiente  para  negar  su  exiatencia:  icu¿ula  mul- 
tilud  de  efectos  no  hay  en  la  naturalesa  cuya 
causa  desconocemos ,  sin  que  por  eso  sean 
mcnos  reales! 

Si  fi]amos  la  atencionen  los  razonamientos 
de  los  hombres  que  preteoden  poder  pasar  sin 
I  la  Divinidad»  todos  se  ven  obligados  ¿  multi- 
plicar  las  esplicaciones  al  tratar  de  los  sercs 
organizados,  ó  de  ias  partes  anatdmicas  de  los 
animales  y  de  las  plautas.  Para  ei>iplicar  sn 
s¿bia  coordiuacion,  ó  sus  maraviilosas  corres- 
pondeocias  es  necesario  que  los  ateos  conce- 
dan  ¿  la  materia  bruta  facultades  estraordina- 
rias;  conceden  gratuitamente  la  inteligencia  y 
la  sensibilidad  hasla  ¿  las  piedras,  ¿  la  tierra, 
al  aire,  ¿  las  moléculas  mas  pequeñas.  Se  ven 
obligados  ¿  partir  á  Dios  en  pedaaos,  ¿  des» 
raembrarle  y  ¿  incorporar»  por  decirlo  asi,  sus 
pedazos  ¿  las  sustancias  mas  inertes.  Tun  im- 
posible  es  para  ellos  dcsentenderse  de  uua  po- 
tencia  inteligente  cn  el  universo;  de  manera 
que  los  partidarios  del  ateismo  noniegan  tan- 
to  á  Dios,  ¿  quien  al  contrario,  hacen  penc- 
trar  en  todos  los  cuerpos  materlales,  confun- 
diendo  sin  cesar ,  lo  mismo  quer  Espinosa ,  al 
artifice  con  la  obra. 

Nopretendemos  ciertamentc  reproduciraqui 

las  pruebas  presentadas  por  una  multitud  de 

malerialistas;  pueden  leerse  en  Juan  fiajus, 

Nehemias  Greso,  Guillermo  Derham ,  Bernardo 

Nieusventyt,  Lesscr,  etc.  Entre  ias  objeciones 

mas  fuertesquesehan  opuesto  en  el  sigloXYIIl 

contra  la  existencia  doun  ser  inteligente,  autor 

de  las  críaturas,  se  han  alabado  sobre  todos, 

¡  los  argumentos  opuestos  ¿  las  causas  flnales 

en  el  tibro  titulaüo  Si9tema  de  la  naturaleza, 

atríbaido  á  Mirabeau,  secrctario  de  la  Acade* 

mia  francesa,  sí  bien  Voltaire  dijo  de  él  lo  si* 

'  guiente:   «El  buen  Mirabeau  no  era  capaz  de 

|escríbir  ni  una  página  del  libro  dc  nuestro 

¡  terrible  adversario.»  Esla  obra  elocuentemente 

escríta,  pcro  difusa,  llena  de  sofismas  y  peti- 

.  ciooes  de  principio,  se  debe  al  barou  de  HoN 

bach  y  Diderot. 

!  Imposible  es  iropedir  a  los  razouadores  que 
,  atribuyan  ¿  causas  secundarias  efeclos  muy 
considcrablcs  y  muy  estendidos  en  el  mundo: 
cllos  creeu  poder  desentenéerse  de  un  prímer 
motor  para  arreglar  ¿  su  gusto  un  pequeño 
univers^o.  Bacon  ha  observado  que  si  no  se 
hace  mas  que  estudiar  superficialmente  las 
ciencias  naturales,  se  puede  ser  ateo  fácilmen- 
te;  pero  que  empap¿odose  completamente  en 
este  fecuodo  maoanlial  de  hi  fllosofla,  casi  sin 
sentirlo  nos  vemos  atraidos  h¿cia  la  Divinldad 


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icreiBilo 


m6 


snblione,  creadora  do  coanlo  exUte.  Por  esto 
fueron  religiosos  Newton,  Linneo  j  loUos  los 
sábios  mas  pfofundos  qne  han  escudríjíado  los 
secretos  de  la  naturalexa. 

Al  desperlarme  sobrola  tierra,  diceLinneo, 
he  contemplado  nn  Dtos  inmenso,  eleroo, 
omnipoiente,  que  todo  le  sabe.  Lo  lie  Tisto,  y 
he  caldo  en  la  mas  pro^inda  admiracion  at 
ver  tan  &oto  au  imponenlc  so«bra.  Be  seguido 
algunos  de  sus  pasos  en  medio  de  las  criatu- 
ras,  y  hasla  en  las  cosas  maa  imperceptibles. 
tOoé  poder!  iQué  sabidurial  iQué  perfeocion 
tan  complelal  Ue  vistoá  los  animalcs  sustenta- 
dos  por  los  ▼egetales,  estos  por  los  euerpos 
terrestres,  y  la  tlerra  dando  vueltas  en  una 
órbita  inidterable  alrededor  del  sol,  foeo  pe- 
renne  y  manantiai  ardiente  de  su  vida:  este 
sol,  girando  aobre  su  eje  con  los  planelas  qne 
lerodean,  forma  con  los  otros  astros,  Indefi- 
nidos  en  número ,  y  sostenido  en-  los  etemos 
espacios,  por  el  movimiento  en  el  vacio ,  un 
sistema  compileado,  inooncebible ,  Inmenso. 
Todo  él  está  gobemado  por  un  prímer  motor, 
ser  de  les  seres,  eomo  le  ilama  Aristóteles,  la 
eiQsa  de  las  eausas,  el  goardian,  el  rector  su- 
premo  del  gran  todo  ,  autor ,  artifiee ,  ereroo 
arqnitecto,  segnn  Platon,  de  tan  magniflca 
obra.  ¿Qoerels  llamarle  la  Fatalidmctl  No  os 
engañais,  añade  Séneca,  pues  todas  las  cosas 
denenden  de  él.  ¿Preferís  llamarle  la  Natu- 
rafaza?  Tampoco  os  equivocais ,  porque  t<H 
daa  las  oosas  ban  nacido  de  él.  ¿Le  llamais  la 
Pr&vídmeia'i  Deois  moy  bien:  por  sus  ór* 
denes ,  por  stft  eonseios ,  por  su  providen- 
cia  ,  rige  lodo  el  muudo  sus  aotos.  El  es  to- 
do  pensamleato » todo  «)os,  toéo  oidos ,  todo 
vida.  El  universo  entero  no  es  otra  cosa  que 
él  mismo,  y  la  natoraleza  hDm%na  no  es  capaz 
de  abarear  su  Inmensidad.  Bs  preoiso  ereer, 
dlce  Plinio,  que  hay  una  Bivinidad  etema,  in* 
inita,  no  engendnida  ni  creada.  Este  ser,  co- 
mo  lo  maniflesla  lAmbien  Séneea ,  esta  causa. 
ain  la  cual  nada  existe,  que  1o  ba  creado  y 
orgauizado  todo,  que  llena  nuestra  vísta ,  y  se 
sustrae  sin  embargo  ¿  ellat  que  no  nos  es  co- 
nodda  sino  por  el  pensamlento,  ha  ocullado  su 
augusta  magestad  en  un  asilo  tan  santo  y  tan 
Impenetrable,  que  eoIo  A  nuestra  inteligencia 
le  es  dado  Ilegar  hasta  éi. 

Para  probar  en  pocas  palabras  los  absurdos 
qne  propalan  los  inventores  del  ateismo,  bas- 
tari  esponer  ias  sencilias  consideraciooea  qoc 
siguen. 

Suponiendo  nna  fuerza  creadora  eu  la 
matería,  veríamos  que  no  era  capaz  de  fbrmar 
por  si  5ola,  no  ya  un  hombre,  sino  un  ojo  con 
todos  506  tejidos,  cada  nno  de  los  coules  está 
fabricado  de  distinta  manera.  Es  necesario 
qnc  esto  sc  verifique  con  tanta  precision  é  in* 
dustría ,  que  los  unos  de  ellos  sean  capaces 
para  formar  nna  cámara  oscura  y  esfériüa :  os 
predaoqne  el  aire  se  dilate  ó  se  contraiga  co- 
oio  debe,  ¿  fln  de  quc  no  admita  sino  tal  cono 
4e  rayoa  lunrtnosos;  qne  el  hnmor  acooeo  de 


1a  cAmaraanterior,  la  lente  criatalina  y  la  eur* 
vatnra  diferente  de  loii  segmentoa  de  la  eafe* 
ra>  el  humor  vitreo  úe  ia  cAnnra  posterior, 
sostenido  por  on  tejido  celitlar  cono  el  eriata- 
iino,  estén  colocados  ¿  distancias  respeetívas, 
si  bicn  calcoladas  y  eo  (ttiposicioii  convenien- 
te  para  refractar  los  rayos  de  lus;  qnc  no  ftil- 
te  en  fln,  cosa  alguna/para  que  hM  imAgaws 
vengan  ¿  piotarse  exaetamoflte  en  la  retíoa. 
Espilear  en  aeguida  cóno  ae  traamitea  talet 
impresiones  al  corebro  por  sedio  de  los  ner- 
viosópticos  entrecruzados,  y  cóno  teniead« 
do3  imágenes  espuestas  ¿  noeaira  vista ,  no 
veraos  sino  un  aolo  objeto.  ea  cosa  de  todo 
pnnto  imposible  para  nosotros.  ¿GéiBo  noa  es* 
plicaria  ademaa  la  materla  que  ae  sopone  «e* 
tiva,  ein  el  aoxiiio  de  uoa  inteligencia  qne  la 
diríja,  qno  e3  necesarío  resguardur  al  ojo  por 
foera,  darle  párpados  qne  ie  cubran,  cejas  que 
ie  preserven,  pestaúas  para  librarse  de  loain- 
seotos  ú  otros  objetos  peqoenos,  ona  papilaqoe 
se  dilata  y  se  contrae,  qoe  regula  el  grado  de 
loz  para  no  d^inbrarse  por  eaceso  de  eliai 
ni  quedar  en  tiniebias? 

Pero  ann  hay  mas;  es  preclso  acoroodar 
estos  ojos  ¿  la  naturaiesa  del  espacio  en  qoe 
viva  el  animal.  Gomoel  pes  debe  vivir  en  el 
agua,  ea  inútil  qne  una  c¿niara  anteríor  eo«« 
tenga  el  bumor  aoooso  de  sos  (^os.  Por  d 
contrarío.  es  precíso  que  la  fr*rma  del  crista- 
iino  corrija  la  grande  refracclon  de  los  rayot 
lumiooeos,  atravesando  un  iiquido  denao  eo- 
rao  el  agua.  Asi  los  ojos  de  estos  aniinales 
tienen  un  crístalino  ienticQlar ;  creeen  en  es- 
fera  como  uo  gnisanter  (aunque  ia  corva  de 
sus  dos  iados  no  es  igual),  y  por  este  aedio 
ifoaginado  y  ^ecotado  con  la  mas  adnlrable 
precisioo,  el  pez  distingue  perfectamente  tot 
objetos  debqjo  dei  agna ,  lo  qne  no  podríaii 
hacer  los  ojos  del  hombre.  Al  mismo  tienpo 
el  ave  destinada  ¿  iansarse  cn  ese  espacio  aú- 
til  y  enrarecido,  oomo  el  aire  de  las  altoras, 
defoe  por  el  conlrarío  tener  ou  ojo  fonnado  de 
olro  inodo  que  el  del  pez ;  aai  la  e¿roara  aa- 
teríor  del  humor  acuoso  es  moclip  mas  corva; 
su  crístulino,  en  iugar  de  ser  esféríco,  es  mo- 
cbo  mas  uplastado  que  el  del  homfore,  y  est¿ 
formado  segun  las  leyes  roas  8¿i>ias  de  hi  ép- 
tica.  Pero  lo  que  hay  de  mas  maravilloso ,  es 
qoe  ia  vista  del  ave  debe  ser  présbite  (6  larga) 
euando  vuela ,  para  disUngalr  los  ol^etos  des- 
de  miiy  lejos,  y  cuandb  e^  parada  en  un  ¿r- 
bol  ó  en  et  suelo,  es  precíso  qoe  vea  bien 
cuaulo  le  rodea,  y  que  su  vista  sea  cnlooeas 
mas  coría.  Para  obteuer  este  remltado  es  pre- 
CÍ80  encoger  ó  diJalar  el  crístalino,  cono  se 
sacan  mas  ó  raenos  los  tubos  de  nn  anteeiio, 
¿  fln  de  proporcionar  las  distancias  de  los  ob- 
Jetos.  Asl  ia  sAbia  providencia  ha  colocado  ea 
el  olo  del  pájaro,  en  su  retinn  del  eHataUno, 
un  músculo  trasparente  que  recoge  ó  deja  ade- 
lantar  esta  lenteja ,  para  produoir ,  segun  la 
oecesidad  del  animat,  tal  ó  eaal  estensloo  ée 
vlsta. 


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ATEISMO 


^oii 


De  mny  poca  fuerxa  6s  en  verdad  e1  argu- 
mento  empleado  por  un  derensor  de  las  fucr- 
zas  ciegas  de  la  materia,  quc  dice  que,  ha- 
biéndose  formado  los  ojos  por  casualidad  y 
por  un  conjunlo  de  circunstancias  fuvorables, 
el  animal  se  lia  servido  de  elios,  pero  que  no 
bay  euestocausa  algunafinal.  Algunos  auto- 
res»  conociendo  la  fuerza  de  las  razoncs  que 
sededucen  de  las  causas  fluales,  pará  dcmos- 
trar  la  suprema  iuteligencia  que  crea  todos 
los  séres,  han4ratado  de  desacreditar  estégé- 
ncro  de  prueba.  Se  han  Yalido  para  ello  de 
algnnasesplicaciones  arriesgadas,  como  cuan- 
do  rluchc  ha  dicho  que  las  mareas,  los  flujos 
y  reOuJos  sirven  para  facilitar  la  entrada  de 
las  naves  en  los  puerios.  Seguramente  es  pre- 
ciso  estar  loco,  dice,  Voltaire,  para  negar  que 
el  estómago  se  hizo  para  digerir;  pero  seria 
ridiculo  en  estremo  pretender  que  las  narices 
han  sido  creadas  espresamente  para  llevar 
anteojos,  y  las  piernas  para  calzarse  con  me- 
dias  de  seda.  Esta  mania  de  esplicacíoues  hi- 
zo  decir  al  canciller  Bacon,  que  Us  causas  fi- 
cales  (imaginarias)  eran  comparables  á  lasvir- 
genes  coqsagradas  á  Dios,  pero  destínadas  á 
una  complela  esterilidad;  es  decir,  que  no 
muHiplican  lacieocia.    . 

EI  ridiculo  á  que^si  se  esponen  los  partí- 
darlos  de  ellas,  no  puede  caer  sobre  las  rela- 
ciones  roanifíestas  de  los  seres,  ya  entrc  si,  ya 
coo  los  objetos  que  los  rodean.  £s  imposible 
desconocer  que  el  ala  eslá  predispuesta  para 
e1  vuelo  del  pájaro,  de  la  mariposa  6  del 
murciélago,  como  la  vejiga  natatoria  para 
sostener  hidrostáticamente  al  pez  en  el  agua. 
Si  ha  habido  alguna  vez  un  designio  preme- 
ditado  y  manifiesto,  es  el  de  la  relacion  de  los 
órganos  sexuales  entrc  sí,  para  la  perpetui- 
dad  de  las  especies.  La  coordinaciou  de  los 
miembros  de  los  animales  es  tan  precisa  é  io- 
evitable,  qoe  en  viendo  tal  diente,  tal  quijada 
de  un  mamifero  ó  de  un  insecto,  el  naturalista 
ejercitado  adivinará  fácilmente  el  género  de 
vida,  de  alimentos,  y  todas  las  demas  rela- 
ciones  restantes  de  íosintesliuos,  de  los  pies, 
de  las  garras,  sin  haber  visto  al  animal;  y  co- 
nocerá  exactamente  por  qué  tal  organizacion 
está  necesariamente  encadenada  á  tal  aparien- 
cia  de  estructura. 

Xcwton  probaba  la  existencia  de  Dios  por 
los  soles  y  los  mundos:  Lineo  ó  Cuvier  la 
probarian  del  mlsrao  modo  por  los  mosquitos 
ó  las  fiorcs.  Toda  la  naturuleza  es  tan  rica  en 
estas  armonías,  y  este  estudlo  encantador  se 
liga  tan  estrictamente  á  toda  la  historia  natu- 
ral,  que  es  iroposible  separarlos.  Esta  ciencia 
es  la  demoslracíon  mas  complcta,  la  mas  ir- 
refragablc  del  poder  y  del  sublime  genio  qoe 
preslde  al  universo  y  lambien  uoa  teologíavi- 
vicote  y  perpétua,  la  mas  convincente  para 
todas  las  inteligencias. 

¿Quién  es,  pues,  el  quc  refota  mejor  los 
sistcmas  peligrosos ,  los  razonamientos  de 
pura  teologia  dogmática  de   las  escuelas,  6 

ÍOÍ     UIitLIOTKCiV  FOl'ULAIl. 


bien  las  obseriraclooes  de  la  naturaleza? 
Los  mas  incrédulos,  al  refutar  los  dogmas,  se 
ven  vencidos  por  la  fuerza  dc  los  hechos  po* 
sitivos,  y  semejautes  á  los  ángcles  malos  de 
Milton,  levantan  en  vano  sus  cabezas  andaces 
y  rebeides  contra  las  espadas  flamigcrag  de 
los  ángeles  de  la  luz.  Llaman  en  su  auxilio  los 
venenos,  las  enfermedadea ,  los  huracaries 
destroctores,  la  muerte  misma,  todos  los  po- 
deres  iufernales,  para  degradar  y  oscorecer 
las  obras  maravillosas  del  Todopoderoso.  Si 
se  les  presenta  una  fior,  cnseúan  al  momento 
el  gusauo  que  hi  roc  cl  ^cno. 

Nosotros  no  tratamos  dc  Jostiflcar  ahora 
los  desigoios  de  la  naturaleza,  ó  roaa  bien  de 
su  sublime  autor,  pues  en  terdad  no  creemos 
que nece¿iteencontrar  abogadoentre sus cria- 
turas.  Tauta  temeridad  seria  qne  con  nueslro 
escaso  talento  decidiésemos  qoe  tal  cosa  no 
podria  estar  mejor  hecha,  como  en  que  vltu- 
perásemos  atrevidamente  ial  otra.  Es  evidente 
que  el  hombre,  ser  frágil  y  limitado  á  un  si- 
tio  oscuro  de  este  inconmensurable  universo, 
esa  hormiga  del  globo,  al  razonar  con  preson- 
cion  sobre  todas  las  cosas,  é  imaginar  en  su 
orgulto  que  es  ei  aoimal  mas  importante  y 
el  úuico  á  cuya  felicidad  debe  conspirar  todo, 
es  evidente  repetímos  que  cae  hasta  los  úiti- 
mos  limites  del  ridiculo. 

Absolutamentc  hablando  no  estamos  en  el 

caso  de  decidír  si  lal  cosa  es  un  bien  ó  un  mal, 

no  con  relacion  á  uosotros,  pequeña  parte  de 

un  Infinito,  sino  con  relacion  al  gran  todo. 

Mas  para  refutar  con  un  solo  cjemplo  tan  te- 

merarias  aserciones,  tomemos  lasplantas  ve- 

nosas:  su  creacion,  se  dirá,  cs  nnamaldad 

gratuita  sobre  la  tierra:  como  no  puede  su- 

pooerse  que  proceda  de  Dios,   vale  mas   esla* 

blecer  quc  el  bien  y   cl  mai  moral  existen  por 

casualidad  eu  el  mundo.  Sin  embargo,  ai  re- 

fiexiooaran   detenidamente  sobre  esle  hecho, 

conocerian  que  hasta  en  él  mismo  brilla  la  sá- 

bia  previsíon   Oe  ia  natoraleza.  Véanse  las 

pruebas.  Eleuforbio  es,  como  la  mayor  parte 

de  los  litímalos,  un  veneno  rnuy  activo  para  el 

hombre  y  para  la  mayor  parte  de  los  anima- 

les:  solo  el  olor  de  esta  planta  incomoda;  sin 

cmbargo,  hay  otras  especies  que  la  buscan 

con  avidez,  como  los  insectos  y  la  oruga  del 

tilimalo,  para  quienes  esta  planta  es  el  úulco 

alimento.  En  Arabia  se  ve  á  los  camcllos  y 

dromedarios,  comer  con  avidez  pequeños  titi- 

malos  cuya  sustancta  acre  estimula  al  parccer 

el  estómago  óuro  de  estos  rumianles,  del  mis- 

mo  modo  que  los  manjares  condimentados  con 

especias  forlificau  el  nuestro.  La  cabra  devora 

sin  peUgro  la  cicula;  el  peregii  que  nosotros 

comemüs  se  convierte  en  veneno  para  los  lo- 

ros  y  otras  clases  de  aves.  De  esta  suerte  lo 

que  para  unos  es  veneno,  cs  al  mismo  tiempo 

el  alimeuto  escogido  para  otros.  Cada  £er  en- 

coentra  de  este  modo  asegurada  su  porcion  de 

alimento  en  la  grande  y  comun  mésa  de  la 

tierra.  Laley  del  veneno  es,  pues,  una  prohi- 

T.    IIL.    66 


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mi 


ATEISMO 


4041 


blcion  respectif  a,  un  medio  hábilmente  ima- 
ginado  para  dar  á  cada  nno  sa  parte  de  ali- 
mento,  sin  que  otro  alguno  pueda  apoderarse 
de  ella.  La  natoraleza  tíene  cuidado  de  preYC- 
nir  ¿  cada  auimal  por  medio  del  olor  y  sabor  lo 
qne  puede  comer  con  seguridad,  y  lo  que  de- 
be  rechasar  con  horror.  Por  este  medio  nada 
hay.  perdido,  yhasta  el  roismo  escremento 

2tte  tanto  incomoda,  puede  servir  dc  alimcnto 
otro  genero  decriatuias. 

Véase  con  qué  hechos  tan  positivos  se  pue- 
den  refutar  aserciones  quc  una  temeraria  ig- 
norancla  suscita  ciegamente  contra  las  combl- 
fiaciones  mas  roaravillosas  de  la  naturaleza. 
Nosotros  no  pretendemos  conocer  los  profun- 
dos  designios  de  la  DiTÍna  Providencia,  al  per- 
mitir  cl  desarrollo  de  los  males  sobre  la  tier- 
ra,  pero  puede  yerse  por  los  beneflcios  de  la 
fecuDdidad  y  de  la  reproduccion  sobre  todo  el 
globo,  que  estos  no  podrían  manifestarse  sino 
por  la  necesidad  de  la  rouerte  ó  de  la  destruc- 
cion,  que  son  el  orlgen  de  nuevas  existencias. 
Guaiquiera  que  niegue  las  causas  de  las  causas, 
está  en  el  mero  hecho  iroposibilitado  de  des- 
cnbrir  los  príncipios  de  las  cosas,  y  de  invenr 
tar  ninguna.  Obstinado  siempre  contra  la  idea 
de  un  Dios  que  resplandece  como  un  sol  sobre 
toda  ia  naturaleza,  y  cuyos  deslumbradores  ra- 
yos  hierenla  vísta  por  todas  partes,  no  se  ocu- 
pa  sino  en  sustraerse  ¿  la  luz:  cierra  en  vano 
8U8  scntidos  ¿  ese  inmenso  genio  del  oniver- 
80,  cn  medio  del  cual  se  encnentra  colocado. 
En  vano  opone  las  roonstruosidades  y  los  v¡- 
clos  ¿  una  sabiduría  incoroprensible;  en  vano 
ofosca  su  roagniflcencla  con  la  hiel  del  ódio  y 
de  la  detracciou;  los  cielos  mismos  cantan  su 
gloría,  y  el  lelesropio  prosigoe  en  su  inmen- 
sidad  ei  curso  de  los  astros  quc  los  decoran. 

La  vida,  el  sentimiento,  el  amor  de  una 
madre  es  para  él,  como  para  un  ateo,  el  jucgo 
fortuito  de  una  matería  que  se  forma  y  dcs- 
organiza  despues,  sin  causa  y  por  casualidad; 
ese  padre  ciego,  ese  terríble  Salurno  que  de- 
vora  Ins  cosas  ¿  medida  que  salen  del  seno  de 
la  naturaleza. 

¿Es  acaso  cse  monstruQ5o  sístema  por  el 
qne  pensais  que  cl  genio  pueda  desarrollarse? 
¿Qué  invcncion  saldria  de  eseabismode  putre- 
'faccion?  Dela  misma  manera  que  una  cloaca 
iufestada  cxhala  por  todas  paríes  vapores 
pestilentes,  asi  cse  sistema  dcbtructor  arrastra 
el  alma  ¿  donde  no  puede  contemplar  otra  co- 
sa  sino  descomposiclon,  crímencs  y  muerte. 
¿Quó  son  en  esta  liipótesis  los  hombres,  sino 
fieres  infelices  lanzados  sln  consuelo  ni  espe- 
ranza  ¿  esta  tierra  para  vivir  en  cila  ¿  la  mer- 
ced  de  una  suerte  inexorfcble,  sin  proteccloii 
para  la  inocencia,  sin  freno  para  el  malvado? 
iBI  virtuoso  Sócrates  igual  al  malvado  Ncron! 
{Qué  liorrores  sobre  estc  globo,  si  nada  fuese 
merítorío,  nada  criminall  ¡Si  el  frande  y  el  vi- 
cio  domioasen  impunemcntel  lui  los  atentados 
fueson  absuellos  solo  porqoe  aparecen  tríun- 
lantes  ¿  ios  ojos  de  lahumanidad,  quel(»  con- 


templacon  indignacionf  ¿Üe  dónde  nacería 
entooces  esta  espansion  generosa,  inspira- 
dora  de  los  sentimientos  nobles  y  de  ias  ac- 
ciones  sublimes?  Harchitado  el  corazon  por 
creencias  desoladoras,  no  alimenta  la  duice 
esperanza  de  la  inmortalidad.  Faltando  esta 
comunicacíon  con  cl  Ser  Supremp  que  nos 
mantenia  en  esa  constanle  aspiracion  ¿  los 
cielos,  rota  de  antemano  esa  cadena  de  oro 
qoe  nos  liga  ¿  un  mundo  de  felicidades  cae- 
mos  con  todo  nuestro  peso  h¿cia  la  tierra  que 
entreabre  sus  lóbregas  cavemas  para  tragar- 
no8  con  nuestras  esperanzas  de  gloria  y  dere- 
nombre.  Tal  es  el  ¿ngei  caido  de  las  celestes 
regiones  del  pensamiento;  tal  es  cl  que  niega 
¿  Dios,  y  ¿  quien  ya  no  viviflca  sino  cl  rayo 
bríllante  de  su  genio;  no  es  sídg  un  cidaver. 

El  ateismo,  desheredando  al  bombre  de  la 
divinídad  io  trasforma,  como  ¿  NabocodoDO- 
sor  en  una  bestía.  Por  roedio  de  la  esperanza 
de  la  irapunidud,  favorecc  todos  los  vicios  y 
tieode  á  desalentar  la  viríud,  prív¿ndola  de 
remuneracion  en  el  porvenir.  Es  por  lo  tanto 
la  destruccion  de  todos  los  lazos  sociales: 
micntras  que  el  teismo  coloca  ¿  la  Divina  Pro- 
videncia  sobre  todas  las  naciones,  y  presidien- 
do  ¿  sus  destinos,  desd#  su  asiento  sostie- 
ne  al  hombre  Justo  en  siis  sacríQcios,  aroenazt 
en  secreto  al  críminal,  vela  sio  cesar'sobre  la 
condiicta  secreta  de  los  hombres,  y  la  deflen- 
de  ¿  cada  paso  conlra  las  tentaciones.  Si  al 
cabo  de  cuarenta  siglos  los  razonamientos  de 
los  ateos  no  han  podido  desengañar  al  género 
humano  de  su  crcencia  en  un  Ser  Supremo  que 
ha  ordenado  la  naturaleza,  debe  creerse  que 
tantos  efectos  no  son'  estériles  sin  que  pari 
ello  exista  uo  motivo,  y  que  una  obra  priieba 
la  exístencia  de  su  autor. 

Dios  sin  duda  es  incomprensible;  acerqué- 
monos  ¿  él  como  al  sol  y  al  fuego,  pHra  reci- 
bir  luz  y  calor,  pero  no  para  precipitamos  en 
aqoel  pozp  ardiente,  qoe  en  breve  coosumirít 
Duesrra  inteligencia.  Muchas  veces  sucede  qoe 
con  cl  objeto  de  aparecer  como  hombres  de 
espiritm  fueries  ó  independionles,  como  hom- 
bres  hábiies  y  mas  instruidos  que  el  vulgo, 
afectan  algunas,  personas  al  ateismo;  pero  si 
bien  es  cierto,  como  ha  dicl\o  Bacon,  qoe  ua 
poco  de  ciencia  nos  hace  presuroidos,  tam- 
bien  es  verdad  que  los  conocimientos  proftin- 
dosatraen  al  teismo  ¿  los  gcnios  mas  gran- 
des.  AI  considerar  cuan  poco  sabemos,  cae 
confundido  con  su  ignorancia  el  orgullo  de  los 
hombrcs.  Solo  Dios  parecc  haberse  reservado 
la  verdad  dc  la  omniscencia,  no  habiéndoDOS 
dejado  sino  un  débíl  destello  de  su  luz. 

Medir  la  Divinidad  con  noéstra  pcqneñez 
es  rebajarla;  querer  defloirla,  es  limitar  lo 
ínflnito.  Cuanto  mas  se  trata  de  profundizaría, 
mas  se  ongrandece  en  su  incomprensibilidad. 

No  deben  desesperar  de  la  Jusücia  sopre- 
ma  los  ateos  convertidos  en  tales  por  el  es|iec- 
t¿culo  de  este  mundo,  en  el  qne  sc  encoentra 
ia  virtud  tan  mal  recompensada,  y  el  vicio  taa 


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ATEISMO-ATENAS 


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orgulloso  con  sus  trlanfos;  porqae  tambien  en 
1o8  designios  de  la  Divina  Próvidencia  bay  re- 
compensas  equitativas  y  vengadoras.  B¿¡o  e1 
oro  y  la  púrpura  de  los  tiranos  reinan  los  re- 
mordimientos  y  los  tormentos  dei  corazon»  á 
falta  de  suplicios  y  dc  verdugos.  La  felicidad 
y  la  alegria  no  habitan  con  los  malvados,  y  el 
tálamo  mas  voluptaoso  estállenocon  frecuen- 
cia  de  sofrimientos  morales.  Es  nna  ley  de 
nnestra  organizacion,  no  poder  sustraernos  ¿ 
nnestro  destino,  y  la  caida  es  síempre  propor- 
cionada  ¿  la  elevaclon  por  una  reaccion  nece- 
saria  de  nueslra  sensibilidad. 

ATELABIO.  {Historiu  naturai,)  Este  nom- 
bre,  tomado  dcAristótcles,  hasido  aplicado  por 
1o8  zoologistas  ¿  un  género  bastante  numero- 
so  de  coleópteros  de  la  fomilia  de  las  curculio- 
nitas,  principalmente  notable  por  sus  antenas 
rectas  de  once  artículos,  sn  trompá  corta,  an- 
eha  y  dilatada  por  su  punta,  su  cuello  escesi- 
vamenle  corto,  sus  mandíbulas  bendidas  en  su 
estremidad,  etc. 

Yarios  zoologistas,  y  entre  ellos  If.  P. 
Hobert  y  tianceau,  han  estudiado  ias  meta- 
roórfosis  de  muchas  especics  de  estc  grupo. 
Todas  las  larvas  se  nutren  de  sustancias  ve- 
getales;  las  unas  se  mantienen  en  el  interior 
de  los  tallos  ó  de  los  frutos;  las  otras  se  ali- 
mentan  de  hojas  ó  dc  flores,  y  cnando  llegan 
¿  obtener  todo  su  incremento  se  encicrran  en 
nna  c¿8cara  compuesta,  ora  de  seda  purn,  ora 
de  una  raateria  resinosa  bastante  sólida,  donde 
se  trasforman  en  ninfas  para  convertirse  des- 
pues  cn  insectos  perfectos. 

Bajo  csta  forma,  los  atelabios  be  nutren  del 
liquido  azucarado  de  las  flores  y  causan  pocos 
estragos;  pero  no  sucede  lo  mismo  con  sus 
larvas  que  son  moy  voraces  y  perjudioan  no- 
tablemente  ¿  los  brotes  tiernos,  ¿  las  hojas,  ¿ 
las  flores  y  ¿  los  frutos;  síendo  tanto  mas  difi- 
cil  el  prcvenir  los  daños  que  ocasionan,  cuanto 
que  estas  larvas  no  trabajan  al  descubierto,  ni 
revelan  su  preseocia  sino  cuando  ya  el  mal  ca- 
rece  de  rcmedio. 

Entre  las  numerosas  especics  de  estegéne- 
ro  solo  citaremos  e1  attelabus  circulionoBide$ 
de  Pabricius,  y  el  becmare  laque  de  Geoffroy, 
que  se  halla  comunmente  en  las  cercanias  de 
París. 

ATELANAS.  {fíistoria  literaria,)  Las  atela- 
nas  eran  entre  losromanos  unaspiezas  ó  poe- 
roitas  ridlculos  para  mover  ¿  risa  al  fln  de  la 
comedta  ó  tragedia,  a1  modo  de  nuestros  en- 
treroescs.  Su  nombre  se  derivaba  de  Atela,  ciu- 
dad  de  Gampania  Si  hemos  de  creer  ¿  Tito  Li- 
vio  fueron  admilidas  a1  roismo  tieropo  que  los 
joegos  de  los  histriones  etruscos  (390  antes  de 
1.  C.)  Para  representar  las  atelanas  se  ves- 
tian  lOs  cómicos  con  un  trago  estravagan- 
te  y  hablaban  un  latin  roezcladodeosco,  cnya 
groseria  divertia  ¿  los  espectadores  poco  difl- 
ciles  de  contentar.  Estas  piezas  representaban 
las  costurobres  del  pueblo  bajo,  de  las  ciuda- 
dcs  6  de  las  gentes  del  campo,  reduciéndolas 


¿  m  peqneño  número  de  tipos,  tales  como  e| 
bucco  (necio),e1  pafípus  (viejo  irobécil),  e1  mac- 
cus  (tonto  ó  polichinela.)  Este  último  persona- 
ge  no  cra  el  polichinela  de  nuestros  días  con 
su  doble  Joroba,  sino  mas  bien  e1  pukineüa 
napolitano,  quoencanta  todavia  con  suschistes 
y  8u  cobaidia  ¿  los  lassaronide  la  Ghiija,  y  co- 
ya  figura  bi^o.el  nombre  de  Civis  ateUamus, 
ba  sido  ballada  en  las  pintnras  dm  Hcrculano. 
Luego  que  las  atelanasseaclimalaron  en  Roma, 
cesaron  de  ser  simples  farsas  iroprovisadas, 
convirtiéndose,  bajo  e1  nombre  de  JExodia  ea 
piezas  regularea,  escritas,  aprendidas  y  re^ 
presentadaa  como  las  demas;  gei\era1mente  se 
ejccutaban  despnea  de  1a  tragedia  ó  de  la  co- 
media,  y  para  termlnar  el  e8pect¿en1o.  Pom« 
ponio,  qne  vivia  pocotieropoantesqne  PUnto, 
fué  autor  de  esta  innovacion,  si  bien  resenró  i 
las  atelanas  su  car¿cter  popular. 

Abandonadas  dnrante  las  gnerras  ciYiIefl, 
las  atelanas  fueron  rehabilitadas  en  los  priroe- 
ros  tieropos  del  iroperioporuntalMerolo,  y  rc- 
cobraron  pronto  sn  antigua  libertad;  pero  roas 
de  nna  vez  aconteció  que  los  aulores  espiaron 
8U8  hurto  plcantes  chistes  con  el  destierro  y 
otras  penas  mas  rigurosas. 

Ossan:  Análecl^  eHltM,  Berlin,  1818,  in  8.® 
Munck:  De  Lueio  Pomponio  Boñotiem$  Átetlana' 
rum  poeta^  Glasgow,  1897,  in  8.* 

ATENAS.  {Gá>Qrafta,  historia,  antigüeda^ 
des.)— I.  Geografia.  Esta  cindad,  la  mas  céle- 
bre  de  la  Grecia,  y  la  que  despnes  de  Roma 
ejerció  roas  influencia  sobre  la  clvilizacion  an- 
tlgua,  no  poseia  sin  embargo,  sino  un  escaso 
terrítorio;  la  Uconia,  1a  Arcadla  y  la  Beocia, 
tenian  una  estension  roas  considerable;  pero 
el  Atica  estaba  sitoada  en  e1  centro  de  la  Gre- 
cia  continental  é  insular,  y  rodeada  Ateoas  por 
ol  mar  casi  por  todos  lados,  estaba  adroirable- 
roento  colocada  para  ser  1a  primera  ciudad  de 
la  Grecia. 

EI  Atica  presentaba  1a  forma  de  nn  tri¿nr 
gulo,  dos  de  cuyos  lados  regaba  el  jnar,  y  el 
tercero  estaba  separado  de  la  tierra  flrme  por 
una  cadena  de  montañas,  6  roos  bien  por  dos 
subdÍYisiones  de  nna  cadena  príncipal  que  se 
destacaba  del  roonte  Giteron  y  corria  h¿cia  e1 
Sudeste.  La  prímora  de  estas  subdívisiones  so 
llamaba  los  roontes  Enios  y  la  segunda  los 
roontes  Parnetos.  Lns  combres  dc  estas  cader 
nas  se  elevan  de  400  ¿  600  toesas  Sep¿ranse 
tambien  de  ellas  muchas  ramiflcaciones  secun- 
darías  qne  atraviesan  el  Atica  en  todos  senti- 
dos;  la  mas  célebre  es  el  roonte  Hiraeto.  Estas 
cadenas  forroaban  las  cuatro  divísiones  uatu« 
rales  de  aquel  pais ,  ¿  saber:  4 .''  el  campo 
Eleusino:  3.®  elcampoAteniense:  3.*  la  Meso- 
gea:  4.*  el  oampo  de  Maraton.  La  superflcie 
del  Atica,  puede  calcularse  en  410  leguas  cua- 
dradas. 

El  terreno  del  Atica  esgeneralroente  seco  j 
poco  productifo.  Do8  rios  de  escasa  considev^ 


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ATENAS 


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racioii  riegan  el  campo  GJeusino;  el  mayor  eg 
el  Ceflso.  Segiin  Estraboo,  es  solo  un  torrente 
que  se  scca  en  estío;  pero  vlageroa  modcrnos 
aseguran  que  hoy  el  Ceflso  está  abumianle- 
mcnte  proviáto  de  agua  en  todas  las  épocasdel 
año  y  que  riega  ios  numerosos  Jardines  que 
adornan  sus  orillas,  asi  como  á  los  olivos  que 
le  dan  sombra.  Los  demas  rios  del  Atica  son  el 
llüo  y  el  Efidám  (Pó). 

La  mayor  parte  de  las  montañas  del  Atica 
8on  calcáreas;  peroias  piedras  que  se  sacande 
ellas  difleren  considerabiemente  asi  en  la  cali- 
dad  como  en  el  color.  EI  mármol  de  las  cante- 
ras  dei  Pentéiico  es  muy  blanco,  duro  y  de  un 
grano  muy  flno;  péro  es  muy  dificil  de  traba- 
]ar  porque  frecuentemente  se  encuentran  en  él 
pedazos  de  cuarzos  6  de  guijarro.  Entre  ei 
Pentéllco  y  los  montes  Parnelos  las  rocas  es- 
tánformadas  de  pizarra,  y  cerca  de  1a  Megaride 
hay  un  inmenso  depósito  de  cal  conchylífera, 
üe  que  hace  mencion  Pausanius  (Attic.  XIV,  6.) 
Bn  LauTÍum  babia  minas  de  plata  de  donde  los 
atenienses  sacaban  inmcnsas  riquezas,  y  que 
en  ei  dia  podian  aun  ser  esplotadas  con  buen 
resultado.  Los  pantanos  salados  de  la  costa  su- 
ministraban  en  otro  tierapo  sal  en  abundancia. 
El  4tica  no  produce  la  cantidad  de  granos 
proporcionada  á  su  superflcic;  pero  el  olivo, 
la  higuera  y  la  víd  ofrecen  un  cultivo  mas 
Tentc^oso.  Todas  las  especies  de  plantas  legu- 
minosas  prosperan  en  las  orillas  del  Ccflso. 
la  gran  cantldad  de  flores  odoríferas  que  cu- 
bren  la  superflcie  del  pais,  hizo  en  lo  antíguo 
eélebre  el  monte  Imeto  por  su  miel,  y  aun  en 
Duestros  dias  los  monges  de  Mindeli  poseen 
gran  númcro  de  colmenas.  Hay  pocos  caba- 
llos  en  el  Atica,  y  jas  vacas  tampoco  prosperan 
en  ella,  pues  toda  la  leche  y  manteca  que  con- 
snmen  los  habitantes  es  de  oveja  y  de  cnbra. 
La  pesca  que  se  hace  en  sus  costas  es  e¿cc- 
)ente  y  abuodante. 

Historia.  EI  Atica  fué  poblada  al  principio 
como  el  resto  de  la  Grecia,  por  los  pelaegos. 
Guando  los  helenos  bajaron  dc  las  montañas 
de  la  Tesalia  para  derramarse  sobre  la  Grecia, 
los  Jouios  y  los  aqueos  Tinieron  á  cstablecer- 
se  en  Atica,  desde  donde  enviaron  colonias  ¿ 
la  isla  de  Cerigo.  Uuo  de  los  resultados  dela 
invasion  del  Peloponeso  por  los  ddricos  fué 
hacer  regresar  al  Atica  á  aquellos  Jonios 
que  la  habian  abandonado  hacia  tres  siglos. 
Tronto  eslos  nuevos  huéspedes ,  cuyo  número 
se  aumentó  mucho  mas  con  los  pueblos  que 
los  dóricos  echaban  de  1a  Mescnia,  obligaron 
á  una  parte  de  los  antiguos  babitantcs  á  salir 
del  Atica  para  ir  á  buscar  un  asilo  en  el  Asia 
Menor.  Los  que  no  emigraron  fueron  despoja- 
'dos  de  las  tierras  fértiles  de  la  llanura  y  rc- 
chazados  hácia  el  rio  ó  á  las  montaúas  inme- 
diatas,  formando  dos  partidos,  el  de  los  ri- 
bereños  (IlitpaXoi)  y  cl  de  los  montañeses 
{Ticepáxptoí)  euemlgo.'«delos^m6ras  cle  la  lla- 
nura  (IleStatot.)  Estos  últimos  tomaron  el  nom- 
bre  de  eu[tatrides  (nacidos  depadresiluslreí'.) 


La  historia  deAtenascomienzaproplamen- 
te  en  Teseo,  que  sucedió  ¿  su  padre  Egeo  en 
1 300  antes  de  Jesucristo.  Entre  sos  sucesores 
se  distinguen  princlpalmente  Mnesteo ,  mie 
pereció  en  el  sitio  de  Troya,  Melantro  y  Co- 
dro,  su  hijo  ,  que  t^e  sacriQcó  por  salvai  á  su 
pais  de  la  invasioo  de  los  dúricos  en  4.068. 

Büjo  la  domioacion  de  estos  dos  últimos 
se  consumó  completamente  el  despojo  de  los 
antiguos  habitantes.  Los  invasores  tomaron 
para  si  todos  los  cargos  y  quitaron  ¿  la  anti- 
^ua  poblaciou  hasta  el  derecho  de  votar  en 
las  asambleas.  EI  gobiemo  moderado  de  los 
reyes  fué  reemplazado  por  una  oligarqoia 
violenta,  que  no  tardó  en  desembarazarse  del 
rey  ¿  quien  en  un  príncipio  habia  desprecía- 
do,  y  despues  de  Godro  se  abolió  ia  monar- 
!  quia',  áustituyéndola  con  el  arcontazgo  per- 
pétuo. 

Medon^  hijo  de  Godro,  fué  e1  primer  ar- 
conte  perpétuo  (4  068)  y  tuvo  por  suceaores 
¿  sus  doce  descendientes;  pero  en  751  se  re- 
dujo  ¿  diez  años  el  ticmpo  que  habia  de  dorar 
aquel  cargo,  y  70  años  despues  (082)  se  deci- 
dió  que  no  duraria  mas  que  un  año  y  que  se 
repartiría  eotre  nueve  magisfrados.  El  primero 
se  Ilamaba  el  arconte  eponimo,  el  segnndo  el 
arconte  rey,  el  tercero  el  arconte  pJíemarcOt 
y  los  otros  seis  se  Ilamaban  tesmotetes  (legis- 
ladores.)  (Véase  arcomtb.) 

Las  familias  aristocráticas,  ¿  cousecuen- 
cia  de  estas  desmembraciones  y  reparticiones 
sucesivas  del  poder  supremo,  se  habian  apo- 
derado^poco  ¿  poco  de  la  autoridad  religiosa, 
militar  y  civii,  y  no  contentas  con  esta  usor- 
pacionlíegaron  ¿  despojar  tambien  ¿  limayor 
parle  de  los  hombres  libres  del  Atica  de  sus 
propiedade^  territorialcs.  Por  mucho  tiempo 
abusaron  impunemente  de  su  poder,  basla  que 
al  fin  cansado  el  pueblo,  que  era  fuerte  ¿  lo 
menos  en  el  número,  se  esforzó  en  reconquis- 
tür  su  libertad.  Ayudóle  cn  esta  empresi  ta 
misma  ambicion  de  algunos  eupatrides,  qoe 
vendierou  los  intereses  de  su  casta  para  grao- 
Jearse  el  amor  del  pueblo;  asi  es  que  los  ba- 
bitaníes  de  ta  costa  vieron  ¿  la  familia  de  los 
Aícmenoides  ponerse  ¿  su  cabeza,  en  tanto 
qué  los  Pisistrátides  se  hacian  gefes  de  los 
montañeses.  Regularizó^^e  entouces  la  lucha  y 
el  pueblo  pudo  obtcner  como  garantia  de  siis 
derecboS)  una  legislacion  civil  y  críminnl. 
Conflóse  la  redaccion  de  las  leyes  á  Dracon, 
entonces  arcoute;  el  código  que  compuso 
abrazaba  toda  la  vida  del  hombre;  pero  su  Cv» 
tremada  severidad  levantó  contra  él  fuertes 
clamores  y  el  terríble  legislador,  obligado  ¿ 
buir  de  su  pa(ria,  fué  ¿  morír  ¿  la  iüla  Egioa. 
Continuaron  las  revueltas,  y  un  atenieose 
Ilamado  Filon,  creyó  que  ¿  fttvor  do  ellas  po- 
dla  restablecer  la  monarquia  y  proclamarse 
rey.  Sorprendió,  en  efecto,  la  ciudadela;  pero 
el  pueblo  le  puso  sitio,  y  se  viú  en  la  preciáioo 
de  apelar  ¿  la  foga.  Sus  partidaríos,  refiigii- 
dos  junto  al  altar  de  hs  Eumónides,  dejaron, 


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ATENAS 


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bajo  la  fé  de  la  proniesa ,  aqtiel  asilo  inviola- 
ble,  y  ñieroD  degollados.  En  castigo  de  este 
atentado  fué  asolada  cl  Atica  por  la  peste ,  y 
los  babitanles  recurrieron  á  Epiménidcs  qne  se 
ballaba  en  Creta,  el  cndl  introdnjo  en  el  go- 
bierno  mnchas  raejoras;  pero  apeuas  voWió  ¿ 
partir  cuando  empezaron  de  nuevo  laa  disen- 
slones  con  mas  vlolencia  y  la  anarquia  llegó  & 
8U  colmo:  entonces  todos  los  partidos  dirigie- 
ron  suB  ojos  hácia  un  hombre  que  ya  babla 
prcstado  grandes  servicios  ¿  la  patria  y  que 
Iba  ¿  prestarle  otro  mayor  ponicndo  fln  ¿  la 
tnarquía  qne  la  desolaba.  Llamábase  aquel 
bombre  Solon.  Un  dia  que  los  atenienses  ven- 
cidos  por  los  megarenses ,  ¿  quienes  habian 
querido  quitar  la  ciudad  dc  Safamina,  decre- 
taron  la  pena  de  muerte  contra  el  primero  que 
hicicsc  una  tentativa,  Solon  se  Ongió  lcco  pa- 
ra  despertar  su  valor,  y  él  mismo  sc  apoderó 
por  roedio  de  la  astocla  de  la  isla  en  litigio. 
Xar  adelante  movió  el  ejército  ateniense  ¿  una 
guerra  contra  los  criseos,  y  se  apoderó  de 
Cirra  pcr  medio  de  una  estratagema  muy  odio- 
98,  envenenando  con  una  inmensa  cantidad 
de  raices  de  eléboro  el  rio  de  que  bebian  los 
babitantes.  Solou  fué  elevado  á  la  dignidad  de 
primer  arconte  (594).  Comenzó  por  atraerse 
el  odio  de  los  dos  partidos,  rehusando  la  par- 
ticiou  igual  de  las  tierras,  aboliendo  las  dcu- 
das  y  asegurando  para  e1  porvenir  la  libertad 
del  deudor  insolvente;  empero  pronto  se  reco- 
noció  la  sabiduría  de  estas  dos  disposiciones 
y  fué  conservado  en  su  mdgistratuni.  Enton- 
ces  abolíó  las  leyes  de  Dracon  y  las  sustituyó 
con  otras  mas  conforroes  al  genio  de  los  ate- 
Dienses. 

Legislacion  de  Solon.  Con  arreglo  ¿  la 
Dueva  constitucion  los  ciudadaoos  estaban  di- 
Tididoa  en  cuatro  clases,  segun  sus  rentas 
anualcs,  ¿  saber  los  pentacosimedimnos,  los 
caballeros,  los  zengites  y  los  theíes ,  conser- 
v¿ndose  las  antiguas  divisioncs  cn  tribus 
(^uXat),  coyo  númcro  era  cuatro,  ó  segun  los 
lugares  que  los  ciudadanos  habitaban  en  de- 
mas  (S%ot).  Solamente  los  ciudadanos  de  las 
tres  primeras  clases  podian  aspirnr  ¿  los  car- 
g08  públicos;  pcro  todos  tenian  cl  derecho  de 
votar  en  las  asarobleas  del  pueblo  y  tomar 
asiento  en  los  tribunalos. 

A  la  cabeza  de  la  república  deja  Solon  ¿ 
los  arconteSf  sin  hacor  el  menor  cambio  en 
csla  magistratnra.  [Véase  arcontes.)  Despues 
de  esfos  magistrados  snpremos  venia  el  Areó^ 
pago:  (véase  esta  palabra):  ¿  las  funciones  Ju- 
diciales  que  este  tribunal  eiercía,  el  legislador 
agregó  atribucioncs  polllicas  muy  cstcnsas. 
El  senadOf  quc  seguia  dcspues ,  se  componia 
de  cuatrocientos  iudividuos,  tomados  de  cada 
tribu,  entre  loi  ciudadanos  qne  pcrtenecian  ¿ 
las  tres  prínieras  clases,  rcnovados  por  suerle 
cada  año  y  sometidos  ademas  ¿  un  exámen 
severo  anle  la  asarablca  del  pueblo.  Cada  in- 
dividuo  ¿  su  salida  debia  dar  cuenta  de  su 
conducta,  Dábanse  los  decretos  por  mayorla 


de  votos.  Si  conccrnian  al  gobiemo  y  ¿  la  ad- 
ministracion  gcneral,  no  tenian  foerza  de  ley 
sino  despues  que  eran  aceptados  por  el  pue- 
blo.  Para  tener  derecho  de  sufragio  en  la  pla- 
za  pública  se  requeria  la  edad  de  veinte  años. 
Los  oradores,  dedicados  al  minisferio  de  la 
palabra ,  gozaban  de  gran  crédito,  y  su  vida 
estaba  sometida,  coroo  la  de  los  senadores,  ¿ 
la  fiscalizacion  pública.  Cada  ano  daba  su  vo- 
to  Icvantando  la  roano,  y  algunas  veces  se  ve- 
riflcaba  la  volacion  por  esci'utinio.  En  cuanto  ¿ 
las  leyes  penales  y  civiles  que  Solon  dió  ¿  sn 
patria,  puede  juzgarse  de  su  sabidurla  por  las 
que  pasaron  al  derecho  roroano,  y  con  el  tlero- 
po  ¿  nuestras  faroosas  leycs  de  Partida.  La  or- 
ganizacion  de  los  tribunalcs  civiles  en  aquella 
época  no  es  conocida;  los  fribunales  crimina- 
les  eran  cinco:  el  Areópago,  Palladium,  cl 
Delphinium,  el  Pritaneo  y  el  del  Phreato;  ca- 
da  uno  de  ellos  tenta  sus  atribnclones  dístín- 
tas;  forroaban  los  cuatro  últimos  ciudadanos 
clf  gidos  ¿  la  suerte  y  se  podia  apelar  de  sns 
sentencias  al  pneblo:  solo  el  Areópago  Juzga- 
ba  sin  apelacion  y  su  fotroacion  era  clec- 
tiva. 

Despues  de  baber  hecho  jorar  Solon  ¿  los 
arcontes,  al  senado  y  al  pueblo.  qoe  observa- 
rian  sus  leyes  por  espacio  de  diei  ados,  dejó 
su  patria,  como  el  legislador  de  Lacedemonir, 
y  se  fué  ¿  viajar. 

Cuando  volvió  ¿  Atenas,  despnes  de  una 
ausencia  de  diez  años,  halló  la  repúblíca  divi« 
dida  en  tres  partidos ,  disput¿ndose  la  autcrri- 
dad  Licurgo,  Megacles  y  Pisistrato.  Dotado 
este  último  dc  las  roas  brillantes  cualidades, 
era  adorado  por  la  mnltilud,  de  la  que  se  ha- 
bia  constiluido  en  defensor  v  órgano.  En  va» 
no  Solon,  qne  habia  adivinado  sus  proyectos 
ambiciosos,  trató  de  oponerse  ¿  ellos.  Un  dia 
hizo  Pisi«trato  quelo  llevasen  ¿  la  plaza  públi- 
ca  cubierto  de  sangre  y  dc  heridas.  El  mismo 
se  habia  herido  espresaroente  para  dar  ¿  en- 
tender  que  sus  enemigos,  que  lo  eran  tarobien 
de  la  república,  habian  querido  asesinarle.  El 
pueblo  le  dió  una  gnardia,  y  poco  tieropo  des- 
pues  Pisistrato  se  afoderó  de  la  ciodadela  (564). 
Solon  no  pudo  conseguir  despertar  la  encrgia 
de  los  atenienses,  y  roas  adelante,  sedncido 
él  roisroo  por  el  respeto  que  afectaba  el  nnw' 
pador  para  su  legislacíon,  acal)ó  por  ser  de  an 
consejo  y  por  aprobar  mnchas  de  sus  me- 
didas, 

Al  año  sigoiente,  Licurgo  y  Megacles,  ge- 
fes  de  los  pedios  y  paralinos,  se  reunieron  y 
ccharon  ¿  Pisistrato;  empero  no  tardó  en  In- 
troducirse  la  division  entrc  los  vencedores»  y 
Písistrato,  casado  ya  con  la  hija  de  Megaclcs, 
volvió  ¿  Atenas  conducido  por  una  muger  dis- 
frazada  de  Minerva ;  grosera  estratagema  de 
que  se  avergttenza  Herodolo  por  los  atenien- 
ses.  En  5S9  se  unió  de  nuevo  Megacles  ¿  la 
faccioc  de  Licurgo,  y  obligó  ¿  Pisistrato  á  re- 
tirarire  á  Eretria,  en  la  Eubea,  donde  pcTma- 
neció  once  años;  pero  al  cabo  de  e^te  tiempo 


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ATENAS 


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hizo  Tenir  tropas  argivas,  se  apoderó  de  Ma- 
ratuD,  adondc  babian  acadido  en  tropel  su« 
partidarios  para  darle  auxiUo,  marcbó  sobre 
Atenas,  sorprendió  y  pnso  en  derrola  i  los  de 
la  faccion  enemiga  y  restableció  por  terccra 
vez  su  tirania  (538») 

Pisistrato  gobernó  á  los  atcnienses  con 
sabidarfa  y  dulzura;  deudora  le  fué  la  repúbli- 
ca  de  multitud  de  institnclones  útiles;  fsTore- 
ció  las  lctras  y  las  artes;  él  fué  quien  mandó 
bacer  la  primera  coleccion  conocida  de  las 
poesías  homéricas.  En  los  historiadores  no  Te- 
mos  bnella  algona  dc  guerra  emprendida  bi^o 
80  administracion,  á  no  ser  la  conquista  de  Si- 
geo  contra  los  habitantes  de  Mitiiene.  Desdc 
su  osurpacion  basta  su  muerto  en  528  se  cuen- 
tan  treinta  y  tres  años,  de  los  cuales  reinó  diez 
y  .siete. 

Hiparco  é  Hippioi,  hyos  de  Msistrato,  le 
sucedieron  en  ei  poder.  Hippias  fjjé  muy  queri- 
do  por  su  carácter  franco  y  afable  é  Hiparco 
faToreció  las  letras,  haciendo  prcsentlr  el  bri- 
llo  que  debia  esparcir  mas  adelantQ  la  ciTiliza- 
cion;  pero  esta  paz  duró  poco,  pues  habiendo 
Hiparco  ultrajado  á  ia  hermana  de  Harmodio, 
formó  éste  una  conjuracion  con  su  amigo 
Ariitogiton  y  mataron  á  Hiparco  durante  las 
Panatetuas;  pero  no  tardó  en  sofrir  Harmodio 
la  mismasucrte,  y  pucsto  Arístogiton  en  cl 
tormento,  delató  como  cómpüces  ¿  todos  ios 
amigos  del  tirano,  los  cnales  fueron  inmedia* 
tamente  cjecutados.- 

Despnes  de  la  mucrte  de  su  hermano  se 
hízo  Hippias  descoufiado  y  croel.  Los  Alcmeo- 
nides,  que  habian  huido  de  Atenas  intentaron 
oon  los  demas  desterrados  entrar  en  la  ciudad 
¿  la  fucrza,  y  al  efecto  ganaron  ¿  la  pitouisa, 
que  les  proporcionó  el  socorro  de  ios  lacede- 
monios.  Estos  coTiaron  contra  Atenas  un  ejér- 
clto  mandado  por  Anquimolio.  Gineas  acudió 
en  auxilio  de  los  PisistrAtidcs  con  mil  ginetes 
tesalios  y  dcrrotó  ¿  los  lacedcmonios  en  los 
campos  de  Falereo,  pero  hizose  otra  tentatiTa 
bajo  el  mando  de  Gleomenes,  y  derrotada  esta 
vez  |a  caballeria  tes¿Uca,  se  tíó  obligada  ¿re- 
tirarsc  ¿  su  pais.  Gleomeucs  sitió  al  tirauo  en 
la  ciudadcla ;  Hippias  se  rindió  ¿  causa  de  ba- 
ber  caido  sus  hijos  en  poder  dcl  enemígo,  y 
se  retiró  primero  ¿  Sígeo  y  despues  ai  lado  del 
gran  rey  (540.) 

El  tirano  habia  desaparecido ,  pero  no  la 
tirania;  pues  no  tardaron  en  disputarse  la 
autoridad  Clistkene  é  Iságoras,  gan¿ndoIa  el 
prímero,  gefe  del  partido  popular.  Rcslableció 
la  coDslitucion  de  Solon  é  introdujo  en  ella 
muchas  modiflcaciones  faTorables  ¿  la  demo- 
cracia.  Aumentó  el  número  de  las  tribus,  fljó 
en  quinientos  el  do  los  indiTiduos  dcl  scnado, 
y  establecid,  scgun  dicen,  el  ostraeismo,  ese 
destierro  impuestu  por  el  pucblo,  no  al  crimen, 
stno  ¿  la  ambicion,  no  á  los  Ticios  punibles, 
sino  ¿  las  Tirtudes  peiigrosas.  Glisthenc  ad- 
quiríó  el  mayor  ascendiente  sobre  el  0ueblo, 
y  logró  espulsar  ¿  su  riTal  Iságoras;  pero  in- 


terrino  Esparía  en  aqnel  asnnto,  y  Cleomene 
llamó  al  desterrado  para  poueríe  en  el  iugar 
de  CUsthene»  quíen  demasiado  débil  para  resis- 
tir  sealejóal  punto.  El  pueblo  toroó  su  paríi- 
do,  sitió  ¿  los  iacedemonios  en  la  ciudadela 
de  que  se  habian  apoderado»  y  uo  lcs  permi- 
Uó  salir  del  Atica  sino  bajo  ciertas  condicio- 
nes.  VolTieron  Glisthenc  y  los  demas  desterra- 
dos,  y  los  atenienses,  que  esperaban  nnagoer- 
ra,  enTiaron  eml>ajadores  al  rey  Dario.  Gleo- 
menes,  en  efeclo,  loTantó  numeroso  ejérclto»  y 
entró  en  ei  territorío  de  Eleusis,  sostenido  por 
lojs  pneblos  del  Peloponeso,  por  los  beocios  y 
calcidenses;  pero  si  los  Tccinos  de  Atents  de- 
seaban  so  ruina,  temian  tambien  el  ascen« 
dientc  que  Esparta  iba  ¿  tomar;  los  coríntios 
dieron  la  señal  de  la  defeccion ;  disipóse  el 
ejército,  y  los  atenienses  no  tuTieron  qne  há- 
cer  mas  que  Tcngarse  de  los  que  habian  ayu- 
dado  ¿  Gleomenes;  derrotaron  ¿  ios  beocios»  y 
pasando  despues  ¿  Eubea  desbarataron  ¿  los 
calcidenses  y  dejaron  en  ia  isia  ona  colonia  de 
4,000  bombrcs  (506.) 

Habiase  suscitado  entre  Atenas  y  Egioa  noa 
contienda,  y  los  atenienses ,  despues  de  con- 
sultar  ¿  un  or¿cuIo ,  se  disponian  ¿  marchar 
contra  sus'^enemigos,  cuando  los  iacedemonios, 
cnTidiosos  del  poder  de  Atenas»  (esoÍTieron 
restablecer  alli  ia  tJrania,  y  ofrecicron  so  apo- 
yo  ¿  Hippias.  Pero  la  oposicion  del  coríntio 
Sosicles,  en  cl  conscjo  de  los  aliados,  fmstró 
sus  proyeclos.  Hippias  toItíó  ¿  Sigeo,  y  desde 
alU  logró  concitar  contra  Atenas  el  odio  de  Ar- 
taferufts,  s¿trapa  del  Asia  Menor,  quien  ame- 
nazó  efeciiTamente  ¿  los  atenicnses;  pero  es- 
los  respondieron  enTiando  Tcinte  bageles  al 
socorro  de  los  pueblos  de  la.Jonia  contra  el 
rey  de  Persia.  Tai  fué  el  orígeu  de  las  guerras 
midieas. 

Ningun  acontecimicnto  podia  ser  mas  feliz 
para  los  griegos,  y  muy  principalmente  para 
ios  atenienses.  La  guerra  era  inminente  entrc 
Esparta  y  Atenas,  que  ambicionaban  cada  ona 
por  su  parte  el  primer  rango  entre  los  pucblos 
helénicos.  La  guerra  contra  los  persas  tído 
¿  suspcnder  esta  loc^a  que  no  podia  menoa  de 
scr  funesta  ¿  la  Qrecia. 

MardoDio,  yemo  de  Dario,  desembareó  eo 
Tracia  el  año  442,  con  fuerzas  considerables; 
pero  la  tempcstad  dispersó  sn  escuadra  y  loa 
ataques  continuos  de  los  briges  diezmamn  sa 
ejército,  por  lo  que  tuTo  que  ToÍTerse  ai  Asia. 
No  fué  mas  afortunada  sn  segunda  eapedi- 
cion:  esta  tcz  fué  Eubeo  el  ponto  donde  des- 
embarcaron  los  persas;  tomaroa  ¿  Eretría  y 
despoes  pasaron  al  Atica;  pero  encontraron  ¿ 
Mílciades  en  Maratoa.  En  fln,  acodió  tambiea 
Jerges,  el  cual  fhé  detenido  en  las  Termópilas 
por  LeoDidas,  destrayó  ¿  Atenas,  cuyos  habi* 
tantes  se  habian  refugiado  en  sus  bagcles;  fué 
vcDcido  en  Salaniina  y  se  toItíó  dejando  ¿ 
Mardonio  continuar  la  guerra  en  el  continen- 
te.  Los  persas  ToWieron  ¿  ser  derrotados  dos 
fcces  en  el  mismo  dia;  ona  en  Platea  sobro 


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AtENAS 


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tierra  flrme,  y  o(ra  eD  llicalc,  sobre  e1  mar. 
(Véaie  HEDiCAS»  {Guerras.) 

Us  tictorias  de  Platea  y  de  Micaie  habiao 
llbertado  para  siempre  ¿  ios  grlegos  de  la  io- 
vasioD  persa;  elloa  eran  loa  que  en  adelaote 
Umd  á  peraegQir  ¿  los  persas  hasta  el  Asia.  En 
aqnelia  gran  lucha  habia  riTalizado  Atenas  en 
csfberzo  con  Esparta,  y  habia  representado  al 
parecer  ei  papel  masbrillante;  perosn  destino 
foé  tambienmas  tr¿gico,  pnesto  qoehabiasido 
incendiada.  Despncs  de  la  batalla  de  Platea 
tomó  Atenas  el  primer  pueslo,  cubriendo  los 
mares  con  sos  bageles,  cosa  qne  Esparta  no 
podia  hacer;  p^  antes  de  pensar  en  aumentar 
su  poder  y  en  plantear  nueTamcnte  sus  anti- 
guos  proyectos,  conoció  la  necesidad  de  levan- 
tar  todo  lo  que  la  guerra  habia  destruido.  Opu- 
siéronse  los  espartanos  ¿  la  reediflcacion  de 
las  murallas ;  pero  Temistocles  los  eogañó, 
procuró  ganar  tiempo,  y  cuando  supo  que  las 
murallas  de  Atenas  estaban  ¿  bastante  aKura 
para  porterla  al  abrígo  de  unti  sorpresa,  decla- 
ró  que  nada  habta  que  hacer  ya,  y  aconsejó  ¿ 
sus  conciudadanos  el  estabiecimiento  de  un 
pnerto  fortiflcado  cn  el  Pireo  y  muchas  medi- 
das  farorables  ¿  la  maríoa.  Goroprendíendo  los 
lacedemonios  que  tenian  que  habérselas  con 
un  adYcrsarío  formidable ,  trabajaron  por  ha- 
cerle  odloso  ¿  los  oliados,  ¿  coyo  intento  ayu- 
daron  sus  grandes  riquezas,  adquirídas  por 
medio  de  exacciones  en  las  islas  del  mar 
Igeo.  Los  mismos  atenienses  le  tomaron  ayer- 
sion  hasta  el  punto  de  conseguir  quefuese  des- 
terrado  por  diez  años 


beza  de  todas  las  fuerzas  de  la  Grecia;  arregló 
las  contribuciones  y  no  pensó  ya  mas  que  cn 
la  guerra.  Arístiüíes  muríó  segun  unos  en  el 
Ponto,  ¿  donde  habia  sido  cnviado  para  los 
asuntos  de  su  república ;  segun  otros  desler- 
rado  en  la  JoBia ,  y  segun  otros,  cn  íln ,  cn 
Atenas,  muy  ticjo ,  pobre  y  estimado.  Los 
bombres  b¿biles  en  el  mando  germinaban  cn 
aqnella  tierra  donde  nadie  queria  obedccer; 
roueríos  cslos,  los  reemplazó  Cimon,  hijo  de 
Milciades  y  vencedor  de  Maraton;  habiase  edu- 
cado  al  lado  de  Arístidcs  y  grange¿do8e  el 
afecto  geoeral  con  la  seuciUcz  de  sn  caráctcr, 
raas  csparíano  qne  atenicnse.  Qnerícndo  rc- 
formar  ¿  Atenas,  segun  lo  estaba  Laccdemo- 
nia,  y  mantener  la  unidad  de  la  Grecia ,  estre- 
chaba  la  uníon  de  todos  continuando  la  lucha 
contra  los  persas.  Atacó  al  persa  Bogés  en 
Sion,  fortaleza  de  la  Tracia,  y  le  obllgó  ¿  prc- 
cipitarse  en  una  hognera  con  su  muger ,  sus 
hijos  y  sns  tesoros.  En  seguida  conquistó  la 
isla  de  Esciros,  donde  halló  los  huesos  de  Te- 
seo  ,  moy  preciosos,  scgun  un  or¿culo  ,  para 
los  destinos  de  Atenas.  Cimon  no  se  detuvo 
aqui,  sino  que  persiguiendo  sin  descanso  ¿  ia 
monarquía  persa,  se  apoderó  de  ias  ciudades 
de  la  Licia  y  de  la  Caría,  y  no  quedó  un  hom- 
bre  de  guerra  en  toda  ei  Asia,  desde  la  Licia 
hasta  la  Panfllia,  ¿  quicn  no  sometiese  con  su 
presencia  y  sin  armas.  Habiendo  echado  ¿ 
pique  una  paríe  de  la  cscuadra  persa  ¿  la  al- 
tura  de  ia  isla  de  Chipre,  rochazó  cn  e1  mismo 
dia  ¿  la  otra  sobre  las  playas  cerca  del  Euri- 
I  medonte,  obligó  ¿  desembarcar  ¿  los  enemi- 


Por  aquella  jnisma  épóca  liberíaban  los  gos  y  los  destrosó  coropletamcnte  (469).  Po- 
aliados  ¿  lasciudades  gricgasdonde  lospcrsas  ¡  co  tiempo  despncs  derrotó  doscientos  bageles 
habian  deJ.':do  guamicioo,  y  una  escuadra  nu-  j  fenicios  que  liegaban  al  socorro  de  los  per- 
roerosa  ¿  las  órdenes  de  Pausanias,  y  Aristides  sas,  y  al  año  siguicnte  sometió  al  Qucrsoneso 
obllgaba  al  enemigo  ¿  rctírarse  ¿  la  isla  de  I  de  Tracia. 

Chipre  y  ¿  la  ciodad  de  Blzancio;  pero  los  alia- 1       La  goerra  entonccs  parecia  ya  tcrminada: 
dos,  ¿  quicnes  Arístides  hacia  amable  con  so  Gimon  que  habia  visto  en  la  agitacion  de  los 


dulznra  y  Jusiicia  cl  gobierno  de  Atcnas  ,  se 
sublevarou  contra  el  orguUoso  Pausanias.  En- 
fonces  Tokió  ¿  Ilamaríe  Esparía,  y  Pausanias 
se  dirígió  ¿  aquella  ciudad  irrítado  y  dispucs- 
to  ¿  la  venganza,  que  no  pudo  llevar  ¿  efecto 
por  la  traicion  de  un  esclavo  que  prcscnló  las 
prucbas  de  sus  secrctas  inleligencias  con  el 
rey  de  Persia.  Refugióse  entonccs  Pansanias  ¿ 
nn  templo;  pcro  le  tapiaron  las  puertas  y  le 
dejaron  morir  alli  de  hambre.  Los  lacedemo- 
nios  acusaron  ¿  Tcmistoclcs,  que  vlvia  ¿  la  sa- 
zon  en  Argos,  dc  haber  parílcipado  de  la  trai- 
cion  de  Pansanias;  Temistocles  huyó  al  palacio 
de  Admeto,  rey  de  Epiro,  y  despnesal  del  rcy 
de  Pcrsía,  quc  le  recibió  muy  bien  y  le  dió  los 
gobiernos  de  Lampsaco,  de  Mionle  y  de  Magne- 
sia.  Segun  unos,  el  dcsterrado  muríó  de  enfer- 
mcdad,  y  scgun  otros,  intlmado  por  ol  gran  rey 
¿  ilevar  un  rJérCito  contra  la  Grecia,  habia 
puesto  fln  ¿  su  cxistcncia  por  mcdio  de  un 
veneno. 

Entretanto  los  aliados  habian  pedido  ¿  una 
voz  ¿  Arístides  por  gefc:  vidsc  Atenas  ¿  la  ca- 


aliados  on  medio  de  asegorar  la  preponderan- 
cia  de  Atenas,  vió  otro  en  su  rcposo;  eximióles 
de  enviar  sin  cesar  ciudadanos  y  bageles  y  lcs 
propuso  qne  en  su  lugar  diesen  subsidios  en 
dincro,  con  ?os  coales  los  atenienses  se  cncar- 
garían  deproveer  ¿  todas  las  ncccsidades.  De 
efile  modo  tenia  Atcnas  una  escuadra  ejcrcita- 
da  y  sostenida  á  cspensas  dc  otros,  y  muy 
prooto  los  aliados  no  fucron  mas  que  sus  trí- 
butarios,  ó  mas  bicn  sus  sábdilos,  puesto  que 
castigaba  con  la  servidumbre  las  dcfecclones 
que  ella  misma  provocaba.  De  esla  manera  se 
apodecó  de  Naxos  (466),  y  asi  fué  tambicn  como 
estendiéndose  cada  vez  mashácia  el  Estrímon, 
euviü  40,000  colonos  al  pnnto  donde  mas  adc- 
lante  fué  ediflcada  la  ciudad  de  Auflpolís,  y  .<e 
apodcródel  rico  pais  de  lostasios  (465-463.) 
Atenas  marchaba,  pues,  r¿pidamcnte  ¿  la 
dominacion  de  la  Grecia.  Alarmóse  sobrcma- 
ncra  Esparía,  y  ya  iba  ¿  oponerse  por  mcdio 
de  la  fuerza  ¿eslas  invasioncs,  cuando  un 
temblor  de  tierra,  ¿  que  siguió  una  rcbelion 
dc  los  ilotes  y  de  los  mesenios,  la  obligó  á 


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ATENAS 


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pedir  soeorro  á  su  rival.  Por  eooseio  de  Gimon 
envió  Atenas  tiopas;  pcro  cuando  los  esparta- 
nos  vieron  4  los  ateuienses  deutro  de  sus  mu- 
rallas,  se  asustaron  y  los  despidieron.  Espe- 
rando  los  atenienses  el  roomento  de  vengar 
esta  afrenta,  desterraron  á  Gimon  como  dema- 
siado  adicto  ¿  Lacedemooia  (464),  y  mas  ade- 
lanterecogieron  álosmesenios,  obligadosáca- 
pituiar  despucs  de  liaber  permanecido  mas  de 
diez  años  encerrados  en  Itona,  y  ies  dieron  la 
ciudad  de  Nanpactus  (I^panto.) 

La  repúblb^a  ateniense  demasiado  podero- 
sa,  reclamaba  un  monurca:  preseulóse  en  1a 
escena  Pericles,  que  á  su  nacimieoto  ilustrQ, 
¿  su  elocuencia  arrebatadora  y  ¿  su  prodigiosa 
liabiiidad,  quiso  agregar  su  modeslia,  su  fru- 
galidad ,  bu  grandeza  de  alma  y  su  amor  al 
pueblo,  cualidadcs  afectadas  en  gran  parte, 
priucipalmente  laúltima;  pero  que  no  poreso 
dejaron  de  embaucar  al  pueblo  basta  el  punto 
de  que  muy  pronto  el  Areópa^o  vió  restríngi- 
do  Bu  poder  y  los  grandes  disminuida  su  in- 
fluencia.  Triunfó  la  democracla.  Pericles  la 
llevaba  como  por  la  mano,  y  la  muchedumbre 
que  se  creia  soberana,  no  era  mas  qoe  el  ins- 
irumeuto  de  la  iirania. 

Entretanto  los  egipcios  se  sublevaban  con- 
tra  Artagerges  Longa*mano  bajo  la  direccíon 
de  Inaro  (460-465.)  Llamarou  en  su  auxilio  ¿ 
los  atenienaes,  quienes  les  enviaron  desde 
Ghipre  doscientos  bageles.  Despues  de  una  vic- 
toria  saogrienta,  los  cgipcios  y  aliados  fueion 
sitiados  en  Biblos.  Inaro  cayó  prisionero  y  fué 
cruciflcado,  y  los  griegos  &e  vieron  obligados 
¿  capittilar  y  se  retiraron  ¿  Gírene.  Otros  ate- 
nicnses  que  veoian  ¿  reforzarlos  fueron  derro- 
tados  y  muertos  casi  todps.  Al  mismo  tiempo 
ios  epidaurios  y  corinlio?  destrozaban  ¿  las 
tropas  de  Atenas  en  Halise  en  la  Argólide;  pero 
estos  se  defiquitaron  en  el  mar  cerca  de  la  isla 
de  Gecrifalia  (Peloponeso.)  Leocrates  quitó  en 
seguida  ¿  los  eginetcs  seteota  bageles  y  les 
impuso  uoa  paz  onerosa. 

Aunque  Atenas  uo  bacla  directamcnle  la 
guerra  ¿  Lacedemonta,  ejercla,  sin  embargo, 
frecucntemeute  hostilidades  contra  elia  y  sus 
aliados.  Un  dia,  de  acuerdo  con  los  argivos, 
Intentó  detener  cerca  de  Tanagra  un  cuerpo 
de  tropas  lacedemonias  que  iba  ¿  socorrcr  los 
habitantes  de  la  Doride  contra  los  focenses. 
Salieron  venccdores  los  lacedemonios,  y  Ate- 
nas  vengó  3u  derrota  en  los  beocios,  aliados 
de  Lacedemonia,  ¿  quienes  Mironides  derrotó 
en  EuoQ!a,  despues  de  lu  cual  sometió  este 
general  la  Beocia  y  la  Fócide,  y  obligó  ¿  los 
locrenses  opontinos  á  darle  rehenes.  Al  mismo 
tiempo  desolaba  Tolmides  las  costas  dcl  Pelo- 
poneso,  di^persaba  la  escuadra  lacedemonia, 
tomaba  ¿  Negroponto  y  derrotaba  ¿  los  sicio- 
nios  (455);  pero  Atenas  vió  frustrados  sus  pla- 
nes  al  tratar  de  restablecer  en  su  trono  á 
Orestes,  hijode  Echecrátides,  rey  de  Tcsalia, 
y  no  foé  mas  feliz  cn  un  ataque  que  sus 
tropas  mandadas  por  Pericles ,  íntentaron  on 


Acamaoia  (454.)  Acordóse  eotonces  de  las  vic« 
torias  de  Gimon  y  ie  Ilamó. 

Gimon  hizo  flrmar  ¿  los  atenlenses  y  los 
espartanos  una  tregua  de  cinco  años  (450),  y 
para  diBtraer  ¿  otro  objeto  la  ambiciou  iqp 
quieta  de  los  atenienscs,  renpvó  la  guerra  con- 
tra  cl  Asia,  enviando-sesenta  bageles  ¿  Egipto  y 
ciento  cuarenta  hácia  la  isla  de  Chipre.  Gimon 
con  cstos  úllimos  derrotó  al  sátrapa  Artaba- 
zes,  asoló  la  Cilicia  y  asedió  ¿  Cilio;  pero  le 
sorprendió  la  muerte  durante  el  asedio  (449), 
y  sus  restos  fueron  trasladados  ¿  Atenas  donde 
se  erigió  un  monumento,  el  Cimonium,  con- 
sagrado  ¿  su  mcmoria.  La  cscuadra  sc  retiró 
mas  arriba  de  Salamina,  donde  venció  porticr- 
ra  y  mar  ¿  los  fenicios,  cipriotas  y  cilicios. 
Atenas  no  conoció  ya  limites  ¿  su  ambicioo; 
suóuba  ya  con  vastas  c^nquistas;  pero  Perir- 
clcs  queria  ante  todas  cosas  qiic  fuesc  pode- 
rosa  en  la  Grecia,  y  al  efeclo  devolvió  ¿  los 
focences  la  intendeacia  del  templo  de  Delfos, 
qne  los  espartaiios  les  habian  quitado.  Los 
megarenses  y  corintios,  vencidos  en  Go^ 
ron  (447),  recouocieron  la  supremacia  de  Ate* 
nas.  Las  costas  del  Peloponeso  fueron  asola* 
das,  recooquiátada  la  Eubea,  de  que  se  babia 
apoderado  uu  reyde  Esparta,  y  los  espartanos 
espuisados  del  Atica  (446.)  Parecia,  pues,  ioe* 
vitable  una  guerra  decisiva;  pero  Atenas  era 
entonces  demasiado  ftierte  y  Esparta  concloyó 
con  ella  una  tregua  de  treinta  años  (445.) 

Esta  tregua  favorecia  los  proyectos  de  Pe- 
ricles,  cuyas  miras  politicas  eran  aflrmarel 
poder  de  Atenas  é  inspirar  ¿  los  atenienses 
una  couflanza  en  si  mismos  qoe  no  desdíjera 
jam¿s  de  la  alta  posicion  que  ocupaba.  La 
tregua  esluvo  ¿  punto  de  interrumpirse  por 
una  querella  suscitada  entre  Samos  y  Mileto. 
y  eu  la  cual  tomó  parte  Atenas  por  la  segonda 
de  eslas  ciudades.  Pericles  fué  euviado  coa 
una  escuadra  para  oblígar  ¿  los  samios  ¿  U 
obediencía  y  organizar  su  gobierno  conforme 
¿  los  intercscs  de  Atenas.  Soroetiéronse  al  prín- 
cipio  los  samios;  pero  consider¿ndose  loego 
fuertes  con  ei  socorro  de  Pissathanes,  sátrapa 
de  Sardis,  rompieron  abiertamente  la  alíaosa 
con  Atenas.  Pcricles  los  venció  en  el  mar,  si* 
tió  ¿  Samos ,  la  embistió  con  fuerzas  formidi- 
bles  y  obligó  ¿  los  rebeldes  ¿  capitniar,  los 
cuales  tuvieron  que  destruir  sus  fortiOca- 
cioues  ,  enlrcgar  sus  naves  y  pagar  los  gas- 
los  del  silio  (440.)  A  la  capitulacion  de  Sa- 
mos  siguió  inmediatamente  la  sumision  de 
Bízancio ,  que  tambien  habia  tomado  parte  en 
la  gucrra. 

EI  resultado  de  esta  guerra  dió  1a  ^anciOR 
del  Iriunfo  ¿  las  pretensiones  de  Atenas  sobre 
sus  aliados.  Pericles  contiuuó  Ilcvando  ácabo 
sus  proyectos,  y  se  esforzó  por  inspirar  ¿  los 
atenieuses  el  sentimiento  de  su  dignidad,  eo« 
mo  miembros  de  un  estado  soberano,  y  obli- 
garles  ¿  mirar  su  ciudad ,  no  solameute  como 
ia  capilal  del  Aliea,  bino  lambien  como  la  me» 
trópoli  de  sus  numerosas'posesiones.  Empleó 


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ATENAS 


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diíerentes  medioá  para  realxar  su  importancia? ictlma  Pericles.  DUpQtaronse  entonces  e1  po* 


á  8D8  propioa  ojos,  poes  al  roismo  tiempo  >]ue 
enviabi  foera  numerosas  colonias,  ¿  Eul)ea,  ¿ 
Naxos,  en  el  Quersoneso  de  Tracia,  ¿  Sinope,  ¿ 
M iso  7  Sil>ari8,  que  tomó  el  nombre  de  Turios, 
embellecia  ¿  Atenas  y  ravorccia  con  la  pdder 
ei  desarrollo  de  las  artes  y  de  las  letras,  Ue- 
gando  la  arquitectura,  la  escultnra,  )a  poesia 
y  la  elocoencia  ¿  un  ¿rado  de  perfeccion  lias- 
ta  entonces  desoonocldo. 

Pericles  dió  su  nombre  ¿  aquel  siglo  fecnn* 
do  en  maravillas,  al  cual  debemos  casi  todo  lo 
qoe  nos  queda  de  la  antigoa  .itenas.  Fidias  y 
8US  discipulos,  Esqiiiles,  Sófocles  y  Euripldes, 
Anasigoras  y  Aspasia  vivleron  en  aquc)  siglo, 
y  nosotros  no  bablamos  mas  que  dc  los  queto- 
can  iomediatamenle  ¿  Pericles. 

Entretanto  llegaban  de  lodos  lados  ¿  Espar- 
ta  las  quejas  de  los  aliados.  Atenas  colmó  la 
medida  sitiando  ¿  Poüdea ,  colonia  corinlia 
eniOQces  en  sQ'poder  y  situada  en  )a  Calcidi 
ca.  Diputados  espartanos  acudi^ron  ¿  esponer 
¿  Atenas  las  quejas  de  la  Grecia  y  pedir  Ía  re- 
paracion  de  los  daños  causados  ¿  los  aliados 
Pericles  decidió  qqe  cualquiera  concesion  que 
80  hiciese  seria  sumamentc  peligrosa,  y  asi 
en  Atenas  como  on  Esparta  quedó  resuella  la 
guerra.  Uoa  tentativa  que  bicieron  los  tebanos 
contra  Platca,  ái6  la  señal  del  combate,  y 
en  431  antes  de  lesucrísto,  comenzó  la  gnerra 
del  Peloponeso.  Los  principios  fueron  desgra- 
ciados  para  Atenasr  pero  despues  alcanzó  brí- 
llantes  tríunfos,  pues  tomó  ¿  Egina,  Potidea, 
Lesbos,  Esfactería»  Giteres  y  Tireo,  qne  los  la- 
cedemonios  habian  dado  ¿  los  eginetos.  Otra 
▼ez  cambió  la  fortuna,  puos  los  atenienses 
fueron  derrotados  en  Delio  y  perdieron  ¿  Anfi- 
polis.  Concluyóse  entonces  la  paz;  pero  no 
tardó  en  encendersc  do  nuevo  la  guerra,  y  los 
atenienses  no  liroltaban  ya  su  ambicion  ¿  la 

rnista  del  Peloponeso,  sino  que  envlaron 
escuadra  ¿  la  Sicilia ,  donde  voWieron  ¿ 
encontrar  ¿  sns  eternos  enemigos,  y  su  ejér- 
cito,  completamente  destrozado  por  las  tropas 
que  Esparta  habia  enviado  al  socorro  de  los  si- 
racusanos^  no  pudo  volver  de  su  espediciou. 
En  444  estalló  uoa  revolucion  en  Atenas,  de 
cuyas  resultas  se  puso  ¿  la  cabeza  dcl  gobier- 
QO  una  oligarquia  compuesta  de  cuatrocieotos 
micmbros.  No  duró  mucbo  tiempo,  pues  vol- 
vió  ¿  tríunfar  el  partido  democr¿tico ,  y  los 
atenienses  obtuvieron  entonces  una  serie  de 
tríunfos  no  iolerrumpídos,  en  Chicico,  Calce- 
donia,Selimbríay  Bizancio.  En  seguida,  se- 
gun  su  costumbre,  atrajeron  sobre  si  la  mala 
fortuna,  prív¿ndose  de  su  mejor  geueral.  Yen- 
cedores  todavia  en  las  Arginusas,  sufrieron  en 
Egos-Potamos  (véase  esta  palabra),  una  derro- 
ta  decisivat  que  terminó  la  guerra  (404.)  Sitia- 
da  Atenas  fué  tomada,  y  los  lacedemonios  es- 
tablecieron  alli  un  gobierno  compuesto  de 
f reinta  arcontes,  ¿  quienes  llamaron  los  Irein' 
ta  tiranos.  A  príncipios  de  la  guerra  habia  de- 
solado  al  Atica  una  pesle  terrible ,  do  que  fué 
203    niuLioTisc<v  PoiaiLiVU. 


der  NiciasY  Cleon:  esle  último  pereció  en 
un  combate  cercade  Anfípolis,  y  el  otro,  gene- 
rai  muy  esperímenlado,  foé  decapitado  des- 
pnes  de  su  derrota  en  Sicilia;  pero  el  que  ver- 
daderamente  representó  el  príncipal  papel  en 
Atenas  fué  Alcibiades,  alternativamente  ado- 
rado  y  recbazado  porsus  conciudadanos,  y  que 
con  SQ  talenlo  y  sus  vicios,  y  su  habilidad  lan 
pronto  úlil  como  peligrosa,  hizo  tanto  bien 
como  mal  ¿  su  patria.  Concloyó  sns  dias  ase- 
sinado  por  órden  de  los  treinta  liranos  eu  Fri- 
gia,  donde  se  habia  refugiado. 

Eutretanto  Trasibulo ,  espulsado  de  Ate- 
nas,  reuQió  ¿  sqs  compañcros  de  destierro  y 
sc  apoderó  de  Filunle,  forlaleza  situada  en  el 
Atica.  Derrotó  eu  muclios  eocuentros  ¿  las  tro- 
pasde  los  tiranos,  y  se  hizo  dneño  de  Muni- 
quia  y  üel  Pirco.  Los  ciudadanos  que  quedaron 
en  la  ciudad  se  sublevaron,  reslableciéndose 
en  íln  la  democracia  (403) ,  y  sieudo  ya  Ate- 
nas  no  súbdita  sino  aliadade  Esparta. 

Prontose  encendíeron  y  estallaron  losodios, 
contra  Esparta,  como  en  otro  tiempo  habian  ^ 
estallado  conlra  Atenas.  Formósc  una  vasta 
confederacion,  en  la  que  entraron  los  atcnien- 
ses,  siendo  los  beocios  los  que  reprcsentaron 
el  papel  príncipal  en  esta  lucha.  Entretanto 
Gonon,  general  ateniense  que  mandaba  una 
escuadra  persa  en  uoion  con  el  s¿trapa  Farna- 
baces,  arrebató  ¿  los  lacedemonios  el  imperio 
de  los  mares,  y  restableció  el  puerto  de  Atenas. 
Ifícrates  y  Cábrías,  secnndando  ¿  Gonon,  des- 
plegaron  grande  habilidad  en  la  guerra,  la  cual 
fué  roconcentrada  en  los  seis  años  siguientes 
alrededor  de  Gorinto.  Aquel  poder  rcnaciente 
comenzó  ¿  asustar  ¿  los  persas;  Tiríbazes  man- 
dó  matar  á  Gonon,  y  muy  prontoet  vergonzo- 
80  tratado  de  Antakidas,  (véase  esta  palabra) 
conclúido  con  los  persas,  todo  eu  provecho  de 
Esparta,  y  al  cual  fueron  obligadas  ¿  acceder 
las  demas  ciudadcs  gricgas,  detuvo  los  pro- 
gresos  de  Atenas.  Alióse,  sin  embargo,  ¿  los  te- 
banos,  cuando  estos  declararon  nuevamente 
la  guerra  ¿  los  lacedemonios,  y  Cábrías  hizo 
todavía  mucho  por  esta  causa.  La  marina  de 
Esparta  fué  otra  vez  arruinada  por  este  gene- 
ral,  por  Ificrates  y  por  Timoteo,  que  asoló  la 
Laconia  y  sometió  la  isla  de  Corfá.  Otra  vei 
volvió  ¿  tomar  Atenas  el  imperio  del  mar. 
En  374  renovaron  Atenas  y  Esparíaensunom- 
bre  y  el  áe  sus  aliados  la  paz  de  387. 

Atenas  aprove<;hó  la  querella  entre  Esparta 
y  Tebas  para  levantarse  sobre  las  ruinasde  es- 
tas  dos  ciudades ,  y  pronto  dejó  de  guardar 
miramieQtos  con  sus  aliados,  dando  lugar  ¿ 
qne  sesubletsiran  Bizancio,  Rodas,  Cos  y  Quio. 
Envióse  contra  los  rebeldes  ¿  Cábrias  y  al  des- 
preciable  Cbarés,  ambicioso  adulador  de  la  ple- 
be.  C¿brias  fué  muerto  en  cl  poerto  de  Quio, 
y  Timoteo  é  Ificrates  que  fueron  enviados  pa- 
ra  reemplazarle,  inspiraron  envidia  ¿  Charés, 
que  no  paró  hasta  que  consiguió  fue&en  des- 
tcrrados.  Por  último,  iQtervino  el  rey  de  Per- 
T.    111.    07 


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JITENAS 


f(N» 


9ia,  y  cn  ud  tratado  concluido  cos  Ateoas»  te 
impuso  por  condicion  cl  reconociniÍeDto  de  la 
kudependencia  de  8us  aliudos  (355.) 

£1  Yergonzoso  desenlace  decsta  fpikem  hi- 
zo  mucbo  daño  á  Atenas,  pues  lc  impidió  lle- 
var  á  las  costas  de  la  Macedouia  fiierzas  capa- 
ces  dc  contrarestar  y  de«})aratar  loa  desígDios 
de  Filipo  sobre  las  ciudades  griegas  de  aquella 
provincia.  Sin  embargo,  ilustrada  fvor  los  cou- 
scjos  de  Demóslcnes  arerca  de  les  proyectos 
ambiciosos  de  aquel  rey,  bizo  atianza  con 
Olinto  y  con  Kersoblepiés,  uno  de  los  sobera- 
nos  dc  la  Tracia.  En  350  se  envió  una  espe» 
dicion^  á  pesar  del  gran  orador,  para  defender 
la  Eubea  contra  Filipo.  ^stc  era  un  lazo  del 
cuai  solo  pudieron  salvarse  los  atenienses, 
merced  á  lu  hubllidad  de  Focion.  Eo  íin,Filipo 
arrojó  la  máscara  y  alacó  ¿  Olinto.  Esta  vez 
rogó  y  supHcó  Demóstenes  que  fb  enviaran 
socorros,  pcro  solo  se  dcspacbaron  fuerzas  in- 
Euncientes,  y  Olinto  fiié  tomada.  Al  pocotiem- 
po  una  cscuadra  maccdcnia  veriflcába  un  des- 
cmbarquc  eu  el  Atica,  y  ecbaba  por  tíerra  los 
trofeos  de  Maraton  y  Suiamina.  Alarmóse  Ate- 
nas  y  concUiyó  uq  tratado,  en  virtud  del  cual 
logró  Filipo  rormarseal  poco  tiempo  una  posi- 
cion  cn  laGrccia,  entrando  y  salíendo  deella 
seguD  su  albcdrio  y  voluntad,  hasta  qne  esti- 
muiada  Atenas  por  sus  oradores,  vuelve  á  te- 
mar  las  armas,  envia  á  Diopitbo  (342),  despues 
¿  Gallias,  y  por  último  á  Focioo,  que  soio  pu- 
dosalvar  á  la  Tracia  y  á  Bizancio,  estrechadas 
vivamente  por  Filipo.  EI  macedonio,  pretes- 
tando  otra  guerra  sagrada  contra  los  locrenses 
llega  hasta  las  puertas  de  Aienas. 

Dase  una  batalla  en  la  ciudad  de  Queronea, 
y  vencida  Atenas  recibe  su  perdon  de  Filipo, 
que  quiso  mostrarse  gcneroso  con  ella. 

Guaodo  rourió  Filipo  llegó  ¿  su  colmo  la 
alegria  de  la  Grec'ia,  pero  do  duró  mucho 
ticmpo,  porque  acudiendo  Alejandro,  sitió  y 
destruyó  á  Tebas,  y  dejó  subsistir  la  ciudad 
de  Atenas  con  la  condicion  de  someler  ¿  Jui- 
cioá  Demóstenes  y  algunos  otros  oradores. 

Morió  lambion  AlrJandro,y  el  ateniense 
Olímpiodoro  libertó  ¿  su  patria  dc  la  Eervidum- 
bre  eslrangera;  pero  Alenasestaba  herida  de 
muerte,  y  no  debia  recobrar  ya  su  podcr  po- 
litico.  Faligada  por  los  sucesores  de  Alejandro, 
cuya  lcy  sacudia  ó  recibia  alternativamentc, 
dominada  unas  veces  por  Anlipater,  otras  por 
Gasandro,  y  otras  en  fln,  por  Demetrie  Polior- 
cctes,  Anttgono  de  6oni  y  sus  sucesores,  no 
se  vi6  libre  de  su  oprcsion  hasta  el  momento 
eu  quc  la  alianaa  dc  Filipo  II  con  Anibal,  vol- 
vió  contra  este  principe  las  armas  de  los  ro- 
manos  (^44).  T.  Q.  Flamiuio  proclamó  solem- 
nemcnte  el  año  196  la  independeucia  de  la 
Grecia;  pcro  esta  no  habia  hecho  mas  que  cam- 
biar  dc  sefiorcs,  y  dos  años  despues  de  la  des» 
truccion  dcl  rcino  de  Macedouia ,  reducida  ¿ 
provincia  romana  ea  448,  sufrió  toda  la  Gre- 
cia  la  misma  sucrtc,  y  fué  convcrtida  en  pro- 
tiucia  Acayana.  Mas  adelante  se  apoderó  de 


Ateoas  Arqnelao,  qbo  de  los  generales  de  tt* 
tridates,  y  la  sometió  ¿  la  tiraDia  del  aoflsta 
AristeoD.  En  87  fué  tomada  y  aaqoeada  eata 
ciudad  por  Sila.  Kd  las  guerras  dviles  de  Ro- 
ma  se  mant^ivieron  los  ateBienses  unidoa  ¿  los 
patrici^,  y  pelearon  eo  Farsalia  bajo  las  ban- 
deras  de  Pompeyo,  y  en  Filipos  bajo  las  de 
firuto  y  de  Gasio.  Despues  de  sn  victoria,  Cé^ 
sar  usóde  clemeDCia  para  eoo  ella,  perdoDan- 
do,  decia,  ¿  los  vivos  en  fator  de  les  mnertos; 
Aogusto  bizo  lo  mismo,  y  desde  esta  epoca 
Atenas  fué  una  vasta  escaela  abiola  ¿  la  Jq- 
ventud  dislinguida  de  Roou  y  del  mundo  cItí- 
lizado.  Muchos  emperadores  la  amaron:  Adria- 
no  restauró  ó  acal>ó  sus  ediflcios:  Antonino  ei 
Pio  y  Luis  Vero  la  bahitaron,  y  Juliano  ei  Após- 
tata  estudió  en  sus  eseuelas,  En  5)9  íaeroir 
estas  cerradas  por  un  edicto  de  Justiiklano,. 
y  desde  entonces  Ateiiasno  fué  yamasqnevB 
nombre,  un  recuerdo  que  haciaii  tIvo  y  pai- 
pable  sus  magniflcos  monumentos. 

Gomo  casi  todas  las  ciodadea  del  mundcv 
romsDO,  Atenas  fué  visitada  por  los  b¿rbaros, 
asolada  por  los  godos  en  tiempo  de  Valeriaoo 
y  Galieno  (255-258),  por  los  esdtas  en  tiempo^ 
do  Glaudio,  y  en  398  por  Alarico. 

En  la  edad  media  formaba  parte  del  impe- 
rio  de  Oriente;  en  4203,  cuaDdo  las  crosada» 
latinas  conquistaron  ¿  GonstaDtinopla,  tocó  e» 
suerte  ¿  OtOD  de  k  Roca,  caballero  tMH-goñOD» 
que  Ilevó  el  título  de  gran  dnque  de  Atenas  y 
de  Tebas.  Ai  principio  del  siglo  XY  los  aveii- 
tureros  caialaoes  que  habian  asolado  al  Orten- 
te,  mandados  por  Rogerio  de  Flor,  se  apodera- 
ron  de  aqnel  principado,  y  al  cabo  de  catorce 
años  reconocieron  voluntariamente  la  8d>en- 
nia  del  rey  de  Sicilia,  gefe  de  la  casa  de  Ara- 
gon.  Mas  adelaDte  pasó  Atenas  ¿  la  familia  de 
los  Acciajooli,  oriuda  de  Floreucia.  Bd44S5 
Francisco  VUI,  priocipe  de  aquellacasa,  íijé 
destronadopor  Mabometo  H.  En  4464  los  ve- 
necianos  mandados  por  Victor  Gapello,  sol- 
prcDdieroD  k  ciudad,  y  no  pudieron  apode- 
rarse  de  laAcrópoIis.  Tuetta  al  poder  deMa- 
hometo  II,  que  se  mostró  siempre  benéfolo 
con  ella»  Ateoas  permaneció  despo^  bastante 
Iranquila  bajo  la  proteccion  del  kislat-aga. 

En  la  revolucion  griega  de  482t,  logró  ver- 
se  Alenas  iibre  de  la  dominacion  musBlmana. 
Habiendo  caido  poco  tiempo  despues  en  poder 
de  los  turcos,  recobró  su  libertad  ea  48i4,  y 
tomada  deDoevocD  4827,  fué  evacnada  al  ñu 
en  1 83 1 .  fieclaráronla  en  1 834  capital  del  DQero 
reino  de  Grecia,  y  boy  es  la  resideocia  del 
gobieroo  que  hace  los  mayores  esfoersos  por 
regenerarla:  la  polílica,  las  lctras  j  las  aites 
se  forman  ya  un  glorioso  porvenir  en  medio 
de  los  monumentos  do  un  magnifico  pasado. 
Ui.  ArUigHedades.'^Descripciom  de  Atmm. 
Atenasera  sindisputala  ciudad  mas  bella, 
y  acaso  tambien  la  mayor  de  toda  la  Grecia. 
Aristides  pretende  qoe  se  necesitaba  on  dia  en- 
tero  para  andarla  toda.  Segun  otro  c¿IcqIo, 
qneparecemasezacto,  tenia78  estadioa,  y 


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ATENAS 


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Oioa  Crlsóetoino  liaoe  subir  su  cireaiifereocia  i 
^  eBtidiOB  ó  3«  lciiómetros. 

U  Ctcropia  ,  6  parte  de  Atenas  cdiflcada 
por  Gecrope  estalm  sitnada  tohíe  la  cnmbrede 
ttna  roca  muy  eletada,  en  medlo  de  nna  es- 
teaia  lianora,  que  no  tardó  en  cnbrirse  de  ca- 
«as,  á  caoaa  del  conaiderable  número  de  habi- 
iantesque  la  cmsada  cmrlaba  diariamcnte;.re» 
cibió  el  nombre  deCiodad  Baja,  y  el  de  Ciodad 
Aita  se  reserró  á  la  de  Gecrope. 

La  ciodadela  ó  Giudad  Alta  tenia  una  cir-; 
^nféreocia  de^O  estadios,  y  en  los  tiempos 
primiUTos  estu?o  rodeada  de  simpies  empa- 
liaadas ,  ó  segon  algonos  aulores  de  oütos. 
4Umon,  hyo  de  Milclades,  destinó  el  botin  coo-: 
•qoiatado  en  la  guerra  contra  los  pmas,  á  ce-' 
ñirta  por  el  lado  del  Mediodia  con  una  espesa; 
muralla,  Uamada  por  esta  caosa  el  muro  4e 
Oimon.  La  muraUa  del  Iforle,  constralda  mu-' 
cbo  tiempo  anles,  se  Itamaba  icsXaaYix^v  ó 
scsXapYxóv:  tenia  nucTe  poertas,  por  lo  que  se 
llamabÍB  algunas  veces  eweancuXov.  A  pesar  de 
esta  moltitod  de  pequeñas  entradas  en  la  ciu- 
-dadela,  solo  habia  uoa  grandc ,  qoo  coosistlai 
en  onas  f  radas  de  máníiol.  Ista  escalera  fué 
constmida  por  Pericles,  qne  empleóen  elia 
somas  considerables. 

Ladodadelaencerraba  el  templo  de  la  Vio- 
torta  sifi  al<M,  Esta  diosa  ^aba  represeotada 
con  una  granada  en  la  mano  derecba,  y  un 
casco  en  la  izquierda,  y  carecia  de  alas  en  me- 
moria  de  la  victoria  ganada  por  Teseo  al  Mi- 
notauro,  Ticforía  que  no  foé  conocida  en  Ate- 
uas  basta  la  llegada  del  héroe.  Por  lo  deraas  la 
Tictoria  estaba  representada  en  todas  partet 
<U)n  alas.  Aquel  ediflcio  construldo  de  márrool 
blanco>  estaba  situado  á  la  derecba  de  la  en- 
trada  del  Acrópolis. 

En  medio  de  la  ciudadela  habia  otro  tem- 
plo  consagrado  á  MinerTa,  y  llamado  tl  Par- 
temm,  OapOsvdjv,  bien  fuese  como  homenage 
tributado  á  la  castidad  de  aquella  diosa,  bien 
porqne  le  hubicsen  consagrado  ií  ella  prtmitiTa- 
mente  las  hijas  de  Eritreo,  conocidas  particn- 
larmente  con  el  titulo  de  DapOevoe,  las  tnrpe- 
nes,  Llamábase  tambien  Exoix¿[jLice8ov  ,  i  can- 
sa  de  su  estcnsion  ,  que  era  de  400  pies  cua- 
<]rados.  Fué  iocendiado  por  luspersas,  y  reedi- 
ílcado  por  Pericles,  que  lo  eosanchó  en  3S0 
píes  por  cada  lado«  Este  ediflcio,  construido 
de  raárraol  blanco,  es  cl  mas  bermoso  que  nos 
^jucda  dc  la  antigijiedad,  su  longitod  es  de  229 
ples,  T  su  latjtud  de  404  por-eo  de  eleTacion. 

Uallábase  alli  tambien  el  templo  de  Eritrco, 
«dificio  doble  que  entre  otros  objetos  curiosos 
tenia  una  fuente  de  agua  salada,  que  segun 
decian,  habia  hecbo  brotar  Neptono  con  su 
Iridente,  cuando  disputó  á  Minenra  el  honorde 
^ar  su  nombre  á  la  ciudad.  Eata  parle  del  tem- 
jrfo  estaba  consagrada  á  Neptuno,  pero  el  res. 
^  h)  estaba  á  Minerva  Poliade,  (proiectora  de 
^  dudad),  6  DdivSpodoc,  del  nombre  de  nna 
de  las  híjas  de  Gecrope.  GonserT¿base  asimis- 
^o  el  oliTo  sagrado  que  habia  becbo  naeer 


aqoella  dioea,  y  laníblen  eu  estáfoa  caida  del 
clelo  en  el  reinado  de  Sríctonio,  y  guardada 
por  dragones  en  uo  sitio  alumbrado  por  una 
lámpara  que  ardia  sin  cesar,  y  ddante  de  la 
cual  Telaba  un  toha.  Estos  dos  ediflcios  sub- 
sisten  todaTia;  el  mas  pequeño  que  sirTC  de 
entrada  al  otro,  tiene  cerca  de  40  metros  de 
largo  por  7  de  ancho:  el  mayor  tiene  24  ¡^or  6. 
Su  coronamiento  esti  sostenido  por  columnas 
de  éréea  Jónico,  y  «ns  capileles  presentan  ona 
meacla  de  este  órden  y  del  dórico. 

Delrós  del  lemplode  MinerTa  estabael  teso- 
ro  público,  llamadopor  esta  razon  omoOdSojAoc. 
Ademas  del  dinero  procedenle  de  las  rentas  dei 
Bstado,  se  conserTaban  siempre  mil  talentos 
para  los  gastos  impreTistos.  Alli  estaban  ins- 
critos  los  nombres  de  todos  los  deodorcs  de  la 
repábüca.  Los  dioscs  guardianes  de  este  teso- 
ro  eran  lúpiter  SaWador  y  Pluto,  dios  de  las 
riquesas,  representudo  con  alas,  y  por  una 
escepcion  particular  de  aquel  sitió,  dotado  de 
?ista.  En  fln,  babia  tambien  en  la  ciodadela  un 
templo  deAgraulos,  bija  deCecrope,  ómas  biea 
deMinerra,  adorada  bajo  este  nombre,  y  on 
templo  do  Veous,  cuya  fundacion  se  atríboiai  ^ 
Fedra,  esposa  de  Teseo. 

La  ciudad ,  propiameote  dieha,  compnesta 
de  todos  los  edificíosquerodeaban  la  ciudade- 
la,  del  fuerte  Muníquia  y  de  los  puertos  de  Fa- 
lereo  y  del  Pireo,  estaba  rodeada  de  espcsaa 
muralias  levantadas  en  diferentes  épocas.  La 
partemas  estensa,  liamada  las  Jtíuraíto /ar- 
gas,  serTia  para  onir  cl  Pireo  con  la  ciudad. 
El  baluarte  dd  Norle,  construido  por  Pericles, 
cubría  un  espacio  dc  40  estadios,  y  eldel  Sur« 
debido  á  los  cuidados  de  Temistocles  y  forma- 
do  por  graodes  piedras  cuadradas  fuertemente 
nnidas  entre  sl  por  roedio  del  hierro  y  plomo, 
tenia  cerca  de  S5  estadios  de  longitud  y  40 
codosde  altura;  se  llamabavoxtovTet^^oí,  uapá 
IJLBffov  Tet^^o^,  6  voTtov  itopa  jjiéffov  T6t)^o<,  para 
distinguirlo  del  muro  quc  rodeaba  la  cindade* 
la  por  cl  lado  del  Mcdiodia.Sobre cada nno  de 
estos  baluartesse  levantaban  numerosas  torres, 
que  tlegaron  A  ser  olras  tantas  habitaciones 
particulares,  cuando  el  espacio  circunscríto  no 
baslaba  ya  al  número  sierapre  progresivo  de 
los  ciudadanos. 

El  Muniquion  6  mnralla  que  ceñia  el  faerte 
de  Muniquia  y  le  serría  de  comunicacion  con 
el  Pireo,  lenia'oo  esladios  de  longitud.  La  que 
se  estendia  por  el  otro  lado  de  la  ciudad  nó 
lenia  mas  que  43;  de  sueríe,  que  como  hemos 
dicho,  toda  la  circunferencia  de  Atenas  era 
de  7^  estadios,  im  poco  m2(S  de  32  kilóme^ 
tros. 

Las  puertas  principales  dc  la  ciudad,  eran: 
4  .*  La  puerta  Triasiena  que  esccdiendo  á 
las  demas  en  magnitud,  so  llamá  despues  la 
Doble  jmerta.  Serría  de  entrada  al  Gerámíco, 
y  se  cree  que  era  la  misma  que  algnnas  Tcces 
se  designaba  con  el  nombre  de  ÜuXai  Kepa- 
[jLetxoO. 
2.*    La  puerta  del  Pireo  qne  conducia  á  dw 


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cho  fuerte,  y  no  lejoB  de  la  cua^  estaba  el  tem- 
plo  del  béroe  CalcodoD,  asi  como  loa  de  los 
guerrcros  muertos  en  el  reinado  de  Teseo  de- 
fendieodo  á  su  patria  contra  la  iovasion  de  las 
amazonas. 

3.*  La  pnerta  de  los  Caballeros,  En  sus 
iumediacioncs  se  hallaban  los  scpulcros  del 
orador  Hipérides  y  de  toda  sn  familia. 

4.*  La  puerta  Eria,  que  era  por  donde  sa- 
lian  todos  los  entierros ,  por  cuyo  molivo  se 
llamaba  tambien  del  Sepulcro. 

5.*  La  puerla  Socra,  que  conducia  ¿  Elen- 
sis;  por  ella  pasaba  la  procesion  solemne  que 
se  hacia  en  las  flestas  de  Ceres. 

6.*  La  puerta  de  Egeo,  padre  de  Teseo, 
cuyo  palaclo  exiEtia  en  el  sitio  donde  despues 
se  construyó  cl  Delfhinium. 
7."  La  puerta  de  Diocarés, 
8.*  y  9.*  Laspuertas  de  Acama  y  de  Dio- 
mia  que  conducian  ¿  los  dcmos,  asi  lla- 
mados. 

10.    La  puerta  de  Tracia, 
44.    La  puerta  de  Itona,  cerca  de  la  cual 
sc  veia  uoa  columna  crigida  en  memoria  de  la 
guerra  de  las  amazonas. 
42.    La  puerla  de  la  Izquierda. 
i3.    La  puerta  de  Adriano,  entradadela 
parte  de  la  ciudad  que  ediflcó  este  principe  y 
¿  la  cual  dió  el  uombre  de  Adrianópolis. 

Las  calles  de  Ateoas  no  eran  notables  ni 
por  su  regularídad  ni  por  su  belleza,  por  mas 
que  Homero  la  hubiese  Ilamado  la  ciudad  de 
calles  anchas^  Su  número  era  considerabley 
pero  sos  nombres  se  han  perdido  casi  todos, 
y  apenas  hallamos  algunos  en  los  autores.  Po- 
demos,  sin  embargo,  citar  la  caUe  Eleusina^ 
que  conducia  ¿  Eleusis;  la  calle  de  Teseo,  ¿  lo 
largo  de  las  murallas  que  dirígian  al  Pireo;  la 
calle  de  los  Enemigos,  próxima  ¿  la  Academia; 
la  calle  de  los  Hermes;  la  calle  de  los  Cofreros; 
la  de  los  Estrangeros;  la  dc  las  Bormigas,  y 
la  de  los  Tripodes.  Llamábase  asi  esta  última 
porquo  se  veian  en  ella  multitud  de  trípodes  de 
Lronce.  Estaba  próxima  al  Pritaneo,  doode  se 
notaba  el  famoso  s¿tiro,  Qonsiderado  cono  la 
obra  maestra  de  Praxíteles. 

Losediflcios  principales  de  la  ciudád,  eran: 
£1  llo\kTztt9M,  suntuoso  monumento  donde 
se  cooservaban  los  vasos  sagrados,  ydoode  se 
prcparabu  la  pompa  de  las  fiestas  panegiríca^^ 
Estaba  ¿  la  entrada  de  la  antigua  ciudad  por 
el  lado  de  Falereo  y  adom¿banIe  est¿tuas  de 
los  béroes  de  Atenas. 

£1  templo  de  Vukano,  6  de  Vulcano  y  de 
Minerva,  iomediato  ¿  la  parte  del  Gcr¿mico 
contenida  en  la  ciudad,  servia  tambien  de  cúr- 
cel  pública. 

No  Iej06  de  alli  estaba  el  templo  de  la  Fe- 
Hus  Celesle,, 

EI  templo  de  Teseo,  cdificado  por  Cimon  en 
medio  de  la  ciudad,  estaba  próximo  al  sitio 
destinado  ¿  los  ejercicios  gimn¿stico8  de  laju- 
ventud;  era  un  asilo  abierío  ¿  los  esclavos  y 
ciudadanos  de  la  clase  inflma  perseguidos  por 


los  enemigoa  ,  y  esto  en  memoria  de  Teseo, 
que  consagró  toda  su  lida  ¿  la  defensa  de  los 
desgraciados.  Tovo  ademai  diferentes  osos, 
poes  sirvió  de  ponto  de  rennion  ¿  los  thesmo- 
thetes  para  elegir  los  magistrados;  despnes  se 
destioó  ¿  tribunal,  y  por  último  á  e¿rcel  pú- 
blica.  Este  templo  se  ascmejaba  mncbo  al  Par- 
tenon.  Es  nno  de  los  roonnmentos  m^r  con- 
scrvado  de  la  aotigua  Atenas. 

£1  Anaceiun,  templo  dc  Castor  y  Polnx, 
donde  se  hacia  la  venta  de  los  esclavos. 

El  Olympicium,  templo  erígido  en  honor 
de  Júptter  Olimpico,  estaba  soslenido  por  mag- 
níflcas  columnas  y  tenia  4  estadios  de  circnn- 
ferencia.  Segun  Plinio  era  el  ediflcio  roas  her- 
moso  de  Atenas.  Su  construccion,  eropexada 
por  Pisistrato  é  iuterrumpida  en  diferentes 
épocas,  no  lerminó  coupletamente  hasta  siete 
siglos  despuesen  el  reinadode  Adriano. 

EI  teuplo  de  Apolo  y  de  Pan,  estaba  si- 
tuado  al  pie  de  la  ciudadela  por  el  lado  det 
Noríe,  en  una  gruta  donde  se  decia  que  Apolo 
habia  obtenido  los  primeros  favores  de  Greusa, 
hija  de  Erícteo. 

Diana,  bajo  el  norobre  de  Au<r(a>voc,  tenia 
un  templo  ¿  donde  iban  las  mugeres  ¿  consa- 
grar  su  ceüidor,  despues  del  nacimiento  de  su 
primer  hijo;  no  se  sabe  ¿  punto  fljo  donde  es- 
taba  situado  este  ediAcío. 

El  Panteon  era  un  templo  consagrado  ¿  to- 
dos  los  dioscs,  los  coaleseran  honrados^nona 
flesta  solemne  llamada  de  Teoxenia,  Sostenian 
este  templo  4  20  columnas  de  m¿rmol  de  Frí- 
gia;  sobre  las  paredes  esteriores  estaba  re- 
presentada  la  historia  de  cada  dios,  y  ia  puer- 
ta  principal  se  veia  adomada  de  dos  caballos 
debidos  al  cincel  de  Praxiteles. 

El  templo  de  los  Ocho  vientos  era  nna  es- 
pecie  de  torre  de  ocho  frentes,  revestidas  de 
ro¿rmol,  que  correspondian  ¿  las  diferenles 
direcciones  de  los  vientos  y  presentaban  la 
im¿gende  cada  uno  de  ellos,  segun  unmodelo 
trazado  por  Andrónico  Cyrrhastes.  Esta  cons- 
tmccion,  que  existe  todavia,  sostenia  una  pi- 
r¿mide  en  cuyo  reroatehabia  un  tríton  de  bron- 
ce  con  una  varita  en  la  roano  para  indicar  la 
direccion  del  viento. 

Los  pórticos  abundabanmucho  en  Atenas; 
cl  mas  notal^ie  era  el  que  se  liaroaba  el  Pecik, 
üotxíXi),  porque  eocerraba  una  rica  coleccion 
de  cuadros  pintados  por  ihaestros  faraosos, 
tales  como  Polignolo,  Micon  y  Pandeno,  her- 
mano  dc  Fidias.  Los  asunlos  de  estos  coadros 
eran  la^uerra  de  Troya;  los  socorros  dados 
por  los  atenienses  ¿  los  Her¿clides;  sos  victo- 
rias  ganadas  ¿  los  lacedemonios  en  Enoé,  ¿ 
los  persas  en  Maraton,  y  á  las  amazonas  en  los 
campos  del  Alica^  Las  paredes  interiores  esta- 
ban  cubierías  de  escudos  ganados  ¿  los  lace- 
demonlos  ó  ¿  otros  enemigos.  En  este  pórtioo 
Ibé  dondc  Zenon  enseñó  su  filosofla  y  fundó 
esa  secta  famosa  de  los  estóicos,  asi  liamados 
del  lugar  donde  se  reunian.  En  la  pnerta  del 
Pecile  estaba  la  estátua  de  Solon. 


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El  Museo,  Mouéstov,  era  un  fuerte  inme- 
diato  á  la  ciudadela,  y  recibió  su  nombre  del 
poeta  Museo,  discipulo  de  Orfeo,  que  tenia 
costumbre  de  recitar  sus  versos  cn  acjnel  sitio, 
dondo  despucs  fué  erigido  su  sepulcro.  Anli- 
gono  puso  en  él  guarnicion  y  su  bijo  Demetrío 
lo  cercó  con  un  nuevo  atrincberamiento. 

'Atenas  contaba  muchos  teatros:  el  mas 
célebre  cra  cl  de  Baco.  Estaba  situado  al  Sub- 
este  y  sobre  la  pendiente  de  la  ciudadela, 
donde  todaviaseven  sus  ruinas.  Guamecido 
cn  lo  intcrior  de  gradas  y  mucbas  fllas  de  co- 
lumnas,  prescntaba  en  lo  interior  un  techo  de 
nna  pendiente  suave  y  se  parecia  por  su  cons- 
truccion  ¿  la  tienda  de  los  reyes  de  Persia.  El 
orador  Licurgo  lo  erobelleció  mucbo;  fué  des- 
troido  en  la  guerra  de  Hitrldates  y  reediflcado 
porUerodes  Atico.  Veiause  alli  las  estátuas  de 
Sófocles,  Euripides,  Esquilo,  Menandro  y  mu- 
ehos  anlores  cómicos. 

El  Odeon,  situado  en  el  Cerámico  habia 
sido  construido  por  Pericles.  En  tiempo  de 
Paosanlas  estaba  adornado  con  estátuas  de  la 
mayor  parte  de  los  reyes  de  Egipto  do  la 
familia  de  los  Lafddes. 

Ei  EstadiodeHerodes  Átko,  situado  sobre  la 
márgen  del  lliso  era  todo  de  mármol  pantéli- 
co;  Pausanias  habla  de  él  como  de  nna  de  las 
principales  maravillas  de  Atenas. 

El  Cerdmico  se  llamó  asi  de  Gerarous,  hijo 
de  Baco  y  de  Aríadna,  ó  mas  probablemente 
porque  hubo  alli  en  otro  tiempo  fábrícas  de 
)02u.  Era  un  vasto  espacio  dividido  en  dos  par- 
tes;  una  enclavada  en  la  ciudad  y  que  conlenia 
gran  número  de  templos,  de  teatros,  de  pórti* 
coB,  etc.  y  la  otra  que  se  estendia  por  losar- 
rabales  y  servia  de  cementerio  púbiico. 

Ei  uumero  de  las  plazas  públicas  era  muy 
crecido;  pero  las  mas  nolables  eran  lasdos 
AYopat,  la  Antigua  y  la  Nueva,  La  primera  sl- 
tuada  cn  la  parte  del  Cerámico  comprendida 
en  la  ciudad,  era  moy  espaclosa  y  estaba 
adomada  de  edificios,  destinados  los  unos  al 
culto  de  los  dioses  ó  al  servicio  del  Estado,  y 
los  otros  declarados  inviolables,  donde  halla* 
ban  asiio  los  desgraciados  y  algunas  veces 
tambien  los  maihechores.  En  esta  plaza  se  ha- 
llaban  igualmente  Jas  estátuas  erigidas  en  ho- 
nor  de  los  ciudadanos  que  habiau  merecido 
bien  de  la  patria  y^  se  celebraban  las  reunio- 
nes  del  pueblo  y  de  los  mercaderes.  Como  erael 
barrío  mas  frecuenlado  de  la  ciudad,  los  ar- 
tesanos  de  todas  clases  escogian  sus  babita- 
ciones  en  aquellas  cercanías,  y  el  alquiler  de 
las  casas  era  alli  mncho  mas  sobido  que  en  los 
demas  pnntos  de  la  poblacion. 

üo  abundaban  mncho  en  Atenas  los  acuO' 
ductos  antcs  de  la  época  de  las  relaciones  de 
esta  cindad  con  Roma,  supliéndose  la  escasez 
de  eliOB  con  los  pozos,  abieríos  unos  por  par-- 
ticolures  y  otros  ¿  espensas  del  Estado.  Por 
una  ley  de  Solon  se  permitia  el  uso  de  )os  po- 
zos  públicos  ¿  todos  los  babitantes,  cuyas  ca- 
sas  no  diEtasen  de  ellos  mas  que  coatro  esta 


díos.  Los  que  vivian  ¿  mayor  distancia  debian 
abrirlos  ¿  sn  costa.  Cuando  no  se  encootraba 
el  agua  ¿  diez  brazas  de  profundidad  estaban 
aulorízados  para  sacarla  de  los  pozos  de  los 
vecinos.  Adriano  cchó  los  cimientos  de  un 
acueducto,  qiíc  acabó  su  sucesor  Antonino;  su 
constroccion  era  magnifica  y  la  sosteniau  co- 
lumnas  de  Órden  jónico. 

Los  atenienses  tenian  trcs  gimnasios  prin- 
cipaies,  el  Liceo,  la  Ácademia  y  el  Cinosargo^ 
edificados  todos  tres  ¿  espcnsas  del  Estado.  El 
último  estuvo  especialmcnte  rescrvado  en  los 
tiempos  primitivos  ¿  los  hijos  ilegítimos. 

El  Liceo,  Auxclov,  &ituado  en  las  m¿rgenes 
del  liiso,  estaba  dedicado  ¿  Apolo,  cuya  est¿« 
lua  adornaba  la  entrada  principal.  Algunos 
autores  atribuyen  su  construccion  ¿  Pislstrato 
y  otros  ¿  Perícles,  yaun  alorador  Licurgo;  lo 
qoe  hay  de  cierto  es  quefué  agrandado  y  embe- 
llecido  en  diferentes  épocas.  Sus  paredes  es- 
taban  adoroadas  de  cuadros,  y  en  sus  jardines 
habia  hermosas  calles  de  ¿rboles,  couvidando 
¿  disfrotar  de  su  apacible  sombra  los  muchos 
bancos  que  de  (recbo  en  trecbo  babia  coioca- 
dos.  Pase¿ndose  por  ellos,  itepiicacúv,  daba 
Arístóteles  sus  leccioncs  de  filosofía,  y  de  aqui 
procedió  el  norobre  de  perípaléticos  que  to- 
maron  sus  discípnios. 

La  Academia,  'Axa^i^fjLÍoc,  situada  en  la 
parte  del  Cer¿mrco  que  se  estendia  fuera  de 
ia  ciudad,  eslaba  ¿  unos  seis  esladios  de  las 
murallas,  y  era  un  estenso  recinto  adoroado 
de  galerías  cubiertas,  de  fuentes  limpidas,  de 
pI¿tanos  y  de  ¿rboles  de  todas  especies.  A  la 
entrada  habia  un  altar  y  una  est¿(ua  del  amor 
y  en  lo  interior  altares  coosagrados  ¿  algunas 
otras  divinidades.  El  muro  que  la  ceñia  habia 
sido  construido  por  Hiparco,  bijo  de  Pisistrato, 
que  para  atender  ¿  estos  gastos  habla  recar- 
gado  al  pueblo  con  uu  impuesto  estraordina- 
rio.  Eo  la  Academia  fué  donde  Platon  dló  sus 
leccioncs. 

EI  Cinosargo,  situado  tambien  en  los  ar- 
rabales  y  no  lejos  del  Liceo,  estaba  adornado 
con  gran  número  de  calles  de  ¿rboles  y  tem- 
plos  dedicados  ¿  Hérculcs,  Alcmena,  Uebc  y 
Yolao.  Aqui  era  donde  se  reunia  ei  tribunal 
que  entendia  en  las  caufias  de  ilegitimidad  y 
que  condenaba  ¿  los  quc  bacian  inscribir  in- 
debidamente  sus  nombres  en  la  lista  de  los 
ciudadanos  nacidos  en  Atenas.  En  este  gimna- 
sio  fundó  Aristides  la  secla  de  los  fllósofos 
cinicos,  que  tomaron  su  uombre  del  silio  de 
6U  primer  establecimiento. 

Atenastenia  tres  puertos:  primero  el  Ptreo, 
distante  de  la  ciudad  de  35  ¿  40  estadios  an- 
tes  que  se  hubiesen  edificado  las  largns  roura- 
llas.  Contenia  tres  radas,  la  primera  ilamada 
KávaOapoc;,  del  héroe  dc  cste  nombre;  la  se- 
gunda  AippoS(6tov,  de  AippoSíti),  Venus,  que 

Iteniaalli  dostemplos;  y  laterceraZsa.de  (ecd, 
trigo,  Adornaban  el  Pireo  cinco  pórticos,  que 
como  estaban  reunidos,  no  formaban,  propia- 
,  mente  hablandO;  mas  que  uno  solo,  muy  es- 


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4067 


ATENAS— ATENTADO 


ms 


pacioso.  Uabia  cn  el  Pireo  dos  plaias  públieas, 
la  UDB  próiima  al  pórtico  largo  y  sobre  Ja 
orilla  del  mar,  y  la  otiamas  distante  paraei 
uso  de  Io8  ciudadanos  que  babitaban  en  las  tn- 
mediaciones  de  la  ciudud.  Lieno  aiempreeate 
puerto  de  los  productos  de  todaslasprovincias, 
era  np  solamente  el  almacende  Atenas,  sino  de 
toda  ia  Grecia;  asi  es  que  llegó  á  contarse  en  su 
rada  basla  300  galeras  á  la  vex,  y  bubiera  po- 
pido  contener  fácilmente  hasta  400.  Temísto- 
cles  fué  el  primero  qoe  recoDoció  las  ventajas 
<le  esta  posicion,  cuando  concibíó  el  proyecto 
-áe  dar  una  marina  ¿  su  patria;  pronto  se  esta- 
blecieron  en  el  Pireo  almacenes  y  factortas, 
aá  como  un  arsenal  capazdeproveer  al  arma- 
mento  y  equipo  de  multítud  de  naves.  Luego 
que  murió  Temistocles  fué  trasladado  su  cuer- 
po  dei  lugar  de  su  destierro  á  la  entrada  del 
Pireo,yuna  gran  piedra,  sentada  sobreunsim- 
ple  basamento  y  sin  ningun  adoi  no,  fué  el 
único  monumento  fúnebre,  consagrado  á  la 
memoria  de  aquel  horobre  grande. 

^,**  Muniquia,  Mbuvu^ía,  era  un  promon- 
torio  ápoca  distancia  dcl  Pireo,  muy  parecido 
é  una  peninsu!a  y  fortiflcado  á  la  vcz  por  el 
arte  y  pür  la  naturaleza.  Debia  su  nombre  á 
un  tal  Miinico,  que  habia  consaprado  en  aquel 
sitio  un  temploáDiana,  liaroado  Mouvu^^la. 

3.«  Falero,  <l>otXtjpov,  eslaba  siliiado,  se- 
gun  Tucididcs,  ¿  35  estadios  y  segun  otros  á 
to  solamente  de  la  ciudad.  Era  el  mas  antiguo 
de  los  tres  puertos  de  Atcnas. 

PauMnias:  lib.  I,  Atiiea. 

Meursius:  De  populu  A  íiev,  íiber,  1616.  in  A^ 

Panathenea,  Í6i9.—E¡€usinia^  iñi9.^Archontet 
nthen\en$ety  1623.— Forluna  attien,  K^Üi.^Cet'rnpia^ 
IGiS. -  PixtWraluf, 4624.  -  vlrfopa^fif,  1694.  - ii  <A««I0 
uUietp,  lCii.— 5o/on,  163S.— AfífiMMn  aitieum,  4633.  - 
Ceramteus.  1662.— 7 ibexeut,  1684,  elc. 

Spon:  Relaeion  tUt  estadopretente  de  \a  ciudad 
de  Átenat.  Uon,  1674,  en  12.** 

Fr.  Franclli;  Atcna  attiea,  170T,fn  4.° 

Leakc:  La  Umografia  de  Alenat,  1821,  en  8.* 

J.  Siuar  and  RoveU:  i4na'oUeda(ífjdf  i4(«mix,  Lón- 
drcs,  1701,  4  volúm^nes  cn  rolio. 

A.  Blouel:  Etpedicion  cientifica  de  Morea,  1839, 3 
volúnKneseu  folio. 

Guillermo  Wilkins:  Lat  antigHedadetihédUatde 
Atenas'S^énáíti,  HVT,  en  folio. 

Robiuáon:  Aniigüodndet  griegat,  Iraducidas  al 
francés,  segund»  edicio»,  H^,  á  volúmenes  en  8.* 
De  esla  obra  e»lá  lonmda  la  mayor  parie  de  la  des- 
«ripciuu  tjue  acabamos  de  dar  de  la  antiRua  Alenas. 

Corcini:  Fattiattini.  VÍfaTencia,  47i4,4  volúmenes 
«n  4." 

Las  nittoriat  dc  Rcrodoto,  Tucldides,  ieuofonle 
y  Diodoro  dc  Sirilia. 

BiBCkh:  Economia  polit'ea  de  lot  atenientet,  U'a- 
diicida  al  francés  por  Laligápt,  2  To!úmenes  en  8.* 
1833.— rrfcun  dt'n  ubtr  d'is  seepesende  Allitsehen, 
llcrlin,1R40,  en  %.'*—r<trput  intrriprionum  Graea- 
ram,  lomo  1.»,  «crlin  18*6,  en  folio. 
Barlbclemy:  Viage  deljóven  Anaearsispor  Greria. 

Mcincrs,  Invcstigaciones  históricas  sobre  el  luio 
entre  tosatenientes,  iraducida  alfrancés,  1833,  cn  8.*' 

ATE.NXI0\(Ff7o5o^ía.)  Noesolracosa  mas 
quc  la  actividad  íuleleclual,  que  esclarece, 
compara,  gcneraKza  las  ideas,  y  en  fln,  raao- 
na,  (Véase  actividad  intelecttal.) 

ATE5ÍE0   DK  ROM.\.    Este  célebre  ediOcio, 


qne  segun  la  etimologia  qoeda  Scridas,  signi- 
fica  templo  de  Hinenra  (AOijlvaiov,)  fbé  cobs- 
tniido  de  órden  del  emperador  Adriano,  graa 
protectorde  las  letras,  en  el  año  4^5  de  nnei- 
tra  era,  para  que  en  él  pudierancelebrar  sus 
conferencias  y  lectnras  páblicas  los  poetas  y 
rjetóricos  mas  famosos  de  aquel  tiempo:  la 
concurrencia  que  asistia  á  estas  lectnras  j 
conferenciassolian  ser  numerostfsima,  y  com* 
puesta,  no  solo  de  jóvenes  esludiaotes,  qne  se 
preparaban  á  la  carrera  del  foro»  sino  tambica 
de  doctos  de  edad  provecta,  de  patrícios  de  la 
prímcra  noblexa,  y  hasta  del  mismo  empera- 
dor,  que  era  ci  prímero  en  dar  ejemplos  de 
boen  gusto  en  artes  y  Uteratura.  Antes  de  la 
fundacion  del  Ateneo  se  reoniaQ  k>s  romanos 
en  casas  de  paríicnlares  ríoos,  qae  teniap  A 
grande  bonra  dar  banquetes  de  nna  csplendi- 
des,  mudias  veces  minosa,  á  los  filósofos  y 
poetas  mas  famosos,  y  quealraian  en  lomo  sq- 
yo  á  ia  sociedad  mas  bríllante  de  la  capital 
del  mundo.  Para  evitar  á  los  parttculares  los 
dispendios  de  tan  fastuosAS  renniones  codcí- 
bíó  Adríano  la  ercccion  del  Ateneo,  elcual  des- 
de  entonces  fué  el  lugar  donde  se  eoDgre- 
gaban  cnantos  se  ocupaban  de  ios  diversos 
raroos  del  saber,  y  en  donde  los  poetas  dabai 
A  conocer  sus  obras  recientes  leyéndolas  eo 
público,  en  un  tiempo  en  que,  desconocida  la 
imprenta,  los  libros  copiados  á  mano  eran  es- 
casos  en  núroero  y  de  muy  subldo  precio.  Por 
las  sétiras  dc  iovenal  sabemos  la  celebrídad 
dc  las  lecturas  públtcas  en  Roma,  y  ha  Ilega- 
do  hasta  nosotros  el  nombre  de  nn  rico  roma- 
no  liamado  Frontlno  qne  habia  destinadosv 
casa  á  estas  renniones  literarías. 

ElAteneo  deRoma,ámasdeIobjetoquede« 
jamos  indicado,  Uenaba  elno  menos  importanle 
de  escuela  pública,  segun  el  noblc  intento  de  sn 
ilustre  fundador:  en  el  Atcneo  se  establecieroo 
aulas  de  retóríca  y  fllosofia^sostenidas  espléa- 
didamente  por  el  tesoroimperíal,  á  las  qoe  con- 
curría  con  asiduidad  la  Juventud  romana,  qoe 
aspiraba  á  la  abogacia  ó  á  obtener  cargos  pá- 
blicos:  tambien  habia  ejercicios  gimnásticos  y 
rouslcales. 

La  esouela  del  Ateneo  de  Roroa  permane-.'id 
por  mucho  tlempo  en  estado  de  prosperidad, 
y  continuó  floreciente  bajoel  norobre  de  Sckú- 
la  romana  en  tieropo  de  los  emperadores  cris- 
tianos.habiéndolailustrado  mocbos  varonesde 
virtud  y  ciencla. 

A  lairoitaciondeldeRomase  fundaronotros 
Ateneos  en  las  diversas  provincias  del  impe- 
río  roroano  como  poede  Tcrse  en  Suetonio,  m- 
vitá  Calig.  c.  20;  en  Jovenal,  $at.  1;  cn  Anre- 
lio  Viclor,  Jolio  Capitolino,  in  vit.  Pértinam 
et  Gordiarú;  y  en  Dion  ín  Hadr.  etc. 

ATBNTADO.  Todo  alaqne  qoe  sc  diríge  con- 
Ira  los  derechos  de  otro  en  gupersonaóeo 
3US  bienes,  merece  la  calincacion  de  atentado, 
Esta  palabra,  que  gencralmente  se  esliendc  á 
espresar  todos  los  crlmenes  y  lodos  los  dcli- 
tos,  se  aplica  con  mas  frecacncia^  en  la  legif- 


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4009 


ATENTADO— ATiaSMO 


4070 


ladoD  crimlnal,  ya  ¿  las  tentatlvas  qae  se  dU 
rlgon  contra  la  segoridad  del  Estado,  ya  á  las 
que  se  dirigen  contra  las  buenas  costumbres. 
El  conspirador,  que  quiere  echar  por  tierra  un 
órden  de  cosas  estableeido,  se  baee  culpable 
de  atentado  hácia  el  gobiemo.  El  borabre  des- 
ordenado »  que  no  sabe  respetar  las  costum- 
bres  públicas,  se  hace  culpable  de  atentado  al 
pudor,  y  si  para  consegnir  sus  intentos  emplea 
la  violencia,  su  culpabilidad  1o  hace  crimlnal 
en  últimogrado. 

ATERRADA  {MarinaJ)  Literalmente  es  la 
atracada  ó  aproximacion  á  la  tierra.  Asi,  pnes, 
en  general  son  las  aterradas  ó  aterrages  las  par- 
lesdel  mar  mas  próximas  á  las  coslas.  En  un 
sentido  menos  lato  son  los  punlos  mas  conve- 
nieutes  para  reconocer  una  tierra  ó  abordar  á^ 
noa  costa.  Gerca  de  las  aterradas  cs  dondecasi* 
siempre  se  establecen  en  tiempo  de  guerra  los 
eruceroB  deslinados  á  ioterceptar  ¿  los  barcos 
enemigos.  Hacer  aterrada  ó  aterrar  es  rcealar 
ó  acercarse  ¿  la  costa ,  ó  por  cousiguiente, 
bacer  bnena  aterrada  ser¿  aproximarse  al  pnn- 
to  roas  conveniente  para  tomar  ei  puerto  que 
se  bnsca,  ó  para  reconocer  qoe  no  se  ho  per* 
dido  la  rnta  que  se  debia  seguir. 

ATESTIGUACION.  (Ke'asfl  TBSTIGO.) 

ATICISMO.  (Lileratura.)  Los  modernos  no 
podian  fljar  exactamente  el  sentido  qne  ¿  esta 
palabra  daban  los  antigoos.  Ateniéndonos  ¿ 
Ías  autoridades  significaria  en  prímer  lugar 
eierta  forma  de  lenguage  concisa  y  enérgica, 
mas  sin  embargo.  llena  de  elegancia  que,  fria 
como  la  razon ,  obtenia  entre  los  atenienses 
snmo  aplauso  cuandobrillabanla  gloríayvirtud 
de  este  gran  pueblo.  Gon  la  corrtipcion  de  las 
coEtnmbles  sufrió  graves  trasformaciones  este 
severo  género;  pero  conservé  algo  de  sn  sen- 
cillez  primitiva,  y  gran  número  de  partidaríos 
antes  y  despues  de  los  triunfos  de  Perícles  en 
todoloque  puede  levantarel  renombre  de  nn 
pueblo.  Guando  los  griegos,  vencidos  cod  las 
armas  en  la  i;naao,  reinaban  sobre  sus  vence- 
dores  por  la  soperíevidad  intelcctual,  el  atlcis- 
roo  contaba  en  Roraa  con  un  gran  número  de 
apasionados,  que  en  el  ardor  de  so  íanatismo 
literario  juzgaban  ¿  Giceron  casi  casi  como  los 
amantes  del  romanticismo  Juzgan  hoy  ¿  los 
del  arte  cl¿8ico,  con  esla  diferencia:  que  los 
¿ticos  echaban  en  cara  al  orador  romano  el 
lujo  y  riqueza,  al  paso  quc  ¿  sus  adversarios 
acusan  los  rom¿ntico3  de  frialdad  y  esterflidad. 

Sigu¡endo¿QQintiiiano,  quenospinta  laes- 
traña  locura  de  los  detraetores  de  Giceron,  pare- 
ce  que  existia  una  antiquisima  polémica  entre 
dos  clascsde  eslilo:  el  asi¿tico  y  el  ¿tico,  este 
enérgicoypuro,  robusto;  aquel  hueco  y  cara- 
panudo:  el  uno  dotado  de  precision  y  exactitud; 
el  otro  prívado  de  estas  dos  cualidades.  El 
Aristarco  romano  atríboye  estos  derectos  ¿  las 
ciudades  del  Asia,  quo  deseando  vivamente  es- 
tudiar  el  griego  y  no  sabiéndolo  coa  perfec- 
cion  antes  de  aspirar  ¿  los  tríonfos  de  la  tri- 
'buna,  babianadulteradoesta  hermosa  lengua. 


Los  atenienses,  dotados  de  esquislto  gusto  y 
levantada  critica;  añade  Quintilíano,  nada  inú> 
til  ni  soperabiindante  sufirian;  los  asi¿ticos, 
por  el  contrario,  pueblos  hincbados  por  el  or- 
gollo  y  propensos  ¿  una  cierta^actancia,  aun 
¿  la  elocnencia  imprimieron  su  car¿cter  vana- 
glorioso.  Ciceron  desenvnclve  los  mismos  pen- 
samientos  con  aquella  elegancia  dc  estilo  qne 
¿  Bu  prosa  da  algunas  veces  la  entonacion 
poética.  «Goando  ta  elocuencia,  dice,  hubo 
abandonado  la  Greciii,  rocorrió  todas  las  islas  y 
aun  el  Asia  entera.  Esta  escursion  le  hizo  tomar 
el  colorido  de  costumbres  estrañas  y  perder  la 
pureza  y  el  buen  gusío  del  estílo  ático  hastaet 
punto  de  robarle  sus  mas  preciosus  galas.  De 
aqui  nacieron  todos  esos  oradores  asiáticos, 
cuya  afluencia  y  faciUdad  Do.carecen  de  mé-* 
rito,  pero  queson  poco  concisos  y  harto  redun- 
dantes.» 

Quintiliano,  añadiendo  el  estilo  rodio  ¿  los 
d08  de  que  nos  hemos  ocupado,  al  estilo  ático 
concede  una  superíoridad  incontestable:  mas 
parece  aun  que  los  modernos  partidaríos  de 
este  estilo  en  Atenas  Ilevaban  su  predileccion 
por  k  elegaucia  y  reflnamiento  hasta  el  punto 
de  perdonar  en  suobsequio  una  sencillez  ¿rída 
y  estéril  en  ideas.  F¿cilmente  seconcibe  cuan- 
to  desagradaría  ¿  Ciceron  tamaña  parcialidad, 
iH)  tan  solo  amigo  de  la  elocuencia,  sino  tam- 
bien  defensor  natoral  de  la  riqueza»  brillo  y 
magniflcencia  oratorías.  Igualroente  opuesto  ¿ 
los  sectarios  del  antiguo  rígorismo  y  ¿  los  de 
la  indulgencia  rooderna,  Ciceron,  ¿  quien  coroo 
guia  seguro  Ouintiliano  sigue  paso  ¿  paso, 
distingue  diferentes  grados  y  modelos  en  el 
estilo  ¿tico:  pregimtáodose  en  seguida  coales 
scan  sus  caractéres  distiotivos.  Si  igualmente 
se  encuentra  el  aticismo  en  Lysias  é  Isócrates» 
en  Esqnino  y  Demóstenes,  que  tan  pocos  pnn- 
tos  de  contacto  ticnen,  e)  atictsmo  se  amolda  á 
todas  las  inspiraclones,  ¿  todas  las  voluntades 
del  genio;  pero  si  eslo  es  asi,  ¿cómo  apoderar- 
se  de  ese  Proteo  en  una  forma  positlva,  que 
sea  su  forma  primitiva  y  naturalT  Istas  razones 
son  apremiantes  y  nos  recuerdan  el  singular 
poder  de  las  ideas  vagas,  de  las  opiniones  mal 
definidas,  de  las  preferencias  irreflexivas,  que 
en  literatura  dominan  en  cierta  épocas. 

Balzac  ha  dicfao:  tTo  prefiero  esas  arroas 
cortas  y  aflladas,  ese  aticismo  de  razones,  ¿ 
ese  folhtge  de  flgnras,  ¿  esos  adomos  qne  se 
arrastran  por  el  suelo,  ¿  esa  pompa  enojosa  de 
la  eloettencia  de  Atenas.  •  Es  evidente  que  eo 
esta  frase,  como  Montaigne,  Balzac  ha  queri- 
do  dar  la  preferencia  al  estilo  ¿tico,  baciendo 
la  guerra  al  opuesto:  Fenelon  sin  duda  hubicra 
dicho  lo  roismo,  pnesto  que  prefiere  Demós- 
tenes  ¿  Giceron.  Indudablemente  «es  nna  auto- 
rídad  respetable:  sin  embargo,  con  clarídad  se 
ve  que  los  ¿ticos  modemos,  eoroo  en  sn  di¿lo- 
go  de  Brnto  los  llama  Giceron,  preferian  una 
diccion  ¿  la  vez  r¿pida,  pura  y  sólida,  aunque 
fria  y  ¿rida,  una  cierta  frngaHdadde  elocuen- 
cia,  ¿  lOB  prodigíos  de  Pericles  6  del  ríval  de 


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ATiaSMO— ATICO 


4072 


Esquines,  que  domiDaron  los  corasoues  en  la 
tñbuna  como  Roscio  eu  la  escena:  seguraroente 
nosotros  no  podemos  admitir  tamaña  iojos- 
ticia. 

Para  conciliar  estas  contradicciones  aparen- 
tes,  necesario  es  recordar  que  las  antiguas  le- 
yes  de  Atenas  proscribian  en  cierto  modo  la 
elocucncía:  que  por  consecuencia  la  palabra 
de  los  oradores  habia  sido  largo  tiempo  ausle- 
ra  y  sencilla,  aunquo  siempre  marcada  con  el 
sello  de  esa  elegancia,  qu#  nunca  abandonaba 
al  pueblo  de  Miuerva,  como  nunca  abaudonaban 
á  Yenus  las  Gracias  en  la  milologia  de  Horoe* 
ro.  Si  debemos  presthr  fé  á  las  palatras  de  Piu- 
tarco,  el  virtuoso  Focioo,  ¿  quien  DemOstenes 
llamaba  el  hacha  de  sus  discursos,  no  tan  solo 
era  el  represenlante  del  aticismo  en  su  elegan- 
te  severidad,  sino  tanibien  el  cuadro  vivo  de  las 
antiguas  costuml^res. 

Segun  Ciceron  y  Quinliliano ,  Lyslas  habia 
becho  perder  el  vigor  al  estilo  ático  ¿  fuerza 
de  pulimcnlarlo:  Hypérides  le  habia  dado  un 
encanlo  y  dulznra  que  nunca  tuviera.  Con  De- 
metrio  Falereo  babia  llegado  ¿  ser  mas  florido: 
con  Hegesias  habia  caido  en  una  frivolidad, 
en  una  afeclacion  de  palabras  no  menos  con* 
traria  al  gusto  que  ¿  la  razon. 

Se  acusaba  (ambien  al  célebre  Isócrates  de 
haber  enervado  complclamente  el  aticismo. 
Sin  cmbargo,  de  su  escuela,  asi  como  de  la  de 
Lysias,  brotaron  los  mas  célebrcs  oradores. 
¿Gómo  esplicar  tales  triunfos  con  tales  defec- 
tos?  ¿Cómo  los  corruptores  del  eslilo  ¿tico,  tan 
elogiado  por  Ciceron,  pudieron  producir  tan- 
tos  modelos  de  elocuencia  por  su  cíencia  y  aun 
por  80  ejemplo?  En  verdad  algunos  de  estos 
maestros  tan  famosos  no  obtcndrian  nuestra 
aprobacion:  Fenelon,  por  ^emplo,  estimaba 
en  poco  la  vana  pompa  de  Isócrates.  Evidente 
es  que  nos  seria  diBcilisimo  el  formar  una  opi- 
Dion  positiva  sobre  la  verdadera  signiflcacion 
de  )a  palabra  aticismo. 

Demóstenes,  aunque  sencillo,  preciso,  llc- 
Do  de  fuego  y  de  nervio,  y  sin  embargo  rico, 
roagestuoso  y  sublime;  Demóstenes,  este  sobe- 
rano  de  las  almas  enlatribuna,  debia  tener 
por  adversaríos  ¿  las  dos  seccíones  del  parti- 
do  de  los  entusiastas  del  eslilo  ¿(ico :  los  unos 
preferiau  sin  duda  al  grave  Focion:  los 
otros  hubieran  dado  la  palma  ¿  Isócrates  ó  ¿ 
tal  otro  orador  e&merado  y  castigado  en  sus 
discursos.  Sin  embargo,  Demóstencs  ofrece 
por  muchas  razones  los  caractéres  del  aticismo 
que  Ciceron  por  el  contrarío  no  recuerda  casi 
nunca.  puesto  que  en  sus  creaciones  mas  sa- 
blimes  desplega  una  riqueza  de  palabras  dia- 
metralmenle  opuesta  ¿  la  sobriedad  del  aticis- 
roo.  Demóstenes  no  economiza  lo  necesarío;  Ci- 
ceron  casi  siempre  ostenta  un  gran  lujo:  el 
prímero  reserva  sus  riquezas  para  las  ocasio- 
nes  oportunas:  el  segundo  las  derrama  con  una 
cierta  prodigalidad:  al  pensamiento  de  Demós- 
tenes  gobierna  sus  palabras,  el  pensamíento  de 
CiceronoJi>edece¿  iassuyas:  cuandoDemóstenes  I 


badichotodo,  CiceroD  líene  mucfao  que  deeir, 
no  solo  porque  es  mas  fecundo,  sino  taDablen 
porque  eeperímeDta  ud  Terdadero-placer  cd  es- 
cucharse. 

Siguieodo  ¿  Moreri,  se  llama  aticismo  ¿ 
cierta  iroDia  agradable  y  flna,  de  cierta  cultura 
esmerada  y  galante,  de  que  usaba  el  pueblo 
ateniense,  lepidus  jocus,  liberalis  urbaniloi, 
Leemos  en  La  Bruyere:  «Son  príncípes  que 
han  sabído  onir  ¿  los  roas  bellos  y  profundos 
conocimientos,  el  aticismo  dc  los  gríegos  y  la 
urbanidad  de  los  romanos:»  esta  frase  indica 
lo  que  actualmente  entendemos  por  aticismo. 
Ha  perdido  su  significacion  prímitiva  para  to- 
marotra  diferente.  Seguramente  el  autorde 
los  Caractéres  no  hace  alusion  ¿  la  maneragra* 
ve  y  sencilla  de  los  antiguos  oradores  de  Ate- 
*bas:  uo  quiere  hablar  de  esa  elocuencia  es- 
merada  ¿  la  que  los  ¿ticos  moderoos  daban 
lanto  precio.  Ea  la  frase  del  filósofo  y  en  nues- 
tro  espiritu,  aticismo  signiflca  onaoportunidad 
en  los  pensamientos,  una  conveniencia  en  ias 
cspresiones,  una  familiaridad,  una  pureza  de 
espiritu  y  un  cierto  tacto  de  agradar,  que  pa- 
recen  vinculados  en  los  principes  y  en  los 
grandes,  cuando  hi  educacion  que  han  recibi- 
do  ó  que  se  han  dado,  segundóen  ellos  las  feli- 
ces  disposiciones  dc  la  naturaleza.  El  atidsmo 
supone  sieropre  la  elegancia  de  las,  costum- 
bres.  Aplicado  ¿  los  escritores,  la  paiabra  ati- 
cisroo  espresa  cierta  mezcla  de  la  pureza  y 
deHcadeza  de  los  griegos,  de  la  urbanidad  de 
los  romanos  con  ei  guslo  y  cultura  de  los  mo« 
dernos. 

Habia  mucho  aticisroo  en  lacórte  de  Au- 
gusto  y  de  Luis  XIV;  las  orgias  del  regente  y 
los  iropuros  placeres  de  Luis  XV,  alcjado  de 
todo  coroercio  con  los  escj-itores,  cuya  union 
con  lus  grandes  produce  la  perfeccioD  del  ati- 
cismo,  lo  habian  desterrado  en  las  brillantes 
sociedades  de  París ;  Fontenelle  fué  durante 
la  segunda  parte  de  su  larga  carrera,  el  repre- 
sentante  del  aticismo.  Aticismo  habia  en  Rad- 
ne  y  Masaülon,  no  encoritr¿ndose  en  el  mis- 
mo  grado  en  Corneille  y  en  Bossuet.  Horacio  ea 
8US  epistolas,  Voltaire  eu  el  Hombre  de  mundo 
y  en  sos  poesias  ligeras,  respiran  el  aticismo, 
prest¿ndole  con  agradables  chistes  un  noevo 
encanto.  El  car¿c(er,  el  espiritu,  las  costom- 
bres,  la  vida  del  célebre  Atico,  que  se  habia 
becho  griego  no  solamente  por  su  larga  resi- 
dencia  en  la  ciudad  de  Minerva,  sino  tambíen 
por  un  profundo  conocimiento  de  la  leogoa  do 
Platon,  que  hablaba  como  su  lengua  matemal, 
y  en  fln  por  todas  las  inclinaciones  de  un  ver- 
dadero  contempor¿neo  de  Pericles,  se  imeD  Ue 
tal  manera  para  nosotros  ¿  la  idea  dei  aticis- 
mo,  que  la  palabra  nos  parece  derivarse  del 
nombre  dei  amigo  dc  Ciceron  y  deCésar.  Atico 
seria  el  roodelo  acabado  de  el  aticismo,  si  Fe- 
nclon  no  hubiera  cxistido. 

ATICO.  (Arquitectura.)  Viecibe  este  nom- 
bre  un  cuerpo  de  arquitectura  colocado  para 
omato  sobre  la  coroisa  de  un  ediflcio,  biea 


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ATICO— ATLETAS 


4074 


para  qne  haga  efecto  pifamidal,  ó  bien  cuando 
se  necesita  mas  altora  qne  1a  qne  da  el  órden; 
pero  qne  no  es  snflciente  para  poner  otro  ór- 
den  encima.  Tambien  se  llama  ático  el  cnerpo 
qnc  remata  7  corona  nna  fábrica,  7  que  eslan- 
do  en  la  parte  superior  de  ella  cs  de  poca  al- 
tura,  pero  de  formas  diversas.  Cuando  se  colo- 
ca  pard  apear  nna  media  naranja,  á  la  que  sir- 
Te  de  cnerpo  de  luces,  se  le  llaroa  circular,  7 
cuando  se  estiende  por  toda  la  comisa  de  un 
ediflcio  coronándole  se  ilama  contínuado:  á  es- 
te  se  le  sueie  decorar  con  Tentanas.  Tambien 
se  colocan  estos  áticos  constmidos  de  albañi- 
lería  ó  carpintería  en  el  tcjado  con  el  objeto  de 
ocnltar  parte  de  estc. 

ATLAS.  (Anatumia,)  Ks  el  nombre  qnc  se 
da  á  la  primera  de  las  vértebras  cervicales,  so- 
bre  la  cnar  descansa  la  base  del  cráneo,  7  qne 
sostiene  la  cabcza.  Esta  vértebra  tiene  la  for- 
ma  de  nn  anillo,  mas  fuerte  7  abnltado  en  los 
lados  7  hácia  atrás  que  por  delante.  Distin- 
guense  en  clla  nn  arco  anterior,  nn  arco  pos- 
terior  7  dos  masas  laterales.  Articúlase  por  ar« 
riba  con  lós  cóndilos  del  occipital  por  dos  ca- 
rítas  ó  facetas  cóncavas,  eliptoideas,  inclína- 
das  hácia  adentro  7  talladas  á  espensas  de  las 
masas  laterales;  por  los  lados  se  articula  con 
el  axis  mediante  dos  anchas  snperflcies  carti- 
laginosas;  7  por  último  sobre  la  linea  media 
se  artieola  con  la  apóflsis  odontoides  del  axis, 
por  la  cara  interoa  de  su  eje  anterior.  Unos 
ligamentos  cortos  7  mu7  resistentes  onen  el 
atlas  con  el  occipital:  esta  articulacion  no  per- 
mite  mas  que  los  movimicntos  de  flexion  de 
la  cabeza  hácia  adelante,  un  poco  hácia  atrás 
7  á  los  lados :  los  movimientos  de  circumduc- 
cion  son  mn^  poco  pronunciados.  La  articnla- 
cion  del  atlasconel  axis  permite  movimientos 
de  rotacion  mn^  estcnsos. 

lias  loxaciones  del  atlas  sobre  el  axis  son 
on  accidente  mu7  grave,  7  que  de  ordinario 
detormina  instantáneamente  la  muerte,  por  la 
compresion  ó  dislaceracion  de  la  médula  cspi- 
nal.  Algúnas  veces  se  ocasiona  esta  Inxacion 
en  el  necio  entretenimiento  quc  tienen  algu- 
nos  de  levantar  á  los  niños  cogiéndoles  la  ca- 
beza  por  los  sienes  ó  por  debajo  de  la  barba 
con  ambas  manos. 

-  ATLETAS.  [Antigüedades. )  Los  atletas, 
áOXtjTat,  áOXíipsc;  eran  hombres  que  comba- 
tian  en  los  Juegos  públicos  de  la  Grecia  7  de 
Boma  para  obtener  los  premios  (áOXa)  adjudi- 
cados  á  la  fuerza  7  á  la  agilidad.  En  el  último 
período  de  la  historía  gríega  7  entre  los  ro- 
manos  designaba  propiamente  esta  denomina- 
cipn  á  los  individnos  que  se  entregaban  á  ejer- 
ciclos  capaces  de  dcsarrollar  en  ellos  la  apti- 
tnd  para  este  género  de  combates  7  que  adop- 
taban  como  oflcio  el  lochar  en  la  arena.  Asi, 
pnes,  los  atletas  se  diferendiaban  de  los  lla- 
mados  agoni$ta8 ,  los  cuales  boscaban  sola- 
mente  en  loa  ejercicios  gimnásticos  un  medio 
de  conservar  su  salud  ó  de  desarroUar  sns 
fuerzas  naturales;  porque  aunque  estos  dlspu- 

204     UIBUOTKCA  POPUUn- 


tasen  algunas  v^ces  el  premio  en  los  Juegos 
públlcos,  no  se  preparaban  como  los  otros  du- 
rante  toda  su  vlda  para  esta  gran  prnoba.  Eu 
los  prímeros  tiempos  no  existia  esla  difercn- 
cla;  muchos  individuos  que  ganaron  premios 
en  ios  grandes  juegos  naciouales  de  la  Grecia, 
gozaban  de  cierta  importancia  política,  7  por 
consiguiente  nunca  pudo  pensarse  que  hicie- 
ran  una  profesion  de  los  ejercicios  atléticos; 
asi  Icemos  en  Herodolo  que  el  crotoniata  Phay- 
llos,  tres  veces  veucedor  en  los  juegos  píticos 
mandaba  un  navio  en.Ia  batalla  de  Salami- 
na(4):  7  en  Pausanias  que  Dorico  de  Rodas, 
coronado  en  las  cuatro  grandes  solemnidades 
de  la  Grecia,  se  habla  hecho  célebre  por  la  he- 
róica  resistencia  que  habia  opuesto  á  la  ambi- 
cionde  Atcnas  (2).  Pero  los  honores  que  con 
tanta  profusion  se  daban  á  los  vencedores  en 
los  juegos  de  la  Grecia  escitaron  una  viva  emu- 
lacion,  7  mn7  pronto  se  reconoció  la  necesidad, 
para  tener  probabilidades  de  ganar  estas  vic- 
torias,  de  dar  el  arte  por  auxiliar  á  la  nalura- 
leza.  De  aqui  tuvo  orígen  csa  clase  de  indiví- 
duos  á  los  cuales  se  apUcó  esclusivamente  el 
nombre  de  atletas,  7  que  con  el  tiempo  llega- 
ron  á  ser  los  únicos  combatientes  en  los  jue- 
gos  piiblicos. 

La  prímera  vez  que  se  vieron  atletas*en 
Roma  fué  el  año  486  antes  de  Jesucrísto,  en 
los  juegos  dados  por  Marco  Fulvio  para  cele- 
brar  el  fln  de  la  guerra  de  Etolia  (3).  Paulo  Emí- 
lio,  despues  de  la  derrota  de  Perseo  (466  an- 
tes  de  Jesucrísto)  diójuegos  en  Anfípolis,  don- 
de  Incharon  atletas  (4).  Lo  mismo  sucedió  en 
los  que  dió  Escauro  (6),  7  entre  los  espectácu- 
los  que  ofreció  Julio  Gésar  al  pueblo,  se  habla 
de  combates  de  atletas  que  duraron  tres  dias,  7 
I08  cuales  se  veriflcaron  en  un  circo  provisio- 
nal  constmido  en  medio  del  campo  de  Mar- 
te  (6).  En  tiempo  de  los  emperadores,  7  mu7 
particnlarmente  de  Neron,  que  era  aflcionado 
á  losjoegos  grícgos  (7),  se  muIUpIicaron  con- 
siderablemente  los  atietas  de  profesion  eu  Ita- 
lía,  en  Grecia,  7  en  Asia  Menor ;  muchas  imi- 
crípciones  que  han  llegado  hasta  nosotros 
praeban  el  crecido  número  de  ellos,  asi  como 
los  privilegios  que  se  les  concedian.  Formaban 
en  Roma  una  especie  de  hermandad  que  po- 
seia  un  tabularium  (archivo)  7  un  sitio  de  reu- 
nion,  curia  atletarum  (8),  donde  se  discutian 
los  intereses  de  la  corporacion.  Vitrabio  nos 
dice  quc  se  Ilamaban  berculanei  7  tambien 
xyitini,  porque  el  sUio  cerrado  donde  se  ejer- 
citaban  durante  el  inviemo  se  Uamaba  Xis- 
tus  (9).  Vcmos  tambien  que  tcnian  un  presi- 
dente  Ilamado  xystarchus  6  ap^ispeóc. 


(n  Herodoto,  VIII.  y  Pausanias,  Z,  9,  $  I. 

(8)  Pau8anias.VI,7^I.9. 

(3)  Tfto  LÍTÍo,  XXm,  S2. 

(4)  Jb.XLV.a). 

(5)  Valerio  Máximo,  II,  4.  g  7. 

Í6)  Sufítonio,  Jui.  99. 

7)  Tácito,anii.XlV.  9. 

8)  Orelli,  assa. /Mcrip^ 

9)  Vilrubio.  VI,  tO. 

T.     !!(•     68 


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ATLETAS— ATMOMETRO 


4076 


Los  atletas  qae  ganaban  la  victoría  en  una 
de  las  flestas  nacionales  de  la  Grecia  se  llama- 
ban  lepovTxat,  y  reciblan,  como  ya  heraos  di- 
cho,  los  mayores  honores  y  Us  mas  li^onje- 
ras  recompensas.  La  gloria  del  átleta  corona- 
do  reflejaba  sobre  sii  patria;  cra  cooducido  en 
iriünro  á  sii  cindad  natal,  y  entraba  eq  ellapor 
una  brecha  practicada  espresamente  en  las 
ronrallas:  Plutarco  dice  qne  esta  brecha  sigoi- 
flcaba  que  laa  murallas  son  inútiles  á  la  patría 
de  tal  ciudadano  (4).  El  triunfador  entraba  por 
esta  brecha  cn  on  carro  tirado  por  cuatro  ca- 
bailos  blancos  y  era  conducido  al  templo  de 
1a  diYÍnída'i  protectora  de  1a  ciudad ,  doode 
resonaban  los  cantos  de  vlctoria.  Los  juegos 
por  los  que  rccibia  el  vencedor  semejante  ova- 
cioo,  se  llamaban  aselasiici  (de  elbeXaúveiv). 
Este  lérroino  esclusivamente  reservado  á  los 
juegos  olimpicos,  ísmios,  pitios  y  negaeos,  se 
aplicó  mas  adelante  ¿  los  demas  juegos  públi- 
cos,  ann  á  los  que  se  celcbrabau  en  cl  Asia 
Menor  (2).  En  las  repúblicas  de  la  Grecia  se 
agregaban  las  recompensas  materiales  á  la 
gloria  y  al  respeto;  los  vencedores  estaban  ge- 
neralmente  exentos  de  pagar  las  contribucio- 
nes  y  tenian  el  derecho  de  sentarse  en  los  pri- 
roeros  puestos  en  los  juegos  y  espectáculos. 
Erigiaseles  con  frecuencia  estátuas  eu  los  si- 
tio  Aas  concurridos  de  la  ciudad  (3).  En  Ate- 
nas  et  atlcta  que  alcanzaba  una  victoria  en  los 
juegos  olimpicos  recibia  una  recompensa  de 
500  dracmas  (4).  En  Esparta  el  atleta  premiado 
tenia  el  privilegio  de  pelear  en  las  batallas  al 
Jado  del  rey  (5).  Augiisto  cooservó  y  aumentó 
los  privilegios  de  los  atletas  (6),  y  los  empera- 
dores  que le  siguierim  continuarou  tratáodo- 
les  con  favor.  En  tiempo  de  Trajano  y  de  Dio- 
cleciano  se  establecieron  por  medío  de  edictos 
las  recompensas,  dinero  ó  inmunidades  de  im- 
poestos  que  el  Estado  debia  conceder  álos  vea- 
cedores  de  los  Juegos  iselásticos, 

t\  nombre  de  atletaa,  auoque  aplicado  al- 
gnnas  vcces  metafóricaroente  á,  otros  comba- 
tientes,  perlenecia  en  realidad  ¿  los  que  dispu- 
taban  el  preroio  en  las  cinco  clascs  de  ejerci- 
cios  siguientcs:  4  .*  la  carrera  ($pó(j.o<)  divi- 
dida  eii  cuatro  especies  de  pruebas,  segun 
que  e1  atleta  recorria  e1  estadio,  una  ó  mas  ve- 
ces,  y  segun  corria  desnudo  ó  arroado  de  to- 
das  piezas:  %,^  la  lucha  (ttcííXt)]:  3.**  el  pugiia- 
io  {itMyiKfi):  4.*  el  nentatlo  ¡Ttev^aiOXov),  y  6.»  el 
pancracio  (itafKpa'zioy),  queiio  era  roas  que  la 
rcunion  de  la  lucha  y  del  pugilato  (7). 

Los  ejercicios  por  los  que  se  dlsponian  los 
atletas  ¿  los  juegos  se  consideraban  coroo  rouy 
importantes;  verificábase  esta  preparacion  en 
las  pakstras,  sitios  mny  diferentes  de  los 

(1)  Sueloniq.  Nuro,  S5.  PlnUrco,  Symp.  U,  5. 

(t)  PIÍDÍo,  £p.  119,  ISO. 

(3)  Paasanias,  YU  «3,  $  I,  Tll,  17,  fi  UL 

(4)  Diógenes  Laercio,  1,  55:  PlJalarco,  SoUm,  Sg. 

(5)  Plutarco,  Lieurgo,  SS. 

(6)  Suetonio,  Áugutío,  45. 

(7)  Plaion,  Euthyd,  c.  8,  p.  371;  Potux,  VUI,  4. 


gimnasios,  pqr  roaa  que  nwcbfts  vecea  sa  ha- 
yan  confundido  estan  dos  cosas.  Los  ejercicios 
de  los  atletas  eran  pre&ididos  por  un  ginwa- 
siarca,  y  su  régimei  arreglado  por  vigila^les 
que  se  llamaban  aliptes.  Segun  Pausanias  (4) 
al  principio  no  coroian  los  atletas  carne,  y  se 
mantenia^  príncipalmonte  de  queso.  Diógene» 
Laercio  nos  dice  que  anliguaroente  su  alimen- 
to  consista  en  higos  secos,  queso  y  pan.  El 
uso  de  comer  carne  los  atleias  fué  inlroducido 
segun  algunos  autores  {%  por  Droroeo  de  Es- 
tinfalo,  y  scgun  oiros  por  el  ülósofo  Eit¿goras 
ó  por  un  guarda  de  palestra  que  Ilevaba  este 
norabre.  Sea  de  esto  lo  que  quiera,  una  pála- 
bra  de  Diógenes  el  Cinico  (3),  prueba  que  ea 
su  tíempo  loa  atletaa  procuraban  reparar  por 
medio  de  un  gran  refuerzo  de  cerdo  y  boey  la 
abstinenciu  de  sus  predecesores;  el  baey  de 
Milon  dé  Crotona  es  otra  prueba  de  lo  que  aca- 
baroos  de  decir.  Déspues  de  su  comida  los  atle- 
tas  dorroian  una  larga  siesta. 

Los  atietas  luchaban  desnudos,  y  antes  do 
eotrar  en  la  liza,  los  aliQtes  los  untaban  de 
aceite.  Sin  embargo,  en  losjuegos,  cuyades- 
cripcion  tenemos  en  el  cauto  S3  de  la  Hiada, 
los  corobatientes  tienen  una  especie  de  calzo- 
nea,  y  Tueidides  {k),  noa  dice  que  esta  cos« 
tumbre  prevaleció  Ii^rgo  tiempo  eo  los  Juegos 
olimplcos. 

Meursiut:  Graeia  ludibunda,  iivñ  d§  tudi$  Grm- 
corum,  LeHlen,  ldS5,  en  8.* 

Kraose:  Theagene$,oder  Witee».  Dmr$itUumg  der 
Gymnattik  ag^mMHh,  und  Fetlpide  der  HfiUeneu, 
Htk\\er*SStí.^Ótymma.  oder  Darttellung  der  groi- 
ten  otympitchen  Spieíe,  Viena,  I83B. 

ATHOMETRO.  iFUica.)  De  ax^uK,  vapor,  y 
{jLciipoi;,  medida.  Instrumento  que  ^rve  para 
determinar,  en  condiciones  dadas,  la  caotidad 
de  agua  evaporada.  Las  condiciones  que  mo- 
difican  1a  evaporacion  natural  son  tan  compli- 
cada^  y  tau  diflciles  de  Ilenar  qoe  todavia  no 
se  coooce'  un  atmómetro  perfecto.  Ei  procedi- 
roiento  mas  sencillo  consisteenesponeralake 
libr^  uqa  vaslja  Uena  de  agua,  y  en  determi- 
nar  por  medío  de  pesadas,  la  cantidad  de  agna 
ev.aporada  en  tieropo  dado. 

Muschenbroeck  se  ha  servido,  ca  soa  rei- 
terados  csperin^entos  HObre  la  evaporacion  dei 
agua,  de  áo$  vasijaa  de  plomo  de.  36  nolga- 
das  cuadradas  de  superflcie  sdbre  6  á  4i  pul- 
gadas  de  profondidad;  habien^o  dedacido  de 
5US  observaciones,  que  at  aire  libre,  y  ea  sa- 
perflcicfi  iguai^ ,  la  evaporaoion  es  como  las 
raices  cúbicas  dc  I^  altura  de  la^  vaMas,  y  qne 
á  cubierto  es  proporcional  á  las  aup^ad^. 
Cuando  la  evaporacion  se  veriflca.  ea.  la  aa- 
perflcie  de  la  tiorra,  casl  ea  imposible  llenar 
artiflcialmente  todas  las  diver^as  coadicíoaea 
¿  que  se  deb|^  alender,  conio  soa  el  grado  de 


i 


]aí,l.c. 

'3)   Di6genes  Lacrdo^VL 
'4)    1.«. 


VI,7,fi. 
Pausanta 


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1077 


ATMOMETHO— ATMOSFERA 


4078 


seqaedid  del  sol,  la  eualidad  del  terrono,  1a 
lnflaeDciade  las  plantatf,  etc.  BetlOQi,  Leslie  y 
AQdenon  baQ  propaesto  dirersos  atmómetros, 
pero  ningano  de  estos  instrumentos  es  susccp- 
tiblede  una  gran  precision. 

ATMÓSFERA.  (Fisica.)  La  atmósfera  cs  la 
masa  de  aire  que  clrcunda  la  fíerra. 

Gonsiderado  el  aire  baJo  el  aspecto  fisico 
está  Bometldo  á  las  roismas  leyes  que  todos  los 
demas  gases ,  quiere  decir ,  que  las  moléculaa 
de  que  consta  tienden  á  repelerse  continua- 
mente  y  á  alejarse  unas  de  otras:  fácil  es  dar 
una  prueba  de  esta  rerdad.  Supongamos  un 
aposento  berméticamente  cerrado  y  lleno  de 
aire;  si  por  un  medio  cualquiera  se  efectua  en 
aquel  un  vacío  imperfecto ,  es  decir ,  si  se 
separa  una  parte  del  aire  que  contiene,  la  masa 
de  aire  restante  se  repartirá  igualmenle  en  to- 
do  el  espacio  queantesocupaba  el  aire  no  rari- 
ficado^por  maneraque  en  un  punto  cualquiera 
de  aquel  dcpartamento,  el  barómetro  indicará 
la  roisma  presion.  Una  rez  rccooocida  esta 
fuersade  espansion,  seriade  teroer  quc  subor- 
diuada  á  ellael  aire,  se  estendiese  por  cl  es 
pacio;  pero  está  sometido,  coroo  todos  los  cuer- 
pos,  á  la  fnerza  de  atraccion  de  la  tierra,  y  es- 
tafuorxa  le  mantiene  en  la  superQcie  del  glo- 
bo  en  Tirtud  de  su  pesantez. 

La  altura  de  la  atmósfera  no  se  balla  per- 
fectaroentc  conocida:  cada  molécula  ejerce  una 
presiOQ  sobre  las  que  están  debajo  ;  asi  que 
cuanto  mas  próxima  se  balla  á  la  superflcie  de 
la  tierra,  tanto  mas  solicitada  está  á  conser- 
Tarse  en  la  misma  posicion,  tanto  por  su  pro- 
pia  pesantez  como  por  la  presion  qoe  esperi- 
menta.  £n  una  columna  de  aire  vertical,  las  ca- 
pas  mas  densas  cstán  mas  cerca  del  suelo,  y 
la  densidad  dismiuuye  al  paso  que  es  mayor 
la  altura  de  la  atmósfera.  En  esta  propiedad 
está  basado  el  método,  que  consiste  en  roedir 
la  elevacion  de  un  lugar  por  medio  dei  baró- 
metro.  Goando  la  presion  disminuye,  el  aire 
se  dllata»  y  por  tanto  al  primer  golpe  de  vista 
parece  que  la  almósfera  debe  estenderse  á  gran 
distancia»  y  su  altura,  calculada  segun  la  ley 
de  Mariotte,  es  en  efecto  ilimitada. 

Sin  erobargo,  no  es  asi,  y  la  atroósfera 
tiene  una  altnra  liroitada,  aunque  la  esperien- 
cia  no  baya  sefialado  este  liroitc.  Desde  iuego 
si  las  partfculas  de  aire,  cuya  densidad  es  roas 
débil  á  cierta  altura  que  en  la  superflcie  del 
terreno,  obedeciesen  indeOnidaroeote  á  la  ley 
de  espansion  de  Io3  gases,  se  esparcirian  en 
los  espacios  celestes,  y  cada  uno  de  los  cuer- 
pos  que  en  cllos  sc  roueven  se  crearia  una 
atmósfera  coAio  la  de  la  tierra;  pero  esto  no  lo 
confírman  las  observaciones  astronóroicas. 

Numerosas  son  las  operacíones  que  se  ban 
efectuado  para  llegará  la  determinacion  de 
este  liraite.  En  estos  ültiroos  tieropos  ha  pu- 
blicado  Mr.  Biot  sábias  investigaciones  acerca 
de  1a  constitticion  fisica  do  1a  atroósfera,  me* 


diante  las  cuales  le  asigna  un  limite  superior . 
Mr.  Martins,  traductor  delGurso  de  meteoro- 
lógia  de  Kaemtz,  escribió  acerca  de  este  parti- 
cuiar  una  nota  que  bemos  cousultado. 

Mr.  Biot  f andó  los  elementos  de  sus  cálcu- 
los  sobre  tres  séríes  de  observacioues  baromé- 
tricas,  termométricas  é  bigrométricas,  becbas 
«n  estaciones  sucesivas  por  Mres.  6ay-Lussac« 
Humboldt  y  Boussiugault. 

Mr.  Gay-Lussac  se  ha  elevado  por  medio  de 
un  areostático  en  octubre  de  4803,  á  una  al- 
turade  6,977  metros  sobre  ei  observatorio  de 
París:  el  número  de  las  observaciones  inter- 
mediarias  fué  de  24 . 

Eu  el  mes  de  junio  de  1802,  Mr.  de  Hum- 
boldt  ha  hecho  observaciones  en  cinco  esta- 
ciones  sucesivas,  ascendiendo  desde  las  pla- 
nicies  que  so  hallan  al  ple  del  Ghiroborazo 
hasta  la  cima  de  la  montaña. 

Porúltimo,  en4827,  Mr.  Boussinganlt  ha 
hecho  tres  séries  de  observaciones  meteoroló- 
gicas  en  sns  ascensiones  sobre  el  Chiroborazo 
y  el  Antisana,  basta  las  alturas  de  5,900  y 
5,400  roetros  sobre  el  nivel  del  mar  Paciflco. 

Para  deducir  de  estas  obserTaciones  la 
altura  de  la  atroósfera,  Mr.  Biot  obtieoe  desde 
luego  las  presiones  sucesivas  de  las  diversas 
eslaciones,  en  partes  de  la  presion  inferíor  to- 
mada  por  uuidad.  Deduce  eo  scguida  laa  densi- 
dades  correspondienles,  admitieudo  que  el  aire 
disroinuye  flr  de  su  volúmen  por  cada  grado 
centigrado  de  enfriaroiento;  tiene  en  coenta  á 
la  vez  la  tension  del  vapor  acuoso  y  reflere  las 
densidades  asi  obtenidas  á  la  densidad  infe- 
rior  elegida  por  unidad.  Toroando  lucgo  las 
presiones  por  abscisas  y  las  densidades  por 
ordenadas,  encuentra  Mr.  Biot  que  la  curTa 
que  pasa  por  todas  las  estaciones  es  sensible- 
roente  una  recta;  de  donde  colige  que  el  de- 
creciroiento  de  la  temperatura  va  acelerando 
incesantemenlc  hasta  las  estaciones  mas  eic- 
vadas  que  se  han  podido  alcauzar. 

Asi  que  segun  Mr.  Biot  solo  se  podrá  adroi- 
tir  que  ulteriorroente,  y  en  las  reglones  inacce- 
siblesdelaatmósfera  llegue  á  rooderar  estede- 
creciroiento  y  entre  las  hipótesis  que  se  puedca^ 
adoptar,  la  roas  favorable  en  una  atmósfera  rouy 
elevada  será  la  del  decreclroieQto;^  constante 
á  partir  desde  la  ^ltara  de  0,977  roetros,  limite 
snperior  de  las  estaciones  areostáticas  de  mon- 
sieur  Gay-Lussac.  Partiendo  de  esta  hipótesis 
y  por  un  método  que  seria  rouy  largo  el  espU- 
car  aqui,  llegaMr.  Biot,  eu  el  último  resultado» 
á  una  altura  totui  de  la  atmósfera  queno  puede 
esceder  de  47,000  metros;  aunqucMres.  Uum* 
boldt  y  Boussingauit  ni  aun  señalan  mas  de 
43,000  roetros  para  este  limite  snperior. 

Hablareroos  en  articulos  especiales  de  las 
diversas  propiedades  de  la  atroósfera,  de  las 
causas  que  iufluyen  sobre  su  homogeneidad  y 
de  lo^  meteoros  que  toman  origen  y  sc  des- 
arrollan  en  su  seno. 


m  DEL  TOMO  TERGERO. 


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INDICE 


DE  LOS  ARTICULOS  CONTENroOS  EN  ESTE  TOMO  TERCERO. 


*     Pags. 

Arabia.  {Filosofía) 9 

Arabia.  (Histcria) 20 

Arabia.  (Arquiteciurá) 30 

Aracacha  ó  Arakatscha 33 

Arado 36 

Aracooides.  {Analomia) Id. 

Aragon.  (Reino  de) 37 

Arancel 42 

Aranjuez 54 

Araña 57 

Arbilrage.  (Legislacion) 62 

Arbitrariedad.  {PoUtioa) Id. 

Arbitrío  jadicial.  {Legvílaoion) 63 

Arbítrios.  {AdminiaUraciony  haeiendá),  65 

Arbitros,  Arbitradores.  (Legishcion).  .  .  68 

Arbol.  (Legislacion) 70 

Arbol  genealógico 74 

Arbol.  {Mecánica) Id. 

Arboladara 77 

Arbolar Id. 

Arboles.  {AgricuUura) 78 

Arboles  fnitales 84 

Arboles.  {Historia  natural) 85 

Arca  de  la  Alianza.  {Religion) 88 

Arcabucero.  {Tecnulogia) 94 

Arcabucero.  {Historia) 97 

Arcabuz.  (Artemilitar) Id. 

Arcada.  {Anatomia) 98 

Arcadia.  {Historia) Id. 

.Arcaismo.  (Gramdtica) 406 

Arcano  ó  Arcanum.  • Id. 

Arcanson 4  07 

Arcediqno.  {Derecho  eclesidstico).  ...  Id. 

Archena.  (Bañosde) 409 

Archiduque.    {Bistoria) 444 

Archipiéiago.   {Historia  natural).  .  .  .  Id. 

Archiplélago.  {Geografia) 443 

Archivo >I47 

ArchÍYoila.  {Arquitectura) 429 

Arcilla.  {Mineralogia) 4  30 

.^rcilla.  (Agricultura^ 4  32 

Arcüla.  (Ouimico) Id. 


Pags. 

Arciniega 433 

Arcipreste.  (Derecho  edesidstico).  ...  437 

krco.  {Malemdticas) 438 

Arco.  {Arquitecturá) 440 

Arco  de  tres  centros.  (iár^ui^cc^ura).  .  444 

Arco  iris.  {Fisica) Id. 

Arconte.  {Historia) 445 

Arcos  de  triuofo.   {Arquitectura).  ...  446 

Arcos.  (Accion  delos) 4  49 

Ardales.  (Baños  de) 4  54 

Ardules.  (Baños  de) Id. 

Ardieutes.  (Ma)  de  los)  (Medicina).  ...  452 

Ardilla.  {Historia  naíurah 4  55 

Area.  {Matemáticas) 4  67 

Area.  {Medidas) Id. 

Areas.  (Principio  de  Us)  {Mecánica).  .  .  458 

Arechavaleta.  (Baños  de) 459 

Arena id. 

Arenosillo.  (Bañosde). 464 

Arenga 4ü2 

krenque.  {Historia  natural) 4  64 

Areola  ó  aureola 4  67 

Areómetro.  {Fisica) Id. 

Areópago.  {Historia) 474 

Ar einsa.  {Antigüedades) 476 

Argaraasa.  (Arquitedura) Id. 

Argelia.  {Geografía) Id. 

Argelia.  (Historia) 203 

Argeotina.  {Botdnicá) 255 

Argolla Id. 

Argonauta.  {Historia  nalnral) Id. 

Argonautas.  {Historia) 256 

Argumeoto.  {Lógica) 260 

Aría  cattiva  ó  mala  aria Id, 

Arieta.   {Música), 264 

Ariete.  {Artemilitar) Id. 

Ariete.  {Hidrdulica) .  Id. 

Arístocracia.  {Politica) 266 

Aristotelismo.  {Filosofia) 269 

Ariteooides.  [Anatomia). 277 

Aritmancia Id, 

Arilmética 278 


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m:] 


INDICE 


Pags. 


Arlaban ^ ^79 

Arlequiu,  arfequinada.  {Artedramáiico).  283 

Arma.  [Árte  mililar) 284 

Arma.  (Al)  {Arte  mHitar) .'  .*  287 

Arma  falsa.  (ArtemilitaP Id. 

Armada.  [Maritima) ]  Id. 

Arraada  Invencible.  (Hisloria  de  la).  !  .  290 

Armada.  {Marina) 300 

Armador.  {Marina) *  .  la. 

Arraaduro.  {Arte  mxlitar).  .....  1-  *  30Í 

Armamenlo.  {Milioia) 306 

Armamento.  {Marina) '  308 

Armar.  (Ariemüitar) !'!  id. 

Armar  caballero.  (Antig{iedad)\  !  .      '  Id! 

Armarlabayoneta.  (ilrí«mi/t7ar).  ...  3-10 

Armario  de  hisrro.  (Historia).  .  .  Id. 

krmzs,  [Artemilitar) jd! 

Armas.  (Pasar  por  las)  (Arte  müitar),  '.  W. 

Armas 3^  q 

Aitnas  blancas  de  Toledó.  '(Fábrica  de)    !  W . 

Armas.  [liistoria  vatural) Id. 

Armas.  (Horabfeé  de)  i^Historia)         '  344 

Armenia.  (C«0(/ra/ia) [  '  '  315 

Armenia.  {Historia) 324 

Armenia.  (Lengua) ,      ,  340 

Armenia.  (¿t<í?ra/ura).  .  .  .  .  '  349 

Armenla.  {Religion). .  .  ,  [ 350 

Armero.  {Teónólogia).  .         355 

Arminianos.  {Historia  religiosa)'.  [  '.  '.  366 

Armmo.  \Htsíoria  natural).  .  369 

Armonía.  {Múiica).  .....      !  *      '  370 

Armonía.  (Lütratura). .  .  .  , 373 

Armonía  iraitativa.  {Retórica).      '  '  '  '  374 

Armórica.  (Geografiahistórioa).  ,  '.      !  375 

Armue  t',  Orzaga,  Marisma 376 

Arnedillo.  (Baños  de).  - !  377 

Aro. 370 

Aroldeas.  (Botánica),  .'..',  [  ."  .  *  '  Id. 

Aroma 30Á 

Aromas.  (Tecnolo'gia),  .'..,',..'  Id. 

Arpa.  [Historia  natural).  ,  [ 384 

Arpa.  {Música) 382 

Arpegio.    (Música).  ..'.'['''  384 

Arpeo.  (Marina).  .  .  Id 

yP*«S-  • y.W  '.'.['.  386 

Arpon.  (Pesca  do  celáceos) 387 

Arqueo.  (Marina).  ...  388 

Arqueologia *  '  '  \^ 

Arquijas.   (Accion  de).  .\\ 39¿ 

Arqiiimarídrila  ó  Archimandriia.'  '{HiitO' 

r%a  religtosa) ^  404 

Arquímiiíio \\\  Id, 

Arquitecto.   {Arquitectúra), 402 

Arquitectura *  '  *  *  404 

Arquitectura  rural.  .  \  .\\ 442 

Arquileclüra  naval.  {Marina) 447 

Arquilrabe.  (ArquiteHura),  \\\\'  '  448 

Arrabaí -^  •  ¡,j 

Arras.  {Législacion)   \  \  \ 449 

Arrayan  comuu. 454 

Arrebato ,*      * j^j 

Arrebolera  comun.  . '.  .  \     '  *  '  '  '  '  456 


4084 
Bags. 


Arrecife 457 

Arrelde \  45^ 

Arrendamienlo.  {Legislacion^ id. 

Arrepenlimiento 462 

Arrcpeulimiento.   iLegislacion) 464 

Arreslo,  (¿eots/a<?íon) 466 

Arrianos.  (Historia  rcligiosa^ 475 

Arribada.  [Derecho  mercantii Id. 

Arriete.  (Accion  de).  . 484 

Arrogacion.  (Legislacion) ^  482 

Arrogancia w, 

Arronis.  (Aectones  de) Id. 

Arroz 435 

Arrmnage.   (Marina) 488 

Arsenal.  {Marina) Id. 

Arsenal.  (/tr^tii/cc/ura) 496 

Arsénico.  {Quimica) 497 

Arsénico.  (Toxicologiay  mndicina  legat).  504 

Artaea.  (Accion  de) 513 

Arle 644 

Arte  s^grado 524 

Arte  militar.  (.irlc  mtlitar) 528 

Arte  draraátlco 606 

Arteijo.  (Baños  de) 620 

Afterits.   (i4naíomta) 624 

Arterioloraía,  {Cirugia^ 623 

Arles.  (Bellas). . 624 

Artes  y  oflcios lí. 

Artesano.  (Tfcnologia) 627 

Artesianos.  (Pozos).  (Tecnologia) «28 

Arteson.  (Arquitectura), 640 

Arlicas.  (Regíones),  {Geografía) W. 

Artico,  Antártico.  (Como^rd/ia) 669 

Arliculacion.  (Historia  nttiuml) W. 

Articulaclon.  (Anatimia,  Medíclna).  .  .  670 

Aftículo.   (Legistacion) 674 

Artículo.  (Gramálicá) 674 

Artillería.  {Arte  miiitár) 684 

Artillería.  (Oflciales  y  tropa  de) 706 

Artillería.  (Calibres,  alcances  v  monlages 

aclnalespara  la).  ...;.' 744 

Arlillería.  (Colegio  de) 7*3 

Artillería.  (Preemineticltsdel  cuerpo  de).  747 
Arlillería.  (Establecimlenfos  qoe  depen- 

den  de  la) , 754 

Arliilería.  (Museo  de). 755 

Arlillería.  (Táclica  general  de) ^^ 

Arlilleria.  (E.strangera) 764 

Arlillería,  (Marina) 774 

Artieta.  {Bellas  artes) 77* 

Arlritis.  {Patologia) 780 

Arvcja 782- 

Arveja  Eiivealre.  .!.!!.!..'.!.  W- 

.^rvejon !!....  M- 

Araobispo.  {Derecho  ec'iesiéhiico     ...  M. 

Arzones .      .  785 

As. !!!!!!!!!.!.  w. 

Asa.  {Anatomia). .      .  .  .  "^ 

Asador ^         .  .  799 

Asafétida.  [Maieria  'médica'  ^      !  .  .  W- 

Asalto.  [Arte  mititar) WO 

Asambleas  represeulantef.   iPoiiticaK  .  «66 


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4085 


INDICE 


Pags. 


Asarla g40 

Asbesto.  {Bistorianatural} id. 

Ascendientes 842 

Ascenslon.  {Fiesta  eristiana) id. 

Ascension.  (Del  sol  ó  de  una  estrella).  .  843 

Ascensiones  aeroslállcas.  {Fisica),  ...  Id. 

Asccnso , 340 

Ascelismo.  [Reliffion) ,  ]  849 

Ascldia.  {Htstona  naturat) 854 

Ascio.  {Cosmografia) 852 

A8CÍIÍ3.  {Patologia) Id. 

Asclepiades.  {Botánica) [  \  .  854 

Asechanza 855 

Asedio.  {Arte  militar) !  .  .  Id. 

Aseguracion.   {Legislacion) 856 

A8enumiento(Viade).ILegfi«íacion).  .  .  id. 

Asent  imiento.  {Fihsofia) 857 

Asentista.  {Administradon) id. 

Asesinao.  {Legislaciov^ 859 

Asesinos.  {Historia\ 862 

Asesor.  (LéfpwiocKm) 865 

Asfallo  ó  betun  de  Judea.  {Geotogia).  .  866 

Asfixia.  {Patologia) 867 

K%\¡ii.{Geografia) ,  .  .  .  .  871 

Asia  Menor.  {Geografía) 880 

Asiarca 9^8 

Asienlo.  (Privilegio  del)  (Comercio' ma' 

,  T^^J» H. 

Aslgnados Id. 

AbiIo.  (Dereclio  de) 920 

Asimilacion.   {Fihiologia).  ......  934 

Aslmptota.  {Matemátieas) id 

Aslria.  {GeografiaéHistoria) 936 

Asma.  {Patologia) 938 

Asno.  {AaricuUurá) 939 

Asno.  {Bistoria  naturatj 944 

Asociacion.  {Politica) 945 

Asociacioü  de  ideas.  (Lógiea) ;  950 

Asoc  acion  ceneral  de  ganaderos.  ...  954 

Asociaciones  gremiales id 


408G 
Pags- 

Asonada III 

Asonancia.  {Literalura). ..." 957 

Asparagíneas.  {Botánica),  ...*'*'    oaa 

Aspecio ..;:;•••  oe? 

Aspid.  {Historia  naturat).  .  .         '  '  '    96í 

Aspld.  {Materia  médiea),        qri 

Aspiracion ,  .* 

Asta : : : : •  •  •  "• 

Astenfa.  (Patologia), ...     1^ 

Asleria.  (Histona  naturat)'.  .'*'''*  afi¿ 

Aslerisco. *  *  *  *  0«« 

Asüllero.  {Marina) !.'..'.*  969 

Astorga "...               *  id 

Astrágalo.  {Diversas  acepeione's)!  '.  '.  '  972 

Astringentes.  {Medicina)..  .  ,,           *  1^ 

k&Kro\sb\o.  [Astronomia  y  Marina\    '  '    ft7Í 
Astrologla ^  «»^wa..  .  .    «73 

Astronomía.  ..!.'..*. 97^ 

Astronomía  náutica.  {Mar'ina),      '''  '  ,,^0 

AsturiasóAsturas '      '  '  *  loAft 

Ataque.  {Artemilitar)..  . 4007 

Ataque  de  las  plazas.  {Arte  militdr)'.  !  ]  W. 

A'SUd JAoa 

AUxia.  {Patologia) mTXI 

kieimo.{Retigion),  ....'. ,7 

Atelablo.  {Historia  natural) íai¿ 

Alelanas.  (Historia  Uteraria) id 

^^!?*j'  S^^^drafía,  historia,  'antigúe'-^ 

aoítes). iñLfí 

Atencion.  {Filosofia). 40«? 

AteneodeRoma m 

AtenUdo .J¿¿ 

Aterrada.  {Marina),  .     \  '.'.''''  iaíl 
Atestiguacion.  .....        j^ 

Aticismo ; ; ; {?• 

Atico.  {Arquitectura).  .  [  ] ja^^ 

kúüis.  {Anatomia).  .  .  .        IaZ? 

AUeUs.  (AntigUedades).  .'. m 

Atmómetro.  {Fisioa).  .  .      jATft 

Atmósfera.  (Pisiea).  .  ...'.'.'//[  4077 


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