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Boston Public Library
http://www.archive.org/details/semanarioerudito46vall
SEMANARIO ES.UBITO,
QUE COMPREHENDE
VARIAS OBRAS INÉDITAS,
CRITICAS, MORALES, INSTRUCTIVAS,
políticas, históricas, satíricas, Y jocosas,
DE NUESTROS MEJORES AUTORES
ANTIGUOS, Y MODERNOS.
DALAS A LUZ
DON ANTONIO VALLADARES
dz Sotomayor.
TOMO QUARTO,
MADRID MDCCLXXXVII.
*í
POR DON BLAS ROMÁN,
hallará en las Librerías de Francés y calle de las Carretas, ye»
la de López , calle de la Cruz, y en los puestos del Diario.
CON PRIVILEGIO REAL.
y
Pag. gj
GRANDES RUIDOSAS CONTROVERSIAS
acaecidas en la menor edad del Señor Don Carlos IL° entre la
Reyna Madre Doña María Ana Teresa de Austria > el Sere-
nísimo Señor D.Juan de Austria , hijo bastardo de Felipe JV.°9
y el P.Juan Everardo , de la Compañía de Jesús y ( de naciort
Alemán) del Consejo de Estado , Inquisidor General ,
y Confesor de dicha Señora'.
SOBRE
La dirección y gobierno de estos Reynos.
Nota que manda poner al principio de esta obra el
Supremo Consejo de Castilla
Para evitar qualquiera mala inteligencia que se
quiera dar á esta obra , ha acordado el Consejo que se
advierta al público por medio de esta nota , que debe
leerse con aquella precaución necesaria , para no dar
mas opinión y crédito que el que corresponde á las
especies y noticias que contiene.
L
NOTA DEL EDITOR.
tA minoridad en que quedó el señor Rey Don Car •
los II.0, el empeño que hizo la señora Reyna Gober-
nadora su madre en elevar , y sobstener en su privan-
za al Padre Juan Everardo , de la extinguida Com-
pañía de Jesús : y la recíproca aversión con que se
trataron este Jesuíta , y el señor Don Juan de Austria,
dieron motivo á los alvorotos y movimientos , que se
A 2 ex-
4
experimentaron al principio de este reynado ; cuyas
individuales noticias que produce ia obra que sigue,
no pueden dexar de ser sumamente gratas al público}
porque como carecemos de una historia completa de
aquellos tiempos , y lo que ellas refieren son unos co-
piosos fragmentos para formarla , quanto tienen de no-
vedad los sucesos que ofrece, debe interesar mas á los
curiosos que ¡a lean.
No puede negarse que dominó la ambición al se-
ñor Don Juan de Austria, así como al otro de su nom-
bre, hijo del señor Emperador Carlos V.°, la misma
desordenada pasión. Que su orgullo, fundado en la
maña con que supo captar la benevolencia del pueblo,
le hizo alguna vez temerario , y aún delincuente , es
tan cierto, que sus mismos escritos, y acciones antes,
y después de gobernar el reyno lo acreditan. Pero no
es menos constante que el tesón de la Reyna en man-
tener á un Extrangero , á un Jesuíta en los mayores
empleos de la Monarquía, y hecho arbitro de ella, sin
conocimiento de sus leyes, sin amor á los vasallos , y
sin interés en la gloria del Príncipe , y de la nación,
pues solo el suyo le preocupaba , contribuyó infinito á
los ruidos, alteraciones, y disputas, no sin escándalo,
que ocurrieron en aquellos tan desgraciados tiempos
para España fia que postrada por el desfallecimiento en
que la dexaron los reynados anteriores, respiraba congo-
jas,y veia casi la triste época de su total exterminación.
Don Francisco de Bances Candamo , que floreció
en aquel reynado , entre sus muchas obras, dexó em-
pezada la Crónica del señor Carlos II.0 $ y causa com-
pasión que no la concluyese, y estampase 5 porque en lo
poco que escribió de ella , se conoce que su ánimo era
expresar los sucesos como pasaron sin que ni eí temor,
ni la lisonja apartasen su pluma del camino redo de la
ver-
5
verdad. Y aunque solo habla una vez del señor Don
Juan de Austria , le pinta de un carácter orgulloso , y
nada propenso á sujetar su dictamen á ninguno; y mas
pronto á recibir adoraciones , que á ofrecerlas. Y á la
verdad , esto se ve claro en la carta que dexó escrita
á la Reyna en Consuegra , tan libre é irreverente , que
ni se conoce señal de respeto, ni indicio de sumisión}
ademas de verter en ella proposiciones mal sonantes,
y agenas de una pluma christiana ; las que como tales
deberá graduarlas el prudente lector , y leerlas solo
para detestarlas, y aborrecerlas; para cuyo efecto van
señaladas con letra bastardilla , y con esta señal, ocf5»
Sin embargo, estamos persuadido á que no pode-
mos presentar un objeto en que mas se interese el áni-
mo de los buenos Españoles , que el que forman las bien
enlazadas noticias que ofrece esta obra.Qualquiera es-
crito de la naturaleza, y verdad de éste , es una espe-
cie de echizo tan grato , que el que empieza á leerle,
no le dexa hasta que le concluye. No dudamos al mis-
mo tiempo , que la lección de esta obra es capaz de
producir sentimiento á los amantes de la patria, que
contemplen bien la lastimosa situación en qwe entonces
se hallaba ; pero igualmente conocemos , que puede
causarles un gozo imponderable el verla hoy tan bri-
llante, instruida, y política por el gran Rey que la rije,
y el sabio Gobierno que la ilustra; pues la desgracia
que enionces experimentaba, no es comparable con las
felicidades que hoy respira.
EXCMO SEÑOR.
JQ¿L haber escusado embarazar á V. E. en las dos ulti-
mas ocasiones de Flota , continuándose las novedades y
su-
o
sucesos de España , ha sido juzgar á V. E. en mayores
cuidados , y ser las novedades que se han podido escri-
bir tan de sumo desconsuelo , que por no aumentar á
V. E. los en que se hallaba , he aguardado llegasen á sus
oídos por otro mejor Cronista. Pero ya que me parece
veo á V. E. con mas sosiego , rae atrevo á tomar la plu-
ma para referir algunos sucesos de los que en este tiempo
han ocurrido : que aunque no son los mas de ellos de
gusto , servirán de entretenimiento en los ratos que V. E.
so ocupase en ellos , si es que le puede haber , donde es
necesario acudir á tantas cosas , como piden las obliga-
ciones que Dios ha dado á V. E. , á quien suplico me
perdone la licencia que rae he tomado en esta correspon-
dencia. Guarde Dios á V. E. muchos años , y nos le
trayga á España 5 á donde espero ver á V. E. con los
puestos y aumento que merece.
Fuerza es referir, para dar principio á estas noticias,
las muertes que quedamos llorando en España , y que
lloraremos por mucho tiempo , según se vá experimen-
tando de los sucesos que las siguen , de nuestro Rey Fe-
lipe IV.0 el Grande, y del Cardenal Sandoval , mi señor,
que Dios tiene , que fueron tan en un tiempo , y tan de
compañia , que en veinte horas los dos se acompañaron
en mejor vida , tan unos como lo habian sido en esta;
pero dexándonos á todos con tanto desconsuelo , como
comprehenderá V. E. , pues en el uno perdimos todo
amparo , y en el otro todas nuestras conveniencias.
Su Magestad ( que Dios haya ) ordenó las de su al-
ma con todo cuidado > y deseando en la muerte el alivio
de sus vasallos ( que no pudo conseguir en la vida) dis-
puso para mayor acierto del gobierno de España , el que
la Reyna nuestra señora fuese tutora y curadora de si.
hijo el Rey nuestro señor, dándola en seis sugetos , que
dexaba nombrados para alivio del gobierno , Ministros
de
7
de la mayor confianza, y Consejeros de toda satisfacción,
para que asistida S. M. de su consejo , los oyese en las
materias del gobierno , como votos consultivos 3 y en las
determinaciones últimas á S. M. con autoridad decisiva.
Quedaron, pues, nombrados el Presidente de Castilla, que
era el Conde de Castrillo , el Vice-Canciller de Aragón,
que lo era , y lo es Don Cristoval Crespi , el Arzobispo
de Toledo , e' Inquisidor General , que lo era el señor
Cardenal de Aragón , y los que succediesen en estos
puestos , reservando solo el Vice-Canciller de Aragón , el
que si faltare en el Ínterin que nombrase S. M. quien ocu-
pase el puesto, asistiese á esta Junta el Regente mas an-
tiguo del Consejo de Aragón. Nombró personalmente al
Marques de Aytona por uno de los Grandes de España,
y al Conde de Peñaranda por uno de los del Consejo de
Estado.
Por muerte del Cardenal mi señor , que fue inmedia-
ta á la de nuestro Rey, se eligió para Arzobispo de To-
ledo al señor Don Pasqual de Aragón , que se hallaba
Inquisidor General : y aunque su Eminencia dudó alar-
gar el puesto de Inquisidor General , sobre que se ofre-
cieron algunas dudas , la Reyna nuestra señora hizo so-
bre ello varias instancias , con las que se consiguió*
y de su motu propio eligió para éste puesto al Pa-
dre Juan Everardo de la Compañía de Jesús , Confesor
suyo , que traxo de Alemania, á quien por ser extran-
gero se le opusieron muchos; pero las instancias de S. M,
pudieron tanto , que hizo que todas las Ciudades de Es-
paña le diesen la naturaleza , y con eso se facilitó el
puesto en que hoy queda, siendo también del Consejo
de Estado , muy observante y asistente en las obligacio-
nes de sus puestos , y deseando mucho en ello el alivio
universal de estos Reynos»
Con este gobierno tan santo , como se experimentó
de
s
de los sugetos de el , se creyó mejorar de fortuna j pero
la providencia divina no ha querido que sea por ahora,
antes parece que con mas rigor nos quiere castigar , pues
luego que faltó S. M. se empezó á inquietar el Francés,
tomando por pretexto, que el Estado de Brabante en
Fiandes no le pudo renunciar la Serenísima Reyna de
Francia su muger en las capitulaciones de sus bodas ju-
radas legítimamente en írum , por tocarle , según las
clausulas del llamamiento á dicho Estado , y remitiendo
impreso un manifiesto en su favor , que si como es liber-
tado, fuera do&o, convenciera? (no censuro la Magestad
que es soberana , califico lo desenvuelto del autor , por
ser indigno ) y sin dar lugar á la respuesta que dio á la
estampa después con erudición y ciencia el Do&or Don
Francisco Ramos del Manzano , que pudo hacer callar
su voceado derecho ; se valió, no de la razón que alegaba^
sino de la fuerza de las armas ( tenida y aún prevenida
por cartas del Marques de Castel-Rodrigo , Goberna-
dor de aquellos Estados ) que en la ocasión le asistía pa-
ra invadir y apoderarse de la mayor parte de aquel país,
que sin resistencia se le entregó , por no hallarse con los
socorros que en otros tiempos , embarazados á la sazón
en los malos sucesos que siempre han tenido nuestras ar-
mas en Portugal ; y creo que aún socorridos los Flamen-
cos, no fuera fácil la resistencia á un exercito de sesenta
mil infantes y veinte mü caballos ; con que orgullos® el
Francés , se hizo dueño de las ciudades , plazas y lugares
siguientes : La Jatelenia de Lila, Puay, Orcheis , Fornay,
y Forneys , la Atra , el Bayliage de Fornos , el Bayliage
de Bergas,y la plaza de Jarle Roy, y toda la Borgoña.
Reconociéndose las muchas fuerzas del Francés , y
lo imposibilitada que se hallaba España de poder acudir
en tiempo á ías guerras de Portugal, que con la ayuda
del Francés , y asistencias de Inglaterra se habían ensan-
gren-
grentado , y con nuestros malos suce?os ensobervecidos
los Portugueses. Y aunque en tiempo de nuestro Rey
( que Dios haya ) se habia por ellos rogado con la paz,
y con algunas conveniencias de reputación y contribu-
ción á Castilla , y con la alternativa de la presentación de
los Obispados , y por entonces se desestimó , nos obligó
la resolución del Francés á tratar de hacer paces con Por-
tugal , cuyo principio y motivo de ellas fue , que por ser.
el Rey Don Alfonso mal querido , ó por incapaz , como
dicen los Portugueses , se hizo aborrecido en su reyno,
y al contrario el Infante Don Pedro su hermano, que
fue querido de todos, se tomó con e'l uña resolución irre-
gular , dando principio á ella la Reyna su muger Mada-
ma Enemort \ Francesa, que saliendo- Una tarde con sus
damas á un Convento de Monjas que llaman en Lisboa
la Anunciada , se quedó en el escribiendo á su marido un
papel, en que le decia, que por defecto suyo que el sa-
bia , y era el de ser impotente ai matrimonio , la obh>
gaba á dexarlo ; que así , que la volviese su dote , que
con eso se iria á Francia. Sintió mucho esta resolución
Don Alfonso, y aquella noche con algunos aliados y va-
lientes , con quienes andaba , se determinó ir al Conven-
to, y sacarla. Embarazaron esta determinación de Don Al-
fonso algunos caballeros y Eclesiásticos , con que se reti-
ró á palacio, y en el le hicieron ai dia siguiente firmar
una escritura pública, en que declaró su imposibilidad
para con su muger , y ceder el gobierno del reyno en
su hermano Don Pedro 5 el que tomando la voz del pue-
blo que era el desear las paces : se empezaron á poner en
plática por medio del Marques de Eliche , que se hallaba
en prisión desde la pretendida con el señor Don Juan
de Austria , y para este efe&o le pusieron en libertad.
Pareció al gobierno de Portugal , que corría por el
Infante Don Pedro , que podía embarazarle Don Alfon-
B s%
|0
$o , y los .suyos, por ser los que no querían paces , por
sus particulares intereses , y así determinaron retirarle
á un quarto de palacio , donde le tienen con muchas
guardas , y sin mas comunicación que los criados do-
mésticos que le asisten. Y es cosa bien particular la que
Je sucede , pues vie'ndose encerrado , y con guardas has-
ta por las ventanas de los jardines , preguntó ¿ Que qué
era aquello , y cómo se hacia con él una cosa semejante*. Y se le
respondió : V. M. lo ha mandado , y el gobierno j con lo que
calló , y se está en su encierro sin comunicar mas que con
los que le asisten. También el gobierno nombró quatro
Jueces para el conocimiento de la nulidad del matrimo-
nio , que en breves dias se determinó, y dio por nulo,
con que inmediatamente se casó Don Pedro con la
Reyna , queriendo ya algunos que este preñada.
Deseando Don Pedro la quietud del Reyno , y vien-
do lo que el pueblo instaba en las paces , se dieron prin-
cipio á los tratados de ellas , permitiendo que el Mar-
ques de Eliche despachase correo á Castilla , y pudiese
remitir pliegos cerrados , que hasta entonces no se habia
permitido escribir á su muger , sin que le abriesen las
cartas. Con este aviso se le remitieron poderes plenipo-
tenciarios al Marques , y con ellos , y la asistencia del
Embajador de Inglaterra , que para este efe&o fue de es-
ta Corte á Lisboa , se confirieron ios capítulos de las pa-
ces , y se remitieron 5 en cuyo Ínterin el Embajador de
Francia que se hallaba en Portugal , procuró embarazar-
las ; pero el pueblo que era el que mas instancias hacia
por ellas , no hizo caso de sus ofertas , siendo así que
ofrecía pagar todos los tributos de un año , para que el
pueblo no viniese en ias paces. Esto fue de mas irritación
para ellos , pues le quisieron quemar la casa , con que
le obligaron á que se saliese de Lisboa. Con esto , y lo
querido. que se. hallaba.. el Marques de Eliche en ella por
la
II
la mucha prudencia y magnanimidad con que se habia
portado y portaba , se efe&uaron, y se publicaren en es-
ta Corte en 19 de Marzo de este año , cuyos capítulos
han pasado impresos á ese re y no , y así no los pongo en
e'ste por excusar la molestia.
Corre el comercio de Portugal con Castilla muy sin
embarazo j pero tan corto , que no viene cosa que no
sea mucho mas cara que lo que hay acá. Sin embargo,
ellos se gobiernan con inteligencia , pues luego que se
efeduaron las paces, se quitaron todos los tributos que
se habían echado para el sustento de la guerra , y por
haberse estragado con ellas los trages , y la costa tan
grande que en ellos se hacia , en este mes de Mayo se
promulgó Pragmática , en que se manda : —
Que ninguna persona , de qualquier calidad que sea,
pueda guarnecer ios vestidos con ninguna guarnición de
oro ni plata , ni seda , ni hilo , y solo pueda poner en las
mangas una orden de puntas.
Que ninguna persona plebeya se pueda poner seda,
ni sus mugeres , ni hijos.
Que solo se puedan traer en cada vestido cincuenta
varas de cinta , y en cada sombrero la que bastare para
apretarle y no mas , poniendo sola una cinta 5 y en las li-
gas no se puedan poner cintas, sino que han de ser de
tafetán.
Que los que no fueren títulos ú Oidores , no pucdan<
tener mas de dos lacayos y un lacayuelo , y para los tí- '
tulos y Oidores del Consejo hasta quatro lacayos , y el
cochero ó liierero; y para sus mugeres hasta quatro pa-
ges y no mas ; y los que salieren á torear puedan llevar
hasta doce lacayos , sin que vayan guarnecidos los ves-
tidos sino es con plata ú oro falso, sin ir vestidos de
seda.
CJue los quenofueren hidalgos, por mas ricos que sean;*
B 2 no
12
no puedan traer coche o litera sin licencia de S. M., que
pidiéndola , si hubiere justa causa , se le dará la licencia
para poder traerlo j y no siendo muy urgente , no se
le dará.
Que los Oidores , sino es los del Consejo Supremo,
todos anden con sus garnachas , sin que puedan ponerse
capa , aunque sean muy viejos , ó tengan enfermedades,
ú otra causa.
Que esto se execute desde la publicación en seis me-
ses , para que en ellos puedan gastar lo que tuvieren he-
cho , y corra cumplidos; y para su execucion se manda,
que á ninguna persona se le admita hablar á S. M. que
no guardare la Pragmática e'l y toda su familia , y que
no se admita petición por pleyto ninguno de persona
que no anduviere como se manda en la Pragmática , y
que á las Justicias que no celaren su prá&ica, íes sea ca-
pítulo de residencia , y pena de suspensión por dos años
al que permitiere su contravención 5 y que los texedores
y sastres no puedan hacer cosa ninguna contra la Prag-
mática pena de veinte ducados y prisión , y por la segun-
da vez doblado.
Y sin embargo del octavo capítulo de las paces en que
Se manda restituir las haciendas á todos los que durante
la guerra se habian incorporado en la Corona real, se ex-
pidió Decreto por el gobierno de Portugal , para que en
¡Virtud de poderes no se diese posesión á nadie , sino es
que fuese personalmente á pedirla. Esto se limitó por otro
Decreto , que ordenó se entendiese así con los títulos y
mercedes que habian estado incorporadas á la Corona, y
rio con los particulares bienes heredados de padres y
abuelos.
Sin embargo de esto , se hallan en Portugal con al-
gún embarazo en las presentaciones de los Obispados: por-
que todos dicen , epe el Pontífice no Jas quiere pasar, por
dfrí
13
decir que está facultad de presentar se le concedió á Fe-
lipe II.0 , y á sus herederos y descendientes , y que Por-
tugal no la tiene iras que para proponer sugetos á su
Santidad para hacer elección del que le pareciere 3 que es
lo que se hacia en tiempo del Rey Don Sebastian , de
quien quieren tener la succesion , según se ve por los
tratados.
Parece que con estas paces se aliviará algo de lo mu-
cho que padece esta Monarquia, y mayormente el rey-
no de Galicia , que tantos años ha llevado lá carga con
la continuación de la guerra , teniendo sobre sí notan
solo la vecindad del enemigo , sino también el sustento
de nuestro exercito, que parece imposible pudiese aquel
reyno sustentar tanta máquina , y mas con las insolen-
cias que se han practicado con el , pues con decir que á
un Capitán de caballos le valia su compañia dos mil du-
cados libres ; se puede reconocer el daño que recibirían
los pobres vasallos j no siendo este el mayor ; pues ha-
bía llegado ya la desvergüenza á tal estado , que ni el
mas deventurado merino , ni el Escribano mas desdicha-
do, no dexaba de tener inteligencia en el repartimiento de
los forrages , con que los echaban de sus casas 5 y quan-
do se entendió descansar de todo esto, para poder socor-
rer á Flandes,se ha sacado gran número de gente del
reyno , dexando los que eran soldados , y llevando los
pobres labradores casi por fuerza , y esto con mucha des-
estimación de los señores del reyno, pues no han sido
poderosos para poder aliviar á sus vasallos , ni defen-
derlos 5 pues habiendo soldados veteranos que conducir á
Flandes , los dexan en España , y llevan los que ne-
cesita tanto.
Determinóse , que con esta leva , y otras que se hi-
cieron con toda brevedad en el año pasado, el señor Don
Juan de Austria fuese á Flandes , por necesitar aquellas
Pro-
14
Provincias tanto de cabeza respetable , como de gente y
dineros > para cuyo efe&o se ordenó que con novecien-
tos mil escudos de plata , de la que se haba podido re-
coger de los Galeones , (porque aunque fue mu/ consi-
derable la que traxeron las últimas flotas , tuvo muy po-
co interés S. M. por estar consignadas á hombres de ne-
gocios, y ser lo mas de particulares) partiesen de Cádiz
ocho navios con el Almirante de la armada, y fuesen á
la Coruña , á donde se habia partido Domingo de Ra-
mos el señor Don Juan de Austria , y á donde se habia
de embarcar , ocasionando muy gran susto , por ir en
ellos la plata , y haber sido en el aguage la dilación mu-
cha , y mas sabiendo que el Francés con treinta y dos na-
vios andiba dando bordo á las costas de Galicia} pero
fue Dios servido , que casi á un mismo tiempo llegase el'
señor Don Juan á Santiago , y los navios á la ria de Vi-
go , adonde la armada Francesa , luego que llegaron , tu-
bo noticia, y intentó quemarlos ó apresarlos > pero se tu-
vo mucho cuidado por ser aquella ria tan abierta , y sin
abrigo para la armada, Don Fernando Carrillo que era
el Almirante de la Real , y que iba por cabo de ellos,
saltó en tierra , y desembarcó treinta y seis piezas , que
puso en un Fuerte que se hizo , á cuyo abrigo acomodó
sus navios , previniéndose con muchas embarcaciones
menores , guarnecidas de la mosquetería , coa qae no se
atrevió á entrar el enemigo , y se han podido dar carena
á los navios, y hacer provisión de mantenimientos,
porque de todo esto vinieron faltos , que es lo que
nos suele suceder en todas las ocasiones de impor-
tancia.
Reconociendo el señor Don Juan las fuerzas del
Francés con su armada , que estaba dando bordos por
las costas de Galicia , y la falta que en Flandes hacia la
gente , y que en salir su Alteza con los ochos navios, se
aver»
aventuraba todo ; con notable destreza fue emiando á
Flandes desde la Coruña diferentes fragatas, con gente,
pero separada cada una ; y aunque algunas fueron vistas
del enemigo, se escaparon de su poder y otras pasaron
sin embarazo.
Hallábase el Francés dueño de las plazas de que sin
resistencia se apoderó en Flandes j pero ni los mas intere-
sados se declaraban por desarmados , ni nosotros con tan-
to golpe despertábamos , hasta que Holanda , e' Inglater-
ra , sangrientos siempre en sus guerras , trataron de ha-
cer paces y liga para ayudarnos ; á cuyo exemplo llega-
ron Embajadores particulares de Treveris , Babiera , el
Palatino , y del Duque de Osnaburg , temerosos todos
del Francés , por confinantes con las dichas plazas, de
que se apoderó en Flandes, y todos trataron del ajuste
de las paces con nuestra Corona y la de Francia , toman-
do la voz de que el que rompiera la guerra se habia de
hallar con todos por enemigos , como desde luego por
tales se declaraban ; á lo que su Santidad ayudaba con
embajada á Francia , y proposiciones para la quietud de
la christiandad , exórtando se pusiesen las pretensiones
en juicio , y cesasen las de las armas. Dióse principio á es-
tos tratados , suspendiendo á mediado de Abril la guerra
por todo el mes de Mayo; en cuyo tiempo el Francés
pidió , que se habia de quedar con todas las plazas que
habia ganado 5 y que solo volveria la Borgoña ; proposi-
ción que entendió no se admitiera , para tener pretexto
de continuar con la guerra; pero es tanto lo que se desea-
ba la quietud en España, que se le dio orden al Marques
de Castel-Rodrigo , para que viniese en todo, y se ajus-
tasen luego las paces , como con efecto se hizo muy al
gusto del Francés, y con descrédito nuestro; pero no
tan firmes como se entendió , porque hasta ahora no se
han enviado Embajadores de una á otra parte , y ca-
da
16
da día se espera romper i porque el Francés quiere lle-
varse lo que resta de Flandes, si acaso se contenta con
esto solo.
Fuerza es dexar por ahora al señor Don Juan de
Austria en Galicia , hasta que los sucesos de esta rela-
ción ie vuelvan á buscar , y así referiré lo que en la Cor-
te nos sucedió en este tiempo.
En 4 de Marzo de 166$ dio vista en esta Corte un
cometa de extraordinario cuerpo , que duró el verse todo
el mes. Era muy largo , y según se aparecía , su figura
era como una espada j pero sin reconocerse qual era el
principio, ni el fin , porque no tenia estrella que hiciese
cabeza > y así pareció á los Astrólogos que por la parte
donde era mas gruesa , que era ázia el poniente , seria
la cabeza , y que lo que miraba ázia levante seria la co-
la , por ser en extremo mas delgado i y hacer movimien-
to ázia aquella parte , al modo de quando una lombriz
se alarga y se encoge. Hánse hecho grandes juicios sobre
este cometa por muchos Astrólogos , y todos convienen
en no buenos pronósticos $ y dicen , que de esta forma
solo se han visto dos en diferentes tiempos , y después de
ellos se han seguido las ruinas de Jerusalen. Concuerdan
los mayores Astrólogos en que los efe&os de este come-
ta empezarán á los ocho meses de su aparición , y que
durarán por espacio de un año. Quiera Dios sean fa-
vorables , y no los que se pueden esperar de lo que está
sucediendo.
Al siguiente dia de esta aparición, llegó á esta Corte
el Embajador del Gran Duque de Moscovia 5 y habien-
do de ir á besar la mano á sus Magestades á los 15 del
dicho mes , se difirió esta función por algunas dificulta-
des que ocurrieron en orden ai tratamiento de su perso-
na , y la de otro que le sucede en la embajada j y venci-
das algunas de el ¿ salló de su casa á las once de la ma-
ña-
17
ñaña para palacio con el acompañamiento de la casa real,
y solemnidades propias de tales besamanos. El concurso
fue grande , porque la novedad movió á la curiosidad á
no perderla , y los trages á la jocosidad para celebrarlos,
porque ni los traían de Griegos , ni de Turcos , aunque
de ambos se aprovechaban ; bien que la pedrería y perlas
con que los adornaron , era de estimación no corta. Iban
delante del acompañamiento cien soldados de la guarda
con eí presente que traían ; que se componía de martas y
armiños , y otros pellejudos de animales de aquel país,,
que en esta Corte tienen crecida estimación. Y aunque
corrió voz de que llegaba el regalo á sesenta mil duca-
dos , es cierto que no se avecindó á ios treinta mil. No-
tese, que si el Embajador de Francia ( con lo que intro-
dujo de géneros Franceses para la curiosidad loca de las
mugeres ) nos quitó el pellejo , este de Moscovia nos fes-
tejó con los de mas estima en su Imperio. Entró en pala-
cio , y sus Magestades le recibieron en el salón de los
espejos en pie, debaxo del dosel que llaman de Carlos V.°f
que en decir fue de tal Monarca , se escusa pintar lo qufe
atesora de perlas y diamantes. Las sillas eran las de su
correspondencia. Dio su embajada en Moscovita idioma;
su interprete le tradujo en el Latino , y el tradu&or de
lenguas en la nuestra. Fue la función algo dilatada , y no
pudiendo la delicadeza tierna de nuestro Rey tolerarla,
le precisaron á sentarse , dando á entender al Embajador
el motivo de aquella novedad , que estimó no poco poc
presumir satisfacción lo que conocía necesidad. Dexaron
el presente, y una carta, que contenia el asunto de su
venida, y hacie'ndose entrega de ella el Marques de Ay-
tona , como Mayordomo de la Reyna , la puso en ma-
nos de S. M. , que según lo que ha corrido, contenia los
capítulos siguientes :
l.° .,..Es de la amistad y alianzas con el Impe*
C rio,
i8
rio , y los dominios del Rey nuestro señor.
II.0 Pedir patrocinio para con el señor Empe-
rador en contemplación del casamiento de una de sus
hermanas con el hijo segundo del Gran Duque de
Moscovia.
III.0., Que sus Magestades Cesárea y Católica
favorezcan la pretensión de que el dicho hijo segundo
sea Rey de Polonia , así por perturbar esta preten-
sión á los Franceses , como por haber asentado en las
paces que hizo con Casimiro , el que le daria los
votos.
IV.0 Que siempre que el Turco rompa la
guerra con el Emperador , tomará á su cargo la de-
fensa para dexar desocupadas las armas del Im-
perio.
V.0,.... Que en qualquiera guerra ajustados es-
tos puntos , asistirá con quarenta mil hombres al Im-
perio.
VI.0 Que ha de instruir á su hijo en la reli-
gión católica , y que permitirá , que en todas las fronte-
ras de Polonia y sus dominios se permita. Y para que el
dicho reyno de Polonia no se junte al Estado de
Moscovia , ofrece hacer todos los juramentos , fian-
zas y seguridades , que para su mayor firmeza le sean
pedidas.
i Después de hecha ésta función , se les quitaron los
viveres , señalándoles para el gasto de cada dia trescien-
tos ducados ; con que estuvieron aquí por espacio de un
mes después de la embajada ; y habiéndoles dado res-
puesta á ella , se volvieron , y hasta ahora no se sabe
que' resolución es la que se tomó.
En este mes sucedió lo que muy continuamente su-
cede en la Corte , y es , que empezó á correr por ella la
voz de que se baxaba la moneda > y se divulgó por sus
con-
153
contornos de tal suerte , que después de haberse sub:do
los precios en todo , nos sitiaron los panaderos en la
forma que suelen. Túvose por cierto haber sido el origen
de esto los Duque de Pastrana y del Infantado, por ha-
ber escrito á sus Estados cobrasen todos los atrasos que
se debian por sus Mayordomos > y porque puso en la
carta , que sí algún riesgo hubiera , fuera por su cuenta
si no pagaban luego 5 tomaron de estas palabras sus Ma-
yordomos motivo para esparcir, y asegurar por cierto se
baxaba la moneda , y que el Duque se lo habia escrito.
,Y habiéndose descubierto esto, y dado cuenta ala Rey na
nuestra señora de ello , resolvió S. M. mandar que saliese
luego de la Corte el Duque de Pastrana , y esto con tal
brevedad , como la que contiene el papel que le envió
el Conde de Castrillo , y el que en respuesta á el puso el
Duque , que ambos son como se siguen,
EXCM0 SEÑOR.
Tengo un Decreto de la Reyna nuestra señora
de 9 del corriente , rubricado de su real mano , en que
se sirve decir , que por justas consideraciones ha tenido
por conveniente , que V. E. salga de la Corte á uno de
los lugares de su estado dentro de veinte y quatro horas,
y que no entre en Madrid hasta otra orden $ y así me
manda la haga entender á V. E. , y disponga se execute
con efecto , y el sacarle luego á V. E. veinte mil duca-
dos , para los efe&os en que S. M. los mandare emplear,
dando cuenta de haberse cumplido esta orden que parti-
cipo á V. E. para que cumpla lo que manda la Reyna
nuestra señora , por lo que á V. E. toca , y á mí solo
obedecer sus reales órdenes , cumpliendo con mis obliga-
ciones. Guarde Dios á V. E. muchos años , como deseo:
Madrid 10 de Marzo de i558.=:El Conde de Castrillo.
C 2 Res-\
20
RESPUESTA DEL DUQUE DE PASTRANA
al Presidente de Castilla*
EXC.MO SEÑOR.
Ongo en execucion , por parecerme largo plazo el efe
las veinte y quatro horas , en que me manda S. M. salir
de la Corre ,, el hacerlo luego , y para que en todo que-
de obedecida, quedan en poder de Don Marcelo Roma-
no los veinte mil ducados que me manda S. M. sacar 5 y¡
si me queda que hacer otra cosa, me lo advertirá V. E.
para que lo execute. Guarde Dios á V. E. como deseo.
De casa 10 de Marzo — Excelentísimo Señor = B.L. M.
de V. E.su mayor servidor = El Duque Duque Marques.
Esta obediencia del Duque, y haberse reconocido no
ser tanta la culpa que le imputaban , templó el negocio
de suerte , que se suspendió la exacción de los veinte mil
ducados , aunque no el destierro , con que se sosegó to~
do , y los panaderos continuaron en traer pan , y al Du-
que se le alzó el destierro , con que volvió luego á la1
Corte.
La novedad mas singular , digna de conservarse por
única en los Anales de la posteridad , es la que nació "de
una conferencia que el Conde de Castrillo , Presidente
de Castilla , Gobernador de aquestos reynos , tuvo con
la Reyna nuestra señora á los 22 de este mes de Marzo,
y fue retirarse á su casa , haciendo renunciación de la
Presidencia , sin que para retorno ó satisfacción de sus
continuados servicios pidiese cosa alguna , ni aún los
gages que tenia , porque todo lo alargó ; con que coro-
nó generoso las acciones que le han acreditado Grande,
conservándose en su retiro con veneración de los que le
alabaren el didamen y confusión de los que anelaban el
pues-
21
puesto ; pero salióles mal, porque fue á dar el golpe muy
lexos de donde se pensaba , eligiendo para este puesto á
Don Diego Riqueime Quirós, Obispo de Plasencia, muy
gran Teólogo, y de muy buena cabeza, aunque muy
fuerte en su dictamen. Entró en los nueve de Abril á
tomar la posesión , que le duró tan poco, pues murió á
1 3 de Mayo , dando en este corto tiempo muchas mues-
tras de su talento, y grandes deseos de los aciertos de su
cargo. Encomendóse luego este puesto al señor Don Die-
go Valladares Sarmiento , Obispo de Oviedo , que aun-
que no estaba consagrado, se apresuró la función de suer-
te f, que el Domingo de la Santísima Trinidad se consa-
gró , y aquel mismo dia besó la mano á S, M. , y el Lu-
nes siguiente tomo posesión de la Presidencia de Castilla,
y el Jueves , que fue dia del Corpus, fue en la Procesión?
á cuya novedad concurrió todo el pueblo , y recibió de
el repetidos aplausos. El Sábado siguiente amaneció un
espe&aculo en Madrid tan extraordinario , como el ver-
se en la noche del Viernes á las once de ella preso por un
Alcalde de Corte un hidalgo Aragonés, que se llamaba
Don Josef Malladas , y á la una de la misma noche le
dio garrote en la cárcel , en virtud de una orden de S. M.
escrita toda de su real mano , que le entregó el Presiden-
te de Castilla. Fue de suma admiración este caso 5 porque
fue público inmediatamente , y hasta hoy se oculta ei
delito que cometió , que es cierro correspondería á tan
horrible castigo , que ha dado mucho que discurrir á
los Teólogos , y que admirar á los Jurisconsultos , y
según los efe&os que de e'l han resultado , parece ha
sido la piedra del escándalo de lo que adelante se
verá.
Puerza es volver á buscar al señor Don Juan á Ga-
licia , donde le dexamos para embarcar ■> y habiendo es-
crito en el dia 25 de Junio, que el dia 26 se embarca-
baj
22
ba > á los 27 del mes "volvió á escribir , cscusándose de
hacerlo con decir que los médicos le aconsejaban no lo
hiciese , respedo del achaque que padecía de una desti-
lación al pecho , y que si pasaba á Flandes f en breve
tiempo se le acabaría la vida. Sintióse mucho esta ines-
perada resolución , y así se le aceptó luego la dexacion
del puesto de Flandes , y se le mandó entregase los pape*
les y despachos que llevaba al Condestable de Castilla,
para que pasase á Flandes en su lugar , y que su Alte-
za se volviese á Consuegra , y no entrase en la Corte en
veinte leguas en contorno > con que se halló obligado á
pedir licencia para pasar por muy cerca de Madrid , para
irse á Consuegra , por no arrodear , sino es quebrantan-
do el orden de las veinte leguas. Concediósele , y luego
que llegó , y hizo asiento en Consuegra , baxó Decre-
to de S. M. á los Consejos , dándoles cuenta de lo que
en esto habia pasado, para que tuviesen entendida la
justificación con que S. M. había obrado en este caso y y
porque es este Decreto muy al proposito de lo que se
dirá adelante , le pongo aquí:
DECRETO
Que la Rey na nuestra señora envío a todos los Consejos^
habiéndose el señor Don Juan de Austria esatsado
del viage de Flandes,
Espedo del peligroso estado á que se reduxeron las
cosas de los Países baxos , por la invasión que el año pa-
sado hicieron los Franreses en ellos , mande á Don Juan
de Austria , que como Gobernador y General propieta-
rio pasase á sostener la guerra con los enemigos hasta
conseguir la conservación de unas Provincias y en cuya
se-
23
seguridad interesa tanto la de toda esta Monarquía ; y
con este conocimiento se hicieron al mismo fin los últimos
y mayores esfuerzos para ajustar las asistencias necesa-
rias de gente y dinero , que se dispusieron con el trabajo
y gasto que es notorio , en que se consumió todo el cau-
dal que se pudo recoger ; pues desde el tiempo del señor
Emperador Carlos V.° no se ha hecho hasta hoy tal es-
fuerzo , ni juntadose cerca de nueve mil Españoles , co-
mo ahora se hizo; y habíe'ndose D.Juan encaminado á la
Coruña á embarcarse en los baxeles que habian de lle-
var su persona , y los socorros prevenidos , después de la
dilación de algunos meses que se detuvo en aquella Ciu-
dad , finalmente , quando , según lo que consecutivamen-
te habia ido avisando , se juzgaba que ya se habria he-
cho á la vela , y aguardaba por horas noticia de ello: se
ha escusado de executar su viage á Flandes , representan-
do , que el achaque de una destilación se lo impide; y no
teniendo yo esta por bastante causa para determinación
tan intempestiva , y no pensada, y de el mayor perjuicio
que podia recibir el real servicio , y la conveniencia pú-
blica en la coyuntura presente , le he ordenado , que sin
llegar en distancia de veinte leguas á esta Corte , pase
luego á Consuegra , y se detenga allí hasta otra orden
niia. Helo querido participar al Consejo, para que se halle
enterado de mi resolución , y de los motivos que ha habi-
do para ella. Madrid 3 de Agosto de 1668 años.
De mucho sentimiento fue para su Alteza este
Decreto , y mas quando se esparció por toda la Cor-
te , sobre que se hicieron diferentes juicios , y aun-
que muchos no , sentían bien de la resolución del se-
ñor Don Juan , no faltaba á quien no parecía bien
la de este Decreto, por entender que no habia sido el
motivo que exponía S. M. tan grande , para que fue-
se tan sangriento. Retiróse , pues , el señor Don Juan
de
'24
de Austria á Consuegra, y todo quedó en calma 5 pues
allí estaba como olvidado ya de todos 5 y mas quando
hubo en la Corte que hablar sobre la muerte del Mar-
ques de Camarasa , Virrey de Cerdeña , que viniendo
el día de nuestra señora del Carmen con su muger y sus
hijos de un Convento de la misma orden de rezar el Ju-
bileo , pasando por una calle desde unas rejas de una ca-
sa le tiraron dos carabinazos con tan buena puntería, que
le dexaron muerto al lado de su muger. Escandalizó mu-
cho esta nueva en la nuestra , y en aquella Corte , por-
que fue de sumo sentimiento , respecto de ser famoso ca-;
ballero , y bien quisto en ella ; pero templóse con haber-
se sabido , que el Marques ó los de su casa habían oca-
sionado otra muerte , que á la puerta de su palacio se
habia hecho poco habia de un Titulo de aquel reyno,
cabeza de un vando , y que el Marques favorecía ai de
la parte contraria ; y así la Marquesa y sus hijos aquella
misma noche se embarcaron para venir á España, porque
si no lo hubieran hecho , se tiene por verosímil que hu-
bieran peligrado todos. No se ha hallado forma para po-
der hacer castigo de los culpados , así por haberse ausen-
tado , como por ser muchos , y muy poderosos en aquel
reyno ; con que se ha quedado sin castigo este delito,
como otros muchos que han sucedido de esta calidad en
nuestros tiempos.
Deseando el pueblo de la Corte ver por las calles de
ellas á nuestro Rey Carlos II.0 ( que Dios guarde ) por-
que aunque le gozaron por la vista de los balcones de pa-
lacio , le querían de mas cerca , se resolvió hacer la pri-
mera salida á nuestra señora de Atocha , la qual se puso
en execucion el día de la Visitación de nuestra señora 2'
de Julio de 1068 ; para cuyo efecto se adornaron las ca-
lles por donde habia de pasar de tal calidad , que no es
posible ponderarlo, ni tampoco la multitud de gente que
con-
25
concurrió á verlo; pues con ser la distancia tanta, era
la concurrencia de la gente de tal calidad , que <oin lugar
para pasar sus Magestades no daba > añadie'ndose á
esto la grita de Viva nuestro Rey , que parecía cosa ex-
traordinaria > pues con ser mas de las diez de la noche
quando volvieron á palacio , parecia el mediodía con las
luminarias y festejos de alegría , con que á todos ios que
le habían visto , y veían se les imprimía en el corazón,
como á honrados y leales Españoles , juzgándose cada
uno de por sí por el mas fino y enamorado de su Rey.
Quedó tan aficionado al pueblo , como el pueblo lo está
á S. M-. , con que quería cada dia salk > y así después de
haber hecho la segunda salida á las Descalzas, fue á la
Encarnación , y luego visitó las Imágenes de devoción,
y en todos los Conventos fue muy festejado y regalado,
y siempre asistido del pueblo en todas las salidas en nu-
meroso concurso. Pero porque no falte azar en los gus-
tos , el dia 1 3 de Odtubre , estando para salir sus Mages-
tades en continuación de estas visitas , para ir á la Con-
cepción Francisca , adonde estaba dedicado pasar la tarde;
con las Religiosas , y ellas apercebidas para el festejo y
agasajo que le habían de hacer ; llegó un Capitán , cuyo
nombre es D. Pedro Pinilla , al quarto de S. M. diciendo,
que tenia necesidad de hablar á la Rey ría nuestra señora,
á que se le respondió por los que allí estaban, que era
imposible, respe&o de estar para salir sus Magestades,
que aguardase á que volviesen , y lo podría hacer con
facilidad. Aceptó esta proposición > pero pidió se le pu-
siese en una parte secreta , á donde.no fuese visto de na-
die hasta que volviese , insinuando que no estaba segu»
ro , y que convenia no ser descubierto. Estas razones
fueron causa de que el Marques de Aytona , Mayordo-
mo Mayor de S. M. , la diese cuenta de lo que pasaba
con dicho Capitán , y S. M. mandó entrase, y habie'ndo-
D se
26
se puesto á sus píes , la pidió Audiencia mas secreta \ y
retirándose á otra pieza , estuvieron en la conferencia
mas de media hora , y luego salió S. M. á hacer su visita
á la Concepción , dexando al Capitán Pinilla con Don
Blasco de Loyola , Secretario del Despacho universal , y,
habiéndole alojado aquella noche en la Covachuela, ama-
neció Domingo por la mañana 14 del dicho mes preso
en la cárcel de Corte D. Bernardo Patino, hermano delSe-.
cretario del señor Don Juan de Austria, y otros dos criai
dos suyos. Esta novedad , con la del día antecedente, in-
quietó toda la Corte de tal calidad , que andaban atur-
didos todos , y deseosos de saber el motivo 5 y aunque
desde luego se presumió el que podia ser , era con tanta
variedad lo que se decia , que confundían mas los juicioss
mayormente viendo con el recato que se sustanciaba es-
ta causa 5 pues la escribía por su mano Don Lorenzo Ma-
theu , Presidente de la Sala de los Alcaldes , sustancian-'
dola un tan gran Juez como Don Juan de Arce y Otalo-
ra , dignísimo Consejero del Real y Supremo de Castilla,
Duró esta confusión hasta que el Domingo siguiente, 2. i¡
del mes se dio orden para que el Marques de Salinas,
Capitán de la Guarda Española, con cincuenta refor-
mados , cabos todos de importancia , que estaban pre-
venidos desde el dia antes , fuese i Consuegra donde es-
taba el señor Don Juan , y que executase la instrucción
que se le daba. Salió de aquí Domingo en la noche, y ha-
biendo llegado á Consuegra el Martes á mediodía , halla-
ron la jaula sin el pajaro, y en ella los criados que no ha»^
bian acompañado á su Alteza , y una carta para la Rey-f
na nuestra señora} de la que luego que volvió el Mar-
ques de Salinas, salieron infinitas copias , y todas concor-¡
des , y contenia lo que se sigue ;
CAR-
27
CARTA QUE DEXÓ ESCRITA EN CONSUEGRA
el señor Pon Juan de Austria*
L
SEÑORA.
'A tiranía del Padre Everardo ; y la execrable mal-
dad que ha extendido , y ha forjado contra mí , habien-
do preso á un hermano de mi Secreeario , y hecho otras
diligencias con ánimo de perderme , y esparcir en mi des-
honra abominables voces ; me obliga á poner en seguri-
dad mi persona. Y aunque en esta acción parezca á prime-
ra vista culpado , no es sino de finísimo vasallo del Rey)
mi señor , por quien daré' siempre toda la sangre de mis
venas , como , siendo Dios servido , conocerá V. M. y el
mundo mas fundamentalmente desde la parte donde me
encamino j y en prueba de esto, declaro desde luego á
tV. M. y á quantos leyeren esta carta , que el único mo*.
tivo verdadero que tuve para no pasar á Flandes, fue
el apartar del lado de V. M. esta fiera tan indigna por
todas razones del lugar tan sagrado que ocupa ; habie'n-
dome inspirado Dios á ello con una fuerza mas que na-
tural desde el punto que oí la horrible tiranía de dar gar-
rote á aquel inocente hombre con tan nefandas circuns-
tancias ; hasta cuyo accidente es cierto estaba también
en deliberado ánimo de pasar á aquellos estados , no obs-
tante el conocimiento con que iba de lo que dexaba á las
espaldas. Esta acción medite' , dispuse , y pensaba execu-
tar sin escándalo, ni violencia , mientras no fuese necesa-
ria otra que la precisa para conseguir el intento de sepa-
rarle del lado de V. M. , y no su muerte* como su mala
conciencia le ha hecho temer 5 porque aunque según h
mía j y lo que toda razón pedia , debía quitarle la vida por
las causas comunes del bien de esta Corona , y particulares
D % mhs%
mios , y para ello he tenido no solo repetidas opiniones , sino
imtanúas de grandísimos Teólogos OcJ^ C^) > no he querido
aventurar la perdición de una alma , que tan probablemente
habia de ser arrebatada en mal estado , anteponiendo los
riesgos y trabajos de mi persona al deseo de hacer á Dios
este sacrificio, que espero de su infinita misericordia me
pagará con dar feliz logro á mi justa intención ■> que es y
será la misma hasta perder el último aliento de mi vida,
por hacer á mi Rey , y á mi patria este gran servicio. A
este fin , señora , y no por apreension de los peligros que
podia correr en Consuegra , voy á ponerme en parage y
postura , donde asegurado del traydor ánimo de este mal
Jesuita , cuyas máximas perniciosas y detestables son
las que siguen todos los de su ropa , puedan ser mas en-
tendidas de V. M. mis humildes representaciones , que
siempre serán encaminadas á la expulsión de esta peste,
sin mas interés mió (después de la reparación de mi hon-
ra ) que el de librar estos reynos de ella , y de las cala-
midades y trabajos que por su culpa padecen los pobres
y oprimidos vasallos. No he querido encaminarme á esa
Corte, aunque he podido hacerlo con sobrada seguridad:
porque en la ligereza con que los pueblos se mueven , y
aprenden las cosas , no sucediese algún escándalo de ir-r
reparable inconveniente al servicio de V. M. Suplico
á V. M. de rodillas , con lagrimas del corazón , que no oy ga
V. M. ni se dexe llevar de los perversos consejos de este
emponzoñado basilisco? pues si peligra la vida de mi Se-
cretario, ó de otra qualquiera persona que me toque ázia
mi , ó á mis amigos 5 ó si á los que en adelante se decía»
ráren por mios , que es lo mismo que por buenos Espa-
ñor
(*) Estas son las proposiciones , que advertimos en la Nota
puesta al principio de esta obra.
19
ñoles y fieles vasallos del Rey , se intentare con escritos,
órdenes ó acciones , hacer la menor violencia ó sinrazón;
protexto á Dios , al Rey mi señor , á V. M. , y al mun-
do entero , que no correrán por mi cuenta los daños que
pudieren resultar á la quietud pública de la satisfacción
que me será preciso tomar en semejantes casos , ponien-
do en execucion lo que sin algunos de estos motivos no
pensara jamas conmover. Y al contrario, si V. M. ( como
fio de la divina misericordia ) suspendiere su juicio y sus
deliberaciones hasta recibir segundas noticias mias , es
cierto que todo se dispondrá á entera satisfacción de
V. M. , y se hará con quietud y sosiego el mayor servi-
cio de Dios , del Rey nuestro señor , y bien de sus vasa-
llos j cuya mira es la única de todas mis resoluciones. Y en
la hora en que el mas fiel amigo viese en mí la mas leve
muestra que desdiga de esta obligación ., le exórto sea el
primero á quitarme la vida. Dios guarde y prospere la de
V. M. para bien de estos Reynos. Consuegra 2 1 de Oc-
tubre de 166$. — Su mas humilde criado y vasallo de
V. M. = Don Juan»
Esta carta , con lo sucedido antes de ella , fue la pie-
dra del escándalo para pensar cada uno conforme su in-
tención , y así se han dicho muchos dislates , que han
pasado á atrevimientos muy descompuestos 3 los que se
debieran haberse escusado 5 pues solo han servido de in-t
quietud , y querer se entienda en el mundo lo que sin
duda no habrá imaginado ningún cuerdo, valiéndose
también para ello de la retirada del señor Don Juan¿
por no saberse de cierto la parre donde se encaminaba fi-
xamente , aunque desde luego se dixo era al Reyno de
Aragón. En este tiempo se ocupaban los Ministros que
cuidaban de ella , en sustanciar con mas diligencia la
causa, y los del Consejo de Estado en reconocerla , y ver
lo que se debia prevenir. Y habiendo hecho diferentes
Con-
3°
Consultas áS.M. con juicio muy maduro y atento, se mari-
dó pasase á Justicia lo a&uado , y se reconociese allí lo
que pareciese convenia executar. Fue S. M. servida de
mandar remitir todos los papeles al Consejo , y habie'n-
dose visto en e'i , respondió á S. M. lo que contiene
esta Consulta , que porque por ella se reconoce todo el
caso , la pongo aquí,
Consulta del Consejo Real^
SEÑORA.
E
_^N el Consejo se ha visto un real Decreto de V. M.
de 25 de este del tenor siguiente : Habiéndome referido
á boca un Capitán las noticias individuales que tiene de
lo que por parte de Don Juan de Austria se intenta exe-
cutar en esta Corte , mande se prendiese luego á Don
Bernardo Patino , á quien daba por cómplice en ello , y¡
que examinado este sugeto , se pasase á hacer informa-
ción de todo como se executó. Al mismo tiempo llegaron
á mis manos unos papeles que vinieron de Flandes, y con-
tienen un oroscopo que se hizo allá del mismo D. Juan; y(
con vista de todo ; tuve por conveniente asegurar su per-
sona , y se dio para ello la orden necesaria al Marques
de Salinas, Capitán de la Guarda Española, en conformi-
dad de la instrucción que se le entregó ; en cuyo cumpli-
miento fue á Consuegra , donde no le halló , de que dio
aviso , y de lo demás que habia entendido de la forma
en que se habia ausentado Don Juan 5 el que me escribió
una carta , dando cuenta de los motivos que le obligaron
á esta resolución , y de la intención que tenia en ello. Y¡
siendo este accidente tan nuevo , inopinado , y de la gra-
vedad y consecuencias que se reconoce, y dexa conside-
rar,
3*
rar , he querido remitir todos los papeles de esta materia
( y una relación de lo que ha pasado con Don Juan , des-
de que se ajustó en que se le dexase venir aquí ) al Con-
sejo j encargándole , y ordenándole , como lo hago , que
con la atención que pide su gran importancia , se vea, y
examine muy maduramente la calidad de este delito, co-
metido por la intervención de Don Juan , y otras perso-
nas , y se me consulte con toda reserva de que' genero
es , y que' pena le corresponde , y está establecida por
derecho , y conforme á las leyes , para que enterada con
zelo y atención de lo que el Consejo me representare,
pueda con entero fundamento y acierto tomar yo en ne-
gocio tan arduo la determinación que mas convenga. Y
juntamente se han visto otros papeles que de orden de
ÍV. M. hizo el Presidente se reconociesen en e'l , unos ju-
diciales , y otros que no lo son. Y habie'ndolos recono-
cido con la atención y zelo que la gravedad de la mate-
ria pide 5 aunque la orden de V. M. referida se reduce
á que el Consejo califique la gravedad de las culpas de
que se trata , y la pena que por derecho les correspondes
antes de responder á esto , le ha parecido al Consejo
muy de su obligación representar á V. M. , que el acci-
dente de haberse retirado el señor Don Juan de Consue-
gra so color de asegurar su persona , y no poder asegurar
su paradero, ni intento, debe prevenirse con muchas con-
sideraciones de Estado , porque aunque el público no pe-
ligre , se debe por todos caminos cautelar , atendiendo
con diligencias continuas , públicas y secretas á los pasos
del señor Don Juan , y pidiendo aviso de ellos á todos
los Ministros de mayor y menor esfera , dando orden á
los puertos secos y mojados , y demás lugares que con-
venga , de lo que pareciere conveniente para atajar qual-
quiera novedad que pudiese ser perjudicial. Y esto espe-
ía el Consejo , que por la via donde toca , estará ya he-
cho,
32
cho y y á no estarlo ,. juzga el hacerlo por preciso : pues
la menor edad del Rey nuestro señor , la falta de medios
en su real Hacienda , el desváralo en que hoy se hallan
las armas , las pocas fuerzas y mayor desconsuelo de los
pueblos, la ligereza con que la plebe suele abrazar nove-
dades , y lo principal lo que los Franceses atenderán á fo-
mentar ,. y lograr quaiquiera disensión interna que nos
trasluciese ,. son discursos, que juntos, y cada uno de por
sí, obligan á hacer de ello grande estimación,, pues la escu-
sa de : Quien tal pensara, no lo es en materias tales r y la
obligación de los Consejos y Ministros de V. M. es , co-
mo dice una ley de Partida f * arredrar el daño i su,
Rey y señor*
Con este supuesto , todavía está el Consejo en gran*
de confianza , que este daño ó recelo está muy lexos t y
hasta ahora lo tiene por especulativo , y no práctico j y^
presume , que el paradero de el señor Don Juan será en-
tre Aragón á Cataluña r pues así lo persuaden algunas
noticias extrajudicialesr y por lo actuado se colige alguna
particular correspondencia con los que gobiernan aque-
llos Reynos. También espera , y con mayor confianza se
halla , de que el ánimo del señor Don Juan en el servicio
del Rey nuestro señor, y en guardarle aquella fe que de-
be á su real sangre , está puro y derecho en lo .esencial,
si bien el pretexto de poner en salvo su persona f y el es-
cusar que con su prisión anduviese por el mundo en duda
el crédito de su lealtad , le haya hecho salir de la raya,
y puntual observancia de lo que V* M. le tenia ordena-
do , y acerca de esto , no parece que desdicen hasta aho-
ra sus palabras , ni sus acciones.
Descendiendo de este tan sagrado punto abaxo, soa
muy de notar, y de gravísima censura : pues la retirada
del viage de Elandes , la intención que ha mostrado con
el Padre Confesor de V. M. , y la carta de Consuegra de
21
35
'« i 3e esté , es tan enorme e irreverente , que faltan ra-
zones para ponderaría , y se conoce que el sumo escozor
de su sentimiento le enagenó de sí , y ie hizo olvidar su
acostumbrada templanza , urbanidad y decoro. Estos
efe&os de su sentimiento , aunque son muy de afear , co-
mo se presume que los inspiró el dolor, el Consejo no lo
extraña , pues llegar á prender un suge&o de su grado,
podia tenerse por víspera de la total perdición de su non
ñor y crédito.
El que haya dado cre'dito el señor Don Juan á chis-v
mes , ó siniestros informes que le hayan hecho del Padre
Confesor , no acaba el Consejo de admirar , pues en va-
ron tan grande por letras , por virtud , y demás prendas
que le hacen dignísimo de la Romana Purpura , y que
V. M, le tiene caliñcado con los puestos mayores de la
Monarquía , y que ie merece tanto toda su confianza , y
que no solo no pasa la raya de su obligación y ministe-
rio , sino que dexa de proposito de poner mano en lo
que pudiera tomarla muy sin nota , es cosa bien rara que
el señor Don Juan tenga tan sin razón creído le es ad-
verso y opuesto : y que se muestre tan obstinado en este.
error , causa radical de los demás que se van reconocien-
do , y que se pueden recelar alargando , como queda di-
cho , la vista á lo posible. Pero , señora , si en un duelo
entre dos vasallos de menor grado, en quienes se atravie-
se solo su bien particular , cuida con paternal zeio V. M.
de su ajuste y composición > hoy entre dos sugetos dig-
nos cada uno de particular atención, y de cuya oposi-,
cion puede á lo público resultar tan perjudiciales conse-
cuencias , todo el cuidado de V. M. se emplearía bien en
servicio de Dios , y en conveniencia del Rey nuestro se-
ñor , y de sus reynos , en ser el Ángel de paz que sere-
ne esta tempestad , y reduzca á tranquilidad estos nubla-
dos y y ponga en acuerdo estas voluntades,
E Qual*
34
Qualquiera insinuación no tímida, sino severa, y que
junte lo grave con lo apacible , que haga' V. M. al se-
ñor Don Juan , ofreciéndole su clemencia , teniéndose
por segura en lo mas esencial de sus procedimientos, dán-
dole á entender , que su real ánimo solo fue desearle es*
torvar % que hiciese algún arrojo indebido acerca de lá
persona del Padre Confesor , que tampoco se lo merece»
le reducirá , y traerá á sus reales pies : y encargando
Y. M. esto mismo á sus Ministros mayores Eclesiásti-
cos y Seglares de Aragón y Cataluña , cooperando en
ello , con tal disposición y maña , que se consiga , y por
bien, llegare'mos al sosiego , que acaso de otro modo se-,
ria imposible.
Señora , con humildísimo rendimiento el Consejo su-
plica á V. M. cargue toda su real consideración en que
se halla en un punto ó lance muy crítico 5 y que tomar á
una mano ú otra , puede ser de perjuicio irreparable , y
en que solo la estimación y no el rigor puede hacer ai ca*
"jo. Hoy parece conservarse el señor D.Juan en ánimosin-
cero y leal en lo esencial de su real servicios pero expuesta
está ,, y en a£to muy próximo á precipitarse á sí , y otros
muchos, y á causar una tan gran turbación, que sea muy
difícil su remedio. No se le de' ocasión ninguna en que
deslice \ y no la tendrá r si V. M. le manifiesta , que ha-
llará abiertas las puertas de su real clemencia , y que se-
rá tratado con el real decoro competente á su persona»
pero si por el contratio hiciese V. M. demostración de te-
nerle por reo consumado , y quedase calificada su culpa
y pena r es dexarle sin esperanza de reconciliación , y sin
miedo para qualquiera precipicio. La mala constelación
de estos tiempos lleva entre otros males, la falta de secre-
to , con que al señor Don Juan no se le ocultará la pre-
gunta que V. M. ha hecho ai Consejo ,, sus largas sesio-
nes acerca de ella , y la resolución que V. M. se servirá
de
3Í
de tomar. Sí esta fuese darle por incurso en exceso de tan-
to peso y título , y quedar calificada su culpa y pena;
| que se puede esperar sino que su ánimo prorrumpa en
la última impaciencia , y á todo riesgo quiera salvar su
persona , crédito y estado , que le juzga tan presente , y
atendido en todo el mundo ? ¿ Que' dirá al ver que se usa
con e'i de un procedimiento, que como Misa Muzárabe
empieza por donde otros acaban? No hay delito tan enor-
me , y de juicio tan sumario y privilegiado , que no de-
ba constar precisamente de sus partes esenciales , y estas
son : La primera : Jurisdicción lisa y llana ; oir al reo , y
darle tiempo para sus defensas , y esto aunque este' au->
senté , pues suele llamarse por edictos , aunque en caso
que el cuerpo del delito , y el autor de el sean noto-
rios conocimientos de causa j y últimamente graduar el
crimen , declarar su pena , y executarla. Repare bien
V. M. si hoy se puede cumplir , ó dispensar con todo es-
to. La jurisdicción es seglar , el sugeto contra quien
había de proceder del Orden de san Juan , y por conse-
cuencia , y á lo menos su persona exenta de ella^ sea ó
no profeso.
Los Jueces que verosímilmente pueden serlo , ni es-
tán declarados desde su principio, ni el señor Don Juan
llamado , oido , ni defendido 5 sus excesos no comproba-
dos jurídicamente , ni con el necesario conocimiento de
causa. Y faltando todo esto , se echará un fallo que con-
tenga , tal es su delito , tal su pena, Ageno pareciera de ra-
zón, y la que nos faltara, si se cargase al señor Don Juan,
clamara á Dios y á las gentes ; y pues hoy agrava tanto
aquella muerte en abreviatura del Aragonés , sin seña
pública en la execucion , y secreta en la causa , que no
se duda seria grande y justa ; y esto lo hace el señor Don
Juan sin tocarle , pues de las resoluciones soberanas no
es Juez de apelaciones t y á solo Dios darán la cuenta;
£ 2 en
en su misma causa, é interés , ¿ que' no diria ? ¿ Cómo sC
juntaría su queja con la ordinaria compasión de los pay-
sanos del muerto ? Piense también V. M. en que si se
quisiera sacar con mano poderosa al señor Don Juan de
Aragón para conducirle á Castilla , donde si hubiera de-
linquido , no se podia entender en ello sin quebrantar el
fuerte fuero de aquella Corona , ¿ cómo seria esto fácil ?
,Trayga V. M. á la memoria el caso de Antonio Pérez
del tiempo del señor Rey Don Felipe II.0 , y que distur-
bios ocasionó aquel trágico suceso ; y haga V. M. cotejo
de el á la persona del señor Don Juan, y de aquellos tiem-
pos á estos , y sacará en limpio , que es atajo no aplicar
el yerro á cura , que con corrosivos lenitivos puede con-
seguirse , y que es grande el riesgo de quien busca, y se¿
mete en el peligro.
Esta materia ha resuelto V. M. se siga por via judn
cial. Debense , pues , guardar sus reglas ; y en otros ca-
sos son cosas diversas el cuerpo del delito , y probar el
Autor de el. En el presente van juntas ambas cosas. Sí
está probado el cuerpo del delito , lo está el Autor de el;
y si no, ni uno ni otro. De tres culpas se trata ; el haber
dsxado el señor Don Juan el vlage de Flandes ; el conato de
Apoderarse del Padre Confesor , y desviarle del lado de V. M.$
y últimamente de su carta de 21 de éste '•> cuya enormidad
queda ponderada , y de sola su lectura se comprehende.
El haber dexado el viage á Flandes, muchas consideracio-
nes y discursos admite? y los ya hechos ha reconocido, y
tiene muy presentes el Consejo 5 pero hace gran reparo
en que la escusa y despedida del señor Don Juan , por
qualquier via que fuese , y sin causa, la admitió V. M.,
y ei sagrado de está acción la limitó Y. M. á la demos-
tración que entonces resolvió con el señor Don Juan, y¡
participo á los Consejos , sin exagerar, ni dar mas esti-
mación á aquella falta de obediencia? desde cuyo tiem-
po
37
po ha pasado mucho en que se le podia haber hecho car-
go al señor Don Juan , y oírle con su defensa ; pero aún
habiendo faltado esto , al menos se reconoce , que las
perdidas de Flandes fueron antecedentes al estar dispues-
ta y pronta su embarcación ; fuera de las otras , que oí-
do quizás representará. Y en fin , señora , esta acción
parece estaba ya digerida y acabada , y que volver hoya
su examen , podría parecer al mundo afectación, y guar-
necer con ella la causa que toca al Padre Confesor. Esta
reconoce el Consejo ser gravísima , y que hallándose tan
colateral al lado de V. M. por ser su Confesor, por Con-
sejero de Estado , por de la Junta mayor de Gobierno,
por Presidente del santo y venerable Consejo de la Inqui-
sición , muralla y presidio da la Fe , se compone su ofen-
sa de circunstancias de la mayor ponderación , y que pu-
diera llegar á capital la pena de este delito , si fuese com-
probado; pero es mucho de advertir, que si loes este, en lo
judicial hay un solo testigo. Hay otra declaración de per*
sona de entera fe , y mayor de toda excepción ; pero ex-
trajudicial , no jurada, y de la mayor parte de oidas, y
la carta del señor Don Juan de 2 1 de este ; pero que
el señor Don Juan aún no ha reconocido ser suya , ni
que de su orden se pusiese en las reales manos de V. M.
Defe&os para concluyeme prueba, y favorables á un jui-
cio plenario, quanto mas en el que hoy no pasa de suma-
lio , y en que el reo no está oido , ni defendido.
De un oroscope y cartas de Flandes ninguna estima-
ción hace el Consejo , porque ni en poco , ni en mucho se
reconoce en ellas acción propia del señor D. Juan, ni aún
la primera noticia suya. Solo vana curiosidad y antojo
delirante de alguno desús allegados; de cuya culpa el se-
ñor Don Juan no es obligado. De manera , que las pro-
pias (si las hay) están en embrión informe , que para ha-
cer de ellas juicio , aún no tienen ser; y del que tuvieren,
pro-
3«
probando enteramente sus defensas el señor Don Juan,
sin otras circunstancias que se pudieran proponer, ie po-
drían variar , y hacer de otra especie y estimación , déla
qual procediese la que los Jueces habrían de hacer de la
calidad de la culpa , y de su competente pena > pues ¿ có-
mo se podrá hacer , faltando el sugeto? Primero es que
le haya , que ponerle nombre > sus términos debidos lle-
vará esta causa 5 V. M. nombrará Jueces; de ella : el se-
ñor Donjuán ha de ser llamado, oido y defendido j pro t
banzas en plenaria se podrán hacer de ambas partes, an-
tes que se dé por concluso , y á todo esto se seguirá ver
de qué clase y accidentes se forma esta culpa para que
sea correspondiente la sentencia ; y antes es. sin tiempo
quererla disponer en su gravedad, y pena.
Bien podrá hoy el Consejo decir á V.. M. por reglas
generales , que quien mate á prenda á alguno, de los Mi-
nistros de sus reynos ,. incurre en pena capital. Que de
esto hay otros atroces delitos , solo sí el canato es tan
posible como el hecho. Que los que le auxilian ó fomen-
tan , merecen igual pena > y últimamente r que los varios
accidentes que pueden concurrir en el agresor , en el
ofendido , y en otras circunstancias de que se vista el
caso i como quiera que sea gravísimo T obligaron al
Legislador á no señalar pena fixa y cierta r sino ar-
bitraria 5 como en los mas adequados términos dixo
la L. i. titulo 1 6. Partida 2. r cuyas palabras son las,
siguientes :
Conocer é guardar debe el Pueblo al Rey en sus Ofi-
ciales , por la honra del bien que él les face , é por los
oficios que tienen de él cotidianamente , en que le han
de servir , así como mostramos en el título que fabla,
quál debe ser el Rey á sus oficiales ; ca los unos le han
de guardar el anima , é los otros su cuerpo , é los otros
le han de ayudar de consejo, é de obra, como mantenga
su
3í>
su gente buena , e' derechamente; é pues que todas estas
cosas tornan á guarda , e' á pro del su pueblo derecho , e
otroji, que ellos sean por el guardados, e' por ende ningún
homedebe ser atrevido á deshonrallos de dicho, nin de fe-
cho 5 é el que lo ficiere erraría muy gravemente , por-
que el tuerto , ó la deshonra que les fuere fecha , no ata-
rie á ellos tan solamente , mas al Rey , en cuyo servicio
guardan , é están , e' merecen por ende muy grande pe-
na. É porque las personas de los Oficiales del Rey , nin
los que errasen contra ellos , no podrían ser siempre de
una natura, ni estarían en un estado, por ende no les po-
demos poner pena cierta ; rilas los que lo ficieren de pa-
labra , ó de fecho deben hacer pena , según el Rey con
su Corte fallare por razón , é por derecho , catando pri-
mero estas seis cosas. La primera, qué home es facedor del
yerro. La segunda, quál es el Oficial. La tercera, que yer-
ro, ó que' tuerto es el que fizo. La quarta, sobre qué, y en
quier manera fue fecho. La quinta, el lugar del oficio. La
sexta, el tiempo en que fue fecho.
Esta , señora , es la ley , en cuyas advertencias pu-
dieran hacerse largos discursos , y el Consejo dá con ella
respuesta á lo que V. M. pregunta ; y resumiendo todo
lo dicho , halla fácil calificar por mayor , y en su género
los delitos 5 pero intratable el calificar este de que se tra-
ta , hasta verle comprehendido por sus debidos términos,
y á su tiempo , que hoy no lo es. Antes fuera contra to-
da razón de derecho , de prudencia , y de Estado , si se
dieran por plenamente justificados los delitos referidos»
Todo lo qual pesará V. M. con su maduro y alto juicio;
de cuya resolución el Consejo espera la mas acertada,
y que nuestro Señor la guiará á su entera quietud
de V. M. , y á su mayor servicio. O&ubre 29 de
166%.
Sin embargo de ser esta consulta tan justificada , y
tan
4°
tan bien considerada como se dexa reconocer por sus ra-¿
zones , no se tomó resolución en cosa alguna j antes que-
dándose en este estado , y no sabiéndose el paradero del
señor Don Juan , dio Ucencia, á los atrevidos á que escri-
biesen con algún descoco contra el señor Don Juan, me-
tiendo la gravedad de este negocio á copiillas y sátiras;
sin reconocer los que las escribieron el inconveniente tan
perjudicial que se seguia , ponderando la carta , y el des-
embarazo de ella > sin hacer reparo de la ocasión en que
se había escrito > bien que no faltó algún político de en-
tendimiento , y sin pasión , que considerando lo mejor,
quiso que se entendiese lo que en ella se decia , y se ma-
nifestase á todos el buen zelo del señor Don Juan , y se
les quitase las cataratas á los infames que sobre ella
glosaban , y aún afirmaban lo que no es decible. Yi
porque la prudencia del autor es digna de alabar , y
que se vea > y reconozca su buena intención , me ha
parecido ponerla aquí con el título con que ella se^
manifestó al pueblo. ..:
POLÍTICA CENSyRA
Á la carta del Serenísimo señor Don Juan de Austria^
escrita por su Alteza á la Reyna nuestra semray
en ocasión de su retirada.
L
f A carta del señor Don Juan de Austria no puede
ser mas justificada , ni tener mas claras señas de fideli-
dad , zelo y bondad j pues solo pretende el bien univer-
sal de la Monarquía , y conservación del reyno , real
Hacienda , y Patrimonio , que con tanta evidencia se vá
disipando, quedando el erario y tesoro público (que es
el nervio y defensa de los estados ) exhaustos , ó por la
ava*
avaricia ele los que tienen la maño en el Gobierno , y ía
entran sin temor de Dios , y de los hombres en las arcas
reales , ó por la ignorancia y falta de capacidad con que
todos se tienen por dignos de Jos puestos , y executan su
di&amen ; no pudiéndole formar sin conocer causas , ni
prevenir efectos $ de que nacen tantos absurdos , como
cada dia se ven y experimentan , ó por la malicia y de-,
pravada voluntad con que se tuerce la Justicia , se que-
brantan los derechos , y todo se desoía. La distribución
de premios está ya en el arbitrio , y no en el mérito , 6
razón 5 el castigo no es divulgado , como debiera , sino
del inocente , ó á lo menos del que se tinde porque mas
no puede, sugeto á las temas, á las pasiones, á las enemis-
tades, y álos afe&os particulares} y se autorizan los Decre-
tos que suenan al oro de la real Hacienda, y puesto en el
fuego del examen, son ó plomo ó estaño, que inclina
este edificio hasta la profundidad del abismo 5 vive
la lisonja , y hace los pesos tan desiguales , que dá
por santa la ambición , canoniza la sed insaciable de ri-
queza j dice que es decoro la injusticia $ á la ignorancia
llama bondad, á la verdad desahogo ; y últimamente , en
esta gran perversión de costumbres , en este hacer agua
el bagel , en este irnos todos á pique , no quieren que
haya un Daniel que se ponga de parte de la verdad , y
desnude el acero por la razón i pero importa poco un no
quiero , que podrá ser temeridad, mas no valentia. No
se pueden medir las cortas fuerzas de la sinrazón con los
generosos alientos de la verdad ; siempre e'sta fue mal vis-
ta , y mas si viene desnuda 5 todos la echan de casa, y
tienen tan buena luz , que aborrecen lo hermoso , si no
viene con grandes aliños , y al uso de palacio; diligen-
cias todas mas para brujulear , que para ver : mas para
hacer equivoca la materia , que para dar claridad j pues
desciende de lo universal á singularizar y señalar su-
5 ge-,
\
4*
getos , de quienes las iras , los enojos , y el embravecerse,
no son contra la verdad , aunque quisieran negarla , sino
contra quien la dice, como si pudiera pecar el que dice, no
siendo pecado lo que dice ; y como si fueran dioses ( tal
es su presunción) se quieren entrar en fuero sagrado, re-
gistrar el corazón , y hacer juicio de que la intención es
mala , siendo todas las señales buenas ; y al contrario en
el sugeto notado por malo, aunque todas las acciones son
tales , dicen , y quieren que la intención y el corazón
sea bueno 5 como si por entenderlo así , se mudara ó aña-
diera algo á la criatura.
Dice el señor Don Juan , que conviene se aparte del
lado de la Rey na nuestra señora el Padre Confesor por
lo mal que influía , ó porque es el dueño de esta Monar-
quía. Y porque la tiene á pique de espirar dice , que lo
ha intentado sin su muerte , y que proseguirá en este in-
tento , y trátalo con vilipendio , y usa de palabras sig-
nificativas de lo mal que usa. Tres cosas hay aquú en esta
última es dudoso si se pudoescusar? y á mi ver, solo se pu-
do omitir, omitiendo todo el punto de que se trata, y de-
jando abandonada esta suma importancia, seria cooperar
á la perdición pública con los demás; porque si bien se pu-
diera templar el estilo, fuera faltar á la verdad, y esto fue-
ia faltar al fin, porque no hay duda en que las voces signi-
fican las cosas; y si en la metáfora de mayor decencia ,
es cierto que la obscuridad deslumhra , quienquiera
deshacer tinieblas , no ha de cerrar la linterna , y mas
quando está tan cerrado en todos el entender. Y si esto
Jio basta , confieso el exceso no por el sugeto , sí por la
grandeza de la persona á quien se dice ; y en tal caso so-
bra mirarle como accidente que no varía la sustancia, y se
debe entender , no como suyo, sino como hijo de su ze-
lo , amor y fidelidad ; en las quales cosas jamas hubo ex-
ceso que se apartase del medio , y así ninguno parece que
fue vicioso ó culpable. Di-
43:
Dice el señor Don Juan ío principal y primero , que
conviene la separación de este sugeto del lado de la Rey na
nuestra señora. Ninguno de buen juicio y despiertos ojos
puede negarlo , porque no es posible que sea buen lado
el que fuere vicioso. Que e'ste lo sea , son tantas las expe-
riencias que lo acreditan , que no puede la buena inten-i
cion esforzarse á negarlo. Con la ambición, que manifes-
tó desde los principios , no dexó escalón , ó dignidad á
que no aspirase , sentándose con efe&o en las dos sillas
Eclesiástica y Secular > Consejero de Estado , Inquisidor
General , y gobierno del reyno, dando por escusa, que
lo quiere así la Reyna nuestra señora ; voz tan frivola,
quanto cierto su apetito insaciable de dominar •■, porque
l justifica acaso con esto si es ó no es así ? Si es , y quie-
re dar á entender le hacen fuerza , y padece violencia en
los puestos que ocupa , sobre ser consumada hipocresía,
le pregunta la razón ¿á dónde está la virtud que no re-
siste? ¿ á dónde el propio conocimiento que no ve la inca-
pacidad y de'biles fuerzas , para poner tanto peso sobre
sus flacos hombros ? Y si no es así , ¿ cómo cada dia se
hace mas dueño , mas despótico , y mas absoluto , de
suerte, que solo le falta lo material del cetro? Luego cier-
to es , que siendo el impulso culpable, su ánimo está del
todo poseído de este abominable vicio. Pues si volvemos
á la avaricia los ojos , es cierto que no cabe en este papel
la suma que el mundo publica ha extraído del real Era-
rio. Lo que se ve' es , que el pueblo está en suma pobre-
za, sin armada , sin exercito la Monarquía , dos Provin-
cias perdidas en la minoridad de tres años ; y en uno solo
consumidos trece millones. ¿A dónde se trasladaron es-
tos talegos? Yo no lo se ; solo se que tiene aquí el cora-
razon este dignísimo sugeto , y queriendo , y pudien-
do , como puede y quiere, habrá hecho, y hará lo
que puede y quiere , sin que sea temerario el juicio,
F 2 que
44
que por no escandalizar sedexan las noticias generales y
singulares de esta tan sabida y conocida inclinación. La
injusticia bien se ve' clara en el garrote dado á aquel po-
bre hombre, y de conocida calidad, que se dice así T por-
que caso que hubiese causa , siempre fue sin cansa ,. pues
ni se le dio tiempo , ni se le oyó. Contra todo derecho di-
vino, natural y humano murió indefenso^ sin haber por
que j y esto con la mano de la justicia. ¡Inaudita maldad!
Didando, la sentencia un Sacerdote de tantas circunstan-
cias ; pera Jesuita , que todo cabe ert ellos.. No contento»
con esto,. ha querido violar el sagrado del honor del ma-
yor vasallo^con destierros y pública ignominia , decretos*
hermanos de su limpio y christiano corazón^ Y última-
mente, tiene tan poco afeito- al lugar que ocupa,, que
ykndo que queria el señor D. Juan remediar estos malesr
y quitarle de el, decretó su prisión ,,y aún según el mun^
do cree, ha maquinado contra su vida. Dexo aparte su¿
ignorancia,, sobervia,, y su propio di da raen con que vi-
ye tan casado-, que ninguna razón le obliga al divorcio,..
y todas Ib llevan al precipicio y ruina suya ,,y del mise-
rable rey no que domina..
Este es el lado- j este el que el señor Don Juan quiere
quitar , justo ,, fiel y leaL Véase si hay circunstancia al-
guna que pueda manchar esta intención y atención ,,limr
pia. de todo recelo* Solo> hay el que pueda pensar ó fin*
gir la mala conciencia de los que temen no se alargue &
mas el remedio , ó el que sin fundamento discurra una
larga política de remota presunción ,, teniendo por mas
eficaz y efediva , que la experiencia la vista de los daños
presentes. Todo- nace á mi ver de amarse, estos mas á. sír y
á sus intereses , que ala pública conveniencia.
Dice el señor Don Juan en consecuencia de este áni-
mo deliberado , y última resolución : Que proseguirá este
intento basta conseguir le % sin desistir basta el último aliento
te
45i
de su vida» Parece que este medio violento desdice del
respeto que se debe á la Reyna nuestra señora y y que
es querer hacer fuerza á su voluntad j mas este es un
aparente engaño , porque aquí mas se solicita persuadir,
y reducir á senda , seguridad y decoro r que hacer fuer-
za 5 y si alguna hay T es de la razón j á la qual nadie por
soberano que sea ,. se debe negar, y á quien se debe an-
tes obedecer que á todo ei mundo y y á la verdad , no
será valentia ei no rendirse á ella > porque ¿si es desespe-
rado el achaque r cómo puede dexar de ser violento el
remedio? No es desatención negarle el agua al hidrópi-
co , aunque sea Rey , ni despertar al que padece el letar-
go, aunque sea Emperador; y siendo io uno y lo otro tan
violento , lo hace la mano del vasallo ,. sin que ha-
ya hombre que no llame lealtad á este que parece dis~
gusto.
Añade- el señor D. Juan: Q&epudo venir a la Corte (fon
segundad , y solo receló el alborota de los pueblos. Dic£ , que
no pel'gre la v'da del criado preso , ni se haga< molestia á sus^
amigos , ni d los demás que hoy se h llegaren , porque le ser»
fuerz.atomar pública- satisfacción-, y concluye ,. asegurando
la lisura de su ámmo y ret'iitud de intención rexbrtando al
q,ue viere oír a cosa r aunque sea su mayor amigo ,- á que h
quite la vid'av
En quanto á la seguridad ,- creo que no fue imagina'-
cion , sino verdad. Así lo atestigua la voz pública* Yo
me persuado á ello no con facilidad , sino es con grandes
fundamentos que cada dia se encuentran aún en los de
menos noticias ; y he observado que es muy cierta esta'
expresión. Y siendo asi, bien en las manos estaba el albo>
roto, y la sedición temida y recelada de S. A. con que'
no parece haber sido vana confianza r sino bien fun-
dada advertencia. Ni fue sobervia r sino conocimiento-
del universal cariño que le tiene el gueblo v y uni-
ver-
4 6
versal odio al Padre Everardo ; y por este respeto, uni-
versal aversión al Gobierno } cosa tan clara , que aún
sin ojos se dexa ver , y el mas sordo percibe los ecos
de esta veráad.
La defensa de sus amigos , del criado preso , y de los que
a S. A, en esta ocasión se le llegaren , parece voz de discor-
dia , desunión y batalla > y bien mirado y pensado , no
es sino hija de su sangre , zelo y atención al bien públi-»
co } porque si se sacan las manos contra los que las po-
nen en la curación de este achaque , que tiene moribun^
do al reyno > justa cosa será desatar , y librar estas ma-
nos de la violenta opresión 5 y tan justo, y mas claro se-
ria decirlo sin mal olor de discordia y parcialidad , por-
que si es servicio de Dios y del Rey arrojar del dominio
al que influye el daño del Rey , y de los vasallos , como
de verdad lo es : también será servicio de Dios , y del
Rey defender á los que defienden la honra de Dios , y
la Corona del Rey , la salud y libertad de los vasallos.
I Que importa al decoro de la Reyna nuestra señora que
esto se diga , si es de la mayor importancia para su ser-
vicio , y bien de sus vasallos? Los remedios siempre son
penosos? mas la esperanza de convalecer los aligera. Y,
creo , que si el señor Don Juan pudiera quitar el dolor,
le quitara , y excusara la pesadumbre , que de su aten-
ción se debe juzgar así ; mas la mano que pone fuego á la
herida , quiere curarla , y no perderla > y como el señor
Don Juan es cierto tiene conocido , como todos lo cono-
cemos , que está el reyno en lo último , juzgó necesario
aplicar este cauterio como último remedio.
Pone fin con la fidelidad que empezó , y manifiesta su
ánimo. Ysobre tan grandes experienciasde tantos años, no
hay razón parano creerle. Discurra cada uno lo quequisie-
re,que los motivos todos están en contrario. Dueño ha sido
de los exercitos , de las voluntades y aclamaciones públi-
cas.
47,
cas , y siempre ha sido dueño de sí mismo. Solo quiero
advertir , que en este punto he dicho mi sentir con la
veneración debida á las personas que toca , sin odio,
amor , ni pasión, alguna , sino examinando la verdad , y
con gran dolor de la patria , por las calamidades que se
pueden esperar. Yo quedo como fiel vasallo, temiendo,
y aún llorando pueda mas la tema que la razón. Dios nos
alumbre. Amen.
Cada cosa de estas ha sido de mas incentivo á la ma-
teria , y ha obligado á dividir la Corte en vandos , de
tal suelte , que hasta los mas principales de ella lo están.
Y se dice , que en el mismo quarto de S. M. entre las da-
mas hay sus diferiencias , llamándose las unas Austríacas^
y las otzas Everardas. Pero como en estos casos, el adquirk
séquito, es importante, parecie'ndole al Padre Everardo,y
á todos sus hermanos los Jesuitas , que seria bueno ma-
nifestar al mundo su inocencia , y su ignorancia en los
cargos que le hace el señor Don Juan , sin saber los que
son i hizo este papel , publicando en el los que pare»
cen podrán ser.
Copia de una Consulta que hizo el señor Inquisidor general*
Confesor de la Reyna nuestra señora y respondiendo i una>
carta que escribió á S. M* el señor Don Juan de
Austria desde Consuegra. , en 2 1 de Oóiubre
de este ano > satisfaciendo á los cargos que
le hace en ella*.
SEÑORA.
jy>N 2 1 de este mes escribió á V. M. ei señor D. Juan
de Austria desde Consuegra una carta , cuya copia vi-
na
no á mucíios de esta Corte , y una de ellas liego tam-
bién á mis manos. Lo que contiene, se reduce á cinco;
ó seis puntos principales. El primero consiste en palabras
muy ignominiosas ? y muy injuriosas á mi persona. El
segundo , en que da noticia de su fuga , para ponerse,
en salvo. El tercero , es la confesión que hace de su de-
terminación á desviarme de los reales pies de V. M. Eí
quarto , contiene amenazas á V. M. si se hace demons-l
cracion contra el hermano de su Secretario , ó ázia sus
amigos , que koy lo son, ó se declaren por suyos. El
quinto ,, contiene una protesta que hace á V. M. y al
mundo entero , que no correrán por su cuenta los da-
ños que pudieren resultar. El sexto , en que alega di ver-*
sos cargos contra mió y los toma por motivos de ia reso-i
lucion , que ha tomado en orden á desviarnos de los rea-
des pies ¿e V- M-,
Y aunque por las obligaciones que debo á Dios, ya
mis. puestos,, en que sin méritos míos., me ha puesto
nuestro Señor , la Sede Apostólica , y V. M. estuve de-
terminado á ningún genero de respuesta , ofreciéndolo á
nuestro Señor , y suplicándole se sirviese de perdonar
con su infinita piedad qualquier ofensa, que de esta carta
hubiere resultado al servicio de Dios, de V. M. y bien
común i pero habie'ndolo considerado , y encomendán-j
dolo mucho á Dios , me ha parecido ser de su servicio,
y del de V. M. y de su corazón , representarla con todo
rendimiento , brevedad, verdad, y claridad, lo que hay,
y me parece á cerca de lo que contienen estos seis pun-
tos , siguiendo el consejo de san Pablo , que dice á sus
discípulos: Providentes bona non solum coram Deo , sed
eiiam coram hominibus , que quiere decir ; que tenemos obli-
gación de parecer , no solo bkn á Dios , pero también á los
hombres.
En
En qúanto al primero , tocante á las palabras tan
ofensivas , é injuriosas á nú persona , y crédito , sembra-
das por toda la carta del señor Don Juan , no me parece
propio de mi vocación , y profesión volverlas á repetir á
V. M. , cuya real persona , en sentir de todos , está pa-
deciendo hoy la enfermedad que lloramos , originada de
haberlas oído, con las demás que contiene la carta, Mucho
menos dar respuesta aellas, siguiendo la doctrina del Após-
tol : donde dice : Maledicimur, & benedicimus , blasfemoMury
& obsecramus. Y el exemplo de Quisto señor nuestro,
de quien dice san Pablo : Cum maUdheretur non contradi"
cebam. Y el Profeta : Tanquam ovis duftus ad occisionem non
aperuit os suum. Dexandolo todo en las manos , y sabi-<
duria de Dios , que escudriña el corazón, i intentos in-
teriores de los hombres ; no deseando , ni pidiendo ven-
ganza, sino perdón y misericordia al que las pronunció,
imitando al santo Rey David , que fugitivo de la per-
secución de su hijo Absalon , injuriado fea y gravemen-<
te de palabras de Semey, y queriendo sus soldados ven-<
garle , prohibióselo , y dixo : Sinite illum , ut makdicat
mlhly si forte Deust pro bac malediclione mibi retribuat bene-
difíionem, que quiere decir : No le hagáis mal , y dexadlc
decir lo que quisiere contra mi ; porque acaso Dios me quie-
re echar su bendición por estas maldiciones de Semey j por lo
qual paso á lo que se sigue.
El segundo punto se reduce á confesar el señor Don
¡Juan, y dar cuenta de su retirada, y justificándola por los
motivos que refiere , y los tocare' abaxo. En este pun-
to , tampoco quiero representar á V. M. lo que pudie-
ra , remitiéndolo al sapientísimo juicio de V. M. y,
de sus Consejeros y Ministros , que ( miradas todas
las circunstancias ) preguntados , dirán á V. M. lo
que irguye , ó no esta acción en las circunstancias pre-
sentes.
Q Ecj
50
En quanto al tercer puntó , en que el señor 'Don
Juan confiesa que la acción dispuesta por e'l , y encami-
nada su execucion por Don Bernardo Patino , hermano
¡de su Secretario ( temiendo que este la habia declarado
en la prisión ) de desviarme de los reales pies de V. M,
la meditó , dispuso , y pensó executar sin escándalo , ni mas
violencia {mientras no fuese necesaria otra) que la precisa pa-
ra conseguir el intenta , aunque podía , y debía, quitarme la
vida por las causas comunes del bien de esta corona , y partí"
culares suyas que va refiriendo ; tampoco de estas palabras,
ni de esta acción , quiero hacer ponderación alguna á
V. M. remitiéndolo todo al juicio de V. M. , y de sus
reales Ministros ., y sobre todo á la infinita soberana cle-
mencia de Dios, á quien suplico entrañablemente , se
sirva de perdonarle esta acción , juzgando como juzgo,
que lo habrá emprendido el señor Don Juan por falta de
luz de la verdad de las cosas , y influido también por
yentura de engañados.
El quarto toca en las amenazas con que previene á
V. M. para que no pase ¡a demonst ración alguna , ni en
hecho , ni en órdenes , ni en escrito contra el hermano de su
Secretario , ú otra qualquier persona que le toque , ó ¿t sí 9 ó
a sus amigos yod los que en adelante se declararen por suyos»
Este punto tiene tanto que notar, que no es para este bre-
ve papel , ni es mi intento de entrar en el > y esta cau-
sa la remito á Dios, á V. M. y á sus Reales Consejos , y
Ministros , á quien toca el examen de esta proposición.
El quinto punto contiene la protexta , que el señor
Don Juan hace á Dios, al Rey', á V. M. y á todo el
mundo entero : de que en caso de ¡hacer V., M. alguna de-
monstraron de las referidas en el punto antecedente , que
no correrán por su cuenta los daños que "pudieren resultar a
la quietud pública , de la satisfacción que le será preaso to-
mar en semejantes casos. También esta protexta 9 Señora,, y
su
5i
su contení Jo, pertenece á la gran providencia de V. M.
de sus reales Consejos y Ministros. Lo que á mí me toca,
es suplicar á Dios nuestro señor les de la luz , y acierto
conveniente para negocio de esta calidad.
El sexto , y último punto del señor Don Juan , toca
en los cargos que me hace, y dice han sido motivos para
tomar contra mí la resolución , que confiesa y refiere, Á
estos, Señora , me hallo precisamente obligado , y nece-
sitado á responder , con la brevedad posible , para que
papel tan esparcido , no haga alguna impresión dañosa»
no solo á mi persona , y crédito (que es lo de menos) sino
al servicio de Dios, al del Rey nuestro señor, y á V. M*
del bien público de esta Corona,
El primer cargo que el señor Don Juan me hace, lo;
propone con estas palabras : La tiranía del Padre Everar->
do y y la execrable maldad , que he entendida ha forjada
contra mi , habiendo preso a un hermano de mi Secreta*
rio t &c. A que digo á V. M. la^primero; que este carga
es ageno de todo lo que paso en realidad del hecho , y
se prueba lo contrario evidentemente con la misma ver-
dad del hecho ; porque Sábado 1 3 de este mes por la tar-
de á las quatro me hallé en el Consejo de Estado hasta
las siete , sin saber alguno de nosotros la menor cosa de
lo que en este tiempo pasó á cerca de la Audiencia que
pidió un soldado , y la tuvo con V, M, 5 de que son tes-
tigos todo el Consejo , de donde me vine á casa , hallan-
do en ella diferentes personas , que me querían hablar,
y entre otras , al Conde de Medellin j que después de ha-
berme propuesto un negocio suyo , me refirió loque
habia pasado con dicho soldado, en orden á obtener la
Audiencia con V. M. > sin discurrir, ó decirme nada de
lo que podia habsr ocasionado la Audiencia j y aunque
lo estrañe , y juzgué , que sería cosa tocante al servicia
de V. M. no me pasó por el pensamiento nada que pu-
G 2 die-»
52
diese tocar al señor Don Juan, ó al hermano ele su Se*
cretario, y así pase á oír á los demás , que me quisieron
hablar , y después de esto al rezo de mis horas, y may-
tines del dia siguiente. Y últimamente al despacho de las
cosas tocantes á mi oficio, como suelo y debo hacerlo
todas las noches , en que estuve hasta las diez. En todo
este tiempo se detuvo Don Blasco de Loyola en Palacio
( fuera de lo acostumbrado ) ocupado ( á lo que des-^
pues me refirió) en dar órdenes concernientes á esta ma-
teria , y á la prisión de Don Bernardo Patino , her-
mano del Secretario del señor Don Juan 5 y á la vuelta
á su casa , se paso por la mia , diciendome por mayor lo
que habia pasado, y pasaba en esta materia. Y esta es.
la verdad del hecho 5 de todo lo qual se convence evi-
deatemente que yo no prendí , ni tuve arte ni parte, t\í
noticia de la prisión del dicho Don Bernardo. De esta;
verdad tan clara, y manifiesta, pongo con humilde re-i
Verenda á V. M. por testigo, y á D Blasco de Loyola,¡
y á todos los que intervinieron en esta prisión , y dispo-,
-sicion. Con que queda desvanecido totalmente el cargo
<que el señor Don Juan me hace ¿ y por consiguiente, no
subsiste el motivo , que el señor Don Juan alega 3
favor de su resolución tomada contra mí por est$
culpa.
Lo segundo: este cargo no puede subsistir , porque
ni es de mi obligación , ni de mi jurisdicción y potestad
(como de Ministro de V. M.)el prender ni mandar pren-
der personas por delitos , que no sean de la jurisdicción
de Inquisidor General 3 y así ¡ diciendo el señor Don
Juan , que yo habia preso al hermano de su Secretario,
dice una cosa que no puede caber eñ mí , ni serme im-
putada 5 pues es manifiesto j que aunque yo hubiera pa-
sado los límites de mi obligación y poder > mandando tal
prisión j nadie me obedeciera ? ni podía obedecer > sin
es-
53
'especial comisión de V. M. que ni la he tenido , ni la
tengo.
Lo tercero: porque dado que yo hubiese tenido no-
ticia de la relación de aquel soldado , y en virtud de ella,
concurrido en alguna manera á dicha prisión de Don
Bernardo Patino , hermano del Secretario del señor Don
Juan , no podia yo por esto ser justamente culpado;
pues hubiera en tal caso cumplido con las obligaciones
de buen vasallo , criado , y Ministro , y cooperado á
una justificada resolución de V. M. como se debe supo-
ner ; pues caía sobre una prisión de un hombre, que era
cómplice mandatario, y executor de la acción (en juicio
común contra todo derecho) que el mismo señor Don
Juan confiesa en su carta , diciendo , lo tenia meditado^
dispuesto y y pensado executar contra mi persona , queriendo
apartarme de los reales pies de V. M. con sacarme vio-
lentamente de Madrid y de España , ó si esto no basta-
ba , con quitarme la vida ; fuera de que á cada uno
es licita , y conforme al derecho natural la defensa le-
gítima de su persona. Y así , no alcanzo como el señor
Don Juan (aún en este caso , dado y no concedido) pu-
do llamar tal acción mia : tirania , y execrable maldad , y
menos forjada contra e'l.
Lo quarto , y pasando mas adelante , digo , señora:
Que aún dado caso que yo , no solamente hubiese con-
currido á dicha prisión de Don Bernardo , y que esta
(lo que Dios no permita) hubiera sido menos justificada,
todavía no podia , ni debía el señor Don Juan tomar
contra mí aquella fuerte resolución que confiesa ; pues
para ella no tenia , ni tiene autoridad , ni jurisdicción,
como se dirá mas abaxo > y si el Señor Don Juan ha te-
nido tan grande sentimiento , y por el tomado Una re-
solución tan pesada contra mí, sin tener sólida, y ver-
edera noticia de lo sucedido en este caso , y solo por
al-
alguna relación engañada: \ con quinta mas razón po~
dría yo tener queja , y sentimiento del señor Don Juan,
por haber tomado dicha resolución de tanta gravedad,
constándome claramente de la verdad de ella, por su mis*
ma confesión l Pero esto también lo pongo á los pies de
Christo crucificado ,, pidie'ndole .*. Ne statuat Mis hoc pec~{
catum*
Eí segundo cargo es : Que yo he hecho otras diligencias
con dañado ánimo de perderle* A que respondo , lo primea
ro : Que ó el señor Don Juan habla de diligencias hechas
por mí en orden á la prisión del hermano de su Secreta-
rio , ó de otras ordenadas á fin de perderle á e'l. Si ha-
bla de aquellas , ya consta de lo referido arriba ,. que en,
orden á esta prisión , y perder por ella al señor D. Juan^
no he hecho, ni obrado alguna diligencia j y así cesa el
cargo. Y si el señor Don Juan me hace cargo , y habla,
en su carta de otras diligencias hechas por mí ,, á fin de:
perderle , debía , según razón y derecho,, no solamente0
especificarlas, pero también claramente probarlas , para,
hacerme , y publicar un cargo de tanto peso ,, y motivo
de resolución semejante. Y no haciendo el señor Don
Juan ni lo uno , ni lo otro , debo yo no ser condenado
de e'l, ni de nadie por este cargo, hasta que se me haya;
legítimamente probado. Y si acaso el señor Don Juan
en estas palabras alude , y habla de otras diligen-*
cias , que de orden de V. M. se han hecho con e'l,
para abiarle á Flandes , y á la defensa de aquellos
países , como se tiene por constante , y lo comprue-
ba un papel escrito en la Coruña, y remitido á esta.
Corte , que vá de mano en mano , y se divide en seis
puntos , en que se dan graves y repetidas quejas contra
el gobierno de V. M. , y de sus Ministros , acusándolos
de apasionados y malévolos , y que buscaron pretextos,
y ocasión para echarle de Madrid, y arrojarle de España*
Y
55
y perderle aún á costa de la perdida de los Países baxoss
respondo lo primero : Que este cargo ya no es contra mí
solo , sino contra todos los demás Ministros , y aún con-
tra la real persona de V* M. , pues todos han hecho di-
versas diligencias cada uno por su parte , para que el se^
ñor Don Juan pasase á Flandes á defender y conservar
aquellos paises. Y así , si el señor Don Juan me hace este
cargo por haber concurrido yo á estas diligencias , y de
aquí ha tomado motivo para desviarme de los reales pies
de V. M. por medios tan violentos , también podia ha-
cérsele á los demás Ministros „ que concurrieron 4 las
mismas diligencias , y aún á V. M. que se conformó con
su parecer , y mandó pasar al señor Don Juan á Ilandes,
pues fue estala mayor y mas eficaz diligencia entre todas
las demás, Y no pudiendo , ni debiendo el señox Don
Juan alargarse á esto , ¿ cómo á mí solo me imputa este
cargo ? J-o segundo , si pudiera constar al señor Don
Juan , que yo por ventura en ciertas ocasiones no hu-
biese hecho estas diligencias para aviarle i flandes , en
tal caso., ya no tenia fundamento de hacerme este cargo,
y mucho menos de tomar tina tan fuerte resolución con-
tra mí j y lo que ha pasado £n esto, Jo sabe Dios , y
V. M. y otros Ministros suyos ; yo ni lo afirmo , ni lo
niego por amor del secreto. X,o tercero, el mismo señor
Don Juan , después de haberse escusado de ir á Flandes
Ja primera vez ; y V. M. admitido su escusa, hizo de
propio motu diversas diligencias,, y á -esa causa parece
no debia hacerme este cargo , ni haber tomado aquella
tan sensible resolución contra mí , supuesto que igual-
mente hemos concurrido á estas diligencias en orden i su
pasage á í landes. Últimamente , la ida del ¡señor Don
Juan á JFiandes^ se ha juzgado en común opinión de ca-
si todos ser no solamente convenicntísima 5 pero tam-
hien necesaria para la defensa , y conservación de aque-
llos
0
líos estados , y por esta razón se han hecho tantas, y tan
exá&as diligencias en orden á las instancias necesarias
para su Ida á Flandes > y así confieso , que no alcanzo,
como las diligencias hechas , y ordenadas á un fin tan
concerniente, y necesario para la defensa de aquellos paí-
ses , y bien de la Monarquía , pueda ser materia para
hacer cargo á nadie , por haber hecho algunas diligen-
cias á este mismo fin , y mucho menos para executar
una resolución tan dura y desusada? A que se añade,
que quando yo por mi desgracia , por haber hecho al-
gunas diligencias semejantes , hubiera delinquido , no
tocaba al señor Don Juan el disponer , y resolver ua
castigo tan rigoroso , como el que confiesa en su carta
haber meditado, y dispuesto contra mí i pues le falta la
autoridad suprema , necesaria para tal execucion. FinaU
mente , suponiendo que yo he hecho algunas dili-
gencias para promover el pasage del señor Don Juan
á Flandes , no se sigue , ni se puede inferir , que las hu-
biese hecho con ánimo dañado de perder al señor Don
Juan , pues podia haberlas hecho con el zelo , i inten-
ción que semejantes acciones piden delante de Dios , y no
con ánimo dañado de perder al señor Don Juan , ni al
menor de la República , como fio en la misericordia de
Dios me le hubiera dado, y no me hubiera dexado de su.
divina mano, para faltar á tantas obligaciones , como
me corren $ con que este cargo no subsiste , ni ayuda a
la justificación de la resolución tomada. Y si por dili-
gencias que se me imputan, como hechas con ánimo daña;
do de perder al señor D. Juan , y no se prueban , ni po-
dia probar el señor Don Juan , tomó la resolución de
desviar , y perderme, ¿quánto mas podia yo hacer cargo
al señor Don Juan , de haber manifiestamente intentado
contra mí todo lo que confiesa en su carta , y es ver-
dad constante ? Pero de esta defensa (aunque tan justa}
taav]
también me abstengo , remitie'ndola á Dios , y al jus-
to juicio de los que saben dar peso á la razón y
yerdad.
El tercero cargo es , que he esparcido en deshonor
idel señor Don Juan abominables voces; A que se respon-
de lo primero , que si este cargo mira á lo sucedido en
la prisión, ya está respondido á e'l por todo lo dicho arrii
ba > y si mira á otros tiempos , seria del cargo del señor
Donjuán el proponerlo á V. M. y probarlo antes de
haber pasado á una resolución de este ge'nero , para la
qual era necesaria mas justificación , y autoridad su-
prema , que no tiene, como se ponderará mas abaxo.
El quarto cargo que me hace el señor Don Juan en
su carta , en que me imputa el garrote , que se dio en
la cárcel de Corte (á primeros de Julio) á un hombre,
que llama inocente , y lo propone con estas palabras:
Declaro desde luego á V. M.,y á quantos leyeren esta carta%
que el único motivo verdadero , que me detuvo de pasar á
Tlandes , fue el de apartar del lado di V, M. á esa fiera tan
indigna , por todas razones, del lugar tan sagrado que ocupat
habiéndome inspirado Dios á ello con una fuerza mas que na"
tur al , desde el punto que oí la horrible tiranía de dar gañi
rote d aquel inocente hombre , con tan nefandas circunstan-
cias, A este cargo , señora , respondo lo primero , confe-
sando á V. M. que por todas razones me reconozco in-
digno de estar á los pies de V. M. , y que solo me pudo
habilitar , y hacer idóneo para estar á ellos , la grandeza
del señor Emperador Ferdinando III.0 padre de V. M.
que se sirvió de elegirme , y nombrarme para este minis-
terio , y consta por derecho civil , y razón natural, que
el favor , y la elección del Príncipe , dignifica la persona
elegida , como también la continuación de esta elección,
y ocupación , con que el Rey (que está en el cielo) se sir-,
vio de honrarme con muy especiales, y singulares de h
H mons-i
J8
monstraciones de satisfacción , que repetidas veces manf¿
festó á V. M. á quien pongo por testigo , y á otras mu-
chas personas, sirvie'ndose de mi corta suficiencia en mu-
chas cosa^ tocantes á su real servicio j y con muy singu-
lar confianza , encargándome la defensa de palabra , y¿
por escrito del sagrado misterio de la Inmacula Concep-
ción de la Virgen Santísima Madre Dios , de que hay
hartos testigos, y decretos en la real Junta de dicho Mis»
terio , y es bien notorio en la Europa , y America , don-
de llegaron mis libros. Y no será difícil de persuadir , el
que estos favores Imperiales y reales , continuados por
tantos años, y aprobados con tantas demonstraciones, me
hayan dignificado , y si quiera en alguna manera suplido
la pequenez, ó indignidad de mi me'rito y persona. Y esta
dignificación, y habilitación de Principes hecha á tantas
personas de suyo bien desproporcionadas , la confesarán
las mismas , como yo , con todo rendimiento , y recono-
cimiento de su corazón. A que pudiera añadir la digna-
ción de V. M. con que no solamente me ha sufrido mas
de veinte y quatro años á sus reales pies , y nunca que-
rido darme licencia para poderme retirar á mi rincón,
habiéndoselo suplicado con todas las veras, de mi cora^
zon , y repetidas veces instado á V. M. en esto mismo,
sino antes mandadome , y aún (si se puede decir ) roga-
dome por el amor que debo á Dios , no hablase en esto
palabra , ni la desamparase en el estado de su soledad , y
viudez , continuando mi asistencia para el consuelo de
su alma. Ni son nuevos , ni los primeros estos , y seme-
jantes favores y honores , que yo , mis padres, y abuelos
hemos recibido de la clementísima mano de los gloriosos
progenitores de V. M. , y de la Augustísima casa de Aus-
tria 5 pues consta por Diplomas Cesáreos 5 ( cuya copia au-
tentica tengo en mi poder, y la ha visto V. M.) en que se
da testimonio de que desde el tiempo del señor Empera-
dor
%9
3or Maximiliano I.°, padre del señor Rey Felipe I.°, y,
abuelo del Emperador Carlos V,° se han servido sus Ma-
gestades de ocupar y emplear á los de mi familia en
puestos nobles y principales , así políticos , como milita-
res en el sacro Imperio , Italia , y otras partes , como
consta por dicho Diploma > y así á lo menos por estas
dignificaciones , nacidas de la grandeza , y clemencia de
tantos , y tan soberanos Príncipes , cesa el cargo que me
hace el señor Don Juan en esta parte , como también
el motivo de querer apartarme del lado tan sagrado de
lV. M. por esta razón,
Respondo lo segundo ; que aunque abiertamente el
señor Don Juan no me imputa el garrote dado á aquel
inocente hombre , (como dice el señor Don Juan) qué lla^
ma horrible tiranía , todavia se colige evidentemente , así
del asunto , como de todo el contexto , y fin de su car-
ta , que me le atribuye á mí. Tque esto ha. sido el princi-
pal motivo de su detención en España , para apartarme del
sagrado lado de V. M.i pero para esta resolución, tan nota-
da de todos, y hacerme reo de este garrote, que como di*
go , llama horrible tiranía , era necesario , según toda ra-
zón y derecho , que el señor Don Juan hubiese tenida
lleno conocimiento del ajusticiado , y de toda su causa,
y circunstancias de ella ; y siendo cierto que no lo tuvo,
como era precisamente necesario , sigúese que el señor
Don Juan no me puede, ni debe hacer este cargo j ní
tampoco valerse de este suceso para motivar con el su
detención , ni para apartarme del lado de V, M. en la for-
ma , y modo que dice tenia meditado y dispuesto.
Respondo lo tercero : que el garrote que se dio á
aquel hombre , no tocó , ni pudo tocar á mi puesto , y
estado \ pues su causa había de ser criminal forzosamen-
te , y al parecer exterior de crimen de lesa Magestad,
ajustado en el modo que pedirían la razón , el derecho,
Hz el
óo
el tiempo , y otras circunstancias ; por cuya causa no se
me puede á mí imputar este garrote , pues tocaba á la
justicia ordinaria } por la qual se executó á vista de
V. M. 5 y debemos, según todas reglas de derecho , y¡
razón natural, presumir de la justificación del Prínci-
pe , y mucho mas de la de V. M., de cuya virtud , be-(
nignidad, y clemencia da testimonio todo el mundo, como
también del fusto proceder de sus reales Ministros , sus
letras , ciencia , y temor de Dios, que se obraría en esto,
conforme á la reditud de la justicia ; luego el señor Don
Juan debió presumir lo mismo 5 y por consiguiente , no
hacerme este cargo , ni tomarle por motivo para su re-,
solución tomada contra mi persona.
Lo quarto respondo : que aunque todo lo diejao pue-
de , y debe satisfacer á qualquiera desapasionado para
juzgar por ageno de mí este cargo , y por otra parte no
tener yo obligación de probar mi inocencia en hecho
ageno obrado por la justicia ; todavía por haberme cons-
tituido el señor Don Juan ador en esta causa , y hecho-
íne á mí reo (como queda dicho arriba) de este garrote,
que llama horrible tiranía , á el como ador , le incumbe
la probanza del delito que acumula : sin embargo , no
me faltan argumentos positivos , y probanzas sólidas , y
eficaces con que pudiera hacer manifiesta mi inocencia,
y no las produzgo en este papel , por juzgar no ser ne-
cesario , reservándolas para quando lo sea * poniendo en
el ínterin á Dios, y á V. M. por testigos de esta ver-
dad, fiado la defenderán dónde , y quándo conviniere á
su servicio , y á mi amparo , y consuelo. Por todo lo
qual , consta : Que el señor Don Juan no me debió ha*-
cer este cargo, ni tampoco tomarle por -motivo para su
enojo , y resolución 5 en cuya virtud dispuso apartar-
me del sagrado lado de V. M. en la forma , y modo que
confiesa en su carta. Y si el señor Don Juan , por la
lus"
61
justicia hecha en un hombre particular no conocido, y
de mediana esfera y suposición , ni criado , ni amigo
(al parecer) ni pariente suyo : y ademas de esto , sin la
debida noticia , y conocimiento de esta causa , ha toma*
do motivo contra mí para hacerme cargo tan pesado de
una justicia que llama horrible tiranía , como también pa-
ra tomar la resolución de apartarme tan violentamente
de los reales pies de V. M. ¿Que razón , y justicia no
tendré' yo para formar quejas, y sentimientos justísimos
de esta resolución , y disposición tan rigorosa del señor
Donjuán, ocupando como ocupo á la vista de Dios,
y del mundo , los puestos públicos , que se ven en su
santa Iglesia , y en esta Monarquía; teniendo de mi par-
te tan manifiestos argumentos de mi justicia , e' inocien-
cia? De las quales no me pretendo valer para mas , que
para lo que sea precisamente necesario á mi defensa , y
manifestación de la verdad , para los que fueren sinies-
tramente impresionados ; porque todo lo demás lo remi-
to á Dios , no á fin de que vengue la injusticia que se
me hace, sino para que tenga de todos misericordia.
Y supuesto que este garrote no es hecho mió , sino
de justicia pública , que tiene V. M. con quien ( como se
debe suponer y creer) se comunicó toda la causa , me
causa horror , que dicha justicia , llame el señor Don
Juan horrible tiranía ; palabra que justamente pudo , y
debió causar á V. M., y á todos los jueces y Ministros de
justicia entrañable dolor y desconsuelo.
El quinto le toma de mi mala conciencia , de que
remordido dice , que en cierta ocasión (diferente de la
presente) en que el señor Don Juan dispuso de darme la
muerte , y le propone con las palabras siguientes : Esta
acción medité , dispuse , y pensaba executar sin escándalo , ni
mas violencia ( mientras no fuese necesaria otra') que la pre-
cisa para conseguir el intento ¡y no su muerte , como su mala
con"
6%
conciencia le ha hecho temer. De este cargo que toca en mí
muerte intentada en diez y siete de Febrero pasado , de
que había ei señor Don Juan, como si no Fuera el darme
la muerte , sino otra cosa menos escandalosa i puedo de^
cir á V. M, con verdad, que jamas he hablado , ni publi-
cado este caso , y he tenido ánimo de dexarlo á los se-,
cretos consejos de Dios nuestro señor , como otras mu-
chas cosas i pero ya que ei señor Don Juan lo confiesa
públicamente , no solo en la carta para V. M. pero en
copias de ella enviadas á diferentes personas , y conven-
tos de Madrid , me parece que me es licito , y aun preci-
so el representar á V. M* no lo mucho que podia decir
sobre este designio, sino solamente lo que puede servir de
legítima defensa mia , en orden á dar alguna satisfacción
á dicho cargo , y así respondo á el.
Lo primero : que habiendo tenido avisos de personas
de mucha suposición , que aquel Viernes diez y siete de
Febrero ( que era del perdón de enemigos ) me convenia
estar en mi casa , y no salir por la tarde á la junta del
gobierno i porque sin duda estaba dispuesta mi muerte
al pasar por el convento de la Encarnación, Y aunque
nunca me persuadí á temor , y fiaba en Dios sería servi-
do de mirarme con ojos de piedad, y guardarme todavía»
fueron tantos los que me dixeron , que era tentar á Dios
el exponerme á ese riesgo , sin especial necesidad > que
por esta razón , y otras de conocido , y forzoso impe-
dimento de mi ocupación , no fui á la Junta 5 y á esto lla-
ma el señor Don Juan temor de mi mala coneienciavDigo
pues, señora, que aunque entonces por la benignidad de
Dios , no tuve remordimiento de mi conciencia de pe-
cado grave, sin embargo : Non in hoc juttificAtm sum , co«
mo dixo ei Apóstol de sí mismo , sabiendo muy bien,
lo que dice el Espíritu Santo , por el Concilio de Tren-.
to : Quod nescit homo , an odio , vel amore dlgnm sit % níñ
spe-
*3
spectale revelatione id didicerit. Que quiere decir: Que no
sabe el hombre si es digno de odio , ó de amor de Dios , sino
que se lo revele el Espíritu Santo. Si bien por algunas seña-
íes , de que tratan ios Teólogos , y especialmente el Pa-
dre Jeremías Dregelio de mi sagrada Religión, en su Zo-
diaco , puede conjeturar , y tener alguna certeza moral,
de que está en la gracia de Dios , y que S. M. le ama ; y
no digo esto , porque yo juzgue que á mí me asistiesen
semejantes señales : Quia non in justificationibus meis , sed
in multis De i miserationibus prosterno ante faciem ejus de'
frecationem meam. Y asi confiado en estas mismas miseri-
cordias de Dios , anduve con seguridad de mi conciencia,
ni tuve particular temor de la muerte , que sabia se me
intentaba..
Respondo lo segundo : que habiendo esta meditación^
disposición , y resolución del señor Don Juan sucedido en
los diez y siete de Febrero , como queda dicho , y fue or-
denada adarme la muerte, y por este medio apartarme
de los reales pies de V, M. manifiestamente se ve , que ni
el motivo de la prisión del hermano de su Secretario,
que á mi me imputa , ni el garrote de aquel hombre que
llama inocente , que fue á principios de Junio , se pu-
dieron atribuir á dicha resolución de darme la muerte , ó
desviarme de los reales pies de V. M. pues dicha resolución
fue meditada , dispuesta , y.pensada mucho antes de dicha
prisión y garrote , que fue tres meses antes > por lo qual
consta con claridad , que dichos motivos alegados del se-
ñor Don Juan , para la resolución de su acción , no sub-
sisten , y debo yo ser absuelto de este cargo.
Respondo lo tercero : que se sabe , y bien , que el
mandato , y disposición del señor Don Juan para diez y
siete de Febrero , era no solo para desviarme de los rea-
les pies de V. M. sino para quitarme la vida; de que cons<
ta , que la resolución que el señor Don Juan dice tenia,
me-
*4
meditada , dispuesta, y pensada , se estendía á mas daño
mió , que el que refiere ahora en su carta.
Lo quarto respondo: que el huir la muerte, y mas
de la violenta , no es argumento siempre de la mala con-
ciencia} pues la muerte natural la temen todos , aún los
mas buenos, como consta de la vida de san Hilarión , y
de otros inumerables santos.
Lo quinto : si la huida de la muerte , fuera argu-
mento de mala conciencia, fuera culpable Christo , que
se escondió diversas veces , quando le quisieron dar la
muerte : y decir esto , fuera blasfemia. Y el mismo Señor
mandó á sus Discípulos , que quando los persiguiesen en
una ciudad, se huyesen á otra j punto que elegante-
mente le trata san Atanasio , y los demás Padres , y Teó-
logos. Finalmente , el señor Don Juan , ahora en su fu-
ga se condena de mala conciencia , si fuera verdad el
cargo que me hace , y como no querrá que le hagan car-
go de mala conciencia por haber huido , por solo un
aviso , y sola una detención , y aseguración de su per-
sona , ordenada por una santa Reyna , y señora sobera-
na j tampoco debe querer hacerme á mí este cargo de
mala conciencia , y tomarla por motivo de la justifica-^
cion de su resolución , por haber escusado el ir á la
junta de la gobernación , y esto tanto mas , que no»
dexe de ir á ella por temor de la muerte , sino por otros
motivos , y embarazos que ocurrieron como arriba
dixe. v
El sexto cargo que me hace el señor Don Juan en su
carta, es decir ; Que según su conciencia , tenia algunos mo-
tivos para quitarme la vida por las causas comunes del bien
de esta corona , y particulares suyas , &c. A esto respondo
lo primero : que en particular no refiere el señor Don
Juan ninguna causa del bien común de esta Monarquía^
y mucho menos la prueba» como en todo derecho divino,
y
!
y humano, es necesario para quitar á un hombre la vida;
y mientras el señor Don Juan no haga demonstracion de
ellas, no entiendo cómo , según su conciencia y toda ra-
zón podia , y debía quitarme la vida.
Lo segundo : que no será bien oída esta doctrina de
los que saben cómo , y en que casos es licito el homicidio;
porque persona particular ninguna puede , conforme al
mandamiento de Dios , matar á otro por causas comunes;
cuya solicitud y cuidado , toca á los Príncipes. Y lo ter-
cero , mucho menos , sin haber precedido acusación de
delitos ante jueces competentes , y probanza de ellos. Lo
quarto , porque sería lo contrario introducir contra la
Ley de Dios , una do&rina del perjuicio que se sabe , y
se ve. Lo quinto: el particular que puede solo en su de-
fensa , con la moderación de defensa inculpable , dar á
otro la muerte , ha de ser en caso , que no tenga otro re-
medio su vida inocente ; pero solo por el bien común,
no puesto en cargo , ni descargo , ni ante el que le tiene
á su cuenta , e' imperio , inaudita la parte , con autori-
dad propia matar, ó mandar matar , no lo puede dictar
ninguna sana conciencia.
Lo que el señor Don Juan añade, y particulares mlasi
no veo como se puede verificar en muerte de hombre par-
ticular, y mucho menos en un Consejero de Estado, Con-
fesor de una Rey na de España, Inquisidor General, De-
legado de la Sede Apostólica para la defensa, y conser-
vación de nuestra santa Fe' Católica en estos rey nos , y
Ministro de la gobernación universal de esta Monarquía,
títulos , y oficios todos , con que sin méritos irlos , y
por sola la divina gracia , estoy condecorado por el Vi-
cario de Christo, y ios Reyes Católicos : y tales , que ni
el Rey nuestro señor pudiera , ni ningún Emperador, ni
Príncipe seglar, ni Eclesiástico darme la muerte sin cono-
I ci-
66
cimiento de causa, ó notoriedad de hecho constante, que
la mereciese.
Lo. segundo: menos pudo sin haber dicho á V. M.
las causas , y delitos míos , y á los que podían conocer de
ellos , para que examinados , V. M. procediese á lo que
ellos pedían. Pero el señor Don Juan no me ha probado
delito contra su persona, en particular de muerte 5 y creo
que si yo le hubiera cometido , no se me hubiera dexado
encubierto 5 pues se saca en esta carta á plaza una justi-
cia, en que hago testigo á Dios , que nos ha de juzgar,
que estoy agenísimo de ella. Luego si el señor Don Juan
tuviera causas particulares suyas , dignas de mi muerte,
bien se puede creer , que se supieran , y dixeran j -y el no
habérseme imputado hasta en este papel , creo que V. M;
y sus reales Ministros y Consejeros , lo tendrán por bas-
tante prueba de mi verdad.
Añade diciendo : Tpara ello be tenido no solo repetidas
opiniones , sino Instancias de gravísimos Teólogos, Señora,
los Teólogos responden á los casos conforme se los pin-
tan , como los confesores absuelven de los pecados en la
calidad , y modo que los refiere el que los confesó. Pa-
ra que debiera el señor Don Juan quitarme la vida , no
creo que haya Teólogo que lo sea , que pueda sentirlo:
y así creeré que de relaciones que hicieron al señor Don
Juan los que no tuvieron atención á la realidad de ver-
dad , sino á sus sospechas , sin bastante fundamento, y;
juicios desviados de la razón , se formaría la que el se-
ñor Don Juan hizo á los Teólogos > que engañados , y
prácticamente herroneos , dixeron lo que el señor Don
Juan refiere : y á esa causa no puede tener su parecer pe-
so > porque lo dieron sin debido conocimiento de causa,
y sus circunstancias.
El séptimo cargo y motivo , que el señor Don Juan
pro-
producé , en orden á justificar su resolución meditada, dis*
puesta, y pensada tanto antes, diciendo , que ha temido la
condenación de mi alma , creyendo que estaba en mal estado**
y prosigue el señor Don Juan , diciendo.: No he querido
nunca aventurar la perdición de una alma, que tan probable-
mente había de ser arrebatada en mal estado , anteponiendo
los riesgos , y trabajos de mi persona , al deseo de hacer a
Dios este sacrificio , , que espero de su infinita misericordia^
me pagará en dar feliz, logro á mi justa intenúon : todo es-
to, señora, que toca al zelo que el señor D. Juan ha teni-
do de que yo no muriera en pecado mortal , por el mal
estado en que probablemente juzgó entonces estuve , se
lo debo agradecer, como lo hago 5 y el estado y conoci-
miento de mil conciencia , lo dexo á Dios que ha de mani-
festar lo mas escondido de los corazones , y juzgará á ca-
da uno según sus obras , como dice san Pablo. Solo debo
reparar en que el señor Don Juan no solo llama justa la
intención de matarme j pero que espera de Dios el conse-
guir lo que pretende por este sacrificio que le hace. Se-s
ñora, diré' á V. M. con san Pablo , amenazado de muer-
te : Non fació animam meam pr^tiosiorem quam me. Mas
estimo mi alma , que mi vida. Y el mismo Apóstol, que
e'l y los demás Apostóles : Tanquam mor ti destinati. No
solo amenazados de muerte > pero aún para la misma
muerte. Y dixo Christo nuestro señor , que los que les
quitasen la vida , habían de pensar que hacia n grato sa-
crificio á Dios : Et cum ínter fecerint -vos arbitr antur se ob-
sequian prestare Deo. A mí no me toca el defenderme mas
que con la verdad de mis procedimientos, que por la mí*
sericordia de Dios he vivido á la vista de Dios , y de ios
hombres.
El octavo cargo que me hace el señor Don Juan, y
motivo para persistir en su intención , que es , según di-
ce : La expulsión de esta peste (así me llama) para librar
I 2 es-
estos reynos de ella , y de las calamidades , y trabajos , que
por su culpa padecen los pobres , y oprimidos vasallos. Sí este
cargo, señora , tuviera subsistencia , confesara yo publi-
camente , que era justa mi expulsión , y destierro de es'
tos reynos , y yo el primero me condenara á este castigo
y pena; pero seguro en Dios , y en mi conciencia , es-
pero me absolverán de este cargo todos los que conocie-
ren , y quisieren sin pasión instruirse , é informarse de
mis procedimientos , de que luego apuntare algo. Por
ahora , digo, que aunque esto fuera así , mi expulsión
habia de ser por el camino , forma , y modo que prescri-
ben la ley natural , divina, y humana 5 y que nada de
esto asiste hoy á la resolución, e' intención del señor Don
Juan; pues ni Dios, ni V. M. hasta ahora le han dado
esta potestad , derecho , ó comisión : siendo así, qua om~
nis put estas stat a Deo : y que yo no soy causa de las ca-
lamidades, y trabajos que hoy padecen los pobres, y
oprimidos vasallos de estos reynos. Lo pruebo en primer
lugar con el argumento que llaman negativo , y es en
el caso presente afirmarlo, y decirlo el señor Don Juan,
y no probarlo > como es preciso , según todo derecho , y
especialmente en cargo de tanto peso y conseqüencia,
que aún de sola aprehensión , puede originar mucho da-
ño contra mi opinión , y mucho mas si fuere creído. Por
lo que siendo ador contra mí el señor Don Juan, le in-
cumbe la probanza, y que esta sea manifiesta de este car-
go : y mié nt tas no lo probare en esta forma , no debo
ser condenado de nadie , que tema á Dios , que dixo:
Nollée secundumfaciem judicare. Y san Pablo : Ñeque ante
tempus. Nadie juzgue, dice Christo señor nuestro, á otro
por la apariencia de las cosas, ni tampoco antes del tiem-
po en que sea convencido , y especialmente en materia
tan grave. Y en segundo lugar se prueba : que yo no
he sido , ni soy causa de las calamidades , y trabajos
gnc
69
que padecen los vasallos . como me lo Imputa el señor
Don Juan; porque desde los tiempos del señor Empera-
dor Carlos Vo. Felipe II.°, III.0, y IV.°Jia sido el clamor
de España toda en su perdición , y destrucción por
los tributos. Consta de consulta hecha por el Consejo
real de Castilla el año \6 ig , que después comentó , y
deducid eruditamente Navarrete en su libro , y pido á
V. M. y á todos los que quisieren ser enterados de esta
verdad , se sirvan de leerla desde el principio. Consta
también de los tiempos del señor Rey Felipe IV.0 ( que
está en el cielo) que para las proposiciones de tributos, y
donativos, se propuso siempre á los Teólogos la extrema
necesidad en que se hallaba la Monarquía. Y en virtud de
esta opinión se han impuesto los tributos con que se ha-
llan cargados los vasallos. Véanse las consultas hechas
del rey no -en Cortes , y tiempos antecedentes que se ha-
llan en diversas Secretarías ; de que se sigue , é infiere
claramente que yo no soy causa de estas calamidades , y
trabajos ; y por consiguiente , queda sin fuerza este gra-
vísimo , y perjudiciaiisimo cargo que el señor Don Juan
me hace para mi descrédito , y separación del lado de
V. M.
Lo tercero : algunos años antes , que muriese el Rey
nuestro señor (que está en el cielo) fue servido de nom-
brarme por uno de los que asistian en la Junta general
de Medios , por haber reconocido en mí S. M. un ar-
diente zelo (que por la misericordia de Dios me acom-
paña) del bien común, y alivio de estos reynos , y vasa-
llos ; y todo lo que á su favor he obrado, y votado cons-
tantemente en dicha Junta , dirán las consultas que la
Junta hizo á S. M. , y se hallarán en las Secretarías , que
son instrumentos auténticos de la verdad , y que acre-
ditarán lo que digo. Testigos hay vivos , que son el Du-
que de Medina , el Conde de Castrilo? Don Antonio de
Con»
yo
Contreras , Fray J&án Martínez, Confesor de S. M. y
otros, que testificarán lo mismo. Y el Duque de Medi-
na sobre ciertos pareceres míos , encaminados á que no
se impusiesen nuevos tributos , los alabó con palabras
bien encarecidas , diciendo : Que había hablado como un san
Juan» Y lo refiero con confusión mía , aunque necesaria,
para testimonio de la verdad, que aquí propongo y de-
fiendo 5 que le dará también el Secretario Legasa , que lo
era de la Junta. De que se infiere , que las calamidades, y
trabajos no se padecen por mí.
Pruébase claramente esto mismo , lo quarto : porque
desde que murió S. M. (que goce de Dios) no se ha im-
puesto tributo general alguno en estos reynos, ni pedido
donativo alguno en las ciudades , y reynos de Castilla,
á que he asistido en todas las ocasiones, que se trataba
de esto , con todas mis fuerzas , y razones que disuadie-
ron semejantes imposiciones y donativos $ de que hago
testigo á todos los. que concurrieron conmigo en los Con-
sejos y Juntas i y otros muchos que me oyeron hablar
de esto fuera de ellas ; á demás que consta auténticamente
de las consultas que se hicieron sobre dichas materias , á
que me refiero y remito.
Lo quinto se prueba esta verdad : porque apenas mu-
rió el Rey nuestro señor , quando suplique' á V. M á
quien pongo por testigo , se sirviese mandar formar una
Junta de Ministros zelosos , e' inteligentes , que se lla-
mó del alivio de los tributos , principalmente en las cin->
co especies necesarias ; que son carne , pescado , vino,
aceyte , y vinagre. Y V. M. fue servida de conformarse
consuma propensión de su real voluntad , y nombrar
para ella á Don Manuel de Salamanca , entonces Presi-
dente de Hacienda , á Don Miguel Pantoja , Don Ge-
rónimo de San Vítores , y á Don Francisco de Herrera,
Corregidor de esta Vilia de Madrid , y á mí. Y habien-
do-
7*
dose dispuesto muchas cosas por esta Junta, y entre
otras mas de veinte ciudades , y muchos arrendadores,
baxado la mitad de los precios de estas especies, ofre-
ciendo la misma paga ajustada por su arrendamiento,
y se hubiera executado en todas , si no se hubieran
ofrecido , y opuesto tantas dificultades , que fue fuerza
á V. M. desistir por entonces de su prosecución, con in-
creible dolor, y sentimiento suyo , y mió por verse frus-
trado mi zelo, y entrañable deseo de ver aliviados los po-
bres vasallos , de que hago testigos á los sobredichos con
el testimonio autentico de las consultas , que paran en
las Secretarías , y en especial en la de Don Lorenzo de
Jauregui , que era Secretario de dicha Junta ; á que se
añade , que en esta misma Junta , procure' con todo es-
fuerzo persuadir , que se quitasen las quiebras de mU
liones , como tributo el mas gravoso , y sensible para
los vasallos , y mayormente pobres > y á este fin se han
hecho muchas , y muy particulares diligencias , para
vencer las graves dificultades que se ofrecían contra su
execucion : y no habiendo sido posible por las urgen-
tes necesidades ( que entonces grandemente apretaban)
el poderlas vencer, y quitar dicho tributo , se halló
la Junta , y yo con ella , obligada á desistir por en^
tonces de este santo intento , con increible dolor , y sen-
timiento de todos , habiéndonos de consolar con saber,
que la buena voluntad tiene su premio delante de Dios,
y debe ser también estimada de los hombres , según el
dicho del Sabio: In arduis voluisse sat est ¿ que en las
cosas arduas , no es poco , sino mucho haber emprehen*
dido hacerlas.
Pruébase lo sexto : porque conociéndose ser un tri-
buto tan quantioso el de las medias Annatas de ios juros
antiguos y nuevos , nunca jamas fui de parecer , ni
consentido por mi voto, que estas medias Annatas se
qui-
7i
quitasen a los Juristas , por las razones , y motivos que
me persuadieron á esto j de que hago testigos á quan-
tos hay que han concurrido conmigo , en que se trata-
ba este punto. Y asimismo á las Consultas que se han
hecho sobre e'l. Digo esto por ser sabido , y público,
porque á no serlo > ni lo dixera , ni pudiera decirlo. Yj
no habie'ndose conformado el Rey , ni V. M. juzgando
debia seguir el parecer contrario de tantos , y tan gran-
des Ministros , que yo también venero , y siempre he
Venerado , como á principio extrínseco , fundado en au-
toridad , no se me puede hacer cargo por esta razón , ni
imputar el que yo sea causa de las calamidades, y traba-i
jos que se padecen.
Pruébase lo séptimo : porque apenas llegue' á Es-
paña sirviendo á V. M. , quando oyendo los clamo-
res , tributos , y cobranzas de ellos por la multitud de
Ministros ocupados en ellas , que se contaba al parecer
un número increible , con las costas y daños que ha-
dan , quando procure' se introduxese en España el mo-
do de cobrarlas del señor Emperador , y orros Poten-
tados , para que los vasallos de España no sintiesen
opresión de tanta molestia, y aún de tanto perjuicio á la
misma cobranza * pero tampoco esto se ha podido conse-
guir , por causas ocurrentes , que lo estorvaron , con no
pequeño dolor , y sentimiento de mi alma ; de que se
infiere , que no puedo yo set la causa de las calamidades
que se experimentan.
Pruébase lo o&avo : porque habiendo llegado á mis
manos un papel grave de una persona de letras , e' inteli-
gencia en materia de tributos , en que persuadia , que
los que estaban puestos , no eran conformes á la razón,
necesidad y tiempo , y que todos se podían , y debiart
reducir á uno , que carecía de todos los daños que se ex-
perimentaban en los impuestos , con el grande deseo que
tu-
73
tuve siempre del alivio ele íos pobres vasallos, bien proba-
do en aquel papel j se lo dixe , y represente al Rey nues-
tro señor , y después de su muerte á V. M. suplicándola
constantemente, se sirviese de remitir dicho papel ala Jun
ta genetal de Medios , y á los Consejos Real y de Ha-
cienda. Y habiendo V. M. venido en ello con mucho
gusto , examinado en dichos Consejos , aunque en ellos
se facilitaron algunas dificultades , que se ofrecían en la
execucion , todavia para vencer las demás se formó una
Junta , en que entraron el Presidente de Hacienda Don
Antonio de Contreras , el Conde de Villa-Umbrosa,
Don Gerónimo de san Vítores , Don Juan de Gongora,
y yo; que con sumo gusto, sin embargo de las continuas,
y casi intolerables ocupaciones mias, me ofrecí á asistir,
por el deseo ardientísimo que siempre he tenido del ali-
vio de los pobres vasallos; y se va trabajando en el modo
de la execucion , para que se consiga el alivio que V. M.
ha deseado , y yo solicitado constantemente siempre. De
esto hago testigos á todos quantos Consejos tiene V. M.¿
y á los de la Junta de Medios , de que son también au-
ténticos testimonios las consultas de los Consejos , y de
la Junta formada para esto. Luego yo no puedo ser acu-
sado , ni condenado como causa de estas calamidades y
trabajos por nadie , y mucho menos por el señor Don
Juan , á quien se lo referí el año pasado en el Retiro , y
alabó mucho mi solicitud y zelo , y no puedo de-?
xar de alegarle por testigo , porque en esta causa no
padece excepción.
Esto se prueba lo nono , con la claridad manifies-
ta , por saberse constantemente en todos los Consejos
las instancias que he hecho , para que no fuesen mas.
vexados con algún tributo los vasallos, y juntamente
instado varias veces que para este alivio , que con
tantas veras he pretendido , se cercenasen gastos super* ,
K - fluosw
74
fíuos , y se reduxesen á "moderación competente , así en
la casa real de V. M. como en los sueldos de Ministros ¿y
Oficiales, en¡ mercedes , raciones y ayudas de costa , y
otras cosas , de que se podia recoger una suma conside-,
rabie de dinero , sin los gastos y perjuicios en su cobran*
za , que intervinieren en los demás tributos. Y de esta
verdad son aute'nticos testimonios mis pareceres , y vo-
tos en los Consejos y Juntas , y las consultas hechas so-
bre todo esto , y cada cosa en particular. Y sobre ser no-
torio y público , son testigos otros Consejeros que fueron
del mismo parecer , y solo á fin del alivio de los Vasallos.
De que se infiere , que el señor Don Juan justamente no
puede hacerme á mí este cargo de las calamidades y opre*
siones de los vasallos j ni tomarlo por motivo , pa-
ra la resolución que refiere en su carta tomó con-r
tra mí.
A estas pruebas añado otra , que es la decima , por
ser la pública voz y fama , y constante en esta Corte:
Que el señor Don Juan con otros de su séquito , fue de
Voto , y parecer ? que V. M. con la venida de Galeones^
se echase sobre seis millones de plata de los particulares;
á que resistí yo con otros , porque esta era una aflicción
gravísima de los vasallos , sobre la que padecían , ( de
que hace motivos y argumentos el señor Don Juan con-
tra mí) y se le quitaba no solo á los dueños , peroá
otros muchos , la utilidad pública y común , que había
de redundar de los seis millones en tantos , y todos que-
darían por puertas. Y porque era destruir no solo todo
el cre'dito, pero el comercio de las Indias , y á las Indias
con España , y lo dependiente de este comercio , que to-
do se arruinaba con la toma de los seis millones 5 y
ademas de que era dar causas y motivos á distur-
bios, e inquietudes, y todo lo demás que se podia, y
debia temer dentro y fuera de España de la toma de seis
mi-
75
millones de particulares ; y por esta causa nunca ha po-
dido el señor Don Juan hacerme este cargo de la opre-
sión de los vasallos , y mucho menos tomar motivo de
ella contra mí, para la resolución que refiere en su car-
ta , sabiendo lo que en esta parte obre' por el consuelo
de ellos.
Lo undécimo se prueba. Que el señor D. Juan antes
de partir á la Coruña, pidió tales, y tantas cantidades de
dinero, como consta desús cartas, yes público. Y después,
desde la Coruña, haciendo queja gravísima de que no se le
asistia mas que con quatrocientos mil reales de á ocho, ha-
biéndosele ofrecido un millón , se le cumplió en mo-
neda labrada , barras de plata , y letras de cambio, fuera
de seiscientos mil escudos de plata : y de todo hizo poco
caso , pidiendo siempre mas y mas , juzgando que era
precisamente necesario todo lo que pedia para la defensa
de Flandes , á que iba, aunque no ignoraba , que era , y
habia de ser con nueva carga de los pobres vasallos, sobre
quienes habia de cargar todo , añadiéndoles aflicción so-
bre aflicción , pero necesaria en juicio del señor Don
Juan , para la defensa de Flandes. Y esto , señora , fue
ayer , y hecho del señor Don Juan , no mió , como ni la
guerra , en que yo no he tenido culpa , ni me puede ha-
cer cargo de ella el señor Don Juan , ni tomarla por mo-*
tivo para la resolución , que en su carta refiere ha inten~
tado contra mí.
Pruébase lo duodécimo : porque desde la paz de Por-
tugal, cuya guerra, por la mayor parte ocasionó las
opresiones que se padecen , y para dicha paz hizo tan-
tas instancias el señor Don Juan , diciendo era precisa
para la jornada á Flandes , hasta la resolución , que to-
mó de no ir , por acudir ai alivio, como dice de los po-
bres, y afligidos vasallos, no se contará, que corrieron sino
tres meses escasos , poco mas ó menos. En estos tres me-
K 2 ses,
*¡6
ses, señora , ¿ como he podido yo ser causa de esta opre*
sion, no habiéndolo sido de la guerra? Ni en estos tres
meses , ¿cómo he podido yo ser causa del alivio de los
vasallos , que tantos años he buscado , pretendido , y de*
seado? Especialmente no dependiendo de mí solo , como
del mas minimo de los mayores Ministros de V. M. : de
que se sigue , que tampoco ha podido el señor Don Juan
hacerme a mí este cargo tres meses después de la guerra,
ni tenido motivo en ellos por la opresión que dice , para
tomar, como tomó contra mí la resolución que renereen
su carta, como ei único autor de ella.
Dexo , señora, el que en este tiempo , ni después de
la muerte del Rey (que está en el cielo) tributo ó impo-f
sicion nueva no se ha visto, y habiendo durado las guer-
ras , hasta que el señor Don Juan partió á la Coruña , sí
fueron pesados los tributos , lo eran por la pesadumbre
de la guerra , que pedia todo eso, y mucho mas , coma
constó y consta claramente al señor Don Juan del tiem-
po que la tuvo á su cargo en Portugal , y de las quexas
continuas que dio de lo poco , con que se le asistia, sien-
do considerabilísimas sumas de millones ; pero no alcan-
zaban á las pagas , que habia en tiempo del señor Don
Juan 5 por lo qual se vio sumamente oprimida toda la
Extremadura por los soldados , y alojamientos i de que
son testigos todos los vivientes de aquella Provincia , y
las cartas del señor Don Juan , y los libros del Consejo
de Hacienda , donde consta la remisión de dinero , aun-
que se quexa siempre agriamente , de que no era sufi-
ciente. Y sabiendo ei señor Don Juan , que era necesario
á qualquiera costa , aunque fuese con opresión de los
pobres vasallos asistirle: ¿cómo puede ahora el señor Don
Juan hacerme á mí legítimamente cargo , corno au-
tor de esta opresión, ni tomarla por motivo contra mi (co-
mo dice en su carta) para su resolución y determinación?
La
77
La última prueba , confieso á V. M. la omitiera de
buena gana , porque toca en mi persona. Bien sabe el
mundo , y la Corte , que si padecen opresión los vasa-
llos , no es por interés que yo perciba de ella , ni mis
padres , ni hermanos , deudos , amigos , ó paniaguados,
en quien se derrame el dinero , que sale de dicha opre-
sión. Por el Consejo de Hacienda consta el empleo de las
Rentas reales 5 saqúese alguna partida librada por mí , ó
por consulta mia de algo que haya sido consumido por
mí , ó por deudos naturales de estos reynos , ó de fuera
de ellos j que pues las rentas de V. M. no las puedo yo
cobrar , ni hacer invisibles , ni remitir por los ayres á
otras partes , sino que es fuerza , que por el Presidente
de Hacienda , con cuenta y razón , y con las notas del
porque, ó para qué, este'n todas las partidas en los li-
bros , sería muy fácil convencerme por ellos; pero aún
no es esto suficiente para el cargo , que me hace el se-
ñor Don Juan , y resolución que tomó contra mí , co-
mo si yo fuese autor de la opresión de los pobres vasa-
llos, pues no he podido serlo. Y por no haber podido yo
hacer el invertimienio dicho de la Hacienda real , ya
queda desvanecido todo el motivo que tomó el señor
Don Juan , para lo que dice en su papel , pues le cons-
taba que durante la guerra , era caso imposible que yo
fuese autor de la opresión , que padecían por ella ; cons-
tando también al señor Don Juan , que yo no era au-
tor de la guerra , y que ella trayendo la opresión, que
dice, á los pobres vasallos , ningún fruto me habia traí-
do á mí, ni á mis padres, ni hermanos, ni deu dos, ni ami-
gos , ni confidentes propios de estos reynos , ó extraños;
como se hará demonstracioa por ios libros del real Con-
sejo de Hacienda de V. M.
Señora , este punto dei invertimiento de la H acien-
da real, le toman ahora por motivo nuevo , habien -
do
7»
do sido antiguo; pero siempre falso, fingido y fabricado in-
justamente, no solo contra mi crédito (que importa poco)
sino contra el de V. M., á fin de desacreditar el soberano
gobierno de V. M., y destruirme á mí, porque viendo que
esta carta, quepensó el señor D.Juan había de bastar para
alterar, y con mover los pueblos contra V. M.tomándomeá
mí por pretexto,yautordel investimiento de la Hacienda
del Rey nuestro señor, no ha causado este efedro, divulgan
ahora, y resucitan aquellas voces, que en íostiempos ante-
cedentes, después de la muerte del Rey (que está en el
cielo) esparcieron de que V. M. remitia , con ocasión de
la ida de la señora Emperatriz á Alemania , muchos mi^
llones de plata y joyas , así para el señor Emperador
hermano de V. M. como también á fin de edificar, y fun-
dar un Convento , para retirarse á el V. M. aun dexan-
do , y desamparando al Rey nuestro señor su hijo en es-
ta su tierna edad. Desvanecida esta falsa voz , con la ver»
dad del hecho , lo hicieron al mismo intento con ocasión
de haber nombrado V. M. á Don Diego Riquelme,
Obispo de Plasencia, por Presidente del real Consejo de
Castilla , diciendo que V. M. le habia mandado con todo
imperio , buscase tres millones de escudos , para remitír-
selos al señor Emperador de Alemania > y que á este
fin , entre otros principalmente r le habia hecho Presiden-
te. Y que habiendo el resistidóse á este mandato, V.M.
habia mostrado mucha indignación contra e'i , y encar-
gadome á mí procurase con todas veras hablar á dicho
Presidente , é inducirle á la execucion de este mandato
de V. M. , y que habie'ndolo hecho, llegamos á lance de
perdernos el respeto. Desvanecióse de la misma manera
este testimonio falso , y sosegado el mar por poco tiem-
po , vuelve ahora como he dicho , otra vez á resucitar-
se la voz misma por los criados , aliados , y confidentes
del señor Don Juan (según se dice) divulgando por el
pue-
19
pueblo , que V. M. de nuevo habia remitido millones
de dinero al señor Emperador su hermano 5 y que el se-
ñor Don Juan habia apresado grandes cantidades de esta
remesa j de que se ha originado tal , y tan grande des-
consuelo , murmuraciones , y desabrimientos , que á no
ser los Españoles tan cordialmente reverenciadores , y
amantes de sus Reyes , y especialmente de la virtud,
santidad , y benignidad de V. M. podia temerse algún
desmán , y mal suceso. Y como para todo esto no se atre-
ven á la magestad , y soberanía de sus Reyes , y por otra
parte me tienen por el mayor confidente de V. M. , y
por cuya mano se encaminan estas sumas á Alemania,
resulta que todo el odio , rencor , y desabrimiento recae
sobre mí, y esto tan pesadamente , que tengo á milagro
el vivir, y estar en pie. Esto es lo que el señor Don Juan
ha emprehendido conseguir, así por su carta, como tam-
bién por estas voces, no menos falsas , que injuriosas á
V. M. , al señor Emperador su hermano , y á mí. Pero
fuera de lo dicho, ahora constará con claridad , y evi-
dencia por los libros , y cuenta del Consejo de Hacien-
da esta verdad , y de la falsedad con que imputan á
V. M. tomándome á mí por pretexto , el invertimiento
de la Hacienda real en las partes de Alemania, y la opre-
sión, y calamidad que de ahí dicen forzosamente pade-
cen los pueblos de España.
Pero confio , señora , en la misericordia de Dios
nuestro señor , que ha de manifestar á los corazones de
todos la verdad , y suma inocencia de V. M. , y de este
su mínimo , y fidelísimo capellán y criado , y confun-
dir, y cerrar las bocas de ios que hablan semejantes mal-
dades, enderezadas , ó ignorante ó maliciosamente á tur-
bar el gobierno , y quietud pública de estos reynos , y á
hacerme odioso á los pueblos 5 cuyo alivio y consuelo
con
8o
con tintas veras y desvelos, siempre he procurado, y
procurare' en quanto me fuere posible.
Todo esto, señora, he querido , y aún debido decir
á V. M. , no porque lo ignora V. M., sino porque lo acre-
dite con su real aprobación , y autoridad. Ni tanto para
mi defensa , quanto para la de V. M. , y en apoyo de la
Verdad , y conservación de la paz , y quietud pública,
mayormente constando , que se han esparcido en todos
estos reynos , por el señor Don Juan, y sus confidentes,
un sin número de copias de su carta , con las quales (en
común sentir de todos) ha querido escandalizar, y con-
citar contra mi en apariencia ; pero en realidad de ver-
dad contra V. M. 5 alterando contra el gobierno , y los
demás Ministros de V. M. los ánimos quietos y pacíficos,
y mas los que con falta de luz de la verdad , creen todo
lo que se dice , como también á fortificar , y á alentar
á los que tenian los ánimos turbados , e inquietos por
sus influencias.
A todo lo qual era necesario ocurrir de mi parte con
la verdad que en este papel brevemente represento , que
pongo en sus reales manos con todo rendimiento 5 y el
peso que le diere , será justo , y digno de toda ve-
neración y reverencia. Madrid y Octubre 25 de i6"68.
Este papel fue de tanta codicia luego que salió , que
le solicitaban todos con ansia. Y reconociendo esto los-
Padres de la Compañia , con su acostumbrada providen-
cia , después de repartidos algunos , procuraron se sacase,
la costa de la imprenta, vendiendo los que habian queda-,
do; con que á muy poca se hizo esta función. Pareció este
papel bien, según el sentir de esta parte ; y tanto , que.
publicaban que había convertido á muchos de la con-
traria j que por el habian reconocido la verdad , y que
como todo lo que en el se dice era cierto y verdadero,
no
Si-
no podía faltar. Los de la contraría , pusieron mil obje-
ciones , diciendo si satisfacía ó no , ó si eran , ó no
eran ciertos los presupuestos} porque el seííor Don Juan
nunca le quiso matar, ni estose califica , ni se prueba
mas que por su papel ; pues es cierto que si hubiera que-
rido hacerlo , le hubiera sido mas fácil , que no lo que
tenia intentado ; pues lo primero lo podía executar un
hombre solo, y lo segundo había de ser con muchos , y
quizas por esto se habia descubierto este caso tan inau-"
dito i como lo es también haber venido del otro mundo
á responder á esta consulta el Marques de Viilena , que-
viendo que todos los vivientes no tenían atrevimiento
para ello , por estar amedrentados con el garrote de Aba-
lladas, acompañado con Don Pedro el cruel, y la flema
de Pedro Hernández, cuyos nombres en el mundo son
tan conocidos, y todos tres intitulando los de la fama y
hicieron este discurso.
" Los tres de la fama : junta de muertos, y desengaño
de vivos»
B
fN el campo de Breñigal , en la apacible margen cíe
un arroyuelo , que al mismo tiempo reza , y murmura;
porque ya la Corte no administra otra cosa que moti-
vos de llanto, y de risa , se encontraron dos venerables
ancianos : y después de las cortesías y preguntas que en
semejantes lances estila la curiosidad, y la urbanidad acos-
tumbrada, dixo uno de ellos : Yo amigo , soy Don Pedro,
Rey de Castilla, que por mi suma re&itud , merecí (á la
verdad) el nombre de justiciero i como lo notó bien el
Conde de la Roca. Pero ;ay de mi! ¡Que solo conse-
guí del pueblo el de carnicero y cruel ! Dios nos libre
(¡oh amigo!) de que el pueblo de en que uno rabia, que
rabiará sin duda, aunque tenga el corazón hecho una
L tr ia
8*
triaca, y una pura epítima. ¡Oh, qué mal liacen los Prínci-
pes, q¿ie inflexibles en su dictamen (por justo quesea)nosa-
ben buscar epiqueyas á la rectitud ; y se ven imprudente-
mente expuesLos al curso violento de la sinrazón popular!
Pues tal vez dexándose llevar de la furiosa corriente, logra-
ría la orilla, el que acogido á la violencia rápida del sauce,;
zozobra sin remedio. Y, ¡oh¿ qué mal hacen las Princesas,
que satisfechas de su inocenpia, mas que temerosas de la
común murmuración , no quitan la materia á los jui-
cios! ¡Quantas menos Rey ñas estuvieran en las Historias,
si lo que les sobraba de santidad , lo hubieran añadido
á la cautela! ¡Y qnantos menos Reyes hubieran sido,
desgraciados, si dexándose de pundonores. y regalías, hu*
bieran sabido ceder á la violencia » Considerando, que
en la mejor razón de Estado , no es la mas segura alma
Ja razón pundonorosa , sino la conservación , ó sea esto
por medio de expugnación del contrario, ó por la volun-
taria cesión, ó por el disimulo. ¡Qué bien entiende esta
política el Rey de Francia, pues no hizo ascos de admi-
tir en su casa , y en su gracia al Principe de Conde,
que poco antes le quitó la , le estorvó las conquis-
tas , y le quiso quitar la corona 1 ¿ Pero qué mucho , sí
le convino para su conservación , y aumento en las. paces
ventajosas que hizo? En fin , sirva mi fracaso de escar-
miento, quando por no caer un punto de mi di&amen,
y regalía , perdí con la vida el rey no > y con esto, el vas-,
tardo Enrique , y el pueblo , que solo se contentaran,
con que yo moderase mis nimiedades y rigores , logra-
ron mas triunfo del que, había imaginado su lealtad. Esto
me sucedió á mí, aún sin andar tan arrebatado , que
prendiese á Enrique, hasta que desnaturalizado, me ocu-
pó las Plazas con su Exército. Ni le di por rebelde , has-
ta que teniéndole en prisiones por tres años continuos,
me detuve en tomar la resolución , cuyas resultas fueron
las
4»-
ias que debe esperar el que sin tiempo prende, el que sin
causa determina, y sin consideración intenta. Dlxo : Y
prosiguiendo el otro prorrumpió en estas razones.
Yo, Serenísimo señor , soy el Marques de Villena , á
quien la Astrología hizo celebre en el mundo , y el ar-
bitrio de la redoma hizo famoso. Dicen, que picado me en-
tre' en ella , para registrar, como por vidriera christalina,
los sucesos de los siglos venideros • y dicen bien: porque
¿.quien que tuviese la sangre que yo , no se picara por
ver lo que en estos tiempos sucede? ¿Quie'n no se picara
por ver fracasarse una Monarquía por un particular,
abandonarse los Príncipes , y Señores por un plebeyo,
las repúblicas por un Religioso , y los naturales por un
advenedizo? ¿Y lo que mas es , aventurarse un Rey por
un vasallo, un hermano del Rey por un criado , y el ho-
nor sagrado de una Reyna por un Jesuita ? Es verdad,
queme pique, no lo niego; pero pique'me , por ver
la fe' purísima de nuestra España gobernada por un
sugeto (aunque santo) nacido en la Alemania , y no
en los ceremoniales de nuestro Gavinete , y en nuestros
Ritos.
Y me pique' , por ver que una Reyna , que ha de go-
bernar Españoles con nuestras leyes propias, sea interior,
y exteriormente dirigida por quien no se ha criado con las
de nuestros reynos. No se puede temer que yerre S. M.
de voluntad , sino de entendimiento, por falta del que tie-
nen su confesor y diredores , por criados en otras Prag-
máticas , y leyes desconvenientes á nuestros estilos.
Y me pique , por ver Gorbernador de nuestra Mo-
narquía , á quien por no conocer los temperamentos de
sus provincias , no puede gobernarlas según ío que piden
sus naturales; y que por ignorar la graduación de las ca-
lidades de los Principes, y los méritos de los vasallos,
no puede administrar con acierto la justicia distributi- *
La va.
tva. Y finalmente, porque por no ser de nuestro idioma, ni
puede entender bien, ni ser entendido.
Y me pique , por ver Consejero de Estado , al que
en el suyo de religioso , solo puede haber aprendido á
rezar, y decir Misa, y á retirarse de los honores j que ese
es su instituto , y huir de las dignidades , y pompas del
mundo, sin solicitar las políticas , y razones de Estado,
que es de lo que un Consejero de Estado necesita,
Y me pique' , por ver que el que es Gobernador , y
Privado , juntamente sea Confesor , sin que en ambos
fueros la Rey na hable con otro. Porque' ¿cómo la desa-
hogara la conciencia, y sacará de escrúpulos en la confe-
sión contra sí , el mismo que apasionado , ó interesado
pudo obrar mal?
¿Quien no se habia de picar, por ver en estos tiem-
pos el cumplimiento de los pasados , y misteriosos vati-
cinios i si ya no son mas , que juiciosas revelaciones ?
Véase á santa Lugardis en su impresión original , y no
en la traducida por uno de la Compañía j á ver si ame-
naza la perdición de este reyno por un Jesuita l Véase
á Quevedo sobre los Monopantones en U hora de todos , á
ver si ha llegado la de España por el mismo camino ?
Léase al mismo en el libro de las pestes , y fantasmas , en
el de la pobreza. , á ver si habla en propios te'rminos so-
bre aquel lugar ; Qui deborant viduas ::: Léase á santa Te-
resa , á ver si predice á alguna Religión temprana fata~
lidad , originada de sus hijos , sino á esta. Y léase á san
Ignacio de Loyola en sus instrucciones ó a&os % á ver si
se la amenaza á su religión , quando alguno de ella ad-
mitiese las dignidades que el Santo les prohibe., Y final-
mente, léase el Apólogo donde favoreciendo los lobos á
las. ovejas , y corderos contra los pastores , y mastines,
vencidos, los mastines > y pastores, logró su astucia en los
corderos , y ovejas su bien trazada carnicería 5 á ver si
en
«SI
en ias promesas , y socorros de Franceses , que á unos,
y á otros se hacen , se puede temer la mesma ruina , en
el ardid mismo. Es verdad que me pique 5 ¿pero quien
no se habia de picar por ver salir á la plaza del mundo ün
manifiesto defensorio tan lleno de nulidades , y razones
frivolas ?
Pique'me , por ver asegurado en el , que sus padres
fueron criados antiguos de la Cesárea casa, quando saben
todos , que la de antiguos , solo les venia por los años '■> y
la.de criados , por haber hecho unas puertas y ventanas
para la referida casa.
Piqueme por ver en e'l asegurado , que el dicho pa-
dre ha sido Maestro del señor Emperador Ferdinandoj
quando saben todos ( y hay testigos de vista ) que nun-
ca entró en Palacio , sino por compañero : y que habien-
do tres padres de su orden renunciado la confesión de
nuestra Reyna , fue elegido de quarta impresión , como
quien no podia negarse á una tan exúverante dicha, pues
nunca la imaginó , quien nunca en su Religión tuvo ofi-
cio de dignidad , ni pasó de enseñar á los muchachos las
artes.
Piqueme , por ver en e'l , que para escusarse del gar-
rote , de principios morales, sacando conclusiones Pisicasj
(sin duda que aún la Lógica se le olvidó ) y pasándose
del derecho hasta el hecho, concluye que no pudo influir
en la muerte por ser sacerdote ; como si porque los sacer-
dotes tengan particular prohibición , les faltarán las fuer-
zas, y el alvedrio para poder con mas ó menos culpa man-
dar dar la muerte al mas pintado , y cometer otro qual-
quier delito.
Piqueme : por ver que se niega á las noticias de la
prisión de Patino con la santidad de rezar Maytines para
otro dia , como si el rezar con tanta prevención , fuera
argumento irrefragable de inocencia , y no fuese des-
acuer-
0
acuerdo alegar semejantes sutilidades ( y solo buenas pa-
ra las burlas) en una materia tan diversa ; y esto quan-
do sabe el mundo , que envió á Pinilla para que hablase
á la Reyna con estrepito , para que la prisión de su Al-
teza , que se queria hacer , hallase menos resistencia , e
hiciese menos ruido en los ánimos , que debian estar
atónitos é insensibles con tan ruidosa e inopinada no-
vedad.
¿ Qiüe'n no se habia de picar por ver que por des-
cargo de los puestos , que intempestivamente ha ocupa-
do , tragándose sobre indigesto los mayores de esta Mo-
narquía , sin que la brevedad de los unos diese lugar
para dirigir las -obligaciones de los primeros , diga que
no ios queria , y que la Rey na le ha obligado á tomar-
los j quando sabemos las ansias y diligencias que en vida
de nuestro gran Filipo hizo porque le hiciesen Inquisidor
particular , y le entrasen en algunas Juntas? ¿Y quando
saben muchos señores los ruegos con que pedia su inter-
posición para entrar en el Consejo de Estado e Inquisi-
ción? Digalo Aytona, que entonces menos espiritual , y
mas político , echaba verbos. Digalo Castel-Rodrigo,
que se escandalizó de tan arrebatada ambición. Y digalo
Gastrillo , que recibió por un regalo que le hizo, la expre-
sión de que le regalase menos , é hiciese mas merced. Y es-
to fue porque entonces Castrillo se oponia á su preten- ;
sion. Hablen las ciudades sobre las instancias , y agasa-
jos que le costó su naturalización. Hable el Cardenal
Moneada á ver si para acomodarse de rentas y pensio-
nes , ha necesitado de los preceptos de la Reyna.
Digo , que con razón me pique , por ver que de no
haber quitado los tributos, se purga con decir , que ha
solicitado ios alivios , poniendo por testigos á los Minis-
tros de las Juntas , con que carga á los otros de crueles,
y el se acredita de:zeloso. Pero ellos niegan la suposición,
y
y dicen, que la pruebe : y que , ¿como viene bien con
su deseo , el haber hechado tributo para reparos del Pa-
lacio de Alemania ? ¿ Y cómo siendo el todo poderoso en
las demás cosas, con total independencia , no se valió de
la absoluta para quitar ios tributos , que le pareció con-
venia , por mas que los Ministros repugnasen ? ¿Y cómo
puede verificarse el que no haya medios para quitarlos,
quando han cesado los fines en que consumirlos? Y el
traer por testigo á la Reyna, sobre ser sobrada llanezayes;
poca legalidad, pues siendo juez de su causa , mal puede
ser presentada en ella por testigo.
Piqueme , por ver que al cargo de que transporta ri-
quezas á Alemania , se exonera con decir que no tiene
en ella padres, ni parientes para quien sean ; no advir-
tiendo , que de la carencia de un fin particular e inade-
quado , no se arguye bien la imposibilidad de una acción
que puede tener otros fines. Hable Don Blasco lo que en
esto siente : hable el Embajador en Alemania , y el de
Alemania en España : hable el Guarda-joyas : hable el
Parque : hablen los Carros largos : hable Manteles : ha-
ble Bustos : y hablen los que han comprado oficios. Y sí
no tiene hermanos , ¿que' serán los de la Compañía ? ¿ No
son hermanos para haberles dado , y dotado dos Cáte-
dras en Alcalá, contra toda razón , inmunidad y resis-
tencia de aquella Universidad ? ¿ y otra en Salamanca,
venciendo con halagos , y promesas ios votos ? Digalo el
Padre Romero. ¿ No son hermanos para haber llenado
las Inquisiciones de Calificadores de ella? Digalo la dc;
.Valencia. ¿Y para haber reducido á las Juntas de sus Ca-
lificadores , todas las materias de la Inquisición l Dígan-
lo los Calificadores de otras Ordenes , que han perdido el
exercicio ■> y díganlo los Carmelitas , que sienten no
haber dado puntada sobre su historia profetica , sin sa-
ber
88
ber si es por las grandes ocupaciones , ó porque fue el de-
nunciador el Padre Salinas.
¿Quien no se habia de picar , por ver en su manifies-
to, que se querella del señor Don Juan sin querellarse : y
sin decir nada de e'l , lo dice todo ; y dexándoselo todo á
Dios, no se dexa nada en el tintero i pues le agravia mas
gravemente, que S. A. le injurió quando le atribuye la
muerte de Santone' , y el haber intentado la de su per-
persona , y después el haberle querido transportar en un
coche 5 (como si el haber hecho Dios lo mismo con Elias,
hubiese sido repugnado del Santo) aunque S. A. si lo pen-
só así , sería por aliviar de su rigor al pueblo , á instan-
cias suyas ? Y finalmente , motejó á S. A. desublevador
del pueblo contra la Reyna •■> y quando dice : que no van
contra él sus clamores , sino contra la Magestad : ¿ á quién
pretende desacreditar , y malquistar con sus pretextos,
sino á S. M.? Ahora, véase si me pique con razón vien-
do , que dexa á Dios la satisfacción , quando carga
de esta suerte á S. A. , y véase quien queda mas agra-
ciado.
Y me pique' , viendo que se lava las manos en los
agravios de S. A. quando se sabe le desterraba á Flan-
des, le prendía en Consuegra , le fulminaba causas atro-
ces en Madrid, y le solicitaba prender ó matar en Barce-
lona. Digánlo los Virreyes de Aragón , y Cataluña, y el
Príncipe de Parma, que le intentaba dar por traidor , y
confiscar los bienes, ganando los votos del Consejo con
promesas y halagos.
Y me pique' por ver que haya tenido en sí , y en los
suyos Teología para hacer paces infames con un tirano,
que se quedó con un reyno , escusándole de traidor j y
no la tenga para escusar de traidor al zelo christiano de
un hermano de su propio Rey , y antes la muestra te-
ner
8p
ner para ío contrario , y aún para matarle. Y esto quan-
do se admira de que haya habido Teólogos , que hayan,
asegurado la conciencia de los que mataran á su Excelen-
cia , siendo esta doctrina corriente , bien que impía , de
los de su ropa.
Y me pique', por ver que siendo igualmente doctrina
del padre Moya, Salinas , y de su Orden toda, que pue-
de entregarse voluntariamente un inocente al cuchillo,
por libertar de la opresión á su Patria , y puede volarse
de pólvora una flota , y los que en ella vienen por mar,
si resulta contra la Patria que se enriquezcan sus enemi-
gos y y puede uno dexarse ahogar dando su tabla á otro
para que se salve , si es de mas importancia al común;
no quiera el padre Confesor , ni los suyos usar de
esta opinión, no digo para darse la muerte , que no se le
pide tanto , ni para desposeerse de los honores , y como-
didades , que esos se los lleva , sino para irse á su Patria.
\ Miren adonde , y con sesenta mil ducados de pensión!
jPor cierto que es gran lastima! Y esto quando de no ir-
se , han de suceder infinitas calamidades, muertes de ino«
centes, violencias, robos, y en fin la pe'rdida de toda
esta Monarquía. jO, santo profeta Joñas ! ¡Que' dirás.
á esto ! Si progter me exorta est tempestas. , mitite me i»
mare.
Y me pique' , porque sabiendo yo que motejando los
Jesuítas de inhumanos á los Dominicos en un papel que
días há escribieron sobre el punto de la Concepción 7 les
argüían , ¿que cómo no dexaban su opinión menos pro-
bable , por la mas probable , que era la pia , siendo así
que lo podían , y debían hacer , y en ello iba la honra
de la Reyna del Cielo, y la común quietud del rey-
no ? Y hoy ellos quando va la honra de una reyna , y la
quietud de estos reynos, no quieren apearse de su pare»
cer , y opinión , solo seguida de quatro interesados,
M quan^
SO
quando la opinión común de todo el mundo es el que
conviene que se vaya el padre Confesor,
¿Y quien no se habia de picar para ver , que el padre
Confesor , ni por el escrúpulo del daño que nos hace* ni
por temor del daño que le puede venir, no quiera imitar
el retiro del santo Rey David , y del Cardenal Adriano?
I Ni tema la expulsión de Mr. de Geures , del Conde-Du-
que de Olivares en España 9 del Cardenal Richilieu en
Francia , y del Cardenal Bolseo en Inglaterra ? ¿ Ni vea
el exeniplar de Trastamára , Privado de Don Alonso en
su menoridad , quemado en Tordehumos por el levan-
tamiento , y quejas de tres ciudades 5 el de Luna , y el
de Calderón en España , y el del Cardenal Jorge , tutor
del niño Rey Estefano de Hungría, el deAristo arrastra-
do en Lacedemonia , y el de Fisetaen los Espartos?
Y me pique', por ver que se traigan á Madrid armas
y mosquetes para repartir á sus vecinos , quando solo
los estaba aguardando para hacer lo que los Napolitanos
del varrio de santa Lucia , contra un extrangero , y sus
aliados. Y quando no fuera tan cierto , lo que no tiene
duda es, que en formando Compañías, no entrará el pan,
y se alborotarán los hambrientos.
Y me pique-, por ver que para guardar esta Corte,
traigan tantos soldados , que no es otra cosa , que poner
en guarda de la carne los gatos : pues por el afe£to que
muestran al señor Don Juan , ó por el interés que espe-
ran de la revolución , han de ser los primeros , que en-
tren á saco á Madrid. Bien discurrido tienen ellos , que
de pelear contra S. A. si no tropiezan por dicha con Ja
muerte , no adelantan á lo menos su fortuna 5 pero de
pelear contra sus enemigos , pueden salir de esta vez ri-
cos para toda la vida. ¡Oh, quántos tienen ya echado
el ojo á la casa mas bien proveída de doblones! ¡Y quán-
tos á las crueldades que les propuso su venganza !vQuie--
ra
91
ra Dios , que ne' sea Madrid segunda Jerusalen en
las desdichas. Y note'se , que el cometa del año pasa-
do, es hermano del que predixo la asolación de Je-
rusalen.
Y me pique' , por ver que la Compañía de Jesús , in-
discretamente ambiciosa , no reconozca con los humos
de la pasión , que la ciega , su ruina 5 ni que escarmenta-
dos de. Venecia , Malta , Alemania , México , Pamplo-
na, &c. no teman la desdicha de los Templarios , y que
saque á la plaza del mundo unos papelones tan indiscre-
tos, que sobre malquistarlos la voluntad, los desacredita
los entendimientos.
Y me pique', por ver que se colora el no echar al
padre Confesor , con el pretexto de la Regalía , diciendo
que es contra la Magestad ; como si contra la suprema
del señor Carlos V.° hubiese sido echar á instancias del
pueblo, á Mr. de Geures. Y finalmente , como si hu-
biera sido contra la divina Magestad el haber echa-
do desde la primera silla á los profundos infiernos á
Luzbel , un instante después que le hizo su primer
Ministro. ,'
Y me pique' , por ver que se temiesen intentos so-
beranos del señor Don Juan estando en esta Corte , y
Consejo de Estado 5 por lo qual , se le echaba á Flan-
des , y hoy no se le admite ; quando hoy asistido de
razón , de quejas , y lo que mas es de los Reyes de
varios reynos , y de todos los afe&os , no se le teme
en Campaña. O es hoy vano el desprecio , ó no pu-
do ser antes fundado el temor , ó fia poco de sí , y de
los suyos el que juzga ha de poder ahora en el corazón
de Castilla contrastar una corona contra la lealtad de
España , el que con la asistencia de casi toda ella no
puede echar un Jesuita estrangero , solo por ser cuenta
tocada á la Magestad.
M2 Y
9* _
Y en fin , digo señor , que me pique por lo dicho,
y por otras muchas cosas , que por no alargarme omito.
¡Y así picado vengo del otro mundo á responder á ciertos
parientes mios , que degenerando de su talento y sangre,
y apartándose del sentir común , han dado materia dila-
tada á este incendio , pues á haberse unido todos los se-
ñores con el pueblo , con Castilla , con Aragón , y Ca^
taluña , y con toda la Monarquía que desean , que el
Padre Confesor se vaya , ya la Reyna nuestra señora es-
tuviera consolada , el señor Don Juan pacifico , el rey no
sin temores internos y externos del France's , que amena-
za , y el Padre Confesor estuviera en su patria conten-
to , y nosotros pagados 5 pues si nos dexaba que comer,
poca fáltanos hiciera, aunque se llevara consigo los
manteles Alemaniscos que nos traxo. Bastábanos las ta-
blillas que puso á los pobres , quando les quitó el re-
curso natural de las limosnas , y el haberlas cercenado á
los Conventos , y á las viudas , que son las buenas obras
que por acá ha hecho. Y finalmente , voy á decir á todos
los señores mis parientes que se unan , pues en la unión
consiste el fin de la contienda , y en la desunión y,
parcialidad , la continuación de las desdichas. Bí£e.
Y el Rey prosiguió : Pues yo voy también á presen*
tarme por exemplar á la Reyna , al Jesuita , y Consejos.
Ya comenzaban á partirse , quando una muger desafio-*
radamente , gorda y fofa , con dos muletas , baxo de los
brazos , saliendoles al encuentro , les dixo ; Tened , Prin-
cipes de la fama, que todo lo que habéis hablado, detras
de esta peña , os he atendido. Sabed que yo soy también
una de las famosas, pues soy la celebrada fien a de Pero
Hernández : y porque mas os admiréis , sabed que soy
consejera trascendental de todos los Consejos de esta Cor-
te , desde el Supremo del gobierno , hasta el mas ínfimo
de todos. En todos me hallo , y sin mí no se resuelve na-
da^
, 9*
da : y pues no podéis despachar sin mí , bien será que
.nos vamos todos juntos poco á poco. Admirólos la mu-
ger , y la propuesta 5 pero viniendo en eila , tomaron el
camino juntos j mas viendo que ella lo tomaba con tanta
sorna , la dixeron : Buen reposo guarda vmd. quando
según las materias á que venimos , de una hora á otra se
puede perder el mundo. Á que ella con su flema acos-
tumbrada respondió : Si gastan tanta cólera , bien se .
pueden volver, que acá en Madrid, aunque todo se pier-
da , no salimos de este paso. Pues mas largo le trae el
Francés , y el señor Don Juan , dixeron ellos; y así pues
que os queréis perder , perdeos , que nosotros desespera-
dos de vuestro remedio, nos volveremos. Quizás debe de-
pender de mas alta providencia vuestra ceguedad ; pues
para ganaros debe de importar , como medio único , ei
perderos. Y volviendo las espaldas , se desaparecieron ca-
da uno por su parte.
Ninguno de quantos escritos ha habido , han dicho
tanto en respuesta del Padre Confesor , como el que sa-
lió con nombre de Consulta , siendo un Manifiesto ; pero
sin embargo , los que le aplaudian , y no tenian noticia
de este papel del Marques de Villena, pareciales que el se-
ñor D. Juan de Austria no tenia séquito alguno; y sin sa-
ber su paradero , se alargaron en hablar mucho , aunque
mal; y alguno del vando de los Jesuítas se adelantó en el
pulpito mas de lo que debia , y pedia el Sermón ; pero el
señor Don Juan (de quien dice un político: Este mu-
chacho es demonio , pues con unas cartillas en romance da que
hacer á tantos , / tan doóios hombres ) hizo con segunda
carta , que escribió desde Torre de Lledó , dos leguas
de Barcelona , que callasen los maldicientes , y discur-
riesen los cuerdos. Acompañaban otras para los señores
de la Junta grande , ó de Gobierno , y copia de lo que
es-
94
escribió al réyno de Aragón, cuyos motivos por ellas se
reconocen. Y para contar lo sucedido después , es fuerza
leerlas , que son en esta conformidad.
Carta que el señor Donjuán de Austria escribió a la Reyna
nuestra señora desde Torre de Lledá á 1 3 de Noviembre
de 166%.
SEÑORA.
A
2 1 del pasado dexé escrita á V. M. en Consuegra
una carta yendo á montar á Caballo , para resguardar-
me , sin mayores escándalos de la violencia ,. que en aquel
instante supe me prevenia el Padre Everardo , lleno , y(
herido el corazón del justo dolor que me causó hallarme
-en natural necesidad de tomar semejante determinación,
quando mas lexos estaba de merecerla , y con mayor de-
seo de que todos los míos fuesen del mayor agrado de
LV. M., y ver atropellada por este Religioso (tan sin razón)
la sangre r y memoria que en mí concurre del Rey nues-
tro señor {que está en el Cielo), lo mucho que S. M« me
honró , y fió en mi immutable fidelidad , desintere's , y^
amor á su servicio , y los importantes y grandes que hej
hecho á esta Corona,
En esta Carra ( que no dudo llegaría á las reales ma-
nos de V. M. ) ofrecí , que desde el parage adonde me.
encaminaba, remitiría á V. M. segundas noticias mías*,
Después entendí , que la malevolencia del Padre Eve-
rardo habia llegado á te'rminos de mover el real y be-
nignísimo ánimo de V. M. , á que mandase poner por
obra lo que yo por noticias anticipadas tenia entendido»
y que con mano armada , y nunca oida resolución en es-
tos
9f
tos reynos , con persona como yo, en quién no hay , ni
podrá jamas haber culpa que lo merezca , se fue á Con-
suegra (como con efe&o se executó dos dias antes de mi
partida ) á llevarme preso al Alcázar de Segovia ; acción
que es preciso que admire , y escandalize á quamos la
oyeren , aunque yo puedo afirmar con verdad á V. M.
que he llevado este grande ultraje , y quantos me ha he-
cho desde la hora en que espiró el Rey nuestro señor
( que está en el Cielo) con interior consuelo de que los
padecia por el mayor servicio del Rey nuestro señor
(Dios le guarde) por el de V, M., y bien de toda la Mo-
narquía; y con igual esperanza de que la divina provi-
dencia habia de permitir , que este camino mismo agrio
y escabroso, me condujese á favorable disposición , en
que poder contribuir á estos tres fines tan de mi obliga-
ción. Y como quiera que todos ellos se comprehenden
en que V. M. se digne mandar al Padre Everardo , que
salga de los dominios de V. M, , y se encamine á Ro-
ma ó á la parte que V. M. sea servida fuera de ellos;
reservo también hasta entonces todas las noticias que
ofrecí á V» M. en esta humilde , y respetuosa súplica,
en que es cierto , señora , que es V. M. la primera in-
teresada después del Rey nuestro señor, pues no habrá
nadie que mire sin pasión el estado de nuestras cosas,
que no confiese consistir en ella ía mas segura prenda
del prudentísimo gobierno de V. M., á quien toda la
felicidad , y reputación Española quedará eternamente
obligada por haberla exonerado V. M. de un yugo tan
indigno y molesto ; rescatando al mismo tiempo V. M.
su propia libertad, y soberano juicio y prudencia , para
poderla aplicar al común beneficio de esta Corona , y,
emplear en esto el tiempo que el Padre Everardo gasta-
ba solamente en divertir , y executar los . medios de su
par-
96
particular conservación , valiéndose V. M. en conformi-
dad de lo que el Rey nuestro señor fue servido de dexar
dispuesto , de ios Ministros naturales de estos reynos > en
quienes debe concurrir dolor para sentir su ruina , com-
pasión para solicitar su remedio , y el alivio de tanto po-
bre vasallo i (por cuya vejación sin duda nos envia Dios
los infortunios que padecemos ) y zelo , y experiencias
para hacer que esta grande Monarquía vuelva á ser for-
midable á sus émulos } siendo, después de Dios, la primera
causa de todos estos saludables efe&os , y la restauración
del honor , y nombre Español ; lo que rendidamente re-
presento , y suplico á V. M. cuya execucion , siendo tan
breve, como el estado de las cosas, y el servicio de V. M.,
requieren, seré' yo el primero que desee y vote sea
en la forma mas decente , y decorosa á la real so-
beranía de V. M. , y al agrado con que ha tenido V. M»
por bien de favorecer á este Religioso : para lo qual
sobran á la grandeza de VY M. muchos caminos y
medios.
Estos, señora, son» mis intrínsecos , y verdade-
ros dictámenes , sin otro humano interés , ó fin par-
ticular mió , como lo mostrará á V. M. el tiempo ; y
creo firmemente , que muy en breve ha de experi-,
mentar V. M. quán del servicio de V. M. son estas hu-
mildes representaciones que hago á lo pies de V. M. dan»
do Dios á V. M. felicísimos aciertos , que aumente cada
día el lustre , reputación , y aHvio de estos reynos , y la
adoración con que veneramos á V. M. quantos tenemos el
honor y la dicha de ser sus escíavos y vasallos. Y porque
ha cesado , ya todo motivo de detener mas tiempo preso
ai hermano de mi secretario r no dudo que V. M. se dig-
nará de hacerme a mi la honra de ordenar se le ponga
hiego en libertad.
Tara»
fttf
También estoy en precisa obligación de suplicar á
V. M. constantemente, que así como los apasionados in-
formes , y sugestiones violentas del Padre Everardo haa
forzado (por decirlo como lo entiendo) la retta y clemen-
tísima intención de V. M. para que se me haya qui-
tado el honor, y la reputación en todos los quatro ángu»
los del mundo, con quantas manifiestas demostraciones
lo ha podido extender mas en ellos , se sirva V. M. de
restituirme también con demostraciones , y honras piU
blicas estas preciosas prendas , que por tantas razones he
antepuesto siempre á la propia vida ; en cuya propor-
ción me será todo lo demás despreciable. Y finalmente,
señora, repito á V. M. con humilde reverencia, y por des-
cargo de mis grandes obligaciones al servicio del Rey nues-
tro señor, y de V. M. y al mayor bien de los re y nos, que
ellos mismos son , y serán los que me conserven en estos
mis dictámenes con tan inmutable constancia , que cree-
ría faltar á la mas sagrada lealtad , que debo al Rey nues-
tro señor, y á V. M. si desistiese de ellos en un solo ápice:
con que se declara quanto se puede la firmeza de esta re-
solución. Dios guarde la Católica y real persona de V. M.
como deseo y he menester. Torre de Lledó á 1 3 de No-
viembre de 1 658. ^ Su mas humilde vasallo de V. M. =
Don Juan.
Copia de las cartas , que el señor Don Juan escribió a
los de la Junta de Gobierno , A cada uno de pvr sí}
ti mismo di a I 3 de Noviembre*
AL ARZOBISPO DE TOLEDO.
I fuese posible que en las grandes ocupaciones y zelo
de V. £m. cupiese intención , ó deseo de turbar , ó perr
tier el mundo 5 á io menos se le habia venido á las ma-
N nos
P8
nos la ocasión ; pero ya que en esta parte no tengo que
pedir , ni que protestar á V, Em. , le protesto , y le pido
por Dios , y por ese inocente ángel , y dueño nuestro,
que aplique V, Em. ese mismo zelo y obligación con que
nació adonde juzgare necesario , para evitar los malos
efe&os , que seria preciso resultasen de la terquedad del
Padre Everardo en resistir salir de estos reynos , como
tanto nos importa á todos? y que se piense bien si es
alhaja de tanto precio , que válgala inquietud de toda
España. En quanto á mí , desde ahora declaro , que ni
quiero , ni he de sacar del logro de este empeño , ni de
sus conseqiiencias mas ínteres que la gloria de librar el
fracasado baxel de esta Corona , de un piloto tan indig-
no de regir su difícil timón , y que la Reyna nuestra se-
ñora me restituya la honra , que por las iniquas suges-
tiones de este Religioso ha permitido se me quite publi-
camente > que son las humildes súplicas que hago en la
carta que escribo hoy á S. M. , y verá V. Em. todo lo
demás favorable , que fio en Dios producirá la perfec-
ción de esta importante obra , y que ha de quedar ( con
su divina ayuda) en beneficio del Rey nuestro señor,
de su Magestad misma , y de estos reynos : cuyo honor
y conservación es mi único fin , y por el me he consti-
tuido hasta ahora á padecer ( sin ninguna contradicion )
las injustas calumnias, y castigo delinqüente y destinado:
y últimamente , el efe&o mas execrable de la alevosía del
dicho Padre Everardo de echarme la mano como á cri-
minal reo : acción sin exemplar en quien nació como yo,
y no puede , ni tiene , ni puede tener jamás culpa ,
que corresponda á tan desmedido ultraje y escándalo.
Dios &c.
" En esta misma conformidad escribió el señor Don
Juan al Vice-Canciller de Aragón, al Marques de Ay to-
na , y al Conde de Peñaranda.
AL
99
AL PRESIDENTE DE CASTILLA.
.Cuerdese V. S. I. que antes debió á Dios el ser Es-
pañol y vasallo de nuestro Rey , que al Padre Everardo
el lugar en que le puso ; y crea V. S. I. que no puede
haber nada mas loable , ni que mejor le este' , que no
turbar el orden de estas obligaciones, y reconocer la pri-
mera no solo por la mayor, sino por la única 5 y esto
nunca puede sonar mas , que á deseo de los aciertos de
V. S. I. , y que se luzcan en servicio del Rey nuestro
señor. Dios guarde &c.
A D.BLASCO DE LOYOLA.
_l ^SA carta pondrá Vm. luego en las reales manos de
la Rey na nuestra señora, y según mi cuenta , espero
en estos quince dias la respuesta , y la noticia de haber
condescendido benignamente S. M. á lo que en ella le
suplico. Dios por quien es , la inspire estos saludables
dictámenes , y dome la terca cerviz del Padre Everardo
á que se ajuste á ellos con la brevedad que digo , y tan-
to nos conviene 5 por quanto al contrario no podían de*
xar de seguirse graves inconvenientes en la inmutable
prosecución de este empeño. De que he querido prevenir
repetidamente á Vm. para descargo de mi obligación, y
de mi conciencia , para que como Ministro tan zeloso del
servicio de Rey nuestro señor , procure que se disponga
lo que se propone sin mas dilación , y le deba S. M. y to-
da España este gran servicio. Dios guarde &c.
N2 G>-
[IOO
ffofifl de carta , que el señor Don jftían de Austria es-
cribió al reyno de Aragón * y en la misma confort
mi dad á todas las Ciudades y Villas , c±ue tienen
• . voto en Corte i \
■«Jffv—
L^Uego que pise el terreno de ese reyno , lo participe
á V. S. por medio del Sargento general de batalla , Con-
de de Escalante, Gentil hombre de mi Cámara, del qual,
y del extrajo de carta para la Reyna nuestra señora,
que envíe á V. S. , habrá entendido las causas que me
reduxeron á. precisa obligación de poner en seguridad mí
persona. Ahora diré' á V. S. en execucion de lo que en-
tonces le ofrecí , que estas fueron en dos m©dos. Las
unas , y de mayor realce , que tocaban al servicio del
Rey nuestro señor, conservación de sus reynos , y repu-
tación y honor de todos sus vasallos : y las otras, que
miraban á mis particulares. En estas no me dilatare' por
ser yo el inmediato interesado 5 y porque á vista de aque-
llas , las he atendido menos siempre > de mas de que han
sido tan sin intermisión desde la hora en que para casti-
go común de esta Monarquía espiró el Rey nuestro se-
¿Sor (que goza de Dios), que sería menester mucho volu-
men , y tiempo para reducirlas á escrito 5 y así bastará
insinuar , que desde aquel instante hasta el presente dia,
apenas ha amanecido alguno en que el Padre Everardo
no haya maquinado nuevas violencias, y ofensiones con-
tra mí j habiendo llegado su última alevosía á procurar
con tan profunda malicia como se ha visto , reducirme
á postura de delinqüente, induciendo el benignísimo áni-
mo de la Reyna nuestra señora , á que como á tal se pen-
sase , y pusiese en execucion ei intento de prenderme,
con
I O I.
con desprecio ele todas las divinas , y humanas atencio-
nes-, y de la sangre , y memoria que en mí reside del
Rey nuestro señor (que este en el cielo). Y que sea ver-
dad , que el designio de querer espeler á este Religioso,
no haya tenido ninguna consideración , ni particular in-
terés ó satisfacción , lo muestra mi modo de proceder;
pues si me hubiera dexado llevar del estimulo de la ven-
ganza , y no le hubiese hecho suelta delante de Dios de
quanto ha obrado contra mi honor y vida , hubiera
visto quán fácil me hubiera sido acabar con él , por ca-
minos mas recatados , y seguros ; pero hasta ahora no
me ha aconsejado mi ánimo hacer acción de que no
me pueda declarar autor sin ningún empacho , y me
pesaría infinito verme reducido á tan estrechos tér-
minos.
En lo que el servicio de nuestro Monarca, la conser-
vación de su Corona , y la reputación de sus vasallos^
se ha deteriorado , padecido , y enviiecidose por razón
de la soberanía en que se ha colocado dicho Padre Eve-
rardo , fueran mas justas las ponderaciones , si es que
hay algunas bastantes á explicarlo. Él es causa única, y
absoluta de todas nuestras calamidades , y disipación de
dominios dentro y fuera deEspaña por sus caprichos. Tie-
ne el Rey menos tan estimables piedras de su Corona , y
nos vamos acabando de perder á largo paso , sin que en
el haga esto ninguna aprehensión. Su cruel ánimo , de-
sigual á las otras calidades que le alimentan , bien lo expe-
rimentó aquel desdichado Malladas , hijo- de ese reyno,
en que hizo lo mas á que han llegado los mayores tiranos
del mundo.
Si en tiempo del señor Emperador Carlos V.° de glo-
riosa memoria , padeció España las tribulaciones , que
se saben , por no poder sufrir á un Ministro extranjero,
no obstante suceder en sazón , que era regida por su
Rey,
10 2
Rey , y señor natural , y concurrieron en el Ministro
las calidades de ser vasallo suyo, de gran sangre , cau-
dal , y juicio para gobernar , como los extremos los mos-
traban , y la fidelidad , y reputación grande que enton-
ces gozaba toda la Monarquía 5 ¿que' no se podrá temer
ahora en una menoridad , si se continuase la monstruosi-
dad , y el horror de ver entronizado en el mas despótico
poder á que jamas llegó Valido, á un hombre en quien
se juntan quantas impropias partes pueden imaginarse
para tener en las manos una valanza tan preciosa y de-
licada , nacido fuera de los dominios de la Corona , de
obscuro linage , de cortísima comprehension natural , so-
bre faltarle totalmente las experiencias de que necesita el
difícil arte de gobernar , y presumido á esta proporción,
pues no ha acertado á conducir el timón de. este gran
baxel de la Monarquía Española, en que tan atinados pi-
lotos se han perdido? ¿Ambicioso en el último grado; pues
contra las expresas prohibiciones , que el Rey nuestro se-
ñor (que está en el cielo) dexó en su testamento , y con-
tra lo mismo que S, M. obró en su vida , no habie'ndole
querido dar nunca el mas leve cara&er de Ministro , se
ha puestto tan arrebatadamente sobre nuestras cabezas,
atrepellando todas estas nulidades ? Y el haber ascendi-
do á quanto tiene , no solo sin Consejo , sino contra
el expreso dictamen de la Junta que S. M. puso á la Rey-
na nuestra señora para los fines , que constan del testa-
mento. ¿Quien no llorará con lagrimas de sangre, al con-
siderar cabeza y juez de la Religión Católica en estos
reynos , dispensador de la justicia , y dueño de nuestras
honras , vidas y haciendas , á un hombre de estas pren-
das con la nunca vista incompatibilidad de Confesor y Va-
lido , que es lo mismo que Fiscal y parte , quando los
efe&os corresponden tan puntualmente á estas causas en
el desorden general del gobierno , repetidas perdidas de
rey-
103
reynos y provincias enteras , con ignominia nuestra , y
escarnio de nuestros enemigos : despreciadas y ajadas la
nobleza , y la milicia 5 sin justicia , sin economía rendi-
didos y aniquilados los pobres vasallos de Castilla, con ei
insoportable peso de tributos?
Finalmente , por no detener mas á V. S. con lo que
es tanto menos necesario de ponderar , quanto lo tene-
mos todos mas á la vista , pasare' á decir , que en exe-
cucion de lo que ofrecí á la Reyna nuestra señora en mi
carta de 2 1 de O&ubre , he enviado hoy á sus reales ma-
nos la humilde súplica , que V. S. verá por las adjuntas
copias , para que sirva de mandar salga luego de estos
reynos el Padre Everardo. Y aunque fio de la suma pru-
dencia de S. M. que conociendo el zelo , y desinterés con
que me muevo á este empeño y determinación , y que
á nadie le va mas en su logro , después del Rey nues-
tro señor , que á S. M. misma , se dignará de condescen-
der benignamente con lo que se le súplica , no dando oí-
dos á los perniciosas consejos del dicho Padre 5 con todo
eso , condesíderando quán atendidas serán de S. M. las
representaciones de V. S. , y deseando mas que la pro-
pia vida , aplicar quantos medios juzgo eficaces para que
se consiga este importante fin, sin los inconvenientes,
que sería preciso resultasen de la terquedad de este Re-
ligioso de no venir en los partidos , que se le ofrecen:
pido y exórto á V. S. (que como miembro tan noble , y
principal de esta Monarquía, y como quien es, es preciso
mire con gran dolor el lamentable estado , y riesgo en
que se halla ) coopere con sus prontas instancias , y fer-
vorosos oficios , por medio de persona expresa , á obte-
ner de S. M. lo que tanto nos conviene á todos 5 que de
mi parte estoy tan en la importancia , y obligación de
no mover cosa de que pueda resultar el mas ligero peli-
gro á la quietud pública , y de conservarme en este mis-
mo
104
mo conocimiento , á quantos cotí tanta razón tienen he-
cho concepto de que lo que obrare ó dige're que obren,
será siempre io que mejor este al servicio del Rey nues-
tro señor , que aún no he querido hasta ahora dar á luz
pública el manifiesto que tengo formado en reparación
de mi honor , esperando en la divina misericordia , que
hemos de vencer la dureza de este Religioso , sin pasar
de los medios lenitivos , en que tocará á V. S. tan loable,
y principal parte j á lo que yo por el público , y parti-
cular interés , le quedare' con particular obligación, y re-
conocimiento. 5
En habiendo cumplido con una promesa que he heJ
cho á nuestra señora de Monserrate , (cuyo soberano pa-
trocinio invoco desde el principio para la especial direc-
ción de estos negocios), espero volverme á acercar á ese
reyno para hallarme mas pronto por lo que pudiere ofre-
cerse , y para alimentar la esperanza con que siempre
estoy de expresar personalmente á V. S. quanto debe fiar
de mi estimación y voluntad; y entre tanto que se me di-
latare el cumplimiento de este deseo , me remito á lo que
habrá dicho , y dirá á V. S. el Conde de Escalante. sS
Dios guarde áV.S. muchos años en toda felicidad. Torre
Liedó 13 de Noviembre de i6"68.
Estas cartas llegaron á los 16 del mismo mes con cor-
reo extraordinario *, y luego que se dieron á S. M. , y á
los demás para quien venian , se imprimieron con lá
que habia escrito S. A. al reyno de Aragón, y se dieron
diferentes pliegos á señores y comunidades por la Corte,
con que empezó á haber mucho ruido j y no poco con
haber hecho plaza de armas el sitio del Pardo, donde
aquartelaron docientos caballos , que sacaron de los alo-
jamientos , no cesando en hacer acercar á Madrid , y
á diferentes lugares otras tropas ; cosa que tuvo en gran
confusión á la Corte. Á este mismo tiempo se hicieron
di-
I0*í
diferentes Consejos de Estado i y también al real de Cas-
tilla se le mandó reconociese si estaba ya en estado la
materia de hallar culpa en el señor Don Juan , que fue-
se digna de reprobar estas acciones , y de algún castigo
severo. Y aunque parece (según se dexa reconocer por
los efe&os) que estuvo el Consejo con indiferencia , y que
los mas fueron de la parte del Padre Confesor , no qui-
so Don Antonio de Contreras se le pasase al pueblo el
buen rato que dio á todos, manifestando su voto por es-
crito, que fue singular, y así después de haberle enviado
á la Reyna nuestra señora , se esparció en la Corte,
haciendo todos grande estimación de el , así por lo biéa
fundado , como porque hablaba como Ministro chris-^
tiano , virtuoso , y con todo desinterés j el qual fue comqj
se sigue.
D
VOTO DE DON ANTONIO
DE CONTRERAS.
'ON Antonio de Contreras dice : Que este negocíaf
es muy grave , y las circunstancias que en e'l ha habido,,
le ha hecho gravísimo i y si en lo que se obrare de hoy
mas , no se acertase á componer , seria de mucho perjuin
ció para la Regalía y causa pública. Por lo qual , lo prl-|
mero es encomendarlo á Dios nuestro señor , para que
se*sirva su divina Magestad de mirar esta República con;
misericordia , y encaminar lo que mas fuere del servicio
suyo $ y procurar disponer este negocio con atención ai
principio que ha tenido, al progreso que tiene , y al fin
que se puede esperar > procurando los medios christia-
nos , prudentes y eficaces. El Consejo , á quien se remi-
tió este negocio después de la prisión de Patino , de ha-f
ber salido los Ministros á la execucion de la prisión del
señor Don Juan , de su retirada , y después que vino la
O car*
io6
carta , que dexó escrita á V. M. , ha hecho dos consul-
tas á V. M. , con quien se ha conformado. Y en esta , que
és la tercera , ha parecido á Don Antonio poner su voto
por cumplir con la obligación de la conciencia , desean-
do poner ( según lo entiende ) lo que mas sea del servicio
de Dios nuestro señor , de V. M. , del Rey nuestro se-
ñor , y bien de la Monarquía.
Señora , después de los principios , ha discurrido
Don Antonio en este negocio y halla , que es diferencia
entre dos vasallos de gran suposición. El uno el señor
Don Juan de Austria , que no tiene comparación con
ninguno ; hijo del Rey nuestro señor ( que este' en el
Cielo), medio hermano del Rey nuestro señor, (que Dios
ha sido servido darnos , y que guarde su divina Mages^
tad muchos años) de la señora Emperatriz , y de la se-
ñora Reyna de Francia , y primo de V. M. Y el otro el
Padre Juan Everardo , Confesor de V. M. , Inquisidor
General , del Consejo de Estado , y uno de los Goberna-
dores de estos reynos. En medio de estos dos sugetos está
la Regalía que Dios nuestro señor puso en la real persona
de V. M. , para que con maduro , igual y christiano ze-
lo gobierne esta diferencia , con atención ,á que no per-
diendo de vista la justicia , se eviten los daños que ame-
nazan á la Regalía, y á la causa pública. El frangente en
que nos hallamos , es grande , por la inquietud de los
reynos , si no se tomase medio competente para aquietar
estos vasallos , y que se viva en paz , que es el principal
cuidado que debe tener la Regalía. V. M. (Dios la guar-
de ) desea esto , preguntando á diferentes Consejos , y¡
Ministros se le diga lo que podia , y debia hacer en este
caso 5 y cada Ministro tiene obligación de decir á V. M.
el di&amen que tuviere , para que con vista de todos,
V. M. elija lo que convenga. Y para decir Don Antonio
el suyo , supone la proposición del señor Don Juan , de
que
107
que V.M.se sirva de apartar de sí al Padre Juan Everardo
su Confesor , juzgándole por el Ministro que gobierna
las acciones de V. M. Esta proposición del señor Don
Juan tiene dos partes : una es las instancias de ella , y
otra el modo con que se dice, que lo queria intentar. Uno y
otro puede ser reprobado i pero la primera de desear
apartar á los Validos de los Reyes , apenas se considera
tiempo que no haya exemplares de este deseo , y de su
execucion. Debe de ser pensión natural del puesto de los
Validos, y no se suele aborrecer la persona, sino el
exerctcio > y si consultamos las divinas letras , vemos á
David en casa del Rey Achis , santo y bueno , querido
del Rey , que le aliviaba sus cuidados ; mas los criados
del Rey procuraron hechar á David i aunque con gran
sentimiento del Rey que le tenia por santo y bueno»
pero Satrapís non pUcet. Vete con Dios. Si consultamos
las historias de todos los reynos , se hallarán muchos
exemplares , pues en Castilla frescos los hemos alcanza-
do. Del Duque de Lerma fue notable el valimiento con
su Rey ; fue el Duque perseguido , y se determinó
á procurar un Capelo, como lo tuvo , y después se fue á
Valladolid j á que se dice ayudó harto su propio hijo. En
el Conde de Olivares sucedió así como todos sabemos, y
con el consentimiento de los Reyes han salido por aquie*
tar los pueblos.
En el modo que se dice disponía , y dispuso el señor
Don Juan esto , hubo tres cosas. La primera , la dis-
posición que dicen tenia tratada : la segunda , la carta
que escribió á V. M., y la tercera , haber vuelto las es-
paldas sin esperar el mandato de V. M. En la primera
de querer sacar de la Corte al Padre Everardo , (aunque
no sea mas que el conato ) es muy de notar y reparar.
A un Confesor de V. M. Religioso , Inquisidor general
sacarle de estos reynos violentamente, sin susdignida-
O 2 des,
\
■xo8
des, ni su hacienda, y ponerle en parte donde apenas tií-J
viese con que sustentarse ; ya se ve lo que es > y aunque
se dice que hay exemplar , sería muy perjudicial tocarle
aquí. La segunda , de haber escrito la carta ? es de
gran nota y reparo. No parece haberla escrito el señor
Don Juan 5 si ya no es que se puede recibir en cuenta
del justo dolor que tendría de verse privado de la gra-
cia de V. M. , y ajado con el mandato de su prisión.
La tercera de haber vuelto las espaldas , fue convenien*
cia , pues si sus vasallos que tanto le quieren , vieran lie*
var preso á su dueño , nos aventuraba á que hiciesen
pedazos á todos quantos iban , y que de ello resultasen
unas guerras civiles de grandes daños. Señora , Don
Antonio siente así de este caso , y después de haber di-
cho su parecer en el Consejo , se ha conformado de que
se use de medios suaves , y hasta ahora apenas ha oído
decir que se haya usado de ninguno.
El primero que parece se ofrece es , la respuesta de
esta carta , que ha escrito el señor Don Juan á V. M. , y
me parece muy acertado , que V. M. sea servida de
responder , formando el principio de la carta con pala-
bras de cariño, y satisfacción ; (como mejor pareciere)
prosiguiendo en ella que V. M. ha estado muy atenta
á todo lo que ha sucedido después que este negocio se
empezó , y ha notado algún conato que se prevenia en
ur.a carta que se escribió. Y aunque eso , y otras cir-
cunstancias , era muy digno de censura , V. M. ha sido
servida de mandar se olvide todo , atenta al tiempo,
y iá sazón en que se escribió. Pero por dar satisfacción
á 'la justicia , le debe mandar V. M. que se vuelva á
Consuegra j que podrá venir con seguridad , debaxo de
la protección de V. M. , y desde allí podrá decir las ra-
zones , que tiene para que V. M. aparte de sí al Padre
Juan Everardo , para que con vista de ellas > y lasque
di-
IOp
digerc á V. M. el Padre Confesor, con este conocimiento
de causa , podrá hacer V. M. lo que convenga en justi-
cia , y en razón. Y para que el señor Don Juan , y todos
los rey nos entiendan la justificación con que desease haga,
sin recelo de estar cerca de V. M. , desde luego le apar-
te V. M. , y se confiese V. M. con otro que sea Castella-
no , Religioso , y que no tenga dependencia del señor
Don Juan , ni del Padre Everardo 3 al qual debe man-
dar V. M. no entre ea el Consejo de Estado , ni en la
Junta de Gobierno > que aunque esto sea contra el testa-
mento de S. M. (que esté en el cielo ) , por un impedí
mentó legítimo , le puede dexar 5 y también que le or-
dene V. M. no entre en Palacio , ni se le ren ita papel
ninguno} y si alguna vez viniere á Palacio, hable en Cas-
tellano á V. M. en Audiencia pública , como los demás
exerciendo su Inquisición general , que se la dio el
Pontífice. Y que podrá tener entendido el señor Don
Juan , que V. M. con vista de la razón de una y otra
parte , hará justicia solo con atención al servicio de Dios
nuestro señor , y bien de sus reynos. Y mandará V. M.
al señor Don Juan tenga cuidado de avisar quando
llegare á Consuegra. Este es el parecer de Don Antonio
deContreras ; quien suplica á V. M. sea servida de en-
viarle á las partes interesadas , y el señor Don Juan,
si fuere la carta en esta conformidad , lo verá allá 5 y aquí
pido á V. M. mande se muestre al Padre Juan Everar-
¿o, que es un voto que se lia encomendado á Dios nues-
tro señor, que le pone un Ministro mas antiguo de los
Tribunales de justicia que hay en el reyno, y ha que sir-
ve en ellos cinqüenta y tres años 5 que tiene el pie en la
sepultura, y procura no tener mas deseo , que el servicio
de Dios nuestro señor , y de vuestras Magestades , y del
bien de su Monarquía , y la unión -de todos los vasallos.
V. M. ordenará lo que sea de su mayor servicio.
Pa-
110
Pareció, como llevo dicho , bien generalmente este
voto; pero no ie faltó su censura 5 mas sin embargo de
ella , se executó en parte , pues la Reyna nuestra seño-
ra respondió á S. A. con mucha templanza > remitiendo
la carta al Duque de Osuna , para que se la diese y di-
xese que se volviese á Consuegra , ó á la parte que quK
siese cerca de la Corte , desde donde se pudiese confe-
rir negocio de tanta importancia. Esto, aunque no he vis-
to los papeles principales de ello , se tiene por cierto > y
lo califica la respuesta del señor Don Juan de 1 1 de Di-»
ciembre , que es la que se sigue*
Copia de Carta del señor Don Juan de Austria , a la Reyna
nuestra señora de 11 de. Diciembre de, 1668*
E
fL Duque de Osuna me ha dado la real carta de
V. M. de tres de este , en creencia de lo que V. M. le
ordena me diga en su real nombre. Y antes de pasar á
repetir lo que el Duque me ha referido, y lo que con e'l
conferí, y se me ofrece , debo postrarme rendidamente
á los reales pies de V. M. por las honras que en esta
carta se sirve V. M* de hacerme , pues entre otras de su-
ma veneración mia , veo asegurado en la real benignidad
de V. M. el haberme compadecido en algunas palabras
con que se explicó mi gran dolor en la que dexe' escrita
á V. M» en Consuegra , á tiempo en que me iba á po-
ner á caballo para salvar la honra , y la vida , dignán-
dose V. M. de subir de punto esta deuda con manifes-
tar , que no faltará jamas de su real memoria ei que soy
hijo del Rey nuestro señor : Cclue está en el cielo) pren-
da en que hallo afianzada mi mayor felicidad , pues no
cabe en V, M. á vista de ella , dexar de favorecerme , y
honrarme en el mayor grado , ni se puede dar caso en
que
I II
que mis andamientos obliguen , y fuerzen á V. M. á
tratarme diferentemente como se sirve V. M. de decir en
la misma carta. Porque , señora , de quien como yo no
aspira á acumular hacienda , ni ha menester mas dig-
nidades , ni desear manejo en el gobierno \ y porque por
el cabello mas corto de su Rey, verterá toda la san-
gre de sus venas , de que tiene el mundo tan repetidas
experiencias , es muy fácil sacar en limpio , aún al jui-
cio menos favorable , que no puede pensar , ni obrar na-
da que se aparte un solo punto del mayor servicio del
Rey nuestro señor , de V. M., y del aumento, alivio y
reputación de sus vasallos.
Hame dicho el Duque en execucion de las reales ór-
denes V. M. que para ajustar las demandas , que he re-
presentado á V. M. sería conveniente que yo pasase á
Consuegra, ó á otro lugar de la cercanía de esa Corte*
pudiéndolo hacer sobre Ja.palabra de V. M. pues no se
podia tratar esto con la brevedad que conviene en tan
gran distancia , como la que hay de Madrid á esta ciu-
dad , y que el tener estos movimientos pendientes , po-
drían ser de gran perjuicio á la causa pública j con lo de-
mas que V. M. se ha servido de mandarle me insinúe,
habiéndome referido por palabras formales de V. M. que
quiere. V. M. se trate esta materia con trato amigable,
y confianza , y como '¿Se debe entre V. M,,y un hijo de
tal padre 5 términos, cuya estimación no acertare jamás á
ponderar á V. M.
Y pasando á responder á esto con aquel sano zelo,
y desinterés que Dios sabe tertgo en este negocio , diré'
á V. M. que para asegurarme yo del justo y benigno áni-
mo de V. M. habré menester mucho menos , que la real
palabra que V. M. ofrece , sobrando para ello la menor
de las honras que me hace V. M. 5 pero para fiarme del
Padre Everardo , Confesor de V . M. fuera de estos para-
ges
IIa
ges donde me considero seguro , bien conocerá V. M. y
todo el mundo , que no puede haber debaxo del cielo
nada que baste, mientras e'l este en disposición y parage,
que pueda usar de su malevolencia j pues quando las
reales órdenes de S. M. , y el contrapeso de los buenos.
Ministros le contuviesen para no valerse en mi daño de
su despótico poder , con manifiesta violencia 5 ¿cómo po-
día yo estar jamas seguro de una oculta alevosía , don-
de e'l la puede executar ? Tanto mas, quando puedo afir-
mar á V. M. con la verdad que profeso , que he tenido
pocas horas há en mi mano una carta , y no sin firma,
sino con las de personas grandes , y mas conocidas en el
mundo , en que aseguran con señales , y circunstancias
evidentes , estar anualmente tratando mi muerte dicho P#-
dre Everardo, con esperanzas de conseguirla dentro de bre-
ves días ? Que son las palabras mismas de la carta,
demás de otras noticias , que aunque las doy por
falibles , han llegado á la materia con harta proba-
bilidad de que ha intentado encargar el dicho Pa^
dre esta misma comisión al Conde de Aranda , y que
esperando ganarle á este fin , le ha introducido en el Vir-
rey nato de Aragón tan atropelladamente , como se ha
visto, contra las consultas de aquel Consejo, y de la Jun-
ta del Gobierno , con tanto desayre de un vasallo deí
grado, y méritos del Duque de Terranova, y desprecian-
do el motivo de poca satisfacción en esta arrevatada mudan-
za , se ha dado á lo general de aquel reyno , por cons^
guir dicho Padre su mal intento. Y no dudo, señora , de
las mismas honras que V. M. acaba de hacerme , y de U
larga experiencia , que tengo de las que he debido siem-
pre á V. M. que no despreciará tanto la vida de quiea
solo la desea , y aprecia para aventurarla en el real ser-
vicio del Rey nuestro señor , de V. M. , y bien de estos
reynos , que anteponga Y. M, al evidente riesgo de que
yo La pierda sin ningún provecho de estos fines , el corto
útil , y diferencia de tratar estas materias unas pocas de
leguas mas ó menos. Qupdame solo que suplicar á V. M.,
que pues con tan justa razón está V. M. en conocimien-
to de lo que importa el resolverlas brevemente , pues
por esto supone V. M. tan conveniente el que yo me acer-
case mas á esa Corte ; que ya que esto no pueda ser, por
lo que dexo dicho , y porque es obligación indispensa-
ble j y natural de cada uno el guardar, y asegurar su vi-
da 5 se sirva V. M. de que se ganen los instantes de tiem-
po en los te'rminos, y fin de este tratado, pues qualquie-
ra nueva dilación , que con qualquier pretexto se inter-
pusiese en ello , daria tan justamente á conocer al mas
torpe discurso , no haberse propuesto con la sinceridad y
buena fe', en que V. M. debe ser aconsejada. Así lo fio
yode la suma prudencia de V. M., y quedo rogando
incesablemente á Dios , y á su santísima Madre se lo ins-
pire á V. M. , y que guarde la real persona de V. M. pa-
ra bien universal de estos rey nos como he menester , y
mas que á mí. Del Jesús de Barcelona á 11 de Diciem-
bre de 1558. Su mas humilde vasallo de V. M. = Don
Juan.
Aunque esta carta parece da á entender lo que se le
escribió al señor Don Juan , mas individual parece lo di-
ce S. A. en la que escribió en respuesta de otra ai Conde
de Peñaranda , que es la que se sigue.
Qh
il 14
Copia de carta del señor Don Juan , escrita al Conde
, de Peñaranda en 12 de Diciembre
de 1668.
c
ON mucho gusto he leído la carta de V. E. de 3 de
este, en que responde á la mia de 13 del pasado , por
entender , que V. E. se halla con buena salud , y por
todo lo que me dice en ella en orden á su fineza , sien-í
-do cierto que no se engaña V. E. en suponer el grara
aprecio que hago de su consumado juicio , experiencias
y zeio del servicio del Rey nuestro señor , y la estima-¡
cion con que reconozco , y agradezco el afeito que siem-
pre me ha mostrado V. E. Con todo creo , que cumplo
en esta ocasión siguiendo , y apoyando el dictamen de
tV. E. , de que estas materias se traten , y resuelvan por
los medios mas rendidos , y adequados á la real grande-
za y soberanía de la Reyna nuestra señora ; cosa que,
nunca se podia dudar de lo que yo respeto á S. M. por
todas las razones que debo. La substancia de lo que el
Duque de Osuna me ha dicho de orden de S. M. , se re-
sume en dos partes. La una es , mostrar S. M. deseo y
conocimiento de que este negocio se concluya brevemen-
te , y de que qualquiera dilación podría ser dañosa al
intento , alargando la vista de las conseqüencias de den-
tro y fuera de España. La otra es , que por este mismo
fin de la brevedad , yo me acerque á esa Corte debaxo
de la palabra , y fe real de la Reyna nuestra señora 5 no
pudiendo S. M. mostrar en nada mas el concepto que
tiene hecho de lo que importa salir de este negocio sin
ninguna tardanza , que en querer por este medio ganar
los pocos dias que se detendrían mas los correos en lle-
gar de aejuí á la Corte , que de Consuegra á aquella dis-
tancia.
En
1 1 y,
En quanto á esta segunda parte , por lo que respon-
do á S. M. , y por toda divina y humana razón , creo
no habrá hombre que me niegue la que tengo en escu-
sarme de salir de aquí, pues el pedir yo á la Rey na,
nuestra señora (como V. E. me propone) seguridad en-
tera , y competente para ir á tratar esta materia de mas,
cerca , después de haberme ofrecido S. M. su palabra y
fe real > ni cabe en el respeto con que yo la aprecio , ni
para su justísimo ánimo podrá haber ninguna, que no>
fuese menor , ni quando yo consiguiese otra , quedaría
S. M. obligada á guardarme e'sta , que es la que reconoz-
co por mas infalible. Al mismo paso no se halla juLío
humano que no conozca la total imposibilidad de que
S. M. , ni otra alguna persona del mundo me puede ase-
gurar del intrínseco odio , y violencia del Padre Everar-
do , mientras no estuviere fuera de estos reynos ; de ma-
nera , que ni á la lisonja , interés y ambición , que hoy
le predominan (tan indignamente), les pueda pasar por
la cabeza , que llegue caso en que le vuelvan á ofrecer
incienso.
Que este Religioso desee , y procure mi perdición á
precio de la ruina de estos reynos , es mas ciaro que la
luz del mediodía. Dexo otras razones e injusticias , que
cada día escandalizan el mundo , y toco solo esta recien-
te , y mas vituperada, de mi pretendida prisión con sub-
repticios instrumentos , consulta entre compadres , y
execrables circunstancias , empezando por donde se ha^
habia de acabar , como Misa Muzárabe ; y todo ello á
fin de privarme de la honra , y de la vida en abreviatu-
ra 5 y ahora con mas fresca maldad está trazando el qui-
tármela , y solo por parecerle que lo podría facilitar asgo
el poner al Virrey que ha introducido en Araron , le
metió allí de poder absoluto, á despecho de los Consejos,
P 2 y
H \6
y de todos aquellos naturales ; cuyos efe&os nunca pue-
den ser buenos.
Repruebame V. E. que pusiese termino de quince
'días para que saliese el Padre Everardo; y tendría V. E.
gran razón , si yo hubiese caido en este absurdo : pero
es cierto que lo que quise decir á Don Blasco de Lo-
yola , no miraba de ningún modo á prescribir dias á
S. M. , sino á hacer una suposición de lo que po-
dría tardar el correo en ida , consulta , resolución , y
yueita.
La observancia de las órdenes de las personas en quien
reside la suprema potestad, no la ignoro , y en la Reyna
nuestra señora la reverencio sobre mi cabeza : pero no es
contra ella, ni ha sido infinitas veces contra la de grandes
Reyes el condescender con las humildes, y respetuosas sú-
plicas de sus vasallos en las cosas que mas repugnan. La
mía, si algún imprudente ardor y sentimiento , pudo en
sus principios ponerla á luz, que desdigese de su rendí-
do obsequio , ya la ve V. E. reducida á el , por medio
de su atento consejo. La suma importancia , y conve-
niencia del negocio , nadie puede dudarla. Los grandes
daños que la dilación del Padre Everardo en salir de estos
rey nos nos atraería , sin riesgos de que suene á amena-
za , puedo decir que se conoce de lo mismo , que S. M.
se sirve escribir al Duque de Osuna, y de lo que la gran
comprehension de V. E. dibuja con colores tan finos , y
.verdaderos. Con que por todas consideraciones , llega el
caso en que V. E. discurre , de que los Ministros de
S. M. concurran á S. R. P. con mis fervientes votos , pa-
ra que no se levanten de ellos hasta conseguir de su be-
nignidad , que nos conceda á todos esta gracia tan im-
portante y tan precisa i pues á la verdad aunque esta
materia hubiese comenzado solamente entre mí , y el
Pa-
Padre Everardo , ya es propia del Rey nuestro señor,
y de sus Ministros , y Consejeros ; de tal manera , que
aunque Dios permitiese que yo fuese infame , y que de-
sistiese del intento , le debian tomar por suyo particular
todos Vuecelencias.
Acabare con pedir á V. E. considere quán desvaneci-
da queda (con tan inegabie claridad)la segunda parte que
dixe al principio de poder yo salir de aquí á la trata-
ción de este negocio ; y en toda su, fuerza la primera del
gran deseo , y importancia que S. M. muestra , y reco-
noce en ganar las horas ; porque todo quanto de hoy
mas resolviere , que no sea encaminado á que el Duque
de Osuna, y Virrey de Aragón pongan alas en las postas,
y envien y encaminen por los mismos ayres los correos
que fueren , y vinieren de aquí á la Corte , será tan sos-
pechoso á los ojos del mundo bien intencionado, que na-
die que coteje los antecedentes, y las conseqüencias, dexa-
rá de descubrir manifiestamente, que esta proposición ha
sido hecha solo con ánimo de sacarme de aquí y perder-
me. Si esto estará bien al servicio del Rey nuestro señor,
al honor de los Ministros , y á los mismos fines que se
pretenden evitar, V. E. lo considerará mas profundamen-
te que yo. Dios guarde á V. E. muchos años. Del Jesús
junto á Barcelona 12 de Diciembre de 1668, = Don
Juan.
Y porque se pueda explicar mejor, y se pueda en-
tender con mas facilidad el estado en que se ha puesto la
materia, me ha parecido poner aquí la carta que el señor
Don Juan escribió á Barcelona , que por ella se reconoce
lo antecedente, y nos da noticias bastantes para seguridad
de lo que queda referido.
Qh
áiS
Copia de Carta que el señor Dm Juan de Austria escribió
ala ciudad de Barcelona en 14 de Diciembre 1668.
E visto lo que escribe la Reyna nuestra señora á
V. S. , y lo que con este motivo me representa, tan pro-
pio de su gran zelo, y atención al mayor servicio del Rey;
mi señor, y bien común de sus rey nos. Y porque V. S.
este' en noticia de la carta que S. M. cita en la suya ha-
berme escrito , remito inclusa la copia. Lo que el Duque
de Osuna me ha dicho en virtud de su creencia , se re*
duce á dos partes. La una es el gran deseo con que S. M.
está de que se resuelvan con brevedad las súplicas que
humildemente la hize en 13 del pasado, y el conocimien-
to de los malos efectos , que podrían resultar á la causa
pública, de tenerlas mas tiempo en suspensión, encar-
gándome S. M. (con palabras y te'rminos de sumo reco-
nocimiento mió) que se disponga esto por un tratado
amigable. La otra parte es , que por este fin de la breve-
dad, por la distancia grande que hay de la Corte á esta
ciudad , convendría que yo me acercase á Consuegra,
ó á otro lugar de aquel parage , para que con mayor
aceleración se concluyesen estos negocios , ofrecie'ndome
S. M. su real fe', y palabra en resguardo de mi persona.
A la primera parte de estas , por lo que S. M. me ordena,
y por lo que V. S. me insinúa , de cuyo afe£to hago yo
tan particular estimación y confianza , y por todas las
demás razones á que me induce mi obligación , mi res-
peto , y mi esclavitud á la Reyna nuestra señora, no me
he debido ajustar , sino rendir á S. M. infinitas gracias en
nombre del Rey nuestro señor , y de todos sus vasallos,
porque tan benignamente se digna de abrir una puerta
tan favorable al breve logro de estas tan importantes ma-
te-
terias. En quánto á la segunda parte , no dudo yo que
antes de oír ninguna palabra mia , conocerá V. S. , y
qualquiera hombre del mundo, que no me fuera posible
venir en ello , sino es queriendo hacer un voluntario
sacrificio , y presente de mi vida al Padre Everardo,
de cuya malevolencia , ni la palabra real de la Reyija
nuestra señora ,■ ni otro humano resguardo puede ase-,
gurarme fuera de estos parages , mientras e'l se detu-
viere en estos reynos, y conservare en su mano, la vo-
luntad , y soberanía absoluta de S. M. que es la que nos.
destruye , y pierde á todos. La prueba de esto acaba de
suceder. Poco ha que llegó la noticia de haber muerta
á 8 de este el Duque de Medina de las Torres , en el
discurso de diez horas de enfermedad 5 y se debe creer,
haber muerto naturalmente , aunque no faltan premisas
para dudado Y si yo muriese ayudado en otras tantas
horas , también se podria decir era muerte natural. Pues
si esto es infalible , ¿ con que' razón podria reconvenir
S. M. que habian quebrantado su fe' j y palabra real ?
¿ Ni con que' motivo castigar al que lo hiciere ? Como es
cierto que estas cosas nadie las confiesa , y también lo
es , que como el Duque ha muerto naturalmente , pue-
de haber sido otra cosa , y ninguna señal hay que ca-
lifique lo uno , ni lo otro > debiéndose decir lo mismo de
una alevosía con arma violenta , y de otras infinitas co-,
sas que no tienen humano resguardo , si una vez me en-
tregase yo al arbitrio , y odio del Padre Everardo. Y
para que V. S. quede informado mas por menor de lo.
que digo á S. M. sobre este particular , envió también,
inclusa copia de mi respuesta , y de otra carta que he
escrito á uno de los primeros Ministros , satisfaciendo á
otra suya , en que con muy buen zelo me persuadia á.
que me ajustase á estas proposiciones ; y yo ruego á V.-S¿.
cargue la consideración sobre lo que digo en elias , y es-
pe-
120
penalmente lo último de ambas , y que este' á la mka de
lo que en Madrid se resolviere para sacar la conseqüen-
cia de la parte , que en ello tuviere la intención del Pa-
dre Everardo j la qual se muestra bastantemente en las
obligaciones que se me pretenden acordar , y cargos que
se me procuran hacer en la Corte, que con la firma
real de S. M. escribió á V. S. j pues en primer lugar se
supone por un negocio de suma conveniencia mia el
haberme mandado S. M. entrar en el Consejo de Estado;
como si yo fuese algún extraño, ó inconfidente , habie'n-
dome honrado el Rey nuestro señor (que está en el cielo)
con la confianza de este puesto diez y nueve años há, por
los grandes servicios que le habia hecho en la reducción!
á su obediencia del reyno de Ñapóles , y expugnación
de las plazas de Puerto Longon , y Pombíim , en cuya
conseqüencia fue servido siempre no solo de comunicarme
las materias mas sagradas , é importantes de su Monar-
quía , haciendo mucho mas caso de mis zelosos dictá-
menes de lo que ellos merecian , ni á mí me está bien
declarar, sino que en su Corte me mandó presidir en una
Junta compuesta de los mayores , y mas graduados Mi-
nistros de la Corona , con la grande y nunca (hasta en-
tonces) vista preeminencia, de que no votase en ella,
sino que propusiese solamente , oyese los votos , los re-
cogiese , y después remitiéndolos á las reales manos de
S. M. sobre todos ellos , le diese el mió reservadamente.
Considere V. S. si á vista de estas altas prerrogativas, era
materia para acordada al viso de beneficio y favor, el
haberme mandado S. M. llamar desde Aranjuez , donde
á la sazón me hallaba , para que me sentase en unos ban-
cos comunes , y votase en concurrencia de otros muchos
Ministros. Yo creo cierto que no se podia decir mas si se
ponderase la monstruosidad de que tenga lugar en ellas
el Padre Everardo , y de que le haya visto el mundo ro-
zan-
12 1
zándose lado á lado conmigo, con general murmuración. Y
este sacrificio, que yo me dispuse hacer por el servicio del
Rey nuestro señor , por cuyo motivo fue S. M. servida
de decir, que me llamaba , como consta de su real Carta
(que todavia conservo) quiera ahora la influencia del Pa-
dre Everardo pintarla con misteriosas lineas de obliga-
ción , beneficio , y honor grande mió. No es menos ex-
traño , que pretenda persuadir por efe&o de suma con-
fianza el haberse puesto en mis manos el Gobierno de
las Provincias del Pais Baxo en la mas fuerte ocurren-
cia, que en muchos años se habia ofrecido; y esto se pon-
dera, hallándome yo Gobernador propietario de aque-
llas Provincias , y de Borgoña , y Cherloes por el Rey
nuestro señor (que está en el cielo) desde el año de r^43>
sin mas intermisión de tiempo , que el que las gobernó
el serenísimo Archiduque Leopoldo Guillermo , habien-
do sido mi Teniente en aquellos cargos el Marques de
Castel-Rodrigo. Y quando por la divina misericordia na-
cí en medio de España , y todas mis acciones no solo
han correspondido, tan sin el menor átomo de escrúpulo,
á mis grandes obligaciones en el servicio de mi Rey, si-
no esmerándose en el último grado de un constante ze-
lo , trabajo , y fineza ; se quiere dar á entender, que fue
confianza grande mandarme ir á servir mis puestos , que
tantos años habia exercido con la misma guerra; y ahora en
ocasión que si Dios no lo hubiera dispuesto de otro mo-
do , era tan creíble , que me hubiese perdido , y que in-
trínsecamente fue esta la intención , y el fin que se to-
mó en aquella deliberación , débese de decir sin du-
da , esta confianza por la parte de mi insuficiencia ; y
si es por esto , confieso la razón sin ninguna hipocre-
sía; aunque con igual seguridad de que tal qual soy,
saben y conocen aquellas Provincias quán cordial-
mente le pago el amor que me tienen , v con el que en
Q es-
12 2
esta ocasión me esperaban, y la franqueza con que he ex-
puesto, y expondré' siempre mi vida á ios mayores riesgos
por su conservación y fidelidad.
Dexo ahora a! prudente juicio de V. S. que le ha-í
ga estas dos reconvenciones de obligación , que las su-
gestiones del Padre Everardo intentan publicar $ y paso
á los cargos que me hace , de que hallándome con todos
los medios necesarios para hacer esta jornada de Flandes,
tome una súbita resolución de escusarla después de tan^
tos meses de dilación ; sobre lo qual habia tanto que
responder de mi parte , que no es para esta ocasión.
Baste insinuar ahora , que si bien nos pudiéramos con-
tentar con que en solo esto estuviese mal informada la
Reyna nuestra señora , con todo eso , es de harta consi-
deración ( y de mucho dolor mió , que tanto he deseado,
y deseo merecer su real agrado ) el ver á S. M. tan poco
favorablemente influida ázia mí , que no se digna de
acordarse , que halle en los navios en que me habia de
embarcar poco mas de la tercera parte del dinero , que
se me prometió por fixo en Madrid se me embarcaria en
ellos , y en cuya fe me resolví salir de la Corte , y que
en esto se obró con tan indigno trato , que con cuidado
se me escusaron las cartas , y las noticias , que me lo
podían dar á conocer , hasta estar en la marina. Que en
la infantería Española y Italiana > que se me ofreció ven-
dría en los mismos navios , hubo no menos quiebra : y
que la guerra con Francia ( que era el motivo principal,
y aún único que se quería dar á mi jornada ) cesó , co-
mo el mundo sabe; y la dilación que se me pretende atri-
buir , no estuvo jamas en mi mano , como puedo hacer
constar con instrumentos infalibles , y con la contesta-
ción de quantas personas se hallaban á la sazón en aque-
llos puertos : siendo cierto , que quando me detuve en
el de la Coruña , hasta que supe la muerte abreviada del
Ara-
Aragonés , que fue lo que me hízo mudar de di&amen*
embarazó la partida de los navios en que me había de
embarcar, ó el estado de su avío, ó la presencia a&ualde los
de4 enemigo , ó los tiempos contrarios 5 y casi siempre;
rodas estas cosas juntas j como parece también por lo quq
entonces iba participando á la Reyna nuestra señora, y
las respuestas y aprobaciones de S. M. que tengo en mí
poder i pero aunque los accidentes dichos , los engaños
con que se obró conmigo, y la conseqüencia tan clara de;
lo que debia esperar quanto mas lexos estuviese , pudie-^
ran con tan justa razón haberme obligado á escusar de;
pasar á Flandes, no fue nada de lo dicho la intrínseca
causa de mi escusa , sino ver al Padre Everardo , no solo,
nuestro despótico Rey , sino también tirano , y no que-
rer pasar por su vasallo. Esto he dicho otras veces , y
esto mismo repetiré' hasta verme á mí , y á toda España'
libre de su cautiverio , como fio en la divina Magestad,
y en su soberana Madre lo ha de disponer con todo de-
coro , gusto y satisfacción de la Reyna nuestra señora^
que es lo que yo deseo , mas que la propia vida , y á que
no dudo contribuirá V. S. con sus prudentes delibera^
ciones , como se lo pido , y encargo con toda efi-¡
caria. Dios conserve á V. S. con la felicidad que
deseo. Del Jesús de Barcelona á 14 de Diciembre;
de 1668.
Ai mismo tiempo que llegó esta carta , vinieron mu«*
chas de diferentes ciudades , de las que tienen voto eti
Cortes , con diferentes notas , aunque unas mismas en
sustancia, que el señor Don Juan les habia escrito. Unas,
vendiendo la fineza de no haberlas leido : otras , pidien-
do á S. M. se sirviese de mandar executar lo que pedia
el señor Don Juan, por los inconvenientes que podían
resultar de no hacerlo así. En efe&o , la carta del señor
Don Juan , como las de las ciudades , obligaron á hacer
Q2 din
224
diferentes Consejos de Estado , y luego pasaron al de
Castilla 5 y como e'ste se compone de tantos señores , se
empezó luego á susurrar lo que había pasado , y se dixo
de cierto se habia dividido de tal suerte , que fue la con-
sulta con votos distintos. Resolvióse también , que el
Consejo de Aragón viese todos los papeles , y diese su.
parecer , y habie'ndolo hecho , y conferido la materia
con mucho acierto , consultó su parecer ; que según se
dixo , habia sido el mismo que habia resuelto el Consejo
de Estado 5 y se tiene por cierto , que el parecer de estos
Consejos fue el de que S. M. tomase el pretexto que fuese
servida , y resolviese se fuese de España el Padre Con-
fesor. Esto corrió algunos dias por fixo , y se asentaba
por cierto , que se tomaria por pretexto , que fuese á
Alemania por Embaxador extraordinario.
En este estado se hallaba la Corte alegre , y aún to-
da España, y cada dia se esperaba la salida : quando
S. M. ( que Dios guarde ) resolvió , que para tomar re-
solución en este negocio tan grave , se juntase la Junta
grande, que así se llamaba la del gobierno: que son el Ar-
zobispo de Toledo , el Presidente de Castilla , Inquisidor
General, Vice-Canciller, Conde de Peñaranda, y el Mar-
ques de Aytona , y hallarse S. M. en ella , como con
efedo se executó en 30 de Diciembre , no hallándose en
ella el Padre Confesor por lo que le toca. Dicese , que
allí se vieron las consultas de todos los tres Consejos , y
después de haber hecho relación de ellas , ó leidolas Don
Blasco de Loyola , Secretario del Despacho universal,
hablaron los asistentes cada uno en su lugar*, y dieron
su voto en presencia de la Reyna nuestra señora. Y ha-
biendo oido S. M. la conferencia, se levantó, dicen que
con sentimiento grande , diciendo : Ta os he oido. Aguar-
daba el pueblo la resolución de esta conferencia cori
grande gusto,» creyendo seria la que los Consejos habían
re-
125
resuelto , ó consultado. Y aunque se dilato algunos dias,
solo se declaró , que S. M. había resuelto , que no halla-
ba razón para que el Padre Everardo saliese. Mucho fue
el sentimiento de todos , y mas viendo , que algu-
nos particulares , afectando severidad altiva , mandaban
con algo de mas imperio que de antes 5 con que la mayor
parte andaba corrida , y con gran silencio por haber em-
pezado á hacer averiguación de los escritores de diferen-
tes papelones que habian salido, y esparcidose en la Cor-
te contra el Padre Confesor , pero no contra los que se
habian escrito contra S. A. No puedo hacer ponderación
de lo que en esto ha pasado , y así paso á lo que se sigue;
que es , que estando esto en silencio , y todos suspensos
en sus juicios , á los 30 de Enero amanecieron en Ma-
drid las tres cartas que se siguen : que aunque ocuparon
los discursos , no fue con poca alegría del pueblo , y mas
quandoen los 20 de este habia su Santidad enviado or-
den á su Nuncio , para que en su nombre tomase la ma-
no , y procurase ajustar esta materia ; y aunque habia ya
empezado á hablar en ello, no se habia resuelto cosa al-
guna , \ las cartas nos darán motivo para pasar adelante
en este discurso , que son estas.
Copia de carta que el señor Donjuán de Austria , escribió a
la Rey na nuestra señora en 22 de Enero^de 16 6 o.
la Rey na nuestra señora en 22 de Eneróle 1669.
SEÑORA.
A
1 2 del pasado respondí á la real carta de V. M.
de tres del mismo , escusándome con las humanas razo-
nes , que entonces represente á V. M. de no dexar la se-
guridad de estos parages , mientras el Padre Confesor
de V. M. no estuviese fuera de estos reynos 5 y habien-
do ponderado entonces el Duque de Osuna en el real
nom-
12$
nombre (le V. M. quanto deseaba V. M. que yo me acer«
case á esa Corte por lo mucho que convenia ganar el
tiempo en la conclusión amigable de mis súplicas j motn
vando V. M. únicamente esta insinuación con la grande
importancia de haber la corta diferencia de horas , que,
Jodia tardar mas un correo , desde esta ciudad , que de
tro lugar menos distante > se han visto pasar tantos dias
Jen que todo podia estar muchas veces ajustado) sin reci-
bir respuesta alguna de V. M. Yo , ni los tres principales
Consejos de Estado , Castilla , y Aragón , que con loable^
y uniforme zelo , consultaron á V. M. sobre su real ór^
den (y con las clausulas que nadie ignora) ser precisa la
salida de estos reynos del Padre Confesor 5 en cuyos vo-
tos se incluyen tres de los cinco de la Junta de Gobiern
no , sin que deba hacer á los dos restantes el agravio de
imaginar , que le tuviesen diferente , conformándose
tantos , y tan experimentados Ministros , por admirable
influencia de Dios , con su divina inspiración , y con el
clamor universal de los pueblos , que de ordinario son
su misma voz ; pero aunque la consideración de todas
estas cosas podia , y debia tenerme sin justa sospecha^
todavia oyendo las torpes voces , que con el motivo de
mi asistencia en ella , y venida de los Franceses ; á esta
frontera , se pretenden esparcir contra la propia , innata
y primera obligación , que me alimenta , mas por de-
sengañar á los mismos Franceses , si acaso les ha pa-
sado tal fantasía por la cabeza , que porque juzgue dig-
no de mí el satisfacer á esta necia malicia , quando es
cierto que los propios que se valen de ella , por supo-i
nerla útil á sus riñes particulares , la creen menos, quan-
to mas la apoyan : he resuelto aceptar , y valermc de la
real palabra , y fe que V. M» me tiene dada por mano
del Duque de Osuna , sin pedir otra ninguna pleytesía,
y omenaje , ajustandome al deseo , y gusto de V. M.
con
127
con arrimarme á esa Corte , para que se acaben de con-
cluir estas materias con la brevedad , que V. M. y todo
el mundo conoce convenir. Y porque el mortal odio , y
espíritu de venganza del Padre Confesor contra mí , se
aumenta cada hora , y sus violentos efectos (como tengo
dicho ) no los puede reprimir , ni resguardar esta fe , y
palabra real que V. M. me da , siendo ley indispensable
de la naturaleza procurar cada uno no abandonarse de
conocido á la perdida de su honra y vida j he pedido a!
Duque la escolta necesaria para este efe&o , yendo muy
alborozado de acercarme á la real sombra del Rey nues-
tro señor , y de V. M. de quien espero recibir las hon-
ras , que siempre he deseado merecer á V. M. : cuya Ca-
tólica , y real persona guarde Dios. Barcelona 22 de Uñe-
ro de 1669. zz Don Juan.
Copia de Carta que el Duque de Osuna escribió á la Reyna
nuestra señora en 22 de Enero de 166$,
c
SEÑORA.
ON gran gusto llego á los reales píes de V. M. por
estos renglones , dando cuenta á V. M. que el señor Don
Juan ha resuelto quanto se podia esperar de sus gran-
des obligaciones , ponie'ndose á ellos , y en conformidad
de lo que V. M. me ordenó por la instrucción que se me
envió para este efecto en 3 de Diciembre , se le ha man-
dado acercarse á Castilla ; haciéndome grande envidia
(como puede hacerla á todos) la resolución, que ha toma-
do por tan hidalgos , y fidelísimos motivos como le han
movido > los que manifiesta en sus cartas , no querien-
do dexar á los Franceses , ni aún aquella despropositada
esperanza que los ha podido acercar á estas fronteras , dé
que serian reparados del señor Don Juan sus andamien-
tos,
128
tos , sino es para tratarlos así. Y siendo yo con quien ha
discurrido esta grande , y honrada determinación , me
ha constituido , cierto en crecido vinculo de amistad, y,
obligación al señor Don Juan > y habie'ndome mandado
V. M. solicitase el que se acercase á esa Corte , y dig-
nándose V. M. de elegirme para este negocio , ofrecie'n-
dole por mi mano la fe, y palabra real de V. M. para su se-
guridad (como yo en fe' de ellos, y délas reales órdenes se
la he asegurado) dexo empeñada en este negocio toda mí
honra y honor , y quanto soy , con gran gusto , y satis-
facción del señor Don Juan. Y para llevar alguna segu-<
ridad de los peligros de una marcha tan larga , y pa-
sando por tan diferentes rey nos , y humores , me ha¡
pedido una guarda de caballería , que asegure su perso-
sona, y me ha parecido no poder negársela, y así se,
la he dado , pues es cierto que á la vida , y custo-
dia de un hombre tal , y que obra como se ve en lo
que hace , se debe contribuir por todos caminos. Guarde
Dios á V. M. &c.
Copia de carta que escribió el Duque de Osuna al Conde de Pe:
ñaranda en 22 de Enero de 1669.
E
fXcelentísimo señor. = Tío y señor mió. Por la que es*
cribo á S. M. de que envió copia á V. E. verá la gran
resolución que ha tomado el señor Don Juan , tan digna,
cierto, deS. A., y de su obrar, que á mímedexa envidio-
sísimo , y á todos puede , pues se abandona á todo por los
motivos que refiere. Solo tengo que añadir áV. E. ene'sta,
que he sido el interlocutor de este negocio , á quien
S. M. lo ha fiado , y el que en fe' de la real palabra , y
las órdenes , la he dado al señor Don Juan de su seguri-
dad en todo. V. E. vea que en esto tengo empeñada la
non-
12$
Honra , el Honor , y quanto soy , y valgo j y que los
hombres de nú esfera , no tenemos otra cosa que estimar,
que la reputación. La mía no le cae á V. E. tan de lexos,
que no crea yo le parecerá muy bien el aprecio' que he
hecho , y hago siempre de ella j y para esto hago re-
cuerdo á V. É. de lo que me hizo á mí (en estas mismas
materias) de que es nieto V, E. de 'mis abuelos-, con que en
pocas palabras se lo digo todo. He dado al señor Don
Juan aquella guarda competente quees justo, para que no
se aventure su persona en una marcha tan larga, y mas
pasando por parages , de quien no tiene gran satisfac-
ción j que el asegurar la vida de quien obra así , es obli-,
gacion de quantos tienen nuestra sangre. Nuestro señor
guarde á V. E. muchos años como deseo , y he menester.
Barcelona 22 de Enero de i65p.-=Excelentísim©señor =
El Duque de Osuna,
§.
Es fuerza destroncar en este párrafo la 'historia e«¿
que se va corriente , por no perder una pieza, que jue-
ga en ella 'la discreción, y agudeza del Duque de Alva,
Y es el caso , que hallándose el Conde de Villalonso , in-
mediato heredero de la casa de la Puebla de Llerena,
mozo de veinte años, y con muy cortos medios , hizo
una travesura este invierno con muy poco acuerdo , y
fue que sabiendo que su tia , hermana de su abuelo,
Doña Lorenza de Cárdenas, viuda de Don Lorenzo Ra^
mirez de Prado , se hallaba con alguna cantidad de
doblones sin haberlos menester , con tres criados suyos,
y otros seis camaradas , una noche entraron tapadas las
caras , y la quitaron en su presencia hasta ocho mil do-
blones. Y aunque en esta acción anduvo el Conde poco
atento , lo anduvo menos el dia siguiente , pues se fue
á la cárcel de Corte á solicitar con los Alcaldes le solta-
sen los tres criados que le habian preso 5 y como de lo
R es-
'13°
escrito ya constaba ser el culpado con ellos , se hallaron
obligados los Alcaldes á deternarle en la cárcel , y dar
cuenta ; con que se resolvió que se asentase por preso.
Executóse , poniéndole en una torre de la cárcel con
guardas de vista , sin que se comunicase con nadie. Cau-
so ^gran novedad esto, y no menos el que su tia se hubie-
se querellado de el , porque no quiso proceder de otro
«iodo , que judicialmente ; y así obligados del precepto
de una hermana suya , dama de la Reyna nuestra señor
ra , el Conde de Melgar , y su hermano , hijos del Al-
mirante de Castilla , y Don Antonio de Toledo , hijo
primogénito del Duque de Alva , y el Marques de Cas-
trofuerte , y Don Albaro Osorio , señor de Villacisj to-
maron por su cuenta el empeño , y víspera de año nue-
_vo , á las diez de la noche , acompañados con algunos
temerones aliados suyos , entraron en la cárcel á la de-
sliada con achaque de verle , y le sacaron de ella con
gran quietud, y sin alboroto., Gran ruido hizo en la Cor-:
te este caso por acompañarle las nuevas , y cartas que Ve-
nían del señor Don Juan , y las parcialidades que con
ellas se seguían $ pero no menor el que hizo el Almiran-
te de Castilla con sus dos hijos , pues metiéndolos en. su.
coche S. E. en persona , los llevó á la cárcel , y entregó
al Alcáyde.Tuvo muchos vítores de la gente común está
acción '■> pero entre los señores y cortesanos no pareció
tan bien j y mas quando se habia apartado del común sen-
tir de todos , en orden á la expulsión del Padre Confe-
sor , á cuyo lado se había puesto j causa que dio motivo
al dicho Padre á persuadirse que tenia toda la nobleza
de España de su parte. Y este juicio se divulgó por el
tanto, que en los mas principales Grandes de Castilla
fue de sumo sentimiento 5 tanto , que obligó al Duque
de Alva á darse por entendido en la forma que contiene
Ja carta , que escribió á S. A. en respuesta de otra , que
le
*3*
le escribió , dándole el pésame de haberse hallado Don
Antonio su hijo en el lance de haber sacado ai Conde de
Yiüalonso , que es esta.
Copia de Carta del Duque de Alva.
SERENÍSIMO señor.
XvEcibo la carta de V. A. de 12 de este , en que me
favorece , sintiendo el digusto en que se ha metido mí
hijo Antonio» Hele enviado á cazar , y para huir de la
justicia , ha necesitado de pocos favores , con que no
le he procurado ninguno ; pareciendome para no presen-
tarle en la cárcel , que de la autoridad de vasallo como
el , resulta la mayor autoridad de los Príncipes* En el
particular de los negocios de V» A* siento que se haya
faltado á Dios , razón y justicia para tratar de una re-
putación tan sagrada como la de V. A.> de que Dios le
hizo dueño , y no á otro ninguno para quitársela , y
pues esto han hecho , atropellaráñ con todo para quitar
tar la vida á V. A. que no es mas que á lo que han ti-
rado hasta aquí 5 pero habiendo declarado todos los tri-
bunales > y la aclamación de todos la verdad , no hallo
que pueda haber nadie tan ruin » que al hermano del
Rey > y hijo de su mismo padre , le haya de dexar car-
gado de razón , y de zelo de su servicio , por el Con-
fesor de la Reyna , y por decirlo todo > por un Jesuíta;
y aunque por gusto de los Reyes se puede arriesgar
mucho, por el gusto que es contra los intereses comunes,
y beneficio de la corona i no es servicio suyo seguirle su
gusto. Este Padre vive tan mal informado , que le ha
parecido posible , que la nobleza de estos reynos le tenga
por caudillo sin ser elección suya ; y esta fantasía tan re-
prehensible por sí , y por quien la pensó amanecer , co-
R2 rao
1 1 i
mo si pudiera tener algún fundamento , íe íísongea sim-a
plemente , pues si se llegara á declarar , se hallara castH
gado viéndose escupir de hidalgos de privilegio. Yo con-,
fieso á V. A. que creo que con haber pocos desvergon-
zados , hubiera menos , sino se hallaran tan consentidos^
y que puesto V. A. en estos confines , se extinguieran
con gran facilidad , pues ios mantiene la ruin atención
que se profesa sin ningún otro motivo justo , ni Leal.
V, A. perdone lo que le he cansado. , y crea que míen**
tras sea puesto en términos de poderme hallar , no falta-
re' á todo lo que fuere de mayor servicia suyo. Madrid
27 de Enero de 1669.
Con esta carta del Duque , y la antecedente deí sc^
ñor Don Juan , se hallaron los apasionados del Padre
Confesar con algún desconsuelo , por parecerles no se dis-
ponían sus pronósticos á la medida de sus deseos ; pues
entre las cosas que decian era , que S. A., se había hel-
eno hombre sin- juego, y que sin duda alguna se perdería en
esta pretensión'-) pero como vieron que al primer bruju-
leo le habia entrado tan buen triunfo como el Duque de
Alva, recelaron mucho no le entrasen otros con que.
pudiese asegurar sus ideas j y mas quando en lasque:
los contrarios tenían fundada la seguridad de. la oposición
á S. A. se vieron sin efe&o 5 porque pensando que Ara-
gón vendría con facilidad, en su gusto , dispusieron que
S. M. (que Dios guarde) escribiese, y ordenase no tan so*
lamente que no se hiciesen agasajos á S. A. al pasar, sitio
que se le previniesen desaires; pero los naturales de aquel
reyno , conociendo lo extraviadas que iban las órdenes
de S. M. se escusaron con sus Fueros de obedecerlas , y,
respondieron, con la carta que se sigue á S. ML. que llega
á esta Corte , y se publicó luego, juntamente con las fies-
tas , y agasajos que se hirieron á S. A. en Zaragoza: que
todo, ello es. como se sigue»
'Qtpia de carta del Consistorio de ¡a Diputación de este reym
de Aragón á la Rey na nuestra señora*.
SEÑORA.
jljL 3 1 ¿d mes pasado despachó un corre© á la posta
este Consistorio , remitiendo á V. M. copias de una car-
ta que habiamos recibido entonces del señor Don Juan,
en que nos daba aviso de la jornada que emprendia , en
ejecución de las reales órdenes de V. M. , y á la que no-
sotros le respondimos , dándole las gracias de tan acerta-
da resolución , y insinuando repetírselas quando pasase
por esta Ciudad > no solo por cumplir con la cortesía , y
obsequio debido , y que se ha hecho siempre á tales per-
sonas 5 sino por entender , que en esto se le .hacia muy,
particular á V. M. , y que seria muy de su real servicio
¡y gusto , que apoyásemos , y concurriésemos con nues-
tro agradecimiento , y nuestras súplicas á la prosecución
del viage que V. M. por la conveniencia de tenerle mas
cerca para la composición amigable de estos tratados,
había mandado hacer al señor Don Juan. El Martes á
;5 de este mes de Febrero , entró el Abogado Fiscal en
¡el Consistorio á notificarnos un papel firmado de su ma-
iio , (cuya copk remitimos á V. M. ) pidiendo el mismo
para llevarse otra firmada de nuestro Secretario , y que-
dando todo esto en el registro por testimonio. Estas cir-
cunstancias nos movieron á reparar en ellas por la nove-
dad i y mucho mas quando supimos , que pasando des-
de allí á hacer la misma diligencia en el Consistorio de
Ja Ciudad de Zaragoza , no se había admitido el mis-
mo papel, sino es quitándole, ó mudándole la última
clausula ; y ni aún de esa suerte se habia consentido que
ge testificase a&q de Notario , como acá se habia hecho,
.Coa
134
Con esto nos vimos obligados á juntar los Abogados del
reyno , ios quales habiendo visto el papel , y informado-
se de lo que había pasado , convinieron todos en que era
gran perjuicio para este reyno, por oponerse á sus Fue-
ros , costumbres y observancias , y á la posesión inme-
morial en que siempre ha estado de estas urbanidades,
no soio en la novedad de las circunstancias, sino en la
misma sustancia ; pues en semejantes puntos de cortesía,
no acostumbra V. M. poner semejantes mandatos para
con los que no son enemigos declarados de la real Coro-
na : y quando se sirve de enviar algún orden semejante
áeste Consistorio , ( que tan atento está siempre á la mas
leve insinuación de su real gusto , que por los medios
acostumbrados , seguros y forales llega á nuestra noti-
cia ) siempre V. M. nos suele honrar aún para negocios
de mucha menor importancia y consecuencia , con sus
reales y repetidas cartas despachadas por el Consejo Su-
premo de esta Corona inmediatamente á este Consisto-
rio , de que están llenos sus registros. Con este parecer,
íeñora , de los Abogados del reyno conformes , que son
nuestros asesores ordinarios ( cuya copia remitimos )
viéndonos obligados por el jurameno , y censuras á la.
conservación de los Fueros , y observancias de este rey-
no , de que somos los únicos Procuradores , nos pareció
por todo lo dicho , y por evitar la inquietud , que estas
novedades podían ocasionar en los ánimos del pueblo en
tiempo que tanto se pueden temer , y se deben atajar,
enviar un Diputado á proponer al Virrey algunos mer
dios , que mas abajo se refieren ; con los quales , sin que
al reyno se le siguiese perjuicio , se pusiese en execucion
lo contenido en el papel notificado á este Consistorio por
el Abogado Fiscal. Y no habiéndole abrazado' ninguno
de los que le componen , y sabiendo que ya el señor
Don Juan se acercaba á Zaragoza , y que el mismo Vir-
rey
frey tenia convidada á toda ía nobleía de esta Ciudad
para que fuesen en su compañía á visitar dos leguas antes
de llegar á S. A. , (como con efe&o lo executó) y que
lo mismo hacían no solo todos los particulares de la
Ciudad , sino otros 5 y que al Consistorio de la Diputa-
ción se le prohibía , que aún los particulares de el , si no
entraba en Zaragoza , y habiendo entrado , como el pa-
pel dice /le visitasen , y cumpliesen con la cortesía , y
obsequio que se ha hecho siempre con personas de mu-
cha menor suposición , y que tan debido es á un hijo
de S. M. ( que este en gloria ) y hermano del Rey nues-
tro señor ( que Dios guarde ) , y que el dexarlo de hacer,
pudiera ser no solo de tanto perjuicio para los mismos in-
tentos de la amigable composición con que V. M. se ha
servido de llamar á S. A. , sino de tanta nota , inquie-
tud , y escándalo para el pueblo ; volvimos antes de ayer
Sábado á enviar en nombre del Consistorio dos Diputa-
dos al mismo Virrey , representándole todas estas razo-
nes y inconvenientes , y añadiendo á los medios que se
le propusieron la primera vez , otros que de nuevo ocur-
rieron , para que lo contenido en el papel del Abogado
íiscal , se-executase sin que el rey no quedase perjudi-
cado , como fueron que el mismo se apartase de la noti-
ficación , y a&o , que se habia hecho , ó que constase,
y se publicase para sosegar al vulgo, que el señor Don
Juan habia escrito ( según se decia ) al mismo Virrey,
que por el modo y priesa con que pasaba , no gustaba
de que los pueblos le visitasen. Ninguno de estos , ni
otros medios quiso admitir 5 con que para cumplir con
nuestra obligación , y con la que nos imponen el jura-
mento, y las censuras, nos vimos necesitados á tomar
resolución uniformemente de que se hiciese elección de
firma , para que en la Corte del Justicia de Aragón,
se conociese de lo contenido en dicho papel , y del modo
de
¡t$6 _
de su despaciío, y notificación en perjuicio 3e los Fuerosy
y observancias de este reyno. Y como el poner nosotros
en execucion io mismo , que contradecíamos era clara in*
conseqüencia , y deshacer con la obra lo mismo que pre-
tendíamos , y que procuramos conseguir con la elección
de firma , dando por atentado y nulo en la sustancia , y
en el modo el dicho papel , escribimos al señor Don Juan
en la forma que V. M. mandará ver en la copia que re-
mitimos de nuestra carta , y de la que S. A. nos respon-
dió j con lo qual , quando supimos que llegaba el señor
Don Juan al puesto á donde ha salido siempre este Con-
sistorio á saludar, y dar la bien venida á personas seme-
jantes , fuimos en la forma acostumbrada , y sin otra de-
mostración , ni prevención de fiestas , regalos ó regoci-
jos 5 le dimos la bien venida, alabando como es razón, la
obediencia , y rendimiento á las órdenes de V. M. , y sig^
nificándole la tan debida atención con que está , y estará
siempre este reyno á lo que conduzca al servicio del
Rey nuestro señor (que Dios guarde). Esto, señora , es
lo que pasó antes de ayer Sábado 9 ; y ayer Domingo)
10 de Febrero. De todo lo qual nos ha parecido dar lúe-*
go cuenta , despachando un correo á V. M. no solo para'
que io tenga entendido por el consuelo , que tendrá to-í
do este reyno de que sus reales órdenes vengan despa-
chadas en la forma acostumbrada por el Consejo supre-
mo de Aragón, á quien toca, y que tan noticioso está de
nuestros Fueros, usos y observancias, sino porque nos pro«
metemos que ha de darse V. M. por servida de lo que este
Consistorio , y todos los que asistimos en el deseamos, y
procuramos sin faltar á la obligación de nuestras con-
ciencias (en que entendemos hacer una gran lisonja al
católico zelo de V. M.) cumplir con el obsequio debido
á V. M. , cuya católica , y real persona guarde Dios
nuestro señor como deseamos para bien de la christian-
dad.
137
dad. Zaragoza y Febrero 1 1 de 1 66 g. ~ Fray Antonio,
Obispo de santa Maria de Albarrazin. = El Marques de
Cañizar y san Felices, rs El Do&or Miguel Isabál. =5
Don Fernando Antonio de Zayas Zapata. — Don Sebas-
tian Cavero. — Don Luis Lorenzo de Orera , Diputados
del reyno de Aragón. = Don Antonio Virto de Espinal,
Secretario.
Relación verdadera del festejo y aplauso con que el señor Don
Juan de Austria, fue recibido en la ciudad de Zaragoza , del
reyno de Aragón , y tránsitos que ha hecho desde
su entrada hasta Cadereita»
E
JdL dia 5 de Febrero de 1669 llegó S. A. á la ciudad
de Lérida , cuyos Proceres (que así se llaman los que la
representan) salieron un quarto de legua á caballo con
todas las insignias , y demostraciones de mayor respeto,
habiendo el dia antecedente ido en busca de S. A. el Ca-
bildo y Obispo j en cuyo palacio estuvo S. A. aquella
noche , y el dia siguiente. A los siete tomó el camino de
Fraga , y á la entrada de Aragón aguardaba á S. A. el
Capitán de la guarda de aquel reyno, con sus dos compa-
ñías de Infantería , y Caballería , un Juez del Consejo,
y el Comisario general del reyno , con otros Ministros,
enviados todos para que recibiesen , alojasen y acompa-
ñasen á S. A. por los tránsitos de Aragón. Entró en Fra-
ga , y en todos los demás lugares hasta la Puebla , que
dista dos leguas de Zaragoza , con excesos de alegría , y
general aclamación 5 pues gran trecho antes de entrar,
y mucho después de salir de ellos , no se oia ni via otra
cosa , que sombreros en el ayre , y voces de viva nuestro
Rey , y el señor Donjuán de Austria. En el camino tuvo
S. A. noticia de que el Virrey , Conde de Aranda , ha-
S bia
i38
bia hecho notificar al reyno y ciudad, por mano del Fis-
cal , y en suposición de ser orden de la Reyna nuestra
señora, que no hiciesen demonstracion alguna con S. A.,
ni le visitasen ; extravagancia , que recelada de S. A. la
había prevenido de ante mano escribiendo al Conde,
que la prisa con que pasaba , y los términos de incóg-
nito en que iba, no le permitian recibir agasajos públicos,
y que lo previniese así á los cuerpos de ciudad y rey-
no. Halló S. A. en la Puebla á los Marqueses de Ariza
de Novarres , y de Coscojuela , á los Condes de Fuen-
clara , y de Castel Florit , y otros Caballeros , á quie-
nes siguieron luego el Justicia , Cabildo del Aseo,
otros muchos particulares , y el Virrey con número de
nobleza 5 el que dicen , que deseó mucho justificar su in-
tención , y procedimientos en el ánimo del señor Don
Juan , y S. A. le respondió : Que nunca, había creído de él
cosa que fuese contra la obligación , que le asistía de buen va-
salla del Rey nuestro señor , y la opinión que tenia de buen po-
lítico > pues en obrar contra los dióiamenes de S. A. , falta-
ría á ambas cosas. A la primera, porque quatquiera que no
acudiese a ellos , iría contra el Rey. T ala segunda , porque
seria gran error de prudencia embarcarse en una barca de ca-
ña , y arrimarse a un árbol tan flaco , y poco seguro , como
era elPadreConfesor,que mañana, o esotro, le veríamos corta-
do por el tronco, ó arrancado de quajo. A la vista del Virrey,
y de la nobleza , siguió en lo restante de aquel dia
gran cantidad de gente de la' ciudad de todos estados,
que con indecibles muestras de voluntad , deseaban vec
á S. A. Al mismo tiempo que estaba con el Virrey , die-
ron á S. A. una carta de los Diputados del reyno en es-
ta forma.
SE-
l$9
SERENÍSIMO señor.
I 1 Abiendo llegado á la noticia de este Consistorio,
que V. A. por venir incógnito , y pasar por esta ciudad
con tanta prisa , ha escrito al Virrey (según se dice) mos-
trando gusto de que no le visitasen los pueblos , nos ha
parecido ser muy de nuestra obligación , para no faltar
á ella , asegurarnos en esta noticia , teniéndola de V. A.
para que según ella , obremos cumpliendo con el obse-
quio debido á la serenísima persona de V. A. j que guar-
de, y prospere el cielo como deseamos. Zaragoza y Fe-
brero á 9 de 1669. = Fray Antonio , Obispo de santa
Maria de Albarrazin. = El Marques de Cañizar y san Fe-
lices. — El Do&or Miguel Isabál. = Don Fernando Anto-
nio Zayas Zapata. ■= Don Sebastian Cavero. s Don Luis
Lorenzo de Orera , Diputados del reyno de Aragón. =
Don Antonio Virto de Espinal, Secretario.
Con esta noticia , y la de estar el Consistorio en
resolución de salir á visitar á S. A. le respondió lo si-
guiente :
En este punto recibo la carta de V. S. con todas
aquellas demonstraciones de afe&o, que le merece mi
voluntad. Es así que escribí ai Conde de Aranda que
la prisa de mi jornada , y la forma en que la hacia , no
me permitia detener ahí , quanto deseara i pero esto no
podrá embarazarme nunca el que yo manifieste á V. S.
personalmente siempre que quisiere oirlo , la suma esti-
mación con que me tiene prendado su fineza , y el per-
petuo reconocimento que conservare á las atenciones que
en esta ocasión ha mostrado V. S. al mayor servicio del
Rey nuestro señor (Dios le guarde). Yo parare mañana
algún rato en la Torre de Don Francisco Sanz. Si V. S.
S 2 qui-
14°
quisiere tomarse la descomodidad de venir á ella , reco-
nocerá quán ciertas son las clausulas de esta carta. Pros-
pere Dios á V. S. en toda felicidad. La Puebla á $ de
Febrero de 1669.
En estos lances obró con exemplar fineza el reyno y
sus Abogados, á quienes consultaron sobre el caso, y ellos
respondieron con la gallardía , y constancia que también
se ve por las siguientes copias.
Copia de la notificación hecha al reyno de Aragón por el
Abogado Fiscal.
E
^L Abogado Fiscal dice , que habiendo tenido noti-
cia S. M. de la venida del señor Don Juan , ha sido ser-
vida ordenar al señor Conde de Aranda , que como
Virrey , y Capitán general de este reyno , y en su real
nombre, adviertiese á V.S.que en nombre de su Consisto-
rio no haga demostración alguna con S. Á.; pero que sí
resolviere entrar el señor Don Juan en esta ciudad , ha-
biendo entrado , podrá particularmente cada uno visi-
tarle si quiere. Y yo en nombre de S. E. lo advierto así
á V. S. para que tenga entendido lo que ha de hacer,
cumpliendo con la voluntad , y orden de S. M. Á 5 de Fe-,
brero de 1669. =. El Do&or Orcariz y Velez,
Proposición que los Diputados hicieron á sus Abogados
L
fOS señores Diputados del reyno de Aragón consul-
tan lo que deben executar en razón de la Intima , que.
les ha hecho el magnifico Abogado Fiscal , para que no
haga demonstraron alguna el reyno con el señor Don
Juan de Austria , ni le visite junto.
Res-
141
Respuesta que dieron los Abogados a los Diputados,
H
^Abiendo visto lá Intima , y considerado la gra-
vedad de la materia que contiene , decimos : que el Con-
sistorio , y todos los que han asistido á los derechos
del rey no , han defendido siempre que tales manda-
tos no se pueden hacer ; porque como S. M. (salva su
clemencia ) no puede hacer leyes sin la Corte general,,
asi tampoco puede mandar cosas , que no están preve-
nidas por los Fueros , y leyes en disminución de la li-
bre facultad que se tiene en Aragón , en donde no hay
mero imperio j pero por parte de S. M. se pretende lo
contrario. En uno y otro hay exemplares , y así en
esta variedad nos parece que el reyno haga elección
de firma de dicha Intima , así por razón de la sustan-s
tancia , como por no venir en la forma ordinaria , y
por el Consejo supremo de Aragón , ni con los requisitos
que se han acostumbrado en los mandatos justos y fora-
les. Esto nos parece salvo , &c. — Don Joseph Esmir y
Casanate. = Don Juan Antonio Piedra Fita y Albis. =:
Don Francisco Ximenez de Ayerve >. Abogado ordinario
del reyno.
El Domingo partió S. A. de la Puebla ázia Zarago-
za á las diez de la mañana , y no es posible ponderar la
extraordinaria alegría , y agasajo que halló en los no-
bles , y pueblo de Zaragoza , pues á dicho de todos no
se ha visto en aquella Ciudad otro semejante , porque
apenas salió de aquel lugar S. A. , quando comenzó á.
encontrar tropas de gente de Zaragoza á pie y á caballo,
que echando locamente las capas y los sombreros por el
ayre , sin reparar en arroyos, ni pantanos, seguían
con incesantes aclamaciones > añadiendo a ellas frases , y
circunstancias, unas de risa , y otras de admiración y
ter-
H2
ternura , que todas denotaban estar allí la voz de Dios,
y su santa y justa voluntad. Con este tropel , aumentán-
dose mas á cada paso , que se daba ázia la Ciudad , y
y con un lucido esquadron de estudiantes , que contra
la prohibición expresa del Virrey , salieron al encuentro,
todos con las espadas desnudas , gritando á una voz: que
allí estaban prontos para quanto S. A. gustare : llegó á la
torre ó casa de placer que habia señalado el reyno para
recibirle , y está poco mas de un quarto de legua de la
Ciudad j harto pulida , cierto , y ricamente aderezada,
con habitación para toda la familia de S. A. , en fe de
que habia de detenerse en ella una noche; y allí, mientras
estaba esperando el reyno , tuvo embajada de la Ciudad,
pidiendo también hora para hacer su visita. Y esta reso-
lución de Ciudad y reyno fueron tan aplaudidas de to-
dos , que estando llenas , y cercadas de pueblo las casas
de ambos cuerpos , mientras en ellos se disputaba la ma-
teria, al saber lo que habian deliberado, se deshacían
todos en vítores. Veíanse las campañas de entre la torre
y la ciudad inundadas de gente, voceando continuamen-
te en alabanza de S. A. , y de su intento ; instándole en
que se quedase algún dia á lo menos en Zaragoza. Vino
al fin el reyno 5 y el Obispo de Albarracin , primer
Diputado Eclesiástico , hizo una muy discreta , y fina
arenga , á que S. A. correspondió con muestras de todo
cariño , estimación y confianza. Luego vino el Jurado
en Cap, con sus mazas , siendo así que jamas hasta hoy
se ha visto salir Jurado alguno de las puertas de la Ciu-
dad á semejante función de recibimiento. Ai ver venir el
pueblo estos cuerpos , se renovaba la vocería de la gente,
vitoreándolos por el obsequio que iban á hacer al señor
Don Juan. Baxó S. A. de la torre , y al ponerse á caba-
llo fue tan extraordinaria la demonstracion , qual solo
la vista puede comprehender , siendo dignas de gran ter-
nu-
•i43
nurá , y admiración las cosas que se oían á los que caían
mas cerca de S. A. Los ofrecimientos que le hacian de di-
nero , con determinadas y grandes cantidades , el horror
que manifestaban contra los Jesuítas : las exórtaciones pa-
ra que el señor D.Juan prosiguiese en el intento, y las ins-
tancias , y el fervor con que vitoreaban á los Capitanes
de la caballería , que trae S. A. , pidiéndoles que le
guardasen muy bien , y no se volviesen sin la exter-
minación Jesuitica. El no haber salido el Virrey á con-
ducir á S. A. , privó á Zaragoza del consuelo de que en-
trase en ella : y el venir en esta manera de incógnito,
aunque tan público , le obligó también á escusarlo , pa-
sando por el Puente de tablas , y costeando toda aquella
ribera entre el rio , y las casas del reyno , ciudad , Ar-
zobispo , y otras muy principales , que le hacen frente,
y atravesando la parte de calles, que no dexan lugar
entre el agua , y ellas , salió por la puerta que llaman
de nuestra señora del Portillo , y entró en el camino que
conduce á Castilla , habie'ndose apeado de paso á rezar
una Salve á nuestra señora del Pilar , por caer una puer-
ta de este Templo á la misma ribera , y pudo conseguir-
lo por haberse publicado , que no habia de apearse en
ninguna parte , y prevenido , que estuviesen cerradas
todas las otras puertas de la Iglesia ; y aún de esta ma-
nera se vio con harto trabajo para volver á montar á
caballo. Siguieron este transito con el mismo tropel que
hasta allí 5 mas embarazoso por lo poblado que estaba de
coches , y muy adornadas las ventanas , llenas ellas y
ellos de la primera nobleza de señoras. Brujulearon los
estudiantes á un Religioso de la calza blanca en un coche,
y si no se diese á conocer muy apriesa , le hubiera cos-
tado caro el equivoco. Finalmente , todo ei camino desde
la torre hasta una legua después de pasada la ciudad , no
era mas que un agregado de personas de todos estados,
qual
144
qual no se ha visto jamas de gente de capa negra ; Reli-
giosos , mugeres , y muchachos , y todos exálados por
acercarse al caballo del señor Don Juan , llevándole al-
gunas veces casi en el ayre ; porque habiendo dispuesto
el Capitán de la guarda del rey no que algunos délos
soldados de la compañía de á pie fuesen al lado de S. A.
para que no se llegase la gente al caballo , reconociendo
S. A. que la desazonaba algo aquella ceremonia , mandó
con gran benignidad , que dexasen llegar á todos los que
quisiesen; con que á costa de ir en prensa todo el camino,
consiguió grande aplauso , y nuevos vítores esta con-
fianza y franqueza. Ello es cierto , que nada de quanto
la idea puede imaginar del afe&o y cariño mas cordial
de una nobleza , y de un gran pueblo , se dexó ver el
Domingo en Zaragoza.
El Arzobispo Gamboa, que quando al principio entró
el señor Don Juan en Aragón , faltó tanto á lo que de-
bía , envió á Lérida un criado para ofrecerle su casa con
muchos te'rminos de aprieto , y pareció muy bien que
no le respondiese S. A. ; y aunque después volvió á es-
cribir con iguales muestras de mortificación , y descon-
suelo, tampoco mereció que S. A. honrase su casa , ni
se dexase ver de el rcon que se estuvo acechando por
una ventana de su casa , y oyó famosas cosas del pueblo
al pasar S. A. por delante de ella. Y á la vuelta , después
de haber dexado á S. A. se encendieron mucho mas los es-
tudiantes, y pedían instrumentos para quemar su casa, y
la del Virrey : de donde saliendo el Jurado en Cap Don
Francisco Izquierdo , le obligaron á parar el coche , y á
decir: viva el señor Don Juan ; y porque no alzaba dema-
siado la voz , le dixeron : hable alto, que somos sorbos ; con
que los obedeció puntualmente. Hizólos retirar la justicia,
y antes de salir á encontrar á S. A., habían hecho otra vi-
sita á los Jesuítas con semejantes cumplimientos.
Acá-
H5
Acabada esta tropelía , pasó S. A. á Cadrete, tres le-
guas de Zaragoza , sin haber acabado de despegar toda-
vía de sí á algunas personas de Zaragoza, que se le ofre-
cieron acompañarle hasta Madrid. Volvieron á ver la ma-
ñana siguiente al señor Don Juan en Cadrete los mismos
Caballeros que se adelantaron también á la Puebla , y
otros muchos con ellos , y el Tribunal de la Inquisición
en toda forma. De este lugar se encaminó S. A. á Cariñe-
na, donde se ha detenido un par de dias porque los ca-
ballos lo necesitaban. Sábese que la Diputación ha escri-
to con extraordinario á S. M. diciendo lo que han obra-
do con S. A., y las razones que han tenido para ello. El
Lunes fue también dia solemne en Zaragoza j porque ha-
bie'ndose vuelto á convocar un gran número de estudian-
tes , llevaron por toda la ciudad una figura de paja re*
presentando un Jesuita. Iban todos con sus sombraros ba-
xos, y en forma de duelo , como si le llevasen á enter-
rar j y llegando delante de la casa de los Padres de la
Compañía,- obligaron al Redor á que se asomase á i a-
ventana para que viese el expe&aculo , y á su vista que-
maron la estatua. Dios de á S. A. los sucesos que todos le
deseamos para el reposo común , que cierto no hay hom-
bre en este reyno de alta , ó baxa esfera , que 10 vendie-
ra por e'l sus hijos. Tai es el amor que le tienen , y lo que
les obiiga verle tan solicito f y empeñado en el amparo
de la Monarquía.
Con esta novedad, se empezó á reconocer mas el atur-
dimiento de los enemigos del señor Don Juan , pues de.
Solo el miedo que les ocurrió , procuraron poner la ques-
tion en competencia de armas , y así luego empezaron á
convocar militares y señores, á quienes encargaban es-
tuviesen prevenidos con caballos , y armas para el servi-
do de S. M. vendiéndole á la Reyna nuestra señora, quart-
Úo ellos los habían convocado , que se habían venido á
X ofre-
ofrecer á S. M. todos con mucho gusto , y voluntad,
como lo pedían sus obligaciones hasta esta Villa de Ma-
drid , que se había ofrecido sacar el Estandarte real
para que le siguiesen todos sus Gremios , y para este
efe&o tenían nombrado por principal cabo, y general
al Marques de Peñaiva , Portugués , con que se daban
ya por muy asegurados de la destrucción del señor Don
Juan, Y lo mejor de todo era , que aunque toda la Cor-,
te estaba alborotada con esta novedad , no sabia nada
de ello la Re y na nuestra señora 5 porque querían pri^
mero tenerlo prevenido todo, y después dar cuenta de
ello á S, M. ; pero el alboroto del pueblo , y el buen
zelo de algunos Ministros , no dio lugar á este secre-
to j y así el Lunes 8 de este mes , teniendo noticia de
esto el Conde de Peñaranda , procuró en la Junta de
Gobierno saber con que' orden se executaba esta reso-
lución > y hallando que no la habia de S. M. , y que
solo eran disposiciones del Padre Confesor , y del Pre-
sidente Je Castilla , su íntimo amigo , procuró desva-
necerla, y que se enterase á la Reyna nuestra señora de
todo, lo qual fue servida de admitir la razón 5 y con vista,
de ella ., determinó , que el Martes 9 de dicho mes fuese
D. Diego de Velasco. , Mayordomo del señor. D. Juan,,
con carta de creencia de 3. M, , y habiéndole alcanza-
do en Junquera , diez leguas de esta Corte , dio resr/
puesta á ella, y á otras que hábia llevado de algunos
señores de la Junta en la manera cuie se veri por las
$ue se siguen.
€0-
M7
Copia de las cartas que S. A. el señor Don Juan escribió á
S. M. 7 y Ministros de la Junta del Gobierno , y Consejo
de Estado en 22 de Febrero de 1669.
Á LA REYNA NUESTRA SEÑORA.
SEÑORA.
Y
Á, señora, me ha reducido á este terreno el gusto
y la fe real de V. M. Desde el , como desde Cataluña,
(porque en todas partes es el mismo mi zelo, y mi obli-
gación) me postro rendidamente á los reales pies de V. M.
para que se sirva V. M. de mandar que salga luego el
Padre Confesor de los dominios del Rey nuestro señor.
Si hasta aquí ha hecho á V. M. esta súplica la congoja,
y el dolor de toda España por mi sola voz: y á hablar cla-
ro á V. M. toda ella por la del Consejo pleno de Aragón;
por la de muchos, y muy zelosos Ministros del de Cafc-
tilla (sin que los demás se aparten de este mismo sentir.)
por la del de Estado , nemine discrepante. El clamor de to-
dos , la conservación , y lustre de la Monarquía lo solici-
tan , y lo suplican también á V, M. La necesidad lo acón-»
seja 5 el señor Emperador hace á V. M. esta misma ins*
tanda con el cariño que tiene á esta Monarquía \ y el
interés de su mayor felicidad; y el sumo Pontífice la
representa á V* M. repetidamente con veras , y afe&os
de amoroso, y pacifico Padre ; por mas que el Padre
Confesor- de V. M. haya procurado recatar estos oficios al
Consejo de Estado, y aún á la Junta del Gobierno,, cau-
sando en ambos cuerpos el gtave, y justo sentimiento
de verse defraudados de aquella grande, y absoluta con-
fianza , que el Rey nuestro señor (que está en ei cielo)
ordenó á V. M, hiciese de ellos, violada ya en otras miv
T 2 chas
148
chas y graves materias por el particular interés de este
Religioso. V. M. mandó á estos tres Consejos , que con-
sultasen á V..M. sobre la materia. Ellos lo hicieron en la
forma referida , y los Reyes de España , señora, no han
acostumbrado pedir parecer á los superiores Tribunales *
para apartar de sí á ningún Ministro. Ahora acabamos
de experimentar , que con menos uniformidad de votos,
ha concluido V. M. dos paces con Francia y Portugal^
tales, qual el mundo ha visto. Á buen seguro que la
grande comprehension d& V. M. , y lo que ama V. M.
al Rey nuestro señor su hijo, y á la reputación de Espa-
ña , hubiese venido V. M. en ello (como yo lo oí muchas
VQces) á no ser con gran dolor de su corazón , y á fuer-
za de creer , que lo que aconsejaban á V. M. tantos ex-
perimentados Ministros , contendría en sí el mayor ser-^
vicio de S. M. , y bien de sus reynos. Estos mismos Mi-
nistros , y por los mismos motivos aconsejan á V. M. que
el Padre Confesor vaya á Alemania , ó á Roma , con un
decente empleo. ¿Pues cómo, señora, podremos jamas
creer los Españoles , que ha de ser con V. M. poderoso
el zelo, y la experiencia de los Ministros, para que
V. M. se resuelva á coronar á un Rey dentro de la
circunferencia de España , cedie'ndole la Monarquía en-
tera , y para dexar á otro la mayor porción de los Pai?
ses Baxos , una de las mas preciosas de la nuestra , y
no lo serán para que desvie V. M. de sí á un sugeto
como el Padre Confesor , que es la única causa de toda
nuestra ruina , y vilipendio ? El Consejo de Castilla en,
una de las Consultas que hizo, acuerda á V. M. los
Ministros que han sido apartados del lado de los Re-
yes por el bien de la causa pública. Y quando fuese
solo el de Estado de este sentir, debía , y debe V. M.
servirse de seguirle j porque el punto de que se tra-
ta es de su inmediata inspecciona y en. los negocios de
su
149
su intituto , han llevado siempre tras sí las resoluciones
en la atención de nuestros Reyes, el voto único del Con-
sejo de Estado ; ¿ pues que deberá iíacerse añadie'ndose á
el, y fortaleciéndole los demás que dexo dichos, tan dig-
nos de ser atendidos por su inteligencia , suposición , in-
tegridad y zelo?
Si el Padre Confesor se imaginare fabricar nuevas di-
laciones sobre el débil fundamento de que yo le pruebe
cargos , ( á que parece miraba en aquel escandaloso pa-
pel, que imprimió los días pasados), respondo anticipada-
mente , que esto , y decir que no quiere dexar el Jado
real de V. M. no se diferiencia mas que en las pala-
bras : ¿pues que' cosa tan frivola puede oirse , como pre-
tender el Padre Confesor , que se reduzcan los suyos
á probanza ? ¿ó quien ha pensado en algún tiempo , que
sean capaces de prueba las acciones de un Ministro,
que obra por la voz , y la representación de su sobera-
no? Y quando esto no fuese muy imposible , sino muy
fácil ; es cierto que no pensaría yo jamas en intentarlo;
porque ei Padre Confesor no tuviese ocasión de repetir
la osadía de hacer á V. M. infractora del testamento,
y sagradas disposiciones del Rey nuestro señor (que está
en el cielo) en su exaltación á los puestos que usurpa 3 de
labarse las manos con la sangre de Malladas 5 con teñir
en ella las de V. M. llenas de justificación y de piedad*
de atribuir á lá reda , y santa intención de V. M. Ja
maldad , y la injusticia con que en menos de cinco me-
ses ha intentado hacerme pasar en el mundo por inobe-
diente , desleal , y desterrado ; tenidome recluso y arrin-
conado en Consuegra con públicos , y disfamatorios dt-
cretos , y expresa prohibición de los Ministros de la
Junta , y tácita á todos los demás , para que no se comu-
nicasen conmigo. Preso , perseguido , fugitivo , amena-
zado de alevosa muerte (de eme cada hora se me repiten
ime-
i5o
nuevos indicios y noticias) abiertas y registradas las car-
tas de mis correspondencias , como de reo de lesa Mages»
tad , acumulado cargos ridiculos , y tenidos por tales del
mismo Consejo de Castilla para procurar hacerme una
causa de traidor j persuadido y solicitado á cotromper á
este intento con medios ilicitos á los Ministros de aquel
redo, y prudente Tribunal. Con este escudo-, señora,
de la sombra de V. M. palia , y autoriza el Padre Con-
fesor todos estos , y los demás enormes procedimientos,
que le hemos visto , y vemos cada dia executa contra
Dios, y el Rey, contra V*M¿* con-tra la Monarquía , con-
tra mi persona, y contra toda justicia y razón.
Tampoco quiero dexarle abierta la puerta por don-
de hasta ahora he pensado hallar algún recurso á su per-
tinacia 7 dando á entender que mis intentos pasan mas
allá de su retiro > y que conseguido ;e'ste , los estende-
re' á hacerme arbitro del Gobierno : ideas maquinadas
del Padre Confesor, con el ansia de hacer- mas interesados
en su causa y pero muyen vaide , quando es tan mani-
fiesto , que en la vendad , en él entender universal, y
on >mi intención , lo m el solamente j-y^que esta (como he
dicho 'siempre) no tiene orto ínteres que el de quitarnos
delante de los ojo$] un embarazo , que en tantas maneras
tloá destruye y pierde 5 y -á vista del qual , es imposible
que la Monarquía pueda empezar á convalecer de sus
grandes males , ni- V. M. resolver- cosa que conduzca á
su remedio 5 con que me es muy fácil de protextar á
,V. M. , ;y á todo genero de personas , que mi fin se com-
prehende en estos solos límites del ser Vicio de Dios , del
R%y nuestro señor., y bien y reputación de sus vasallos?
y que no soló no he pensado jamas en la civil. ambición
de alzarme con elmanejo del gobierno (como 4li Padre
Confesor quiere persuadir) sino que me contento de -sel
tenido por el mas indigno de todos los hombres , el día
/ que
que se viere que lo procuro ó solicito.
No debe tampoco embarazar á V. M. para delibe-f
rar luego ia salida del Padre Confesor , la reparación de
mi honor , sobre que en otras ocasiones he hablado á
Y. M. , asi porque la principal parte de ella la considero
en esta misma resolución , como porque no dudo que
libre V. M. de sus malas inspiraciones , mirará V. M. á
verdadera luz los injustos ultrajes que ellas me han he-
cho , y que estos mismos didarán en el real y benigní-
simo ánimo de V. M. aquel ge'nero de demostraciones,
que mas fácilmente los pudieren borrar de la memoria
de los hombres.
De todo lo dicho se conoce , que no hay ya razón
divina ni humana , para que V. M. dilate el darnos este
buen dia , quando la menor de tan graves ofensas como
el Padre Confesor me ha hecho , ( aún sin tocar en las
que ha recibido , y recibe de el la causa pública ) lo de-
bia ser bastante en la atención real de V. M. , para apar-i
tarie de su lado con muchas mortificaciones , y para
que se lo aconsejasen á V. M. así quantos no hubiesen
olvidado lo que debieron al Rey nuestro señor i ( que
está en el cielo) y 'la obligación en que están de estimar
su sangre, y su memoria. ¿Pues que' será, señora, quan-
do yo despreciando quanto me ha ofendido, ni por mi
particular satisfacción , ni por la general de la Monar-
quía , suplico á V. M. queje envié mortificado , sino que
le aparte de sí honrado .y rico?
Habiendo sido la principal máxima del Padre Con-
fesor en este negocio el ir ganando tiempo , recelamos
todos que la quiera ahora proseguir, induciendo á V. M.
á que se sigan en el los términos de un tratado , que por
su naturaleza trae las dilaciones de demandas y respues-
tas } en cuyo anticipado resguardo represento á V. M.
que no se debe permitir este recurso al Padre Confesor?
no
nfr menos porque la palabra Tratado es muy impropia
entre vasallos y Rey , ( cuya soberanía representa
V. M. ) como por no haber ya sobre que cayga , ni pa-
ra que sea necesaria esta formalidad , ni yo tengo , ni
tendré' en toda mi vida que añadir ni quitar á lo que
contiene esta carta ; con que solo servirían las largas de
poner en las manos al Padre Confesor otra nueva rama
de que asirse} y así , señora , acabando por donde em-
peze, vuelvo á suplicar humilde y rendidamente á V. M.
con los primeros Ministros de la Monarquía , con todos
los buenos Españoles y fieles vasallos del Rey nuestro
señor , y acompañando las paternales instancias del Su-
mo Pontífice , y las del señor Emperador , que V. M. se
sirva de conformarse con este voto general , haciendo
que salga luego de estos reynos el Padre Confesor en la
forma que se ha consultado á V. M. por el Consejo ple-
no de Estado > pues el que hoy tiene este negocio, y ei en
que hoy me hallo , no pueden permitir , ni dar espacio
á que este Padre emplee sus alevosas armas ( como hasta
ahora ha solicitado ) con el beneficio del tiempo, bus-
cando rodeos , dilaciones y pretextos para procurar mi
perdición , y torcer en ei coman con;epto mis justas in-
tenciones; las quales serán inmutables , como mi rendí*
miento y esclavitud á los reales pies de V. M. que beso
ahora humildemente por las honras que V. M. se digna
hacerme en la carta de 9 , renovando yo con ella el gus-
to de haberse anticipado. = Don Juan,
O-
Copia de carta del seHor Donjuán para la Reyna nuestra
tenor a , su fecha en Junquera á i % de Mrert
de 1669,
T,
SEÑORA.
Eniendo escrita la carta para V. M. , que acompa-
ña á esta y {es la antecedente ) con intención de enviada á
las reales manos de V. M. , desde el lugar donde hiciese
alto , me encontró ayer Don Diego de Velasco , con la
que V. M. fue servida de escribirme á 18 , remitiéndo-
se en ella V. M. á lo que Don Diego me dixese , el
qual en execucion de esta creencia me leyó un papel que
Don Blasco de Loyola le habia entregado.
En la carta adjunta digo á V. M. quanto puedo y
debo en prosecución de mis humildes súplicas , y cito el
recibo de la de V- M. de o, y también respondo 3
la que Don Blasco me escribió con la misma fecha,
con que en esta parte no se me ofrece que añadir , ni
alterar.
El papel que ha traido Don Diego, contiene las maJ
infestaciones de zelo , y prontitud al servicio del Rey
nuestro señor (Dios le guarde) y seguridad del reposo
público , que en el se dice haber hecho la villa de Ma-
drid , la nobleza y los soldados j demonstracion , que
ene debe parecer loable , y digna de ser muy imitada, y
estimada , así porque quanto mas se acordaren los vasá-i
líos deS. M. de esta primera obligación , tendrá mas se-
guro apoyo en ellos mi justa demanda (confirmando yo
con esta noticia las que tenia de quán pocos , y murmu*
rados eran los que se apartaban de ella) como por con-
currir unidamente en mí todas las razones separadas,
que pueden haber movido á estos tres cuerpos á expre-
V sar
m
sar su fineza en este lance; pues por hijo de Madrid , por
noble , y por soldado , me alcanzan estos triplicados mo-
tivos (sobre otros muchos grandes y particulares ) para
renovar á los reales pies de V. M. ahora y siempre el
sacrificio de mi sangre y vida , que hice á los del Rey
nuestro señor , y á su real servicio desde el primer dia,
que me alumbró la luz , y el uso de la razón ; con que
tampoco en esto tengo mas que decir , sino alabar la su-
ma prudencia de V. M. en el deseo de extinguir qual-,
quier principio , ó fomento de irreparables inconvenien-
tes , y estimar rendidamente á VYM. la opinión , que se
sirve tener de mis atenciones á este mismo fin.
Ahora pasare á informar a V. M. como un dia antefc
que Don Diego de Ve lasco llegase , tuve por algunas
personas expresas , y por cartas de otras zelosas del bien
público , las individuales noticias que se resumen en el
papel incluso de los extraordinarios movimientos que es-
tos dias pasados han escandalizado á esa Corte , medi-
tados y dispuestos (con riesgo de ponerla en el último
conflicto) por el Padre Confesor, y executados por sus po-
cos defensores. Y quando por lo que he oído á Don Die-
go de Velasco , y lo que contiene el papel que trae de Lo-
yola , puedo afirmarme en que todo este grande , y es-
candaloso aparato de novedades se ha pensado , resuel-
to, y pasado á executar sin orden de V. M. ni noticia
de los Ministros á quienes tocaba consultarlo , sino por
una pura , y despótica deliberación del Padre Confesor;
-dexo al alto juicio de V. M. , y á la ponderación de todo
el mundo , laque requiere este gran caso , el1 concep-
to que yo puedo hacer (sobre otras tantas pasadas expe?-
riendas) de?los intentos de este religioso contra mi hond-
ea y vida, y los te'rminos á que deben llegar los resguar-
4os de mi seguridad, mientras el estuviere en estos rey-
■íios ai mismo tiempo, que ©brando de esta* manera pré¡¿
i¿¿ Y ten-
155
tende~ influir en el real ánimo de V. M. que se me per-
suada á que dexe ó desminuya esta pequera escolta que
saque de Cataluña para mi propia y natural defensa ; y
que este' tan lejos de darse por vencido de la gran mal-
dad^ que usó conmigo cinco meses há , desterrándome
como á vilísimo reo,, que vuelva á valerse de la firma real
de V. M. para acordarme la distancia , y los términos de
este mismo destierro 5 como si las fatigas , descomodida*
des , y riesgos á que me impone mi ardiente obligación
y zelo , por hacer al Rey nuestro señor, y á toda Es-
paña este gran servicio , apoyado de los primeros Con-í
sejos , y gerarquias de vasallos , fuesen otros tantos de-
litos y culpas contra su servicio. No señora 5 hizo Dios
á V. M. muy benigna , y justa para que yo jamas pue-
da presumir de su real corazón tan iniquos tratamien-*
tos , y que fuesen tan mal pagadas las diligencias que
aplico al mayor decoro , y aciertos de V. M. (como con-
fio en Dios lo conocerá V. M. muy aprisa) y así parecie'n-
dome, que en el estado de las cosas nada puede contri-
buir mas al fin , que todos debemos desear en beneficio,
y sosiego universal , que en desacer brevemente estos
dañosos nublados , que ciegan y perturban los ánimos,
y los didamenes , y que en el continuo peligro á que
me veo expuesto por las alevosas asechanzas del Padre
Confesor , nada me está mejor , que esta misma breve-
dad , siendo tan conforme á toda razón , y al mismo
didamen , que debo suponer en V. M. el que se aca-
be ya de desvanecer todo ge'nero de sombras , que pu-
dieren hacerme pasar en el mundo por delinqüente , y,
desfavorecido de su real grandeza , he deliberado acer-
carme á esa Corte para que con tanta menos dilación se
pueda dar una dichosa conclusión á tan peligrosos em-
barazos , llevando firmísima confianza en la divina pro-
cidencia , que he de encontrar £n el camino la impor-
V z lan-
tante , y deseada nueva de haberse conformado V. M.
con el clamor, y voto universal de que salga de estos
reynos el Padre Confesor > concluyendo, señora, esta
carta con decir á V. M. delante de la presencia de Dios,
donde la escribo , y haciéndole juez y testigo de lo que
voy á pronunciar, que esto conviene á su servicio, al del
Rey nuestro señor , al bien de esta corona, y al decoro
real de V. M. estando yo seguro , que si V. M. pregun-
tare esto mismo á los Ministros mas zelosos , no respon-
derán á V. M. diferentemente , y que en todos hallará
V. M. lo mismo , y experimentará V. M. con el tiempo,
que Don Juan de Austria es quien mas sirve al Rey
nuestro señor , y en el á V. M. misma 5 cuya G. R. P.
guarde Dios como deseo , y hemos menester. Junquera,
á 22 de Febrero de 1669. = Don Juan.
Papel de avisa que tuvo S, A, en d camino*
jL Articipase á V. Á. como el Presidente de Castilla ha1
solicitado con todos los medios que caben en su puesto,
mover á esta Villa , para que en oposición de V. A. y
defensa del Confesor juntasen gente , armasen los vecinos,
se fuesen á ofrecer en cuerpo de Villa para esto, y que
pasasen á sacar el pendón real.
El mismo Presidente envió su Caballerizo con mil
'doblones á los lugares circunvecinos á comprar caballos.
También ha ido llamando á diferentes militares, y habla-j
dolos para que se prevengan.
Éstqs mismos oficios hacen de orden del Confesor y
Presidente, Peñalba, Torresvedras , y los sobrinos del
Presidente * y pata con los extrangeros Cascar , en la casa
del mismo Presidente.
Sabadaen la noche á i 6 de este, algunos sugetos de
los,
los apalabrados por el , concurrieron para la forma de po-
nerse á punto de marchar, y fueron festejados allí con es-
cabeches, y chocolate en gran grita , en que se dixeron
bien desvergonzadas cosas.
El Maestre de Campo Don Andrés de Robles , tam-
bién anda comprando caballos para montar reforma-
dos. La reforma en que á estos se les habla por Peñalba,
Cascar , y Torresvedras , y Isasi, que son los promoto-
res, es que se prevengan para el aviso que se les diere , y
que el que no tuviere caballo , ni medios para montar-
se , se le darán, adviniéndoles es por hacer oposición á
V. A.
Solicitados del Presidente, y Almirante (y este anda
de casa, en casa) han ido á ofrecerse á S. M. algunos se-
ñores , si bien hasta ahora han sido los de pocas canas, y
los mas sin saber á que, llevados del exemplar.
• Peñalba está nombrado por cabo de las tropas , que
se han de mover en oposición de V. A., y á las que aquí
juntan han de agregarse las que están en Toledo , y los
Carabancheles, y hartos sugetos han oido decir á Peñáis
ba , que han de traer á el redopelo á V. A.
Han ido á armar las Compañías de Toledo. Todos es-
tos aparatos , que ya á esta hora , como se cree, sabrá por
menor V. A. de los que se sabe han partido de los mis-
mos hablados á. participárselo, están prontos j y e'ste exe'r-
cito (que así le llaman) se dice saldrá el Lunes, y que solo
se espera baxe orden pública del despacho á Peñalba.
Can
Carta del señor Donjuán para los Ministros de la Junta , y
del Consejo de Estado,
eminentísimo y reverendísimo señor.
p
Areciendome que importa al servicio del Rey núes «*
tro señor ( Dios le guarde) que Don Diego de Velasco ga-
ne las horas en su vuelta á esa Corte con mi respuesta á
la carta, que me ha traído de la Reyna nuestra señora, y
á lo que en virtud de su creencia me ha insinuado , no
he querido detenerle , ni detenerme con escribir á V.Em.
ío mismo , que entenderá de D. Diego 5 el qual va infor^
mado de todo. Escusado es ponderar á V. Em. ser esta
la ocasión en que ese inocente Ángel , y dueño nuestro,
necesita mas del gran zelo, y obligaciones de V. Em. , y
acordarle que disputa la terquedad del Padre Everardo
contra el verdadero servicio de S. M. , contra el de la
Reyna nuestra señora , y todo su decoro , y contra el
bien , y reputación de España > valanzas , cuya despro-
porción debe hacer gran horror en qualquiera fiel , y
honrado corazón. Dios guarde á V. Em. muchos años
junquera á 22 de Febrero de l66p, p= A servicio de
Y. Em. = Don Juan.
Luego que llegaron estas cartas , empezó á tomar,
aliento la parcialidad del señor Don Juan ; pero no por
eso dexaba de estarse en su tenacidad el Padre Confe-
sor i y con mucha entereza de ánimo , y aún sobrado
desembarazo 5 pero viendo que el señor Don Juan conti-
nuaba en sus marchas , y que el dia 22 dormia en Tor-
rejon de Ardoz , habiendo supuesto el miedo , que los
docientos y cinqüenta hombres que traia de escolta des-
deCataluña se habían aumentada á mil , pareció con-
ve-
veniente , que el Nuncio de su Santidad tomase la ma*
no con la orden que tenia , y fuese á templar la reso*
lucion del señor Don Juan en el ínterin que los Conse-
jos reconocían estas cartas f y diesen sus pareceres para
tomar mejor resolución. Execütólo así el Domingo á las
tres de la tarde , que habiéndole puesto paradas , fue á
ver y conferir con S. A. el negocio' j y habiéndolo heono^
volvió á las nuevie de Ta noche sin mas despacho , qué
el de que saliese luego el Padre Everardo. Con que con
esta resolución , y la que el Consejo real (habiendo esta-
do junto desde las tres de la tarde, hasta las diez de
la noche en casa del Presidente) tomó , amaneció el Lu¿
he? 2 5 toda la Corte en Palacio , dividiéndose en corros
en aquellos patios, y en toda la plazuela. íuerónlc en-
trando triunfos al señor Don Juan , que aunque no ne-
cesitaba de que fuesen tan descubiertos , no les pareció
'cumplir con su obligación menos, que con la cara des-
cubierta ; y así el Duque del Infantado , y Pastrana^
acompañado de los Marqueses del Carpió , y de Elícliej,
solicitaron hablar por la mañana á la Reyna nuestra se-
ñora , y no habiendo podido conseguirlo por estar en la
cama, baxaron á la cobachuela , y le dixeron al Secre-
tario Don Blasco de Loyola diese cuenta á S. M. del es*
tado en que se hallaba la Corte , y quáhá pique es-taba
de perderse, sino tomaba resolución en que saliese luego
el Padre Everárclo 5 y que si S. M. no tomaba en esto re-
solución, seria fuerza ponerlo ellos en execucion por evi-
tar el daño que amenazaba la venida del señor Don Jüaii
á hacerlo 5 pues con solo el recelo que se tenia de que
pudiese ser , no se habia hecho otra cosa la noche ante-
cedente , mas que andar escondiendo , y llevando á los
Conventos los caudales , y alhajas de muchos cortesanos,
que temian el golpe. Llegó la hora de juntarse los seño-
•*Q xes~~
[%6q
res del Gobierno , y Habiendo entrado en e'l el Conde
de Peñaranda , Arzobispo de Toledo,, y Vice-Canciller
de Aragón, por haberse escusado el Presidente de Casti-
lla , y haber el Nuncio de su Santidad embarazado coa
alguna maña , y aún fuerza, que no viniese á ella el Pa-
dre Confesor , que para este efe&o tenia prevenida la si-<
lia , y coche en, su casa, haciéndolo quitar el Nuncioi
porque no saliese de ella , y executase el pueblo , lo que
el señor Don Juan deseaba , pues con la vecindad tan
cercana que tenia de S. A. , se aseguraban de qualquier
resolución en este particular , entraron en la Junta de
.Gobierno el Duque del Infantado, y el Marques del
Carpió, y hablaron con los señores de ella con toda,
resolución > y habiéndose salido fuera á aguardar la
resolución que se tomaba , fue tanta la multitud de gen-
te que se juntó en Palacio , que no es ponderable el de-,
cirio. Tomóse resolución en la salida del Padre Con-
fesor, y en que fuese luego dentro; de tres horas , dán-
dole dos mas de te'rmino del tiempo que se le dio á
Jlfaltadas para su garrote. No se publicó hasta haber
comido la Reyna nuestra señora, á quien se le dio
cuenta por Don Blasco de Loyola , que llevaba hecho
el decreto , que con muy buen semblante rubricó S. M*
diciendo : Que nunc* b*yi» querido mas , que lo que convi-
niese ¡ y fuese del servicio y de Dios } y que si convenia , se
executase luego ;.y así le honró en el Decreto con toda
atención , y estimación de su persona , como se ve
poc e'l.
¡ ■ •
Di-
,i6i
Decreto de la Reyna nuestra señora.
J
Uan Everardo Nidarth , déla compañía de Jesús , mi
Confesor , del Consejo de Estado , y Inquisidor General,
me ha suplicado le permita retirarse de estos reynos 5 y
aunque me hallo con toda la satisfacción debida á su
virtud, yotras buenas prendas, que concurren en su per-
sona j y del zelo , y atención con que se ha empleado en
mi real servicio : atendiendo á sus intancias , y por otras
justas consideraciones , he venido en concederle la licen-
cia que pide , para poder irse á la parte que le pareciere.
Y deseando sea con la decencia y decoro que es jus-
to , y solicitan su grado, y particulares me'ritos , he re-
suelto se le de' título de Embaxador extraordinario en
Alemania , ó Roma , donde eligiese , con retención de
todos sus puestos, y de lo que goza con ellos. En Madrid
á 25 de Febrero de \66g.
Dio cuenta de este Decreto Don Blasco de Loyola;
y habiéndose entendido por todos , fue el señor Carde-
nal Arzobispo de Toledo , y el Conde de Peñaranda á
verle á su casa , y ofrecerle dineros para el viage; pero
pareciendole á su Em. que podría tener embarazo en la
salida , determinó en acabando de comer volver á su ca-
sa , como lo hizo , llevando consigo sus dos sobrinos Du-
que de Abeyro y Maqueda , y al Marques del Carpió
y Eliche ; y habiendo llegado á su casa con dos coches,
le arrancó de ella con la brevedad que pudo , porque ei
concurso que se habia juntado , y se iba juntando de la
gente , era mucho , y se podía temer qualquier desatino
del pueblo , y fue menester la buena disposición de su
Eminencia , y su presencia para que no le perdiesen el
respeto. Llevóle á Fuencarral , donde le dexó su Em. en
X ca-
I&2
casa del Cura , asistido de su familia , y dexando la or-
den para que le fuese sirviendo , así con víveres , y ro-
pa de S. Em. , como con dineros por el trecho que fuese
marchando por el Arzobispado. Desde allí pasó á san
Agustín el dia siguiente , donde hizo algunas consultas
á S. M. de plazas del Consejo de Inquisición ; que aun-
que ha habido algún embarazo en el cumplimiento , se
pusieron en posesión á los electos por haberse conforma-
do S. M. con las consultas. Al contrario en los nombra-
mientos que hizo de Secretarías , y otras plazas por tí-
tulos , y nombramientos suyos , que e'stos por ahora se
han quedado en el ayre. Alcanzóle dentro del Arzobis-
pado de Toledo la merced que S. M. ( Dios la guarde ) le
hizo de dos mil ducados de pensiones para que repartiese
con sus criados , que puso luego en execucion , y dicen
que á e'sta le acompañó dos mil doblones , que. también
le envió para el camino. Al señor Don Juan , hallándo-
le, ya fuera de este empeño 3 le fueron aquella misma tar-
de á visitar el Nuncio de su Santidad , el Duque del
Infantado , y otros muchos señores , que volvieron á sus
casas aquella misma noche , habiendo enterado á S. A.
de todo lo que habia pasado. El dia siguiente escribió á
S. M. , y en primero de Marzo se le dio respuesta á ella,
que una y otra es como se sigue.
Carta del señor Don Jttan para la Reyna nuestra
señora,
SEÑORA.
H
Abiendo entendido del Nuncio de su Santidad,
que V. M. fue servida de mandar salir de estos reynos
al Padre Juan Everardo , en conformidad de la consulta
uniforme de todos los primeros Tribunales y Ministros,
y
y que en execücion del orden real de V. M. partió ya
este Religioso de esa Corte , juzgo de mi obligación
ponerme á los reales pies de V. M. con el mayor rendi-
miento, y gozo de que es capaz el corazón de un buen
vasallo , rindiendo á V. M. sumas gracias por el alegre
dia que V. M. se ha dignado dar al clamor público con
esta acertada y útil determinación 5 de que ño en Dios
que así como resultará en la real persona de V. M. un
loor inmortal en la memoria de toda la Monarquía, ha
de ver V. M. tan dichosos sucesos en ella , que la resti-
tuyan á su mayor felicidad.
Después que he tenido esta noticia , me ha parecido
conveniente ir á Guadalaxara , para desde allí represen-
tar á V. M. lo que se me ofrece , y debiendo tanto soli-
citar el consuelo de postrarme personalmente á los reales
pies del Rey nuestro señor, y de V. M. , suplico á V. M.
se sirva de permitirme cumplir luego con este obsequio
tan propio de mi respeto , y mayor obligación. Dios
guarde la C. R. P. de V. M. como deseo , y he menes-
ter. Torrejon de Ardoz á 26 de Febrero de 1669.
Respuesta de S. M. á la carta de S, A,
D.
FON Juan de Austria mi primo , del Consejo de
Estado , General de la Mar , y Gobernador General de
todas las armas marítimas : por mano del Patriarca de
Alexandria , Nuncio de su Santidad) he recibido vuestra
carta de 26 del pasado en que instáis sobre venir á besar
la mano al Rey mi hijo, y á mí. Y no siendo bien que
lo executeis por ahora , lo escusareis , y os volvereis á
distancia de diez ó doce leguas de la Corte , al parage
que os pareciere , por lo que conviene que lo cumpláis
así. Nuestro señor os guarde como deseo. De Madrid á
X 2 pri-
xé>4
primero de Marzo de 1669. = Yo la Reyna.
Y en 4 de Marzo el señor Don Juan respondió á
S. M. , remitiendo otra carta que tenia escrita , y otra
al Marques de Aytona , con que se dio principio á nue-
va polvareda s y porque las cartas son dignas de leerse,
las pongo aquí , que son estas.
E
Carta de S. A, en satisfacción de la antecedente,
SEÑORA.
fSta carta , ( que es la que se sigue ) pensaba remitir á
las reales manos de V. M. , quando llegó á las mias por
las del Nuncio Apostólico la de V. M. de primero, en res-
puesta de la que escribí á V. M. á 26 del pasado. Por.
ella veo , que V. M. no tiene á bien que yo llegue por
ahora á besar la mano al Rey nuestro señor , y á V. M.
mortificación que me ha sido tanto más sensible , quan-
to menos esperada y merecida. Confio en que la breve-
dad con que V. M. me permitirá este justo consuelo , y
la satisfacción que aguardan los grandes ajamientos que
he padecido , acrediten en el mundo , que ni este último,
ni los antecedentes , no se han originado de disabor de
V. M. ázia mi persona , pues siendo todas mis acciones
tan encaminadas al mayor servicio del Rey nuestro se-
ñor , ya se ve quán preciso es , que lo sean también del
de V. M. , y de su real gusto. En lo demás me remi-
to á la carta inclusa , y á la que en voz insinué al
Nuncio para que lo pusiese en la noticia de V. M.
cuya C. R. P. &c. Torrejon de Ardoz á 4 de Mar-'
zo de 166$.
Car-
Carta {que es la que cita la antecedente) para S, M,
L
SEÑORA.
rAS dilaciones que se han interpuesto en responder-
me á la carta , que escribí á V. M. á 26 del pasado me
han dado lugar para formar esta , que ofrecí á V. M. en-
viar desde Guadalaxara , y por convenir tanto que se ga-
nen las horas en la deliberación de lo que contiene, he juz-
gado á proposito remitirla á V. M. desde aquí , y luego
que reciba la citada respuesta de V. M. , y logre el con-
suelo que he solicitado , y espero de besar la mano al
Rey nuestro señor , y á V. M. pasare acia aquella ciu-
dad á aguardar la de esta carta , como en la mia dixe
á V. M.
Asistiendo cerca de la real persona de V. M. , y;
siendo diredor de sus soberanas acciones el Padre Juan
Everardo (Confesor que fue de V. M.) toda España , y
toda la Monarquía á una voz daban por imposible el
remedio de su honor , y de sus males ; pero no los ali-
viará la salida sola del Padre Everardo , si las cosas de
hoy en adelante no tomaren diferente forma ; porque
con la ausencia de este religioso , no se ha conseguido
mas , que restituir á España su perdida reputación , li-
bertar de un cautiverio tan duro la voluntad santa , y
reda de V. M. ,^y poner en términos hábiles , y posibles
Ja pública salud. Y así , señora , habiéndonos quitado
V. M. de delante , con tan loable , y exemplar magna-
nimidad este estorvo , y introducido con esta acción en
los corazones de todos los vasallos del Rey nuestro se-
ñor eternas prendas de amor , y respeto á la persona
real de V. M. , es menester que los frutos que todos ellos
esperan de esta gran determinación , acrediten las utili-
dades que en ella se encierran.
Es-
1 66
Estas juzgo consisten en considerar , que la insopor-
table carga , y exceso de tributos, tiene á esta Monar-
quía en términos de una próxima ruina ; siendo su peso
tal, que aún fuerzas para ei gemido le faltan j y así el
alivio de ellos minorándolos , y poniéndolos en un esta-
do de fácil , y unida cobranza , no solo se debe á la
lastima , y á la conciencia , sino á su propia conservación,
y al aumento de las mismas rentas s porque es máxima
muy errada suponer , que hacen mas ricos á los Reyes la
multiplicidad de las cargas de los vasallos.
La igualdad de contribuir en los que fuesen inescu-
sables , y los suaves medios en la cobranza de lo que
fructificaren , se debe observar, y practicar en tal forma,
que conozcan acuden á lo preciso como vasallos , y no
á lo superfino j pues ver abundar á unos , quando llo-
ran otros , y que su sudor se queda por la mayor par-
te entre los arcaduces por donde se vierten , multiplica
juntamente su desconsuelo , tanto mas hallándose hoy
esta Monarquía en una paz general , y no gozando los
vasallos el fruto de ella , quando tanto lo debian es-
perar.
El reparo , y reintegración de la real Hacienda en su
buena , y atenta economía y consumo , pide todo el cui-
dado , y desvelo del Gobierno para alivio de las calami-
dades que se padecen , y de los accidentes que pueden
sobrevenir.
No menos debe atenderse á la buena distribución de
las mercedes , y elección de los empleos , en que tantas
veces se ha visto trastornada la equidad de las justas
valanzas.
La milicia (brazo diestro de las Monarquías) está
hoy defraudada de 'aquella grande estimación , y pre-
mios que la son debidos e instituidos ; y el volverla á
exaltar , será medio de que la profesen muchos , y en-
tre
tre ellos los de mejor sangre, y de que este en disciplina
y florezca.
La buena y reda administración de justicia , es tan
principal punto,, que pide infatigable .cuidado ; siendo,
cierto , que Dios castiga pronto y visiblemente sus re-
lajaciones.
Nada de esto es imposible , si no se quieren mirar á
esta luz , como se ha hecho hasta ahora , y consta de lo
mismo que el Padre Everardo sacó á ella en sus papeles
impresos donde dice : Que habiendo procurado, con mucho ze*
lo vencer las dificultades , que se ofrecían -para aliviar á los
■pueblos de tributos , las halló V. M. tan insuperables , que fue
preciso desistir del intento. Máxima iinpia , escandalosísi-
ma ,- y falta de subsistencia ; pues de: ella se deberá in-
ferir no- ser posible este alivio de cargas ; y quando es-
to es tan lexos de ia verdad , se sigue que jamas se tra-
tó de veras de ello > siendo cierto que con buena inten-
ción se puede brevemente disponer , y executar , y que
esto debe ser preferido á. otras qualesquiera convenien-
cias políticas. A cuyo fin,1 suplico á V. M. rendidamente
con toda la aflicción , y lastima de los pueblos de Casti-
lla , y como quien las ha tocado con las manos mas in-
mediatamente en mis peregrinaciones por ella ? que V. M.
se sirva de nombrar luego una Junta de los mayores,
mas experimentados , zelosos , y desapasionados Minis-
tros , donde por único instituto se traten estas materias
de dia , y de noche 3 se oygan , y reciban las proposi-
ciones y papeles , que 4 este intento se presentaren en
ella : y sobre- todos los puntos dichos ,. y los demás que
ocurrieren- á la alta prudencia de V. M. se tomen las re-
soluciones prontas , y efe&ivas que pide el peligro de tan
graves daños , para mayor gloria de nuestro Señor,
bien de los pobres , y firme conservación de esta Monar-
quía , que es la coluna mas estable de su fe.
La
.168"
La tuena educación del Rey nuestro señor (Dios le
guarde) demás de ser la piedra fundamental de las dichas
de esta Monarquía , y en que no puede haber leve des-
cuido , de que no resulten funestos efe&os á toda ella,
requiere tanto mayor cuidado, quanto S. M. (por nues-
tra gran desgracia ) se halla hoy sin la presencia , y res-
peto de su santo Padre ; siendo común el natural de to-
dos los hombres , quando desde la tierna edad no se
corrije , instruye, y endereza. Juzgo importantísimo que
mande V. M. aplicar luego los medios que pudieren ser
mas convenientes , y eficaces á estos fines ; creyendo yo
que quaiquiera hora que se difiriere, será de sumo perjui*
ció al general interés de los vasallos.
Los puestos de Inquisidor general , y Confesor de
V. M. son de la grande suposición que se sabe , y impor-
ta mucho poner luego en ellos sugetos naturales , de tan
relevantes prendas que les hagan dignos de estas altas
dignidades 5 y que quien confesare á V. M, se abstenga
en los te'rminos de este Ministerio , sin pasar de ellos á
la introducion y manejo de negocios.
Acuerdo á V. M. que Don Diego de Valladares,
Obispo de Plasencia , fue exaltado al puesto de Presiden-
te de Castilla , por inmediata dirección del Padre Eve-
rardo , que se estrenó en este cargo de re&itud , y de
justicia con el garrote de Malladas , habiendo sido el
único participe , consultor , y dispositor, que aquel Re-
ligioso eligió para esta acción 5 pudie'ndose decir, que bus-
có un hombre hecho según su corazón : que en todo lo
demás ha manifestado una parcialidad tan ciega ázia el
Padre Everardo , y sus intereses , que por mantenerle, y
mantenerlos ha despreciado la quietud de toda España*
de que son recientes testigos aquellas escandalosas má-
quinas, convocaciones , y movimientos con que puso á
esta Corte el Lunes iS del pasado á los umbrales de
una
I6$i
una fatalidad irreparable, contra el respeto real de V. M. ,
y la atención del gobierno , y Tribunales > y finalmen-
te , que el parage de donde le sacó el Padre Everardo
para los supremos asientos en que hoy le vemos y oimos
hablar , es tan distante de ellos , que no nos dexó á\i-.
dar esta monstruosidad , de los intentos á que se enca-
minaba. Mi di&amen seria , que V. M. mandase al
Obispo de Plasencia , que se vaya á su Iglesia , y que
ocupe la Presidencia de Castilla sugeto digno y propor-
cionado á la difícil calidad de los tiempos \ y me atreve-
ría á asegurar , que si V. M. manda consultar esto coa
desapasionados Ministros, han de ser del mismo parecer.
Estos son , señora , los principales puntos , que
por ahora me ocurren del servicio del Rey nuestro se-
ñor , y del común de estos reynos. Confio que V. M„
se servirá de considerarlos , y resolverlos con la breve-
dad que han menester, y pide la general inspección , ^
aunque en ningún tiempo pudiera*! exceder mis proposi-
ciones de aquellos respetuosos limites que se deben á la
real persona de V. M. , en esto he juzgado con mayor,
razón , que no es bien pasen de ellos , así por escusar
qualquiera motivo de turbación , como por no dexar en
duda la sinceridad de mis desinteresados fines, y mos-
trar al mundo , que voy consecuente en lo que he ido
escribiendo á V. M. Si se executáre lo que propongo,
cogerán estos reynos el deseado fruto de la ausencia
del Padre Everardo ; y si no sé hiciere , se conocerá á lo
menos mi buen zelo , y que todavia tenemos la indig-
nación de Dios sobre nuestras cabezas.
En quanto á la reparación de mi honor , en taa
diferentes é injustas maneras ultrajado , seria mucha
mi presunción , y no menos culpable mi desconfian-
za , si pasase á proponer á V. M. individuales medios
y resoluciones, y. M, sabe á que grados se han ex-
Y ten-
tendido las sin razones que se rae han hecho , y la pu-
blicidad con que se han afectado. Todo lo pongo en las
reales manos de V. M. como debo , y he ofrecido en mis
cartas antecedentes , con gran confianza de que esta mis-
ma franqueza , sobre los demás motivos , y razones que
hay para que V. M. me honre , y favorezca mucho,
no estrechará el caudal de su magnificencia, y que V. M.
se servirá de tomar en estas materias tales, y tan prontos
temperamentos , que acrediten esta misma confianza , c
introduzcan en mi ánimo el consuelo , y quietud de que
necesita, después de unas agitaciones tan turbulentas , y
sin exemplar.
Si V. M, no tuviere á bien de mandar al Presidente
de Castilla , que se retire de este puesto , estoy en pre-i
cisa obligación de suplicar á V. M. (por lo que dexo di-
cho de este sugeto , y por lo que me consta cooperó á mí
tuina en todos ios antedecentes , y subseqüentes á mi in-
tentada prisión) que V# M, me haga la justicia de tener-
le desde hoy en adelante por sospechoso en quanto me
perteneciere, y como á tal no permita V. M. que tenga
noticia, parte , ni asistencia en materia ó negocio en que
se oyere mi nombre , ó me pudiere tocar directa ó indi-
reciamente de qualquier genero , que sea ó del servicio
de V. M., ó de mi personal interés 5 protextando yo esta
instancia delante del Tribunal de Dios siempre que por
V. M. (lo que no creo) ó por la suya pública , ó reserva-
damente se contraviniere en algo aellas pues (como va
dicho) es de justicia innegable á qualquier vasallq.
La misma recusación , y con las propias expresiones,
y palabras debo en conciencia hacer , y hago tocante al
Marques de Aytona $ el qual no solo ha hallado en la
suya ensanches para fraguar , y solicitar mi perdición en
estos últimos lances ., sino para haberse esmerado en ser
mi antiguo , ¿ inflexible opuesto en quanto ha podido
mos-
i ¿7
mostrarlo , antes y después ele la muerte del Rey nues-
tro señor (que está en'el cielo) procurando hacerme pa-
sar en el concepto de S. M. , y en el común , por poco
seguro en lo mas sagrado de la fidelidad , ambicioso,
violento , y otras falsas imposturas de que dexo á Dios el
juido , quando fuere su voluntad declararle. Él guarde la
C. R. P. de V. M, como deseo , y he menester. Torrejoa
de Ardoz á i° de Marzo de 266$»
Carta para el Marques de Aytona*
p.
Orque sepa V. E. de mí , antes de otros , la justicial
que he pedido á la Reyna nuestra señora , le remito in-
clusa copia de lo que hoy escribo á S. M. creyendo yo¿
que solo esta diligencia podia afianzar el olvido de lo que
siempre ha obrado V. E. contra mí , y la amistad que
en todos tiempos he deseado mostrarle? la qual hallará
de hoy mas V. E. muy fina , en quantas ocasiones qui*
siere experimentarla > porque mi desabor no ha sido nun-
ca contra su persona , sino contra sus dictámenes. Dios
de á V. E. mucha salud , y vida con toda la felicidad
que se desea. Torrejon de Ardoz á4de Marzo de \66g.z2,
Don Juan.
Mucho sintieron estas, cartas r y hicieron gran bate*
tia en los pocos afe&os del señor Don Juan, con que ayu-
daron á que la Reyna nuestra señora le respondiese cott
alguna severidad j y aunque no pongo aquí la carta de
S. M. , pongo la que el señor Don Juan respondió á ella
desde Guadalaxara ; donde se habia retirado , y otra al
Nuncio de su Santidad , y al Cardenal Arzobispo de To-
ledo * que por ellas se ve lo que se le habia escrito , y lo
sucedido en el intermedio.
Y 2 Car-
xo*8
Carta del señor Donjuán escrita al Nuncio de su Santidad
m io de Marzo de \66$K
■ ■ ■ i
p
Ara qué V. S. I. este en cuenta de todo lo que vá
ocurriendo en los negocios presentes , le envió inclusas
copias de una carta , que recibí ayer de la Rey na mi se«
ñora , y de la respuesta que he dado á ella , sobre que
hará V. S. I. el juicio que su prudencia le di£táre 5 por-
que yo no se que decir , ni que pensar, sino pedir á Dios
que nos alumbre á todos para que la perfección de esta
grande obra, acredite ser de arriba , y baxar del Padre;
de las lumbres.
Acuerdo á V. S. I. que me aseguró , y ofreció repe-
tidas veces , que el Padre Everardo dentro de dos ó tres
dias después del de su partida , haria renunciación de sus
puestos voluntaria , ó involuntariamente , y que V. S.L
tenia instrumentos para desempeñarse de esto. Que se
pondría en libertad al hermano de mi Secretario luego>
que yo partiese de Torrejon , y que ajustaría V. S. I.oon
Don Blasco de Loyola el que enmendase el equivoco á
la sin razón de no continuarme los títulos , y la propie-
dad del gobierno de Flandes que el Rey mi señor ( que
está en el cielo) me dexó > y que dispondría fa satisfac-
ción para el Comisario general Donjuán de Nobales,
que por haber venido conmigo , se halla sin puesto y sin
honra. Que dispondría V. S. 1. el punto de mi seguridad,
y la de todos los que me han seguido , afianzándola
con la interposición , y empeño de su Santidad , y de
y. S. I. en su nombre.
De todo esto , y de lo que dixo V» S. I. sobre mis
particulares intereses le hago memoria , no por recon-
venir á V» S, I. con que en nada de ello (siendo tan justo,
y
I5p
y conforme á razón) se haya dado hasta la hora presente
la menor muestra de execucion , ni por decir á V. S. I.
que yo no he vuelto á hablar palabra en estos puntos
en fe de que V. S. I. los tiene á su cargo , ni tampoco
por imaginar que ha estado mas de su parte , sino para
que V. S. I. repare en el modo con que se procede , y si
es buen camino de confiar , el faltar á todo lo que se
ofrece, y que después de haber conseguido el apartarme
de esa vecindad (sin hablarme entonces palabra en la se-
paración déla escolta) se me inste ahora intempestivamen-
te á ello. Vuelvo á decir á V. S. I. que no se que decir,
ni comprehendo que se pretende de mí ; y que Dios nos
^lumbre , y guarde á V. S. I. muchos años. = Don Juan.
H
Otra carta a la Reyna nuestra señora.
SEÑORA,
,E recibido la real carta de V. M. de 8 del corriente,
en que se sirve V. M. decirme haber llegado á su reales
manos las mias antecedentes de primero , y quatro 5 y
que aunque contienen máximas propias de mi zelo , no
puede V. M. dexax de extrañar el termino ,~y la ocasión
en que las propongo. Que según lo que tantas veces he
suplicado , y escrito , era la salida del Confesor de V. M.
el único objeto de todas mis demandas. Que parece muy
impropio el que yo detenga esta escolta, y hacer nuevas,
y tan importantes proposiciones. Y que consultando mi
gran obligación al servicio del Rey , ha acordado V. M.
remitir mis cartas á los Consejos , y Junta de -Gobierno,
y que sobre su parecer formará V» M. la resolución mas
conveniente. Estos son los puntos que contiene la carta de
Y. M. á que satisfaré' por la misma orden.
En
170
En el primero de haber extrañado V. M. el te'rmínoj
y la ocasión de mis proposiciones, debo decir á V. M. que
es de mucho sentimiento para mí ei no haberlas sabido
explicar al mayor agrado de V. M.j el qual procurare',
y desearé siempre 5 pero la ocasión , señora , no acierto á
hallarla impropia , pues en lo que tanto conviene al ser-
vicio de Dios , al del Rey nuestro señor , y á lo público,
creí, y creo que qualquiera dia de dilación , es pérdida
considerable. Al segundo punto de que el único objeto
de todas mis demandas era la salida del Confesor de
¡V". M. respondo , que no presumo haya inconseqüencia,
entre lo que anticipadamente he escrito, y lo que des-
pués he representado á V. M. ; pues el deseo de procurac
el público beneficio de la Monarquía , es una obligación
tan natural é inseparable de las mias , que quando no.
fuese quien soy , solo por el carácter ordinario de Mi-
nistro , debia ( en estrechos términos de^conciencia ) a
vista de las comunes lastimas y desordenes , suplicar á
y. M. se sirviese de mandarlas reconocer y remediar,
que es solo lo que he hecho sin mas empeño , que el
de una humilde representación ; quando es tan manifies-
to á qualquiera juicio , que la salida del Padre Everardo
(aunque ha sido la disposición esencial para el alivio de
nuestros daños) no será por sí sola el total remedio de
ellos. La recusación de dos Ministros (conocidos de mí,
y de todos por declarados opuestos mios) tampoco con-
tradice á lo que hasta ahora se me ha oído > antes los
antiguos , y nuevos motivos , que á cada paso tengo pa-
ra echar mano de esta natural defensa , la hacen mas
inescusable en la re£ta justicia de V. M. , y menos, dis-
pensable en mi instancia. La satisfacción particular de
mis ajamientos , y ultrajes, sabe V. M. que la he conside-
rado siempre subseqüente ala ausencia del Padre Everar-
do , y inseparable de V. M. y su justificación. Al tercero
pun-
I71
punto de que parece impropio retener esta escolta , y ha-
cer nuevas, y tan importantes ptoposiciones , digo , que
tengo muy sensible mortificación de ver, que se pretenda
hallar concordancia entre dos cosas tan distintas , pues
jamas pudo pensar mi atención , y respeto á V. M. en ha-
cer prenda de la asistencia de la gente , para que V. M.
diese á mis súplicas breves , ó"mas favorables resolucio-
nes (suposición que me hace horror solo el pronunciar-
la , y mucho mayor desconsuelo el juzgar capaz de ta-
les impresiones al soberano concepto de V. M.). El quar-
to punto de que consultándolo con mi gran obligación
al servicio del Rey , licencie estas tres compañias , diré
á V. M, que quando el Cardenal de Aragón , y el Nun-
cio estuvieron conmigo en Torrejon hablándome sobre
este particular , les respondí : Que estaba en apartarlas de
mí , luego que supiese haber salido de España el Padre Enve-
rar do '■> pero que no permitía mi propia seguridad , que lo exe-
cutase antes , porque me debían ser muy sospechosas la lenti*
tud, y pausas de su camino , la pública voz de que se ha de de'
tener en él á hacer no se qué e xer ciclos ■, y las justas premisas^
que tengo para pensar en que mientras no sacare los pies de .
esos reynos ,■ no ha de acabar de perder la esperanza de vol-
ver á ellos , y al exer ciclo de los puestos de que blasona con-
servar la propiedad'-, y que mi perdición es lo que mas le pue-
de facilitar este intento, Esto mismo represento á V. M», y,
escribo mas difusamente sobre ello al Cardenal Aragón,
no dudando que V. M. se servirá de tener á bien, que yo
me asegure de estos recelos por los pocos dias que tarda-
ría el llegarme el aviso de que este religioso está fuera
de España , en conformidad de lo que declare' al Carde-
nal , y al Nuncio. La deliberación de V. M. en querer
oír á los Consejos, y Junta de Gobierno sobre el conte-
nido de mis cartas, es muy digna de la suma prudencia de
V.M.
17*
V. M. , y yo fio ele la ele tan zelosos Ministros , que la
mostrarán á todas iuces de tan importantes y útiles. Dios
guarde la C. R. J?, de V, M, Gaudalaxara á 10 de Mai;-
£Q de lóóp.
Otra al Cardenal Aragón»
EMINENTÍSIMO Y REVERENDÍSIMO SEÑOR*
E
fStando para responder á la carta de V. Em. ¿e <?
del corriente , se apareció aquí Don Diego Correa (muy
de correo) con la que se le entregó para mí de la Reynaí
nuestra señora* Y remitie'ndome en mi respuesta á lo que
escribo á V. Em. sobre el punto de la separación de mí
escolta , debo acordar á V. Em. la claridad con que le
insinué, que no podía ajusrarme (en conciencia) á de»
xarla mientras el Padre Everardo pisase tierra de Espa-
ña > pero que estaba tan en conocimiento de juzgarla
inútil desde la hora en que recibiese esta noticia , que
por ganarlas , pensaba disponer los medios para que se
me anticipase , como con efecto lo execute' ; y que en es-
ta conseqüencia y suposición., habiéndome escrito S. M.
á Torrejon , que tenia por conveniente me alejase algo
mas de esta Corte , no se me habló palabra en el parti-
cular de despedir esta gente. Ahora veo , que sobre mí
pronta obediencia , sobre el desayre, y desconsuelo de
habérseme negado el besar las manos á sus Magestades:
sobre todos estos lances, intempestiva y arrebatada-
meníe se me quiere maniatar , con el enemigo todavía
de puertas adentro de casa , y en tan breves términos de
verle fuera de ella, si no se le sufre se ande de exercicio
en exercicios. V. Em. considere con su gran juicio las
con-
> l7i
conseqüencías melancólicas que puedo inferir de ello;
afirmando á V. Em. con la verdad que profeso , que es-
taba , y estoy aún en lo que le dixe , y ofrecí en Torre-
jon , y que quando llegó á mis manos esta carta de
S. M. , tenia dispuesto escribir otra á Don Blasco de
Loyola, diciendole, que atento á que ya se podia espe-
rar por diasei aviso de haber salido de España el Padre
Everardo , seria bien ir disponiendo las órdenes para la
marcha de estas compañias j y que suplicase á S. M. en
mi nombre se enviasen á parages donde tuviesen algún
alivio , en atención á haber venido conmigo , y á las fa-
tigas de tan largo y desacomodado viage.
Esto es en quanto á este punto , en que no espero
se me quiera atropellar indebidamente. Ahora diré á
lV. Em. de quanto gusto me fue su carta citada por las
muestras , que me trae de la buena salud , que con tan-
to cariño deseo siempre goze V. Em. Yo presumo que
el haber visto V. Em. la mía de mano agena , le dio mo-
tivo para tenerla por mas judicial de lo que en sí era. La
culpa tuvo una gran jaqueca ; y yo la tendría mayor , sí
no acertase á conocer lo que de todas maneras debo , y
espero deber á V. Em. > á quien guarde Dios como deseo ,:
Guadalaxara 10 de Marzo de 1669.
Con esta carta hubo muchos Consejos y Juntas con
quienes se confirió su contenido 5 pero esto fue con tan-
to secreto , qué no se tenia en el vulgo noticia de lo que
pasaba , ya por haber prevenido al señor Don Juan es-
cribiese con recato , y ya porque se habia prevenido en
la Cobachuela se tuviese cuidado con el sigilo en estas
materias ; y así se ordenó , que ninguno entrase en ella,
sino los Secretarios , y Oficiales, y por esta razón se le
negó la entrada al Duque de Pastrana y á algunos Mi-
nistros. Resultó de estas conferiencias el que el Cardenal,
Arzobispo de Toledo fuese á Guadalaxara , como con
Z¡ efec-
174
efe£to lo hizo , y con gran facilidad ajustó con S. A. qué
despidiese la escolta que tenia , dando S» A. una paga, y
otra su Em. á toda la gente , y la envió el Cardenal á
alojar á la Mancha por su cuenta por un poco de tiem-
po , para que convaleciesen del viage tan largo , y pudie-
sen con algún alivio volverse á Cataluña. Con esto voL-
vió su Em. muy contento , y corrió por fixo , que que-
daba ya todo ajustado , y que en virtud de las instruc-
ciones , que llevaba de S. M. , habia ajustado con S. A.
los capítulos siguientes , que eran los mismos que el
Nuncio de su Santidad habia ya ajustado con la Rey na
nuestra señora..
c Que S. M. en conformidad de la merced ( que S. M.
que Dios goze ) hizo ai señor Don Juan de Austria su
hijo, le vuelve el gobierno general de los Estados de
Plandes , con todos los títulos , y honores que los tuvo
el señor Infante Cardenal.
Que S. M. empeñó su real palabra , de que el Padre
Everardo renunciaría luego todos ios puestos que tie-
ne , y ocupó en España , y que no volveria en su vida
á ella.
Que desde luego manda , y declara por recusados
al Presidente de Castilla, y al Marques de Ay tona en to-
das las materias mayores y menores, que lo fueren del se-
ñor Don Juan de Austria.
Que todos los papeles , y decretos hechos contra el
señor Don Juan desde i<5 de O&ubre del año pasado
hasta hoy se rompan , y se arranquen de los registros.
Y así mismo, que en ningún tiempo se pueda hacer cargo
á ninguno de los que han sido sus parciales en todos
los reynos de España.
Que á los cabos y soldados que le han asistido, se les
haga bueno el tiempo, y sueldo como servicio hecho en
campaña al Rey nuestro señor.
Que
\ *75
Que el señor>Don Juan tenga facultad de vivir , y
asistir en su casa , y familia en la parte que le pa-
reciere.
Que la Junta para el alivio de los vasallos se empie-
ze desde lugo , con obligación de admitir todos los pape-
les de particulares , y apuntamientos de los pueblos y
ciudades.
Que desde hoy en adelante escusará S. M. el no ha-
cer merced de algún Hábito de las tres Ordenes Milita-
res, sino á los que efectivamente estuvieren , ó hubieren
servido diez años en los exe'rcitos , presidios , y armadas
del Rey nuestro señor; en ios quaies se. proveerán las
Encomiendas de dichas Ordenes, así como fueren vacan-
do desde hoy ; y que pedirá á su Santidad Bula particular
para que en ningún tiempo se pueda hacer al contrario,
con consideración á que se recobre el valor demasiado con
cjue están contribuyendo los vasallos,
Que S. M. da su real palabra directamente á su San-
tidad para la seguridad de la persona del señor Don
Juan de Austria , y de mandar cumplir , y guardar
todas las cosas contenidas en el presente, y referido
tratado.
Parece que estos tratados fueron ciertos, según lo que
el señor Don Juan escribió á S. M. , y Nuncio de su
santidad; cuyas cartas son estas.
Para la Re y na nuestra señora,
SEÑORA.
JLvIndo humildes gracias á V. M. (y todos estos rey-
nos lo deben hacer) por la prontitud, y benignidad con
que se ha servido V. M. de condescender con mis súpli-
cas, mandando V. M, que se forme la Junta que propu-
Z¡? se
se á V. M. en mí carta de primero de este , para los fines
que en ella digo ■> y nadie puede dudar, que la gran in-
teligencia , y zelo de los Ministros , que la componen,
desempeñará á V. M. en la común espe&acion tan abun-
dantemente, que muy aprisa se hallen los vasallos con el
alivio de que tanto necesitan , y cortadas de raiz todas
las desordenes, superfluidades, y usurpaciones con que
hasta aquí se ha visto barajada la justicia , desconcerta-
da la buena política en todas sus partes, y destruida
la real Hacienda : á todo lo_ qual se debe creer , que
V. M. se servirá de contribuir , no por los medios y ca*
minos hasta ahora inútilmente cursados ; sino por otras
muy extraordinarios y eticaces. Así se lo prometen todos,
y sobre esta suave confianza , reposan sus afligidos cora-
zones , como el mío en la de haber hecho quanto , según
Dios, me ha parecido obligación y deuda.
También me incumbe la de dar humildes gracias á
V. M. por el gran favor de haber atendido á mis repre-
sentaciones en el particular de la milicia , y de los que
la profesan , asegurándome V. M. que se dignará de te-
ner muy presente esta materia , y que se cuidará con
particular aplicación de hónranos , como es tan justó y
debido. Haráse diligencia para reconocer si se halla entre
los papeles de mis Secretarias el que acerca de esto di al
Rey nuestro señor ^que está en el cielo) para remitirle á
V. M. como me lo manda j aunque me lo hace dudar el
continuo movimiento en que han andado de tantos me-
ses á esta parte; pero todo se viene tan á los ojos, que nin«
guna luz (quando e'sta lo pudiese ser) hará falta.
Lo que V. M. se ha dignado responderme en quan-^
to á la buena educación del Rey nuestro señor ( Dios
le guarde) me pone en segura esperanza , y consuelo de
que hemos de ver efectos muy conformes á este importan^
tísimo negocio* i ■, ■■>
No
. . . . , E *7^
No debo menor reconocimiento a V. M. por haber-
me concedido las dos recusaciones en la forma que la su-
pliqué á V. M.
En quanto á mis particulares, quedo también suma»
mente obligado á la favorable, y benigna disposición con
que V. M. se sirve decirme está de corresponder á mi
confianza en esta parte, y habie'ndolo puesto yo todo en
sus reales manos (como en mis cartas antecedentes he di-
cho) no me queda que hacer mas que repetirlo , y espe-
rarlo de su real magnanimidad. Y porque el otro dia me
escribió el Nuncio de su Santidad , que hablando con
V. M. de las cosas de Fiandes , se le habia dicho por su
real órd¿n, que siempre que no se dudase que yo lo po-
dría tener por pretexto para alexarme , se hallada medio
para disponerme la posesión del gobierno de aquellos es-
tados j debo decir á V. M. que esta misma razonable
presunción , que se insinuó al Nuncio de orden de V. M.
me puede seivir á mí de respuesta , y dar á conocer á
Y. M. , y á todos el justo motivo, queme asiste para mi-
rarlo al mismo viso , y darme por escusado de eiio en la
ocasión presente.
El iLtimo trance , y no menos considerable punto
porque debo postrarme á los reales pies de V. M. es la
declaración que ' V. M. se sirve hacer debaxo de su fe, y
palabra real , de que no será hecha molestia alguna en
las personas , honores y haciendas , á mí , ni a quantos
en las pasadas ocurrencias han seguido mis di&amer.ts,
tan del servicio del Rey nuestro señor , y bien de sus rey-
nos* ratificando V. M. el seguro de esta indemnidad, con
dar expresa palabra de ello al sumo Pontífice , y con per-
mitir al Patriarca de Alexandria , su Nuncio en esa Cor-
te , que en nombre de su Santidad , y en virtud de la
real palabra recibida de V. M. me la dé de parte de su
Beatitud , como lo ha executado en Carta que me ha
es-
escrito con data de 25 de este. Y aunque por lo que me
toca nunca juzgaría yo necesario mas resguardo , que la
justificación inseparable de V». M. , y de mis procedimien-
tos j con todo eso me ha sido de toda estimación este fa-
vor , por lo que mira á los demás , que con el mismo zelo
han concurrido conmigo á esas materias.
Por todo esto me inclino rendidamente á los reales
pies de V. M. remitiéndome al Cardenal Aragón , por cu-
yo medio dirijo á V. M. este despacho. Dios guarde la
C. R. P. de V. M. como deseo y he menester. Guadalaxa-
ra á 3 1 de Marzo de 1669. = Don Juan.
Para el Nuncio de su Santidad,
J
Untas llegaron á mis manos las dos cartas de V. S. I.
de 25 de e'ste , y juzgo le escuso la molestia de oir dos
veces una misma cosa , con enviar á V. S. I, esa copia de
lo que escribo á la rey na mi señora 5 por lo qual , y por
lo que insinuará á V. S. I. de mi parte quien le entregare
e'sta , quedará plenamente informado de quanto yo pu-
diera decirle en ella , con que resumiré estas lineas á la
gustosa y estimable aceptación que hago de la palabra
de indemnidad, que V, S. I. me da en nombre de su San-
tidad , y en virtud de la que he recibido de la Reyna
mi señora : y asimismo de la repetida seguridad , que en
el propio nombre de su Beatitud me ha expresado
V. S. I. en Torrejon , y en otras ocasiones , de que el
Padre Everardo dexaria sus puestos , y no volvería á
los dominios del Rey mi señor ; quedando yo siempre
con nuevos motivos de rendido obsequio y reverencia á
su Santidad , y de especial agradecimiento á V. S. I. , á
quien guarde Dios muchos años. Guadalaxara á 3 1 de
Alarzo de 1669. — Don Juan.
Bien
170
Bien se entendió , que con el gusto que su Em. ha-
bia vuelto , y con lo que contienen estas cartas , queda-
ría todo ajustado , y con gran quietud de ánimo todos;
pero luego se empezó á dudar de la materia, porque
aunque se formó la Junta para tratar de ios alivios de la
Monarquia , nada se efectuó , diciendo , no se confor-
maba la Junta de Gobierno con lo que su Em. habia
ajustado: cosa que dio nuevo motivo á los juicios de los
hombres-para discurrir , y mas quando su Em. se retiró
á Alcalá estando sangrado , y dexó á todos con gran
desconsuelo, por estar asegurados deque hablaba con
toda verdad y claridad.
A este tiempo se atravesaron la Semana Santa , y
Pasqua de Resurrección , con que cesó todo rumor de
inquietud , y mas sabiendo que S. A. , para con mas
quietud hacer los exercicios de su obligación católica,
*e habla retirado á san Bartolomé de Lupiana , que es
un Convento de Monges Gerónimos , dos leguas de
Guadalaxara. Fue mucha la gente que acudió á ver á
S. A. , y muchas mas las limosnas que allí hizo. Pasadas
las fiestas, se volvió á la Ciudad ; y aunque en la Cor-
te en este tiempo no se habia cesado de trabajar en la
Junta de alivios , que así se llamaba la que se habia for^
mado , compuesta de estos sugetos : El Presidente de
Castilla , el Cardenal Arzobispo, Don Antonio de Con-
treras , el Conde de Villaumbrosa , y Don Antonio
Monsalbe ; todos tres del Consejo Real de Castilla ; y
del Consejo de Hacienda Don Lope de los Rios , Presi-
dente , y Don Manuel Pantoja , Don Gerónimo de san
Vitores , y el Secretario Don Andrés de Villarán: por
la Villa de Madrid el Corregidor Don Francisco Herre-
ra Enriquez , Ñuño de Guzman , Vizconde de Pradeni-
11a , Don Josef de Reynalte y Ayala , Regidor , y el
Marques de Trucifál, del Consejo de Guerra¿ y estos se^
ño-
ñores recibieron muchos papeles , que dieron diferentes
personas de buen juicio , que gastaron ei tiempo , y el
entendimiento en sus discursos, hasta ahora han si-
do de poco provecho , pues no se ha tomado resolución
en ningún alivio > creyéndose que en lo de adelante se
tendria con el alegrón, que recibió el pueblo en el Decre-
to, que se publicó en 30 de Abril de este ano , que es
este.
Resumen de los puntos que contienen tres Decretos dé
la Rey na nuestra señora , su fecha en 30. de Abril di
J669 , remitidos al Consejo de Hacienda , donde s$
publicaron , y mandaron dar cumplimiento , de,
que se están despachando las
Cédulas*
E
rN los Juros compuestos de medias Ánnatas cesona*
rias , y descesiones de los créditos de baxa moneda , y
de libranzas decretadas , se descuenten quince por ciento)
demás de la media Annata.
Los gages en la nomina de los Consejos , se conser-
ven á los que sirven , y á los jubilados , y se reduzca el
número como vayan muriendo , á los que debe haber^
según las últimas reformaciones.
Los cien mil maravedís de gages , solo se continúen
á los doce Secretarios mas antiguos honorarios , y cesen
los demás -■> y también las casas de Aposento , que estu-^
Vieren en la nomina por este título.
El número de los Oficiales , y sueldos de las Secre-^
tarías de Estado y Guerra , se reduzcan á lo que confor-
me á la última reformación debieron tener : y todas las
demás plazas acrecentadas á título de supernumerarias,
© en otra forma , y sueldos , que se hubieren crecido,
pueden reformadas , y extinguidas , pagándose en la no-i
mi-
i8i
mina á los que se conservaren , lo que fuere salario , y
ayuda de costa ordinaria , que se reputa por tal; ex-
cluyéndose lo que gozaren por casas de Aposento , que
esto lo hayan de cobrar en los efe&os que antes.
Que los Aposentadores se reduzcan á nueve con
exercicio , y gages ; y los demás queden reformados en
uno y otro hasta que por su grado entren.
Lo que se libra á los demás Oficiales de las otras Se-
cretarías , y déla Cámara , y Hacienda, se continúe , y
á ios demás Oficiales inferiores.
Todas las mercedes , que se gozan con pretexto de
salario , ó sin él , cesen.
Los quatro derechos de uno por ciento se unan, y
y corran debaxo .de un nombre , y arrendamiento > y se»
haga lo mismo en todas las Sisas de Millones.
En los oficios comprados en las Ciudades , que tie-
nen voto en Cortes , y en las otras Ciudades grandes,
cabezas de partido , se queda mirando lo que se deba
disponer para remediar el daño , que resulta de su con-
servación 5 y que las demás villas y lugares del reyno ce-
sen desde luego en el uso de ellos > quedando reducido
su gobierno á la forma que tenia hasta el año de 630
que se empezaron á vender ; y se de satisfacción á los in-
teresados. Y se manda , que en nigun tiempo se consul-
te ni proponga enagenacion ni venta de semejantes ofi-
cios con ningún pretexto , aunque sea con consenti-
miento expreso del reyno junto en Cortes, por porroga-«
cion de ios servicios hechos ó que se hicieren.
Este Decreto dio grande alegria al Pueblo, aunque
también dio que llorar á muchos , porque los unes pen-
saban se trataba de remediar el mundo ; y los otros que
no habian de tener que comer > pero todo cesó apriesa,
pues en los primeros de Mayo empezaron á baxar reser-
vas á diferentes personas de sus rentas vitalicias , en que
Aa tu-
l82
tuvieron gran paute los favores , y inteligencias; y así se
ha quedado en este estado sin la entera execucion que se
esperaba , sino es las pobres viudas , y otros miserables,
sin pasar adelante en los alivios , que cada dia esperaba
el pueblo. Y viendo todos que el ; señor Don Juan.calla-
ba tanto ,; y que se trataba de <jue se pusiese en execu-
cion una Coronelía, que dexó dispuesta el Padre Everar-
do , de que hizo S. M. merced de Coronel al Marques
de Ay tona, la que se empezó á formar : tuvo de todo
noticia el señor Don Juan , y de ún papelón que entre
otros dio el Príncipe de Barbanzon á S. M., y viendo que
no se trataba de remediar nada, en 5 de Mayo escribió á
S. M. y á Don Blasco de Loyola estas cartas.
Carta que el señor Donjuán de Austria escribió á la Reyna
nuestra señora»
' 1
SEÑORA.
__ todos consta la moderación, y la reverencia á V. M.
con que he dirigido mis acciones , y mis pasos en las
ocurrencias pasadas. Llegue á Torrejon á acelerar la sali-
da de estos rey nos del Padre Everardo 5 y habiéndonos
concedido Dios nuestro señor , y V. M. con tanta breve-
dad , y quietud este gran beneficio , tenido generalmen-,
tedeMinitros, Nobleza, y Pueblo por importantísimo
para el remedio y bien universal , suplique .rendidamen*
te á V. M. fuese. servidarde concederme la permisión de
postrármela los reales" pies del Rey nuestro señor, y de
V. M.*para dar á V. M. personales gracias por esta hon-
ra hecha en mí á toda España j y cumplir con ¿os ^ obli*
gaciones tan precisas, y deseadas. V. M. me negó este
consuelo con la sequedad , que se ve en su real carta de
1 3 de, Marzo ,. á que me ajuste con ciega , aunque mor-
ti-
l83
tincada obediencia. Ordenóme después V. M. que me re-
tirase á.diez ó doce leguas de la Corte : y si bien consi-»
dere' , que este ge'nero de destierroera sin causa alguna,
y tan en deshonor mió , convine en e'l , y obedecí at
punto , para que el mundo viese mi gran resignación al
real gusto de V. M. y la malignidad no tuviese motivo
de decir , que volvía sobre mi justicia quando me halla-
ba con aquellos pocos caballos á quien ella misma había
pretendido imponer nombre de armas , y de tropas forr
midables. Salí de Torrejon , quedando V. M. en inteli-
gencia de que me seria preciso retener la escolta que
traía , hasta que recibiese aviso de haber pasado el Padre
Everardo las fronteras.de España 5 y quando esta noticia
se podia esperar cada día , envió V. M. á Guadalaxara
aceleradamente ( y contra lo mismo que V. M. acababa
de consentir ) ,. al General de la caballaría D. Diego Cor-
rea con carta en que ordenaba V. M. licenciase al punto
la escolta, y Don Diego traía orden para que si ponía en
ello dificultad ó dilación , la diese á los capitanes de que
se apartasen de mí, pena de desleales e' inobedientes. Don
Diego Correa con su prudencia , ó con el conocimiento
de mi razón , hizo á V. M. el servicio de no partir de
carrera á la literal obediencia de sus intenciones 5 y ha-
biendo dado cuenta al Cardenal Aragón (que fue. el me^
dio por donde las recibió) de lo que yo le había insinúa-*
do , no solo no se desistió de la demanda , sino resolvió
V. M. , que el Cardenal viniese á lo mismo para que la
autoridad , y las circunstancias delsugeto , hiciesen mas
ruidosa, la negativa , que se presumía dada yo á ella,
según los lances antecedentes , fácil es desadvertir , que
todas estas repetidas instancias , y empefíos no miraban
á otro fin , que á el de reducirme á estrechos de desespe-
ración , quando se hacían por una cosa , que dentro de
¡quatro dias (muy pocos menos fueron los que tarde' eir
Aa 2 . sa-
184
saber la salida de España del Padre Everardo) la había
de e-xecutar yo mismo, según el termino que me habia
impuesto , y V. M. aceptado. Con todo eso , para dar la
última prueba de mi obediencia , y acabar de enmude-
cer á la malicia (si esto es posible) execute' lo que V. M.
me ordenaba , quedándome atadas las manos , y sin de-
fensa alguna , contra otra injusta violencia semejante á
Ja de 24 de O&ubre., no pudiendo yo ahora estar con
menos recelos de ella , que entonces á vista de lo que se
obra conmigo. Repetí en aquella ocasión á V. M. con el
Cardenal de Aragón la súplica del permiso de llegar á
los pies del Rey nuestro señor , y de V. M. , y la resti-
tución de los títulos de la propiedad del Gobierno de
Flandes , Borgoña , y Arloes , que el Rey mi señor (que
está en el cielo) me habia dexado , y de que tan violen*
lamente fui desposeído. La respuesta que merecieron es-
tas dos humildes instancias , fue la primera darme en
I ostro con la misma negativa 5 y esto aún no por carta
de V. M. para mí.,, sino del Cardenal Aragón, y con
palabras no menos desabridas , que la antecedente, en
que se incluía el realce de mayor disfavor , que se pue-
de hacer á una persona como yo, escusándose V. M.
de escribirme , y dándomelo así á entender maniflesta-
mentepara mayor mortificación mia, por medio del mis-
mo Cardenal y como si yo pudiese ser digno jamas de tal
desprecio. A la segunda súplica se me pretendió satisfa-
cer con motivos diferentes de la verdad en el hecho , co-
mo todo consta por el papel incluso , en qué está co-
piado lo que el Cardenal Aragón me dixo , de orden de*
V. M. sobre este punto y mi respuesta.
Esto es , señora , Jo que mi respeto , y obligación han
executado , y lo que conmigo se empezó á hacer después
de la salida del Padre Everardo. Y no pongo en el núme-
ro de las sinrazones recibidas en este tiempo^ la de no
ha-
haberse querido V. M. conformar con muchos zelosos
Ministros , que fueron de parecer , que V. M. mandase
que las materias de los alivios , y remedios públicos , se
tratasen con mi presencia , y dirección > porque si bien
en el zelo , y buen deseo estoy cierto delante de Dios,
que nadie me escediaj en la habilidad, y en la inteligencia,
conozco que me pasará qualquiera 5 demás de que , como
en esta materia podrían mis émulos ñngir algún interés,
ó ambición (de que por la divina misericordia estoy bien
libre) , no debo hacer ofensa personal , lo que quizas po-
dría haber sido desgracia pública.
Si hubiera parado aquí la violencia de las delibera-
ciones que el Marques de Aytona ha sugerido á V. M.
con aquella antigua, y terca antipatía con que siempre
ha deseado mi aniquilación , todos nos podíamos dar por
satisfechos , aunque yo pusiese en ello tanta parte de mi
honor y seguridad 5 pero si han pasado tan adelante las
máximas apasionadas de este sugeto , y la desmedida an-
sia de su particular odio ó venganza , á precio de toda la
quietud de España, que desde el supremo Ministro,
hasta el desdichado trabajador las vituperan en el grada
¡que hoy se ve en asombrar al mundo , y poner las cosas
en los umbrales de un lastimoso precipicio. Dexo ahora
de ponderar las resoluciones llenas de daños y reparos,
de enflaquecer de gente de guerra las fronteras de estos
reynos para bloquear , ó sitiar con ellas á la Corte, como
sucederá en llegando á los quarteles destinados en sus cer-
canías las tropas que se han enviado á llamar de dife-*
rentes partes 5 y paso al último extremo de la ceguedad,
y del escándalo que encierra en sí la formación de un
monstruoso cuerpo de infantería , dentro de las tapias efe
Madrid, con el expecioso titulo de Regimiento de la guar-
da del Rey , y la elección de Coronel de este Regimiento
en ei Marques de Aytona. Y empezando por el Regimien.
to
lité
to, digo, que si los mayores enemigos de esta Monarquía,
y del nombre Español lo hubieran pensado , admirada
yo su gran sutileza, porque no me parece que en una sola
acción se pueden .haber emprendido tantos géneros de
inconvenientes como. en esta , no menos contra la honra
de la nación , y buena disciplina militar , que contra la
economía,, la buena política , el reposo, y seguridad pú^
blica. Y aunque. todos ios .Consejos, y. la villa de Madrid
han representado á V. M. los graves daños , que han de
•resultar (si se lleva adelante esta resolución ) con tanto
acierto, y zelo, que nunca acertare' yo á imitarlo ; con
todo eso diré yo áV.M. (movido del mió) algo de lo que
entiendo de la materia. t\
Ó este Regimiento ha de quedar en la Corte , 6 pau-
sar á alguna de las fronteras. Sí á esto último , con de-
cir que el alto juicio del Rey nuestro señor. ( qué está en
el cielo ) aconsejado de sus primeros Generales , y Mi-
nistros (en que entró también la cortedad de mi dicta-
men ) lo reformó en quatro dias , á vista de gravísimos
estorbos , que este privilegiado cuerpo originaba en sus
exercitos , quedan bastantemente ponderados los daños
de deshacer por ahora aquella acordada deliberación de
S. M. Si ha de quedar en Madrid , ó en sus contornos,
no hay inconveniente que no arrastre tras sí , como tan
prudentemente dice la Villa en los veinte capítulos de
su consulta ; porque en primer lugar ofende en el último,
grado á la innata fidelidad de los Españoles , y destruye
4a mayor grandeza de sus Reyes ; y lo que mas.pohde-»
ran todas las naciones extrangeras , es la gran seguridad
conque viven en el amor , y reverencia de sus vasallos;
palabras que con- ternura oyeron muchos ponderar á
S. M.-, cotejando esta confianza con los resguardos de
otros Príncipes , y testas coronadas. Y esta ofensa es pre->
ciso que penetre hasta4p mas vivo. del corazón en qual-*
quier
l87
cjuier tmén Español ; consume la hacienda sin provecho,
quando por falta de ella está pereciendo la gente de
guerra en todas las frontetas , y en particular la de Ca-
taluña , como ocularmente acabo de reconocer > y no
solo se debilitarán las fronteras por el caudal que se
les quita, sino por la gente que de ellas vendrán á
asentar plaza en el Regimiento con esperanza de mayor
paga j inconveniente que se verá á cada paso aún en las
levas ordinarias , solo por el cebo del vestidiüo que en
ellas se les. di ; cuyo motivo , entre otros muy principa-
les , obligó al Rey nuestro señor (que está en el cielo)
á resolver el año de 63 sobre consultas de las Juntas
que se tenian en mi presencia , que por ningún acciden-
te se hiciesen levas dentro de la Corte ; y así se ofreció
la Villa de Madrid ( si yo no me acuerdo mal ) á no ar-
rinconar en Madrid con este Regimiento un gran número
de Oficiales. , que en Cataluña serían de mucho útil,
bien pagados , y se podrían exercitar en: la disciplina de
la guerra , quando en la Corte servirían solo de peso , y
embarazo con sus personas presentes*
La libertad militar , inseparable de esta profesión,
ha de poner cada dia en riesgo de perderse Madrid , ó
las partes donde alojaren los soldados , con el ocio de un
quartel ; demás de que las desórdenes , especialmente eñ
su gente nueva , apenas son escusables. Y en fin , quan*
do en la formación de este Regimiento no hubiese mas
reparo , que el hacerse lo que en memoria de hombres
no se ha visto en Castilla ,.( como pondera muy bien la
Villa) basta para aconsejar que se escuse-', aún quando
fuesen de diferente sentir todos los Ministros y Tris
bunales. . .
I Pues que será , señora , quando la parte desintere-
sada del de la Junta de Gobierno , el Consejo de Estado,
el real de Castilla , y la Villa de Madrid , con protextas
en
en voz , y en escrito , están suplicando á V. M. tenga a
bien , que no prevalezcan en este caso los fines particu-n
lares contra la conveniencia común > quando tanta no^
bleza celosa , y bien intencionada , y todos los pueblos
claman lo mismo , y vituperan que en vez de aliviarlos
de sus miserias , se intentan nuevos modos de agraviar*
los , y afligirlos ? A que se añaden las repetidas , y pa-
ternales instancias que sobre lo mismo ha hecho á Y. M.
el Sumo Pontífice por medio de su Nuncio en esa Cor^
te > de que me avisa en carta de 17 del pasado.
Paso ahora á la elección de Coronel , que es el que
tiene por principal fin mi destrucción > motivo , que por
sí me obliga á esta humilde instancia j siendo repugnan*
te á la razón el ver que ponga V. M. el mando de esta
gente de guerra en las manos de quien , á fuerza de mi
justicia , acaba V. M. de darme por recusado y sospe^
choso en quanto directamente me pudiere tocar , y
quando e'l con tan denigrativas palabras , como á todos
consta , no dexa dudar la animosidad con que se ha de-
clarado por mi adversario. ¿ Podráse creer esto en el
tiempo venidero de un ánimo piadoso y justo como el
de V. M.? No por cierto, ni aún viéndolo ahora , s¿
persuadirme á ello. Sigúese para la última prueba de la
intención con que se obra acia mi persona , el haber;
mandado marchar acia Cataluña la compañía de caba-
llos de Don Diego Bracamonte , una de las de mi escolta,
con el mendigado pretexto de que el Virrey de aquel
Principado le ha pedido por ser de su guarda , quando
muy poco há se le dio orden , que yo he visto , para que
enviase á alojar en Castilla esta y la otra de la guar-
da , que se halla allí , llamándolas V. M. ambas de la
guarda del. Marques de Caracena , en suposición de no
haber en hoy en Cataluña pie t ni formalidad de exe'r>
cito.
A
i8p;
Á esta demostración se ha seguido la de mandar ha-
cer al mismo tiempo caminar á Cataluña á las otras dos
compañías , que me escoltaban , á tiempo que está orde-
nado sacar caballería de aquella Provincia.
Yo , señora , no habia mirado hasta ahora el rostro
de estas materias por dar en todo pruebas de mi modera-
ción , y porque esperaba que las oposiciones tan forma-
les de los Ministros , la desaprobación de la nobleza, y
pueblo , y las instancias de su Santidad , moverían ei
ánimo real de V. M. á que no prevaleciese el dictamen
-ambicioso, y apasionado del Marques de Ay tona con-
tra un corriente tan general de celosas oposiciones. Pero
viendo que se prosigue en lo mismo , habiendo ya emr
pezado á asentar plazas en las compañías del Regimien-
to , y que no solo no se ha conformado V. M. con el
voto común de los Consejos , sino cerrándoles la boca
con severas reprehensiones para que no vuelvan á hablac
en ello , negando la Audiencia á los Ministros de Casti-<
lia , que con su prudente zelo iban en nombre de aquel
Consejo á hacer á V. M. esta representación , y respon-<
dio el Marques de Aytona con desusada aspereza á los
Diputados de la Villa que le hablaron en lo mismo : he
juzgado de mi precisa obligación postrarme en los reales
pies de V. M. con todo el rendimiento , y respeto que
es debido , á suplicar á V. M. , acompañando las instan-
cias del Nuncio Apostólico , y el general dictamen de
las gentes , por el servicio del Rey nuestro señor , por el
de V. M. misma , por el intere's común , y por el mío
particular ; pues es cierto que el blanco de todas estas
Violentas disposiciones es mi honra y vida ; que V. M«
se sirva de quitar de delante todos estos aparatos de in-
quietud y discordia , mandando que se revoque la reso-
lución de este Regimiento escandaloso al mundo ,-y que
se deshaga quanto en su formación se hubiere empeza-
Bb do
do á executar. Que vaya luego á las fronteras ( que mas
aconsejare la prudencia , y la necesidad ) toda la caballe-
ría , y gente de guerra que hubiere en esa Corte, y sus
contornos, y la demás que se ha mandado venir á Toledo,
Segovia 7 y otras partes ; y que V. M. por consuelo co-
mún se sirva de poner un te'rmino breve , y preciso á la
Junta de alivios , que á instancia mia se ha servido de
formar , para que dentro de el se vean tales efe&os , que
aseguren á la espe¿tacion de los afligidos pueblos , el re-
medio de sus calamidades. Dios guarde la C. R. P. de
,V. M. como he menester , y mas que á mí. Guadalaxara
5 de Mayo de 1669. = Don Juan.
Carta del señor Don Juan 9 á Don Blasco de Loyola*
R
Emito á vmd. la carta inclusa para que la ponga en
las leales manos de la Reyna nuestra señora 3 y quedo
muy lleno de esperanza , de que prevalezerá la razón , y
el dictamen de los primeros , y mas zelosos vasallos , y
Ministros á las consaltas del Príncipe de Barbanzon, y á
las diligencias de otras sabandijas, que me hace asco ñora,
brar. Dios lo quiera así para bien de todos , y guarde á
vmd, muchos años. = De mano propia es lo siguiente:
Las fechorías del Marques de Aytona van pasando
tan adelante, que debo decir á vmd. (para que se valga
de ello á donde convenga) que yo no nací con humor, ni
obligaciones de sufrirlas , y si quiere el Marques conti-
nuar en ellas , me será preciso volver por mi razón en la
forma , que mas pudiere darla á conocer j y cieno que
tendría muy ñaca la fe', quien no creyere que ha de asis-
tir la mano de Dios , y de los hombres á Don Juan de
Austria , rendido esclavo , y hermano del Rey nuestro
señor , cargado de razón , libre de humano ínteres , y
an-
ipt
ansioso del bien universal, contra el Marques de Aytona
Heno de ambiciones , pasiones , y deseo de venganza. Dio?
le alumbre y á todos.
El motivo que tuvo S. A. para escribir esta carta,
demás de no ver que se executaba nada en orden á los
alivios , y lo que se habia hecho con el Decreto de 30
de Abril, que mas habia sido quitar la comida á muchos,-
que aliviarles la carga de los tributos , fue lo que la Vi-
lla de Madrid representó á S. M, en la consulta que hizo
al Consejó real , que es esta.
L
SEÑORA.
f A Villa de Madrid dice , que siendo derecho natu-
ral de qualquier vasallo , y civil por las leyes que ani-
ma la soberanía de V. M. delegada de Dios en los sub-
ditos para oirlos , consolarlos , y mantenerlos en paz , y
en justicia , asiste en la obligación de Madrid por ser la
voz de sus vecinos moradores y residentes , y de su Pro-
vincia por quien habla en Cortes , patria común de la
Monarquía , poner en la real consideración de V. M. ei
desconsuelo que en general se lamenta , y los perjuicios
que se ocasionan de decirse se levanta en Madrid un ter-
cio con nombre de Coronelía de la guarda de V. M. , y
abreviando por no dilatar el discurso , se reduce á lo sK
guíente.
Lo primero. Ser novedad introducirse esta milicia'
en la Corte , pues no se tiene noticia que haya habida
tal introducción , no pudiendo hacer exemplar la Coro-
nelía que se levantó en Madrid con nombre de la guar-
da de S. A. el señor Príncipe Don Baltasar , porque fue
en ocasión de la guerra de Cataluña , á donde se remi-
tió sin que aquí se mantuviese , ni tampoco los tercios de
Coronelía, que se instituyeron en el valimiento del Con-
Bb 2 de-
101
de -Duque de Olivares , y de Dan Luís de Aro, que fue
para que se conservasen en los exe'rcitos , y así se hizo
hasta que se reformaron , y aún entonces siendo para
diferentes fines , se extrañó ia formación de aquellos ter^
dos en Madrid.
Lo 2.° No habiendo de dirigirse V. M. á ninguna
plaza de armas , ni habiendo guerra en España , no se
puede conciliar conveniencia de permanecer en Madrid
este tercio, ociosa la costa de e'J.
Lo 3.0 Implica contradicción al alivio, y quietud que
necesita el estado de las cosas , y solicita la prudencia y.
piedad de V. M. por la dirección de la Junta de alivios:
persuadido Madrid , y las demás Ciudades de voto en
Cortes , por los reales órdenes remitidos de V. M. á que
sin el efecto en nada, recaygan en desconveniencia del real
servicio , y inquietud de los humores de la milicia por
ser.....
Lo 4.0 La desconveniencia se ha experimentado
siempre que ha habido tropas en la Corte , por divertir
los soldados de las plazas de armas , alojamientos y presi*
dios por lo útiles que se discurrieron ser; de que resulta-
ron los riesgos de los caminos , la pe'rdida de los sueldos,
y la dificultad de poder volver la gente á las partes , y
puestos que desamparan j molestando también á V. M., á
los Tribunales , y Ministros en las pretensiones , que in-
troducen , grabando la cortedad de los medios de la ha-
cienda, en las ayudas de costa, y pagas en que instan pa-
ra poder volver á sus puestos.
Lo 5.0 Siempre se ha tenido por gravamen perjudicial
mantener tropas en la Corte s porque demás de que en
ella , y en los tránsitos se desvanecen , causan confusión
en los cuerpos de guardia los juegos públicos , la liber-
tad, y licencia militar 5 suspendiendo el uso de la justicia,
por lo que la emulan los soldados j debiéndose antes apar-
tar
193
tar estos humores del corazón, y centro de 'la Monarquía,
que atraerlos ^ y fundarlos en e'l.
Lo 6.° No se puede executar en Madrid , que los sol-
dados se contengan, porque ni los cabos pueden estar
siempre presentes , ni los soldados continuar en el cuerpo
de guardia andando vagando s de que se han experimen-
tado graves perjuicios , sin que se pueda reducir á quar-
tel con firmeza y seguridad.
Lo 7.0 Aunque se diga que en Italia, y Flandes se
practican los quarteles de los Españoles, allí quando no
estuvieran introducidos , conviniera introducirlos , por-
que repartido , y misturado el corto número de Españo-
les entre los vecinos , se alteraran las ciudades por la di-
ferencia de los naturales y costumbres 5 pero la estimación
de las mugeres en los forzosos accidentes de tan unida,
,y continuada comunicación , preserva de los riesgos á ios
Españoles que asisten en los quarteles con templanzas
y asi se conservan entre los paysanos.
Lo 8.° En Madrid no se puede executar lo anteceden-
te, porque ios soldados vecinos y residentes , no se dife-
rencian en naciones , y quando se diferenciaran , los hi-
ciera iguales la patria común , con que el quartel lo fue-
ra en el nombre 5 pero no en la habitación de todos. Y sí
la hicieran algunos desacomodados, y perdidos de cos-
tumbres, se estragaran mas con el mal uso del quartel,
al que acudieran las mugeres mal empleadas , y necesita-
das 5 no pudiendo reprimir esto la justicia , por no zelar
aquella circunferencia de vecinos quietos , y maltratados
con un continuo cerco de pavor y riesgos 5 y se despobla-
rian aquellas partes cercanas al convento de san Francisco,
que fundó tan venerado Patriarca, y que Madrid venera
con tan repetidas obligaciones.
Lo 9*0 También hace á lo 7.0 discurriendo , que sí
los quarteles de los Embaxadores asistidos de la estima-
ción
iP4
cion de sus casas , y zeladas de sus familias , y de un Al-
guacil de Corre destinado á la de cada Embaxador , no
basta á corregir los excesos de los retraídos, y mugeres
que residen en aquellos quarteles , en el de la Coronelía
será mas gravoso , que todos los demás j porque aunque
se diga , que los oficiales militares zelarán , y resguarda-
rán los riesgos, no se podrá conseguir en el todo ; ni en la
parte se aseverará el castigo de los militares , si se ha de
librar en ellos la averiguación de los delitqs.
Lo io.° Si se hubiere dicho, ó dixere, que en la Cor-
te con guerra , ó sin ella , ha habido siempre , y hay al
presente grande número de soldados por diferentes moti-
vos, sin haber causado inconvenientes , asegurando que
los podía haber por razón de la Coronelía , por ser
question de nombre haber con ella , ó sin ella soldados,
persuade á lo contrario la experiencia > pues siendo cier-
to que siempre ha habido soldados en la Corte , nunca
ha resultado inconveniente , sino en los casos que se han
distinguido los soldados en los cuerpos de guardia , alo-
jamientos de mesones , y posadas , dependiendo solo de
los cabos militares, que no pueden conseguir la disciplina
militar por la confusión de la Corte , retirada la justicia
ordinaria del cumplimiento de su obligación , como di-
cho es j con que desunidos viven como vecinos y resi-
dentes > y unidos y distinguidos no se puede correguir
ni soportar ; siendo mayor el perjuicio que de leva , y
tránsito ha ocasionado esta milicia , como se ha dicho.
Lo ii.° Hace al discurso , que por diferencias que
tuvo la Universidad de Alcalá de Henares con aquella
Villa , resultó en el rey nado de S. M. (que está en el
cielo) solicitase mudar á Madrid la Universidad ; y mer
ditado en el Ayuntamiento , aunque se estimó el explen-
dor y lustre, que se conseguía, y tenían otras Cortes,
prevaleció estimar por único inconveniente la jurisdicción r
del
*95
del Redor de la Universidad , con ser diferentes insti-
tutos , estudiantes , y soldados. Y si bien aquellos ha-
bían de permanecer, estos en los motivos que se institu-
yen , parece que se habian de dilatar mucho tiempo en
que pudieran destruirse con efe&o unos á otros.
Lo i2.°Quando se pudieran corregir los soldados,
y que procedieran como debían , muchos desacomoda-
dos se habian de disimular , e' introducir á molestar con
todo ge'nero de excesos.
Lo 1 3.0 Si bien en todos tiempos conviene la quietud
de la Corte , suelen algunos deberse estender mas á so-
licitarla , así por ios extrangeros , como por los que han
dexado de ser soldados , y se han introducido , y disi-
mulado á vecinos , que en qualquiera accidente todos
pueden causar la confusión , que ha solicitado la necesi-
dad , de cuyo alivio se trata.
Lo 14.0 El gasto, lucimiento, y divertimiento en
la Corte , no puede suplirse con el pan de munición , y
sueldos 5 y aunque se asista con puntualidad , es dificul-
toso de persuadir, que la pueda haber continuada ; con
que no teniendo los soldados caudal , se habian de va-
ler del ageno.
Lo 15.0 Los perjuicios , visto se han en todas oca-
siones de dia y de noche , vexando á los vecinos de mu-
chas maneras , saliendo á las veredas de los caminos , y
á las puertas por donde entra el pan y mantenimiento,
quitándolo á los que no se pueden resistir , estrechando^
el Comercio , poniéndose todo en confusión por la nece-
sidad del vender , y comprar , siendo trato succesivo la
minoración de las rentas reales y municipales de Ma-
drid , por la introducción de metedores , pues ni los
Guardas los pueden soportar, ni se pueden cautelar, que
todo genero de personas no se introduzcan á disipar las
sisas y tributos , con el motivo de la milicia , ( y aún sin
ellas
196
ellas se padece en esta parte ) siguie'ndose también los
descuentos de Arrendadores , la pe'rdida de los consigna-
tarios en las rentas , y del cre'dito , no pudiendo asistir-,
se en lo público sin medios.
Lo 1 6.° Quando se tenga por precisa esta resolu-
ción , seria muy de la Religión , que se debe preferir en
todo, para conseguir buenos efe&os, prevenir con la mas
aseverada administración de justicia los robos , muertes,
deshonestidades , y confusión , ignorando Madrid que
pueda haber medio para que venza la razón , cediendo
siempre á la fuerza , como las Leyes á las armas , opues-
to lo Militar á lo Político, que no debe descaecer.
Lo 17.0 No pudie'ndose afianzar el remedio, se agra<;
ba el desconsuelo , e' indiferencia del corto plazo de leva,
y tránsito , á la permanencia sin te'rmino de esta mi-
licia $ pudiendo obligar esto solo á que quando fue*
ra muy experimentado el medio , no se prosiguiera1
en e'l.
Lo 18.0 Por estas consideraciones , y otras muchas^
la gran prudencia del señor Rey Felipe II.° nunca quiso
que se levantase en la Corte Infantería , ni Caballería,
ni aún para la conquista de Portugal 5 y Madrid ha he-e
cho diversos servicios , y pagado tercios en las plazas , y
exércitos con pa&os , y consideraciones de alivios á es-,
te fin.
Lo io.° No solo á Madrid , sino á toda la Monar-
quía incumbe el dolor de que puedan decir , y escribir
las naciones , que para guardar á S. M. de sus vasallos
en Corte , y sin guerras , se hacen prevenciones , pre-
ponderando mas este motivo , que los inconvenientes re^
feridos , y que se dexan antever de la variedad de dis-
cursos, que siempre han hecho los mal afectos, y la ig-
norancia popular.
Lo 2o,° Pudiendo ser regia del mayor acierto qual-
quie +
197
quiera disposición del señor Rey Felipe II.0 hace á lo
presente el que quando volvió de Lisboa á, Badajoz , de
la conquista de Portugal , dixo á los cabos del exe'rcito;
Ta se pueden escusar de acompañarme i que desde aquí las mu*
geres me guardarán.
Aunque Madrid tiene presente, que las resolucio-
nes de V. M. se premeditan á los fines de su suma pro-
videncia y justificación , no puede excusarse de la repre-
sentación por qualquiera accidente , que en las distancias
de los tiempos, casos, y cosas sobreviene j pero esto es
por tener muy meditado , que será V. M. muy mas ser-
vida en esta ocasión de condescender con la súplica que
hace Madrid, de que no se execute el tercio si no se hu-
biere tomado resolución en e'l, y que si se hubiere toma-
do, se suspenda , y se difiera con estos motivos , porque
la obligación , y vigilancia pública , no pueden ceder ai
cuidado particular , y deseo de los mayores Ministros y
Magistrados; debie'ndose estimar , que asiste Dios muy
particularmente á las voces de ios Pueblos y Repúblicas,
Inspirándoles los aciertos; quedando lucido Madrid con
el exemplo que ha dado de solicitar por fundamento de su
instituto, los intereses públicos , y el mayor servicio de
y. M., que resolverá lo que convenga, &c.
Con vista de este memorial ó consulta , que dio la
Villa en el Consejo real, el Consejo consultó á S. M. es-
tos mismos puntos > y habie'ndose visto en la Junta de
Gobierno , y conformádose con el parecer del Consejo,
se quedó arriba la consulta , y S. M. envió un Decre-
to al Consejo para eximirse de las instancias, que haria el
Consejo pidiendo respuesta á la consulta , que es el si-
guiente.
Ce De-
i^8
Decreto de la Reyna nuestra señora*.
TI
I |£ visto, y reconocido las proposiciones , e' inconve-
nientes que el Consejo me propone de la formación del
Regimiento , que por consultas de la Junta de Goberna-
ción , y Consejo de Guerra tengo mandado se haga , y
forme con la brevedad , que conviene al servicio del Rey .
mi hijo , y mió , en que antes de salir de esta Corte el
Inquisidor mayor mi Confesor, fue el Consejo de pare-
cer igual con los que convenian en su formación para
mantener en depósito tanto número de cabos, reformados
como hay en esta Corte , en que me hallo en precisa
obligación por instancias, que me han hecho, para que por
este medio sean socorridos por cuenta de sus sueldos ven-
cidos j en cuya consideración , el Consejo escuse vuelva
á mis manos ningún reparo , que estorve lo que tengo
resuelto, por convenir así.
Al mismo tiempo corrió este Decreto por la Cor-
te , y la carta del señor Don Juan ; que uno y otro
causó gran confusión , y motivó gran sentimiento la car-
ta del señor Don Juan 5 sobre que hubo algunos Con-
sejos de Estado , y en el de Castilla no se sintió bien
de ella 5 con que se esforzó mucho la formación de la
Coronelía , y se nombraron Capitanes para algunas de
las compañías , como fueron el Conde de Melgar , el
Marques de Jarandilla , el Conde de Cartanageta , hijo
primogénito del señor Cardenal Duque de Montalto , el
Marques de las Navas , el Conde de Fuensalída , el Du-
que de Abrantesj y otros caballeros particulares. Fueron
sentando plaza algunos capitanes de infantería , y de
caballos , que se hallaban en la Corte , y llegando á ella
algunas compañias , que se habian llamado del exercito
de
199
de Ciudad-Rodrigo , y otras de Galicia ; con que iba
creciendo el número de gente , y en ella mas confusión
en la Corte ¿ añadiéndose á esto el que en 17 del mismo
mes de Mayo , S. M. respondió á la carta del señor Don
Juan , siendo el mensagero de ella el Nuncio de su San-
tidad, que salió el mismo dia , y volvió el Sábado si-
guiente con la respuesta ; que uno y otro es como se
sigue.
Copia de carta que la Reyna nuestra señora escribió al señor.
Don Juan.
A«
.Cabando de responder por medio del Cardenal Ara-
gón á algunas proposiciones hechas por su mano, he reci-
bido la carta que me escribisteis con data de 5 de este mes;
y visto y considerado su contenido, y asimismo el de la
que escribisteis á Don Blasco de Loyola , me ha pareci-
do deciros, que os halláis debaxo de la entera seguridad
de mi persona , y fe' real , con la quai venisteis á repre-
sentarme (como el subdito debe representar á su Rey) lo
que tuvieredes por conveniente , y que mi voluntad os
renueva con particular gusto el seguro de esta salva-
guardia , condenando mucho el ardor de vuestro zeío
por la memoria , y respeto del Rey mi señor , y os rue-
go os quietéis, y escuseis las representaciones, que en tér-
minos de sobrada eficacia freqüentais hacerme > mas con
advertencia , de que siendo certísimo (como lo es) que la
salvaguardia que os he dado , y de nuevo os ratifico,
ni á vos os muda la naturaleza , y obligación de subdito,
ni á mí me ha disminuido la autoridad suprema, que
exercito por el testamento del Rey mi señor , y como
madre de mi hijo , sobre todos sus subditos y vasallos, y
usando de ella , os ordeno os retiréis á donde era vues-
tra residencia ordinaria al tiempo del fallecimiento del
Ce 2 Rey
200
Rey mi señor , y de donde (como os lo tengo ofrecido)
no solo os permitiré el venir á esta Corte á besar la ma-
no al Rey, pero os llamare con particular gusto quando
me parezca , que han cesado algunos inconvenientes que
hoy lo embarazan. Y tendréis entendido, quede no exe-
cutar esta orden , obedeciendo á quien os manda no so-
lo con legítima autoridad y poder , sino con muy parti-
cular afe¿to, y deseo de vuestro buen encaminamiento,
habréis perdido por hecho vuestro todos los privilegios,
y seguridad de la salvaguardia ; y habiendo yo admiti-
do á instancia vuestra , y por el filial , y reverente ob-
sequio que profeso á la dignidad , y persona de nuestro
muy santo Padre , sin interposición , mediación , y fian-
za de mi salvaguardia , he tenido por conveniente , que
recibáis esta carta mia por mano del Nuncio de su
Santidad , porque en todo tiempo pueda sincerarme
con su Santidad del bene'volo ánimo que tengo de todo
lo que toca á vuestra persona : volviendo á certificaros,
que ninguna otra cosa del mundo , sino vos mismo , será
bastante de hacerme mudar del deseo de honraros y fa-
voreceros. Nuestro señor os guarde como deseo. Madrid
17 de Mayo de 1669.
Respuesta del señor Don Juan a la Reyna.
Ecibo por mano del Nuncio Apostólico la real carta
de V. M. de 17 de e'ste> y aunque mi razón hallaría que
representar á V. M. sobre su contenido , lo rindo todo
á L. R. P. de V. M. como mi voluntad , quedando en-
teramente resignado en ella , y no menos confiado de
que el tiempo dará á conocer á V. M. que tiene en mí
el vasallo, que mas desea ser útil al Real servicio del
Rey nuestro señor , y al de y. M. remitiéndome en es-
to,
201
to , y en todo al Nuncio. Dios guarde la C. R. P. de V. M.
como deseo , y he menester. Guadalaxara 20 de Mayo de
1669. =Don Juan.
Luego que volvió el Nuncio, se reconoció en el sem-
blante que traía, que quedaba todo ajustado con S. A.
y que con la resignación que habia hecho en manos de
S. M. y obediencia á sus órdenes , cesarian todas las hos-
tilidades , que amenazaba la formación de la Coronelía;
porque al mismo tiempo que llegaban soldados á la Cor-
te , asimismo se decia le venia gente ai señor Don Juan
de Aragón , y de otras partes ; de tal suerte , que se es-
parcía por la Corte habia de entrar en ella con gran nú-
mero de gente , y poner en razón á todos. Y sin em-
bargo de ser todo mentira , no faltaba quien hacia pre-
vención de pan para una semana , porque el miedo obli-
gaba á mucho mas , que quando trató de la salida del
Padre Everardo ; pero como queda dicho , el semblante
del Nuncio , y algunas mas razones , que se pudieron
alcanzar de que S. A. quedaba con gran sosiego , y
conforme en irse á Consuegra, aquietó el vulgo, has-
ta que á pocos dias se esparció por Madrid que el señor
Don Juan se habia retirado de lo tratado con el Nuncio,
y que le había escrito lo que contienen estos puntos , que
se siguen.
Que tenia S. A. noticia cierta de que S. M. habia
enviado órdenes muy apretadas al reyno de Cataluña,
y á otros , para que remitiesen aquí soldados , y los
que allá quedasen , estuviesen prevenidos para executar
las órdenes que les diese 5 por lo qual se hallaba poco
seguro , y con obligación de defender la vida , y la hon-
ra , así suya como la de sus amigos y aliados ; y que su-
puesto que esto no se puede conseguir sin todas las de-
mostraciones de hostilidad , advertía á S. I. que el esta-
ba libre de todo cumplimiento de palabras , que hubiese
da-
202
dado de rendimiento y sujeción. Que mientras S. I. no
empeñase su palabra , y la de su Santidad de que estas
órdenes estaban revocadas , y que S. I. por sus mismos
ojos las hubiese visto expedir , no se quietaría su ánimo
hasta poner todos los medios posibles para tomar toda
debida satisfacción con que asegurar su vida , y defen-
der su honra , juntamente con la de sus amigos y
aliados.
Con estas noticias , que sin saber si eran ciertas , ó
no corrian por fijas , por haber salido de la compañiaj
volvió la confusión del ruido á obrar con algo de mas
fuerzas j con que todos aguardaban el coco , y todo era
decir : Mañana entra el señor Donjuán , y otros dispara-
tes á este modo ; á que ayudó el suceso que el Domin-
go siguiente en la noche ocurrió en Palacio. Y fue el ca-
so , que habiéndose acostado la Reyna nuestra señora,
y estando en el primer sueño , en un paso que está jun-
to á su dormitorio , oyó ruido que Ja despertó ; y pre-
guntando , i quién anda ahí ? cesó por tres veces , con que
á la última dio voces , y sin poder aquietarla , se vistió,
y llamando á los Monteros de Cámara , y Acheros, en-
traron dentro , y recorrieron el quarto , y no hallaron
cosa alguna mas , que haber quedado mal cerrada una
media puerta de vidrieras , que habia en el paso , y e'sta.
con el grande ayre que hizo aquella noche , sonaba.
Otros dixeron , que no habia sido sino un gato , que se
habia quedado entre puertas , y esto era lo mas fixoj
pues quando S. M. hablaba , cesaba el ruido. Luego que
llamaron á los Monteros , avisaron á la guarda de afue-
ra , y e'sta al Marques de Aytona , que como Mayordo-
mo mayor , duerme en Palacio , y casi desnudo , con
su espada y broquel , acompañado de su hijo , y de un
Enano , subieron al quarto de S. M. , y hallándola ves-
tida , se halló obligado á quedarse allí aquella noche,
co-
203
como lo hizo, sobre un colchón. Como este suceso fue ya
tarde , no se supo en Madrid hasta la mañana , que
acudiendo la gente á su asistencia á los Consejos , fue
corriendo por el lugar. Y estando la plaza á cosa de las
ocho de la mañana llena de pan, en un instante se desapa-
reció , y consumió ; de modo , que los que después de
esta hora acudieron á comprar , se hallaron sin tener
que comer aquel dia , que todo el se pasó en preguntar,
l qué era lo que babia sucedido ? Y como muy de ordina-
rio sucede en la Corte contarse las cosas de mil maneras,
esta se contaba , diciendo : Que hablan querido robar á
nuestro Rey ( que Dios guarde ) : otros , que robar á Pa-
lacio , y otros , que solo fue poner miedo á algunos ; como
si no tuvieran harto sin este suceso ; el qual fue para
algunos muy á medida de su deseo , pues con él se avi-
vó la formación de la Coronelía , que tendrá mucho
que contar en su lugar ; y así paso á buscar al señor
Don Juan , pues en el dia 3 de Junio dimos vista á una
carta suya , que en el antecedente habia escrito á S. M.,
que fue el Iris de la quietud , aunque el escándalo de la
murmuración , como veremos adelante , y ahora podre-
mos leer la carta , que es e'sta.
Carta que el señor Don Juan de Austria escribió a la
Reyna nuestra señora»
E
SEÑORA.
{L Nuncio de su Santidad me acaba de avisar los
motivos de honra , y satisfacción con que V. M. se
digna de mandarme que vaya á servir al Rey nuestro se-
ñor , y á V. M. en el Gobierno de Aragón con el Vica-
riato General de aquella Corona. Y quando sobraba la
menor demonstracion ? de que se pudiese inferir , que
V.M.
104
V. M. me ha restituido á su real favor y confianza , pa-
ra que se conociese con quántas razones habia puesto to-
da la mía á sus reales pies , no me quedará que decir á
V. M. en esta parte , sino postrarme á ellos con rendi-
do silencio , y desear ser de algún útil al Rey nuestro
señor en aquella á donde V. M. me destina.
No me dexa menos reconocido , y consolado la ex-
presión y certeza con que el Nuncio me asegura que-
darse meditando los modos de dar verdadero y efeftívo
alivio á ios pueblos ; por cuyas nuevas me postró otra
vez á la presencia real de V. M. Y á la verdad, señora,
(como el mismo Nuncio me dice con el favor que le
asiste de buen vasallo de esta Corona ) la conciencia , y
la conveniencia muestran á un mismo tiempo , y acon-
sejan la precisa necesidad de dar remedio á las públicas
calamidades ; tan grandes , y tan compasivas , que no
ha quatro días llegó á mi noticia , que en un lugarcillo
de estos se hallaron tres muchachos muertos de hambre
en el campo , llenas las manos y las bocas de la tierra, y
yerba de que habian procurado hacer alimento. Quando
veo, y oygo lastimas tan extraordinarias, doy mayor
alabanza al prudente zelo con que la Ciudad de Sevilla
respondió á ío que V. M. le preguntó ( con las demás
del rey no ) sobre la forma de aliviarle. Remito á V. M.;
con cartas de 2 de Abril de este año copia de la Consul-
ta , que en este punto en Cortes hizo el Rey nuestro se-,
ñor (que está en el cielo) en 11 de Febrero de i<^;;
En ella se asienta no solo por necesario, sino por útil a
la misma real Hacienda, el baxar á la mitad todas las si-
sas impuestas por qualquiera causa ó razón que sea , so-
bre las quatro especies comestibles , fundando lo ines-
cusable , en la posibilidad de que los pobres se puedan
sustentar de otra manera > y lo útil , en la experiencia
de haberse visto en Sevilla , que la renta del vino , ba-
xa-
icada á la mitad por ¡os arrendadores , creció mucho en
el valor. En Córdoba las carnes en el tiempo de la pesteí,
y en Madrid las sisas del aceyte.
Señora, Dios, y el Rey nuestro señor (que santa glo-
ria posee) constituyeron á V. M. por madre , y protecto-
ra de estos reynos. Confio que así como, en tantos otros
beneficios que han recibido de su real magnificencia, les
ha dado V. M. señales tan manifiestas de estos piadosos
atributos, mostrará V. M. en esta ocasión ser su verdade-
ra madre , mandando que este alivio , ú otro que lo sea,
se ponga en pra&ica , sin las tardas , y demasiadas consi-
deraciones , que hasta ahora pueden haberlo embaraza-
do > porque al juicio de qualquier buen Católico , es
cierto , señora , que hará iras feliz , mas poderoso , y;
mas temido de sus émulos á nuestro Monarca , el apla-
car la ira divina , donde continuamente está pidiendo
satisfacción tanto clamor de pobres afligidos por el caudal
que se saca de la boca , y de las venas del necesitado la-
brador, y de la desconsolada viuda, aunque fuese mucho»
mas quantioso de lo que hoy se percibe.
En decir esto á V. M, con rendida y christiana cla-
ridad juzgo , que hago lisonja á su real, y compasivo co-
razón , y de la real sinceridad del mió , dará Dios testi-
monio quando fuere su santa voluntad. Entre tanto , si-
guiendo la de V. M. , y su real orden , quedo disponien^
do mi pasage á Aragón para executarle sin tardanza.
Dios guarde la C. R. P. de V. M. muchos años como
«deseo , y he menester. Guadalaxara á a de Junio da
1669. = Don Juan,
Oá Co-
206
Copia de carta en que S. M. responde á S. A.
_ *ON Juan de Austria, mi Primo, &c. Habiendo re-
cibido por mano del Nuncio de su Santidad vuestra car-
ta de 2 de éste , en que respondéis á la que os mandé es-
cribir , he dado luego orden para que se formen los Des-
pachos del cargo de Virrey de Aragón , con el Vicaria-
to sobre los rey nos , que penden de aquella corona , de-
seando que executeis luego vuestra jornada 5 y al Conde
de Aranda se le ha avisado con correo esta resolución.
Y con la misma buena voluntad con que he venido en da-
ros este empleo , me hallareis siempre para honraros y¡
favoreceros.
Por lo que toca á aliviar estos pueblos , y vasallos,
debéis estar cierto de que este cuidado ocupa el primer
lugar entre los que Dios ha puesto á mi cargo; y no du-
do, que sabréis quán sin alzar mano se trata de esto en
la Junta , que he mandado formar ; pues así como no se
puede dudar , que el mas interesado en el alivio de tan
buenos , y fieles vasallos , es el Rey mi hijo , también
se debe creer , que no hay quien me compita en el de-
seo de que lo consigan, y de verlos en toda felicidad y
descanso. Nuestro señor os guarde como deseo. Madrid
4 de Junio de 1669. = Yo la Reyna. = Don Blasco de
Loyola.
En este dia baxó Decreto del Consejo de Aragón,
y en él se publicó á 6 , y se mandó executar , que es
éste.
Habiendo tenido por conveniente emplear la persona
de D. Juan de Austria mi Primo , y hijo del Rey mi señor
(que Dios haya) en parte donde esté en mayor disposi-
ción para los accidentes en cjue puedan ser mas útiles al
ser-
207
servicio del Rey mi hijo, sus grandes experiencias, le he
nombrado por Virrey, y Capitán general del rey no de
Aragón , con el Vicariato general sobre los reynos que
penden de aquella Corona. Tendráse entendido en el
Consejo de Aragón , y para el se formarán los despachos,
que corresponden á esta resolución. Madrid 4 de Junio
de 1669.
- En conformidad del Decreto anterior , se despacha-
ron luego ios títulos al señor Don Juan > y causó alguna
novedad el estilo ; pues en ellos le llama la Reyna nues-
tra señora á S. A. mi Primo , y hijo del Rey mi señor ( que
Dios haya). Luego que los recibió el señor Donjuán,
escribió á su Santidad dándole cuenta del estado en que
quedaban las cosas de España , y de la fineza con que
el Nuncio habia asistido á todo lo que habia sido del ser-
vicio de S. M. , y quietud de esta Monarquía : cuya car-
ta es como se sigue. ¡ ".
SANTÍSIMO PADRE.
I 1 E diferido hasta ahora dar respuesta al Breve que
V. B. fue servido de mandar escribirme á 29 de Marzo,
por haber sobrevenido algunas dificultades , que emba-<
razaban el total ajuste de las recíprocas desconfianzas,
que por acá ha habido ; y se me hacia de mal hablar en
ellas á V. B. quando juzgaba á su paternal ánimo , en
inteligencia de que todo quedaba en la deseada tranqui-
lidad , después de haber executado con tanta destreza , y
dicha el Nuncio de V. Sd. sus santas, y prudentísimas ór-
denes , que ha logrado por medio de ellas el que estas
cosas se terminen con general satisfacción en la forma
que V. B. entenderá de e'l ; con que me ha dado campo
para que sin el embarazo dicho , llegue á besar el pie de
V. Sd. , y á rendirle infinitas gracias por tantas obligacio-
Dd i nes
208
nes como reconozco á V. B. y no menos deberé repetirle
á V. Sd. en nombre de todos estos reynos por el fervoroso
amor de Padre , que le han debido en esta ocasión , ha-
biendo pedido al Nuncio, que hable á V. B. en uno y otro,
con la distinción que yo omito aquí , poi no hacer dema-*
siadamente larga esta carta,
Queda ahora, santísimo Padre, que V. B. de' el último:
golpe á estas perniciosas raices para que jamas reverdez^
can , disponiendo que de voluntad propia , ó en otra ma-
nera , haga luego remisión de sus puestos «1 Padre Eve-,
sardo, en conformidad á lo que el Nuncio me tiene repe-»
tidas veces ofrecido en nombre de V. B. , y de lo que re^
quiere asegurar de una vez la quietud pública de esta co-
lona, por toda la:menor edad del Rey nuestro señor. No
dudo que V. B. lo tendrá así á bien , y que vivirá sremi
pre en memoria de mis humildes respetos á su santísima
persona , que guarde y prospere la divina Magestad para
el mayor bien , y dichoso régimen de su Iglesia. Guada-
iaxara 7 de Junio de 1669. = Su mas obediente y humil*
4e hijo, que su santísimo pie besa. = Don Juan,
Partióse el señor Don Juan , y luego la curiosidad
nos trajo -á las manos el discurso político, que se sigue,
< £)ÍMur$Q político , 6 críticas reflexiones sobre la conduiia
del 4emr Don Juan de Austria,
T
Engo a vmd. por persona de tantas prendas , y t&tí
redoren las sentencias de sus di&amenes , que he queri-
<do constituirle Juez del mío en lo que respondí el otro
•dia á un grande amigo , que deseó le dixese desapasróna-
'damente si el señor Don Juan de Austria habia acertado,
6 errado en no haberse venido á Madrid con la gente que
tenia , sin admitir satisfacción ni empleo fuera de la
Cor-
20£
Corte > y obligado por la fuerza, á que se quitasen
tributos , se descartasen malos Ministros, y se remediasen
los demás abusos.
Esta fue la pregunta de mi amigo , y mi respuesta
fue , que yo no tenia la fortuna de haber visto al señor
Don Juan mas que á la luz de sus grandes acciones 3 pe-
ro que quando hubiese oido solamente esta última de
S. A. , me bastaba para calificar por ella su consumada
prudencia , y el amor que le debe toda nuestra patria:
y fundólo en primer lugar, en que jamas me he dexado
conducir de la ciega corriente , que persuadia tocar al
señor Don Juan el ser remediador de las cosas á sangre
y fuego. Que por hijo , y hermano de nuestros Reyes,
por vasallo tan superior , y por sus experiencias , le in-
cumbiese el representar á la Reyna nuestra señora con
fervor, claridad, y constancia ios achaques del público, y
suplicarla los curase , vengo en ello , y á esto no solo ha
satisfecho S. A. abundantemente , sino excedido al pare-
cer de los enemigos del Rey , y suyos , y aún de los in-
diferentes j pero quando bien debiese correr por el cui-
dado del señor Don Juan el remedio universal , nunca
esto podia entenderse á contrapeso de tales inconvenien-
tes , que en vez de curar al enfermo , se le apresurase la
sepultura. Veamos , pues , por mayor los que tendría
una abierta invasión de. la Corte , contra Dios , contra el
servicio delRéy,contra el respeto de la Reyna, contra lo
mismo que convenia remediar , y contra lo particular de
la persona , y conveniencias de -S» A.
Contra Dios, visto se está que nunca podia serlo tan^
to, como dar causa voluntariamente á una conmoción po-
pular > pretexto para que debaxo de la voz de viva el Rey ,
ensanchasen sus senos la codicia , el odio , la venganza^
laVliviandad , y todos los demás vicios. ¿Que Iglesia?
¿ que sagrario l ¿que celda de Religiosa estaría segura?
210
l que casa de particular? ¿ que' tienda de mercader? ¿ que
caxa de hombre de negocios resguardada? Ni aún el mis-
mo Palacio real íe diera yo por libre de un pueblo mo-
vido en inteligencia de que era menester hacer pedazos
toda esta campana rota para que se volviese en nueva
fundición á cobrar su antiguo sonido i y si esto se ha
visto por experiencia en todos los pueblos , que han eijii-
pezado á morder la brida , ¿que seria en el de Madrid,
compuesto por la mayor parte de bagamundos , ham-
brientos , y extrangeros , sin amor al Rey , ni interés
en el bien de España , antes en su perdición ; á cuyo
fuego añadida hoy copiosa leña la libertad de los sóida-,
dos , que de todas partes han concurrido al cebo de es-
te mal considerado Regimiento , á los quales venarnos
divididos á unos en sus particulases inclinaciones y pasio-;
nes , y á otros embevecidos en el robo y la desorden ?
El servicio del Rey padecería en lo mismo , que to-
das las otras cosas padeciesen > pues de los achaques del
cuerpo , toca la principal parte á la cabeza , como de los
de ella á los demás ; y no parada este daño en serlo sola^
mente contra la dignidad del Rey , sino contra su sa*
grada persona , pues la espantosa voceria , el ruido de
las armas, el extrago de sus efe&os , y una conmoción
tan extraordinaria, podría engendrar tai pavor en la tier-
na edad , y delicada complexión de S. M. que lo pagase
su salud , con riesgo de su preciosa vida : tanto mas si se
executase el salir la Reyna por las calles con el Rey en
los brazos , como oí á Ministro bien informado estar re-
suelto si llegase el caso.
Obrada en esto también S. A. contra el respeto , y:
decoro que debe á la Reyna nuestra señora ; pues se 'en-
caminaba todo este aparato de armas á obligarla á ha-
cer por fuerza lo que Dios por nuestros pecados no per-
mita , que quiera executar de grado. Y aunque el señor
Don
211
Don Juan se halle tan mal tratado , y visto de S. M. , ai
fin debe mirarla siempre (demás de su gran nacimiento)
como á muger de su padre, y madre de su hermano , y
no aventurar la suma de las cosas, á que en un lance so-
lo se le pierdan todos estos respetos y atenciones ; y
siempre que á S. A. le faltase esto , lo vituperarla yo
mucho.
Seria también la entrada de S. A. armado en la Cor-
te contra lo mismo , que conviene remediar 5 porque
si bien el cuerpo de este gobierno está muy cancerado,
con todo eso , no era remedio proporcionado el de tan
.crueles , y peligrosos cauterios. La desorden no se re-
media con mayor desorden , sino con madura prudencia
y justicia. Y aunque se dice vulgarmente , que de gran
desorden , viene la orden , esto es porque la pide , no
porque la cause $ ni se habrá visto jamas , que del impe-
tuoso desboco de un pueblo, hayan nacido sino horró-
les y monstruosidades: ni hay política que aconseje , que
se le enseñe á sacudir el yugo de la obediencia , ni á que
conozca la fuerza que tiene.
Nada podia estar peor á la persona e' intereses del
señor Don Juan j porque doy por asentado , que por
Ja fuerza se hiciese arbitro de todo , y consiguiese lo
mas á que se puede estender la vista , que seria intro-
ducir á la Reyna en una clausura , y apoderarse de la
persona del Rey , y del Gobierno. Pregunto yo : ¿ qué
utilidades sacaría de todo esto S. A. ? ¿y que inconve-
nientes no resultarían de ello á su persona , y ai común?
¿ Quie'n veria extintos los empeñados enconos de estos
dos opuestos partidos , mayormente estando las cabezas
de ellos casi debaxo de un mismo texado ! Los que han
seguido el gusto , y la atención de la Reyna , con mu-
cha mas plausible razón se animarían á mantenerla, vien*
dola abatida , y derribada 3 y los que han apoyado el
ser-
212
«ervicio del Rey en ios dictámenes del señor Don Juan»
con nuevos esfuerzos se resolverían á defenderte : por-
que á su fidelidad , y á su zelo se juntaría el ínteres de
no ser predominados de sus enemigos , y en estas mares
encontradas de nobleza , Ministros , y particulares , po^
co podría tardar el irse á pique el. baxel de España i y
aún , si ( lo que Dios no permita en ningún tiempo ) falr
tase el Rey nuestro señor , en el que estuviese en poder
del señor Don Juan > ¿ á dónde irían á parar las sospe-
chas de la malicia contra S. A.?
A esto me replicó mi amigo : que con acercarse soW
lamente el señor Don Juan á la Corte , conseguiría sus
buenos intentos sin inconvenientes , ni riesgos > proposiw
cion á que yo le respondí en dos palabras. Supongo ( le
dixe ) en el arroyo de Breñigal á S. A. : ó causaría con-
moción en el pueblo la cercanía , ó no. Si la causaba , se
incurría en todos los males dichos : y si no la causaba,
y prevalecían las fuerzas del mal gobierno , se perdía
S. A. sin ningún provecho del público j porque es infalí^
ble , que la maldad se fortalecería , y enconaría mas con
la victoria , y que no se conseguiría el desterrar malos
Ministros , y desórdenes, quando ellos, y ellas están he-
chas carne y sangre , en grado tal , que si no es quien
con general obediencia se halla apoyado de toda la auton
ridad soberana , que es la que hoy alienta á aquellos,
y consiente á e'stas , no habrá jamas nada en beneficio
público , porque no es este el mismo caso que el de la
expulsión del Padre Confesor, donde toda la disputa
consistía , en que saliese de España un hombre sin rai-
ces , ni dependencias en ella : pues entre esta evidencia
de inconvenientes , ¿ quien podrá ( dixe á mi amigo ) de-
xar de conocer que S. A. ha obrado con admirables re-
glas de zelo en habernos librado de aquel extrangero , y
después en aplicar instancias , representaciones , y aún
ama-
amagos de. violencia para solicitar nuestro bien? y con
loables máximas de prudencia, en no pasar de esta linea,
para engolfarse en un mar sin fondo de dificultades, y
peligros, entrando por una puerta sin ninguna luz de la
salida ; y dexando de sí á la posteridad la sangrienta me~
moria de haber introducido en su patria los estragos de
la guerra , y de la sedición,
. Todos debiamos creer, que con la expulsión del Padre
Confesor, se habian de unir ios ánimos al común interés.
Háse visto, que la incomprehensible providencia de Dios
ha permitido que de aquel cortado cuello , renazcan nue-
vas perniciosas cabezas. No es dado al zeio , ni á la obli-
gación del señor Don Juan contrastar con la libertad,
que á daño nuestro dexa esta misma Providencia, á los
espíritus de la contradicion , mientras no le diere los mer
dios de poderlos superar ; y entre tanto 5 ¿ que' cosa mas
acertada puede hacer S. A. , que admitir una decente
quietud , para apartarse de estos leones bramadores, que
cada dia le andan rodeando para devorarle la honra , el
crédito, y la vida ?
Esto respondí á mi amigo , y deseo , que vmd. lo
apruebe , &c.
Este papel pareció bien á todos los de buena inten-
ción , y mal á los de ánimo dañado , que unos y otros
daban sus razones 5 pero con poco fundamento los de
los enemigos del señor Don Juan , que aunque se olga-
ban de verle apartado de su vecindad , le querian mal-
quistar con el pueblo tanto , que así como volvió S. A.
las espaldas , se levantóruna cisma en la Corte bien ex-
traordinaria, y fue que una mañana en el patio de Palacio,
sin saber quien fuese el autor , se manifestó un papelón
diciendo , era Decreto de S. M. , que es e'ste.
Habiendo reconocido algunos reparos e inconvenien*
tes , que se deben remediar con la pronta execucion
Ee que
214
que conviene al servicio de Dios , del Rey níi hijo , y
mió, y quietud pública de esta Corte, con las falsas
voces que se han esparcido sobre la creación del Regi-
miento, que se ha formado, dando motivos á que el pue«
blo se inquiete , perturbando la paz que tan amable-
mente deseo por la bondad divina , y mirando á este fin
como á reconocer que los daños se originan del esta-
do plebeyo , de los gremios, y sirvientes 5 me ha pa-
recido advertir al Consejo , será conveniente se regis-
tren las armas ofensivas y defensivas , prohibiéndoles
el uso de ellas por tiempo limitado ; y hecho el regis-
tro , se recojan en depósito para que se las vuelvan,
y restituyan quando fuere mi voluntad , y se me ad-
vertirá sobre esto lo que se ofreciere , para que se den
las órdenes convenientes. Madrid y Julio 12 de 1669
años.
Inquietáronse con este papel incierto todos, y no tan
solo se prevenían de sus espadas, sino que procuraban
adquirir armas de fuego para estar mas resguardados, por
suponer que la Coronelía, que iba ya tomando altura? no
era para la guarda del Rey nuestro señor , sino para
predominar á Madrid 5. y como todos sentian mal de ella,
cada dia habia nuevas mohínas y embarazos , dudando
todos se pondría en execucion. Fueron llegando soldados
á la Corte , y quando pareció , que habia número bas-
tante , se hizo una muestra general en la tela de la puer-
ta de la Vega , donde concurrió gran número de gente á
la novedad 5 y se notó que este mismo dia , y dos antes,
fue tanta la multitud de langosta, que se vio en Madrid,
que escurecia el sol 5 cosa que causó grandísimo horror,
por ser nueva , y no haberse visto otra vez tan dentro de
la Corte , y duró mas de mes y medio ; de suerte , que
nos dexó sin legumbres esta plaga , y la que se esperaba
de la Coronelía afligió al pueblo de suerte , que no se
pue-
215
puede encarecer el desconsuelo con que todos se halla-
ban > si bien no creían los de mejor juicio, que podia te*>
ner execucion una cosa tan inaudita , y fuera de pro-
posito como la que se intentaba > pero reconociendo los
inconvenientes , que habia de producir su execucion
los Consejos de Estado , Guerra , y el Real , consultaron
á S. M. los embarazos que podián resultar de ello ; pero
sin embargo de todas estas representaciones , y de las
que el Nuncio de su Santidad significó á S. M. á boca,
resolvió S. M. que entrasen las compañias de guarda en
Palacio , como con efe&o el dia 19 de Agosto se dio
principio entrando el Conde de Fuensaiida con su com-
pañía , y dando aquella noche una cena muy opulenta,
que continuaron los demás capitanes , que fueron entran-
do aquella semana. No dexaron de discurrirse algunos
disparates en la Corte , ni los soldados de hacer algunas
demasías : de suerte , que se, han ido continuando, y han
sido tales , que en todo este tiempo no ha habido sino
muertes , y ladronicios 5 y aunque no todos los han he-
cho, y hacen los soldados, han sido capa, para que quan-
tos ladrones famosos, asesinos, y vandidos hay en Espa-
cia , se hayan venido á la Corte , como han avisado to-
dos los Corregidores y Cnancillerías ; de suerte , que son
sin número los delitos, que cada dia suceden en. la Corte,
y fuera de ella. Y para calificación de esto , contare' lo
que sucedió en la venta de Alcorcon un dia j y fu»e , que
habiendo salido unos soldados á buscar melones, aun
melonar cerca de la venta , el ventero quiso impedir-
lo, y habiendo salido con su arcabuz e'l , y un cria-
do , le mataron , y los soldados acudieron á la venta á
despojar lo que hallaron. La muger del ventero vino á
Madrid , y entrando en el patio de Palacio , alborotó la
Corte de suerte, que causó gran confusión á todos la
lastima de tal suceso. Mandó el Consejo fuesen Ministros
Ee 2 á
2lé .
á enterrar el cadáver , y á hacer averiguación del caso*
y habiendo ido , fue á tiempo que otros Ministros de la
Coronelía habian llegado á lo mismo , y como los solda-
dos , y justicia son tan mal habenidos , allí se encontra-
ron de suerte , que hubieron de llegar á las manos , con
que obligaron á los de justicia á encerrarse en la venta,
y los soldados los sitiaron. Escapóse un Ministro , y fue
á Carabanchel á dar aviso , y habiendo tocado á reba-
to , se juntó la hermandad , y otros lugares comarca-
nos , y acudieron á la venta , donde también habían acu-
dido mas soldados , y allí se dieron una batalla ; de suer-
te, que quedaron algunos soldados acompañando al ven-
tero. Quiso Dios , que habie'ndose juntado los Alcaldes
de-Corte , y resuelto salir á caballo á la venta , lo tem-
pló el didamen de alguno, que embarazó esta execu-
cion , que si se hubiera hecho , se alborotara Madrid
de suerte , que se perdieran todos , según lo mal queri-
dos que estaban los soldados. De este caso resultó, que los
soldados cobraron tanto odio á los de Carabanchel , que
una noche de este verano algunos soldados intentaron
robar á un Clérigo del lugar , y al ruido salieron algu-
nos labradores , y se dieron tan buena maña , que co-
gieron tres , y mataron dos , y á los que cogieron , tru-
geron presos en un carro á la cárcel de Corte. No fue
de poco gusto esto al pueblo , y á los soldados de. des-
consuelo y irritación ; de modo , que se juntaron hasta
cinqüenta soldados , y con todos los aparejos militares,
fueron á quemarles los panes que tenian en Jas heras, de
que tuvieron aviso los de Carabanchel , por haberse pre-
venido de espías, pues les daban á las guardas del vino de
Madrid algunos reales cada dia , porque les den aviso
de los soldados , que salían acia aquella parte , teniendo
en su lugar cerradas las calles , y solo un portillo con su
cuerpo de guardia 5 y como supieron la determinación,
se
217
se previnieron de suerte , que les mataron mas de doce,
y dexaron las heras libres. Con este suceso , y otros que
cada dia habia de robos en los caminos , y en las entra-
das de Madrid , se escandalizaba el mundo, y mas quan-
do los Alcaldes de Corte se escusaban de rondar, y pro-
pusieron al Consejo no lo podian hacer , porque no se
les permitía castigar los delinqüentes. El Consejo se lo
representó á S. M. á boca en la consulta que hace los
Viernes , y también por escrito , remitiendo relación de
las causas , que se habian escrito contra los delinqüentes
de la Coronelía ; pero no por eso se ha dexado de conti-
nuar en ella. Muchas desgracias ha habido , y la mayor
parte de estas ha sido contra soldados , pues pocos dias se
pasaron en este verano , en que no amaneciesen muertos
dos ó tres , y algunos en el campo ; con que se fueron so-
segando las inquietudes , por haberse ido muchos de los
vagamundos , y haberse quedado la Coronelía con los
reformados , y tener los cabos de las compañías cuidado
de recoger su gente , con que se sosegaron. Y viendo el
Coronel , que se iba olvidando el odio que se tenia á
los soldados , consultó á S.M. lo que se le ofrecía para el
buen gobierno , sustento , y quietud de ellos. No tomó
resolución de ella S. M. antes la remitió al Consejo real
donde con el discurso christiano que acostumbra, dio su
parecer , que todo ello es digno de que se lea , y así la
pongo aquí.
E
SEÑORA.
N el Consejo se ha visto uri Decreto de V. M. , su
fecha de 22 del corriente , que es del tenor siguiente.
El Marques de Aytona en la consulta inclusa representa
algunos puntos , que se le ofrecen , y tiene por conve-
nientes para la quietud y buena disciplina de los solda-
dos
2l8
dos del Regimiento de la guardia. Véase en el Consejo,
y dígaseme luego sobre su contenido lo que se ofreciere,-
y pareciere. Y también la consulta , que viene con el
del Marques de Aytona, en que propone á V. M. lo qu©
juzga conveniente para que esta milicia del Regimiente»
esté en la quietud y disciplina , que tanto importa , re-
duciéndolo á diferentes puntos. , en que se dirá por me*
ñor lo que de cada uno se ofrece.
Señora , con ocasión de esta consulta del Marques
de Aytona , y con la instancia que hacen al Consejo los
accidentes , que cada dia ocurren , ha vuelto sobre la
consideración de los inconvenientes de que el Regimien-
to permanezca en esta Corte , con toda aquella reflexión
que pide negocio tan grande , en que el Consejo por lie**
nar enteramente el cumplimiento de su precisa obliga-
ción , pasó antes de formarse á las mas eficaces represen-
taciones á boca , y por escrito , y después de formado,
ha puesto en la real noticia de V. M. los graves delitos
que se cometen , y que se han llegado á experimentar
todos los daños que se temieron , con circunstancias mas
detestables. Y siendo estos inconvenientes (que resultan
de conservarse aquí el Regimiento ) , de tan grande
magnitud , y que ofenden los preceptos capitales del
Gobierno, y lo desquizian todo , se ve necesitado su
zelo á continuar las representaciones con toda la ponde-
ración que pide una materia , en que el Consejo juzga
que se atraviesa el todo de esta Monarquía. Señora , en .
grande desconsuelo está ¡ la Corte , contristados los áni-
mos de todos , y con continuo sobresalto , porque ven
aventuradas sus haciendas , sus vidas , y sus honras ; y
, que se estrecha á mas la congoja ; no siendo estos rece-
los de discursos , sino de experiencias advertidas en los
-vecinos , y tenidas de los demás. Ominoso presagio es
ver la Corte ilena de Jiorror , de sangre , de robos , y de
con-
219
continua inquietud en las casas ; y todo esto disimulado,
y establecida una impunidad la mas execrable que se ha-
brá visto en ninguna Monarquía y República , pues ha-
biéndose experimentado muertes de mugeres por defen-
der su honestidad , como se ha participado á V. M. , y
de otros inocentes , estando en la seguridad de sus casas;
no se ha experimentado castigo alguno 5 con que es pre-
ciso que se continúen , y aumenten los delitos ; y la dis-
posición , que para esto dá el invierno , pondrá en ma-
yor seguridad á los delinqüentes ; con que la justicia pu-
nitiva queda perdida , y con esto turbado el Gobierno,
reducidas las cosas á confusión , y enojado Dios ; por-
que la primera y principal obligación de los Reyes es
castigar los delitos para mantener á los vasallos en quie-
tud ; carga de muy gran peso 5 pero estrechísima; porque
pasó á loS/Reyes con la translación que hicieron los
pueblos ; y discurren en este punto tan rigurosamente
los Autores , que echan sobre la conciencia de los Re-
yes los robos , y los homicidios que se cometieren , por
no aplicarlos medios de mayor exacción, para conse-
guir este fin , y les constituyen en obligación de repa-
rar estos daños ; y sobre este presupuesto , dexa el Con-
sejo á la madura reflexión de V. M. , si siendo la cau-
sa de tantos delitos, y habiéndose formado , y permane-
cido contra el di&amen del Consejo , del de Estado y
Guerra , y según se tiene entendido , contra el sentir
de la Junta de Gobierno , que se compone de tan gran-
des varones , que señaló S. M. (que este' en gloria ) para
aconsejar á V. M. en las materias de una Monarquía tan
procelosa; estará grabada la conciencia de V. M., y obli-
gada al reparo de tan grandes perjuicios; pues no lográn-
dole , sucedería que conciencia tan pura como la de
\V. M. se viese embarazada en puntos tan escrupulosos,
y tan fuertes conseqüencias. Y juzga el Consejo , que pa-
ra
2 20
ra que V. M. tenga en esto la quietud que conviene , no
asegurándose V. M. del didamen del Consejo, á que tatn
to difirió S. M. (que sea en gloria) , y otros progenitores
de V. M. , convendría que V. M. sepa el didamen en es-
te punto, que mira á la conciencia, de las personas mayo-
res de la Monarquía en letras , y de los Ministros , que
no asisten en el Consejo , que fueren de la mayor satis^
facción de V. M.
Y pasando de este punto á los de Gobierno , que in-
cluye en este negocio , pone el Consejo en la real consi-
deración de V. M. , que siendo esta materia tan critica,
y expuesta á tantos accidentes externos é internos, que
pueden poner esta Monarquía en la aversión que se pue-
de recelar , si será conforme á la prudencia con que
V. M. gobierna , echar esta resolución tan peligrosa so-
bre sí , apartándose de tan grandes didamenes , siendo
el mayor desahogo de los Reyes , echar las materias pe-
sadas , y aventuradas á sus Ministros , reservando á su
primitiva resolución las que no tienen estos escollos , y
que contienen gracias ; para atraer así la benevolencia de
los vasallos , en que el Consejo juzga que no conviene,
que V. M. tome esta carga sobre sí. Y considerando la
obligación de tutora , que en V. M. reside , se aprietan
mas estos discursos , y toman estas consideraciones ma-,
yor vigor. __
Y si se pasa á discurrir en lo que muchos temen de
que se puede encender una guerra civil por causa de este
Regimiento , por la desesperación en que están los vasa-
llos con la injuria , que conciben de la desconfianza, que
se manifiesta de su lealtad , y por los grandes daños que
reciben de la gente de guerra , se hallada V. M. en gran
congoja , habiendo tomado esta resolución con el pare-
cer de pocos, y desestimado el de tantos llenos de zelo
y desinterés. ......"..._
Gran
til
Gran caso es este , señora , y en que V. M. se de-
be resguardar con el parecer de su Junta de Gobierno,
.del Consejo de Estado , y del de Guerra , y del Consejo
q&e pudiera con verdad , y libertad decir á V. M. quanto
siente , y lo que conviene por preservar los daños que
se temen , que han de causar grande estrago ; y librar á
Y. M. de la aflicción , que causarán en la sinceridad de
su real ánimo.
Y aunque el Gobierno tiene algunos arcanos , que
suelen reservar los Príncipes , que hacen dudoso el con-
cepto de ios Ministros á quienes no se les ha participa-
do; este negocio es de tal calidad , que sin querer tras-
lucirlo, se reconoce lo peligroso de e'l , y que no pue-
de pesar la conciencia de quaíquier designio , que tenga,
tanto como los inconvenientes que se experimentan , y
los que amenazan. Y el Consejo juzga que todas estas li-
neas que se tiran , no van muy bien encaminadas ai cen-
dro : pues se apartan de el de manera , que pueden obs-
tar mucho á qualesquier fines en que se pueda pensar?
porque irritar los ánimos de los vasallos, haciéndolos sos-
pechosos en el punto mas sagrado de la lealtad 3 ocasio-
narles sóbrelas calamidades que padecen , tantos sobre^
saltos, peligros , y perjuicios ■■> y desobligar á Dios coa
dar motivo á la execucion de tantas atrocidades , que no
se castigan , y que tiene grande dificultad , no es buen
medio para quaíquier intento que se tenga, ni los de es-
ta violencia han producido buenos efectos en ningún
tiempo , ni ios que se pueden aplicar de esta calidad son
. suficientes para tener sugetos á los vasallos 5 y solo sir-
ven para oprimirles , y reducirles á servidumbre , de que
se pueden temer turbaciones dificultosas de atajar ; y no
ofrecen pocos exemplares funestos las historias en reso-
luciones de esta calidad , que deben obligar á V. M. á
mirar esta materia con grande deliberación , con mucho
Ff ti-
222
tino, gobernándola con los medios cuerdos y christía-
nos , que son conformes á las grandes virtudes de que do-
tó Dios á V. M. Y es sin duda, señora, que oyendo V. M.
á todos los que debe oir , se hallará con los dictámenes
mas justos , y mas convenientes ; y sobre todas las con-
sideraciones representadas hace gran confusión á todos
saber, que el Rey de Francia tiene cerca de los dominios
de V. M. mucha gente de guerra en disposición de po-
nerla en acción quando quisiere ; y que en Portugal se
previene infantería y caballería , que se va encaminan-
do á las fronteras de Castilla : y en este tiempo se rrae
la gente de guerra que asistia en ellas á la Corte, sien-
do el precepto político , que mas han observado los Re-
yes , gozar de la oportunidad. Y aunque en esto se
pudiera discurrir mucho , se contenta el Consejo con
decir lo que entiende , de que padece una fatal dis-
posición.
Queda el Consejo en grande esperanza de que han
de hacer estas, representaciones de su zelo , grande im-
presión en el real ánimo de V. M. para ocurrir con su
grande providencia á los inconvenientes , que amena-
zan, mandando que salga el Regimiento de esta Corte,
y de sus vecindades , con que cesará la congoja de estos
vasallos, se podrá administrar justicia , y se agradará á
Dios para que de fuerzas de erección á V. M. para poner
algunos puntales á una Monarquía que por tantas partes
flaquea.
Y pasando á los medios , que propone el Marques de
Aytona, en razón de la quietud del Regimiento , le
parece al Consejo , que ningunos medios pueden bas-
tar para escusar los inconvenientes considerados , sino
es en el que insta de que salga el Regimiento de esta*
Corte. Y no se duda , que el zelo de todos los Minis-
tros es muy igual en el servicio del Rey nuestro señor,
y
223
y de V. M. ; pero hay gran variedad en los di&amenes
de como se sirven mejor ; con que es dificultoso poderlos
unir á una inteligencia , aunque lo están tanto en la in-
tención.
Que cada uno castigue á sus subditos sin competen-
cia, tuviera gran facilidad , si el examen de si son sub-
ditos del Coronel , ó de la Justicia ordinaria , no pidie-
ra conocimiento y examen j y qualquiera que se inter-
ponga , hace controversia , pone dilación , y en el a£to
prádico no tienen estas materias la expedición fácil , que
se considera en la especulación. Y el echar del Regi-
miento á los que estuvieron antes procesados , para que
corra libre la administración de Justicia con ellos, es con-
forme á derecho, y será acción muy propia de tan justi-
tificado Ministro como el Marques de Ay tona , lo quai
puede hacer por sí i y si juzgare por conveniente , que
V. M. excite su obligación con algún decreto , será justo
lo haga V. M.
Y en quanto á la proposición de que se de' forma de
cómo se ha de rondar por las justicias ordinarias , y
por las militares del Regimiento , hace gran novedad , y
desconsuelo aLConsejo , que en la Corte de V, M. haya
de haber otras rondas mas , que las de sus justicias ordi-
narias j conque su autoridad que está tan descaecida,
se acabará de. perder ; y faltando esto , falta lo que prin-
cipalmente mantiene las Monarquias: y de este ge'nero
de rondas precisamente se habían de seguir grandes em-
barazos entre los Alcaldes , y Tenientes con los solda-
dos , que rondasen > pues el orgullo , y ardor de los sol-
dados mozos no era fácil reprimirle > y en las contro-
versias que se ofreciesen , que algunas fueran inescusa-
bles , habian de querer quedar superiores , de que re-
sultarían los inconvenientes que se dexan considerar.
Y en quanto á que no anden vestidos de soldados sino
Ff 2 es
;2 24
es los que lo fueren «del Regimiento , no tendrá ningún
inconveniente.
Y en el punto de que la justicia ordinaria prenda en
siendo las diez de la noche álos soldados rasos, y en qual-
quier accidente lo pueda hacer en fragante, no se duda que
es muy buena providencia, y muy conforme á derecho;
pero todo esto tiene la dificultad en la execucion , por-,
que suelen andar muchos soldados juntos , y no se tiene
por fácil el poderlos prender en este caso , y los Alcal-
des que tienen bien tomada la medida á esto , han dich%
varias veces en las rondas , que no pueden administrar
justicia ; y el suceso de la Cava baja donde fue el Alcalde
Don Joseph Beltran á prender un reo culpado en un
grander hurto , que se hizo en Avila , que asentó plaza
en el Regimiento, manifiesta bastantemente el éxito, que
podia tener lo que se propone en este punto.
Y en lo que se considera conveniente , que vayan
dos reformados con los Alcaldes , tiene los inconvenien-
tes , que se han representado en algunos de los puntos
antecedentes.
Y en lo que se propone , que sin averiguarse , no se
crean , ni publiquen delitos contra los militares , es pun-
to en que no se puede dar providencia ; porque la cre-
dulidad , no se puede ceñir con preceptos , y mas pena^
les, y que es materia en que es menester dexar libertad,
y no es punto capaz de averiguación. Y de que no se im-
puten los delitos que no estuvieren averiguados al Regi-
miento , tampoco parece que se puede reducir á leyes,
ni prohibiciones , y pareceria un rigor insólito castigar
este ge'nero de cosas , y seria menester castigar á mu-
chos 5 y esto en justicia , y gobierno, tiene mucho que
reparar.
Es. muy justo , que la Sala de' todas las noticias que
tuviere al Coronel, de delitos de los soldados, y no
se
22)
se puede dudar que los castigará el Marques de Ayto
na con toda la demostración que se debe esperar de su
zelo.
Y en que castiguen á los que vexaren, y inquietaren
al Regimiento, es muy de su obligación , y no se pue-
de dudar lo executarán ; pero también se juzga que no
es fácil este vexamiento , siendo tantos y tan briosos los
soldados del Regimiento : y solo esto podría suceder
juntándose grande número de vecinos 5 y el castigar esto
tendría la dificultad que se dexa entender. Y castigar ei
que murmuren , no es de fácil execucion , ni convenien-
te , porque se tienen por infelices los tiempos en que no
se permite decir lo que se siente , y sentir lo que se
quiere.
En el punto de que se acomode el Regimiento en ei
Barrio de san Francisco , y que se cierre, tiene grande
reparo , que se desacomode á todos los que viven en el
barrio ; que á los dueños se les cause el perjuicio de ver
perdidas sus casas i pues son inescusables los daños que
han de recibir con su asistencia , serán grandes los cla-
mores , y los desconsuelos de los interesados ; y sobre
todo , no se juzga que se puede conseguir el fin de tener
á los soldados encerrados de noche , y contenidos , sien-
do gente moza , de sangre lozana , y en la Corte , que
tanto provoca á los vicios.
Y en quanto al punto último de que se fixe la asis-
tencia de los socorros de los soldados , porque no se les
paga , y faltando lo preciso del sustento , no se les pue-
de castigar 5 no se puede dudar que es acción precisa,
habiéndose de mantener el Regimiento 5 pero también se
considera , que si todo el influxo que ha tenido el Re-
miento , no ha sido suficiente para que se disponga cau-
dal para las pa^as-, y en el breve tiempo , que há que se
formó, ha habido esta quiebra, bien se reconoce quán im-
po-
22 6
posible es permanencia sin los inconvenientes considera-
dos j y aunque las pagas fueran puntuales , no suficien-
tes para que tenga lo que juzga que han menester > con
que es preciso que busquen lo que les faltare.
Y queda con grande desconsuelo el Consejo de con-
siderar , que está esta Monarquía expuesta al rompí-*
miento de Francia , y otros que pueden sobrevenir i y
tan apurada de caudal , que no se hayan podido dispo-
ner asistencias fixas para el Regimiento , habiéndose
aplicado para este efe£to tanto empeño y fervor. Punto
es este digno de que V. M. cargue toda su real consi-
deración con la mayor reflexión , pues en que haya cau-
dal vá el estar suficientes para conservarnos , ó ser pre-,
ciso perdernos.
De V. M. en esto , y en todo se espera , que dará
la mayor providencia , para que esta Monarquía , que
fluctúa en tan grandes escollos , se mantenga en gobier-
no y justicia. V. M. mandará ló que fuere mas de
su real servicio. Madrid , y Agosto 26 de 166%
años.
No ¡se dio respuesta á esta consulta , pero debió de
hacer alguna impresión en el ánimo de S. M. 5 pues ba-
garon algunas órdenes para reformar que se truxesen
armas de fuego ^ y que los Alcaldes de Corte rondasen,
y pudiesen prender á todos los que encontrasen con ellas,
aunque fuesen soldados ; pero como no son ellos los
que cometen todos los delitos , suceden cada dia infini-
tos , asi.de hurtos como de muertes , y otros extraordi-
narios , que han causado en la Corte gran ruido j pero
con todo esto , se conservan , aunque no con tanta
sobervia como empezaron 5 y el Consejo no dexa ca-
da dia de hacer nuevas instancias para echar esta gen-
te i y así en 4 de Noviembre hizo la siguiente con-
sulta.
SE-
227
SEÑORA.
JL/Iferentes consultas ha hecho el Consejo á V. M. ,
representándola los daños e inconvenientes , que resul-
tan de la formación de la Coronelía , y asistencia de
tantos soldados en esta Corte, y el temor que se causa
en ella de su continuación 5 y de ellas algunas han baxa-
do resultas , diciendo V. M. las queda mirando , para
tomar breve resolución 5 y otras , en que se repitieron
menos accidentes , que habían sobrevenido , ( capaces de
poder persuadir á V. M. á mandar salir de esta Corte
las compañias , y remitirlas á las partes donde convinie-
ren , y fuesen útiles ) que hasta ahora no han baxado
respondidas.
Y aunque la falta de salud de V. M. , que tan-
to sienten el Consejo, y sus vasallos, debió obligar
á no participar ninguna cosa , que pueda ser de desazón,
van creciendo tanto los inconvenientes cada dia , que no
cumpliera el Consejo con su obligación, ni con la confian-
za que V. M. hace de los que concurren en el , si dexá-
ra de repetir las instancias para que V. M. se sirviera
de resolver cosa de tanta importancia , y en que vá
el sosiego de esta Corte , y la restitución del descrédito
que se padece en poner guardas al Palacio de V. M. so-
bre las ordinarias , que los antecesores de V. M. han te-
nido.
Señora , no hay día , ni noche , que no sucedan en
esta Corte delitos, muertes , robos , y pendencias oca-
sionadas por los soldados de la Coronelía , y Regimien-
to 5 y son tantas , que las mas aún no llegan á los oidos
de la Justicia , porque aunque las claman los que las
padecen , no dan cuenta de ellas , por ver que no se con-
sigue el remedio , ni la satisfacción de sus daños 5 de que
son
228
son los testigos mas vecinos las quejas universales , que
dan los caminantes ,,. y tragineros de lo que á las entra-
das de Madrid les sucede , quitándoles lo que traen , y
á los que no tienen les maltratan ó matan , dexándoles
desnudos. Los frutos de las viñas los han talado. Las
huertas las han destruido : á muchos les han obligado á
vendimiar antes de estar en sazón la uba , por el temor
de que se la roben : del ganado que se apacentaba en pra-
dos en contorno de esta Villa , les han quitado muchas
cabezas, y tratado mal á los Pastores; con que los obli-
gados de la Carnicería , y los abastecedores del Rastro,
han acudido al Consejo con su recurso , sin haber halla-,
•do camino para asegurarse. Las casas de los hombres d&
•negocios, Depositarios:, y Asentistas;, no se ven libres
de tientos , y papeles , en que les piden socorros con
amenazas, y les obligan á cerrar las puertas antes de
anochecer , y á tener personas , y armas prevenidas para
Ja defensade las invasiones, que les intentaban hacer. Po^
cas personas se escapan de las peticiones, que les hacen los
soldados á título de la necesidad que padecen ; y sin eS-*
to general que se tiene por cierto , hay lo particular en
las relaciones de las rondas , que cada dia hace la sala
de los Alcaldes , en que vienen repetidos insultos de los
soldados ; y en particular en la de n del mes de Sep-^
tiembre vino una de que el Domingo en la noche ante-
cedente , entre doce y una habían .entrado en la huerta
de Pedro Albertos , en el camino de san Isidro , nueve
soldados del Regimiento,, y le habían llevado un vestido
de paño negro , un arcabuz , y otras alhajas de valor
de ochocientos reales, y dexaron maniatados quatro cria-
dos de la huerta. Y en la ronda de 24 del mismo mes se
dio cuenta de haberse enviado á Juan de Vilbao un pa-
pel el Domingo antecedente en que le decian , que seis
reformados del Regimiento , necesitaban de cien doblo-
nes
2 2£
nes para su lucimiento , y que los pusiese en poder de
Fray Francisco de Paredes Valbuena ,. Monge Premons-
tratense. Y en la Ronda de 25 del mismo se dixo habia
amanecido aquella mañana muerto de un caravinazo en
la Puerta del Sol Rafael Pérez , lacayo de Don Juan Lo*
pez de Morales , arrendador de millones , que le habian
muerto llevando unas cartas á la estafeta á las once de la
noche. Y en la ronda de 27 se dio cuenta de que la no-
che antes á las doce estando durmiendo Francisco Car-
rocio , albañil , á la puerta del Colegio de Atocha , lle-
gó una tropa de gente , y le quitaron el sombrero , y sin
dar lugar á que se levantase le habian dado seis heridas,
Y en 28 del mismo dieron cuenta de que habiendo ha-
bido fuego en la calle de Alcalá, á que asistieron quatro
Alcaldes , estando en la fuga del incendio, llegó un hom-
bre á quexarse de que en la Puerta del Sol le habian ca-
peado , y salió Don Martin Vadarán con tres ministros,
y aprehendió á un soldado 5 que aún no habia asentado
plaza , á Francisco de Illora , y á Juan Martinez , que
lo eran del Regimiento , y les hallaron las capas , y es-
padas que habian quitado. Y en la de 30 de dicho mes,
de que la noche antes habian muerto á Miguel Navarro,
Portero de la Portería de las Damas de V. M.á caravina-
zos en la calle de san Bernardo. Y aunque no se han ave-
riguado los autores ? no ha faltado quien diga haberlo
hecho soldados. Y á Don Francisco de Miera , Caballero
de la Orden de Santiago , le capearon la noche antece-
dente á san Nicolás á las 12 de ella , y le quitaron el
coleto ,-y la espada , y le dexaron la capa por tener há-
vito en ella. Y en la ronda de 5 del mes de O&ubre se
aprehendió á Francisco de Osuna , y otros con dos capas
que habian quitado , los quales dixeron ser soldados de
la Coronelía. Y en la de 14 del mismo mes, se avisó que
estando la sala de Alcaides despachando , entró en ella
Gg un
2 30
un hombre llamado Joseph Martero , vecino de Cara-
banchel de abaxo , y dixo, que viniendo con Miguel Ca-
sado, su criado, en su carro á esta Corte, le salieron antes
de llegar á la puerta de Segovia hasta doce ó catorce sol*
dados con la librea del Regimiento , y le dixeron les die-
se lo que llevaba ; y habiendo respondido que no traía
que darles , le dieron una estocada en un brazo , y una
pedrada en la boca , de que estaba de peligro , y no se
pudo averiguar mas de haber sido soldados. Y que la no-
che antecedente habian escrito un papel á Don Diego
de Morales, Tesorero del uno por ciento , en que le
decian tuviese prevenidos doscientos escudos para la no-
che siguiente, porque para quien los pedia, no había
justicia , ni defensa. Y en la de \6 del mismo, que la
noche antes en la calle de san Cayetano , había muerto
á Manuel Blanco , un soldado del Regimiento de un
caravinazo. Y la noche del Lunes antecedente , habian
muerto de otro caravinazo por las espaldas á Francisco
Sánchez Carpintero , llevando un pliego de V. M. , que
recogió el Alcalde. Y en el hospital habia entrado Juan
'Antonio Lucar , oficial de zapatero, con una estocada en
la tetilla derecha , que le dieron á la una de la noche
en las quatro Calles , unos hombres que no conoció. Y
Pablo Sánchez , cochero , con una puñalada encima del
cmbro derecho , que se la habia dado un soldado que
no conoció. Y Juan de Molina , hortelano, á quien die-
ron una estocada en el brazo izquierdo , y otra por las
espaldas , que se las dieron quatro soldados yéndose pa-
seando por el Prado. Y en la ronda de 23 de dicho mes
de Octubre , habiendo ido á hacer diligencias sobre las
noticias , que se habian dado de las muertes de dos sol-
dados , se habian hallado el uno en la calle de la Palomas
que no habia muerto, y estaba tal, que no se pudieron ha-
cer diligencias con e'l , y solo se averiguó haber sido las
he-
23*
heridas en una pendencia con otro soldado : la otra muer^
te se verificó con haber hallado el cuerpo en el arenal
de la puerta de Toledo, y se averiguó con la ventera, que
entre ocho y nueve de la noche, se habían oido en aquel
sitio unos arcabuzazos > que á la mañana se habia ha-
llado aquel cuerpo muerto atravesado de dos balazos , y
le habían llevado al cuerpo de guardia de la calle de la
Paloma una esquadra de soldados. Y un dia de la semana
pasada yendo pasando á extremo un rebaño de ganada
por la puerta de Toledo en el arenal de ella , á cosa de
las ocho de la mañana , llegaron unos soldados , y qui-
taron las cabezas de ganado que quisieron s y porque el
mayoral que lo conducía quiso defenderlo , le dieron
quatro estocadas , de que le llevaron por muerto al hos-
pital , y baxaron después de la calle de la Paloma otros
soldados , y quitaron veinte carneros , y maltrataron á'
los pastores. Y otro dia de la semana pasada viniendo al
Consejo por la mañana Don Francisco de Medrano y Ba-
zán , Fiscal de e'l , vio á la puerta del quarto del Mar-
ques de Aytona , un hombre desnudo , que estaba dan-
do voces , diciendo , que los soldados le habían quitado
una carga de siete arrobas de hilo de León junto al lu-
gar de Arabaca , dexándole maniatado toda la noche
hasta el amanecer , y que era todo su caudal , el qual
le habían robado. Y en la ronda de 30 del dicho mes de
O&ubre se avisó, que ala una de ella habían entrado
cinco hombres en un labadero de los de san Isidro , que
es de los Religiosos del hospital de Antón Martin , ha-
biendo hecho para entrar una rotura en Una tapia ; y de
la parte de afuera se quedaron hasta otros siete ú ocho, y
todos se llevaron mucha cantidad de ropa blanca , ha-
biendo maniatado para executarlo quatro ó cinco per-
sonas , que habia en la casa , y maitratadolas. llevaban
Gg 2 to-
2 3*
todos armas de Fuego , y vestidos con la librea del
Regimiento.
Todos estos casos y otros, que no se pueden averi-
guar aunque se oyen y saben , y los demás que pasan
por los juzgados de los Tenientes de Villa , están pi-
diendo justicia j y como ven los vasallos de V.M. que los
Alcaldes, ni la jurisdicción ordinaria no pueden proceder
por ser los delinqüentes exentos de su jurisdicción, los ca-
bos que la tienen en ellos no la hacen, y que juzgan sus
delitos por veniales , mueve al Consejo á representarlos,
siendo de parecer , que es obligación de V.M. en concien-
cia de evitarlos, y que debe servirse de quitar de su pre-
sencia esta Coronelía que los causa , remitiéndola á don-
de convenga , reparando el descrédito que resulta , de
que á vista de tantos Embaxadores de otros Reyes , y
residentes de Principes , tomen los soldados de este Regi-
miento por disculpar sus delitos , la falta de socorros de
sus pagas por no hacérselas á su tiempo , y no ser tan
efectivas las libranzas , que se dan para la paga de sus
sueldos , como su necesidad ha menester. V. M. resolve-
verá lo que fuere mas de su real servicio , y bien de sus
Vasallos. Madrid y Noviembre 4 de 1669.
Responsum non dedit == Porque se tiene entendi-
do , que es la Coronelía la pacificación de las in-
quietudes que suele haber en casos de menoridad,
como este que se añade , y fue, que luego que en-
traron las guardas en Palacio , como va dicho , ama-
neció una mañana quebrada por la parte del Parque
una reja de la Cobachuela del Despacho Universal , y ha-
biendo roto por allí tres puertas , se hallaron todos los
papeles barajados , y la mayor parte de ellos en el sue-
lo , y un papel que decia : No todo lo guarda la Ghamver-*
ga. Con esto han querido acreditar más á S. M. lo
que
233
que conviene tener está guarda : con que las instan-
cias del Consejo son de poca importancia á los oidos de
S. M.
El señor D. Juan se está en Zaragoza muy quieto, y vir-
tuoso , y tan querido y estimado de todos , que no tiene
comparación. Muchas quejas dá la plebe de Castilla contra
S. A. , parecie'ndole que solo trató de sus conveniencias,
pero muchas gracias le dan los cuerdos de que esté ca-
llando. Los Aragoneses le estiman , y veneran por los
agasajos que les hace ; de suerte , que viniendo Consi-
liarios del rey no de Valencia á Zaragoza á dar su bien
yenida á S. A. , y la enhorabuena de los puestos y car-
gos que habia llevado , sucedió que la Ciudad convidó
á todos los señores y caballeros que habia en ella , pa-
la que el dia de la función estuviesen á las tres de la
tarde en la plaza del Consistorio para acompañar la Ciu-
dad , que salia á recibir los Diputados de Valencia. Fai^
taron á esta función el Duque de Hijar , el Marques de
Alcañiz , el Conde de Aranda , y su hijo el Conde de
san Clemente , el Conde de Belchite , el Marques de
Navarres , el de Cañizares , el Marques de Coscojuela,
y otros j con que la Ciudad quedó muy ofendida ; y
acabada la función , juntaron Capitulo , y Consejo para
hacer una demostración con los que habían faltado : y se
tiene por cierto, hubo siete votos de que les derribasen las
casas , y desavecindasen con pregones , y que no dexa-
sen , ni se permitiese el que sus vasallos comerciasen en
dicha Ciudad , ni sus barrios. Hubo otros diez y siete
Votos , de que solamente se les desavecindasen , con que
los demás se conformaron con esta resolución de la ma-
yor parte 5 y habiendo llamado á los Ministros para
hacer el pregón , no faltó alguno de los que estaban den-
tro del Capítulo , que dio aviso á los culpados , los qua^
les fueron a dar parte á S. A. , .para que lo estorbase, y
por
234
por no haberle podido hablar el Secretario Patino , escri-
bió á la Ciudad, diciendo, se sirviera de suspender aque-
lla execucion que habia resuelto , hasta que se informa-
ra á S. A. Con este papel se suspendió la resolución , y
la Ciudad envió tres embajadas á S. A. , ofreciéndole
suspenderla hasta que S. A. íá diese satisfacción 5 y S. A.
Ja escribió con grande agradecimiento , y dispuso el ajus-
te, con que todos salieron acompañando á la Ciudad
quando se fueron los Diputados.
A este tiempo también hubo en Portugal su poco de
inquietud , porque los afe&os del Rey Don Alfonso sen-
tían verle padecer en su prisión , y los del séquito de
Don Pedro temian no se encendiese alguna cisma 5 y así
determinaron que Don Francisco Terre de Andrade , ó
de Mendoza , Almirante de su armada , llevase á Don
Alfonso á las Islas Terceras : y así una noche con todo
secreto se embarcaron , y no habiendo podido en tres
dias salir de la barra , se arrepintió el tal Almirante de
haber executado una acción tan cruel con su Rey , se
desembarcó , y se fue á la Compañía , y tomó la ropa,
pero no le bastó , porque le buscaron , y prendieron en
un Castillo , donde parece que perecerá. Encargósele es-
ta empresa á otro caballero , que luego puso en execu^
cion salir del puerto con Don Alfonso , porque ya el
pueblo de Lisboa se empezaba á inquietar. Llevóle á las
Islas , y habiéndole paseado , y festejado algunos, dias>
le dispuso un encierro , donde le dexó , y se vino á Lis-
boa : con que muchos de los parciales de Don Alfonso
se salieron de ella , y se fueron á sus lugares. Algunas
diferencias hay en los Consejos de Estado , así en el de
España , como en el de Portugal , sobre la restitución de
los estados á sus dueños , con que ellos se están sin go-,
zarlos , y el Portugués disfrutándolos.
Hemos dexadp llegar á Roma el Padre Juan Eve-
rar-
'23?
rardo , para poder contar su suceso, que es bien memo-
rable j pues creyendo , que en llegando á Roma seria
Pontífice , se halló burlado , respecto de no llevar car-
tas de creencia para la embajada , que presumía habia de
dar á S. S. 5 y así dio aviso de haber llegado , y pidió
orden de lo que habia de executar , sobre que se hicie-
ron algunos Consejos de Estado 5 y en ellos , como cono-
cían el sugeto , se resolvió , que se le enviase orden pa-
ra que tratase de la definición de la Concepción, y tam-
bién se le señalaron ochenta escudos para la asistencia:
con que le hicieron Embajador capón j pero el Marques
de san Román , que está en aquella Corte por Emba-
xador Ordinario , le asistió con todo lo que era preciso,
y con coches para su lucimiento 5 pero todo esto no bas-
tó para que los cortesanos de Roma conociesen luego el
sugeto , y así escribieron cosas bien ridiculas de el? por-
que tan bien se miente en aquella Corte como en esta,
y yo vi carta , en que decia un amigo á otro de aquí
éste Capítulo;
Aquí llegó el Padre Everardo , y dicen , que trae
en dinero doce mil doblones , y en barras , y presas
de oro diez y siete libras , y un cofrecillo de una vara
de largo, y una quarta^ de ancho en quadro lleno de
joyas , y alhajas de grande importancia , con que no de-
xará de conseguir Capelo.
Su Santidad dio á Francia un Capelo , reservando
otro para España , sobre que escribió que se le propu-
siesen sugetos para él 5 y habiendo el Consejo de Estado
propuesto en primer lugar ai Dean de Toledo, y-eri ser.
gundo á Don Antonio Benavides, y en tercero á...¿.......
se conformó S. M. , y se le escribió al Pontífice , re-
mitiéndole la nomina al Marques de san Román con
extraordinario ; pero este mismo correo llevó á parte
carta de la Rey na nuestra señora , pidiendo á S. S. el
Ca-
1^6
Capelo para el Padre Everardo. Esto se divulgo en la'
Corte , y fue el sentimiento de todos muy general , creí-
yendoque en ponie'ndose la Purpura , habia de volver á
España luego , y que la Coronelía se habia dispuesto
para este efe&o. Este sentimiento , ó cuidado se acrecen-
tó mas con la respuesta de haber recibido estos pliegos
el Marques de san .Román , pues juntamente con ella
dio noticias , aunque equívocas , de que ya S. S. concer
dia con lo que S. M. pidió. Esto también se esparció por
Roma , de suerte , que hubo muchas cartas , que lo
acreditaron ; y así los Padres de la Compañia recibian
enhorabuenas , y todo el lugar pésames. Tenian preve-
nidas linternillas para poner las luminarias en viniendo
el aviso , que se aguardaba por instantes. En ínterin que
llegaba , escribieron al Consejo de Estado , al Marques
de San Román , Almirante de Castilla , y ai Condesta-
ble , que está gobernando á glandes. Sintió mucho esto
el Duque de Osuna , que está gobernando á Cataluña,
y ele&o Gobernador de Milán ; y sin poder reportar el
sentimiento de este caso , por reconocer , ó que estaban
olvidados sus servicios , ó por causas en que se entien-
den estos señores , tomó la pluma , .y escribió estas qua^
tro cartas , con fecha de 2 o de Septiembre de 1 669,.
A LA REYNA NUESTRA SEÑORA.
señora:
;I poca salud , y mi falta de hacienda, me ponen ew
precisa obligación de -no poder proseguir en el real ser-
vico de V. M. , y así suplico á V. M. se sirva de mandar^
tne dar Ucencia. Guarde Pios a V . M. &c<
.'•.'-■ ' 3
, SlQflQZ filldSOfl Su
A
237
A DON BLASCO.
¡Señor mió : Remito á V. S. esa carta , para que la
ponga en las reales manos de S. M. debiendo solo añadir
en esta á V. S. que si se me niega la licencia , me iré sin
ella, y solo para esto despacho extraordinario , yente y
viniente. Guarde Dios á V. S. &c.
A ATT O NA.
Señor mío : Embio á WE. copias de lo que escribo
á la Rey na nuestra señora, y á D. Blasco de Loyola, sin
ser ya hora de decir á V. E. otra cosa, pues ya no es tiem-
po de nada. Guarde Dios á V. E. &c.
A PEÑARANDA.
Tío y señor mió : Remito copias á Y. E. de lo que*
escribe á la Reyna nuestra señora , y á Don Blasco , y
porque ya no es tiempo de reconvenciones , ceso en esto,
deseando solo que guarde Dios á V. E. &c.
Concediósele licencia} pero se le mandó que no de-
xase el puesto hasta que fuese el Duque de Sesar , que
estaba nombrado. No falta quien dice , que ha de haber
segunda creación , y que en ella se mejora el partido del
Duque. El del Padre Juan Everardo se puso de peor ca-
lidad , porque el Marques de san Román , le jugó la pie-
za del Capelo, y hay quien dice, que fue para conseguid
el Consejo de Estado , porque luego que fue de el, avisó;
que su Santidad habia enviado á pedir la nomina de los
sugetos, que hablan ido propuestos , y habiéndosela lle-
vado , le deshaució de la pretensión del Padre Everardo^
y le mandó se lo dixese , y. que renunciase luego el pues.-:
Hh to
238
to de Inquisidor general en Don Diego Sarmiento Valla-
dares, Presidente de Castilla , que habia ido nombrando
para este efe&o , sobre que estaba tenaz el Padre Confe-
sor. Entie'ndese, que era la causa de esto, el que su Con-
fesor , y Confidente , que era el Padre Salinas , de la
Compañía de Jesús , le habia escrito una carta en que le
decia , que 1as cosas de España se iban disponiendo de
suerte , que muy en breve se veria en ella , y con quar*
to en Palacio con escalera secreta -para poder ver á Ja
Rey na nuestra señora á las horas , que quisiese , y go-
bernase esta Monarquía sin embarazo j y que así no
renunciase el puesto de Inquisidor general, con que le
debió hacer tal armonia al Padre Everardo esta carta^
que le hacia tenerse fuerte en no renunciar , y con las
esperanzas del Capelo mucho mas. Llevóle la orden de
su Santidad el Marques de san Román , á tiempo en que
en su idea se hallaba Cardenal, y Gobeínador de España:
con que el pobre hombre se quedó muy frió con ella , y
aún dicen le costó un desmayo , de mas de una hora.
Tienese por cierto , que el General de su Religión , vién-
dole desposeído de los puestos , y que quando entró en
Roma ? no hizo los acatamientos teatinos á su Reveren-
dísima , le mandó salir luego de Roma , y que se fuese
á un Convento cerca de la ciudad que llaman de
donde luego que llegó á e'l , despidió toda su familia*
y se quedó con el hermano Bustos su compañero , que
le asistió en España , y pretendió por esto le llamasen
Señoría. No pienso han quedado los dos muy mal , pues
llevaron muy buenas propinas de doblones quando se
fueron 5 y una entre otras que se dexaron acá de qui-
nientos doblones de á ocho , no es la que ha hecho me-
nos ruido para recogerla , y ponerla en seguridad , pues
fue menester Alcalde de Corte para su execucion. La car-
ta del Padre Salinas se descubrió aquí , y de la noche á la
ma-
23?
mañana, le envió el Nuncio á Valladolid , y de allí á Pa-
lencia ,. á donde algunos quieren que este de asiento , y
otros que va caminando á Roma.
Su Santidad , habiendo manifestado su ánimo en dar
el Capelo á Don Luis Fernandez Portocarrero , Deán de
Toledo , ha hecho represalia de el hasta que se allanen
en Italia , en los rey nos de Ñapóles, y Milán , á darle los
espolios de los Conventos, que se han extinguido en aque-
llos reynos.
Luego que llegó esta nueva le dieron á S. M.la Rey-
na nuestra señora unas tercianas ; de que ha estado bien
apretada. Ha sido Dios servido de haberla sacado a puer-
to seguro ; y los Chambergos, que así se llaman los de
la Coronelía por haber puestóse el traje que traía Mr.
Chaveget , Francés , que sirvió en el exército de Bada-
joz , y ellos llaman á los cortesanos golillas , sobre que
ha habido algunas moynas de importancia , Intentaron
hacer festejo á S. M., publicando una mascara para el dia
Íe los años de la Rey na nuestra señora , que son á 20 de
Kciembre. Convidaron á algunos Golillas, como ellos
dicen , y empezaron á comprar caballos > pero los medios
de todos son tan cortos , que se hallaron en precisa obli-
gación de pedir á la Villa los vistiese : y esta lo ha repug-
nado , con que se hará la mascara con poco lucimiento,
como se dirá á su tiempo.
Resultó de la muerte del Marques de Camarasa, que
se enviaron Jueces á Ñapóles para la averiguación y
castigo i y habiendo reconocido el proceso , se dio esta
sentencia.
Hh* % Don
240
Don Carlos II.0 Rey de Castilla , Aragón , y Cerdeña , &c%
y Doña María Ana , Re y na Madre , Tutor a
y Gobernadora.
SENTENCIA.
>EA á todos manifiesto como el Exmo. señor Doii
Francisco Tutavila, Duque de san Germán, señor del es-
tado de la Campana de Aibalá , y Villa de Saucedilla,
Comendador de la Peñauseda , en la Orden, y milicia de
Santiago , de los Consejos de S. M. en los supremos dé
Guerra, de Italia , y del Corateral del rey no de Ñapóles,
Virrey y Capitán General de este reyno de Cerdeña, ot-
dena , manda , y hace noticiosos á todos los naturales, y
demás que viven, residen, y habitan en este presente rey-;
no, y en las ciudades, villas, y lugares de esta Provincia,
de qualquier estado , preeminencia , dignidad , calidad ó
estamento, que fueren , como habiéndose cometido el
homicidio de Don Agustin de Castelvi y Lanza , Mar-
ques de Laconi , y Vizconde de Sanluri , de orden de su
muger Doña Francisca Zatrillas, Marquesa de Laconi, y
siete Fuentes,* por Don> Silbestre Aymerich , y demás
cómplices, que intervinieron en aquella alevosía', perpe-
trada á la una , pasada media noche de los 20 de Junio
de 1668 , corrió voz, que hizo divulgar , y esparció di-
cha Marquesa Doña Francisca para encubrir su torpe-
za,de que se habia, cometido el delito de comisión de
la Exma. Doña Isabel de Portocarrero, Marquesa de Ca-
marasa, con ciencia y noticia de su marido el Exmo. Don
Manuel de los Cobos , Marques de Camarasa , que go-
bernaba esta reyno de Virrey , y Capitán General 5 y
que el motivo seria por las diferencias , que hubo en la
ocasión, que se disolvieron las Cortes, y general Parla-
men-
24*
mentó, que se celebra en este reyno ; con lo qual , en-
cubriendo la torpísima causa real , y verdadera del di'
cho delito , sin atender al temor de Dios , y con menos-
precio de sus conciencias, se unieron Don Jayme Artal
de Castelvi , Marques de Zea , Don Antonio Brondo,
Don Silvestre Aymetich , Don Francisco Cao menor,
Don Francisco Portugués, Don Gavino Grixoni, y otros
cómplices $ y después de muchas juntas , coloquios , y
conventículos perversos, que formaron en diversas casas,
perpetraron el execrable homicidio en la persona de di-
cho Exmo. señor Marques de Camarasa , siendo Virrey,
y Capitán General de este reyno ; al qual, subiendo , y
retornando del Convento de nuestra señora del Carmen,
y de la fiesta que se celebraba en su octavario, mataron
alevosamente á caravinazos el Sábado 2 1 del mes de Ju-
lio de dicho año de 1668 dentro de su coche , y en el
estrivo en que venia con su rfluger y hijos , disparándo-
le á las siete y media de la tatde , desde una ventana,
y reja de madera , que está en la calle . , que llaman de
Caballeros , de la casa de Don Antonio Brondo, que tie-
ne puerta en la calla Mayor de esta ciudad , por donde
entraron los facinerosos , y agresores con mucha co-
mitiva de gente armada de armas proditorias, no obstan-
te las quadrillas formadas , y apostadas en diversas par-
tes donde podia pasar el coche 5 como se conoció del pre-
paratorio , que habia en casa de la dicha Marquesa Do-
ña Francisca Zatrillas , y en la de Don Antonio Bron-
do , donde se habia recogido el Marques de Zea ; de cu^
yos corredores dispararon varios arcabuzazos á los pa-
ges , y criados de dicho Virrey 5 y al tiempo que fueron
á querer cerrar las puertas de este castillo para facilitar
la prisión , e' impedir la fuga de los delinquientes 3 hirie-
ron á Don Eufrasio de los Rios , Page de dicho Virrey,
y á Grifel de Vicerta , esclavo del Capitán Pedro An-
to-
242
tonio Pes , según queda probado en el proceso difusa-
mente 5 en el qual se ha manifestado el ánimo deprava-
do que tuvieron los facinerosos por habérsele hallado
diez y siete heridas de balazos en los pechos del dicho
tVirrey , no obstante otra herida que tenia en el brazo iz-
quierdo , y en la parte siniestra de la cabeza ; con con-
tusión de miembros , escapando de milagro los demás del
coche por la multitud de balas , que manifiestan los ves-
tigios que han quedado en la pared dónele pegaron } y
porque después de esta infelice e inhumana resolución,
incontinenti los dichos Marques de Zea , y los demás
reos cómplices , se fueron á retraer y refugiar en el Con-
vento de san Francisco de Claustrales del arrabal de Es-
tampadle (no obstante los que se recogieron en la casa de
dicha Marquesa de Laconi , y siete Fuentes) , y pertre-
chándose con copioso número de gente armada , y de
mala calidad, que tenían Cíe antemano prevenida, y con
las tropas que venían cada dia , estuvieron con cen-
tinela continua , y atalaya en el campanario , y con
el aparato de pedreros , y espingardos , ó mosquetes de
posta colocados en la puertas de dicho Convento , con-
moviendo la gente en aquella era , como lo habian tan-
teado en el dia del entierro del dicho Marques de Laco^
ni , y la iban sedicionando en controversias y chismes.
iY no pudiendo conseguir este segundo maleficio por la
fidelidad notoria de ios nativos , se embarcaron después
de un mes para el Cabo de Sacer , sin reparar en el in-
temperie , y peligros de la mar , que podían sobrevenir,
y han estado en aquel distrito hasta el presente con de-
sasosiegos, sembrando cizaña , y provocando á inquie-
tud , y á perturbaciones , corriendo la estrada pública,
y convocando gente para su facción , contraviniendo á
la lealtad , que debían de vasallos de S. M. ; por cuyas
causas y razones , se les ha fulminado proceso á instan-
cia
243
cia del Doftor Esteban Antonio Alemán , caballero de
esta Ciudad , y Abogado Fiscal , que hemos nombrado
en estas causas. Y habiendo constado con superabundan-
te copia de testigos , papeles fidedignos , cartas verifica-
das , y pruebas suficientes y nerviosas , de que el proce-
so de la muerte del Marques de Laconí , que fulminó 4
instancia de su muger , es falso , y siniestro , y que ella
y los demás delinqüentes , y .aliados de su casa , y fa-
milia cooperaron en sobornar, testigos para culpar á dicho
Marques de Camarasa , y á otras personas, que estaban
inocentes de dicho delito , y habiéndolos emplazado , y
citado á voz de pregonero en esta Ciudad, y en la de
Sacer , porque pareciesen dentro de un termino preciso,
no se han presentado por andar prófugos con el estimu-
lo de su misma conciencia que los acusa , y siguiéndose
la causa en su rebeldia, se ha proferido sentencia con vo-
to del noble , y magnifico Don Juan de Herrera , Conr
sejero de S. M. en el de santa Clara del reyno de Ñapó-
les, y Consultor de estas causas ; en la qual hemos con-
denado á los dichos Don Jayme Artal Castelvi , Mar-
ques Zea , Don Antonio Brondo , Don Silvestre Ayme-
rich , Don Francisco Cao , Don Francisco Portugués,
Don Gavino Grixoni , por reos de lesa Majestatis in primo
capite (sin perjuicio de los demás cómplices y delinqüentes),
y que sean tenidos por enemigos públicos ; y como tales,
que puedan ser ofendidos y muertos , sin incurso de pe-
na; y los que los persiguieren y mataren , merezcan pre-
mios , y gracias de la real grandeza. Que las casas donde
dichos reos habitaban y vivían , y sobre todo la de Don
Antonio Brondo (de donde se ha perpetrado el delito)
sean demolidas, derribadas , y deshechas , para que que-
den desiertas e inhabitables, conservando con su ruina la
perpetua nota de infamia ; y con prohibición de que no
se puedan jamas reparar ni edificar j y pasando el arado
por
244
por el suelo de dichas casas , se siembre sal en su terrer
ño, y se coloquen epitafios para memoria de los tiempos
venideros, según la orden de S. M. , y que los bienes
muebles , y raices feudales , y alodiales , derechos , y
acciones que tuvieren dichos reos Marques de Zea , Don
Antonio Brondo, Don Silvestre Aymerich, Don Eran-<
cisco Cao , Don Francisco Portugués , y Don Gavina
Grixoni , sean aplicados , adquiridos , y devolutos en
beneficio del regio Erario , y del fisco de la sacra Ca-?
tólica y real Magestad.
Con lo qual , siendo como es , constante , sabido, y
averiguado, que el dicho Marques de Laconi murió
por las insidias de la Marquesa Doña Francisca Zatrillas
su muger , de Don Silvestre Aymerich , y sus cómpli-<
ees , por la torpísima causa , que se ha averiguado en los
autos , habie'ndose propalado bastantísimamente la ino-^
cencía de los Excelentísimos Marqueses de Camarasa, y
de los demás , que quisieron culpar en el dicho homici-i
dio del Marques de Laconi 5 y siendo muy patente y
manifiesto, que los dichos Don Jayme Artal de Castel-J
vi , Marques de Zea , Don Antonio Brondo , Don Sil-,
vestre Aymerich, Don Francisco Cao , Don Francisco'
Portugue's , Don Gavino Grixoni , y demás cómplices,
y agregados , mataron al dicho Virrey , cometiendo los
demás insultos arriba referidos, es firme, estable, per-
manente y constante , que ios vasallos de esta Ciudad y
rey no todo , generalmente han sido , y son fieles y lear
les , y que no han faltado á la obligación obsequiosa de
vasallos del Rey nuestro señor , y por fieles y leales do-
ben ser tenidos , habidos y reputados , corno así los,
tenemos , y reputamos , y queremos que por tales?
sean habidos , y reputados en el real nombre de
S. M. , para que en adelante puedan conseguir las
■ gracias, honras y mercedes de la real grandeza, y católica
ele*
245
clemencia , sin que pueda perturbarles el insulto del exe-
crable homicidio cometido por dichos reos , y sus cóm-
plices y adherentesj pues estos particulares deben ser
castigados con la severidad , que pide su atroz insolen-
cia , que no ha podido manchar la innata fidelidad de
los Sardos.
Y porque en todos tiempos conste de esta verdad
sólida y averiguada , y se puedan conservar los Regni-
culas en toda la estimación , y aprecio de su incontrasta-
ble lealtad , y ai mismo paso se extirpen los particulares,
que no supieron guardar el obsequio, y veneración á su
Rey , y señor natural , como lo es nuestro gran Monar-
ca Don Carlos II.0 (que Dios guarde ) siendo particula-
res los facinerosos y agresores de tan execrable delito,
cometido en persona del dicho Excelentísimo Marques
de Camarasa , Vice-gerente , y Alter-Nos de S. M., im-
ponemos con e'sta pena de la vida , y confiscación de
bienes , y de traydor al Rey , á qualquier persona , que
asistiere , auxiliare , favoreciere , y amparare á dichos
reos , corno enemigos públicos por tal declarados , y for-
judicados > y que incurran en estas penas los que tuvie-
ren algún ge'nero de correspondencia con ellos dirette,
nec indireóíé. Y que por ningún pretexto , causa ó moti-
vo , que decir, ó pensar se pueda , les hayan de dar so-
corro de viveres ó bastimentos , que pueda servirles de
alimento , pues con este se les prohibe el auxilio y am-
paro hasta de agua y fuego , y todo humano socorro de
su sustento. Y ofrecemos en el real nombre de S. M. por
premio seis mil escudos de contado á la persona 6 perso-
nas que entregaren vivo al dicho Don Jayme Artal de
Castelví , Marques de Zea , y se le dará indulto á e'l,
y á otros diez compañeros por qualquier delito que hu-
bieren cometido , con que no sea de los seis reos en este
gregon comprehendidos 5 y caso que le mataren , se le
« da-
246
darán tres mil escudos con cinco indultos ; y al que pren
diere á qualquier de los otros reos suso mencionados, y
nos le entregare vivo , se le pagarán de contado quatro
mil escudos , y se le dará indulto á e'l , y á otros quatro
compañeros en la forma arriba dicha ; y caso que mata-
ren á alguno de los dichos reos , se le darán dos mil es-
cudos , y mandamos expresamente so las mismas penas
de la vida , traydor al Rey , confiscación de bienes , y
que sean tenidos por infames el y sus descendientes,
que caso que el dicho Marques de Zea , y demás van-
deados, y forjudicados con esta, entraren en alguna
Ciudad , Villas ó lugares , sean obligados los vecinos de
la tal Ciudad , Villa ó lugar ,donde estuvieren , de quin*
ce años en adelante , á tomar las armas contra dichos
reos , apremiando á los Ministros de Justicia so las mis-
mas penas á que los hayan de prender , y matar , y
caso que entrasen en sus territorios , tengan obligado/.,
de ir á buscarlos con la mayor indagación que fuere po«
sible , convocando á todos los lugares convecinos de la
comarca donde pasaren , ó estuvieren refugiados : con
cominacion , que los Ministros de Justicia, y particular
res , que dexáren de acudir con prontitud quando fueren
llamados , y convocados , hayan de incurrir , como de
hecho queremos que se tengan por incursos desde ahora
para entonces , en las mismas penas de alevosos , perdi-
miento de bienes , y de la vida ; sin que para esto se les
haya de admitir escusacion alguna en general y parti-
cular , pues es obligación el haber de acudir á cosa tan
necesaria , y conveniente al real servicio de S. M. , y
beneficio público ; con declaración también , que en ei
lugar ó lugares donde se entendiere que dichos reos
tienen acogida desde el dia de la publicación de esta en
adelante, ( ademas del incurso de las penas suso mencio-
nadas) se declararán por infames , rebeldes , y traydo-
res,
247
es , y se les pegará fuego á la casa , y casas del dicho
lugar donde estuvieren acogidos y auxiliados , para que
queden asoladas de habitación , en perpetua memoria
de haber contravenido á estas órdenes. Y porque venga
á noticia de todos , y ninguno pueda pretender ignoran-
cia 5 mandamos que este pregón sea publicado en esta
Ciudad , y en las demás Ciudades , Villas , y Lugares de
este reyno : y los unos ni los otros no hagáis lo con-
trario, si la real indignación , y penas sobredichas , de-
seáis evitar. Datis en Caller á los 1 8 del mes de Junio de
■ 1669 años.
El Duque de san Germán. — Vidit Don Jfoannes de
Herrera. = Vidit Alemán Regii Reg. Consil. & Consultor TU
ci advocatus. —
Gregorius Ferrarius , Secretarias. ±z
No ha sido de poca inquietud en aquel reyno este
suceso , porque las partes están avanderizadas , y todos
tienen su séquito j pero sin embargo se executó en las
casas la sentencia , ya que no en los delinqüentes i y el
Duque de san Germán , que es Virrey en aquel reyno,
ha prevenido los castillos , y fortalezas con los soldados
Españoles ; de suerte , que los tiene á todos sujetos , y
obra con tanto cuidado y atención , que le tienen mie-
do y respeto. También ha padecido Don Jorge Casteívi,
hermano del Conde , principal delinqüente ; pues siendo
del Consejo de Aragón , imprimió un manifiesto contra
el Duque , y su acompañado , que dieron la sentencia;
por cuya causa lo sacaron de la Corte , y lo llevaron pre-
so á Arenas , á donde queda.
Entre otros casos muy particulares , que ha habido
en la Corte , el mas extraordinario que se ha visto en
ella fue , que el Marques del Valle , hijo primogénito
del Duque de Terranova , llevado de -sus obligaciones,
y deseando castigar el desembarazo con que el Conde
Ii2 de
248
de Gueto , extrangero , y famoso soldado , una noche
de este verano desjarretó las muías del coche en que iba
el Duque de Terranova , por haberse ofrecido de que el
Caballerizo del Duque le hubiese vendido un caballo
de S. E. al Conde de Gueto por sano , y al cabo de tres
meses halló no estarlo , y le quiso volver , y no fue ad-
mitido. El Marques del Valle le buscaba , y el Conde de
Gueto echaba pepeles de desafio , y nunca se encontra-
ban j pero sabiendo el Marques , que el Conde andaba
escondido, así por el respeto de la justicia , como por no
parecerle estaba seguro en su casa , y que se recogía en
casa del de Vaifuerte su amigo , en la calle de Atochas
una mañana al amanecer con algunos camaradas , y cria-
dos entraron en la casa , y á fuerza de armas quisieron
romper las puertas , y ponie'ndolo en execucion , fueron
sentidos del Conde de Gueto , y de otros dos criados
que tenia en su quarto , y se dieron tan buena maña,
que por las mismas brechas , que habian hecho en las
puertas , les tiraron muchos carabinazazos , y hicieron
mucho daño , y habie'ndose salido á la calle , les arrojó
por los valcones algunas granadas , que también les hi-
cieron daño. Juntóse medio lugar á ver la refriega , y
tres Alcaldes de Corte , que también gozaron de la fiesta
sin poderlo remediar , hasta que uno de ellos fue al
Consejo , y dio cuenta , y le dieron orden para que los
prendiese. Llegó furioso manifestándola , con que se re-
tiraron los que estaban en la calle , y los de adentro se
indieron. Llevaron á Guet o á la Cárcel , y el del Valle
se ha retirado donde no parece , con que se andan bus-;
.cando medios como ajustados. /
Habiéndose despachado las Bulas del Inquisidor ge-
neral al Presidente de Castilla Valladares , se fe envistió
al Conde de Peñaranda con la Presidencia , y después
de varios parlamentos , no la quiso aceptar 5 con que de
recaída se la dieron al Conde de Villa-Umbrosa , caba-
llero de linda intención , afable , y de letras. Y si todo
esto no basta para encaminar ios aciertos de esta Monar-
quía, obre Dios.
Portugal se defiende en no entregar sus haciendas
á los Mayorazgos , que las tienen seqüestradas , como
son el Duque de Abeyro , el Duque de Camina , y
otros ; con que está resuelto , que el Marques de Eliche
y Carpió vaya á Portugal por Embajador Extraordinario
á ajustar estas cosas. Dicen no están de parecer en Por-
tugal de venir en elio 5 con que parece se vendrá á rom-
per , porque ellos se hallan mal con las paces , respecto
de que todos los Militares han quedado desacomodados,
y con muy cortas conveniencias. Esto , y la inquietud
del Francés , creo nos ha de poner en cuidado , porque
hoy está disponiendo tres exercitos , y para ellos ha
nombrado Generales , uno para Fíandes , otro para Mi-
lán , y otro para Cataluña 5 y á este mismo tiempo ha
enviado Embajador Extraordinario á España : dicen, que
con presupuesto de casar su hija con nuestro Rey, y
que restituirá loque tiene en el Condado de Rosellon,
y pondrá la Borgoña como estaba de antes , con las for-
tificaciones que habia demolido en ella , y que con esto
se rompiese con Porrugal , que con soldados , caballería
y armada ayudará á la conquista. Los discursos que de
esto hacen los políticos son muchos, y todos se re-
ducen á que nos viene á engañar. Esto tengo por
lo mas cierto , y que se puede creer de su incons-
tancia.
Por todas partes han sido los sucesos este año fata-
les , y el peor que ha habido pata la christiandad es el
que se ha tenido en Venecia con la Isla de Candía , que
siendo así , que ha tantos años que el Turco ha procu-
rado llevársela gor asedio ? y habiendo hecho sobre esta I
era-
*5°
empresa tantas perdidas ,' este año la consiguió con me-
nos fuerzas , que otras veces. Los Generales , que la de-
fendieron fueron tan valerosos , que no quisieron sacar
el pie de la Isla } así rindieron sus fuerzas con estos Ca-
pítulos.
Capítulos entre la serenísima República de Veneciay y el Turco
■ por la entrega de Candía.
V/UE haya de sacar el General toda su gente con las
^^ armas , y trescientos cañones , y que para ello
tenga doze dias de termino, sin que se le de' "ningún im-
pedimento , y acabado dicho termino , lo que no hubie-
re sacado , quede al servicio de la plaza.
Que Suda, Carabusar , y Spinalonga , plazas presi-
diadas de la República en dicha Isla , queden á devoción
de su Principe, con la contribución annua de diez mil
zequines al Gran Señor.
Que las Armas de la serenísima República , queden
obligadas á defender aquellos mares , y limpiarlos de los
Corsarios , que debaxo de pretexto de amistad , vayan á-
aquella Isla , ó infestasen la ribera del reyno de la juris-
dicción del Turco.
Que se hayan de observar, y mantener los capítulos
de la paz en el mismo modo y forma , que se observaba
antes de la guerra de Candia.
Que puedan los Venecianos traginar , y negociar li-
bremente como antes, sin ningún impedimento por todos
los estados , y dominios del Turco.
Estos son los sucesos de este año t que he procura-
do ceñir en el discurso de este papel , así por no causar
melancolia con lo trágico de ellos , como por escusar la
leyenda de mi corta retórica. Muchos han sido los pape-
les políticos , y satíricos , que sobre el contenido de los
dis-
2JI
discursos de este han salido 5 pero ninguno me ha pare*-
cido que dice tanto, ni tan bien como e'ste, y así por cer-
rar con llave de oro esta obra , la pongo aquí , que
es este.
LOS DOS GENIOS.
DISCURSO CHRISTIANO POLÍTICO,
en que un vasallo leal , llora las calamidades que hoy
padece esta Monarquía.
EFECTOS INFELICES
del eclipse del sol Hlipo el Grande , quarto planeta
Católico,
EN EL CIELO ESPAÑOL.
Sucedido á 17 de Septiembre de 166 f,
DIRÍGESE
A la Magestad augusta , santa, y piadosa de la Reyna nues-
tra señora Doña María Ana de Austria»
Q
yga, señora , V. M. , y pondere con su grande , y
prudentísimo discurso , las voces de esta Monarquía en
las de un vasallo leal, que tiernamente adolece del amor de
sus Reyes , y de su patria > que si no llevaren a&ividad
bastante para persuadir al remedio que solicitan , servi
rán , por lo menos , para desahogar el corazón que ator-
mentan. Pongo á Dios por testigo , señora , de que el in~
ten-
2J21
tentó de este papeí no se adelanta á la vana presunción
de corregir las soberanas acciones de V. M. j que fuera
atrevimiento sin disculpa , faltar á tan merecido , y sa-
grado respeto. Solo pretende con lo triste de la quexa,
mover su benigno , y real corazón á la ponderación de la
causa.
Oyga , pues , V. M. (vuelvo á repetir) las calamida-
des , que hoy padece esta Monarquía Española ¡ que tu-
vieron su oriente en el ocaso de Felipe el Grande , que-
rido esposo , y tio de V. M. , y mi natural señor y Rey.
Apenas faltó aquel padre amoroso de sus vasallos, aquel
liberal remunerador de los beneméritos , aquel zeloso,
sangriento azote de los insultos > apenas , digo, se eclip-
só aquel sol para la tierra , pasando (por sus virtudes
heróycas)á continuar los cimientos en mejor cielo, quan-
do (ocasionados de pe'rdida tan sensible , y rendidos casi
al grave peso de tanto tributo) empezaron á escucharse
los gemidos tristes del afligido pueblo , que (por ser en
la noche obscura de aquella ausencia) si no excedian (que
esto nunca será posible) los términos de la fidelidad , so-
naban á lo menos con mas horror. No duda España , se-
ñora , que el ¿co lastimoso de aquellos gtitos , llegó
á penetrar el delicado tierno corazón de V. M. tanto
mas rigurosamente , quanto se hallaba ya maltratado
con el golpe irreparable de la muerte de su querido
esposo > y que esforzando V. M. los reales desmaya-
dos alientos al calor generoso de su imperial sangre,
determinó oponerse á los brios de aquella fatal desgra-
cia , procurando (con los desvelos del nuevo gobierno)
apaciguar el dolor , enjugar las lagrimas , y dedicar-
se finalmente á la solicitud del alivio , que (por nues-
tra desgracia) se dilata , al paso mismo que se necesita.
Dexó mi Rey (que goze de Dios ) á V. M. segundo
luminar grande , candida hermosa luna del cielo de
a-
España ( Claud. de Rapt. Proserp. &c. Ovid, Epist. Leand,
ad Her. epítetos que Claudiano , y Ovidio aplican á es-
te planeta , para que en compañía de algunos Ministros
(estrellas de primera magnitud) presidiese en las tinieblas
de la- noche triste , que sucedió al alegre dia de su acer-
tado gobierno ¿ hasta que su rayo mejor ( el segundo
Carlos, nuestro Monarca que Dios guarde ) tuviese acti-
vidad para ilustrar , y acrecentar su imperio , fertilizán-
dole con favorables influencias á imitación de su di-
funto padre. No pudo hacer mas Filipo, que dexar en-
comendadas tantas prendas de su corazón, quantos son los
vasallos de su dominio , á quien le tenia de su voluntad,
y á Ministros , cuyos ombros habia experimentado at-
lantes capaces para sufrir el peso grande de tan gran Co-
rona. Así lo esperaba el pueblo , confiando de esta dis-
posición sus alivios j pero la experiencia le ha marchita-
do, la esperanza de este consuelo , porque en sentir de
Crisólogo , son muy tibios los rayos de la luna , y de las
estrellas , para suplir la falta que ocasiona la ausencia de
los del sol : Furiente solé (dice el ingenioso Padre, Serm. 7 8.)
quid de spkndore lunar is ? quid de stellis ad noBis potuit so-
latium remanere\ Ello es fatalidad de la dicha : pocas veces
ó ninguna se recobra con las ventajas que se pierde.
Claro está, señora , que la reda , pura intención de
V. M. (por el amor que nos tiene , por el que tuvo á su,
esposo , y por lo interesada , que se reconoce en las glo*
rias de un ángel á quien tenemos por Rey, y V. M.
por hijo) ha procurado siempre el mayor servicio de Dios,
el mayor lustre de la Monarquía , y el descanso mayor
de sus vasallos, y que en orden á conseguirlo todo , ha
puesto V. M. los medios , que al di&amen de su relevan-
te juicio han parecido mas proporcionados para el logro
de los fines pretendidos ; pero la oculta providencia del
Altísimo (por castigo sin duda de nuestras culpas ) ha
Kk frus-
254
frustrado las diligencias, ha cegado los discursos, y ría ríe-
cho inútiles los medios 5 de suerte , que el principio mis-
mo en que se fundaba la esperanza de nuestras dichas,
ha venido á ser el origen de nuestras mayores desgra-
cias. ¿Quién juzgara que la virtud habia de ser amparo
de los vicios? ¿quién vio sangrienta la piedad? ¿quándo
pudo la modestia parecer ambiciosa ? El christiano , li-
beral zelo de toda la Corte aplaudido , ¿como vino á de-
generar en interesado? Imposibles parecen todos ■> pero la
experiencia nos desengaña , viéndolos hoy practicados en
las acciones de un Ministro el mas ingrato á Dios , y al
antiguo cariño del pueblo , que ha conocido el mundo;
el mas perjudicial ,. que ha tenido la Corona de España
desde su fundación primera. Con estas señas no me pa-
rece necesario nombrarle , que ( como dixo Christo por
san Mateo en el capitulo j.^Afruóiibus eorum, cognoscetis
eos , de sus mismas operaciones depende su mayor cono-
cimiento. Mal se disimulan entrañas de lobo , con piel de
cordero.
Permitame, señora, V. M. afirmar , que el tropel de
tantos ahogos , se origina del eclipse de nuestro quarto
planeta ; que semejantes causas metehorologicas ordina-
riamente producen lamentables efe&os.
El primero que empezó á acongojar la Monarquía,
fue la exaltación monstruosa del Jesuita Juan Everardo,
sacado con su voluntad ( otros dicen pretensión ) del re-
tiro quieto de un aposento , y constituido de repente sin
ciencia experimental , ni política en el difícil manejo de
negocios tan graves como se ofrecen cada dia á la per-
sona, que dignamente debe ocupar la soberanía del pues-
to de primer Ministro , no habiéndolo hallado capaz los
Superiores de su Religión , para exercer este cargo en
un Colegio. Para gobernar una conciencia tan pura como
la de V. M. ( por ser materia tan fácil ) pudo ser á pro-
po-
2U
pósito este sugeto , aunque no falta quien diga , que pa-
ra venir en ello el Rey nuestro señor, (que goze de Dios)
fue necesario que le apadrinase mucho el favor , y que
intercediese por e'l el natural, piadoso agrado de V. M.>
pero no pudo servir de exemplar esta permisión para co-
locarle después en el trono de Valido , porque necesita-
ba de alientos mas gigantes la Monarquía. Antes dixera,
yo , que favorecer así á un Jesuíta de tales circunstan-
cias , era aventurarle el cre'dito , porque fiar las atencio-
nes de un gobierno , ya militar , ya político , á sugeto y
mano sin experiencia , no es ocasionarle para lucir , si-
no ponerle á la vergüenza para que todos le vean
errar.
Bien acreditan lo sólido de éste sentir las resolucio-
nes del Padre Confesor , pues apenas se halló en la cun>
bre del valimiento , quando atropellada la razón , el eno?
jo sin rienda , ciego el discurso , y solo con vista mas
perspicaz la ambición , empezó á dar á conocer al mun-
do la cortedad de su talento con acciones tan desiguales,
que unas fueron risa , y otras el escándalo del pueblo.
No pongo exemplo de aquellas , porque no me riña el
decoro 5 y por e'sta hable alguna sangre que dá voces
aún, que parece que calla.
No pudo contenerse el odio de este Religioso contra
los Españoles en la esfera privada de menos Gerarquía.
En la mas soberana presumió hacer suerte. Contra la
sangre real e imperial de V. M. conspiró su enojo , y
afilando la venganza en el rencor porfiado , que guarda-
ba en el pecho contra el mejor Eiiipo , (por no haber
juzgado á proposito su persona aun para mediano em-
pleo) determinó tomarla en un hijo suyo. En aquel rayo
Austríaco digo , hermano de Carlos mi querido Rey , y
primo hermano de V. M. En aquel David de este tiem-
po , perseguido gor leal , maltratado por zeloso del bien
Kk 2 pú-
25 i
público , y de algunos Ministros no bien querido , por-
que afean su interés desinteresado.
Hallábase á esta sazón S. A. en Consuegra , donde
.vino de la Coruña por evitar la execucion sangrienta
con que la cautelosa disposición de Everardo le amena-
zaba. Aún alli le era formidable el valor de este Prínci-
pe , con tenerle enfrenado el respeto. Aún allí recelaba
las centellas de este rayo , con tenerle el. deseo de no dis-
gustar á V. M. embrazado el impulso. Aún allí le pare-
cia tan misterioso el cuerdo silencio con que le miraba
tolerar sufrido los embates de su persecución declarada,
que llegó á inferir ser artificio de aquella ingeniosa pru"
dencia ; para que sin estruendo consiguiese el pueblo tan
merecida y apetecible ruina. En fin , señora, nada le ase-
guraba el temor 5 y por hallarse prevenido para la bor-
rasca que le amenazaba , viéndose ya combatir de dos
Vientos tan contrarios , como el que soplaba de parte de
la razón del señor Don Juan , y el de su mala concien-
cia , que le impedia para chocar en el escollo donde han
peligrado tantos Validos , ( porque como pilotos sin des-
treza , no han sabido amaynar las velas de la codicia pa-
la afianzarse ) determinó arrojar á las olas el ancora de
un atrevimiento escandaloso. Sin consulta de Y. M. (que
no lo pudiera intentar de otra suerte ) resolvió prender
á S. A. , y lo hubiera executado , si algunas confiden-
cias leales por Españolas , no hubieran prevenido el ries-
go con el aviso.
Con poco número de criados ( disculpando el peligro
el corto decoro de su real persona) se fue conduciendo
S. A. á parage mas seguro. ¡ O fortuna ciega ! un hijo
de tal Rey , y tal hijo ! ¿Fugitivo de un vasallo , y tal
vasallo ? j O señora ! ¿ Quien pudiera en este juicio ( sin
faltar á la veneración ) recusar en V. M. la voluntad de
¡a patria , dexando libres la memoria , y el discurso pa-
ra
2S7
ra la ponderación de un crimen tan sin exemplo ? Tengo
por cierto , que á la reda justicia de V. M. aún eí casti-
go mas atroz le habia de parecer poco proporcionado pa-
ra la satisfacción de un exceso tan desmedido. Déme
V, M. licencia para pasar á otro punto , y no hacer en
este mas ponderación , porque la memoria me resu-
citabas lagrimas, y temo que (por -salir teñidas en la
sangre generosa del corazón) manchen este papel , y lle-
gue menos decoroso , que pretende , á los reales pies de
Y.M.
La fuerza del mas valiente brazo desmaya , quando
el golpe violento que arroja , por apartarse el objeto , tie-
ne la execucion en vacio. El corazón mas noble , repri-
me los ardores de la venganza , quando el retiro del con-
trario le dexa burlado el intento j pero acrecentar el co-
rage por no haber podido lograr el tiro , es indicio de
un ánimo cobarde , y de humilde esfera : Egens ignotas
(decia Cornelio Tácito en el libro primero de sus Anales)
potentiam apud unurrt odium apud omnes , • adeptus dedlt
exemplum , quod se cutí ex pauperibus divites ex contemptis
metuendi perniciem aliis , ac postremurn sibi invenere. Ha-
blaba del Romano Ispon , hombre de origen obscuro,
que habiendo ganado la gracia de Tiberio Cesar , inso-
lente con la privanza , empezó á perseguir la sangre mas
ilustre de Roma , con disimulo al principio , y después
con desvergüenza. Enteróse el Emperador de la malicia,
y castigóle con severidad , siendo causa lo mas encum-
brado del puesto , de que fuese mas ruidoso el precipi-
cio. Esto mismo le sucedió con V. M. á Everardo : y no
es mucho , porque fueron los dos tan parecidos en el
obrar, como en el nacer.
Hallóse V. M. obligada á tomar por su cuenta el
crédito del señor Don Juan , dando á entender á los va-
sallos no solo de esta , sino también de las demás Coro-
nas,
258
ñas , el alto punto de estimación , que en su real pecho
tenían las acciones de S. A. i aquella obediencia tan de hi-
jo i aquel rendimiento tan de vasallo j aquel zelo de ser-
vir á Dios en las importancias de su Rey , tan de Prin-
cipe Católico 5 aquel desinterés con que ha procurado
siempre las conveniencias de la causa pública , tan de su-»
perior Ministro j; y aquel amor continuado en la solicitud
del aliyio de los pueblos , tan de compañero y amigo : y
viendo que unas prendas tan ventajosas las procuraba
amancillar sin razón la calumnia de aquel Religioso;
determinó Vé M. por su real decreto , el mas sensible , y
severo castigo , que fue mandarle (con termino bien li-
mitado) saliese de España , desembarazando los prime-
ros puestos , que en ~ella tenia , y se conduxese á Roma
con título de Embaxador ; aunque de su ambición tie-r
ne el pueblo entendido , que gustará de otro mas co-
lorado.
Todas las acciones de V. M. desde que nuestra di-
cha nos la dio á conocer por Reyna , han sido amables
para los subditos de esta Corona , y dignas de memoria,
y alabanza eterna ; pero dexeme decir V. M. que ningu-
na como esta le ha grangeado tan universales los aplau-
sos. Fineza fue , señora : por tai la reconocemos todos
los bien intencionados, y no fuera puesto en razón que
por deberse á la justicia , perdiera los me'ritos de fineza.
Aunque la malicia diga ( mintiendo ) que ei no tener
V. M. cariño á los vasallos Españoles .., fue quien fa-
cilitó la expulsión del Padre Everardo : porque en vién-
dole V. M. naturalizado , le empezó á mirar con disgusto , y
con ceño, .,..., goi , ; , .
Libre ya de tan molesto embarazo , . se oyó respirar
el^pueblo ,,r que gemiao oprimido con el peso grave de
aquel dominio. Dábanse el parabién los vasallos unos á
otros i y todos á V, M. repetidas, gracias por haber to.--'
r roa-
M9
mado tan santa y heróyca resolución ; pero duró el
consuelo muy poco , porque intentando algunos mitigar
la sed ocasionada de las pasadas fatigas , hallaron el vene-
no mismo de la mala intención , aunque en diferente va-
so. Y este ha sido el segundo efe£to lamentable de aquel
eclipse.
Dexó el Padre Confesor una hechura á quien fue ne-
cesario graduar de golpe , para fingirle capaz de las hon-
ras en que V. M. le ha puesto. Base mostrado este suge-
to observante tan zeloso de aquellos errados dictámenes,
que la Monarquía aunque distingue las personas , no di-
ferencia el gobierno. Tan afligida se lamenta ahora , co-
mo gravada suspiraba entonces. Y aún ha crecido el pe-
sar viendo , que alguna ilustre sangre > que en otro tiem-
po le tratara con desdenes , en este le previene cortejos,
y le rinde adoraciones. El se'quito de sus parciales inten-
ta defenderle con calificarle por hombre de muchas le^
tras , y de proceder muy ajustado; sin reparar, que entre
el cebo dulce que brinda , se disimula el anzuelo que
aprisiona. El Eclesiástico mas aplaudido por Virtuoso , y
por do&o ,«en tocándose del interés , suele ser muy apro-
posito para la maldad , porque soborna los ánimos con el
crédito , y de esta suerte conduce los ignorantes ai fin
que desea.
Mucho arriesgan los Príncipes sus negocios políticos,
Introduciendo en ellos sugetos Eclesiásticos* Estos se or-
denan á otros fines diversos , para que son auxiliados
con particular gracia ; y tanto menos gozan de esta,
quanto mas se apartan de su propio fin. El señor , que
liberalmente las reparte , á ninguno la debe menos , que
á los que se introducen á donde e'l no los llama. Pocas;
veces se ha visto , que varón de singular virtud , haya
admitido dignidad seglar. Bien se' que es mas perfecto el
estado Episcopal , que el Religioso. Ello consta lo con-
tra-
2 6 o
trario.AJgunos han dexádo aquella dignidad, y aun ía
suprema de Roma , para vivir con mas quietud , y no
menos perfección. Mas alabanza tuvieron por dexarla,
que por merecerla. Así llegaron á la santidad , y venera-
ción que les damos. El que aceptó la Prelacia con propon
sito de cumplir con las obligaciones de buen Obispo , de-
be asistir como pastor vigilante al gobierno espiritual
de sus ovejas , y siempre parecerá mejor presidiendo al
Cabildo de su Iglesia , que al Consejo real de Castilla.
Los Ministros del Templo de Salomón, notó discreta-
mente al Caldenal Hugo, sup, %rParalip, que no se apar-
taban del Santuario ni por un instante breve : Ita , ut
ñeque inpunSio discederent á ministerio, Y con mucha ra-
zón , porque siendo entre los vínculos del matrimonio
mas estrecho el espiritual , conforme á los sagrados Cá-
nones cap. licet , de translat. Episcop. nadie puede negar,
que es monstruosidad conocida desamparar la esposa, por
estarse ocupado con dependencias seglares en las Cortes
de los Reyes. A esta do&rina , señora , tanto la sobra de
segura, como la falta de pra&icada.
Desde que empezó la noche que padecemos , por la
ausencia del sol que perdimos , han obrado muy á cie-
gas los Ministros. No digo todos , pues los mas siguien-
do cuidadosa , y christiánamente la luz de la, intención
ajustada, y santa de V, M. , han mirado donde fijart
el pie para no tropezar en el engaño con riesgo del
crédito. Un error grande , con facilidad se enlaza con
otro mayor. Un abismo da voces á otro abismo , como
dice David Psalm. 44. vers. 9. Abisus abisum invocat. Y
son tantos los que han multiplicado por enmendar los
primeros , qué rendidos á la imposibilidad , y descon-
fiados del remedio , prosiguen el mismo camino aun-
que reconocen , que los conduce á perderse del todo:
y como de la culpa pace el temor de la pena , medro-
sos
2ÓI
sos del castigo han llenado la Corte de armas para defen-
der sin razones j y este es el efecto mas desgraciado del
eclipse que llora España.
¿Quie'n sino el demonio, señora, hubiera introduci-
do en Madrid este Regimiento superrluo, formado de Es-
pañoles contra los mismos Españoles ? ¡ Oh , si abriera
los ojos el Coronel , cuyas instancias porfiadas reduxe-
ron á V. M. á la permisión de este nuevo empeño de la
real Hacienda , con título de guarda , es muy cierto,
señora , que reconocerla ser estratagema del mal Ge*
nio y que le persigue , para lograr su perdición por este
medio.
Tuvo siempre fixa el Marques de Aytona para con
el pueblo , la opinión de Caballero devoto y christiano:
y esta prenda última fue sin duda la que movió al Rey
nuestro señor (que Dios tiene) á dexarle nombrado (sin
que lo impidiese el conocimiento que tenia de su templa-
da capacidad) por uno de los seis Ministros, que ha*
bian de servir á V. M. en el Gobierno de la Monar-
quía. Sentia mucho el demonio verle exercer tantos ac-
tos de «virtud ; tan continuada , y exemplar asistencia á
las congregaciones 3 tan ardiente zelo , con que se mo-
vía al socorro de los necesitados , y tan indispensable ob-
servancia de ayunos , y comuniones. Intentó derribarle
por diferentes rumbos 5 pero en todos hallaba desvaneció
das sus trazas. Determinóse á echar el resto de sus en-
gaños , valie'ndose de aquel antiguo : Eritis sicut Diz. ,
Gen. cap. 3. con que manchó la candidez purísima de
nuestros primeros padres. Dio con el en Palacio j empe-
zó á paladearle con lo dulce del gobierno , y se cebó
de manera , que la virtud era ya de lo que menos tra-
taba ! ¡ O , apetito insaciable de maldad! j quántos ange-
les has convertido en demonios! Desengañado el pueblo
ha reconocido , que todo aquel aparato de santidad , era
Ll co-
2Ó2
codiciosa hipocresía , ambición disfrazada , cauteloso
disimulo para conseguir ios oficios , que goza de autori-
dad y provecho , sin hacer escrúpulo de lo mucho que
grava su conciencia, haciéndose reo de tanto desorden es-
candaloso , como executan algunos soldados , y otros que.
no lo son, con capa de este Regimiento.
Los inconvenientes que ya se han experimentado , y
otros que se han discurrido , son tantos , que fuera pro-
longar este papel en infinito , querer mencionarlos todos.
Tocare' los mas sobresalientes , y de ellos podrá inferit
Y. M. los restantes.
Con pretexto de guardar al Rey mi señor , y á
V. M. , (sin haber de quien ) formó el Marques estas
compañías , con las que puso sitio al Palacio real 5 por-
que como su voto no era mas que consultivo , pretendió
con esta violencia paliada hacer absolutas las resolución
nes de su voluntad , dictadas de su perversa , y constan-*
te ambición , en grave perjuicio de la regia autoridad^
y del poder independente , y sin limitación , que el Rey
nuestro señor (que Dios haya) dexó á V. M. por su
testamento , para el gobierno de todos sus rey no? y se-
ñónos , durante la menor edad de nuestro Monarca el
segundo Carlos de España ( que Dios guarde ).
Nunca necesitaron los señores Reyes antecesores
de mas guarda , que el amor natural de los vasallos ; y)
las que han tenido hasta ahora , y conservan hoy Espa-;
ñola , Tudesca , y de la Cuchilla , han servido mas á la
ostentación , y decencia , que al peligro , ni á la impor-,
tancia , con universal admiración á las naciones extran-
geras 5 por ver , que desde el primero que ciñó la Co-
rona de esta dilatada Monarquía , hasta la hora que esto
se escribe , no se hallará ocasión alguna en que haya pa-
recido ser necesarias : con que se desvanece la poca fuer-
za del símil , que pone el Marques para introducir esta
no-
l6$
novedad , diciendo : Que asi lo estila la Corona de Francia*
porque los vasallos de aquel dominio , escarmentados
con la experiencia de algunos sucesos trágicos , en que
han visto las manos de la traición teñidas en sangre de
sus Reyes , han juzgado preciso valerse de este medio,
para oponerse á semejantes arrojos.
Si este Regimiento , señora , le formó el Marques
para la autoridad , es escusado. Si para la defensa, es
corto > porque si bien se compone de muchos Capitanes
ilustres , los mas son especulativos como el Coronel i los
menos prácticos. El señor , á quien solo el mentó de la
sangre puso la gineta en la mano , si se ofreciere la oca-
sión , sabrá pelear hasta perder la vida como noble y
valiente ; no hay duda : pero esta obligación concurre
en qualquier particular soldado > que se hallare con la
misma calidad. El Capitán no cumple solo con morir?
es necesario que sepa gobernar su compañia con tal des-
treza , que en una batalla perdida sepa reservarla cuerdo
para mejor ocasión ■■> y en un empeño dudoso sepa tam-
bién aventurarla alentado , para dar una victoria á su
Rey. Las mas veces , que los Príncipes han antepuesto
en los oficios militares los nobles á los expertos , han
llorado sucesos contrarios. Yo confieso, que si se juntan
la sangre con la experiencia , forman un Capitán inven-
cible > pero aunque falte lo primero , nunca es razón que
faite lo segundo. De esta suerte serán mayores las di-
chas , menores las desgracias. Aquellas sabrán seguirse,
y e'stas repararse. El manejo continuado de las armas
en la campaña á vista , y en oposición del enemigo, fa-
cilita los peligros de la guerra , y hace á los soldados
prontos en las operaciones , principalmente en sucesos
repentinos y accidentales , donde se obra según el hábi-
to adquirido : y esta es aquella solercia , que sin a&os
operativos , no se consigue.
Lia Es-
Esta nueva guaría , ( mirada sin los antojos de la
pasión ) solo es en provecho del Coronel ; y no solo en
perjuicio de la real Hacienda por los sueldos , que multi-
plica , sino también de las rentas ( bastantemente empe-
lladas ) de los señores que se han nombrado por Capita-
nes , por el gasto extraordinario que trae consigo el lu-
cimiento forzoso de sus puestos (y mas ala vista del
Rey nuestro señor , y de V. M. , y de las señoras da-
mas ) y de haber de sustentar muchos de los soldados
de sus compañías , por dilatarse , ó por escurecerse
del todo las pagas ; no escusando tampoco cumplir
con el estilo generoso , y preciso de atender al cor-
tejo de los camaradas , y de otros dependientes , y
amigos.
Aunque en este Regimiento concurren con los seño-
res muchos soldados valientes , y cabos reformados , los
mas de e'i se componen de traviesos, facinerosos , y vaga*
mundos , que por no trabajar sientan plaza , desampa*
rando los oficios á que asistian , por parecerles vida mas
descansada la de la milicia , y es cierto que perseveran,
porque no tienen contra quien exercitarla ; que si hubiera
enemigos á la vista , presto ( sin volver la casaca ) se pu-
sieran en cubierto , dexando solos á los reformados , .y,
bien nacidos , que son personas de punto , de aliento , y
de reputación.
Como estos visónos tienen poca destreza en el uso
de las armas , son motivo de risa á los extrangeros , ha-
ciendo despreciable la milicia , que fue su terror ; por-»
que los miran obrar sin tiempo , y con torpeza , cay en*
doseles de las manos los mosquetes quando los disparan
para hacer las salvas, sin saber restituirse al orden de sus
filas , quando por este , ó por otro accidente semejante
se perdieron. En fin , señora , esta vil canalla es afrenta
vergonzosa del exercicio militar , así por lo referido , co-
mo
¿6$
mo porque los escándalos , robos , muertes, y otros innu-
merables insultos, que executan , se atribuyen (sin dife-
rencia ) al nombre de soldados , tan digno de estimación
en los que valerosos , y atentos saben cumplir con sus
obligaciones.
Son también injusto desdoro de la Justicia real , que
en nombre de nuestro Monarca manda V. M. se admi-
nistre , porque los Jueces á quien se comete , vie'ndose
inhibidos del conocimiento de sus causas , y amedranta-
dos con las alas que dá el Marques incre'dulo á estos mal-;
hechores (que no son dignos de otro título) , ni se atre-
ven á rondar , ni á proceder contra los delinqüentes ; y¡
si no permiten positivamente , toleran por lo menos , sin
darse por entendidos , las armas de fuego , que tantas y
tan justificadas Leyes , y Pragmáticas de estos reynos,
tienen vedadas. No me atrevo á culparlos , porque la
ley de la natural defensa persevera constante siempre en
el merecido vigor.
La misma disonancia , señora , hace una corbata en
Madrid , que una golilla en campaña. Los soldados se
hicieron para defender las plazas fuertes , no para robar
las Cortes. Solo de paso los ha de permitir en estas la
pretensión , no de asiento el exercicio : ¿Y cómo puede
no causar desaliento á los buenos vasallos , ver retirar
los soldados de las fronteras, dexándolas expuestas á la
invasión de los enemigos , y que se los traygan para
alojarlos en sus mismas casas ? ¿ Que se libre de tan pesa-
da molestia la Corte de un General , y que no haya de
valer este privilegio á la de un Rey ? Cierto , señora,
que solo de noche pudieran suceder semejantes desalum-
bramientos.
No admite duda , que lo yerra ( sin disculpa ) el
Marques de Aytona , en querer conservar en Madrid
tantas vanderas, porque esto es persuadir á los enemigos,
o
266
ó á que puede haber peligro en la lealtad (siendo esta el
carácter mas indeleble , que se imprime en ei corazón Es-
pañol) ó que es el último esfuerzo que puede hacer la
Corona j si no para estorvar, para dilatar su ruina. Por-
que así como los espíritus vitales desamparando los ex-
tremos , acuden presurosos al socorro del corazón , que
es el miembro principal entre los demás > ei primero,
que tiene vida , y el último que la pierde, y entonces se
da el enfermo por deshauciado, quando se llegan á expe-
rimentar estos movimientos > así viendo nuestros enemi-
gos conducirse á la Corte (que es el corazón de la Mo-
narquía) los espíritus vitales suyos (que son los solda-
dos de su defensa), desamparando las fronteras (que son''
los extremos del cuerpo de su dominio) presumirán que
ya la tenemos por incurable, y sin remedio, con que
los mas interesados se dispondrán para la ganancia , que
se prometen segura , con la esperanza próxima de la
herencia.
Tengo por cierto , que ha sido traza del demonio in-
ducir al Coronel ( á quien sacó de discípulo de la escue-
la deChristo, para hacerle maestro en la suya) para
que en la formación de este Regimiento se valiese de Es-
panoles no mas , sin mezcla de extrangeros , porque lo-
grasen estos la mala voluntad que nos tienen , viendo-
donos opuestos unos á otros ; siendo preciso que si re*
sultán algunos embarazos , se ha de quedar el daño en-
tre los naturales de estos reynos , logrando ellos igual el
gusto de que se pierda la una parte , ó la otra , porque a
los dos aborrecen.
No contento el Marques de tener cerrados al Rey
nuestro señor , y á V. M. ( como lo tengo advertido )
dicen también, que tiene sitiada por hambre la Corte,
porque los moradores de. ios lugares circunvecinos ( que
ordinariamente la abastecen , así del pan como de otros
man-
2¿7
mantenimientos) han determinado guardar sus casas , y
no aventurar sus haciendas por los caminos , á donde
salen en tropas los soldados á quitarlos el dinero, y aun
la vida, si pretenden ponerse en defensa, que (como di-
xo con discreción Erasmo ex Apophtheg.) Mendicitas ad,
omnem desper&tionem vocat armatum : el soldado mendigo
obra siempre como desesperado. Ni quando faltaran las
repetidas experiencias , que ya tenemos de estos excesos,
se pudiera evitar el daño , porque solo el temor de que
puede suceder , trae consigo á la República la misma
calamidad: Non solum adventus belli , sed metus ipse afert
calamitatem (decia el Principe de la eloqüencia Cicerón:
{Pro Lege Manila) nam cum bostium copia non longe absunt^
etiam si irruptio faóta nulh sit , tamen pécora relinquuntury
agricultura deseritur , mercatorum navigatio conqulesclt.
Quando hay gente de guerra en el contorno , aunque
ninguno se desmande para el agravio, se retiran los que
trataban antes del socorro por el rezeloj con e'ste solo ce-
sa la guarda de los ganados , cesa el cultivo dejas here-
dades, y cesa el comercio forzoso de los viveres. Mire
V. M. á que estado tan lastimoso tienen reducida su Cor-
te las disposiciones del buen Marques.
No acabo yo de ajusfar , como se compadece bien
poner medios eficaces para destruir el reyno con decir,
que la pretensión es guardar al Rey. Es buen modo de
guardar á S. M. introducir novedades en su Corte , ex-
poniendo á los vasallos á que se pierdan unos con otros
por la defensa de las vidas , de las haciendas , y de las
honras. Es acertado empeñarlos en el rencor para que po-
co á poco se vayan consumiendo , y quando el Monarca
llegue á Ja edad de empezar á gobernar , no tenga ya
vasallos de quien se pueda llamar señor. ¡ O , Reyna
piadosísima , no permita V. M. que logre el demonio tan
cautelosos, perjudiciales intentos! En la tirana persecu-
ción
20*8
cion del Rey Átíla, fueron tantas las muertes, que tnun*
daba por las calles la sangre de los ciudadanos de Ro-
ma i y refiere san Agustín , que le dixo un Privado
suyo : S'me allquos mvere , qulbm imperara posis. Que
dexase algunos vivos entonces , para tener á quien po^
der mandar después. Esto mismo puede ordenar V. Mr<
ai Marques de Aytona , para que nuestro Rey ( que.
Dios guarde) tenga vasallos de quien poder llamarse,
Rey,
Todos los inconvenientes representados , y otros in-
numerables que omito , temiendo lo proiixo de este pa-
pel , se desvanecen , señora , con un Decreto de V. M. f
en que se sirva mandar , que la gente de este Regimien-
to se vaya conduciendo poco á poco á guarnecer las pla-
zas desamparadas , así interiores como marítimas , para
que nuestros enemigos teman de acercarse á empren-
derlas. Y crea V. M. , que la execucion de este medio no
se opone á la entereza real , que deben tener los Prínci-
pes en proseguir las resoluciones que toman. No solo
Dios es inmutable 5 pero acá en lo sublunar y terrestre,
U mejor razón de Estado es la que tiene estado de razon^
y retroceder del intento quando no parece ajustado,
no solo viene á ser crédito , sino consejo de la mejor sa-
biduría.
Fuera de que, en V. M. no se puede ofender (ni en
un punto ) la constancia y firmeza real de los acuerdos,
y deliberaciones por quebrarla , siguiendo el exemplar
soberano de su abuelo , y nuestro Monarca Filipo UL*
el Santo. Juzgó conveniente para su servicio aquel Prín-
cipe glorioso , que en la Corona de Aragón se formase
un Regimiento de los naturales , que sirviese á la de-
fensa del reyno. Ordenólo así por una carta de 7 de
Mayo de 1601 , para que con la mayor brevedad , que
fuese posible , se procediese á la execucion. Juntáronse
los
ióg
los brazos, y estados (á quien toca) para dar la forma,
continuando su nativa fidelidad y obediencia ; y fueron
tantos los inconvenientes que se ofrecieron , y tan pare-
cidos á los que yo propongo á V. M. , que tomaron re-
solución de representarlos á su Príncipe , para que exa-
minada su eficacia , los mandase avisar de lo que pare-
ciese mas importante á su mayor servicio.
Hizo S. M. en esta materia la ponderación que de-
bía , y hallóse tan convencido de la razón , que depues-
to su real juicio,, mandó por otra carta de 23 de Agos-
to de dicho año , que sin proceder á mas diligencias,
suspendiesen la execucion por entonces.
Pues, señora, si para el mayor servicio de Dios, para
mayor alabanza de V. M. para mayor aplauso de nues-
tro Rey , para mayor alivio de la Monarquía , para ma-
yor seguridad de la Corte, para mayor abundancia de basí
timentos , para que haya menos delitos , menos homici-
das , menos ladrones , menos escándalos, menos gastos, y
finalmente menos ofensas de las dos Magestades , divina
y humana , importa que el Marques de Aytona temple
(siquiera en esta pequeña parte de superioridad) la con-
dición ambiciosa que ha descubierto , y ceda el cargo
de Coronel (que tan poco sube de punto la esclareci-
da sangre que goza ) ¿ cómo podemos temer los afligi-
dos vasallos , que falte V. M. al amor que nos debe,
y á los fueros de su natural clemencia , negándonos esta
gracia ?
Ya me parece, señora, que miro enternecida á V. M.
Ya me parece, que en lugar del trueno desapacible de
los mosquetes , escucho los e'cos dulces de la aclamación
popular , que en altas aunque rendidas voces , vá publi-
cando lo mucho , que por este alivio reconoce deber á
ese benigno , afe&uoso , real corazón. Ya me parece que*
yeo muchos á quien ei cebo de la conveniencia fingió
Mm mi-
2 7o,
militares, restituidos al trage de cortesanos. Ya me pare-
ce que descubro el hermoso, blando Genio de V. M. (así
llamaban, señora, los Gentiles al que nosotros Ángel de
nuestra guarda, Vine. Cart. lib. de Imag.Deor. p. 302.) ma-
nifestando , y venciendo ( á pesar de sus resistencias ) ei
horrible, y áspero Genio del Marques de Aytona (Horat.
lib. 2. Epist. adjul. este nombre de Genio , daban tam-
bién al ángel infeliz, dedicado á nuestra persecución, dis-
tinguiendo á los dos con los epítetos de. Bueno y Malo).
¡Y como la voz de las inspiraciones (Plating lib. de Demoné)
es idioma que entiende el alma , nos habla de esta
manera. ¿
Españoles siempre leales , vasallos dichosísimos , por-
que lo sois de los mejores , y mas Católicos Reyes : Sa-
bed , que este desgraciado espíritu , que estáis mirando
con ios ojos de la consideración , es el que envidioso de
vuestras glorias , se ha determinado á obscurecerlas con
vuestras desgracias. Ese Genio rebelde , que desvanecido
afeitó igualdades con su Hacedor en el trono , es el
que ha tomado por su cuenta solicitar vuestra ruina.
El se ha preferido (y la desgracia es, que lo haya logra-,
do) á malquistar la virtudes de Don Ramón Guillen de
Moneada , hacie'ndole instrumento de los ahogos , que
hoy padece la Monarquía. Él ha procurado con la tra-
za engañosa de la distinción del trage , introducirla tam-
bién en el afe&o , sembrando la discordia que trae con-
sigo la variedad , para que opuestos civilmente herma-
nos con hermanos , amigos con amigos , Españoles con
Españoles , vengáis vosotros á ser cuchillo de vosotros
mismos. Lo que importa es , que vencidas las nieblas del
enojo que os embaraza la razón , á la luz de este des-
engaño , forméis todos ( así militares como cortesanos )
'un cuerpo , que alentado se oponga á las astucias de este
cruel , y poderoso enemigo. El medio mas eficaz para
ven-
271
vencerle , es acortar los vicios , mejorar las costumbres,
multiplicar oraciones , freqüentar sacramentos , y conti-
nuar ayunos 5 que este linage de demonios , no se dexa
expeler menos , que al golpe de unas armas tan valien-
tes : Math. 1 7. Hoc genus non ejicitur , nisi per oratlonem,
&jejunium, dixo Christo por san Mateo. Y pues tenéis
una Reyna de Magestad tan amable , de condición tan
apacible , de conciencia tan pura , de di&amenes tan
santos , y de acciones tan acertadas , (cuya defensa , y
dirección me ha tocado por suerte) esperad de su Católi-
co zelo el alivio de vuestras fatigas , y que si hasta aho-
ra habéis experimentado sucesos infelices , efe&os del
eclipse de vuestro sol , ya que de sus cenizas resuci-
ta Fénix el segundo Carlos , se ha de trocar la fortu-
na , y ha de volver á florecer la Española Monarquía,
para terror de sus enemigos, y para descanso vuestro.
Esto dice , señora, el real Genio, que es el Ángel de V. M.
y yo espero verlo cumplido para consuelo universal de
los vasalios 5 que sin intermisión suplicaremos á nuestro
Señor nos guarde á V. M. dilatados siglos , como la
christiandad necesita , y nosotros deseamos.
Quando estaba recibiendo de la Corte loa justos
elogios á que es acreedor el papel que acabo de copiar,
llevo la atención de toda ella tras sí, las copias de7 una
carta de S. A. el señor Don Juan , á la Reyna nuestra
señora por tenerse ya noticias , aunque no seguras de lo
que ella expresa ; para cuya inteligencia se pone aquí,
y es la siguiente.
o,
SEÑORA.
Rdenóme V. M. en despacho de 30 del pasado,
que participase las noticias que pudiese , sobre la alevo-
sía meditada contra mi persona. Obedecí á V. M. el mis-
Mm z mo
272
mo día que le recibí-, dando noticia á V. M. de todo lo
que pude , sin faltar á la conciencia , ni al honor , y en-
vié á sus reales manos copias de instrumentos, (cuyos
originales están en mi poder ) en que con circunstancias
muy individuales se hace manifiesto haberse ido trazan-
do esta" maldad desde el mes de Marzo antecedente, por
la violencia , y el veneno , encargándose la execucion al
Conde de Aranda , por medio del Marques de Aytona,
(que Dios perdone ) por ser este , y el Obispo de Plasen-
cia los principales diredores de ella , fabricándose el ve-
neno en esa Corte , y enviadose á esta Ciudad. Propuse
también á V. M. los caminos por donde se podia llegar
á mayores evidencias de todo j y sobrando la menor
parte de este material , á lo menos para suspender indi-
ferentes las redas valanzas de la justicia , hasta mayor
calificación del delito , y esperándolo yo así , aunque
V. M. se olvidase de que era su sangre la que se quería
verter , y no considerase en mí otra calidad , que la del
mas despreciable vasallo , se me avisa , que ha admitido
V. M. al Conde de Aranda á una favorecida , y confia-
da audiencia , y permitido á los principales Ministros,
que se dexen visitar de el : que viene á ser lo mismo
que haberle declarado por inocente e inculpable , sin
que se haya dado lugar á alguna de las diligencias , que
podrían poner en claro la comprobación del hecho, co-
mo si hubiese habido gran dificultad en que con el mo-
tivo de falta de salud , ú otro que no fuese en descrédito
del Conde , le difiriese V. M. esta pública absolución,
siquiera hasta examinar lo que se proponía para compro-,
bacion de cargos tan execrables y feos.
Y si estas acciones han podido tan justamente llenar-
me de sentimiento , y admiración , mucho mayor aún
me la debe causar el que ( según también se me avisa )
haya permitido V. JM. cuae el Obispo de Piasencia asis-
tís-
*73
tiese en la Junta á la lectura , e inspección de los despa-
chos y papeles , sobre negocio en que es acusado de
principal cómplice; y después de la solemne y sagrada
palabra que V. M. me tiene concedida , de que este Mi-
nistro no intervendrá en materia alguna , que me toque,
reconociéndole V, M. , y dándole por sospechoso en to-
dos mis intereses; en este caso ha sido tanto perjudi-
cial , e irreparable su noticia , quanto ha oido los me-
dios por donde se empezó á descubrir esta máquina , y
los que se subministraban para acabarla de aclarar ; con
que se han puesto en sus propias manos las armas que
le habían de ofender , y dadole disposición para que
ajuste las cosas con tales resguardos , que aunque se
quiera proseguir el camino de la comprobación , se ha-
llen zanjadas y ciegas todas las veredas que pudieran
conducir á el.
Los quilates de estas demostraciones ( que juzgo no
deslucen á mi razón ) no es menester que yo los toque,
ni descubra ; pero no he podido dexar de dolerme de
ellos sentida , y rendidamente á los reales pies de V. M.
Yo, señora , no pretendo que otro padezca por mí el me-
nor detrimento contra justicia : antes Dios me confunda
que esto suceda. Lo que por todas razones debo desear
es , que V..M. quede enterada de la verdad ; y así como
hasta la presente hora , por la divina misericordia , no
tengo el mas leve escrúpulo de haber obrado con lige-
reza , ó priesa en estas materias; antes quizas le podría
tener de demasiada lentitud y confianza ; el dia que me
hallase con fundamentos para* disculpar á los mismos
que ahora acuso , seria el primero que los publicase ino-
centes. V. M. lo consultará todo con su soberana obliga-
ción, y redo ánimo , que el mió está quietísimo en la
fé, y en las experiencias de que el Señor , que no pue-
fe Pgañíu: 2 ni ser engañado , me asistirá 2 jr defenderá
m
274
mi vida, si conviene para su santo servicio y honra", y si
no, ni la quiero, ni la deseo. El conserve, y prospere la de
tV. M. felicísimos años para bien universal de la ehris-
tiandad. Zaragoza 14 de Abril de i67o. = Don Juan.
Inteligenciados todos (os cortesanos del contexto de
esta carta de S. A. se dividieron en vandos. Unos que-
rían asegurar la conjuración contra la vida del señor Don
Juan ; y otros defendian eficazmente á los que aquellos
llamaban adores , y cómplices de esta maldad. Los mas
prudentes , ni todo lo creian ni lo despreciaban todo. No
daban por inocentes á los enemigos del señor Don Juan,
en lo que se les atribuia , pero culpaban á los de estos
en lo que les aumentaban. Asi discurría el pueblo , quan-
do el señor D. Juan escribió á la Reyna nuestra señora la
carta siguiente.
SEÑORA.
s
Hrvese V. M. de decirme en despacho de 7 de este
(en orden á los intentos del Conde de Aranda contra mí
vida ) que considerando V. M. mi instancia para que se
haga justicia , y siendo como es el ánimo de V. M. que
esta se administre con pública satisfacción , y buen eXem-
plo, ha resuelto V. M. remitirlo todo al Consejo de Cas-
tilla , donde se caminará por los términos de ella , y que
asi lo tenga entendido.
Este es el contenido del despacho , y mi respuesta
empezará por suplicar respetuosamente á V. M. me de
permisión para decir , que ha sido V. M. bien servida
de mis émulos en estos* negocios ; pero no he menester
decirlo yo , sino el mundo en lo que ha visto , y experi-
mentado^ el Conde de Aranda mesmo con lo que es-
cribió al correspondiente de esta Ciudad, de cuyas pre-
cisas palabras tiene ya V". M. noticia , y de que la carta
estuvo en mis manos.
Es
275
Es así que suplique á V. M. se dignase darme satis-
facion de este atentado , y también es cierto , que desde
su descubrimiento no se ha hecho una sola diligencia
para su probanza ; y habiendo yo subministrado tan fá-
ciles medios por donde se podria conseguir, estoy infor-
mado que no fueron todos los papeles donde se han man-
dado ver.
¿Tantos diás, señora, solo para pronunciar las bre-
ves palabras de Remítase ajusticia ? Si tocaba á ella ( co-
mo es indubitable , y V. M. ro ha deseado hacer , como
se sirve decirme) ¿porque' lo ha detenido tres meses?
¿Quie'n escusará de misteriosa tanta dilación , y mas sí
se observa , que en este puntual tiempo haya tenido in-
dulto de gravísimos delitos, y repetidas sentencias de
muerte , quien en ningún otro le ha podido alcanzar,
siendo de los principalmente declarados por cómplices?
¿Y que de esa Corte se hayan desaparecido (con pretex-
tos frivolos) sugetos , que quizás podrían responder á lo
que se les preguntase de estos lances , que dexo consi-
derar á los que oyeren con sinceridad? Pero absuélvase
en buen hora esta grande alevosía , y no solo se absuel-
va , sino premíese , porque ni de ella espero su repara-
ción , ni nací bueno para acusador criminal. Lo que no
he hallado en la tierra , lo aguardo del Cielo , y no en
daño de otro , porque para nadie le deseo , ni le pido,
sino en desempeño de la verdad , y confusión de la ma-
licia , lo mismo que se ha pretendido executar contra mí.
ÍY la satisfacción , que con facilidad pudiera formar de
ello, quiero que sea sacrificio á los pies de mi Rey , y
á la quietud pública , en que tan principalmente interesa
su servicio. Permita nuestro señor , que no se niegue á
tanta luz la ciega emulación , que me persigue , y me
dexe , y olvide ya en la paz que solicito. Dios guarde la
Ca-
2jé
Católica real persona de V. M. como deseo , y he me-
nester. Zaragoza á 17 de Junio de 1570. = Don Juan.
Este suceso, del que se esperaba un funesto fin , le
tuvo feliz con mandar venir el Rey nuestro señor á
S. A. á la Corte , á quien recibieron ios cortesanos con
tanto exceso de alegría , que manifestaron bien el amor
que le profesaban. Halló S. A. en sus Magestades todas
las señales que le acreditaron lo que le estimaban , y
quando volvió á Zaragoza fue colmado de honras , y de.
públicos favores. Tres veces mas se llamó al señor Don
Juan, y á su arribo á Madrid recibió en todos las dis-
tinciones que podían completar su satisfacción. En la
tercera le dio palabra la Reyna nuestra señora de que
se quedarla en Madrid asistiendo en el Consejo de Esta-
do 5 pero esto se dilató tanto, que viéndose S. A. sin
exercicio en cosa alguna , y que esto desairaba su per-
sona , para restablecer su estimación , puso á S. M. la re-
presentación que se sigue.
A
SEÑORA.
_Unque propuse llegar á los reales píes de V. M.
con representación de las materias públicas , he juz-
gado que antes de dar este paso ázia el desempeño de
mi obligación , debo darle á la reparación de mi honras
pues sin ella no estoy capaz de servir á V. M. ni aún
con la voz , y así dexando para otra sesión el poner eti
la real noticia de V. M. lo que se me ofrece de mayor
servicio suyo: me reduciré hasta postrarme rendida-
mente en la presencia real de V. M. , y suplicar á V. M.
se sirva de poner un favorable fin á mi descrédito y
(desconsuelo.
Yo señora } nací hijo del Rey nuestro señor (que es-
277
té en el cielo), y si sobre esta dicha puede haber alguna
mayor , me la concedió Dios , dándome un natural con-
forme á este alto nacimiento , pues aunque en todo sea
el peor de los hombres , puedo hacerle testigo de que
jamas por su grande misericordia me he acusado de ha-
ber dado principio por mí , á querer mal á otro i de ha-
ber deseado , ó solicitado el daño ageno , en satisfacción
ó venganza propia ; de haber incurrido, en la culpa mas
ligera tocante á mecánico ínteres , hora sea en el mane-
jo de la real Hacienda, ó en orra forma, ni de haber pro-
puesto , ni executado cosa que haya creido ser contra la
igualdad de la justicia.
Estas prendas de la mano poderosa de Dios, quiso su
divina Magestad adornarlas con otras muchas dichas
temporales en gran servicio de la Monarquía , y cré-
dito mió , tomándome por instrumento para restituir á
ella el rey no de Ñapóles, detenerla inefable ruina de
Sicilia, pacificar y asegurar á todos los dominios de Italia,
con expugnación de las plazas de Piombini , y Puerto-
Longon, y recuperar el Principado de Cataluña, sin otras
infinitas acciones de no menos mérito y riesgo , aunque
no tan afortunadas,
El amor y pureza del zelo , y dictámenes que expe-
rimentó siempre el Rey nuestro señor (que está en el cié*
lo) quizas desde mis primeros años, en la forma que ellos
pudieron indicarle juntos, después con el agrado de estos
relevantes servicios, tan sin exemplar de haber concurri-
do hasta hoy en un solo vasallo, fueron medios para que
S. M. me honrase con excesivos favores desde mi prime*
ra instancia , y que á su imitación la señora Reyna Do-
ña Isabel el tiempo que pudo , me los repitiese sobre to-
da ponderación, siendo mi valedora cen S. M. para quan-
to tenia viso de interés mió.
Digan lo que debí á estas dos liberalísimas manos
Nn des*
2J%
4esde lo menor Hasta lo mas sustancial , los cariñosos ,
tratamientos, las caseras atenciones', las circunstancias^
déla formación de mi casa y renta, las dignidades y;
empleos , la confiada comunicación de los negocios , la
defensa y aliento en las falsas calumnias, las palabras con
que dexó encargado á V. JML mi persona , y convenien-
cias en sus últimas disposiciones, finalmente , quanto se
puede imaginar en la mayor elevación del favor. Ofré-
ceseme por único lunar de esta se'rie de beneficios , el no ¡
haber S. M. (que Dios haya) acabado de resolver en su
vida mi pública asistencia cerca de su teal persona j pe-
10 noestorbó esta resolución el considerarla desconve-
niente i su servicio ó i mi autoridad , ni de embarazo
6 difícil ajuste en mi resignación á su gusto y voluntad?-
haciendo testimonio de esto , tres repetidas respuestas, ¡
que verbalmente fue servido darme en diferentes tiem-
pos , y otros papeles firmados de su real mano 5 de que
tengo en mi poder auténticos instrumentos 5 ni menos
el no desear 5, M, honrarme en esto , como en todo lo
demás , ni en el conocimiento de que no fuese muy jus-
to , sino una pura atención á la real persona de
V. JvL á quien consiguientemente incumbe hoy una ma-
yor obligación de satisfacerla , haciendo V. M, por el
Rey nuestro señor quanto puede , ya que 5. M. no qui-
so hacer por V, M. quanto pudo»
Permitame , señora ., V. M. decir con el respeto de-
bido y que esta es la verdad de este hecho , y todo lo der
mas mendigado de la mala fortuna , que me há per^
seguido desde que 5. M. cerró los ojos 5 cuyas indivi-
duales acciones , y sentimientos , son mas para llorar
cqn lagrimas de sangre 3 que para repetidas con pa-
labras.
Quando examinando mi interior rigurosamente , no
hallo en el cosa en que haya merecido el menor desden
a
*79
á la real gracia , y magnificencia de V. M. , y al tiempo
que por tantos títulos de dote de Dios , de favores de
S. M. , y mentos adquiridos , debiera juntamente prome-
terme de V. M. las relevantes honras , del mismo modo,
que si estos motivos fuesen aéreos , ó yo hubiese nacido
en Holanda ó Inglaterra , se me retarda y embaraza el
simple ingreso en el Consejo de Estado , siendo así que
S. M. me hizo esta merced muchos afios há , en demos-
tración de su confianza , y aprobación de importantes
servicios , y que jamas hasta hoy seiía dificultado á na-
die de alta , ó inferior gerarquía, á quien se haya he-
cho este honor, su virtual exercicio ; que no le apetez-
co para tener en el una regular , y continuada asisten-
cia, sino porque parece no regular, que este yo aquí
en diferente forma de la en que debo estar ; y no solo
se ve esto, sino que se da ocasión al mundo con la sus-
pensión de este puesto , para discurrir con tanto desai-
re mió , en si V. M. gusta , ó se desagrada de mi deten-
ción en el Retiro , como si el elegir el de Consuegra , no
hubiese sido voluntario , y que en vida de S. M. no
hubiese residido en este sitio años enteros con el mis-
mo embozo en que hoy le habito, sin que nunca hu-
biese S. M. con acción, ó palabra disentido de ella, míen*
tras no me llamó á otra parte la efediva necesidad de
su servicio.
Estas son , señora , mortificaciones de vivísimo sen-
timiento, y así suplico á V. M. postrado á sus reales pies
se sirva mirar mis justificadas razones á favorable luz,
reparando que ni en la atención á la memoria del Rey
nuestro señor, (que está en el cielo) ni en lo que yo he
procurado merecer á V. M. cabe tenerme mas tiempo
desfavorecido.
Esta apariencia tiene al mundo en tan suspensa ex-
pectación, que no puede satisfacerse ya con las palabras s y
Nn 2 es
2 8o
es necesario, señora , que en la substancia tenga el efe&o
que todo el juzga por justo, para poner mi honra á cu-
bierto de la malicia de las gentes. ¿ Que no se diría con-
tra lo mas sagrado de mi intención si viese, que V. M.
me cerraba la pueaa , que S. M. (que Dios haya)
me abrió para concurrir en los bancos de un Con-
sejo , que es la piedra de toque de la confianza , y el
aprecio de los mas relevantes vasallos? ¿Acaso helo desme-
recido después acá con mi proceder ? No señora * ni es-
to ha sido porque se haya visto sombra , ó átomo en mí
que pueda escurecerlo. Ni esto es, ni puede ser, ni debe
V. M. permitir que se me haga un disfavor de este ta-
maño , tan contra la real grandeza , y justificación de
V. M. Yo no deseo esta muestra de la real gracia de
V. M. por escalón para aspirar á otras mas superio-
res j que no he menester para nada , ni tampoco mi ge-
nio , ni mi deseo es de hacerme perpetuo cortesano. Quie-
ro verme desnudo de este afrentoso trage de delinquen»
te, y si después V. JVÍ. juzgare mas útil mi persona en
otra_parte , no reusare obedecer , ni perder la vida por el
servicio del Rey nuestro señor , y de V. M. , de quien
espero tal resolución , que ni la pueda atribuir á otra
influencia que á la de los favores , que siempre me ha
ofrecido. V. M. hacer, pues en nada los he desmerecido,
ni desmereceré' jamas ; y la honra de cada uno , señora,
es alhaja tan preciosa , y independente , que no puede
tener otro juez , que la propia inteligencia de su dueño.
Dios guarde la Católica real persona de V. M. = D. Juan.
Las resultas de esta representación no se sabe con cer-
teza quales fueron. Lo cierto es , que S. A. partió á Za-
ragoza á poco tiempo , y á poco también volvió á ser lla-
mado con pretexto de que estaba elegido por Generalísi-
mo de las armas destinadas á Italia , lo que al fin no tu-
vo e£e£to , sin que se sepa la causa 9 aunque se dixo que
sus
2¡8l
sus émulos habían hecho mudar de intención al Rey , y
á la Reyna nuesrros señores. El mismo señor Don Juan
parece que también ignoró el fundamento que hubo pa-
ra esto , según se explica en la respuesta que dio á la ciu-
dad de Zaragoza, que es la que sigue.
Recibí ayer en Madrid, la carta de V. S, de 4 , que
fue para mí de singular aprecio , y muy correspondien-
te al afe&o , que me ha debido , y deberá siempre. Res-
pondo á ella desde este lugar de vuelta para esa ciudad,
donde me encamino con mutho gusto , y. gran satisfac-
ción. Los motivos de esta impensada novedad, pedían mau
difusa narrativa i pero porque V. S. no carezca entera-
mente de su noticia, lo referiré en resumen , diciendo á
V. S. que como le insinué, fui llamado del Rey mi se-
iíor , Dios le guarde , por quatro diferentes veces , con
otros tantos instrumentos de su real mano , mandándo-
me en el primero , que pasase á Italia , aunque recibiese
otra orden contraria á aquella. En todos estos llamamien-
tos, me es Dios testigo , que no intervino solicitud algu-
na mía, ni puse mas de mi parte , que una ciega y pun-
tual obediencia 5 todo lo qual niei constituyó ;en tanta
•mayor confianza de que mi jornada , como dispuesta por
Dios nuestro señor , podia ser del servicio de ambas
Magestades. Llegué á los reales pies del Rey mi señor, en
que hallé quanto esperaba de su real benignidad , y aún
agrado, y confianza singular. Apárteme de ellos, porque
fue precisa esta separación entonces , y permitió ó quko
su divina Magesrad por sus inescrutables juicios, ó nues-
tros grandes pecados , que en este tiempo mudase S. M.
de didamen , no solo en orden de mi venida á su pre-
sencia real , sino en la revocación de otras que me entre-
gó , y tenia dadas de su servicio 5 de manera ,. que ha-
llándome en el Retiro, de vue'ta de Palacio, recibí un
papel de S. M. en que con términos de mucho favor me
de-
2§2
decia tenía por conveniente que no pasase á Italia , y
que así lo entendiese. Procure' en la respuesta dexar
abertura para que S. M. permaneciese en susprimeras.re-
soíuciones, pero no habiéndolo conseguido, y reconocido
yo T que mi detención en la Corte tendría mas de incon-
venientes > que de utilidad r salí de ella ayer tarde, sin
haber querido pasar á Palacio, ni quererme dexar ver
tn Madrid , por la gran conmoción en que supe estaba
■la gente , y lo que de ella , y de las noticias de mi salida
de la Corte podía resultar. No dudo , que los poco infor-
mados podrán hacerme cargó de que no se haya obrado con
mas rigor hasta sacar la persona de S. M. del estado en
que por nuestra mayor desdicha se halla , y poner orden
en lo que se necesita de e'l ; pero estoy seguro^ que por
<mi parte se ha procurado uno y otro, con quanto esfuer-
zo na cabido en ios términos de la ley divina , y la obli-
gación de buen vasallo. Y para explicarme mas , diré á
V. S., que este intento podía lograrse por uno de dos
•medios , ó concurrencias ; la una de la nobleza , la otra
del pueblo. En la mayor parte de la primera, halle gran
zelo; pero no igual unión de didamenes , con que no
se pudo concordar en lo que hubiera convenido, sin ries-
go de una conmoción escandalosa , ni faltar al respeto de
las personas reales. La segunda me parece estaba en pron.
'tísima disposición de executar quanto se le propusiese
.conveniente al remedio de las desordenes públicas , por-
que parece se ha transfundido en esta Gerarquía inferior
la honrada sangre , que se ha desaparecido de las venas
de algunos de la mas elevada i pero como estos movi-
mientos populares pasan de ordinario á lo ilícito y per-
nicioso, procure' evitar todas la ocasiones de que pu-
dieran originarse , eligiendo yo antes pasar en el mun-
do por menos eficaz en las execuciones , que hubieran
sido convenientes á la persona y servicio de S. M, , y
á
2&3
a la conservación de su Corona , que dexar\ de impedir
aquello de que precisamente se habían de seguir muchas
ofensas de nuestro señor , á quien pido guarde á V. S.
muchos años &c,
La marcha precipitada de S, A. para Zaragoza , puso
en expectación á la Corte 3 pero todo quanto empezó á»
discurrir sobre esto , se confundió en el olvido con la
repentina vuelta de S. A. llamado del Rey nuestro se-
ñor 5 cuya real carta para ello , la de la Rey na nuestra;
señora, y las respuestas del señor Don Juan , son las que
siguen , y con las que concluyen estas memorias que de-
dico al tiempo para que las conserve , y haga presentes
á los venideros siglos ¿á fin de que no ignoren el estado,
de la Monarquía en el presente*
Carta del Bey nuestro señor para Don Juan
de Austria,
D,
ON Juan de Austria mi hermano : habiendo lle-
gado las cosas universales de la Monarquía á termi-
no de necesitar de toda mi aplicación , dando co-
bro executivo i las mayores importancias } en que
os hallo tan interesado , debiendo fiaros la mayor
parte de mis resoluciones , he resuelto ordenaros vengáis
sin dilación alguna á asistir en tan grande peso , como lo
espero de vuestro zelo á mi servicio , cumpliendo en to-
das las circunstancias de la jornada con la atención que
es tan propia de vuestras grandes obligaciones. Nuestro
señor os guarde como deseo. Madrid 27 de Diciem-
bre de 1 6j 5. =. Yo el Rey.
Res-
XJL
Respuesta del señor Don Juan,
noche recibí el real despacho de V. M» de 27
del presente , el qual movió en mi ánimo dos diferen-
tes afectos , hijos ambos de mis grandes obligaciones, y
rendido amor a la real persona de V. M.. El uno de pe-
na , viendo lo que V. M. se sirve insinuarme del estado
en que se hallan las cosas de la Monarquía , habiendo pe-
netrado este mi corazón , aún mas que por ser cier-
to , ( qual todos lloramos ) por oirlo de V. M mismo,
como testimonio del cuidado en que tiene á V. M., de
que holgare' yo aliviar algo á V. M. á costa de toda
mi sangre. El otro , de reconocimiento, y confusión por
la grande honra de querer V. M. servirse de mi zelo
cerca de sus reales pies en frangentes tan peligrosos , á,
vista del tanteo cierto , que tengo hecho de mis hom-
bros , los quales al paso que son tan flacos , aún para
llevar la menor parte de tan grave peso , son robustísi-
mos y firmísimos para representar á V. M. quanto en-
tendiere ser de su mayor servicio y gloria. A este fin,
señor , movido de mi propio zelo , y del de otros
muchos Grandes , y verdaderamente fieles vasallos de
V. M. , me hallaba en deliberación , quando recibo el
real despacho de V. M. de pasar á esa Corte , para que
V. M. lo oyera de mí , y de ellos ; y lo que ahora pue-
do decir á V. M. es , que mañana , placiendo á Dios,
me pondré en camino , el qual procurare' abreviar quan-
to los resguardos para seguridad propia , y el mas efec-
tivo logro del mayor servicio de V.-M. permitieren > pues
ambas consideraciones los hacen inescusables i y lo que
debo á Dios , á V. M. , y á mi propia obligación, que es
una constante fidelidad , son prendas infalibles , de que
aplicare el principal cuidado en las circunstancias de
mi jornada , con todo lo que V. M. se sirve decirme:
es-
28*
estando bien seguro , que V. M. lo conoce , y cree así,
y que antes me faltará la vida , que mueva paso j ni)
intente acción , que no sea encaminada únicamente , y
sin humano interés á la mayor gloria de Dios nuestro
Señor , servicio de V. M. , y de la Corona, Guarde Dios
á V. M. los años que deseo. Zaragoza 3 1 de Diciembre
de 1675. = Don Juan.
Carta de la Reyna nuestra señora par a Don Juan
de Austria*
D.
"ON Juan de Austria mi primo : El Rey mi hijo
ha resuelto , como entenderéis por lo que os escribe, que
vengáis luego á asistirle al expediente de ios negocios
universales; y os he querido decir de quanto gusto y.
agrado me será que lo executeis con la brevedad , que
solicita el estado de todas las cosas de la Monarquía , co-
mo lo fio de vuestro zelo y atención , pudiendo asegu-j
raros , que siempre atendere á lo que fuere de vuestra
mayor satisfacción. Nuestro Señor os guarde muchos
años , como deseo. = Yo la Reyna.
H
Respuesta del señor Don Juan á la Reyna
nuestra señora.
Abiendo de ver V. M. lo que respondo al Rey mí
eño , ( Dios le guarde ) escusare' referirlo aquí ; asegu-
rando á V. M. , que no ha tenido , ni tendrá quien coa
mas verdadero corazón haya deseado á V. M. quanto de-
lante de Dios juzgo conveniente ai mayor servicio de
V. M. , á cuyos pies quedo con el debido rendimien-
to , rogando á nuestro Señor guarde á y. M. felicísimos
años. — Don Juan. ¡
Oo Q>-
226
Copia de carta que escribió S, A. a Don Diego Velascey
su Mayordomo en Madrid , desde Zaragoza,
á primero de Enero de lójj*
E
fL correo que me despachasteis con las cartas de sus
Magestades , llegó á noche á hora que no pude respon-
der. Hágolo esta mañana con las inclusas , que llevareis,
ó enviareis luego á Don Gerónimo de Gea. Lleganme al
mismo tiempo noticias de seguros originales , que ese
desdichado monstruo , reo criminal por tantos lados de
Lesa Magestad divina y humana , ha hecho la tramo-
ya de salirse de allí , para volver á entrar de secreto,
(como lo había executado la noche 27 á las ocho) y
que se continuaba la infamia de tener al Rey (Dios le
guarde ) en postura de cercado , y temeroso con apara-
tos , y aparejos de gente armada , no solo en la Corte,
sino dentro de Palacio : sacrilegio que excede á quantos
se han cometido, con ser tan enormes , contra el honor,
servicio , y persona sagrada de S. M. También las úl-
timas cartas nos han llenado la cabeza de los embolis-
mos de una nueva Junta , de lo que repetidamente con-
sultó , y de la escusa de asistir á ella los que la forma-
ban , hasta que tengan cumplido efe&o sus representa-
ciones. Tampoco me faltan buenas noticias , de que se
traman contra mí , y los que siguen el di&amen de lea-
les vasallos , grandes y horribles azechanzas ; pero como
todo lo queme toca lo tengo depositado muchos dias
há en las manos de Dios , y debaxo de su poder , y am-
paro de la Vitgen santísima , no me inmuta nada. Fi-
nalmente , todo quanto se oye en desventura de nues-
tros grandes pecados , confio ha de cesar presto , y dis-
pondrá su divina Magestad por intercesión de su Madre
pia-
287
piadosa , y de nuestro Patrón Santiago , que yo halle
eso en postura, que no sea menester vaierme de la fuerza
para librar á S. M. de la que padece con tanto dispen-
dio suyo.
Encargad se hagan ahí continuas oraciones á este
fin , que acá no se cesa , y en toda la circunferencia de
España me consta se hace lo mismo. Disculpadme con
todos los que me han escrito , porque apenas he tenido
lugar de leer sus cartas. La inclusa daréis al Duque de
Alva. Envióle copia de las de sus Magestades , y de
mis respuestas , para que las participe á la nobleza en
conseqüencia del empeño , y vínculo recíproco , que
con ella tengo contraído á favor de la causa , y servi-
cio de S, M. , (que Dios guarde) como hemos menes-
ter , y á vos os guarde.
Copia de carta de S. A. el señor Don Juan á la Santidad
de Inocencio XL
L
BEATÍSIMO padre.
íOS flagelos continuados con que de algunos añosa es-
ta parte ha castigado la recia justicia de Dios nuestro Se-
ñor á esta Monarquía Catolicísima , y en ella á rodo el
Orbe christiano , han sido tales , y sus principales raíces
tan manifiestas , que no dudo habrán , no solo llegado á
los oídos de vuestra Beatitud , sino lamentádolos en el
mayor grado. Ahora , Beatísimo Padre , me postro por
medio de estos renglones á los santísimos pies de vuestra
Beatitud , en tiempo que tengo los mios en los estrivos
para dexar el retiro , en que la divina providencia me
ha tenido hasta ahora , para encaminarme á la Corte,
asistido , y amparado de la primer nobleza de estos rey-
nos , y fieles vasallos del Rey nuestro señor , á volver
por
288
por las causas de Dios , y suyas , que tan olvidadas han
tenido los que mas desean apocarlas. Parto con la presen-
te bendición de vuestra Beatitud , á quien suplico me la
eche efe&iva ; pues mis acciones , y mis pasos no tienen,
ni tendrán jamás movimiento , que no sea dirigido á la
mayor honra , y gloria de Dios nuestro Señor, servicio
de mi Rey , y bien de esta Corona , primera , y mas fir-
me columna de la universal Iglesia , que prospere el Cie-
lo con dilatada vida de vuestra Beatitud , su dignísima
cabeza , qiianto yo su mas obediente hijo deseo. Zarago-
za á 27 de Diciembre de 1676*
FIN DEL QUARTO TOMO,
SEMANARIO ERUDITO,
QUE COMPREHENDE
VARIAS OBRAS INÉDITAS,
CRITICAS, MORALES, INSTRUCTIVAS,
POLÍTICAS, HISTÓRICAS, SATÍRICAS, Y JOCOSAS,
DE NUESTROS MEJORES AUTORES
ANTIGUOS, Y MODERNOS.
DALAS A LUZ
BON ANTONIO VALLADARES
de Sotomayor.
TOMO QUINTO,
MADRID MDCCLXXXVIÍ.
POR DON BLAS ROMÁN,
Se hallará en las Librerías cíe Bartolomé López, Plazuela dfi
Santo Domingo , y en la de López , calle de la Cruz,
y en los puestos del Diario.
COK PRIVILEGIO REAL.
VISITA
DE LA ESPERANZA , Y EL TIEMPO.
DIALOGO
En obsequio de la verdad , y convencimiento de las
calumnias , que fomenta la malicia á las justas
curaciones del Señor Donjuán de Austria , des-
de su ingreso al gobierno de esta
Monarquía,
ADVERTENCIA.
La Nota que mandó poner el Supremo Consejó
de Castilla al frente del Tomo IV".0 de éste Periódi-
co, sobre la precaución con que debe leerse la obra
que comprehende^ es terminante igualmente á las que
abraza el presente correspondientes al señor Don Juan
de Austria.
JCfn la Calle mayor del Deseo , mas cuidadosos que ca-
suales, se encontraron ia esperanza , y ei i lefzffi i y 'ha-
biéndose cariñosamente saludado como cor tesaros tan
diestros , le suplicó la Esperanza , que la escuchase unas
crueles aprehensiones. Movido el i hmpo de la amistad,
y vencido del ruego, eligieron para la visjta el patio de
los Consejos de Palacio, por ser este sirio ci;rhas frecuen-
tado deúa esperanza y y el mas; conocido ád Tis;,?po.
A 2 Son
Son tan ligeros , que apenas se convinieron , quando
llegaron ; y aunque fue la conversación muy secreta , la
percibí toda , porque ya se sabe , que las paredes de Pala-
cio oyen,
Desahogando, pues t la. Esperanza unos suspiros, que
tenian de voces los sonidos ,y de llanto ios acentos, im-
pacientemente discreta, y discretamente impaciente, rom-
pió en estas tristes cláusulas sus altos silencios.
Esperanza: ¿ Que' es esto , Tiempo amigo? Te desco-
nozco , y te veo. ¿ No eras tú el fiador de mis prudentes
ansias , el consuelo de mis inquietudes, el alivio de mis
sobresaltos , el remedio de mis temores , y el norte en la
tempestad de mis males? Tú solo fuiste el juez de mis
apelaciones , y la suprema sala de mis causas. Miraban
anegados en llanto mis ojos las públicas calamidades de
esta dominante Monarquía , y viendo que los males no
sucedían , sino se heredaban , y que mas parecían me-
ditaciones voluntarias del error , que calamidades con-
tingentes de la infelicidad : juzgue prudente que tú solo
podias , si no desacer la rueda de tanta eslabonada desdi^
cha, corregirla con tu providente mudanza.
No quiero obligarte al remedio con la triste relación'
de lo padecido , sino con la alegre memoria de lo espera-
do. No pretendo ser eloqúente en mis males , ni retórica
en mis dolores. No merecen los errores eloqüencias , ni
tengo por discreción , que se eternize lo errado en la sa-
bia pluma de lo reprehendido ; porque si ha sido vene-,
rada política , que se deben escribir los aciertos para
fanfa , y los errores para justicia , sospecha no en va-
no mi temor , que de las ambiciones políticas altamente
reprehendidas, y hermosamente acusadas , toma nuestro
mal genio mas el camino, que el escarmiento.
Ahogue mi dolor en el capacísimo golfo de mi pecho
jantae injurias á cielo y mundo , á lo temporal y eterno, á
5
lo moral y político , y á lo sacro y profano. Esconda mí
discreción , y mi respeto en el sepulcro del olvido, los in-
decorosos instrumentos de ruinas tan invencibles. Quiero,
ó Tiempo mió , engañar lo pasado con lo futuro. No pre-
tendo entristecerme, sino engañarme. No busco la quexa,
sino la medicina.
A ti pongo por testigo , que registras los mas escon-
didos movimientos de esta volante rueda del corazón
humano. Tú sabes que no tenia mi dolor otra ancora de
que aferrarse para no zozobrar en el mar alterado de este
golfo político , sino es tú curso. Todos tus minutos
eran mis altares ; todos tus instantes mis templos. Mas
humos de sacrificios me deben tus aras , que yo te debo
respiraciones 5 mas invocaciones , que yo alientos. Debes
creer , que no eran mis voto3 supersticiosos , porque cul-
tos de necesidad, aunque no sean tan hidalgos, siem-
pre fueron verdaderos. No te pedia mi congoja mila-
gros , ni que te parases como con Josué , ni que retroce-
dieses como con Ezequías > solo te suplicaba corrieses ve-
loz tu carrera, y que me cumplieses tu condición , pues
profesas desigualdad.
Np puede negarte mi dolor , aunque me roze en la
cortesía , que fuiste tan sordo á mis clamores , que pare-
ce fijaste el clavo al ardiente carro de tus luces. D'lqz.
años (que si para tu luz son instantes , para mi desdicha
eran siglos) paraste tu curso , sin dar paso á mi anhelado
remedio. No se cómo tuviste ojos para mirar nuestros
males. Estrañe' tu suspensión : porque si paraste por Jo-
sué para una vi&oria ■> ¿quien te detuvo para nuestra rui-
na? Pero no vuelen tan alto las quexas , que pretendan
imprimirse en esas ojas azules.
Menos desatento á mis miserias , me prometiste el
remedio á 64c Noviembre del año pasado de 1675 , me-
jorando con la aurora de una mañana , los ocasos de dos
lus-^
6
lustros. Amaneció Madrid con dos soles , siendo verdad
lo que lisonja en Tácito , que se vieron dos soles al en-
trar en Roma Augusto. Alumbró el sol político de S. A.
á esta grande Corte con aparatos de deidad hermosa,
pues á su vista resucitaban los ya difuntos corazones.
Derramóse en los pechos tanta alegría , que se perdió- la
tristeza deja memoria. Embarazaba el gozo á el discur-
so, y hacia la voluntad oficios ele. entendimiento. Aquí,
Tiempo , n>e quexo de tu engaño, y aunque sea, indiscre-
ción, enojar á quien es menester , puede mas ía justificación de
mi que xa , que la necesidad de mi política. .
¿Si habías de arrebatarnos elrremedio, para que' le pre-
sentaste á los ojos: ¡O compasión cruel í Mostrar que tie-
nes medicina , para quitarla. Mejor nos estuviera el en-
gaño de desahuciados, que la desgracia de- infelices. Al
mirar incurable nuestra llaga , no procuráramos la me-
dicina. La aprendida imposioiiidad de sanar , nos obli-
gará á la resignación de morir. Supiéramos que moria-
mos de mortales, y no de infelices. ¿ Quie'n da una joya
para arrebatarla? ¿Quien alargó el vaso para derramar
el antídoto? ¡ O Tiempo riguroso ! pues anochecernos tan
arrebatadamente la medicina , ó fue despreciar nuestros
males, ó duplicar nuestras muertes.
Arrepentido sin duda de esta fundada quexa , dis-
pusiste con providencia sabia, queá 22 de Enero de este
año amaneciese en esta Corte fixo aquel sol , entonces
errante , -ya en este deseado_trono. Correspondiste fiel á
mis ansias; pero no has desempeñado caoalmente mis
votos.
Entró S. A. con el aplauso igual al deseo ; y concebí
de su alta mente , y soberana idea , la salud universal de
esta enferma Monarquías quedando con sus primeras li-
neas mejorada mi Esperanza, pues siendo tan grande el
achaque , empezó á ser mayor la medicina*
No
7
No he depuesto este fixo di&amen ; pero en la inti-
midad que profesamos , y en la comprehension que de mí
genio tienes , fuera imprudencia negarte, que soy melin-
drosa. Ya sabes , que los rumores me asustan , las quexas
me impacientan ; las dudas me sobresaltan , y los rece-
los me ahogan. Conozco mi fragilidad ; pero no es
remedio á mi flaqueza mi comprehension , pues no fue-
ri humana Esperanza , á no vestirme de tan caducas
libreas.
Hasta aquí, Tiempo amigo , te he invocado piadoso;
ahora te necesito discreto. No pueden los rumores que-
escucho alterarme 5 pero son poderosos para entristecer-
me. Despreciándolos como falsos , me sobresaltan como
peligrosos ; no me vuelven infiel , sino recelosa ; no me
mudan , sino me inquietan : tan obscura es mi enferme-
dad , que huyéndose de mi juicio , se concede solo á mi
dolor. Vivo en una conjurada complicación de dudosas
oias , y estoy firme y alterada , sosegada y inquieta,
turbada y pacifica, segura y recelosa. No se si acertare
á explicar mi complicación. Me parece que siendo muy
difícil para el asenso, soy muy fácil para el cuidado. Ten-
go para mi quietud la constancia, y para las contingen-
cias una astuta providencia.
Esta alterada y maligna complicación de reñidos hu-
mores , nace de mi fácil , y achacosa complexión. No pue-
do esconderte , que soy tan medrosa como muger. Si pi-
do á mi entendimiento , que me destierre la vanidad de
mis sustos , me responde que ya lo manda; pero que ha
siglos que la voluntad le ha negado la obediencia. Si su-.
plico al corazón no me ahogue con sus sobresaltos se
excusa con decir , que mal puede amar sin temer. Si rue-
go á la memoria no me ahogue con lo pasado , me dice
que no puede borrar lo que á tanta costa escribió. Si
pi-
pido á ía Fantasía que no me encienda , se escusa dicien-
do, ¿que si no apago la hoguera para que' acuso la llama?
Si baxo á los sentidos exteriores , tampoco los hallo com-
pañeros , sino Fiscales : tan combatida respiro , que solo
se que vivo, porque siento.
Ya que he delineado mi achaque , diré' en borrón
la raiz, que presumo de tanto accidente. Estoy firme y
constante , porque del soberano entendimiento de S. A.
prudentemente concibe mi idea , quanto de su idea-
do Cyro escribió en Xenophonte la lisonja. Es Principe
tan excelente en prendas , que no puede pintarse , por-
que no puede comprehenderse > y excede mis colores , por-
que excede las esperanzas.
Pasando de lo que conozco á lo que escucho, me asusJ
tan ios rumores que corren ; y aunque no pueden derri-
barme , se conjuran á combatirme. Oygo decir , que en
desterrar á la Rey na nuestra señora , obró mas el poder , que
la razón i y quj arrepentidos, volverán á la Rey na al Gobier-
no, Que lo público no se ha remediado ■> que los señores afee- •
tos , viven sobre disgustados , quejosos. Que no ha beneficia"
do a sus leales afeólos. Que es muy alto su espíritu para las
humanidades del Gobierno, Que pues no ha hecho justicia , no
debia de haber delitos ; y para decirlo en compendio, que
corre el mismo tiempo que el pasado.
Congojada con estos infieles rumores , que aunque '
no me persuaden , me enfadan , y aunque no me con-
vencen , me alteran , busco en tu amistad amparo , pues
eres mi único patrocinio. A tí te ofende la queja : pues
querer confundirte con el tiempo pasado , ni lo tolerara
tu justicia, ni podrá disimularlo tu paciencia. Reveíame
un poco tus futuros , y merezca la grandeza de Ui-causa,
y la compasión de mi inocencia , que me descojas los
largos lienzos de tus arrebatados minutos. Ya conozco,
que
9
que he andado en la relación prolixa, y en la súplica osa-
da , y indiscreta > pero no estragarás , que siendo la Esj?
peranza , sea importuna.
Tiempo. Bien sabes , Esperanza amiga, que no tienes
otro fiador para tus deseos , ni otra hechicera deidad pa-
ra tus votos , que á mí. Mis altares están llenos mas de
tus importunidades , que de tus sacrificios ; pero yo te
he disimulado lo importuno por lo atento , y lo impa-
ciente por lo devoto. En invocarme ahora procedes co-
mo discreta j en asustarte obras contra mí como ti-
rana.
Quiero desmentir la vil condición , que me prohijan
los hombres. Todos se quejan del Tiempo , y soy tan
atento cortesano , que quejándose de mi sinrazón , y de-
biéndosele quitar para castigo , se le doy para el arre-
pentimiento i queja mas irracional ñola ha escuchado el
Sol desde que conmigo nació.
Yo soy la vida , y la medicina de los achaques incu-
rables. Lo que no puede curar la razón , lo sana el Tierna
po. Tan poderoso amigo soy de la naturaleza , que poc
aliviarla me he introducido casi idolatradamente en la
jurisdicción de lo sagrado ; pues los oidos , que no pa-
cifican los mandamientos divinos , los sepultan mis ins-
tantes. Mas venganzas y delitos se han ¿exado por mí,
que por Dios.
Los dolores y tristezas no se rinden á resignacio-
nes , sino á minutos , pues puede la conformidad estor-
bar las impaciencias , pero no los dolores. No ha podido
Séneca con todas sus discreciones enjugar unas lagrimas,
y las seco yo en veinte dias. Los remedios de la fortuna
del insigne Tetrarca , como medicinas especulativas , se
imprimen solo en el papel. Las mías , como prá&icas , se
estampan en el corazón. Yo soy , como temporal Monar-
ca de esta vida , el arbitro dueño , que pone entredicho
Tom. V. B á
10
á la miseria , y cesación á la fatiga. Aún quando mato,
bago beneficio , pues traspaso á lo inmortal lo cadu-
co , y niego lo temporal , para introducirlos en lo
eterno.
-i- Á mi incesable curso debe el mundo su perpetuidad,
los astros su luz , y las miserias su fin. Todos los mortales
representan en mi grande teatro su papel por mí j por-
que los doy los vestidos , aunque no sea autor. Tan be-
néfico soy , que no puedo hacer mal. Que'xanse de que
los quito las vidas ; y no advierten , que á ser eternos mis
cursos , fueran inmortales sus miserias. Tanto favorezco,
haciendo que mueran , como asistiendo á que vivan ; y
á la luz del desengaño , mas favorezco con el sepulcro,
que con el aliento 5 pues siendo favor dar la vida para
merecer , es mayor dar la muerte para reynar.
Idólatramente ciegos acusan mis altares , llenándolos
de impiedades en vez de respeto $ y equivocando las in-
jurias con las veneraciones , quando me invocan , me ye-
ren , y quando me sacrifican , me infaman. Ya me lla-
man traidor , ya alevoso , falso , infiel , mudable , en-
gañador , y embustero 5 y otros mas torpemente cie-
gos desesperan de mí, sin conocer , que de mí no hay
apelación.
Aún los que me miran con mas templanza , mal ob-
servantes de mis pasos , llaman á mis precisos baybenes
errores , á mis mudanzas alevosías > y á mis inquietudes
traiciones. Tanto tiene esta quexa de indiscreta, como de
atrevida. Tan necios los vuelve el dolor , que los obscu-
rece el discurso; pues á ser fixo, no fuera Tiempo. Tan
imprudentes , y atrevidos son , que aún la necesidad ine-
vitable que tienen de mí , no los ha movido á corte's ve-
neración.
Extrañarás que me haya quexado, siendo el maestro
de toda la prudencia humana 5 pero es tan justificada mi
, que-
II
quexa , que aun con toda mi discreción , no he sabido
disimularla. No pretendo ahora desvanecerla , que fuera
impiedad á tu hidalga ansia dilatarte la medicina 5 y mas
necesitan de compasión tus miserias , que de venganza
mis injurias.
Dexára yo de ser Tiempo si faltara al orden. Por el
responderé' á tus ahogos en común , baxándome después
á lo particular. Fia de mí , que te he de satisfacer , por-
que es falsario de la prudencia quien desespera de la me-
dicina. En lo general debías quedar satisfecha con acor-
darte, que ya he hecho lo que habias tanto anhelado. Ya
he desempeñado tu Esperanza , pues gozas en amada po-
sesión á S. A.
Aquí, Esperanza , te has de parar un poco, y cortar
las alas á la impaciencia ardiente de tu vuelo. Si quieren
tus ansias atropellar mis carreras , y deslabonar esta fir-
me cadena de arrebatados instantes succesivos , no mere-
cerás compasión-, sino cárcel ; no te responderé' comoá
discreta , sino te despreciare como á loca.
Tu hijo , que es el deseo , hereda el ardor de la ma-
dre. Anhelas al remedio de esta fatigada Monarquía ; y
aunque en desearlo eres cuerda , en impacientarte por
no verlo executado eres loca. La prá&ica te habrá adies-
trado (quando desprecies los oráculos de la Filosofía) que
para llegar á las Indias , necesitas vencer los mares. Si
pretendes llegar al fin sin costa de venta ni fatiga de
camino , eres Ateísta de lo político y humano , por-
que no hay fin alto , que no tenga muy largas las
jornadas.
Bien pudiera convencerte con exemplos de historias,
y accidentes de Monarquías 5 pero quiero reducirte con
tus armas. Si lloras el tiempo pasado , tan envuelto en
miserias , que se habia perdido hasta el vocablo de las di-
chas j y si confiesas que el desorden de diez años habia
B 2 he-
12
hecho el error costumbre , y el desacierto ley , ¿ cómo
pretendes que años convalezcan á minutos , y que se re-
paren lustros á instantes? Una síncope de dos horas pide
para convalecencia meses 5 mira si peste de años pedirá
para convalecer siglos.
Siempre ha pedido mas largos espacios el reparar,
que el hacer. Seis dias gastó Dios en todo este mundo pa-
ra hacerle , y treinta y tres años para repararle. En siete
años labró la Magestad del Templo Salomón , y en le-
vantarle gastó quarenta el Príncipe ZorobabeL El repa-
rar tiene doblada costa , que el hacer 5 porque tiene la
costa del gasto, como si fuese de nuevo7 y la dificultad de
poner en orden lo arruinado.
No tienes sin duda penetrado todo el mal que has pa-
decido. Disculpa tienes , porque las congojas del esperar,
te eclipsarían las luces de tu comprehension.
Has de saber, que no estaba la Monarquía moribun-
da T sino muerta. Ya estaba el enfermo en el atahud ; solo
había la diferencia de que no estaba sepultado. Estaba
visible en el escandaloso y y triste expe&áculo ; nada fal-
taba al funeral de sus exequias, sino es los epitafios á Jas
honras.
Compadecido del clamor de algunos buenos (que
siendo buenos serian pocos) , dispuse que viniese S. A.
á probar el poder de su real mano , resucitando á este di-
funto. Bien se' , que aquella real comprehension antevio
la invencibk dificultad , y su pundonor juzgó mas dig-
no de su nombre aventurar su alto concepto y que escorn
derse al remedio público. ¡O sacrificio sin aras , y sin
exemplos! Exponerse á que la sinrazón le censurase de po-
co poderoso , porque ia humanidad no le procesase de po-
co atento.
Embarcó su dorada fama en el dudoso baxel de la
contingencia , y tomando el pulso al gobierno , hallaron
sus
*3
sus ojos que no discrepaba de lo que tenían pulsado sus
conceptos. Reconoció , que las in vicias resistencias de
un achaque antiguo pierden el respeto aún á las eficacias
del Antimonio j y llorando, para resucitar á este Lázaro,
mandó revolver las piedras de su sepulcro.
Registró los reales Herarios , y hallólos sobre consu-
midos empeñados j la real Hacienda vendida j S. M. co-
miendo la vida , que aún no goza 5 los hombres de cau-
dal, unos apurados, y no satisfechos, y otros que de muy
satisfechos lo tienen todo apurado ¿ los mantenimientos
al precio de quien vende las necesidades 5 ios vestuarios
falsos como exóticos , ó tan excesivos , como vendidos
de la codicia de un extrangero , que no halla resistencia
á su engaño > el comercio con el nombre de Españoles,
pero con intereses nacionales 5 los puertos maritimos con
el muelle para España , y la mercadería para fuera , sa-
cando los extrangeros los frutos para volverlos á reven-
der beneficiados, engañando dos veces , y tanto en la
vuelta , como en la saca 5 galeones y flota pagados á
costa de España, pero alquilados para los tratos de Fran-
cia, Holanda, y Inglaterra 5 el Mediterráneo sin gale-
ras , ni baxeles; las ciudades, y lugares sin riquezas , ni
habitadores 5 los castillos fronterizos , sin mas defensa;
que su planta , ni mas soldados , que su buen terreno;
los campos sin labradores 5 la labor pública olvidada ; la
moneda tan incurable , que es ruina si se baxa , y es
perdición si se conserva ; los Tribunales achacosos ; la
Justicia con pasiones ; los Jueces sin temor á la famas
los puestos como de quien los posee , habiéndolos com-
prado ; las dignidades hechas herencias ó compras ; los
honores tan vendidos en pública almoneda , que solo ha
faltado la voz del pregonero ; letras y armas sin méri-
to, y con desprecio 3 las virtudes escondidas , como des-
preciadas ; los vicios entronizados como favorecidos j sin
más»
*4
máscara los pecados , y sin honor los delitos ; el real Pa-
trimonio sangrado á mercedes y desperdicios} todo el do-
minio del Rey reducido al suelo , y á los caminos } los es-
píritus apagados á la vil tolerancia , ó á la violenta im-
paciencia 5 las campañas sin soldados ni medios para te-
nerlos j las armas sobre mal asistidas omisas , y con visos
de no seguras j los cabos procurando vivir mas que me-
recer} los soldados con la 'precisa tolerancia, que pide
traerlos desnudos , y mal pagados 5 los Holandeses arre-
pentidos 5 Orange dudoso } el Francés como vi&orioso
atrevido } el Emperador defendiendo con nuestros teso-
ros sus dominios } los Potentados coligados á ios intere-
ses de sus paises } Italia sobresaltada á la vecindad del
France's en Sicilia , vambaneando entre su inconstancia y,
su riesgo 3 los Pontífices como temerosos neutrales } In-
glaterra acechando sabia el fin de la comedia } y final-
mente , sin reputación nuestras armas , sin crédito nues-
tros Consejos , con desprecio los exercitos , y con descon-
fianza todos.
Detente un rato , Esperanza , en los colores de esta
verdadera imagen , aunque fea , y verás si necesita de
todo el poder de mi brazo un contagio tan esparcido,
que ocupa todos los civiles, y políticos huesos : ¿ si tan-
tos achaques piden tan largo tiempo para comprehender-
ios, que pedirán para remediarlos?
No puede la comprehension labrar moneda } no se
labra con discursos , sino con metales. No dieron el di-
vino ingenio de Platón j ni el mas que humano de Aris-
tóteles en sus Repúblicas arbitrios para hacer tesoros,
sino es para conservarlos. No se pueblan las campa-
ñas con discursos , sino es con tesoros. Sirve el dis-
curso para la reda administración de la campaña } pe-»
ro sin oro , no puede formar esquadrones la mas capaz
providencia.
En-
1$
Entró S. A. en oportunidad tan fatal, que ya había
tocado á marchar el despierto Francés. Quantas preven-
ciones pudieron caber en nuestra desprevención , hizo su
esfuerzo , y obró su cuidado ; pero como los socorros mi-
litares para ser defensas , y no gastos , penden de las an-
ticipadas providencias , no pudo remediar su cuida-
do el descuido pasado de no haber ido el socorrió á
tiempo.
Ni' ha sido culpa ni desgracia suya las plazas perdi-
das. No es mi ánimo fiscalizar á los que las han defendi-
do 5 porque aunque todo lo revelo , es después de muy
rogado. Han corrido felices las Lises , porque has de sa-
ber , que para vencer ahora los Franceses, ttaen en sus
tropas unos soldados , que no conoces.
El mas valiente capitán para vencer, debe haber ven-
cido. Mas vi&orias ha dado la fama , que la valen tia.
Al mundo no le manda la verdad , sino es la opinión.
Solo en el cielo manda la verdad en conocimiento de luz.
Al rumor de un exercito triunfante se alistan quan~
tos pretenden hacer fortuna. Los Romanos conquistaron
á todo el mundo , porque habian vencido el otro medio.
Las primeras victorias fueron empresa de su disciplina,
las segundas fueron dichas de su fama. Solo á los Españo-
les y Cartaginenses dominaron con porfiado tesón, que á
los obstinados Saxones , quisieron mas no conocerlos que
conquistarlos.
A las primeras lineas de su Imperio necesitaron de
sus seis ilustres Reyes. (No merece este número Tarquino,
mas por la alevosía contra Turno, que por la violencia
contra Lucrecia.) Estos al color de su osadia , y á destre-
za de su providencia , compusieron un rostro de Monar-
quía de facciones tan encontradas , como naciones entre
sí enemigas. Pero ya extendidas las columnas de su do-
mi-
\6
minacion en el feliz Augusto , mas vencían con los respe-
tos , que con los soldados.
Al osado Atila , á quien solo hizo Monarca su atre-
vimiento , se le juntaron en ia injusta invasión de Italia
trescientos mil hombres , sin mas sueldos de paga , que
la presumida Esperanza de sacos y presas. Es tan pode-
roso en los mortales el amor á la codicia , que alista en
las vanderas triunfantes tantos interesados como hom-
bres (si hay distinción entre hombres, y interesados). No
niego al Rey de Francia su militar valor , aunque no de-
cidiré' por justa la pretensión de sus armas , ni firmare' el
^duelo de retar á un niíío ; pero mas consisten hoy sus
duelos en su adquirida representación , que en su pericia
militar.
Sobre diez años de cimientos há que labra Francia ei
derramado crédito de sus vi&oriosas vanderas ; y no pue-
do yo borrar en un dia dos lustros de fama. Yo tengo,
sin ser delinqüente , la culpa de no habérsela borrado
S. A. por quanto no le he dado tiempo suficiente , pero
yo juro enmendarme. No esperarás mucho mi palabra,
que bien veloz soy en mi carrera.
Los sabios saben , que solo yo lo puedo vencer
todo; y S. A. como tan discreto, ha puesto en mí
ías medidas de su poder. Vuelve la vista al valeroso
Constantino, y verás que mudar á un imperio la cara
lo puede empezar la humana industria > pero solo con-
sumarlo la suma providencia. Este insigne pecho triunfó
en Pontemol del insolente Magencio , y de todo el Occi-
dente , ayudando á su viftoria el Tiber con sus olas , y
habiendo rendido las murallas de la soberbia Roma, le
juró Emperador el Pueblo ; pero ni pudo vencer los in-
tereses del Senado , ni ser Emperador en el Gobierno. El
ir á fundar sobre las ruinas de Vizancio su celebrada
Cons-
Constantinopla , ya deshecho el porfiado Licínío , no
fue vanidad > como murmuraban los necios , sino alca
política , que solo penetran los muy avisados. Fue un
fugitivo discreto , que por no aventurar consigo su po-
der , dexó que hiciese yo con mi carrera lo que fuera im-
posible con su espada. Mate' en breve tiempo á los Sena-
dores , y por haberse fiado de mí , le jure' en Roma acla-
mado Emperador.
Es alta discreción pesar las medicinas y los humores,
y penetrar el exceso de sus cantidades j porque excedien-
do el humor á la medicina , no purga , sino empeora ; y
estando muy dominantes los males , solo sirven los re-
medios , de que se averigüe que son inútiles. Nunca fue
prudencia intentar lo muy arduo de conseguir. Querer
curar repentinamente la Monarquía , fuera despoblarla,
porque la mayor porción yace enferma. A este inevitable
escollo se arrima otro mayor , y es • , que idolatrando el
achaque, y con resistencias >á la curación , no solo va
la medicina con sospechas de ociosa, sino con señales
de aventurada ; y en averiguando un Príncipe , que no
se cumple lo que decreta , bien puede arrojar el sello
real por la ventana.
Descendiendo de estas generalidades á las Individua*
ciones de los rumores , que te asustan , verás con. razo-
nes caseras , ( como conferencia de visita , y plática de
sala ) quán vanas son tus ansias , y quán irracionales las
quejas.
La primera es , que desterrar á la Reyna nuestra se*-
ñora y fue, violento efe ¿lo del poder , y no decreto de la ra-
zón. ¿Cómo acertará en el cargo , quien hasta los voca-
blos ignora? ¿ Cómo llaman (con torpe ignorancia , y
maliciosa irreverencia ) destierro , lo que es cláusula d©
testamento de un Rey , y esposo ? A dos Magestades
ofende este crimen y á la reda disposición de una Mages-
Tom.K G ' tad
II 8
tad muerta 5 y á lá amante obediencia de una viva. No
discurro tan civilmente de su alto respeto , que mirara
los decretos de su amado esposo con quejas de destierro,
sino con veneraciones de oráculo.
Aún en los plebeyos -mas populares hace fuerza de
edi&o la insinuada voluntad de un difunto. Muchos se
atreven á desobedecer á los vivos, pero ninguno á los
muertos- Nuestro Rey y señor Felipe 1V.° ordenó v que
la Reyna nuestra señora escogiese ciudad á su gusto,
entrando nuestro Rey y señor Carlos II.0 al Gobierno,
No ha necesitado nuestro Rey y señor , como ñel hijo,
demandar se observe este decreto, porque intimar su
observancia , fuera suponer delinqüente resistencia.
Ahora exclama mi respeto contra tu iniquo vocablo,
¿Cómo llamas destierro un orden de un Rey di-
funto,, una cláusula de testamento , un destino político
preciso , y un pra&icado decreto ? Si aún no te de-
ben las cenizas reales atención , mal presumo de tu
lealtad.
¡ Ó , cómo no repara tu civilidad , que por agraviar
fantásticamente al hijo , injurias altamente á la madre í
Mayor delito es faltar á la obligación , que á la volun-
tado con que por atribuir al hijo una no cariñosa re-
pulsa , admites en la madre una pretendida inobe-
diencia. Qual será mas ^ faltar al cariño , ó al precepto.
Y si pretendes , que el cariño á las madres sea obli-í
gatorio en los hijos , no pretendo violar los amores y
respetos naturales 5 pero quiero aclararte sus obligaciones.
Los cariños en los Reyes son atenciones , y estas iguala
mente se salvan en las distancias , como en las presencias*
¡Pobres de las aficiones de los mortales , á no poderse
amar , y estimar los ausentes !
Si no penetras el motivo de este justificado decreto,
entre muchos escondidos , que la discreción los sabe , y
la
la política los respeta y te diré' uno llano para discursos
del vulgo.
Habiendo de casar nuestro Rey y señor , y siendo
forzoso haber Rey na reynante , ni las angustias de
Palacio y ni las resoluciones de lo político han podido ca-
sar Reyna politicamente viva y muerta. Para hacer este
casamiento-minea ha encontrado Cura la razón de Esta-
do. Si Francia tai vez las ha admitido , es porque no ad-
mite zelos en lo político su gobierno > pues mas van á sii
pais las Rey ñas á ser fecundas y que á ser compañeras
de las Coronas. Parten con las Reynas el lecho , pero
no el dominio.
Justamente me rio deL imputado arrepentimien-
to , del desvio , y la facilidad de volver ai Gobierno»
porque entrar rasgando las hojas de un testamento de un
Rey y padre , ni cabe en las fidelidades de hijo r ni en
¡as atenciones de otro , sobre hijo , real vasallo j ni me per-
suadiré á que la Reyna nuestra señora lo admitiera,
porque fuera imponer un borrón en su fama de que olvi-
daba su amante memoria.
No ha tenido en nuestra ruina culpa r pero mal se
negará la desgracia. Ha sido malicia del hado , mas que
delito de entendimiento. Para esta suerte de sugetos
desgraciados , te quiero revelar una escondida polí-
tica.
No se puede negar , que hay desgraciados r no por-
que reyne esa mentida idolatría de la fortuna , sino por-
que así lo gobierna dentro de sus cortinas la Providen-'
cia. Allá barajan las estrellas de suerte los sucesos r que
á medios muy prudentes corresponden fines lamentables,
y á resoluciones casi temerarias progresos muy fe-
lices.
Esta no penetrada contrariedad , que obligó á mu-
chos espíritus del. siglo á juzgar , necios , que no se ocupa-
C2 ba
30
ba Dios en atender á nuestros accidentes mortales , conven-
ce con claridad , que no solo los mira , sino que los go-
bierna ■■> porque es preciso confesar una fuerza superior
oculta , que insensiblemente guia los sucesos contra los
medios naturales , desvaneciendo las prudencias para hu-
millarlas , y enmendándolas imprudencias para socor-
rerlas.
Hombres hay , por cuyos sucesos parece que bata-
lian los Astros^ como por De'bora pelearon contra Sisara
las estrellas. Otros hay tan infelices , que parece tienen
asalariadas las desgracias. Hermanos eran Guisa y Hu»
mena en la sangre , sin ser parientes de la fortuna. Con
los mismos esquadrones y disciplina militar , que triun-
faba Guisa , se -perdía Humena. Mas dudoso se hubiera
mostrado Marte, á haber litigado el grande Enrique IV.°
la Corona con la fortuna de Guisa. Desde que Guisa es-
piró , empezó Enrique IV.0 á reynar.
Vegencio desea al Capitán afortunado , y Aristóte-
les al Medico , y Príncipe dichoso. Es remar contra el
agua baxel sin velas , caminar contra la fortuna $ y entre
agua y baxel , quien camina contra su estrella se rinde,
y no anda , se fatiga , y nunca llega.
Una de las mas advertidas máximas , que deben
gastar los Príncipes , es no fiar las acciones públicas
de sugetos desafortunados, aunque sean beneméritos* i
Asusaron á un Procónsul de África en el Imperio
del astuto Tiberio de muchas desgraciadas campañas.
No podia obscurecer la verdad de la acusación , por ser
notorias las ruinas , y buscó por Abogado á su destino.
Entró á orar en el Senado , y dixo:
Yo confieso con dolor el abatimiento délas reales
Águilas 5 cuyas alas han volado alienar de laureles el
Orbe. Triste despojo de los Barbaros han sido las Roma-
nas señas, pues poblaron las campañas no tanto de
núes-
21
nuestros cadáveres , como de nuestras afrentas ; pero
nunca me probarán mis e'mulos , que yo faltase á las dis-
ciplinas militares. A mi orden tocaba la batalla , y al
hado la vi&oria. Como fuera delinqüente en faltar á lo
uno , en que tenia dominio > no pude ser culpado en
faltarme aquello de que no soy dueño. No triunfaron de
mí los enemigos , sino los hados. Vencióme la fortuna,
porque nunca pude alistarla en mi vandera.
Atento el Senado á la defensa , que era verdade-
ra , remitió la decisión á Tiberio , que escuchaba , y
dixo así :
Crueldad fuera castigarte por lo que no eres delin-
qüente. No eres dueño de la fortuna , y no merecen los
desgraciados castigos , sino compasiones. Pero de la suer-
te que fuera crueldad castigarte por tu desgracia , será
mayor impiedad que padezca la pena de tu desgracia la
República. Inhumanidad fuera decretar severidades con-
tra infiuxos , en que no eres delinqüente ; pero mayor
fuera permitir otra vez á tu mano las vanderas para pu-
blicar ruina : pues por escusar á un miembro inocente,
castigáramos á todo el cuerpo mas inocente, que es la
República. Para este grande todo , nó son disculpas los
hados, porque sabe su elección hacer y buscar dichosos.
Variando los sugetos , borra los infiuxos. El Senado,
pues , te absuelve de tu desgracia > pero no es tan tirano
de su patria , que permita que sea castigada con las mi-
serias de tu estrella.
Es arruinar la gloria pública hacer tema de continuar
los oficios en los infelices. En siendo conocidos , deben
ser desviados , j y no será muy costoso desviar á un des-
graciado , pues también su estrella ayudará á el desvio.
La segunda quexa es: Que lo público no se ba remedia*
4o» Esta vana quexa , con la pintura general de los males
que hay que remediar, ó por mejor decir , de los males
22
irremediables , estaba desvanecida ; pero tocare' los dos
exes principales , que son dignidades y alimentos. De
ios oficios no te que xas ,. porque los miras dados , y
no vendidos ,, empleados en el me'rito ,, y no en el
cariño.»
De los alimentos te querellas ,, y no me admiro , por-
que las necesidades, no son buenas cortesanas. No hay
estomago vacio , que pueda respirar voz cortes * ni ham^s
briento alguno se ha satisfecho por mas que le persua-
dan las miserias de la gula , y las felicidades de la absti-
nencia.. Estos suspiros son incurables t porque ei mundo:
es una universidad de miserias.
Confieso , que pocos alimentos han mudado preció?
pero ío público está tan arruinado t que para remediarlo,
se necesita deshacerlo. Sucede lo que en las. letras gasta-
das para fundirlas de nuevo r que es necesario para fun-
dirlas deshacerlas > pero sirve aquel poco ,. y gastado me-
tal á su nueva fundición*
Para fundir esta nueva Monarquía se necesitan mol-
des r materia , y artifices. El molde tenemos en S. A. > los
artifices no se hallan 5 la materia no se encuentra. Dos ve-
redas puede tomar el remedio > una pronta , y otra lenta*
La pronta era deshacer todo lo hecho. La -flemática es
no repetirlo.
La prontitud de deshacerlo , más fuera aniquilar la
República , que remediarla. Remedios donde son mas
aventuradas las medicinas , que los achaques , mas son
recetas de matar , que estudios de convalecer. En las re-
beliones sucede, que no se castiga á todos, sino á los prin-
cipales faccionarios; porque el castigar á todos , era que-
darse sin vasallos. En esta sedición de humores, y políticas
enfermedades, es forzoso seguir los pasos de esta cordu-
ra > porque no será curar la Monarquía , sino dexarla
desierta.
A
23
Á lo mas que puede extenderse la sabia medicina en
un cuerpo desahuciado , no es á darle vida , sino á entre-
tenerle la muerte. Para dirigir la corriente de un rio á
parage diferente, se necesita tomar Ja altura, tantearla
tierra , y profundizar la madre , para que riegue , y no
inunde. Sin estas forzosas prevenciones no será riego,
sino diluvio. Arrojar repentinamente la corriente de un
mar de desórdenes por otro camino, fuera anegar medio
leyno.
Ni toda la prisa es hija de la imprudencia , ni toda
pausa de la cordura. Las individuaciones hacen vicios, ó
virtudes las máximas generales. Para apagar una centella
se necesita prisa. Para una dilatada llama , prudencia.
Para el origen de los males es sabia la celeridad. Para
su posesión es dofta la lentitud. Una sangría executiva
es conveniente para achaques mozos? pero no para los
ancianos. Desalojar con inferiores fuerzas un poderoso
dominante exercito , no lo puede hacer la espada , sino la
astucia.
En el estrecho de Termopylas fatigó Leónidas un
numerosísimo exercito de .Xerxes. Trescientos Lacede-
monios le obligaron i decir al detenido Rey , que tenia
en su campo muchos hombres , pero pocos soldados. No
le vencieron el valor, sino con la sagacidad. Dexaronle
que pasase el llano , y aguardáronle en el estrecho. No
hubieran conseguido el laurel , si los .embistieran á to-
dos juntos unidos y esquadronados. Para triunfar los
pocos de los muchos, es preciso saltearlos uno á uno, y
cogerlos en estrecho.
Lo que mas te habrá asustado es esta falta pública
ele pan , que i espaldas de S. A. ha introducido en unos
Ja malicia , y en otros la inocencia. Derramaron voz de
la baxa de la moneda , y bastó este imaginario susto i
cerrar las troxes del rey no, y á transformarse en esteri-
lí-
lidades las abundanciasrNo es ctelínqüente S. Á. en que
los maliciosos lo digan , y los candidos lo crean ; mas te
admirará que algunos Ministros se pongan de la vanda
del daño , y que se hagan cómplices con su tácito con-
sentimiento de la maldad , quando no sean autores de
la voz.
Despacharon á algunos inferiores Ministros para con-
ducir granos; y estando las troxes de muchos ricos llenas,
entrando á regristar sus cámaras, no encontraron con
el trigo , porque tropezaron con el escritorio.
Quiero , Esperanza amiga , revelarte una reconcen-
trada malicia , que habiéndola padecido , no la has pe^
netrado. Ha corrido tan ciego engaño en los que man-
dan y obedecen , que tú has juzgado que te han im-
perado los Reyes, Validos, y Presidentes. Pues has de sa-
ber que no te han mandado los dichos, sino los panaderos,
mercaderes y obligados.
La primera insignia de la regalía es la tasa de lo pú-
blico y y siendo esta regalía privativa de la Corona , in-
sensiblemente la han usurpado , siendo su codicia edi&o,,
y su malicia pragmática.
Estos tres linages de gentes suben las monedas , los
alimentos , y los vestuarios. Su interés hace la tasa, y su,
libertad los aranceles. La necesidad , que no discurre mas
arbitrios r que buscar medios para no padecerla , se ha-
lla obligada á pasar por el arancel de su codicia , por-
que no tiene otra tienda. Tan ciego ha corrido este de-
sorden , que ha obedecido á la ley de los interesados la
alta dignidad de lo soberano , haciéndole creer , que es
precepto de la necesidad , la que es reflexión de su inte-
rés. No me atrevo á decidir las causas de haber obede^
cido algunos Ministros á estos baxos órdenes i porque no
es de mi jurisdicción condenar las personas , sino revelar
las verdades ; pero te digo , que afirmes la atención f yi
con-
23
consideres, que siendo tan zelosos de su dominio , han
partido , y no con Júpiter su imperio.
El remedio de los alimentos pende, como de raiz ., de
los tributos. La suma de estos ha hecho pobres á Prínci-
pes y vasallos ; porque es firme prá&ica , que los modera-
dos sustentan, y los excesivos arruinan.
Siempre ha tenido la real Hacienda Consejo j pero en
las distribuciones no ha seguido consejo la Hacienda.
Se ha visto el tribunal para el respeto , y no para el fru-
to. Divídese el real Herario en tantos inútiles arroyue-
los , que parece el rio de Xerxes sangrado en gotas , mas
que en caudales. Anegándose esta real Hacienda en qua-
renta mil hombres , que se sustentan de sus sangrias , ni
hay hombres para las campañas, para los oficios, ni para
los campos, ni la hidrópica sed de tanto diverso genio
dexa una gota , que pueda correr ázia Palacio. Este abu-
so se puede atajar para en lo futuro > pero no es remedio
pronto, porque no se recoge lo usurpado, cautelando que
no se usurpe , ni hay humana providencia que pueda co-
ger el agua una vez vertida.
La tercera quexa era , que hs señores antes afeólos , vi-
ven quexosos. A este cargo responderé' templado , porque
como temporal , se que el trato con los señores ha de ser
melindroso. Yo los conozco , porque me conozco á mí j y;
algunos se ignoran , porque no me conocen , aunque me
galantean.
La fortuna mi hija , que no dá prenda de Vaide, do-
ró las cunas á toda costa de los dueños. Ilustró sus venas
de la amada joya de una altísima nobleza ; pero los suje-
tó á una escrupulosísima censura. La misma sangre , que
por su pureza y sutileza es madre de heroycos pensa-
mientos , suele ser por lo sutil ocasión de afe&os incons-
tantes. A todos ios mortales son muy variables las afi^
Tom. V. I) cio^
ciones , porque yo con mis minutos resfrio los mas en-
cendidos afe&os ; pero á este acíiaque de mi genio arri -
man los Soberanos el punto de no rendirse aún á sus
mismas inclinaciones. Tan alterado es el golfo de las pa-
siones en los juicios humanos, que hoy aprueban lo que
mañana acusan , y mañana califican lo que hoy con-
denan.
Siglos há que escucho á los necesitados quejas de
los poderosos , lamentándose de las desigualdades de for-
tuna y naturaleza. Para los rudos es la queja justificada;
para mi comprehension es indiscreta j porque son tan
iguales los Soberanos , y los ínfimos , que no se distin-
guen en la calidad de los pasos , sino en el impulso de
los movimientos.
Debes estimarme que te revele el escondido secreto
de esta no penetrada igualdad. Has de saber , que nece-
sidad y ambición, siendo de tan opuestas gerarquías, vi-
ven con políticas iguales ; porque á lo que obliga la nece-
sidad , fuerza la ambición. Los mismos remedios que
obra por remediarse un necesitado , executa por mandar
un ambicioso. ¡ Ó , alta reflexión permitida de los as-
tros , para igualar en miserias Soberanos y plebeyos !
Los pasos de la necesidad son públicos. Los de la am-
bición son mas secretos. No se distinguen en el camino,
sino que á uso de Roma , caminando en público , dicen,
que van incógnitos. La necesidad manda tan imperiosa-
mente , que se roza en ser vil , importuna y lisonjera.
La ambición es tan eficaz , que por conseguir lo que
anhela, se sacrificará primero al ídolo de su conveniencia,
que al altar de su fama. Esta violenta compañera tiene
escondida la soberanía , y necesita grande nobleza de
juicio para no degenerar en sus abatidos efedos. •
Dexára de ser quien soy , si hablara de los señores
con
ff
con universalidad ; pero me has de permitir , que no los
individué , porque no nací para ofender , sino es para
avisar.
Ardió en algunos (después de una mal vista toleran-
cia) la apagada llama de sus venas , y llamaron á S. A.
para que tomase el timón de este fracasado baxel. Si pe-
netraras los impulsos de llamarle , no extrañaras ahora
las difidencias de seguirle. ..
El motivo fue un Sombrero , impulso justo , pero
personal y propio. Quien sufrió .mudo tantos agra-
vios del común , faltó. impaciente al verse igualado de un
particular. El amor propio no es muy limpio > el de lo
público es siempre hidalgo. Vengar ofensas propias es
antiguo pundonor de Soberanos. Sacar el rostro por las
agenas es de finos. Quien consintió en las ruinas agenas
silencioso , clamó por su venganza osado.
Afectos movidos de cólera , pasión ó ira , no tienen
mas perpetuidad , que el logro de su pretensión. La exe-
cucion es su sepulcro , y el logro su arrepentimiento. En
eso se distinguen pasiones ciegas , ó aficiones sabias. La
verdadera afición vive después de lograda ; y la cegue-
dad de la pasión muere al verse cumplida. Aficiones de
venganza mudan, al conseguirse , de clima. Y quien
anhela á vengarse, en vengándose se arrepiente.
Nunca es constante el impulso de la voluntad , si no
se mueve por la firmeza del bien. Sin su objeto nativo no
será el a&o real ,- sino es fantástico. El mundo llama ai
amor pasión , y yerra torpemente ; porque el amor es un
dulce movimiento natural , y la pasión es un impulso
violento , y una arrebatada exálacion , que se enciende
de los vapores mal dirigidos del dolor. Y como nunca
puede ser estable lo violento , sino lo nativo , permane-
cen los amores como hijos de la razón , y se mueren las
pasiones , como abortos de la ceguedad.
b 2 ,Yo,
28
Yo , que con mi vigilante providencia he presidido
desde mi Cuna la contingente rueda de esta hermosa fá-
brica , he notado en algunos Príncipes mas movimientos
en sus empleos , que circuios en mis pasos. En su origen
fueron guerreros > en su altura pararon en odiosos j y en
su declinación cayeron en hipócritas. Te reirás del deli-
to , viendo que son mas amigos de gastar las ceremonias
en sus casas , que en las Iglesias , y las adoraciones mas
en los Palacios , que en los templos ; pero yo te correré
las cortinas de esta oculta hipocresía.
Los humildes son hipócritas acia lo santo ; los po-
derosos acia lo político. Los unos fingen para comer > y
los otros para mandar. Los primeros gastan su hipocresía
en los templos : los segundos en los palacios. La ficción
es igual , aunque desigual el fin. La hipocresía es esti-
mada en lo moral , por el mas negro vicio dé la razón;
pero en lo político es reputada por altísima virtud. Tanto
pudo en Luis XI.0 de Francia, que ha hecho dogma su pro-
verbio , de que : No sabe reynar , quien disimular no sabe.
Tan poderoso ha sido el Florentin Machia velo , que ha
querido introducir por canon este engaño.
Como distintas estas hipocresías en los fines , son
también opuestas en los medios ; porque la hipocre- ,
sía moral es fingir virtudes , y la política inten-
ciones.
Dias há que corrí esta disimulada cortina á mi ami-
go Enrique IV.° el grande : amigo mió íntimo > pues
amparándose mas de mis dias , que de sus tropas , me
debió poseer por conquista lo que le tocaba por heren-
cia. Este valeroso Príncipe , en el carte'i que fixó año de
¡1593 de desafio contra España , era la querella de hipo-
cresía por intentar casar Felipe II.0 á su hija mayor Do-
ña Isabel con el Duque de Guisa , hijo del malogrado
Enrique de Lorena 5 y siendo éste el oculto tjato r el
~V pre-
2~§
pretexto público fue la Religión católica , amparando
con tesoros y esquadrones á Humena , cabeza de la liga;
y haciendo baxar de Flandes al diestro Alexandro Far-
nesio , Duque de Parma , quando admiró á Enrique.
Es natural impulso de la grandeza inclinarse mas á
mandar , que á obedecer ; porque todo soberano poder
mira como indigna la sumisión , y delinqüente la humil-
dad. Tan sospechosa se ve' entre los poderosos esta cau-
sa , que obligó á decir á un malicioso sabio : Que no ss
batallaba entre la nobleza por el bien común , sino por la pro-
pia exaltación. La trompeta vocea lo público , y las tro-
pas marchan acia lo privado.
No seas tan imprudentemente lisonjera , ni tan ci-
vilmente maliciosa , que juzgues ó presumas , que pue-
de caber desvio en S. A. para los que nacieron con tan-
tas obligaciones. Esa voz ha sido reflexión de la malicia,
y no me deben tan poco sus honores , que los juzgue ca-
paces de indignidades ; que no habían de echar bor-
rones en su fama los que la galantean á tanta costa.
Pero yo , que como viejo tengo tanto de malicioso,,
te quiero revelar dos escondidas políticas , en que pue-
den fundarse para derramar esta voz los descontentos;
pero advierte , que te las digo por conjeturas r no por
verdades.
La malicia esparce lo que desea , y adivina lo que
anhela. Creo que aspiran muchos á una fatal desunión;
y para provocarla , pretenden introducir la difidencia,
porque saben que solo dura la concordia lo que perma-
nece la confianza. Dos ignoradas políticas fingen , que
pudieron concurrir en la alegre fineza de llamarle , y en
la triste discordia de desunirle.
Llamar á S. A. para dexarle solo , fuera una delica-
dísima reflexión de esconder la alevosía entre las corti-
nas de la fineza , y la afrenta entre el trage de la honra:
por-
3o
porque discurriendo la cautela , que S. Á. solo no pue-
de hacer firmes sus operaciones , ni remediar tantos ma-
les , ó ya desesperado ó discreto , era hacerle imposible
el remedio con su desvío, pues no habia de querer aquel
real cre'dito , que la Monarquía se perdiese entre sus
manos.
Disimulada con la fineza de llamarle esta reconcen-
trada malicia , lograban el amor de haberse mostrado
finos por la causa pública ; y. la esperanza de su exalta-
ción privada > porque habiendo de recaer en ausencias
de S. A. el valimiento en alguno , ninguno se juzga así,
ni el menos benemérito , ni el mas desgraciado.
Son tan impenetrables los humanos corazones , que
es difícil conocer quándo benefician , ó quándo agravian;
porque el artificio de la política prepara la afrenta en la
mesa de la honra. Yo se', que no me dexará mentir la
mesa del gran Capitán en Saona con el Rey Católico,
y el Rey de Francia.
Estos tósigos preparados en honores , tai vez se lo-
gran ; pero las mas falsean. Pretendió Enrique III.0 de
Francia arruinar al dichoso y esforzado Guisa , ó por ze-
lps de su valor , ó diferencias de su lealtad. Para conse-
guir esta meditada oculta ruina , le confió la mas alta
expedición , que pudo ocurrir en su Corona. Esta fue,
que saliese al oposito al Barón de Dona , que baxaba del
Rin capitaneando quarenta mil Tudescos , inundando
la Francia en temores y estragos. Prometió Enrique asis-
tir á Guisa con veinte cornetas de Caballería , y quatro
Regimientos de Infantería , con intención de no cumplir-
le la promesa , para que hallándose Guisa empeñado en
la defensa, y desarmado , perdiera ó la vida peleando , ó
la fama huyendo. Insigne jactancia derramaba Enrique
de su sagaz arbitrio , diciendo muy confiado : Ahora me
vengaré de mis enemigos con mis enemigos, j pero la atenta
Pro-
3*
Providencia , que sabe castigar las falsedades alevosas,
dispuso muy contrarios ios fines. Tomó Guisa la empre-
sa , y con los esquadrones de sus vasallos , y amigos Lo-
reneses deshizo á los Tudescos , y en afrentosa fuga se
retiró con pocas reliquias el Barón de Dona. Llenó el
teatro de Francia de admiración la victoria. Todos en su
mente labraron estatua á Guisa. Entró en París con seis
caballos. Turbóse la Corteen aplausos , y el Rey en ze-
los. Miróse cercado fugitivo , y á no ser tan diestra la
sagaz Catalina de Medicis, no se' si hubiera perdido Gui-
sa en Blez la vida ; pues en este lance lograra fixar el
clavo á la rueda , si (como dixo Farnesio) habiendo sa-
cado la espada , hubiera arrojado la bayna.
Mucho pueden contribuir los nobles á esta firme per-
petuidad con lo sagrado de su unión ; pero esta inextin-
guible hidropesía de mandar altera el mas leal corazón.
¡Grande triunfo de la pasión es enamorarse mas de la fa-
ma agena , que de la conveniencia propia]
Salió Carlos VIII.0 de Francia inundando la Italia
con su tropas. Los interesados confinantes , se estrecha-
ron con una juramentada liga en Venecia , y decretaron
resistir su entrada , ó en las estrecheces del Apenino , ó
en las llanuras del Tarro , quando baxasen fatigados de
escalar las maí domadas cumbres de los Alpes. El Duque
de Orliens , que estaba con medio exercito llevándose las
plazas del Ducado de Milán , sabiendo que los enemigos
esperaban á su Rey en los estrechos de las cumbres , y
en los llanos del rio Tarro , detuvo sus vanderas sin asis-
tirle , gastando sus fuerzas en empresas tan inútiles, y
poco gloriosas , como sitiar á Vigebano , y encerrarse en
Novara.
Fue tan reconcentrada la intención del Duque , que
un tan diestro político como Comines , escribiendo el su-
ceso, no penetró los fondos de esta voluntaria suspen-
sión.
3* . 9
sion , porque la atribuyo con leal candidez al natural fio*-
jo , y remiso del Duque. Yo descubrí después de años
la alma de la suspensión > porque habiéndole hecho ocu-
par el trono de Francia intitulándose Luis XIl.° descu-
brí en él lo oculto de su intere's , pues mostrando en su
corona las prendas de altivo, cuidadoso , y guerrero,
mostró con estas calidades , que no habia sido dexar de
servir á su Rey floxedad de su pereza , sino reflexión de
su política, pues perdie'ndose Carlos sin su ayuda , se
hallaba de los inmediatos á la corrona , y no tuvo valor
para estorbar una ruina agena , de quien pendía su exal-
tación propia.
Gloriosa fidelidad pide no amar la ruina de quien
con su pe'rdida, me trae ganancia, porque es costoso an-
teponer el bien ageno al provecho propio. No hay mejor
cambray para enjugar las lágrimas á un heredero , que el
mayorazgo. Llamar á S. A. para asistirle , ha sido ac-
ción de leal fineza j' buscarle para desviarse, fuera delica-
dísima malicia.
Tanto me debe el pundonor de los soberanos , que
nunca creeré de sus fidelidades desatenciones , ni de sus
cunas olvidos. Es ese fingido rumor una voz siniestra,
que esparce la emulación para hacer á S. A. desconfia-
do , á los nobles quexosos , y al vulgo inquieto. Yo
te prometo, que si en esto hay engaño i yo te le descubra
presto.
El quarto rumor era : Que no había beneficiado á sus
leales afeólos. Este cargo sobre ser fantástico, es injurioso
y indiscreto, porque ó se quexan ellos , ó los estraños.Si
ellos , no serán leales , degenerarán de finos , quando se
deslizaren á interesados. Si los estraños , no hacen fe' co-
mo sospechosos. Luego este cargo nunca puede reconocer
autor que le de fe' > porque si se quexan los que se dan
por amigos, la quexa los vuelve falsos..
,33
Ninguna acción par heroyca , es acreedora á dos pre-
mios. Quien sirvió en las operaciones de su. venida á
S. A. ya se pagó de su mano con haber seguido la van-
dera de lo justo. No puede aspirar á premio mayor, que
no haber sido ruin. El mayorazgo á que no aspiran los
honrados , es la opinión. ¿Que mayor premio le puede
rendir la fortuna , que escribirle en la lista de los atentos
la fama?
No quiero que discurras tan candidamente, que ima-
gines tiene S. A. tantos acreedores, como tuvo deseosos;
porque si juzgas que todos los que ahora le siguieron son
acreedores legítimos, contarás por el vulto , y no por el
afecto. Ni todos los que han seguido el partido de S. A.
merecen premio , ni todos los que continuaron el contra-
rio , merecen castigo. El primer sobrescrito es de letra
muy agradable, y el segundo de muy horrible. Pero has
de pasar á romper la nema , y leer los interiores caracte-
res de la carta. No te quedes parada en los pasos sin ace-
char los motivos.
Quien ahora siguió á S. A. cansado de sufrir ó des-
precios , ó agravios , no le siguió por amor , sino por
no poder sufrir mas. A este le alistó la falta de paciencia.
Quien le siguió irritado de sus quexas , repulsas, olvi-
do* , y desestimaciones , no le siguió por quererle , sino
por vengarse. Á este le alistó la venganza ; hizo á la ra-
zón asesino para el odio , y embozó con el manto públi-
co el aborrecimiento privado. Quién le siguió cansado
de ver derramados los sacrificios ai ídolo de la fortuna,
no fue amor al templo verdadero , sino desamor á un
templo falso. A e'ste le alistó la soberbia i porque juzgó
indigno ofrecer su culto á quien no nació para adorado.
Quien le siguió condolido de ver el ciego camino de ít>s
honores , y que no encontraban los puestos con quiefc
los merecía , sino es con quien los solicitaba , á este le
Tom. V. E alis-
34
alistó ün oculto ínteres , porque sospechó, que tomando
otro camino la distribución de los honras , alguna encon-
trada con sus prendas.
Estos quatro Capitanes generales conducían, los es-
cuadrones , impaciencia , venganza , soberbia , y codicia» No
negare', que militaba en sus tropas el amor y la lealtad^
pero estos como cerca de la persona , cerraban el bata-
llón, i Quieres que te revele mi juicio? Pues los mas to«-
marón á S. A. no para que las rigiese , sino para que los
vengase? no para hacerle dueño de la República, sino pa*
xa que fuese instrumento de su venganza.
Has de notar, que todas las mudanzas de Imperios
entran con el algo de bien vistas. Los candidos lo atribu-
yen á la liviandad de los humanos corazones , y 'la in-
constancia de los mortales afectos. Convengo en la cau-
sa j pero á esta flaqueza de la naturaleza caduca , se arri-
ma causa política mas alta. Esta es, que lastimándose to-
dos de ser desgraciados , siempre presumen que serán
dichosos. Han casado los cortesanos unas contradictorias,
que ignoró Aristóteles casarlas 5 la quexa de su desgra-
cia , y la esperanza de su fortuna. Todos esperan tener-
la en mudanza de gobierno j yes tan poderoso el em-
buste de su esperada dicha , que hasta el desengaño du-
ra el gozo 5 y como miran al que entra como á dueño de
su fortuna, puede mas para su alegría la esperanza en lo
futuro , que el desengaño en lo pasado.
Ningún mortal tiene parados sus deseos. El dichoso
pretende perpetuarse, el infeliz hacerse. Quien la goza,
galantea su dicha para conservarla 5 quien no la tiene,
para conseguirla 5 unos para que no se vaya 5 y otros
para que venga. En las mudanzas de gobierno tienen
una parte segura , que es la contingencia; porque el que
sé halla en el gobierno presente desengañado , se prome-
te que mudando varaja , mejorará de fortuna. Con este
ido-
35
idolatrado engaño trabaja para que se mude , y vende
por servicio, al que entra á mandar, ia política reflexión
de su intere's.
No abrazaron los Príncipes de la liga Hugonota en
Francia el Consejo tan pernicioso como funesto ( aunque
de diestrísimo político) del Almirante Gaspar de Colig-
ni , señor de Chiatilion por amor á los disparates de Cal-
vino, sino por medio mas proporcionado á su política
intento ; pues tomando las armas por pretexto de Reli-
gión, aseguraban con los candidos su opinión , y con los
engañados sus esquadrones. La sinceridad los defendía
su fama ; y el engaño los pagaba la malicia. Hacían creer
á todos los que juzgan por la superficie las acciones,
que no se había encendido el fuego por intereses pro-
prios , ni por ambiciones de gobierno , sino por contro-
versias de fe' , y dictámenes de Religión. Este consejo
de hacer á la Biblia artillería , ha llenado mas de desdi*
chas , que de cadáveres , á la hermosa Francia.
Todos los agraviados de las crueldades de Sila no se-
guían á Mario por su blandura, sino por vengarse de su
ira frene'tica , que tantas veces anegó en calientes arroyos v
á la triunfante Roma.
No aclamaron los ingratos asesinos de Commodo al
retirado, y escondido Eiio Pertinaz por amor de sus vir-
tudes, sino por ampararse de su elección ¡ y desparecer
su deslealtad , de que habían muerto ai malo por acla-
mar al bueno. Entre la aclamación de un hombre justo,
no hubo atención para censurar lo alevoso; y pasaron
por leales los que añadieron la fea ingratitud á su trai-
ción. Escóndense los afectos de los corazones en unos
templos tan obscuros , que se necesita muy despierta luz
para sacarlos del templo.
Mas puede merecer el que siguió con limpieza el go-
bierno pasado, que el que pretendió interesado el pre-
E 2 sen-
36
senté ; porque en unos la precisa dependencia de los pues-
tos , que dignamente ocupan , en otros la inevitable ne-
cesidad de haber de comprar vestido para vivir , y no
venderse en otra tienda , les obligó á no ser viles idóla-n
tras , sino esclavos pacientes. Eran unos discretos reme-
ros , que no pudiendo romper la cadena , la seguian' en
lo exterior alegres, y en lo interior forzados. No alaba el
valor su paciencia i pero la necesidad disculpa su toleran-
cia, y ceñida á esta margen la comunicación, mas merece
lastima , que pena.
Fácil es ahora lo que juzgarás difícil 5 que es distin-!
guir los que han seguido finos ó interesados , y separar '
con diestra química lo puro de lo impuro , y lo sincero
de lo afectado. Enciende esta luz para la separación.
Contempla quie'n con rostro firme voceó la razón, sin
doblarse al puesto ni á la comodidad. Quien desde la an-
tigua previsión de la corruptela se alistó en la esperada
vandera del remedio. Quien desafió los riesgos , y galan-t
teó los peligros amante de las verdades. Quie'n sacrificó
su libertad á las aras de la razón. Quien arrojó la másca-
ra del disimulo , y acusó una indigna adoración. Quien
no dobló la rodilla á un fantástico ídolo , porque no se
equivocase lo político con lo voluntario. Quien huyó su
vista , y excomulgó su comercio. Quien siguió desde los
umbrales de la razón desterrada , á la verdad fugitiva.;
Quie'n voceó al nacer estas desdichas la verdad , desafian-
do al poder. Cuéntame estos, y no te cansarás mucho, por^
que bien se' que son pocos.
Sabes á los que debía S. A. blandamente castigar , á
estos afectados de políticos que se intitulan Neutrales. No
están conocidos , y son la peste de los Imperios 5 porque
mal podrá ser fiel , quie'n no tiene aliento para declarar-
se por el partido de la razón. En dos contrarios campos
es * forzoso, que la- causa del uno sea la honesta , y
quien
37
quien no tiene brío para seguir la vandera de lo jus-
to , pocas esperanzas da de defenderlo , si se hallara en
puesto.
Mas agravia á la razón quien conocie'ndola no la sir
gue , que quien por ignorarla no la abraza. Las ignoran-
cias no escusan , pero miran. A quien no mueve la coni-
prehension de lo justo para seguirlo , tiene traidor el en-
tendimiento? y á quien tiene la alma traidora , no podrá
la justicia condenarle á un cadahalso , pero debe la políti-
ca sentenciarle á destierro perpetuo.
A la neutralidad llama Tácito vicio de floxedad , y
pereza. Esta es su cuna , pero engendra mas fecundos , y
escondidos daños. Has de saber , que á no haber tantas
neutralidades , reynáran menos estables las tiranías i por-
que hallándose la razón asistida , cesara la violencia ; y
como los neutrales no la resisten , la arman 5 como no la
combaten , la eternizan.
Si la medicina se olvidara de sus aforismos , no fue*
ran preceptos de vivir , sino escuela de matar. Igualmen-
te espirara un cuerpo humano á la violencia de la pól-
vora de un enemigo , como á la omisión de un medi-
co , que dexára de sangrarle en un ahogo. Todos son
médicos de este cuerpo político civil , mas ó menos asa-
lariados , según la calidad de clases , y linea de estudios?
y como á todos obliga el estudio de su remedio , igual-
mente mata el gobierno el enemigo, que le tira balas, co»
mo el neutral , que no le aplica medicinas.
¡Que' mal entendidas que viven en el mundo las omi-
siones! Las juzgan por descuidos, y no por daños ; por tí-,
biezas , y no por enfermedades > y ignorantes de su ma-
yor achaque , procura curarse el que mas anhela su sa-
lud , de lo que hace , y no de lo que dexa de hacer. La
causa de este error pende de la sutileza del mal. Es casi
invisible la omisión ¡ es una nada filosófica en el ser > y
un
38
un todo políticoen la verdad. Miran las comisiones porque
tienen vulto? y no perciben las omisiones porque carecen
de cuerpo. Para estos males invisibles , se necesitaba un
nuevo Hipócrates.
Esta torpe omisión de los neutrales en seguir la ra*
zon , da mayores fuerzas á la insolencia con no comba-
tiría i arma la tiranía con no impugnarla > dexa en du-
doso parage de distinguirse lo re¿to de lo injusto 5 de-
sestima la justicia , pues naciendo para servirla, no la
asiste 5 agravia con flaqueza su juicio ; y sedaño de un
ocio magnifico , tiene en la bayna ociosa la espada , fal-
tando á la ley de caballero , que obliga á defender una
señora tan hermosa , como la verdad perseguida.
Esta neutralidad procede de tres causas ,• de amor i
sus vicios s de idolatría ú sus conveniencias > / de flaqueza de
sus juicios. Juzgan que á ninguno ofenden , pues á ningu-
no siguen > sin advertir , que por escusarse de un quexo-
so, cargan con dos. A estos , ni es conveniente obligar-
los , ni cordura mantenerlos ; porque esquadrones de
flojos, mas intimidan ¿ que alientan. Es un esquadron
que sirve de carga, y no de victoria. De estos entendió
Curcio , que es mejor vencerlos , que tenerlos , dexarlos
morir en el sepulcro de su inutilidad, y tratarlos compa-
sivamente como á unos políticos muertos, pues viven para
defender la razón como difuntos.
El quinto rumor era : Que es muy alto su espíritu ( el
de S. A.) para las humanidades del gobierno, A este cargo
debo responder verdadero , pero entro en e'i melindroso,
porque se oculta en el la quinta esencia del Gobier-
no. Bien sabes, que para las destilaciones, es necesario
mucho fuego ; y no quisiera que le notaran de de-
masiado.
El origen de este cargo ha sido no haberse ceñido
S. A. á algunas primeras consultas ; y las novedades en-
gerí-
39
gendrán siempre confusiones. Todo el respeto , que pu-
dieren derribar los Príncipes para colocarle en . sus ma-
gistrados , es aumentarse veneraciones 5 porque siendo los
Consejos sombras del Principe , dando á entender que se
deben venerar las sombras, suben á inmensa estimación
las luces.
Debe tener el Príncipe respeto á sus Tribunales, por-
que debe atender con veneración á sus sombras 5 pero
ha de ser un respeto, que no pase á idolatría. Creer siem-
pre que es lo mejor lo que informan , será pagar de val-
de el discurso, y renovar las supersticiones de los anti-
guos oráculos. El poder supremo es libre 5 no está esen-
to de la dirección ó del consejo j pero debe estar distante
de parecer mandado. El estraño le debe aconsejar , y e'l
propio debe resolver.
í Donde suda la discreción es en ajustar una compli-
cación precisa. Esta es , cómo se compondrá con decoro
siempre venerarlos , y no siempre creerlos 5 siempre res-
petarlos, y no siempre seguirlos ■> porque la repulsa de sus
proposiciones parece desestimación de su juicios. La cie-
ga obediencia de sus consultas es tener su discurso en ca-
denas. Si no los sigue , se desautoriza su respeto 5 si los si-
gue, se firma por esclavo.
Para esta inevitable complicación necesita el Prínci-
pe vista muy despierta 5 y ajustando las lineas de los esta-
dos, se salva en los Tribunales el decoro , y en el Prínci-
pe el dominio.
Toda la alma de esta política se reduce á una clau-
sula : A los Tribunales toca consultar , y al Principe resol-
ver. Penetrando lo que significa resolver y consultar, se
mantiene en el Príncipe lo supremo, y en los Tribunales lo
decoroso.
Todas las consultas ( como significa el vocablo) di-
cen una simple representación , y una proposicon des-
nu-
nuda , 6 de los que juzgan mas beneméritos para los
oficios , ó de los medios para los aumentos de la coro»
na, ó de los medios para los frangentes de la Mo-
narquía.
Persuadir á los Reyes , que debe ser dogma polí-
tico , que no salga del número de los consultados , y
que de estos tres se ciña al primero , fuera intentar
persuadir , que era blasón de sus Magestades no ser
Reyes.
Esta ciega obediencia ó dócil comprometimiento,
fuera dividir la regalía al arbitrio de los vasallos , y al-
earse los vasallos escondidamente á la soberanía de Re-
yes > perder los Príncipes el amor de sus pueblos, y bene-
ficiando á todos con sus favores , no sacar el dulce fruto
de dexarlos obligados.
Todas estas escondidas conseqüencias se ocultan en
este pretendido estilo; y como para e'i no hay mas ra-
zón que lo acostumbrado, y no es seguro camino (en jui-
cio de Séneca) por donde se va , sino por donde se debe
ir : Non quia, itur , sed quia eundum est. Te revelare' los
tropiezos de un camino tan andado , que le ha hecho real
el curso.
Ligarse el Príncipe al di&amen de los que cónsul^
tan , con precisión para no salir de el , fuera hacer jui-
cio infalible de que los Tribunales , siendo humanos , no
podian errar en las representaciones , y creer firme-
mente , que no los hizo merced de Consejeros , sino de
deidades. Todos los mortales , por mas sabiduría que en-
cierren , son capaces de errores , y de pasiones. Las nie-
blas del barro obscurecen las claridades del mas limpio
entendimiento. Tal vez podrán desviarse de lo mas acer-
tado, porque las ciencias mayores, miran muydelexos
las verdades. Solo las almas separadas profesan de verda-
deras , y mientras se vive, es muy costoso separar men-
tal-
talmente de los cuerpos los juicios. A la agua se le pega
la calidad de! condudo > á la vista la densidad ó raridad
del medio > y al discurso el encañado del barro. A los
consultantes da la Magestad autoridad para dirigirle , p<^
ro no para forzarle. Consulten, y no manden ; propongan
y no tiranicen.
Todo lo puede ceder la real benignidad , sino es los
privilegios de su resplandor. Aquella suprema libertad
heredada del Cielo , y aquella alta jurisdicción , que íe
hace superior á lo escrito de las leyes , le constituye
Monarca de los di&ámenes ; pero también ha de ser es-
crupuloso en las obstentaciones de su libertad > y como
en una casualidad se dispensa una ley , en una extrava-
gancia se ha de derogar la proposición. Basta que se exe-
cute en un lance preciso, para que este temor los ciña á
lo mas ajustado.
Siendo obediente el Príncipe á las consultas , peli-
grará la soberanía entre la obediencia, y engendrara efecr
tos mas venenosos , y mas escondidos , porque corriendo
esta linea de la firmeza en lo consultado, cobrarán los
Ministros las reales adoraciones. Sacará el Príncipe de los
oficios que da, los tributos del sello, y los consultantes los
agradecimientos del oficio.
Es preciso persuadir á los pretendientes , que la tur-
quesa de su fortuna reside solo en las manos reales, y no
en las inferiores , porque si el pretendiente presume que
su fortuna pende mas del que propone, que del que re-
parte , y mas del que consulta , que de quien elige , co-
mo mira en su errada fantasía por dueño de su fortuna al
Ministro, que imagina que lo ha hecho , vuelve el agra-
decimiento á quien juzga , que le ha hecho el beneficio.
Resfriase el amor á su Principe j entibiase la obligación
de mirarse premiado, y dando el Monarca á todos los pre-
Tom, V. f míos.
42
mios, aún no saca el vano fruto deque conozcan que los
ha dado.
Presumo, que de este introducido engaño ha nacido,
que los Príncipes de estos siglos no estén tan servidos ni
adorados como los antiguos 5 porque á los tronos los sus-
tenta el respeto , y mantiene el séquito del cariño. Para
el respeto basta la lealtad. Para el se'quito se necesita
amor. Para ser un Príncipe venerado sobra la fidelidad
de sus vasallos 5 para ser amado se requiere comprarles á
mercedes los corazones. No hay corazón humano , que
se venda de valde. En lo que se distinguen los nobles
de los ruines es en la diversidad de las compras. El cora-
zón ruin, se vende en la tienda del interés j el noble se
vende en la tienda de la afición. Quien deseare ser ama-
do, ame primero.
Para el respeto de los Príncipes sirve el amor natí*
vo con su lealtad. Para el séquito sirve el favor derrama-
do con su obligación. Su sangre los hace respetados, y sus
gracias los hacen seguidos. Tanto debe estimar el Prínci-
pe que le respeten , como que le sigan 5 porque el esla-
bón , que hace indisoluble la cadena de la lealtad , es el i
amor. Dar este séquito á los Ministros, haciéndolos arbi-
tros de sus gracias , fuera desposeerse de la piedra mas
firme de su trono , imposibilitarse de castigarlos por el
número que tuvieran de obligados , consentir conocien-
do uranias, y ceder el amor de sus pueblos en unos polí-
ticos tiranos.
Alta política fue, usurpada de los antiguos , la, que
un discreto oconsejaba á un Príncipe de estos siglos : que
hiciese todas las mercedes por su mano , y todos los castigos
por sus Ministros. Con esto escusaba los quexosos , y car-
gaba con ios obligados. Hacia á los Ministros firmes en
sus operaciones, porque con el temor de los quexosos, y .
. . . sin
43
sin el patrocinio de los obligados, temerían las acu-
saciones.
Vive tan estendido el veneno de este pretendido uso,
y tan derramado su contagio , que solo yo , con la lenti-
tud de mis pasos , podre estrecharlos á la margen de sus
oficios. Acertado ha sido volver unas consultas que no
parecieron ajustadas j pero no será delito , si se repiten,
proveer algunos puestos sin ceñirse á las consultas.
Ocasionará novedad al uso ; pero no quexas á la razón:
porque en eligiendo beneme'ritos , la misma elección con
su dignidad califica la pasión , que tuvo en olvidarse del
consultante , y la comprehension, que tuvo acordándose
de el el eligente.
Agravio fuera del poder soberano , y desmerecida
infelicidad del mérito, que porque no vive en las amista-
des de los consultantes un sugeto insigne, fuera desposeí-
do del premio, que debe darle la real mano.
Los derechos á los oficios no los dan las consultas,
sino las prendas. No es el justo y legítimo acreedor al
premio el consultado , sino el benemérito. Si se reconoce
otro mas digno que los propuestos , será agravio de su
dignidad ventajosa no premiar su justicia , por atarse á
una vana ceremonia.
El rumor esparcido es tan indiscreto, que no hallo
mas alta prenda en S. A. para gobernar bien , sino es
no dexarse gobernar. Gobierno djnde mandan muchos,
ninguno manda. La multitud empobrece ei respeto, y
aja Ja autoridad.
Esclavo de dictámenes ágenos , es una estatua de
Rey , que con hermosas representaciones de vida , no
consigue respetos como muerta. El Principe puede dar su
voluntad , pero no su entendimiento. Es una alhaja tan
reservada , que solo obliga la. te á darla; á Dios. Pagar de
valde el discurso , es peor que haber nacido sin entendí-
F 2 - mien-
44
miento j porque nacer rudo es desdicha involuntarias
pero hacerse necio es torpísima baxeza.
El mas invencible escollo, que. reconoce el mar políti-
co en los Reyes, es que nojpueden saber por los ojos, sino
por los oidos, La vista es el maestro de los particulares,
porque pueden consagrarse á los estudios ; y lo que
en estos es elogio , fuera en el Príncipe delito. En-
gendra el amor á los libros un linage de fastidio á
Otras ocupaciones , que las hace aborrecidas, ó las
Vuelve enfadosas. Aquella sutil dulzura , que se halla
en lo leido , hace aborrecible lo práctico ¡ y gastada to-
da la alma en unas sutilezas , desdeña alargar la mano á
lo grosero de las operaciones.
No pudiendo saber los Príncipes por lo que ven , es
preciso que sepan por lo que oyen > y como para acertar
se requiere conocer , es costoso el acierto ; porque ciencia
no engendrada de noticias vive sujeta á un tropel de
contingencias.
Algunos han juzgado , que los Príncipes no saben lo
que son , sino lo que quieren sus lados , porque llegan
las verdades á su noticia por los conductos que le cercan^
y como gasta el mismo idioma el zelo , la lisonja , la
verdad , y la hipocresía , entre la desigualdad de los
afectos le desfiguran los casos.
Penetrar el vocabulario del verdadero, ó lisonjero, es
muy arduo $ porque los Príncipes no pueden comprehen-
der los genios por tratos , ni por comercios ,^que son las
reglas infalibles de la prudencia humana j ya porque su
altísima dignidad los prohibe esta familiar comunicación*
ya porque para hablar con los Príncipes todos aderezan
sus afe&os , y componen sus pasiones , gastando con ellos
lo bueno , y reservando lo malo.
Ningún cole'rico , iracundo ó misero se 'desahoga en
la casa agena , sino- en la propia 5 porgue su domicilio es
tea-
4*
teatro donde salen á representar sin afe&o sus pasiones.
Saben lo que importa disimular con los Soberanos las
flaquezas ; y aunque tiene tanta costa esconder las incli-
naciones , puede mas la necesidad del engaño , que la
propensión del afecto.
Han puesto las ambiciones políticas tan lexos de los
Príncipes las verdades , que es necesario anteojo de larga
vista para distinguirlas. No pudiendo saberlas por lo
que ven , es preciso conocerlas por lo que oyen : y
aquí suda congojada la razón sobre á quie'n se de-
be ©ir. Si á todos , sobre no haber vida , es inútil
confusión. Si á alguno ó algunos , puede peligrar la
elección ; y si á ninguno , es cerrar las puertas á los
avisos. Tan grave es el mal , que es mas fácil conocerle,
que curarle.
Algunos Ministros persuaden , que solo ellos deben
ser oídos. Todos son acreedores. No es lo peligroso ei
oir , sino el creer. Se ha de oir á muchos para creer á
pocos. Notando profundamente los informes y avisos,
podrá el Príncipe elegir mentalmente un confidente, que
sin declararle la confianza , sea depositario-de su con-
fidencia.
No fuera tan peligrosa la confianza en los Príncipes,
si pudieran elegir un solo confidente para sus resolucio-
nes 3 pero no han penetrado bien esta eslabonada cadena
de los afectos humanos.
Reparó malicioso uri político , ( que por los errores
de su religión no merece ser nombrado ) que á la presu-
mida Isabela de Inglaterra la gobernaba ei Conde de
Linceste'r , su paraninfo 5 al Conde una Dama cortesana,
su querida ; á esta Dama cortesana un Pagecillo , su ido-
lillo y confidente .5 y á esta pueril , y derramada edad stf
pasión y su ínteres. ¡ Mira que hermosa rueda para los
aciertos de la Gran Bretaña!
No
No hay corazón que pueda tener parados sus afec-
tos , sin movimiento sus alas , y en clausura sus inclina-
ciones. No hay corazón humano sin alguna particular
afición , y simpático movimiento. Violencia fuera des-
poseer á los Reyes de estas privadas y forzosas aficio-
nes. Juzga el Príncipe , que confia su didamen y cora-
zón de uno , y le fia de treinta : porque como en aquel
uno manda otro, y en este otro, otro, y siempre se vá ba-
xando por la calidad de las personas, el último eslabón
de la cadena , que suele ser el mas ruin j viene á ser ei
Emperador.
Bien eligió Justiniano en tener á Belisario por Valí-
do , atendieddo á sus reales prendas 5 pero imprudente-
mente si penetrara sus inclinaciones. A este grande espí-
ritu de Capitán movía imperiosa Antonina , su mugen
y á e'sta regia Teodora , esposa del Emperador. Era Teo-
dora sagaz , astuta , altiva , de pronta ira , de fácil ven-
ganza , atrevida como poderosa , y. resuelta como mu-
ger. Era Antonina de iguales calidades , á que anadia la
mas nociva , que era tener poco temor á la fama. Des-
pachó á Belisario á la prisión del Pontífice Silverio , por
influxo de Teodora, que le aborrecía en lo interior, aun-
que manifestcba lo contrario en su semblante y acciones;
y consiguió oscurecerle sus militares glorias, anegán-
dole en caseras desdichas. Perdió Belisario segunda
vez en la Italia su adquirida fama : y á no sucederle el
valor de Narses , se hubiera dividido el Imperio del
Occidente,
Poco mira quien no atiende mas que á los sugetos.
Es necesario anteojo de larga vista para penetrar las
conexiones. No hay mortal que no tenga conexión con
otro , por una de estas tres cosas , dependencia > afición, o
compañía. Ninguno tiene tan apolillado el corazón , que
no le sacuda con otro. Á ser prescindibles estos respetos,
no
47<
no fueran tan delinqüentes las confianzas.
Para este 'impenetrable golfo se necesitan largas
brazas de senda de orudencia. Solo hay una indus-
tria , que si no ataja los daños , los minora : es-
ta es elegir el confidente 5 pero dexarle ignorante.
Necesita el Príncipe fiarse de quien es fuerza valer-
se ; pero ha de ser una confianza tan reservada , que sin
llegar á ser mentira , sea cautela. Simulación con engaño
es impiedad : disimulo con reserva es discreción. Infor-
mándose de varios sugetos , se desaparece entre el núme-
ro la confianza del ele&o ; y la emulación de zelos en el
servir es espuela para acertar. Distintamente sirve quien
procura acreditarse ó mantenerse. Quien sabe que tiene
la última confianza, sirve para sustentarse en ella , y
juzga que no necesita de tanto estudio para no caer , co-
mo necesitó para subir. Hallándose ignorantes los que in-
forman ai Príncipe de su declarada confidencia , sirven á
porfía con la golosina de ganarías y es insigne destreza
obligar al mejor servicio , manteniendo la magestad del
decoro.
Hasta en eí preguntar debe proceder el Príncipe cau-
teloso j porque ha de dar á entender al preguntado que
no dirige , sino informa 5 que no mueve , sino avisa.
Aunque en la verdad se mueva de su razón , le ña de
deslumhrar , para curarle la vanidad , y sanarle la pre-
sunción.
Esta real autoridad se mantiene mejor con los in-
formes secretos , que con los públicos; porque el públi-
co , conocido por tal , ya que su juicio le escuse de -va-
no , será forzoso ceder á las importunidades del ruego,
ó cargar con las quexas de su retiro. El secreto , jura-
mentado con la confianza , ni podrá tirar gages de va-
no , porque no podrá revelarlo 5 ni padecerá con
las
48
las ignorancias de la confianza las tentaciones de las
súplicas. Consigue el Príncipe tres ilustres trofeos > es-
cusar al confidente de jactancioso , librarle de ios pe-
ligros del ruego, y mantener con e'l la autoridad de su
decoro.
En la calidad de los informes secretos, mas se deben
atender las prendas, que las cunas. Hay puntos tan mecá-
nicos, que los entienden mejor los oficiales, que los nobles,
porque es peregrina la alma, que sin la prádica pueda
conseguir ciencia perfecta.
No desdeña el Gabinete France's humildes cunas con
prendas singulares. Óyelos discurrir , y elige después lo
mejor. No es hijo de la sangre el acierto , sino el discur-
so 5 y no se heredan las almas, sino las noblezas. Ape-
les se encubría detrás de sus pinturas , para escuchar las
censuras de ios que las miraban. Un zapatero advirtió,
que no estaba con propiedad la cinta del calzado. Repa-
ró Apeles la verdad de la nota , y pudo corregirla. De
est& defecto no le pudieran avisar Ceuxis , ni Parrasio.
Mas entiende de guarismos un Asentista que un Ulpiano.
Dividir las lineas de los informes entre sus pradicos , es
tomar el camino real de los aciertos.
El sexto rumor era : Que pues no ha hecho justicia,
no debe haber delincuentes. No puede crecer mas la pasión,
que subir á fiscalizar lo redo , y á calumniar lo justo.
Justicia sin proceso no es justicia , sino urania. Solo en
altísimas causas podrá la soberania dispensar por el ries-
go las puntualidades de lo escrito.
.Condenó Tiberio sin formalidad de causa á dos pú-
blicos delinqüentes; y siendo sus delitos tan conocidos
como abominados , por haber faltado la puntualidad de
lo escrito , murieron con la compasión de inocentes , los
que vivían con el horror de malhechores.
No
4?
No fuera prudencia estirar en esta oportunidad la
justicia. No hay tahúr, que no sepa que es bueno quan-
do pierde mudar baraja, pero ha de ser sabiendo, que
tiene otra. Á no tener otra á mano , fuera imprudencia
rasgarla, porque fuera imposibilitar el despique, que pre-
tendía. No habiendo baraja nueva entera , lo mas dis-
creto será descartarse de las cartas peores. Echan-
do cartas á monte , se quitan los encuentros de ia
suerte.
No debes estrañar esta atenta suspensión , porque
Augusto , Príncipe el mas discreto , y el mas dichoso,
arrepentido de la entrada en su gobierno , debió á Libia
la restauración, y la penitencia. Anegó á Roma en la
sangre de sus enemigos ; y ai paso que corria por los
cadahalsos, se encendia en los corazones. Llegó á lase-
creta conjuración en que entraba el sobrino de Pompeyo
Cinna, y persuadido de la discreta Libia , trocó la jus-
ticia en clemencia , y ganó piadoso , lo que no consiguió
yengativo.
En estos exemplos prádicos , yerra tal vez la aplica-
ción , porque se varian los individuos. La política es una
civil medicina , que guiada por las veredas universales
es muerte , y conducida por las condiciones de los acha-
cosos es vida.
Á algunos los empeora el castigo, y á otros los enso-
berbece el agrado. Para elegir la senda de piedad ó ri-
gor , se necesita el conocimiento comprehensivo de los
genios. A los ánimos generosos los castiga el cari-
ño , porque tienen por feo vicio ío ingrato. A los ruines
los anima , porque no teme la censura quien no galan-
tea la fama. El rigor á los generosos los hace de-
sesperados. La piedad á los cobardes los vuelve atre-
yidos.
Difícil es penetrar estas inclinaciones , siendo el es-
fom* K G tu-
tudio mas aplicado de todos los políticos no desplegar
sus ocultos senos; pero la prudencia es muy discreta zaho-
ri , porque reparando en la repetición de sus operaciones,
se averigua lo que se esconde. Quien se ha vendido una
vez , se venderá treinta. Yo no admito penitencias en lo
político, sino en lo christiano. Al que siempre ha obrado
consagrando sus acciones al altar del pundonor , se le
puede fiar la enmienda, si ligeramente ha errado. Es
la fama el Dios de los honrados , y solo quien la
galantea con ansia , no echa borrón en su limpieza.
Diestrísimo piloto pide este desarbolado baxel del
Gobierno; no tanto porque tiene contrarios los mares, y
los vientos , quanto porque faltan los marineros ; y pilo-
to sin marinería es cuerpo sin brazos. Los conduchos
por donde han de correr las órdenes del remedio algu^
nos están viciados , y otros rotos. No puede el mas dies-
tro timonero conducir á playa el baxel , sin esperar los
soplos de mi favor. Lo que casi irrita la igualdad de mí
paciencia , es contemplar que no se estime un gigante fa*
yor. Dos males , padecia la Monarquía ; uno presente , ^
otro futuro. Padecia lo que lloraba, y lloraba lo que te-;
mia. De este mal que habia de suceder , la ha librado
S. A. Todos le deben el remedio de lo que era preciso
padecer á no haber venido. Siendo esta obligación tan
crecida , no es estimada ; porque como el mal de que ha
librado es invisible á los ojos , y solo visible á los juicios,
solo le estiman los discretos ; porque para discursos crasos
se necesitan beneficios de vulto.
Estos discursos, como de conversación arrebatados,
y como sin meditación poco cultos, te servirán, Esperan-
za mia , de desahogar tus vanos temores , y si aún escru-
pulizas mis verdades, yo te doy palabra de irte satisfacien-
do mas cada dia.
Esperanza. Con razón, Tiempo amigo , te llamó Tha
les,
les el mas sabio, porque solo tu luz lo penetra todo.
Debo agradecer los sustos de mis dudas , por haber lo-
grado la alegría en tus respuestas > y ya que me he purga-
do de todos mis escrúpulos , quiero limpiarme de mis en-
fados. ¿Que' sientes de unas Gazetas contrahechas que
han corrido ?
Tiempo. Esas son unas balas sin pólvora ni munición,
disparadas del vano canon de una hipócrita pluma. La
turquesa en que se forman , y la tinta con que se escri-
ben, es una complicación de ingredientes de Ginebra, in-
terés , ambición , sagacidad , engaño , impiedad , cau-
tela , codicia , y venganza. De estos ingredientes se for-
ma la tinta , y ios polvos para que se conserve escri-
ta sin borrarse los vende con disimulo una Repúbli-
ca parecida á la de Venecia , no en la reflexión de su
juicio, sino en ser tan temporal , como su vidrio.
Esperanza. Permite que te diga que no me parece sa-
gacidad muy discreta derramar mentiras , que se averi-
guan por falsedades.
Tiempo. Torpemente engañas tu juicio , porque mas
daño ocasionan en lo político , y militar las mentiras,
que las verdades. Una voz falsa ha turbado inven-
cibles esquadrones. Un movimiento mal penetrado ha
cortado el curso á muchas vi&orias. Poco sabes , si
ignoras , que los mas ciudadanos del mundo no son
advertidos , y que las armas falsas asustan á ios vi-
sónos.
Pretenden con esas derramadas mentiras tomar el
pulso á los corazones , y ganar los candidos , ó parar
los afectos. La escondida reflexión de sus políticas es,
que todas las vanderas humanas viven repartidas entre
tres Capitanes generales , Amor , Odio , ó Neutralidad.
¡Todos los soldados son como los Generales , .Amigos,
Enemigos , ó Neutrales. Al escuchar que S. A. no pue-
G 2 de
52 '
de subsistir, que ía edad del Rey no es constante,
que viendo el mal irremediable , ha de ceder á lo
imposible , los amigos sencillos se entibian , los ene^
migos se esfuerzan , y los neutrales se confirman.
Mas daño provocan en los que quiran , que en los
que ganan $ porque muchos que condenando su ocio-
sa neutralidad , se alistaran en la vandera de la razón,
como flojos se retraen , y como cobardes se detie-
nen. Consiguen á lo menos de los tibios neutrales, que
no se arrimen , y de los afectos no muy sagaces que;
se desmayen.
Mas delicadas reflexiones te revelara de esta mali-
ciosa política , á no ser mejor que se ignoren hasta que
se castiguen j porque es peligrosa revelación la de sa-
gacidades , que de xa noticiosos , y no enmendados. Ya
es tiempo que no me detengas , pues sabes faltare' á mí
oficio en pararme un instante , y quexándose todos de
mí de que soy breve , solo en esta conversación habré
parecido largo.
Al pisar el umbral para salir , divisó la Esperan»
23 un vulto tan escondido, como dinero de avarien-
to , y tan envuelto en la nube de un manto , como
muger fea , que á puros desprecios ha conocido su
cara. ¿Quie'n es esta fantasma? dixo la Esperanza.
Tiempo. No es fácil que lo conozcas , porque mu-
chas veces has registrado su semblante 5 pero eres tan
olvidadiza , que desconocen tus ansias , lo que han
llorado tus experiencias. Este es el Desengaño , que
anda tan oculto , y escondido , no solo por verse des-
conocido , sino por mirarse despreciado. Tantas veces
le has visto , quantas han salido tus esperanzas in-
fieles 5 pero se te olvidan tan presto sus facciones^
que desengañada en una , te engolfas presurosa en
Otra*
*3
Esperanza. Ni puedo negar mi delínqiiente flaque-
za , ni me dexa mi genio proponer la enmienda , por mas
que me corra el' conocimiento de mi culpa ; pero no
me admira tanto mi reincidencia , como mirar ai De-
sengaño en Palacio , como si fueran sus patios claus-
tros, sus tribunales celdas , y sus salones her mitas.
Tiempo. No discurras tan injuriosamente, que ima-
gines asidas las virtudes á los lugares , quando sus pa-
lacios son los corazones. Es verdad que habia algunos
años , que faltaba de Palacio : políticamente le desvia-
ron , porque le oyeron. Fuese fugitivo á Zaragoza con
S. A. , donde le ha servido de Consejero todo este tiem-
po de su retiro , y ahora en la jornada de S. A, vino
como fiel criado acompañándole á Palacio.
Esperanza. Temo , que enojado de mis desprecios,
jno quiera hablarme. Por tu vida que interpongas tu
amistad , para que logre el alivio duplicado.
Tiempo, No se negará á mí , porque profesamos
tan -íntima inclusión , que e'l se compone de mis mi-
nutos , y yo me califico con sus verdades. Amigo De"
¿engaño , la Esperanza nuestra conocida , quiere comu-
nicarte su pena j y pues no te niegas á ningún mortal,
no te escuses á su fiel deseo.
Desengaño. Siendo quien soy , es preciso que sea
muy breve. Yo te respondo lo que te ha dicho mi amigo
el Tiempo. En prendas de nuestra verdad , te damos por
ñador nuestra firme amistad. Yo te doy por fiador al
Tiempo , y el Tiempo te dará mi Desengaño.
A Dios , dixo la Esperanza : y vi que se desapareció,
porque como entró con tan claro Desengaño á ser pose-
sión , dexó ya de ser Esperanza.
CON-
54
CONFERENCIA VERDADERA
EN LA VENTA DE VIVEROS,
W QUE SE EXAMINA EL PAPEL
INTITULADO:
LA VISITA DE LA ESPERANZA^
T EL TIEMPO, Se.
c
JJ/ntre otras sabandijas de las- que suelen conducir etí
los coches de Alcalá los estudios , la ociosidad , y el aca-
so , desembarcaron ese otro dia en la Venta de Viveros
dos Estudiantes, un Labrador, y un Soldado. Y» ha-
biéndolos reducido á una mesa la misma fortuna , que
los unia en su viage , escandalizado el Labrador de oír
las sentencias , que pronunciaba en la cuenta el irrefra-
gable tribunal del Ventero , prorrumpió en estos cla-
mores : ¡ Ó , gran Dios ! ¡ Adonde han de llegar nues-
tras miserias i ¿ Este es el remedio que hemos comprado
á costa de la quietud , de la hacienda , de la libertad , y
la honra ? ¡ Ó, quánto nos cegó el anhelo de vernos li-
bres de gabelas , y tributos , pues esta vana esperanza
nos obligó á atropellar con la verdad , la justicia., la.
modestia , la reputación , y la conciencia ! ¿ Que' habe-
rnos sacado de sufrir , y fomentar públicos alborotos,
asambleas de inquietud , conferencias imprudentes , aso-
nadas de guerra , exércitos de gente allegadiza , desaca-
tos contra el honor, escarnios de la Nobleza, desprecios
de
55
'de la nación Española , papelones atrevidos , pasquines
desvergonzados , y otras muchas tan repetidas , y tan
horribles infamias, que siendo así que estoy hablando
con toda la boca de mi "estomago vacío , ni caben en mí
pecho , ni en mis voces ? Lo que yo oygo decir en mi
Lugar á los labradores viejos , y de buen juicio es , que
el fruto que habernos sacado de lo hecho , solo ha sido
desvaratar el Gobierno , perturbar el reyno , escanda-
lizar el mundo , perderlo todo , y no remediar nada».
Si dicen bien ó mal , yo no lo alcanzo , y solo puedo de-
cir , que un poco de mal pan cuesta diez y ocho quartos;
otro tanto una libra de piltrafas ¿ poco menos una azum-
bre de zupia , ó agua envinada : y los demás bastimen-
tos tan por las nubes , que todo vale mucho sino el di-
nero. Y como ( fuera de esto ) anda á tan subido precio
la cebada , nos vemos reducidos á tan miserable estado,
tjue no solamente los hombres , pero ni aún los brutos
pueden vivir en Castilla.
Oyendo estas razones el Soldado , se volvió al La-
brador , diciendo : De poco se queja vm. , y bien se re-
conoce , que anda al rededor de la panocha de Madrid,
donde está el graso del riñon del reyno. Y besando un
poco de pan que tenia en la mano, añadió luego : Por
esta cara de Dios , que este país es lo mejor , y mas bien
parado de España. Yo vengo ahora de Sevilla de servir
al Rey , y en aquella Ciudad está valiendo el pan de
.Utrera á quarenta y dos quartos ■> el de Mairena á qua-
renta y ocho 5 y el de Alcalá á cinquenta y siete , sin
quitar un maravedí. Mire vm. como podrá vivir allí un
pobre Soldado , sin mas oficio que servir á quien está
tan lejos para premiar su mérito , respedo de los malos
condudos por donde se dirigen á sus reales manos los
memoriales , y las pretensiones 5 pues son tales , que los
desprecian , ó los olvidan , desauciando á los honrados
pre-
5*
pretendientes aún del consuelo que produce una fantás-
tica esperanza.
"Eso se entenderá , dixo una muger pasagera , coa
los picaranzones del Regimiento», que pretendian guar-,
dar el Palacio , y defender ai Rey , y ía Reyna contra
el señor Don Juan , y con los menguados que se queda-
ron en Cataluña: que los que vinieron con S. A. muy
bien medrados están. Y miren vms. como hablan , por-
que tiene S. A. muchas aficionadas en la Corte.
¡A y, señora, replicó el Labrador , y que' poco se
me dará á mí de todo eso ! Si vm. es alguna de las mu-
chas espías que tiene Don Diego de Velasco en los estra^
dos de las señoras , vaya , y dígale , que yo soy natu-
ral de Meco , y me- llamo Antón Chapado, y que
si tengo de morir de hambre , mas quiero morir de
achaque de haber dicho las verdades. Y que no es la
menor de ellas el decirle , que es vergüenza , que tan
grande y tan noble Imperio como el de España se go«,
bierne por las malas entrañuelas de un vexin envenenan
do como su Señoría , sin literatura , talento , ni discur-i
so para nada. Lo cierto es , que esto no solo está como
se estaba , sino mucho peor.
Calle vm. , dixo uno de los Estudiantes , que segur!
pareció después se llamaba el Bachiller Badulaque > y
sacando un papel del seno , añadió muy ponderativo >
Aquí está lo acendrado de la política del señor D. Juan;
con tanto acierto , propiedad y elegancia , que sus leales
afe&os lo han hecho imprimir , para dar satisfacción al
pueblo , y responder á esta , y semejantes murmuración
nes, que á cada paso se escuchan.
¡ Ay , señor mió , dixo el Licenciado Crespo , que
así se llamaba el otro Estudiante , y cómo me temo que
ese papel no ha de ser de provecho , porque si estamos
padeciendo de obra , ¿ cómo quiere vm. remediarlo de
pa-
57
palabra ? Léanos vm. ese papel , y veámosíe , que todos
los presentes tienen deseo de oirle.
Enarbolóse el Bachiller Badulaque , y cantoneando
la voz , se empezó á enjuagar con cláusulas , leyendo
La visita de la Esperanza y el Tiempo , &c. con tales ca-
dencias , y correspondencia de voces , que los pasos de
garganta parecían zapateado de Labrador , y mudanzas,
de canario.
Habia leido cosa de dos hojas , quando le interrurrn
pió el Soldado , dicie'ndole de esta suerte : Señor Bachi-
ller Badulaque , bien se conoce en el modo de leer ese
papel , que es vm. su Autor j y cierto , que aunque no
lo entiendo mucho , le alabo la eloqüencia j ¿pero cómo
quiere vm. satisfacer mi necesidad solo con hablar en
culto ? Dexe vm. la virtud de las palabras para los en-
cantadores, que la hambre es una enfermedad, que nun-
ca se ha visto curar por ensalmo. Y no se fie vm. en la
música de las voces , que aquí no somos niños para que
nos arrullen con canciones , que suenan , y no significan.
Y no piense vm. que nos han de tratar como á gusanos
de seda , entreteniéndonos con panderos , cascabeles , y
sonajas , para que no sintamos el mal temporal.
Tiene razón el señor Soldado , dixo el Licenciado
Crespo , que la verdad no necesita de tanta afectación,
y los hombres cuerdos suelen despreciar por pueriles se-
mejantes locuciones. Si pretende abonar el presente Go-
bierno , diganos vm. en Castellano ramplón : ¿Hemos
mejorado aigo , ó se ha empeorado todo ": Si vm. confie-
sa lo segundo , ¿para que es ese papel ? Pero si quiere
persuadir lo primero , responda claro y derecho. ¿ Hay
menos tributos ? ¿Hay menos donativos? ¿Ha baxado
el precio de los bastimentos ? ¿ Hanse reparado las Ar-
madas i i Hanse perdido menos plazas , y de menos im-
portancia \ ¿ Hay acaso mejor disposición de que el pue-
..^Jom.V. jH • bl_q
blo se alivie , el rey no se^ desempeñe , y la fortuna se
mejore ? Pues si no hay nac\a de esto, sino todo lo con-
trario , i para que' intenta vm. embrollar la verdad con
frasetines \
Alteróse el Bachiller Badulaque , y dixo levantando
mas la voz : No falta mas , sino que también murmuren
del relevante estilo de S. A. No quiera Dios tal ( dixo el
Licenciado Crespo) antes como digo lo uno, digo lo otro:
porque nos ha enseñado S. A. á decir Franqueza , Fran-
gentes , Subalternos , y Bridecú.., Y si como vino para re-
mediar el tesoro de la Monarquía , viniera para corre-
gir el tesoro de la lengua Castellana, lo hubiéramos acer-
tado j i pero qué importa que enriquezca , y mejore la
lengua, s?está empobrecido, y. arruinado el reyno.
Lo peor es , que parece que vm. habla con segunda
intención ? porque en ese coloquio que vm. finge entre
el Tiempo , y ia Esperanza , hablando en nombre del
Tiempo , dice vm. estas palabras : Los que me miran con
mas templanza , llaman a ?nis vaybenes errores , á mis mu-
danzas alevosías , y á mis inquietudes traiciones. Luego
añade vm. esta sentencia : Tu hijo , que es el Deseo , he-
reda el ardor de ¡a madre. Y en verdad , que parece que
vm. va con malicia , nombrando la soga en casa del
ahorcado.
Vamos adelante, dixo el Labrador, que hasta ha-
ber oido todo este tratado , no se puede hacer buen jui-
cio. Y habiéndole acabado de leer , le victorearon los
gorrones , y las mugercillas , que se habían juntado á
oir la leyenda, pensando que eran las coplas del Conde de
Irlos , ó alguna relación de aquellas , que antiguamente
solian vender los ciegos , quando se usaban en España las
victorias.
Pero el Soldado , con el mismo desden , que pu-
diera Anibal , quando se enfadó con el Retórico , que
se
59
se puso á filosofar de la guerra , sin mas experiencia , ni
exercicio, que el estudio de palabras , y figuras , fixan-
do los ojos en el Bachiller Badulaque , le dixo de esta
manera. Yo apostare , que queda vm. muy contento,
con haber desbuchado toda esa piscina de regüeldos
sentenciosos , discreciones chavacanas , lisonjas en miel,
y boberias en arrope > pues sepa , que no ha hecho mas,
que hurtar de los autos del corpus los dos personages
de la Esperanza , y el Tiempo , y que desesperando á los
Ie&ores con el tiempo que les consume en cláusulas im-
pertinentes , y periodos sin substancia : concluye intro-
duciendo el Desengaño al modo del Saynete de la Zarzue-
la ; si bien con esta diferencia : que aquel es un desen-
gaño , que tiene por fin desengañar á un joven engaña-?
do $ pero este otro , es un desengaño bobo , que sin de-
cir cosa de provecho y quiere volver á engañar á un pue-
blo , que se va desengañando. Y aún no se contenta con
eso , sino que también pretende engañar al señor Don
Juan con su necia adulación 5 pues aunque es plato muy
dulce el de la lisonja , para que agrade al gusto , es me-
nester que vaya muy rebozado , porque no hay paladar
tan goloso de la estimación , que no se hastie , y em-
palague de exageraciones impropias ' , y mentiras de-
claradas.
Este papel , en verdad ( dixo el Licenciado Crespo )
que no se' yo si tiene tanto de lisonja , como de sátira. Y
si no , supuesto que los dos somos estudiantes, vamos en
forma 5 y ajustemos aquí si es mas lo que alaba , que
lo que vitupera. Vm. propone la question con estas pala-
bras : Oygo decir , que en desterrar a la Reyna nuestra se-
ñora 7 obra mas el poder que la razón , y que arrepentidos,
volverán á la Reyna al Gobierno, Que lo público no se ha re-
mediado. Que los señores afeólos , viven , sobre disgustados,
H 2 que-
6o
quexosos. Que no ha beneficiado á sus leales aféelos. Que es muy
alto su espíritu para las humanidades del Gobierno. Que
pues no ha hecho justicias , no debía de haber delitos, Y pa-
ra decirlo en compendio : Corre el mismo tiempo que
el pasado. En estas cláusulas dice vm. mas de io que
parece.
No dice tal , replicó el soldado ; porque da á en-
tender , que las'quexas del pueblo se reducefí á esas so-
las , siendo así que son mucho mayores , y mas graves.
Aceche vm. á las conversaciones , y verá que los
hombres de conocimiento , y delicada lealtad , tocan
•en la libertad, y la vida de nuestro Rey, y llega á tan-
to el recelo , asi de los militares , como de los políticos,
que malician , si de proposito se tira á desbaratar esta
Monarquía.
Tal cosa , parece increíble , dixo el Labrador : y no
se han de traer á disputa las necedades manifiestas \ pero
por esta misma causa me confunde la meditación de las
palabras , con que el señor Bachiller propone los rumo-
res que le asustan , ó si no diganos su merced. ¿Que sen-
tido tiene el proponer como gran mal , que se arrepien-
ta el poder , que alejó á la Rey na Madre , sino el po-
nerle en estado deque no pueda servir su arrepentimien-
to? ¿Y quien es el poder de quien se dice, que tiene
quexosos á los señores , y que no ha beneficiado á sus
leales afedos? Porque ese modo de hablar del poder,
parece que mira á diversos sugetos. \ Quien son estos
leales aféelos , que piden premio? Y dígame: ¿á quien
tienen por blanco de su lealtad ? Y sobre todo : ¿ que es-
píritu es aquel , que presume de mas alto , que las hu-
manidades del Gobierno? ¿Es acaso , porque el mandar-
lo todo, es oficio humilde ? ¿Ó por ventura, porque
apeteciendo el sumo poder , se dedigna del nombre de
Mi-
"6 %
Ministro? Todas estas cláusulas contienen énfasis muy es-,
candalosos , que dan harto que discurrir á los verdaderos,
leales.
Por eso (dixo el Licenciado Crespo) llego yo á rece-
lar , si ese papel es doblón de dos caras ; porque aten-
diendo á lo que dice claro , parece que propone la ob-
jeción con tibieza , para que parezca mas cumplida la so-
lución: y se porta , como quien dispone la treta para
lograr la contratreta , ó como quien dispone el juego pa-
ra ganarle. Y por otra parte : viendo las perniciosas
malicias que insinúa , parece que va á advertir todo lo
que del estado presente se puede temer. Pero vamos al
principal intento, y examinemos, como satisface vm. á
las dificultades que se proponen.
Lo primero , responde vm. en general , proponiendo
el miserable estado de la Monarquía , así en lo político,
como en lo militar , y habiendo gastado en esta pin-
tura muchas elegancias , concluye vm. con decir , Que
S. A. no ba podido remediar ninguno de los daños que sentía-
mos , y da la razón : Porque ni Aristóteles , ni Platón , j«-
pieron batir moneda sin metales , ni alcanzaron documentos
para hacer tesoros , sino para conservarlos > y que faltando
por una parte el dinero , y necesitando por otra de tanto
reparo el torrente arrebatado de las viólorias de Francia , no
pudo el señor Donjuán corresponder á la esperanza del pue-
blo. Y habiendo confesado vm. todo lo que está diciendo
nuestro dolor , alega luego varias historias de los Roma-
nos , y Cartagineses , del osado Atila , de Tarquino
con Lucrecia , y de Constantino en Bizancio, que si vie-
nen, ó no vienen , á Dios la cuenta dará. Ahora vamos
arguyendo.
Primeramente : si vm. confiesa que el Gobierno de
S. A. no ha correspondido á su esperanza de vm. ¿que se
admira de que digan lo mismo todos los demás? Y si vm.
lió
S2
ño puede desmentir esta verdad, ¿de que sirve todo ese
papelón ? j Y á que' proposito nos ha leido todo ese car-
tapacio ? Vuelvo á argüir. Vm. dice estas palabras: Entró
S, A. con el aplauso igual al deseo : concebí de su alta mente,
y soberana idea la salud universal de esta enferma Monar-
quía. Esto mismo sucedió á todos; y como vm. se enga-
ñó , nos engañamos , hasta que la experiencia nos ha di-
cho , que la ardua empresa de nuestro remedio , excede a la
capacidad de nuestro remediador.
Respondió vm. : Que era este asunto imposible. ¿ Pues
para que se encargó de ello ? Los gobiernos precedentes
nos conservaban con nuestros achaques , y los Ministros
que nos gobernaban , no prometieron mas de no hacer
injusticia á nadie , y de aplicar toda la atención ai bene-
ficio público , fiando de Dios, y de su buena dicha, que
nadase perdería por su culpa. De este modo se vivia,
quando viendo S. A. algunos malos sucesos , clamó al
cielo y á la tierra , blasfemando de ver que el Pueblo es-
taba oprimido , el reyno mal administrado , y muchas
piedras preciosas de la Corona perdidas. Y ofreciéndose
á restaurarlo todo , se mostró tan constante en este
asunto , que por este motivo dexó de ir á Flandes quan-
do mas necesitaba de su asistencia ¿ y después dexó de
ir á Sicilia , quando de sus influencias se podía esperar
la reducción de Mecina. Y aunque en estas y otras
ocasiones , no solo por los Decretos reales , que se le
intimaron , sino también por el riesgo de aquellas
Provincias , por su propia fama , y por el servicio de
su Rey , no desistió de estar en puesto y parage , donde
azechando al gobierno de la Monarquía , viniese á
apoderarse del Rey , y del reyno , como con efe&o lo
consiguió. Pues si aquellos que no prometieron mejorar
el mundo, sino el servir la mejor que pudiesen los
puestos , son dignos de reprehensión , porque no nos
me-
63
mejoraron 5 ¿que reprehensión , y que' castigo merecerá
aquel , que habiéndole dado el puesto por la promesa-
de remediar el mundo, ha estado tan lexos de remediar,
nada , que e'i solo ha perdido mas que todos los pre-
cedentes ?
Oyga vm. otro argumento. En un papel impreso,
que en el estilo , el asunto , y las circunstancias pareció
entonces ser sin duda de S. A. , escusándose con sus
parciales de no haber entrado por fuerza en Madrid
quando estuvo en Torrejon , hablando de los Ministros,
y de los desórdenes de la Monarquía , dice : Ellas y ellos
están hechas carne y sangre , en grado tal , que si no es quien
con general obediencia se halle aboyado de toda la autoridad
Soberana , que es la que hoy alienta á aquellos , y consiente á
éstas , no habrá jamás nada en beneficio público. Según es-
tas palabras del manifiesto que publicó S. A , arguyo así:
El señor Don Juan confiesa , que solo ha podido obrar
algo en beneficio público quien con general obediencia
se halle apoyado de toda la autoridad Soberana. Tam-
bién debe vm. confesar , que ningún Ministro de quan-
tos hemos conocido entró á gobernar el reyno , hallán-
dose apoyado con general obediencia de toda la autori-
dad Soberana, sino el señor Don Juan , á quien sé le
ha dado el dominio mas despótico , que se lee en His-
torias haber llegado á obtener ningún vasallo suyo. Lue-
go España no tiene razón de quejarse de los otros Mi-
nistros , y solo se puede quejar de S. A. , supuesto que
los demás no han podido seguir su di&amen, y solo S. A.
ha podido remediarnos.
Vaya otro argumento. En el papel intitulado : La
unión de los Grandes y Nobleza con el señor Don Juany
que no puede negar vm. que S. A. le dispuso , y junta-
mente le firmó de su nombre , dice estas palabras forma-
les : Su Magestad , y consiguientemente sus buenos y leales
va-.
?4
vasallos- padecemos hoy grandísimo detrimento en todo , por
causa de las malas influencias , y asistencia al lado de S, M. ,
de la Reyna su madre , de la qual , como de primera raiz,,
se han producido , y producen quantos males , pérdidas , rui-
nas , y desórdenes experimentamos. Ya arrancó esta raiz,
y apartando á la Reyna , consiguió el señor Don Juan
quanto deseaba. ¿ Pues cómo retirada la causa de los
males en S. M., y aplicándose la causa de los bienes en
S. A. , se ven tan contrarios efe&os , que nunca se han
padecido mas calamidades , mas pe'rdidas , y mas lamen-
tables ruinas , que después que empezó á gobernar el se-
ñor Don Juan \ Esto no tiene solución , sino el decir, p
que nos engañamos en pensar que el señor Don Juan eral
capaz de remediar la Monarquía , ó que maliciosa-'
mente e'i nos ha engañado , obrando de manera , que el
Rey , y el reyno no puedan resistirle quando sea tiempo
de mayores designios.
Vuelvo á argüir otra vez : Las quejas del mal esta-
do del reyno son ran antiguas , como se ve' en la gran
Consulta del Consejo real, hecha el año de 1616 ai
Rey Felipe III.0, que la trae el Canónigo Navarrete,
y se refiere en la Historia Pontifical : ¿ pues si fue culpa
de todos los pasados el no haber remediado aquellos ma-
les , cómo no ha de ser reprehensible en el señor Don
Juan, que no solo.no haya remediado nada , sino em-
peorádolo todo de tal manera , que desde la perdida ge-
neral de España no ha padecido jamas nuestra Nación
mayores calamidades , ni mayores ignominias ? ¿ Para
que' truximos el Medico afamado á tanta costa , si en
lugar de sanar nuestras dolencias , ó por lo menos
curarlas mejor que los otros , nos ha empeorado de
suerte , que ha dado con la Monarquía en la sepui^
tura ?
Vuelvo á argüir : El epe no cumple lo que prome-
íe,
H
te , o es infiel , ó es ignorante > porque ofrecer lo que na»
se puede cumplir , juzgándolo asi \ ó que siendo fa&ible,
no se cumple , es mentirosa y ruin infidelidad 5 y el pen->
sar que es practicable lo que no se puede hacer , es des-'
preciable ignorancia de hombre inexperto y ligero. Sien-
do esto asi , vea vm. quál de estas cosas le pretende'
aplicar á su Mecenas ; porque vm. no puede negar que
el ofreció el alivio , y remedio de nuestros males : y si no
recorra vm. sus palabras , y sus acciones , y verá que en
quanto ha escrito y obrado todo era preferirse á corregir
al mundo , y que con estas jactancias , y blasones de su
ardiente zelo , y superior inteligencia, se grangeó la
aclamación de todo el rey no , y que en esta confianza le<-
llamó S. M. , y le ha encargado todo el oficio de Rey,
sin reservar para sí otra cosa mas que el nombre. Y es-
ta verdad no la puede vm. negar, ó si no dígame:
¿Que' fin ha tenido en todo ese quaderno de frases , si--
no el interponer la apelación á mas largo tiempo , y pro^
longar el plazo para que S. A. cumpla con lo que ha
ofrecido , y que esperemos de el la salud universal de es-
ta enferma Monarquía , que vm. confiesa concibió de su
alta mente , y soberana ideal Pues siendo esto así , ¿que'
mucho que el Pueblo Español llore su engaño , y que
lamentándose de haber agenciado su mayor daño , quan-
do mas solicitaba su remedio , se queje de las promesas*
que le induxeron á esta necia confianza , y clame contra;
quien tuvo imprudente temeridad en ofrecer , ó bárbara
crueldad en no cumplir ?
El Bachiller , que hasta aquí había callado , alzó la
Voz , y volvió á repetir esta sentencia : Estoy firme y
constante , porque del soberano entendimiento de S. A. pru-<
dentemente concibe mi idea quanto de su ideado Ciro en Xe-
nofonte la lisonja. Es Príncipe tan excelente en prendas, qut'
no puede pintarse , porque no puede comprehenderse > .y exce-
Tom. V. I de
66
de mis colores ,' porque excede la esperanza.
Pues ahora digo ( saltó el Labrador ) que vm. habla
eon segunda intención , porque siendo este Héroe tan
capaz como vm. dice , solo se pueden atribuir á malicia,
y. á algún ñn torcido los errores que se están cometiendo
en el gobierno. Estos son tantos , que no tenemos que
atribuir nuestros malos sucesos á la fortuna , sino á la
mala disposición del arquitecto de esta fabrica. Y si no,
dígame vm. ¿que' medios se pueden- haber aplicado mas
proporcionados para perder, las plazas , las provincias,
y todo el reyno , que despreciar á los Grandes , ajar á
los Nobles , pisar á los Ministros , deponer á los benemé-
ritos , premiar á los sediciosos ,, estafar á los ricos , opri-
mir á los pobres , desesperar á los soldados , reformar á
los leales , honrar á los fugitivos, gravar á los Eclesiás-
ticos , proscribir á los sacerdotes , atropellar la justicia*
sitiar los oidos del Rey , cercarle de espias , para que
no pueda socorrerle la verdad con el desengaño. Y última-
mente, gastar el tiempo , el dinero , y el cuidado , que
se habia de gastar en beneficio público , en chismosos
exploradores de noticias para asegurar la facción , y para
templar el miedo del castigo, que les intima su mala
conciencia.
Suponga Vm, que se apoderase del gobierno el hom-
bre mas enemigo de la nación Española , y discurra que
pudiera hacer para destruirnos mas de lo que se está ha-
ciendo.-Vuelva vm. los ojos á Flandes , y vea si el Fran-
cés usa con las ciudades que ha conquistado , tantas vio-
lencias , y tiranías como las que se han executado , y
están executando en Madrid, y en todo el reyno. ¿ Pues
que mucho que diga el pueblo , que no es buen amigo
aquel que obra peor , que ,el peor enemigo? , ¿.Y que mu«?
c.ho que yo discurra de un hombre tan entendido como
vm. le hace ,. que rio ignoraba proporción de sus medios*
y
*7
y que no en vano los dispone como quien pretende
arruinar este edificio , para hacer otra fabrica de su
gusto ?
Hablemos todos, dixo ei Soldado; que vms. con ser
estudiantes , no reparan en una heregia , que ha dicho
este señor, porque no puede dexar de serlo , decir de ua
hombre, que es Principe tan excelente en prendas, que no pw
de pintarse , porque no puede compre hender seJ¿\ ser incom-
prehensible solo se puede decir de Dios, según lo he oi^
do decir infinitas veces en los sermones. { Pues que' locu?
ra es atribuir sabiduría incomprehensible , á un entendi-
miento limitado, y muy limitado?
Acuerdóme que en Flandes oí decir áDon Alonso de
Cárdenas , que vino de la Embaxada de Inglaterra : Que
el entendimiento del señor Don Juan era como una nabaja,
de barbero , que tiene filo para cortar un cabello 5 pero se em-
bota al partir una rebanada de pan, dando á entender , que
era agudo para cosas sutiles, y inhábil para empresas
heróycas. \ Miren que aliño de ser incomprehensible \
Tambiem le oí decir al Conde de Peñaranda , ponde-
rando la buena elección de vocablos, y elegancia del esti-
lo del señor D. Juan ; Muy bien suenan estas cláusulas, pero
hasta ahora no he visto ninguna gran cabera, que se precie de
hacer esta filigrana. Y decia muy bien , porque es de en-
tendimientos afeminados gastar en galas, y afeytes de las
voces ia atención , y el estudio , que se debe emplear en
la substancia de las cosas , en la gravedad de los ne-
gocios, y peso de la razón. ¿Pues que locura es llamarle
imcomprehensible ?
Las plazas, y los reynos no se defienden á coplas,
sino á valazos 5 y aunque sean muy rodados los perio-
dos, no se arma bien la artillería con ellos. No es lo mis-
mo ser valientes , que ser pey nados , y bien se compone
ser aliñado el concepto , y descabellado el. juicio : y me-
1 2 jor
6^
jor suele hallarse la razón, y la verdad en los términos
groseros del Labrador , que en ios políticos aseos del
Cortesano. Y ia razoa de todo es , porque el valor no
consiste en decir , sino en hacer > y así puede uno ha-
blar muy bien ,; y obrar muy mal. Á Caiigula , á Ne-
rón , á Domiciano , y á Eiiogabalo , nadie condenó de
menos elegantes en el estilo , sino de necios en la prác-
tica de los negocios. No basta , pues que un Príncipe, no
use barbaríamos :en el lenguage , para que se libre de
ser bárbaro en las resoluciones. Y así no equivoque vm,
la elegacia afe&ada , con la discreción verdadera j ni lla-
me sabiduría incomprehensible , á la pura gramática de los
críticos , y conte'ntese con aplicar á ese caballero , á que
escriba papeles á Monjas , y que hartándose de chismes,
se los ponga en culto , para que se entiendan menos , y
duren mas.
Últimamente , para que vm. consiga su aprehensión,
y borre de su papel el soberano epíteto de incomprehen-
sible j vuelva vm. los ojos á las historias , pues hace tan-
ta obstension de que las sabe , y discurra en que pueda
consistir que los antiguos fuesen siempre aumentando es-
ta Monarquía entre mayores dificultades , y mas fuertes
enemigos que los presentes , teniendo menos reynos , me-
nos poder , menos rentas, menos alianzas , menos séqui-
tos , menos autoridad , menos obediencia , y menos re¿
putacion , que aquella con que entró el señor Don Juan
en el Gobierno , y no hallará vm. otra razón mas ade-
quada que el confesar , que aquellos hombres tenían mas
capacidad , mas zelo , mas amor de la patria , mas valor,
y mas inteligencia , que la que ahora se usa, y que
suplían con sus prendas la debilidad de los medios. Pues
' si aquellos varones heroicos coronados de victorias , se
humillaban como buenos christianos á la Magestad di-
vina : ¿en que ley cabe , que de un sugeto tan inferior , y
3 ¡ I cjue .
69
que con tantos medios ha hecho tan poco, quiera vm. ar-
marnos un Lucifer , que dispute á Dios el título de Sobe-
rano , y de Incomprehensible!
Tenga vm. (dixo el Licenciado Crespo ) que para lo
que vm. acaba de decir, viene muy aproposito un Ídolo
llamado Rumon , de quien hacen mención los Escritura-
rios. Este era un falso Dios , que á nadie favorecia , pe-
ro todos le adoraban , sin mas título que llamarse Ru-
mon 7 que según interpreta san Gerónimo , es lo mismo
que CelsitudO) y Alteza en buen romance. A los ídolos, y
á las estatuas que carecen de razón , súfrales vm. que no
hagan nada : y vuélvase contra aquellos que las hacen
Deidades , y las adoran.
; Estoy conforme con esa do&rina (dixo el Soldado );
pero quisiera que el señor Bachiller, que hace tan sabio
á este Príncipe , me respondiera á una pregunta. ¿ Tiene
Vm. acaso noticia de que alguna empresa se haya acer-
tado por consejo del señor Don Juan.? Porque yo solo
rengo una experiencia de habernos perdido por seguir su
dictamen. Bien sabido es , que las dos batallas del socor-
ro de Dunquerque , y la retirada de Ébora , fueron
únicas obras de su ingenio : pues ya ve vm. como salie-
ron. Lo mismo le ha sucedido en otras muchas ocasiones.
De esto sé mucho. De lo que pregunto % quisiera que
Vm. me diera alguna noticia sin hurtar hazañas á Oña-
te , Mortara , Caracena , y Conde' j que estas no le to-
can, sino en quanto era estorbo á las ideas de tan grandes
Caudillos.
Iba á responder el Bachiller Badulaque, y todos á
una voz le obligaron al silencio , hasta que el Licen-
ciado Crespo acabase su discurso • y le rogaron que
descendiese á lo particular á que procura reponder el pa-
pel , encargándole la brevedad 5 y dicho Licenciado
Crespo prosiguió de esta manera.
Di-
70
Dice vm. que no se debe llamar destierro el retiro
de la Reyna j y agradeciéndole á vm. el empacho de la
palabra, me admira, que lo refiera sin hacerle disonancia
la excepción. Esto que á vm. le suena tan mal , es el prin-
cipal empeño del señor Don Juan j y oiga vm. como lo
explica en aquel con templadísimo papel de la unión de
S. A. con los Grandes. Estas son sus palabras : Se deduce
con evidencia , que el mayor servicio que se puede hacer i
S. M.y y en que mas le servirá la verdadera fidelidad , es se'
parar totalmente , y para siempre de la cercanía de S. M. a
la Reyna su Madre. Mire vm. quanto peor es lo que dicen
estas cláusulas , que la palabra ^destierro , y no se meta
vm. a corregir el vocabulario de su parcialidad. Y si \o
que significa tanto menos, le hace tanta disonancia: ¿que'
se ha de decir de ur.a demonstracion tan opuesta á la
autoridad , á la piedad , á la política , á la fama , y al
honor?
Añade vm. otras dos razones. La primera , que el se-
parar á la Reyna fue por cumplir el testamento de Felipe IV.°y
que así lo dexó dispuesto. Y cierto que me espanta , que no
haya podido vm. discurrir otra mentira menos descara-
da para pretextar tan notable resolución. Bueno fuera que
habiéndola dexado á su querida esposa el absoluto do-
minio del Gobierno de la tutoría , fiando de su cariño,
capacidad , y virtud el desempeño de esta confianza , de-
xase también mandado , que en premio de haber sal-
eado al Rey , y al reyno de los peligros de la minori-
dad , la apartasen violentamente de su hijo , y tratán-
dola como madre contagiosa , ó como descomulgada se
dixese : el Rey su hijo ni la oiga, ni la hable , ni la vea ; y
si alguno fuere sospechoso de que la comunica , ó que la con-
serva la debida lealtad , sea castigado como defidente á la
Monarquía. .
La verdad es : que el Rey Felipe IV.0 siempre temió
el
el estorbo de un bastardo que dexo declarado, y que coa
altísima providencia le excluyó del Gobierno , y que
atrepellando por la inclinación de Padre , por cumplir la
obligación de Rey , no consintió que en la última en-
fermedad se le pusiese delante , y que no cayó en su
imaginación , que se habia de apoderar de la persona del
Rey el sugeto de quien mas le resguardaba , y por cu-
ya prevención depositó el cetro en la Reyna , instru-
yéndola en las advertencias , que algún dia se publica-
rán. También es verdad , que previniendo que algún diá
podia ser que la Reyna Madre juzgase conveniente el
retirarse del tráfago de la Corte, la dexa opción para
que en tal caso eligiese la ciudad que le pareciese mas
conveniente á su decencia , quietud , y comodidad , con
otras prerrogativas que se atropellan , y desprecian co-
mo todo el mundo sabe. ¿ Esta cláusula es acaso bastan-
te fundamento para haber engañado la edad incauta del
Rey , con falsa persuasión de que en conservar á su la-
do á su Madre , ó en restituirla á su- lado , contraviene
al testamento de su Padre? ¿Podia creerse tal barbari-
dad de un Rey tan piadoso como felipe ? ¿Por ventura
somos Griegos para que se pra&ique en España la ley
injusta del Ostracismo de Atenas , que manda desterrar
á los muy beneméritos de la República , solo por satisfa-
cer , y consolar á la envidia ? Luego es falsísimo , que
el testamento del Rey manda que el hijo aparte de sí á
su Madre, principalmente en aquella edad en que corre
mas riesgo de engañarse, y de perderse.
La otra razón de apartar á la Reyna, dice vm. que
es , por ser S, M. poco dichosa ; y en parte dice vm. bien,
porque no es poca desgracia , que los que la deben estar
mas agradecidos , hayan abusado de su piedad para exe-
cutar con S. M. tan. escandaloso rigor. Pero vuelva vm.
ios ojos á la fama de S. A. , y considere , si ha nacido
en
7%
en muchos siglos hombre mas infausto para la Nación Es-
pañola. Todo lo que ha corrido por su mano se ha perdis-
do : y ahora que está todo á su cuenta , se pierde todo.
Apenas sonó que había venido á Madrid , quando empe-
zaron á venir los correos á manera de los criados de Job.
Vino la hambre? vino. la peste, el sitio de Oran, la rota de
Cataluña j piérdese Cambray, piérdese Valencenas, piér-
dese Sant-Omer, piérdese Gante, piérdese Ipre, piérdese Pui-
cerdan , y piérdese todo aquello que se le ha antojado at
enemigo. Pues si los me'ritos de estar al lado del Rey se
han de medir por la buena fortuna , vea vm. si S. A. me-
rece mejor el que le separen, que la Reyna. Otros moti-
vos alega vm. de la separación de la Reyna , como la es-
trechura de Palacio , y los exemplos de Francia : los qua-
les no se ponderan de por sí, por ser declaradamente dis-
paratados, y por el gusto que nos dá ese recuerdo del ma-
trimonio del Rey , porque parece se dilata mucho, y tie^
ne misterio la dilación.
A la segunda queja de que lo público no se ha remedia-
do : responde vm. suponiendo que no se habla de los ofi-
cios por ser tan justa su distribución , sino de la carestía
de los bastimentos : y no pudiendo vm. negar la verdad
de este cargo, confiesa llanamente, que pocos alimentos
han mudado precio ; pero nos consuela vm. con decir : que
es menester arruinar la Monarquía , y volverla á fundir en
el molde de S. A. , y que solo faltan artífices para ello. Tam-
bién nos regala vm. con el exemplo de Leónides , que hi-
zo resistencia á Xerxes en el estrecho paso de las Termo^
pidas 5 que aunque no viene á proposito para el intento
de abaratar el pan , al fin llena su párrafo con otras his-
torias que trae vm. harto impertinentemente. Ya que
vm. quiso lograr esta noticia , considere , que si Leóni-
des , y quinientos compañeros acometieron al exercito
de Xerxes / y pelearon hasta morir todos ; iban muy
bien
73
bien comidos y bebidos , como advierte k misma his-
toria. Pues haga el señor Don Juan que comamos y be-
bavos , y llévenos á pelear con exercitos de Xerxes. Pero
si no hay que comer , ¿ cómo hemos de pelear ? Vamos
al caso ; y suponiendo la verdad de que casi todo se ha
encarecido desde la venida del señor Don Juan , y que el
pan mas barato vale diez y seis quartos , veamos quien
tiene la culpa de tanta carestía.
Dice vm. que corrió una voz falsa de la baxa de mo-
neda , y que esto no se pudo remediar, porque hay mu-
chos ladrones , y los panaderos son veliacos , y con eso
le parece á vm. que ha satisfecho muy plenariamente.
¡ O , lo que habla que decir aquí ! Pero baste apuntar
ahora , que aquella voz dependió de la mucha moneda
manifiestamente falsa , porque con la venida de S. A. se
desenfrenaron mas los monederos, y no habiendo vigi-
lancia para reprimirlos , no hubo tampoco resolución pa-
ra que se obrase en Castilla, lo que se usa en toda Anda-
lucia , donde la evidente señal de la moneda adulterada
les ha hecho fácil distinguir la verdadera , y les ha ser-
vido de ley para no admitirla. El buen pastor no cumple
con decir de donde les vino el daño á sus ovejas , sino
que debe prevenir no les venga. Echar la culpa á los
malhechores , no es bastante disculpa de la omisión del
Juez , que puede , y debe prevenirlo , y remediarlo. En
este punto se debe discurrir del mismo modo, que quan-
do nos quejamos de las muchas plazas, que pierde S. A.
No se satisface con decir , que el Francés las conquista,
y se las gana ; porque eso no se duda , y solo se hace
cargo , de que sabiendo la prevención con que madruga
el Francés , en parte ninguna se ha prevenido de suerte,,
que el Francés quede burlado.
Últimamente , ¿ para que es menester echar la culpa
á los Ministros , y panaderos , si la hambre dimana del
Tom. V. K mis-
74
mismo, que la había de remediar? Buscóse mucha canti-
dad de trigo , tomóse al precio acomodado, que tasó la
conveniencia del poder , y pareciendoks á los arbitristas
que era esta buena ocasión de poner tributo en el pan,
S, A. la ha logrado lindamente , porque vendiendo el
pan á dos reales , viene á doblarse el dinero , que se em-
pleó en el trigo, para de ahí socorrer á Girona tan lin-
damente como á Puicerdan. Con que se averigua, que
con achaque de abastecer á Madrid , se encarecen los ali-
mentos , y al Pueblo se le quita el dinero suavemente.
Xsta es la causa verdadera de haberse encarecido en Ma-
drid el pan. Pero si vm. poríia en que la culpa está en
los Ministros que se sobornan , y en los panaderos que
solo obedecen al logro de su intere's : ¿ quien tiene la cul-
pa de esto sino quien pudiendo , y debiendo castigarlo,
no lo castiga ? Ni vale por respuesta , el que lo ignora,
¿porque cómo puede ignorar lo que vm. sabe? Y si vm,
no lo sabe , ¿ cómo se atreve á decirlo tan de cierto, co-
mo si lo hubiera probado jurídicamente ?
Y para entrar ya en lo que vm. tan confiadamente pre-
sume , de que nadie se queja del modo de dar los puestos,
sepa queno menos estáescandalizadoel mundodelos oficios,
que de la mala provisión de los alimentos. Dice vm. que
,ya ahora no se venden. Está vm. mal informado , si no
es que pretende morder al disimulo. De los puestos de
Indias no se duda, porque es pública la almoneda. Mas de
los de acá hay ahora tantos duendes , quantos son los
criados de S. A. No recibia Don .Fernando Valenzuela
mas que recibe ahora Don Diego de Velasco. ¿ Pero que
hay que admirar ? Si al que no pretende le quitan sin
mas ni mas el dinero , que tiene en su casa 7 ¿ que' harán
con los pretendientes ? No hay mas diferencia si no que
ahora se venden los puestos á quien mas los paga , sin:
mas aprobación que el dinero j pero antes á nadie se
le
75
le -admitía sin que le consultase , aprobándole de idó-
neo el Conseja á quien tocaba. ¿ Pues quien obra
peor l
Es, verdad que algunos oficios se han dado sin dine-
ro > pero ninguno de valde , ni bien empleado. ¿Que' peor
venta que la de que las dignidades Eclesiásticas ,, y Ma-
gistrados , sirvan de sueldo á las sediciosos? ¿Que' peor
empleo , que comprar asesinos de sus antojos , con los
puestos que se quitan á los hombres capaces , y bene-
me'ritos ? ¿ Aplaudirá vm. las mercedes hechas á Monti-
jo,Cortizos, el Arcediano, y á otros de este modo?
j Pero cómo se puede aprobar , ni de burlas el deponer
ai Príncipe de Parma para dar el Virreynato de Catalu-
ña, y poner las armas en manos de Monterrey ? ¿ El de-
poner al Conde de Villaumbrosa , para hacer Presidente
de Castilla al Canónigo D.Juan de la Puente, sin mas mé-
ritos , que haber sido el primer General de la gente alle-
gadiza con que S. A. vino amenazando á la Corte, y ha-
ber manifestado su codicia en la visita del Arzobispado
de Toledo, donde le capitularon de . ? ¿Y también por
ventura aplaudirá vm. el haber depuesto á Don Lope de
los Ríos , para dar la Presidencia de Hacienda ai buen
caballero Don Gonzalo de Córdoba , que cumplió con
las obligaciones de su sangre con dexar el puesto , en que
no podia dar entera satisfacción? De esto habia mucho
que decir 5 pero vamos á otra quexa.
La tercera quexa es : Que los señores antes aféelos , vi-
ven quexosos. Y su respuesta de vm. reducida ai verdade-
ro sentido , sin el follage pomposo con que vm. la ofus-
ca , consiste en decir , que los señores obraron como hipó-
critas de la ambición , asi porque cubrieron con el pretexto
del bien publico sus intereses particulares , comí parque empe-
ñaron al señor Donjfuun para desampararla en la ocasión , y
perderlo , y que viendo que no consiguen r no Q mucho que es-
Kz té»
ten quexosos* Que esta respuesta es mala , se convence?
porque los señores dieron al señor Don Juan quanto el
podía esperar , y S. A. no les ha correspondido. Ellos
cumplieron mas de lo que ofrecieron * pero S. A. ha fal-
tado á quanto les ofreció. No se niega , que á muchos les
movió su privado sentimiento ■> pero también a Don Pe-
layo le acabó de resolver al glorioso asunto de restaurar
la patria perdida, el duelo del desigual casamiento de su
hermana. ¿Y por eso dexó de ser digno de alabanza aquel
empleo?
Los Grandes pensaron autorizar su grado , y mejo-
rar el rey no ; pero viendo que éste se pierde , y que su
dignidad se abate , y que S. A. les niega sus preeminen-
cias , y honores , y solo se los concede una vez por cere-
monia, ¿que mucho que este'n quexosos? Y de mas á mas
no les guarda sus fueros , sino que los hace mas tributa-
rios que al plebeyo mas soez. ¿ Cómo no han de llorar la
burla que les hizo su esperanza? Querian que la Rey na
se conformase con el di&amen de todos y pero no que-
rían que se perdiese el respeto á la Reyna. Querian que
se atendiese al descontento de los Grandes ; pero no
que se perdiese lá reverencia á las mugeres. Querian que
el Rey se aplicase mas á la salud del rey no 5 pero no
que se faltase al precepto de honrar Padre y Madre. Que-
rían á un hombre que autorizase con el Rey un Conse-
jo 5 pero no querian á quien desautorizarse á los Conse-
jos con el Rey. Querian á quien le industriase en el
Gobierno i pero no á quien le desaplicase del Despacho.
Querian que el Rey saliese de qualquiera apariencia de
opresión ; pero no que alguno fuese señor de la perso-
na del Rey. Finalmente , quedan que el Rey quedase
en mejor estado que antes j pero no verle reducido á tal
estrecho , que ningún vasallo leal le pueda ayudar , ni
con la palabra \ ni con la obra, ni con el consejo , sin la
no-
77
noticia , y la indignación de la cautela , que le tiene cau-
tivo. Miren los Grandes lo que hicieron en su unión , y
pues dieron el exemplar para el error , piensen lo que
conviene hacer para el acierto.
La quarta quexa es : Que no había beneficiado á sus lea-
les afeólos. Á esto se responde, que quatro Capitanes acau-
dillaron al señor Don Juan , que son impaciencia , vengan*
za , soberbia , y codicia : Y con este presupuesto discurre
que tiene pocos acreedores S. A. porque de los contrarios,
no hay controversia : de los neutrales , dice que merecen
castigo 5 y de los amigos , que como le siguieron por
obedecer á aquellos quatro Capitanes por la mayor par-
te , no son dignos de premio. Por cierto que Ym. lo -es,
por haber confesado la calidad de los soldados , que die-
ron su voto , y emplearon sus armas en la exaltación de
S. A. Pero digame ahora vm. ¿cómo se había de acertar
la resolución , si el principal voto de la consulta le die-
ron la ignorancia , y la imprudencia de las mas irra-
cionales pasiones ? ¿Cómo no habia de errarlo la inconsi-
deración de la impaciencia , la precipitación de la venganza,
la arrojada indocilidad de la soberbia , y la torpe ceguedad
de la codicia7. Si estas quatro furias del infierno se convo-
caron para introducir á S. A. en el Gobierno , no hay
que admirar el que suceda tan mal , y de que nos. haya
de suceder peor , porque forzosamente ha de ser malo el
pronóstico , quando la constelación que influyere en este
catástrofe se compone en vez de astros, de esos quav
tro tizones del infierno. No puede ser bueno el suceso,
que dependió de tan malos infiuxos. Y no habia que es-
pantarse de que fuese tan desdichado el efc&o , que na-
ció de tales causas. Mas si en esto va vm. con ánimo sin-
ce'ro de alabar, y no con la cabilacion disimulada de
morder (como se sospecha) , sepa que esta muy engaña-
do : porque los cabos del exercito , que conduxo el se-
ñor
.7?
ñor Don Juan /fueron de mejor calidad , que lo que vm.
piensa > porque al señor Don Juan le conduxeron qua-
tro virtudes tan nobles , como la docilidad , fa piedad \\ la
lealtad , y la sinceridad* Estos generosos afectos , se dexa*
ron capitanear del engaño y porque como el engaño fue
de todos $ vino á ser el engaño general* Y creído , y obe^
decido igualmente de todos % consiguió esta hazaña, que
injustamente se quieren atribuir á sí los, sediciosos x ó
los que vm* llama leales afectos* Lo cierto es , que si la
docilidad del Rey no se dexára persuadir , ó si la pie-
dad de la Rey na no se hubiera dignado de ceder , ó la
lealtad de los nobles no se hubiera de xado embaucar , ó
á la sinceridad del pueblo no hubiera tenido tanta faci-
lidad en creer y confiar ,, nunca el señor Don Juan hu-
biera entrado en Madrid. De este discurso saco yo ,
con licencia de vm. que el perfe&o agradecimiento del
señor Don Juan , debe resplandecer en ei mayor servicia
del Rey , veneración de la Reyna r estimación de los
nobles > y alivio del pueblo* Mas ya que no quiera echar
por la esfera de la virtud , advierta que también los ma-
los dentro de los mismos vicios , pueden guiar lineas qué
remeden en la apariencia las acciones de los santos* Y así
tienen también entre sí los injustos sus sombras de amis*
tad , de justicia , y de agradecimiento. Pero es cosa des-
dichada y que aún esta imagen de bien le falte al nueva
Gobierno > y así se quexan muchos de los parciales de
S. A. , de que los memoriales mas recomendados de 1&
amistad y confianza > se remiten al despacho univer*
sal de la ingratitud* Esto por ventura sucede así por
providencia de Dios , que las mas veces dispone»
que á los malos les salgan fallidos sustratos, y con-
fidencias.
La quinta quexa es y de que S« A. es de muy alta espí-
ritu para ¡as humanidades del Gobierno y y la explica vm.
di-
19
cliciendo , que se funda en que no atiende á las consultas
de los Consejos , y así discurre vrri. dando documentos
inuy plausibles para el que pretendiese ser tirano. Y todo
en sustancia se reduce á esta sentencia , con que vm.
dexa muy ilustrada la política ; El rumor esparcido (dice
vm.) es tan Indiscreto, que no bailo mas alta prenda enS. A,
para gobernar bien , sino es } no dexarse gobernar. Hasta
ahora habia disimulado la arrogancia con que vm. habla
de sí mismo , y la vana ostentación que hace de las his-
torias , trayendolas de los cabellos ., y como quien las
tiene mal digeridas ; y la gran satisfacción con que pre-
sume, que dexa muy apoyados sus arrojos , solo con de-
cir , que son sentimientos suyos •> j pero quien puede su-
frir que vm. diga , que el rumor es tan indiscreto r que
se opone á lo que vm, juzga , como si vm. fuera la regla
infalible de la discreción ? Pues es muy bueno por cierto,
lo que vm. nos dice , que la mejor prenda es , que un
hombre inexperto, y moderadamente capaz, que yerra
quanto determina, y cuyo consejo nunca salia bien., des-
precie la continua experiencia, la admirable comprehen-
sion , la lealtad Española , la aplicación incansable , el
zelo constante , y las venerables canas de los Consejos,
y que todo lo gobierne por su capricho ? No puedo per-
suadirme , que S. A. cometa tan grande error , como vm.
Je atribuye en el discurso que forma , para desvanecer
este rumor. Pero si acaso es verdad lo que vm. nos da á
entender , ya hemos hallado el origen de todos Jos malos
sucesos de la Monarquía 5 porque aunque concurran á
nuestra ruina otras muchas causas , esta es solo bastan-
te para que todo se pierda.
La sexta quexa, ó sexto rumor es : Que pues no ha he-
cho justicia, no debia de haber dellnqüentes. Á este cargo
procura vm. satisfacer, diciendo que justicia sin proceso
no es justicia , sino tiranía , y que solo en altísimas cau-
sas
8o
sas podrá la soberanía dispensar las puntualidades de lo
escrito. ¡Ó que buena doctrina! Pero equívoca para el
Príncipe, á quien vm. pretende lisonjear ; porque lo que
da á entender esta sentencia es, que tal vez se pueden su-,
plir las formalidades del derecho f por causas gravísimas , co-
mo las hubo en elgarrote celebre de Malladas. Pero quitar
los puestos , y desterrar á diestro y siniestro , atropellan-
4o lo mas noble del mundo , y lo mas sagrado de las
-Religiones, sin mas proceso, ni mas forma judicial, que
ponerlos las espías en el catálogo de los sospechosos , no
se puede disculpar de injusticia , y tirania. Si vm. pré-
tendía encubrir su intención , disfrazando una sátira con
una lisonja , y un pasquín con un elogio , aprenda otra
vez á disimular , escondiendo la censura de tai modo,
que con los ecos del aplauso , no todos perciban la voz
de la reprehensión. Y pues tanto se precia vm. de Sene-j
quista y Tulíano, pudiera haber aprendido de Tulio y¡
Se'neca , que para reprehender el vicio de la crueldad
en Julio Cesar y Nerón, los celebraron tanto de cle-
mencia , como si fueran ios hombres mas enemigos de
derramar sangre humana , y los Príncipes mas piadosos
del universo. Con este artificio retórico, no menos in^
genioso que prudente , consiguieron introducir la doc-?
trina en la alabanza , suavizando lo amargo de la ver-*
dad con lo dulce del halago. Pero decirle vm. al señor*
Don Juan tan francamente , quando con nadie se ob-
servan las fórmulas del derecho , que la justicia sin pro-
ceso no es justicia , sino tiranía , solo sirve de descubrir
que en vm. no se halla valor para reprehender , ni dis-^
crecion parajlsonjear.
¿Que' exclamaciones no hizo S. A. por la muerte de
Malladas , en carta que escribió á S. M. y que la di-
vulgó como manifiesto ? En ella le llama á boca llena
inocente , blasfemando de la severidad , que dio tan bre-
ves
Si
yes términos á la execucion. ¿Pero que diremos ahora
de las repetidas violencias con que se pretende hacer es-
tilo de lo mas irregular ? Antes de ajusticiar á un hom-
bre tan indigno de vivir, y de tan corta esfera como Ma-
liadas , se vio su causa, y se firmó la sentencia por rec-
tísimos Jueces. Mas para desterrar á quatro Grandes de
España, ¿que proceso ha precedido ? ¿que' cargos se les
han hecho? ¿ que' Jueces se les han señalado? ¿Por ventu-
ra ha habido mas que la presunción de que su lealtad,
no solo veneraba ai Rey en sí , sino que también en su
Madre? Y el miedo de que sola su presencia habia de
servir al Rey de recuerdo para no olvidar tan amable
obligación ? Pues que', ¿tan ligeramente se procede á un
escándalo tan grande , como arrojar de la Corte un Al-
mirante de Castilla , sin atender á la sangre que del troi
no de España va á sus venas , ni á la que de su alta es-
tirpe se deriva al Rey Católico ? ¿ Que proceso ha ha-
bido contra el Príncipe de Astillano , Duque de Medi-
na de las Torres , soberano de Sabioneta , para dester-
rarle del reyno , profanar su casa , privarle de los ofi-
cios , y perseguirle con tanto rigor, como si fuera un
hombre foragidoj mas que lisonjear la condición del sue-
gro , disimular las obligaciones á su Padre r y cautelarse
de su entereza?
I Que cargo se le puede hacer al Conde de Aguilar,
para intentar echarle del mundo Español , mas que ha-
ber cumplido bien con el punto de su puesto , sin fal-
tar en un ápice, ni exceder de su obligación ? ¿ Qué
Causa precedió para enviar Juez que detenga al Conde de
Aranda , mas que el haberle ultrajado en Zaragoza coa
achaque del embuste del veneno , y querer quitar de de-
lante de los ojos un testigo de otros muchos ? ¿ Qué au-
tor hubo para deponer al Vice-Canciiler de Aragón,
manchando el nombre del Rey , con decreto de te'rmi-
Tom, Vm JL ¿ios»
$2
nos tan civiles ¿ como si lo didáran las verduleras de la
plaza? Para deponer con tanta infamia á tantos Ministros^
y para multarlos , quitándoles de un golpe el dinero , y la
reputación, ¿qué acusación ha habido? ¿que cargos? ¿que
probanzas, ni que otra justicia mas que el mandarlo así,
él que puede mas?
¿En que' pecaron casi dos mil hombres del Regimien-
to de la Guardia , para desterrarlos todos á Sicilia , con
circunstancias tan ignominiosas, mas que en haber es-
tado dispuestos para obedecer el orden de su Rey , de-
fendiendo su Corte, y su Palacio contra qualquiera aleve
acometimiento?
¿Conque' informaciones, pior que culpas, y cotí
que' autoridad ha confinado á tantos Religiosos tan co-
nocidos , y tan inculpables , sino pasando la mas leve sos-
pecha por certidumbre , teniendo por culpa la re&itud
del di&amen , y por legítima jurisdicción la impiedad so»
berbia de quien no atiende á mas ley , que á la de su
antojo ?
¿En qué fundaría el amenazar á los Padres de la
Compañía de Jesús , que los habia de extinguir, y el ha«*
ber desterrado á los que le parecieron mas introducid
dos por la Cátedra, y por el Pulpito, y Confesonario , si-
no en persuadirse , que una tan sabia Religión no habia
de ignorar sus unes , y siendo tan santa, no habia de apo-
yar tan irreverentes desacatos contra las personas reales, y ,
tan injustos procedimientos contra el Rey, contra ej rey-?
no, y contra Dios?
Si este modo de Tribunal , sin mas formalidad , ni
mas razón que la fuerza , se hubiera usado en tal , ó
qual ocasión, pudierase discurrir que era de aquellas al-
tísimas causas , en que la soberbia puede tal vez dispen-
sar las puntualidades de los escritos 3 pero en tantas oca-
siones ? viendo tan repetidos, y perniciosos exemplares*
ni
8j
íii el ánima mas restado del mas venal lisonjero puede ne.
gar esta verdad que vm. nos dice sin querer: Justicia sin
proceso no es justicia , sino tiranía*
Pues no vale decir, que por atender al decoro de tan
-autorizados pegsonages, como los contenidos, se dexan de
hacer juridicas averiguaciones : porque las preguntas del
interrogatorio, con que examinaba los testigos el Juez pes«
quisidor de Valenzuela , fueron tan desatentas , tan de-
sahogadas , y tan indignas , que Don Joseph Pacheco al
oirías, no pudo disimular la disonancia, habiendo llevado
en paciencia el injusto despojo que padeció, según la nue-
va forma del señor Don Juan.
Ni hay que decir, que no ha tenido tiempo , ni me-
dios para averiguar qualquiera delito por oculto que fue-
se. Prendieron á Ribera, á los Herreros, á Maza, á Ol-
mo, á los Oficiales de Guerra , y á otros , y no han po-
dido averiguar nada por donde poder condenarle , ni
hacer cargo al pobre Duende. Y en verdad , que como
los mismos Religiosos , Sacerdotes , y Confesores ven-
dieron en el Escorial la confianza , también alguno de
esotros hubiera dicho qualquiera cosa, que hubiera que
decir.
No ha habido , pues , otra probanza, ni otra tela de
juicio mas que los rumores , que admitió la ignorancia,
y fomentó la malicia. ¿Cómo sin mas examen se ha pro-
cedido á tan graves castigos ? Á nuestro Padre Adán le
hizo Dios cargos > y si Judas no se hubiera prevenido
con la desesperación , no le hubieran condenado sin oir-
le. Si los dichos del vulgo han de pasar por testimonio
autentico , no pienso que le ha de estar bien al señor
Don Juan. ¿Pues qué Areopagitas han sentenciado , que
sin mas averiguación , y sin constar mas crimen , que
el ser aborrecido de los de la facción , le saquen de sa-
grado , le prendan,, ie opriman , le despojea de todos
L 2 sus
$4
sus bienes , le priven de todos sus honores , te divi-
dan de su matrimonio , y le destierren á la región mas;
bárbara, mas pobre, y mas retirada del mundo?
Si al lado de su cariñosa Madre no tuvo el Rey \U
bertad bastante para hacerle mercedes, ¿qpmo ha de creer^
el mundo que tiene mas libertad en poder de un hom*¡
bre , que vino con un exército para hacerse dueño de la!
persona del Rey , y que se ha apoderado de e'l tan ab-i
solutamente , que la Magestad es solamente una sombra,
y solo le quedan á su arbitrio las travesuras , y divertid
mientos de su poca edad ? Aquel tan irregular decretos
de la privación , quando mucho , puede engendrar algu-
na duda de si el Rey nuestro señor lo dice de suyo , y
no por violenta sugestión de su colateral. Y hasta que
el Rey este con entera libertad á satisfacción del rey no,
no se puede decir que es válido , no solo dicho decreto,
pero ni tampoco nada de lo que se ha obrado contra Ya-*
lenzuela , y todos los demás.
Caso negado que no tuviese el Rey libertad para cu»
brir á Valenzuela , no se puede decir , que la Reyna
Gobernadora no la tuvo para las mercedes que le hi-
zo en su tiempo , y para disponer de la decima que por.
Madre tutriz el derecho la concede. Y quando hubie*
ra algún delito , por el qual mereciera ser despojado de
ellas, ¿que' culpa tenia su pobre muger para embargarla
su dote , quitarla los gananciales, y reducirla á tan misen
lable estado, que viva de limosna, recogida en el campa-i
nario de una Iglesia?
¡Oque' buena es la justicia , que bástalos mismos
culpados la echan menos ! \ó quánto importara que e\
Rey nombrase Jueces re&os y desapasionados , que pro-
cediesen contra los ladrones , los sacrilegos , los asesinos,
los homicidas, los adúlteros, los libelistas, los sediciosos, y
los traidores! ; ó cómo habian de parecer malos aquellos, á
.. quien
quien vm. honra Con el título de buenos! Pero algún dia
será el dia de la razón.
Hasta aquí habia dicho el Licenciado Crespo j quan-
ido se oyó el tropel de un coche que desembarcaba en la
Venta. Ea , señores , despejen vms. dixo el Ventero , que
viene el señor Oidor, que va á recoger el do»ativo de la
Alcarria. ¿Esto hay mas? (dixo el Soldado) ¿que' hemos
de poner , que va otro á la Andalucía , aunque vale una
fanega de trigo catorce ducados? Bueno va esto (dixo el
Labrador) ¿ quando pensábamos que el señor Don Juan
nos habia de aliviar con su mucha renta , y traer algún
arbitrio , como de su capacidad para nuestro remedio,
solo nos trae la maña de Caco , y de Pero Andrés ? Pues
para quitárselo á quien lo hubiere , no necesitábamos de
tan gran político , que nos enseñase tan admirable secre-
to. No prosiguió por la prisa que les daban á partir..
Montaron , pues , y arrancando las muías , empezó el co^
enero á cantar esta copla.
Denme por fe y testimonio,
que el Rey, y rey no se vende,'
y que por huir de un Duende,
hemos dado en un Demonio.
TJZ
PAZ DE CASTILLA > T PORTUGAL
el di a 3 de Febrera de 1668.
i.° -trímeramente declaran los señores Reyes Católica,
y de Portugal , que el presente tratado hacen , que esta-*
blecen en sus nombres , y de sus Coronas y vasallos una
paz perpetua , buena , firme , e inviolable , que empe-
zará desde el dia de la publicación de este tratado , que
se dará en el termino de quince dias > cesando desde lue-
go todos los a£fco$ de hostilidad de qualquiera manera que
sea , entre sus Coronas, por tierra ó por mar en todos sus
reynos, señorios y vasallos de qualquier calidad , y con^
dicíon que sean, sin excepción de lugares , ni de personas»
2.° Y porque la buena fe con que se hace este tratado
¡de paz perpetua, no permite pensar en guerra para lo fu-
turo, ni en querer hallarse cada una de las partes para este
efecto con mejor partido, se acordó en restituirse á Portu*
gal las plazas, que durante la guerra le tomaron las armas
del Rey Católica, "y al Católico las que durante la guerra
le tomaron las de Portugal, con todos sus te'rminos, así, y
de la manera , y por los límites , y confrontaciones que
tenían antes de la guerra 7 y todas las haciendas de rai-
ces se restituyan á sus antiguos dueños , ó á sus herede-
ros , pagando ellos las mejoras útiles' y necesarias; y ni
por eso se podrán pedir las damnificaciones , que se atri-
buyen á la guerra , y quedarán las plazas con la artille-
ría , que se tenían quando se ocuparon ; y los moradores
que no quisieren quedar en ellas , podrán llevar todos
sus muebles , y rocogerán todos los frutos que tuvieren
sembrados al tiempo de la publicación de la paz j decían
rando , que en esta restitución de plazas no entra la Ciu-
dad de Zeuta , que ha de quedarse con ella el Rey Ca-
tólico , por las razones que para ello se consideran.
Los
«7
3.° ' Los vasallos y moradores de las tierras de uno
y otro reyno tendrán toda la buena correspondencia , y
amistad , sin mostrar sentimiento de las ofensas y daños
pasados , y podrán comunicar , y freqüentar los límites
de* uno y otro," y exercer comercio con toda segundad
por tierra y por mar , de la manera que se usaba en el
tiempo del Rey Don Sebastian.
4.0 Los dichos vasallos y moradores de una y otra
parte tendrán recíprocamente la misma seguridad y li-
bertad , y privilegios , que están concedidos á los subdi-
tos del Serenísimo Rey de la Gran Bretaña por el trata-
do de 17 de Diciembre de 1666 , y del año antecedente
de 1630, por estar dicho tratado en ser, así, y en la
forma que todos aquellos dichos Artículos en razón de
comercios , é inmunidades tocante á el fuero , se dan
aquí por expresados , sin excepción de Artículo alguno,
mudando solamente el nombre en favor de Portugal , y
en los reynos de su Magestad Católica así , y de la ma-
nera que se ha acostumbrado en tiempo del Rey Don
Sebastian»
5.0 Y porque es necesario un largo tiempo para pu««
blicar este tratado en las partes mas distantes en los Se-
ñoríos de uno y otro reyno , para cesar en ellos los ac-
tos de hostilidad , se acordó que esta paz se comenzará
en las dichas partes desde el dia de la publicación que de
el se hiciere en Lspaña , al'siguiente año.: pero si el aviso
de la paz pudiera llegar antes á aquellos Jugares, cesar-
ían desde entonces todos losa£tosde hostilidad 5 y si pa-
sado el dicho año se cometiere por alguna de Jas partes
algún a£to de hostilidad, se satisfará todo el daño que
de e'l naciere.
éf Todos los prisioneros de guerra , ó en odio de
ella , de qualquier nación que sean , sin diiaciori , ó em-
barazo alguno serán puestos en libertad , así de la una¿
co-
88
como de la otra parte , sin exceptuar persona alguna a
pretexto que se quisiera tomar en contrario j y esta liber-
tad comenzará desde el día de la publicación de la paz
en adelante.
7.0 Y para que esta paz sea mejor, y mas fírmemete
te guardada , prometen los dichos señores Reyes Cató-
lico respectivamente , y el de Portugal de darse libre , y
seguro paso por mar , y rios navegables contra la am-
bición de qualquier Piratas , ó otros enemigos, que pro-
curarán tomar , y castigar en rigor , dándoles toda la li-
bertad necesaria de comercio.
8.° Toda la privation de herencia , y disposiciones
hechas con el odio de la guerra , son declaradas por nu-
las , y como no acontecidas , perdonándose la culpa ett
virtud de este tratado , habie'ndosc de restituir las ha-
ciendas , que estuvieren en el Fisco , y Corona á las
personas , á las quales sin intervención de esta guer-
ra habian tocado , y pertenecido , para poder libremen^
te gozar de ellas.
9.0 Y si contra lo dispuesto en este tratado , algunos»
de los moradores , sin orden , ni mandamiento de los
Reyes respectivamente , hicieren algún daño , se repara-
rá , y castigará el que hicieren siendo tomados los;
delinqüentes , mas no será licito tomar las armas , y rom-
per la paz : y para que se pueda hacer justicia se po-
drán dar cartas de mar , ó de represalia contra los de-
linqüentes en la forma que se acostumbra.
io.° La Corona de Portugal por los intereses , que
recíprocamente tiene con la.de Inglaterra, podrá entrafi
á la parte de qualquier liga ó ligas defensivas , ó ofen-
sivas , que la dicha Corona de Inglaterra , y la Católi-
ca hicieren entre si juntamente con qualesquier confede-
rados suyos , y las condiciones ., y obligaciones rccípro--
cas , que en tal caso se ajustaren, ó se acrecentaren en lo
de
8P
de adelante , se tendrán , ,y guardarán inviolablemente
en virtud de este tratado, como si estuvieran prime-
ramente expresadas en el , y estuvieran nombrados los
coligados.
ii.° Prometen los sobredichos Reyes Católico, y
de Portugal de no hacer nada contra la prohibición de
esta paz , ni consentir se haga direda , ó indirectamente:
y si acaso le hubiere ; de reparado sin ninguna dilación.
Y para la observación de todo lo arriba contenido se
obligan con el Serenísimo Rey de la Gran Bretaña , co-
mo mediador , y fiador de la paz, y para firmeza de
ella renuncian todas las leyes , costumbres, y qualquier
cosa que haya en contrario.
1 2.0 Esta paz será publicada en todas las partes don*-
de conviniere lo mas brevemente que se pudiere , des-
pués de la ratificación de ella por los Serenísimos Reyes
Católico , y de Portugal.
1 3.0 Y finalmente , serán los presentes Artículos r y
paces en ellos contenidas , ratificados y reconocidos , (y
también por el Serenísimo Rey de la Gran Bretaña , co-
mo mediador , y fiador de ellas) por cada una de las par-
tes dentro de quatro meses después de su ratificación,,
Todas las cosas en estos trece Artículos referidas, fue-
ron acordadas , y establecidas por nosotros el Embaxa-
dor de Castilla , y el de Inglaterra , y Comisarios Dipu-L
tados para este. efecto , en virtud de las Plenipotencias de
sus Magestades Católica , Bretanica , y de Portugal , y
en fe de dio &c. •
Ton. V. M RES^
RESPUESTA
QUE DIO CIERTO MINISTRO
AL RET FELIPE QUÁRTO
DE ESPAÑA,
SOBRE LAS COSAS DE PORTUGAL.
Oi consejo pide la aflicción , años há que V. M. debía
pedir consejo , porque con el fuera tan fácil el remedio,
como ahora es áspero el desengaño. La verdad nació
en la tierra j mas en pobre alvergue : no nació en Pala-
cio la verdad , y una vez que un Santo la llevó á Pala-
cio , fue tan poco conocida , que le costó la cabeza al
Santo. Ninguna cosa arruina una Monarquía , sino la
ponzoña de una lisonja. Mas dañoso es un lisonjero atre-
vido , que un enemigo declarado , y un contrario pode-
roso i porque este dá cuidado 5 mas del cuidado nace el
solicitar el remedio s y aquel dulcemente me entrega al
descuido , y sin remedio me hace precipitar al peligro.
Mortificase el juicio de el zeloso , viendo sin rienda go-
bernar el apetito á la razón , á la verdad la mentira , y
á la sencillez la malicia. No es bien que un Rey de cré-
dito á una voz que engaña quando deleita , y no suena
quando engaña. Examínese el corazón de donde sale; se'-
pase el mal de donde viene, porque hay almas que no tie-
nen palabras , y hay palabras que salen del alma. No se
escucha al que zeloso desengaña : solo aL que habla al
Sus*
91
gusto del Príncipe se escucha. ¡ Que vergonzosa se retira
la verdad de el gobierno adonde preside el engaño !
Llórase el precipicio ,. y no se atreve el zeloj pierde la
gracia quien habla la justicia , y toda la goza quien li-
sonjea. Aún ahora no se moviera mi lengua , si V. M. no
despertara mi pluma. Temerosa vá la razón , porque sa-
le del alma el desvelo ; mas no recela la muerte el que á
su señor obedece 5 y mas yo, que estoy al fin de la vida.
Digo pues así , mi Rey.
Quien facilita lo que no sabe , no sabe lo que faci-
lita. Para tener experiencia de una nación , no basta co-
nocer lo presente > es necesario conocer lo pasado para
no llorar lo futuro. Sería milagro acertase la ignorancia
adonde muchas veces no acierta la prudencia. Portugal
negó a V. M. , aclamó Rey , facilitaron lisonjeros el
remedio , y ahora temerosos se retiran del peligro. Esta
nación , señor , conquistó en Oriente las Indias > jorna-
da que solo imaginarla obscurece el ánimo para empren-
derla. Dominó barbaras naciones , adquirió con su bra-
zo muchas coronas , sujetó con su asombro muchos
reynos 5 hizo su nombre eterno , no solo entre Gentiles
y Paganos , sino en todo el mundo. África , que probó
su valor, lloró su estrago , y siempre vive temerosa , por-
que en ella se crian los niños con sus prodigiosas hazañas.
Holanda en el Brasil (parte de la America ) conquistó
con sagazidad , mas no quedó con ganancia , porque los
sacudieron con violencia , y esto quando el amor no ayu-
daba al poder ; que para Rey ageno , se obró mucho con
valor propio. Este fue el engaño , que hoy se llora sin
remedio. Con el yugo ageno, parecían los leones corderos;
pero con el propio ( que es yugo suave ) parecen los cor«
deros leones. Castilla con tantos reynos , con tantos mi-
llones, y con tanto exercicio en las armas , cobró odio
á esta nación , porque desde su primer Rey hasta hoy
M 2 se
91
se continúa su estrago , y el año pasado de edad en edad
continúa la inclinación á lo presente. V. M. lo ha leído
con admiración , lo ha oido con sobresalto , y quizá lo
está viendo sin remedio.
Dormido estaba el valor en Portugal j mas la ambi-
ción , la tiranía executada con la ignorancia , le despertó
el valor. Por tiempo de sesenta años no pudo V. M. ad-
quirir su voluntad » porque los Ministros fueron tiranos
en este tiempo. Castigo pedia su desafuero ; pero crió
faices , porque se dilató el castigo. Las armas estaban
olvidadas , y con la sujeción reprimidas : y las nuestras le
hicieron tomar las armas. No es esta gente , señor , que
se rinde con amenazas ; mas fácilmente se remedia coa
caricias. Si los llamamos rebelados ,-¿ por que' no se de-
termina la razón? ¿ por que no lo conoce la justicia ? ¿por
que' no nos ayudamos del derecho ? ¿ por que' se atiende
á lo severo , y no á lo christiano ? Letrados dan á V. JVL
el derecho; á Portugal también le dan derecho sus Le-
trados j ¿pues por que' no se puso esta causa en derecho?
Verdad es , que ya ahora no puede haber juicio en esta
causa , pues ha veinte y tres años que se solicita con las
armas el asiento, y ya mejor aconseja el desengaño, que
la razón ; ya la razón se puede olvidar por el remedio.
Señor , no todo lo dicen á V. M. , y un Rey lo ha de
saber todo. Dicen el bien , y sin razón lo dicen > callan
el mal , y crece porque lo callan. La salud no se daña
con adversidades , y un Rey no desmaya con accidentes.,
Á un valor grande, todo le parece pequeño.
Dicen á V. M. que Portugal no tiene dinero , no tie-
ne navios , no tiene gente ; traydores son los que lo di-
cen ; ¿ pues con que' nos tienen destruidos ? Sin gente
nos tienen tantas veces desvaratados; válgame Dios, ¿que'
fuera con gente ? Sin dineros lloramos nuestras ruinas,
¿que lloráramos si tuvieran dineros? Señor, Portugal
* nos
5?3
nos desvárate cri Montijo. Portugal nos destruyó en
Yelbes : Luis Méndez de Karo huyó dexando caballos,
artillería , infantes , y bagages : Portugal en Ebora des-
truyó la flor de España , lo mejor de íiandes , lo lucido
de Milán , lo escogido de Ñapóles , y lo granado de Es-
tregadura. Vergonzosamente se retiró S. A. dexando
ocho millones que costó la empresa , ocho mil muer-
tos , seis mil prisioneros , quatro mil caballos , veinte y
quatro piezas de artillería, y lo mas lastimoso fue, que de
ciento y veinte títulos y cabos, no escapaTon sino cinco.
Germán , y Don Diego Caballero , ¿ por que huyeron
dexando el Estandarte de su Principe í Pues si nada tie-
nen , ¿ hay mayor afrenta que vencernos sin nada ? Si
nadie basta para nosotros , g para que se busca á nadie ?
Ello ó es valor , ó es milagro. Si milagro , el tesón es
locura ; si valor , mayor es nuestra flaqueza , y mas que
su poder nuestra cobardía. Cada día espera V. M. que
se gane ; y cada dia sepa V. M. que se pierde , y que es
mucha la pérdida de cada dia. Quarenta mil hombres lie—
y ó el señor D.Juan de Austria entre infantes, caballos , y
gastadores ; llevó el mayor número de cabos , que pudo
juntar España , el mayor carruage, que pudo unir el po-
der , y la mayor artillería , que se vio en exército en Es-
paña. Todo esto , señor, nos quedó destruido, ¿ vie-
ronse mas que mil quinientos caballos , y mil infantes
de todo ? Si algunas plazas suyas tenemos , mas fue por
traición suya, que por valentía nuestra. ¿ Hay Grande
en este reyno que no este' pequeño ? ¿hay poderoso que
no este' necesitado l ¿ hay rico que no este' pobre í ¿y po-
bre que no muera de hambre?
¿ En qué se consumen de las Indias los millones ? ¿ en
qué se tiene gastado de V. M. las rentas ? ¿ Adonde se
han muerto mas de cien mil hombres en veinte y tres
años sino en Portugal l ¿ Y Portugal sin dinero , sin gen-
«1
P4
se , y sin navios , atemoriza el mar , vence los exérci-
tos , y hasta los reynos estraños sustenta ? Señor , mi
pluma lo dice , y setenta viudas lo lloran , que desper-
taron en Palacio la compasión á V. M. Mi lengua , sin
solicitar aplauso , sin ministrar lisonjas , sin recelar pe-
ligros , descubre á V. M. los sucesos 5 habla lo que sien-
te , y siente mucho lo que escribe. Señor , si no apro-
vechan trazas , si los traydores suyos se descubren , sí
nuestros secretos se revelan , y nuestras máquinas se
deshacen , y descubre Dios todo á los Portugueses , es
evidencia que Dios así lo quiere. Los prodigios del Cie-
lo se ven ; los milagros son claros, ¿pues no es desatino
oponerse al Cielo ?
V. M. tira para esta guerra á Castilla la sustancia,
á Flandes el socorro , á Milán la defensa , á Ñapóles el
presidio , al Imperio la salud , á Cataluña el remedio , y
á toda España la esperanza. No se pueden proveer las
plazas 5 enflaquécese el reyno j mueren los pobres, y
aliéntase el enemigo. Francia, y Inglaterra no pueden su-
frir tan poderoso vecino 5 ayudan con cautela al necesi-
tado , y sino es amor que tienen á Portugal , es odio que
t ienen á Castilla. Rey y señor mió , de una parte ha de
ser justa la guerra entre christianos , para que no perez-
can tantas almas. El Cielo muestra que es justa la suya,
pues los favorece tanto , ya tanto i luego es injusta la
nuestra.
Si no es afrenta para España el hacer paces con
Holanda , siendo herege , revelado , y tirano , y si no
desdora , procurar paces con Bretaña ; si es conveniencia
hacerlas con Francia j ¿ por qué no ha de ser licito ha^
cedas con Portugal ? Si de España temen todos , y Por-
tugal vence á España , \ mejor temetán á España unida
con Portugal ? Mas crédito se pierde en las armas , que
en el brio i mas se interesa en los casamientos de casa,
que
95
que en las esperanzas de fuera. Señor , en nombre de los
Estados habla mi pluma. No se gobierne V. M. por quien
le dice lo que no sabe , sino por quien sabe lo que le
dice. Si voluerttis , ¿^ audieritis mey frona térra comedetisy
quod si nolueritis , & ad iracundlam me provocaberhis , gla-
dius devorabit vos. Esto dixo Dios , y á voces un hombre
dice lo que Dios dixo. Este Señor guarde á Y.M.
CA-
91
CATALOGO
de algunos libros curiosos y selectos, par a la librería
de algún particular, que desee comprar de tres
á quatro mil tomos.
POR EL REVERENDÍSIMO PADRE MAESTRO
FRAY MARTIN SARMIENTO,
Benedictino de Madrid.
AUTORES ORIGINALES
LATINOS T GRIEGOS.
-tara tener una breve y clara idea de los autores an-
tiguos clasicos originales , así Latinos , como Griegos y se
podrán dividir unos y otros en autores Gentiles y Christia-
nos: y haciendo un cúmulo de todos ellos , se podrán di-
vidir en quatro tiempos poco mas ó menos , cada uno de.
200 años.
Para el caso tomemos 400 años antes deChristo, y 500
después: en todqs <?oo años. De estos, en los 200, ó 22 j,
años primeros , se colocarán los autores puros Griegos
y Gentiles, y aún mas antiguos , como Homero , Hesiodo9
y tal qual mas.
En los 200, ó 225 años segundos, se colocarán tam-*
bien los autores Griegos puros Gentiles.
En los 200, ó 225 años terceros, ( ya después de
Christo) se colocarán los autores Latinos , Gentiles , ya
tom. V* N nq
92
no tan puros ; y los autores Latinos , pero Christianos,
que son los de la primitiva Iglesia.
En los 200, ó 225 años quartos, que son los últimos,
y acaban en el siglo V.° se colocarán pocos autores Lati-
nos, Gentiles y Griegos 5 pero muchísimos autores Chris-
tianos , ya Griegos , ya Latinos ; y aquí acaban los au-
tores Gentiles , ya Griegos , ya Latinos, con la diferen-
cia de que como todo se escribió ó en Griego , ó en La-
tín , aunque los escritores fuesen de otras naciones 3 el
lenguage y estilo comenzó á corromperse , y á barbari-
zarse mucho.
Cotejando todos los autores de estos poo años dichos,
es cierto que los Griegos escribieron mas que los Lati-
nos 5 y así se puede decir, que los autores Griegos Gen-
tiles , son tres tantos mas , que los Latinos Gentiles : y,
que los autores Griegos Christianos , son al doble de los
Latinos Christianos.
No se debe hacer librería pública , que no tenga to-
dos los libros de los Autores del tiempo referido , pues
son las fuentes originales. Deben ser de las primeras edi-
ciones modernas mas selectas. Los libros que se imprimie-
ron en la primera vez , pasan ya por manuscritos : por-
que hace cerca de 300 años que se imprimieron.
Así , pues , debe tener una libreria publica en apo-
sento á parte las ediciones primeras de todos los autores
de los poo años calculados arriba ; y ademas de esto , á
la vista todas las mejores ediciones modernas de los mis-
mos. Un particular no podria tener tantos ; pero digo,
que debe tener todos los autores dichos de qualquiera edi-
ción? y algunos con preferencia de la mas correcta, y mas
moderna.
Todas las impresiones hechas en Roma y Venecia
de los Manücios : en París de los Estepbanos : en León de
Francia de los Gryphos : en Antuerpia de la oficina Vían-
ti-
99
finiana : y en Holanda de los Elzevirios , se aprecian mu-
cho , ó por muy hermosas , ó por muy correctas.
De todos los autores dichos , hay quatro ge'neros de
ediciones modernas muy sele&as. La i.a en Holanda, y
especialmente de los Elzevirios, en marca pequeña de
1 2.0 ó de. 1 6.° y y solo contiene el puro texto , y tal quai
nota.
La 2.a en París , que llaman Adusum Delphini , por-
que se destinó para el uso del Delphin. Se repartieron
muchos autores Latinos, y algunos Griegos entre los eru-
ditos , para que cada uno sacase, comentase é imprimiese
de suyo. Imprimiéronse en 4.0 , y aunque son muy ca-
ros , son magníficos.
La 3.a es Ja de Holanda , que llaman Cum notis va-
riorum i porque viendo los Holandeses que eran caros los
tomos Ad usum Delphini de París , idearon reimprimir los
dichos tomos, y muchos mas en marca mas acomodada, y
en 8.° real, para venderlos mas varato. Salieron bellísima-
mente impresos , y con este realze mas sobre los Ad usum
Delphini , que estos solo tienen las notas del editor y co-<
mentador France's , pero los de Holanda tienen lo mas se-
lecto de e'ste , y las notas mas escogidas de varios erudi-
tos antiguos y modernos , de donde les vino el nombre
de Cum notis variorum.
La 4.a es de Inglaterra y Holanda > y se debe llamar
la Magistral:, pues es como edición completa , ya en fo-
lio , ya en 4.0 real grueso , que no solo contiene las notas
variorum en compendio , sino también á la letra , y con
mil cosas curiosas añadidas. Estas ediciones son muy ca-
ras ; pero á mi ver , las mas apetecibles : y si yo fuera
acaudalado , las tendría todas.
Viendo los Monges Benitos de la Congregación de
san Mauro de Francia , el cuidado que se ponía en pulir
los autores Griegos y Latinos profanos , y el poco que
N2 ha»
loo
había en corregir el texto de los autores Christianos pri-
mitivos , tomaron á su cargo corregir sus obras , y hacer
una edición magnifica de ellas en París , y en folio , que
admiran todas las Naciones. Pasan de 120 tomos en fo-
lio los que salieron ya i y es poco ó nada apreciable la Bi-
blioteca que no los tiene.
Después de esto ha entrado la avaricia de los libreros
á trastornarlo , y confundirlo todo. En Italia , Alema-
nia, &c. han contrahecho estas sele&as y puras ediciones.
Los Ad usum Delpbini se reimprimieron en Venecia y Pa-
dua. Los SS. Padres , que sacaron los Benedictinos , se
reimprimieron en Venecia y tVerona j pero sobre ser es-
tas ediciones muy inferiores en lo material , sonlo mucho
mas en la corrección , porque hierben en ellas las erratas,
pues no hubo otro interesado en la corrección, que el vil,
interés de los libreros.
Teniendo presente todo lo dicho hasta aquí, ya qual-
quiera podrá caminar seguro en la compra de los libros
que se escribieron hasta el año 500 de Jesu-Christo , así
Eclesiásticos , como profanos , y así Christianos , com0
Gentiles.
Casi en los 1© años que mediaron desde el de 500 hasta:
la mitad del siglo XV.0 en que se perdió Constantinopla, y.
se inventó la Imprenta, también se escribió muchísimo en
Latin y en Griego j pero muy inferior en todo á lo que
se habia escrito antes. De los autores de estos tiempos,
los mas apreciables sos los históricos, que escribieron las
cosas de sus tiempos , aunque el estilo, lenguage, &c. sea
bárbaro , pues ya no quedó mas recurso que á ellos.
Los de autores de ciencias físicas y Matemáticas son
de poca sustancia, y solo se debe tener talqual muy famo-
so. Desde la invención de la Imprenta hasta el tiempo pre-
sente, se ha escrito infinito, y hay mucho óptimo, mucho
msdiano , y mucho mas pésimo y despreciable. Por esto
es
101
es mas difícil la elección entre todo ; pero sírvanos la ad-
vertencia de que lo mejor se ha escrito de 100 años á
esta parte , desde que se fundaron las Academias.
Supuesto lo dicho., yo he seguido la máxima de te-
ner muchos autores en pocos libros , y muchísimas mate-
rias en pocos tomos. La misma deben seguir ios que ó por
falta de medio , ó de voluntad no piensan tener una nu-
merosa Biblioteca. Así se podrá componer , que una li-
brería de 4® tomos sea mas sele&a y universal que otras
de 20$. De qualquiera arte ó ciencia se deben buscar los
libros siguientes :
i.° Su historia y progresos.
2.° Su Diccionario.
3.0 La Biblioteca de los autores de ella.
4.0 Las colecciones de los autores antiguos.
5.0 Sus historias principales.
d.° Un compendio moderno suyo.
7.0 Un curso entero de ella.
8.° Una compilación total de las materias.
5>.° Los autores modernos que en ella merecieron singu-
lar aplauso , ó han sido muy extravagantes.
Ni de todas clases , ni de todas ciencias se hallan li-
bres adecuados á todas las nueve clases propuestas ; pero
se hallan muchos, y cada dia van saliendo mas: por exenv
pío en la Medicina.
i.° Historia de Juan Fruin , y Daniel Leclere.
2.0 Diccionario de Foesio , Greco Castell 5 y está sa-
liendo en Franfort uno de 8 tomos en fol.
3.0 Biblioteca. Los 4 en fol. de Manget.
4.0 Autores principales. Los 1 3 en fol. de Hipócra-
tes y Galeno , Greco-latinos de Cbartecio.
5.0 Colecciones. Los Médicos antiguos latinos desde
Enrico Estepbano : 2 tomos en fol. Los Griegos no anda-
ban en colecciones , sino separados , los Árabes con 3&e-
eena , Mesue , Averroes , &c. &•
102
6.° Compendio. Hay muchos. Sydenban , Bagihh,
Morton , Barbet , &c.
7.0 Curso entero. Etmulero , con. Cyrilo. 5 tomos
en fol.
8.° Compilación. Manget y 2?0»rt , mas de 24 en fol.
p.° Autores modernos-famosos. Son muchos los ex-
traordinarios. Helmoncio , Paracelso , VHlanova , San£lorio%
Roberto , i7/^ , Crolio , Talento , &c.
Es ciertísimo , que si á imitación de lo dicho se esco-
giesen los libros para otras ciencias y artes , con pocos
centenares de tomos se ahorrarían muchos millares. A lo
menos propondré' aquí las colecciones de autores antiguos
que he visto , y otras de autores modernos , para que sí
se hallan , se compren sin tropiezo alguno.
Colecciones de Poetas Griegos. Hay la de Colonia,
'Allobrogum ( porque es de Ginebra ) y esta ahora es la
única. Son 4 tomos en fol. Greco-latinos. En ellas están
todos los Poetas Griegos paganos 7 y algunos Christia-
nos. Es juego raro y caro. Poetas latinos hay una en dos
tomos en 4.0 > nada vale. Hay otra magnifica de Londres
de 171 3 , dos tomos en fol. y en ella están todos los
Poetas latinos paganos , y algunos Christianos antiguos.
Es juego rarísimo y carísimo, En París 7 si se halla , cos-
taría cerca .de veinte pesos j y esto porque se imprimió
por subscripciones. Véase aquí en 6 tomos solos mas de
200 Poetas Griegos y Latinos originales.
Gramáticos. La colección de Elias Fuschip , dos tomos
en 4.0 en Hanomay ó Henao , 1606, Contiene todos los
Gramáticos antiguos,
. - Autores lingua latina. Otra de estos , diversa de la
de arriba , de la edición de Dionisio Gotofredo. Contie-
ne los que escribieron Diccionarios latinos en lo antiguo.
León i tomo grueso en 4.0 real, 1602.
Retóricos antiguos Griegos. Hay colección de ellos 5 pe-
ro
10 3
ro toda está en Griego , y es de la edición de Manucio el
viejo.
Lengua Griega. No hay colección de todos ellos , por-
que son obras grandes , y así andan separadas , Polux,
Harpocratim , Meris, Hesicbio, Suidas , &c.
Retóricos antiguos Griegos. Colección de los menores
en Ginebra , en un tomo en folio Greco-latino.
Geógrafos menores. De todos los Geógrafos menores,
salió en este siglo una colección en Inglaterra en 4. tomos
en 8.° real. Es muy curiosa.
Músicos antiguos. Es muy selecta la que hizo Merbo-
rio de los mismos Griegos , y el Latino Capella en 2. to-
mos en 4.0 Amsterdan 1652. En los Eicivirios salieron
los Músicos Greco-latinos.
Mythógrafos latinos. Entre los tomos en 8o. Cum notis
variorum 5 hay dos que contienen los Mythógrafos lati-
nos , y ios Griegos.
Médicos latinos. Ya hable' arriba de la colección , que
Enrico Estepbano hizo de los Me'dicos latinos en dos to-
mos en fol.
Históricos. Colección de los historiadores menores de
los Ce'sares Romanos , con notas , dos tomos de autores
Latinos , y uno de Griegos , todo , tres tomos en fol. im-
presión de Francfort. (#)
De re rustica. Catón, Varron, Columela , y Paladio , son
latinos , y andarren tres tomos en 8.° juntos. Hay colec-
ción novisíma de ellos , en Lipsia , de Veselingio.
Geopónicos. Son los autores Griegos de re rustica. Es
un solo tomo en 8.° en latin. Hay otra edición de los mis-
mos Greco- latina , que no he visto.
Au-
(*) Tenemos noticia, de que se ha hecho una buena edición
de muchos autores clásicos latinos en D-os-puentes.
104
Autores reí venática antiqui. Todos son Poetas latinos
antiguos : y aunque andan en la Colección de los Poetas,
se hizo impresión aparte de ellos por los Elzivirios en
1 55 3 con notas de Ubitio , y otra en 4.0
De re agraria. Colección de los que quedaron , y de
algunos fragmentos de leyes agrarias. Sacólos Nicolás Re-
galtio , con título de Autores finium regundorum •■> y des-
pués Wilhelmo Goesio con notas en Amsterdan 1 5 74. Son
4 tomos en fo).
De re accipitataria\ác Cetrería). Esta Colección es de
Nicolás Regaltio , en París , en 1619 en 4.0
De re hippiatrica (de Albeitería). Sacólos e interpre-
tólos Juan Rmllio en París en 15 30 en fol. Los mas son
Griegos.
Panegyríá Veteres, Entre los tomos antiguos , digo ai
usum Delpbini , hay uno que contiene los autores latinos
antiguos, que escribieron Panegíricos en 4.0 Y en un to-
mo en 8.° juntó Cellario 12 Panegiristas , excepto ei Pa-,
negírico de Plinto á Trajano,
De Oneiro-crítica ( de adivinar por medio de los sue-
ños ). El principal es Artemidoro Griego. El citado Ni-
colás Regaltio sacó á Artemidoro Greco-latino , y á
otros autores. En París en un tomo en 4.0
Mathematicos. Tentóse en Inglaterra Hacer una nu*
merosa Colección de todos los antiguos en 1 3 ó 14 tomos
en fol. El primero contiene todas las obras de Euclides
Greco-latino en fol. , y que he visto ; pero no han prose-
seguido en la Colección.
Astrólogos, El mas corpulento es Julio Firmico , y con
e'l andan en un tomo en fol. otros Astrólogos Judiciarios,
Griegos , Latinos y Árabes,
Bibliotecarios, Podrán reducirse á esta clase Diogenes
Laercio y Phocio. Diogenes Laercio de Vitis Philosophorum^
es un tesoro para saber la vida , escritos y dogmas de los
Fi-
Filósofos antiguos. Escribió en Griego. Hay ediciones la-
tinas , y con ellas andan Eunapio, é Heychío. Sobre el mis-
mo asunto hay ediciones Greco-Latinas } pero la mas
famosa es la de Holanda , con notas de Mr. Menage , y
de Joacbln Kubnio , Grego-Latinas. 2 tomos en 4.° En
casa de los Vestenios.
Phocio , Patriarca de Constantinopla , Griego Cis-
mático , que vivia por los años de 850 , escribió en Grie-
go su Biblioteca. Es la mas preciosa , que nos queda de
aquellos tiempos. Leyó 280 tomos de autores Griegos,
ya Paganos, ya Christianos, ya Antiquísimos, ya Coetá-
neos. Sacó un extracto de ellos , y hizo una crítica , ó
censura del estilo , idioma , &c. Solo por esta Biblio-
teca , tenemos noticia de muchos autores totalmente
perdidos. Hay edición solo en Latin , y hay la famo-
sa , que es Greco-Latina en fol. Este libro es el origen
des Joruenaux des scavans Mimoires de Trevoix. Aftas de
Lipsie , &c.
Estas 2 5 Colecciones , las que excepto una , he vis*
to , y manejado, son muy necesarias para tener muchos
autores originales en pocos tomos j aunque muchos de
ellos son rarísimos , y solo se hallan en dichas Colec-
ciones. Pero como casi todos son auteres, que han es-
crito poco , y hay otros que escribieron mucho , y an-
dan separados , y aún andan así muchos de los conteni-
dos en las Colecciones , diré de unos y otros.
Autores Griegos Gentiles* Homero.
Por ser Homero poeta , el autor Gentil mas antiguo
que se conoce, diré' algo mas de e'i , que de los otros. La
edición mas completa , famosa , rara , y selecta de sus
Poesías , con Comentarios, es la de Roma de 1550. Con-
tiene su Miada, y Odisea , todo en Griego , con los Co-
Tom. F. O men-
loó
mentarlos de Eustachio , Arzobispo de Thesalonica , to^
do en Griego , en 4 tomos en fol.
Esta misma obra se reimprimió en Basilea en 3 to*
mos en fol. todo en Griego , sin palabra de Latin. Hace
pocos años, que Alexandro Polyti , y otros eruditos de
Florencia, comenzaron asacar la misma obra, y C0-1
mentados de Eustachio , en Griego , y Latin 5 y ade-,
mas de esto , con varios comentos modernos. Han de ser
muchos tomos 5 solo vi tres en fol. grandes , y no sé
quantos han salido ya. Esta edición solo es para Príncipes,
ó para personas que tengan mucho dinero , ó buen gusto
en libros.
Ademas de lo dicho , hay 300 ediciones de Homero;
pero para el uso , es muy buena la edición de sus obras
Greco-Latinas en fol. grande , que salió en Basilea , con
comentos , y Índices ácjuan Spondano 5 si bien hay otra
de Inglaterra de Josué B arnés , que no he visto.
_ Herodoto es el autor en prosa que temos mas antiguo,
y se debe tener. Hay ediciones Greco-Latinas , y la me*
jor es la de Francfort en 1608 en fol.
De los demás autores Griegos , y Gentiles se debe
advertir, que hay quatro géneros de ediciones. i.a Del
solo texto , y solo en Griego , y los mas se imprimieron
así en la imprenta de Manucio en Roma , en Floren-
cia, &c. 2.a Del solo texto; pero solo en Latin , y de esto
hay infinitas ediciones de diversas marcas. 3.a Del texto
Greco-Latino, con notas , índices , comentos breves , &c.
y casi todos los autores se imprimieron en Francfort, ca-
sa de los Wechelios ; á las quales ediciones sucedieron
las magnificas de Inglaterra y Holanda ; de las quales ya
hablé arriba ; y por ser estas muy costosas , propondré
Jas antecedentes , que también son ediciones célebres , y
magistrales , de Francfort , Basilea , París , Hildeberga,
Ginebra , León , &c.
Plu-
io7
Plutarco, Greco-Latino, 2 tomos grandes.
Aristóteles, Greco-Latino, 2 grandes fol.
Platón, Greco-Latino, 1 fol.
Luciano , Greco Latino , 1 grande fol.,
Plotnio, Greco-Latino , i fol.
Tucidides, Greco Latino, 1.
Xenophonte, Greco-Latino, 1 fol.
Polibio , Greco-Latino, 1 fol.
Dionisio Halicarnaso , Greco-Latino, 2. foL
Diodoro Siculo , Greco-Latino, 1 fol.
Estrabon, Greco-Latino París 1 foL
Dion Casio, Greco Latino, 1 fol.
Theofrasto , Greco-Latino , 1 fol.
Átheneo, Greco-Latino, 1 fol.
Libanio, Greco-Latino París 2 foL:
Pausanias , Greco-Latino, 1 fol.
Philostrato, Greco-Latino, 1 fol.
Demosthenes , Greco Latino 1 fol.
Dion Crisosthomo , Greco-Latino , I fol.
Euclides, Greco Latino Inglaterra i fol.
Archimedes, Greco Latino, 1 fol.
Diophanto, Greco-Latino, 1 fol.
Apolonio Pergeo, solo el texto Latino, 2 fol.
Papa Alexandrino, solo el texto Latino , 1 fol.
StephanOy deUrbt'bus, Greco-Latino, Amsterdan, 1 fol.
Ptolomeo, Geografía , Greco-Latí no, Holanda 1 fol.
Bjusdem , Almagestum^ (vile solo en Latin , y solo en
Griego) 1 fol.
Hipócrates, Greco Latino, Francfort, 2 fol.
Galeno, vile todo en Griego, y todo en Latin; y creo
no los hay Greco- Latinos sino en la edición citada arriba
de París , de 1 3 tomos en fol. que contiene á Hipócrates,
y Galeno, Greco-Latino, 13 fol.
Areteo , Medico, Greco Latino, 1 fol.
O 2 Ale-
[ió8
Alexandro Tralteano, vile en Griego , y en LatínjJ
pero no Greco Latino , i fol. *
Paulo Aesgineta, Greco Latino, i fol.
Julio Polux, edición magnifica, Greco-Latino, 2 fol.<
Themistio , Greco-Latino, edición magnifica de Pa^
lis , i fol.
Juan Stobeo (créese que no fue chrístiano) Greco-*
Latino, en Ginebra 1609 7 1 fol.
Jamblicho, Greco-Latino, 1 fol.
Oíros autores Greco-Latinos , y no en foL,
Isócrates.
Aristides.
Máximo Tirís*
Apolodoro.
Hermogenes.
Marco Aurelio.
Heron.
Harpocration.
Porphirio.
Agathias.
Zocimo , Arríanos
Epi&eto.
Aliano. ( aunque Latino , Simplicio.
escribió en Griego)
^.miano. ( aunque Griego,
escribió en Latin)
Phornuto.
Palephato.
Heriodano.
Meris.
Hesychio. ( dudase si fue
Pagano)
Nemesio.
Cleomedes.
Olimpiodorov
Hierocles.
Apiano.
Theon.
Aphtomio.:
Gemino.
Phlegeton , &c.
Los demás autores Griegos 9 están en las Colecciones
•ya propuestas.
Au»
100
Autores Latinos Gentiles,
Los mas de estos autores , por ser pocos , y muchos
por haber escrito muy poco, se hallan en las Colecciones,
ó son de las quatro ediciones : Elzivirianas ad usum De¡->
plini y cum notis variorum , y magnificas de Inglaterra , y
Holanda. No obstante, diré algo de ellos.
Virgilio. Deben tenerse los 3 tomds del P. Zerda : Co-
mentos de Virgilio,
Ovidio* Hay otros 3 tomos en fol. de Comento de
Ovidio j y á falta, los 4. tomos grandes en 4.0 de la úl-
tima edición de Holanda de Pedro Burmano. (Aquí de-
bió decir : de Amsterdan de 1727)
Quintiliano. El mismo Burmano sacó las obras de
Quintiliano en 2 tomos en 4.0 con notas.
'Plinio el mayor. La mejor edición es, la del P. Hardui-
110, 3 tomos en fol. de última mano, es carísima.,
Cicerón. Hay edición última de Holanda en 1 1 ó 13
tomos en 8.° de Wirtsburgo > y también la hizo en
fol. (1)
Séneca* Soy de sentir se busquen \o%~6 tomos en fol.
con Tácito , y Justo Lipsio , de la edición última de An-
tuerpia -■> (creo en 1637J.de los quales uno todo es el Sé-
neca , otro Cometió Tácito , y otro Veleyo Paterculo.
Vit subió , ó la edición de Phelandro, en 4.0 ó la mag-
nifica de Holanda de Leiden , en fol. que es mejor.
Tito Libio. La edición ad usum Delphlnu 6 tomos
en 4.0
Lucrecio. ILz edición ad usum DelpbinL
(1) Hay también la que se hi^o en Genova en 1758 en o to-
mos en 4. con los Comentarios de Joseph Oliveto.
lio
Juvenal , la magnifica de Utrech de 1685 de Hermi-
nio 1 tomo 4.0 grande.
Persio. La edición de Casaubano , 1 tomo en 8.° grue*
so. (1)
Claudiano. La edición de Bartbio, 1 tomo en 4.0 muy
grueso.
Sitio Itálico. La de Dausquio, 1 tomo en 4.0
-Los demás autores son
Poetas.
Piauto.
Terencio»
Horacio.
Se'neca.
Marcial.
iValerio Flaco.
Manilio.
Stacio Papinio.
Tibulo.
Catulo.
Propercio.
Lucano.
Phedro.
Emilio, y fragmentos.
Rutilio.
Grado.
Germánico.
Avieno.
En prosa,
Salustio.
Suetonio. .
Cornelio Nepote.
Pünio Júnior.
Apuleyo.
Censorino.
Capella.
Macrovio.
Lucio Floro.
Justino.
Higinio.
Vepetio.
Petronio.
Chalcidio.
Curcio.
Valerio Máximo.
Julio Cesar.
Cornelio Celso.
Aulio Galio, &c.
du*
(1) No son despreciables los Comentarios, que á la sátira de
este autor , hizo el- celebre Sánchez Brócense, impresos en Genova,
así como otros muchos , que hizo á varios fragmentos de j autores
clasicos.
1 II
Autores antiguos Cbristianos , Griegos , y Latinos, j
Los Poetas se hallan en la Colección de los Poetas
Latinos , y en la de los Griegos respe&ivamente , y un
tomo en la Biblioteca Patrum. Los Padres , que escribie-
ron mucho , ya Latinos , ya Griegos , los han sacado
los Padres Benedictinos de Francia. Los que escribieron,
se hallan recogidos en la citada Biblioteca Patrum.
Propuesta ya la idea general de todos los autores que
escribieron hasta el año de 500 de Christo , resta propo-
ner la de los que escribieron desde entonces hasta estos
tiempos de 1748 ; y por ser infinitos, es preciso recurrir
también á Colecciones para tener mas autores en po-
cos tomos.
CO LECCIONES.
Concilios. Hay muchas Colecciones de todos los Con-
cilios. La mas costosa, magnifica, y numerosa (en to-
mos , no en piezas conciliares) es la que llaman Colección
regia de París , en 37 tomos en fol. No es para particular
res. Hay otra mas acomodada que llaman del Padre Lab-
loé. Sigúese la hermosa del Padre Harduino , en 12 tomos
en fol. Y finalmente la de Venecia en 2 3 tomos en fol.
Esta es la mas completa de todas.
Concilios Nacionales. Hay varias Colecciones, de Con-
cilios de cada Nación. La de los de España , los princi-
pió Loaysa. Es un solo tomo en fol. Completóla el Car-
denal Aguirre, en 4 tomos en fol. que imprimió en Roma,
y se debe tener esta Colección.
Aóias de los Santos. Hay infinitas Colecciones de Ac-
tas , y vidas de Santos 5 pero la que las abraza todas
es la famosa , que se va imprimiendo en Antuerpia por
los
112
ios Padres Jesuítas. Comenzóla en idea el Padre Erivcrto
Rosweides , sacando un tomo de Martirologio , y otro
Vita Patrum > ambos muy dignos de que se compren , y
se lean. Siguióse el Padre Juan Bolando , disponiendo las
Adas por los meses > y la hizo famosa el continuador
Padre Daniel Papebroquio, y hoy la están prosiguiendo
otros Jesuítas j y sin haber pasado del mes de Septiem-
bre llega ya dicha Colección á 40 tomos muy gruesos
en fol. á la que llaman los Bolandos , ó Bolandistas , y
Papebroquios*
Esta Colección no es para particulares , pues cuesta
mucho 5 y por esto los Venecianos se animaron á ir-
los reimprimiendo todos , y los venden la mitad mas
yaratos.
Al mismo tiempo sacó el Padre Mavillon las Aftas
de los santos Benedidinos en 9 tomos en fol. y por ser
muy caros , también se reimprimieron en Venecia.
Aólas de santos Nacionales, Cada Nación tiene sus
Martirologios. El mas completo de España, es el mas des-
preciable de todos. Este es el de Tamayo , en 6 tomos en
fol. pues aunque contiene lo que hay de cierto , contie-
ne'tambien mil patrañas , y santos fingidos , por haber
adoptado los Cronicones falsos. Es el mas necesario que se
debe tener j pero se debe leer con mucha precaución , y
crítica.
Acia sincera primor um Martirum. El Protestante En-
rico Dudvello sacó un libro de Paucitate Martirum , pro-
bando que son falsas las Adas de nuestros Mártires an-
tiguos. El Benedidino Padre Theoáorico Reunart , de san
Mauro se opuso , y reimprimió muchas Adas , muy,
ciertas y sinceras de los Mártires primitivos en un tomo
en fol. el qual es muy aplaudido aún de los Protestantes.
Reimprimióse en Holanda, e Italia. Debe tenerse este
tomo , aunque no se halle de la impresión de París.
Pa*
Padres de la Iglesia. La Colección de ellos es la que
llaman Bihliotbeóa veterum Patrum, no sanclorum Patrum,
como citan algunos j pues muchos de ellos no han sido
Santos. Ésta Colección comenzó en Colonia ; después se
aumentó en París; después ¡con ei fin de abultarla, la
echaron á perder en León , reimprimie'ndola Iqs libreros,
y a&ualmente 7 si no mienten las noticias literarias , la
están imprimiendo en Francfort , y en muchos menos
tomos que la de León , siendo así que está con el Apa-
rato de Noura , y Noury , y índice. Tiene 30 tomos en
fol. El particular podrá contentarse con la de París , im-
presión de La-Navé ; pues, aunque menos numerosa , es
mejor en todo. Las Comunidades podrán esperar la de
Francfort > pero en todo acontecimiento así el particu-
lar , como las Comunidades deben tener el Aparato de
Noury,
El Padre Nicolás Noury, muy docto Be nedi&ino de
san Mauro , que es el Editor de las obras de san Am-,
brosio , viendo que en la Blbliotheca Patrum habia mu-
chos autores desconocidos , y que á otros se les suponían
escritos > y en fin , que era una edición sin crítica , tomo
á su cargo ir repasando los autores , y escritos , según
que se seguían los tomos i.° , 2.0. , 3.0 , 8cc. de la Blblio-
theca Patrum de León , y hacer crítica de todo. Solo pu-
blicó dos tomos en fol, con título de Apparatus , pues la
- muerte le cortó sus ideas. Estos dos tomos son ei alma
de toda la Biblioteca , y cuestan carísimos quándo se
venden separados j por lo que , cómprese. , ó no la Bi-
blioteca , se deben comprar ,. y leer estos dos lomos de
Noury , pues generalmente son aplaudidos por estar es-
critos con juiciosa crítica.
Bularlo, El Bularlo magno novísimo en 14 tomos»
en fol. puede pasar por colección 5. y es muy útil si se Io*i
gra de la moderna impresión ¿que se hace en Roma.
Tom.K í¡ C¿]
cW4
Cánones hsstá, Burchardo. Las Colecciones de Cánones
•así en la Iglesia Griega $ como en la Latina se hadan de
las piezas enteras á la letra. Burchardo tomó otro me'to-
do , comprehendie'ndolas , y distribuyéndolas por lu-
gares : 'comunes. Siguiéronle con el mismo método Iv&n, y
Graciano ,:y después vinieron las Decretales 5 y como á
imitación del Derecho civil , de uno y otro Derecho, ía
edición en León por Gotofredo en p tomos en fol. Aunque
se vende á papel viejo , es la Colección mas completa. Si
á.esta se añade el código Teodosiano en sus seis tomos
en '.fol. del otro Gotofredo , y los 7 tomos en fol. Greco-
La tinos" de los Basilios de Fabroto , se tiene la Colección
de las fuentes de los dos Derechos.
Juristas» Son 27 ó 28 tomos en fol. que llaman el
Occeano , 6 los trufados de los D0B0r.es.. Es una Colección
molesta , pero útil para una librería pública 5 pues con-
tiene muchos autores ya muy raros , que solo se hallan
-en esta Colección > y sobre todo, porque hay tratados so*
bre asuntos extraordinarios.
Canonistas. Podrá llamarse Colección no de Cánones,
■sino 4e Canonistas , y Teólogos la Biblia Pontificia de
Rocaberti 2 1 tomoseri fol. pues en ella se hallan á la letra
todas las piezas que hacen á favor de las cosas de Roma,
y del Papa.
Decisiones. Los. 23 tomos en fol. de las decisiones de
Rota , con los cinco tomos de índice , ó compendio , es
una Colección útil para una librería-!de Eclesiásticos j pues
apenas habrá caso para que no se halle alguna decisión
ú otra , que se le pueda adaptar si concurre discurso , y
reflexión..^
Colecciones Históricas. Son infinitas las Colecciones his-
tóricas , ya'en general , ya en1 particular 5. yá Eclesiás-
ticas, ya profanas > por- loque solo ^propondré' las mas
celebres que me oCuríisren^ ■-
'i . His-
Historia Bizantina. La Colección de la historia Bizan-
tina es la mas hermosa , magnifica , rara , y cara de to-
das. Contiene todos los autores:>á la. letra que escribie-
ron la historia de Constantinopla , ó de sus cosas , des-'
de que la fundó Constantino , hasta que, la tomaron los.
Turcos. Y porque en lo antiguo se llamaba Bizantium,-
por eso se llamaba historia Bizantina-, y así se cita.
Todos ios autores iqwe contiene son Griegos ; .y'£fiu
esta Colección se impriixiifíEÓrECxreeofLatinos, con vár&S
notas , y comentos. Pasan de Í30 tomos; en foi.. de , m^-rca
imperial. Imprimióse en París en 'la Imprenta real del
Palacio de Louvre. Comenzó la obra año de 1648 , -y:
tardó mas de do años en acabarse ,.y aún faltan algunos,
autores.: ¡b.ns / si: ui v ,
Ademas de esto , hacenjuegb con esta ¡historia otros,
dos autores impresos en otras partes; v. g. La Turcb-
Greca de Crusio. Los dos tomos del Gesta Dei per Fran*
eos > el tomo de :Billardum;>én/,l?tznccs< muy antiguo ; el
Glosario- Greto-Barbarb-idé: Du-Gange , .sus familias. Bi-
zantinas, la vida de san Luis y ,y. otros. Yo añado t\ to*
rno raro en Castellano, Conquista-dé Utramar , 'quees ca-
si traducción de la obra de G muermo Tirio ,.de Bello Sacros
y que -se traduxo par..4 órxkn. del, Rey ¿Don, Alonso el sa-
bio. De suerte , que en todo subia á quarenta ionios en
folio/, : y algunos en 4.0.todd el cuerpo á:Q tetona. Bi-
zantihah ' y son los auio'reSt que contiene tantos , y todos
coetáneos á lo que refieren, que solo para, noticia ..dfi.
ellos ,- y. ü¡e¿susi escritos T escribió Martin Harneo un grue-
so tomo en 4.0 de Scriptoribus Historia Bizantina*. Esta
Colección completa se 'halla en muy '^ocasrlibrer/ias, [aun-
que famosas , pues ó ndSeivalla , óxostária muchos do-
blones si se hallase No obstante ;yo he logrado tenerla
en mis; estantes toda , excepto el Nicephoro~Gr¿goras , que
no le tengo-de la impresión de París. de Mr. Bouvin * en
P z dos
dos tomos en fol. sino en un tomo de la Impresión anti-
gua , pero Greco-Latino.
Viendo los Venecianos lo raro y costoso de esta Co-
lección , y en especial por lo que toca á los tomos im-
presos en la real Imprenta de París , se animaron á reim-
primir la referida Historia Bizantina en menos tomos, pa-
ra venderla con mas conveniencia. Así la sacaron en 23
tomos , que otros enquadernaron en. 2> ó 26 tomos en
fol. de buen papel y y buena letra; pero en todo , excep-
to el coste , muy inferior á la de París. Para añadir algún
atra&ivo los libreros Venecianos , juntaron algunos ..au-
tores Greco Latinos, que no se habían incorporado en
París j v. g. Mahla1 Tranza , y otros. Esta edición de Ve-
necia , es trlbial , y se suele vender en 30 doblones , y
á la verdad ningún erudito.debe estar sin ella. El que ni
aún pueda comprar e'sta , se podrá contentar con los 10
tomos en 8.° real de Mr. Cousin , que traduxo al Fran-
cés casi todos los autores.de la historia Bizantina por el
orden cronológico.; y es una Colección manual en Francés,
y ^suplirá los textos Griegos y Latinos.
•¿ Historia Eclesiástica. Esta Colección no.es de auto-
res coetáneos, y originales , como debia ser , sino dé
varios historiadores modernos que deben seguirse 4e este
modo.
Soliano 6 tomos en foL historia antes de Christo.
Ensebio , Sócrates ., Ev agrio , Sozomeno , Teodor eto , y
Rufino , <&c.
listos hacen Colección de historia Eclesiástica , pri-
mitiva. ._
■ Baronio , Reynaldo , y Lardechio , i que .es, el último.
Spondano , Tormilo, Brutio , Bzobio , son agregados ; y el
Padre Pagi con sus 4 tomos en fol. de crítica de Baro-
nio. Serán unos 6 tomos en fol. dichos autores ; y esto
sin añadir la historia de Natal Akxandro , ni menos la
de
ii7
de Tillemont , y del Abad de Fleuri , continuada , y con
el principio del Padre Calmet , para la historia antes de
Christo. En Luca se va imprimiendo la historia de Baronio
seguida , interponiendo en los lugares* oportunos toda la
critica de Pagi , y con nuevas notas del Editor. Son ya
24 ó 25 tomos en fol. y serán muchos mas.
HISTORIADORES DE NACIONES.
Los Libreros de Francfort , y en especial los Weche-
lios , cuya insignia es el Pegaso , hicieron un gran bien
ala República Literaria al principio del siglo XVII.° Jun-
taron los principales Historiadores de las Naciones , y
jos imprimieron en Colecciones.
Hispania ilustrata , 4 tomos en fol. , es el título de
la Colección que en Francfort se hizo de los historiado-
res de España que escribieron en Latin , y que corrió
por el cuidado del Padre Andrés Scoto , Jesuita. Las
piezas principales de esta Colección son :, El Fuero Juzgo
en Latin : Los historiadores Lucas de Tui , Don Rodrigo
de Toledo , Don Rodrigo de Palencia , el texto latino del
Padre Mariana , y otros que escribieron menos. Es ya
juego raro, y muy caro. Si se halla en menos de 300 rea*
les comprese.
Los historiadores de Francia i comenzando por Grego-
rio Turonense , hacen otra distinta Colección. Los de Ita-
lia otra. Los de Sicilia otra. Los de Ungria otra. Los de
Persia otra. Y así de otras Colecciones menores j todas
las quales son muy útiles , y quando se hallan en Es-
paña se compran muy baratas.
De los historiadores de Alemania , y sus Provincias,
como son muchas , se formaron diversas Colecciones en
Francfort por los años de 1600 , y en especial por el cui-
dado de Frebero GoldastOy y de otros con e'ste. Son muy
útí-
n8
útiles , poique contienen muchos historiadores universa-
les , como Sygeberto , Mariano , Scoto , &c .
O porque las Colecciones de Francfort eran raras;
diminutas, ó caras, (fuera de España ) 6 por paco cor-
redas , ó de mal papel , ó por todo esto , se idearon des-
pués nuevas Colecciones de historiadores coetáneos de
cada Nación.
En Inglaterra Juan Seldero (i) , y otros sacaron á luz
muchos historiadores Ingleses incorporados j mayormen-
te Varthon , la Anglia Sacra , y el Monasticon Anglicano.
Todo 3 tomos en fol. Spelman , los Concilios que aumen-
tó después en 4 tomos en fol. David Wilkjns, según creo
por orden de laReyna Ana. Rymér publicó los 18 to-
mos de Instrumentos públicos , y son las famosas Adas
de Rime'r , que por muy costosas se reimprimieron en
Holanda en menos tomos.
En Italia se formó la Italia Sacra ', pero es. obra se^'-
guida del Sisterciense Fernando Ughelo , que han conti-
nuado , y son 10 tomos en fol. , y en nuestros dias el
celebre Luis Muratori juntó y dio á luz Seriptoris Rerum
Itallcarum en 27, ó 28 tomos en fol. magníficamente
impresos en Milán.
En Francia los hermanos Gemelos Santas Marthas pu-
blicaron la Galla Christiana en 4 tomos en fol. ; y por-
que estaba diminuta , y él Padre Dionisio Santa Maria,
Benedictino de Francia , Editor de las obras de San Gre-
gorio , en 4 tomos en fol. , era pariente de los Gemelos,.
le encargó el Clero que sacase una nueva Galia Ghristia--
na. Comenzóla , y la prosiguen los Monges , y son ya y>
ú 8 tomos en fol.
Los
(1) Nos parece que debe deeirse Seldcno , y es el mismo que
escribió de mare cláuso»
Los mismos Benedictinos de Francia han comenzado
una gran Colección de ¡los Escritores históricos de Fran-
cia Rerum Franácarum. Serán muchos tomos en ~ rol. so-
lo he visto los dos primeros 5 el uno contiene todos los
pasages , ó fragmentos de los autores antiguos diegos
y Latinos , que hablaron de las Galias.
En Alemania no hay nueva Colección universal;
pero leí el plan para que se haga , y no se si se ha co-
menzado. En recompensa hay muchas de historiadores
de Provincias particulares. No ponderare , si digo que
entre todas montan á mas de 50 tomos en fol. ; y no ha-
blo de las Colecciones que Luduyg y Lotíchio hicieron
también de los Instrumentos públicos pertenecientes á
todo el cuerpo, ó Imperio Germánico.
Burchardo Gotbyco Strubio, imprimió en 3 tomos en fol.
en Strasburg año de 17 18 los historiadores que especial-
mente escribieron la historia Imperial desde Cario Mag-
no hasta Carlos V.° inclusive. El Barón de Luhnitzh los his-
toriadores de Brunswich. Los Menkinios Padre , hijo , y
nieto (son los autores de las Adas de Libpsic , y uno
de ellos de la Charlatanería) imprimieron los historiado-
fes de SaxOnía. Sería muy prolíxo si hubiera dejndicar
todas las nuevas Colecciones de las provincias de Alema-
nia^ como de las de Norte y y otras vecinas.
Colecciones Geográficas , y de Viages. Los autores Geó-
grafos , y de viages , quando hablan de lo que vieron,
son mas divertidos que los historiadores ; pues estos en
arengas fingidas , y en referir quantos modos de matar^
se unos á otros han tenido los hombres , y de no vivir
en paz , han embarrado mucho papel , aún siendo coe-
táneos, como sí la historia tuviese por fin referir los ca-
prichos de los hombres con exclusión de los sucesos famo-
sos de la naturaleza ,- del arte , y aún del acaso.
Juan Baptista Ramusio , Veneciano f tomó á su cargo
re-
120
recoger todos los víages antiguos y modernos, hasta su.
tiempo , y traducirlos todos en Italiano , e imprimirlos
en tres tomos en fol. Esta traducción y Colección , aun-
que toda en Italiano , es no solo útil , sino necesaria;
pues en ella se hallan autores originales , que ya no es
fácil hallarlos en otra parte. Escribió á la mitad del siglo
XVI.°, y prosiguió hasta el principio del XVII.0 Hay
-4os ediciones , y en ellas se hallan los primeros de las
Indias Orientales, y Occidentales, Son muchísimos los au-
tores que contiene ; v. g. Pablo Véneto , Hayton ., Cortés^
Barros , Gonzalo Fernandez de Oviedo , Pedro Mártir ,Jum
León Africano , Hanon, Cadamosto , Vasco de Gama , Ty¡nk
López , Vartomam , Alvar ez , Arriano , Alvar -Nuñez , Alar*]
con y y otros muchos.
Novus orbis, título de dos. tomos , el uno en rol* Es
Colección en Latin de algunos viageros de los de Ramu»
sio. Hay dos edicciones ; qualquiera de ellas es precisa
por contener á Pablo Marco Véneto , y á Haiton Armeno^
en Latin. El otro tomo Novus orbis en Latín y fol. no es
Colección , ni obra de autor original > pero sí de autor
muy clasico y veridico. Es una descripción de toda la
America , que el siglo pasado dio á luz Juan Laet^
Holandés,
Viages de Bry. Al empezar el siglo pasado unos Im-
presores de Francfort , Teodoro Bry , y creo Isrrael Bry
emprehendieron la obra de reducir á laminas , y figuras
la Colección de los Viageros con el texto, y varias adi-
ciones.
Esta famosa Colección contiene 24 partes. Doce pa-
ra las cosas de las Indias Orientales, y otras doce para las
Occidentales, ó America, y cada 12 partes se suelen en-
cuadernar en tres tomos en fol. Los tres de America son
los raros , los mas curiosos , y mas caros. Toda esta obra
está en Latin , y tiene infinitas laminas muy al vivo
de
12 í
de lo que representan ; y si se halla venal se debe
comprar.
Harcluit y Parchas son dos Ingleses , que hicieron
nueva Colección de Viageros de todas naciones y len-
guas. Todos los sacó en Francés Thevenot en dos tomos en
fol. que he visto , y dice que en su Colección pone mu-
chos Viageros Ingleses de los de la ya citada Colección de
Harcluit y Parchas,
Por esta razón , y porque incorpora otras piezas orí-'
ginaies curiosas y raras , se debe tener esta Colección de
Thevenoti ad virtiendo que este Melchisedech Thevenot,
y Mr. Thevenot , Viagero particular , cuyos viages par-
ticulares andan en Francés en j tomos en 12.0 creo eran
tio y sobrino,
Viages de Holandeses. Hasta los fines del siglo XVI.*
no tentaron los Holandeses viages marítimos largos ; pero
después acá excedieron en esto á todos. Hicieron viages
al Norte , y á las Indias Orientales. Algunos de unos y
otros se hallan en la Colección citada de Ramusio en Ita*
Jiano j y en Latin en la de Bry , y acaso en otras que
no he visto. En este siglo salió en Holanda una Colección
de dichos viages (solo Holandeses) en Francés. Los de las
Indias Orientales suelen andar en 1 1 , ó i 2 tomos en 1 2.*
y losdelNorte en 9 ó 10 tomos de la misma marca, letra,;
y. lengua Francesa. Esta Colección es trivial,, no cara, ma<*
nual, y curiosa} aunque algo pesada para los que no gus^
tan noticias de vientos, rumbos, &c« ;. :
Repúblicas. La Colección conocida con el título de
Repúblicas , pasa de 40 tomitos en una .misma marca de
l6.° ó 24.0 y de una misma letra de Holanda muy pre^
ciosa , de la edición de los Eizividios. Cada toraito con-
tiene la descripción de algún reyno ó república , y en
ellas hay piezas ala letra., y extráctalas, que se escri-
Tom. r. Q bie-<
i 122
bieron sobre el mismo asunto; y hacen juego con otros
tomitos que se imprimieron en la misma letra , y marca.
V. g. la introducción de Clwverio , el Mate Luberum de
Grotio : el tomo de Regimine , y otros muchos. Este jue*
go por ser tan manual es muy útil , y aunque antiguo,
está en Latin.
Atlas. El Juego grande de Atlas , de Blaen-, es preci-
so para una libreria , ya sea en Castellano , que cuesta
mucho, ya en Latin, 13 ó 14 tomos. Los que no pueden
tener este juego , deben buscar el Atlas de VJith , quien
en dos tomos recogió todos ios mapas de Blaen , y aña-
dió los de Marina y otros , en todos cerca de 300 mapas,
pero sin explicación j cuya falta se podrá suplir con las
repúblicas , ó con otros tomos modernos.
Viages de Mr. Salmón. Este ingles tomó á su cargo
fsacar una descripción del orbe , copiando lo bueno de to-
dos los viageros. Salió en Ingles , se traduxo al Holan-
dés y Alemán , y actualmente con el título de Stato pré-
sente dil Mondo r va saliendo en Venecia en Italiano , con
adiciones y correcciones. Son 18 tomos en 8.° real y se-
lán muchos mas.
Mr. La Martiniere. Aunque los Diccionarios Geo*
gráficos que hay , no son Colecciones , el último y
que está ahora mas completo , de Martiniere , es casi Co-
lección de relaciones geográficas en compendió , y se de-
be tener. Imprimióse en Holanda en Francés en io tomos
en fol. Reimprimióse en París , y le reduxeron á 6 tomos
r 1 1
en fo.
Hay otro juego que llaman Galena en :3o tomos en
fol. enquadernados en 15.0 que contiene los Geógrafos
sele&os , Atlas históricas , y otros que no son Cor
lecciones.
Colecciones de Antigüedades.^ de Romanas , y Grie-
gas,
123
gas , se compone de los tomos que se siguen.
12 tomos en fol. Antigüedades Romanas de la edi-
ción de Juan Grevio,
3 tomos en fol. Lexicón antiquitatum Román, de Pi*
tisco ; extra&o de los i z tomos en fol. de las inscripciones
de Grutero , y Editor de Grevio.
13 tomos en fol. Antigüedades Griegas, que recogió
y publicó Grono vio.
3 tomos en fol. Antigüedades que publicó Sallengre.
1 5 tomos en fol. Latin-Frances. La Antigüedad,
explicada por el Padre Montfaucon, Benedi&ino.
% tomos en fol. Frances-Latin. Antigüedades de
Francia , ai modo de las Romanas , del mismo Mont-
faucon.
Estos tomos en fol. son muy curiosos , selectos , y
carosa y por esto en Venecia han reimpreso ios Grevios^
Cronorios , Pitiscos , y añadieron otros tomos 5 pero no
se' que hayan reimpreso á Montfaucon , acaso porque tie-
ne muchas laminas. En quanto á la colección de Inscrip-
ciones , hay otros tantos tomos útiles , como de Smetio$
Loisio ,. Reine sio , Spon , Gori , Dempstero , Maffei , Mura*
tari y Ferretio.
Colecciones de Anedoflas. Anedo&os ó Anedo&as , se
llaman los escritos , libros ó piezas que se escribieron
hace tiempo , y aún no están impresos i y por eso se lla^
man en Latin inéditos , y en Griego Anedo&os (i). Por
lo común son escritos cortos, y se dedicaron algunos eru-
ditos á juntarlos e imprimirlos á la letra. Son útiles estas
Colecciones , porque en ellas se hallan escritos muy sin-
gulares , ya sagrados , ya profanos.
Enrico Camisio. Al principio del siglo pasado impri-
Qa mió
(1) Se escribe An&rAm
124
mió una Colección semejante en 6 tomos gruesos en 4.0
y tan cara, que ya se reimprimió en Holanda añadiendo,
otras muchas piezas. Salió en 5 tomos en fol.
Lucas de Aqueri, Benedictino en Francia, publicó otra
Colección con nombre de Spicilegio en 1 3 tomos en 4.*
Es Colección muy aplaudida , y por ser rara , y cara , s$
imprimió en París año de 1723 en 3 tomos en fol.
Padre Mavillon. Sacó á luz varios anedodos en tomk
tos con el título de Vetera Anale¿iar y también por
ser raros sé reimprimieron allí en 1723 en un tomq
en fol.
Padre Don Hernando Pez , Benedidino de Alemania*
á Imitación de lo que hacian los Benedidinos de Francia,
recogiendo , juntando , é imprimiendo obras anedodas^
hizo lo mismo en Alemania , y publicó muchas con el
título Tbes'aurus novissimus anedoéiorum 1 2 tomos delgados
en fol. Las obras Cronicón Gotvicense , Domus Haps-
burgica , y otras de Benedidinos Alemanes, aumentan la
tal Colección de Ansdodos , y para ser breve , digo:
que ya se hizo moda en las naciones imprimir este ge'-í
ñero de Colecciones.
COLECCIONES VARIAS.
De Litúrgicos. Los escritores que trataron de las ce-
remonias del Oficio Divino , de el rezado de la Misa , y
de el culto divino , que llaman Liturgia , se llaman Li~
turgicos.
Hay una Colección magnifica , que contiene los ig¡
autores litúrgicos mas antiguosá la letra.: en París, y
en fol. año de 1610. Suele andar incorporada en la Bfa
blioteca Patrum. Ningún Eclesiástico debe estar sin este
tomo. Pakmio sacó dos tomos en 4.0 de las Liturgias
de la Iglesia Latina*, >
Eu-
J2y
Euseblo Renauclot sacó en dos tomos en 4.0 Greco-
Latinos las Liturgias de la Iglesia Griega , y de las otras
orientales.
El Benedictino Marthené recogió los ritos antiguos
así de la Iglesia , como de los Monges , en tomos en 4.0 ,
en París en 1736. Se reimprimió toda esta obra , y se
añadió en 4 tomos en fol. La edición dice Antuerpis , y
no ha sido sino en Milán.
El Padre Mabillon en Francia , y el Padre Tomasin
en Roma han impreso varias Liturgias. El Padre Goar
sacó Greco-Latino , y con notas el Euchologio , ó Misal
de los Griegos , y se reimprimió en Venecia en un tomo
en fol. Isaac Haberto sacó el Pontifical de los Griegos con
notas en París Greco-Latino en i6y6. Un tomo en foL
El Cardenal Quirini Benedictino imprimió varios libros
rituales de los Griegos. A este tenor hay otras Colección
nes litúrgicas menores.
Auberto Myreo incorporó á la letra en dos tomos en
fol. los autores atiguos que escribieron de Auóíoribus
Ecclesiasticis desde San Gerónimo. Esta Colección añadi?
da , y con notas la imprimió Fabricio en Hamburgo en
11718 , 2 tomos en fol. Contiene 15, ó 16 autores has-
ta Mireo inclusive , de los quales muchos no se hallan
con facilidad.
Críticos, Jfano Grutter sacó la Colección de Gramáti-
cos críticos con título : Lampax , slve fax Artium libera^
rium '■> slve thesaurus crhicus , en 7 tomos gruesos en 8.°
grande. Contiene á la letra las notas de varios criticos á,
los autores antiguos ; y por ser rara esta Colección , oí
que se queria reimprimir en Florencia. Contiene piezas
singulares y raras.
El mismo Gruter anagramando su nombre en Ra-_
mutio Ghero , hizo una Colección de los Poetas latinos
modernos, con eUítuio DelitU Poetaría , comprehende
los
126
los de Italia , Francia , Flandes , y Alemania. En todo
son mas de 600 Poetas latinos , ó sus mas sele&os Poe-
mas , y andan en 15 tomos en 8.° grueso. De JPoetas Je*
Suitas oí que habia salido una Colección en dos tomos en
4.0 de los principales latinos. No la vi, pero creo será
curiosa. Pedro Burmano Holande's sacó con notas la
Colección de los Poetas antiguos menores , z tomos
en 4.0 No la vi.
Chimicos. En 6* tomos en 8.° con el título Theatrum
Cbímicorum-, andan incorporados ios escritores de Chimi-
ea. Se reimprimieron , y añadieron otros muchos en
la Biblioteca Chimica de Manget en 2 tomos en
folio.
Simpateticos. En un tomo en 4.0 andan incorporados
los autores que escribieron de Simpatía. Visconarios casi
todos. El título es Theatrum SimpathetUor^m. La impresión
que vi , es de Nuremberg,
Chirurgicos. En un tomo grueso en fol. con el título
de Thesaurus Chirugis , andan Ambrosio Pereo, y otros
ocho autores Chirurgicos incorporados.
Adagios ó Proverbios. Es un tomo grueso en fol. im*
preso en Francfort en 1656, andan incorporados con
Erasmo 15 ó 16* autores colectores de proverbios , ó ada^
gios. Es libro muy selecto.
Los Colectores de Proverbios Griegos, andan impre-
sos por el Padre Andrés Escoto en Antuerpia en 4.0 un
tomo Greco-Latino , y después se añadió el otro lomo de
los proverbios que juntó Apostolio. Si se quieren Colec-
ciones de adagios, no de autores , digo que los Castella-
nos andan en un tomo en 4.0 de la Colección de Ma-
tera ; y los Portugueses á el último del Vocabulario de
Pereyra.
Los sagrados en la Colección de Juan Drusio , a lo
último de los Prolegómenos de Walton. Los del viejo Tes-
ta-
127
taménto , los publico el Padre Delrio. Los del nuevo, el
Padre Escoto. Los de los Rabinos , los sacó Juan Planta-
vicio. Los Persas , Tomas Eprernis. Los Italianos , Fran-
ceses , Ingleses , Cambritanos , y todos los Españoles de
Malara , están en el Diccionario Ingles , y de las tres
lenguas de Juan Hoveli , en un tomo grueso en fol. que
he visto.
Matemáticos. El Padre Merseno en un tomo en 4.0
en París 1644 , cuyo título es : Universa Geometría y sen
mistique Mathematia Sinopsis , juntó toÜos los proble-
mas y teoremas de los Matemáticos antiguos , y de al-
gunos celebres modernos , pero sin laminas , ni figuras,
por no abultar : y son de Euclides , Archimedes , Teo-
dosio , Menelao , Apolonio , Sereno , Pappó , Ramos,
Keplero , Maurolcio , Vieta , Midorgio , y otros. Este
tomo de Merseno es muy manual y útil para los que sin
figuras , ni demostraciones tienen ya evidencia de los
teoremas.
Colecciones Físicas. Baxo este título comprehendo to-
cio genero de observaciones , memorias , experimen-
tos , &c. que han hecho varios curiosos en todas las par-
tes de la Física , Matemática , Astronomía , Medici-
na, &c. y cuyas piezas son las que salen en Colecciones
baxo el nombre de alguna Academia famosa ; v. g. Aca-
demia real de las Ciencias de París, comenzó año 1666 ,
cuya Colección son pocos tomos , pero desde el año
de 1699 , comenzó á dar cada año un tomo , y pro-
sigue.
Reflexionando que no habia tomos correspondientes
á los años de 1666 hasta el de 1699 , dio á luz {per
retrocesum) un suplemento en muchos tomos , y hoy
pasa de 80 esta Colecion famosa en 4.0 real en Francés
con laminas. Es juego caro , pero selectísimo. Pues se
cuentan en el los tomos de Maquinas de las figuras de la
tier-
128
tierra 5 de la Aurora Boreal ; ele los infinitos de Fonte-
nelle , y otros. Reimprimióse esta Historia Académica
en Holanda en 8.° real , y es mas barata.
Sociedad Real de Londres, El mismo año de \666t
comenzó esta Academia su Colección. Tiene por título
Transaciones Philosophicas. Pasan de 50 tomos en 4.0, y
en Ingle's todos. Por ser juego tan curioso, ya empezaron
á traducirle todo en France's en París , y antes en Italia
había salido un compendio en lengua Italiana, y otros
en Ingle's. «*
Academia de Petersburgo. Creo empezó en 162 6, Sale
su Colección , e' Historia en latin , y en tomos en 4.0 Vi
siete de ellos. Creo son ya 1 2 ó mas. Es juego tan selec-
to como los dos pasados. Seria prolijo si hubiese de po-
ner otras Colecciones de Academias particulares, y erí
especial de Bolonia , Alemania , Francia , &c.
Colecciones de Historia Literaria.3WQ de este título com¿
prehendo aquellos libros periódicos , que salen todos los
años, y que contienen un extracto, y crítica de los li-
bros que van saliendo en Europa. De este ge'nero hay^
que empezaron, y lo dexaron , y estos son infinitos, con
diversos títulos de memorias, Diarios, Bibliotecas , Hisn
torias , Mercurios , Epístolas ^Novelas , Noticias, Gazc-
tas , Catálogos , Repúblicas, Obrages, Acl;as, &c.
Otros son los que prosiguen , y prosiguieron desde
que empezaron : v. g. Journal de Scabans (Diario de los
Sabios ) en París. Este juego comenzó en París en 1669
en 4.0 y en Francés ,-y^se fueron reimprimiendo en Ho-
landa , en 8.° sb en 1 2.0 también en Francés. Serán ya'
150 tomos. Este juego es el mas antiguo en este ge'nero;
de escritos.
Aólas de Lipsk. Comenzaron -en. 16.82 , y prosigueri
dando cada año en 4.0 en Latín con tomos de suplemen-
tos y índices. Pasa, de 80 tomos en 4.0 el juego. Los esj
trae*
I2p
trabadores han sido íos Mancheníos , con otros , y por
ser todos Protestantes , no es este juego para todos , por-
que contiene muchos extra&os de libros heréticos , que
tratan de religión.
Pocos años hace, que en Madrid quiso un sabio tradu-
cirlo al Castellano. Disuadiíe de este trabajo, porque no
sería útil para el traductor aunque sí para el público. No
atendió á mi consejo. Comenzó á traducir, y a imprimir,
y presto experimentó el petardo á que se habia expuesto
por no haber oído lo que le dixe.
Ademas de lo dicho, si se quiere tener una idea de los
libros que van saliendo en cada nación, será preciso tener
la Biblioteca Itálica , la Germánica, la Británica , &c. Los
demás libros particulares que pertenecen á la historia Li-
teraria, se señalarán adelante los bastantes, y mas seletos
para tener muchas noticias en pocos tomos, que es el asun»
to de haber escrito estos apuntamientos.
Colección de Políticos. Entiendo baxo este título , y no!
baxo del de Colección de Autores, los que escribieron de
política j porque sería un fárrago enorme, ó un piélago de
contradiciones , antojos, caprichos , arbitrios , y de otras
pestes Machiabelistas j y aunque de cien tomos de estos se
quemasen noventa , nada perdería la República Litera»
ria , y interesaría mucho la sociedad humana.
Hablo, pues, de Colecciones de piezas autenticas y
públicas , concernientes á ios intereses , tratados , pa-
ces &c. de los Príncipes , v. g. el cuerpo Diplomático es
un juego, que según se va añadiendo, sube ya de 20 to-
mos grandes en fol. que se publicaron en Holanda. Con-
tiene copia á la letra de los instrumentos mas públicos que
se han podido recoger para instrucción de los verdaderos
Políticos , Embaxadores , Ministros , &c. y de los que de-,
sean instruirse en el derecho de las gentes.
Pocos añps hace que en A^adrid se empezó obra se-
Tom. V. R me-
130
mejante en 4.0, y solo comprehende las cosas de Es*
paña. El fin , es hacer Colección de todas las piezas des-
de Noe' hasta nuestros tiempos 5 pero se empezó la Co-
lección por las piezas de los tiempos poco há pasados,
por ser las que mas se necesitan tener presentes , y así
se irá procediendo. Son ya 4 tomos en fol. y en ellos es-
tán traducidas á el Castellano las piezas de lengua es-
traña.
La clave del Gavinete , es un juego en 20 tomos , ó
mas en 8.° que contiene varias piezas de política moder-
jia. En Holanda saiió otra colección en muchos tomos en
4.0 de las memorias políticas para la historia de este siglo.
Finalmente , digo que el Español se debe contentar te-
niendo todo el cuerpo Diplomático, y las Adas de su
nación.
Colecciones de Autores Poligraphos. Autores Poligra-
phos , liamánse los que han escrito muchos tomos en
un mismo asunto , ó de muchos asuntos en bastantes
tomos. De unos y otros se deben escoger aquellos mas ce-
lebrados, de manera , que de algunos se debe tener qual-"
quiera escrito suyo , sea el que fuere ; y como esto es
muy dificultoso , es preciso el recurso á comprar la Co-
lección de todas sus obras si la hay , pues aún falta la de
muchos.
V. g. A ntonio de Nebrija es autor Poligrapho. No
hay, y se desea una total Colección de todos sus escritos,
y así , mientras, no se debe deshechar escrito alguno su-
yo , quando se halle venal , y con algo de conveniencia.
De Arias Montano digo lo mismo que de Nebrija. De
Francisco Sánchez, Brozense digo lo mismo $ y es indispen-
sable tener su Minerva con notas de Peruzonio. De Don
Antonio Agustin digo lo mismo* Su libro de Medallas en
Castellano era rarísimo y carísimo; pero ya no es así,
porque lo imprimió Don Andrés de Barcia,
El
El Padre Juan Mariana. Tampoco hay Colección de sus
obras , y creo se está ideando. El señor Obispo Caramuel.
Pasan de cinqüenta tomos sus escritos, de que no hay Co-
lección uniforme. Padre Atanasio Kirí^er. Pasan de 40 to-
mos sus obras , y las de su discípulo Padre Gaspar Scoto
son 14. Padres Andrés Scoto , y Martin del Rio. Desea-
se Colección de" todas sus obras. Juan Meursio. Escribió
mas de 40 tomos , y dio á luz. Leí que en Florencia se
queria hacer una Colección de todos ellos 5 y por ser
Protestantes añado á su imitación otros que escribieron
mucho , y de que seria útil una Colección completa que;
no hay ; v. g.
Hugo Grotío. Gaspar Schitopio.
Juan Alberto Fabricio. Christiano Wolfio.
Joseph Escaligero. Claudio Salmosio.
Juan Christoforo Wolfio. Buxtorfios.
Hotnigero. Juan Leclerc.
Isac Bosio. Francisco Budeo.
Christoforo Celario. Pedro Baileya casi la tiene*
Añadí estos 14 autores á Meursio , porque aunque
son Protestantes , y condenados , tienen varios escritos de
que no hay Colección.
León Allacioy Griego Católico: escribió mas de 50 to^
mos todo sele&o, de que se desea una Colección. AltaSer»
re escribió mucho, y bien, tocante á historia Eclesiástica,
de que sería muy útil una Colección : Ínterin serálo conv-
prar qualquiera obra suelta, suya.
De los autores Poligraphos Católicos , cuyas obras an-*
dan impresas en Colección uniforme , se me ofrecen los
siguientes.
Alberto Magno 2 1 tomos en fol. en París.
Santo Tomas, de Aquino. Hay algunas Colecciones 5 pe*
ro la Romana es la mejor..
R2 Seo-
JI32 . ..
Scoto. Hizo una Luca Wádnigo en 13 tomos 6 i$\>
>Es rara.
£/ Tostado. La Veneciana antigua es buena. La mo-i
cierna tiene muchas mentiras.
Padre Suarez , Padre Bazquez. La de e'ste en p to-
mos , y la de aquél en mas de 20 tomos. Debe tomarse la
de León de Cardón,
Padre Claudio , 5 tomos en fol. La de Maguncia.
Padre Patebio. Hay casi edición en la Impresión dé
Holanda en 6 tomos en fol. Theología , y Doctrina Tem-¡
forum.
Belarmino. Poco há se hizo en Italia una magnifica
Colección de todas sus obras en 7 tomos en fol.
"Padre Sirmondo. Escribió mas de 50 obritas. Lo-
gró que en París en la Imprenta real , se hiciese una co-
lección de todas en 5 tomos en fol. Es ia mas magnifica
de autor, y por ser tan rara , se imprimió en Venecia á la
letra.
Padre Jacobo Gretsero. Escribió infinito , y vario. Po»
co há que en Alemania se hizo una Colección de todas
,sus obras en 1 7 tomos en fol.
Padre Tbeophilo Raynaudo. Escribió mas y mas vario
que Gretsero. Hizóse Colección de sus obras en 20 tomos
en fol.
Dionisio Cartujano. Hay Colecciones de todas sus obras
en 15 tomos ó 17 en fol. Es juego raro , y solo le vi urfa
Vez en-san Vicente de Salamanca.
Christiano Lupo. Colección de sus obras en Venecia
fl 2 tomos en fol.
Juan Launey. Colección de sus obras 10 tomos en fol.
en Ginebra. Tiene mucho que borrar , como también la
de Cardano 10 tomos en fol. hecha en León.
Novarnio, He visto en una parte 20 tomos ó aij
£uyos y gue supongo Colección^
233
Justo Lipsio,La última colección de sus obras 6 tomos
en rol. de Antuerpia , en 1537.
Huberto Goltio. La última , y muy moderna Colec-
ción de todas sus obras 5 tomos en fol. todos sobre Mo-
nedas antiguas , impresión de Flandes.
Pedro Gasendo. En 1728 salió en Florencia la Co-
lección de todas sus obras en 6 tomos en fol.
Galileo. Salió también en Florencia la de e'ste en $
tomos en 4.0 escritos de Sistémate Mundi , que por su-
poner el movimiento de la tierra , no se pudo reimpri-,
mir en Italia , y se reimprimió en Holanda.
Cartbesio. La última Colección en latin de Holan-
da 9 tomos en 4.0 Hay otra en Francés en 1 3 tomos
en 1 2.0
Cardenal Norris. Colección magnifica de sus obras
en Verona , año de 172^, en 4 tomos en fol. por
MaíFey.
Natal Alexandro. La última Colección de sus obras
de París en 1 5 tomos en fol. La de Luca moderna,
aunque tiene las notas de Roncaglia , no es com-
pleta.
Cornelio a Lapide, Colección de Ginebra. La mejor
ts la de Antuerpia ; pero pésima la Veneciana.
Luis Vives, No he visto mas que la Colección primi-
tiva 5 dos tomos en fol. (1)
Vallisniere. Físico famoso. Colección de sus obras en
Italia , 3 tomos fol.
Cardenal Bona, La última Colecion de 173P, que
di-
(1) Son también conocidas las ob ras de este erudito3
y sabio Español en varios tomos s ueltos en c¿tavo P cuya
impresión es de París.
134 * - ■ ' -
dice Antuerpia , y no es sino de Ginebra , es solo un
tomo en fol , pero todo oro.
Ludovko Blosio. Hay la Colección antigua de An-
tuerpia , y por ser rara se hizo otra en Ingolstad en
1726* un tomo en fol. Pase aquí á Blosio y Bona , por-
que aunque han escrito pocos tomos , han escrito mucho
y varío. Este en lo Litúrgico, y aque'l en lo místico.
De las Colecciones de Autores Protestantes , ó otros
que tienen escritos condenados , es preciso tener noticia:
pues son autores citados con freqüencia , y algunos tra-
tan de cosas , que por lo común no pertenecen á reli-
gión , v. g. Erasmo. Hay Colección magnifica y moderna
de sus obras en Holanda , 10 tomos en fol.
Juan Gerardo Wosio. Escribió mucho , y vario , y
quando no trata de religión es muy sele&o. Hizose Co-
lección de sus obras en Holanda en 6 tomos fol.
Juan Seldeno. Autor muy citado que escribió mu-
cho y vario. Hay una Colección en 6 tomos en fol. hecha
poco há en Inglaterra.
Juan Wattis, Autor Ingles de profesión Matemático y
Phisico. Hizo Colección de sus escritos en Inglaterra, tres
tomos en fol.
Francisco Vacon de Berulamio* Colección de sus obras
en Francfort , y después en Lipsia. Un tomo en fol. Ultin
mámente en Holanda 7 tomos en 8.°
Roberto Boile. Colección de sus obras en Ginebra,
otra en Venecia tres tomos en 4.0 Ninguna es buena ni
completa. Leí que ahora se hacia una completa , y mag-
nifica en Inglaterra.
Cbristlano Huygens. Colección de sus obras de MateH
máticas en Holanda 4 tomos en 4.0
Juan Bempuli. Colección de sus obras de Matemáti-
cas en Ginebra 4 tomos en 4.0 impresión magnifica.
Aun
'Antonio Lecubemhock. Autor Phislco muy curioso en
observaciones con Microscopio. Colección de sus obras
en Hoianda 4 tomos en 4.0
Samuel Bochart. Colección de sus. obras 3 tomos en
fol. y el Hierozoycon es muy aplaudido.
Propuestos ya los autores Poligrafos así Católicos co-
mo Protestantes , que mas á menudo se citan, paso á dar
una idea de otros libros selectos que deben tener una Bi-
blioteca pública , y el particular que tuviere dinero , y
buen gusto.
BIBLIOTECAS T CONCORDANCIAS.
Biblia vulgata. Es indispensable que qualquiera dedi-
cado á letras tenga (y siempre á mano) una Biblia Vul-
gata , y unas Concordancias comunes , y si se halla , ha
de ser la impresa en Roma en fol. en 1692 , que la otra
que antecedió es rarísima , y si no otra impresa en París.
Los 70, que por orden de Sixto V.° se corrigió , y impri-
mió en Griego en Roma año de 1 5 87 en fol. Y si se quie-
re tener el texto de los 70 con la versión Latina , se han
de buscar los dos tomos que imprimió en Paris Juan Mor-
nio ? Presbítero del Oratorio. Solos estos dos textos Lati-
no , y Griego son auténticos. Los demás son permiti-
dos , pero no autorizados , y lo mismo digo de las ver-
siones varias , si bien se deben tener y citar.
Biblia curiosa. Después de lo dicho , qualquiera debe
solicitar tener la Biblia manual , que Arias Montano sa-
có , y publicó en un solo tomo en fol. en Antuerpia en
15 84. Contiene el texto Hebreo, y Caldeo original,
que hizo Santes Pagnino, y enmendó Arias Montano , y¡
todo el texto Griego que hay del Testamento viejo, cu-
yo Hebreo no se halla , y el original del Testamento
míe-
nuevo , todo con versión latina interlineal. Reimprimió-
se esta Biblia en 6 tomos en 8.° en 1615 , pero con le-
tra cansada , aunque en Antuerpia. Después se reimpri-
mió en Ginebra , mala letra , y peor papel', en un tomo,
Y finalmente es un tomo en fol. en Lipsia , y no es tan
mala la impresión.
Poliglota Complutense, Llamanse Biblias Poliglotas
las que contienen varias lenguas y versiones. Hay quatro
famosas. La primera es la que se hizo en Alcalá por or-
den del Cardenal Cisneros en 5 tomos en fol. , y otro de
Diccionario. Biblia Regia Poliglota. Hizose de órderi de
Felipe II.0 por dirección de Arias Montano en 5 tomos
en fol. , y uno mas de Diccionario. Otro: Aparato: otro:
Biblia interlinial. Otra distinta de la citada arriba : Biblia
Poliglota Parisiense. Hizose en tiempo de el Cardenal
Mazarino en París en 10 tomos en fol. muy disformes, y
no hay Diccionarios.
Biblia Poliglota de Inglaterra* Llamase Poliglota pro
famosiori , pues es la que comprehende mas lenguas orien-
tales 5 y además de la Vulgata , y el texto Griego , tie^
ne los textos Hebreo , Caldeo , Samaritano, Siriaco, Ará-
bigo , Pérsico , y Etiópico. El Cole&or , ó Autor prin-
cipal es Briano Valton. Imprimióse en Londres el año.
de 1 6 5 7 en 6 tomos grandes en fol. Después se imprU
mió el Legicon Heptagloton en 2 tomos en fol. su autor
Edmundo Castelo , y hace juego por ser de las siete
lenguas dichas de la Poliglota.
Aunque los que concurrieron á esta Biblia han sidQ
hereges , no obstante los textos son muy corre&os, pues
allí está el texto puro de la Vulgata latina , y el texto
Griego de los 70 de Roma , y así solo hay que expur-
gar en los Prolegómenos de Valton. El que tuviere esta
Poliglota , y unas concordancias puede ahorrar de mas
137.
géneros de libros Bíblicos i pero es muy útil que una Bi-
blioteca tenga las Biblias ya señaladas , y otras muchas,
como las siguientes.
Biblia Masor etica. Llamase Masorah una especie de
crítica , y concordancias , que los antiguos Judios hicie-
ron en la Ciudad de Tiberiada , repasando , apuntando,
y corrigiendo todo el texto Hebreo del Testamento vie-
jo , y por eso aquellos Judios se llamaron Maso-
retas.
Al principio del siglo XVI. emprendieron los Ju-
dios sacar una Biblia magnífica , según sus decisiones,
que tuviese la Masorah grande y abreviada , con los
comentos literales de los Rabinos mas clásicos. Impri-
mióse esta Biblia en Venecia en casa de los Bombergios
en 3 tomos en fol. muy corpulentos , y todo solo en He-
breo , y en lengua , y caracteres de los Rabinos todos los
comentos.
Por ser esta Biblia muy rara , y tener que enmenn
dar , tomó á su cargo el Padre Juan Buxtorfio , aunque
Christiano Protestante , hacer una nueva edicicn de la
dicha Biblia Masoretica , y la acabó en Basile'a por los
años de 1620. Es mas completa que la de Venecia , y
según e'l dice mas corre&a. Son 4 tomos en fol , que vi
en dos, inserto en ellos el libro de el mismo Buxtorfio lla-
mado Tiberias , porque en e'l explica en lengua latina ten
da la historia de los Masoretas de Tiberiada , y to-
do lo que pertenece para la inteligencia de la Ma^
sorah.
Á esto se añade , ó se debe añadir otro tomo en foL
de el mismo Buxtorfio , y se reduce á unas concordan-
cias Hebreas , y Caldeas de todas las palabras del Testa-
mento viejo , y hace juego con la Biblia Masoretica que
llaman de Buxtorfio. Es muy útil tener una Biblia según
que los Judios la dividen , y apuntan para entender sus
Tom. F, S cí«
i38
citas de Páraselas , sus capítulos y versos ¿ y pa-
ra citárselas , si se escribe , ó disputa contra sus er-
rores. El que no pudiere tener las Biblias Masoreti-
cas citadas contentaráse con tener una Biblia Hebrea de
los Judíos manual , que solo tenga el texto Hebreo , y
computos ,- y es buena la que Gara imprimió en Vene-
cía con cara&eres Bombergianos el arlo de 1566 en un
solo tomo en 4.0 , cuyos caracteres son muy corpu-
lentos. "
Pero la Biblia manual Hebrea , que usan los Judíos
modernos , y que es la mas famosa , hermosa , corre&a,
y sin mentiras de Imprenta , es la que llaman de Athiasj
porque el Judio Joseph Athias la imprimió en Amster-
dan el año de 1661. Después se reimprimió allí mismo.
Todo es Hebreo , excepto un Prólogo latino de Leusden
Christiano , en un tomo grueso en 4.0 Este mismo tex-
to se imprimió después en Amsterdan en 1701 en un
tomo pequeño , ó un solo tomito en 8.° muy manual;
pero sobre que el texto no tiene puntos , ó vocales, son
muy menudos los cara&eres Hebreos.
Hasta aquí dixe lo que basta para la inteligencia de
la Biblia según la usan los Judíos. Diré' de otras edicio-
nes de Biblias famosas entre los Christianos.
Biblia de Santes Pagnino. Este Dominicano imprimió
^n León año de 1528 una versión suya latina del texto
-Hebreo , y es la que después Arias Montano corrigíó,
y hizo interlineal en sus Biblias : es un tomo grue-
so en 4.0
Biblia ds Isidoro Ciarlo. Este Benedictino Carínense
hizo nueva versión 5 y la imprimió con nombre de Vulga-
ta en Venecia en rol. año de 1542 , añadiendo Escolios
suyos , ó tomados de otros. No se debe citar como Vul-
gata ; pero se debe tener como curiosa.
Biblia de Batablo. Los Protestantes Roberto y Enri-
co
139
co Estefano sacaron una Biblia con Escolios , que supu-
sieron á Francisco Batablo Católico, Los Do&ores de
Alcalá y Salamanca revieron , corrigieren , y enmenda-
ron , e' imprimieron en Salamanca esta Biblia en 2 tomos
en fol. , y no obstante aún después tuvo mucho que cor-r
regir el santo Tribunal en dichos Escolios. Esta Biblia de
Salamanca, tiene mas estimación fuera de España que
dentro. Y lo mismo digo de la Biblia Complutense , y
Regia , señal de la grande aplicación á la sagrada Es-
critura.
: Biblias Sagradas Hebreas. Roberto Estefano , y su
hijo Enrico Estefano imprimieron en París con caracte-
res Hebreos grandes y hermosísimos el solo texto He-
breo de la Biblia , según la división de los Christianos,
en 2 tomos grandes en 4.0 Después con caracteres He-
breos mas pequeños , y tan hermosos reimprimieron el
mismo texto en 7 tomos en 12.0 con puntos , y es el jue-
go mas pulido que hay.
Testamento nuevo Griego , de los mismos Estefanos
también en París , y con caracteres Griegos , y solo el
Testamento nuevo , un tomo en fol. De este tomo se di-
ce , ó se cree que no tiene errata alguna de Imprenta.
Después con caracteres Griegos mas pequeños , y tan
hermosos reimprimieron el mismo texto solo en un tomo
en 8.° y que también se aprecia por muy correcto.
Testamento nuevo de Erasmo. Este emprendió , e im-
primió una versión latina del Testamento nuevo , y la
dedicó á León X.° en un tomo en fol. Impugnó esta
versión acremente nuestro Stuñiga , ó Zuñiga Español.
Y así la versión de Erasmo , como la impugnación de
Zuñiga, se deben tener en una Biblioteca sele&a, univer-
sal y curiosa.
Biblia de Hutero. Imprimió también este una Biblia
con muchas versiones , pero lo mas seledo es el tomo.
S 2 grue-
f!4°
grueso en fol , que está aparte del texto Hebreo , ctí-J
yos caracteres no tienen semejante. Son mas grandes que
un piñón , y tienen esta propiedad , que las letras radi-
cales Hebreas están de tinta , y las serviles solo tienen los
perfiles , y lo interior blanco. De modo que á primera
vista se contradistinguen , y disciernen las letras He~
breas radicales y serviles. Este tomo es raro , pero lo ví?
y registre.
Vulgata del Delpbin, A la mitad del siglo pasado , con
el fin de imprimir tomos para el uso de Luis XIV.0 , que
era Delfín , se imprimieron varias obras en tomos de
grandes folios , y letra magnifica. Estos son muy distin-
tos de los tomos en4.° que llaman ad usurn Delpbiw, el hi-
jo de Luis XIV.0 Aquellos son superiores en todo. Entre
ellos es la Colección regia de los Concilios en 37 tomos.
La historia Bizantina comenzada , Virgilio , Terencio,
Juvenal , Kempis , &c. todos en fol. imperial , y en el
mismo las obras de San Bernardo en 6 tomos. Y lo que
hace á nuestro intento , ó caso solo el texto de la Vul^
gata sin mas notas , en 8 tomos en fol. , como libios de
Coro , y con unas letras como abellanas. Tiráronse de
ella pocos exemplares , y así es carísima y rarísima. Y<
no obstante la tiene este mi Monasterio de San Martin
de Madrid.
Biblias Orientales. La Arábiga latina de Roma , que
he visto, tres tomos en fol. Hay la preciosa Armenica &c«
que no he visto. Testamento nuevo Bárbaro Griego en 2
tomos grandes en 4.0 Está impreso el texto Griego puro
de el Testamento nuevo en una columna , y en otra el
mismo texto traducido en el idioma Griego vulgar, que
llaman Greco Bárbaro.
Códice Argénteo de los Evangelios. El Obispo G do
Ulpilas , traduxo la Biblia en Lengua Gótica en el si-
glo V.° Perdióse esta versión , y solo en el siglo pasado
se
I4I
se halló un códice manuscrito con cantoneras de plata,
en el qual estaban varias hojas escritas en lengua Góti-
ca , y con cara&eres propios. Es fácil , e' inteligible. Hoy
para en la Biblioteca de Suecia dicho códice , y se cita
códice argénteo por las cantoneras de plata.
El año de 1684 tomó á su cargo Francisco Junio
imprimir aquel códice con los mismos caracteres, y poí
la similitud de la lengua añadió la antigua versión An*
¿lo-Saxonica , y aumentó un glosario Gótico todo en 2,
tomos en 4.0 , que he visto. Es obra curiosa.
Hexaplos de Orígenes Sábese que Orígenes hizo una
obra inmensa en muchas columnas. En una puso el
texto Hebreo. Errotra la versión Griega de los 70, en las
tres restantes las versiones de Aquila , Simacho , y
Theodocion , y por ser seis los dobleces ó columnas , se
llaman los Exápíos de Orígenes.
Toda esta ce'lebre obra de la Biblia se perdió del to-
do á causa de que costaría mucho copiarla. Solo se hallan
citados en los Padres , y Autores Griegos estos , y los
otros fragmentos esparcidos en una infinidad de libros.
Flaminio Novilio , Juan Drusio , y tai qual otro tuvie-
ron el curioso trabajo de juntar los fragmentos de Orí-
genes ; y finalmente el Padre Monfaucon Benedictino
añadió á estos quantos pudo recoger , y de todos hizo
una magnifica impresión en París en 17 13 en dos tomos
en fol. grandes; con varias notas , disertaciones, ¿Ve. To-
da esta obra es un tesoro precioso para la Escritura , sin
el qual no debe estar ningún erudito , y menos una Bi-
blioteca pública.
De estudio omití poner Biblias en lenguas vulgares.
Pero si se quiere tener alguna noticia de ellas , digo que
hay dos versiones Castellanas. Una antiquísima que hi-
cieron los Judíos de soló el texto Hebreo , y se imprimió
en Ferrara en fol, año de 1553. Esta es carísima , pues
laá
*42
las reimpresiones varías que después se hicieron de ella,
no se aprecian porque se retocaron , y alteraron el Cas-
tellano antiguo. Hay otra versión Castellana de toda la
Biblia, que es obra de Calvinistas , y para maldita la
cosa se necesita : lo mismo digo de la versión Italiana de
Deodato.
Hay muchas versiones Francesas de la Biblia : la me*
líos mala es la de Mr. de Sacy , cuya Biblia Latina
Francesa , y cbn notas anda en tres tomos en fol , ó err
¡32 en 1 2.0 Porque las versiones vulgares están prohi-
bidas , no me alargo mas.
CONCORDANCIAS.
Las de la Vulgata con la última mano de Huberto
Phalesio son bastantes para el uso común. Hay infinitas-
impresiones en fol. , y en 4.0
Hay dos géneros de concordancias Griegas. Unas
de solo el texto Griego de los 70 de Conrado Kirchero
en 2 tomos en 4.0 , que sigue al Alfabeto de las raices
Hebreas , y debaxo pone el texto Griego.
Otras al contrario de Abrahan Tronío 2 tomos en
fol. en Amsterdan en 17 18 , quien sigue el Alfabeto
Griego , y debaxo pone las raices Hebreas. Estas son las
mejores , y porque añade un extra&o de los exáplos de
Orígenes , que cite de Monsaucon. Enrico Estefano sacó
las concordancias Griegas en solo el Testamento nuevo.
No las he visto.
Concordancias Hebreas. Comenzólas Rabi Natharn,
reimprimióse después en Venecia en fol. , y todo en He-
breo según las divisiones de los Judíos. Las mismas aña-
didas , todo en Hebreo , y en fol. las imprimió , como
ya dixe , Juan Buxtorfio en Basile'a para hacer juego
con su Biblia Masoretica.. Las mas completas, útiles, y
fa-
i43
famosas concordancias del texto Hebreo y Caldeo de el
Testamento viejo , son las que imprimió Fray Mario
Calasio en Roma en 4 tomos en fol. año de 1621, se-
gún las divisiones de ios Christianos. Son Hebreo-Lati-
nas con la explicación de las raices Hebreas , y sus signi-
ficados. Es obra de muchísima importancia , y por tanto
ya rara y cara.
Concordancias Siriacas. Crimesio juntó en un tomo en
4.0 las voces Siriacas del Testamento nuevo Siriaco , con
sus caracteres , y puede servir de Concordancias , ó pasar
por ellas.
Hay otros dos géneros de concordancias latinas :
unas á lo antiguo , que hoy no tienen uso. Otras que lla-
man de Bulloco , las quales no son siguiendo las voces,
sino acomodándolas á los significados. Estas aplauden mu-
cho los Predicadores porque hacen juego con el Silva Ale-
goriarum de el Padre Laureto Benediófino. Finalmente, por
no molestar mas, y porque el curioso pueda satisfacer la
curiosidad en materia de Biblias, concordancias , Grama-
ticas, Lexicones, Aparatos, y Expositores de Biblia, com-
prese la obra de Jacob le Longo , Bibliotheca Sacra. Co-
menzóla, e' imprimióla en tomos en 8.° De última mano
la reimprimió añadida en París año de 1723 en 2 tomos
en fol. en Latin.
Emplea todo el primero en dar noticia de todas las Biblias
en todas las lenguas con critica , é historia de ellas. El se-
gundo contiene por el Alfabeto todos los autores Católicos,
ó Christianos , Protestantes, y Judios que han escrito al-
go sobre la sagrada Escritura , y á lo último d.á una in-
dividual noticia de todos los que escribieron Gramáticas,
Lexicones , &c. de las lenguas Orientales : Aparatos,
Concordancias , &c. Es obra muy útil. Tengo esta obra,
y asi se conocerá quanto omití , pues solo puse las Bi-
blias que tengo , y he visto t y aún de esas omití mu-
chas,
lI44
chas , y ahora solo apuntare algunos Expositores.
Comentadores de la Escritura, El juego mas famoso,
después de los Padres , es el que llaman Glosa Ordinaria,
La mejor edición es la de Duay en 1624 en 6 tomos
muy corpulentos j á cuya edición asistieron los Benedic-
tinos de Flandes , y en especial Fray Leandro de San
Martin. Contiene el texto de toda la Biblia con la Glosa
* Angélica , ó interlineal de Anselmo Laudunense , con la Glosa
Ordinaria de Estrabo Benedictino Fuldense, con las Apostillas
de Nicolás de Lyrat y con las Notas de dicho Fr. Leandro &c.
Ya este juego no tiene tanta estimación como antes , pe-
ro es indispensable para la libreria.
Cathenas, Llaman Chatenas á unos libros , en los qua-
les siguiendo el texto de la Biblia , se pone allí á la letra,
ó en extra&o lo que dixeron diferentes Padres antiguos.
Hay muchas de estas Cathenas entre los Griegos. El Pa^
dre Posino reimprimió algunas , pero aún muchas exis-
ten manuscritas , y seria muy útil imprimirlas todas
Greco-Latinas , y hacer una total Cathena sobre toda
la Escritura. Tengo á mano por exemplo la Cathena de
Padres Griegos sobre el libro de Job. Hizola Nicetas,
'Arzobispo de Heraclea , y la compuso de los textos de
veinte y dos Padres Griegos , y aún e'sta ya se habia im-
preso traducida. Es 'magnifica la edición Greco-Latina,
que de la dicha Cathena hizo Patricio Junio en Londres
año 1737 en fol.
Este tomo tiene la singularidad de que á lo última
está seguido todo el texto de Job de los 70 , dividido por.
versos-, y conforme al ce'lebre Códice Alexandrino, que
se cree ser el mas antiguo que hay/Y para que no se
eche menos esta noticia , digo : Que las quatro ediciones
mas famosas de los 70 son la Complutense , la Venecia-
na de Manutio , la Romana de Sixto V.° , y la Inglesa
conforme al Códice hallado en Alexandria.
En-
Entre los Latinos es famosa la Cathena Áurea de
Santo Tomas sobre los Evangelios , y seria muy útil
si se prosiguiese la grande Cathena que comenzó
Martinengo , empezando por el Génesis.
Armonías y concordancias generalmente tienen el
mismo fin de concordar los quatro Evangelistas. Hay]
muchas así de Católicos como de Protestantes. Es muy
útil la armonía Evangélica del Padre Lami en Latin , y
en fol. , y con ella su Aparato Bíblico en 4.0 , y sean es-
tos dos tomos de la primitiva impresión de París.
Biblia magna y máxima. Son dos juegos de un mismo
autor el Padre Haye. La magna en cinco tomos , y la
máxima en 19 tomos. Todos 24 en fol. impresos en Pa-
rís. Ei asunto es el mismo > esto , es proponer el texto de
la Escritura seguido t poner allí quantas versiones pudo¡
recoger de genero de concordancias de ellas , y unas ex-
presiones de aquellos autores que concisamente comen-i
taron la Escritura 5 v. g. de Mariana , Saa , Esthio , Me-
nochio , &c. Este juego mas se aprecia en España que
fuera de ella , y por eso se debe tener en una librería d$
España.
Críticos Sagrados. A la mitad del siglo pasado , des-*
pues de publicada la Biblia Poliglota de Walton en Ingla-
terra , emprendieron allí los do&os Píerarsones , y otros
recoger , e' imprimir los principales comentadores litera-,
les modernos de la Biblia , y á la letra siguiendo los vern
siculos. Hizose esta Colección , ó Cathena en 9 tomos
en fol. impresos en Londres en 1 55o. Reimprimiéronse
en Francfort , añadiendo dos tomos mas.
Pero porque esta edición no era tan buena , y la
Londinense era muy rara , y costosa , se animaron los
Libreros de Amsterdan á hacer otra mucho mas añadi-
da , hermosa , y magnifica , que salió en 9 tomos en foL
muy corpulentos año de 1668 , y antes que el de 1700
Tom. K T sa«
saliese en Francfort el suplemento en dos tomos. En
Amsterdan se añadió el tomo 10 que comprehende las
obras críticas pertenecientes á la Escritura de Luis Ca^
pello , y de Jacob su hermano, y de Jacob hijo de Luis.
Así este juego se compone de los diez tomos dichos , de
los dos del suplemento , y de otros dos tomos mas The-
sauro Philologico que contiene disertaciones de varios.
Pasan de 70 los Autores críticos, y porque hay Ca-
tólicos y Protestantes , tiene este juego mucho que bor-
rar, aunque no este prohibido del todo: y porque era obra
muy larga se emprendió hacer un compendio de todos
con el título: Sinopsis criticorum.JLs obra de Mateo Polo In-
gles, quien siguiendo el texto , pone en extra&o lo que so-
bre el dixeron no solo los críticos citados, sino otros, y el
añade sus notas. Son 5 tomos en fol. impresos en Lon-
dres. Reimpreso en Roterdan en 1684 , y después en
Francfort en 171 2. De suerte, que estos cinco tomos del
Sinopsis se podrían llamar la Biblia cum notis variorum
de la impresión de Holanda. Y si algún Católico se de-
dicase á reimprimir este Sinopsis quitando lo que pudie-
se disonar , ó añadiendo mucho sele&o , que aún se
podria añadir , se ahorrarían mas de 1© tomos , ó
libros.
■Biblia de Duhamel Mientras podrá suplir la Biblia de
Duhamel para los que no están dedicados á escritura.
Juan Bautista Duhamel , famoso y público escritor , sa-
có Biblia con notas suyas muy sele&as. Salió en París
fcn un tomo en fol. Después se reimprimió en Venecia en>
2 tomos en 4.0 grande , y se reimprimieron allí las con-
cordancias de la misma marca 5 de modo , que siendo la
edición primera de París rara y cara , con ios tres tomos
de Venecia hay lo bastante. Si se han de tener mas Ex-
positores fuera de los ya indicados, sean los 22 autores
Católicos siguientes...
0 Lu-
147
Lucas Brugense.
Andrés Massio.
Genebrardo.
Hugo Cardenal.
Cayetano.
Oleastro.
Incógnito.
Bonfrenio.
Gislerio.
Mario.
Pereyra.
Jansenio, Obis-
po de Gante.
Tirino.
Lorino.
Gaspar Sánchez.
Cartagena.
Mendoza.
Malvenda.
Maidonado.
Villalpando.
Tomas Blanco.
Ribera.
El Padre D. Agustin Calmet Benedictino de Lorena,
al principio de este siglo escribió vn comento literal so-
bre toda la Escritura en Francés : publicó después en 4.**
real un Diccionario Biblico , y su suplemento , todo en
France's. Hizose después una impresión magnifica en Pa-
rís en 13 tomos en fol. grande; los 9 contienen todo e.l
comento literal , y los 4 el Diccionario , incorporado el
suplemento. Al mismo tiempo los libreros de Ginebra em«
prendieron la misma impresión en tomos en 4.0, y tuvie-
ron varias querellas con los libreros de París. Escribió
mas historia Sagrada, y después la añadió en 4 tomos en
4.°en Prance's, para que sirviese de principio y cabeza á la
historia Eclesiástica de Fleuri.Escribió la historia de Lorena
en 4 tomos en rol. grande, y en Francés. Escribió el comen-
to literal de la regla de San Benito en France's 2 tomos
en 4.0 impresos en Strasburgo, y antes habia salido un
tomito en 1 2.0 latín con ei Cronicón universal. Escribió
dos tomos en 8,° Disertaciones sobre Spefíros Vampi-
ros &c.
Como el comento literal contiene varias disertacio-
nes curiosas , las entresacaron en Italia , las traduxeron
en latin, c imprimieron en Luca en 2 tomos en fol. Des-
pués en Venecia se trabajó Comentario , y Diccionario,
T 2 y
I4&
y se imprimió todo en latín en 1 1 tomos en rol. El Co-!
mentario en 9 , y el Diccionario con su suplemento
en a. De modo, que al presente hay tres ediciones en
latín de Venecia , de Luca , y de Alemania , y ninguna
magnifica como era razón.
Con el juego de Cornelio á Lapide , con el de Hugo,
y este de Calmet , se escusan infinitos libros, porque este,
último tuvo presentes los Críticos , el Sinopsis , y las Po-
liglotas.
Gramáticas , y Lexicones, Ninguna librería debe están
sin Gramáticas , y Diccionarios de varios idiomas , y
diále&os , ya suyos , ya vulgares 5 y si de todos tuviese á
lo menos una Gramática , y un Diccionario , nada so-
braría , y el particular curioso debe tener el Arte , y
Lexicón de los mas famosos , aunque no los entienda,
para saber buscar una voz quando se ofrezca , ó para
tentar, examinar , ó convencer de impostor á el que fin-
giere que lo sabe, como cada día se experimenta. Seguiré
el orden de las lenguas según me ocurran.,
Lengua Portuguesa, Duarte Nuñez de León. Su orí-
gen y ortografía de la lengua Portuguesa. Es autor clá-<
sico. Benito Pereyra , su Gramática Portuguesa en 8.°,
y su Diccionario Portugués en latin , y Portugués
en fol.
Padre Rafael Bluteau. Su Bocabulario Portugués , y¡
latino en 8 tomos en fol , y 2 mas de suplemento. Es;
selecto , y ya raro y caro. Es Diccionario crítico univer^
sal de artes y ciencias.
Lengua Castellana^ Bernardo Aldrete. Origen de
la lengua Castellana 5 un tomo en 4.0 , es autor clásico,
y útil.
Antonio Nebrixa. Su Arte y Bocabulario de una bue-
na impresión, y por ser el Padre de la Latinidad de Espa*
fía^ es preciso tenerle; y para variar lo cjue Gonzalo
Cor-
Correa escribió sobre la lengua Castellana , introducien-
do en ella la K.
Sebastian Cobarrubias. Tesoro de la lengua Castella-
na , el tomo añadido en fol , que tiene el origen de Al-
drete.
Academia Real de la lengua Castellana. El tomo de Or-*
tografia que ya sacó, y la Gramática que sacará. Los t>
tomos en fol. del Diccionario que ya sacó , y los de su-
plemento , que está trabajando.
Ju#n Malara. Colección de todos los refranes Espa-?
ñoles , en un tomo grueso en 4.0
Lengua Italiana. Hay infinitos tomos de Artes. Tó-
mese la de Franciosino , ó de Bencroni , ó de otro. Mr.
Menagio , aunque era France's , sacó un tomo en fol.
Origen de la lengua Italiana , y es muy curioso.
Academia Erusea , es en Florencia. Sacó el Bocabula-
110 de la lengua Italiana, un tomo en fol. , y finalmen-
te al presente son 5 ó 6 tomos en fol. De la edición en
3 tomos, hay un compendio en 2 tomos en 4.0 muy mo-
derno.
Lengua Francesa. Hay infinitas artes 5 pero bastará la
de Sobrino, y su Diccionario. (i)Mr. Menage escribió
un tomo en fol. de Etimologias de las voces France-
sas. La última edición añadida , es un tesoro de eru-
dición.
Academia Francesa. Son 4 tomos en fol , 2 de las vo-
ces tribiales , y otros 2 de las voces de artes y ciencias.
Son tomos que hacen autoridad. Diccionario universal
Frances-Latin , que vulgarmente llaman de Dombes , ó
de Treboux. Es en el fondo el Diccionario de Mr. Furre-
. J tic-»
(1) El Diccionario de Sejournal es el mas copioso , y mas
exacto que tiene la lengua Francesa.
tiere de artes y ciencias , pero muy enmendado y aña-
dido por los Padres Jesuitas de París. Hay muchas edi-
ciones , la de 1732 en 5 tomos grandes en rol. Hay ya
otra posterior añadida en 6 tomos en fol. Este Dicciona-
rio por ser de la lengua Francesa , y de todas (sus voces
de artes y ciencias , es muy útil , erudito , crítico , cientí-
fico, curioso , y muy caro.
" Lengua Inglesa. Juan Walis ; su Arte especulativa para
el uso. La Arte y Diccionario de Mr. Broyer, Ingles-
Frunces. El Diccionario de Estebez , Ingles-Castellano.
El de Juan Hoveís es de quatro lenguas , Ingle's, Fran-
cés, Castellano , e' Italiano. Hay otro muy moderno
para el Castellano , y Ingles. Creo que se llama
Pino.
Diccionario Ingles de artes y ciencias. El primero es
de Mr. Arris. El otro en 2 tomos en fol. de Mr,
Chambers. Mr. Skjmer , Etymologico de las voces In-
glesas.
Lengua Latina. Después de la Colección de los Gra-
máticos antiguos , se debe tener el arte , y lo demás de
Nebrija j esto por lo que toca á España. En Portugal
el arte de Manuel Alvarez , en Italia los Manutios , y
tn Francia la de Despauterio, y recientemente el nuevo
método de los de Port-Royal.
Ethimologias. El tomo I.° de Juan Gerardo Bofio, y;
el antecedente -de Matías Martin de Holanda, 2 tomos en
fol. Ambrosio Calepino , su Diccionario latino en ocho
lenguas , con Paseratio, Cerda, y Chistetio , 2 tomos en
fol. en 1 58 1 en León. Faciolato , el mismo Diccionario
añadido, y corregido con critica, edición moderna ; 2 to^
mos en fol.
Roberto Stefano , Thssaurus lingua latina , 3 tomos en
fol. Hay edición magnifica y moderna de Inglaterra 4
tomos en fol. muy añadidos.
Mr.
151
Mr. Ducange , su glosarium media latinitatis , 3 to-
mos en fol.
Pero la edición magnifica, que de el hicieron los Be-
nedictinos de Francia en París en 1733 , y muy añadi-
do , es en 6 tomos en fol., y cara. Omitense 300 Dic-
cionarios latinos que hay de varias facultades por no ser
prolijo 5 v. g. de
Leyes El de Brisonio y Kaíl.
Matemáticas De Vital.
Medicina De Castello.
Eclesiástico...... a DeMacri.
De voces Griegas latinizadas De Mortier.
[Filosofía De Bernardo , y de Rexiaco.
El Militar Del Padre Aquino.
Amalthea Onomástica De Laurencio.
El universal. De Jacobo HoíFman....4 tomos en fol. latin.
«, •
Lengua Griega vulgar. Hay dos, una la Barbara, que
se hablaba los siglos pasados , y es preciso para ella lo
que escribió Meursio Rigaltio , y Ducange. Otra , la
que hoy se habla, cuyo arte hizo Simón Porcio , y está
en Ducange en sus dos tomos en fol. Glosarium media Gre-
sitatis , y también Mercado. Los Diccionarios son del
dicho Porcio j* el de Gerasino Valachio , y el que se im-
primió en París año de 1709 , su autor el Padre Soma-
voiz en 4.0 Es Italiano-Greco, vulgar, y Greco-vulgar
Italiano.
Lengua Griega pura. Después de la Colección de los
Gramáticos, y Lexicones antiguos, es el Nebrija Griego
Nicolás Clenardo para el arte, Hay muchas ediciones. La
completa es la de Alejandro Escoto , y reciente-
mente el nuevo método de los de Porto Royal Fran-
cés-
*52
ees-Griego (i). A estas se asribuye el tomo en 8.° , que
contiene las raices de la lengua Griega en verso Francés^
para ayudar la memoria.
Ethimologico Magno de la lengua Griega. Es libro
antiguo , y no se sabe el autor , y falsamente creen al-
gunos haber sido Marcos Musuro. Se imprimió en Grie-
go. Hay la Colección antigua , la moderna de Venecia,
y de intermedia de Hilde verga en fol. en 1 5 04 de la edi-
ción de Siburgio , y esto es la mejor.
Pbiiborino , Monge , y Obispo Italiano. Sacó un
Diccionario Griego en un tomo en fol. muy corpulento.
Reimprimióse en Basilea. La edición primera es rarísi-
ma. El Diccionario de los primitivos muy selectos j pues
se imprimió en Italia antes de 1500. Dexo otros Diccio-
narios Griegos como el de Bude'o , y otros por poner eí
prncipal, que es Enrico Stefano. Como su Padre Rober-
to hizo el tesoro de la lengua Latina , e'l hizo Thesaurus
íingujs Graca. Son 4 tomos en fol. ademas de otro tomo
que sacó de Glosarios.
Juan Scapula. Ó por ser costoso , raro, ó poco mane-^
jable el tesoro de Enrico Stefano , su discipulo Juan Sca-
pula le compendió , y reduxo á un solo tomo en fol.
aunque corpulento. La mejor edición es la añadida de
Holanda , y es el que se debe tener.
Cornelw Schrevelw. Enrico Estefano , Scapula , y otros,
siguen los Diccionarios por las raices Griegas , y abaxo
ponen los compuestos. Schrevelio formó un Diccionario
ma-
(1) En nuestro idioma se conocen dos Gramáticas Griegas,
una escrita por el Padre Castillo , y la otra por el Padre Zamo-
ra. La primera se reimprimió en León de Francia , y la segun-
da en Madrid en la Imprenta de Soto en o&avo. La República
literaria espera dé á luz la suya el Padre Juan de Cuenca.
manual, siguiendo las voces por el rigoroso Alfabeto co-
mo siguen ios latinos (i). Este se debe tener siempre a
mano. Hay otros infinitos libros pertenecientes á lengua
Griega. V. g. Gretsero , y junio para Onomásticos. Ru'
lando para Sinonomos. Conrado Dinero para Epithetos,
ademas del Onomástico de Julio Pollux, de Hesychio,
de Arpocaration y demás.
Lengua Hebrea. En el siglo XIII.0 vivió en España el
famoso Rabino David Kimki, que escribió mucho en
Hebreo sobre la Escritura , y á quien atribuyen la ver-
sión antigua Castellana. Sacó una Gramática Hebrea , y
un Diccionario , y estas dos obras son las fuentes en
donde bebieron los christianos, y en especial Santes Pag-
nino. Hay muchas ediciones de Kimki , y vi una en fol.
que contiene dicha Gramática, y Diccionario todo en He-
breo. En esta Libreria de san Martín hay un grueso MS.
en pergamino, que contiene lo mismo.
El primer tomo que se imprimió de Gramática , y
Diccionario de la lengua Hebrea es de Juan Reuchino
en fol. impreso en Phorcen en 1505 que he visto, y que
después reimprimió Munester añadido, con lo que es-
cribió el famoso Judio Elias Germán.
Santes Pagnino, Dominicano. Escribió el Nebrija de la
lengua Hebrea , fiandolo sobre Kimki. Sacó Gramática,
y Diccionario en Latin, y hay infinitas ediciones. Ade-
mas de e'l hay muchas artes Hebreas v. g. de Clenardo, de
Belarmino Buxtorfio , Expenio , y de el Español Castillo
en Castellano, &c.
Don Pedro Guarin , Benedictino de san Mauro de
Tom. V» . y Eran-
(1) No se debe omitir aquí que el Diccionario de Escre vello
fue hecho particularmente pava el nuevo testamento. Luciano y
tabla de Cebes. No se deberá pues consultar para el Homero , y
o tros.
ÍI54
Francia , imprimió en París año 1724 en 2 tomos en 4.*
real todo quanto se puede desear en el asunto. Su título
es Gramática Hebrayca , Caldayca , &c. en que ocupa
los dos tomos , que son un tesoro de quanto se puede sa-
ber en orden á Lengua , Retórica , Poesía, &c. de los
Hebreos puros. Ofreció otros dos tomos, de Diccionario;
pero murió sin darlo á luz.
Santes ó Xante s Pagnlno ya citado, sacó el Dicciona-
Tio ó T'besaurus Lingua Sanfia , de que hay muchas edicio-
nes : la mejor es la de León en 1577 muy añadida, y en
dos tomos en fol.
Con el mismo título, y antepuesto el otro de Arca,
Noe imprimió en Venecia en 1523 en 2 tomos en fol. su
Diccionario Hebreo Marco Marino Brigiano. Es muy
útil, porque debaxo de cada raíz Hebrea coloca todos
los textos de la Escritura, y es simul Diccionario , y con-
cordancias Hebreas.
Guillermo. Robertson , á imitación de Marino , sacó su
Lexicón , y concordancias de la lengua Hebrea en un to-
mo muy corpulento en 4.0 real. .
Porque los Diccionarios Hebreos siguen como los
Griegos, por las raíces, es preciso tener uno que siga por
el Alfabeto, como el Griego de Schrevelio. El mejor , y
mas moderno es el impreso en Roma en 1737 en 3 tomos
en fol. que sacó Juan Bouget para el uso de Propaganda
jide.
Glosario universal El Padre Tomasino sacó un tomo
en fol. de impresión magnifica de París, en el qua.l reduce
todas las lenguas á la Hebrea como a la Madre, de todas
ellas. Es tomo muy curioso y erudito.
Juan Plantavitio, Thesaurus Synonimícus Hebreo-Calday-
co-Rabinhus. Dos tomos grandes en fol. impresos en Fran-
cia en 1644. El asunto es singular, y muy curioso. Si-
gue las raices Hebreas de la Escritura , y coloca allí to-
* « das
155
das las voces sinono mas ,'que se hallan en el Hebreo , en
el Caldeó , y el Dialecto Rabinico.
Lengua Caldayca y Rdbinica. Hay dos lenguas Calday-
cas; una antigua y pura, yes la que se halla en el
original de la Escritura , y las Gramáticas , y Lexicones
de esta se hallan en las Polyglotas. Otra corrupta,- y
mezclada , y esta se halla en las Paraphrases ó Targumin,
en el Talmud , y en otros libros recientes de los Judíos.
Este género de Idioma, ó Diale&o Caldayco , se llama
Idioma Rabinico.
Por los Talmudes , uno el Babilónico , y otro el Jero-
solimitano, no se subdivide el Dialedo, pero uno y otro
está mezclado con muchísimas voces estrañas , y vulga-
res de aquellas naciones en donde escribian los Rabinos,
ó escriben los caracteres Hebreos quadrados , sin puntos,
ó lo que abulta mas la dificultad , no solo sin puntos,
sino también son caracteres cursivos Rabinicos. Para todo
hay libros.
Genebrardo. Sacó un tomo para leer , y entender los
escritos de los Rabinos , que no tienen puntos , y por
ser curioso y raro , le imprimió Relando en su Colección
Anale&a Rabinica.
El Padre Francisco Donato, Dominicano. Imprimió en
Roma un tomo con título : Poma áurea Hebraica Lingu<&
en que trata dé las abreviaturas que usan ios Rabinos.
Así como Rabi Kimki es el Príncipe para lengua Hebrea,
Rabi Natam, Hebreo antiguo, ¡o es para la Caldea Ra-
binica , por su famoso Aruch , ó Lexicón.
Entre los Christianos para lo dicho es Nebrija. Juan.
Bouxtorrio el padre, su hijo, y suxdescendencia, escribie-
ron diferentes libros útiles para el caso. La obra mas se-
lecta es el Lexicón Caldaicum , Thalmudicum , ó Rabinkumy
que muerto ya el Padre dio á luz en Basilea año 1638
su hijo Juan Buxtorfio. Es ua tomo en fol. muy cor-i
V 2 pu-
[i 5#
pulen to , que costo 30 años de trabajo.
Lengua S amar it ana. De esta lengua ó Diale&o hay
muy poco escrito , y hasta qué en las Biblias de París
Poiyglotas se imprimió el Pentateuco Samaritano , ape-
nas habia noticia del Idioma , y sus cara&eres. Salió lo
poco que Joseph Scaligero escribió en su tomo de Em-
mendatione temporum.
Juan Morinoj Padre del Oratorio. Imprimió en París
un tomo en 4.0 año de 163 1 su título Exercitationss Ec-
lesiástica utrumque Samaritanorum Pentateucum. Es libro
muy curioso para el caso , sin que obsten las excitacio-
nes antimoriniana de Juan Hottnigero , porque e'ste solo
impugnó la antigüedad, y autentica, que Merino daba á
el Pentateuco Samaritano.
En el Lexicón Heptbagloton , que Cartelo sacó para la
Poliglota de Londres, se halla una sucinta Gramática , y
Lexicón del idioma Samaritano , siguiendo las raices
Hebreas.
Lengua Siriaca. Es sagrada , y la que habló Christo
nuestro señor por ser entonces la vulgar^ y distinta de la
Hebrea y Caldea. Usánla los Maronitas del monte Liba-
no, y orientales en sus Liturgias. Hay muchos MS. en es-
ta lengua , y en ella se imprimió en Roma mucho de lo
que escribió san Ephren , Siriaco.
Jorge Mlcbael Amlra , Maronita , y Siriaco de nación,
sacó en Roma en ijp5 un tomo en 4.0 de Gramática Si'
riaca sive Chaldayca. Es de parecer que la Siriaca es la
lengua primitiva. Es libro raro , y la Gramática la mas
completa.
Hay muchas Gramáticas Siriacas ademas de la que
en los Lexicones Siriacos se hallan en las Poliglotas. Ludo-
vico de Diem sacó una Gramática general para las tres
lenguas , Hebrea , Caldea, y Siriaca en un tomo en 4.0
impreso en Holanda en 1.628 Buxtorfío sacó otra Gra-
ma-
marica Siriaca ; pero con caracteres Hebreos.
Monúeur Masclef, Canónigo Francés, inventó un sis-
tema para leer el Hebreo , y otros idiomas orientales , y
sus diaie&os sin puntos , y con mucha facilidad , y por
ser tanta , ninguno le siguió. A este fin sacó dos tomos,
y en ellos quatro ^Gramáticas de las lenguas Hebreas,
Caldea , Siriaca , y Samaritana , desterrando los pun-
tos como invención moderna , y en esto no es singular,
sino en el sistema de leer sin puntos , y sin acentos. So-
bre la antigüedad de los puntos hay dos partidos famo-
sos. El primero de los Buxtorfios , que afirman la anti-
güedad , y el segundo de los Capelos , que la fixan en el
tiempo de los Masoretas. Por una y otra parte hay mu-
cho escrito.
Lengua Arábiga. Es lengua sagrada entre los Maho-
metanos , entre quienes por ser ya muertos se estudia
por artes y Bocabularios. Hay infinitos libros escritos en
Arábigo. El estilo mas puro es el del Alcorán , Avice-
na, &c. Las versiones Arábigas de la Biblia, también tie-
nen un arábigo puro, y muy claro.
Fray Pedro de Alcalá , Religioso Gerónimo , sacó por
orden del señor Talavera Arzobispo de Granada , una
Gramática , y Bocabulario 5 pero en Castellano , en len-
gua antigua con caracteres Españoles. Imprimióse en
Granada en 1505 , en un grueso tomo en 4.0 que es el
primero de esta lengua. No es el idioma Arábigo puro
y antiguo , sino el Arábigo Morisco , que se hablaba en
Granada. En el mismo tomo hay un Catecismo en len-
gua Morisca , y Castellana. Son muchas las artes Arábi-
gas que hay impresas con caracteres Arábigos , v. g. la
de Pedro Metocita en 8.° la de Thomás Erpenio , la de
Mateloto en 4.0 y el Silabario Arábigo en 4.0 de Roma,
y otras muchas. Jacob Golio es el mas famoso para la
lengua Arábiga, de Ja que sacó Gramática 5 pero su
obra.
i58
obra celebrada es Lexicón Arabico-Latinum , impresión
magnifica de los Elziviriosen 1653 un tomo en foi. muy
grueso.
Hay otro Thesaurus Ungua Arábica de Giggseo , y
otros muchos Lexicones , á mas de lo que hay en el Le-
xicón Heptagioton de Castel , en fi Pentagloton de
Schindiero , y en el Rafelengio, y en el del Padre Selesia.
Lengua, Pérsica.. Como hay versión Pérsica de algo de
la Escritura , merece atención esta lengua. El Misionero
Carmelita Ignacio de Jesús Maria imprimió en Roma
en 1 66 1 una Gramática llngua PersU en 4,0 , y Gazofi-
lacium Ungu<e Persarum. Es obra en fol. impresa en Ams-
terdan en 1684. Su autor otro Misionero Carmelita
Descalzo Fray Ángel de San Joseph. Tiene al principio
una Gramática Pérsica , á que se sigue el Diccionario en
4 columnas Italiano , Latino , Francés , y Persiano con
caracteres Pérsicos.
Lengua Etiópica.. Job Ludolfo tomó por asunto estu-
diar la lengua Etiópica , así la antigua , que es la sagra-
da , como la vulgar , que hoy hablan los Avisinos. Es el
Príncipe en este genero de lenguas 5 y en lo que toca á
erudición , y historia de aquellos Paises. De todo sa-
có Gramáticas , y Lexicones con los propios carac-
teres.
Lengua Coptica. El Padre Kircher tomó á su carga
estudiar esta lengua , de que usan en sus Liturgias los
Christianos de Egipto. Cree el Padre Kircher que es ia
antigua lengua de los Faraones. Otros creen que no es
así. Sacó Gramática , y Diccionarios con cara&eres Cop-
ticos, que parecen á los Griegos.
Guillermo Bonsour sacó después Gramáticas Copticas,
y leí que el Ingles David VilkJnis quería sacar el Penta-
teuco Coptico antiguo. Esta versión no se halla en las
Poliglotas de Inglaterra.
Lsn-
Lengua Armenica. Hay Biblia entera impresa en esta
lengua con suscarafteres , pero es obra moderna , como
otros libros impresos así para los Armenios Católicos,
como para los cismáticos.
Juan Agop , Presbítero Armenio , imprimió en Ro-
ma en 1675 una Gramática Armenica en Latin y Ar-
menio en 4.0 Diodato Niecesoviz imprimió en Roma en
169) en 4.0 su Diccionarhm Latino- Armenum. Hay otras,
muchas Gramáticas , y Diccionarios Armenios , pero los
propuestos bastan para formar idea de la lengua , y sus
cara&eres.
Lengua Ibérica , ó Georgianna. Es lengua que tiene
Caracteres propios. Francisco María Maggio imprimió en.
Roma en 1660 en rol. su Syntagma Linguarum Orienta-
lium ,- qu¿e in Georgia Regionibus audiuntur. Con este obje-
to imprimió la Gramática de las lenguas Ibérica , Arábi-
ga , y Turca , y por incidencia trata de las lenguas He-
brea , Caldea, y Siriaca.
Vuelvo á citar al Padre Long para que se lean en el
otros infinitos autores , que escribieron Gramáticas , y.
Lexicones de las lenguas Orientales.
Lenguas extrañas. Son infinitas si se cuentan las que
hoy se hablan en todo el mundo, y hay de ellas, aun-
que no de todas, Gramáticas, y Diccionarios. En el Asia
la Japona, X^-China , la Coreana , la Syamesa , la Tártara
Oriental , la Thibetanay la Malabarica , y allí la Sansereti-
ca , que es la sagrada , y muerta de los Brc-amanes > y so-
bre todo es común la Malaya.
■En Europa la Esclabona es lengua matriz , y la
Tbeutonica. De las que no lo son hay la Vizcayna (1) , la
Bre-
(1) Aliase las haya, en el otro mundo con el Padre Lar-
reamendl.
leo
Bretona , la Irlandesa , la Phylandica , la Lapona , la Unga-
ra y la Albanesa , la Tártara , &c.
En África la Morisca , la de Gw^o , la de Cabo de
Buena Esperanza.
En la America hay dos matrices , la Peruana , y
Mexicana. Hay la Algon-Kinda , la Basileña , c^c. Hay
otras 300 , pero ninguna nación de la America tuvo, ni
tiene hoy caracteres particulares.
LIBROS MUT CURIOSOS T SELECTOS.
Padre Mabílion : De re Diplomática , añadido.
Padre Montfaucon : Paleographia Greca.
Padre Scipion Sgambato : De Archibis Ha?-
breorum.
Joseph Asemani : Biblioteca Oriental.
Mr. Herbelot : Biblioteca Oriental en France's.
Padre Bartolocio : Biblioteca Magna Rabinica.
Anastasio: Bibliotecario de Blanchino, y otros.
Pul vio Ursino : Sus familias Romanas de Mo-
relio.
Mezza-Barba : Monedas Imperiales.
Padre Bandurxi : Monedas del baxo Imperio:
Vallant : Todo quanto escribió de Monedas
( Latin ).
Spanhemio : De pra^stantia Numismarum. 2 fol,
Harduino Jesuita : Todas sus obras por sin-
gulares.
Tomasino : De Disciplina Eccleskstica. 3 fol.
Padre Vavosor : Opera Omnia. 1 foL.
Juan Morino : De Pcenitentia , & Sacris Ordí*
nibus. i folv
Maauel Schelestrate : Disertationes Ecclesias-
ticas. 4 rol.
Phi-
I
foL
I
fol.
4-
°rl.
4
fol.
1
fol.
5
fol.
4
fol.
2
fol.
1
fol.
2
fol.
16*1
Philon Judío, (Greco-Latino : "Edición de Magey. i fol.
Joseph Judio , Greco-Latino : De Habercamp. 2 fol.
¡Joseph Bengorion , Hebraico-Latino : Brei-
taupte en 17 10. 1 4.°
Rabi Moyses , Bar-Maymon More Nebo-
chim : La versión antigua, que ya hizo
Santo Tomas , y que vi en fol. , y la que
hizo Buxtorfio. 1 4.*
David Ganz : Cronología de los Hebreos. i 4.0
Pedro Arcudio: De Concordia Ecclesias Occi-
dentalis, &Orientalis. i fol,
Mischra , Hebreo-Latino : edición de Surem-
husio. 6 fol^
^Talmud : No le hay sino en Hebreo , y así e'ste
como el antecedente, están prohibidos. 12 fol.
Alcorán Arábigo-Latino , impugnado deMar-
razci. 2 fol.
Philosofia Smensis : Del Padre Couplet , y
otros. i fol*
Vedum\ El cuerpo de las leyes antiguas de los
Bracmanes. No le he visto hasta ahora
traducido. Samuel Petit : Leges Anca?. 1 fol.
Balduino : Leyes Romanas , y de las 12 tablas. 1 fol.,
Spencero: De Legibus Hebrseorum. 2 foU
Marasman : Canon (estos dos autores son no-
tados). 1 fo¡
Leydeker : De República Hebraeorum , y con-
tra Burnet. 1 fol.
Burnet. TheoricaTelluris sacra (notado). 1 4.°
Marcos Velsero. Opera omnia en 1 ó 89 : Es muy
útil porque trae las tablas Peutinge-
rianas. I foL;
Nicolás Bergier : Historia de las vias Milita-
res de los Romanos en Francés, pone
Tom. V. X tanw
i6i
también las Peutingerianas. 2 4.*
Francisco Junio: De Pi&ura veterum en 16*94
(muy sele&o). 4 fol,
Scheinero : Rosa Ursina , el que halló las mu-
chas solares. I fol.
Juan Hevelio : Selenographia , descripción de k
* Luna. I tol.
Ejusdem : Comethographia de todos los que
hubo. i fol.
Padre Riccioli. Almagestum : Es una Bibliote-
ca. Todo lo suyo sele&o. 2 fol.
Padre Fourmer: Hidrographia en Francés. 1 fol.
Padre Paulo Noste: Arte de las Armadas Na-
vales, Francés , en 1727. 1 fol.
Moreri: Diccionario Histórico en Francés , ó
en Castellano. 1 f°l»
Sabary : Diccionario de Comercio en Francés
añadido. 3 ™*
Ejusdem : El perfecto Negociante en Francés. 1 4.a
Mr.Chomel: Diccionario Económico , añadi-
do Francés. 4 f°k
Mr. Pomet : Diccionario de Drogas en Fran-
cés, 't
Padre Heliot : Historia de las Religiones con
muchas laminas Francesas. 8 4.
Padre Poyson : Deledtus aftorum ( extracto de
Concilios. 2 foL
Padre Cano: De Locis , añadido. I 4.0
Enrico Spelman : Archeologicum , última edi-
ción de 1687. J ft*»:
Gerónimo Osorio : Opera omnia , en Roma, 1 fol.
Alvaro Pelagio: De Pianéhi Ecclesiarum. 1 4*°
Flagellum judaeorum. * 4-
Masoroni , con Judíos , en Italiano. ** 4.
Mar-
1 foL
Martíni Pugfo. Fideí : Es muy sele&o. i fol.
Galatino, de Misteriis : Y con el Reuchlino. i fol.
Mr. Basnage.: Historia de los Judios. Continua-
ción de Joseph. 15 12.°
Marmora Oxoniensia : con Seideno , Pre-
deaux, &c. 1576". 1 fo!.
Egredio Bucherio : De d odrina temporum. 1 fol.
Juan Goropio Becano : Sus obras por extraor-
dinarias. 2 fol.
Pedro Mártir de Angleria: Epístolas latinas. Es
muy raro ; así de la primera edición de
Alcalá, como de Amsterdan. I fol.
Eimacing : Historia Sarracénica , Arábigo La-
tina , edición de Erpenio , con la historia
de Don Rodrigo de los Moros. I foL,
Luis del Marmol : Historia de África. Copió á
Juan León Africano. 3 foL
Pedro Teyxeira : Historia de Persia. Leyó á
Emirleond. I fol^
Muslandin Salió: Rosarium politicum : Pérsico
Latinum, edición de Gentio. Es el libro
discreto de los Orientales en 165 1. 1 fol.
Gregorio Abulpharas : Historia Dinastiarum,
edición de Ppchoch , y Arábigo-Latino
i en 1663 selectísimo. 2 4.*
Eduardo Pochoc : Specimen Historia; Arábica;
en 10*50 raro. 1 4.0
Thomás Hide : De religione Persarum. 1 4.°
Ejusdem. De Ludis Orientaíium. 2 12.0
Euthicio : Anales Alexandrinos , Arabici-La-
tinos. Edición de Pochoch, y Seideno
en 1659. 2 4.0
Ejusdem Euthici Ecclesias Alexandrina; Origi-
nis. Arabig-Latino , con comentos de
X 2 Sel-
o
o
J64
Seldeno en 1624. i 4*
Abraham Echellense. Euthicius vindícatus, con-
tra algunas opiniones de Seldeno en 166 1. 1 4
Juan Gravio : Epochae ceiebriores Orientalum
en 1550. 1 4.0'
Vlug. Beg. Tablas Astronómicas Pérsico-Lati-
no. Edición de Hyde en 1665. I 4.*
Alfragano : Elementa Astronómica, Aribic-Latí-
na. Edición de Gonio en 1669. 1 4.*
Padre Francisco Tercio de Laois: Magisterium
Naturas & Artes. 3 foL
Alain Maneson Maüet : Geografía en Francés. 5 4.*
Ejusdem : Trabajos de Marte en Francés. 3 4.*
Ejusdem : Geometría pra&ica en Francés. 4 4
Estos 12 tomos tienen cerca de 1500 laminas.
Es obra curiosa , y muy clara para los
principiantes.
Andrés Boucklern : Archite&ura nova curiosa
Lat. y con mas de 200 laminas} y muchas
fuentes. 2 fol,'
Padre Gregorio de san Vicente : De Quadratu-
ra Circuli. Es tomo muy curioso aunque
no logre el fin.
Padre Andrés Tacque: Opera omnía.
Gilberto de Magnete : Es Original.
Padre Castell: Mathematica universal, Francés.
Mr. del Hospital. Análisis de los infinitos Fran-
ceses.
'Historia Literaria de la Francia : Obra de los
Benedictinos son ya»
Padre Conté' : Anales de Francia. Lat.
Historia de España , después de Hispania Illustra-
ta , Concilios de Águirre , Biblioteca de Don Nicolás
Antonio x &c. Se deben tener todas quantas Crónicas
AZ rea-
I
rol,
I
foL
I
4-
I
4.
I
4-°
6
*•
7
rol.
i¿5
reales (i) se hallaren , y añadir á Zurita con todos los
Historiadores, que le continuaron , con Morales , Gari-
bay , Ncbrija , Moret , Sandoval , Yepes , &c
Y las histotias particulares mas famosas : v. g. Xime-
na, la de Jaén 5 Escolano, la de Valencia; Moreno, de Meri»
da ; Zuñigay de Sevilla 5 Davila con su Teatro Eclesiástico,
de Galicia , Molina , Oxea , Castilla, Gándara , y Huer-
ta, pues no hay otros. (2)
Historia de Indias. Gonzalo Fernandez de Ovie-
do todo 5 y ojalá se imprimiese todo lo manuscrito.
Leyes de Indias.
Herrera , con el origen del Padre García.
LGarcilaso , con el ensayo de Barcia Torque-
mada.
Bernál Diaz del Castillo.
Pedro Simón.
Ercilá : Su Araucana , edición nueva,
Gomara.
Cieza.
Enciso.
(Villa Gutierre.
Piedra-Hita.
Padre Fernandez.
Ovalle : Historia de Chile.
Oviedo : Historia de Venezuela,
Solís.
Padre Acosta.
Padre Christovaí de Acuña/
Pa-
(1) En casa de Sancha se imprimieron hasta cinco Chró"
nicas.
(a) ¿Y dónde quedan las historias particulares de Asturias,
la del Padre Car-bailo , y la de Trellez 2 El Padre Sarmiento pu-
do haberlas conocido.
4
fol.
6
fol.
7
fol.
1
fol.
1
fol.
1
rol.
1
fol.
i
fo!.
1
fol.
2
fol..
i
fol.
1
fol.
,1
fol.
1
fol.
1
fol»
J
4-°
1
4-"
166
Padre Gumilla : Orinoco ilustrado. 2 4.0
Alvar-Nuñez. 2 4.0
Viage de los Nodales. 1 4.0
Pizarro : Varones. i fol.
Bartolomé' de las Casas , y otros muchos > y ade-
mas de estos los viages ya citados de Ramusio , y
de Bry.
Historia de las Indias Orientales : Ademas de los
yiages ya citados , es preciso tener las historias Portu-
guesas.
Castañeda : Es el primer Chrónista , y raro.
Juan de Barros : Decadas. 4 fol.
Diego de Couto : Decadas. 4 fol.
Faria. 4 fol,
San Román en Castellano (raro). i fol.
Padre Mafeo : En lat. selectísimo. i fol»
Santos ; Historia de Ethiopia. i fol.
Alvarez : Historia del Ethiopia. i 8.°
Guzman : Historia del Japón. 2 foéi
Kempfero : Viages del Japón en Francés. 2 fol,
Colin : Historia de las Philipinas. 1 fol,
Sandoval en Castellano : Historia de Ethiopia. 1 fol.
Argo te de Molina : todo , y quanto imprimió
ageno : v. g. Embaxada á el Tamerlan
en tiempo de Enrico III.0 1 fol.
Libro de Montería del Rey Don Alonso XI.0
Es muy raro.
Conde Lucanor: De Don Juan Manuel. i 4.0
Conde Don Pedro : Su noviliario , con Faría. 1 fol.
Conquista de Ultramar (queda con la Vizan-
tina). i fol.
Saavedra : Empresas y corona Gótica. 3 fol.
Estrada : Guerras de Flandes en Castellano. 3 fol.
Catherino : Historia y Guerras de Francia. 1 fol,
Leo-
l6y
Leopoldina : Guerras de Ungría. 3 foL
Méndez de Silva : Población de España. Es po-
ca cosa j pero no hay cosa mejor. Acaba
de reimprimirse añadido , por Don Juan
de Estrada. 3 4.*
Carballo : Topografía de Portugal. Es muy
útil. 3 fol.
Geografía Sagrada : Con Bonfredio , &c. de
Holanda. I fol.
Adricomio : Theatrum terrsc san&ae. I fol.
Adriano Rolando Palestino. Sele&ísimo. 2 4.0
.Geografía Eclesiástica por los Patriarcados de
Carlos de san Pablo , añadido en Ho-
landa. I fol.
Abrahan Orthelio : Con el Parengon de Ptho-
__^ lomeo. I fol.
Pedro Daniel Huet , todo , y demonstracion
Evangélica.
Ejusdem : De interpretatione.
Ejusdem : Comercio antiguo en Francés.
Marques Marfei , todo.
Libros de singulares asuntos,
Santorio : Medicina Statica. Edición nueva aña-
dida con las observaciones de Dodart,
Keill , y Noquez en 1725. 2 12.°
Juan Dodart : Metamorfosis naturales , 6 his-
toria de los insedos. 3 12.°
Mr. de Reaumur : De inse&os en Francés con
laminas. 6 4.0
[Virtudes del agua común : En Francés , de va-
rios autores. 2 1 2.0
Del Cafe , The , y Chocolate en latín 1669, 1 1 2.0
Ba-
I
12.*
I
1 2.°
I
4-°
I
0
I
. 0
4-
I
8.*
i<58
Basilio Valentín :cursus Antímoní. Lat. 16S5.
Juan Corado, Ammán deLoquela. Lat. 1700.
Bonet. Arte de ensenar los mudos (1) , caste-
llano.
Hasio : De tubis stenterophonícis (Zarbatanas).
Lat.
Mr. Berney : De órgano auditus. Lat. 1584.
Pe inoculatione! variolarum , varios autores
1722.
De Lúe Venérea : Muchos autores , edición de
Boerrave. 2 f°J«
•Micrografia de Griendel : Objetos de Micros- i .
copio en 1687. 1 4.®
Anselmo Boot: Historia Gemmarum, en 1636. 1 8.°
Pedro Canepario, de Atramentis en 17 18. 1 4.*
Questelio : De Pulvinari morientibus non sub»
traendo en 1698. i 4.^
Pedro Arpe : De Amuletis en T717. i 8.*
Abraham Merklin : De transfusione sanguinís
en 16 7 9. i 8.9
Juan Liebknech : De Speculis causticís en 1704. 1 8.9
Gaspar Bauhino : De la Piedra Bezoar. Lat. 1 8.°
Jacobo Gafarelo : Curiositates inaudita. . ^ 2 8.°
Merlin Cocayo : Macarronea edición de Holanda. 1 8.*
Zahn : Oculus artificialis. i rol.
Prospero Alpino: De Píantis , & Medicinaegip-
tiorum. 2 4.*
Menkenio : De charlatanería eruditorum. I 8.9
■Juan Tiers : Histoire des Peruq. París 1690. 1 8.°
(1) No será fuera de proposito el que aquí digamos , que
el arte de hacer hablar á los mudos le descubrió antes que to-
dos el Padre Ponce , Religioso Benediíüno Español.
i6g
i 8.*
o
Samuel Veremfels : De Logomachiis erudíto-
rum.
Baltasar Bonifacio: Historia Ludiaria. i
Jacobo Mollero : Discursus de Cornutis. Ber-
lin 1708. 1 4.0
Christoval Acosta : Drogas del Oriente. 1 4.0
Monardes: Drogas de la America. i 4.0
Thomasio : De Plagio litterario. 1 4.0
Mr. Mote Libayer: Sus obras varias Francesas. 15 12.0
Tagua cotio. 1 fol.
San Evreinont : Sus obras Francesas. 7 I2.e
San Aubin : Tratado de la opinión. 7 12.0
Padre Rapni: Reflexiones, &c. 6 12.0
Menagiana. 4 12.°
Todos los de Ana> cómo Naudeana , Perroniana>
Pitheana , Sobsriana , Se aligeraría > Colomen^
sí ana , y otros.
DELICIAS.
Titulo general de otro genero de libros, v. g*
Delicias de España , &c.
Expe&aculo de la Naturaleza en Francés. p 12.®
Ejusdem : Historia del Cielo. 2 12.0
Padre Castel: De la Gravedad. 2 12,0
Ejusdem óptica: De los colores. 1 1 2.0
Anónimo : Observaciones prúsicas. 3 12.*
Poliniere : Experimentos phisicos. 2 12.
Nolet : Lecciones Francesas. 4 1 2.0
Abad Boniere : Origen de las Fábulas. 12.0
Mr. Rollin,todo(i). ; 36 12.0
Tom. V. Y Tei-
(i) Debe también ocupar en una Biblioteca un lugar distin-
gui-
0
Teiser : Elogios de los sabios de .el Thu ano. . 4 1 2 .°
Ejusdem : Biblioteca. 2 4.0
Pitavio : Rationariuin temporum. 3 4.0
Jaconeriorurn. Natura: , & Artes (de Scoto). 1 4.0
Juan Mullero : Collegium experiméntale en
1,721. 1 4.0
Juan Gohausen : De Pica Nasi .1716. contra el
tabaco. i 8.°
Iter per mundum Carthesii. Lat. en 8.° En Cas-
tellano. 1 4*9
Tritemio : Su Poligrafía , y Steganografia ex-
plicada por Scoto, y Heidel , Porta, Ca-
ramuei,&c. Bosuet, todo. 15 4.°
Padre Lafitau : Costumbres de los Salvajes Ame-
ricano-. 4 12*0
Simón Ville (es el Padre Simón) ceremonias de
los judíos. 1 1 2.0
Pezron : Antiquite des temps. . 1 4.0
Jacobo Tollio: Fortuita. ,_.■.'..'. i 18.0
Thomás Cresio : Facisculus discertationum. 1 18.0
Madarna Scurman : Opuscula varia. í 18.0
Anónimo (Padre Simón) viage del Monte Lí-
bano. 1 1 2.0
Lorenzo Hister : Compendium Antonicum. 2 8.°
Nicolás Godnio : De Abasinorum rebus. 1 8.°
Juan Bautista Porta , todo.
Bose (Joh) : Tentamina Ele&rica (nunca le vi). 1 4.°
Breyr
tinguido la obra de Mr. de Condillac en Francés en 16 tomos*
escritos para el Duque de Parma achual. Es un curso de estudios
escrito con una delicadeza suma , digan lo que dixeren cier-
tos pretendidos Filósofos , que en el día se ensangrentaron con-
tra la imparcialidad con que habla en todas materias.
Brey taupti ( Crisf. ) : • Ars destifratoria (nunca i
le vi).
Stanley : Historia Filosófica Lat.
Capaso : Historia Filosófica Latín. v
Jacobo Bruchero : Historia crítica filosófica
1744 (no la vi).
Juan Loke : Humano entendimiento
Paschio (Jorge) : De novis inventis en 1700.
Juan Tonsio: De Scriptoribus Historia: Philo-
sophka?.
Gautier : Biblioteca Filosófica en Francés.
Lodoifo Kuster : Vita Pithagora; de Jamblico ,
Porphirio en 1707. /
Mr. Menage : Historia mulierum Philosopha-
rum.
Juan Alberto Fabricio : Biblioteca Latina.
Ejusdem : Bibliotheca Gradea.
Ejusdem : Bibliotheca la vi. ( Solo dexó J
tomos).
Ejusdem: Opuscula varia.
Juan Christoforo Wolfio : Biblioteca Hebrea.
Baillet : Juicio de los sabios Franceses con el
Anti Baiilet.
Popeblount: Censura celebriorum Autorum.
Cayetano Genni: Codex veterumCanonum Ec-
ciesise Hispanis, Se Disertationes de Anti-
quitate Eeclesia: Hispana: Roma. 2 4."
Padre Regnault , Física : Su origen , y Geome-
tría en Francés. 11 1:.'
Padre Labrausei : Con el abuso de la Crítica
Francesa. 2 12.9
Padre Jobert : Arte y ciencia de Medallas
Francesas. 2 12.°
Mr. Pontenelle : Sus Opúsculos. 3 1 2.0
Y 2 Pa-
I
8.°
3
1
4~°
4*°
5
4>*
1
1
4'°
4-9
1
3
4.*
8.9
1
4-
1
8."
2
4-*
14
4-°
5
8."
1
4-'
4
4-°
8
1
4-'
4-'
172
Padre Lamy: Sus obras Matemáticas en Francés. 3 12.0
Mr. Langlet : Método para estudiar la Historia.
Gaspar Dorna vio: Amfiteatrum sapientiae Joco-
serias : 1619. Es un tomo muy grueso en
fol. Colección de varios asuntos , ridicu-
los , pequeños , extraordinarios , y muy
singulares , sobre que han escrito varios
autores antiguos y modernos > y pone á
la letra todas las piezas , ó latines Greco-
Latinas. 1 fol.
En las ediciones ya citadas, y en las ediciones com-
pletas de autores clásicos, ó entre sus obras sueltas , se
hallan piezas curiosas sobre asuntos muy raios.
NOTA.
Por haberse formado este Catálogo para un Caba-
llero , que profesa Jurisprudencia, y Cánones, no se in-
dicaron los libros de estas facultades , como ademas de
Teólogos Moralistas , Sermones varios, vidas de Beatas,
Sermones de Honras , libros Genealógicos , &c. por ser
todos muy obvios. \
Tampoco se han puesto los Poetas vulgares ; no los
franceses , porque no son del gusto Español $ no los Ita-
lianos, porque fuera del Petrarca , Bocado, Ariosto, los
Tasos, Dobre, Moza, Guarnió, Marnio, y talqual otro,
que son famosos , y conocidos : los demás no caben en
un tomo. Véase el tomo en 4,0 en Venecia de 1728, cu^
yo título es Biblioteca Italiana , en el qual se dá noticia
de lo mas sele&o que hay en lengua Italiana , así en pro-
sa , como en verso.
De los Poetas Castellanos , Portugueses, Lemosinos,
6 Catalanes, se podía hacer una Biblioteca separada. De-
ben tenerse , si se hallan , ios dos tomos cancioneros an-
ti-
i73
tiguos en fol. uno el Portugués , y otro el Castellano;
pues son Colecciones de muchos Poetas, y los dos tomos
en 4.0 Romanceros Castellanos. La Colección de Comedias
varias que ocupan treinta y tantos tomos en 4.0 Es juego
raro. Todas tas obras de Lope , que pasan de 50 tomos,
y las de Calderón : añadiendo:
Juan de Mena , comentado.
Garcilaso , comentado.
Gongora , comentado.
Camoes, comentado por Faria , todo.
Juan de la Encina , sus obras fol.
Ausias de March. Lemosino del siglo XV.
Jayme Roig. Poeta Lemosino.
Lope de Rueda. Comedias primitivas.
Boscan, Mendoza.
Castillejo. Ulloa.
Gregorio Silvestre* Salazar.
Castilla. Torre. (Juan Owen)
Manrique. Pantaleon.
El Cartuxo. Hortencio.
Mingo Rebulgo. Sor Juana.
Davila. Moreto.
Tanco. Montalvan.
Cervantes. Esquiladle.
Quevedo. Manuel Boutron el de la Proserpina.
Polo. * Caucen.
Villamediana. Gerardo-Lobo.
Solís. •
Estos son los libros de que he podido dar noticia en
estos 28 pliegos y medio, sin mas método, ni orden
que el que se ofreció de pronto á la pluma ; pero con la
seguridad de que casi todos son sele&os en su linea , y
que
174
que aunque no sea fácil comprarlos todos , y sea difícil
hallar muchos de ellos , servirán estos apuntamientos pa-
ra siempre que se ofrezca ocasión de comprar algunos
con conveniencia, se sabrá que no se compran libros des-
preciables.
Si alguno quisiere enterarse de todas las circunstan-
cias , ediciones , vidas de los autores señalados &c. ó de
los libros señalados en este Catálogo , ó gustare ver por
sí todos los libros casi con mucho gusto , se le enseñarán
en este Monasterio de San Martin de Madrid , desde
hoy 14 de Abril de 1748.
He examinado esta copia r y podrá pasar , si cae en
manos de sugetos que tengan noticias literarias» Hoy 12
de Marzo de 1754. Pudiera duplicar este Catálago con
nuevas Colecciones , y libros sele&os , que ó vi, ó ad-
quirí después. = Fray Martin Sarmiento.
DIS-
DISCURSO CRITICO
SOBRE EL ORIGEN
DE LOS MARAGATOS.
SU AUTOR
EL REVERENDÍSIMO PADRE
FRAT MARTIN SARMIENTO.
xNo
hay cosa mas difícil, que fíxar el cierto origen
de las voces mas triviales , y de las cosas mas conocidas.
El frecuente uso de las voces las gasta , las desfigura, y
las trastorna, y el tiempo obscurece la memoria del ori-
gen de las cosas. Quando no se contiene escribiéndole á
su tiempo , y conservándole por tradición escrita , si la
voz ya estropeada tiene varios visos para poderle seña-
lar varios orígenes 5 y si la cosa en su origen es verosí-
mil de muchos modos , ya hay campo abierto para mil
voluntariedades , opiniones, y fantasías.
2 No hay voz mas trivial , que la voz Maragato , ni
hay cosa mas visible que un Maragato en las caltrs. Asi-
mismo es bien frecuentado el preciso tránsito por el País
de la Maragatería ; y si á mí , y á todos los demás que
saben todo lo dicho se nos pregunta , ¿de dónde viene la
voz Maragato? ¿Quienes, quándo, y por que los coloca-
ron en las montañas de la Maragatería? No se hallará
respuesta categórica. Por lo que á mí toca , confieso que
no
Ij6
no se responder de modo , que quede yo satisfecho de lo
que respondiere. Es verdad , que para quedar satisfecho,
de lo que han respondido , ó respondieren otros , nece-
sito leer mas que lo que he leído hasta la hora presente.
3 Salta á los ojos el reparo : si no he de acertar á
responder categóricamente ai título de este papelillo, ó á
las preguntas que en el se han propuesto ; } á que fin he
tomado la pluma , e intenté cansarme á mí , y cansar á
otros ? El reparo está bien hecho , y quisiera que la ma-
yor parte de los que escriben libros , me hubiesen dexa-
do la respuesta , que yo hubiese de dar al reparo. Mien-
tras digo , que mi intención no es apurar el fixo origen
de los Maragatos, sino manifestar que el que vulgarmen-
te se, les señala , padece muchas dificultades , originadas
de que en los escritos que han quedado, no se halla fun-
damento sólido para creerle á ojos cerrados , solo por
amor de Dios.
4 No desconfio de que el curioso crítico , que leye-
re las reflexiones que expondré en este papel, podrá ade-
lantar bastante en el asunto , si llega á conseguir tres re-
quisitos que no tengo , ni he podido lograr á causa de
mi retiro continuado. Bien quisiera haberlos tenido para
continuar este papel de modo , que me contentase á mí
á lo menos. El primero , es haber registrado , y reflexio-
nado el Archivo de. la santa Iglesia de Astorga , y la de
otros Monasterios circunvecinos.
5 El segundo , el haber paseado y pateado el País
de la M<.ragatería, acompañado de prádicos del país. Este
paseo , si alguno le hiciere, ha de ser Geográfico. Se de-
ben ver , registrar , y observar todas las Parroquias , lu-
gares , y sitios del país , coordinando sus distancias , y
apuntando todos los nombres. Asimismo deben recoger
todos los nombres de los montes , peñas , valles , rios,
fuentes, y lagunas de la Maragatería , y formar un Ma-
pa
r,77
pa Geográfico. Este se debe extender algo por el Medio-
día ázia la Catrera aha , y por .el Norte azia [nsiMonta-
Has de Asturias. Es importante esta prevención , por si
acaso se pudiese conjeturar, que en lo antiguo se exten-
día á mas la Maragatería.
6 El tercer requisito seria, 6 será informarse délos
naturales de todos ..los sitios en donde se conservan
postes , columnas , y lapidas con letras. Todos estos letreros
se han de copiar. Es evidente que las quatro vias miiia-;
res desde Braga á Astorga se unian en Ponferrada 5 y-
desde allí , para ir á Astorga , era indispensable que los
caminantes atravesasen , y cortasen los montes de la Ma-*
ragatería , de Poniente á Levante. De Ponferrada á As-
torga contaban los Romanos treinta millas , y por lo
mismo habría en este espacio de camino veinte y nueve
columnas miliares.
7 Por lo mismo de ser el camino tan montuoso , se
conservarán estas piedras ó columnas , ó derribadas , 6
arruinadas , ó arrimadas á algún edificio , ó enterradas
á poca profundidad , ó esparcidas en los precipicios. El
año de mil setecientos veinte y ocho , se sentó esta mis^
ma investigación de las columnas miliares en Portugal,
para descubrir el camino Romano desde Braga á Astor-
ga , que venia por la famosa montaña de Xerez. Geróni-
mo Contador pone toda esta operación , y copia las
muchas piedras miliares que se descubrieron en la dicha
montaña , y con sus inscripciones* Á vuelta de las ins-
trucciones miliares , se descubrieron otras Romanas muy
curiosas.
8 No dudo que también se hallarían unas , y otras
en la Maragatería. Los Romanos afectaban grabar sus
inscripciones en las cumbres de los montes , en los pe-
ñascos, en las eminencias, y en los sitios expe&ables.
Tóm.V. Z Vz-,
178
Para saber algo de la Geografía antigua , ya no nos ha
quedado otro refugio , ni recurso , que acudir á las ins-
cripciones y y monedas que se descubrieron , y á las Ethi-
mologías de los nombres antiguos que aún se conservan.
También seria muy del caso , que se cogiesen las tradi-
ciones comunes , las costumbres que parezcan ridiculas,
y las que se usan en los casamientos ,. bautismos h y fu-
nerales y sin omitir las frases , y expresiones de la lengua
<|ue paiezcaa exóticas.
p Todos los tres requisitos podrán contribuir mu-
cho para escribir con algún fundamento sobre el origen
de los Maragatos ,. comparándolos con otras naciones
délas, que han venido á España. Sin estos.preparativos
jaada se podrá escribir de sólido ,. aunque se copie mu-
cho > pero yo crea que aún hay poco que copiar en or-
den, á los Maragatos^ Ni siquiera el nombre se lee en
actores. antiguos, rii buscándole por rodeos en otros pue-
blos equivalentes*
10 Después de. la guerra Cantábrica en tiempo de
Augusto, y de la guerra contra, los Gallegos ^ que pone
Orosio ,. no pudo menos de ser conocido r y transitable
el país de ia, Maragaíería. La ciudad de Astorga tardó
poco, en ser Convento jurídico y y Cnancillería de los
pueblos que hoy componen el reyno de León , y es pal-
mario, que los pueblos del Poniente pasarian , y repasa-
rían con freqüenciad país de los Maragatos. Después de
puesto en la ciudad de León el quartel de la legión sép-
tima Gemina de los Romanos, y colocada una de sus
Cortes en Ponferrada y seria indispensable la comunica^
clon de la Corte , con la legión y consiguientemente in-
dispensable el tránsito por la Maragatería.
11 Todas las quatro vias miliares que vienen de
Braga á Astorga , por diferentes rumbos se juntaban en
. Pon-
l79,
Pon ferrada j de donde no podían dirigirse (as quatro á
Astorga , sin subir y baxar las montañas intermedias
de los Maragatos.
Quando ei Chrístíanismo comenzó á gozar de liber-
tad , era Astorga ciudad Episcopal , y muy famosa poc
su Obispo santo Toribio > y siendo las montañas de la
Maragatería las que estaban á la vista de la capital , ya
eclesiástica, ya civil, ¿quie'n duda que serian bien freqüea-
tadas y conocidas?
12 Las mismas serian conocidas y trilladas, con la
irrupción de los Suevos, y Godos, en virtud.de las guer>
-ras recíprocas de unos , y de ot-ros entre sí , y contra ios
Romanos, y estos. Porque los Godos les dexaron solo 4a
tercera parte de las tierras, y esas montuosas, como cens*
ta del Fuero Juzgo , se aprovecharían de lo que en la
Maragatería estaría menos poblado. En la perdida de
España se inundarían aquellas montañas de christianos
fugitivos > ó para quedarse algunos en ellas , o para reti-
rarse los mas á Asturias , ó Galicia*
i £ Por lo mismo al tiempo de la reconquista por los
christianos serian bien freqüentados aquellos montes,
con el continuado tránsito de las tropas , ya de los chris-
tianos , ya de los moros , y aunque estos tiraban á des-
poblar, y arrasar el país llano, ó no pensarían , ó no
podrían despoblar tanto el país montuoso, aún quando le
sujetasen á algún tributo.
14 De lo dicho se infiere, que las montañas de la
Maragatería siempre han sido pisadas y conocidas , y
que mas , ó menos siempre han sido pobladas de sus pri-
mitivos naturales , sin que estos pensasen mezclarse , ní
con los moros, ni con los malos chrbtianos.
, ij Después que los christianos del Occidente de
España , se sacudieron de los moros , y pusieron su Cor-
te en Asturias # Galicia , y León ; y sobre todo acaba-
Zz da
i8o
da la persecución terrible, y las bárbaras hostilidades
de Almanzor , se hicieron camino trivial los montes de
los Maragatos , para la comunicación en paz , y en guer-
ra y pero quien hizo mas freqüente el paso , y repaso de
aquellos montes , ha sido la peregrinación á Santiago. Ca-
si todo el orbe christiano abraza aquella santa jornada, ó
por devoción , ó por voto , y aunque hay muchos ca^
minos, para ir á Santiago , solo el camino que corta por
la Maragatería, Bierzo , y Cebrero , se levantó con el
nombre de camino Real, y del camino Francés , hasta ei
dia de hoy.
1 6 De todo lo dicho se infiere , que habiendo "estado
conocidas, habitadas, y pobladas las montañas de los Ma-
ragatos desde el principio , es falso el origen que la voz
común señala á los Maragatos, sin mas prueba que la voz.
?>Dicese*, y se cree, que los Maragatos son unos deseen^
w dientes de una porción de moros, que los christianos
wcautivaron en una victoria, y que el Rey los trasplan-
tó á las montañas de la Maragatería, para que la hable-;
atasen, poblasen y cultivasen."
17 Este hecho en general , no es- repugnante. Hay
mil exemplos que lo prueban y y aún en nuestros .dias se
tienta probar. Los Romanos pasaron una Colonia que
estaba pasado el estrecho de Gibraltar , á otro sitio del
lado de España y y por eso se quedó con el nombre de
Julia tradu&a. El grande Abas , Rey de Persia , tras-
plantó el siglo pasado , la mayor parte de los Armenios
áHispahan ,. y los colocó en el arrabal de Tulfa. Pero
estos y otros exemplares , que omito , constan de autores
Coetáneos , y hasta ahora no se ha señalado texto algu-
no , ni aún anunciativo , de que en la Maragatería se ha-
yan colocado moros por autoridad real , como supone la
yoz común.
18 Lo que sucedía en estas victorias de los christia-
nos
iSi
nos , era que tales quales moros cautivos se solían distri^
buir en tales quales santuarios , para servir , ó en algu-i
nos edificios públicos para trabajar , ó en las Galeras para
el remo. Esto hemos visto en nuestros cuas en el Ferrol, en
algunos Santuarios , y en las Galeras. En eso no se aten- .
dio siempre á esparcirlos, y seria desatinada política , co-
locar en montañas una gran porción de moros unida
para que se avecindasen en ellas , y aún con mas razón
estando estas montañas en el centro del dominio chri-s-
tiano , y estando habitadas ya de christianos viejos r y^
primitivos , quales han sido siempre los habitantes de la
Maragateria.
jp A no salir esta conseqüencia , sale ©tra peor , y,
será, que todos los habitantes de otras montañas de Es-
paña , son descendientes de Moros cautivos , que á eiias
se trasplantaron para cultivarlas y y al que pidiere tex-
to para lo dicho , se le podrá responder con gracia , que
se halla expreso á vuelta de la hoja en donde está el tex-
to que prueba , que los Maragatos descienden de una por-;
cion de Moros cautivos.
20 Reflexionando yo en qual seria el principio de
esta fábula contra los Maragatos , vine á parar en que
solo ha sido el sonsonete de una voz mal entendida* Esta
es la voz Maragato , que ó por mote , ó por el color , ó
por otro motivo se aplicó al Rey de Asturias , Maure-
gato , hijo del Rey Don Alonso el Católico. Aquel enig-
mático Rey se llamó en latín , Maurecatus : y en caste-
llano antiguo, como consta del Cronicón de Cárdena , se
llamaba Morogato , y hoy Mauregato, el qual según di-
cen , murió el año de 7 8p.
2 1 EL sonsonete de la voz Maure, y de la voz Moro,,
tomado á vulto , hizo creer , que en la voz Maurecato,
¡y en la voz Margato , entraba- algo de Morisma , y Ma-
llo-,
182
hometanismo. El Rey Mauregato , por ser hijo del Rey
D. Alonso el Católico, nada tenia de Moro, y el decir que
lo tendría por la madre , es suponer la calumnia de que
el Rey Don Alonso había tenido á Mauregato en una
esclava Mora. No consta cosa semejante.
22 Es verdad , que está escrito que Mauregato ha
sido hijo bastardo. Y el que sabe que los Angeles canta-
ron á la hora de la muerte del Rey D. Alonso , aclamán-
dole justo : Ecce quomodo moritur justus ., &c. que el Cro-
nicón de Cárdena le llama santo : y que reynó Maure-
gato que fue hijo del Rey Don Alonso el santo , sin ha-
cer memoria de la bastardía, ¿ podrá poner duda en ella?
¿Y podrá creer que la bastardía ha sido por haber dege-
nerado del padre en sus acciones!
23 Pero haya sido bastardo enhorabuena , ¿quien
©robará que ia madre ha sido Mora? Si de las suce-
siones de los Reyes de Europa se quitan los bastardos
que han reynado r habrá bastantes huecos en ellas. Véa-
se en San Isidoro, quien ha sido ia madre del Rey Ga-
saleyco: y quien la madre de Enrique II.0, lo saben todos.
Así la bastardía del Rey Mauregato no es del asunto.
La Crónica General , que la supone , dice de Don Alon-
so el Católico : é tomó á una dueña por amiga , é ovo
•en ella un fijo á quien dixeron Mauregato. Esta expre-
sión del latin de Ancila de ¿erva mtus , nada prueba de
morismo.
24 Por la misma razón, si ios Maragatos tienen
«ese nombre por alguna alusión al Rey Mauregato , nin-
guna han tenido por alusión á los Moros. Y teniendo
en quanto á la sangre conexión con Mauregato , podrán
estenderla al Rey Don Alonso el Católico , y podrán
¿a&arse de mas de lo que ellos piensan , y tanto como lo
que otros piensan jadarse» Yo creo que se llaman Mara-
18J
gatos por habitar el país , y montañas que dominó Mau-.
regato , y si no gustare este > vaya otro origen mas anti-
guo que pondré después*
25 El territorio, en que dominó Mauregato ha si-
do muy corto , y apenas salió de Asturias , y de sus ve-
cindades. En Asturias hay otro genero de gentes r á quie-
nes llaman Vaqueros , y exceptuando el vestido v y ei
nombre , son parecidos en todo á los Maragatos. Solo
casan entre sí ,, y con fastidio de los que no son Vaque-
ros. Viven del pasto , y del arrierage , trasplantándose
de unas partes en oteas , como Nómades, para alimentar
sus ganados.
26 Del origen de estos Vaqueros hay tanta igno-
rancia y como del de los Maragatos.. Algunos los creen
también descendientes de Moros ,, pero yo creeré' que:
Maragatos ,„y Vaqueros todos son unos mismos pueblos,
antiguos , y de un propio origen sin conexión , ni aún,
remota , con cosa del Mahometismo. Los Vaqueros habi-
tan el Invierno las Marinas , y en Verano se suben á las.
montañas de Leytariegos , que abrazan el Rio Nar-
cea , &c.
27 Las montañas de la Maragateria se continúan,
con las de Leytariegos , hasta cerca de Pravia , Gorte y
sepultura de Mauregato. Y ese país montañoso era Jo>
mas de sus dominios» Por esta razón sus pueblos se lla-
maron Mauregatos , al modo que Sierra Morena , poc
alusión á Mario, se llama Montes Mariani, y no Mo-
rena } por alusión á los Moros , lo pedia el sonso-
nete.
.28 A lo dicho se añada, que era poco usado en;
tiempo de Mauregato el nombre de Maurus , para sig-
nificar á un Mahometano de los que entraron en España..
Los nombres mas comunes entonces eran Caldeos , Sar-
racenos , Agarenos, Árabes, Ismaelitas , y después Alar-
bes,.
l84 : -, • 7 : -
bes , y Moros. Asi pof este Capitulo , ni Mátiregato , ni
los Maragatos aludieron á Mahometanos , aún quando
entonces se halle tal qual vez la vozMaurus , en ese senti-
do, como de hecho se halla en Isidoro Pacense , que pudo
alcanzar la juventud de Mauregato.
29 Hablando en el sentido de que el primitivo orí-
sen de las voces se ha de buscar en la Historia Natural,
del Griego Morón , que significa la Mora del Moral , se
dice Maurus, que significa el color obscuro y negro. Por
ser los Africanos de color atezado, aunque no de color
totalmente negro , se llaman Maurus en latin , y su país
Mauritania. Los Griegos los llamaron Maurisios. La;
voz Mauro en Gallego significa al Mahometano , pero
mas comunmente con sus derivados Maurin , Mauriño,
( apellido del Presidente de Castilla Don Antonio Mau^
riño de Pazos ) y otros significan el .color negro , more-»
no y trigueño,.
30 Por no estar en esto, se han confundido los
colores con los Moros en las voces que comienzan coa
estas letras : Molir:::Los Romanos por no llamar ne-
gros á los Etiopes , y en tono de desprecio , les llamaban,
blancos , según Juvenal, como á los Enanos Atlantes , y
para ponderar su blancura , los llamaban Cisnes.
■Nanur/i cujusdam Atlanta
qjocamus : zy£tiopem Cicnum,
31 Aún hoy llaman algunos á los Etíopes blánqui-J
Uos , y á los pequeños mil hombres , ó gigantes.
32' Así la voz Maurus ó significa color , ó nacionJ
[Y quando significa nación es preciso distinguir los tienw
pos* Antes del Mahometismo, jamás podria significar Mo-
ro sectario deMahoma, Después podrá significar uno ú
otro, aunque por locomuh siempre significará Moro.
Los
■i8j
Los Moros , o Mauritanos antes que la conquistasen los
Sarracenos eran christianos , y entre ellos hubo muchos
Santos, y muchos Dodores. Así la voz Moro , ó Mau-
ritano , no significaba entonces cosa mala.
33 Asentados estos principios , voy á proponer el
texto que me excitó la idea de escribir este papelillo. En
la era seiscientos siete , ó años de Christo de 569 siendo
Rey de los Suevos Theodomiro , se juntó Concilio en
Lugo. En el señalaron los territorios para muchos Obis-
pados, y hablando del Obispado de Astorga , se le se-
ñalan León , Bierzo , &c. y Maur ellos superiorum , &
inferior um. Llevóme la atención quando leí , la voz
Maurellos , y la case' con la voz Superiorum. Registre
la otra distribución de Obispados, que se atribuyó á
Bamba , y en ella halle por equivalente , Marellos supe-
riorum , & inferiorum , y en la versión de la Crónica ge-
neral esto,: Morelas el de Somo , é el de fondón.
34 Marellos , y Murellas , son .rrastornacion de
Maurellos , y los Pueblos Maurellos , son los que habi-
tan la Maragateria. Al caso : antes que naciese Mahoma'
ya habia en Astorga pueblos con el nombre de Maurellos
altos , y baxos. Luego siendo estos los Mauregatos ó Ma*
ragatos, sino acaso, al contrario, que Mauregato lo toma-
se de ellos por haberse criado , ó nacido en aquel país;
el Maur de uno, y de los otros jamas podrá aludir á
cosa de Moros Mahometanos. Y esto aún quando tenga •
alusión á Pueblos de Mauritania.
35 No es voluntariedad afirmar que los Maragatos
se llamaban Maurellos en. tiempo de los Suevos. Ptoio-
meo quitará toda duda. Pone Ptolomeo á Astorga por
cabeza de los pueblos Arnacos ; y por cabeza de los
pueblos Supernos , á Petabonios, y siendo Petabonio, se-
gún el Itinerario de Antonino, el lugar de Ponferrada, se
sigue que Ponferrada era la cabeza de los pueblos Sus;
Tom. K Aa pcr.i
1%6
pertios. La* voz Superado es latina , y significa lo mismo
que alto , excelso , y superior : luego los Superados coin-
ciden con los Maurellos superiores.
36 Así parece claro, que Maurellos , Maragatos , y
Superatios habitan las montañas altas, y sus faldas del
país de la Maragatería , entre Ponferrada , y Astorga.
Esto no quita , que al Sur se le agregase la Cabrera alta,
y al Norte las montañas de Leytariegos , sobre Laciana.
Que toda esa tierra se llamase de ios Superatios , es pal-
mario , por ser el país elevadísimo. Que después se lla-
mase la sierra ó país de los Maurellos superiores, era
consiguiente , añadido el Superiores : equivalente á Su-
peratios.
37 La dificultad está en saber quándo, ó por que se
llamaron Maurellos los Maragatos. Que ya se llamaban
así en tiempo de ios Suevos , ya queda probado. Pero sí-
conjeturase que ya en_ tiempo de Ptolomeo tendrían el
nombre de Maurellos , no me arrepentiré' de la conjetu-
ra. Al adjetivo de Superatiorum de Ptolomeo le falta el
substantivo , y no puede ser otro sino el Maurellorum
para la concordancia , y no será estraño que se omitiese
por evitar la Cacofonía. Los Suevos no inventaron la
voz Maurellos : luego se conserva de viva tradición , y
de inmemorial. Y esto se conoce en que añadiendo la
voz Superiorum , se conservaba el equivalente Supera-
tiorum de Ptolomeo. El rio que baxa de la Maragatería á
Molina Seca , se llamará rio de Maurellos , aludiendo á
los habitantes , ó á algún lugar que tuviese semejante
nombre.
3 8 Comprobada la existencia, y población de los Mau-
rellos , ó Maragatos en las dichas montañas de Astorga,
se desvanece en humo la fábula de que hayan sido po-
bladas de Mahometanos 5 y solo podrá quedar en duda
Ja materialidad de que si el nombre de Maurellos, se pu-
so
187
so en tiempo de los Suevos, 6 muchos siglos antes;
(Maurelos , ú Maureles , hoy es apellido de Gallego , y
nombre de algunos lugares) siendo evidente que se les pu«
so antes de Mahoma.
39 Los curiosos y eruditos, podrán entretener su.
fantasía con lo que en Lacio , y en Bocart habrán leído
de la transmigración de las gentes. Quando la voz Mau-
relos no aluda á color , ciertamente aludirá á algu-
nos pueblos de Mauritania , que hayan entrado en.
España.
40 Los pueblos Mauritanos que están ázia Tánger,
vinieron allí de otras partes. Escribese que son aquellas
gentes , las que Hercules el Phenicio traxo consigo en la
expedición que hizo hasta el Occeano , y quando se en-
tró en España por Andalucía , haciendo famosos el puer-
to y país de Cádiz /sobre cuya expedición se han escrito
muchas fábulas > y para avultar el numero , se aumen-
taron las del Thebano entre si le hubo muy posterior al
Hercules Tirio , ó Phenicio , que era el Dios de los Ga-
ditanos. El Hercules The'bano ha sido uno de los Argo-
nautas , y quando estos de vuelta pasaron por el estre-
cho de Gibraltar , admiraron ya las columnas de Her-
cules , creyendo eran ya los dos Montes Calpe , y
Avila. X
41 Si la mentira es hija de algo , se me ofrece á la
pluma , que la ficción de creer por columnas de Hercu-
les los dos montes dichos , es hija desfigurada de dos
columnas verdaderas , que estaban en la Mauritania Tin-
gitana. Estas aún existían en tiempo de Procopio ,. en
el siglo sexto» Quando Josué' arrojó de su país á los Ca-
naneos, vinieron estos huyendo de Josué , y no para-
ron hasta la Mauritania Tingitana. Allí fabricaron dos
columnas, y en ellas gravaron con cara&eresPhenicios el
motivo de su fuga , diciendo que habían huido de Jo-
Aa 2 sué,
i88
sue , tratándole de ladrón de tierras agenas : Nos ü sumus
qulfughnus afacie Josué latronls , filü Nave 5 según la ver-;
sion de Procopio.
42 El tiempo de Josué' favorece para creer que el
caudillo que traxeron los Cananeos fugitivos seria ese
Hercules Phenicio , y que las dos columnas de la inscrip-
ción de Procopio las transfiguró la ignorancia , en los dos
montes vecinos Calpe y Avila. Pasando entonces á la
Andalucía el dicho Hercules , ó el caudillo de los Cana-,
neos errantes : es verosimil que con el pasarian muchos
de sus compañeros , y succesivamente los que habían
tomado posesión de la Mauritania 5 y entonces: se enta-
blarla el comercio de los Gaditanos con sus compatriotas
-los Phenicios, á los quales no habia conquistado Josué', ó
no quiso Dios que los conquistase.
43 Después se aparecieron los Cartaginenses , unien*
do el comercio de los Gaditanos con los Phenicios 5 y en
'fin , á título de Comercio se internaron en España los
Cartaginenses con los Mauritanos , y extendieron su do-<
minio quanto pudieron , hasta que los Romanos aca-
baron con ellos , como ladrones de mas fuerzas , y
fortuna. -
\ 44 No es inverosímil , que entonces se. esparciesen
algunos Mauritanos por las montañas de Astorga , y de
Galicia. Esto se prueba con Silio Itálico : supone que los
Gallegos fabricaron todas las armas de Anibal , y esto
prueba que el país tenia dependiencia de Anibal , ó de los
Cartaginenses.
45 Aún no habria entonces la perjudicial moda de
-encargar se fabrique en países ágenos , ó extrangeros,
lo que se puede fabricar en el propio. Asi por esto , co-
mo por la otra irrupción de los Tórdulos ó Turdetanos,
descendientes de los Phenicios , que en compañía de los
.Celtas peregrinaron hasta Einis-Terre j se convence ple-
na-,
i8p
ñámente , c}ue no faltarían Mauritanos , de donde se de-
rivase el nombre de Maurelos. Entre esta famosa entrada
de los Mauritanos GentUes.en España , y la entrada de-
plorable de los Mauritanos infectos ya con el Mahome-
tismo, si hubo mas entradas solo se me ofrece una que
podrá hacer al caso.
46 En tiempo del Emperador Marco Aurelio , por
el acaso de abrir en Babilonia una arca de oro , cerrada
de muchos siglos , salió de ella un ayre , ó espíritu tan
pestilencial, que apestó quasi todo el Imperio Romano.
Pintan esta peste Julio Capitolino , Europio, y otros mu*
chos. Murió infinita gente , y casi todos los militares. Es-
paña padeció el estrago de la misma peste , y como si es-
te fuese corto, se le añadió otro equivalente. Dice el cita-
do Capitolino al año de ciento y setenta , que los Mau-
ritanos arrasaron á España : Cum Mauri Híspanla props
omnes bastarent res per legatos bene onesta sunt. La ocasión
de la peste , y la mortandad de las tropas , facilitaron á
los Mauritanos la entrada e' irrupción en España para sus
hostilidades.
47 Refrenóse y castigóse aquel iniquo atrevimiento,
por medio de los legados de Roma j pero no consta de
autor coetáneo , del modo como hubiese sucedido. Jorge
Stanope, en la vida de Marco Aurelio , dice que mataron
la mayor parte, y que á los demás Mauritanos los expelie-
ron, ó los exparcieron : Interemerunt, expulerunt, dejecerunt-
que. No es inverosímil que habiendo consumido enton-
ces la peste. tantos hombres , colocasen los Legados al-
gunos de los prisioneros en las montañas de Astorga, ó
que se refugiasen á ellas los que no pudieron volver. á su
país , y estos se llamarían después por desprecio Mau-
relos, diminutivo de Maurus , no Moros, sino Mo-
rillos.
48 Aquí tiene el lector en que escoger para enten-
der
ipo
der la época de los Mau reíos. Yo me inclino á que se es-
tablecieron en la Maragatería , quando los Cartaginen-
ses estaban mas pujantes , y mas estendidos en España.
Si no gusta la e'poca de la peregrinación de los Turdeta-
nos, mi principal fin es, que el origen que el común atri-
buye á los Maragatos , suponiéndoles descendientes de
algunos sédanos de Mahoma, es-totalmente fabuloso , y
sin algún fundamento escrito , y de la precisa antigüe-
dad. No hay que citarme autores modernos por estira-
dos que sean ; y menos á los mismos Maragatos , aunque
lo crean , y lo digan j dicenlo , porque sus émulos se lo han
hecho creer. No será así en adelante.
49 Dirá alguno que aún concedido, quede la voz
Mauricato , ó Maragáto , se pruebe por los Maurellos la
antigüedad del Maure , antes de Mahoma , falta compo-
ner la terminación , Cato , ó Gato. A esto digo , que á
los Moros no los llaman Gatos , sino Perros, y es menes*
ter antes de pasar á mas , saber si Maurecatus es una voz
sola , ó compuesta de dos vozes distintas. No es contra
la latinidad el que sea una sola voz. Bosio cita el antiquí-
simo adverbio Maurkatim por Maurice , para significar
á lo Morisco , ó á lo Moruno , y bien pudiera admitir-
se Maurlcatus , para significar á uno , que en su vivir se
parece á los Mauros.
49 El hecho es, que así los Maragatos, como los
Vaqueros de Asturias, aún hoy viven Maurlcatlms y no
hay memoria de lo contrario. Viven como los Numades,
ó Numidas , que son los antiguos Mauros. Esto es, viven
una vida pastoril apacentando sus ganados de aquí para
allí , y utilizándose de ellos. Esta era la vida de los primi-
tivos Patriarcas , y aún es hoy la de muchas naciones
del orbe. Tártaros , Curdos , Árabes , &c. ni viven , ni
han vivido jamas de otro modo. Y tan Lexos está de pro-
bar esta vida en los Maragatos , y Vaqueros alguna de-
ca-
/
cadencia reciente de los Mahometanos , que prueba una
suma antigüedad de su origen , del qual no ha quedado
memoria en los libros, porque es anterior á los libros su
origen.
50 Al contrario porque consta de los libros que á
mediados del siglo XIV.0 vinieron de Inglaterra meri-
nas, y que entonces se introduxo el pastar en muy dis-
tantes países , según las estaciones del año. No hay tro-
piezo en saber el origen de la Mesta , y la nación de sus
pastores. Dice el señor Uztariz , que se ocupaban en la
Mesta. cinqüenta mil hombres , que si se empleasen en
cultivar las tierras no serian tan freqüentes las hambres,
y si viviesen fixos con sus mugeres , no seria tan visible
la despoblación de España, ni se veria su mejor tierra re-
ducida solo á pasto de animales.
5 1 Los carneros no han de ir á la guerra , ni hasta
ahora he visto hambres por falta de la lana. Que los que
viven en montañas poco proporcionadas para frutos,
exerzan en ellas , y no fuera de ellas la vida pastoril , ó
de Numades , y para hablar mejor , que vivan Maurica-
tim , como Vaqueros , y Maragatos , es muy justo, Pero
que para inutilizar las tierras , que serian fértilísimas
con el cultivo , se mantengan cinqüenta mil hombres,
ó Numades , y que solo vivan Mauricatim , jamas lo
aprobare'.
52 El siglo XIV.0 ha sido infelicísimo para España»
Á ía mitad de e'l padeció la mas horrible peste de que
haya memoria. Ha sido universal en toda Europa j pero
mas cruel en España. Despoblóse mas de la mitad , y
muchos lugares se perdieron del todo. Crecieron como
valdios los términos de los lugares, que habian quedado
como valdios de labradores»
53 Y quando entonces se debia pensar en restaurar
la población , no de animales , sino de Colonos , se apare-
cie-
Ip2
rieron en España las merinas para aumentar los valdíos,
y se metieron de gorra á cultivar las tierras , las muías,
y rocines : se habrían levantado con ei arado, y se -ve-,
rian cumplidos los votos de aquellos animales , que coi*
gracia expresó Oracio , en la edición de Bentiey.
Opfat ephiggia vos :
plger optat arare Caballus,
54 Los Maragatos, y los Vaqueros aplican los bue-
yes, y vacas al cultivo de la poca , y mala tierra que tie-
nen , aprovechándose de las crias , de la leche , y de to-
dos sus derivados. Y solo aplican las caballerías para el
porteo, y para traginar , así son verdaderos Numades, y.
viven Maurlcatlm , sin origen alguno de los Moros Ma-,
hometanos.
5 5 Siendo el adverbio Mauricatím tan antiguo , se
dexa entender sin violencia, que los Maragatos se llama-
ban así , por tener la vida pastoril de los Mauros , ó por
Vivir Maurlcatlm , y que al Rey Mauregato , le pusieron
ese mote , ó apodo ; porque fue muy aíe&o á los Moros,
eon los quaies continuó las paces, que habian hecho an-
tes los Reyes Aurelio, y Silo.
5<5 Alguno dirá que no halló tal adverbio Maurica^
tim en los Diccionarios. Yo digo lo mismo , y por lo mis-
mo digo que los Diccionarios están diminutos. Decio La-
berio es latino tan antiguo, que murió en el mismo año,
que Julio Cesar. En la pag. 1 5 1 8 del cuerpo de los poe-
tas latinos de la edición de Londres, están los fragmen-
tos de Laberio, y allí leí el adverbio Mauricatím, y aun-
que no se hallase escrito ese adverbio favorece para eí»
y para el segundo adjetivo la Analogía , v. g. Maurusy
Maurkus , Maurice , Maurícatus , Mauricatím.
En
57 En Castellano , y en Gallego hay vestigios de
estas terminaciones , v. g. Moro , Morisco , y Morisque-
ta ; y v. g. Mauro , Por tu , Mourisco , lugar , y Mour Uca-
dosy lugar y apellido. Por semejanza hay en iatin Mau-
rexy Maurkatus. Asentaba dos cosas : primera, que Ma-
ragatos es una sola voz : y segunda , que no se necesita
de la voz Mauris para nada. Añadiría para huir de la
voz Maur ellos , del Concilio de Lugo , que se le opondrá
por argumento : que Maurellos significa las montañas de
Astorga j pero que la voz Maragato no viene de Maure-
llos , sino del latin Maurkatus.
58 Murex en Latin significa quatro cosas parecidas
en las puntas de sus figuras. La primera , el Tríbulo , <>
abrojo , que es calabacita de una planta , con púas muy
penetrantes. La segunda , es abrojo artificial de yerro,
que imita al natural. Espárcese en los caminos por don-
de ha de pasar la caballería , y como que siempre que se
arroje en el suelo queda con sus púas de yerro ázia ar-
riba , caballos , y hombres se clavan en ellos. La ter-
cera significación es la famosa concha Múrice , ó pur-
pura , dicha así por las muchas púas fuertes , que,
tiene.
59 La quarta es , la aspereza de un peñasco , 6 ro-
ca , que tiene muchas puntas. Mr. de Argén ville pone
el sistema de la Purpura , y Múrice j y á este llama Ro-
cher : Ob figuram , qu£ representat saxorum áspera. De
manera , que por la similitud al Rocher , que significa
roca , ó peñasco con garfios , en France's se llama Ro-
cher , el Múrice concha. Hay en Galicia los peñascos
de San Pedro de Rocas , cada uno de los quales se podrá
llamar Murex , y todo el terreno Murkatos. El que de
lexos mirare á las montañas de Astorga , le parecerán
unas rocas , ó peñascos Mauricatos.
60 En este sentido , pues , la voz Maragatos es una
* Tom.- V, Bb so-
IP4
sola , y adjetivo de los montes , que después se aplicó á
los habitantes. Quando los remates de un monte parecen
dientes de una sierra , se llama sierra ese monte , y los
que la habitan Serranos. Murex es Ciudad de Mesopo-
tamia, según Ortelio ; y no es impropio que las monta-
ñas de la Maragatería tomasen el nombre de Murex por
sus picos. En este caso sale Murex , Múrice , Muricato,
Mure cato , Maragato.
6\ Hasta aquí hable' de la voz Maragato , imagi-
nándola sola y sencilla. Ahora diré algo de la misma voz,
suponiéndola compuesta.
6z_ Podrá venir Maragato de Maura-Capto , ó Mauro-
Cato. La Analogía se palpa en la voz Mente-Cato , que
viene de Captus 5 y así dixo Propercio contra las muge-
íes : Nescltis Capte mentís babere modum. Como quando
llegan á perder el pudor , y la vergüenza : Rupistis fr&~
napudoris: no saben tener modo ni medio en ser men-
tecatas. Ni tienen que asirse de esto los que creen que
los Maragatos son unos Moros cautivos , que se coloca-
ron en aquellas montañas. La Etimología se compone
Con los Mauritanos , que se cogieron en el año de ciento
¡y setenta , en tiempo de Marco Aurelio j y que ya en
tiempo de los Suevos se llamaron Maurellos,
• 63 En segundo lugar vendrá Maragato de Mauros
Gotbo, Esto es , que los Maragatos son una gente mez-
clada de Moros , y. Godos. Por el mismo sonsonete creen
muchos que los Agotes, tan despreciados en las gargantas
de los Pirineos , son reliquias, y descendientes de los
Godos. En nuestro caso no es lo mismo Mauro-GotboSf
que Gotbo-Mauros. Estos serian , si con los Godos pre-
existentes se mezclasen los Mahometanos , y serian Mau-
ro Gothos , si ,á los que se creían originarios de los Mau-
ritanos primitivos se juntasen por casamiento los Godos.
ñ§fyi Para que los Maragatos, sean originarios de los
Mau-
JP5
Mauro-Gothos , hay una congruencia. Dice S. Isidoro que
los Getulos de África se creían de los Getas del Ponto, que
habían venido por mar á la África. Añade , que era opi-
nión entre los Godos, que los Mauritanos eran sus parien-
tes, y consanguíneos : Opimo est apudGothos, ab antiqua cog-
natione Mauros consanguinit ate propincuos sibi vocare Se sos-
tris. Con tropas de Egipcios, y Africanos estendió sus con-
quistas hasta la Calchide, y el Ponto, y de esto se originó
que los de Colchos usasen la circuncisión con los Egipcios.
<5) No se' quaí de las dos expediciones ha sido pri-
mera , si la de Sesostris , ó la de los Getas de Gatulia.
Pero se', que los Getas del Ponto , y otras naciones ve-
cinas vinieron en tropel á España al comenzar el siglo V.°,
y que los Wandalos pasaron á la África. Por eso los Go-
dos creían , que los Mauros eran sus parientes, y subsis-
tiendo esta creencia , ¿ quie'n duda que serian freqüentes
los casamientos entre, los Godos , y primitivos Mau-
ritanos?
66 Quando Suevos , Godos , Scc. entraron en Es*
paña, había de todas naciones en ella , aunque todo de-
báxo del nombre de Romanos , por razón de la sujeción
al Imperio. No faltarán entre estas naciones los descen-
dientes de los Mauritanos. Éstos , y los Godos se reco-
nocieron por parientes, se amistaron , y al fin casaron
reciprocamente. Los hijos descendientes ni bien eran
Godos , ni bien Mauros. Eran Mauro-Godos. Por no
ser Mauros del todo los llamaron también Maurellosy y
con el tiempo volverían á llamarse con la voz com-
puesta Mauro~GGthüs , y por último Maragatos. Serán,
pues , los Maragatos con este sistema unos descendien-
tes de los Mauretanos primitivos , y de los primitivos
Godos parientes entre sí.
6j Los Gotho-Mauros , esto es , la mezcla de los
Godos con los Mahometanos, sivienea contra los Ma-
Bb 2 ra^
ig6
ragatos , casi todos los Españoles serán Maragatos, pues
son infinitos los casamientos recíprocos de christianos
con Moros. Abdallaziz , según el Pacense , tomó por una
de sus mugeres á Egilona , viuda del Rey Don Rodrigo.
Que los Moros , ó Moras se volviesen christianos , no
quita , ni borra la descendencia de sangre. Y atendien-
do á la esterilidad , y poco atractivo que tiene el país de
la Maragatería , se debe creer , que en e'l serian muy ra-
ros esos casamientos.
58 En tercero lugar se podrá considerar la voz com-
puesta Maragato como derivada de Mauro-Gato , ó
Mauro-Gaton. El Rey Ordoño I.° empezó á poblar la
Ciudad de Astorga, y lo encomendó al Conde Don
Goto , ó Gaton. Era este Conde nobilísimo caballero Ga-
llego , cuñado del Rey Don Ordoño I.° , y tio de
San Rosendo. La ocasión de poblar á Astorga era la
mas oportuna para colocar Moros cautivos en sus mon-
tañas , que las poblasen , y entonces podrían tomar sus
habitantes el nombre de Maragatos , ó por Mauro-Gatos^
ó por Mauro-Gatos , como que Don Goto , ó Gaton ha-
bía sido el diredor para que las dichas montañas se po*¡
blasen de Moros.
- 69 Pero nada de esto ha habido , y aunque el son-
sonete de Mauro-Gatos no sea opuesto , no pasa de son-
sonete. Goto es apellido antiguo , y muy noble en Gali-
cia, como me convencí habiendo leido el Becerro de Sa-
nios $ y conocí á un pobre hombre de aquella Abadía,
cuyo apellido era Gato. Digo esto por si hace mas al ca-
so el Goto j que el Gaton. Es fácil desvanecer ese origen,
si hubo conexión entre Maragato, y el Rey Mauregato,
pues ya había mas de 60 años que habia muerto Maurega-
to quando D. Ordoño I.° comenzó á poblar á Astorga.
70 El Obispo Sebastian Soto refiere tres historias
ele Ordoño I.° ,, una contra los Bascones rebelados , y
l97
que sujetó á su Imperio. Otra contra el Moro Muza en
la Rioja j y otra contra Coria , y su Rey Certi j y aún
tuvo la quarta contra Maceron , Rey de Talamanca. En
la primera no había Moros , sino Bascones vencidos. En
la segunda y tercera no hubo Moros cautivos 5 y en la
quarta, aunque los hubo , allí los vendió como Carne-
ros. Reliquzum vero vulgus cum uxoribus , & filiis sub coro-
na vendidit,
7 1 Esto prueba , que Don Ordoño I.° no necesitaba
Moros para poblar á Astorga , y menos á sus montañas,
que ya estaban pobladas de inmemorial. Del mismo
Obispo Sebastian consta , que Ordoño I.° no solo pobló,
ó mandó poblar la Ciudad de Astorga , sino también las
Ciudades de Amaya, León, y Tuy. ¿ Y quie'n no ve' que
seria una garrafal política el echar mano de Moros para
poblar estas Ciudades? El modo mas suave y natural de
poblarlas seria haciendo baxar gente de las montañas
Vecinas.
72 Para la Ciudad de Amaya baxarian de las mon-
tañas de Burgos 5 para la de León del Valle de Buron, Pa-
jares , y Bahías 5 para Tuy del Suydo , Franqueara, &c,
y para Astorga de las montañas de Leytariegos , Mara-
gatería , y Cabrera alta. Así tan lexos estaba de poblar-
se entonces el país de los Maragatos, que antes bien de
el salió gente para poblar la Ciudad de Astorga. Hablo
de la multitud de sus pobladores , y que ya fuesen
christianos viejos , sin, mezcla alguna de Mahome-
tanos.
73 Pudiera entretenerme mas en proponer otras
convinaciones para el origen de la voz Maragatos, ó co-
mo simple , ó sencilla , ó como voz compuesta 5 pero me
parece que sobran las propuestas para que cada uno se
incline á la que mas le gustare. Y si ninguna le gusta,
no por eso hemos de reñir , pues también soy yo des-
con-
ip8
contentadizo , y no me conformo con conjeturas , y
opiniones , y menos con fábulas mal urdidas , que in-
ventó la ignorancia, y que promueve la malignidad. De-
xo ya las voces , y voy á las cosas.
74 El vestido de los Maragatos aún hoy se lleva
la atención por lo singular , y extraordinario. Y harán
muy mal los Maragatos en intentar mudarle. Antes bien
atendiendo á alguna pintura de los siglos pasados , de-
bían tentar restituirle del todo. El Maragato mas infeliz
trae en su sombrero piramidal , en su saco r ó ¡aqueta
cerrada , en sus calzones anchos, en sus polaynas , y en
en su gorguera ( de la qual han apostatado ya muchos )
una visible Carta Executoria de su suma antigüedad en
España.
75 Don Vicente Lastanosa recogió, y estampó en
su Museo de las Medallas desconocidas Españolas mu-
chas monedas Españolas antiguas , que se acuñaron , y,
usaron á los principios de los Romanos en España , y á
lo último de los Cartaginenses. Tienen unos caracteres
clarísimos en la grabadura, pero ininteligibles para leerse.
Consiste esto en que se perdieron del todo la lengua , ó
lenguas , que entonces se hablaban , y no ha queda*
do Alfabeto para conocer el valor de los caracteres.
jó Las mas tienen de un lado una cabeza , y del
otro un ginete con su lanza. He reparado , que en el
adorno de la cabeza , y en una ¡aqueta , se parece el gi-
nete á un Maragato á caballo , y sin estribos. Propongo
y señalo al le&or once ginetes , y son los de los núme-
ros 22 , 42 , 47, 50, 59, 74, 75, 82 , 89, y 114
del libro de Lastanosa, para que se vea, que el vestido, y
sombrero de los Maragatos, es casi idéntico con el trage
de los antiguos Españoles. Esta circunstancia , en asunto
tan árido ,; no se debe mirar como indiferente. El sombre-
ro jamas ha sido adorno de la cabeza en los Mahome-
ta-
199
taños , ni aún de los Españoles de la media edad. El som-
brero de hoy contradista del sombrero de los Maragai
tos , es de reciente data > no tengo presente haber leído
la voz sombrero con ese sentido en el antiquísimo Cas-
tellano , y aún lo que es mas , ni la voz de sombra.
La S de sombra , de algo mas viene , que de umbra. De
hecho leí , la voz de solombra en el Castellano antiguo,
por sombra, y así sombra viene de sqIís umbra. El adorno
de la*cabeza , y defensivo se llamaba gorra > y si era
por lluvias , y para el monte se expresaba con la, voz
montera,
77 Aquí se ofrecía ocasión de referir los usos , y
costumbres , alimentos , ceremonias , &c, para hacer el
cotejo de los Maragatos con otras naciones ; pero yo vivo
ignorante de todo eso. Solo de tránsito pase por el cami-
no real de la Maragatería. Solo he observado , que son
muy reales , senos , secos , y taciturnos , y que rara vez
he visto reír á un Maragato , y hasta ahora á ninguno
he visto que vaya cantando por los caminos, como les
arrieros de otros países.
78 No me meto aquí en el estado que tienen , ó
debían tener en el estado de la gerarquía política y ci-
vil. Se' que todos los Maragatos forman un cuerpo , que
está sujeto á la Ciudad de Astorga en lo Eclesiástico, y
en lo jurídico, Lo demás no es de mi asunto. También
podre' decir , que tomando todas aquellas montañas con
las caídas al Bierzo, como que forman el antiguo país de
los Superados de Ptolomeo , cuya cabeza era Petabonio,
ó Ponferrada 5 no se hallará igual país que le exceda en
número de Monasterios, y Heremitorios, como contaron
y ponderaron Sandoval y Yepes.
79 La exemplar devoción con que todos los lugares
de la Maragatería se juntan para llevar en procesión á
nuestra señora del Castro á la Catedral de Astorga , no_
tie-
2 00
tiene símil. Hay creo tres leguas de distancia que andar,
y no obstante quando se padece alguna aflicción , por
temporal, hambre, ó peste, pasan aquella milagrosa
imagen , que es como el Paladin de los Maragatos , á po-
nerla patente en la Catedral Iglesia por algún tiempo , y
no la vuelven hasta lograr el socorro , y la protección.
En verdad que esta tan piadosa costumbre, que los Ma-
ragatos observan de inmemorial , no la han heredado de
los Sarracenos , ó Moros. •
80 Los hombres son fuertes y robustos , y no son
menos robustas , y varoniles las mugeres. Los Astures t
que en la guerra Cantábrica han mostrado tanto valor,
según Floro han sido los Astorganos , no los de la cam-
piña , sino los que habian baxado de las montañas ve-
cinas , quales son los de la Maragatena , y Leytariegos:
Astures ::: d montibus : : : suis descenderant. Y á no ser por
la traición de estos vecinos : hubieran acabado con los
Romanos, Orosio perifraseó á Floro , y expresamente po-
ne tres victorias contra Gallegos, Astures , y Cántabros,
que eran tres naciones distintas , y que en tiempo de
Orosio eran partes de Galicia ; Cantabri , & Astures , Ga-
¡acia Provincia , portio sunt,
8 1 En las guerras contra los Gallegos, juega el mon-
te Medulio , que Orosio pone sobre el Miño. En la guer-i
ra contra los Astorganos , juega el rio Astura ó Ezla , y
la Ciudad Lancia , que ó es Coyanza , ó la que después
fue León. Y en la guerra contra los Cántabros juega el
monte Vinnio, que no se' qual es ; pero se qual no pudo
ser. No disputo el mayor ó menor valor de las tres na-
ciones en aquel tiempo. Digo sí , que los montañeses As-
torganos no han sido los últimos en el esfuerzo , y si
hoy volviesen los Romanos á acometer á los Maraga-
tos con armas iguales, y sin traición, llevarían que
rascar.
No
201
82 No debo negar que los Maragatos que no tragi-
nan lo pasan con bastante estrechez y pobreza. Y no se
si el ser tan frugales es por miseria, ó por costumbre. Es-
ta vida , el empleo de los hombres , lo singular de su tra-
ge , el no mezclarse con otras familias , y sobre todo el
no aspirar á empleos grandes , todo habrá concurri-
do para introducir , y promover la fábula supuesta , pa«
ra que los Idiotas miren á los Maragatos como que son
siervos , y esclavos de los demás. Yo pienso de distinto
modo.
8 3 Los hijos de Jacob , que por causa de la ham-
bre baxaron á Egipto , eran libres , vigenuos , y nobilí-
simos , y al fin el Pueblo escogido de Dios. Mientras vi-
vió Joseph , y el Rey Faraón , que le estimaba , lo pasa-<
ron bien. El Faraón que le succedió , cogió un odio in-i
fernai contra los Israelitas. Viendo que multiplicaban mu-
cho , procuró por todos modos aniquilarlos , pero quan-
to mas se esmeraba en esto , tanto mas se multiplicaban.,
El último desprecio entre los Egipcios era un Hebreo^
y para abultar el vilipendio , solo se permitía á los He-i
breos el oficio de hacer ladrillos , y bodoques. Dábase-
Íes tanta paja , y se les imponía, el tributo de fabricar
cada dia tantos ladrillos. Esto era con el único fin de que,
se aburriesen , y saliesen del país.
84 Pero viendo el Rey que cumplían con el tribuH
to, y no se aburrian , mandó que no se les diese la pa^
ja , sino que ellos la buscasen , y cogiesen , y que coa'
todo eso cumpliesen con el ¡tributo diario de dar fabrica^
dos tantos ladrillos.
8j No pudieron ios Israelitas aguantar ya tanto
tributo , y así clamaron á Dios , quien ai fin los sacó
de aquel cautiverio. Pregunto : ¿quién inferirá de aquel^
Vilipendio q,i}.e padecían los Hebreos % ya por tales , ya;
Tom. Vf. Ce pos
202
por su pobreza , ya por su empleo , que eran viles , ó
descendientes de tales ? Veamos como ellos mismos se
cobraron después del vilipendio.
$6 Bien sabido es el chistoso arbitrio que usaron
los Gabaonitas para que Josué' no los expeliese de su
propio país. Habiendo oído que Josué' iba matando , ó
arrojando del país á todos los pueblos que se le ponian
delante , se disfrazaron unos Gabaonitas con zapatos
viejos , ropa rota , y pan duro , fingiendo que venian
de luengas tierras. Presentáronse á Josué' diciendo , que
deseaban su amistad , y que siempre le servirían. Estos
fio vivian lexos de donde vivia Josué' , y creyendo este
que los tales habian venido de longas tierras , fuera de
la tierra de Promisión , atendiendo á lo estropeados que
venian , los admitió á su alianza , y afirmó su palabra
con juramento.
87 Tardó poco en descubirse la ingeniosa impostura
de los Gabaonitas 5 y como Josué' no podia quebrantar
el juramento , ni debia admitirlos á la Gerarquía , y em-
pleos de los Hebreos : tomo el medio de admitirlos con
solo el oficio de servir siempre , porteando la leña , agua,
y otras cosas precisas para el servicio del Tabernáculo.
Así se conservaron los Gabaonitas mucho tiempo. Pre-
gunto : ¿ Ese baxo empleo que tenian , los quitó el ser los
primitivos habitantes del país? ¿Quie'n no diría entonces
que los Hebreos eran los advenedizos , y que solo los Ga-
feaonkas eran los naturales ? Los mismos Hebreos volvie-
ron á ser el vilipendio entre los Romanos después de la
ruina de Jerusalen.
88 En esto se prueba la visicitud de los honores , y]
vilipendios. Apenas hay nación culta que no tenga sigi-
ladas algunas generaciones para los empleos humildes.
Los de Thesaiia se llamaban Penes tas. Los de Creta Cla«
ro3
203,
rotes, y Mnoytas. Los ele Mayardía Doriptioros. Los
de los Griegos Giminites. Los de los Sidonios Carinopho-
ros. Y los de los Lacedemonios Helotes. Todo consta de
Julio Polux , y consta de Ateneo , que los Helotes esta-
ban en el último vilipendio entre los Lacedemonios. Estos
no se mezclaban con ellos , y debian los Helotes traer ua
visible distintivo en la cabeza, y en el trage; y lo mas re-
parable es , que los Helotes también eran Lacedemonios
de la Ciudad de Helos, Ammonio , corregido por Meru-
sio , dice que los Helotes , eran unos que se habían cogi-
do en la guerra. ¿ Y quien no ve que esta razón no podia
producir tanto vilipendio , siendo los Helotes tan honra-
dos como los Lacedemonios, y toda su generación?
8p Parece providencia de Dios , que á los que mas
afe&an dominios exorbitantes, y distintivos disparatados,
se les pague en la misma moneda. ¿Que papel hacen
hoy los Judios , Griegos, Lacedemonios, Romanos, &c?
La servidumbre de los Helotes , me trae á la pluma lo
que se dice de los Agotes. Tan obscuro es el origen de
estos, como el de los Maragatos. En la garganta de los
Pirineos , en el Bearnes , y en la Bretaña hay un ge'nero
de gentes , ó familias que los demás los miran como le-
prosos. Los llaman en Bretaña Cacosos , Cagotes , en el
Bearnes , y generalmente Agotes.
90 Entre los Agotes , y ios que no lo son , hay un
odio reciproco 5 pero los Agotes , como parte mas flaca,
están siempre debaxo , jamas se mezclan por casamien-
to , y menos en la Iglesia , en donde los Agotes deben
orar á los pies del templo. Ni comercio , ni cultivo de
tierras se les permite á los Agotes , á no ser el comercio
en lino , y cáñamo , y el cultivo de un huertecillo. De-
ben traer los Agotes un distintivo en el trage , como los
Helotes , y como en algunos países los Moros , y los Ju*
Ce 2 dios.
204
dios. Víernat trata de Agotes , no le tengo á mano ; pe-
ro si á Ducange, en que he leído las voces Agota, Agotí?-
Cacosi , y Cagoti.
9 1 Dicese que Agota , significa sinagoga de Judíos;
pero que se inclina Ducange , á que los Agotes son rehV
quias de los Godos. Es constante , y siendo así , mas
dignos de aprecio son los Agotes que de vilipendio.
92 Añádese que los Agotes se llamaban por despre-
cio Christianos , y así los Agotes descendiesen de Chris-
tianos Godos , se debian reir de todos los que los des-
precian. Si Christiano quiere decir entre los que despre-
cian á los Agotes, Christiano nuevo , por Judio , ó Ma-
hometano recien converso , ó esa historia de los Agotes
es moderna , ó ya los Agotes contarán muchos siglos de
ser christianos , y serán Christianos viejos.
93 Para ser Christianos nuevos los Agotes , es preJ
ciso señalar la e'poca , en que han comenzado á serlo. A'
mí se me ofrece una sacada del Judio Ganz , que refiere
todas las persecuciones que han padecido los Judies,
Dice , pues , que el año de 1 3 2 8 de Christo , se amoti-
nó el vulgo de Francia , y que mató seis mil Judios , ó
cerca en el Reyno de Navarra : Surrexit vulgus in Galia,
~ut delerent omnes judaos , qui in regno Navarra erant , &
trucidavit ex iis circiter 6%Judaos.
P4 No hay que estrañar hubiese tantos judios en
aquel país , pues entonces vivían en España con libertad,
y con el exercicio de su Religión ; y asimismo los había
en Navarra en el siglo XII.0 como consta del Ravino Ben-
jamín de Tudela , famoso viagero entonces, y grande
embustero, y ponderativo de las cosas de sus Hebreos. Y
por ofrecerse aquí la ocasión de deshacer un garrafalísi-
mo error de un autor moderno y clasico , digo que el
Ingles que explicó las ruinas de Palmira , en un magni-
fi-
20J
rfico tomo en folio , confundió la Ciudad de Tuy en Ga-
licia , con Tudela de Navarra. Supone que el Ravino
Benjamín era de Tuy , siendo inconcuso que era de Tu-
dela de Navarra , como el mismo lo dice en sus viages
en Hebreo , que traduxo en Latín Arias Montano , y
que después sacó á luz en Hebreo Latino Constanti-
no L.° Empereur. Citase Benjamín Tudelense , y el In-
gles creyó que era Tudense ; ó de Tuy.
95 Es natural que los Judíos que pudieran escapar
de la ira del pueblo , se esparciesen , y refugiasen á los
pueblos vecinos , ó como Judíos , ó como falsamente
conversos , queriéndose avecindar , y ó no serían admi-
tidos ó los admitirían con condiciones ignominiosas. Pa-
sados ciento y ocho años , quisieron estos Agotes levan-
tar cabeza e igualarse con los demás , y aún excederles,
como consta del Synodo Treconense, en el qual se halla
un decreto de Rodulfo Obispo , su fecha de mil quatro-
cientos treinta y seis , por el qual manda , que los Ago-
tes vuelvan á su servidumbre antigua , y á vivir sin co-
mercio con los demás. Supone el Obispo, que los tales
eran Judíos.
p5 Así la voz Agote , se debe buscar en la Lengua
Hebrea. Quando los Judíos vivían libres, no se recataban
en referir algunas voces de su Ley , y como no las en-
tendían los Christianos , usaban de ellas para injuriarlos.
Torach significaba el Pentateuco , ó la ley de Moyses.
Vara , significa creavit , y alude al principio del Génesis,
Vara elobim. Hallanse estas voces en Castellano antiguo,
y por el sonsonete de Torach al Toro , ó Becerro de
Aaron , toreaban los Christianos á los Judíos , creyen-
do que los llamaban Idólatras , siendo la ley el significa-
do de Torach.
fj Ademas de la Míschna ó Talmud , tenían y tie-
nen
20 6
nen los Judíos el Agadotli , ó Colección ele las Alego-í
rías del Talmud , y hay muchos comentos Ravinicos
sobre el Agadoth. Los Christianos que oían repetir,
Agadoth , y Agadotha , y que no entendían , por inju-
riarles llamáronles Agadothes, y con el tiempo Agotes,
98 Esto se prueba , porque los Agotes , para des^
quiciarse , llaman á los que no lo son Pelludtos , ó Pilo-
sos , ó Felpudos , no como que eran los Galios Comatos,
que esto no seria injuria , sino como que son Nazarenos,
ó Christianos , (que entre los Judios son Sinonomos alu-
ditivos) que dexaban crecer el cabello.
99 Ducange, ó por citar con mas exá&itud, los Bene»
dicünos que le adiccionaron , prueban que Agotha signi^
fica la Sinagoga de los Judios, y que será del Griego Ago-
ra, que significa Forum , ó Congregación 5 pero tampoco
yendria mal de Agadoth , cuya raiz Hebrea es Agaz
Coligere , si bien Bustosio explica á la "larga la signifi-
cación literaria de Agadoth en la raiz de Nagad. La voz
Cagoti , ó Cacosi no viene del verbo correlativo de co-
mer , sino de Cascos , y de este Cacosomium , que signi-
fica enfermo , ó cuerpo leproso. Tienense' á los Agotes
por leprosos , y que huelen mal , lo que muchos creen
de los Judios de hoy.
100 Si los Agotes son leprosos , ó expuestos á pa-
decer esta enfermedad , es muy justo que vivan separa-
dos, sin comunicarse con los sanos i pero la lepra no
prueba Judaismo. La lepra no viene de infección moral,
sino física de la sangre. Suele heredarse esa infección , y.
de seguro suele residir en tal ó tal generación.
10 1 En este concepto digo , que en tiempo antiguo
estuvo España apestada de Agotes. Habia ( y hoy hay,
algunos ) infinitos hospitales de Leprosos , en los que es-
tos vivían separados , y fuera de los pueblos. A estos lla-
ma-
2 O/
maban Malatos , Lazarados , Leprosos , y quando la le-
pra se exaltaba al último grado, se llamaban Gafos esos
enfermos , y correspondía esa enfermedad á la Ele-
fantiasis.
102 Ya por las Leyes de las Partidas se declara
por una de las mayores injurias el llamar á un hombre
Gafo. Pablo Merula en la descripción de la Gascuña di-
ce , que los Agotes se llaman Capots , y en algunas par-
tes Gahets. Múdese la h en f , y tendremos Gafetes, Ga-
fotes , ó Gafos. Por tales los tiene Merula. Habetur pro
lepra infettum. No se' si ha sido primero la voz Gahets , ó
la voz Gafets. Creeré, que Gafos, Gafets , Gahertos,
y Gagots todos vendrán de una misma raiz , y que sig-
nifican los Agotes. En algunas Marinas de Galicia inju-
rian á los Marineros llamándoles Cagotes, y á los de
tierra Gafos , ó descendientes de ellos.
103 Los Marineros , ó Maritanos están mas ex-
puestos al escorbuto , y por consiguiente á adolecer de.
Gafos. Por mucha adversión que haya en las gargantas
de los Pirineos á los Agotes , es sin comparación mayor
la que los Gallegos tienen á los Gafos , ó á sus Agotes , ó
Gafotes. Alcance dos ó tres que los tenian reclusos en
una jaula , ó toril de madera á los pies de la Iglesia,
que servia á los leprosos , que aún no tenian la Gafesad,
ó Gafura. Ya dixe que la Lepra , ó Gafedad no tiene
conexión con la sangre de Judios , aunque los Judíos,
Moros , y Orientales , por mas expuestos á peste, son
mas expuestos á lepra.
104 Podrá ser uno noble, christiano , y virtuoso , y
padecer la lepra. Al Rey de Judá Azadas le castigólos
con la lepra : Fuit leprosus usque in dkm mortis sua , $*
habitabat in domo libera Seorson.
105 Así , pues , aunque los sanos deben poner mu-
cha
2Ó8
cha cautela en retirarse ele íos leprosos , y gafos , no por
eso los deben vilipendiar , pues son acreedores á la ma-
yor caridad, y compasión christiana de los sanos. Hace
años que la lepra ya no es tan común en España , des-
pués que no son tan comunes los baños públicos 5 pero
succedió en su lugar. la lepra Venérea , que al principio
se creyó ser gafedad ó Elephanteasis. El primer buboso
de España ha sido el Portugués , y Docto Arias Barbo-
sa , como consta de su confesión, y de la respuesta que le
escribió Pedro Mártir de Anglería el año de 1488 , an-
tes de que hubiese noticia de la America en el mundo..
El mismo Pedro Mártir baptiza esta enfermedad con los
nombres de bubas, en Castellano, Morbo Gálico, en La-
tin, y Elephanteasis en Medicina. Así los que dicen que
las bubas vinieron de la America á Europa , deben depo-
ner ese error palmario.
106 No hay asunto mas fecundó para escribir , que
el que no tiene razón fixa para probarse. La verdad es
una , y las conjeturas , ó probabilidades son todas unas
é infinitas. Tomé el asunto del origen de los Maragatos,
y se me presentó sin querer el del origen de los Agotes.
Si se supiese de fixo el origen de los dos e'ntes problema-
ticos , bastaba una hoja para dar noticia de ellos , y ya
llevo escritas tantas , y nada tenemos de fixo. Propuse sí
los Agotes serian descendientes de Judios , si descendien-
tes de leprosos , ó gafos. Falta probar ó tentar si sondes-
cendientes de los primeros Gitanos, que se aparecieron en
España.
107 Y aquí se me ofrece otra mas difícil question so-J
bre el origen de los Gitanos. Pero no debo insistir en eso,
sino en si ios Agotes son originarios de los Gitanos. So-
bre el origen de estos hay mucho escrito , y nada cier-
no. El liustrísimo señor Feyjoó , en el tomo II., y en ei
IX.
209
IX. de su Teatro Crítico dice bastante ; y el sistema que
propone de Wagenselio , favorece á ios que dixeren , que
los Gitanos vinieron á parar en ser Agotes. Los años no
deshacen partido. La peste universal : el echar la culpa i
los Judíos, que habian envenenado los alimentos : la per-
secución contra ellos , y el retirarse estos á alguna cueba,
todo sucedió el año de 1348. 'Y en este mismo año,"
también los Christianos se refugiaron debaxo de tierra,
huyendo de la peste, como expresamente lo refiere Bo-
cado al principio de su Decameron.
108 Entonces los Judios de Alemania , según Wa-
genselio se refugiaron á una gran cueba, huyendo no so-
lo de la peste , sino mucho mas de la persecución de los
Christianos.
109 Por los años de mil quatrbcientos diez y siete
salieron de la cueba , y macilentos, andrajosos y desfigu»
rados , se esparcieron por Alemania , y por todo el mun-
do, ocultando el que eran descendientes de los Judios,
por evadirse de la persecución , y fingiendo que venían
de Egipto , y que Dios les habia condenado á andar er-
rantes. En esta impostura , imitaron á los Gabaonitas , y
en refugiarse á las cuebas á los Macabeos.
lio El año de mil quatrocientos treinta y seis , se
publicó el Sínodo contra los Agotes , que á lo que creo
eran los dichos Gitanos , establecidos ya en Francia. Coc-
ino estos Gitanos inundaron la Europa,, tomaron dife-«
rentes nombres , v. g. Germanos , Bohemios , Zíngaros»
Egipcios, ó Gitanos. Su lengua no tiene origen , pues
solo es una gerga , ó gerigonza de voces fingidas , y de
voces vulgares , y desfiguradas. Todio Ludulfo sabía
veinte y quatro lenguas. Recogió algunas voces de los
Cíngaros, pero no pudo hallar origen en alguna lengua
conocida. Juan Hidalgo sac9 el Bocabulaiio de las voces
Tom, V* Dd que
2 10
que usan los Gitanos en España , y Wagenselio recogió
algunas vozes Hebreas para fixar su sistema.
* n i Estos mendigos errantes y embusteros , Judíos
de corazón , Christianos de boca , Alemanes de Patria,
Egipcios de impostura , ladrones de oficio , y casi lepro-
sos ó fe'tidos de miseria , ó siguiendo el sistema común,
Egipcios de nación , esos digo vendrían á parar al país,
en donde liay hoy Agotes , y. avecindados allí , incur-
rirían en la abominación , odio, desprecio , y horror de
los naturales, y como decían que eran Egipcios , de estos
tomarían el nombre de Agotes.
112 Escaligero de Emendatione , pag. 705 , creyó
que los Coptos tomaron el nombre de la Ciudad de Cop-
to en Egipto. Después se retractó , y dice que vienen de
la misma voz Egiptos. Son los Christianos Cismáticos
de Egipto , llamados Coptos , con lengua y ritos espe-
ciales. Los Avisinos los llamaban Giptu , ó Gupti. Así
esta voz es truncada de la voz entera Egipto , y por lo
mismo se podrán llamar Egiptos , Aguptus , Agotos , y
Agotes. Los Mahometanos ios llaman Aleupti-, con que
para tratar los Franceses á los Zíngaros de Egipicocos
y Gitanos , ó porque lo eran , ó porque lo fingían,
los llamaron Agoptos , ó Agotes. Y por la misma razón
los llamarnos los Españoles , Agiptos , Agiptanos , y Gi-
tanos.
113 Según lo dicho no sobra en las Castillas otra
cosa que Agotes , ó descendientes de ellos , con el nom-
bre de Gitanos , y si con estos se usare la precaución
que hay contra los Agotes , estarían mas seguros los
caminos.
114 He tocado esto de los Agotes , por si alguno
movida dc\ sonsonete , ha comparado á los Maragatos
con ios Agotes , creyendo que eran,eorao Mar , ó Ma?
. t. r ■ ,, ' ■ ja-
211
ragbtes , sin advertir que los Agotes nunca han sido
Moros , pues tienen su origen , ó de algunas familias
leprosas ó gafas , ó de los Judíos refugiados de la perse-
cución , ó de los Gitanos de siglo XIV,0, ó de otros que
tuviesen las tres circunstancias.
115 Digo, pues, en conclusión que los Maragatos*
son tinos hombres como los demás. Que en su vida, trages,
y costumbres , representan á los Españoles antiguos. Que
así ellos como los Vaqueros se exercitan al modo de los
antiguos pastores y labradores. Que en su origen nada
tienen de Judíos, pues estos no aspiran á cultivar las utili-
dades de los que las cultivan , y á recoger todo el dine-
ro de los estados. Que nada tienen los Maragatos en su
origen del Mahometismor Que no son descendientes de
leprosos y gafos , pues lo repugna su país frió , y su vida
frugal. Que no tienen sangre de Gitanos , pues estos se^
anidan en' las Ciudades con el risible título de avecin-
dados , y salen á robar á los caminos , con título dé una
impune tolerancia, que por lo dicho ni aún remota se-i
mejanza tienen con los Agotes.
1 1 5 Que si los que no son Maragatos ni Vaqueros,
no hacen alianzas de casamientos con ellos, tampoco
ellos los quieren admitir, por no bastardear de su origen.
Que han hecho admirablemente en mirar estos añoscot*
enojo á un . Maragato que se habían casado en Madrid-
hasta que él , y su muger aburridos con el desprecio , se
salieron del país. Que si. su. empleo de servir al público
en cosas humildes , se ha. de mirar con desprecio-, será-
preciso que los que habitan la cordillera de montes des-
de los Pirineos hasta el Occeano Occidental , ó dexen sus
empleos , y oficios serviles , ó hayan de pasar por Ma-*-
ragatos, f t .... 1
117 En quanto.ál nombre de. Maragatos escogerá
Dáz el
:2 12
<el ledor el que íQicjor le pareciere de tantos como proble-
máticamente he propuesto para exornar este papel. A
ninguno pienso preocupar con mis reflexiones. Quando
por falta de reflexión vivia yo preocupado del mismo
error común , escribí un pliego sobre la Cruz de Fer-
ro , que está encima de Fonzabadon. En e'i propo-
nia , que el echar allí la piedra en el montón, y ha-
cer no se' que votos , se executaba al rebes , pues no los
,<jue vienen de Galicia , sino los que van allá , y en es-
pecial á Santiago , deben cumplir con aquellas cere-
monias.
1 1 8 i El viage antiguo que por la Maragatería guiaba
á Santiago, se llamaba el lugar que está antes de Fonzaba-
don , caminando desde Astorga : Raphanelus qui capti*
<vus cognominatus est. Y esto ya en el siglo XIII.0 , y es
sin duda el lugar de Banabal , pues no hay otro antes
de Jonzabadon en aquella vereda. Este se llama Rabanal
del camino ó distancia de Rabanal el viejo , que está al
Nort,e. La voz captivus me inclinó á creer; entonces el
error común , del qual he revenido ya después que he
escrito este papel.
, 119 Bien está que un tal Raphanelo fundase aquel-
lugar , pero ni ese nombre es de Moro , ni el captivus lo
prueba. En. instrumento de setecientos sesenta y tres, que
pone Sandoval , y está en la mantaña ázia Laredo , fir-
ma un Don Retphano Abad 5 y Raphanelo es su dimi-
nutivo. Captivos se llaman por mote , los que están cau^
tivos en poder de moros 5 y así no hay duda en. el
texto. : ' <
5 120 Finalmente, para fixat en algo digo , que los
Maragatos son los, Maur ellos del Concilio de Hugo, an-
tes de Mahoma , no por alusión á Nación , sino a Mau-
ms , cokr. Los tylaragatos, y en especial ios Astorganosy'
u
2I3
de la Campiña , son de un color pardo , fusco y atezado;
y de este color Cno del negro) tomaron el nombre. Y esta
es mi conclusión , Ínterin me instruyo de mas ciertas
noticias.
\ 121 Mas por si algún crítico Astorgano informado ya
de los tres requisitos , puestos en los números 4,5, y 6"
gustare de que en las montañas de la Maragatería hu-
biese Mauritanos Gentiles , antes de los Suevos , le citare
un texto para que le aproveche. En Ponferrada residia el
Tribuno de la segunda Cohorte de Legión, y se llamaba:
Flavia Pacationa , dicho así , según Parcinoto , 6 Pacacia:
Urbe Mauritania , y porque esta Cohorte se compondría
de Mauritanos , colocados estos en Ponferrada , se ex-
tendieron por aquellas montañas , y poblarían como los
de la Legión poblarían á León.
122 El que puesto en la Cruz Ferro mira á Astor-
ga , que dista quatro leguas , tiene á su izquierda el
Valle de la de Tegera , y no lejos el lugar de Peybueno.
Esta voz alude á Petabonio á Ponferrada. Acaso algunos
soldados estarían apostados como atalayas en Peybueno,
sitio propio para eso. Por razón del país de donde eran
los soldados , que era Pacati , se llamarían como hoy se
llaman Maurusi Pacati , y hoy Mauri-pacati , Mauro
Pacato , y Maragato.
123 No me paro en los apodos , que ponen á los
Maragatos , pues ya ellos corresponden con apodos de
piedras. Vulgarmente los llaman Cucos. Si es picardía,
aludiendo á que lo mas del tiempo están ausentes de sus
mugeres , habrá en el mundo peste de Cucos , y que
cantan en todo el año. Si no hay picardía , alude á que
los Maragatos salen á traginar quando se aparece el
Cuclüio , ó Cuco. A este modo se llamarán Golondri-
nos , los Alhojeros porque vienen , y se vuelven con las
Go-
214
Golondrinas. Quando era yo inocente me hicieron creer
que los Maragatos eran en realidad un genero de pa-
jaróles Cucos. Y preguntando yo si los Cucos habla*
ban , me engañaron con esta equívoca respuesta : sí , los
Cucos en el país de los Maragatos hablan como acá. Y
yo creí que hablaban como yo. Así se forman las tradi-
ciones vulgares , y las patrañas fabulosas.
Madrid y Noviembre 4. de 1768* —Fray Martin
Sarmiento.
1
...
. ;
■
■
ÁU-
215
AUXILIOS
PARA BIEN GOBERNAR
UNA MONARQUÍA CATÓLICA,
Ó DOCUMENTOS,
Que dicta la experiencia , y aprueba la razón , para que
el Monarca merezca justamente el nombre
de Grande.
OBRA,
QUE ESCRIBIÓ, Y REMITIÓ DESDE PARÍS
AL REY NUESTRO SEÑOR
DON FELIPE QUINTO
DON MELCHOR DE MACANAZ, &c.
j <j- ■ '
Para evitar qualquiera mala inteligencia , que se quiera
dar á esta Obra , ha acordado el Consejo , que se advierta al
Público por medio de esta Nota , que debe leerse con aquella
precaución -necesaria) para no dar mas opinión, ñi crédito,
que el que corresponde á las especies, y noticias qm contiene,
ADVERTENCIA.
-tastos Auxilios , que remití de su real orden al Señor
Rey Don Felipe V.,° ( que Dios guarde ) , me consta con
cer-
2I¿
certeza , que fueron leídos por S. M. con muctio gusto,
y aún con deseo de dar principio á su establecimiento,
según el alto juicio que formó de lo que importarla al
reyno.
Para esto se los entregó al Ministro de Estado Mar-
ques de Grimaldo , á quien advirtió ios viese secreta-
mente , y le diese su di&amen sobre ellos, El Marques
me favoreció mucho , pues dixo á S. M. quando se los
volvió , que su sentir era , que no se perdiese tiempo en
su prá&ica , pues desde luego creía , que seria muy im-
portantísima á S. M. , y á sus vasallos.
Ei Rey , aún no satisfecho de este informe y tomo
otros tres , que los dieron el Obispo de Coria , el Mar-
ques de Mirabal , y Don Juan Bautista Orendain ; todos
tres enemigos acérrimos mios , y que aspiraban á sepa-
rarme enteramente de la gracia de S. M. El informe que
dieron no fue terminante contra la obra , si no abultan-
do dificultades , y fingiendo escollos , que no habia , pa-
ra su establecimiento.
Con esto , y las cosas que han ocurrido en España
hasta ahora , quedaron casi olvidados de S. M. estos Au-
xilios j pero no por ello, ni por el recato con que los
tres enemigos mios dieron el informe opuesto á la verdad
á S. M. , ni por estar yo ausente de Madrid tanto tiem-
po , y con tal distancia , dexe' de tener puntual noticia
de todo , y aún muy por menor de las partes , y repaT
ros de que constaba el citado informe i mereciendo todo
este favor ai Marques de Grimaldo mi verdadero apa-
sionado, y bienhechor ; y aunque tuve impulsos de es-
cribir un tomo en quarto , relacionando las cosas que
yo sabia que contra el Rey , el Estado , y la Iglesia ha-
bía hecho , y aconsejado cada uno de los tres : me con-
tuvo la fidelidad que debía guardar al Marques de Gri-
maldo , pues tai vez con este libro , que tenia ánimo de
r.
217,
remitir á S. M. se descubriría lo que tan sea* etamemc
me confió.
Todo lo qual pasó del modo que queda refer ido, y lo
pongo por noticia en este original de mi mano , para que
el que llegue á verlo con el tiempo , no carez ca de sa-
ber los motivos que hubo para desviar el ánimo de S. M.
del establecimiento de estos Auxilios , como d esde que
los leyó pensó executar ; y lo firmo de mi mano. = Don
Melchor de Macanaz.
CARTA
AL REY NUESTRO SEÑOR
DON FELIPE QUINTO
D E
PON MELCHOR DE MJCJNJZi
FISCAL GENERAL DEL REYNO.
REMITIDA DESDE PARÍS,
ACOMPAÑANDO LA OBRA QUE SEGUIRÁ,
SEÑOR.
X aso á las reales manos de V. M. la Obra adjunta, qué
he intitulado : Auxilios para bien gobernar una Monarquía
Católica , de cuyo Obra ya di noticia á V. M. , y se dig-
Tom. V< Ee nó
2l8
nó su real benevolencia honrarme con pedírmela el in-
mediato correo pasado.
Mis males , señor, que están tan rebeldes , que no
me permiten instante de descanso , han sido la causa
de que este mi trabajo no haya logrado muchos dias
hace el honor de verse colocado en las reales manos de
V. M. , á quien puedo asegurar lo he copiado del bor-
rador , que reservo , en el corto tiempo de seis dias,
porque en el reverente amor , que profeso a V. M. , se
debería tener por un grave delito el dilatar un instante
el cumplimiento de sus reales mandatos.
Puedo , señor , hacer presente á V. M. , que todos
mis deseos , mis pensamientos , y mis fines se dirigen
únicamente á emprender , y manifestar el modo de que
LV. M. goze en sus vastos dominios todo aquel bien , que
sea posible ; y en las naciones extrangeras la superiori-
dad , que su real , y grande corazón merece ; que estas
glorias , de que es tan dignísimo V. M. , serán siempre
el mayor , y mas singular premio de mis tareas ; á cuya
imitación , señor , no se' como no se arrojan gustosa , y
eficazmente tantos grandes hombres como hay en Espa-
ña , teniendo la admirable satisfacción de que su gran
Príncipe es el primero que abona , premia , y honra con
su real munificencia las obras , proyectos , ó adelanta-
mientos , que merecen atención en juscicia.
Con este motivo , señor , no puedo dexar de hacer
presente á V. M. , que algunas obras mias , ( dichosas
en sumo grado por haber merecido la real aceptación de
V. M. ) se miran con grande horror de aquellos hon>-
bres , á quienes no permiten ellas las facultades , que
hoy tienen , por no haber sido adquiridas con legítimos"
motivos , ni medios conducentes , y justos , y sí , ó por
la necesidad , ó por la ignorancia de quien las concedió,
ó por la malicia de supuestos informes j hallándose hoy
en
■Á 1 9
en posesión de ellas , como sí siempre hubiesen estado
vinculadas en sus dignidades , ó como si realmente fue-
sen anexas á ellas s siendo esto contra las disposiciones de
varios Concilios Generales , y Provinciales , Sagrados
Cánones , y Santos Padres 5 y no puedo dexar de persua-
dirme , señor , á que mirando con tanto horror el fruto,
mirarán con mucho mas al árbol , que le produxo j pe-
ro me sirve de consuelo , que quanto en estos particula-
res he escrito , y propuesto , ó ha sido por real mandato
de V. M. , ó por christiano celo de la Religión ? y de la
real autoridad de V. M. , y que de su real orden fue
examinado , y censurado por los Teólogos de mas re-
putación , y se conformaron con quanto yo dixe , ha-
ciéndolo presente así á V. M.
Todas estas recordaciones , señor , que mi postrada
humildad hace á V. M. , no van descaminadas , ni fue-
ra de proposito ; pues son á fin de que V. M. con su.
real autoridad contenga el fatal curso de mis enemigos,
porque estoy muy bien enterado , que aspiran á fulmi-
nar contra mí tan poderosos , como encubiertos tiros,
que tengan aptitud para desprenderme de la gracia de
V. M.5 á la que me condujo no mi merecimiento , sino
mi dicha ; bien que no me Causa el mayor cuidado todo
esto ; porque quien conozca la re&itud , justicia , inte-
gridad , y constancia admirable de V. M. no temerá
nunca que las supuestas, maliciosas , y calumniosas inter-
pretaciones puedan penetrar , ni hacer alguna impresión,
en los reales oidos de V. M. , ni en su magnánimo, y
generoso corazón.
Estas son las razones tan bien fundadas , que me
asisten para vivir sin rezelo de las no justas intenciones
de mis émulos > á cuyas contrariedades y objeciones,
<que pongan á todos , ó algunos de mis escritos , procu-
rare satisfacer siempre que V. M, me lo mande i y esto
Ee 2 no
2 2Ó
no será con discursos ni argumentos míos , sino con las
disposiciones de todos los Concilios , con las dodrinas de
todos los Santos Padres de los catorce primeros siglos,
con las disposiciones de los sagrados Cánones , con los
di&amenes de los mas grandes Teólogos , y con lo
que mandan , ordenan , y disponen varias leyes áú,
reyno.
En estos sólidos , y ciertísimos apoyos , están , se-í
ñor , fundadas , y sobstenidas las proposiciones de mis
•escritos en los particulares sobre que me tiran. En nin-¡
guno de ellos dixe , ni pense decir cosa, que ni aún re^
motamente se opusiese contra la obediencia , y sometió
miento reverente , que en todos los casos de pura Reli-
gión se debe al Sumo Pontifice. Este es lá cabeza visible
de la Iglesia , como Vicario de Jesu-Christo. Es el pas-
tor de todo el rebaño christiano 5 luego solo el que no
lo sea , dexará de obedecer , y respetar á este pastor como,
Padre.
Quantos toque' en este particular , fueron puntos de
hecho , y de derecho correspondientes á la Magestad,
no terminantes á la Iglesia. Pidióme V. M. dídamen so-\
bre varios puntos y cosas que faltaban á la Corona , y
se hallaban en poder de la Tiara , y dixe redonda , y
claramente lo que me enseñaban todos los que aquí de-
xo citados , y en mis escritos cito , para que su claridad,
y certeza consiguiese, que se arrancara del cayado, lo
que sin justo título tiene usurpado el cetro.
Esto mas fue , señor , aclarar que indisponer. Mas
fue en beneficio de su Santidad , Religiones , y Eclesiás-s
ticos seculares , que en daño 5 porque ¿quien no creerá,
que avisar á qualesquiera hasta donde rayan sus obliga^
dones , y hasta donde se estienden sus facultades , es
mas para agradecerlo , que para censurarlo ? ¿ Y quien
negará , -que enterar á uno , ó. á muchos , de que lo
c¡ue
22 I
que poseen es Injustamente , y sin el menor derecho , se-
rá acción que deberían agradecer si se preciasen de Chris-
tianos , pues se les daba á entender en ello , que debían
renunciar en su legítimo dueño , lo que con perjuicio
notorio de sus conciencias, del bien común , y contra la
Voluntad del mismo dueño disfrutaban?
¿Ve V. M. quán cierto es este simil ? Pues lo mismo
lo son mis proposiciones , y demás escritos , que hablan
de estos asuntos 5 mas las resultas no han sido como de-
bieran ser , sino como no pudieran esperarse. No han
sido con agradecimientos como avisados , sino con oposi-
ción, como ofendidos,,
Pero, señor, V. M. tenga por evidente , que quanto
tengo dicho , y articulado en mis obras , es la pura ver-
dad. V. M. es padre de sus vaílasos. Puede y debe qui-
tar á estos aquellas pesadas cargas que los embaraze,
y oprima demasiadamente > pudiendo estar con menos
gravámenes con otras mas justas , y debidas provi-
dencias.
Estas deben ser las que tengo expresadas en varias
partes , de la autoridad que hoy tiene , y se le debe
quitar al Nuncios de la multiplicación de bienes raíces,
comercio , y otros negocios que exercitan , y se les debe
arrancar á las Religiones 5 no permitiendo que en algu-
nos años reciban novicios, tanto legos como de Misa
y dexándolas únicamente arregladas á sus respectivos
institutos 5 y á este modo , de . otros asuntos que la alta
penetración de- V. M. examinó en. mis escritos , aprobó,
y tendrá presentes por uno de los mas principales auxi-
lios para bien gobernar una Monarquía Católica , que es el tí-
tulo de la obra inclusa.
Estas y otras materias parecidas á ellas, ya mas emi-
nentes por f tocar : en -algunas maiitoleradas.'franquicías que
goza eltSumo Pontífice t como si en realidad fueran pro-
pias
222
pias de la Silla ; y ya mas baxas , por ser respe&ivas á
la soberanía que V. M. tiene sobre los Eclesiásticos secu-
lares y regulares , y á la obligación indispensable de es-
tos en servir á V. M. con sus dineros , y personas tanto
en la guerra , como en las otras urgencias de la Corona,
y de la Patria en los casos y cosas , que en mis escritos se
refieren , son, señor , las que han alterado los ánimos de
los pastores , y de las ovejas i y creo que entre todos pro-
curen devorarme como á lobo ¿ mas siendo V. M. el ma-
yoral soberano de todos , conocerá que yo no escribí pa-
ra morder , sino para modificar las costumbres \ viciadas,
con la tolerancia , y los abusos arraigados con la dureza
del tiempo j y de la estrecha voluntad con que los tienen
abrazados los que ilegítimamente los poseen; se verifica la
certeza de que viven mas con la ambición , que la tem-
planza 5 pues les es tan sensible el desembarazarse, y se-
pararse de lo que no les toca. En lo qual conocerá V. M.
claramente , que ellos son los que muerden , pues así so-
licitan , y van disponiendo el vengarse de quien debían
agradecer las recordaciones saludables , que tenían olvi-
dadas contra sus conciencias , contra la salud espiritual,
y temporal de los fieles , y en una palabra , contra aque-
llo , cuya inspección, autoridad, y dominio compete, y.
corresponde de derecho divino , y humano ai Monarca,
y no al Pontífice.
Todas estas reflexiones , señor , no son efedros de
- una poquedad de espíritu, que hace respirar pusilani-
. mes recelos ; son empero temores justos de poco declara-
dos enemigos , conpoder, y estando yo ausente de la Tea!
< presencia de V. M. ; todos tres motivos suficientes para
que pueda recelarme de aquello que es fácil suce-
'derme.
Esto es quien me dirije á prevenir el. remedio á taa-
to daño con anticipación ,cei qual es rogar, rendidisima-
men-
223
mente á V. M. se digne favorecer mi humildad , hacién-
dose cargo de todas mis razones , para que así hallen á
V. M. prevenido algunas calumniosas quexas , que por
las causas dichas creeré lleguen á V. M. , y con el mis-
mo rendimiento suplico á V. M. vea , y examine los Au~.
xilíos, ó documentos que doy en la obra adjunta para
bien gobernar una Monarquía 5 por si tuviesen alguna
parte para lo precioso de los efedos , que su título
señala.
Dios guarde la importantísima vida de V. M. los
años que la Christiandad necesita. París , &c. Señor:
B. L. R. P. de V. M. = Su mas leal vasallo, y humildísi-
mo criado = Melchor de Macanaz.
EXORDIO
AL REY NUESTRO SEÑOR.
SEÑOR.
,o
yga V. M. estos Auxilios , que le ofrece mi res-
peto , mi humildad , y mis deseos del mayor explendor
de V. M. en el gobierno de sus vastos Estados , y bien
común de los vasallos ; pero suplico á V. M. los oyga,.
ó lea , si no con la atención á que parece es acreedor el
leal , y fiel amor , que los dida , con arreglo á lo menos
á lo muy importantes que pueden ser á V. M. , á su Co-
rona , y vasallos puestos en prádica : pues no hay me-
jor Consejero , que el que habla sin otro afedo , ó inte-
re's , que el de su Soberano , y el de su Patria 5 y yo, co-
mo V . M. lo tiene justificado , puedo ¡adarme de que
ha-
224
hable siempre guardando estos limites , sin que aun el
mas corto acento se desviase de su observancia, ni se dis-
tinguiese de su conseqüencia.
- 2 Nunca los ambiciosos deseos j de las. glorias del
mundo me preocuparon , ni los intereses me persuadie-
ron. El Ministro que en qualquiera de estos dos lazos,
cayga , no podrá ser buen Ministro 5 porque , ó por ali-
mentar su torpe codicia , ó por mantener su negra vani-
dad , ó por todo junto , doblará lo re£to de los Con-;,
sejos.
3 Prueba será grande , señor , de que los que en es-
ta.obra administro , son ordenados poruña reda inten-
ción agena de interés , ni de otra desordenada pasión , la
rigidez con que declaro el modo que debe tener un So-
berano , tanto en sus operaciones domesticas con los fa-
miliares , y correspondencias secretas 5 como en otros
distintos manejos correspondientes ai útilísimo gobierno
de sus Estados. Y mal podria escribir así , si fueran mis
intereses los que inspiraran las voces , y compusieran lo*
conceptos.
4 Veinte y dos reglas abraza esta obra , las que
practicadas con la prudencia , orden , y atención , que
ellas mismas disponen, serán otros tantos Auxilios , para
que se gobierne una Católica Monarquía con el explen-
dor , que á sus invictos Monarcas , y á ella corresponde»
y que en su virtud logre, por las operaciones de su Rey,
la grandeza, la felicidad , y la reputación, que puede , y.,
hoy no disfruta.
% Todos ellos, señor, son documentos no sacados no
de otros libros , que de los de la razón , y de la expe-
riencia j y mal podrán no ser Auxí lio s eficaces los que
una y otra ordenan , si no los mira la temeridad , ó la
ignorancia. Luego siendo V. M. el Príncipe mas justo,
mas grande, y mas sabio de quantos tiene el mundo, so-
lo
225
lo su relevante espíritu , y real corazón serán dignos de
establecer en sus reynos la prá&ica de los Auxilios , que
esta obra señala , y conocerá que ella puede dar mis ho-
nor á su justicia , mas lustre á su exactitud , mas timbre á
su talento , mas fama á su gran nombre , y mas segura,
¡y abundante felicidad á sus vasallos , que es lo que mas
que su vida desea. — Señor = El mas leal Vasallo , y fiel
criado de V. M. = Melchor de Macanaz.
AUXILIO PRIMERO.
Estando la Religión como merece , estará gobernada la Mo~
narquía como se debe,
i lVJLal puede estar la Monarquía bien gobernada,
si la observancia de la Religión se notase lastimosamente
perdida 5 porque ademas de que ella debe ser el único
punto donde un Rey Católico dirija todos sus cuidados,
y atenciones , será uno de los mas superiores Auxilios
para que sea reputado por grande el que cuide mas de
ella , que de sí.
2 La Religión es la primera pauta del Rey, y la
principal adoración del vasallo. Siendo el Príncipe su
fuerte defensor , será el vasallo su observador constante;
y sabiendo el Rey reverenciar á la Religión , sabrá el
vasallo defenderla , y amar , y respetar al Rey.
3 No hay cosa que haga mas vituperable al Mo-
narca , que el mostrarse poco ó nada zeloso de la Reli-
gión , así como no hay delito , que el vasallo no come-
ta á vista de este abominable abandono de su Rey. Vi-
ye en la Monarquía , donde á la Religión no se respeta,
la desolucion encumbrada. , la tiranía favorecida, la injus-
Tom. V. Ff ti-
226
ticia con muchos auxiliares , y la virtud con pocos pro-,
fesores.
4 Los Romanos , en medio de su Gentilismo , fue-
ron tan eficaces en esta parte , que ordenaron una ley
vigorosa , y fuerte , por la que se disponia fuese separa-
do del Senado , y arrojado infamemente de Roma , ei
Cónsul , Pretor , ó Senador, que en punto de los ritos de
su ciega Religión , no fuese exemplansimo propügnador
suyo, dirigiendo con su autoridad muchos documentos á los
pueblos, para que sorprehendido con el exempio , hiciese
á la Religión mas gloriosa con su adoración , y al Sena-
do mas respetable con su rendimiento.
5 Asegurada en la fe de los /vasallos la Religión,
ella misma les estimula , e influye el respeto al Principe.
Negada por este su observancia , declina en aquellos del
propio respedó la existencia. Lo primero , es superior
auxilio para gobernar bien í y lo segundo , incenti-
vo monstruoso para introducir en el Gobierno todo
mal.
6 La falta de Religión en toda Monarquía Católica,
motiva inmediatamente la relajación de las costumbres.
Puede llamarse infeliz el Rey , que separándose , ó des-
cuidándose de. ella , ó es mirado con horror de sus vasa-
llos j ó quiere injustamente captarlos para que lo imiten,
siendo ella el principal apoyo sobre el que estriba toda
la fabrica, de la autoridad. del Monarca; ó se desaparece
en humo., ó se deshace: en ruina con lo uno , ó con lo
otrto ; porque en siendo por esta^aita aborrecido de sus
vasallos , ó siguiéndolo estos en su- torpeza', la Monar-
quía se vuelve Babel ,; por ser el que la regenta con-
fusión.
7 Indispensable punto es, que el buen Rey , sabe
hacer buenos vasallos , como por el contrario, el malo,
, ios
2 27
los convierte en pe'simos. No Habiendo cosa peor en un
Príncipe que el olvido de la Religión , puede compre-
henderse á que estado llegará tan afli&ivo la Monarquía
que así le tenga.
8 Nada encarga mas el sabio á los Reyes , que la
observancia de los divinos .preceptos, si quieren ser fieles.
La Religión nos da sus mandatos. Faltando á estos , que-
da ella no servida > y tomando abrigo en estas ocasiones
sus enemigos , y por lo mismo nuestros , siembran en el
reyno, que esto acontece ; los errores de su doctrina ; y
como los ánimos están dispuestos con anticipación , fácil-
mente se imprimen en ellos los torpes documentos con
que ensalzan su falsa Religión , en oprobio de la nues-
tra verdadera ; y al paso que esta decae , el Monar-
ca se pervierte mas, y la Monarquía no se confunde
menos.
9 Mientras Enrique VIII.0 de Inglaterra estuvo á la
Religión Católica obediente , fueron Católicos todos sus
vasallos. Desde que dio riendas á su destemplanza , y
no cuidó de la Religión , la fueron olvidando sus vasa-
llos. Intentóse aboliría , y convertido el ignorantísimo
Rey en bruto , reduxo á sus vasallos á bestias. No de-
textaron de lo que su Rey debiera abominar , porque lo
aprendieron de su Rey , y perdiendo el este nombre en
el catálogo de los buenos , conserva el de Enrique , pa-
ra hacer en todos los siglos vituperable su memoria}
pues pudo con el- mas la fuerza del apetito, que la univer-
sal, y mas grande trágica destrucción de los bienes espiri-
tuales de sus vasallos.
i o Estos fueron insolentes desde que Enrique em-
pezó á ser Scismatico ; pero fueron muy observantes , y
santos mientras e'l fue buen Católico. Entregóse como
por rapto de la embriaguez mas infame , á apartarse de
la Iglesia : y puso inmediatamente á sus vasallos el feo
Ff x nonn
2j i
228
nombre de Pretextantes. Ellos hicieron loque vieron ha^
eer á su Rey. Nunca lo hubieron hecho si en su Rey no
lo hubieran visto. Él murió precito , conociendo el daño,
y ellos viven con el sistema de Religión , que les dexó , sin
distinguir su impureza.
1 1 ¡ Lastimosa Monarquía por cierto aquella cuyo
Rey aparta su cuidado de la Religión ; pues en este
mismo hecho ordena rigorosa ley para que sus vasallos
la olviden ! Por esto afirma Hipócrates ( bien que con
distintos objetos ) , que si enferma la cabeza , todos los
miembros tienen daño. Si el Rey , cabeza de su Monar-
quía , introduce un abuso contra la Religión , el vasa-
llo fomenta mayor uitrage con la misma. Las cosas , ó
se adelantan, ó se atrasan. Esta es regla general en todas.
La inmutabilidad , y subsistencia de un ser, no se experi-
menta en lo terreno. Solo la Religión, y los preceptos,
de que consta , son , y serán siempre unos. Adelantarse
puede en su observancia la virtud 3 pero no en sus inter-
pretaciones la inteligencia. El Rey que solicita gran cú-
mulo de ellas , se expone mucho , y á sus vasallos mas.
Á estos , porque cada uno puede dar la mas sutil , y que
no sea la mas verdadera 5 y no puede sujetarse tanto la
voluntad , que no pueda hacer concepto de io mejor di-
cho , aunque peor hecho.
1 2 Muchos pareceres en algún punto de la Religión
pueden alucinar al Rey , y causar una ruina espiritual
en la Monarquía. En tales casos debe el Monarca apli-
car todas sus fuerzas para la formación de un Concilio
donde concurran Prelados sabios , y virtuosos 5 con mu-<
cha discreción y mayor christiandad 5 porque si esto les
faltase, sería peor el remedio que la enfermedad ; y estese
en todo á lo que el decida sobre quanto tratase.
13 La Religión es la primera productora de la gran-
deza , y reputación del Monarca , y del bien , y felici-
dad
2 2p
dad de la Monarquía. Si falta , el Rey fracase'a , y la
Monarquía peligra. Olvidar todo lo demás por cuidar de
la Religión, es auxilio poderoso para un Rey. Abando-
narla por atender á otras conveniencias , es execrable de-
lito de un Príncipe. Todo debe perderse , porque ella
se observe , seguro de que por ella no se perderá
nada.
14 No solo debe el Monarca cuidar de la observan-
cia de la Religión en su Monarquía , quanto le fuere
posible , sino también de que ni se tergiversen los pre-
ceptos de la ley, ni se adulteren por falta de suficiencia
de los oradores , el literal sentido de las sagradas Es-
crituras.
1 5 Este es un vicio tan detestable , como introduci-
do en la Católica Monarquía Española. Está mirado co-
mo abuso de Oradores principiantes , que corregirá el
tiempo , y el exercicio 5 pero esta contemplación es mas
perniciosa , que el mismo abuso, pues este acabara, sí
aquelia no se tuviera.
16 No se experimenta semejante vicio solo en los
Predicadores jóvenes , sino aún con mas vigor en los que
están rozando con la sene&ud. Estos se reputan como
Maestros •> y siéndolo tan enormes , preciso han de de-
linquir sus discípulos en los mismos errores , que les
oyen , y el común del pueblo les aplaude , con notable
sentimiento de los sabios , y de los verdaderamente ins-
truidos.
17 En España , como dicho es , pasa esto de abuso,
y llega á ser escándalo. Debe aplicar el Príncipe Religio-
so , y que desee el mejor acierto en el gobierno de su
Monarquía , toda su autoridad para abolir , y desarray-
gar tan ignominioso proceder de los profesores de la ora-
totia , pues con todo menosprecio de la Religión , y nin-
gún respeto á la Cátedra del Espíritu Santo , la tienen
ele-;
2 JO
elegida mas para crédito de sus imprudencias , que ellos
llaman ingeniosas travesuras , y por lo mismo la reputan
por pública tienda donde despachan las torpes mercaderías
de su ignorancia, que para declamar desde allí contra los
vicios , relajación de vidas , e impureza de costumbres
con aquel fervor espiritual , y eficaces palabras , que
manda la ley , y conviene á ia do&rina , y exórtaciones
evangélicas.
1 8 Crea el Príncipe , que ademas de la indigna no-
ta , y mal nombre , que estos repetidos desordenes cau-
san á los extrangeros , viendo con tanta freqüencia
pervertida la oratoria en nuestra España , no oye'ndose
en los pulpitos otra cosa , que atrevidas proposiciones,
voces escandalosas , temas mal sonantes , y 'aún muchas
veces sintiies, y exemplos gentilicos , y pensamientos te-
merarios , sin oír en todo el ingreso , ni una cláusula,
expresión , sentencia , ó texto de la Escritura , que pu-
ra y arregladamente corresponda al asunto propio de la
oración , ni al Evangelio del dia ; de todo lo qual forman
claras, y bien discurridas sátiras contra nosotros, que
aunque fomentadas en el taller de la verdad , y con ma-¡
teriales , que deberian ser nuestra pauta , y á que las
damos motivo para producirlos : son no obstante muy^
opuestas , y contrarias á la reputación Española , al Ca-
tolicismo , que profesa , á su crédito , honor , y buen
nombre, pues lo menos que nos cargan es, con llamarnos
ignorantes y bárbaros.
19 Ademas , pues , de esta indigna nota , que pasa-
mos con los extrangeros , como está dicho , pueden so-
brevenir , ó sobrevienen á la Monarquía , en que tales
desarruptos fanáticos se experimentan daños notoriamen-
te perjudiciales para el bien espiritual , porque impri-
miéndose indeleblemente en la atención de los incautos,
poco instruidos , ó torpes oyentes la extravagantísima, y
per-
23x
perniciosa doctrina de los detestables de quienes hablo,
(sin perjuicio de los excelentísimos que tenemos , los que
lloran estas faltas tan reprehensibles , y detestables del
mayor número de nuestros oradores) creen constante-
mente los absurdos , que encierran ; y guardan con toda
prolixidad lo que ordenan.
20 De todo ello nace , ó puede nacer algún aborre-
cimiento al Príncipe , que quiera después obligarlos al
verdadero conocimiento de la ley , y á detextar de lo
que acumuló su insolencia aprendido en la succesiva se-
rie de los imprudentes oradores , que en vez del chris-
talino vaso de la voz del Evangelio , vertieron la hor-
rible copa de la palabra ponzoñosa á su auditorio 5 y
y recibidas por alguna parte de él sus doctrinas como
evangélicas , es asunto de bastante consideración el de-
simpresionarlos de lo que una vez llegaron á compre-
hender.
2 1 Auxilio será para el Príncipe , que quiera res-
plandezca en todos sus Estados la palabra de la ley Evan-
gélica , emplear todas sus fuerzas en desmembrar de la
sagrada oratoria , y de sus muchos profesores sabios , á
aquellos que coligados con la barbarie de sus discursos,
declinan , ó se apartan del Evangelio , y abundan , y
fertilizan sus sermonarios con inconseqüencias vitupera-
bles , escandalosos remas , y proposiciones notoriamente
erróneas , torpes , y mendaces.
2 2 Póngase al cargo de los superiores de las Ordenes
Religiosas , y de los Prelados Diocesanos, ei preciso, crí-
tico , y rigoroso examen de las partes de la oratoria , de
que debe estar perfectamente instruido , ei que haya de
ocupar la Cátedra de^ Espíritu Santo, para que sobre e'l
recaiga la licencia , ó la reprobación.
23 Si después de constituidos en tan alta dignidad,
faltasen á su justo cumplimiento en cosa leve , reprehen-
da-
2$2
dáseles severamente por sus respe&ívos superiores. Sí
reincidiesen , sea la corrección pública para su afrenta , y
escarmiento; y si no se experimentase e'ste á la tercera vez,
se les recojerá el título , y serán conocidos con el infame
nombre de reprobos.
24 Esto mismo se deberá executar con los que de-
linquiesen en cosa grave 5 pero solo se experimentará
en ellos esta pena á la primera reincidencia que se les
note.
2 5 Así estará el Monarca que esto ordene , con
aquella tranquilidad de ánimo , que infunde á un real
pecho Católico la seguridad de que en todos sus domi-
nios se oye , se aprende , y se guarda la ley Evangélica,
limpia de toda cláusula , voz , ni proposición , que tenga
dos contrarios sentidos , opuestos uno de otro. Que se
declama contra los vicios : que se infunde el justo res-
peto ai Príncipe , el horror á los delitos ; el temor á la pe-
na , la subordinación á la justicia , y últimamente todos
aquellos precisos puntos, que el mas insensato pueda cor
nocer , y el menos advertido observar; para que en todo
resplandezca el temor á Dios , el arreglo de las costum-
bres á los preceptos de la Religión ; el amor , y obede-
cimiento al Rey , el respeto á la justicia , y el olvido , y
horror á toda especie de delitos.
26 Este auxilio tiene suficiente aptitud para hacer
glorioso al Rey, y dichosos á sus vasallos > y últimamen-
te podrán tomar regla de nosotros los extrangeros , que
en todos los puntos referidos nos capitulan con raz on por
incapaces»
AU,
AUXILIO II.°
Las Minas de oro , y plata , lexos de causar opulencia á U
Nación , que las posee , la constituye en suma
miseria.
I An
rgumento es este , que lo tienen algunos políti-
cos por temerario , y falto de razón ; y otros porque no
pasa de paradoxa : mas los que verdaderamente lo son,
lo confiesan por inseparable de la prudente economía,
aumento , felicidad , y constitución gloriosa de una bien
gobernada Monarquia.
2 Es constante , que el produdo de las minas de oro,
y plata autoriza con las otras á la nación , que las posees
pero no es menos cierto , que al paso que á las otras en-
riquece , ella á sí misma se debilita. Todas acuden á su
fama : todas participan de sus tesoros, y para ella solo
queda la desdichada carencia de lo mismo , que pro-
duce.
4 La ambición de tener mucho caudal en poco tiempo^
bien que tenga alguna excepción esta regla , como todas,
es tan corta, que se puede contar por única en su especie.
Nada produce mas que las Minas, ni nada hace mas bre-
vemente poderosos que sus producios ; pero sin embargo
de todo esto , es indispensable, que el Rey prudente, y
deseoso de todo el lustre , y abundancia de su reyno,
atienda á que la opulencia , que le destinan las Minas,
es el condudo por donde insensiblemente se deshace , y
empobrece su corona.
4 Aquella misma natural ambición de los hombres,
sentada al principio del párrafo anterior , es la que pue-
bla las Minas de auxiliares , dexando á la agricultura , á
las fábricas , y^ á otras operaciones mas útiles sin profeso-,
2om. V, Gg res
2 34
res. Exhausta la tierra de quien la cultive, produce abró^
jos en vez de pan ; y faltando este , y lo demás necesa-
rio para que el vasallo viva , nada se adelanta con que
las Minas produzcan mucho , pues ellas enriquecen á
veinte , y aquella falta hace miserable á todo el rey no.
5 Bien acreditaron esta máxima , y política de
Estado los Godos , pues siguiendo ios pasos de los íenin
cios , Cartaginenses , y Romanos , que á la fama de la
riqueza de España quisieron tantas veces dominarla,
quantas ella hubiera sabido valiente resistirlos j atrave-¡
saron toda Europa hasta poseerla > pero no dexa de ad-
vertirse , que su dominación sepultó en el olvido el an-
sioso trabajo de las Minas , considerando con su alta pe-
netración en negocios de Estado , á correspondencia de
los mas ilustres políticos , que hoy tenemos , que las Mi-
nas de oro , y plata mas abundantes , muy distantes de
producir á la nación , que las posee , algunos grados de
autoridad , soberanía , y opulencia sobre otras , la entre-,
ga en los lastimosos brazos de la miseria , y de la escla-
vitud i naciendo todo lo contrario de la aplicación , y¡
fomento del Comercio , de la agricultura , y de benefir
ciar con fábricas todos los produ&os del reyno.
6 En prueba de esta verdad , crea el Príncipe , que
desee su mayor autoridad , y bien de sus vasallos , que
si sus reynos fuesen muy abundantes de opimas Minas
de oro , y plata , que cuidadosamente cultive : no lo se-
rá menos de guerras , y de vicios , que con rigoroso te-i
son lo acaben. Todos quieren la amistad del que mas
tiene. Las máximas, y razones de Estado de los Reyes,
todas se reducen á sus conveniencias , y utilidades. Si á
estas niega sus pretensiones el Príncipe poderoso de Mi-
nas de tales metales , es el tribunal de las armas el que
divide la razón j y como la guerra por sí es peste , y esta
se origina por la del interés , ¿ que mucho será que et
rey-;
2 35,
rey no rico ele Minas este apestado de miseria.
7 Si pudieran remitirse á los ámbitos del guarismo
las calamidades , desdichas , muertes , tiranías , opresio-
nes , y crueldades , que han costado hasta hoy nuestras
Minas en America , vería todo Príncipe cimentada con
apoyo inexpugnable esta poderosa razón > y no es la
menos apreciable de que despoblándose España por la.
fama de las Indias, ni á estas se pueblan, ni aquella
puede dexar de ser expe&atriz infausta por el goze de
sus riquezas ; pues ni las flotas satisfacen su misera pre-
sente constitución , ni su mucha plata rebate , antes bien
produce su falta de comercio , de labor , y de manufacr,
turas , únicos , y principales arrimos en que estriva la
gloria , y la opulencia del Príncipe , y la abundancia, y
felicidad del vasallo.
8 Avisennos enhorabuena los escritos extrangeros
repetidamente con estas notoriamente verdaderas máxi-
mas : declamen contra nuestro método , y censuren con
razón de nuestra práctica , que sordos nosotros á sus vo-
ces , y á nuestras propias experiencias , seremos señores
de nuestras grandes Minas , para ser esclavos de las de-
mas Potencias Europeas donde faltan.
9 No hay alguna que no participe mas del tesoro,
que nuestras Minas arrojan , que España. De las quatro
partes, que fructifican, y a esta vienen, ni aún de la mitad
de la una se utiliza. Es indispensable tener gratas áoinas
Potencias , captar con el oro la voluntada otras ; dexar
que comercien con los productos de sus reynos en el
nuestro ; que se lleven tanto peso de plata , quanto traen
de ge'neros , que acá ni tenemos , ni sabemos hacer V y
últimamente , que seamos libres esclavos de todos.
io Buenas serán las Minas de oyó , y plata á un*
Príncipe quando tuviera en su reyno quanto necesitase.
Quando fuera la agricultura de el' tan opima como ;|ig
Gg 2 co-<
2 $6
comercio, y sus fábricas j teniendo al mismo tiempo
armas suficientes para hacerse respetable con todas , y no
admitir otro comercio de ninguna , que aquel , ó aque^
líos, que por no producir su rey no materiales para sii
fábrica , nos fuera útil el mantenerlos. Faltando alguna
parte de estas , no aconsejare' nunca al Príncipe que las
mantenga , pues la experiencia acredita en nuestra Es-
paña , que produciéndole tanto sus minas abundantísi-
mas , el real Herario está sin nervio , y los vasallos mn
serabies.
1 1 Diríjase por el Príncipe todo el cuidado de las
Minas al comercio ^agricultura , manufacturas , y fábri-
cas de los producios del país , fomentando cada ramo de
estos con prolixa , y esmerada economía , y dentro de po-
cos años la opulencia del Herario , y la abundancia de
los vasallos acreditará , que estas son las exquisitas MU
ñas , que pueden dar autoridad , riquezas , y ciertos ami-,
gos extrangeros á nuestro reyno , como se experimenta,
y he observado en los que no tienen Minas , y siguen
£Sta verdaderamente útil , y política economía,
AUXILIO IIL°
La multitud de nuestras leyes mas confunden , que dirigen
á la equidad , y justicia..
,D«
'ebe persuadirse el Monarca , que el princípalí-í
simo auxilio para el equitativo , y justo régimen de sus
reynos han , y deben ser las leyes con que se gobiernen,
pocas , sólidas , y sin la tenaz admisión de controversias^
que antes confunden , que determinan.
2 Tenemos muchas leyes, muy justas, arregladas, y
santas 5 pero para cada uno hay veinte autores, interpre-
tándolas cada una de diferente maneja 5 cu^a contradi-
cen,
237
clon , que arrojan , vicia los trámites de la justicia ; pues
ofuscando los entendimientos de los Jueces , tal vez en-
tre la infinidad de dictámenes que encuentran , eligen el
menos adaptable á la razón ; y de este modo se impone
una sentencia inarreglada á los merecimientos de una
justicia conocida 5 y aquello mismo que está fundado para
distribución de la justicia , y subsistencia de las Monar-
quías , desfigura á la primera , y vuelve en un babel
á la segunda.
3 No es atendible el que diciden las costumbres del
reyno , olas leyes patrias , porque se refuta esta razón
con decir , que estas tienen sus objetos para determina-
dos casos 5 y ademas de que en ellos la voz del Legisla-
dor puede alterarlos , son mas los que cada día ofrece el
tiempo , que los que hasta aquí ha visto el mundo > y
aunque en las leyes se halla recurso para todo , debe so-
licitar el Principe , que este sea justo , y no impruden*
te , pues hay muchos autores, que se siguen , con crédi-
to , y escribieron mas para sustentar su eloqüencia con-
tra el cara&er de la just icia % y como hay hombres , que
se pagan mas de los accidentes de las voces , que de las
formalidades de los discursos j difinen las causas por lo
-que de aquellas conciben , no por lo que de estas pe-
netran.
4 De aquí se sigue la mayor ruina del estado , pues
alterado el orden de la justicia , cada uno de los jueces
trabaja poco en conocerla , porque tiene autores infini-
tos donde escojer las sentencias j las mas veces tan apar-
tadas de ella , como inmediataas al interés , y al sobor-
no j con lo qual con enriquecerse veinte , se miran ani-
quilados veinte mil ; y esto es sin duda terminante con-
tra el Rey, pues aquel es mas poderoso, que tiene menos
vasallos pobres. . ¡ nt
¡ De haber tantos , y tan encontrados autores para
ca-
238
cada negocio , que pueda ocurrir , nace haber tantos £c^
trados , Procuradores , Agentes , y Escribanos , cuyo ira*
ponderable número es la peste de la Monarquía, y la dc-^
bilitacion del Erario*
6 No coadyuva menos á lo uno , y á lo otro los dt-
latados te'rminos , y plazos , que las mismas leyes ofre-
cen , y señalan á los negocios j lo que da fomento para
la desesperación de los reos en causas crimínales , y per-
dición de muchos caudales de las partes en ellas, y en las
civiles.
.. jj.. Gomo se transcursa tanto tiempo en unas, y otras
hasta llegar á los plazos perentorios , hay lugar para que
los Escribanos retarden los expedientes , 6 los franqueen
con anticipación al que les produzca mas : para que los
Procuradores presenten mas escritos : ios Agentes su-
pongan mas diligencias ; y los Abogados produzcan mas
dictámenes y escritos 5 todo reducido á la aniquilación de
los litigantes, que es como si se dixese á la desolación de la
Monarquía.
8 Piense el Rey en que se establezca en sus Estados
una inalterable constitución de leyes, y de te'rminos:
•lo primero se puede conseguir fácilmente con la forma-
ción de un Código 3 ei que únicamente servirá de pauta,
y regla á los Juezes y Letrados 5 cuya dificultad , que á
tos unos , y los otros se ofrezca , deberá juzgarla , y di-
finida el Príncipe como supremo Legislador ; y á esto se
deberá estar, sin que quede otro recurso. Y lo segundo,
poniendo un limitado tiempo para la decisión de todas
las causas , separando las criminales de las civiles , y te-
niendo atención á si hay que traer probanzas, ó justifica-
ciones de otros reynos.
i 9 Separe el Rey de sus Tribunales tanto excesivo nú-
mero de Letrados , Escribanos , Procuradores , y Agen-
tes , y así estos como ios Ministros Togados , y demás
Jue-
239
Jueces , trabajen continuamente en sus respectivos car-
gos , pues de las dilaciones experimentadas en el curso, yy
seguida de los procesos , y otros negocios , se aniquila
considerablemente el Estado , y se siguen infinitos incon-
yenientes.
i o Compuesto el Colegio de Abogados de la Corte,
y Cnancillerías de un cierto , moderado número , como
igualmente el de Escribanos, Procuradores , &c. no se >
admitirá ninguno en la facultad , hasta que vaque algu»
na plaza ; guardando el mismo económico orden en los
demás pueblos del Reyno ; de cuya manera se conseguí» .
rá no tenga el estado tantos enemigos, y las artes , y las
armas profesores.
1 1 Para los que quebranten el séptimo precepto del
Decálogo , resucite el Monarca la muerta , y olvidada
resolución del Concilio Narbonense, en que ordena , que
al que hurte la cantidad de quatro reales , se le ponga
en el suplicio con pronta justificación ; y esta ley enseña
en Francia lo muy importante que es para que tenga ca-
da uno seguro lo suyo ¿ al contrario de España , cu*
yo natural de sus hijos es tan inclinado á poseer lo
ageno.
1 2 Algunos delitos hay que piden de justicia la con»
miseración aunque atroces. Tales son los que se cometen
en defensa del propio honor. Y aunque quitar la vida el
marido á la muger , y al que la gozaba , es enorme > con
todo , no es digno de la pena ordinaria de muerte , á no
concurir otras circunstancias , que manchen lo que fue
impulso de una honrada satisfacción j y en la ley escrita
se sabe , que era precepto divino , muriese apedreada la
muger adúltera.
14 Hay otros, que aunque menos graves son acrce-i
dores á la sentencia de muerte los que los cometen. Estos
son
240
son la herida por robar , o por asesinato , piíes el clere-*
cho reputa á la herida leve con estas circunstancias-, co-
mo si hubiera sido muerte en la realidad : pues lo que,
le falta al a¿to , lo halla la ley en el con nato.
i£ No se atienda en estos delitos á la inmuní-
ciad , que tomen ios delinqüentes , pues si en estos
casos fuera atendido el sagrado,. seria la Monarquía antes
desolación , y reatro de la crueldad , que esmero , y centro
de la justicia.
16 Los que cometiesen delitos mayores como de
heregía , ó cosa que á la Religión se oponga , se en-
tregarán al santo Tribunal de la Inquisición > pero no
por eso dexe el Monarca de mandar sean prontamen-
te castigados semejantes delinqüentes con todo el rigor
posible.
17 Lo mismo se executará con los que cometen de*
litos de lesa Magestad ; siendo su castigo bien grande pa-
ra exemplar; pero en ninguno se llegará á los limites de la-
inhumanidad , como en Francia, Inglaterra, y otros rey-
nos se executa.
18 La práctica de este auxilio es tan importan-
te , que el Príncipe que la observe , podrá creer ver-
daderamente habrá en su Monarquía leyes que au-
toricen su justicia , y no preceptos que consuman el Es-
tado.
AVA
24 r
AUXILIO IV.0
La falta de muchas tropas nobles en el rey no , causa graves
perjuicios. Medio para que sin costa del real Erario
las haya en abundancia,
i iN o consiste en que un Príncipe tenga un conside-
rable exercito^para llamarse poderoso en armas , si la
mayor parte de el consiste de inútiles , y viles , porque
entonces será tener muchas personas , y pocos soldados
nobles , que por este título tan honroso sepan anteponer
su honra , y reputación a su vida.
2 La Monarquía, que de esto carezca , puede creer
no tiene su duración instante de seguridad , ni que po-
drá jamás hacer el ayroso papel , que la corresponda
entre las demás Potencias , porque será de todas mirada
como inútil , y precisada á mendigar el favor de mu-
chas , para reprimir las injustas pretensiones de al-
gunas.
3 Esta formalidad del exercito , y su buena discipli-
na debe cuidarla el soberano con tanta atención , que
parezca la primera de su cargo , pues no es la segunda
que mantiene con mas seguridad su Corona ; y para
mayor esmalte de este cuidado ha de proporcionar) que
sus soldados este'n dirigidos por Gefes nobles por su
nacimiento , y no por su graduación i que los privilegios
de la sangre heredada, siempre influyen con distinto de-
coro de los adquiridos , porque las raices de los prime-»
ros son tan profundas , como superficiales las de los se-
gundos.
4 Que entre los mismos soldados los haya nobles
con alguna distinción , será mayor realce para la autori-
íom. Vt Hh ¿ádé
242
dad t y aunque algunos políticos creen es Indispensable
que la Magestad salga á campaña , para que la nobleza
del reyno lo haga con tan grande exemplar j hay otro
medio para que esta se consiga sin tanto motivo.
5 Cierre el Príncipe el paso á las concesiones tan
repetidas , y freqüentes , que hace de Hábitos $ cuyas
mercedes son muchas veces á beneficio de sugetos , que
por muchos títulos no los merecen. Quite el mal intro-
ducido abuso de estas gracias tan comunes , que con vi-
lipendio de los mismos Hábitos se suelen dar á doncellas
en dote , y aún acredita la experiencia , que en algunas
casas se tienen como hereditarias estas mercedes.
6 Las Ordenes Militares se hicieron para los que
verdaderamente lo sean. Disponga el Monarca no pueda
ninguno de sus vasallos solicitar algún Habito sin experi-
mentarse, que le está sirviendo en sus exercitos, ó le haya
servido á lo menos diez años 5 cuya providencia rigoro-
sa , y exádamente observada , acreditará dentro de poco,
tiempo su provecho , pues se verán las tropas muy nu-
merosas, y autorizadas con infinitos jóvenes ilustres, que
aquel incentivo del honor los inclinará á las armas , y
congeniando , y habituándose á ellas , y á la vida mili-
tar , aún después de logrado el premio , será difícil de-*
xen de seguir la milicia.
7 La Orden de San Juan acredita esta razón , pues
siendo mucho mas gravoso el me'rito, que se debe con-
traer para poder recibirla , como es el de siete años de
carabanas en el mar : no falta multitud de jóvenes , que
ansiosamente aspiran á este trabajo, por conseguirlos
lustres de aquel honor.
8 Á los demás soldados procure el Principe tenerlos
bien pagados , y que el trato que experimenten en los
superiores , sea dirigido por la humanidad , y no por la
fiereza , como se acostumbras lo que da motivo á deser-
cio-
245
dones , y á que todos miren con horror la milicia.
p Para que esta sea tan sobresaliente en valor , co-
mo en números ni jamas se tenga ociosa , ni se le nie-
gue el premio , que corresponda á cada uno de sus pro-
fesores. Con lo primero se les desvia de los males im-
ponderables , que la ociosidad influye i y con lo segundo
se les anima á que haga prodigios su valor.
AUXILIO V.*
El Comercio es principal nervio de la Monarquía,
i JLi a mayor reputación de un Rey pende en su ma-
yor Comercio. Él es la mina poderosa , que hace flore-
ciente , y respetado al de Inglaterra , y otros ; ai paso
que debilita al de España por tener desconocido entera-
mente este imponderable tesoro.
2 Piense el Príncipe , que nunca llegará su Mo-
narquía á aquel estado de autoridad, que pueda ape-
tecer , mientras no sea su comercio á correspondencia
de sus frutos.
3 Siendo tantos , y tan especiales los que arroja Es-
paña , parece , ó incapacidad de sus hijos , 6 falta de co-
nocimiento de sus Ministros , el que sean para enri-
quecer á los extrangeros t y empobrecer á los propios.
4 A correspondencia de los opimos frutos de Espa-
ña , hay caudales muchos para comerciar. La lastima
es , que habiéndose creído , por la ciega fantasía , que
este exercicio es indecoroso , los mismos que pueden , y
deben fomentarlo , son los que procuran enteramente
extinguirlo.
5 Esto lo consiguen vendiendo á los extrangeros
los frutos en rama ; los mismos que nos obliga la necesi-
Hli 2 dad
244
dad á comprarlos después labrados } y por altos precios,
pues la carencia de lo que el país produce , hace que- no
se labre , y se venda.
6 Lo primero que se consigue en un reyno con un
buen comercio es la abundancia en e'l de aquello mismo
que produce , y se labra , lo que dá un gran se'r al Esta-
do, y al Erario mucho nervio.
7 Lo segundo , que no sale dinero alguno del rey-
no para otros 5 cuya máxima debe ser atendida del Prin-
cipe , como que cada millón que sale , y entra en otro,
es darle i e'ste un grado de superioridad sobre aquel , si
por otra parte no percibe lo mismo de que se des-
pojó.
8 Lo tercero , que mientras mayor es el comercio,
circula mas el dinero en el reyno , y como es la subs-
tancia del Estado , todos sus miembros participan de
ella , y todos se animan con este estimulo á mayores pro-
gresos.
9 Lo quarto , que á correspondencia del cuerpo del
comercio , habrá en los mares gran número de naves de
particulares , la que en un preciso empeño sirven de
grande auxilio en el reyno para sobstener competencias
de los enemigos, y aún para servir de mucho en una
campaña naval.
10 Y lo quinto , que al mismo paso que por el co^
mercio hay un gran número de naves j hay igualmente,
ó se cria un gran número de Marineros j que no es el
mas pequeño poder de un Monarca , como lo acredita
el de Inglaterra con los suyos , por los quales es respeta-
do en la Europa.
1 1 Pudiendo producir todo esto el comercio, pue-
de discurrirse , que' no motivará de lastima su carencia
al reyno que la experimente*
1 2 Donde esto, se observa como en España , es ín-
i--:... í dis-
241
dispensable , que para fomentar vigorosamente el comer-
cio use el Soberano de la máxima de ser el primer co-
merciante de su reyno : así como lo es el Bretanico del su-
yo ; el Emperador de la China de sus dominios ; y la ma-
yor parte de los Príncipes de Italia.
1 3 Este arbitrio , ó buena razón de Estado , dará
motivo para que todos los Grandes , y Señores acauda-
lados sigan el mismo rumbo que el Príncipe > dé que se
seguirán , ademas de los ya expresados , los beneficios
de que los pobres tengan mas empleos con que alimen-
tarse > los extrangeros menos motivo para sus contra-
vandos ; el reyno mas causa para sus felicidades , y el
real Erario mayor fondo para las ocasiones en que
lo necesite.
AUXILIO VI.0
Lo mucho que importa al Príncipe el dar públicas
Audiencias,
,E
iste auxilio tan grande para el Soberano , y que
estaba en España tan bien recibido : lo ha arrojado de
ella injustamente la lisonja , y la tiranía de los magnates,
con la máxima- perniciosa de que sus delitos no sean des-
cubiertos irremediablemente.
2 Paliaron esta injusta oposición desde que la in-
troduxeron , diciendo con exageración lisongera¡, que
era mucho el trabajo de los Soberanos , y que se expo^
nian sus reales vidas; como si fueran de mas delicada na*
turaleza que la de otros grandes Príncipes sus antece-
sores , que daban públicas audiencias , y descubrían
en ellas cosas , que murieran sin saber á no tenerlas.
3 El gran Felipe II.0 soiia decir ; Que no habia cosa
mas
mas útil al Principe que las audiencias públicas \ pues se sa-
bia , y comprebendia mas en esta escuela , que en las mas sa-
bias f y prudentes aulas.
4 Tenga el Príncipe dos audiencias lo menos en cada
Semana. De estrechísima orden para que se trate á quan-
tos concurran con miramiento , y no con menosprecio;
porque ademas de ser esto indecoroso á la real casa , se
atemoriza ai concurrente , y pudiendo decir mucho , el
temor le hace callar todo.
5 Oygase á cada uno separadamente; y si el asunto ,
ó noticia que se comunicare fuese de tanta gravedad, que
necesite mas tiempo para su inteligencia é inspección,
mande el Soberano volver á otro dia al que diese el im-
portante aviso, y dele audiencia secreta.
6 Muéstrese con semblante agradable para separar
el respeto , que motiva la Magestad al que va á hablar-
le ; y en aquellas materias , ya sean de poca , ó de nin-
guna conseqüencia , despache á los que las expongan á
sus respectivos Jueces ; pero en las dignas de la real
atención , fondee con algunas preguntas agradables pa-
ra animarlos , todas las intenciones de los que las comu-
niquen. •
7 Justificándose que alguna noticia de estimación es
calumniosa, hágase un exemplár castigo con el delinquen-*
te primero , y publiquese por todo el reyno su delito , pa-
ra que todos escarmienten.
8 Separándonos de que como Soberano , y primer
Juez de sus reynos , debe el Monarca en conciencia oír
las quexas de sus vasallos , porque algunas suelen ser
contra personas de tan alto cara&er , que no tienen otro
recurso que al trono , y aún por escrito no pueden ha-
cerlo ; separándonos , digo , de esta indispensable obliga-
ción , debe el Rey dar audiencias públicas para su instruí
clon y para su mejor gobierno > para la felicidad de sus rey'
nos}
M7
nos , y por propia utilidad de su real vida,
9 Para su instrucción , porque aún de aquel corto
trato con tanta variedad de gentes , puede iluminarse su
real talento de modo , que sea desconocido dentro de po-
cos años.
10 Para su mejor gobierno , porque ilustrado con las
varias (y muchas importantísimas) noticias que le comu-
niquen , podrá dirigir sus mandatos á correspondencia
de los males de que sea instruido padecen sus rey nos , ó
que cometen algunos poderosos.
1 1 Para la felicidad de sus reynos ; porque sabiendo
las injusticias que en ellos se executan : los delitos que
no se castigan , y los vicios , y abusos en que se delin*
quiese 5 pueden ser sus providencias de modo , que re-
sucite á la justicia, y á la re&itud, y adquiera el justo t¿
tulo de verdaderamente grande.
1 2 T por propia utilidad de su real vida ; porque aun-
que la nación Española tiene tan acreditado su inimitable
fidelidad , amor , y respeto á sus Soberanos, tiene senta-
do por cierto la experiencia , que alguna vez se libró
alguno por la noticia , que del caso se le comunicó en
una audiencia publica , de cierto peligro inminente , yi
cercano que le amenazaba : y otro experimentó igual be-
neficio por otra semejante noticia dada en el mismo,
a&o.
ÁU-j
auxilio yn.°
Siempre ocasionan los grandes Privados mayores males en la
Monarquía , y con quiénes ha de ?nantener el Príncipe
alguna familiaridad,
i IVJLuckos ámbitos ofrece este Auxilio , para expli-
carlo de modo , que ai Príncipe le sea útilísimo su uso,
y nada menos importante al Estado ; pero nos reducire-
mos á lo estrecho de este escrito , explicando en pocas
palabras , lo mucho que importa su observancia.
2 Decimos, pues, que el Príncipe no debe tener de
ningún modo algún Privado , en quien verdaderamente
este reasumida su magestad , su autoridad , y su sobera-
nía; porque ademas de que esto es vituperable en la mis-
ma magestad , porque siendo ella suprema , se esclavi-
za enteramente , y se sujeta á la voluntad del vasallo,
que mas parece Monarca en mandar , que subdito en
obedecer : sus reynos están en los mas miserables ter-
mi nos por hallarse la cabeza fuera de sus precisos li-
mites.
3 Viendo los Grandes , y los Ministros que todo
lo manda el Valido , la emulación los conspira contra el,
y ya que en otra cosa no puedan , se vengan en no acon-
sejar lo justo , sino aplaudir lo mas enorme , para que
las malas conseqüencias de esta conduda , inflamen al
reyno , y este repita en quexas dolorosas al Rey la tira-
rúa de su Privado.
4 Las resultas de este vengativo desorden , las pade-
ce el Estado , y el honor de su Príncipe , que se vitu-
pera en las demás Potencias , y por sus mismos vasa-
llos. Los que pueden , no reprehenden á estos , porque
co-
249
como aspiran á desvocarlos para precipitar ai Privado,
solo dan parte al Rey de los escritos , que contra
aquel se hallan en las esquinas ; pero no se hace diligen-
cia de hallar á los delinqüentes , porque muchas vezes
son mandados de los mismos por quienes debieran ser
corregidos j y hecho todo el reyno una confusión, el Rey
insta en favorecer al Valido , conociendo el horror con
que le miran : este , en manifestar su autoridad con el
real favor : los que le aborrecen en perseguirlo ; y el
pueblo en hablar públicamente del Rey , del Privado,
y del Ministerio ; y desterrando á la justicia de don-
de esto pasa , solo se experimentan insultos , ¿ inso--
lencias.
5 Bien canonizan esta verdad todos los reynos , cu-
yos Reyes han entregado las riendas del gobierno á la
necia confianza de Validos. Hoy lamenta , y lamentará
por muchos siglos Inglaterra , los males espirituales , y
temporales que le ocasionó el Cardenal Bolseo , pervir-
tiendo á un Rey tan Católico , (por haber hecho adju-
rar de la mas santa Religión á su nación ) al paso que sa-
bio, como Enrique VIII.0 Francia aún no ha enjugado las
lagrimas á que le dio justa causa la privanza del Carde-
nal de Richiliea ; y Portugal suspira todavía la perdida
de su gran Rey Don Sebastian , por la torpe persuasión
de su privado el Arzobispo Albeira y Sousa.
6 Pero no es necesario mendigar exemplos foraste-
ros , quando en nuestra España tenemos largas expe-
riencias de lo que han motivado de males en ella sus
Privados , y por hablar de los mas recientes , véanse las
las lastimas que motivó al reyno el Duque de Lerma, en
tiempo del señor Don Felipe III.°, y el Marques de siete
Iglesias en el mismo reynado , y las que ocasionó el
Conde-Duque de Olivares en tiempo del señor Don Fe-
tom. V. Ii li-
250
iipe IV.° que fueron tales , que por no manchar el papel
es preciso sepultarlas en el silencio,
7 Aún en las divinas letras tenemos muchos exem-
piares de lo que pueden ocasionar los Privados. Aman,
lo fue tanto de Asuero , que mas parecia el Rey , que
el vasallo , y después de otras ruinas , que motivó su ti-
rania , y ambición en el Imperio , estuvo cerca de que
consintiese el Rey, en que se diese muerte á la Rey na
su hermosa consorte , como ya tenia , determinada la de
Mardoqueo su tio ; pero probó el Valido en su vida , el
teatro que previno para que á Mardoqueo sirviese de
muerte.
8 Chusi lo fue de Absalon, y aconsejándole la rebe-
lión contra David su Padre , le hizo objeto lastimoso de
la compasión , quedando colgado de un árbol en castigo
de su indigno atrevimiento.
9 Últimamente , Joab lo fue del mismo David , con^
fiando en e'l todo el manejo de las armas 5 y cumplió
tan mal con los reales mandatos , que aún en el último
periodo de su vida , no olvidó David encargar á su hi-j
jo Salomón castigase sus atrevimientos.
~~io Todos estos exemplares acreditan , que el Prín-I
cipe no debe tener Privado que mande, sino criado que
obedezca. Sean premiados sus aciertos 5 pero no se ha-
gan arbitras de las acciones de un Monarca sus pro-}
videncias.
1 1 Debe el buen Rey disimular la pasión , que tu->>
viere á qualesquiera de sus Ministros. Oculte la Mages<-
tad lo que produce la afición , porque aunque es hom-\
bre como los demás, y está por lo mismo sujetó á las pa-
siones , ha de diferenciarse de todos en esto , así como se
diferencia de los demás en su real poder. Manifestando
un ciego amor al Privado, consigue con esto , que de
buev
i 2*r
bueno se haga malo ; que de aplicado se convierta en
ocioso j porque la satisfacción de que vive e# toda la
gracia del Rey , le hace olvidar el trabajo , y engreírse
en lo que es muy perjudicial al Rey, y al Estado.
12 Sepan todos los Ministros , que logrará mayor
amor del Monarca aquel que mas trabaje , y mas se apli-
que á los asuntos correspondientes á su Ministerio. Es
mucho á lo que induce el conseguir la real gracia ; y no
ignorando alguno , que esta la conseguirá solo el que
mas se adelante en la aplicación , y en producir los
mejores proyectos para beneficio , y reputación del Es-
tado : todos querrán adelantarse , y ninguno llegará á
dormirse.
1 3 Parece muy propio , que el Príncipe tenga al-
guna familiaridad ( sin que por esto se pierda un ápice
á la magestad , porque entonces sería peor que la enfer-
dad el remedio ) con sus Ministros , y con aquellos gran-
des , y doctos varones en quienes pueda hallar documen-
tos , que perfectamente le instruyan en todo. Trate á
cada una separadamente. Propóngales de este modo un
asunto general á todos. Recoja por escrito el parecer de
cada uno sobre el mismo caso. Y alterando así las mate-
rias , haga una colección de todas , que le será tan útil,
como que llegará el caso de que haya precisión de usar
de los medios , que según los asuntos propuestos , traba-
jaron , y propusieron aquellos hombres sabios. Y esto
no es otra cosa que tener prevenido el remedio para
aplicarlo quando llegue el accidente ; que esperar á
buscar aquel en el mismo instante que se experimenta
este, es dar lugar á que la precipitación para discurrir
niegue lo precioso del acertar.
14 Premiense con franqueza los productos del en-
tendimiento, y las acciones del valor. Ni se atienda
mas ala pluma que á la espada., ni por el contrario;
li a sa-:
252
sabiendo que son iguales en su importancia la Toga,
y la Gola.
AUXILIO VIII.0
Es muy útil al Estado que el Monarca tenga en varias par-
tes de sus rey nos sugetos de ciencia , y conciencia para los
fines que se dirán. T cómo ha de ser la correspondencia
que con ellos mantenga..
i JCm todas las Ciudades de su reyno debe tener el
Monarca algunas personas de vida exemplar, bien ins-
truidas en divinas, y humanas letras, y que no antepon-
gan la pasión al mérito.
2 De estos varones se informará el Príncipe de to-
dos los sugetos capaces para servir los empleos , que se
hallaren vacantes i adviniéndoles , para que la elección
sea correspondiente al ministerio, que haya de entender
cada uno , la facultad en que se ha de exercitar.
3 Como los avisos , que en este particular tendrá
el Monarca , serán dados por varones timoratos , y sa-
bios , mas bien expondrán no haber en el dia sugeto , ó
sugetos capaces para servir al Rey en lo encargado, que
hacer la elección en los que no fuesen muy suficientes
para el caso. Lo uno , porque atenderían á sus concien-i
cías antes que á otros miramientos ; y lo otro , porque
del desempeño lucido , ó del proceder injusto , habían de
merecer , ó las gracias , ó las quejas del Rey , y no se ex^
pondrían jamas á pasar por las angustias de lo segundo,
sin que su escrutinio do&o no procurase hacerse acreedor
á lo primero.
4 Este auxilio tan poderoso trae consigo , lo prime-
ro > que se ocupase cada empleo en sugeto , que fuese
pro-
25;
propio de su estudio para su desempeño ; porque es una
intolerable confusión, que el buen soldado, experimenta-
do mucho en las campañas, sirva cosa que jamas exercitó.
Que el político , y de buenas máximas de Estado , se-
emplee en asuntos de Hacienda , y así en los demás mi-
nistros ; porque servido cada uno por sugeto hábil en
¿k. i tómala Monarquía nervio , reputación , y conser-
vación ; sucediendo por el contrario una desolación in-
sensible , como que quien dirige las providencias corres-
pondientes á los negocios , que están á su cargo , y no
entiende , camina á ciegas , sin luz , y sin norte , y todo
lo reduce á un abismo.
5 Lo segundo , aquellas precisas , é indispensables
utilidades , que produce siempre al Estado , el que los
que regenten, y ocupen sus principales ministerios, sean
mui instruidos en ellos ; pues de aquí resulta una recí-
proca , y arregladísima correspondencia , tanto en el
reyno , como en los vecinos.
6 Lo tercero , que entendiendo cada uno todos los
ramos , que nacen del cuerpo de su empleo , dá aquellas
acertadas providencias para el mejor orden , y adelanta-
miento de cada uno. V. g. el bien instruido enla guerra,
dispone todos los emolumentos necesarios , tanto para la
mejor disciplina de la tropa , como para poner al reyno
quasi inexpugnable. El que lo está en los negocios de
Indias, determina lo acertado para su mejor gobierno, di-
rección , y opulencia. El que lo está en el tranco , y co-<
mercio , dá las reglas, y documentos propios para que
ambos se exerciten con vigor , y las manufacturas con
ganancias seguras , y ciertas ; y á este modo en los de-
mas asuntos; de cuya organización, y armonía resultan
todos los bienes , de que por esta falta carecemos , y los
males , que por ella misma experimentamos.
2 Y lo quarto, cjue tanto en lo Eclesiástico , como
en
254
en lo secular , será atendido el mérito , y no el empeño;
porque así como el que regenta qualquiera ministerio,
estará, como ya se ha dicho, muy instruido en todas sus
dependencias , y conexiones , no admitirá á su lado á
quien no tenga alguna prá&ica en ello, sino es que querrá
sea enteramente consumado en ella.
8 La correspondencia que el Monarca deberá man-
tener con las personas que tenga sañaladas , y escogidas
en cada una de las Ciudades de su reyno , será precisa-
mente muy secreta ; para lo qual les tendrá encargado
muy estrechamente el sigilo , y les hará presente, que ex-
perimentará el que lo declarase la real indignación ; esto á
fin de que se evite , que el público tenga esta noticia.
p Por estas mismas personas será el Monarca infor-
mado de los blasfemos, sean del cara&er , estado , ó dig-
nidad que fueren; y con una pronta , y secreta justifica-
ción, serán castigados públicamente con todo el rigor dis-
puesto por las leyes para tan atroces delitos , #sin tener la
menor compasión , atendiendo á que quien blasfema,
no debe ser reputado por otra cosa, que por un miembro
podrido del Estado, con aptitud suficiente para infestar á
¡os demás.
10 Será igualmente informado por las mismas perso-
nas , si se suscitan disputas inútiles, sobre puntos, y ma-
terias no decididas por la Sede Apostólica , y para evitar
totalmente las ruinas espirituales , que pueden resultar
de semejantes excesos : deberá el Monarca estar de acuer-
do con los Prelados Eclesiásticos , y si estos no lo reme-
dian, sean corregidos severamente, y los disputantes ame-
nazados con rigor; y si reinciden , castigados sin tem-
planza.
ii De este Auxilio resultarán muchos , que usados
como se debe, harán floreciente al reyno , feliz al Prin-
cipe , y dichosos álos vasallos.,
AU-i
AUXILIO I X.°
Males que ocasiona al Estado la muchedumbre de Religiosos^
y qué debe hacer el Príncipe para su remedio.
i üii
is tan formidable el cuerpo de Religiosos que te-
nemos en nuestra España , que su número asombra 5 y
es tan perjudicial al Estado tantos Religiosos , como que
deben reputarse para el por miembros muertos 5 circuns-
tancia que hace indispensable para el mejor orden del
reyno , la .providencia de disminuir su número , sin que
permita el Soberano haya mas individuos, que los que
hubo al principio de cada fundación.
2 La mayor parte de los bienes^ raízes , y estos de
los de mejor calidad , están en poder de los Religiosos,
de cuyos producios no pagan , ni contribuyen nada , de
que nacen males muy considerables para el Estado , pues
si ayudaran' á los seculares con la contribución , que cor-
respondiese á los frutos de sus grandes posesiones , ó sí
estuvieran estas en su poder , seria mucho mas crecida la
abundancia , y riqueza de los vasallos , y menos las im-
ponderables utilidades de los Religiosos , que usurpan al
Patrimonio real aquellas grandes porciones de marave-
dises , de que gozaria si tuviesen los seculares los bienea
que poseen. Debe atender el Principe , como máxima
justa, que el estado de los Religiosos no los exime de
vasallos , y como en el tributo se conoce el vasallage con
propiedad , ellos contemplan ligeramente que no lo son,
respecto de que con nada contribuyen al Rey. Destierre
esta tan mal introducida prá&ica , que es un vdaño fatal
para el reyno -•> y haga que paguen de los bienes .que eran
de ios seculares, y entraron en poder de los Religio-
sos2
2$6
sos , lo mismo que contribuían en el de aquellos.
3 Negáronse á este tan justo cumplimiento los Sa-
cerdotes de los Anabaptistas , y san Agustin les obligó á
el 5 diciendo : » Vosotros sois verdaderos vasallos del Cesar',
nel vasallage se reconoce en la contribución , y vuestro estado
r>de ningún modo os liberta de él h antes él mismo influye de-
nbeis ser los primeros , que tributéis para enseñar a los de-
irmas. T últimamente , b b abéis de justificar , que no recono-
ttceis al Cesar por vuestro Soberano , ó habéis de contribuirle
ncon la parte legítima , que le corresponda , según los frutos
r> que produzcan vuestros bienes ; y según lo dispuesto , y ob-
r> servado por el mismo fesu Christo. Y con efecto , lo tuvo
este justo empeño de san Agustin ; de que s& debe ase-
gurar , que si profesando los Anabaptistas muchos , y.
grandes errores contra la verdadera Iglesia , les hizo el
Santo contribuyesen al Cesar con los derechos justos,
como vasallos? con mayor causa, sin comparación, deben
hacer lo mismo con su Rey los Religiosos Católicos, que
sin profesar error alguno contra la Iglesia , profesan per-
fectamente la santísima ley de Gracia.
4 Otro daño imponderable se sigue contra el Esta-
do, y aún las mas veces contra los que debian reputarse
por legítimos herederos , de la permisión mal tolerada de
dexar muchos que mueren por herederos universales de
sus bienes crecidos á las Comunidades Religiosas , apar-
tando injustamente de este beneficio á los hermanos car-
nales, sobrinos , y otros parientes pobres muy cercanos.
Todo esto , tomando de ello posesión los Religiosos , en-
tra en manos muertas , y el real Erario padece el menos-
cabo de no percibir de estos bienes jamas lo que antes
perciba , siempre que los -herederos (que rara vez no los
hay) fuesen del estado secular. -
. 5 Prohiba el Príncipe con toda su autoridad, que he-
reden las Comunidades Religiosas á los seculares , esta-
ble-i
*57,
bleciendo una ley que ordene no lo haga alguno de es-
tos, baxo la pena de que si lo hiciese, será el real Erario,
en vez de los Religiosos, el universal heredero.
6 Tampoco permita el Príncipe hagan sus vasallos
'donaciones pias de considerables rentas , porque esto
produce grave daño al real Erario , y á todos sus
¿Vasallos.
7 Para remediar perfectamente , no solo los males,
que causa al reyno la muchedumbre de Religiosos , que
en el hay , sino también los que ocasionan al real Era-
rio , y á los vasallos los muchos bienes que poseen , y
aún igualmente los daños, que á ios mismos Religiosos
les produce el serlo , experimentándose en muchos una
ruina espiritual, quando con la edad "reconocen lo que
no distinguieron en los primeros años de su juventud,
que es quando los entran en las Religiones , hay muchos
medios; pero nos reduciremos á los mas esenciales, que
son los siguientes.
8 Infórmese el Príncipe muy por menor de lo que á
cada Religión producen sus rentas ; y respecto de que
hay muchos Conventos sumamente ricos , y algunos
muy pobres , deberia el Monarca asignar á estos igual
renta anual para su manutención que á aquellos , y el re-
siduo puede aplicarlo al real Erario , sin que de ningún
modo encargue , ni aún levemente su conciencia j pues sí
se atiende, como se debe á sus primeras constituciones,
ó institutos , se verá no solo que la mente de los Santos
Fundadores fue , que estuviesen reducidos , y amasen la
pobreza : sino que hubiese un número cierto de Religio-
sos en cada Convento que se fundase , y no despropor-
cionado , señalando á cada Religioso para su alimento,
diariamente una cosa muy reducida , según lo eran sus
rentas entonces , y que si algo sobrase, que se repartie-
se á los pobres. Esta fue la prá&ica; de la Iglesia primiti-
Tom, V. Kk ya$
253
va 5 estala que exercítaron los Apostóles i e'sta la que qui-
taba la vida á los contraventores de ellas , como sucedió
á Ananias con san Pedro. Esta es la laudable, la pura , y
la santa ; circunstancias que faltan á la que hoy siguen
los Religiosos j y esta en fin , la única que debe subsis-
tir , y no la inventada , e introducida por la ambición,
agena del estado Religioso.
g No pueda ninguno administrar sus haciendas , y
quede este cargo al de los seculares , que el Príncipe
nombrase, teniendo particular atención , en que estos no
les sean afe&os , pues así se evita , que no los traten co-
mo si fueran sus criados , porque en tal caso , quedaba el
daño en pie , y el remedio sin conocerse.
10 Siendo como es tan corto , y reducido el tiempo
señalado para que profesen los Religiosos , y la mayor
parte de ellos la hacen en los primeros años de la juven-
tud : esto da motivo para que no conozcan por falta de
capacidad donde entran, ni aún algunos Maestros de No-
vicios cumplen con su obligación, que es la de examinar
ad intra , si la inclinación de cada uno de ellos es , ó no
á la Religión , debiendo en conciencia , si lo último co-
nociesen, hablar con desembarazo á sus padres, ó parien-
tes , para que los extragesen de la Religión , y los aplica-
sen á otro estado diferente ; pero sucede tan al contra^
rio , que si conocen adversión en alguno , los castigan,
y violentan á que sigan lo que aborrecen > resultando de
esto precisamente infinitas ruinas espirituales, que se ha-
cen irremediables con el tiempo.
ii El remedio mas eficaz para evitar tales desorde-
nes , es que mandase por ley el Príncipe , que ninguno
pudiese ser Religioso hasta haber servido tres años lo
menos en sus tropas, ó impetrar del Papa la prorrogación
hasta los veinte y seis años.
12 Con este auxilio tan útilísimo, tendría el Monar-
ca
2*9
ca erí su reyno Religiosos perfectos , porque como ya
instruidos de lo que es el mundo en la realidad , y no en
lo aparente, no habría tan grande como lastimoso número
de Apostatas en Inglaterra , Holanda , y otras Repúbli-
cas libertinas , con tan sensible escándalo de la Religión
Christiana.
13 Destierre el Príncipe de las Casas , y Conventos
Religiosos , todo el trafico , y comercio , castigando con
rigor á los transgresores , según ordenan los sagrados
Cánones , y muchos Concilios Generales y Provinciales;
pues deben ser mirados los que contravengan á tan justa
providencia , como personas que usurpan al Monarca sus
derechos , y al vasallo sus utilidades.
14 Tampoco es licito permitirles la mal introducida,
y peor tolerada practica de que vendan pan , vino , ni
otros comestibles , pues todo es propio de tabernas , y
bodegones , y no de las casas Religiosas. Ni menos se les
permitirá , que tengan boticas públicas , atahonas , oí co-
sa que tenga el menor viso de comercio ; porque ademas
de los daños , que de todo esto se siguen al real Erario,
y al Estado, se reducen enteramente al espíritu secular,
tan contrario del Religioso.
15 Aparte de todos ellos el Soberano el aulicismo,
disponiendo inviolablemente, que ninguno tenga empleo
en Palacio , excepto el Confesonario 3 pues de este auxilio
tan grande resultará evitar los empeños , y protecciones
para sus fines particulares , tan perniciosos al Estado , y
tan propios para que los Religiosos se engríen , y olvi-
den el uso de los votos que hicieron , según el instituto
de su Religión.
1 5 Tenga el Rey mucho cuidado en que no se
confie la educación de ningún Principe de la Corona á
algún Religioso, pues dicta la razón , que siempre lo ha de
inclinar á bs aumentos y autoridad, tanto de susparien- {
Kk 2 tes
2 6o
tes , como de su Religión , siendo lo primero contra
los beneméritos, y lo segundo contra el Estado, y el
Erario.
17 La práctica de estos auxilios es tan importante
al reyno , que solamente podrá manifestarlo la experien-
cia. Executado cada uno con la entereza , rigor , y arre-
glo correspondiente á la dodrina de los Apostóles , y al
nervio , y enseñanza de los Santos , y Padres de la Igle-
sia , será mas considerable el ingreso , que entre en el
real Erario : mas opulento el Estado , y mas justificados,
y timoratos los mismos Religiosos j porque la mucha ri-
queza (no debiendo ellos por ningún título poseerla) en-
gendra mayor soberbia.
AUXILIO X.°
- La Religión Jesuítica causa imponderables males al Estado^
Auxilios para que esta peste se corrija*
1 V^ue la muchedumbre tan formidable de los Regu-
lares de la Compañía de Jesús , como tenemos en nuestra
España, sea otro tan grande ramo pestilencial , que la
infesta por todas partes : es tan evidente , como lo tiene
acreditado la experiencia , y se justificará en este Au-
xilio.
2 Ninguno de los hombres bien instruidos ignora la1
imponderable oposición , que se experimentó en nuestro
rey no , tanto por parte del real Consejo de Castilla , co*
mo por los di&amenes, que se tomaron de las Universi-
dades para que fuesen admitidos en e'l los Jesuítas. Ven-
cieron al fin con sus máximas tan fuertes dificultades,
que tal vez serian altas disposiciones de la Providencia
gara librarnos de sus garras 5 pero nos entregó á ellas en
cas-
i6?
tastigo de tan ciega condescendencia.
3 Sobre las falsedades , y preceptos alterados por
los sucesores de su Santo Fundador , escribieron cele-
berrimamente el incomparable Benito Arias Montano,
y el Reverendísimo Padre Maestro Fray Melchor Cano,
del Orden de Predicadores > varones los dos de un mismo
tiempo , sabios verdaderos , y que formaron fundadísi-
mos discursos sobre las fatales conseqüencias , -que ha-
bían de producir al pueblo christiano los Jesuítas,
fundándose en su ambición, máximas detestables, y ma-
la moral.
4 Habló algunos años después con el mismo vigor,
erudición , y fortaleza , que Arias Montano , y el Reve-
rendísimo Padre Fray Melchor Cano , y aún con mas
sólidas demonstraciones de las tiranías, maldades, e' in-
solencias de los Jesuítas , el Doctor Juan de Espino j cu-,
yo nombre basta para celebrar el alto grado de su sabi-
duría. Todos estos ce'lebres varones , y otros muchos
justificaron plenamente , que el rebaño Jesuítico lo era
de lobos carniceros , que solo aspiraban á la destrucción
deja Monarquía baxo cuyo dominio estaban , á la to-
tal ruina espiritual , y temporal de los vasallos , y á le-
vantarse en fin , con la universal Monarquía de la chris-
tiandad ; y en efe&o , salieron , y han salido tan ciertas
estas sentencias , como es público , y hare'mos ver.
5 Dexando sentado , que todas sus obras secretas,
todos sus consejos no públicos , y todas sus máximas per-
niciosas se dirigen únicamente al engaño , á la estafa , al
intere's , y á la ruina de las almas, y del Estado , aparen-,
tando por virtud la maldad , haciéndose dueños de las
voluntades de sus penitentes ( que regularmente son
poderosos ) para robarles , contra la caridad , y sagra-
das disposiciones de los Cánones , y Concilios , sus ha-
ciendas , como tenemos de ello sobradísimas pruebas , e
in
2 6l
infinitos litigios , que se Introduxeron en el real Consejo
de Castilla , donde se dieron por nulas las disposiciones
testamentarias , en las quales dexaban los que las hicieron
á los Jesuitas , violentados , ó sugeridos de sus malévo-
los influxos , y persuasiones tiranas , como se justificó
plenamente , por únicos herederos de sus poderosas ha-
ciendas , separando del goze , y posesión de ellas á los
que lo eran verdaderos, faltando en esto á ambos dere-
chos : y sentando igualmente , que su ambición no tiene
límite , que su soberbia , y malicia son sin tasa , y que
los absurdos , y falsa do&rina , que enseñan , y propo-
nen á sus apasionados , y muchas veces en el tribunal de
la penitencia , son dignísimos de que el santo Tribunal
de la Inquisición los examinase , imponiendo severas pe-
nas á sus autores , pasare'mos á hacer una ligera demons-
tracion de las tiranías , y falsas proposiciones , y otras
execrables maldades , que cometió , enseñó , y exercitó
en todos tiempos , y en todos los reynados este tan ro-
busto , como ambicioso , y nocivo cuerpo , desde el ins-
tante de su formación.
6 Apenas se establecieron en España, erqpezaron á
maquinar diabólicas máximas para su mayor exaltación,
y ruina del Estado. Consiguieron las que les fueron mas
útiles , logrando para ello Breves , y Bulas , con otras
exórtaciones de la santa Sede ; que engañada infielmente
por las falsas informaciones de aquellos Padres , prestaba
sus Letras Apostólicas en la cierta creencia de que ser-
virían para mayor exaltación de nuestra santa Fe Cató-i
lica , y beneficio de los fieles ; siendo en realidad , y en
el ánimo , y execucion de los Jesuitas para destrucción
de aquella , y dee'stos, y autorizar ellos su poder , y
soberanía sobre las otras Religiones , y aún sobre los
mismos vasallos , igualándose á los Monarcas.
7 A pocos años de su creación penetraron no les
se-
2¿3
seria imposible fundar entre ellos una Monarquía , que
abrazase derecha , y principalmente todo lo Eclesiástico,
con algún dominio , ó superioridad indivisa sobre lo se-
cular , estando ellos independientes de otra sujeción, que
laque darian á su General. Para dar principio á su idea,
dieron á e'ste desde luego una obediencia rendidísima , ju-
rando tenerlo por su Soberano en lo interior, por mas
que exteriormente reconociesen á sus respectivos Reyes
por tales.
8 El Consejo real de Castilla , y todos los dictáme-
nes de los mas ce'lebres Teólogos de aquel tiempo, deter-
minaron la total exterminación de los Jesuítas muy á
los principios de su establecimiento ; habiendo sido la
causa los pasquines , libelos infamatorios , y escritos se-
diciosos , infames , cargados de doctrina errónea , y de
heréticas proposiciones , que de orden de su General es-
cribieron , estamparon furtivamente , y estendieron por
todo el universo contra la christiandad , pureza , Reli-
gión , honor , y decoro del señor Rey Don Felipe II. °,
y en favor de la hija de maldición , como que lo fue de
adulterio , la pérfida , enormísima , e' infiel Elisabel de In-i
glaterra , aprobando sus crueldades , sus engaños , sus
inhumanidades executadas con todos los Católicos , la
muerte injustísima , que mandó dar á la christianísima, y
santa Rey na Maria Estuard , y sus públicos edidos, y
libelos infames contra el Sumo Pontífice , cabeza visible
de la Iglesia Católica , contra nuestra sagrada Religión,
contra el mismo señor Rey Don Felipe II.° , y en fin,
contra toda la christiandad > probando los mismos Jesuí-
tas en esta su infiel defensa , «que la Reyna Elisabel era
"justificadísima en quanto obraba , y que todas sus dis-
posiciones , y providencias, que el orbe christiano lía-
ornaba infieles , e inhumanas , eran todas muy propias
»de la do&rina Evangélica , y arregladísimas en todo á
»la
264
"la mente de la Iglesia , y preceptos Apostólicos , y que
"por el contrario procedía el señor Don Felipe IL%
"queriéndose oponer con el poder de sus exercitos á las
^operaciones de tan gran Reyna , con notable injusti-
cia , faltando á la Religión , y obrando con una infide-
lidad tan enorme , y detestable , como que quebranta-
ba todos los preceptos de la Ley , y ponía en escándalo
"confuso la paz de que gozaba Elisabel 5 sobre que se
" hacia verdadero sacrilego , por profanador de la paz
"pública."
p Todas estas atrevidas , escandalosas , y heréticas
proposiciones las probaban con la falsa , y heretical doc-
trina de Calvino , y Lutero $ interpretando iniqua-
mente ios sagrados textos , falsificando con no vista , ni
jamas oida alteración los lugares de la Escritura , y qui-
tando el propio , y literal sentido á las sentencias , y es-
critos de los Padres de la Iglesia , de los sagrados Cáno-
nes , y de infinitos Concilios.
10 Todo esto, y el ser ellos los autores de obras
tan sediciosas , y vituperables , se justificó plenamente
de real mandato de dicho señor Rey ? y fue tal su pa-
ciencia , y tolerancia , que se conformó con solo mandar
recoger los exempiares , que se pudieron , y que se que-
masen publicamente por mano del executor de la Justi-
cia , dando por autores á los Padres Jesuítas , y remi-
tiendo su real orden circular á los Reverendos Obispos
para que les amonestasen , y reconviniesen , á fin de que
si volvían á producir tan sacrilegos , y heréticos escritos,
precedería con su soberano poder de tal modo , que
fuese espantable al orbe el castigo , que impusiese á su
delito.
1 1 Executóse todo esto , pero tenaces los pérfidos
Jesuítas en su maldito empeño, salieron mas picados con
ia reprehensión, y quema pública de sus escritos , tanto,
qus
2¿5
que repitiéndolos con mayor desvergüenza, soltaron en
ellos todos los diabólicos diques de Calvino , y Lutero,
favoreciendo con mayor fortaleza á la infiel Elisabel , y
deshonrando al Católico Felipe.
1 2 Vio este los nuevos escritos , y ya irritado en
extremo , acompañados de un exemplar de los anteriores,
y de su real orden sumamente severa , y apretada , los
remitió á una Junta de los Teólogos mas consumados,
para que entre todos , y en vista de unos , y de otros
escritos , le advirtiesen clara , y distintamente , y baxo
la pena de tener por traydor al que lo contrario hiciese,
el castigo, que su reda justicia debia hacer en el cuer-
po Jesuitico , respecto de su reincidencia en delitos tan
atroces , y tan vilipendiosos á la Religión , y al Estado
christiano ; que era lo único , que le movia á tomar tal
providencia , sin atender á los sacrilegos vituperios con
que trataban su sagrada , y real persona.
13 Ninguna de estas determinaciones tan serias se
obscurecieron á los Jesuitas ; y temiendo la severidad
de Felipe , y que el dictamen de la Junta de Teólogos
habia de ser sumamente rigoroso , acudieron prontamen-
te á su General , expresándole el golpe , que estaba dis-
puesto contra ellos , y que lo experimentarían sin duda,
á no prevenir sin la menor intermisión el remedio j que
discurrían serlo eficacísimo impetrar la benevolencia del
Sumo Pontifice , que lo era Pió IV.0 , haciéndole presen-
te , que algunos Jesuitas verdaderamente locos habían
sido los autores de los sediciosos escritos 5 y qu§ S. M.
el señor Felipe II.0 queria tomar satisfacción de todo el
cuerpo ; lo que parecia opuesto á la humanidad, y aun
á la do&rina del Redentor , pues habiendo cometido
contra su sacratísima persona uno de sus Apostóles el de-
lito mas atroz , no castigó á los demás miembros del
Apostólico Colegio , ni aún tampoco al delinqüente ; pues
Tm.r. U A
2 6 6
si éste se hubiera arrepentido , aquella suma , é infinita
clemencia lo habria perdonado.
14 Por todo lo qual debia su Reverendísima hacer
presente á su Santidad , que cómo causa tan de la Igle-
sia , debia tomar á su cargo la defensa de una Religión
tan santa , tan maravillosa, y que incesantemente estaba
dando opimos frutos al Cielo , con todo lo demás que
su Reverendísima tuviese por conveniente exponer , y
suplicar.
1 5 Con tanta eficacia , y mónita propuso á su Santi-
dad esta relación el General , asistido , para mayor fe,
de algunos Purpurados , que ganó su industria , por ha-
berlos alucinado sus falsas sumisiones , que creyendo al
engaño, como si fuera la verdad , su Beatitud despachó
inmediatamente al Rey Felipe II.0 una carta con un
Prelado de cara&er , llena de paternales caricias 5 ( cuyo
original he visto) y le exponia en ella: "Confirmaba, que
"era prote&or , y único amparo de la Iglesia , como lo
"habia dicho su antecesor Marcelo II.0 3 (y después lo
"ratificaron Gregorio XIII.0 , Pió V.° , y Clemen-
te VIII.°) por cuya causa no debia esperar la Iglesia
"de tal hijo otra cosa , que benignidad , y blandura; de
"las que les pedia usase con el cuerpo de la sagrada Re-
ligión de la Compañia de Jesús , pues no era justo , ni
"propio de la Ley Evangélica determinar cargase la pe-,
"na sobre todo el cuerpo de lo que habian cometido al-
áganos podridos miembros , de los quales quedaba á car-
"go de su Santidad el imponerles el castigo correspon-
diente á su culpa 5 y que desde luego quedaba persua-
dido á que aún quando todo el cuerpo fuese cómplice,
"la intercesión suya , que la hacia con todo su.corazon,
"y lagrimas de sus ojos , habia de merecer un general
"perdón de su grande hijo Felipe."
\6 De estas , y aún de otras mas amorosas clausulas
cons-
z6j
constaba la carta díe su Santidad , que leída por el Rey-
Felipe II.0 la regó con sus lagrimas , y mandó inmediata-
mente , se suspendiese quanto de su real orden se estaba
determinando contra los Jesuitas , y se pusiese silencio á
todo , y porque su gran Valido Ruy Gómez de Silva , le
dixo : ttQue no le parecía bien concediese tal perdón a unos
rtreos, que la piedad que con ellos se exercia} les daba motivo
r>para ser mas temerarios : le replicó : Que el Papa era ca-
ñbeza visible de la Iglesia , como Vicario de Jesu-Christo , y
nque lo mismo que si este señor se lo mandase , debia execu-
v>tar prontamente quanto el Pontífice le pidiese , y que sobre
m aquel, y otros casos semejantes, no pedia consejo de ninguno^
nsino executivo obedecimiento á lo que mandaba»''
17 Este fin tuvo un caso como el referido , y por
el que debieron ser en justicia seriamente castigados los
Jesuitas, por las enormidades , sacrilegios , abominacio-
nes , y falsas doctrinas de sus escritos , como se ha visto:
lo que les dio alas para volar mas alto en los reynados si-
guientes, como haremos ver, fiados en sus engaños, cau-
telas, y maldades.
18 San Pió V.° (succesor inmediato de Pió IV.0, de
quien hemos hablado arriba) quiso reformar la Religión
Jesuitica , siendo la causa las violentas guerras , tiranias,
y falsas doctrinas que enseñaron, y exercieron en el
Nuevo Mundo , con comunicación secreta , que des-
pués se hizo pública , de los de acá ; de lo qual , y de
lo que antes , y después obraron en aquellas remotas
tierras , tengo formados dos tomos grandes , sacados de
documentos tan fidedignos, como ser sus autores los
mismos Padres de la Compañía , y en donde solo se
ven insolencias, crueldades, violencias, sacrilegios, al*
zamientos, y otras inhumanidades cometidas con toda
fuerza por los Jesuitas.
ip Lo mismo quiso hacer , y aún por motivos mas
Ll 2 f ':■:.-
2Ó8
execrables , Sixto V.° succesor ele Gregorio XIIIo \ pero
murió este sabio Pontífice , quando pensaba la execucion
de reformar la Compañía de Jesús.
20 En tiempo del señor Rey D. Felipe III.0 alborota-
ron la Flandes, haciendo se rebelase primeramente Anibe*
res , después Gante , y á su imitación otras Ciudades , y
Villas 5 para cuya rebelión acudieron á los Flamencos con
muchos millones que iban de España , y de donde esta-
ban establecidos , cuyas grandes cantidades , se iban em-
pleando en todos los peltrechos necesarios para una guer-
ra ofensiva , y defensiva 3 los que se ocultaban en paites
secretas, señaladas por los mismos Jesuitas.
21 Descubrió esta traición el Cardenal Mosquetí
por una carta , que con descuido notable se le cayó en su
casa al General Jesuíta , en la que le daban individuales
noticias Ion benditos Padres de Flandes del estado en
que tenían su alto proye&o _••> del número de armas , y
municiones, que en el instante estaban prontas para el
levantamiento formal de aquel país ; y en fin , de todas
las cosas correspondientes á tan indigno , y traidor
empeño.
22 El Cardenal Mosquetí , remitió la carta origi-
nal á manos del Rey Felipe III.0 , suplicándole encarecí*
damente guardase siempre el secreto , de quien le había
dado tal aviso, y que con el usase de su justicia para la
conservación de sus estados,
2 3 Quando este santo Rey estaba tomando muy se-
cretas , y senas providencias para coger en Flandes con
el delito en las manos á los Jesuitas , y tomar allí de
ellos la debida satisfacción , tuvieron noticia de quanto
el Rey estaba obrando , y con los avisos que se hallaba;
pero no supieron jamas quien había dado estos á S. M.
y sin perder instante de tiempo , deshicieron quanto te-
nían prevenido \ de modo , que quando liego á Flandes
el
i6g
el Conde de Alday con amplia facultad de S. M. para re-
querirlo , castigarlo, y componerlo todo fuerte , y rigo-
rosamente : se halló , que de quanto se le advertía en la
instrucción que se le dio , nada tenia asomos de verdad,
porque habiendo registrado los sitios donde se le decia
habia de encontrar las armas, y municiones prevenidas en
ellos por los Jesuitas ni aún encontró el menor indicio de
ello s ni tampoco pudo justificar cosa alguna contra los
Jesuitas ( tal prisa y maña se dieron para encubrirlo
todo ) por mas diligencias que hizo ; lo mismo que
representó al Rey , y sin otro requisito se le mandó
retirar.
24 Algunos años después manifestó al Rey todo lo
cierto de este caso , remitie'ndose para su comprobación
á las cartas , que se hallarían en poder del General de
los Jesuitas , de los Padres deFlandes, Don Francisco de
los Rios , Presbítero , y Jesuita que habia sido , de cur
ya Religión lo expulsaron en Flandes en tiempo de este
tratado , y consentido rebelión , porque se habia opuesto
á éih pero como ya se habían transcursado algunos años,
y los Jesuitas tienen en todas partes valedores , no se es-
timó la noticia como se debía 5 pero á lo menos , que-
dó acreditado por verdadero el aviso del Cardenal
Mosqueti. - .
2 5 Erales muy importante á estos Padres , para el
uso de sus máximas e' intereses , que saliese de su cen-
tro , y dominio propio , que lo fue siempre España des»
de .el señor Emperador Carlos V.° , el Ducado de Man-
tua j y hallaron la mas oportuna ocasión para lograr-
lo , en tiempo del señor Rey Don Felipe IV. ° el
Grande.
2 6 Fue Privado de este Rey ( y aún el mayor , y
mas durable de quantos se han conocido ) el Conde^
Duque de Chivares , de quien era Confesor el Pa-
dr?
27°
dre Francisco Aguado , Provincial de la Compañía de
Jesús.
27 Fiábase mucho de su Reverendísima el Conde-
Duque > á quien entre el , y otros Jesuitas bien informa-
dos del caso, persuadieron á que no habia carga mas pe-
sada para España , que la de mantener los Estados de
Mantua * dando unas razones, aunque sofisticas tan bien
adornadas , que alucinado con ellas el Conde-Duque , les
dio encero crédito , y tenie'ndole así dispuesto , cargaron
de golpe con todo el peso de su malicia sobre el , y últi-
mamente, no sosegaron hasta que le hicieron creer encar-
gaba mucho su conciencia sino daba una providencia se-
creta para que aquellos Estados se perdiesen ; y en efec-
to , de tal modo dispusieron el ánimo del Conde-Duque,
que pretestando el recobro de una parte de la Flandes,.
abrió las puertas de Mantua , para que se apoderasen de
ella , como lo hicieron los enemigos, á quienes los Jesuí-
tas la tenian prometida.
28 Esto, y la perdida de Portugal , que aconteció
después, se supo clara, y distintamente lo habian dis-
puesto así los Jesuitas ; pero á ellos nada se les daba,
porque para uno y otro , habian tomado por pantalla al
Conde-Duque ; y como e'ste lo mandaba todo , y todos
le temían , nadie se atrevió á hablar una palabra en el
particular.
29 Públicas son las cosas de estos Padres , aconteci-
das en tiempo del señor Rey Don Carlos II.0 Pusieron en
espantable alboroto á la Europa , pues la falta de succe-
sion de este santo Rey, les daba motivo para ofrecer
esta Corona ai Soberano, que les parecía mas acomodado
para sus intereses , como si fuese su oficio , ó estuviese
en su arbitrio el repartir las Monarquías en semejantes
eventos.
.30.: Sin desesperanzar á Inglaterra de, una gran par-
te
271
te de los dominios de España, animaron al Imperio , y ai
Duque de Babiera 5 pero el Cielo últimamente dio la Co-
roan á su legítimo dueño , que fue V. M. por mas que
ellos escribieron , y trabajaron en favor de Carlos , Ar^
chiduque de Austria , porque nada prevalece contra los
decretos de la Omnipotencia.
3 1 Incitaron en este reynado al Inquisidor General,
Obispo de Segovia , para que fulminase la ruidosa , y es-
candalosísima causa del Maestro Fray Froylan Diaz,
Confesor del señor Carlos II.0 , y varón verdaderamente
pió , sabio , y justo $ cuya causa tuvo fin , porque V. M.
se dignó tomarla á su cargo , y examinar por sus
Consejeros, y Juntas reservadas los motivos, que hubo
para ella , y lo obrado en su seguida ; y se vio descu-
bierta por la definitiva sentencia del santo Oficio la ino-
cencia del Maestro Froylan.
3 2 No causó menos escándalo dentro , y fuera de
estos reynos la injusta , y tenaz oposición , que toma-
ron estos Padres á la Religión de san Gerónimo , sin otro
motivo que el discurrir influían, ó aconsejaban contra
ellos al señor Carlos II.0 j sobre lo qual llenaron al mun-
do de satíricos papeles , ó libelos infamatorios contra
aquella sagrada Religión ; y si conforme les tomó hor-
ror el señor Carlos 11.° , hubiera tenido ánimo , sin, du-
da habría llegado para los Jesuítas el punto final de su
Religión.
3 3 En tiempo del glorioso reynado de V. M. no
tengo nada que decir , pues como Rey tan sabio , y jus-
to, nada ignora 5 sin embargo de que parece extraño
omita el caso del Padre Daubenton , Confesor de V, M. ,
que por ser de los mas execrables , que hasta ahora se
han cometido , y probado , merece lo recuerde á V. M.,
quien probó con carta del mismo Padre Daubenton, es-
crita al Duque de Qrleans , Regente de Francia , en la
- me-
272
menor edad de Luis XV. , y dirigida original por aquel
Príncipe á .las reales manos de V. M. , que habia descu-
bierto el secreto de la confesión , que V. M. hizo con
el pocos días antes. Lo que de este enormísimo delito pu-
do resultar de daños a esta Monarquía , y aún á toda
Europa , V. M. lo sabe > y el castigo , que impuso al mal
Confesor Jesuita , los que no lo ignoramos conocemos
nació de la inimitable clemencia del alto espíritu de
y. M. , á quien no recuerdo otros casos de estos Padres,
sucedidos desde que V. M. ocupó su trono , tan injustos,
como atroces, por no renovarle el sentimiento, que
causará en su real ánimo un proceder tan irregular de
unos Regulares tan sabios.
34 Fuera de reformar esta Religión , que era lo mas
acertado , solo se encuentra para tener en algún modo
sujeta la ambición , la malicia , y máximas perniciosas de.
estos Padres, el auxilio siguiente.
3 5 Tenganse presentes los sucesos , que estos Pa^
dres causaron en Toledo , los de Ebora , y Alemania, y,
en particular sus guerras , sediciones , y alborotos cau-
sados desde su establecimiento en el Nuevo Mundo , y
sobre todo , que son los mayores enemigos de la digni-
dad Episcopal , como del Estado.
36 En esta ciertísima inteligencia , con el secreto
correspondiente , apodérese el Príncipe en primer lugar
de sus Archivos y papeles , nombrando para esto Minis-
tros íntegros , y re&os , y que lleven á su lado centine-
las secretas , que examinen sus acciones , y den de todo
parte ai Rey i estando entendidos todos los sugetos que
en esto intervengan , les costará la vida el menor ladeo
que se les justifique.
37 El crecido y notable número de papeles , que se
les encontrará en los Archivos , arrojará materiales sufi-
cientes para justificación plena de su desorden > pero sin
aten?
atender á esto , á menos que no se les encuentre cosa
que conspire contraía Magestad , ó ruina del Estado,
que puede ser no imposible semejante hallazgo} en cuyo
caso se tomarán aquellas providencias correspondientes ai
delito i se les extraerán para siempre los dichos papeles,
y se pasará á examinar tanto los fondos de sus caudales
en dinero efectivo , como en bienes raices. De aquello
no se les dexará nada , y de estos lo preciso para el ali-
mento , y demás gastos de la Comunidad , atendiendo al
numero de Religiosos de cada una , y señalando á cada
individuo lo que se contemple preciso, según un computo
prudencial.
38 El remanente de todos sus bienes entrará en el
real Erario , atendiendo á que lo que produzcan en
limpio ios bienes, se ha de rebajar de las contribuciones
ordinarias de ios vasallos de cada respectiva Provincia de
los Jesuitas.
39 Esta providencia se deberá executar en todas las
casas , que hay en el reyno de estos Padres á una misma
hora, para evitar así la ocultación que resultarla sin du-^
da , si se anticipase á unas las noticias de lo sucedido etf
otras.
40 Se les hará presente, y se fixará en cada Refecto-
rio, la real orden para esto , en la que se insertarán los
mandatos siguientes.
41 Primero , que todos los bienes raices que adqul-f
riesen, luego que se tuviese noticia de ello en el real Con-
sejo , serian tenidos por propios del Estado.
42 Que habian de estar sujetos , y subordinados en
un todo á su respectivo Juez Eclesiástico Diocesano , sin
oponerse de ningún modo á sus determinaciones, y pro-
videncias; y que en caso que estas no fuesen justas , solo
se les permitia hacer una ligera representación al , real
Consejo, (habiendo obedecido antes lo que se les hu^
1 Tomt V* Miq bie-
'*74
biese mandado) para que tomando sus secretos intormes,
resolviese lo que por justo tuviese.
; 43 Que no deberían mezclarse en lo succesivo en
asuntos del Estado, ni solicitar el aulicismo , ni interve-
nir en otras cosas, que en las correspondientes á su carác-
ter y estado.
44 Que no deberían tener correspondencias con
Príncipes extrangeros de ningún modo, y por ningún ca-
so ; y con los nacionales solamente en los casos en que tu-
viesen que responder á algunas preguntas de conciencia,
sin tocar otra cosa fuera de esto -5 pues para que se ob-
servase así , tenia S. M. puestos , ó pondria en cada cor-
reo ( y con efedo debia hacerse ) un sugeto cabal , que
tuviese facultad para abrir sus cartas , y dar parte de sus
contenidos , en caso de ser perjudiciales al Rey , y que
menos pudiesen dirigirlas por propios , pues serian repu-
tados por infames, y traidores , pagando este delito con
la vida , como seles haria saber á todos los vasallos por
orden clara de V. M.
45 Que ningún individuo de una casa pudiese pa-
sar á otra , ni de una , á otra Provincia , sin licencia del
Obispo Diocesano.
46 Todos ios quales reales mandatos , y cada uno de
por sí , deberian guardar inviolablemente , sopeña de ser
reputado por delito de lesa Magestad qualesquiera , que se
cometiese en su inobservancia.
47 Este auxilio , executado en tiempo, con rigi-
dez y entereza , moderaría infinito la soberbia de es-
tos Padres , y para los habitantes del Nuevo Mundo,
deberian formarse otras regias mucho mas fuertes , y
rigorosas.
48 Ponga en execucion el Monarca este auxilio , y
en poco tiempo le acreditará la experiencia lo saludable,
que es para los Padres , y para el Estado. Para los Pa-
dres,
275,
dres , porque sujetos así , olvidarán su soberbia , su
ambición, y sus máximas tan perjudiciales al Estado ; y
para este, porque desde luego se libra de contribuir con
lo que hoy , y de las garras de los mismos Jesuítas.
AUXILIO XI.0
Castigo de los Blasfemos , quan útil es al Estado,
i Jls tan perjudicial al Estado el uso de las blasfemias,
que estendiendose de sus profesores de edad á los jóvenes,
estando como está tan adelantada la malicia , se hacen
estos tan blasfemos, como aquellos , y así cada vez va,
creciendo, y arrojando nuevas ramas en el rey no, que
esto se tolera sin el mayor castigo , este vicio tan in-
fernal.
2 San Luis Rey de Francia impuso contra los
blasfemos aquella ley tan santa , como aprobada por va-
rios sumos Pontífices. Mandaba en ella fuese el blasfemo
conducido infamemente á la parte donde se hacían las
públicas justicias , y que por mano del executor de
ella , se le taladrase la punta de la lengua , con un hier-
ro hecho ascua , y siendo curado , se le pusiese en presi-
dio perpetuo.
3 El Papa Calixto III.0 impuso á los blasfemos la
pena de que se les cortase la punta de la lengua , y apro-
bando este castigo su succesor Pió II.0 dixo: "Si el insultar
»á los hombres en su estimación es delito f que merece gran
npena , ¿ qual será la que se deba aplicar al que comete el de
nía blasfemia , en que hiere U honra de Dios , de la Purísi-
v*ma Virgen , ó de la Santos ? "
4 Donde se cometen mas delitos de blasfemia es
entre la tropa. Asi para ios soldados , como para los pay-
Mm 2 ' sa-j
iy6
sanos , imponga el Principe Católico la pena que esta-
bleció san Luis , y que se guarde inviolablente.
5 Los daños que los blasfemos causan en el Es-
tado son imponderables j pues así como la langosta ar-
rasa los campos , así ellos aniquilan las virtudes , ofen-
diendo al Cielo sacrilegamente , y enseñando á los ig-
norantes , y jóvenes lo mismo que sus execrables lenguas
articulan.
6 Desdichado del reyno donde hay muchos blasfe-
mos, dice el Espíritu Santo , que ellos y el serán abrasa-
dos con fuego infernal.
7 Job maldice á los blasfemos , y á los que los tolen
ran % y para reprimir la furia de los hereges en este parti-
cular , determinó la santidad de Martin V.°, que el que
oyese blasfemar á otro , pudiese darle muerte , sin incurrir
m pena,
8 Por todas estas razones debe el Monarca Católico
inclinar toda su autoridad a la observancia indispensa-
ble de la ley de san Luis ya expresada para los blasfemos:
y otra menos rigorosa para los que votan con escándalo
de los oyentes , pues desde estos principios se pasa á
aquellos fines > y es constante , que este auxilio dará las
felicidades ai reyno que expresa san Pablo : »En laMo-
anarquía (decia á los de Corinto) donde no se vota, ni bl as»
vffma del nombre de Dios , de sus Santos , ni de su Apostóla
ncaDoótrina, lloverá maná, y celestiales bendiciones caerán
nsobre él"
AU-
AUXILIO XII.0
Es muy perjudicial al Estado el sentenciar á muerte a varias
clases de reos , y qué castigos se les debe imponer para que no
repitan sus delitos , y sean útiles al mismo Estado.
xE
s prá&íca quasi inconcusa en España castigar con
la pena ordinaria de muerte al que hizo uno , ó mas
iobos , sin concurrir otras circunstancias , que hagan ma-
yor el delito ; cuya prá&ica no es nada conducente al
reyno , ni con estos excmplares se remedian tales ex-
cesos.
2 Castigar estos reos con la pena de muerte , es qui-
tar al Estado tantos miembros, como los que fallecen
en el patibulo. Y en todo caso un hombre vivo puede
producir mucho al reyno , y quedar castigado su delito,
sin facultad para volver á cometerlo.
3 No debe atenderse en estos casos á la entidad mas
o menos quantiosa del hurto , sino á las circunstancias
con que se hizo. Si fue el robo simple , esto es , que solo
en e'l se cometió el delito de robar, de ningún modo
se le debe imponer la pena capital , ni hay ley antigua
que lo mande. Si concurrieron otros excesos en el a£to
del robo, será la pena mas grande mientras fuese mayor
el exceso.
4 Aún en el robo simple se debe atender ai sitio,
y modo con que se hizo. Si fue en sagrado , y en cosa
sagrada , es digno de muerte el que lo cometió , y lo mis-
mo el que para hacerlo con seguridad cometió el delito
de incendiario , porque este solo trae consigo la pen^
capital.
5 Siendo el rqbo sin ninguna de las culpas expre-
sa-
278
sadas , 6 de otras más , ú menos agravantes , no merece
perder la vida el que lo hizo , porque ademas de que el
delito no es suficiente causa para ello , la vida de ta-
les deünqüentes al Estado será muy útil , como se di-
rá después.
6 Parece que el que mata á otro es digno de muer-
te > pero hay casos en que el derecho lo libra de esta pe-
na. Tales son el que dio á otro muerte por defender su
vida : el que insultado publicamente , y sin razón , en
el mismo acto dio muerte indeliberadamente , y ciego
de la cólera , que le causó aquella afrenta , al insultante:
el, que halló á su muger en el adulterio innegable , y á
c'sta , y al adultero quitó las vidas > y así otros casos mas
ó menos graves que estos.
7 He visto poner en la horca á bastantes con solo
el delito de los casos expresados en el §. antecedente , y]
esto nunca me pareció arreglado á re£ta administración
de Justicia , tanto porque no concurrieron otras circuns-
tancias en la muerte , ó muertes , que las que insinúa ei
mismo §. , como porque según está dicho , un hombre
muerto es un miembro podrido para la Monarquía.
8 El modo de que sean útiles á ella todos estos delín-
qüentes , y que no les quede facultad para repetir sus
excesos , será el de mandar el Príncipe sean sentenciados
por toda su vida á las obras fuertes en lo interior del
reyno , como son á las Minas del Azogue , ó á los Ar-
senales, y á los destinos donde se construyen los navios,
y algunos de los roas viles ai remo de las galeras , donie
deberán estar con todas las prisiones necesarias para su
guarda , de noche en sus quarteies , y de día en el tra-
bajo incesante con ia correspondiente tropa , que ios
guarde , y un pesado grillete que ios distinga.
9 Crea el Príncipe, que no es este menos exemplarr
castigo para el temor , y escarmiento, que ei que infun-
de
*19
de el de la pena capital , porque este es el fin de todos
los males , y aquel es una muerte dilatada , que hace
purgar el delito al que lo cometió 5 y este dá á la Mo-
narquía el beneficio , que produce su trabajo repetido
hajta la muerte.
lo Á ninguno de estos reos permita el Monarca se
destinen á los presidios de África , por el recelo que se
escapen á los Moros , y renieguen , teniendo presente,
que las leyes de solicitar la libertad son tan fuertes , y
grandes, que inspira irresistiblemente se compre á qua-
lesquier precio.
AUXILIO XIII.0
NOTA.
Se omite este Auxilio por razones muy poderosas , que
no Je hacen digno de le Prensa,
a u x i l 10 xi y.°
Castigo público de los Jueces , justificados que sean sus delitos ',
es importantísimo al Estado,
1 JJrfste es un punto poco atendible por el Magistra-
do, mereciendo una vigilancia notable , pues al abrigo de
la juris'diccion, que exercen algunos Jueces, y con el efu*
gio de las facultades , que les presta la vara , alteran los
preciosos términos de la justicia , desfigurándola , ó ha-
ciéndola no conocida en las partes de su regencia , donde
con las inspiraciones del interés, solo se conoce la maldad,
y aún la tiranía , castigando delitos , que no hay , pa-
ra, adquirir el dinero que les falta.
No
1 2o
2 No es justo tolerar , que unos empleos dispuestos
por la razón, y admitidos por la prudencia , y en los
que consiste la buena armonía , organización , y subsis-
tencia del Estado , se pongan en manos de aquellos idio-
tas Jurisconsultos 7 que su fin en el logro de ellos es úni-
camente terminante á aniquilar los vasallos de los pue-
blos donde van á exercer la justicia, que ellos convierten
en tiranía.
3 . Hay muchos Jueces , que en todo el tiempo de su
regencia no distinguiéronla justicia del intere's, comer-
ciando con el uso de aquella , para el logro de este. Los
delitos mas graves , que en los pueblos de su mando se
cometen , se ocultan , y no se castigan , porque teniendo!
abiertas las manos para recibir , se hacen ciegos , y sor-?
dos para ver la culpa , oir los testigos , y castigar al de-¡
linquente.
4. Son casi infructuosas las medicinas, y remedios de
las Residencias , porque es constante , que muchos de
los que se nombran para ellas, siguen el sistema de enri-
quecerse , no el de castigar á los Jueces culpados , si es-
tos les tributan con una buena parte de aquellos , que
injustamente adquirieron.
5 Este es un daño notabilísimo para el Estado j y el
auxilio mas eficaz para su remedio es el de atender mu-
cho á las circunstancias , y pruebas , que tengan dadas
de su Conducta los que hayan de ser nombrados para
Jueces , y especialmente , que el Soberano no disimule
por ningún caso , ni título los delitos que cometan los
Jueces, y demás gente de Justicia.
6 Qualesquiera falta en ellos es grande, y debe
ser muy atendida por el real Consejo ; á donde remitirá
el Monarca estas causas para que pronta , y rigorosa-
mente se examinen , y sentencien ; en lo qual se deberá
tener presente, que por pequeños que sean los cielitos
cau*-
28 1
causados por los que se hallaban siendo Jueces quando
los cometieron , han de ser las sentencias muy fuertes?
y siendo grandes aquellos , espantosas e'stasj pues de-
biendo ser los Jueces el espejo del público , es horro-
roso que empañen con sus defectos públicos el cristal
de la justicia.
7 Todo el castigo que se les aplique , sea infame, y]
publicamente executado , cuyo auxilio infundirá temor,
á otros , y dará reputación á la Monarquía,
AUXILIO XV.°
Circunstancias , que deben acompañar á un Ministro , y
las utilidades que produce al Estado el que
las tenga,
I X ara explicar con toda perfección las circunstan-
cias , que deben acompañar á un Ministro que gobier-
na una Católica Monarquía , dando para ello sus conse-
jos al Príncipe , y sus reglas á los vasallos j era indispen-
sable la formación de un crecido volumen ; pero nos re-
duciremos á lo que esta obra pide , que en otras tengo
hablado de este particular bastante.
2 Lo primero, debe resplandecer en el Ministro mas
inmediato á la real persona , y de quien haga alguna dis-
tinción en la confianza, una conocida justificación en sus
pensamientos ; gran pureza en sus obras , y mucha ver-
dad en sus palabras.
3 Esto lo trae consigo un ánimo christiano , inclí-;
nado mucho á la virtud , y desviado todo del vicio.
4 Parece cosa indispensable que sea noble , porque
rara vez bastardea la sangre limpia ¿ ó á lo menos las ins-
piraciones del buen nacimiento, tienen mas horror al mal
obrar , que las ningunas obligaciones , que se adquirie-
¥om. V* Nn ron
282
ron en la cuna. Pocas veces engendra la buena sangre
ruines pensamientos; pero si el que la tiene consiente
en la execucion de ellos , es mas ruin , que el que
nació sin aquel privilegio , y procedió siempre coa,
nobleza.
5 La ambición , el intere's , el ocio , el poco agrado^
la mucha soberbia , la superfluidad , y pagarse de la adu-i
lacion , y soborno , deben ser partes totalmente deseo-,
nocidas del Ministro > y la re&itud , aplicación al tra-t
bajo para beneficio del real Erario , opulencia del vasa-,
Uo , y reputación de la patria , han de ser sus insepara-\
bles compañeros , como la liberalidad , la atención al me'-í
rito , el desintere's la prontitud en los expedientes , y
los verdaderos informes , y consejos que debe dar al Prín«|
cipe su amo.
6 Estas circunstancias , y las de estar muy instruía
do en el Comercio , Marina , Guerra , y Policía , tenieni
do de cada uno de estos tan principalísimos objetos , un
exá&o conocimiento para dirigir las operaciones , que á
cada uno respectan con el acierto , y régimen que mere^
cen , componen un Ministro verdaderamente perfecto; y
de sus providencias resultarán al Estado auxilios tan po-.
derosos , como que estará el Comercio con todo aquel
curso , que hace felices las Monarquías , donde se pra£tí«*
ca rigorosamente interior, y exteriormente , resultando
de el imponderables beneficios á los vasallos , y la mayor
opulencia al reyno ; se hallará la Marina tan fortalecida,
que cause respeto á nuestros mas poderosos enemigos, y
por lo mismo dispuestos los emolumentos de la guerra
tan vivamente , que no se atienda á la paz , que se dis-r
frute , sino que aún en ella este' todo prevenido , como»
si hubiera guerra ; que es el modo de que nada hagaí
falta quando impensadamente llegue el caso de esta. La
lúica tendrá todo el auge que merece. El real Erario
«l
2$;
cí ingreso , que lo haga respetable. JE1 reyno un gran
nombre , y los vasallos muchas felicidades.
7 Un Ministro experimentado , y cuyas operacio-
nes conocen el Soberano , y sus subditos , que son diri-
gidas al bien del Estado, respeto, y utilidad del reyno*
se debe amar, y honrar mucho, conservándolo hasta
que por su grande edad no pueda trabajar.
8 Es muy contingente , y peligroso mudar de Mi-
nistros , porque de esta mutación , ( que llaman los po-
co cuerdos política , y los sabios ruina ) aconteció mu-
chas veces el perderse los rey nos , como nos lo enseñan
las historias propias , y extrangeras ; pero será importan-
tísimo despojarlos de sus altos cargos quando concurran
justos , y grandes motivos , en que tendrá único conoció
miento el Consejo de Estado,
AUXILIO XV li
Qué debe haber en los Puertos del reyno. Dónde se han de fa
hricar , y quiénes han de costear los artificiales ; con otras
cosas muy importantes en esta particular.
1 iio que este auxilio propone, y se dirá , debe aten«^
derlo , y fomentarlo todo lo posible el Monarca , porque
los Puertos adornados de las disposiciones , que vamos á
referir, hacen respetable al reyno, y dan seguridad $
naturales , y extrangeros navegantes.
2 En aquellos Puertos de mar , cuya entrada es dw
ficil , convendrá mucho , que mantenga el Estado algu^
nos pilotos bien instruidos , tanto para conducir con su
experiencia los navios seguramente , como para darles
pronto socorro en caso 4e necesidad , pues por falta de
este auxilio han padecido fatales desgracias muchos na-,
y ios , y otros se han ido á fondo.
Nn 2: 3Sfa
284
3 No tiene -duda que la construcción de puertos ar-
tificiales es muy necesaria en varias partes de nuestro
rey no 5 pero también es cierto, que tendria mucha costa
al Estado. Reflexionase mucho este punto , y se halla-
rán bastantes utilidades en su fábrica , y para que e'sta
tío se detenga por no molestar con su mucho coste al Es-
tado , tenemos el auxilio (sentando que su construcción,
deberá ser siempre en lugar profundo) de que se cargue su
coste á todo ge'nero de naves , que arriben á ellos , pues
no sirven para otra cosa , que para pura conveniencia
suya.
4 En los puertos de mar mas famosos, deberá haber
escuelas públicas pagadas ,' y autorizadas por el Monarca,
para que sus habitantes , y otros aprendan con perfección
el Piiotage , que este es un auxilio importantísimo al
reyno , pues el que no tenga muchos pilotos , y muy
diestros , demás es que mantenga fuerzas algunas en el
mar, pues por mas navios que tenga , serán palos secos,
sujetos á quien quiera apresarlos , si no los gobiernan Pir,
lotos de gran conocimiento.
5 Para que se logre en este estudio una grande apln
cacion , se concederán premios á los que adelanten mas
•en el, colocándolos después en la marina , para que
esta recompensa sea único incentivo para la aplicación de
otros.
6 Es igualmente importante el auxilio de tener en los
mayores puertos Arsenales para la construcción pronta en
caso urgente de naves, manteniendo el Soberano oficiales,
y un interprete que pueda tomar con toda entereza las
correspondientes deposiciones á los capitanes presos en
tiempo de guerra? cuya máxima ó auxilio , está recono-^
cido por muy importante en todas las potencias sabias.
AU-
AUXILIO XVII.»
Puntos muy estimables pertenecientes a la tropa , y quaks
serán las auxiliares , que admita el Monarca en el
preciso caso de necesitarlas.
i ^in embargo de que en el Auxilio IV.0 se dixo lo per-
judicial que era al reyno la falta de tropas nobles, y se dio
el remedio para que las haya con abundancia ; aqui va-
mos á proponer otros auxilios muy eficaces para la mis-
ma subsistencia de las tropas , y otros puntos correspon-
dientes á esta materia.
2 Lo primero que se asienta es, que muchas tropas;
y bien disciplinadas , dan la mayor reputación á la Mo-
narquía j pero también se da por sentado , que si para le-
vantarlas se disminuye la Agricultura , Fabricas , y Ma-
nufacturas , que son las fuerzas principales del Estado,
este quedará expuesto á una lastimosa catástrofe.
3 Todas quantas levas se hagan en reynos estraños,
se deben reputar por otros tantos vasallos , que adquiere
el Estado. En esto hay siempre conocida utilidad , pues
traen ordinariamente en sus oficios , y en su aplicación,
aún mas de lo que necesitan para su subsistencia.
4 La Milicia debe repartirse por los reynos , y pro-
vincias , sorteando en los pueblos el número que les cu-
piese. Esta Milicia deberá estar siempre muy vigorosa,
ardiente , y bien disciplinada, por ser de este modo muy
útil al reyno. Deberá hallarse en qualesquier tiempo
•pronta al menor aviso ; mas es indispensable darles pre-
mio á sus buenas operaciones , sin que en esto se cometa
fraude , ni injusticia , pues disgustados en una campaña,
puede perderse mucho.
¿ Sea la Infantería , como parte principal del Exe'r-
ci-
2%6
cito , compuesta ele hombres fuertes , robustos , y vigo-
rosos, que tengan toda la aptitud necesaria para sostener
los Ímpetus de la Caballería enemiga , y exetucar con des»
treza sus operaciones.
6 Tenga la Caballería fuertes, y grandes caballos,
no siendo , impedimento que los soldados no tengan tan-
ta estatura como la Infantería; pero en todo caso sean
recios, de fuerzas, y por ningún termino de'biles , flacos,
ni afeminados.
7 Los grados y empleos , deberá distribuirlos el So-
berano á los que mejor cumplieren con su obligación en
los empeños de una batalla. No se atienda al nacimien-
to en tales ocasiones , sino al valor experimentado : por-
que es constante , que si falta el correspondiente premio
á una valerosa acción , no solo disgusta al que la hizo,
sino que pone exasperados , y remisos para intentar otras
iguales á los demás. Premie el Monarca á los soldados coa
diligencia, y será servido de todos con constancia.
8 Haya en las mejores Ciudades , y Villas del rey-
no , cómodas caballerizas para la caballería , mudando
de dos en dos años lo mas de destino , cuya prá&ica ha
enseñado en otras potencias , que los caballos se hacea
mas fuertes para el tiempo de guerra.
9 Permítase al soldado exerza el oficio que sepa , de
cuyo modo se evitan las ociosidades á los que trabajan , y
ios que hacen la fatiga por ellos , ganan doblado ; coa
lo qual se proveen de lo que les falta á unos , y á otros
con mucha facilidad.
io No falten en el reyno buenos hospitales para
alivio de los soldados i y haya igualmente buen retir*
para los que expusieron sus vidas con honor por defen-
der la Corona , porque parece es faltar á todo quanto
inspira la humanidad tratar mal en la vejez h á los que de-
fendieron al Estado en la mocedad.
En
2$7
ii En caso de necesitar el Monarca de tropas auxi-
liares , tienen acreditada su constancia, y valor con que
batallan por el Monarca , que los paga los Suizos 5 pero
esto debe entenderse estando bien pagados , que de lo
contrario hacen mas daño, que beneficio ai Rey á quien
sirven.
1 2 Estas tropas deberán ponerse en los puestos mas
peligrosos y difíciles ; pero sean premiados con explendi-
dez los que acreditaren su valor j que de este modo se ga-
rlan muchos útiles miembros para el Estado.
1 3 Las tropas auxiliares de qualquier nación , que
fuesen , deberán estar siempre subordinadas á las órdenes
de los Gefes nacionales , que tengan buen conocimien-
to del natural de los de cada nación , para emplearlos en
cosas que se adapten al de cada una.
14 Estos Gefes deberán indispensablemente disimu-
lar todos los defectos , que de sus patrias tengan las tro-
pas auxiliares i pero castiguen con el mayor rigor los que.
correspondan á las cosas de guerra.
AUXILIO XVIIL*
Son de mucha importancia en el rey no las buenas fabricas , y
manufacturas. Modo para que se adelanten las pocas que
tenemos , y se extablezcan las que no hay*
1 Jtuede decirse con verdad , que lo que hace suma-
mente floreciente una Monarquía son la fábricas , y ma-
nufacturas precisas á todos sus individuos 5 porque ca-
reciendo de ellas, es indispensable valerse de las que la-
bren los extrangeros , y llevándonos estos las primeras
materias para su construcción , quando traen los ge'neros^
pe llevan tanto geso de ¡>iata¿ c«mo pesaron aquellos.
Ade-
288
Ademas, que es indecorosísimo á un rey no tan abundante
de todo como el de España, carecer de aquello mismo que
nos venden de otros con materiales nuestros.
2 El modo de adelantar nuestras/fábricas de paños,
cuyo consumo es tan grande , será el hacer venir algunos
fabricantes Ingleses , respe&o de ser los mejores que hay
en Europa. Póngase la fábrica á su cuidado , sean trata-
dos con distinción , y arrimense á ellos los oficiales Es-
pañoles de mas habilidad , para que aprendan el modo
con que los Ingleses fabrican el paño , y sin intermisión
se irán enseñando baxo de aquellas á muchos jóvenes,
y dentro de poco tiempo no habrá que envidiar nada á los
Ingleses en esta habilidad , y no saldrá dinero alguno del
reyno.
3 De aquellos ge'neros que sean mas adaptables al
gusto de la nación, y vengan de fuera del reyno por no
haber en el fabricas de ellos: establézcanse las que se ten^
gan por suficientes, y háganse venir los mejores artífices
de quienes aprendan ios jóvenes , y quede esta habilidad
mas en el reyno, y lo que produzca de utilidad su valor,
en el real Erario,
4 Para las fábricas de seda son los únicos los Italia-
nos. Aprendan de estos los que se inclinen á este exercidoj,
y no se mendigue este ge'nero á estraño país.
5 Deberá el Príncipe prohibir con penas rigorosas á
todos los oficiales de estas fábricas , hallándose perfecta-
mente impuestos en su labor, que salgan del reyno; pero
para dar esta providencia , es indispensable el que no les
falte que trabajar , pues de lo contrario no hay razón pa-
ra que perezcan de necesidad.
6 Prohíbese igualmente con penas sumamente fuer-
tes la extracción de las primeras materias del reyno ; por-
que es el medio mas útil para aumentar la industria , y
que se apliquen los vasallos á las fabricas. Los decretos
tan
Z%9
tan rigorosos de otros Monarcas sobre este particular , me-
recen en todo ser imitados.
7 Para adquirir con mas comodidad lo que hiciese
falta en las fábricas del rey no , es el medio mas fácil , y
único hacer un tratado de comercio con los otros Sobera-
nos, atendiendo principalmente á procurar iguales venta-
jas en los derechos e' imposiciones.
8 Pertenecerá al Monarca derechamente el estable-
cimiento, y construcción de las fábricas , hasta que es-
te'n establecidas con toda perfección ; y después las podrá
dexar á sus vasallos , procurando las mantengan siempre
con lustre , y que den cuenta cada año 5 esto se entiende
separando la utilidad, que por esta dexacion ha de perte-
necer al real Erario , que será á correspondencia de las
que produzca cada una.
9 Son las manufacturas de la mayor utilidad en el
reyno. Para el comercio son las mas útiles las que em-
plean las primeras materias del Estado , vendiendo el so^
brante á los otros países , y adquiriendo con ello lo que
nos falta, dándolo en cambio de sus producciones.
10 Las fábricas de lino , cáñamo, y algodón no son
conocidas en nuestra España , siendo aptísimas para dar
mucha utilidad por ser sus usos tan precisos como inexcu-
sables, y las ganancias muy sobresalientes como lo vemos
en Flandes, y en Holanda con admiración universal,
11 Establezca el Príncipe, y autorice mucho estas
fábricas 5 haciendo venir para su principio , y enseñanza de
sus vasallos los Maestros de ellas mas hábiles > creyendo
firmemente , que el establecimiento de las nuevas , y el au«
mentó y perfección de las que hoy tenemos, harán flore-
ciente al Estado, y al Erario opulento , pues son auxilios
tan poderosos para lo uno y lo otro , como lo acredita la
experiencia en los reynos donde están con perfección es-
tablecidas,
Tom.K Úo 'AU-
2 9°
AUXILIO XIX.0
Cómo deberán ser los tributos de los vasallos , para que ni es¿
tos lo sientan , ni lo padezca el Erario.
i Ucbc ocupar toda la atención del Príncipe el punto
de ios tributos de sus vasallos , por ser una délas cosas con
que estos se exasperan mas 5 de modo , que convirtiendo
en iras la lastima que en muchas ocasiones han padecido
por ellos , reduxeron al fin su sentimiento á alboroto.
2 En el reynado del señor Don Felipe IV.° el Gran-
de fueron tantos , y tan diversos los tributos que se
impusieron , que levantándose Barcelona , faltó poco pa-<
ra que la siguiesen las Castillas , y Andalucia , y se pu-
so el Rey , y el reyno en una consternación sumamen-
te peligrosa 5 clamando contra el gobierno , que disponia
Ja perdición del Estado.
3 Deben ser muy moderados los tributos , y arre-
glados en todo el producto de los bienes de los vasallos.
Teniendo consideración á que no sean vexados, ni vendi-
dos los instrumentos de sus oficios , en las exacciones > y
menos se les toque á las camas , ni á otras cosas muy
necesarias , porque ademas de ser esto un efecto de la in-
humanidad , incita á la sedición , no tienen buenas con-,
seqüencias , y como miembros del Estado no deben ser
tratados con tanto rigor.
4 Solamente podrán aumentarse los- tributos qüandó
los bienes de los vasallos se aumenten, y disminuyéndose
estos con la misma correspondencia, deberán ser mas re-
ducidos aquellos.
5 No se discurre medio mas útil , justo, y equitativo
para arreglar los tributos , que el de mandar hacer el
Prín-
2 01
Príncipe un estado verdadero , y legalizado por tal , de
los bienes de cada vasallo j y formando con estos docu-
mentos una idea clara , podrá tomar sin escrúpulo un
diez por ciento , incluyendo aquí todo genero de dere-
chos de los comestibles 5 de cuyo auxilio , resultará pre-
cisamente , que el real Erario perciba mas ingreso que
hoy , y el vasallo lo sienta menos ; advirtiendo , que
todo lo que exceda de esta tasa , será perjudicar al
vasallo.
6 No permita jamas el Soberano , que particular-
mente sobre el pan , carne , vino , y sal , se cargue el me-
nor tributo , debiendo estar siempre el reyno bien pre-
venido de estos géneros. Fórmese una razón individual
de lo que estos ge'neros tributan , y cargúese sobre
aquellas cosas , que son mas para el gusto y delicadeza,
que para el vivir i con lo qual se cobrará lo mismo , pa-
gando las cosas del deleite , lo que pagaban las del ali-
mento -, y los vasallos lo reconocerán por una suma con-
veniencia y utilidad.
7 Siempre deberá estar el reyno muy bien proveido
de las producciones del país, y quando llegue el caso de
que estas mismas las extraigan á otros reynos , se les im-
pondrá por derecho de salida lo que costaron de pri-
mera compra. De este modo pagarán el gusto, y el Sobe-
rano tiene este aumento mas para el beneficio del real
Erario j pero será mirado como parte de los tributos que
deben pagar los vasallos, para que disfruten de la misma
utilidad.
8 Hasta aquí ha sido siempre sumamente perjudicial
á los vasallos el modo con que se pra&ica la cobranza de
los tributos, pues á veces les suele llegar las costas á tanto
como el principal.
P Destierrese de la memoria un modo tan enorme,
y establézcase el de emplear muy pocos Ministros en las
Oo 2, £0-5
2^2
cobranzas , siendo carga indispensable de los Intendentes
de cada Provincia el hacerlas sin coste alguno de los va-
sallos , pues basta sean presos , sin gastar en este asunto
un pliego de papel , para que se esfuercen al justo pago
que deben hacer ; de cuya manera, no solamente se evi-
tan los considérales gastos que en esto se originan á los
vasallos , si también las muchas desgracias experimenta-
das en varios pueblos , que alterados por el rigor de los
Ministros cobratarios , les quitaron las vidas j de lo que
resultó la perdición de muchas casas , quedando el Esta-
do sin estos miembros, y los demás precisados á pagar lo
que ellos contribuían.
AUXILIO XX.0
Obras , que deberá mandar haya siembre en su reyno el So-
berano , por el mucho beneficio que le producirán.
,P,
rímeramente deberá el Monarca determinar , que
los pósitos , ó graneros públicos estén por sí autorizados,
por ser del mayor alivio para los vasallos en tiempo de
sequedad. Ei diredor de ellos será siempre ' uno de los
Ministros , por cuyas órdenes se examinará todo para
aplicar los remedios útiles á su permanencia , y á los vi-
cios que suelen cometerse en el repartimiento de sus gra-
nos por los magnates del pueblo , que son muy dignos de
repararse ; pues en los años estériles cargan casi con todo
él trigo, dexando á ios pobres, que suelen pagar mejor que
ellos , en su necesidad , ú obligados á comprarles aquellas
mismas fanegas que sacaron de mas j y esto es dándoles
cada una al precio , que corre en el año estéril , y que-
dan perdidos para hacer tales pagos en los copiosos ; de
que resulta el considerable detrimento de quedar el Es-"
ta-
tado con estos miembros casi arruinados.
2 La construcción de caminos , como en su glorioso
imperio lo acostumbraron los Romanos , da motivo para
que tenga muchas utilidades el reyno , así porque se fa-
cilita ampliamente el'paso á los extrangeros , como por
la facilidad de conducir las mercaderías , y comodidad de
correos, y caminantes de á pie.
3 El establecimiento de públicas Academias de cien*1,
cias, y artes , dan mucho lustre al Estado. Deberán tener
la protección del Monarca , y señalados premios de poco
intere's , aunque grandes , para el honor , á fin de que
emuiándose entre los concurrentes unos á otros , se apli-
quen , y trabajen en beneficio del público 5 que lo tiene
grande quando ios unos con sus escritos corrigen las
costumbres , y los otros forman un crecido número de
perfectos artesanos.
4 Para que en el reyno no se experimente la falta,
que hoy tiene de hábiles pintores , y estatuarios , y el
dinero no salga de e'i , quando se necesite traer extrange-
ros , para lo uno, ó lo otro : dispondrá el Estado pasen á
Italia los mas adelantados en estas artes , y de más inge-
nio , y aplicación , para que allí adelanten todo lo posi-
ble , teniendo la precisa obligación de remitir sus obras,
para que sean examinados sus adelantamientos por los
inteligentes , y quando haya un numero suficiente de
los hábiles , se establecerán Academias públicas para es^
tatuarios , y pintores.
j Construyanse en las partes mas proporcionadas
del reyno Canales navegables , que lleguen á los Puertos
de mar ; que de este modo se hará mas copioso el Co-
mercio , y el real Erario percibirá mayores caudales.
5 Recompense el Soberano á todos quantos hagan
descubrimientos útiles al Estado , de qualquiér modo
que sean , eme así se excita la emulación , y tollos se apik
can
294
can á trabajar en todo genero de artes, y ciencias ; como
lo executan en Inglaterra j dando exempio á todas las
Naciones.
7 Este auxilio producirá siempre grandes ingresos al
real Erario , y la mayor opulencia á*los vasallos. Y como
el reyno, que abunda de ociosos , será brevemente arrui-
nado, como lo dixo Christo nuestro Redentor : abrién-
dose tan importantes obras, serán muy pocos los que ha-
ya en España , y por lo mismo será feliz , y eterna > pues
todos se aplicarán al trabajo , deseando adelantarse los
unos á los otros , tanto porque les producirá todo lo ne-
cesario para vivir , como lo preciso para estar bien opi-
nados.
AUXILIO XXI.9
Cosas que deberán permitirse en el reyno. Las que es preciso
abolir , pues de lo uno , y lo otro resultarán
7nuchas felicidades.
i INo hay cosa que mas apure al Estado , que la mu-
cha libertad para ciertos puntos, y la suma estrechez para
otros. Deben ceñirse estas distancias á los grados que
inspira la razón , pues si se daña con lo que se le consien-
te , puede alterarse con lo que no se le permite.
2 Procúrense al Pueblo todas aquellas diversiones,
que sean mas adaptables al genio de la Nación , como
fiestas de toros , comedias , casas de comida , paseos, fe-
rias, y aquella honesta libertad , que está siempre conte-
nida por las leyes.
3 El cariño , y el amor suavizan las costumbres de
los pueblos , porque son dañosas al Estado la ferocidad,
y trato rustico , que vemos en muchas Provincias , como
si
19$
si fuera en tiempo de los antiguos Gallos.
4 Es indispensable ordene el Monarca , que en tiem-
po de levas se tenga mucha atención con los labradores,
y empleados en las fábricas , y manufacturas del reyno,
por ser muy útiles al Estado. Obsérvese lo mismo con los
hijos de viudas , y en su lugar se tomen los vagos, ocio-
sos , extrangeros sin exercicio , y los estudiantes , que
sean de poco provecho , por nada aplicados en las Uni-
yersidades.
5 Introdúzcase en el reyno la diversión licita del
juego, siendo de cosas comestibles j pero prohíbase con
todo rigor el juego de intereses , porque en este no solo
se pierden glandes caudales , sino que se arruinan las fa-
milias. Ninguna exención sea bastante para que esto
se permita , y en contraviniendo á este orden , hágase,
que el que ganó restituya el dinero al que perdió, ó apli-
qúese al real Erario , como mejor parezca 5 pero experi-
menten los que jugaren todo el rigor de la ley que se in>
pusiese.
6 Si no quisiere el Príncipe proceder con tanto rigor
en este punto , señale la cantidad fixa , según las facul-
tades de los que jugaren. Obsérvense con la debida aten-
ción las faltas , que en ello hubiere por espías , que se
señalarán para ello, y se cree que así se acostumbrará el
público á usar del juego como diversión , y no como
vicio.
7 En todos los estados hay ciertos vicios ocultos cu-
yo origen es dificultoso saber. Se pondrá todo cuidado
en descubrirlos , y si consisten en algún principio vicioso
enmiéndese , mas si depende de cierto hábito de la Na-
ción , corríjase poco á poco , y con el debido tiento para
no conmover los ánimos.
8 Es cosa nada decente al Estado dexar perecer por
acasos de la fortuna á algunas familias ilustres , que hi-
cie-
2p5
cieron hechos memorables. Debe el Monarca restablecer-i
Jas á su. antiguo explendor , y fama , para evitar borro-}
nes, y adquirir eterno nombre.
9 Lo mismo se deberá executar con aquellas fami-
lias , que por sus grandes acciones adquirieron nobleza,
ó riqueza > pues de esta manera se excita la emulación,
y todos querrán ser ilustres , ó poderosos , animándose á
hacer proezas por el bien del rey no.
i o Entre los quatro estados del rey no, que son Ecle-
siástico , Secular , Militar , y Ciudadanos ; dispondrá el
Monarca haya entre sí mucha unión , y respeto , obser-
vándose entre los dos primeros una alternativa con arte,
dexándolos iguales , y en el caso de que el Eclesiástico
quiera ensalzar sus derechos , se le manifestará , que son
vasallos, que la Iglesia está en el Estado , y que el Prín-
cipe es su protector verdadero.
1 1 Las ruinas espirituales , y temporales, que oca-
sionan los amancebamientos , son inexplicables. Al que
se le coja justificado este delito, sea castigado con rigor,
para que los demás escarmienten.
12 En la Ley escrita eran apedreadas de muerte las
adulteras. Siempre que el esposo justifique lo es su espo-
sa , póngase en un recogimiento infame, que manifieste
su liviandad , e impureza.
13 Reyn.a mucho en España el abominable vicio de
la embriaguez ; delito feo, y vilipendioso 3 pues quitando
el uso de la razón, pone á quien lo comete apto para
exercitar los mas ruines. Prohibase con cierta pena pu-
blica, y vil semejante exceso , pues son tantos como lo
frequentan unos públicos enemigos del Estado.
14. Ei uso de armas cortas, tanto de fuego, como de
azero , es muy perjudicial ai Estado que se tolere. Hay
muchas leyes, que conspiran rigorosamente contra quien
las trae. Háganse presentes á todos los vasallos las dichas
le-
197
leyes con sus penas, y e'stas executense publicamente, |j
sin minorarlas en quien contravenga á tan justa obser-
vancia.
i y Se ha introducido en el reyno insensiblemente el
uso de la pedrería , y es perniciosísima al Estado , porque
de la abundancia , que todos los vasallos quieren tener
de ellas para ir con la moda , se siguen las ruinas de sus
caudales , ó quando menos unos empeños considerables.
Prohiba el Monarca con todo rigor esta prá&ica , pues
ademas de que se remediarán con esto los males expresa-
dos, no será menos atendible el quitar salgan del reyno
tantos millones, como producen á los extrangeros la ven*
ta de estos adornos , que después de la primera compra^
riada valen.
1 6 Ningún reyno donde la profusión sea extraor-
dinaria , llegará á poseer aquel grado de opulencia , que
los hace respetables , y felices. Para que el de España lle-
gue á este grado , como puede mejor , que otro alguno,
es necesario que la profusión de sus hijos sea fuertemente
corregida.
17 Una parte bien grande de estatán dañosa profu-
sión es el uso tan introducido , como notable de los galo-
nes de plata, y oro, y texidos de estos preciosos metales.
No es nada útil ai Estado que se presenten sus miembros
muy brillantes con este uso , y se aniquilen por el insen-
siblemente sus caudales. Ademas, que parece cosa impro-
pia , que los vestidos no distingan los sugetos , pues de
las mismas brillanteces usa de ellos el plebeyo , que el
poblé, y estos dos, que el Grande.
18 Proniba rigorosamente el Soberano por medio
de una Pragmática Sanción abusos tan perjudiciales. Ex-
tráñese enteramente el uso de4os galones de plata, y oro,
y los bordados , y texidos de lo mismo , pudiendo usar
de estos únicamente los Grandes , los Títulos , y Minis-
Tqm. V, Pp , tros
298
tros superiores j Imponiendo graves penas al que incurra
en la inobservancia de una providencia tan justa, y tan
útil al rey no , y á los mismos vasallos.
19 No permita el Soberano se den por sus Ministros,
y Consejos disposiciones para que los vasallos muden de
su trage natural , para introducir en el reyno alguno ex-
trangero. Estas órdenes las recibirá el- público como
violentas, y terminantes á acabar con el trage Español;
que le contemplan superior á todos ; y alterándose los
ánimos, pueden motivar muchos sentimientos difíciles
de remediarse , si no fuese á costa de perder el Estado
'muchos miembros.
20 Cada nación estima aquel personal adorno, que
gastaron sus pasados , como superior al de las demás.
Querer por la fuerza hacer que vistan otro extraño, es
abrir las puertas á gravísimos inconvenientes , y debe te-
nerse presente, que una vez perdido el respeto, y des^
cubierta la cara para la oposición del precepto, se obser-i
Van todas las fatalidades, que caben en unos espíritus,
que ni temen ei riesgo, ni se esconden del peligro.
2 1 Quanto produce este auxilio es terminante á la'
gloria de la Nación , al beneficio del real Erario, á la
abundancia del reyno , y á la felicidad de los vasallos.;
Todas circunstancias tan preciosas , que de justicia obli^
gan al Monarca á que se experimente su prá&ica indisn
pensablemente , pues puede producir utilidades cono^?
¿idas.
AU-
29%
AUXILIO XXII.0 , Y ULLIMO.
Como deberá gobernar sus acciones el Monarca para el bien
de su reyno , y merecer eterna fama. A quáles de sus
áulicos deberá premiar , y á quáles castigar.
i JL/ebe saber el Príncipe , que solo dos cosas hacen
ligera la real Corona. La una es el amor á la virtud , y
otra el amor á los vasallos. Esto es lo que debe saber pri-
mero que nada , para exercitarlo con puntualidad antes
que todo.
2 Numa aseguraba que el Príncipe en quien no so«<
bresalian las virtudes , y la estimación á la patria, debia
ser tenido , y aún castigado por tirano.
*" 3 Jamas haga el' Monarca por mano de sus Minis-
tros privados , la merced que puede hacer por la suya.
Vea y oiga todo con prudencia, y obre después como mas
convenga á la razón.
4 Sus confidentes serán siempre hombres de honor,
desinteresados, prudentes, instruidos , y cautos. Para
que lleguen á tal altura , debe tener hecho primero un
critico examen de sus intenciones, y si lo merecen , deles
pruebas de su cariño , recompensando con ligereza , y li-
beralidad sus méritos.
5 Ponga toda su atención, y cuidado en ganar los
corazones de todos por su aTabiiidad. Tenga su cara ma-
nifiesta, su corazón firme , y que su modo de obrar pa-
rezca real, y conforme en todo á la suprema dignidad
que exerce. ft
6 Sujete á todos sus vasallos á las leyes del reyno.
Emplee toda su discreción, y su ingenio en no faltar á
sus promesas reales , ni en dexarse engañar. Aquello
Pp 2 pro-
300
produce poco amor en los subditos 5 y esto día motlvflí
para culparle de poco avisado, ó de menos advertido.
7 El modo de poder contener perfectamente á los
orgullosos , es sujetando antes el Príncipe sus pasiones*
Venciéndose á sí primero, vencerá á todos después.
8 No le debe causar fastidio la pena del trabajo^
Acostúmbrese á el desde el principio, repartiendo las ho-j
ras del día en la administración , y despacho justo de las
cosas del Estado 5 y de esta manera tendrá tiempo suficien-j
te para disfrutar de otras honestas diversiones.
9 Procure el Monarca penetrar con toda vigilancia,;
si quando hace malos , ó buenos oficios á algunos , es por
aborrecimiento , amistad , ó desinterés ; pues no es pro-
pio de un Rey tomar venganza de quien quiera mal , y
menos si este tuviere me'ritos para que se le quiera bien.;
En este caso lo que debe hacer es , apartarlo de su lado,
con reputación, y empleo correspondiente á sus servicios^
nacimiento, y carácter.
10 Examine rigorosamente los sugetos de quien de*1
ba fiarse ó desconfiar. Como si las personas con quie^
ríes ha de tratar son buenas ó artificiosas. Estime' mu-
cho á las primeras , y arroje de sí con desprecio á las
segundas.
1 1 Formando su ingenio con las ciencias , y cono-(
cimientos útiles , podrá hacer diferencia de lo verdadero,
y lo falso j de lo justo, e injusto > y formar aquel concep-
to, que merecen las cosas, que es una grande ciencia.
12 Sea su reyno el que merezca el alto nombre de
ser asilo , y único protector de desvalidos 5 y la espada , y,
reputación del Monarca , tengan la gloria de restablecer^
los>en la gracia de los suyos.
1 3 Proteja y ampare el Soberano á las viudas de
honor , y familias pobres de circunstancias ; y sepa que
la sangre del inocente desfavorecido, como la del malva-
do
3o*
3o no castigado , piden una justa venganza al ciclo 5 y
<jue sin atender á la primera , y castigar á la segunda, se*,
rá aborrecido del pueblo.
14 Abata constantemente la soberbia de los altivos,
y eleve á los humildes , particularmente si son nobles , ó
sabios , pues es una compasión el ver con continuación
lastimosa , que estos con todo su me'rito quedan las mas
veces olvidados , y por envidia poco conocidos.
1 5 Las liberalidades del Monarca , no sean hasta la1
profusión , y haga que ninguno la pra&ique. Sus bene-
ficios sean elección y conocimiento. Sea igual el desprecio
con que mire á los lisonjeros , que el que merecen los
traidores. Destruya las ociosidades , porque son los ocio-
sos miembros inútiles al Estado.
1 6 Desprecie y aparte de su lado á los obstinados,
y embusteros. Imprima amor y respeto en todos su ca-
rácter afable , y quando manifieste su enojo, infunda en
sus vasallos mucha pena , y mayor temor.
17 Jamas se represente el Monarca inquieto , ni dé
evidentes pruebas de mucha tristeza , sino quando haya
muerto , ó caido en falta alguna persona útil al Estado;(
y escuse , y perdone con mas facilidad otros defe&os
que las lisonjas, particularmente de los que merecen estar
cerca de su real persona.
18 Es gran virtud en todos , pero mayor en un Mo-'
narca , el ser naturalmente inclinado á la clemencia , y.
hacer que la verdad penetre hasta lo mas oculto del Pa-
lacio , porque regularmente se halla de ellos desterrada..
Manifieste con serenidad, que le causan pena los tributos,
y para acreditarlo procure moderarlos.
19 Admita en su Corte , y rey no con afabilidad á
los extrangeros , y haga que sus méritos sean estimados,
que así da al Estado estos miembros mas. Pida á Dios le
dé succesion , que haga la felicidad del rey no , y con-,
duzt
302
duzcase en todas sus obras con la gran reputación que m
altísima dignidad merece.
20 La avaricia y profusión , son dos escollos de que
siempre debe huir un Soberano , pues si las exercita, ga-
nará tan mal nombre , que será el desprecio de sus vasa-
llos. Una decente y continuada economía , sin que llegue
al estremo de la mezquindad , le adquirirá los mayores
elogios de los propios , y una recomendable reputación
.en los extrangeros.
21 Por mas que se declame , y proponga lo mucho
que debe huir el Monarca de la lisonja , siempre parece-
rá poco. Conózcase que es el traydor, y halagüeño vene-
no que mata á los Príncipes. Una justa alabanza merece
aplauso , pero una conocida adulación castigo muy se-
vero j pues tiene capacidad para dar apariencia de virtu-
des á las acciones menos decentes , que deberán ser ente-
ramente olvidadas.
2 2 Disponga el Príncipe que todos los años corran
la Europa tres ó quatro personas de su mayor confianza,
á fin de que muy exacta , y cuidadosamente se informen
de los sugetos de alto mérito en las ciencias , política , y
cosas de Estado , los que procurará atraer para sí con el
debido arte , aunque sea necesario gastar mucho ; pues
en diversas ocasiones producen sus avisos ó consejos mu-
cho mas al Estado.
2 3 Quando conozca el Soberano , que alguno de los
Príncipes del rey no , haya ganado mucho favor , y par-
cialidad , disimúlelo con paciencia, y coloquele fuera de
la Corte con alguna Embaxada.
24 Y como en este caso conocerá el Príncipe el carác-
ter de la persona empleada , le debe aplicar todos aque-
llos medios que tenga por útiles para desviarle de sus
amigos , y será muy importante le ponga por secretario
un sugeto bien inteligente , que instruya con el debido
se- •
3°3
secreto al Monarca de todos sus pasos , designios , y cor-
respondencias para precaver por este medio honroso el
daño que pudiera seguirse al Estado.
25 Muchos auxilios necesitan los Monarcas para
gobernar bien sus estados ; y aunque los presentes pare-
ce tienen bastante fuerza para conseguir mucho bien al
rey no : todavia creo , que en esto no se puede fixar un
modo seguro, por ser necesario después de muchas refle-
xiones, acomodarse á la diferencia de los tiempos , y á los.
di&ámenes mas prudentes y seguros.
26 Con todo, señor, siendo el espíritu de V. M.
tan grande , tan claros sus talentos , y su piedad tan
inimitable , no hay duda en que si su alta penetración
contemplase útiles estos auxilios , hará se pongan en prac-
tica , y produzcan á su reyno , y vasallos la opulencia
que pueden , la justificación que señalan, y la virtud , y
equidad que ofrecen , y á V. M. toda aquella gloria,
que merece su animo generoso , su ingenio grande , y
su inimitable deseo del mayor acierto , que es el fin úni-
co que ha llevado para ponerlos á los pies de V. M. =
Señor = su vasallo , y criado mas humilde = Don Mel-
chor de Macánaz.
<
TIN DEL QUINTO TOMO.
SEMANARIO ERUBITO,
QUE COMPREHENDE
VARIAS OBRAS INÉDITAS,
CRITICAS, MORALES, INSTRUCTIVAS,
políticas, históricas, satíricas, y jocosas,
DE NUESTROS MEJORES AUTORES
ANTIGUOS, Y MODERNOS.
DALAS A LUZ
DON ANTONIO VALLADARES
de Sotomayor.
TOMO SEXTO.
MADRID MDCCLXXXVIL
POR DON BLAS ROMÁN,
%c hallará en las Librerías de Bartolomé López , Plazuela de
Santo Domingo , y en la de López , calle de la Cruz,
y en los puestos del Diario.
CON PRIVILEGIO REAL,
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,
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SEÑORES SUBSCRITORES
DE DENTRO Y FUERA DE LA CORTE;
A LOS TOMOS -IV,0:, V*? , Y V1.Q
DE LA OBRA PMRIOB1CA,
< . . . \
INTITULADA
SEMANARIO ERUDITO.
MADRID.
XLustrísimo señor Don Fr. Joaquín de Eleta>, Arzobis-
po de Tebas , Obispo de Osma, Confesor de S, M.
Excelentísimo señor Don Francisca Antonio de Lorenza*
na , Arzobispo de Toledo. |
Excelentísimo é Ilustrísimo señor Don Agustín Rubia
de Ceballos , Obispo de Jaén i é Inquisidor general, :
Excelentísimo señor Don Antonio de Sentmanat , Patriar-,
ca de las Indias. ^ ,J.
Excelentísimo señor Conde de Floridablanca.
Excelentísimo señor Don Pedro López de Lerena.
Ilustrísimo señor Conde de Campomanes , Gobernadoí
del Consejo. ! ^
Excelentísima señora Marquesa de Astorga. eoG
Excelentísima señora. Condesa de Venavente, viuda. ñ¿2
Excelentísima señora Condesa de Venavente , Duques^
de Osuna.
Excelentísima señora Duquesa de Berwik, ,
Excelentísima señora Condesa de Murillo.
Excelentísima señora Condesa de Miranda» Por 2. ExemA
piares,
Excelentísimo señor Marques de Astorga. Por 2. exem*
piaras.
Excelentísima señor Marques de Valdecarzana.
Excelentísimo señor Duque de Hijar. Por 2. exemplareSi
Excelentísimo señor Duque de Alva*
Excelentísimo señor Duque de Osuna , Conde de Ye^
navente.
Excelentísimo señor Conde de Miranda.
ílícel|?nCísfmo señor, Marques de Velamazañ.
Excelentísimo señor Marques de Mirabel.
Excelentísimo señor Príncipe de Monfort , Inspector ge«(
neral de Dragones*
Excelentísimo señor Don Luis de Urbina , Teniente Ge^
• neral de los Reales Exercitos.
Excelentísimo señor Conde Revillagigedo, id.
Excelentísimo señor Don Orado Borghese , id.
Señor Marques de La-Lapilla.
Señor Don Almerico Pini.
Señor Don Eugenio de Llaguno Amirola, Oficial primero"
* de la Secretaría de Estado.
Señor Don. Miguel Otamendi , Oficial primero de la
misma. >
Señor Don Joseph de Anduaga, Oficial de la misma..
Señor Don Francisco Mollinedo , id.
Señor Don Bernardo Belluga , id.
Señor Don Diego Rejón de Silva > id.
Señor Don Pedro Aparid , Oficial primero de la Secreta-?
3 ría de Hacienda , y Guerra de Indias.
Señor Don Juan Ignacio de Ayestarán , Oficial de la Se-
cretaría de Gracia y Justicia» *
' l Ser
(III)
Señor Dan Crirístoval de Cuenca , Oficial de la .Secre-
taría Hacienda. '
Señor Don Juan Manuel de Alcocer , Secretario del Ex-
celentísimo señor Conde de Floridablanca.
Señor Don Mariano Colon de Larreategui , del Consey >
jo de Castilla, y Superintendente general de Policía.
SeSor Marques de Gojnrreras , del Consejo deCastilda. ,
Señor Don Gaspar de Jovellanos, del Consejo de Q^den^s.
Señor Don Manuel Sistemes y Feliú , Fiscal del Conseja j
de Castilla.
Señor Don Joseph Antonio de Arrnqna , Corregidor de [
Madrid.
Señor Marques de Ovjeco, Introductor de Embaxadores. ;
Señor Marques de Robledo de Chávela , Diredor Gene-
ral de la real Renta del Tabaco.
Señor Marques de Iranda.
Señor Marques de Casa-Mena.
Señor Conde de la Estrella.
Señor Marques de Zambrano, Tesorero general de S. M*
Señor Don Francisco Montes , id.
Señor Don Julián López de la Torre Ayllon , Director
general de Correos.
Señor Don Francisco Escarano , id. ;
Señor Don Vicente González de Rivas, Director de la
real Compañía de Caraca?.
Señor Don Manuel de Re villa.
Señor Don Tomás Nenclares.
Señor Don Diego Rejón de Silva.
Señor Don Ignacio López de Ayala, Catedrático de Poe-^
sía en los Reales Estudios de san Isidro.
Señor Don Joaquin Ezquerra, Catedrático de Rudimen*
tos en dichos Reales Estudios.
Señor Don Santos Diez González.
# i Se-
Señor tíoñ Antonio María Quijada, Regidor de Madrid.,
Señor Don Joaquín Miguel de Flores.
Et Teniente Coronel Don Tadeo Bravo Rivcro.
El Coronel Don Alfonso Tabares.
Séñór Don Francisco de Quevedo.
Señor Don Matías Cuende.
El R. P. Fr. Tomás de la Virgeny del Orden de Trínít^
^rlós Descalzos. — ' !
El R. P. Fr. Tomas Martínez, del Orden de San Agus-
tín.
El R. P. Fr. Manuel déSan Joseph, del Orden de Saa
Gerónimo. ^ - '
Ei P. Don Romualdo Ramírez , del Orden 4e san Antó*
"ní o Abad. -
El R. P. Procurador de la Cartuja.
El Padre Luis Minguez, de la Escuela Pía.
El Do&or Don Pedro de la Torre Herrera.
El Do&or Don Antonio Medina y7Paíomeque.
Señor Don Matías Cesáreo Caño, Presbítero.
Señor Don Antonio Medina , Presbítero.
Señor Don Esteban de la Carrera , del Orden de Sari-;
tiago.
Señor Don Joseph Galán, Oficial escribiente de la Secre^
- taría de Indias ¿ por 2 exemplares. :
Señor Don Santiago Saenz , Rey de Armas.
La señora Doña María Andrade de la Carrera..
Señor Don Manuel Caballero.
Señor Don Domingo Arverás.
Señor Don Joseph de Guevara Vasconcelos.
Señor Don Ramón de Guevara Vasconcelos*
Señor Don Francisco Mariano Nifo.
Señor Don Ramón de la Cruz.
Señor Don Miguel Higuera,
■Sí " Se-
(V)
Señor Don Juan Isfepomuceno Míciano,
Señor Don Pedro Polo Alcocer. ■■
Señor Don Juan Francisco Estillart.
Señor Don Juan Manuel Velez de las Cuebas.
Señor Don Pedro del Val.
Señor Don Juan Manuel del Val.
Señor Don Francisco Flores Gallo.
Señor Don Francisco Verdes Montenegro.
Señor Don Blas Román.
Señor Don Santiago Agustín de Amposta.
Señor Don Juan de Dios Bernardo Míreles.
Señor Don Francisco Antonio Llorenci.
Señor Don Gabriel de Sagarribay.;
Señor Don Joaquín Rosi. '
Señor Don Miguel Bea.
Señor Don Manuel Martin.
Señor Don Luis de Oyarzabál.
Señor Don Josef de Ayarzagoytía. Por 6 exemplares»
Señor Don Juan Bautista de Irribarren. Por 1 3 e xem*
piares.
Señor Don Juan Pacheco y Tizon^
Señor Don Mateo Villamayor..
Señor Don Pedro Arnal.
Señor Don Mateo de la Maza.;
Señor Don Miguel Pisador.
Señor Don Juan López.
Señor Don Gabriel AchateguL
Señor Don Eugenio Escolano.
Señor Don Bartolomé' Ximeno.
Señor Don Francisco Verdum.
Señor Don Vicente Berirz.
Señor Don Salvador Santo CasanoVa.
Seüor Don Domingo Codina,
(VI)
Señor Don Juan González de la Salceda.
Señor Don Pedro Ruano.
Señor Don Manuel Zorrilla. ,
Señor Don Juan Sémpere y Guarínos.
Señor Don Eugenio de Larruga. ¡
Señor Don Ramón Pardo.
Señor Don Mnauel de Murillo.
Señor Don Joseph Bonifacio de Rementería.
Señor Don Fernando Montes.
Señor Don Joseph Mirachálar. Por 2. cxcmplares*
Señor Don Bartolomé Martínez.
Señor Don Miguel Barberán.
Señor Don Ignacio de Bejar.
Señor Don Vicente Alvarez.
Señor Don Antonio Tavira. ;
Señor Don Antonio Espejo. „
Señor Don Joseph Méndez Trellez. \
Señor Don Manuel Marcos Zorrilla.
Señor Don Joseph Gómez Iturralde.
Señor Don Francisco Portocarrero.
Señor Don Ramón Rodríguez Prieto. ■
Señor Don Manuel Ascargota. I
Señor Don Ramón Antonio de Castro,:
Señor Don Antonio Escañ<?¿
Señor Don Antonio Arribas. ¿ %
Señor Don Juan de Veiasco Dueñas.
Señor Don Joseph de la Dehesa. . (1 m 5
Señor Don Bartolomé Benitez y Galvez.
Señor Don Antonio Curcjo Hurtado.
Señor Don Joseph Bartolomé Martínez,
Señor Don Rafael Gil y Olmo.
Señor Don Pedro Eseot de 1¿ Madrid*
Señor Don Manuel J[icentecde, Murguticv i w v&
(VII),
Señor Don Manuel Rodríguez.
Señot Don Joseph Antonio Villamil.
Señor Don Antonio Mota.
Señor Don Juan de Segovia.
Señor Don Pedro García Fuentes, por 2. exemplares.
Señor Don Pedro Pérez de Castro.
Señor Don Miguel Serrano.
Señor Don Juan Esteban del Real y Trcliez.
Señor Don Blas Carrillo,
Señor Don Miguel Quevedo.
Señor Don Antonio Alvarez Narro.,
Señor Don Antonio Medina.
Señor Don Vicente Murgutio.
Señor Don Tomás de Berganza.
Señor Don Miguel Gorostiza.
Señor Don Antonio Sancha , por 7. exemplares*.
Señor Don Vicente Alvarez.
Señor Don Juan Leonardo Boygas.
Señor Don Pedro Gutiérrez.
Señor Don Francisco Xavier de Sedaño,
Señor Don Santiago Thebin.
Señor Don Casimiro Razóla.
Señor Don Matías Escamilla. Por 2* exemphrtu
Señor Don Joseph Pierris.
Señor Don Joseph Baradar,.
Señor Don Juan Orcel.
CÁDIZ.
»
Señor Don Joseph Espinosa, Oficial mayor de la Conta-
duría de Indias en la real Aduana.
Señor Don Juan Domingo Gironda, Oficial de la misma»
Se-
(VIII)
Señor Don Diego de la Torre , id.
Señor Don Francisco Xavier Herrera, id.
Señor Don Lugardo Joaquín Ormigo , id.-
Señor Don Agustín González, id.
Señor Don Blas Ramón Cornago , Contador II.0 de la
Renta de Aguardientes.
Señor Don Eugenio Montero , Oficial de la Contaduría
General de Rentas Generales.
Señor Don Francisco Yances, Notarioimayor de la Allí
diencia Eclesiástica.
Señor Don Antonio de la Torre f Notario mayor de la
Castrense.
Señor Don Joseph García , Oficial de la real Renta dq
Correos.
Señor Don Tomás de la Torre.
Señor Don Francisco de Paula Pavía , Contador de For-
tificaciones.
Señor Don Ángel Martin de Irribarren , del Comercio*
Señor Don Sebastian Martínez , id.
Señor Don Pedro Martínez Moreno, id.
Señor Don Josef Bourt.
Señor Don Simón de Ondarza y Murillo , id..
Señor Don Cayetano Guadix , id.
Señor Don Joseph Puyade , id, .
Señor Don Juan de Murga, id.
Señor Don Juan Francisco Ezpeleta , id.
Señor Don Francisco Marti, id. Por 2. exemplarcs%
Señor Don Juan Martin de Aguirre , id.
Señor Don Juan Francisco de Aizueta , id.
Señor Don Carlos Gutiérrez. *
Señor Don Manuel Pérez:.;
Señor Don Manuel Comes. Por 2 exemplareJ,
Señor Don Antonio Iglesias. Por 24. exemplareti
Se"4
(IX)
Señor Don Domingo Pérez.
Señor Don Ignacio de Lazcano.
Señor Don Manuel de Arenas.1
Señor Don Manuel Fernandez de España.
Señor Don Alonso Ramírez de Arellano,
Señor Don Joaquín Nicochea.
Señor Don Antonio de Miera.
Señor Don Sebastian Dacarrete.
Señor Don Joseph Carpencer.
Señor Don Pedro Behic.
Señor Don Luis Navarro.
MALAGA.
Señor Don Cristoval de Medina Conde , Canónigo de
esta santa Iglesia.
Señor Don Manuel Félix de Gorrdchatégui , Dignidad
Tesorero de esta Catedral.
Señor Don- Ramón Vicente Monzón , Dignidad Arce-,
diano de Ronda , de la misma Catedral.
El Dodor Don Tomás de Pablo Palanco , Canónigo
Ledoral.
El Dodor Don Agustín Gaündo , Racionero de la
misma.
Señor Don Joaquín Ibañez , Arcipreste del Sagrario.
El Dódor Don Josef Fernandez Maqueda, Presbítero»
Secretario del Cabildo de esta Catedral.
Señor Don Joaquín Calderón , Presbítero.
El M. R. P. Fr. Juan de Dios de Salas , Prior en su Con-*
vento de San Juan de Dios de esta Ciudad.
El Dodor Don Domingo de la Casa , £UcioneKo de esta
Santa Iglesia.
Seáocj&mdette VUlarcazar de Sirga.
Señor Conde de Mollina.
El Coronel Don Bartolomé' de Urbíná.
El Coronel Conde de Cumbre-hermosa , Teniente Co-
ronel del Regimiento de Navarra.
Señor Don Josept* ¿Badajoz y Figueroa, Caballero Maes*
trante de Ronda.
V E LE Z-M ALAGA.
Señor Don Francisco de Anda yvMendivil, á;nombre de
la Sociedad Económica de esta Ciudad.
Señor Don Juan Dabanhorques t del Comercio de es-
ta Ciudad.
SEVILLA.
. ■ .. ■., . '. .. .. .. ■ '... ■ \Z
Señor Don Joseph Olmeda y León ,, del Consejode S. M.
, ¡ y su Alcalde de la Quadra de esta real Audiencia.
Señor Don Lorenzo O-Kel;, del Orden de Santiago, Sar«^
gento mayor del Batallón de Voluntarios»
. GRABADA*
- - T ■
Señor Pon Francisco Joaquín de:Loyo, Dignidad Maes-
tre Escuela de la Metropolitana de esta Ciudad»:;:;
Señor Don Jacobo Maria* Espinosa , Caballero de la real
./iri/y distinguida Orden Española de Carios IILov del
Consejo de,S> M* > y ¿su Oidor m ia reai.GhapcjJlería,
■•y. " j : .:■ . ,o\ noG 3Qxh2
> ■ jkfflBiA* ,:i M 13
. ■ . '■ •..'.■ ; nnbv
H Doctor Doo, Jju^n María de Riverocy Pizarrón, Irfis-
bítero, - ; 2
El Marques de Pej^rCQrcegldor>ddi^talOttdauk^^2
-al . .. , . . .. .. ..í'ife-
(XI)
Señor Vizconde de las Torres.
Señor Don Joseph Bernardo Valladares de Sotomayor,
Administrador de la Renta de Correos.
• ■
OSUNA.
Señor Don Joseph Robles , Redor del Colegio , y Uni-
versidad.
Señor Don Juan de Sarria y Aldrete , Prebendado de la
santa Iglesia Catedral y Metropolitana de México.
Señor Don Martin Navarro de Alcántara , Canónigo Ar-
cediano, y Vicario de esta santa Iglesia Colegial.
Señor Don Antonio Valladares de Sotomayor, Admi-
nistrador de la Renta de Correos»
Señor Don Joseph Delgado.
Señor Don Manuel Arjona.
LUCENA.
Señor Don Fernando Ramírez de Luque 5 Presbítero.
SANTANDER.
Señor Conde de Villafuertes.
XEREZ DE LA FRONTERA.
Señor Marques de Campo Ameno.
PLASENCIA.
Señor Don Juan Garda Benito , Canónigo Doctoral de
esta santa Iglesija,
m % se-
\
(XII)
TORTOSJ.
Señor Don Diego Amigo de Ibero , Administrador de la
Real Aduana de esta Ciudad.
TERUEL.
El frustrísimo señor Dota Roque Martin Merino, Obis-
po de Teruel.
Señor Don Miguel Alaestante , Dean y Canónigo de su.
santa Iglesia»
Señor Don Santiago Diez Merino , Arcipreste Dignidad
de la misma.
Señor Don Fernando Luengo Rodríguez , id*
Señor Do£fcor Don Florencio Boada , Penitenciario de id..
SEGORVE.
frustrísimo Señor Don Lorenzo Gómez de Haedo, Obispo
de Segorve.
Señor Don Francisco Arascot , Arcediano mayor de su
santa Iglesia.
Señor Don Joseph Ronda ,. Arcediano del Alpuente,
Señor Don Vicente Abad, Canónigo de la misma santa
Iglesia.
Señor Don Joseph Zalon , id.
Señor Don Antonio Lozano, id-.
Señor Don Pedro Lorenzo Bueno , íd¡
Señor Don y Ícente Cañas, id.
El Archivo de esta santa Iglesia,.
-
Bw .
?A*
(XIII)
VALENCIA.
Señor Don Antonio Pasqual García de Almunia , Rcgi-
gidor perpetuo de esta Ciudad.
Señor Don Pedro Garces de Marciila.
Señor Don Miguel Ferriz.
ORENSE.
El Ilustrísimo señor Don Pedro de Quevedo y Quin-
tano , Obispo de Orense.
CORUÑA.
El Reverendísimo P. Fr. Miguel Gayoso, Maestro Gene-
ral de la Religión de san Benito.
Señor Don Manuel Romero, Gobernador de la real
Audiencia de Galicia.
Señor Don Vicente Duque de Estrada , Ministro de lo
Civil de la misma.
Señor Don Vicente Vizcayno , Fiscal.
Señor Don Bernardo Herbelie' , Relator.
El Teniente Coronel Don Benito Pardo de Fígueroa,
Sargento mayor del Regimiento de Infantería de Gra-
nada.
SANTIAGO.
Señor Don Francisco de Gamez Lechuga , Canónigo de
esta santa Iglesia.
Señor Don Pedro de Acuña ? Canónigo de la santa
Iglesia.
$eñor Don Joaquín de Sotomayor , señor de Aiilones , y
.otras Jurisdicciones*
Se
(XIV)
Señor Don Luis Marcelino Pereyra , Secretario de la
Sociedad Económica.
LUGO.
Señor Don Antonio Ramón de Sobrado, Do&oral de es-
ta santa Iglesia.
Señor Don Joseph Antonio Vázquez , Secretario de ia
Sociedad Económica.
Señor Don Bernardo de Quiroga y Arias , dueño de la
casa de la Puebla.
Señor Don Antonio Díaz.
• ASTORGA.
Señor Don Ventura Vaicarce y Andrade , Canóni-
go de esta santa Iglesia.
Señor Don Antonio Amaya, id.
Señor Don Joaquin Nieto y Aperegui , id.
PUENTE DE EUME.
Señor Don Pedro Mesía , Abad de san Cosme de No-
guerosa.
CASA DE O'BAÑO.
Señor Don Juan Felipe Osorio Galos Montenegro , Te-
niente del Regimiento Provincial de Pontevedra , y
señor de esta jurisdicion. Por dos años.
PAMPLONA.
Señor Don Francisco Xavier Armígot, Arcediano de C&
mará de esta santa Iglesia.
Señor Don Gerónimo Girón, Gobernador de esta Ciudad,
Señor Frey Don Francisco Xavier Ximenez de Texada,
Co-
(XV)
Comendador de la Orden de san Juan.
Señor Frey Don Joseph Manuel de Argaiz, Comendador
de la Orden de san Juan.
Señor Don Joaquín de Espeleta , Diputado del Reyno
de Navarra.
Señor Don Joseph Longas.
BARCELONA.
El Excelentísimo señor Conde de Requena , Teniente Co¿
, ronel del Regimiento de España.
Señor Don Manuel Mena y Paniagua , Inquisidor del
Principado de Cataluña. . .
Señor Don Pedro Diaz de Valdes, íd.
Señor Don Antonio Pellicer, Qydor de la real Audien-
cia de Cataluña.
Señor JDon Francisco Antonio de Tudo , del Consejo de
S. M. , y su Alcalde del Crimen déla real Audiencia
de Cataluña*
VILVAO._
Señor Don Miguel de Ascarate, Comisario de Guerra.;
Señor Don Manuel Bergareche , del Comercia»
CUENCA.
Señor Don Juan Loperraez , Canónigo ¿e esta santa
Iglesia.
Señor Don Bernardo Iparraguirre , Visitador General,
y Secretario del Ilustrísimo Señor Obispo.
Señor Don Joseph Cipriano Hernández, Fiscal.de éste
Tribunal Eclesiástico.
Señor Don Patricio Sánchez Hidalgo , Presbítero , Con-
tador General de Rentas Decimales de este Obispado.
ro-
(XVI)
TQ LED o.
Señor Don Fernando Mayoni.
VALLADOLID.
Señor Don Manuel Trigueros Mantilla.
Señor Don Joaquín Cabezas, Teniente Diredor de Geo-
metría de la real Academia de la Purísima Concepción
de esta Ciudad.
Señor Don Joseph María Enterro y Arbayza , Relator
de lo Civil de esta Cnancillería.
TORO,
Señor Don Miguel Josef de Azanza , Intendente de esta
Provincia* Por un año.
HÜESCAR,
jSeñor Marques de Corbera.
■ • ' . -■ . . - -
CACERES.
Señor Don Joaquín de Quiñones.
■=- 't " •
LEGANÉS.
■■),:/ lV , 31.3ÍXJ ' -■
El Doctor Don Pedro Cabezón , su Cura Párroca
■ ■ * ¡ i
i íQ 1 1 . ' .
LO-
LOCURAS DE EUROPA.
DIALOGO
ENTRE MERCURIO \ T LUCIANO,
POR
DON DIEGO DE SAAVEDRA,
DEL CONSEJO DE SU MAGESTAD
EN EL DE INDIAS.
&
Luc. ¿-L/e dónde , ó Mercurio , bañados los talares, cu-
bierto el cuerpo de polvo , y de sudor la frente , no sin
descrédito de la deidad , pues la verdadera no está sujeta
á las congojas , y afanes ?
Mere. Tal está la tierra , que aún á los mismos Dioses
hace sudar.
Lúe. Descuido es de ellos , si ya no es castigo , pues
consienten á quien es autor de sus trabajos , calamida-
des , y guerras ; y culpa es de tu inquietud , y desaso-
siego natural dexar el reposo del cielo , y baxar á la tier-
ra en tiempo , que los que la habitan aborrecen la vida , y
desean librarse de las ligaduras del cuerpo.
Mere. A ella me baxó la curiosidad , para averiguar
de mas cerca si son tan grandes las locuras de los hom-
bres , como nos han referido la justicia , la Verdad , la Fé9
y la Vergüenza , que por no vivir entre ellos > se han reti-
rado á hacernos compañía en el Cielo.
A 2 Luc*
4
Luc. Luego, ¿antes no estaban en el? Muy cortos
de vista sois los Dioses , pues fue menester baxar ala tier-
ra para ver lo que en ella pasaba.
Mere, ¿Aún no has perdido, (¡ó Luciano!) el impío
veneno de tu lengua maliciosa? Tan cubierta está de hu-
mo, y de polvo la tierra con el tropel de los esquadrones,
y con el fuego de Marte, que aún á los ojos de los Dioses
se oculta.
Luc. Y también á su piedad ; pues los pronósticos
naturales de cometas, y otras impresiones en el ayre,
que en otros tiempos prevenian vuestras futuras iras , y
nuestros castigos en la muerte de un Príncipe , ó en la
calamidad de una Provincia particular , ahora en la de
tantos Príncipes muertos á hierro, y de tantos réynos des-
truidos, no se han aparecido.
Mere, Quando la malicia es afectada, o incrédula,
no merece anuncios del Cielo , ni sirven los avisos á
quien ha perdido el respeto á la divinidad. Si tú hubie-
ras visto como yo á Europa, y considerado las causas, y
efe&os de estas calamidades presentes , en unos de am-
bición , y en otros de imprudencia y descuido , conocie-
ras que en ellas los hombres solos , y no los Dioses han
sido culpados.
Luc. Muchas cosas habrás visto.
Mere. Muchas, unas con lastima , y otras con risa;
aquellas por los trabajos de los subditos , y estas por la
ignorancia de quien los gobierna.
Luc. Si mi atención puede merecer la relación , te
ruego, (¡ó Mercurio!) que la hagas brevemente de lo mas
notable que has visto y ponderado.
Mere. Condesciendo con tu ruego ; oye pues. Ha-
biendo dado vuelta por Europa , me detuve , librado en
la suprema región del ayre , para comprehenderla toda
Junta con la vista > y con la consideración. En todas sus
par-
5
partes vi á Marte sangriento , batallando unas naciones
con otras por el capricho , y conveniencias de uno solo,
que en ellas atizaba el fuego de la guerra. Consideraba su
locura enjiexar las felicidades de la paz, lo dulce de las
patrias , y los bienes de sus propios dominios, por con-
quistar los ágenos. Que buscasen nuevas poblaciones los
que no eran bastantes á llenar las suyas. Que destruye-
sen, y abrasasen las mismas tierras , Villas, y ciudades,
que deseaban adquirir. Que tantos expusiesen sus vidas
perdiendo con ellas sus mismas posesiones , porque e'sta,
ó aquella Corona tuviese un palmo mas de tierra. Que
se ofreciesen los soldados á los peligros del expugnamen-
to de una plaza donde no han de vivir , ni aún de repo-
sar un dia después de rendida. Que la ambición de los
Principes los hubiese cegado con el explendor de la glo-
ria , y del honor 5 moneda con que temerariamente se
venden á la muerte. Ninguna cosa me movió mas á con-
fusión que Alemania /viendo que era esclava de las na-
ciones , la que por el imperio del mundo , que en ella
resplandece, debia ser señora de todas. Que las haya lla-
mado por auxiliares contra sí misma. Que las sustente, y
asista para su rey na. Que lo que adquieren , y mantie-
nen con la fuerza , cree que es para su mesma defensa, y
seguridad , y no para su despojo. Que tenga por protec-
ción lo que es tiranía, y por libertad lo que es servidum-
bre. Que la que ha de dar leyes á los extrangeros , las
reciba de ellos. Que pudiendo con la unión , y concor-
dia aspirar al dominio universal, se rinda por su división
al de sus enemigos. Que piense obligarlos con separarse
de la cabeza que la gobierna , y con abandonar la amis-
tad , y confederación de los que son interesados en su
misma conservación , y comunes en la causa. Que á tí-
tulo de religión la pierdan ; y que hagan Consejeros de
la paz á los cjue le hacen la guerra. Lq cuae mas me ha ad-
mi-
6
mirado es , que para remedio de males tan graves se se-
ñalasen por congreso á Munster , y Hosnaburg , luga-
res dispuestos por su situación , y vecindad á fomentar
las discordias de Alemania , y disponer la guerra. Que
los mismos enemigos extrangeros convocasen con sus
cartas á los Príncipes, y Estados del Imperio á venir á
ellos contra sus antiguas constituciones, y loables estilos;
y que las obedeciesen sin conocer el artificio de sus pro-
mesas , y la falsedad de sus pretextos ; los quaíes eran
de unir el Imperio , y los juntaban para desunirlo : de
quitar gravámenes , y al mismo tiempo los hacian ma-
yores : de restituir á cada uno en sus Estados, y los des-
pojaban de ellos : de ponerlos en libertad , y era por ser-
vidumbre : de hacer la paz , y ninguna cosa mas opues-
ta á ella , que llamar los estados. ¿ Quie'n jamas vio en
una Provincia , que padece guerras civiles, reducir en un
lugar las cabezas de ellas, desunidas entre sí en religión,
en parcialidades e' intereses , y para tratar con los mis-
mos extrangeros, que fomentaron las sediciones, y la sus-
tentan con sus armas para dominar á unos, y á otros? Se
duelen los Franceses , y Suecos de las calamidades del Im-
perio , y son ellos la causa ; exclaman que desean la paz,
y ellos solos hacen la guerra ; se quexan de la dilación
de los tratados , y los embarazan con varias artes; y ya
hoy están juntos los Estados , y aunque reconocen las
artes , y los peligros , y que son burlados, y maltratados
de los mismos que los han llamado , vienen tan ciegos
por sus pasiones internas , que no acaban de cono-
cer , que solo su concordia será el remedio de tantos
males.
Lúe. Bien los ha castigado Dios , pues padece el
Imperio la pena de los Parricidas entre gallos y vi-
voras.
Mere*. Yo te digo de verdad , que he tenido los ojos
so^
7
sobre Munster , y Hosnaburg mas que sobre las demás
partes de Europa , porque son las fraguas donde se lim-
pian , y templan las armas de todo el mundo , y oficinas
de ligas, invasiones , sorpresas, y usurpaciones. Desde
allí se trata de levantar levas, se envían Embaxadores
con instrucciones , y noticias particulares á Holanda,
Dinamarca , Suecia , Polonia , y Constantinopla , para
que todos pongan fuego en Europa. Pensaron los vasa-
llos, que allí se restauraría su sangre, y desde allí se
yierte. La paz anda en las bocas , y la guerra en los co-
razones, y en las plumas. Todo es hypocresia , fingiendo
desear el sosiego público , los que tratan de turbarle, en-
treteniendo los tratados para prescribir lo usurpado , va-
lie'ndose del pretexto de que los Estados no se concuer-
dan entre sí , siendo ellos los que fomentan su división,
y aunque suponen que desean la venida de los Holan-
deses ; por otra parte se entienden con el Príncipe de
Qrange para que los detenga» Sus proposiciones son apa-
rentes y especiosas 5 no dan paz , sino leyes ai Imperio;
no le pacifican , sino le perturban , y revolviendo tiem-
pos pasados con los presentes, confunden la religión , des-
truyen las pazes, y transaciones hechas 5 derogan las re-
soluciones , y sucesos de las dietas , y colegios Electora-
les ; rompen las constituciones, y privilegios del Imperio;
derriban sti poder , disminuyen »la autoridad electoral,
dan medios á la infidelidad , y ocasiones á la inobedien-
cia y discordia. Allí se piden premios , y mercedes para
los subditos que han militado contra el Imperio , y re-
compensan ár las Coronas que le han destruido , y abra-
sado. Publican Franceses , que ni el Imperio , ni España
desean la paz , sino continuar la guerra, y oprimir á
Francia , y que por la razón natural de la' defensa , y
por la libertad propia , deben: aquellos vasallos esforzar-
se á la oposición , y tolerar el -geso de los tributos ¡ y co-
mo
8
mo los pueblos no penetran lo interior de las cosas, de-»
xan cargarse de, nuevas imposiciones.
Luc. ¿Tan simples son , que no conocen que la paz
está en la mano del victorioso , y que el que ha usurpa-
do los Estados ágenos, es quien solamente la puede dar?
¿No es ignorancia dexarse persuadir , que la renuncian,
rehusan, ó entretienen los despojados?
Mere. Bien lo conocen los Franceses prudentes, y
aún los de mediano juicio 5 pero no se atreven á desenga*
ñar á los demás : y así unos por el temor, y otros por la
ignorancia , beben todo el engaño.
Luc. ¿Cómo los Parlamentos (cuyo oficio y obliga-
ción es procurar la paz y sosiego público , y la conserva-
ción del reyno) , no procuran librar á los pueblos de lo
que padecen con la opresión de una guerra , que se fun-
da en la ambición , y conveniencia de uno solo , y no
en la defensa natural, pues nadie hace guerra á "Francia,
y ella la hace á ios Príncipes confinantes, y les tiene usur-
pados sus Estados?
Mere. No ha faltado valor , y. constancia al Parla-
mento de París , antes por mostrarse ardiente en la con-
servación del reyno , ha padecido desdenes, afrentas , y
destierros por el valimiento opuesto á los tribunales > el
quai antepone siempre la conservación particular de su
gracia , al beneficio ccwnun. Aquel gobierno padece en sí
mismo todas las tiranías , que con las armas de Francia
padecen las naciones que ha oprimido.
Luc. Castigo es bien merecido, por el qual conozco,
que con razpn te compadeces de ver defraudados los de«?
seos públicos , y: burladas las esperanzas del remedio de
las presentes calamidades. De lo que yo me admiro mas,
ss , de que informados los, demás Príncipes de lo que pa-
sa en los congresos , y de la reputación , y hacienda, que
en ellos gierden,, los mantengan inútilmente á favor de los
Eran-
9
Franceses, y Suecos , sin esperanza alguna de la paz > de
donde infiero que es fatalidad, la qual, en la ruina de los
Imperios, perturba los juicios , y ciega la prudencia hu-
mana.
Mere, Con mas fundamento lo podrás decir , quan-
do hayas oído lo que he visto en Polonia, en Suecia, en
Dinamarca , en Holanda , en Inglaterra , en España , y
en Italia.
Lúe. Pendiente tienes de tus labios mi atención. Re-
fiere, pues.
Mere. No sin grande admiración vi en peligros tan
comunes á toda la christiandad. Dormida la regia Repú-
blica de Polonia , despreciados los celos políticos , y las
máximas de Estado de librar las fuerzas de los demás
Príncipes , y de no consentir , que crezca la Potencia de
los confinantes j pues no teniendo bien asentada la paz
con Suecia, y estando fresca aún la memoria de las guer-
ras con ella sobre el dominio de Lituania , donde aún
hoy se embaraza el arado con los cadáveres de los Po-
lacos muertos, se está á la mira de los progresos, que hace
aquella Corona , dexándose bloquear de ella por Pomera-
nia, Saxonia, Silesia, y también por Transilvania. Estan-
do Ragozzi confederado con Suecia, con ias armas levan-
tadas en sus confines , y siendo dependiente del Turco,
que es el mayor enemigo que tiene , sin reparar que los
Suecos movieron las armas contra Dinamarca , por la
buena inteligencia que tenia con ella , y con designio de
debelar primero lo uno , y después lo otro 5 ni en que as-
piran al dominio universal del Norte, y que si se levanta
con el arbitrio del Mar Báltico , quitará en sus Provine
cias el comercio del mundo , con que se sustentan , y dan
expediente á sus frutos , y mercancías. ¿ Que labrador
tan descuidado vio en el monte vecino armarse la tem-
pestad , que no previniese los daños que amenazaban á
Tom. VI B SU
IO
su casa ? ¿ Quien vio vencedor , y triunfante al Príncipe
confinante , que no le temiese , y asistiese al oprimido?
La guerra de Suecia con Polonia empezó por Alemania,
y después por Dinamarca , y se acabará en Polonia. Hoy
tiene esta , en ios peligros que amenazan , por compañe-;
ros ai Emperador, y al Rey de Dinamarca, y solamente
con la asistencia de algunas tropas , podia oponerse en el
pais ageno al común enemigo , antes que debelados aque«f
líos , se halle sola con la guerra , y será su reyno asientq
de ella , y campo de batalla.
No vive menos fuera de sí, ni mas inadvertida de
sus mismas conveniencias la Corte de Suecia , pues ha-
biendo traído á sí todas las riquezas , y despojos de Ale»
manía ,* sin que ya le quede en ella mas que el peligro
pendiente del lance de una batalla , continúa la guerra,
embarazándose con otra nueva contra Dinamarca , acon-
sejada de los Ministros de Francia , que zelosos ya de su
Potencia , le persuadieron con gran arte la invasión por
Alsacia , para que divididas sus fuerzas , diesen lugar á
su» progresos en el Imperio. Piensa soberbia poner en el
suyo á Alemania , y no considera , que no sus fuerzas,
sino las de los mal contentos del Imperio le dan las vic-
torias , persuadidos los Príncipes , y Estados que le asis-
ten , á que sus vanderas pasaron al Imperio , y se de-
tienen en el para ponerlos en libertad , y satisfacer sus
gravámenes , y no para debelarlos ; y debieran los Sue-,
eos considerar con juicio , y sin tanta ambición , que
si llegaran á conocer , como ya algunos lo conocen , que
su designio es solamente de tiranizar el Imperio, se unie-?
ran luego con el Emperador para echarlos de Alemania, á
cuyo intento concurrieran los Franceses, porque su confe-
deración con Suecia, no es para hacerla grande, sino para
que no lo sea , entrando á la parte de sus trofeos , y va-
liéndose de la división de sus fuerzas para facilitar sus
de-*
II
designios en Alemania , y en Fíandes ; y quando los ha-
yan conseguido , serán amigos de los Alemanes , y ene-
migos de Suecos , porque mas le importa la amistad
con aquellos , que con e'stos. Su fe es una veleta , que la
voltean los vientos de su misma fortuna 5 de suerte , que
la felicidad de Suecia se puede mudar , ó con la concor-
dia del Imperio , ó con una rota , ó con la desunión de
los Franceses ligeros , é inconfidentes.
Luc. Bien lo van ya conociendo los Ministros de
aquella Corona , habiendo penetrado las inteligencias se-
cretas que tienen con algunos Príncipes del Imperio , y
que les conviene gozar de la ocasión presente para com-
ponerse con el , y volver triunfantes á sus amadas pa-
trias , antes que , ó se mejoren las cosas del Imperio , o
los Franceses los desamparen.
Mere. Mejor lo conocerán quando hayan leído un
discurso France's impreso en Holanda , donde persuaden
á las Provincias unidas , que desistan de la guerra con
Dinamarca , y que empleen en su favor para la empresa
de Dunqu^rque las fuerzas Marítimas con que le divier-
tan 5 y aunque con palabras algo equivocas les señala,
que no les está bien la Potencia de Suecia , ni la impru-
dencia , y locuras de Polonia , es primero Dinamarca, y
la está hoy pagando por haber dexado crecer la Potencia
de Suecia, sin asistir ai Emperador , confiada en las con-
federaciones con aquella Corona , y en la buena corres-
pondencia de la vecindad , debiendo considerar que la
conveniencia firma las confederaciones , y la misma con-
veniencia las rompe > que la vecindad es el mayor peli-
gro de los Príncipes ; que los que aspiran á Monarquía,
no se dexan al lado á quien pueda hacerles oposición 5 y
que la ambición no es corte's , ni agradecida. Pudiera ha-
ber hecho reflexión aquel Rey , de que teniendo puesto
sobre las cervices de los Suecos el intolerable yugo del
B 2 Contp
12
Cont , no podía haber amistad segura entre ambas Co-
ronas, y que en vie'ndose poderosa Suecia, procurarla la
libertad del comercio , de quien pende su conservación
y grandeza ; pero ninguna locura mayor que haber pues-
to el Rey de Dinamarca el arbitrio de la paz con Suecia1
en manos de los Franceses , confederados con ella, y en
las de los Holandeses , interesados en el paso del Zontt.,
Este exemplo funesto de la opresión de Dinamarca , ní
ha bastado á convencer á Polonia , ni á dexar advertí-,
dos los Estados de Holanda para no asistir á Suecia con
tantas fuerzas , porque si cayese el reyno de Dinamarca
en poder de Suecia, ó de ambos se hiciese una Repúbli-
ca ( como está para suceder ) les quitada el paso del Zon-
te , con que en pocos años caeria su Potencia , porque
sin el comercio del Mar Báltico ni pueden hacer arma-
das, ni sustentarse.
Luc. Este no es el primer error de los Holandeses,*
en otros muchos han caido -, y caen ; pero quando se
levanta la grandeza de un Estado, tanto le asisten los
errores , como los aciertos 5 y ai contrario , quando em-
pieza á caer , tropieza en sus mismos buenos consejos^
obrando diversos-efectos.
Mere. Así es verdad 5 pero dice uní discurso Francés,;
que la República de Holanda ha crecido mas en 70 años„
que en 400 los Romanos , y que los Estados levantados
con mucha prisa , declinan presto á su menguante, y así
parece que ya va declinando, y que los mismos Holandés
ses trabajan en su ruina , pues por mar , y tierra hacen
espaldas á las empresas de los Franceses para que ocupert
las Paises Baxos , como si no les conviniera mas confinar,
con Españoles, que con los Franceses. Aquellos, cansados
ya de dominar , tratan mas de conservarse en lo que hoy
poseen , que en recobrar sus derechos antiguos ; y e'stos
tan ambiciosos de ensanchar sus confines , que ni la re-<
1*.
*3
Hgíon , ni la justicia ,, ni la amistad , ni el parentesco , ni
la fe pública detendrá sus vastos designios , los quales se
encaminan á apoderarse de las Provincias obedientes , i
inobedientes , para ser Reyes del mundo con el arbitrio
del mar , habiendo considerado , que con el se hizo tan
poderosa Holanda , que pudo sustentar la guerra contra
España , y ocupar puestos en las Indias Orientales , y
Occidentales. Con este fin, desesperados ya de que ni por
Inglaterra , ni por España , Italia , ni Alemania pueden
dilatar mas sus limites , si primero no sujetan las Provin-
cias obedientes , y las unidas , cargan allí con sus fuer-
zas mayores , y locos los Holandeses , ó ciegos con el
odio á los Españoles , desconocen su peligro, y á costa
de su misma sangre , y riquezas divierten con sus armas
las de España para que los Franceses se hagan mas pode-
rosos , y sean sus confinantes.
Luc. En eso también gana Holanda , pues mientras
expugnaban los Franceses á Gravelingas , se apoderó del
Saso.
Mere, Poca fue la ganancia , y mas de gasto , que
de provecho con las canales , y fortificaciones hechas^que
le imposibilitan pasar adelante ; pero quando hubiera
ganado á Hulst , y á Gante , les estuviera mejor ( como
consideran los Holandeses políticos , y prudentes ) estar
sin aquellas plazas , y que los Franceses no hubieran ren-
dido á Gravelingas , porque quando la Zapa , y la Pala
trabajan para que el Duque de Orleans , y el Príncipe de
Orange se junten , es abrir la sepultura á la Potencia de
Holanda.
Luc. Ella piensa , que sucediendo eso, gozará ente-
ramente de su libertad 5 locura que no la curará facil^
mente.
Mere. Pues ella está persuadida por un discurso de
un Francés, intitulado: La necesidad de ocupar á Dun-
quer-
querque , donde procura probar , que en la confianza
consiste su felicidad , y conservación , y que no por ella
nacerán guerras , pudiéndose disponer de suerte los con-
fines , que no las causen.
Luc. Pues otro discurso he visto yo del fin de la
guerra del País Baxo , donde dice otro France's ( si ya no
es el mismo ) : Que aún la Francia , que ha favorecido
tanto las cosas de Holanda , no gustaría de verla engran-
decida, y no querría tener por vecinos á aquellos Estados
tan poderosos por mar , y tierra , con quien romperian
luego la guerra por un pie de tierra de la frontera , no
pudiendo haber acuerdo fixo en los confines 5 como su-
cedia á Francia quando los Duques de Borgoña poseían
los Países Baxos.
Mere. El uno , y otro discurso he leído , y también
el consejo del interesado , y me han parecido soberbios,
impíos, y ambiciosos , indignos de una Nación gloriosa,
y contra la buena correspondencia , y política , que de-
ben observar los Príncipes entre sí, de no fomentar rebe-
liones de los vasallos ágenos , por no dar mal exemplo á
los propios. En ellos se conocen , que son afectados los
deseos que publican de la paz, y quietud pública, porque
con gran arrogancia se alaban de los triunfos , y trofeos
adquiridos , y se prometen otros mayores , jachándose
que los asiste Dios ; y debieran considerar , que no siem-
pre las vidorias las dá la divina Providencia por favore-
cer al vencedor , sino por castigar ai vencido ; y que
desde que rompieron la guerra , apenas ha habido año
en que no hayan recibido una rota notable. Menos de-
ben gloriarse de los puestos que han usurpado , porque
á los que heredaron del Duque de Bedmar , ó se los ven-
dieron los Suecos , ó los conquistaron con las armas , asis-
tencia, y diversión de los confederados con los mismos
Españoles rebeldes ¡ y ninguno por sí mismos y y mien-
15
tras está viva la guerra , es loca la confianza en los suce-
sos futuros , porque penden de varios accidentes 5 y es
imprudente el desprecio de la paz , como pudiera haber
enseñado á los autores de estos discursos una carta del
Rey de Italia Theodorico al Rey de Francia Clodoveo,
cuyas causas que pone para persuadir la paz de las Co-
ronasen las guerras de su tiempo , los hubieran instruido
de lo que no sabian. Pero los mismos exemplos que traen
de lo que han perdido , pudieran mortificarlos j pues no
ha sido por casos fortuitos , sino por el valor , y constan-
cia de las naciones , que ahora desprecian j y lo que re-
fieren de las ocupaciones del Imperio , y en otras partes,
y las protecciones que alegan , son las que mas les con-
denan 5 sin haber en aquellos discursos cláusula, que no
enseñe á rebelarse á los mismos subditos , ó que no des-
engañe á los Países Baxos , de que todo se encamina á
ponerles el yugo de la servidumbre, y á dominar las Pro-
vincias, unidas. El primer discurso del Aviso desinteresado
persuade con razones , unas ñacas , y otras falsas , á los
Países Baxos la rebelión , y el reducirse á una Repúbli-
ca , para que precediendo á esto el echar á los Epañoles,
pudieran ser conquistados de la Francia. El segundo , te-
miendo el peligro de que si se reduxese á República , se
ahorraría con las Provincias unidas 5 e' impaciente de la
tardanza de su ambición , muda de consejo , y le dá pa-
ra que una parte se entregue á Francia , y otra á los Es-
tados, según el repartimiento hecho con ellos , sin decla-
rarlos j sabiendo bien , que sobre su execucion nacerían
diferencias , que obligasen á la guerra , y que con la
parte de las declaradas á su favor , podria debelar las de-
mas , quando la Religión no las reduxese á su obedien-
cia, por no unirse con los que la tienen diferente , y se
facilitaría la conquista de las diez y siete Provincias. En
el tercer discurso declara mas su ambición , persuadiendo
r
a
i6
á los Holandeses , que le asistan para conquistar á Dun-
querque.
Luc. Lo mismo es esta petición , que la de aquel que
pedia á otro la espada para matarle con ella.
Mere- La misma es ; porque todas las razones con
que les persuade, muestran que ninguna cosa es mas
contra su voluntad, y libertad , que asistir á que cayga
en mano de los Franceses Dunquerque , y muchas de
ellas se convencen con las del discurso de la necesidad de
ocupar á Dunquerque , porque dice : nQue aquel Puerto
es freno de la libertad de Holanda '■> que quien le tuviese será
señor de él, y del País Baxo , y que poseyéndole los France-
ses , crecerán las Provincias en bienes , y en riquezas. Que
sobre las Provincias de Flandes , y Artois tiene Francia cla-
ros derechos. Que ninguno de sus Reyes pueda renunciarlos^
antes están obligados a recobrarlos con la espada. T que en"
tonces mantendrá buena correspondencia , y vecindad con
Holanda." Y el discurso del fin de la guerra dice ; nQue
naturalmente aborrecen las Monarquías á las Repúblicas j y
que no las sufren por amor , sino por necesidad , siendo mU
¡agro , que se sustenten largo tiempo , sin que algún Prin-
cipe las derribe. Que muchos Príncipes , que habían puesto
las manos para formar la de Holanda en odio de España , y
para debilitar la casa de Austria , estuvieron después ce-
losos de su grandeza , y trabajaron en su dominación , te*
miendo que si creciese mis seria terror , y espanto de sus
vecinos , y consiguientemente el blanco de su indignación > de
donde resultarla , que las Monarquías vecinas , celosas de su
Potencia , se unirían todas para derribarla." Siendo , pues,
estos los principales fundamentos sobre los quaies piensan
los Franceses fabricar el edificio de sus ambiciosos desig-
nios , consideran bien los Holandeses si les conviene ó
no creer , que como Dinamarca tiene en su poder el pa-
so del Cont , garganta de las provisiones , y mercancías
del
l7
del Norte, tengan los Franceses el Dunquérque, por
donde se comunica todo el trato , y comercio de Occi-
dente , y se conducen las riquezas de ambas Indias : si
les dexáran los Franceses libres de Dacios , y de Piratas,
para que la Potencia de Holanda crezca en riquezas , y
les aumente los zelos , que aún ahora tienen, y lleguen á
efe&o los peligros ; y que antes bien serán mas arbitros
que los Españoles de los mares Germánico , y Bretanico;
teniendo ya á Mastric , Gravelingas , Cales , y otros
Puertos > si será buena politica dexarles tomar aquella
plaza , con que se hallarán señores de todo ei País Baxo;
si serán buenos vecinos , y agradecidos á los socorros, y
asistencias que les ha dado Holanda , los que ahora pa-
ra tenerlos mayores, y salir con la empresa de Dunquér-
que , faltan á la amistad , y fe pública de confederacio-
nes estrechas con la Corona de Stfecia , persuadiendo en
el mismo discurso á las Provincias unidas con severas
razones , que no prosigan la diversión con sus armas á
Dinamarca, ni se mezclen en aquella guerra ; que no les
conviene que crezca la potencia de Suecia, habie'ndose an-
tes empeñado en ella con sus consejos, considerando tam-
bién, si quando serán señores de Flandes consentirán que
los Holandeses posean lá Indusa , el Saso , y las demás
fortalezas , y plazas que poseen en aquella Provincia, ha-
bie'ndose declarado que tienen derecho á ellas , y que es
enagenable de la Corona.
Luc. No es posible que dexen de considerar quanto
has dicho, pues no siendo de tantas conseqüencias Lo-
yayna como Dunquérque , ha pocos años que celosos
no quisieron asistir á Francia para que la ocupasen , es-
tándose á la mira sin obrar , y sin darles bastimentos,
con que murieron allí mas de 20$ , pues ei mismo Prín-
cipe de Orange , y los mismos Consejeros , que hay aho-
ra , lo juzgaron por conveniente.
fñh V* Q Mere.
1 8
Mere. Sí 5 pero entonces ni estaba ganado el Prínci-
pe, ni los Consejeros tan sujetos á su voluntad, como
ahora 5 y así es muy de temer , que con la diversión de
Holanda ocupen los Franceses á Dunquerque 5 y que con
e'l se hagan señores del País Baxo , y que después , por-
que harán sombra á su Monarquía las Provincias unidas,
las debelarán.
Luc. Por la misma razón refiere cierto historiador
Francés , que Clodoveo Rey de Francia , despojó de la
vida , y de la Galia Gótica ai Rey de los Godos Ama-
larico.
Mere. Con menos aparentes pretextos usurpó el mis-
mo Clodoveo, y sus descendientes los Estados y Coronas
circunvecinas , con que la Francia ha llegado á la gran-
deza presente , y quando todos falten , no le faltará el de
algún derecho imaginado , pues como los han hallado
para pretender el dominio de todo el mundo, le hallarán
para pretender aquellas Provincias»
Luc. En este caso piensan los Holandeses , que en el
tribunal de las armas serán condenados en costas , y que
como se han defendido de España, se defenderán de Fran-
cia , que no es tan poderosa.
Mere. También esa es locura j porque en la guerra
con España les asistía Francia , y en la guerra con Fran-
cia , no les asistirá España. Esta mantenía una guerra de-
fensiva con ellos por la dificultad de las condudas de
gente , y por el excesivo gasto.de los cambios , y recam-
bios , y por la tardanza de las órdenes, mientras iban á
Madrid las consultas, y volvían las resoluciones j incon-
venientes que cesan en la vecindad de Francia , la qual
con mas gente , y á menos costa le hará la guerra , sien-
do pocos los Príncipes que la socorrerán , porque no tie-
ne tantos emulps la potencia de Francia , como la de
España.
Luc*
Luc. Al Francés discursista le parece que pueden ase-
gurarse los Holandeses con que tienen en sus Provincias
muchos Franceses naturales , que gozan los privilegios de
los vecinos.
Mere, En esos consiste su mayor peligro ; porque se<
rán espias de los Franceses, y acrecentarán su partido 5 y la
mayor ventaja que los Franceses tienen sobre las Provin-
cias , son los soldados que han sustentado en ellas , prác-
ticos de sus fuerzas y intereses, y que tienen conocido sus
ingenios y costumbres, sus odios^y enemistades,
Luc, ¿Pues cómo una República, donde todos velan
en su conservación , donde hay ingenios tan sutiles , y
tan sospechosos en los zelos de su libertad , no antevea
estos peligros , y le aplican con tiempo el remedio.
Mere. Bien creo que no los ignoran ; pero la diversí-
dad de religión , de costumbres , é intereses de aquellas
Provincias , les hace también discordes en los consejos}
y aunque de todas está el gobierno general, dirección, y.
autoridad en el Príncipe de Orange , y en los Ministros
que ha ganado la de Holanda , que es la principal entre
ellas, arrastra á sus designios , y conveniencias las de-
mas , y conocido está de los Franceses , que solo al Prín-
cipe estiman como á quien tiene el poder absoluto de las
armas , y para hacerlo suyo con vínculos de sangre, coo-
peraron en el casamiento de su hijo con la Princesa de
Inglaterra , y le tienen obligado con dádivas , y prome-
sas de hacerle soberano en la provincia de Gueldres. De
aquí nace la asistencia de sus armas á las empresas de
Gravelingas , y Dunquerque, y eí divertir las armas
Españolas , teniendo las suyas á vista de Gante, y de
Bruxelas sin hacer nada, escusándose con la imposibilidad
de pasar aquellos canales, y marrazos.
Luc. Sí , pero como astuto considera, que- el crecer
mas los estados , c igualar su Potencia á la de Francia,
C 2 se-
20
sería imposibilitar sus designios , los quales solamente
pueden llegar á efe&o con la exaltación de Francia , con
la expulsión de los Españoles , y con las ruinas de los Es-
tados unidos. Estas artes no las alcanza el vulgo ; el qual
solamente hace juicio de las cosas por sus apariencias ex-
teriores j y creo que los progresos de Francia contra Es-
paña , son fianzas de su libertad , aunque son eslabones
de la cabeza de su servidumbre futura j pero los pru-
dentes discurren entre sí., y concluyen con que la gran-
deza del Príncipe se hace mayor , y mas formidable con
elvmanejo de las armas , y que no las pueden poner en
otras manos , sin evidente peligro, sin tener ganada la
gracia, el aplauso de los soldados , y ser hechuras suyas
los que las mandan , y tienen el gobierno de las plazas,
que todo pende de su arbitrio 5 que las Provincias son
una vana imagen de República > que su libertad es ya
servidumbre 5 que el remedio único seria pacificarse con
España para que no se continuase en su persona , hijos,
y descendientes , el mando y exercicio de las armas ; y
que ningún tiempo es mas oportuno , que el presente
para aventajar ios partidos y y hacer mas firme su fortu-
na con las ruinas de España j pero ninguno se atreve á
declararse porque á las hechuras del Príncipe los detiene
el agradecimiento , é interés propio, que es mas podero-
so que el amor á la patria ; á los ambiciosos las honras,
y favores que les hace ; á los pretendientes la esperanzas
y á unos , y á otros el temor al poder del Príncipe ; con
que son pocos los que pueden oponerse á el , ni contrade-
cir sus designios.
Luc Los exemplos pasados nos muestran , que en
las Repúblicas generosas , no faltan espíritus grandes, que
se expongan á qualquier peligro por la libertad , y con-
servación de ellas.
Mere. Tan sin ellos está Holanda , y tan conocida
tie-
2 1
tienen los Franceses su flaqueza , que en el discurso de la
necesidad de ocupar Francia á Dunquerque, amenazan á
los Holandeses , que se opusieren á la asistencia , que les
da el Principe ¿ con que tienen en la mano el azote pa-
ra castigarlos , y obligarlos con la fuerza á executar sus
designios.
Luc. Con todo eso , no puedo persuadirme á que
hayan trasladado los Franceses en sus corazones amena-
zas tan serviles , que aún los mismos esclavos no las su-,
frieran $ porque no se puede negar, que aquellas nacio-
nes son soberbias y altivas , de que han hecho muchas
demostraciones.
Mere. Hasta ahora vemos que las sufren j de donde
se puede sacar un pronostico cierto, y es, que la libertad de
Holanda tuvo principio de la casa de Nassao , y será es-
ta la causa de su servidumbre. Que los Franceses dieron
Ja mano á las Provincias unidas para levantarse , y las
pondrán el pie para que tropiecen , y caigan. Que la
grandeza de la Monarquía, aseguró su conservación oca-
sionándolo la asistencia de todos los Príncipes de Europa
sus émulos ; y que su ruina se les quitará , y hará de
amigos enemigos ; y entonces ya sin remedio , se desen-
gañarán de que han adorado un ídolo falso ; que han
tenido por libertad la tirania , padeciendo mas debaxo
de ella , que quando tenian señor natural. Que ha sido
Holanda la palestra , donde para sus daños futuros , han
exercitado los Franceses la disciplina militar , y que en
ella , como en estafermo , han aprendido á costa de sus,
heridas, las artes de combatir y expugnar.
Luc. Estos pronósticos, de que los mismos principios
de la exaltación de Holanda, serán la causa de su ruina
son opuestos á las máximas mas asentadas de los políti-
cos , porque los estados se conservan con las mismas ar-
tes, y medios con que se conquistaron.
Mere,
22
Mere. Esos son los arcanos inescrutables de quien
dispone lo fatal de los casos , que suele tal vez sacar de las
causas , efe&os contrarios.
Luc. Aunque creo que el Príncipe de Orange atien-
da á su grandeza , no soy tan malicioso , que piense
que lo procurará con infidelidad ; porque no parece ve-
rosímil , que querrá perder la gloria adquirida de haber
sido su casa el instrumento de la Monarquía Holandesa,
donde hoy es obedecido , y respetado como señor natu-
ral. El zelo de este Príncipe , el amor á los Estados , su
modestia , su familiaridad , y llaneza ciudadana , quitan
todas las sospechas que se pueden tener de el ; fuera de
que siendo tan prudente , tendrá ponderado bien el pe-
ligro de exponerse á la fe poco segura de Francia , la
qual no le cumplirá después lo que ahora le ofreciere , y
que quando se haya vahdo de él para debelar las Pro-
vincias unidas , tendrá zelos de la autoridad que ha teni-
do en ellas , y procurará su última ruina.
Mere. ¡Ó Luciano! solamente con los Dioses eres ma-
licioso , y con los hombres sencillo 5 aquellos libres de
falsedades, y estos nacidos con ellas: si ya no es, que ha-
blas con ironia , ó quieres obligarme á que te descubra
quanto oculta mi pecho 5 porque no te juzgo por tan
simple , ni por tan poco informado , que no sepas que
la gloria de haber puesto el Príncipe Guillermo de Nassao
en libertad las Provincias unidas , fue con la infamia de
haber faltado á la fidelidad de vasallo , y que no podrá
lavar con servir siempre sus descendientes á los Estados,
y ser en ellos ciudadanos , sino con haberlos separado de
la obediencia de su señor natural, para hacerse dueño
de ellos quando la ocasión se le representare á el, ó á otro
de su familia, y ninguna mejor que la presente. Conoz-
co bien los peligros de fiarse el Príncipe de los Franceses}
pero la ambición de dominar , siempre tuvo nubes , y
cal
*3
pataratas en los ojos. Si todo lo consideraran los tiranos,
á ningún Cetro se hubieran atrevido. Unos se perdieron
con el, y otros le mantuvieron , y legitimaron con el
tiempo. Tales son las mudanzas de la fortuna , y los ac-
cidentes de las coronas , que quien hoy es general de los
Estados , podría ser Rey de ellos mañana. El zelo y el
amor del Príncipe á los Holandeses será grande > pero
mayor el apetito natural de mandarlos con absoluto do-
minio, ó de tener por propia alguna Provincia de las que
poseen , en premio de sus servicios grandes , y dignos de.
mayor recompensa, porque no es posible que siempre pue-
dan heredar sus hijos, y descendientes el mando de las
armas , desigual á su grandeza , y sin el no serán estima-
dos , antes aborrecidos de los Estados por el explendor
de su sangre. En quanto á su modestia , ya la tengo bien
conocida , y á sí misma hace sospechosa su fe', porque ya
sabes bien que las primeras artes de los que quisieron en
las Repúblicas levantarse con ellas , fueron la hipocresía
del bien público , y la atención del aplauso del pueblo,
ganándole con la afabilidad y modestia ; y espíritus tan
grandes como son los del Príncipe , no pueden haberse
ocultado sin grande arte, y sin grandes designios. Ha-
biendo subido la casa de Ñassao en Holanda á la mayor
grandeza , emparentando con los Reyes de Francia, e In-
glaterra , no es posible que pueda contenerse en el esta-
do privado , antes es fuerza , ó que domine , ó que se
pierda , porque con menores zelos , se perdieron muchos
en las Repúblicas , donde la virtud sola dio ocasión
al mando. No creas que los Franceses sagaces , y adverti-
dos, han elegido aquel instrumento sin evidentes moti-
vos de que podrán fácilmente edificar con e'l su Mo-
narquía.
Luc. Bien lo creo í pero también debieran conside-
rar., que como se ha consumido Esgaña con los Países
24
baxos, se podrá perder Francia si los conquistare? porque
á veces lo que parece , que aumenta su grandeza , es su
ruina ; y no menos peligran las Monarquías por el peso
de la misma alreza, que por la flaqueza de sus fundamen-
tos. Los que gobiernan , y principalmente los favoreci-
dos, no consideran los rey nos como eternos ,. y se conten-
tan con que en su tiempo parezcan felices. Fuera de que
hoy piensan los Franceses, que la fidelidad que los levan-
tó > á pesar de su temeridad los sustenta.
Mere, Sí , pero nunca son mas de vidrio , que quan-
do relucen.
Luc. Entretanto gozan de la ocasión , que les da el
tiempo.
Mere, Bien lo han mostrado en las conquistas sobre
el Occeano, pues si Inglaterra no estuviera divertida con
guerras civiles , se hubiera opuesto á ellas , porque to-
das son en perjuicio del comercio, y seguridad de aquel
rey no.
Luc, Asi lo confiesan los mismos Franceses en uno
de sus discursos diciendo : Que es providencia divina la di"
visión , / guerra civil de aquel rey no , para que no se
oponga a la empresa de Dunquerque , zelosa de la gran"
deza de. Francia.
Mere. Esta misma confesión de sus mayores enemi-
gos, y las calamidades que padece aquel rey no, justifican
mis razones.
Luc. Pero los intentos , mas los gobierna el furor , y;
la malicia, que la buena razón de Estado; porque en la mu-
danza de un gobierno en otro , no menos que en las de
las velas de los navios, suelen peligrar mucho los reynos^
No la eleccioade los hombres, sino la situación de las
Provincias , y la diversidad de los ingenios, constituye-
ron una de las tres formas de Repúblicas en cada una
de ellas. Los ánimos belicosos , soberbios , y altivos, es-
ta-,
tablecieron la Monarquía. Los pacíficos y prudentes la
Aristocracia 5 y los moderados y humildes la Democracia.
[Y quien intentó estas formas, las destruyó,, y no salió
con lo que se había imaginado , dando otra diversión á
ios subditos , ó si la alcanzó , duró poco.
Mere, Nunca Inglaterra pudo sufrir el yugo de mu-
chos. Entre nueve Príncipes se dividió al principio , des-
pués la dominaron tres \ y últimamente uno. Y no es
practicable , que ahora se pueda reducir á la obediencia
4ei Parlamento en forma de República , porque la gra-
vedad , y altivez de los Ingleses , la temeridad, e iracun-
Üia de los Escoceses, constantes por muchos siglos en man-
tener el Cetro en una familia , y la obstinación , y liber-
tad de los Hiverneses , no se conservarán jamas en el go-
bierno de pocos , ni se conformarán en que la Magestad
de la República resida en esta, y no en aquella Provin-;
cia j y asi juzgo, que si la violencia quitare la Corona ai
Rey , se verá aquella Isla mas combatida de las pasiones,
y competencias internas, que de las olas del Occeano, y¡
que en Inglaterra , en Escocia , y en Hibernia, se levan-'
taran tres Tiranos , y gobernarán entre sí por el domi-
nio universal j de donde resultará que trayendo alguno
de ellos por auxiliares á los Franceses , serán todos tres
despojos de ellos.
Luc. Con bien aguda vista previno Richiliu las dis-
cordias , y tumultos de Escocia , fomentando su fuego, y,
después el del Parlamento para hacer 3 Francia señora de
Inglaterra.
Mere. Con los .mismos intentos sobre España procu-
ró las rebeliones de Cataluña y Portugal ; y en esto, po-
co fue menester su ingenio , porque los mismos Caste-
llanos habían dado ocasión á ello , teniendo con poco
recato político dentro de aquel reyno , á quien podia con
algún pretexto de derecho aspirar á la Corona, viviendo
Íom.-VI. D re-
26
retirado entre los bosques persiguiendo á las fieras , y no
menos fiero , que ellas.
Luc. Bien lo mostró en los principios de su gobierno,
pues luego tiñó el Cetro con la sangre mas noble de aquel
reyno. h
Mere. Esos son los primeros pasos <le la Tiranía;
de cuyos temores creen asegurarse con la muerte d$
muchos.
Luc. ¿Y que' mas ocasiones dieron los Castellanos?
Mere. Le dieron el manejo de las armas , y le hi-
cieron superior á muchos, que con emulación se esti-
maban iguales en la sangre , y aún le despreciaban , y te-
nían por mas ilustre la suya ; con que el pueblo, que antes'
le tenia olvidado, empezó á hacer reflexión en el. No ad-
virtieron los Castellanos , que la rebelión en una Provine
cía, suele encender con sus centellas las demás, y quey
la de Cataluña , y las guerras en todas partes de la Mo-
narquía , daban motivo á los ánimos inquietos de Portu-^
gal , y aunque estos con algunos motivos pasados se han
descubierto malcontentos , sacaron con inadvertida con-
fianza , los presidios de las plazas de aquel reyno para
reducir á lo obediencia el Principado de Cataluña.
Luc, Está misma confianza les debia obligar á manu-
tenerse leales , y no á abusar de ella , dexando por un
tirano un Rey legítimo , sin que pueda escusarlos la va-i
nagloria de tenerle propio , porque no es tanta como el
explendor , y'reputacion de ser gobernados por un Moi'
narca tan grande, que contra la potencia de Holanda,
mucho mayor que la de Portugal , les conservase las In-
dias Orientales descubiertas , y conquistadas con la san-
gre , y valor de sus antepasados , y con envidia de las'
naciones del mundo , en que se valia de la sangre, y ri-
quezas de Castilla ; y no deben desdeñarse los Portu-
gueses de que se junte aquella Corona con la de Castilla,
pues
¿7
pues de ella salió como Condado , y vuelve á ella corno
rey no, y no á incorporarse , y mezclarse, como rey no
con ella , sino á florecer á su lado , sin que se pueda de-
cir que tiene Rey extrangero , sino propio , pues no por
conquista , sino por succesion legitima de padres y hijos,
poseía el reyno , y le gobernaba con sus mismas leyes,
estilos, y lenguage , no como Castellanos , sino como,
Portugueses. Y aunque tenia su residencia en Madrid,
resplandecía S. M. en Lisboa. No se veían en los Excu-
dos , y Sellos de Portugal , ni en sus flotas , ni en arma-
das el León , y el Castillo , sino las Quinas ; símbolos de
los cinco Estandartes quitados por el valor de Don Alon-
so I.* Rey de Portugal , en la batalla de Orique á cinco
Reyes Moros. No se daban sus premios , y dignidades á
estrangeros , sino solamente á los naturales., y estos go-
zaban también de los de Castilla , y de toda la Monar-
quía , favorecidos con la Grandeza , con las Encomien-
das , y puestos mayores de ella , como aún hoy las go-
zan 5 estando en sus manos las armas de mar y tierra , y
el gobierno de las Provincias mas principales. El comer-
cio era común en todas partes , común también la Re-
ligión , y el nombre general de Españoles. Un mismo
clima continuaba las Provincias sin división de rios , ni
Montes. Aragón , Navarra, y Galicia tuvieron^Reyes
propios, y no por eso juzgan que le tienen ahora extran-
gero, ni viven menos felices que antes. La mayor glo-
ria , y el mayor bien de las naciones , es estar compre-
hendidas en una Monarquía , porque el temor del poder,
fue origen de los dominios. Ni en ninguno es menor, ni
mas segura la paz, que en las Monarquías •> y esto no
puede ser si las Coronas no se reducen á una. Nunca
Portugal gozó de los bienes de la paz , hasta su conjun-
ción en Castilla. Sin ella temiera el lado de la Monar-
D 2 fluía,
28
quía , ó ya hubiera recibido- leyes de ella , o se hubiera
rendido á su dominio. Quando en España dominaban;
muchos Cetros , y estaban contrapesadas las fuerzas , sin
que alguno tuviese pretensión fundada en el de Ponu-i
gal , pudo levantarse -, crecer , y sustentarse $ pero. hoy
que todos se han incorporado en la de Castilla , y que
este tiene clara justicia sobre el de Portugal , prescripta
su posesionpor muchos años en el consentimiento común
de ios pueblos , es imposible que pueda mantenerse mu^
cho tiempo separado , porque ya ios prudentes , y leales
que no pudieron oponerse al Ímpetu ciego de la muU
titud , conocen que antes han perdido , que recuperado
Su libertad , y los demás se han desengañado de que no
se pueden fiar de las asistencias de Francia , enemiga del
reposo común , y de la grandeza de España , porque nó
las da para su quietud, sino para que siempre batallen
con Castilla. Conocen también , que los Holandeses con'
el mismo intento no desean , que el reyno de Portugal
se mantenga libre de las guerras con Castilla , sino que
Consuma en ella su gente , y tesoros , y que haya me-,
nester ocupar en sus costas las fuerzas marítimas para:
cjue no puedan continuar la navegación y1 comercio, ní
mantener las Plazas , y Fa&orias del Brasil , e Indias
Orientales, á donde se apartan de las confederaciones he^
chas con Portugal i y con la comunicación de sus se&as^l
se van haciendo mas guerra , que pudieran con la-s aro-
mas •■> con que en pocos años se verán todas las Indias -in^
íicionadas, y fuera de la obediencia de Portugal.
'Mere. Casi las mismas razones , y otras no menos*
fuertes, concurren en la rebelión de Cataluña, y aún np,:
acaban de convencer sus daños y calamidades , la obstí-v
nación de aquellos ánimos 5 los quales contra la oposición
de la naturaleza, y lo dispuesto por la providencia di-
29
vina , que no acaso la dividió de Trancíá con los altos
muros de los Pirineos , y con los fosos del Mediterráneo,
se entregaron á ella.
Luc. Por gran locura tuvieron las naciones el que se
apartasen de la obediencia de Su señor natural'; y no pa-
ra vivir libres , sino para ser vasallos , y sujetos á una na-
ción extrangera.
Mere. Y tan aborrecida de ellos, que un Francés re-(
fiere en el libro intitulado : Cataluña Francesa , por una
boca de un Catalán , que el Francés nacido en el Principado*
aborrece á su padre , porque es Francas.
Luc. Buen testimonio es ese para los Catalanes. Yo
creía que era grande el ingenio de ellos por ser Cataluña
poblada de ios Franceses, y que aún conserva muchas pai,
labras en aquel lenguage. .
Mere. Ese es uno de los engaños con que el mismo
autor procura grangear los ánimos de los Catalanes ha-
ciéndolos Franceses; porque no proceden de otro, que de
sí mismos, después que entró en España Tubal ; si bien
siglos después /pasando á Cataluña jos Catufos y Alanos,
de los quales se formó el nombre , y succedie'ndoles Jos
Godos, trasladando sus Reyes la silla real de Narbona á
Barcelona , pasó también con la Corte , el lenguage, y se
corrompió el antiguo.
Luc. También intenta probar , que Barcelona fue
conquistada por Cario Magno , y que desde entonces que-
dó Cataluña feudataria á Francia , para mostrar con
esto , que fue justa la rebelión volviendo á su direclo
señor.
Mere. En esta preposición se envuelven grandes de-
signios , porque no es solo para escusar la rebelión ; sino
también para tener prevenida con tiempo la justificación
del rompimiento de los Fueros de aqu^l Principado , en
€me desde ahora piensan los Franceses, para establecer
un dominio absolutamente soberano ¡ porque siendo los
Reyes de Francia señores dire&os, y no habiendo algu-
no de ellos confirmado , ni jurado sus Fueros , sino so-
lamente los Condes de Cataluña , y después los Reyes
de Aragón , y de Castilla , no estarán obligados á su
observancia.
" Luc, No es posible que el Rey de Francia pueda
tnanrener á Cataluña , como la mantenía el Rey de Es-
paña , dexándolos gozar su libertad , y fueros , porque
confinando con Aragón , y Valencia , sin rios, ni mon-
tes bastantes para asegurarla , será fuerza que la haga
Colonia de Francia . mudando los Fueros , las costum-
bres , y el lenguage , imponiéndole presidios ,. ciudade-
las , y fortalezas , que se sustenten con nuevas imposicio-
nes , y aún mezclándola con poblaciones de Francia, pa-
ra que pierda el amor á España , con que de todo pun-
to muden de naturaleza , principalmente si los derechos
<jue alegan son verdaderos.
Mere. Para estas tiranías dan bastantes pretextos;
pero en sí son muy falsos ; porque no fue Cario Magno,
sino el Emperador Luis el Pió , quien , después de haber
obligado los Christianos Catalanes á los Moros á entre-
gar á Barcelona , asistió para que lo executasen , ofre*
riéndoles su protección en orden á conservar su libertad;
y después su hermano el Emperador Carlos Graso se la
ofreció, y concedió por juro de heredad ; y Carlos el
Calvo concedió la soberanía á Ufredo el II.° , sus hijos, y
descendientes , con la reservación de las apelaciones ; y
esto no como á Reyes de Francia , sino como á Empera-
dores , sin que después se haya executado lo uno , ni lo
otro , como consta de los privilegios de los Emperadores
Ludovico , y Carlos, dados en Aquisgrana , y de ios
autos de esta entrega , habiendo los Condes de Barcelo-
na conservado desde aquel tiempo su soberanía indepen-.
dien-
,3*
«líente ele Franela , y del Imperio. Bien conoció el santo'
Rey Luis la vanidad de este pretenso derech o , quand'o
por via de transacion le renunció al Rey Don Jayme de
Aragón , y quando Cario Magno , ó sus hijos hubieran
tenido algún derecho á Cataluña , es heredero suyo el
Rey de España , y como mas próximo en sangre, suce-
de en todas sucesiones , y derechos. Este punto no me-
rece largos discursos , pues se sabe que antes de eso la
Galia Gótica , Cataluña , y toda España pertenecían á lo¿
Reyes Godos por derecho de donaciones , y contratos
délos Emperadores sus legítimos señores , y por el de'
las armas , habiéndolas conquistado 5 y que por la perdi-
da de España , ni por la prescripción del tiempo , no le
perdieron sus descendientes , pues siempre con la espada
en la mano procuraron mantenerle.
Luc, No serán tan necios los Catalanes , que pongan
en disputa la antigua soberanía de sus Condes.
Mere. Ni que se diga , que hasta aquí han sido feu-
datarios , sin que dexen de conocer , que ninguna Pro-
vincia gozaba mayores bienes , ni mas feliz libertad , que
Cataluña , porque ella era señora de sí misma > se go-
bernaba por sus mismos Eueros , estilos , y costumbres;
vivia en suma paz, y quietud , teniendo 'un Rey pode-
roso , mas para su defensa , y para gozar de su protec^
cion , de sus mercedes , y favores , y de todos los bienes
desús rey nos , y Estados, que para exercer en ella su
soberanía. No la imponia tributos , ni la obligaba á asis-
tencias. Si algunas daban , eran donativas , 'concedidas
por graciosa liberalidad , y no por apremio. Si le enviad
ban Comisarios , representaban la autoridad de Emba-
xadores : sus órdenes no eran mandatos, sino proposi-
ciones j las que no se executaban sin su mismo consenti-
miento. En ella no representaba la magestad de Rey,
sino la de Conde ¿ y aún en muchas cosas se podia du*
dar
*2
dar sí era señor, o ciudadano de Barcelona > y hoy se.
ye baxo el yugo tirano de Francia , entre las armas de
dos Reyes poderosos , que batallan sobre su dominio
en sus mismas amadas patrias , destruyendo sus casas, y
posesiones? competencia que durará mientras no se re-
dujere á la obediencia de su señornaturai.
El demasiado afe£to á sus Fueros los reduxo á este,
miserable estado j y con los medios que aplicaron para
conservarlos , los perdieron j porque ya casi todos los ha.
roto la guerra , y en la malicia advertida de Francia en
ellos , peligra mas Cataluña , queen otra cosa , porque
se imagina que sus Príncipes los tienen por opuestos á
su soberanía 5 y con qualquier sombra , ó sospecha de
que se los quieren quitar , se precipitan 5 y podian de-
tenerlos los exemplos de los Reyes Don Fernando , lla-
mado antes el Infante de Antequera , Don Martin , y
Don Pedro , los quales , si bien se irritaron por la su-
perstición , y desconfianza con que los observaban los
Catalanes , reconocieron que en sí eran justos, y los es-
timaron , y aún los acrecentaron , considerando que ni
nacieron del Ímpetu , y furor del pueblo en odio de la
magestad , sino de la consulta , y consejo de unas Cor-
tes generales , donde intervino la presencia , y autoridad
del Conde Don Berenguel , confirmados después por sus
sucesores por la religión del juramento , sin que alguno
se haya armado contra ellos , lo qual seria contra su mis-
ma conveniencia, porque en los mismos Fueros está fun-
dada la soberanía , ó el ser mas ó menos libres los vasa-
llos , y no la ofende , principalmente quando domina un
Rey , cuya Monarquía se hermosea con la variedad de
sus vasallos , siendo mayor la gloria de tener por sub-
ditos á los mas exentos , y los que son mas finos en la fi-
delidad á su señor natural , como en, diversas ocasiones
lo ha mostrado el Principado de Cataluña.
Lus •
, 33
Luc. ¿Pues cómo no lo muestran ahora reduciéndo-
se á su obediencia?
Mere, Las armas de Francia , que tienen sobre sí,
y una vana desesperación, los hace obstinados.
Luc, ¿Y no hay razones que los aseguren del uno,
y del otro temor?
Mere. Muchas hay ; porque bien saben los pruden-
tes , que apenas habrá levantado Barcelona su estandar-
te en favor de su señor , quando hará lo mismo toda la
Provincia > y que no podrán los Franceses mantenerse en
ella , teniendo por otra parte contra sí las armas de Cas-
tilla. Conocen también , que la clemencia que se les ofre-
ciere , será segura y perpetua ; porque ni en aquel mo-
vimiento , ni en los excesos que se cometieron en el, con-
currieron los Estados. ímpetu fue , y furor de la multi-
tud mal informada , á quien arrebató una especie de re-
ligión con tai violencia , que obligó á que los buenos se
dexasen llevar de ella , y ya quasi todos los deÜnqüentes
pagaron su inobediencia con sus vidas , y con la pérdida
de sus bienes , y posesiones. Mayor fue la culpa quando
levantaron las armas contra el Rey de Navarra , y de
Aragón Don Juan , dándose primero al Rey de Castilla
Don Enrrique I.° , y últimamente á Renato , Duque de
Anjou , y aunque pudo entrar por fuerza en Barcelona,
pudo mas el amor á tales vasallos ; y con una carta mas
■de padre que de señor , los reduxo á su obediencia , sin
hacer después ni el , ni su hijo Don Fernando , que
también padeció mucho en el tumulto , demonstracion
alguna de rigor. Mas poderosa es en los Reyes la conve-
niencia propia , y el agradecimiento , que la ofensa ; y
siendo aquel Principado la firmeza , y seguridad de la
Monarquía , y un antemural contra Francia , por quien
el Rey, como Conde de Barcelona, y Rey de Ara-*
i Tom. VI, E gon,
34
gon , posee catorce Coronas , y tres Ducados , y tie-
ne derecho á Thebas , y al Principado de la Morea , y
al Ducado de Athenas , conquistas de Catalanes , con
inmortal gloria suya , como refieten los Historiadores
Griegos ; no es creíble que dexe su Rey de usar con ellos
de su clemencia , y cumplirles las condiciones con que
volviesen á su obediencia, para dar buen exemplo de su
fe pública en otras ocasiones, y para excusar el peligro
de perderlos otra vez , principalmente en tiempo que los
ha menester , para recuperar los Estados , que le ocupan
los Franceses : pero como en las enfermedades de un tu-
multo, no basta que convalezcan los prudentes , si tam-
bién no convalece el pueblo irritado? y á e'ste no curan las
razones , sino las experiencias de sus mismos daños , yi
calamidades , creo que con ellas se moverá al remedio
del perdón.
Luc. Puede ser que los detenga la experiencia de
la paz , creyendo que en ella se establezca su li-
bertad.
Mere. Mayor locura seria esa que las demás; porque
los Franceses están muy lejos de hacer la paz , y quando
la hagan , no son tan imprudentes que no conozcan que
no puede quedar libre Cataluña , ni ellos tenerla sino
es en continua guerra, en que se consumirán mas, que en
todas las que hasta ahora sustentan , y que ninguna cosa
les estaba mejor que aventajar con ella los capituios de la
paz á favor de la Corona de Francia.
Luc. Creen que entonces podrán quedar debaxo de
la protección de Francia.
Mere. Eso no solamente es impracticable, como opues-
to á la soberanía , sino monstruoso , que una Repúbli-
ca este' debaxo de la obediencia de un Príncipe , y de la
"protección de otro; de donde resultada la insolencia de
los
35
los malos , y la opresión de los buenos , con el recurso á
este, ó á aquel ; en cuyo contraste seria fuerza que se
rompiesen los Fueros y Privilegios : y si pueden los Ca-
talanes tratar por sí mismos , y componer sus cosas con
su señor natural, muy ciegos é imprudentes serian en
fiarlo del arbitrio ageno , y de la variedad de los
casos.
Luc. Muchos de ellos piensan , que no puede mudar-
se el aura favorable de la fortuna de Francia.
Mere, Ninguna fue constante , y aquella menos que
todas 5 porque si bien el que la mirase desde afuera juzga-
rá, que goza de buena salud, quien interiormente hiciere
anatomía de su cuerpo conocerá, que peligrará en sí mis-
mo; porque la menor edad de su Rey , el gobierno de
una muger , el valimiento de un extrangero , las diferen-
cias entre el Consejo , y el Parlamento , la difidencia de
los malcontentos , la diversidad de religión , la falta de
gente y de dinero , y la opresión de los tributos 5 son
achaques , que podrán causarle mortales enfermedades,
sin que pueda convalecer con las empresas hechas fuera
de el, porque estas le agravarán mas habiendo de sus-
tentarlos con gente y dinero , y esto no ha de sacarse
sino de las haciendas de los vasallos ; porque las rentas
reales de mas de 40 años futuros, están ya vendidas y
empeñadas.
Luc, 1 Pues cómo tiene Francia hoy tantos exercitos,
y tan diversas guerras?
Mere. Esos son los últimos esfuerzos , semejantes a
los de las candelas, que levantan mayor llama , quando
les falta la substancia , y están mas vecinas á extinguir-
se. Una hora antes de quebrar los Mercaderes , parecen
á todos caudalosos j y roto el banco , no hallan donde
cobrar los acreedores ; y aquellos vasallos no pueden su-
E 2 frir
3*
frir el intolerable peso de los tributos , desengañados de
que mas se trata de continuar la guerra , que de com-
poner la paz , porque en aquella se hace estimar el Va-
lido, y en esta peligraria su gracia si volvieran á la Corte
los Embaxadores de los Príncipes que ha ofendido , y es-
tuviesen en ella los sugetos, que con gran, arte tiene ocu-
pados en las armas , ó por quedarse con todo el manejo
-de los negocios , ó porque no se opongan á su vali-
miento.
Luc. Grandes son esos peligros e' inconvenientes ; pe-
ro los toleran con los acrecentamientos , y triunfos de la
Corona.
Mere. Quando los reynos tienen una grandeza bas-
tante para sustentarse , y hacerse estimar de los demás,
no desean los prudentes que crezcan , porque quanto ma-
yor es la potencia de los Príncipes , es menor la libertad
de la nación dominante , y mayores sus gastos para sus-
tentar las conquistas. Los triunfos son de gloria al Prín-
cipe , y de tristeza á los subditos; porque con ellos viene
la noticia de la muerte de sus hijos , hermanos , y ami-
gos. Apenas hay casa en Francia , que no este cubierta
de luto , y falta de succesion de una parte muy consi-
derable de la Grandeza ; y estando las villas , y ciuda-
des tan despobladas , que faltan cultores de la tierra , y
oficiales para las artes : con que se halla Francia tan afli-
gida, que no menos batalla consigo misma , que con los
demás reynos , padeciendo ella sola las miserias , y cala-
midades, que hace padecer á las demás.
Luc. ¿Cómo la Reyna no hace reflexión sobre tan-
tos males y peligros , considerando que solamente la paz
puede asegurar á su hijo la Corona en la cabeza , y que
por las revueltas de las cosas padeció tantos trabajos , y
destierros su antecesora?
Mere.
37,
Mere. Aquella daba zelos ai Valido , de quien fue
perseguida j. y esta le ha criado, y mantiene en su
gracia.
Luc. No son menos peligrosos los zeios , que con e'l
dá á los de la sangre, y á los demás Príncipes, ni menores
los inconvenientes., que pueden nacer de haber puesto
el Cetro en mano de un extrangero.
Mere. Es ciega la gracia r y no los conoce hasta que
haya caído en ellos.
Luc. De azero , ó de diamante debe de tener la Rey-
na eí corazón , pues no le ablandan los trabajos , y cala-
midades de sus hermanos , manteniendo contra ellos una
guerra voluntaria , sin moverla á compasión la ruina del
mismo reyno donde nació , ni la caída de su misma ca-
sa , no ya en poder de los Franceses, sino en el de los
Se&arios.
Mere. La mayor desgracia de Europa es haber caí-
do una parte de ella en el gobierno de mugeres, como ve-
mos en Francia, en Suecia, en Hess, y en Piamonte, por-
que es fuerza , que se dexen gobernar de otros , que les
den á entender las cosas diferentemente de como pasan.
Muerto el Rey , persuadieron á aquella Reyna , que no
se podria conservar Francia , si no amparaba el partido,
y hechura de Rechiliu , y proseguía sus designios con-
tra España , mostrando , que en ella era mas poderoso el
afe&q de madre , que el del nacimiento..
Luc. Luego mejor les estuviera á los Españoles , que
aquella Reyna fuera de otra nación , porque ya se hu-
biera compuesto con ellos.
Mere. Si j pero la hubieran engañado con otros ar-
tes , pues también la dieron á entender , que el Imperio,
y España habían maquinado contra su Corona , y que
, para su defensa se habían hecho, las confederaciones con<
tra
3* . . .
tra los Suecos, y Holandeses, y también con el Ragozzi.
Que sus hermanos no querían ia paz j que convenía obli-
garlos á ella con las armas para asegurar en sus hijos la
Corona > que la de Francia corría evidente peligro, si no
baxaba primero la Potencia de la Casa de Austria ; má-
ximas con que pretendieron los autores de la guerra jus-
tificarla.
-•-.Luc. Está última tienen muchos por cierta , y por la
causa principal de los movimientos presentes, y de las ca-
lamidades de la christiandad.
* Mere. \ O , quánto se engañan con ella ! Porque an-
tes la Potencia Austríaca es quien ha refrenado la ambi-
ción de Francia , detenie'ndola por mas de un siglo den-
tro de sus confines , la qual , sin el temor á sus fuerzas,
hubiera ya despojado de sus Estados á los Príncipes de '
Europa , como lo intentó luego que la vio oprimida con
las armas del Rey de Suecia Gustabo 5 fuera de que , en
el estado presente , ninguna cosa es mas conveniente á la
misma Francia , que el poder de la Casa de Austria, por-
que estando aquel reyno dividido en Religiones, y en
medio de los Sédanos de Inglaterra , de Ginebra , de
Esguizaros , y de Alemania , continuada esta Potencia
con los Grisones , Holandeses , Dinamarcos, Suecos, , y
Austríacos , tiene por antemurales de tan grandes ene-
migos á los Estados de la casa de Austria 5 cuya interpo-
sición entre ellos le defienden , para que unidos , no le
-puedan invadir.
Luc. ] Difícilmente v persuadirá á los Franceses esa ra-
zón de Estado.
1 - Mere. Es verdad ¡ porque suele ser mas poderosa que
ella el odio , y la emulación, con que se han estado tan
ciegos los Franceses en los principios de estas guerras,
queásbtiáá á los Suecos para que se hiciesen señores del
Im-
3*
Imperio , y á los Holandeses para que acabasen con los
Países Baxos 5 y, si estos hubieran caído ya en mano de
los Se&arios , -fuera su Potencia mucho mayor que la ca*
sa de Austria T y mas peligrosa á Francia , quanto son
mayores ios odios de la Religión , que los de la emula*
eion i y también porque la Casa de Austria está, dividi-
da en dos , y tan dividida launa de la otra, que no
puede ocupar en Francia cosa alguna , como no ha podi-<
do recobrar hasta aquí las Provincias, que le tienen usur^
padas.
Luc. Bien lo ha mostrado la experiencia, pues quan-i
do la una , y otra Casa , y ambas Monarquías de Ale-
mania , y España poseía el Emperador Carlos Y.° , ,nQ
pudo mantener el pie en Francia.
Mere. Añádese á todas estas razones , otra no me-
nos fuerte , y es , que no es tan poderosa Francia contra
los Sectarios , como contra los Austríacos j porque contra
estos , concurrían todos sus vasallos , y contra aquellos
no se opondrán los que hay en elReyno de esa facción,
antes le abrirán las puertas.
Luc. Política es esa consideración , y hasta ahora no
la? he visto ponderada de otro.
Mere. Quasi todos los males internos, no se conocen
hasta que se padecen , como no los conocieron los Duques
de Saboya , quando vendiendo á Piñerol , vendieron su
arbitrio entre las dos Coronas , porque e'ste se conserva
estando interpuesto aquel estado igualmente entre am-
bas 5 pero habiéndose dexado poner aquel freno , es
fuerza que el temor, y la necesidad los haga siempre
Españoles contra quien les tiene el pie sobre las cervi-
ces, para que no acabe de oprimirlas. No menos se ha
dexado engañar la Duquesa Regente , persuadiéndola
los Franceses , que peligraba la menor edad de su hijo en
las
ifO
las pretensiones de sus cuñados, y en los designios de los
Españoles h y peligraba mas en la ambición de los mis-
mos Franceses que la aconsejaban j los que habiéndola
Obligado á continuar la guerra , y confederarse con ellos,
fueron luego enemigas sus armas auxiliares, pues á títu-
lo de protección , se apoderaron de las plazas mas im-
portantes del Piamonte , y si los Otomanos, que lleva-
ron los Franceses á Italia fixaren el pie en ella , la retent
drán siempre con el pretexto de la defensa propia, y del
mayor bien de la christiandad , para que no pase los Al-
pes el enemigo común.
Luc. No menos has volado con el discurso , que con
las alas , pues dexándome tan favorecido con tan varias
noticias, has llegado á las cumbres mas altas de los Alpes.
Mere. Desde aquí veo que la discordia que subminis*
tra la -Francia, turba el sosiego de Esguizaros, y Grisones,
dividie'ndolos en varias facciones de Religión > las quales
amenazan guerras civiles , y con ellas la ruina de aque*
Has Repúblicas ; porque la concordia las levantó , y: solo
la concordia las podrá sustentar. Advertidos los Franceses
de este caso , disponen desde luego el edificio de su for-
tuna con los fragmentos de ellas, introduciendo en aque-
llas Provincias sus estilos, trages, costumbres, y delicias,
con que les harán mayor guerra que con las armas.TraeQ
de allí continuas levas á su rey no, no para defensa propia
como es condición de sus antiguas capitulaciones, ^insti-
tuto observado por muchos siglos, sino para salir de Fran*
cia, y usurpar las Provincias de los Príncipes confinantes,
con que de amigos, y confederados de aquellas Repúbll*-
cas , procurarán hacerlos enemigos. En Francia se cria la
soldadesca Esguizara , aprende el lenguage, y haciéndole
á las delicias de ella, muda su naturaleza, cobrando amor
al país í de donde resultará, que con las armas mismas de
los
41
los trece Cantones , serán divididos ; sin advertir que en
Francia la milicia Romana perdió el amor á la patria , y
Volvió de ella conducida de Julio Cesar, para ponerle el
yugo de su servidumbre. Desde aquí descubro también en
las llanuras de Italia, tan dormidos á los Potentados, que
ni los dispíertan las caxas , y clarines de las guerras conñr
toantes, ni los gemidos de los Príncipes despojados , aunr
que podrá ser en poco tiempo común el peligro.
Luc. No desciendas á ellas , porque hallándote tan
yecino ai Cielo, corte tuya , abusaría yo de tu generosa
cortesía , si después de haberte dado gracias por lo que
con mas humanidad de hombre, que gravedad de Dios,
me has referido , no te suplicase que vueLvas á tu esfera
celestial.
Mere. Temo haberte cansado con tan prolija relación.
A tu instancia la he hecho , y á tu instancia me despi-
co : Vale.
NOTA DEL EDITOR.
■JCá 1 escrito anterior nos dá motivo para manifestar nuestra
gratitud al público , que tanto se interesa en la continua-
ción , y subsistencia de este Periódico, como lo acre-
dita no solo lo bien admitido , y celebrado que se halla
umversalmente , á pesar de aquellos maldicientes á
quienes nada satisface , porque la envidia los preocu-
pa , sino también la genetosidad con que nos favorecen
muchos sugetos de la primera distinción , ofreciéndonos
MSS. preciosos para que den mas brillantez , y lustre á
nuestro Semanario ; para que se difunda en el público la
Tom. VI. E ilus-i
42
ilustración que contienen; y en fin , para que desde eí
polvo , y el olvido en que yacían sepultados , salgan á
íuz aquellos autores , cuya literatura puede contri*
buir á la gloria de la nación , admirándola las ex-
trangeras.
Es constante , que algunos de estos MSS. se hallan
tan poco corredos , tan dislocadas sus oraciones , y tan
viciados sus periodos , que si volvieran al mundo sus
sabios produdores , los desconocerian por hijos suyos.
Malos copiantes, y gustos disparatados , que desfigu*
raron lo que creyeron corregir , dieron motivo á es-
tos errores freqüentes , que ni pueden notarse sin do-
lor , ni r edificarse con crédito , porque tropezar con
el pensamiento de sus autores donde las clausulas , y
las oraciones son una confusión , se roza con lo im-,
posible.
Quatro exemplares hemos tenido á la vista de las
Locuras de Europa , y ninguno ha convenido con el
otro : esto es % en lo substancial , que en los defedos
ortografieos , están á qual peor ; en algunos Jiay pár-
rafos , que en los demás no se hallan ; y en otros está
al medio de una clausula , lo que debia estar al principio
de otra.
Ya habiámos determinado no dar á luz esta obra,
por ser sobre nuestras fuerzas su corrección > quando la
generosidad de un señor Excelentísimo (i) , que nos ha
franqueado su preciosa librería, nos la dio correda , y sin
la menor falta.
Todo el mundo sabe la literatura de Don Diego
Saa-t
(a) El Excelentísimo señor Duqiie de Hijar.
43
Saavedra Faxarclo. Sus Empresas Políticas , que impri-
mió en el año de 1642 , dedicadas al Serenísimo se^
ñor Principe de Asturias , hicieron inmortal su. nom-
bre. Poco después su zelo infatigable , y su profun-
da sabiduría dieron á luz parte de su Corona Gótica,
que dexó sin concluir con gran sentimiento de los
verdaderos sabios. La instrucción que adquirió en va-
lias Cortes donde fue Enviado , y Plenipotenciario, y
particularmente en los Cantones de los Suizos , uni-
da á sus grandes estudios , y sobresaliente talento , la
empleó en estas y otras admirables producciones. Flo-
reció en el reynado del señor Felipe IV.0 , y última-
mente , murió en el año de 1648 , poco mas ó menos,
siendo Consejero de la Cámara de Indias.
El prádico conocimiento que tuvo de todos los in-
tereses , derechos , y pretensiones de las Cortes de Eu-
ropa : de los empeños , íntigras , disposiciones , estado,
y causas de mover sus armas los Soberanos de ella , lo
acredita profundamente en las Locuras de Europa , cu-
ya obra produxo , y no imprimió , quando goberna-
da España por el valimiento del Conde-Duque de Oli-
vares , se vio á un mismo tiempo acometida de la ma-
yor parte de los Príncipes de Europa. La Francia he-
cha señora de Cataluña : Holanda dando favor al Prín-
cipe de Orange : este queriendo alzarse con los Países
Baxos : reVelados estos i y en fin todos los dominios
Españoles , padeciendo crueles invasiones de aquellos que
debiendo ser sus apasionados y servidores , eran sus ma-
yores contrarios.
Este fue el motivo que tuvo nuestro celebre autor
para producir el anterior escrito 5 y el principal obje-
to que en el se propuso de hacer ver las Locuras de Eu-
ropa en negarse al reconocimiento de los favores que
de-
44
debía á la casa 3e Austria , le clesempeña con tal
magisterio , abundancia de noticias , y descubrimientos
de tantos arcanos , como se ve en la citada obra , cu-
yo rasgo de su delicada pluma , creemos merezca la sa-
tisfacción del público, que es lo que únicamente apetece^
pos , y á lo c¡ue con eficacia, phelamos.
Í;gtJb
W
JUICIO INTERIOR,
V SECRETO DE LA MONARQUÍA
PARA MI SOLO.
i ■ ■ - '
POR EL ILUSTKISIMO SEÑOR
DON JUAN DE PALAFOX.
N<
o se puede hacer juicio individual de una Monar-
quía sin saber el interior de ella , y las dependencias,
correspondencias , c inteligencias , que tiene con los de;-
mas Príncipes , Repúblicas , y Coronas ; pero por mayor
bien se puede hacer según se ven los efeclos ,pues, de
ellos se coligen las causas , y es bien hacerlo ípara poder
discurrir un Ministro en los negocios , que se ofrecen del
servicio de Dios , y del Rey , y ocuparse, todo en esto
como buen vasallo. No es Monarquía un reyno grande
por poderoso que sea, si no domina ;sobre otros grandes,
y poderosos. Castilla no fue Monarquía, quaüto bien fue-
se reyno poderoso, porque estaba ceñida de Aragón , Na-
varra, Portugal , y Granada , que la contenían , ni Por-
tugal , á quien siempre tuvo refrenado Castilla , ni aún
Aragón con haber agregado otros reynos á su Corona,
y salido á nuevas conquistas, habiendo unido á ella
á Cataluña, Valencia , Mallorca , Menorca, Sicilia,
Ñapóles , Atenas, y Neopatria, porque ni esto bastó pa-
ra dexarle de poner en cuidado Castilla , como reyno tan
¡vecino, y poderoso. Castilla tampoco, echados los Moros
de Granada ^ y unida con Aragón., Cataluña , Navarra,
í^ápoles , y Sicilia , era Monarquía ,. porque- tenia tan
Xm.VU 4 cor-?
46
cerca dos Coronas , y la una tan grande como Francia,
y Portugal^ y otras que le hacian oposición.
Quando comenzó , pues , á ser Monarquía la de Es-;
paña , fue quando asegurado lo de Italia por el Rey Ca-
tólico , ampliado por el Emperador Carlos V.° con el Es-
tado de Milán , los Países Baxos y y Borgoña , añadido
lo de Portugal , y India Orientar por Felipe-ll.0 , obe^
dientes ya las Indias Occidentales , agregados los Países
Baxos , cabeza superior de Alemania , y la Casa de Aus-
tria por segunda linea , vencida Francia , su Rey preso,
se retira Solimán , tiembla el mundo , y se hizo superior
España á todas las Naciones de la Europa , comparable
á todas las mayores de África , y America.
Pero apenas se acabó de formar esta agregación de
Coronas, quando para que viésemos lo poco que hay, que
fiar del poder humano , como aja estatua de Daniel, y
lo que es mas Holanda , la comenzó á lastimar por los
pies , y debaxo de aquella mascara de Islas rebeldes, han
peleado todas las potestades del mundo contra esta Cató^
liea , y Augustísima Corona.
Y así puede decirse , que esta Monarquía la zanjo
^sabiduría , y gran juicio de Fernando el Católico ; la
formó el valor , y zeio de Carlos V.°, y la perfeccionó
la justicia , y prudencia de Felipe II.0 Las virtudes cpri
que la formó el Católico Rey Don Fernando , fueron
admirables ; porque con e'l florecieron las de prudencia,
sagazidad, atención , desvelo , y vigilancia, y en su
persona , y en sus tiempos la parsunojiia, Ja .refutación
de las armas , su exereito bien disciplinado .," y excusar
superfluidades 5 hacer buenas- leyes , y executarlas cx)ji
precisión > finalmente, hacer la justicia temida en la.paz,
■ y la Nación Española en la guerra. En conservar .Iá>pú-
-blica reformación fue excelente ,,y con;el exemplo , y ,'Ia
•doctrina > pues llegando: á Salamanca <, y preguniando i
juno
47
uno de aquellos Caballeros : Que cómo les iba : respondió:
Que se gastaba mucho en trages. Y el Rey , abriendo una
capa , ó jabardina que le cubría , mostrando el jugon,
respondió : ¡ Ó , buen jugon , qué tres pares de mangas me
has gastadol Y en su mesa era tan parco , que al Almiran-
te de Castilla su tio , hermano de su madre , le solia de-,
cir : Quedaos á, comer con Nos , Almirante , que tenemos po-
llas. En otra ocasión, consultándole en las Cortes de Cas-
tilla , y pidie'ndole que dexase entrar pimienta , y cane-
la que habia comenzado á venir de Portugal por su In-
dia , respondió : Excusemos esto , que buena especia es el
ajo. Y asi , con reformar superfluidades , tuvo para co-
sas grandes , como las que hizo , y consiguió.
Las virtudes de Carlos V.a fueron admirables, y
muy semejantes á las de su abuelo en zelo de la Reli-
gión , en el obrar por sí , en la magnanimidad , en ar-
riesgar su persona á los trabajos de la guerra, y á las
fatigas de la paz , en irse con pocos de á caballo desco-
nocido á Flandes, por quietar una Ciudad ; andar en el
exercito con gota , y á caballo , llevando una vanda por
estrivo. Oyeronsele palabras de corazón fortísimo, pues
dicie'ndole antes de dar la batalla al de Saxonia, que eran
doblados los enemigos , respondió : Venceremos mas. Y di-
ciendole que el Rey de Francia no le cumpliría lo capi-
tulado en su prisión, respondió: Volverlo aprender. Dan-
do priesa á la marcha del exercito , oyendo que decían
algunos soldados con la libertad militar : Que bien se cono-
ría que no andaba á pie , se apeó , y desjarretó su caballo,
y marchó con la Infantería ; que todo esto está manifes-
tando un ánimo intre'pido, invencible, y augusto 5 y
así en mi juicio fue de los mejores Principes , que ha
habido en el mundo en todas edades, y muy di^no de
gloria inmortal, como tengo por cierto la goza donde
^verdaderamente .es inmortal la gloria.
Í3 3, Fe^
4*
Felipe II.0 perfeccionó la Monarquía con agregar la
Corona de Portugal , y sus Indias Orientales á lo restan-
te de España , y con el zelo de la Religión , y justicia,
que sobresalieron entre sus esclarecidas virtudes : criar,
y ser gran maestro de grandes Ministros en la paz , y
elegirlos con admirable atención en la guerra. Hacer te-
midas , y respetadas las leyes i oponerse con el exemplo,
y los decretos á la relaxacion , que iba criando la opulen-
cia de la misma Monarquía s en los trages igualísimo, y
modestísimo j en los gastos parcísimo 5 en el refrenarlos
Ministros , que es gran virtud en los Príncipes , severí-
simo. De Ñapóles le pidió un Virrey diese licencia 'para
ra que se hiciese un balcón en Palacio, y respondió : Que
lo escusase 5 en que se ha de advertir , que ni el Virrey
se atrevió á hacerlo sin licencia , ni el Rey se la conce-
dió. El Consejo de Castilla se la pidió para hacer unos
paños para las piezas en que despachaba , porque esta-
ban viejos los Guadamaciles , y hizo que secretamente
se reconociesen antes de responder , y decretó : Buenos
están los Guadamaciles 5 y aunque estas parecen niñerías,
todo esto á vista de grandes, y excelentes virtudes , ma-
nifiestan luces de suma atención, desvelo , zelo vigilan-
cia , y cuidado á lo público.
Felipe III.0 y IV.0 de quienes ni el zelo de la Reli-
gión , ni el valor , y puntualidad , ni otra de sus excelen,
tes virtudes , han sido excedidas de otros algunos seño^
res del mundo 5 añadieron a esto el haber sido sobre
todo muy atentos á gobernarse por el Consejo , y pare-
cer de los mayores varones , y mas experimentados: en
todas materias , de suerte , que no se h* resuelto punto
alguno en sus tiempos , en el qual se hayan gobernado
por pasión propia. No se han visto desnudas sus espadas,
por la ira ó ambición , ni obrado , ni determinado nego-
cio alguno , que no haya sido por motivo , y útil i la
0 ^ can-
49
causa pública , y con el parecer de sus consejos ó juntas,
zelando y refrenando los públicos excesos con repetidas
Pragmáticas , y exórtando á lo mejor con muchos , y fre-
qüentes decretos.
Siendo pues estos los di&amenes , y las virtudes con
que se ha formado esta Monarquía, vemos con todo ex-
ceso quán breve vida ha tenido , y la priesa con que ha
ido declinando ; pues, apenas acabó de perfeccionarse el
año de 1 5 > 8 , quando ya habia comenzado su ruina
desde el año de 1590^ y en el de 1599 habia perdido
ya parte de los Países Baxos , y cinco ó seis Provincias,.
y en ellos en el de 1605 hizo. treguas con sus rebeldes
con poca reputación j y en el de 1619 perdió á Ornos, y
las Minas. Desde el de 20 fue perdiendo mas plazas en
Plandes, y algunas en Italia: desde el de 30 fue declinan-
do con mas fuerza hasta perder casi toda Cataluña, y lue-
go á Portugal , el Brasil , y las Terceras , y alguna Pla-
zas de África , y todo lo que tenia en la India Oriental,
y ha estado á pique de perderse Ñapóles , turbada Si-
cilia , y en diversas partes inquieta Castilla , y hoy se
halla en estado que solo Dios con su gracia, y el Rey
con su santo zelo y valor , y tan buenos Ministrps , y
vasallos como Jos que tiene en su servicio , pueden vol-
verla al antiguo crédito , y explendor.
Admira esto mas, quando vemos quán larga ha sido
la vida de las demás Monarquías y porque los Asidos,
y su Impeiio duraron mas de 5200 años: los Medos
mas de 3000 : los Persas mas de 2000 : hasta el dia de
hoy los Moros , y Otomanos mas de 800 : los Romanos
mas de 600: los Griegos mas de 200: los Francos , q
Germanos mas de 300 , y á este respe&o han sido las eda-.
des de otros Rey nos, que han dominado sobre otras
naciones 3 y nuestra Monarquía apenas tuvo 30 años de
vida desde su formación hasta su conocida declinación.
m
■ ■- No hace esto de menos ponderación el ver , que casi
todas las Monarquías las ha formado la ambición , la,
fuerza, la tiranía, la superstición ó violencia > pero la
Española la formó el derecho , la estableció la Religión,
la promovió la justicia , y la ha gobernado la Christian-
dad , y prudencia de tan excelentes, píos, y santos Prín-
cipes.
Y así suponiendo , que el juicio mortal es muy li-
mitado á lo que es menester para penetrar los secretos
con que Dios da larga vida á un^ Monarquías siendo
malas , y breve á otras siendo buenas , exercitando las
unas para mayores Coronas, y reservando á las otras
para mayores castigos > pero por lo natural, y político es
bien ver si hay sobre que recurrir para recobrar lo pa-
sado , ayudar al presente , y prevenir lo venidero , apun*
•tando que' exceso ha causado esta enfermedad , y .con
que remedios se podia curar parar ayudar á servirá lo
público , y mayor servicio de Dios , y del Rey nuestro
señor.
No hay quien dude que las guerras de Flandes haa
sido las que han influido la ruina de nuestra Monar-
quía, porque aunque aquellas Povincias eran muy infe-
riores á nuestras fuerzas* pero debaxo de aquella más-
cara , y en el campo, y en figura de Holandeses, ha
peleado España con la emulación de Francia , con la
heregía de Alemania , con los zelos de Venecia , con- los
horrores de Inglaterra , y Escocia , y con todos los difi-
dentes de Italia y y si aquella centella se hubiera apagado
al nacer , no hubiera llegado á tal incendio , que no se
ha podido apagar j y si bien quedábamos expuestos á
otros daños , al fin fueran inciertos , y sobre ellos no se
puede discurrir.
De aquí grandes juicios han llegado á discurrir, y
creer , qué la primera causa de la declinación de esta
M<*
51
Monarquía fue. el no haber acudido por su persona el
:gran seso., .y valor de Felipe II.0 á pisar, y deshacer los
primeros incendios de aquel fuego , y echar á aquella
<vivora el pie sobre la cabeza.
Lo primero , quando perdieron el respeto á la seño-
ra Duquesa Margarita su hetmana los sediciosos de
Elandes , y le dieron con mucho ruido aquellos insc-
ientes memoriales. Lo segundo , quando la señora Du-
quesa con gran valor, y prudencia venció, y aún casti-,
gó á aquellos primeros promovedores , antes que volvie-
sen á inquietarse. Lo tercero , quando el Duque de Al^
ba echó al Principe de Orange la primera .vez de Flan-
des , antes que volviesen con mayores fuerzas 5 tres fran-
gentes , en los quales la presencia del Rey , con gran re-
putación , ya perdonando , ya castigando , ya previnien-
do mayores daños , pudiera haber quietado aquellos Es-4
jados.
Pero ya fuesen las ocupaciones grandes del Rey e.rt
España , ya el diclamen de que no era bien dexar la si-
lla del Imperio , ya el parecer de que babia de acabar
de allanar la justicia con reputación , lo que con igual
escarmiento podia quietar su prudencia, apartó este me«
dio , y remedio de los daños , que se continuaron hasta
el tiempo de Felipe III.° su hijo.
En el de este santo Príncipe se hicieron las treguas, y
quantobien fueron de poco cre'dito para España, hubieran
sido de grande provecho si se hubieran logrado , porque
desde el año de 1 606 hasta el de 2 o, en el qual se excusaron,
pudieran ahorrar masdelo millones de plata para quando
se acabasen las treguas , ó comenzase otra guerra , y nos
hallamos con los mismos daños , sin tener preveni-?
.dos los remedios ; y así , en estos once, ó doce años,
la Monarquía con la paz se hizo mas viciosa , cre-
cieron los gastos , y superfluidades , y fueron enervando
n
el valor los públicos expedaculos , y vicios , y haciendo^
s¿ costumbre loque antes exceso; que fue la segunda
disposición á la mayor caída.
Acabó el reynado de nuestro santo Rey Felipe III.°,
y comenzó ei de su hijo Serenísimo Señor nuestro Feli-
pe IV.0 , Príncipe esclarecido , amabilísimo , y adorna-
do de quantas partes admirables pueden desearse ; y al-
gunos han sido de parecer , de que el didamen de que
no se continuasen las treguas , se despreciase , y se rom-
piese luego la guerra, entrando en el gobierno, y de
allí introducir la interpresa de la Bakolina , y luego la
guerra 4e Mantua , de donde se originaron luego todos
los demás empeños con Francia , y fue la tercera dispo-
sición á la caída de la Monarquía.
Para esto no ponderaron quántoconviene á los Prínci-
pesentraren paz en sus rey nos, y conservarla por algunos
años , hacer tesoro , prevenir fuerzas , y todo lo necesa-
rio para hacer guerra con reputación; porque entrar sin
eso en ella , es exponerse á perder la Monarquía , y más
quando el poco crédito de las treguas, no podía impu-
tarse al gobierno que las prosigue , sino al que las for-
mó. Ésto , y seguirse el didamen de gobernar desde la
Silla del Imperio , y los vicios públicos, que han ido
creciendo , y la perdición de la real Hacienda , han em-
peorado lo público , sin bastar las virtudes de tan gran-
des Reyes para conservar, y defender sus rey nos con
aquellos buenos sucesos , que pedia la justificación de su
causa»
El didamen de que habiendo guerras no salga el
Príncipe de la Gorte , contra los exemplos de los señores
Reyes Fernando el Católico, Emperador Carlos V.°,
y casi todos ios anteriores , tiene mas dificultades , que
• respuestas.
JLo primero h gorque en materia tan grave como la
ele la guerra , ningún Príncipe ha de cuidar de manos, y
ojos ágenos , para ver , y obrar lo conveniente á su Co-
rona , y mas quando la guerra arde dentro del reyno , y
lo puede hacer sin arriesgar su persona, acercándose don-
de se campea.
Lo segundo , porque esto tiene mas fuerza , quan-
do los movimientos de guerra comienzan en sus Provin-
cias , y entre vasallos suyos , donde su autoridad , su ju-
risdicción , su mano , su rostro , y su presencia , lo quie-
ta todo en un instante , y se previene lo que después,,
tarde puede quietarse.
Lo tercero , porque en la presencia del Rey en la
guerra los vasallos se animan , y los enemigos se des*
alientan.
Lo quarto , porque dá satisfacción al reyno , y á losj
amigos , que desean con veras su conservación , y de-
fensa , con ver que se acerca á ella su Rey , en quien
todos tienen puestos los ojos , y las esperanzas.
Lo quinto , porque acercándose con su presencia á
la guerra, todos quantos pueden ir á ' ella viven con
vergüenza entre las delicias de la paz.
Y el exemplo de Augusto es diferentísimo sobrema-
nera , porque aquel Príncipe quando gobernó desde su.
Silla, fue habiendo sujetado- ya el mundo, y teniendo
igualmente obedientes á Italia , España , la Germania,
Asía, y África, y en este caso pudo gobernar por sus Le-
gados , y Procónsules ; pero el Imperio de España , aun-
que en dilatación de te'rminos es el mayor , es muy di-
verso en su posición Topográfica , y de menos poder,
porque entre España , y Flandes está toda Francia, entre
Ñapóles , y Milán toda Italia , entre Flandes , y la Casa
de Austria , y sus Estados toda Alemania ; Provincias
todas de Príncipes de enemigos , ó defidentes , ó émulos,
ó finalmente , que no reconocen la Corona j y aquí es
Tom. VI. H ne*
necesario que supla la presencia , y vigilancia del Prín¿
cipe la defensa de este gobierno.
Lo sexto , porque quando acaba uno de hacerse
Rey , ó Monarca , como lo fue Augusto , es preciso que
asista en la cabeza , ó silla del Imperio , porque es mas
donde debe recelar su ruina , y para contener , y refre-
nar el Senado , donde habia hombres tan grandes , que
Veían con inmenso dolor su Príncipe hoy , al que era su
compañero ayer ; y ocurría con su presencia donde mas
le amenazaba el peligro ; y por esta causa puede ser
que no dexe á Lisboa el rebelde , ni se atreva á acercar-»
se á las fronteras.
Lo séptimo , porque no tiene exemplo el de Augus-
to , como ponderan San Agustín , Orosio , y otros , á
diferentes propósitos ; pues fue particular providencia de
Dios , que fuese señor pacifico de todo el mundo ,quan*
do nació el Señor del mundo , y que se hallase en una
mano lo temporal , para que mas fácilmente se sujetase
todo á lo espiritual , y otras razones , que se pon-*
deran.
Lo octavó , porque todos los demás Príncipes ,; ó
Emperadores r que traen por exemplo con Tiberio , y;
otros , hacen por esta parte , porque si no dexaron la Si-
lla del Imperio , lo perdieron en ella > y si alguno la con-i
servó á fuerza de crueldades, vivió siempre tan temero-
so , como temido , y dexaron su poder , y su dignidad
aborrecidos , y con el á sus herederos > con que fueron
temidos primero , luego odiosos r después odiados , y úl-
timamente muertos , y despojados del Imperio. Asi mu-
rieron Caligula , Claudio Nerón , y otros > pero los.
mayores Emperadores succesores suyos , obraron lo con-!
trario , y discurrieron por todas las Provincias , como
Trajano , Adriano , y Theodosio , todos tres Empera-
dores valerosos , y los primeros Príncipes del mundo en
d
55
el crédito de valor , y prudencia > y de los dos exemplos
de Felipe II.0 , y Carlos V.0 tengo por mejor el último,
porque en su tiempo se estableció la Monarquía , y en el
de su hijo comenzó á declinar ¿ á mas de que el señor Rey
Felipe II.0 se acercó á Portugal quando se entró en aquel
re y no , y á Granada quando se sosegó de los Moros 5 pe-
ro formó dictamen de no salir de España , ni pasará
ílandes.
De donde se deduce , que el di&amen de aquel Prín-^
cipe se halla por su persona en todos los negocios graves
de sus Coronas , y reynos quando no tiene que recelar
en la ausencia, que hace de la Silla del Imperio, y lle-
var consigo una Corte lucida , congruente , prudente,
reformada , y christiana , y que en todas partes vayan
dando buenos exemplos, y olor de sí, y que en todo
consuele á sus vasallos , favorezca á la nobleza , honre
los buenos ,- reforme los malos , y que antes que un
reyno comenzado á disgustar desespere , lo quiete , so-
siegue, y pacifique , y lo consuele con su presencia. Es-
to lo tengo por bueno , y necesario , y lo hizo el señor
Rey Católico , el señor Emperador , y quantos Prínci-
pes grandes ha habido , en el mundo , y el contrario
dictamen lo tengo por muy remiso, y dañoso á los Prín-
cipes , y á lo público : y este es el primero que se señala
por una de las enfermedades políticas , de que ha adole*
cido esta Monarquía*
Suponiendo que no se entiende , que á cada guerra
haya de ir el Príncipe , ni arriesgar su persona en ella,
ni en otra alguna , sino que debe asistir cerca de ella , en
tres casos principalmente. El primero , quando el Rey de
España tiene dentro de España la guerra , y el de Fran-
cia dentro de Francia Scc. 5 porque no ha de reposar hasta
yencer , y echar la guerra fuera , y su ordinaria asisten-
H 2 cia
5*
cia ha de ser cerca ele ella , y atender también con esqJ
á lo demás.
El segundo, siempre que se temen movimientos den-J
tro de sus reynos , ha de acudir á ellos por su persona,
con tiempo , y brevemente , para aquietarlos , y facili-
tarlos ; si no es que con evidencia, sepa , que se han de,
quietar con enviar algún gran Ministro.
El tercero , quando hay paz, y felicidad , es con-!
veniente visitar sus reynos para confirmarla, y quitar la
tristeza á los subditos , y aún los celos de que asiste mas
á una Nación , que á otra 5 y mas quando ellos son en-<
tre sí émulos , y celosos , que entonces es bien , y, necerv
sario verles , y consolarles , y visitarles á todos , hacién-
dose como si fuera nacido en cada una 5 y así lo solia ha-
cer el señor Rey Católico : y aún la señora Reyna Do*
ña Isabel mudaba los trages según las Naciones donde
entraba, para mayor consuelo suyo, y que supiesen, que
en Castilla era Castellana , en Aragón Aragonesa , y en
Cataluña Catalana , porque esto es ne.cesar.io , y mucho
mas en Naciones belicosas , y que necesitan mas de ma-\
íía, que de fuerza para su conservación.
El segundo di&amen político , de que es .verosímil
/que haya adolecido este cuerpo , es intentar , que estas
Naciones , que entre sí son tan diversas, se hiciesen unas
en la forma de gobierno , leyes , y obediencia, gober-^
nándolas con una misma mano , y manera , y que á este
intento resistido por las Naciones , se resistiese el Valido,
que lo deseaba con muy buena intención, ofendiéndose
de que ellos no se ajustasen á su modo, y sobre esto dis^
pertarse diferencias ; porque á la verdad esta empresa,
aunque nacia de bonísima raíz , que era hacer unidad en
el gobierno , y excluir su diversidad, que, suele ser ma-.
dre de las discordias ; pero así como era posible, sien-
do.
57
'do Criador , era imposible siendo Gobernador , lo que
intentaba ; pues solo Dios puede criar á los rey nos con
unas inclinaciones , pero una vez criados con diversas,
necesario es , que sean diversas las leyes, y forma de su
gobierno.
De donde resulta , que queriendo á Aragón gober-
narlo con las leyes de Castilla , ó á Castilla con las de
Aragón , ó á Cataluña con las^de Valencia , ó á Valen-
cia con los usos , y constituciones de Cataluña , ó á to-
dos con unas , es lo mismo que trocar los bocados , y
los frenos á los caballos , ó reducirlos á uno solo , con
que estos se empinan , aquellos corcobean , los otros dis->
paran , y todo se aventura. Y pues Dios siendo criador,
que pudo criar las tierras de una misma manera , las
crió diferentes , y en toda Vizcaya no se hallará una
naranja apenas , ni en toda Valencia una castaña , no
habiendo en Valencia otra cosa que naranjas , ni en Viz-
caya que castañas 5 porque quiso necesitar unas tierras á
otras, para hacer mas sociable esta nuestra naturaleza, ó
para otros altos fines ; necesario es también , que las le-
yes sigan como el vestido la forma del cuerpo , y le dife-<
renden en cada rey no y nación.
El tercer dictamen es , no reparar mucho por esto en
el desconsuelo de los reynos , que es inconveniente gran-
dísimo , porque sobre seguir este diclamen de que hu-
biese unidad en las naciones , y otros intentos, que cons-
piraban á e'ste , no se reparaba en la aflicción de las mis-
mas naciones j y si sobre un punto tan ligero, para la uti-
lidad de la corona real como que el que preside al Consejo
de Aragón se llamase Presidente, como le llaman en Cas^
tilla , ó Vice- Canciller , como siempre se ha llamado en la
Corona de Aragón ., hubo tantos sentimientos de los
reynos, embaxadas , escritos , y alegaciones , y lo mis-
mo sobre ir el Rey. nuestro señor á Barcelona , á ser ju-
ra-
58
rado , como lo Kan hecho ios demás £eyes y Príncipes,
y luego sobre lo de Ripoll j después sobre otras juntas,
que aunque ninguna justifica la proterva , y reveldia de
los perdidos de Cataluña , indica y advierte que es con-
veniente en los que somos Ministros , y mas aquellos
que lo son superiores y Validos, no malquistar á un Rey
tan amable , y santo con sus reynos y vasallos , ni apar-
tarselos de su amor, no desconsolarlos, sino gobernar en
Castellano á los Castellanos, en Aragonés á los Aragonés
ses, en Catalán á los Catalanes, en Portugués á los Por-
tugueses , y parecer tai vez la condición de los inferio-
res 5 que los que hoy enfadan mañana sirven , y con-
suelan, como padre que hoy sirve á su hijo, y mañana-
le ocupa , y se sirve de el , y es todo su consuelo y
alegria.
£1 quarto , hacer reputación de la superioridad real,
en que no se haga lo que parece á los superiores, aunque
no se ajuste á las leyes de aquellos reynos que se go-
biernan , empeñando su real nombre en lo que no siem-
pre puede estar en su real mano remediar ni vencer , y
malquistando un Príncipe benignísimo , y piísimo con
sus reynos , diciendo que en todo caso se ha de hacer lo
que manda el Rey, y que el Rey no ha de mostrar fla-
queza , y otras frases de este genero; que son santísimas,
bonísimas, necesarias , y ajustadas á sus casos , quando se
ordena , y se regula lo ordenado conforme á las leyes;
pero si quando aquello que se manda , es cuesta arriba
de las leyes de los reynos , y no es sumamente necesario
á la Corona , excluyéndoles de sus usos , y costumbres á
las Provincias , ó querie'ndoles reducir á ágenos estilos,
ó en otras materias muy sensibles , que en fin es mejor,
ó no intentarlo , ó intentado , en viendo que se gasta la
paz, suspenderlo, ó directamente desviarlo, que no ti-
rar con la resolución , y con las riendas hasta que se
rom-
rompan estas , y quede sin rienda , ni freno el ca-
ballo.
Elquintoargumento ha aumentado la declinación con
no haber tenido ocupados tan grandes, y belicosos reynos
como los de España, cargando todo el peso sobre Castilla:
porque no hay duda que con criar tercios en Aragón de
Aragoneses , en Cataluña de Catalanes , en Valencia de
Valencianos , y en Portugal de Portugueses , goberna-
dos per los de su misma nación ( ó haciendo esquadras
de galeras) honrándolos , aprovechándolos, ayudándolos,
y favoreciéndolos después de proveídos , y enviando
unos á Italia , otros á Fiandes , otros á las conquistas de
Portugal , con atención á lo que mas se inclinaban , se
descansaba á Castilla, se ocupaban estos reynos , y lo
que era mas , se sangraban para que no abundasen en
yandos , y vandoleros, que no solo perturban la paz co-
mún , sino que crian mala sangre para corromperse en
llegando alguna ocasión contra la Corona , y este punto
gobernado con la prudencia , y sagacidad que se sabría,
era útilísimo al Rey, de reputación grande á los reynos,
y de sumo descanso para Castilla.
El sexto dictamen, que ha excluido al antecedente, es
haber tenido alguna desconfianza de estas naciones , y
no haber usado de ellas por esta causa , porque es re-
gla de Estado , que del que no puedo dexar de confiar,
no tengo de desconfiar 5 esto es , que al que yo no puedo
asegurar con la fuerza, he de asegurar con la confianza, y
contener con el amor al que no puedo con el recelo.
Tanto mas, quanto no puede negarse que la fidelidad de
los reynos á sus Reyes en España , ha sido sobre otra en
el mundo , guardándoles á cada uno lo que les toca , y
así los Reyes de Aragón se valieron de los vasallos de es-
te fidelísimo reyno , y de el de Valencia y Cataluña , yj
con ellos hicieron sus conquistas , y siempre se mantu-
vie-
6o
vieron con grandísimo amor á sus Reyes y Señores , y
no eran mas amables los Reyes antiguos , que lo son los
presentes , quando los vemos , y experimentamos tan es-
clarecidos en sangre , en piedad , y en costumbres exce-*
lentes: añadie'ndose á esto , que bien se ve quán poco im-
porta la desconfianza, antes bien quanto daña , pues sin
ella se conservó Cataluña en la Corona de Aragón 600
años, y con ella enviándole alojamientos, y compañías,
ha durado tan pocos en Castilla.
El séptimo ha sido no hacerse mucho caso por el Mí»
nistro superior de los pareceres de los Consejeros Provin-
ciales , los quales como varones experimentados recono-
cían la calidad , y condición de aquellas naciones , ante-
Veían todo lo que ha. sucedido, y entre el temor de de-
sagradar al Valido , y el amor y deseo de servir á su
Rey , todavia muchos se arrojaban á decir su parecer,
y otros eran mal vistos y desconsolados , con que unos lo
callaban , y otros lo gemían , otros por agradar alenta-
ban lo contrario; de donde resultó irse empeñando en las
resoluciones , y de allí en amenazar á las naciones , y en
ellas el temor , y la desesperación , que ha prorrumpido
en abiertas sediciones y traiciones.
Siendo certísimo , que si el Ministro superior , que
gobernaba estas resoluciones propusiera sin aféelo, oyera
con sosiego , aconsejara sin pasión , pudiera la experien-
cia agena , y su zelo, que era santísimo, enderezar las co-
sas al mayor servicio del Rey , quietud y sosiego de los
rey nos.
El odavo ; también ha ayudado á estas enfermedades,
el poco aprecio de los Ministros experimentados , trocán-
dolos de unas profesiones en otras; siendo máxima po-
lítica , que para que el hombre sea grande en una cosa,
ha de seguir la ocupación conforme su inclinación , por-
que solo Dios puede dar con los puestos ia suficiencia;
pe-
pero los hombres primero han de averiguar la suficiencia,
cjue fiar á otros los puestos.
El noveno: de estas elecciones sin elección , mirando
mas á la conveniencia de ios proveídos , que á la utilidad
de las provisiones, nace grandísimo daño públicos porque
una Monarquía por grande que sea , constara de veinte
puestos , que son sobre los que carga todo , pues seis
Presidentes , ocho Virreyes , un Valido , quatro Conse-
jeros de Estado , y quatro Capitanes generales , gobier-
nan todo el Estado de paz y guerra , y así estos prime*
ros puestos habian de proveerse en Angeles , si pudie-
sen hallarse , sabios , reíros , honestos , sufridos , sagaces.
zelosos, prudentes , finos , y extremados en el amor , y
servicio del Rey 5 y si en una Monarquía hay pocos de
estos, (que no habrá sino muchos) procurar de irlos for-
mando, y enseñando con buenos dictámenes, advertencias,
ordenes , y decretos del Rey , y otros medios con que se
hacen los hombres 5 porque aunque sucede que se hacen
sabios en los puestos, sirvie'ndolos algunos años, y á fuer-
za de tiempo y experiencia, y á costa de lo público;
es forzoso que aprendan errando , como los Médicos,
que se hacen grandes , matando 5 y si para la salud del
cuerpo , que no salvamos por un hombre , busca Me-
dico experimentado : para la de los reynos , que salva á
tantos , justo será que no entre un Practicante á curar , y
y aún tal vez sin haberlo jamas practicado : suponien-
do , que esta no es materia en que se puede indivi-
duar sin señalar las elecciones que hubieren sido de este
genero.
El décimo : el dictamen de que no se ha de dexar
el exercicio de las felicidades en el tiempo de las des-
dichas , y las delicias de la paz en el de la guerra , ha
ayudado mucho á nuestras dolencias , porque es contra
el texto expreso del Espíritu Santo : Qmnia tempus babent,
. fom. VI^ I £ues
62
pues la música en el llanto , es importuna narración. Llo-
rar en los exe'rcitos , y vaylar en la Corte , es opuesto al
buen gobierno.
Dios no se aplaca porque no se penitencian : los rey nos
que lo miran se afligen , porque juzgan que esto no es amor;
los que padecen se desesperan, porque imaginan que se ale-
gran de sus desdichas : los enemigos se alegran , y obran
insolentes como contra divertidos 5 pasanse los vicios de
la mesma paz á la guerra : primero- vencen ellos á nues-
tros exe'rcitos, y luego los enemigos.
El señor Rey Enrique III.0 no mudó de color negro
desde que perdió la batalla de Aljubarrota 5 y ya que
no pudo resucitar con eso los muertos en aquella batalla,
dio mas vida á los que quedaban para que la perdiesen,
por quien así sentia su muerte.
El decir que es grandeza la igualdad de ánimo , si es
lo bueno, es cierto , pero á desiguales sucesos en lo pú-
blico, no debe haber igual exercicio de diversión. Quando
hemos de llorar las desdichas , repicar en expe&áculos y;
gustos, no es igualdad de ánimo , sino de deleite y rela-
xacion , y e'sta daña mucho á lo público. La igualdad ha
de ser en lo interior , y en el semblante > pero no en el
exercicio de las acciones y gobierno , sino que se ha de
tratar principalmente de lo que importa , y de las armas,
de la pólvora , y valas , y arrimar los fuegos en la paz,
y menear las manos en la guerra, y las músicas que sean
de trompas y cajas , hasta echar los enemigos de Espa-
ña , y sujetarla toda : y los cortesanos que otro dicta-
men tienen, y á un Príncipe tan humano y santo , y tan
amante de sus vasallos le aconsejan , de creer es T|ue
procederán de buena intención , pero no conforme á este
dí&ámen.
El usar de las naciones á cada una en su exercicio , y
según su inclinación, y profesión Geográfica, era impor-
tan-
tantísimo. Gran trabajo es en lo político ser desvalido del
Valido j pero mayor lo vendrá á ser el Valido del Rey-
desvalido de buenos consejos.
Por tres causas no se debe soltar la pluma , sino tem-
plarla; la primera por su fe': aquí entra la Religión , y la
dignidad Episcopal Eclesiástica : la segunda por su Rey,
y su lealtad ; y la tercera por las buenas costumbres , y
servicios de Dios. Quando en alguna manera está obli-
gado á ello el que escribe , en todos los demás casos es me-
jor padecer apologías , que escribirlas.
Mas suave suele ser sufrir las injurias que impugnar-
las en quien tuviere gusto de padecer por Dios ; pero
tal vez es mas necesario, y obligatorio impugnarlas, que
sufrirlas.
Como siente el buen Medico que ama al enfermo,
que otro le yerre la curación , siente el buen Ministro,
que por malos di&amenes de gobierno se pierda la causa
pública.
En el gobierno, imposible es resolver sin inconvenien-
te. Toda la habilidad consiste en escoger los Minis-
tros, pues de aquí resulta la felicidad de los rey nos. Y
aquí dexo la pluma por no manchar con lo que pudie-
ra producir , la santa intención con que la llegue á
mover.
NOTA DEL EDITOR.
jfVsí como á todos es publica la literatura, justificación,
y virtud del Ilustrísimo y Venerable señor Don Juan de
Palafox y Mendoza > no lo es menos el odio que le
profesaron los PP. de la extinguida Compañía de Jesús:
odio tan irreconciliable y tenaz, que pasó de los te'rminos
de la vida, y se ensangrentó en su buena memoria, des-
1 3, ¡mes
&4
pues de su muerte. Su literatura no pudieron obscurecer-
la , porque con sus sabios escritos llegó á perpetuarla: Es-
critos tan insignes , que ilustró y sirvió con ellos á la Iglesia
Católica '■> con cuyos grandiosos epítetos los celebró nues-
tro gran Rey y señor Don Carlos III.0 (que Dios guarde)
en sú real carta al Papa Clemente XIV.0 solicitando su
beatificación , como se verá después : Su justificación y vi-
da inocente quisieron llenar de manchas los mismos Padres;
pero sin efe&o , por mas que se valieron para conseguir-
lo de todas las impiedades que pudo producir la malicia,
el horror y la, iniquidad. Sin exponer otras pruebas rele-
vantes , que justifican el candor y pureza del Ilustrí-
simo señor Paiafox, y el tesón de los Jesuitas en ha*,
cer creer lo contrario , producimos solas estas palabras
que se hallan en la misma real carta á su Santidad
Me obligan á exponer á V. Sd. quanvo agradecimiento ,¡ y con-
solación me causará que en el tiempo feliz, del Pontificado de
V. Sd. , y en mi reynado , se pudiese ver sobre los altares^
uno de los exemplares siervos de Dios , que con sus heroycas
virtudes. &c.
Es constante que este juicio del Rey nuestro señor
estaría fundado sobre unos cimientos tan sólidos , singu-
lares , y auténticos , como lo pedia la grandeza de la pre-
tensión j y lo es también , que e'i solo rebate , y destruye
las intrigas maliciosas de que usaron , y los escritos es-
candalosos que produxeron los mismos PP. para comba-,
tir ó desterrar del orbe christiano el olor de santidad que
todos perciben solo por las obras , y sin toda la no-
ticia necesaria de las heroycas virtudes, de este siervo de
Dios.
£1 es autor del escrito anterior, que parece le escri-
bió siendo Obispo deOsma.La piedad de sus discursos :1a
rectitud desús palabras; lo verdadero de sus cláusulas: su
locución clara > sencilla , y siembre grave ; la pureza de
sus
sus pensamientos : y últimamente el amor á sus Reyes,
y á su patria , le hacen no solo digno de la prensa , sino
de la pública estimación.
El papel que sigue, escrito por los Jesuitas , fue uno
de los recursos que les di&ó su venganza , para sorpre-
hender los ánimos de los poco instruidos , y de los que
tenian por verdades casi infalibles quanto decian ó es-
cribían. Y supuesto que en este papel quisieron hacer,
creer que el señor Rey D. Felipe IV.0 corrigió con una
carta la conduela del Ilustrísimo señor Palafox ; y que
los señores Reyes Don Carlos II.0 , y Don Felipe V.° en
vista de lo que les expusieron los Jesuitas , que había es-
crito contra ellos su Ilustrísima, mandaron á sus respecti-
vos Embaxadores en la Corte de Roma, que suspendiesen
las diligencias que estaban practicando para su beati-
ficación , seguirán á este papel de los Jesuitas , documen-
tos reales que acreditan , que quanto en el exponen ca-
rece de verdad 5 pero que fue creído , y divulgado por
sus parciales , con sentimiento universal de los bien,
intencionados.
IX,
66
EXTRACTO
De algunas de las proposiciones , que con sumo deshc-
ñor de los Jesuítas , corren en algunas de las
obras del Ilustrísimo Señor Don Juan
de Palafox,
JuJ stas obras son : Primera : Un memorial al Rey nues-
tro señor , impreso año de 1652 , que empieza : Una
continua fatiga es\ y acaba , y santo zelo de V. M. Segun-
da : Una carta escrita al Padre Andrés de Rada , de la
Compañía de Jesús , en 4 de Mayo de 1 649 , que em-
pieza : La carta de V. P. de 14 de Abril &c. y acaba,
satisfacerle como lo hago en éste. Tercera : Una carta
al Padre Horacio Caroche , que se dice manustrica
año de 1647 > y es impresa año 171 3 , y empieza:
Seis años bá : y acaba , los de cbristiano, Quarta : Una
carta manuscrita á S. Sd. su fecha 8 de Enero de 1649 ,
y está impresa ( no obstante que en el Decreto de Roma
de 9 de Diciembre de la Sagrada Congregación , sobre
las obras del señor Palafox , se dice solo manuscrita ) y
empieza : Beatissime Pater , sacris tuce sanóihatis pedibus
humiliter provolutus : y acaba , tuamque sanBitatem prote-
gat , & gubernet. En dichas obras , en especial en la car-
ta dicha á Inocencio X.° , que se halla impresa en la
prá&ica Moral , y Tubas , que los Hereges han espar-
cido contra la Compañía, condenadas por todos los Tri-
bunales , se hallan las proposiciones siguientes , suma-
mente denigrativas de la Compañía.
Al número 79 se dice : Que los Jesuítas se hacen exen-
tos de la jurisdicción Pontificia , y potestad real , y superiores
A
67'
Á toda espiritual^ y temporal jurisdicción. En el número 1 04
dice : Que los Jesuitas acaban , y hacen gemir á la Iglesia con
la fuerza de su grandeza , y la autoridad que tienen. En el
número 106: Que la envidia y emulación de esta Religión^
se emplea en obscurecer , y oprimir á las demás. En el núme-
ro 107 : l Qué otra Religión ha sido de tantos perjuicios á la
Iglesia Universal , y ha llenado de tantos ruidos á todas las
Provincias Christianas ? Pero no hay otra causa ( si V. San-
tidad me permite dar la razón) que la de que es igualmente
cargosa á si misma , y de poco lustre á los ojos de los demasy
porque ella , ni es enteramente Eclesiástica Secular , ni Ecle-
siástica Regular. En el número 102 pondera : ¿Qué prove-
cho pueden causar los Jesuítas á las naciones infieles , y a la
Religión Christiana , si por la mayor parte no las instruyen
según las reglas sagradas de su santa ley ? En el número 133
se arroja á decir : Que toda la Iglesia de la China gime y
llora públicamente porque en materias de Religión no han te^
nido mas enseñanza , que el engaño de los Jesuitas.
Estas solas y pocas proposiciones , hicieron tanta im-;
presión en el católico ánimo del señor Carlos II.0 repre^
sentadas por el R* P. Tirso González , General de la
Compañía , que bastaron para que S. M. mandase á su
Embaxador en Roma el Conde de Altamira desistiese de
los oficios, que de su orden hacia en Roma á favor de la
causa del señor Palafox 5 y por semejante representación
nuestro Católico Rey Don Felipe V.° no quiso insistir
por su Ministro en Roma en ia prosecución de dicha
causa : ¿ pues que' hicieran tan piadosos Monarcas, si se
les hubiese representado con individualidad otras mu-^
chas agrias proposiciones , que se encuentran en dichos
escritos , en especial en la citada carta ? Son las que se
siguen.
Al número 47 dice: Que los Jesuitas eran Religiosos
no muy Religiosos. De ellos había dicho al número 17
Qti?
¿8
Que mas quiso la Compañía de las Serpientes y Escorpiones^
que la de los Jesuítas. Y al número 3 5 dice : Que estos Re-
ligiosos son muy do5íos. Ai número 128: Que las cosas del
instituto de la Compañía por singulares son sospechosísimas*
Al número 92 dice: Que esta Religión -¡por otro lado santi-.
sima t sino se reforma no tanto será inútil , quanto nociva
cada diamas al régimen de las almas. Al número 101 dice:
Que esta Religión ba llegado á lo sumo 5 pero que su mismo
poder la agovia , su grandeza la maltrata , y que siendo má-
xima en su estimación , será la menor de todas si no se refor-
ma. Al número 102 : Confieso con mucho gusto que la Com-
patiia de Jesús con sus méritos , escritos , voz. , y exemplo ha
ilustrado la Iglesia de Dios , y la ha aprovechado muchísimo*
pero estoy obligado á decir , que con otras imperfecciones gra-
vísimas daña á la Iglesia de Dios , y que cada dia se debt
temer la cause mayor perjuicio , y que con el tiempo sea mas
dañosa. Al número 104: ¿Qué importa que trabaje por la
gloria de Dios , si con su grandeza , y con la autoridad que se
abrroga , es de tanta carga á la Iglesia , que la hace gemir ?
¿ Qué importa que ayude á los Obispos , si los deprime y mal-
trata , si no hacen lo que ellos quieren ? ¿Qué importa que en-
señe á los pueblos, si con sediciones los perturba*. ¿ Qué impor-
ta que enseñe eruditamente á los hijos , si se los quita á los
Padres , los recibe , y por levísimas causas los expele ? Al nu-
mero 106 ¿Qué importa qus florezca entre las Religiones , si
con sus plumas r con su poder y y envidia las deprime y obs-
curecel ¿Qué importa que con tantos escritos ilustre la Igle-
sia y si con tantas opiniones la maltrata, pues en vez de aclarar y
obscurece la verdad , o la dexa dudosa*.
Nótese en todo lo dicho las manifiestas contradicio-
nes , pues trabajar mucho , instruir bien , y doctrinar á
los hijos , y á ios pueblos , florecer entre todas las Re-
ligiones , ilustrar la Iglesia con sus escritos , y ser los
Religiosos de la Compañía muy dpdos , se opone con
ses;
69
ser tales , que oprimen la Iglesia , obscurecen las verda-
des , perturban los pueblos , deprimen las Religiones , y
confunden las verdades con sus escritos.
Al número 107 dice : Que esta Religión desprecia a to-
do el Clero Secular y Regular , y se hace superior á todos los
Ordenes Eclesiásticos, En los números 109 y 110 dice,
que siendo patentes ios institutos , y constituciones de
las demás Religiones , los de la Compañía son tan ocul-
tos, que aún muchos Profesos de ella no los saben 5 y por
tanto dice al número 108 : Que es evidentísimo que se de-
ben tener por sospechosos. Lo mismo repite al número 128,
en donde á las particularidades que tiene el instituto de la.
Compañía , distintas de las de los demás de otras santas
Religiones , (no obstante que están aprobadas todas con
tanta individualidad , y tantas veces por la silla Apostó-
lica) las llama sospechosísimas. Quanta verdad conten-
gan estas expresiones , no hay mejor testigo, que el mis-
mo Prelado , que aunque dice que están tan ocultas las
constituciones de la Compañía , que aún sus mismos
Profesos no todos las saben ; con todo, S. I. en sus es-
critos en especial en el Memorial , y Carta al Padre
Caroche citados , á cada paso recita lugares enteros de
las constituciones quando le conviene para herir mejor á
los Jesuítas.
No se contenta con los oprobios dichos , y así pro-
sigue en los números 1 12 y 113 diciendo : Que ks jesuí-
tas son los que mas impugnan , y menos reverencian á los
Santos Padres : que en los pulpitos quando predican no se
les oye nombrar á san Agustín , san Ambrosio , san Gregorio^
ni otros Santos Padres, En el número 105 : Que no ha ha*,
bido Religión que mas haya relajado las santas , y antiguas
costumbres de la Iglesia , después que cayó de su fervor. Y.
para poner alguna limitación á un dicho tan atroz dice,
que esto se entiende que ha sido con los escritos , y
Tom. VI* K con
7°
con el cxemplo de algunos Jesuítas , que con su doctri-
na han invertido todo el orden de vivir christiano. Ai
número io5 dice: Que crian á sus discípulos , y los instru-
yen a huir de todo lo que es espíritu , y á inclinarse á las de«
Vicias de la carne : y que con esta suave , y blanda vida , aun-
que honesta y santa (lo que no niego, dice al número 1 18)
quieren que su Religión sea la mas perfetta, no obstante que
usan de poco rigor y penitencia.... Esta do&rina á mi juicio
es muy dañosa á la República Christiana> y así vivan co-,
mo quieran , y enseñen como deben.
Ai número 137 dice: ¿Qué Religión se ha apartado tan
to de hs verdaderos rudimentos de la católica fé en la ins-
trucción de la nación de los Chinos , donde en lugar de atraer
los Maestros á los Neophitos á la verdadera fé , y culto de
Dios y los Neophitos han hecho idolatrar a los Maestros ? Al
número 139 pondera quán mal catequizan á los Chinos,
ocultándoles á Christo Crucificado , y dispensándoles en
los preceptos de la Iglesia. En la carta al Padre Rada
dice : Que los Jesuítas son desobedientes , y contumaces al
Breve de Inocencio X. ítem : Que se obstinan , y abandonan:
sus conciencias. Semejantes proposiciones , y otras terribles
in vedi vas , vierte S. I. en el Memorial , que escribió al
señor Felipe IV.0
Este gran Rey conoció bien el destemplado estilo, y arA
resto en escribir de este Prelado , pues habiéndole sacado
de las Indias por sus ardientes operaciones , y sosegadole
con el Obispado de Osma , aún aquí se atrevió á impri-
mir, y publicar un Memorial contra una disposición de
gobierno, lo que desagradó tanto á S. M. que obligado
de lo intempestivo , y empeñado del Memorial , siendo
un Monarca tan benigno, le escribió agriamente para que
se contuviese en lo succesivo.
Sobre todo esto formaron los Jesuítas sus Apologías,
y con ellas han hecho ver que quanto escribió este buen
Pre-
71
Prelado contra ellos ; fue impostura nacida de la mala
voluntad que les profesaba j y creen que aún sus mayo-
res enemigos vendrán en conocimiento por esta pequeña
relación de que aunque son tan injuriosas para la Com-
pañía las proposiciones que quedan notadas , las di&ó el
odio, las admitió la mala fe, y las publicó el engaño ; sir-
viendo de consuelo á esta Religión sus esclarecidas obras,
de las que resultó tanta gloria á la Iglesia , y por la que
ha merecido los mayores elogios de los sumos Pontífi-
ces desde su fundación hasta Benedi&o XIV.0 inclu-
sive: Vale.
NOTA DEL EDITOR.
-üstas son las proposiciones , que con tanto ardor nota^
ron los Padres Jesuítas en las obras del Venerable Pala-
fox , teniéndolas por denigrativas á su instituto, honor,
y ministerios > pero ademas de que están faltas de justifi-
cación , pues los escritos donde suponen que se hallan,
no es fácil encontrarlos , ó tal vez serian supuestos : el
tiempo , gran descubridor de todas las cosas , ha mani-
festado la verdad de las mismas proposiciones. Lo cierto
es , que e'stas , y otras quejas de ios Jesuítas fueron des-
preciadas por los Revisores señalados por el Cardenal
Ponente , en lá causa de la Beatificación del señor Pala-
fox , como consta por el Decreto de g de Diciembre del
año pasado de 1760 de la sagrada Congregación de Ro-
ma : lo que acredita , ó que fueron infundadas , ó que
no se las halló otro origen , que la aversión , y el
engaño.
Y por lo que hace á lo que apuntamos en la nota
crítica , y refieren los Jesuítas en su escrito anterior so- 1
hre la carta que suponen escribió el señor Rey Don Fe-
K2 lí-
72 ,
Upe IV.0 al Venerable Palafox , reprehendiendo sil con«í
dufta agriamente para que se contuviese en lo succeswo : nos
parece que justifica todo lo contrario , y el alto concepto
que aquel grande Rey tenia formado de S. I. la real ór-j
den siguiente.
ORDEN DE S. M.
Aprobando la condu&a del llustrísimo Señor Don
Juan de Palafox , durante el Virreinato de Nueva
España , en que manda se le abonen dos mil duca-
dos de renta, en atención d los empeños
que había contrahido.
EL REY.
V-/onde de Santiago de Calimaya, Pariente , mi Gober-
nador , y Capitán General de la Provincia de Guatema-
la , y Presidente de mi Audiencia de ella , ó á la perso-
na , ó personas á cuyo cargo fuere su gobierno : Don
Juan de Palafox y Mendoza , Obispo de la Iglesia Ca^
tedral de la Ciudad de la Puebla de los Angeles , de la;
Provincia de Tlascala en la Nueva España , de mi Con*,
sejo de Aragón , á quien he presentado á su Santidad
para el Obispado de Osma en estos rey nos , me ha he-
cho relación , ha veinte y seis años que me sirve en mis.
Consejos , y desde el de 29 hasta el de 49 en el de In-<
dias con plaza a&ual de Consejero , y tres años mas eri
el de Aragón , con el zelo , limpieza , y amor á mi ser-
vicio , que es notorio , y que en las Indias sirvió el ofi««
ció de Virrey de la Nueva España por título mió, sín>
sueldo , ni gages algunos , y de el ha dado residencia, \
Yj
73
y con estar ausente ha constado por ella haberme hecho
particulares servicios en aquella ocupación en las materias
de hacienda, gobierno, guerra, y justicia ; y que también
tomó las residencias á mis Virreyes Marqueses de Cer ral-
bo y Cadereita, y ásus criados , y allegados, y las feneció,
y remitió á mi Consejo Real de las Indias, sin llevar suel-
do, ni gages algunos , quando á qualquier Juez de re-
sidencia se señala 4®. ducados cada año de salario , y
se les dá después ayudas de costa, y que ha servido sie-
te años la Visita General de todos los Tribunales , y
Ministros de aquellos reynos , y otras comisiones con in-
creíble gasto , y trabajo , asimismo sin salarios , gages,
ni ayudas de costa, ni otro ge'nero de socorro, quando
á los Visitadores se les dá 6®. ducados al año , y otras
ayudas de costa , y mercedes. Y habiendo puesto en es-
tado la Visita General entre tantas ocupaciones de mí
servicio , que no faltaba un año para poderla acabar,
pues estaba hecha la secreta de la Audiencia , y con-
cluida la de diversos Tribunales , y Ministros j cuyas
causas están ya sentenciadas en el dicho mi Consejo de
las Indi as , todo esto sin lo que me habia servido en tres
años antes , que entrase en el en la plaza de Piscal de
Guerra , y Visitador de las fundaciones reales de las
Descalzas , y de Capellán Mayor de la Serenísima Em-
peratriz Maria mi hermana ( que sea en Gloria ) á quien
fue sirviendo hasta dexarla en Viena de Austria. Y que
habiendo yo mandado que viniese r-á esta Corte desde
la Nueva España á materias graves de mi servicio lo
executó , y obedeció prontamente , con ser así que se
hallaba empeñado quando salió de las Indias en 140©..
pesos , por haber acabado , y consagrado el Templo de
la Catedral de su Iglesia , y hecho Seminarios , y Cole^
gios , y fundado Cátedras en ellos , que yo he confirma-,
do , y; edificando , y comprando casas para su digní^
dad,
74
dad , acudiendo á diversos socorros , á que se halló ur-
gentemente obligado por las grandes necesidades de sus
subditos , y por el gasto excesivo , que se le causó con
las jornadas , y sustento de su casa en México por acu-
dir á mi servicio, y ocupación de las Visitas, Residencias,
y comisiones de su cargo , y el que se le ha seguido des-
pués con esta jornada , que ha hecho de orden mia en
nueve meses de navegación, y viage; hallándose necesitado
en esta Corte , por haber consignado sus rentas á sus
acreedores , y vivir meses enteros pidiendo prestado. Por
todo lo qual me ha suplicado entre otras cosas, que pues
ha dado Residencia del oficio de Virrey , y salido de
ella , hallándose ausente con tanta aprobación , y que
pues á todos ios Consejeros de mi Consejo de las Indias,
y á mis Virreyes hago merced de Encomienda de Indios
por algunas vidas, y e'l me ha servido veinte años en-
teros plaza de Consejero del dicho mi Consejo de Indias,
y en la de Virrey , y Visitador General de todas aque-
llas Provincias , y otras graves comisiones mas de ocho
años con el fruto , que consta en e'l , le haga merced
de una Encomienda de 2$. ducados en Indios Vacos por
dos vidas , para que pueda disponer en alguno de sus
sobrinos , ó sobrinas. Y habie'ndose visto por los de mí
Consejo de Cámara de las Indias , y reconocidose , que
el dicho Don Juan de Paiafox y Mendoza asistió en lá
Nueva España desde el año de 640 hasta el de 649,
que le envíe á llamar para cosas de mi servicio ; y que
en este tiempo procedió con gran satisfacción , y la dio
muy cumplida de todas las comisiones , que se le encar-
garon hasta que cesó en ellas de orden mia , y que de
lo que obró resultaron buenos , y lucidos efe&os en mi
servicio , y reformación de aquellas Provincias , sin que
en esto le pudiesen embarazar las oposiciones, que se le
hicieron para que no prosiguiese la visita , y acabase las
co-
75
comisiones de su cargo, y que por el zelo, y atención
grande con que obraba padeció mucho , de tal forma,
que se halló obligado á retirarse , y en el tiempo que
asistió en Nueva España , hizo muchas ordenanzas para
el buen gobierno de los Tribunales , y de la Universi-
dad , que ya aprobé' : fundó Colegio en la Puebla : aca-
bó la obra de la Iglesia de aquella Ciudad , y la consa-^
gró , que es de las mas insignes de los reynos de las In-
dias 3 y de sus cartas , que fueron muchas , y muy im-
portantes , resultaron despachos para el mejor gobierno
de ellos j executó las ce'dulas de las Doctrinas , y real
Patronazgo , siguiendo los di&amenes del dicho mi Con-
sejo , dejo qual, y de otras execuciones se le originaron
emulaciones ; y que últimamente gobernó el Arzobispa-
do de México , en que le nombre con grande satisfac-
ción , y lo mismo hizo en el Virreynato, que sirvió des-
de £ de Junio de 42 , hasta Noviembre del mismo año,
que le entregó al Conde de Salvatierra , quien dexó re-
lación universal , y particular del estado del gobierno
de aquel reyno , y negocios de e'l 3 cuya copia me envió,
en que se reconoció bien su gran comprehension , y ca-
pacidad , y habiendo yo mandado que le tomase resi-
dencia del tiempo que fue Gobernador de Nueva Es-
paña Don Francisco Calderón Romero , Oidor de la real
Audiencia de la Ciudad de México , lo hizo , y la remi-
tió al dicho mi Consejo de las Indias , y por ella parece
no resultó contra e'l , ni contra ninguno de sus criados,
»i allegados cargo , ni culpa alguna de que podérsele
hacer , ni hubo demanda , querella , ni capítulo , antes
constó haber procedido el dicho Don Juan de Palafox
y Mendoza en el uso , y exercicio de los dichos cargos
con la re&itud, limpieza , y desintere's , que de tan gran-
de , y atento Ministro , y grave Prelado se debia espe-
rar , executando en todo mis reales cédulas , y órdenes,
y
7*
y procurando el aumento 3e mí real Hacienda , conser-
vación , y quietud de aquellos reynos , buen tratamien-
to de sus naturales , autoridad de mi real Audiencia de
México , y administración de la justicia , obrando to-
do lo que le pareció conveniente, y necesario al bien
público , y servicio de Dios nuestro Señóte y mió , con
el zelo , amor , y desvelo , que de persona de su calidad,
puesto, y obligacionessedebia esperar. Por todoioqual, en -
la sentencia , que se pronunció por los del dicho mi Con-
sejo en esta residencia en 8 de Agosto de 552 , confir-
mó la que el dicho Juez dio en México , en que le de-
claró por bueno , redo , y limpio Ministro , y zeloso
del servicio de Dios , y mió , y merecedor de que le
premie los servicios que me ha hecho en el uso , y exer-
cicio de los dichos cargos , honrándole con iguales , y
y mayores puestos. Y habiéndole yo hecho merced , en
consideración de sus muchos , y buenos servicios , y de
los motivos , y causas referidas por resolución de Con-
sultas de mi Consejo de Cámara de las Indias de 4 de
Septiembre de este presente año, de una Encomienda de
2%. ducados de renta en Indios Vacos por dos vidas, con*
forme á la ley de la succesion , para que pudiese dis-
poner de ellos en alguno de sus sobrinos , ó sobrinas, se-
ñalando luego la persona en quien ha de correr la pri-
mera vida 5 por memorial , que ha presentado en el di-
cho mi Consejo ei dicho Don Juan de Palafox y Men-
doza , ha nombrado á Don Juan de Palafox Cárdena,
hijo mayor , y heredero del Marques de Ariza , mí
Mayordomo , y de la Marquesa Doña María de Car-
dona su muger , y me ha suplicado , que la merced de
los dichos 2®. ducados de renta , que así le tengo hecha
la sitúen en esa Provincia con las atenciones de haver yo
hecho esta gracia á Ministro , y Consejero mió , y Visi-
tador General délas Provincias de ia Nueva España,
y
?7
y haberlas gobernado con los demás puestos , en que
ha procurado cumplir con las obligaciones de buen va-
sallo , Ministro , y criado mió. Y habie'ndose visto todo
por los del dicho mi Consejo de Cámara de las Indias,
teniendo presentes los servicios , motivos , y causas refe-
ridas : he tenido por bien de dar esta mi cédula , por la
qual os mando, que atendiendo también vos á ellos
en los Indios, que hubiere Vacos, ó que primero va-
caren en esta Provincia , situéis , y señaléis con efec-
to , y brevedad al dicho Don Juan de Palafox y Cár-
dena los 2®. ducados de renta , para que ios goze por
su vida , y la de un heredero , conforme á la ley de la
succesion , con las cargas , y obligaciones de Encomen-
dero , según se dan las Encomiendas en esos reynos,
que así es mi voluntad. Y porque por certificación de
Pedro de León , mi Secretario , y Contador de la razón
de mi Hacienda , á cuyo cargo están los libros de ia
Media Anata en esta Corte , ha constado , que en los
dichos libros está la seguridad , que se ha dado por el
dicho D.Juan de Palafox y. Cárdena, de que quando lle-
gue el caso de situarle estos zd. ducadosde renta , pagará
en mi caxa de esa Provincia id, ducados de plata por los
mismos que tocan á la Media Anata de esta merced:
los 500 al tiempo de situarle antes de entregársele el
despacho , y, los otros 500 el primer mes del segundo
año de como hubiere entrado en el goze de ella , y que
presentará en mi Contaduría de este derecho testimo-
nio en todas las ocasiones de venir á estos rey nos Flota,
ó Galeones por donde conste si se le han situado , ó
no ios dichos 2®. ducados , ó parte de ellos , y de ha-
ber pagado en mi caxa de esa Provincia la cantidad de
maravedises , que correspondiere á este derecho , como
mas particularmente se contiene en la Escritura , que
sobre esto se otorgó. Y en esta conformidad mando á los
Tom. VL. Jn Pfc
N
7r
Oficiales de mi Hacienda de esa Provincia cobren los
dichos i©, ducados de Media Anata del dicho Don
Juan de Palafox y Cárdena á los plazos referidos, y que
de su succesor en la segunda vida cobren asimismo lo
que debiere , conforme á lo dispuesto en las reglas de
mi Arancel , y órdenes que están dadas 3 y que guar-
dando precisamente su tenor , y forma , lo remitan á es-
tos rey nos como lo fueren cobrando , con relación par-
ticular de lo que procede : que así es mi voluntad ; y
que tomen la razón de la presente mis Contadores de
cuentas , que residen en mi Consejo real de las Indias,
y los Oficiales de mi Hacienda de la dicha Provincia de
Guatemala. Fecha en Madrid á 9 de Noviembre de
165 3 años : = Yo el Rey : zz Por mandado del Rey
nuestro Señor c Gregorio Leguia : ■=. Señalada de los
del Consejo de Cámara de las Indias. Madrid 9 de No-
viembre de 1653.
NOTA DEL EDITOR.
Xj a real carta que sigue de nuestro augustísimo , y pia-
dosísimo Soberano , acredita plenamente, que lo que ex-
pusieron los Jesuitas sobre que los señores Reyes Car-
los II.0 y Felipe V.° mandaron á sus Embaxadores en Ro-
ma suspendiesen las diligencias que estaban haciendo con
la mayor eficacia para la Beatificación del Ilustrísimo se^
ñor Palafox , no fue por lo que expresan , sino por cau-
sas mas superiores ■> como fueron las desavenencias ocur-
ridas entre aquella , y nuestra Corte por los asuntos de
Dataria, y otros que son públicos : de modo, que salió el
Nuncio de España , se cerró la Nunciatura , y quedó sin
uso el comercio de las dos Cortes j hasta que el gran
Luis XIV*0 de Francia, medió en aquellas controversias, y/
. con-
■ m 19
concurriendo á París por Roma Monseñor Aldrobandi,
y Don Joseph Rodrigo por España , después de dispu-
tar la materia por una y otra parte vigorosamente, se so-
segó todo , y volvieron á correr los negocios como se
deseaba.
. Estas fueron las verdaderas causas para suspender
aquellas diligencias que pintan á su modo los Padres Je-
suítas j como se ve claro en la siguiente
CARTA
DEL RET NUESTRO SEÑOR,
ESCRITA A SU SANTIDAD,
Interesándose en la Beatificación del Ilustr ¡simo Señor
Don Juan de Palafox.
SANTÍSIMO PADRE.
-Lia firme idea en que estoy de que serán gratos á los
ojos de Dios , y de todos los Católicos los pasos que de
mi parte se dieren para apresurar la causa de la Beatifi-
cación del Venerable Obispo de Angelopoli D. Juan de
Palafox , y elexemplo que me han dado en esta misma
solicitud mis gloriosos progenitores , como también las par-
ticulares circunstancias que concurren en mi , para soli-
citar con los mayores cuidados una causa , en la que no
solo se Interesa el bien , y la edificación de la Iglesia , si-
no también el lustre, y explendor de la nación Española:
Me obligan á exponer humildemente d V, Sd. quánto agrade-
cimiento , y consolación me causara que en el tiempo feliz del
Pontificado de V. Sd. y en mi Reynado , se pudiese ver sobre
los altares uno de los exemplares siervos de Dios , que con sus
Lz be-
8o
heroicas virtudes , y escritos insignes , ilustró y sirvió a la
Iglesia Católica,
Animados los Reyes de España mis predecesores del
mismo zelo , y santo fin , que ahora me mueve á recur-
rir á V. Sd. dieron en diferentes ocasiones las órdenes mas
estrechas a sus Ministros en Roma , á fin de que pasasen con
los sumos' Pontífices todos los oficios necesarios para el ade-
lant amiento , y feliz, éxito de esta causa. Y si bien la com-
plicación de algunas circunstancias , que no tenian co-
nexión con lo substancial de dicha causa , los obligó al-
gunas veces á ordenar la suspensión de aquellos oficios,
no por esto perdieron de vista un tan santo , y glorioso
intento : Y siendo así , no será extraño á V. Sd. que yo
implore con todas la veras de mi corazón , á fin de que
se digne proteger , y promover esta causa con aquel ze-
lo , prudencia , y sabiduria, con que para bien de su Igle-
sia ha dotado Dios á V. Sd.
La obligación en que su divina Magestad me ha
puesto , no solo de proveer á mis fieles amables vasallos,
con el mejor gobierno que me es posible, sino también de
procurarles modelos de virtudes insignes que imitar , au-
torizadas, si es posible, de la declaración de la Iglesia: m*.;
hace dirigir con toda eficacia á V. Sd. esta humilde re-
verente súplica, la qual presentemente creo tanto mas
necesaria , quanto considero habrá podido hacer alguna
impresión poco ventajosa á la memoria de tan venerable
Obispo en el ánimo de algunos poco instruidos, la pro-
videncia dada en el año pasado de 1755* por uno de. mis
Tribunales de quemar públicamente algunos escritos
del mismo Prelado , únicamente porque habian sido
impresos sin las licencias ordinarias 5 providencia , que
no he podido dexar de desaprobar , por el peligro en
que ha puesto á los incautos de confundir el verda-
dero , y único motivo que hubo para, aquella resolu-
ción,
8i
cion , con los otros que pudieron por acaso imagi-,
narse.
Espero del favor de V. Sd. que se dignará condes-
cender benignamente á mis súplicas , y que continuará
en darme las mismas pruebas que hasta ahora he merer
cido de su paternal amor , y benevolencia.
Nuestro Señor guarde á V. Sd. muchos años como
deseo , y es necesario para el bien de la Christiandad.
san Ildefonso 12 de Agosto de 1760 = de V. Sd. muy
humilde , y devoto hijo = Don Carlos por las Gracia,
de Dios , Rey de las Españas , de las dos Sicilias , y
Jerusalen, que besa sus santos pies y manos s El Rey =5
Ricardo Wai =
Wh
*3
REPRESENTACIÓN
••■- ...
SOBRE EL PATRONATO REAL,
QUE DIO MOTIVO
A LAS NOVEDADES DEL AÑO DE if 35.
P DADO
P05 DOiV SANTIAGO RIOL.
SEÑOR. £
-LJon Santiago Agustín Riol, Secretario de V. M. , yOfí-
cial tercero de ia Secretaría del real Patronato , puesto á
los reales pies de V. M. dice : Que de orden, y con direc-
ción del Marques de Mejorada , y de la Breña , (siendo
Secretario del real Patronato ) á mucho tiempo que está
entendiendo en el reconocimiento de los papeles de h
misma Secretaría para formar con entera comprehension
un libro en que este'n distinguidos con claridad cada uno
de los apreciables derechos , que comprehende la sobera-
na Regalía de Patronato , su origen , calidad , y circuns-
tancias , y lo que ha ocurrido en todos tiempos sobre su
uso , provisión , y defensa.
Las causas que obligaron al Marques para este inten-
to , fueron gravísimas > pero las mas principales , que ins-
taban eran haber penetrado á poco tiempo , que entró á
servir la Secretaría , que por la confusión , y desorden
<^ue padecían los papeles , resultaban irreparables per-
luí-
«3
juicios en común á todos los derechos de Patronato , y
sus determinaciones , por no haber instrumentos que los
declarase , ni regla fixa por donde afianzar el acierto de
ellas. Que la mala forma , que desde el origen se tuvo en
colocar los de la Secretaría , produxo una fea obscuri-
dad , y la en que se llevaron los antiguos al Archivo de
Simancas , un tan perjudicial olvido , que no quedó la
menor luz de su contexto. Y para ocurrir á estos daños,
restaurar lo perdido , aclarar lo dudoso , mantener lo
existente, y oponerse á los abusos introducidos contra
estas soberanas regalías en Roma , y los Tribunales Ecle-
siásticos , juzgó era preciso se formase un compendio ge-
neral de todas las consultas , y papeles mas principales,
para que la Secretaría tuviese á la vista siempre todas
las noticias é instrumentos que los señala j por ser ella el
único deposito , á quien está confiado este inestimable
tesoro , y á solo su informe la determinación de muchas
cosas graves.
Para la execucion de todo lo referido , eligió al su-
plicante por la experiencia que tenia de estos papeles , y
la aplicación con que los habia manejado /dándole todas
las instrucciones , que habia de observar para el mayor
acierto j el qual , alentado del exemplo del Marques , y
deseando corresponder á la confianza, dio principio á
esta obra en el año de 1697 , especulando y reconocien-
do todos los papeles 5 y habie'ndolos ordenado , y rotu-
lado para su gobierno , pasó á compendiar ios dos prime-
ros libros ^ y todas las consultas desde el año de 1555
(que son los mas antiguos) hasta el año de 1702 inclu-;
sive , expresando el asunto de la consulta , el parecer de
la Cámara , y la resolución de V. M. tan puntualmente,
que por solo la noticia del compendio , se adquieren las
mismas, que encierra cada una de las consultas , y asien-
to
84 . :-•
to de los libros ; sobre que tiene escritas de su mano cerca
de tres mil hojas , sin haber faltado por este motivo á la
asistencia de la Secretaría.
Aunque de-esta diligencia se ha conseguido la noticia
de estos papeles , no se ha logrado nada de lo que se ne-
cesita para el fin con que se executó > pero se ha reco-
nocido con mayor individualidad, que lo que el tiem-
po y el olvido tenian sepultado entre el polvo , y la con-
fusión , ha manifestado que los daños que padecen estas
apreciables regalías , son sin comparación mas graves de
lo que se pudo creer jamas 5 que las Abadías , y otras
piezas Eclesiásticas usurpadas al Patronato , exceden en
número á las que hoy representan : los abusos introdu-
cidos de perjudiciales conseqüencias , y fiaalmente tan
indefensos estos derechos , que no poniéndose pronto , y
eficaz remedio, insensiblemente quedarán abolidos en la
mayor parte. Todo procede de una sola raiz , que es la
falta , y desorden de los papeles mas principales ( como se
ha dicho) y para descubrirla es necesario profundizar
mucho , y dar todas las noticias que su cuidado , y su
desvelo , ha adquirido así dentro , como fuera de la
Secretaría , en que es preciso dilatarse mas de lo que
permite jo limitado de una reverente representación , que
espera sea del real agrado de V. M. por dirigirse solo á su
real servicio.
El intento es gravísimo por sus circunstancias , y por
ser esta la vez primera, que procuran sacar de la obscuri-
dad en que han estado sumergidas, y reconociéndole des-
proporcionado a su comprehension, le reduce á cinco pun-
tos para hacerla mas perceptible.
En el primero propone (como vasa fundamental ) las
principales partes de que consta el real Patronato > las
precisas circunstancias , que deben concurrir para su
acer-
8*
acertado uso ; y los riesgos , que de ignorarse pueden
padecerse.
En el segundo , lo que en todos tiempos se ha execu-
tado para el aumento, conservación, y defensa de estas
importantes regalías.
En el tercero, ios varios accidentes, que concurrieron
á la ruina de estos derechos, y motivaron su extenuación,
y á que enteramente se haya perdido la noticia de todos
los papeles mas importantes.
En el quarto , el lastimoso estado á que están reduci-
dos al presente estos derechos, y los principales daños, que
experimentan.
Y en el quinto y último, lo que convendrá se execu-
te para su reintegración y restablecimiento.
§. I.°
-ü 1 real Patronato Eclesiástico es un conjunto de muchos
derechos , y regalías de muy estimables qualidades : es la
piedra mas preciosa que adorna, y ilustra la real Corona
de V. M., y que en todos tiempos ha sido muy atendi-
do , y estimado de los señores Reyes. Están comprehen-
didos debaxo de esta soberana Regalía todos los dere-
chos del mismo Patronato , los quales son muchos en
número , y distintos en calidad y circunstancias. Unos
tuvieron su origen en la superioridad de la Corona de que
son inseparables. Otros adquiridos por fundación , do-
tación , conquista , cesión de los pueblos , y otros títulos;
y ios demás por concesión de la santa Sede en virtud de
Bulas, y Indultos Apostólicos , como gracia expresa , ó
por confirmación en el derecho adquirido j y aunque
todos residen debaxo de la suprema autoridad de V. M.
usa de ella con distintos respectos como Soberano , como
Patrón , ó como Protector > y k exeree en cáela uno ab-
Tom. VI. M so-
26
soluta ó limitada, sengun la calidad, y circunstancias
del mismo derecho , á las quales debe ceñirse preci-
samente.
Consta cada uno de muchas partes , como son la pro-
visión de personas, conocimiento de sus causas en justi-
cia, gobierno , y economía para su conservación.
En unos , para el pleno uso obra solo la real Juris-
dicción de V. M. , y en otros concurre con la Eclesiásti-
ca $ con que para saber el número de todos estos derechos,
es preciso haya instrumentos que los señale , y para el
acertado modo de su uso , es indispensable la fundamen-
tal noticia de su origen , especie y circunstancias , y lo
que se ha executado en todos tiempos ; porque faltando
esta , de necesidad se ha de incidir en dos evidentes ries-
gos , ó que V. M. dexe de usar el derecho absoluto que
tan justamente adquirieron sus gloriosos progenitoresj
ó que exceda V. M. de los precisos límites de su juris^
dicción , en perjuicio de la Eclesiástica , y de su real
conciencia.
El número que incluye cada uno de los derechos , es
dilatadísimo , y la importancia de conservarlos , y exer-*
cerlos, todos , de admirable conseqüencia. Logra V. M.
el poder de distribuir muy crecidos premios para todo
ge'nero de méritos. Las Iglesias que este'n gobernadas , y¡
servidas de varones do&os y santos. El reyno, que se evi-
te la extracción de la moneda 5 y el resto de los vasallos,
el goze de sus crecidas rentas,
§.n.°
J-ias diligencias que se han hecho en todos tiempos pa-
ra averiguar el número , calidad , y circunstancias de
todos los derechos , que incluye el real Patronato , rein-
te-
s7
tegrarlos, y defenderlos , han sido muchas: y aunque de
los papeles de la Secretaria consta de algunas, se ignoran
los efectos que produxeron. Eligiéronse para este fin va-
rones sapientísimos, dándoles los despachos, e' instruc-
ciones necesarias para el acierto.
Los señores Reyes Católicos Don Fernando el V.0,
y Doña Isabel , ( á cuya vigilancia se debe la exaltación
de estas regalías ) reintegraron al Patronato muchos de-
rechos , que el descuido antecedente habia dexado per-v
der. Obtuvieron la presentación de todos los Arzobispa-
dos , y Obispados de estos rey nos : aumentáronle con la:
erección , y dotación de tantas Iglesias Catedrales , Co««
legiales , y oirás , como compreíende el dilatado reyno
de Granada ,. y Oran , que ganaron á los Moros , y
otros derechos muy importantes. Nombraron á D. Juan
Carrillo de Toledo su Capellán , Abad de Alfaro , y;
Chantre de Cádiz , para que averiguase los derechos, y
piezas Eclesiásticas de su presentación ; cuya diligencia
(aunque no se sabe si fue general) consta la executó en
el Obispado de Calahorra , de la qual pudo ser resultase
la declaración que hicieron estos gloriosísimos Reyes por
ley expresa , que las Iglesias de las Montañas , que se lla-
man Monasterios, ó ante-Iglesias, ó feligresías, eran de su
real provisión > y porque algunos de los señores Reyes
sus predecesores , intentaron perjudicar y derogar este
derecho , haciendo merced de ellas por juro de heredad,
revocaron estas mercedes dexándolas vitalicias , para pro-j
Veerlas luego que vacasen.
El número de las Iglesias, que comprehende este de-
recho es dilatadísimo , porque se incluyen en el las de
iVizcaya , Alaba , Guipúzcoa , y Montañas , y los na-
turales reciben por gran merced el que V. M. les honre
con el Patronato de. una de estas Iglesias, porque ade^
mas
mas de llevar los diezmos de ellas , (siendo seglares ) tic*
nen la presentación de los Beneficios, y sirvientes, y otras
preheminencias de gran estimación ; y el estado que tie-
ne ál presente, se dirá en el punto quarto.
El señor Emperador Carlos V.° atendió con especial
cuidado á la conservación, y aumento del Patronato.
Consiguió del Papa Adriano muchos indultos á favor
de el , y entre otros el de presentar S. M. , y sus succe-
sores todas las Abadías , Prioratos , y Prebendas que
constasen haber sido Monasterios de Varones , que lla-
man Consistoriales , que son muchas , y de crecidas ren-
tas , y en su tiempo se continuó la averiguación antece-
dente , para lo quai obtuvo Bula de Clemente VII.° en
favor de los que tenian cargo de buscar las Bulas , y Es-
crituras pertenecientes al Patrimonio real. Promulgó ley
para la forma de conservarse las casas y hospitales de
san Antón , y san Lázaro que eran de su real Patronato;
y prohibió con graves penas, que ninguno , sin presen-
tación de S. M. impetrase ninguna de las Iglesias , Dig-
nidades , Beneficios , ni Capellanías de su real Patronato,
ni constituyesen pensión en ellas.
El señor Don Felipe II.0 deseando que todos estos
derechos tuviesen la integridad conveniente , formó el
Consejo supremo de la Cámara en el año de 1588 , dán-
dole instrucción para el despacho de los negocios , que
le cometió , y recomendó con especialidad el cuidado de
los del Patronato, como lo executaba con cada uno de
los Presidentes , y Ministros , en el ingreso de sus em*
pieos.
Continuáronse en su tiempo con gran viveza , fru-
to y excesiva costa > las averiguaciones de todos los dere-
chos, y presentaciones que le pertenecían como funda-
doi,; dotador ^conquistador, y los demás títulos.
Á
*9
Á este fin nombró diferentes sujetos de carader , y
sabiduría , y consta en la Secretaría , que se cometió al
Licenciado Rosales , que fue dignidad de Malaga , que
reconociese todos los Archivos generales , y particulares
de España , ordenándole que los privilegios , escrituras,
instrumentos , y demás papeles que tocasen al Patronato,
los recogiese originales , ó copiase legalizados, como pa-
rece lo executó , y lo que produxo está en el Archivo de
Simancas.
Al mismo tiempo que en España se hacían estas di-
ligencias , envió á Roma á Juan de Berzosa , ( que fue
en aquel siglo de los de mayor erudición , y muy ver-
sado en las lenguas) para que buscase en los Oficios , y
'Archivos de aquella Curia, todo lo que pudiese con-
ducir al intento , en que gastó mucho tiempo y di-
nero i y fue tal su aplicación , que de los Ins-
trumentos , y Bulas que recogió , se formaron veinte y
tres tomos grandes , que están en el Archivo de Si-
mancas.
Al Dodor Hernando Suarez de Toledo ( siendo del
Consejo real) mandó pasase á Vizcaya , Alaba , Guipúz-
coa, Encartaciones , y Montañas á la averiguación de las
Iglesias , y Ante-Iglesias que eran de su real presenta-
ción j cuya diligencia executó como se debe creer de su
carácter.
A -Don Martin Córdoba se cometió la averigua-
ción de las Abadías , Prioratos , y Monasterios Con-
sistoriales , y habiendo dado principio , cesó por haber,
sido promovido al cargo de Comisario general de la
«Cruzada.
Prosiguió esta diligencia el Dodor Don Gerónimo
de Chirivoga , Deán de Salamanca , y la executó con
toda aplicación en las Diócesis^ de Oviedo , Astorga,
Tom. VI. N Oren-
9°
Orense , Tuy , Mondoñedo , Lugo , y Santiago. Re-
conoció todos los Archivos de sus Catedrales, Colegiales^
los de los Conventos Monacales , y los demás de que tu-
vo noticia : recibió informaciones , copió privilegios , y
escrituras , y hizo las diligencias posibles para lograr ern
teramente el fin de su comisión.
Ademas de las diligencias referidas, se hicieron otras
muchas para averiguar las casas , y Encomiendas de san
Antón , Hospitales de san Lázaro , y otros del real Pa-
tronato.
Y finalmente , fue tal el cuidado, que se puso para
"restablecer estos derechos , que Francisco González de
Heredia , Secretario del real Patronato , representó al
señor Felipe 111.° en papel de n de Agosto de i6i-i,
que las Prebendas , y piezas Eclesiásticas , que se habían
acrecentado al Patronato en su tiempo , pasaban de mas
de 5®. ducados de renta al año , cuyo gran servicio exe^
cuto por la aplicación , que tuvo á este intento en los
muchos años , que manejó los papeles de la Secretaría,
en la quai comenzó á servir desde sus primeros años , y
en la Ínfima plaza de ella.
Esto es lo que consta que se executó ; pero se ignora
lo que produxo en la mayor parte , por no haber queda-
do razón alguna de estos papeles , por los varios acciden-
dentes , que expresará el punto que se sigue.
§. III.0
J-ios accidentes , que han concurrido á la ruina de estos
derechos , y motivaron su extenuación, y que enteramen»
te se haya perdido la noticia de todos los papeles mas
importantes , y los que se causaron en las diligencias ex-
presadas, han sido varios , y lastimosos j y de ellos, co*
HIO
91
mo de causa capital , proceden todos sus daños , y em-
barazan la consecución de el intento de reintegrarlos. Pa-
ra declararlos, propone el estado , que tenían los pape-
les universales antes que se formase el Archivo de Si-
mancas : los motivos , que hubo para su construcción,
y el modo con que se recogieron en e'l todos los papeles
antiguos, que pudieron hallarse : las órdenes, que se die^
ron para que se fuesen llevando á el todos los que se
criasen después : los perjuicios , que resultaron de la
forma de executarlas , y los inconvenientes , que se
han seguido de no haberse llevado de algunos años á es-
ta parte.
El estado, que tenian los papeles universales antes
de la formación del Archivo de Simancas , fue tan lasti-
moso , que no tan solo ha llorado España este descuido,
sino, que mereció por el , que las naciones extrangeras la
hayan tenido por barbara. No habia mas archivos se-
ñalados para su custodia , y seguridad , que las casas de
los Secretarios , y personas de este ministerio. Con las
mudanzas de las Cortes se perdieron muchos , y la ma-
yor parte de los que quedaron perecieron al furor de las
Comunidades , abrasando con crueldad los que cayeron
en sus manos : los que se libraron de ellas dieron en otro
riesgo , que fue guardarlos en cuebas , y otros parages,
que ó se hallaron pocos , ó los consumió el tiempo.
Continuóse el desorden de esta dañosa , y envejeci-
da costumbre hasta el año de 1 5 óé , que manifestó sus
efe&os un caso no pensado. Estando el señor Rey Don
Felipe II.0 en la fábrica del Monasterio de san Lotenzo,
le representó unSacerdote,que con motivo de asistir á un
Escribano de Cámara de Valladolid para ayo de sus hijos,
y tener su quarto contiguo al hueco de una grande esca-
lera , cerrado de un ligero tabique , vio por una rotu-
N2 ra
xa que estaba lleno de papeles , y habiendo querido cbn
curiosidad reconocer algunos , halló á los primeros las
capitulaciones matrimoniales de los señores Reyes Ca-
tólicos , las demarcaciones de Indias , y otros de gran
importancia, para los derechos de la Corona. Que en los
desvanes , y en lo mas despreciable de la casa , habia
otros muchos como arrojados , que podian ser de tal ca^
lidad , que no merecieron este olvido. Con esta noticia,
y otro pretexto , mandó S. M. se reconociese la casa.
En toda ella se hallaron papeles de gran consideración;
y en la cueba dentro de una cuba, los de mayor impor-
tancia , para el real Patronato 5 y se llaman hoy los de la
cuba, por cuyo nombre ios conocen los que asisten al
Archivo.
Este fue el principal motivo para la fundación del
Archivo de Simancas. Nombré S. M. por Secretario de
el á Diego de Ayala , Oficial de Estado , y dio orden
para que de todas las Secretarías , y Oficios reales , se
llevasen á el los papeles que habia en ellos ; lo que se
executó con tanta celeridad , que ó no se previno , ó no
hubo lugar para dexar en ellos la menor noticia de su
contexto , y á los Virreyes , y Justicias del reyno , que
cada uno en su distrito hiciese reconocer los papeles im-
portantes á la Corona , y á los que en las revoluciones
del año 15 19 se habian ocultado , y que todos los re^
mitiesen á las reales manos, que los hacia consignar en
el Archivo , y en poco tiempo se aumentó tanto , que en
el del señor fundador estaban llenas catorce salas muy
grandes.
Mandó, que de tiempo en tiempo se fuesen llevando los
que se creasen después , y se entregasen al Secretario del
Archivo, sin mas instrumento, que un simple recibo suyo*
Los que expresan dexaron son tan concisos , que solo el
nú-
93
número de legajos que recibieron , lo acredita. Repitió-
se esta diligencia con la misma obscuridad , y poca pro-
videncia j con que se ignoran los papeles antiguos , y mo-
dernos que hay en el Archivo 5 por cuyo motivo , ni la
Cámara puede pedir los que necesita , ni enviarlos el Se-
cretario , y para el uso y inteligencia de ellos sirven de
lo mismo , que si estuviesen en su antigua confusión , y
ocasionan los mismos perjuicios.
Los inconvenientes de no llevarse son muchos, por-
que de la execucion de la orden referida, quedó la cos-
tumbre de tratarse los papeles en los Oficios reales con
poco cuidado , mirándolos los que los manejaban , no co-
mo conveniencia á su importancia y obligación , por con-
siderarlos como de prestado en ellos en el Ínterin que se
llevaban á Simancas , donde creían era su centro ; y como
ha muchos años que no se hace esta diligencia con los de
la Secretaría , se han aumentado en gran número , y es-
tán confundidos unos con otros ; de forma , que quando
se busca alguno , no se halla 5 cuyo defecto es común , y
los daños sino exceden igualan á los antiguos , como con
gran dolor se experimentan; pero mas particularmente en
los derechos de Patronato.
A estos motivos le llegan otros de no menor conside-
ración , fundados en las distintas formas que ha habido
en el despacho , y expedición de los negocios de Patro-
nato. Antes del año de 1588 corrieron las consultas de
los Obispados , Prebendas , y lo demás que tocaba á plei-
tos de justicia , al arbitrio de un Secretario , que llama-
ban de la Iglesia. Este comunicaba las dudas , que se le
ofrecían con los dos Consejeros de Cámara , que había,
entonces , los quales señalaban las ce'dulas, y provisio-
nes que resultaban de su acuerdo > otras veces con el
confesor , porgue no habia Tribunal destinado para
ellos.
9* — i
ellos. Los de justicia se trataban , y resolvían en el Con-
sejo real sin concurrencia del Secretario de la Iglesia , y
por los oficios de los Secretarios , ó Escribanos de la Cá-
mará en la forma, que los demás de su instituto.
Erigióse la Cámara en el año de 1588, cometiéndo-
le el conocimiento , y plena jurisdicción sobre todas las
causas del mismo Patronato , y desde este tiempo has-
ta hoy se han restaurado muchas Prebendas , y Rega-
lías por la aplicación , y zelo de tan doctos , y recios
Ministros como ha tenido y tiene, y si no se ha lo-
grado su entero restablecimiento , como lo procura siem-
pre , es por los motivos antecedentes , y por otros que
han sobrevenido.
Hasta este tiempo no hubo razón en forma del nú-
mero de las Prebendas del Patronato , porque en la ins-
trucción que dio el señor Don Felipe II.0 á la Cámara,
mandó que el Secretario del Patronato formase un libro
en que estuviesen por buena orden todos los Arzobis-
pados , Abadías , y demás Prebendas con noticias de su
valor , y circunstancias. Executóse en virtud de varios
informes , pero como no hubo mas sólidos fundamentos,
y falleció antes de acabarle el Secretario Francisco Gon-
zález de Heredia ( que habia trabajado mucho) quedó
imperfecto , y sus noticias quasi inútiles.
En el año de 1 6 14 se separaron de la Secretaría la ele
Ordenes , y Descargos , que andaban juntas , llevándose
los nuevos Secretarios ios papeles de ellas , y los del Pa-
tronato á Simancas con la misma confusión. Faltó por
este motivo la noticia de lo que se habia trabajado has-
ta este tiempo , y lo que la Cámara habia procurado es-
tablecer , y desde entonces comenzaron nuevos abusos,
que hoy se miran sin extrañeza , y se toleran como cos-
tumbre.
Aun-
9S
Aunque de todo lo referido puede conocerse con
evidencia el lastimoso estado á que están reducidos todos
los derechos de Patronato, tocará muy ligeramente algu-
nos de los principales , que se experimentan así en per-
juicio de la soberana Regalía de V. M. como del univer-
sal de los vasallos.
Las Prebendas usurpadas á la real Provisión de V. M..
en cada uno de los derechos que comprehende el real Pa-
tronato, son excesivas. De las Abadías, y Prioratos Con-
sistoriales , que averiguó el Do&or Chirivoga , que pa-
san de mas de doscientos , no se proveen diez, conque
quedando las restantes á provisión del Pontífice , ú otros,
se ha de seguir de necesidad , que los que pretenden en
aquella Corte gasten el tiempo , que podían emplear en
sus estudios , ó en servir á V. Me: que el dinero salga de
España en excesivas cantidades , y que las Iglesias estén
servidas de Idiotas , y las almas mal gobernadas > con
que aunque los Obispos sean tan doctos , y santos co-
mo san Agustín , no puedan evitar estos perjuicios. De
los Patronatos de Vizcaya , Alaba , Guipúzcoa , y Mon-
tañas , que averiguó el Doctor Hernando Suarez de To-
ledo que eran mas de doscientos cincuenta , no se presen-
tan treinta , no obstante haber quedado por la ley citada
reducidos á vitalicos 5 de que se sigue faltar á V. M. el
motivo de este estimable precio : á los naturales de méri-
to la esperanza de conseguirle , y al derecho de la media
Anata este crecido ingreso.
De todas las Encomiendas , y casas de la Orden de
san Antón , que hay muchas en Castilla , no se presen-
ta ninguna , y á este modo son comunes las usurpa-
ciones.
De los Espolios de los Obispos , y de las rentas de
las vacantes, de las Iglesias, se han apoderado enteramente
de
9*
de ellas los Sumos Pontífices , contra muchas decisiones
conciliares , y contra el derecho , que V, M. tenia á dis-
tribuirlas , como consta io hicieron los señores Reyes
predecesores.
Y finalmente , en todos los derechos , que han que-
dado subsistentes , se han introducido tan perjudiciales
abusos , que están, ó totalmente desfigurados de su exce-
lente qualidad , ó en próximo evidente riesgo de perder-
se , por faltarles los instrumentos principales, en que es^
tan afianzados j y por no haber clara noticia de su cali-
dad , y circunstancias , se contradicen las resoluciones
unas á otras , incurrie'ndose en repetidas perjudiciales
equivocaciones j por cuyos motivos se abre puertas á las
intrusiones , y abusos , y se imposibilita mas cada dia
su conservación , y defensa , sobre que pudiera deducir
tnuchos casos.
§. v.«
o
p
ara el remedio de todos estos gravísimos perjuicios,1
y conseguir la reintegración , y restablecimiento de estas
apreciables regalías , y derechos , creyó el Marques era
conveniente la formación del libro referido , en que es-
tuviesen distinguidos con claridad cada uno de los expre-
sados derechos , su origen , calidad , y circunstancias, y
loque ha ocurrido sobre su uso , provisión , y defensa,
uniendo los de cada especie > y los adquiridos por Bulas,
ó otros instrumentos , ponerlos por cabeza al principio
de su relación , con individual noticia de las piezas Ecle-
siásticas , que comprehenden , y se presentan hoy ; las
que consta de las averiguaciones referidas, están usurpa»
das, las que se litigaron, y el estado de sus litigios. Y con
esta claridad todos los derechos.
Los Arzobispados, y Obispados de Castilla, los Pre-
; ¿a-
91
lados, que ha habido en ca¿a Iglesia , sus elecciones,
promociones , y instancias respectivas á su dignidad , ó
ásus personas : la pensión, que se cargó á cada uno, sus
dexaciones , privaciones , dispensaciones , renuncias , co-
adjutorías , y las providencias que se dieron para obli-
garles á la residencia de sus Iglesias , y al cumplimiento
de su pastoral oficio.
Las Capillas reales , su fundación , dotación , y car-
gas de ellas , y el número de Capellanes , y Ministros,
que debe haber.
Lo que ha habido sobre oponerse á las instruccio-
nes perjudiciales contra estos derechos, intentadas en Ro-
ma , en la Nunciatura , y Tribunales Eclesiásticos , y las
demás cosas incidentes , y dependientes del Patronato,
que han de declararse por Índices, para que por este me-
dio propusiese la Secretaría con sólidos fundamentos; la
Cámara consultase con los mismos , y V. M. resolviese
con acierto; lo que no se puede executar sí se yerra el
primer paso , como repetidamente ha sucedido.
Para conseguir este fin , no hay en los papeles de la
Secretaría todos los que se necesitan , como se ha proba-
do, y es preciso pasar ai Archivo de Simancas , y reco-
nocer el del Consejo real , y los demás donde se creyese
podran hallarse papeles del Patronato; y después de re-
conocerlos , y compendiarlos , como se ha executado con
los de la Secretaría , formar de todas sus noticias el li-
bro referido , que sirva de Becerro.
El intento es gravísimo , el trabajo , y tiempo , que
será necesario para ponerle en perfección, muy dilatado,
pero los frutos , que resultarían en favor de los derechos
de Patronato , serian maravillosos , á cuyo fin se sacrifi-
caría gustoso todo lo que le durase la vida , siendo el
premio que pudiera solicitar , hacer á V. M. esta demos-
Tom.VI. O tra-
tracion de sus ardientes cíeseos á su mayor servicio , por
la estrecha obligación de %1 vasallo , y criado de V. M. ,
y que se lograse en sudichoso, y feliz rey nado la conclu-
sión de esta obra, y que ella fuese exemplar para conocer,
y remediar los graves perjuicios que resultan en común,
y particular de el desperdicio con que se tratan gene-
ralmente los papeles mas importantes de la Monarquía,
sobre que pudiera referir casos muy lastimosos.
Suplica humildemente á V. M. se sirva admitir con
su real piedad este ligero tributo de su insuficiencia por
el fin á que se dirige > &c.
DISERTACIÓN CRITICO HISTÓRICA,
Sobre la causa de la alevosa muerte del joven D.Garci-
Sanchez , último Conde de Castilla.
POR
10RENZ0 MARÍA DE V1LLARR0EL RUIZ DE ALARCOÑ^
Marques de Palacios^ Vizconde de la Frontera , y San-
taren , de la real Academia Historigeogr aflea
de la ciudad de Valladolid.
n ■
SEÑOR.
F
uera animosidad temeraria hablar en esta real Aca-
demia , á presencia de tan sabio erudito , noble , y res-
petable concurso, si la superioridad de un precepto , no
hiciese obligación lo que parece osadía.
Á la verdad , por quaiquier parte, que quiera es-
ten-
99
tender la vista , lie de tropezar con el amor , con el res-
peto , y con mi desconfianza.
Para todo ofrece este gran dia , y las singularísimas
circunstancias que le rodean , motivos superiores á la
penetración , y á la eloqüencia. Dia grande, que intere-
sa á todos los Españoles , y aún á muchos de otros
re y nos.
Esta era la feliz ocasión en que pudiera desempeñar
la pluma todas las obligaciones de un buen vasallo en la
pintura mas ajustada , y puntual de la magestad , gran-
deza , sabiduria , talento , virtud , y bondad de nues-
tro augusto Monarca , y señor Don Garlos IIL° (que Dios
guarde) pero dos paderosas razones no permiten , que me
aproveche de ella. Es la primera , la magnitud del ob-
jeto, y del asunto , que por su elevación dexa fuera de
la esfera de lo posible , hacer enumeración de las virtu-
des , hazañas , y prendas verdaderamente reales de un
Soberano justo , piadoso , magnifico , premiador del ver-
dadero mérito, prote&or de las ciencias, y las artes,
padre de la patria , y de los pobres , sobre quien derra-
mó la gracia un complexo tan prodigioso de virtudes,
que parece que la mano divina , por una especial provi-
dencia , cortó su corazón á medida de sus sabias » impe-
netrables , y altas ideas.
Es la segunda , que esta digna y honrosa ocupación,
en quanto sea posible desempeñarla , se ha confiado al
sabio Director de esta real Academia , como á mí el exa-
men historial de la verdadera causa , que ocasionó la
muerte del desgraciado joven Don Garci Sánchez, últi-
mo Conde de Castilla.
Aquí entra la razón de mis temores ; porque \ cómo
podre' yo hablar á presencia de esta real Academia , y
tan numeroso , sabio , y respetable concurso , quando
toda la eloqiíencia de Cicerón , y Demosthenes , se ha-
Q 2 lia-
loo
liaría embarazada á su vista , para explicar los pensa-
mientos de un modo , que mereciese la atención de unos
ilustres patriotas, que hacen honor á la nación, y á la Re-
pública de las bellas letras?
La arduidad del empeño se. dexará ver en la convina-
cion de los sucesos.
Yo , á pesar de la desconfianza , que me inspira la
se'ria reflexión , que tengo hecha sobre el débil poder de
mis fuerzas literarias , voy á obedecer las órdenes , que
se me han comunicado , y dando principio, digo.
Que se avergüenza la pluma de verse en la necesi-
dad de hablar de aquellos miserables , infelices tiempos,
en que peregrina , y desterrada la virtud al pequeño,
entonces , sagrado retiro de los claustros , dominaba ti-
ranamente el vicio desde el trono , hasta la choza : de
aquellos desgraciados siglos en que la ambición del hom-
bre buscaba la gloria vana de un heroísmo iniquo,
por el peligroso obscuro camino del furor , la venganza,
y la perfidia : de aquellos tristes días en que los inocen-
tes hijos hallaban en sus enemigos , ó mas piedad ó me-
nos rigor que en sus malvados padres , y por el contrario,
en que los buenos padres no tenían otro medio de con-
servar sus vidas , que huir de la sangrienta, ayrada ma-
no de sus hijos, abandonándose á la suerte , á la voluntad
de sus contrarios mismos , ó á los recursos bárbaros , que
les dictaban sus ofensas y desesperación.
En estos infelices tiempos, miserables siglos , y tris-
tes dias , la ignorancia , y la barbarie en la campaña, y
en los Tribunales arrancaban coi) violencia de las manos
del mérito el bastón de Marte , y la vara de Astrea.
No se veía en el santuario hermosura , decencia , ni
culto. Por la mayor parte la usura, y monopolio eran los
títulos de pertenencia de Jas Dignidades , y Prebendas
Eclesiásticas.
Se
101
Se ofrecía retocada á los ojos del mundo , la negra
imagen , que presenta la sagrada historia de aquellos
tiempos , que tocaban con la mano el diluvio. No se po-
día sobstener muchas veces la Tiara, sin que la apoyase
el poder, y el cetro, ó sin que el cetro , y el poder pre-i
tendiese arrogarse la Tiara.
Si este era el orden de gobierno en la Monarquía,
el culto , y devoción en el templo : la santidad en el Sa-
cerdocio : las costumbres en los pueblos : el honor en los
Generales : la integridad en los Jueces : el amor de los
padres á los hijos , y el de los hijos á los padres , ¿cómo
sería el de los hermanos con los hermanos ? ¿Y que hor-
rores no se verian entre los enemigos extraños , y do-
mésticos.
Esta negra pintura hacen los historiadores , que es-
cribieron del siglo X.°, que llama de la escoria nuestro
erudito Maestro Flores j y esta misma nos ofrecen los su-
cesos del XI.0, mayormente por los años de mil y veinte
y ocho en que acaeció el que da motivo á el examen his-
tórico^ que se me ha propuesto.
Pero quando no se amillarasen los exemplos , que
prueban la realidad de unos hechos , que sin diferencia
substancial refieren nuestros historiadores , poniéndonos
á la vista las venganzas , delitos , escándalos , muertes,
y asesinatos , que decretaban el odio , la ambición , el es^-
piritu de partido , la dominación , y todo el desorden
de que son capaces las pasiones , llegando el caso de in-
ventar el furor nuevas armas de esquisita construcción
para que á la violencia del golpe , se siguiese la cruel-
dad de quitar toda la esperanza á la vida , quando no
alcanzaba uno solo para abrir las puertas á la muerte,
bastaría para Henar de horror á los lectores la triste me-
moria de la desgraciada muerte del joven Garci* Sánchez,
último Conde de Castilla. _
Pa-,
_-J
102
Para dar una idea ajustada de los hechos , expoa-
dre' sumariamente todo io que dicen los autores sobre
uno de los puntos mas obscuros , que nos ofrece U
historia.
Convienen todos en que la violenta muerte del Con-
de, Garci-Sanchez acaeció el siglo XI.0 , por los años de
mil y veinte y ocho > pero ninguno expresa las circuns-
tancias de ella. Algunos se contentan con decir , que los
homicidas fueron Rodrigo Iñigo , y Diego Vela , hijos
de Don Rodrigo , nieto del Conde primero de este nom-
bre y título.
El Monge de Silos en su Coronicon , año de iioi,
y Don Pelay o, escritor en nip pasan en silencio este
suceso. ¡ Raro fenómeno histórico ! mayormente respeíto
del primero , que era por nacimiento castellano, y según
algunos, Obispo de León.
En ios Coronicones , y Annales mas inmediatos al
suceso, y posteriores á el 170 años, á que corresponde
el XIII.0, era 1066, solóse lee que fue muerto en León
el joven Conde Garci-Sanchez. &
Los Toledanos primeros solo dicen, que mataron en
León al Conde Garci-Sanchez, era 1057.
Don Lucas Obispo de Tuy , autor en los años de
1235, es el primero en quien se hallan referidas algu-
nas de las circunstancias , que acompañaron al suceso*
pero muy poco aproposito para el examen que se preten-
de i porque nuestro sabio , y erudito Académico el
Maestro Fray Enrique Flores nos previene , que en los
tiempos que escribia este ilustre autor se creía mucho,
y se probaba poco: que se adoptaba lo que andaba reci-
bido , sin examinar el origen de la especie, ó asunto que
se trataba : que hay cosas en el Coronicon del Obispo
de Tuy , agenas de toda verdad, y que solo hace opinión
respecto de los sucesos de sus dias.
El
El Arzobispo Don Rodrigo , que como el mismo
afirma , concluyó su Coronícon por los años de 1243,
refiere en el capítulo III.0 del libro V.° , que el Infante ó
Conde Garci-Sanchez , fue muerto en León alevosamen-
te. Añade en el capitulo IV.0 del mismo libro , que ha-
biendo ido á casarse á León , donde se hallaban los hi-
jos de Don Vela, al servicio de Bermudo III.0 le besaron
la mano en señal de vasallage algunos soldados , que
con ellos habían pasado al exercito de los Moros : que
los mismos por desavenencias , y sentimientos con el
Conde Don Sancho , convinieron en la traycion de ma-
tar á su hijo el Conde Garci-Sanchez , siendo Don Ro-
drigo Vela el primero que ensangrentó su espada en es-
te infeliz joven , manejada vilmente por la misma mano,
y brazo que le habían sobstenido en la pila de bautismo:
que á Doña Sancha , futura esposa del Conde Garci-San-
chez , no se la ocultaban tan iniquos proyectos > pero
que del honor , y fidelidad de los Castellanos y Leone-
ses , jamas se pudo persuadir á que llegase el caso de co-
meter una maldad tan execrable , creyendo que era
ofensa pensar que hubiese Castellano ó Leones , capaz de
meditarla : que algunos de los traydores buscaron asilo,
y seguridad en los montes, y que Sancho IV.° de Na-
varra , en representación de su muger Doña Nuña se
apoderó inmediatamente del Condado de Castilla.
Como el Arzobispo Don Rodrigo escribió mas de
dos siglos después del suceso , parece que debe ser com-
prehendido en la misma critica , que se hace de Ja au-
toridad de Don Lucas Obispo de Tuy : y ademas es muy
verosímil , que en quanto fuese posible adaptase , como
buen Navarro, todo aquello que fuese mas favorable á su
nación.
La Coroníca general posterior á estos Reverendos
prelados , añade que Sancho IV*0 de Navarra intentó
v
104
y consiguió aprehender los traydores mandando) que
fuesen quemados vivos , como de hecho se executó.
De estas fuentes bebieron todos los autores que es-
cribieron después sobre- lo que se refiere de la desgracia-
da muerte de Don Garci-Sanchez , último Conde de Cas-
tilla j pero á la verdad son dignas de atención las pala-
bras con que sobre el asunto concluyó su narración nues-
tro famoso critico Ambrosio de Morales : Todo, dice, lo
veo incierto , y ofuscado en las novedades , y diversidad que
se encuentra en nuestros autores.
Hasta aquí solo tenemos, como muy probable , que
los homicidas del Conde Garci-Sanchez , fueron los hijos
del Conde Don Vela, pero no hay autor que insinué , ni
aún de paso ios motivos que antecedieron á una maldad
tan execrable , porque aunque alguno de ellos pretende
buscarlos en las desavenencias del Conde Garci-Fernan-
dez , y Don Rodrigo , abuelo de los Velas , es una ra-
zón sobradamente débil para pensar que esto solo pudo
moverlos á cometer un delito tan atroz , y horrendo.
Fuera de que en tiempo del Conde Don Sancho su hijo,
consiguieron los Valas , que se les restituyesen los em-
pleos , dignidades , y estados que habia incorporado á la
Corona el Conde Garci-Fernandez. Ademas Don Rodri-
go , que era el hermano mayor , sobre las gracias expre^
sadas mereció al Conde Don Sancho honores muy distin-
guidos , no siendo el menor haberle destinado para que
sobstuviese en la pila del bautismo á su hijo único Gar-
ci-Sanchez : es verdad que después de todo esto pasó
Don Rodrigo con sus hermanos al servicio de Bermu-
do III.°, Rey de León; pero á esta acción inconsidera-
da , y nada decorosa, los movió su orgullo, y am-
bición , sin que por parte del Conde Don Sancho se les
ofreciese el menor motivo para tomar un partido tan age-
no de su noblezl y /Circunstancias, r; ¡>L .'■. '■;.
El
El Padre Moret es el único , que apunta el concepto
que se formó sobre haber influido Jkrmudo III.° de
León en la muerte del Conde Carei-Sanchez de Castilla}
porque aunque el Padre Alvarez de la Fuente en la suc-
cesión real de España dice lo mismo , no hizo mas que
trasladar al Padre Moret sobre este asunto, pero ni uno,
ni otro dan razón de la que. tuvieron para introducir en
la historia una novedad tan extraña.
Este pensamiento se debe considerar libre, y sin
apoyo ; porque el Rey Don Bermudo no tenia intere's,
ni podia sacar ventajas de la muerte de Don GarciSan-
chez , pues aunque se quiera decir , que por este medio
pretendía hacerse dueño de Castilla , no hay antece-
dente en que fundar esta conjetura , antes sí muchos pa-
ra persuadirse , que no eran estas sus verdaderas inten-
ciones , respe&o de que la falta de Don Garci Sánchez,
en lugar de abrir camino á sus ideas, se le cerraba ente-
ramente por todas partes 5 pues tenia entonces que en-
tenderse con un enemigo mas poderoso, de mayores fuer-
zas , edad , y experiencia , qual era Sancho IV.° de Na-
varra , á quien muerto el Conde Don Garci Sánchez per-
tenecían legítimamente los Estados de Castilla, como ma-
rido de Doña Nuña , hermana mayor de este desgracia-
do Soberano. ,
De aquí se concluye , que la especie de que el Rey
Don Bermudo III;0 de León influyó en la muerte de su
cuñado , viene á ser una nueva prueba de la libertad que
muchas veces se suele tomar el calor de la imaginación,
y. el espíritu de partido.
Ya es tiempo de que hagamos una breve enumera-
ción de los pasages de la historia , en que se apoya nues-
tro modo de pensar.
Sancho IV.0 de Navarra se hallaba inmediato suc-<
cesor á la Corona de -Castilla, como- marido vde Doña
Tem. VI. P, Nu-
/
io5
Nuña , hermana mayor del joven Garci-Sanchez, su úl-
timo Conde.
Quando este desde Burgos pasó á León á desposarse
con Doña Sancha , hermana de Don Bermudo III.0 su
heredera presuntiva, por haber muerto sin sucesión Do-
ña Teresa de Castilla su muger , llevaba en su compañía
á su cuñado Sancho IV.0 de Navarra, con un pie de
exe'rcito considerable , que unido al de Don Garci-San«
ehez , ganaron á los Moros la batalla de Monzón, pue-
blo situado entre Valladolid , y Paíencia , siguieron des-
pués juntos el camino de León , y por motivos que se ig-
noran , se adelantó Don Garci-Sanchez, quedando el
Rey Don Sancho en Sahagun, Villa distante de León
como dos jornadas.
El dia que los traydores cometieron el regicidio , se
hallaba el Rey Don Sancho con sus tropas en los arra-
bales de León , y aunque después los persiguió , y fue
en su busca , los dio bastante tiempo para que se apnx
vechasen de la fuga , que intentaron cortar los Castellaa
nos , y Leoneses > siendo indubitable , que si hubieran
sido auxiliados del Rey Don Sancho , y su tropa , no.
hubiera contado con su vida ninguno de los traydores.
Aún vertian sangre las heridas del desgraciado Gar«»
ci-Sanchezj quando á nombre de su muger Doña Nuña
tomó posesión de todos los Estados de Castilla el Rey
Don Sancho de Navarra.
Poco después declaró la guerra á Bermudo III.0 de
León , que se terminó con las condiciones mas ventajosas
á el Rey Don Sancho : Fue una de ellas el casamiento de
su hijo segundo Don Fernando con Doña Sancha her-*
mana de Bermudo , dándola en dote todo lo que en es-*
ta guerra habia conquistado , desde el rio Cea , hasta el
de Pisuerga.
pon este enlace llenó todas sus ideas el Rey Don
£arv
107
Sancho , quien consiguió , como lo había meditado , se
reuniesen en su hijo Don Fernando los reynos de Castii
lia , y León , el primero por su madre Doña Nuria , y
el segundo por su muger la Infanta Doña Sancha.
El erudito Padre Moret (Navarro) no tiene reparo
en decir : Que el Rey Don Sancho se tituló Rey de Castilla
mucho tiempo antes de la infausta muerte de su cuñado Don
Garci-Sancbez,
Saavedra es de didamen , que en este no esperado
paso obró contra toda equidad , y justicia , y el Padre
Mariana virtualmente dice lo mismo.
Ya parece que hemos hallado antecedentes, y razones
nada débiles para pensar , que Sancho IV.° de Navarra
fue la causa impulsiva de la muerte alevosa de su cuña-
do Don Garci-Sanchez : ya fuesen los regicidas (que es
lo seguro) los hijos del Conde Don Vela , como acredita
el epitafio de León ; ya Gonzalo Muñoz, Munio Gustos,
y Munio Rodríguez , como se ve en el de Oña : si bien
nuestro Ambrosio de Morales tiene á este segundo por
sospechoso.
La recopilación de estos hechos dará mas fuerza á
nuestro pensamiento.
Alojarse el Rey Don Sancho con su tropa en los ar-
rabales de León el mismo dia, en que acaeció la violenta
muerte de su cuñado : su inacción á vista de los traydo-
res , que huían : la precipitación , y puntualidad con que
se posesionó en los estados del difunto Conde : la guerra
tjue declaró después al Rey D. Bermudo para arrancarle
de su corazón y su lado á su hermana Doña Sancha,
obligándole con la fuerza , y con una irrupción injusta,
á que viniese en el casamiento de e'sta con su hijo Don
Fernando : haber tenido valor para intitularse Rey dé
Castilla mucho antes que faltase su legítimo señor , y
P2 SO-
io8
Soberano : la vastedad, de sus proye&os : el interés que
tenia en que se uniesen en su hijo los rey nos de Casti-
lla , y León : los medios de que usó para conseguirlo : y
todos los pasos que dio desde que se propuso estas ideas
hasta verlas cumplidas á su satisfacción , parece que ofre-
cen razones muy poderosas para jpensar , que el Rey
Don Sancho fue quien movió el brazo de los regicidas
para cometer una maldad , que tiene pocos exemplos en
1¿ larga carrera de los siglos.
Que después de mucho tiempo persiguiese á los tray-
dores , y aprehendidos , mandase , que á su presencia
fuesen quemados vivos , de ningún modo le alexa de es-
te concepto. Pudo ser muy bien un aparente heroísmo,
y un paso artificioso , y simulado , para no concillarse
el horror de todos los hombres.
Bien sabia el Rey Don Sancho , que el político Ju-
lio Cesar manifestó afe&os de ternura, dolor , y senti-
miento ai oir la inesperada noticia de la muerte del gran
Pompeyo , siendo así que mirándole como enemigo de
su felicidad , de su imperio , y de su vida , no podia me-
nos de serle muy agradable. Tampoco ignoraba la máxi-
ma de Tiberio , segundo Emperador del Occidente , que
decia : No sabe reynar quien no sabe disimular.
Hay otros argumentos negativos , pero fuertes para
sospechar , que el Rey Don Sancho tenia inteligencia se*
creta con los traydores , pues si estos no hubieran sido
apoyados de una protección poderosa, no se hubieran
arrestado á la execucion de un hecho tan temerario, y
peligroso á la vista de todos los Leoneses, y de muchos
de los Castellanos, y Navarros : mayormente quando no
tenían motivos personales para conspirar contraía inocen^
te vida de su Soberano , y señor natural ; antes sí mu»
cfaos ., gara haber conservado á costa de Jas suyas los sen¿
. ' ti-
timicntos de honor , gratitud , y 'fidelidad. •
Las injurias , que suponían los Velas , eran muy an-
tiguas , y estaban bien compensadas (aún quando hubie^
ran sido ciertas ) con las mercedes , y gracias del Con-
de Don Sancho , padre del desgraciado Don Garci-
Sanchez.
i: Lo cierto es , que este dia fatal se hallaba eí Rey
Don Sancho con sus tropas en los arrabales de León sin,
haber dado un paso en seguimiento de los traydores:.
estos á su presencia se retiraron á Monzón , en donde
huespedes de su amigo , y parcial el Conde Fernan-
Gutierrez permanecieron algún tiempo , hasta que el
Rey Don Sancho.se apoderó de los Estados de Castilla,
y acomodó á sus ideas seguirlos , prenderlos , y que-
marlos.
Acaso usó de este medio para cerrar el secreto con
llave maestra , ó por recelar que los que abandonando
su honor , su nobleza , y sus vidas habian sido infieles
con su Soberano , y señor natural , lo pudieran ser mu-
cho mejor consigo mismo , y con sus hijos.
Los Velas aborrecían mucho mas á la Infanta , que
al Conde Don García. La pudieron quitar la vida tan
impunemente como al infeliz joven 5 pero como sus mi-
ras se extendían á la unión de los dos reynos , por com-
placer la ambición de Sancho IV.0 sacrificaron su pasión,
y sus intereses á los que esperaban recibir del Rey de
Navarra.
Finalmente , los pasages referidos , la presunción , y,
conjeturas están contra el Rey Sancho IV.0 de Na-
varra , y tanto , que el que quiera emprender su Apolo-
gía , y sindicarle de esta nota , tendrá precisión de dar
pruebas sólidas en contrario, y destruir las que se dedu-
cen de antecedentes ciertos , y seguros.
Es-
110
Estas son fas reflexiones, qué se han formado, com-
binando imparcialmente los hechos sobre ei punto en
qüestion.
No por eso nos lisonjeamos , de que con ellas he-'
mos desatado el ñudo estrecho, que hasca ahora nadie
ha intentado romper. Las ofrecemos solo como discursos,
y conjeturas , á la penetración , y juiciosa crítica de esta
real Academia, y á la de tan sabio , noble, y respetable
concurso 5 para que atendiendo á que aquí todo se pro-
pone , y nada se dicide , me mire su benignidad como un
representante , que busca mucho mas la instrucción , y
enseñanza , que el concepto , y el aplauso.
£L
III
EL PORQUE SI, Y PORQUE NO
DEL P. MARTÍN SARMIENTO.
Satisfacción Critico- Apologética de su conducta.
Porque sí vive siempre tan retirado.
T porque rió se pone al oficio de escritor.
Manifiéstase la recíproca conexión entre su sí , y su no.
Compendio de varias respuestas , que ha dado á los que,
ó en presencia , ó por cartas, ó por interlocutor,
han censurado su conduda en su sír
y su nó,
Quod voló , non possum : quod possum , nofo vicisim.
Tota hominis vita estt nibil , nisiy nolo , voló,
J. OWEN, EPIGR.
Dada esta satisfacción desde Madrid á todas partes , en
donde hubiere quien la pida : en primero de Mayo
del año de 1758.
Satisfacción a las 6 clases siguientes.
ti.1 Amigos verdaderos y do&os pocos.
2* Amigos ciegos y mal apasionados algunos.
3.a Amigos solapados y chismosos muchos.
4.a Émulos envidiosos por idiotas muchísimos»
5.a Enemigos declarados de valde.. no pocos.
6.a Indiferentes desconocidos infinitos.,
CABALLEROS MÍOS, SALUD.
i A todos en común , y á cada uno de las seis clases
propuestas en particular , dirijo esta satisfacción Critico-
ApQ-
T22
Apologética de mi conducta , en lo que hago , y en lo que
dexb de hacer» Supongo , ique para las seis clases , habrá
que contar Pelucas , Golillas , Corbatas, Bonetes ,y Capillas*
y acaso gentes. Ue Gabán y Poiaynas. Con todos hablo,
cayga el que cayere, ó levante el dedo el que gustare.
Á ninguno pienso nombrar ; porque mi asunto no es
quejarme de persona alguna. Pero para responder en bre-
ye, y con lacónica concisión á los dos principales car-
gos , que.se me.podrán hacer , digo , que ya en el título
están estás dos respuestas. Al primero : ¿Por qué vivo tan
retirado7. Respondo: Porque si «Y á el segundo: ¿Por que
no me meto á escritor? Respondo: Porque no.
2 Es graciosísima la respuesra de ios niños , quando
reconvenidos , ¿por que' han hecho esto , ó por que' no
han hecho lo otro? todos naturalmente responden á lo
primero: Porque sí, y á lo segundo: Porque ni. Estas res-
puestas que se miran como pueriles , yo las considero co-
mo didadas por la misma naturaleza racional. A no ser
así ,. no pudieran los niños de todo el mundo concordar
en ellas. Asi mismo las venero como arregladas al sí y no
como Christo nos enseña : Sit sermo vester , est , est,
non, non.
3 La inocencia de los niños tiene el privilegio na-
tural d,e no deber señalar las causas de lo que hacen , o
no hacen, quando solo se les pregunta con un por qué.
Los niños no entienden esa voz. Así quando se les pre-
gunta : por qué , imaginan que solo se les pregunta , si
hiqieron ó no hicieron tal cosa 5 y como inocentes, que
aún no saben mentir, responden, sí ó nú. Pregúntaseles
por rodeos , y con voces que ellos entiendan, ¿que mo-
tivos tuvieron para hacer , ó no hacer tai cosa ? y se ve-
rá , que soltando la taravilla , estarán charlando media
hora ■, contando los motivos que tuvieron. (,y para ellos
muy graves y fuertes) para haberla hecho ? ó no.
Mas
12 n
4 Mas chistosa es la respuesta de un niño gallego.,
Instábale su madre para que fuese á la escuela , con esta;
gallega expresión : Menino vay para a escola. A cada ins-
tancia solo respondía el niño dando á las orejas , y moJ
viendo la cabeza sin hablar palabra. Porfiando mucho la;
madre , y creyendo el niño que ella no le había enten-
dido la muda seña de su negativa, irritado y á medio
llorar la dixo, y apostrofó así: Na-nay , non'vos cahíedest
qu en facendo eu asi (y daba átlas orejas, y á la cabeza'
como antes) es señal que non quero. En castellano : Mi ma-
dre , no os canséis 5 pues dando yo á las orejas , es s'éfttil que
no quiero, ¿Quien duda que un niño alegará muchos
fuertes motivos para no ir a la escuela ? Con tódoel ga-
lleguito no quiso alegarlos , y, solo recurrió' á su láco-;
nica negativa por señas, y á Un conciso non quero.
5 Dirá alguno; qué no- solo la expresión mquieroj
sino también la otra quiero, ,: son groseras en el castellano,
y que arguyen descortesía y mala crianza. Alegarán at
señor Caramuel , que en el tomo Ií.° de -su Trimegisto,
Art. 8. Sed. 4. excita in teirminis la qüestion:Anvoloy no-
lo^ Hispanicis , quiem-i&'wo quiero , politicé 'voces ineff ahiles
stntt&Wí cita los Zigarrales de Molina, en los quales una.
criada tuvo por grosero á un lacayo : Quiero dixo l ay
que grosero. Y asimismo un rocin tuvo por grosero á uní
frison, porque pidie'ndole partiese con él la cebada, se la!
negó $ y echó en fin como grosero, tras un relincho un
no quiero. Dice Caramuel , que estas expresiones se han d$
suplir por e'stas ; Possum , non possum.
6 Yo no escribo aquí en lengua política , la qual ha-
ce estudio de no conformar la lengua con el corazón. El
árbol Persea (distintísimo del Pérsico ) tiene la hoja con
figura de lengua , y el fruto con figura de corazón ; y es-
te fruto con su hoja , era uno de los símbolos , que los
Egipcios tenían para significar la verdad. Y los Judíos, se*
Tom. VI*. Q gun
124
gun Josefo, tenían en las manos quando sacrificaban, unos
ramos de Arrayan y de Palma , colgando de ellos va-
rios frutos de la Persea. Esto sin duda , para significar
que en el sacrificio que se hacia á Dios, debían concordar
las palabras con el corazón. Lo contrario merece la indigna»
cion divina: Populas bic labiis me honor at, tor autem eorum
longe est a me. Este lenguage debía ser el político, que abor-i
rece Dios, quando no concuerda el corazon^con la lengua.1
7 Un quiero y un no quiero , quando hay fuertes mo-
tivos para decirlo , han escusado muchas disputas , y mu-
chas impertinencias de importunos pedigüeños. Esto no
io hacen un puedo y no puedo. Sobre si puedo ó no puedo,
se excitarán porfiadas disputas > pero todas se desharán
en humo al llegar á un quiero , ó no quiero. Algunas veces
he dicho que el hombre que al cabo de la semana no ha
dicho algún redondo no quiero , y algún redondo quiero,
no sera hombre de bien, ni digno de la sociedad huma-:
na : pues ó será un fatuo adulador f ó engañará á mu-
chos , ó faltará á muchas palabras. Suele decirse de estos:
que ni tienen palabra mala , ni obra buena.
8 El no querer hacer una cosa quando hay motivos
fuertes , ni es pecado teológico , ni filosófico , ni po-
lítico. ¿Por que, pues , ha de ser descortesía, grosería, y
mala crianza el que uno explique aquella intención , de
modo que el que lo oye no salga engañado ? ¿Por que
ha de ser inefable en lo político , un no quiero , no siendo
reprehensible el no querer ? Si el puedo , no puedo , su-
ple por quiero , no quiero , entienda el mas estirado de
los políticos, que quando se le responde : quiero, no quiero,
han de entender : puedo , no puedo* Pero no entrarán los
políticos en esto. Con un quiero , no quiero , se les des-,
jarreta la .se les cierra la puerta á su política
trapaza, y se les tapa la boca á todo quanto podrían opa-
fie* de engañifa , si se les respondiese : Puede, no puede.
El
9 Él que quisiere pegar un petardazt) á uno de los
mas redomados políticos , no tiene mas que concordar
con ellos en lo primero que dicen y proponen , procu-
rando esforzar la propuesta , y alabar la determinación.
Como lo primero que estos Proteos de la sociedad hu-
mana proponen , es lo contrario ó contradictorio de lo
que piensan hacer , contrariandose su lengua á su cora-
zón , se les dexa hechos unos monos , concediéndoles lo
primero que proponen > y reduciéndolos á título de una
corte's condescendencia , á que ó por no parecer incons-
tantes executen lo que dixeren contra lo que tenían pen-
sado executar i ó porque eso no les conviene, á que se les
demuestre son falsarios , y fementidos si executan lo con*
trario de lo que propusieron fingiendo sinceridad.
10 Con este arbitrio he conjurado algunos demo-
nios , ó endemoniados políticos , que en el corazón eran
tales , y querían pasar por hombres de bien y reales,
solo en la boca , usando del lenguage político. Valga el
diablo el lenguage que solo sirve para engañar. Dirán
que es preciso acomodarse á ese lenguage , para vivir en
el mundo , y á la moda. Buen provecho les haga á los
que dicen eso , y que hablan y obran según esas leyes.
Estas obligarán á los que las han profesado ; no á mí,
que con la renuncia del mundo , y de sus modas , ni las
he visto ni oido , ni se' ni he profesado > y las debo abor-
recer de corazón , de boca , y de escrito.
1 1 No se hablar sino como pienso. No se' escribir
sino como hablo. ¿ Quie'n creerá que en este renglón es-
tán cifradas las respuestas á las dos preguntas , ó á los
dos Por ques con que me han molestado , y molestan ca-
da dia tanto genero de gentes ? Pero ya que no respon-
da como niño porque sí , y porque nó : ni como racional
ya con barbas , porque quiero , y porque no quiero : va-
yan las respuestas por otra frase. No se hablar sino como
Q 2 píen-
12 6
pienso : por eso debo vivir tan retirado del mundo , que
no gusta de esas conformidades. No se' escribir sino como
hablo, y como pienso: por eso debo huir de tomar la
pluma , y de ponerme al mecánico oficio de escritor , que
debe abandonar aquellas conformidades para hacer for-
tuna en serlo.
1 2 No hay que oponerse al señor Caramuel ya ci-
tado, que dice , que el texto de Juvenal : Sie voló : sicju»
beo : stat pro ratione voluntas , no solo no se ha de oir en
boca de un hombre privado ; pero ni en la de un Prín-
cipe justo j sino en la de un Príncipe impío y tirano. Ju-
venal no pone aquel político velo en boca de Príncipe
alguno, sino para el exemplo en boca de una muger ca-
sada , de las que en Roma mandaban per fas per nefas
á los maridos. De aquellas que usaban el lenguage po-
lítico , y que estaban en los primores de las modas
Romanas.
13 Mandaba una al marido v. g. que crucificase á
tal criado : Pone crucem servo. Deciaie el marido , que no
tenia delito alguno , y que no habia razón para semejan-
te atrocidad. No importa , reponia la furia endiablada:
Nil fecerlt , esto : Hoc voló, úc jubeo , sit pro ratione volun-
tas. Ese voló , esc jubeo, y ese quiero , se debian desterrar
del mundo quando no precede causa , motivo y razón
fuertísima para querer ó no querer. Pero quando pre-
ceden fuertes razones , ó que la razón está por la volun-
tad, es escusado andar por rodeos para explicarla. Con un
quiero , y un no quiero, está explicado todo.
14 A ese fin se inventaron los verbos voló y nolo , y]
los hacen conjugar á los niños en Gramática. Y es de
notar , que el verbo voló , is , no tiene allí rmperativo cor
mo otros verbos : así, ó bórrense esos verbos del latín y]
del castellano, ó destierrese el lenguage político, y la mo-
lla de que no se deben usar, No es descortesía decir, quiere,
y
, I27
y no quiero , quanao se habla de corazón , y con ánimo
de cumplir la palabra. Al contrario , es descortesía , es
impostura , es peste de la sociedad humana , y propio
lenguage de políticos malvados , decir con la boca quie-
ro ó no quiero executar esto , al tiempo que ya en el
corazón tienen determinado hacer lo contrario ó contra-
didorio.
1 5 Podrá suceder que uno que con la boca , y el
corazón dixo un quiero , ó no quiero , haga después lo
contrario j pero en virtud de nuevas , y mas fuertes ra-
zones. Eso tan lejos de ser moda , política , ó descortesía
reprehensible, es prudencia -.Sapientis est mutare consilium.
Es oportuna para el caso la parábola que Christo señor
nuestro propuso á los Judios. A un padre de familias
que tenia dos hijos , y les mandó que fuesen á trabajar á
su viña : respondió el primero con un no quiero redondo:
Ait rulo. El segundo respondió con un redondo sí , ó quie-
ro : eo domine. El hecho fue , que arrepentido el primero
fue á trabajar á la viña; y no el segundo que habia dado
el sí: y aún los mismos Judios votaron , que no el segun-
do del sí , sino el primero del nó , habia cumplido la vo-
luntad de su padre.
1 6 En esto se conoce que mas se podrá esperar de
un nó de corazón , que de un sí de boca. Aquel se podrá
mudar en un sí de corazón , si se descubren razones mas
fuertes > no así el sí de boca , que se dio en falso , pues
ya tiene el nó en el corazón. En breve , para la felicidad
de lá sociedad humana , es pura materialidad , el sí, ó el
nó j ó el quiero , ó no quiero , como haya realidad en el
trato. Al contrario : es peste de esa sociecíad , dar un nó
por sí , y un sí por nó ¿ pues en eso consiste la mentira,
falsedad, felonía , traycion , alevosía , engaño , embuste,
e' impostura.
¿2 De este lenguage político y diabólico , por pa-
la-
128
labra , obra , y escrito , están atestados los libros de to-
das naciones. El infame monstruo Domiciano hacia ju-
guete de esta crueldad solapada. A uno que ya tenia de-
terminado le crucificasen al otro dia, le llamó, le acari-
ció , le sentó á su lado para conversar , y le regaló con
platos de su cena para que se imaginase muy en la gracia
de aque'l, mas que de hombres emperador de moscas. Un
sí halagüeño en la boca de aquel papa moscas cruel , era
ya en su corazón un crucifige : y todo para abusar mas de
la paciencia de los hombres , como dice Suetonio : Quo con-
ventius abuteretur patkntia homlnum .
1 8 Aquellas y otras semejantes acciones de cruel
alevosía , son conseqüencias del lenguage político , y es-
cogidas frases de su retórica. Pésima es la crueldad j pero
mas pésima es quando la precede la alevosía de boca pa-
ra cumplir con la moda de la cortesía y urbanidad j que
así la llaman , siendo en el fondo una refinada perversi-
dad del corazón , como la definió san Gregorio : Mentís
perver sitas , urbanitas vocatur. No que sea así i sino que así
la llaman los que la usan : como por el contrario llaman
fatuidad á todo lo que es candor , sencillez , realidad , ys
pureza de corazón , que ya no son de moda : Puritatis
virtus ,fatuitas creditur.
19 Los que así difinen la fatuidad , y la urbanidad
entre los hombres , tomando las cosas al revés , tienen
por nada urbano , descortés , grosero , y mal criado al
que con la sinceridad racional , filosófica , y christiana
usa del sí , y del nó , 6 del quiero , ó no quiero , confort
mando su lengua con su corazón. Y el caso es , que como
solo á estos pueden engañar , sintieran que también fue-
sen urbanos como ellos. En ese caso se encontrarían las
crucen, y se cruzarían las imposturas. Un tramposo no es
capaz de engañar á otro tramposo , si antes no se dá un
baño de sincero y real x á lo menos se tienta por ese ca-
nú-
129
mino. Uno de los tres tramposos de ¡afortuna con seso de*
cia : no profeso sino pan por pan , y vino por vino. Y le
respondia otro : no hay cosa como la puntualidad , sí por
sí, y no por no. Y los dos eran los mas embusteros y
tramposos.
20 Así el responder yo sí por sí , y nó por nó con el
fin de no engañar ni de ser engañado 3 y el explicarme;
pan por pan , y vino por vino , tan lejos de argüir poca
urbanidad , y descortesía en mi conducta , debe conven-
cer á qualquiera que es en todo conforme á la sociedad
humana. Jamas pensare oponerme á las voces cortesía , ur-
banidad , política, buena crianza, &c. Estoy firme en
que esas voces significan , y deben significar un mas ra-
cional primor del trato, y comunicación que los hom-
bres han de tener en la sociedad humana para hacerla
mas apetecible. ¿ Pero cómo he de creer sea cortesía el
decir una cosa por otra, y el engañarse unos á otros?
Digo redondamente que siempre he sido , y seré adverso
á ese genero de cortesía y urbanidad. ;
21 Es preciso hablar en este tono, pues aún cara á
cara se me ha tratado de inurbano y descortes > porque
no sigo la moda y lenguage de esas falsas cortesías. Y
en verdad que he observado , que algunos de los que las
usan , y que son nimios en gestos de boca , en contorsio-
nes de cuerpo , en expresiones cultas , y en ofrecimientos
fingidos , ni aún los elementos saben de la verdadera
cortesía y urbanidad. Los mas urbanos y ceremonio-
sos de Europa , pasan en la China por rústicos y des-
corteses , pues no llegan á executar la decima parte
de los cumplimientos urbanos , que los Chinos usan en-
tre sí.
22 A muchos he dado por razón de mi total retiro,
el que yo no me podia acomodar á el lenguage político,
si al ceremonial del gran mundo. Cansado ya de dar ra-
I3°
zones , y ele no ser oído , tome' el pueril arbitrio ele res-
ponder á los que con importunidad me instaban , dicie'n-
doles : Vivo retirado porque sí , y porque quiero» Asimis-
mo á los moscones de la tercera clase , que querian saber
sin importarles , por que' no me metia á escritor , res-
pondí algunas veces, y con enfado : Porque no 7 y por'
que no quiero. Véase aquí la razón del título de esta satis-*
facción Critico Apologética de mi conduda.
23 No hay que oponerme , que ninguno me pide
ésta satisfacción , y que ó es jactancia , ó mucha satisfac-
ción propia el tomar la pluma para darla. ¿Que' impor-
tará, dirán algunos, que yo viva ó no viva retirado , y
que imprima ó no libros? Otros vi Ven mas retirados , y
sin pensar en imprimir j y ninguno tomó hasta ahora la
pluma para dar satisfacciones de su conduda, porqué
ninguno se las pide. A eso respondo por los mismos con-
sonantes. 1 Y que le importa á ninguno que yo viva re-1
tirado , y que yo imprima ó no imprima libros ? ¿Será
mucho que yo goze también de los privilegios de esos
otros muchos , cuya conduda á ninguno debe impor-
tar ? ¿ Y que' privilegios podrán alegar papa ridiculizar-
me , los que para eso han apurado todos los apodos, des-^
preciables adjetivos, y epítetos injuriosos?
24 ¿ Quie'n habrá que tenga alguna noticia de mt
persona , que no este' imbuido al mismo tiempo de
mil mentiras , necedades é impostura* contra ella ? Ca-
da uno estará imbuido según la ocasión que tuvo de
haber oido e'stas , y las otras i ó á los originales que-
las forjaron , ó á las copias que las creyeron ? Yo soy]
en boca de todos , con distribución acomodada un hom-
bre ridiculo , duro , adusto , hipocondriaco , insociable , j¿-,
co , serio , des abrido y incomunicable ¡ melancólico^ intr atable y
indómito , Urco , tenaz , testafudo , uraño , incivil ■ t inurbM
no > descortés , grosero^ inmanejable , voluntarioso ; y en fin,
si
6$*
sí le hay en redículízarme , que soy otro Jlmon Ateniense^
nuevo Misántropo en Maidrid.
25 A estacaos docenas de lisonjas , que inventó la;
retórica de la envidia , y de la necedad ■, y que son vein-
te y quatro imposturas garrafales , se añaden las repre-
hensibles acciones que el mismo lenguage retórico y ,po*
lítico me atribuye. Que no visito á nadie: que cierro, la
■puerta á toda visita : que si admito alguna , no la pago : que
no salgo de casa , ni aún de la celda : que rarísima vez se me
ve en la calle , ó en el campo : que no recibo cartas : que si las
recibo , las mas no las abro ? y á las mas de las ¡ que leo no
respondo, ó si respondo que es con tanta sequedad , que sequi*
tan las ganas de repetir : que á veces devuelvo las cartas cer-
radas con sobrescrito al que las escribió,
- 26 Que después de quarenta y ocho años que conoz-
co á Madrid, no tengo comunicación alguna , ni alta , ni
media , ni Ínfima : que por lo mismo soy muy inútil para
;un empeño en la Corte: que afedo.no querer comer fuera,
de casa : que me niego á algunos convites honrados, pa-
ra espaciarme fuera de Madrid :' que convidado, por es-
quelas para algunas funciones eclesiásticas ó seculares,
jamas asisto á ellas : que ni aún á funciones literarias
quiero asistir : que si me dan alguna esquela para uno,
ó no la admito , ó no la entrego : que si alguna señora
me llama en la Iglesia , ó en la Portería , que no quie-
ro baxar. A este tenor me cargan de otros muchos ques,
27 Por quarenta razones no podemos hacer la salva
de la artillería á V. E. dixeron los de una ciudad á un
Capitán general pasagero. La primera , porque no hay
ni un grano de pólvora. Al punto repuso el Capitán,
pues ya es escusado contar las 39 razones, restantes. Es
notorio , que yo vivo y quiero vivir siempre retirado,
y como recluso entre las quatro paredes de mi celda,
huyendo de todo comercio fuera de ella $ y que yo nx>
Totn. VI* W pue-
puedo estar en ios lugares. Así es escusado abultarme el
proceso con la consiguiente baraúnda de ques, otrosí , item
mas, y porqués. Las cartas las considero como visitas de
gorra de entremetidos, y á los mas de los quales, no
abriria yo mi puerta si viniesen en persona á molestar-
me. Con que todos los dichos ques vienen a parar á sólo el
un que vivo siempre muy retirado.
28 ¿Y quienes me probarán que es capítulo de resi-
dencia contra un religioso , el vivir retirado y abstraído?
En verdad que de esta abstracción se han agarrado los
malévolos , para esparcir como probable el que yp ado?
lecia de los veinte y quatro defe&os del número 24 , por-
que sabian por sus- infames experiencias , que los falsos
testimonios quajan y pegan sin apelación , quando se
levantan á alguno , que por vivir muy retirado , no po-
drá desvanecer la impostura. No obstante , yo espero
desvanecerla desde mi retiro j y dar satisfacción desde el,
á todos los cargos que se me podrán hacer contra mi
conduda.
29 No todos los de las seis clases del número prí-¿
mero merecen una misma respuesta. Un solo porque sí,
es sobrado para algunos. Y para otros es bastante razón
decirles , porque quiero í que es la primera razón que ale^
gó Carlota , para querer matar á Valdovinosi ad virtiendo^
le, que en el primero y segundo dedo de la mano tenia
las razones 2.* y 3.*, sin contar otras que le quedaban cu
los otros dedos , como las contó Cáncer en la chistosa co-
media de la muerte de Valdovinos.
Valdovinos....... Pues decidme, ¿por que' muero?
f AkLOTo............ Por tres causas : porque quiero
Es una i y por e'sta, y esta::..
tY aún os callo otras razones,
Que tengo en esotros dedos.
m
30 No merecen más seria satisfacción que esta , por-
que quiero , muchos de los que después de haberme ridi-
culizado á toda satisfacción de su malevolencia , fingen
cuerpo de delito sobre el por que yo vivo tan .retirado.
Pero como no faltan algunos de buena intención , y que
acaso estarán preocupados , quieto responder á esos en
otro tono haciéndoles ver las fuertes razones que m¿
asisten para mi conduda , así en quanto al sí de mi reti-
co , como ai no de imprimir libros. De esto hablare' con
mucha extensión adelante. Y aquí solo hablare del por-
que sí de mi retiro y abstracción , y de todo lo que á eso
es consiguiente.
3 1 Toda esta satisfacción Critico- Apologética de mi
conduóía , se debe imaginar que ha sido una familiar con+
versación que he tenido sin salir de mi celda con quatro
amigos verdaderamente do&os y prudenteSé No hay aquí
diálogos con entradas y salidas de tornillo: Yo me lo
quiero hablar todo 5 y sin tropezar en barras^ hablare cor»
libertad christiana , religiosa , filosófica , literaria , y aún
política , sin nombrar ni ofender á persona alguna j y en
suposición de que nada de esto se ha de imprimir , me
tomare' la libertad de usar de algunas chanzonetas , chis-
tes-, y frases vulgares, quando se me ofrecieren á la plu^
ma. Y no por eso dexare' de usar de otras expresiones que
se me presenten, aunque tengan algo de acey té y vinagre*
y con su puntica de sal y pimienta. Sin esto no hay con-
versación bien guisada. Ahorrare lo mas que pudiere de
latines , que son los huesos de las conversaciones , y de los
escritos. Aquí rio hay que buscar estilo^ ya porque soy
incapaz de tenerle , ya porque escribo como hablo.
• -
R 2 EL
5*4
EL PORQUE SÍ
DE MI RETIRO T ¿BSTR4CCI0N.
3 2 Deseaba el malvado y cruel Caligula que todas
las cabezas del pueblo Romano no tuviesen unidas sino
un solo pesLuezo , para poder cortarlas todas de un solo
golpe. Si Hercules hubiese sabido esta 'máxima política
de los tiranos , no hubiera gastado tanto tiempo para
acabar con la hidra de Lerna. Anduvo por las ramas de*
biendo dar el golpe por el tronco de todas las Cabezas.
Los que han estado en el Occeano habrán visto aquel
marisco singular que en Galicia llaman Precebes , elqual
no le hay en el Mediterrano ; y por eso no hay noticia
de ellos en los autores antiguos» .
33 Imaginese una como mata de muchos pies uní-^
dos con sus pezuñas , y con botas. No he visto mas di-n
bu jo de ese marisco , que el que en la lamina 30 pona
Mr. de Argenville , en su tomo de la Qonchllibbgia. Con
solo ver esa lamina , se hará cargo qualquiera de la con-
figuración de ese marisco en quanto al todo , y á sus
partes. Dales: con otros el nombre latino Pollicipedes , y
en Francés Pousepieds. En esto se.aludé á que las pezuñas
parecen dedos pulgares de los pies ,, y del mismo origen se
llaman Precebes. en Galicia. Lo que hace al caso es, que Ju-
lio Esealigero llama hidra á esta mata marisca de pies <vh
vientes unidos. , J
\ 34 En esto atendió, Escaíígeró á que las pezuñas re-^
presentaban cabezas como las demás hidras. Y< los otros, á
que estas cabezas representaban pulgares del pie ó pezuñas.
De manera que el Precebe , ó es una hidra con muchas
cabezas , ó es un monstruo con muchas pezuñas , ó patas
de cabra. Xa tenemos en la hidra lerne'a l y en, <ísta otra
; r &éi hjh
1 3 s
hidra del' mar , el mas oportuno símbolo de la infer-
nal envidia , y de la pestífera maledicencia de los
que por motivos que se dirán, hacen estudio de ridi-
culizarme, censurando lo que debian aplaudir.
35 A ese monstruo de muchas cabezas ó cabecillas,
y de muchas patas ó pezuñas no se le ha de acometer por
partes. Es tan fecunda la maldiciente envidia , que cor-
tándole una cabeza , ó tapándole una boca, le nacen
otras cabezas , y se le multiplican las bocas infernales. Es
observación, que si á un cangrejo se le arranca una pata,
le renace otra en el mismo sitio. Esto que causaba ad-
miración , ya hoy no la causa , después que se ha ob-
servado la infinita fecundidad del inse&o Pulpo ó Pólipo.-
En la traducción Francesa de la Teología de los insectos
del Alemán Losec se halla la descripción y fecundidad
de ese insecto, y es tal , que si se le arranca ó corta
una garra ó cirro , de este mismo renace otro Pulpó
entero. i
3 6 Así ya es menos maravilloso lo del cangrejo , y
acaso tendrá menos de, fábula lo, de la hidra de la laguna
Lerna. Si yo estuviese en Galicia .en donde hay infinitas
Precebes , ó Hidras de Escaligero , solicitaría que á una
mata ó macolla de ellos, se le arrancase una pezuña ó
pata , para observar las resultas. Y para evitar las resul-
tas de que la envidia se multiplique en pepitoria de pa^
tas y de cabezas , cortare de raíz el tronco y cuello que
las sostiene : lo que no pudo hacer Caligula , y lo que
Hercules no acertó á executar bien. Con un mentís redon-
do , y evidente que yo de á todos los que forjaron los
24 capítulos del número 24, llevó, el diablo todas las
imposturas.
37 Dixe forjaron , para no culpar de malicia á los
que las oyeron de otros que las habian oido á los que.
eran interesados en fingirlas. Pero los culpare de crédu-
los
i $6
los en daño de tercero que no han tratado , sí viviendo
en Madrid no procuran certificarse de la verdad , por
medio de algunos que me tratan con freqüencia. Algu-
nos que viven preocupados de aquel pernicioso error,
salieron de e'l por el acaso de haberme tratado dos ó tres
veces, y tan desimpresionados de las 24 imposturas , que
hicieron juicio de todo lo contrario.
38 Juan Chrisostomo Magneno en su Democritus
reviviscens , pone con extensión las imposturas de los Ab-
ikritas contra Democrito 5 y el como los increpó HippocrA*
tes : lpsa quidem vertías apud Democritum manet, opimo vero
apud Abderitas habitat, Y añade Magneno, que habia na-
cido Democrito para ser verdadero amigo , como lo fue
de Hipócrates , de Philolao , de Leucippo , y de otros:
Natus erat ad amicitias Democritus. Jamas he tenido el
genio tétrico y melancólico. Ni soy Democrito , ni soy
Heraclito. Tengo mi tempus flendi & tempus ridendí , al-
ternándole con mi tempus tacendi & tempus loquendi. Perd
haciendo comparación , mas se arrima mi genio al de De-
mocrito , que ai de Heraclito. Esto es , mas tiene de jo«j
vial que de saturnino.
3 9 Tengo evidencia de que esto mismo dirán , y aún
podrán jurar , todos los qiie~ me han comunicado de cer-
ca, mas de una docena de veces. Los impostores se va*-
len de mi nimia reclusión para persuadir , que seré te*
trico, adusto , duro, insociable, Scc. y después elevan es-
tas falsas conseqüencias al grado de intolerables defeceos,
para que yo no les haga la mas mínima sombra de opo^
sicion á sus pretensiones disparatadas. En lo primero, sorí
lógicos idiotas i y en lo segundo falsarios y sicophantas.
Debian saber antes , si mi retiro es efecto de mi comple-
xión hipocondriaca , ó de una prudente reflexión ai lu-
gar en donde vivo.
40 Pase que el retiro ocasionado de un negro hu-
mor
137
mor melancólico e hipoeondriacosJhabitual, induzca un
genio qual los impostores han fingido en mí 5 siendo cier-
to , que esos mal acomplexionados huyen por lo común
de toda sociedad humana. Pero siendo el retiro ocasio-
nado de una libre reflexión , este retiro es un fuerte con*-
juro contra todo ge'nero de melancolía. Yo vivo muy ale-
gre solo , porque puedo vivir en compañía. No así el hi-
pocondriaco 5 pues porque la compañía le ofende » solo
aspira á estar solo. A esto es consiguiente huir de los
hombres, Al contrario, yo no huyo de los hombres i sino
de las maulas, trapacerías, embudos y envestiduras de
paseantes en Corte.
4 1 Debo á Dios el singukr beneficio , y por el qual
ie doy , y repetiré' siempre millones de gracias , de que
hasta hoy por su divina misericordia , jamas he tenido
tercianas ai calentura. Jamas he sabido que' cosa son
sangrías, purgas, sanguijuelas , pildoras , clisteres , ba-
ños , aguas termales % fuentes , sedales , &c. ni cosa per-
teneciente á los arsenales de Galeno, Jamas me ha pulsa-
do Medico alguno, ni jamas he necesitado de Cirujano*
Huyo de la barbarie de curarme de prevención 3 porque
soy enemigo de hacer prevenciones para enfermar de ve-
ías. No tengo achaque habitual alguno , sino el de que
yoy caminando para entrar en el año de 64 de mi edad,
ocupados los 50 en leer , estudiar y escribir.
42 Pregunto á los impostores , ¿si yo fuese hipocon-
driaco , podría contar como evidente lo que acabo de
referir ? Luego mienten y remienten como falsarios en
lo que me imponen. Siempre he tenido un genio afable,
sociable , y divertido , y bastantemente acomodaticio,
quando no se habla de conciencia , de pretensiones , y
de embudos. Los que vienen á favorecerme á la cel-
da , dirán que se están las tres y las quatro horas se-
guidas , ya conversando , ya hablando de iibros , ó de
di"
i 38
diversis.Y se que algunos dicen , que todo él dicho tierna
po se les ha hecho un instante.
43 ¿Y cómo se compondrá esto con la impostura de
que soy intratable , insociable , tétrico , uraño , &c. ¿ Sí
ilieen que todo lo que alego en mi favor se puede com-
poner con que yo sea terco , y tenaz de mi dictamen , y
(voluntarioso: digo , que no he visto hombres mas zala-
meros , aduladores , y condescendientes de estudio , que
los que son soberbios de orgullo , y de genio dominante.
Estos se abaten hasta el vilipendio , quando 1 necesitan á
alguno i y se dan un baño de luciferes , qjiando los ne-
cesitan á ellos , acaso para cobrarse de lo que se han;
abatido. En este estado todos son voluntad , antojo
y capricho; y no hay para elfos mas entendimiento,
y razón que su misma voluntad ; Sít pro ratione vo-
luntas.
i 44 Y si gozan alguna superioridad sobre el solo ,mcj.
rito de medio pliego de papel , Dios nos tenga de su
mano , y nos libre de semejantes cachivaches. ¿Para que
me han hecho superior, sino para hacer mi voluntad?
Dicho es , que se oyó á uno de esos mequetrefes. Aún
mas ridiculo es, por no decir mas blasfemo , el dicho que
he oido de un Alcalde de Ureña. En porfía que tenia
con el pueblo, que no quería asentir á sus desatinos , di-
xo irritado , y cantoneándose con la vara : ¿No saben
que yo soy el Dios visible de UreñaV Y si aquel era el Dios,
quales serian ios diablos. Nohay mayordomo de cofra-
día: no hay cachlvirrio de danza , diredor de gremio,
alguacil de la limpieza , cabo de esquadra de tropa^&c.
que á imitación del mama-callos. Alcalde de Ureña , no
se imagine que es el Dios visible en su cuerpo res-
petivo.
45 3 Quisiera cada uno de estos , y quieren otros de
mas alta superioridad , que todas las voluntades; de los¿
" in-
X3P
inferiores , y aún todos sus entendimientos se unan , y se
metan en uno de sus guantes, para poder disponer á ma-
notadas de esos entendimientos , y voluntades, Y si al-
gún racional no quiere embolsar su voluntad en el guan-
te , ni aguantar esa necedad, se dice que es terco , tenaz,
amigo de su didamen y voluntarioso. En ese sentido,
y en ese caso digo, que soy amigo de mi dictamen , y
de mi voluntad : y seria un fatuo, un estípite , y un in-
sensato , si no lo fuese.
46 A cierto caballero , que cara á cara no se' si en
chanza ó en veras me dixo , que yo era muy amigo de
mi di&amen, y de mi voluntad, le dixe con prontitud : sí
señor , lo soy , y en conciencia lo debo ser ¡ pues si yo
hubiese condescendido con las voluntades de otros , hu-
biera executado mil pecados y maldades. Quedó pegado
á sí mismo con mi respuesta , y no le quedó gana de pro-
seguir, aunque es discreto, y no mudo. Tomen para sí
mis émulos esta respuesta ; y apliquen el epíteto, no á
mí, que hago mi voluntad, quando es conforme á la de
Dios , y á la de las leyes -, sino á los que no quieren per
fas y per nefas , que haya mas voluntad que la suya , ni
tampoco mejor entendimiento.
47 Hablando á Dios la Iglesia , le dice : Deus qui
Jidelium mentes unlus efficis voluntatis. Pregunto, ¿ aque-
lla única voluntad, es la del Dios visible de Ureña,
ó de otros semejantes? ¿Es la del que para hacer su
capricho, echa un guante entre los tontos y malvados,
para recoger voluntades y firmas, y adunarlas en su
única voluntad ? Es innegable , que aquella voluntad úni-
ca , de la qual habla la Iglesia , es la voluntad de Dios
explicada en sus preceptos. El hacer esta voluntad divi-»,
na , y no la propia , obliga á todos > y con mas especia-
lidad, para el buen exemplo á los superiores de quales-
quiera clase que sean. Estos no deben tener mas volun*
Tom.VI. S tad,
14°
tad , que aquella manifestada en las leyes. Y lo qué
tienen de mas , es la estrecha obligación de solicitar que
los otros de su dependencia no tengan otra voluntad
opuesta.
48 , Un texto desfalcado, truncado , y mal enten-
dido, ha ocasionado mil absurdos en esta materia* Casi
todo el capítulo 2 3 de san Mateo , se dirige á instruir
Christo á sus Discípulos , sobre lo que han de hacer ó
no. Mándales que hagan lo que les dixeren los Fariseos,
pero no que los imiten en sus obras: Omnia ergo qu&cum-
que dixerunt vobis , sérvate & facite : secundum vero ope-
ra eorum nolite faceré : dicunt enim & nonfaciunt. Si á este
texto no se le añade el versiculo antecedente , seria con-
trario á todo lo que Christo prosigue diciendo en el
contexto ; pues en e'l ridiculiza mucho lo que decían los
Fariseos: Va vobis duces cari qui dicitis. Pero con el verso
dicho , todo está como un relox.
49 Dice el verso , y dice Christo : Super catbedram
Moysi sederunt Scriba , & JPbarisai. Omnia ergo quacumqut
dixerunt ,&c. ¿,Y qué decian sentados en la Cátedra? No
decian : le ian los Hebreos, distribuían el Pentateuco ó
volumen de la ley en 5 2 divisiones , ó parascias , para
que en cada Sábado de los 52 de todo el año , se leye-
se en la Cátedra de Moyses una de aquellas divisiones.
Hoy executan lo mismo los Judios en donde viven con
libertad. Y á las 52 parascias, añaden 52 aptoras , que
son 52 divisiones de otros libros sagrados fuera del
Pentateuco, y también se leen en cada Sábado respeti-
vo. Lo mismo hace la Iglesia con toda la Biblia 5 pues la,
distribuye en el Breviario para todo el año , valiéndose
del incipit ó principio de cada libro.
50 Al caso. Dice Christo que se debe observar, y
hacer todo quanto dicen , 6 leen los Fariseos , quando¡
.sentados en la Cátedra de Moisés, leen el libro de la ley,
ó el Pentateuco; pero que no se deben imitar en lo que
hacen , ni tampoco en lo que dicen de su propia volun-.
tad , pues eran unos hipócritas malvados. Si el mas mal-
vado hipocricon se subiese aL pulpito.,, y allí leyese los;
preceptos del Decálogo, es evidente que los oyentes de-
bían hacer lo que allí leía , y no imitarle, en las maldad
des. Pero si es* e tal se metiese á legislador , y i.Dws .visi-.
sible de Urena, inculcando preceptos descabellados como
Fariseo, y escudándose con el dicho texto : quacumque
dixerunt vobis sérvate &facite, ¿ no se le debia dar con la
Biblia en los hocicos por haberla adulterado?
51 La falsa inteligencia de este texto y de otros, ó
por afectación, ó por ignorancia, ha ocasionado no pocas
tiranías , despotismos , orgullos, endiosamientos , y chis-
mes. Vaya con mil diablos que uno de esos sea para sí
malvado , y de perversa voluntad. Mejor seria que en la
observancia fuese delante, y diese exemplo. Pero quan-
áo no ha de solicitar que sus dependientes na tengan
mas voluntad , que la de Dios y de la ley , sino andar
á .caza de voluntades age ñas, para embolsarlas en el
guante de su perversa voluntad propia 5 'apostare que sí
en ese caso huyese yo de emporcar mi voluntad con el
contado de aquellas voluntades viles y venales , dirian,
que yo era terco , y amigo de mi voluntad.
52 Solo respective á. estos casos me podrán motejar
los impostores , que lo soy. Y para ellos ú otros semejan-,
tes casos haré vanidad de ser voluntarioso. Sé que dixp,-
no se'-quien en Madrid, concediéndome por amor de Dios,
alguna literatura, sí; pero dicen que no se dexa mane-j
jar. Reí mucho quando me lo contaron. Claro está que;
ese manejo apela sobre mi entendimiento , y. mi volun*!
tad. Y también es claro, que mi tal qual .entendimiento
po ceja, no dándome mas fuertes razones que las que ten-.
Sa go,:
142
go¿ ni mi voluntad es palillo de suplicaciones que se mu-
de con un capirote.
j 3 Cada día salgo de algún error , y mudo de dic-
tamen , en virtud de las nuevas luces que hallo en los li-
bros. Y tan lejos de hallar repugnancia en esto , me com«
plazco en mudar de dictamen , y en tocar mas de cerca
con el dedo la verdad que tanto deleyta. Repetidas ve-
ces dexo de hacer alguna cosa que ya queria executar,
movido de que se me hicieron presentes algunos. mo-
tivos ó causas , que antes no tenia presente > y mudo
de voluntad con especial gusto. El mudar de voluntad y
de dictamen en estas ocasiones que no son raras , es efec-
to de la racionalidad y prudencia 5 pero eso de mu-
dar de dictamen para adular á un idiota , y mudar dé
voluntad para complacer á un malvado , y dexarme ma-
nejar de los dos , no es para mi genio. Y ninguno de*
be decir , que por esta cautela es mi genio repre-
hensible.
54 Reprehensible seria y es el genio del que anda
ofreciendo su entendimiento y voluntad al que mas die-
re. Esos genios viles, venales , de alquiler y de reata, tie-
nen la culpa de muchas maldades. Con sus firmas y con-
descendencias , autorizan las mas iniquas acciones. Con
decir tengo díótamen firmado de letrados y do&os para
hacer esto y lo otro , está , á lo que creen , cohonesta-
da qualquiera iniquidad. No han faltado quienes por sí,
ó por tercero , tentaron que yo me alistase en la cofradía
de esos alquilones é irracionales de pane lucrando» Nin-
guno halló entrada. Corrió la voz , y hicieron mis ému-
los, que esta voz, y con sus comentos pasase á ser infame
fama de que yo era duro é intratable.
55 Con tan desalmado arbitrio, les parece logra-
ron que todos me descartasen para, empleo , alguno.
Í0a : ' JES-
*43
Éste era y es el fin de esos émulos Impostores. Como to-
dos son ambiciosos pretendientes del empleo que no mere-
cen, unos á otros se acribillan á testimonios falsos, y aún
á testimonios verdaderos. Es muy oportuno el chiste de
Quevedo, hablando de los 32 pretendientes á un solo
empleo. Mirábanse con odio infernal , tenian los corazo-
nes rellenos de vivoras. Preveníanse afrentas e' infamias
para calumniarse. El Señor solo dio el empleo á uno , y
ensartó á los 31 pretendientes restantes en futuras suce-
siones perdurables que nunca se acaban.
56 El chiste está en que el pretendiente 3 1 , último
de los ensartados en futuras , comenzó á desear larga
vida á su antefuturo. Por mí, viva muchos años eL
30 futuro que quando á el llegare la tanda , estará el
mundo dando arcadas. Por mi digo, que primero da-
rá arcadas el mundo antes que yo ni de. presente ni
de futuro , me muestre pretendiente.de algún empleo;
ni firme de opositor á e'l , ni de coopositor á los mu-
chos que le .pretendieren. Vivan todos mil años , y sa-
qúense zumo unos á otros en las entradas á las salas ó
zaguanes , délos que han de dar los empleos. Yo jamas
les hice , ni haré oposición alguna. Así , dexenme en paz
en mi retiro , con el genio que Dios me ha dado j y
no me suplanten c impongan un genio que jamas he
tenido.
57 Mas doy á todos los dichos en quanto puedo,
libertad para que dexando á parte mi genio , digan y es-
parzan , que soy incapaz , inepto , inútil , é idiota para
empleo alguno , y dexo á su conciencia, si la tienen, el
que me suplante^ ó no , otros defectos morales de los
hombres, que jamas he tenido. Con esto vivirán segu-
ros de que yo no los he de hacer sombra para sus con-
veniencias. No señor , dirán esos pretendientes que per
fas per nefas topaa á todo, y en nada se paran : la inep-
ti-
144
tkud y la fragilidad no son estorbo para conseguir em-
pleos ; pues nosotros no podemos alegar otros méritos
sino el ser idiotas , y malvados con algún rebozo. Con
esas dos imposturas, no le vilipendiamos mas, para que
sea nuestro coopositor. La impostura ha de ser , de que
es intratable , insociable , tétrico y adusto , y de que no
se dexa manejar.
58 Esta impostura lo abraza todo ; y bien seguro es
que con esos defedos de condición ninguno le querrá;
para yerno. Al contrario : como nosotros somos trata-
bles , afables , naturalmente cariñosos, manejables , y "se-
renos dominguillos , bausanes y palillo de suplicaciones,
nada habrá que oponernos. Poco importa que á este ge'-'
ñero de conduda vil , llamen los discretos ignominia de
la naturaleza racional. Eso no 10 saben los mentecatos > y
solo con estos se ha de hacer el caldo gordo de nuestra
fortuna. Tampoco nos incomoda* el opúsculo 22 de san
Pedro Diamano * cuyos dos capítulos primeros parece
los escribió contra nuestra conducta. Ese Santo también
ha sido algo melancólico.
59 Dice que hay tres géneros de dones con que se
consiguen los empleos : de mano , de obsequio , y de len-
gua: v. g. Amanu, pecunia v.vAb obsequio i obedlentiay sub*
jeóllones ::: A lingua, favor, as s entablones-: Está es la vil ádu«
lacion que el Santo tiene por Simonía en los Eclesiásticos; •
pues dant pretlum semetlpsos. \An non est pretlum sedulum
subjeBionis obsequlum ? Esta meritoria zalameria repugna
á los genios insociables. Así, dexando que san Da miaño
nos ponga de lodo (pues ese Santo no ha de dar los em-
pleos) vamos á nuestro cuento ; y'esforzemos siempre fy
impostura de que el escribiente del Porque si es insocia-
ble , &e. y que es incapaz de contemplar gaitas :J a mei-
nu , ab obsequio , y a lingual y de darse semetipsum itt
pretium,;
De
m
6o De este modo discurren los impostores mis emu-
loSé El caso es, que si yo diese en ser lo contrario de todo
Jo que me censuran en el número 24, se hallarian suma-
mente embarazados, y cogidos entre puertas. Si fuese afa-
ble &c. como ellos, por donde hablan de tirar? Apostaré
que en ese caso se copie rían de envidia , y me aborrece-
rían como á su coopositor á los empleos. Vivan seguros
que no llegará ese caso. Y por lo mismo debo ser mas
acreedor , no digo á sus elogios , sino á su silencio ¿ que
no á su maledicencia eseusada. Dexenme con mi genio,
mi retiro y mi conducta , y hagan el tiro á sus cooposi-
tores , que son de su misma farándula.
di Creo dicen también, que soy rrmy claro en la
conversación , muy vivo en las expresiones, y muy in-
trépido en el hablar. Si yo fuese confuso., lerdo , porra
y pelmazo, también tendrían que oponerme por otras fra-
ses contrarias , para recelarse de mí por todos los casos.
Mi voz es naturalmente clara y alta. No soy balbuciente,
por la gracia de Dios ; y no puedo negar que mientras
otro pronuncia seis dicciones , pronunciare' yo diez. Na-
da de defe&o hay aquí ; como no lo es en el violin , el
que tenga el sonido mas alto y claro , y que suene por
semicorcheas , quando otro instrumento suena por lorigas.
Si la voz claro alude á que digo algunas claridades 5 y
que no digo sí á todo, digo que algo de eso tengo, quan-
do es materia de erudición é intelectual la de conversa-
ción familiar. Si oigo alguna necedad de cal y canto , p
algún desatino garrafal, seria. fatuo ó vil' adulador, sí
permitiese que se me embocase cara á cara.
62 No obstante aún en este caso procuro manifestar
mi dictamen opuesto con un festivo modo que no ofendes
y tan lejos de ofender , no: son, pocos los que hacen estu-
.dio de ponerme en las cUeh^s^ircunstaneias para oirme;
porque dicen que entonces discurro mejor y con mas vj-
146
yeza. Pero mis émulos los impostores , quisieran y no
quisieran que yo hiciese el papel de aquel infame
Griego de la sátira 3.a dejuvenai> ó el de aquel su-
geto que con razón recrimina san Pedro Damiano eti
el citado opúsculo 22. Quisieran tener fundamentos sóli-
dos de infamarme. No quisieran , porque no les quitase
su infame oficio , y se les disputase el mérito para conse-
guir algún empleo.
53 Natío cornada est , dice Juvenal , hablando de
aquel Griego y de su nación. Jamas representaba su pro-
prio papel , sino el ageno. Contrahacía todos los gestos,
afe&os , pasiones , defeceos y vicios de su patrono para
insinuarse en su gracia , y hacerse señor del gallinero.
Hay en Madrid muchos entes de este calibre ; y de ese
calibre son los que andan censurando per fas , per nefas
todo lo que ellos no hacen y debieran } y haciendo ridi-
culos á todos ios que no son de su calibre y cofradía. Y
como en el mundo jamas falta un roto para un descosido , y
hay ojos fascinantes que se enamoran de légañas , hallan
en Madrid mugeres fatuas , tontas , locas y faltas del
sentido común , que los creen ; y tropiezan á cada paso
con patronos mentecatos y gurruminos, que ios protegen
por sí, y por contemplar á sus mugeres.
54 Esos impostores, como pregoneros del diablo , no
dexan sitio en donde no vomiten á voces su veneno en
los corrillos , en las plazuelas , paseos , estrados , tertu-
lias r comedias, toros , &c. y muchos en las tabernas , fi*
gones, y que se yo que mas. En todas partes , pues, á tí-
tulo de truanes ociosos, en todas se hallan» y van espar-
ciendo su pestilencial malevolencia. Estos mismos son los
que en todo ge'nero de asuntos llenan á Madrid de men-
tiras , y de noticias disparatadas. Estos las inventan , las
esparcen y y de modo que aún los mas advertidos las
creen,
Se
T47
<!?£ Sí á todo ese genero de canalla vagamunda, ocio.
sa, deslenguada y perniciosa , se le hiciese trabajar , re-
cogida in psrpetuum en un hospicio á distancia de Madrid,
habria en Madrid mas verdad corriente , mas honra ase-
gurada , menos chismes en los zaguanes y antesalas de
los señores , mas decoro al estado eclesiástico, y vivirian
mas seguros de iniquas y falsas censuras , los que quisie-
sen vivir retirados y abstraídos de todo comercio. Ca->
nalla he dicho > pues no hablo aquí de los buenos , sino
de los que se refugian á Madrid para vivir con mas in-
solencia y libertad , y para soltar las riendas á todos sus
vicios. Bien saben los padrones gitanos y facinerosos
que en ninguna parte vivirán mas seguros que en
Madrid.
66 A imitación de esa canalla , hablo yo de las seis
clases del número i.° que ya se anidaron en Madrid.
Del peluca , que fugitivo de su país por malvado , muda
cada dia de cara y de vestido , y aún de nombre , porque
la requisitoria pierda el tino. Del golilla , que cansado de
enredar y chismear en su pueblo , y viéndose allí abor-
recido de todos , se vino á Madrid á poner tienda de
enredos y de chismes , que aquí es el genero de pías sa-<
lida. Del corbata , que por misero cuitado , y por no te-
ner que comer en su lugar , en el qual no hay mesa para
los ociosos, se refugió á Madrid á ser el convidado de
piedra , y perrito de todas bodas á costa de mil adu-
laciones , infamias , alcahueterías y vilipendios.
6j De la espada , que habiendo desertado como co-
barde del estado militar , mudando nombre, patria , y,
aún idioma , si sabe algunos , se pasea en Madrid fin-
giendo negocios, tentando casamientos, ofreciendo su va-
lor para algún asesinato, ó dando trazas para algún gran-
de robo. Del bonete, y para el caso, del títere , abate de
cuello azul, y del colgado de capa , como maza, que
Tom. VI* X Pros*
proscrito, o fugitivo, 6 excomulgado de su Obispo , se
huyó á Madrid á malvaratar los diezmos de los pobres, á
hacer punta á todo genero de empleos, y á ser la igno-
miniosa afrenta del estado eclesiástico. Del capilla , que
habiendo apostatado del estado que profesó , vino á Ma-
drid a hacer la Ginebra de su refugio , en donde con
libertad de conciencia se abandona á todo genero de.
maldades.
68 Todos los de estas seis clases no son por lo co-
mún lerdos ni negados. Han leido y estudiado alguna
cosa j y adonde no alcanza su estudio, sobrepuja su osa-
día , avilantez , insolencia , malignidad , desvergüenza y
lengua viperina. Estos para hacer su fortuna , y conse-
guir empleos sin mérito alguno , antes con deméritos
infinitos , se proponen el sistema de afrentar y desacre-
ditar á todos los que tienen me'ritos notorios , infamán-
dolos hasta las cachas : á los de méritos dudosos, cerce*
hándo^elos de raiz , y á los que no se sabe si los tienen,
porque apenas se tratan , levantándoles que son intrata-
bles, duros , tétricos y misántropos. Esto, por si la po~
ca conversación pudiese ser por acaso causa de mas,
apreció.
69 Dirán los protectores de esta canalla , ó porque
no la saben discernir , ó porque la necesitan para sus
embudos, que estos abusos no se pueden remediar en
lugares populosos. Es risible esta salida. El Imp£rio , las
ciudades , las villas , y aún las aldeas de la China , hier-
ven dé gente. Cantón tiene un millón de almas , ó tin-
co tantos mas que Madrid. En la China , y en otros paí-
ses de buen gobierno , hubo y hay hoy un registro indi-
vidual de todas las personas que hay en la población : de
que viven, que oficio tienen , y por que' están ausentes4
de sus lugares. Cada casa tiene una tableta colgada á la
guerta con el catálogo de todos los; <|ue la habitan 5 y-
^ - -■ con
l$9
con castigos exemplares , quando se halla persona que no
está en la tableta , para los encubridores.
70 Con este arbitrio, que en el Japón se observa
con mas rigor y vigilancia , es imposible que extrange-
ro alguno, y menos si es christiano, se pueda ocultar en
todo el vasto imperio del Japón. ¿ Y por que no podrá
haber la misma cautela en un lugar reducido como es
Madrid ? Es infinito el papel que se gasta en papeletas
multiplicadas , para que jurídicamente conste de quantQS
quesos , pemiles, capones , carros de paja , &c. entran en.
Madrid j y no se gasta medio pliego para que sepa el Ma-
gistrado , que personas, quáles , quántas , de dónde , y á
que' vienen á Madrid. No se debia pasar por lo que dixese
el que quisiese entrar en Madrid , no siendo ya muy co-i
nocido.
71 Quando en una ciudad sucede un homicidio,
hurto , &c. y se ausenta el que se sospecha ha sido el
agresor , se despachan requisitorias á toda España , y
aún á los puertos con todas las señas para que se le
prenda. Bueno es este arbitrio ; pero falta el mejor , que
es la requisitoria inversa : v. g. quando un desconocido
quisiere entrar en Madrid , se le debe preguntar el nom-
bre y apellido, la edad y oficio , el nombre de su lugar,
y el de su última residencia , el motivo de ausentarse , y
el de quererse anidar en Madrid. Esta confesión la debe
firmar el que entra , si sabe escribir j sino un testigo ó
dos. Este informe y confesión original , se debe archivar
por lo que se pudiere ofrecer , poniendo en él el dia , mes
y año de la fecha,
72 Después podrá haber voletines impresos para la
formula ; y con el hueco para el nombre , apellido, edad,
oficio del cal , y sin decir lo demás. Se debe remitir ; uno
al Juez ó Alcalde, y otro al Cura del lugar nombrado,,
Á los dos se preguntará , que informen si allí hay tal su-,
T2 ge-
¡i 5°
geto , y de todas sus calidades , ausencia , &c. Esta res-i
puesta se cotejará con la que dio el advenedizo > y corí
facilidad se sabrá si mintió ó no. Y si mintió , ya es su-
geto sospechoso y pernicioso en Madrid. Se le debe iri-
timar guarde á Madrid por cárcel mientras viene el infor-,
me i y si en ese tiempo se escapare , que se vaya con mil,
: diablos, pues ya se gana mucho con esto.
7 3 j Oh , y quánto espión ., ladrón , homicida , fa-
cineroso , judio , moro , herege , vagamundo, proscrito,
vandido , apostata, gitano y cismático se descubrirla en
Madrid con este tan fácil arbitrio! ¿Por que' no se hace
esto? En verdad , que yo por mí mismo me he valido
del arbitrio propuesto para descubrir impostores > y he
descubierto alguno. Y si dixere , que sin salir de mi ceb-
da descubrí un capitán de cinqüenta vandoleros , diré 16
que en Madrid ha sido notorio , y celebrado por las na-,
vidades de 748. ¡ Ojalá pudiese yo descubrir , y dester-
rar los vandoleros literarios que todo lo apestan con el
corazón , boca , lengua , obras y pluma ! A esa clase se
deben reducir los literatos anónimos y nocturnos , que
empuercan el papel con sátiras , libelos infames , pasqui-
nes , coplas denigrativas , y chocarrerías contra el estado
eclesiástico.
74 Hasta aquí por lo que toca á mi genio , si es así,
ó duro, ó crudo , ó asado ; y por lo que toca á descubrir
quie'nes, y por que' han procurado ridiculizarme entre los
mentecatos. Ahora voy á dar la satisfacción á los que
me increpan 5 porque no salgo ni visito , y con todos los
demás ques que quedan en los números 25 y 26. Res-
pondo á los unos : que no salgo, porque nó: y á otros,
porque no quiero 5 pues son indignos de mejor respuesta , y
de mas adequada satisfacción. Pero para los bien intencio-
nados , diré los motivos que me asisten para no salir dé
gasa, nivisitar* 1 ■ ' • l
Es
151
75 Es error palmario, y del qual tengo palmaría
evidencia, el que se crea que yo no salgo de casa ni aún
• de la celda , porque soy de genio duro y retirado. No
hay tai cosa. Todo lo contrario he experimentado siem-
pre en mi genio y complexión. Algunos deducen tanto
retiro de ser yo insociable e hipocondriaco. Ya dixe que
este antecedente es falsísimo , y que solo se deduce de
las imposturas. Pero aún concedido que no lo fuesen,
tampoco de eso se infería mi retiro. Hay algunos con
aquellos defe&os, que salen, visitan, y no paran en casa:
ó á título de espaciar el ánimo , ó de hacer exercicio , ó
de solicitar el recobro de su salud.
76 En no salir de casa no obro por instinto, ni á cau-
sa de algún humor melancólico : obro por racionalidad,
reflexión , y conveniencia propia. Tan lejos de tener yo
el genio retirado, le tengo muy andariego. Algunas ve-
ces he dicho que si yo volviese á nacer , no escogería si-
no entre ios dos estrenaos de vida. O escogería la vida reti-
rada que tengo 5 ó la de andar y ver todo el mundo. Los
que me han visto en Galicia ei tiempo que allí estuve^
certificarán lo mismo. No hubo rincón de mar , rio , mon-
te, campo , valle , que yo no fuese á ver, registrar y ob-
servar con un gozo imponderable. No creían algunos
que yo viviese tan retirado en Madrid , vie'ndome tan
andariego en Galicia. Y no creerán los que en Madtid
saben que vivo tan retirado, que en Galicia fuese yo tan
andariego. En Madrid no salgo de casa 5 y no paraba en
casa quando estuve en Galicia j y lo que es mas , con in-
finito gozo en uno y en otro extremo.
-77 El que obra por instinto , obra determinado , y
á un solo extremo. Al contrario , el que obra como ra-
cional es libre en escoger un extremo , ó el contrario.
Lo primero toca á los brutos , y lo segundo á los hom-
bres? pero no faltan hombres que aún en los estreñios de
la
**2
la mayor libertad parece que obran por instinto como
brutos. Hay retirados que siempre viven rearados como
arañas. Y hay andariegos que siempre viven vagantes,
andariegos, y sin parar en casa. A estos ei hacerlos vivir
en reclusión es matarlos.Yes matar á los otros ei hacerlos
salir de su rincón ó casa.
78 Ni á mí me mata el vivir recluso , ni tampoco
el vivir sin reclusión alguna. Puedo escoger sin in-
comodidad qualquiera de los dos extremos , por el
tiempo de mi voluntad. Ni niego que parecerá increibie-
á algunos este genio ad utrumque. Pero si Dios me le ha
dado , ¿quieren que le eche por la ventana , y vaya á
comprar otro á la tienda ? Viven algunos de ios que me
han tratado de cerca , y dirán quántas veces los he de-
safiado entre chanzas y veras á abrazar de dos extremos
ó contrarios, ó contradictorios; v. g. á hablar mucho, ó á
no hablar palabra , á salir de casa , ó á no salir de la cela-
da , á pasear , ó á estar sentado , á estudiar , ó á no
abrir un libro , á comer , ó á no comer en limitado
tiempo,
79 De todo lo dicho pudiera alegar exemplos pro-
pios , si ese fuese mi asunto. Pero aquí solo hablo del no
salir de casa viviendo en Madrid, Los motivos que he te-
nido y tengo para abrazar este extremo , que tanto se
me censura , aunque para otros serán floxos y despre-
ciables , para mí son fuertísimos; y yo no debo obrar
por las impresiones agenas , sino por las mias. Los que
me instan y molestan para que salga de casa, deben ha-
cer esta reflexión : grandes , fuertes y eficaces motivos
debe tener para no salir de casa , quando confesando el
mismo que mira con indiferencia el vivir ó no vivir re-
cluso, no obstante guarda tanta reclusión,
80 No quiero alegar por motivo el solemne voto de
clausura que aquí en Madrid hice eLMayo de 71 1. Pe-
ro
155
rd si le alegara, á todos daría un justísimo tapaboca 5 y
les diría, ¿por que las monjas no salen de casa? No quie->
ro hacer de hipocriton , pues se que aquel voto de clau-.
süra mío se me podrá dispensar concurriendo una de tres
causas. Pero también se' , que yo podre' pasar sin esa dis-
pensación. Y en este caso ninguno tendrá que oponerme,
si yo me escudo con mi voto. Digo que el rio salir de ca-
sa no se debe atribuir precisamente al voto de clausura,
aunque seguramente lo observo con mi reclusión. , ¡
8 1 No he tomado Ja pluma para santificarme , sl^
no para justificar mi conducta con razones de tejas abaxo*
Bástame el que esa conduda por ningún título sea vicio-i
sa y reprehensible. Y acaso , ó sin acaso lo seria , si mi
conduda fuese la que echan de menos en mí los que me
censuran. Hizo 48 años por el Mayo pasado de 5 8 que
conozco á Madrid. He observado en este tiempo muchas.
Cosas, y he sido testigo de varias experiencias ; unas en,
cabeza propia, y las mas en cabeza agena. Esas expe-
riencias poco gratas me hicieron abrazar el extremo
de no salir de casa , y el de'huir de todo cometcio de
Corte.
82 Mas vale solo que mal acompañado. Es una ver-
dad de Pedro Grullo. El año de 715 á uno que quería
viviésemos los dos en una celda grande , le rebatí el
combite dicie'ndole, que mejor quería vivir solo que bien
acompañado. El tal era amigo, y yo también suyo , y
el modo de perder la amistad, seria el que viviésemos en
una celda. De eso -había visto antes algunos exemplares
domésticos. Los hermanos serian mas hermanos, si quan-
do llegasen ya á conocerse , amarse y encariñarse, los
separasen en distintas y distantes casas. El vivir todos
debaxo de un mismo techo , ocasiona las terribles disen?
siones domesticas entre hermanos y parientes, queá veces
son innumerables.
Lo
x*4
83 Lo que hace un techo en una casa , hace un pe-
dazo de cielo en un lugar muy populoso , pues á todos
sirve de techo : Cosío tegitur qui non habet urnam. No ha-
bría en Madrid tantos odios , enemistades , disensiones,
traiciones , alevosías , &c. si sus habitantes viviesen es-
parcidos en cinqüenta ó cien pedazos de cielo distantes
¡y distintos. La peste de la sociedad humana en io físico,
en io moral , y aún en lo político la ocasionan los luga-
res muy populosos. En ellos están las cátedras de la per-
niciosa ociosidad , del uixo , de la vanidad , de la estafa,
de la trampa, de la iniquidad , y en fin el teatro de todos
los vicios.
84 Creo habrá en Madrid dos mil personas. No di-
go que todas sean malvadas , pues supongo que habrá
por millares buenas, timoratas y pacificas. Pero siendo
cierto, que la mayor parte de esas dos mil , come, bebe,
viste , triunfa , pasea , cochea , y que se pone en la calle
como si fuese un Príncipe, sin tener rentas , oficio, ni be-
neficio, y sin trabajar, ¿que' juicio debo hacer de su con-
duda? ¿Y que' compañía podrá hacer este ge'nero de gen-
tes? Aquí viene la verdad citada de Pedro Grullo : mas
yale solo que mal acompañado. Yo no puedo huir de esas
maulas ultra Sauromat as ::: et glaciakm oceanum. Pero po-
dre suplir esa fuga, viviendo retirado , y sin salir de mí
celda.
8 5T Muchos me han argüido para que salga, pretex-»
tando mi salud. Es así que solo por el fin de conservarla
haciendo exercicio , podria salir , porque es una de las
tres causas que cohonestan la dispensación de mi voto de
clausura. Si yo viviese en un desierto, eran escusadas esas
persuasiones. Yo mismo me persuadiría á salir ó hacer
exercicio. Pero viviendo en el centro de Madrid, tam-
bién esas persuasiones son excusadas , pues jamas me po-
dre' persuadir á pasear por cuestas áridas , y £encuen-
íes
tes con el pretexto de hacer exercicio para mí salud. No
se puede baxar al rio Manzanares sin la molestia de un
precipicio al baxar , y de una desalmada cuesca al
yolver.
8¿ Ese paseo, mas es exercicio de la paciencia que
exercicio para la salud. La vez que le he tentado , tengo
que sentir por quatro dias molido y destroncado, é inútil
para cosa alguna. Y me ha enseñado la experiencia agena y
propia , que conviene para la salud en Madrid no el
exercicio, sino la vida sedentaria. A el ambiente físico de
Madrid cada dia se le pegan muchas impresiones morta-
les pestíferas, que con otras impresiones de animaks, y de
la universal inmundicia , forman una pútrida atmosfe-
ra, crasa y heterogénea , que se hace visible de lexos , y
que se palpa de cerca. Ese corrupto ambiente se inspira y
respira j y sin sentir se camina por la posta á el estado de
no respirar.
87 Siempre que muere alguno, suelo preguntar,
l hacía exercicio ? Se me responde por lo común que sí. Y>
infiero que también se mueren los que hacen exercicio, y
€n la flor de su edad. A esto se añade , que siendo má-
xima medicinal y buena de este país, el que no se ins-
pire el ambiente exterior , antes que el sol este' sobre el
orizonte , ni después que se haya ocultado debaxodeeT,
salen unas conseqüencias fatales.
88 Por mi estado no puedo pasear antes ni después
del sol. Por mi salud tampoco debo abrazar ese pa-
seo de aurora y crepúsculos. Con que solo resta que mí
paseo para hacer exercicio en favor de mi salud , se re-
duzca á ir á tomar el sol en campo descubierto , ó á sa-
lir á caza de tabardillos en verano , y ,de costados en
invierno. En breve : á hacer exercicio no para mi salud,
sino para mis enfermedades. En todo caso estas me han
de buscar á mí, no yo á ellas. ¡Ojaláque de esta cautela
Tom. VI. V pru-
*j6
prudente se aprovecharán muchos , y habría en Madrid'
menos enfermedades agudas. Estas por lo común no acó*
meten en -derechura á los de vida sedentaria , sino á los que
á todas horas pasean y hacen exercicio.
8p No debo omitir otra razón política que ten-
go presente , para no salir de casa á hacer exercicio con
pretexto de mi salud. Adelante se verá , que yo no sal-
go á visitar , ni aún á aquellos que me han visitado. El
ser igual con todos , suaviza la que se censuraría por fal-
ta de urbanidad. Si algunos me viesen en el campo,
creerían que yo había visitado antes á otros y no á ellos,
y hari$n sentimiento de que yo perdiese el equilibrio.
Seria equivocación , lo confieso. ¿ Pero yo habia de ir di-
ciendo por el campo , solo salgo á hacer exercicio para
mi salud, y no á visitar? Así para tapar la boca á todos, y
quitar sospecha á muchos , me he reducido á vivir reclu-
so en la celda.
,'■■■ po Supuesta esta misma reclusión , es necedad el
Censurarme , que no visito ni pago visitas , como seria
censurar á las monjas, ó á alguno que estuviese en la cár-
cel, el que no visitaban. Por ningún título estoy obligan
do á visitar á ninguno. Ninguno de los motivos que tie-.
nen los que me visitan en Madrid, habla conmigo. En los
mas es pasatiempo de su ociosidad , y el no poder parar
en casa. En otros es la pretensión de algún empleo , fa-
vor ó gracia. En otros es empeñar al visitado para que
hable á algún Ministro. En otros es para hacer vanidad
de que visitan á estos y á los otros. En otros es impos-
tara freqüentar el zaguán y. antesala de algún valido,
para persuadir á los pretendientes, que podrá ayudar mu-
cho á el buen éxito de sus negocios , estafándoles sin
conciencia.
oí Uno de estos llevaba ya de calles á un preten--
diente para estafadle mil doblones , encargándole mucho
v - el
i?7
el decreto , y que no lo supiese el señor; pues era regalo
-para la señora. Contóme el pretendiente eí estado en que
se hallaba : desengáñele > y le informe' que el fingido
medianero era un impostor. Dixele que diese antes tai
paso , y que se evidenciaria. Dióle : evidencióse} y se li-
bertó de dar mil doblones á un embustero, visitador de
.zaguanes y antesalas , para fingir valimientos. Otros
comienzan visitando sin pedir , preparando los ánimos
con adulaciones , obsequios viles , chismes y enredos; y
y después toman , no piden el empleo que mas les acó*
moda. Otros visitan á las mugeres , que son mas fáciles
de engañar , ó mas amigas de adulaciones , y mas pron-
tas á recibir para conquistar á los maridos.
92 Yo á Dios gracias vivo contento con mi es-
tado y con mi suerte. A ninguno necesito visitar para
pedirle prestado : pedirles empleo para mí, ni para otro:
pedirle que pida á otro que pueda dar. No necesito adu-
lar , engañar, ni sobornar á muger alguna , para que sea
medianera y porfiada. No tengo, ni tuve , ni quiera Dios
tenga pleito alguno , ni pretensión , ni dependencia. Así
no he necesitado visitar á hombres de pluma, de vara, y
de papel sellado. Tampoco necesito visitar para pasar el
tiempo ; pues por bien ó mal que le pase , mejor le paso
en mi celda. En breve : interés , ambición y vanidad no
hablan conmigo > y si con ninguno hablasen , habria me-
nos visitas en Madrid.
9 3 No faltó quien me dixese que saliese y visitase,
pues podia tener visitas muy honradas : pero le dexe' he-
cho un mono respondiéndole : si yo saliese y visitase co-
mo vm. quiere , vm. seria el primero que mas habia de
murmurar de mí , porque salia y vifitaba , pretextando
que no paraba en casa , ni en la celda. Lo que me decia,
lo decia de corazón y como amigo > pero se que después
murmurarla de mí como envidioso de corazón. Esta so-
V2 lu-
lucion es para tocios los que me censuran porque no visito*
Sé que muchos lo sentirían si visitase , y tuviese comuna
caciones honradas.
94 Aquí verán mis censores quanto me deben, por-
que no hago io mismo que me censuran. Empane'nse con
sus visitas , pues ni á ellos ni á ellas los necesito para se-
guir mi conduda. Como tengo tanto tiempo de Madrid,
podria hacer un tomo de los petardos que se llevaron los
visiteros , y de los que pegaron los visitantes. No quiero
llevar petardo , ni quiero pegarlo á otro. Distingo aquí
visitero y visitante. Este es el que visita por el fin de in h
teres, estafa y hurto. Visitero es el que por ociosidad , y
por no querer parar en su casa , anda de casa en casa
visitando á todas horas , molestando á todos , y aguan-
tando de todos mil befas , como si fuesen insensatos.
95 Á estos llamaban el siglo pasado según Caramuel,
hombres de dos estacas con su veliaqueria. El origen de
esta expresión es e'ste. Va un visitero á una casa : llama á
la puerta : sale la criada , y la pregunta : \ está acá el se-
ñor Don Pedro ? Este es el marido. Responde la criada ;
no señor. Prosigue preguntando el visitero : ¿ y está acá
mi señora Doña Maria? Responde la criada: sí señor.
Entonces dice el visitero , pues vella-queria. La pronun-
ciación hizo dos estacas del primero y segundo está acá:
y de verla queria ó queria verla , y á lo antiguo , vella-
queria , como si fuese derivada de la raiz vellaco. A esto
aludia llamar á esos visiteros hombres , de dos estacas , y
con su veliaqueria.
96 No se' si hoy se usa en Madrid esa expresión ir-
risoria , pero se' que se usa lo que ha dado motivo á ella.
No sobra otra cosa^ue ociosos visiteros , que andan de
casa en casa ensuciando los zaguanes , mortificando los
pestillos de las puertas , y, enfadando á criados y criadas
con preguntas de estacas y vellacperias. Estos tales jamas
se
*w
Se enmiendan aunque íes llenen de ignominias , y mil
veces les den con la puerta en los ojos. Porfían como mos-
cas ó moscones , hasta entrarse y sentarse en el estrado.
Como son moscones , tardan pocos dias de visitas en en-
fadar á la señora y á toda la casa ; y quanto mas enfadan,
creen los mentecatos que están ya en el último grado de
la gracia y del favor.
97 No alcanza á desengañarlos, ni el mal recibimien-
to de los csiados , ni el hacerlos esperar dos horas en la
antesala , ni la mala cara y gesto que se les pone en el
estrado, ni el mirarlos con enojo la señora, y de sobreojo
el marido. Todo lo mira el fatuo visitero como favor y
estimación de su persona. Mientras , se enjuaga en otras
conversaciones diciendo : que en casa de tal le estiman
mucho j y que siempre le riñen porque no repite mas k
menudo las visitas , y el ir á comer á casa. Y aquí se cru-
za la necia credulidad del visitero con el falso cortejo de
los visitadores. Comienza el desvio de los de casa , fin-
giendo que no está acá Doña Maria : que está durmien-
do : que está indispuesta : ó que está en el tocador : que
está con visita de cumplimiento , y que perdone por amor
de Dios, que hoy no le puede ver, ni recibir.
98 Y el no poderle ver ya viene muy de antemano.
Válgate el diablo por tal , que no nos hemos de ver li-
bres de ese porra y mazacote. Este es el proemio de
los de "casa, quando no los oye el visitero, aún es-
tando dentro de ella. ¿Que' tendrá que hacer aquí este
truan, este bufón , este estafermo., este charlatán sem-
piterno , y este badulaque in utroque de virtud y de li-
teratura ? Con estos y otros elogios le previenen el re-
cibimiento 5 y apenas se despidió, quando vuelve la misma
cantinela de improperios: válgate el diablo por tai , &c.
y el tal visitero como no ios oye, de nada se dolía 5 y
mas
i6o
mas viendo que al carearse le dan mil quejas por nó vé-?
nir con mas freqüencia á casa , y con sus polvillos de
cariñosos zelos , honestos sí > pero falsos como el alma de
Judas.
99 Y viendo que al despedirse le conjuran para que
no sea tan omiso en venir á casa , pues sin el no hay en
ella gusto cumplido ; este bausán , zampatortas se refina
con estas lisonjas políticas de corte , y duplica la partida
de sus impertinencias. Al fin solo dura este entremés has*;
jta que vengan los palos , y hasta que la señora de casa,
exi intonst horrendttm. Solo un horrendo vaya fuera de mí
casa , en alta y desentonada voz, es el verdadero conjuro,
para expeler esos demonios visiteros de las seis clases del
número i.° A Dios gracias jamas he padecido esas igno«*
minias en virtud del privilegio que me he tomado de no
querer salir de casa , y menos á visitar á la moda de los
Visiteros dichos de Madrid. No hay que fiar en palabras
áulicas , en ademanes de cariño , en quejas amorosas, en
caras de risa y placenteras. Ó todo es mentira , ó lo
será.
ioo Dirá alguno, que por lo mismo que vivo tan re-
cluso , y que no salgo , ni visito , no puedo hablar en la
materia de experiencia propia. Es muy cierto. Pero por
los libros, y por los oidos he recogido bastantes experien-
cias agenas ; y de ellas podria formar un tomo. El mun-
do siempre ha sido el mismo ; y en los lugares níuy po-
pulosos , con el título de política , urbanidad , cortesía y;
cumplimientos, siempre ha reynado la falsedad, la alevo-
sia, la estafa y la engañifa. Podria nombrar bastantes
sugetos , que habiendo tenido el mando y el palo en
una casa, al fin ios molieron á palos , y los echaron
de la casa á coces , con un ignominioso y horren-
do exi.
Así
1*1
: íol Así no hay aquí ponderación alguna , es la
j>ura verdad.
Quod modo possui , nont est sententia : verum est,
Cr edite me vobis folium recitare S ¡billa.
t>e lo dicho se infiere , que no habiendo criterio fixo pa-
ta discernir lo redo ó torcido de los corazones de los vi-
sitados , es muy expuesto el visitar ( no habiendo cosa
muy precisa) á que todo pare en palos , ó en cosa seme-
jante, ó que cada dia se mude de visitas como de camisa.
Poco inconveniente seria e'ste , si el visitero solo estuvie-
se de paso , ó como huésped en Madrid. Pero el que co-
mo yo haya vivido , y vive de asiento en su celda ¿ ha*
de ser censurable porque no visita ? ¿ Quántos dias tiene?
el año? Si desde que conozco á Madrid hubiese dado en
la tuna de visitar, sería preciso que el año fuese el grande
de Platón , para cumplir con las visitas.
3 02 Sábese que las visitas son como las cerezas, que
Se encadenan unas con otras. No dexaria yo de estar
muy adelantado , si todo el tiempo de mi vida lo hubie-
ra malvaratado en visitar , y en ser visitado de todo
yente y viniente. Así seria en ese caso mas reprehensi*
ble mi condu&a , que viviendo recluso sin salir ni visi-
tar. El año de 54 experimente' alguna pesadez en eicuer#
po , ocasionada acaso de tanta poltronería , y de una vi-
da tan sedentaria. Estaba cierto que trasplantado á Gali-
cia , en donde podría pasearme á gusto , mepohdria mas
ágil. En virtud de esto pedí licencia por escrito al Exce-r
lentísimo señor Don Joseph Carbajal, para mudar de ém
ana por algún tiempo.
103 Y previniendo que; S. E. me diría ¡¡ que hiciese^
exercicio en Madrid , le ocurrí de antemano: que yo no
hallaba medio alguno viviendo en Madrid ¿entre todo;
ce!-?
i6i
celda , ó tocio calle. Pase' á Galicia , y pare en ía villa de;
Pontevedra , en dónde y desde dónde hice muchas ca-<
ntinatas , y volví á Madrid ágil y robusto á tomar pose-
sión de mi celda y de mi retiro. Ahora vuelvo: ó toda,
celda, ó todo calle. No es posible que yo halle medio en-i
tre los dos extremos , siendo así que ninguno me es re-
pugnante > y porque no me conviene el extremo de to-
do calle , soy precisado á abrazar el extremo de todo
celda.
-s 104 Dirá alguno que el medio seria, medio celda'
y medio calle > que podia escoger tal número de visitas
y de paseos. De ese modo visitaba , paseaba , y vivia retí»
rado corno hacen muchos. Esos muchos no se' como se
acomodan , ni yo me puedo acomodar con ellos. Es indi-
soluble este argumento ; siendo v. g. veinte el numero de
las visitas , ó jamas he de tener mas que esas , ó se de-r
ben añadir las que sobrevinieren. Si solo visito á esos vein-
te y no á otros , vuelve la censura de que soy grosero,
porque no visito. Y si he de visitar á todos los demás,
vuelve el extremo de todo calle. Visitando á unos y. no
á otros , saltan á los ojos las justas quejas. Luego para
el equilibrio de que todos queden iguales , me es forzoso;
abrazar el extremo de todo celda.
10 £ : Ni es del caso para argumento decirme, que
no obstante lo dicho , he salido algunas veces á pie , y
otras en coche. Lo primero , porque esas veces son con-
tadas. Lo segundo , porque saldría al campo. Lo tercero,
porque saldría á alguna diligencia muy precisa. Lo quaft
to, porque la vez que salgo en coche soy llamado. Suj
cede que esta ó la otra señora de alto carácter me envia'
su coche , y me manda que pase de parte de tarde á su,
casa. No hay exemplar de que me haya negado á salir
de casa en semejantes ocasiones. Pero esto no es salir a
Visitar , ni entrar sin ser llamado por las puertas de al-
go-
guno , llévamelo befas , nones y vilipendios en las an-
tesalas.
loó En esta visita en coche , que me envía el que
quiere ser visitado , hallo una conveniencia que no hay
en las visitas comunes , quando el visitero se entra en
casa sin ser llamado , con el pretexto de visitar. El que
va á visitar llamado , lleva evidencia de, que no ha de en.
fadar , y de que será bien recibido á puertas abiertas. Pe*
ro el visitado solo tiene fe, no evidencia, de que no me
enfadó á mí quando me envió á llamar. Al contrario. El
que va á visitar sin ser llamado , solo tiene fe' de que se-
rá bien recibido , y no enfadará , con la evidencia de
que el no va á enfadar. Todo se reduce al principio de
que el que ama , tiene evidencia de que ama , y solo
fe de que es amado. Así jamas se probará una recla-
mación.
107 Si á estas reflexiones atendiesen los que visitan
sin ser llamados, ó habria menos visitas, ó habria menos
befas en las antesalas. Vean los que me censuran de que
no visito , si esta mi conduda es efe&o de un instinto,
y de un genio hipocondriaco , ó si es conseqüencia justa de
una reflexión política, santa y buena delante de Dios y
, de los hombres. Andabatas eran un género de Gladiato-
res, que peleaban con los ojos cerrados. Andaban como
perros tontos y á ciegas , tropezándose unos con otros,
y digámoslo así , peleando ad-ephesíos. Los visiteros que
no caminan sobre mis reflexiones , son unos andariegos
ociosos, que andan como Andabatas visitando ad epheslost
y á todo trapo. Entranse sin ser llamados : recibense sin
ser admitidos i y al fin se echan y expelen á coces y á
palos de ciego , sin que los prudentes les tengan las-
tima.
10S ¡ Y querian mis censores que yo me alistase eri
esa compañia ? ¡ Pues que' , si levantan guerras civiles, y
Tom. VI* X com-
i<*4
competencias entre los que visitan en una misma casa \
No hay cosa mas común en Madrid. Cada uno quiere
ser el único > y para conseguir esa preferencia , se acri-
billan unos á otros con testimonios falsos , chismes , en-
redos y detracciones. No hablo aquí ( porque no es de
mi asunto) de las competencias de los rivales en mate-
rias de amoriscos. Hablo solo de las que hay en materia
de querer mandar la casa sin competidor. En ocasión
que me hicieron entrar en una casa fuera de Madrid,
note que en la misma entraban diez ó doce muy á mc~
nudo , y que eran de diferentes clases. Al punto dixe, no
mas visita en esta casa 5 pues á la corta ú á la larga yo ha-
bré' de cargar con el mochuelo.
io£ Otro inconveniente gravísimo he notado en las
freqüentes visitas reciprocas. Este es el que inútilmente
se pierde mucho tiempo , y sin visitarse unos á otros.
Esos visiteros rara vez paran en casa. Así las visitas son
á las calles y á las puertas , no á las personas. Son como
las Pasquas de Madrid , que todos las dan , y ninguno se
ve en casa. Lo mismo digo de las visitas que se hacen
del cumpleaños , y del santo del nombre. En esos lances
ya es moda en Madrid huir de casa por evitar las visi-
tas. ¿Y por que' ha de ser moda el huir de casa por no
ser visitado ; y no debe ser moda , que si yo no puedo
visitar al que huye , me este' en casa huyendo de azotar
calles?
110 Dirán , que aunque el visitado no este' en casa,
ó se oculte en ella , tiene en la antesala un escribiente
que apunta los que vinieron á visitarle. ¿Y esto se llama
visitar ? Si yo fuese el visitado , y no quisiese dexarme
ver aquel dia , no habia de recurrir á la lista del escri-
biente para saber quienes me estimaban. Haria recurso á
la lista mental que tengo de los que creo me estiman ; y
supondría que todos esos habian venido á. visitarme, que
vi-
viniesen ó no viniesen. El hecho es , que quando dos
amigos se han de visitar dé veras , se piden y se dan ho->
ra oportuna para ios dos , por no llevarse chasco uno y,
otro. Esto me parece admirablemente. Las demás modas
son de faramalla y perspectiva , y que solo los ociosos las
han inventado.
ni A los que dixeren que yo no he de remendar el
mundo político , respondo : que tampoco quiero que el
mundo político me remiende á mí. Visiten ad fastidium
esos visiteros , y vayan enhorabuena con ese mundo
ceremonioso 5 pero dexenme en paz , y no se acuerden
de mí para maldita la cosa. ¿ Y que diré' de los que te-
niendo obligación de no salir de casa , sino muy rara
vez , andan continuamente azotando calles , y aguan-
tando mil befas de los de las casas , á donde van á enfa-
dar con sus visitas ? Esos afrentabuenos se debian tras-
plantar á un país despoblado , en donde fuesen menos vi-
sibles sus desaciertos.
112 También se me censura , que no aceptó com-
bite alguno , ni para comer en mesa agena , ni para
acompañar á alguno que sale á esparcirse y divertirse en
las cercanias de Madrid. Y aquí vuelve la cantinela del
número 24, que soy insociable &c. Confieso que de lo se-
gundo no hay exemplar de que haya salido fuera de
Madrid en 48 años que hace le conozco. De lo prime-
ro solo hay dos exemplares en ese tiempo de haber comi-
do fuera de casa. Una vez siendo mozo , acompañando
á otro , á quien habia convidado un amigo. Y otra vez
obligado de persona superior , y por lo mismo de la.
violencia > mas hice de cuerpo presente , que de con-
vidado.
113 No puedo negar que personas de todas clases
me han hecho infinitos convites * pero doy mil gracias
á Dios por haberme dado la constancia de haberme resis-
X 2 ti-
Í66
tido á todos. Primero liaría treinta Visitas , que aceptar
un convite para comer fuera de casa. Para mí seria una
horrorosa maula y petardo , el comer en mesa agena. La
diversidad de los alimentos , la hora , la tardanza y pro-
digalidad , los cumplimientos ridiculos , la inacción des-
pués de comer , y las resultas en el estomago por haber
comido &c. nada tienen de atra&ivo para mi genio, gus-
to y tranquilidad. Y con mas razón, siendo yo muy parco
en comer y beber.
114 Es muy creible que los parásitos y perritos de
todas bodas , sean los que mas me censuren , porque no
los imito en andar cada día catando caldos y vinos di-
ferentes. Lo que no puedo sufrir es , que algunos de esos
digan, que no se han podido resistir al convite. Mienten
sin suelo. No hay cosa mas fácil que esa resistencia , sí
no hay voluntad de comer fuera de casa. ¿ Pero cómo se
has de resistir al convite , si algunos de ellos no se pue-¡
den resistir á darse por convidados? Ellos mismos se con-*
vidan. Y como es tan vergonzosa esta estafa , pretextan
que los han convidado, y que no se han podido resistir.
¿Y cómo, sin dudar mucho, me he resistido yo en 48 años
aún á los que me pudieran obligar ?
115 De todo infiero, que esas visitas y esos convi-
tes se han inventado para no parar en casa , y que algu-
no de los convidantes no tanto por bizarria quanto por
curiosidad política, y vanidad , solicitan que algunos co-
man en su compañia. Por política , para hacer de per-
sona. Por vanidad, para que se diga del convidante que
ha tenido á fulano á su mesa. Y por curiosidad , para que
se ofrezca ocasión de penetrar el interior del convidado.
Sábese que los Persas no tenian otro genero de tormen-
tos para averiguar alguna verdad , sino el de los convites,
cargando la mesa de excelentes vinos, como que eses son
los mas suaves verdugos para ese ñu.
V*
II 6 Un Hombre bien comido , y mas bien bebido,,
si no tiene el estomago habituado á esos excesos , dirá
quanto tiene en el corazón de lo suyo y de lo ageno. Si
los que debian vivir retirados no se hallasen en esos sor
lapados convites , no se manifestarian á todos las cosas
mas ocultas de su casa, y aún los defe&os, si los hay. En
ocasión que yo tuve autoridad para dar ó no dar licen-
cia para esos convites, he sido inexorable para darla. De-
cía yo : si ese convidante no va en falso , que le regaíe
á su celda la mitad de lo que le había de dar en su casa,;
y todos quedan mejor. Ninguno ha convidado á alguna
monja para que fuese á comer á su mesa. Si va en fal-
so el convidante, ó convidando de ceremonia , ó para es-
cudriñar interiores , se conocerá en si regala, ó no regala
sin convite.
117 También es cierto me censuran , que no acepto
convites de fiestas , de funerales y de funciones literarias.
Es evidente que no los acepto 5 y que tampoco los debo,
aceptar , supuesto el gran retiro que observo. Si yo hu-
biese de asistir á las funciones de aquellos convites , co -
mo son tantas y tan repetidas , no pasaría un instante en
la celdaj y si á eso.se anadia el visitar , se aumentaba-
mi total evagacion y zapateo de las calles de Madrid. Y
si no se anadia el visitar , saltaba á los ojos la censura de
mi descortes inconseqüencia j qual seria no visitar por-
que profeso clausura , y no hacer caso de ese voto para
asistir á todo ge'nero de fiestas y de funciones.
118 Hasta aquí la satisfacción de mi condudta , por
loque mira á huir de visitas activas. Voy á darla por lo
que toca á visitas pasivas. Creen muchos que yo no quie-
ro admitir visitas en mi celda, y que á ese fin vivo siem^-
pre cerrado , sin querer abrir mi puerta á persona. algu-
na. En esto se miente mucho, ó por malicia , ó por igno-
rancia , ó por credulidad alquilada. Diré lo que hay de
cier-
i58
cierto. Es evidente que quanclo estoy en m! celda, siem-
pre estoy encerrado por dentro , y seria un bobarron si-
no lo executase así. Los seglares hacen la misma precau»
cion. Son tantos los ardides que los ladrones discurren en
Madrid para robar , que toda precaución es corta. La me-
jor es , que no se dexe entrar en la casa ó celda á persona
alguna que no sea conocida , á venga en compañiade
quien la conozca.
1 19 Contra esta tan vil como precisa máxima , so-
lo los ladrones , los rateros y petardistas tendrán que
oponer por lo que les incomoda.Y los entremetidos , ocio-
sos y estafadores por la precisión en que se les pone de
que vayan á enfadar á otra parte. Si en Madrid se exe-
cutase lo que en los números 69 y 70 dixe hacen los Chi-
nos y Japones, no era la dicha máxima tan precisa. Pe*
ro siendo Madrid una Babilonia, en donde están mezcla-
dosi .y confusos los pésimos , peores y malvados, (que son
innumerables) con los hombres de bien y reales , (que son
en menos número) aún la máxima dicha no alcanza para,
libertarse de los insultos de esa canalla.
120 Por Ja prolongada estancia que tengo de Ma-
drid, he oido infinitos arbitrios , de los quales se han
validó los ladrones para robar. Tengo presentes muchos;
y seria fácil formar un tomo de los mas singulares , sí
eso fuese mi asunto. No siendo vandolero y nocturna
el ladrón , que en nada tropieza : á los otros se les con-
jura , dándoles con la puerta en los ojos. Lo primero que
hacen los que toman el partido de robar mira claustra,
es irse introduciendo en las celdas y y reconocerlas para
dar después el golpe de seguro enla que creen tendrán al*
go que robar : Nema repente fuit turpissimus. Preparan
el robo con pretextos aparentes, y aún pretextos pia-
dosos, para météfirse en la celda, y -hacer la suya.
izi El mas común es , el pretexto de pedir limosna,
si
l5p
si traen malos trapos , ó como llaman , el vestido de pe-
dir. Y si traen buena; ropa ¿ ó suya ó alquilada , pretex-i
tan que vienen á pedir consejo. Piro como esto de pedir
á un religioso, no es llave para abrir su puerta , inventa^
ron el pretexto de dar ai religioso para que se le haga
patente la celda. Este es., el de darles limosna de misas.
Llaman á la puerta : y si saliendo el religioso , pregun-
ta, á uno de estos , ¿que quiere ? dice que trae unas imi*
sas, y con buena limosna;, para que sé digan en tal alf
íar. Y si finge que son las del altar de san Gregorio , es
otro atractivo mayor para entrarse en la celda á pagarlas,
y tomar recibo.
1 22 Sucedió esto con uno á quien conocí. Entró un
embustero en. su celda con. el pretexto falso det misas.
Traia un doblón de á ocho en oro para pagarlas , y en
fin era para pegarla mejor. Dixo al religioso que trocase
la. moneda, que se cobrase , y que le¡ volviese lo demás.
El religioso tenia oficio público , y por lo mismo tenia
dinero en unas gabetas.¡ Abrió una; y al pur^to se echó
el ladrón sobre ella, y agarrando algunas monedas de
oro, echó á correr por la puerta, y hasta ahora, no ha
parecido. Supongo que las mandaría decir de misas por
la credulidad del religioso , y «n altar de san Gregorio.
De esta insolente picardía hay mil exemplos en Madrid.
No por eso escarmientan los crédulos, ni se enmiendan los
ladrones.
¡ 123 Otra picardía mayor , que horroriza , sucedió
pocos años.; há. en Madrid. Entró uno de esos ladrones
en un Convento. Acometió aun religioso y le dixo , que
quería hacer una Confesión general con el, y que desea-
ba fuese dentro de la celda. Creyólo , y aceptó el reli-
gioso. El primer dia comenzó su confesión el mal ladrón,
y con ánimo de no finalizarla hasta el otro dia. Volvióla
á- continuar ei dia siguiente ; y como el dia antes ha-
bía
bia ojeado ya ía celda , sacó un puñal , y amenazando aí
religioso , le intimidó y le robó lo que pudo. Es verdad
que le cogieron al baxar la escalera , y le hicieron res*
tituir.
124 Pregunto , ¿ que' mentecato no debe cerrarse
por dentro á vista de estas maldades ? ¿ Y por que á vis-
ta de ellas , y de otras que omito, he de admitir en la
celda á quien no conozco , ni viene en compañía de
guien le conozca ? Si uno va á casa de un cambista á co-
brar una letra de quinientos reales , bien seguro que el
cambista se los entregue , aunque tenga^ evidencia de
que la letra es legítima , si el que los ha de cobrar no es
conocido , ó no presenta persona que le conozca , y sea
conocida del cambista. ¿ Y será justo que un cambista no
entregue quinientos reales á un desconocido, pudiendo res*
guardarse con la letra, y que me censuren porque yo no
entrego toda mi celda a la discreción de un desconocido
sin letra ?
125 Los petardistas de Madrid tienen sus emisarios
en varios lugares , para que' les avisen que' letras vienen
á Madrid , y á quienes vienen dirigidas». Así que los
petardistas tienen aviso , se anticipan á ir ai correo , sa-
can las cartas respectivas , -toman la letra, y la cobran, si
el cambista no es advertido, y si no usa de la dicha cau-
tela. Cadadia se pegan estos petardos. A mí ninguno
me han pegado hasta ahora en esta materia. Pero he es*
carmentado en cabeza agena , para formarme el sistema
de mi conducta. Este es , el de vivir siempre cerrado , y
de no admitir en mi celda á persona que no conozco , ó
que no trae consigo persona conocida mia, que le conozca
á el.
125 Sin abrir yo mi puerta , sino el ventanillo de
una rejita , descubrí aquel capitán de vandoleros del nú-
mero 7 3 , que queria entrarse en la celda para robarme
el
eí dinero que el Rey había dado para distribuir á los po-
bres. Corroerán tantos , les distribuí la limosna por la
ventanilla. Los últimos que quedaron eran el capitán y
el compañero. No me dio buena idea la cara del capitán
disfrazado. Pregunte'le ¿ de dónde era , y si le conocía .
alguno? A esto respondió el compañero que estaba dis-
tante, y dixo: yo le conozco. Bien > ¿ y quie'n conoce á .
ym ? Enmudeció , y yo me ratifique en la sospecha , que
salió evidente. Cogióse al capitán y á algunos compañe-
ros , pues los demás escaparon.
127 Entonces conocí, que no era muy difícil descubrir
en Madrid ladrones, vandidos y malvados , si hubiese in«
terrogatorios jurídicos >ysiá cada uno de los que dan idea
de sospechosos , se les obligase á señalar persona conocí- .
da que los conociese , se descubrirían los que andan ten-
tando pestillos de celdas.de religiosos, para entrarse en
ejlas á dar misas de san Gregorio, y á fingir confesiones
generales. Supongo que estos serán de los que murmuran |
que yo viva tan retirado y cerrado á piedra y lodo ; y
que use del conjuro: ¿y quie'n le conoce á vm? Vino uno
en una ocasión diciendo , que ya tenia 20 años de Par-
roquiano. Pregúntele ¿y quie'n conoce á vm. en esa casaí
ó en la Iglesia ? Dixo que ninguno le conocía. Pues vaya
vm. le dixe, á pegar esas mangas donde ha cumplido con
las pasquas. ,
128 No solo uso del conjuro dicho de cerrarme
por dentro , contra los ladrones , rateros y estafadores»
también necesito usarle contra los que vinieren á. hur-
tarme el tiempo , la paciencia y mi quietud. Hombres
hay en Madrid, que ocupándose todas las tardes en sus
diversiones de comedias , toros , saraos &c. no hallan
exercicio en que ocupar las mañanas. Estos juzgan que se
- to.nará por cortejo eí meterse en una ceida de un religio-
so , y rellanarse allí en una silla , impidie'ndole el que
Tom. VL Y ha-
«7*
haga lo que tuviere que hacer. Entran con el sonsonete:
no quiero impedir > y el fin es estafarle todo el tiempo
de la mañana , sobre mortificarle con una pesada e inú-
til conversación. Quando esta no es de literatura , es uno
de los mayores martirios para mi genio.
1 29 Aún á los mas amigos , con los quales converso
con especial gusto por ser literatos , tengo prevenido que
no vengan á mi celda por las mañanas , porque siempre
tengo que hacer. Que ó vengan por la tarde , ó que solo
vengan las mañanas de los Domingos , que expresamen-
te quiero aprovechar con los amigos de veras. Así , van
bien advertidos esos , que no siendo para una cosa muy,
precisa y forzosa , no han de venir á mi celda por las
mañanas. Como yo no quiero hacer fortuna por lo que
leyere , estudiare , ó escribiere , hace muchos años que
nada de lo dicho quiero executar por la tarde, sino úni-
camente por la mañana , y antes del mediodía. Así me va
lindamente de salud , que aprecio mas que toda la litera-
tura del universo.
130 Aún faltan los que pretenden entrar en mi cel-
da, para hurtarme ó avinagrarme mi quietud y tranqui-
lidad. Son aquellos que apenas vaca un empleo quando
inundan á Madrid de esquelas. Muchos no esperan á que
muera el que posee el empleo. Bástales saber que tiene
catarro, ó algún nuevo sabañón, para disparar la metralla
de esquelas por todas partes , á fin de conseguir el em-
pleo si muere , ó la futura, si sana del catarro. Estos
embestidores lo andan todo, y algunos tientan meterse
en mi celda, acometiéndome con memoriales, para que yo
acometa á otros que hayan de acometer al que ha de
dar el empleo , ó la futura. Esto sin conocerme , ni cono-
cerlos ; y sin que yo conozca , ó tenga conexión con los
que han de ser medianeros.
j 3 1 Estos pretendientes perdurables t son por extre-
mo
mo muy porfiados. No admite» razones ni disculpas a y
para mover , alegan mil patrañas, y para conseguir, mu-
chos me'ritos fingidos. De algunos memoriales , que á re-
petidas importunidades he admitido, los mas salieron fal-
sos en la narrativa , e injustos en la pretensión. Así en no
seguir mi condu&a , siempre he cargado con el mochue-
lo , la maula y la maza : ó sonrrojándome con el cierto
tapaboca de que el memorial es falso é injusto > ó si es
cierto y justificado , quedando hecho un mono con lá
negativa de unas redondas calabazas , y con el tapabo-
ca de un perdone que no puede ser , y créame que io
siento mucho.
132 Dexo las veces que me han engañado con un sí
y otro sí, y descuide que será servido, y con otras femen-
tidas expresiones del lenguage político > correspondiendo
al fin con un nó , á aquel fingido sí. ¿ Y si unas calaba-
zas redondas me son tan sensibles , que' impresión hará
en mí la felonia del que me dixo sí , con el ánimo de de-
cirme nó ? Salga aquí el mas emperrado de mis émulos y
de mis censuradores, y diga si me sobra la razón para
cerrar mi puerta á todo ese ge'nero de pretendientes y
embestidores de memoriales. Y si será razón que yo pier-
da la mañana, mi quietud y tranquilidad, para oir plega-
rias fingidas de embusteros.
133 Ló mas singular es la contradicción. Es notorio
que no visito , ni salgo de casa , ni tengo comunicacio-
nes , ni quiero tenerlas. Esta abstracción se me censura.
I Cómo pues esos pretendientes no hacie'ndose cargo de
eso , me vienen á inquietar , y á estafarme el tiempo con
impertinencias repugnantes á mi genio? ¿Le he de mudar
por un perafustran que jamas he visto? ¿He de salir de
casa para complacerle , y pedir á quien no conozco ? ¿ he
de ir á pedir , al que aunque le conozca , jamas le he vi-
Y 2 # si-
174 , r
sitado ? i he de ir a pedir al que aunque le haya visitada,
Jamas le he servido en cosa alguna ? ¿ he de pedir al que
aunque le haya servido , aún con ei favor de darse por
servido , no me ha favorecido jamas , y las pocas veces
que le he suplicado por alguno , ó me dio un falso , ó un
rio redondo?
134 En vista de lo dicho, que no es menos que eviden-
te , ninguno debe censurar que yo viva cerrado, y no abra
la puerta á todo cachivache , y que le envié á presentar
sus memoriales á otra mesa. Al contrario, quando alguno
viene á mi celda acompañado de algún conocido , y me
pregunta por algún libro , ó por una especie literaria,
hago estudio de complacerle y servirle en lo que alcan-
zo. Para eso no necesito salir de mi celda , ni visitar , ni
pedir á ninguno , ni exponerme á calabazas. No hay
exemplar de que en ese asunto literario haya dexado de
servir á todos ; pero siempre dentro de mi celda. Pregún-
tese á los amigos que vienen á conversar las mañanas de
los Domingos, y confirmarán esta verdad.
135 Dixe acompañado de un conocido ; pues na
siendo así , aunque el tal venga á preguntar una especie,
ó por un libro, tampoco le abriré la puerta, y solo le res-
pondere' por la rejilla ai cauteUm , por lo que pudiere
suceder. Quien toma el pretexto de encargar misas para
entrarse á robar en una celda , tomará también el pre-
texto de preguntar por un libro, ó de buscar alguna
especie. En breve : el que hubiere de entrar en mi celda,
aunque entre acompañado de un conocido , no piense
entrar á otros negocios , pretensiones y embudos de la
moda; sino únicamente á hablar de libros, y á conversar
sobrehilos. Y si continuare, ha de ser siempre sobre
ese pie.
1 $6 Debo advertir esto , para desjarretar algunas
> ■'% * vi-
175'
Visitas solapadas. Entra uno en mí celda la primera veii,
por venir acompañado : dice viene por curiosidad de ver
mi libreria , que la oyó ponderar de numerosa , rara,
selecla y universal ; y con sus polvillos del cumplimiento
que deseaba verme y conocerme. Repite segunda visita,
y habla de libros , y de cosas literarias. Pero á la visita
tercera ya descubre la hilaza de que es un pretendiente
formidable. Desembolsa esquelas y memoriales , acome-
tie'ndome á que yo sea el agente de sus pretensiones, y ,.
á que salga de casa por complacerle. Claro está que eso
jamas será 5 y así le desengaño , correspondiendo á su.
curiosidad y cumplimiento déla primera visita.
137 Y como el tal no buscaba desengaños , sino en-
gañarme á mí para que le sirviese de tercero á su am-
bición , no vuelve á repetir visitas. De esto tengo mu-
chos exemplares. Y de ese calibre son los que murmuran
que no visito, ni pago visitas. Si esos viniesen á mi celda,
con solo el fin de hablar y conversar en materias de li-
teratura , no debían inventar esas quejas ceremoniales.
Por lo mismo ni las tienen ni las dan los verdaderos
amigos , que solo con aquel fin vienen á mi celda. Bien
palpan estos que si yo fuese visitante , visitado, y paga-
dor de visitas , no podría parar en la' celda un instante,
que viniendo á conversar, siempre se llevarían chasco , y
que serian muy raras las veces que los tales y yo pudie-i
sernos hablar despacio.
138 A algunos de esos les convencí de que les con-
venia que yo estuviese siempre en la celda. Dixe á uno,
para exempio : ¿ Quántos años há que nos conocemos ?
¿quántas horas habremos hablado en ese tiempo? ¿y
quántas hablaríamos si yo visitase , y pagase visitas?
Pocas ó ninguna, añadí. ¿ Quái quiere mas , el vivir vm.
siempre en casa, y que.yo le visite, de quando en quando,
o
ó el que y© este siempre en mi celda , y que vm. venga
á parlar siempre y quando que se le antojare ? Si el últi-
mo extremo es el mas penoso, y no obstante cargo con e'l
sin quejarme 5 ¿por que se han de quejar de mí ios que
no le abrazarían?
193 Las cartas son muy semejantes á las visitas,
pues son unas visitas por el correo. Por esta razón los
que censuran mi conducta en orden á las visitas , estiran
también esa censura á las cartas. Publican que 6 no las
recibo, ó no las abro , ó no las leo, 6 no respondo á ellas,
ó todo. Digo que todo es una mentira garrafal desde la
cruz á la fecha, j Ojalá no hubiese recibido , ni respon^
dido á tantas » y tendría mas dinero para libros , mas
tiempo para leerlos , y mas quietud interior para medi-
tarlos ! Y estoy arrepentido de no haber publicado en un
impreso mió del año de 732, que estuviesen todos adver-
tidos que yo no quería recibir carta alguna. Es infinito
respefto de mi pobreza , el dinero que me han hecho mal-
baratar las cartas,
140 Pero lo que mas lloro , es el infinito tiempo
que he perdido en responder á ellas. Tengo existentes to-
das quantas cartas he recibido desde el año 725. Y de
buena gana si me* volviesen mis respuestas , pagaria ei
porte de mis mismas cartas que he escrito. Por el volu-
men inmenso que hacen las cartas recibidas solo , podre
conjeturar quán grande seria el volumen de mis respues-*
tas. Las cartas daré7 á peso de toro muerto , y con mas
comodidad que ios embestidores de Quevedo vendieron
ai confitero sus villetes de estafar. Ni yo hubiera reci-
bido tantas cartas 7 ni escrito tantas respuestas, si en
España hubiese la costumbre que hay en el Perú. Allí
no paga la carta el que la recibe, sino el que la escribe,
al echarla en el correo.
Y
*77
141 ¥síen tiempo de Quevedo existiese esa ley ó
costumbre en España , tampoco á Quevedo le hubieran
pegado el chasco de que pagase el porte de una carta,
después de haber dado á luz las reglas del caballero de la
tenaza. El chiste se halla en la vida de Quevedo , que es-
tá en sus obras posthumas. Pero está diminuto porque
solo se puso de oidas. Dice que un Monge Bernardo con-
ventual de Galicia escribió á Quevedo , que viese si en-
tre las reglas que escribió para guardar el dinero, hallaba ,
remedio para librarse de pagar dos reales de porte por
la carta que le escribía. Celebró Quevedo la agudeza
del chasco , y en adelante fue amigo de dicho Monge;
Bernardo.
142 No dice la vida quien era ese Bernardo. Yo se
quie'n ha sido , y cómo sucedió el caso. El Monge era el
Ilustrísimo Caramuel , quando estaba Colegial Teólogo
en Salamanca. Es tan cietto, como que el mismo Caramuel
en el tomo II.0 de suTrimegisto pone todo el caso, y su
carta original que escribió á Quevedo, cuyo final es este:
«Consultad , pues , vuestro caballero de la Tenaza : re-
acorred todos sus preceptos y reglas > y hallareis que no
"hay en el medio ó remedio alguno que os libre de
"pagar al correo que os diere esta carta , un real de
"porte."
143 En virtud de esto se debe enmendar aquel pa-
sage de la vida de Quevedo en alguna reimpresión , ó
añadirle una nota. «El porte no ha sido dos reales 5 sino
«uno. El Bernardo no estaba en Galicia , sino en Saia-
«manca. El dicho Monge ha sido el celebre Caramuel. £s>
«te nació en Madrid : bautizóse en la Parroquia de san
«Martin: tomó el habito en la Espina : estudió las artes
«en Montederramo en Galicia , y pasó á estudiar la
«Teología á Salamanca, y estaba Colegial en su Co-
»Ie-
(I78
nlegio c!e Salamanca quando desde aííí escribió ía car-
eta á Quevedo. Y habiendo sido ingenios de supe-
nrior orden Quevedo y Caramuel , es elogio de este
nque e'l solo pudiese pegar el chasco á Quevedo : y es
»>elogio de Quevedo que solo un Caramuel , siendo aún
mnozo, se le hubiese pegado con tanto chiste."
144 Aún hoy se usa que quando la carta es de
mucha importancia , se certifica en el correo en donde
se echa , y allí se paga el porte y certificación. Tengo
un rimero de papeles varios impresos que he recibido
por el correo , sin poderme evadir de pagar un porte su-
bido, y de llevarme muchos chascos , superiores al que
Caramuel pego á Quevedo. Así á las reglas del caballero
de la Tenaza, se debe añadir la de no recibir cartas , cu-
yo porte no le hayan pagado antes los que las escriben.
He pagado seis, ocho y diez reales de porte por papelu-
chos impresos , que puestos venales en Madrid á dos rea*.
les , no han hallado compradores.
14? ¿Y será posible que haya llegado á tanto la fa-
tuidad , que me quieran persuadir que es cortesia reci-
bir , pagar , leer y responder á este genero de cartas ? Sí
eso es cortesia, vivo muy arrepentido de haber sido tan
cortes á mi costa. Es verdad que ya hace años que aban-
done aquella fatua cortesia , ó en el todo , ó en parte»
No puedo evitar el recibir cartas con papelones y pagar-
las j pero me desquito en algún modo con no leer el pa-
pelón y las cartas, y no responder á ellas. Esto sí que es la
verdadera cortesia, enseñarla á quien no la sabe. ¿Pues que
mas descortesía , que meterse uno en donde no le llaman?
145 Un tal perafustran, aprendiz del oficio de esJ
critor , escribe ó imprime jun papelón , en donde los mas
de los impresores , por estar ociosos y perecer de hambre
andan catequizando á satisfechos para que impriman,
la-
179
lateando los cascos al que mas disparatare : y creyendo
ese bobarron que yo soy de la clase de estos impresores,
me dispara por el correo un papelón y una carta , pi-
diéndome que le diga mi dictamen , ó descifrando esa pe-
tición , pidie'ndome que le responda con un panegírico
para imprimirle en otro papelón. Por haberme llevado
algunos chascos en este asunto, he escarmentado de raiz,
no respondiendo á ninguna de esas solapadas cartas \ y
mas quando el escritor me es totalmente desconocido , ó
sospecho que es pseudónimo.
147 Carta he recibido de uno, que fingiendo nom-
bre , título y empleo, queria engañarme, recogiendo mí
respuesta á sus solapadas preguntas. Conocí á la primera
carta la fementida avenida : repitió carta j y yo repeti el
conjuro. Repitió tercera , y yo descubri la maraña : pues
tuve maña para saber de raiz, quien era el impostor, que
habilidades tenia j y aún por sus preguntas conocí de que
cuerno jugaba. Pasaron años , y volvióme á escribir
otra carta con otro nombre } pero habiendo hecho yp
evidencia por el contexto, y por otros antecedentes,
que la carta era del mismo impostor, no le respondí.
Toda esta cautela es precisa en materia de cartas , quan-
do son de e'ntes desconocidos, y aún de los conocidos si
no se conoce la firma y letra.
148 Un malvado , falseador de firmas , hizo mil za«<
lagardas por cogerme respuesta á carta suya , para reme-
darme la firma j pero jamas lo pudo conseguir. Hay
muchas cartas remedando letra y firma de un conocido, y
siempre para pésimos y depravados fines : y es precisa
mucha perspicacia para descubrir la engañifa por el es-
tilo : y podre' alegar algunos exemplares de haberla des-
cubierto al primer periodo de la carta contrahecha. Pero
no siempre se podrá conseguir esto. Así el atajo es , ó no
Tom. VI. Z res-
iSo
responder á esas cartas de desconocidos , ó sospechosas ; 6
quando mas responder en general, ó con quatro palabras
mazorrales sobre que el mundo está perdido.
149 Ninguno podrá dudar que por mi continuada
estancia en Madrid me será inevitable recibir , pagar,
leer y responder á muchísimas cartas de amigos y7 cono-
cidos , sin sospecha alguna. ¿Quien, pues, podrá censu-
rarme con razón , que ademas de esas debo responder á
otras ? ¿ En que parte del Decálogo está que yo esté
obligado á responder á quién no conozco , y eso por es-
crito y con mi firma ? ¿ Por que' he de responder por es-
crito , á quien no dexaria entrar en mi celda si no traia
conocido para -responder de palabra ?¿Y que' seria si fue-
se que uno de esos desconocidos, que no debia permitid
entrase en mi celda , me hiciese pagar el porte de su in-
discreta tentativa? ¿Si no estoy obligado á recibir visita
personal y de- valde de un ignoto, porque he de recibir
su visita por el correo, pagando antes lo que el correo me
señalare? •
150 Si la carta trae algo de bueno y con regalo , es
uso que venga pagado el porte, ¿Y si trae algo de malo, y
el conste xto es una impertinencia , á quién toca pagar el
porte? ¿Y- quie'n ha de resarcir el tiempo perdido en leer
y responder á esas cartas ó maulas ? Para mí esa perdida
de tiempo es lo mas sensible i y no digo que no siento la
pérdida del .dinero. Sientolo j pero no tanto : y siempre
diré que el porte de aquellas cartamaulas, estada mas
bien empleado dándolo á un pobre para un pan , que
no empleándolo en comprar una desazón. Al que di¿
xere que. se seguirán algunos inconvenientes , sr se usa
de tanta negativa 5 respondo , que si no la uso , se
me seguirá un enorme inconveniente perpetuo y con*,
tinúado. ,
S ' Ten-
j8i
151 Tengo un montón de cartas cerradas , que no
quise abrir porque no conocía la letra. A su tiempo se
quemarán con las otras. Lo que advierto es ,.que hasta
ahora no he visto algún inconveniente , y acaso me li-
bré de muchos por no haberlas abierto. Un proye&ista
que me habia molido con cartas ,. á las quales respondí,
no paró hasta embocarme un rollo de papeles de pro-
yectos , y muy cerrado. Supe que el tai me escribía des-
de la cárcel de Lisboa , y ya por sus cartas sospechaba
si estaba en el hospital de los locos proye&istas. Libre'mc
de sus locuras no respondiendo á mas cartas, y no abrien-
do siquiera las últimas, niel rollo de proye&os, aun-
que lo tengo cerrado por sí , y encerrado por mí no se en
que rincón.
152 Hasta aquí por lo que toca á lo superficial de
las cartas de los desconocidos , ó suspectos de trapacería.
Voy á los contextos no solo de esas cartas , sino tam-
bién de las de los conocidos. De estos hay muchos , que
solo son tales muy de sobrepeine : y el contexto de sus
cartas nada tiene de atractivo. No pocos son importu-
nos , pelmazos , moledores y pesados , como sangre de
chinches. Y á la corta ó á la larga todo viene á parar
en cartas de pedir á diestro y siniestro: de manera, que
á veces me son mas fastidiosas las cartas de los conocí-
dos e' ignotos > y también podrán entrar á la parte de ese
fastidio las cartas de algunos parientes.
153 El contexto de esas cartas, ó se reduce á formu-
las de cumplimiento del estilo de cartas misivas, sin rnas
asunto , ó á lo mas á saber de mi salud. No hay cosa ni
carta mas superflua. Ano ser así, todos los conocidos
tenían derecho á que yo les respondiese , y yo le
tendría á que todos me escribiesen con esa pregunta 5 y
como de un dia á otro se suele mudar la salud , seria
Z 2 con
consiguiente que todos los correos recibiese una ma-
leta de cartas , y ocupase el tiempo en una maleta de
respuestas. Digo que esa pregunta de mi salud es escu->
sada. Debo suponer que todos mis conocidos viven,
mientras no viene la noticia de su muerte , que siempre
vuela. Y lo mismo deben suponer ellos en orden á mi
salud.
154 O el contexto de las cartas se reduce á hacerme
alguna pregunta literaria. Aún para eso es escusada car-
ta en derechura á mí. Poniendo la pregunta en una es-
quela, y dirigiéndola á un corresponsal que me la en-
tregue , en ella pondré la respuesta que alcanzare , y se
la entregare al corresponsal. De este modo se ahorran
dos cartas. Si la pregunta es tal, que yo pueda responder,
Vivan seguros todos, sean conocidos ó desconocidos, que
responderé, y con gusto. De esto podria referir exempla-^
res. Si la pregunta es tal , á la que no sepa responder , lo
diré'. Y si fuese tal que por solapada , ó por muy espino-
sa no merezca mi respuesta , ó no responderé , ó echare' á
pasear al preguntante. También de esto señalare exem*
piares.
; 155 Ó el contexto de las cartas se reduce á pedir
que yo pida á otro. Estas cartas son mas escusadas que
las demás. Es quimera que yo pida á otro cosa alguna, ni
para mí , ni para cosa suya , ni para contemplar á pedin
gueños. Pidan estos en derechura al que ha de dar la có-
sanse ahorraran de peticiones e' intermedios inútiles. Es
cosa lastimosa ver hasta donde alcanza la satisfacción,
ambición y credulidad de los que viven fuera de Madrid.
A todo topan : todo pretenden : todo lo creen fácil ; y
tan fácil , que suponen que con el solo medio pliego de
una carta conseguirán el empleo, al que han hecho pun-,
ta sin mérito alguno.,
Sí
i8j;
1 5 6 Sí con cartas alegres se consiguiesen los em-
pleos , ya yo hubiera cargado con todos , según la in-
finidad de cartas que he escrito. Ya hoy se mira como
fatuo ó bobarron despreciable, al que no sabe que las
quatro cartas que se deben solicitar , y que sean empeño
para el que ha de dar el empleo, son : primera > la de
don talego ó don dinero, que es gran caballero. Segun-
da , la de mi señora doña dependencia. Esta es del supe
rior, de quien depende el que ha de dar el empleo para
sus mayores ascensos , por el texto de do ut des.I.a. tercera
y quarta de las dos eficaces quisicosas, que se llaman carne
y sangre. Todas las demás cartas son papeles mojados, y
en mala tinta. Esto ha sido siempre , es , y será en este
mundo mortal. No siendo así, lo mas que se consigue de
cortesía , es oir en falso sí, sí, sí , y sacar en limpio un
verdadero nó, no, nó triplicado, para quedos negaciones
no afirmen.
157 A uno que estaba para ir á la feria , le acorné^
tieron quatro sobrinitos. Dixole uno : tío ¿me ha de traer
vm. un chiflo de la feria ? Sí sobrino , sí. Lo mismo le pi-
dieron el segundo y tercero sobrino j y á los dos respon-
dió lo mismo el tio socarrón : sí sobrino , sí. El quarto
sobrino que ya se ensayaba en no creer en el sí de los
políticos , quando no les trae nueva conveniencia , se lle-
gó á su tió y. le dixo : tio tome vm. ese quarto, y cóm-
preme en la feria un chiflo. A este respondió el tio : si so-
brino , sí : tu chiflarás.
158 No se necesita explicar la aplicación. ¿ Y si un
tio, ni un chiflo queria dar á su sobrino si no se lo pagaba,
que' debo esperar yo de quie'n no es mi tio, ni le he vis-
to jamas ? Lo mas ridiculo es la contradicción del contex-
to de algunas cartas que he recibido : v.g. de e'ste. Ya se
que vm. jamas sale de su celda, y menos para pedir cosa
iS'4
alguna á otro. Pero acaba de vacar tal Curato, el quaí me
traía muchas conveniencias. Asi espero que saliendo vm.
de casa , y pasando á la de tal, que es el único presente-
ro , le pida ese Curato para mí. Y para evitar oposi-
tores, me remitirá vm. á vuelta de correo el nombramien-
to. No conozco á vm. sino de oidas 5 pero me conviene
mucho entrar en ese Curato, que ai minórete vale mil du-
cados.
ifp Demonio , si supones que no salgo de la celda,
y menos á pedir, ;he de salir á pedir para tí un Curato, ni
aún un chino? ¿ Si con ese arbitrio se consiguiese un Cu-
rato j no serian mas acreedores á e'l mis parientes , que
no uno que me conoce de oidas, y á quien jamas he oido
nombrar ? Vacaron unos simples en una Aldea , en don-
de tenia yo dos sobrinos sacerdotes capaces de ser Arce-
dianos. Supo la vacante un clerizonte, y tuvo valor para
escribirme , que yo le consiguiese los dichos simples sien*
do conocido de mis sobrinos. ¿ Habrá insolencia semejan-
te ? Por haber tenido por el la primer noticia de la va-
cante , no quise como hombre de bien valerme de ella pa««
ra pedir los simples para uno de mis sobrinos , que creo
lograría ; pues me estimaba mucho el que los habia de
dar.
166 Si yo copiase aquí los disparatados contextos
de cartas que he recibido , para que yo pidiese á otro
montes y mareas , seria nunca acabar. El de una se redu-
cía, á que yo sacase cartas del Gobernador del Consejo,
del Confesor del Rey , y de todos los Camaristas , diri-
gidas á tal Obispo , suplicándole que en la oposición á
tal Curato colocase al pretendiente en primer lugar, para
que le pudiese llevar por la Cámara. Ni conozco ni ja-
mas habia oido nombrar al pretendiente. No obstante
pague' el porte de su carta , como quien da quatro quar-
tos
I8j
tos por ver ún monstruo , y gaste el tiempo en res-
ponder.
161 Y apostare que este monstruo de la fatuidad, es
uno de los que con mas furor esparcen , que yo soy inú-
til para todo , y para'todos. Que ó no respondo á las car-
tas , ó que respondo con sequedad y sacudimiento , sin
querer hacer nada de lo que me pide , ó en cartas , ó en
memoriales por medio de otros. Aún falta otra razón
que debe retraer de interesarse por alguno de los preten-
dientes truanes y aventureros. Y es la enorme ingratitud,
después de haber conseguido algo por medio de otro.
Confieso que ese petardazo jamas me ha tocado en el pe-
lo de la ropa. Pero he sido testigo del infame petardo
que se han llevado muchos que se movieron y empeña-
ron para que el truan lograse , y después ni aún una
carta merecieron , ni la mas minima señal de gratitud pa-
ra cumpiir con el medianero.
162 ¿Y que' importará que á esos ambiciosos ingra-
tos jamas se les responda , ó no se les responda sino con
desprecio ? Dexo aparte el que es cargo de conciencia el
dar un paso á favor de esos pretendientes por cartas,
pues casi todos son los mas ineptos para lo que piden , y
suelen acompañar á su ineptitud no pocos defe&os mo-
rales. Todo su me'rito se reduce á emporcar muchos me-
dios pliegos de papel escribiendo cartas á todo el mun-
do , y molestándome á mí por último remate. ¿ Y que'
me dirán los que me censuran , si les hago evidencia de
que las pocas veces que me reduxeron á dar uno ú otro
memorial , ó me respondieron que era falso en la narra-
tiva , y diminuto en los méritos , ó me dieron cala-
bazas?
163 En conclusión. Sépase que ni por carta, ni á
boca, ni por recomendación, jamas me reduciré' á salir
de
i8¿
de la celda para ir á tentar pestillos con el fin dé pedir
ni para mí , ni para cosa mia , y menos para conocidos ó
desconocidos. Hartos charlatanes hay en Madrid, que vi-
ven de esa manipulación. Soy naturalmente inclinado á
hacer bien, quando ese bien está en mi mano, y todo de-
pende de mí. Pero eso de conquistar voluntades agenas,
ni siquiera pienso tentarlo. Vivo muy distante de aque-
llos quatro puntos cardinales , talego, dependencia , car-
ne y sangre , sobre que se mueve toda la maquina de con-
quistar voluntades agenas para lograr. Soy amigo de ser-
vir á todos en lo que por mí puedo , y no se' si podrán
contar algunos que en lo que pueden , me hayan servido»
á mí.
164 Conozco que es partido robado: no obstante
siempre caminare sobre ese pie , y jamas desampararé
mi conducta ; pues conozco que ninguno se debe ofen-
der con razón de ella. Si es inútil para mis conveniencias,
abrazo gustoso esa inutilidad. Y es vergüenza de mis cenn
suradores, que pudiendo yo vivir sin acordarme de ellos,
no puedan ellos vivir ni parar , sin acordarse de mí para
censurarme. Hagan de caso que vivo en la California,
aunque viva en el centro de Madrid , y cuidarán poco
de mi genio y de mi conducta, pues solo á Dios , y no á
ellos debo dar la cuenta. Por lo mismo, estos pliegos de
satisfacción serian también escusados , á no ser para des«^
terrar algunas preocupaciones erróneas.
16 ■$ Y muy rudo será el que á las razones que ale-
go , no supiere añadir otras muchas como conseqüencias
forzosas ; y sabrá poco de mundo el que á los exemplos
que propuse , no supiere agregar otros infinitos. Parece-
me que basta lo propuesto en exemplos y razones , para
apología de mi genio , y justificación de mi conducta. No
tropezare en conceder que mi genio , por sencillo, real
y
x2j
y claro , y enemigo de embustes , no es para vivir en
cortes 5 y que mi condu&a en tanto retiro y abstracción
del comercio humano, mas es para vivir en un desier-
to , que en Madrid. Y aludiendo á la coplita : Que si Ma-
drid no se peina para, mí 5 ni yo para Madrid tampoco , de
bellísima gana saldría mañana para vivir en un desierto.
Hace algunos años que estoy aspirando á eso , para ima-
ginarme allí que vivia feliz , y sin impertinencias de visi-
tas, memoriales y cartas.
166 Erraron los que después de Dios colocaron la
felicidad en una sola cosa de este mundo. Es preciso co-
locarla en quatro ó cinco cosas distintas , pero juntas.
Pensando yo en eso , se me ofreció , que juntando cinco
cosas , cada una de las quales comienza con S , seria
feliz en este mundo el que las poseyese todas unidas.
Las cinco cosas son : Sanfíitas , Sanitas , Sapientia , Socie-
tas f Sustentatio. Estas cinco S S S S S , se podrán colocar
en el Pentalpha de Antioco , que se podrá llamar Pen-
tesigma , como va dispuesto aquí. Y ese Pentesigma
podrá servir de símbolo del hombre feliz en este;
mundo.
167 SanBitas. No soy santo 5 pero tengo obligación
de aspirar á serlo, y eso es mas conseguible en un desier-
to que en una babilonia. Sanitas. He gozado y gozo á
Dios gracias salud 5 pero es difícil conservarse con una
vida siempre sedentaria * y no sie'ndome practicable en
Madrid la vida contraria , solo la podre' tener en un de-
sierto. Sapientia. Ni soy sabio , ni quiero hacer de eru-
dito 5 pero para saber algo con fundamento , y con pro-
pias observaciones , mas oportuno es el retiro en un de-
sierto , que en el centro de una corte. En este , solo
instruyen los libros muertos , atestados de caprichos hu-
manos : en aquel podrán instruir los libros vivos , cuyo
Tbm. VI. Aa au-
autor, ni tícnc capricKos , ni copió opiniones , ni tiene;
necesidades.
1 68 Societas. La compañía , ni ha de baxar de tres,
que es el número de las gracias , ni ha de pasar de nue-
ve , que es el número de las Musas. Lo demás es effrena~
ta multitudo. A e'sta está expuesta la sociedad en la Cor-
te : no así en el desierto. Sustentatio, Como y bebo muy
poco , y visto mal ; y está en mi mano vestir peor , y
comer y beber menos , sin incomodidad alguna. Para es-
to no necesito los regalos de la Corte , ni los convites
de cortesanos. Todo hombre aspira á ser feliz en este
mundo, y después en el otro. Y cada uno pone su feli-
cidad sublunar , en lo que mas le acomoda. A mí solo
me acomoda el dicho Pentesigma , y mas siendo su fon-
do el Pentalpha , símbolo de Jesús , Soter , Salus , Igeia,
y Sophia.Y en breve , símbolo de nuestro señor y reden-
tor Jesu-Christo. Preparado el le&or con estos diez plie-
gos , no extrañará tanto leer en los siguientes las razo-
nes que me asisten , para no ponerme á el espinoso oficio,
de escritor : y notará la conexión natural entre mi jorque,
sí , y mi porque né*.
OKU
ORIGEN
DE LOS VILLANOS
POR EL R. P. F. MARTIN SARMIENTO,
BENEDICTINO DE MADRID.
X iene tantas dificultades el satisfacer á esta pregunta
del origen de los Villanos , á que llaman Christianos vie-
jos , que es dificultoso salir de ellas con satisfacción del
que pregunta ; pues los escritores antiguos que tratan las
cosas de nuestra España , tuvieron no se que falta , ó
sea negligencia , ó infelicidad en escribir , que casi se pa-
san siempre por alto , lo que deseamos saber de aquellos
tiempos > y los modernos que escriben , en lo que siguen
á los antiguos van con la misma esterilidad , y en lo
que dicen sin la autoridad de estos , es la verdad de su
historia , acerca de muchos de ellos , tan incierta , como
sospechosa ; y por esto el buscar en los unos , y en los
otros el origen y causa de las cosas tan obscuras como
e'sta , es trabajo de que apenas se puede esperar la satis-
. facción que se desea : y por no engolfarnos en la anti-»
güedad de las primeras gentes , que poblaron nuestra
España , sobre lo qual hay muy grande diferencia entre
los historiadores antiguos , que no hace á este proposito;
es de notar , que este nombre de Christiano viejo , nació
después que los moros señorearon á España , aunque no
se s¿be precis_amente el tiempo del origen y principio de
este apellido, y sín duda es la causa de llamarse Chrístía*
nos viejos , por ser gente , que de mas antiguo tiempo'
comenzaron á profesar la fe' , y religión christiana , que
otros que mas tarde vinieron á ella 5 pero por quanto no.
basta para declarar su origen, considero que toda la gen^
te, de que hoy esta poblada España , tiene su origen y
principio de una de estas quatro diferencias : porque des-
cienden, ó de los que fueron conquistadores ¿ ó de los
conquistados, ó de los que no fueron conquistadores, nr
conquistados , ó de la mezcla que resultó dejos unos con.
los otros.
Conquistadores fueron aquellos, que habiéndose re-^
tirado á las montañas y asperezas de Asturias, Galicia^
Vizcaya y Navarra , quando el Rey Rodrigo perdió á1
España, desde allí tornaron á hacer guerra á los Moros,
y paco á poco les ganaron la tierra, los quales con in-
mortales hazañas , y con el precio de su sangre y vidas,
adquirieron la nobleza ( de que hoy gozan dichosamen-
te los hijos-dalgo sus descendientes) ; y aunque los traba-
jos de las conquistas fueron generales á todos los con-
quistadores , con todo eso la diferencia de las mas glo:-
riosas hazañas, y famosas valentías , fue causa de los
mayores grados , y menores en la nobleza. De aquí es la
diversidad ~de los hijos-dalgo de solar conocido , y de los
que aunque tienen hidalguía , no tienen conocido solar
donde referirse , y otras superioridades y preeminen-
cias que tienen mas unos linages que otros 5 de manera,
que la nobleza y hidalguía , é inmunidades de los tri-
butos fue premio dignamente por los conquistadores,
por mayores ó menores hazañas merecido > y los con-
quistadores , respedo del tiempo en que lo fueron , son
de dos maneras j unos de tiempo antiguo, y otros de
tiempo moderno.
Los
;ipi
tos de tiempo antiguo fueron (os Moros y íos^ Judíos,
que entre ios Moros vivian en España , y quando los
Christianos conquistadores tornaron á ganar la tierra, es»
tos Moros y Judíos , como esclavos de las haciendas que
poseían, no tuvieron ánimo de desampararlas, y retirar-
se con los demás Moros , y así se quedaron hechos tri-
butarios de los Christianos, los quales los dexaban en sus
tierras y religión , no sufriendo el estado y estrechez
de entonces mayor alteración de las cosas. Y digo tam-
bién , que los Judíos fueron de los conquistadores ; por-
gue después que Tito los venció , y destruyó á Judea,,
y triunfó de ellos en Roma , siendo desterrados , y es-»
parcidos por diversas regiones , en ninguna provincia,
según cuenta un historiador de su nación , estuvieron»
en tanta riqueza y autoridad como en España: pero por-
que la experiencia nos enseña que la gente vencida , sien-
do de contraria religión , vive debaxo del dominio yÁ
leyes de los vencedores 5 por benignos que estos sean,
suelen de ordinario ser ellos maltratados , y tenidos en
poco.
Acontecía , pues, que muchos de estos Moros y Ju-í
dios por evitar molestias, y otros viniendo en conoci-
miento de nuestra fe' , poco á poco se convertían , y re-
cibían el santo bautismo , los quales á diferencia de los
otros, fueron llamados Christianos nuevos j y como estos
fueron de su natural gente vil y baxa , no aspiraban á
cosas grandes y altas , alegres con la nueva libertad , y
contentos con labrar sus tierras , y pagar á los conquis-
tadores el tributo que por razón de ellas debían 5 y así
con la succesion del tiempo , consumidor de la gloriosa
fama de los claros e' ilustres varones , quanto mas de la
obscura memoria de la gente soe'z y abatida , se fue per-
diendo poco á poco la noticia del origen y principio de
estos , porque si ni la fama gor su parte , ni los historia-
Tom.. VL fií? ¿9%
J?2
dores por la suya (de lo qual con razón se queja Juan de
Mena) han sido bastantes á conservar la memoria de una
infinita multitud de esclarecidos Españoles del tiempo
antiguo , dignos por sus heroicos hechos 4e ser eterna-
mente celebrados y engrandecidos > no hay que espan-<
tar , si el soldado ha sepultado en sus obscuras tinieblas
la noticia de quien hayan sido los abuelos , que de ha-
ber sido, no hay mas averiguación que ver que han dexa»
do descendientes 5 y si los mas que hoy son tenidos jus-,
tamente por nobles , apenas sabrán decir quienes fueron
sus antepasados , y ha trescientos años , que' maravilla es
haber perdido la memoria de los descendientes de aque-
llos , cuya perpetua baxeza ha sido causa de no haberse
jamas escrito , ni hablado de la antigüedad y origen de
sus obscuros linajes.
Los conquistadores de tiempo moderno son los Moros,
cuyas tierras fueron en las últimas conquistas recupera-
das, y los Judíos que entre ellos y los Christianos se
habían en su judaica y pérfida opinión conservado, hasta
que los unos y los otros abrazaron nuestra fe' en el di-
choso tiempo de losReyesCatólicos,y por quien de nues-
tra memoria ya se ha borrado la noticia de los que des-
cienden de aquellos, que fuerpn conquistados en los prin-
cipios de la recuperación de estos reynos. De aquí es,
que el nombre de Christianos nuevos no les damos si-.
no á solos aquellos , de los quales es la memoria re-
ciente descender de estos últimamente convertidos , la
qual por muy conocidos que ellos sean , no se osaría afir-!
mar, que pasase de 200 años.
La tercera diferencia que hay de gente en España,
es la que desciende de los que no fueron conquistadores,
y para averiguar quienes aquestos sean , es menester
traer á la memoria lo que el Arzobispo Don Rodrigo
¿ice en su historia , eme la batalla que el Rey Don Ro- .
.dri-
drigo perdió el añade 714, adonde el fue muerto, y su
rey no ocupado de los Moros, no fue tanto por la fuerza,
y potencia de los que pasaron de África , quatito por la
convención y trato de engañosa paz, concertada conloa
Moros por una gran multitud de Christianos , en odio
y detestación del hecho tiránico, y deshonesta insolencia:
de su último Rey Godo j los quales habiéndose revelado:
secretamente contra e'l , prometieron y juraron fidelidad
á los Moros , y á Muza su Rey y Capitán general , con
condición que pagándoles sus tributos ,-el les dexase go-
zar de su libertad, haciendas , y religión christiana se-
gura, que por muchos años les fue cumplida * y elloá
se quedaron poseyendo sus haciendas en los pueblos de
los Moros, y debaxo de su dominio, amando mas el rega-
lo y posesión de los bienes que tenían , sufriendo el yu-
go de los Árabes , que la pobre compañía , y descomo^
didad de los verdaderamente valerosos y esforzados Es-
pañoles , los quales retirados á las montañas , unidos con
la fe', y. fortalecidos con la naturaleza del sitio , con áni-
mo invencible comenzaron á hacer frente , y no solo á
resistir el ímpetu de los bárbaros , pero á hacerles abierta
guerra, dándoles muchos y muy dichosos asaltos, y;-
haciendo de ellos victorias verdaderamente victoriosísi-
mas , debaxo de la guia y amparo de su buen Rey Don
Pelayo , los quales concibieron tal odio y enemistad
contra los otros Christianos , que quedaron en los luga-
res á la obediencia de los Moros , que como dicen al-
gunos historiadores, los comenzaron á llamar mixtos ó me-
tis , dándoles en rostro con la, mezcla de su religión, co-
mo hombres que honrándose con el nombre de Chris-
tianos , toda su fe , lealtad y afición era con ios Moros , y
creciendo esta enemistad entre los Christianos del Rey'
Don Pelayo , y los que estaban sujetos á los Moros ; de
tai manera se encendió f que se hacían muy cruel guerra-
Bb z los
[JP4
los unos con los otros , hasta tanto que el Rey Don
Alonso, yerno de Don Pelayo , y su succesor después
de su hijo Favila , se mostró tortísimo defensor y zela-
dor de la fe' , y por esta ocasión fue después de su muer«t
te llamado por los suyos Católico , y esto no á compara-i
cion y diferencia de Carlos Martel , como algunos pien«
san, que en el mismo tiempo rey naba en Francia , el
qual asimismo hacia guerra á los Moros , á diferencia
de los hereges Arríanos , como si e'l hubiera desterra»
do el Arrianísmo , según se cree comunmente , porque
esta es cosa muy ridicula , pues ya en tiempo de los Go-
dos el buen Rey Recaredo los habia desarraigado, y
acabado casi cien años antes 5 mas solamente (lo qual es
tanto mas digno de ser notado , quanto mas escritores
aunque curiosos lo han advertido) á comparación y di-
ferencia de -estos falsos y frios Christianos , sin zelo ni
amor de religión , que estando unidos y mezclados , y
obedientes á los. Árabes , por escusa y loca justificación
prestaban una fidelidad , obediencia y paciencia, cc*v
riio ellos decían , christiana para con su Príncipe y Rey,:
fuese de la religión que fuese , y que tos del vando del
Rey Don Pelayo eran sediciosos , rebeldes , perturbado-
res públicos , por contravenir al concierto , y convención'
de la paz pública , que entre los Moros y Christianos
habia sido jurada y prometida por la mayor y mas
principal parte de ellos mismos , y que con mayor razón
debian ser dichos , y eran malos christianos , y esclavos
de la ambición y pasión de su Rey Don Pelayo , que
siervos de Dios , o zeladores de su religión , y juntó con
esto decían contra Don Pelayo, que no habia tomado las:
armas, ni hecho liga con los christianos buenos y ca-^'
tólicos, sino por su propio interés, y por el deseo de
reynar, y principalmente por vengarse de ciertos caba-i
Jtos con SUiQn tenia moctai enemistad, gor^ue le habían
s ÜU 4es*
125
deshonrado á su hermana, y que el mismo que tanto
se preciaba de Christiano , era en lo interior del vando
de ios infieles , y por ellos tenia el gobierno de Gijon.
Era , pues , la verdadera causa de esta guerra de los
unos Christianos contra. los. otros t porque los Metis sus-
tentaban , que la consideración de- la religión no era ne^
cesaría para poder reynar seguramente los Chistianos, de
suerte que ellos, no pudiesen sujetarse, á Rey y señor
infiel : los del Rey Don Palay o defendían ,. que esto era
no solo error , mas heregia , y por esto ellos y su Rey
han alcanzado el renombre de Católicos , como soldados
cj^ue peleaban por opinión santa, y verdadera y católica.
Era, pues, entre los Metis ja corrupción de aquel siglo
tan grande , que los principales señores de ellos , y entre
ellos algunos Obispos , como Don Opas , Arzobispo de
Sevilla , que contra el de Toledo pretendía ser Primado
de las Españas, vencido de una floxedad y baxeza de
animo , y perdido el entendimiento con la embriaguez
de la dulzura de su patria , rentas > y regalos de paz , y
reposo de esta vida, y por el miedo y vana opinión que
tenia de las grandes fuerzas de los Moros , andaba de
una parte á otra persuadiendo á los Christianos , que se
rindiesen y quietasen en paz y sosiego ,,debaxo de su,
nuevo señor y Rey , ya jurado , recaído- y consentido
por ellos, aunque fuese de la falsa ¡religión de Mahoma,-
alegando que eran obligados á obedecer á sus mayores,
y Reyes , si bien fuesen infieles , y que los Christianos
Se debían contentar , con tal que les fuese permitido go-;.
zar de sus bienes , y que debían contemporizar con la
necesidad presente , esperando Iqiue Dios les enviase de
otra parte algún socorro bastante para desechar entera-
mente el yugo de los infieles. Mas no solo las gentes de
los siglos que sé seguirían , no loaron el hecho de es« .«
tos comexnporizadpres o^ue se recogiexon , y falsos Chris-
Ip6*
tianos, pero ni culpáronlo que los católicos zeíadores que
'se recogieron á las montañas, hicieron con su Don Pela-
yo ,telegida por su Rey , aunque no era de los mas- cerca-
nos del Rey Rodrigo muerto, y que el que era caudillo
y cabeza de los Árabes , parece que era el verdadero
Rey y señor de España,, por derecho de guerra, y por
el juramento y ^fidelidad , que los Christianos le ha*?
bían hechor ;que¿ al contrario de aquellos que obe-
decían, á los>Moros , fueron por los de Don Pelayo lla-
mados Mixtiarabes ó Muzárabes, que es decir Metis,
título y renombre de ellos, dádoles por memoria y
perpetua,infamia para manifestar la voluntaria sujeción
que á los Árabes ofrecieron, debie'ndose á los Christianos,
defensores de la verdad católica,, y de la libertad de la
patria : y también los mismos Moros , que los menos-*
preciaban , y tenian por viles y malos , como hombres
que se habían sujetado á gente infiel. , por estimar mas
la posesión de sus bienes , que Ja defensa de su religión,;
según dice el autor de la respuesta de los verdaderos ca-
tólicos Franceses , pag. 418. los llamaban marranos, que
quiere decir en Arábigo lo mismo, que apostatas en Griego^
desertores en Latin, y desamparadores en Castellano > los
quales fueron., como afirma el mismo , malditos de Dios
y de los hombres , por haber porsu iloxedad perdido en
ocho, meses , lo que nos ha costado recobrar cerca de
£00. años con derramamiento de sangre demás de milla-
res de Christianos , que entonces hubiera costado de
hombres.: - i'j t
Mas los otros; de las 1 montañas r fue su causa apro-
bada y. favorecida* por .Dios, con infinitos milagros , ; y:
dichosas vi&orias y y su.buen Rey Don Pelayo fue ca-
nonizado por santo, y en el. y -en ellos.de tal manera-
ha. resplandecido, la rnercedide la- divina bendición , . que i
del Rey Don Pelayo /coma dicen ei Arzobispo Don Ro-
da-,
i<?7
drigo , y otros en sus historias , sin haber faltado jamas
legítima succesion , descienden los Reyes que ha habido
en España hasta el Rey Don Felipe , que hoy dichosa-
mente reynaj y aquellos buenos christianos católicos,
que respecto de los que obedecían á los Moros , eran eii
poco número , fueron el principio y principal causa de
la recuperación de España , y de los que en ella siempre
sustentaron la puridad de la Religión Católica Romana^
defendiéndola con sus fuerzas , y de quienes descien-
de toda la nobleza de hidalgos y caballeros de esto*
rey nos.
Los Muzárabes , como gente aborrecida de los otros
Christianos , y abatida y menospreciada de los Mcrosj
i quien estaban sujetos , y pagaban sus tributos , iban
cada dia disminuyéndose , y siendo en menor número á
causa de los malos tratamientos que les hacían losMoros^
martirizando muchos de ellos , como consta de lo que es-
cribió san Eulogio , y otros autores j y muchos de ellos,
como vemos que lo hacen hoy algunos soldados de Oran*
Mazalquivir y Melilla , por redimir las vejaciones y mo-
lestias que padecían , y por otros respetos , acabando de
degenerar su vil ánimo en expresa apostasiae infidelidad,
renegaron nuestra santa fe católica, y se tornaron Moros,
y así de tanta multitud que entre ellos quedaron , apenas
ha quedado noticia sino de unos pocos que habia en To-
ledo, en cuya memoria quedó su misa y capilla Muzárabe,
,y de otros algunos en Córdoba , cuyos martirios de poco
acá jian sido con grande veneración colocados en una ca-
pilla de la Iglesia mayor, que llaman del Sagrario, y no es
menester mas averiguación , ni mas historia, para saber
los pocos que de estos Muzárabes quedaron, que ver que
apenas se halla rastro de sus descendientes.
Estos Mixtiarabes ó Muzárabes, afligidos, apocados,
y disminuidos con la servidumbre eme entre los Moros
pa-
Iip8
padecían , vinieron con "el tiempo á no pensar mas etf
continuar la guerra , que en los principios hacían á
los nobles Ghristianos de las montañas , así por ver con
quán manifiestas señales , milagros , y vi&orias Dios les
favorecía , como porque su poco numero , y el grande de
las miserias en que vivían debaxo de la tiranía de los in-
fieles , les hizo perder ios primeros bríos , y tener por
#o pequeña, felicidad , quando podían seguramente go*
zar los pocos bienes que ya poseían , y así por conser-,
garlos estaban , como aconteció á los Griegos , debaxo
del dominio del Turco , esperando los sucesos que la
guerra quisiese dar á los unos ó á los otros , sin tomar ar-
mas en favor de los Moros , porque no se las daban por
no se fiar de ellos , ni de los Christanos , porque no las
tenían , ni osaban rebelarse contra los Moros f por aquel?
vil y antiguo miedo de no perder sus haciendas •■> y
quando acontecía, aconteció muchas veces , que los no-
bles Ghristianos recobraban también su libertad, por be-
neficio de aquellos que conquistaban la tierra , y no
siendo conquistadores , á quien no ayudaron, ni de los
conquistados, á quien tampoco favorecían , quedaban
por gente villana y soez , y sin nobleza , á quien com-
pete propiamente el nombre de Christianos viejos, con el,
qual se diferenciaban de la nobleza de las montañas, y(
de los Ghristianos nuevos , que de los Moros y Judíos se
convertían.
Viniendo después con el tiempo la benignidad de
nuestros Reyes á ser tan grande , que entre estos el Rey]
Don Alonso el sabio , por convidar á los Moros y Judíos,
que en su ley vivían entre los Christianos , á que de me-
jor gana se convirtiesen á nuestra santa fe' , por ley expre«
sa mandó que los nuevamente convertidos, pudiesen go^
zar las preeminencias y oficios, que todos los otros Christia-:
nos , prohibiendo que. nadie los injuriase llamándolos tor^
nadizos , que es lo mismo que Christianos nuevos ; co-
menzó poco á poco el olvido de su origen , siendo cau-
sa natural , que no procuramos acordarnos de aquellos
que acordado nos ha de servir de poco , y pues ni para
descontarles con ello , por no incurrir en las penas de las
leyes, ni para eximirles de sus pretensiones habia de ser-
¡Vir la memoria de los que descendian de Christianos
nuevos > perdióse fácilmente este nombre aborrecido de
las leyes , y pues según ellas no se lo podian llamar , ni
tampoco les competía el nombre famoso de los hidalgos,
y caballeros conquistadores , comenzaron á llamarse
Christianos viejos , siendo con ellos liberales del nombre
de aquella gente , que desde la pe'rdida de España habia
sido siempre aborrecida , y tenida en poco de los con-
quistadores, por la baxeza del estado de los unos , y la
sublimidad de ios otros. Mas no causó temor á los otros
nobles , de que hubiesen de venir con ellos en competen-
cia , ni igualdad , pues la calidad de la nobleza los ha-
cia siempre superiores , y así permitiendo que el olvido
hiciese su oficio , pasaron poco á poco en figura de Chris*
tíanos viejos , y se consumió entre ellos , y los pocos
Muzárabes , que quedaron de este apellido , hasta que
después con la institución y estatutos de las órdenes
Militares , de Colegios y Iglesias , y otras cosas semejan-
tes , tornaron á ser excluidos los descendientes de Chris-
tianos nuevos, y juntamente tornó á revivir , y renovar-
se la diferencia y nombre , como ya servia de algo,
que por muchos tiempos habia estado confusa , y todos
aquellos que por su antigua baxeza y vil generación,
no se sabia si descendian de los Muzárabes , ó de los an-
tiguamente convertidos , quedáronse en el nombre y
posesión de Christianos viejos , purgando el olvido de los
difuntos de su origen , como ya acontece á los expósi-
tos , y echados á las puertas de las Iglesias , los quaies
T!om. VL Ce por
200
por ignorarse quienes sean, los admiten en los Colegios e
Iglesias , y lugares semejantes j porque los que ios admi-
ten, no procuran saber tanto su limpieza, quanto ignoran
la falta de eila , y estos son de los que favorece el olvido,
por ser hijos de no se quien.
Resta la quarta diferencia de aquellos que descien-
den de la antigua nobleza de los conquistadores , y ora
por falta de hacienda , ora por otros respetos se casaron
y emparentaron con gente que desciende de los con-
quistadores , manchando no poco con esta ruin mezcla
Ja limpieza de su descendencia , ios quales por no ser-
vir á la pregunta , no hay que preguntar , ni tratar de
los extrangeros de estos rey nos.
Recogiendo, pues , este discurso , parece por e'l , que
los Villanos, que hoy se llaman , y precian de Christia-
nos viejos en España , tienen uno de estos dos orígenes,
ó que descienden de los Moros y Judios, que eran tribu-
tarios de los Christianos, ó de los ' Muzárabes y Mar**
ranos , gente tan vil , e infame y soez , que introduxe-
ron los Moros en España , y los juraron por Reyes, y les
obedecieron , sirvieron y fueron tributarios siendosus
amigos y confederados, y enemigos de los Christianoá
Católicos, y conquistadores, y libertadores de estos rey^
nos j y así habiendo estos dos orígenes solos , por no sa-
berse de qual descienden los Villanos de este tiempo,
echanse á la parte menos mala , quedando con la niebla
de su villanía antigua , oculta la infinidad de los que
vienen del otro origen de Moros y Judios, que entre no-
sotros se quedaron y concurrieron , los quales porque
fueron sin comparación en mucho mayor número que los
Muzárabes , que al fin quedaron y permanecieron , no
se quien puede dudar, que mas son los que descienden
de estos , que los que de aquellos > y sino, pregunto á los
^ue tuvieron por mas honra venir de aquellos Mar-
ta-
s 2or
ranos , que hadan guerra á los Christianos nobles, por-
que no obedecían á los Moros , qual de ellos podrá hoy
probar, que sus antepasados fueron de aquellos j y coi
esto queda respondido á lo que se propuso del origen de
los Villanos, que llaman Christianos viejos.
CARTAS DEL MISMO AUTOR
AL EXCELENTÍSIMO SEÑOR
DUQUE DE ME DIN A S1D0NIJ.
ó
^ i . ..■ . ■ ' '"
PRIMERA.
SOBRE LA LET SÁLICA,
EXCELENTÍSIMO SEÑOR.
i •
ÍCecibí la de V. E. y celebro mucho que V. E. se di-
vierta con la le&ura de Enrico Caterinoy pues es autor , cu-
ya historia se debe tener presente á lo menos en general,
no solo para saberla , sino también para no ser un puro
oyente en las conversaciones con los que regularmente
leen ese ge'nero de escritos.
A la pregunta que V. E. se digna hacerme sobre la
la ley Sálica digo , que ó era preciso responder en un tor-
mo, si la respuesta hubiese de ser á satisfacción y ade-
quada , ó será inevitable , que habiendo de ser en una
carta y á vuelta de correo , sea muy ligera y superfi-
cial. Tengo á mano un tomo de la real Academia de las
Inscripciones y bellas letras de París, en el qual hay.
Ce 2 una
202
una curiosa memoria de Mr. de Foncemagne , que contíe^
ne quanto V. E. podrá desear en la materia.
Y por suponer que presto se restituirá la Corte á
Madrid , y temiendo que se me extravie dicho tomo , y¡
se me descabale el juego, no le remito á ese real sitio, es*
perando que V. E. venga, para que por sí mismo lea to-i
da la dicha memoria , y otras concernientes al mismo
asunto.
Entretanto , y siguiendo al dicho Mr. de Foncemag*
ne , digo : que jamas se escribió tal ley Sálica , y que es,
error común creer que entre las leyes Salteas escritas ha-J
ble alguna de ellas de la exclusión de las mugeres á la
corona. Y añado que la costumbre de esa exclusión
es tan antigua , que se podrá mirar como si fuese ley-
escrita.
Advierte el citado autor , que la ley Sálica , que ha¡
dado motivo al error , es una que de ningún modo haJ
bla de la exclusión de las hembras á la corona, sino de la
exclusión de ellas á las haciendas raices en el territorio sá-
lico, hablando de las Herencias particulares de unos á
otros , no de las personas reales.
Y aún á esta ley la llama impia el autor Marculfo,
que hace cerca de 1 2 siglos que escribió : Diutuma , sed
tmpiay inter nos consuetudo tenetury ut de térra paterna sor o*!
res cumfratribus portionem non babeant. Este autor pone
esto para formula de un principio de testamento , en el
qual N. haciendo poco caso de esa ley , quiere y manda
que sus hijos 6 hijas partan entre sí igualmente toda su
hacienda , raices , alodiales , ganancias , muebles &c. lo qual1
prueba que ya en aquellos tiempos era ley de quitar y
poner.
Sobre el origen de la voz Sálica hay muchas opi-
niones , y algunas disparatadas. La común es , que los
Francos que habitaban acia el rio Sala en Alemania , no
203
cabiendo en su país , hicieron irrupción en Francia como
vagabundos, y después que poseyeron las tierras agenas,
formaron á su modo un género de cuerpo de leyes , que
por eso se llamaron Sálicas.
Y como en los principios entraron en Francia aque-
llos usurpadores , no como Reyes , sino como soldados y
capitanes , era forzoso que sin esperar leyes ni costum-
bres, sino guiados únicamente por la razón natural, sienV
pre eligiesen á un hombre muy esforzado, que los capi-
tanease en la guerra, y los gobernase en la paz. Fara
esto seria muy ridiculo que pensasen en escoger alguna
muger.
Ea donde la corona es electiva, milita la misma cos-
tumbre ó ley Sálica 5 y asimismo quando los Mayoraz-
gos piden forzosamente varón con exclusión ele las hem-
bras. Y acaso esto se inventó al tiempo que se establecie-
ron los Mayorazgos , por querer remedar la costumbre,
sálica sin haber leído á Marculfo.
Es bastante trivial; qué los Reyes Mendmngos;, ó de lá
primera raza de Francia, eran eUBivosi como hoy son los
de Polonia ¿ y asi era inescusable entonces la exclusión
de mügeres á la corona. La dificultad consiste en que* al
tiempo que la de Francia pasó de ser eíe&iva á ser he*
reditaria , no se percibe bien , porque se debió cont¿¿
nuar la costumbre sálica, y esta dificultadle aumenta, úi
se reflexiona que continuando esa costumbre , puedan
¡as mugeres heredar lo ageno, estando excluidas dé here-:
dar lo propio.
Es quanto se me ofrece responder de pftmto á V. E;
hasta que tenga el honor de presentarle los tomos de' ía
dicha Academia , para que V. Éi'se entere 'del asunto con
toda extensión 5 ad virtiendo que para entender á Caten-
no , basta saber la practica que hoy tiene la ley 0'' costutri±¡
krt Sah'ca}j\ü cansarse en -averigua^ ni su origen , ni su
jus-
204
justificación , ni la compatibilidad de sus circunstancias ac«
ti vas y pasivas.
Quedo á la obediencia de V. E. cuya vida ruego á
Dios guarde muchos años. San Martin de Madrid y Ju-
nio i j de 1752. — Excelentísimo señor, B.L. M.de V. E.
su mas humilde siervo y obligado capellán = Fr. Martin
Sarmiento = Excelentísimo señor Duque de Medina Sido-
nía, mi dueño y señor,
SEGÚN DA
AL MISMO EXCELENTÍSIMO SEÑOR
' • ■ ■ ■ •■ ■
DUQUE DE MEDINA SIDONIA^
Sobre la Ekflmidad.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR..
ecibí la de V. % con la Gaceta de Holanda, que con-
tiene el artículo de los nuevos fenómenos de la electrici-
dad, lo qual ya el correo pasado habia leido en la Gaceta
4e Madrid, y en la de este Martes se vuelve á retocar el
mismo punto..
Yo me temo que los Ingleses , según van , han de ve-:
nir á parar en lo que Salmoneo , hijo de Eolo , que por
querer imitar los truenos, y los rayos de Júpiter, dum
fiümrna,sJov)s\^;sqnitvLS imitqtun ollmpl ; le mato Júpiter
con un rayo , y le precipito en los infiernos. Mañana sal-
drá otro diciendo , que todo. el infierno es una maquina:
eléctrica, y que agitado, el fuego;. central , resultan acá ar-
riba por la eledric^d-i," relámpagos rtíiUjenos , rayos, sa-,
pos.
205
pos y culebras , y en especial con el intestino movimien-
to de las materias resinosas , e' inflamables i y catate que
ya el Etna y el Vesubio son dos maquinas eléctricas , que
siempre están con la boca abierta.
Asi que leí la anología entre los relámpagos , true-
nos , y rayos con la maquina eléctrica, no halle mucha
dificultad en dexarme llevar del pensamiento. Pero en
quanto al modo que se propone de apartar los rayos de
un edificio , ó de un navio , estoy en ánimo de no creer-
lo hasta que se aclare mas. Si es cierta la analogía , estoy
en que todas las barras de las veletas , tienen la culpa de
que los rayos caigan á plomo sobre las torres , y que por
las sogas de las campanas se comuniquen hasta el pavi-
mento. Puesta en la vela una maquina ele&ríca con su
barra de yerro inmediata, y con una larga soga , ó cade-
na de hombres ,jio habrá tal comunicación de electrici-
dad , si la barra se arroja cinqüenta pasos distantes de lá
botella ó maquina.
Con que quando la maquina sublunar se pone en
movimiento para hacer los títeres de la electricidad}
quienes mas peligraran serian los altos edificios que tu-*
vieren grandes barras de yerro verticales, y mas si de
ellas penden algunas sogas. Decir que por medio de una
larga soga se podrá dirigir la malignidad á otra parte , es
hacer la cuenta sin la huéspeda.
Ya porque en los navios , como se dice , el remate de
la soga ha de caer dentro del navio , y este por qualr
quiera parte es vulnerable de rayo ; ya porque comuni-
cada la electricidad á la baFra, no hay seguridad de que
desde ella no se comunique por otras materias distintas
de la soga ; y el prevenir que á esta se le haga un cami-
no cerrado de cuerpos resinosos , para que impídanla
extravagacion de la ek&ricidad , es historia larga.
Vuelvo á decir que la analogía me gusta ; pero no la
pre-
10$
precaución \ sí bien podrá dar la analogía bastante luz
para descubrir otras precauciones. Y así , á la mejor que
hay , que es meterse en una cueba , ya se debe añadir,
que sea en cueba puesta en campo raso , y en cuya bóve-
da , ni cerca , no haya metal alguno, ni otro de los cuer-
pos, que transmitan la electricidad.
Las cuebas de los edificios públicos , están debaxo de
muchos de aquellos cuerpos j y aunque á ellas no llegue
el rayo , llegarán ios cuerpos que el rayo derribare, y to-
do es malo. Entablada bien la analogía , se abrirá un
nuevo y espacioso campo , para discurrir y no admirar
tanto los malignos juguetes de los rayos y centellas.
Dicese que en el laurel no cae rayo. Y si esto es así,
será porque como árbol tan oleaginoso, siempre está respi-
rando una aromática atmosfera , que repulsa y no admi-
te la virtud eléctrica. Quisiera que los laureles tuviesen
una barra de yerro por guia , 4 ver si Tiberio y Apolo se
reian de la fiesta.
Que el rayo reduzca á ceniza la espada , dexando ín-(
ta&a la bayna , es el mismo caso del albanil que cayó , que
el cuerpo se hizo pedazos , y la monterilla no. En la manipu-
lación de la maquina ele&rica sucede lo mismo * porque
si se toca ¿Lia xopa , no hay efe&o sensible j y si se le to-
ca en un botón de metal, hay relámpago y trueno» y si es
mucha la virtud , ó si la maquina fuese de tanta circun-
ferencia como una grande grúa , acaso se liqüaria el bo-*
ton , quedando indemne el vestido.
. Aquella Condesa Bandi de Ce sena , que dentro de su
quarto la abrasó un rayo, podrá ya servir de prueba,
que los rayos no baxan tales desde arriba , sino que se
excitan en donde hacen el estrago , aunque sea en una
taberna. Apostare que la casa de la dicha señora , ten-,
dria muchas veletas, ó alguna barra con dañemos*
copio* <
Al
207]
Alguna vez pensé en tener presente sobre la mesa un
instrumento , que cerrado á piedra y lodo me indicase
ci viento que corria , y mas siendo tan fácil con que la
barra de una yeleta penetrase por el tejado, hasta to-
car perpendicularmente prolongada en la misma mesa,,
pero ya fuera veletas, fuera anempseopios, y sople el
yiento que soplare»
Tampoco hay que admirar los portentosos efe&os
del rayo i pues si con una bola agitada , que no tiene un
pie de diámetro, se notan tan raros y sensibles efec-tos;
¿qué sucederia si esa misma bola tuviese mil , diez mil, o»
cien mil pasos de diámetro?
Imagino que el Ingles Franklin , como neutoniano,
dirá que el globo terráqueo es una botella eléctrica, que
con su rotación clrca centrum ocasiona todos los prodi-
gios > y esto tendrá analogía en materia magnética , con
lo que se dice y que el globo terráqueo es un sola.
imán.
Pero yo quiero pugnar , y digo : que todo el firma-
mento con su rotación en 24 horas de oriente á ponien-
te , es un gran botellón , ó maquina eléctrica , con
la qual se executan todos los efe&os ígneos subiu^
flares.
Á lo menos es creíble, que esta atmosfera que nos
circunda , puesta en movimiento haga en grueso ío que
Ja maquina eléctrica en miniatura. De camino sospecho,
que no solo el ayre interior de la botella agitado , sino
su ayre atmosférico exterior , que así ella como la rueda
han agitado hasta recalentarle , uno y. otro concurren
para algunos fenómenos de la electricidad 5 y de este mo«
do se compone mejor la analogía $ pues es cierto , que á
los relámpagos precede un ambiente muy caluroso, que 4
,ycces sufoca.
Ahora vaya otro disparate 5 y digo t c|ue si en el oc-
Tom.VL Dd cea-,
IfcoS
ceano no Hubiese tantos navios , nos habría tantos rayo?.
Explicóme : los rayos no tanto caen en los navios, quan-
tfí estos por tantas barras , sogas &c. atraen á sí el nu-
blado , y; en ellos excita el rayo, y de los quales son pre-
cursores Elena , &c.
No escreible , que en una planicie de mar de 20 , ó
30 leguas en quadro , cayese el rayo con freqüencia en
un casi punto indivisible , qual es un navio 5 á no ser que
este en sus hierros , veletas y gallardetes , &c. tuviese
algún atra&ivo para a,traer el nublado. Cada dia saldrian
ala orilla infinitos peces mayores muertos de rayos, si
estos cayesen de arriba.
, Es quanto se. me ofrece responder á V. E. á cuya
obediencia quedo, y cuya vida ruego á Dios guarde mu-
chos años. San Martin de Madrid y Junio 22 de 1752.=.
Excelentísimo señor =5 Fray Martin Sarmientos Excelen-
tísimo señor Duque de Medina Sidonia.
TERCERA
Sobre la etimología del nombre Aran juez , el árbol Gerion^
y la Cetrería.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR.
JYli señor y dueño. Recibí la de V. E. por dirección del
Padre Marin , y celebro que V. E. goze perfe&a salud en
compañía de mi señora la Duquesa.
Deseo que sea feliz el viage de V. E. á Aran juez , ó
como yo he discurrido á mi modo ad Aram-Jovis , y que
cij ese real sitio lo pase sin. novedad en.su salud. A la
ver-
209
verdad , si allí , como creo, hubo en tiempo de los Ro-^
manos una ara ó altar dedicado á Júpiter > ó seria á Jú-
piter Tonante , ó á Júpiter Pluvio , para que no fulmina-
se rayos , ni despidiese truenos y tempestades , atendien-
do á lo que el país está expuesto á esos terribles mc^
teoros.
Bien se' que Júpiter , no tanto se dixo '!V#wVpor las
lluvias , quanto por la estratagema que usó para visitara
Danae , insinuándose por el texado de la torre transfor-
mado en lluvia de oro. ¿Y que' se' yo si se tendría presen-"
te que el Tajo arranca con sus aguas de las minas comar-
canas las arenas de oro que lleva ? Sea por lo que fuere,
y sea ó haya sido el Júpiter que se quisiere, allí st
Veneraba á Júpiter como en otras muchas partes.
Tengo por voluntariedad creer que Aranjuez sea
nombre arábigo. Acia Vizcaya no hay voces arábigas
de lugares , y he leído en instrumento antiguo , que en
el Arcíprestazgo de Vitoria hay un lugar llamado Aran*
guis , ó Aranjuiz. Es mucha la semejanza para no asentir
á que estos dos sitios Aranguis , -ó Aranjuiz no tengan el
mismo origen en ad Aram-Jows , que estaria ente Iti-
nerarios, como se halla adAram-Her culis ,&c.
Vea aquí V. E. como hay Aranjueces para todo. Y#
tengo aquí también mi Aranjuez, por lo que esta voz sig-
nifica traslaticiamente , y con el privilegio de estar pro-
cul ajove , y procul a fulmine , pues por este país jamas
truena sino en invierno. Amenidad por amenidad , á la
de acá me atengo , pues esta no tiene contrapeso. Aquí
bautize' con el nombre de Tempe á un -sitio tan delicioso,
que parece le tuvo presente Eliano, quando pintó el de
Tesalia. Y un quid pro quo de Daphne de Antioquia,
que V. E. habrá visto en Hortelio , se halla en qualquie*
ra rincón de este Orizoate. Protexto á V. E. que vi y
toque' en la caida de un monte, y en el corto espacio de
Dá 2 6o
<6o píes , una paímá cíe 30 de alto , y que 34 dátiles , Uri
ciprés mas alto, unos naranjos, y dos ó tres arrayanes»
tan altos como ellos. De laureles no se hace caso por acá,
sino para arcos de cubas , y para que en ellos canten los
ruiseñores.
Sabe V. E. que Daphne significa laurel por la fábula
,de que la desdeñosa Daphne se transformó en laurel
allá en tiempo de marras j y por la abundancia de laure-
les se llamó el sitio mas delicioso de Antioquia Daphne,
y en donde estaba el oráculo de Apolo 5 ¿y que' se' yo si
en vista de la infinidad de laureles monstruosos , que na-
turalmente nacen por este país , seria gallega de coram
vobislz. dicha Daphne? Lo cierto es , que siempre ha
habido rollizas damas gallegas, y espantadizas, que se es-
quivarían con el mismo Apolo , aún siendo este tan her-
moso , y ellas , como satirizó Góngora , con caras que
guardan sus piernas , y con fiemas que guardan su^s
taras.
La pesca de los 16 salmones , único jafíu retis , que
^V. E. leyó en mi carta al Padre Marin , se hizo en el
jio Lerez , que forma el Tempe de Pontevedra , en do&r
de la agua salada de la ria , y la dulce de dicho rio , se
unen y abrazan , y andan de seis en seis horas al morro,
á qual debaxo y qual encima. No creo que el rio Penéo,
que formaba el Tempe deTesalia, tuviese estas circunstan-
cias , y tengo evidencia de que jamas las tendrian , ni*
el Tajo en Aranjuez, niel Manzanares en Madrid.
Así, pues , diviértase V. E. en ese real Aranjuez del
Tajo , mientras yo procuro hacer lo mismo en estos
Aran jueces gallegos , y llega el tiempo de restituirme á
mi celda , á contentarme con las aridezes 4e quatro pa*-
redes empapeladas , y con las tres ulnas solas de cielo , que
Virgilio propuso como enigma. Aún no han concordado
los comentadores en señalar el lugar , del qual habla
Vir-
¿TI1
f^írgílió í y sí alguno cüxese que. habla hablado en pro-
fecía poética de la obscurísima celda del Padre Sarmiento,
fse daria en el hito.
Me alegro queV. E. se divierta tanto leyendo las vi-
cias de los primeros Emperadores Christianos, y mas si
están tan bien escritas como V. E. dice. Siempre he vivi-
do en la inteligencia de que si Juliano no hubiese sido
tan temosamente apostata, y tan iniquo y solapado perse-
guidor de los Christianos , debería pasar por un Prínci- <
pe dodo , agudo , frugal , y militar contenido, He visto
sus obras Greco-Latinas , y sobre todo la critica que hi-
zo de ios Emperadores , y prescindiendo de dicho enor-
me borrón , digo en breve , que hubiera sido un Monarca
á lo Filósofo , y un Filósofo á lo Monarca» Si Dios no le hu-
biera cortado los pasos tan á tiempo , hubiera padecido
mayor decadencia el Christianismo. Con su protección
habían tomado mucho vuelo los gentiles filósofos Pla-
tónicos i y cada uno por contemplar á su Príncipe , escri-
bió satíricamente contra los Christianos 5 y su mayor
insolencia consistía en que escribieron con capa de reli-
gión. Así han quedado despreciados los escritos de aque-
lla porción platónica y visionaria ; v. gr. de Plotino5
Porphirio , Jamblkho , Hyerocles , Máximo Tirio , Te-
inistio, Marino, Isidoro , Damascio , &c. y el desvergoña
zado Eunapio , haciendo santo á Eresio,
Á las dos preguntas de V. E. diré lo que alcanzare*
El árbol que Mariana llama de Gerion , según le des-
cribe, no pudo ser otro que el que llaman Dragón, y cuya
lagrima ó goma llaman sangre de Drago ; por ser en to-
do de color de sangre , y esta droga es muy medicinal. El
árbol es como pino j pero con ojas como de espadaña.
Nace en America , en África , en Canarias , &c. y dicen
que le hay en Zeuta. Así no es inverisímil, que te hubiese
en Cádiz en tiempos antiguos. Por no ser común este ár-
bol.
2Í2
-bol , sé fingieron mil fábulas sobre la íroga sangre de
«Drago. Creíase que era sangre de un verdadero Dragón
muerto por el Elefante , la que en realidad es una goma
" roja, como la sangre que destilaba y destila el dicho ár-
bol , quando en su tronco se hace alguna incisión.
Están llenos 4os librosde sus descripciones y virtudes,
y su goma viene con abundancia de la America. El famo-
so Monardes , que escribía en Sevilla en tiempo de Fe-
lipe II.° trata de la sangre de Drago, y de su frutilla, que
es como una cereza.
Dice se llama este árbol Dragón , porque en la fruti-
lla se representa un Dragoncillo , y pone su figura. Vía
4a frutilla f y la sangre ó goma que le regaló el Obispo
de Cartagena , que venia de Indias ; pero confiesa que no
«sabe de que árbol se sacaba. En vista de lo dicho , podrá
V. E. creer que el árbol de Gerion era el árbol que hoy
llaman Drago ó Dragón , que desde África se trasplanta-
ría á Cádiz.
Á la segunda pregunta de V. E. digo : que la Cetr*-
'wes tan antigua como la caza , la pesca, y el comerse
unos á otros , los mayores á los menores. Quieren algu-
nos que la voz Cetrería venga de la voz Cetro , ó palo
en que se llevan los Aleones, y cuyo nombre facultativo
es Alcándara que usa Góngora,
Pero yo me inclino á que viene del adjetivo AccipU
4raria , derivado de Accipiter tris , que en general sig-
nifica Alean i Azor , Gavilán , ú otra ave de rapiña , ó ( á
•la Francesa) de proie. Hay muchos autores que escribie-
ron de C<?/rm¿ , y se llaman de re accipitraria , y perdi-
da la d y la p , (como de mentecapto mentecato) resultó
»titraria ,-y vetraria , y últimamente cetrería.
En quanto al país de donde -se comunicó á España ía
derrería digo, que no se debe señalar alguno determina-
do , por lo mismo que seria escusado queter averiguar
de
%I3
de donde se nos comunico el cazáí , el pescar, el amar
los niños á los pájaros , y que los gatos españoles cazen
latones.
Desde Noe' hasta hoy ha habido en España y hay
Akones , y todo genero de aves de rapiña , con las mis-
mas propiedades de cazar á otras aves para alimentarse*
y esa tan visible propiedad en todo el mundo , induxo á,
todos los hombres que le habitan , á valerse- de esas aves
para cazar á otras ; al principio para comer , y después
para diversión de los Reyes y señores 5 pues es de mas
alta nobleza la cetrería que la caza , sobre la qüai se po-¡
dria decir mucho.
El Emperador Federico II.0 á la mitad del siglo XIII.0
escribió un tomo de volatería , poco tribial , pero que le
tengo. En España escribieron del mismo asunto diferen-
tes señores. Por lo mismo hay muchos autores Griegos,
'Árabes , Latinos y Orientales , que han escrito de G?-
treria. Actualmente en España , casi está olvidada esta
diversión , y se mira entre los pobres como escusada para
comer , tan costoso genero de caza. En el Oriente hay
muchos modos de cazar, pescar y coger aves , por me-
dio de otras. Hay modo de cazar ciervos con ciervos? hay
modo de pescar peces grandes con un ge'nero de cuervos
marinos. Poco há vino en la Gaceta un modo de pescar
por medio de las Nutrias , así como se cazan los conejos
con Hurones , y los pájaros con Comadrejas,
finalmente el hombre ha inventado el modo de do-
minar á los irracionales, valiéndose de otros , ó de la
misma especie ó de distinta , y aún de otros de distinto
genero ó del mismo. Las voces de Cetrería , Alcándara^
Neblí , Babari , Tagarote , &c. prueban que los Moros no
eran aversos áfa Cetrería* pero siendo cierto , que aún
hoy son muy aficionados á ella los del Norte , es natu-
xal que los Godos , y antes de ellos los Romanos, la
exe»-
exercítássti , sin acordarse aún de íos Africanos. Y eri
conclusión digo, que la Cetrería es tan antigua en Es-
paña, como sus habitantes i y que los mas antiguos serian
mas propensos á todo género de caza , porque cultivaban
menos los campos > lo mismo que sucede en ios paí»
ses bárbaros de la America , del Norte , de la Tartán
ría , &c.
Del poema Francés la Iberíada oí hablar $ pero no le
he visto , ni me matare' por verle. Ya tenemos, y tengo la
Ephanesin Ibérica de Trivalelo , poema latino panegíri-
co de España. Ese bello espíritu , poeta descendiente de
Rapin Toyras , acaso tendrá pocas pesetas , y querrá ser
Mapm de las que hay en España.
En quanto á libros acá he encontrado, y tengo i ma*
no un antiquísimo y corpulentísimo tomo en fol,, y de
marca mas que atlántica. El códice es original , y está
impreso con un ge'nero de caracteres , que á primera vis-
ta parecen claros y muy sencillos , pero son difíciles de
comprchenderse 5 y no obstante son constantísimos en su,
extrú&ura , y concurriendo mucha aplicación y estudio
continuado , se podrán descifrar y leerf Es libro que no-
tiene índice separado, pues casi todo el es índice de otra
mayor obra. Por ser original , no tiene varias lecciones
que hagan problemático su contexto , como la mayor
parte de ios libros antiguos , que he dexado en mi celda.
Tampoco tiene fe de erraras ; pero sí un testimonio au>
tentico , y de pluma muy superior , que advierte y tes-<
tífica, que en todo el dicho códice no se halla errata aU
guna , ni en el contexto , ni en su sentido , ni en la irn^
presión.
Su título es : Historia universal y á lo vivo de las
propiedades de todas las cosas criadas. Tiene laminas , y fi-
guras tan perfedísimas , que ni pintadas podrian ser me*
{ores. He notado que no tiene Ucencia , ni áá Consejo,
ni
2 1 $
ni del Vicario , ni de comunidad alguna ; y consiguiente
á esto , que tampoco tiene alguna aprobación, ó censura
de Maestro, Do&or, ó Bachiller. Discurro que acaso
será, porque es libro muy anterior á la invención de estas
arracadas de los libros. Por lo mismo tampoco tiene tasa,
y á mi ver, no hay precio en el mundo que le pueda
corresponder. El prólogo es muy conciso , y ia obra ella
misma se dedica á su autor.
Estoy gozosísimo fuera de mi celda y en esta Villa^
examinando los varios é infinitos objetos que Dios ha'
criado, y que son materia de una universaiísima .histo-
ria natural , que es el códice propuesto. En Pontevedra á
'3 de Junio de 1754. = Excelentísimo señor. = Es todo
de V. E. El Padre Sarmiento, h. Excelentísimo señor D>n«?
que de Medina Sidonia.
? TonuVl. Eé PA-
2l6
PAPEL
que Don Sancho Basta de Villegas, Gobernador del Arzobispo
do de Toledo , en ausencia, de Don Bartolomé Carranza , es-
cribió al Rey Felipe IL° d I 5 de Agosto de 1574, sohre la
menta de los vasallos de -las Iglesias , y otras. cosas. Cuyo in^
tentó no tuvo por las urgencias de la Monarquía otro efeffoy
que el de nombrar S. M. al autor por Obispo
de Avila, »
SEÑOR.
R
ecibí la de V. M. de 7 de e'ste , juntamente con ía co«
pia del Breve, que S. Sd. ha concedido á V. M. para la
venta de los vasallos, jurisdicción y rentas temporales
de las Iglesias y Monasterios 5 y cerca de ello liare' lo que
V. M. manda , advirtiendo primero, por no faltar á lo
que debo } que ni el tenerme V. M. puesto en este lugar
por sombra de Primado , á quien toca traer á la memo-
ria de V. M. la defensa de las Iglesias de España j ni el
temor y nota de que en mi tiempo se vendan los vasa-
llos de la de Toledo j ni otra consideración humana me
pudiera dar atrevimiento para suplicar á V. M. , mande
rever este negocio , si no estuviera persuadido , que ha-
go en ello á V. M. el mayor servicio , que podre' hacer en
mi vida, y en cosa muy importante á ía conciencia, autori-
dad y reputación de V. M. , y á la religión y república
christiana > y según el desasosiego que he tenido des-
pués que recibí la deV. M., como la muger de Pilatos á su
marido , digo , que yo he padecido tanto, no en sueños,
sino velando , que me ha compelido y forzado á dar á
•V. M.
217,
V. M. esta pesadumbre , y suplicarle muy de veras, que
antes que pase á la execudon , lo considere V. M. mu-
cho i y lo que principalmente me ha movido , es haber
visto lo contrario de lo que V. M. quiere hacer, fir^
madodel Emperador nuestro señor (que haya gloria) en
las leyes de estos reynos y capítulos de Cortes 5 donde
por los procuradores leiue pedido esto- mismo, y respon-
dió , que no con venia al ■'■-: servicio de Dios , ni al suyo
que se hiciese. Y apretándole. mas, se refiere que dixo:
nunca plegué á Dios , que quite yo á las Iglesias lo que
las di 5 y tornando á consultar con el Arzobispo de To-
ledo., que hoy es , y con Fray Melchor 'Cano , con- el
Maestro Gallo , y con tíd Padre Castro ayij respondieron á
S. M. que. ni el Papa podria dar-licencia para ello , por
no tener el señorío de estos bienes , ni ¥• M. pedirla con
buena conciencia ; y 4ue ya que se pudiera dar y pedio,
que no era. cosa decente- usas -^ til tratar de ella. Y si aho-
ra otros letrados .han aconsejado áV. M. otra cosa al con-
trario , será justo considerar , si son mayores que los Ju>-
ristas , que respondieron á los capítulos de Cortes , y
que los dichos quatro Religiosos, y que los exemplos
que tenemos de la Escritura, de .personas que anduvie-
ron de Profeta en Profeta,: hasta que Dios permitió , que
topasen alguno que los engañase.
Conforme á la- opinión de estos Teólgoos, el Breve y
licencia que V. M. tiene de S. Sd. no parece que releva;
y para que se pueda fundar, no basta la extrema necesi-
dad que V. M. tiene , porque en el Deuteronomio , y en
otras partes de la divina Escritura se prohibe con amena-
zas la enagenacion de estos bienes santificados , para nin-
gún efe&o por importante , necesario y forzoso que sea;
especialmente que el estado eclesiástico, con ser tan eseft-
to y privilegiado , ha socorrido y sirve á V. M. con las
tercias, subsidio y escusado , que son (según dicen) cinío
Ee 2 par-
partes de ctiez de toda la renta eclesiástica ; y mas con
todos los maestrazgos , y con lo que se ha vendido de
ellas , y de las órdenes Militares, que también es eclesiás-
tico , con las condiciones pecuniarias. Y dexadas á parte
las tercias y las pensiones, y lo que se paga de ordinario
por langosta , y por los Cardenales , sin deberse ; de solo
subsidio y excusado , paga un Prelado aunque sea hi-
dalgo, mas pechos y derechos. á V. M. cada año, que
dos mil labradores , ni que quatro mil caballeros hidal-
gos 5 y para remedia de esta desigualdad , considere
V.M. si es buen consuelo vender sus villas, vasallos , ju-
risdicciones y fortalezas , no habiendo los demás estados
contribuido siquiera con otro tanto como el eclesiástico.
Porque realmente de pechos , alcabalas y otros derechos
no paga á V. M. un seglar de veinte uno ; pagando cq-
,mo está dicho , el. eclesiástico, dediez cinco. De manera,
que quando; el estado eclesiástico no fuera esento y pri-
vilegiado , para justificar V. M. estas ventas , era nece-
sario que en el estado seglar se hubieran hecho otras , y
que contribuyeran siquiera con otro tanto.Y si esta rela-
ción se hiciera á S. Sd. de creer es, que no diera el dicho
Breve , aún en caso que tuviera poder para darlo. Pues
no es justo, que la carga que toca al estado seglar , se
quiera echar por sobrecarga al estado eclesiástico. Y ad^
vierta V. M. que estas donaciones, que los santos Reyes,
de gloriosa memoria , hicieron á las Iglesias de lugares y
vasallos, no fueron graciosas, ni simples , ni revocables;
sino por grandes causas remuneratorias e irrevocables, y
precediendo promesas y votos á Dios , á nuestra Señora
y á los Santos, y siguiéndose victorias , y dándoles Dios
por ellas el centum yro uno de ciudades y reynos, el qual
es de temer, que ahora nos revoque; porque en alguna
manera parece , que es hacer fraude á Dios , á nuestra
Señora y á los Santos, que Yisible y realmente pelearon
y
2 19
y se hallaron en las batallas, haciendo los milagros que
•las historias cuentan , especialmente en la del Infante
Don Pelayo , que venció con tan poca gente y armas,
Volvie'ndose las saetas contra quien las tiraba , y sucedie-
ron otros milagros y maravillas , con que se recobró Es-
paña milagrosamente. Con gran razón podria quejarse el
Apóstol Santiago, de que habiendo baxado á pelear con
armas y caballo en estas batallas , y mas particularmen-
te en la de Clavijo , se le quitase el sueldo que por ello le ,
dio el E.ey Don Ramiro.
La santa madre Iglesia es muy delicada , y quiere
ser regalada 5 y de donde no le tratan bien huye , y
-así por malos tratamientos que le hicieron en el Asia y
África , huyó en tiempos pasados , y se vino á Europa;
y por la misma causa de las mas de, algunas provincias
de ella ,. como son de Alemania , Inglaterra , y parte de
Francia ; y se ha acogido á España debaxo las alas de la
protección y amparo de V. M. , dándole el nombre de
.Católico pata ello , en lo qual debia V. M. considerar
quatro cosas. La primera , que no se la de á la Iglesia
ocasión , que por esta causa y nuevos pecados huya de
España. La segunda , que en ley de caballero y christia^
no , está V. M. obligado á favorecer y amparar al que
se acoge á V. M. La tercera , que siendo madre tal y¡
tan santa , no es justo permita que la despogen de su
dote y joyas. La quarta , que se daria en hacerlo no
buen exemplo á los Reyes Christanos circunvecinos , y¡
pasto á los Luteranos. Porque aunque la causa porque
iV. M. lo hace , sea diferente , en efetlo el hecho y per-¡
juicio para las Iglesias vienr4íer uno mismo.
Los santos Reyes Fernando y Alonso , antecesores
de V. M. tuvieron menos estados , y mayores necesida-
des y aprietos , porque poseyeron sola una parte de
Castilla, y estaban rodeados de los Reyes Moros de Cor-
do-
£20
doba , Granada y Sevilla, y de otros enemigos, y con
todo esto para sustentar su reyno y estados , y ampliar-
los > para conseguir vi&orias , y defenderse de sus enemi-
gos, tuvieron mejor camino, como cierto lo es , dar á
Dios y á las Iglesias que quitárselo , y así consiguie-
ron en esta vida y en la otra el centuplum , que Dios
tiene prometido t y el nombre de santos y buenos
Reyes.
En harta aflicción y trabajo debia de estar el santo
Rey Don Fernando , que ganó á Sevilla, quando tenien-
do puesto cerco sobre ella , le fueron á decir los de su
Consejo , que ni se podía sustentar el. cerco, ni entre-
tener el campo , si no se valia de los bienes de las Igle-
sias , y de otros repartimientos ; y respondió el santo
Rey , que mas quería Uñpater mster de ellas , que el to-<
martas sus bienes ; y fue Dios servido que el dia si-
guiente se le entregó la ciudad, sin pensarlo, ni espe-
rarlo.
Si todos los vasallos y bienes de las Iglesias se pu-
dieran vender en un año , y juntar el precio , y e'ste fue-
ra suficiente para total socorao y remedio deV.M. fue*
ra bien empleado ; pero habiéndose de hacer las ventas
por menudo , y sacarse los dineros por alquitara , pues
es cierto , que no ha de haber luego compradores para
todo } crea V. M. que al cabo de pocos años vendrá á
hallarse con la misma , y mayor dificultad y necesi-
dad que ahora V habiendo hecho ei daño, y puestose
ai peligro , que en esta le he significado , dexando entre
tantos triunfos su religiosa monarquía mancillada en
sus crónicas, y por esta causa su glorioso nombre j y solo
servirán estas rentas" de enriquecer á los verdaderos ene-
migos de V.M¿, que son los hombres de negocios ex*
trangeros , usurarios y logreros , en cuyas manos y pro-
vechos estos dineros han de venir á parar y convertir-
se.
2 21
se. De suerte , que si V. M. pone en una balanza el da-
ño tan perpetuo , perjudicial y peligroso , y en otra el
poco provecho , momentáneo y sin efe&o , podría fácil
y seguramente con tiempo elegir lo que le conviene, es-
pecialmente si fuese cierta la opinión del tesorero Alon-
so de Baeza , que preguntándole que' era la causa , por
que lucían tan poco las rentas reales, habiéndose aumen-
tado tanto , respondió :. que después que en su casa en-
traban dineros del subsidio , no se lograban los dineros.^
Y lo mismo se refiere haber dicho el Comendador ma-
yor Cobos muchas veces. Lo qual tiene fundamento en
lo que en muchas partes los sabios y santos doctores
dicen de los graves perjuicios , que de estas ventajas vie-
nen. Estos son muy notorios , y el mayor de ellos es de-
sautorizar Ja Iglesia y Prelados , como se hizo en Ale-
mania e Inglaterra , que fue el fundamento, origen y
principio de la perdición de aquellos reynos y estados,
que tan antiguos y católicos eran ; y quedando los Pre-
lados sin autoridad , ni substancia , no podían ayudar á
resistir hereges , ni servir á su Rey al tiempo del me-
nester j que aunque en el de V. M. no sea necesario , no
sabemos que' será en los siglos venideros.
Las voluntades pías, sufragios y memorias de los
difuntos , que dieron estos vasallos á la Iglesia quedan
defraudadas , y las de los vivos desanimadas y resfria-
das para hacer semejantes memorias. Los vasallos que
fueren vendidos, pierden limosnas y buen tratamiento,
porque como no se escogen los compradores , sino que se
admiten los que vienen con dineros , verisímilmente ten-
drán mas consideración los tales compradores á pujar sus
frutos, que á reservar sus vasallos. La- recompensa que á
las Iglesias y Prelados se ha de dar , se entiende que no
puede ser justa, proporcionada, ni equivalente ; sino que
así como el que. compra un joyel, de oro ., lleno de pie-
dras
dras preciosas y esmaltes , por solo el peso no satisfacen
así el que compra vasallos, y libres fortalezas de la Igle-
sia , por el valor de la poca renta , está claro que lo lle-
va por solo el peso , y dexa de pagar la otra preemi-
nencia de las piedras y esmaltes de la calidad , au&orí-,
dad y circunstancias, que son el verdadero valor, y mon«r
j:a mucho mas que la renta y el peso.
Muy prósperos sucesos se han visto de los Reyes,
Príncipes y Repúblicas , que han atendido al aumento
de las cosas de la Iglesia y templos 5 y muy adversas de
los que han hecho lo contrario.
La mayor Monarquía , y el mas poderoso y florín
do Imperio , que ha habido en el mundo , fue el áe los
Romanos > lo quai atribuye san Agustín á la religión y
magnificencia que usaban con los templos , y- sus casas,
que ellos pensaban que eran del verdadero Dios. Y las
veces que sus Capitanes y Cónsules, sin su voluntad se;
atrevieron á las cosas de los templos , les sucedieron no-
tables desgracias é infortunios : como fue quando»
Marco Craso yendo á la conquista de los Parthos , de
camino por sola su autoridad y codicia , tomó del tem*
pió de Jerusalen muchas cosas de oro. Y sucedióle por
ello , que los Parthos le vencieron , y mataron á e'l y a
su hijo 3 y á e'l le echaron mucho oro derretido por la
boca , para matarle la sed que de ello tenia 5 y mas pro-,
pia y verdaderamente como ministros de Dios , en cas-^
tigo del sacrilegio del oro , que habia tomado del tem-
plo. Y desde el dia que el gran Pompeyo robó el mismo*
templo , y hizo en e'l otras indecencias , fue de mal en
peor , hasta que perdió la vida , honra y estado i habien-
do antes gozado del nombre de magno, y de tantos triun-
fos y vidorias , y aspirando quando menos á no tener, ni
gonsentir igual en el mundo.
Por el robo de los vasos de oro , cjue hizo Nabuco-
do«*
2 2 f
Honosor del templo, íé vinieron muchas adversidades , y;
permitió Dios, que de Rey se convirtiese en bestia , y
anduviese mucho tiempo por los campos comiendo yer-
bas. Y por solo haber usado de estos vasos el Rey Bal-
tasar su hijo, yió aquel horrendo prodigio de la mano,
que escribía en la pared su muerte , y la destrucción de
¿su reyno , que le declaró el Profeta Daniel. Al contrario
dio mucha prosperidad al magnánimo Rey Ciro su su-
cesor , porque restituyó al templo cinco mil y quinien-
tos vasos de oro y plata ; liberalidad increibie, si no lo di*
¿sera la sagrada Escritura.
Por las grandes e' inmensas donaciones que el Em-:
jperador Constantino hizo á la Iglesia , ganó el nombre de
magno. Y por lo que Dionisio y otros quitaron á los
.templos , se afearon con el de tiranos.
Al Rey Salomón por lo que tan larga y explendi-
Bamente gastó en el templo , le pagó^ Dios- en la misma,
moneda , y le dio la mayor riqueza y prosperidad que
hubo en el mundo 5 pues se dice en el libro de los Re-
yes , que habia en su tiempo tanta abundancia de plata,,
(Cpmo de piedras. .
Y porque en España tenemos tantos exemplos de los,
¡Reyes antecesores de V. M.; y porque es de fe' el centu-
flumtq\xe está prometido á los que dieren alas Iglesias, será
superfluo entre christianos traer mas exemplos de la pros-
peridad y bonanza , que han conseguido los que con las
Iglesias han sido largos. Y así solo referiré' á V. M. al-
gunas desgracias é infortunios , que han sucedido en to-í
¡dos tiempos y reynos , á los que han hecho al contrario*
dexando aparte los de Nabucodonosor y su hijo, y de
flos Cónsules Romanos , y lo de Dionisio , y otras gen.;
tes , que por esto cayeron en perpetua infamia , que he
Kerido.
Al Rey Geroboan g gomo se cuenta en el libio de lost
;224
Reyes, por echar mano á ía ropa de un Profeta , permín
tió Dios que se le secase la mano ¿ y notan y ponen lo$
santos Do&ores muchas amenazas á los Reyes y Prínci-*
pes , que echaren mano á cosas de las Iglesias ; creyend^
que será causa que caigan de sus estados.
Ananias y Saphira su muger , porque quitaron á las?
Iglesias parte de lo que ellos mismos habían dado , se ca,-^
yerbn muertos á los pies de san Pedro.
Abimelech quiso alzarse por Juez de Isrrael , y para;
hacer gente se socorrió de quarenta arrobas de plata de
un templo , y dexóle Dios por ello de su mano ; de ma-i
ñera , que vino á hacer inauditas bestialidades y cruel-f
dades, y á matar sobre una piedra sesenta hermanos su4
yos , y en fin se perdió , y vino á morir á manos de una]
flaca mugercilla que le quebró la cabeza.
Al mal Rey Acab, por el despojo de un templo , íes
castigó gravemente Dios en la vida, y en la muerte no lej
quisieron sepultar.
Los libros de los Reyes de Isrrael y de los Maca«¿
beos están llenos de historias y tragedias de Reyes, y Prín4
cipes y personas , que por atreverse á cosas de las Igle^
slas y templos , fueron milagrosamente destruidos.
El Emperador Federico sacó los ojos á un Secretarle*
suyo eon poca ocasión , y arrepintiéndose de tan feo cai
so , recibióle después en su Consejo , y sucedió , que es.f
tando el Emperador en grande necesidad , y no pudien-»
do sustentar el campo que tenia levantado , aconsejóle
aquel Secretarlo , que vendiese las cosas de las Iglesias!
para ello , y así lo hizo : y preguntándole otro tal Se-
cretario , ¿ que por que' [e dio tan mal consejo al Empera^
dor ? respondió , que para vengarse de el , y para c¡ug
¡Dios le destruyese , como después sucedió así.
No pudiendo la Reyna Doña Urraca , hija del Ré^
|}on Alonso <jue ganó á Toledo, sustentar su exe'rcito^
m
22J
pidió á los monges de san Isidro de León , que la die-
ren de las cosas y riquezas de aquel monasterio i y
como eüos lo resistieron , enojóse la Reyna mucho con
ellos , y apretándoles, respondieron, que no osaban tocar
á las cosas de Dios , que entrase eJla y lo tomase. Hizolo
así , y dice su historia , que saliendo con lo que habia to-
mado , rebentó á la puerta.
Por haberse atrevido el Rey Don Alonso de Aragón
el batallador, marido de la dicha Rey na Doña Urraca, á
tomar otras cosas de la Iglesia , cuenta su historia , que
perdió el nombre de hechos de batallador , y que fue
vencido de los Moros con grande ignominia en la de Fra-
,ga, y que no pareció mas vivo ni muerto.
El desastrado caso del Rey Don Enrique el I.° , al
qual mató una teja en Palencia , atribuyeron algunos al
poco cuidado que tuvo , en hacer remediar en su tierna
edad los agravios que á las Iglesias hicieron los hijos
-del Conde Don Ñuño de Lara , tutores y gobernadores
-de sus rey nos , y á ellos los sucedieron los desastres que
(Cuenta la historia.
El Rey Don Alonso el sabio , como es notorio , mu-
lió lleno de infelicidades , despojado de sus reynos , y
por su propio hijo , habiendo metido las manos primero
en las tercias y rentas eclesiásticas.
En tiempo del Rey Don Juan el I.° se hicieron gran-
eles vejaciones en las Iglesias con el color de patronazgo,
y al Rey le sucedió ser vencido en la rota de Aijuba , y
después morir repentinamente de la caida de un caballo
£n Alcalá de Henares.
Y Don Sancho Ramírez Rey de Navarra, habién-
dose aprovechado en sus necesidades de los bienes ecle-
siásticos , y sucediendole por ello cosas adversas > Don
Garda Obispo de Xaca , y su hermano Don Ramón
Qbispo de Roda , le compelieron á hacer penitencia pú-
Ffz bü-
blica en la Iglesia mayor delante de toda ía gente.
Don Alonso Rey de Portugal tuvo al principio pros>j
1 peros sucesos contra los moros de África, y después de
■ meterse en los bienes eclesiásticos , murió con grandes
• adversidades ; de manera , que le avisaron los suyos, que
era juicio y azote de Dios , por haberse atrevido á las,
cosas de las Iglesias , hasta que persuadido por el Arzo-j
! bispo de Lisboa desistió de ello.
Al Rey de Polonia sucedieron grandes desastres e
infortunios , por lo mucho que agravió á los Clérigos y
á las rentas eclesiásticas, y con ser para guerra contra el
Turco , tenie'ndole tan cercano, se levantaron contra e'l>
y dentro y fuera de su rey no le sucedieron por esta causai
muchas adversidades, miserias y trabajos.
Constante , siendo Emperador de Grecia > tomó graitf
suma de las iglesias de Roma , y sucedióle por ello , que
Je mataron los suyos á puñaladas.
Porque Athaulpho , Rey de los Longobardos , mi
«istió con el Papa , que todos los vasallos de la Iglesia le*
pagasen una moneda , sobre la qual le hizo guerra , Iq
castigó Dios con matarle con un rayo.
El Emperador Otón IV.0 por los malos tratamiento^
<jue hizo á la Iglesia , paró en morir descomulgado , y
depuesto del Imperio.
San Eulogio , Mártir Cordobés , dice , que en sií
tiempo á los Reyes Moros de Córdoba les sucedieron
grandes y extraordinarias adversidades , por causa dej
gravamen que ponian á las mezquitas y sus rentas.
Al Xarife , Rey de Marruecos , le aconsejó un Judío»
en nuestros tiempos, que para defenderse de sus enemi-
gos , no bastándole sus rentas , podría tomar una de
quatro bolas de oro de Tibar de mucho precio y gran-
deza, que están en la mezquita , sobre la torre de Mar-
ruecos , y tuzólo así 5 y después que hubo hecho de ella
22?/
gran número de doblas , y socorrido sus necesidades , ar-
repintióse el Xarife de haberlo hecho , y mandó ahorcar
al Judio que le dio el consejo , de la torre de la misma
mezquita , y al Xarife le mató un hermano menor, y le
quitó el reynoi lo qual atribuyeron los Moros, según
dice su Crónica , al atrevimiento que tuvo de esto en to-
mar la bola de la mezquita.
Las lamentaciones de las historias Francesas, de las
calamidades y trabajos que han sucedido en aquel rey-
no por esta misma causa, no refiero 5 porque tiene V. M.
entera noticia de ellas, y podemos decir , que las ha
visto en aquellos reynos christianísimos muchas vcccst
siendo cosas tan contrarias e' indignas de su nombre.
Xas maldiciones de los padres y abuelos , aunque ellos
no sean santos , ni ellas fundadas en justa causa, siempre
fueron temidas en España : quando fuesen de antepasa-
dos santos y buenos , y con causa , son mas de temer.
iTodos los santos Reyes, que dieron estos vasallos á las
Iglesias , al fin de sus privilegios ponen lo siguiente. Que
si alguno contraviniere, ahora sea Rey , ahora otra per-
sona , sea maldito de Dios y descomulgado , y se le tra-
gue la tierra, como á Dathan y Abiron , y arda en los
infiernos , como el traidor Judas. Y así están puestas en
los privilegios de la santa Iglesia de Toledo, la qual tie-
ne particulares causas, para que V. M. la haga merced
de que no se entienda con ella lo de estas ventas ; lo
primero, porque el Rey Don Alonso que ganó á Toledo,
que fue el que dio casi todos los vasallos , no Tos dio al
Arzobispo, ni aún á la Iglesia , sino á nuestra Señora , y
en dote como e'l dice , y si los dotes de qualesqurera mu-,
geres son privilegiados , y no pueden ser enagenados,
podrá V. M. considerar , si en la persona de nuestra Se-,
ñora , es justo que su dote, que da este privilegio , lo sea*
'La segunda, porgue siendo esta santa Iglesia Primada de
ias
228
las Espartas , y estando en reynos tan "gráneles y'opuletW
tos , como los de V. M. , es justo que tenga mucha auto-
ridad y vasallos , como cabeza principal de ellos , que
aún el santo Papa Pió V.°, refieren que dixo : que si en
Roma faltase la silla del santo Pontifice , que se podria
colocar en estos tiempos en Toledo > y no sin causa, pues
por ella y sus Concilios se ha regido la Iglesia de Dios
tantos siglos. La tercera, por haberla consagrado nuestra
Señora por su persona , quando baxó á poner la casulla á
san Ildefonso , y haber tenido tantos Prelados santos,
abogados de V. M., y otros tan valerosos, que sirvieron
tanto en las guerras , que merecieron por su persona se
les hiciese merced de estos vasallos. La quarta , porque
es conveniente cosa en estos reynos , haya Prelados que
tengan vasallos en fortalezas , y autoridad , para resistir
hereges , y servir á los Reyes en tiempo de necesidad,
y ser tutores de sus hijos, y gobernadores de sus reynos,
como siempre lo han sido ios Arzobispos de Toledo. La
quinta , porque placerá á Dios dar á V. M. tantos hi-
jos y buenos , que querrá ofrecer alguno , y hacerle Clé-
rigo, y á esta santa Iglesia el beneficio de darle este Ar-
zobispado , y en tal caso le pesará á V. M. de haberle
desautorizado. La sexta , porque de las rentas de este
Arzobispado se ha socorrido V. M. y socorre para estas,
necesidades , que V. M. sabe con que cantidad 5 por lo
qual será justo la relevase de estas cargas. La séptima,
, porque el Breve que V. M. tiene para estas ventas , pa-
rece que no habla con la Iglesia de Toledo , pues no solo
excluye la Iglesia que estuviere vacante , sino también
las que carecieren de pastor, hasta que vuelva? lo qual pa-
rece que se puso y exceptuó por el Arzobispo de Tole-
do. La ochava , porque siendo V. M. mas verdadero pa-
,tron de esta santa Iglesia que de otras, y estando su Pre-,
lado preso , y ella constituida en aflicción y trabajo , y
ne-
2 2p
necesidad de pastor, está más obligado V. M. á favores
cerla y defenderla. La nona , porque las urgencias aprie-
tos y peligros deV. M. están lejos de Toledo, y no pare-
ce que le falta la defensa y socorro de esre Arzobispado.
Suplico humildemente á V.hA.per viscera misericordia
Domini , y de su Madre benditísima , y de los Santos , á
quienes estos vasallos fueron dados , y en nombre de es-
ta Iglesia , y de las demás de España , y de toda la Reh%
gion , que se encomiende mucho á Dios este negocio,
como importantísimo y peligroso, aunque sordo ; y que
Jo mande Y. M. reveer á personas christianas y desapasio-
nadas , y sino en el tribunal de su pecho y conciencia,
sin tener atención á la poca autoridad de quien se lo su-
plica , sino á la razón y religión en que se funda , toman-
do exemplo en Alexandro Magno , que yendo con pode-
rosos exe'rcitos á tomar las cosas del templo de Jerusaien,
le salió á resistir un solo Sacerdote revestido ; y en vién-
dolo Alexandro , con ser'gentil ,'se apeó del caballo y le
beso la mano, y le. hizo adoración ,• y se volvió sin to-
car á cosa del templo. Hazaña digna de. tan gran Príncipe
Ly Monarca.
Con el Rey Lotharío de Francia sucedió, que tenien-
ido para este efecto el conocimiento de todos los Prelados,
excepto uno, que le dixo con grande libertad , que si lo
hacia , que en breve le quitaria Dios su reyno •■> á instan-
cia de este desistió de ello. Y sobre todo advierta y. M.
hace grande novedad en quitar á las Iglesias los vasallos,
poseidos no solo de tiempo inmemorable , pero de trescien-
tos y quatrocientos años á esta parte , dados y vendidos
en precio de los pecados de los progenitores de V. M. , y
para patrimonio de los pobres de Jesu-Christo, en cuya
mano asiste mas eL verdadero remedio de las necesidades
de los buenos sucesos de V. M. , que en los pocos dineros
«jue de estas ventas se pueden: sacar. Considere asímis*
mo
<
2$6
moV. M. , si teníencío taritá necesidad, como se saBé, deí
favor de Dios y de las oraciones de ia Iglesia, si para
conseguirle es seguro camino , quitar á Dios y á la Igle-
sia j ó será mejor , como suelen los buenos christianos
atribulados, darles dones y ofrendas paraTaplacarie , y sa-
lir de las necesidades y trabajos , y rematar este negocio
con hacer y decir lo que el Rey Felipe de Francia , que
disputando ante e'l de esta misma materia de tomar la ju-
risdicción eclesiástica , estando presentes los Grandes y^
principales de aquel reyno , y habiendo entre ellos opi-
niones, concluyó el buen Rey con un dicho de otro Em-
perador , diciendo : que mas de Príncipes es, aumentar la
que esta dado á las Iglesias, que quitárselo. Nuestro señor,
inspire á V. M. para que como tan gran Monarca , esti-
me en poco los dineros de estas rentas , y como tan cató-,
lico Príncipe , espere el verdadero remedio de sus necesí-'
dades , de quien sin estos dineros y rodeos puede darle*
El qual tenga y guarde de su mano la muy real perso-
na de V. M. ~ De Toledo y Agosto i¿ de 1574, &c' ^
J>usto de Villegas^
j
. ..■ .. .- ¡»bs ■ :
-
. .. -
■
1
237
CARTA
QUE DON FRANCISCO DE QUEVEDO
7 VILLEGAS,
CABALLERO DEL HABITO DE SANTIAGO,
ESCRIBIÓ
A DON ANTONIO DE MENDOZA»
CABALLERO DEL HAEITO DE CALATRABA , Y AYUDA DE
CÁMARA DEL REY DON FELIPE IV.°
En que prueba que el hombre sabio no debe temer ia necesidad
del morir.
Saltóme el otro día los gustos mas conformes á la;
liviandad de mis deseos, el recuerdo de un amigo, que vi
llevar á enterrar 5 porque según andamos divertidos, aún
estamos enterrados, y no creemos, que la muerte y el hor-
ror nos tienen cocidos. Y á pesar de la opinión lastimosa,
que de parecer de Epircóto , hace sea indigna de lágrimas
la muerte , con animoso corazón , y postreras palabras le
dixe : Dichosamente descanses , espíritu rescatado del
cuerpo. ¡Oh , cómo habrás conocido, que te fue mas
carga que compañia ! Si mar dificultoso navegaste , ya
estás en el puerto, y quanto fue mas corto tu viage, tan-
tas menos borrascas sufriste. No (por la suma piedad ) te
aparte el contento de verte en salvo ia lastima délos
que dexas acá remando. Presto seré' contigo , que si la
vida es sola la que aparta los vivos de los muertos , bre-
HJi ve
238
,ve es la distancia del intervalo , sí aún mientras te hablo
con estas postreras razones , te sigo con los demás : Que,
como dice Job , nacimos de muger fiaca , llenos de mi-
serias, y abreves dias de vida, como la flor apenas florida
qüando marchita. Esto dixé yo á voces. Admiráronse
los amigos que lo oyeron 5 y preguntóme uno : ¿Cómo
era posible que así me consolase de la muerte de un hom-
bre tan familiar mió , y que antes mostrase alegria que
tristeza ? Eue señor Don Antonio esto lo que res-
pondí :
Confieso , señor , que si he pecado en algo , ha
sido solo en tener envidia á la buena suerte del -ami-
go , que primero veo descansar de las molestias de la
que , no sin grande agravio de la muerte , llamamos
vida. Bien que primero busque' razones que acredita-
sen mis lágrimas. Mas volviéndome á todas las cosas
que dexaba , halle' forzosas ocasiones de alegria. Mi-
re' una alma imagen de Dios de tanta estima á sus
ojos , que por enmendar un borrón en ella , no halló ba-
xeza ninguna indigna de su grandeza. Veola detenida en
negocios vanos , aposentada en casa frágil , y hallo que
no la estima , ni conoce quien no siente verla tan mal en-
tretenida en este camino. Considero , que la vida á que
nació , es tan corta , que no hallo que pueda decir nadie
vivo , pues lo pasado ya está en poder de la muerte > ti-
rando de lo por venir , que solo tarda en pasarse lo que
tarda en llegar , pues lo presente es un instante que dexa
de ser futuro , y pasa á pretérito , y mientras dice uno
vivo , aguija á la muerte , y con las obras desdice y des-
miente las palabras. El mal que nos hizo naturaleza en
darnos vida trabajosa , desquitó y satisfizo en dárnosla
corta. Estratagema fue suya quitarnos la razón quando
nacemos , porque á tenerla , y conocer á que veníamos,
hiciéramos desesperadas diligencias por hacer un dolor el
del
2 3?
del nacer y el morir. Pues ¿quál hombre , que sabe de
quán generosa casta es el alma ( que mal vestida la trae-
mos disfamada en los deleites del cuerpo ) dexará de co-
nocer quánta lisonja le hace la muerte en apresurar los
pasos , con que por este camino vá á la patria l
Diránme que vuelva los ojos á la hermosura de la
tierra , á la luz del Sol , á los amigos , á los parientes , á
los padres , á la hacienda , y á los deleites y gustos , y
que sin duda llorare' por el que de en medio de estas co*
sas , y de su edad es arrebatada. Y lo primero que mire
para consolarme , fue ver que salia libre de esas mismas
cosas , pues en la hermosura de la tierra no dexa otra si-
no memoria de su fin. ¿ Que' otra cosa dice la Primavera
hermosa que una niñez , á quien después por las vuel-
tas del tiempo sucede la juventud de un Verano , luego
la mocedad de un Otoño , luego la vejez de un Estío, y
tras ella una muerte helada de un frió Invierno ? Y po-
cos son los que no se quedan en la terneza de la niñez,
y son pocos , pero dichosos. ¿ Que otra cosa es una flor
sino un retrato de la vida de un hombre , en cuya her-
mosura tienen poder todas las mudanzas del tiempo? De-
xó en la tierra campos que regar con su sudor , posesio-
nes , que (como dixo el Epigrama griego) tienen por
dueño firme la sucesión. Dexó en la tierra muchos afa-
nes que le divertían de la paz de la conciencia. Dexó una
venta que con su hermosura y regalos le detenia de lle-
gar á la patria que buscaba. ¿Quie'n será el ciego que lia-,
me en un camino beneficio la tardanza de su jornada, si es
forzosa? San Pablo dice que somos caminantes y no mora-
dores. Según esto, razón tuve para alegrarme de ver á mí.
amigo que fuera de la venta, tenia ya los pies en la posada
que buscó. De mi opinión no se quejó Job cap. p , quan-
do dixo. Mis dias pasaron mas veloces que el correo? hu-
yeron , y no vieron el bien ¿ pasaron como las naves que
Hh a. lie-
24°
llevan fruta, y como la águila á la comida. Antes fue de-
cir , que entre todos sus trabajos se consolaba con ver,
que habían pasado tan presto sus dias 5 y entiendo lo
que dice , que no vieron el bien , no porque le vieron,
ni le hay, sino porque no se detuvieron en los males de
acá , teniéndolos por bienes ; y que el se alegrase con la
muerte , y la tuviese por descanso , en la primera lamen-
tación suya lo dice , quando se queja de que nació , y
maldice el dia de su nacimiento. Y en el cap. 7 dice, guer-
era es la vida del hombre sobre la tierra , y son sus dias
como los del jornalero: pues como el Ciervo desea la som-
bra, el jornalero el fin de su trabajo. i Oh, cómo esfuerza
lo que yo he dicho , y todo en una palabra con una
comparación ! Si guerra es la vida , sin duda es descanso
la muerte. Luego ¿á quie'n le pesó ver descansar á su ami-
go? Los dias son como los del jornalero de trabajo , y por
eso dice , que desea el fin de ellos , porque en e'l está el
remate de sus penas. Tú que deseas vida á tu-amigo , ig-
norante , ¿ que' otra cosa haces que pedir cruel plazo á
la tarea del que trabaja?
La luz del Sol dexó. Cosa que sentían mucho los
antiguos , como no aguardaban luego sino reynos de
sombras , y obscuros y vacíos campos. Mas yo , que por
la fe creo que la muerte cierra los ojos á esta vida breve,
arrastrado de horas fugitivas , ya maliciosas , ya incier-
tas , y abre los del alma á la luz , que no sabe dar lugar
á noche, ni tinieblas, ¿por que no he de alegrarme con la
mejoría de1 que bien quiero ?
¿ Que es el dia y el Sol para nosotros ? Séneca lo dí-
xo bien con estas palabras : Qualquier dia nos muestra
quán poco somos , y con algún nuevo argumento nos
amonesta , viéndonos olvidados de nuestra fragilidad;
pues meditando las cosas eternas , nos fuerza á mirar á
la muerte. Esto se entiende del Sol y la Luna , en cuyos
de-
241
defe&os, ocasos y orientes nos vemos amonestar, siendo
barro y polvo.
Amigos dexó , que al fin le dexarán. Túvolos su fe-
licidad , no él. ¿ De que le sirvieron en el mundo ? De
ladrones del tiempo que le hurtaron con su compañía > de
facilitarle los atrevimientos de mozo ; de traerle siempre
cuidadoso de conservarlos 5 de ser enemigo de sí por ser
amigo de ellos ; y al fin , si fueron buenos , le dieron do-
lor de apartarse de ellos , y si malos , de no haberse
apartado antes. Y si alguna cosa no dexan los hombres,
es los amigos. Que como todos caminan á la muerte , no
hace el que acaba primero, sino adelantarse un poco de
los que le siguen. Y así hace mal el que se despide del
que aguija tras e'i , pues que le vá siguiendo , y que por
la misma senda vá adelante el que le ha de guardar por
fuerza. No ha de decir el que se muere al que vive , que-
dad con Dios j sino daos prisa. To no me parto 5 sino alia os
espero. Esto corre con padres y parientes.
Vamos á la hacienda , que verdaderamente se dexa,
ó por mejor decir se queda. Porque como ni es bien del
cuerpo , ni del alma : sin acompañar el cuerpo á la se-
pultura , ni el alma á su descanso , se queda con la for-
tuna , cuya es, aguardando en codiciosa herencia nuevo
dueño. Si esta hacienda , pues se buscó con riqueza , se
guardó con cuidado , se gastó con cuenta , y se dexó con
dolor : ¿ que' bien y comodidad hizo al dueño para que
sintiese apartarse de ella ? ¿ Tuvo hacienda ? Tuvo envi-
diosos , temió ladrones , y sufrió aduladores , y aún dio
envidiosa codicia de su muerte al sucesor , y muerto,
ella misma le enjugó las lágrimas , y fue con su precio
consuelo de su muerte. Mirad si estará descargado de
buen peso , y si conocida esta ingratitud de los bienes
temporales, que solo se guardan para el Cielo ( según
palabras de Christo) los que se dan al pobre, y como lo
di-
242
dixo , aún con profana boca Marcial, parte toma el fue-
go abrasando la casa 5 parte la mar anegando las merca-
durías y flotas y parte el amigo ; parte el deudor descono-
cido , y parte el campo estéril. Solo se hurta á la for-
tuna y hado la hacienda que se dá al benemérito.
Los deleites y gustos es mentira decir que los dexó,
porque nunca hombre mortal los tuvo j sombras sí apa-
rentes figuras de ellos, sí que con el remate suyo consola-
ron al que los perdió 5 sueños vanos que entretuvieron
mentirosos, y llegada la luz se desvanecieron, eso sí. Pero
deleites y gustos que tuviesen de serlo mas que el nom-
bre} ¿dígame alguno quándo se usaron en el mundo? To-
do fue mentira y representación , y hasta la vida propia,
como dice Epite&o , es una comedia. Conviene á cada
uno de nosotros hacer bien nuestro papel sea el que fue-
re j pero á Dios toca el dárnosle , que no de nuestro po-
der escoger el del Rey , ó el del pobre , ó el del necio , ó
del discreto, ó el de sabio, Darle largo ó^corto , toca al
Autor de la farsa. Solo nos ha de consolar ver que el ser
Rey, Papa, pobre y humilde, dura solo mientras hacemos
las figuras en el tablado de la vida : que en entrando en el
vestuario de la sepultura , todos somos igualmente repre-
sentantes , y se conoce que la diferencia estuvo solo en
los vestidos. Hizo mi amigo ya su personage , dióle Dios
el papel corto , acabóle en pocos años ; desnudóse la ro-
pa del cuerpo , dexóla en el vestuario de la tierra , y
descansa ya del oficio trabajoso. Que así , como dice
san Pablo, pasa la figura de este mundo: ¿Murió ? noj
pasó á mejor vida , trocó la vida con la muerte. ¿Murió?
no 5 acabó de morir , que quando nació comenzó á mo-
rir. Y quando muriera^ ley es, y no pena morir. Tras
todos vá , y todos vienen tras él. Ya se ve' lo mucho que
la muerte esconde , ¡ que de dudas le ha declarado el
postrer suspiro ! j Oh , qué ufana se hallará sin rudezas
del
243
del cuerpo el alma cLo&a en sus discursos ! Dexa el preso
la cárcel , el esclavo el cautiverio , salió el huésped de la
mala podada , el caminante de la venta , ¿ y no queréis
que se aiegre ? Desnudóse el vestido que no habia me-
nester , soltó los grillos para volar ; y eso fue dexar el
cuerpo en la sepultura. Dirás que le comen gusanos , y
que ves resueltos en podrición todos los miembros con
que vivia. Y aún eso á su alma y á mí nos consolará de
que haya dexado cosa tan mala , y que habia de ser ali-
mento de la tierra. Y por ahí conocerás mejor su mucha
calidad y belleza 5 pues bastó su presencia á disimular
tanto horror , y á hermosear un sepulcro tan feo. Yo
tengo por opinión , que lo que acá llaman muerte , se ha
de llamar resurrección ■> pues el cuerpo no es mas de una
sepultura j y espirar, es salir el alma de este sepulcro donde
estaba administrada por sentidos terrenos. Dice Platón,
que quien tiene cuidado de su cuerpo , mira por cosa su-
ya j pero no por sí 5 pero quien mira por el dinero , ni
mira por si , ni por cosa suya , sino por lo que está lexos
de el. Y en confirmación de que es sepulcro , el mismo in
Cr afilo dice : Nuestro cuerpo se llama somay ó sima , que
es sepulcro del alma. Dice Mercurio Trimegisto , anti-
guo Teólogo, en el Pimandro, que el amor del cuerpo es
causa de la muerte , y que quien no aborreciere el cuer-
po , no se podrá amar á sí : porque es el cuerpo vestidu-
ra de ignorancia , fundamento de maldad , ligadura de
corrupción , velo opaco, muerte viva , cadáver sensitivo,
sepulcro portátil , y ladrón de casa , que mientras hala-
ga aborrece , y mientras aborrece envidia. De esta con-
dición es la casa que tiaemos con nosotros mismos. Él
nos lleva tras sí , porque no veamos el decoro de la ver-
dad. Él embota la vista de los sentidos exteriores , y la
ciega, y con la materia pesada los ahoga, embriágalos
con abominables defectos > porque nunca oy gamos , ni
vea-
244
veamos aquellas cosas que se deben oír y mirar. Pe-
ro Agustino en la Epístola 14 dice : Confieso que te--
nemos nacida con el alma caridad de nuestro cuerpo;
confieso , que tenemos á cargo su tutela 5 no niego que
se le ha de perdonar 5 pero niego que se le ha de ser-
vir , porque servirá á muchos quien sirviere al cuerpo,
porque teme por e'i mucho , quien lo atribuye á e'l todo.
Así pues, nos hemos de gobernar , no como que debamos
vivir por el cuerpo , sino como que no podemos vivir sin
e'l. El demasiado amor suyo nos inquieta , con solicitud
nos carga , y con afrentas nos aflige. Ved , pues , si sien*
do tal el cuerpo , hago conforme á toda razón , colgán-
dome de ver á mi amigo desnudo de e'i. ¡ Ojalá me viera
yo ya cerca de verme sin ropa tan áspera y prestada! ¡Oh,
cómo será, quanto presta, mas bien venida la muerte! Po-
co lo sentiríamos , si usásemos de ella como de cosa age-
na , y no nos ensoberveciesemos con la posesión , sonan-
do propiedad,
l Quien me darás , dice Séneca , Epístola 1. que pon-
ga algún precio al tiempo , que estime el día , que en-
tienda que cada día se muere ? En esto nos engañamos,
que aguardamos la muerte , estando ya pasada por no-
sotros la mayor parte de ella. Todo lo tiene la muer-
te 5 haz , pues , Lucilo , lo que escribes que haces. Abra*
za todas las horas , y ansí vendrá á ser que pierdas me-
nos del dia de mañana , si aprovechas el de hoy. La vi-
da se pasa mientras se difiere. Todas las cosas, mi Lucilo,
son agenas , solo el tiempo es nuestro. Y en la Epísto-
la 23 dice : Considera si aguijaras , y corrieras , quando
amenazándote viniera á tus espaldas el enemigo. Esto
pues te sucede ; eres seguido y alcanzado ; escápate, pon-
te en salvo , y desde allí considera , quán hermosa cosa
es acabar la vida antes que venga la muerte. No es según
esto bueno el vivir , sino el vivir bien. Por lo qual el sa-
bio
243
bio vive quanto debe , y no quanto puede. Y pues es
mas humana cosa considerar la vida , que llorarla de pa-
recer de Séneca , y yo quiero del mió hacerlo así , pues
por breve no se puede , que nosotros breve la hicimos,
que no la recibimos , no somos de ella pobres , sino lar-
gos. Y el Eclesiástico dice , no solo que no se llore el di-
funto 5 pero en el capir. 12 afirma , que es mejor el dia
de la muerte , que el del nacimiento > y Job dice , que
descansará en la tierra con los Cónsules y Reyes 5 y mas
adelante en el 1 cap. dice, que á los tristes les es lo mismo
hallar el sepulcro abierto , que á los que caban por ri-
quezas hallar el tesoro. Piaton dice , que es absurdo llo-
rar el hijo , ó criado que se muere ■> porque , como dice
Salustio , para decir que uno murió , pagó lo que debía
á la naturaleza. Y como dice Lucrecio lib. 3 , si hablara
la naturaleza, yo pienso que reprehendierais! á los hom-
bres : ¿ por que' , mortal , con tantos extremos tiemblas,
temes , y lloras la muerte ? Porque si la vida pasada te
fue dulce y agradable , y no te sucedió desgracia ningu-
na j ¿ por que' harto de vida , convidado de ella , no te
apartas de buena gana , y con ánimo igual no admites la
quietud ? Pero si todo te fue azares , desdichas y traba-
jos j ¿ por que' quieres añadir mas ? Así que alegre ha de
morir el dichoso como el desdichado 5 aque'l harto y con-
tento de que acabó sin azar, y el otro que acabó ios que
tenia.
Demás de esto , no es mi amigo este que llevan con
triste pompa á depositar en la tierra. Este es el cuerpo que
desechó ; que mi amigo por la eternidad se pasea. Y así
entendió esto Platón , quando dixo en el 12 de las Le-
yes ; el hombre no es otra cosa que el alma misma , que
el cuerpo ^iga al hombre como cosa imaginaria , de nada
ha de cuidar un hombre menos que del sepulcro. ¿ Que'
piensa el que suntuosamente le adorna , y toda la vida
li an-
244
anda solicito de su entierro? ¿Por ventura no de la mis-
ma suerte descansa en muda piedra el no conocido que
siete pies ocupa , que el que está detrás de bultos y epi-
tafios , y el plebeyo que fertiliza con su corrupción la
yerba que piadosa le cubre ? Aquí llevan lo que mas le
importó dexar á Don Diego para ser. ¿Pues por que' si yo
entiendo así estas cosas , y ellas son así , no he de mos-
trar alegria del buen suceso de mi amigo ? Que infalible-
mente tiene falta de fe , quien sabiendo que el alma es
inmortal, y que el hombre perfecto es el alma , no tiene
contento de verla sin embarazo nacer a la eterna vida en
el divorcio que hace con el cuerpo. No solo me pesa de
que muriese mi amigo , mas alzando la voz mas , así le
dixe á Dios :
Señor , si piadoso ordenas favorecer mis deseos , pues
criaste para tí mi alma á tu imagen y semejanza , y des-
pués contigo mismo la reparaste , desátala de estas liga-
duras , donde en república mortal se ve sujeta á leyes de
apetitos desordenados. Basta, Señor, el tiempo, que ciega
con la nube del cuerpo , vaga y errante , es forzada i
obedecer alvedrios tiranos. Desnúdame , Señor , de estas
prisiones , y apresura el dia , en que siendo el postrero,
solo temeré' la cuenta , y en ella lo mucho que descuida-
do y perezoso he de dar que suplir á tu sangre, tanto
mas malo , quanto mas necesidad tuviere de tu mayor
misericordia. No ande mas tiempo tu imagen mal acom-
pañada $ que si por destierro está en el cuerpo , ya ha si-
do largo el castigo. Y yo os prometo Señor , que de aquí
allá no ha de haber alegria en mi corazón , pues solo
pienso admitir con el postrer plazo. j
Así acabe mi oración , señor Don Antonio* Y des*
pues acá todo el tiempo que vivo es en confianza de que
no dexará Dios de oirme : pues como el Profeta puedo
decir, que clamo á el desde el profundo > y el, como di^
ce
245
ce David en el Salmo 162 , se dolerá. Porque como se
lastima el padre de los hijos, así Dios de los que le temen,
porque e'l conoció la favila de que somos compueitos > y
porque se acordó que somos polvo , florecerá el hombre
como la flor del campo , y serán Como el heno sus dias.
Mas lo encareció Job, que dixo que eran nada. Y apre-
tándolo mas, y tratando de las horas dixo un Griego,
que una misma hora era madre y madrasta. Y al fin todo
es mudanza j y de que vMmos, 'poco es vida, que lo mas
es tiempo que. nos lleva tras sí. Y por eso la Iglesia la
postrer palabra que nos dice es , que descansemos en paz,
por ser cosa que en sola la muerte la podemos hacer.
Esto escribo á vm. señor Don Antonio, para que con
igual ánimo despreciando los miedos de la muerte amiga,
los pase á ios trabajos del vivir , y filósofo no dexe ven-
cer , ni doblar el espíritu de la opinión común y espan-
tosa.
II 2 DE-
? 4#
DECLAMACIÓN DE JESU-CHRISTO
Hijo de Dios, i su -Eterno Padre en 'el Huerto -r á
quien consuela enviado por el Eterno Padre
un Ángel.
T HE M A:
:.; ■ í í -.
Tune venit Jesús eumillh in villam-, qua dicitur Gethsemaniy
& dixit D'isctpulls suís. Sédete bky doñee vadam illuc 7 &
r,Qrem. Math. 26, Luc. .22. Marc. 14. Joan 28,
V S¿*R T R 1 o T A "
3 ' ¡
DOiV FRJNCISCO DE QUEFÉDO
T VILLEGAS,
CABALLERO DE LA ORDEN DE SAN JACOBO.
Sub Corre&ione San&te Catholicae Romana? 'Eccksite»
ANTIDOTO.
OR haber Martin Luthero, veneno de estos tiem-
pos,, y peste nacida en Saxonia , y sus sequaces los An-
timarianitas , profanado esta tristeza.de Christo en aque-
llas palabras : Si possibile est , transe at a me calix iste : juz-
go forzoso el declarar, como en buena Teología , temien-
do la muerte , no la rehusó. Hay volltio absoluta , y con-
dltianata : te'rminos son escolásticos. Como si dixesemos:
Querer absoluto y condicionado, que compadeciéndose
con e'i, puede ser capaz de tristeza y sentimiento. No de
ptra suerte que el Mercadex c|ue no puede rescatar el ba-
jee!
247
xel , y su vida de la Gorrasca , sino es arrojando al mar
su hacienda, la arroja cum volitione absoluta, por salvarse,
y en la misma acción y tiempo cum volitione conditionata
quisiera no perder su tesoro. Así en Christo habia abso-
luta voluntad de recibir la muerte , la qual pronunció con
aquellas palabras : fiat voluntas tua, y juntamente la no-
lición condieional que se oyó en estas : Si possibile est^
tratiseat a me calix iste.
J
CONSIDERACIÓN LITERAL.
Esu-Christo, que quando se apartó de sus Discípulos
para orar , les mandó que velasen , oró tres veces, y tres
veces volvió á reconocerlos , y los halló durmiendo , y
en Pedro solo , como en la cabeza , reprehendió el sueño
de los demás ; y habiendo ya concluido con su Padre la
execucion de su muerte , les dixo : Dormite jam , ¿c* re-
quiescite. Ecce appropinquavit hora > & filius hominis trade-
tur in manus peccatorum. Dándoles á entender , que sola
su muerte íes puede guardar el sueño , y sola su pasión
el descanso. Quando les dixo dormid ya , y descansad,
no lo dixo porque durmiesen > pues consecutivamente
añade , surgite , eamus 5 ecce appropinquavit qui me tradet.
El sentido de aquellas palabras dormite jam , con las mis-
mas lo declara el modo de hablar Español 5 que quando
á alguno que estaba cuidadoso queremos asegurarle de
su temor , decimos , que ya puede echarse á dormir. Ya
habia despejado de su humanidad, con haber concluido
el despacho de su muerte , la agonía y la tristeza. Ya
estaba alegre , pues no solo aguardaba al que le viene á
entregar , y á los que le han de prender , antes con al-,
borozo se dá prisa á saurios á recibir. Esto fue cumplir
su palabra. Antes de apartarse de ellos para orar les di-
xo : Tristis est anima mea usqus ad morUm. No dixo que
la
\
248"
la muerte , ní el morir entristecían su alma ; sino que
s,u alma estaba triste hasta la muerte. Como si dixera,
que la amaba tanto , que hasta verse en ella estaría tris-
te. Por eso , en concluyendo este tratado con el Padre,
cesó la congoja. Mas pues estaba determinado ab aterno
que habia de encarnar, y morir como hombre , ¿que' pu-
do añadir al decreto eterno la consulta del Huerto? No
la resolución , que como Dios con el Padre habia acepta-;
do '■> sino las circunstancias , que ya como verdadero
hombre calificasen por suya la obediencia , testificando
las ansias la humana naturakza.Y para que como la divi-
na obró tan prodigiosa maravilla en tomar carne huma-
na, la humanidad , temiendo , como mortal , por sí , y
por su madre , no solo muerte , sino la mas afrentosa,
salíendola á recibir, hiciese como en competencia tan mi-
lagrosa hazaña. Resucitar muertos 5 perdonar pecados;
dar vista á los ojos que la habian perdido , y á los que
nacieron sin ella ; dar salud con sola una palabra ; ser
medicina el ta&o del ruedo de su túnica ; multiplicar cin-
co panes en trox copiosa , y dos peces en abundante pes-
quería ; mandar la quietud á las borrascas , y la calma al
viento ; pasear sublime las hondas del mar liquidas ; des-
alojar los espíritus inmundos con la voz de los hospeda-
ges de los cuerpos que tiranizaban ; ayunar quarenta
dias sin que la muerte , que naturalmente se sigue á los
siete , se le acercase por la falta del alimento > hacer que
con el agua buelta en vino las hidras fuesen lagares ; des-
coger la luz gloriosa , que tenia doblada en su humani-
dad , y transfigurarse , y traer para testigos del Paraíso
á Elias , del Seno de Abraham á Moysen ; hacer que un
Ángel descienda visible^ por Embajador de su Nacimien-
to á los Pastores ; hacer que flamante parto del Cielo se
estrene una Estrella en el oficio de condu&ora , atrayen-
do tres Reyes del Oriente á un pesebre : son obras , que
des-
desde que nació hasta este día le manifestaban Dios , y le
disimulaban hombre. Y fue menester para que le creye-
sen hombre , como Dios , no solo que muriese , pues ha-
bía de resucitar .j sino que, aunque habia de resucitar,
temiese el morir. Convino , que ya que como hijo de su
Padre habia de resucitar , como hijo de su Madre murie-
se : y que como habia de subir á él glorioso , de ella se
aparte triste. Fue halago de Dios , y cortesía de Dios
hombre, con el miedo de su muerte, agradecerla el que
tuvo al concebirle ; y misteriosa correspondencia , que
como á su Madre le quitó aquel miedo un Ángel, otro
le quitase e'ste , que en su hijo era agradecimiento de
aque'l.
Escogió Christo entre todos sus Discípulos á Pedro,
Jacobo y Juan para la transfiguración en el Tabor , y
á los mismos tres para la agonía en el Monte Olívete. No
á los dos por primos , ni á Juan por querido 5 que no se
gobernaba por la carne y la sangre , sino por la voluntad
de su Padre. Hoy dio la propia de sus venas , y su cuer-
po en manjar y bebida á los que han de huir, al que le ha
de dudar , al que ha de negarle , y al que le está ven-
diendo j y ahora en sudor la dá á la tierra , no para que
clame como la de Abel , sino para acallarla del clamor
antiguo. Grande misterio tuvo llevar á los tres á dos ac-
ciones tan diferentes. En la primera , como estaba tan cer-
ca de cumplir el testamento viejo , truxo á Moysen , y á
Elias , que le representaban , para enviarlos , como dice
Tertuliano , expuntfos officio despedidos. Y llevó á Pedro,
Juan y Jacobo para que viesen las ventajas que los Mi-
nistros del nuevo testamento los habían de hacer , en to-
do lo que habían sido maravillosos. Pues si á Elias se le
habia dado poder para cerrar el Cielo por tiempo corto,
á Pedro se le habia dado con las llaves de el para abrirle
y cerrarle mientras durare la vida del mundo. Si á Moy-
sen
2)2
sen le fué revelado el decir : In principio Deas creavit Coelum
$* terram> y como fue hecho hombre Adán; á Juan le fue
revelado el poder decir : ln principio erat verbum , $* ve r-
hum erat apud Deum , y toda la inefable generación divi-
na , y como fue hecho Dios hombre , diciendo : Et ver-
bum caro faElumest. Misterio que como Águila supo des-
cifrar de la voz del Padre quando dixo : Hic est filius meus
dileSlus , ipsum audite. Que fue decir era su palabra , pues
es la que se oye. Si la sepultura de Moysen se ignora, no
Ja muerte : y la de Juan no se sabe. Si Elias obró mila-
gros , y dio muerte á aquellos Profetas; Jacobo ha de-
gollado1 mas exercitos que él acabó personas. Si subió en
un carro de fuego al Paraíso ; el baxa del Cielo como hi-
jo del trueno á caballo en un rayo. Luego truxo á los
dos para despedirlos con la voz del Padre, que dixo, que
ya no habia que oir sino á su hijo; y el con la suya los
honró , desempeñándolos en lo que de el habian dicho,
y leshabian oido, quando dixo : consummatum est, todo se
ha cumplido. Y parece que con elios hablaba de esto;
pues loqiiebantur de excesu. Llevó á los tres para que vie-
sen á quie'nes succedian en los misterios de la ley de Gra-
cia ; y para que en el muerto, y en el vivo viesen era Se-
ñor de la vida y de la muerte > y en la luz que bañó su
cuerpo , la muestra de las galas , que para su resurrec-
ción guardaba á su humanidad. Y como estaba tan veci-
no á legalizar su nuevo testamento con su sangre, que
le fue rúbrica , los truxo para testigos del que cierra, por-
que lo fueron del que trató de cumplir con los ministro$
de el : y por enseñarnos , que si los prefirió en llevarlos
consigo al monte , donde vieron su gloria, no los reserva
de e'ste donde vieron y oyeron su agonía y tristeza ; don-
de sudó sangre no de congoja de verterla , sino de que
habia de haber hombres , que llovie'ndola el para el re-
medio de todos , habian de pedir á voces , . que para su
con-
2f3
condenación lloviese sobre ellos , y sobre sus hijos. San
Agustín en el Salm. 140 sobre el cap. 22 de san Lucas
dice : Oravit Jesús inventa oratione , <& sudavit sanguinem.
Quid est de toto corpore sanguinls eftuxio , nisi de tota Ec-
clesia Martirum passio2. ¡ O agonía magnánima ! j Ó triste-
za generosísima ! Quiere Christo que toda la Iglesia , y
los Mártires deban á su sangre la que han de verter por
e'l. Tanto los ama , que se adelanta á sudar los trabajos
que han de padecer. Eficacísima dignidad de martirio,
que saque primero sangre de Christo , que de los Márti-
res. Padecer porque padezcan , es premiar al martirio an-
tes que al Mártir , para que el Mártir sea sagrado pre-
mio del martirio,
Declama Christo a su eterno Padre,
o
Eterno y soberano Padre , de quien siendo uníge-¿
nito Hijo , no puedo ser succesor , porque la unidad de
la esencia, no admite antes ni después. ¡Ó Monarca Omni-
potente , cuya Magestad es tan incomparable , que la.
grandeza de tu Hijo es no necesitar de heredar tu reyno
para reynar! Tú , que mandaste que me oyesen quando
en el Tabór permití, que por los nublados de la humani-
dad amaneciese mi gloria , oye , ó soberano Padre , de
tu palabra las palabras. Ya las Hebdómadas traen mi ho -
ra ; que mi obediencia solo ha contado por mia la de mí
muerte. Ya las promesas de los Profetas se desempeñan,
los deseos de los Padres descansan , los yermos del Cielo
aguardan habitación , la vida gloría , resurrección la
muerte , muerte el pecado y la muerte con la mía. Véase,
que en no perdonar al propio hijo , el amago fue de
Abrahan , y el golpe tuyo. Ya estoy en la estacada con-
trapuesto á Adán para su remedio , solo conformes en el
Kk si-
254
sitio. Yo en el Huerto : el en el Paraíso. £1 puesto en hon-
ra , yo en agonía. Él duerme y su compañía vela ; la mía
duerme , y velo yo. A el le dan fruto suave y hermoso á
la vista que coma j á mí cáliz amargo que beba. Él quiso
ser como uno de nosotros ; por eso en mí uno de nosotros
baxó á ser como el. Adán echó la culpa á la muger 5 yo
en mi Madre aparte' de la muger la culpa , por disculpar-
le. Á esto baxe del Cielo á la tierra. Y en esta obra ya
son pocos , mas dolorosos , los pasos que me faltan por
dar. Desde antes que desdoblases por los espacios vacíos
esos volúmenes del Cielo , y que encendiese tu voluntad
la hoguera del dia en el Sol , y la llama de la Luna , y^
las centellas de los astros para contradecir las tinieblas:
quando yo estaba componiéndolo todo , y la nada aún
no era antecesora del Universo, y tú eras huésped y nos-
pedage de tí mismo , ni en soledad por las personas,
ni en multitud diferente por la unidad 5 y en el princi-
pio , que nunca empezó , porque siempre fue : supe esta
jornada mia , y los sucesos de ella ; la costa que habia de
tener mi paciencia y mi sangre 5 los autores de mis tor-
mentos; los cómplices en mis afrentas y muerte, y quan-
tos del precio de su rescate harán rematado cautiverio.
Siempre supe lo que siempre será. No siento el padecer,
que es á lo que vine , pues sentí que Pedro me disuadie-
se el padecer. El verdadero cuerpo mió, hasta en el te-
mor natural se muestra verdadero , y á mí verdadero
hombre , contra los que ciegos no han de querer permi-
tirme , confesándome Dios , que sea lo que busque. An-
tes es esto Sacramento, que miedo. Mi causa hace el cuer-
po con su congoja , y yo la de mi cuerpo con la mia. Co-
mo hombre tengo madre , que tú me escogiste , que el
Espíritu Santo me dispuso , prenda de tu elección , de-
pósito de todos tus dones , criatura de quien lo fue su
Criador 5 y tal , qué he menester caudal de Dios para
ser-
255
serla agradecido como hombre. Hálleme con mi Madre
en la comida de las bodas de Cana , donde hizo la prime-
ra intercesión 7 y obre el primer milagro, Dixome que no
tenían vino , Cantic. i , quando yo la estaba diciendo;
Mejores que vino son tus pechos. Allí volví la agua en vino,
y la dixe , que no era llegada mi hora , en la qual habia
de volver en mi sangre el vino ; lo que he hecho en la
cena. A aquella terneza de mi amor no la convide' , por-
que no viese que el cuerpo que me dio, y la sangre de
sus entrañas \ eran manjar y bebida del traydor Discípu-
lo que me ha vendido 7 y viene á entregarme. No quise
que en su presencia en aquel corazón sacrilego tras mí
cuerpo entrase Satanás. Quise que la permisión mia y
tuya guardasen el decoro á la muger que enmendó á
Eva. Si tras el bocado , que ella dio á Adán , se apoderó
el demonio de el por el pecado , y dando yo otro á Ju-
das , se apoderó de e'i ; no convenia estuviese presente la
que volvió en salutación el nombre de la que induxo la
culpa. Ya Padre , viene por caudillo de los soldados el
hijo de perdición á prenderme. JE1 precio de los treinta
dineros es ajustado á la Profecía , no á mi valor. Tanto
me desprecia quien no dá mas por mí , como quien me
dá por ellos. Empezando en su beso las afrentas de mí
rostro y no extrañará las salivas y el bofetón ; nías igno-
miniosa será esta caricia que aquellos oprobios. Mas sen-
tire el ta&o de sus dos labios, que la batería de cinco mil
azotes. Sea preferido en el privilegio de la Pascua á tu
hijo un mal hechor. Sea clavado en la Cruz entre dos la-
drones. Si el uno me sigue , el otro me desprecie por
compañero. Conviene á tu justicia 7 que se sepa quánto
vale morir á mi lado , y que se tema , que es posible
condenarse quien á mi lado muere. Sálvese un ladrón,
porque dice que me acuerde de e'l. Ahorqúese un Discí-
pulo , porque se olvida de mí. Desconoceráme en las ma-
Kk 2 ra*
%%6
ravillas el Apóstol i y coñoceráme Rey clavado en un
madero el Ladrón. Conózcase , que el que mira con tu
gracia tiene vista , y el que con su codicia ceguera. Ar-
rojará el precio de mi sangre el que me vende 5 y será
condenación suya el que es rescate de todos. Porque se
vea , que para condenarse es menester arrojar , y despo-,
seerse del precio de mi sangre. Lavaráse Pilatos las ma-
nos de haberla entregado á los Judios , y no lavará con
ella la culpa de condenarla. Enseñen al mundo los tesoros
de su sabiduría mis tormentos. Pronuncien tus misterios
con sangre mis hedidas. Este sentimiento le tiene el cuer-
po como humano ; empero la agonía que ahora delante
de tí me derriba en tierra, es de mi alma por mi cuerpo.:
Obedecerte , y amar á la Madre que me escogiste , es ser
tu hijo y suyo. En el relicario de su vientre recibí esta
carne suya, de que se vistió tu palabra. La sangre de mis
yenas dádiva fue de sus purísimas entrañas. ¡ O Padre to-
do poderoso ! ¿ Ella misma ha de ver esta humanidad que
recibí de ella hartando de venganza á los Judios? ¿ He-
cha escándalo de las gentes? ¿Acobardando el amor de los
mas de mis Discípulos? ¿No solo desconocida , sino ras-
gada, y tan copiosamente cruenta ? ¿ Que' yo , hijo tuyo,
seré el martirio de mi Madre ? ¿ Yo crucificado en la
Cruz la crucificare en mí? ¿Espirare yo á sus ojos , quan-
do amándome mas que todas las madres á su hijos , no
morirá de dolor , porque mi muerte , que solo es para
dar vida , aún de lástima no puede dar muerte ? ¿ Oirá-
me clamar á tí que eres mi Padre , que por que me desam-
paraste , quando ella no me desampara ? ¿ Obligaráme
la terneza á llamarla muger , porque la sequedad pia-
dosa mitigue el sentimiento debido al nombre de
Madre ? ¿ Trocaréla en las palabras el hijo con el Dis-
cípulo querido , porque en la substitución se divierta
la pena? ¿Correrán igualmente lagrimas de sus ojos y san-
gre
257
gre de mis venas? ¿ Veráme con la hiél en la boca la pa-
loma sin la hiél , y tendrála en el corazón? ¿No la bebe-
re yo, y beberála ella? Mas larga ha sido la Pasión de mi
Madre que la mia. No ha tenido gozo en que no padez-
ca. El primero fue la embajada que de tu parte le dio el
Ángel para concebirme ; temió , y turbóse. No tuvo do-
lores en el parto? mas no tuvo en que envolverme , ni
donde abrigarme. Vióse Madre mia , mas vióme en un
pesebre. Vióse entre los pastores que me adoraban , mas
Vióse entre dos bestias. Despachaste una estrella que fue
conocida por tuya , al Oriente , que le llevase nuevas de
mejor Sol , y de Aurora mas esclarecida , para que tru-
xese sus Reyes de los palacios á ser vasallos en un portal.
Vio en las ruinas de aquel edificio arrodilladas las Ma-
gestades , y ofrecidos el oro , el incienso y la mirra , mis-
teriosos emblemas del precio de la incorruptibilidad y
fragancia. Truxeron los tesoros los tres Reyes : mas con
ellos la persecución de otro Rey que buscó mi garganta
entre los cuellos de los niños ; cuyas cabezas por mí antes
tuvieron heridas, que cabello ; que apenas habían conver-
tido la leche que mamaban , en la sangre que por mi der-
ramaron. Huyó á Egipto amonestada del AngeL Agra-
dóla el Cántico de Simeón ; empero hirióla el cuchillo
que me circuncidaba. Grande gozo sintió en mi compa-
ñía , teniendo mi niñez en su tutela ; mas perdióme en
el templo. Consolóse con hallarme 5 mas dila que pensar,
diciendo , que yo había de asistir á cumplir tus órdenes;
en que la notifique forzosa soledad de mí. Empezaron los
años del oficio de Redentor para la predicación , y ense-
ñanza; y respondí al ministerio, antes que á la Madre, Apar-
teme de su amor , que me buscaba , por seguir el aborre-
cimiento que me huía. Retire' las ternezas de Hijo, en se-
veridades de Maestro. ¿Pues cómo , ó Padre , que en tí
mismo me engendraste , la Madre, que para que me en-
gen.
258
gendrase hombre , me escogiste , después de haber pa-
decido por mí tantas pasiones como días , padecerá es-
tos dias mi pasión? Como Dios , bien se' que ha de ser;
mas siento que- haya de ser como Hijo, Pido que , si pue-
de ser , pase de mí este cáliz , sabiendo que no ha de pa-
sar, y que no conviene que pase. Porque el reusarle en la
oración cumpla con el cariño, como el beberle con la obe-
diencia. Esto es querer morir como tu Hijo , pareciendo
hijo de mi Madre, Yo que soy como Hijo tuyo tu enten-
dimiento , y por eso contigo espiró la voluntad , que es
el Espíritu Santo ; como segunda persona en unidad de
esencia, quiero que tu voluntad se haga. La de mi hu-
manidad , decente es que la oygas , pues me diste la que
me la dio. Mas tormentos padezco en saber que me los
verá padecer mi Madre , por ella, que con ellos, Yo te
doy gracias poique , quando decretaste, que , siendo Dios,
baxase á ser hombre , fue en tal criatura , que me congo-
jo de dexar aún por solos tres días de ser hombre, siendo
Dios. Esta es la noche de los dos cálices con que el amor
satisface toda su sed. El que he dado á los mios , que tú
me diste, es de vida. El que me das de muerte. Bebere'le,
y no pasará de mí. Mas como tu cáliz nunca se agota,
pasará por mí á Juan y á Diego , á quien le tengo pro-
metido. Por eso truxe conmigo á los que han de beberle
por mí. El primero Jacobo } Juan el último. Duermen
ellos , y Pedro. Saben desde la borrasca, que si yo duer-
mo , peligran velando ; y que velando yo están seguros
durmiendo. Todos descansen , pues yo peno por todos.
Bien se' que mi Madre , que es huerto cerrado , quando
me cantaba sus amores como á esposo , me llamó á este
Huerto, diciendo , Cantic, cap. 5, : Ven querido mió á tu
Huerto , y come el fruto de tus manzanas. Este cáliz que
bebo , es el .que dieron. Ya estoy en e'l , purísima Madre,
esposa toda hermosísima. Ya vienen los soldados. Ya se
des-
259
desnudan las cuchillas , ya rodean de lanzas para mi pri-
sión este sitio. Ves aquí el lecho de Salomón. Sesenta fuertes
de los mas de Israel le cercan todos con armas en las manos, y
doctísimos en hacer guerra cada uno con su espada al lado por
los miedos de la noche. Presto dirán tus lagrimas lo que dixe-
ron tus cantares, (c. 5.) Mi alma se ha derretido luego que ha'
bló , busquéle , y no le hallé : llámele , y no me respondió. Y
al pie de la Cruz , recibiendo en tu regazo mi cuerpo di-
funto , Cap. 8. Tu mano estará dehaxo de mi cabeza , y tu
mano derecha me abrazará. Y antes que des mi cuerpo un-
gido con tus lagrimas al sepulcro. Ponme por señal sobre
tu corazón , y sobre tu brazo , Cap. 1. en el primer re-
quiebro que me dixiste , bien recelabas que en mi rostro
habia de haber otro beso de otra boca 5 pues cuida-
dosamente pediste el de la mia. Esme tan suave por de^
bida esta pena , que sintiéndola como hijo , la cele-
bran mis gemidos con los cantares de la esposa como
amante.
El Ángel conforta á Christo de parte del Eterno Padre,
T
U soberano Padre, Hijo soberano y eterno, que man-
dó que en el Tabór te oyesen , te ha oído ; y tanto como
en aquel monte se agradó de tí transfigurado con gloria,
tanto, desfigurado con la agonía, se agrada en este. Ha he*
cho tu oración este Huerto teatro de tus mayores proezas.
Háte visto luchar con el amor , cuya fuerza , siendo Dios
todopodesoso , dio contigo en tierra. Y si pudo tanto el
que tenias al hombre que pecó, ¿quál será la valentía del
que tienes á tu Madre, en quien nunca cupo pecado? Es-
ta es la pasión de tu alma. Por eso precede á la de tu
cuerpo. Aquí con la terneza de Hijo te padeces á tí mismo,
que eres infinito , con las congojas de tu meditación ena-
mo-
2 6 O
morada, que hace sumamente con el contraste decoroso,
meritoria la obediencia. Si te cuesta tanto Adán , por
quien te hiciste hombre j tu Madre , en quien fuiste he-
cho hombre , debió de costarte todas estas ¿ansias. Quan-
do de cara te arrojaste en el suelo , todas las Jerarquías
desearon texerte de sí mismas alfombra con las alas. Tu
omnipotente Padre nos decía : Quando en el principio
del mundo dixe , veis que Adán es hecho como uno de
nosotros, misteriosamente en aquella ironía prometí , que
uno de nosotros sería hecho como Adán. Eche' el primer
hombre del Paraíso, y puse de posta á su puerta, porque
no entrase en e'i , un Serafín con espada fulminante. Esta
cortará de manera en mi Hijo , que satisfecha con las he-
ridas suyas mi justicia , quedará la puerta libre á los que
se armaren con ellas. Verá Noe'que las reliquias del mun-
do que e'l rescató en el arca , quando por las culpas uni-
versales lloró tanto el Cielo , que sus lagrimas en diluvio
inundaron le tierra. Mi Hijo con el mundo antecedente,
el que siguió , el que es , y será , las salVa , soberano
Piloto de vida , en un madero de muerte. Por eso á su
humanidad tengo prevenido asiento á mi diestra , y ios
tronos de las Magestades del mundo por escabe'i de sus
pies. Que eso serán sus Apóstoles , que peregrinando lie-,
varán su nombre á todos los confines de la tierra. Coa
rehusar beber el cáliz por la carne que recibió de su Ala-
dre , y con beberie por ministerio de Redentor , cumple
como Dios y hombre con la obligación de Hijo mío y suyo.
Aflígele en la grandeza de Dios , en la correspondencia
de amante, ver que el cuerpo, de que le vistió su Madre,
se le ha de volver tan maltratado , que toda la sangre de
sus venas, siendo esmalte , ha de hacer oficio de mancha,
no solo sin lustre , sino por muchas partes lastimosamen-
te roto. Y esto sabiendo que en la propia virtud ha de re-
sucitar al tercero dia , resplandecientes en herbores de
pro
2tfl
oro los golpes y señales, y enjoyado con sus propias lla-
gas y heridas. Al amor breves tardanzas le congojan. Mas
fineza es volvérsele á vestir la alma de mi Hijo en el se-
pulcro , yerto y desfigurado, y con tantas roturas abier-
to, que lo fue ponérsele filmante , como salió cortado de
las telas de aquellas purísimas entrañas. Si en la cruz se
Conociere el desaliño de las, manos que se le desnudan : en
la resurrección se conocerá la Magestad del que vuelve á
vestírsele. Primero entrará el Ladrón en el Paraíso, y con
él-, que su Madre. Dicha es de Dimas , y prerrogativa
suya. Aún á sacar á los Profetas y Patriarcas no ha de
baxar al Infierno la Madre de Dios, que para que los
fuese á sacar, le baxó del cielo á sí. Primero entrará con
los Padres en la gloria de los cielos , que su Madre el
día de su Asumpcion los pise. Esto es prevenir Corte que
la reciba como á Reyna, y que los que la son deudores
como á medianera , que dio en la sangre el precio de su
rescate , le prevengan familia , y le muestren cortejo. Yo i
la aguardare como á Hija , el Espíritu Santo como á Es-
posa , mi Hijo como á Madre , vosotros milicia espiritual
de mi trono, como á Reyna. Decencia es de la Magestad
aguardar en las entradas de sus reynos , que se junte el
acompañamiento debido para recibirla.Esta es providencia
reverente , no dilación regateada. Ó quánto me agrado
en la tristeza de mi Hijo , pues me obedece , tanto en lo
que teme la muerte, como me obedecerá en el morir. Mas
se padece á sí mismo en esta agonía, que padecerá en po-
der de las iras de ios Judíos. Su mayor tormento es , que
ha de ser tormento de su Madre. Y esta es ia mayor glo-
ria que su Madre le debe. Pues quando las manos mas
viles, y los hombres mas sacrilegos le martirizarán, e'l,
Hijo mió y Dios hombre , martirizará á su Madre. ¿Que
blasón puede igualarse á las ventajas del artífice de la pa-
sión de su Madre., á los que lo serán. de la suya? Prestará
, tom. VL Ll su
252
su cuerpo tres días al sepulcro , de cuyo claustro saldrá
sin abrirle , corno salió del sagrario de su vientre. Por-
que hasta en esto su amor se saboreará, repitiendo el mi-
lagro de su nacimiento. Y pues por ella abrevió el plazo
de las hebdómadas para encarnar : por ella abreviará ei
de estar en el sepulcro, descabalando horas de los tres días.
Padezca mi Hijo en su Madre. Sea cruz de su Madre mi
Hijo. Ella le llamó á este huerto cantándole amores quan-
do dixo : Venlat d'detíus meus in hortum suum , & comedat
fruHum pomorum suorum. Palabras á que el respondió lla-
mándola al mismo huerto con decir : Vsni in hortum meum
sóror mea, sponsa.Miscui mir'rbam meam mm ar omatibus. do-
me di favum me íim cum melle meo. Bibi vinum meum cum lac-
te meo. Desde entonces la llamó al mismo huerto , á que
le habia llamado: apercibiéndola que ya había cogido la
mirra, que hablan de mezclarle con el vino: que habla co-
mido en la cena para despedirse , su panal con su miel , y-
bebido su vino con su leche j eso fue el vino vuelto en la
sangre que ásus pechos mamó. Reciprocamente se llama-
ron , concordes están. Entrambos cálices tocan á su Ma-
dre. Al uno dio con su leche en el vino transubstanciado
en sángrela bebida, al otro da su hijo que le beba.
¿ Quien sino mi Hijo y su Madre pudieran llorar los
cantares , y cantar los lloros? En el se vea el lilio entre
espinas. En ella se oyga la voz de la tórtola. Esto dice tu
Padre omnipotente. Y pues lo sabes , nó te lo refiero por
noticia , por consuelo te lo repito. Enviame en nombre de
todas las gerarquías , para que pues todos los Espíritus
que al Serafín communero se llegaron , por no adorar el
misterio de tu encarnación , fueron precipitados del res-
plandor al humo de noche eterna : los que permanecimos,
por haber reverenciado tu humanidad, gocemos de la
gloria en agonía triunfante. Sea tu tristeza como rescate
de los hombres , premio de los Angeles. Ese sudor , Se-
, ñor,
2^3
ñor, que desciende por tu cuerpo al suelo en lluvia pia-
dosa , no ya le exprimen las ansias , no ya le impelen
congojas. Terneza enamorada transminan por tu frente
tus venas. Para que se vea es fuerte Ja dilección, tanto co-
mo la muerte lo es. El amor en sí derrama sangre sin lan-
za , ni clavos. Lo que después la muerte hará á fuerza de
golpes y de heridas. No lo han de hacer todo los verdu-
gos. Empiezelo el amor-, y ellos lo acaben. Hoy que ha
sido tu sangre bebida , sea sudor. Beba en él ia tierra el
remedio de la comida , que la enfermó. Esta noche que
te guisaste manjar , y al pan le hiciste cuerpo tuyo, per-
mitiendo que de el permaneciesen los accidentes, (porque
quedase algo del que te dá vida ) suda tu rostro sangre,
para que el hombre, que por castigo en Adán, hasta aho-
ra comia el pan en el sudor de su rostro, por remedio le
coma en el del tuyo. Cogiera de la tierra en que cae, ese
rocío purpureo para llevarle al cielo. Mas como es pre-r
cío del hombre , podrá pedírsele por hurto á mi venera-
ción. Y pues ha de restituirle la resurrección á tu cuer-
po , en el subirá al Impireo. tan glorioso , que de paso
ennoblecerá las luces del Sol t llevando gloria á la
gloria.
Lis VEN-
2 ¿4
VENGANZA
DE LA LENGUA ESPAÑOLA,
CONTRA EL AUTOR DEL CUENTO DE CUENTOS,
POR
DO IV JUAN ALONSO LAURELES,
Caballero de Habito, y Peón de Costumbres, Arago-
nés liso , y Castellano rebuelto, á
T
emerario acometimiento promete el argumento de la
obra $ pues querer guerrear sobre, qüestion de palabras
con el autor del cuento de cuentos , es despertar contra
mí mas enemigos, que ranas en Egipto , que á la de-
fensa salgan atronando orejas, y lastimando juicios.. Por-
gue como e$te autor es sin causa celebrado por Momo1 dé
este siglo 5 sacrificio creerá haber hecho ai Dios Apolo , el
que saliere á defender sus yerros.
Mas yo que no me espanto de dobles ojos, ni de pies
pirriquios , oso emprender no guerra , sí disputa carita-
tiva con el , porque me duele su tentada flaqueza, desa-
tentada lengua , y papeles hechos á tiento de pintor,
que todo es caña vacía , inútil y engañoso arrimo : lasti-
ma tengo de verle toda la vida andar de pie quebrado,
y que con la experiencia ya mediana no mude pelo, y
no mejore de ojos , para que dexando su condición bur-
lona , nos diga algo con veras razonado, y no hablado
solamente para provocar á risa al vulgo indocto e' in-
dócil , que como le oye ensartar sinrazones con donayre,
•~ ''\~7 r. "- í rie-
i6%
riese de lo que el quiere que se ria , debiendo reírse de
quien así lo dixo.
Que mala estrella fue la que influyó el humor tan
mordicante en su decir , si le parió canícula , ó si las ca-
brillas siete retozaron sobre e'l ai punto infausto de su
natividad , imprimiendo este impulso juguetón con que
brinca , retoza y se menea , burlándose del mundo hasta
dar con su pluma en el infierno, sin temor de sacarla
chamuscada por atrevida en tratar tan de burlas cosas,
que son temidas tan de veras , no advirtiendo que hizo
un infierno de burlas , y dio ocasión á que las haga
el infiel , si llegare á leer su infernal libro. Y aunque
me pueda responder con el título que son sueños, mas
no satisfacerme , que aún para soñado es mucho soñar,
tantas burlas en el infierno, y esos sueños son de aque-
llos, que se deben castigar con pesaren la vigilia, y
con vergüenza de haber soñado tan mal.
Créame amigo, que le amo mucho por unidad de
regla, no se desvele para soñar tan mal , y pésele de la
que así ha soñado. Pero ya que dio en soñar , ¿por que
no proseguía entreteniendo el mundo , y no meterse en
cuentos , que en esto le cogerán por arte (como la sabe
poca) , y en aquello se podia salir , con que así lo ha so-
ñado como dice?
No ha dado (caballero carísimo) en este cuento bue-
na cuenta de sí, mire y lea. El habla, pues, que llaman
mos castellana , y romance , no tiene por dueños á todas
las naciones, ni á ninguna fuera de la Española , y sino
diga si el Árabe , el Griego , ó Romano sabe hablar
nuestro idioma, ó si el suyo es diferente del nuestro,
porque como la diferencia sea respediva , tan diferente
lenguage es el Griego del nuestro , como el nuestro del
Griego. Ni el haber quedado algunos vocablos natura-
lizados de otras naciones , hace nuestra habla comun¿
por-
7.6)6
porque esos no se pronuncian con el acento estraño , ni
con la terminación peregrina , sino con la Española que'
los hace propios. ¿Pero que' lenguage ó idioma vulgar me
dará , que no tenga parentesco y comunicación con otros
muchos ? Señálelo á la margen , si lo sabe , que yo res-
pondere con diligencia para instruir con claridad su
ánimo.
Sin razón injuria al autor del tesoro de la lengua Espa-
ñola , porque ni le sobra papel, ni le falta razón , la que
puede haber en imposición ó institución de voces, que es la
corriente frasi, el uso entre los doctos, el origen y propie-
dad que tiene. ¿Que' mas desea para la castidad y pureza*
de un vocablo? ¿Que haya sido inventor instituyente su la-
bio casto, y su boca siempre pura? ¡Ay pobre caballero y
en qué ha dado! Quando los insignes latinos dudan de la
elegancia de algún te'rmino, ¿no lo averiguan con bus-
carle en los primeros maestros de la eioqüencia latina , y
si en ellos se halla, se da por bueno sin mayor examen ?
¿ Pues que' pretende con decir que no sabemos hablar , sí
hablamos como nuestros maestros han hablado 'i ¿ Sabe,
que me parece de esta su tentación ? Que después de ha-
ber dicho mal de todas las cosas , dice mal de & lengua
con que las dixo. Penitencia milagrosa, aunque infructuo-
sa por falta de su intención , pues no maldice su lengua
porque maldixo , sino por decir mal de ella.Y así la que
pudiera ser pena , es culpa nueva en que ha caído. Dios
le levante, señor de Juan Abad, y no vuelva á caer, qué
temo esotro pie.
Advertir solecismos castellanos es curioso reparo,
pero no justo en el alma , porque no es solecismo, sino
hermosa figura del Íenguage. No debe ignorar aquella
figura latina de que usó aquel gran latino , quando dixo;
ut placerent populo quas fecissent fábulas > pues debiendo de-
¿itf abul<e r ad virtiendo en el sonido grato que no lo fuera
_ tan-
2 6 7
tanto después deí quas , con figurativo estilo , sin hacer
solecismo , hablo muy elegante. Pues asimismo , aunque
él es articulo masculino , puede y debe juntarse con los
nombres femeninos que comienzan por A , como el
alma , el alva , el harpa , el agua , porque si pusiéramos
con estos nombres el artículo femenino , que es la ; fuera
dura la pronunciación por el encuentro de las dos voca-
les , y así para suavizar el lenguage , se usa de esa figura
que es preciosa , y como tai estimada de todos los escri-
tores castellanos. Dexemos los prosistas ordinarios, no sa-
quemos á plaza los poetas, que según le veo determina-
do á este buen caballero , hará burla de todos ellos jun-
tos : propongamos solo dos personas tan graves, que no sé
les atreva. •
El Maestro Fray Luis de León , que fue el primer
autor (come el mismo lo afirma en su lib. 3.de los nombres
de Christo, hojas 174.) clLie abrió camino para escribir en
nuestra vulgar lengua cosas altas y graves , con gravedad
y alteza , número y proporción : el alma dice en el se-
gundo libro hojas 141 , y en otras muchas lo repite. El
Muestro Juan Márquez , padre de la e!.oqüencia castella-
na en su Gobernador Christiano , donde tienen tanto peso
las sentencias como las palabras, hojas 15. escribe el alma
muchas veces, y el harpa 27.
Bien considerable es la corrección de los adverbios
castellanos , porque se terminan con la dicción mente:
¿ no dixe yo que este caballero habiendo dicho mal de
todo el mundo, se enoja consigo mismo? Léase así en su
política ( librito de veras , pero pocas 3 que en este autor
son mayores sus sueños que sus vigilias , y muchas mas
sus burlas que sus veras), y de en borrar esos adverbios,
que dexará su libro iluminado. En la tercera hoja dice
ásperamente, imperiosamente , últimamente : en la 49. dere-
tbamente ; en la 51. particularmente , personalmente : en
Ja
258
la £4. elegantisimamente , consecutivamente : en la 6p. /¿j-»
cihmnte : en ia 70. miserablemente. Y cierto que miserable-
mente condenó estos adverbios , que los usan los mejo-
res maestros de la eioqüencia Española , y hasta hoy no
se saben otros : mejor le fuera notar lo que escribe en su
política á 37 hojas , hablando de lo que dixo Herodes á
ia mozuela bayiadora. Dice el Rey á la mozuela, todo te
lo daré i ¿ eso es pulla amigo , ó es lenguage de Rey ? Pe-
ro ya que los adverbios hasta hoy conocidos le descon-
tentan, porque tienen mente t compónganos los suyos, que
curioso los espero , pues habiendo de ser todos sin mente%
vendrán á ser adverbios mentecatos.
Bien dicho está , mire lo que le digo, por óigame^
que mirar no supone por sola acción de ios ojos , sino poc
la atención del alma , necesaria en toda acción vital de
los sentidos. Decir una cosa de pe apa, es declarársela de-
letreándola , y desmenuzándole la dificultad. Dar una sed
de agua, se ha de. entender como quando decimos á ua
hombre que habla mucho, deslenguado, por privación
desmerecida. Baylar el agua delante , no es tan fuera de
proposito, que no le tenga en el gozo que causa verla
saltar en su fuente natural ó artificial, al deseo del sedien-
to enfermo, ó al abochornado caminante. Para encarecer
la verdad , mejor está dicho , aunque no quiera , yo se lo
dixe dos por tres , que dos por dos : dos por dos no es
decir nada j pues no declara cosa , y dos por tres signifi-
ca, que con ia facilidad que se cuentan dos números in-
mediatos quales son esos , le dio á entender su verdad.
Si se acordara nuestro autor de las caregorías del Filóso-
fo, no le pareciera mal decir , que vino en un santiamén,
si fue buena diligencia , porque aunque los santiamenes
no tienen paso , ni grande ni chico , como bien se burla
aun sin para que'; tienen su duración que llaman mom-
ias, en la prolacion de aquellas silabas en que se consume
? tiem-
i6g
tiempo, aunque breve, y por serlo está bien ponderado
el diligente caminar del otro: diciendo que lo hizo en un
santiamén, zs lo mismo que en ei tiempo que friera menes-
ter para decirlo.
Aquello de escoger á moco de candil , aunque no es
muy limpio para llevarle mucho por la boca , tiene su
propiedad, porque no es decir, que el moco de candil
tenga juicio para escoger , que el pensar eso fue mocoso
pensamiento , y aniñado de un hombre ya de tan gentil
bigote : dase á entender , pues , que con estudio y des-
velo se escogió , como suele decir un latino proverbio de
una elección bien hecha: Morsas sapit ungues , hizose con
consideración. Enfádeme quando leí en este cuento á su
autor censurar al enfado i porque dice que trae al otro so-
bre ojo, Parece'ie que con perdón es llamarle nalgas , no
le perdono tan sucio parecer como el vocablo : no vale
la razón con que se ayuda diciendo , que lo propio era
decir que trae los ojos sobre el j porque esto solamente
dice , curioso cuidado de sus acciones , que puede ser sin,
pena , y el primero dicho manifiesta , que le da grande
pena en quanto hace , como si le llevara atravesado en
un ojo , que es valiente hipe'rbole. ¿ Quántos se habrán
reído de leer como murmura del blasón de tener sangre
en el ojo , diciendo que denota almorranas ? ¡ Mas qué
honra? ¡O impúdico autor! ¡ó escribiente cular! Dídome
há enojo , y no sin sangre de enojo, que ei enojo hace
saltar la sangre del corazón , donde el fervor comienza
hasta la cara, y en los ojos se presenta mejor que en
otra parte : así se definió materialmente la ira , fervor
s anguín! s circa cor : que debiera considerar nuestro maldi-
ciente de á caballo , para que no cayera de su asno con
vergüenza. Que material y terminista tiene la inteligen-
cia , quando afirma que poner pies en pared , soio sirve de
trepar y dar de cogote: esa si que fue calabazada > pues
Tom, VU Mm no
v2 7°
no entendiendo el alma de ese dicho, solo le supo ásít
por la materia y cuerpo : grave yerro, que con él hará
burla mañana de todas las metáforas , sin mirar que de
estas y otras semejantes usan , no solo las humanas , pero
aún las divinas letras (como lo probare' si no se enmienda
con esta corrección): poner pies enpared^ pues, solo denota
firmeza y tenacidad en la resolución. Mas no puedo es-
cusar el señalar como este tempestuoso juicio , y borras-
cosa lengua, sin saber lo que hace en este cuento , hace
burla y llama asco al modo de hablar metafórico de la
escritura sagrada , pues entre los desatinos que él dice
que lo son , entra el dicho común del que empieza á eno-
jarse , que se le va subiendo el humo á las narices. Pues
para que otra vez hable con mas aviso, lea á Isaías en el
cap. 20. ult. vers. 22. Quiescite ergo ab homine cujus spiri*
tus in naribus est. Que es decir , guardaos de un hombre
-á quien se le ha subido el humo á las narices , y mas,
claro en propios términos, en el segundo de los Reyes,
cap. 2. vers. 2. Ascendit fumus de naribus ejus. Bien está„
<jue es discreto , y esto bastará.
¿ Que malo le parece el ahora bien para despedirse? Sí
'es por ser continuo y siempre repetido , mas lo es de Ci-
cerón aquel su vale , con que concluye todas sus epís-;
tolas. ;
Menos mal es andar hecho corderito de Agnus Deí,
$on la barba sobre el hombro , que con ella caída sobre el pe«j
cho , buey puesto en la coyunda, y uncido al arado : y
mucho me maravillo , no le parezca así el consejo bue-
no como el dicho 3 pues andar la barba sobre el hombro,
no es otra cosa que mirar acia atrás y todos lados , que
Tiviendo tan llenos de enemigos , no le tengo por malo,
si ya no es que fie tan poco del gobierno de sus pies,
que no pueda apartar de ellos sus ojos. Aquello de no me
lo harán creer quantos aran ni caban ¿ secundó en la sim-
2yi
pí£cída3 3e semejante gente , donde anda mas desnuda la
verdad , que la malicia suele hacer mas sospechosa entre
los mas letrados.
¿Que general solemnidad se habrá hecho á aqueila
su pregunta , si se ha visto algún bazo cagado ? Yo diria
que sin haberlo visto, lo está el suyo todo entero : por-
que este estilo de hablar tan cagativo , no puede ser
efe&o de otra cosa en su persona , sino de opilación de
su cagado bazo , que despide humores tan biliosos y
fétidos por su boca , que el parece que caga , y ella culo.
¿Que no ha de ser limpio en sus días, señor de Juan
Abad? Que mal parece en un tal cortesano , si acaso le
parieron en la calle alguna noche , y por su mala
dicha le dieron por mantillas algún volador sombrero
que le envolvió , y dexó cagado para mientras viva>
mas ya me hace asco este vocablo , y así digo , que á ser
e'l menos sucio, el proverbio es aproposito para declarar
un grande enfado , porque como señala el filósofo , en-
seña el medico , y da á ver el anatómico , en la tercera
decocción que se hace del sustento , se le pegan al bazo
unos excrementos , que si no lo cagan , lo ensucian , lo
agravan, y si son con exceso, lo opilan y endurecen grave-
mente. ¿No advierte ahora como el proverbio si fuera me-
nos sucio, no era malo? No puedo disimular en este paso,
aquel inmundo discurso (que todo parecía cámara) de las
excelencias y desgracias del culo , que comunicó en papeles
á los del mundo , sin temor de ser condenado como me-
recía á llevar el culo á ojo, por digna retribución de su
trabajo. Aunque no puedo dexar de estimar el recato con
que le ha detenido entre borrones, sin darlo á la impresión}
que no le tuvo quando imprimió aquel simple gaticidio,
discurso femenil y pueril asunto , que anda de gatos mis-i
mos , aún después de muertos, impelidos de alguna ma-
no sabia. ¿Fue esa obra hecha en vigilia , ó sueño , ó va-
Mm 2, rie«!
272
riedad de gusto, que cansado de rozar naturalmente su
pluma , quiso,.picar con ella á la gatesca ? Y por no ser
prolijo, dexo otros proverbios que pudieran escusar mas
fácilmente.
No quiero calificar otros vocablos que trae en este
cuento, como son zurrí hurrl y trique traque , con los de-
más de este color, porque no son voces de que use escri-
tor grave alguno , ni predicador advertido ; son voca-
blos bodegoniles los mas de ellos, otros corrientes solo en
arrabales , otros escarramanes , otros viciosos ; y al fin
todos tales , que ninguna pluma honesta y discreta hi-
zo borrón con ellos. Ni debiera ser la de este buen señor
tan licenciosa, que generalmente afrente todo ingenio , y
despunte toda pluma : mire mas por la suya , que se le
roza , y hace todos borrones sin acertar rasgo derecho»
No se intitule cruel consigo mismo, menos do&o que des-
vergonzado, para la obra mas de veras que previene; por-
que con ese título anticipado ha puesto en armas mucha
gente docta , que á poca costa le pondrán en retiro tanto
orgullo , la pluma en cárcel , y la persona en cuerda , y
si los mas vecinos no se atreven porque le temen, yo por-
que le amo no le temo , y aunque distante y lejos , me
compadezco del absurdo en que ha dado en este cuento,
de componerle de personas tales , que no debiera sacar
á plaza, quando saca el asco , según dice, de nuestra con-
versación á la vergüenza: téngala, grande amigo, de ha-
ber hecho interlocutores de estos desatinos , á una Aba-
desa , á un Vicario, y á un Guardian. ¿Parecele que son
estados estos para con ellos entretener al vulgo malicioso?
No tiene la culpa toda el pobre caballero , mayor sí,
quien le dio licencia para imprimir en aquel otro libro
buscón de boberias , la devoción de la monja, con tanta
libertad representada , que ofende gravemente el estado
religioso, y la santa honestidad que profesan las religiosas.
Y
* . 1 , 273
Y da motivo al precipítaao pueblo seglar, á que imagi-
ne que aquellos devaneos , libertades y vanidades que
pinta, son comunes, y que con aprobación se hacen, pues
con licencia se imprimen. Grave es el daño que hace con
perder el respeto xn sus escritos al estado eclesiástico y
religioso , pues haciendo donayre , viene á quedar en
la común estimación del mundo el clérigo y el frayle , y
aún la monja , que es mas de lastimar porque es muger,
tenidos en poco , respetados, en menos , hechos burla
común, risa ordinaria , jocoso rato , y entremés cotidia-
no de los seglares , que estudiando arte para ser agudos,
la aprenden de su lengua , recitando sus dichos y donay-
,res. Y no es de tan poca consideración este, punto , que
no pida reparo si se repara en el , pues la experiencia
misma desengaña.
Doy este aviso, porque no querría , ni Dios per-
mita tai , que estos principios sirviesen en España,
para los fines lastimosos que sirvieron en Francia , que
se precipitó de paso en paso en una estrema miseria
de heregía , de un principio casi ridiculo ( porque reir-
se del estado eclesiástico, amargo lianto promete). Rey
era Francisco I.°, quando un hombre de baxo quilate,
de menguada suerte , así en los bienes de la naturaleza
como de la fortuna, llamado Francisco Rabeles , amane-
ció para hacer noche del todo la poca luz de la fe. Era
e'ste de ingenio picante , pronto , despeñado , inclinado
á mal , y de lengua maldiciente , licenciosa y donayro-
sa , que así se llama ahora la mala lengua : había parado
los primeros tercios de su vida por bodegones y casas
de vicio , entre charlatanes y chocarreros , gente de mu-
cha alma, y poca conciencia , pues viven como si no tu-
vieran á ésta que los reprehenda, y corro si tuvieran
de aquella para guardar y perder. Recogió menos curio-
so que libre , con deseo de hacer famoso su nom-
bre,
274
bre , y celebre su Ingenio, ufi montón de cuentos, nove-
las y donayres , y ordenándolos á su modo , imprimió
un libro concertado de desconciertos , en que fisga , yj
hace baldón y burla de los clérigos y religiosos , y de
la honestidad de las monjas s á la traza que entre los Itá-,
líanos ei Bocacio , aunque mas humilde de estilo , mas
altivo y atrevido. Los libros de este Rabeie's , con otros
de Juan Maroto ,. que compuso en verso pastoril , ayu-
daron al desprecio y desestima de la religión católi-
ca , fundada en ei estado eclesiástico , y dispusieron los
ánimos , para que á pocos lances y á poco tiempo se in-
troduxera la común heregía , originada de este principio
al parecer liviano , que no lo es , porque de las personas
eclesiásticas , y mas religiosas , no se ha de hablar en pú-
blico , sino con gran reverencia ; y si argüir sus flaque-
zas algunas veces es lícito al Prelado , ó Predicador en
público , nunca lo es ai seglar reirías , hacer burla y me-
nosprecio del estado en común , porque poco estima su
fe , quien así estima su Iglesia compuesta , como de pri-
meras piedras vivas, de su clero y religiones.
No pudiera quietarme del escrúpulo , si con mi lene
espíritu y amoroso , no le advirtiera de esta ignorancia,
que no creo haya podido ser en malicia. No se me eno-*
je , ni se me irrite para sacar respuesta criminosa contra
esta caridad que yo le hago , que no me debe poco si lo
mira , y lo verá quando ya este sin ojos : advierta
que soy mejor para amigo , que todo el mundo j pues
quando todo el le lisoneja y desvanece , yo le prevengo
de que así le engaña. Pero si curialmente pretendiere sa-
lir á su defensa , que seria mejor si fuese escusa, podrá
sin mi disgusto , que no pretendo obscurecer su nombre,
ni afrentarle , sino que quede honrado y enmendado , y
no me toque los estados santos , quando compone de
chacota y burla , que no le faltan á la Corte picaros , ni
al mundo secular dos mil bellacos : dexe estar á la monja
en su clausura , fque no hace poco de vivir en ella , al
frayle en su celda, y al clérigo en su coro: imite al cisne
Lope , que en sus versos jamas ofende semejante. estado,
humanamente trata de lo humano , y divinamente de lo
divino : no se haga singular , mire que es religioso , y de-
be ser sacro lego; pero no sacrilego. Perdone, le ruego, la
tardanza, del aviso, que tanto he tardado en ver su cuen-v
to , como dé dar en la cuenta de que debiá avisarle: no.
desee curioso saber, quien soy , que no se' si me hallará,
encomiéndeme á Dios que me le guarde , señor de Juan
Abad ; seamos amigos , y sino mano á la pluma , que sin
dorar palabras, Dios me dará razones de defensa j si ofen-
der me quisiere , no lo haga , así el señor lo libre del pie
de la soberbia , porque no ie trabuque vanamente.
m
27A
ÍNDICE
DE LOS PAPELES
QUE CONTIENEN
LOS TOMOS QUAKTO , QUINTO Y SEXTO
DE ESTA ORRA.
TOMO IV*
randes ruidosas controversias acaecidas en la menor;
edad del señor Don Carlos II.° , entre la Reyna madre
Doña María Ana Teresa de Austria , el serenísimo señor
Don Juan de Austria , y el Padre Juan Everardo de la
Compañía de Jesús f &c. con la nota que mandó poner al
principio de esta obra el supremo Consejo de Castilla , ^
ptra del Editor; pag. 3.
tomo r/
V isita de la Esperanza y el Tiempo. Diálogo en obse-í
quio de la verdad , y convencimiento de las calumnias,
que fomenta la malicia á las justas operaciones del señor
Don Juan de Austria , desde su ingreso al gobierno de cs^
ta Monarquía : pag. 3.
Conferencia verdadera en la venta de Viveros , ett
tque se examina el papel antecedente: pag. 54.,
Paz
- ... 27t
Paz de Castilla y Portugal, establecida el día 3 de,
febrero de 1 66% ; pag. 86.
Respuesta que dio cierto Ministro al Rey Felipe IV.0
sobre las cosas de Portugal: pag. po.
Catalogo de algunos libros curiosos y selectos , para
la librería de algún particular, que desee comprar de tres
á quatro mil tomos \ por el R. J?. Fr. Martin. Sarmien-
to : pag. 9 7.
Discurso crítico, sobre el origen de los Maragatosj
por el mismo autor ; pag, 17J.
Auxilios para bien gobernar una Monarquía Cató-
lica , ó documentos que di&a la experiencia , y aprueba*'
la razón , para que el Monarca merezca justamente el
nombre de Grande, Obra que escribió y remitió desde
París al Rey nuestro señor Don Felipe y* £>oq Melchoij
jfie. Macanaz : gag. 2 1 j,.
TOMO VL*
JLá ocuras de Europa. Dialogo entre Mercurio y Lucía-í
no 5 por Don Diego de Saavedra , del Consejo de S. M,:
,en el de Indias: pag. 3.
Nota del Editor : pag. 41,
Juicio interior y secreto de ía Monarquía , pan
¡mí solo , por el Ilustrísiipo señor Don Juan de Pala-?
£>x;.pag.4í:
Nota crítica del Editor i pag, £3.
¿Ex traóto de algunas de las proposiciones, que con
sumo deshonor de los Jesuítas corren en algunas de'
las obras del Ilustrísimo señor Don Juan de Pajafox;
jpag. 66.
Nata del Editor : pag. 7 iV
Tom. VL Niri Ói-j
20 1
Orden de S. M. aprobando la conduda del Ilustrísí-
mo señor Donjuán dePalafox,, durante suVirreynato dé.
nueva España , en que manda se le abonen 2% ducados
de renta, en atención á los empeños que habia con-
traído : pag. 72.
Nota del Edidor: pag. 78.
Carta del Rey nuestro señor Don Carlos III.0 (que
Dios guarde } escrita á S. Sd, interesándose en la Bea-
tificación del Ilustrísimo señor Don Juan de Palafox:
pag. 79*
Representación sobre el Patronato real , que dio mo-
tivo á las novedades del año de 1735 , dado al Rey
nuestro señor Don Felipe V.°> por Don Santiago Agus~.
tinRiol : pag. 82.
Disertación critito-historica r sobre la causa de la
alevosa muerte del joven Garcia Sánchez 7 último Conde
de Castilla, Por Lorenzo Maria de Villaroel Ruiz de
Alarcon, Marques de Palacios , Vizconde de la Frontera
y Santaren , de la real Academia Histori-Geografica de.
te ciudad de Valladoiid : pag. 9$.
El poique sí y porque nó del R. P, Fr. Martin Sai-
miento. Satisfacción critko-apologetica de su conduda;
pag. ni»
Origen de los Villanos del mismo autor : pag. 1 89.
Cartas del mismo autor , al Excelentísimo señor Du-
que de Medina Sicjonia: i.a sobre la ley Sálica: pag. 201.
2.* Sobre ia eledricidad: pag. 204, c
3.a Sobre la etimología del nombre Aranjuez^ el árbol
Gerion, y la Cerrería : pag* 208.
Papel que Don Sancho Busto de Villegas , Goberna-
dor deí Arzobispado de Toledo , en ausencia de Fr. Don
Bartolomé Carranza , escribió ai Rey. Felipe II.0 á 15 de
Agosto de 1 5 74 , sobre la venta de los vasallos , y las
Iglesias y otras cosas > cuyo intento no tuvo por las ur-
$én-
*79
gencias de la Monarquía , otro efecto que el de nombrar
S. M. al autor por Obispo de Avila : pag. 2 16,
Obras de Don Francisco de Quevedo y Villegas , Caballero del
Habito de Santiago , señor de la Torre de Juan Abad.
Carta que escribió á Don Antonio de Mendoza , Ca-
ballero del Habito de Calatraba , y ayuda de Cámara
del Rey Don Felipe IV.°, en que prueba que el hombre,
sabio no debe temer la necesidad del morir : pag. 237.
Declamación de Jesu-Christo hijo de Dios á su eter-^
110 Padre en el huerto , á quien consuela enviado por ei
eterno Padre un Ángel : pag. 245.
Venganza de la lengua Española, contra el cuento de
cuentos (de Don Francisco de Quevedo y Villegas). Por
Don Juan Alonso Laureles, Caballero de Habito, y peón
de costumbres , Aragonés Uso , y Castellano rebuelto:
pag. 254.
TIN DEL SEXTO TOMO.
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... , 341 l!
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