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■
VIDA Y OBRAS
Di
D. (OSÉ M.A BLANCO V CRESPO
(BLANCO-WHITEj
POR
D. MARIO MÉNDEZ BEJARANO
Irática por oposición en el tiutítuto de Granada; sett tico de Lengua
ellana y Literatura en el Instituto del Cardenal Cisncros de esta Corte; Doctor
en Filosofía y Letras; Licenciado en Derecho Civil y Canónico; Consij«ro Real de
[Detracción pública; ex Diputado a Cortes; ex Delegado Regio de Primera Enseñanza
de Madrid; Individuo di la Junta Directiva de la Real Sociedad Geográfica :' Medalla
de oro de la Real Academia Española y del Instituto Nacional de Previsión; Aca-
démico Honorario de la Real de Jurisprudencia y Legislación : Académico Preemi-
nente de la Real Sevillana de Buenas letras; Correspondiente de las Reales de Bue-
nas letras de Barcelona e Hispano. Americana de Cádiz, de la Romana "L'niver-
salium Quiritutn Coctus" : de la Société de Linguisti<|ue de París, de l'Alliance
ase, etc.. etc.
OBRA PREMIADA POR LA REAL ACADEMIA ESPAÑOLA
EN EL CERTAMEN ABIERTO EL 22 OE WiRIL DE 1904
LEi! A
'LEUCADIO DOBLADO
MADRID
Tir. HE I A "VVISTA DE ARCHIVOS, hihliotecas V •
Olócai/j, 1. Teláf. 3.185
19.20
-11
«Kn las obras que la Academia adopte y publique,
autor será responsable de sus asertos y opiniones;
<-l Cuerpo 1" será únicamente <!'■ que las ulnas merecen
ver la pública luz.»
(Artículo XXXII de los Estatutos de la Real Acade-
mia Española.
INTRODUCCIÓN
Extraña personalidad, y por mil conceptos interesante
figura la de don José María Blanco y Crespo.
"No era ciertamente un hombre vulgar. Su alma im-
petuosa era de aquellas en que andan en discorde con-
junto brillantes prendas y trascendentales defectos. Hijo
y juguete de uno de esos terribles períodos históricos en
que se estremecen y quebrantan las bases del mundo mo-
ral, fué víctima de las pasiones públicas de su tiempo,
al par que de las suyas propias. No es, por tanto, es-
casa significación en la historia literaria de España. Te-
nía fuerzas intelectuales para haber sido un escritor de
más elevado linaje, y aunque las malgastó en gran par-
te, a causa de la pasión, la inquietud y la desgracia, han
dado sobrados frutos para que pueda negársele un pues-
ta encumbrad" en las letras de su época." (Marqués de
Yalmar.)
; Lástima que el reflejo fie sus luchas internas haya
influido en los juicios de la critica y. por lo que respecta
a España, en la popularidad de su nombre! No hay mu-
¿hi is escritures que i >fl e/can al análisis psíquico materia mas
rica de estudio, ni esculpan, con tan vigoroso relieve en
sus obras el busto de su personalidad.
Hasta las circunstancias externas lo sellan con carac-
teres singulares. -su sangre curre mezclada de británica y
española; su apellido, por impí izares, llegó a él
repetido en español y en inglés; pasó media vida • i
ña y la otra mitad en Inglaterra; - derechos de
lúbdito español y de ciudadano inglés; ejerció el sacer-
docio nacional en España y el ministerio sagrado de la na-
ción inglesa; abandonó, por disentimientos religiosos, su po-
n en la Península, y por divergencias religiosas re-
nunció otra posición en las islas británicas; fué en Es
i brillante orador, original prosista y elegante poeta
y aún más valioso poeta y prosista en Inglaterra; entre
»tros se meció su cuna, en suelo inglés dejó sus cenizas;
y >u ideal político fuí la intima unión de Inglaterra y Es
paña, con afanes de hijo que anhela unir a sus divorcia-
dos padres bajo el techo de un mismo hoj
Ha padecido la memoria de Blanco las contingencias
de cuanto se entrega a los vientos de las pasiones y se
juzga en la haría de la parcialidad. Entusiastas adiuii
res extranjeros le escuchaban como a oráculo; ingenuas
simpatías le acompañaron hasta el sepulcro y sobrevivie-
ron a SU accidentada existencia: en tanto fervores de las-
timada ortodoxia en su patria infamaban su nombn
tendían sobre SUS méritos el manto del silencio que plepa
ra el olvido.
La pasión no ju^.ga bien, aun cuando tenga razón en el
íondo. Dios habrá juzgado los errores del pensador: a
otros nos cumple únicamente juzgar al literato. Sus
luciones religiosas, más dolorosas para el que para nadie;
sus errores y sUs aciertos; su peregrinación en pos (!.• un
ideal, con sel jamás apagada j siempre devoradora, intensa.
creciente, lio existen para nos., tros sino Como elementos de
estudio psicológico o en cuanto explicación del fenóme-
no literario.
IJJTRO 7
En esta diáfana atmósfera de la literatura, más libre
por su naturaleza que todas las repúblicas ideales de so-
ñadores utopistas, no existen diferencias de opinión ni opo-
siciones de política, y nos es lícita la noble depuración de
glorias nacionales, dejando sus responsabilidades al hom-
bre y recogiendo al par I<>s quilates de belleza para el Arte
y los timbres de honor para la Patria.
¡Quién no descendiera jamás de la purísima esfera a
los tristes círculos de la realidad! Allí el español que re-
gó con su sangre dos mundos por la Religión católica y
aborreció la herejía en sus hermanos, se enorgullece de
verse compatricio del pagano Séneca, del hebreo Gabirol,
del mahometano Al-Mutamid, del protestante Servet.
Tan española es nuestra empresa al restaurar la in-
teligente figura de Illanco, apenas de los eruditos cono-
cida, que hasta el ideal religioso recogerá lauros si la la-
bor corresponde al empeño y el éxito a la voluntad. Blan-
co se emancipa del Catolicismo entreviendo auroras de
libertad en la comunión evangélica, se arroja en el cauce
protestante con los arrebatos de su apasionada naturale-
za; mas la reflexión sucede al impulso, y cuando estudia
en >us raices el dogma protestante, cuando años de madu-
ro examen, cuando el ejercicio constante del ministerio sa-
cerdotal fecundan su entendimiento, abre los OJOS a la luz,
convenciéndose, y declarándolo en voz alta con esa since-
ridad que ennoblece sus fluctuaciones, de que si el Cristia-
nismo es una verdad, nadie ostenta mejor derecho que el
Catolicismo para erigirse en su intérprete y representar-
lo en la tierra.
Tal fué la última y definitiva formula de su convicción.
O hay que renunciar a toda Iglesia, lanzarse en la- vías de
un Cristianismo sin Cristo, sin dogmas, incorpóreo, intimo.
8 INI:
o hay que reconocer que la iglesia Católica es la depo-
sitaría de la verdad, el arca santa de la tradición, la
infalible del Redentor de los hombres.
.NO insistiremos más allá de 1" indispensable en
derroteros, de vivo interés para el que surca i. le la
Historia, de mayor precio aun para el historiador de la Filo-
a o de la Teología española; de segundo orden para el
concepto literario, atraído por el resplandor de la belleza y
custodio del habla, del material donde el genio modela SU
especificación artística de la luz increada en que inundo
los Muño> y las potencias de SU alma.
El pensamiento filosófico, religioso o político; la leva-
dura de la educación, los momentos de la biografía, las cri-
sis pasionales, son causas, , ondiciones, en una pa-
labra, elementos del fenómeno literario y. sin negar SU
importancia en diferentes ordenes. amos a esfera
secundaria, o mejor, subordinada, de lo que es ahora para
nosotros inmediato objetivo: la apreciación del mérito lite-
rario de un auti >r españi >l.
A falla de mas relevantes valores, nadie podrá negar
nos la imparcialidad ni la buena fe. ¡Cuan difícil, cuan rara
la primera !
_■>• casi absoluto dominio de s¡ mismo; clara concien
cia 'le la misión: propósito de trabajar la critica como ejer-
cicio de virtud; depuración perfecta de prejuicios, antipa-
tías, idiosincrasias espirituales, interés de personalidad «»
bandería, resabios de educación... Exige, en fin. la aseen
sión «leí artista a esas vertiginosas alturas adonde II
desvanecida, imperceptible, la imagen del minúsculo me-
dio en que vivimos y el animo confortado por la vista
del ideal, desdeñoso con las pequeneces humanas, ya
ñas visibles, rinde con SU intención a todos, los homl
INTRODUCCIÓN
lo que Dios nos pide para todos; el abrazo de amor y el ho-
locausto de la justicia.
¿Quién más necesitado que Blancq de imparcialidad y
de reparación? Nadie ha negado, porque es imposible ne-
garlas, sus excelsas cualidades; nadie en mayor o menor
grado ha rehusado poner una flor sobre su tumba, ya en
concepto de pensador, ya en lauro de poeta, ora en calidad
de feliz narrador, ora de nervioso y original prosista. Mas
en cambio de la confesión arrancada por la justicia, I
han cooperado a la execración o al olvido de su nombre.
Los católicos, porque renunció al estado eclesiástico; los
protestantes, porque los pulverizó con los aceros de su crí-
tica; los deístas, porque no renunció a apellidarse cris-
tiano; los franceses, porque fué el único de la brillante- plé-
yade literaria que combatió de frente su invasión en Es-
paña; los ingleses, por boca de Gladstone, porque socavó
los cimientos de su iglesia nacional: los españoles, porque
combatió a la Junta Central, al espíritu francés infiltra-
do en las Cortes de Cádiz, alzó luego SU voz en defensa
de las colonias, y, puesto en el último extremo, antes pre-
firió verlas independientes que* esclavas; los americanos
emancipados, porque condenó sus excesos; los americanos
fieles de la Habana, porque refute') los sofismas que eri-
zaron para sostener la infamia de la esclavitud: los libe-
rales, porque combatió la política radical y revoluciona
ria; los absolutistas, porque fustigó la tradición política de
España... Tantos odios convergentes han casi borrado de
nuestra historia literaria el rastro de una de las mas acen-
tuadas personalidades e inteligentes figuras de su tiempo,
superior a muchos prosaicos versificadores y medianos pro-
sistas que usurpan su lugar en el panteón de nuestras ¡
rias.
Penetrados de la responsabilidad, hemos procurad"
pojar nuestra exposición del ajeno pensamiento de cuanto
el propio pudiera inconscientemente atribuirle. Al extrac-
tar las obras de Blanco sustituimos su personalidad a la
nuestra, decimos 1" que él dice, sin desvirtuar el sentido,
.sin comentarlo, sin aceptar ni rehuir para el eco respon-
sabilidades de la palabra, Únicamente ¡mprenscindibles
petos nos inducen a pasar como el viento sobre puntos de
extrema delicadeza; pero la esencia, la integridad del pen-
samiento que el autor < ¡ni>< > comunicar a su público, eso lo
reproducimos con exquisita fidelidad.
Podrá suceder que, víctimas del error, a despecho de
la rectitud del propósito, no hayamos herido el punto, mas
nuestra aspiración al extractar, lia sido reducir el n.
de la Mina .sin alterar las figuras, de suerte que en el menor
número posible «le lineas se condense la idea capital y se
recorte la silueta de SU evolución.
No hay critica ni generalización en ausencia de datos.
Ya que no podamos traer el dato mismo, justificaremos
nuestra labor con su miniatura. Reducida, aunque fiel repro-
ducción de la obra, nuestra exposición ambiciona ser con
siderada como digno elemento de juicio, si bien la esencia
de flores no puede sustituir en el mundo a las llores mis-
mas, excepto para alguna determinada e imperfecta apli-
<n.
Tampoco esperen los que confunden la biografía con la
apología que rompamos en loores, justificando lo dudo-
nsalzando lo modesto, disculpando lo censurable o dis-
cutiendo lo averiguado. Nunca hemos comprendido la utili-
dad de semejantes oblaciones en aras de la parcialidad,
pues si algo ilustra la vida del autor para la estimación di
INTRODUCCIÓN II
su obra, es cuanto refleja la verdad y no queda expuesto a
inevitable rectificación.
Ni el encomio a expensas de la verdad, ni la preocupa-
ción malévola del sectario. Si nos indigna la apologia en
Cuanto injusta, ¿qué concepto nos merecerá el prurito dé-
la difamación, la innoble tarea de arrojar cieno sobre
una tumba, el ataque inmediato al indefenso y mediato a.
los timbres de la literatura patria?
Honrados, ya que no felices investigadores, hemos te-
jido la trama biográfica con documentos oficíalo, con autó-
grafos de índole privada, con noticias de irrecusable auten-
ticidad y sólo hemos recurrido a las narraciones autobiográ-
ficas ])ara rellenar los vacíos de nuestra personal infor-
mación.
I .o- borradores, poesías inéditas y trabajos prosados
dr Blanco que hoy por primera vez sacamos a luz. han
sido hallado-,, no sin prolija indagación, sin constante es-
fuerzo, entre los papeles conservados por la familia. Con-
secuentes con nuestro plan, nada en ello, ni la ortografía,
ni las errata>. hemos alterado, respetuosos con la verdad de-
bida al público y con el sabor de autenticidad ( i I.
Sin el cebo de algunas novedades, no nos hubiéramos
arriesgado a excitar respetables atenciones, fiando al inte-
rés del hallazgo la débil esperanza ele un éxito jamás soña-
do por nuestra modestia ni concebible en los exiguos re-
cursos personales.
1 1 1 T<h1«s los docnmei
obra hállanse, ¡> en poder del autor o en ti del general don Man
y \ aldenebro >< Irellana, ;. primero derecha), hijo do don José María I'.l.e
i illoqui y nieto ik- don Fernando Mana Blanco y Crespo, hermano áe nues-
tro Ilion rafiado.
12 1\1¡
Con absoluto desinterés, puestos 1"- ojos en el honor
de las letras patrias, enamorados de la justicia, emprende-
mos la ardua labor, exentos <lc amor propio y de apas
nadas finalidades. Nuestra pequenez sea escudo a 1"-» gol-
pes de la d< >cta censura : baluai u a \< »s dispan »s <lc la critica.
nuestra pureza <lc intención.
CAPITULO I
GENEALOGÍA, FAMILIA V NA( [MIENTO DE DOX JOSÉ MARÍA BLANCO T
CRESPO
La familia paterna de Ulano, a juzgar |H>r el cuadro genea-
lógico, radicaba en Irlanda desde los tiempos de la invasión de los
normandos, residiendo primero en Richardstown y más tarde en
Dublin, capital de la Hibernia, donde los White gozaban de ri-
queza y distinguida j « »-^ici< >n social. Asegura el mismo Naneo que
el primer despojo de su familia se realizó en los días del gobierno
romwcll; mas, en nuestro concepto, debe asignarse data algo
anteri..r: es decir, la para los irlandeses aciaga fecha de [649, ape-
nas sustituida la monarquía de Carlos I por las intrepideces del
Commtinwealth. Argyle y sus partidarios habían proclamado en
Escocia a CarloG II. mientras el Duque de Ormond, al frente de
sesenta mil improvisados guerreros, habíase apoderado de muchas
ciudades irlandesas, estrechaba con apretado cerco a los de Du-
blin. Cromwell, aún no exaltado al apogeo de su poder, desplegó
la red de sus intrigas j agotó los recursos de ^u poderosa influen-
cia para obtener el mando del ejército encargado «le reducir a los
realistas insurrectos. La jamás empañada estrella del Protector co-
ronó de feliz éxito ,ih gestiones, y Cromwell, después de vencer no
leves dificultado, recuperó con liviano esfuerzo las ciudades pro-
nunciada-, deshizo a las puertas de Dublin el ejército de Ormond
y ordenó en Tredah aquella horrible matanza en que. después del a-al-
to, fue pasada a cuchillo la leal y porfiada guarnición: "One person
alone escapea —dice con elocuente laconismo un historiador inglés —
to i>c the messenger of the universal havac ti»<l destruction."
represalias propias de aquella- fanáticas y crueles colisiones lleva-
ron el duelo a muchos hogares, calculándose en cuarenta mil el nú-
mero de irlandeses que abandonaron SU patria. I".- lo ma.s prol
14
que a tale- lucí i remonte la persecución a la noble
familia tildada de lealtad es y de inquebrantable adln
a la fe católica.
White, con su hijo, . de Blanco, trasladó entoi
residencia de Dublin a Waterford, rica y alegre ciudad irlav
i de uno de 1"- seis condados que componen la provincia de
Munster, situada a una legua del mar sobre las risueñas márgenes del
Shura y animada por creciente progreso mercantil.
Ajunque n<> sea materia de capital interés, traaaremos, i
pida- lineas, la ascendencia de loe White. teniendo a la vista d cua-
dro genealógico original recibido ]»>r don Fernando Mana Illanco
espo de su padre don GuiUenmo. llamilt'-n reprodujo la copia
que, aumentada con his <Tiv; notes, le facilitó don José María.
Los primeros individuo- de la familia mencionados en la> notas
de latín bárbaro, procedían de la Lorena, y en 1066 pasaron a In-
glaterra mezclados con la lucida cohorte de voluntarios brd
normandos, loreneses y de otras vecinas comarcas que acompañaron
al D|uque <le Normandía en su victoriosa expedición. Estable*
entonces en territorio inglés, pasaron a Hibemia mas de un siglo
después, o sea en 1 170, entronizada ya la dinastía de los Plantag
Comienza su Pedigrec la familia de los White |M.r Ricardo, estable-
cido en Richardstown, casado con María Fhz-GeraM y padre <ie To-
ma- White María Fítz-Gerald pertenecía a la it<>l>le familia de los
les de Kilder. El joven hij<> de Kilder. ya jefe de raid,
irado por la sed de vengar la muerte de su 1 «ci*l t - a por
Enrique VIII, se levantó en armas contra el Rey, mas no sonrió
irtuna a sus anhelos, y fué vencido primero y después de-
capitado. I >H matrimonio de Tomas White con Marín de Cal-
verstown, nació Eduardo, que trasladó la residencia de la familia a
la capital de Irlanda Eduardo se arraigó en Dublin. edificó
/■• de general consideración y se enlazó con Mana Drumgold. Patri-
cio, hijo de e te matrimonio, continuo el esplendor «le la familia
con i Valia l'.tow ne. siendo el ultinv» de los White que gocó tran-
quilamente en iXuMin de las consideraciones ganadas por SU familia.
pues -u hijo roinás se rió obligado a trasladar su residencia 1 Wa
1 |«.r el tiempo \ por las razones anteriormente expresadas
urioso que los anteriores White lleven en su pedigrtt,
tinuadón del nombre, la calificación de armiger y lomas lleve
la de Gentroui Ignoramos a qué puede obedecer semejante variedad,
pues el segundo calificativo parece más ilustre que el primero y no
einos la circunstancia que pudo ocasionar la alteración, Atmiger
significa el que lleva las armas de otro, y, en este sentido, ya Pfaut
\ JOSÉ M. BLANCO Y CRESPO
llama a un esclavo armigerum y también scutigerum. Parece
ees debieron de emplearse indistintamente, pues los guar-
- también se denominaban scutarii, por el escud
■mígeros, que en los primeros siglos de la Edad Media
\ el escudo de los príncipes, estaban investidos de
en el aula regia, y otros, según confirma el padre
privilegios otorgados poi los reyes. De suerte
rnúger había venido a significar nobleza palatina;
¿unda mitad de la Edad Media, el armígero quedó re-
i inferior rango de nobleza, puesto que no ya sólo los prín-
cipi sino también los caballeros, tenían un armígero, especie de
escudero portador de sus armas. De aquí la resurrección del sinónimo
scutarii o scutigeri, de donde el vulgo sacó escuiers y más tarde es-
cuderos, écuyers, scudiere, escudeiro, escuder, etc.
Vsí, lo que empezó oficio de esclavo, pasó a dignidad militar.
adió a título de nobleza tan alta que hasta regentes 5 moi
salieron de la clase de armígeros, declinó luego a categoría de ser-
vidor distinguido, y al fin vino a quedar en tratamiento honorífico.
Semejante a la última acepción es la de Squirt empleada en Ingla-
terra, con la que 5C honran los que se desdeñarían de ser single-
mente mister.
rous goza de alcurnia más elevada, pues siempre respondió
a la idea de linajudo, magnánimo o ilustre, ya por el origen, ya por
las acciones. I.a acepción de estirpe noble, que disfruta durante la
antigüedad y los siglos medios, corresponde al grie j al
nobilis latino. De la biografía de Temístocles por Cometió Nepote
recordamos un pasaje que dice: Pater eius Neocles generosus fuit, y
respecto al sentid., de la palabra en ingles, el Diccionario de W'alker
define asj : ".\',i/ of mean birth, of good extraction; noble of minó,
magnanimous, open of hr,irt, liberal, munificient, str
; Por qué motivo Idiomas White ostenta un titulo más ilust-
menos diferente, que SUS antepasados? ; No le hubiera cuadrado mejor
a Eduardo!
Cinco lujos nacieron a Thomas de su unión con Mana Nangíe,
joven perteneciente a la distinguida alcurnia de los Harones de Na-
van. Carlos pereció dirigiéndose a las India- en compañía de -
Patricio, hermano de su madre; Thomas, Pablo y Guillermo vi-
nieron a España, y en fin. la joven Usoon permaneció en su
país, a «ansa de haberse casado con Santiago Archdekia En las
notas ele Illanco se desliza la creencia de que la hermana de su ahuc-
io, al .asarse, abjuró el catolicismo, religión que los White. a fuer de
buenos hijos de San I' inservaban con sincero fervor W ma-
ID VIDA V OBRAS
trimonio de Alsoon privó ;i sus hermanos de l<- bienes raices que
m en Irlanda.
Del establecimiento de los en la península única-
mente om-ta de modo ]» oiti v< ■ la instalación <k- Guillermo en
villa, pues de Thomas y Pablo solo dicen los documentos oficia
"Tomás VVhite vive i »u hermano Pablo. Este Pablo
\Vhite que ahora vive en Cádiz tiene su granja, easa de recn he-
redad en la villa de Huelva" : mas no cabe <hula de qm ■ ¡tuvo
domiciliado en Huelva, puesto que en el índice de expedientes de
pruebas relativas a la limpieza de sangre incoados en la Univi
dad de Sevilla se encuentra el siguiente asiento:
"Francisco Xavier Blanco, alias VVhite, natural de la \ ' de Ihicl-
va, h l. de D. Tomás Blanco, alias White, vecino de dicha V." y
natural de la Ciudad de Waterfordia en Irlanda, y 1 >." Isma ' CNeale,
natural de la misma ciudad : X. P. de 1>." Tomás White. alia- Blanco,
natural de la Ciudad de Dublin, y 1 ).* Mana Nangle, natural de Wa-
terfordia: I>.': Patricio White, alias Blanco, natural <le la dicha de
Dublin, y D.* Cecilia Browne, Padres del referid. > l>." Tomás, Abue-
terno I1' Juan Mangle, natural de la citada de Waterfordia,
y I).' Alicia G-OUgh, Padres de la espresada DI" Mana: X. M de
ndrés O'Neale, natural y vecino de Carrique junto a la dha.
de Waterfordia, 1 >.* Bárbara Blanco, alias, White, natural y v." de la
referida de Hucha: I i l'Neale y 1 >.' [sabe! Lynch, natuí
de la mencionada de Carrique, Padres del referido I >.n And
h Juan White. alias Illanco, naturales de Noctover, junto a Ihihlin
\ I >. ' Unía Vine, naturales de la citada de Waterfordia, Padres de la
dha. 1 v1 Bárbari
Don Guillermo había nacido en Waterford y recibido las
bautismales en la iglesia de la Santísima Trinidad el -•-• de V
de 1689.
\liora bien; ¿por qué fecha vino a establecerse en Sevilla don
Guillermo White: Los autores, incluyendo al escrupuloso raaesti
ñor Mencndc/. v Pélayo, afirman que en tiempo de Femando \ I .
nía- ha) error cronológico evidente, pues la confirmación de los ho-
nores de nobleza hecha a favor de don Guillermo White. residente en
lia, lleva la fecha de 1732 y fué concedida por Felipe V. 1 >c
los dos hermanos de doña Mana Mangle, Patricio falleció en Manila
en Sevilla una casa de comercio hacia 17-".
. prosperar sus negocios hasta constituir respetable capital
Muerto don Felipe, -n hacienda vino a poder de don Guiller-
mo White y. mediante contrato de sociedad con don Hercules l'lun-
ket. la -asa mercantil prosiguió sus negocios adoptando la
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 17
1 IV Inte and Plunket. Brillaron días de prosperidad para la
familia, viviendo, dice Blanco, in the best style, y es tradición o re-
cuerdo familiar que la señora y señoritas de W'hite, para pasar al
comedor, vestían traje-, de etiqueta con escote y larg -teni-
da por escla
Don Guillermo o menzó ya a alternar con su verdadero apellido
W'hite, el de Blanco, traducción .alumbra-
ron a designarle así. Era lo general <iut-' firmase W'hite en los docu-
mentos importantes y Illanco en los de menor consideración, asi como
en la correspondencia familiar. Sin embargo, en las documentos re-
ferentes a la (transcripción española del pedigree que, por orden su-
ya, verificó un notario latino en 1730, hemos visto que signa Gui-
llermo Blanco.
A título de curiosidad reproduciremos una cláusula del testa-
meato de don Guillermo W'hite y Morrogh, hijo del señor W'hite y
.Vanóle, otorgado en Sevilla el 8 de Abril de 170.1 ante d escribano
don Luis de Palacios. Dice asi : " Para aclarar algunas dudas que
sobre mi apellido puede haber, declaro lo siguiente: Mi apellido es
W'hite, y significando en español Blanco, he pasado vulgarmente por
Blanco: para quitar dudas, en mi fe de bautismo está puesto Blanco
(alias) W'hite. y no obstante lo cual, pongo en este mi testamento el
W hite primero ]>or ser de donde dimana el Blanco, siendo su significa-
do; y siempre se debe tomar por la misma cosa, y sea W'hite, (alias)
Blanco o Illanco, (alia^i W'hite. en cualquier parte que se encuentre."
de don Guillermo, .¡uña \na Andrea Mol
descendiente, nada menos que «le los reyes de Irlanda, nieta del ca-
ballejo Morrogh que acompañó al rey Jacobo 11 de Inglaterra en su
emigración a Francia e hija de don Bartolomé Morrogh v de doña
Ana Farvaeques. Aunque doña Ana Andrea era sevillana, nacida
el -•■( de Noviembre de 1 7 1 _• \ bautizada en la parroquia de San Isi-
doro el <> de Diciembre del mencionado año. como su padre residía
ir León, allí se verificó la l »■ ■« l.i el _' de Septiembre ile \~.V<.
Cinco hijos nacieron de este matrimonio. I'.l primogénito,
gentilhombre de carne V el Duque de Pariría, hijo de Feli-
pe V, por Real di 1 \ de Junio de 175-. y en posesión de la lla-
ve, honor que ya había gozado su padre y que también disfruto su her-
mano Guillermo, falte ; doña Ana Gabriela permaneció céli-
be hasta su fallecimiento en [830; doña María Fernanda - 1
■ la casa de don < ¡ui-
lleniio fué el padre de mu
may. n
•tno María Morrogh, padre
ll
en Sevilla el 5 ¿¡ño aun. I
ford, realizó un viaje |»>i Francia y tomó al lado de su familia.
rder a su padre,
dcanzaba aún la mayoría de edad cuando su padre
mejor vida en Enero de [761, recibiendo sepultura en la iglesia de
la Casa Hospital de la Santa Caridad y llevándose la buena estrella
de la floreciente sociedad mercantil, pues la casa queb
mediados de 1769, >in que la familia pudiera salvar m
dote aportada a su matrimonio ]>or «lona Ana Morrogh. La fortuna
de esta señora consistía en la huerta de Punía, en d termino de Ta-
blada, finca productiva y amona a orillas del Guadalquivir.
En ni 'li- Febrero de [782 falleció doña Ana. \ «Ion Guillermo se
unió cuatro años después en sociedad (mercantil) con un rico comer-
ciante, también 'le origen irlandés, llamado don ill, que ha-
bía venido a ser su cuñad' • por el casamiento con doña
White y Mbrrogfi. He aqu • leí contra!
iliill y don ( ¡muermo;
r\ presente Nosotros Dn. Tilomas Cahill y Dn. Guill
White nos obligamos mutuamente \ de-de oy dia de la fech
pañia de i omercio por el tiempo que sea nra. Voluntad: en cuya
.'. Yo I >. Thomas Cahill por los fondos
bajo devo tener tres quartas paite- de Interés j Yo I». Guillermo
White. |»>r mi trabajo en dha. Comp." devo tener ui
de ínteres, pues no pongo fondos en ella: V es Condici
los fondos de dha. nra. Comp.* di >ele abone ti
.le .1 uS q.»o» al año al dho. I >. Thomas Cahill para la Comida «le
m iii- Extraordinarios, c mida lli-
vierno &.*... Sevilla p.r" de
( kúllermo White
V;i ]M>r e-te tiempo era dueño don Guillermo de la
te de la huerta de Punta, situada, como ante- -,- dio ¡lino
del histórico campo de Tablada, con la cual corría
brida White \ Morrogh, repartiéndose las utilidad'
copropietai ios
('.mi mucha más frecuencia que SU don Guiller-
mo la españolización de su apellida Unas veces hallamos la fir-
ma Blanco (a) White, "tías White (a) Blanco j poi ipelli-
distintamente, se le «lesionaba.
Don Guillermo Mana Blanco j Morrogh y !>••:;., Mar
truihs Crespo j Nevé, padres de miesü •
lace el 28 de Enero de 1771 en la parroquia del le la
DE DON JOSÉ M. BLANCO ■> I RESPO 19
Catedral de Sevilla, y se velaron el 7 de Noviembre del mismo año
en la iglesia de la parroquia de Santa Cruz.
La madre de Blanco, doña María Gertrudis Crespo y Nevé,
había nacido en Sevilla en 25 de Marzo de 174'» y fué bautizada al
siguiente día en la parroquia de San Peí
Su padre, don Francisco ('ropo Abad y Beltrán, natural de Elda,
habia contraído marimonio el día g de Noviembre de 1741. en la villa
de Espartinas, con doña Teresa de Xeve y Padilla, natural de Ca-
sarca en la provincia de Málaga. Nacieron de e-te matrimonio tres
hijos, D." Josefa María, que entró en religión, llegó a Abadesa del
ento de Santa .María de la- Dueñas y falleció en [832 a
noventa año. de edad; I». Gertrudis y I >. Antonio, capitán gradua-
da teniente de caballería, que talleció en Nueva Orleans en y de Sep-
tiembre de i7'v.v a I días de haber dirigido a su hermana
I». Josefa la siguiente carta que, por lo interesante, transcribí]
"Mi querida hermana Chepita: lie recibido una tuya y de ma-
dre, fecha de Noviembre del añ" pasado.
"Te quejas en ella de falta de carta- mía-, y cuando a-i te (pie-
jaba-, estaba yo en camisa en poder de 1"- ingleses, «pie me habian
do en Octubre, cerca de Tuerto Rico.
"Ya te lo he escrito; pero como me consta que dos 1'» tres
neo- que salieron después de mi salida de prisión y llegada al Gua-
rico fueron también apresados, te repetiré en -urna que un cor-ario
inglés me sorprendió al crepúsculo del día: que apena- tuve tiem-
po de arrojar lo- pliegos ( 1 1 al agua, pero los arrojé: que a-;, ca-i
en camisa como e-taba, fui trasbordado al barco enemigo: que el
equipaje mi.' y de 1"- demás prisioneros lo dejaron dentro del barco
apresado, y lo mandaron a Jamaica: que con esto no sólo pendí la orden
que traía para que -e me diesen aqui dinero-. SÚIO cuanto era mío.
hasta el más despreciable papelillo; que á mi y demás prisión
nos echaron en una i-la de piratas ingleses, llamada Tórtola: que
al liu. con mil trabajos > miserias, salí de ella y llegué por fin al
< marico, y que en el (marico cai inmediatamente enfermo de tercia-
na- dobles perniciosas y estuve á ia muerte.
"Ves aquí mí miserable historia. I^> «pie ha sucedido des
ne vinieron la- paces; que salimos del Guaríco para la Ha-
bana: que el General salió de la Habana para España el día 16 de
Julio, y que yo, el día -'7 del misino, me embarque pobre, triste,
que le fueron entre-
10 VIDA V • ■
v sin haber recibido remuneración alguna de la Corte, y llegué
vez al Nuevo < >rleans el 19 de la fecha.
"Anteayer he recibido carta 1, fecha de Er*
difamias, sino Comandante Inspector de las
de Mueva Espa que en breve tendrá
do de Brigadier, y la cruz de la ' >rden de Carlos ten
"I)i á madre que en mi nombre le dé el parabién a tía Mana Ni-
1 dale a madre esa cana.
"El lugar <le la residencia de mi ti", . -,.■ le dirigirán las
cartas se llama Arispe. Adiós.
Tu hermano,
ANTONIO
Nueva ' hleans 26
Antonio de Crespo j Nevé escribió un t • »i 1 1 « > titulado Varias
as. II manuscrito está fechado en 1792 y dedicado al Genera]
I >. Bernardo Gálvez, cu) • ido al frente, es obra <lel
mismo < Ye»|>".
I.a familia de doña Gertrudis Crespo se hallaba entronca'
la nobk/a andaluza, mas no disfrutaba ella desahí
limitándose a vivir en unión <le mi madre, con lo^ productos de un
vínculo y las pensiones de un tío suyo, gobernador militar que lia-
do en Mmérica. Kl padre, ausente de España por largos años,
separado de su esposa j corriendo | de borrascosa vida,
para nada se cuidaba del sustento ni dd porvenir de su mujer \ de
su hija. Xo obstante, pasados much
hall" refugio en el hogar de su yernocontra la* injurias de la •
\si las dos abandonadas señoras se esforzaban en sostener como i*-
dian. el decoro de mi nombre y ' 1- de la vida social,
este histórico vinculo familiar di
trudis, fundado en la villa de Olivares (Sevilla) en 1616
tituyen diversas fincas urbanas, que se distinguen en aquella lo
dad con la denominación de "Casas del Víncul
Xo tuvo, pues, don Guillermo Blanco mus interés en -u matrimo-
nio que el honesto móvil de verdadero amor, según correspond
ad de su caí la rectitud «le mi* coi i am-
e h ; en él la fe católica, tan arraigada en lo
tes i.ien se había desenvuelto con may
en i do de pensamiento ofrecía el medio mas i.,.
•
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CRESPO
ble para La expansión de creencias ya acrisolada- por los reveses en
1"^ primeros individuos de la noble familia.
¡mi Guillermo de bondadoso carácter, aunque al exterior pu-
diera juzgarse adusta la rígida formalidad de su conducta y mcxlales.
Su educación, -i no esmeradísima, era bastante solida para las esca-
- agencias de los tiempos y se había completado a estilo ingles con
el viaje a Inglaterra y a Francia Aplicando la rectitud de su espíritu
a los deberes religiosos, era exacto cumplidor de cuantas obligaciones
la Iglesia prescribe a sus fieles y. sincero creyente, jama- pensaba ha-
ber laborado bastante i»>r la purificación y salvación de su alma. Las
horas que le dejaban libres sus ocupaciones y gran parte de los dias
festivos, se consagraba a prácticas devotas y a a.-i-tir a enfermos en
los hospitales, sin oponer repugnancias a las penosas faenas que la en-
fermería exige, ante- bien recreándose en desempeñar los más humil--
des oficios para beneficiar al prójimo y alabar a Dios con el home-
naje de la caridad. No escarmentó don Guillermo de tan caritati-
va- accione- ni por haber sufrido el contagio de grave enfermedad,
sino que, repuesto de la adquirida dolencia, tornó cual ante-, sin va-
nidad y sin miedo, a reanudar aquellas obras que le dictaba -u Con-
ciencia.
Tan imbuida yacía su mente en las creencia- n |iie en
una de estas sesiones, mientra- se trataba de administrar los auxi-
lios espirituales a un moribundo, le pareció oír una \oz extramun-
dana aconsejando al enfermo que rehusara confesar y recibir los úl-
timo- Sacramento-. A nadie cupo la menor duda de que el mismo
Satanás había pronunciado aquellas sacrilegas palabras.
De la- idea- de doña Gertrudis inútil parece hablar. Mujer,
ñola, nacida en el siglo XVIII, sin ma- intimidad que la de su madre y
respirando la atmósfera '!<• la sociedad de su tiempo, sus creencias te-
man la- honda- raice- y la inconmovible ha-e sobre que la fe de :
tro- mayor a imperante, avasalladora, absoluta.
En tal cristiano y piadoso ambiente, en semejante casa que, cual
dice Menéndez y Pelayo, "más que escritorio de comerciante pai
un monasterio di- rígida y primitiva observancia", nació, primogénito
de aquel matrími mii >. d< m José María Blanc i y < Iresp i el día 1 1 de Ju-
lii 'le 1775. siendo bautizado en la histórica iglesia parroquial di
1.1 1 ruz. 1.a fecha 1 1 de Junio que ge lee en la biografía escrita ;
>eñor Lasso de la Vega, debe ser error de imprenta. IX- toda -nerte. la
copia de la Fe de bautismo tínuación i".- l
da duda acerca del particular. Haremos constar (¡ue Blanco nací
la calle de la Jamerdana, -1 bien no hemos podido determinar el nú-
mero de la casa
VIDA ■
Fe de bautismo. — Hay un >ell" circular, estampado en imprenta:
en el centro el escudo real: en la orla esta leyenda: "Ferdin. VIL
D. G. Ili-p et tnd. Rex (Hay una cruz, i Quarenta maravedís. —
Sello (Juan. «. Quarenta Maravedí.-. Año de Mil ( tchoáentos y l>iez. —
para el Reynado de S. M. el Sr. 1). Joeef Primero."
Kl <ura de la parroquia de Santa Cruz de Sevilla certili*
en un<> de sus libros de Bautismos, al folio »6 vuelto se halla
guíente partida:
"En miércoles, doce «lias del me- de Julio de mil setecientos
setenta y cinco años, yo I >n. Juan de Aren/ana. Cura Beneficiado, de
la parroquia] de Santa Cruz de Sevilla, bai Mhna del I
ter. Guillermo, Gabriel, Antonio. Benito, Gertrudis, Joaquín, Francis-
aracciolo, que nació el día once de dicho m «ice y doce
de la mañana; hijo de 1 >. Guillermo Mana Blanco, (dios White, natu-
ral de Sevilla, y de 1 )." Mana Gertrudis < respo, natural de
ciudad.
elos paternos: Don Guillermo Blanco, alias White. natural de
Waterford en el Reino de Irlanda, y Doña Ana Andrea
natural de esta ciudad. Mínelos maternos: Dn. Francis
Abad, natura] de FJda, en el Reino de Valencia, y Doña ! eresa Nevé,
natural de < 'a-are-. Fué madrina del niño Doña Ana Gabriela Bl
alias White, natural de esta ciudad, a quien advertí el parentesc
pi ritual y obligaciones, lecha ut -ttpra Dr. 1 »on Juan de Aren-
zana. Concuerda con su original, que existe en el ardí I i pa-
rroquia.
illa veinte y nueve di' agosto de mil ochocient« .-
Un Félix Jos. Re) noso. "
Como lo- biógrafos de Blanco no mencionan más <iu<" ll('^ 'u '
mano- de nuestro poeta, debemos consignar que don Guillermo
Blanco tuvo seis hijo-, a saber :
El primogénito don José María.
. \na María, nacida en i. de VgOStO de \~~~. la cual falleció
niña.
i Teresa María, nacida en -7 de Diciembre de 1778 y tami-
zada en la parroquia del • <1 jo del mismi
en el convento de Santa Maria de la- Dueñas de Sevilla y falleció
1 de No nbre de 1802, siendo enterrada en su convo
1 María d< la Salud I e manda, nacida en 15 de Octubre de
1781 y bau administi mentó el h
diz 1 el 1 7 cu la parroquia del Sa
•- Reyes el ¡7 de íuni< • <\v
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 23
el nombre de Trinidad, y falleció el 30 de Junio de [813, siendo
inhumada en su convento.
Don Guillermo María, segundo hijo varón, nació el j<> de Mayo
de 1783, fué bautizado en la parroquia del Sagrario y sepultado en la
misma el t6 de Marzo de 1788.
Don Fernando María, nacido en 2 de Febrero de 1786, bautizado
en la parroquia del Sagrario. Don Femando contrajo matrimonio con
doña Juana Maria de Olloqui y F.strada el 16 de Noviembre de [818
en la parroquia de San Martín y falleció el 27 de Enero de 1849, re-
cibiendo sepultura el día 20 en el antiguo cementerio de San Se-
bastián. Se graduó en Filosofía en 4 de Mayo de 1802. Era Oficial
de uno de los regimientos que constituían las fuerzas defensoras de la
capital de la nación contra el ejército invasor mandado por Napoleón
en persona, asistió a la batalla de Somosrerra el 30 de Noviembre
de [808; cayo prisionero en Madrid, y conducido a Francia, sufrió
seis años de cautiverio en Dijón. Vuelto a España, se separó volun-
tariamente del servicio con el empleo de capitán. Doctor de la Uni-
versidad de Sevilla: < atedrático en ella y miembro de diferentes cor-
. su reputación como hombre de ciencia rayo ;i gran altura
Ejerció también el cargo de Cónsul del Rey de los I' illa.
PITULO II
NIÑ1./ V PRIMERA EDUCACIÓN DE BLANCO
natural, la primera intención d< iUermo
Fué educar a su primogénito para que continuas le la
. a tal fin le mandó asistir al le un empl
irlat eñó a escribir y le comunión nociones <lc aritm
aplicada a la práctica del ■ nversación con los depen-
dientes y la misión .Ir copiar '.. ndencia, a
1"^ antiguos comerciantes, que aún ■ in las prensas d<
piai-. le Familiarizaban i"¡i el idioma ingles, si bien no pued<
fue l<> aprendió entonces, pues su léxico se bailaba limitado al
tecnicismo mercantil \ a 1<>- de la vida, sin
ir con que el inglés hablado en el escritorio era el incoi
aje 'K- 1' - irlandeses, con todas I; tridades de su especial
pronunciación.
I.a niñez de Blanco presenta un sello de aislamiento y de n <
ontribuyendo a excitar prematuramente la •
a despertar el subjetivismo, preparaba el espíritu para la ulterior idio-
sincrasia 'le su inquieto Fantástico pensamiento. Soñador, como todos
lo> espíritus que (¡ven fuera de la órbita natural «le su imaginación;
aislado, sin amigos que distrajeran su melancolía y «lev
él la propias ile la ¡1 unido de la práctica mer-
cantil, tan opuesta a los vw idas; ^"lita-
ía <le aquellos dependientes, tan separados '!<■ «■'. por la
y i*>i el ca lo largas horas lejos de su madn ) sin ha-
llai en la bondad adusta del carácter paterno la expansión exi
P'.r la niñ( erraba en peligrosa reclusión, su ]h--
cho temblal rivía en prematura > eo que
m < ruillermo a 1"- ej< del tempL
tal, donde le ayudaba a cuidar enfer-
ei!>.\ V OBRAS DE D. J. M. BLANCO V CRESPO
mfesar al convento de San Pablo, hoy parroquia de Santa María
Magdalena. Allí 9U padre le obligaba a |>ermanecer unas dos horas en
la Iglesia, práctica para su movilidad profundamente antipática.
Kl subjetivismo, yunque de la personalidad y. por ende. ab>
upodenaba de-de el nacimiento de aquel espíritu cria-
do en la soledad, pues la comunicación con su padre no era bastante
expansiva; los cuidados maternos adolecían de poco asiduos, mer-
ced a los padecimientos que consumían a doña María Gertrudis;
la comuni' niños se hallaba formalmente prohibida por don
Guillermo, temeroso de «pie el contacto de los compañeros pervirtiese
hijo, y las dos hermanas de illanco, no pudiendo recibir educa-
ción directa de su madre, habían sido enviadas a educarse en un
■ nti '.
A lo- con! de un alma suprior a la vulga-
ridad, ¿qué horizonte podía ofrecer la prosa del escritorio? Tiene Ín-
dole tan singular el comercio, que o despierta vocación irresistible o en-
gendra la repugnancia de invencible aversión. >r afirmar
que tanto se nace comerciante cual se nace ]»ieta. Puede asi compren-
derse la angustia de un carácter nervioso, impaciente y un tanto iluso,
ante la perspectiva de la profesión mercantil como ejercicio cotidia-
no v definitiva fórmula de su vida. 1 entimientos del niño
hallaban cierto apoyo en la inclinación de su madre, y en el dolor con
|ue é reía ver desmejorarse la salud de su hijo ]>or el efecto
deprimente de su vocación contrariada y de la monótona labor. De
algún alivio sirvió a Illanco «pie su tío político, distinguido aficióna-
lo a la música, se decidiera a enseñarle los rudimentos del violín:
a idealidad de la música no podía pasar de lenitivo.
nunca llenar el vacio de sentimientos y de aspiración tgnaa
una forma decisiva y concreta. El instinto maternal adivino en
aquella ocasión, como en otras ulterio le Illanco y. acu-
diendo a la necesidad del hijo a la vez que a la inclinación de la madre.
¡guió, no sin penoso esfuerzo, que don Guillermo se decidiera a
buscar un profesor de latm al niño, disminuyendo las horas de oficina
para dar espacio al estudio de la lección de Humanidades. Tan h
era la antipatía de Illanco al comercio. , cultu-
ra de sus ilusiones, «pie el estudio del latín, con pecar de árido, y
ni. ts entonces por el fatigoso método empleado en su enseñanza,
tituyó para él una felicidad, más que p
el presagio O aurora de nueva vida, de la vida soñada por el alma y
II' -rada va como perdida
\o faltaron amarguras compensadoras de aquel relámpa
idad. La rama irlandesa di la familia te de abóle
i6 vir>.\ y 01
i para d niño porvenir mas noble ni
l»r'>íi lucrativa que el comercio, po
ojo la instrucción de las Humanidades, <|ue podían distraerle d
positiva conveniencia. La rama femenina, desdeñosa, como legítima
■la. hacia la profesión mercantil, procuraba atraerle a sus ilu-
a literaria. Indiferente por a la
suerte del niño, d ahucio materno se abstuvo de terciar, api
lo el tale >r y evitando la> molestias dd hogar hasta mi muerte,
¡da en 1786. En esta pugna, Blanco; que contaba
tinuamente ¡ala respetuosa y hasta exagerad
ferencia con '|uc los eclesi n recibidos y la veneración con
que «le ellos se hablaba cuando ni> estaban pi livinó con
extraña precocidad la solución definitiva. Todas las familias es|
ne honra contar con un sacerdote entre SUS iiuli-
lecidiéndose él a adoptar d estad co, disfru-
- .n honores 1 ibutada a '..
tidades sodales, se divordaria para siempre «leí aborreddo escritorio
y entraría plenamente en la esfera ida
superior entre». :
la adolescencia Nadie podía oponerse a su resolución. La madre y la
rama femenina verían halagadi
funda convicción religiosa del padre no permitiría al fer
disputar al cido un alma que
Y asi aconteció. Dedarado el vehemente deseo de ab
tado sacerdotal, la madre no cupo en si amilia j«a-
terna -•lamente objetó, ímpdida l>«>r la frialdad de -
que convenia cerciorarse de -i se trataba de voluntariedad in-
fantil • ! de predisposición efectiva. Se consultó .
v el fallo nime: el niño había h influjo de de-
cidida vocación. Imposible resistir a declaración tan terminan!.
■ al niño a estudiar a la escuda, j el padre opin» >. batiéndose
última trinchera, que Blanco debía continuar ]H.r las ma-
dizaje mercantil en el aborrecido escritorio, p
en d transcurso de los próximos años experimentaba algún
cambio en sus deseos •• en mi opinión.
i con que expresa Blanco su alegría al verse
y jugando en compañía de otros niños, p
le su infancia, se nota el eco sincero del júbilo
La 1
otra \ ida, o por mejor d< 1 de la que
existido ajeno l ado.
-o^ duranti iños que
DE DON JOSÉ M.* BLANCO -Y ( Rí - 27
asistió a sus aulas, pasando a los catorce al estudio de 1<> que entonces
se llamaba Filosofía. Su instrucción era aún muy deficiente en las Hu-
manidades y totalmente nula en otras materias. Mas 1"- director
[(¡rituales de sus padrea declararon que no era necesario saber mucho
latín y menos todavía de las demás cosas; de suerte que ascendió a es-
tudios superiores sin la correspondiente preparación. El mismo Illan-
co nos dice que n<> había leído más libros que El Año Cristian".
pues tmla otra lectura era prohibida como perjudicial por la escru-
pulosidad de su padre, y. -i poco después leyó el Quijote, hubo de-
efectuarlo a escondidas en un ejemplar facilitado por el maestro
de música que había continuado la enseñanza de violín comenzada
por el ti^ ' de Blanco.
No sabemos -i con autorización de SU padre, o también a hurta-
dula-, había leído repetidas na traducción española de Las
Aventuras </<• Telémaco, existente cu la exigua biblioteca de su i
.Merece singular mención el suceso, porque determinó, según Blanco
afirma, su primera duda acerca de la religión católica, lis curioso
observar cómo el carácter se determina embrionariamente desde la
infancia, pues no parece Fenómeno vulgar (pie a la tierna edad de
Ocho año-; -urjan dudas acerca de tan arduos asuntos, y menos en
personas educadas, como Blanco, en el ambiente de la más pura re-
ligiosidad, y sin ninguna provocación llegada del exterior. Su ad-
miración por el sabio Néstor, por el prudente (Jlises, a cuya discreción
se alude con frecuencia en el eur-o .le l.i obra, y por '-tro- emi-
nente- varones que en el libro se ensalzan, le sugirió la pregunta
de cómo podían hombre- de tan alto |>ensru- equivocarse cu el plinto
más interesante de la reflexión humana. ¿Nlo podríamos nosotros
ser lo- equivocados? atormentóle esta incertidumbre largo tiempo,
y llegada la época de confesar, al hacer su examen de conciencia.
comprendió lo pecaminoso de su duda y la necesidad de deponer-
la en el tribunal de la penitencia " \ medida que escriU> — dice en
su autobiografía — se me representa el sitio dei confe-ona
.1 silueta del padre Barea, grueso, colorado, de bellísimo ca-
rácter, a ]>c-ar de -er el teólogo de la Inquisición y de odiar d<
razón a lo- herejes. \1 acusarme, presenté lisa y llanamenl
argumento. Su asombro le obligó a caer de espaldas en el .
sonario, y luego, valiéndose de la- frases más melosas 'pie el idio-
ma español posee para hablar a los niño-, me preguntó qué
de libro- leía. I .a pregunta fue asi: "Angelito: ¿qué libro- |©
» ontestéle con sencillez que no leía más libro- que el Telém
Al oír esto se sonrió, y exhortándome a que no atormentara mi ca-
•l\io de todos mis p ■ 1 -i-
at
quiera me prohibió el uso >lcl lil>r<>. causa inocente de mi es
ticísi . le de haber tenido espíritu pro f ético me habría re-
torcido el cuello, previendo que al correr del tiempo, hasta los lu-
que el había quema isto me habrán de encontrar
demasiado hereje. "
. Ii .- esto en España ei I
mosa decadencia Los únicos frutos intelectual'
nuestro pais debieron su savia a la afición e iniciativa individual,
ue en las demás r<
Andalucía y de Valencia; mas en >idades poco se pro-
ducia que no fuera aborto de la ignorancia o «le la presunción, y
i reducido muñere de disciplii
Castro ensalzando a! padre Ceballos, ese titán de la ocl
ue intentó levantar una encielo]
lladora enciclopedia sensualista: "Admira le erudició
es difícil calcular dónde pudo adquirirla en rabie
<le i uelas.'' 1.a enseñanza que Blanco recibió ento
para prepararle al sacerdocio se redujo al Catecismo \
explicacios» n que él afirma llegó a ser una
lidad. Mayor intensidad se dio a la preparación moral. pu<
sometían a buen número de devociones que,
no respondiendo a la- ilusiones «le rida intelectual forjadas ei
mente, le producían instintiva repulsión Se estremecía a la II
da de un dormí en el inalterable
ia: i»>r la mañana confesión seguida de largas devoción)
ayiínas; tíos horas de rodillas en la Catedral después del <1<
no; o 5 de comer ; tres ho-
istir enfermos en los hospil itO en Comj
\ baj lancia de sU padre.
El paso de la escuela a la fu — fia suponía una pequeña
.1 de libertad, pues se le permitió salir solo para asistir .
icos en i estu liaba Su padre, hijo de ,
le los padres de Santo Domingo, miraba, inspirado
con harto recelo la nivorsidad, sospecho!
cierta libertad poco orto la expulsión de lo
Bntn de Santo Tomás, fundado i*>r el arzobispo i
ido antagoi
homb • tes dd pueblo mani-
festaban sus preferencias por uno blecimiento, y minea
la hostilidad había alcanzado vuelos tan crecidos, pues desde la
:.!<■ proclamación de (arlos \\ , en que Universidad
rivalizaron en ostentación, poel ritores de uno y de
lí. BLAN< O Y I KESPO 29
bando se asaeteaban con -.airas y fiHpkas. E] ingenioso i
Palma, el padre Alvarado y fray Pedro Gallego disparaban contra
la Parva Athenas, nombn imente aplicado a la Universi-
dad, y "tra no menos lucida cohorte, al trente de la cual esgrimía
Lorite su chíst080 Epitafio y Su /il<></¡,> fúnebre, ridiculizaba, al
parecer con mas razón, las enseñanzas de los padres de Santo Do-
mingo. Poco afecta a los frailee de esta orden, doña María l
trudis había repugnado confiarles la educación de su hijo; mas el
reverendo padre Presentado planteó el asunto como caso de con-
ciencia. "En la Universidad — argüía — se enseña la existencia de
un Espacio infinito y eterno, o, como quien dice, se predica la exis-
tencia de dos Dioses." La -"-pecha de herejía hizo temblar a don
Guillermo y las vacilaciones se disiparon.
La disciplina de los dominicos constituyó un nuevo desencanto
para los sueños del adolescente, caldead"-, por la exuberancia de su
¡inación. I i desde luego el estudio de la Lógica. luí
las escuelas dominicanas se explicaba, a titulo exclusivo, la lógica
escolástica, árida, seca, con la rigidez del silogismo, contraria al
: 1 de los tiempos y de la filosofía moderna. Así el espíritu
joven, rigoroso y critico de Blanco debió de conmoverse con de-
cepción hondísima al enredarse en las mallas de! conceptismo, tan-
to más cuanto que su deficiente preparación agrandaba las dificul-
tades del estudio, espesando la- tinieblas de material tan abstracto.
En e-ta primera crisis de su pensamiento creyó hallar un rayo
<lc luz cuando una hermana de su padre, poseedora de regular bi-
blioteca, le permitió leer la- obras de Feijóo. La impresión fué pro-
funda y ejerció duradero influjo cu toda su vida. Aquel sentid"
critico, algo superficial, pero legítima derivación del pensamiento
i, brindaba antecedente lógico al volterianismo «pie pa
Illanco antes de marchar a Inglaterra y. aunque adormecido por el
misticismo protestante, retoña a intei síonando al fin la ex-
plosión con -pie en SUS Últimos año, sometió a critica la teología
anglicana y aun el mismo sistema unitario que, p>r su mayor sim-
plicidad j el calor místico racionalista que lo animaba, parecía me-
tió, accesible a los embate- del análisis y a lo- peligros de la re
beldía.
La lectura de Feijóo pasó rápida, como bebida con fiebre
tilín.. rtigo l.a exquisita impresionabilidad de Blaní
.-obraran ocasiones de comprobación, le arrebataba a adoptar con
entusiasmo la primera fórmula que le deslumhraba , y como en
el mundo del pensamiento todas la- actitudes son tanto m<
cuanto más rápidamente adoptada-, venia después la cril
3o VIDA
derribar el pedestal del i « 1 • »1» ► improvisado, a abrir en el pecli.> de
Blanco >tra herida y a d<
•:; lauta prisa el que den» »ha tan despa*
a una labor crítica j cautelosa siguiera una súbita y no madura re-
uraí vehemencia se a •
ñas del ilustre benedictino; logró apropiar!
lulo intimo, >le 1'- que dio clara muestra en sus jui
y depile aquella altura miró con desden la filosofía predicad
las aulas de los dominicos. Pero el desdén de Bla -lí m—
pico, llevaba el -ello de irritabilidad, propio de aquella apasionada
complexión y se desbacía en corriente tra la pequenez
que lo provocaba.
El primer efecto «le las ol>ras del benedictino, fué abrir en la
mente de Blanco ancha brecha ]»>r donde emigró la fe y penetró
epticismo. Nq escapó la transformación a la perspicacia de la
madre, que 'leíante de el dio gracias a Dios porque SU hijo hubie-
ra nacido en España, pues de lo contrario pronto habría salva I
frontera- de la Iglesia. Illanco entonce- cerró de una vez el te\'
la escuela, no obstante la- reprensiones del fraile que dirigía la cla-
se, ha-ta que un dia se levantó resuelto y afirmó, ante la i
del profesor \ de su- condiscípulos, que aquella me-
recía su atención ni el trabajo de estudiarla, acompañando su tesis
todos los argumentos que su precocidad y la lectura de 1 i
le suministraron. Preguntóle sarcásticamente el profesor que doc-
trinas eran la- que habían incurrido en SU d< I 1 alumno
>tó que estimaba erróneas la- teorías físicas de la- simpal
antipatías, aún más absurda la creencia en el vacio, y expuso la
na 'le la presión atmosférica y de la bomba aspii
Id descompasado atrevimiento no redundó en perjuicio inmediato,
das la- ira- del fraile, todo salió a satisfacción del alumno.
pues iloña Gertrudis, devota apasionada de los muy
i ile l"- dominicos, al saber por boca de su m- d in-
cidente escolar, se compuso de modo (pie Blanco pasó a
sidad. don. le hall > superior ev reli-
ie en menos de • aprendió i
Universidad todo lo que le había costado un curso entero en el oo*
■ le lo- fraile-, siendo el re-ult.ui -i brillante, que
el catedrático le felicitó públicamente y le colocó enrn aven-
tajado- iliscqn;
CAPÍTULO III
ESTUDIOS SUPERIORES. — AMISTADES DE BLANCO. — LA ACADEMIA
DE J.l.i B \s HUMANAS
Por el año de [790 conoció al más tarde ilustre don Manuel Ma-
ría del Mármol, entonces alumno de la facultad de Teología, lista
amistad Fué sincera y resistió a los azares del tiempo. Todavía al
trazar mi autobiografía, se detiene complacido Blanco a celebrar el
talento, la erudición, el desinterés, el intenso amor a la ciencia del
insigne maestro sevillano, y en las cartas inéditas que poseemos de
los últimos años de su vida, r< ■ es pide Blanco a su her-
mano noticias de Mármol y de su entrañable amigo Lista.
En aquella unión de d<>- inteligencias jóvenes, era natural que
predominase Miármol por la mayor cultura y amplitud de su estu-
dio \m la amistad ocasionó cierta tutela intelectual de Mármol
vcJ.re Blanco en alto grado beneficiosa para éste: Mármol le inició
en algunas ramas científicas de que no poseía las más laves no-
ciones " a lo -linio rudimentarias referencias: le enseño la I
grafía y el uso de los globos y requirió mi atención hacia la lite-
ratura, evocando la verdadera aptitud de Illanco, hasta entonces
no concretada entre la vaguedad de mi> presentimientos.
además de este interés capital, la amistad de Mármol ejerció otro
influjo importante en el carácter de lilanc.. ampliando la base de
su educación filosófica J añadiendo nuevas alas a su inclinación crí-
tica. En aquellos tristes dm- todo el movimiento de la filosofía exótica
seguía desconocido en España. Las aulas continuaban resonand
la- aridecí as, > algunos espíritus independientes, faltos de
cimentación filosófica, se arrojaban a la frivola corriente enciclopedis-
ta, porque el 1 1 i 1 ■ i áure i de la 'la se babia
• le la reflexión extranjera no penetraban ni hubieran podido n
cutir en un pueblo sin preparación. Solamente algunos bou
superiores, el sevillano don Antonio Xavier Pérez j l/>i>ez. '>ri-
32 VIDA
ginal - ■ - Piquer, Fomer y alguno que otro, taf
til del pensamiento español. En
iva reflexi i en
Wolf y en LeibnJz, -i l»ien con marcada preferencia al prími
Xos emejantee feos, pon
que señal; ■ el pensamiento de Blanco, facilitan»!
de sus id» ntos cri-
de su vida intelectual. Marnu.l, con la sugestión de
ritu amplio y transigente, y la lectura del Organum de Bai
pletaron la obra comenzada por el conocimiento de la- •
Feijóo.
El ansia de saber, ese anhelo de verdad reconocida pot
elusivo ministerio de la razón, que devoró y consumió la vida
agigantaba a medida que tudio
abrían nuevos horizontes a ' "" afán ii
llegaba a sus manos, se perfeccionaba en el conocimiento del Latín,
estudiaba Teología en la admirable obra de Melchor Cano y adi
en la Universidad el reí. I ente a su talento y apli-
cacii >n.
i amistad, .: a en mi vida que la de
mol, contrajo Blanco en los claustros de la Universidad hispalense.
Don Manuel María de Arjona. excelente poeta y entonce- estudian-
te del Colegio Mayor, con el noble fin de completar los estu
ires aprovechados, decidió establecer una especie de rep
ferencias familiares acerca de materia- literarias. Su fámulo, alum-
no de la Universidad, recibió la misión «le señalar entre lo- compa-
ñero- ,lc clase los ma- aptos para emprender tan fructu
Illanco fué uno de lo- ele-ido-, y de tal suerte
nversación a, que dedicaba todas sus horas al cul
de su nueva v ya íntima amistad. También en e-te nue
huU. de mantenerse en relación de inferioridad respecto a SU •imi-
erior ilustración de arjona dábale manifiesto •
i, el cual. dÓcil a lo- con i -dio It.ii:.
estudió !.i- tragedias de Racine, que le prestó el mismo v
I».- del I .ndio el Italiano
Muratoii. libn precioso que por la pobrí ■ trina.
i i de model •
fecha -i refieren lo- primero- en-;:. Blanco na
,i,.r «le tal nueva ture iritu.
tan conforme a su edad y natural indina ■ que
ante
si bien en diento, ma- suponer que. no
DE DON JOSÉ XI." BLANCO Y CRESPO 33
formada su inteligencia, desconocedor de modelos y no dominando
el material poético, no debió producir ninguna nota digna de espe-
cial recordación.
Agregó estimulo a sus aficiones pi -eticas el trato con dos compa-
ñeros, como él llamados a vivir en la historia literaria de España: el
inolvidable don Alberto Lista, maestro de una generación de escrito-
res, y el elegantísimo cantor de la Inocencia perdida, don Félix José
Reinoso. Los tres se habían conocido en la Universidad, y la comunidad
de aficiones los había unido con esos 1;lz*>s de sincera confraternidad,
tan naturales en las nobles inteligencias a esa edad en que morbosas
emulaciones o torpes egoísmos no han corrompido la nativa generosi-
dad de la juventud. Blanco se apresuró a presentar a sus amigos en las
reuniones de Arjona, y de la íntima comunión de pensamientos entre
1..- cuatro surgió la ¡dea de una academia privada de Bellas Tetras
para el cultivo de la elocuencia y de la poesía, depurando el gusto por
el estudio reflexivo de los grandes modelos. Esta Academia, tan jus-
tamente ensalzada por Ucalá Galiano y Lista, erigió cátedras, celebró
certámenes, establecic conferencias y sostuvo discusiones al estilo
de los modernos Ateneos. Su magistratura constaba de tres únicos car-
gos: un Presidente, un Secretario perpetuo y un Censor. Los dictá-
menes de la censura se sometían también a discusión. Justo es de-
cir que en los cinco años próximamente que duró este centro de cul-
tura, sin protección oficial, sin alardes ni presunciones, hizo más por
la restauración de las letras que la ridicula Academia de! Buen l
to, remedo de los salones franceses del siglo áureo, falta de idealidad.
de clara orientación y «le tradiciones vivas. Entre el Diario Je ¡os Li-
teratas, de efímera existencia. j la Academia citada, puestas a la luz
con inmerecida importancia por la extraviada idea que formo Ticknor
del renacimiento español a Unes del siglo XVIII, abitas realizaron
nada provechoso, y aun su escaso fruto no es cosa definitivamente
juzgada -i fué bei-éfico o perjudicial. En cambio el modesto centro
constituido por los mas ,. menos aventajados discípulos de Herrera
v Rioja, primer jalón de una serie de generosos esfuerzo-, fue el
oriente de la moderna escuela sevillana, a cuya evocación renacieron
aquella pureza de uusto, aquella feliz elección de alto asuntos, aque-
lla entonación ardiente y soberana y aquel fervoroso culto de la forma
de que llenera habla iniciado el sublime Sacerdocip. No es del UKv-
mento aquilatar el éxito de cada uno de los jóvenes restaura
cu la magna empresa; pero el mas ciego no podrá negar que su
reanudóla tradición .le la lírica española, exenta de influjo
,mo el pobre concepto de SU tiempo acerca de lo
?•
VI HA Y CURAS
délos latinos y que volvió a infundir en la poesía el gasto delicado
de la forma.
- cualidades étnico-literarias resplandecen en distinto grado
en i' í en la docta Corporación, y claramen-
te resaltan en las ¡'i mieras poesias de Blanco. El 8 de Diciembre de
en la Academia una oda A la Inmacula
Otra sobre el mismo asunto leyó el [3 de Diciembre de 1 7 « j 5 . En
el m : • oropUSO la oda A Carlos lil. restaurador de las cien-
cias; las sonoras y originales estancias 'A Apolo, pidiéndole restablez-
ca sus altares en Sevilla, y una <»l:i filosófica .-/ Licio, seudónin
su fraternal amigo Alberto Lista.
A [796 corresponden la oda A las Musas, u y la epístola
1 Juan I 'oblo Forner; a 1797, la elegía En la muerte de
en. y probablemente será de esta ép (a Los placeres del entu-
siasmo. La obra más elogiada por sus compañeros de Vadenua fué
un poema didáctico acerca <le la Belleza, al parecer, definitivamen-
te perdido, pues ni dieron con él las pt ' Marqués de Valmar
ni nosotros hemos podido hallar rastro entre l'>> numerosos aufr
fos que hemos tenido a mano pertenecientes a los jóvenes a
micos de Letras 1 fumanas.
Los éxitos de Blanco en la Academia le valieron ser nombrado
en diferentes ocasiones Presidente, Juez de premios, Revisor de
obras y otros honoríficos puestos. Ganó, además, varios premios en
concurso, entre ellos do- mayores: uno en to de Mayo de 170'
una disertación sobre la diferencia del estilo poético y Je/ ora:
y hasta (pié punto se puede poetizar en las obras de elocuencia, y otro
más de tres añi - después, en 8 de 1 diciembre de 1799, por un disi
sobre -i conviene restablecer el método de predicar de lo- Santos
Padres.
I. a- necesidades propias del curso de los trabajo tdemia
enriquecieron 1"- conocimiento- de Blanco con la lectura de Batteux,
de Rollin, de P.arthclcmy. de \ndré. de le B08SU y el tan exl
cuanto superficial Cours de Littérature de La Harpe.
e-te ensayo se realizaba en medio ¡dóneo, dada la re-
conocida aptitud de los sevillano- para la literatura, el gusto *':<
letras -e propagó )«.r la juventud, y la Sociedad Patriótica, suplien-
do el defect • !'■ nuestras Universidades, en que se desconocía la din-
trina literaria, estableció una especie de Facultad libro di
¡as, para una de cuya- cátedras fué designado Blanco, en aten-
ción a sus brillantes estud
libros de Grados de la l'ni-
ense, había recibido el grado de Bachiller en Filoso-
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 35
fía el 9 de .Mayo de 1791, figurando cómo examinadores al margen
del acta los doctores Moreno, Rodríguez y Lorite, y el 13 de Uñero
de 1793, el de Licenciado en Filosofía, para el cual leyó de repetición
media hora sobre un capítulo de los Físicos de Aristóteles, satisfacien-
do a las réplicas que alternativamente le dirigieron tres Bachilleres en
Filosofía. Al día siguiente, con punto de treinta y seis, leyó hora y
cuarto sobre las papeletas sacadas a la suerte de los Físicos y de
los Lógicos del Stagirita. Deducida una conclusión de cada capitu-
lo, replicó el Claustro y se aprobaron neinine discrepante los ejer-
cicios, tomando en seguida la bojrla de Maestro.
No tomó el grado de Bachiller en Teología hasta el 23 de
Mayo de 1796, después de leer media hora acerca de la distinción
que le correspondió en suerte del Maestro de las Sentencias y res-
ponder a las preguntas de los examinadores. Así resulta de la certi-
ficación que tenemos a la vista expedida en 7 de Febrero de 1801
por el Licenciado don Alonso Fernández de Peñaflor.
CAP] ! UD » IV
PRINCIPIOS DI i \ I tRRERA BCLESIÁSTK \. UIORES i
I I. \i
Durante esta etapa, y no obstante el trato con Vrjona, t-n cuyas
ideas había infiltrado el regalismo la lectura <lc los libros france-
ses, Blanco no sintió desfallecimientos en su fe Y eso que en su fácil
impresionabilidad había marcado honda huella la lectura de lo- Dis-
í sobre la Historia eclesiástico, por Fleury, que le había
tado Arjona. En aquellas páginas, además «le la mal reprimida en-
emistad hacia Roma, desfilaban acusaciones contra frailes y mon-
brotaban dudas, muy emparentadas con la negación, acerca de
U>s modernos milagros y de 1"-- varones canonizados en tiempos
relativamente ice i en te-, y el demonio <le la critica asomaba sus cuer-
nos al nave- de las protestas «le catolicismo.
1 as >ludas infantiles parecían haberse disipado; la conciencia del
ministerio en que daba sus primeros pasos influía ya sobre su
ducta, y cumplió asiduamente, no sólo 1"- debí des une la
disciplina católica impone a todos los fieles, sino aquellas espo
obligaciones del estado eclesiástico exigibles desde <pic el hombre
entra en la senda dd Dedicaba loa domingos a ejei
piadosos y <le devoción y. puesto «le rodillas,
Jgún tiempo a libros piadosos y meditaciones.
Su madre hubiera querido que confiara su conciencia a los
Padre- de la Compañía de Jesús; mas, expuls
na. consiguió que eligiera poi confesores a los Padres del i
torio de San Pelipe Neri, que parecían como los herederos de
la Compañía, \ en torno de los cuales se agruparon los anti-
guos afectos a la Orden de San Ignacio. Blai
mado de lo él, que había pi otablementi
el violin, se complacía en tocar en el Oratorio los días de solem
ni dad
Nada dice Blanco de nue las devociones le repugnaran ■
VIDA V OBRAS DE IX J. M. BLAN'CO Y CRESPO
te tiempo. Sus quejas se refieren sólo a la parte física, al can-an-
uo producido por la lectura del Breviario, al aburrimiento que
le producía el oír a pie quieto los sermones y. sobre todo, a la mot-
[estia de permanecer de rodillas, incomodidad de que mucho tiem-
po después exhala en varios lugares amarguísimas quejas.
o -11 madre ardía en deseos de verle cuanto antes en es-
tado sacerdotal, pronto se le adjudico una cai>ellanía evaluable en
unas cien pesetas anuales, y se ordenó de menores. Sometido ya
a los deberé- de clérigo, no se rebelaba contra la creencia; pero
-u naturaleza vehemente y sensual sufría inmensas torturas con
las molestias de los ejercicios eclesiásticos. Dice él que el horror
a tales sufrimientos le colocó por dos veces al borde de renun-
ciar a la carrera ; mas parece que no fueron exclusivamente esas
circunstancia- los arietes que combatieron con formidables gol-
pe- -u escasa vocación. I labia llegado a la edad en que la naturaleza
reclama sus derechos, la- pasiones despiertan con rugidos de fieras y
la imaginación, azuzada por lo- sentidos, experimenta el vértigo de un
mundo desconocido, tanto más suspirado cuantas más barrera- -■
nen al acceso. ; Ah, si en esa demencia de infinitos anhelos penetrara un
de luz y pudiera ver-e todo lo deleznable de semejantes glo-
ria-, todas las tristezas ocultas que encierra e-e prometido cielo,
toda la amargura con que acibaran el resto de la vida! Mas la ju-
venil ese presentimiento. Blanco sintió el golpe del co-
razón, -us vagos sueños de adolescente condensáronse en una pa-
sión, amó a una señorita de Sanlúcar con toda la fuerza revela-
dora de sus pasiones comprimidas y maldijo las cadenas que su-
jétala s impidiéndole volar al paraíso de su- ilusiones. lista
causa, a que rara vez alude, y aun a-i con calculada indecisión, -in
dejar traslucir el menor detalle acerca de la persona amada, influ-
yó más enérgicamente que las incomodidades del cuerpo o del hu-
mor en su creciente disgusto por el estado sacerdotal.
No obstante, los compromisos contraído-, el temor de defrau-
dar las c-|)cran/a- de su familia, la sugestión del medio social, la
munkación asidua con personas de inclinaciones
tanta que le sostenían en el propósito, ya harto avanzado
hacia -u realización. Allá, dentro del alma, se libraban rudos comba-
apuraban indecible- sufrimientos j la- más encont
oes triunfaban alternativamente, según lo- estados de ánn
al reflejo de las circunstancias exteriores.
ibuyó a disgustarle del sacerdocio una inesperada ex-
•n a Sanlúcar y a Cádiz, con razón temida por la prudencia
paternal Invitado por sus amigo-, los Pastoriza, cuatro jóvenes
38 VIDA Y O ti RAS
americanos, hijos de opulenta viuda que había querido educarlos
en I «tuvo permiso para ir con ellos algunas -emanas a
Sanlúcar, el hoy bellísimo balneario, sin rival en comodidades y
alegría, donde aquella familia acostumbí
del e ■ iaje realizaba una de las grandes ¡1 1 jo-
ven estudiante: ver el mal ■ £ hombres no nacidos o cria-
- ¡cuten una curiosidad inm. r el mar,
exciti Jatos y noticias que a sus oídos llegan de la
inmensidad, la fuerza y la magnificencia del poderoso elemento. I
j.'i- vivo debió de ser el anhelo «le 1'.'
■ le imaginación y sensibilidad, joven y entusii
infinitas y pronto a vibrar como hebra de arpa al mi
■ le belleza o a la mu- leve esperanza de emoción. Mas
era entonces un viaje proyecto de tan fácil ejecución como en el
dia. I .a mayor parte de los españoles folian morir sin habei
tisfecho el deseo de ver el mar. Los que habían gozado la ventu-
ra de verlo, contaban estupendas maravillas, j Bl
si en el resto de sus dias volvería a hallar semejante
ocasión. Receloso el padre, huí de consentir, de exigirle
solemne promesa de que no había de faltar a la misa diaria ni a
la confesión semanal, ni menos ir a Cádiz con su*, amigos, qu
nían el propósito de pasar una semana en la perla del < Veano.
Además confirió poderes tutelare- a la viuda, que, por su d
cion y religiosidad, merecía boda su confianza. Tasado algún tiem-
po en Sanlúcar, sonó la hora en qui . debían cumplir
su anunciada \i-ita a Cádiz, y, por más que Ulan
■mpañia de la viuda, parecía en verdad cruel separar
a los amigos, condenando al huésped a fastidiosa cautividad mien-
tras los invitante- -e divertían en excursiones de placer. 1.a pru-
dente señora, haciéndose cargo de la situación e investida de cier-
ta delegación de patria potestad, consulto al confesor y resolvió,
uerdo con el dictamen del director espiritual, que Blanco acom-
ias amigos, con tal que por ningún pretc se al
teatro. ¡Quién diría que Sevilla, la cuna de I.ope de Rueda, acaso la
riud.i~ ..v número de actores dratnátí traducido,
la que se ufanaba de encerrar más y mejores coliseos que la cor:
teatro ! La fanática del celebre don
Migue] de Manara y las exageraciones del partido ,;.
■ que la autoridad decreta-e la i ' aque-
llos focos de inmoralidad. Cádiz, población n a de pen-
samiento y de costumbres, mantenía abiertos dos teatros sin miedo
por la pureza de sus habitante-. Sabido es que I por
DE DON JOSÉ tí.' BLANCO Y CRESPO 3g
su posición topográfica, así como por el frecuente comercio de ex-
tranjeros, son las poblaciones que menos carácter de nación y de
época guardan, consintiendo también mayor libertad de vida y de
costumbres. Las familias piadosas del interior, número en que fi-
guraba la de don Guillermo Illanco, miraban con horror las represen-
taciones teatrales y jamás hubieran perdonado a un candidato al
sacerdocio la mancha de profanar su vocación con el escándalo de asis-
tir a una función teatral.
Cumplió Blanco su promesa y observó, según parece, irreprensi-
ble conducta durante su permanencia en Cádiz; mas no por eso dejó
de divertirse en aquel viaje, que ocultó a su familia, ni de sufrir la
influencia de un ambiente más libre que la levitica atmósfera con-
tinuamente respirada. No se presentó, como era natural, a los pa-
rientes que en Cádiz tenía, los cuales, no habiéndole nunca visto, no
palian conocerle aunque pasasen por su lado, y se entregó por
entero al placer de la libertad. No hizo mal uso de ella, mas la gozó
por modo honesto, y fué lo bastante para que su antipatía a la su-
jeción eclesiástica se aumentara en alarmantes proporciones.
Ascendió a tal ^rado la aversión al sacerdocio, que tal vez en-
tonces hubiese renunciado del todo a sus ideas si los ejercicios
de San Ignacio, que se decidió a practicar, ño hubieran enfre-
nad., los Ímpetus «le su creciente rebeldía, ha eficacia de los ejer-
cit'i<>> espirituales dirigidos por el célebre orador sagrado padre
lomiro Díaz de la Vega encauzaron de nuevo su alma por
antiguos derroteros. Por cierto es muy curioso un episodio de la
confesión general que Blanco practicó en estos ejercicios. Marmol
k- había prestado una obra de Níuratori, en verdad ortodoxa, pe-
ro condenada por la Inquisición a causa de un párrafo en que se
discutía la moralidad del \"t<> solemne con que se ligaban algu-
nas personas de antes perder la vida que admitir que la Virgen no
fuera concebida sin pecad". Conviene advenir que aun la Iglesia no
había promulgado el dogma de la Purísima ConcqKión. >i bien
esta creencia era ya general en el pueblo católico. Blanco se acu-
ló de haber leído el libro entredicho y d confesor le declaró que
no podía absolverle si no delataba a la persona que se lo había fa-
cilitad., o se comprometía á denunciarlo a la Inquisición. Bl
pondió resueltamente que prefería condenarse a consumar una trai-
ción. Puesto el caso en conocimiento dd padn ' mbre de
gran penetración y convencido de que d libro no era perjudicial,
se absolvió a Blanco sin más condiciones que la de i . ,¡ su
amigo que no poseyera libros prohibidos, clausula que el penitente
asegura haber cumplido con perfecta religiosidad
40 \ OBRAS
•nos. por fin, al día critico que habia de decidir el destino
Ya corita hora de
le subdiácono. Antes de un paso tan trascendental, los
padres le permitieron ir a Cádiz a sus parientes, nueva ex-
cursión (|ue anuló los efectos de los ejercicios de E me-
dida que -( acercaba el momento, su espíritu se conturbaba, j se aba-
tia su ánim i como a la expectativa del supii nave-
dad pronunciar, mu su fe
debilitada, apuraba las amarguras de la falta de vocación, contempla-
ba la ula que abría ya sus i rrar
al nuevo esclavo, su alma se perdia en la sombra y sólo iluminaba
resplandor siniestro las tinieblas de su mente la llama .i.
que hervían en el fondo de sU pecho con rugidos de volcán v
>an -us carnes con sordos estremecimientos, Aqud amor pri-
mero de su \ ida debía ser inmolado por mi propia mar
liante: la suprema felicidad soñada, d santuario de mis ¡lu-
. la esperanza de toda su vida, el deleite que sonreía ••• mis
encadenados apetitos, todo, todo había <le derrumbarse \ de perder-
se por el voto suicida de un cobarde. \'<>. no podía ser, el ni se-
ría un sacerdote sacrilego, no forzaría las puertas de la vocación,
no condenaría su existencia al dolor y su alma al Infierno p>r d<
dad o por hipocresía. Ya Manco decl
su madre que seria desgraciado al aceptar el sello indeleble del •
docio.
Tan brinca revelación abrió honda herida en el de dofii
María Gertrudis. La mas dulce ilusión de la madre, p.r ta
iada, se deshacía en un segundo como jirón de niebla que
batan los huracanes que la piadosa
signarse sin luchar a tan abrumadora desgracia Desde su pm
vista, doña Mana Gertrudis miró a su hijo con inmi
' desde aquel día — escribe Blanco — n
miró una >'ez sin ten< ' igrimas".
•pensión científica, el genio aventurero, el amor a la lil
condiciones «le la complexión psíquica de Blan
lian halagadas con la profesión de marino, entonces una de las más
distinguidas j de más esmerados estudios Propúsolo a sus
dres insultados resol. divamente
le puso en la temblé alternativa: o el* <• que más
i en el mundo. ,, |a Iglesia, que le
mundo de la inteligencia de los
.
DON JOSÉ M." BLANCO V i KESPO 4'
No se ocultaron al sereno juicio de don Guillermo los peligros
de la situación ni las incertidumbres del porvenir; pero dominado
en absoluto por su confesor, hubo de inclinarse ante el dictamen
de éste, que juzgó indispensable insistir en la ordenación del fo-
goso i" en. Sin embargo, el día ante-- del señalado para conferir
a I ¡lañen el subdiaconado, su padre le llamó aparte y, tras de opor-
tunas reflexiones acerca de la gravedad de las circunstancias, le re-
lé que aún era tiempo, y que. -i no -e sentía con fuerzas para
el sagrado ministerio, él le buscaría otra profesión en que pudiera
buscarse honradamente el sustento. ¡ Ya era tarde! 1 'tirante los
dos meses transcurridos desde su declaración contraria al sacerdocio
hasta la profesión, doña María Gertrudis bahía apurado todos los re-
cursos de su claro talento estimulado por el fervor religioso. Procuró
la madre para -u causa la cooperación de cuantas personas rodeaban
a -u hijo, especialmente la de Arjona, muy estimado en la fami-
lia y que ejercía sobre Blanco el doble ascendiente de su antigua
amistad el que ahora le i>r"|„,rcionaba su categoría de confesor del
i. Rindióse al fin a sugestión tan poderosa, unida al temor de
labrar la desgracia de su madre, confundiendo, según nos asegura,
la alegría de secar las lagrimas maternales con el renacimiento de -ti
m perdida.
Al esta fecha se refiere la primera producción literaria de Blanco,
dada a luz cuando el autor contaba veinte años de edad. Es una
traducción del poema pastoral titulado Alexis, que había reda
en prosa latina el padre Andrés Triz, individuo de la Compañía de
Jesús. (Sevilla, 1705. en la imprenta de Vázquez y Compañía, en
vn mencionaríamos quizás este trabajo si se -redujese a mo-
desta versión del latín a nuestro idioma; pero Blanco, dotad
certero -entido literario, vislumbraba ya que la forma natural de la
poesía era el verso, y trasladó la prosa dd padre Andrés a el<
iñoles. Ti . de una composición poética de
difícil ejecución, no de mero entretenimiento de humai
En estí año perdió Blanco a su abuela materna, señora muy
respetable por su talento y carácter. Doña Teresa recibí.') sepulta
la Casa grande de San Francisco, inmenso comento cu;
perímetro ocupan hoy la magnífica plaza de San Fernando y -
ille- adyacente-, que delatan, por la construcción de sus edifi-
cios, lo moderno de su origen
Habiendo cursado en la Universidad un año de '
eos y cual ¡11er en la dicha
Itad en la fecha y forma ante- expresada
no.
ITULO V
VOKES. — DESTIERRO HITE
El sut>
Cuidadosamente vigilado, en perpetua compa
su madre durante los meses que precediera
un preso ambulante que llevaba la can in sacris,
ya ii" podía retroceder. Sus /otos le impedían acari era la
idea del matrimonio ni de alna irrera, de ■
tal>a cierta precaución para prevenir
dos los principales escojl ible tan rigurosa vi-
gilancia; podían afli iendo ya i
las inquietas
lad acibaraba entonces l<» animen en el ho
Re-
públii en 18 d<
I..- azares de la lucha G ullermo \Vhite, que.
hasta ése momento había desempeñado el ü in-
inas molestias por parte del Gobierno español.
Recibióse en Sevilla una comunicación del Principe de
; designar a nadie por su nornl tori-
dad( S. M. tema noticias «le la residen ■
lia de una persona que había os) n de
Si M timando p '■ tan
importante, debia ser expulsada de aquel pu
rales son los hecho en la documentación
venida a nuesti mas el origen de i injustifi-
bre todo, singular, debióse a motivos de ind l n
ciante francés, molí las autorid
juicios a la influencia inglesa, > abrigaba desde enl bemen-
VIDA Y OBRAS DE D. J. ^f. BLANCO Y CRESPO
tes deseos de vengarse del Vicecónsul inglés. La ocasión que aho-
ra se le presentaba no se podia ofrecer más favorable-.
España en guerra con la nación británica y sometida con hu-
millante docilidad al Gabinete de París, el hábil francés se dirigió
a su Gobierno en demanda de satisfacción, y, sumiso el nuestro, ful-
minó sus rayos sobre el inofensivo ex Vicecónsul, a. pesar de su
ciudadanía española y del cumplimiento de sus deberes patrióti-
cos. Aunque prosperó la reclamación, se autorizó a don Guilleimo
para residir en Sevilla por Real orden de 7 de Febrero, recibida
quizás el mismo día (14) que se hundía vencida la escuadra espa-
ñola a la vista del cabo de San Vicente.
En 20 de Septiembre de 1797 incorporó el joven Blanco su grado
de Teología en la Universidad de Osuna, previos análogos ejerci-
cios a los efectuados en Sevilla, y en 3 de Octubre del propio año
recibió el grado dé Licenciado en la misma Universidad, después de
verificar los ejercicios, que constaron de tres tentativas, según se
decía entonces. En la primera defendió tres articulo- de los Quod-
libetos ilc Santo Tomás; en la segunda, tres conclusiones dogmá-
tico-escolásticas; en la tercera, otra- tres de Teologia moral. El
Claustro en pleno dirigió las objeciones, y el examinando fué ad-
mitido por unanimidad. Al siguiente dia leyó hora y media, con pun-
tos de treinta y seis, acerca de un pasaje de la Biblia, elegido entre tres
sorteados, y acerca del libro IV del Maestro de las Sentencias.
Cuatro di «.-tote- le objetaron, media hora cada uno. sobre la con-
clusión deducida de la Sagrada Escritura, y otros dos, un cuarto
de hora cada uno. contra la conclusión inferida de la distinción del
Maestro de las Sentencias.
\ arante una beca en el Colegio Mayor de Santa María de Jesús
de Sevilla, Blanco fué elegido mediante oposición brillantísima, le-
yendo una hora, con puntos de veinticuatro por el Maestro de las
Sentencias y respondiendo a los objeciones, según el citado Pernan-
cón gran aplauso y satisfacción de todos". La beca le fué con-
ferida en 7 de Enero de 1798.
Lo- tres o cuatro años siguientes a su ingn ti totalmente
perdidos para su instrucción, abandonó casi por entero sus estudios
y tareas literarias, dedicándose al cultivo de las relacióne-
le-, labor ; aquellos di; -anchar la esfera de
sus conocimientos ni animarle a mas fructuosas empresas. Di
breponerse con sincera de
cisión, re< ' jpiritu y 1 1 rane-
ada que para el sai 1 taba.
Su ánimo asi se dispuso no del todo mal a la ordenación de
i a vuelta de Arjona, que había ido a Roma acoropa-
ñando al últimas 'huía-, reanimó sus al:
y Bl buena fe haber subyugado para siempre
impeti
En tanto se había dictado la Real orden disponiendo qm
peni ¡ir en Iob puertos a ciudadanos ingleses ni a fun-
cionarios que hubieran representado a Inglaterra. A consecu
de esta molida de g Febrero de \~<f>. don Guiller-
mo White se vio desterrado, sin atender a sus reclama
te la Real, pintoresca villa de la antigua provincia hispalense, situa-
da en una eminencia y habitada enl trescientos cin-
cuenta
A la vista tenemos un testimonio de la residencia de don Gui-
llermo en Cañete extendido a instancia del interesado, qui
preliminar de la licencia, poco desp
trasladarse a Sevilla a arreglar sus .articulares, en cuyo
mímelo figuraba con preferencia la ordenación de su hi
La estimación en la buena sociedad de Sevilla a don
Guillermo patentizóse con motivo de su expulsión. Autoridades y
amigos lamentaron el trastorno que sin culpa suya se le
y hasta llegaron a aconsejarle que, pasad ■ meses, se ins-
talare en alguno de los bellísimos pueblecitos que rodean a la rei-
na del Betis, viviendo allí con su familia, bajo promesa de n
en concepto alguno molestado.
-as, y teniendo Blanco que ir a O!
por el Colegio Mayor a verificar una información de pureza de
un candidato al ingreso, determinóse que el padre y d
hijo partieran juntos, en tanto (pie sU madre, su hermana menor,
que algún tiempo antes había salido del convento, y el pequeño
Fernandito marcharían a residir a Alcalá de Guada
i de Navidad dd año 1799 illanco, de edad ya
de veinticinco años, se ordenó de sacerdote; ; ingenuo,
tan sentido, tan admirable <•! cuadro de la solemnidad trazado p
misma pluma de Blam deldte dejaremos a el mismo contar-
nos sus in 'i la para él terrible ceremonia:
terminados, mis mano
gidas lia, plegada prim ■ los hombros, tv
por mi espalda, extendida |*>r el 1 (bispo...; cuando el himno sublime
al Espíritu creador. Veni '¡tus, que se canta al terminar
•nado en : icencia. y el poder de perdonar
los pecados me fué 1 ndo, ya devado a la
inistro de 1 >ios, el Obispo, dii 1 .1 mi, me dijo
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 4Í1
aquí c-n adelante no os llamaré siervo, sino amigo...", creí con
mi alma que, libre de la parte material de mi ser, había ascendido
a una existencia superior. "
"Todavía me quedaba mi corazón, que se enterneció al ver a mis
padres, de rodillas, depositar el primer beso en mis manos recién con-
sagradas; pero ese corazón estaba, según creía entonces, muerto
para los encantos de la belleza. Entre los muchos labios que sobre
mis manos se posaron, estaban aquellos por los que pocos meses
antes hubiera dado la vida. Apenas pude sentir su dulce suavidad...
Ea vano n en reprimir la explosión de mis sentimientos
al celebrar por primera vez: mis lágrimas regaron aquellos corpo-
rales en que con. los ojos de la fe veía yacer el oculto Amante del
hombre, que yo había hecho bajar del cielo a mis manos." iLcttcrs
from Spain.)
Sucedió a tan conmovedora escena, que casi literalmente tradu-
cimos, un período de recogimiento, o, si se quiere, de ascetismo. Satu-
rado del sentimiento de su misión, entregóse al estudio de los autores
religiosos más reputados, a la meditación de las obras de los Santos
Padres y a la recta interpretación de las Sagradas Escrituras. Pare-
cía que el hombre había muerto y sólo quedaba la augusta personali-
dad del mini-tro de Dios.
CAPITULO VI
EJERi ICIO DEL MINISTERIO ECLESIÁSTICO. — I. \ PESTE DI
LA MAGISTRALÍA DE LA CAPILLA REAL
FJ i. de Enero de ligio a Blanco Rector dd I
Mayor, categoría que lleva i honores de general considera"
don, y la importancia de su cargo motivó «iue el Arzobispo le con-
cediese sin más dilai i tocias de predicar y confesai
nte >u reciente ordenación,
Iniciu su práctica del sacramento de la Penitencia en i
• ario de monjas que Arji na se veía i ibligado a abandonar i*.>r sus
muchas ocupaciones. Tuvo allí de penitente a la joven Dolores i
tañóla, de noble familia sevillana, con la cual trabó estrecha amis-
tad, compadecido él de los sufrimientos <lc la monja y complacida ella
<lc sentirse mejor comprendida que por la rigidez o la indiferen-
cia de otros confesores. Nació de esta relación amistad tan verda-
dera que, años después de haber emigrado Blanco a Inglaterra, conti-
nuó recibiendo carta-- de su hija de confesión. 1.a ultima, según
Illanco, la recibió el año 1815 en Oxford, dentro de otra carta de
SU madre < >tra amistad nació en el tribunal de la renitencia y no
menos cordial que la anterior, la de la infortunada joven Ma-
ría Francisca Barreiro. Educóse Mana Francisca en d comento de
Santa Inés, bajo la tutela de una hermana de su madre, abadesa
del comento I .a madre, que desde luego i>enso hacerla monja, la I
ba < 011 rigurosa aspereza, conducta que aumentaba el cariño de la
joven a su tía. < iondenoda a optar entre la dureza materna o el B
■ le -u na. o| tó, sin vocación, pT el comento; mas, al salir de el. se-
gún costumbre, antes de profesar, no le pareció d mundo tan ah
dble como en las pinturas que le habían presentado !'■'
iró disuadirla; ofreció int< • O la familia; \»
güilo <le la madre y las circunstancias de la luía triunfaron. 1.1
resultado del era de prever. La monja sufrió ata-
VIDA Y OBRAS Di: I>. J. M." BLAN'CO Y CRESPO 47
ques de histerismo, se pidió la exclaustración, y, aunque el tribunal
declaró nulos los votos, se consideró el hecho un desprestigio para
la Orden, y la pobre María Francisca permaneció en el convento,
donde sucumbió a la edad de veinticinco años.
el pavoroso verano de 1800. La fiebre amarilla que desde
Junio asolaba a Cádiz invadió en Agosto la capital de Andalucía.
Barcos procedentes de Cádiz y tripulados por trianeros comunicaron
el terrible contagio. Iniciado en Triana. pronto se propagó a los Hu-
meros, causando tan profusa mortalidad en este barrio, que fué
necesario cavar una enorme fosa para inhumar los cadáveres jun-
to a la ermita de la Concepción. Dentro del casco de la ciudad el
azote, las defunciones alcanzaron pavorosa cifra, en los hospita-
les faltó personal por haber fallecido la mayor parte de los en-
fermen >s y por ]a incesante avalancha de invadidos. Las autorida-
des recurrieron en mal hora a emplear los presos en el servicio
hospitalario, pues no pudiendo estos criminales ser cuidadosamen-
te vigilados, cometieron a mansalva innumerables delito-: otra ]*■>-
te <pie la proverbial torpeza de la administración española desató
sobre la hermosa e importante capital Aislados los pueblos, falta-
ban en Sevilla víveres, sobre carecerse de médicos, enfermeros y
medicinas; los criados abandonalmn las casas cuando se daba
un caso en la familia, y el número de víctimas ascendió algunos
días a 500, no obstante que gran parte de la población había emi-
grado. Dbn Francisco Dherbes, autoridad irrecusable, en nota pues-
ta de SU puñ( 1 y letra en la página < leí manuscrito de Matute que expre-
sa el número de defunciones, dice: "A mi entender pereció la tercera
parte de la población; por consiguiente, constando ésta de unas
90.000 almas, no es exageración asegurar «pie fallecieron 30.000 per-
sonas/'
1 Hirante 1111 año no pareció j>or Sevilla la familia de Blanco, si bien
la proximidad de su ameno retiro permitía al joven sacerdote y
a su- amigos hacer frecuentes visitas a los desterrados hasta que
una- horribles tercianas obligaron a Illanco a marchar también a Al-
todos los criado- del Colegio, a excepción de un viejo pór-
telo, habían sucumbido al furor de la |>e-te. y el pobre enfermo care-
ció por completo de asistencia. Restablecióse con la vida del campo, y
a tine- <le Diciembre, a pesar de no haberse extinguido la epide-
mia. tonv> a Sevilla a resignar el Rectorada y hacer entrega a bu su-
1 de I - asuntos confiados a su dirección.
Cumplió las susodichas formalidades, en medio de! triste am-
biente de desolación y de angustia que envolvía a la ciudad, sin
testigo 'le la ceremonia que un colegial jubilado, y otra ve/, se hizo
48 VIDA V OBSAS
de la dirección >lc la locuela, porque el nuevo Rfector, p
(J-> 'le invencible pánico, apenas tomó posesión, huyó «le la ciudad,
robando a Blanco '¡tu- le sustituya íunciones
En el períod i que permaneció la familia de Btanco en Ucal
rrió el fallecimiento de don Tomás t'ahill. el o don Gui-
llermo, victima de la epidemia. Sucedió la fctu-
bre de [800. En tales circunstancias, y no al 1 < iui-
Uermo a venir a Se\ illa, se puso al frente de la casa el dependiente don
Lucas Beck.
Ninguna novedad ocurrió en la vida de Blanco hasta la prin
del siguiente año de 1801 en que pasó a Cádiz a hacer op 1
una canongía '.arante No obtuvo la plaza, porque, según ■
taba de antemano concedida; mas sos ejercicios fueron generalmente
conceptuados como los mejores, y tal debió de ser también la opinión
del señor < ibisp 1 y de los jueces, cuando, a modo de compensación o de
consuelo, se le nombró Examinador sinodal de la Dióo
En la segunda parte daremos una oopia, sacada del mismo autó-
grafo de Blanco, «le las Apuntaciones que tra 1 homilía
que bul*) de predicar Como ejercicio de Oposición, SOOre l.i pal
la en que Jesucristo nos manifiesta 1"- daños de una vida
da a la molicie.
Las oposiciones efectuada- en Cádiz sirvieron a Blanco de •
para las más importantes que luego realizó en Sevilla, dándole ánimos
el lucimiento de aquéllas y aumentando mi prestigio ante el nuevo
Tribunal. Tratábase de la magistralía de la Capilla Real d<
Fernando, vacante anunciada ..
.1 primero, un sacerdote que, según las referencias,
contaba para el triunfo con su influencia en I íU intimi-
dad i-"u el Deán. La delicadeza de Blanco al referir este episo-
dio en -ti autobiografía omite el nombre del primer coopositor y
apenas descubre con la- iniciales E Y. el nombre del otro Res-
pecto del primero, nuestras diligencias nos han proporcionado al>-
soiuta seguridad de que era el doctor don Juan Bautista Morales
llego. Aunque inferior en mérito a Blai* confundía
Jes con la vulgaridad. 1 amo no liento- de nombrarle en lo
sucesivo diremos aqui que era natural de Sevilla, - lone su
expediente académico, e hijo del señor don José Morales, individuo de
la Junta Suprema de España e Indias en 1*"* Ya que ■ ■ la Ma-
gistralía, consiguió el año del levantamiento de Sevilla
franceses una Ración en la Santa Iglesia Metro]
villa, escribió un estudio ■ ;.i </<• Sani mmu.
j falleció el 8 de Septiembre de i Si;. 1.a- dos inicíale- COn que
DE DON J"SK M. BLANCO Y < RHSPO 49
Blanco designa al segundo, las circunstancias de ser gaditano,
empanero de Academia y párroco de feligresía distante del cen-
tro <le la capital, involuntariamente trajeron a nuestra memoria el
nombre del distinguido lite-rato don Eduardo Adrián Vacquer, na-
tural de Cádiz, prologuista de las Poesías leídas en una Academia
de Letras Humanas y cura por oposición de la parroquia de
San Julián. Tanta- coincidencias ríos dieron la completa seguridad
de nuestra conjetura; mas como el respeto al lector exige depura-
ción exacta, nos dirigimos al archivo archiepiscopal de Sevilla, donde
hallamos lo que sigue en el expediente personal :
"Don Eduardo Vacquer fué cura de San Julián de Sevilla desde
¡ji)X hasta [804. En las oposiciones celebradas en 1798 fué pro-
puesto en primer lugar don Eduardo Vacquer, natural de Cádiz,
edad de veinticinco años, graduado de Doctor en Teología por la
Universidad de Osuna, aprobadas las oposiciones (pie hizo a la ca-
nonjía Magistral de la Iglesia de Sevilla y a la Capellanía Magistral
de la Real Capilla de San Fernando."
Aunque de origen desconocido el señor Vacquer, recilrióle afectuo-
sa la sociedad sevillana, por ser el joven sacerdote- gaditano hombre
de- claro talento e- instrucción, de- finos modales y en todos conceptos
singularmente atractivo. Klanco era muy amigo suyo, le admírala
y le (pieria de veras, había sido su compañero en el colegio y en las
tertulias de A r joña y hasta le había presentado en su casa, donde sus
maneras agradables le granjearon el afecto de doña Gertrudis.
Aunque los demás compañeros no le estimaban, tachándole princi-
palmente de envidioso, Illanco no \eia sus defectos, le apreciaba
cada día más, y. cuando, ya presbítero, el joven gaditano tropezó con
dificultades «le cierto genero para alojarse-, el cariñoso amigo consiguió
de -n madre- que Vacquer se- instalara en mi casa, viviendo 1 6 dos en
perfecta fraternidad por espacio de algunos meses. Sin embargo,
Vacquer, insensible a la efusión de tan verdadera amistad, jamas
correspondió a los generosos sentimientos de Blanco. Lejos de agra-
decer los sinceros favores que recibía, procuraba distraer a su ino-
cente amigo de aquéllos estudios en que, a su juicio. ]>"<lia sobrepu-
jarle, y hasta se valió de medios ruines para sembrar la di-c 1
cutre el hijo j la madre. Cuando Blanco fué propuesto para I
vacante en el < "olegio M.ayor. Vacquer marchó a pasar las vacaciones
en 1 ádiz. La familia de Blanco li se de los parientes que
tema en Cádiz algunos papeles mas ., menos ni- mple-
1 información de pureza de sangre. Vacquer documen-
aber de (dios, p.,r lo que, al regí
villa, se abstuvo de mayor que-
ja que Blanco tuvi > de su ingratitud nació de la artera conducta de Vac-
quer, el cua »¡n émulos en d ánimo de ili>ña Ger-
trudis pira reali • ■ fines, calumnió a t- has-
ta trató de indisr* ner al bijo con la madre, a fin de que ésta no pu-
diese infidencias ni avisos de su perfidia. Vacquer habia
puesto con tor] ana<lc Blanco, y trató d(
les lichada niña, cuya prudencia le
unía a que Elba mi depravación.
... habían vuelto a verse 1"-. dos antig
. rivales. Vacquer desempeñaba un curato imuros de
¡a ciudad, dondi sa y retirada y no se había en-
contrado más con Blanco, hasta que la comunidad de aspiraciones les
reuni a capitular íes de mera ur-
banidad y comenzó la lucha entre amt>>s. porque el pnX
no parecía campeón temible en el terreno de la erudición ni de la
elocuencia.
El resultado de la- proporcionó un ruidoso triu
Blanco, colocado en el número i ." de la propuesta p-T da
lo- doce jueces, aclamado por la brillantez de sus «fir-
mado mediante la Real Cédula en el puesto ganado por SU talento \
laboriosidad.
[oven aún, pues 9Ólo contaba veintisiete ai por méritos
propios en posición desahogada y envidiable, e-timado, lleno de
tima- esperanzas v en lógica expectativa de mayores dignidades ro-
do le sonreía; no obscurecía la más leve nube el horizonte de su i
tencia; su planta pisaba sobre fl ¿era -ido de ha-
ber logrado expulsar del alma a su mas encarnizado enemigo! Mas
esto no era posible Su invencible demonio era su alma misma.
CAPITULO VII
BLANCO MAGISTRAL. EVOLUCIÓN DE SU PENSAMIENTO.
OCUPACIONES LITERARIAS
-te inulto de la vida de Blanco cesa la batalla exteri.>r. El
porvenir está asegurado; las pequeñas luchas domésticas se han extin-
guido; los lazos externos se han roto y olvidado por la conciencia de
su imposibilidad. Sin embargo, ahora es cuando comienza la verda-
dera lucha, cuando el drama va a adquirir proporciones de tragedia,
sólo que será una tragedia invisible, porque el escenario se ha tras-
ladado del mundo físico a la intimidad del alma.
Al reanudar sus meditaciones, el cristianismo se iba borrando de
su espíritu. Pensaba, inquiría, preguntaba a la Razón... y ya se sabe
adonde conduce la Razón sin el contrapeso de la Fe. No hablaban
entonces en su pecho pasiones mal reprimidas, sórdidas codicias ni
vengativos despechos. La pendiente que rápido bajaba era el resultado
natural de su complexión psíquica, de su educación, de su historia y
del método aplicado a la solución del pavoroso problema.
Nada extraño influía en el cambio de sus convicciones. Tenia los
mismos amigos, respiraba la misma atmósfera y vivia en el seno de
su familia, fervorosa y cristiana como siempre.
l'n triste acontecimiento, al desgarrar su corazón, aumentó su
odio al catolicismo; porque en aquella naturaleza vehemente no ca-
tuán términos medios: o la más ciega fe o, perdida la creencia. <■'
vivo encono cintra el ideal abandonado. La salud <le su hermana Te-
resa declinó por modo rapidísimo, siendo, a juicio de Blanc •
de aquella enfermedad "la vida sedentaria a <pte la
. I res días antes de morir la visitó en su lecho de muerte
lió del triste lugar derramando lágrimas y acusando en su int(
al catolicismo del asesinato de su hermana. La pobre niña i.i\W'
Noviembre de t8oa y quedó enterrada en su convento de S
de las l )-,-.
5i
En tanto Fernanda, su segunda hermana, langu:
del histerismo, y Blanco, que achacaba también esta desventu-
ra a . comenzada en el ejemplo de sus padi
fomentada en el convento. . «labilidad,
cmn.u pensamiento de las violentas sacudidas <i<
nervioso.
Com<> si presintiese que habia < le recorrer la misma senda que < "hil-
nli, se planteó d problema en idéntica forma que
inglés. La infalibilidad de la Iglesia se funda en I 5 ritu-
tnas ¿en qué se basa la certeza de las Escrituras? En la declara-
ción de la Iglesia. ¿Y no puede la Iglesia equivocarse? No; porque
es infalible. De -nene que n>» hallamos en un circulo \:
¡turas sirven de apoyo a la Igies tura.
Chillingworth, que habia estudiado con
convirtió al protestantismo, j en [637 publicó un célebre trata-
di', The Religión of tlu- protestante a saft • '.lau-
co había de pisar sobre sus huellas de teólogo y de publi-
cista.
"La Iglesia está en el error", tal fué SU conclusión definitiva.
Mas al rendirse a la herética proposición, tuvo que volver loe
a si y preguntarse: "Después de profesar esta idea, ¿cuál es mi m-
tuack es mi deber? ¿Puedo yo predicar la idea que juz-
go errónea, ser sacerdote de la falsedad, engañar sen-
cillo que a mi se acerca pidiéndome el pan del alma, vivir del fru-
to de mi hipocí más despreciable que los fariseos, porqué
no tengo el valor de creer ni la nobleza de negar? No, no, es im-
posible continuar un instante en tan miserable sitúa
robo el bocado de pan que gano; me desprecio a mí mismo; me ins-
piro repulsión, mied •
"Mas ¿soj yo solo en el mundo? ¿No tengo deberes con
con mis padres, con todos los ' le que mi
resolución causaría la desdicha de los seres que mas me han amado,
a quienes debo la vida \ tantos desvelos, ;pued mente
adarlos de dolor, llenarlos <le vergw
muerte de algunos de ellos- Mi coi bar-
barie Les debo mucho para pagarles tan mal. ' recho
a rehuir el
1 •,,,, ,.¡ la mentira,
Va degradación, la muí iable del alma."
ideas rompían
mas seco, mas huraño \1 fin sucedió lo qué siempre ocurn
tuaciones insoluoles Cuando .m^'- parecen i-
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 53
segura la victoria de los términos medios: Blanco pensó que la- leyes
españolas, sometidas a las decisiones conciliares, no le ]>ennitían
abandonar el sacerdocio, que imprime carácter indeleble al hombre
para toda la vida: que mi resolución seria prueba patente de herejía,
delito a que la- leve- asignaban la pena de muerte: que sus deberes de
hijo le impedían inferir mental herida a sus padres... 1-1 callaría,
pues, aunque resuelto a no admitir ningún ascenso en su carrera, a
no aceptar ningún otro emolumento eclesiástico fuera de su sueldo,
que no tenía motivo alegable para renunciar; a aconsejar a sus fie-
les el cumplimiento de la lev moral y a compartir con los desdichados
el miserable lote de sus amarguras.
En estas circunstancias su reputación de hombre de mérito se
acrecentó extraordinariamente. La brigada de Carabineros de guar-
nición en Sevilla celebraba la fiesta de su Patrón San Femando, y
es obvio que la solemnidad había de consumarse en la Capilla Real,
que guarda, con las cenizas de otro- revé-, el cuerpo santo de su
titular. El Magistral fué imitado a predicar el sermón; no pudo exi-
mí r-e v hubo de sostener meditación prolongada acerca de la elección
de tema, no queriendo ser traidor a sus convicciones ni pudiende
declarar la herejía.
Acerca de la elección de asunto, no está en nuestro ánimo desmentir
al mismo Blanco; pero sí juzgamos ineludible deber presentar al pú-
blico \oé datos sin la menor alteración. l>ice Blanco en su autobiografía
editada por Thom (pág. 113):
"Estando yo por esa fecha lleno de dudas contra el Cristianis-
mo, procuré confirmar mi vacilante creencia dirigiendo mi sermón
coima el escepticismo religioso."
Del sermón impreso no han podido conseguir un ejemplar nues-
tras innumerables diligencias, y don Vdolfo de Castro, en Apéndi-
ce a -u Historia de ¡os Protestantes es pañales, repula imposible
obtenerlo.
Sin embargo, repasando los papeles de Blanco, medio borrados y
totalmente borrados algunos por injuria- del tiempo, hemos hallado los
borradores de .ano- sermones, de los que reproduciremos algunos en
la segunda parte de esta obra, para que el público juzgue las
nes del orador- Entre los apuntes hállase, en efecto, un sermón
contra el escepticismo religioso, mas no destinado a la festividad del
Santo Rey, y en cambio hay otro dedicado a enaltecer los méritos y
proezas de San Fernando ¿No parece más propio que
Último el predicado en la -"lemne función:' ¿Habrá iido li-
li/, o infidelidad de la memoria de Blanco- Así lo creemos, siempre
refractarios a suponer mala fe sin plena pruetx indicio Ba
D4
inexactitudes contenida
en las .Memorias del autor, y seguramente involuntaria-, pues nada
ue pueda favorecer o perjudicar a sus inte-
reses en vida ni a >u nombre en la posteridad.
La i • otra parte, no dejaba de ofrecer dificultades
dirigí isti ■ Luditorio del <pie ordinariamente
Los argumenti <s de la i
los lugares comunes, tan conocidos di
hubieran afeado con nota de vulgaridad un di- r la
ocasión y la importancia de los oradores a quk fiaba aná-
desempeños rocar la nota sentimental ante el mismo auditorio
hubiera equivalido a confesión de impotencia, sobre ser imposible en
la situación psíquica del orador comunicar entusiasmos ni ..
hasta i|uiza> en su interior ridiculizados. Blanco pn
acomodarse al patrón de lo- predicadores franceses del siglo aun
sin extremar ningún recurso, mantener un estilo de de< dad
ido con sobrias galas de dicción.
■ rtó el arti-ta y conquistó el lauro .pie no habría al
entonces el pensador. I. a impresión fue en extremo lisonjera
Blanco: el sermón se celebro ampliamente y. como primera piedi
su reputación oratoria, se mando imprimir a costa del Cuerpo, distin-
ción con (pie las costumbres de la época sancionaban el mérito d<
das.
Orgullosos los carabineros por el esplendor de su fiesta, muchos
oficiales quisieron ser presentados al héroe de ella.
bian a distinguida sociedad, mostraron empeño en llevar .1 Blan-
sus reuní, nes. Citamos esta circunstancia, porque n
Blanco que en las tertulias de uno de 1..-
dos sacerdotes, anil>..s individuos del alto clero, amb •
ile mucha instrucción y descreídos, sj:
mente anticristianos. No debe sorprender la última condición a
nadie que conozca el estad" peculiar del pensamiento es-pan
Era ya la vetu herida de muerte por la
de Kant, arma inútil en las batallas del pensamiento. En la i
truccion que al .ir:., daban nuestras menguadas universidades, nin-
guna educación filosófica entra idealismos alemán
hallado insuperable barrera en los Pirineos; la tradición tí! — fica na-
cional se habla perdido en las sombras «le la ¡gnort
el castizo misticismo del siglo wii. mirado como
había desvanecido a la presión del escolasticismo ap
■"ni- oficiales; la crítica vivista, voz sin eco inmediato, pasaba
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 55
inadvertida del pedantesco dogmatismo, y el atre
síntesis acometido por la i inteligencia de cilio,
ton ser coronación de la filosofía andaluza <|ue siempre lo llevó en
sus entrañas, no halló en la península ni resonancia ni continua-
dores.
Así, los que rompían el freno del aristotelismo cristianizado, sen-
lían el vacío en su inteligencia, desligados de la tradición, aislados
del resto de Europa, sin orientación y sin guía. En tal incertidumbre,
salidos del dogma a beneficio de crítica parcial y por la puerta de
la negación/ no por visión de m eal, se hallaban en favora-
bles condiciones para escuchar la voz de la Enciclopedia y del volte-
rianismo, frutos negativos, si vale la paradoja, de análoga situación
espiritual Y como la filosofía sensualista, traída por los vientos de
Inglaterra y de Francia, era la única que había logrado salvar furti-
vamente la frontera, y además el empirismo .troza de esa aparente
claridad 'pie arrastra los cerebros no muy reflexivos, y de e-a fuer-
za difusiva de lo que no trasciende del nivel vulgar, la mayoría de
l->- hombres estudioso-, de España, mal avenidos con la esterilidad
de las Escuelas al par que con la opresión dominante, creian de
buena fe redimirse jwr la negación, sustituyendo un vacío con otro y
disfrutando «le andar libremente por el suelo, ya que no poseían ala-
para , olar p * 1' « espacios.
I.a Enciclopedia no pasó de una negación ; mas en el malestar rei-
nante, parecíales que corría mayor prisa destruir que edificar, y repre-
sentaba] por su sentido político, una liberación que cierta- alma- acep-
taban, embriagadas de júbilo, -in detener-e a contemplar el fin de se-
mejante vértigo. Dado el atraso de España, los sacerdotes y lo- frailes
casi monopolizaban lo- estudios, eran casi lo- único- que pensaban y
leían ; formaban, a titulo casi exclusivo, el plantel de nuestros poetas y
didáctico-; en una palabra, constituían el cerebro de la nación, y por
ntre ellos pudo prender ante- que en i d germen de la
crítica y de la heterodoxia. El sensualismo se infiltra en la- lumbreras
literaria-, de-de el presunta l abiliario Hermosilla, hasta el dul-
ce Reino-.), y únicamente inteligencias de primer orden como 1
Pér< lecticismps más o menos permanentes
.lumbran algo eterno bajo la i. .nna exterior, tras del esta I
en el fondo esencial del accidente.
Xo era. pues, extraño, -in.. lógica fermentación del espíritu de
ue d..- estudiosos sacerdotes j muchos más,
el cristianismo en sus conciencias, odiaran a la I
idos o con fanatismo de neófiti -
Los individuos del clero que -• iban en tal esta
56 VID
perturbación, ob >tudiaban mutuamen-
isosde franquear mis almas cohibidas, o prevenidos contra la
ajena inquisú ion. Vsí l'.lanco y bus nuevos amigos pronto advirtierod
que ni un i ¡necían al grup° ''<•' los vTi'.'"
v las simp recharon, aumentando gradualmente la confian-
za, hasta declararse unos a otros en secreta, pero franca y mutua con-
Este paso desvió más a Blanco de la Iglesia, puesto que al espe-
cia] estado de su espíritu anadió una nueva fuerza, la del compro-
miso exterior inconscientemente contraído Las ideas no exprés
ter de interinidad, se hallan siempre sobre d ta
sujeta^ a nueva reflexión; mas la especie vertida, recogida por otros
hombres \ sancionada con cien de complicidad, adquiere
sello de permanencia, porque su cambio revestiría circunstancias de
traii •
los nuevos amigos pusieron a disposición de Illanco sus bi-
bliotecas reservadas, y el joven Magistral se embebió en la lectura de
obras francesas, entre ellas Le Systhne de la Naturt -nal-
mente atea, debida a la pluma <ie Holbach. A molida qtx
en sus lecturas, el cristianismo le parecía mas absurdo; el - 1
mas intolerable; >n conducta, mas hipócrita y digna de desprecio.
El combate interior alcanzaba alarmantes proporciones; la lucha de
afectos y de ideas se enconaba i«>r instantes en el estadio de su con-
ciencia; sentía el flujo y retiñió de la hipocresía y de la indignación;
hubiera querido morir para escapar de si mismo, y al fragor continua-
do de la pugna, su espíritu se rendía envuelto ei • hasta su
cuerpo, frágil vaso para tan poderosa ebullición, se doblegó a los o>l-
|k-s del dolor, agotado v herido i*>r el reflejo de tan honda pertur-
intelectual \ moral.
Mnsioso de un retiro donde pudiese a sus anchas respirar, leer
obras prohibidas \ buscar sustitución en el conocimiento a la fe qMe
le abandonaba, alquiló una modesta I en que a nadie admi-
tía sin., a amigos de su absoluta confianza. Allí .vulto sus \-
condido rincón debajo de la escalera, y allí medito. ,i. -tun-
dió en orgias del pensamiento, reprimiendo los latidos .le &u con
clamando en el vacío, extendiendo los braZOS a li ido y
desvaneciéndose su alma en un abismo de tinieblas.
El amor pudo brindar consuelo a su delirio; mas ¡ayl 1>
vedado aspirar a aquellas •nes que su su juven-
tud con voraces anhelos .leseaban I a conciencia de la imposibilidad
I K había obligado a desistir de su primera ideal y purísim
sion. y ahora el tentador, engalanándose con nuevas formas,
DE DON JOSÉ M.' BLANCO V CRESPO 57
taba despojado de resplandores ideales, pero ardiendo en llama- de
abrasadora sed de deleite-. El amor sensual era el único míe podía
burlar la fortaleza de su posición. Sucedió lo que debia suceder en la
crítica situación del atormentado joven. Relaciones clandestinas sa-
tisficieron sus ansias, sin calmar sus angustias. "Si yo hubiera podido
— decía más tarde — disimular como otros clérigos y vivir en oculta
disipación, hubiera vivido bien ; pero, aunque no era cristiano, jamás
renegué de la moral. Xo necesitaba del miedo a la condenación para
sentir horribles remordimientos, y era el más desgraciado de los
hombt
Víctima de una vocación errada, juguete de encadenadas pasio-
nes, aborreciendo su vida, sin esperanzas en la inmortalidad, enfermó
gravemente, y si los bríos de la juventud lograron sobreponerse a sus
desfallecimientos corporales, nada consiguió sustraerle a los encontra-
ientos de su tempestad espiritual. La voluntad callaba, en tanto,
indecisa j trémula, sin norte de su- acto-, sin vitalidad para elegir so-
lución. Em uno de estos accesos de desesperación concibió el proyec-
ta de emigrar a los Estados Unidos, y entabló diligencias para to-
mar en Cádiz pasaje secreto en un buque. No obstante, el amigo
de Cádiz a quien escribió, que era de ideas tan liberales como él. le
disuadió de aquel designio. Los consejos amistosos, unido- al temor
de causar tal vez la muerte de sus padre-, vencieron su disposición, y
permaneció en su casa como enjaulado.
Durante el año de [802 había sufrido radical transformación la
casa mercantil de don Guillermo Blanco. El dependiente don Lú-
ea- l'.eck se había hecho cargo de la dirección de los negocios y se
formo una nueva sociedad mercantil entre doña María Fernanda
White, viuda de Cahill, i>or sí y como tutora de su hija menor doña
Mana, don Guillermo y don Lucas l'.eck. La escritura se hizo ante el
notario don |o-é González Andía el 7 de Septiembre de
Las atenciones literaria- constituían el Consudo del infortunado
sacerdote. En la radiante esfera de lo bello, sus dudas enmudecían y
su corazón Se dilataba con dulzuras de repatriado. En el peí
que sucedió hasta su ausencia <le Sevilla, explico Literatura en la
Real Sociedad Patriótica donde público tan numero-o como Si
acudía a e-cuchar SUS lecciones. En verdad, lo merecían, porque el ;,rran
to de Blanco, su palabra correcta y nerviosa, su amor al a-un-
to di us conocimientos, superiores al nivel lite-
rario de su tiempo, las hacían no menos agradables que útiles j 1
tribuyeron en buen grado .1 levantar de su postración el gusto di
bellas '■■
Con ni' ti. o de tales t ral «.ajo- de útil vulgarización, imprimí
58 V." BLANCO Y CRESPO
; i I i.
transmiten
,un los ideales de la época, lo> fundamel
ii ran principalmente a la Belleza e indkand
a su primitñ ■ ■ para míe fueran útiles al fin
human, r y mereciesen la consideraci* n del tud.
lüi la misma Sociedad leyó el -•;, <U- Noviembre de iSt
triunfa (/<• A/ Beneficencia, que Quintana i niar.
1 1 1 i
te para la lli-turi.i literaria y no cil
CAPITULO VIH
I! LAN ( 'i E N M A I) R I I)
I "na nueva pérdida amenazaba a la honrada familia de Blai
hermana que a éste quedaba, la única alegría de aquel hogar habitado
j>or dos ancianos, uno de ellos enfermo, y un joven mas desgraciado
que todos, se decidió a tomar el velo de religiosa, más por sugestiones
del confesor que por vocación ingénita, en el convento llamado rl
Reyes. Blanco Se desesperó al saber la noticia, y má- aún al pensar
que de sacerdote no le permitía explanar las razones que
le obligaban a considerar como un asesinato la profesión de su her-
mana. La pobre niña, herida por moral enfermedad, languidecería
en el convento, seguiría los pasos de la mayor y, falta de higiene,
de cuidados, del cariño insustituible de la familia, restaría algún tiem-
po, quizás años, a lo que le quedaba de existencia. Tales pensamien-
tos j il forzado silencio a que se miraba encadi erbaron el
odio de Blanco coima el estado religioso, contra la Iglesia, contra la
idea cristiana. En tan deplorable situación de ánimo y de cor
Blanco, sufriendo crueles amarguras, dijo la misa en I
•i celebrada el 27 de Junio de [804; el sermón corrió .
su antiguo amigo Mrjona, y Lista compuso la- dos bellísimas
que llevan por titulo, ¡a una. El Sacrificio de /<; Esposa, y la
El (<niin del Esj
1.a salud de la joven reclusa empeoraba i«>r momentos. < \ .•> la de-
bilidad del cuerpo -e acentuaba la del espíritu. La constante ni
aducía en escrúpulos de conciencia, y Illanco, que mu
la escuchaba en confesión, trataba de darle los
misino no se podía prestar
La profesión de 5u hermana y la incesante contemp
progresos que la enfermedad hacia en la tierna criatura, colma:
medida «le los sufrimientos morales ; su odio a cuant •
(So
al paroxismo y. ya que no :i remotas comarcas, se decidió a pasar al-
gún tiempo en Madrid. Los estatutos de la Capilla Real permitían un
trimestre de ausencia en cada año, j la combinación del Magistral
■ en unir lo- tre< últini riente con los tres ini-
ciales del que se§ • irse medios
idir legalmente *.'n la corte,
ebido el proyecto y recabado el consentimiento de la familia,
nuestn. Magistral no retardó la ejecución, dejando su cátedra de Li
teracura al ilustre Reinoso j disponiéndose a las impresiones de
nueva vida.
Una vez en Miadrid, lo que menos pensó Blanco fué gestionar
• ti mi carrera, El no era un pretendiente, era un i
vii, y le sobraba con la libertad. Prohibida entonces ]*>r razones de
policía la permanencia de lo- forasteros en la villa, Blanco mar-
chó a Salamanca con ¡minio de dirigir una instancia al Gobierno
solicitando «n residencia en Madrid. Al 1 ••.ifrir»
en mis ilusiones literaria- enorme decepción. Engañado |»>r tanta
inexactitud como se ha escrito acerca de aquella ciudad, soñó en-
contrar un pueblo culto, distinguido, apasionado por la ilustración
y las arte-, y se halló con un país " semibárbaro '' (sentis-barbarous
portion of the Spcmish dominions), "que no tiene nada míe haga
agradable la residencia en ella" (ti has nothing t<> make ti <m a
ble place of residencé) y cuya grosera superstición (gross superstition)
hacia intolerable. No halló más consuelo que la amistad de Me-
leude/, el preclaro extremeño que allí explicaba entonce- con t
fruto, y las reuniones del obispo Tavira. iln-tre jienense,
estaba m¡ ada <le lo que podía esperarse (more Europea*
tluin yon could expect).
Consiguió, ]H>r fin, una licencia para se en Madrid por
un año, con aprobación de su Cabildo, y. ya en la corte, aprovechó la
amistad de Vinorós (que cuto-. ., de ser nombrado D
toi de un colegio -i-tema Pestalozzi, a título <le ensayo instituido
con carácter interino por el Príncipe de ar y
justificar su ausencia de Sevilla.
En verdad, y sea cual fuere el fallo definitivo de la 11
nadie podrá negai a God ■ nobleza de propósitos ni buen de-
de procurar la difusión de las ciencia- con ori< esbel-
tamente i' en u de Febrero de 1804 la Junta
pecial de exámenes, mejoró la aflictiva situación de los mae
ampl ama- de las escuel; ió la publicación de
iñolas ) la de libros extt »
fin, el Real Instituto Mtiitat Pesiar
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CBESFO 61
loeexano, inaugurado el 4 <le Noviembre «le i<So6 en la Casa de la
Villa.
interesado por Blanco conocedor de su designio. Amorós le
brindó la plaza de catequista e instructor religioso de la Escuela. Amo-
rós disimuló lo modesto de la oferta asegurándole que le propon-
dría para la Junta de hombres de letras encargados de la inspec-
ción del Establecimiento, y Illanco aceptó, disfrazando su humilla-
ción con el pretexto «le evitar la entrada de un beato y por la ra-
zón de que su cargo no estaba dotado con ninguna especie de suel-
do ni de gratificación.
Por este camino. Illanco obtuvo su más ardiente deseo, el ale-
jamiento de la suciedad en que habia vivido y de los lugares testigos
ts amarguras, pues se le concedió por Real orden una dispen-
sa ilimitada de residencia.
Los Únicos tintos literario, de SU nuevo cargo fueron un in-
forme acerca de los progresos de la Escuela, confiado a su pericia
por la Junta inspectora, y una composición jxK-tica de no escasa tras-
cendencia para el autor. Este, en su informe, mas atento a su reputa-
ción literaria que al verdadero asunto de su trabajo, redactó una d¡-
sértaáón arena de las ventajas del sistema de Pestalozzi, prescindien-
do de los resultados positivos de la enseñanza. Impresa la memoria.
compensó el público con ingenuo aplauso la labor del artista.
La poesia de Blanco antes mencionada, fué una oda leida en la
nidad de los exámenes públicos de los alumnos de la Escuela.
I legó la inspirada composición a manos de Godoy, el cual, si no
era persona de erudición, sí alental» los mas sanos propósiti
pro de la cultura nacional y mostraba natural inclinación ]>or la
a j las artes, por lo que tuvo .misto en admitir a Blanco en
rtulias, poco accesibles al elemento no militar.
Mas no incurramos, como la rencorosa Regencia, en el desliz de
confundir a Blanco con la turba de aduladores que mariposeaba
en torno del favorito. \\> solamente ningún provecho extrajo de tan
útil relación social, sino que vio muy contadas veces al favorito.
y en cambio frecuentaba las tertulias literaria- de Quintana, donde
no imperaba la mayor benevolencia para el Príncipe de la Paj
l'.l Instituto Militar Pestalozziano feneció en Enero di
el archivo de Hala de Henales hemos encontrado un oficio fir-
mado por Godoy, • rdenando se den las gracias por su cooperación
al ensayo del Instituto a varias personas, entre cuyos nombres fij
el de Blanco y el de su futuro colega en la redacción del Semanario
don Nidoro Antillón.
¡mientOS preliminares del luctu
de Mayo, fecha, I
VIDA I ANCO Y CRESPO
La ai dio a Blanco el nombramien-
infante don I Paula, mas la
efímera » jne a la vez llegaron a Madrid las l<
de A amigo al Escoria] y las nuevas de la pri-
Tampoco la malograda distinción se debió a recuerdo del
lid. En el clérigo «pie dirigía la edu sica del Infante
1 Principe de Asturias en '
rrespondencia de éste con el Emperador; m ~.r una parte, el
Rey perdonó a su hijo mediante la indignidad de que éste delata
- natural, también absudto el Vu
por otra la influencia de Amorós, tan
■. declinó con el ocaso de su protector, qu< ~tral
libre de un compromiso en que mal de su . vuelto, te-
meroso de ■ ición al piélago de intrigas en que fio-
' ¡ indigna política de palacio, o resultar con su
¡unidad con 1"- miserables conspirador!
CAPITULO IX
DEVANEOS. — VUELTA A SEVILLA. — " 1L SEMANARIO PATRIÓTICO.
VIAJE A INGLATERRA
Aunque el Gobierno de Bonaparte, en concepto de Blanco, hubiera
sido la salvación <]<■ España y su redención <le la barbarie en que yacía,
piulo en & más la v../. <lc independencia que el deseo de mejora, y
en \ iv. de seguir el ejemplo de Íntimos suyos que habían abrazado
la causa del rey José, cuando supo que su provincia se había levan-
tado en armas, no vaciló en acudir adonde estimó que su honor le
llamaba. Verdad que para un sacerdote heterodoxo ofrecía graves in-
convenientes, si no peligros, volver a un país dominado entonces
por la exaltación religiosa de los fraile-, puestos a la cabeza del movi-
miento, mas, esclavo de lo que juzgó su deber, despreció los ries-
gos del viaje, desafiando los mayores que a su llegada se prometía
ttrar.
lluUi también de vencer, para decidirse al viaje, otros lazos más
íntimo- y no menos inerte-. Por aquellos días hallábase en arm
ones con una dama madrileña, no tan recatada cual debía, de
cuya ligereza quedó vivo testimonio en el niño Fernando. No he
sido afortunados en las pesquisas enderezadas a fijar la época del na-
cimiento de este n¡ñ< mjeturas apreciamos que debió
llegar al mundo en los prii - de (809. No otra deb
fecha, pues en caita .1 su hermano, que hemos de tra
adela la en _• 1 de Mayo de [824, dice: " \ principii
implió quin 1
Como reproducidas, Illanco
■
rmin< - muy propios de la ceguedad inherente a todo padre las
VID
excek - di-
fícil advertir en el fondo que el joven madrileña- •.. ni
con mucho, la rara inteligencia del i>adre ni su ferviente
de saber, antes al contrario, sentía repugnancia por los lib
debiéndose a su (Inaplicación el consentimiento di que abra-
zara I ¡litar La ilusión paternal «le Bl
su tradición literaria Poi eso cuando su
ron, hubo de fijar los ojos en mi sobrino José Mana, re-
dando eficazmente al padre que le pusiera en condiciones de
se a la- leb
Don Bartolomé José Gallardo dice, i - qué funda-
mento, que fueron varios los frutos <le las relaciones de Blanco
■tros, a pesar de haber procurado cuidadosamei ar lo
que hubiera de cierto, no hemos conseguido confirmación del aserio.
En general, las noticias de Gallardo
desde [808, no merecen entero crédito, pue rán cuan-
tos lean su nota biográfica «le Blanco, existen en ell
titudes, entre otras, la de asegurar que la madre de hijos
marchó con Blanco a Inglaterra, cosa evidentemente inci<
En rigor no podía exigirse gran continencia a Blanco, dado el es-
tado de SU conciencia moral. No creyendo en la religión católica ni en
la santidad de los votos, ¿qué obstáculo podía oponer al torrente de
sus pasione m noble sinceridad, confiesa que mientras ejer-
ció su ministerio fué "como tantos,.' n polilla de la virtud
femenina"
Como en Blanco estallaban los ímpetus tan violeí ia de-
jar un instante entre el pensamiento \ la ejecución, rompió toda suerte
mpromisos, abandonó su «ns, , principal en la «asa núm. 8 «le
dle «le Silva y emprendió su penoso viaje hacia la hen
natal.
;< Y.nio hall' Illanco 5U ciudad al volver «le X .illa fué la
primera ciudad de España que se levantó contra N'apoleón \ 1
mera noticia de la catástrofe '1«-1 -• 'le Mayo, estalló dario
formidable arrebato «le indignación, al punto tran I en tumulto
11 II o de Mayo se recibió la noticia «le li a de
rte, acompañada «le una comunicación «le la Jui
reprimieran al pueblo y mantu> i<
día lidad < on las tropas francesas Sevilla respondió "-n viril protesta,
exigiendo I i batallo»
1 • luntaríos, llai a triunfar en los ,-a-u|>,.s ,|.
leu Bl pueblos* de la Maestranza, empla
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 63
una Junta General de Gobierno o Junta Suprema de España e In-
dias, presidida por don Francisco Arias Saavedra. (i)
Vpenas llegado a Sevilla y sin detenerse a descansar, Blanco mar-
chó al Real Alcázar y, por indicación de buenos amigos, se presentó
a la Juma. Saavedra le recibió <lel modo más cortes, le hizo sentarse
entre los individuos de la Junta y le interrogó acerca del estad
que quedaba Madrid y de lo que había observado durante el viaje.
Blanco en sus notas la extrañeza que le causó la insis-
tencia con le preguntaban por su amigo don Joaquin Maria
Sotelo, a quien reputaban afrancesado, y asegura que ningún m
tía para justificar esa creencia general en Sevilla. Blanco se equi-
vocó ei tonces: los hechos posteriores confirmaron la verdad del jui-
cio dominante en la opinión sevillana
La Jimia Central, que, como dice muy Lien Illanco, se había de-
clarado Suprema con el consentimiento forzado de las provinci;
trasladó a t ser esta la ciudad más importante de España,
y, conviniendo a sus fines continuar la publicación de El Semanario
Patriótico, periódico fundado en Madrid por don Manuel José Quin-
tana, se invitó a Blanco para que, en unión de su antiguo amigo don
Isidoro Antillon. editase en Sevilla el órgano oficioso de la Junta. Ln
tado de efervescencia del país, logró el periódico éxito inmi
no obstante de que sus redactóle- no expresaban con entera lil>ertad
sus juicios, pues el censor, o sea Quintana, les había facultad" para
escribir lo que gustasen bajo la responsabilidad de él y este lazo moral
coartaba su independencia, temerosos de comprometer al amigo que
semejante confianza depositaba en su discreción. El periódico no equi-
valía ya a un ec<> de la Junta; hablaba por cuenta propia, censu-
raba a la- autoridades y procuraba reflejar los latidos de la opinión
del pais.
La Juma Central, incómoda con la independencia del periódico, de-
cidió impedir su publicación. El primer paso consistió en encargar a
Antillon de la Gaceta, con expresa condición de no colaborar en abso-
luto eu el Semanario; se orden ■ i Quintana que limita
información del periódico hasta convertirlo en anodino,
Blanco se dirigió al público términos v<
bienio le privaba de libertad para escribir: "Si /:'/ S
i
66
— de
iar a la nación.
¡ lad. "
• «le la
Junta Centra] \ cuan in justan* usurpado los d
le debía ni.
rdias, dijo la Misa de la instalación v hasta can-
metros la patriótica solemnidad.
■ ¡Hilaridad que .
lióle tal prestigio, que J recerle un
puesto en la Comisión de preparación de
No fué aceptado el nombramiento, mas las
naron a Blanco ■ «t r.i i que i>n>l>.'. evidentemente
nsultada la Universidad de Setvilla i-
vellanos acerca de la constitución de la
ir .1 Blanco, en unión «Id doctor Seoant >rme,
no obstante de <|iie Illanco no \k-v\'
cumplimiento del cometídi
aprovechó la presión de las cin los Inqui-
sidores a facilitarle una porción de libros prohibidos que ju
■ '- para su desempeño y que yacían cubiertos de |h.1\o en los
rincones del edificio inquisitorial.
Entregado a sus aficiones y a :
cuidaba d< « de su casa L
padre, su tía j Beck había concluido en 30 de Junio d< - 9 de
embre de 1 808 don Guillermo j d
1 alnll. otorgaron ante el notar:
Andi.i nuca escritura <lc sociedad, que debía concluir el 30 de Junio
de 1810.
francesas I
•
nada de ' ' • la- puertas de Vndalucía a la audacia de los
imperiales 1 1 Junta Suprema decidió aband lia, de donde ya
lad el n José amei
■
tener el Ímpetu •
bra de la in bre los muros >le la ciudad.
Wgva del triunfo
■
-
ños había que acariciaba U idea d*
'.' BLANCO Y CRESPO 67
aerse al fanatismo de su país ; de volar a tierra extraña, donde pu-
lí- los maldecidos hábitos y profesar a los cuati'') vientos
aquel sueño, irrealizable por el temor de desesperar a sus
padre-, se le presentaba ahora exento del riesgo que más temía. En
>; sus padres, por su origen irlandés el uno y por su casti;
tii-pe el otro, y ambos por su acendrad mo, aborrecían a los
invasores y sentían justificado pavor por la suerte de su hijo. Si
Blanco permanecía en España y abrazaba la causa francesa, más con-
forme a sus sentimientos liberales, la decepción de los padre- hubiera
sido inmensa. Preferían no tenerle a su lado a verle confundido con
adversarios de la Patria y del hogar. Si mantenía su
adhesión a la causa popular y ésta era vencida, le esperaban crueles
cuciones, y -1 la legitimidad histórica triunfaba, traería, como
trajo, inevitable reacción del sentido ultracatólico, más temible acaso
para un sacerdote liberal que las represalia- del partido francés. Ce-
rradas todas las vías, los padre- de Illanco -e conformaron, si no se
alegraron, de que el hijo emigrase de España, no suponiendo, en modo
alguno, que la ausencia impuesta por las circunstancias ascendiese ja-
mi- a separación definitiva
De esta suerte 1"- su redan las -ceretas ansias del mal
tico. Míster Beck, el c ■ íuillermo; su se-
ñora, un dominico pariente de Blanco y éste, se embarcaron la noche
del 29 de Enero en el rio de Sevilla y. después de dos días y medio de
naivegadón en lancha, a razón de cinco millas por hora, llegaron a
Bonanza, donde hallaron un ban-o inglés que venia consignado a la
casa de don Guillermo. A la vista de Cádiz, tropezaron los fugitivos
con el inconveniente de una orden que prohibía la entrada en la
ciudad a los forasteros, excepto a los ingleses. Blanco hubo de cam-
biar su traje de sacerdote por otro de seglar y. a beneficio di
cimiento del ingles, pudo pasar como legitimo subdito de la Gran Bre-
I
No desdeñaron los invasores a su implacable enemigo. Apenas
instalados en Sevilla, el nombre de Blanco salió en la Gaceta entre el
número de los proscritos, el puesto que di
cante \ seaiecretó la confiscación de sus bii
Inútiles tentativas las de parientes y amigos para disuadirle de
la emigración durante las tres -emana- que permaní
Su res ilución estaba formada; el sueño de oro de t< ¡ntud
.enia a las mano-, y jn .r cuant' > ha) en d mund 1 110 huí
desperdiciado la
I 11 estas circunstancias, su antigua hija de 1 la infortu-
nada Mai igéndole que la lli
68 VIDA V OBI tXSPO
Inglaterra No podía ei trar en los planes de Blanco la deferendaal ex-
traño ruego que. aun honestamente prestada, hubiera dado a su corn-
il calaverada, y se limitó a
vola- • ida monja
El 23 de Febrero de [810 zarpó el buque <le la bahía
o se contempló en alta mar a bord
parado i«>r él pabellón inglés! Aunqu< char
1 melancolía al ver hundirse para siempre en el h '
turó tlel libre ambiente del 1
las ligaduras '!<• su Patria, de su esta compí
irrullo <le 1 •
almas jóvenes y fuertes. Vun pasados muchos .
pasmos de júbil ■ mirarse libre del
nía doliente cu expectativa <le una nueva encarnaci<
captura, tempestades
siedad, su fiebre, crecían por momentos, y multitud de dudas
r<Mi desde su partida hasta el .} de Mar/., «le 1810 en que,
de la mañana, fondeó el paquete en la bahía «le Falmouth.
CAPITULO X
PRIMERA ETAPA DE BLANCO EN LANDRES
Pasado é primer acceso de alegría, la embriaguez de libertad
invadió su ser al zarpar de Cádiz, dificultad) ras y
confusiones turbaron su espíritu al divisar las costas de Inglate-
rra. El cuerpo, nada robusto, tampoco había permanecido indife-
rente a 1"- azares, y d mareo, la- molestias de once día- de nave-
gación y la imperfecta disposición de Los antiguos buques, no le
permitieron llegar a su nueva patria en las mas favorables condi-
ciones de salud.
Cuenta «jue un frío horrible, cual nunca había experimentado,
embarg ■ su organismo; creyó míe iba a sucumbir con el sudario
de aquella niebla que traía por contraste a su imaginación el es-
pléndido sol de Andalucía, y un sombrío abatimiento se apoderó
No llevaba vestidos adecuados a la rudeza del clima boreal,
y así, entre la confusión de los viajeros que se atropellaban por
salir más pronto, él permanecía rígido, inmóvil, quizás arrepenti-
do, por 1" menos indiferente a desembarcar o a continuar en el
buque. A bordo del Lord Howard iba también un distinguido pin-
h Lasoelles Hoppner, hijo del tamo-., pintor «leí mismo nom-
bre, conduciendo unos pliegos de la Embajada inglesa en España
para el ( li bierno de L odres.
Hoppner y un hermano suyo hablan pasado larga- temporadas
en Sevilla, ciudad inagotable |>or sus riquezas artísticas, sin rival
en España y para algunas cosas en el mundo, pues nada ha produ-
cido la escultura cristiana capaz de emular a las imágenes de Mar-
tínez Montañés, de quien posee Sevilla la colección casi entera i 1 1.
lio de los cuadril- y escultura- se prí
de una linda levillana influyeron poderosamente en la prolongación
■JO VIBA Y «BVAS
ilria i- timado m Hoppner, esH
,-R. i,-, - . ninguna amistad posee mayor
a'iti-
n la -¡illa lebia
: icirle, viajando sin descanso día y noche, a I •
a <lc Hoppner en la capital del Reino
Unidí • laban siniestros i«ira i
La honrada familia del pintor lloraba la muerte «leí ¡>a<lre.
Hoppner, que ya tema idea «le la
medad de su padre, recibió la noticia en «.-1 Foreign
detuvo la -illa d< ■ le <-1 mensajero cum-
pliese su deber oficial; asi que amb
en situación imposible de describir, muriendo de dol
te el otn . ■. ncertidumbí
Tras de la explosión de sentimiento que produjo la llegada de
eiles, durante la cual nadie que-
dado en la silla, abatido, di ertar a levantarse. \
l'm Lascelles de su amigo, le rogó que subiese, y '.« i su
lia, cuyo doior había i imprevisl via-
s l-'.l español, rendido de alma j de cuerpo, es
nulidad de cia y mostró el deseo de retirarse a un .
miento.
lado al tin en la ya desa
echo y dun
citaba mi extraordinai
MI despertar ' te todavía 4ar las
ponderadas grandezas de la •. in«l.i< l sin ri ¡
la ventana, y otra d<
abatir su ánimo, cada v\ bado > m¡
i-bli-
léjaba apeí
nvoivía la i ni.'.. • de melai
])íritn.
• lo la reflexión, impuesta por la realidad
linm a < en el
..riño
DE DON JOSÉ M.a BLANCO V CRESPO 71
premuras de la situación, sucedió a los entusiasmos con que se ha-
bla lanzado, sin sólida base, a tan arriesgadas aventura-, sus alien-
tos decayeron más aún y dirigió con angustia los ojos hacia la im-
penetrabilidad del porvenir. ¿Con qué contaba para garantizar su
vida'" Todas sus economías se reducían a unas cien libras. Cualquie-
ra que ha vivido en Londres algún tiempo sabe lo que piteó
perarse de semejante caudal en la reina del Támesis. Xo tenía más
recurso que el trabajo; pero ¿qué trabajo hallaría en país descono-
cida con la urgencia que él lo necesitaba? Vivir a costa de sus pa-
después de haber tarado al arroyo la carrera que le dieron y
realizados para su adelanto, era una indignidad que
su carácter no podía siquiera discutir. ¿Encontraría ocupación en
algún periódico? El po desconocía el inglés, empero distaba mucho
de la perfección que un público ¡lustrado tiene derecho a exigir del
escritor. ¿Tocaría el violínen algún teatro? La arrogancia de la san-
gre andaluza le hacía abochornarse de tan ruin idea.
En el triste dédalo de su- cavilaciones, un rayo de luz brotó opor-
tunamente en su memoria. Había tratado en España a un hombre
científico llamado Mr. Children, con el cual conservaba sincera
y afectuosa amistad. Blanco le había prodigado las atenciones que
pudo, j Children, cual si profética intuición iluminase su cerebro,
le había rogado que, -i los azares de la política le arrojaban algún
día a Inglaterra, no dejase de verle y de contar con él. Le escri-
bió a su residencia en Tumbridge Wells, y a los tres días Mr. Children,
que estaba recién casado en segundas nupcias y de temporajkl en
rinoa llamar a su casa. Nocom ti ingratitud el ii
a la- atenciones que de Blanco tenia recibida-. Le invit
que fuese a c mer con él siempre que no mediase otra invita-
ción, le llevaba a los es] museos y exposiciones, U
sus amistades j le brindó cuanto un hotn-
reneroso puede ofrecer en obsequio del que estima por amigo
onclusión de esta amistad fué triste para todos. M
Children, la exi de quien hizo Blanco, primero en la
intimidad de su n <u> libros, tan merecidos
gios, talleció en lo mejor de su edad. El dolor de su maridí •
ínter ndía a la magnitud de la desgracia, ¡ levan-
tando definitivamenti e marcho de Londres, ^si la i
de un golpe los can: • que, aunque en ■
unían tres genen mes.
estudiar a
fondo la lengua y las costumbres sociales de mi patria
lo emprendió con todo el ardor propio de la impetuosidad de
irácter, Bien penetrado <lc que no es pasible dominar una len-
gua hasta que istituye en forma preferente de ma
lecir, ha>ta <|iie prescindimos de traducir interior-
mente, renunció a escribir, hallar y p< spañoi, mientra- .
sidades perentorias no le obligaran a redactar en su idioma patrio.
te de El Español, de <|ue después hablaremos, únicamente
cribió en nuestra lengua, durante 1"- primeros aiV- de su nueva
vida, un Bosquejo ¡Id comercio en esclavos, impreso en 181 .
cuenta de la African ínstitution. Mas adelante daremos el exrj
de este interesante y hoy desconocido tral
Ensanchó Blam nudando las
que en España habia EidUand y siendo pre
la familia del difui > ¡!>¡-
tanto trio que le dispensó I.ady Holland, i gran-
des esperanzas, aunque se le invitó repetidas veces \1 fin, durante
dos años en que fué. según él mismo dice, huésped le su
ecibió muestras inequívocas de estima
'nliar.L,'", de que la finura <le Lord Holland > -
dirigida a sus padres en 4 de
Julio de 1813 al declarar que, aunque se halla en la finca de
HTolland muy considerado, el prefiere su pequeño rincón También
men 1
■ en sus apreciacione - que nadie vislumbró que
la evacuación de AndaltK no preludiaba ú
mente lapeYdida de • España, sino la paz europí
la derrota de N índo-
le profeta, - del
buen sentido aplicado a la vida pública de España y V
consumaron en la realidad. Sus vaticinios han pa
"4 de Julio 1813.
"Mi- queridos Padres: Escribo
que va a Portugal y hará poner ésta en mas próximo a
Sevilla, por donde p noticias de i.i completa derrota dd
• habrán da
■ le volverse a ver en sus manos: En mi opinión,
•.i ya completamente segura, y 1" que es ma-. pienso que
nada puede conducir más que esto a una >'. la que a
n>> está lejana Dios quiera que mis ui fallida-.
\uu no !¡< \ é a V.* de
la última que tuve
lísima dificultad de que él halle medios «le escribir. 'S
[OSÉ M." BLANCO '■
puedo dudar de que él sigue sin novedad, porque a ser de otra ma-
nera 1" sabríamos por casa de Lubbock.
"Yo continúo sin novedad, a i>esar de que el verano presente es
algo desagradable, por no haber hecho aun ni un día de calor. La
Stoy escribiendo cerca de un lindo fuego que he man-
dado encender poco lia. Esto es al tiempo que estarán V.ds abra-
sándose de calor j con la casa toda regada y la vela echada desde
las siete de la mañana. Pero no obstante, yo prefiero esta esj>ec¡e
de frío, porque no priva a uno de ninguna especie de exerciei" y
dexa al campo en toda su hermosura. Desde la mesa en que es-
cribo, estoy viendo los jardines más bellos que \'.'Js pueden )>en-
sar. Son 1-.. de Lord Holland, en cuya casa de caiii|*> (que es la
que habitan todo el año a media legua de Londres) estoy huésped
]x>r unos pocos dias. La casa y el trato es magnífico, y a mí me
hacen mucho favor en ella: mas, no obstante, yo gozo más
un pequeñito rincón retirad". Oxalá pudiera lograr tener uno pro-
pio mío aunque fuese como un cascaron de nuez, en lo que aquí
se llama campo, que es todo pueblo fuera de Londres.
"Hace más de un mes que se recibió el ultimo paquete de Cá-
diz, j todo ese tiempo ha que no tengo noticias de \'.'!~ Deseo que
se hallen V.'K perfectamente buenos. Muchísimas mem.- a mi her-
mana, tías, primos y amigos. Aqui he visto a Juanito VVetherell,
me dixo que había visto a \'.'u buenos. Me ha hablado mucho
de Juan Soler v de Cepero i i i. a quien dice que ve alia con frequen-
V.'u mis particulares memor
i ,i V.da tan felice- como desea su am.te hijo.
"J. H. VV."
1 a familia Moore le acogió desde luego con La mayor efusión,
sin más motivo que saber que había elogiado sin conocerle al pun-
donoroso general, victima, primero, de su decoro militar, v des-
pués ile torpes calumnias necesarias para cubrir la responsabilidad
- que a mansalva comprometieron el honor de un saldado %
la suerte de la patria. 1.a madre del General abrumaba al rindi-
con maternales solicitudes, extremos propios de una madre
hacia que rindieron justicia a su hijo, y envió
doña Gertrudis, queriendo extender SU bondad ni. ■ :a\ía
defl emigrado.
1 1 1
i Historia conserva mi nombre > sus b<
■ le! i contra la invasión francí
7-»
En tanto, amargaban el humor de B
ria- madre y d eco de las difama*
erían muc
. ..■ u
.-mili.: ■ . ■ luci-
da a su madre:
"Mi amada Madre: La Señora que me hace el fa
me lia ofi • ¡n-
arla «le mi salud. Yo siento infinito que la de V. n<. sea me-
omo igualmente la I
do Padre. Dios, que lia dad., a Vstedes Fuen frir tanto,
las continuará y mej horas. Y., constante
■
"Su- últimas letra- de \'. di- 30 de Mayo ir.
mucha confusión, porque no hago memoria de habeV 1
de esa por separado de V. y mucho menos de haber ei
materia- que pudieran tener interpretación ni mala ni bu
desgracias han nimos «le ,■ lle-
ven a mal que yo no pueda aborrecer a
luando les
ni corazón sin acordarme de 1.. que opinan en
. j c< >mpa - que se hallan cu tal
lo que fuere 1 que y. •
ra no está en mis raai n quanto a 1
y mi conciencia me dictan qu
quanl tros me la den " nie la quiten, la
que me han hecho di del intuid" me h ufrir
con • 1 quieran h
gura de que ' iré ni una
de May., no hubiera
on una memoria mia. Iba dirigido a Castro (i>
•it... V11 11.. he
una letra de nadie ■ a de la- .!■
supiu it \ '' me .: nerlo
re al 1
(Inri
mía ■
DE DON JOSÉ M." BLANCO V I B 7D
a ni lado sería un consuelo indecible. Yo aunque trabaxo mu
estoy bueno. Quanto veo aqui me agrada, y mientras más i
más afición le tome a quanto me rodea
"Los médicos son de opinión <jnc la enfermedad «le V. tiene
cura, y que en la estación del año en que estamos pudiera V. te-
mucho alivio si los facultativos que asisten a V.d fueran me-
jores. Pero la naturaleza puede mucho, y yo confío en que dentro de
algún tiempo estará V. con mucha mejoría, ya >ea entera-
mente buena.
"I Je mi hermana ni mi tía Pepa nada me dice V.'1, de
infiero que estarán en sus casas. También quisiera saber del íntimo
amigo de mi hermano, M. En fin, quisiera saber de todos los ami-
gos de mis primeros años que son los que cuento por verdaderos.
Entre los demás hay mucha morralla.
"Infinitas veces me ha llorado el corazón las miserias que se han
padecido ahí Miserias que habrán transcendido a todos; y al poner-
me a la mesa, en que, aunque salo y pobre resp siem-
pre he tenido limpieza y abundancia, se me han arrasado los ojos de
lágrimas, pensando en la amargura con que comerán su pan las per-
qué más amo.
"l>i", les de a toda mi amada familia y mis amigos y aun a mi<
enemigos, consuelo. Salude Y.'1 a mi Padre, hermana, tías y primas
en mi nombre Al todos mi mil cosas. Dios bendiga a V. y
a todos los míos como se lo pide su hijo «le Y.
J. M."
La campaña de injurias contra Blanco había estallado al punto
ibandonó la Península. A raíz de >u viaje vio la lu/
procaz folleto llamándole "espurio patricio", apurando <
de dicterii •- característio >s de cien ;
las razones que tuvo el señor Marques de Valmar para apello ir "ra-
zonad" folleto" a la virulenta diatriba publicada en aus
acusad • p >r sus amigos de
i que «le sus amig *, no p< • d
de incluir aqui una carta del ilustre Reinoso, que hallamos <
los papeles de Blanco. Es rriu) • >rque mai
ta el us amigos de juventud
asi todos lo
illa, ~ de Noviembre
"Mi amadísimo m quinto placer he leído la hi
de tu emigración I Tus noticias en ese
76 VII>.\ Y OBRAS
y oscuras, que nunca lian podid • saciar la curiosidad interesa-
da di tus antiguos amigos, en cuyo corazón tienes y
perpetuamente - un lu^ar adonde no podrán llegar minea
n trigas políticas, la perfidia, el odio de partido, ni este espíritu
icion que nos devora, Las noticias de la tuya sólo han lle-
aquí por rumores. Apenas hem el nombre de Quin-
tana en el número de tus contrarios, apenas hemos podido formar
idea del origen de la contienda. No es extraño que en la incomuni-
cación con Cádiz llegasen aquí tan debilitados los datos de una
tion, que aun en Cádiz mismo no giraban libremente. Yo no he
papel ninguno tuyo, ni ajeno, que hable de esto. Después de abierta
nunicacion con aquella plaza, tal vez habrán venido algún •
tu> números a Sevilla; peí dido cada día y nin-
he podido haber a las manos.
":[jy. ion infructuosa, cuyos dardos no pue-
den alcanzarle? ¡Dichoso mil veces, que habitas un país donde la
libertad del hombre no es una palabra vac
men y aprisionan los ciudadanos! ¡Infelices eternamente nosotros,
que pugnando por asir una sombra de libertad, no cogemos de esta
lucha -in>> destrozos! ¡Quántas veces he envidiado tu suerte! Casi
antiguos amigos se han comprometido ]>>r el rey Josef.
Ni podía ser de otra manera. El ha teñid" el arte de
los hombres de provecho que había en la nación: i*>r manera que
fuera de I»- pocos que se refugi ádiz, puede e que
apena- habrá quedado quien valga alguna cosa que no haya estado
en su partido. Unióse a esta oficiosidad del Gobierno trancé- la con-
>ii mtima. que p dos, de que era imposible liben
dominación. Los franceses desplegaron en tadakicia una fuer-
za prodigiosa quando se hallaban disueltos todos 1 de la
península. En aquel momento, hasta el intimo vulgo desmayó com-
pletamente en las esperanzas con que le habían fascinado las junta-,
mientras labraban su ruina. Empezai
- partidas de dispersos y a renacer con ellas las c-i*--
ran/.i • hombres de algún cálculo jamas han visto
en estas correrías más que la devastación del país. Hasta que !
Wéllington ha desplegado tanta- fuerza- tan sabiamente no ha ha-
bido leini;-' .~ de question.
"Ib-tc. pues, aquí decidid"- a tantos buenos por la sum
• medio que vían para terminarse los malí ha tenido
rno. El que mas lo ha dad r por
• ha sido la redacción de la Gaceta (ir SeviBa, donde
• -la- la- .i argado más '«lio la cercanía de! Go-
DE DON JOSÉ M." BLANCO V I B 77
bienio de Cádiz y la rivalidad ridicula de aquel pueblo con
pequeña en otro tiempo, pero exaltada ahora increíblemente |
lio de- haber sido ellos solos la tabla del naufragio. — Junt
Lista debo entrar yo; pues no deben desunirse los mejore- amigos
que tienes: los que te han conservado más memoria y Fidelidad; tú
conoces mi carácter escondido y lucífugo. El misino he sido siem-
pre, Xi a Josef, ni a sus mini-tro-., ni a Jos maríscale-, ni a los xefes
franceses he tratado ni una vez sola, ni conozco aun- de vista. Xi
he escrito, ni he hablado -obre su pleito. He -ido. no obstante, ra-
ción." de e-ta Catedral año y medio, de cuyo nombramienl
vieron noticia ante- que yo lo- que ante- que yo leyeron la Gaceta.
Avínome bien, porque sin e-te auxilio hubiera perecido de hambre
en la calamidad que sufr
obre en público |>ara recoger de la- calles hasta 703 miserable- des-
mayado:, y moribundo- en do, hospitales que formé y sostuve
indecible- afane-. — Sotelo después de la rota de Ocaña
a admitir la plaza de Consejero de Estado, que muy anteriormente
le había ofrecido Josef; vino con él a Andalucía y ha sido su comi-
sario regio j prefecto en Xerez y después en Sevilla. lia servido
con integridad y beneficencia. Colocó a Sanjurjo de secretario gene-
ral de la prefectura de Xerez, donde se ha manejado tan pacifica y
honradamente que se ha lila-nado del odio de aquel pueblo, exaltado
a medida de su inmediación al foco, e intolerante a proporción de
su nisticidad. — Arjona. Está más loco cada día. lia sido decididí-
simo: ha tenido incesantemente pretensiones. Sin embargo, nada ha
obtenido nía- que la orden de Espada creada por Josef. A la en-
trada de é-te publicó una '«la, y no -é que haya hecho má> que bu-
llir.— Cepero. Ardiente patriota: intolerante y. por consecuencia,
muy desigual en el tr.i amigos, quienes, sin embargo, lo han
algunos peligros en que se ha puesto por hablar y mane-
jarse fuera <!<• la- circunstancias. Ha escrito ahora unos qu
papeles contra 1"- frayles, en que el modo ha desagradado ma-
que el argumento y le ha causado una persecución frailesca qui
<t crat iii ■
I '< > r\ ■ a de donch a ir que ha vuel-
to. Su hermano
habrán tenido variedad de Fortuna; per..
.
VI HA V OBRAS
;i amnistía
ñera! nadie tu.
y ali\ iar a
puebl
-
tes de ii de
[uan-
península pen
ernaodo VI. extendiéi
ción de este decreto hasta
\ mozos de la Adua
ncn. . 21
habilitan t
hasl i |nan-
ayan sido agrai
de 29 kiem se manda arn
¡¡ion. tengan la criminal temeridad </r pn
innumerables 1
. en la sola noche de 14 de Octubn
rque no creyó una victoria de Ballesteros; aquél,
porque dixo qu< tenia remed porque habí
francí Sin embargo, se prodama la libertad de pt
miento, se ha sancionado la de impn
hay quien lleva di >s
i [1 ppner. Te abi mo,
Y no cabe 'luda de la sinceridad de
apresados, porque 1
Ulan mientos <le la amistad, que, en me-
■ herida- pi • de
e hallaba ' ntud.
ta, II que nunca habían «le
"Mis muj
. Iré y
x ■
■ de que II
1 \
; U." BLANCO V ( RESPO 79
a quien le entregaré esta carta para que la ponga en el correo en
. y también le he suplicado que haga a \'.'u una visita en lle-
gando a Sevilla. Aun no lie teni - 'le la -a-
üdá de 1 - franceses. rasquit i Manjon algunas i
ie lian causado mucha pena: tal a'iada suerte de
Lista y Arjona, que me dice se lian ¡d >. Entiendo
que Arjona -era el penitenciario; porque Pepe tenia más juicio, y te-
nía lo que da más juicio que nada: una familia de muger e 1
V no puedo menos que sentir en mi corazón la desgracia de dos
hombres de 1"- :<_■< talentos, y del mejoi
he mirado siempre como hermano-. — Otra de las noticias ama
que acabo de recibir por Frasquito es la muerte de su hermana
,\1.' ! ¡qué dolor de muger 1 Entiendo que murió un año ha
a impuls ■- del mal trato de su man tan extra-
ordinaria que hasta los corazones ha mudado. Nunca creí que lo tu-
viera malí ■ i anill >, aunque jamás me figuré que la excelente M.* Fran-
cisca cía feliz con él.
era que me dixeran V.d* (piando esperan que haya algún
capil fianza de V - «pie van i
mandar algunas frioleras. No piensen Y.,|s que en las inmensas di--
i decirme que tal capitán viene en tal navio, o ha
de satlir de aquí. El modo 'es decirme (pial de los correspondientes
lo envía. Yo recurriría siempre Lubbock; • nco-
modarlos demasiado.
Juzgo que Lucas * Polly I i I estarán ahi de-de el momento de la
libertad «le Sevilla. Si e-tan, asegúreles \ .'' de mi cariño, y que les
iviese mas tiempo, ó alí,'o que decirli
parado. Mi afecto y mi agradecimiento a Lucas -era eterno. I >es-
de el momento que salí de Sevilla con él conocí que no podia fal-
tarme un bocado de pan mientra- el lo tuviera
que me quedara con él fueron la- más cordiales, y a no ser porque
yo no podía menos de seguir el impulso que me hacia aborrecer la
idea de permanecei . hubiera - ¡n su
seguro de la leudad «le su corazón y del entrañable amoi
que ..i la famili ó de venirse a Irían
primero que mi que viviría
iM liliar que '; '"11 ) ^ hite,
I
lima i
8o VIDA Y OBI
tan buena voluntad, N.
que es
. uelvan a
El norabramú
■ »n de Es| '.íun-
rece.
hermana y mi i a
ventu
sas de mi partí ■ mi o>r.t.-
a mi- tias \ Fernanda, Woqui, ete
colme a \
con toda mi ¡
M.*
/'. D. No he vuelto a s>aber de Fernai
Memorias muy expresivas a Castro \ .1
Pedro Joyi
El mismo cordial interés se manifiesta en la~ carta
- padres en 4 de octubre j 8 de noviembre <K-1 mism
<|in-, después de lamentar el error de Lista, exprés
cepto que le merecen el talento y el patriotismo de su I
1812.
"Mi ama I Pa Iré y Madi
largamente, remitiendo ' \l : Duff de 1
llegará all
ie del misil nitiendo la
una cubierta interior a mi nombn
han
DE DON |OSÉ M." BLANCO V CR1 8 I
noce en mi amiga el carácter generoso <le la nación; aunque mejor
diría que lo excede.
"De Fernando no he vuelto a recibir carta: mas, begun d empe-
ño que se Ha puesto i e ya estará más trar¡
lo quiera; pues en mi corazón y mucho más qua
comparo mi situación con la suya» Últimamente he recibido una nue-
va y evidente prueba de la especial protección que Dios me dis-
pensa, y ten^o razón para creer que mi trabajo me dexará constan-
temente doscientas libras al año, quando mem ie aunque
aquí S>ólo alcanza a mantener á uno con cierta d . -u-
ficiente para mi, y más seguramente sperar ma-
terialmente en mi situación.
"Sólo dirv una palabra sobre un a-mno ..dio-, , que toqué en mi
anterior y de que lia! ente en una carta que ha-
bla preparado desde el n ito, y que se quedó en mi
der por no haber ent sion de mandarla. Decíanme Y.'ls que
no escribii a Yo nunca le escribí cosa que pudiese tener
mala interpretación de ninguna clase. De mi aborrecimiento a
e dad" tanta- pruebas, que me burlo de los que quisieran
lindar de mi en e-e punto. Pero aunque aborrezca a los fia::
amo a lo- amigos único- y verdaderos (pie me han quedado, a
amigos casi de mi cuna, sin relación a par: ido, políticos -
no de ello- ha incurrido en el error de i
juzgo que lo habrá hecho sobre un falso supuesto de «pie la
tencia empeora' mo he de creer yo que lo- que han
sido modelos de hombría de bien toda la vida, -e hiciesen malva-
do, de repente ?— Compadezco en mi alma a los. «pie hayan incurri-
do en ei ta clase, pero no puedo aln>rr(
quienes creo con más -olida virtud en el fondo que la mayor
te iK- éstos que no tienen otra que la de un patriotismo de casualidad,
manchado con toda suerte de vicios. Si Y.,|s oyesen por casualidad
algún eco de la- disp que ha habido durante el tiem-
po de -u cautividad, acuérdense sólo «le que muy incierta
sei- la- qualidades <\^ la- iñrtudes políticas quando el Obis
11 ise ha -ido declarado por indigno del nombre de espaí
¡do del R(
"Deseo vivamente saber de W'- y de toda la I
10 también saber 'le mi- ... i alguno ha teñid
omun en li Fran-
■ mando d,
83
de aquí van y vienen carta
pa .
hayan ■; •■ 'a primei diri-
Lubbock. i
lemas pagai i - que 1" qi
"A I '
•■ara \ hijo
■
"'/'. /'. Mi cariño a mi : •
"I ->_■.
"Mi ama-i- e: Al fin veo cana «le V. sin aquella
tima
a I >i"- de que ha a
imente. Su Mag
a \ .
ontinuará hasta el día en que - da-
mucho que duren nu<
males y j>ri\a<: siempre un men
una eternidad de premio, que
• de un I (ios que qu
hech i hombre
un alivio sino mi nuevo mérito en i
■
rio, quanto más viva la tengamos, ta
mos a le lia
nitc que mi^ e
ne preparada una etema reo mpensa, en que p al én-
inirles, por su
les han d<
"Si \
pueda manda i de aquí, digai >•' ■ \' .
V. directamente a causa <l<
■
:c pido ]'.- ' hijo,
DE DON JOSÉ M.' BLANCO V CRESPO 83
"Amada Madre tnia: I que V. me dice en su carta,
nada me lia llegado tanto al o .razón como ver que haya gentes tan
r.án a V. con caramillos y cuentos políticos
acerca de mí. Loque yo dixe al desgraciado Lista es demasiado i
Pe V. debe absolutamente cerrar !• •- »bre semejantes mate-
y otar segura de que en tiempos lan tocado,
la fama y buen nomb >mo he dicho a V.d antes)
el merecerla-. Vea V. lo que se ha dicho de
hombres a quienes se miraban como modelo, de virtud y patriotismo;
vea \ >to cierre \
>S puntos. Yo nada tengo ya que ver con el fre-
nesí d de mis paysanos; y. satisfecho como estoy de mi con-
»do el que me insulta con el más absoluto desp
i la lo detuvo el amor de su fa-
milia: ahora habrá tenido que abandonarla mil veces peor que -i
lo hubiera hecho al principio. De lo poco que yo le escribí, nada ha-
bía q reto: mis amigos se incomodaron pensando que
gaiardar miramientos con los que ningunos tenían con-
migo, y '"i esti iron. De que yo abon
nadie podrá dudar ni por mis hechos, ni p '.abra-, ni escri-
demás, no está todo lo aborrecible limitado a los fran-
" Muchísimas expresiones a mi hermana, tías, primos y a-
ls a ] tíos con n
lades que nunca pudiera imaginar en mis circunstancias.
e V. sus bendiciones, Madre mía. De V. su hijo,
M.""
Si pasamos a otro orden de sentimientos hallaremos i^ual no-
bleza en I le aquel alma siempre atormentada y ja-
más pervertida. Del imperio que en él tenia
ñor da ir; muestra - i de
su hermano, prisionero de los franceses y harto ya de ta
gada cautividad. AJej en que se hubiera visto su her-
estima como argumento capital el deber de cumplir
ilabra empeñada. I a de una palabra de
i quien se Ir da, sino por el que
ga el que /</ obliga. La a pala-
lea de un pedio en que d decoro dilata profundamente
Junto a tan elevado- conceptos del honor, no mi
nuraa de amista la siguiente carta:
84 VIDA
He recib
tede- Has una atrasada. d<
que I que sufrirán a'.
hay mucha diferencia. En mi última carta <li a Vsl
- i libertad durai
tirada de Lord Wéllington hab y ahora vv
a, a repetir que me parece que 1"- I •
trar en Andalr.
uiMs a sabienda intentarlo. Al fií
ánimo. Las cosas han '"Miad- un giro muy ía.
que se pongan de n
pri-i moles puedan tener libertad. Esl
imposible Dígolo porque mantengan Vst<
za de que I Idos les dan el consuelo de \er a Fernando, quaj
y se 1" dará de un modo mejor que im por medi< ■
ga Yo ei lugar de sentir que no haya s
¡iie su falta de medios le h¡
exponerse
mejí t c ioridí • ntra una palabra de h< •
de hacer \ de esta manei
mi opinión, la abra de honor i
dir por la persona a quien se l<
- firmemente que el d Fer-
nando no debe aumentarse por la cii - ha-
yan escapado : yo (que ya
Padre : que todo lo qui
"No he podido ver segunda vez a lo- do Lubbock
ro de que han tomado con todo empeño el
.i le escribiré un día de éstos, y en I •
reri es que la casa de Amsterdam ->
lente. Si librar por los tres mil reales de mi
Padre, lo haré para remití
. \ Vstedes ados.
"A R<
-.11 dineral
DE DON JOSÉ II" BLANCO V CRESPO S5
También quisiera que mi Padre pague su importe, y yo se lo remitiré
a Fernando.
"Ya ere" que mi Medre liabrá recibido d caxoncito con los elás-
. etc. Para el invierno que viene estoy planteando mandar una
e-tufa que caliente a mu i toda la -ala, aunque sea de las
nía- grandes de las de casa de mi tío Lope (i i. Lo único que dudo es
-i Dios les dará tino a esos albañiles para ponerla.
"Memorias a toda la familia. Por La carta de mi hermana dis-
curro quan miserable está. Lo siento en mi corazón. Mil cosas a
I', i- , as madre y hermanas, a mi- tias, amigos, compadre-, etc.
I te de Vstedes, Padres míos, y pido a Dios que los ben-
"J. B. W."
"Veo que no puedo cerrar é-ta en sí misma y quiero aprovechar
villa para decir una palabra sobre Lista. Si -e arrojase aquí,
miente le aconsejaba -n a- n me dixo mi Madre,
haría la última locura. Aquí tendría la nota de haber escrito prime-
cntre In-
-i hubiera sido el mas acérrimo francés de-de el princi-
pio. \ mí no podía hacerme daño SU venida más que en quar.to me
sin recursos. Sus taki
pero se engañaría -i pensa había de hallar bien de repente
Ninguno que no -epa la lengua puede hacer muchi
!ia-ta aprenderla; y la ventaja que yo traxe aqui fué que de--
lento de mi llegada pude tratar con gentes. El que viniese
como Lista, no podría hacer más qu< en un rim-
inmei • donde para introducirse
mucho, y con qué título se podría presentar un hombre cuya- pren-
I de Olloqui y Nevé, Veinticuatro del Ilustre
illa, Caballero i*-n la Orden de Car-
i ni patria en hrlio <Jc 1833. Era primo d trudis,
luana de Dios Estrada y
Infantería, <|ite falleció soltero en 1 .
: mujer de
d<- 1856; doña Joaquina, que fallec \l>ri) de 1853 Ma-
rio honorario de S. M. e intimo an Luis,
une falleció en Febrero de 1854, y d ' que falleció 1.^60,
de Olloqui y Gamindc,
VIDA
<la- son grai has aquí porqui
v cuj sería el de i
Fra;
ni porque el acerme..."
termina el • >rit;itial <lc la carta, que ii" se ha
fraternal rapaba de ' . <le su hermano Fer-
nando, y él, qui ntió admitii
>nes de delicadeza, sacrifii
remitir con mil trabajos alguna pri-
sionero. Además, siempre que tuvo ocasión bus
del cautivi
distrajeran el tedio mortal de su le prisión.
Al año [812 se refiel
ducción del original
en cua ■•'• como h
■ en menudisimí
3 1 2.
CAPITULO XI
"el español"
Las más lisonji nzas de Blanco nacían de su amistad
con Ricardo Wellésley, imaginando nseguiria de su padre
aJgúi 'i el Foreign office, donde el expatriado pudies
perar más bonancibles tiempos.
Desgraciadamente no fué así. De aquel amigo sólo obtuvo la
idea de fundar un periódico español y el conocimiento de Dulau,
librero trancé-, que podría ayudarle en la ejecución del
Dulau le recomendó al abate Juigné, dueño de una imprenta. i
cual firmó nuestro compatriota un contrato leonino, reconociendo a
copropietario, sin más comprom lelantar a
uince libras, -^mi-
nistrar asuntos para seis hojas mensuales d< Úni-
camente se reservó el derecho .:
cuando 1" tuviese por conveniente;
nial y precaria,
mode i 1 >uke Street
vida del trabar i liante, lie
incertidumbres, teniendo i ir muchas horas al estudio del
■
detenida lectura. Su cultuí te para la España de
peí., harto exigua pa ra, reclamaba nu
tad, y pen< en relación
•• ■ial como a su porvenir literario en Inglaterra y en especial a
>i de su periódico, se impuso el deber de peí
sus pobres estudios de Geografía y de H
. de cuyo hermoso idioma -"1" poseía alg
didas en Sevilla. De tal suerte se aficionó a la Ho-
mero, que en el espacñ • de eii
tudió ¡>u I( ' tafite que muí '
88 VIDA
■¿i i había "■ dominar sn> dificultades y a lee
faciliiL
íes helénicas estrecharon su reía, • lamerto
la, d mayor ei i adre de la p íesia. Recuer-
tre ai
ie del uno. al otro, como re
que I rafa en la portada del lil>r<> Carmina Homérica edita-
da en griego en [820 con eruditísimas notas y i>r por
ardi Payne Knight
:nez Merme-
. (Blanco While)
intigua fe cristiana ¡ icitar en 1"- embates de la
nueva vida : ma
(.-mdi' * 1 1, que, >i distinta
t en puntos fundamentales, presenta basl 1
isirailada con facilidad p<>r quien ya había estudiado
nimii a El debid
•lución de ' raí-
ble que vende por un peda
cia. El pan lo tenía en España y lo arrojó a la
que no lo ganaba dignamente. Menos aun bus
prete sensualidades incompatibles
dota!, las cuales hubiera p en Inglaterra mu afilíar-
1 reformada. Las deshonestidades de su vida ta-
ri por teatro la ladrid, en tanto qu<
cho contra la ejemplaridad de su conducta en Inglaterra ni en Ir-
hmda. Su conveí sión fué p
sincero, lento, meditado, y transcurrieron d tes de recil
orden* ' de lnglat<
Va en la caí en 8 de noviembre de 1812, anterior-
;itiul.
II." BLANCO V (KESPO
mente reproducida, resaltan sentimientos cristianos tan puros y sen-
tid"- que hubieran hecho honor a la pluma de un sacerdote.
Impulsó enérgicamente la dirección interior el estudio de la Teo-
logía natural y las Evidencias (View of the evidentes of chrisiianity,
\j')\< del doctor Paley. Sólo faltaba la nota del sentimiento, y ésta
vibro en los oficios de la iglesia de St. lames. En presencia de los
cultos de la [glesia oficial "mi corazón — dice — , que po
de diez años había estado como muerto a toda inspiración relig
ido menos de mostrarse dispuesto a resucitar, cual un árlx>l
jado cuando lo orean las primeras brisas de la prima-,
-ia vencido, ¡vencido; pero ruando el
■ inclina y la cal. difícil predecir la solución.
tas de septiembre de 1812 ya se muestra deseoso (fuü of
the ¡tica) de ingresar en la igU en 4 de octubn
ibió el Sacramento según el rito inglés en Parish Church
of St. Martin in the Fields.
ue habíanlo, (¡el desinterés, hermosa cualidad de Blan-
culpa niu.i: 1 justicia nos mueve a sin-
un injust luda de buena fe. per
. se ha infamado su memoria. Afeábasele
haber abandonado sin renuncia expresa la magistralia de la Capilla
para seguir percibiendo los honorarios asignados a su digni-
dad. Cierto que no medió renuncia exproa por una
1! alcance de todo el mundo. Illanco, al emigrar, quemó las r.a-
ves; de< idióse a ;]■• conservar con España más vínculo que el del re-
cuerdo, aparte del natural amor de la familia, y liquidando de he-
cho, no se preocupó de renunciar nada, abismado como se hall
ilaciones y atento a la mayor urgencia de
-. Renunció 1 lo- rendimiento, d cele-
de él en absoluto, pero al recordarle la familia
que podía disponer -: :ro, rechaza con indignación la idea
liar un sueldo que no lia ganado, y manda que se reparta
entre los pobres. Por la importancia que para el juicio moral de
■ cía el hecho, reproducimos la carta dirigida
1 del asunto.
"1 17 Edgeware Road.
'•■ Junio 1813.
"Mis amado- Padres: La última de ; de Mayo ]U-l;.'i
a mi- mano- a su debido tiempo, con una esquela 'i'- tía \- li
había recib le 13 de Abril, en que venia la
9o
.11 i)., han llegado a mis n
que . una buena tndar-
nvenir en q ■ •
ta es
había me había
tiem:
que pueda suceder, declara
ta<I decidida. Yo no me ■
intidad y qualquiera
Real, pid< ■ a V. ' qi
Read ea regular que se dé |
y vean que
de la Alg
5
pertei
hermosura <1<' ni el culti
i illa a Madrid.
"Xeces
bult<
- M.' \ aughan,
han que si
que i»e '
\ mi tía \n\( a que
ido, |x>rqu<
mos aquí por los 5ir Tomj Lubbock, qu<
nr-: DON josí M.' I 1ESPO Qi
mesada. Dios colme a Y.'u de bendiciones como se lo pide
mente su hijo
"J. B. W."
En la carta a Reinoso, que exhumó el señor Gómez Imaz,
"Me avergonzaría de que pudiese que en mis circu
cias quien» aprovecharme de un maravedí de ese dinero. Si existen
mis curtas a mi buen padre. Se vera por ellas que le supliqué
quier dinero que yo hubiese ganad" en la Capilla Real ante- de mi
partida lo diese de limosna en la Algaba, y que, -i ; an el
dinero de las Dueña* son pobres, no 1" tomase, y qu
lo diese de limosna también."
La 'arta a su padre a que en la anterior se refiere, es la q
Fa, ha llegad" a nuestras manos y acabamos de reproducir.
Ya hacía alguno, aunque breve tiempo, que Blanco había
tado el nombre de Blanco White, impulsado por la idea de no per-
•1 verdadera apellido, hall
ni renegar del traducid., que había llevado en su juvi
A SUS abrumadora- labore- había que añadir la crueldad (
lo, cajistas ignoraban el español, cada hoja le costaba
arias y esfuerzos extraordií ¡ón.
Inspiró la direo
franca unión con Inglaterra. 1'
ba las nativa- I pueblo e-paño'.
nuestros p tuales, de que pudiera levantar!
¡n ayuda de
5*s; resuelto adversario de Francia y convencido de que
lebía la independ
la unión con Inglaterra, que las libertades modei
ipHtud por él suspirada que nos redi-
el COTO de 1' •- pueblo- en'
El primer de-encanto político de Illanco le hirió COH mol
la insurrección de la- America-. El in< mpa-
tia que aquellas apartadas
iban (irania. Ian. derrotero
No se alegraba Blanco del mal de España, sino d< bien
de aquella- colonias, lamentando que la metrópoli no hubii
vado con ellas más plausible conducta, a fin de que sus
rechos e intereses hubieran hallado justo desenvolvimii
del pabellón nacional ■
anos de raza, no dudaba que el partid
VIDA N
de ' spaña aplaudiría su iniciativa y apreciaría la altura c imparcia-
lidad de -u pens .Nana ilusi Holland, que siempre
son l le reniit>
. .
destinadas a dulcificar la impres
vilipendiaban la actitud d<
« e insultos, lo cual era tanto
ie el tema por a tores de aquellas ho-
ja- tiaba en que /<• defenderían si injustos ataques bu-
reclamado la intervención de su amistad.
. ndo en
lad no hacia más que dej i peculiar incli-
iaJ que la compra de
ice, favor que él atritx
míster Belgrave Hoppner, hermano dd pi
que fué su compañei
i
rtpañía de las Filipinas, el cual
tlanco, le ofreció cincuenta libras \ le prometió n
de la pubJ
hallaba en estrecha a
acudía semanalmente a su
un cuartel iba mucho
mprendió la importancia d de Murpl
incuenta libi
d y manifestando que su conti [uigné no '•
Para formar idea de su \ ida ei
. en que también alude
cale- ci 'ii Murphy.
1 oí dres, 9 le Feb/ 1813.
cribir este mes j me ra, porque puedo res is de
1 nclu-
arta he hallado el re« ¡b< ■ de |uan-
ibbock. — Incluso ha-
ll n bas-
DE DON JOSÉ M." 1:1. AMO V ( Rl SPO y3
(ante frequente comunicación. Tengo d consuelo, y me alegro de darla
a \'.'u, de que no le faltará nada en adelante mediante el favor de Dios.
- de recibir su carta de 8 de Dic.e (que es la más antigua de las
dos que incluyo), ya yo había visto a M.r Lubbock, sobrino de Sir
John, que es el director de la casa, y en mi presencia dio orden para
que de París se le mande la mesada constantemente, y todas las
atrasada-, sj no las había recibido por Hola irtas verán
que ya las había cobrado: y creo seguramente que ya estará re-
cibiendo las corrientes. Como tengo vari"- amigos comerciantes aquí,
me valgo, ya de unos, ya de otro-, para no molestar continuamente a
Míster Lubbock y no días que escribí a un amigo que ■■
en París (D.1 Juan Maury (i i de Málaga), suplicándole que en qual-
quier caso que mi hermano necesitase algún dinero, por qualq.r acci-
dente, que se lo diese por mi cuenta : 1 mando. De
modo que suceda lo que sucediere con las mesadas y en qualquier
evento, tiene recurso para el dinero que quiera, porque yo doy letra
abierta como un príncipe, bien seguro de los príncipii ter de
mi hermano, además le he mandado p, >r el mismo conducto un n
de Libros (sin que el lo sepa hasta que lleguen a sus manos), porque
sé que está muy escaso de ellos. Estos lili'-- -eran comprad
y enviados a Chálons, según espero. \-í creo qe gozar
la tranquilidad que permite su situación y continuarán sus estudios,
que tan noblemente ha seguido por -i solo. No cuenten \".<ls como
desgracia para mi hermano ni su esclavitud, ni el que no se haya po-
dio escapar de ella. Mi hermano valdrá infinitamente más educado
por el infortunio que no paseando por la- calle- de Sevilla, expm
a mil males sin honra ni provecho. Yo venero la mano de la Providen-
cia en el caso presente, como en 1 dos los de nuestra vida. Di"- ha dis-
• '".••. 1..- que creyen. n nunca separarse; pero ha sido para labrar
a \ .''- con el dolor, y n* con el trabajo. Por
lo que hace a mi est< furos de que nada de quanto -
i para vivir cómodamente me ha hecho falta hasta ahora ni l
que me haga en adelante. • no lo ha he
Vivo en continua acción, j éste es el mayor bien que puede g
un hombre. Mi habitación está casi en el campo shi •
da del pueblo. Quando hacen día- hermosos (que aquí los hay hermo-
sísimos) tengo campos muy bell
(i) I Ion Juan Maury
uní} • 6n literaria biKngi
trabajar
.
ra, , que me quitan tiempo.
¡miento que me ha quedad
tranquilo, ni contení".
el cuerpo i vie-
que aquí llaman Diablos azules [Blue D<
que -"ii di rciza leyendo. Iin fin.
que nada pued<
hijos están sin sufrir ninguno de aquellos trabajos que (
pintura de mi esta
■
habrá que
aunque fueran veinte Listas, no le n
mundo ei I
iramente pudiera causarme admiración lo que -•
supiese el |ue se halla la na
i Mucho, mucho tiene aun <¡u«.- fermentar: !>:<» quiera que
•m me importa un
■
mer Ministerio de 1
repetir yo los nombres de \<>- que qu
: Ellos saben qua
■
de su liij"
"I. l'.i \\i o Whi
de si borno partió <K- un di
• iba en au) mprometerl
i viuda de Portugal, candidatura lanzada en aquellos días |
la Ri
einte ejemplares del último númi
una letra de veinte libras Blanco devol
rresponsal insistiera, suponiendo
l de la suma rcamente la
,
DE l" BLANCO Y CRESPO 95
Blanco por su dura labor, i
, una pensión de 250 libras anuales, remuneración que, aunque
sta para el esfuerzo empleado y para la- ne
vida v lá educación de su hij bió con infinita gratitud
1 Jamás desapn >n de manifestar su ¡
decimieñto ni de bendecir a Inglaterra por este benefi
V no había sido espléndida la inteligente AJbión, porque el éxito
de El Español, superando a las esperanzas de su editor, prestó incal-
culables servicios a la causa .común de Inglaterra y España. El em-
. Cádiz, Mr. Wcllesley, cuidó de informar a su Gobier-
no de la importancia del periódico, aconsejando se auxiliara aque-
lla 1 lxi fecunda en sus resultados como pobre de reí
Mas ¡ebe hacerie constar, en honor del Gobierno inglés, que si
-e juzgó en el deber de recompensar un servicio, no estimó qu<
bia comprado un instrumento; ir .ble conducta que jamás empañó
dirigiendo a Illanco inspir; la más leve insinua-
iluto del periódico y no recibió más
pedidos por SU inexperiencia a la amistad de lord
de míster Míen, íntimo del noble inglés.,
rdad que en una ocasión >u buen amigo Mr. II.
le ofreció la capellanía de la Embajada
inglesa, mas el estado ruinoso de su -alud obligó entono
•■ptar.
A las referida- mortificaciones que originó a Blanco su vida pe-
tarse el sonrojo de los insultos que en plenas
le prodigaroa El Duque de Alburquerqiíe, embajador de
11 Inglaterra, a quien Blanco había sido presentado por
Murphy, se hallaba resentido por ofensas recib bienio de
ni trabajo que vindicase su ho-
nor de los ultrajes recibidos, a que d impetuoso carácter del Duque
atril ' importancia de la que cji -i pudieran tener. Bla
■ ique, -i bien corrigiendo d es-
tilo, pues el General español de todo podía alabarse menos de
y dulcificando las crudezas de su lenguaje militar y ap
nado La Junta de Cádiz, de escritor experto, atri-
buyó a Blanco la redacción y, sentid
1 LVOT de la- colonia-, d<
lor ¡bió anónimos amenazadores y hasta hub
- precauciones, hija- de temores fundado-, pues
• Lista, procedía de un tal ísi-
miembrn de una sociedad secreta en ■
i la de! her
VIDA
Haii" Gutiérrez, que • • el valor de .do al int<
enetni - Un diputad
: j menos de i
wa carta
elicitando
¡magii at ¡o i ' Je para dai
publicidad,
se llama a ! 'eres de 1.
•
■ el docunr ibu-
na :
ellos el pa
deshicien »n en denuesl
y Blanco sufrió la amargura «le que en aquella
•1H1-
que le habí¡
fender al ausente ni apuntar
al>rir amplia información o escuchar la- explicaciones de un 1
bre superii »r, \ ¡clima
'■ is oradores de esta ridicul
en difamar a Blanco que en volveí
de las e ve patente en la desnaturalización del
los ii' - personalmente interés)
abia mantenido en prudente actitud. Habia
falsedad, probó (pie n<> pudo ; .
de León, de la cual se hallaba ausente H día de la fecha, \
que por el
ta y oficialmente se transmitiese a Cádiz.
Modi que el
pidiese de
i que, sin necesidad de pi
llii'l (
hacian de
sfiañol ni lo que tan miserable papel men
válvula a
impió en \ i
tando >pu- I emi-
■
DE DO RESPO
\ner con menos que con la proscripción y que se pidiese a In-
rra (¡a Inglaterra !i que no le dejasen escribir.
Como si no se tratase de un caso concreto, de una mixtif
mortificante para un diputado y de los medios conducente- a su
aclaración, los enemigos de Illanco, los mismos que se distraían en
escribirle abultadas tartas llenas de insultos, dejaron a un lado la
cuestión, aprovechando las circunstancias para escupir al veneno
contenido en sus almas.
A las brutales expansiones de Aner sucedieron las atrocidades
de Monte, que, después de llamar a Blanco indigno
■ das. pidió que se impidiese la circulación de ¡
Península y en AJhnérica. Nio se quedó atrás el pad . in-
en vomitar asperezas sobre la buena fam
ausente, sin que faltase injuria en el menguado concierto de apa-
i las ruindades,
feliz que al resp
las páginas de su periódi iciedades d
Comenzó por relatar la \erdad de los hechos, insertó el facsímile de
la carta (fecha, tres lineas y firma) y, puesto a desmenuzar los car-
dad <le juicio superior a lo que prometiat
pasajeros arrel i carácter, con cierta desdeñosa superiori-
dad, retando las inculi]
cutiendo las apreciaciones, pulveriza a sus enemigos, da al padre
Gallej ción, y termina lanzando - in-
mortales legisladores: "Las i por la libertad de
imprenta en la teórica; pero les «hiele infinito en la práctica."
Pidió, sjn embargo, justicia para su honra a las Cortes; mas
rpos tienen siempre asunto-, de nía que
diructd;
Si el Gobierno español ofendía a Illanco, no se descuídab
particulares, extremando algunos la nimia saña, arj
pasión, hasta enviarle por el edrreo gruesos paquetes «le inútiles
la caritativa idea d<- hacerle pagar un dineral
ibo.
Prohibida la circulación de El Español en nuestra patria
Olonias, Ulan/' i i':. i reo de
cono de la
ta «-'i la Gaceta de Méjico del 15 «l«- Noviembre ■
do lo qui m llama el señor Menénd leu-
de un '1
// Español de las injurias inferidas por lá Regencia
\!l>.\ N O
clarando que apenas había tenido n «i el Príncipe de la
ivor del ■
decía
Si alguna alabanza al Príncipe de la
Paz • ando nada po-
del desdichad
caria a Lord Holland hablando de la publicación de la- Mem
•le 1 1 i >y, decía : "4 )ompa
tas '•" gO que lia - ente.
. resuelto a desvanecer las falsas idea- que a©
ten, porqui i un hombre bien intencionado e in-
clinado al bien (wett meaning, good natut
Tan radicales medidas probaban bien a las olai
tivo, que leber dejar sin 1 1 i
idulador de la
fundó El Anti-Español, en que atacó la conducta de Blai
que éste replícase con ibrada viví
■
lítico. En 1812 predecía ya la caída de Napoleón. N m de
baladronadas di >rden al halago de su público,
de firmes convicciones expuestas en d d le la intimidad.
■
1812.
"Mis ainadísimos Padres: Acabo de recibir una carta di
nando que inclu ta aunque por razón de
n ti" ha recibid
S .'" I ;il>;" k, debía percibir por vía de Holanda, sé que ha
llegado .1 las diez libras esterlinas que
es prueba 1 carta en • ' di-
nero mensual, ha llegado. Mañana o pas
Lubbock. porqui entiendo, la dificultad está en qu
rrespondientes de Holanda parece que no tenían foi
les suplú aré qi
nieía. pero no es mi ái ■ muchas,
porque de-de París ' taran el dinero. El me dice qui
i, no le pueden
.- el menor peí
coch ■ . pero qui 1 Juan Mal una
luz.
y qui 1 impaciencia en
DE DON JOSÉ U.* BLANCO Y CRESPO 99
sufrirlo. El pobre me habla de cange. Este es el gran imposible.
Me parece que dixe a \ '.,u que había temado el camino por varias
cosa absolutamente negada,
ro que estarán ustedes con mucho -ubre-alto de resultas
de la desgracia de haber tenido que abandonar a Madrid. Pero las
cosas de Rusia van muy bien, y yo espero que los Franceses no po-
drán adelantarse mucho en España. Yo tengo una secreta confianza
de que el hombre que causa todo este cúmulo de desgracias de Eu-
ropa está i erca de su ruina.
"No he recibido la carta de V.'ls después de la de Septiembre. Las
. de dia en día: como también el saber que han recibido V.da el
Caxoncito que fué por mano d< Lubbock.
"¿Quién es un IX" Ricardo White que he visto puesto entre los
que compusieron uno de esos Cabildos nuevos de Sevilla.-'
"Entre los que dexé ahí, cuya suerte me interesa y quisiera
en que ha parado, es Tenorio mi discípulo ( i >.
I ■ memorias a todos- mis buenos amigos. A mis tías, a mi
hermana y prima- miles cosas. No olviden V.,is dar mil expresi
discípulo de Blanco debió de ser do
Herrera. La Rustre familia de 1"- Tenorio radicaba desde tiem-
rial en Sevilla. Dos ramas, desprendidas dé tronco, se hablan
establecido, la una. en bella ciudad levantina, y la otra, en Ronda. Repre-
senta esta ultima hoy el señor don Joaquín Tenorio. 1-a estirpe matriz, es
decir, la sevillana, poseía grandes propiedades en el condado de Niebla y
- ambas pertenecientes a la provincia <k-
'la \ de Hueha, entonces no existente. Don Miguel Tenorio,
nacido en Sevilla, ejerció el cargo de alcalde ¿ fugaz
reinado de José 1. l'<>r sus ide perseguida y emigró a
familia. Su hijo y Herrera, nacido en
Sevilla ■•' 1787, hombre
pin.
todos p '■ mismos, y un Manual fué magistrado en la
Judien* de ' iranada.
terari l tel matrm
gunda esposa de - :eb).i
don Miguel Tenoi lántica, hoy
. ' los 111 J de l~.il.el la I
ido de la in
1 de arrie-
ioo vii
a Doíl
de mí
de bendiciones, mis amad
se lo pide humildemente >u am." hijo
mtinuación
. las cuales el le )in-
guna revisl
■
"15 ■
"M;- amad
<le lib
a M
■
nombre, j le d decii
el tiempo en que pudiera decii
"Mi
enriando ; pero yo no veo más q
En qualquii
puedt mar las armas.
en la parte dd paj - <-n qu
• de la capital y un pueblo labrador y <K
que 1" lia •
y al fin 1" sacara mejor y m
he tenido
hacer y hasta tu
■
ONJOSE M.1' BLANCO Y CRESPO
habrá ya *lo de París por mi orden. Kq>ito que el que- no se haya
escapado es, en mi opinión, una cu*a favorable, en lugar de ser un
gran mal como aparece. 1.1 tiempo es el mejor maestro para en-
ríales son las verdaderas desgracias. Las esquelitas que
vinieron ¡tara él, irán por la primera ocasión que se me presente.
"Tengo mucho empeño en que vengan los libros que pedi a
ReynoSO, porque son para un amigo que me ha hecho el mayor
favor que aquí he recibido, que es tener una subsistencia. A los
que pedí, quiero que »e añadan otros, que me ha pedido última-
mente, y que ;i i quisiera que se traxesen de Madrid si se
pueden hallar. Reynoso o alguien puede escribir allá inmediata-
mente a algún amigo. Los Kbr Tratadas de la Ense-
i Pestalozziona que se imprimieron en Madrid, ('••ni" allá todo
va por íurias de una parte u otra, no será mucho (pie semejantes
libros se hayan hecho raros, temiendo que mase
por pruebas de ser amigos del Príncipe de la Paz. Pero acaso se
rá encontrar algunos exemplares, y al fin, nucho que
diligencias
ÚO bueno y sin haber tenido tos este inviern
lian-
do una e,- al mes, no siempre está el Paquete pronto para llevar-
an por tanta^ manos que no es extraño que se tar-
\ mi tía Anica le escribiré p
• íes hasta la cabeza, y ésta la escríb i lle-
varla 3 le Estado, y dársela al amigo para quien
los mis parientes y amigos. Vstedes reci-
ban el más tierno afecto de su hijo que pide a Dios les colme de
"J. B. W."
"P. S. Yo creía que I ' 1 1 > estaban ya en Sevilla
■ • ■ directamente: no -i donde vive:-
• con igual acieii
de la guerra :
"67 EdgAvare Road.
[813.
Padres: ¡ncl ■ una carta de Fen
por l:i
1 la que me escribió incluyéndome
■ quexaba de que yo no le había escrito por el mismo couduc-
102 \ V OT1RAS
que le habían «le ir
■
pare»
talri ,:' rit|». , de .
mi> cartas, y uno de
cion de Francia no dexo •' :ina inquietud quan-
icía <le allí estará qt*
misma sombra. V. nada, • oar-
.111 abiertas y no pui
á él, ninguna re
■
mentó lo dexan
de la
e< que no verán
y si él muere, qualquier c
unque él viva, !a-
• hartí i liarán si
pen >
raii/a de
él, juzgo que >\ se va a Pa
Matemáticas.
•nenie le añadan d apdlido ÍVhite, como j
probab útil.
"No h
cunstai
mos, etc., ■■
"1 Bl VNCO \\ ■
DE DON |OSÉ M." BLANCO Y I ; 103
"67 Edgware Road.
"May». [3 de [813.
"Mi-* queridos Padres. Me valg de un barco que
sale directamente para ésa para escribir ¡ ade-
más de los que me proporcional] m a! principio de cada
raes. No tengo novedad, y mi salud sigue, -; puede ser, mejorán-
dose cada 'lia. M.' Muldoon, a quien Y.'1- me
cuyas mam 1 al 1 ¿pitan '|uc* la ha de llevar, me di
penalmente mi Padre, estaba con mejor salud y más tuerte míe nun-
ca. Esto me da mucho placer, y prueba que I >i' »-> comp
con otras: quiera S. M. continuarlo a-i por mucl
"No lie recibido cana de Fernando. X" es extraña
porque como no hay correo establecido, las 'ana- se quedan en ma-
nos 'le los correspondientes por meses enteros hasta que hay algu-
na proporción de enviarlas.
V.,u mi- memorias a mi hermana, tías y tíos y a
1", amigos, a quien* dud y felicidad, y que Dios colme a
mis querkli »s Pa Ires, o n > se lo
hijo
" |. Bl \N<n White."
El cuarto párrafo de la siguiente carta honra no menos su pre-
visión y denuncia el ento de la menl añola
en aquellos luctu
"id de Agosti ■ 1813.
"Mis muy amad ■- Padres
e inclusa en ella una letra «le ca sada a mi
1 que remita su importe a D.n Ramón Hermo-
medio de hacer 1
medio 'le ' ibbock, y as
incluyéndoles la letra, con mi firma, y suplica
1 imparte por el mi
iro de que lo harán, am
dicho hay más dificultad en hacer una reme-a «le tan pequi
dad que -i fuera de mucha importancia
P"did<- ir a verlos, porque aquí no hay tiempo |
des vrages como ^.^-i de un exri ■ la ciudad
puedo con lo que tengí • que I
"Aun no he ten ■ de ver letra de muy
día- que le escribí, pero muy probablemente la-
104 viha '
erifica e] i símil
que comercial ■
curro siempre :i mi I uvie-
1:1 Lubbock, a quien
liria la casa de Perigaux, que le suministra la> mes
ra •■ ision que haya m libros, aun-
do derech - en la Aduana de aquí,
i de Lubbock di , Murphy
! quienes tengo mucha confiai
aran.
.
ce que no me he equi
a hacer la de qu p tuer pie i
rán ¡nquietu
nsai
: día, y quando
a quien tuve siempre ¡«>r un h
muj I que
ne a irse a París, adonde
. Yo, aun-
que al
do >'■
nos hablen in de politii
ndo une •
nada más que ei
" Mem.1 a mis tias, Pi irnos, am
nia, etc., etc., y crean que 1"- ama y reven
"Jo
lie-. 28 •: B13.
Padres luí ue muy atrasada, ei
a de Fernando que re<
del mes para mandarla, En la ■ (1 la misma
a amargamente de que yo ito prueba que I
pierden j 1" mismo sucedí ■
que debe falta de otras de '* •
rior que sufn
• i>-t Vlemania, inclu
DE DON JOSÉ M." BLANCO V < RBSPO 105
nando escribió a la S.ra de Bohl (i) que se halla en Prusia y (|iie
lia tenido la bondad de ponerse en comunicación con mi hermano
quando estaba franca entre Alemania y Francia. I-a carta estuvo
detenida en Hamburgo hasta el _'5 de Julio que llegó a las man>
aquella se vino a las mías. — Ferrando me dice que había
recibido, ademas de sus mesadas atrasadas, treinta £ Ster-
linas que le enviaron 1"- S.eí Lubbock, pero que temiendo fue-
• r equivocación no las había tocado. Yo no sé qué decirle
. aun quando tuviera esperanza de que llegaran mis cartas. Ade-
iethpo, que <le nada serviría mi Po-
lias ha le escribí ]mr mano de otro amigo: llegará la
te el dia de la caída de Buonaparte se acerca. El
tria se ha declarado en su contra y parece imposible que pued
ara atacar
térní a no tiene que
- familia y ami
bendi' ¡ante hijo
"José M
"o- Edg
i . [813.
iqué há mu
I »r, he recibido hoy una carta tan recente de
que no quiero reta: le recibirla
chivo tan
que, aunque aumentara el pon, aquí
ruel-
dad p
iban su libertad, me parece qui
>s quiera.
pienso valerme de un amigo para escribir a ;
rr.i. Ilcrr
i'lcro.
:o6 VIDA Y OBI
"Londres^ i." d
*'.M
por la
■
Gobierno debe causar, y la muerte de nv.
■
■
aunque a \
"Las
dinai i 'i ellas j>a1
mi tía \'
fianza en que
■
• pi<l-i i!<-
he tenido
un pi
prueba que estaba sin novedad poi aquel ti
por la primera
■r William H' Ir"
de pu
em i' i ;i R<
buena i
Vhora que me acu<
! yello de I
n ii" ha i* dido \
■
liam Hantilton Esq* I nde
demás pueden venir por la prim<
"A D tañeda, <|i:<
ente porque no
modo que,
\ t'»la> mis til
parte.
DE DO ttESPO
\ Y.'ls los creo seguros de la epidemia en Sevilla.
tiendo que se ha puesto cordón a tiempo, y además estoy cierl
que todos la tuvimos el año [801. Dios bendiga a V.,ls y '
en salud y paz i pide su am.te hi
"jos ■
dgware R
"Diciembre 15. ¡813.
"Mis amados Padres: Aunque escribí a V.<ls p ha, no
puedo retardar el envío de la adjunta, que he recibí'
acá, de Fernando. — Yo continúo sin mas novedad que una de las
t'./(s que me solían dar en el invierno, aun quando
más caliente. El trabajo de cabeza lia aumentado algo; pero no me
puedo quéxar, porque el cido hace fructificar mis esfuerzos de
un modo (pie y< ré nunca a, «no debo. En
días concluí una <>brita que había emprendido sin más objeto que el
de hacer bien y ni la menor idea de tomar dinero por ella. Apenas
la a..: iedad de la- que hay aquí
.1. me votó 100
'le la familia Real fué el que propu» > el voto, y mi- a
dixeron que no podía menos que admitir. Memorias a mi herma-
na, tías, primos, etc. etc.. 1 >ios colme a V.,h
se lo pide humildem .'' mi at'f.'1" hijo
"Josf M.' "
CAPITULO XII
'Kn
ertidumbres
■
que
te i'1 • principáis lien-
rimera etapa en Inglaterra.
ucir el despachi
o mi gozo
. itmi horríbie en que
aunque ahora quedi «lu-
de! primer dia
ara hablai • sin l"> rodeos >|m' antes,
como me figuro que la aflicción
de \ ndo cede por una parte se aum< me
hag • iber de Ft i
v! \" recibí una carta de d por mai
de Lubbock, en que me di i que se halla-
das ocho meses hahia i -i car)
ite «le
un momento i
la una
uta <le la
vida y obi 109
yo saldría por ñador de ellas aunque fuese con ni-
na. Preparé también de mi pobreza diez Libra- Esterlina!) 1 erca <le
mil reales) y. habiei
Lubbock, hallé <|iic la orden para las mesadas estaba repetida des
de haberse interrumpido por equivocación de Lucas y que el 30 de
Marzo habí iya carta habian man-
dado copia después. Con todo el vivo interés de que es capaz n
razón les supliqué que repitiesen esta orden inmediatamc-
dixesen a • le Francia que 1
sacias atrasadas, y al mismo tiempo le ma diez Huras que
yo entregué para sacarlo de los empeños en que se habr
pues de esto be : ernand ■. ;
aquí se tiene muy fácihnei jpondencia con los comerciantes
de Francia, y están yendo y vin hasta
ahora
Fern¡
ibran
de él y él <\-
lo que hace a mi, repito lo quehedkh idiera
indir de la dolí nunca me he hallado
más feliz que desde que estoy en Inglaterra. La Providencia me lia
!-i visiblemente, 1 en lo
níram >. Por tod - parí he bailad" amistad y favor, y. lo que
es más extraño, de los que me- tenia de esperarlo. Mi de-
terminación fué- de aquellas que itreven a tomar. 3 no tener
una imaginación
objeto. 1 1. me arrojé en un mundo deseo- 1 mi.
en donde no sabía • nía a hacer, ni cómo hab
subsistir ; peí le que al b •
quiere trabajar no le puede fallar de comer donde baya indusl
Al salir ■; lad y verdaí
to nunca podré
lo 'le Sevilla hasta ' ' de cien I nidal
|ue podía 1 >ntar en Inglaterra. \ e-te favor a-" • man-
dándome otra- ciento ante- de cumplirse un af
de desembaí
v nebuloso \ llena la imaginación de la intemp lima
de que hab I • mi espíritu parí
bajos atendida mi i
aten bien pronto vino a
110 VIDA Y OÍ
erra (Jue descubrí al
lo habia cubien »r eterno cul-
tura que -■ las y
-
■
• a embeber mi alma en u
y a hacerme olvidar mi situación préseme sin que me pen-
utura. El
ith a Londi
lio horas i
de abrumar la imaginación ni i pri-
mera vez dentro de ella, perdido como una _ en la
mai . era
bastante a entristecerme, aun quando, hall el termi-
né habia ■
hubii ir mi
ibía hecho i
■ que \ ste
del mayor consuelo, \ puedo decir que en ninguna ocasión d<
vida lie probado el alivio que la an
asion de que hablo. Hoppner era la tínica
a quien yo podía llamar amigo al entrar en [n i exeelen-
me inspiraba la maj
impresión baria en mi qu
v al apearme en >u casa, donde debía introducirn* nilia,
nos hallamos con que su padre hab
>|iie el recibimii una
■i qué un i
un papel muy incómodo pa familia empezó desde
el momento a tratarme amistosamente, y de allí salí para un al
miento que ellos mismos me buscaron, |»>r m> pódenmelo dar en su
Entre ellos pasé los primeros dias hasta que supe manejarme
■
fue muy difícil.
■ había de g
de mis conocidos convinieron en que debia publ
y yo ii" crei que debia rehusai
■
i plan, -ni
lad es gran maesl I
tres horas al dia sin temoi de mi salud, \i que ¡>"dia em-
»E DON JOSÉ M." BLANCO y I
plearme rtstantemente el día entero y parte de la noche, mejo-
rando mi constitución visiblemente.
tribuían a le mi amigo M.r Children.
que -taba en Londn con una excelente muger,
que t perdido en lo mejor - días
comía en mi casa, y no había especie de diversión a <pie él no fue-
ra y adonde no contase conmigo. La muerte de su muger n
ado, habiendo el, en consecuencia, levantad., su casi de Londres.
".Mi papel empezó a producir bien; mas por desgracia, para es-
tablece"!', me habían recomendad', a impresor Clérigo /■ranees emigra-
do, que me hizo entrar en un ajuste ruinoso para mí, y, además.
me engañó quanto estuvo en su poder; hasta que, a fuerza de su
ansia por chuparme la sangre, me hizo abrir los ojos Una vez des-
cubierto su carácter, me separé de él a mucha costa; pero no
<pie se hubiese llevado todo el fruto de mi traba
"Yo lo hubiera pasado muy mal. ciertamente, a no haber
por que aquí me preparó la buena suerte, en D." Juan
1 iy, de la casi de Gordon, Munphy y C Una casualidad me
introduxo en su casa, en donde desde entune- entro con la
misma confianza que en la mía. El ha hedí., grande
de mi is han salido desgraciadamente; él me ayu-
de las manos del Monigote Francés: él me ha suplido
diiu- me ha faltad^: él me ha recomenda
que pueden servirme: él. en fin, me ha hecho mirarlo como a un
hermano.
"Del afecto con que me ha tratad. • una de las familia- más
amable- del mundo ya Vstedes han tenido pruebas. La Sen -a que
ha es Madre es cuñada del General Moore, que sacri-
ficó -i! ¡da tai --uña. Vive
hombre y varios herma::'.-, a qual
le yo he recibid., de esta amable familia serian difi
aun quando fue-e menos notable la lad de ca-
los ha producido, l-'.l origen de mi amist i fa-
milia fué el saber que yo había celebrado al General sin
lo. D • mirado casi como mi" de la fami-
lia. N semana sin que orna a lo menos dos
Su b .tiende hasta a la- personas ■.
ion conmif
escribió en mi carta llama >u ami-
■i en mi' p
I l-í
y harmoní
■
■
-
que
que he hecho fuera <k- mi papel, he
guir cómodamente adelante !: n fin,
fortuna : p
que ii" me flaqu
mi suerte;
La injusticia con que me lian tratado mi
un dolor han repet
sin razón algui
su vendad)
uto de que
blar con ln^ que uno bien quiere. El muí
amistad, ni amor, ni virtudes di
pueden hacer mt-i- >r que separar de
. esidad 1" labe-
"Mi salud es mejor que jamás en Esp
me ■ radicalmente,
del hermano del General Moore, mi
ñora <i'H- <
friado, ni
DE I" BLANl OYCI I l3
debo mil y mil gracias a Di'-s que tan a las claras me favorece y
que me lia distinguido entre la mejor familia <lel mundo, dándome
menos parte en sus trabajos a proporción que es menor mi virtud
para resistirlos.
"Si yo hubiera de hablar de Inglaterra, y de la pasión con que
la miro mientra- mi m qué pla<
agradecimiento me acuerdo del favor que me ha h< lo en
haberme dado ella que me hacen n<> ser extra-
del todo en este pa
"Aunque ya es tiempo de concluir esta larguísima carta; -ñas no
puedo hacerlo sin preguntar por mis buenos amigos; los unic is que
me lian quedado en España entre tantos como yo oía lia
les. Mucho temo que las desgraciadas circunstancias de los tiem-
hayan comprometido a algunos <le ellos. A todos, tod
lud i con mi corazón. La primera vez que Vstedes me escribaí
pues del recibo de ésta denme Vstedes noticia- de todos. Bien se
liarán cargo de que mi tiempo para escribirles es muy escaso. He
aquí adelante (supuesto que 1 >io- dé juicio bastante a ci
ira contribuir de vera- a que no vuelvan Franceses a e-a ciu-
dad) escribiré todos los meses, mandando mis cartas a l!
Duf? para que las remita a Sevilla por el correo, así n<> tendrán más
• que el de Cádiz a ésa. Las que Vstedes rae e-criban remítanlas
mismo M.r Duff o a qualquíei ira que la
■en casa del Embaxador de Inglaterra del modo qut
abaxo. En caso que el Gobierno se trasladase a Sevilla. Vstedes
mos pudieran mandarla- a casa del Embaxador, pues su Secretario.
M.r Vaughan, es mi amigo y cuidaría de remití rmelaí
cartas de mis amigos pueden venir baxo la misma cubierta que la
de Vstedes, en la inteligencia de que ninguna- otras carta- admito
■ le que ha llegad
malignidad de mucho., hasta entretener-e en mandarme can
lena- de papeles inútiles para hacerme pagar un dineral
que aquí a nadie a tomar las cartas i
quiere abrir.
"La necesidad <le no perder mi verdadero nombre en
origen y la de no ocultar el que el u
rae hi :o adoptar el de
./. Blanco Whii
i 14 vn>.\
¡¡ ¡Mam ¡I aun'.:
II. B. M's (Jnder Secretar
iwning Street, Foreing l i
I )(.- Vstedes
"I. Blan< oWj
mi Madre, y una cruzecil
a la casa de Lubbock, o
Fría
No le impedían su malestar ni mi ti
la familia y en especial ]»>r su hen
"1
amad >s Padres : Mi hei i
m que ha tomado di
■
porq • la lengua i
la di
• i de su vida. El qu<
■ 1 >.'"• Juan Murphy, que. desde que i
lidad de » i
■
i
i
1 15
luego empezar a hacer miserables pediment
ría absurdo. Xada le queda, pues, sino
seguir la carrera del Come re i o, 'para lo qual le proporciona la ca-
sualidad o Providencia de bailarle aquí por caminos tan r
se puede hacer de dos modos: o como propone Murphy,
ciendo aquí comisiones para la casa de Sevilla como socio que
gane solamente lo que se le huhiera de dar a un extraño; o, en-
tre tanto, de caxero en una casa de comercio, en
conocimientos en las lenguas Española, Francesa lien-
ta-, puede desde luego ganar una subsistencia más abundante que
la de un Capitán a quien le paguen, que no es poca dificultad en
aña. Por lo que hace a las ventajas del primer plan, no -e pue-
den ocultar a V.s La casa de Murphy le pr rá instruc-
- en su escritorio e introducción a todos los fruteros y comer-
ciantes que pueden dar comisiones a la casa. La casa de Sevilla no
pierde nada en introducir! •<io o comisionado aqui qua
acabe de aprender su 'rmenores de comercio que
en breve adquirirá en el 1 le mi amig me-
uden V.s a sostener otro año, como lo hubiera:
tinuara prisionero. Yo, aunque te 1 ayudaré 1
»u llegada aquí y lo estoy ha >ra. En fin,
• por un hombre de veintiocho años a quien las
no le han dexado hacer carrera, y para hacerla en
qualquier ramo no hay ninguna tierra en el mundo coiu
hombre con industria tiene ancho campo aquí, qua- suele
morir de hambre. Sobre todo, ya se halla aquí, y nada p
der en empezar de-de ruego a poner en planta su plan. Murphy me
ahora que me pi
-.(. que ante- había p .. Wetherell
qui< Y no puede haber ningún mal en que * ~
por mano de Fernando. Lo qui
■ a la tar-
ver a V.''\ aunqiu
■ basta qu
aJ t'm d(
•■
po aqui pai plan, es ju I lo a la api
mante hijo
V. esta carta a Lucas, a quien
•
isoluto \ II
or complí > las spañol, o sea •
1814, ha-
licano, aunque temió que
pruebas, como le había sucedido en la
Halland consultó a sir William
más formalidad que presentar sus títulos al
articu!"» de la [glesi
al doctor Howley, i>l>i>|>" firmando d
no el día i<> de x. [81 |.
Tendiendo - de su n
Oxford, deseo» > de p .
sica y do teología protestante. I ibre «le 1814
1 próxima nuevo, alojamiento bu
el doctor Shuttleworíh, a quien habia escrito al
iones que corf él cuta1'
estudios, aplicándose al trabajo con perjuicio <¡<
fundamente alterada.
es Shuttleworíh y Nicholl, en unión de 1 •
.m y la familia Wetherell, formaron el primil
amistad <|ik- rod© 1 a Blanco ei
reducido núcleo con Charles Bishop, recién Iteg
sus hermanos Guillermo y Enrique j
ida en la 1 ecindad. Mis ' holl,
mor a ).i mi iptó la simpa!
que celebraba con ella frecuento
nal Ixford
" \| -
lad
■
UK DON JOSÉ U." BLANCO V CRESPO 1 i 7
rugiendo su turma de letra y que el Maestro le ha prohibid
cribir hasta que esté bien seguro en sus lecciones.
i de tres meses há, pude componer que cesase el papel que
escribía aquí constantemente y del que estaba infinitamente cansa-
do, además de perder dinero con él, y como la especie de socorro
que tengo me continúa por el trabajo de traducciones y extractos que
hago, y los papeles me los tranquean a qualquier parte del reyno, de-
terminé hacer esta ciudad mi residencia, como lo había pensado desde
la primer vez que estuve aqui. La ciudad es hermosa, quieta y abun-
dante de libros j de gente sabia. Como trabajo casi sin interrupción.
o sin má< que la que me obliga a hacer mi no fuerte cabeza, tengo
tiempo ¡'ara adelantar algo en lenguas orientales, y ya he empezado
[ebreo, Mi alojamiento es mejor y mucho más barato
que ■ >, y la comida lo mismo. Aqui he encontrado un a
de Juai ¡to Wetherell que vive en mi misma calle, habla español muy
bien y me ha introducido a su familia, que me parece muy agradable
gente.
'. . que dice V.'1 a Fernando de la Aba-
día s Yo le he aconsejado q enfrie
i. I >entro de menos de un año •
voh , para li > que le parezca mej< >r y teniendo dos hicr.
icen aqui. Si hay dinero y quietud para colegios mili-
tare- noda uno de ellos, ¡x>drá acudir a su maternal!
no, preparado va para ^uir el comercio, en que la industria puede
hacerle más independiente que el ve
lucia, en ninguna parte me parece que puede
hacerse sino donde esl de ella. Su coronel podrá darla.
ion que tomé) cu casa de Lubbock, le tenia yo ade-
lantadas t 75, sin incluir la cuenta de - que
tendí :íy a fin de año. Yo no pude menos que tomar cin-
mque mi dinero no alcanzaba a bandearme has-
ta t mar mi medio año: así es que (piando yo me vine le quedaban
[ue podrá sostenerse hasta que V.'1 le mande dar su mesada.
■i el tiltil. • de órdenes por el correo; y encargué a Kernan-
pidíese a \ '.'' mis títulos de Universidad j los de ;
reñir certificados de Escribanos; los de
Universidad basta que vengan 1 - pue-
de Muir en una eaxita dirigida a Mr m Murphy & C." por
algún capitán cuidad
-tuche de Pasqual fue" |>or un:!
Juanito Wetherell. Hele V.'1 mis memorias, igualmente que t
famil .i~ a mi hermana. Has. primos j pi
I 1 8 VIDA Y OBRAS
y I ' tantas bendición
diente y diariam.te su hijo de \
"Jos M
"Mi Dirección es kc\v! • J. B. VVhke, Holywell
■ hermano Femando, libre «le la
cautividad en que le retenían los franceses, se había ido a vivir.
aunque no definitivamente, al lado de su herma
En h<- comienzos de sus
Blam todo el cristianismo se funda en la
Biblia, nada más lógico que en • < de que esl
un libro realmente inspirado. El creyó hallar razón
das, abrumadi ■
venció de <|iu- los argumei
pre-
guntarse si valia la pena de han
se apoyaban en tos mismos o a
Subrayamos esta primera 'luda <le Bl¡
su futuro pensamiento. Ya hemos de verla
hasta que se desenvuelva con incontrastable vigor y tran<f<>nne
sus creencias r<
El 1 1 de Julii • de t8
renuncia a la magistralía de la Capilla Real de -
Salido de Sevilla en los momentos de la
ia se había considerado caso dé fuerza ma)
den, debía el fu¡
do 1
cán«l< ile el deber en que se hallaba mi hij íitir.
Blanco, olvidado por ent< e su
abandono constituía explícito desistimiento, al recibii
nuncia, concebida en los siguientes ténnii
\I [limo. Sr. Capellán M abildo de '
Real < apilla de S. Fernai illa,
"llhi
"Mucl ha que hubiera dirigido a V S
• de la Capellanía M
Real Capilla, a no '
lumento que pudiese comprometer mi delicade
■
den, dexando asi que el '
DE 1" SLANl O Y i BESPO i 19
familia con la separación perpetua que mi renuncia dele* anunciar-
les. Pero, estando el término para concluirse y entendiera]
que V. S. íltma. tiene la bondad de esperar a saber mi determina-
ción para publicar la nes a mi vacante, dirijo esta carta
para que la tenga V. S. íltma. como documento de la renuncia
mal y absoluta que lia-" de la Capellanía Magistral que obtuve y he
disfrutado, en esa Real Capilla.
"En medio del inevitable dolor que la memoria de cuanto me es
y lia sido can. en mi ciudad nativa me Causa mentó, no
puedo olvidarme de los buenos oficios y amistoso trato que debo a
e-e [lustre Cuerpo. Al paso, [mes. que doy a V. S. íltma. mis más
sincera- gracias por todo, pido al Cielo que libre a mi patria
males en que, según mi- principios, la considero envuelta, y que son
la única causa de la separación dolorosa e irrevocable qu
instante confirmo.
guarde a V. S. Íltma. muchos años.
"1!. I.. M. de V. S. íltma servidor,
"I. Blanco White.
"( beford, 10 de Juli' ■ 1815. "
Donde en el último párrafo dice males, escribió intolerancia reli-
giosa. Temiendo originar con e-a- palabras un disgusto a su padre,
por cuyo conducto enviaba la renuncia, corrigió el texto en la forma
anterior.
CAPITULO XIII
DUDAS RELIGIOSAS, PADECIMIENTOS H ORFANDAD
-
. de un año Lio ñdencia en
la educación de >u liij" Enrique
principio, 00
deficiente instrucción clásica, por su débil salud y \*>r la necesidad
de atender a otros trabaj l !■•!-
laii'l, cedií i :i en
la decisii »n la • >edios de -
n otra (,^i de '■
su i asa, a o >ndi< ■ «i <1l- que su
ensayo. Si, transcun su inutili-
dad, todo comp
insta! rrd Holland a mediad 815.
Lsionada por el
graves disgustos: el primero \ mayor, la muerte de su padre, ocurri-
entes que en el propio dolor pensó en el de su madre. La carta
de 1 nielo que dirige a la afl te ¡n-
pro\ ¡sada para mandarla en el a
' creyente > fen orosi ■ de
nsar en la roca inquebrantable de su firme 1
"Ama
una especie de le que
una vida tan inocente > I le mi buen
■ v\ hite ) Murrogh de una pulntonia en
Sevtll [6 de Noviembre de 1815, a las on
• ira.
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CRESPO
precia que lo liaya conducido al seno de un I I bondad y
misericordia, <|ue no- da esta vida perecedera solo como un medio
de obtener una inmortalidad dichosa. Yo estoy tan convencido de que,
por l - méritos de nuestro Redentor, mi excelente Padre está en el
cielo que, en medio de la amargura que su pérdida y la afli
de Y.'1 me causan, no pierdo ni un instante de vista la esperanza de
do llegue mi turno, me uniré con él en la presencia de I '
aunque Ca a mi excelente
agradable a sus ojos.
i vuelto aquí al punto que recibió la noticio.
linguno para ir a con-. lar a V. Lleva
inteligencia de que daré por hecho cuanto Y. luciere. En
cuant ipéüania de la- Dueña-, quisiera que me dcxa-e Y. tener
el gus ie, suplican 5 abadesa la nombra
>. De todos iero evitar que
que estoy priva
- de Y. para que ¡a en
i, como ba
han ■ im-
para dar a :r -i Pas-
qual ta. Recuérdeme Y. .;
¡ - j 1 )ios le dé a \'.. Madre mía, :
que d p ira Y. su hijo
"Josl
stación a la anteri rertrudis relató a su I
- de la desgracia y añadió la
fallecimiento de su hija Mana «le la Salud Fernanda que,
viotii había fallecido tuberculosa en el
i la flor de SU ■ iriñ i
fami-
lia a le aquella desgrada j
esta "ii.
ción de su hermano, a qu¡< amiliar obligó a marcl
i hermano enfermo, .'.
su d< -'i' ha, y -.1" con la inmei
José María a su ma aje de Feí
Luid 1 lousí ■ 'ii. 4 de Abril
i Mal:!- que Y.'1 ha
que ha dirigido Y Murphy y
«IKRAS
C." ¡nc han ■
•
no tardan en el camino, la última car;.. e ha-
ultima nu«
puede \ ■'' figurar la impresión que me li
cripcion «le la muerte de mi buen Padre, acompaña
de mi hermana, que V'stedes me I
• la certeza de que \
aguardan en una
ar, pudiera haberme dad
hallaba bastante malo quando recibí <
lo mni -c
y al fin la calentura lenta n». me dexa
con que hi idido me hallo
hechi muchisim
grueso. El principa] ■
lavarme todo el cuerp a fría <jir;uit- ■ m<
•
chalecos <K- franela ■
junto a una buena chimenea y apenas puedo decir <|n<
E
■
mes de Junio y n<> tendremos que envidiai
verano est( i < - \u\ jardin di
"Ferna/nd<
el dinero que pudiera apetecer para h¡
lo que hace a seguridad, el tiem]
I ■ único que temo es la impn
pays después de ocho años de \i\:
as para firmar el poder que ha
de llevar mío. [uanto m<
liara dimisión de la Capellanía de la* Dueñas, porqu<
no puedi
í
arliitn. quien quid
*'lle tenida últimamente carta de Lista, di
saber. Dice que está mejor de wlud <|ue nui
pues, aunque teng ¡dad del porte, no tjuiei
disminuye
DE I" CO Y ( RESPO
no tengo duda es de que la familia de mi tío Lope y \
juntos. Dígale V.*1 mil cosas de mi parte y en particular a Jua-
na, a quien doy muchísimas gracias por 1" bien que ha
acompañándola y haciendo las veces de hija. Dios se
mente me da infinito consuelo el saber el grande af<
que se ha portado Lucas. Daga V.'1 que b -uva.
v que esté seguro de que mi confianza en él no
fuera mi hermano. Diga Y.'1 mil expresiones a I
tías, primas y sobrinos.
"A Reynoso tengo deseos de escribir: pero temo que las car-
ta- son demasiado costosas. Por lo que hace a mí, el pbrtí
consecuencia, porque, como en materia de ahorrar la naturaleza
lia negado toda especie de talento, tengo lo bastante para p
gastar en el placer de saber de mis amigos sin echar de men
costo. Sí debo advertir que la- carta- vengan sin cubierta se]
da. porque la cubierta aquí aumenta el doble del porte.
"La pretensión de Bessery (abura que me
mi poder hacer nada en ella.
"Dios le dé a Y.'1 tanto consuelo como le pido para
una vez al día: y rio dudo que se 1" dará, porque i
permitido tantas aflicciones como Y.'1 ha sufrido sin el p
tentó de premiarla- aun en este mundo con cierta satisfacción nter-
na v en el otro con la gloria que esperamos por los méril
D'i i Supong - que vive mi tía Pepa, déle V
mande Y.'1 a su hijo que la ama
"J0SÍ M.'"
loe interés de don Guillermo
ptetamente estéril el viaje de '■ En la Escrit n
rida en [806, entre el difunto don Guillen
■
1 en junio de ií cum-
plió tal condición y : 1 el fallecin
don Guillermo. AI lli indo tampoco se ajusl
cuentas, j Blan o, siempre ma! dispuesto a tratar de neg ■
upó en tai into.
indo alivio ñas, el huérfano emigí
viaj' ■ resultado para su salud
1 la equitat ■
declara en la siguiente carta:
124 VIDA V OBI
■II >lland Hoúse I >cte, i8, 1816.
"Mi amado her te ha puesto en la cabeza que la
han «k- creer que hay ..
a correspondencia, y asi me he determin
cribirte en Román Paladino. En el día estoy con cuid de ti
1 nilia. porque hace inás de un me vana
tuya, excepto la que traxo M.' Brittaüi,
lardillos y otras miserias semejan tes, es
le saber de ti.
"I >espués de mi vuelta de 1 esta
mejí tte ni
tan 1 1 »lenti 1. H< ■ un caball •
echo, aun quando alguna vez estoy un i»*" pro*
¡as. Es uno de Murphy q
■
caballu tiene el "er mucha fuei
muy
el lo hacia inás prudente, y el ir siempre con trl
lio .¡el groom V • hacia :i
dad. Pen ■. 'le-;'
id) I lollainl. y 1
111 en ella. .Mándalo jx.r la pril
u libro y dile que su tradu micho y mi
; -da.
"1 >¡m< ido de mi 1
nenio de I han hechi ■
hay much<
Mucho deseo sabei , en fin, quis
tossip que
:
1 \ illa i \'. \l
¡i santidad, letras, ai < ¡n.r> " 11,
■
• • iftoi Pei 1 lien alude B
da,
"M.r' Moore está a dos millas <lc aquí, en un fartn, sobre el ca-
de Harrow. Yo estuve a córner all
pero no lie vuelto, porque tas, es i
lable volver de noche, \'a >c acerca el tiempo de mi encierr
Mapa de Sevilla y la de Marmol fueron inmediatamente a
Muchas de las composiciones que contiene el librtl
mui bellas. Pero qué lástima que ninguno pruebe a salir del pequeño
que está reducid
pañola.
"Di mil cosas a Madre y a todos nuestr - Parientes
"Tuyo de corazón
"J. Blanco White."
Dos años pasó en casa de Lord Holland, esforzándose por cum-
plir un deber superior :t sus decaídas fuerzas. Varias tentó
ano dimitir. El [6 de Febrero <le i s i — Lady Holland p
conocimiento qu ¡ por sus instancias, habia encargado pre-
ceptor para su hijo. ! i lo había encontrado y ve-
nia a proponerle «pie. >i convencía a Mr. Marsh de que se enea
del joven por un año, i tro y así llegaría el m «nen-
mento de que ambos se viesen libres, ingresando Enrique en la
Universidad. No era la proposición muy del agrado de Blanco, mas
como siempre había soñado en la vida de familia y entonces andaba
algo enamorado de una dama y sin disponer de medios de t" "tuna
suficientes para constituir decorosamente un hogar, unió esta ro
dad al fervor místico o, si se quiere, providencialñta, que en aquellos
días le embargaba, y aceptó la proposición, dejando en manos del
Todopoderoso la solución de mi vida y propoi renunciar
a toda iniciativa que pudiese estorbar la marcha providencial de los
Por 1" visto la Providencia - ma-
trími la postrera etapa de su residencia en Holland II
recabó dos tarek ches libres cada te so-
la/ al trato con -tu- y. para mayor libertad, al-
quiló un cuarto en 1 >uke
W-.i- noches El viaje de la familia Holland al continente
la cuestión. No queriend* • .1 su amig
11 l'.lland c< 'ii
iiposibilidad en que se hallaba
miar en su caí e
i le permitiera a su \
le su hijo-
|i i el dése
mfiesa que i 'íabia
U i
Mal],
•■i que pud
ie él.
Mr. Wilb
d No i>;ilili' ada
su taha de costumbre «le habí
el mantisa I rnan-
a
in, y, de>
■
E 3
127
- más famosos abogados, quien lo acompañó durante el
Circuit. La obra, en fin, es tan clara, tan metódica y tan exacta. <jue
no tardé un momento en decidirme a traducirla; y ya esl
duíd |ue me obligará mañ¡
ir a i i arla, me IV un par de
ncluida al hn de la Semana (y hoy es I ncluída que'
indarla a M.r Renell, para que te la rem
primera ocasión. Me he determii
aqui -cria difícil darle circulación en España. Tu 1 ' ma-
que quieras. Kn el trabaj
me he pr 'puesto más objeto que hacer bien a España
3 dar. si quieres, a qualquier impresor míe se hall
a publicarla. No ií nombre en la obra, lo uno porque n>> me-
. porque el espíritu de partid
pagacii ■ de los principios de la obra- He estado tentado a escribir un
. entrando en la qüestion -ubre la
i misma razón. 1
>bre la aplicación del systema fngléí a Frai
lo li.i de la marca que mu-
ir este M¡
aJ mi-mu tiempo: la ti le Paley's E
n y llenar
■ ni me haJlo dis
Iría utilidad aqui, te i i
hallares inclinado a
<ery welcomc. También te envían
libril
tir .i
■
el ted de contrap
do !
■
¡ma belli i
:
ideramente
ala pudiera cree
dividida ei
bastaron a entender sus princi]
obras : y. no haj botarate en
ea mi lince
Libertad n en España P<
de que mucho va errado en 1" ya hecho
qué quiere ser mártyr de ambos
"Yo no veo aquí más papeles que el Morning Chroni
. :ii uno ha V'eni
que venga La < ron ca d< i ^rtes puede ser intei
trabajo <|ir- traducir de los Pi
se publican en Edinburgo y uno en el Royal i
Con todos mis achaques me atrevería a dirigido
"Yo ¡i" sé cómo enviar el exemplar de II Espafi Rey-
S aún existe alguno, de que pueda dispon*
en Madrid, drrní
ibiré.
I os libros que vienen por el Thoinas et Judith
"Me alegro de que a Reynoso le hayan creado un en
DE DO COYI RESPO
"Mil memorias a Juana y • tros ta a la Sobrina. Tu
corazón,
"J. B. \\ i
"/'. S. Voy a tomar posta para Londr< le una hora."
La dolencia, cuyo diagnóstico no acei
los médicos, le mortificaba más cada día, y e íailey, una
de las primeras reputaciones de I ■ declaró que su enferme-
dad era incurable o, por 1" menos, de curación larguísima y no me-
difícil. En tal desesperación, Blanco se lanzó de lleno en b
del sentimiento religioso, consiguiendo acallar sus duda- y embria-
culiar misticismo de - protestantes. Entre
delirio-, ;•■ nces en ponerse al frente de una misión
evangélica en la isla de La Trinidad, llegando a consultar el proyec-
to con Mr. Wilberforce y el doctor Hewet Este último
idea, juzgando que el viaje beneficiaría la decaída salud del infortu-
nado reverendo. < >ído tan respetable dictamen y cediendo a 1"- mor-
bosos impulsos de su estado, consiguió que el archidiácono Pott propu-
el a-unto al obispo doctor Howley; mas éste, después de leer la
ición de Blanco y de oír la opinión contraria de Mr. Bathurst,
el cual temió con razón que la predicación protestante disgusí
habitantes españoles de la i-la. aconsejó a Illanco que desistiese de
su proyecto
La instancia de Blanco se hallaba redactada como -i-ue:
"II reverendo J. Blanco White, natural de Sevilla en España,
ante- capellán de Su Majestad Católica, deseoso de extender eJ
nocimiento del Evangelio según los articulo- y disciplina de la r
de Inglaterra, de la cual forma parte hace alguifcs años, hu-
mildemente cree que sus privativas circunstancias pueden hacerle un
útil mini-tro en la i-la de La Trinidad, por los Últimos ti
dida a la ' irán Bretaña.
"i Parece que ninguna provisión se ha hecho para la instruc-
ción religiosa de la población inglesa de La Trinidad. El Registro
de \í dos predi
la i-la. sostenidos, el uno, poi los Wesleyan Methodists, y el
la London Missionary Society.
i de I. a Trinida
tar, según todas la- probabilidades, envuelta en la ig
superstición. El
be de suponerse que se halla ahora más bajo del nivel co-
mún de su dase, por la absoluta carencia de
cu que ha vivido cierto numero de año-.
1 3o
\Vli:tc. dado el i
pecialmente indicado pava atender a !
teresi • le ambas ;
lede abrir a la vez una
Más adelante, y después de v-
' (mal lo •
leí i
■ y predicar alt«
pañola corrrpai
"4.' Pueti
:>/ Christian K¡
"Mi-
eo. III- c, _•/. subdito bril
ia en el reiti
tal < cualquier puní
■
la la ilu-
lo a '.¡¡i
- >. No puede cal
en presencia de una
estad
habia estudiadi
1 al ver que ni en Michaelis ni en ningú
hallaba rná
que 1
duci<
dudas 1
mistii 1 1 de produ
1 3 1
le permaneció un mes en nada stado,
hasta que, invitad'' por Mr. Francia Carlet •
quinta de este ar¡ septiembre de 1818. A pesar del
le su salud dio a luz 1 iones previas al
gión, firmadas por / ',■ ( ■'
intelectual
nancia invencible de su conciencia al • la Trinidad. El
píritu de la abaja
mí." En 8 de Febn ba : "Mis a de
muchas ci radas como fundamentales pa-
: acrecentarse de día en día." Y después
mente a Dios que le iluminase, exclamaba:
¿He de cerrar 1 1 erme de t"<la ulterior inves , .
hombre ni
pues de
•icerniente al dogma de la Trini
hallaba el arrianismo y el unil
I
■
la entraña de la
ra i¡.
• ampo, y !' ¡talidad de •
•
iquél tenía >te servicii
lad.
Aunque el
ii los tiernos cuidados de la familia
sus cariñi
[quilo hab
-
•n el
inidad de J
132
en ui
</<• />'/.;• I hite.
Alma ".luiente en la «"ínlira.
zón mísi - te creei
. aun en m
ticidad <k-
vivamente di
Al asestar la •■
v en -n Pi «le una r<
•
aun creyei ntenida en
La B bra human
con la le la divina sabiduría. Jesús fué non
pero hombre nada n
id tiene más poder que el de aj
de -ii < Creador.
Asi resumido lo esencial de su pensa
su opinión en un tra
necesarios para desde ln< - tuvo «leí .v
ilion: leí ahna pa
causa de la distinta -
Blanco que una reminiscencia de su edu ilica le im|
repetir la Cena del Salvador con la d
•bstante, recelando todavía equi -LiNn aun
I [ablando con un fi
na. la opuso a los argumentos de él, ¡tableció qu<
doctrina discutible debía de
libro ( hi Man ■
una
nflujo sobn
le Kebrero del r¡
■ en tan vehementi
uní i a Di
cibido sepultura, i nio su
canta
Pall Malí. I eb 5, ifi
DE DO tESPO 1 33
desnuda de la- circunstancias que han aumentado tu amargura, fué
un golpe bastante duro para mi. Puedo decir que más de un mes ha
<|ik- me daba el corazón que nuestra buena Madre estaba mui cerca
icibir el premio de su paciencia y caridad Christiana; y por ma-
ñana y tarde no pasó día en que no pidiese a 1 >ios que le concediese
los consuelos que su bondad tiene reservados para endulzar el cáliz
de 1 ran en él. Coa nxl" eso, la noticia me cogió de sor-
i, y aunque estoy certísimo de que i perdido nuestra
excelente Madre, mi corazón se resiente de su gran flaqueza, y ne-
■ implorar el auxilio de Dios i>ara que, aumenl I é en
;gu¡T a nuesl
! [ermanos itemorizará la idea
itu de fon
rne i El admirable -
ha establecido para conducirnos a la felicidad eterna prin-
cipalmente en despegarnos pa
por medio de pena- las por una mano paternal
y mezcladas con consuelos de mil clases, hacer (pie c
que hasta
mámente
i Iriador, a quie
ilvador, j una entera conformidad ion su volun)
le la felicidad que -e funda en la ¡nmutabil
de -u naturaleza. Si cada una de la- criatura- para pre-
la felicidad ■ en ella llevand el mismo
na en el mundo aun i
itar la- d ms
dividuo que producen la infelicidad El amor
-, el más puro y exento de culpa, 'le cada individuo, debe
desaparecer al fin y convertir? i del Dios cuya omnipo-
i errar c-- - de felicidad qu
Kl espíritu del Evangelio se d
. y la- lo almente (pie el exemplo de J
to, no tienen o) ue hacerno- ver que l>i"- e- nuestro Pa
<lre. y que "-i nosotros, que somos mal"-, ño podemos menos que
■ ii jos lo q ; quinto m Pa-
' i lres
les hubiéramos pedido que quisieran ne-
n) a aquel
quien dimanó el amoi de loa que hemos :iera
1 34 VIDA V OBH
isegúralc d< igra • caridad (
"\! :. El tiro de la sangre al hig cla-
ro que, al recibi ayer tu carta, fué
guna- ■ ■ me dio alivio.
"M ■ i ai -:': i a Juana y a t< "1"- nuesl
"I )¡.. lo pide tu amante hei
"José M.'"
! a salud de Blanc •. mal ara el maj
tunios, si-
gnas para al latiraiento de su natura
Nuevamente buscó hospitalidad en Little I
<le Mar/" de 1819. Tan
-
dad de - . pup
en estado de perpetua nerviosidad. No quería continua: 1
lia 1
pero la necesidad qi e t d enf
verdaderos amigos, le arrebátala el
ton \ -11 señora, que desplegaban con él la s ilicitud j
de dos 1
de -u bue
bija menor de 1 ia, y una hi
.en Mariana, que acababa de sufrir
■
de mi hijo
1
Meufchati
egún el misi
CAPITULO XIV
PERÍODO DE ACTIVIDAD LITERARIA
[820-l8fi3
Solo, huérfano y separado de su hijo, exhausto el cuerpo y en te-
rrible inquietud el alma, languidecía el ¡nfortuí a r, abruma-
do por implacable destino de que él era instrumento inconsciente,
ficaz.
dirigidas a ño hay la siguien-
'a> refereí
culan amigos y porque en ella se ve que el amor
nublado por la a determinadas ideas, vivía po
ma y despertaba al hallar propicia ocasión de desbordaí
" I. ■• '■■ 1 .:■: lesden, Herts, Julio, 6, 1 i
"Mi amado Hermano: Tu cana Española me ha hallad-,
-i- dice, con la-- manos en la masa. \1 cal en que ni
por casualidad me ocurría una palabra en mi lengua m
■ soit,', los diqui
día en qui tra hermosa aunque d
1a. Su riqueza -ieue
enmohecidas las niás de sus gasas. Las lenguas en que
ir más que el corto mime
en la conv
■ ision en la frase, qu< uede usar e
>lemne, y que en la 1
A-i es que al cal>o de un siglo, la mitad de la Lengua
quada, y la^ m<
ir primero oscuridad y luego burla. I ><• esto mi I dio ahora
más ■ que nun< r leyendo el Di
■
1 36 vi oa
la inultitihl de
I
i de la- palabras nueva- que necesitaba
i
le la- infinitas que hemos descuidado por falta
¡deas on ellas: ...usu mollicnda u<>bis ;vr¿>,; svnt —
I a veo que si me mi
ili lir conl
"Muchísimo me que Reynoso haya aceptado ¡a Se-
cretaría en preferem a a, de que no formo
buen
pueden trabaja
lir fallida
en que el proyecto pudi<
i un libreí
facull mendar l<
un conjunto en que se halle unidad de plan y de mira
independientes del Director, y dependientes mer-
iendan y d<
bandi i tanl
i, que han
tra la forma de
a la
m particular puede quedar '
Jes no me ai i>"Ti|ue i
- que mi descontento
del temor de que perecea en ciert
■n por diputad ■
.1 la libertad > al pueblo. Este no tiero
creer que quia tienen el a ■
■
para ir .1 votar, y el can 1 a piel
t r- . panto imp • falta
que resulta
DE DON [OSÉ M.* BLANCO V I RE5P0 I 37
cion inevitable en la formación de las Leyes. Si hubiese dos cám¡
las Leyes -erían menos; pero probablemente estarían más acomoda-
das al carácter y circunstancias de la nación y, p ¡ente, aun-
que no fuesen tan buenas en abstracto, -crian menos violentas y más
duraderas;
'Si fuese posible desfigurarse la cara y la voz de modo que
nadie me conociese sino los que yo hiciese depositarios del Recre-
ada me Jaría más placer <|ue el verte con tu muger y tu niña
y emplearme en instruir la juventud de mi nación en 1"- ramos
importantes en que lie procurado instruírmí Tal
me engañe el amor propio; pero, aunque mi- tal muy
¡nfer ' rífeos políticos de España, creo que
ventaja- en haber bebido en fuentes más pura- que
Si mi -alud me L> permite, procuraré desde aquí hacer el
|ue pueda: aunque faltándome el incentivo que da la preseu-
cia de I"- "lij. ir muy fel á mi em-
presa.
Mi -alud no es tan toleí
tomando 1"- baños di ida; per., no es tan mala
La falta de fuerzas es muj grande. X" puedo añilar un
quaito de lmra sin rendirme, y a veces tengo dia- de lento.
decían los Escol
prado el \
la tardanza qui raria «le que
vin.v comprado, mándalo -in el mei* i \ña-
que te dixe
!
"ha mi- afectuosas menn ana y un ]■ carna-
1 - Póll}
inca olvido. Tuyo de
"J. 1', \\
ifermedad le obligó a abandonar
temporalmente ¡a de Gaddesdei mar
en R¡ ' viaje el 4 de Noviembre, I ■
disfrutar alguna mejoría. Desde Ramsgate escribió a su
siguiente carta :
" ka
"Mi amado hem aviado tu última
• pie jamás lia sucedido) nu -<■ 'pie pensar de un ue lia du-
«stumbre '
1 38
a cavilar para adivinar la causa. A la distancia
el único remedi paciencia; y si te escri'.
tiemp u te inquieti •
perdtd
de la obra Fran el Trud b
a M.r Renell, probablemente
tello i|ue un \m<
había traducido (malamente según entiendo) y hedióla imprim
Londres para enviar
le la misma obra im]
en España, que que pudiei
librito que te remiti. Si hay quien '. mprimir, ti
que r mientan, a
neda i
ataque mu ad me ha
(aunque mu la fami]
le un mes
letón ha ai n mudiacl
muger teng
al mucha.
lo v flojeo, m<
ga desde principii is hasta ¡;;i d
■
mi plan de \ ida
do con delicadeza admitii
uno he de disponer de mi
Life
Whirling me from my
nucion de afei :■ • muí
"En vano ti pi lii ia que -
en tu mai - un momi i
l'u salud, la er y tu hija
"\.. ha mucho tietl
DE DON [OSí M." I'.I.AM O V I B
tuosa como -i no hubiera liabido revolución en España.
Lista, a quien yo supongo en Madrid I i I.
".\<|ui ii" se piensa en nada más que en el desgraciado asunto
de la Reyna. Aunque el Bill se abandonó por los Ministros, la fer-
mentación continúa, y Dios sabe quando cesará. Pero Inglaterra
imbrada a tormentas políticas que no hay que temer males
extremí «, a li i menos por muchi « añi *.
''Mis afectuosas memorias a Juana y mil besos a la niña. Saluda
a b ■«Ion mis amig
"Tuyo de corazón,
"[. I!. Whiii: ."
[nstó Illanco repetidas irleton que aceptaran alguna
lad por su pupilaje, p estupenda en España, pero muy
natural en la- costumbres inglesas,
lecidió a escribir a su amigo Guillermo Bishop, dán-
cuenta de su situación. Bishop le invitó a
Ufton Berks, y. en verdad, con rara fortuna, pi*
ifrutó de un rep a tranquilidad inalter
el lento,
adelanto de -u alterada -alud.
bril de iXji. El mejoi
que. entre relata el especial in i |uel
■ que le escribió una carta, cuyo re a Blanc
chelii . una petición de 6.000 real
tados :
"Ufl teading, i i de 1 •
"Mi querido he | . que hablarte de
mercantil. erm> ' para salir del
mandaste lia salido tan bai
anny Moni
\'o he rehusado cumplir con su
(ii I
Vil'
1 .a
Strand, ]*>r cuenta
mner EsqS of Puttenhamb Priory, Surrty, el que ha
las órdei i ndientes para i
leberá remitir en carta de
n . Martin' s Lañe, t h
-■■ llame > R :
i|UC
ai
tiein] :l del que me manda
para hallarme a
ue me hicieron much
mi amigo Bishop m<
•
■
I
ladre y hermana, muj ai
l i¡ne
me quede aqui \»>r tiempo ilimil
vites tan ¡limita
■
strechos, determino i em-
Vbril, no -
■ . I ■
nfermedad que me priva dd p
había de
. he adqui
uartos '!<
quando a de este hibierno no ]>'*lin tenerme en pié
debilidad qu
!4I
"Te aconsejo < jue en el estudio del Violín y Viola emplees dia-
riamente un quarto de hora en tocaí con la mir;
adquirir buen uso del are.. Vcuérd; dedo pequeño tiene
que sostener todo el peso <k- la vara, quando la mano está cerca
del puente: el pulgar debe ser el fulcro, opuesto al <le<l" del medio
debaxo de la vara: el pequeño debe caer encimo: la vara 'lcl>e to-
car en la primera coyuntura del índice, contando desde la punt
llegar oblicuamente a la segunda: la muñeca no ha 'le entezarse
|Kjr ningui En estas circunstancias, II ada <le un
extremo a otro paralela al puente y la práctica te enseñará lo de-
más. La atención a estos punt'». me hace tocar <le un modo que no
rae > • «es —Los de'd
1"- tres primer^- abrazando el arco, pero sin esfuerzo.
"No.sea que se me olvide, has de saber que Pepe Barranco me
ha enviado por porreo una carta que me ha costado <liez shillines.
Por desgracia, la carta fué presentada a Christie y la pagó cre-
yendo que acaso sería de importancia. A ni> acordarme de 1" que
es un Sevillano de la clase <lc Barranco hubiera imaginado que el
autor de la carta estaba loco. El objeto de esta famosa Epístola
es pedirme seis mil reales prestados. Temiendo, pues, que venga
ejante, te estimaré que 1" veas y le expliques la ne<
de semejante petición. Pero acordándome <le que lo conocí desde
muchacho y que está muy pobre, quisiera que le de.- por mi cuenta
y si ii" te causa molestia, cinco duros, y despídelo para siempre
en mi nombre. Enñn, háblate en Sevillano, para que te entienda —
Vive en la calle de la Luna. X. ''. II que era de
P. P. Gerónimos.
"Da mil i a Juana: y pregunta a Encarnación s¡
quiere a ti" Pepi esperanzas y temores, todo a una. se veri-
iré que sea un muchacho i i I, baxo condición de que
-e eduque en Inglaterra,
"Bishop, que toma interés en todo lo que pertenece a sus ami-
gos, te saluda, aunque no te c rnoce Memorias a todos.
"Tuyo de corazón
"I. B. W'm 1 1- "
Durante este período continuó en la- lecturas de cl¡
latinas, corregía las pruebas «le la versión de la Biblia por
iii Muchacha fué, en • fecto, > mucho prometía .«plica-
n i ¡uillermo Moqni murk
<!<• . H-t ulire de i>; i, cuando >*4<i contaba doo
Sai y de 1 1 il> ni i
142
a la -
musical.
■
[ama-
nad adquii
istumbrad
leí libra
• ilu-
v Mcmthl}
■
"London, Hemu
•' \l.r:l
irdado hasl
ue me lias heoh(
I , )
ue no me mandes más f|iie £. 25 al af, .
tacen falta. Ada
• que te he hecho varías vi sentado, pasaré
- Y en primer lugar, Lady Holland no me dexa sose-
|ue me ha 1 pue1
rnviar alguno, hazl > a
mente para darle respuesta perentoria -Mañana
que para m juguete — ,
envió del
me parece nei esario atendí
:<- la orden. The !
phoro, el <|iial 1 y mucho más en un
:nde quando, en cierta tempera-
nen la ven:
liemo
una
/ '/'-
aoharque. .1 lecl
una ; á encender;
da tiempo a la madi
la fuerza ni 1 atraído mucha hu-
■
"Mucha pesadumbre me da la enfermedad de la niña.
tinuar la
más un ai ¡imo.
■
coi
:■ \ leche pueden suplir su falta/Por supuesto, que ha
tienen un mes de ed
"Mucho ni.
•4-»
lllin,.
lo el nombre d<
|ue. aunque
individuo. Calumnia -
:s imputado» falsa .- úijurii
i sentos que M ha 1
los mejores que he teñid • en I- . sin que me
ñas que una ( iuinea
Asylum, sin que hay; que
. ursery g round, que contribi
la Julio, quando ¡re a pas
annual a Bisht ■•, . a ¡n-
t im< >~ amigí * - »n lai me a vivii
mtinuamente. Tú sabí se miran aqi
distancia d<
todos los «lia-. M." Moore (antes Miss Moore de » a
pues después de la muerte de su Madre ha dexado el nombn
de mi : hoy he de comer a
amiga M.M James M
ber de ti. I as muchachas han ere
muchach
mos \ juiciosos en extremo. En una pala
"Mi salud -r mejoró en Ufton ; ¡«
andar, me hace retroceder aquí, donde tengo que m
cesida
"1 >á mem ;i e la de l '
\ ¡ve mi al 'v ihr bye, las capellanías d<
enunciado, mucho antes de ahora No 1" retardes un
: Juana de mi i
"J, B. W'iin
■ au el hábito di
que en inglés por mu
Harem idiol
ii tríp", ha le delata la
■ sparV i .
Jamos un paseo o un
■
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO I4S
gleses, toman el paiseo (take a waik), como toman un refresco, el
alimento o cualquier cosa que les aprovecha.
"7 Hemus Terrace, Chelsea.
"May../, 22, 1821.
"Mi amado hermano: tu carta de 28 de Marzo con los eni
de especería llegó a mi- manos uno o dos dia-. antes de que Mr. >
re viniese a verme con sus hijas y, habiéndome preguntado adonde
podria mandar algunas bagatelas que quería enviarte. ' pu-
n el white iepper, mace &.* y lo remitir- ,
Mr. Rennel. Dos ó tres dias ha, recibí la otra de 28 de Abril y pien-
plicar a M.rs Christie me haga la compra del bombazeen. Yo me
encargo de procurar (he lisscncc of Tyrc. la qual en lugar del firc-
box e-tm ¡era en tu poder, -i tu larga estancia en España no te hubiera
hecho atravesar la t mayúscula con un palitroque y, lo que es peor,
convertir la y en /. horrificando a todo escolar within his Maj<
dominions. Procuraré que esta sublime Esencia vaya de modo que
no tina la -aya en lugar de las cana- de la Señora.
"Quédate con el violín y buena pro te haga, que yo, ha pocos
día- compré un Gttarnerius Cremonense por £ 30, y d<
míos!!! Esta extravagancia es hija de unas cartas sobre España que
me han valido, las dos primera-, £. jo, 3.-,,. y c-i>ero que no serán las
última-. The New Mjonthly Magazine la- imprime y paga |»--r plie-
go impreso 1" mismo que los grandes Reviews. Si tengo mediana ca-
beza y puedo concluir el plan, que es dar como K-priella una pintura
• lumbre- &.* -e imprimirá toda la serie en un tomo y entonces
te las enviaré. Mi violin. el único decente que he tenido en mi vida.
aunque con una vz parda, es muy suave y responde a una Hgera
nací. .11 del arca De Su legitimidad no tengo duda. De 1"- del
me acuerdo, pero dudo que aquí puedan tener el
\1. consuelo en la pérdida que me participas con pensar que
el robo ha sido hecho poco a poco y que no te hallas en apuros. I. a
conducta de ese hombre ha -id. > miserable Llamóla te me
causa más lástima que indignación. Esto no impide que lo mire
el desprecio que merece. En no arruinarlo han hecho Vstedi
■ le humanidad, pero el fiarse de él, seria la mayor imprudencia.
"Toma por regla no privarte de nada con objeto de envtai
ñero al cabo de! año. Si ¡ uro de que !.• que me man-
ila- no le hace sufrir privaciones, lo recibiré bien: de lo contrario, me
daría mucha pena
"Mi -alud tuviera un poco de más fu
no me faltaría mod i en que hacer dinero. Poco ha tuve un
ta de una ••■ madre de un j
ta de fuerza para andar o montar a caballo, y. por
te, la imposibilidad de acompañar al joven fuera de
me I fado a decir que no y privarme de un agradable tour, y
I >entro d<
pasar un par de meses. Probablemente vendré
j en el invierno iré a hacer una
.1 John Wetherell ilile <|in I Mi -
temos teñid
- quiera qui que d dú e
" \unque n<> In
•■• dieron por ^u cuñado tan ]>•
la menor equivocación de p utis.
"Nunca me habla
; ■ ■
le quien m
I
ni Matute trata
¡0 <lc
I lu.
DE DONJOS1 M.1 BLANCO V CRESPO I47
amigos. ;Se han olvidado <Ic mi? Yo seguramente ii" me olvido de
ninguno de los buenos compañeros de mi juventud. ¿Qué se ha hecho
de Vguirre? — Vive el .Marqués de Oastilleja, o le ha sucedido Pe-
bre Sotelo i i l Mercedes, quanto daría por saber que
eran más felices!
.Mis affectuosas memorias a Juana, y a t"da la familia; tuyo spre.
"J. 11. WHITE."
"7 Paradise Row. Chel-ea.
"31 de Julio 1 82 1.
"Mi amado hermano: Bienvenido sea Hillv White, y quiera Dios
ervarlo en salud igualmente que a su Padre y Madre por muchos
años. Desde ahora a cargo de su educación, si es que me
hallare en vida quando él esté en estado de venir aquí. Pero sea de
que fuere, no dexes por ningún motivo de enviarlo a este pays
á toda costa y quanto antes. El saber es un tesoro, y en ninguna par-
I mundo puede un joven educarse como aquí, no solo en la
parte intelectual sino en quanto pertenece al carácter. Tú lo sabes
on tanta anticipación te amone-te sobre
Pero bueno es que la mente se halle preparada di
tempraní al sacrificio que el amor paterno tiene que hacer en la se-
'ác7. Morejón sólo conoció: una sobre la dieta
ciborio, otra sobre la curación <le una calentura kéctico-mesentérica con
vientos, otra sobre el torontísmo, otra sobre las hemorragias ute-
las erupciones cutáneas retropulsas, otra sobre ei uso de
h las viruelas, otra sobre las pelucas y los polvillos y otra sobre
■ de los específicos en el tratamiento de la alferecía.
añadir las siguiente-: />•• la curación de los tubcrculoi
■n,ir las diarreas envejecidas
I en la educación física de !<>s niños y m /irlos
De las cloi su tratamiento por el vino
1 bubones ijue nacen inmediatos á las parles pudendas.
'eres que distinga
wracion (5-1 [-1789), E¡ n
en dar las unciones generales en el Hospital del Espíritu S
puesto á su adas de la
i ni figuran ot obstante la
¡.1 rectitud de la 1 ,-11 la
e puede d
x posición
ates.
dan Joaquín M ' i^cipulo, que
I48 k V ABRAS
paración. — Tu carta llegó á mis manos una hora ha.
■ larte mil enhora
mi querida stuviera ahí, daría un 1».
aum|u> alizara el vecindario.
dias ha que volví de Gaddesden, donde b<
Car!< medio; per., bk y me lie vueko ..
stán a la distancia de cinco puertas de los Chri
quienes me han hecho el i.: r> formarse á tomar una fri
me hallo en compañía sin n able-
mente toma a mis
amigo ncia.
mi última :
II asiento principal
de la enfermedad es el vientre, aunque
1 "hristie ha hecho las is por el B
ancho; pero es imposible hallarlo en Londn
es para Fuera del reyn
"Ha\ Julia
viciándome que un pariente lev
dexa tland worth £ [50.000. Toda
b 1 iin ¡arte con algunas
esta inundación — torren;
peridad, se ha olvidado de Tyro, Syd
"Nada sé del incienso ni de Casaña. 1 1
el Directory, y les escribir Moore ha enviado los
lo por mano de Mr. Renneü Han dexado \
"Por la primera ocasión te enviaré d libro que me pid<
•!>i(- Espai . Leucadio Doblado (N. B adío
le ¡O Illanco) son difíciles de remitir porqu<
pero haré en-
"Mucho placer -m- dan las noticias de mis antig
cialmente |ue Sotelo
ien me había metido en la
I (1). La B
■
■
.mas.
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CREsl-o 1 49
te ha olvidad' i. ;\'¡ve, y está buena? Qué poderosos son los recuerdos
die los primeros años. Pudiera hacerte una lista de nombres que
siempre tengo presentes. Da mis affectuosas memorias a todos,
ente á los de nuestras familias. Mil besos a la niña.
"Tuvo affmo.
"J. B. Whi;t."
"Ufton. Reading, Dio 13. 1821.
"Mi amado hennano: Tu largo silencio me ha tenido con cuidado,
pero haciéndome cargo que las malas noticias siempre hallan su camino,
he esl .intérnente en la creencia de que no te había sucedido
nada particular. Al fin con mucha alegría vi tu carta en manos de mi
amigo Bishop, y. aunque siempre las abro con rezelo de encontrar al-
gun acontecimiento desagradable en la familia, mi placer se aumen-
rcion al saber que te hallas buen., igualmente que tu muger
é hij
"Mi salud se ha mejorado considerablemente desde que estuve
aquí por Navidad el año pasado. Débil estoy aui a sympto-
mas penosos en el vientre, pero lo que sufro es nada para lo que
Esta situación me aprovecha a lo que ero», aunque a
verdad en ninguna parte me he hallado mejor que en Chelsea. Al cabo
30 volverme a mi alojamiento que es mui
bueno, y mucho mejor por la vecindad de Christie. La bondad de
mis tres grandes amigos Christie, Carleton y Bishop no se puede
tncarecer.
V lo que infiero de tu carta, aun no habías abierfa
quando la escribiste, porque entiendo que M.rs Moore te había in-
cluido en el una earta, v. si no me engaño, algunas friolera- para los
niño ísto lo que fuere, ayer le escribí copiando tu parrar
fo. M.r Moore y John están en Escocia preparando la casa, y la fa-
milia toda piensa establecerse allí por Primavera. Te daría mucho
• -i los vieras. No conozco familia más bella en presencia y
calidades. Las muchachas, aunque no bonitas son hermosas, y John
y Graham hábiles, honrados y juiciosos, Oxatá tus hijos pudieran
educarse aquí. [}w diferentes saldrían de lo que pueden esperar en
su tierra!
"Mi Ferdinand, creo te he dicho, está en Neufchatd
de Suiza, y el maestro me escribe que es excelente muchacho- Sus
jterling al año: lo mismo que me costaba aquí,
con la de vivir (le un modo m,b saludable y aprender tran-
ce-. En esta lengua me escribe, y en su última me encarga diga mil
• inte qu'il • ¡as. Ten-
1 5o
go bien fundaí 'tenerle un Cadetship ei
ció oí tí' rapany; y estoy acumula: taino
-• ■ Ib ■. pero. h«
Compañía lo toma ¡> -r su ruerna, hasta que logra tener as
verdad que tendrá que ir a Madras ó 6 Cak :i que
hemo> nacido sino para esparcirnos ¡*>r el mundo?
i ha habido fiebre en Sevilla; el temor de que la
rande cuidado. Por lo demás nada me coge de i
■ el pays quanto antes; pero, según mi> conjetu-
quedan qui i fermentac
l>aña (sin la qual es casi imposible que sus mejoras sean penr.
no -era tan violenta como la de Francia, pero no pu
que ser pesada Mu pudieran haberse evitado al pri'
"Dime como se halla 1 >ol<
% mentó se halla la pobre Mana Fr bre Rubia
de Sortes! quanto siento su desgracia Su bondad j bu<
teman igual.
"Es cosa curiosa uieran admitir el desistimiento de las
sea <|tie me muera de hambre. ' I
miedo de que los historiadores de mi vida se bailen con
that ( liad pret'erment in che Chur
amount of £ 5 sterlii
■
su multitud. < ,x
pleado más liberalmente ! Paciencia! cada situacioi
I a mía es libre, la tuya
tu cienes muger e hijos. Mil cariño- a Juana j a los
"I. B. W
ribe a M uando pueci
"I '.1 mil nv tes y amig
lolland para que reclame el incienso. La última ■
le que tu pareces no habei
que no (| del incien-
II. es al fin mui buena am
rdinand."
por él tan temido,
lunl \ no haber tenido su memoria la
que rrespond
Dt: DON JOSÉ tí* BLANCO í CRJ l 5 I
taria sobre ella el estigma de tan repugnante conducta, bien ajena a
su rígida y generosa ética en asuntos de índole económica.
Comenzó, por la invitación <le Campbell, a escribir las famosas
Carlas de España, tan dignas de atención ]>or las curiosas noticias,
por el espíritu <le observación, por la delicada seguridad y el realis-
mo de buena lev con <|ue reproduce las costumbres española-. Los
ingleses que habían viajado por F.spaña comprendieron el valor de
las Cartas y confirmaron al público inglés el positivo mérito del li-
terato español. Los ingleses que no tenían datos para emitir juicio
acerca del valor real del trabajo de Illanco saborearon, n<> obstante,
la viveza de las descripciones y el atractivo de su e-til" original y
nervioso. Las notables Cartas produjeron a su autor unas 70 libras. En
la siguiente epístola a su hermano, el autor da la clave de algunos
personajes retratado- en las Letters from Spain;
"7. Paradise Row. Chel-ea.
"Mayo, 9, r822.
"Mi amado hermano: tienes mucha razón en quexarte de mi si-
■. peco, de una -emana en otra, esperando el o del
incienso para acusar el recibo, se ha pasado el tiempo sin escribirte.
ilud, aunque no tan buena como lo fué el invierno pasado, i
¿e lo peor y se puede decir vamos tirando. Tres meses pasé con
Bishop y a primero de Marzo volví á las orillas del Tbame-, d
la familia de Christie es mi alivio en la natural soledad de un
solterón enfermizo. Algunos dias paso en Holland House: por lo
demá nvites por no andar fuera de noche. Ahora que me
que estoy en un párrafo de Mi-cellanea, te diré 'li-
tan aquí. Mi-- Racket hecha M.r" Solly. Eli marido me
e buen hombre, científico y, según creo, rico: creo míe viven en
Lrncolnshire. La última vez que vi á Sanders lo hallé en extrema
aflicción porque la sobrina, picada de la maldita, le da que hacer
mucho con SU Novio. Kl hermano de Christie, the Attorney, murió
el invierno pasado. Muestro amigo ha tomado uno de dos huérfa
á su cargo; por lo demás, la pérdida no es grande, porque mientras
vivía "o ce-aba de darle que hacer.
"El caxoo de incienso que vino por Wrightssoa fué hallad
.1- pocos día- h.i entre la- cosas no reclamadas que están en la
aduana. Lady Holland tiene poi ente do- porcione
trenar.
"II.i poco tiempo que M.rs Moons me enváó tu baúl el qual abrí
ton pena. Entre los libros halle un V^\k- y un M
t5a vida y muras
envía teviews. De que lias recibido
abri: ie se han publicado mientras me hallaba en el campo.
•n <le papeles sellados está religiosamente en mi poder.
Siempre ' ualificarme para abrirlos y nunca se me ha pre-
senta''
"Mn el discurso de un ai apaña. Diez
ibian publicado en el New Monthly Magcuñne; i>er. . teniendo el
manuscrito completo, vendí el copy-right jn.r trescienta '! in-
cluyendo como jo que había recibido por los artículos separado:
ü me dá mucho
trabajo a] presente. Probablemente te podré mandar un exemplar
ne emprender una h:-'
del reinado de l>n. Juan el 2. . para lo qual i
k">. 'r,;v es lo peor del asunto, porque ad<
-':\ lo. .k may poil nn
ar la pluma en Román pal
p.ir personalidades sino por generali ellas me
á mí he dado un retrato d<
te velo. Pcn. no he cornpi
razón rae dictaba Pobre ta*jona! S <in
nombre Marmol no queda sin un recuerd
que "
tividad.
turbaciones que ha) .1 ue no
en el sepulcral de mi
buena fortuna. Va el cabildo 1
■•: chirimías delante?
posible que Carriles haya acabado por ordenarse! Y
v.' ' Barreiro? Hale mil e j dile que la an
',
tas. I do not spare her infamous Mother
edand le tantos queridos objetos! Si ha-
lla- ■ casii m de dar m
Nunca me has dicho quien es mi ju-
hum-drum Til be bound :
quite orthodox & stúpid. What ¡6 become of that Madman the head
Ghaplain. I have hitched hím ¡1 brother
too, & the \ irgen del Vguíla, & what not l>a mis affectuo&aa me-
moria- a Juana, y mil bt niños. — Por casualidad \:
I un Sr. Murfi.
DE DON JOSÉ M.* BLANCO V CRESPO «53
Es el Coronel? How sure lie is always to make his way wherever he
is. Memorias á Lucas y su familia. Adiós mi querido hermano.
"Tuyo de corazón,
"J. B. W."
Más adelante vendió la edición de las tartas de España en 300
guineas. La reputación literaria de Blanco quedó formada en aque-
llos trabajos, y muchos editores solicitaron con interés su colabo-
ración, -r ■■. Mr. Xapier, editor de la Encyclapaedia Britan-
nica, a requerimientos del cual escribió Blanco el articulo Spain
suplemento de la dicha publicación.
El amor patrio no se debilitaba en el corazón del emigrado. Du-
rante el año 1822, hondamente preocupado con los acontecimii
políticos ile España, tan desligados «le su interés personal, decidió
9U pluma a la patria, interviniendo, -i lo reclamaba la
magnitud de los sucesos, por él juzgados con criterio pesimista, en
la candente arena de la controversia polítii
•nsignara es >itos en sus Memorias,
tan prolijas en detallo, no siempre de capital interés. Corrían para
España l> - inquietos dia> del segundo ensayo de sistema constitu-
cional. Va en el verano de [821 habían estallado motines republica-
nos, y el 18 de septiembre habían librado los partidarios de Rieg
la milicia urbana la batalla de las Platerías. Abiertas las Cortes e*-
traor : mensaje solicitó del Rey el relevo del Ministerio;
daluces pedían tumultuariamente igual medida.
ardía en motines, Sevilla constituía SU Junta revolucionaria
bediencia al Gobierno central, y en tanto que el Mediodía
adamaba á Riego, el Norte se infestaba de partidas absolutistas
Rey expidió un decreto exhonerando a los ministros, y las G >rtes se
Marzo de 1822 presididas por el general Ri<
Blanco era partidario de soluciones graduales, pero lentamente
progres cas. Su espíritu, amoldado al estilo inglés, desconfiaba de los
revolucionarios, de las transiciones brusca-, d<
enzudamente preparados; <|tiería que
el adelanto precediese en las costumbres a la < ■•) legal, v
que la n del |>uel»l • sirviese «le columna a los progre.
titucionales. 1.a luz de semejante criterio prestab
ai cuadro de las turbulencias en que hervía la di
he la autenticidad de lo, propósitos de Illanco dará idea el pá-
rrafo escrito en inglés de la siguiente carta dirigida a su hermano:
l.->4
iding
"Mi • bcríbí el 13
I [oUand me obliga a
■
S.m que mand . de Rodhei
respii ¡ue no sabían de tal incienso. Lady i;
en la ciuda The
..
• f the Mai
leam nothing of ai Holland, >
trace of any such ha landed 1>>
at the ki: .
■ declara»
que el incienso se ha perdido y que Lady II. 1
•n i 1 1. \h-ra bien, hazme el faví
niento dirigido To The Right fl
Ww Renell,
1
ja, me 1" I
del dinero que sueles enviarme tiempo del ai
■
que Ladj II. •
■
te a tiemp • para impedir que me mai
laria mucha
-i 1" poden
igh I ani in hopes (that the presem ¡> •'
ima-
■ ■
I mighl b Mo-
narcti 'I known pi
Üie most remotí
ihnt 1 should decline the t¡ • as it might be «vith
■ ■
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESKO
my duty. Yet I wish to tknow whetlier my eqtering again the
tica! Lists would endanger your peace & quiet; for if yon conceive
that anv odium or suspicion might attach to you, I would do every
..ver to remará ín the absolute silence which I have
rved sinoe 1814. I repeat that there ¡s not the least
suppose that my pen will again be exerted in the cause oí Sp. I
believe it would cosí tne soroe [abour to recover my Sp. style.
"Siempre que halles espacio en tus tanas para darme noticias
de mis antiguos amigos, no 1" omitas. Quisiera saber de los Axjo-
nas. El Penitenciario me temo que ha procedido áé modo que aquí
llamamos trimming. Que me importa á mi? Mi amistad para los
que he amado tan tiernamente en mis primeros años, es indepen-
diente de questiones política-.
"Ante, de venirme aqui di orden á Johnson o Hunter para que
enviase ios Reviews a Qasañas. — ¿Han dexado Vs. la corrí
cia de Renell? Lo sentiría mucho, porque, aunque no le he
que una vez, me gustó mucho su ni
"Mil cariños á los niños y á Juana. M arien-
imigí s. Tuy< 1 de c >razon
"José M.'"
Parece que no valia la pena de envolver en el n
conceptos y motivos que, tanto en sus artículos cuanto en otras car-
tas ya del lector conocidas, ha expuesto con meridiana claridad y en
frecuentes edad su lamento por la in-
ible pérdida gradual del estilo 1 ambién es
buen sentido político que se revela en las indicad
lentos públi
"7. Paradise Ro\v. Ohelsea: 822.
"Mi amad" hermano: tu carta del -'4 del pasado, vino á mis
mano n la Letra de £. 50, que hoy he dexado e
mis banqueros para Igualmente les dexé
uñar mis cuenta- y averiguar quantas remesas me has hecho;
razón que • oibir antes de que ésta pa
pues estoy escribiendo de noche para mañana Viernes. V.cuéi
empero, que no quiero que me mandes ni un ochavo, si te lo h;
quitar de tus menesteres, o bienestar. Gracias á Dios, nada me
falta, y -i mi -alud n<> se empeora, en un ■ luir
una obra histórica ó Memorias del reynado y corte de Don Juan
de España, que me pondrá en situación de equipar a Ferna
para probabilidad de mandarlo de ca
a aqui en Octubre próximo y que continué apren-
. Maten
tancia> que pueden hacer su fortuna. Aiiora tiene sobre cal
le partir hasta los dú ;
quisiera que, si tu- i «upa
. me mande- á la mayor brevedad una noticia conipen-
siguientes: i. Qual es el ♦estado de las n
jun los últimos documenta ü público?
agricultura. I es-
5e lia mejorado la su(
i — que mii' lian hecho en Diezn
1 la y
a impedir el aumeni Se lia
i aliviar !.¡ ha hecho
—En tin, quarrl
que puedan dar luz en qu;
que
i- ha
•:i el nombre del autor. Si pued
•ne quanto una
de un pl¡< ■. aunque sea de marquilla
i enclosu-
heet.
■ tu que muí
al.)
que se ha decidid.' en íav. >r de la can-a de la
. nada temo en quanto .i la
;>añ<>k\. Fieles y exoli irán al fací que
ticularmente, podrán ver al fin
que llevan directamente al objd a los
■
■
qualquiera que la ]» t Kalá fuera diar
DE DOJfJOSÉ M." BLANCO V CKESPO
los principales intereses y miras de todos tres partidos en bien de la
"Según toa libros de mis Banqueros las remesas que me ha¿
hecho son :
i." On Rendí & . ed March 25."1 1819) £ 86.14.9
. Rocher id. March io.,h 182 1) 50.
3.a id. due. 25 Sep.r 1822... 50.
£ 186.14.9.
"Antes de esto, la casa pagó una letra mía á favor dn ' i
Murphy & C.° no puedo averiguar de quantas £ — (para alimento de
la difunta Magdalena) me parece que fué de 70 a 8c( £.
"Hoy remito a Mr. Renell un caxoncito que contiene: Poudori's
Dictionary 3 v.8; Pope'e works 8 v.s: 3 Reviews; Doblado' s Letters
on Spaia 1 v, Glassford's, Principies of Evidence; Montesquieu 5 v.s
— Siento que el exempiar de mis cartas que te envió no está bien en-
quadernado. Está además borroso á causa de haberse aprensado estan-
do la tinta fresca: pero comiste en lo que creo que tos Esipañoles lla-
man Capillas, que me mandaron para asegurarme de que las correc-
3 de las pruebas estaban bien hechas.
res Reimoso j Lista! Son demasiado sabios y honrados para
dar gusto a todos. Poco lia que tuve una afectuosa carta I
Me la traxo mi" de los desventurados Italiano-, que han tomado re-
fugio han de hacer consigo, es difícil de decir. Mi reco-
mendado me temo que viene á perecer, porque no tiene recursos ni
de dinero, ni de saber útil. — Estaba guardado para el honrado Már-
jufrir pobreza en su vejez, después de una vida tan penosal
Quien tuviera medios de aliviarlo! — Supongo que el Capellán M
y su a brother están predicando al Exército de la Fe.
"...Si alguno de tus amigos pudiera ayudarte en formar la no-
que te pid". no ilu<le> enviarme el quaderno por el correo.
<áas estadísticas es lo que me hace mas falta; porque sobre
puntos tengo aquí la> obras que Llórente lia publicado en Francia,
y una que lia salido aquí pocos 'lías ha p,«r un Irlandé" que ha estado
algún tiempo en España j nos ha dado una historia de la última re-
Id autor no ; mucho ju lá hechos
Por lo demás, es un fanfarrón que habla de lo que n
tiende y por boca de ganso. Según | y oráculo
■ hace mención de
une en mi i . b familia.
"J. B. \\ ':
dices
de su padre, nue
el pésanie, ¡>"r evita • de una carta desde aquí y p
m bien de i
"La tardanza en d recibo <lc la cuem
de las fechas de
irl
■
Juan II. i ' afanes de padn
■
A fií iSjj. Mr,
un pi tañol, i 1 n - :
aquella pi
a ■■!" dd ;•■
encía d pues Mr. Vckermann temblaba de p
.
ila • '■
de / as I '•'-
íes <l<- 1822
!)F. DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO I 5g
tanto gusto, que, a pesar de las dificultades citada- y de otras
nacidas de la incompatibilidad de su carácter con la índole del pe-
riódica, hubiera per-- te trabajo sin una incidenga que vino
-! tramar sus propósitos.
irles liutler había publicado su libr. •
lado Book of the Román Catholic Church en apología de la Iglesia
católica, apostólica, romana, y un amigo de Blanco, Mr. Locker, en-
tuna carta de su señora rogándole emprendiese la refuta-
ción de la obra de liutler.
ó en extremo a Blanco la proposición de Mrs. 1
mas juzgando que no podía decorosamente eximirse de la obligación
moral, v animado por los consejos de Mr. Roberto Butler, vicario de
Kilkenny, a quien consultó, se despidió de Mr. Ackermann para
rse al trabajo teológico en que a su pesar se veía corrip
1 (espidióse de \<<~- lectores de / 'ariedades con dos artículos en que
rafia intima, explicando su evolución religiosa, y re-
un tirón la primera carta de su controversia. La composi-
e la obra entera le ocupó tres meses.
La publicación del libro, titulado Evidencia práctica e inten
Catolicist «TÍO a cargo de Mr. Murr
con el cual - i a partir por mitad el producto
\I exponer la producción literaria,
no de los demás libro.- de BJanc », limita-
ahora a consignar que el éxito en el público ingles iuC- de todo punto
ira el autor; empero, la falta de sentido práctico, inse-
parable compañera de Illanco, le impidió extraer ventajas de su éxi-
hubo de sufrir el diluvii i
de opuesta opinión le asaetearon.
h. Hutler, titulado I 'na carta
I 1821 ■ la firma del autor v su relación con la Ui
ford.
indo el hilo de nuestra relación, podemos resumir el
tas palabra- de Illanco: "El año que acaba de expirar
ha sido el más mi estancia en Inglaterra. Mi salud, aun-
que muy débil . ario- ataques, ha sido mejor. 11 éxi
mis Cartas de España ha superado a mis esperanzas, j
ep maneta que me obliga a abandonar el trab
apaño] que emprendí doa meses ha para Mr. Ackermann,
podría comenzar á contar para este año con un benefi scien-
• más o men
CAPITULO XV
DIOS, OPINí "II I \Rrs V TRA1
LITERARIOS DESDE 1823
Poco accidentado el año 1823, permití
n prcocup:i
>ía ;i su bennano pidiéndole una de comedias e%paikv
datos para sus empeños literari
"-. Paradise Row
"Aliril, 2,
"Mi amado hermano: 1 >i t aladar quant i lia que
IIO U-n^' > carta tuya. Esta taita de notidas es más ,'.
extrañar: siendo muy probable que la valixa en que últi-
ma fué interceptada por alguna partida.
i llegado la pobre España! Pero en ■
males que la inundan son inevitablí >pie
aña no puede v<
ble por mucho- años. < Kala que me <•
idea ¡.unto se lian Confirmado más j más I
■". por medio de paquetes que en
uth me pn ■■ de tí, que
•- quiere librarle de la
•
Holland me pn
medji
primer lugar inciei I
un i Toro, pues desde
■ íesti
VIDA \ OBRAS DE D. |OSÉ M." I'.I.AN* O y CRESPO 161
[o que quisiera sobre todo es que me dijeses el importe; pues
-('• que 'lana mucha Satis f a n á Lady Ifollaiul en recibido.
"Mi salud continua tolerable, aunque el rigor del invierno pasa-
do me ha tenido prisionero por muchas semanas. Mis ocupaciones
no anan. El libro de que te envié un ejemplar ha tenido mucha
aceptación en el públi o tuviese fuerzas, podría hacer bas-
tante dinero escribiendo para los Reviews, cuy< - han acu-
dido a mí ofreciéndome á razón de 20 £. el pliego impreso*. El ar-
tículo para el cual te pedí documentos está ya escrito sin ellos. Pero
te agradecería que por ocasiones oportunas me mandase1- las Rela-
ciones de los Ministros, y papeles de esta clase, para seguir el hilo
de los asuntos de España con conocimiento de hechos. También
quiero una-colección de Comedia- I rtiguas como las que
enviaste á Mr. Moore. A mi vejez me he dado al estudio de
. y me es tanto más útil cuanto vengo á él con mas conocimien-
hallases una noticia ó historia de la fundación de las
das de Sierra Morena me seria muy útil |*ara una obra que inten-
i una Novela, de que he formado el plan y solo me faltan h<
que añadan verosimilitud al todo de ella.. Tal vez podrás decirme
¿de qué parte de Alemania vinieron los pobladores ó colonos ex-
trangeros? Como se llamaba el Fraile Alemán, el Vicario general
que causó b ruina de Olavide?
"Fernando ha vuelto de Suva hecho un lindo muchacho, de ex-
célent j persona. Esta que ... de quantos lo tratan, y no te
desdeñarías de llamarle sobrino. Lady Holland, según espero, me ha
de proporcionar una plaza de Cadete para él en el espacio de este
y el año siguiente quando tendrá la edad que se requiere. En sus
modales y tun¡ of mind dicen los de Christíe que no puede negar la
casta. Siemp Mando de tí. y te quiere mucho.
"Bien puedes imaginar el deseo que ten-' de saber de ti, de Juana
y de los niños. No píenlas ocasión de e-cribirme quanto antes. —
Del Coronel tuve caria el verano pasado. El ]*>bre Gordon ha muerto
ha. y en pocos días, Mi- afectuosas memoria- a Juana y á todos
los parientes y amigos. Vdios, hermano mió. Tuyo de corazón,
"J. i:. Wiiiii "
Actuó de poderoso sedante sobre su agitado espíritu '
le abrazar a SU hijo. (',.•: la estatiza de la Cadetía en la '
pañia de la India Oriental, qu irle para su ingreso en el
Hailybury Colle 1 do el complemento d tdquir
rída en Suiza al Dr. 1 que regentaba 1 rd la
tía el hij mayor de Mr ( 'hristie.
ütica
"Mi querido h<
una carta al 1
lirll.
a
5
i63
>e han guiado mas p erdadera política. Añ
que lo publiqué y nunca he dexado de repetirlo — a no corregí:
>titución ríe t8ií la misma causará la
i del reym . interven. : i una
entendida firmeza
ino. En tod
procure aumentar el ¡nflu
España 5
en >'■-
-
ñor del presente estad
izoo
ílanco White."
la vi«!a pública. •
eció !a lucid
I
1 y el
I
La ; una aparente ilógica, pare
•editar pr .inte,
lie se atrevía a imaginar el porvenir de la política interior
nido de la corrí fa-
I
"7 Paradis
J"
"Mi . mano: Aui
• que p' "lia contener, la idea d
ibirsie, me
Id placer que tendría quaiido sup
1 no habia sufrido más que el sus lebía
¡a<l se hall ■
1 del Rey. Dios cederle quietud; aunqu
1 han >ali<l" hast
po, Jamás he tenido
■
VíD/
deses '• piedra ]*>r mover, j
!>pO.
te dixe en 1*14 (porque desde aqud tiesa
he <¡ : uiera ver un exemplar del Español)
ipeña en n ido en que se hallabaí
■
dimiento humano. Si se empeñan en resistir absolul
l>ul>u que ha recibido . na<la habrá estable hasi 1
za de- contiendas y l
fortuna "ra sea malo ó bueno.
.
le Lady Holland, á quien ayer di no(
preparado. Por lo que hac< te pedí, 1
con que me
tas sean quales fuen sean modei
al las de Lope d
tinvia aun abasteoiei
liarte tral me acuerdo >le
<|ik- te pedi además exactamente. Los que a
juicio de la Lista anti fuan de Me
de / le, ilustraciones del Nubiense: Ysla,
la lli-t de España: Ortiz, Historia de España, Si t míen-
la época presente en cu
da confiar, mándame los que tengan tu aprobación. El impon
• de Lady II. cárgalo en n >edu-
cklo <.-m<>. pued<
Pero de ningún m<«l<> ha
•<• diñen ■. \ Bill of Exclv
uro, porque, como tiene qu<
. ■ quieran exponer su pescuezo al riesgo de tn
vista.
indo está al presente conmigo pasando :
o. Continua mui buen mu ' lando le d
Mili n. primo de don
■
nn don JOSÉ M.* BLANCO v CRESPO 1 65
de tu carta acerca de él se enterneció con el recuerdo, porque te que-
ría mucho.
"El pobre liona im i. tu conocido de Holland House murió pocos
<lias ha.
" Joaquín Uñarte ( i ) me vio algunas semanas ha, quando me ha-
llaba mui malo de una inflamación en la trachca que me impedía ha-
blar. No ha vuelto á parecer y habiéndose mudado no SJe adonde es-
cribirle. Si lo viese le daré el recado de su hermano.
"Las noticias acerca de las Nuevas Poblaciones son quanto ne-
, si es que hubiese tiempo y salud para escribir la Xovela.
recibo de éste tendrás un nuevo individuo en tu
familia y confio que Juana estará buena después del apretón. Ase-
ño, v da mis afectuosas memorias á Lucas y
"La familia de Christie y todos mis amigos han estado con mucho
cuidada por ti. Todos te envían sus memorias.
. están rru ' Diles mil osas de mi parte.
■ enviaras libros, dirígelos á Renell que es un hombre aten-
tísima v spre. pronto a servirme No es ésto decir mal de los
tientes pues, aunque no me conocen, me han r<
i la mayor atención.
te conserve y á los tuyo-, hermano mío, como se lo pido.
"Tuyo affmo.
"J. Blanco White.
"I". S. Sí algún «lia te halla- desocupado, y como el Domine
quieres hacer una visita á nuestra executoria, dime qual es
the Crest de nuestras auna-, porque creo que en mi selli> esta erra-
da: 5 no quiero que el mundo se engañe en cosa tan importante.
que es brazo, pero no me acuerdo si armado. Si se con-
un sello de plata que servia a Padre para sellar sus pape*
le- Consulares, puedes sellar una carta con él. — Añade a las obras
que te he dicho, los qaatro tomhos de Mayans (Don Gregorio)."
Vivía en la mayor intimidad con los Christie, formando él y su
hijo con ellos una -"la familia J esta imwiiidad explica la resolución
di l>on Joaquín de Uñarte y Fernández de Lando, nacido en Sevilla,
los libros de la Universidad hispalense, donde se írra.i
de 1795. I ué Subsecretario del Dcspacli.. do Ha-
cienda i 30 de Junio de 1834. Publicó Manifiesto de D. Joaquín de
Uñarte, sobre su conducta política, Jurante la dominación intrusa (Se-
villa, |SlM
■ '
•tu.
[nqui l tranquili
vancl
de r8:
de que en la fai
"7 Pal
"Mar
I
I.AM OYÓ
último me dixo que iba á Sevilla por París. No teniendo tiempo para
más le di una cadena oí ra para Re)
aunque temo qu Francia, tal vez -e las qui-
ten no me ocurrió al comprarlas. También lleva una caxa
esa para Vila. Es de aquellas que tu has visto aqui con go
de la misma madera. Mas souvenirs hubiera mandado si el tiemp •
y la bolsa 1" permitieí
"A propos de bolsa, las dos Letras, de i' 50, e-tan
mis banqueros para correr sus trámites. El Coronel
Murphy q |ui, me dixo tiempo ha. que tt scribir
acerca de a que te del -i lo habrá hecho. x>
veo po . por la gran distancia á (pie estamos y la debilidad de mis
fuerzas; aunque éstas, gra se lian rru
ripio del año y puedo andar una hora sin mucha fatiga Los ataque-
de cóli menos frequent
"Habiendo \¡-t" por los papeles que se lia prohibido la ei
me-
id de cierto. Si quando esta llegare no has
mand spañola de
- 111. y la de traduc Sem-
ncia, y aqui me c
ojo, quaJ - >bre la Literatu
de casa o consultarlos en el British Mu-
seum, «mprarlos.
quede la porción de la manda de t;
en la
lias que me
halla'
i I Oh! 1
otra resma de papel mi p
mas voluí mundo. En niedi.. de los disturb ¡'aña
»apel.
"J. B. White.
. ■
• ir a ( "hrUtie. quien by tile
bre de 171 1 '•■ vimlo, fué Juez Auditor del Tribunal d
Ilota ■ "'
1 68 VII>.\ V CURAS
luis his rooms & offices in Kin;i Street, S'. Je.
liera cada
Su mayor preocupación por aquel tienijK» era el porvenir de su
hijo, aunque el amor paterno pinta en las cartas un joven de rele-
vantes condiciones, la misma indecisión del padn a su futu-
ro de a que el muchacho no manifestaba singula
ción para nada concreto, especialmente para las letras, pues siendo d
ideal de Blanco la prolongación literaria de mi apellid - que
él muriese, jamás hubiera ; enviar su hijo a la- Indi
más pequeño asomo <le afición liberal que, engrandecida i»>r la lente
del cariño paterno, se habría trocado en m henchida de
risueñas esperan
acilaciones de Blanc • a la carrera de Fernandíto
presan en carta a su herma
"7 Paradise Row.
"Mar/". 16, ifi
"Mi amado hermano : 1 1 •
del 'i ntigo despu
peré á saber el resultado de la pi na-
enviase niiuj
me escribieron dos dias ha diciendo que Gorman
había rehusado aceptar la de £.
leí* >\\ the drawer"
me da es por que la falta del dinero, y mud
dable que tiene el t los banqui
libranza, tanto por la
me a ue conserve la letra //// ¡t becomes due, y entone*
la devuelva protestada; pero que te de" (como lo ha
tardan/a, por -i lUua á t iftiij - • de evitar que se pague el diñe
librador de la letra .- a Mr. Renell para que,
lo que he <le hacer: per., aun no
be tenido respuesta. Excuso hacer más reflexiones sobre este punto.
ultimo resultado te daré nol
nell te volveré la letra protestada. De todos modos qué
haya yo de perder el dinei
itirie que Pasquad se determinas!
bes quan < Inglaterra j que un h • i modi i
da se vería muy pronto en la mayor tribulaci «, La
multitud de Españoles que están viviendo aquí casi de limosna quie-
bra El mió .. .i, sufrir ver á un pariente tan
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CBJ 169
cercano sin casa ni oficio en una tierra extraña, y aunque baria ñor
él quant i estuviese de mi parte tu -abe- quan cortos y precarios son
mi» medios. Yo no lie tenido carta de el. Si ann está en Cádiz, acon-
séjale que no dé un poso tan desesperado.
"Fernando me encarga siempre bis k>ve for his únele Ferdinand.
A principip6 de Enero cumplió 15 años. Está hecho un bello ma-
chadlo casi tan alto como yo: en la Escuela ganó poco ha la medalla
de Matemática-. Pienso traérmelo á casa dentro de un mes, y hacer
que complete en ella su educación antes de mandarlo á la India, si
■ una Cadetía, ó á la Universidad, -i sigue m
finalmente, á un escritorio, si no hallo otra cosa mejor. Al presente
me CU de 150 libras al año. Bien vera-,
fuese ' i I 1 I ' os, trabajo ,in tanta fatiga como antes, me
hallaría mui alcanzado de medio-. Quiera el Cielo conservarme la-
tuerzas de que ahora gozo hasta darle destino. Mi' afecto- á
Juana y ¡os niños. Tuyo de cora/ou.
"|. B. White."
casa disposición del joven, disimulada en la carta anterior,
rá ¡'atente en la que sigue. No dejará de extrañarse que. siendo
el horror .i la profesión mercantil el origen quizá- de las desdicha- de
1 hijo, -i por algo manifestó inclinación, fue-e por la
rio. Reproducim la carta por las curiosas noticias
que procura acerca del precio que alcanzaban entonces los libr
el mercado londinense.
"7. l'aradi-e Row. Chel-ea.
"Mayo 21, 1NJ4.
"M ainado hermano: la leí ibi con tai I
le las aventuras mercantiles, ha sido pagada. Mr. Renell
me hizo el favor «le presentarla, y cobrarla quando cumplió que
fue d 17 del corriente. I .a letra fué rehusada al principio, según
me dice Mr. Renell por falta de debido aviso.
"Mucho senti que algunos lia- há diera ¡a casualidad de hallar-
me I de fuera de casa quando vino a verme el hij<
Mr. KtddelL Es extraño que no hable [1 \ por fortuna la
lió bastante para hacer que a en mi quarto,
.S7<;í/c para que lo volviese á llevar. Parece que á la
mañana siguiente debía salir para Bristoi. Así me decía en una es-
quela que me dexó escrita. Me hubiera alegrado de ve lo, tanto por
preguntarle acerca de nuestra familia como para ofrecerle mis
flíjlll
i;i mia Ui
I
Mr. Renell
pero no quiero
que •
" 1 .a I
"Tu i
lia d(
muy útil,
hallé
'7'
figurarte la rmpresii n que me hfz > el recuerdo de m ■
: San Felipe Neri. Qué revoluci
de m - diría entonces ías vuelta- de mu e que
nos habían d
tria ; a Jua . Tu affm >.
"J. B. W."
i en una casa de comercio»
Para que pued; a dónde llega la ceguedad paternal,
reproducim I i de Blanco a su hermano, precedida de algunas
líneas dedicadas por el sobrino al tío. El lector desapasionado se ad-
mjra, cuatro vulgaridades escritas p
;i que el padre las ilu
"Chelsea 25 Sept. [824.
••\.!v \ \- 01) l'ather lells me tliat 3 ' • see a
fev» lines Iways
I that love hich is due to the brother of my
¡llelledby
anoth -',t' m me
liiK o ¡unior clerk óf the house of <■
g¡ 1 di your t'amily and believe me
ate nephew
" F. Whi
" - 1 >ea.
••< ).!• 6.th 1824.
1 - juz-
le alma de tu - brino. N afec-
:onducta 1
que dice. I ambien
dandi-'.- públicamente <i nombre de luj". Seguramente
podi tunadi > en que ' tjue
.1 una criatura de tau bell
!■• lia hech mi-
publii
172 VIDA
- de las mas opulenta
Londres
El enviarlo á la India, es sumamente difi-
ipacion que le he
|ue recibí tu última carta fui a mandar hacer
Fui '.i una de las tiendas mejores de Londres
ta variedad, me conformé con la opinión 'i'
as que el ar •
se amolde al cui re la plancha y almohadilla hallaos
qual aumej
d< inde se reqi de el plan ¡
límelo y te mandan
u me pedisti
un a casi un m< •• der «le Mr. Renneü. He
do que me diga el nombre del buque en que van.
mi unmercantile man
que enviar lo que me pid
: andar y mií
tna- Mi
Superfine w\ 0.13
\n 1'mhilical '•
An impn ■ 1 .
\1 cabo he logrado ver a Juanito Kiddell, que es un Sevilla
KCelente muchacho, con mucha a fu i
i:li. 1 y en is <le una h
ibles para mi. aunque
pueden menos 'pie resultar de las conmocj
políticas que ha habido en ese pays Dios te libre y a tu famili .
qual-
la que venga a tu> mano-, ¡mes aquí
muy de moda y valen mucho. Si pudi(
naré.
"I K- Rossini no puedo habla
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CR1 '7^
me permite ir al teatro. Mi idea es que sus Melodías son algunas
ees muy felizes, y que sabe producir efectos instrumentales; pero le
falta la perfección y dulzura de Mozart, y el profundísimo y brillante
genio 'le Beethoven. Rossini es una exhalación, 1"- otros '1"- son la
Luna y el Sol del mundo músico. — A propos de Música: estoy reco-
do la flauta a ratos perdidos: — y a este momento estoy maldi-
ciendo a una vecina que no me dexa escribir, abultando una e
acompañada con el perfect chora \ cada nota. Su música y su rui-
do ha 'ara hacerme dexar esta casa, que es la más cómoda
en que jamás he vivido. Fernando tiene a bed room en ella; pero
boards & lodges, en S." Paul's Churchyard. Su escritorio me p-ne
en memoria del nuestro, pues tiene (pie estar en él hasta las once de
>s veces a la semana.
a Juana mil cosas de mi parte: y, supuesto que va teniendo
tantos renacuajos, es preciso que no tarde en mandarme uno.
"Memorias afectuosas á toda la familia y amigos. Tuyo de co-
razón
"J. Blanco White."
no la presencia del hijo y el haber resuelto por entonce? el
problema de su colocación influyera por modo favorable, o debido a las
naturales alternativa- de los padecimiento- crónicos, Blanco recobró
fuerzas y mejoró de humor a fines de este año.
Así lo declara en la carta que a continuación copiamos, curiosa
también por lo que refiere de Mora y por el pedido del manuscrito de
las Evidencias de Paley, cuya emos.
"j Paradise Row. Chelsea.
"Nov.* ii. 1SJ4.
"Mi querido hermano: Te escribí la última vez en 6 del pasado;
y aunque no he recibido carta tuya en el entretanto, dos motivos me
urgen a escribirte otra ve/. I-,1 primero es ..tra petición de I.ady
rlolland por incienso y /*<//v/. que te ruego me mande- por la pri-
mera oportunidad. El segundo es que á instancias de Mr. \\
■ que pedirte me em ¡es mi traducción de Poteys Evidences,
pues la quiere imprimir á su costa; y hallándome con -alud suficien-
te para hacer las deluda- ■ lo aguardo >u llegada
poner mai bra. La Teología Natural se está traduci
aquí por Mora!!! quien ere-, que se halla ganando bastan!
cribe con niucha facilidad y muy bien, aunque no se acuerda de pa-
ginen le libertó de una cárcel. Vaya con Dios: lo que ei
¡ icaí
■
Wliil
"7 i
le tu i
'
frumentos á qu( ",:1 ;i proporción de
■ n tal estado se prueban. Pero I
. bien tiene una mez-
ra. ful sten-
n que el triunfo del I á quien diaria-
• 'I»-"111 ''•-
me manda me-
lé ellas, ha
i del tornillo, • á la
dentro, y,
■
metal de que una
"Mis
- de enviarlo á la India, y lo ]>■
5tudi< 5, 11"
in hallado en él ; Me-
• c|iie
mam- ividad del gran i
probabilidad de que dentro de
»a idea uíacion á America, ú "ira parte del muñ-
ís mil libras por la^ manos de Fernando en un
i ; y Lubboík, que es banqu
la. NTada sino la necesidad del caso me In
que
i'innar mi noml
la familia de V. ■
] María. I 'i' « 1" henil,
nucí* > deben haber cambiad' ■ la
■ ■n~a^ ha©
lada <■!! mi tiempo. Verdad es que Pereyi
■
4 verás
muy buena. Yo
un, i La flaul
en
■ .-..■ e 'iue m? hal
■
• <le la aduana, me al<
Te ama muí
tu i muchacho de excelente
"Tu hermano qu
I Blanco Wh
El joven don \'-v Mana Blanco j Olkxju
cuitad de Derecho de la Universidad
drc en d cargo de cónsul de
treinta ¡ 1860, tra
tro la^ esperanzas en él fundadas p
reídos en varias coro \1-
gunos de estos trabajos salieron a luz en •
a 1857.
Bl 21 de Diciembre «le 1824 <li- ue\'a prueb
tríotismo intercediendo cerca del doctor Howley. • l/m-
iados en Inglaterra, j d -4 dd
mismo mes tu\ de recibir del < >l»i-i>- > jo
el socorro de sus compatri
A principios <\A 1825, Campbdl. recordando el ¡ni
de las >»i Sf>a*n sugirió la
rente a !' Moyo de
nal <lo su refutación de la obra <le Bu(
En 2; Id mismo año
■ (/i- un Pobre hombre contra <•/ /'•
iki>-
lel cual se hizo con algunas mutila-
¡mportantes, para la propaganda de la Rd
tra Patria Vlgunos han atribuido la traducción al sen< !
lemostrar su d<
tutor y llevando la di
t\tr. prar ól mismo 1<>< ejemplares que 1<- -i re-
d • iba '■
entn
• na del luí'
]>añ"I Muñoz «le S : a quien cedió su traducción di
Paley. La ti de Blanco excedía de La
erial y llegaba h
y su ami >r propio en ai
nó de indignación su ánimo, pues bábiend
redado de su padre la rna is untos de inten
-taba mfiniti cualquier duda resp
por extravío de algún pape il en una ciuda
vadida por ejércitos extranjeros \ revuelta comí
ales de España por frecuentes trastornos, no pai
pago de la inedia annata. Las reclamaciones se di
su hermano Fernando, \
' e carta :
adiáe Row. Chelsea.
"i >ct.' 14. 1825.
"Mi amad" hermano: Mucha pena me da la muerte de tu nif
La ■ ¡ 'luidad con la voluntad dé Dios, y la certeza de que
estro bien es el único consuelo i|iie tenemos ei
mojantes casos. I'ile a Juana quan sinceramente la acompaño en
su pena.
"He tenido que escribir a Escocia para que M.r- Moore me
diga el contenido de la caxa que te envió sin darte la menor noticia.
Me dice '|iu-, a lo que se acuerda, té remitió la> obras que acababan
de sarlir aqui con más crédito.
" Fouchi 's Vlenn
of Buonaparte.
"l'be Sketch li'xik by Geoffry Crayon.
"\ Manuscript Journal ¡,i an escape from France.
"Varias cana- de nuestros Padres y Amigos que tu habías de-
xado en su poder al irte á España, \ una carta que te manda!
bija I
axon que yo te envié no contenia a lo que me ..
ue di - ligadura ne por equ
hubiesen puesto algunas
"Me ]
■
I
apilla se hallará que se hizo la dedui
«le la Tu
■ que a hal
■
la memoria. J
■ deuda ; y siempre he estad
ña, ii'. debía iu
P >T
ii mal in-
a i ■ sugirió la duda.
"Mi Juana y t i
"I. Blanco \\ i
l826 O 'Hi'
influencias do 1
<-nt>>.
I' 1 M,
i., de orador. Veinte años hacia ya que 1
fton su primí Mar-
ma 'le la mistad, al
que el I h*. VVhatel) . Mr-
1
«
en 31 del n
CAPITULO XVI
SEGUNDA ETAPA EN fiXFORD
Una de las mayores satisfacciones de Blanco fué recibir de Ox-
Ford el diploma de Maestro en Artes entregado por el doctor Cople-
stone el 28 de \l>ril de [826, -i bien la Junta Hebdomadaria no le
*■ «nfiríó tal honor sin i)1"-' resueltas impe-
dirlo.
Con e>te motivo vióse obligado a abandonar su grata residencia
>lver en 14 fie Agosto de [826 a Oxonium,
ardía en vehementes d<
3 se retrató en Londres y al fin se instaló definitivamente
ciudad universitaria, ingresando en el ilustre colegio Oriel.
lado por Wam de Brome en, 1324 y reconstituido, por Eduar-
do II en 1 ,
\ la vez que hallaba inesperadas antipatías, tenía noti<
1 lal ira se habí lo su ida a
1. mdres al natural resultado dV
Como dardo envenei trañas del
a a la virulencia del ataque,
tremo de su reputación, intento constituir un tribunal de
•'. mixto di ■• dictaminase acerca
1 honorabilidad de su ¡os de Lord Holland
«asada la nube, sólo quedó en su alma
a del recuerdo.
\:in sospechando qu<
Sevilla una carta,
<-n la Uñó
la lengua helénica s acompañando a la carta un regalo de libros
de ' : .
da a
al
rtñ< >.
fundizar en el ■■
litaría ■
\-.i< voluptuosidades <le la tual. Una impertinen-
mulo arrancó la venda 'U- ¡embro del
Felli i
ii5tituciún a . de aquel i
»re <-l.
Mitigó la amargura del desengaño la
<|ue fué recibido y tratad'
• ■<!". d doctor Wliately, que pa-
i el más liberal de 1"- fanáticos teóli
del nuevo
Rector d(
iversklad 'i'
- del
DE DON (OSE M." BLANCO V CRESPO
a lo que en si no la tenia, pues todos los Fellows de Oriel le demos-
Iraron siempre la más perfecta consideración i i
Sujeto más diplomático que Blanco hubiera dominado la situación
gando a la derecha angiicanaj pero el carácter independiente de
stro compatriota le impedía alistarse under the Church-and-King
banners. Para hipócrita, bien hallado estaba al lado <le sus padres
y en el seno de sus amigos a las floridas márgenes dd Betis.
La actitud reservada de Blanco oo abrió paso a la protección de
los doctores y no recibió la menor ayuda en urden a alentar sus tra-
ii! a reponer por arduas empresas literaria- el lastimoso esta-
do de sus i
scurrió el a i la predicación y
. ocados p
enfermedad y i ación de su hijo
y ]Hir el implacable batallar de sus dudas
el año 1828 prodigó azares a la atormenta
cia ti pasú el verán, en
"tuna, que hub larse
1 a quien preparaba para exá-
. I >aniell. N'o oh ¡ ¡ira que le
arita. hija de Christie, los aires ten
. lud.
minado por su indiferencia a 1
, en la más completa ignorancia respecto a sus inten
spaña. Ni sabia lo que había hereda''; adres, ni el di-
. lo cual le ocas rtedad en
■ 11 su hermano, \lntes de llegar a Tumbridge Wells
siguiente 1 a de
ular :
;. iSjN
"Mi querido hermano: i H . rumbridge
Wells, donde mi mala a á ir este verano, he recibido tu
. con mucho gusto, como puedes imaginar después de tan largo
nsidero que tus muchas ocupaciones te impiden una
(1) 1
una
K. Phelpa, actual Pn
l '.:;iiico
id t ' think tli.it we showed hita do little kindm
1 82
ifecto nunca tengo la m
duda, y tú -v"'" de que no ]• ;-1 ;'l
. |» ir ti \ por tu familia.
'tima vez que te escribí ¡
i • ■ •
Limque me •
intinuar por más tiempo en la duda en que
• • muerte de nuesti
ué i>arte me perú >pues 'le tai I
sé sobre este punt.>. Lo que he real»
res, y quando me h< he hecho i
midez de uno que pide lim
en la casa: He de continuar por jan.
I ay que temer que yo moles)
porqué razón he de \ ivir
deuda, y sin medios de pasaar cómodamente. 11.
Mar bre e-te punto. Si bien me acu< leyes
. la compañía continua entanto •
mente Vsí es que no es p
lumbre. Mucho más que i
Liquidemos, pui
tiendi entre parii
derme. pues no me es posible dilatar más lien
enfermo y no pued< i la. Mis rm ■
alcanzados, y no ten.
■
"Más d<- un ;iñ<. hace (|ue te pedi algún in
land
nidado -u i lo dirigido i"'i man.' de Mi Ri
•
que pedí' ' -r para ir
•i que embarquen una Pipa del mejor vin
ea el que fuen |ue el \ ino
delíca a por d importe deb<
MJss.™ W illi- ! ' -«'I ombard Si
.mies WUs
Pai k t )orner.
"I .i i. mu' . : ad< mde
is M.r Chi
sa de ia enfermedad le -u- hija
DF. DON JOSÉ II." BLANl 183
"Si vieses a Arjona y Sotelo dale mi- afectuosas memoras. Da-
la> igualmente a Juana y a todos mis amigos. Tu aíf.:'"' hermano
"I. Blanco White."
"P, h Dirige Ford."
En verdad, infundía sospechas la conducta de don Lucas Beck
no abordando de frente la cuestión, eludiendo el balance y evitando,
ai parecer, la liquidación. Al desinterés de Blanco y a la timidez de
ando sé debió que un litigio no devorara quizás aquella conside-
rable fortuna, lo <|ue pudo ocurrir más adelante, cuando el hijo de
don Fernando, o sea don José María Blanco y Olloqui. fallecí)
padre en -7 de enero de 1849, se encontró único universal here-
dero, según consta del testamento de don Femando, otorgado en
mero de 1849, au,e don Ignacio Vmoscótegui de Saavedra.
Animado por los bríos de la juventud, el hijo de don Fernando so-
licitó dd señor Beck que rindiese cuenta de los bienes de
Xo habiéndolo conseguido en repetida- gestiones, ori§
un pleito que terminó, a ruegos j con amistosa interve
per» ibles, por una transacción en que clon Lucas Beck
entregó al señor Blanco 15.000 pesetas en concepto de liquida
de la de su padre, j otras 15.0O0 por la participación en
la huerta de Punta.
isó Blanco proyectando, en unión del doctor What-
ely y de Seniow, una revista, que ii" tardó en salir a luz. Ixi ex -
cia de la publicación, intitulada hondón I '.rió tan fugaz,
que únicamente se imprimieron do- números, en -pie vieron la luz
do- excelente- articulo- de Blanco, un., sobre la lengua )
española ) otro acerca del PoUok's Course of Time. De-de el primer
número comprendió Illanco que la revista había nacido muerta, y
en 20 «le mayo de [829 escribía a un amigo: "Muy pronto espero
verme completamente lihre de la pesadilla de nuestra /.<>;/</e;
iHew. El segundo número saldrá en breve y .-i el trabajo ha de
cinuar asi, 1" resígname en otra- man
La elegancia de su predicación, tal vez realzada i*>r un
acento español, que nunca perdió totalmente: su instrucción nada
vulgar y el aplauso concedido a tus obras, habían rodeado a !
m aureola «le singular prestigio. Lo- que
«iempre le miraron con alguna desconfianza, fueron lo- primeros en
ar su crédito proporcionándok graves disgustos por su con-
ducta política, no obstante la exigua intervención de Blanco en los
- públicos,
lesoon relativa a la emancipación di
184 ,
rra y a Irlanda. Clubs de amboe
ieron, lar,.-
:' vez una -1 en
Irlanda. I
la ina artidos que vi dist
a la
e\ ¡tasen la efusión de
.1 un gabinel
ledi-
•
¡ de abril t prin-
1
•1".
de su :i|>re< ¡ación, j J oír condi
• mu- ¡k -r ra
En la • •
• ■ ir v\ interno cambio d
■ li<-t<> a la Iglesii
que i g en lo cual
DE DON JOSÉ M." BLANCO í CRESPO l83
' verdadera y que él acariciaba un ideal de Iglesia no
existente aún, La angHcana era la mejor de las existentes hasta el día,
¡: "No puedo menos de considerar que en ella permanece
ado el espíritu del Pi intificado."
En relativa cahna pasó el año de 1830, continuando -us estudios
literarios v sus disquisiciones teológicas en Oxford, sin más inte-
rrupción que alguna visita a la capital. No obstante, su ánimo se
hallaba inquieto por no recibir noticia- <le su hijo; ni tampoco de su
hermano.
Siempre atormeirtado por sus dudas, más graves cnanto más
studiaba los Fundamentos del Cristianismo, se retiró a casa <le mís-
Bisbop, en Brighton, suspirando por el descanso espiritual.
tado con las delicadezas del sincero amigo, tornó a su ya
incómoda residencia de Oxford.
Su- trabajos de (828 a 18 suplemento al articulo Spain,
, Encklope ica: el intento <le un tratad
idios sobre aufc contar los |i-
nblicadi »s.
curó a su alma la visita d< mado amigo
L -'a. que pasó a ' >xf >rd en [83] a acompaña
soledad de 911 inolvidable Albino.
.1 SUS puerta- al
tñable amigo, reprimió su alegría, temeroso de abri-
harle su evolución religiosa; y exclamó,
•: " Vlberto, -i cieñe- a hablarme de mi situa-
dirrtel y márchate."
se abrazaron con efusión terní-
l>asadi . que por pasado eta tiw
li la llorada juventud: el remozamiento <le las hora- de
1 ielo de la patria 110, derra-
imo consolador en las abierta- heridas <K- su alma.
Bien ganada tenía esa cordial satisfacción, pues -u- enemigos
le mortificarle. Vacante la plaza de
lista en Dulwicli College, por haber fallecido el propietarii
Marzo de [83 1 . John Míen insl
: ididatura. I .a posición de organista era tentadora para ',
1 que Blanco vivía: 160 libia- anuali
Sobre el justo de cultivar la música, una de SUS
ardientes aficiones, abrían toda una perspectiva de felicidad
•Miada la candidatura, -<■ trasladó a [xmdres a esperar el re-ul-
ión; mas la -ana. siempre alerta, de sus adversa
186 VIDA
le pre
¡una de qu
rg a ■ mi carta de 1 1 de mai
i de su candidatuí i
■
decidía cuáles habían de ser I
Lian entrar en
Ulan para una plaza de x<
'. blank tot, es decir, la papeleta en '
consiguió el anücionado p
Pidió a la aini-
pkalidad <le Mr. Bis
todo el mes de Junio, toi
Kensington y n
I i « continuaban ulti
español, K-uy. honor fué vindicado en elo •
id, ya muy alfa
aún más decaída
de su intimo amigo
de 1 hihlin.
Su posición en Oxford era tiempo I
s le zahei ian sin des»
OTipasiva defereí
to de Wiíatd) le hal
lor apoyo, no veía medio de prolong
situación.
CAPITULO XVII
i: i \ \ i o EN ii U i: i. i N
Las mismas sombras proyectaron su melancolía sobre Blanco al
comenzar el año de 1832. Con violentos dolores por el «lia. c .11^111111-
do ]>'>r la fiebre durante la noche, exhaustas sus fuerzas, creía ya
próximo su fin, cuando míster Pope, cuñado del doctor Whately,
vino por él, y corriendo los riesgos de penoso viaje lo llevó a Du-
lilin, donde debía encargarse de la educación de Eduardo Whately,
hijo único del Arzobispo, y a la sazón un niño de nueve añ «.
Por la mañana del 30 de Mayo salió en una post chcise; el 31
durmió en Shnewsburg; el 1." de Junio, después de cruzar el Mer-
-ry en un vaporcrto, llegó a Liverpool; el arcó a las
de la tarde y desembarcó en Irlanda la mañana «leí 3. Durante este
viaje, realizó una excursión en ferrocarril y nos dice en una unta
de su diario como ge embriagó (intoxicóte) de placer ¿il recorreí
de treinta millas en dos li >ras. Ya
inspirado |*>r la impresión del tren, un cuento titulado Afinos
el gigante y regaló el original a la señora del Vxzobispo.
\ beneficio de la labor educativa consagró Blanco la tenue ac-
tividad que -u padecimiento le permitía, sin ocuparse, fuer;
mis 'i1"' en traducir la Geometría y el Algebra de Clairaut, trabajo
que ii" firmó, \ en un conato de Historia de la Inquisición.
En la tranquilidad de la residencia arohiepiscopal, dulcil
-u> pesare- |H.r el calor de la amistad, sintió cierta mejoría <■
idea- religiosas, no obstante la repugnancia que seguía inspirándole
el /vi/vn/n protestante, 110 men .1 que el católico pai
complexión liberal La contemplación de una solemnidad conmemo-
rativa del centenario de las Mi-iones de Moravia contribi
mentar la paz de BU espíritu. "Confio — clecia — en le ha
traído a Irlanda para mi bien.., Parece que la bondad de la Provi-
VIDA \ OBRAS
ciencia mi . para una muerte de verdadero cristiano. Ar-
durar la tranquilidad disfrutada en Re
1833 ral vio a Inglaterra algún tiem]
1 Wells. El Evangelio intimo, espiritual,
pecho y le impulsaba a desdeñar la Las defi-
bía en 1 ,í de m¡
ütuvcii la verdadera fuente del
Su arrebato místico lanzaba todo el lastn
i-, i-'
' • 1 >ara da
uel que nos enseñó a mi y a la I 1
• Whatel)
ques de tan fonnid
halló medios hábiles de sus
ite de una fe viva . debilitada •
8 ■ v puedo
ón a la "l
Mas < ' • edito, en el hnmbí
una vez cambii
tímido, coi ti
arla -in hallar antes en mi
le pl<
■ '
189
por Moore, y pareciéndole que del>::
I áí-
ballero irlandés en b\ continuación de la novela del
lien invirtiendo la orientación y el orden de las
sidei »ra iba firmada no por el editor de las Metí
del Capitán Rock) »e imp '833, aun-
terminó hasta el 2 de agosto. Para escribirla había oielto
ile, invirtiendo en redactar los d
! favorable de Whatel;
ido I (ickinson animar
bas, quedaba más di- ida \cz. Hubiera
>ta urgia y no le fué posible. La razón que ¡
Í8 'le mar/., de 1834! para no firmarla con su nombre, es
ataba a un l¡lm> anónimo también, pues Moore 6rmaba The
aptain Rock's Menw¡
infirmó los temores del au
rompieron la> hostilidades contra el lil>n>. y los 1 1 Eord,
os, declararon que el autor era cristiano por ia de
la doctrina, no |><>r su voluntad; motejándole di • y de im-
perito. Solamente Lord Holland Jiorabuena El, sin embar-
e sobrepuso a la contrariedad y afirmaba que, a pesar de su edad
- achaques, se sentía más feliz i|iie nunca, pues bahía res
toda- sus dudas en materia de religión y abrigaba la seguridad de
Otra vida feliz mar, allá de la tumba.
aplicábase en tanto aquella inconcebible actividad al estudio del
alemán, y la lectura de Über den Religionsbegriff der Alten por el
íitssch le sugería, o, mejor, le confirmaba su pensamiento.
La Religión el medio de agradar a Dios. Puede ser de tres mane-
1 .", externa, carnal, arraigada en el sentimiem bal o
la en la virtud de ciertas palabras, y 3.* espiritual, fundada en
- vino al mundo
a librar a la humanidad de las religiones.
Sin embargo, un me . Rev. \v-
no poder suscribir las
ion. " O05
rendí a dar su lor«
• ■ mi ser n* ■-.
■
100 VIDA 1
i ella vud i
•minué la tradición ir.
" Dublin. May ■ 1 1.
5obi mucha pena supe la muer-
moa 1" hal iba mucho.
virtud, en taleí ria mucha
■ n la v i<la han sido mi- Ubi
nbre de leti
■
Marmol que me causa mu
i
" Mi amad' ira mi
■su
ndo. há mu
Aun quando n
a parientes tan amad'
• ha estado en mi poder. Sin lisoí
por el
■
■
i
'<• parte de los
■
>E DON JOSÉ M." BLANCO V ( RESPO
democrático de hombres sin experiencia. Acaso algunos Españoles
■ cledignarán de leer algunos Papelea en el Español. Yo lo con-
clui tan disgustado que no tengo un exemplar de él entre mis 1:
ni he leido una lint i muchos años,
"Ten cuenta con no malcriar (a á tu hijo por
de enfermedades. Un hijo único está expuesto al peligro de ser cria-
i ocio. Yo no quiero que desaparezca nuestro nombre de entre
iña.
ugeto por quien Marmol pregunta, me es imposible descu-
brir en Londres. No me ha quedado ni un amig
"Entre los libros que te encargué, quisiera, s»i í ble, me
•:i Schram; la Teología que yo estudié en la Universidad.
"Da mi- .1 y á quarri
rdan de mí, dale- gracias por ello. Está Ar; ia de Asis-
I )i muchas cosas de mi parte á Juana, y á Polly y á toda la
eyera el anillo di ira ir invisible, me alej
ría de hacer n: r el vapor como lo llaman ahi.
[uantas tristes memorias están unidas con tales objel
"l>i<>- r e y á todos los tuyos • pide tu herma-
lí te ama.
"|. Blanco White."
< ada vez más t< que juzgaba erróneas
- : pluma a predicar el
icción, llegando a los últimos límites del liberalismo y mai
taba en su carta de 3 1 de Agosl ; »de
le controversia anticatólica, suprimiendo todo lo
revelase intransigencia con las demás coni A
tual i ibedeció su libr< ¡
tdiado, que vio la luz en 1834, 3 . no
1 v la ¡nquisit i.
nsa irlandesa emprendió acerba campaña de
calumnias. El R sonalmen-
te a B d del '.ii!'
grntileza del otro engendraron una ingenua \ perdurable amistad,
impulsados i*>r el mismo torbellini
>\<' del por la. para ambos, inevi-
•cial le
-
»
■
del pensa
le mis estudios \ de mi e:
-u madun , ■. ic puedo
cado, |>ri" yo he empl<
«npatibles con mis facultad) ununicár
el resultado de mi peí
¡uicii ? M amistades tan
íntimas? ¿Quién -
ningún herm
ición rt-li^: ;
Entusiasmado con 1<>> doá primí
»<•»-.;/ </,• /,; Rdíyión y de la
clirist. Reí.) cpie
Kambui Juan Augusto Guillermo V
de la 'lirt-i
lista, escribió ;il hist<
■ . il>i(|i> He -u obra el benefi*
•
■
de nutridí
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CRESPO iq3
cer ocultas las oscilaciones del pensamiento. Re]xrtidas veces en sere-
na conversación, o en el ardor de particulares polémicas, se habían
traslucido las heterodoxias que fermentaban en su conciencia, y ha-
bía [legado a hacerse sospechoso a los episcopales, mojigatos como
nadie y tan fanáticos como el que más en la esfera de las idea-
Blanco no pudo más. Las ideas tomaban en su cerebro incoercible
fuerza expansiva: la sinceridad de su carácter le vedaba el disimulo,
y cuando los ataques de los ortodoxos colmaron la escasa medida de
su prudencia, soltó las aguas de su pensamiento y públicamente ov
tentó su convicción unitaria. Ya en 29 de diciembre de 1834 escribía:
•y muy enfermo: no me es posible omitir la confesión de mis
opiniones por miedo de abandonar este mundo de sufrimientos antes
de haberlas pública y explícitamente declarado. Deseo separarme
abiertamente de la Iglesia de Inglaterra."
Momento critico para la vida de Blanco. El 2 de enero de 1835,
o sea cuatro días después de estampar las anteriores líneas, dirigió al
Arzobispo una digna carta exponiéndole los graves motives que, sin
consultarle, le constreñían a abandonar su palacio para lanzarse otra
vez a la pobreza y a la soledad. No admitía componendas resolución
tan grave. De admitirlas, hubiéralas interpuesto el profundo cariño
del doctor Whately.
fiar
i
en Liverp
dv la
dab;i ;i la
nomb i
ap :.. ■
• ■
, i
..."
VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 193
La conmemoración ele la Cena resultó para él a ratiotuil and sur
blii'w ceremony; sus males encontraban lenitivo en la serenidad ad-
quirida ]. ■ por entero al paroxismo de la
a fe, j renunció el antes ambii mor de formar parte
del Colegio Orid en Oxi Be su
ru rnibre dt l
[nquebrantable i ánimo las mis-
kindness di
decía la ¡ alian su sufrimiento y "levantaba su
la fortaleza que le habia
dido al adoptar ->
Su nueva evolución ofreció el mismo sello de desinterés que las
ilia y patria, ca-
lzándose a los azares del
Al renunciar al protes-
uedaba sin amigos, dimitió su posi-
'■¡1 la l'n¡\ ersid - su es-
■ que el trabajo
de edad, solo y en-
■ n f«.nna de acicate, !
nocía. El imitar
nzó a
Fecho que al
1 >n el pla-
• ia.
Mira/" -11 nueva din su tempera-
-
■ara empaparse en las idea- que la intiana :iabia
1 ra-
leva-
;ii en su
■
i en
perpetuariM
. tan
• :idi-
196 vib-
riones para t» a idealista y romántica, tan ene:
del carácter ¡n
la familia, cora *.is que
Bisen peciahnente con su sobrino José María, a quien por
la hoftionimia y por sus ensueños de aureola literaria para su nombre
ular predilección, dirigía al niño en esta fecha la si-
guien!
"Liverpool, Febrero 25, [835
"Mi querido sobrino José Mana: Siempre que me escribe
bo placer, porque veo que, aunque n<> me conoces de vista, me qu
mucho v deseas que sepa tus pi nua-
meiite que te dé voluntad y fuei [ue adelantes y crezcas en
saber y en virtud. La virtud 1
una determinación firme de nuestra voluntad, de hacer siempt
que en cada caso particular, la conciencia :itad
de D
garno> nuestros des<
de Dios, que habla en Por ejerap lebes em-
mbrarte quando el deseo de juj
impide estudiar, á saber vencerlo; que Dios no aprue-
ba exceso ninguno, y que tu d< y tu
Madre, cuyo úi i" eres al date también de mí,
y ten por cierto que mi única felicidad en este mundo Ten-
der mas v más, y esforzarme por hacer bien al género huma
iid<> haya : I Aqui
no los hay tan buenos como 1 pero vero
puede hacer.
"Dile á tu Madre, que desde niño la he qt herma-
na v que la .mi. > cada día I que ha contribuido tanto
á la felicidad de tu Padn bendiga mi querido sobrñ
ísimí ■ tío
"JOS! PH Bl \n< 0 \\ Ht 1 1 ."
1.a nueva evolución no había entibiado la-- grandes amista
Blan rde, unos con lástima, otros con d •
simpatía, '835, reciente su d»
pruchas ¡nequ aríño y mantuvo animada corresponde
\ ota ai deb¡< lirse bu muchas
epístolas anónimas que n ■ *
taban su nombre, entre ellos algunas sefl • in inferencia'', le
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 1 97
dirigían acerca de los motivos de su evolución. lilanco algunas veces
staba a sus incógnitos corresponsales exponiendo sus razones
con amabilidad y cortesía.
Fruto de la mayor amplitud de su pensamiento desde que batia
las alas en más libres espacios, fueron las cartas Sobre la heregía y
;¡i, de que envió copias a algunos amigos, principalmente
al doctor Armstrong y al famoso Stuart Mili. Ambos felicitaron al
autor por esta ¡>equeña y concienzuda obra, que no vio la luz has-
ta [839.
Razones de delicadeza, le movieron a renunciar el puesto de Con-
servador de la Biblioteca del Dr. Williams, en Londres, que había
ado en principio, al ofrecérselo Mr. Yates. Temía que la
guíese también en aquel codiciado puesto.
En octubre de 1835 andaba proyectando escribir una obrita in-
titulada Preservativo del pueblo contra la superstición, que hubiera
sido el duplicado del Preservativo contra Roma, si bien orientado
hacia más altos rumbos. Así respondía a la animosidad de sus an-
tíguos correligionarios, principalmenti adíanos, que, al fin,
decidieron borrar el nombre de Blanco de los libros del Colegio Oriel.
guraba que, dado el espíritu casi monástico de la Univer-
sidad, no se preocuparía si sus miembros quisiesen darse el gusto de
celebrar la única clase de auto de fe que les era posible disfrutar.
En síntesis, el año de 1835, memorable y fausto para el desdi-
chado español, marcó un dulce remanso en la corriente de su vida
"Jamás -dice en una carta he gozado más tranquila etapa que los
últimos seis meses. Verdad que los domésticos me han proporciona-
do algunos pero gracias a la solicitud de algunas señoras
de Liverpool, me encuentro ahora muy bien hasta en eso. Cuando
vuelvo de mi paseo diario al Ateneo y lo hallo tudo arreglado, la
lamente limpia, todos m¡< muebles ordenados y los libros
hablar de sabiduría y de paz á mi alma, mi corazón se
hincha de reconocimiento y casi olvido mis sufrimientos de siempre.
Además, me siento mas libre de padecimientos corporales, de lo que
acostumbraba, de modo que si no fuera por la creciente debilidad.
podría decir que me sentía mas joven que hace diez años; pero lo
mas leve, basta para trastornarme."
CAPITUU i XIX
TRIS!
I a primera mita
frutada el antei i
i
Irl:i'
■
na pu
Igieren id(
■
■
n.ir Nada me a
VIDA V OBRAS DE l>. JOSÉ M.a BLANCO V i " I 99
ese pays. Yo no veo fin á la guerra civil á no ser por medio de una
intervención militar de parte de Francia é Inglaterra. Las obje
plan suenan bien por escrito y tal vez en una arenga en
la- i !i rtes : pero mi convencimiento es que España requiere esta asis-
tenci de recobrar sus fuerzas propias y na-
turales. Pero la cabeza se me desvanece quando quien) ]>ensar en Es-
■iii lengua nati\ i hacen revivir recuerdos
que me alligen.
"El -'4 de Enero de este año te escrihi la última vez. Te habia
escrito antes por medio de un paquete de libros qu< abrás
recibido. En mi última carta, te respondí a lo que me preguntabas
acerca de mis d aria.-.. Todo lo que me per
ca en España ¡< ti: y. como fideicomiso, te pido que. si la
cantidad merecí mitad a mi hijo Lieut. Ferdi-
oand White, r it, Bomba; nte ó Ban-
quero de Londres puede hacer la reme-a por mano del Agent
Regi' liará en todas oca-iones en el .-Irrny
List. Ferna ! tenido la plaza de Ayuda
y en influxo. Ten-., el mayor placer
en ! que he i\ ñor y excelente
conducta. tí. Te estimaré . Lú-
ea- q enta !il>ra? de la casa.
\ún no h
".Me h ina casa más pequeña y n
primer añ tra mudada. La
indar much
que me el
"Mis ; Juana y á mis Sob
. Marmol.
"Tu a¡'i".'"" hen
"J. Bl ITB. "
la merece
otra carta a su hermano en el mi
nhope St. I
■' \1 ■
"Mi querido Hermano: le puede- imaginar fácilmente la aflic-
ue m carta del 7 d -i que expú 1 -r
tanta an-
tiop.t . ,uaJ1.
< IBRAS
-. tanta» lie hecho para dii
metli • misma dirección que los Zultietas ponen: rus
caxems han lie ■ de aquí habló
:e> que haga en tal caso?
millas de I
, y tiene hn ítdad
i manos de los •
ros de Zulueta (Antonio ha • del
año) quiei • ar un paqu
Yo i
"En quant le me anun-
• (|11C
.
'■ . desde ent< m ■
pede ■ entender. Aquí quai
.
reparl rciones estipuladas, hasta que la
se disuelve. Si la casa hubiera quebrado. •
ibles, sin admitir la disculpa de que d capital de
había consumido. Lo que tú me parece un delirio. Per •
importa lo que yo piense aquí? '■ hace á mí, mi pérdida es
poca y el tiempo que me queda de vida n.> puede •
quando m< l< 8 hallar •ncr.
■ hijo, a¡>i .' tal idea
Pero apesar de mi agitación presente, mi corazón me dice que
ital ruina qu i una
lian/a en la Providencia que ha v<
.
i
ulpar .1 I u e ha halla I
qiu iposible que tenf
que hem ;' de-
nte que mi
i te las vei
. i trabaj
remunera
lan arreglu
pane, yo renun
. ..■ en ai
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CS
cosa. Lo que únicamente deseo es que tengas pan que comer. Dame
noticia- de tí coa f renuencia, porque e-tov inconsolable respecto á tí y
á tu familia á quien miro como mia. En cuanto pueda, cuenta con
ico que tengo. Si hubiera temido estos . no me hubiera
muda libras en mi de casa; tampoco hu-
biera mandado dinero á Fernando para asistirlo en los gastos pri-,
meros de SU Ayudantía. Peni me limitaré á lo ma> preciso de aquí
adelante; á no ser que me amenaze á mí alguna ruina semejante. En
pueblo me han engañado f requentemente ; y las leyes relativas
á arriendos ofrecen medios que los bribones de aquí (que son brí-
en regla) pueden usar para robar á un hombre de mi clase.
La experiencia me ha abierto los ojos. Si hubiera sabido los riesgos
tal vez no hubiese tomado casa. He hablado acerca de l- libros que
llevó el barco Español La Prud< tibe á Pedro Zulueta á cu-
ya- manos fueron.
"Mis afectuosas memorias á Ju eé María. Quiera Dios
piedad de ellos. Tu aff. ""■ y desconsolado herm
" í. Blanco White.
"I". I ». Tu carta del 7 vino jx>r el correo extrangero, no p"r mano
de per-' -na alguna"
[guales sentimientos avaloran la siguiente, - meses más
"_•_• Upper Stanhope St. Liverp
"Junio 3. [836.
"Mi querido hermano: En 27 j \bril te es
fué de resulta- ibido
de ti por mucho tiemp
que vayan mis cartas por el \ apor, escribí con adelantamiento de tre>
días para rían á mi dirección en el -
1»"- días después vin<> tu melancólica carta ai e tu pro-
bable > próxima ruina en ricia de la oscuridad en qui
han conducido asa por veinte años. El ca
de Antonio /niñeta me prometió enviar otra 1 1
I ■ dres para que fuese por el Vapor, y esto me movi
i-I día 30. Después de enviar te ocurrió que
.'lili. White y Beck sin nombrarte indivi-
dualmente no había remedio. Tú puf
tado durante e-te largo intervalo de dudas Mi salud se lia em-
mo nunca viene el mal sin compañero, me hall
considerable duda de -1 n 1 perdido
203
tuna mi <.■
hal>:
pueblo pequeño de VVales
qui
mes <!<.■ VI
ria. ■
"Mi I
i
203
que iluminase sus paí apreciaba la longitud del camino in-
ientemente recorrido.
Por esta fecha inició su correspondencia religiosa con John lia-
milton Thom, publicada más tarde bajo el titulo de Cartas Dominica-
tttday Letters).
ado ya de su larguísima pe erdad,
siempre esquiva, o tal vez satisfecho de haber llegado hasta donde en
su concepto era ¿nder, \. ' enfertno, a
la literatura, a la historia, a la música, a todas esas fi
placer en cuyas odia lavar las heridas de su atormen
amiento.
Creía formulado de una vez para siempre su credo religi
al recobrar fuerzas sus nunca entibiad - literarios, se eng
efi el estudio de Italia, que él juzgaba sab
ahora mejor que en la bulliciosa edad <k- I
endulzaron u enfermedad hepática o
intestinal ' en ti do el año de 1837 > L'' 'I1K '■'"* ^e
la influenza que le retuvo más de cu
calle. La depresión d abatió su naturaleza en tér
¡n in-
mensa fatiga una sencilla carta.
tusiasmi 1 i lista aume lesean-
padre, el<-
rita l del hiji >, lameni de tan útile
•
amiento nacional en 1 I
dera Filosofía, podrá libertar al mundo de tan
ituia el unii
recibir la
Whai
de tan íntii
¡ toda la •
Uorai no pudo u< una
imistad." I
hu-
il
1
dudable que <■! Fi
204 : OBRAS
biarse jamas. ¡ ;..
Whah nsión a Blanco durante la residencia de
i
continua
dad del - cordialida
vivía isitaí
de muerto Blanco j de publicada bu
Hamilton Thom, fué cuando Whately temii
cariño a un disidente pudieran perjudicar] i au-
tenticidad de su
hechos reí;
rticulo de John Hamilton Thom
B67-IV-82- 1
■ >rdaban de Blai
paña. Lista ¡n-.lia continua! amilia del emigrado.
!
DIF
ki DA( CION DI
"Madrid, 19 de ;.,,,r de 18
"Fem Mucho mi |ue me das
de Pepe. Sabes cuanto nos hen
tres meses ; es verdad que
tibien el cuerpo.
"I [ablaré .1 Quintana «le tu •
"El ; •
tendí 1 ircunferencias ni los perim
ángulos regulares inscriptos en ellas, oí la
uandi • sus 1 iponen en la de
etro de un rri
■
1 fijo mani
• «.mi tamb
lna
I
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 205
"A ti te expondré, por si no lo sabes o lo has olvidado, el estado
actual de la ciencia de esta cuestión.
"1.' Está demostrado que existe un cuadrado igual en área a
un circulo.
"2° Aún no se lia podido liallar la construcción geométrica para
formar un cuadrado igual en área a un círculo.
"3.0 No está demostrada la imposibilidad de construir un cua-
drado ógual en área a un círculo.
"Esto en cuanto a la construcción geométrica. Pero en cuanto a la
resolución aritmética del problema, que es de la que trata nuestro
papel,
"1. Está demostrado que la circunferencia es inconmensurable
con el diámetro: y por consiguiente que ¡a resolución aritmética y
exacta del problema es imposible, como hallar la raíz cuadrada exac-
ta de 5.
"2° Está demostrado que el cuadrado de la circunferencia es
inconmensurable con el diámetro: y por tanto, que el valor geomé-
trico de la circunferencia no puede determinarse por ninguna cons-
trucción ni de primero ni de segundo grado.
"Si quieres ver estas dos demostraciones inventadas por M. Lam-
ber; y publicadas en bus Memorias de Berlín, de 1761, consulta la
nota IV de la Geometría de Legendre.
"De aquí se infiere que si bien puede ser lícito y aun laudable
buscar la resolución geométrica de la cuadratura del círculo, da muy
triste idea de sus conocimientos en matemáticas al que se afane por
determinar la relación exacta en números entre el diámetro y la
circunferencia, porque e^tá demostrado que no existe.
"También yo quisiera departir contigo, mi querido Fernando;
pero no por cartas, porque tengo poco tiempo para escribir, sino
silla a silla, siquiera cuatro horas, como hice con tu hermano Pepe
en Oxford en iS^i. También quisiera ver a nuestro Mármol antes
de que demos el te do dispuesto mi viaje
a Sevilla y tres se me ha frustrado. Pero, o poco he de poder y han
de venir muy mal las iño te he de «lar un abrazo.
"Mil cariños a tu esposa, cuñada e hijo, de cuyos progres
alegro, Te abraza con todo m tu
A. Lista."
Al entrar el invierno, >u tristeza aumentó, considerando que, ya
completamente imposibilitado, no podía salir mas de casa, ni ejer-
citar el pensamiento por mayor lapso de una hora. Los libros y la
correspondencia distraían en lo posible su dolor, y en Noviembre casi
había
. ¡da, mas
liscurrían
la i
a 1 ! u
■
Whotdy.
ideas no tenían la fijeza Je ver-
dádi liial>a cuánto el e-ta fluye en el
hombre, y pensaba que ni el n ni probablemente Je-
sucristo, hubiera que fueron de habí.-; ruñados por
grave enfermedad. La ¡dea de la inmortalidad se le ofrecía como úni-
salvación, y se aferraba a ella con
Un nuevo que más, vino a aley
a un lindo canario, regalo de su peluquei
paj arillo fué objeto de delicada ternura por parte d ■. y a
su >■
¡aula per temente abierta,
próxima al impedid'
ni vivir una hora nía- y piaba al-
lí i llevar a
de -ii- boi r.
impuso a su debilidad y esperó con relativa tranquilidad
Aun celebérrimo soneto / <.■ Noche y
erte.
• c tradujeron eu auna ... ; lo que
padre!... Al -
excita . note lie-
su hijo y se forjaba la >' $e más alivi¡
ida, Fer-
dre.
. M'd ! lol-
land, de qu ido.
la llanta, r ■tiibicn hubo de renunciar a
•
de diciembre, pu ion.
-\¡ ■ . - de italia-
hijo. E i leí de Sebillo
bre la //,■
VU>\ y OBRAS DE I>. JOSÉ M.a BLANV
las primeras brisas de la primavera, pues
el _■_' de • ando partió para Lo
padre más? S ucedtera, ,
ídencia junto a mi!"
anana del jo de abril sintióse de mejor humor y tra.
erpool Al-
aiendo que ui iráctico había descubierto una
nueva ciencia para penetrar en el fondo de) hombre más ad<
que la freí 5e fundaba d descubrimieiti i
literarias de varios pacienta
la nueva
ciencia debía ostentar el nombre de Biblio
¡marión pa
ximidades de su hijo, al cual pudo estrechar ei
dia- des \hril.
■ el 19 de m:i. Dublki a visitar a un
compañero, Blanco dedicó d tiempo de las lecturas
proseguir
su mente hervía en planes y bocetos de lib
pia en pedazos al considerar la imposibilidad física de ha
La Fil
fiel canario, eran el únn de su de
por no pensar leía. Ii . k-ia soñoliento ■ •. rc-
pasando la His trmámea p
Nías rud< ¡i<la <le su hijo,
que el dia 15 de junio partió p aj . Anheloso de que
lauta- .1 de verlo morir. Bl
procuró aparentar serenidad. N rar a dis-
tancia el proceder dd hijo..., pt tiramos que
sideraciones del mundo no nos hubieran obligado a abandoi
nido no ¡«odia ignorar que aquella despedida
era hasta la eternidad.
CAPITULO XX
ÚLTIMOS DÍAS DF. BLANCO
I. jde entonces y muy disminuida su correspondencia,
continuaba Blanco estudiando desde el rincón de >u casa, leía cuanto
le permitía su cansada atención, escribía una lan,ra carta sobre L>>
peligros de la ordenación en rg ales y se preocupaba ■
ciahnemte del de su hijo.
i edad, con la fatiga, reverdeció el amor a la patria, nunca
extinguido en -n pecho, aunque eclipsado a los hervores de la pasión,
y proyectó volver a SU gentil Sevilla para dejar sus cenizas junto a la
tumba de sus pa isultada la idea, mereció la aprobación de
LtStá
el renacimiento del amor patrio volvien labios
1<>- olvidados acentos de la lengua española y sus manas estrecharon
<in darse cuenta el plectro de su Fogosa juventud.
:iV 1, después de tanto
modular las notas de 'a lengua patria y el 25, recaldea-
das int memorias coii una visita de su primo don Luca i f ico
das a su Luisa de Bustantante y publicadas en la
Biblioteca de autores EspañoJes. X" mu eJ 15 de
noviembre, resonaban en su lira las entona Tormenta
tima en 'iltn mar, y cinco día- di 1 ibió e! dialogo en re-
dondillas entre la Española y la Inglesa. I
Blan brc concluyó a pretty long piece of Sf
/><»<•' a !a
ida lleva al pie.
bra.
Sentí María
\n.i . di .1- Eduardo, hi
Luca 11 y W'liiic. prima hermana de
'4
2IO
Bla
ventad, a - •■ e entn
■
el \ • i y en
can
con ni.iV' de 1<> que h
• • ■• ■
tla.il
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mujer difunde
nota
RHU el Rv. Th
ginai
I
■
una Histo
■
él miraba •
el 26 de I
el 28,
J.a l 'olini'
en la voluntan
■
CHi iieju
\ civil. I \ Bl
. , c RESPI
Sólo espera, por consuelo,
La hora en que quiera el cielo
Que de >te mundo
de tu hermana él cuidado.
Lo alñ ia en esto mom
Pero más fugaz que el vien
Será este placer prestado;
Dile, en fin, que nunca olvida
, i s en que nació.
Y que amará átó'<
■itras le dure la vida
B.
Lista estas redondillas después de la muerte de Blan-
¡mprovisó este breve romance:
Proto . lo por mi Albino
Me atrevo, amable Cecilia,
últimos acentos
• vías :
Aquella voz ya enntud'
Murada de amistad pía,
Ma ¡o helado
Me parece que te avisa
■
Y de otro- fortuna y dicha.
Sus di
Cumple niña.
Y vive tan venturosa,
Com ida.
Doña Cecilia Beck ha fa ientemertte en Sevilla
de Mar/., de 1904.
■ i de Enero escribió kas red rodillas humorísticas . í un
glotón; el 30 de Enero, la silva /.</ Persecución religiosa; el 3
¡ón interna; el 6 compuso una- redon-
dillas i 7 m entretuvo en construir en •
\ 9« vez refrescaba su auras
de la- sinceras amistades de ■ tros día.- y rjii mejor amigo el
• • intitulado Poder ri de mi amigo Lista
1 de la Vej t2 de Febl
de [840. \ 1,11. en ,-i ,|!:i qUe afirma el disl
( i » \
21 2 VIDA Y OBRAS
pimío literato andaluz El soneto <lel>¡o <lc escribirse en la mañana
dd «lía 2, pues en las memorias <le Blanco se encuentra la siguiente
nota :
" Febreí
■:ia«la. Me levanté temprari _r.i-tia.
i cual me alivié escribiendo un soneto en español. Nunca huí
creído en otros tiempos que la actual miseria pud
Las mismas circunstancias consignadas por el señor I
recen nuestra conjetura, puei dice así: "En la mañana <lcl u d<
brero de [840, en medio de un gran dolor y abatimv bia el
ruiente." Ya hemos visto que la coincidencia de ser i*>r la
mañana y en momentos <K- profundo males) len con la 1
<le I Manco.
\1 , . novela Luisa de Bustamat enta <lc que
el largo extrañamiento le haga extranjero en su patria; ex<
qin- el deseo de hablar de nuc les "le rebosa en el
pecho" \ "Hasta mis sueños añade . que por muchos años habían
. por decir!» • asi, en mi leng
con d otro idioma el español."
Enterado ñor la prens¡ imeros día;
B capitán de mi hijo, sufri
ciend lias siguientes u
lal vez en relación • • hermano
■ primo 1 •ucas Beck la
ix nidia en la fu •
Inglaterra, ofrecido a Blai
:. 1 1 li) ele x
: la soledad, únicamente intenta -ia«la
lado, el 2 de v<
ado, de sustraerse al bullí* i
-
id de recurrir a la
ai un cuten
■
de la
DE DON JOSÉ M." BLANCO V < I 21 3
Acosado |>'>r la idea <le la proximidad de la muerte, que ó! esj>era-
ba sin desfallecimiento, la exaltación religiosa <le su atribulado espí-
ritu ascendió al máximo grado, j atore sus Memorias orando ¡x>r sí,
por su hijo, por sus parientes, |>or sus queridos amigos. Como volaba
su mente en pos de la Divinidad, volaba su mano sobre el [>a¡>cl, tra-
zando el poético boceto de sus meditaciones religiosas en [840.
Con apremios por la inminencia del fin, terminó de corregir sus
Memorias, y el 9 de enero las envió ;i -" amigo el Rev. Thom,
En medio <le SUS melancolías recibió mortal herida con la muer-
te de su querido Lord Holland, ocurrida en el mes de octubre. Se iba
quedando por días más solo, y eso que pocos hombres podrán vana-
gloriarse de haber conservado hasta última hora más tierna- y vehe-
mentes amistades. En España, su fiel Lista ardía en deseos de abra-
zarle, y cuando poco después Fernando Blanco llamó a su hermano in-
vitándole a volver a España, Lista escribió la siguiente carta que, por
ser de quien es, reproducimos:
"Sr. D." Femando I Manco:
diz j<> de Marzo de 1841.
"Mi Femando: me apresuro a decirte que al caso en que yo temo
que tenga que defender a Pepe no es, ni aquí, ni contra persecucio-
nes de a-|ui, sino contra las disfamaciones que viertan contra él sus
enemigos políticos y religiosos, los cuales temo que sean mayores en
número y en tuerza en Inglaterra que en España.
"Si él aceptase tu invitación ¡ojala! no temo que ^e moviese (>er-
secución contra él aquí. Los fanáticos nada pueden en el «lía. y lo,
libérale- de Cádiz han olvidado ya al Español y a Juan sin Tierra.
Wi, pues, lo único para que yo me preparo es para rechazar calum-
nias, \ ¡oh!, -i pudiera libertarle de las intrigas de que está rodea-
riniese, repilo!
"Te hablare m.i- largo sobre todo esto cuando nos veamos en S -
villa, que ntonces te conve i mismo
de que no me es posible físicamente, ]*>r falta <lc tiempo y de salud,
jarme del 1 ¡abajo que me pides y con el apremio que me 1 »
1 nuestro buen amigo Mármol. Ya pasó -^\\ reinado,
atinjo mió. Entren mi- suce
"Ju.v lo y lo <le\ uelve.
"Cuando 110.1 veamos, te deseugañaré del erroi en > ¡ih . Has rela-
tivamente a Pepe sobre la mala dirección de >n juventud N
Es menester que sepas que Pepe, como está . y moral-
mentí «pati-
ta víctima <lf
momento.
■1 alma tti
-.na.
•lia."
ya íu m
. o del d< * I
jujeóos en la- p
•
• de Liveí
Greenbank, invitado por Mr. Rathb [841.
Aunque sufriendo La¡s (incomodidades ¡neJud
de su Uttíe opparotus dd campv
asiduidad
Ma- el faJk) e
¡a, sufriendo tormerrt
in poder -■
. 1 1 ;i< 1 de moverle del sillón donde debí
Todavía en tan aflkl dguna qu<
la del dod ; •
Fundamenti
l> >rque no ■
lidad.
por el dol
1 -u mutismo pri >i 1 ■ ■
lo morir en un |ue-
rido amigo. < >s dejí > muy pronto. 1 de la
naturaleza de la vida Futura idea tan firm<
cu Vrjnel que ha cuidado siempre de mi. Confiaría en un ariiij
i «le
■■•Mar del bl
2.5
due le cuidaba: "Nunca dudé de la Providencia; mas en el
mi", la veto con mayor claridad que en niugún tvata
manecíó al- hundidb en pesada somnolencia, in-
sensible, : te, hasta la mañana del 20 de magro en qué, desr
1 11 1. .-<• de pronto, exclamó con seguro ■■ ademán:
".\h.»ra muero", y permaneció ea actitud de espera. No hubo de espe-
rar mucho tiempo. \ las di horas en medio del reJAgi<
de sus amigos, sin sufrinwento aparente, entregó su alma a Dios tran-
quilo y confiado.
;:i un testigo pr o des-
pués la ¡ngular belleza y reposo d< . tan desfigu
j«i;- irmñentos. luí el acto de espira'- sucedió un fe-
lumi bservado po prolongada exhaus-
ción, aunque jamás 1" hal rito. Nublos o con
ridad, a modo de transparente líquido que se enturbia;
. ulna de la muei ando desde la frente y dejando
de -1. i"ii ".ne iba pasando".
Su lie! amigo, el canario, inclinó la ealie/a y expiró a la vez que
su dueño. Fué, sin duda, una casualidad: pero hay casualidade
finitamente poétit doras.
rticias. vivían en la ma-
yor inquietud. Lista escribía |>" rtes de la desgracia a don
nido Hlaní
"Sr. Don Feri ico.
!:/. 14 de mayo de 1.S41 .
'Tam . mi amad.. lie es a la hora d
<le nu a li : qui/ imo
que lo
cáliz de la
li cariño más concentrado;
pero en él me pides un mu de lágrimas, pues es probable
que ll< 1 ario!
■ ni quiero renunciar al bien de
la amistad. Vcepi ■ ue me puncen sus espinas.
'M#S carii la madre \ al hi
"El viaje no fué malo para mi. Supe \<< que he a
■ i unto a
mal.
"No has leído mal. Si te dií \x> emfñtia r no-
ble, pi kndo acuna .
■
2ir> \ IH\ \ OBRAS
"Su espíritu • !.•!• mismo
II,-',.', . ademia debe dominar
¡ritu «i111* animaba a Mármol Puede decirá
vivir en vosotros v perpetuarse en los cotal
esta sahiii corporación.
estas enmiendas u otras '|iie te parezcan oportunas, ya «Ir
1chl;ii estilo.
"Esta carta va casó a lo hebreo No extrañes ime dis
porque el dolor me ti< ra <k- mi.
ncia que me habían dejado - •!<
Liveí p
•íi tu
" \i
•sentía,
"Sr. I > Uanco \\ hite.
- de junio .!<• 1841.
Ttando uno: Hace algún tiempo maque
temido suceso, del 20 de m e esperado 1 que
tuvieses la noticia de quien, poi a, pudiera
mejor a recibirJa ; l>ii mos,
siempre nos seria dolorosa j atormenta
" rú sabes i\w tu excelente
en mi un hermano que ti
que se inte tu Familia
Iré \ a hij< •
tan repetid n- de hte-
\ esto se lie
■ rio
v n tu
Ula 1»
■
DE DON JOSÉ M.* 2(7
"Sr. N. Fernando Illanco.
iiz _'i <k' agosto de 1.^4.1 .
"Mi querido Fernando: Xada ignorode las circunstancias y por-
menores del fatal suceso. \lt amigo Clemente Xulucta. que tiene en
aquel país muchas relaciones, no me lia dejado ignorar nada.
"Kl tiempo curará nuestra herida: mas no borrará los recuerdos
melancólicos de tanto amor, de tanta amistad, de tan tiernos y gene-
rosos sentimientos. ¡Cómo lia de ser! Procuremoi amar, porque el
amor es la \ ida. a pesar de las aflicciones que la misma amistad ha
lilamente.
"Juanita estuvo» principios del me> pasado con un ataque cere-
bral que la puso cu peligro. Felizmente se cortó a tiempo. Yo continúo
mejor; lo que me parece extraño en mi edad, mis achaques y mis
ocupacñ mes.
"Como pronto tendré el placer de darte vn abrazo, reservo |>ara
entonces cobrar mi ejemplar del discurso fúnebre de Marmol (que no
se me ha enviado i y pagarte el mió de fin de exámenes de este año
"Tú. la madre \ el hijo recibid a/fectuosas expresiones de
y el corazón 'le mestro eterno amigo
" \l BER .
Blanco recibió sepultura en «I jardín de la Uiñtariam Church, que
¡aba en Renshawstreet. Era este desaparecido templo un edificio
de piedra de proporcionadas dimensi gantes linea- La fa-
chada principal, de estilo clásico inglés, siglo xvm, presentaba una
i baja y otra principal, hallándose c tronado por un frontón recto
muy sencillo de forma triangular, acusando la puerta principal de
erguía en la planta baja y en el centro de la fa
por tii • trazado compuesto por cuatro columnas jónicas pa-
ís \ en plano paralelo a la fachada del edificio, en el hue-
las cuales pendía un farol. Descansaba el pórtico sobre la meseta ge
ñera' de 'mata Formada |xt tres peldaños. Coronaba el
•lamento del organismo arquitectónico una balaustrada «pie servía
de antepecho a la terraza o gran balcón central abierto en la p
principal y limitad., a cada lado por do- pilastras en relación con las
mas de ka parte baja y de igual carácter que ellas Las pilastras
superiores servían de sostén de la imposta, arco \ archi
circular que cerraba el hueco por la parle superior. \ derecha e iz-
quierda .!. ¿so un hueco de
I - de la pl.i
i
cemn
■
irte lápida <k- m
en r<
m. \l pie
B \\K I : •! M KY
■
■
una
aunqn
|
itnbién un
■
E
(i »
VIDA v OBK
Calilos tercero; Escribano público propietario y efl más antiguo del
número perpetuo de ésta Ciudad, Don fé: Que ante mi, en trece
de julio de mil ochocientos cuarenta y cuatro, Don Fernando Blan-
co, vecino jistró y protocoló una traducción he-
cha por don Julián I!. WilHams, Vice-Cónstil británico, su techa
del citado mes, por la cual consta y parece que Don José Ma-
ría Blanco White, natura! de esta ciudad, y algún tiempo hacía
avecindado en la ciudad de Liverpool, en el Condado de f.ancás-
ter. en el Reino de Inglaterra; hijo legitimo de Don duillermo
Blanco White y de Doña María Gertrudis Crespo y Nevé, ambos
difunto-: por el cual declaró que movido por la completa confianza
que tenía en su hermano Don Fernando Illanco White, residente en
esta Ciudad, por el presente le daba amplio poder, comisión y auto-
ridad suficiente para que á su muerte pudiese, según le tenía instrui-
do, dispone!- en tod¡ • squiera propiedad que le corrés-
pond ■ de su muerte, considerando dicha
dad como suya propia de 'a misma manera que si se lo lin-
de jado por testamento. Que con ■ lo que le pu-
•
servaba para el expt ido Doh Femando White
• ! |nm1ci- de las leve- de esto
•, declaraciones necesarias para descargo de
■ cia, pudiendo instituirse y nombrarse por su único he-
3 la propiedad que paña.
Kdemás, como el Don Fernando Illanco White había tenido
imuh poder para manejar -u- intereses y neg
lírmó dicho poder hasta la más amplia extensión
concedida por la- l< n con respecto á cuales-
quiera medidas retroa nsecuencia del
designio \ objeto de aquél documentó quisiera adoptar. Y ñnal-
mente 1<- autorizó para revocar todo poder que pudiera haber -ido
hecho antes de aquél, que hacia i>or su mano y -ello el d
de julio de mil ■ II.
Bum te, número trece Chapél Walk-, Liverpool.
Sanun-1 1 larwey mei Gaskell, 0
Notario. Según que lo relacionado más exto
dicho dociunerrto í que me refiero, que i papel del sollo
cuarto, queda entre lo- demás de la Escribanía pública de
UlCO y ( )!'
si^no y firmo el prt del -ello •
Sevilla á veinte de abrí! de mil ochi ci
mofleótegui de Saavedra v -
I l'll OGO
¡ido nuestra biografía de Blanco-Wli
llciales, autógrafos j datos familiares, prescindiendo en forma
absoluta de las biografias lia^ta ahora publica»
latos autol
huecas que las fuentes preferidas i*"
•ii.
Mas no basta dibujar la figura - iluminai el
í<>ii«l<. que envuelve su contorno, sentir el distante -'i>l.> <U-1 ambien-
te psíquico en que se dilata su vida, \ aunque hem
|ue compl '
encia del medio j de su relación «."ti el prol
ios referimos a la sociedad inglesa <'n que desmayó
cimiento sino el fragmentario que puede
mbres, inclu
deja traslu lad •■
atidad »li-
i
i«- el modo <U- la fun
Tampoco aludimos a
el núcleo <!<• personas con quienes esp por
nguna idea nu fundamene
breve de la \ illa. I i
.il mundo
lad.
■
OBRAS DE i). JOSÉ M." BLANCO V CRESPO
las personas con quienes trato. por la- facilidades míe a la suj
fión de la amistad brinda propicia la edad juvenil.
No obstante el pavoroso atraso en <nte se había hundido la Espa-
ña cl<- fines «leí siglo wii y todo el xvm, Sevilla había mantenido w\
estado <--<i>ecial de ctilltura suprior al nivel genera] de la Península.
Ya 1<> denunciaba el fenómeno de que su escuela poética supiera
librarse de la infección culterana, v todavía -uñaran con limpias no-
is iTpas d<- Rioja, ( aro, Fernández de Andrada, Quitos, Sali-
na-, d grétí Luis de Ribera, Jáuregtñ, Xñnénez <le Encaso, Luis de
Behnonte y la celeste sor Gregoria Parra, cuando el gongorismo se
enseñoreaba de toda la república literaria a modo de calamidad o
mal de época, con la eompücidad del graciantsmo, el churriguerismo
ts decadencias propias de un arte <|ue ha agotado su ideal.
Y no decimos que sostenía su rango cultural porque la suene la
hubiera favorecido poniendo en su privilegiado suelo la cuna de
hombres tan eminente- como don Antonio de Ulloa, a quien repu-
tamos te primera inteligencia de España en el siglo xvm; el padre
almirante Valdés; el genial .Mendoza Ríos; don < ¡a-
briel \Katez <le Toledo; don Juan Lucas G rtés, cuya obra robaba
y daba con su nombre el extranjero h'rankenau: don Bernardo y don
Martín <1<- Ulloa; don Jorge Juan Guillelmi; el atrevido pensador
don Xavk te :.t interminable pléyade ile escrito-
res \ estudiosos <|ite honraron <.-n la capital <le Andalucía la décimiv
na y octava centuria. 1.1 azar de ¡ev para nosotros ignorada,
puede engendrar en un punto lucida copia de nambí ■-. ski
que por es i s<- eleve d coeficiente intelectual colectivo, x,, puede una
;i llamarse progresiva Sino cuando t'>da ella. por espontáneo
impulso, se lanza en brazos de su entusiasmo por tes luces y crea ins-
i de contribuir a su llorecimien-
Apena ■•■ ■ ■ los de los lectuales que brillaban c-> la
reina dd Betis debían -u creación al Gobierno. Reconocidos o no
por . habían nacido de la iniciativa par-
ticular.
tanque decaída >■*•;-,<■ tdad sevillana, fundada
mes |>or obra de maese Rodrigo, se esforzaba
que -ii- ¡uter-
ina el
■ ■
las por 1
irl- >~ III
-de 1 «tersidades
Am
la sirven l< -
oncuerdan menos que Ai
i
■
chando la inicial
ilidad y e
.\l lado de
de S María de I
•n hombn
da p • días y «i «naires de ui
Znrb ■ Morillo. I
I
cribe '
apellidado
riña, árabe y hebrea, donde habían explica
| i hl-lara, edu
hablados <
■
. • - ■ .-'i ii. Si -. ■
lia a titu'
de la Institución Pi i Red
' aprobó el proye • al Seminario reglamentos, ho-
nores y privilegios, y, ya que no en Triana y contigua a la g
«le Nuestra Señora del Buen Aire, cual sej^abía \» -
truyó hern
íes para ¡>r liscípulos.
istituto, puesto 1 >;ti< » la perpetua administración fie la
Universidad de Mareantes, se había de mantener perennemente cien-
rtseñáodi les a leer, escribir y contar e ini-
oiénd<
rmería con la canl lia de Regimiento de Artillería.
Andrés Mi(ft»z el Bueno. Por Real cédula de i;
ia<l de Mareantes; el nuevo Real :
plazas de seminaristas 3
dio a las anteri imercio, I>ibuj",
•
■ rari a. á\ idos de rea
bir ningún uterior, unos sujetos estudiosos eri-
Real teademia de Buenas Letras,
■ la, estábil Icázar. No ha descollado desde
aquella fecha varón ilustre que no haya sentid" orgullo o
bl, a tan ¡>
ra j ¡ón.
aún más del gusto clásico, babíat
enfrenaba la os
■ la llamada escuela salmanrt man-
- por el docto humanista don \
tin Muñoz Alvarez, que no hasta el
•
\ la II"' enil, la
¡ilar de Letras I [ui
10, en la Biblii teca de £
ta academia se lej ei >rias ;
rtámenes j
•■!. y cuand
"murió — decía su
b revive ".
ilj \ [DA \ OBI \-
a, instituida en abril
<lz 1777. supliendo con generoso arracimie la.- deficiencias de la en-
señanza o liria) ayuna <lc cátedras <k- Literatura, Quínüca y, en
turas humanas, creó clases de Matemáticas, *Ji-
-it-tir Pierre Henog, tic- Literatura \ de varias
mate l< hicieron tus primera- aranas docentes Lista, Reino-
>... B stinguidas personaüdadec
ba aba certámenes sobre puiuv - de tgricui-
tura. Técnica industriad y cuanto |xxlia interesa
del ■ aba sus Memorias, donde admitía • ación
de es
■
nido, ho) cuartc w, que
había pertenecido a 1"- jesuítas, itedras >U- Ma-
ricas, de esa ciencia vitanda que la L'niversidad <ic -
LÍIdaba de diabólica, a las que concurrieron en demu nulta-
neidad jóvenes <1r la nobleza \ <!<.-! est¡
La l\*-:tl S
fx>- r<m buenos maestros, proví los alumnos dd mal
científico
reo mpi
Aparte de
stian
•
niñas pobi 1
ito. que fundó •
Mari
1 n la I ál-
idrid.
Taml
■
tdo <-n hei alie de la
• I de
! a Bil
de li-
DE DON JOSK M." BLANCO V CRESPO
el 6 de < )ctubre de [749, y el Archivo de Indias, espléndidamente ins-
talado en la Casa Lonja, abrió también al público sus salones
7*7-
El i." de Septiembre de 1792 vio la luz el Diario Político
nómico de Sevilla, cpie —dice el escritor madrileño señor Guichot —
"se reputaba el mejor de los qué a la sazón se publicaban en España".
.Antes de él se imprimían, desde i'm</, Noticias de Sevilla, con el sello
religioso correspondiente a la época, y la Gaceta de San Hermene-
gildo. El erudito don Justino Matute El Curren
¡Ir St .illii. revista literaria, donde colaboraron Vrjona, Blanco, Lista,
Reinoso, Múñez, López de Castro y Roldan.
■ descuidaba tampoco la educación artística. Ya en r
había con aficionadas y profesionales arl
ima Academia de Bellas \m-- que pi • parable MuriUo,
y une al fin decayó al compás >\r la totaJ e inevitable decadencia d<- la
\ ida nacional.
Mas, ante la irrupción de la> aberraciones formalistas <|ue infes-
taron el campo dd Ario, no podía la Velázquez y Murillo
excusar su protesta, a>i corno por cuna de Herrera y Rioja no pudo
narse al atropello del alud culterano. I)<» a ulanos, el
r don Juan José Uosda y el platero don Eugenio Sánchez Re-
ciente, instauraron en los talleres del segundo, sitos en la Alcaicería
de la Seda, hoy calle <le < olón, una academia, cuyas clases nocturnas
se vieron coheurridís iábase allí Arltn
arquitectura, Dibujo, Pintura, Modelad
barr.o y cuanto concierne a las artes plásticas. D o aumentó
el núi ilumnos, que se impuso el traslado de las clases a un
¡o frontero al convento de las Dueñas; de alli. a la calle deJ
Puerco, hoy Ira ¡ano. y finalmente al Alcázar.
Vpi
. con el concurso de ilustrados proceres, cual el I águi-
la, transformaron, en 17-0. la academia particular en Real Academia
de Nobles \.rtes. arrendó la Corporación, en 177-'. amplio local en
Sierpes, frente a San Vcasio, y por el estimulo d<
pren luidad de los ¡nstructoi tuna de haber log
reproducciones de obras maestras, la nada
■ pintura <lel natural, mej
pinión en materia
\1 lado di ■ de ilustración, ^in contar las innume-
rable proverbiales en Sevilla desde I •- días de
MaMara, Pacheco, ^rguijo y tantos otros, •><• erguía una
original, prez de gloria, no sólo para
15
■
audaz a
bi Hlai te <
en S
■
vill.i
■
i
■
■
de la
iquH
dad, y m
DE DO 22J
nal. No dejó de mortificar a la alma mater Literaria tan soberbia ac-
titud, y su Claustro movió a la a un pleito, que terminó
el ruidoso tíñanlo de la Sociedad, representante de las nuevas oriea-
entífii as. "
( Convencida de que nada vive ai-lado en el inundo, la Rea]
dad de Medicina fomentó las Ciencias auxiliare-, instauró un Jar-
dm Botánico, fon ó espléndido Herbario y lia-ta admitió, al lado
de- las otras tres ciases di • Médicos revalidados
rujamos y Flama-copólas o fomtacéuticos, una cuarta con el título
de * ulta-
des que estudiasen la maí de la ciencia médica en -u
•pió y en -ultos
la Medicina, o
que daban una i neris y. ju. el criterio
actúa!. |> <i 10 !• >s paya
tinados a amenizar la aridez d temas del
Diset ue murieron, confiando
ente
i es-
pinitua
puede, algunas h
algún sujeto, absolverla
Disertación teol
engai
i del hombre,
mudo de nacimienl
ia.
! ¡Ci-
tan u
de Simón
natura! o pi
fué natur;
libro de 1 (aniel
228 VID/
seme: i asi ame la conciencia individual y e
sa genera que hubiera
todos k>s adelantos <le la Medicina ante el menor escrúpulo de «••
espiritual.
.
nal suministrase y las opiniom
limitaba su acción a la localidad, sin - del
mundo entero; \<>- a laba lectura púb
Memorias que <le cll<» recibía y hasta los lian • de-
.1 que dic-ea e' •
X<_i menos atenta a divulgar qui
vechasen ' que aprendía, p • Memo
, adema- ofrecii dar-
n y aun imprimir ella i*>r su cus
Mas no losta, repetimos, la circunstancia <le producir muoln«
hombí ara apreciar la civiliración di
significa e-ia abundante j
finalidad interesa hay
. la |>arti-
'"U <lel público, su it • cultural, \ este he-
brinda la reina del Bel
skmes púb!
-e practicaban
época, y
truírse, que se coloca la autorída 1- del
local para evitar la confusión nacida del ncu-
Tambaén cuando d .^1 de I'
tro de Do (Ma
ria de Jesús a la ' asa Proi 1 la calle di
pañia, eJ pueblo
cieron un -ello neta \ ronmoredoi pular.
redama la ind
aquilal ía <le Blanco, hemos tenido
medio en que vivió con mayor hnparcia
sombríamei ■ •
» llia.
a la bre\
de la biogl
nflujOi qui rstmiar la
absoluta de
DE l"»v- IOSE M.' Bl Wi 0 ¥ I ¡
ya i|iie los hombres son más iguales «le 1<> que parecen y conviven
en mayor solidaridad «le la que creen.
Después de todo, en plena normalidad, nadie vale má> ni menos
que el medio en que na e, vive y muere, y ^j el rayo del genio r
el equilibrio, ni> puede resultar más que uno de dos extreí
trastorno del medio o la tragedia individual.
Adame de Vargas v Jiménez (Serafín). — «Renombrado médi-
co, natural de Sevilla, según 1"- le \<<- libros universita
ó él grado de bachiller en su Facultad el 24 Marzo [798
la Real Vcademia de Medicina de Sevilla ?e conservan de él 1
tales sean los remedios tná de los que
aman astringentes, su prescripción y si 9-Enero-lf
De las cardialgías producidas par la acrimonia acida, conocimiento de
ésta, sus fatales progresos y curación I 1805); De los bw\
del uso de la Sal <lc Higuera, comprobados con á iones
(24-Eneri bservacion de un tarantulado tratado por la mú-
sica (30 í : De A.' afección melancólica (3o-Abril-i8<
/:/ influxo de las estaciones del año en !,i enfermedad llamada me-
lancolía y de la oportunidad de su curación (15-E
rmedades espasmódicas más notables de estos últimos años en
esta ciudad y método curati; r preferencia (4-Feb 1
1813); Sobre el origen y naturaleza del Tétanos y su mejor m
curativo (28-AbriJ-l8l |); Siendo la calentura tan útil para la
don de muchos afectos morbosos, se determinarán las circunstan-
cias en que el médico debe protí B15) ;
Del uso de los balsámico,-: en la curación de la tisis pulmonar ii-Fe-
•Drero 1X151: Reflexiones prácticas sobre la ictericia en general (2-
Mnv..- 1S1 ; . ; Consideraciones *' fingir al médico en el tra-
tamiento d ' 1816) y .s""/"v las afecciones n
jicos del rerano y otoño de! año ¡erándolas
causas de la epidemia del sarampión observado en el invierno de éste
(6 Marzo-1817). Mi de este autor ni d un >
noticia 1 leí n
\«.i \i'"- alejandro). Marqués di las Ma finan-
de su época. N le Junio de 17^5. de
- de batirse bravamente contra los Fi
hirió al rey Jos
' áilicó
una tradv le la <
ó el 12 de Abril de [8 [2,
\i.i \do Isidro Bei
tos f><: - Ha, •
■
\(,i [LAR
<lc <!•
etrtbre de i;
de I'.:
■
Formó pai I
■
n
le 17SS j
y 1:1 Tirano de i
tí) en latín la inscrip*
¿31
raron algunas Humanas.
I )ei • •!! de gracias i"-r la
conclusión de la \y,v/. y nacimiento ■'
pred lor el 18 de Enero de 1784. En
la academia leyó ui as que han retardado
en España los progresos de la O - medios de ade-
lantarla'' (23 Vgoeto 1798), v- de la Inmaculada" (_'<> Di-
un " I >-.- i renacimu
lia".
Aragón (Mam el). — Primo de don Alberto Lista,
ina imprent
o una veraz y curiosa relación del
■
teriores Un*
Arana i Antonio) . — I >e la Academia' Sevillana is Le-
tra-, bastante mayor que Blanco, pues fué recil
./,• S. Isidoro.
ROORÍGI EZ 1 I I
crdbió Idea exacta del /•>'■■ (ifgó) y Modo de estudl
'7'i*i.
\i<ci'. \ Canto (Manuel M. di I. -Naturaí de Sevilla
- en la academia de Letras Humanas. Se licenció en
de Mayo di
Modo de pronunciar las enclíticas latina* 1 ij'141. Oratio de rale dis-
tendí arte atque praestantia habita Hispali, i>¡ optinumun artinm
r n, naturaleza y uso del número oratorio
■
Arenz vna (Do . le San Vn-
drés, d- nde hab a
literatos y Descript 1
sequío que la Real Fábrica de ' Rei-
II '.
Arespaco< 11 \'.\ (Ni
<la. a quien alude Bla del Muni
( ¡obtenv 1
\\u \s de Saa> lia el 5 de
Aunque Ikeraríamente no pudiera
el t-lar< • I >. Manuel Mana ck- Arjona. no |
menor afecto ■ tuvie-
i 11 M.i'li i'l \ en compañía i
lemia de L< ;>ara
•
Armioa (Miguel).— Liter «no. Recibido en la Real Aca-
- vi _'-• <U- Septiembre <K-
Baoi
de Sevilla,
■
una en ijN,^ y la <>tra sin í
Bar reda
1713, estucl 1 Tclmo, 1 for-
concedió :
mi patria en 21 < le 1791. Di
Sevilla, i;-'
I
■
Juan Luis </<• /(/
Barrios y Rui
■
\rtillero,
\ un
M </(■/ un.
1815.
. JOSÉ M* BLANCO Y CK¡ 2^3
[érrez ('Francisco jAvreR).-^-Gadrtano1 recibido
en Buenas Letras el 30 <lc Septiembre de 1796.
rDÍA v Ponce (Francisco).— -Sa , nací-
Sevilla en ijji y fallecido en 1800 de la fiebre amarilla
obras se enumeran per Matute. Palomo, Hernández M<>rej
autore
Bueno (Juan Bautista). — Médico nacido en Gerena.
Sevrllaypi l de Medicina. H. Morejón i§
■ patria v no conoció más obra -uva que una disertación ■obre
ion de las nodrizas (1817). Escribió adema-: Métodi
rOtivo del vicio escrofulosa y conexión que este morbo tiene con las
• y lugares en que se habita (6-Abr»l-l8l5); Idea
general de los fluidos magnético y eléctri mío las reía
nes que por su naturaleza y efectos tengan entre sí (16-Febr
1815); /:'/ vinagre corrosivo aplicado a las fiebres malignas (14-1N0-
viembre-í8i6) ; Diferentes "icios en la evacuación menstrua'
bello sexo (1816); De qué manera influye la atmósfera en la diá-
tesis inflamatoria ( _'4-Al>ril- 1 S 1 7 1 : De la melancolía, que llera al
hombre hasta al suicidio, manifestando varias observaciones prácti-
cas para su curación (r5-Enero-i8i8), y La fiebre maligna pútrida
contagiosa del barrio de Santa Cruz, con unos simples remedios de
un feliz resultado < 27-Enen - iNjoi. \.<- originales - .'i en
al academia de Medicina de Sevilla.
( ' \i: \i 1 ero (Ji ! lien sevillano qu
II. Morejón ni Chinchilla nás frecuentes m
■
Cabello Síatural de Pilas (Sevilla', bachiller
.•n ' el 1 5 de v
ira de Santa María la Blanca
1801, que
\ \. Salgado (Josí Antonio) recibi-
do en Buenas ¡ de 1783.
1 ai>i/ 1 1 1. B. Fr. I >iii.u J( I apuchino, cuya vida o
todos. Residió mucho en Sevilla y fué uno d<
la de que ponía hue-
fe en que se inmoló a la I-
lian porque realmente lo» el ultimo ira
ia y \ irtud
dmpatia en la familia de i
Maria td Fernanda, fallí Sn
■
;!a.
lia.
onfei
■ .1. la hemotisis y I
! ( RODRII
pin
1 ii) (le A
■
DE DO
captan a la Divina Faatora, un índice Alegoriae Sacrn Scripi
oncordancias de Virgilio. Su biógrafo, fray Juan -
L'tn i i tan adentro de los cora-
zone tpungían ;i su auditoria Sus palabras edifican y, <
re la tierra, así agradan y se admiran."
le [766 y falleció eO 13 de Septiembre de 1830.
Natural de Sevilla, canónij
le La Real Academia de Buenas Letra- en 1754- Fué muy
longevo, i>ue-- en un informe de su ;■ illacio
Arzobispal, dice : " Kn la edad de ochenta y cuatn
to. y con gran jui i 1 y madurez
La utilidad que residía a la Religión del buen u- tica.
Cárdenas (Salvador). — Natura! y veri' lia. Inventó
un nuevo arado y obtuvo privilegio de aplicación por quince años.
Publicó Instrucción y método nuci'o de labrar las -illa,
Carrasco (Juan de). — Teólogo sevill un trabajo
fiskoteológ
Carrasco Daldanon (Juan). — Capellán de San ('¡emente
• de Medicina y Ciencias. Se conservan tres Memorias :
en [782, 84 j 86. II. Morejón 1 de Has dos primeras
y tamp apellido.
paya (Frai
¡o, niagistr de la Capilla de San Fer-
nando, puesto que más adelante había dé Nació en
el barrio de Triaoia. Era sujeto muy res] eru-
n y admirado DOi -ente palabra. Falleció en la epide-
mia de 1800, el -i<i de Octubre, y se ¡nhu amarin de
1 Señora de la I'a/. en la iglesia de S
' de Santa Müaria de Jesús, honorario
de Bu»
San Francisco. Pronunció en la < atedral el .^1 de Diciembrede 18
ion ftmebre en 1 rida-
-. 1 1 tnorai
Elogio de \ tra Se-
ñora de la Antigua. Kn el índice di- Mei le la
VI
substancia •
ro (Delfín
23*' VIDA V "¡ I
en la plaza <lc los Venerab ¡lio »le Blai
una dk '■' los cuerpos < [821 I.
ro (Francisco Javii dd anterior y ¡íaciilo
tu i-
en 1762. Hombre muy ins-
truido.
¡siria famili
Ayuntamiento constituido i*>r el rey José con
la 1 'iudad.
1
I I Rl
Buei '■' ta
GuiUermo. Ingn
una Disertación sobre la antigüe
■
■ Humanas y hombr< mún ilustrad
celeb sto de 1813
ilc I '■
tria, se revalidó en Madrid el 8 <!>• Ma
1 83 1
I y SUS tíl
Fiebres malignas <ilu
cribió un lumii lo que men
de ba¡ [ubernamenl
■
úm. Wl (15 Junio 1
COU MM) (MlG
, i!i,¡ seu arte Reth >i
■
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 237
Octubre de 1789. Escribió Disertación sobre el aseo y limpieza ie
los pueblos.
CÓRDOBA i Lasso db LA Vega (Antonio de). — General de Ma-
rina fallecido en Sevilla, su patria, el [9 <le Febrero de 181 1. Hom-
bre de macha ciencia. 1 Véase Pavía. Gatería de (Jen erales de Ma-
rina. 1
i Ramos (José de). — Nació en Utrera, llegó a tenien-
:eral y pasó su vejez en Sevilla, donde falleció en 1809. con-
tando ya más de ochenta años.
Cortínez v \\di;ai>i: (Ramón). — Insigne jurisconsulto, de mas
edad que Illanco, que compuso una enciclopedia jurídica con el títu-
lo Década legal.
• (Manuel). — Persona, muy respetable que leyó mu-
chos y excelenti de materias canónicas y de critica. Era
muy considerado por los White.
' Murgeon (Juan db la). — Militar de brillantísima hoja
de servicios, hijo de Sevilla y general en jefe del cuerpo de ejército
que rescató a su patria dd poder «le los franceses. < ¿.pitan General de
Andalucía en [817.
Chichón (Rafael).— Médico nacido en Cádiz, que sien;;,
vio v ejerció en Sevilla. Leyó algunas disertaciones en la Real So-
• 1 sobre los influjos de (as estaciones en las patogenias (ji Fe-
brero 1818), y -obre la mordedura del Liso (20 Enero [820). Era tío
del catedrático I». Javier Lasso de la Vega, que heredó su numer >sa
clientela y tio-abue!o del h ba y novelista Jai déla
Vega, cuyo nombre lleva boy la calle ante- llamada de la Unión, y del
■■> I asso, talle :■'■ 1 en Vi"
Delgado (Lori o de la Real de Medicina y
ve modal dd Arzobispado* 1 tejó tos siguientes trabajos: So-
bre si el médico de quien confió la mujer estar ilícitamente embar asada,
puede descubrir el secreto para atender a la vida espiritual (27. NoJ
viembre [806); Si la gonorrea impropia, pero antigua y rebelde, ig-
ia al tiempo iie contraer los esponsales con juramento, presta
e al esposo sano para disolverlos (5 Febrero 1807);
Si se puede algunas horas después de muerto vulgarmente algún su-
jeto absol . Mayo 1809), y Disertación médicoteológica
Mar/" 1821). Tampo ■! señor Hernández M
jóo ¡o que dedica a la memorable R< ad «le
illa.
In el índice «le extraviadas «le la Real Sociedad Bgora una Me-
titulada Id
i
.il de Hu
ni CS-
■
■
de n
■
i
de !
DomI
•
tumi .¡
Me
I >omíngi i / « 1 1 . \b\do
Domín • . I'1 Médico natural de i
;ntó numerosas comuí Memorias a la Rea! Sociedad
di- Sevilla, en cuyo Archi • ervan bastantes más d
i llist. bíbl. de la Meé. esp.,
Sobre las causas que influyen a la frecuencia de las Hemopthy
mbre
de i; ■'■! I leinitrit,-, y su genuino cu ■••
(2 M ' carácter zvrdallero de tas fiebres sufurai
curación palia1' I iem-
./((,( .1 ineficacia de los remedios antiafrodisía"
i Marzo 17N11: Si l ites puedan seguramente 1
(■i; enfermedades inflamatorias I
enfermedades 17 Rebn rta/?£
i/'í<- distinguen
modo . tales en ¡os casos que
ha ¡le veth
y hemor
de los intestina
bre I" que bservar para el r pur-
ganti ji 1 Á!bHl 1
prát
Oi-
il de las regiones
punto y preceptos Hipocráticos
.Unlaliie'u: , e.v
l.tlS
¡Si \ | : . llgunos rent
clima de Se: illa 17 Mar/
rWüj v si éstas puede ■ inflaman
I; />,- /,; admirable virtud que '"i'iiu
^ora Ai.v enfermedades periódi 3i5);
itados por los Jueces del eni'cnena-
I
Real
IMR&.
1 Peí mi re (Mar el 17
24O VIDA
i.l.. en la i>arr. x|uia
trai. • Buenas Letras desde eJ 6 de 1 el
n> de 1756. Falleció en 8 «le Abril de
científicos, uno -<>l>re la Historia </<• la ijuin:
v sus f \hril
v en especial , . \bril
v /.i guiña .-ii fi
1 natural de Sevilla y tomó d grado
■
Espinosa
le < írtíz de Zúi
\1 ^donado h conde
del muy <1>» ti
una- \ su in-
íam
política </<• /oí Afrancesados referim
.1 de un t. •
llo l \.\ \ Masía). — Hija
•iii])-
■
ídem, 1-822), un Ms. sobre la 1
a traducción <le /
I 1 ni ki.,i 1 (Jos illa «-I o de
luli,. <k- : 6 el bauti
Juan de la Pali úlitar, llevó una vida de 1
falleció .1 - <U- M.n/.. de tí
Feri • el 13 de
1786
al <le la I
1N1 1 pred ' sermón i».r el
DE DON fOSÍ '■:- CRJ 5P0 24t
9
un trabajo sobre el azúcar y la miel < [800), otro sobre la participa-
ción de la naturaleza v /</ del arte en la composición del nitrato de
potasa (1805), otro sobre las substancias vegetales útiles a la Me-
dicina y determinación de los caracteres de fas principios correspon-
dientes a cada una | [807) y otro sobre /(/ acción que ejercen en el
mercurio los ácidos y ¡luidos ¡icry-f orines en combinación natural y
USO ile sus preparados \ [808).
Fernández Rojo * Orejón di Socuera (María).— Dama ilus-
tre nacida en Sevtrlla, de más edad que Blanco, pues ya en 1778 había
iido premiado en público certa la l\eal Sociedad Económica
un trabajo que presentó sobre la utilidad de los hospicios. ■
Fernández Soler (José). — Humanista .sevillano, autor «le un
estudio sobre la utilidad «le las Letras Humana-. Consocio de Blanco
en la Academia fundada por éste y sus amigos. Siempre -
varón ambos riterab - mutua y sincera amistad. Blanco preguntaba
por el desde Inglaterra con frecuen
Flores (Francisco Jerónimo) ( i 739-81 8).^— Jurisconsulto ^o
villano. Dejó impresas varías ale 1 Derecho.
FLORES (LEANDRO JOSÉ). -Natural de Alcalá de (¡uadail
párroco del Sagrario. ES domingo 9 de U>ril de iX_>o hizo ante el
Municipio en la Iglesia mayor la explicación doctrinal de la Constituí
ción de t8i2 y del deber de observarla. Escribió Noticias varias sobre
la collación ,/,- San Roque (Sevilla, 1N17) y Memorias históricas de la
pilla de Alcalá de Gliadoira desde sus primeros pobladores hasta la
conquista y repartimiento por San Femando, i ídem. 1833.)
Flores Moreno (Francisco).— «Médico natural de Sevilla, que.
jasada la guerra, fué facultativo de * .miara de Fernando VII. Es-
cribió Ensayo médico-práctico sobre el tifus iteroides. Estudió y re-
sidió en Cádiz.'pero pasaba temporadas en sn ciudad natal y tomaba
parte en el movimiento científico y literario de Sevill.i. Después de
restaurada la din 1 ■ .1 Madrid.
Flórez (Joaqi í\ de). — Licenciado muy afecto a las Bellas Letr
que ingresó en la Real \caden ia de Sevilla el 1 \ de Enero de i~
Flórez Moi Hijo de Sevilla y prebendado de su
Santa \ Patriarcal Iglesia Ri Buenas Letras el 21 de
• Xtra. Sra. de la . /«
Forner (Juan Pa lad tan acentuad de
Norferio; no nei 1
Franco de ; Cura de San Esteban. Ingresó en
Buenas I etras el 12 de \i 11 ■ de Tro. Dejó una D\
¡pitillo II lio de S. Juan.
Fr Uíi o i > i abogado de 5 en
hisli
\ I.m i ■
ilo | ' > " \l v .1 ■:•
-
de lüiero de 1818: Galería, I
liso, que t»
bard
de la Capilla Real de San Fernando, bibliotecario de la ( olmnbina.
I lab
Diputadi
Galo ' *
L imprimió un poema licr. •
Zat\.
ríe ncho h< '¡a- El al
titula
Baylen.
Gali \k i >i < i Basto] • u ilioso hum
siei
y Blanco declararon impublioab!
perdonó aquel se\ eri > y seguí Ea
•
IUI tal Juan. qu( ■
Villa .
p«! dt
I KI-SHO 243
García (José).— Reputado médico sevillan tas di-
ertacione académicas, egún Chinchilla, pero acaso sea el n
Pedro José Gar< í \. natural de Sevilla, que mencionaremos mas ade-
lante.
Gar» La (Manuel Vicente). V*. la nota de la pág. 170.
García (Pedro José). — Cirujano de primera cías Dejó un
Tratado de la secci 'a symphisis en las partes difícil
Gar< í\ Vrisi 1 \ Loycorri ( Martín ). — Nació en Sevilla el 5 de
Junio de 1759 v falleció en Madrid el 3 de Enero de 1824. A
insigne Teniente ( ¡eneral, procedente áá < Cuerpo de Wtillería, se debe
ormación de la primitiva v quemada galería de retratos del '
. ¡o de Vrtiüei ía de Segovia.
Gar< ía Brioso (Pedro). Bautizado en San Mancos el 28 de
• de [706. II. Morejón memci< na algunos traba Hay
que añadir : Sobre si el feto tenga respiración dentro del útero ( 174''' :
Sobre las epilepsias crónicas (1766); Observaciones médico-quirúrgi-
omprobando la Medicina pasiva I 177')!: Reparos a una diserta-
se! Pr. José López . intimes ( sin fecha) ; Carácter que deben tener
ebres remiten les para que sean objeto de la (/nina 1 1780); Poder
del agua natural en ciertas enfermedades crónicas ( 17N1 l; Virtudes
del ¡'olee según SU substancia y recto uso ( 1 78-' I ; El agua en las ituh-
ijfstümes 1 17NJ1: Aplicaciones de los baños de tierra 1 1783); Sobre
utos de tierra en los hécticos ( 1784); Sobre los síntomas (/■• It
manía (1784); Sobre las declaraciones judiciales referentes a A /.
/'.».v ( 17N41; Sobre la naturaleza del aire I I785); Sobre el trata-
\to de las calenturas continuas derivadas de las intermitentes
1786 u abluciones del agua fría 1 1787); Sobre las con/ñü
i de los perláticos 1 1; '(■ el uso y el abuso de las abhr
as con nucas observaciones (ij razón se llamó
Brioso, porque l>rii> supone su larga y aprovechada vida.
García Cácbres {Vicent] Ferrer) (1761 <8io). — Capellán Real
de San Fernando. Imprimió un poema latino en 1781.
Garcí \ Cazalj \ (Jo ura! del Aralial. Se graduó
67. Ejerció en esta capital y presentó a la
Real Sociedad cinco disertaciones, deque los historiadores de la Me-
añoia no conocieron sino una. Versan Sobre ¡a ani»-...
feto y <•/ empleo de lo re los venenos (28 !
1779) ; Sobre ¡as mordeduras de la tarántula 1 \ Maso re la
supresión aJtii de la orina sin vicio en tos ríñones (4 Ab )
i el método tic COHOCei la " . la respi-
•■
García dj Celis (1 Iomingo i Pn • de la
244 VIDA
Real de Medicina. Dejó un Juitp
i ,\Kr¡ \ M \z - Josl \1 • 'lia
«le Letras ! [tima
\ Mora (Jóse). — Huniat
Licenciado en \< [795 \ académico déla Real Me- Bus
tradujo la P
de Reur)
Jün 1 id. 1 y leyó
. ,i .< los «Jh
García Noriega (Jo: tonesetilal
Jila, su patria, d añ<« 1767. V.
o de la Universidad, 51 I de Medi-
cina y de Búa as I erras desde
Nueva idea del Derecho Natural (m 8." Sevilla, 1786), lundand
cter del Derecho en el ¿lidad inhen
a la condición humana y U-y < > un discurso en la Sociedad de Medi
sobre las Quididades </"■' debe :,n,-r ,•/ parto en Physico y civil
que se diga lital 1 179
García Osros i Ilgarate (Miguel) [ng ; tir.i>
en 1790 \ leyó un Discurso sobre la ley natural.
( ; mu i \ Otero i Fh vn< rs< Real
■ dad. No se hall 1
k este facultativo leída el 17 d(
11 </.• fox 1
Gar<
do < 11 Bu . d 30 de Vi mi de 1 v
Gari
trai el * Febrero de 1793
de la Literatura cspaüoía, y presentó un .
. ,/(• /<! . (ti/
Gatica (P armaeéutñ
una
noció más; pero compuso también las siguientes • om-
itías que se prest
■
■ ,
■
taci
■
DE DON JOSÉ M.1 E KF.SPO 24?
misma acción sobre la economía animal (22 Enero lí
últimas fueron leídas en la Real Academia de Buenas I
Gil (Maní bl). Qérigo menor que formó |rarte de la Junta Sobe-
rana de España e ln<lia- constituida en Sevilla.
■ tBPio (Migi ei I. — Clérigo de menores, que <Iej<> una
a celoción de los sucesos de 1808 en Sevilla.
Gómez (Francisco Victorino). — Médico sevillano. Además
d<- ios trabajos que cita II Morejónj escribió sobre El tratamiento
de los tumores críticos (1787); Modo de socorrer las terminaciones
de las inflamaciones de los huesos I 1788); Tratamiento de la úlcera
dr hi matriz (id l; Causas y extirpaciones de las verrugas (17
( '/>.\, rvOi iones clínicas sobre la úlcera de la matriz y el pólipo ( 1807 1 ;
Sobre los remedios humectantes y los desecantes en Air caries de los
huesos (1815); Sobre el enfisema del pecho 1 [8l6), y Reflexiones so-
bre la doctrina de Mr. Levret ( Í818).
Gómez de ^cosi v (Josí I. —Natural de Constantina, gradu
Teología en 1767, académico < It- Buenas Letras y religioso del orden
de S.ni Agustín.
Gómez db Espinosa (Antonio). -Médico hispalense, autor de tra-
bajos sobre la hidropesía, ascitis, v\ azufre y otros experimentos
suj os
( róüE2 1 1 1 rtado (Alonso).— Otro medio- de la ciudad a quien se
debe algunas interesantes di^eru*
/ Muribx (Ji w).— Debió nacer el mismo año que Blanco,
puesto que en [825 contaba cincuenta y un años. Su pueblo natal fué
Utrera, por le que adoptó en rehgión el nombre Joan «le Utreí
méselo en el movimiento literario de su tiempo y dejó escrito /
lencia de la compasión cristiana con los huérfanos (Sevilla. [829)
González (Fran« isco de K.), Nació en Ectja el 1743. profesó
orden de Santo Domingo y lució grandes talentos de ]>red
\ epistológrafo
González (R. P, Mir<>. Fr. Ji \\ Ramón). — Examinador sinor
• de erudición de la ResJ de Medicina j académico de
Buenas Letras desde el 1 de 1 kctubre de \-^>. Queda un sermón hnpre-
\deinas levo dos disertaciones, una M>!>re la Autoridad de la
antigüedades en Urología y otra sobre la Disciplina eclesiástica ■•
den a la Extremaunción.
GON7ÁI B2 VCBYJAS (JoSÍ M .* i. — Natural de Sevilla.
de Teología en la Universidad, Párroco de Santa Ana \ Examinados
sinodal del arzobispado Era hombre «le mucho talento Se n*
en liti.^10^ y su prelado le confinó al monasterio de Regla Libsrtado
|w,r lo^ i - la causa de José I \ tino que emigrar a
24'' MtAS
Fran
-
i
en ln ■ ''el.
.
•
dicina. I >ejó monografías de su .
en la i>l>ru de I
ción figuran ios títu i
Archivo, aunqu
ciña española, a
la impureza </<■ la ai ■/ l 11 IV
■
(30 Abril
distin
dimentum in spuentíbus
humor (7 Junio 178 :
indiquen y mét<
enfermedades o
n,n< ¡a
■ Mayo [782 ' . Si haya en .-i
de San Antón, con alguna
1 JO l-.nt-iM 1783)4 Si />»ri/.- .7 a ,
Htrtl sil f
I • ■
/;</<k/ i/.- {a
u </«.• aquella ft
• teguros •■' i« wiW< fea
<-ñt/. ' úen-
tura ,¡iut: ■
de f 81 1 po* conspirar contra los frano
Di II \K"
■
en 1: Í18.
DE DON JOSÉ M.' BLANCO V CRESPO 2-4 7
poesías festivas, lai zarzuela El Hijo de Ulises (1768); el saínete El
poeta cómico (ídem), en que se satiriza los ,'icios del teatro; la Loa
para la proclamación de Carlos l\ ■ ¡m, de
donde Sánchez Barbero iajertllos, y la señora
ez, / 11 loco ha* ■ unterttx sii
sátiras j donaires de 'ario- poetas a causa de la avanzada edad a
lo contrajo.
vlez de León i Félix). — Pobre hombre, erudito y enfermo
que vivió en la miseria y alean • da edad.
En so juventud al fin de su vida publicó sus trabajos
de erudición, a saber: Not\ a del origen de los tiombr
illa 1 1839); Bo us variaciones, etc. 1 [846);
Noticia artística de los edificios de Sevilla (1844), y Diario de las
ocurrencias públicas y particulares de Sevilla, desdi
tj- volúmenes de papeles manuscritos e impresos en el Archivo Mu-
nicipal). Era más joven que Blanco y no nos consta que tuviese rela-
ción con él; pero lo mencionamos, como a otros dos 1 pare-
probable.
ü i z de León (Juan X.i. — Supernumerario de Buen;
tras en 23 de Enero «le [771. Leyó una Disertación \nve-
niencia del ayuno quadragesimaVa la conservación de la salud y pro-
longación de la vida. Era hijo de D. Francisco y hermano de D. An-
tonio.
González o). — Módico sevillano, de la Keal
dad, di «de • ■ uatro trab ~ el
Sr. II. Morejói r posición de un aforismo hipocrático (21
o ijNji; 90 rlesías convulsivas (2 Mayo 1782), sobre
la Utilidad tic las piedras y tierras usadas en Medicina, v sobre el
I ktes, libro ¡. pred.. vers., 21 1 1~ Ma
. Rasilla
13 Octubre de 1771. hijo de Ma la Rasilla y Maria-
de la Rasilla. Fué bautizado H 22 <l<! dicho mes; «xao
de la Academia de Letras Humanas y autor de
Bautizado en la pa-
rroquia «leí Sagrario el .( de Junio de 1774. y enterrado en dC
de San Buenaventura el i de Septiembre de 1798. General retira-
do, ex gobernador del Campo de Madrid ido a Ia>
letra-.
' ¡ORDii lo (Di ra del Hospital del \knor d
sóen Buenas Leta >de 1777 '
Isidoro y una Diserta
nlens del libro III de las D
248 Vll>\ •, OBRAS
Sevilla,
la Univers idónico d< que
falleció en 184*. I >< bras, incluyendo un
pre<l' ó en la fai
bailen . ' moth o <lc la
-tura de las representa trates.
Jüaqi 1 s de mucho idor de Se-
villa por el Rey José j Asistente interino, aclamado solu-
1 ' motín dd 6 <U- May.' de 1N14.
RRER0 Zl RÓ
15 de Junio de 175'' y recil
■ [8 del miMno mes Uuatr tutor de un tra-
bajo latino {De siimma felicita ■ hallaba p
tico v vivía en la calle del \ B C. núm. 14 Fué liijo <U- il<>n Juan y
doña Mana.
Guerrero y 7.\ róh Vega Y l
ata v hombre de muchas letras, bautizado en la
qtáa que mi parie Agustín, el 21 <lc \l>ril <le
«Iriii.iiMi y Andrada (Antonio). — Oficial <le \rtilU-
heroicamente en varios empeño! • és de
. - en el ataque a V . Sevilla, su patria, d
murió el 17 de Febrero <le 1827. Matute
/.; artillería de hier
\ Andrada (Jorgi Ji vn) — Capitán general »lc
■ lente <le su Audiend Sevilla el 5 de
p- de 1734 en la collación «le San Isidoro. Como se nata <!<■ un hom
bre de extraordinaríi universal • nl.nl
de repetir mi \ ¡da ni sus <■'
< ,i 11
\1ial.i <le ( ruadafra el 1766
\ Bravo (Patricio). -S.fl>i>> arqueo]
Sevilla en 1713 y fallecido en 1795 \ ¡vio en la collación de San 1 o
de había nacido, hasta que se l< cura dd M
bió sepultura en el convento de San Roque 1 tejó monografías ¡m-
y numismática, ayudó al padre Fló-
• ¡os artículos para d I
o de Moren, dejó manuscritos inten la perdida
Botica >oiiionii. sin contar los manuscrito
Bibliotí bina
o perpetuo de Sevilla. Caballero
.
DE DON JOSÉ W."
Hernández di Heredia v Rbgines di los Ríos (Nah
Conde de OfaJia.— Catedrático, diplomático, Presidente del Consejo
de Ministros. Nació en Gines (Sevilla), el n Septiembre 1775. y
falleció en Madrid él 8 Septiembre i*-U- Para su vida y bus obras
véase Méndez Be jarano, Biobibliografia Hispálica de t'ltrumar.
Hernández de la I'iña (Juan Vntonio). — Farmacéutico y so-
de la Real de Medicina y Ciencias, donde leyó, el 24 de
de 1800, una Memoria sobre las relaciones entre la Química y la
Botánica > entre la Medicina y la Farmacia.
Herrera (José). — Natural de Sevilla. Bachiller en Filosofía el
1 ) de Junio de 1773. Persona de erudición.
Herrera (José Cristóbal i>k». — Farmacéutico sevillano
de la Real <le Medicina y Ciencias, a la que presentó, el 2j de Mayo
de 1800 un Examen de las aguas que corroí con el nombre </,- me-
dicinales <•» his cercanías de Sevilla. II. Morejón ii'> lo consigna,
Herrera (Ji \\ de). — Va anciano en la juventud de Bton
hallaba retirado de la Cirugía, arte en que consiguió extenso renom-
bre. Hernández Morejón inserta los títulos de sus trabajo- de litera-
tura médica. Otros cuatro más figuran en el índice de extravi .
<le la Real Sociedad de Medicina, y cinco más, no conocidos por el
lo historiador de nuestra Medicina, se conservan en el Archivo.
Hiráldez dj \(om\ (Manuel de), — Hermano del siguiente,
Capellán del Real Seminario, y nombrado Honorario de Buenas l.e-
el to de Febrero de 177".
Hiráldez di ^costa (Marcos José),— d barrio de
Triana, catedrático \ medico de gran reputación. En el Archivo de
la Sociedad de Medicina se conser\'an las disertaciones que
Hernández Morejón y otra- doce de que este historiador no tuvo
¡a. Falleció el 13 de Mar/" de t8o8 y recibió sepultura en la
capilla mayor de Santa \na.
Husí — Recibido en Buenas Letra- el 27 de Enero
de 1786
Íbarbi 10 . Osorio (Juan ). -Caballero instruido y piadoso, ami-
go de lo- White Nací.' en Sevilla ni 1711» y falleció en 6 'le no
bre de 1 ~« >5-
Lliaán (José) De la academia de Le t ñas Humana-
de ma- noticias acerca de est< literato \ no estamos seguros de
«■i misino don José López de Mían que nú- .nielante mencionaremos
[llanes (Hipólito) Del Orden de San Vgustin, Prior del
convento I le de Sevilla y socio teólogo de la ReaJ de Me
dicina, donde levo una disertat en i" de
' > de 1781.
V OBRAS
illa, mi
esta ciudad, marchó de Kmbajador ;i 1 •
lalucía í:ill<
1815.
d titulo ./>■•/ e
«
<k- las seis coní<
11 en
d Archivo de la Real Sociedad de Medidí
t
utiirii /Ir la
ro 17N01; De
■
ro [787 1 : / Usertat ion < ',-
•
lectararse por m
de los peí líos Je fas n
^«(•.v mediante /</ operación pueá
- -
g«f i expulsión de algunos hu
uto, muchos
v l 'agina {1
Imirse, teniendo
puentes <|iu- se hallan en d \t>
• dad, firmadas > >r Nltemud Ximí
Del ■
■
Por un Bubón venéreo (31 Enero 1805); /:/ mejor método de
rar las fracturas (22 Ma La dilatación total de los s
en toda úlcera sinuosa es un abusa que debe reformarse (23
1807); Efe los casos deban usarse con utilidad
las invecciones astringentes i_'i Enero 1813); De las circunstancias
en que las heridas de armas de fuego exigen prontamente la amputa-
ción de un miembro, y en cuáles pueda diferirse (20 Abril ¡
matrimonio de don Manuel José Ximénez con doña María
quiíia <ld Castillo nació don Manuel Me istillo,
reputado Facultativo; individuo de número de la Real Academi
Medicina y Cin 1 de 1842 ; Corres
diente de las de Madrid. Granada, Cádiz, Barcelona, Zaragoza, Va-
lencia y Valladolid ; Numerario Buenas Leí :11a y
Preeminente d la misma en i^-i'i; Miembro de la Junta I
lo con la Medalla de
Bailen, < >nz del Sitio de Sevilla y de Kal>el la ■<• edad ya
avanzada, aún ejercía, en ir88i, viviendo en la calle Teodosio, 51.
Jiménez (Pedro ó un trituv
.■1 el sermón sobre la Verdad ■■■
la ( • • ejemplar im-
JlMl ' RITE v A.-..:> 1 •;■ \ I VlfBKOS
te de la menta
1806): Recibió el batí -•• inhumó en la parroquia de San re-
dro. Fué" Catedrático de Prima y módico del Hospital de San !
ro¡ Presidente de la Peal Sociedad de Medicina, de epide-
mias del remo de Sevilla-. Gao Ira en el
Real Estudio de Medicina de V . dejo para voh
"a. Adema 3 de udez
Moi l el Vrchivo de la Academia y el ti-
la. Tradujo la Phiiosofhie ctimque de
da> por el señor II. Mbrejón llevan ! •
guiantes encabezamientos-: De la 1 nilUr
U estaiilei in-.ient,, y cui Vbril 1 77«> > : />«■ las inflom
■el Omento, mod Dei
método más arreglado dé febriles en las puerpe-
ovíembre 1; ■ >s en Setñl
ser tan frecuente 1 orno en
utilidades que la Química pueó < ■• .1 la Medü na (11
viembre 17^1): exponiendo las causas de tos nimios sudores en tas
enfermedades. <•, . ■ „ y „;t,(j,
252 Vil. A V OBRAS
(/íij-v septenos y s¡ p
las utilidades verdaderas que la Química puede comunicar
1 5 Marzo 1787 1 Si el n
giten, y po ente piden distinta curación (4 1 >uit-ti
¡lio, v las ■/. ka enfermedades que continúan ha¡
¡ . Disertación político-médica de las regias que
te presentes en el examen Je comestibles (sin fecha);
ñones sobre varias teorías médicas (30 Octubre de
incluida on d [1* m titula: /'<•/ mío y ofawo de las
Sangrías en las ti males 1 17;
JlMi ■ '.-I II- (BoNIFACN
l.iija: \in.. ;i estudiar a Sevilla; contrajo matrimonio con 1 >." Ma-
güita y Rui/ y falleció muy an
<U- i-iji. Fué ¡«Tii satírico j •
Colegio de Santo /'amas.
más de las Disertaciones que cita I'
van en d Vrohivo quince mas, algunas interesan)
tismo, asi mineral como animal, cuyas aplicaciones presenta Sus
títulos son / tu ./ liguas termas de Sevilla y ¡a necesidad que hay de
volverlas <i poner en práctica, para beneficio ilc la salud publ¡< .1
Octubre 1766); Examen phisico theol Monstruo human
cipite. que nació en Sevilla el día I año Pasad
■ Mayo 'Ir 1768); Del mecanismo con que /. ene-
quitan la ;¡ila (27 Octubre de 1779 -.- la
recolección y reposición del trigo para su mas segura \ lat
1; i 10 < tetubre de 1780); De los errores <: fre la dieta
de las enfermedades agudos y utilidad de la tenuísima 1 18
1781 i: Del meconismo can que st exeeutan la risa y el llantii (3] 1 »>
tubre de 17S11: Si las estaciones dilatadas trias v secas contraindi-
quen el uso de los vesicantes 1 18 \l>ril de 1782) . De la formación de la
Alóla, manifestando las señales menos equivocadas de su existencia
( 3 Abril de 1783); De los errores que se {■■■■
chas po> extinción 1 1¡ Noviembre <!<• 1783)! Del uso de las Cotilla*
con respe, lo a ¡a salud pública Uu Vl>ril de [784); Del '
qu, Hipócrates administró ¡a leche, y si es adaptable ,1 nuestro tiem-
po v país 1 bre de 1784); / er la pane
de la respira, u<n 17 Abril <l< 1785); /'<•/ NM
tismo animal, v / ,. en algunas enfermedades, ata
minio de aplicación (29 N'oviembne <!<• 1786): Por que la picha unan
I>L DON JOSÉ II.* 253
es remedio en algunos dolores, y si hay señal precisa que <lirij,¡ para
la aplicación de este tópico y no de otro < 1 f » Mayo de 1787) ; El lugar
de Hipócrates, libró de aere oquis, el loe. seet. I. v. 175. Ai eiiim mcii-
tiuutitr nomines propter imperitiam (20 Noviembre de [788), e Ins-
trucciones prácticas pura servir en los Reales Hospitales de San ¡.aca-
ro [ \ Junio de 1789). En el índice de Memorias extraviadas de !;t Real
Sociedad de Medicina de Sevilla, figura: De la Electricidad (en octa-
no) Reflexiones físico médicas acompañadas de varios expe-
rimentos en la Medicina que muestran lo útil y lo inútil de la electrici-
dad para curar Perlesías ( 1771 ): Nuevos progresos del Sttblimado cu.
rrosivo (Primera y segunda partes).
Juars (José:);- de Blanco en la Academia de Letras
I dimanas.
Ki-.y y Muñoz (Santiago). Matura! de Canarias, estudiante en
Sevilla, aficionado a la Filosofía Más larde fué hombre pdBti
Laborde y Navarro (Angéi 1. Hombre muy ilustrado, sirvió'
1 con la espada y la pluma. Dejó un Tratado de 1
fia matemática (Santiago, r s 1 4 > . y Ejercicio del salde (Habana,
1832). Falleció en 1834.
Larrumbide (Eugenio). Na ió en Sevilla y llegó a ma
d<> de la Audiencia. Figura declarando como fiscal oidor en la
misión de Acta- de Nobleza de Godoy. Kra más joven que l'.la
ingresó en Buenas Letras el ti Octubre [820.
1 1 mi • l'i Mira! de v ¡bió el ( > ri-
gen de la Iglesia < 1793) y sobre el Origen de la Fábula 1 1;
LÓPBZ (JoAQi ÍN), Poeta sevillano que, antes <le nacer I
halna ya impreso muchas com festivas.
López (Ji ■ del Rey. Recil Letras
de 1781.
López (Mm.i el). -Natural de Sevilla. Profesó en
nucho talento > erudición, acompañados de caí
irtrico, llega is al punto de predi ^r sermones en
■11 la epidemia de l8< ... una Me-
moria sobre la Caridad y la Limosna (Madrid, 1784), qae le valió
el til ció de mérito de la Real Sociedad Económica de Ma-
drid, v un sermón d<- exequias,
La b
de Marzo de Í778 1 n 1 ¡n*
2)4
\bril
i vid ■
LÓPEZ DE i: i ÍN (JOSÉ).- -Lili"
i etras I turnaras, I _-< ril>¡.. Hit
I'm.m a i \ ■
..
to» xción familiar y Lon<
]>ul>!; ida dos .años .antes de íumuert
mar.-e que
tkuatro perpetuo y Alguacil ma
787.
I jos \ tampocu imp
que la pregunta «lo B D. Joaquín de I
familiar <lo la Inquisición, que salió en la |
para celebrar el restablecimiento dd S
de iNi 1.
Luquj (Juan G vbri i i Présbita
de Sextilio rlena, poema épico (Sevilla, 18
-
M \i ORES 1 I OM ■ >.r la Uni
Sevilla, Capellán real, Catedráti»
oorario <
gún nota que h<
*i!la y Magistral dd Salvador. Honorario >K' Bt
ibre de t8
S ns Mot . ovilla
5ep( •iu1>;\- de 1;
quia del Saj
chiller en la Universidad en 17Í I Bachillerato <!•
i-n [788.I 1790 y el D i tes
emp<
I para una media nrción vacante, j
benda en 1796; en 22 de Enero di 180.2 se le nombn por
DE DON |OSI M.' BLANCO V CRESPO 2?5
Real cédula y tomó p -■ de May.» del ; en 30 de
Marzo de 1802 fué elegido Leí toral entre diez opositores ; a tí
le nombró Examinador Sinodal del Arzobispado y del Obispado de
iga; en 23 de Octubre de [825, Caballero Capellán de la Real
Maestranza de Sevilla; en [826, Rector de la Universidad; en 1831,
correspondiente de la Real taademia d<_ la Historia; en 1834, Subde-
legado Castrense; en 1836, Deán del < 'al>ild<> y boi 1 de!
toel 12 de \gosto del mismo año ; en 1837, Visitador de Monjas.
>. publicó unas circulares relativas a la ocupación de
bien» >as, lo que le valió el destierro a Canarias, y en
1838, Vuditor honorario del Tribunal de la Rota. Falleció el <> de
Septiembre de [784 v recibió sepultura en el cementerio de Sai
bastían. En [868 se trasladaron sus restos a la capilla de la Lian;
la Sania Iglesia Catedral. Fué también Caballero de < arlws 111. del
l. v Obispo electo de Tarazona. La Real Maestranza
mandó imprimir el Elogio fúnebre de la Reina /'." Marta Josefa .Una-
lia iie Sajonia, pronunciado por 1 >. Nicolás Maestre en la- exequias
celebradas el 30 de Jodio de 1829 en la igle jiña Angelorum.
También se imprimió en el número 4. correspondiente al martes
Febrero de 1810 1 pronunciado en la Catedral ol 4 del
mismo mes > año al recibir al rej
:\l.\i i \Mi' \ R. I*. Fr. JOSl de la
Real de Medicina. Dejó un discu en el Arch
Si es licito al inedia prescribir cama medicina a las consortes el uso
del derecho conyugal 1 i<> de Abril de
M \i.i hipo (Manuel Timoteo illa, en la colla-
<0 ja iteban, el -'4 de Rúen, de 171.4: profesó en la '
< ¡ranile de San Franí ' ruardián de su conventa; en 1809» Co-
1 ¡enera! de 1 ■ • — Santos I i ¡enera] de
la < )rden en todos 1.-- reinos de 1 erudición de la Real
de M . disertación de moral médica s< 'l>re la
licitud de recomenda la áseten-
os (14 Mayo 1
M \i.\ \i 1 \ (JosI ' Hombre muy cu tdemia
de Letras Huma tudió en Sevilla y se licenci
M \ia \('i-..\ (Josi Antonio)
Ha j tomó d grado de Bachilleí ia el 1785
Mármol (Ignacio Mar!/ Natural de Sevilla
de 1 792. Tomó p >ses •
ion número 16 en 11 de Mayo de [807, y de la ' aii mjía núme-
ro i'», para que mh- elegido poi ■ de [824.
■
una tesis ilc doii Ignacio titulada Aiwnotiam oxigo mqitisiia Bruto-
ruin anima in examet o Maii. /;
tttm, ¡ renta Red, B r
\l 11 1833 testó ante el notario I >. Fernando G
_S !,• Noviembre de
Mármol ijrw del) Peritísima constructor <K- Claves, lia-
ra 1779 inventó on Clave grande en que reunió pitan
no ejecutada lia-ta entonces ni en España "i Fuera de ella
invento le concedió el Rej una pensión vitalicia
realiza con fortuna. Nació en Sevilla el ai 1 fines dd •
ntó a los reyes un ni*
M iRMOl I M \\i i;|. \| DI I I a >,• ..
ís sobradamente
\l \i • ' ■! MA (1 >IBGO J|
Enero de [767 j fallí - de Dicieml l de
VIetropoHtana de Sevilla.
M mrri « < íaviri \ (Justino i— Se I
biografía han escrito ya Vázquez Ruiz, « . . 1 1 i Lassaletta
Martín Navarro (-Marcelini IW-
1
-
MARTINÓN \ lil I I I! VKIOi
is el 8 de ' Si 5
ini (Juan Bai e Me-
Los hisl
ro-.i^ monografías que dej< VI . vn, 33 ¡eniff
por italiano; pero su i, lo
dipul llano. I >oi 1 tna de I >. J
ble que tal<
Mi din \ 1 M w 1 1 I'k \\i
en la
de Febrero de 1H17
I 6 de V •
■
que 1
ilc J
DE DON JOSÉ M." BLANXO Y CRESPO 2?7
siguientes notas: Medios para sujetar el hombre viejo a el Espíritu:
sacados de algunos capítulos de la Teología Mística del padre Migud
Godínez, de la Compañía de Jesús. Con el ejercicio de las cinco tres
Marías en memoria de las cinco letras que componen su dulcísimo
Nombre. Con Licencia: Sevilla (Imprenta de ('aro. [815). Te ofrece
esta devoción y lo «lemas expuesto un indigno Sacerdote esclavo <le
Alaria. <|tie es M I M. in X. ", de 48 págs. Relación de los estragos que
ha //«-e/i < la Secta Jansenística entre ¡os Teólogos, Sacerdotes y Re-
ligiosos de Italia, in 4." Memorias breves de alíjanos sujetos de la
que fué provincia de la Compañía Je Jesús, de . Indaliuía. y lian muer-
to en el destierro, in 4." Defensa del hiten nombre de la Compañía de
Jesús contra Lis calumnias que se dicen y escriben contra ella por sus
enemigas, in 4."
MejIa Carbeto (Pedro). — Jurisconsulto sevillano, de quien s«
conservan (impresas dos notables alegaciones en pleito sobre |>erte-
nencias de jurisdicción.
Mejía Huertas (Josí I.- -Químico y socio de la Real de Mediei-
ik(. donde se guardan tres disertaciones, no conocidas por llernátv-
de/ Morejón, sobre efl cultivo de la Química (6 779)i sobre
el álcali volátil (27 Abril 17S01 y sobre d láudano (23 Mayo 17X1 1.
M111 ro (José M.*).— Poeta satírico, autor de l-a noche terrible o
¡nes ile Lastro, antii tragedia original en menos de cinco ac*
parodia de la tragedia compuesta |m>i- 1). Juan M. Rodríguez.
Mena y Fariñas (Alonso). — Renombrado jurisconsulto, autor
de un Manifiesto político legal (1780) relativo al término judicial
ile Mena/u/a.
Mendicuti (Juan N.i. — Distinguido literato sevillano, autor de
una disertación, Relación de la poesía con el ingenio 1 1;
M en dieta (Juan X.i. — Académico de Letras Huma
Mi tDOZA \ I spinosa (Fnancis 5 doctoró en 17X1
cribió V oficias de los Carmelitas calzados naturales de Sevilla. .
Merchán (Fr. Man Justino, Regente de Estudios en
el ' olegio de San ^casio, establecido en la actual ('asa de Cotí
y recibido en Buenas Letras d 10 de Diciembre de ij
Mk.i i i Poní i. (Juan Antonio). — [lustrado sacerdote nacido en
de ( ¡uadaira el
Moi 1 ro \ Borgios (Tomás) Recibido en Buenas Letras d jo
de Octubre de 1793. Dejó una monografía • De*
creíales ati ¡buida
Molina 1 en la época de su entrada en
. Letras, que se verificó d 23 de Septiembre de 1791.
MONSALVI • l'i DR JeSUÍ de 1«>S
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invalida la meia
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Muí;
los Paje ¡del Rey, I >iput¡
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Públi
Cení
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Sevilla el i
.1 Si nlla
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DEDO! »5g
de Letras Humanas. Se graduó ¡fía en 17^4 y es-
cribió sobre la Protección ¡le! legislador a los Letras.
Mozo p¿E Rosales (Bernardo), enarques de Matatlorida.— Xa-
tnral de Sevilla, según ceza su expediente personal ; se licenció en Le-
en la Universidad de su patria el i<> de Mayo <le 17N1. Fué ele-
gido Diputado a la deccióti del 16 de Agosto de 1813
méritos lo elevaron al Ministerio <le < ¡racia y Justicia, que desempeñó
con reconocido acierto y falleció en 1832;
Muñoz (Diego). Doctoren Leyes y Maestro en ^rtes de la Unir
versidad <lc Sevilla. Supernumerario de Buenas
Mi ñqz i Justo). -- Doctor en Li e Historia Natu-
ral en el ' Colegio de San Antonio de Sevilla. Juez de hechos, Secreta-
rio de la !' mica. Primer Botánico del Ejército y honorario
de Buenas Letras en 2 de Mar/o de 1821» En la sesión de! 7 de Mayo
de 1830 leyó instrucción sobre la lactancia artificial, con algunas xe-
glas para la crianxa de los niños en su primero edad.
Miño/ Axvárez (Agustín). — No hay necesidad d<
la \iila v obras de este eximio humanista «villai
de t< dactó la inscripción sepulcral <le IHo-
n'dalilanca. ouyos restos se inhumaron en la Catedral de S< villa.
Muñoz del Castillo (Ji vn José).— Preceptor de la Calzeta,
collación de San Pejdro. Na 1 Sevilla, graduandos
en 1767. Publicó un opúsculo refutando d de da
Muñoz \K:i'v/
Mi .ño/ 1 I )i:i...\i.o (Ji recibido c:
ñas I «tras el 2 «le Julio de 1798
Murta y Guisado (José M."), te quien tan
ticia suministra Mam I bautismo en la parroquia
de Onuiium Sanctoruni. !'iu- Catedrática de la Universidad, úll
ü del Saní' ■ mente al Santo I li<-
de los franceses, y. p empre en
1 ¡ón con M onde <lel Águila, ins-
ido i«>r el un tratado sobre' la
I >i;i>ii<Iotl de Jesu lia, [828).
X vi. ai I BARTOJ ovo
Navarro (Jacobo Vicenti Poeta precoz, abandonó las nui-
or las armas y. tennii sus aficiones lil
1 >i" a la tt .día en cinco acto- . Imor \ amistad unidos
1824), no im-
¡111 volumen las i> • Se* i-
lla, 18;
200 VIDA Y <>BRAS
Nieto de Pina (Cris Ejerció la Medicina en H
la Real; se trasladó a Sevilla, en cuya Universidad ltal>ía estudiado, y
fué elegido Vicepresidente de la Real Sociedad de Medicina, dejando,
adema- de las disertaciones mencionadas j>«>r II. Morejón, otras ma-
chas que ■<• conservan mannscritas en el Arcan rporación.
Ignoramos cuándo falleció, mas, portas Fechas de las Memorias, se ve
«pie debió alcanzar al menos los últimos años «leí siglo xvm.
Nostench (José), — Medico contemporáneo <le Blanco, N
consta si tuvo amistad con él, y únioamente 1'» consignamos ]>>>r aer
abuelo de la insigne • ña Blanca de los Rl • le la
mentalidad femenina española. Era catalán, natural de Arbós, y ciru-
jano supernumerario «le la Real Sociedad dfc Mol. ciña. Dejó una Me-
moria titulada Tentativa para «•/ recibimiento para una plaza de
< i.( Ma\. ■ t8i8) y otra -obre Las causas </<• las fístulas, cdn l<i terapéu-
tica getu rol que les contiene, manifestando al mismo tiempo que las
callosidades que las acompañan ¡leben mirarse comúnmente como
efecto, y un como causa. ílr la dicha enfermedad < 10 Febrero iv
Nuñez v Día/ (Francisco).— Las noticias -Ir este gran
►-C hallan en todos |<>, dncunarí >s b de Histo-
ria literaria.
(iiiiiiui -> \i.\i-. (Lopb).— -En la nota de la página 85 hemos dado
amplia noticia «le este caballero Referiremos aqui un episodio de *u
actuación como Alférez Mfeyor <lc la titulad. \l entrar en España
Fernando Vil j publicarse el indigno Manifiesto <lel monarca, los
serviles «le Sevilla, excitados por tribunos absolutistas apostados en
(1 café de la calle de Genova, irrumpieron con desaforados alaridos,
vitoreando al rey en la plaza «le la Constitución, trajeron '
«leí teatro, interrumpiendo la representación «le /■'/ nejo v la
arrancaron y casi pulverizaron la lápida «le mármol en que se leta
el nombre de la plaza, > un compacto grupo de realistas acudió al do-
micilio de l> Lope, obligándole a conducir al Vlyuntamiento el pen-
dón de la Ciudad, que el mismo don l>>«»e habrá tremolado por
la publicación solemne <l< la Constitución de 1812 en la
• el -«i de agosto del referido año Vquel dia
se impuso la inmunda plebe que; al to de ¡Viva Fernan-
do j bando!, había de escribir páginas sangrientas, rema-
tadas año-, más tarde con la explosión del edificio de la Inquisición.
II mismo histórico [tendón entregó D Pascual, li( i< > d
Lope, pan l.i una de D.' Isabel II l-.l 1 «1«- Diciembre «l«' 1843
una < omisión del Munñ •■ 1 r la
venerable insignia j tremolarla en los tres tablados erigidos pa
DE ]>"N JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 261
ceremonia en la plaza de San Francisco, en la puerta de la Catedral
y en el Patio de Banderas del Regio Alcázar.
Obi huela y Morales (Francisco). -Presbítero de Paterna del
po 1 1 7 5 f > - 1 s _• _• 1. Em el libro i-' de Bautismos, í<»li- > _; 1 3. de la
«expresada villa dice: "En once días del mes de Octubre de mili Sett.
Sinqu.u y Seis años 1* o el I'.' It. Li* < "amielita
• alzado con licencia de I>." Barthoíome Gómez Roldan thenieiv-
■ Cura en la igta Parroq.' del Sr. Sn. Harto.'»1 <k- esta \" illa
de Paterna Caimpo y Residente en el Hospital de la Sta. Misericor-
dia de dcha. Villa baptise solemnemente a francisco Antonio SakJh
dur hijo legitimo de Francisco Lorenzo Origuela y de Leonor de
Morales Gi su legitima muger (nació el <lia <liez <le dicho mes y añi
fué su padrino I). Antonio < tragúela todos vecinos de esta dicha Villa
a d qual advertí Copnacion Espiritual y Obligación de enseñar la Doc-
trina Chrisriana en fee d<- lo qual b firmé fho uut Supra. = I).11 Ilart."""
Gómez Roldan, — Fr. Lucas Palacios." Recibido en Buenas Letras
d j<> de Octubre de [781, leyó una Disertación latina sobre la comu-
nión de .huías en la noche de la Cena. Residió algunos añ< 1- en la capi-
tal y quiso morir en su pueblo natial, según confirma la siguiente parti-
da : " En primero de Abril de mil ochocientos veinte 1 dos se enterro
en la I.-' Parroq.1 del Sr. Sn. lian."1' de esta V.a de Paterna el cuerpo
cadáver de I'". Francisco Orlhuela Morales IVo se le hizo entierro
<le una Vigilia 1 dos Misas ' antad.1 con asistencia de seis Capp.'
inte Dn. Man.' SaJazardoi íee = Márquez."
Ordovás (Ji a.\ i.- -General de ejercito. Nació en Sevilla el
Redactó las ( Irdenanzas de Lngí [802 y vario, trabajo*
ráeos. Fué Comandante general de las Canarias. Falleció en iNoj.
Ordovás (Pablo).— Hermano menor de D. Juan y sevillano
también, nació en [762, fué Director Subinspector <le Ingenieros,
dejó trabajos científicos y dirigió y fomentó obras pubtocas de im-
portancia, Falleció el 23 de Enero de 1832, en Barcelona.
Obtu di /.' ñii.v v Garayo (Juan), marqués de Monte Fuer
te. — También relación de la familia de Blanco. Sujeto nut\ inteligen
te \ aplicado', natural de Sevilla, l'.n 177'» se imprimió una moro
fia suya titulada El flautín de moreras en Sevilla.
Oviedo (Francisco Javier i>f. i. — Nació y estudió en Se\ tila, de
cuyo [lusti fué individuo y Abogado de los Reales ' onse-
¡os. Desempeñó interinamente «1 la Universidad hispalense la <
dra <le Economía Política, se le nombro socio de méri le aquella
dad patriótica, a que tanto debe la cultura española j
había instituido li»s estudio! •• eos v literal
2Ó2 VIDA Y DURA?
-aiela de ' Mobles
¡bíú: Memoria a tito públit
tpoña, dirigida a la Junta Nacional (/<•/ mis-
'/ (Sevilla, iX-n I y Verdad de la AV
//(/im. i »tudio hifctórii
ndó y dirigió en Sevilla el ] I tufado El
Pueblo Español.
Falleció on su casa, calle •
doya), el 2
tras un lh
íli los 1
I * M M rÓS M M-AVEH
nmi )
ario latí fulla, 1
la non
\] \i w 1 k 1 |i w 1. I Cernía
Manifiesto que hace D. Jimn /',.-
• luna Joaquina Gerónimo
Pandi ro 1 \
Letra.- desde el -'-• de Mía
Medicina, donde queda una disertación I
obser
1
1775 :
3 1 «lo Julio
mares, retii
en la : 1 cálida ■
de Sevilla, \ adénuco de la Real de M<
diente de ti
\.K:¡
nénte facultatñ ira-
DE PO . |0 i M.:' I CR1 SPO 2'ji
bajos: ( uándo es único recurso en la retención baja </<• orina la
ración de la Paracentesis, con preferencia a < n tlquiera otra
r8i8) ; Si la inspección de un cadáver que se supone envenenado presta
lies suficientes para decidir ■ humoral a
ueiio sea la cansa ,'■ ntenóS que en él \bril
Í818); Sobre la conmoción del cerebro, distinguida del derramamiento
y curada prácticamente por un método teccional y sei/nro i i'> V
1820).
lia, < atedrá-
> en la Facultad de Medicina, correspondiente <lt.-l
Jardín B Madrid, exami . del
Real I'r. : . numerario de la Real Sociedad 'le Medicina.
Hernández M01 írtación suya
.Ipü a láWcnfermedades del pecho 1 1-
:huso de las sanarías (24 \bril
bre Lis causas q\ a en falsa o bastarda y en irre-
gular e incompU idera vacnt ■■ tas
peligros de la p ■ I nal entre los médicos I 29 May 1 1 v
la economía anima! y
ella prod:
libertad para los pue ' iembre ¡814
el m) <s en la física humana \obre
si las calenturas de las cárceles de Prmgle y airas in) enen
alguna ana <rbuto y solidaridad de esta indaga 1
nfertnedades ile referen- ia > 17 Diciembre 1 i
ril de 1821
la 1 rden de al andonar la
■
mejor dich .
•.nula \ MarrtridL lian
I
A< ad
.
tam-
1 ¡tramar.
VIDA V OBRAS
1 ). FraiK ¡seo Ro I sé j Manuel
una. toda la joven rntetectuaüda • ve-
nenó inolvidable maestro.
vk \ (Juajn | \ éase nota
Pérez (Antonio). — De la Humanas.
Pérez (Miguel). — Orad" Marchena,
la Orden Seráfica j fué Definid uial
Pérez Bravo (Diego). — Farmacéutico sevillano, que dejó una
monografía sobre la Calaguala y otra sobre ciertos purgantes.
Pérez Setabitano ("Nio en la Rea
sevillana en 1821. Leyó un Elogio <!>■ fas Buenos Letras.
1 \m 1 1 di 1. marqués «le Campo Santo. — N
villa el 16 de Abril de 1729, en la collación de S 1 pe-
ricia v bizarría se distinguió en nnu-|^> bélicos empeños Desempeñó
irgos >le Gobernador del Cuzco, Gobernador del ("alian ¡ •
mandante Genera] de Oran. Después de ascender a Teniente Gene-
ral en i7<»4. se retiró a Sevilla, donde trato a la más dástii
ciedad de la sangre y las letras, consagrando .1 obras benéficas 1"- úl-
timos años de su larga j gloriosa existencia.
Pin i \\»> (Josi | Ña 5w illa de li ("a-a de 1"- Marqueses
de Torrebl Fcsó en la Compañia de Jesús por lo que
rrado en [767 era idea detla Música del
Contrappunto 1 1794), obra muy notable. Falleció en su patria el 1 U-
( octubre de 1819.
que tuviera amistad
Blanco; perro entre incluirlo u omitirlo, herí • ■ por 1" prin
porque contemporáaieos los dos, liomb
di- la música, no olvidando la predilección de los VVhite |x>r la Compa-
ñía, 1" raro seria que n<> •*• hubiesen con
Pizarra (Francisco). — Natural <k Sevilla. Socio de la R
Medicina. Vdernás de la- cuatro monografías que menciona H. Mo-
rejón, dejó 1 tras dos, a lagrima] iré la
curación de llagas cancerosas. La primera se conserva en el Archivo
<K la Real Sociedad, la segunda figura en el índice de extraviadas
eli (Juan \n i"- intuía-
le ilustre familia, nació en Sevilla el [6 de V
de 1730. Siguió l.i carrera de la- aniñas, y, aficionado a
mostró predilección |»>r la 1 '¡|m-. la tragedia en ■
acti - Calahorra destruido, a que siguieron / átit ■ en cinco
El nuis patriota atidalut </ toma </<• Ltipsig,
\. \ La Pifio de los enamorados, cuadro dramáti
eyenda granadina I tirulos muestran el a
DE DON |OSÉ U* BLANCO Y CRESPO 2Ó5
le al elegir los asuntos, y respecto a la facilidad con que los
ponía para la escena y versificaba, Waste decir <|ue Fátima y Zaida
le ocupé cuarenta días y La toma de Leipzig se escribió en una semana.
Poní e de León y Franco (Francisco).— Abogado de Sevilla, de
qirien quedan algunas alegaciones impresas.
Pons (Gaspar de). — Hombre extravagante, natural de ValeiKia.
que estudió j ejerció la Medicina en Sevilla. Publicó dos libros", de
los que dice Hernández Morejón: "Ni aun debiera hacerse mérito
de los títulos de »brás de Pons; ral es el cúmulo de absurdos
y charlatanerías que contiene" (vii, 214).
Pi.-i 1 1 \ho 1 pRAN( ISCO). — Pintor laureado, natural de Sevilla, que
en 1789 publicó La Arcadia pictórico. Perteneció a muchas acade-
mias. Fue aclamado Pastor en la Vrcadia romana siendo aún muj
joven, Vcadéníico de mérito de San Fernando en 175.1. Secretariode
la Academia de Roma en 1762, Príncipe de la misma en 1771. Aca-
0 de mérito de la de Polonia en 1778.
Prieto v López (Pi dro). — -Natural de l-'.ciia. hijo de Pedro v
-tiana. doctorado en Teología por la Universidad hispa)
Dejo escrito: Sobre el poema épico, probando que el Qu
Rodrigo no lo son < ij<)A>- Sobre la Utilidad de la Historia (ídem), y
( 'osas notables </,* ¡ispaña ( 1 7<i; >.
I'i BRTO i LÓP1 '< -De la Academia de Letras Humanas.
Puimator í Budar i Félix). — Lhistnado sevillano, abogado de
los Reales Consejos y profeso de la \ eneraWe Orden Tercera de San
Francisco. Ein 1787 se retiro a la Cartuja de Sevilla, dónde profesó)
y después pasó a la de Cazaba, donde falleció el 13 <le Enero <le [808.
Imprimió en Valencia, de donde eran mi> padres, Compendio histó-
rico'de la vida del />'. Gaspar Bono, del orden de Mínimos 1 [787).
Qi 1 ntas y Zayas i M \m 1 1 de i \s). — Nació en Sevilla el 13 de
Marzo de i7.vs y recibió d bautismo en la parroquia del Sagrario.
Era lujo de 1 >. Francisco de la- Quentas j /aya- y Liñán y de doña
María Rosalía de Solís Quevedo y Rivera, que habían contraíd •
trimonio en la parroquial de la villa de ("antillana el -'<> de No
de 17-'-'; entró >le guardíainarina el 2 de Noviembre de 1754.
Navegó y se halló en Natalia- marítimas; pasó a la Secretaría de
!•• j del Despacho de la Marina en 20 de Mar/., de i-~~r
cendió .1 < Ificial mayor el 13 de Noviembre de 1784?; se le nombró
Secretario del Supremo Consejo de la Querrá d 8 de Mayo de
ascendió a o el 25 de Julio dil mismo año y a Brigadier en
25 de Enero de 17'M. > falleció en Madrkl el 4 de Enero di Í803,
Era Caballer de Santiago \ Vcadémico de la Peal de Buenas 1
* •
onnano menor de ' »
('antilla-ia i Se\ illa) el 4 de I '•
■
le Bachiller <.-n (
1 75-. I '<.■!
un Elogio del Rey d">i Fernando VI.
Tavo 1 ii"- hei
villa y bautizad
O. A do en la mis
«le , ; . 'ni.l eíl iS" «,. y I ) J(
do también en el
ral de
:•» un luní
la, j fué m ¡bid< • en :
lv NO
Se\ illa y. siendo mm
tras <-:i r6 <
Rein
de 1732 y -o lia
(Ir 1;
1 "
una
>
*
' ' '
-
on Hernández Morejón ni
Chinchilla, a saber: Del uso de las sangrías en las viruelas (g Mar-
zo 1803 1 ; Sobre la inteligencia del aforismo 62 del libro de Hipócra-
- Huero i - icntes metástasis de la pleuritis en Pulmo-
nía <3 Abril iN' orismo 2¡ del libro de Hipócrates (27
1) ; Sobre los daños <¡ue causan las lombrices en tos lactantes
y medios de corregirlos (13 Noviembre 1806); La congestión de una
fluxión habitual en el pulmón puede ensiderarse como causa di
sitira para tisis pulmonar i\2 Marzo 1807); Cuáles sean las unís
frecuentes enfermedades mercuriales y el mejor método de socorrer-
las (10 Man
Río Y Estradj cío). — Natural
villa. Fueron -n> padres I >. Lorenzo del Río Estrada I».' María
20 de Nov iembre de 1716
ite. Era clérigo de ' >rdeneí apellan nía
les en 1 ." de !
de i;'-r. jubilado en 14 d
! labia ing
r<»i Isidoro.
lia: recibió el bautismo en la parroquia Pedro, el -'4 de Enero
de 17-'-'. Era Alférez la Ciudad de Sevilla, Primer Tei
de Infante ro dej hábito de 5
En el servicio militar ascendió a ral, fué Wo del Prin-
de Ksturías (Fernando Vil de la ciudad
,■1" VI, < arlos 111 \ ■ < arl< « IV
[a familia d
\<iu< i Gl ZA! ;>
r <U-1 Juzgado militar. Se liceiK i e in-
ía Real v : íbre
rimer ayuntamiento por la Re-
Ri\ 1 ro de 1 \ ! iado del R
de \
S • • I.i. I de M
a la
■
I
ti el fndií
VIDA V OBI
.- figura "tra titulada Falacias que puede haber •
tnentos que se usan en los Tribunales y modo de evitarlas < i
Rodríuj • (Gregorio). — 'Presbítero, sevillano Honorario de Ja
emia <k- Buenas Letras desde el 22 de Diciembre de
Rodrígi 1./. (Juan M.'i. — liíj.. de Sevilla y vate precoz, se dio
en d Diario de Sevilla ]x>r algui bles,
en el t orreo Literario, publicó fábulas > el 2 de Junio de 1797 dio a la
escena La noche terrible o Inés ¡le Castro, imp illa en ej
mismo año.
RoDRÍr.t'c/ (Juan Sixto). — Cirujano de Sevilla, Honorario de la
Real Casa y de la Armada. Examinador primero de la Sub
del Protomedicato y Consiliario de la Real Sociedad de Medicina
II. M >reji •"■ 1 1 modo nueve dis<
►tes: Señales que dan a conocer la retención de la sangre mens-
trual en la cavidad del l 'tero y operaciones <¡tie se debe practicar para
su mejor éxito ( sin fecha 1 ; Si en la curación del <iol<ir ischiádrii o anti-
guo y rebelde debe preterirse el cauterio actual al potencial (30 I
ro 1766); De unos nuevos principios para mejorar el conocimict
curación de lo Talparia 14 Febrero 1 768 1 . Sobre el abuso de los medi-
camentos supurantes (4 Marzo 1779); '■ h<'r-
iiitis intestinales 1"'/ gangrenas y corolarios prácticos ¡le su cura-
ción (24 Febrero 1780); Si en el dolor ischiádico aun til el
cauterio y cuál deba preferirse (15 Marzo 1781); Del uso y abusa
1 digestivos en la curación de las úlceras i 13 Diciembre 1;
I'.n qué heridas de cabeza se hace precisa la operación del Trépano
(14 Marzo 1782); Carácter y diferencias </.- las Lupias y ».-,
más adecuados para extirparla. ,1 /,) parte que ocupo
Mayo 17N.M; Del método más seguro de socorrer los accideuU 1
S i]iie suelen causar abortos (6 Febrero 1 7S ^ 1 : Del método y
medio más seguro de socorrer los accidentes </;<<■ resultan dé pa
laboriosos (12 Junio 1783); c otnplicaciones en las ulceras sin\
mejor método curativo 1 i<> Noviembre 1785); De la heri, la pe-
tnlc de pecho con sangre extravasada y si </<•/■. tí su
reunión o conservarla abierta por algún tiempo (18 Mar
y /»<• las enfermedades quirúrgicos que pueden curarse con medica-
mentos puiamente tópicos (6 Noviembre 1800). Kúi m en
el índice de extrañadas las siguientes: Di la r?í la lacrimal
radical extirpación 1 17701: De /.>>
en que pueden v deben altrirse bis fontanela? con respe* to a las , •
medades que las motivan, previendo las cántelas 1 1 77 1 > : Sobre el abu-
so ¡le los medicamentos supurantes i^in fecha); De la Herma ¡le la
■1 urinaria { 17641: De qué n an lo,- ¡tumores que sobre.
DE DON JOSÉ «.' l-ESPO 269
vienen en las heridas grandes y llagas pravas y qué pronóstico debe
hacerse cuando aparecen aquéllos v cuál cuando no (sin fecha); Dül
garfotillo (1767); Del uso y abuso de los tópicos en las erisipelas
1 1768); De la Paronychia << PanáÜiio, de su peligro y remedio que
lo evite 1 17'x)); Del USO de los Canterios <¡enales y en qué casos chi-
rúrgicos sean remedio (sin fecha).
Rodríguez de la Barcena (Fran< isco de Sales). — Plació en
Sevilla; estadio en el 1 oiegio de Santo Tomás; fué < apellan del ReaJ
Colegio de San Telmo, y leyó el Discurso de Apertura en 21 de Fe-
brera de 1705 (impreso por Manuel Nicolás Vázquez en el mismo
año); Académico de la Real de Buenas Letras, donde fué recibido el
i'i de Marzo de 1787; Diputado en las Cortes de » ádiz; Socio
\<i>¿<<: consultor y revisor de la Real de Medicina, donde leyó varías
disertaciones, de las <|ue se conservan una. citada por II. Morejón,
Sobre la reserva que debe guardar el medico en los secretos que como
a tal se le confían (1817) y otra que no menciona, publicada en el
tomo XIX de las Memorias <le la Sociedad sobre las reglas que rigen
en el juicio de las curaciones milagrosas, y, en fin, Canónigo <le la
Catedral. El Filósofo Rancio le <liri^i.'> algunas Cartas.
Rodríguez de la Córdobeza i Antonio José). — Natural <le
l rtrera, rhédicq de < amara <le S. M. y Presidente! de la villa <le Utre-
ra. Estudió en Sevilla; se graduó en 1760, y en el mismo añ.> probó
el Bachillerato <le Medicina Fué socio <le la Real de Medicina, como
lo había sido su padre 1>. Vntonio Rodríguez de la Córdobeza,
natural de Vntequera y residente en Sevilla, donde desempeñó el
cargo <le enfermero mayor de 1"- venerables Sacerdotes. I)e D. An-
tonio queda una Demonstrado» médicopráctica sin tedia, y de su
hijo I >. \ntoiiio José otna, también ^in data, sobre El porqué, siendo
el regular domicilio de las lombrices el canal intestinal, comúnmente
producen picazón en /,; tUH
Rodríguez v García (Francisco).— Natural de Lebrija (Sevi-
lla); Bachiller en Teología; Maestro «le \ru-s y Latinidad en su
villa natal: recibido en Buenas I de May., de [803, y falle-
cido en Jerez de la Frontera el 29 <le Enero de 1859. Dejó dos d
•lire /:'/ Origen v las Causas de la corrupción de'.
to 1 [795)1 >' ",r:i sobre la Corrupción de la Oratoria .
Rodríguezm González (José] Doctor en Te itedrá-
«ofía en ' • la. Honorario
en 1 5 de Febrero ■!<• 1771.
Rodi lez (Jitan). De la Ajcademia de Letras Hu-
•
Rodi i Fía orarío de Buenas Leti
J70 VIDA ". OBJ
I
RODl Plíi
kial de Medicina, donde leyó, el -'4 de Octubre de 17* >s. una Mi
ria ■
c intci 1 curación.
Rodb 1 \ Rjber >. (José).
Veinticuatro de SeA illa ¡recio
<lc 1
1
• \ illa, que 1
■
.' Dr. /'../.
defensa de su honor y dere
del ( abitó
/</ // spaña del ■
francisco de I" I iarcía di ■ illa, 182,3
Utlll.
Rodríguez \ Rqmb bo (Makuej M m
bauli>in<> (
rulad /ij»i-
dtts ero... ¡psii
Rodb
■ hile en [81 j. Palle,
irantc la tr¡
Rodi
m l
la Ri ..
inero I. Vd<
na Hernández
• ,iri-
lia (31 i totubre 1805 1; ■■ ', ¡ten-
i
HF. iki\ IOSÉ H.* Bl ANCO V Cl 271
i 1 re 1806); Alteraciones que adquieren los humores untes de la calen-
tura amarilla (-*<; Octubre 1807); La teoría de la nutrición según los
últimos conocimiento ibre in<«/i: De h perspiracióti (21
iré 1813); Curación de la Rachitis 1 12 Diciembre [816); Sobre
el atrasa de la Medicina I 1816), y Reflexiones prácticas deducidas del
de una anasarca felizmente curada en el Establecimiento clínico
de esta ciudad (26 Noviembre 1X1 Si.
Rodríguez de Vera (José María).- Hermano del anterior, se-
villaní ibos hijos del Catedrático I >. Manuel \ntonio.
itro en \n de la Uní
(Jad a los treinta años; publicó Institutioncs Logicac (Sevilla, 17
de <ilu' tiró una nueva edición más extensa en [799. Había nacido en
Sevilla el 1759, en Octubre de 1800, víctima de la fiebre
: inteligencia y
•ua.
Rodríguez de Vera (Manuel ' '!••• • <le
la Mil capital ; se graduó
en [748 j fue Catedrático de Prima y socio de la Real de. Medicina,
parte muj
servan la- Reflexiones prácticas sobre la (¡nina
a censura que merecen los astringentes in-
troducidos en la Medicina (9 Marzq 1780); De • quie-
ren las leches regulan as con respecto a la diversidad de
v has ' '¡pe-
dimento p<¡ 'c ¡os vesicantes (n \bril 1
de las I 'fia
l
Roj \> (Míe i >e este ilustrad
villa:: número d<
s en que por sus cir-
• referible < tana a los á 'tales
(2 Ma t en
las Ínterin más
al de curar la a) tú 0 jla'.itlcuta » [8 Abi
-.-i ie ¡le emipteria en que e I >s los emolientes (14 I
vicml Señales </ <¡ /(J pnlmoi
uti-
lidad la tisis puhi nfir-
iturus nerviosas
que , ■ de la quii a \ en qu
viembre lí tturas intermitentes en qu:,
i~1 \\\>\ \ OBSAS
las preparaciones mercuriales se deben prescribir con la »»...
iunidod, dirigido a la curación radical y dífet
■s y circunstancias de las calenturas intermitentes en
que los febrífugos indígenas sean preferibles ¡¡ Ho
vien ' Hacer ver cuáles son las calenturas intermitentes en
íprozvche la sanaría y para SU ejecuc: t
en la accesión o fuera de esta I i i Marzo 1813); Cuáles s<
¡enturas periódicas en que por su naturaleza anómala y genio simula-
do (/<•/></ prescribirse la quina con preferencia a cualquier otro M
médi ro 1814); Reflexiones sobre la utilidad Je la inoculii-
ción de la sama para la curación de la tisis pulmonar, aun cu*
■ 10 provenga por la intr o pulsión de aquélla (J7 Abril 1815);
i' miles son las perlesías más frecuentes en Sevilla
la educación de la niñez 1 1817); La Barita y su virtud anties-
crofulosa 1 1817); Los c'sos de l.uc sifilítica, en que tenue.
seguridad el uso del sublimado en tos </.. ■ sin-
dicado 1 J7 Marzo [817); Cuáles son /<».»• d
Van actualmente en el bel: ¡encia del mal :.
íestidos (5 Marzo 1818); ¡arias reflexiones i
lógicos que se obsenvn de los excesos en la gula, deduciendo que la
sobriedad es su mejor correctivo (fcído e Vori «lo iv
Varias reflexiones prácticas dctnosi -es sean I ••
'ácticos para hacer saludables los lugares <*« que las intermi-
tentes dominan (29, Marzo de iv
Roldan (José M.' el -'4 <k-
de 1 — — i y fallecido e1 <> de Eneío >1<- 1828 La biografía d<
signe escritor y poeta, profundísimo teólogo" (Valmar), es sol
conoi
Romero (Francisco de r
cíente a la ««.mI Sociedad de Mi 1 encias. Dej
trabajos, no conocidas por los h •■ . guardad - chivo
',• la combinación de ■' n el met"
brt 1 X 1 _ ; i . Sulfato de antimonio y sus pr, -
ria analogía que parce,' presentan los más ■•
ara la curación de las enfermedades
< 17 Mal 1 - I ; ales sean las sales li 01
pueda luit c> uso la inedit in
embre 1814 propiedad leí al-
■>■ y de su anal
{2 Marzo 1815 principios y natura:
tal
principios y naturole
t - M.' BLAN< I 273
su tñrtud antiescrofulosa (13 Febrero 1817); Un paralelo anímico,
o juicio comparativo de los éteres tulfúric< . manifestando
si, atendida SU respectiva naturaleza, pueden ser indiferentes en el
uso médico (i_' <lc Febrero de 1818).
Rosa (José Jacinto de la). — Hombre de abundante literatura,
loen Buenas Letras el 20 de Febrero'de 17^4.
Ruiz Ramírez (Alfonso). — Licenciado y académico «le Buenas
Letras* donde ingresó el 16 de Enero de ijw;.
Ruiz Tornero (Miguel). — Cirujano de Artillería y soci • w
pemumerario de la Real de Medicina. Además de la serie de Memo-
ria-; que inserta Hernández Morejón y comprenden desde 1772 á
1791, dejó en el Archivo de la regia Corporación las ocho -siguientes:
Del método de sondar y preferencia de la punción de la vejiga por
el aparato lateral al anterior, en la supresión baja de la orina (21 Ene-
ra 177M 1 ; Del abuso de los vendajes compresivos en la curación de las
úlcera.; cavernosos, sinuosas y fistulosa.*, y SU utilidad en otras
enfermedades ( 27 Eneri > [780); Pelos daños auc pueden seguirse
a la retropulsión de la leche intentada con remedios reper
17S1 1: .1/ trrer las hernias entero,. des y necesidad de
la operación del Bubonocele en algunos casos (14 Febrero 17.S2 ):
Si las heridas grandes de estómago deben dedo lutamente
des 1 14 Abril 1785); Del modo de socorrer las accid
■rreit en las viruelas (30 Mar/... 1786); Del labio le-
porino y su curación i_m Febrero (788), y Singular n de
supresión baja de orina (26 Febrero 1789).
Saborido ■. Sousa (Manuel).— Ea miel de
Utrera. Nació en la dicha ciudad el 24 de Agosto de 1779 y se baur
aado su padrino su abuelo
5 .'illa ei T4
de ! :npa
>ii de un
por varios '•■<■ ' 'Julio
cihid. . en la k Letras < ubre
de 1797.
a de Letras
ñas.
SAN»
-
• calenv ras COtt .'.:.■ ' ;tivo
274 VIDA V 01
,.i (Nicolás). — natural
Profes ! '
. Parnaso < 1744
n tanto cinc. :x> querii
multiplicaban la¿ copias entre sus maumerabk
Sánchez Pascual (Juan). — Carmelita calzado, Prior de 1
grande de Sevilla. Examinador sinodal, socio de 1 de la
.
de 1793. Se conservan de él la
1 1 r en tiemf
peste (29 Mayo "V la clausura de las reHgiosas en lien
epidemia < -'-• M
procurar d aborto (io Diciembrí
no eclesiástico
r licito al méd*
intentar la muerte del hombre, aunq n
¡a Patria \' Religión I t8 Ma
cuarenta días sea sujeto capaz de
el médico puede sr obligado por las a ' de
una epidemia con el fin de 1
•. / ,1 Sanidad milagr <sa 1 10 Mayo 1821 1. Ni H. Morejón ni ( üiinchilla
de Med
villa
calle
|ue él se daba: " Impí
falte-
a misma industi ¡
la Pajei
. ó luán y
5 desapare
de 1 ugen
y uno de los I
mitabi
minar» de San Telmo y
DE DON JOSÉ M." KESPO 273
la Tabla de Lógarithmos y del Canon Trigonométrico de Senos, Tan-
gentes y Secantes Logarítmicas (ídem, id.), y 7 r •
theárica v práctica (ídem, 174') Fué tainhiéri don Juan académico de
la Real de Buenas Letra- tres disertaciones acerca de la
rafia y del interés que merece su estt a ¿obre las ven-
taja- que la Hrstoi is antiguas.
Falleció en 1757.
Volviendo a D. Joaquín, médico renombrado e individuo de nú-
merosas Corporaciones cientíi que imprii
en l8_>X, un Resumen de Anatomía, y leyó la> S disertiacio-
nes: De la visión y el sonido con reflexiones comparativas (9 Fe-
brero 1815); Utilidad de las sangrías en ciertas complicaciones que
sobrevienen a la fiebre escarlatina (30 Marzo 1815 I : Cuál es el >
remedio en las toses convulsivas de l
turalexa de la calentura 11 , según se presenta en este país,
y el mejor método para tu cu Enero 1817); Si conviene
practicar la pav : el vientre, asi en las hidr
■ empiesa a manifestarse
. fizar las circunstancias en que debe hacerse esta ope-
ración 1 17 Atwr lías los o)
r frecuencia que en tiempos anteriores, es ej
de! abuso del te. cafe y bebidas espi
todo suicidio su eos por en ■ leí entendi-
. Mar/... 1818), y Caracteres distintivos de la calentura
mucosa \ • más arreglado a la misma (3 Febrero
iSj,.
Rosario —Nació en Pilas (Sevilla")
ol 174.;. pr •;'<—■ en -. fué
tñngui
::co de
la Id
■
\ R I í N \ ' -
«1 bautism
de 1 ;
Anlí
vella (Anti diante
en Sei
tudial
■
n la Real de Mi
otras doce, no • • r II. Morejón ni Oiinchilla, desde 1800
.
Santander v Vili vndro). — C
el 17 de Junio de 1 '■ - 1
■
le nombró I
desempeñó v\ • )■ ■ [acá.
na y
9 i]iie
una di
. -
servan mu
1 \ Fr. Juan Nt pomuci -
■
¡iiera el Set ..' <->t honor del S
'sidra el Labra
1
! R. M \KI ,\
que. di
modo-.
■
S
k'i Rea
DE I" 277
Sóthlo (Joaquín M-*).— Alménense de nacimiento y sevillano de
corazón; nació en iy( I&34- Fué de I w ami-
gos más queridos de Blanco. Lista escribía de él: "Hombre de j
rectísimo, de guato* • ■ magistrado inte-
gérrímo. "
No sabem tjiás ciad míe Lista, Blanco y Re
o por condiciones de carácter, jamás
cartas carecen de esa efusiva expresión característica de la corres-
compañeros tan antiguos y leales. Para mués
damos una carta le S refe-
rida por lo breve.
'"Madrid 12 de
"Mi 1iíu-:i Amig al: Allá va un encargó para qu
lo evacué con tuda la brevedad que le sea posible. El año de 92 m
mi Padre en Sevilla, miento ante Andrade,
Mayor de Marina (que creo que es e y ante eJ
mismo se hicieron convencí >nalm.'c las Particiones que aul >rizó 1 V
sas el actúa)] Ministro desa Provincia :tam.,e un
desta Pai ti nester que me
[ue Andrade no querrá dai •'reto
del Juez, envío a V.c| mi firma en Mane.' - en '
i lo para que i imbre un Mem
a de \*.'' y espero que me '. i remi-
ie al mismo tiem¡x- d coste desl para
■
"1-J S.,r Lobo sigue bueno; y muy divent
lie visto ;>.r que lia ido a cien - muy
buenos ral ■'•• ¡tan entre
iredes de Maese Rodr
"Si ha llegado el S.r \ * que me escriva: pues ten-
go que hablar con d much
saber
"Al M
ne Zancas largas: y V.'1. ••• su
B. S. VI.
!XO.
"S.r IV 1
\ éase ad< • 47.
0 (M UCUEJ M
Humanidades di .neo.
e de mor:' Q¿K
para la tro iputa
t OHRAS
de exclav- mayores pod
<-dioú iina poe»::; ■
nicos.
(Ramón Juan). — Me S • de la Real de Medi-
cina. •
lesias de las partes in
.: (20
w cu-
■
Su bij
>e revalidó en Mi 1821.
t NÚÑEZ 1
... que fue"
la c\\<
■
- brillante, •
un de
'. indiscutiblemente I • Sevilla
cuan con
>a ]\r:r.. i
I .1 ..
\ au-
n del
F.l sueño de M e he>
v D, Prud
dri.i.
■
mpre
nobi;
. IE 1 v. — N.
tor t- tenas
V. BLAN( O Y CRESPO 279
i- el 1 7 5 «v - Hasta la última !i> >ra de •
mes literaria^ y ¡,u trato con la sociedad más ilustrada. l>eió un
Elogio fúnebre de la muy poderosa y esclarecida señora !>:' María
Magdalena Josefa Teresa Bárbara de Portugal, Reina de España y
o de D. Alonso Tostado, obispo de Avila. Por cas
i el Archivo Municipa
Valencia. "Libro die la Universidad de Gandía desde el
ano 1750 hasta 1759, sig.' g., f.' H."
TheoJogóa = Die V menlsis jnnii .
M. I I Ell mUj l\.'!" P.« Juan Ma
Compañía 'le Jesús, Doctor eti rheologia por autoridades
app." y real Rector y Canciller etc.. aviend
oclusiones y lecion <\- p >r.° el S.or Liz.do />.': SV-
bostian de la Texera y Rio bura! de Ja Ciu.d y Arzobispado
ib. _' Phósie Arist. 1 üap. 7. Et ex Lib. 3. niagr sent. dlst
[6, cuius tibulen 'rinir
el juramento, etc. le gradúa en Bachiller 1 fia y
nquam buenavontum,
.1, et nemáne discrepante. l)ái>i •
•
. er>itate. !' Joseph S
•
"l>it culla".
norio \ Herrera (José María). — Véase la nota pág. 99.
TrSANDIER (Antonio M.'i. — Xatura! de Sevilla. 1 .: ;
drárko de la Universidad de Sevilla.
nodal y Honorario d< Letras desde 11 de
Octubre de 1*820.
'" VR( ISO Cl KM I
lia, y Bachiller en Te- ' Universidad de su patria el 4 de
de 1793.
Torre (Jo r de la). — etras 1 lu-
,'dolalria.
Torri -Poeta qu . .1 la muerte
de la reina . /»//,:.' año.
TORRI
de 1785. Se le debe Eh
Tortris (Luis Fran< '- o Ingresó en la Re
782.
.mi") M.'i. — Pi .
1 [abría deja-
do más lucida e-tela en la mentalidad española -; su empeño en ser
s8o
poet.i
dad en algunas . no hubieras nublado el br
rito.
rte v Fernández de Lanj
gkia i'»:.
L'kh ' k i i ■ • - e licen-
. Jurisprud
la Real Junta >k- Comercio y Moneda j en 1813 la R
brc individuo >k la Junta de Hacienda y db la de M<
el Dictamen sobre lo utilidad o perjuicio de hu
irás '/. los alimentos, que se imprimí)
ai Ayuntamiento )x-r su Procurador Mayor D. Juan Manuel l'riur-
tua. hermano <k- I »
' entre d cond< el de Tillj
atribuyó
Valcákcel 'i Vargas (Alvaro). — N'atuí hantre
de Plasencia, Presidente del Tribunal de la Inquisición en Lie
Sevilla, Juez dd Tribunal de la •
marqués de Medina. Falleció «1 amanilla en la madn
del 5 de < letubre <k 18 '.hura en la
Valvidari — De la O :i Jerónimo,
Maestro en su Religión, \ Calificador del Santo O
Sevilla, residió much • '-'ego
Prior de su monasterio s, donde falleció
bre <k [826. Pertei 1 a la
ReaJ <U- i
de su lublicó El LibfroJ en < nturasdela
poni (Cádiz, 1814); el poema épico /.<) Iberia
Ma ■';■ /.(/ / 'ictoi
poética </<• /«i terrible inundación que > (S
■las polítit a
ció la musa 1
MiiMiun ¡ illa, Catedrático de prima de
ación de Santa María
■• dral. Kalleció la nochi
Dejí • latinas j •
gradas.
\ 1 . . \ •. \ '
en '
DE 1" 281
rario de B - >tieml>re de 1.S20. Escribió una
templo de
En el índice de extraviada- de la Real Sociedad d<
figura un - eru h'oión lian j:ies
• los siguientes temas : De las señales </"<" disinguen la.
dad es milagrosamente cumias, de las que lo son naturalmente ( ;;
y De la época en que comensaron a enterrarse en 5 las
cadáveres envistiónos, y cansas físicas con lamente puede
alterarse la común práctica (1773). Las fecha 'ir de
que amb e \ ega sean
v Tamariz (Pedro di i. — Hijo de Sevilla y Secretario del
Cabildo y Regimiento de la ciudad dn
edad muy avanzada, e ignoran) .argo tuvo rela-
ción con Blanco. ! de los ser: icios hechos por
la M. N. y M. L. ciudad de Se: illa á de ÍJ02 hasta fines
¡o muy interesante, y 1 .' ilus-
trisimo Cabildo y Ayuntamiento de la M. X. y M. /.. ciudad de Se-
villa en las funciones ordinarias y extraordinarias. Ambas obras m ere-
cien m ser publii - del Municipio eo 1791.
VelAzqi 1/ v Reyes (1 !:■••.■ tsco). — Natural de Sevilla, bachiller
en Medicina en 1798. S >cio de la Real de M ;aen
la calle de la Pajeria, hoy Zaragoza, minien, i_\ Adema- de la mono-
re vacuna y una observación, m> tndez
Morí ' uso
del régimen frío para la curación de la viruela, cuáles son las cireuns-
tancias en que esta práctica es dañosa, del
ribir el régimen cálido (4 Febrer denta-
ras adynámioas o pútridas es útil la d . - Febrero tí
Determinar en las diferentes y aun opuestas opiniones sobre la natu-
raleza ile la calentura puerperal, las máximas prácti
das Para su curación 11- Febrero 1814)
a de la Hidrofobia \ los a
Noviembre 1815): El mejor tratamicni
1816); Virtud presertativa de la vacuna 1 13 M.v
nes acerca de la naturaleza del escorbuto para dirigir coi:
curación i 19 Noviembre 1818
Vera v Li . hijo de I). Francisco
v 1) ' Jerónima : estudió en la universidad ■• lue-
go fi
El r de Junio de 1808
1 le entor-
iles militan
•
n:za
'¡;i y quedó encargado de I
cu-
■
al excelenti
■
el 31 <k- ;
d
Hen
iníer
(3 Ni Si 4 i; S'ccesidad de la
or la nía'
1
nutn
En la 11 de 1 K-
ciemb
1
H dt
el t\t
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 283
[814); Sobre la manía (ig Fuero» ifci 51 ; Sobre la vacuna Í2t) Knero
: Sobre las calenturas <jue se desarrollaron cu Sevilla desde
Mayo hasta Octubre de 1817 (g Abril [8l8), y Sobre los síntomas
de la fiebre amarilla (24 Febrero [8:
Vidart (Pedro). — Socio anatómico de la Real de Medicina y
Cien de una Censura a la Disertación anatótnico-chirúr-
r práctica de D, Carlos .-Iguilar y Galeote; de una Memoria sobre
Les errores que se cometen en los partos difíciles y método que se
■ observar para precaverlos (1 Febrero 1781 I, y otra Sobre la
Paracentesis del pecho, señales de su necesidad y modo de execir
tarla (15 Noviembre 17N1 I.
Zambrana (Juan). — De la Academia de Letra? Humanas, donde
en el año 1797, tres disertaciones sbbre los tres temas siguien-
te-: I. a Ley del Gusto en las Artes, La existencia de Dios. El estilo
sublime y sus 'i-icios.
Zambrano v Goizueta (Lorenzo). — Gaditano. Estudió l
gía en Sevilla, perteneció al orden de los minimos de San Fraii'
Lector jubilado y Corrector de su Colegio de San Francisco de Paula,
■■■ir de la Real Sociedad de Medicina y Ciencia?.
Hernández Morejón cita m ■ Zambrano Sobre si es lícito
al medico separarse del común sentir de los autores (1784); pe:
"ió las tre.» rrección de las Coloquintidas de
que se hace mención en el libro cuarto de los Reyes, capitulo cuatro.
por medio de la harina, fué milagrosa (28 Muy 1 [783); F.n qué se
distinguen los éxtasis espiritua insultos catalcpticos (30
. ' 1788), y Si el dispensa, '.o para ■',• usar la i!e to-
'S animales sin faltar al precepto de ¡a abstinencia (7 Mayo 1789).
Zapai \ (Carlos José). — Natural de Alcalá de Guadaira, Bachiller
iediciua por la Universidad de Sevilla en [773 y BiMiote
de la Real Sociedad de Medicina y Ciencias. Hernández Mi
cita las monogí 1 e la cederá y sus perjuicios y Sobre las san-
cuatro siguientes: De />k cautelas que
ben observarse en el uso interno y externo de los medicament.
fuminos ( u Mayo r 77< > > : Supuesta la utilidad de las ciencias auxilia-
res en el estudio de la Mc<!i< nía. los justos limites que en ella se
■ ompatible co¡¡ s medicamentos mercuriales {22 Abril
5t las aguas de los rí 'y en sus inundaciones tienen alg.
icios para el uso interno externo de ellas, cuáles sean y •
'■ Mu :1 1 •
LIBRO SEGUNDO
OBRAS DE DON JOSÉ MARÍA BLANCO
SECCIÓN PRIMERA
OBRAS ESPAÑOLAS
§ 1°
DEL JUE-
A i KDJZ.=Inéd
En ;
rqtue
-
["¡era
Hom et epu-
■
que
que '
■
■
ster era un rem<
En
■
que I
de el
rideb i iue-
fundi lia la
•
I del
■
DE DON JOSÉ M." BLANCl 289
puede hacer felices ó infelices i En el Rico ik> hace no-
tar I. C. otra coca que una vida dada a I"- placeres. Homo (/iiidaví
crut Uves qui btduebaíur purpura ti bysso el epulabatur quotidie
splendide. Esta vida i perderlo. Mortuus est atitem ct di-
ves & sepultas est m inferno. I>>^ placer' ausa de nues-
tra peidicáón, y como tales deben ser huidos. Para hacer c-:<> el
Evangelio nos '-frece tres razones. I-a primera la vanidad de ■
■ es que » I en a alagar el cuerpo Iiiduebaiur etc. La
•da el lugar a donde nos conducen. Mortuus est untan et dives
& sepultus est in inferno. 1.a tercera la imposibilidad en que nos
ponen de usar de los medios de labrarnos por la Religión ufa. fe-
licidad.
Si Moysen et Prophel it: ñeque si quís ex mortuis
exerrit ore.
Si el hombre ti" estubien ;i me-
demostrar la vanidad de los placeres de la tie-
rra. Pero el Mundo y SUS seguí en esta verdad y no quie-
ren c«>ni'e>arla. Prueba de «pie los Móndanos conocen esto
con «pie buscan nuevos placeré-, es la quexa de un perpetuo
fin su mismo corazón. Uno mas veraz que todos
ellos iv >s ha dexado una oonfes
ntra los que se entregan a los p mon.
es. Cap. _'. Dixi egti in conde meo: Vadam et affluam deliciis
Bt vidi quod h nanitas. Magnificaví
. mea. xdrficavi mihi <I< >n Feci hort
eas cuncti i éxtruxi :nihi
iquarum m irrigarem sylvam lignorum germinantium,
sedi mcillas, multamque farrriliam habui: jumenta quoque
et mantos oviui fuerunt ante me ni Jeru-
salen u'hi argentum et aurum & mbstantJas regum,
¡aruni. crtmt octili nici, non
buf cor meiim quia omni
ts sum partan
inique me con\
, SU-
uihü
peni.,. tole.
.
■
290
rifa alma
men que <k-l
apa- • m tanto mas nos debiera afligir la i<l-
ma: - 'Ih.-. I'itli nihil pertntn
6 son pía- i
lácete erd
•
Vidi nihil permanert sub ¡
■
6 lo que i
■
hace que las i
tc^ qi \'(»i saturo
■
la causa del fastidio y ti
■
■
ilacer y la
habeiit, Ulitis autem homitu's,
Chris t M lindas fallii
quando i
ellos
qui ridetis nnn.
■
mas infdi
procuran
gima cosa aflige y desespera tam • al hombre • mgaño
quando el err n no tiene ya remedio. En esto me parece <|ue el San-
to Evangelio hace consistir la mayor ¡<ena del Rico en el lugar de
tonment'»-. Reflexionemos ~ >1»r«_- la* palabras. Este RAco mientras
vivió se consideró gozando de felicidad. )u7.\z<> -|ue Laza
desdichado pie apena: mena >u puerta. Per>
la maestra de la verdad, la muerte, y mudó la escena. ,
aste! El uno desnudo de aquel cuerpo en '|tie sufría es llevado
ewtr< Lngeles al se ■ de Abraham, oye Veni electa mea : : :
Jam sin'in hiems transiit imber ■ cessit. El otro ve desapa-
■ delante i •
infiernos. Mortuus est autent et • /■:--y et sepulfus est in in)
rrados sus "i'>* a la luz del dda se ve en una nueva
• ■ c; donde están los placeres? Aipenas vuelve en ai al/
hacia la región suprema y para su tormento se le presenta el
<le Vbraham (P tu titre las alma- dichosas que alH ve, una
o la de Lázaro. ¡Que d< unbiadas las
Elevons autent I in tonnentk vidit Abrah
Lazarum in sinu ejus. '""ti un clamor nacido <le *u infeliz -i-
tuacion pide socorro. Pater Abrahain miserere, tnei, & ntitte l
ruin ut mtingai extremum digiti stii in aqua, ut refrigeret linguatn
meatn quia erncior in hac flamma. Que ]>■'
mas sta de Abraham nen-
to Hijo le dice &.* Fili recordare quia recepisti bona in vita tv
Lasorus semUiter mala mine autem hic consolatur tu vero cruo
En esta respuesta está la causa dd mayor tormento ': letia-
dos. V los homl • -• ■ una de i
vida y luego ser consolad para ser ator-
mentados en irece
•• •
mundo, la pena les hará abrir
bland Onmis namqut
pruderu erit in paena (¡ni stuítus fuit in culpa: quia ibi cuín d
. aperil qu ... j¡fi]S
clausit |Q
■r in
flamma, Q las criaturas. ¿Que males? perder el cria
II Criadoi que es la bien, a cuyo amor propende nfa
alma
nos, No, le tice . Xbrahai
-te La ma
•iiam."" in:
292
num firmatum rst, ut h¡ voluni hinc transiré a
t ñeque huc inde transmeare. , '
erravimus .; : 10 veri
1. Ibi crit fletus et strtdor dentium.
amarguras causáis ¿quien os busca
lien los condenad |ue los ;■'
jaron, los pnkvaron de labí eterna
lad. La be I medio <lo alca «leí
cielo. Facite i'obis amicos <lo merccde iniquitatis, ut cuín
iatit rus in (eterna tabernáculo. P
insensible y <lur<>. 1." porque hecho ;i referirlo t'»l" a sá mismo
ñda <l<- I' >s demás 2
Cupiens saturan de micis qua eadeant </<• msiisi I nenio Mi
daba • . ilo
jar la^ lagrimas de la afliccn >n. Jm
• mío los pl;
de la
ti mas funesto es la oscuridad que c el alma,
salud \ la
de la Religró *i. El R¡
aumqi
los que vivían como el hab
Abraham. o te pater ut mittas cum i mci.
Hvbeo cnitn quinqué fratres m tcstetur MU ne ct if»si retiiani \n
locui rutn. A es
Propketas audiant i: • su-
Vo«, pater . Ibraitatn.
panitcniiam agent. Puede -
lllllÍ! I >ll
templar <l< esto lo te ■ lio.
C roo r
KESPO 1 .
capríi • le- dixera canio a Achaz Pete tibí signutn. li .
ran podido desear mas que el I • de un muerto resudttaida.
Pues esta la tuvieron y no i i creyeron. Lázaro resucitad
a de una gran muir''. I • niegan el mi'u.
Quid facimus dicen quia hic homo multa .u</iia facitf La respui
era natural. Creer en él. I '"1" lo contrario. Se determinan a la mayor
necedad. Piensan matar a Lázaro y a Jesu-4 "risto. t ogitaz'erunt et La-
sarum interficere. Tal es la ceguedad que inspiran la- pas
mentadas ]x>r los placeres. Tal es la ceguedad de nfos modfei
i<in¡>i( >-. Es a primer.! rna de adn rao»
<le tantos milagros ; en favor 'le la Re-
hubiera quien no la creyera i>or verdadera. Pero es mucho
el amor des de 1"- pía
!•".', vencerse, el abstraerse de los deleites de lo- sentidos es una i
tan llura para 1"- impios que no quieren desengañarle de la fa
dad de sus dogmas por :i" verse obligados a ser buenos crisl .
Por esto no bus an la verdad de buena té. y iv> queriendo hall
jamas se encuentra. Exemplo de David después de • N'e
|ue un Profeta le haga conocer su delito,
do como d i >. la pena 1"- haga pru
quanid. > -u desgracia le- haga abrir los ojos verán el orig<
i htbdad. Pasos de un joven dado a 1 •- vicios. Remordú
>tracci< ii de gracias. I mere- en contra de !;i inda
icipios. Vanidad \ orgullo. ¿Como puede la verdad
a 1 ■- ojos de «no que indudablem.,e se hace i ella?
§ 2°
■
i] i ii
no ha piar <iu^ e' M1* i
Sevilla.
■
■ d misérrimo estado '1< i lite-
en las U tentó
can . • • tud de la
eriza el Prospecto re
lia Be dedi ir la
educadim pública en aquellas i ho y
a la ignorancia de una
cur^ • • •
i
¡m-
ira aliviar el malestar de
" El bajo Pueblo, que es <-l que i
incapaz <1<
df la - la hez de la hu
■
i
fjUC
vida y OBI i:m.'¡;un'covh: 295
ñatea pública en todos aquellos ramos que * ■laño
de estuí lección de los cuerpos luteranos
encargados en la instrucción de la Juventud/'
dera luego I tes resultados de las clases «le instruc-
ción primaria, y añade :
" En esta persuasión llevo Mienta
c<-n la mejora de los primeros estudios, trabajó incesantemente en
conocimento de las MaDemátscas.
En míos tiempos en que estas Ciencias se habían hecho uni
les en la Europa, la capital de tadaiu ía carecía de u .i clase en que
■
bajo la protección de la Sociedad, y los
excelentes profesores que en ella se han formado, bastar
..- el Cuerpo be uyos cuidado- debieron su ¡>-
instrv
Indica la- ventajas del eí las Matemáticas, desdeñado
■.•1 resto de la- pne • r< «11
las Ciencias", el cual limitaba el saber y la instrucoio
una cursado
Universidades, ' '.ule- de aquella época se
'...■rada ele 1 ■ -Me- y el
su- misterios sé hallaba condenado a las ri-
incia.
Cuerpos, depositarios del saber, apenas habian conservado
el t>- ado a -u custodia lo habían en riqu
nuevas adquisiciones Jurisprudencia y Medicina, era 1"
■ i- de lo- m¡
lie aquí la causa pieta ignorancia que reina en i..
1 en la mayoría del pueblo e
ñ"l : "Quando -■
|uirir una instrucción apreciante,
rió que no !o<|. ■ itiles teniai
ñalad defectos del plan de
estudi< -. " X" había dase á* i
alguna enseñanza que ilusl
i'in de la 1 truc-
• ¡udad que tu
1 mc-
2l}6
I
r las ann -i- i la- letras? \.tm quando con un «
(|tic ii<> tendría mnch res, ipii-iera dar a su hijo un;.
. i
; V qué ■ < tenderían (fue le ei
lian quitado estos obstácul iudad. En ellas -■
ina instrucción útilísima para todos esl es. I
hombre dé qualquier esfera que haya frecuentado las
prot( ietiad tendrá#por ellas iim oh:
guirá con mucho
En ]»» 'le las generalidades, expone la necesidad de perfe»
todas laá Facultades humanas, del propósito de una ■
pleta, integral, que permita al ho • . se felizme
flivr - de la vida",
dad.
• qual 'I •
tívarse can prefi tucha necedad dudaí
bas merecen url i bles del
le quedara
imperfecta la edi i
Y pr •
rnedh i del Estudio di
el público ile U
artes aquella exactiru
que nace un recto ¡uici<>
dio en que aprendaí la Facultad de
tir. para que as .- pueden i
err-'- • la apariencia 'le mi raciocinio, sepan del nús-
ni'. modo distinguir la Belj s, '!«■ un tal-"
qué la ¡irrita. Esto es 1" 'pie se llama Formai •
Tales son la- razones p'>r que la Real Sociedad -e ha determi-
nado a establecer la enseñanza metódica de las Humanidades, •
pletando asi el cuadi •
Excita la i utilidad 'leí es
tudio «le la- Bellas l cualquiera el destino que •
• actividad, •• bien se limite la aspira
fruta; la- ventajas ;>a:1i. -alan
merada
"I as lej es del n uni-
e fundado en la ra
•
I >i- aqui es que •
DE DON JOSÉ tí. 297
t.i'l ile su alma I libie que de
aunque mi ¿ento, en la- n .
luco."
ipleta la ¡dea sosteniendo que la misma m «ral se halla
fuera del alcance de la educación literaria.
Ksi la Sociedad se
conviene a t<*la ola-e de personas, j 1 de ello n
para i Humanada leí Latín.
Sei'ia de des» 5 los alumi "iteres
latinos en la ! ala pudieran coi
nales en la e los Griegos. Mas nó p >rque quien
kjas en el estudio de
Bellas Letras se ha <le apartar «le quien las ignore. ¿Le
taha para instruirse en 1
1 la- reglas partiiculaT< una? -;X •
dn'n: red acabadas obras que lian trabajado
modernos?
de un Homero y un Virgilio, tenemos quien iguale, <> tal
á un Demóstenes yá un Cicerón."
•ara la lira clásica <-<>n la da la razón <le exi-
el Francés en sustitución •!<•! Latín para la ("la-e de Hun
», pues la- mejores traducciones de I y la
-e hallan en francés. El conocimiento d<
estudio ':
grandes escrito)
1.a influencia entonces decisiva de la escuela fran ■
a Blanco <-l desarn >11 1 de los tidad
con el de la obra Batteux, que ei líos días la úl-
1 neníale- de la Poesía y la Elocuenf-
ic iones de Mil ' a antigua; el segundo, a
la especializa
l de Literatura,
cu la a de nuestro país y mereced >r de inmensa
• de una
científica, seria, de 1" que 1 • I Hitísima '
I
§ 3°
i imbne
pueblo 3
ma ;il l ■
- de una manera que
!lU-
n<> I:<
I
.1 les quei
debilidad y sufi
■
mi caso im¡>rr
a quien naid
■
■
ibuena la
i
i
y 1 1, A :£ÍP0 299
hombres ;m> impíos juntan sus fuerzas contra un Dios ( 1 /-
¡egerunt Pontífices ct Pharisai Consilium. La envidia y m.
¡fuerzo ni.!- ' -" que lia visto el
nacemo6? decían: este hombre hace muchos y portento» s
milagros: Si lo dejamos seguir asi. el pueblo todo creerá en él.
La ignorancia en fin guiada por 1"- bdos que los
nao >aca la más necia encda que ha conocido el error.
Vendrán los Romanos, continuarán, y destruirán nuestra Ciuda
nación. ¡Ah! como si el que con tantos milagros mostraba su m
Divina no hubiera \r dido librar a los que creyeran en él. Et venieni
Romani ct tollent nostrum locum ct gentcm. ;Pero á qué nos cansa-
qué podemos c-pcrar de un conoilk) cuyos principios son tan
- ¡Ah! una sentencia, cuya injusticia y maldad es el com-
plemento de la malicia humana y el borrón eterna de la Nación que
la dio. El ' le aquel aü • exclama
lene que muiera • e para que ro
perezca todo el Pueblo. Vos nescitis quidquom >tcc cvgitatis quia cx-
hcdit vobis nt unus homo moriatur pro populo ct non tota ¡/cus pereat.
t los Judíos han puesto en esta sentencia d colmo
maldad pero I'' ella la más glori a de su sabidu-
ría. . el que pronuncia la senten
e los hombres. Ante 1 'aba sellada en el seno inm<
ilo la Divinidad'. Antes del Mund 1 ya estaba pronunciada
1 el Pontífice Hebreo es sólo un nducto por d mde se anun-
■ 1 edención. No dijo de
Hpso non ilixit. I
vertirla en un e misericordia. I I
fesús había '!<■ n* »rir 1 Pueblo,
Pueblo, sino también al Mundo toda Cum tsset Poní
<:mii ¡Mus profhetauit, ¡C>h' alteza de la ciencia de
cifrad^ <• tencia que prorutncia el Pontífice Hel
blime <le la Sabiduría eterna. Expedit : : : ut unus h
nioriiitiir pro pe • ¡ah! que el hombre isiado nui >
se aviene bien berbia que u:\ Dios padezca y muera por
alud, y quiere medir á la Divinidad por su pequenez
k>, que la cruz de J. C. ' lalo i>ara
[ndios \ " •
l..s hambres
■
ved el err
' Jit ut unus ><•
3oo
■
Divina. Expt I
ella xpedil ut unas I
pulo.
teri • rjue ■ ■;• a anunciar a tus lides. Y
decer tan
i ." P
El misten > <k-
tid< • -.
llamados, Vcrbum enim
reimtibNs qtñdtm stult¡ti<! trm qui solví: fiutit.
/'<•/ -.•irtiis est. ii.' orinth. i \<> es H misterio de la * raz pai
hombres orgullosos, qne fií i ir el
ré, dice «.-1 misan
de los sab la prudei
del Mundo. Pcrdam sapientiam sapientum <•/ ptudtnricm |
reprobaba. Mas ¡ahí unció el ••
'ueblo que ¡w
•/ á aqndlos para (|uien I
abiduría de Dios. Ipsis outem ivcatis: : : Christum De¡
tiiii-m d Orí sapmttiatn. Asi es, Señores: la Crui < U- I. C es 1i
muestra de la Sabiduría Divin primer hombre ) dej<
la ruma <|ir- trajo sobre dad , \h!
nos atm,
1"n parpal • >rimer ]>ev
bte "i>it't-> abominable
.iK-.iM7.ir re
ninguna ci
lidó |H>r la hechuí manos, un
■:
dia ■ •
mi culpa
i
inraui |uedaba sin rom
DE H"N JOSÉ M.
301
luna infinita no hubiese, permítaseme decirlo, esf rzado su po-
der para libertarlo. Mas I
la rírtud y la sabiduría misma, de Dios, Christum ¡'ti Sapicntiatn.
ba irritado contra We hombres, y era preciso un medianero
¡•ara la reconciliación. ¡Ah! era preciso un medianero sin culpa, ni
lia, un medianero que tuviese parte en I
y <Ie los hombres. ¡Quien! quiei medianen oilie
a raza desdichada con un Dios enojado. ¡Oh sabiduría eterna!
los siglos estaba ya ; el remedio del hombre: El l'ni-
del Padre ha de ser.el medial i ■ hombre á un tieni-
¡«i. rogará por la naturaleza que ha tomado y - su in-
prensible soberanía. Hombre verdadero, y hombre en quiei
■ neutra mancha, será el objeto «le las complacencias del Padre
■mía el Mnn<lo. H! es el solo que n<: cometió pecado. Qui
atum non fecit. Y éi e¿ el solo ci os no pueden ser des-
¡ Misterio Soberano! Sabiduría infinita que n ■ pueden pe-
de 1"- hombres carnales. Pero pasa ñas adelante la
a en este misten . ¡O ' idiera pintaros el es
lado en que quedó la naturaleza humana después del pecado del
ir.er hombre, si yq pudiera haceros ver la malicia que encierra la
! Hvino, entonce pudierais
algún tanto el abismo de sabiduría que se oculta en la muerte
de J. C. 1 a que do pudierais o mprenderlo quedarais
admirados al c ntemplar su internúi indir
dad. Mas ¡obl que la lúa de la Fé i* le descu-
bran] Jos este Misterio. Esta luz hace ver un ser
t, infinito, todo a el enten-
dimiento al considerar tanta M.. , me-
cí Mundi mbre,
<|iie
lo cumple, él lo continuará en la
^a. I
iber? La
el Mundo
al querer divin . íus mandal que
le impuse su ha andato de I
i ¡Oh !
■
302
■
irla"'
Tu ■
-
al ii
■
I>¡\:
.i'i. alzad i
un 1 1
•
<!•> hecho hombre por el \
ilions sibi. \ t-it. ved
bre .
•
■
¡Oh! de la etern
Expedit : : ■ : ut imus I
¡ha, un h
homfa
u mis hottu
cfimifi
-
las sobrenaturales, \ si :
luz que le
DE D ■ 3o3
is niebla- de que Se hurlan. S
al •<!!• que la Divinidad unió asi tan estrechamente
inanidad (|ue las dos naturalezas no hicieron ma> que
na. ¿Cómo, dicen, tanta bajeza -pueda caber en un Dios? .;•
'• • tas? ¡Oh! si no cerráis
á la razón humana, -
parar á las bestias, mirad en i u
imperfecta de esta unri m. Un alma espiritual u
iierpo terreno, unida de modo que las cosas materiales le cau-
sen ;>]. lor, que es* - i vi y pe-
lera no causa espanto 9mo á los necios. .; v sen increíble que
la Divinidad una así una perfectísima humanidad, un alma ador-
nada de los di >ne- mas sublimes, y un cuerpo sin rug ha?
El alma humana está fiel todo depon erpo vü y mi-
serable, mas la Divinidad en i á la humanidad, ni
de de ella en l No hay bajeza, nó, en esl
admirable, y sól< ■ pu<
es. La voz de tod - 1"- hombres, la creencia universal de
que nada hay de increíble en esta Ui
eido i la Divinidad unida en algún modo
eron que h .
que ! anos, 1"- Jutíios, la
habitaba en su '•
eo el Vea. Si, e
hay quien
a I «ivinidad. y que ■
y maldades, .'i dudáis creer la altísima unión de la naturaleza Di-
vina con la humana?
la bondad de esl able de la
oléenme:" leza
ama. Delitia u., ■ filiis hominutn. Nosotros que hemos
llamados á su Iglesia para
la virtud y oí
Tpsis autem vocatis : : : < hristum Dti vúrtuh
■
villidad :
tad debe tener en ere ' os hombre p
l,.s !
I
• aquellas en qui
mas
-°4
cía ell< s.
8e su mayor grandeza
dad. ; Ali ! unir :a. la baj<
• lp i>r<-]ii.. de ■ bre, M- ■-• ■
omnipotencia cuando la nada obedeció sui
nti> admirable • Un
la -;iliul deJ lorir
• que muere por su voluntad, que na
i
te- el mundo, \n anuncia
sus Pi >fetas al Pueblo H< . <|ik- anun
muí ;■
■ scuchad, escuch
un Dios anuncia la muerte que ha d
■
lo futura l.n i un Aliel
is del Salvador
n el tiempo fel ido o •:> ius
ile. ; Ah ! con* ■ muesl
nituii mconi ut itrriuii siiiuiinnti raii;
del ingenio hun l'n
men( meo-
■
(Ji I ■
hijo
DE DON' JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 3o5
volver -us ojos hacia él. En su humildad extrema, será tenido por
el más despreciable de la tierra. ;.\h! ¡Señor! que él lleva sobre -i
nuestras enfermedades, y dolores, sotros, moca • . lo creímos
Haga/do de tu mano coma defincuente. Mas ¡Oh! que ha sido herido
por nuestras ¡iniquidades. Nosotros como errantes ovejas, hemos
do 9¡n guia ni pastor, y el Señor puso sobre sus hombros to-
dai nuestras maldades. Este Salvador es conducido al ara como un
manso cordero, pero conducido por su voluntad. Asi el Señor que
lo ha herida por 1"- pecados de su pueblo le sujetará á los más im-
los grandes del mundo se rendirán á su voz. Una numerosa
generación de escogidos -era el premio de SU acerba muerte. Ya. ya
06 cumplido, oh Fieles, el vaticinio. ;Os parece bajeza ver á.
ivn hombre despreciado por su pueblo, abominado le los sabios de
una nación, herido, maltratad", puesto al rin en un patíbulo? ¡Ah!
lo que él mismo anuncia: Ego aun exaltotUS fuero a térra uin-
nia traham iu! me ipsum. Cuando yo fuere levantado de la tierra,
cuando fuere crueilicttdo, todas tas COSaB las traeré á mi. El nombre
risto ha resonado en todo el ámbito del Mundo, las Naciones
le han rendido vasallaje, los hombres han sometido su cuello al
yugo de su ley, K>- Soberanos honran su corona con la cruz que fué
el instrumento de su muerte. ¡( »h gloría incomprensible de un hom-
bre l>ie-* Tú, Señor, padeces oprobios, y los oprobios se convierten
en honra tuya, tú eres despreciado y del desprecio te resulta una ado-
ración sumisa, tú mueres y de tu muerte nace vida al Mundo todo.
luerte! ;« >b crucifixión llena de gi ría y de poder. Christum : : :
Dei virtutetn. ('alien l"s hombres nécii - que n-> conocen tu gloi
iesen que convino que murieses para salud del genero humano.
Expedit ut iiiiux homo moriatur pro populo. Mas ¡ah Señor! que los
hombre- convierten en su daño 1" qu< arado para su salud.
• • un Dios muera para libertarlos, y debiendo
de aquí motivo para amar á este 1 >i« >s que tanto los amó sólo
sacan una necia incredulidad. De allí, dice San Gregorio, tomó el
hombre ocasión de escánd i Dios de donde debía tomarla
hacerse mas deudor á él. Si: increíble parece un exceso de
que lleve, á un l>i<» á padecer muerte por los hombres; pero
qué necedad es convertir en daño lo que a tama costa se hii
nuestro bien. I." que confunde y abisma es el exceso de maWa
1 beneficio inmenso de la
Redención. Tu. Salvador .iel Mundo, tú sufres mayor desprecia e in-
juria de 1"- ¡ncredúJ triste de la- mai i- .le los
Judio-. Si, los rmpii - an esta tu pasión y muerte hacen a tu
el más ei ■ amante. TÉ
3o6
I mz para nuil
tan gran bene;
que • • amor. ¡Olí! v<
de desti u ia de la Cruz
.andfza. m
vana admirable obra de
•
mirar por - destruid 1 6 malvad * >\<.
imante Sal
OTO -11 extennini. • ■
oh fieles • asion
de Jesús. NuesO
y salud que por ella nos merecí ■ ensalza) ■ virtud. N
aumei
ria i>or una eternidad en el
§ 4.°
i. I!. S
ShKM'iN SOBRE LA INCREDULIDAD:
¿ Inédito t
ion para el Miérc des de la i .' Semana de Cuaresma. Sobre
redulidad.
eratio mala el adultera signitm quserrt et signum i
ci, nisi signum Jónae Prophetáe. : : : : Ipsi Xinivita- súrgent in ju-
dicío'cum generatione ista el condemnabúnt eam" Matii. c. is
39 él 4'-
perversa y adultera generación ]>i<k- un milagro, j
le dará otrd que el de Jonas-Profeta. Los fíinivitas la acusarán en
el juicio y la condenarán.
Señor: El Salva
presentó al Mundo [>ara anunciar el i
gelio digios pusi< - la Judea y eran
tan notorios y palpables que una sencilla narración de ellos
.i los Discípulos del Bautisl an a inquirir si J. C.
era el verdadero Mesías, [d les decia d Sor., co ■ que
habéis • ien yista, 1
limpian los leprosos, resucitan los muertos.
Mas era tanta la ceguedad de 1 u
si nada de esto hubi< enta el Evangelio de
■ . lere-
volumus .j te sigimm
dert id J. C. les responde con esta ame-
na/a han a perver-
pide un mil ■■ '■
Frofel el víentn
3o8 \ii>.\
dias y tres noches, asi estará el hijo del hombre en el seno de la
tierra. Saldrá del Sepulcro glorioso, como Ja
la señal y el milagro que sellara la condenación de es¡
: proterva, lüi el juicio que se le hará a la faz del Universo
infundida i>or los Ninivitas que asombrados de ver a un
hombre salir vivo del vientre de un pez, creyei
virtieron, cuando el pueblo Judaico después «le mi resurrección
ieverarán en su ceguedad y ^u error." Quia paemtentiam tgeruni
ni prtedicatione Joña, ¡i! ecceptus tjuam Joña hic.
¡¡Espantosa amenaza! pero amenaza que muchos en nue-tr
deben mirar como repetida para ellos. , cuantos d<
de los milagros de J. < después de su resurrección gloriosa, des-
- de l>- pn i que fundí' y estableció su [gksia dicen
denodadamente con los Fariseos que n
ie quieren nuevas razones y mas nula con-
ir su divinidad y a-conocer ]H>r -.nía \ revelada su Reli
\ c-tos amenaza el S.or por mi boca en este día con las palabras
que dijo a los Fariseos, l.a señal que pedís se , .s dar.
una señal de !h>rn>r y de espanto, una señal que OS I "á in-
frucl Asi como la incredulidad de los Judíos sera con-
fundida para la fe de los Gentiles, a-i la vuestra en el tremendo
juicio de condenada para vuestra misma
razón de que ahora abusáis.
Heisine ya en el asunto de que voy á hablar* -
d"s tiempos en que vh
Ministros del E en conducir al redil «le la verdadera
«¡a muchas ovejas que se han descarriado y en pres» ichas
IS que casi, casi van a padecer la misma s-,;,
¡ 1 >ios Santo ' vos sabéis con cuanto dolor me v« l>! „ .
n la imagen odiosa «le la
edulidad, ; < >i i Señor! ¡por qué no podremos vivir tranquilos
uestra Iglesia ' Pero ¡>ues conl
atre\o a combatir con vv» emigos, poner en mi boca pala-
. «lidas que los riixkm y al mismo tiempo WieS-
- tieKs. \s¡ ,,s i,, ],id,, por la intero íestra Ma
•
General tera", &
Necwid»d (¡rail necedad s,
''" ''dulos con imágenes de un juicio futuro
fábula <i'
. la ra
en el tribunal Divino, esta sol uieren
DF. DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 3og
hacer sordos á sus voces, para hacerles conocer la futura existe
de este juicio.
El orden y la sabiduría resplandecen en todo el Universo. El Perfección
hombre más estúpido vé en ciertos instantes arrebatarse su ánimo"1" Universo,
con el intimo sentimiento de este '>rden, de esta belleza, obra de
una mano omnip m invariable y majestuosa har-
monía, y la tierra con variedad deleitosa y arreglada hablan al
corazón del hombre y le anuncian que un ser más hermoso y be!' >,
les dio la belleza y hermosura, eme un ser de sabiduría inmensa
los formó con orden tan acertad". Peco volvamos los ojos al hom-
bre, al dueño de la tierra, al solo capaz de gozar de la hermosura
del Mundo, y veremos que abra.
el Universo, que siendo de una esfera más alta que la- otras cria-
turas, presenta al mismo tiempo un desorden que desdice de
perfección y nobleza I-a maldad, el delito abaten al ser más pe:
to de los visibles. [Qué pintura tan hermosa ofrecen las acci
del hombre! La iniquidad ha dominado siempre al genero humano.
Siempre el malvado se complace en el dolor de sus semejantes. El }np"' \ma~
, e , , ■ , ,, ' . ral del hom-
justo sin otra defensa que el sufrimiento y el gemido llora agovia
do bajo el yug • de la opresión. Vive el inicuo entre el fausto y la
abundancia en tanto que el infeliz á quien por ventura arrebató su
haber, riega un misero 1* ■ »u sudor y sus lagrima-. cQué
crimen horrendo no han cometido los hombres? La naturaleza ho-
rrorizada clama por venganza: sus santos vincul - pi-
sada- piden al cielo un castigo horroroso para los infractores. ¿Y
•i- voces no serán ..ida-: El Supremo Hacedor que con tan
admirable Sabiduría [ • Mundo, ¿dejará imperfecta su
en f ■ al? ¿El hombre que es el úi
abra recibid" el libre alvedrio ;
el admirable orden del Universo? ¡<>b! no, una justa retribu. ■ •.•■«Ud
-orden pasagero y 1 la sabi- re¿-iboc¡6n da
dutia de !i • ahora á la torpe vista de tos mortales se iu «ce
manifestarán claramente dejan. I., ve justicia. El Mundo
teatro de la maldad insto-, que no -e perfeccionan
miento toleran la aflicción que
ti«.i:i j se labrai i inmortal que
en un teati ¡ < buscar el jus-
to premio de la virtud y el castigo de la iniquidad. Dia vendrá en
que el
-i una Dios hune
i «ha en i
3 io vida
■■ | edirá al hombre cuenta • : y no
intimamente conven
Pue-
que 1" ha de separar de la tierra para trasla<'
á la ida de la eternidad.
ir á un hombre que nacido en el sen ■ de la Iglesia
el Bautismo la fé de J. C. : que ed ' cristianisi
el hablar los rudiin ''■- de su doctrina, <|uc creciendi
su creencia hasta que en la de su ju-
i dudar de olla, la al ta ni
partido permaneció toda su vida redu-
ndad. Meditad] le la
■
■■ mientras vive esta rodead • de tinieblas,
mbe que intial
de errores que 1" "fu-can Pero llega á dar el últim
hitamente ladado á una \\\7. de inmensa claridad,
pa la niebla do su alma. 1
dimentaba,
la ilusión encantad píritu
<■ el hombre la verdad. I (ios 1 lo lo
' ra-
ilumina 1< tima Ella
de esta lu lad 6 des
n aquel Sor Supren
dern ncredulo que se burló en el Mundo de la
Religión cristiana vuelve la que fluctu
ida, redujo su empeño á destruir la f<
que i. i esta Ferd al mi
orgullo que 1" dominaba le hacia pesado el yugo de la •■
* de la Divinidad y hallan
ina fuente inagotable de que
debilitaba
-tas duda- ,i ih! luz brillad
plend > lulidad A'
■ una
•lo los veda. \lli se ve qu< da le
el ion que se I
comii
io dominó su entendimiento convirtii
MI
VIDA Y OBRAS 3 I I
distinguirse entre la multitud, que el anuir á la novedad, que el apre-
cio <!<■ su propio juicio 1 inclinar negar t do lo que era la co-
mún creencia del P es el instante en que la razón le hará
las más
Está razón dicta una grande cautela en aquellas cosas de que
puede pender nuestra felicidad. Dicta que para determinarse en
ellas debe estar el ánimo despreocupado de afectos1 y que pot tanto
no del eer fácilmente á nuestro corazón cuando -emenda en
i de lo que le uan fácilmente nos engañamos cuan-
do quisten añarw -! ¿Igual será el impio que pueda sufrir
una justa aplicación de estas verdad' procedieran de bue-
na té no sería menester aguardar al diá ert qu<
de ¡- ra su condenación. Un Ser Supremo vela sobre loS
homb ser más que bestia para negar! Ser ha
de tener por esencia la bondad y la verdad. El primero de -
atributos le quita el querer engañar, el segundo el poderlo hacer por
esto el hombre que levanta • - puras al
Cielo é implora esta verdad eterna es imposible qu< tñado.
¡Oh Incredulidad! .;' Mumno tuyo que [Hieda
. :ui> manos están puras del delito, yo he invocado, Verdad
la sencillez y candor de mi corazón y aun permanez
mi dudas? IV- de la razón en el tribunal di-
de la incredulidad errores que
repugna un entendimiento ilustrado. Jam idir á fa-
de mía creencia que dé una idea indigna <!el Ser Supremo. :
ved el yerro de 1"- i:n¡>i"~. La Religión Cristiana ]»r. «¡x -:ic mist<
incomprens eran
sdmi-
tirian sin repugnanci ■ le la Re!
tiana les enseñe un I >* * limitad
que lo que ellos puedan compí 'Mas
■ irale ¡a, i
:• lo que i
con el poder Divino. Dios dicen orgullos! le caer en
' radi ■. ; Necia
CStupft io puede que hay una
de que no
ran a
cqui.
3l2
'1 Miar el orgull
Mundo entero abraza la Rk
derraman por ella y ¡se ha
¡roa a la ra
cr benéfico y bonda lar la luz y las tiniebl
verdad y el error de m do que no pudiesen 1"- ernir-
trtendimienio no ve :
.vine-
tan de una
■ que permite el tiemp
;ta Religión igual á la del Mund
|ue la anuí
hombres de k> ¡nfinn i del
■
■:i Cristiaj .
mi inti
Vuelve 1 -
rano, vuelve 1
¡Ah que no podrá sufrir su espíen
¿quien podrá tu l>ell<
vinidad ! 1 >i s habla
S la
bondad m
. a. y cuya iista en la le de
esta semejanza. Este 1 'i- « debe ■
,; Y nial es? El maí
ntendimiento p< >r la sumisión a
•vela : verd u entendimii
■
la \ irtud. Exige tambii
pidiendi >1< - . i", r ilim I
sa que 1' »s t mino.
lestruye el
dirigí i 'le belleza
divina cuya lii" ■ ■ .
lecid
del
piritu y -
DE DON' JOSÉ M." BLANCO V CRESPO 3l3
dos de un tntsmo Padre tu los enlazas con las dulces li-
gaduras de amor, tu borras las memorias de las injurias y ante ti
a la ira todo su furor, tu enciendes los corazones de los hom-
bres, j li - haces para 1"- mares, pisar tierra- desconocidas y dar su
últim<> aliento por hacer bien á "tros hombres. ;Cupo jamas en
humano entendimiento tal perí admirable belleza? Esta
moral será de desesperación del incrédulo. La razón le dictaba que
sabiduría pudo dictar un tan acabado sistema;
el no quiso escuchar á la razón y se cuntí.- apariencia.
Mas ¿cual será su espanto cuando la razón misma le dicte el
Misterio que se obro por su salud y de que no se aprovechó?
Si la tibia luz que ahora resplandece al entendimiento dicta un
Dios Redentor, ¿cuanto mas convencerá la verdad de este dogma
cuando brille >¡:i oscuridad en el juicio Divino?
¿Qué es el hombre compara ' Iriador? Vil gusano, átomo
imperceptible cuya existencia es de un instante, y cuya vida m ■
pin pasag< aún nia> jnc vnprensible la vileza del hombre
considera pecador. El, pecando, desprecia á su Dios: no,
capaz el entendimiento de formar idea de este crimen. Pues ¡ai
el hombre fior ser una criatura limitada no era capaz de tributar
un obsequio digno de un I >ios inmenso ¿como habiéndolo injuriado
Ltisf acción? ¡Eterna Sabiduría tu le das a', hombre
que le ha de complacer y te ha de reconciliar con el Mundo! F.l
Verbo Divino, oid entendimientos
une al hombre, se ofrece por el. y le dá el precio de SU salud. Esto
aunque no lo puede descubrir la razón, después de anunciad-
revelación divina aparece más brillante que el Sol a tus ojos.
Dios Eterno! -como podia el pecador atn
manos a ti cuya hab I
• de haber apeu '
ubre una cierta prenda de SU perdón: la
re d<- tu hijo que lo liana, te hace mirarlo con misericordia No
tienes, no, dond ir el rayo de tu furor: el Mundo humea á
tus ojos con l.i sangre del .aculado.
\1a- ¡ahí que al tienes donde derramar el vaso de tu ira
tima
'pie i el Altar donde se inmoló la victima que te hale
a dura mano de tu
'ue ella. ; Y que ■ iven-
cimiento? Yo infeliz, dirá devorada de dolor, y,, fui preferid
■mil ■ i le la Iglesia j • fui al re-
dil d
3 1 4
•'«.- de
una Religión qui .adera. I-a nube
que templaba ■•] resplandor de
.
mi éter
rritado por
I
frecui • ¡ A y de i
luz di 'iie«!e ülx-
l«jr una eternidad.
§ 5°
j. II. S.
Sermón inédito
" I-'.t cum egrederetur de templo, ait illi mii ex Di9cipulis suis:
Magister aspice quales lapides et qu turae." Marci, capitis
decimi tertij versiculus primus.
• Y saliendo del templo, le dijo á Jesú »us Discípulos:
Mira cuan gran fábrica y cuan enormes piedra- la -componen. Y
lo demás que contiene el capitulo tf¡
; ílustrisimo: el error ha sido en todos tiempos la grande
enfermedad del .Mundo: y desde que p<>r un engaño nuestros primeros
es se perdieron .1 -i y á su i' feli ha estado
lejos de 1"- hombres que el conocimiento de la verdad: y.yo
• que fuñe-; ncia del pecado l.« hombres mismos
de su renu-di.. y api n convencimientos para sacarlos
de las tinieblas a. Dios que amó al Mundo ante- de
su constitución y que, -: ■ su pecado, por un efecto mesplica-
ble de su misericordia 1<- preparó «-l Libertador que 1" había de
car de la horrible esclavitud en que se había precipitado, no pre-
1 sino que la verdad y la luz á que había
i'ino le-n ("r:<t-r, Verbo eterno y luz in-
ba la vida, luz de los hombres y que resplande-
entre la< tiníebla lien dios no quisieron comprender.
Et lux in tenebris lucct et tetu non comprehenderunt. lla-
lesi ganarlos de los erró-
le habían adopl ■ ¡pios y hacei '■
dadera luz j la ' fin de la venida de i
.' la tierra. Por esto desde 1"- primeros días del Vfundo se anunció
a los I)"-; ■ l .ibertad'
■■
3|6 VIDA Y <">HR\~
divídualmei
tiemp ■■ ! l< nacer, la familia
la carne, el lugar «le su nacimiento
¡zalian su P pues, al Mund • d De»
de las gentes, I i de la^ X.
i • menos el Pueblo que por tan!
1 i r< hijo de Dios, por el verdadero Mesías
s el que más lo des el que lo p
tiene por e el Mu:: lo al
se halla os al
que quiere tfundus eum non
No ha! iiii
á Jesu Cristo por el verdadero Mesías ■
señales de la M la misma vida d
do los hombres. Desde que por la primer
entre li is i >■ ctores 'le la 1 i
una Sabiduría mas que humana, llama la a
reflexionar -
echa de que se ocultaba en el una cosa mas que huma
-u retiro y su .
jen que ya I
que ya se acercaba el fin de la Lej
manifiesta del t '1" al Muí
la Judea que se acercaba el Reii
unidad resplandeció de ir
cebir como pudo bastar i.. ;>ara
que desconociesen al enviado de
I .i Jude . n hombre
qué posee una sabiduría mas '|m' humana sin haberla .ni
n irtud es l
>te hombre
-ana todo género de enfermedades \ la
■
«vulto. Esto lo vé, !<> palpa un Pueb
ido un luu
■
■
fueron rebeldes
urna que ha hecho para d I MI
DE DON JOSÉ M.' BLANCO V I RESPO 3 l 7
háberént: ahora ya no trata mas de convencerlos: y solo les anuncia
dolorosarriente su ultimo desengaño. Ilcis aquí . Señor, á lo que -ekrún
creo se reduce todo el capítulo trece de San Marco- de que venga a
hablaros. ' >id su contenido, y después las reflexiones que me mue-
ven á pensar de esta manera.
Narración.
Salía Jesu < risto del templo á donde había demostrado su Di-
vinidad por la- Escrituras cuando le habían preguntado cap
mente cual era el primer mandato de la Ley y donde había alabado
á la pobre viuda que de su pobreza habia cercenado para dar li-
a al templo, cuando uno de sus Discípulos volviéndose hacia
este magestuoso edificio, llama la atención de su Maestro, díciendole:
Señor ¿no veis qué fabrica tan enorme, <¡ue magnifica estructura
an inmensas piedras la componen? Si, responde Jesús: ¿vés este
suntuoso templo? Yo te aseguro que no quedará piedra sobre pie-
dra en él : hasta l<»s cimiente» serán destruidos. Sentado después
solo mis Discípulos en el Monte de las Olivas desde donde se veia
el templo, le preguntaban Pedro, Jacobo, Juan y Andrés cuando
habían de suceder estas cosas que les había predicho. San Mateo,
que cuenta este mismo pasage en el capitulo veinticuatro de su Evan-
, explica más la pregunta, dando á entender que comprendía
tres cosas: cuando habia de ser la destrucción del templo, cuando la
da venida del Salvador y el fin del Mundo que ellos creían
unido con las dos COSOS anteriores. Dic HObis <¡i<<w<ii> luce crunt et
sigttum adventtts tui et consutnatiotUs scecuii. Jesu Cristo que
no quería manítestar los ocultos designios de su Padre, particular-
mente acerca del fin del l - habla de todo dio: les da las
es que han de denotar cada uno de estos acontecimientos, pero
1 las explica de modo que s<- puedan muy claramente discernir
unos de otros. Y asi respondiéndoles en general a todos las tres par-
tes de bus preguntas, les dice: mirad no sea que alguien os engañe:
muchos vendrán fingiéndose enviados de Dios y congregándose
tario una de las señales que os anuncio: pero aun escuchad
gentes se irritarán imas erras crue-
les: al mismo tiempo hambres y pestilencias: |K-r. ■ es
el principio <le los ma ■ »r que ha-
l>eis de tener mucho que padecí
ados en l.i- > • . delante
de los Jue i - para darles testimoni • de mi. fu t
ni Mis: •
3lS
píritu íbre,
aun di arientes : el hern -
el Padn
v les <lar.!
huyan a las ni mtaña
de ella; t-1 que se hallare en el camp
\ uel
didoa para huir. Tali le tribuía! • han
\ iara, apenes quedaría ¡
con d ma
Mesia
t !rist< 6, que lia
gido
seducción, pues
firmamento j I s cielos se el hijo de]
do; veis aquí las señales de 1 1
\-i I
higueras, del mi
que ya n i
•
les m a mi mis
velad y orad :
siervos fieles a quienes su Señor les entregó el cu;.'..
sin decirles la
ñámente os encuentre
1 • digo : velad,
...
Man entender
Priraerami
de la Li >n del templ ■. j de su úll <1 fin del
Mundo. I ■
de una > modo que es difícil
la- discernir. lVr.> iu • rué comprenden los veinte
prñni • entender como anu
DE 1>"\ JOSÉ M." RESPO 3 19
de la destrucción del templo: entre ellas ¡>on 11 >tab9.isimas las prime-
ras persecuciones de los 1 ristianoi : eí ante Prasides ei Reyts •■
propfcr me in tcstininniínn Mis 1 el fin
hahla clan ' último «lia. de nn 1
do moho di Salvador de la tribulación
•■-alen y entrada de 1"- Romanos en
Ciudad; torna ocasjón de esta figura de la ultima tribulación del
Mjundo, y habla de ella para responder á sus Discípulos en todas las
partes de la pregunta que le hicieron. Tenemo el capitulo
loa tres convencimieptos que el Señor le preparaba al Mundo para
manifestarle cuan erradamente lo ha! iado y lo despr
ría cu adelante. Primer convencimiento: el templo destruido, ;- I
dan asojada, y la Nacjon dispersa por todi >: non relin
tur Lipis super lapide m qui ¡i"i¡ detruatuí
de su Divinidad y mi doctrina, la constancia «le sus
las persecu i tcstiinonium Mis. Tercero y último cono
miento: E¡j1 que hará á la vista dfc todos los hombres . que
reurjie,ndo I generaciones, d mismo Jesu Cristo las conven^
cera de error j maldad y hará ver la justicia de sus caminos. Tutu
videbunt Füium holninis venientem in nubibus aun virtute mu
gloria Veamos cual e- j cuan grande cada uno de -nci-
mienl
PRIMERA PARTE
hubiese preguntado á un Pueblo qué pruebas apetecía aun
consultand • 1 hecho, aj
biera atrevido á discurrirlas y .1 exigirlas tan claras como las
que tuvieron los Judíos para creer á Jesu Cristo Mes ¡
Libertador de Israel. Sus Bbros Santos, libros que da
ristianismo, estaban llenos de otaros anuncio
idor del Mundo,' y ]*>r mejor decir, -<>1<p á •
cijos. El Padre del Pueblo Flebreo es de -u tie-
rra para ht el tronco de injHrai . el fundador de un
o la protección inmediata <lv I>i>- se habrá de con-
• de todos ' del Murtd ■
estupendos, \ <l«- la destrucción de los PuebíoG que habitan la tierra
■ ■
de un Pueblo mil reces neb ncir-
cunciso P • que sino en atención á que este P
por I «¡o- para que fu le la venid as que hab
nacer en medio de él: No por otra causa le dice I H"- .¡ Vbrahan
toda la t;r- : 1 que alean/. 1 , Lai is, íino
?20
porqia • tiempo le repite la promesa de íamifa se-
rán lien -'¡t. • gentes. Benedicentur ¡n semine tuo om
i \ adirár ¡a, 'ilJe siendo d motivo <le la con-
ueblo Hebreo, no podía oculta ángunodei
ni déj ríe el principal distintivo de su Macaón, <|ue era
del Mesías. Mn* [mr que luváuui unas claras de
[a que era la expectación de la gentes, en
• tiempo y circunstancias en <ilK' había de nacer
■ Asi repitiendo esta promesa Dios descubre ame la
de Jacob moribundo la sucesión futura dedos tiempos, y Ke hatoi
•ir que el Cetro no de las manos <le Judá ni faltara Jefe
familia en el Pueblo Hebreo hasta • el que ha d
enviado y el que es el deseo <le toda ■ \un rafas espn
mente anuncia esta vénula Dañad cuando llora la aflicción de su Pue-
mtivii en Babilonia, No be atujas, m.- le dice: el tiempo eu <|ue
li-i <le venir el verdadero Libertador de su
promulgue el edicto <le la reedificación de Jei
len hasta Cristo verdadero Níesfc is de
años. Int. muerto, y no aera su Pueblo aquel
<ine l.i habr
■ ■-tas Profecías y tan entendidas en su verdadero
mentido por toa mismos Indi"- que ya en el tiempo en que vino Jeau
que estaba muy cercano el cumplía
del vaticinio de Daniel. Nías comí. - y pasiones puwtw1
tanto en los hombres que oscurecen su razón, Jesu Cristo en quien
concurrieran todas estas señales jamás pudo ha/
l>lo rebelde que era el que tai
metido Por esto les anuncia por su d<
de su Divinidad: prueba que muy a habia de demos)
Mariones qt sus benefi-
haliia dado la muerte á su Redentor. Veamos |xies cutí
be Jesu Cristo hecha en d principio
i, en ella el complemento de la¡ antiguas
l "na cíe la- señales de la destrucción de Jerusalen que ha
leí Deiridio cometido por aquella inj
dad, anunciada por <■! Salvador era la venida de varios seducl
que fingiéndose el Mesías verdadero, habían de atraer el Pueblo fi
partido, y .1-1 empieza el Salvador amonestando á sus Discipu-
■ . en ellos 3 todo? los que habían de creei en d para qut
•■ est,.s ¡m tpondens Jesús caepit
■: itlis videte ne quis ¡ t seduce
n<*~ veril- .le la ruina de Jeruaalen
DE D0\ JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 32 I
se levantaron varios Libertadores del Pueblo,
formando sediciones causaron la ruina de aquella ¡ni
Ciudad. Oprobio vergonz y bien merecido de los Judioa que
no habiendo querida creer á Jes
dejaron torpemente engañar por impostóles. Asi lo
habla dicho Jesu Cristo, según lo refiere San Juan, y asi se lo ha-
bia echado en i JudioS. Vo vine, les decía, en nombre de
mi Padre, y no me recibía tro viniere en bu nombre, lo re-
cibiréis. Ego ven* in nomine Patris mei ct non aceepietis me: si alius
venerit in nomine suo illnm accepistis. Casi merecido por
aquellos que aborreciendo la verdad, i>or que era contraria
ts, cerraron los OJOS á BUS luces. Por eso dejándolos i'
tinieblas, se precipitaron ciegamente en todo genero de error, como
dice el Aipostol i _' ad Thesaleoiiei Eo quod charitatcm
veritatis non reeepentnt ni salii fierent, ideo mittet illis operaéip-
nem erroris nt credont mendacio. La otra y nías principal señal (pie
son las calamidades «pie había t aquel Pueblo desgrafcia-
untes de la destrucción de su templo, se vé cumplida á la letra
con poco que se registren las Historias. IJ Miuido to<lo fué te
de esta calamidad, y los miamos Judíos dieron testimonio por su
narración de la exactitud con que Jesu ' insto la hahia predicho.
Casi ningún intervalo hubo entre la maldición que los ludios
echai -i y sobre sus hijos, y el cumplimiento de sus eíec-
La sangre del S que hahia pedido viniese sobre ellos,
clamaba mucho mas que la de Abel por la venganza merecida. Ellos
íueron el instrumento de tnza. Infestados p.r
divididos en batid"-, enemigos entre -i. y enemi-
iianos que los dominaban, ian á sj mi-
por todas partes j excitaban el enojo de bus señores. EO tenqJo
no < i-tante contra ia muerte: varias vece morir
junto al altar al que iba i ofrecer !a victima, herido l>or las manos
de 1 -s amotinados. Todo era horror y confusión en Jerusalen: cuan-
¡o reunido su ¡no a vengar el atentado
que habí. i Romanos,
I .a i • m hambre desesperada. En
breve se aumentaron mis males p^r una peste cruel que abrasaba
ai en tal extrem • ■
i horror mos Rootajoae una Madre ipie
raba a! hijo que había tenido en sU- entrañas. 1 l P
tambre cruel huía de la Ciudad por los campo
dejaba ubre el • ellos ¡afdjoes venían dai en n
■
3a 2 VIDA ¥ OBRAS
crueles. Kn fin, tanto lleg aero de muertos íu,
la Cruda crios no pudo dejar <te eiuen.
sitiador. y gimió levanta mente ik--
>ufrido iiulerib! • 'a < iudad ftté arrui-
. ■■ al templo, i|i»e hab
líos iníelú cumple en t'*las partes b Profecía de
ron loa Judíos el último y terrible conven*
oimiento «le la Divinidad dd que habían crucífii
Mas |«>r que no tuviese efugio alguno la ¡ncreduli
[UC quería hacer triunfar a sa Hijo sobre -n< ene-
migos, quiso que »u predicción fuese cumplida tan á la letra que
ningún genero de duda quedase de que su mano
dirigii • fin tan grandes y admirab
fla<l había ida.-: d Pueblo había sufrido i ■ ami-
dades <k- la hambre y <le la peste: pero aun quedaban los
dril templo, que ni ii d hien
derrocar. Y pudieron los Jodií
cumplida en 1 lites la i>n- • que
dijo que no quedarla piedra sobre piedra: non retinquttur loéis
super lapidem. \ este fin la infinita Sabiduría de 1 >
lerse de las locas determinaciones <K- I
decir Mis intentos }iiz. » que ' l<>s i>.ir el
más erad enemigo que ha tenido - tfruir
aquellas ruinas que pudieran - idioi
ron juntando sus riquezas para
nodb dejar por imp
habiendo deshecho los le de el habían queda
á labrar de nuevo en el mism i
y varios fuegos y terremotos deshicieron la tenacidad de aqudloi
rvos habiendo dado dios mismos un testimonio claro
veracidad dd Redentor. Heás aquí, Señor, cual resplandece en <•!
cumplimiento <le la primera parte <lc la Profecía <M Salvador que
cuenta caoftuío qu« expongo su Misión Divina,
|ah! h verdad no
bstína en
i ella. Jesu Cristo triunfa de ' • triunfa
<lc mis m i n ello, v en
Ciudad tiene \ tendrá d Cristianismo un testimonio irrefragable
Divinidad tabtecedor: pero dios permanecieron en
■ [uedad y lo o . illa
nuestros táernpoa La persecución de los < ¡a I
á la de lo> Judíos, j . iiulmm • <k-l
DE DON JOSÉ M. BLANCO V CRESPO
3^3
Salvador, cumplieron otras de la> señales que habían de anteceder
á la ruina dd templo, y en ella (Serón tugar al segundo convencí-
miento de la l>ivinidad dd Redentor que no quisieron creer y que
refiere el capitulo de nuestro Evangelio.
\l>\ PARTE
Como según Jesu Cristo no es el Discípulo mas que ••'> M
apenas este Señor sufrió en sí todo el furor de un Pueblo enemjg
la verdad que anunciaba. Mis Discípul >S empezaron a SUÍrif la mis-
TJia persecución. Bien pronto se rió cumplida en ellos la Profecía
del Salvador que tenemos á la ¡ apenas después de la
censiori de Jesús á 1 iron llenos del Espíritu Santo á
predicar la Divinidad de Jesú Cristo, cuando amotinados aquellos
misni". Sacerdotes y Principes del Pueblo que habían clamado por
la muerte del Salvador quisieron impedirles a viva tuerza que pre-
dicasen su nombre. 1 .os Hechos de los apostóles cuentan estas prime-
ras persecucioní de las que después habian
de sufrir ' 'd s tos cristianos, j habrán de ser un cumplimiento exac-
to del anuncio de Jesu Cristo cuando u-s dijo á sus Apostates, que
entregados á los tribunales, azotados en las Si acu-
sados ¡liante de los Reyes y de los Jueces por la defensa de su k<.-
ligión y confusión de sus enemigos. Tradent enim vos m conátk
iv Smagogis vapvlabitis, et ante Prcesides <•/ Reges stabitis f
»ii- in testimonmm Mis. Pero es muy de notar k> que en el capitulo
quinto de esti a hechi - ap stobcos se cuenta, y da origen á una- -
flexil entes j que demuestran toda la íuer/a que á ÍZ
de la Divinidad <le Jesu ' Cristo ) >u Religión da el sufrimk
discípulos. I »nesc pues en e de la Escritura que haciendo los
• >b-s muchos j grandes milagros, el Pueblo i *f> « admiraba
l"s y que crecía por instantes ej número de lofi tal
I íe del Pueblo a \isia de i íes que hacían ll
les, que sacaban loa enfermos á ias plazas y tos ponían en sitios
donde la sombra sola de S P< ente,
pues de esta nianeía día la íama por fe
nisalen, sino que de |i <S pueblí
una multitud inmensa \ iendo esto el Principe de toa Sacerd -
lodos sus compañeros, que según dice el Sagrado te> de la
tieregia de toa Saduceos, se llenaron de ui
a los apostóles, toa pusiei ti ei
el aii^el del Señor abrió las puertas de la cárcel y poniendi
id hs manilo qge fuesen al templo a la mañana siguiente y pre-
Y OBRAS
dicasen con la • tad I legado el día, el Principe
<le los Sacerd tes di I íoocüíq i i
i conducidos á su pn
¡do -i buscarlos á la carecí, admirados 1"> Min>:
volvi * i que babian encontrado la cárcel cerrada
diligencia y los I que habu i
•. \¥> habían hallado á los Apost Jes. Dudando en(
determinación tomarían, he aqui que r los
itoles en el templo predicando tranquilamente: e
al templo y los condujo >in lia i
leuda (porque temían al Pueblo que
■ ielante dd dad les dijo el Principe dé-
los Sa
nombre de \ uestro M:
la Jenisalen: y queréis que
breque hicimos ajusticiar p<»r maUíech
Pedro le d
el I >i"> ile Ituesl
muerte en un lefio; pero nosotros < ) t'» Divinidad
no podemos dejar de predicarla. Bramaban con esta aque-
llos . pensaban en «lar la muerte a los Apostóles; peí
yantándose en medio de ellos uno de
liel, hombre venerado del Pueblo biso que saliesen p lien-
tos lo
que bao
al Pueblo un cierto hombre llamado
sias y al cu
ciemos h caudillo fuer. •:) m
\ día alileo de Nacú m empe
cir al Pueblo, habiend
sejo que di
dicaí
de I >ÍOS, no jt-nlreis h
■ s a ir en o intra de la- determina
i-.r hominibiis coiuiliüm hoc attt opus. dissotvetur: si
itis dissolvere illu<1.
ineluctablí
monto que se podrá •• i de la Religión CristMna.
tal >le la I •- 'ha- an*
bia ■ en un pati
n la oruz era el \*erdadero ' ' Rfc-
DE DON' JOSÉ II." BLANCO Y CRESPO 325
r ¡de Ysrael: cOnfirmí riña con mili
azotados y puestos en prisiones: pero cada vez mas goz dos con
las tribulaciones que pasan por -ui Maestro, esparcen su doctrina por
totío e! Universo, cumpliendo asi con las dos predicciones de I
en que les habia anunciado estas persecuciones y la extensión admira-
ble que había de tener su doctrina á pesar de ellas. Et ante Prcesides
.'/ Reges stabitis propter »w in tcstimonium Mis et in omnes gentes
oportet primum pr<edicañ Evangelinm.
l-.-ta doctrina del Cielo, á manera de la luz brillante del S
apenas aparece sobre el Horizonte cuando baña con sus rayos coda
la tierra, se propagó indeciblemente por todo el Mundo conocida
de 1"- primeros años del Cristianismo. En el prin e quejaban
ya lo i sns Emperadores de que los templos de sus Yd
eian desiertos, las Ara> abandonadas, despreciados los Sacen
y casi acabado el culto de sus falsas Deidades. San Justino asegura
que en los primeros añOS del Segundo siglo del < ¿latinismo nación
ninguna por Bárbara y remota ignoraba el nombre' de Jesu C
Todos los pueblos, dice, bárbaros ó griegos, ya sean aquellos que vi-
ven en los desien endas movibles ya 1"- que se copan en apa-
centar le» ganados, todos dirigen sus oraciones al Padre p>r el nom-
bre de Jesu Cristo. ' Osadamente Tertuliano en ' a que diri-
gió al Senado le decía: poo>-> dias ha que existimos los Cristian
ya llenamos todo el Ymperio : las ciudades, los campos, las Yslas y el
continente están llenos de Cristianos; se les encuentran en las juntas
del Pueblo, en el ejército, en el Palacio de los I.mperadores, en el Se-
nado mi-mu; y solo os aba vuestros te multi-
tud inmensa de homb ua, >e retirase fuera de los dominios
RomanoSj la pérdida «le i i <e debilitaría el Ymperio y
i de vuestra arueldad. La Boíedad que causara su ausencia
os llenaría de horror, y en vano '■•
que serian mas vuestl 6, que el número que quedase de du-
dada lio en pocos años una Religión, cuyo
Maestro había dado la vida rara fundarla, cuyos Apostóles despt»
haber sufrid i la pobreza, la lian aturóos, 1"- naufl
todos el toa habían perecido á manos de sus enemi|
¡ali! (|ue en vai iban los hombrei i de
non poteritis dissolvere Ultéd. Las obras de
tiemp Si <•!' howémbus esi consilUtm ho
«pus. dissolvetur.
Mas ni pud ■ itu ed
i - • • ■
3iÓ VIDA Y OBRAS
les aguardaban y fortalecidos del Espíritu '1»<? el Salvador les habia
• de >'tra o
tau* su número, I^i Vglet . un Jardín
íectti
mas Jue bu bomb
.
eníiL
que cabe en el deseo y propensión de I
bienes can puede creer que un hombre por i
i i sino, \x>r defender u
ti nada le i rsecución,
muei '
lo que un I
Fin de conveniencia pn
te todas i!;i-e-. <le t- • - tor-
mentos mas crueles }*>r defender una Religión cuya mora
tierra con '.
lacion á lof mas claro de la i
nidad de Jesu Cristo que el que 9e manifiesta en la |-
Yglesia? ¡Ah! . erdad que cada uno de loa Mártires es un
testimonio que no podrán desechar todos los enemigos <lel nombre
fica que sus sufrimientos convenciera
impiedad á los G
htm Ulis.
. Ma> quien oreyera que 1
]<■-. no había de ser basante para convencer que
Habiendo recibido el nombre
enemigos de este mismo n<inbu
todo el Mundo. ¡e infinitas victimas di
ámbito < leí Ymperio, el testimonio , i,
mandaban ejecutar i i
nada basta pana enemigos de la
pos ha habido muchos que han inda
>r «Ir las persecución J Mundo por más de cua-
tro» n un todo la lúa
de la verdad; y la ignorancia junta con la impiedad no podrán
I cochillo e
primeros de la \t \ ista de los
tormentos de lo dan un testimonio
ie diga que d espirita de partid
hiso \ <t de ra
tiemí
DE DI BLANCO Y CRESPO 3^7
dé --i- mismos ei emij s. Un Panegirista del mayor contrario de Je-
su i Visto, el Emperador Juliano, adulando á este Emperador le hace
: los que seguían, dice, una Religión corrompida (con este
nombre denota al I Cristianismo) temían mucho y se recelaban de que
se les arrancarían los ojos, se les cortarían las cabezas, y <|ue se ve-
rían correr arroyos gre. Creían que el nuevo Emperador
inventaría mas tormentos con los cuales compaj - del
fuego, del hierro, de ser sumergidos en las aguas y enterr
parecerían penas ligeras: porque los Emperadores anteriores habían
empleado i mtra de ellos estas clases de su] ' eraban su-
frir de ir.:'- nayores; mas Juliano, continua e . pen-
só de otra manera, viendo que los Principes sus Predi • ha-
podido conseguir su intento por este medio: y asi se determinó
tros medios en contra de los
tianismo se aumentaba con los suplicios. La más ia no
bastaría á obscurecer el testimonio luminos - Mártires
dieron á Jesu Cristo: y su constancia mas que humana nun
atribuir sino á una fuerza superior y divina que les fué dada al mis-
mo tiempo que se les anunciaron las persecuciones por su Ma-
mando dijo á sus Discípulos, que el Espíritu Santo i ellos
delante de los Reyes y de 1 Von enim r'i'.í estis loqu entes sed
Spiritus Sanctus, Avergüéncese pues el poder del Miundo: toda- sus
han bastado ¡«ara destruir la obra de Dios, ) Jesu I
ha convencido á sus enemigos ¡»-r medio de la constancia di
cipul Mesías y el enviado pora la salvación
de las gentes, M rea que esto, son los únicos triunfos de
Jesu Cristo; y que restándole por desgracia muchos y crueles ene-
migos aun en el mis de la Yglesia, han de quedar sii
5. , \.b ! no: en el mismo lugar en q
6 referido, predice el m.i
ellos; y si el primero de la destrucción de Je-
rusalen humilló endui líos, si el segundo del sufrimiento de
mis fieles en las persecuciones confundió a los soberbios Gentíli
tercero humillará á todo el Mundo a sus ¡>ies y manifestara qui
hombres han sido injusto, en siis caminos; y que no habiéndose Valido
de los medio- que con SU tenida J Muerte les preparó, ell
lentos en que i*.r una eternidad
tribuirán i la gloría del < ! que no quisie-
ella un premio eterno 11 Señor,
la lili v la última que man: [
■
328
IKK. ERA l'ARTE
J -a J
do. ] ■ ' e sus caí
inque el Señor de tod • j Arbíti del Mund
debid ría que l ■- hi robres 1 ía in-
finita y la Justicia con qu<
anticipaba
hacerlo en este
. Justicia I t justificeris in sertnonibus tuis ti vincas <'"'•'
i;iri>
■ le >ii \ i<la. El Mund* • todi > debí
luición : y el triunfo «Ir 1 >i"S c¡. -
esfc ■ el Señ< ■;• un dia en el que p
tecimientos humanos, lia de manifestar el origen de ; y lia
«le desengañar
Salvador en nu<
horror al i de los juici
Acallada de pií -alen, y la
sion «le aquella dad, ejempl
ili\ ina ; y de esto t"' para pin!
una sola ' iudad, no la vi
■ i del Universi », y la
el pavor <le 1 >s h »mbi
|ue suscitarán lo- Ym] ingirán enviados de m
! as Estrell :nto
! hombre que lleno de
grand
lio de un silenci ■
mag< ste es el último triuni y el
n el prim< i
:!irir
en este dia tod i del Uhivea
nuesti
DE DON JOSÉ M. BLANCO Y CRESPO J2Q
rígido a otra cosa que á la formación del Puebl
tenecemos. <)id, pues, 1" que puede causaros ana eterna confusión en
aquel dia.
En tanto que los hombres viven en el Mundo, estando sugeta su
alma á una carne terrena y corrompida, no pueden comprende:
que aquello que comunmente les presentan sus sentidos. Todas
ideas de esplendor, de grandeza se limitan á la •
hombre y siempre se huye <le entre
sus manos. Asi i >n dignos de toda su atención estos grandes
que suceden en el Mundo. La sucesión de los Ympe-
rtos, las guerras, la desolación de 1"- Reinos mas florecientes juzga
que son li - principal» de la Providencia en el gobierno del
Mundo. Pero ¡ah! ¿qué es el hombre? ¿qué es cuanto tiene y cuanto
puede hacer para llamar a si 1 y - divii • pue-
den ser solo el objeto de la i wmacióndel hombre destinad i para el! »s:
y solo por estos fué formado el M andes mo-
narquías antiguas destruirse una- á <<tra- y levantarse un trono sobre
las ruinas de 1"- tr 6, no se >Vv
lo á que reciba el < Cristianismo; y la grande dominación que Dios
les concedí i á los Romanos, no tuvo otro fin sino el de que reta
todas las • mas
fácilmente por toda- ellas las luces del Evangelio. Todo en fin cuanto
lia sucedido en el Discurso de los siglos, se ha dirigido á
unos verdaderos adoradores. Ahora bien, i
iquel último dia delante del Juez supremo cuando se mani-
fiesten á toda |u2 estas verdades; y ven ser su
sido fiel ó infiel indes
Volvamos los ojos primeramenl stianoa que
que lia hech> la Froviden-
i una felicidad eterna, han udado en
este Mundo <-n procurar ; meza- y ci
aparíe ada dia nos engaña , funesto! ¡Que
confusión tan h ' - los males que r el
hombre, rtingum i llega al I acia,
noce quan fácilmente pudiera haberla evitada ;<>¡i D
¿cual de un hombre que verá delante d<
•n que la pr « idencia ha bus ' id ?
Vuelve, vuelve ' 1 c-<- Juez sentad
de nube-: viene á pronunciar tu sentencia: • de-
e de
que ha que
mó, te mereció la en-
33o
que pudier . ser tu remedí
nunci . K¡a que te espera. Si creíste en tu !<■
ué, ¡ali! te ^añar j>or una sombra
que pudiera d Discípulo
Maestro en la gloría que iau-
Mundo j
ternidad en <|uc llorar tu fui i
necesa ' triunfo <i< e hi-
uerza de qi i
mejor de» i
de 1!< i und •■ \ la verdad
¡quien será tan necio que creyendo la
na el Universo, pueda juzgar que ha d<
a suerte de
(>n- este desorden aparente que reina i
grimas de 1"- infelices que
¡HT t(
lia al verse desti ■ :<- los bienes que había
1 a infeliz Madn
alará en vanas iinpre el vil seductor de la
Hará el
bolla
Santo!
de la Justw a, que vino á establecer i
hará felici • ' las ¡ \h\ este es el día
ibiadaa la-
triunfa en particular de aquell • e habiendo vivid
el Mundi i
I • i .: •
lad en el Mundo» lo -eran ath
v su ignor; ndam gentíbus ignomiMiam timm ; y los mis
que se : elices en algunos instantes en que se vieron
i -i injusta servirán 6 su mayor despecho. Si, I
- el que h i añero <U- J<
tribuí! u triunfo. s
haga una
■
DE DON" JOSÉ M.* J3LAXC0 Y CRESPO 33 1
il< A< toso el haberse creid< > feliz y verse al fin engañado en su esperan-
za asi son dulces las lagrimas cuando las enjuga una felicidad que pa-
recía muy lejana. Los justos que viven en este Mundo, a i»esar de que
jamás apartan de su corazón la dulce esperanza de que algún dia reci-
birán un premio eterno de sus trabajos, con todo eso Dios que quiere
probar su constancia en este Mundo, no deja que estas luces sean tan
claras que no les dejen sentir el peso de las tribulaciones: porque á
no ser de esta manera ¿cual seria el < Iristianí i que a i sintiese tormen-
to en el descanso? ¿que no sintiese dulzura en la aflicción? Unos bre-
ves instantes en que esta esperanza ha resplandecido en los crazo-
r de algunos justos, les ha hecho prorrumpir en espresiones llenas
de dulzura. L'n Pablo esclama que no puede contener su
i '-n medio de las tribulaciones. Superabunden f/audio in oinni tri-
bulatione nostra. Los apostóles, a/otados ignominiosamente á presen-
cia del tribunal de su Nación, salen gozosos por hal>er padecido des-
precio por el nombre de Jesu < Visto. Hmnt gaudentes c; cotupectu cun-
día, quoniam <¡inni hdbiti surtí pro nomine Jesu contumeliom pati. l'n
Ignacio conducido para ser pasto de las Fieras, besa sus cadenas y
■na á sus hijos con una ternura inexplicable, que no procuren li-
bertarlo de ellas: Ignoscite milií filioli, quid inilti expediat ego scio.
Seria interminable si quiste mplos que me ocurren
de esta verdad: pues ¡ah! si un leve rayo d<- esta esperanza basta á
llenar de gozo en medio de las tribu' á la clara vista
de una eternidad dichosa, adquirida por unos trabajos pasa i
§ 6°
.
el dia de Sexagésima del
Neri.
Ei 'iliml cecidit siipra petront; et luitum an •
em : : : : Haec dicens cUunavat : Qui habn aures o
LUC.,
liHa cayó
• l'.l que ti iche.
lad mistes
■i elkw d i<
reprobación que les
semejante á la semilla que i
te <Ie ella un camin
falta <k- humedad: "tra parte de ella cae entre ■
j sola una i da el íruto en abundancia
l> -la era d<
derla a primera luda, incita
::<!••. El qui
che, como -i dijese : no :•
edida su i
i
encub i 1.1 Pueblo á quien habla-
ba habia lema tan!..
de la Divinidad del Salvador, .¡ir- ya merecía su indignación por ha-
lirli ■. Ya. no tanto !■ 8
irar >u> luces, ¡a ceguedad que
anuí
fideanl el o«</í< .7>i/.
V1DAYOBB ¡: M.* BLAN'CO Y CRESPO .333
Más no tienen respecto - lc-1 Salvador la misma suerte los cristianos. \
se les conceden mas gracias mas abundantes, y 1"> Misterios del
Reino* de Dios se les anuncian sin -"minas ni oscuridades. 1-11 mi
'lijo de Dioa se digna explicarle^ la parábola de la semilla. Esl
la palabra de Dio-, que llama á los hombres de diversas manera-, Hn
aquellos f|iie la escuchan con desprecio sin abrigarla en sus corazones.
nejante al grano que fué sembrado e*i el camino. Otros hay que
zo parece que prometen fru la tentaciói
hace desfallecer y apartarse de lo emprendido. Esta es la semilla que
cayó sobre la piedra. Las riquezas, los placeres y cuidados de la tierra
semilla que el Cielo <
omparados al campo lleno de espinas. ¡«Felices oh! los que
escuchamos de la boca del l migenito del Padre, cuales son los ru-
que debemos evitar para «pie sea fructuosa su palabra. Pero ¡ah! ¿es
taremos acaso después de tanta- luces muy lejos de la ceguedad en
que perecieron lo- Judio- ristíanos si teniendo
- avisos que ellos no desprecian menos los dones del Cielo?
¿Cuál será la suerte de los que han sentido los efectos maravil'
de la Divina palabra, que han visto brotar en su corazón esta semilla
y pir falta de fomento la han dejado secarse y perecer? Yo creo, her-
man< ■ te ningún ie ■ ía de I >:- <s
tquettoa que habiendo dado . ,j,|, $ a sus llamamieiü scui-
por levedad, e inoonstaneja hacen á cada instante inútiles 1'^ pri-
men- pasos de su conversión. Estos bou los que reciben la semilla
sobre un corazón duro en verdad, aunque dócil en la apariencia
sHpra petram </"/' cum ¡/auilio suscipiunt verbunt : et h¡ radices non //</-
bmt. Que vuelven al Señor con las miras; pero que lo abandonan lle-
- de la tentación mas leve. <jui <;</ tempHS creduni ti in temfore
ttntationis recedunt. Cuanta pues tengan que temer estas alma- in-
Dioa de cuyas gracias abusan ■
por respecto á la aparente docilidad en que confian, es de ¡
quien hablaros. I'.l S - labios palabras poder
conmuevan vuestros i n el -auto temor de su- jui
\o es una sola la senda de la perdición, ni siempre tan manifiesta,
que tb) deje lugar al amo a buscar ilusiones con que des»
los que durante la vida llegan a feliz
de abandonar tranquilamente la esperanza de salvarse Cual anej
• ■ o «nsuela • nu estéril
un d< ■ i tanto qu i ,i por huirlo. Mas al fin conocen
su riesgo aunque lo a m están
erecer en él con* • ha d< > ispiritu Santo : pero •
334 vtl'
IK halland
peligro, nada - - staj
errar tan gr seramente, en med
ciar: ■ -. y en tan grande abundancia ke gra -
tanto> y tan fu
te d Mundo, y ya que tant.i
tra ■ rmbre que lleva en su freno
de la esclavitud de los vicios manchando la que recabu
tisnio. Hl Mund
lo. ' ducta «le i - feliz la que yo quiei
minen. Ciegos son dios y i
diciói
tende seguir á J le sabe
prevaricad! esperanza
mente bu rebaño y su herencia i
campo suyo estuviese tan limpi i de citan ia el
■ le Si Mas se creyera que entre I eciafl 'le -<
ellos mismos se causan, son la parte más cierta de 1" rma-
del Mundi ras de l.'t
tad * en el aúmei i de I -
inconstanti
i de la semilla
a cuya dureza y
. í'liiui cecidii supra petram
i prontitud la palabra de 1 Koa, producen al-
gunas hojas de 'liras exteriores, que fenecen en breve, faltas de rai-
•:i al lin (oídlo | lidias al
nía- debites, duras por su misma 1 1 a < i
■ lómalo, que huyendo de loa remordimien-
tos, v ii" dt- los ddh en a la virtud, a
y Coman mi exi las las primeras impn
r las mismas nía Ucearon, basta que
te de sus placel i
i.- este ni *l . de su d I ■■ \ de sus
Mas ¡ah ! dsspuM
hras ¡Poi rentura hal • ebido en
DE DON JOSÉ M.* ' KESrO 3-;5
hora »r que pretendí • ins y que merece el estad» i en que se !iallan?
I .a- luces débiles y engaf* sas á que se miran en el Mundo las ■■■■
des de la Religión Santa me harén temer que vuestr* •
tante puros, y que tal vez no veáis el abismo <le iniquidad qui
ibierto en estos corazones inconstantes. Oid, pues, su sentencia de
la misma b ca del Salvad •■•'.
Un Padre, decia Jesús en otra ocasi -. llegándose
.': un > de dos Hijos que tenia, le rogaba que fuese a trabajar en >u viña.
revidamente le responde que no quiere. ///.• ante»:
pondens, adt. Molo. Llegándose :il otro le pide lo mi-mu. v este, res-
• i punto va á obedecerla At Ule respondáis
ait; Eo Domine. Ma- no correspondieron los efect « a la- pala
El primero lleno de horror de su insolen -i la
viña y ejecuta 1" que habia negado á su Padre. No asi el seg
que b ¡ntas palabras encubría un corazón rebelde: Se aparta
ile su Padre, y no cuida de cumplir su promesa: Eo Domine: et npn
hit. ¿Cual de estos dos, os parece, continuaba J. C. que merece el
nombre de obediente y verdadero hijo? YA primero sin «luda res]
den los oyentes. I >e verdad os digo responde el Salvador, que los
publicarlos y las ranu aventajarán en el Reino de
La sentencia proRoncíada contra los Judíos á quienes significaba
el hijo hipócrita de la parábola se cumple á la letra en t"d(.- aquí
que copian esta conducta en su débil é inconstante virtud. Mas i
ranza de eterna salvación haj para 1 - . une para
penitentes. Publicani et meretrices pracedent vos m
regnnm Dei. Si el Pueblo Cristiano, fondo la< verdades
fundaméntale- de SU Religión, la^
\ dar su verdadero
val n
• uentemente en Jueces de loe jue-
riy injusti i • ■ - .id' ■- i ad
de que phm y de mas difícil ]>er-
<l"u. Pero cuan diven • nucios del Utis
número ni la graveda idos loque sella la conde-
• del alma en emete: '
el abu fe inutilizan por ellos Vlmas in-
constantes que ■ llamamientos amorosos del Señor ;
burlaros de ellos con una falsa obediencia, que a cada momento le
metéis, 1" que jamas ejecutáis, que dejais l>r<»tar las obras de h
! dejarlas <■ ai r tan repetidas veces, ¿juxg
336
que
i
funesta que la
ver - la ira
. luz, que ;.; - lia brillan
¡ah ! que no lia brilla
delincuentes habiend M-.-jor fu<
. que
-al i i ¡a. Aíclius
ÍOHÍ jitstiti,, feliz en que la \.<>r\«:
ceguedad
verdades i
algún exce Mas ¡ah! la mi
repetidas veces. ¿Y por qué hemos de ju unen-
te que nos parezcan demasiado
tra ra síonada. I [eis aqui, que j
la virtud el S
tautista. 1 1:
unum sermonan ¿Qué i
de vuesl • imera al Mun-
do, y apartaros <lel <• ha-
béis hecho traición a J. <
de la mano del Al: ¡ -
Raqui
tgrimas fingidas habeü
natural de > que un vil temor d<
entir delante del Espíritu Santo? Ha dd
i, ó veleidades de
la misma duda
I. C. las lii¿<>. Ai Mi cogüobant im,
que rl para ellos un coovencimiento I
que su es uderas, que - na»
i ido d< ' cotido, que el Señor ha d<
ellos las
r de
su ¡ra el raenosp
pentimiento i
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 337
su penitencia, tendrán valor para confesar su hipocresía. Si autetn
dicimus ex hominibus Htnemus turbam. No hay efugio, no, para los
inconstantes, y este convencimiento que los priva de toda excusa hace
su estado mas infeliz que el de los otros pecadores. Melius erat Mis
non cognoscere viam justitice. Mejor, mejor mil veces les fuera no
haber conocido la virtud: tuvieran aun reservadas en el seno de la
bondad infinita las gracias toda.-, que mereció la sangre de un hi"-
hombre: ahora desgraciad*», que ó han malgastado su tesoro, y el
fondo de su esperanza, ó se han burlado de un Dios, celador de sus
injurias. De un Dios vengador que castiga el desprecio de sus gra-
cias con la substración de ellas y con la maldición de su boca orani-
nte. Hombres que en vuestra inconstancia os serenáis con la
facilidad de vuestro arrepentimiento escuchad no anticipéis vuestra
condenación. La conversión es un efecto de la gracia, esta gracia
o-, el valor de la sangre de J. C, Ella á manera de un roció celestial
baja sobre el corazón, 1" conmueve, lo ablanda y hace que nazcan
en el Erutos <lc vida. Si este roció llueve repetidas ve
el ■ u dureza ó si logrando que brote algunas h
y arrancadas al punto burla el corazón mismo las esperanzas del
Ciclo, no frustrará, n<> podrá huir la maldición de Dios. A!si lo tie-
ne jurado, y asi lo ha anunciado jx>r el .\|«'>stol de las Gentes. I. a
tierra dice, que bebe el frecuente roció y no produ
v espinas es reproba y está cercana a la maldición. Reproba cst et ma-
ledicta próxima. Terrible maldición que cerrando los Cielos endurece
al hombre de modo que se cumple cu él la amenaza de Dios en el
Levitico. Dgboque vobis caelum desuper sien! ferrum et terram
ceneam. Cielo durísimo que no lloveí stos pecados sus gra-
cias, como habéis oído, y tierra 'le broiic- mes que no
(lucirán fruto, como OS lo haré ver en breve. Los Juicio.
Itos bajo una oscuridad impenetrable
a los ojos de 1 « hombres. El Señor es un l»:.~ escondido, según la
expresión de su Profe tanto que
ia Fe, no i ■ ellas. Veré tu es I 'rus dbscon-
dtttis. ¡Oh cuno se palpa esta verdad en la conducl res-
■ !<■ la Sal a< n de ' ■ mores! Mientras «pie dura el t:<-
que. les ha concedido ante los siglos para «pie e
de mi libertad obren su eterna -alud, solo les deja sentir que vela
ellos, manifestando -ibra-. y da
lino de pa en otn i tiempo a v nduc-
. a al hombre su li!>ertad dand
• >bras que templen ui t que
irresistiblemente los atrajera á su hermosura. Si, herma
338 VIDA y OBRAS
nuestro 1 >■ me duerme, especialmente
mal" ibres pecan tranquilos, los ¡xxa
exaltan en sus iniquidades, y el Gel
lenes. A la \ isia de esta legan
á creer que jama- vendrá sobre ellos el castigo.
. dicen los malvados y ¿qué dan •
avi et quid mihí accidii tristeí ¿Mas el Señor de cuya raai
podrán huir en se <la prisa como los hombres
débiles á tomai la venganza? ¿N< una etemidi
si que nada ven mas alia de sus sentidos,
sienten como la paciencia de Dios los empieza
Mundo, y cora > la tranquilidad de que gozan es la venda que
sus ojos para que á manera <le víctimas caminen des
orificio. ¡Ay de aquellos que en la boca del abismo no sospechan de
?u riesgo! ¿Y es otro el estado de las almas
puede entrar en los secretos de la predestinación, ni nadie jamás
fué consejero del Altísimo. 1' cer la- infidelidades de
• ¡de á 1 <6 cuidados del Sembrador, es maldita: mas cuahd
naldicion, ni ella ni los demás homb
lo. Si la maldición que ami
tancia en seguir los llamamientos del Ciel
horren
mente menos funesta que tigo de las infidelidades ¡
entregados corporalmente al poder <lel 1 )<■• el in-
cestuoso de Corinto i >c¡a de San Pabl >, al
lores clamarían al rielo que jamás desprec con-
tritos. Qamarían j por molió de loa -al
vos en el <lia del Señor... ¡n interitwn carnis, ut Spirihts sahrus
sit ¡n Die Domini. Per., no mi.
la esterilidad d< erpetuamente sobre d
estado <le su conciencia, nada encuentran en si que p ules
un ni i I .i historia de i es la misma q u
siemp ■ en seguir al Señor en la apariencia y en da
primeros icuentran nueva dificull
versiones cterior arreglado, cuitan i
isas \ a • -• ran á los p i rin-
den su corazón á los ríen
entre los Mundanos. Sien
as lian nacid i Siempn de los vicios, y siempí
nes ¡Dios Santo! ¡Y por ventura mudan
<le aspee! ■ después de haber incurrido en tu maldición! No, Cría-
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 33g
tianos, estos engañadores siguen la suerte <Je la higuera en que el
Evangelio los representa. Llena de hojas pomposas cuando J. C. se
llega á buscar su fruto no es condenada á otra cosa que á permane-
cer en su esterilidad. Nunquam in te uascatur fructus in sempiter-
niiiii. A!si estos infelices de-tinados al fuego, no dan otra se»al de
su condenación, que aquello mismo que se les ha merecido ¿Qué
podrán ver en >u alm;» para que horrorizados clamen al Señor y se
conviertan? ¿La esterilidad de sus conversiones anteriores (que no
les hizo temer) podrá hacerlos recelar viéndola en las siguiente*?
uoharán 1.-, llamamientos juzgando que los obedecen, oirán las
reprensiones de los Ministros, pensando que se poseen de ellas,
verán delante de sí abiertos los abismos y no darán crédito á sus
ojos. Ut videntes, non videant, et audientes non intelíigant.
Ma- ¡Ay de estos infelices cuando llegue á desaparecer la ilu-
sión que los engaña! No permanecerán siempre sus ojos oscureci-
do-, ni acabarán su carrera en la ignorancia que ellos se han forma-
do del destino de SUS almas, i .'recline. Fieles, aunque cuando los
pecadores se empeñan en engañarse, su engaño solo dura hasta que
está cercano el juicio de Dios: jama- esperó ningún malvado sin
presentir las llamas que lo esperan, Yo minea podré creer que de tal
modo se cierra el Cielo para los endurecidos que n > mande ciertos
rayos de luz sobre su- alma-; pero es verdad evidente que ellos los
convierten en su daño, lln aqui el último efecto de la inconstan-
cia estéril. Cuando acabado el tiempo que l< edid >, llegaren
á recibir los últimos llamamiento- de la gracia, cuando una luz clara,
aunque débil ilustrare aquel entendimiento, entonces, con un mortal
pasmo conocerán su situación horrenda. Xo hay duda que -i qui-
siera pudiera con e-ta vista volver en -i y llamar al que jama- des-
echa los clamores penitentes; mas no 1" liara, l-.l corazón peres
dice el Angélico Maestro está mas di la desesperación que
ningún otro. Poseidode su indolencia debilitadas sus fuerzas que nun-
ca puso en ejercicio, cae de animo y -<• aUate desesperado á la vista
de las dificultades. ,(,li Di | por ventura evadir este funes-
to fin un corazón acostumbrado á recibir llamamientos, a escuchar-
los con animo fingido, á dejar brotar las primeras hoja- de las vir-
tudes para hacerla- perecer por falta de constancia? ¿Adquirirá nue-
vo valora la vista de un riesgo que apenas ¿S
esforzad* > cuando tiene meno • •
quien tantas derramó estérilmente? ¿Querrá valerse «le i
rea con que tanta- ve< si y pretendió ei g
Alma-, débiles i •■■ que alguna- escuchaia mis
. abral los tro - No dejéis perecer la se-
340 VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ IC.» BLANCO Y CRESPO
milla de vida que el Señor ha .sembrado en vuestros corazones. Tal
vez erripez .ir fomentada por su gracia. No la dejais sacar,
-tra condenación. Nb es el ardor de b' beata
quien seca ¡a semilla, es si la falta de raice.-. l:t hi rúdkts non ha-
boit. Si al punto que la gracia os ha llamado, y lia empezado á mo-
veros á penitencia, si cuando están débiles, y i«cién nacidos mu
-. en vez de conservarlos COTÍ la retiro, los ex-
ponéis imp ente al aire infecto del Mundo, al ard
tentaciones, podrán crecer y llevar fruto- Perecen
de raices, j - engañados vendréis á perecer p>r la venganza
del Cielo. No confiéis, os diré con San Bernardo, en esas aparente-
virtudes que empezáis á ejercitar y dejáis luego extinguirse. Mirad
que cubría vuestra desnudez con un vil é inútil vestido. iQuatn
qua-ris operímentum! Cubiertos a vu» ¡aa da las
iles conversiones que emprende:
liaros neciamente tanto que dura la vida. Fotia tiiim sttitt
quee intueris. Mas cuando la luz del Cielo venga 1 sacaros de
. herida- en; toces de a del
Altísimo desaparecerán como arrebatadas de un viento imi>etuoso.
Orto divique solé arescent et ventus urcas disperget Utas.
abominables en la presencia de Dios clamareis, almas ¡n-
felices, .1 I que os cubran, y .i 1 cuiten
l seno. /;; pero nuda et misera rctttaneHs. le el
Señor o- llama de nuevo no obstante vuestras ingratitudes, oi<l su
voz a •! en vuesl mes la Divina semilla,
mentadla y regadía con lagrimas de penitencia, reservadla
timidez de 1"- peligros que el Mundo le prepara. Este cuidado
el < 'icio d
1' intes para la \
. ls¡
§ 7°
SERMÓN DE LA FIEsTX DE S. FERNANDO
JHS. M.1 JPH.
Invocavit Altissimum pot.entem m oppugnando inúmcos undi-
qtu ct audivit illum magnus ei sanctits Dais : : : L't cognoscani
gentes potentiam ejus quia contra Deunt pugnare non est jadíe.
Eccli. Cap. 4''
Invocó al Todopoderoso para vencer á sus enemigos y lo escu-
chó d Dios Santo j grande: Tara que conozcan los Pueblos su po-
der y sepan que guerrear contra Dioses imposible.
Las grandes acciones de los héroes cuya ilustre vida ha conde-
! >a la humanidad, y cuya memoria se ha transmitid.' por larga
serie de años como preciosa herencia en que si todos los
homb '"van sobre nuestro corazón tanto imperio como tu-
vieron sobre la admiración de nuestros antepasad •-
Los hombres, malgrado de su orgullo, se ven arrastrados de una
fuerza irresistible á dar un testimonio en -u pasmo ó en su agrade-
cimiento á la superioridad de aquellas almas generosas que suelen
aparecer «le tiempo en tiempo ]>ara excitarlos de SU abatimiento y
para hacerle á su perdida y primitiva grandeza.
Esté halagüeño sentimiento que la memoria de los hombres ilus-
tre- excita en los demás homb ■ iendo las ocultas -emulas
de generosidad y elevación que la mano omnipotente ocultara en
pechos, los llena de una noble emulación y Ie> hace tomar parte en
rria de aquellos á quienes tributan su. enardecidos eloj
Ma- [Cuanto en la narración de
chos memorables se reuní
nación exaltada á la vista de < ¡< * se presenta las
i
eidal
342 VIDA Y OBRAS
■ huían exponerse á l< ¡de dilatados
viages - . del dulce enajenamiento que causa la vi>ta de las
antiguas ruinas, habitación «>tr<> ti<.-iiij» « de pu<
el <|uk-t<> silencio de algún valle donde tal vez se di
bren los restos de miles combatientes que allí dieron un espectáculo
i la naturaleza y derramaron su sangre.
Ilustre.- soldados que me escucháis. • ■ tnpa-
s ya anticipado en mi nur-
No habéis, no. venido a este lug escuchar las alabanzas «le
algún héroe des una
dilatada sucesión «le añ'«s exciten una tibia admira i [uen
tra curiosidad, no de otro modo que las exageradas pi -
-cura (tradición suele transmití] i blos.
t 'aliara y« > : y este respetable i
enaria «le un tu ki uno al mon
de Se\ illa, al « itria.
al europeo más enemigo de nuestra gl ■
Non o de Remando 3
el ángulo oscuro <!«■ nuestra España donde puedas resonar sin que (c
conmuevan los pechos de los que te escuchen, cuál la culta n
donde no bastes a tu elogio? ¿Y temeré por ventura < ■ .|uc
empañen tu gloi
Venid, guenreros valerosos, los que trilmt..
Fernand ■ . le la guerra, qw
heis mirar con eno el hierro y fuego «leí ei enid,
muros de la Ciudad en que habitáis, mirad los
campos que la rodean, las aguas que la bañan. \lh.
el campamento de Fernando, m
t«-s enemigas en t.mt'» que sus naves vktor iban «leí
ajestuoso que miraic npos fuero 1 l««s
cadáveres de sus ita es la «puerta por doi
fante. \ olvereis luego 1"- ojos hacia ese augusto templo,
cuchareis o el ara ante la cual postrado rindió SUS lámeles al l»i"s
Natalias. Tended la vista en < •
ni elevadas pirámides <|tte recuerden al Conquistador qu<
protege ni sus 1 deadas de trofeos militares ¡débiles
■n que los hombres débiles substituyen á su fi .
andi • |ah I el . d vencedor, el inm«
spada que en sus manos conquist
de la Relig
Falaz
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 343
de los oradores del siglo, ¿para qué necesito tus adornos? ¿para qué
los colores con que pintar al vivo Los héroes que celebras? ¿para qué
los amenos cuadros en que animadas ¡x.<r tu ilusión ^us cenizas re-
nuevas .i la vi-<ta de los h viibrc- las acciones que el tierna» sepultó
en sus ruinas? Tú, ¡oh Conquistador glorioso! desde ese sepulcro
que enriqueces, hablas más poderosamente á la muchedumbre que
te rodea que en otro tiempo los descarnados huesos del Patriarca
■I »sepl] hablaron al corazón del Pueblo Hebreo, y n > necesitas de
más alabanzas que tu presencia.
Creedme señores, en otro lugar debiera temer (pie mis palabras
fuesen indignas de mi asunto: en éste me parecen inútiles. Y aquí
terminara mi elogio si pudiera imaginar que pudiese mi
tener algo de común con el de mi elogiador profano.
Búsquese e del sabio Rey Femando, pronur*
cien otros labios las alabanzas del guerrero Fernando, ensalcen o
voces ai ilustrado Conquistador Fernando. Mas en este lugar, mis
labios y mis voces solo pueden resonar al Santo, al bienaventurado
Fernando.
5, que aquí rendís obsequios
á vuestro Patrón, vosotros llamáis mi atención y sois deudores á mis
instrucciones sacerdotales.
soldados y cristianos, y á la vista, pues, de un guerrero santo
■ 1 camino por donde adquirió la gloria que admiráis. Su
gloria la debió á su religión. Invocanñt Altissimum patentem m oppug-
nando immicos undique. 1-a vuestra, a que aspiráis, come
erosos, la deberéis a su imitación. Quia contra Deutn pugnare
non esi facüe.
Virgen Santa, ante quien tanta i ernando al Dios
de los I- !• -iya intercesión debió sus triunfos y victorias:
vi tu bondad á ninguno desecha de los que te invocan rendidos, ^*>-
cerrar tus oidos al ruego de quien t* tan
ente consagrado á tu servicio? señora mia, la
súplica de los que I Ave Mttria. .
PRIMl R \ PARTE
Si el nombre vano de gl< randeckruerrt > hubiera <le re-
I el mun-
■ querría ser tan débil que I
cura- de la niñi pequeños acontecimú
que preparan la lio, y aun a
la »eli
344
VIDA Y OBRAS
des que < mb ar. epresenta á nuestra vista la
historia d< yoresh ■ . • . a nuestra
admi s que cale:-.!..
Im[K de la bajada )
mbre fod orgullo, y á trueque de no
i alguna que sobrepuja
su debilidad cuanto se le aceña y en reducir á
Mi rail en 1» ca de esl
á quienes tributo la antigüedad honores casi divinos. ¡Mi
- la ruina j
la victoria á la espada de Alejandr
delante d<
enem pukó en el oh ¡<j \l .
narquías? ¿Quién ele
I . .~ sabios os descubrirán
fi
ocultos muelles que han dado movún i máquina
acer de un conjunto de pequen
grandes conquisl una menuda oombii
cias ' ■ evés de 1 ' fin
funesto de sus glorias. ¿^ »ta la
grandeza por que se desviven i ih que ver-
dad e^ que tu so de ti la gloria de
i
i ella habita, el
mundo y
.!c di se atribu) e <
ina.
¡Ah ! lo diré: Si la tierra ha d
no han de merecer nuestra indifi le la
«le llamar une-' . irar el mundo desde
■
el que di la \ ida
• i los hombn ••e ella y la daré 6 aquel
i (¡ni placuit iii óculis inris. < Jerem.,
Ved • d« I- I:,,;
Ved delante <lel omi
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 345
te tierra. Ved pasar á los ojos de su profeta las Monarquías de Baby-
lonia, de Media, de Pérsia. de Alejandro y de sus
No nacen, no, para saciar su orgullo; no para dar un vano espec-
táculo de explendor al mundo: Cada cual recibe su destino y lo cum-
ple, aunque lo ignora.
En unos prepara castigos a su pueblo; aquél nace para su resta-
blectmieoto; éstos ¡'ara ser sus protectores, aquellos para conservar-
lo aguerrido, y todos pama preparar una dominación mas extendida
que fuese el campo en que plantara su Iglesia
ed ahora, mortales, cuál es el origen de la gloria verdadera,
cual la medida del mérito en los héri
Dios es el solo que señala sus destinos; I'ios quien da sabiduría á
sus consejos; Dios quien forma sus brazos para la guerra: quien en-
sus manos á manejar la espada, quien ensancha los térmi
de sus dominios y quien pone limito á sus victoria»
En ellos sólo se lia de mirar cómo han conspirado a estos altísi-
mos designios; m han servido ,i la gloria del Altísimo siendo el apo-
yo d, ¡dos, Ó si habiendo servido en sus manos para casti-
gar los hijos extraviados han merecido ser arrojados al fui
el antiguo azote de los judíos.
Sólo por esta senda pudiera conduciros a ver, no á los ra\
una luz engañosa, sino á los de la religión t, el noble obje-
to de nuestros elogios. ¡Cuan sin temor de degradar la nobleza de
mi asunto, os conduciré para admirar a Fernando desde la Cuna!
i la memoria una amable niñez ilusl
con la naciente vislumbre de la-- grandes virtudes y adornada con la
■ le los más tiernos deberes! |Ah! si fuese '¡.ido á los hom-
de 1 • futuí •. si pudieran entrever por el
■ velo en que la Providencia oculta - an-
gustiados y valerosos españoles que visteis nacer a Ferna
otros hub cuantas lagri-
mas • su cuna viendo en ella te esperanza
de la afligida Patria. An ¡oel yelmo que .
s bramando de furor, arrastrar a vuestros hijos y a \ ue¡
amigos a un despiadado cuántas vives hubierais fijado
tros labios trémulos en la- delicadas manos que habían de i
char los | ¡i . cautividad. Madres, viudas desolad
el llanto amargo en que I; i tpada del alárabe
ñámente sumergido, > alzareis las manos á los cíelos para bendecir
al \ ■ ' In-
fante la espada y al pui I
cierren á la luz del día.
3^6 VIDA Y u!
;V es ice para D .«iK>ria «le la niñez de Fer-
nando que fue pi
<s de nuestra admiración K>^ camtn
i üelo I ndujo ai Trono de que habia nacido lejan"? ; No adiuira-
remos la — de dulzura con (|ue lo previene v lo prepara
para la '-lira á que lo había
siempre gran
a p den isa • . fin á <>tn> fin.
Hn van<> un hijo mayor de Ui n, padre de Fer-
a el nacer. En vano I le SU
abuelo materno Alfoj la subida dd 1 1
El Cielo, que a pesar de mayores obsl • la primo-
genitura, guardaba entran .1 Fernando. Ni
-u Providencia en haberle «lado por madre y p á la pru-
virtuosa Merengúela.
jAh! -i l«>- hombres o • se engañaran siempre con el
le transmitir á la posteridad memorias llena- de 1> ■
hubieran conservado I Anales de la virtud,
lugar tan distinguido ocu señanza de Fernando I El
más sabio Rey de 1"- mortales pluma en perpetuar la que
debió á su madre. ¿ N< mlasinatru • .aun
ite me quejaría de
cuai d irvan Lndelel
. cuando - ui en las virtudes, en las
proezas de Femando. Bien puede |« ■ - ar-
tífice, nía- vivirá en sus obras el saber que la< d
Tien luciente 1 ¡tarse.
1 carrera himñ
Mas perd madme, señorea, -i he detenídi n, an-
iciarse en la> ma; el » conquista
- ■ preparamos con su
adable brill
úbitamente los rayos del sol ski deslumbraj
de Femando por su destii
juventud p juió, y toda su vida poi la
ria que dio que mereció su fidelidad •
la en la ir»
I as lágrimas di
¡d< ■ las 1
- . M.' BLANCO Y CRESPO 347
que el feroz fanatismo de anos bárbaros opresores había derrama-
do sin medida, clamaba al ' el anea. Mezclada con '.-Ha la
de los ilustre-, mártires que habían planteado el cristianismo en e-nas
Regiones amadas del cielo, gemía hollada por 1<» inmundos pies del
mahometana Y si aún quedaban reliquias de la maldad antigua que
había atraído azote tan cruel sobre la mísera España, ¿cuándo ha es-
perado el Dios benigno de nuestros padres á que no hava injv
• la tierra para perdonar á las Naciones? La España había llorado
sus maldades; millares de justo- levantaban cada día sus ojos la-
crimosos al cielo, y Tú, Señor, que estuviste pronto á perdonar una
Ciudad abominable por un corto número de inocentes, no podías "ir
sus ruego- afligidos sin hacer l.aj.cr sobre la tierra tu misericordia.
Si, España, sí, amada Patria mía, levanta tu rostro de entre el
l*.l\.., enjuga tus ojos del largo llanto que los ha consumido: Tu
libertad esta cercana, y ya empuña la espada el guerrero á quien
■ I i ielo lia escogido para quebrantar tus cadenas. Mas no fijes
tu vista sobre ninguno de los I ronos «pie en ti se han elevado á des-
pecho de tus enemigos y con grande riesgo tuyo. El Cielo, que vela
e tu conservación, vá á unir los más poderosos en un varón es-
cogido por su Providencia, (pie no empleara el acero , <■ de
mis h< - .ua satisfacer una emulación destructora y una dis-
i.i más funesta que la espada del Sarraceno. La voluntad de Dios
no encuentra resistencia.
I '.— ande al Sepulcro, oh Alfonso de '"astilla, no ere- tú á quien
ha escogido el Señor para libertar el Reino» Nec hunc elegit dómi-
nos, i Reg., i, c. 16 I
Y tú. tierno sucesor de la Corona, débil Enrique, no esperes ver
tus manos r<>l>i! i upada- con las rienda- del Gobierno. I'l
golpe que lia de cortar tu carrera baja ya sobre ti. El Señor no te ha
escogido. — Etiatn hunc no» elegit dóntituu.
Sube, sube, '>!i joven Fernando a ese solio que te ha disptv
lo. Sube y no temas la- asechanzas que te disponen unos ambicio-
asallos que aspiran á dominar la (.astilla: No desmayes si la
mano que debiera afirmar tu < brona, Be empeña en arrancarla d<
sienes: si tu mismo padre levanta ejércitos contra ti: -i mucho- de
tu- pueblos, seducidos, rehusan declararte por su Señor. ¿Quién re-
sistió |amás á lo del ' !iek>? Los rebeldes escucharan su
que te declara \»>r >n Rej y vendrán humildes á re 'laje.
Surge: Unge cu///: ipse fSi enitn. ii. Reg., c. "
Dios, que había entregado la España en i nando;
. que i"-r secreti ü Trono, «."lo-
J48 VI D.* Y OBRAS
cado ya ^n él, i escuda contra sus ene:i :>ieza á dirigir
■.nía.
1 Rey de León conduce sobre Búngos, se ■
-tad herida dd viento. Las
jubajadas al auero Re]
beran-i. En van" tienden lazos sus enemigos, en que ell •
, ■ ■
ios del I ■ ■•'. •: en bre-
illaran el ca-tig. > de su pertinacia
despechados los < ides de Lara
vencedor. Alfonso, <|i>e mira]
de Castilla entre !a< manos <le su hij le la última enferme-
dad sella su odio queriéndolo desheredar,
bres disponer di tra d querer dd Dios que los ha «le-
la- de Fernand
zan las d |ue unidas ser h
herencia de nuestros Reyes
Hed aquí el momento, oh pérfi ■.. hed
aquí el momento de vuestra ruina. ] niria
para siempre d fuerte <le ísrad y que fija .miente vui
inmundos l amada. ¡Ahí que d bi
dujo niento de su pueblo, d mismo brazo rir en
-(H.M]a <le vuestras ab 1 Temed, temed á una Nación >iut'
jamás el Cido ha abandonado; temed á un pueblo oprimido por
ira- tirama- \ que ha reunido sus fu ta de su li-
' -i pudféi
de Fernando, dai
zón que en otro tiempo 1" Mhdianitas
• :- man - I
Hdit riiini Dótiríntu in numus ejus Madia*, ct
óttutia castra ejus, (Jud., «
Fernando, • ya su Reino, no pudo dejar de vol
Patria escl
que habiendo sid • los print ifrir el bár-
■ furor dd Mahometai speranza bajod .*lia-
do 3 ■ ¡as de 1"- eauti-
de la iii'H. ida Mu
■ lo ocupa ■ ntan á su memot
la redención ante los manchados por un culto '
1a que el J
: ••■ de la 1 ' •- >m ■ i
DE DON' JOSÉ II.* BLANCO Y CRESPO J49
un nuevo Reino, sumergido en delicias, duerma tranquilo sobre el
Trono. I.a voz de guerra vuelve á resonar |x.r toda (astilla, y a esta
voz se enardecen de nuevo los corazones. Fernando no ha mem
jamás forzar soldados para formar un ejército; emptlña la espada, y
al punto se vé rodeado de guerreros. La victoria camina delante de
él rindiendo á sus enemigos. El Rey de Valencia se apresura a ex|ui-
var el golpe, que mal escudara sino acogido á la clemencia del Con-
quistador. ¡Oh, cuánto más gloriosos son los triunfos que gana el va-
lor temido que I06 que erige sobre ni ■ dáveres después que
ha esgrimido la espada! Estos suelen llenar al enemigo de un valor
despechado cuando aquellos hacen que se deslice el acero de entre sus
• El '!<• Baeza, atemorizado por SU fama le habia ofrecido tri-
buto y auxilio para las conquistas. I.a guarnición de Quesada había
probad i que el Rey de Castilla sabía mezclar el rigor con la ciernen -
Víártos, An. lujar. Priego y otras fortalezas habian en cambio
•!o una tenaz resistencia. El Rey de Sevilla, temiéndola tem-
1 que aún está lejana, había firmado una tregua que lo hacia
•ario. Fernando tenia abiertas las puertas de la Andalucía CUS
fué llamado á León para ceñir -
.1 >ri' isa carrera, sembrada de laureles, coronada de triunfos,
se presenta delante de mi vista! |oh quien me diera ilustres escua-
drones de Fernando copiar en mis palabras el esfuerzo y valor con
que brillasteis cuando reunidos bajo las banderas vencedoras de \
tr> Rey, conteníais apenas el ardor q aba! \^U-> valerosos,
>S nombre- vivirán en tanto que no se extinga cu los ipooll
amor á la sólida gloria ¿qué voces podrán bastar a vuestros elo£
sufrid de nuevo que vuestro brillo se pierda entre loa resplan-
dores de Fernán
; \h' ya se adelanta al fie Hitad vuestro po-
der, viles Opresores de la España, buscad en vuestro despccli-
fuerzaa que ha debilitado el temor: Vuelva el África en mal hora á
inundar nuestras pía] ímjos. Noes yaeldébd Ro
drigo quien os espera. El númt crviria para au-
mentar el valor v la victoria del Monarca de (astilla. ■ mo-
do que la espesura de una selva aumenta el llegó á pren ler
- tañías.
Mi débil, mi flaca voz podra pintar >us vic-
tofl , •
Si va 9e me comedí. I leticia mas que humana, NO cm-
1 1 narracióri enxría
la ¡jl ría del ¡ji mde Conquistador de mi Patria, si me aire-
35o VIDA Y OBRAS
vier .i ir su denuedo, cuando vuela al sitio de Córdoba, al
frente de - I - too sóida
livirporla vez prime ' des-
cubierto en balsaa de travados leños txpoett
me; "ial)a el puente y las '>rilla>, ya cuando inundada en
sangre se ande la Ciudad á su • lleva el terror
Jaén y (¡ranada. V no se me quejarían tus ilus-
tre Sevilla! si mis palabras desdijesen de la viveza con qiu
badas en hazañas de Fernando. ¡Xn hay
un i en que no a ' pue*
blo Sevillano! Si el ciudadano „'oza la amable paz que ofrece d
de una numerosa familia, dá gracias al valor de Fernanda Si el la-
brador tranquilo en medio-de -u heredad, mira mieses que
no vendía a talar una man., enemiga, fuente es de -u ]>lacer el valor
>\v Fernán ! • Si unido en l"s templos d pueblo tiel di ación
al I >ioí de las misericordias, mezclados con ella suben mil suspiros de
idecimiento k Fernand igrados muí
victí triunfos á la juventud, y la niñez
JYn. ..i donde pretendía arrebataruu
¿Es ampo de batalla d único teatro donde
gloria del héroe cristiano que edebro, para que >•• me queje de no
poder ocupar vuestra atención con la menuda reseña de sus campa
,<>h cuan) a á su dulce memoria
con la de aquell • la humanidad que ha .lee!
nombre de conquistador I Héroe piadoso nu-
los hacinados cad.iv< ubríendo el cam
tu victoria, sin protestar al (."icio que no n oda la ambi
de extender tus domli ría dd nombre di
asie con i - la muerte de tus soldados? La
espada dd Sarraceno te hería en cada una de '..-.
motaban á la libertad de la Patria. Ministi ib dd Al
tisin ■ han
provocado su ira: |kt" vuelves tu ''pe.
is, los trofeos d< eter-
■ d la memoria de 1 « • su nom-
bre en los fasl ■ de
ha eh-. .»■ I • i j, y la humanidad lo
tre st)., bienhechores? \ olved los ojos |*>r un momenl ¡rre-
traordinai idlo en aquellos
ncimienti •
DE DON' JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 35 1
liosos con la admiración del pueblo que los circunda, ensanchan su
pecho para gozar el fruto de sus afanes y el apetecido premio di
peligros. Miradle cercano á los muros de Sevilla: hacia ella dirige stt
triunfo. Un numeroso séquito forma «.-I cortejo del vencedor. Lucidos
escuadrones de los Capitanes más esforzados, de los maestres de las
Ordenes militares, de infanzones y ricos hombres de Castilla y I
edén el Carro triunfal. ¡Ah ! no busquéis en él á Fernando. El sabe
á quien son debidos sus triunfos. Tú, oh Virgen Soberana, tú entraste
vencedora en la Ciudad que debió á tus ruegos ser la Corona de las
victorias de Fernando. El Conquistador sólo se halla digno de ocupar
tu lado, la espada desnuda sirviéndote de guardia. Venid guern
venid conquistadores, admiraréis un triunfo á cuya gloria jamás pu-
disteis aspirar. Veflcer sin injuria, rendir sin crueldad, conquistar
agravio, triunfar sin humillar á los demás hombres, sólo puede ha-
cerlo un héroe religioso. Renováranse en buen hora las costumbres
déla Ciudad que dio norma á los triunfos militares: fuese 1 fe i t < > a la
multitud que concurre á la solemne entrada publicar los defectos del
triunfador. Vasallos mal digo, hijos amad'- de Fernando ¿habría
entre vosotros quien pudiera echarle en cara algún agravio, alguna in-
justicia, algún defecto? Las lágrimas de ternura que se deslizan «le
su- ojos son el testimonio la bondad dé su Rey.
yo desafío á 1"- mismos vencidos, á que en medio de la amargura con-
cille abandonan los fértiles campos que usurparon por tantos añ •
cien su enojo en la fatua de su poderoso enemig ». ¿Podrán acaso cul-
par su ambición, podrán llamarlo perturbador de su- hogares, opre-
le -u pueblo? Traidores! Fernatado jamas os hizo injuria: infeli-
rtros -i él supiera pagar agravio ¡o, crueldad con
crueldad. Fernando puede fijar en sus pe
puesta de un defensor ilustre del pueblo de Dios. Ñeque alienam tc-
rram sumpsimus, ñeque aliena detinemus: sed hereditaiem patriom
nostrorum qua?, injuste ob mimicis nostris : : posseso est (1 Mach.,
Mi espada no se ha i ¡eni i \ eng
con ella las injuria- de Dios j de mi puebl Fernando,
delante de ti se postrarán 1"- conquistadores de la tierra. Tu reí
embellece tus triunfos. Ella les comunica su grandeza, ella te d
fuerzo para vencer á tu- enemigos; mas el amable resplandor que te
comunica rendirá á tu memorial" esta
sólida grandeza sólo puede aspirar un cristiano. Tú serás ■'■■ I
ción que libertaste, triunfaras en sus triunfos y se ha de conservar el
nombre que le adquii fijar sus p
jada aprender de Fernando el urú-
■0 de la -loria y el honor ;> >r q' I
35* VII 'A V OBRAS
M)A PARTE
lea „"■••-
1 vez dirían. ¿Se >|ue
aliar en la religión que
5, la fuente del . e:i-
> figurar su doctrina ipara atraer con ui
plandor de grandeza 1 es que rehuyeran las idea- «le al
timiento <|ne tu religión inspira? Sus héroes huyen la vista de los I
ue los unen á la Sociedad, envidian su ha-
bitación á las fiera-, extenúan sus cuerpos con p
una humillación servil ¿S<
ie empuñarán la espada para desbaratar las filas i
que escucha
¿No mirarán como un crimen esta ambici
le 1
La impiedad camina s i mala fe ■
le hallar"; te la sublime relig
del i !ruci1 - sentimiem
del I laced< rr Supren ibres ? ¿D
que todo en ella atimiento? ¿Dónde que ella rompa los
«S de la naturaleza, y libre de 1
Semejante al gl
penetrar h i úritu, ni d< ■ umilde la
sabiduría de Dios. Oídlo, mundanos: l-i
á la verdadera grandeza, n
tan alta y resplandeciente que atrai - que
idos por las
- los hombres convienen en que hay una gl •
sa que el • *ro d noml
que la han querido distinguir no ha bastado para este intento I
cual 1" extiende ó l> limita conforme
oes. Mas n • podrán negar ■> pesar de todos ello», que la na
I juez infalible en estas dudas, y que jamas podrá inclñ
vor de quien vulnere sus derechos. Héroes de la Filosofía mun
ante el siempre justo tribunal de
¡Cuanto te ¡erais á la faz del mundo
inde, no, quien i
•
cret ■ rande quiei e la
DE DON- JOSÉ M.* BLANCO V CRESPO 353
grandequi» ^ntea por el contrario,
¿gujen más pequeño que un hipóerita del heroísmo? ¿Quáen más
preciable que un adulador de la multitud infatuada? ¿.Quien mas vil
que el que temería en muchas momentos la vista del más despreciable
de lo- ciudadano-"- Ahora bien, presentadme, filósofos) vuestros he-
Yo quiero ponerlas al lado dé 1"- que ha formado la Religión!
Al lado, no ya de los <|ue de-de el solio lia trasladado a I*» Altares;
no de lo- que ha formado en medio 'le la- victorias, sino de esos aba-
- que miráis con una compasión orgulloso, de es>>s que de
ciando la- riquezas son su "una: que siendo ]>ohres y
tlidos BOfl el asilo de la humanidad - -primicia : que siendo enemi-
lc -i mismos son ángeles de paz en medio del mundo; que ii" ha-
biendo concentrado su amor en un solo objeto, difunden su l>enevo-
lenc: - hombrea I'.- §éd entre vue
de virtud quien pueda sufrir la comparación a qt ¡do. Kmpe-
ro cuidad no presentéis quien acusada «le sus opiniones religiosas no
tenga constancia para combatir ame el tribunal : - que abo-
mina. Quien -e arroje sobre su espada oprimido pos una desgracia <|ue
íabe sufrir ■ ibiendo contra la- n una
ambición desmedida, yuion profesando una virtud austera y d<
ñosa busq i la admiración y el aplauso de un pueblo que atrae
con artificios. ¡Ah. vuestros Sócrate
y Apolonios desaparecen. V á la vista de un solo cristiano que dá su
vida por no hacer traición á la verdad reveJ »r tierra bodo el
mundano. Morir si-: i ni abati-
miento : he aquí lo que ign
¿Y abatirá los .mimo- la Religión que !■■ enseña? ¿La Religión que
j La fé, que según uno
del martirio: Fidem
Martyrü dtbiiricem. (Tertul. >
•
iktI.i i temer \- ■■'. del mundo
intad c- la
a de la virtud. Tímete etttn qm | rpus rt witnam
perdí
i hai a 1- - hijos de Vd
i humanidad a mu alteza a que UJ los
| ' ■■
mó al hombret tu sola pu< i
y sin el cual la misma na-
tundea debiera teme quien sino la mane.
■
3^4 VIDA Y OBRAS
vilecido ó pugna por sacudir ti - el Univers
•
Mas ved ya al temor siend licidad. vedlo libre del aba-
tiiiin íspirando sentimientos generosos. Cristiano digno de
este non re, ninguna cosa temes sobre la
Mas libre di eres
kbusar de tu libertad. Ese irunei
qui< . quien re-
aui ■ la tierra: en todos 1 lev te ira
en t ■•«! >• . .ra la Naturaleza te lij a de
ndate de i
tenor des ibediencia Guárdate del mi:
que admitas contra de temer
cuando ellas exijan el
Nobl< n s de la Nación izada ya la imagen del
la Religión inspira? Más bien diré: .
el origen de la heroicidad en su héroe Fenuu
Sí, Rey Santo, - • -
que buscaba oti ir mi
ase mostrar que la atención de mi-
inquieta po :rarte. La Reli-
gión ha presentado mis haces resplandecientes; ¡>cr. ■ bri-
llado á nu( do 1"> ban din, vivo
piar en quien se ven
i
un joven Rej de enmedk) de los nal i
te. de entre el esplendor del Tr a un
ntra cuyo poder tai i había estrellado la i
Afinnado ya el Cetl
;/\\u< iperar que abandonase la tranquilidad, que le brindaba
con placen la Campaña, donde '■
i do el horror de la guerra ¡
la i ■ >na Mas •<■ las fuerzas de Castilla ■
nuevamente en su mano eran una barrera impt tadia
del e ■ 5erá la aml i d le
hace empuñar la espada? No: Fi
la verdad
en mi pecho, Pero la \ ■■ ■ !<■ la R mena en >u» oídos y no lo
deja ■ |ue 1 >i"v ha
manos el poder ele la para que solo sirva ;• tu grasd
cautiva en las e esl tu,
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 355
soñoliento entre los placeres, pasarás tus días en el ocio y la abun-
dancia. Al/a del 8Ól¿o á que has subido para serla salud de tu pue-
blo: El I >i' >-. de tus padres te ha c >1 cado en él lxii sólo e-te de
(juis novit útruin idciri o mi regmun veneris ut vi tali tempere pa-
rarett - c. 4). Acá Fernando yace-
ría sepultado en el olvido si la I anta no hubiera guiad
mano á empuñar la espada, -i ella no lo hubiera llenado de un esfuer-
tan arriesgada- y de resistirlas.
Si el Rey de ( ¡astilla y León no se distingue en la campaña sino
-' t el primer^ en 1"- peligros, si tolera las fatigas de la guerra,
si ,-ufre la inclemencia de las estaciones como el inferior de sus sol-
dados, la Religión es quien le enseña que todos son -us hermanos, y
que debe endulzar sus trabajos con SU presencia y su ejemplo. Tu pue-
blo. 1 en medio de lo- riesgos y expuesto á 1"- tiros del ene-
migo. ;y tú g .zar.-.- del des :anso? Israel ét Juda habitant in papilióni-
bus : : : Ei ego ingrediar domum meom. (L. Reg., c. 13). Si no hay
empresa que le parezca arrojada, -i á la trente de un puñado de gue-
rrero- acomete á una Ciudad p permanece tenaz contra la
obstinada defensa de la metróp >li de Andalucía, si insiste en rendirla
■ idiendo verificar un riguroso cerco, la Religión es su fuerza y el
■ ¡pió de su valor, porque ella le manifiesta que el Señor cuya
cau-a defiende no ha menester multitud de soldados. Non <-.<•/ Do-
mino diffkile salvare vel in multisvel in paucis. (L. Reg., 14 n.) De
este modo causa la Religión toda la gloria que adquirió el valórele Fer-
• y lo distingue entre l héroes de la ambición y la ¡njus-
iustituíral verdadero algún tiem-
ú fin desdicen del heroísmo cuyo aspecto toman, v son el
oprobio del que ensalzar m Ellas - >n la- que llenan el corazón de los
conquistadores de un fun 1 lad ni la justicia.
Klla- exaltan la \an.i ambición de gloria que inunda de sangre toda
la tierra. Ellas en l"s pechos guerreros el tósigo que los
insensibles al gemido de las victimas que -aerifican á su capri-
comunjea un valor mezclad-, de defe
va la memoria del valeroso que arrojó de su corazón la
duke sensibilidad, la amable ternura, la humanidad compasiva Ta-
mados fuera del seno del Crístianisn
zadoa peno indóciles, atrevidos pero inflexibles, valientes pero fe-
:-'-o. In-r • i ■ guerreras
sólo se verá la espada que destil
triir .huí. con la mansedumbre y la
juiti l<-ada de I I • bo-
VIDA
m ct nuwsuctudincm ti justitiam deducct l.- mirabilit,
Uní.
I poder <le ia Reí | cris-
tianismo ■ • hubiera t<
para ■■■■■ 'l»e su mflvijo puede formar un licr ( de-
bilita; . -.:itrs.
permitid,
c lir auxilia á la Hisl
■
que I k mi auditorio: ii" m
licito defraudar de i
jos. Y ¡oh! si pudiera mi débil ■
e tributaria á \ ■•■ que
•
1 * sentimientos <k- la nación
Jiria, si p • i i r la^ .
ha menesti
le l.i Hisfo
tal vez suelen j a •!>. ¡dados
1>!<.~
ción
mirai ¡ «citaron !■ aun
nciudadanos. Eli
■ los de 1
admii
fuer ando la !'•
de olla ¡i'
■
Alli i
ts alguna centella >lel fui g
halla
■
un momento mi ■•■ ligT > y el uso
••i ilc nuesl i que v«i\
DE DON JOS1Í M." BLANCO Y CRESPO 33;
había ceñid éles. Mas ;ah! no hubiera ■
á pesaa* del valor de rtuestn haberla forzado á la duda
jas espadas de tas < aradi ñeros. ríoí* el res-, que finge
mi imagina ,,. e-cuchad
se enardecía ini corazón con el amor de la Haría! Yo he escuchado,
Idados valen sos, de a 1"- pri-
meros bopores militare- las más menuda- circunstancias que contri-
buyeron á vuestra '-'1 ■'■''^- cuand i baju la e mducta del .alefdsn aun-
que deagraciado i onde de Gages des'ti izó la Brigada á toda la Ca-
ballería «leí Rey de Cárdena habiendo vadeado antes el Tártaro a su
viste. ¿-Quién hasta vosotros puede vanagloriarse de una casualidad!?
No os desdeñéis de escucharla. Constaba á todo el ejército
en el dia por experiencia- repetida-, que la Caballería enemiga río
aguardaba vuestro acometimiento, Blla 06 hubiera privado ae la vic-
toria con su tuga á do habí i que
ante- habíais cornado, engañara • para que espcraáfa
su derrota. Su- didós y un General íero
- ile -ti engaño.
Pero yo fuera interminable si quisiera recorrer solamente vues-
tra- hazañas. En que aott i no han tenido parte los Cara-
bineros? ¥a nuestras anua- hayan conseguido los triunfos que me-
'•1 valor de nuestros soldadas, ya hayan tolerad • 1 •- reveses que
el Cielo á veces permite por sus incomprensible- secretos, vosotros
Habéis sido el azote de los contrarios vencidos 6 el recelo de los vic-
uar de ello la- recientes guerras con la Francia.
Mas perdóneme vuestra gloria. La voz de la Nación ante cuyos ojos
habéis peleado, la ingenua pas francesas, os dan
más lustre que pudiei ds esfuerzos. T >d ■ lo digo aseguran-
do que para formar la historia de erp sería preciso no
olvidar aun al menor de SUS sold
No os agravio, • derosos de la España; no os agra-
\i ni quiero deprimir vue ida bizarría con los elogi « que
■ -te esclarecid" cu
m de la Religión, en cuya observancia
le; y aunque todos pudierais darme il del influjo
de esta Religión Santa es ' apar-
tar mi vista de Fernando. Yo, Ministro del ! no publico
vuestras alabanza-: publi and". El i
lio de luz celestial en que habita, no se d<
cuya liberl tan-
358 VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO
la diadema que lo ciñe brilla con nuevos n 5. Postrado en-
tonces ante el Trono del Altísimo, dirige incesantemente sus ruegos
por la felicidad de la Nación <jue tanto ama •• alcanzarán sus
rueg Vh! ved descender desde d cáelo todos los bi
de que goza y ha gozado la España. Bor i a <■ mira aún
petada de sus enemigos : pi>r Fernando no ha decaído el valor en sus
tropas: por Fernando, y bajo su especia] protección sois los herede-
ros de la gravedad y i»-ble fiereza que siempre ha distingue
nuestros soldados: por él n*j ha penetrado insta - el
vetíeno de la irreligión cuy
¿Y quién, dulce y apetecida Paz. te ha hecho bajar desde
las mansiones Celestiales sino la intercesión de tu amante Fernan-
dos Santo, ante cuyo Trono han sub le la Fu-
l anegada en sangre, ;es verdad que ya te has apiadado: es ver-
dad que ya luis ai r tjado de tus mar • i borrados
los delitos de la España <|ue la han hecho participar
liz de tu indignación preparad •-
funestar con dudas tenebí -piran nuestros eora-
lones! La intercesión de Femando nos debe ha
biem apuña so Cetro
un hijo suyo, hereden) de BU Religión y virtudes, que ama la pa
de sus vasallos. Lleva tu nombre, nombre liz, el que
es í.i dulce ¡speranza de que e-; dichas. El
•. á megos de Fernando, esl • ira cotmarao; de feli
des . • - -i lo \ uelvcn .1 cerr u
§ 8°
CARTA \l. EDITOB DE i n> "VARIEDADES". 1805
Vencedor en público certamen abierto por la Academia de Letras
Humana-, rtregó á los azares de la publicidad y a los i
de la critica su bellísimo poema La Inocencia pedido, en que canta
el fondo admirable de la naturaleza re-
cien creada.
Del aplauso con que el poema fué recibid,, baste recordar que
en España >e agotaron rápidamente los ejemplares, aprovechándose
astutos comerciantes del ansia general para lanzar al público furti\a>
y no esmeradas ediciones. Varios literatos de Madrid redactaban las
Variedades de Ciencias, Literatura y Arte, <l":i>lr oficiaba de críti-
co don Manuel Joeé Quintana, literato á la antigua, aunque político
a la moderna.
En el desempeño de su cargo, Quintana escribió para las Varié-
[ 1805, iñ., _•. . tomo I ) una critica del poema de Reinoso, ensal-
zando méritos, que no podían escapar a su penetración, si bien cen-
suraba el empleo de seis palabras, engolfándose en disquisiciones
acerca del empleo del :i rtparando la ejecución del
poeta sevillano Mihon. Preso aun en las redes del seudo-
clastcismo, arrullador de BU cima literaria, Quintana tomaba al pie
de la letra los cuatro ■ ' cix acerca de la máquina
épica y rechazaba el man •■ ;d eual prefería la^ risue-
ñas imágenes de la fábula
La escuela Sevillana, d divino Herrera venia aprove-
chando amba- formas de figurar la intervención providencial, no
I callar al brusco ataque en cuestión de principios l-a gloria
del combate y del triunfo tocó a Blan
La carta diri| a la revista madrileña,
lente
ran ! : ' lioso
36o
\ OBRAS
exordio, ha
tía al contestar á lac i :in-
•nvienen en el mérito del poema, y
en la^ alab -dice — . el
nía. sino el de la poesía, el que me mueve a idos
tuyen una
•a. El crítico francés dena el abus
aerta acritt i
de su tiempo habian. por
i ■
quina ma.
Todo es bell • ■ de poesia. cua-
interp ia y
. ¡ ■
I arte superior de Homero y < ! c
lera ridicula
ridicula la tabula. De la hermosura del • ente
; buen ejemplo el poema ti
No se p
■
la vida, el hombre n
• de primer orden.
la como i debe el aui ■•■ .! irruí
■
de la i
■ a la Historia
■ '
trina, v indica a Miltou
•
na-
de ta
menso caudal que i la •
.ana.
: ■: autor di
DE DON JOSÉ lí." KESPO 36 1
se veía obligado a presentar el episodio con originalidad, y lo con-
siguió sin mero >scalx > de la verosimilitud.
Descendiendo hasta los últimos pormenores, defiende el em]
las palabras censurada-, por derfe mala aplicación y realza
[uisha corrección del lenguaje empleado por Reinoso.
Blanco desempeñó a las mil maravillas su o -metido, logrando
triunfar en su simpática empresa de a un tiempo en
■■.lio de la amistad y en beneficio de la buena doctrina literaria.
La solidez de la argumentación, la sensatez que rebosa todo el
trabajo, el excelente criterio literario, el gusto, el decoroso estilo de
la impugnación, conquistaron el lauro para él y para la esc.
Quintana debió de comprender la razón, y no replicó nada. El
io del aul «■ del Pelayo no puede atribuirse a cólera ni a desdén,
pues con posterioridad a ka controversia, fftanríe t idas oca-
m que guardaba a Illanco y la ingenua amistad
que le profesaba.
• cordtalmente efi Madrid, y rnás tarde, cuando el Go-
Sevífla, Quintana encargó a Blanco la
del Semanario Patriótico, dándole in< muestras
irnis-
■
§ 9.o
■:i. EL MODO DE KH MK LA
r central c iendo
nás
l"ni-
versidad de Sevilla designó una
i Jurisprudencia y abogado de alia reputación, y '•' |uien
compañero el desempeño de la ardua 1 ti
No i tción de Blanco, ya indicada en el co-
alla, para salir huid
El trabajo de la Universidad de Sevilla supeí i i los ¡enta-
Blanco lo reprodujo en F.l Español.
idas la-< ideas del ponente demo-
crático inspirador del dictamen, mas
si, i ni radical ruptura con el pa
- del oriteri ■
Estamentos, por sor imperfecta representación di
cíales i la fíobtei • de una mera •
ñor de l< ■ leí Semana una
sola Cámara, punto en que -u juventud se di
frano
i formular su voluntad. La reui
precisa, indispensable, y no se puede aplazar.
m de reunirse l.i- Llquier manera.
ta Bl¡
pais KK- ahora
ede presci
las las 1
bucí: le inconveniente
n
■ • ■ do hay
VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 363
que proceder con singular prudencia. Se puede entretener al pueblo
con sueños de triunfo: nosotros sabemos que el triunfo es harto du-
doso. VT, aunque obtengamos la victoria, ¿quien vivirá tan de.L,r'> 'pie
en pos de ella n<> vea otra nul>e de males? "Un solo lazo reúne a las
Provincias de España, y os el temor de ser conquistadas por lo» fran-
ceses. "
Hay que afrontar la cuestión y precisa compenetrarse con el pais.
Las sesiones deben ser públicas. " El respeto — añade — a la opinión
nacional «la vigor a los hombres honrados, vergüenza a los corrompi-
dos, miramiento- .11 los, ambiciosos y premio a los amantes <lel bien de
: ia. "
eguro in>tint" político, ingénito en Blanco, le hace estampar
como suprema fórmula: "No bastan constituciones ai leyes para evi-
tar la tiranía doqde no hay un pueblo que les ame y los defienda."
§ 10°
• VNARIO PAT1
de la
y accidentada existencia de la n ih-
excusable error, -i no es eq ta, I lamilton TImd,
en la biografía de Bla a al Semanario 1
que hayan hojeado la habrán notad" que el
mentó a pabh'carse en Madrid, donde lanz al públí hú-
5. El número 27 fué el primero imp
|uez y ostenta la fecha de 27 de Julio de 18
tinuó publicándose en la capital de Andalucía
vez de España, hasta el número 34, que vio la luz en I lecir,
que la publicación sufrió idénti tes < pie la causa :nu
I á Sevilla y con IOS Últimos de-
re- de la patria buscó refu lenta
( "\ ad
I dividíase el Semana
para c >municar al pul
Al-
de variedad alternaba
la- j( tableadas en el pe
insertaron breves reseñas,
del periód lia a Antill
Último C 1 pudo allí - Otar la>
riendas a su pensamiento, enfrenado siempre i>"i" la amistad de Quin-
tana, el cual, al declarar que asumía la
el Semanario, anudaba las manos de in la
mpre tan genen eo, 11' ¡
a interponer la autoridad de su veto. En 1 « > < 1 o Junio escril
a un amigo ingle"
que rquia y lo ¡
.1 de que su
VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M.» BLASCO Y CRESPO 363
país. Acepto, pues, la idea de escribir otro Discurso, sobre el plan
que Y. me propone, aceres; de la nobleza, que será un Apéndice a las
cortas '.inca- sobre la Igualdad que tengo ya preparailas para la inser-
ción. La prisa con que me veo obl escribir, perjudica sieni])re
á la pePÍeoriÓn <pie. á pesar de mi escaso mérito, quk eguir,
ne consideraré feliz si por este medi • 1 gro excitar la curiosi-
dad de mis compatriotas hacia Los intereses públi
Los buenos deseos de Blanco se estrellaron ante el dique de la
prohibición impuesta |xjr Quintana, lüi 20 de Junio escribía al mismo
amigo suyo : 'Siento mucho decirle <|iie se me ha impedido realizar mi
proyecto de escribir el hre la Nobleza, por consejo de núes-
tro amigo Quintana. ' podemos tratar de ese asunto sin cen-
surar los muchos abusos a que son tan aficionad' aristóera-
iensa. Quintana que no conviene lastimar el orgullo de esa clase
ni predisponerla en contra de- la reforma general. Es verdad «pie no*
:ne domino lo bastante para no dirigir ciertas alusiones bien pronun-
ciadas, siempre <pie encuentro ocasión. Aun<¡;< • las
ventajas de escribir en ese tono c mediador que \ . me recomienda,
que no puedo contener mi indignación cuando considei
indigno montoa de Grandes, Hidalgos y I ocur-
ra los buenos principios jama- se llegará á conseguir. Nu
amigo, que se halla bien di-puesto en e-e orden de ideas, prefiere apla-
zar el ataque contra las usurpaciones de la Nobleza, á la necesidad de
Mi. Yo ase,: ndrá
la lucha y que ningún género de tra: 1 suficiente rem<
;>te un hombre en España que n Me y, aun entre
endigds, hallará V. quien
juicio, poniéndolo en ridiculo, lo hace in-
n las ciudades p rpulos de asi en I
ó tre- lii ' irruinar á t nve-
tolerable estad' 1 de al
pión 1.a nobleza en nuestras grande; una
manía: en el campo 1 enemos que res-
10 un mal inevitable; pero ¿cóira ;lare-
n el mismo nivel. ]•>
- baria creer que un
hon' racia. puede di-t'm-
tar iguales exhiben ai
el Diluvio-"
■ la carta de Blanco <
hem ■ de lo indispensable,
36Ó VIDA V OBRAS
¿Qiu • -. sma que
:ihk. insejaba desde Inglaterra era
talmente c mservadoar por lo misoio que en sus ideales era ar-
dcnti- ú. \ll-i en la región de l"- ^ >aba
contra los privilegios, odiaba la intransigencia y acariciaba
de lil ada en las leyes y encarnada en las costum
Mas, por lo mismo que amaba con tan vivos anl ■ rtad, tem-
blaba de exponerla a los azares de la unp ueblo mal
preparado por su historia.
Quería él andar OOB paso leal • <■ d avance
dad" Mera jamái vir-
tiese en adquisici able.
iba por una monarquía templada, y. después de i •
cer lo> más radicales j>rin- rocedimíentos conser-
vadores. I-i el artículo titulado Problema poüi
el asunto en la ■ ¡na las di ■
bienio y su adaptación a l<>s pu datos históricos, para
extraer las siguientes conclusiot i
i." La Historia muestra que los pueblos I
límite al magistrado que ejerce la suprema autoridad 2.' Un cuerpo
de dudada empre el medio empleado para limitar el
poder.
1.a lucubración va a parar al principio «le que los indi\
tituídos en - ciedad no deben perder 'le su libertad mas que 1
tríctan • lensabfe pai
En ])■ - de esta ider la
calurosa alegadón por el principio de dección indin
politú .t- de Blanc ■. a semejan
se de luz mientra natiz
uro «le la tierra, penetran sin míalo en las alturas pero,
al tocara! sudo, procuran arn ildarse a! caloi de éste, 1
en >u inmediata objetiva
Si d e-pn de buena K
Sarniento político en lo interior, el ideal dipl ■• ini-
tioa, deseó la intima unión 1 1 británica,
1 iideraua la más lea] amiga de Es ■ ando
uue>tra> intem ;•■ ¡miento de la ] ►. ditu ..
terior apretaban los lazos de parentesco con Fra ,i>an.
caballeros andantes de extraña Dulcinea, mal n
todo el mu
DE DON JOSÉ M.* BLAXCO Y CRESPO 36j
A las excelencias de la uní' laterra dedica Blanco un ar-
ticulo, intitulado Variedades, en el núm. XXIX del Semanario (10
A¡gi \eb i 1 809). O implementa el mencionado artículo el publicado con tí-
tulo igual en el núm. XXXII (31 Agost > [809). Si en el primero nos
1 a Inglaterra, en el segundo procura alejarnos de Francia
Parece a primera vista trabajo inútil la propaganda antifrancesa
en días de guerra con la nación vecina. Sin emba -lvide que
muchas personas, y precisamente las de superior categoría intelectual,
veían en la implantación de la dinastía napoleónica la rectificación de
la funesta política de los últimos Bonbones y la europeización del
ambiente español, vaciado en el lento suicidio de su aislamiento. Así
muchos se habían resueltamente decidido por las águilas frano
3 vacilaban, tal vez esperando que el giro de los sucesos facilitase
la definición de su actitud.
esenta la invasión francesa por el aspecto odioso, quiere
a I09 españoles de la debilidad de su adversario; porque
obvio resalta que alianzas con débiles prometen exiguo fruto, y arranca
del principio de oposición entre la fuerza y la alevosía. El que se siente
fuerte no emplea jamás el dolo. La traición es la fuerza de los flébiles,
y cuando Francia acude a la^ mal rigiere por el en-
gaño en nuestro país, cuando erige en política el fraude, es que ha
temblado de ata 1 1 trente, que ha sentido su debilidad,
el sentido político inspirador de ' Blanco
en 1:1 Semanario Patrióti tpoés de transferida la redacción
diz, se publicó en el Semanario un traJ bezado Consejos
a las Cortes, comunicado /vr km ingles ai editar de El Es fanal, que,
si no e- de Blanco, pareo «es apunta ti idéntica
y no difiere en e! carácter de ^u prosa de la empleada por el mag
sevillano en 1"- empeños periodíst
Semanario Patriótico profunda y eficaz influencia en
la DÚblka opinión. Aquella Junta Central, tan preocupada de darse
el titulo de Majestad, de a lumentos a sus individuos y de
retrasar la o -nv. «cafe ría de bienio; aquella
reaccionaria •• usurpa ■ «ración (pie habia ilegítimamente sus-
tituido al verdad de la Junta Suprema de España
asentir la independencia de juicios y el vigor de
r.i. lamienl ■ »n que la flagelaba sin intemperancias El Sema* 1
actuó de mediador pa dzura d ;»
dico, y Blanco, úi tatiUón se hallaba fue-
ra, cediendo a la amistad i no desvirtuar 1 id de
ler la publi
conducta que aplaudió un. mime toda la opii
§ 11°
Inútil rei>etir la u« t lié
universal •
han especi I
1 lállai
largas
i
la Universidad de &
aérales, de útil vulg
El inl
iia> ameri
alidad que
ser uno
■
iue inmotivada anttp
lico ha sidí
■ oie-
dan
lo >le
DE I." BLANCO Y CRESPO
X", no era Illanco separatista ni dio calor a la rebeldía contra su
Patria. Sus ideas recorrieron en o itinerario más
tarde por la opinión del país.
que las Américas se emanciparían si nuestros Go-
biernos no modificaban la injusta ]>olíticri colonial, si no sustituían
con lazos de fraternidad y relaciones de mutua conveniencia las du-
. la inmoralidad de inicua nes, acon-
irímero la política asknilista; cuand i ésta n ificiente, el
autonomismo, y sólo mucho tiempo después, cuando ¡ - hechos le
arrebataron toda esperanza de conservar nuestro poder colonial, re-
ió la justicia de un alzamiento las t irpezas de
la metrópoli.
Órbita semejante ha recorrido la opinión. Todos los sucesivos ma-
tices del pensamiento de Illanco han encarnado en movimientos de la
conciencia pública representados por diversos partidos, y aun hom-
bres tan profundamente conservadores como el señor Cánovas del
1 -nial a la asimilación, de la asimila-
•nia, teniendo en cuenta que sólo la primera encerra-
ba el ideal político de Blanco, pues la autonomía fué aceptada p.r el
a título de imposición de las circunstancias, así como la independen-
cia le e inevitable castigo de la tenaz
obce a
Nada le atribuimos que no resalte da ¡blemente formu-
lad., pur su pluma. Jt el origen del sepa en la
metrópoli y dice: " V . si la mal. ición
no la obliga" ; y aconseja a la Regencia que levante la mano y d
las trabas al comercio de .v -úñente la
asfanil le la madre pa-
tria" I
I :i h que tirma P. M ■
labr i
"Si antes de haber empezado 1 de America, me
hub¡< n de
ios puebl s, en medio de ! i
aunque < ■
voh
Y añade - por lo que me parece verdad, jamás
: -arica frase:
370 VIDA Y OBRAS
'Han quemado la casa, porque no podían ser dueños absolutos de
ella" (III, ipasionamie
la carta de gracias a la p
de cuya estimación recibió prueb
clan i iyo 1 •- prá :¡pi « m
que Limitase la lógica de los american
de tan irrefutable ¡miado
: "Los espa tnos, debieran i rade-
5, Si yo hub i i'l mirami*
sido mi n -ru-, ^:. yo hubiesi inclinar á i
la independencia, nadie m< >rables que
las Cortes." (III, p íg. 299 >
le prudenci;
"La algún
tiempo (no
lii >s ha de <
que vive á dos mil leguas, aun cuan I
terrumpida <lc S
Alejandros, es un vei
ar á la naturaleza : la leli-
» que se debilita ¡
inO." (III, ■
hallándose mui ágenos de
¡. tal
' .ill.ilia en manos del
•u\ sin peí - del pueblo qu<
■tima del
monarquía, y que están ;•' mtribuir ju
ümente a
sea en l.i 1 estar dominada
(III. ■
Si la m ider 1 ; »n de ' ) la templa
1 los pueden ¡usl
quiera de n
didad poli tica, que ui
»pei ¡dad de ellas,
. bandera <
DE DON- JOSÉ M.m BLANCO Y CRESPO 3jl
se hermanos, en vez de separarse en dos categorías : opresores y opri-
midos.
" Los americanos — decía — me honran llamándome imparcial : mu-
chos españoles me insultan llamándome faccioso; mas mi conciencia
me dice que no soy ni lo uno ni lo otro. Deseo con vehemencia la fe-
licidad de España, y en esto soy apasionado, mas los Americanos es-
pañoles no son en mi concepto menos españoles ni menos paisanos
mios que los que han nacido en mi mismo pueblo." (III, pág. 306.)
Consecuente con sus principios y obedeciendo a su patriotismo,
Lira a los de Venezuela por haberse declarado independientes y
predica la tolerancia: "Pueblos de América — prorrumpe — . La liber-
tad no se establece con barbarie. I a >s que necesitan valerse de proscrip-
ciones y horrores tienen todas las señales de la más horrenda tiranía."
(IV, pág. 42.) En pos de estas lineas sigue excitación fervorosa en
demanda de reconciliación.
Lejos de r< n la perspectiva de la América emancipa-
da, solicita ros afanes la adopción de medidas para evitar la
separación y defiende el terreno palmo á palmo, procurando, antes
que la liberación de la- colonias sea un hecho consumado por minis-
• de la fuerza, y que un fermento de odio convierta en totalmente
América y a los americanos en I
ña, establecer gradaciones fructuosas para el porvenir. " I'.l grande
interés de que al momem sbablecido un sistema
pr.'u 1 de Vmistad. Esto es de necesidad .
hita, si ha de quedar un palmo de terreno en América donde un Es-
pafi< '1 pticla fijar el pie." 1 I '
Su ideal para I a reflexivamenti
en el interi 1 nales
en la dilatación de la influencia española ha erior.
interrumpido del movimien-
•nial,
prefería n a de intei rra a la funesta tra-
dición que de la vecina Francia.
( tbedeciendi 1 .1 tal 1 Jes de
abatir el valladar de
confianzas intei de Inglaterra y 1
• ¡n fundad' • de -¡
iba el articulo Política mgl
de hábil
" I .a cien* ia de esta < lase de p< íiti o ha, redu-
cida en España i descubrir, y rastrear las sen las intrincadas, los es-
372 VIDA V OBRAS
' I .
Gabi i u lea habían ¡)intad<« \<» . Si d
LO
que ' mecían en un pi [uie-
que dcj er el
■- ■• '"
clam;
i - las habían mil mente : si
ed
á quien se le achacab
</.• n tr un
\>i •
el valer B ritan
■
sen por tal
la libertad
plaza
ali-
i un
o instante, animarla de • .y unirla
da .i lie la
.i y España, y i¡
"En 21 de Abril del presente ai
i ■• ■ ,
amb
la de
de la
■
; ':.ilnli(la«l d( nsul
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 373
paz lo que nadie hubiera creido que jamás concedería. Conviene en
<l«-jar á Portugal independiente, y á la casa de Braganza en su trono:
mete á reconocer al rey actual de Sicilia por señor de aquellos
: últimamente, el que poco ha protestaba que "cuanu> habia
in tiempo lo seria para siempre", se aviene ya
á dejar en manos de 1 >s Ingleses cuanto la guerra no pudiera quitar-
les : Es decir, que cuantas I tenia antiguamente la Fran-
cia jamás volverian á ser Francesas."
"¡Y qu( i eran de considerar tales proposiciones! No; ni un
que Inglaterra no puede abandonar á su alia-
da la España. El preliminar que Napoleón debe ofrecer, -:. quiere
entrar en un tratado de ajuste, es el restablecimiento de Fernand ■ VII
y su sucesión, juntamente con el reconocimiento de las Cortes. La
buena t'é I ■ declara el gobierno Ingle- terminante-
menti semejante proceder interpretación alguna de pi
ínteres ó de cálcul ►?"
"Tan decidida es la preferencia que Inglaterra dá a sus aliados
los l que casi pudien uedar
ntentos, si no atendiesen á que en una causa común,
■ la presente, ninguno puede aspirar á ventajas individúale- aban-
donando á su- otros aliad"-. Las familia- de Portugal y Sicilia pu-
dieran decir que Inglaterra las posponia, no a la felicidad, sino al
puntillo de 1"- Españoles. Que Napoleón ofrecía dejar á España libre
rnada por unas Cortes nacionales: que los F.spa-
ñoles podian contentarse con quedar -
borio: que. oo teniendo quien 1 - oprimiese, podian a- leyes
¡era; y que, á trueque de que no pueden salvarlo, po-
dian restituirla paz á la Península, y dos familia- reale
"Muy lejos estaran l— «lema- aliad'- de Inglaterra de us
gumentos tan p - i mas no se p que el eg
pudiera muy bien suscitarlos; y que esta mera apariencia de
que llevan, basta para convencer a los Españoles de que el gobierno
Ingle ■ «nbinaci 'iies «■
paña P< ■'" tan
misma- uo pud¡< nder a Napoleón mas absoluta y terminan*-
te, "
"Invariable ha sid • de-de el principio de la p
idos
de q ra pelea p <t España
Vuelvan ! tes al primer ai
Acuérdense de que apenas se ooncluyei n las conferencias de
374 VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO
Erfurt, en que todo el poder del Continente se había combinado con-
tra la taña, cuando los dos emperadores de Rusia y Francia
mandaron dos oficiales con propuestas de paz á Inglaterra sobre la
condií mienta! de que abandonase á España. En 2\ de Oc-
tubre llegaran estos enviados á Dover: yd 15 de Diciembre
5. M |ue concluia con
las palabras siguientes "S. M. siente mfinil le las pro-
■ 1 - de paz) que agravará y pi
1 ni el honor de S. M. ni ' lad de la nacioi
"podrian jamás sufrir que S. M. e:
tndono de un pueblo valeroso y leal, q por la de-
a de 1" que 1"- hombres miran 1
"y ci isa indubitablemente justa, S. M.
• emente á I
amentos retratan por modo tan 1 mpren-
sivn el pensamiento de Blanco, que 1
posición.
Tolerancia, si no libertad absoluta, para exteriorizar el pensamien-
to; liberta* »n prudencia pa • j amplía-
te en conformidad a la naturales
. fruto del pen-
samiento franees, con las de la vida
de la ciudadanía pleí - hermanos de \:ne-
.1 la emai
m las circí ■ 1 ma-
dre j las hijas II
reen fin, unión
tal el
¡¡«la por El Espaüol, hasta que nuestro Go-
■ ! > diametral mej I
I libre entrada en míe ■■■
§ 12°
Bosquexo del Comercio en Esclavos y reflexiones sobre este trá-
fico, considerado moral, política y cristianamente.
mdres: [m] Ellerton y Henderson: 1814.1
\.> conocíamos de esta obra sino la vaga referencia de Thom y
linea- de ■ 1 al Rev. William Bevatij cuando
en Febrero de [840 le comunicó la elección <le Miembro honoraria del
.Comtnettee of tlie Liverpool Anti-slavery Society. "Recuerdo haber
escrito en Español un libro que fué publicado por la Institución Afri-
cana para la propaganda en España, y tan vivamente me afectaron los
lovedores sucesos que yo estudiaba, para que su relato despertase
la compasión de mis compatriotas, que la- páginas de mi manuscrito
ñas."
Precede ancha plana con siete Figuras representativas de la horro-
-a con que los esclavos se veían conducidos en los bu-
rreros.
El pt n que el autor c
baber tomado mucho de la obra de su amigo Mr. Wüberforce, no
a traducirlo, porque •"sería fuera de pro]
ir las misma Hila en muy di-
", que a la nación inglesa. Justifícase la ne<
dad de la publicación de este trabajo y se advierte que "la presente
lexos de ser una obra lito Memorial dirigido a •
le las víctimas que la codicia de algunos de sus
I ica.".
y un epilogo. I-a prime:
des se intitula i
de proveer él M rea los murales del Tráfic ■ eu África. Em-
por rápida • n y traza una historia de la trata, r •
advertir que "los hechos de <;■ «ría están
VIDA Y OBRAS
L-rniinante y pasados en i ¡Jic-
•
re las África una
i cruel pal • el mercado y oca-
ader
además de
•
de sup«
la in-
■ •
ilidad (tara la venta di
•i de los I ■ ¡>iri-
cien rail criaturas hm
mil negros fue:
el :tñ ■
■
daliza de que haya necesidad de ]ip>l>ar que
Al escuchar los ahullidos de un animal que sufre,
sympatia, ■ mien-
lice que lia .
y al !.i- lágrim; 'le la
>
-r las hace \cn<
la prueba de un remordi
llama al- l [abana: i
.:'.;.< le la
la ciudad de la l
DE I." BLANCO Y CRESPO 3j7
ta el problema: ¿por qué n<> se ha civilizado jamás el África?
Aunque el hecho, de ser cierto, jamás autorizaría la caza de hombres,
recuérdese que Asiría y Egipto fueron las prino ivüi-
zadas, y los fenicios, colonia egipcia, los maestros de los griegos. Roma
no llevó su cultura mas alia de las costas del Mediterráneo, y el ma-
hometismo no permitió el progreso en el interior de África. Pero aun
así, ¿no están los africanos más adelantados que los habitantes de
Nueva Holanda y ^tras muchas regiones? ¿Quién lia intentado civili-
zar a l< s africanos : Europa, que tenía ese deber, no ha hecho más que
barbarizarlos. Hoy podemos decir con dolor que las afri-
canas son menos civilizadas a medida que son más frecuentad;:
■
En nota final de este capítulo se compara la misión de \a.Africon
Institution, empresa de iniciativa particular, con el hecho horrible de
que la Habana sostenga un agente para mandarle- esclavos. Bl
indignado, expone a la vergüenza el nombre del inicuo agente, dicien-
do sencillamente: "Se hallaba en Abril de i*u establead
Shcrbro, y se llama J. X. !)"1/."
1.1 epígrafe del capítul • tercero re/a Como se conducen los
vos del Interior .; /<; < nmovedora relación del viaje de
Mungo I'ark con una caravana de Slatees o factores de negros, a la
vuelta de su primera expedición al interior de África.
cuadros desoladores en la marcha de la siniestra comitiva y la-
¡antes horr i/ten.
Carácter <i<-n<-ral de los Capitanes de Buques Negreros y de A>3
Conductores <•'■• Esclavos'. Miserias </<■/ Pasage ,¿ las Colonias. Tal es
el tema del capítul» cuarto. Justifica la pintura
la circunstancia de que hay oficios que suponen natural ;
ción, a-i que 1
ubieran rehusado tan abominablí 5, hay
no sean recomendable-: la
una i
de lo que daban ejemplo la- damas romana- asiduas al Chco; la
que tod ■ bombn nientos morales que le mo-
rí, echándoi a, .•/ alma atrás
es que t<>d" el que se emplea activamente en la conducción de Negros,
ficio."
I ila dos ejcmpJ a crueldad
ne- tre 1 que resulta
Parlamento británico, j - sufrimienl
i la travesía marítima, b i
378 VIDA V OBRAS
para seguí - Apeándose en los
vaivén emporales.
e cierra la primera pa
. de hechos; la segunda, fil ¡de la
cuna ernos principios de humanidad, de - ciabilidad, de re-
!.
ipítulo primero de la - <>¡t-rcio
en A . Morid hit,
lese el autor de tener que discutir la maten . > una coai-
¡a oscura 1
a estudiar i la ciudad de la i I
Cortes españolas. Se indig lita-
ción de la Habana responde a las
indolas de humo füantrópi nbre es lil>re por na-
turaleza, luego privarle de su libertad es una injusticia, un crimen.
Decir que en África hay i ie en la» I
tal, es un burdo sofisma I
de los • mas,
la esclavitud 1 n áfrica es una especie de vasallaje; d
viven y ci ■ ■ afirma M
id< ■ que el iña hasta 1 I
dugí ■
puede defender la esclavitud moderna ■
■
que 1 >rma el ejemplo de
tari
que nace del derecho de la ejanza
de duei
¿A qué seguir rebatiendo I de la perve
feliz .ido a su
que no
'.. ■ t el numero de i
• de nc-
orque p
■
¡e in-
da la civilización del des-
que han d<
la pluma de Bl
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 379
"Son culpables... de las funestas resultas que algún dia debe produ-
cir en las Colonias, la existencia de una multitud de hombres degra-
dados que sienten el peso de la injusticia que los condena a un abati-
■ perpetuo. "
Trata el capitulo segundo de El Tráfico en Esclavos considerado
políticamente. 1.a política no puede en principio divorciarse de la moral.
I tan separada de la moral como la ponen
ahora los defensores del tráfico en Negros, y tenía de su parte la
fuerza, lil ieron esclavos en Roma, y escla
exer< - las artes en aquella capital del mundo." Los trafi-
cantes quieren probar por razones políticas que España debe per-
mitirles continuar mi indigno comercio hasta que llenen de escl
sus haciendas. Esta pretensión equivale a la de un salteador que di-
jera al Gobierno: "Las circunstancias me han traido a este género de
vida; déjenme continuar cierto número de años; yo me daré prisa a
completar mi fortuna, y cuando la tenga asegurada, no se me per-
mita robar más en lo que me queda de vida. "
La riqueza de I depende ■ !• ' l "nica-
mente la Habana ha reclamado contra el decreto, aclamado en las
¿Y qué alega la Habana? Que el < i' -bienio ha permitido el tranco
y hay capitales comprometidos. No hay buena fe en la reclama
está basada en datos inexa • induciría a la hnp oibilidad de
alguna vez el infame comercio de hombres. ' ¡on la propag
de lo la Habana «le sustituir el tráfico. Los ne-
gros con que lo- hah lltivos ¿necesitan re-
d « del África ?
Los mismi 'auto descubren el secreto cuando
que las hembras cuestan m trazo,
y que el negrito naci ha costado más cuando puede traba-
jar, que el de igual edad comprado en la fi ir, que el inte-
al venían m< hay
bastante número para la propagación. ¿Y i per-
mitiese aún por algunos años la trata, emplearían los hacendado!
capitales en traer hembí
todos
para aumentar la pr ■•• -que
1 Sin embaí
sent:c 1 1
de e» la ..i ", la
al número de 1 * blai
38o VIDA Y OBRAS
El Gol tiene el deber de - c
i el aumenl
ijiibir la inr
■ - ■ - ■ ilal • la al
■
■
la re-
lé la 1 (abana. 11
La religión cristiana ar 1" que la le>
■
■
i rmítír <jm-
.-.r que la esclavitud
■ulten bieni e una
■
se hubiera de -
podi
rabies de la> expedií
"Aun cuando todos los que allí revi!»
i nueva religión, que ]> >r sus virl
k la Pto\ idem
car bienes de 1 ■ nunca dis n cri-
minal en."
lamente el I
a la luz de la revelación el Aíi
Vmérica. Mr. Sroith, agente de la Compañía
a en un i- I
■
i que
les
> imputabl
<lcÜ!
ver-
■
DE DON JOSÉ M.m BUXCO Y CRESPO 3N|
les la primera Epístola de San Pablo a
Timoteo, en que enumera entre los criminales a los apresadores de
hotnb sentencia no admite evasión. Parece mentira que rei-
nos cristianos protejan el tráfico de n<
El epilogo ¡onclusión, remate de este trabajo, contiene breve
recapitulación de los males esen iales e inevitables que ocasionará el
de los negreros. Pone de relieve el atr
del África, las crueldades las por el comercio en hombres,
los sufrim •■ tos de 1 en la travesía, el heol
habían entrado en Cuba d
izados; la avaricia de los dueños... y apela a la I, al
les para que no manchen la honra de la n
i vergüenza de amparar el tráfico en seres huma
El libro se cierra co:, trofe: "¡Martyres del patri
- que habe ¡as prendas mas queridas
:adas á la ambición de un extranjero, que
quiso esclavizar vuestra Patria!... Por vu<
permitáis que Españoles, vayan, <le hoy m África, á
der en crueldad e injusticia, a esos mismos franceses, que os han
eado el alma. Dexad al padre sus hij s, al marido
.Vis lo que arrancar de >r un
r extrangei
El B >tá muy hábilmente concebido y dispui
fin del autor. En la distribi
<-¡>are el ánimo del le uen-
i ia de la realidad
el estudio de i »s prii ireniencia;
despu ón <le las razones y la al sentimiento.
Son muy d ■ unido
a la b e el autor, li
nable
niere la pr<
enir de nuestras codiciadas An-
tillas. Su tuición le del
maní
com •
en l.i
;
VIDA Y OBI BLANCO V CRESPO
Esta habia de ser la masa de una rebeldía, el cuerpo de una re-
volución i ncs, el peligro mayor
de Es por su depravación, después por
e ven las cosas después de consumados las sucesos;
te en preverlas con un siglo de anticipa
■ , ,
anticipa el autor, declarando en la advertencia preliminar que lia l
extraño al dése ■ de producir una
ido de la justicia de sus razones, que I
de acudir a las artes del buen d<
En efecfc ■. el esl diño y no menos el len-
mpre puro, le algún i:
cíente ¡ngl
El curso de la argumentación fli
propios de la impresionabilidad de Bla
i repetida i de
famili
mite ;i Bla
p
la el
§ 13°
VARIEDADES <> MENSAJERO DE LONDRES II.Sj3-l.-_
"Periódico trimestre por el reverendo Joseph Blanco IV hite, Londres.
Lo publica R. Ackermann, 101, Strand."
de índole privada vencieron las repugnancias de
Blanco a dirigir la publicación fundada ¡x-r Mr. Ackennann para
ilustrar desde el Strand a los españoles de allende el mar.
Proyectaba el fundador un periódico agradable, con lamina.- ilumi-
nadas, dibuj « de modas, artícul
iductivo que la
. i. lado al cooperar en semejante empresa
\tee-show man p su pluma al
di- -u hijo barrenaba el desdén del es ritor a tai de su
a de recursi •-. Bl
' 1 utilidad di- p pularizar en AJr*
que, al generali
a adelantar su pi ú. 1 decidido a la
el primer
numen • salió a luz.
"Id primer número de Variedades, di en .1 ské
his uiind in England, se puWi uñar el ai
; de sus recuerdos o que explique la
tradi
(lia de [.' de Enero de lv hicimos la op >rturia
al tratar del asunfc • en la pan
,ue en
qüio al lector reh ■ netrar en la intrincada mal
beti i •
nci se advierte mas ley de unidad que la encuaderna
VI PA Y OBRAS
formación
Blanco, redactaba un ■ ■]. la
¡lida <lc !;i misma ¡>1
lad de mato
Alli le Mackintosh, del l:< n< ral
iidentedela República de MJéjicodon N
illi apon-
• y el feudalis-
ra; allí exl
.
l< i
imartíne.
leí entendimiento hun
literatura hasta mies:
termina afa
de las niiii-
qui-
ra y no se indir <K- su fuei
prin-
■n el hecho la soberanía *m d ■
tilo írano
lad.
■;ir un prii
1 El
DE DON' JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 3K5
mismo Congreso que declara la soberanía de la nación, legisla para
ella, es su soberano.
En -tro artículo, titulado Sobre la incertidumbre de la ciencia po-
lítica y la cautela con que se deben adoptar y aplicar los principios ge-
nerales de ella, procede con circunspección de consumado poln
revela los peligros de gobernar los pueblos con utopías, sentando las
bases de la política experimental.
Todas las análogas direcciones modernas llamadas posibilismo,
oportunismo, transaccionismo, son derivaciones imperfectas 'le la am-
plia doctrina sustentada por Illanco, henchida de sentido gubernamen-
tal genuinamente práctico. De acuerdo con tales convicciones,
siempre que escribió en la intimidad o para el público acerca de las
cosas de España, recomendaba la prudencia y se ponía de parte de
aquellos estadistas liberales (pie no preferían comprometer el movi-
miento progresivo de la nación, intentando comunicarle excesiva ra-
pidez. El progreso lento, pensaba, es más seguro. Lo que de súbito
aparece, muere con igual presteza y pone en riesgo el progreso con-
seguido.
La intolerancia, el mas o lioso para Blanco de los defectos socia-
les, el cáncer capaz de destruir todo el adelanto y la libertad de los
pueblo-, le da ocasión para dirigir Consejos a los hispanoameríca-
lándoles 1"- daños (pie acarrea y excitándolos a no abrirle
las puertas del nuevo continente. El ejemplo de España se ofrece a
sus ojos en comp le tan leal consejo. La desdichada penínsu-
la perdido por la intolerancia y ha descendido a un abismo de
que no hay medios para redimirla. Con aterrador pesimismo exclama:
" España es incurable."
Blanco, al resignar la publicación del periódico por atender a com-
promisos de su posición, se despidió de sus habituales lectores con su
articulo liti' ido Despedida del autor de las Variedades a los hispano-
americanos. Muy depravad., ha de ser quien no siente separarse de las
•n quienes ha convivido en lazo asi que no es ex-
traño ifectado al 'lar su adi ctores de Variedades.
mprendió una empresa noble, cuando juzgó necesario su concurso:
hoy existen en Londres muchos emigrados españoles que pueden con-
tinuar SU obra. " Adei ribir
pañol careciendo <le un público independiente que aproveche mis
dificultad para su empresa nace de la distancia a que
la falta de conv-
elí"-- El autor que á< su público, anda ■• ■•-■ pre
De t i, no por afán de exhibición, sino por la enseñarí-
as
VI!' SI "•!.* BLANO
za que lo> hispanoamericanos puedan extraer de día, se despide con-
tando su biografía.
No hemos incluido e: Carta
<jue de ellas hacemo» separada mención.
,iibia a disgusto el peí ■ claro
ira aceptar el encaí
,]i. ¡as económicas <le su situación. Hasta
religiosos se siente cohibida su pluma, habiendo ofrecido .1
nnian no escribir nada que alarmase las conciencias n
lispanoamerícanos, a fin <le oo dificultar la circulación del ]>erió-
alidoa luz el primer número, escribía en una nota de bu
Studenfs Journal: "Mi resolución de no continuar el peri
Bol la be tomado inmediatamente después «le la publicación del pri-
mer número. "
Siempre abrigó dudas acerca de su compromiso. Después de men-
irlas ventajas pecuniarias, decía: ".No esto) libre de dudas
ca 'le la corrección d< Si •*■ hubil ie un papel pu-
ra mente literario, me habría halagado la esp his-
panoamerú i
Dejando a un la 1 ■ escrúpulos de réveren I por empre-
negablemente meritoria el intento de tender n- ritual
entn ue habían roto 1"-- an(
tante sus resentimientos, los jóvenes pueblos di- Vm<
Ktractos lil 1 de la civilización i
studií ■- hisl • n de-
. pero majestuosa en mi i
Inútil descendei
T.a meritoria labor hecha a conciencia, eruditísima ei I
rande instrucción a los hombres de r>t"s tiempos, mej
aquell s ■ !
ón de mu
tura.
eminentes
• jando di- interés a la-
», al (
■i no
■ al patríi i( ■■; muchas
' ' ■ ■ ' ■. i ■
■ lente CTÍtii
§ 14 °
CAUTAS SOBBE [NGLATERBA (1823-1825)
Eíemos desgajado estas cartas de la exposición de trabajos perte-
necientes a las Variedades o El Mensajero de Londres, porque estos
be reducen a ensayos sueltos, diferentes por el finido, aunque, justo es
decirlo, mellados con admirable unidad de lenguaje y estilo.
Las Curtas sobre Inglaterra no se limitan a inspiraciones aisladas
o momentáneas de humor periodístico o de asunta singular; constitu-
yen enlazada procesión, presentándose como capítulos de obra inde-
pendiente y substantiva, que esperan recibir del conjunto el mérito y
la canción.
El brillante éxil artas dr España movió a varios amigos
di- Blanco a indicarle aplicase aquel vigoroso dibujo y aquellos i -
colores a la vida nacional inglesa, sospechando triunfo acaso más
1 que el de las Carias españolas, porque el público, más compene-
trado con el asunto, apreciaría mejoi la filigrana del trabajo.
pío disgustó .1 Blanco -! idea, j ahora que favorecía la ocasión,
sirviendo <le paso a su ideal de alian/a anglolatina, se dispuso a eje-
de la obra, que no oti ra las Cartas.
Al recordarlas Blanca en bus Memoria-, dice que cree haber
to tres (I befieve I wrote three letters), Su memoria le había
. pues escribió seis y aun una de ellas dividida en dos númei
En la primera carta nos advierte los de no conocer a
fond> la lengua del'país en que reside. El mismo brinda un ejemplo
vivo, pues su conocimiento im| i llegada a Inglaterra, del
idioma de! país, le proporcionó frecuentes desengaños:
Xana su viajé a Ubión, el contraste entre la triste y fría y né-
bula-a región que le habían pintado y el riente panorama que
prendió sus asombrados ojos, No reconoció límite- --i alegría al
contemplar aquellos verde- campos, aquel ambiente .le vida, aquella
singular hermosura con que la i-la .-■<• ofrecía a su admiración.
388 VI DA Y OBRAS
El clima es áspero, mas el talento y la laboriosidad de 1>>
ses han eji milagro de que Inglaterra sea ¡a nación en que
se puede -alir a la calle más días en el año y se puede permanecer en
la calle más horas durante el día.
una pintura de la inmensa capital, describe los convites
•-. tan frecuentes allí: el modo de visitar, sin que
-paña, matar lloras ociosas en la casa del ai :k!o-
le el tiempo o perturbando su comodidad; las partidas o reuni
algunas de carácter musical, y elogia la vi.. r in-
el más íntimo, el mas templado, el mas perfecto del ntund
Con no menor efusión celebra los hábitos traba -1 pue-
blo inglés, y hasta la necesidad de trabajar los que carecen de fami-
lia, por no encontrar esos cafés y otr I que per-
judican a las costumbres de los puebl «si-
gue distraer el ocio con galanteos. Ni las costumbres lo permiten, ni
■'re la mujer inglesa, modesta, recatada y espejo de honra
La taita ntiene el retrato dd populacho ingle
atenuar sus defectos, explícalas funciones teatrales, marca el US]
absoluto y a veces tiránico del público, y disipa la opinión de que el
pugilato es allí espectáculo tan nacional como en España las corri-
das d
El pugilato se consuma con exquisita caballerosidad p"r parte de
los b te impedirían a cual-
quier luchador ser traicionero o golpear al vencido. De todas suer-
i privativa de la
lersonas distinguidas, y gustar de dios es indicio de
poca educación.
Termina esta oarta exponiendo las ventaja- de la decdón direc-
ta para las representaciones políticas, y «lando una idea di
ran Bretaña el derecho dd sufra
La verdadera grandiosidad de Inglaterra, dice al emprender la
tercera curta, está en el campo, en la vida de los persona
viven o pasan temporadas en tincas propias lejos dd tu-
multo de la ciudad.
enderá un extranjero al comparar l<
• - ■:) las ma ¡den-
particulares en el campo con de-tino
. ■ ■
ÜOS '
• i ei ¡edad ingle-
nada hay • en la quinta de
que nos imitan, recibiéndonos con cariño y colmándonos
DE DON' JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 389
de atenciones, sin privarnos de nuestra particular libertad. Cierra es-
ta preciosa carta detallada descripción del soberbio edificio conocido
por Woburtt Abbey.
Retrata la vida activa de las gentes en Inglaterra, encarece la
importancia asignada a la instrucción, y explica la necesidad le ser
oradores e instruidos los jóvenes de las clases distinguirlas, si m
renuncian al papel que por su distinguida posición están llamados a
representar.
Como en el Reino Unido el Gobierno abandona todos los asun-
tos que puede a la fecundidad de las iniciativas individuales, en las'
cabeza- de partido de cada condado se congregan a menudo juntas
de las personalidades más dignas para resolver cuanto a los intere-
ses de la colectividad afecta.
Dado el grave carácter de las gentes, no es posible lucir ni siquie-
ra cumplir en estas reuniones si no precede el estudio de los proble-
mas planteados, si no se poseen inteligencia e instrucción para com-
prender los que de pronto se presentan, y si no se sabe manejar re-
gularmente el arte de bien decir.
Prosiguiendo la relación de costumbres provinciales, pinta los
bailes que se organizan en las cabezas de partido (Coinity Batís), bai-
les, en cierto modo, públicos, pues se entra en ellos mediante billetes
5e pueden adquirir por compraventa, y concluye tratando de las'
carreras de caballos, entonces desconocidas, y hoy ya frecuentes en
casi todas las capitales españolas.
No olvida llamar la atención hacia el cambio verificado en las
costumbres a favor de la moralidad, notando cómo ha desaparecido
el feo vicio de la embriaguez, antes tan general y ahora tan raro.
La cuarta epístola, intitulada Estado moral y religioso de Ingla-
terra, entona una apologria de las familias eclesiásticas, expone las
obligaciones de los vicarios, no tan penosas como las de los curas
católicos, pues se reducen en la semana a visitar los enfermos, pres-
tándoles ánimo y consuelos T..., domingos son los días más ocupa-
dos para un vicario, pues tiene culto con sermón por mañana y tarde.
El culto vespertino es más litrero y menos concurrido que el matinal.
Continúa la materia religiosa en la quinta carta, especie de pro-
longación de la anterior, y ensalza la fe y los sacrificios desinteresa-
dos de la Sociedad Bíblica en pro de la extensión del Cristianismo.
\"-> es< asea tampoco las alabanzas a la solidaridad de I pro-
realzando la fraternidad que entre ellas reina v la unani-
midad con ríe se auxilian para la obra común. T.o^ tres núcleos prin-
cipales del protestantismo son: los anglicanos, los presbiterianos y
los anabaptistas.
3qo vida y obras
La Iglesia anglicana es la menos libre de aciones
licas.
Enumera y carácter; otas cristia
los unitai »nte de su convicción, y marca su desdén
hacia
metodisi f ai '.enes
• ■ revestir a la Iglesia nacional
• ■•■ pietista no desemejante del catolicismo.
La carta sexta y ultima "frece el panorama de
Londres. En ninguna parte esplende
alegre, ni tiene la luz ungular bel]
térra Los -aludan a La Primavera con fervi
himm servida <:ev. la nuche
Abril a la torre del ¡ juve-
niies la alborada del mi
luego el curioso tipo de los
■
modos, y describe la hermosura de Hy.le Park, resplandeciente de
hermosas damas y Ui i< »-< »^ tre;
en el «liarii > vestir, y las exhibición!
multiplicados < i
traen largamente hone
A! hablar de los mu -mira,
la en España, •• lan a
diana. DO dejan de merecer al. -
.y aplauso Su fundador Sir Joshua / Fué un admirable pin-
tor v sacó notabilísimos discipul
i señalarnos el febril movimienl ■
que diriamos hoy. las procesión*
niños llevad..- al pase
i ¡>ara el bienestar de muchi . afi-
termina planteando (■•
indente de !"< católicos de Irlanda
¡ón sobria y valieni
las de mérito literario en cuanto
- il notar en las de Inglaterra al-
ie han sido nuestras i«">r
le treinta v cin ¡>ro-
mente ad<
*m breve fórmula, 'i • •
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 3g I
Tampoco existe derecho a exigir más. Blanco ha visto y ha visto
bien. Su único defecto estriba en que no ha vivido lo que ha visto, poi-
que el espíritu va gastando con los años su poder de asimilación.
Podrá renegar <le las cosas dé España, podrá aborrecerla- y mal-
decirlas; pero esas cosas son las suyas, en ellas se crió y adquirió de
ellas esa intuición semejante a la del idioma nativo, intuición que sos-
tenida treinta y cinco años en el alm ja sustituir a la edad
en que el sentimiento de lo exterior no late tan vivo ni tan hondo.
lia. también entre unas y otras cartas diferencias de finalidad,
que se traduce en diferencias de juicio.
Las Cartas sobre Inglaterra responden al deseo de hacer simpá-
tico el pueblo inglés, y, aunque el fondo de la descripción luce sor-
prendente exactitud, se nota la benévola parcialidad en los puntos
que elige, en los que omite, en el entusiasmo con que sublima lo bue-
no, en la rapidez con que se desliza por lo malo, en las atenúan
que -urgen con espontánea rapidez apenas el defecto asoma, y
u el matiz general que imprime el propósito a la ejecución.
\"o es fácil proseguir la comparación en el terreno de las formas,
tas unas en español y otras en inglés, y no olvidando que la
diferencia de lenguas no consiste en mera diversidad de palabras,
distinción de pensamiento.
Lo único que podemos decir, honrando en ello la pronunciada
individualidad, es decir, la personalidad del escritor es que al tradu-
cir las Cartas </<• España a nuestro idioma sin más libertades que las
imprescindibles para darles coite literario, nos resultan estilo y len-
guaje muy parecidos al de las Canas sobre Inglaterra. Con mayor
razón tíos será lícito pensar que si el niism.. las hubiera vertido, se
ruado la semejanza hasta los limites de la identidad.
§ 15°
PRESERN
ise de un opúsculo dirigido expi la di-
fusión del Proteslantismo ei i hablan la li añoia.
e di er de la i>lu-
ma de Blanco de no haber existido el original ir
En 1868 se repa aña con el titulo de 1.a
¡cubierta por un español.
m de su contenido, porque n<> 1
menos que d del Poor Man's !'■
En rigor
■ ha trasladado 1 titulo
de resumen o extracto, porque 1
sería el de reducción, pues las altera
en suprimir algunos fragmi
, bien porqv
y parece lo más probable, ]»>r reducir las <li:m-- " il »r- » para
itar su difusión, n el artificio, hábilmenti |«>r
puedi
lleva noml
Pela) o la tlguna
1
1 pañol d pn '
ion de 1834 v en cambio lleva ;il freí
imprimí' para ' que circula li-
I labra clivi .
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M." BLANCO Y CUESVO 3q3
Tampoco figura en esta edición recortada el prólogo escrito por
Blanco para la edición primera, fechada en Chelsea en 1823.
El diálogo segando, o sea el que trata del origen y principios del
Protestantismo, se halla mas mutilado que 1 « siguientes.
El caso de la monja María Francisca Barreiro se refiere en la
obra inglesa al convento de Santa Inés y en la española al de Santa
Isabel. Ambos conventos no puede suponerse (pie sean uno mismo
pites se hallan situados a bastante distancia el uno del otro.
§ 16°
SPAÑÓ1 \- p
I .1- as de Blai as incluidas en el to-
mó LXV II de la Biblio ¡
número publicadas en el volumen <•!<
de Letras I lumanas
María Blai |ui.
La colección Rivadeneyra escogió
titula los III, restaurador de las ciencias en I Apo-
lo, pidiéndole restablezca sus altares en Sevilla; .11 - Mu-
sas; El Triunfo </.• la Beneficencia; .1 la instala*
tral </■• España; Los placeres del entusiasm luniariedad y «7
resignado; dos .
i/en Jiiiiu Pablo Fornér, una elegía De Albina ¡i Fileno, en /<; n
/.• </. l.i l anción de Li Alborada, libremente tradi
de Gessnei ; la silva, Una tormenta nocturna en alu¡ unir; una <
ción y I ./ ( ani lillas,
ambas para incluirlas on /,; huérfana española ■■>/ h
Muchas de las citadas habían \ ist< • la luz con ocho idilios u
manee heptasílabo eri el tibí
ntia Humanas de Sevilla (Sevilla, imprenta de la \
de \ • tlanco, con
un i' ¡to |H>r el padre
de quien h<
■ti Márnn ■! las esti ellas
de primera mag te juvenil, inte-
grable Academia de Letras Humanas.
denses, la le la
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.m BLANCO Y CRESPO yp
micos en loar del misten" que. sin la sanción oficial de la Iglesia, era
ya artículo voluntario de fe para la mayoría del público católico.
Dos odas consagró Blanco en aquella feliz época a cantar glorias
de la Inmaculada. La primera en fecha, de purísimo corte sevillano,
distribuida en" solemnes estancias, denuncia la filiación sin descubrir
el Sujeto. Es una elegante oda que pudo firmar Lista, Reiaoso o Ar-
jona, es decir, que ostentaba sello de escuela, pero ningún carácter
nal.
Cualquiera estrofa píxlrá servir de ejemplo:
De nueva luz brillante resplandece
. sereno y delicioso día,
il mundo anuncia cerca su ventura.
Himnos canta al Señor, ¡oh tú, alma mía!
Su nombre y gloria ensalza y esclarece,
Pues que a la tierra llena de dulzura,
Y a la vil criatura
Kn maldad sumergida,
Le anuncia nueva vida :
Canta ¡ oh alma ! al Señor omnipotente
Pues ya a salud convida,
¡ Día feliz !, a la afligida Rente.
I. a según I i ion, < scrita en liras de cuatro versos y leí-
da en la academia particular de Letras Humana- el [3 de Diciembre
de [795, no oculta más el nobtlísim El a-unto. pred-;
de la Sevilla antigua; la majestad en el proceso de la- idea-; la ter-
nura del sentimi bleza de la dicción; t"d" el arti-
iende a perfume bétieo y se ilumina con resplandores me-
ridionales,
1 tesde 1' ■- primer- - versos,
CO placer y gozo lleno.
El pecho arrebatada
Se dilata, etc.,
se nota la entonación, el número de los ver-»-, la filigrana que
comí • - el dh i» • He
el «upremo aitifí * del len
I. a misma robustez de los serva desde el primero
hasta el liltim < de la oda, sin que una -"la palabra ni un
•!■ (JO turbe el deleite del •
jentirnienti ntsm en
la inocencia de! •, dominando en todas las liras el optimis-
Librc es el universo, y las na..
■
Las disueltai
1.a- pesadas ca I
1 .1 mismo sabor infantil brinda la oda -I Carlos III
le las ciencias en Es)
'.
\ Pélayo,
rea-
lizaba un joven de ■ flexi-
a exacto cooocimiei r ju-
venil, vago e inciertí
prirrx
in.il-
irme de la ■ una
. mdi-
vidual.
Mas . no se
•. brillante; las
'iioros y entonados 1< ■
Muy
pidiéndole que restablezca sus aJt
■
que la vaga admiración ;i 1"- lejanos ministros <1>- Carlos III S
llano y i>. «.ta. no ]>«lia menos <k- re patria
no de la Ir
i «le
adose en la siguiente centuria, y bi
ria Parra
un -■ », mientras 1
lirio.i A la luz
uán honda ama mplarían d
patriota la triste decadencia «id siglo xvirt! Era natural
dase
de aquel pasado que •
i juvenil.
DE DON' JOSÉ M. BLANCO Y CI 397
Asi, prescindiendo di . rompe en gallardo apostrofe al
dios de la poesia, invitándole a volver a las floridas márgenes del
y reivindicar su ultrajado honor. Le incita a contemplar la pro-
fana turba de poetastros,
Verás del Betis la ribera undosa,
Do tu gloria pusiste,
Cuál yace sola y triste,
Y sólo habita en su recinto hermoso
Silencio pavoroso.
Y prosigue, florido en la dicción y firme en el estilo, pidiendo a.
. henchido ' ion, embrace el poderoso arco, hiera^
disipe el hórrido nublado y torne recibiendo el tri-
ilce gratitud de aquella bendita tierra; renovando la ale-
gría, los dulces ? ucharán embebecidas, deteniendo su
curso, las sagradas ondas del cristalino Betis.
La ocla A Licio (Lista) en estancias 'le ocho versos (tres hepta y
cinco endecasílabos», da modelo infecto de la renaciente escuela sevi-
llana. El to . ligeramente melancólico; la sana filosofía, tris-
te, pero sostenida por la esperanza.; la dicción limpia, correcta: el
lenguaje sencillamente florido, todo revela lo que de vivo y fecundo
encerraba la resurrección de la escuela, sin los afectos o convencio-
nalismos con que otros, más pueriles, la viciaron.
En el mismo diapasón concluye que empieza. Al principio, luz..
Torna del año la estación amena,
Y ya el agudo hielo
Del monte al valle corre desatado ; etc.
Al final, la sombra en que termina siempre la meditación.
¡ Cuan necio es quien pretende su memoria
De la común ruina
Labrar en duros mármoles...
si biei al consuelo que brinda el amor, el amor, a quien el
gran Lista había llamado "más ¡> ideroso que la muer:
De la inmortalidad se le destina
to a quien su nombre graba
icos hechos
n lus humanos pechos.
( >tra poesía «le pura estirpe sevillana, i ' las Musas, ofre-
ce la novelad de concertar en sus originales estrofas loe adó
VIDA V OBRAS
. . -•
nin^-.: in singular combinado
tita como al Océano sonoro
Llegando, de su luz en la onda fría
Despoja el carro que ilumina el día,
V tiembla en ella el eje ardiente de oro;
ta la noche o
Siguiendo mi> pú
Y Ia> calla
1 [oras, «í'ie al mundo
I tesca&so dan <U- la fa
ilencio profunda
La >*!a El triunfo J,- la Beneficencia, leída el 23 <U- noviembre, de
1803 en La Sociedad Económica y también en estañciai
versos, si bien con dos quebrados solamente, mezcla ya a la pura tra-
. sevillana, aunque sin alt< ■ Las
' "lituana. A IOS que la j 1
un tanto declamatoria ; no [ue tengan
literaria de I « tiempos > recuerden que la naturalidad 1
tancia muy convencional lebidamente estimada, Hay íra-
iblimes i(i:, ni hilaridad fuera de ocasión, baj
<|iu- arrebata roí ueblos j hoy nos harían m>'
tana
admiradas
a prueba «la el juicio que a 1
nado en un trabajo que publicó en d M
lada de su talento para la poesía 1>
partido de un asunto tan trillado y apura* - • La in-
. la < 1 i ~>i > •- dignidad di
pensamíei I
ternura qu<
• 1" : la bell
d< lad a que ! a
•: mi sentir, la :
. del públi ' ¡dad donde i
minio del
• .ir de habei
desdeñando la libertad de la silva que
lUtOl
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 3qC|
De los doscientos veinticuatro versos que, repartidos en veinti-
ocho estancias, componen la oda, sólo hay uno que pudiera repro-
charse de flojo por la colocación viciosa del acento y la dureza de
dos inmediatos asonai
De sueltos genios un hermoso bando,
-que Hojea por la misma debilidad que su análogo de Quintana:
Le da por premio un calabozo impío.
De los demás, fórmese idea por una estrofa. Todas son iguales
-en cuanto al vigor y a la armonía:
¡Crimen, horror, desolación!... ¿Es cierto
que hay en la tierra sosegado asilo
Contra vuestro furor? ¿Seguro puerto
Encontrará el mortal desventurado,
Donde el sangriento filo
Huya «le la maldad, enarbolado
re el cuello inocente?
.Habrá donde esquivar su rayo ardiente?
En estancias también, aunque de once pies, con un solo quebrado;
escribió la entus / la instalación </<• la Junta Central </<• £j-
paña. El fuego del patriotism i se difunde perío-
dos v -■■ dilata con majestuoso «lienza el poeta entonando
i" de victoria; recuerda con horror la postración de la patria
y con ímpetu irresistible se revuelve exclamando:
; • >h amada patria! Si la sangre fuera
alivia a tu
Tuya es también la sangre de este pecho;
I n nuble ardor deshecho
A! ver volar tus hijos denodados
alvarte ■ > morir, gemí, j
■lit.i~ -oh!
desmayar ante su pn
M.i
a no tener m.is armas esc fiero.
i patria I verte esclava.
M-is que al poder del enemigo teme al rigor de la discordia,
ita de la i del tirano y e d< España
400 III !.* BLANXO Y CRESPO
p?ra que ^ :1 «a provocado! . j < >ncluye avivan-
- espaf
• .■ ■ s pon
mas n as de La Victoriorde Lepanto; la dignidad del
anticuen en todo d decurso de la c
umerosos, viriles, conforme a la tradición de la in-
iela.
r mal que las anteriores, animadas por el espíritu colec-
. resuena la oda Los placeres del cutusnismo. en li \ er-
-ular! l'i
sentimiento que mj
y pril funde un aliento <le melancolía, un -
de ]■ ntradice los deseos del autor. Canta las dulzu-
de la ilusión coi
en el lodelo de :
sino que. a pesar de no habei
may arrulló !a
cuna de Blanco y desde su ¡ni i in-
quietud. Por eso, en medio de la^ rosadas ti
amor y el hechizo de la^ !iui>as, no puede menos «le exclamar:
ir ü-liz ; ah ! sólo con la vida
n los OJOS
dolor es la tierra : aqui su trono
riew
Se quiere huir de su certera i
íesimismo, ixrn resillado, o mejor, abatido, inspira
oliintariedad y «7 deseo resignado en liras de cuse)
dos hepta y dos endecasilabos. No moduló el numen de nuestros clá-
no pronunció nada superior a esta oda la
\1 leerla HOS • r a la vista la
teelada y limpia de sus habitúa-
pido i
■ ■mi mar de
nianos COTU
• tble en d mundo? ¡Inútil lu-
DE DON JOSÉ M.m BLANCO Y CRESPO 401
¡ Deseo silencioso,
Fuera del corazón nunca expresado !
Tú eres más poderoso
Que el que aparece de violencia armado.
Cual incienso suave
Tú subes invisible al sacro trono,
Sin que tus alas grave
La necia terquedad ni el ciego encono.
Escrita en su vejez, poco más de un año antes de morir, y entre
el crujir de horribles sufrimientos, transparentase en sus clasicas estro-
fas la serenidad de la desesperación. Porque cuando el pensamiento se
impone al alma con sello de evidencia; cuando el cuerpo sufre, y la
vejez avanza, y la muerte se aproxima, sin que la fe descubra liort-
es a la esperanza, no es ya la resignación sino la seguridad de
la impotencia, la que hace brotar de la misma desesperación la tran-
quilidad del abatimiento.
Consecuencia de los estudios clásicos galvanizados en la Acade-
mia de Letras Humanas, y la creciente popularidad del ilustre afran-
eesado extremeño don Juan Meléndez Valdés resucitó el gusto por
la poesía pasto •ral.
Las églogas de Blanco adolecen de algún convencionalismo,
achaque dt- toda inspiración bucólica procedente del pasado clásico.
Si los po e la B npe-
netraciórj del alma con la naturaleza, descubrirían tantos veneros de
inspiración como infinitas s-.n las relaciones del hombre con el mun-
do Mientras se obstinen en aprisionar el genio en los gastados mol-
de sensiblerías pastorili ertarán a crear legítima poesía,
ponqué trabajan en terrenos exhau
I o • i : i<- falta de positiva comunicación poética se intenta relle-
nar con la imitación, de suyo infecunda, y el convencionalisn
• de la destronada musa.
Sin embaí i consignar que entre las piedras
del camin •. Blanco tropezó menos qu» lado
al afeite, e • de germina poesía La égloga Corito, ver-
sificada en t-1 furor del ei o, cuando I
■taban nombres bucóli do J vellanos ro se desdeñaba
de apellidarse Jovino; ni Lista, !
Dio Blanco se llamaba Albino,
la dulce i
¡ Al: II una
' en un tiempo, y en n
401 VIDA Y OBRAS
L'n palpitar dulcísimo scntia,
■ todo el pecho lleno
Me dejaba de súbita al<
«tetón en el volumen publicado por \ que !ii-
referencia, lleva el titulo Égloga a Silvio.
^loga sagrada, que en verdad nada tiene de égloga B¡ no
la reminiscencia de las ficciones <K .uva
candorosa inspiración revestía su apasiona . tier-
na imagen <k- loa amores bucólicos, arrancó aljama nota a la lira de
Blanco, aunque n<> enteramente original.
Cierto que Blanco era un místico intermití •: pero,
aun en sus exaltaciones, iba d coraa la fantasía, no
era el amor el viento que suspiraba en las hebras del arpa de S
Con todo, en la égloga reli^i- >sa /:/ .'• revela un mis-
tico, se descubre un poeta, siquiera se haya encadenad • a Pope.
Los versos poseen la rotunda cadencia de
■es, y lejos de adolecer «le ese desmayo <ilK' torna -
las composiciones religiosas de los poetas medi; i la ele-
gía animada, viva, en t< k1« »-
líu
I.K-! - o.ul. mortal
I ..- i amii
1 1. 1 mol h él eco nn Woí un i 'ioi repite.
1.a gloria del 1 tei ii". a ti d< scii tide :
I oh tierra '. i
allanaos ; alzad, , oh valí
Humillad, i
lanejar mi
1 'ne-* tan \: de la
de esbeltez en la estructura, primor de ejecución.
. llama ir.
cipiante, p
en ni -«la
le las 1
llardos
\X las
alar la llama de l"s dukes
DE DON' JOSÉ M. BLANCO Y CRESPO 403
Aun así juzga el poeta que no le bastará el mandato de Cu-
pido para cantar tanta belleza y llama en su ayuda la hermosura mis-
ma de Dorila :
Pero, ¿quieres, zagala,
Que mis versos compitan
Con los que a sus amantes
Les dictó Venus misma?
Pues mírame ; que sólo
Una dulce sonrisa
Me dará más aliento
Que cuanto Apolo inspira.
|Ay! No puede el poeta impunemente cantar semejante beldad,
no puede jugar con el fuego sin quemarse :
Yo la vi, y desde entonces
No hay punto en que sosiegue :
Ardo, si es que la miro,
Suspiro, si está ausente.
El poeta sueña en la cuarta oda con éxtasis inmenso que Dorila
le ama, y se lamenta en la quinta, de sus desdenes con delicadísimos
versos :
¿ Por qué, bella zagala,
Tus ojos ya no vuelves
A mí, como solías,
Bulliciosos y aleg
¿Tan grande es mi delito,
Que castigarlo >i
( mi tan duras fal
'Con penas tan 1-:
Dime: ,;cn qué te he ofendido
Tara que asi me niegues
La luz que me enamora
tnde ?
Pue : que Ir ama
Jama- \ erlo pi 1 tendes,
Mirar podrás tai;
A quien nunca t<- \ ¡ere.
l'.n la sexta se querella <!<■ los mismo ma, de
finos sentimientos, ' - '• • ruarla sin esperar recompensa.
404 VIDA Y OBRAS
.rdor en que vivo
Es el premio y la gloria
Que de adorarte pido.
; A y de esta suave llama
Los amantes deliquios
Sólo es dado gozarlos
A quien sabe sentirlos !
El esbeltísimo romance va scgrii»!. • de la octava y última oda, en
que cuenta que el hijo de Cuerea. des .1 margen de un B
yo, canta sus glorias y emrj víctimas.
Ma'- entre las cautivas
Que dijo arroba:
Tu nombre, |oh mi Dorilal,
Se dejó úa cantarlo.
I Ay ' sí, que Amor no quiere
Poner en ti sus :
Pues no amando, le sirve
De inevitable lazo.
Prec: e cierran con áureo tw che el joyel de ele-
gantes anacreónticas.
La ingenuidad de la elegía se compadecía mejor que el artificio
de la
de Blanco. Aún sujeto por el i
muestra con el dolor el temple ser:-', refl
rácter.
En su elegía A Fileno (Reinoso) en /,; muerte d
neri, podrá de< ¡r con i i( mal :
tí, [«lleno, y baña el llanto ardiente
Tu rostro al despuntar la nw
Y lloras cuando
nubes de occidente.
por algui
se entreabí ;
■
i", bañado en llanto ■
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 405
¡ Quién al hombre podrá romper el velo
Que su vista perturba y oscurece !
Se ve mortal, y mas íu orgullo crece
Y clama contra el cielo.
En ninguna de las críticas, pocas en número, hasta hoy publica-
das acerca de las poesías de Blanco, hemos visto analizada ni citada
siquiera la Epístola a don Juan Pablo Forncr. Y, sin embargo, sea
cual fuere la estimación que el juicio de los doctos conceda a esta
composición, posee innegable valor como obra subjetiva. En sus
versos, con mayor trasparencia que en las demás poesías, se co-
lumbra el estado de conciencia del autor. Toda ella alude sin cesar
a las obsesiones que entonces le dominaban.
Allí está el odio, si no el desdén, con que miraba la ciencia teo-
lógica y escolástica de sus maestros.
¡Infausta ciencia, que del vulgo necio
Distingue sólo al que la sigue y busca.
Porque, más necio, su ignorancia encubre
En huecas voces, que con aire grave
Pronuncia como oráculo infalible !
¿Para qué sirve, se pregunta en su interior, todo ese embolismo
de especulaciones en el aire, de sutiles distingos, de hábiles argucias?
¿Qué importancia afecta para el bien de la humanidad el prolijo exa-
men de las ingeniosidades escolásticas? ¿Para qué cosa útil sirve un
doctor en Teología o un rancio dialéctico, aún inclinado sobre los in-
folios del sí.lJ" mu ?
Estas batallas de su pensamiento adquirían cuerpo en la imagi-
nación y se deslizaban en el pesimismo de sus versos.
¿Qué es ser sabio sino una inútil pompa,
Que hace dañoso al que mejor pudiera
Ser útil a los hombres?
N".> contento air la picota esos sabios antiguos, que le
repugnaban.
Quien de
Liega a alcanzar la fama que el estudio
Pe gr\ ra catadura
Y lúgubre vestido le atrajeron.
Bien puede en ocio vil pasar los días,
Y en torpe languidez tranquilas horas.
Ya manda enn imperto, y su dominio
^OÓ VIDA Y OBRAS
Ejerce sobre el vulgo de ignora!.'
De cuyo afán e industria, sosegado
Recibe los tributos que a su ciencia
- . • r profundo son debidos.
Blanco, adelantándose a las afirmaciones del pensamiento mo-
derno, piensa que el escrit-T. el >abi", d artista, deben ante todo
ser ! icten
¿Quien no cumple una misión en este mundo? ¿Por qué una forma
<le la actividad ha de ser privilegiada en la com-
plejidad del fin humfcu
Los llamados sabi» no pueden eludir >u contribución «le patrio-
antas reía il ser humano en la
trama social. .v- man un m
aparte, ¿cómo serán útiles a
Si la verdad oscurecida
Por impío- brillante lumbre
Pálida torna, y lánguido su influjo
Al murtal llega, cual :iul>e
i trémulo el rayo que otras veces
Alentó el campo y fecundó mi seno:
Le lis el que debiera entonces
laño <l;irU-. tímido m oculta
O envuelto yace en la común ruina?
, lina turba
Que del saber el nombn ocupa.
Su descreimiento religioso embozadamente asuma. OCultO en va-
gas alusiones, porque no le era posible sin . puer-
tas de su conciencia a '
Y;i en el anteri ■ lamenta de que los darh
arten d<-l vulgo y no deda • >-.pios
■ :k> merecen Ha-;
|ue pedanti lude de que la
su]H': ■ lecir, la • •■ ida, dormí i
la ñu n ni dejar entrever un t:i ;>ara
el porví
enojo
na al mundo con in (andas leyes?
1 <e h peí i" de ;.:
DF. DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 407
mido en las tinieblas, en la abyección, pavoroso cuadro que conturba
su alma y surge veladamente dibujado por su pluma.
En torno de la tierra la ignorancia
Revuela, y de sus alas ponzoñoso
Licor esparce, y en sopor maligno
Detiene a los mortales, cuyos ojos,
iies y turbados, en su daño
Su rucha ven. El denegrido rostro
De falsa luz rodea, y colocando
Su inmundo pie, sobre las santas aras
De la sabiduría el sacro incienso
Recibe; y a su sombra defendiendo
La turba vil de sus admiradores,
Con ellos parte su dominio, y gime
El mundo ya cautivo en sus cadenas.
Cierra Blanco la epístola anhelando '|ux' luzcan mejores días, que
la ci< tra de la humanidad, que perezcan aves in-
mundas y nocturnos buhos, cediendo el paso a más gloriosa pléyade,
11 man< « puras
Queme el sagrado incienso, que otras veces
Se ofreció ante un inmundo simulacro.
.\>i .irrita frenético:
¡Oh, venga «1 día. dia deseado!
No se necesitaba tan ardiente exclamación, que se le sale por todos
pomos de su alma, para descifrar el sentido de la composición.
Conocido su pensamiento, sentido el fragor de su interna ludia en
el decisivo año de 170''. tábida la ne esidad de válvulas para el
hervidero ,: torias las trabas puestas a su expan-
sión por conside Jes, la clave de] esotei
está en la mano del lector.
II peñero, que vulgarmente llaman los preceptistas poesía filo-
idaptaba como anillo al dedo a las aptitudes de Blanco. Tal
vez no quedara el autor satisfecho cuando exigencias exteriores dis-
tsen o disimulasen su pensamiento; mas seguramerH
a debía de producirle la satisfacción déla paternidad
cual i ue ni una sombra velase la integridad
1 pensamiento.
Kntre la- ele esta clase figura la silva Una tormenta nocturna
en alta mar. Desde el primer momento el numen del poeta se im-
408
:d ahua j -e adivina en toda su majestad ano
que el
miro !
■ velo
Desarrolló la noche sobre el cielo.
empla admirado las maravillas que el cielo descubre en la
i mar y en i de la nochi de dd
inmenso panorama al hombre...
Dto invisible
Entre tanta grai
Aquí sei I :i mar ten ible,
\rr -u fiereza.
El ha visto no ha rriucho aquel mar i
me leño. ¿Quiéi i tan rápida mudanza
pensamiento a 1 1
Eml ;>lo
En religiosa calma
: tu habitación, tu eterno ten
\ 1 11 trono inmortal vuela mi alma.
lia la temp
; < >h cómo gime el viento I
■
■ n lamenta:
1 1 viento arrebata
el velamen, el han., sube o se hunde i I poeta tto
leí pavor.
■
Mas -i viniere, ; « >li Dios I, en Ti o
Por qué teñir: . nía
Lo mismo que en la caima mis tranquila?
i -tila
i ele la aurora,
tuya, como aquí I drentá
■ mi nave •
morii Volver al
Ire común di
:' \e7 nada : pero
fado a la ' •
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 4°9
Por eso con admirable oportunidad «refluye a la mente del poeta la
memoria de cuanto amó, y prorrumpe en esta sentida y magnífica es-
trofa :
¡ Oh traidores recuerdos que desecho,
De paz, de amor, de maternal ternura,
No interrumpáis la cura
Que ti infortunio comenzó en mi pecho!
¡ Imagen de la amada madre mía!
Retírate de aquí, no me derritas
El corazón que he menester de acero,
En el amargo día
De angustia y pena, que azorado espero.
¡ Tú, imagen de mi padre, que me incitas
\ contender con el furor del hado,
Consérvate a mi lado!
Así dispuesto, no le importa el naufragio. Desde el fondo del mar
se sube a los cielos.
Años antes de escribir esta poesía, perteneciente a su última épo-
ca, cuando ya la muerte llamaba a sus puertas, se quejaba Blanco del
olvido en que tenía la lengua española. Tanto desconfiaba de haber
perdido su dominio a fuerza de pensar en inglés, que no se atreví" a
lanzar al público ciertos trabajos y hasta parecía esforzarse en la co-
rrespondencia familiar. En efecto, y recelando <|iie pudiera haber algo
de prejuicio, nos parece observar en las poesías españolas escritas en
Inglaterra alguna ligera dificultad en el juego del lenguaje, aunque
inmensamente menos de lo que el autor temía. En cambio la inspira-
ción brota más sincera, mes personal; el pensamiento más formado,
el estilo más sobrio y majestuoso.
Sin vacilar estimamos estas ¡> *sío< -nperiores a las de su prime-
ra é|)oca, aunque los versos carezcan de aquella envidiable facilidad
y los afee alguna rara dureza o frecuente asonancia.
Otra ile sus últimas poesía :.. Poder del recuerdo tic mi
amigo Lista, ternísima inspiración diotada ;>■•!- la más vehemente amis-
tad y escrita en momentos de d ' irosa angustia. Sumido en su pesar,
el poeta desea 'íiorir, convencido de .pie ya su vejez no puede g<>zar el
restablecimiento de sus mveterad >s males; el sepul iasuevo-
Cacíón llamándole a SU sen •: mas el triste se- detiene ante el definitivo
inso, porque a la boca de la tumba la imagen de su am
tiza, y llorando «1 • ote.
No desc<>!K>cem sus indiscutibles méritos p. •
410 VII>.\ Y OBRAS DE D. JOSÉ II." BLANCO Y CRESPO
Ua la figura de Blanco entre los líricos de primera magnitud.
alumbran.
gente y vi-
gorosa nv ella realizó cuanto el talento puede lograr
. !dor
t:i nada ceden a los de N
Martínez de la Rosa, Maury, Irías y den •. an-
> de dere-
■ un lugaT en la primera tila de i
rd« en ted primero yacía cas
i factura de
la ; los de la leí primitivo
de la rradi • a. denun»
ya influjos •
la mayor parte de sus |ue ' iaHe-
o cualquier "in>. con dadas
vacui hubiera sid
»<; en alta mar.
§ 17°
POESI \S [NBDIT \S
(Reproducidas del misan} copiador de Blanco, con sus notas.)
Si al emprender nuestra labor nos hubiera guiado el propósito de
entonar un panegírico en loor de nuestro pr. >tagonista, seguramente
habríamos preterido estas COtnp liciones inéditas, insignificantes, frag-
mentarias, meros apuntes para posterior trabajo, desahogos de mo-
mentáneas impresiones. Fugacidades y herrumbres de la inspiración.
Mas no abrigábamos el de añadir nuevos lauros a las sie-
nes de un i quien la exaltación poética no representa la
fase esencial de su mentalidad ni de su carácter. ' 'reemos que si no
hubiera nacido en el medio más favorable del mundo para la poesía
y en época en que toda persona culta se juzgaba en la obligación de
quemar incienso ante las aras de Apolo, acaso no hubiera escandido un
solo metro a no ser p * distracción o pasajero flamear del ingenio.
En cambio, icar a luz todas las facetas
de la complicada psicología de un hombre original, lleno de inteli-
gencia y de ingenuidad, fundamentalmente orientado y víctima a un
tieni[)odc su impresionabilidad y de concomitancias exteriores, estima-
mos no deber despreciar el menor indicio, sobre todo, considerando que
nada existe en la ¡a más interesante que lo improvisado, lo
episódico, lo que por su propia nimiedad parece no merecer lima,
afectación ni disimulo. I ,. peqt de la sin-
ceridad, por donde se vislumbra un ¡nstai ti la complexión
íntima de la personalidad sol tales minucias, no
para glorificar al aul ■■. ra revelar al hombre.
412 VIDA V ORRAS
I
ESCENA V DIÁLOGO EN r.N NAVÍO INCENDIADO
Entre d" «es denenl
El fuego en su interior, la
Que abría ufana si
\ los desafiaba a la cam
Su: ii baña:
No ci un • aquel recobra.
Put-
ar cutero hasta la popa envía;
Que
Con sus :•
i ede el bajel j •
tinguible fuego por la cava,
cúmul ■- de cáñamo > de
1 lesdeñando la linfa que 1"- la
A.I ia.
iué humano poder le pondré fn
Impidiend ■
Que dentro un débil combustible mu •
ido,
De la impaciente p* ¡lena? —
Ya se adelanta : ved >im
Humo y vapor, el buque cual las o
I .i- -.i. il n* instru i ira,
( 'uando el ha herido,
pos desventurad
a un mili.'. imán
• id< e
De la nave, se oprimen y lastiman.
El hun* i a ui*
1
Na tizada.
1 a • adn ■■ salvar al tierno hijuí
Con si r* auta d I
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 4 13
Y pronto de las llamas rodeada
Con ahullidos acusa al sordo cielo.
Mísera humanidad. ¡Qué horrible escena
Presentas a ese cielo oscuri
El sol en gruesas nubes escondido,
Rehusa ver tu intolerable pena.
¡Qué variedad de males!
¡Qué multitud de afectos y pasiones,
En instantes fatales,
Devoran los huma sones!
¡Mirad esa cubierta vacilante,
Observad las señales
Con que expresa el semblante
El interior -del alma !
Con elevada im|>erturbable calma,
El soldado, el experto marinero,
Obedece la lumbrada,
Y concediendo sólo una mirada
A la esposa o al hijo,
El momento postrero
Ha en su puesto fija
Mirad aún, mas con rubor, cual huyen
En corto espacio y sin saber adonde,
Los míseros cobardes, cual destruyen
En su tenor los b >tes que aún ofrecen
Aunque incierta, de vida una esperanza:
Mirad allí, mirad cual se abalanza
El ladrón a la presa ; cual
seguro de gozarla, en tanto
Que lastrad •
Fuera de sí
En la mar los sumerge su t<
! luego la vista
A más noble . grupo
templad de mujeres delira. i
Al natural
Madi
Enjug erte.
414 VIDA Y OBRAS
lébü y fuerte,
I >e la Xaturaleza
Enigma inexplicable.
Tu blanda timidez, tu fortaleza,
Te prestan el em
• jue en tu rostro amable
aipotencia el tierno llanto.
¡ V <\v.< A-Ata. berm
Tan bland servirán de
A ese enjambre de pe
1 >el buque entre las be
do por el campo
Del mar, regocijado en su bravura
El tiburón inmundo se apre
Mas ¿quién gritó de la eleva
em •!". '<h g .icro
de Salvación, desde tu tr •
Entre las nubes descendió ligero?
|Ah, que • I suena
La misma voz! Un buque, al diestro lado,
Se d< ■ riend • la ti milenta.
:l en alto
1 \ ii>lenta
cada mimil
1 a bandera bi ¡t en hito.
salto,
1 speranza íw
Tú lo
\ la-~ . d.is y llamas condenada
lar desen I
Ita o
1 tumulto
\1 escuchar que el indistinto bulto
que las s<
Ved que a
il buen pil •
a cuadrilla ¡
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 4! 5
Vosotros, compañeros,
Desnudad los aceros .
Hasta que oprima al agua con la quilla
Y si entre tanto alguno se apresura
Cobarde vil, a preocupar el puesto
Que toca de justicia a la hermosura,
Atravesadle el pecho.
En el esquife estrecho,
• !orre el padre, el marido, el caro hermano,
A colocar las prendas adoradas
Al azaroso mar encomendadas,
Y en amargo partir se dan la mano.
Quién es, quién es la tímida doncella
Solitaria paciente,
Y mas que todas bella,
Que con rostro sereno y sosegado
Ultima llega del esquife al lado
...Huérfana y fugitiva
De la agitada España
i un hogar que de su suerte esquiva
Ugún tanto quebrar pueda la saña:
a el Eizror del huracán las priva
Sin culpa, o propio yerro.
I >e una s< .la esperanza
Que vino a consolarla en su destierro
Está también perdida.
¿Qué le importa la muerte, «pié la vida?
N< 1 a<i la tosca inglesa
Mujer
Que ya sentado do el deber 1" manda
Le da el último .1
Ya el piloto da priesa
A separarse de la ard
Y ya con timidez mueve Ja planta
Hacia el cargado bote la española
Cuando desesperada se adelanta
La infeliz que se mira ya viuda
I.i espum ■ una ola
la a su ayuda
I ,:i r ■•. en del» ada
. ida.
4 16 vida y OBRAS
II
DIÁLOGO
Infeliz, ¿qué es k> que intentas?
¿Por qué provocas al Ck
|uierc >alvarte
A pesar de tu desp<
Imiii ¡Ay de mi ! ¿por qué me impides
Seguir al que tanto quien
Por qué en el instante mis
De espira
de aquí, t' ■
Kn el esquife tu asiento,
Que en él te darán la vida
Los i
Tú eres dama; yo aldeana,
Tú en
Otra joya que el esposo
ira siempre piefd
ñora,
• n mi que me q
Con libertad d<
Entre la> "las y el fi
maldita la
Si 'i \. Mu el Cielo
Mucho más desvenrui
Me luz" a mí que te
Huérfana, extra
1 >e la Fortuna dependo,
Y ella siempre me lia mil
crueldad
Tú tienen a quien amar.
•;t:ir no DU<
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 417
Inglesa. ¡Oh generoso
(No mujer) ángel del Cielo!
¿Hablas de veras?
Española. No tardes,
Precioso es cada momento. —
Diciendo así se desvia
Del bote y deja su puesto
A la infeliz, que ahora duda
Si es ilusión o si es sueño.
¿Y qué piensas morir abandonada,
Tan joven y tan bella ?
¿No sabes que destella
Todo el poder de amor cada mirada
Que echas en derredor inadvertida?
; No sabes que seguida
Eres doquier te escondas
Por los ojos de un joven que te adora?
Helo a tus pies, ove cómo te implora
En tu propio favor. Vive: o las ondas
Van a cubrir en este mismo instante
Al juvenil guerrero
Que con pecho constante
De su r'. ida,
Y cuyo amor sincero
Queda pagado con salvar tu trida.
¡Qh Amor! ¿Quién te resiste?
Sálvalos :i los «los: pues los venciste.
Liverpool, Nov. 20, 1839.
J. B. W.
Nota. — Dudando mucho M lograré ..incluir lo que anuí empiezo vuelvo el l¡-
bro il revés, para no perder más hojas qui Ul indispensables. I-a fo-
liación de la porción se continua Blanco.)
»7
41 8 VIDA Y OURAS
111
HERMINIA Y LEONATO
o
LA LEY RIPÜAWA
( blfPOSK l"\ I M; \M \l u \
"Oiez les Ripuaires. la fcmmt libr,- gmt ai-ait épousé un rs-
clave contri . cboUir mi-
el la (¡Uíiiouilli- que le roí (>y le comtt luí ; elle prt-
nail fépée, il luí fallail luer elle iii-'i n< Si elle choisis-
saii la quenouillt, elle drvcnait esclove til* mhmt." l^e* i ,
Micbelet, Origina du l'r.-u >. p. 31,
Orlando, hermano de Herminia, hija del ¡efe de l
púa: •
u imiento lu. :. su nifiex.
Primera
Por qué tan grande abatimiei
Nu
I h- la fatalidad la dura 1
Me • día,
1 tía desventurado 'i'
En que perdí mi libertad nativa
Mi- quitó mi valor, aunque cobarde
■
I u sabes que 1 tan
Ni me arredra el dolor, l.liu-
Mas
Orí
litar un ;•
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 4IQ
Un pedio cómo el tuyo. Mi Leonato,
Hermano en armas y en honor, despierta
De ese maligno sueño, Cuatro Lunas
Apenas lian pasado desde el día
En que volviendo victorioso al campo
Habiendo dado libertad y vida
AJ rey mi padre <|ue, sin ti, perdía
La una o la otra, te entregó la lanza
Que distingue a los nobles. Los soldados
Te aclamaron por tal. Di ; no posees
Cuanto te iguala a los más nobles Francos?
León. Me iguala, dices? Oh qué mal sondeas
De la arrogancia humana los secretos.
Si piensas que permite al desgraciado
Que la suerte humilló, subir al puesto
De que una vez cayó, sin culpa suya.
Esa Opinión tirana, a quien muy pocos
Se atreven a oponer la Razón Santa
Hija del cielo, tiene sus raíces
F.u la más vil envidia. Bajo el nombre
1 )e honor, se encubre el más infame miedo
Del mérito nativo, que hace sombra
\ [os van * honores que en herencias
Distribuye el azar. Si la fortuna
abandona un momento al que depi
-11 mérito propio, el torbellino
De las viles pasiones se desata
Contra el de-venturad ■. J toma el nombre
De opinión y de honor, de reverencia
A las antiguas leyes,
Orl. ; I )ónde existe
que te puede herir?
¿Dónde? Oh, mí < triando.
Déjame: no me apremies; no me expongas
A perder lo que a; me vida.
Que libertad, que honores... tu amor mis
< >ki ; Mi amor! ¿Qui luda
Cab
; \si te olvidas de la noche horrenda.
Que precedió a la acción en que ganaste
La gloria militar que ahora te ciñe
420 \ IDA Y GURAS
■-•"nía del honor la frente?
das de los rito» formjda
que, según la tradkii
lucimos hermanos? Su memoria
Me estremece y me exalta. Si : tu liennano
V más que herman ida, en muerte
Somos inseparables cual la sangre
Que o>rri-> de tus venas y las
Kn la sagrada copa, que a los labios
llevó el Sacerdote. Si; bebimos...
■
En I
Que a la naturaleza misma pueden
Forzar contra sus leyes. Si la fuente
De tu villa y la mía fué divi
En su principio, el rito misterioso
a la ha hecho; soy tu herma)
León. i. Gelosl
¡Mi hermano! |Oh Dios! Y pot un doble crimen
ra las lej - . Perdona!
Orl. ¿Cuál crimen dices? Me estremí
León :«-ha.
le mi suerte lo» caprichos,
La mezcla de desgracia y de ventura
mi vida presenta> Arrebatado
De mi casa paterna, y de mi i
( 0,1 1. a ■> ierra, \ ine
1-1 número a aumentar de los eacla
De su real familia. Compañero
Tuvo me hizo tu padre, y desde entono
Hermano me llamaste; el mismo nombre
Te di yo en mi iix» > 1 distancia
De mi príncipe a un esclavo fui ui
mprensíble para mí hasta el ilia
¡ue la hueste te JUIÚ
; Infausto, infausto día! La repulsa
■ ida,
■ 1".
. primo, ri\al mió
Desde la infancia, me negó el dero
. denuncióme es< lavo.
DE DON JOSÉ M.1 BLANCO Y CRESPO 4^1
OkJ.. ¡<th! bien me acuerdo; al verte enfurecido
Volver la punta de la espada al pecho
Del insolente; con tropel confuso
Arremeten a ti sus allegados,
Su tribu c-ntera. Si un momento sólo
Hubiese yo tardado en arrojarme
Entre tu pecho y las agudas lanzas
De los amigos de Ermengardo, habría
Yo mismo fenecido en la contienda,
Honrando tu cadáver con el mío.
Si: de los Ripuarios sólo el nombre
A la guerra civil sobreviviera...
Su fuego vive aún.
León. Desventurado
El que impelido de un destino ciego
e en el punto de aventar la llama.
Orí.. ¿ Y quién es
León. Yo: yo misino, amigo
Yo he de ser el traidor que punga en riesgo
Tu paz, tu autoridad, aunque daría
Mil vidas ]«>r salvarlas.
Orí.. Me estremeces.
IV
Al joven don José Muría Blanco Whitey OUoqui, su tío paterno
don José Mario Blanco ll'liitc. de Liverpool.
i.
Verde ramo de un tronco trasplantado
Desde la bella y generosa Irlanda
A la orilla del Betis, pues que el hado
Por única esperanza, en tu edad blanda
Te dejó de un solar noble y honrado.
En este pliego el te manda
Un fugitivo aunque de culpa exento;
Por mí tu ito.
2.
Me- erdad sincera
• • resia,
423 VIDA Y OBRAS
"tro el pecho me pusiera,
ira a la fortuna mía.
ora,
i loe tiernos Fruí is le • ¿recia
brotar en mí ■• en prosa <• rima
La inspiración de -r mía.
3-
lima delicioso ! (Oh pur. . *
;< )h enliechora
Que en medio del d
te la mej
5" >1. que nunca •
era huir p
— Cara Albiói une; el retí
el recuerdo pintó, no me hace
la primera vez, tu r
Me concedió probar la independencia
De la Santa Razón; en ti tranquilo
ir de la verdad la ciencia:
1 >el Raciocinio el deli<
ir ; en ti de
i suprema aJzé, sin que temiera
<■'. o la hog
Joven ingenuo, put cuna
Te han luvlio un otro Yo, conceda el liado
Que heredes mi honradez, no mi Fortuna;
i lid nos ha lian
Kl tiempo en que nacimos; no desuna
Nuestros pechos y nombres el taimado
el partido
I que intrépido he seguido
l la 1
DF. DON' JOSK M.* BLANCO Y CRESPO 423
Hace - Diosa, ;. teme que amanezca
P i etrando el albor a su alma impura.
Paz al error involuntario; crezca
De mutua tolerancia la ternura.
Respirad santi
Y dad gli ria al gran Dios que os hizo hermanos.
7-
Corre a la noble li<l que ya destella
I .a luz, Joven querido, en nu< • iña.
¿Quieres ser útil? Huye la Camella
Sacerdotal. ¿N isaña
Su bando al ver de Libertad la estrella
Lucir desde el Palacio a la Cabana?
Huye 1"- que de un loco furor llenos
¡endo ser más que hombres se hacen menos.
8.
I desecha la ambición que se disfraza
capa de humildad, <le ardiente celo,
En tanto que 1 despedaza
Que al amor renunciaron por el cielo.
Perpetuar y mejorar tu raza
: «la tu ambición, tu grande anhela
"Dios es amor! Naturaleza clama.
Quien ceñudo lo pinta, lo disfama."
Liverpool, 26 de enero <le 1840.
\'.> le paja al autor poi la imaginación >l atribuir individualmente al Clero
1 iiii antiliberal ¡ mas no -acerdotal de cual-
quier religión que a la tiranta y di spotismo- En cuanto al celit>ato
do, los hombrea ilustrados, tan( Protestantes, están de
acuerdo que es una institución fui* e Blanco.)
V
REÍ I \ I SPBR W/ \S
RBDONOILI IS
1 armonía
l '■ |i nrro <lel pecho!
I >e 1* «lie la oigo en el lecho,
r tes de dia.
4»4
VIDA Y OBRAS
] k- alguna d
Su canto aprender quis
Mas luego se desvanecen.
v otra vez se aclara
Su delicada am*
Que yo en la cuna gustara?
; I K- los lal
ta medida,
Cuando <lc mi triste \ ida
;( >li cancii
¿Quién os borrará del ¡>o
hecho
\u!i i>s hallo p
Y j a a la muer
:>rimi<l<> me siento,
Al más agudo t- >nnento
La Madre Natural)
Me parece que os imita
Cuai ¡ta
Y arrullando ime, me
El !► deroso bel<
I • sueño
("ansa al que mucho pa
" \ • 11 (res, hij
Me dice : de la
En tu segunda niñez.
El último punto llega.
"En i<k1>» tiempo soy una
Aunque ■
Y' ■ fui quien de tu ú • i
ido tuve en la cuna.
a an i la -
1 v la que te dio su pecho,
Yo vi i tu lecho,
li de amoi
DE DON JOSÉ «.' BLAN'CO Y CRESPO 425
"Ese amor que siempre ardiendo
Tu corazón animó.
Entre ardores te di yo,
Y aun entre nieves k> enciendo.
"Aunque estrellas enemigas
Que rio están en mi poder
Amalgamaron tu ser
Con mil males y fatigas.
"Hn los dolores más vivos,
Nunca te desamparé:
Mas tus penas engañé
M< istrando mis atractivos.
"¿Quién del lirio y de la rosa
Gozó más <|ue tú el aliento'
;.\ quién causó más contento
itiz de flor graciosa ?
"Y -i dejando el sentido,
Registro tu o rozón,
n la verdad, la razón,
Con más deleite lia seguido?
"¿No gozas, por gracia mía,
F.n tus últimos momi
Los i nos
De música y pt m
"¿No desprecias los temores
De una vil superstición?
¿No lias vencido la aprensi
I leí sepulcro y sus horo « i
Ven, hijo, esp i -
El espíritu cansado;
En mis brazos se ha formado
Repose, pues, en mi seno. "
Liverpool l-VI>." 5, [840.
\ Ill.\ 1
VI
Tiltil i k \
n í -. n tiini til
■h fine
hut lo
n Oic
■
Vil
\\7.\
ni itnlido.
Tim.-irañada,
Que lo I
Mal hayan, dice, un bienei
[ no ?
■
■
re un. i
■
\ III
. / su sobrina ii<'ñti Marta Ana B
que le habla pedido mii's versos para su Atbum (i).
placer 1" mira,
inque mu y ;
DE DON JOSÉ M.a BI-WCO V CRESPO 427
;icha un conocido, tierno acento,
Anhelante despierta, en torno gira
arrasad « ■ ¡ ¡pira
I ' seído de un nuevi > y alto ali<
Tal, si aún viviese en mi la pura llama
Y el don de la divina p »esía,
Pudiera yo cantar á tu mandado;
Mas el Poeta humilde, que te ama,
'Teme tocar ¡oh Mana Ana mia!
Un laúd que la edad ha destemplado.
IX
A UN TEOLi »Q • GLOTÓN
Lego. Drme, Preste sabedor,
; 1 >e qué principio dimana
Que el comer una manzana
Hizo al hombre transgresor?
sosa fué la dulzura
1 )el tierna fruto vedad* 1 :
1 . 1 que da gue ido ;
1 .a virtud es amargura.
Lego. Preste, según tu doctrina,
I >ebes ser gran pecaí '
Asi 1" dice el "i. ,!■
Que sale de tu c ina.
Liverpoi ■'.. En 29, 184a
X
I.\ RÍA' II v.ciox INTERNA
; \d"ude t.- hallaré, Ser Infinito?
1 la más alta esfera? ¿En el profund >
abismo de la mar ? 1 .le a- .1 \1'
O, < ito?
428 '-. V OBI \S
;i!x-r. Mortal, en donde I
(Dice una voz inte nía') Aunque difundo
Mi v i- la el universo mundo,
n delito "
. M rtal, de fal • vano
Tras rum ;ra.
Ni pongas tu virtud en ril
No .'.'
No ira un alma impura
Ni para el pensar libre I
Liverpool, Feo." 3, 1 -
XI
LA PERSECUCK >N RELIGK rSA
¡( 1! a «no atormenta
En :
.eldad sin igual, el hombre al hombre I
lenta
Se arrastran al adafoo j a la
■ ¡ malicia retinada y lenta.
Impiden a la víctima que na
Y, pues no quii 1
la a maído
.; Y quién es el verdugo,
el juez sin piedad? ¿Un Sacerdote
I vi antiguo Mol ida?
v • ; de un 1 den lo plugo,
1 >r de 1"- h< «ubres dar la \ ida.
Su Ministro se llama y toma el M'te
De mansedumbn
Ma> |ah ! que" mal >e 1
en tal ma fiado,
Duda modestan»
Vr infalible : 1 K
- •
"No es huí
liendo)
DE DON JOSÉ II.* BLANCO Y CRESPO 429
Audaz, mortal, en el eme yo confío:
Del cielo desee:
Reposó en mí un influjo soberano,
Que ha de humillar I humano."
¿Reposó en ti? ¿Mas que contiende
Consigo mismo el insp l ido?
Cual cadena volcánica, se entiende
Llama sacerdotal, que rebosando
El universo enciende.
El cielo contra el cielo peleando
Es odioso espectáculo, que ofende
Al hombre racional. [Qué! ¿envolvió en guerra
El cielo a los que dio a regir la tierra?
Haced la paz primero
Entre vosotros si queréis que escuche
Vuestra doctrina el Universo entero
No procuréis que luche
El ignorante pueblo en las querellas
Con que e tallas
De odios inextinguibles,
Más que el error a la virtud temibles.
Mas en vano ©s exhorto:
Del Fanatismo y la ambición aborto,
que tenéis raices en el cielo
Nunca podéis dejar en ¡kiz el Mielo.
En." 30, 1840.
tima y ii" pequeña <i1K* sc haya perdido el original del poema
didascálico sobre la Belleza) a creer la aseveración de sus amigos,
la obra poética maestra <le Blanco. El manuscrito quedó en poder
de Reynoso al trasladarse Blanco a Madrid, y seguramente se extra-
vio entre l;i^ graves peripecias que, con motivo <le la guerra y \o> ac-
cidente- de la política acongojaron a los inolvidables restauradores
de las musas hispaleí
§ 18°
Luisa (/<■ BustamatUe o la Huérfana española en Inglaterra.
Publicada en la Revista </<• Ciencias, Literatura \ Arte Je Sevilla,
Al invadir los términos de la to
te -le I ''la: de SU juventud. Kl amor tic la I
perro con intensidad proporcionada a la duración de
• •- de la lengua nativa-sc agolparon con ir*
sonar a Mb labi s. El pens ádeado por imperio de la nece-
I y labor de la costumbre al idioma ilc Shaksp
forma prístina en qw
ni. iv.
•la- del renaciente españolismo, se abrieron sus última
\ la interrumpida novela Luisa de Bustam aríño ]*.-n-
rita, hasta que la man • helada de la la fe-
bril del ¡> 'fia. -:
timientos de ai
de nu< ibuaida palabra
dad di - de la ju
ir, del cid
-.nía en la Ita por
.ti miserable londe un
•nan
i balde a aquellos d<
. . . ■
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 43 1
Bustamante, asi se llamaba el moribundo, ignorante de la lengua in-
L, siente dulce consuelo al hallar un español con quien hablar, y
cuenta cómo, ejerciendo la abogacía en una capital de provincia, tuvo
que pasar, obligado por deberes l< s, a Madrid, donde cono-
ció al magistrado don J< aquíu M S telotan resi>eiable por su integri-
dad como por su inteligencia.
H litigase Blanco de saber del antij u • compañero en la Academia
<le Letras Humanas, la memorable corporación a que deben insignes y
aun no bien estima I « las letras españolas, y Bustamante
prosigue relatando cómo Sotelo y él se encargaron en los aciagos dias
de la invasión francesa, de la desgraciada misión ante la Junta Cen-
tral, de que salieran acusados de traidores. Cuando las amias espa-
ñolas e inglesas rescataron el territorio de la península, huyó Busta-
mante a Francia: Sotelo cometió la noble y heroica imprudencia de
peimanecer en Madrid, confiando a la sensatez del pueblo la justifica-
ción de su conducta; triste error que purgó con no inettruropida serie
(i, gativas persecuciones.
I es, que Bustamante redujo a metálico para su huida, in-
virtiéronse en la rema francesa l'n inglés, real o fingido, le deslumhró
me interés que su capital rendiría en I
dr-s y consiguió que el español realizase su papel y le entregara el
capital para iniciar l -. en tanto que venia de incógnito a
idas a la fidelidad de un amigo,
la del emigrado, cuando el de Cádiz le ase-
guró que era esperad esbirros del ;>ara prenderle.
Bustamante, engañado, se embarcó el mismo día de su llegada en un
buque inglés, no sin pri meterle el amigo la inmediata remesa del di-
nero. Más enorme que la sorpresa estalló su decepción cuando -
en Inglaterra que su amigo, el falso inglés, se había embarcado par;:
América, sin dejar huellas de s¡ ni del dinero que Bustamante le en-
. y cuand '.'mando a! español la otra reliquia de
su fortuna, n i obtm j al fin el com-
pleto silencio.
Hallándose en ! n >n familia, trasladada de Par
entender el inglés, -in el menor recur >, la miseria se había
ap >\r- ad ■ de a<] el hambre hah la ti-
la incurable enfermedad preparaba
■
El inevitable fin i rár. Enterra Ires, el bon-
dad' «o miste-r Powell si- lli ryén-
■ 1, su hermana; mistress Christian y Bl tivoe
43i VIDA V OBRAS
de la tierna criatura. Resultó de las prolongadas deliberaciones, que
una ji tiene más recurso que la instrucción; luego
entar el alma a la vea que el cuerpo de la niña.
Dio entrando de ins-
titutriz en alguna
liixla la joven española, pi odió bajo b
dirección ■ d inglés; el francés; la música, para la cual tema
•:iui:i-
toda ponderación lo;- héroes agarenos retratad i
Árabes «le i "¡¡«le. y en fin, la literatura, en cuv<> noble estudio realizó
tales ¡iv aceptables, d<
que el autor nos ofrece unas muestras, ya mencionadas por nos
al tratar de las poesías españolas.
na colocación pa de la fami-
lia Chub, sinque íuese obstáculo el hecho di
tenecer la familia Qiub al número de Ikm: ;ima-
dos santos. Sirve esta coincidencia a Blai rizar finamente
la santidad protéstame y a a la animada escena que si
arrolla en la familia cuando Luisa, acompañada <le mis padrin
presenta a tratare] asunt •• mister Chub, Esperábala reunida
la familia en unión del pastor m del Paunch, o bien Pansa,
que diríamos en español. El hijo de Mr. Cliub, niño mal ed
enfurece porque le dejan caer una Biblia sobre un pie; mola d
vicio de te: mojanse algunos de los que pensaban tomarlo; ,1 sacerdo-
te anglicano pierde la peluca; una sen a : el niño brinca
con la peluca de mister Paunch, y Luisa e-talla en sonora
«las, no pudiendo rq>rimir el ef<
espar* 'la.
El término de la ridicula hecatombe es una pedanterías
que se ocurren al reverendo Paunch y la resolución de mis)
stian de no dejar a su alujada en aquella e\tr.i nilia.
isada esta colocación, presentóse otra más favorable. I'l res-
petable mister Macdonal, destinado por el I
India, no quien
i n bien educada que a
da excurs I puesto por la
•lijamente di nbar-
despedida de la niña al separarse de sus pa
<!>lc.
Desde que uque, un oficial irlandés, llama.':
ion de 1. 1'
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESI'O 433
cual ap ■ ante
huérfana. Nada feliz corrió la travesía del Madras. Espantosa tormen-
o j un barril d< al ohol, dislocado por el meteo
inflamado por imprevisto azar, unió al peligro de la tempestad 1"- ho-
rrores del incendio. No cabía esperanza de salvación. Todo se baila-
ba reducido a optar entre la muerte por el agua o por el fuego. Las
llamas amenazaban ya la Santa Bárbara, y el capitán mandó abrir
paso a las ag i ■ -. prefiriendo la inmersión a la voladura.
Un barro, el Cambría, que providencialmente cruzaba, brindó au-
xilio a 1"- náufragos, mas no se atrevía a acercarse temiendo 1 »s efec-
tos de la explosión <it-l Madras. .\1 fin se di lá izanse
sin acordarse nadie más que de su pers< na, ; allí
olvidada hubiera la infeliz I auxi-
lióla solicitud del joven irlandés.
1 ( 'ombría, arribaron los naúfragOG a Falmouth, donde
rivalizaron en caritativa emulación, distinguién
expedicionarios a Londres, míster Ma
nal, arruinado por el naufragio, no pudo sufragar el gasto de una
ñorita de compañía, regresando así la joven Luisa, de modo inespera-
del bondad I - Powel.
¡uí la narración para hablar de 1 de Loa-
de la infame explotación mantenida en la sombra por infames
empn las contratas de adol< n el violín
por cuenta ajena, de las escoberas alemana i rae la
n mayor o menor eficacia, de ¡
Abandónase por un momento a la huérfana, para introducir la
¡tica figura de Lord i- ile irlandés, i virtuosa
mujer y padre de dos niñas, el cual, entregado a brutales sensuatis
su familia y convertida su más
repugnantes excesos. Eli envilecido aristócrata carece de sentimientos,
le cariño paternal. Vive para el placer de los sentidos,
sin remordimientos, sin considei ¡ales, atenl .urar
ales que puedan procurarle renta
anual.
idea un Establecimiento di n miss
¡lie de la seducción de una bellísima aya, que, i
fducaí a intenta llevarse a Irlanda. Ya |
quién es la acechada institutriz, aunque el autor no lli
inti • queda interrumpida 1
¡litada a 1 1
v ./■ fose Mana Blanco y Olloqui, sobrino del autor, pues
VIDA
de Illanco que, d<
hern . de una parienti en el
mis:: na palabra que el la ex-
misión critica que reca entaria
o mejor incipiente. Po tal, el lulo
tal del argumento; pero la conjetura echo \»i
rden jurídico se detiene al dintel de la conciencia, la juris-
dicción critica se limita |x>r la talt i de exterioriza
Ademas, el ínter la prepara
n de las escenas . el jueg • de \
especiales del novelista; la adaptación del estilo a las 5; en
una palabra, 1 « elementos de ¡
del razonablí
de l • Iría general .1 dd pred 1
sobre la pintura de carad le su
tiemp x la levadura didáctica, demen-
:a<]ue
sin d I Segundo Viage del Caballero Iriand
nudo ,i- - ul;<-, cual en \ ai e las mallas de la na-
rración, confiado el novelista en qui extraer el
• de la flor con maliciosa ¡ndifen da.
Únicos puntos vulnerables serían el lenguaje y estilo, en nuestro
sentir, y especialmente el primero, pul les. Nadie
ría en las s del autor, nadie supondría que lleva!
años ski hablar el idioma español, al admirar la hable
de su casi lereDa de haber perdido d do-
minio del idioma; no pueden compadecer su cuita los qu<
jura del estilo sin tropezar en u
de los ¡dion
ñol de Bl ■ dlai 6 de su pi
de su patria, es obra a
que subyu-
1 terrible peripe-
«nbrío de un mar irritado y de uncielo implaca-
DE DON JOSÉ M.» BLAN'CO Y CRESPO 4Í5
ble, iluminados por la hoguera del incendio. Al lado de las trágicas
perspectivas, su ingenio flexible juega con las lineas de la caricatura
v expone sin exageración, sin aparente saña, con finísimo arte, a nues-
tra burla, el figurón del ministro protestante, ridículo en su aspecto
cual en su fondo, inocente en su pedantería, cómico en su hipócrita
afectación.
No podemos inferir el valor de Luisa de Bustamante, como novela,
por la estructura apenas iniciada, mas deploramos con ingenuo dolor
que la muerte o sus dolorosos precursores detuvieran la pluma de Blan-
co, persuadidos de que hubiera legado una joya a nuestra lengua, y
curiosos de ver cómo el espejo de su espíritu, bañado en luz tan dis-
tinta de la que alumbró otros ensayos novelescos, hubiera reflejado el
mundo exterior contemplado desde otras cimas y cómo hubiese en-
carnado los fantasmas surgidos de la nueva concepción.
TRADUCCIONES
por ulano > da idea de aquella maravillosa actividad intelectual, <ilK"
asta la misma boca <!<
■ ' ■
tnedad y a t< "1
bre perdidí i paj a
sin vocación ! \i*-n;'. -
bajo un sólo día, meditaba problema
vivas y n
ir, en el ti
i
n Powell.
i vehemente afán de pon<
ido trasladar al espafv '1 la
I [asta sus úkin
Inútil
motivo, el de lib vertidos
temático
uc habia d mismo, im-
por el profesor Neander.
\ I HA y OBRAS DE D. JOSÉ M.» ELANCO Y CRESPO *3y
Al español vertió las Evidencias de la Religión Cristiana del Rev.
William Paley, libro cuyas trágicas peripecias hemos señalado en la
rafia del traductor.
<iKÍa de los sucesos políticos de España, creyendo pres-
tar no exiguo servicio-a su país, tradujo la obra de Cottu Criminal
ngland, de que ya andaba ra versión por España,
¡itima circunstancia Blanco entregó su manuscrito al repre-
inte de Méjico, el cual !<> mandó imprimir y lo envió a su Repú-
.
Por deferencia a la Sociedad Bíblica corrigió gratuitamente las
pruebas de una edición de la Biblia traducida al español por el padre
Es posible que para las subsigui e hayan te-
nido en cuenta las correcciones de Blanco, pues hemos observado que
la de le los pronombres-complemento no es siempre la co-
necta empleada por nuestro escritor y en general por los andaluces
y por todos los españoles que hablan bien.
Corrigió además la traducción de las Evidencias del obispo Por-
teas, si bien le pareció tan detestable que prefirió traducir de nuevo
la ma\
También gratis vertió al español el Book of Common Prayer, des-
tinad »ster a la propaganda en la América
i. no dirigida por el traductor, resultó asaz de-
sa por omisiones y erratas.
Al mismo género corresponden las versiones de s homi-
lías para la^ publicaciones de la Homily Society, que luego se arrepin-
tió de haber verificado.
De los traslad 6 de poesia inglesa a nuestr nunca pudié-
ramos ensalzar tanto las muestras como el señor Menéndez y Pelayo
al llamarlas "traducciones nunca ha>ta hoy aventaja'!
Blanco no desmentía la áurea tradición de los sevillanos, ya des-
de Jáuregui a 1 1 ña En los
mismos días de Blaiv etencia el bien ganado bla-
són don \ i; Arjona. émul tginal en las versiones
ajal, el admirable traductor de los Salmo9.
Su primer traba i • -den fué IB i espa-
ñol, y de ■• ida en su juventud: "Alexis. Drama
lares Triz, de la
mía de Jesús, tradui ■ don J. M. B. y
. en 8." Impn nta <le \"á^<n:. nía.
la alborada, de ' que "ya despuntaban
' . //..' .111. 354); el
; los
VIUA Y OBRAS DE D. JOS KICSPO
/ y los del Homlet serán timbres eternos
del talento del I
S¡enii)re había sido apasionado de Shakspeare, admiranda princi-
palmente aquellas metáforas geniales por las que "revela los secre-
e la Naturaleza armoniza L
Sorprende .1 primera individualidad tan prenunciada no
opusiese cierta intlexibilidad al pensamiento ajeno; mas el espíritu de
-r" 1 ¡ara cualquieT •
:-npresión viva le dominaba inmediatamente: parecia •
do indefei
ba, se desva
recibida, confundíase con ella y reproducía
Pagado el momento • de rebeld
alma y la reacción solía corresponder en intensidad al impí
SECCIÓN SEGUNDA
OBRAS INGLESAS DE ASUNTO ESPAÑOL
§1°
Vargas. A tale of Spain. hondón, in_'_'. Tres tumos.
Impresa sin nombre de autor, vio la luz en idioma inglés la inte-
resante relación novelesca titulada Vargas, atribuida con sobra de
fundamento al reverendo Blanco.
< ucnta el editor, o mejor dicho, el autor, en el Prefacio, que el
lelio Villiers, destinado por sus piadosos padres a la ca-
i rera del sacerdocio, cursó con aprovechamiento en la Universidad, y
probablemente hubiera llegado i ar el anterior propósito si
\\\\ pariente SU) Cádiz, no le hubiera propuesto de-
jarle por heredero de su escritorio e impon mercantil.
En su nueva ocupación, Villiers frecuentó el trato de la más dis-
tinguida sociedad de Sevilla y de Cádiz al amparo de su brillan-
te posición; mas el roce de personas instruidas y kx finos modales
de la alta clase influyeron en sus aficiones más de 1" que a un futuro
venía, pues se enamoró de la literatura y en igual
medida al" «rreció los negó rcfcx
Xo pasó inadvertida la metamorfosis para el pariente protector.
Comprendió la exigua vocación del protegido, y alegando la inuti-
lidad de Villiers, legó su fortuna y tradición comercial a un tercer
pariente, aunque dejando al primen • l. necesari
esto bastaba a Villiers para no verse >>bligado a trabajar contra ¡>u
irse plenamente a sus aficiones'. I' Vil-
liers a viajar por E ¡paña, i estudiar los caracteres y costumbn
los españoles, y habiendo ¡ ■ retir-' a
Inglaterra a fines del añ • [813.
440 \ V OBRAS
i
entretener sus ocios pintando en una serie de narra-
a le inclinar 'licar du-
rante ' elkas n
tar la voluntad d<
J fallo del
■
i mas.
Al ejempl d st-
"Muy señor mi
tarde de mi salida di
reponiéndome d<
aquí tan agradable ocup V. ver el primer volumen
de Vargas, pensé que 1 i mejor a Mr. Ma
■
nte haría -
"Anadia yo un
■
di- Fernando I ncar-
/ictima de malos tratamient do podido
■
a la
intiT de
■
• Idw in, habla
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CRESPO -14 1
llano, pudiera haber escrito sem Si '. B.
White entregó la copia en cuestión; pero alt,n'in tiempo después se
arrepintió de haberla escrito y procuró hacerla desaparecer.
I . que pued i recordar resp
mismo. Mr. Macray cumplirá lando sepa
Su a
VV. Walton."
El » >bre dáce :
" Benjamín B. Wiffen I
Near Woburn
Bedf ordshire. "
i circunstancia que ha levantado serias dudas
ca de la autenticidad de la novela en cuesti La
medula del argumento está indudablemente sacada de una
ble :. lar. publicada en España ante- de la emij
tnglaitenra, con el título de* Cornelia Bororquia. El n
le Vargas no procura disimularlo y conserva hasta el n mbre
■a. con leve alteración de! apellido. Mas no ha de con-
fundirse informe amasijo de - LS con amena ex]
ción hábilrm . uelta en tres tomos.
Cabe, en efecto, r que razón se inspiró Blai
tan mísero rnodelo. No es fácil acertar la solución. Escrita la n
trabajo, tal vez ]« >r falta 'le tranquilidad espiritual
tal, que no §uel<
ne- apn • i ■ "la. satís-
di • así l.i dad 'le aquel i -• inte
No podía tampoco agitar mi ánimo el recelo de <|,,C algún críti-
producción, Lo primero, porqu<
fácil que los lite quel raqui-
engendro; 1" segundo, porqu • de imprimirse sin
nombre de autor. En ircunstancias, de que una
idea luminosa hubiei
autor la hubiese reservad • para darl Firma en m
¡i .11.
\ nuestro modo de ver, .-curre
ni la vida litera ir por necesidad: una
no mere. al ni e\U
VIDA V OBRAS
t;i:ii] de liberta'
al recuerd
,
iimiento, una ul>ra detestable, a
stió de l>ell rden,
ul.
i •• ■ el - aron idéntica lal
.
iras teatrales ■ ■
del i>i'il>lic<> español.
atribui-
da al ex trinit u
nelia, con Ja inverosímil intervención del Pi aun»
variando los caractc- con
s la trama y añadiendo tai
habría <lc
plaza de S ¡Ua.
Interesa notar <|iic \ a
urre en el prú
delata la p del eraigí
cunda
de la marquesa <lc Monten
del desdichadi • Vai
revé!, fray Laun
la ficción <lcl prelad d de
rada a la sazón p * la cap
nducta del an-
fin, la buida c< w Pén i ' \ ¡aje dd
. donde el idilio
<lia^ sufridas.
\'i una nul
dad de la
la común opiniói
I Holland,
el intimo a 'anco, el consecuente admirador iponsal
la muelle. ncia de que luuiir más que
un sevillano, pudiera hab
•\ún ■ bastantes ¡>"r si i
natal
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 4-i'i
de Blanco, con exacta conocimiento de la topografía, incluyendo las
referencias al famoso puente de liana-. Solamente <le las local: d
visitada- por Blanco X trazan descripciones completas y detalladas,
en cambio no de Zaragoza, más que algunas vagas pinceladas de esas
que puede facilitar la lectura o la relación de un viajero, y el largo ca-
mino desde Zaragoza hasta la Hética se anda de un salto, no sur-
giendo la decoración hasta tocar el pie dé las -ierras que defienden
la entrada de Andalucía.
Ningún protestante español hubiera podido escribirla: unos
que qo poseían el seguro conocimiento de la localidad; otros por falta
de aptitudes, en ningún ensayo demostradas, para el género nove-
lesco; casi todos por impotencia intelectual.
II carácter del protagonista e- otra manifestación de la manía
autobiográfica de Blanco. No contento con relatar su vida en una
obra especial ni con intercalarla en concepto de capítulo obligado en
otra- varias, desliza culminantes e] isodios en las Cartas de España y
se retrata en los protagonistas de las coni como
en el cuento del sacerdote sediento de verdad. F,n Vargas la repro-
ducción se verifica por partida doble. Cornelio Yillier-. el supi
narrador, esta predestinado al sacerdocio, logrando con la expectati-
va de una herencia, -acudir el yugo que amenazaba sofocarle. Ba
lomé Vargas, el protagonista, acentúa la homogeneidad. Como Blan-
india -in vocación para la Iglesia; como Blanco, siente la fasci-
nación de unos dulce ■ no Illanco, se refugia en Inglaterra;
como Blanco, abjura la creencia aprendida de sus padre-, y como lílan-
cuyas doctrinas profesaba el autor en la fe-
cha de la composición de la novela. Hasta la impresión causada en
la sencillez del culto celeb 5aint Jame- se repite
en la novela como excitante de la conversión.
Los más o menos -ordos tilos del novelista se dirigen al punto
favorito de nuestro autor. 1 ."- epispdií >s en que se detiene son los mis-
mos que en otras obras con mayor amplitud explana, por ejemplo, el
paso de Su Divina Majestad, a que tan largo espacio consagra en las
Lttíers )>'(>ui Spain. Hasta las expresiones en que se fija y literal-
mente traduce i pelar la pava, etc. I son '.i- -ni-mas que en otro- ]r._
detienen su atención
Prescindiendo del fin claramente anticatólico del cuento, i
ler la frescura y gall mérito hasta de'
pió autor deso «o
tos generalmente ostensibles ei de lo- hombre
cuando se aventuran en géneros literario- u<> conocidos.
idolecen de indecisión, cualidad natural en la-
-444 \ Y OBRAS
■na y
podía al primer
.: . a pendient
La influencia «le la ti
as a ofrecer la suprema
huellas de Walter fundamentt ma-
. he a<|iii I
p con la tradición de la i <.-n la naic
■
Reducida la el in-
algún raomenl
■
mal na en que .l>crlc
■
capítulo a lo qu
¡nación, el gusto de muchos detalles, e
y el dibuj n y la natuí
prenden I
nte
Letters ir<>»\ Sfwin
inted for Henry Colburn
En i i con mayoi unaniraida
• i de ser pocas i The
fault i- thai th
|ue la- califica d
i diciendo
en la
•
un volumen de
- Mido
Vhil
I
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 445
la general afición que, por influjo del romanticismo literario y de los
recuerdos de la guerra (le la península, se había desarrollado hacia
las o las en las altas clases de la sociedad británica. La
escuela lakista cooperaba a ello, difundiendo Southe)
asunto español y sus arreglos de cróni< • de caballería."-
(Het, III. :
las cartas un prefa i i al lector la
fidelidad de las descripciones, prol de que nada ha exagerado
la fantasía deseosa de produciT efecto en el púb la fic-
ción de fechar las cartas en España y responde de la autenticidad del
que las tirina. Declara luego que ningún resentin
personal ha movido su pluma, ni menos ningún género de aversión
a su tierra natal. "España, a pesar de sus defecl anpre
el objeto de su amor." Mas como nadie dentro de su patria puede im-
punemente descubrir el cáncer que corroe al país, apr «vecha íii po-
sición de desterrado voluntario para señalar el inconveniente
rilizador de todo generoso intenta Termina la breve introducción con
un elogio de míster Townsehd como observador de costun
Solas.
uta primera, supone estar escrita <k--<\v Sevilla, con la fecha
de M 18. Explica >u propósito de dar a conocer la España de
aquellos días en Inglaterra, pues los viajeros e-tan sujetos a en
ya porque, -i no conocen el idioma del pai- visitado, carecen de medios
para apreciar multitud de circunstancias, ya porque su imperfecti
nocimiento de la lengua y de las costumbres le- incline constante-
mente a confundir o equivocar muchas
• "U fácil pluma emprendí' como de pasada la descripción •
diz, vista desde la bahía, una de las m is perspectivas de que
un viajero puede disfrutar. EJ que ha;, a llegado por mar a la hermo-
sa perla d puede apreciar ti la la verdad que encierran es-
tas linea-: "La vista de Cádiz desde el mar. al aproximarse
bahía en un día clan iprema hern
ra. La claridad deslumbradora de un cielo meridional, reflejando ta
i'.o- edificio- de pied : ,e dan frente a la bahía, hiere
la vista del navegante desde 1 >s límites del horizonte. El mar láme-
los muí >s, r la parte ■ puesta de la ciudad, en que una
■
al a er a .- alta del
las bl taladas, ad n que
terminan la- techumbt
ne-. mezcl 'a luz en las olas, producen
. uni-
44') VIDA V OBRAS
fom:- radualmenti cdida que
ncarga
realidades déla vida." El acceso a la ciudad, el n
ti la aduana, la propina al empleado, la lu legos
se de las maletas, la plaza de San Juan <k- l>i<>-. con ^u
atina!,
.id idealizada, sin la cual el fotógrafo jamas I
pues de una i de la intolerancia, su tema
ribe las muestras de veneración oon que las a
tributan su lu •menaje a D
tiendo can ironía en la costumbre de darel mismo tratamiento de Ma-
I al Autor de todas las cosas j a les de la ti<
Supone el autor el viaje a Sanhicar de Ba hoj el mas
lable balneario marítimo de España, y la continuación p
río hasta Sevilla punto juzgamos que Bl ad-
mirable ocasión de lucir sus facultades descrípti
• ética, ni mas fantástica que la de Sevilla a
Sanhicar por el Guadalquivir. X«> parece propio del momento suplir la
omisión de Illanco, ni a nada conducoia, ]>ues el que ba gozado la for-
tuna de realizar ese viaje comprenderá la verdad de une-'
y el que ■ dría imaginárselo p>r una
mera descripción, siendo un pa J y tan diferente de
cuanto pueda haber contemplado en i bablemente
propuso no molestar a sus lectores c «i larg
de la llegada a Sevilla, n
nsend respecto a la pintura de los admirables edificú
y privados que hermosean a la sultana del Betis, pasa a describir la
forma de las casas particulares de Sevilla, -
das que ei piso a < 'tro
. dedicando prin
|ue reprochar en la verdad «le tan gallardas d<
>en la
- :. • en el áml
del p
■
tes de la R he Septieml u in-
Santtsima, d i
• entes de la fe en la Inmaculada, pues aún
Hado el dogma, tenn n una inte-
a del mis-
DE DOW JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 447
riosísima exposición de I >s festejos celebrados en Sevilla el 22 de Oc-
tubre de [617 en honor de la Purísima Concepción.
En la carta -■.'. después de un exordio acerca de la dificultad del
asunto y del límite voluntario de su trabajo, retrata las clases nobles
y ln.s plebe) >n la más pronunciad en nuestro pue-
bl' \ las mil maravillas nos muestra las condki des y el gé-
nero de vida propio de las otases, expone el rigor con que se trataba
lo relativo a la pureza de la sangre y estudia el decaimiento de la
que, por 00 cumplir su misión mediadora entre el trono y el pue-
blo, lia de verse obligada a intima unión con la c tribuyendo
asi a! despotismo que aniquila la fuerza de la nación. "El despotismo
—añade — no es aquí de aquel carácter irritante y cruel que arrastra
a los pueblos a la d< n. No es el despotismo del negrero,
cuyos latigazos siembran el rencor en el corazón de los esclaví s. Es la
medida previsi ,r 1 [ero que castra al animal cuya fuerza teme.
El degradado animal crece ignorante de la mutilación de que fué
jel ■• y después de una breve doma podemos creer que concluye por
amar el yugo: tal es nuestro c-tado. "
Según Illanco, no hay más que una clase, no muy numerosa, que
viva molesta en España: la de las personas ilustradas, constreñidas a
perderse o a son* terse a la ignorancia Tras de estas digresiones tor-
na a los hidalgos, presentando nn espejo exactísimo «le la vida de ellos
y «le los privilegios que gozaban, litando el caso de un bandido, a quien
por ser de noble estirpe, so ejecutó con los honores debidos a su rango.
Todo el cuadro del patíbulo y de la ejecución está presentado con ¿,rran
relieve, y debió de producir singular 1 : público inglés. Tra-
ta luego de los matices de la sangre o diversas gradacii mes por las que
atraviesa el fluido vital hasta conseguir eJ 1 olor azul, de la ingénita
tndaluza, e indica en precios,, boceto el desarrollo de la vida coti-
1, las formulas de urbanidad, burlándose al m le nuestra
-'.a. y cuenta cómo habien l< 1 un comerciante catalán re-
petido a un matrimonio inglés que su casa y su quinta se bailaban a
disposición de ell iso, juzgando que ya htu descortés rehusar
tan h rib '.dan aceptando la oferta Júz
la sorpresa del comerciante al recibir semejante carta y los
evadirse di aiso. ha una oj<
e con sátira agudísima, contando loe '':•
na etiqueta, las costumbres establecidas para la mesa j 1 ■
>rma de los ;>.i~r « públ de 1 la a los
peladeros de pava * To piuck Ote hen-turkey) reprodw imen-
ti la trad idor, al modo pintoresco con que en
Andalucía
mimi-
-. . d
eral
•lan-
. por la mañana > mu para
la calle Una
del abanico, acompañ lifc-
irá la
a la mirada fugaz de
dar vueltas
pido
.1 armonía
mis paisanas, el - ¡nía varita
rada COtl el podi
a primera
cluirán por pai i Sin las
m in-
■ la natural
de la mi-
hom-
i
i del arras
titm
lin-
DE DON JOSK M. BÍ.AN'CO Y CRESPO
gro; mas tanto por el conocimiento de su biografí: v la decla-
ración que antecede a las cartas, sabemos que la silueta recortada so-
bre estas páginas es la de si mismo. En cuanto biografía nada nuevo
puede ofre uy instructiva la historia incidental-
niente traída de los Colegios M le su interior constitución.
Artísticamente nada hay más bello que la narración de su Misa pri-
mera en arrteric la.
Tratándose de España, no podía faltar la clásica corrida de toros,
y a «lar idea de acia exeiusiva-
mente ■'. menos en la forma y el fervor, consagra toda la be-
llísima epístola cuarta. Xada escapa a !a inteligente pupila del narra-
dor: ni el instinto popular excitando a las reses destinadas al matade-
ro, ni la alegre y peculiar algazara de los encierros sevillanos, ni la
descripción de la magnifica plaza, ni !■ trajes, ni la conducta
ial del público taurófilo, ni la organización de las cuadrillas, ni el
menor detalle de la sangrienta lidia, ni la participación de las clases
I « >r su posición llamadas a desterrar e-e deporte de nuestros hál
ni nada, en fin, de cuanto a la diversión se refiere, rectificando los
errores involuntariamente deslizados en las narraciones de Townsend.
Inútil parece engolfarnos en detalles de materia para los españoles
sobradamente conocida, mas para 1"- ingleses acaso ninguna de las
célebres canas revista mayor infc ■ en aquellos tiempos
en que, no obstante el humor viajero fie los ingleses, eran menos fre-
cuentes las excursiones fuera del reino, |x>r temor a las incomodida-
des de prolongadas travesías.
La pintura es tan exacta, tan gráfica y tan completa que jamás he-
mos leído cosa más viva, en este país que posee toda una literatura
razón al señor Menéndez y Pelayo cuando
que este cuadro magistral >/<» ha sida superado por Estébanes
Calderón ni por nadie. (Het., III.
'[.lila en [8o >y animado
míe pueda leerse, ofreciendo adi rque
el supuesto viaje a ( Uvera pare mismo viaje efectivamente rea-
lizado por Blanco paca depurar la limpieza lidato
al i lolegio Mayor I as m ilestias y demoras de los viajes |».r Es|
la- ti] las, las nutritivas y nial condimentadas comidas,
uñón con huevos, tal como aún acontecía no ha mucho en la
pp>\ ¡ncia de I ¡ranada, p »r todos aquellos lugares no cruzad >s ent<
por la locomotoi rosimprovi «i la rela-
ción de un drama del mal apreciado poeta sevillano don Luis de Bd-
monte, titulado lil diablo ■ i obra que s<- ha mantenido en la
i desde el siglo icvn hasta nuestros días;
4 30 :RAS
■ .. extraña para un p
que
de la ni- >n ja milagrera y de la mal ave-
nida, tuales y el
v difícil i las esüibaí Sierra
ira del cura rural y su tertuli
Id pueblo; las ía
ra. ¡tumbres de aquella atrasada pol
lando vivo, palpitanti de los lec-
tores.
tiene la historia de la invasión de la capital de
Andalucía |«>r d terrible azote de la liebre amarilla, que ya diezmaba
la poblad ierta crueld
ble estad' • de 1 y de las ; - itiri-
zando con finura las precauciones ad
denadas para su extii i fué
inevitable Habla luego de la decisiva influencia de los frailes j
rigos españoles en d ánimo <le las mujeres, refiriendo lo-
que desde el i>úlj>il" y el
IOS trajes de las seíí
'leiiiiiiila 'i IS celebradas en Mea aira le
dan motivo para dibujar i I Ca-
tolicismo, y, vuelto a Sevilla al extirtj ¡compene-
tra con el ambiente desolador «le la ' i diezmada 11
no acostumbrad • alies, los rostros pálid sd<
ellas . la
oonn de los amigos que se encontraban viví
del aislamieno producido por el terrible a/ote; las largas pr
[idas )x>r crucifijos, i
los difuntos; los trajes de luto impresionando los <
Úgubre panorama de des,.'
nalidad del autor desaparece, y queda el alma con la trist,
la vez dulce impresión que imprimen las catástrofes al través d< '
nii> de mi gi
En la carta 7.* penetra en materia monástica, sentando a modo de
¡•.le nadie ( disgusto • que loa indh
.1 la vida religiosa. M
liles señalando d origen <le unos \ ; itan-
pecialmente <le los domínú jeri-
■
•irán profunda compasión, citando d
de u g disciplina. Termina
DE DON' JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 4$ I
una alusión al convento de Montserrat y una feliz descrijKÍón de las
blancas ermitas de < órdoba.
Como apéndice a la carta 3.* y a ésta, don Leucadio escribe re-
lación muy extensa y curiosa de la historia de la expulsión de l:>s je-
suítas y fie los antecedentes de tan debatida
Prosigue el tema en la carta 8.*, explicando las causas que a su
juicio producen el contingente de monjas, tan considerable en su tiem-
po¡ habla, en general, de los veintinueve conventos de monjas que, ya
bajo la dirección de frailes de la orden, ya bajo la del mismo Arzo-
bispo, existían en Sevilla, exponiendo sus reglas, las interioridades de
la vida monástica femenina y las ceremonias de la toma de velo. Re-
el caso de la monja María Francisca^ nada imaginario, si bien
adornado por la fantasía del artista, y prolonga el estudio de tan
delicado asunto, con el criterio propio de sus ideas liberales.
En la carta 9." anuncia una serie de ¡iota- de Su cartera, idóneas
para constituir algo así como unos Fasti Hispalenses, comenzando por
la apología de los juegos. Ciertamente, sumido-, en este hervidero y
víctimas del ansia febril de la inquieta sociedad moderna, miramos
con despego los cultos e inocentes pasatiempos que distraían a nues-
trOS antepasados de I años de la vida. Suscribimos de todo
corazón las oportunas consideraciones de Blanco; vemos con pena di-
siparse el humo del bogar, y como el elegante escritor no podemos
"sufrir con paciencia (pie la moda di familiares
en que la alegría y el buen humor que exhala la juventud derrama-
ban fresco soplo de vida sobre la ancianidad, y parecía que la espe-
ranza y el recuerdo entrelazaban sus mano- con placer en los brazos
ipo".
I. a índole de esta carta le conduce a describir el Carnaval, la aún
no perdida costumbre de los lárgalos, y censura la propensión a la ma-
tonena, citando un privilegio original concedido en 1511 por don Ma-
nuel ile Portugal a los comerciante- tudescos establecidos en Lis
para que sus 1 nados hasta el numen, de 31 ti usar de día y
de noche armas, con tal de qu '.¡ras
del Carnaval suceden la- austeridad^ di 1 no se
precepto del ayuno, y al reícrii -
ación, que en pluma de l"
cido muí :< que-
ir este ayuno sa Detalla el autor la publica»'
admini !•■ los fondos di Cruzada, )
tiaña . .-lumbre de encerrar la vieja. No sabemos si en I
ia 1 >e intento he-
¡anos de aquella ciudad y el resultado ha
452 VIDA Y OBRAS
ntT,'.v nucamente lien a tan
-, infantil, y sólo allí hen - tur-
lien-
do espadas de madera o lanzas de caña y todo d cuerpo más disimu-
■
a \«. nejas, entre el fragor del clama
e ineducación.
tas de la Semana Santa en Sevilla, mu rival en el mundo.
■r SU espíritu religioso, hoy harto decadente, y ]>or el Ü
ble lujo que la pieda £ullo despliegan, sino i*>r el ambiente
de melancólica poesía y la compenetración del iem-
nidad, son presentadas por Blanco con mayor reverencia de la que
tumbra al dibujar escenas religiosas de su país. V es que lle.ua
a tanto b grandeza, incomprensible para el que no ha sido tes)
de la Semana Sania en Sevilla, que no deja paso a la ironía y se
impone lo misino al odio que a la frivolidad.
Desde luego rinde justicia a su magnificencia diciendo: "IYr-
. de cuya imparcialidad y buen gUStD no puedo dudar, me ha di
¡uc c! esplendor del culto en la S Pedro en
Roma, no Lmpresi na al alma tanto como el celebrado en nuestra I a
tedral." ton el misn habla del admirable templo a que el
había esta I
"I a costumbre de celebrar las principales solemnidades en
pilla Sixtina. parece demostrar que los romanos encuentran el tem-
plo de San Pedro poco a propósito para desplegar tod¡
cia de mi culta Y añadiré aún. temiend
en un terri ■ que los antigu muy cui-
dadi ■ lisminuír el efecto de su cult i o « las dimensi
las de sus templos. Las de nuestra Catedral, me pa per
. itadas al i ibjeb • <lel edificio . 398 pies de larg p • 391
de ai . .hura distribuida en cinc- • por i'M
- los del centro tienen \i\ pies de aluna \ los de
más 96), alcanzan los limites de una estru< , sin
. idea
ducir un templo. Es muy difícil no ya sup< igua-
lar, la simultánea impresión «pie pro lucen el conjunto arquitecl
an la ' atedral de Sei illa.
¡ue impidan la
■ ¡dad de los 1 abildos, que tien<
• préndente que la de núes-
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 453
tro templ - en el día de Jueves Santo. En un punto muy importante
aventaja a San Pedro <le Roma, y e,s que en él no se ven las escenas
de desorden, las bandadas de mendigos, las cuadrillas de gente co-
miendo o durmiendo, que según distinguidos turistas tanto repugnan
en el citado templo: el nuestro, aunque casi lleno día y noche en las
principales F< stivida las profanado por actos irreve-
rentes: la más estricta vigilancia se ejerce por los capitulares nom-
brados por turno, los que. ayudad-- por 1 - • elad ires, hacen sus ron-
das para conservar el orden. La exclusión de tixla clase de asientos
en la Catedral, aunque muy molesta para el pueblo, evita que pueda
un lugar de haraganería, y al paso que deja admirar
el hermoso pavimento de mármol, libra al templo del aspecto de tea-
tro que las Blas de bancos sin duda le darían."
Con entera sinceridad, con habilísimo pincel y con respetu
riño, de que él mismo tío se da cuenta, pinta día por día los ofici
Semana Santa : e tiento y gallardía del espléndido monumen-
to de la < atedral, y nos hace asistir a las Cofradías, que, si la relación
es exacta, di ferian bastante de las que boy admiran creyentes e incré-
dulos, merced a la impresión de lo bello que por igual se impone a los
corazones human
Mas que, a ]>esar de lo aseverado por Blanco, volaba ya en su tiem-
po por d mundo la faina de las cofradías sevillanas, lo patentizan las
siguientes palabra* del cronista don José Velázquez y Sánchez (pá-
gina i t2i : "José Bonaparte, excitada su curiosidad por la descripción
que .re- /.- había hecho de las procesiones de Sevilla, indicó a las autori-
dades que gustaría de ver algunas, y se previno a todas que delibera-
sen en un cabildo sobre el particular.", prevención justificada por el
acuerdo adoptada por todas las cofradías de penitencia y luz de no
hacei |uel año, pretextando motivos razonables, aunque sólo
existia uno verdadero, la aversión a los invasores.
Forma artístico contraste con las - mbras de los oficios de Cua-
resma la explosión de luz y de alegría, el despertar de los cora/'
coincidiendo con el renacimiento de la naturaleza, en
de la Paa ua de Resurrección. 1 ros a los J ¡das,
'■mnidad religiosa, tod en la animada descri]
que se impregna <lel e&píritu popular, llenando, como dice r.lanco,
"el alma y el corazón de ¡di de una nueva vida".
uva celebración hace arrancar de
remomas gentílicas, ablea
tradiciones y se llega al Corpus Christij único «lía. que
la Hostia i a la pública \ .
pluma del triunfal de la pi
VIDA V OBRAS
tributa la debii! e en S Re-
caen! [tic el tradicional bw i todo 1"
■•; - »1 i hado íempre en \>< relativo
al cul a la multitud d< e impertinentes apéndices,
que . inveteradas habían añadido a la
a nuestros ojos la magnífica procesión, tan superior a las de igual Ín-
dole celebradas en todas la
■ ule de los seises, orgullo \U-1 Cabild I • el
esplendor del dia más hermoso del uehre en oleadas de
La simbólica volada de San Juan, una de la> más hermosas fiestas
capital andaluza, cierra el brillante cuadro de los festejos reli-
giosos y populares.
Trata luego el autor, no con tfran revercnci es vir-
tudes de algunos santos en relación a los beneficios que de su inter-
n espera el pueblí lelo&amul
funer celias, de las cruces, que «.
caminos son como índice del crimen, y de 1<>s nombres de pila.
Cierra la extens ipción <le le Xa
vidad, sin olvidar los Nacimiet ni las
panderetas, y delinea el ]>crul de las agradablí <pie
nuestros padres se esparcían \*>r la Natividad, llenas de una familia ri-
tnpre perdidos en la pn ea de las
dado
La interesantísima carta 10." comienza suponiendo <iIK' >u smigo
Lea; facultativa, tuvo que pasar a Madrid, j él
ipo ni «iiiiso abandonar al .
afirma Menéndi i que la Historia de
ido el fruto que podía de este documento, pues la soltura
■i las orillas del Támesis le permitió lil>er-
detalles y atrevimientos di « que
ningún residen) el valor «le lucii
Kiíles, pero de inmen
reinan j gobiernan, i
i arlos II : i¡><>r-
tancia <l<- ■ . van tan aprovechadas sus lineas, que n<
mente su i '
J desnudo ti das las ¡nmund
hasta náu
miserables figuras 1
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 433
de los mezquia - que movieron en aquella
etapa el organismo de nuestra /ida nacional.
Cuantos deseen o nocer a fondo la historia de aquellos verg
sos días deben leer y meditar esta carta de Blanco, tan rica en revela-
ciones <le cierta Índole.
La caria ti.', fechada en 1807, penetra más en la vida privada;
pen. al deslumbrante cuadro de la Sevilla típica y legendaria ha su-
cedido el abigarrado panorama del antiguo Madrid. Las especiales
condiciones de esta villa inducen al pensamiento, cuando en ella se
detiene, a considerar la empleomanía como base principal de su vida,
y asi el primer tipo en que se enreda la fácil pluma del articulista es
el pretendiente. Señala con certero punzón el secreto de la concurren-
cia, en una corte que no ofrecía atractivos, de I íes proce-
dehtes de las diversas pi . incias, especialmente de las del Norte, como
1 «■ ende más necesitadas del auxilio cortesana Estan-
do la administración escandalosamente centralizada, y siendo mayor
el lote concedido al favor que el sacado a pública oposición, apremia-
ba la necesidad de acudir al centro donde las mercedes se otorgaban.
Presenta con fidelidad diversos tipos de pretendiente, avalorando la
mediación de la Reina y de G doy, no sin indicar los medios de obte-
ner tan elevadas protecciones. Los clérigos no pueden, por razón de
tado, surcar las aguas por donde el re>to de los pretendientes
conducen a feliz puerto la nave de sus esperanzas. Presenta diversidad
«le tipos y de escenas, admirables de realidad, y los completa con el si.
guíente cuadro de la vida de Madrid :
"¿Qué concepto formaría un inglés de nuestro grado de -
miento si entrara en una casa de huéspedes en \ranjuez, por ejem-
1*1 . y encontrara aquel gran patio empedrado, rodeado de cuartos, y
cada uno de éstos 1 cupado por diferentes huéspedes, con tres o cuatro
IS de mala muerte y menos sillas por todo mobiliario? Aquí uno
dando betún a las bota-; otro zurciendo 1.. !,• seda; un ter-
cero cepillando el traje de corte que ha de llevara la recepción del mi-
nistro, mientras que un cuarto está todavía en la cama desean- nido del
baile de la noche anterior. Como los cari naje- de alquiler no se co-
>. ni en Madrid, ni en los Sitios, hay algo «pie a la vez inspira
Compasión y risa en la apa es, intendentes y
en embrión, saliendo en traje di- gala, después de una la-
boriosa toilette, a emprender su camino por en medio del barro, diri-
giendo a menud 1 ai encajes, la irtfs-
tícame cualquier
accidente pudieran denunciar la ¡ da camisa que I
empeño haj en ■ llegan apeí
\ V ORRAS
-
rencia al ' quien cifi «Tan-
zas. ' ix;r marchan a casa
i qu su 1 ena estrella les epare al
a tarde deben pi
. el aire lil»rc diariamente; des
la tertulia «le alguna dama de la
i venia para ha<
i Madrid le la
.
• di-ni. iv, la Corte de
ella."
de tertulias, el Prado, óníco
■ de Madrid, los antih inspiraba
la i" e la desanimada vida cortesana, va |>;<.
■;•" del autor qui
con d madáleñ i y marca las
fereí
ue de literatura se preocupaban, difen a que
pues mientras Morado I
de la
favoril >. Co ■ ■ • hace ligera indicación de
ttructura «/.• nuestro siste-
me nacional y a la falta
la dificultad de tas en nuestro país, y la-
rnenta "la falta de flexibilidad en el lenguaje español, debida a la de*-
medida extensión de alguna ledad de la
mina
mente la
a, pero requiere una d<
nal ]>ara modificarla <le m(
1 v--- petrarquisrao de que a
inable juú
■ de sentii
las d ts, la de la Lengua y la di- la ;
tá fechada en Sevilla a 25 <le Julio de 18
sut< •• » a v.'l-
cuando la leal ciud
ría d<- Bailen, j
halla
he a la CU
de l.l
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 4^7
familia real, la desgracia del favorito, la abdicación de Carlos IV, la
entrada de Mural y el entusiasm • de los madrileños por Fernando V II,
comparando la antipática figura del rey con la arrogante presencia
de Murat al entrar juntos en la ' '>rte. Xarra cómo el pueblo de Ma-
drid se sintió al pronto deslumhrado por el brillante aspecto del
ejército francés; cómo se inició ls desavenencia por la intervención
de los franceses en fa • • >y, a quien la saña de los madrileños
ho sé contentaba con menos que con ajusticiarlo en un cadalso; los
demás acontecimientos, preludio del sangriento Dos de Mayo, contado-,
con preciosos detalles; loe trágicos incidentes del funesto dia, y deja
en suspenso la materia de esta carta, ya de exageradas dimensiones,
para continuar en la siguien
La epístola i.v". tediada en 30 del misino mes y año que la ante-
rior, reanuda el hilo del discurso, con los esfuerzos de Murat para
conseguir la compenetración de sus tropas con él pueblo. Cree ruan-
co que aunque los afrances titulan un partido, "si no nume-
roso, formado por personas de carácter y representación*, la nueva di-
nastía era para arraigar en un país di de sentido
político, La tnducta de una corte disoluta, lo detestable -
bienios españoles y las jKxas esperanzas que racionalmente podían
fundarse en un príncipe de tan evidente mezquindad, aconsejaban a
un pueblo práctico lanzarse por nuevos rumbos. "En cuanto al e
de dependencia de Francia que hubiera resultado de reconocer a José
Bonaparte, no hubiera -ido más abyecto que 9¡ Fernando hubiera rea-
la alian/a de familia que pidió a
Refiere minuciosamente el autor su largo y penoso viaje en unión
de su amigo; los peligros que corrieron, sobre todo en un pueblo de
emadurai donde los buenos veci los de que
tugare matar unoodós traí-
na Jar también a alguno, ;
menos que los demás; dedica - rtante al -"l»erbio
traído en tiemp ciudad de Plasencia;
cuenta los alborotos que presenciaron en Metida, e intenta la semblan-
za del Conde de Tülly, relatando la cobarde venganza que tomo dd
■la. infortunado procer, a quien calumnió y entn
las 1 iñada muchedumbre Confiesa que en Sevilla "era de
admirar la patriótica energía de aquellos habita 1 sin
limites a la causa de su país y el adi 1
deplora el mbreó la epopeya de
1 independí
muido que el el ¡siiioi.
^58 VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M.» ULAN.
no pudiendo vivir en un país sin libcitad tran-
propODÍa marchar a Inglaterra "cuando los
de la^ amias francesas lo permitan; p( que,
pal lia lo tiraniza, él no buscará la libertad entre los enemigos de
su patria."
■ •
a de la devoción de i les a la Inmaculada C
la ni liño Virgíneo, obra que relata un milagro de la
n para cada <lia <lel año; la nota /'. sobre moral *le
1..- jesuítas
al clero católico; la nota /•'. sobre la adoración del Nii
//. sobre el socorro prestado ¡">r el S¡ gustin, (lu-
íante la peste <k- [649; la ñuta /. sobre las costumbres, y la nota A.'.
sobre la vida <le Jovella
Tal e le la reputa-
literaria de Blanco. Es tan unánime el dictamen de la cínica, que
se juzgaría petulancia añadir algo al
. a v iva la España de fines
del siglo xviii y comienzos del xix. intimamente sentida y con va¡
villoso pincel representada Su lectura es el mejor comenta
SECCIÓN' TERCERA
OBRAS INGLESAS
§ 1°
Preparatory Observations on tiu: Study "i Religión
by a Qergyman, 1S17.
Durante el mes que permaneció Blanco en Oxford, el verano de
1817, después dd empeoramiento de su salud, que le obligó a salir
precipitadamente de Leamington, y antes de trasladarse a Little Gad-
desden Herts, por invitación de su amigo lord Carleton, sacó a luz
sus Observaciones previas al estudio </v la religión, firmadas por
( n clérigo.
El mismo hecho de no haber estampado su nombre al frente de
una obra, que ni por la doctrina ni por ninguna otra circunstancia le
podia comprometer, patentiza la escasa importancia reconocida al
Opúsculo por su autor.
Parece muy probable que - rao redactadas por
co 'luíante su residencia en casa de lord Hblland, sin más al-
cance que servirse de su auxilio para el mejor desempeño de su car-
go de instructor. Aunque no clara, parece confirmación de nuestra
conjetura la noticia de Thom cuando dice en una nota: The firsi parí
hich (tiu- lectures on religión) had been deüvered to the younger
members of lord Hoüands'family.
librito, en !_■.', sólo contiene una serie de lectura- sobre ma-
terias religiosas, disp arac-
ter didad
la doctrina explanada en las citadas lecturas es perfectamente
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.a BLANCO Y CRESPO
ortodoxa, desde el punto de vista a b en ellas
permita traslucir la no muy lejana evolución del pensamienl
nplicísimo y espiritual crisl |ue aj>enas
cabia en l^s anchos moldes de '. . unitaria.
. quiera que fuese, el bbrito halló ía. ra en el
púHi bremanera a los d ' «n-
• impetente ta S tesde
Keswick (19 ile Noviembre de 1817 1 de
que 1 las Prepa 1
Study of Religioi nirably adopted fot thrir o
De la sinceridad de la opinión de Southej d hecho de
• el libro ¡ara la educación de su ! | »»¡y tliil-
dren — dice — is oíd enough to profit bx thoii. and 1 /u'tv put tkem
her hands. Southey a "En verdad es
ue tan eximio ma haya venid-, de Sevilla."
§2°
The Pooh Man's Presebvative aoainst Popkry
i" Ed. (825 last 1835.
Pertenece esta obra a la época del fervor anglicano del autor.
No se dirige a su público natural, sino a SUS adversarios.
Empresa de propaganda, se presenta familiar, insinuante, con
dulzuras prop que anhela atraer, en lenguaje asequible a las
atrasadas clases sociales. Es un anzuelo a los católicos no pre-
venidos, ]»ar;i sacarlo-; del redil romano y abrirles las puertas de la
independencia protestante.
La edición que tenemos a la vista, o sea la de 1835, se abre con
una misiva al lector, intitulada: The author's adress tu the reader.
abk la advertencia preliminar.
Sus ideas habían sufrido cambio radical desde que escribí' ■ el
Opúsculo hasta la fecha, y mal p • er sufragios hacia una idea
pT él libre y voluntariamente aband ciada.
tno, habiendo dejado de ser protestante, reimprimía un libro
de propaganda religi ida: Porque si bien había cambia-
1 afirmativa, sostenía sus creencias en el terreno de
la negación. No pertenecía ya a la ; ida-
l»a a nadie su ingreso en la ortodoxia angiicana, mas sus criticas del
romanismo, su convicción anticatólica, no hablan variado. La única
di f eren ia entre su pensamienl • <\<- hoj y su convicción de ayer, con-
sistía en • licismo, juzgando que la vi
habitaba cutre 1 fundía en un mismo ana-
tema a la una y a la estimándolas ambas igualmente
analmente
intolerantes y ambas, en fin, igualmente detentadoras de aquel
tianismo espiritual e interno, superior a ta mis.
VI 1>A Y 01
- . i , . con-
El.
protesta requería por parte de Blanco la exigencia del pú-
blico. La 6n de la sinceridad de sus cambios; porque en
infunden el autor y la producción en un mis-
mo fantasma; el alma del qiu ree ver al través
v cnanto se predica fracasa si la imaginación en
una carcajada sarcástíca de escepticismo bajo el
bionado del propagandista.
Blanco alardea de su desint
de poder decir con Pablo: Con» la verdad reside ei
símil stop »t£ in tlüs boasting. No solo me ha p
tanda de haber sido clérigo en la Iglesia de Inglaterra i*>r muchos
. ventajas pecuniarias, sino que saben perfectamente mis ami-
gos j apelo a su testimonio, que cuando ocho añ< acer-
ca del romanismo me dieron alta re]
que podían serme de provecho para mi adel ite* la inquebran-
¡uioii de no aceptar jamas ninguna d
Al nuevo ue el antiguo, dirigido To tkt reader, breve
ero, fechado en Chelsea en Julio de tí
I .a parte
El diálogo primero contiene un i Una de las ob-
sesiones de Blanco era que la hisl
cimientos de su vida hablaban con singular elocuencia y hablan de
itionar la convicción <lel lector. De esta imaginación brotó la
igalidad de notas biográficas, siempre incompletas', porque,
i el relato a una especia] ir presenta en cada caso dd
las propicio a la intención del autor.
Resurgen allí sus dudas reli <■ el dol »r
raadr< aba para no oírle; porque, di
de delatar a la Inquisición la herejía del
hijo, sosteniendo en su pecho tremendas batallas: el deber de la
infinita de la madn
de SU ¡tual.
.di/, se da cuenta del
unitarismo, que
; Tul-
lida, la duda se encarnizó en su pecho; casi
por el unitarismo; luchó, sufrió largo tiempo, y al fin
■ ■ . .
DE '.* BLANCO Y CRESPO 463
Los cuatro diálogos siguientes nacía personal encierran, no
Unte la impetuosa fogosidad del estilo. La filosofía que los alienta
brota el pensamiento general del protestantismo; las salteada* excur-
siones o préstamos a la Historia - las mismas <|ue desde los tor-
mentosos días de I. útero venía lanzando la heterodoxia en la discor-
dia de las conciencias europeas. Dedica el diálogo segundo a la ex-
plicación del protestantismo, a la defensa de Lutero y a establecer su
epto de la Iglesia cristiana, considerando la de Roma una iglesia
particular, lüi el tercer diálogo, después de censurar a la Iglesia ro
i poi no facilitar a mi* fieles la lectura de la lüblia para que nó
las adulteraciones introducidas y de negar el valor de la
tradición, la emprende con la confesión auricular, la transubstancia-
ción, el Purgatorio y el culto de la* imágenes. En fin, en el cuarto
increpa lo que llama carácter supersticioso de la Iglesia romana: re-
chaza todos lo* milagros, excepto lo* realizado* p<r Jesucristo; ex-
II doctrina de la Justificación, derivándola exclusivamente del
de Jesús; refiere el caso de María Uarreiro, a que aludimos en
la primera parte de esta obra, y termina combatiendo la intolerancia
reli.L;i
utible el apasionamiento que inspira este libro de batalla.
También ahora rehuiremos, según nuestro propósito, una discusión
inútil y fuera de lugar en el terreno literario; nía* no podemos pres-
cindir de nota; J en el alcance
de l< - Los neófitos siempre se dejan arra*tr.:
el entusiasmo.
Limitándonos a la apreciación literaria, en que,
►púsculo con los demás repartidos por la propaganda
protestante, ñoño* unos, ridiculos los más, el de Illanco muestra i
al. v aunque dedicado al pueblo, merece ser leído p >r más
-
a que el a¡
Los p libros de divulga-
ción
mando de parabienes al aut »r.
mpo, Samuel Taylot Coleridge, escribia en Diciembre
de [825: "Thi Poor Man's Presen'ative tiene para mi todo el en-
canto de la novedad"; 5 rompía luí tilidad y
<lel hábil manejo del dial
Tanto gustó, qui en m rielo de otras publicaí • •<■-. 1.1
te que ofn- ,1 de
cuantos introdujo en nuestro pai* el vértig de [869,
'I!RAS DE D. JOSÉ M.a BLANCO Y CRESPO
titula romanistas es una imi
n del libro ■'.
■•i habilidad, supliend
- lidei
n instruid
ni en la historia de la
la publicación <ld Pi .H>tin-
• puesto en la grey anglicana, y aunque no le valió un
céntimo, le compensó en consideración y renombre la ausencia «le
utilidad material.
§3°
Practicai. AND Intkrna EviDENCE IGAINST ( atiku.icism, W1TII
OCCASIONAL STHUCTURESON M K. BUTLER's BOOK OF THE ROMÁN
Catholic Chi w i!, tst. i d. 1825 and 1826.
Libro de controversia, posee todo el calor y animación de las
dalladoras y adolece de los defectos inherentes a su
especial condición.
La segunda edición, única que hemos visto (Revised, correcta!
and ■ k abre con la dedicatoria al Rev. Edward Copleston.
II autor desde luego anuncia terminantemente su objetivo. En
las letras fechadas en Chelsea a 30 de Abril de [825, hace resaltar
mi carácter opuesto a toda clase de imposiciones, y como el dogma
romano es una imposición hecha a la conciencia, él procurará abrir
los "jn-, de \<>- católicos, llamando sus espíritus a más profunda y
detenida re fie''::
En el prefacio de la segunda edición insiste en la tiranía de la
imposición a la conciencia: ¿Quién diría que mis adelante había
de rebatir con incontestables argumentos el dogma protestante, mo-
tejando de tiranía peor que la católica 1" que ahora se le ant >
ero de libertad y redención?
Consta el libro de seis cartas, alg 1 d « apéndi
1 rmitirá condensar más y deslizamos
COn niay>r rapidez que en Otros, |x>r la índole del asunto y |x>r <er uno
de loa trabajos más ligen a y mi tutor.
I a carta primera. The ir nt of hiinsrlf. es la ya co-
nocida historia de su evolución reli Na-
rra su extrañamient ¡cismo, -1:
v cuno, temer. i 6 dogmatisi
chó que la verdad residiera en el sistema unitario, imán que siempre
le atrajo COH irresistible imperio. Sin embargo, no hall.) en la
30
VIDA Y ORKAS
sima escuela el agua que liabía de apagar ju sed. "Háving now sus-
il it ila verdad) might be found in the Unitarian system, 1
e -carch, but tliere 1 did not find it."
stias de mu '1 >ios
— dice — cer d estado real de mí fe en este período de tinie-
blas • ecuencia repetía la ca leí apóstol
. quién iré? Tú tienes las palabras de turna vida." Por
■ue pareció im crimen «le lesa hipocresía
a la lamenta! con tales dudas. La conciencia de que
¡i día evitar me contuvo y al fin mis duda
ña en 1<> sobrenatural es un <l«'m, i acer del conven-
cimiento."
principio aquí asentado por Blanco hubiera ¡x »<lith> expli-
carle la causa «le mi ult'- Pidió a la razón
1<> que la razón no p"dia darle, el • de lo s ibrenatural,
y, al untar el vacio, negó todo cuanto no cabía en el marco dé -n
ciencia. Si la creencia, si la fe es un don celeste, no le fué
Blanco, ii" piul<> volar con otras alas que la- del co
... él 1" ha dicho: a en lo sobrenatural no p
nacer del o »n icimiei
Tal es la nota capital de un libro, el resto de cuyo contenido no
brinda interés al carácter exclusivamente literario de este estudio.
Idénl - iguales movimien-
tos de pasión que siempre; pero siempre d
cuela. II solo concepto nuevo que su genia
mientes de la heterodoxia, es la apelación a lo que llama iMternal
dence; mas ¡ay, cuan poco influyen en el concierto de la realida
espejismos de la conciencia subj
A las seis carta- Be agregan dos apéndices: el uno sobre tí
cilio de Tiento, pesadilla de la [gles
la devoción y oficio del S de Jesús.
ra de I -la ite ra-
pidez, l-.l autor concluyó le Butler el 18 de Enero
• chando muchos dias, en n
\ tí 1 6 de Mayo envió las últimas pru como
e<. llovieron las enhorabuenas. Southey le decía en carta de 22 de
Mayo: "lia prestado usted y en momento! mus críticos el n
■ 1 1 " Y más
"Wordaworth, <|iu- i trticipa de mi n
•
d mi&mo argumento que un si - había de utilizar moa-
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 467
sieur Combes. Alien le decía con motivo de la publicación de este
Libro y recogiendo alusiones que en él se hacen cuntra la tolerancia
de los católicos: "(.'reía que era V. un sincero amigo de la libertad
religiosa; ahora que, a pesar de todos sus esfuerzos por desnudarse
de los harapos del Papado, el manteo del padre Torquemada se ajus-
ta a V. todavía como la túnica de Nesus." Al contestar a censura tan
agria,' alegaba que él no aprobaba intolerancia alguna, excepto contra
la intolerancia misma, Hs el propio concepto no ha mucho expresa-
do por el primer ministro de Francia al declarar que él no quería arre-
batar a los católicos más que una libertad : la de quitar su libertad a
los demás.
Por lo demás; en esta obra no hay más que la aglomeración de
- los dardos que por espacio de siglos vienen disparando los
protestantes sobre la Iglesia romana, aunque, en verdad, algo mejor
expuestos que por la mayoría de los detractores, merced a la novedad
de forma con que se revisten cosas añejas, y cierta animación de!
estilo, que ahuyenta el sopor inseparable de estas lecturas cuando
no se nata de estudios fundamentales.
Claro muestra este libro polémico su filiación del apasionamiento
animidad. El mismo autor, al recordar su obra con
;>;<í.s- sereno inicia, con. .cía y confesaba haberse dejad" arrastrar por
vehemencias de escuela En 31 de Vgosto de 1834, escribía al reve-
rendo AVmstrong estas palabras: "Si mí vida y las fuerzas que aún
me quedan duran algún tiempo, me propongo examinar La Eviden-
■nt>'a el Catolicismo y dejar en pos de mí tale- notas, pues es
necesario para lo por venir 1-1 no • Je edición) borrar todas las.
huellas de mi escuela teológica original que pueden hallarse en la
obra."
§4
i ter tü Charles Bitler, Esq., on bis NOTICS 01 THH
Peactical AND [NTBRNAL Evidence againsi Cathoucisu
A la bnista arremetida de Blanco respondió Charles Butler con
no menos enérgica rectificación. La contrariedad con que i. ■
autor emprendió la polémica, reflejaba su 9ombra sobre
accidentes de la acalorada controversia.
Butlcr no se mantuvo en términos de impasible discútidor. Jus-
tifica las cuas censuradas por su contrincante, ya a titulo de extem-
poráneas, ya con tilde de incompletas; responde a las cuestiones pro-
puestas; apologiza la autenticidad de la Iglesia, expresión purísima
del verbo cristiano, y la defiende de la mes de intransigencia
esgrimidas [x-r su contradictor. A BUG >s de mdo-
le personal, no vacilando en penetrar por los accidentes de la vida
particular de Bl ella inculpaciones que descargar
sobre la frente del heterod
Vbre s-.i réplica Blanco estableciendo que no el afán de pi-
la iniciada polémica estimula su pluma. A pesar del afectado d<
de su adversario, hay algo que reprochar a su buena fe. I.a n<
dad de desenmascararle ante el público es la razón capital de -u
Niégale autoridad para representar a la Iglesi .. cuer-
Sir Butler es un individuo que ;►
nada significa résped • .1 la autenticidad de sus decli
Desp ■ la Iglesia cati ismo cerra-
•n un cuerpo >le doctrina íntegro que no p ■ ne-
garse parcialmente, censura a Butler jH>r haber citado defecti
mente un pasaje de Paulo Emilio \ 'Es una cuestión de
• de príncipíi is : y se ha pul-
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.4 BLANCO Y CRESPO 469
critud." No cree que Butler no sea honrado, mas sí lo juzga ciego,
obcecado por la pasión que nubla la inteligencia.
De igual modo rechaza otros textos, a su juicio imperfectamente
citados; reprende omisiones que estima imperdonables; acomete la
cuestión de fondo; reprocha con dureza a Butler la errónea ínter-
pretación que aplica a los pasajes de su Practica! and Interna! Ezi-
dence, y al cabo se engolfa en el aspecto político de! problema, ce-
rrando su I.cttcr con severos cargos a su a i acerca del dis-
cutible desinterés que mueve su intención y su pluma.
No juzgamos, en verdad, la obra maestra de Blanco su réplica
a Charles Butler. La lógica, el orden de la argumentación, la acos-
tumbrada habilidad del polemista se obscurecen por las nieblas de fa-
nática exaltación, más obscurecedoras del conocimiento que las nie-
blas físicas para 1"-
¡rabies la agilidad dialéctica desplegada en frecuentes pa-
sajes, el tacto con que se detiene a enconar la herida cuando siente
su espada penetrar i>or las mallas del adversario ; mas, hostigado por
las saetas personales y ¡»>r la torcida interpretación de sus argumen-
tos, que él atribuía a mala fe del contrincante, no acierta a sostenerse
en terreno sólido, dejándose llevar a la jurisdicción de su contrario.
Falta, pue 'ion la debida unidad, la sistematiza-
ción, eneral de la obra. Tal vez los padecimientos cor-
porales, exacerbados durante la redacción de la carta, excitaron más
su alma empujándola por el cauce de la pasión y privándola de la
necesaria serenidad.
renda de plan completo le obliga a seguir paso a paso los
movimientos de Butler, no disfrutando las ventajas de una estudia-
da e inconmovible posición dialéctica.
II estilo es vivo, en general, reflejándose en sus alternativas las
vi< «I. de una discusión degenerada en disputa.
Tal como salió, la respuesta de I líectuosa a
del dero protestante y de I I poeta Southey le
la cana: '* I .a he leído con emoción y también
c "i satisfacción."
§5.'
A Letter to Protest/ i from Romani
Al iniciar la epístola, Blanco, tan pródigo de notas aui
y de ofrecer en ejemplo vivo su persona, declara a los recientes con-
verse- »gia de situación, d móvil que le ha impute
críbirles. "No tengo — aña »¡dad de jurar que escriba
vuestro bien, extraño |><t completo a consideración! I."
que se dice ante Dios equivale a un juramento, imploro .t Di<
olvidar que he de darle cuenta de lo que escribo y de 1>>- motivos que
pie han impelido a hacerlo. "
Ni ]»>r d asunto ni i»>r ningún concepto reviste jura n
marcado interés este opúsculo, bustecer la nueva fe
de \¡>- catecúmenos y a confortarlos en tribulaciones que aún no su-
frian ; pero que. en opinión del autor, con pa\ orosa inminencia li
chaban.
§6.c
The lawsof Aoti-Religious Liw i. Re-considered. A Letteb to
mu Editob of THE Christian Examines, 8vo, Dublín, 1833.
I ;i extensa epístola con el título anterior encabezada es uno de los
más sinceros ¡fritos del alma del autor. La constante movilidad de 9U
pensamiento k hacia más dura la estrecha cárcel de la coacción
legal.
A-i, comienza el libro con fervorosa protesta contra la intole-
rancia, presentando a la execración del lector cuantas traba» impi-
dan o embaracen la libérrima expansión del pensamiento
Justifica su intervención en la controversia, alegando, y con razón,
lo- títulos que- le daba su prolongada experiencia personal. "Tlie
:ice — dice — by which I nave obtained this freedom have long,
long been made. "
Ni siquiera sabe quien sea el escritor que se oculta tras del seudó-
nimo John Search, a cuya- Consideratiotis ">< ti: libel in re-
gará to rekgion} se refiere.
Expone su desencanto, cuando él eia que Inglaterra era la patria
de la libertad, al bailar que en las leye- inglesas subsistía el principia
de persecución, ni más ni menos que en aquella abominable intoleran-
cia española de que había soñado emanciparse. Para Blanco no ad-
mite limitación la libertad de argüir. Nada ■ nema, de 1
t'era del pensamiento, nada puede sustraerse al examen de la razón
y no ha) derecho natural <apa/. de prohibir al pensamiento que pien-
se, ni a la boca ni a la pluma que expresen con sinceridad la interior
elaboración del espirita
El tema que se di cu( - la libertad, el pretendido dere
par; no la forma ni el grado ■!• injusto en cualquier limite
que -e aplique
VIDA Y OBRAS
irgumentación de los - nace de un craso error: <le
civil, enderezado al bien común
el derecho natural dd padre a educar <u- ni
aración <le un monarca con un p¡
talmente inexacta: lo.s hombres artificialmente en calidad
de hij rechos a inevitable ruina.
dvidar esta verdad Fundamental. El gobierní
un bien peí sma decir que siendo la moral la
' de la familia, el Estado tiene el
• jjer la religión
Mas Si el poder goza del Derecho de m<ddle with
cuy opimons, se debe extender al den I a ley
que la voluntad del legislador y ¿quién duda de que 1 1
Imitad puede cambiar? No, no es posible legislar de una vez l>ara
siempre.
He aqui el fundamento de la arguitx i i de la
ía protestante, penetra de lleno lla-
mado libre pensamienl lama la inviolabilidad de la conciencia
señalando las Fronteras entre el pecado y el delito, i
brillantez desenvueh ■
y resume la doctrina en una collective view de todo el proceso dia
Añade luego un breve Postcñpt contestando a un pamphlrl re-
cientemente publicado y varías notas, muy interesantes algunas, prin-
nente las que x refieren a la posibilidad de una
La réplica a que se refiere el Postcript, va firmada con las iniciales
S. X.. desconocidas para Blanco, -i bien por algunas indica
jaban traslucir el nombre de un anciano ecle
cita a lord Bolingbroke, pensador incrédulo, entre
IVOrables a mantener la ley restrictiva sobre los libios anti
rreli muy natural, pues el que
nada cree y sólo considera la utilidad de ' liendo de
la moral y del derecho, ha de aprobar las disposiciones restricth
i elemento de gobierno. También pudo S N .nadir a
Hume, a < ibre todo, a H(
Vhora icen: el invente, el que profesa la idea de que su ■
es la cir \ ei da-
gobierno- Si la relig
mente aceptada no es la su
■ de lo
trata del grado d
I
DE DON JOSÉ M.1 BLANCO Y CRESPO 473
Refuta Blanco el aserto de que no puede perseguirse legalmente
al autor de un libo» que combate la conveniencia del cristianismo,
siempre que no niegue la doctrina cristiana.
Todos los argumentos de S. X . según Blanco, son pueriles. La
verdad es que la ley se dio para conveniencia del catolicismo, y al
separa térra dol Papa, la Iglesia reformada, que se encontró
esa ley en vigor, la aprovechó y mantuvo para beneficio propio.
S. X. concluye diciendo: Nolumus leges Anglice matare. Como
esto, replica Blanco, es un mero acto de volición, basta con respon-
der: De gustibus non est disputandum.
No no- corresponde penetrar en el fondo del opúsculo, que he-
procurado fielmente extracta:-: concretándonos al terreno de la
crítica literaria, repetiremos que e- tal vez ésta la obra más sincera
de la pluma de Blanco.
Basta grafía, haber perseguido la
su pensamiento, recordar la no interrump na de su espí-
ritu para comprender que escribe con el calor del que aboga
su propia causa, Nadie más necesitado que él mismo de esa toleran-
cia, de esa amplitud por que ardorosamente suspira.
Verdad que en los albores de su beterodo
odio contra el ': deseó para los católicos la
me ahora rechazaba; mas osó de un estado
sin ascender a la categoría de profesión. Cuando pasó el
de exaltación, comprendió el error cometido j
derrotero de su razón, abogó por la libertad -1 rlan-
deses.
Aquellos mismos católicos de que ' le ayudaron
US simpatías en la campaña; porque, en verdad, la situaci-
los católicos en Inglaterra era humillante y, de no haber templado la
tolerancia de las costumbre- el rigor y crudeza de la> leyes hubiera
llegado a ser completamente insostenible.
Como trabazón lógica, supone el libro de que tratamos una de las
más' primorosas labores de Blai tai Jgunaa
-ii ione- con lamenta' . por ejemplo: la de que ningu-
na religión ha -ido perseguidora más que el Cristianismo, añadiendo
que la Historia lo comprueba. Lejos de ser exacta la afirmación, la
Kisto enseña que todas han adolecido de igual inclinación, sin
que el hecho arguya nada en pro ni en contra de la exactitud d
ias, ni re el i-s|>íritu de bitoleranci
l.a pi bedece a las leyes de la llis-
lando se debe producir, y lo mismo el Cristianis-
[ue todas las reli
474 VII>A Y OBRAS DE D. JO.» <<FSPO
guido
ie no hay dir el alma eterna de la Religión con 1<>s
Úl ni leíante que d Evangelio es padre de la
ria.
Mas salvando detalles, siguiendo el hilo de la a
• > en el punto de partida, la conclusión es de perfecta evi-
si, como 1"» hechos extraen consecuencias mejor qu
dialécticos, el opúsculo de Blanco cooperó eficazmente a la justísima
emancipación de os irlandeses, j Roberto Ped escribió con
del legislador el posteriptutn de su di- '/a.
§7.
Second Travbls Oí A.\ [rish Gentlemañ [M SEARI II OF \ RELI-
GIÓN. W'mt NOTES AND [lLUSTRATIONS. NOT liY IHE KüITOR OF
"( \ri\i\ ROCK'S MemOIRs". 2 \'"1. IhiHin. 1833.
Libro .1. redactado por comprom de las obras
propicias para juzgar los méritos literarios de un autor. Su ma-
yor importancia para una biografía literaria consiste en sancionar el
prestigio de Blanco, su excelente reputación de pensador y publii
cuando en un país a cuyo clero fuera absurdo negar el timbre d<
lida instrucción, él fu lo para defender la causa eclesiástica
nacional, pocas reces tan vigorosamente combatida.
denado a escribir a disgi trariado
editaba el Mensagero </•• Londres, y no de buen grado abandonó el
periódico para refutar la apología dada a luz por Thomés Kloons.
Cierto que en Tunbridge Wells escribía: "Deseo jxnler escribir
una respuesta a la obra en tusiasmo ni. excedía
de la parte negativa. El libro de Moore le molestaba i>"r ser apoto
gía del catolicismo; mas no ardía en iguales Kri.is al oponer do
a dogma, vacilante -u fe, heterodoxo su criterio, del cual se filtraban
¡h .r mis escritos religi is derívaci
I .1 ebulli : del problema irlandés había revuelto cuanto de re
ligioao, de político y de cu,, latía en mi fondo. Thomas Moore, el
elegantísimo poeta, rompió r a lanza |x>r la religión de sus ma
y lanzó a la publicidad El viaje '/<• mi caballero irlandés en bus
religión (The Trovéis ■■( an ¡rish Gentlemañ in seorch of ■' Retir
guiri). De amenísima lectura, nutrida de erudición y rigurosa dialéc
i iie al tra-
vés de la ideal peregrinación. Con el dud • elegii una
confesión cristia ndonos en • indes grup
4j6 VIDA Y OHRAS
i . ,
y rei unos: ¿ Por qu
le la Iglesia católica?
r ironía del autor, >u prota§ inclina hacia
el pi rucamente vacila en decidir i
vari- ■ ie rradía la protesta ha de ser pn
: lía Moo
: • •• 5, del P
tia, de la Trinidad, de la Encarnación... llalla
¡leva a su
caballero irlandés a < ¡otinga; le hace asistirá las leer
.
Vuelto a Inglaterra, examina de nu nal, no
pudiendo menos de observar i le los
prími ad »res i
protestantes, a que opone su in variabilidad Se
si baja la vista a la realidad, le indi • tnplar la intran:
cia protestante, oprimiendo y devast
ita, en fin, las ¡n in-
troducida por el cuite reformado,
ira, deduo
mientra la jus-
tificación «le 1 is
la i'e o la razón. La fe es el depósit ■
fuera de ella se puede ser racionalista, nunca
Thomas M luye la novela a
idea
que mi mente lie
alternativa, y el aspecto que el mund ente
i justifica plenamente la aserción."
libro de Moo
,-ry mischievous tendeney). "Su pi imen-
' < «1 i » de 1 6 católh "Y
■ iñar <iuc I
le blanda.
i «le
mana." 1 lace ju habilidad I
da forma
■ •
imer voltura m a menud
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 477
por los papistas, sin una partícula de cristianismo, aunque el autor po-
see bastante lectura para desconocer las duda- de los Paires .Iposto-
lici. Él mismo, bajo la forma de profesor alemán, asegura en el
segundo volumen la frecuencia de las falsificaciones e interpolacio-
nes cometidas en la segunda centuria."
"Conoce que en concepto de mucha gente, el hecho de que San
Agustín y San Ambrosio adorasen las reliquias, es bastante para cons-
tituir esa adoración en parte del Evangelio. Tales gentes no irán
ciertamente a los originales, ni mucho menos examinarán qué clase
de hombres fueron l,,s citados obispos."
"El segundo i Oí jrande habilidad. Sin embar-
es tal la confianza de míster Moore en las pasiones y en el es-
píritu de parcialidad que trata de robustecer, que -e toma exc<
libertades ootí los mismos Padres, y llega hasta probar que algunas
de esas columnas «le la Iglesia -"/aban de mía gran penetración res-
pecto a la belleza juvenil."
"Su profesor alemán habla con amore del racionalismo. No pue-
de el autor disimular cuan plenamente siente el peso de las palabras
de íu imaginario alemán. Sus semblanzas de lo- reformadores están
trazadas con toda la malicia del odio más profundo. La vida y la
muerte sé tratan con la mayor perfidia y petulancia."
Toda la argumentación estriba en la falta de- unidad doctrinal
entre ' per., míster Moore no puede ser tan ciego que
uo advierta que la falta de positivo concierto entre los protestantes
no prueba les títulos sobrenaturales de la Iglesia de Roma.
comentario . cual era de esperar, con los ya co-
dos ataque- al Pontificado, y con la ratificación de que la pa-
labra te" no excede en su genuína significación de un sen-
tido meramente negativo.
Sobre tales fulcros descansa la refutación intentada por Blan-
do más a extrañas ingerencias, de cuyo influjo aún
sentía exteriormente emancipad.-, que a impulsos de fervorosas con-
vicciones al trazar con ¡n imo el Segundo viaje del
bollero Irlandés, Propónese el impugnador seguir paso a paso la Bo-
dón de Moore. Viaje intitula ■ indo viaje intitula aquél.
Adopta Moore la forma recurre su competi-
l ii fin, el ] >s tt a irlandés dedica su obra ni pueblo </<• Irlanda.
cu defensa de su fe antigua y nacional, d poeta aflgloespañol dirige
análoga dedicatoria en la (
"Al pueblo de irlanda
cuya \ irtud, p felicidad
VI1»A V "inRAS
debe depender
le la antigüedad o de la nacionalidad
sino de
la verdad
de la reli
que su gran tna
Este intento de desvanecer sus prejuicios
A un examen pendiente
«leí .1 . intimamente enl
su unión
como herma» >> y oompal
está dedicado
¡*>r
sinceramente loe
Inne i mto las huellas del Scgund
je. Después de i iones, preliminares unas y oti
pectivas, no sin establecer la complacencia que -.mina -t el Lector
comparase por su cuenta ambas
nista cómo una viuda rica, aunque n «frece al aul
npre que e-te cambie de religión, yo
ra oferta i la firmeza de sus convicciones Reanudada la
amistad con mistress Cusiack, en ocasión de que Rosita, hija de
aquella dij iar el velo, el pi
; p >r la joven, lida la feli
si ella profesaba, se resuel Durante un via-
Londres, prepa ' que debía emprender a Roma, su
y mi manuscrito anónimo, misteriosamente recibido,
;a materiali que se inflamaba en la intimidad de
-u pensamiento. Las declaraciones del joven oficial de marina,
• de su ad ■•
i Familia, avivan el mal reprimida .un. ir. en tanto que un >e-
rebddia re
ra enfermedad, recibe mi
la visita del reverendo Fítzgerald y entáb
mella que
arribo de tras de mistn k, en que se le
ba la ari ion de pensamiento ocurrida en la familia,
dolé que R lamoradade él, y añadiendo la I
DE DON JOSÉ M.* BLANCO V CRESPO 47Q
promesa de que las 9eñóras Cusiack le acompañarían en su expe-
dición a la Ciudad Lterná.
Al final dd volumen >e inserta una exposición del libro
todo de la naturaleza y causas de la duda en materia religiosa. Blan-
co tra^a el análisis de la obra y deja la crítica al juicio de sus lec-
tores. Algunas ilusti ibre detalles consignados en la novela
cierran definitivamente el tomo I.
El segundo reviste carácter más doctrinal a costa del interés
Realmente la acción no pasaba de un pretexto, una armbzón de-
tinada al relieve de la doctrina.
La novela desaparece, y sólo queda incesante discusión iniciada
de embarcarse; proseguida entre votos de amor a bordo del
buque; reforzada con la indispensable intervención del reverendo;
amenizada con el tercer manuscrito, si bien éste no es anónimo y
necesitó ú<<- tardes para su lectura, reanudada con ocasión de la vi-
antoodni, y terminada con la apostasia </<*/ irish geni"
lemán, La ficción se cierra con la rápida muerte de míster I;itzgerald.
que expira a estilo socrático, disertando hasta última hora sobre el
motivo fundamental de la novela.
Considerado en concepto de novela, surge evidente la pobreza de
acción en el Segundo viaje; mas a la objeción podría contestar el
novelista que su propósito iu(- exclusivamente didáctico, valiéndo-
la estructura novelesca, sólo ]*>r seguir la pauta del Viaje de
Moore y para comunicar mayor viveza a su refutación.
Después de todo no corre mas rica ni má> accidentada la su
de icontecimientos en la obra de Thomas Níoofe.
No puede negarse a Blanco que. a pesar de t<«l>>. ha manejado cotí
aric la forma novelesca, de suerte que la doctrina atraiga la aten
ción del lector, -<in degenerar en i soporífera.
Lo que nos atn rácter investido a
nista, retratándole desde 1"- comienzos como a escéptico, y la
invención de sus me ñores para actúa- de causa eficiente
en la evolución
En 1" primero desnaturali 5i ha queri-
do pisar sobre la^ huellas rlandés, llegando hasta ad'>ptar
tu mismo personaje, desp úñente abraza el catolicis-
mo ii" ha debido atribuirle un estado de indiferencia religiosa que
extiende su friald.nl sobre la futura i
Si a la mueca del esoéptú l la locura del amor, la con-
ón del caballero irlandés no brinda d m ira el
ánimo reflexivo ni aboga mucho por las excelencias de su nueva fe.
. Y OBRAS DE D. JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO
Aun ingenuos creyentes, cegados por la llama amorosa, han impues-
iencia, depojüendo la fe ante los altares del hi-
nieiu • cuente ridiculizado por el saga? 1 mdo
decia que el protestantismo, igual que las comedias, terminaba siempre
en c.i - eso ha acón-.
realizaría en un
leí TraueUer refleja matice» interesad
■ gran fuerza dialéctica para conven-
• tenia que luchar con católico ferviente t> convencido; no
hallaba el en una concia
nada tenia que desarraigar para implantarse. ¡Cuánto más \ igor no hu-
tizado al peneti a i tente
i ¡ile?
X.. sólo nadie ni nada res da, súvo >¡
más . [ue se pinta i < cie-
ga <r 1 ciego, K- abría con sus flechas entradas en el
/un del escéptico, e iluminaba - - coa el resplandor d<
llamas.
Torrt sufrió antes ui n que una derrota
conversión resulta demasi tentar a los buenos
católi
•i del asunto priva también a Illanco de lucir SUS dotes
le artista. Londres, el paso de Ca mpañia de
mi adorada, Roma... ¿quién imaginaría que ti:
ante la hermosura de los cuadro? con la indiferencia de Ifl
nista? No puede concebirse en un alma tan delicada y vibrante mas
que i*>r la esclavitud del ánimo, deslumhrado ante el i o de
Jidad.
§ 8.'
SUNDAY LETTERS I 1 836)
las dirigidas al reverendo John rlamilton Thom,
que forman la pequeña colección llamada Cartas Dominicales, fué
dada a luz p >r el destinatario»
■ •nza la serie en m de Julio de 1836, y termina en 16
tubre del 1
, las cartas dominicales tienen puro carácter confidencial
ÍOSO, y, aunque n<> destinadas a la publicidad, bien la merecen
por la singular elegancia del estil >, ao olvidando la noble familiari-
dad que cuadrab 1
Fuera ya d rtodoxia, libre como el ave su pensamiento,
I 'da ni a cen-
suras. Descubre aquí la natura] osadía de - espíritu, con tan marca-
do sello de individualidad, que, aun yendo derecho al deísmo d
filos
sin más guía ni maestro qu lal inspira
1 [asta aquí habí ta a fuer de
tto y culto por su fili
suma. un., de ;
■
vela el pensador.
En la primera - acerca de la
de la moral de los cuáqui ate en la segunda las prete
ues didácticas del . :- la tercera los límit
ho paterno ;l I., la cuarta
culto unitarios, n<> sin confesar mi deficiencia; la quinta
a las opfn tólico pru-
siano' in>i Chronicle, le inspira la sexl
donde discurrí a erca de la reí nsiderada como verda
3'
482 \ IDA Y OBRAS
como instrumento de gobierno; refuta en la séptima las doctrin.
Norton, discutiendo la credibilidad de los Eva cndo
que el ■ mucho tiem¡n> sin ellos; vuelve en I
tava al arsenal de sus recuera es a Norton,
stiendo en que la imaginación y el sentimiento entran por mucho
6 religiosos y perturban el ejercicio de la razón; de-
dica la novena ;i Lancashirc y Cheshire Presbyterian AssociaHon, no
dando su disgusto de la prensa unitaria, ni su deseo de fun-
dar un periódico "científicamente dirigido en I con-
tra la noción de ortodoxia, donde explanar radicalismos aun para
• bles: critica en la décima el libro publica*:
míster Gallaudel para instruir a ' en la ciencia dd alma, re-
volviéndose luego contra el clero anglicaní
luda "protestantismo papal" de ser más ni acoque el
clero catól la undécima compara a 1
carlista>. La ventaja de unos y otros radi
en que basta el último de ellos goza de peí
conciencia sobre el ideal |x>r qu< n tanto qm j be
■ en una fórmula el objetivo de
• n la duodécima e <pie
hasl m- hallan saturados de espíritu idolátrico, y afir-
ma que aun "el Dios más refinado de la fantasía es todavía un id
Su f tra la su] estimulando su pluma
para la epístola 1 de la eti ' \-<-
■ tachando a los antiguos de descuida
Astare, en el lenguaje sacerdotal, debió de significar el ser
vicio de los sagrados ritos, asi equivaler ..
cución en los sacrificios. No llegó a escribirse la continuación
rmedad rompió la grata costumb
el íntin lencia dominical no se reanudó.
Ua Índole privada de las sincera tadas en las
'iv Letters, nos revelan mas qu< ,3 para el
publico general, el intimo pensamiento de Blanco en materias rcli-
En venia' ten diferencias doctrínales entre la O
■lar de los orto-
el autor muesb .
adhesión al Cristianismo, y en pleno avance mar adentro en d
dista.
«upara b de fe unitaria con 1 - sobre
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 483
rehgión de Tiberghien, propagandista del krausismo, ¿ quién se atre-
verá a señalar la más mínima diferencia?
Si en el cuerpo doctrinal idéntica savia corre por las Cartas Do-
minicales y por Jos trabajos destinados a la imprenta, no es menos
evidente que el tono en las primeras alcanza más pronunciados ra-
dicalismos. Las ideas se desprenden de vestiduras, útiles para el que
se lanza a la calle, no indispensables en el recogimiento y en el calor
del hogar, presentándose el espíritu con limpidez de espejo a la es-
crutadora curiosidad del crítico y del lector.
La forma, tan elegante en unos como en otros trabajos, gana
en movilidad, en animación; se siente gozosa de no ajustarse al mol-
de inexorable del método expositivo y juega caprichosa, sin quebran-
tar la unidad del asunto, enriqueciendo la lección con variedad de
aspectos o disimulando monotonías del pensamiento con el relam-
pagueo de su aparente inconstancia.
§ 9.°
[8351 znd. Bd. ií
Si qi resumir a muía la ;<1<
nos seria fácil ejecuta
rra autoridad suficiente p itizar en !
viden las conciencias en el mundo han
definitivamente 1" qui
la razón a los
salva
adnii;
ti
ama religfü — i de Bl u
. que su tra
nuestro entender encierra la fórmula natural i
frat:
alma
días '!<■ su
■
. ;.
■ |ue la puH 1 1 lilir.»
representa un sa
mati muy
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 485
estimables y entibie antiguos cordiales afectos. Mas el sentido del
deber lia de presidir los actos del hombre y la sinceridad se impone
como ineludible obligación. El autor no puede honradamente mentir
por consideraciones de ningún género.
Penosas serán las consecuencias; en cambio disfruta la tranqui-
lidad de una evidencia mucho tiempo resistida por el corazón (Imig
resisted by mere feelings) a despecho de convicciones cada vez más
Si la utilidad fuera su norte, no hubiera i de Es-
paña, abandonando familia, patria, amigos, brillan! y le-
gítimas esperanzas.
Su convicción de entonces lo trajo a la ortodoxia anglicana, y
puede jactarse de que en nada se ha aprovechado de la conve
para su bienestar material o social. La pureza de los antecedentes
justifica la ingenuidad con que abraza su nueva creencia religiosa.
Estudia en la carta primera el concepto de herejía; opina que
si Cristo edificó una Iglesia, debe reconocerse que la católica reci-
bió el depósito <le la verdad: y lamenta que. si Dios concede la gra-
le la fe, no la conceda a todos sus hijos. En la segunda rechaza
la ingerencia de los filósofos y comentaristas que desnaturalizan la
Biblia, determina el Cristianismo esencial y erige en supremo juez a
una como a seres conscientes. El entendi-
miento no peca, porque nadie es dueño de pensar fie uno o de otro
modo: s.'.li, la veracidad constituye un deber. El valor de las Escri-
turas motiva la tercera carta, donde recaba para el Cristianismo el
•derecho de interpretación. Continúa en la cuarta combatiendo las orto-
doxias origen de la intolerancia, y en la quinta sostiene la supremacía
de la razón.
péndices y imer apéndice es
un extracto del prof bre las razones que militan en
trinitarios.
El segundo, un pasaje del arel Blackburne acerca de
los textos de la escritura alegad de la primitiva existencia
de un '
re un texl Tim.,) que
andarte a ia. La pretensión de la ortodoxia se
funda en el funesto pri icip
II asunto de la prin • . 1 de
.unda. la asisl 5 pi ritual prometida p
que liem. K ' i doctrina de
La Herejía y l rmula definitiva de las convicciones
. dicción entre la idea y la palabra.
486 VIDA Y OBRAS
Si por cristiano se entiende, hombre que sinceramente cree
adora a Cristo, es difícil considerar cristiano al que profese el cre-
do religioso de Blanco, no obstante sus alardes de firme adhesión
a ese espo -mo en que hace consistir la esencia del Evan-
gelio. Porque para creer que Cristo es redentor por su» méritos per-
sonales, por especial privilegio concedido a su superioridad huma-
Ve los demás hombres; para considerar su no la más
excelsa conservada por la historia, y para reverenciar a Jesucristo
■ el prime: aún pensando, sin negarlo en
absoluto, que no pueda brotar en el porvenir grandeza rival >'■■
grandeza, gl 1 jante a su gloria, no hay necesidad <le a]
darse cristiano. Muchos heterodoxos, racionalistas y aun ateos, han
tributado la justicia de idéntico homenaje.
La esencia del < roo reside en la concepción del \
en la consustancialidad del Padre y el Hijo, unidos ambos entre si
1 sus criaturas por esa ola de amor Uatn ¡tu Santo.
Si Jesucristo r\>> |ué derecho se habla di
I'n hombre, por sublime que sea. merecerá admirad via.
amor infinito y a irque
su esencia se ve limitada porlos términos naturales de los ,:
finit" iza el límite, se palpa la
y la necesidad de redi ,; po-
dría redimir a 1
No, no
ter divino. Blano >, aún n iba un
cristianisn
un hombre insigne que murió ■ lad.
rse vitupera rbio al penetrar con la
espada en alto por el can: tentaba las
de un predicador que decía: "Imitad el
Pablo y leed con humildad", < i ' hu-
mildad? 1 lacia el libro «•
que ■ .1 en mi n.
que no dimane de mi
El ideal especulativo de la obra consiste en inducir a I
al libre examen de la - fundamentales del Cristianismo, por-
que d Id mundo creyente No se intenta
mal 1 mancipar, 1 luando ui
litnil
Blanco lab
cali;
DE DON JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO 487
Cristo habló pai hombres y para todos los tiempos, luego
¿puede aspirar el Cristianismo a erigirse en religión universal siendo
la religión de un libro, ni más ni menos que el mahometismo?
No se debe abominar de la Biblia; mas tampoco erigirla en ídolo.
Para atenemos a autoridades, mejor derecho ostenta la Iglesia ca-
tólica.
Clan. la concepción de un Cristianismo sin Cristo, hijo
de Dios vivo, sin libros sagrados, sin misterios, sin dogmas, sin sa-
cramentos, y en rigor sin culto, porque el culto unitario carece de
base, qo difiere de las arquitectónicas religiosas del racionalismo
idealista de los pensadores alemanes contempu-.i
( ¡on respecto al lenguaje, parécenos que la pluma corre más suelta
il que en otros libros, bien porque nunca había puesto más per-
sonalidad en trabajos de pensamiento, bien por ser fruto de sus
últíii: 'ii mayor dominio de la lengua inglesa y con la de-
puración de prolija y meditada labor.
El estilo posee un nervio especial, -i bien adolece de menos re-
gularidad que en sus libros anteriores. Hemos creído notar matices,
alteraciones, algo a-i como sucesión de d
interrumpidos por lapsos de perfecta serenidad.
en el estado especial de su espíritu. A cada
blo trazado sobre el papel, su alma, que nunca se había más franca-,
menb rimentaba sin duda la satisfacción de anhela-
do o '.erar los di . le su pro-
1 i le preparaba Estrechas ai .nira-
cione tas, todo iba a derrumbarse, desgarrai .uón
y formando el va no de su vida. Si invencible como
• icter, arrolló los obstáculos, dominó al corazón y tomó cuerpo.
ó haber renacido al publ irtas y hasta su ais-
lamiento, separándole del i hacerle creer en la
. redención.
§ 10
lili: RATIONALIST .\-Ki:.mims OB Ture Rbligioi ' íod's
Peí ^40.
Ilij.. de mis últimos «luí-, con intens
d • este deli
fué dado a luz p >r el Rev. Thotn, después del fallecimiento de Blas-
co e intercalado entre las 1:
1 divídelo el aul ndo la
primera por una invocación al ser d ■ ■' Bemg). 'I mi-
ste número inicial Meditación y Plegaria y arranca con
lo bendiciendo a 1 'i"- para depositaren El el tesoro de su c>>nti-
dencia. X" acepta más guia que la Fuente de la eterna luc, sin dete-
nerse porque <>tn>- 1- ;iicn-
e duele de la humana ceguedad,
gunda partí
del mal ' «Ha-
le la
_".ial para 1
de la
libre volunt WiU), dibuja la del Ciel • y del In-
alta la libérrima voluntad 'le I >;•■-. para la en ü nada ha) im-
•V Ella puede dominar la rebel
ha de ser al Fin amor y alabanza a
1 humano da
antado de estilo que '
bra divina en la Le) y el testim
■
VIDA V OBRAS DE D. JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 489
pervertida y asienta la corrupción de los pedios hum
la ocasión de nuestros mayores ]>eligros. Los más graves daños se
presentan con modestas apañen
La Fe salvadora de los protestantes, que estudia en el séptimo, le
parece indigna de Dios y de los hombres. " Hablo — exclama dirigién-
a Dios — en Tu inmediata presencia, con la inquebrantable con-
ión de que las doctrinas que condeno, lejos de proceder de Ti,
mirarías a Tu Divina Esencia."
La octava parte se intitula Redención, y traía del pecado original,
del sacrificio del Verbo y de la Trinidad. En pos de la exposición
del ideal unitario, termina diciendo a Dios: "Tú eres mi Padre. Tuyo
soy por naturaleza, no por contrato. Acepta mi imperfecto amor. Y i
sé que lo quieres. "
Espiritualidad se intitula la novena parte, en que exalta la au-
téntica revelación hecha a cada hombre por el mundo visible en el
exterior, y en el interior por el mundo intelectual.
II décimo número está consagrado a la Humildad, virtud que
na propia de esclavos, porque no pued< le los
hombres se degraden ante sus semejantes, alentando así su vanidad
o su insolencia.
En la undécima parte, llamada sencillamente Oración, encomia
los beneficios de la plegaria elevada • favorables ante
la presencia de Dios. Rechaza la litúrgica; establece que i
lo- actos, 1"- esfuerz >s son otra ¡oncluye excla-
mando "jOjalá mi ultimó suspiro sea una oración!"
Truena en la duodécima parte, Christíans Moráis, contra la in-
irtcia de ¡o- sectarios, y en la décimatercia, Miedo, contra el
pavor, la más degradante de las flaquezas humanas, porque al apo-
derarse del ánimo, priva al hombre de su personalidad.
1.a muerte (/'.-.///n presta a-unto al último número, lleno de me-
IS, Mi vida
tiembla como \ ela exhausta: na mirada pueden extin-
guirla. \ nada la puede prolongar. Nada de terrible existe en esta
escena final I ■ úni • que tem • es <■! sufrimiem
Por la fecha en que estas admi puede
itU que la
nido en !.i ■- de per» I
irenn vedado a nuestra ñnalida amenté literaria. Las ¡deas
-011 patrími ■'- • ex lusivo del i ineludible
ponsabilidad, y nuesti d umbral de la
ida ajena.
\ll.i el desdichado Blan ocon sus dol
490 VID* V OBRAS UE I). JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO
na-: acá nosotr— admirando la potencia de su espiritu que, ya en el
ocaso de su vida, asciende con poderosas alas y habla el lenguaje de
los grandes poetas.
l'orque en esas penumbras mist< que el senthrieal
dea la mente y no es fácil disth -*■ canta, •
»con tal fortuna OOfno Blanco en estas Mtdti
nes t la misma linde del raciocinio y de la p -
El teólogo tachai o; pero d .
el ser que vibra al - bello, leer
dócil al at; n alma que sufre, de un corazón que se desl
y de una pluma que centellea.
§ 11°
]''•! SÍAS I Ni. I i i
metamorfosis había experimentado el le Blan-
co en Inglaterra. Sentía enriquecido su espíritu lectura de
poetas extranjeros; se había familiarizad', con los las 5 griegos.
antes por él apenas vislumbrados, y había modificado su criterio con
ida, la entrada en años y ti ;•• ¡es de
distinto iK.-ns.ar que los maestros de su juventud.
Faltábale ademas el contrapeso de la tradición, pues no U
zaba el influjo de su -. ni pensaba ya en el idioma d<
ñas inspiraciones. II ¡ te de
su feí de la luch
tenor y más comprometido en la ¡ni sia de ideas
moví en m»
lencia o el
interesado de las mus
ti rra, cuan.!
ida. Cuan-
De amii el relieve i><
y l,i más libre sinceridad inglesas. | Lástima que no
se haya podido d 4ec ionai '
cono»
dido hallar,
i
I ori-
ginal, sin perjuicio di m casi I¡-
m a la del p
n^ire al frente de -'.:
VIDA Y OBRAS
glesas el admii ■ Misterious Night, clarísima ¡ntu
tica, inspiración delicada rana vez se repiten en la
mas henn idmirableme
< The finesi and most grandly concewtd
sotmet in our languagé) le llamaba d
tal es herí da pondera r Me-
néndei •- Pelayo; "el mej
nión literaria. Se incluyó en Matn's Treasury ■ *
de Three hundr>
Sonnets (pág. 304) y en mi*
Vunque se ha impreso muchas
producirlo. Es inconcebible tratar <K- Blanco y no aspirar la nn* pura
flor que se mece sobre su tumba :
híysterious Nigbt ! Whcn our first parea! knov
Thee, ÍTOm report divine, and heard thy na
1 >iil he not tremble t'i>r t >i i — lovely fi
This gloriou* canopy oí light and blue?
Yet. aeatfa a cuitara of trao
Rathed in thc rays of th ÚB% fíame
with the ! m, carne.
And 1"' Crcation uiil.mil in man's vi<
Who could have thought such darkness lay concealed
W'ithiii the beams, < > Su
Whflst íly. and 1-
Tliat to such ci • tu l>lind!
W'hy do wc then thun Deaih witíi taife?
If Líght can thuf deceive, vrherefore n<>t 1
as y muertas, tal vea en la tra-
ducción '1 más fielmente d peí
■
I a
•
ente
ínula.
n pura > fulgente.
DE DON JOSÉ M." BLANCO Y CRESPO 4g3
¿Por qué la muerte el ánimo intimida?
Si así engaña la luz tan dulcemente,
¿Por qué no ha de engañar también la vida r
Rafael Pombo.
Si quisiéramos rebuscar antecedentes en nuestro Parnaso, nos ve-
riamos obligados a retroceder bu teri es a nuestro
idioma para sorprender en el Hexaémeron del encarcelado Dracon-
cio algunos hexámetros que pudieran preludiar la concepción de Blan-
co; mas creemos sinceramente que el autor del soneto desconocía el
poema De Deo, sólo enteramente conocido al descubrirse en 1791 el
Jeto en la Vaticaí • ha notado en las pa-
labra r alusión ni reminiscencia.
A la edad de cincuenta af /iendo entreabrí
puertas de la vejez, su ánimo c ihibido, sin mas alientos que los no
muy bríos -a, se
meció al considerar que mi vida, la verdadera vida, el tiempo
ibustez es] •
Es verdad que el tiempo discurre en lema, gradual y no interrum-
pida sucesión; que su vuelo insensiblí .mes;
pero cada hombre lleva de si una ima
el cambio perpetuo hasta que una ocasión le presenta el
contraste 1 ra refleja* ta interior,
invulnerable hasta aquel día a las injurias de los años.
La triste di ifrida, provoca en uno un d<
ñ<>. en "tn> un movimiento de mo una lágrima, en
un di y en Mía; titulado:
llamar vie ¡ ' the first time
callea ¡ni ultl man 1. Es a, cual el a
■
de aquella ; ion.
Allí 1
■
Nota la n unida a la tarde, que
sombras del héspeí • -. despide
melancolía su ida nsuela con la gl<
liberación >\v\ ab
Tu hcw roí . , "li muer) brío,
Teñido de otra
tío.
494 V'DA Y OBRAS
Soneto de resignación, sostiene el lánguido tono de la p:
• ada u por la te cristiana o por la conciencia de su inutilidad.
Para ;<».' álbum, poesía probablemente de c • ■ es un rasgo
meados. Desde el primero se ad-
vierte la contrariedad del autor.
-cribir en un álbum ! ¡Cuan difícil empresa!
Sale del compromiso con al ten constru'u
do que esos empeños sr.n muy delicados para su Goose-quiU.
saica y literal sería: . un álbum, tarea
difícil, aunque el ]>ai>el sea satinad" y os 1" pida la Hermosura.
tinta «lebe empl< . I-i pluma
debe sacarse del ala de una mariposa. I>e palabras aterciopeladas
trmar todas las linea- Pero; cuidad
la <>bra con un pensamiento. Para su quilla de
deiii. a que los álbum se encuadernei
lera y becerro."
1 >c la misma fecha
I a la anterior en el núnii - y en la «1: de la
rima, aunque muy diferente por la idea j por ento.
Refié ta a la costumbre <le escribir 1-
lineas para el Memorial of the Writet
rengl •
. la muerte
Vi :
Que
Convierten
La dulce sombra que
• las nubes en lluvia.
IlllO
ojos revelaran
unca
Humedeció una lagrimal
He aquí la ir¡ literal, .. sea la poesía despoetizada.:
!
intiales de vuestro habitual « las
triviales.
i ¡dad <|ue penetra la> mas verdaderas
virtudes del hombre brota bajo las sombras <le la muere La tri
que suaviza el brillo . peligroso del placer. Demasiado
• nunca humedecid • por una lágrima."
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 49S
El lector que abrigue un corazón de poeta sabrá apreciar la infi-
nita melancolía, la delicada idealidad que exhala este sollozo, aun des-
ceñido el pensamieiit' > de las ítalas de su lenguaje original.
La enfermedad, la constante perturbadora de su paz y de sus me-
ditaciones, se imponía en momentos dados como absorbente preocu-
pación. En sus agudos accesos, la mente, incapaz de parar su vuelo en
i asuntos, se fijaba con desesperación en su padecimiento.
Uno de estos desconsolador instantes se perpetuó sobre el ;
de la versificación con las notas de Proofs of Idleness, not of Conceit,
tmder Suffering.
lienza el poeta preguntándose :
¿Por qué el enojo inflámase en mi pecho?
,; Podrá calmar la cólera mi alma
Y restaurar su paz ?
Inútil es razonar. La prudencia carece do dominio sobre el sufri-
tnienti ».
Sufre, le dicta, acepta tu destino,
Apura su amargor, mas no makL
oce que el poder que le creó no obra al acaso; que él le debe
tud, aunque su vida fuese peor que el infierno (much worse tkan
llrlh: y por más que sienta a veces la mano divina, ¿no ha sido él tam-
bién un ministro de I 'i
Humilde, es cierto, mas de Dios, na sayo;
Y El no quiso negar su sacerdote.
ma de SU amor, alienta, ¡oh alma!
ea la ruta, rinde otro homenaje
De amor... y acatan tus cansados días.
La desespi disimula mal bajo el manto de la resignación
pide la muerte; porque le consumen los sufrimic
físicos y, náufrago que ase convuls > la única tabla flotante en el re-
vuelto oleaje, se aterra a la esperanza de qtu is pa-
decimientos,
Sin embargo, cuando éstos eran aún mayores, un año próxima-
mente antes de morir, arrancó notas ephalámicas de su lira con moti-
amiento de la Reina,
No cabe duda d<
.• -r palacie Inglaterra,
que en su- isigna d to de M • que
d regí do. Dice textualmente :
en Wedding, May rleaven bUss ¡4 to thia
countrjr."
VIDA Y OBRAS
.arante la ceremonia nupcial, lleva
- enoabezanáa I -ocarrona
mira-! del sacerdote, vuelve
a del lil»r<> mágico, sonríe, y al volar, dice al Re»
; Me ili>putas el p(»;
Mira la espléndida pompe,
La majestad, la grandeza,
.1 augusta
,'tar.
Muestra bien >, >ra :
•roña.
impr M.h el
alma p
•
: el álbum
y la nie\ e de la
ilizado mi vida.
chive con ida<l
idioma:
; < >li. tú.
Si ;
Veri
■
la i
el orden <1>
del
¡o iu-
LT fielmente la idea, tiraniza el material pi
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 497
Las poesías inglesas representan expansiones momentáneas del
corazón, cuando no compromisos ineludibles. Mystcrious Xir/ht es
un suspiro; el soneto, a su edad, un ¡ay!; las más son ahog
. No podría verse en tales impresiones un precedente de las nebu-
losas instantáneas de Heine o de las luminosas de Béquer? Ha des-
aparecido el vértigo poético de la primera edad, en que cantaba por
cantar. El deseo de poetizar buscaba entonces asuir. es el
asunto el que busca respiradero en la poesía, y no siempre lo halla.
?-'
§ 12°
The life of the Kiv Joseph Blanco-White wtritem bv bum
WITH PORTIONS OP BIS COBRESPOND1 JOHN 1 I n
I ih'M. |n 3 volumes. London, 1845.
La publicación de la autobiografía <le Blanco, edi
le SU fallecimiento, y la avi :!>iila,
Rtizan d justo renombre adquirido y consen 1 1 pú-
inglés.
No pare :e que 1 bro dd Rev. 1 la-
milton, pui :'tla-
tando 1"> últimas instantes del admira
grafía, las por
hallaría, algurn he aquí lo que
íntegramei tuyen los tn
ter]H>:
'.1 primera titulada
Narrative of the events of Iris life (Narrador ntecimien-
'•■ mi \ iila > I 1 775 t8
Whal
1 da principio al relato, que t.
t dividuo del < >riel (
Mi- que una b ijar la lús.
■ 1 a certidumbre de
' 1 na-
• ■ te ile la-- d
de 1 na interna, no ha ,1< 1
lerício acerca d bu vida ni la ra]
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.a BLANCO Y CRESPO 4Q9
c<>n que se desliza sobre otros, algunos tan serios como su misma or-
denación.
Idéntica llave explica las digresiones acerca de los ejercicios de-
votos practicados en San Felipe Neri, los ascetismos de Cádiz y los
misterios de la Cueva.
La segunda parte se titula Sketch of lüs mind ín England (Bos-
quejo de su pensamiento en Inglaterra) ("1812-1824). Aquí el relato
no despierta el interés novelesco ni posee, el rápido compás de la
primera etapa; mas para el lector que prefiera la interior silueta
de la convicción a los pronunciados relieves del hecho, brindará esta
parte singular encanto y no menor interés.
En la tercera parte, Extmcts from Journal and Corrcspondcnce
(Extractos del Diario y Correspondencia), se incluyen cartas escritas
y recibidas por I Mineo, y recortes del Diario en que anotaba sus
cotidianas impresiones. (i >'|
El capítulo 1 (1824-1828) contiene un extrad imo dd
Diario de 1824 en nota; cartas de Southey, uno de los tres célebres
laicistas ; de John Alien ; de Coleridge, otro poeta de lo su in-
timo lord llolland: de Mrs. Felicia H artas
de Bl
El capitulo II (1828-1833) se compone del Diario; caitas al reve-
rendo Aírmstrong; a 1. : a un clérigo que le insultaba por votar a favor
de Roberto Peel; a lady Holland, y cartas de Southey, de Mrs. He-
mans, de Alien proponiéndole ser candidato al Dulwich CdL
otras, con obser . inini, el sistema de educá-
is asuntos.
luye aquí el primer tomo y prosigue la tercera parte en el se-
gund la- cartas insertas en siete ex-
lumen, más interesante que la última parte
del anterior por lo que respecta al croquis de su estado de conciencia.
En las cartas • mayor i:-;
instante emancipación de su espíritu, levantándose entre
desrj irtidumbre le su pode-
rosa personalidad
distinguir la so
es de la Biblia •
tianismo y de éste con la Teol gía de las ' carác-
ter de las
• le la obra del ristiai que la palabí • diri-
gc a ' «no la luz a los llegar a decidir que el cris-
tianismo no estriba 1
bate desde des de la Iglesia britá-
SOO VIDA Y OBRAS
nica; rechaza el ístno; lamenta las divisioi
engendra entre los hombres, aun entre seres que se aman ; señala las
falsas nociones del sentido religioso dominantes en Inglaterra; limita
la figura «'. i a la mes excelsa concreción de la humanidad;
opoiu ihI osefordiana, con sentido perseguidor intransigente,
/a o del temor de la
futura y aun de la creencia en la inmortali
• en Irlanda lleva en si el e
el peligro 'le la bibliolatría, sos*
nismo no pende de documentos i el probabl
del catolicismo; avalora La <
que es el cristianisra 1 l>ai.> la
■val : pone Na-
zareth como medio «le instrucción p la al
ir Channing, dd cal
- al final de <
va dejando de ser exclusiva, mezclándose con las os
Entre la
esencia del cristianismo y las sentencias ('lan
es t, a Dupu
Fichte, al i la Celesti
mo, a Shal
•
ubrados, lo Whately, rlawki
■res Norl • '1 y d ilu -• MUÍ.
La tercera y última parte se continúa
■
■na se ha afen
•
por halla!
más hondo en d misl
Va ti
oiebl ' . que lucha, la
lien-
I fondo de si
lina con la majestad <lc u
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 5oi
Pocos corresponsales nuevos en esta postrera etapa. Las carta»
de Channingy las respuestas al mismo aumentan en número; después,
cartas que ya no recibirán contestación y un breve relato del editor,
extendido como un paño fúnebre sobre el recuerdo del teólogo y del
poeta.
Sigue a la autobiografía extenso apéndice, que contiene una ge-
nealogía de Blanco limitada a la rama paterna y extraída de una
copia del pedigree original consultado por nosotros: unas cartas a
lord Holland acerca de El Semanario patriótico y de El Español;
algunos pasajes del Diario de Blanco; Cartas dominicales a Hamil-
ton Thom; algunos fragmentos literarios, de que hablamos en otro
lugar, y una muy incompleta bibliografía de las obras de Blanco.
La publicación de la autobiografía ocasionó calurosa protesta del
arzobispo de Dublín. Dr. Whately. pues -¡ estimó ron fraternal afec-
to a Blanco durante su vida, receló que su cariñosa relación con un
heterodoxo le atrajese las iras de los mojigatos de Oxford. (V. Titeo-
lor/ical Review, 1867-w. 82-112.)
§ 13°
I'l.MN l>l
"Poob man's preServative against popbry" (P
EJ ]■• esta • ibra, comenza I
gir los ei i tídos en el l'i. ¡nbre
contra el Pontificado. Al decir •
n la rectificación de ¡a parte doctrinal, acomodándola al
i la fecha de esl
liando se hallaba en el pal la fe
unitaria.
Nada juzga
escribió contra la ortodoxia rom ■ amien-
to y no requiere atenuación ni explanación. M
mani
i in-
transigencia, la falsa beatitud, cnanto vituperó en la Igles
prevalece con igual vi<,r<>r en la protestante.
En suma, la parte i • manece ir,:
i ¡piritu del .
■ le cierta justicia a la n '
I 'ni-:!!., ili
¡nal, el aul
lerai tura
de los milaj
la misión i
leí cristiai -r la letra que n
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 503
palabras grabadas por el genio inglés en el acto tercero de la tra-
gedia César:
I only speack right on ;
I tell yon that wich you yourselvcs do know.
La publicación de los fragmentos de la obra lia de agradecerse
a la escrupulosa diligencia del Rev. Thom.
Constan los Diálogos de de* interlocutores, un laico y un clérigo.
Refiere el lego al autor que, al leer el Preservatwe, juzgó sus con-
vicciones religiosas definitivamente cimentadas; mas pronto observó
sorprendido que los pilares de la fábrica amenazaban ruina.
I )c ninguna suerte me admira — replica el clérigo — . Lo mis-
mo rae ha sucedido a mí.
— ¿ De modo que está usted descontento de su libro?
— Completamente. "
A todas las objeciones del laico acerca de los principio, funda-
mentales del cristianismo reformado, contesta el clérigo dándole la ra-
zón y preguntándole si ha leído su trabajo (hi heresy and ortho'doxy.
Explica 1" que >e llama fiebre religiosa, dand i por ejemplo las
viudas indias, que se arrojan a las llamas convencidas de su inmediata
sión desde la hoguera al cielo. La educación v\< ••.in-
flujo i
r 1", niños sin reí
hasta que por si puedan resolver tan intrincado asunto, responde que
si lo religii tricas de nuestros mayores, bas-
ta ion declarar a éstos infalibles; per ansa en di
do es evid< religiosa no se puede
der, \ li - niños rio se debe :- ulcar más que la moral, procu-
rando despertar en ellos la idea <le la Divinidad sin la menor imposi-
"II verdadero cristianismo no admite autoridad y sólo consiste en
vivir i 1 bien ¡K>r amor a la Fuen-
te de nuestras aln
Al dial igo del clérigo y el i ido por d^
sotiajes: Inquirer, el que pregunta, y Answerer, el que responde.
ahora tan religioso como
¡a a la Igl< ■ re-
ligiónseenl ei uerdo de la presencia de Di
. el finn. conformar nuestra n la
voluntad divina y el horror al ' ' > opuesto a aquella luz di-
vina, en su vida fué -o que ahora. Todo ! Iga de
intad de Dios ni fruto de la razón asistida por
tad inugii ■ m la
504 ^»S DE D. JOSÉ M.E BLANCO Y CRESPO
nosotros debemos descartarla. La universalidad de la ido-
:atria prueba que la imaginación jamás conduce hasta Dios.
Por qué — preguntaba el otro — los hombres de todos los
pos se han postrado delante de lo >ra de BUS uios?
nian — responde d interlocutor — la mas remota
idea de una divinidad espiritual. Mas la idolatría no es tan sólo el cul-
•s, cual groseramente pensaban los judi
.1 dialogo queda interrumpido, se ve claramente une el
aut >r extiende el concepto de la idolatría al mundo interno, a las
la Divinidad y a la forma del culto,
íiüento de Blar* • se aleja de
toda evelada, no deja de ser cierta revancha para el catoli-
•i de que cuantos dardos h- lanzó el fervor pro-
le de Blanco van a herir ahora en el corazón de! • smo.
1.a teol igia protestante, a juicio del autor, ad ■'•
clan li los misinos defecto-; luego no vale la ]>eTia de la ap
- la Revelación no es una verdad, lo que falta a la Igl.
ca, no hay que pedirlo a las e
§ 14°
The makk ON un: i-orehead (Postuma).
rase la lecha en que la pluma 'le Blanco trazó tan delicioso
cuadro, sacado a luz por diligencia del Rev. Thoni. A juzgar por la
|Ue en él domina, pertenece a su última época, es decir, al perío-
do siguiente a su separación del protestantismo.
Se trata de un cuento fantástico, que supone contado por un der-
w ¡oh.
Meruli, joven sacerdote, sale del templo seguido de bus admira-
dores, después de haber pronunciado elocuente discurso. Era un joven
instruido, conocedor de varias lenguas europeas, nutrido [K>r extensa
.1 y nada creyente en su propia mitología, igual que "tros colegas
suyos, amagos de guardar las formas, pero cuya sagacidad se burlaba
de los Vedas en secreto. Anhelante de hallar la verdad, hasta dudando
¡i ia, salió a paseo embebido en su medita :■ ■■\. y sin saber có-
-<• hallo ante una caverna, en la cual, -r ni sin esfuer-
zo, 1 igró penetrar. 1 tespués de avanzar en el obscuro recinto, una her-
mosa faz de mujer, al parecer sin cuerpo que la sostuviera, se destacó
lumii el impenetrable fondo de la cueva. El sacerdote i
de rodillas y una voz dulcísima pronunció estas palabras:
acércate, Merub. Soy ei Genio de la Verdad. Yo te revelaré
misterios ocultos para la mayoría de los hombre-. Nfo te forjes la
ilusión de que voy a enseñarte nada nuevo. I'l mu' ¡"a ti
lo que antes; pero tUB OJOS Je abrirán parí vene a ti mismo y i'l tem-
ple de tu corazón se revelará en la elección que vas a hacer.
Merub, fuera de -i. exclamó:
mi esposa.
Pobre mortal — replicó la vot en i
•• un momento .hilabas .le la existencia de la Ver-
dad, y ahora, porque VCS fie jado de -■: •• -tro,
i! si se hubiera i I
5o6 vida y OBRAS
Mlerub, apurando los recursos de su vista, notó que la faz glorio-
sa precedía al cuerpo de inmensa serpiente, cuya ceda parecía hun-
dirse en un mar de luz que se entreveía detrás de ella.
— Merub — dijo la visión — . la Verdad por qi reside
en ti. Ningún hombre deja de llevar un rayo de mi luz en su alma.
te ensenaré lo que nunca ¡ hado.
Mer cimó y sintió en su frente el perfumado aliento
ni. Una pieza circular. cristalina - ~i misma
y Merub perdió . la de la i
. ahora,
innumerables, extrañas y diversa!
— , ■
— Tu atura] dé la Verdad.
— ¿Estas figuras son la Verdad?
hombre V"
invisible pieza d< Al principio :•«•• ha) i
gura dd murid
■
|uieren la < idad
y de I;
•
de pa luz al tra .
Las
ti '•
principio el pla< Más
tarde
Verdad. ( >tros cubn
multitud d<
al ui 'chiven q; .1 c^ una ficción. Tú has sido
traído Mecer tu órgano de la \ erdad y puedes ll(
dibujar en
•
li 5Í
pintar en el
DE DON JOSÉ M. BLANCO Y CRESPO DO7
cubierto ]>or dentro para que sirva «le espejo a los demás. Reconocei se
como imagen de la Verdad produce un vivo placer. Mías este procedi-
miento exige gran delicadeza. El tercer camino es de tal índole que
apenas me atrevo a proponerlo.
— Dímelo — exclama Merub — , porque antes que seguir los dos que
me has trazado, juro por tu hermosura que romperla el cristal en
mil pedazos.
• hay que romperlo — replica el Genio — . Si me amas como
dices, y continúas amándome cuando me pierdas de vi.~ta, limpiaré tu
al de los primeros dibujos. Tu cristal limpio parecerá a los demás
negra mancha en tu trente. !.<>> que se atrevan a mirar verán la-
puras líneas de un nuevo cuadro destacar suavemente; pero muy
pocos resistirán su vista. Aun lo^ [unificados por mí se estremecerán
al ver que las líneas de tu imagen de la Verdad van en distinta di-
rección que la suya, porque ni tu ni ell'>s podéis reflejar igualmente
mis facciones. Eso no sucederá hasta que despojados ' los frágiles
cuerpos, podáis, >in necesidad de vidrio, contemplar la Verdad frente
a frente.
ii espejo — prorrumpió Merub — . Límpiam
■ os."
■ el sai erdote en profundo sueño a orillas del mar.
ironle qué buscaba en aquí I
dio que el cuadro de la Verdad. Cada uno entonces
eró h.iUarl- te; mas al observar i
.11 horror. .«•, al
mirar detenidamente y ver resaltar la imagen, le llamaron hermano.
El derwich que trajo de ' (riente esta narración cuenta que Merub,
le la tumba y el disfrute de su ama-
da Verdad,
1 quien no vea en el pt i al mismo autor y en
su pensamiento la constanfc íritu.
En el nterior podrá verse el fondo del cuento, mas,
en todo n pierden val tura
con que el artista de lej cincela su creación.
Si colocamos por un instante i n en el pui
vista de Blanco paj ir al arti ta sin antagonismo d
rio, ! 1 renderá p mu-
lo inadvert
relieve a ni*
El estilo es, a ju
en lengua inglesa
§ 15°
In PBB10DÍCA
Aunque para el público era Blanco intermitente periodií
realidad nadie más constante en la literatura efúnen :ii>ta
•¡diana. No suben a crecido número tos
• él: mas, cuan.: ¡chámente
El Español o /:/ Mensaje*
■1 llamaba SU Studenfs Journal.
Eiállanse entre los artículos de Blanco muchos de asu
de Historia y de critica literaria y <le asuntos religiosos, pu-
blica.: ■] Christian Teacker,
Nuestra exposición del contenido de los artículos corra
aprisa que al esbozar la materia de los libros, porque el tiempo ha
a las materias, detei uelloa que
i reportan al lector modi
Entre los relai: aña, hállase uno curi
Instrucción pública en nuestro país, publicado en el Quarterly Jour-
nal o) oíos trabajos dedicad, «
al tema On the State of Education in Spak
advierte que el segundo br i scri-
bía refiriéndose a ellos: Mine is the iirst. with thr other I disdam .7//
connection.
uña <.-n su tiempo
DO cxcitar.'i la atenci • fflOCÚnientO de la- lu
9 para levantar d nivel intelectuj l os
espaü libertad, están ap
de su ignorancia, ]*>r lo cual viven en p
dlaje -
1 también sombría pintura del atraso de Castilla, siempre
¡ntelí
1 .1 comercio >lc otra- civili-
VII/A V OBRAS DE D. JOSK M.* RUNCO Y CRESPO 509
raciones, y viene a explicar las circunstancias que obligaron al car-
denal Albornoz a fundar fuera de España una escuela que llevó en
Bol :ia el título de Sun Clónente detjli Spágnuoli.
olegío de Bolonia sirvió de patrón a los Colegios er
en la península española, <le los cuales habían de >alir tas modernas
universidades.
La incontrastable influencia del clero en la enseñanza alentó úni-
camente los estudios de latinidad y I sos de en-
cerrar peligro para la ortodoxia.
1.a imitación de Bolonia, practi favoreció el in-
flujo de Roma cu ir ¡ocentes. El pensamiento e
ño], aislado en estéril soledad, perma año a las re
■ ticas y científicas de España, I. a Inquisición en su
indio >bra-s de algún rioso
rtigador deseara saber los nombres de 1 re tuvieron
■;>i". habría de buscarlos e del Santo
Oficio.
Jesuítas, que tan singular habilidad poseen para adaptarse
a todos lo»s ambientes, extendier ■
•izaran por establecer cía- de latinidad, reeibi-
i aplauso en un tiempo en que saber latín daba indicio de edu-
: esmerada; levantaron cato losoíía aristotélica, y com-
pletaron su sistema con la lectura del Derecho romano y la Medi-
cina. Ahora bien, conviene lencia
romana sin el menor i con-
sideraba una rama de la ciencia metal
ia a la- ' •
nstauración de la dinastía francesa elevó un poco la cultu-
ra nacional, principalmente
u rían </<• estudios. Las • uni-
versidades eran cinco: Filosofía, Teología, Derecho romano. De-
Detemdam el articuli len académico, la edad
de admisión di- Ds alumi na de
el sistema de exámei cunda ini-
•i popular,
ñanzas literarias no i l"s planes uní.
■ de 1"S infc •
ES estallid l ias de
. la [nquisición encerró a
?in vjl>.\ y OBRAS
mucb calabozos; pero la opúáón habia saboreado
la dulzura del fruto prohib:
\Jg > intentó Godoy en beneficio de la instrucción,
táculi) tradicional esterilizo sus tímidos esfuerz Ma se esta-
bleci , por la S iedad patriótica, una dase de Maternal
cuya dirección se confió al sabio monsieur Henri Las persecuciones
que c toda España se extremaron con los franceses al estallar la
ría, dieron con monsieur Henri en una cárcel y. cual ella,
había contraído murtal enfermedad que le llevó al sepulcro.
La útil enseñanza fué continuad '. 1! ><.•'-•■ . Lista, discípulo
laten ático frai
fué tal, que el tratado de Ma dujocon-
iiderables rendimienl
\1 llegar al estado de la instrucción en su tíen
a la influencia de la
cultura francesa, única extranjera que penetrabi ¡«Ti
el sketch consignand i la que
teñían batalla, más que entre liberales y tradi
-. entre partidari - del antiguo y del modi
se bailan tan equilibra
que ninguno puede vencer en absoluto al otro, y de aquí la t ;-i ~ •
peranza de una ma lucha interminable que
hará muy desgraciada a la herm
han ensangrentado el suelo español i n sus
I vaticinio de Blanco y h
I • país, dados a li
\fonthly Ma
n "), son i aginas su ll i quiere, apuntes de detalle, llam
a integrar una obra de importancia intenta. la y !)■> concluida.
de aquella I
ta donde llegó la influencia de la
le sus instil
¡o hisl t de la coron
ta la batalla de .x' asta mediados del siglo xi.
II segundo, tan literario como histórico, se titula Prmce </<»>i Jn<m
'onde I ucohoi with the History of Count
\o the Liberal and his Knights.
i dad
DE DOS JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 5 1 I
para el público de hace un siglo, y más aún para el inglés, lo que res-
pecto a nosotros, queda reducido a la esfera de lo elemental.
En pos de antecedentes historióos y de consignar los progresos
que en la Edad Media iban cumpliendo I itre las familias
reales y las clases aristocráticas, narra la biografía del inquieto don
Juan Manuel, dando idea del asunto, elementos y méritos del Conde
I. tu iinor.
El juicio que deja caer sobre la obra reviste gran sensatez y su]*">-
ne atenta lectura. El Conde Lucanor es para Blanco el resultado del
examen de varios libros, aunque convencido de que don Juan Manuel
no conocía a fondo la lengua en que se bailaban redactados i// .->■<;.<
■tot perfertly familiar to him |.
Pasa luego a historiar la vida de don Rodrigo, animada n
que no heme s de reproducir, y termina con anécdotas referentes a la
vuelta de dos caballeros a sus respectivas c
A la serie de estudios debe de pertenecer el artículo Secrete on
thr modern Inquisition, inserto en el periódico sin firma ni indicación.
el asunto y e-til •. somos de opinión q • mbiéu
producto de la pluma de Blanco.
\ lo- escritos de asunto español, redactados en inglés, puede
jarse, aunque no se haya publicado en revistas, el trabajo Spedn,
suplemento a! artículo de la Encyclopaedia Britannica acerca <l
Al merecí-1 Ws Letters frotn Spdiu -
que mister Macvey Napier iclopedia, -
laboración. No sin i lar cima a su '
la entorpecían dos gr iconvenientes: la Fall y la
erbación de sus p
La n de las noticias que encarg y pa-
terdos y la
n Inglaterra constituyeron la- princi
fuente- de SU difícil trabar I
I.— articu .lo- en ¡.iiiiilott Review and i
Westminster durante lo- año- [835
re literaria. No se I tacón la del ni
nombre editada p f 1 tnpri-
e do- númi i
volumen I i t S s 5 1 | de Recent
Spanish Literature un articulo critico de n
ca de las bras literal ias de
Muéstrase el articulo mu) bené autor de Edipo
extrañar la inclinación simpática, sabiendo las analogías entr
5 I 2 VIDA Y OBRAS
ideales v procedimicnos conservadores acariciad-- por la mente de
Blanco y la prudente, si a las veces tímida, política de Martínez de la
■
l "na ligera nota biográfica sirve de introducción a la crit-
articulista en pro de la d
scritor andaluz por el reino de Inglaterra.
Con razón brinda a los e>t ' modelo, p\ íue-
Rciencias que ; rec-
tínez de la R
Menos interesa* I
■
Í35-36). Ri
de Jorge Craobe (The poetical tvorks of '■'■
his leti ruáis, and his Ufe, by his S
■
.1. haciendi
le la prime
Su juicio dd ar-
ticulo:
" Nadie que
h dramotit difu-
l literarios en s>u tic
irían
rvado patrimonio de
. y defiende a i 1
.1 SI able que entre
Jenfc • La mayor par-
que incurrii
lo volumen c* una
- una
Ididad, !nti
DE DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO JÜ3
el pensamiento, ^siguiéndolo en Mi evolución y no escatimando
detalle de importancia.
Largo artículo crítico dedica a las Memorias d
Confiesa desde luego d articulista su im[>osibilidad de prescindir
de cierto prejuici > por las especiales circunstancias de Godoy, no
obstante halier leído su- Memorias- siempre con interés y en alguno;
momentos con emoción.
No niega que el origen de la grandeza de Godo) bastaría a en-
turbiar los más altos hecho-: mas cree exagerado extremar d
el hielo de la vejez las censuras a un joven, porque no resistió las so-
licitudes de una reina licenciosa y experta en la- arto de la disolu-
Inútil sería para icir la relación comentada
los en las Memoria.; de Godoy. Blanco marcha de
barazadamente al compás de la narración, sin extremar elogio
censuras, con todo el proverbial buen -cutido de los publicistas bl-
indo la voz del interés o la llama de 1 1 pasión no ]>erturhan
■nidad de -u juicio.
ncretar su concepto acerca del Príncipe de la Taz. sin o
ni su buen ta Forma su juicio:
le considerarse como un gran estadista; ni
mo un hombre totalmente abandonado e
ríndaba su no-
■;-."
e Blanco por valgan .laterra la litcra-
l'-rno
n Spanish Theai
Dccli-
i the Ancieni ti:.
ulterana ju
rtra> agan-
alderón fué el último de nu<
grandes di ¡nado de aquel vandalismo que
habí
debía inic i m hasta I
MI
En i
españ l. - • impresi «nabilidad,
le Madrid
33
514 DA T OBRAS
y labraron a su inventor inmenso renombre que doró hasta el triunfo
del gusto fran •
as comedias de .\Loratin con criterio m.> rx
del que la critica posteriormente ha sancionado, tal vez porque I
ter;i¡ :ados por c! m inante, entj
ron i
igna d atraso de la d<
b1ecimient¡> de la Junta censoria, la ineficacia <¡
zados i» a Máiquez, y termina con la
íuej^ i<- tambiéi rtancia de la une en
nuestra n • de.
de atención en aquello
ri<»s, porque ya carecen de ittten ma
datos y mejor orientado cril
de la literatura nacional.
sentido de la pa
La critica de la Historia de la guerra peninsular, escrita ix>r Sou-
they, se comenzó en 1823 [History of tke peninsular aw, 1823
3 vola in ti Roberto Southey, uno de tos m-> laicistas es, en nu
m distingu do nte esl
mos en él 9uperior originalidad
en su juicio, no escatima - y apenas deja entn
que otro lunar. ¿Influiría en la •
elogios de que Southey había colmad
guramente no, en el fondo, pero acaso en ' ivo hubiera >U->
tilado una gota de su miel lagr¡ endrando . le <lc
todas las injii>t:
•\1 dar 1 uenta de la ■
mt state of the Spanish I 1 Walton, ;
to olvida su misión de critico. prefiriendo ostentar bu carácter de un
idiridualidad tan pronunciada cual la -uva n<>
facilidad a la pauta de exl
Rinde la debida justicia al talento de Wall
levantes condiciones de su trabajo j rerda
dero crítico, qui
que al demérito del autor. Abarca demasiado pa 1 la
perfección.
■ 1 mas modesto aliento v sereno inicio hubiera concretado a
DE DOH JOSÉ M.* ULANCO V CRESfO 515
menores límites el alcance de su trabajo, habría lucido con mayor
claridad la discreción y el espíritu observador.
Él, conocedor del asunto c< m i má^ títulos que Walton, sustituye
ju personalidad a la de éste, y habla por su cuenta de la historia de
las colom. especiales condiciones y de sus lazos con la me-
trópoli, aplicando el criterio de nosotros conocido, y concluye de
esta suerte :
¡le shall only add, tltat whatever tends to restore tranquillity
and happiness to spanish America, and ¡usure to tlie mother coun-
try those sup pites, without vihich our brave allies nvust faint in the
noble struggle in which lliey are engaged, wiü meet with our cordial
and unlimited aprobation.
Es decir : " Si -'amenté añadirnos que todo lo que tienda a restaurar
ía paz y el bienestar de la América española y asegurar a la madre
patria esos auxilios, sin los que nuestros bravos aliados desmayarían
en la noble contienda en que están empeñ tara con nu
cordial e ilimitada aprobación."
La obra de Qum, .1 visit to Spain¡ le suministra materia para es-
cribir por cuenta propia de los asuntos de España. Reconoce en Quin
un instinto observador de primer orden; mas para que el público in-
glés logre apreciar su libr el talismán
que Blanco trata, según dice, de poner en manos de los lectoi
Hay una sombra que se proyecta sobre toda la historia de Espa-
ña, d hasta nuestros «lias, con tal
dad que puede constituirse en ley histórica de nuestro país . la
inti h rancia.
La intolerancia • ■ todas
las desdkbat de Espai r de nuestros mayores, sostenido por
la t- n deque no nos despreciasen.
- ele la lucha, aunque
elusivamente contra k lerancia rundió en un mis-
mo anatema a '• ■ ¡odios. La pureza de sangre, es decir, la se-
cundad de que ni rem tamente tenía mezcla <le sangre áral>e y judia,
era para t'xlo bu insular la condición de la honra '
el pedestal de la ts miserablí lleno
rgullo al considerar la pureza '1<- su rsta al>errac¡ón
tomó tal i itinadamente, que hasta las Cor-
tes «1. ■ - ' de lil>crah ■ -r\ los de-
reefaos de ciudadanía a 1"- descendientes «le africanos y de judíos.
I'ara España era exce lir entre herejes y ma-
516 VIDA V OBRAS
hometanos. Todo el <nie i lica
almente abominable.
Graci le Europa, penetró en España el respl;
del Renacimiento junto con el despentar de i
nacie; ta intrusión civilizadora el espié wi
■ elosos dominicos, encargad |uiskión •
prenv rvicios en la guerra de Alb aron :i prohibir,
recoger y quemar libros, de suerte que el | nidio -u mortal
espíritu de intransigencia religi
En comprobación del uico del país, empreti
to detenimiento la historia de los protestante-. haciendo
desfilar al lebrijano Rodrigo de Valer, mozo superficial, tratu
mado |xt la lectura de la Biblia en varón reflexivo, en hó
•nártir; al céleb i V alera ; a
toda la romunidad <le San Isidro dd
Valladolid, y nos cuenta los autos de fe con que el rigor inquisH
■ lió buena cuenta de aquellas heterodoxias.
La literatura española y toda la cultura del siglo *VI mu
nitcs ele Felipe II. Más allí de este monarca luce d -••año!
-us cualidades nativas; pero le falta instrued
bren SU ignorancia d<
Tan rápida decadencia se debe a la intolerancia, y aquí entra
i omparar l< sen
lando rotundamente que entre dos pui ' unr»
itólico el otro, siempre d prirn en la
cien n la paite material.
linastía funesta de los Vustria hundió d país en al
o, ) España se perdi
de la beatitud.
Ivenimiento de Fdipe \ levan- la cul-
tura, el influjo de la b te de Luis M\
la literatura francesa pen
i
la Revola
una pequi libertad e
nidos
i le ■
lismo : pero la invas
pendencia iniciado j>or el
IH DO ftESPO 517
Existen, pues ( 1823), dos partirlos en España: uno progresivo y
otro intolerante; nías hay que decir la verdad. Los liberales forman
•pequeña minoría; el pueblo es fanático intransigente, fruto natural de
la educación recibida por muchos • así no fuera, no se hu-
biese desvanecido el régimen constitucional con tan sorprendente
rapidez.
Una ráfaga barrio las instituciones liberales, porque carecían de
base y de arraigo en el país.
El pueblo soportó el sistema constitucional mientras peleó con
los franceses; cuando expulsó al enemigo volvió las armas contr
liberales.
Las Cuiu- de Cádiz no han erigido nada estable, porque no se
componían de libérale- prácticos. Ellas consignaron el principio de
que la soberanía reside en ei pueblo. ¿Qué quiere decir semejante
contrasentido? La soberanía lleva consigo la idea de gobierno; e
berano es el que gobierna, y quien gobierna no es el pueblo. Pudie-
ron decir que el pueblo posee la fuerza, que puede crear o derribar
un gobierno; pero eso no es gobernar. Derrumbará un gobierno para
gobernado p n otro.
Semejante error nació de las d< ctrinas francesas, superficiales;
abstracta-, venenosas, y o 1 tracto no representa una fuerza
viva, el Duque de Angulema no encontró resistencia para restaurar
un absolutismo que estaba en la conciencia atrasada del pa
Blanco, al tratar ya de lo pie-ente, desea para España una libertad
tica, a la inglesa; pide que se limiten los excesivos derechos de
la Corona \ que la libertad de conciencia sea efectiva. Esta solución
erta bien con el ideal político de Illanco. Siempre se opuso
a la- revoluciones, al is reformas radicales. Gus-
taba de los progresos realizados con planta segura, en evolución gra-
dual. Su sentido poiítico era prof nudamente conservador.
Uno de los artículos insertos en Tht Quorterly Revira) une más
honran el juicio de Blanco es el titulado l>on Estiban, or M.
of a Spaniard writen by hitnself. In three voluntes, London, 1825.
Hallase el trabajo de Blan rolumén 23 1 1825) de la cita-
da revista. Los que conozcan la "l>ra podran juagar por nuestra
extracto
Lo que de verás I existe en el libro ha sido mixtificado en un
cuento que irresistiblemente nos inclinamos a atribuir a novel escritor
inglés. Alh están los rasgos nacionales; pero a modo de retral
CUtado por inhábil pintor. La untad recuerdos y la mitad descripcio-
len en un mar de conjeturas para di-
RAS
ringuir la ven!. obra. En primer lugar, mucha*
de las palabras españolas, <le que, se hace innecesario derroche, han
• de ta! modo estropeadas <|ue n< » hay medio de atribuirla*
pluma de un españoL A cada momenl - (pie denuncian
un conocimienl > a medias del lenguaje
arte men
tan familiar a li lerato. hasta un niño,
ñámente un verso cojo En una cita hallan
manta dulce imagen,
: intas tiernas palal
Allí diré que el
calla.
Sobra una sílaba al últim
lo «pie estriba d error de una persona mal guiada i»t -u gran
v engañada por
de los e-I* proximadofl a la verdad es el del mu-
■ andaluz, y aun éste se h tradu-
jese al español, los andaluces creerían que había brotado de la pluma
«le alumno de < - que durante la guerra de la
dependencia se reunían con ellos, mprender d na-
tivo humor de aquella región
En cuanto a materias eclesiásticas, se notan Faltas, hijas induda-
bles del desconocimienl • Seguramente no incurriría uien
se ln ' i en España, aunque hubiese permaneddo lai
iñol |H.ilr.i imaginar que se una imagen
de la \ ¡rgen para quitarle d coli dd
humo de las lámparas ? ¿ Cómo convendrá en qued cura de un pe
por miedo a la profanación, huya al venir los franceses y de]
la hi igrada en manos de un guerrillero? Tal privilegio no
se hubiera concedido ni a un dérigo ordenad i de sub I de-
ber de un sacerdote en d caso descrito era consumir toda
mías guardándolas en su -
\'o tratam \s de desanimar a un extranjero intdigente qw
de obtener natuí en la literatura inglesa II español que ha
escrito una pan e de talento; pero su gusí aim
form imiento. Juzgamos que con mas
larga residentía en I benido estudio de
le primer orden y utros medios idói tarae
d nivel de la poco e&trmable clase de confeccionadores de li-
bros v novelistas
ON JOSÉ M.* BLANCO V i KESPO 519
Nuestro afecto a España nos lia inducido a excusar a don Kste-
ban de la falta de exactitud en sus conceptos, teniendo en cuenta
la i'- ferias cosas, no como
halagan su vanidad.
No concluiremos sin aconsejar encarecidamente al español, quien-
quiera que ¡nicda ser, que ha puesto el material de la obra, mejor
consejo y asistencia cuando nuevamente trate de aventurarse a es-
cribir. Desagradables y todo como nuestras observaciones puedan ser-
le, no hemos empleado ni la mitad de la severa censura que merecen
estas decepciones literarias'.
Kl disfraz ■ > la ficción son lícitos cuando convienen al autor para
la instrucción o el solaz de sus lectores; pero sentar con tak-> segu-
ridades de realidad, como se hace en este libro, lo que no es cierto.
ierte la ficción en ofensa a la literatura y a la moralidad. La
evidente inverosimilitud de la narración puede, en el ir de
menos suspicaz para no tomar demasiado al pie de
la letra la promesa de contarle únicamente hechos. Sin embargo, un
extranjero no posee medio alguno de apreciar las falsedades en la
descripción del escenario o de las costumbres, y en verdad, don
teban se ha permitido en esta porte i libertad que en la na-
i M IN \(>U I» )\ \l.
§ 1°
OnRAS PERDIDAS.
además del poema / a Real
Academia Sevillana de Buena- Letras que, desde hoy, ¡
azar que nos ha permitido desenterrarlos del p
norados más de «.- í t- 1 1 1 • ■ veinte ai ción,
ueden ya
la traducción del Alexis j
figuran en el Catálogo de traba
demia </•' Letras Humanas que Blanco presidia
c retari R
referidos empeños literarios, cuyos tí)
números i y [3 de la lista, sn>\i de la
¡Hinca de /<! Inmaculada Concej
lemia de l se^ illa I >. i
«lia 8 de D de 1 79 1" y " Dis
academia pava optar al premio propui
«lo 1 — « >< j " . I )(Mi F. J. Rein<
"que en Junta celebrada p «r la Academia en 1." de Diciembn
§ 2
BCTO DE BLANCO i I)"-" DESCUBRIMIENTOS I
Nunca mejor justificado que ahora el vetusta t.abor
omnia Vtcit.
No hemos procurado, a imitación de consumado pirateen»
servar un trueno para el efecto ero >u majestad el .V
habilísimo artista, lo ha dispuesto con el supremo acierto de lo al pa-
recer inconsciente, confirmando aquell hes
• ;i 1<- basard, contre toute apparence
que notre prévoyance.
¡as a la magia eficaz de tan ¡>re iosa ínter ronan-
do la constancia del esfuerzo, podemos clausurar nuestro
trabajo con <1'>^ descubrimientos más y, dentro de nuestro asunto,
así como en general para las letra-, patrias, del mayor interés.
Aquel lamentado poema sobre la belleza, fruto de la inspi
juvenil de Blanco, tan admirado por sus colegas de la Acá
particular de Letras Hura . no figura en la lUta
de trabajos leídos en la-, sesiones, elimina
amu-I poema cuya pérdida
que ha resistido a las pesquisas del Marqués de Vahnar y a las no
upulosas de tantos investigadores, que no-
mismos habíamos abandonado la esperanza de inventar, no obstante
rtenecientes
crítoresde fines dd siglo \un como han p
aquel poema de real hasta llegó a dudarse, ha venido.
lo ya no I i nuestro poder cual, sí el espíritu de
Blanco hubiese querido recompensar con lúcida intuición la prolija
y desinten más por amor a la patria que por ninguna
otra conMdera ta y tenazmente -
nido
Había cima a nuestra obra, cuando, merced al interés
y diligencia 'i'- nuestro culto y querido discípulo el señor
don José María Blar Quintana, bobríno bisnieto de nuestro
•i. ha parecido el documei i que se juzgaba de-
finitivamente perdido. ;d cabo de ciento veíntidót
del archivo familiar, que por su catalogación no dejaban sospechar
que jiudieran referirle a empeños literari
El manuscrito autógrafo, fechad v • firmado por el autor,
forma un cuadernillo de hoja- de papel de
célente estado, que estuviei un hilillo
servan levemente amarillos', per. > perfectamente
bles, con muy contada- enmici
Precedí- al Canto didáctico, que asi le lia:: i, una ligera
introducción en prosa, especie de exordio de justi i
apuntan cotice] -uel-
tos deJ poema y en
nal considerarse como un resumen o compendiosa anticipación del
discurso que había de leer años después el mismo Blanco jwira su
lemne recepción en la Real Academia de Buenas Letras, donck
Reprod » el Canto •. ortografía
propia <Ie so original, y con el mi
encabezamiento que ostenta el manusí
LA BELLEZ \
i (HTO i» i l> Á ■ iii"
Leído en la Academia de Letras Ilion.' de Sevilla
en .'? de Diciembre de 1798
por su Individuo
I > " Josl MlARÍ \ Blan< o
[NTR< »I >i "« ■• ION
Apenas se hallará un hombre tan estúpido q.e niegue estar el Uni-
verso dotado de cierta perfección encantadora, con la q.c no solo
Imita sino que también nos arrebata y mueve dulcemente. Todo
hombre sensible advierte en su pecho una dulce dilatación, una con-
ion afectuosa que lo enagena a la vista de la Naturaleza enga-
lanada de sus sencillos y magestuosos adornos. \ esta amable per-
ubre de Belleza: nombre que poco cuidadosos,
de analyzar las ideas que recibimos desde la infancia, hemos prodi-
¡lecido hasta apropiarlo a todos nuestros caprichos y ex-
•
abuso ha sido causa de que muchos se hayan atrevido a
dudar la existencia de la Belleza 6, i lo menos, que este SUg
reglas fixas é invariable-,. Dudas necias, que a nacer de un meditado
S\ stema
\ la verdad, si el Mundo to de un i >, -i fue
formado por un Ser de infinita inteligencia, e! Mundo en SU forma
cion tuvo leyes invariables, supuesto q.e un ser inteligente no ;■
obraí le -tra parte «pie «le-
la Suprem leí mismo Dios, el Mundo criado según ella
rtteipar de las perfecciones de la razón eterna De esl
! la natural* ¡elle-
.-.i Porq.' la p rl Mundo nace de
forma en la razón suprema, averq
da la esero eremos la de aquellas \ por tan:
Belle
que la de Dios, por
otra
Hez, la inmensid
i 'oír, • . encía divina es sencilla é
in:n<"
VIDA 1 OBRAS
•*r también inmensa y sencilla, y las nacen de esta razón
soberana han de tener la> mismas propriedau< i la ]>eríec-
cion del Mundo, y su belleza derivándose de • i ' iucrou
su modelo, Ha de nacer de la sencillez é inmensidad Parece u
suido la conseqüencia ; nv. - Las perfecciones divinas de qnt
participan las co.-as criadas por ser una dimanación de ella.-, están
I mundo de un modo limil diciendo q.r su hermosura
nace de la inmensidad y sencillez solo entendemos q.f participan de
ella por una manera admirable. El Miro le ser inm
su infinita variedad imita la hermosa inmensidad del cri .
Siendo compuesto de innumerables parte-, no puede estar dota
una purísima sencillez; me ■ une y red irte- y en
la harmonía de todas ellas resplandece la unidad y simplicidad *ld
ser supremo. La variedad reducida a la unid.: rdtn
he aqui el principio de la belleza. Principi
al cora/on humano. ; del hombre un rayo de la
razón divina no podra
purísima q* lo i i su voluntad podra » al retrato
aunque imperfecto de la infinita belli
No quiero texer aquí un largo di-' i pretendo hacer
eguid • el systema q ' he querido restir de la
las de la P >esia: Mas permítaseme añadir una ligera reflexión,
su mayor esclarecimiento. 1 >o- solos de nuestros sentidos
oes de percibir la bell la vista I a causa de esto, dice
dré, es la voluntad del Criador q ' qi 'referencia
Empero esta razón nada aclara no siendo dd
porq.e fueron preferidos, sino en que consiste per
lección de que e-tan dotados. A mi uve parece que puedo descubrir
alpj mas adelante en e-te punto y al mismo tiempo una prueba evi
denle del sistema pro;.
H olfato, d gusto, v tacto tienen unas facultades tan limitadas
que solo pueden percibir una - iMe
q.r el alma exenta pT medí" de ellos mas q '
la, facultad de sentir No asi la
una multitud de impresiones a un tiempo, d alma puede ver en ettoa
len, la harmonía y por tanto, la Bell
i >uando examinamos menudamente las partes menores q.' foi
man un objeto bdk>, no es pan mas
la
Kntidoa dd placer de sensación q '
Los sonid agredan al nido v la
DE i">\ JOSÉ M.' BLANCO V CKESPO 527
vista aun prescindiendo de la harmonía con q.c aquellos se unen y de
la variedad q.e estos esparcen: Unos y otros causan deliciosas impre-
siones en los órganos al paso que transmiten al alma la imagen de la
Belleza.
Yo me he alargado mas de lo q." esliere en esa introduccioncilla;
per" lo he creído necesario. El asunto que he escogido es demasiado
abstracto para las Musas. Tengo que hollar una senda escabrosa y
l>i-ada, y solo la benignidad de la Academia me puede dar
atrevimiento para presentarle este ensayo, el q.e a pesar de mi cui-
dad" puedo temer este desnudo de la Belleza q.' en el pretendo cancar.
LA BELLEZA
De donde la Natura ¡,u b
Tiene, y la Ley eterna que la ri
Quiero decir en desusa
Tu, Suprema Beldad, que
■
Mirando tu bel]
Tu q.e calando el insondable abis
! ><■ tu poder miraste bondad
\1 Universo entre infii
Y soberana autora dé los tiempos
carrera
El < >rbe nio,
A ti te im
ir quien tu ilumii
tro tiemp i i imbre
Sacó la
pura
Y tu un amable
tro;
uto
En mi pecho inflamas*
;ura<l las
• •I manto h<
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO 529
Reynó sobre el abismo tenebroso.
En su profundo interminable seno
Enorme masa de materia ruda
Yacía entre la oscura y densa niebla.
Confusa allí de los futuros seres
La fecunda semilla, golfo herviente
naba en cuyas olas espumosas
El fuego aun no brillante, el velo frío
El aire leve y la pesada tierra
En desorden mesclados combatían.
De mil contrarias fuerzas agitados
Ciego impulso de unión apetecida
Las separadas partes arrebata.
El fuego por el fuego suspirando
Con horrísono afán, el seno escuro
feroz rebuelve: Del incierto giro,
Innumerables giros encontrados.
Detienen la carrera, y del profundo
Hasta la faz horrenda, montes suben
De cuerpos que pugnando se destrozan.
Por la escabro>a sti]>erficie err.t
En perpetua inconstancia vagan fieros
La confusión y horror, funesto fruto
De la cruel discordia y del desorden
y 1 roño allí tuvieron.
Quando el Euro. 6 el Noto de-atado,
Brama feroz y las nubl
Bate sobre el Océano extendido,
ailta
Rasgand • - 1 irelo de la parda nube
Por encei baxa el rayo,
i las rebuelí
•
fie.
>rden primitivo
I mirarla
ran Natural mmueve.
'' perpetua quedara
mole informe
tra omnipotente
En ella el Dios inmenso no mostrara.
31
530 VIDA Y O LIRAS
Empero quiso en el abysmo escuro
Hacer brillar la gloria de su brazo.
Eterna, sin principio, antes del Mundo
Eternos siglos en el >eno otaba
De su profunda, interminable esencia
La alma Deidad. Aun no veloz el tpo
Mobil imagen de la inmoble y líxa
Eternidad ( 1 1, el circulo corriera,
El circulo invisible que dividen
La tiniebla y la luz y ya en su mente
Estaba el Universo ante I
Artífice suprem >, Lleza
La norma hubo ¡nado.
Su es
la dirán? inefable, inmensa, pura
i. indivisible, al'
\1 mirarla
El Mundo en ella mira y a la ini.
Que '
El ser y : :11a
; ra
ira
ni inmortal bel:
rturbada
"1 H- ' rden ador- ..
"Parte había en mi beldad y su harmonía
"Ymitará de mi unidad lo lurn
eterna ley del Cielo."
tente
Al abysmo dirige. \ su mi
Y el
■•lira
■ onmo> ida
uriñe al brillad' r
Ita valiente i rimto de Tía-
ton, t. , ] pocta ,¡,,r
fue treinta kfloi
obile
DI:. DON JOSL M." BESITO 531
Con dulce movimiento K fecunda.
Del turbio seno desatado sube
Purísimo vajxn" que en el altura
Se extiende en Orbe inmenso. Vuela al punto
El fuego abrasador: Parte del globo
El centro ocupa y desligado v libre
De sutil resplandor la esfera inunda.
:ibrado el concavo cel<
De antorchas mil y mil brillante adorna.
De la grosera masa desped
- inmensos, vuelan presun ■
l'..r 1 . vaci:
I>cl mar de luí que en el inm Me centro
Vida del Mundo al Universo anima
Giran en torno del. Quales cerca
Al globo abrasad >r de vida lleno
Rápidamente vuelan. Qual reí'
Con t 1.1 altura
Por extendido circulo camina
1 )e mil pa
primer fuego
Imita el resplandor. Qual encendido
El li del etern
V en
1
I H I v
iUo
;plandece
Ma- no de la belleza 1
bre el Mundo
o
len
532 VIDA Y OBRAS
En sus turbadas y rebueltas olas.
en suerte toco la mas benigna
Región del Orbe, adonde no lexano
Del claro sol. ni próximo a su hoguera
Vida reciln; en la benigna lumbre
Esquivando la llama abusadora.
Aqui los ojos el eterno buelve
Y aqui de su U'lleza soberana
Cifrar quiere los rayos que esparcidos
Sembró en el Mundo. Habitación dichosa
Esta sera del lumbre a quien destina
El Universo todo y su hermosura.
En medio pues del giro detenido
Siente el informe ^lolx> la mirada
Del ser Omnipotente a cuyos ojos
La confusión y tenebí
Qual de la oscura noche la tiniebla
Ante el rayo del Sol. desaparecen.
Al punto sobre el piélago espacioso
rgullosas frentes elevando
Nace prole de montes nun*
\ iu • i ma el hondo abismo
Y a mi ieno las a
Corren con sordo son precipitadas.
I. a tierra entonces, por la vez primera
la dilatada faz presenta al I
Y libre, ai ■
Feliz habitación prepara al hombre.
Preñado de befle
mi adorno. 1 MIatada
IV hermosos troncos subil
Que las copadas cimas mueve al viento.
Vestido el suelo de menuda grama,
s mil, j de oloi
Pura nube de arom i nvia
por el ancha esfera dil
De balsamo vital el aura llena.
IV la> entrañas húmidas los V
I ■
falda
Al exl
IM JOSÉ H.* BLAlfCO Y CRESPO 533
Dirigen, conduciendo en sus raudales
Vida a las plantas, y hermosura al prado.
Mas |ohl rpiando la tierra ya vestida
Fue con hojosa pompa, y en su gremio
El germen recibió de eterna gala,
De nuevas obras quiso el poderoso
Artífice poblarla. Quiso: aJ punto
Las aguas que su espíritu divino
Fomentó, de su seno, ¡oh Maravilla!
Ynmensa tropa de animados seres
Arrojan, q.e de vida y movimiento
Tienen en si el principio vigoroso.
La innumerable turba dividida
Parte, adornada de ligeras plumas
Con leves alas sulca el aire vago:
Parte, la tierra por su asiento ocupa
Y rastrera jxir ella se desparce.
Ni esta menos fecunda solo envía
De las hondas entrañas, insensibles
Troncos q.c inmobles crezcan, q.e al imperio
Del querer formador de la Natura
Con numerosa grey mis campos cubre
De vivientes quadrúpedos. ¡Oh! quanta,
Quanta belleza el hacedor piadoso
Vierte sobre la tierra! De su mano
El esplendor p>r toda parte brilla.
El orden inmortal, las sabias leyes
Que en el Cielo intimo, sobre la tierra
Imprime igual con sello luminoso.
No en confusión los infinitos seres
Yacen oscurecidos : ni la planta
Que el rubio grano brota conq.' el campo
Compensará del hombre la Fal
De mi especie olvidada entre las vides
Jamas sera de pámpanos cubierta.
Todo el orden lo aduna: mas unido
Con invisibles circuios aparta
Las cosas entre si, sin q.« a mezclarse
ttrevan, OÍ a pasar su linde.
Adornada la tierra y de belleza
El Oí lo, aguarda ansioso
534 VIDA Y ODRAS
De su hermosura al destinado dueño.
F.1 hombre, a cuya mente desprendida
I >e la eterna razón viva centella
Baxara y de su luz los resplandores
Con tibio brillo, pero brillo puro
En ella copiara. Capaz el hombre
De clara inteligencia, la cadena
Que liga al universo en fuerte lazo
Podrá ver aunque oculta entre cela.
¿Mas que al hombre la inmensa muchedumbre
De seres y la unión que los anima?
Pequeño ser, aunque celóte llama
Arda en su pecho y del divino aliento
En su r">tn> inspirado tenga vida.
En cárcel corruptible el afano fileno
Yacerá, su vigor entorpecido.
■ al hombre en ■ -umerpda
I.a inmensa hueste de brill
Y SU liarmonioso giro? ¿Que la tierra
V mi amable belleza? ¡Qu.'m en vano
Fue el Mundo para el hombre si ignorante
IK- quanto lexos del la esfera abraza.
Solo ha de conocer lo que cercano
Su débil cuerpo amague, 5 lo atormente.
M - |oh! no para esclavo el DÍOS l>en¡£no
\l hombre «le-: ' .le! seno,
! 'el tenebf • la noche
Hizo nacer e! - e', brilla
Del Sol la ardiente hoguera y por él sedo
IV luz inextinguible el Ciclo baña
.Hermosa luz I Por tí, 'leí Mundo dueño
Es el hombre, y tu -ola a mi delicia
Haces servir de la elevada altura
v mi bordado manto
Tu, sutil resplandor, hiriendo leve
En los lexanos cuerp • .mas
En ti su forma, y rápida a los ojos
rres y fiel las gravas en su espejo.
f-'l alma, eJ Universo allí mirando
En sucres: v s,i belleza
Descubro Mas no solo la hermosura
DE DON JOSÉ II." BLANCO Y CRESPO 535
El alma sentirá también los ojos
Gozaran de sus dulces resplandores
No igual la faz del Mundo y de sus seres
Se mostrará, quando de luz bañada
Mande veloz su encantador retrato:
De hermosa variedad vestirla quiso
El Soberano Artífice y al hombre
En ella preparar nuevos placeres.
Quando libre del caos y el desorden
Al Divino querer, el fuego unido
Ardiente globo el centro de los Orbes
Ocupo, de la mano poderosa
Los rayos recibió, con q.c vestido
Al Orbe luce ufano, y los colores
Siembra, su faz hermosa variando.
Los colores que en lucidos manojos
De su brillante hoguera se desprenden
Baxando hilos de luz ; mas despedidos
De los opacos cuerpos, se desunen
Y mas sutiles cada qual se ostenta
De varia luz pintado. Bañan unos
El fresco prado, y su menuda grama
adable verdor luce tenida-
Hieren otros el manto de la esfera
Y el celestial color en el derraman
De que se viste cuando nace el día.
Quales entre las ojas resplandecen
FVl purpureo clavel, quales difunden
Mas lánguida su luz adormecida
En la humilde viola, y cuales tifien
dor aunq.e doliente
te flor del Sol enamorada.
Seminad'-, por el Mundo los colores
De la vista delicia, al hombre ofrecen
Hermosa variedad en que lo> ojos
Libre- reiría
El Padrv de la luz nasca a la tierra.
' i bella Aurora
Bañada de carmín jx>r el oriente
• bordando el Cielo de rubies
Vera como al mostrar el fresco rostro
536 VIDA Y OBRAS I>E D. JOSÉ M.' BLANCO Y CRESPO
Por entre grupos de rosadas nubes
Coge la noche el atezado manto
Y medrosa se oculta en Occidente.
F.n su seguida el Sol de luz vestido
Vera subir sobre celages de oro.
Nacer verá só el encendido rayo
En el prado el verdor y matizarse
las flores que de per'.as rociadas
Abren el seno candido a su \
Vera del Orbe, la unidad grandiosa
De sus pintadas luces variada
Y en su belleza. Eterno autor del Mundo
Tu sencillez e inmensidad, el hombre
Copiadas amará. De la hermosura
¡Oh! busque solo en ti la fuente pura!
José M.* Blanco y Crespo.
Hemos tenido la suerte de saborear el poema didáctico tan bus-
cado "Aumentó su fama de estético — decía Menéndez y Pelayo en
su Historia de las ideas estéticas, refiriéndose a Blanco — un poema
sobre la Belleza, que fué leído con inmenso aplauso en la Academia
de Letras Humanas, y que debe de haber perecido inédito."
Veamos el discurso de ingreso en la Real Academia Sevillana
de Buenas Letras que, en el mismo paquete, en análogas condicio-
nes de papel y letra, también autógrafo, fechado y firmado, dormía
el sueño del olvido.
Como en el manuscrito anterior, reproducimos textualmente el
encabezamiento y respetamos la ortografía
REFLEXIONES
SOBRK LA BELLEZA UNIVERSA!.
Presentadas a la R.1 Academia de Buenas Letras
de Sev." en ó de Nov.' de i8or
Pok I>. José \L* Blanco y Crespo
"Quid est enim pulchrum? Et quid est pulchritudo? Quid est
quod nos allicit, et conciliat rebus quas amamus? Nisi enim esset in eis
decus et species, nullo modo nos ad se moverent : Et animadvertebam
et videbant in ipsis corporibus aliud esse quasi totum, et ideo pul-
chrum : aliud autem quod ideo deceret, quoniam apté accommodare-
tur alicui. August. c. 13. Lib. 4. Confes."
Quien observe el prurito de sutilizar en todas materias q.e reynó
por varios siglos, y del que aun nos restan no pocas reliquias en las
ciencias, fácilmente creerá que unos hombres tan dados a la Meta-
física como los literatos de aquellos tpós no dexarian cosa alguna por
tratar y esclarecer. Pero no es menester versarse demasiado en sus
escritos para advertir que inútilmente se trabaja en las ciencias quan-
do no se conocen sus verdaderos principios, ó quando se abandonan
las sendas q.c llevan directam." a la verdad. Condillac, hombre dota-
do de Utl despejado ingenio, y de un ¡jran tino en explicar las materias
mas abstrusas, se quexa de que estando el orbe literario lleno de
tratados de Metafísica ninguna ciencia es mas vulgarmente igno-
rada. Es cierto que se hallan muchas verdades sembradas entre la
reza di- mil qüestiones inútiles; ]>ero sufocadas en su nacimiento
no pudieron llegar a esclarecer los tratados a que pertenecían: Exem-
plo de esto sea el asunto de q.' me propongo tratar. Entre todas las
propriedad res ninguna hay mas visible, ninguna más noble,
ninguna <|r tanto deba interesar el corazón del hombre como la
belleza Este adorno «le! Mundo, este e&pirítu que vivífica al orbe
y q.e difunde en nosotros una - placer q.e es un deleytoso
sentimiento de vida, parece q.e debiera hal>er llamado la atención de
lores, y haber! tado a la averiguación de sus
principios Mas sin ra 011 nos admiramos de q.c unos talentos de-
pravados con el es( ncias q." parecían nacidas para
- v |>.a cauterizar las almas ma ■
n-> paralen su attn ¡ón en una cosa en q.e no percibían atraen
Parecer.! quiza • abo de decir; pero no se puede
VIDA Y OHRAS
creer menos de unos hombres entre quienes no era extraño juzgar
la belleza como una cosa de capricho, y al sentim.10 de ella como une
de las preocupaciones de la educación. Ni por esto quiero extender
mi censura imprudentem.,c (i). Entre los antígu :nuchos q.e
conocieron los verdaderos principios de la belleza; pero según su
tumbre no llevaron adelante el analysi
tin instruido en la doctrina de Platón escribió un libro q.e hemos per-
dido sobre esta materia. Ultiman." ' a creyeron
digna de su atención, 6 la trata: •: undulad. Casi en nw
tiempos ha sido quando se na esclarecido, y por fortuna tenemos
una obra q.c apenas dexa q.c desear, en el ensayo sobre lo bello
del P.c Andró. Pero aun uerer tratar de
nuevo lo q.c ha manejado mano tan maestra no puedo menos
presentar algunas reflexiones q.c en el estudio de me
han ocurrido. Daré pues una idea de la mat-
es la bel! >r ventura un atributo real de la
ún mas fundam
inclina a i eferencia
a que reglas esta su
de la Bell
Procui d satisfaa i
Que existe cu 1< componen el Vnivers límente
en el con i los una qualidad tj.e deleyta bres
que los conmueve, y I
sensibles q.« los '.o un estupido puede duda
la na i haya palab
hermoso dote q.e tanto encanto tiene p on humano
■ al capricho, quien alu
i (bula que existe una ln.ll.
la naturaleza de habí
lan muesti
que no ha reflexionado juicio
3 en «i ' !•' tural
lumbre : fixemos nui
i :i el cami i )iu
una multitud de objetos q." debilitan al
■
■ •iivrr-
• tanto, mis
d< Planeo)
XF.SPO 543
alma, paremos la vista en alguno de los espectáculos grandiosos q."
se presentan en el Vniverso. Va por un extendido horizonte suba
entre celages el luminoso globo q.e vivifica al Mundo, ya después de
haber corrido el Oelo se oculte tras alguna elevada montaña, ya en
medio del silencio mas profundo el cielo sembrado de estrellas pa-
a girar lenta y m a ''... El hombre no puede resistir, ni
ocultar el dulce y arrebatado sentim.10 que infunden en el estas
grandiosas escenas Aquí se ve al Mundo todo tributar un innegable
testimonio a la belleza. ¿ Pero a q.e busco pruebas de una verdad de
sentimiento p.a la qual no hay mas demostración que ella misma?
Quien dude de la existencia de esta belleza, quien no la haya sen-
tido antes de toda reflexión no espere conocerla a fuerza de racio-
y pues una belleza visible q.c no depende del capricho, ni
is opiniones de los hombres. Heis aqui la verdad primera y el
princi- tema.
Bl Mundo es obra de un ser inteligente e infinitamente sabio: un
ser lleno de inteligencia jamas obra al acaso, jamas obra sin plan, 6
sin un modero intelectual a q.e deba arreglar la execucion exterior
de sus obras. Supuestas estas verdades sigamos un exactísimo racio-
cinio. El Mundo visible esta d i que tod<
hombres reconocen, que todos sienten irres¡stiblem.,c dándole el nom-
bre de belleza, de hermosura u otros equivalentes. Siendo esta una
ha demostrado, debe ser una parte
ilan con (| .■■ í\]t.- formada la Naturaleza ; quien sera tan necio
q.r i" del supremo artífice
algui no hubiese intentado? T ■ i tiene un
modelo anterior, y constante de quien ella pía, y por
una conseqüencia inmediata c-te modelo es inmudal
Desp la be-
tra el Vndi rir el
inío hasta las mas remol iencias: mas diré: hasta
-ear qual es la esencia de esta belleza, cosa que iama^ he
visto explicada. NI paresca exti ••^ia-
cion 1 r la primeni
r.n error creei de una cosa cuya naturaleza se ha
de averiguar deba anteceder a su demostración: ella i tú-
la serie q.e nos indi pie la razón misma.
Hemos hallado belleza, una q.e conocernos
cida en los seres del Vniverso, y otra q.r nal y eterna de
quien la natural nos presenta una copia se: • iionv
544 V1DA Y OBRAS
bres participan en algún modo de aquella virtud criadora q.e formó
al Mundo, como se deleytan en formar nuevos seres, usando de
aquellos mismos q.e ya encuentran formados p.r el eterno artiñce,
es preciso q.e estas obras de las manos del hombre, obras de las Ar-
tes inventadas por el, sean emuladoras de aquella belleza q.c
mas amable atributo de quantos esparció el criador en el Vni\
La naturaleza provee suficientem.te a todos los seres animados
de aquellas cosas q.e les son necesarias. Pero nunca se hallará q.e
sea inútilmente prodiga. A los brutos dotados de instinto les dexa
sufrir necesidades a que pueden satisfacer valiéndose de su indus-
tria, y a los hombres, en la razón <-on q.c están adornados, les entre-
ga un tesoro q.e no solo suple lo q.e ella les dexa desear, sino q.e ex-
cede al numero de sus necesidades. El uso natural de este medio
ha producido entre las manos del hombre un nuevo Vniverso. Pri-
mero los habitadores de la tierra buscaron un abrigo a las inclemen-
cias de las estaciones: puestos a cubierto
satisfechas, con los sazonados frutos del campo, las demás indigen-
cias, esta razón criadora q.e conoció la felicidad de sus prin
pasos, se ocupo en perfeccionarlos. Siguiendo la misma senda hallo
el modo de encontrar no solo remedio a las incomodidades, sino
deleytes en el remedio. Nacieron lia artes de placer, y teniendo
su origen en la naturaleza, en ella debieron encontrar todo el ador-
no. La belleza natural debió ser su modeL •
do p.r el origen de las Artes, no aparece menos claro si consideramos
su objeto. Sus obras no se dirigen a deleytar al Artista solamente,
antes bien desde q.' fueron conocidas se destinaron al placer ■
tl.>s los hombres, y a lo menos irá q.c aquellas serán mas
perfectas q.r mas universal deleyte causaren. Debieron pues ser for-
madas según unos principios q.r indudablem.** consiguieran
to en todos aquellos q.e fu es de recibir rectam.** sus im-
presiones. ;Y como se podra dudar que solo la imitación de la be-
lleza natural podía asegurar a los artistas Id buen efecto d<
ouras? Esta belleza conmueve a todos los hoiu
i interesarlos a todos No a que de este modo
adelantaban las Artes en favor del placer. Esto seria no i
l .¡ ^ttes no tienen otra belleza que aquella con q.« la natura ■
Se adorna : pero tienen la ventaja de reuniría.
1 oa colores que emplea la Pintura n
hermosas de una pt
pía de un tranquilo y cristalino rio. de un ameno valle, de arb
frondosos q.« 1,, entoldan con SUS ramas, y de colinas q.' terminan
DN JOSÉ M." I'.I.ANí 0 545
agradablem.te el horizonte; no - de la Música
que li
\- i c- 1 1 1 ■ liara íaci'.m.,c en la naturaleza la admira-
ble reunión de
jrim.'° con q.e las buscan? No duden le el deleyte que
■ tiene su origen en la n q.e el criador adorno al Mun-
do. Discurrami ' a belleza natural tiene su ori-
gen en otra belleza inmudable y existente en la mente eterna del
supremo ser: las obra iva de la naturaleza;
¡te un gem-i i be-
lleza es una dimanar primera-
Estamos ya en el mas impor-
ta materia que tratan mcia
lleza. Aunq.' es \ en t.i manifies
mas transcendencia en las \n
las reglas prim
rara "' humaní ran las Arte- )N.r no
■rancia influirá en el
ia di-
ni an al
I lao -i mui reí'
i dirigir w
ñu- te (lo q.r es muy fácil en
Knalysis dil unos
i influirán
iren.
a mi
nmi-
eria.
VIDA Y OBRAS
recelo solam.Ir de la bus-
cada por al
I -a I aliada por in ser eter-
no, ornnij
inte! i
hallar otra razón suficienfc
q.« la voluntad <le su eterm Per-
mita rtas manera idiera
darme a entender en
El M
Ita la
perfr
ria q.c una "lira hcch un Vnivcrso forma-
admú d princip
Ítem
■
desatinado el pi
ser supremo m teste-
¡abiduría. Me val
nocí ■'.
ñas. e inn
la Filosofía : ]>• n
■
nace
es lo mism
ata que el Mundo y su i
i ¡aturas <u- la ■ -n autor.
una (
una imitación imper-
cía ;•• ju set in<!i
manan in-
DE DO KESPO 547
mediatamen.'*-' dos proprie dales en que a nuestro modo
de entender se incluyen tuda-, la rq.« un ser q.' no pende de
otro p.a existir, necesariam.1' es une. y no habiendo cosa q.e lo limite
es inmenso.
Ved ahora el resultado de • discurso. Si las leyes
del Vniverso y su belleza, son nacidas de la eterna razón de Dios,
y esta es su misma esencia lirigir al Vniverso de
modo q.« imite imperfectam.tl a aquí solo pue-
de ser participando de algún modo las propriedades q.e hemos con-
siderado en Dios. ¿M • podra imitar la unidad, y
la inmensidad de 1 Hi
res, »r su naturaleza limitado? De una manei
niente a esta naturaleza, y partici] ¡
de una manera admirable. H! Mun I»ero
la innumerable multitud de y su variedad imita la hermo-
imensidad del Criador. Siendo compí no puede
■ una purísima sencillez, y unidad; mas el orden une
mo un
o de la unidad y simplicidad del Cria
La variedad reducida a la uni rden: he aqui d
pió de la belleza. Princi] mpre arrebatará el c
del hombre livina
•■.ella luz purísin
le la infinita belleza . de-
mostrada en alguna manera aquella hermosa maxim
tin q la belleza
aunq lints
jornia imitas est, dice no Padre. Prin
rden. Turkis enim, dice, omnis
pars tst, su o unit erso non conyrucn
para mi de I
\ndiv p •' i"' irmar su ¡tem • ifir-
marme en la verdad de m
natur - be-
ie la
VIDA V MURAS
exactitud del raciocinio. Pero al contrario, nada hay q.e tanto abo-
llen; la im . Vni-
i>to una prueba
de- <|.r naturalm." se ama el orden, y se aborrec y ]«-
ante ¿no es claro que el orden no puede
tre i --i--, y varii
drian admitir orden nq.e infinita van
u tes a darles una nue
sofe. un obj
Mas no solo se confirma mi sysl nun sentir ■
ñero humano. Los princi]
car natural y l'ac:lm.,r la
-aria una reflexión muy ¡ I
sentid - igualm.1'
lable impresión solo '.
■iar la caus
•
autor, que no t
i Tres de ellos
lural a noble fui i
• i|iie
I] >s, sin « uidarse de 1
¡mirlo. No
uprema voluntad : r
. a mi pai
• ItHüla al
• !<• la bel!
kespo 549
alfa: i pe >n de uno
paladar en los ma
rido
a discernir muchas impresiones. Ni habrá quien dude q.e el
mas torpe de t >c la impr i aJa-
Mas <\." di ' Iones
:n un jardíi no incierta,
y el alma arreb
ñxar. Vn conjunto <k- hen is, la
distribución artificio is, las
dilatada-,
min ■
tas bellez
a un tiempo llama
Meza.
Apenas -
particular hermosura: tranquilo entretanto
menor, v
■
ra que allí llera. Al punto
i de reunir ¡m| r
■
I
Quien ha
nado- y una al- " me can-
iten-
der
un Músico lil'-
artc
l
el i
VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO
me. : : : Mas ah! q.' uellos en quien
no se halla
no sabe imitarlos " Empero basta i>a mi mtenl sea, lo
q.e nadie mu-
•
un llaman los M
• .|.' aquell • Ueza,
i recibir muchas imp \*<r tanti
belleza no puede variedad harm
Nunca acabaría -i hi
particulares, ó m huí er a todas la- objecci
q.e pueden
eño discurso. Entretanto -"l.. qu
i i
le los senti '
de ellas Ó
No es la •
fibras q.e causan los
'■fundido
i en el alm i
■
deberá oponer se llame ht », un
de de la inexactitud
dabras aun
. brillante a
las fibl
lio 1 .11 bu mal dd hombre, 1" bello
1.1 pluma. ■
tra b individuos
ni de vuestn > i
he mirad
■
§3°
interiores descubrimiento nos revelan un nu
aspecto de la personalidad intelectual de Blanco. K-> el primer c-tético
que recedieron lumino-
. mas ningún e
reflexivo y sistemático. Nadie se había en
irafc i
le 1<> bello. Nada apr
i la literatura nacional, ¡
publicada en [789 y aun no difundida •
de la
■
"llevando ■.
to que ya adi er
¡ador
muy original, pero i.
discu
. uni-
•
; divino I [errera en
iba Ai hermosura inmt ■
y divinización de la vi
grand mul-
idre de la I
■
por la b • ■■: la forma
del fenóme tivo
BRAS
ka ilc ka r
i
rao estima,
tí II, II
¡articular
lidad.
La ] ■riiiu :
i íándose miserabl
una
excelencia, de a que
■
finir,
lleza
■
tant »s artículos y Ubi
■
miento de
1- M.* BLAM I
vieinbre d i otra carta intenta definir el ei ate-
pre lleva >rturbación y agitaci de-
nominaba en su tien ■ ritus animal
El principio ale al escepticis-
en la Moral. La Estética posee un
criterio fundad
diti mas delicada, que constituye! - permiten estudiarla
colín > ciencia ; i misma \
nuidad de l ionan en
hacia a<|nel critei
■
el primer I
ir -i un d
bella, ■ bello?" !
justifican la oportunid I de i
realidad d
Al determinar la esencia en el cielo
•
■
; n >r un amor
principiar \*>r las belleza-i
.orno
bello
: ene i a en
cimí le la
. toda la al
1 1 e- 1 1 ■ < . cuando I]
menl
Y ODRAS
i unos
blant< ada
ría; que n un ser diferenft en un anima).
malquiera;
irtirípan las den ; que su na
r aumento o disminu tique
<k- alguna mam a la
vi«la humana, es la contemplad
ol tratado "Ñeque ille artifex, Phid
formam aul \l ntemplabatur al
mis in mente i: ulchrítudin
quaedam, quarn ¡ntu«
el manum dirig
mo la perfe
■
el modelo absoli
nitable fra
" I >!
infini
ellas, aunque en Vos no sean muchas hera
■
rdenl
■
la <K- pronl i
ministrar m
DE DON JOSÉ M.* BLANCO V CRESPO
sación sólo pueden comunicar sensaciones cíe agrado o repugnancia,
en tanto que aquellos aptos para producir varia* impresiones simul-
is presentan al espíritu el orden, la armonía de sus partí
decir, su belleza.
Toda la escuela sevillana comulgaba en el mismo dogma. Ar-
jona, cantando la Belleza, no con rigores didácl con vuelos
líricos y plasticidades que envidiar! - y personificando el
concepto metafisico, según la ficción bucólica de moda por aquellos
días, en La ' Bosque, glorificaba el Orden en estrofas que
vivirán tanto como la ' iñoJa:
l.\ DIOSA DEL BOSQUE
Se mostrase la célica hermosura,
Que vi algún día de inmortal dulzura
c dañar !
¡elo tu benéfico
Sin duda ha sido, lúcida belleza;
incienso
Arda sol>re tu altar.
Que, ¡nli Piritoo!, condenó tu intento,
Y me acobarda el rigi
'iritoo, condenó tu ¡ni
Y tu intento Ixion.
<!c mi sai ■
Bástame que con plácid semblante
Acepte-, diosa, en tus
Mi ardiente
Mi adorad ■
Que de nú el P -! • at
I '■ . 1 1 1 tú I
V tu nürai
r, que fúlgido lu
,» el lirapi • < r* aiHd que infundí
lulce maje
■
ha formad ció
■
...runa den..
Y excelsamei i retrata
El r
Tu a
A tu hablar trasá
¡( )h rden
En vano con espléndido
Fíi
Matura
día
nula herm
I >c mi d<
•ura
Tú, mi \ i
Y ■ • •. na
i i humana
No ha de
■
por un terremol imente un lime: ¿dónde está su
belleza? En la-; ideas deJ orden fi inmediatamente núes-
tasia a aquel ca • paites incoherentes."
"Para con rvar que si encontrar
una habita ¡n orden ni con.
este espectáculo no nos parecerá sublime, ■ r y la
travesura de un niñ i recor-
dará ideas de orden, la naturaleza : el
poder pue '■ • pr luce es demasiado grande para que ik> procuremos
ligarlos con las ideas del orden físico a que está sometido el universo;
y aun casi 9Íempre hallamos en estas ideas la explicación de aquel
apari : :n, como, por
que las tempestades; purifican la atmósfera." (Ensayos Litaron
13 y M)
la unidad en la variedad, es decir: "la v •
reducida a la unidad". E¿ta fórmula tra una inconsecuen-
le procedimiento. El 1 de en -cutido inver-
so No obtiene la unidad, qin- es lo substantivo, extrayéndolo de la
vari -dad. que es !•■ relativo; sino que ei
una. la variedad por al dinamismo de la unid.!
lia.
'a forma abstnacta de la c<>nce]>-
ción que no ha permitido ver la cualidad de la categoría Belleza
y lia confundido la ■] la actividad d
lia engendrado un \ na inadmh
El mismo Blair la 1 Ikiendo:
in fabrica
tema
: y partí' '¡dad
fundamental la 1111!.: que
licar este prínci]
lor, por ej tiene
Y aun i ¡j
u belleza >n la
van que
harto
sencillo d dar prin-
za. ni la variedad, n
no podemos referirla a otra causa que a la estructura del ojo, que
recibir cié::
•tras."
Mas la ley de unidad y vai
• uela de <
creer ¡a unidad
.i un eminente e i justificar la belleza
o azul, no pudiendo discernir variedad en la unidad ■
No me:. Judiar la
t n cuanto relac i |ue no
manifieste su esencia en su forma, cualquier
-r trata de esencias i .
Ileza, Verdad y Bien se confunden ei
ia misma esencia, cada una liferente u
•na de lo bello un >e leí: ¡nte-
leterminación, y nía: n de armonía entre lo
y lu efectivo. Por eso el sentimiento de lo bello
en si, o, Como de< i.i el > laSÍCO : ho de
la utilidad"
En lo relativo a la receptividad y p le lo bello,
tra Illanco cierta originalidad y aun nos atre> r que
Vndré en la adaptación i
blece entre las < la^e^ de belleí . \ -::
i irdenes distintos : una belleza independiente de la opinión de
los hombn ducto del humai luna
le beau essentiel. Tales ¡deas circulaban i
por toda Europa. El pintor Mengs, íundiéi le la
imita* lesde Aristóteles hasta ti'
turia, decía : " I ¡>ue-
presentar y concebir en vn momento 1.a segunda consiste i
epresentación de las
nten-
■.' pintor i- ■
llegar a' primer grado, que sólo i- l.i imitación, basi
•i de no engaña)
ira cesita mucho tal
m."
i que Blanco calificaba de i i de nuestra
•no ¡a \ ¡sil
I
DE DON JOSK M.* BLANCO V CRESPO 559
Sintetizada neja, y singularmente el <Je
su porta\< tadio caJotécnico, no pare indiscreto
preguntar si el pensamiento nacional había notable
do en el siglo y medio une nos separa del poema didáctico.
bre la matriz platónica se hahia inser-
tado la doctrina peripatética de la imitación, luego desnaturalizada
por h. selección, puerij procedimiento encomiado hasta en pleno fu-
ror romántico por Martin • oer que el vate "no
: aquel individuo particular, sino que - cua-
lidades repartidas en muchos y forma con su conjunto un modelo
ideal, hermoseando de este modo ,L la n
manticismo español, reflej iones románticas de
parna la dogmatización estética, ya media-
■ uidad desde la
imitación al eclecticisn
clara, agradable y flexible. El eclecticismo produjo en I
»ros trata' . el incluido en la-. Lecciones de Filo-
[843-5) del -eñor ("jarcia Luna '• el publicado por
don I ■ Fernández Jo de don Alberto Lista, cate-
o y director general de Instrucción Public
Míe. el especialista y r <\c la 1"'
fia di \jnbos reproducen er • Francés,
luiera eso intentaron los hegeli
- traducid* • de
• don Francisco Fem I nzá-
lez, nada i • bello, en
tanto los krausistas se limitaban a traducir por ministerio del in-
olvidable pensador a I :r el Compendio de
ca de Krause, porque d tratadillo Manuel de
la Revilla a • Literatura, sólo prueba que mi autor
había comprendido del sistema de K ■ mu-
id llamada
kantismo, que importó Pen • mania y que no era más que un
puente por donde pudieran emi
tos para la reflexión honda J
I
érrimo tra( loa la futilidad menta
Jungmann dia de Mudarra
tornó al rea en fin, pue
Fontanals, chispas
desprendía valor científico |ht
-•„■ ha
\ ni.
•:i el méril
■■ la fil(
; i en el >ilencio.
INCLUSIÓN
l
La pluma inmóvil, suspenso el ánimo, nos con!
ante la iclc-a de emitir un juicio itur
■
e su alma.
grimirá censuras sobré la Érente del
sufrimientos a urinación ]«>i" la tiert
i templanza ; el legitimo am
l : la riqueza, sus dones; la fe, -u tranquilidad; la fortuna
üonri
a purifica como el fuego; nada redin
nobles arrebato liarían la -
iien ante el ten una.
Y fin
<le l'.I
le la
Los episcopales fulmi impareial
■ leí fanatisi
mos unitai tran-
tilos;
562
ya encomiando la me -:mctura de admirable
- ga - tra lu 1 sublimando al pintor
de costumbres y al prosista "original y nervioso", ya lamentando
busta intelectualidad.
. momentos de solemne crisis, su privilegiado entendi-
miento no po<l . rse a la ebullición de las ideas, confina
la impasibilidad del testigo. Los hombres -upe:
. lilidad que sus contemporáneos, porque poseen mas
finos y numerosos sentidos para recoger la íes de la a;
fera espiritual, son notas obligadas del precipitado ritmo d
no son dueños de negar una colaboración impuesta por la e
litud de su o >ndición.
llii' . de su tiempo, arrastrado por misten ¡. reprodujo
•líente en la< ; ■: reli-
pie don Federico de 1 1 que
Blanco, en cuanto pensador, no tenia patria
de \<- ;>•
No a ndición achaque de <
Desd liando aún
njera, cuando aún n • habí..
la tradici »nal filosofía di- ¡mentalism
vum Organum y tal cual idea de la dirección wolfiana que le bu
suministrado Marmol, o al
ito de la tradición se> dia-
do hasta aquel áureo libr 1 titulado
rden esencial de la Natural que
los filósofi - penins ' erlo y
I lesde la ci itica de Bacon y la
ilidad del itada por
de una fil
.'
le la
entuadamente - mati-
■
cama de lítienne Condilla
de 1 lume.
lencia <le '■
DE DON JOSÍ M.* BLANCO V C'KESPO 563
tiana. El pueblo, aherrojado, confundía en idéntica maldición al rey y
al sacerdote; los adelantos de los últimos años parecían culpar a los
maestros de la humanidad del anterior atraso; la popularidad de
Hobbes, que limitaba la filosofía a la ciencia de los cuerpos, expul-
saba la idea de Dios de la conciencia reflexiva; Harlej proclamaba
que el alma es un cerebro actuante y nó otra cosa; Voltaire satis-
facía a las inteligencias medianas, mayoría de la humanidad, con lá
atractiva claridad de su lógica huera y el deleite corrosivo de su finí-
sima ironía; Rousseau abría con la magia del estilo puertas a un di-
luvio de sutiles paradojas; Helvecio aristocratizaba el descreimiento
y lo lanzaba al torrente de la moda coronado con las flores del inge-
nio y la-- superficialidades anecdóticas; Condorcel aplicaba el sensua-
lismo a las contingencias de la política : Montesquieu buscaba la esen-
cia de la legislación en los accidentes fisicos del hombre y de la tie-
rra. Efolbach avergonzaba a sus mismos reformadores con los desca-
ro- i'( 1 "Si lema dría Naturaleza", y la ; dia pugnaba por
reunir en una manó't de la rebeldía filosófica para de-
rrama'! bre la superficie del planeta.
ciencia entre las clases reflexivas
y por la dire< :ión de - entre las capas populares, la <1>
ación cundía y avanzaba con rumores de encrespada ola, sin ori-
ne detuviesen su marcha, pues el clero, coi ÜUS-
ía, sufrió antes que las otras la invasión del
prendido o rrimeras dudas d
ticas, reflejaba el estado de la sociedad combatida en los cimientos de
su fe.
dría 1 scudarse de los
1 - sólida educa
- leí- lil>n>- a su • la carca-
jada leí oleaje di
trellarse en las cumbres pirenai i de-de lej pen-
ínsula.
La fe no se discute, no busca ni retiñiere fundamento: qu
a fe
la que arroja el ídolo, si il< i qui ) el ■ a
en el fi mdo 1 1 ofundamente
que se huí tra verdad : nada
Ha a
era un salto en el abismo.
564 VIDA Y OBRAS
-; raído en Madrid, envuelt 1 llino
ipoleón, no
laz pa 'ia capitulo, ilumina!
con nueva revelación rprendtó la en el placer, la
n la juventud, la inquietud en la p
lor
■ bió abrir su cáliz :i las
El retoñar de su fe en [1
1 fecundación de su 1
mieron su conc
1 ion, muerte de la inti nente d tei
de la reflexión.
que a modo imp t para
las confesi
ra el
muro de !.i »re la misma ibnir, due-
ña al>s Juta de las ir
rivaciones de Wolf,
■
■
guardaba ei
la doctrina de la . ya la autenticidad di
■
DE DON JOSÉ M." BLANCO V CRESPO 565
una metafísica, que el influjo de los filósofos lia dañado a la prístina
llez, en una palabra que la especulación ha convelí "a la
conciencia natural del hombre, porque Dios es evidencia y su Verbo
. I a todas la- iible?
coincidencias brotaban i><>r completo inconscientes, y la dis-
alcance, que no está en
1 del
que cu la mente de Bl iuijaban los matia - refle-
íal.
líente quen ificar es que no se trata de
una volubilidad incurable, mezquino a>]tcct<> en que se ha indagado
la clave de su inquii ual. Blancí te la
•1 su
1 iv, errar ni el> rrer la inevita-
ble trayect
i a la
ijel anclado, vivió tranquilo mientras
,'■ dueño <: el aturdimiento • de
cudida, plantó su fe en 1 . i ra-
zón cillez, mas tinuó el interno minar de
duda y ja
de un prii
.i un
La ú
' ng, I legel y la
tía y se compla
'i- ofrecían íwii men-
i Imirables, tales como la última ;■ rte •!<• Thatsachen de
seyns, en que el autor desenvuelve I
hijo Las <'!'ra- de Manuel Hcr-
mann, ú: r. le parecían "una
n hallaba inez-
quina la especulación i'
566 VIDA V OBRAS
lengua de Sha o le antojaba imperfecta*
mente nx'! x la reflexión metai
buscando pruc-
a playa, huían ante la proa de
. reduciendo, según ' i
*ia, la razón le a ne-
gación absoluta, al al la muerte tanto
la repugnancia a la eterna sombra, la liebre de vi\
ante la idi
el esj sin esperanza, suble\ ..
atizaba el la fe y rellenaba oon el :!
icia.
¡La inmortalidad! No se extrañe ndiera la gran preocu-
■i de un hombre, cuai na de la humanidad. Si la
•: del sepuli i
tra frente 1<>» huracanes; la Fe vir-
tud triunfante nos abrirá las lumü Mas
si la tumba da la definitiva formula de la Esfii
su frí i promesa del total aniquilamient
concluye en nada... ¡(Juv horrible escarnio la imbéciles
ue lloraron y sufrieron, ju la virtud
•nás que •■ i llamada a
la vida del que la oye!
Reducido el crístíani in mas
sólida comprobación que el asentan is de
descartadas el dia en que un
mplificada la id<
mo la 1 <ey e impasil '
el juicio a un p que solara por
el horror del mi jeto a la
iiión que Blanco llegó a desconfiar le la inmorl
En varios pasajes de su Dia
i superviveí
■
. nirvana,
fica ni
|ue de intento hemos separado d<- ■
ñalar la fatídica silu
le su vida.
•
le un espír I i llamado a
DE DON JOSÉ M.» BLANCO Y CRESPO 56"
vivir feliz, en cuanto la felicidad puede habitar la tierra, si no se le
hubiera encarcelado en la disciplina sacerdotal. La ordenación originó
su ruina; porque no es lícito dudar de la honradez, de la nativa rec-
titud de su carácter. El no abjuró del catolicismo ni de la orto-
doxia anglicana por móviles de material interés, antes bien arroja-
ba una ]>osición a cada vaivén de su conciencia. No hubo interés
espiritual, material ni social que no inmolase en aras de su convic-
ción. Tampoco las pasiones le envolvieron en su torbellino, a imi-
tación de tanto sacerdote apóstata convertido al protestantismo por
legitimar conductas incompatibles con su Iglesia.
único ejemplar de sacerdote católico que, al profesar
otra religión, no haya iniciado su nueva carrera por las dulzuras del
matrimonio. P.lanco emigró sol . desmintiendo de antemano la ca-
huín e recogida por Gallardo; se dejó atrás devaneos de
la juventud, sensualismos que su muerta fe no refrenaba, y nada -a-
bemos, ni aun por las diatribas de 1 > implacables oxfordianos, contra
la austeridad de su- costumbres en Inglaterra.
Vivia en él con pode: la idea del honor. Lista, que tan
profundamente le conocía, decía en conocida carta: "P.lanco era in-
de hacer una cosa que él creyese mala. " En -us relaci< >nes con
1"- edrton bajó con afán j
a-altos de horribles torturas, para empresas o corporaciones' reli-
a percibir el n* i hermano
aprobó el intento por suponer violación de la pa-
labra de honor; a l'>s pariente- y ami ni la
exhau-ta bolsa; el am ir a su hijo e ; en
fin, rehusó aceptar un maravedí de sus honorarios 'le Magistral desde
que abandonó la dignidad, llevando su escrupulosidad ha
tremo de no percibir la renta de SUS capellanías y no consentir que
del dinero de la [gl(
I. a debilidad de su carácter nacía de ibilidad La
repercutía 'dad en su alnvi
cifanei mable, se dejaba llevar por la emoción del momento
y abra/aba las idea- con tr stol ¡ mas si la imaginación
era andaluza, la reflexión ei
Mientra- la fantasía le deslumhraba, parecía no existir la razón;
ridad.
Ahora bien, -i débil en cierta esfera, la voluntad -e erguía ■
rrea rigidez cuando estimaba (pie no había más (pie un camino. Hn-
9 k) arroll ' . de
\ IDA y OBRAS
i
. enir : la una. a
otra, * le Dubiín. Una ley inora! entendió que le ha
del deber,
ver la . hacia la incertidumbre de
a acallarlo. I V ahí 1 ■
ma ir-
i . pero
• miaba imp i
teñí
u palabra o en su pluí
su inextin)
. \ ésta llegaba, llega
la tardía i
do triunfo en el ocaso de ui
■
y dui
«lia
■
re que pudí su íamili
la juvenil
ntud.
amistad de
■
ION JOSÉ M." I KESPO 569
"En cuanto a Blanco — escribía el inolvidable Maestro — , cuya
muerte no puede estar muj . puedo decir que es <-■! que más
quiero dé todos mis amig mistad, aunque de fecha n
que la de Reinoso, ha sido I • tierna, más bo
Mal se lia interpretad indo se lia deslizado la ma-
aüaoión -i • n no-
lile di 1, auxilió a a
ue influían
1 difundir entre ame-
do-
tiestn ■- inti
: ¡a, y en 1
encarnar en otra
. que K- bab
1 re-
ídle el ■ ¡paña
►re el objet 1 de
••
No esconden ningún 1
en la
I jurídica 1
prendió qu
•
mente, y
. • la
autoridad de la "
; No había de v I
il
reliqui
: ipoli abrió
¡nolvidablí
del < 'astillo, las ; I Cu de Puerl
VIDA Y OBRAS
[adámente ya era tarde. Cuando la obcecación de las Cortes
los los cauces de posible avenencia, Blanco se alegró
lamente de la emancipación de los hispanoamericanos.
Su pa reconocía más noble estir¡>e que la patriotería vul-
gar. H tdualmente todas la^ teorías (|iie podian ar-
monizar el bienestar de aquellos leja -i la utilid
la soberanía de España. Viendo que ;ii la autonomía era j i
pretil edhniento de emanci] parte de
. egurase nuestra influen enír.
las
iberbia a la
Blanco simpatizó con la independencia de los americaí
abía ejecutado él? No podiendo vivir
ni el ambiente ir d
amor <1<- la patria. No huyó de la tierra de sus padres y de sus pri-
. huyó de I
tado temporal. El veía, por tanto, -tras
victimas, cual él, del equivi non nacional, oti
iban a España sino a a con ellos.
habría sid
arte, Blan( |ue la Justicia, hija de
más i patria, me
humano. I'l ame i, in-
justa, oprimiendo gentes . marcas Pr«
ducid Manual, con tal que
nobleza de su pal
•
hijo que adera a la virtuosa madre eh su
ella al contemplarla ri<
• considera
dad de Blanco, si no
■
tillad litera r que, en
le el
punto de vista polítk
vismo. que he-
- en la vida de n
'.ni.
público, tu
• . la impla...
nente y cen
DE DON JOSÉ H." BLAMCO Y CRESPO 57I
glorioso derrotero! ¿Quién sabe si su clarividencia política, apoyada
en un talento amplio, en un juicio sereno, no corroído por clandes-
tinas pasiones, y en una palabra elegante y persuasi%-a, hubiera influí-
>n fecunda intervención en los desasosiegos de aquellos tormen-
tosos dias, preñados de amenazas, de i ncert id timbres, de infortunios
para la patria?
Motivos abundan para sospecharlo al recordar la sensatez con que
advertía a nuestros candorosos legisladores de 1812 el contagio del
sentid' 1 fr atento a la abstracta afirmación de principios ge-
nerales que a la efectividad práctica de las libertades compatible
el tiempo y el estado del paí-. Su cru ielez-
nable de la edificación, patentizando la imposibilidad de dar carne y
sangre en los moldes de la realidad a aquellas vagas y nebulosas aspi-
res.
Las cartas familiares que insertamos en La
ol abandono de la confidencia a sus pa contienen
aprc alor acerca de los sucesos de España, con-
firmadas más tarde por la ¡rrecusabilidad d< ¡mientos.
-as las certeras indica !a efi-
cacia de la política inglesa y las • 1 de-
rrumbamiento del imperio francés, cuando stas no lo
vislumbraban sino en las penumbras del «leseo.
\1 exponer la doctrina del 'a trata de negrí
detu i-.i<Ierar la lucidez con que penetró en las regí * es del
porvenir, «año! el peligro de una po-
blación 'le esclavos y libertos, criad. >s en 1 1
moralidad, odiando a España simbolizada por el negí "jos,
zanes y enviciados, fermento | osible de inevitables trastor-
Justificados se hallaban 1
abolida la trata, 'le esa mas y envilecida, que por
lógico atavismo transmitió sus rencon 1 eración de
liben 1 rebeldía que, con extran-
jero auxilio, huí
im|>erio colonial.
El círculo voluntaríamentt r-ohibe
mayo de la Literatura; nía
l«>s que estimen infundada
mad-
rera que
proclai nándola y bre, ¡a política
\ DURAS
■nuntal. .,■■ invención y gamitarías de
an bullangui le] día a la ■ uatro
II
No h( sado al hombre
• ■ - dd compatriota, huyendo <1<.-1 ditiram-
lir la
ba.
•lcli-
dad. La I listona mi
ado.
i
:ik1 . la pía
¡unto, el succus, la ley de uni-
ie in-
alturas del
• : - ndo >> «.'1 último de los
■
da bi je de un arte huero cjiu- disim*
■
luintana, Bl
dad que mi
I
■ • titlll" -n 1
as de un atu
• del
DE DON JOSÉ M.* BLANCO V CRESPO 573
oneto Noche nñsteriOfO, aun cuando no hubiese arrancad'- "tra vi-
bración a su lira, estaría |»>r encuna del problema. Composición tan
primorosa basta para fulcro de una r< ;
¿No hay esi ritores, no hay poetas que viven en la p eteridad, en-
vueltos en el nimbo de secular admiración por ministerio <le una
obra' No recordamos ninguno cuya a superior a la
de 1 '.lauco. No parece sino que para él rimó protéticaniene Boileau,
l n jonnét sana défaut vaut seul un long poéme.
influidos <lel ambiente, sin contra-
peso de otros estudios, corresponden pleí • la tradición se-
villana.
La personalidad del autor, aún no desarrollada, obedece •
ciudad a la presión del medio.
rítica en esta primera evolución no puede ejercerse sino
comparando la labor del poeta dentro de la esfera de ^u imaginación
con el ideal relativo accesible a sus incipientes facultades
N'o es posible ni honrado d
ta juventud, agrupada en la memorable academia de Letras Eiuma-
I iniciativa debe mas plácemí a literaria
de España de los que a duras penas le ha tributad . :ibres
den a la Poesía: Vrjona, Mármol, Lista Rein
I ¡lauco.
Cuando por timbre de juventud de
-. el culth o esmerad
y el laurel del triunfo brotaba de la
I-a
can.
■-aba de admira
de " factura intacha-
ble"
m\ p y la e
embaí
tonab
574 \m.\ \ ubras
Por eso, en la primera éjxxa siempre agrada y a las veces admira :
en la segunda, i: enternece.
iplacida y corazón indiferente, recréa.-c d
al ver desfilar ante sus ojos aquellos cincelados versos:
Aún no giraba el sol sobre ejes de oro
diente rostro derramaba
La hermosa luz del día,
V ya al mortal tu amor le preparaba
I >e su autor en el seno
I >e riqueza y placer un mundo U<
Mas no se puede reprimir la emociona no se puede contemplar con
deleite de mero novida el alma, la
i con el mar bajo sus plantas y la ten
frente, perdido cuino invi>ible punto en la inmensidad, rechazando la
i de su madre que enerva su ¡u ando entre
el fragor de la b >rr.;-
; Tú, imagen de mi padre, que me incitas
A contendel con el íuror del hado,
i \ ate a nii lado!
1-1 arte de lilanco en mi p a. influido por I
glés, va <:. ánd se a la naturaleza.
Los model una revela
instinto de artista, al sentí' Shak-
-, ii" desertó, Fervoroso catecún
brusca y d< i le la forma, sino que si- compeneb
indo el culto de lo ex:
r< etó el
I al ve/, presentía la su
'.i \ ida del
• I lector la 6
la puerilidad de loa
a la reflexión, I
de la
• iba a cantar; ya las
DF DON JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO
expansiones poéticas se ceñían a fórmulas momentáneas de estados
espirituales, surgidos mu anuncio y aprovechados al vuelo.
He ahí por qué el deseo de poetizar renació, tras de prolongado
eclipse, en el ocaso 'le su existencia. deas se habían equilibrado,
ora porque juzgó resuelto el aterrador problema religioso, or;
¡encia de la imposibilidad de resolverlo. En paz o resignada, la
razón se rindió a la fatiga, plegó las alas casi al borde de la tumba y
abril del sentimiento, a cuyas vivas aguas brotaron nuevas
en la estéril arena de la olvidada orilla.
Ya le cansaba por inútil la controversia, desconfiaba de la inves-
ión filosófica, y. cual disipado mancebo que turna, con los de
del libertinaje, al primer amor de su juventud, volvió los ojos
del o irazón a la literatura, su encanto al comenzar la vida, su cor-
al nublarse para siempre su hi ri los últimos años, ya lo he-
mos visto, la pasión dominante fué la fiebre literaria, y aun en los
i Id sufrimiento físico, voló a ella como
ruido infante al recazo maternal.
prosa de-taca mas vigorosamente esculpido el perfil espiri-
tual de nuestro soñador. El corte de sus cláusulas es natural, el tono
e que habla con familiar soltura, hasta en los momen-
to-, de mayor elevación sube con gradación tan dulce que apenas
ad\ ierte la ascensión.
■ ; con pincelada de maestro, al parecer descuidada
y en la ejecución certera, penetra en el alma de las cosas y describe
prosa 'i! busca la armonía del p<
naturalidad, y cuando la cláusula rm
chanios el arte que rm deló ira.
La naturalidad de la prosa de Blai o marca el ; de la
iridad. Nada avalora su estil e aire de distinción, esa in-
consciente elegancia que se d n afectación, sin
e quid de la
e informa hasta el ',! ■■ •' detall)
nplacencia de los demás - que ellas se den cuenta.
I ni en habi-
lidad le av(
i y demás costumbí
inferiores, quedan por 'i'' inmortales
!
•
mismos compaí que
5JÓ VIDA Y OBRAS DE D. JOSÉ M.* BLANCO Y CRESPO
<.o:r i desvanece el en
literaria.
Títul
pur haber tunda
(.le 1 • - En alas de
tena y allende el Oci lezas de la literatura
ñola, reproducía en mis períódk mas y de •
i de SU autenticidad y de mi valor. Kl sen -r Mc-
nciidez y I 'clavo do n al artículo sobre la
lestina, y i un opinand Mar-
celino, es decir, aun .
:ñi> (/<■ la misma
tela, sino fruto de di fe rea al del insigne Maes-
tro n ■. del que n en la
artículos.
la nal
utilidad de los estudi
minúsculas critíc les, de que
res habrán saboreado en una carta a su hermano un pequeñi
■ ejemplar, muestran cuánti i
el análisis y la in i 1 en el jui<
rio di
la mirada i j
que •
Registro de las personas citadas en esta obra
Pace, 226.
Aben Tufail, 226.
Al -KKKMANN, t$, 1 5<>. 383.
Adame de Vargas y Jiménez (Sera-
fín), 229.
• ito), 339.
• le del), 22-,, 457.
ACUXLAI (María d'
\'. ni \r (Rafael)
\. .ni \k v Cueto (José), 230.
Águilas \ < .mi m i (Caj
Ai.ru \n y Ribón 1 Fr mcisco), 230.
Aguí tai (Francisco), 147. 148,23o.
• ke (Ignacio -'30.
Aguirke (Juan Femando)
477.
3 J.
223,
"¡'. 7.
Al V.M.1
A I V \ M
Ai.varez de Toledo (Gabriel), 221.
95, 185, 1%, 467, 499.
Ambri 177.
■
LA, 183, 2l8,
Í43i 547. 548.
:|7-
1. 367-
; 23I.
-'.V-
'1
231-
Manuel Mar
-íi-
'?•
231.
r de),
37
578
REGISTRO DE LAS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
Arias, 516.
Arias Montano (Benito), 146.
Arias Saavedra (Francisco), 65, 231.
Aristóí.
Arjoiu (El '■■ lístente), 191.
Arjona (José), 100.
Arjona (Joeé Maria), 232.
: inud María de), 32, 36.
41. 44. 46. 49, 59. 77. 78, 79, '52,
183, 025, 394, $95, 4.57. 554. 561,
567, 572.
Armida (Migut¿). 232.
Armstrong (R. Jorge), 186, 189, 191,
192, 197, 203, 467, 499.
Arteaga. 551.
Arriaza (J. B.), 98.
^L'ER, 96, 97.
AVERROKS, 226.
Bacon (Roger), 32, 195, 561.
Badillo (Manuel de), 232.
Bagster (Mr.), 437.
Baldwin. 440.
Ballesteros (General), 78.
Ballesteros (Manuel), 232.
Barca (Padrt
Barranco (José), 141.
Barreda v mcisco), 232.
Barreiro (Maria Antonia), 152.
Barreiko (Maria Franc
.i». 152. 393. 4?i. 4''.í.
Barrios (Jo
Barrios y Ruiz (Antonio José de),
iíartiielemy, 34.
Batiiurst, 129.
Batteux, 34.
Beck (Lucas), 48, 57, 66, 67, 79, 90,
101, 116, 199,
200. 209, 212.
Beck y Cahill (Cecilia), 210. 211.
Beck y Cahill (Lucas Eduardo), -ckj.
Beck y Cahill (María AnaV 209.
210, 426. .
Beck y Cahill (Tomás), 209.
!73-
Belmcn. :: .'21.
Bello, 138.
Ben ZtiiK .
Bernard (Qandio), 326.
Bernardo de Quirós (Joaquín
Bérriz (Vicente), 332.
Besskry, 123.
BtVAM (K.'lo William). 375.
Bishop (Charles), 116, 146.
Bishop (Enrique), 116, tía.
Bishop (Guillermo), 116, 130, 138.
139, 140, 144. i4<.. 141J. 151, 185, 186.
20a, 436.
Bishop (Luisa), 212.
BlACKM/RNI
Blair, 557.
Blanco (Bárbara), 16.
Blanco (Francisco Javier), 16.
Blanco y Crespo
I too Ferai I
11. 14. 93, ,--• 80, Bi,
86, 90, 92, 93, 94, 98, 100. 101.
102, 103, 104, 105. 106, 107, 108,
109, 114, 115. n<>. u,-. 11"-
133. 126. 135. 130. 1
• 196, 204, . 4. 215. 216,
817, 219.
Blanco y Crfspo (Guiü
23-
REGISTRO !>K LAS PERSONAS CITADAS EN ESTA OERA
579
Blanco y Crespo (María de la Salud
Fernanda), 22, 52, 59, 121.
Blanco y Crespo (Teresa M
22, 51.
Blanco y Morroch (Ana Gabriela),
17, 18, 22, 29, 78, 80, 89, 90, 101,
106, mi. 114.
Blanco y Mokrogii (Martolom
Blanco y Morroch (Guillermo), 14,
17, 18, 20, 21, 22, 24, 25, 26, 27, 28,
29. 30. 38, 39. 4i. 42, 43. 44. 4S
57, 66, 67, 118, 120, 122, 123, 219.
Blanco y Morroch (José). 17.
Blanco y Morroch (María Fernan-
da), 17, 57. 79- So-
Blanco y Nangle (Guillermo), 16, 17,
18. 22.
Blanco y Olloqui (Guillermo). 141.
147, 189.
Blanco y Olloqui (José María». 11.
64. 166, 174. 175. 176, 183, 190, 196,
210, 219, 394. 4-' i- 4-'-'. 4-3- 433-
Blanco y Olloqui (María Hncarna-
ción), 141. 174.
Blanco y Olloqui (María Gertru-
*;?■
Blanco y de Quintana (José Maria),
Blanco y Valdenebro (Mariano), n.
Blasco y Gutiérrez (Franci-
vier). -'33
BdHI
1 '■ < > n 1 . ( Juan Nicolás), 105.
Bou iau Doral u
Boj montón 1 1 ord '
\h (Simón 1. 384.
l'.i.NMMI. !'
453. 457-
BONIFAZ, 104.
Bravo (N'icolás), 384.
Brittain, 124.
Bsom (Adam de), 179.
Bkowne (Cecilia), 14, 16.
\ y Po.nce (Francisco), 233.
-33-
H.)i 219.
Butler (Charles), 159, 176, 465, 466,
169.
Butler (Ricardo), 159.
I'.YRON, 410.
Caballero (Juan Luis), 233.
Cabantbs, 396.
Cabello (Bartolomé), 233.
Cabeza y Salgado (José Antonio),
233-
Cadalso, 222.
(el Beato Fr. Diego José de),
237,-
Cádiz (Juan de), 234.
Cahill (Tomás), 17, 18, 48, 79.
Caiiiii y W'iiite (María). 57. 66. 79,
101.
Caldera di Hekkdia
la Barca, i<>4. i
?'.í-
I y
"4
■
Campbell, ]4-\ 151, it<>. 444.
509.
=;8o
. ESTA OIWA
*3t-
-'35-
-35-
;o. 144. IJ<>. 148.
aterra, 13.
• 1 1 «le Inglaterra. 13.
III. 167. .
5>3-
• 454. 457.
157-
396.
\a. reina de Inglaterra. \2j,
uS. 139.
Carra?
rOfl (Juanl. _
Cari i
Carrii.i
f'vRKIi
o de Paul
O, 106,
le), 147,
Cerero
Cere-
Cerro (Francisco
Cervantes. 444. 300, 516.
ClD y Carrascal (Joequíi
ClENFl'EGOS. 514.
:incisco de
nonio Ma-
«'lairan
-36.
¡
v ( An-
tonio
v. 440
•
'•• 437-
146.
XX
REGISTRO DE LAS PERSONAS CITADAS ES ESTA OBRA
581
Crespo y Nevé (Josefa Alali
75. 80. i-W
laria Gen:
iS. 19, 20, 31, 2-- jo, 40,
41, 49. 85, 111. 120, 132, 133, 134.
219, 462.
!.!., 13.
Choz ' fuati de la), 237.
1 Manuel), ^7.
Ciiannim, (Doctor), 195, 206, 214,
436, ?0<>. JOI, y^, 560.
Chichón (Rafael), 237.
Ciiildkkn' (Mr. y Mjísn ) . 71, 111.
ChillingwoktBj 52,
CBRISTIE I Familia), 161, 165, 167,
181, 182.
Cbsistie (James), 125, 126, 141, 142.
144. 148, 149-
¡11. (Miftress), 145, 148, 151.
Daniki. (F.l ProtYt..
Daniell, 181.
Diloado, -•-.•<>.
Delgado (Lorenzol, 237.
Delgado y Soto (Florencio). 338.
DESCARl ES, -'-'2.
jai,
Dhekbes i Francisco), 47.
1 Iaza, 226.
■J
I
238.
DÍAJ 1
23a
DlCKIM
DlEOüB I
■■ SS3-
' N'->. 377-
María), 238.
- Juan N'.i, 238.
-nardo), 239.
Doye v Pelarte (Marcelo i
ñora), 144.
493-
Droz (Mr. i, 134.
• 4-
[r.), 80, 113.
444-
. 116.
. 500.
■ 54^-
EbUAEDO III DI lüOLATEBEAj 179-
ECIDIl
• ¡ VIH de Inglaterra, 14.
EeasmOj 480.
■ 500.
I Antonio Ma-
I M.noNADo Y Tello dk
n (Miguel), 240-
-■40.
1 ¡45-
• . 96.
• ' 574-
l
"7-
Fedeeu 240.
Feijóo ;o, ¿2.
Ftl.IPE II, 14''. ;
-TRO DF. LAS PtR~ B EN ESTA OTRA
-16.
.596.
559-
1'frn \ ■ (Francisco).
559-
FERNÁNDKf ; i [lian Anto-
nio), 240.
43-
NDBI Rojo y Oh*
-A ' •
FERNÁNDEZ Sol-KK 241,
sdo \ I. 16, 7&
Fernando VII, <m. gg. 116, 37
457-
ln HTE, 203, 4.Í0. 500, 5'M-
(V Reinoso
u ia . i.)
Francisco),
.41.
Moreno (J°ríe)i J4''
tAYOR Y L.M-rr.STE (P«dr.
. 561.
:• i- Rfo (Joaquín di
. 226.
uutsfto (Juai
kdo (Bartolonu- I
SO (Juan N'icasio). 96, 39Í
Galleco
Galleo..
García (José), -'43
García (l'c<Jr«>
I \|,IM \ s Loyoorrj 1 M
-M3-
-'43-
• crreiO,
García Luna
García Mora
\ ^LCAIATI t Miguel).
García I
244.
Maria),
210
■ ■ ■
REGISTRO BE LAS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA S¿3
GlBBO.V, 472.
Gil (Manuel), 245.
Gil y Zarate (Antonio), 222.
Giles y Carpió (Miguel), '245.
Godoy, 42, 60, 61, 62, 97, 98. 101, 45;
456, 457. 510. 5*3-
GOLDSCHMIDT, 175.
Gómez (Francisco Victorino), 245.
GÓMEZ DE ACOSTA (José), 245.
Gómez de Espinosa (Antonio), 245.
Gómez Hurtado (Alonso), 245.
Gómez Muriel (Juan), 245.
González (Francisco de A.), 245.
González (Reverendo Padre
tro Fray Juan Ramón), 245.
González Aceyjas (José María), 245.
González Andía (José), 57, 66.
González Calvo (Pedro), 140.
González Carvajal (Tomás), 124,
*46, 437.
González de Ceballos (Jerónimo),
246.
González Centeno (Valentín), 246.
González Cuadrado (José), 246.
González de Haro (Francisco), 246.
González de León (Antonio 1 .
González de León (Félix), .'2j. -'47.
González de León (Juan X. ). -'47.
González de León i Francisca
w.ez de la Rasilla (Vítente),
<H7.
si.ez Torrks un Navarra
247-
< .fiKinu.o (Diego), ¿47
GORDON, 140, l6l.
GORDON (Iv
fjORDON (Sil
GORDON Y llURPHY, Xj j. 104, I>4.
117, 121.
GOUGH (Alicia), 16.
Govea y Agreda (José), 248.
Goyeneta (Joaquín). 248.
Granada (Fray Luis de), 554.
Granadino, 145, 176.
Guerrero Zerón y Cansinos (Agus«
tin), 248.
Guerrero y Zerón Vega y Cansinos
(Manuel), 248.
Guichot, 22¡.
M..vi y Añorada (Antonio),
248.
Guillelmi y Andrada (Jorge Juan),
221, 248.
Guillen de Morales (José), 248.
Guizot, 512.
Gutiérrez (Isidoro), 95.
Gutiérrez (Fray Luis), 442.
Gutiérrez Bravo (Patricio), 248.
Guzmán (Tomás), 248.
Hámilton (William), 80, 90, 93, 114.
Hámilton Thon (John), 14, 53, 96,
203, 204, 206, 210, 218, 364, 436,
|8i, 484. 488. 498, 501, 503. 505.
Harley, 562.
Hartley (Doctor), 132.
Harwey (Mr
Harwey (Samuel), 219.
Hawkins, 500.
564.
Heine, 497.
Iln vecio, 562.
Hf.mans, 17N.
oía), 499.
Hf.nog ( I
ritKRl (Mr), 510.
Herbert, 561.
Hermann (Manuel
Hers
IIekn
Herrera (Fernaiv'
•
He í i
Hebri
Heuska (Ju
I I E\W
HlRÁI
HOBBl
HOLBAl
rique), 12a
Hou.v
• uo. 1J4. 125, '-"
M.í. 150, 151. [52, 154. 160, iói,
■
.
i, 554.
Howi
155.
hlARBUR
[ZNAtOT
/ (Manuel
251.
'• 155.
Jokgb IV •: [Si,
JüAM M\Nl
JUKAOI
K un
174-
l.\ Hai
410.
105.
REGISTRO DE LAS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
585
Le Bossu, 34.
legendre, 205.
Leibniz, 32, 563.
Leiva, /
I'into (Pedro de). 253.
León, 204.
Luis de), 400, 57-'.
JUB (Carlos), 959,
Lewis, 195.
Licio (V. Lista), 528.
Lista (Alberto), 31, 33, 34, 5
73. 76, 77, 78. 79, 80, xi. -
86. 94, 95, 102, 104, 122. 125, 128,
i36- '39. 146, f53, 157. 158, ">4.
185, 204, 205, 209. 211, 213. 815,
ajó, 317, -'-> -'-'4- --'5. 3^4. 394.
395. 397, 401. 409. 437. 5'<>, 556.
559. 560. 566, 567. 5<S8. ?7-'. 574-
Lista (Juana), 214.
'95. 561.
LOCKKS, 159.
LOGIER, 127.
I 6raz (Joaquín), 2^1,.
LÓPEZ (Juan.), 253.
Lófbz (Miguel), 253.
López de Castro (Francisco <lc l'.i.
,-4. aaf
h'ero (Manuel), 73. 77.
253-
López di Ii.lán (José).
I'.m.ma (Antonio), -■.). -
Lora (Diego), 166.
LorA (José Fern.i
Lortte, 2y. 35, asó.
e (Jote), 73. 7
K4, .,
105, I06, I08, KH). II4 I !
"■-', 175,
Lom XIV, 516.
.riel), 254.
Lutero (Martín), 463, 504.
Lynch < Isabel), 16.
(José de), 254.
Llórente. 157, 210.
Máckintosh. 3X4.
Macores (1
Ma< hay (Mr.), 440. 441.
Maestre (Juan), 254.
Maestre y I «salve 'Ni-
colás). 234.
M liguzz, 514.
Malcamp (Reverendo padre fray Jo-
Malcampo (Manuel Timoteo), 255.
Maldoom (Mr.), 103.
Mu -1. ara (Juan de). 222. 225.
Mai.v i
' I • ■
Mantón ), 79.
(María Franciat
Manrique (Jorge),
Manara i Miguel de), 38.
Margarita (sirviente de Blanco),
ais,
M \RÍA
Marmol (Ignacio María del), 255.
M \rmi>!. (Juan del),
NLvkmc*. (Manuel Maria del). 31, 32,
100, 191, 190, 205,
21!. 21''. -M7. .
M \hoi 103.
ticgO José).
Marsb
Martín Navarra (Marcelino)
Martinku-, 194.
5&
¡ RO DF !>S PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
Martínez M<
Martínez de la R< sa. 410, 511. 512,
558.
Martinón y Hernández (José Hila-
rio\
Matoni (Juan Bar.-
Matute, 47, 146, 225. 256.
MaüRY, 410.
MaüRY y Castañeda (Juan)
Mayans (Gregorio)
Medina (Manuel Francisco tic). 256.
Mejía Carreto (Pedro), 257.
Mejía Huertas (José), 257.
Mei.hourne, 206.
Meléndez Vai.dks (Juam. 401, 402.
45". 571 •
Melero (José María),
Mena (Juan de), 164.
Mena y Fariñas (Alonso i
Mi -nuez Uejarano (Mario), 65 (nota).
Mendicuti (Juan N.i
Mendiha (Juan \\), --57.
OZA y Espinosa
■57.
97, 150,
178, 386, 398, 396, 437i 44* 44ft
454. 49a, 537, 55 575-
i.iuucl), 257.
130.
359-
1 *&7-
Mona k des, S
MoHSALVZ (Pedro de). 257.
Momtenegro (Joaquín), 1
Motrmgtrou, [51
Montgomerie (Fannvl, 139.
Montilla y Puerto (Cr
Mooke (Familia). So, 100, 106, 111,
112. 125. 144. ' • ISIi
161, 170.
Moore (General y fam:
'45-
Moore (Thomas). 188. i8g. 475. 470.
477. 479>
de), 258.
Mura (Jo«í Joaquín de). 158. 173.
Morales (Joé
Morales (José Isidoro),
Morales y Gallego (Juan Bautista),
-58.
- \ Pl KtV
Moratín (Leandro F. del 456, 5 14
Morí i m (José MarU), 384.
Morí •■ 35.
MORÍ M> I .\ki\-
MoRETO, 1(4. 442.
M.1KILI \
Morit Chambaos
MORQOECHO (Juan
MORROOH 1 Ana .Vwlrca
MOIROGB 17.
Morrogii (Caballero
MrtZART, I".»
Mt i. 103.
REGISTRO DE LAS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
5*7
Muñoz el Bueno (Andrés), 223.
Muñoz del Castillo (Juan Jo-'
Muñoz y Delgado (Joaquín). 259.
Muñoz de Sotomayor, 177.
Murat (Joaquín), 457.
Muratori, 32, 39.
Murillo, 70, 222, 225.
Murphy (Corone!), '>->. 95, 111. 114,
115, 124 152, 167, 174
MURRAY, 159.
Murta y Guisado (J. María), 259.
Nadal (Bartolomé)
Nanole (Felipe), 16.
Nangle (Juan), 16.
Nangle (María), 15, 16.
Nangle (Patricio), 16.
Napier, 153.
Nai-ier (Macvey), 51 1.
Napoleón I, 64, 72, 98, 102, 105, 106,
372. 373. 457. 563-
Navarro (Jacobo Vicente), 259.
N'eander (Juan A. Guillermo
436, 481.
Nebrija (Antonio de). 222.
Neira, 574.
Nevé (Felipe), 20.
.Vu't v Paiiii.i \ (Teresa), 19, 22, 41.
Nl.VVMAN, I7H.
Newton, 222.
Niciioll (Doctor), 116.
Km bou iMí-s). 11.
Nieto de Pina i I -60.
11 iProf.). 1891
Norton, 203, 4,í'' 1 1
Nostemi 11 (José), 260.
Nül '14.
11 y Díaz i --6o.
Olavide (Juan Pablo). 22¿.
Oi.givies (Mr.), 180. 184.
Oliva (Pedro), m'1-
Olloqui (Familia de), 80.
Olloqui V Estrada (Joaquín:
190.
1 y Estrada ( Jo-é Maria), 85.
190.
Olloqui y Fstrada (Juana María).
85, 148, 165, 166. 196. 198.
Olloqui y Estrada (Manuel), 85.
Olloqui y Estrada (Pascua!
122. 158, 168, 190.
Olloqui y Gaiombi (José Luis), 85.
Olloqui y Nevé (Lope de), 85, 128.
260.
r. (Andrés), 16.
< I'NeaLE (Diego), 16.
O'Neale (Isma), 16.
Orüovás (Juan), 261.
Ordovás (Pablo). 261.
Oriiiuei.a y Morales (Fratu-
Ormond (Duque de). 13.
Ortiz 164.
Ortiz de Ziñi'.a v Garayo (Juan),
261.
(Francisco Javier de), a6i.
'. 225.
17.
vvi.R (Bernardo), 262.
Palacios Malaver (Juan
'.illiami. 89. I«6,
173
Pamdi .' íel), 2d2.
I'ARDI'-
PARIAS v Ramírez (Joaquín de), JOj.
n.r.iSTRC
Parma (Duque d\
Park \ ;,g6.
Knight i Ri
ríncipe de la), 513.
N 574.
'-'5
[25.
Pkrkika (Agustín de), 14''.
Pereika v Morilla i Juan del. 146.
175.
Pereí i
-
Bravo i 1 H<
Votonio Xavii
181.
193-
vittLi (Juan
-
I'iitt (Arohidii
500.
S° <•'
266.
■
138,
.•66.
REGISTRO DE Í.AS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
Raí i;i!Onk, 214.
Ratiii-.
Reinoso (Félix Jo 1 22, 33, 55, 60.
75. 7''. 77 '
i-'.í. i-'*. i.V'. 1;
223, 224, -'^5- 359. 3&>. 361, 394-
395. W, V
lando), 266.
Renard
127. '.Vs. M5- 154. 155. <:7.
;. [82.
RevULA (Manuel de la),
\l BF.RTI, 266.
1 (Francisco de), 266.
390.
Rikf.ra (Luis <le), 221,
. n.ÓN, 287.
ral), 153,
Rfo I 5TRADA v de Olloqui I Lorenzo
Ignacio), 267.
3TSADA V DF
(Juan Ignacio de'
I 267.
Rivbso
176.
■ '54'
RODA I '
RODR
■ y./. (Juan V
269.
Rodríi
Rodrícuez v García (Francisco
Rodríguez v González (José). 269.
■ ález (Juai
icolás), 269.
Rodríguez del Pino i Diego), 270.
DE2 he la Ribera (José), 270.
10 (José María),
270,
Rodríguez y Rome María),
270.
Rodríguez de Valcákcel (Antonio),
Rodríguez de Vera (Gabdiej), 270.
Rodríguez i>f Vera (José María), 271.
Manuel Anto-
nio), 271.
Rojas (Miguel Alfonso de), 271.
Roldan, -■--. 272,
Rollix, 34.
Romero (Franc
Rosa (.!
170, 172, 173.
"
-7.V
-
Mai ■ losé), 273.
1 ■
-T4-
ibio (Rodrip
59o
> EGJÍ . ESTA OBRA
Sandebs (Mr.). 151.
San Fe. •
Castillo (Antón.
lKLLA (Ant<
SahtaBXA (Macse Rodrigo de |, .
Santander y Villavicencio (Lean-
dro), J76.
Santo Tomás, 43, 551.
- Domínguez (Francia-,
'adre). 143.
Scott (Walter), 444.
I.INC, 564.
S' illLl.ER. 207.
Schram 191.
Segovia i \ngd Marta)
\. 7.
183.
k, 66. 362.
Servet. 7.
Skvxi i \ ( Fray Juan Nepomuceno de),
276.
Sbvii la i Luis Antonio), 276,
Sevilla i Fraj M 1 .-76.
ShAXSPEARK, 138, :
S^S. 573-
SllUITI.EWOBTIi (Doctor). 1 16.
Silva
380.
¡ 553.
"■ I -'4.
1 51 .
■ '7'-
Sotelo (Manuel María), 277.
Sotosahchbz (Isabel de), 143.
SotosAnchex (José de), 146.
South e y (Roberto). 444, 445. 460, 466,
469- 499,, 514, $<*>■
Spencer. 195.
State r (J.), 86.
Stdart Muí, 197, 202, 500, 560.
SlÁkEZ. 559.
SfCRAMi's 1 Ramón Juan), 278.
Sl'THERI.ANl» (DoCtOfl. .M4.
Tu> y Nvñez de Rendón (Nicolás),
T.W1KA, 60.
Tsjkia y Rirsoto (Sebaatiáa de la),
iquin), 99.
Tbnouo y < 1 iruel). 99.
Tenorio y riuai
-"Tí-
TlBERCHIRN,
», 33> 444
T11.11
itu (Antonio Maria). .
Narci-
so I
Torre (Jote Joaq
279.
Torráis
Tovar (Simón de), -
Townsrnd ( Mi i
TVu d'
REGISTRO DE I.AS PERSONAS CITADAS EN ESTA OBRA
591
Ulloa ("Antonio de), 221.
Ulloa (Bernardo), 231.
Ulloa (Martín), 221,
Uriarte y Fernández de Landa (Joa-
quín), 165, 166, 280.
(JuUBTÚA (Francisco Javier), 280.
Usky (Doctor), 178.
Usoz, 176, 392.
Vacquek (Eduardo .Adrián), 49, 50,
233. 394. 402.
Valcárcel y Vargas (Alvaro), 280.
Valdés (Almirante), -'21
Valer (Rodrigo de), 516,
Vai.era (Cipriano de), 516.
Vai mar (Marques de), 5, 34. 75. 521.
Valvekde, 226.
Valvidares y Longo (Ramón), 280.
Vargas (Antonio de), 280.
Lope de), 164, 442, 516.
Vega y Méndez (Francisco de P.),
280.
Vega y Tamariz (Pedro de), 281.
Velázquez, 225.
Velázquez y Reyes (Francisco), 281.
¡gutz y S\nchez (José). 453.
Vera y Limón (Diego)
Ykronense (Paulo Emilio), 468.
1 y Domenech (Pascual). 28-'.
Victoria (Guadalupe). 384.
Victoria (Reina de Inglatcrr ,
495-
Vidart (Pedro), 283.
Vn \. 167.
> 85.
Vll.LIF.RS (O '
Vi\, 1 Um.i). 16.
88.
Viñals y Rubio (Marcos), 88,
Virgilio, 360.
Vischer, 559.
VoLTAIRE, 562.
Walthon (W.), 441. 442.
Walton, 514.
am (Mr.), 80, 90, 113.
Weli.esley (Henri), 80. 90, 95.
Wellesley (Ricardo), 87.
Wellington, >k>, 84. 372.
Wetherell (Juan). y¡, 115, 116, 117.
14(1.
WlI.VIELY. I7H. l8o. 183, 187. 188,
189, 192, 103, 194. 203, 206, 498,
500, 501, 567.
v (Eduardo). 187.
Whatkly (W ; 203, 204.
Whitk (Carlos), 15.
Whiti (Eduardo), 14.
YViiiTE (Fernando), 63, 64. 134, 135,
14-'. 149, 150. 155, 156, 161. 164,
[65, 168, 169, 170, 171, 172. 173,
174. 175. 176. 198. 199, 201. 207.
208. 312, 213.
Whitb (Juan), 16.
WiiiTE (Patricio), 14. if>.
Whiti (Ricardo). 14. 99.
Wiiite (Tomás), 14.
W'lIlTE BrOVi'NE l6.
Whiti Fitz Gerald (Thomai), 14.
Wiiite N'wir. (Al-oon). 15.
Wiiite Nasgle (Pablo), 1?. 16,
W 11 1 i ' 16.
WlffBM (Benjamín B.), 441.
WlIBERFORCE, 126, 129, I73, 375.
\\ 1 1 I I ■ '
Williams (Julián B.), 219.
Wou
\S EN ESTA OIWA
fl ¡51. 154.
- '4-
Zambraka (Juan).
Zambra.no y GofZOR* (.Loretu
Zamora, 137.
Zapata. 137.
Zapata (Carlos J<
Zatas 170.
Zl'LUETA. l'>4. -'O"
1 (Clemente
ZuRBAR.S.N, .
ÍNDICE
■■■■i'CCIÓN, 5.
CAPÍTULO I.
Genealogía, familia y nacimiento de don José María Blanco y Crespo.
Residencia en Irlanda de los ascendientes de illanco; persecución de esta no-
ble familia. 1.1-14: genealogía paterna. 14-10: venida a F.spaña de don
Guillrnin Blanco y Mangle, i6¡ confirmaci di nobl familia
por Felipe V. 16; español izaeióc del apellido White: casamiento de don
Guillermo con doña Ana Andn rrimonio: fa-
llecimiento de d"ii Guillermo convenio mercantil
entre don Thomai Cahill y don Guillermo White Morrogh: Hu<
Punta en Tablada; enlace de don Guille ■ Morrogh con
doña Mari 1 Gertrudi familiares de doña
María Gertrudis, 19; interesante c
19 20; vínculo de Olivan '.uil'er-
djo y doña Mai 21; nacimiento de don I
Crespo, _>i : su te de bautismo. 22; herma] ■ de Blanco, ---23.
II.
Niñee y primera educación de Blat
Proyectos ríe don Guillermo ei 24; aislamiento j me-
lancolia de la nifiex d< :
ción literaria * apret antípa-
prlmi ! ritma-
-
Tomás. 28; influjo .
se de Lógica de los D01
3*
ÍNDICE
• :rri.o III.
Esludios superiores. — Amistades de Blanco. — Lo Academia de Letras
Humanas.
Conocimiento de Blanco con Mármol: iniciación en alpunas rama.- cienufi-
m la Literatura: influjo de la amistad de Mármol en el carácter de
Blanco, 31 ; progresos y perfeccionamiento en los estudios superi' ■
renombre en la Universidad: amistad con Arjona: aprendizaje del fran-
cés e italiano: primeros ensayos poéticos de Blanco: influencia de
en la dirección de su espíritu, 32; relaciones en la Un
y Keinoso: creación de la Academia de Bellas Letra-
resultados : primeras poesías de Blanco : Academia de Letras Humanas :
éxitos de Blanco en la Academia: premios alcanzados j<or sus b
lectura de autores franceses: su cátedra en la Facultad libre de Letras y
(. ¡encías establecida por la Sociedad patriótica : grados en FOosofil
33-35-
Capítulo IV.
Principios ie Li corren eclesiástica* — Amores ideales. — ¡:l '
Fortaleza de Blanco en la fe católica: ejercicios piadosos: dirección de tu
conciencia por los religiosos de San Felipe Xcri : progresos de Blanco
como violinista, 36: adjudicación de una capellanía y ordenación de meno-
res: su disgusto por el estado ■ . n los ejercicios ecle-
siásticos: amorosos sueños de adolescente: sus comí
excursión ■ Sanlúcar j Cád:.
del Oratorio: episodio en estos eje: inte los
votos que iba a pronunciar: alternativa entre la Iglesia o el escritorio. 40.
41 : traducción del poema pa i del ^adre Andrés Triz. de la
tñía de Jesús. 41 : muerte de la abuela materna d -ado de
bachiller en la Facultad de Teología: ordenación de subdiácono, 41.
V.
mayores.— Gmiüermo If7ii/r.
Aumento de libertad para Blanco, una vez ordenado 1 ¡n-
justini ' ierno espafii nfllenno Blanco por haber ejer-
cido el cargo de Cónsul británico en Sevilla- incory 1 prado
de Ti -una: su licenciatura en la misma fa-
cultad en dicha Universidad: ingreso de Blanco en el Colegio D
desmando br briUand-
■■ as literarias. 42-4.Í : ordenación de diá-
•mo a Cañete la K <n í"Sui-
s:i familia n Alcalá d< -aje de
broicí 595
Blanco a Olvera: su ordenación de presbítero: escena conmovedora en la
celebración de su primera misa, 44-4?: ascetismo: estudios
y ñu (litaciones, 45.
Capítulo VI.
ejercicio del ministerio eclesiástico. — La peste de 1800. — La .\fagistralia de
la Capilla Real.
Elección de Blanco para la Rectoría del Colegio Mayor: casos de las monjas
Dolon da y María Francisca Barreiro, }'>: epidemia de fiebre
amarilla en la capital de Andalucía: furor de la peste y numerosas vícti-
mas: ausencia de Sevilla de la familia de Blanco; grave enfermedad del
mismo: resignación del Rectorado, 47: fallecimiento de don Tomás Ca-
hill: oposiciones de Blanco a una canonjía de la Cátedra! de Cádiz: su nom-
bramiento de examinador sinodal de la diócesis: nuevas oposiciones a la
Magistralia de la Capilla Real de San Fernando, en la Catedral de Sevi-
lla. 48; su nombramiento, 50.
fnn 0 Vil.
0, magistral. — Evolución de su pensamiento. — Ocupaciones literarias.
Comienzo de tila lucha profundo dolor por la muerte de su her-
inan.i aumento de nía duda I carác-
ter, 53; cilebre sermón a la brigada de Carabhi ro en la íii sta de su Pa-
trón San Fernando, ?.?- iratoria y asistencia a distingui-
das reuníoni : r. situación moi '<"a, 54-
;í>; di
obras francí tes interiores ' emigración a los
isa mercantil de don Gni-
Uermo Illanco: explica Blanco Literatura en la Real Sociedad Patrióti-
' notable discurso al iniciar sus conferencias: la oda F.l triunfo de la
fumtana, 58.
vni
¡ .o ,|,. 1:1. ,n, la hermana d<- tomar el
tnne pro-
■
dricl su match 1 1 Salai I
596 'ce
el Instituto militar pestalozziano : frutos literarios: su asistencia a las ter-
tulias de Quintana, 61 : nombramiento de preceptor del infante don Fran-
cisco de Paula, 62.
Capítulo IX.
•os. — Vuelto a SeviUa. — "f.I Semanario Patriótico." — Viaje a Inglaterra.
ride Blanco a regresar a Sevilla después de los sucesos del 2 «le Mayo
de 1S08: nacimiento «leí niño Fernando, 63; ilusiones y amor paternal de
Blano -"egreso, 64: su presentación a la Junta Ge-
neral de Gobierno o Junta Suprema odias: su colaboración
en EX Semanario >■'-: misa en la instalación de la Tunta central
Ma a la patriótica solemnidad: popularidad de Blanco: informe del
mismo acerca de la constitución de las Cortes: invasión francesa en Anda-
lucia. 66: se embarca para Cádiz: los franceses declaran proscripto a Blan-
co en la Ga 'aterra a bordo del "Lord Koward":
emociones de la travesía. 68.
Capítulo V
Primera etapa de Blanco en Londres.
Dificultades y km .tico al divisar las costas ingli is fi-
amistad íntima con Hoppner. compañero de viaje, 69; llegada de
amlios en tristísimas circunstancial a la casa de Hoppner. en la capital <lel
Reino Unido neo en landre». 70; sus cavila-
ciones: recurre a la amistad de Mr. Chüdren: estudio a fondo de la len-
gua y costumbres ingle- nsancfaa Blanco la esfera de sus rela-
ciones: carta a sus padres prediciendo la paz curop< t carta
del mismo a su madre. J ña de injurias contra Blanco al aban-
donar la península, 75 : curiosísima carta de Rcinoso a Blanco con noti-
• >liticas y <!' .Miela Sevilla-
Tas carras de Blanco a SUS | imperio en él del
Id 1 le da muestra en carta del 3 de Fnero de 18 1 t. 83-
86: . de Blanco en iSra, 86.
CApfTUtO XT.
. ..
' con Ricardo WUlesley: fundación de un
■ ' ■ - perfec-
nto i
'Trrmosilla a Blati
1 anglicana
reformada, 88: estudio de
índice 597
la Teología Natitro, del doctor Palcy: su ingreso en ia
Iglesia angUcana: desinterés de Blanco: renuncia de los emolumentos de
su cargo eclesiástico cu . carta a sus padres relativa a este
asunto, 89-91; su adopción en Inglaterra del nombre de Blanco White:
dirección politica de su ; desencanto con motivo d>- la insu-
rrección de las Américas, 91 ; acerbas censuras de los periódicos españoles
por la actitud de Blanco ante la insurrección de las Colonias: acusaciones
contra él: tentativa de soborno poi parte del Gobierno español, oa¡ carta
a sus padres en que alude a sus trabajos y aficiones musicales, 92-94; nue-
va tentativa de soborno a favor de la candidatura de la reina viuda de
Portugal ¡>ara la Regencia de la nación española, <>i : el Gobierno inglés
concede una pensión a Illanco por los servicios que prestó el periódico EX
Español a la causa común de Inglaterra y España: insultos a Blanco en
las • Ortes '1<- I adiz por juzgarle redactor del escrito del Duque de Al-
burquerque, 95; curioso incidente de añidas suscitado por los
enemigos de Blanco, 96-97; defensa de Illanco: se prohibe la circulación
de 1,1 Español en la península y colonias: se le declara reo de lesa na-
ción: encono de la Regencia, 97; .se íunda el Anti-Español por Arriaza, 98;
cartas a .sus padres desde Diciembre de 1812 al mismo mes de 1813, pre-
diciendo la caida de Bonaparte, haciendo mención de su hermano Fer-
nando Blanco en Francia y otros asuntos interesantes, 98-107.
Capítulo XII.
Blanco en Oxford.
Quebranto de su salud: carta de consuelo a sus padres, familia y amigos,io8-
1 14 ; otra carta a sus padres relativa a la permanencia y nueva carrera de
su hermano en Inglaterra, [14-116; d a la publicación del periódico El
Español, se afilia a la Iglesia nacional de Inglaterra: su traslado a Ox-
ford para perfeccionar sus conocimientos de literatura clásica y teología
protestante: relaciones de amistad con lord llolland, 116; carta a sus pa-
dres acerca de sus tareas y adelantos de Fernando en la preparación de su
nueva carrera, 1 10-118; gravísima decepción de Blanco al comenzar sus
estudios teológicos protestantes: renuncia de la Mayistralia de la Capilla
Real ile San Fernando en carta al Capellán mayor y Cabildo, que se in-
serta, 1 18-IK;.
1 roto XIII.
[huías religiosas. — l'a>i, 1
L.rd llolland la edn le: muerte de su padre
don Wuillernio carta ■! ' 'da un-
ción religiosa: nuevo dolor de Blan hermana
Mana de la Salud Fernanda,
na por la separación de su hermano Fernando, '¡uc marchó a Sevilla:
carta referente a i : reglo de sus asuntos de
598 ÍNDICE
intereses di .rta ■ su her-
mano i ifiere a
■ dirigir la . ■ leí hijo de lord
Hollan mprende la tradu.
¡a la de ¡'
hermano, muy iii .; juicio de la
la ■!•.■ luí:'. : de Blanco
diagnóstico de su i
. isla de la Trinid nuevas
dudas e inquietudes espiritual) • •.): publica las
Observaciones pr< - iludas ante el dog-
ma de la Trinidad: estudio del nebí
letón aunen de su historia y <!
cia: resume su pensamiento en un i los Artícu-
los de la Fe. que se su
la fe unitaria, I3S-133; fallecimiento de su madre: sentida carta a su her-
mano Fernando, 132-134; agravación de su salud: otras ai:
gracia :.ando a
Suiza, 134.
Capítulo XIV.
Periodo de acti
dirigidas a su herman de mucho ínteres i««r los jui-
cios politío d« amor
a su jiais y a su familia desistimi tme disfrutaba
■
históricos: l de Londn
Blanco: éxito «le las Cartas </Y Espato, i.:
\V.
Estudios, opmioñe
■
tu hermaní
leí -' de
Ahnl
leudo nobiliario, u
de la politíc
:r de SU hij
muy interesante: intercede por
■
f>ir.icE 599
Capítulo XVI.
Segunda etapa en Oxford.
Vuelve a Oxford después de recibir ti diploma de Maestro en Artes: su in-
greso en el Colegio Oriel: antipatía, y censuras: envía al Colegio Mayor
de Sevilla un regalo de libros griegos y carta recomendando el estudio de
la lengua helénica, 179; sinsabores académicos: disgustos y desengaños
en Oxford: se consagra a la predicación y al estudio: pesares por la se-
paración de su hijo, 180-181 ; carta a su hermano relativa al arreglo de
sus interese.-, en la sociedad mercantil que corría a cargo de don Lucas
Beck, 1*1-183; sc publica London Review cmi dos excelentes artículos
de Blanco: singular prestigio por su predicación, 183; graves disgustos
proporcionados por los protestantes ortodoxos en cuanto a su conducta
política, 183-184; calma en 1830 y continuaciun de sus estudios literarios
y disquisiciones teológicas en Oxford: trabajos de iS_»8 a 1834: visítale
don Alberto Lista en Oxford en 1831: consuelo de Blanco por la com-
pañía de su amigo, 185; no obtiene, por la saña de sus adversarios, la pla-
za de organista en Dulwich College: continúan los periódicos enemigos
atacando a Blanco : vindicación por Armstrong : su insostenible posición
en Oxford, 180.
Capítulo XVII.
Blanco en L) u b l i n.
Blanco juzga próximo su fin: pasa a LHiblin para encargarse de la educa-
ción del niño Lduardo Whately: su impresión al realizar su primer via-
je en ferrocarril: traduce la Geometría y el Algebra de Qairaut : paz es-
piritual, 187, arrebato místico, 188; su obra Segundo viaje de un caba-
llero irlandés en busca de religión censurada por los pietistas irlandeses
y los ortodoxos de Oxford: estudio del alemán: retrocede en su evolu-
ción al unitarismo, [89; cartas a su sobrino José María y a su hermano Fer-
nando, 190-101 ; su tolerancia en las ideas: acerba campaña de la prensa
irlandesa contra Blanco: le defiende Armstrong j se establece entre ellos
intima amistad: derivación de ambos al unitarismo: traducción de un
trabajo teológico de Neander y relaciones con • iinerta separa-
ción de la Iglesia de Inglaterra: abandona el palacio y la compañía del
Arzobispo de Dublin, i<>3.
Capítulo XVIII.
Profesión del unitat
icia: su disgusto
poi la denominación de unitai uniento: su en-
1110 poi < I ' • ' dc I* nueva
600 fNDTCE
fe: renuncia a formar I '\ford: ruptura de
lazos • u sobrino J<
•Ure la here-
jía y • ■ ! Mili: tranquila
XIX.
Arrecian los padecimientos tísicos y morales de Blanco: deseos de abando-
nar Inj i ta de Blanco a su lien: disposiciones
testan . I porvenir de !•_-;
que revelan ¡>u dcsmii
indio de los maestros del Idealismo: su lectura de la ni» por
Straius: se coloca fuera del Cristianismo, aoa; inicia su corresponden-
Jhon Hamilton Thon
> enfi la literatura, historia y musió.»
tes de honesto placer: su en: iii¡>u: doloro-
.sa entrevista con sus i' . \ -idad del
Arxob ' nticidad de su
aia. J03-.204 : curiosa carta di 'neo rc-
I salud de Blanco-Whait le la cuadratura del circu-
lo. 204-205; aumento d< tibilidad
■
rrespondencia con Eiamüton Thon > con Channing: dona*
nlad: alcgr.i
un lin
neto La Noche y la Muerte: llegada a Livi te de un
I India: lecl
Un boceto humorístico intitulad
. rmánico: ó
final de su hi ¡0. -
1 LO XX.
Manco.
reverdecimiento de su
en la con.
1 nombramiento de
2 11 ; co-
ÍNDICE 60 1
niienzo de la novela Luisa de Bustamantc: su emoción por el ascenso a
caipitán de su hijo: marcha de su sobrina María Ana: se traslada fuera
de Liverpool: mejoramiento del e-.iado general de su salud, 21a; au-
menta su exaltación religiosa y traza el boceto de sus meditaciones, que
enrió a su amigo el Rev. Thon: muerte de lord Holland: Lista y Fer-
nando Blanco le invitan a volver a España : carta de Lista a Fernando
Blanco, muy interesante en diversos aspectos, 213; proyecto de viaje a
Jamaica: su gusto por la lectura a pesar de su abatido y lastimoso esta-
do: traslado de Liverpool a Greenbank por invitación de Mr. Rathbone:
reanimación de mis postradas 1 activa situación física: tormen-
tos y angustias precursores de su muerte, 214; anuncia su fin: su muer-
te : fenómeno observado en su rostro en el acto de expirar : su fiel ami-
go el canario fenece a la vez que su dueño: inquietud de los amigos de
Sevilla: cartas de Lista, 215-217; recibe Blanco sepultura en el jardín
de la Unitariam Church que se alzaba en ReiiMiawstrect: descripción de
este desaparecido templo, 217: lápida funeraria de Blanco existente hoy
en la nueva iglesia unitaria de L'llet Road: retrato de Blanco vestido de
doctor, teniendo en la mano los sellos de la Universidad de Oxford,
colocado en la sala de visitas de dicha nueva iglesia, 218; testimonio de
la disposición testamentaria de Blanco, 218-219.
Epilogo, influjos culturales que pudieron influir en la formación de la men-
talidad de Blanco, 220-29.
< atalogo de los condiscípulos, amigos, compañeros, catedráticos y algunos
les teólogos y médicos amigos de Illanco White y de su familia en
Sevilla, con exclusión de los ya nombrados en el texto de la Bibliogra-
fía, 229-283.
:KO SEGUÍ
ObIAS DI I>. JOBl \1 I
Sección primera.
Obras españolas.
§ t." J. M. J. Plan y apuntaciones para una homilía sobre el Evangelio del
Jueves de la segunda semana >!<■ I uari una, para predicar de opc
la Canonjía Magistral <L Cádiz. Inédito
S a." Prospecto 3 plan de una oíase de 11 1 que establece la Real
dad Económica de Sevilla.— Vda de rüd >¡-¿9r-
Sermón inédito sobre el cap '• Evangelio de San Juan,
OOviene que muera un homluí por el pueblo, y asi no perezca toda
la n (o6.
II. s. Sermón inédito - I cap XIII, va I vangelio
6 Homilía (inedia Bode 1802, pre-
dicada en San Felipe S'eri >! 1 340.
(02 CE
( mando. 34
j6l.
:e il modo de reunir la
.- 11. I
1
.
lico trimet-
Manco \\ hit<
niaun. 101.
S 15. contra Roma. Edinburf
.■(lucidas ilci mi
Luisa de Bustanmnte o la riuérfai
Tradui +3S.
11 Ja.
:s inglesas Je osur.:
Si." \ Spain. Lond
in.m Spain. Bj don Leocadio 1 >"; o. Frinted for
Hcnry Colburn and C
5c< i ion terceras
Obras inglt
§ ,.• 'v I he Study O'l Rdtg»
man, 1813
..
and Interna] ilicUm, with 1
,,k of tlu- Román Catholic O
§ ^« ... ,in hia notice <>t th( i >»-
■
■
With
ÍNDICE 603
'
§ 8.° Sunday Letters (1836). 481-;
§ 9.0 Observations 011 Hei "thodoxy: Ist. Ed. 1835, and Ed. 18391
4K4-4.S7.
i| io. The RarJonalist A-Kempis or ihe Reliquius Sceptic in God's. Pre-
Bence, [840. 4W-490.
§ 11. Poesías inglesas. 491-497.
§ 12. The life of the Rev. Joseph Blanco-Whité writen by himself with por-
tions of his correspondence, edited bj John Hamilton Thom. ín 3 volu-
mes. London, 1845. 498-501.
§ 13. Plain dialogues in religions subj tuthor oi the "Poor man's
preservative agaii^t popery" (Postuma), 502-504.
§ 14. The mark on the forehead i Pos tuina). 505-507.
§ 15. In pcriodicals. 508-51').
Sección adicional.
§ l* Obras perdidas, 520.
§ 2.0 Un nuevo aspecto de Blanco, > dos descubrimientos más, 5^1-522.
La Belleza. Canta didáctico leído en la .leuden: Humanas de
Sevilla tn .'; de Diciembre de 1708, por su mdkñdu .\faría
Blanco. — Introducción. — Poema La BeUeta. 523-536.
Reh en iones soiire la BELLEZA imveksal, presentadas a la Real Academia
de Buenas Letras de Sevilla en 6 de Noviembre de 1801, por don José
María Blanco y Crespo, .'30-550.
g 3.° [mpo .meo en la fi
I. Juicio sobre la personalidad de Blanco Whiti
II. Sus trabajos literari"
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escritor
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pescador
pensador
OBRAS DE DON MARIO MÉNDEZ BEJARANO
Literatura (dos tomos), declarada de relevante mérito por la Real
demia Española en 14 de mayo de i<* ¡ misimo
■r don José Echegaray (agotada),
La ciencia del verso, premiada en el Certamen internacional de Bue-
nos Aires en 1904.
Vida y obras de don José María Blanco y Crespo, premiada con me-
dalla de uro por la Real Academia Española.
Principios generales de Versificación, larada de mérito por el Real
; Instrucción Pública, en noviembre de 1890
Modelos literarios de la Francia contemporánea
Código italiano de la .Marina mercante
Carao cíclico de lengua francos. i
Segundo curso de Lengua francesa (5.* edil
Fonología y ortografía francesa, etimológicamente estudiadas
itada).
Arte poética de Rnilcau (traducción y nota-: agotada).
Prácticas de traducción Inversa i
Compendio histórico de la Lengua latina (agotada).
Historia política Je los afrancesados»
Vnnl.
■
■ hispilica de I Itramar.
OBRA? DEL U'TriR 607
[discurso pronunciado como mantenedor de los Juegos florales de
Sevilla en 1909.
Instituciones de Historia literaria.
Conferencias sobre Filosofía del Arte.
Historia general de la Literatura y especial de la Española. To-
rno í. — El antiguo Oriente.
f.\ Rey Sisebuto, astrónomo.
Historia interna de la Revolución de Septiembre de 1868.
Datos para la historia de los estudios americanistas: El archivo de
Indias.
Doctrinal de Preceptiva literaria
l.a literatura española en el si^'lo \'l\ (gi neral, regional e hispano-
americana I.
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